Evolución Tectonomagmática de Los Andes Bolivianos
Evolución Tectonomagmática de Los Andes Bolivianos
Evolución Tectonomagmática de Los Andes Bolivianos
RESUMEN
Los Andes bolivianos ocuparon una posicin de retroarco durante gran parte del Fanerozoico. En
su evolucin se reconoce una primera etapa, restringida al Paleozoico inferior, en la que hubo una
gran transferencia de material sedimentario en la corteza superior, y una segunda en la que
predomin el reciclaje de la masa cortical. A lo largo del Paleozoico inferior, una cuenca marina
epicratnica se form entre el cratn de Amazonia, el macizo Arequipa-Antofalla, y el macizo
Pampeano funcionando inicialmente como cuenca de retroarco y luego como cuenca de antepas
hasta colmatarse en el Paleozoico superior. En este lapso ocurrieron tres etapas de deformacin:
La fase oclyica (lmite Ordovcico-Silrico) de carcter restringido, la fase eohercnica (lmite
Devnico-Carbonfero), y la fase hercnica (Carbonfero Superior) tambin de influencia areal
restringida. En el Mesozoico, se registraron an breves incursiones marinas antes que en el
Eoceno comience a edificarse una protocordillera. El solevantamiento general de toda la regin
centroandina, se inici en el Oligoceno Superior afectando al Altiplano y la Cordillera Oriental
actuales. Este solevantamiento ocurri en tres etapas limitadas por la formacin de superficies de
erosin datadas en 18 y 10 Ma. La ladera oeste de la Cordillera Oriental, denominada faja de
Huarina, tuvo un rol muy importante en la evolucin de la regin centroandina. Adems de cobijar a
gran parte del magmatismo de retroarco, en esta faja ocurri la mayor subsidencia de la cuenca
paleozoica. En esta faja ocurrieron preferentemente durante el Mesozoico, procesos de rifting y de
adelgazamiento litosfrico. En el Palegeno, la faja de Huarinas fue la primera en ser solevantada
aislando la cuenca altiplnica del interior del continente, y durante el Oligoceno Superior, se
constituy en el cinturn retrocabalgante del orgeno. La deformacin en el Altiplano y la Cordillera
Oriental concluy hace 10 Ma cuando se form la superficie San Juan del Oro, al mismo tiempo
que se iniciaba la deformacin en la regin subandina. La actividad magmtica de retroarco en la
faja de Huarina fue casi continua desde el Paleozoico hasta el Cuaternario. En cambio el arco
volcnico se instal en la frontera boliviano-chilena slo en el Mioceno Inferior, hace 23-22 Ma. La
actividad volcnica de retroarco lleg a su climax en el Mioceno Superior. Las caractersticas
qumicas de los magmas y la simultaneidad de las grandes erupciones a lo largo de la faja de
Huarina, sugieren que es un solo proceso el que desencaden este magmatismo de gran volumen.
Se sugiere que este proceso es la delaminacin litosfrica del manto que provoc el ascenso de la
astenosfera hasta la base de la corteza induciendo a su fusin en varios niveles.
ABSTRACT: Tectonomagmatic evolution of the Bolivian Andes. The Bolivian Andes remained
in a retroarc position along most of the Phanerozoic. Its evolution can be divided in two major
stages; in the first one, restricted to the early Paleozoic, a voluminous transfer of sedimentary mass
in the upper crust occurred. In the second stage, reciclyng of the crustal mass predominated. In the
early Paleozoic, an epicratonic marine basin formed among the Amazonia, Arequipa-Antofalla, and
Pampean cratons. This basin changed from a retroarc-type to a foreland-type before it filled in the
late Paleozoic. Along this interval, three deformation stages came to pass: the areally restricted
Ocloyic phase (Ordovician-Silurian boundary), the Eohercinian phase (Devonian-Carboniferous
boundary), and the Hercinian phase (Late Carboniferous) which was also areally restricted. In the
Mesozoic, brief marine incursions ocurred before a protocordillera began to build in the Eocene.
The general uplift of the central Andes started in the Late Oligocene involving the present Altiplano
and Eastern Cordillera. Three stages of uplift, separated by regional erosion surfaces of 18 and 10
Ma, can be recognized. The western side of the Eastern Cordillera, named the Huarina belt, played
an important role in the evolution of the central Andean region. In this belt ocurred most of the
retroarc magmatism; also, the major subsidence of the Paleozoic basin was restricted to this belt.
Along the Mesozoic, rifting processes and lithospheric thinning took place preferentially within the
Huarina belt. In the Paleogene, this belt was the first to be uplifted separating the Altiplano basin
from the rest of the continent, and, in the Late Oligocene, the belt became the backthrust zone of
the orogen. Deformation in the Altiplano and Eastern Cordillera ended some 10 Ma ago, when the
San Juan del Oro surface formed and the folding in the Subandean region began. The retroarc
magmatic activity in the Huarina belt was almost continuous from Paleozoic to Quaternary. On the
contrary, the volcanic arc arrived to the Bolivian-Chilean border only in the Lower Miocene, some
23-22 Ma. The retroarc volcanic activity reached the climax in the Late Miocene. The chemical
characteristics of the magmas and the huge simultaneous eruptions ocurred in the Huarina belt are
suggesting that only one deep process triggered this voluminous magmatism: lithospheric
delamination of the the mantle which originated the rising of the asthenosphere up to the base of
the crust driving the melting at different levels.
Keywords: Central Andes; Sedimentary basins; Magmatism; Tectonic phases; Mass transfer.
INTRODUCCIN
MARCO GEOLGICO
Proterozoico-Cmbrico Inferior
Las rocas ms antiguas que afloran en los Andes de Bolivia se encuentran en el
cerro Uyarani (Fig. 2), el que est compuesto por granulitas de textura gnesica
intruidas por diques de anfibolitas. Las numerosas dataciones dan a estas rocas
una edad de aproximadamente 1.100 Ma que permite correlacionarlas con el
macizo arequipeo. Tosdal (1996), mediante el estudio de las composiciones
isotpicas de los clastos provenientes de este cratn que se encuentran en
formaciones cenozoicas del Altiplano, ha determinado la relacin geolgica entre
este macizo y el cratn amaznico desechando la idea de que aquel sera un
bloque alctono que dej atrs Laurentia a fines del Proterozoico (vase por
ejemplo, Wasteneys et al. 1995).
Figura 2: Elementos estructurales mayores del margen occidental del Gondwana durante el
Paleozoico inferior. Este esquema muestra la cuenca marina intracratnica y sus reas de aporte.
Se ha incluido la ubicacin de los afloramientos de las rocas ms antiguas de la regin descritas en
el texto, los lmites de la faja de Huarina, que es una zona de debilidad heredada desde el
Proterozoico, as como la de los afloramientos de rocas volcnicas paleozoicas de la Formacin
Ollantaytambo y las capas Umachiri del sur de Per.
Al sur del lago Titicaca, se encuentra el Complejo Chilla (Fig. 2) compuesto por un
conglomerado de aspecto masivo a groseramente estratificado en el que
intercalan delgados bancos de areniscas, lutitas, y arcosas. Intrusiones de gabro y
una colada de lava basltica almohadillada completan este conjunto que en total
tiene unos 100 m de espesor sin que aflore su base. Los conglomerados portan
clastos subredondeados de cuarcitas, filitas, granitos rosados y gneises. Su matriz
es arcillosa. La edad de este complejo es motivo de controversia. En ausencia de
dataciones, se le ha asignado edades que varan, segn el autor, desde
Proterozoico Superior a Ordovcico Inferior slo a base de analogas con diversos
afloramientos. De acuerdo a correlaciones con afloramientos peruanos y chilenos,
se acepta que la edad ms probable sea proterozoica superior-cmbrica inferior
(Daz- Martnez et al. 2000).
En el extremo sur del pas, se encuentra la Formacin San Cristbal, una
secuencia de unos 800 m de espesor que est conformada por filitas, esquistos, y
cuarcitas. Esta unidad se correlaciona con la Formacin Puncoviscana del norte
argentino cuya edad es proterozoica superior- cmbrica inferior (Keppie y
Bahlburg 1999).
El Paleozoico inferior
A partir del Cmbrico Superior, una cuenca marina se desarroll en la actual
regin andina, donde se acumularon importantes volmenes de sedimentos
siliciclsticos. Esta etapa es generalmente dividida en dos supersecuencias
(Tacsara y Chuquisaca, Sempere 1995) o dos ciclos tectosedimentarios
(Tacsariano y Cordillerano, Surez-Soruco 2000).
La base de la espesa columna paleozoica aflora en dos localidades. En la primera,
localizada en la regin del Chapare, Cochabamba (Fig. 2), aflora el Grupo Limbo
(Frankl 1959) de unos 3.000 m de potencia. La parte inferior del grupo est
dominada por anhidritas con intercalaciones areno-limosas y carbonticas hacia el
tope (Brockman et al. 1972). Estas evaporitas seran las ms antiguas de
Sudamrica (Marquillas y Salfity 1991). Las numerosas fracturas que afectan a
algunas de estas rocas fueron rellenadas por minerales de asbesto. Por encima se
encuentran arcilitas silicificadas y conglomerados polimcticos que portan clastos
de granitos, gneises, y cuarzo en una matriz arcsica. stas pasan
transicionalmente a facies marinas de ambiente somero que portan restos de
lngulas de edad llanvirniana.
Un segundo afloramiento de rocas de esta edad, la Formacin Camacho, se
encuentra en Tarija como prolongacin de los afloramientos que se encuentran en
el norte argentino (Fig. 2). Se trata de una secuencia de unos 1.500 m de espesor
que se inicia con depsitos continentales conformados por un conglomerado
polimctico, areniscas, y arcosas que yacen discordantemente sobre la Formacin
San Cristbal. Hacia arriba, aparecen, en forma continua, espesos paquetes de
areniscas con intercalaciones de lutitas subordinadas. Toda la secuencia es no
fosilfera, por lo que su edad cmbrica superior- tremadociana inferior le fue
atribuida slo por su posicin estratigrfica y correlacin con unidades del norte
argentino.
Sobre estos depsitos basales, se acumul una espesa y a la vez montona
secuencia siliciclstica ordovcica de color gris, consistente mayoritariamente de
limolitas y lutitas con intercalaciones de areniscas (Figs. 3b y d). Gradualmente
hacia la parte superior, las areniscas se hacen predominantes. Este conjunto es
conocido como la supersecuencia Tacsara (Sempere 1995) cuyo espesor mximo
alcanza los 5.500? m. Esta secuencia, se hace progresivamente ms joven hacia
el norte (Fig. 3a), donde el espesor alcanzara slo los 3.300 m (Bahlburg et al.
2006). En toda la cuenca, la fauna fsil es dominantemente graptolfera y
pertenece a la "provincia faunstica atlntica" que constrie la edad de las rocas al
Cmbrico Superior-Caradociano Medio. Segn Daz- Martnez et al. (2000) y
Egenhoff (2003), estos sedimentos ordovcicos se depositaron en una cuenca de
retroarco en estado distensivo cuya seccin transversal tena forma de U
asimtrica, con el flanco oriental de menor pendiente que el occidental. Egenhoff
(2003) sugiere que la presencia de un abanico de inundacin de gran magnitud
caracteriz a este flanco en la regin de Tupiza, el que estuvo expuesto a
intemperismo durante el Caradociano debido a una regresin importante.
Figura 3: Columnas estratigrficas de varias regiones de los Andes bolivianos que muestran la
dinmica de la sedimentacin en las cuencas, especialmente del Paleozoico.
Una discordancia limita a esta secuencia en el segmento sur de la Cordillera
Oriental donde a veces su parte superior ha sido erodada. Esta discordancia es
atribuida a la fase tectnica oclyica cuya actividad se habra restringido a la
regin ubicada al sur del paralelo 20S (Sempere 1995, Surez-Soruco 2000). Por
el contrario, en la porcin norte de la cordillera, la secuencia est generalmente
completa.
La sedimentacin de la supersecuencia Chuquisaca ocurri en una cuenca marina
de antepas muy subsidente cuya profundizacin se inici en el Caradociano
Superior. Esta cuenca funcion contemporneamente a un arco volcnico
desarrollado en el borde continental (Daz- Martnez et al. 2000). En esta cuenca
se depositaron los sedimentos pelticos masivos de carcter euxnico de la
Formacin Tokochi de edad ashgiliana (Sempere 1995). El tectonismo regional
coetneo indujo a la inestabilidad de la cuenca marina (Laubacher et al. 1982,
Daz- Martnez et al. 2000) dando lugar a procesos de resedimentacin,
derrumbes, slumps, y turbiditas (Formacin Cancairi, Figs. 3b, c y d) en el
margen occidental. La tasa de sedimentacin durante el Ordovcico terminal y el
Silrico basal vara fuertemente de un margen a otro de la cuenca. En el margen
occidental, el espesor de los sedimentos depositados en esta etapa alcanza
localmente hasta 1.000 m (Daz- Martnez 2005), en tanto que, en el margen
oriental, slo se registra un promedio de 20 a 30 m de potencia (Surez-Soruco
2007). De igual modo, las litofacies presentan cambios laterales importantes,
desde facies arenosas y limolticas con abundante fauna de agua somera al oeste,
hacia facies lutticas mayormente graptolferas al este (Laubacher et al. 1982). En
el borde oriental, la Formacin Cancairi presenta, hacia el tope, niveles calcreos
de agua poco profunda (Miembro Sacta) con abundante fauna de edad
llandoveriana a wenlockiana basal. Surez-Soruco (2000) y Daz-Martnez (2006)
infieren la existencia de una cuenca con aguas ms clidas o templadas hacia el
norte, que indica una situacin de latitud media a alta para esta zona, en tanto que
hacia el sur y oeste, se evidencia variacin trmica gradual decreciente (Surez-
Soruco 2000). Por lo dems, la Formacin Cancairi, que juega un rol de nivel
gua en toda la regin, es el resultado de la deglaciacin hirnantiana.
En el Silrico Medio, la cuenca marina central se profundiza nuevamente
permitiendo el despliegue de fauna planctnica como monogrptidos y
cefalpodos (Surez- Soruco 2007). Las unidades suprayacentes a la Formacin
Cancairi, tanto de la faja cordillerana oriental como de la faja de Huarina,
corresponden a facies de plataforma marina costa afuera (offshore) que pasan a
facies de shoreface distal en la que se incrementa significativamente la fauna
bentnica de edad ludlowiana. Dalenz- Farjat (1999) confirma para el Silrico la
influencia de fauna bohmica en el rea de Cochabamba.
En el Silrico Superior, las secuencias del sur de los Andes bolivianos, registran un
evento transgresivo de shoreface distal que culmina con arenas progradantes de
foreshore azoicas de edad ludlowiana-pridoliana (Dalenz-Farjat 1999). Es
destacable para esta regin, un evento bitico reconocido por la presencia de
plantas vasculares con similitudes florsticas entre latitudes altas del Gondwana y
Laurasia ecuatorial (Edwards et al. 2001). En este intervalo, se desarrolla fauna
endmica de aguas fras de la corriente malvinokfrica (Silrico hasta el Emsiano;
Isaacson y Sablock 1990).
Durante el Devnico Inferior, dominan facies arenosas de ambiente costero. En el
borde sur de la cuenca, se reconocen secuencias grano y estrato crecientes de
facies de shoreface, con fauna dominantemente bentnica (Scaphiocoelia
boliviensis) de edad lochkoviana a pragiana. Continua la secuencia marina
progradante de la Formacin Beln, (Fig. 3c) con Conularia quichua y
Australospirifer hawkinzii del Emsiano en la base, y chontidos en los niveles
superiores atribuidos al Eifeliano (Dalenz-Farjat 1999).
En el Devnico Medio, Eifeliano a Givetiano, las facies arenosas de las
Formaciones Sicasica y Huamampampa (Figs. 3c y d) alcanzan 1.400 m de
espesor. Esta secuencia contina con un sistema deposicional marino transgresivo
de agua poco profunda de plataforma distal, y culmina con facies marinas que
contienen Tropidoleptus carinatus y Globythiris, que son formas alctonas de la
corriente faunstica de la Amrica Oriental. Esta asociacin, junto a la remanente
fauna malvinokfrica, establecen la fauna post-malvinokfrica.
En el Devnico Superior-Mississipiano Inferior tom lugar una fase tectnica
denominada orogenia eohercinica que afect mayormente al Per central y norte
de Chile (Isaacson y Sablock 1990). En territorio boliviano gener una
discordancia y un dbil metamorfismo que afecta especialmente a las rocas
ordovcicas en toda la actual Cordillera Oriental. Tawackoli et al. (1996) dataron
por el mtodo K-Ar la illita y sericita generadas por este metamorfismo obteniendo
edades de 374 a 310 Ma. La importancia de esta fase tectnica radica en que,
aparentemente, dio fin a la sedimentacin casi exclusivamente marina que
caracteriz a todo el Paleozoico inferior. En las secuencias posteriores a esta fase,
los depsitos continentales son ms frecuentes.
El Paleozoico superior
Una nueva etapa de sedimentacin se inicia en el Fameniano-Tournasiano
(Vavrdov et al. 1991, Grader et al. 2003), con depsitos resedimentados de
origen tectnico y glacial, de extensin local, que reposan discordantemente sobre
diferentes unidades del Paleozoico inferior. La influencia glacial equivale a las
registradas en Africa y en los Apalaches (Daz-Martnez 2004). La secuencia
contina con facies arenocalcreas depositadas en ambiente de plataforma
somera que progradan a facies deltaicas en el Tournesiano- Viseano. Por encima
se encuentran facies pelticas y psamticas de extensin local, interpretadas como
un pulso transgresivo que prograda a facies deltaicas y de llanura aluvial.
Caracteriza a esta unidad la presencia de abundante vegetacin de clima
templado a clido al norte de la faja de Huarina). Esta flora es una extensin hacia
el sur del reino florstico de Paracas (Per) en el que Nothorhacopteris
kellaybelenensis y Triphyllopteris boliviana, de edad viseana tarda a serpukoviana
temprana (Iannuzzi et al. 1998), son las ms representativas.
Segn Surez-Soruco (2007), en el Carbonfero Superior (Namuriano-
Westfaliano), producto de una significativa deformacin tectnica por movimientos
compresivos, tuvo lugar la formacin del orgeno hercnico Protocordillera. Esta
fase tectnica habra afectado principalmente al segmento norte de la actual
Cordillera Oriental exponiendo las rocas a la erosin. En la parte sur de la
Cordillera y el Subandino, esta deformacin tectnica no se registra.
Suprayaciendo en discordancia a la secuencia anterior se encuentran facies
arenocalcreas marinas de desembocadura que pasan concordantemente a
depsitos carbonatados de 400 a 530 m de espesor (Formacin Copacabana del
Pensilvaniano Superior a Artiskiano, Fig. 3a), de ambiente costero con cuatro
pulsos transgresivos mayores (Grader et al. 2003) y abundante fauna de mar
abierto. Es frecuente la presencia del braquipodo Neospirifer condor, que es
caracterstico para el Prmico de Sudamrica y Sudfrica. Hacia el Subandino sur,
el espesor de esta unidad disminuye al mismo tiempo que su base se hace
progresivamente ms joven.
Los datos de paleomagnetismo obtenidos por Sempere et al. (1997) sugieren que
esta etapa de sedimentacin se inici hace 58,2 Ma. No obstante, segn estos
autores, no todas las cuencas comenzaron a funcionar al mismo tiempo,
encontrndose un fuerte diacronismo en la edad de los depsitos. La escasez de
actividad volcnica en esta etapa y, por lo tanto, de rocas que se puedan datar,
hace difcil la interpretacin general de la evolucin de este ciclo sedimentario.
Una superficie de erosin regional marca el final de este ciclo que se prolong
hasta el Oligoceno Superior.
Magmatismo paleozoico
El magmatismo paleozoico est muy pobremente estudiado en Bolivia. vila-
Salinas (1996) revis las rocas gneas paleozoicas, pero la falta de dataciones
radiomtricas pudo haber introducido algunos errores de apreciacin. As, algunas
rocas intrusivas de edad mesozoica se interpretaron como paleozoicas. Rocas
gneas de indudable edad paleozoica afloran cerca del lago Titicaca y en la
frontera con Argentina (Fig. 5).
Figura 5: Rocas gneas paleozoicas y mesozoicas que se encuentran en los Andes de Bolivia. El
mapa de afloramientos de rocas Paleozoicas incluye la localizacin de algunas exposiciones
mencionadas por vila-Salinas (1996) que no fueron confirmadas por trabajos posteriores (vase
detalles en el texto). Los dos afloramientos sealados como Copacabana en este mapa incluyen a
cenizas volcnicas permo-carbonferas y clastos de granitoides devnicos que se encuentran en
formaciones carbonferas. Todas las cenizas permo-carbonferas son retrabajadas. La descripcin
de otros afloramientos se encuentra en el texto.
Magmatismo mesozoico
La mayor parte del magmatismo mesozoico ocurri a lo largo de la faja de Huarina
donde las rocas muestran una clara variacin de edad de ms antigua a ms
joven conforme se va de norte a sur (Fig. 5). Estos afloramientos coinciden con el
eje mayor del rift mesozoico (Sempere et al. 2002, Jimnez y Lpez-Velsquez
2008) que se prolonga al noroeste argentino (Viramonte et al. 1999). Un brazo
menor se form en el Subandino sur el que es conocido como el brazo de Entre
Rios (Sempere et al. 2002). Adems de estas exposiciones, existe otra de carcter
local en la Cordillera Occidental, al pie del volcn Cuaternario Tata Sabaya
(Sempere 1996, Jimnez et al. 2000).
En la faja de Huarina, las rocas ms antiguas son los plutones de la Cordillera
Real (norte de la faja) cuyas composiciones varan entre granitos, sienogranitos,
monzogranitos, granodioritas y tonalitas, generalmente todos ellos de dos micas
(Sugaki et al. 1988, Avila-Salinas 1990, Farrar et al. 1990, Gorinova et al. 2006).
En algunos de estos plutones se distingue una facies fuertemente foliada y otra
dbilmente foliada a masiva. Las edades KAr obtenidas por McBride et al. (1983),
especialmente en las facies no foliadas, varan de 225 a 195,4 Ma (Trisico-
Jursico Inferior). Dos edades U-Pb en circones de 222,2 y 225,1 Ma
suministradas por Farrar et al. (1990) para el plutn de Zongo confirman los datos
anteriores e indican que ambas facies son contemporneas. Ocasionalmente,
algunas muestras del gran plutn de Illampu dieron edades K-Ar prmicas que son
similares a las que Kontak et al. (1985) y Paton (1990) determinaron para los
basaltos del cerro Chilla. Estas edades sugieren que estos plutones comenzaron a
emplazarse en la corteza superior en el Paleozoico superior, contemporneamente
al magmatismo del Grupo Mitu. Por otra parte, no obstante que la edad trisica de
estos plutones parece bien establecida, McBride et al. (1987) y Farrar et al. (1990)
obtuvieron un amplio rango de edades ms jvenes que varan de 180 a 37 Ma
con un pico de 39 Ma. Estos autores demostraron que estas edades son el
resultado de la accin de repetidos eventos tectonotermales que ocurrieron
durante el Mesozoico y el Palegeno provocando la prdida de Ar de las micas.
Pequeos intrusivos de edad jursica y cretcica, expuestos en la Cordillera Real,
confirman que la actividad magmtica fue casi continua en esta parte de la faja de
Huarina. Diques andesticos datados por McBride et al. (1983) y Argandoa y
Vargas (2004) dieron edades de 175,5 (Jursico Medio) y de 83,8 a 78,8 Ma
(Cretcico Superior). Argandoa y Vargas (2004) tambin dataron la parte oriental
del complejo gneo Charazani constituido por una riodacita porfdica intrusiva. Las
edades K-Ar obtenidas son de 97,7 y 94,9 Ma.
Al sur del paralelo 17S, afloran nicamente sills, diques, y pequeas intrusiones
de composicin mayoritariamente mfica y de edad jursica y cretcica. Los
afloramientos ms extensos estn constituidos por enjambres de diques
regionales que, en gran parte, se encuentran en la faja Cordillerana Oriental, muy
cerca del lmite con la faja de Huarina, y emplazados mayormente en rocas
paleozoicas. Tambin se han descrito sills y flujos de lava intercalados en
sedimentos mesozoicos que se preservaron formando amplios sinclinales. La
provincia alcalina de Ayopaya, estudiada por Schultz et al. (2004), incluye a la
nica ocurrencia de carbonatitas de los Andes bolivianos. Estas rocas ocurren
como pequeas intrusiones y diques junto con diques y diatremas de kimberlita,
melililita y nefelinita e intrusiones de sienita/foyaita a ijolita emplazadas en rocas
paleozoicas. Dataciones K-Ar en flogopita efectuadas por Kennan et al. (1995) y
Schultz et al. (2004) dan edades variables de 100,7 a 97,7 Ma para esta provincia.
Intrusiones de sienita, melililita, melanefelinita, y rocas ultramficas, a las que se
aaden flujos de lava e intrusiones de fonolita, fueron descritas en la base de la
secuencia mesozoica del sinclinal de Toro Toro (Iriarte et al. 2004, Jimnez y
Lpez-Velsquez 2008). Las dataciones preliminares indican que este complejo se
form durante el Aptiano- Albiano (M. Fornari, com. pers.). En otros sinclinales,
como Maragua, Betanzos, y San Lucas, slo se han descrito flujos de basalto
intercalados en sedimentos mesozoicos. Las dataciones K-Ar existentes indican
edades de 90,6 a 82,5 Ma (Evernden et al. 1977, Tawackoli et al. 1999) para estas
rocas. El complejo alcalino de Cerro Grande, constituido por gabros alcalinos y
sienitas, fue datado por el mtodo K-Ar en 92,4 Ma en hornblenda por Santivez
et al. (1996) y en 120 Ma en biotita por Tawackoli et al. (1999). Estas edades
sugieren que este complejo se form al menos en dos etapas de intrusin. Ms al
sur, en el rea de Cornaca, Tawackoli et al. (1999) obtuvieron una edad K-Ar de
184 Ma para un dique de basanita que ocurre junto con brechas ultramficas y
pebble dykes. Viramonte et al. (1999) describieron rocas gneas de edad cretcica
en el norte argentino indicando que el rift mesozoico se extendi hasta esa regin.
Las rocas gneas de la rama de Entre Ros fueron descritas por Soler y Sempere
(1993) y Bertrand et al. (2005). Se trata de basaltos, doleritas, y gabros que se
presentan en forma de flujos de lava y sills que intercalan en areniscas
continentales de edad trisica y jursica. Las lavas parecen estar restringidas al
extremo norte de la faja, y muestran estructura almohadillada. Tanto sills como
lavas estn algo alterados. La edad Ar-Ar de estas rocas vara de 194,6 a 203,7
Ma. Por su edad y sus caractersticas geolgicas y geoqumicas, Bertrand et al.
(2005) las relacionan a la Central Atlantic Magmatic Province (CAMP, vase
Marzoli et al. 1999).
Una faja de colinas de baja altura (cerros Pucara, Fig. 5) de unos 7 km de largo y
constituida por granitoides de composicin monzontica moderadamente alterados
aflora al pie del volcn Tata Sabaya (Jimnez et al. 2000). Esta faja tiene un rumbo
noroeste paralelo al rumbo de otras estructuras regionales. Los granitoides son de
color rosado plido, se encuentran dbilmente sericitizados y cloritizados, y
afectados por un fracturamiento de moderado a intenso. Estn parcialmente
cubiertos por conglomerados de probable edad oligocena superior que portan
clastos de andesita porfdica y de los mismos granitoides infrayacentes. No est
expuesta la roca hospedante. Sempere (1996) proporcion dos edades KAr de
181,6 y 188,1 Ma; por lo tanto, la edad de estos plutones sera jursica.
La meseta de Morococala est conformada por tres ignimbritas cuyas fuentes son
las calderas de Tankha Tankha y Condoriri (Koeppen et al. 1987, Morgan VI et al.
1998). Segn los datos Ar-Ar, la ms antigua tiene 8,4 Ma y su composicin es de
riolita con andalucita; la segunda hizo erupcin hace 6,6 Ma y su composicin
tambin es de riolita pero con cordierita como mineral accesorio; la tercera
ignimbrita, de 6,2 Ma, es una cuarzolatita. Lavenu et al. (1989) dataron por el
mtodo K-Ar los flujos de lava y domos de la etapa resurgente de la caldera
Tankha Tankha entre 6,4 y 5,8 Ma.
En la meseta de Los Frailes, cuya complejidad es mucho mayor, la actividad
magmtica del Mioceno Superior edific los centros de Livichuco y Condornasa. El
complejo volcnico de Livichuco es una caldera resurgente del tipo downsag
conformada por ignimbritas dacticas y andesticas. Fue datado mediante el
mtodo K-Ar por Evernden et al. (1977) y Jimnez et al. (1997) entre 8 y 7,2 Ma.
Una reactivacin tarda, ocurrida hace 3- 2,9 Ma, dio origen al domo volcnico del
cerro Toro (Jimnez et al. 1997). El centro volcnico Condornasa est conformado
por dos extensas ignimbritas de composicin dactica, depsitos de tobas de
cada, e intrusiones (Jimnez y Lpez- Velsquez, 2008). Las dataciones K-Ar
efectuadas por varios autores, generalmente a lo largo del camino Potos-Oruro,
dieron edades entre 7,4 y 6,7 Ma (Evernden et al. 1977, Grant et al. 1979, Kennan
et al. 1995). Adems de estos centros, dos edades K-Ar de 8,9 y 7,8 Ma obtenidas
por Baker y Francis (1978) en el borde suroccidental de la meseta central del
complejo volcnico sugieren que el magmatismo del Mioceno Superior tambin
tuvo un amplio desarrollo en esta parte de la meseta de Los Frailes. Un grupo
coherente de edades K-Ar de 3,89 a 2,06 Ma, obtenidas en domos e ignimbritas
del interior del campo volcnico, indica que la gran meseta central de Los Frailes
se edific principalmente durante el Plioceno (Schneider y Halls 1985, Leroy y
Jimnez 1996). La actividad magmtica prosigui durante el Cuaternario;
Schneider y Halls (1985) dataron una ignimbrita del borde suroriental de la meseta
en 1,24 Ma. En el borde occidental, Legros (1998) dat varios pequeos centros
que se esparcen hacia el Altiplano y cuyas composiciones varan de andesitas
africas a dacitas y riodacitas porfdicas. Centros shoshonticos cuaternarios se
encuentran entre ellos. Las edades Ar-Ar oscilan entre 8,66 y 0,03 Ma. Al sur de la
meseta, se encuentra el centro volcnico Nuevo Mundo constituido por espesas
coules dacticas, depsitos de nubes ardientes y lahares que se derramaron
sobre morrenas cuaternarias formadas durante la ltima glaciacin ocurrida hace
12.000 aos. Por lo tanto, ste sera el volcn holoceno situado ms al interior del
continente en la regin. Depsitos pli-nianos que se extienden hasta la ciudad de
Potos, se originaron en este volcn, aparentemente en tiempo prehistrico (de
Silva y Francis 1991).
La porcin boliviana del complejo volcnico Altiplano-Puna (APVC, de Silva y
Gosnold 2007) ubicada en el retroarco comenz su actividad a partir del Mioceno
Superior, cuando se desencadenaron voluminosas erupciones piroclsticas desde
grandes calderas y escudos ignimbrticos situados en la frontera
bolivianoargentina. Las rocas son predominantemente dacitas a riodacitas ricas en
cristales. De acuerdo a las dataciones Ar-Ar y K-Ar disponibles, el centro volcnico
ms antiguo es la caldera Vilama ubicada en la frontera boliviano-argentina. Soler
et al. (2007) hicieron una reinterpretacin de esta caldera y sus depsitos
piroclsticos que se extienden a ambos lados de la frontera. Los datos
radiomtricos le dan una edad de 8,5 Ma. El siguiente centro volcnico en
formarse fue la caldera tipo downsag de Panizos (Ort 1993, Uribe-Zeballos y
Soria-Escalante 1993), tambin ubicada en la frontera Bolivia-Argentina. Las
dataciones Ar-Ar suministradas por Ort (1993) y Fornari et al. (1993) dan una edad
de 7,9 a 6,1 Ma para las ignimbritas y las lavas del centro resurgente.
En la figura 9 se presenta un resumen de las grandes erupciones piroclsticas
ocurridas en el retroarco de los Andes de Bolivia. Pese a que las dataciones K-Ar
disponibles no permiten una alta precisin, se puede advertir que estas erupciones
ocurren con un grosero sincronismo a lo largo de toda la faja de Huarina. Si bien
estos magmas fueron generados predominantemente dentro de la corteza, las
erupciones estn probablemente ligadas a procesos cclicos en el manto. Estos
procesos suministraran energa termal y mecnica a la corteza como para
provocar las erupciones piroclsticas de gran volumen. Un anlisis ms detallado
fue realizado por de Silva y Gosnold (2007) para el complejo volcnico Altiplano-
Puna.
Figura 9: Erupciones piroclsticas de gran volumen y de volumen intermedio en el retroarco de los
Andes bolivianos. La mayor parte de las edades radiomtricas actualmente disponibles son K-Ar
con amplios rangos de error. Pese a ello, es posible advertir que varias erupciones ocurrieron casi
simultneamente en distintos lugares de la faja de Huarina. Ntese la particularmente larga historia
de erupciones piroclsticas de la meseta de Los Frailes.
Geoqumica
Las principales caractersticas geoqumicas de los magmas paleozoicos,
mesozoicos, y cenozoicos se resumen en las figuras 10 a 14. Una revisin ms
detallada de los magmas de retroarco fue realizada por Jimnez y Lpez-
Velsquez (2008), en tanto que el magmatismo de arco fue analizado por diversos
autores (Wrner et al. 1988, de Silva et al. 1993, Flores y Jimnez 1997, Jimnez
et al. 2008).
Figura 10: Magmas paleozoicos de la regin centroandina. En estos diagramas se comparan los
escasos datos de los metabasaltos del cerro Chilla y de los clastos de granitoides devnicos
encontrados en formaciones carbonferas con rocas del batolito de San Nicols de la costa
peruana, que se consideran parte de un arco magmtico paleozoico, y con rocas mficas y silcicas
de la faja de Escaya del noroeste argentino. Las rocas bolivianas son subalcalinas y tienen
caractersticas de magmas de intraplaca; por ejemplo, bajas razones Ba/Nb. Los granitoides
plotean en el campo de granitoides de intraplaca. Los metabasaltos, por su parte, en el campo de
toleitas de intraplaca.
Figura 11: Rocas gneas mesozoicas de los Andes bolivianos. Las rocas intermedias y mficas de
la parte sur de la faja de Huarina son alcalinas, con razones Ba/Nb y Ba/La mayormente por debajo
de 20. Los granitoides de la Cordillera Real y de los cerros Pucar son subalcalinas y tambin
tienen razones Ba/La<20, pero Ba/Nb variables. En el diagrama de discriminacin tectnica Rb vs
Y+Nb, ambos grupos de granitoides plotean en el campo de intraplaca. Slo para comparacin, las
rocas mficas e intermedias mesozoicas fueron ploteadas en este diagrama.
Figura 12: Magmas de intraplaca del Oligoceno Superior-Mioceno Inferior del Altiplano y la faja de
Huarina. Los datos de los basaltos y andesitas del Altiplano provienen de las Formaciones Abaroa
y Tambillo (incluyendo el Chiar Kkollu, que es la roca cenozoica menos diferenciada de los Andes
bolivianos). Las rocas de la faja de Huarina son los granitoides del Illimani y las volcanitas Cohoni.
Existe una sola muestra del plutn de Kumurana. Pese a que estos magmas son indudablemente
intraconrinentales, generados a varios kilmetros del borde continental, los basaltos del Altiplano
exhiben algunas caractersticas geoqumicas propias de magmas de arco volcnico (por ejemplo,
altas razones Ba/Nb y Ba/La). Este rasgo indica que los magmas altiplnicos de intraplaca se
generaron en un manto modificado por los procesos de subduccin antiguos.
Figura 13: Diagramas multielementales representativos de las rocas del retroarco boliviano de
edad oligocena superior. El tringulo corresponde a una roca porfdica de las Volcanitas Cohoni de
la Cordillera Oriental; los rombos, vaco y lleno, representan a las lavas de la Formacin Abaroa, y
la cruz al sill del cerro Chiar Kkollu del centro del Altiplano.
Figura 14: Caractersticas de los magmas del arco y del retroarco de edad Miocena Media a
Cuaternaria. En estos diagramas son perceptibles las diferencias qumicas entre los magmas de
uno y otro ambiente. Vese que los magmas del APVC, del sudoeste de Bolivia, tienen
caractersticas compartidas con los del arco y del retroarco. En (a) el lmite entre rocas alcalinas y
subalcalinas es segn Irvine y Baragar (1971), y en (b) los lmites entre series son de Peccerillo y
Taylor (1967). SHO: serie shoshontica, K-CALC: serie calcoalcalina rica en K, y CALC: serie
calcoalcalina. El diagrama Sr/Y vs Y demuestra que muchos magmas del arco tienen
caractersticas adakticas, en tanto que la mayora de los de la faja de Huarina no tienen este
carcter. Las caractersticas adakticas seran adquiridas por la interaccin de estos magmas con la
corteza continental inferior eclogtica.
CONCLUSIONES
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