El Desierto en La Biblia
El Desierto en La Biblia
El Desierto en La Biblia
El desierto ha sido un
tema largamente explotado como recurso literario y artstico, con ocasin
del que se ha buscado con mucha frecuencia el ambiente adecuado para
reproducir situaciones humanas de carcter dramtico, reales en el orden
histrico y an espiritual o, simplemente, imaginarias.
El desierto bblico cuenta, adems, con una fauna significativa. Son citados,
concretamente el len, el chacal, el asno salvaje, el pelcano, el avestruz,
serpientes y escorpiones... Y si en buena parte del ao ofrece un aspecto
reseco y poco acogedor, no faltan fuentes y pozos de agua repartidos por
toda su geografa, para alivio de personas y animales: El ngel del
Seor la encontr en el desierto, junto a un manantial - la fuente que
est en el camino a Sur (Gen. 16,7).
All haba adquirido una identidad mucho ms fuerte que ningn otro pueblo
de la tierra. Israel mismo, en virtud de la eleccin gratuita de que fue objeto
por parte de Yahv, no poda olvidarlo. Se perderan, con el tiempo, algunos
detalles, pero los hechos fundamentales, particularmente el Pacto de la
Alianza en el Sina, as como la actitud rebelde del pueblo y la justicia
misericordiosa de Yahv, seran objeto de reflexin constante para Israel. Y
en diversos momentos de su historia aflorara la nostalgia del desierto.
Naturalmente los profetas, con mirada lejana, estn viendo en este pequeo
grupo que vuelve del destierro la liberacin final del pueblo de Dios en la
Era Mesinica. La transformacin del desierto es, en ciertos pasajes
apocalpticos, como el signo de la salvacin final, ya que, segn ellos. El
Mesas aparecer en el desierto (cf. Mt 24,26; Ap 12,6-14).
Los cuarenta das que Jess pasa haciendo penitencia nos recuerda los
cuarenta aos de travesa de Israel por el desierto. En los dos casos, el
desierto servira como escenario elegido por Dios para la prueba a la que
ambos iban a ser sometidos. El autor del libro del Deuteronomio es claro por
lo que respecta a Israel: Acurdate del largo camino que el Seor, tu
Dios, te hizo recorrer por el desierto durante esos cuarenta aos. All l
te afligi y te puso a prueba, para conocer el fondo de tu corazn y ver
si eres capaz o no de guardar sus mandamientos. (Dt 8,2).
Y los tres evangelios sinpticos son unnimes en afirmar que Jess fue
conducido por el Espritu al desierto para ser tentado por Satans. Podemos
decir que, en toda la tradicin bblica, el desierto tiene un doble sentido que
se complementa: Uno, como lugar de eleccin y otro como medio de
purificacin, constituyendo ambos la preparacin inmediata a la entrada en
la Tierra Prometida, en el Reino de Dios.
Linkwithin
EL DESIERTO EN LA BIBLIA
FLORENTINO DIEZ
Desiertos bblicos
y le hablar al corazn,
y le dar desde all mismo sus vias
EL DESIERTO: UN ESPACIO
PARA ENCONTRAR A DIOS
Por Julia Merodio
Fuente: www.betania.es/medita.htm
Usando el sentido comn, nos tenemos que dar cuenta de que si aquel
pueblo sacrificaba diariamente en el Tabernculo del Testimonio, ovejas,
cabras y bueyes, es porque podan criarlos y alimentarlos. Por lo tanto, tenan
hierba y agua para los animales, al igual que para las personas. Igualmente, en
el siguiente pasaje se declara que el fuego del altar tena que
arder constantemente sin apagarse, por consiguiente, el sacerdote tena que
tener suficiente lea para ponerla constantemente sobre el altar.
Hay otros pasajes de los que se deduce tambin, que el territorio por
donde andaban los hijos de Israel, no era un lugar sin agua ni vegetacin. En I
Sam 23:15 se ve que la palabra se usa con el significado de "paraje solitario",
"lugar despoblado", pues en ese "desierto" haba un bosque. Si se refiriera a
un lugar rido, como el Sahara, no podra haber all un bosque. Es casi seguro
que sea con ese significado de "lugar despoblado", que se usa la palabra
"desierto" en Apocalipsis 12: 6 y 14.
Muchos han credo que la Tierra Prometida era semi-rida, porque ven
que ahora gran parte de ella es semi-rida, pero en aquella poca era una tierra
muy frtil. Lo que sucede es que el pecado echa a perder la tierra y el clima,
como bien claramente dice Gn 4:11-12 y Sal 107:33-34.
"11 Ahora pues, maldito seas t de la tierra que abri su boca para
recibir la sangre de tu hermano de tu mano. 12 Cuando labrares la
tierra, no te volver a dar su fuerza; errante y extranjero sers en la
Tierra." (Gn 4:11-12)
"Si los cielos se cerraren, que no haya lluvias por haber pecado
contra ti, si oraren a ti en este lugar, y confesaren tu nombre, y se
convirtieren de sus pecados, cuando los
afligieres" (II Cr
6:26)