Ana Eichenbronner
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Ana Eichenbronner
Universidad de Buenos Aires
En la narrativa de Piera el discurso se articula alrededor del cuerpo. Hay una obsesin
de la carne, que se presenta al mismo tiempo como objeto de repulsin y de deseo, generando
tensiones y contrastes que ligan en un solo corpus toda su obra literaria.
Vctor Fowler1 piensa los cuerpos en la literatura cubana, y sostiene que en la narrativa
de Piera hay una obsesiva preocupacin por su estatuto. Piera hace uso de ellos, experimenta
con sus personajes trocndolos y desmembrndolos, formas del sadomasoquismo que traslada a
la pgina, a ese otro cuerpo, el texto. Utiliza palabras que son cortes, heridas cuidadosamente
pensadas, gesto a partir del cual Piera fractura y refunda la literatura nacional.
Juan Carlos Quintero Herencia en su trabajo Virgilio Piera: los modos de la carne2
ilumina esta zona de conflicto y afirma que la literatura cubana presenta una y otra vez el tema
del cuerpo como espacio de cruces, intertextualidades, sincdoque perfecta de una preocupacin
constitutiva de lo literario en Cuba. Con este fin, historiza la problemtica del cuerpo armando
una serie que incluye a Manzano, Mart, Villaverde, Lezama, Guilln, Carpentier, Cabrera
Infante, Arenas, Sarduy, y, cuyo mximo representante (quien explota este tema reiteradas veces
y en cada una de sus obras, centralizndolo) es Piera. En estos escritores aparece reiteradas
veces el tema de los cuerpos expuestos, cuerpos que cobran en la literatura cubana un papel
central. Pero es Piera quien ha llevado ms lejos la problemtica. Una y otra vez su escritura
insiste en girar en torno al eje de la carne, ella proporciona una imagen instantnea y fugada
de posibles relatos de identidad que es transitada por fuerzas, traspasos y cuerpos en vas de
expulsin. La carne es el trnsito de una identidad, de una presencia en consumicin, de una
presencia hacia su inminente re-elaboracin o deshecho3
Quintero Herencia se refiere a la escritura pieriana como carnal. En ella podemos
reconocer un movimiento doble, oximornico de las verdades performativas de la carne. Por un
lado, la carne como organismo vivo al fin- representa la incertidumbre de su transformacin,
de su eventual desaparicin; por otro, escribirla, inscribirla, es reproducir su mismicidad y
alejamiento. La estrategia narrativa de Piera consiste en extraar la carne, tornarla otra,
exterior al yo. Esto lo podemos observar ntidamente en la novela que nos ocupa, La carne de
1
En Fowler, Vctor, Historias del cuerpo, La Habana: Editorial Letras cubanas, 2001.
2
Quintera Herencia, Juan Carlos, Virgilio Piera: La memoria del cuerpo, Rita Molinero Editora ,
Madrid: Editorial Plaza Mayor, 2002.
3
Idem 2.
Ren4, donde el protagonista se siente ajeno a su carne, volviendo esta tensin el eje del relato.
La carne se postula a su vez como zona de saberes y desconocimientos, como una pieza de
cacera que siempre escapa5.
Antn Arrufat6 prefiere pensar la novela no como un Bildungsroman (lectura que en
principio l mismo propuso) sino como un proceso de iniciacin en el misterio de la carne.
Proceso que previamente demanda la construccin de un sentido institucional sobre esa zona
de tensiones e intensidades. La carne es el territorio donde se verifican los intentos de formar a
Ren. Y es tambin el lugar de conflicto, de pugna donde se articulan dos deseos institucionales
que luchan por inscribir sus sentidos. El padre y su entorno la madre, la escuela, la poltica-
luchan por iniciarlo en la carne como dolor. Dalia representa a quienes desean iniciarlo en la
carne como placer. Pero la carne de Ren se enfra entre el saber de la llaga (representado por
Ramn) y el saber de las voluptuosidades de la cpula (Dalia), tanto unos como otros son
figuras institucionalizantes que anhelan administrar y regular sus sentidos. Sus pedagogas
carnales recurren para hacerse explcitas ante Ren- a representaciones (las mltiples
imgenes con que transfiguran tanto obras de arte como objetos, y que siempre son dobles de
Ren) El enfriamiento y el endurecimiento de la carne de Ren es su reaccin ante los afanes
de representacin que sobre su carne se ensayan.
Alberto Abreu7 coincide con Arrufat al afirmar que la novela narra el proceso de
iniciacin de su protagonista en el conocimiento de su propio cuerpo. El cuerpo se presenta
como la nica va que posee Ren para conocer el mundo que lo rodea. Pero este aprendizaje no
es individual, solitario; por el contrario, resulta inseparable de la mirada ajena, del
reconocimiento de los otros, quienes lo acosan y desean. El deseo de poseer la carne de Ren es
la nica finalidad que mueve al resto de los personajes, que dotan a su cuerpo en tanto objeto
de deseo- de una significacin sacra, venerable: Ren deviene en signo de lo evanescente, de la
ausencia, el vaco como significante que envuelve todo deseo
Los impulsos erticos y la imposibilidad de posesin del cuerpo del otro imponen a esta
novela su dialctica, su visin auto lacerante. As como el cuerpo aparece desmembrado,
lacerado, imposibilitado, la escritura est hecha de carencias, supresiones y deseos sublimados.
El cuerpo conforma un todo. Es el punto de vista a travs del cual el individuo construye y
fundamenta la existencia del mundo. Piera trabaja con los supuestos de la epistemologa
existencial, para la cual la existencia del cuerpo y el surgimiento del mundo significan lo
4
Piera, Virgilio, La carne de Ren, Barcelona: Tusquets, 2000.
5
Piera escribe, a propsito de su propio cuerpo: T sabes de estas largas persecuciones; en verdad el
discurso de mis aos ha resultado ser una persecucin estremecida de ti, cuerpo que escapas siempre a
este momento supremo.En Piera, Virgilio, Discurso a mi cuerpo en Unin, revista de la Unin
Nacional de Escritores y
Artistas de Cuba, N10, III, abril-junio 1990.
6
Arrufat, Antn, Virgilio Piera: La memoria del cuerpo, Rita Molinero Editora , Madrid: Editorial Plaza
Mayor, 2002.
7
Abreu, Alberto, Virgilio Piera: un hombre, una isla, La Habana: Ediciones Unin, 2002.
mismo. Asla al cuerpo volvindolo un tropo que convierte en el centro de sus preocupaciones.
A la vez se sirve de l como trampoln para nuevas asociaciones de ideas: para la parodia, la
stira dirigida a cuestionar la validez del modelo cosmolgico que descansa en el supuesto
equilibrio alma- cuerpo, materialidad- espiritualidad. Su actitud es antiracionalista, de rechazo
ante todo saber canonizado.
El cuerpo es tambin metfora de lo reprimido. Lugar propicio para las inversiones, los
juegos especulares del deseo y sus imposibilidades, sus inhibiciones. Es el escenario que Piera
halla propicio para trabajar la alteridad, lo transformativo. Alude tambin- y esto nos interesa
especialmente a los fines del presente trabajo- a la otredad simblica del cuerpo de la escritura,
capaz de incorporar al otro en la diversidad de formas dialogales.
Arrufat8 se refiere a esta hegemona del cuerpo de la literatura de Piera en trminos de
hereja teolgica, ya que la nica realidad es el cuerpo, la carne. El camino es el camino de la
carne y su fin es la carne misma. La experiencia, la exploracin y la aceptacin final que el
protagonista manifiesta a propsito de su inevitable carnalidad, arremete contra todas las
soluciones religiosas, idealistas o espiritualistas de nuestra propia carne humana tierna,
fragante, jugosa o chamuscada
No hay justicia, jefe, slo hay carne- concluy- Salirse de los lmites de la carne
significa caer en el vaco y en la anfibologa. No se haga ilusiones. Slo hay el
choque de una carne con otra carne (p.208)
Nos detendremos en esta escena de la novela con el fin de pensar la relacin cuerpo-
escritura que Piera propone. El captulo que la contiene lleva el mismo nombre que la
novelaLa carne de Ren, lo cual no es un detalle menor. Hemos llegado al punto ms alto de
tensin en relacin a los usos que los personajes hacen del cuerpo del protagonista.
Un breve resumen: Ren est tendido, rgido, fro sobre su cama dentro del cuarto que
en esta escuela llaman celda. El objetivo de los maestros es ablandarlo con el fin de
volverlo apto para el servicio del dolor. El da anterior a la ceremonia de iniciacin los
pedagogos intentan por ltima vez (luego de haber fracasado usando mltiples recursos) hacer
ceder su carne, volverla eficazmente torturable. Como ltimo recurso Cochn- el deforme
Predicador y gua religioso de la institucin- decide transfigurarse en perro (equiparndose a los
alumnos caninos o en proceso de serlo) y lamer a Ren que se resiste endurecindose.
Desesperado, el Predicador convoca al director de la escuela que recurre a su vez a los alumnos-
canes ms experimentados del tercer curso. Roger el carne leader, alumno ms destacado del
curso superior, es quien inicia el ablandamiento del rebelde.
En este punto de la trama el narrador nos describe la escena corporal entre el alumno y
Huir del mandato paterno es para Ren al comienzo huir de su casa, negarse a los ritos
escolares a los que intentan someterlo, conseguir trabajo y estudiar. Luego de la muerte de
Ramn experimenta un sentimiento de liberacin, la libertad de elegir su destino. No le dura
mucho. La aparicin de los dobles perturba una vez ms su tranquilidad y lo acorrala hacia los
lmites de la ciudad. Busca vano refugio en el cementerio espacio de los descarnados- hasta
que comprende que no podr escapar a su destino18.
Ren y Ramn son presentados como antagonistas, y cobran en la novela valores
simblicos, afirma Moulin Civil19. Mientras Ramn representa el autosacrificio (a travs del
tormento que l mismo se inflige, y del sadomasoquismo), Ren simboliza lo descarnado, la
soledad, el terror, la marginalidad. Su carne corporiza el fracaso de una educacin violenta y
sdica, se niega a entregarse al dolor y permanece analfabeta.
Abreu20, en cambio, seala dos momentos diferenciales en la actitud de Ren. Antes de
la muerte del padre, el comportamiento del personaje tiene que ver con la resistencia y la
negacin hacia todo lo carnal. Despus de la muerte de Ramn, Ren se interroga acerca del
culto de la carne. Desea que su madre ya muerta- lo instruya sobre el amor por la carne
(174). Y de a poco su aversin se ir convirtiendo en curiosidad. Cuando Powlavski pronuncia
el nombre de Bola de Carne, Ren se siente tan atrado que por propia voluntad camina hacia la
mansin: Ya Ren se senta devorado por la ms ardiente curiosidad; por contragolpe, cuanto
17
dem 7.
18
La bsqueda de refugio por parte de Ren en el cementerio en que se encuentra sepultada su madre, nos
remite al deseo (compartido por otros personajes de la narrativa de Piera) de regresar al tero materno.
Permanecer all, enterrarse junto a ella, volver a un estado primitivo. Nueva huida de Ren que, por
supuesto, fracasa.
19
dem 12.
20
dem 7.
se relacionaba con la carne lo interesaba vivamente (p.183). Entonces Ren marcha
alegremente al sacrificio de su carne (183) El cambio es irreversible, Ren asume la corona,
es el jefe. En vez de huir de la carne, se arrojaba en su oscura masa(p.183)
Lo paterno, dice Abreu, acta como ley, dominio, imposicin, tab. Luego de muerto el
padre Ren puede empezar a conocer su cuerpo, identificndose con l. Es el juego de Edipo:
Slo se mata al padre para sustituirlo por la ley paterna21. La educacin violenta y sdica no
fracasa, Piera retarda la cacera, pero Ren queda atrapado finalmente en las telas de su
inexorable destino.
Los dobles
El leo de San Sebastin que Ramn encarga a un pintor que llama de los nuestros
(p.29) modifica al verdadero slo superficialmente. Con el rostro de Ren que bien podra ser
el del santo (Piera lo construye fsicamente con las mismas caractersticas que observamos en
los conos)- y clavndose l mismo las flechas. En las imgenes observamos que son otros
quienes lo martirizan, pero el santo goza con ello, con lo cual sospechamos que bien podra
haberse provocado estas heridas l mismo. En definitiva, lo que nos interesa es que San
Sebastin representa exactamente lo que Ramn, la escuela y la Causa persiguen respecto del
cuerpo de Ren. El sufrimiento gozoso. Toda carne (...) anhela ser despedazada dice el viejito
de la Sede de la Carne Acosada a Ren. Asimismo lo expresa Ramn cuando relata a su hijo la
historia familiar en relacin a la Causa. El objetivo es verse cercado por los perseguidores y
perecer asesinado. El descarnado busca por todos los medios llenarse de carne con el slo fin de
inmolarse por la Causa. Y el viejito lamenta no ser jefe de primer orden y joven como Ren
para perecer en la carrera (el juego entre perseguidores y perseguidos)
21
dem 7.
22
En www.padulcofrade.com/articulos/san_sebastian/martirio.htm
El libro de anatoma que Dalia regala a Ren con el fin de erotizarlo, es modificado por
su padre y vuelto un ejemplar de torturas. Ren imagina que, de estar asociados ella y su padre,
habran preparado la escena de la exposicin del lbum y que ste sera una horrible sucesin
de figuras torturadas (p.44). Eso que teme es lo que finalmente sucede. Ramn no quema el
libro cuando lo encuentra en su casa (Ren teme por ello cuando acepta tomarlo como regalo de
Dalia), sino realiza lo que Ren alucina en sus pesadillas premonitorias: He querido con estos
groseros retoques, hacer un poco de pedagoga(p.53). Todas las figuras son transformadas,
todas tienen ahora la cara de Ren. Ren desollado, castrado, quemado.
Cuando Ren descubre su doble de yeso en el cuarto de bao (escena que se repite,
espejndose, cuando encuentra el maniqu en la baera de Dalia) piensa en la repeticin como
mtodo. Es un mtodo ms de tortura, utilizado mltiples veces por los personajes que rodean a
Ren. El disco cuya voz repite la palabra quiero y que terminando vuelve a comenzar (y as
sucesivamente durante tres das) logra provocar pesadillas en Ren mientras duerme. En ellas
Ren se imagina dentro de ese disco hablndose a s mismo, convertido en un nuevo doble-
objeto.
El maniqu que construye Dalia y su hallazgo por parte de Ren, constituye un punto de
partida en la novela. A partir de all Ren empezar a toparse con los dobles de carne y hueso.
El proceso carnal de Ren se produce con ayuda de sus dobles. Ellos son quienes se enfrentan a
la realidad, dice Arenas24. Ren comienza este proceso sintiendo lo que le sucede a sus dobles.
Cierra las piernas al observar la imagen que Ramn ha modificado en el libro de anatoma y
que es ahora la tortura de su doble mediante la castracin. Se toca la oreja y teme que Dalia lo
muerda cuando sta le cuenta que se la ha arrancado de un mordisco al maniqu, que tambin es
su doble. En la escuela se pone tan duro, que los alumnos- perros no pueden diferenciarlo de su
doble de yeso y terminan lamiendo la escultura: Ahora es el doble de su doble (p.108) Al
doble de su padre, en medio de una absurda discusin cuyo eje es el problema de la identidad,
le sugiere que en lugar de llevarlo a l, se presente ante los jefes con el leo de San Sebastin
que Ramn mand a pintar. Representacin dentro de la representacin (al estilo cervantino)
Piera ir sumando planos al relato que volvern cada vez ms compleja la trama, ya plagada
de dobles y de ficcin dentro de la ficcin.
23
Sarduy, Severo, Escritos sobre un cuerpo, Ensayos de crtica, Buenos Aires: Editorial Sudamericana,
1969.
24
dem 11.
El doble del texto: Ren escribe La carne de Ren
Bibliografa
ABREU, Alberto, Virgilio Piera: un hombre, una isla, La Habana: Ediciones Unin, 2002.
FOWLER, Vctor, Historias del cuerpo, La Habana: Editorial Letras cubanas, 2001.
LADDAGA; Reinaldo, Literaturas indigentes y placeres bajos, Rosario: Beatrz Viterbo, 2000.
MANZI, Joaqun (coordinador), Locos, excntricos y marginales en las literaturas
latinoamericanas, Universit de Poitiers: Centre de Recherches Latino- Americaines- Archivos-
C.N.R.S., 1999, Tomo 1.
MOLINERO, Rita (editora), Virgilio Piera: La memoria del cuerpo, Madrid: Editorial Plaza
Mayor, 2002
SARDUY, Severo, Escritos sobre un cuerpo, Ensayos de Crtica, Buenos Aires: Editorial
Sudamericana, 1969.