La Supremacia Constitucional
La Supremacia Constitucional
La Supremacia Constitucional
LA SUPREMACA CONSTITUCIONAL
REFLEXIONES PREVIAS
3.-Se torna imprescindible entender que los estudiantes son futuros abogados y
auxiliares de la justicia ; como tales deben aprender a incorporar el argumento
de la inconstitucionalidad ante disposiciones que puedan alterar, modificar y/o
alterar de cualquier modo, un derecho o garanta constitucional , sirviendo su
actividad jurisdiccional como un eficaz colaborador del contralor constitucional.
A tal efecto, el punto de partida sigue siendo el art.31 de la C.N., que determina
que la Constitucin, las leyes que en su consecuencia se dicten y los tratados con
las potencias extranjeras, son la ley suprema de la Nacin.
De tal forma que, la reforma de 1994 reafirma que las constituciones
provinciales , las leyes provinciales, las ordenanzas municipales, los decretos
del P. Ejecutivo Nacional ,Provincial o Municipal, las circulares y resoluciones
del Banco Central y de los Ministerios, etc., todas deben estar de acuerdo con el
contenido de la escala jerrquica del citado art.31.
La disposicin citada coloca en un pie de igualdad, a priori, a la constitucin ,las
leyes, y los tratados . Cuando las citadas disposiciones guardan armona, ningn
conflicto se produce, y en consecuencia, no es necesario investigar la
supremaca de cada uno.
Bidart Campos, precisa que la nueva normativa contenida en los incs.22 y 24 del
art.75 de la C. N., se sintetiza en :
a)las normas generales sobre tratados internacionales incluidos los concordatos
con la Santa Sede;
b)Las normas especificas, a su vez con otra dualidad; b)Los tratados sobre
derechos humanos y b)los que encaran las integraciones supraestatales.
De todas formas ,sigue diciendo el distinguido profesor, que todos los tratados y
concordatos prevalecen sobre las leyes, despus de la reforma.
Como excepcin, los tratados y declaraciones sobre derechos humanos ,tienen
un rgimen especial y gozan de jerarqua constitucional .Dentro de esta
excepcin, queda habilitada la posibilidad de que otros tratados sobre derechos
humanos no comprendidos en la enumeracin que hace la C.N. alcancen
tambin aquella jerarqua.
Por su parte el derecho comunitario derivado de un tratado de integracin a una
organizacin supraestatal tiene prioridad sobre las leyes.
6.b) Algunos interrogantes que surgen a partir de la reforma de 1994, con
respecto a la flexibilidad en la reforma Constitucional y el art.30:
El otro tema que la doctrina encara y analiza tiene que ver con la frase en las
condiciones de su vigencia.
Es una pauta que indica que se debe tomar en cuenta las reservas y
aclaraciones de todo tipo que Argentina incluy en el instrumento mediante el
cual llevo a cabo la ratificacin o adhesin internacional a cada uno de los
textos mencionados en los once apartados enunciados precedentemente ?.
El hecho que la veda est limitada a la primera parte, debe deducirse que
cabe la posibilidad de modificar por va de tratado la segunda parte?
Sin embargo, los tratados de integracin habilitados por el inc.24 del citado
artculo no pueden alcanzar conforme a la interpretacin que estamos
analizando, la misma jerarqua que la constitucin. Tngase presente que la
jerarqua constitucional que el convencional depara para los once instrumentos y
los que en el futuro por mayora agrava lo adquieran, refieren a derechos
humanos.
Los tratados de integracin no son tratados de derechos humanos.
Otro tema conexa con el derecho comunitario, es lo establecido en el inc.24
cuando aade: "las normas dictadas en su consecuencia tienen jerarqua superior
a las leyes..".
El consecuencia, Se refiere a las organizaciones supraestatales creadas por
dicho tratados y el inciso le asigna prelacin a las disposiciones que los
organismos supraestatales determinen, sobre las leyes federales ?.
Una cuestin ms :
La denuncia por el Poder Ejecutivo debe estar precedida por la aprobacin de las
dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada cmara del Congreso.
Dicha dificultad revela que el constituyente ha puesto en el derecho interno,
como paso previo a la desvinculacin internacional del Estado, un requisito que
en ningn caso puede obviar el Poder Ejecutivo para denunciar en sede
internacional, como jefe del estado, uno o ms tratados de los que ,por imperio
automtico del mismo art.75 inc.22 ,gozan de rango constitucional.
El procedimiento que la constitucin arbitra para la denuncia en el citado inciso
22) se recluye en nuestro derecho interno exclusivamente ; significa que en el
mbito internacional la denuncia se rige nicamente por las normas del
derecho internacional, las generales de la convencin de Viena sobre derechos
de los tratados y las que pueda contener un tratado determinado?.
Bidart Campos, expone : ......Si los tratados sobre derechos humanos a los que,
con posterioridad a la reforma, el Congreso quiere investir de jerarqua
constitucional estn sometidos a un procedimiento agravado para alcanzarla,
parece que es congruente, que deben seguir ,el mismo criterio, para ser
denunciados .........
Cabe la posibilidad que el Poder Ejecutivo vete la Ley que otorga rango
constitucional al instrumento internacional ?
El punto de partida sigue siendo el art.75 inc. 22) de la C.N. el que despues de
enumerar una serie de tratados de derechos humanos, dispuso que: ...en las
condiciones de su vigencia, tienen jerarqua constitucional, no derogan artculo
alguno de la primera Parta de la Constitucin y deben entenderse
complementarios de los derechos y garantas por ella reconocidos.
De tal forma, que cabe examinar si el art.14 de Pacto de San Jos de Costa
Rica que reconoce el derecho o garanta de respuesta o rectificacin ; que
tiene jerarquia constitucional conferido por el convencional constituyente ,
deroga derechos de propiedad y de libertad de prensa que la constitucin
reconoce en su primera parte o, por el contrario, debe interpretarse que son
complementarios de los primeros.
...los trminos del art. 75 inc. 22 de la Constitucin Nacional indican que los
constituyentes han efectuado un juicio de comprobacin, en virtud del cual han
cotejado los tratados y los artculos constitucionales y han verificado que no se
produce derogacin alguna, juicio que no pueden los poderes constituidos
desconocer o contradecir. De ello se desprende que la armona o concordancia
entre los tratados y la Constitucin es un juicio constituyente. En efecto as lo
han juzgado al hacer referencia a los tratados que fueron dotados de jerarqua
constitucional y, por consiguiente, no pueden ni han podido derogar la
Constitucin, pues esto sera insusceptible de ser atribuido al constituiyente ,
cuya imprevisin no cabe presumir.
En el voto del Dr. Vzquez, el mismo dice: ...no podra constituir una
conclusin de hermenutica constitucional vlida, aquella que sostenga que el
derecho de respuesta, consagrado por el Pacto de San Jos de Costa Rica, se
opone irreductiblemente a la libertad de prensa que garantiza los arts. 14 y 32
de la Constitucin Nacional pues entre ambos derechos hay una relacin de
necesaria complementacin en el comn marco de proteccin de los derechos
humanos fundamentales...El derecho a la libertad de expresin no puede ser
concebido en trminos absolutos, sino que, posee limitaciones, una de las
cuales cabe ciertamente reconocer en el derecho de respuesta.
El voto en disidencia del Dr. Belluscio tiene una destacada importancia para el
analisis que estamos haciendo en el presente caso, atento al hecho que, como lo
ha establecido en otros fallos ( Granada F:307-2312 ; Sejean-F:308-
2268 ; o Morales Sol LL 1996-E, 328), toma distancia de los otros
ministros al sostener dentro del marco interpretativo de la supremaca
constitucional que:
INTRODUCCION:
Cuando el acto poltico consiste en decidir acerca del medio apropiado para
cumplir con el fin previsto en la competencia constitucional -fijar la cuanta del
presupuesto nacional o establecer el rgimen electoral- dicha competencia ser
excedida cuando el medio no sea razonable en relacin con el fin previsto.
Cuando el acto poltico consiste en regular una actividad que, en caso contrario,
puede ser ejercida discrecionalmente; por ej. : cuando el Congreso dicta la ley de
acefala, los jueces no pueden declararla inconstitucional, salvo que el medio
empleado (tcnica de sucesin) no permitiera cumplir con el fin buscado: llenar
la vacancia de la presidencia de la Nacin. Vale decir que en este caso el control
se efecta sobre la razonabilidad de la medida. Pero como en este ltimo
supuesto no habr particular con inters jurdico en el asunto, la declaracin de
inconstitucionalidad ser imposible.
Como se ve, la denominada justiciabilidad de las cuestiones polticas versa sobre
cuestiones de derecho y no de hecho (pues stas no son justiciables), a pesar de
que ser, con frecuencia, una cuestin de hecho, a ser resuelta por los jueces,
discernir cundo los hechos vulneran al derecho y cundo no, o, lo que es lo
mismo, que los jueces decidan controlar un acto poltico depender del sentido
poltico con que ellos acten. En esto hay, por lo comn, cierto temor sobre la
prudencia poltica de los jueces; se olvida que en todos los casos en que un juez
declara inconstitucional una norma, impide que la decisin poltica del
legislador se cumpla; esta facultad de impedir es poltica e intrnseca al sistema
de control de justiciabilidad vigente en la Argentina.
La polmica entre los partidarios de la plena justiciabilidad y sus detractores se
desenvuelve sobre las siguientes argumentaciones: si la justicia no interviene en
estos casos, ello equivale a una denegacin de justicia; la divisin de los poderes
no se altera, sino robustece, cuando el poder judicial controla los excesos de .los
poderes polticos; la .discrecionalidad de los poderes polticos no implica
descontrol (arbitrariedad); el poder judicial es el moderador de los otros poderes.
Frente a estos argumentos, los partidarios de la no justiciabilidad sostienen: los
poderes polticos son los nicos competentes para decidir en este mbito ; lo
contrario altera la forma republicana de gobierno, pues los jueces concentraran
poderes que le son ajenos; ello se traduce, en rigor, en el gobierno por parte de
los jueces; si los poderes polticos cometen excesos en este mbito, el control, en
definitiva, lo debe ejercer el pueblo.
Cuestiones privativas de los poderes polticos son aquellas que, estando
normadas en la Constitucin, son ejecutadas o cumplidas por los rganos
previstos en dichas normas, sin que pueda controlarse dicho cumplimiento. La
Corte ha declarado que el Poder Judicial no controla el ejercicio de las
facultades privativas de los otros poderes (coso Garca, F. 170: 246).
No deben confundirse las cuestiones polticas con las privativas (pueden ser
llamadas discrecionales, aunque discrecional es, tambin, el ejercicio de la
cuestin poltica) : las segundas dan lugar a situaciones enojosas y conflictivas.
En efecto, entendemos que sostener que existen cuestiones privativas es
decinar .la existencia del estado de derecho; las normas que regulan a las
cuestiones privativas no seran jurdicas, sino 'meros consejos de conveniencia
poltica. Por eso, entendemos que no puede hablarse de cuestiones privativas,
pues toda la normacin constitucional debe ser controlada por la justicia; en
rigor, privativo seria el manejo de las cuestiones polticas, pero este campo no
est normado. Sin embargo, otra ha sido la opinin de la Corte Suprema, que se
ha abstenido de juzgar en estas cuestiones; por ej.: no emite opinin sobre la
correccin del procedimiento utilizado por el Congreso en la formacin de las
leyes (jurisprudencia en un sentido opuesto se encuentra en el caso Colello, F.
268:352).
Pero adems de ello, imponer, tanto como jurar en esos trminos sera una
hipocresa.
No es tampoco intil observar que, al declarar cul ser la ley suprema del pas,
la Constitucin en s misma es mencionada en primer lugar; y no todas las leyes
de los EE-UU- tienen esta calidad, sino slo aquellas que se hagan de
conformidad con la Constitucin.
De tal modo, la terminologa especial de la Constitucin de los EE-UU-
confirma y enfatiza el principio, que se supone esencial para toda constitucin
escrita, de que la ley repugnante a la Constitucin es nula, y que los tribunales,
as como los dems poderes, estn obligados por ese instrumento.
Por ello, se rechaza la peticin del demandante. Cmplase".