Escuela y Sociedad
Escuela y Sociedad
Escuela y Sociedad
LA ESCUELA Y LA SOCIEDAD
L a diferencia que aparece cuando se hace de las ocupaciones los centros articuladores de
la vida escolar, no es fcil describirla en palabras; es una diferencia en motivos, en espritu
y en atmsfera. Para los que imaginan que la escuela es una cosa rgidamente puesta, el
cambio constituir una gran sorpresa. Pero el cambio en la actitud social no es menos
marcado. La mera absorcin de hechos y verdades es un asunto tan completamente
individual, que tiende, materialmente, a degenerar en egosmo. No hay ningn motivo
social serio para la adquisicin de la simple cultura, ni una ganancia social en el xito que
se obtenga. Realmente casi la nica medida del xito es la de la competencia, en el peor
sentido de la palabra -una comparacin de los resultados en la recitacin o en el examen
para ver cmo un nio ha conseguido vencer a otro en la acumulacin y almacenaje
del mximum de informacin posible-.
Hasta tal punto es esta la atmsfera prevalente, que para un nio el ayudar a otro en su
tarea es un crimen escolar. Cuando la labor escolar consiste simplemente en aprender
lecciones, la asistencia mutua, en vez de ser la forma de cooperacin y de asociacin ms
natural, se convierte en un esfuerzo clandestino para relevar al vecino del cumplimiento de
sus deberes. Cuando se trata de una labor realmente activa, todo esto cambia. Ayudar a los
dems en vez de ser una forma de caridad, que humilla al que la recibe, es simplemente un
auxilio que libera energas y fomenta los impulsos del auxiliado. Un espritu de libre
comunicacin, de intercambio de ideas, sugestiones, resultados y el xito o el fracaso de
experiencias previas, llega a ser la nota dominante de la recitacin. Cuando la emulacin
entra en ello, es en la comparacin de los individuos, no en relacin con la cantidad de
informacin personalmente absorbida, sino con referencia a la cualidad del trabajo
realizado -el genuino ideal comunal de valor-. Dicho de un modo general, pero penetrante,
la vida escolar se organizara sobre una base social.
DEMOCRACIA Y EDUCACION
RESUMEN.
John Dewey, llamado el padre de educacin americana liberal, complicado en sus
conceptualizaciones y anlisis sobre la educacin y el desarrollo social democrtico, su
pragmatismo, como filsofo dirige sus esfuerzos a desarrollar el microcosmos escolar, o
una comunidad de la escuela, a travs de su escuela que funciona como un laboratorio.
Dewey seala que la educacin en una democracia debe reflejar los objetivos ms altos de
la sociedad humana, los intereses comnes de todos sin tomar en cuenta las diferencias de
"la clase, la raza, o el territorio nacional," este pensamiento ha sido mucho ms difcil
incorporar en la prctica, que todos aquellos postulados de su teora pedaggica, y
refiriendose a los primeros aos del siglo XX seala que:
EXPERIENCIA Y EDUCACION
En Experiencia y Educacin[3], Dewey aboga por la necesidad de una filosofa de la
educacin basada en una filosofa de la experiencia. Y esto es central, puesto que segn
l, es necesario construir una filosofa propia para diferenciarse de la escuela tradicional
antes tomar como gua aquello que se rechaza, es decir una pura oposicin. Por ejemplo,
dice: porque la vieja educacin impusiera el conocimiento, los mtodos y las reglas de
conducta de la persona adulta al joven, no se sigue, excepto sobre la base de una filosofa
extremista de o lo uno o lo otro, que el conocimiento y la destreza de la postura madura
no tenga valor para la experiencia de la persona inmadura. Es decir que, parte de una
crtica no solo hacia la escuela tradicional, sino tambin a una forma de proceder de la
educacin progresiva. Para l, los principios generales de la nueva educacin no resuelven
pos si mismos ninguno de los problemas de la direccin y organizacin reales o prcticas
de las escuelas progresivas. Por eso, es necesario desarrollar positiva y constructivamente
mtodos y materias sobre la base de una filosofa de la experiencia. Y es que, para el
autor, la unidad fundamental de la nueva pedagoga se encuentra en la idea de que existe
una ntima y necesaria relacin entre los procesos de la experiencia real y la educacin. He
aqu la importancia de una idea correcta de la experiencia.
Sin embargo, no debemos prestarnos a la confusin que Dewey identifica en la educacin
progresiva, esto es, creer que todas las experiencias son verdadera e igualmente
educativas. Hay experiencias que no son educativas. Una experiencia es antieducativa
cuando tiene por efecto detener o perturbar el desarrollo de ulteriores experiencias. Este
gnero de experiencias es muy frecuente en la escuela tradicional, puesto que en ella lo
perturbador no es la ausencia de experiencia sino su defectuoso y errneo carcter.
Dewey va a identificar, dentro de la cualidad de cualquier experiencia, dos aspectos. Por un
lado, el aspecto inmediato de agrado o desagrado. Por otro, su influencia sobre las
experiencias ulteriores. He aqu el problema central de una educacin basada en la
experiencia: seleccionar aquel gnero de experiencias presentes que vivan fructfera y
creadoramente en las experiencias subsiguientes. Aquello que permitira diferenciar las
experiencias valiosas educativamente de las que no lo son, es el principio de continuidad
experiencial. Este se basa en el hecho del hbito y, la caracterstica bsica del hbito es
que toda experiencia emprendida y vivida modifica al que acta y la vive, afectando esta
modificacin [] la cualidad de las experiencias siguientes. Es un principio de aplicacin
universal, siempre hay algn gnero de continuidad. Las experiencias son fuerzas en
movimiento, cuyo valor puede ser juzgado sobre la base de aquello a lo que se mueve. La
misin de quien educa radica, entonces, en ver la direccin en la que marcha la experiencia.
Puede evaluar la del joven ya que como adulto tiene mayor madurez de experiencia que
aquel, Pero esto sin imponer un control meramente exterior. El educador debe ser capaz
de ver qu actitudes conducen a un desarrollo continuado. Dewey, incluso, observa la
necesidad de que el maestro sea capaz de comprender individualmente a los alumnos.
Por otra parte, toda experiencia cambia en algn grado las condiciones objetivas bajo las
cuales se ha tenido la experiencia. Quiere notar la importancia de las experiencias pasadas
en el presente, es decir, que este es lo que es porque ha habido experiencias pasadas que
han formado y transformado el mundo. Y adems, que sta no ocurre en el vaco. El
profesor debe ser especialmente sensible en este aspecto puesto que debe tener en cuenta
tanto la formacin de experiencias por las condiciones del ambiente y, saber cmo utilizar
los ambientes fsicos y sociales que existen, a fin de extraer de ellos todo lo que poseen
para contribuir a fortalecer las experiencias que sean valiosas. Alerta, por otra parte, sobre
la necesidad de no subordinar las condiciones objetivas a lo que ocurre dentro del
individuo en pos de no imponer un control externo o limitar la libertad.
El segundo principio para interpretar la experiencia es el de interaccin. Esta alude al juego
reciproco entre las condiciones objetivas y las condiciones internas del individuo. Estas
series de condiciones, tomadas en su interaccin constituyen una situacin. Interaccin y
situacin son inseparables: una experiencia es siempre lo que es porque tiene lugar una
transaccin entre un individuo y lo que, en el momento, constituye su ambiente, y si este
ltimo consiste en personas con las que est hablando sobre algn punto o suceso, el objeto
sobre el que se habla forma parte tambin de la situacin, el ambiente es todo aquello que
interacta con las necesidades, propsitos y capacidades personales para crear la
experiencia que se tiene.
Tampoco pueden separarse los principios de continuidad e interaccin. Los conocimientos
y habilidades extrados de una situacin se convierten en instrumentos en la experiencia
prxima. El educador debe tener aqu como preocupacin directa las situaciones en que
tiene lugar la interaccin. El factor de las condiciones objetivas, est dentro de las
posibilidades de regulacin por el educador. Comprenden las condiciones objetivas
para Dewey, lo que hace quien educa y el modo como lo hace, no solo las palabras
habladas, sino tambin el tono de la voz; el equipo, los libros, aparatos, juguetes y juegos
empleados; materiales y la total estructuracin social de las situaciones en que se halla la
persona, y todo ello para crear una experiencia valiosa. Siempre considerando las
capacidades y propsitos de los enseados, es decir, separarse de la concepcin
tradicional donde es la materia per se lo que se considera educativo y donde cada materia se
aprende aisladamente. Para nuestro autor no existe nada que sea un valor educativo en
abstracto el verdadero sentido del crecimiento, la continuidad y la reconstruccin de la
experiencia es que esta debe hacer algo para preparar a una persona para ulteriores
experiencias ms profundas.
Y es que l defiende un aprendizaje que sirva para la vida, que no sacrifique las
potencialidades del presente a un futuro hipottico, porque para Dewey el presente afecta
al futuro de algn modo. Crear experiencias valiosas, como tarea de quien educa, es
depositar en l la responsabilidad de un futuro de plena madurez, de la capacidad de extraer
de la experiencia un conocimiento que sea capaz de mejorar las condiciones objetivas en
que se desarrollaran las futuras experiencias.
De este libro a la vez sencillo y profundo, extraemos tambin la apuesta de Dewey por la
democracia. Por qu, en definitiva deberamos preferir la educacin progresiva a la
tradicional? La educacin progresiva, para el filsofo, es la que est ms cerca de la
democracia y la razn (y no la causa) por la que l la prefiere es porque la consulta mutua
y las convicciones logradas por persuasin hacen posible una mejor cualidad de
experiencia en una escala ms amplia que la que puede ofrecerse de otro modo.
A modo de conclusin destacamos que Dewey cree en un educador, que lejos de dejar
librada la experiencia de los nios a sus necesidades e intereses, como suele pensarse y
decirse para defender una educacin progresiva, valora profundamente e incluso le otorga
una enorme responsabilidad al educador y no por ello desmereciendo los intereses y
capacidades del nio ya que sino negara el principio de interaccin. Asimismo da
importancia a los conocimientos pasados. El problema no es que los conocimientos
pertenezcan a este, el problema se centra en la forma en que estos se relacionan con la
propia experiencia de los alumnos.
John Dewey, aun hoy, constituye una referencia insoslayable para quien desee pensar
en otra forma de educar, quien desee otro tipo de experiencia educativa, pero tambin, para
quien desee una sociedad mejor. Ante una realidad educativa fragmentada, sufriendo
todava las consecuencias de las polticas neoliberales, abre y reabre la posibilidad de
preguntarse, al menos, por la relacin entre educacin y democracia (como se llamara uno
de sus libros), entre la posibilidad no solo de una educacin ms democrtica, sino tambin
sobre la posibilidad y la necesidad de educar para una sociedad ms democrtica.
PRAGMATISMO EDUCATIVO
Tras dedicar mucho tiempo a observar el crecimiento de sus propios hijos, Dewey estaba
convencido de que no haba ninguna diferencia en la dinmica de la experiencia de nios y
adultos. Unos y otros son seres activos que aprenden mediante su enfrentamiento con
situaciones problemticas que surgen en el curso de las actividades que han merecido su
inters.
Dewey afirmaba que los nios no llegaban a la escuela como limpias pizarras pasivas en las
que los maestros pudieran escribir las lecciones de la civilizacin. Cuando el nio llega al
aula ya es intensamente activo y el cometido de la educacin consiste en tomar a su cargo
esta actividad y orientarla
Cuando el nio empieza su escolaridad, lleva en s cuatro impulsos innatos el de
comunicar, el de construir, el de indagar y el de expresarse de forma ms precisa que
constituyen los recursos naturales, el capital para invertir, de cuyo ejercicio depende el
crecimiento activo del nio. El nio tambin lleva consigo intereses y actividades de su
hogar y del entorno en que vive y al maestro le incumbe la tarea de utilizar esta materia
prima orientando las actividades hacia resultados positivos.
La pedagoga de Dewey requiere que los maestros realicen una tarea extremadamente
difcil, que es reincorporar a los temas de estudio en la experiencia Los temas de estudio,
al igual que todos los conocimientos humanos, son el producto de los esfuerzos del hombre
por resolver los problemas que su experiencia le plantea, pero antes de constituir ese
conjunto formal de conocimientos, han sido extrados de las situaciones en que se fundaba
su elaboracin.
La educacin para la democracia requiere que la escuela se convierta en una institucin
que sea, provisionalmente, un lugar de vida para el nio, en la que ste sea un miembro de
la sociedad, tenga conciencia de su pertenencia y a la que contribuya.
Tal vez haya en cada distrito escolar norteamericano por lo menos un maestro de la
enseanza pblica que ha ledo a Dewey y que trata de ensear siguiendo sus principios,
sus crticos han exagerado su influencia. Su legado reside menos en una prctica que en una
visin crtica. La mayora de las escuelas estn lejos de ser esos lugares supremamente
interesantes y esas peligrosas avanzadillas de una civilizacin humanista que l hubiera
querido que fuesen. Sin embargo, para los que quisieran que fueran precisamente eso, la
obra de Dewey sigue siendo una gran fuente inspiradora.