Literatur A
Literatur A
Literatur A
PRESENTACIN
Si bien es cierto que la literatura es el arte de expresar la belleza con las palabras;
pero no puede ser tan simple. La literatura es mucho ms amplia y no compleja
como otros quisieran presentar. La literatura es y sirve para expresar el pensamien-
to ms profundo del autor acerca de la realidad del momento y espacio en que vive.
En este texto se da ese analices y su desarrollo.
Los autores.
-1-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CAPITULO I
LITERATURA
GNEROS LITERARIOS: Los gneros literarios nos permiten clasificar los textos litera-
rios atendiendo su contenido y tomando en cuenta los criterios como: semnticos, sintc-
ticos, fnicos, discursivos, formales, contextuales, situacionales y otros. A la vez, histri-
camente ha venido conformndose cada gnero. Estos gneros ofrecen al autor como
esquema previo a la creacin de su obra. La primera clasificacin se debe a Aristteles
(lrico, pico, dramtico). En la actualidad, existen los siguientes gneros: narrativo, lrico,
pico, dramtico, oratoria y didctico.
La evolucin de los gustos y modas estticas de los autores ha provocado que en mu-
chos casos no se pueda encontrar un gnero puro (en las obras modernas se encuentras
mezclas ente lo narrativo, lo lrico, lo teatral); pero eso no puede ser tema de discusin.
Los textos literarios se clasifican, simplemente, para ordenarlos; sino sera un caos si no
se le impusiera alguna clasificacin.
ESPECIES LITERARIAS: son los subgneros de los anteriores. Las obras literarias co-
rresponden a uno de los gneros literarios.
-2-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
GNERO NARRA-
ESPECIES NARRATIVAS
TIVO: Comunica
- Novela: es una narrativa extensa en prosa, con
las ms ntimas
personajes y situaciones reales o ficticios, que
vivencias del hom-
implica un conflicto y su desarrollo se resuelve
bre, lo subjetivo, los
de una manera positiva o negativa.
estados anmicos y
- Cuento: es un relato corto de suceso imaginario
los estados amoro-
o real con argumento sencillo.
sos.
- Leyenda: es una narracin breve basada en un
El presente, pasa-
relato tradicional de carcter misterioso, sobrena-
do y futuro se con-
tural o terrorfico
funden.
- Historieta: es un relato breve con personajes
No tiene metro ni
ficticios orientados, generalmente, a los nios.
ritmos propios sino
- Biografa: es una narracin corta sobre datos de
que el poeta acude
un personaje importante.
a todos aqullos
- Autobiografa: es una narracin corta sobre da-
que le parecen ms
tos del mismo autor que escribe.
oportunos para ex-
- Tradicin: es una narracin corta, presenta
presar mejor sus
hechos reales y se termina fabulando.
sentimientos y pen-
- Ancdota: es una narracin breve de hechos
samientos.
curiosos.
ESPECIES LRICAS
- Oda: es una composicin lrica que expresa sen-
GNERO LRI- timientos de admiracin y entusiasmo; tiene un
CO: carcter solemne y un lenguaje elevado.
- Elega: es una composicin lrica que expresa
Expresa el mun- dolor individual o colectivo.
do subjetivo del - gloga: es una composicin potica de carcter
autor, sus emo- pastoril.
ciones, senti- Stira: es una composicin lrica en verso o en
mientos y pen- prosa, que censura vicios individuales o colecti-
samientos, o una vos.
profunda re- - Himno: Composicin solemne que expresa sen-
flexin. Gene- timientos patriticos, ideolgicos, religiosos, gue-
ralmente se pre- rreros y otros.
senta en verso, - Epitafio: es un poema breve colocado sobre la
a veces, hasta tumba de una persona que expresa ruego al pa-
en prosa (como sajero para una meditacin sobre la persona se-
El Platero y pultada, o bien un recuerdo de las calidades de
Yo). la persona sepultada.
- Copla: es una composicin potica breve cuyas
letras sirven a una cancin popular.
- Otras.
-3-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
ESPECIES PICAS
ESPECIES DRAMTICAS
GNERO - La tragedia: es la representacin de conflictos
DRAMTICO: entre personajes y, generalmente, termina con
aqu se utiliza la muerte del protagonista generando en los
parlamentos lectores o espectadores un rechazo hacia el vi-
(dilogos) que llano.
los mismos - La comedia: es la representacin entre esce-
personajes nas conflictivas y alegres (tragicomedia). Ter-
producen. Co- mina con un desenlace feliz.
nocemos el - El drama: Es la representacin de problemas
escenario y los reales, cuyo contenido es de tipo trgico y ale-
hechos, a gre. El final del drama suele ser algo nebuloso.
travs, de los - Sainete: es una pieza breve de contenido jo-
personajes. Su coso.
forma es en - Opera: es un poema dramtico recitado que se
verso o en mezcla con la msica en su representacin.
prosa.
-4-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
1. Seudnimo: seudo = falso, onimo = nombre. Es el nombre falso que el mismo au-
tor utiliza al publicar sus obras y firma con este nombre. A inicios del siglo XX se
utiliza imprescindiblemente por una cuestin de snob. As, por ejemplo, el seud-
nimo de Arturo Peralta es Gamaliel Churata hasta el extremo de que a Arturo no lo
conocen por su verdadero nombre; sino por su seudnimo; es ms, hay algunos
que lo convierten en nombres legales como Pablo Neruda.
3. Apelativo: es el nombre que lo designan a los autores para satirizar con aires de
humor, generalmente la intencin no es mala. Por ejemplo, a Ricardo Palma lo de-
signan el apelativo El Viejito Burln porque en sus tradiciones, generalmente hay
una burla por la aristocracia y sta lo admiraba.
FIGURAS LITERARIAS
Son palabras o grupos de palabras que sirven para dar elegancia a una composicin lite-
raria. Su finalidad es la bsqueda de la belleza utilizando la palabra, cuidadosamente y se
clasifican as:
1. FIGURAS DE DICCIN:
-5-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
c) ELIPSIS: Consiste en omitir una o ms palabras sin que pierda el sentido; ejemplo:
- El verde prado.
- El arenal desierto.
- La blanca nieve.
- El abismo profundo.
1ra posibilidad:
2da posibilidad:
-6-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- Dadme unas armas a m,
pues sois piedras, pues sois bronces,
pues sois jaspes, pues sois tigres.
- "hay muchos que siendo pobres merecen ser ricos, y en siendo ricos mere-
cen ser pobres."
4. FIGURAS DE PENSAMIENTO:
-7-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
b) EUFEMISMO: consiste en nombrar cosas desagradables con delicadeza y discre-
cin; ejemplo:
5. FIGURAS DE SIGNIFICACIN:
-8-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CUESTIONARIO N 1
-9-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
b) Hiprbole.
c) Eufemismo.
d) Apstrofe.
e) Metonimia.
5. Qu figura literaria de pensamiento se da en el verso siguiente:
Te recuerdo como eras en el ltimo otoo:
Eras la boina gris y el viento en calma
a) Hiprbaton
b) Elipsis
c) Hiprbole
d) Metfora
e) Smil
6. El tropo literario de pensamiento se da en el poema que sigue es:
Vsteme despacio que estoy apurado.
a) Apstrofe.
b) Eufemismo.
c) Paradoja.
d) Hiprbole.
e) Aliteracin.
7. Qu tropo literario de pensamiento encuentras en la expresin:
Tu retoo es una joya.
a) Metfora
b) Sincdoque
c) Paradoja
d) Hiprbole
e) Metonimia.
8. Qu figura literaria de transformacin tiene el verso que sigue:
Del saln en el ngulo oscuro. (G.A. Bcquer)
a) Anttesis
b) Anfora
c) Sincdoque
d) Hiprbaton
e) Hiprbole
11. Seala la figura literaria de transformacin que se da en los versos que siguen:
- Soy el cantor de Amrica autctono y salvaje,
-10-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.
a) Eufemismo.
b) Apstrofe
c) Hiprbole.
d) Paradoja.
e) Metfora
a) Anfora.
b) Complexin.
c) Metfora.
d) Metonimia.
e) Sincdoque.
-11-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
a) Metonimia.
b) Sincdoque.
c) Metfora.
d) Anfora.
e) Elipsis.
a) Aliteracin.
b) Hiprbaton.
c) Elipsis.
d) Paradoja.
e) Retrucano.
a) Metfora.
b) Sincdoque.
c) Metonimia.
d) Apstrofe.
e) Hiprbole.
-12-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CAPITULO II
COMPOSICIN LITERARIA
Momentos de la composicin:
2. DISPOSICIN: es cuando se cuenta con todos los recursos para poder componer un
texto literario; es decir, es el dominio de las tcnicas de composicin y el manejo de
los elementos gramaticales.
TCNICAS DE LA COMPOSICIN:
FORMAS DE DESCRIPCIN:
Era un hombre amarcigado e inteligente. Luca una frente en ngulo agudo, aun-
que amplia: cabellos negros ensortijados de origen y casi lacio de peines; los ojos
negros y rasgados y reilones, iluminaban de irona el rostro lleno y ovalado. Su na-
riz era corta ligeramente redonda en su trmino; los labios carnosos, entreabiertos
y mordaces diluan una perenne sonrisa fisgona y cordial. El mentn tambin re-
dondo, era suave con una herradura vertical en medio (). A menudo Valdelomar
llevaba desnudo el cuello y la parte superior del pecho. ()
El viejo Timoteo, de tez cobriza y ralsima barba cana, vesta pantaln de cordella-
te negro, camisa de tocuyo con mil remiendos y sombrero ovejn de falda cada.
Jacinto es muy bueno con los nios, amable con las damas y cuando ve alguna in-
justicia se indigna.
-13-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Para Oquendo, la PALOMA, en su poesa Madre, simboliza paz; para Melgar, en
sus yaraves, mujer.
3. DILOGO: es la forma muy peculiar del teatro. Aqu se utiliza los parlamentos que
cada personaje produce; por su contenido, puede ser tragedia, comedia o drama;
ejemplo:
JULIETA.- Ay de m!
ROMEO.- Habl! Vuelvo a sentir su voz. ngel de amores que en medio de la noche te
me apareces, cual nuncio de los cielos a la atnita vista de los mortales, que
deslumbrados le miran traspasar con vuelo rapidsimo las esferas, y mecerse
en las alas de las nubes!
JULIETA.- Romeo, Romeo! Por qu eres t Romeo? Por qu no reniegas del nombre
de tu padre y de tu madre? Y si no tienes valor para tanto, mame, y no me
tendr por Capuleto.
-14-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CAPITULO III
LITERATURA LOCAL Y REGIONAL
CARACTERSTICAS
Son utilitarias: Las diferentes formas de expresin de la oralidad altiplnica tiene
carcter didctico. Sirven, principalmente, para exteriorizar en las generaciones jve-
nes los valores reverenciados en la comunidad y fijar pautas de comportamiento orien-
tadas a consolidar las relaciones interpersonales.
Son populares: Porque las crean los pueblos que utilizan estas formas de expresin
artstica para exteriorizar su forma de conceptuar y representar el mundo, sus proble-
mas, sus aspiraciones y finalmente su proyecto histrico.
ESPECIES VIGENTES:
El huayno: Es una mezcla de msica, canto y danza como expresin de la poesa
indgena que se practica en distintas ocasiones y tonos igualmente diferentes. El
huayno como una vertiente de la literatura oral cumple distintas funciones dentro del
proceso de la produccin y de las relaciones familiares y comunales en general.
Wifalas y kaswas: Se expresan a travs de una mezcla de msica, canto y danza
que se interpreta durante los carnavales y acciones importantes de la comunidad.
Ayataqui.- Es la mezcla de msica y canto que se interpreta como despedida en los
funerales de algn miembro de la familia o la comunidad.
Qaxilunaka (kajelos): Es un poema cordillerano, una creacin posthispnica que
recrea la iniciacin sexual de los jvenes aimaras, a travs de la danza, la cancin y
las palabras.
Mito: Son relatos que se expresan como formas de concepcin del mundo y del pro-
yecto del mundo y proyecto histrico andino.
-15-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Ejemplo:
- El mito de Incarri - Watiacuri
- El mito de Qollari - Pariacaca
- Wallallo Karwincho - Wiracoha, etc.
Leyenda: Son discursos referidos al origen del hombre y de las sociedades.
Ejemplo:
- La leyenda de Mallqu Qapac y Mama Uqllu.
- La leyenda del Puma Uta,
- La leyenda de la papa, etc
Adivinanzas: Son expresiones cortas llenas de gracia y agudeza. He aqu una adivi-
nanza en aimara: Qunas Qunasa? Chiqui jinchu kheti, jaken chamapa arumay uro
tururi. Qhutirara shunkha tuto itiqo. ACHACO.
Cuentos.- Se constituyen en especimenes de gran vala de la literatura oral andina.
Ejemplo.
- El granizo, la lluvia y el viento. - El zorro y el ratn.
- El pleito del Pucu pucu y el gallo - La sapa y la perdiz.
- La apuesta entre el zorro y el cndor. - El zorro y el cuy, etc.
El teatro: Son representaciones de la vida social y econmica de los pueblos. Se re-
presentan las mismas actividades festivas, relacionadas casi siempre con el sistema
productivo, la fertilidad, etc.
LECTURAS
En la orilla de una laguna, una wallata madre estaba sacndose piojos. Sus cras juga-
ban alrededor de ella, sin alejarse.
Una zorra vieja que pasaba por la pampa se detuvo y se qued mirndolas. Saboreaba
a las cras de la wallata desde lejos y pensaba en cmo atraparlas.
La wallata, sabiendo que los zorros nunca hacen preguntas con buena intencin, le
minti:
- Es fcil - le dijo pongo a mis cras al horno y cuando estn asndose y sonando chips,
chips, yo digo pinta, pinta, pinta. Despus las saco del horno y ya tienen las patitas ro-
jas.
La zorra fue a su casa y construy un horno. Lo calent y puso dentro sus cras. Que
lindo, mis hijos tambin tendrn las patitas rojas, pensaba.
De dentro del horno empez a salir un ruido: chips-pum, chips-pum. La zorra, saltan-
do deca pinta, pinta, pinta. Despus abri el horno y encontr a sus hijos como los tena
que encontrar: achicharrados.
-16-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
La zorra, furiosa, sali a buscar a la wallata. Quera vengarse. La encontr nadando
tranquilamente en medio de la laguna seguida de sus cras, la zorra la mir sin poder
hacer nada, no saba nadar. Entonces empez a gritar as:
Al rato aparecieron cientos de zorros, venan de todas partes, machos y hembras, chi-
cos y grandes. La zorra les dijo:
- Hermanos y hermanas, aquella wallata me ha hecho matar a mis cras, aydenme a cas-
tigarla. Bebamos toda el agua de la laguna. Cuando est seca yo la atrapar.
Todos los zorros se acercaron a la orilla y empezaron a beber. La Wallata se rea a car-
cajadas ni todos los zorros podrn secar esta laguna , les deca a sus cras. Los zorros
ya tenan las barrigas hinchadas, pero seguan bebiendo. Algunos empezaron a reventar.
Otros reventaron despus. Murieron tantos que no se poda ni contar.
La wallata, en el medio del agua, sigui rindose.
EL ZORRO Y EL CNDOR
Un zorro hambriento que andaba buscando donde robar algo, vio a un cndor que tam-
bin estaba en los mismos apuros.
- Vengo de las altas cumbres nevadas, cumbres que eternamente estn cubiertas de
helada nieve, he bajado a buscar alimentos para resistir mejor el rigor de las nevadas -dijo
el cndor.
- Es raro que todo un seor cndor, llamado rey de las alturas no pueda resistir el fro. Yo,
con ser un habitante de la llanura, me siento ms fuerte que t para soportar ese fro que
tanto miedo te infunde, y para demostrarte con hechos, te desafo a permanecer durante
una noche en la cumbre ms elevada de la cordillera de los Andes.
El zorro de primera intencin, invoc a los dioses tutelares para que calmen sus iras, y
desde un comienzo haba alegado que la apuesta no era con la tempestad, ni con los ra-
yos, sino contra el fro nicamente.
-17-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
da. El cndor sacuda a menudo las alas para eliminar la nevada, de lo que, tambin, pro-
testaba el zorro.
- La apuesta, amigo mo, no est en sacudirse la nevada sino en aguantarla - grit el zo-
rro porque el estaba casi totalmente cubierto de nieve y slo se le vea la cabeza.
- No tengo fro contest el rey de los cielos; ms bien estoy un poco fatigado por el ca-
lor.
As transcurrieron las horas y el pobre zorro no poda soportar por ms tiempo aquel
mortfero fro. Ya se senta desfallecer. Precisamente cuando el da empezaba a clarear,
el zorrito haba sucumbido vctima de su vanidad.
El zorro ya no contest, haba pagado con su vida la desigual apuesta. Al poco rato el
cndor tena a su lado un excelente y sabroso desayuno.
Alguien, un desconocido haca destrozos en una chacra, de noche. Esto sucedi hace
mucho tiempo. Las plantas amanecan rotas y a medio comer. Entonces, el dueo de la
chacra construy una trampa, la puso en el lugar adecuado y esper atento, sin cerrar los
ojos en ningn momento. A la media noche escuch unos gritos; alguien haba cado en la
trampa. Era un cuy grande y gordo. El dueo lo amarr a una estaca y regres a su casa.
- Maana temprano hiervan agua para pelar un cuy. Almorzaremos cuyecito - les dijo a
sus tres hijas, antes de irse a acostar.
-18-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- Al da siguiente, muy temprano, cuando el dueo de la chacra vino a llevarse al cuy, en-
contr al zorro.
- Desagraciado! Anoche eras cuy y ahora eres zorro! Igual te voy a zurrar dijo el dueo
dndole latigazos.
- Si me voy a casar con tu hija! Te lo prometo! Tambin te prometo que comer carne de
gallina todos los das gritaba el zorro.
Al or este atrevimiento, el dueo lo azotaba con ms fuerza, hasta que en una tregua
de la tunda, el zorro le explic toda la mentira del cuy. El dueo se puso a rer y despus
lo solt.
Desde ese da, el zorro comenz a buscar al cuy. Quera cobrarse la revancha de to-
dos los latigazos que recibi del chacarero. Un da se top con l y pens que haba lle-
gado la hora de la venganza. El cuy, viendo que ya no poda huir se puso a empujar una
enorme roca y el zorro se le acerc para cumplir su cometido; pero, el cuy reaccion:
- Compadre zorro le dijo ha tiempo has venido. Tienes que ayudarme a sostener esta
roca. La santa tierra se va a voltear y esta roca puede aplastarnos a todos.
Al comienzo el zorro dudaba, pero la cara de asustado que pona el cuy termin por
convencerlo. Y empez a ayudarlo, es decir, a sostener la gigantesca roca.
Pas un da, dos das y el cuy no volva con la cua. El zorro ya no poda ms. Soltar
la roca aunque me mate, pens. Dio un salto hacia atrs, pero la roca ni se movi.
- Otra vez me he engaado dijo -, pero sta ser la ltima porque lo voy a matar.
- Rpido, rpido deca como hablando para s mismo - . Ya viene el juicio final, va a caer
lluvia de fuego.
Bueno, compadre mentiroso, hasta aqu has llegado- le dijo el zorro-. Te voy a comer.
- Esta bien, compadre le dijo el cuy pero ahora hay que hacer algo ms importante.
Aydame a hacer un hueco porque va a llover fuego.
El zorro se puso ayudar. Cuando el hueco ya estuvo hondo, el cuy sali dentro de l.
-19-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- chame tierra, compadre zorro le rogaba el cuy-. Tpame por favor, no quiero que me
queme la lluvia de fuego.
- Tienes razn compadre. Cambiemos, pues, de lugar le dijo el cuy, saliendo del hueco.
El cuy no solamente le ech tierra, sino tambin, ortigas y espinas. Y mientras lo tapaba
iba diciendo:
- Achacau, achacau, ya empez la lluvia de fuego! Cuando termin, se limpio las manos
y se fue riendo.
Pasaron los das y dentro del hueco el zorro empez a sentir hambre. Quiso sacar una
mano y se top con las ortigas.
Guard su mano y esper. Das despus, el hambre le hizo arriesgarse: sali entre el
ardor de las ortigas y los pinchos de las espinas vio afuera todo segua igual. Ya se habr
enfriado el fuego, pens. Estaba ms flaco que una paja. Finalmente, se convenci de
que haba sido burlado, nuevamente.
Lo busc, entonces, sin descanso, da tras da y noche tras noche. Una noche andaba
buscando comida, encontr al cuy al borde de un pozo de agua. El cuy, al verlo, se puso a
lloriquear.
- Qu mala suerte tienes, compadre! le dijo-. Yo estaba llevando un queso grande, pe-
ro se me ha cado en este pozo. El zorro se asom al pozo y vio en el fondo el reflejo re-
dondo de la luna.
Cuentan los abuelos que la zona en la que ahora viven puneos era antiguamente un
inmenso valle llamado Tierra Eterna. En la parte en la que ahora est el lago se desarroll
un pueblo tambin muy grande llamado Pueblo Eterno.
Aquellos eran tiempos felices. Nadie saba qu era el sufrimiento. La tierra era genero-
sa: daba abundantes frutales y plantas maravillosas que no haba que cuidar. Bastaba
con recoger los frutos y servirse lo que uno necesitaba. Haba tambin plantas de las que
brotaba la lana con la que se confeccionaban hermosos vestidos como los que jams na-
-20-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
die ha visto. El clima siempre era perfecto: no haba exceso de lluvias, ni exista la sequa.
Los animales vivan entre los hombres porque eran muy mansos.
Los hombres eran poderosos porque convertan las montaas en llanuras con slo dis-
parar sus hondas. Todos posean oro y joyas. Las calles del pueblo estaban llenas de pa-
lacios, templos y santuarios revestidos de oro y plata con incrustaciones de piedras pre-
ciosas. Pero, ocurri que estas personas desobedecieron el mandato divino cometiendo
una falta grave y el Dios padre muy enojado se dirigi a ellos:
- Ustedes ya no viven segn mi mandato, por lo tanto les prohibi escalar la cumbre sa-
grada. Nadie tendr derecho a subir al santuario, y si alguien lo intentase, perecer.
Esta sentencia fue escuchada por el diablo que desde ese momento se dedic a tentar
a los hombres:
Si escalan el santuario podrn poseer el mismo poder que el Dios supremo, les deca.
Entonces los hombres intentaron subir a la cumbre sagrada, cuando en eso el Dios su-
premo encolerizado les envi miles de pumas para que devoren a toda la poblacin. Ate-
rrados pidieron proteccin al diablo, quien se los llev a las profundidades de la tierra, de-
bajo del lago, en donde siguen viviendo convertidos en espritus malignos.
Tanto dolor produjo al seor supremo el hecho de que los hombres hubiesen pedido
ayuda al demonio que eclips el sol e hizo temblar a la tierra como si fuera el fin del mun-
do. Al mismo tiempo todos los seres celestiales empezaron a llorar amargamente provo-
cando terribles tormentas de lluvia que duraron todo el da y toda la noche. Poco a poco,
el pueblo fue desapareciendo debajo de las aguas, quedando al final en lo ms profundo
del lago. No qued ni un animal vivo. Slo se salvo, por la obra divina, una pareja de
humanos que logr cogerse de un tronco de sauce que se mantuvo a flote. Slo ellos dos,
porque los dems no pudieron escapar de la muerte. Finalmente, el Dios supremo sinti
compasin e hizo que la lluvia cesara. Pasada la tormenta la pareja de sobrevivientes
contempl millares de pumas muertos (titis) que flotaban sobre las aguas con sus vientres
de color gris (qaqa) hacia arriba.
As cuentan la historia del origen del lago llamado Titicaca y del Pueblo Eterno que est
sumergido en sus profundidades, el que segn dicen puede verse en las lgubres noches
de luna nueva.
AFIRMACIN DE MI PADRE
-21-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
do, s pero no es que solamente vuelvas en el recuerdo ESTS ECHO CARNE, formn-
dote en el muelle de mi brazo, hacindote trabajar mi sembro y revolviendo auroras de mi
vida con tu voz cantarina.
Ests ah, a mi lado, ests conmigo que la muerte no ha podido llevarte ni material-
mente siquiera; ests en esa carne pequeita que columpia en la vida en el mismo trape-
cio de sus aos mozos y que duerme su noche al amparo de tu barba de abuelo.
Porque yo soy camino, arco de incandescencia entre estas dos ternuras, t, padre, t
que me enseaste ests regando el huerto iluminado de esa vida.
Emilio Armaza
Despus de una noche de lluvia torrencial, an amaneci encapotado el cielo. Una clari-
dad turbia iluminaba el ambiente dando al lago una tonalidad lechosa. Los cerros azulinos
de la baha y su raqutica flora, se mostraban como entre tules.
El viejo Timoteo, de tez cobriza y ralsima barba cana, vesta pantaln de cordellate ne-
gro, camisa de tocuyo con mil remiendos y sombrero ovejn de falda cada.
El anciano pescador par su balsa entre las temblorosas totoras de la orilla. Sus ojillos
vidriosos avizoraban la superficie tersa del lago, que el cfiro matutino haca ondular le-
vemente.
Escuchaba atento la msica semidivina que la brisa maanera, mezclada con el canto de
las aves lacustres, sinfonizaba en los totorales.
La luz solar se habra paso entre las nubes, aumentando la claridad lacustre y tornndola
en claridad. De pronto comenz a tirar la red. El diestro pescador la cobr. Los peces se
movan como una sola masa viva; y al ser vaciado sobre la balsa, las bogas, los umantos
y los carachis, se retorcan y saltaban ofreciendo sus vientres blancos al alba claridad del
da.
Al dar las ltimas remadas en la opuesta orilla, recibironle chillando y voloteando una
bandada de gaviotas. A esa hora poblaban ya la orilla cenagosa los patos huraos y las
rosadas pariwanas garbosas.
El viejo Timoteo se arremang los pantalones hasta las rodillas; chimbando el agua em-
puj su balsa a tierra, donde li sus aparejos.
-22-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
El perro ladraba saltando de contento, los chicos le pidieron el remo y la malla, y la ancia-
na el atado de pececillos.
Al descubrir el bulto, los rapazuelos que vieron que los peces an se movan, cogieron a
los ms saltones y los sumergieron en la palangana de barro cocido, donde aqullos to-
maron su posicin normal y comenzaron a mover sus aletas o bogar con agilidad. Los
muchachos se maravillaban con esas cosas a la vez que se miraban en el espejo del
agua.
La viejecita hizo cocer el almuerzo y lo sirvi en platos de barro cocido. El caldo sabroso
de las bogas despeda un olor de lo ms provocativo. Reunidos todos alrededor de la olla,
engullanse la carne blanca y delicada de los peces, arrojando solamente las espinas.
Cuando estuvieron ya hartos, los chiquillos fueron a despircar los corralones de las ovejas
que balaban desesperadamente; la vieja desat las vacas que estaban atadas a las pico-
tas, para llevarlas a apacentar en la orilla. El anciano cansado se meti en su vivienda a
recobrar el sueo perdido.
II
Por el borde de las chacras floridas y los habales perfumados, los mozos y mozas de la
comarca, batiendo al aire sus banderas peruanas y wichiwichis floreados, bailaban can-
tando la alegre wifala al son de la msica alegre de sus charangos. Esta fiesta la ofrecen
los indgenas en los das siguientes al carnaval, poca en que toda la meseta gris, rida y
silenciosa, se torna verdusca, florida, rumorosa y perfumada; poca en que el cielo, pe-
rennemente pardo se deshace en lluviecitas con sol y cambia en azul turqu; poca en
que los arroyos, las vertientes, los manantiales y las olas cantan con ms alegra, as co-
mo los pajarillos a los totorales.
El viejo Timoteo enfil las bogas en una lata que luego coloc sobre unas piedras que
haca de fogn improvisado, donde embuti cuanto charamusca encontr a la mano. Al
comienzo una humareda espesa lo asfixiaba, pero despus le llen de contento una llama
viva chisporroteante, clara y el agradable olor a pescado que se asa en ese olor a frituras
que el viento colecta e impregna en el espacio.
Al atardecer las nubes iban hacindose ms espesas y los chorlitos se cruzaban en ban-
dadas. Cuando el vientecillo que anuncia tormentas corra por las pampas, los cerros y el
lago, volvieron la anciana y los chiquillos con sus rebaos, que fueron apresuradamente a
encerrarlos en los corralones. Apenas llegaron a la cabaa se asomaron al asado y se
pusieron a saborearlo. La viejecita, despus de embutirse un bocado se dirigi a la coci-
na. Los chiquillos y el viejo al ver que arreciaba ms el viento y que se aproximaba la tor-
menta, se apresuraron a recoger y a guardar todas sus cosas en las habitaciones. Poco
despus se embozaron con sus ponchos y sus bufandas.
El lago se puso furioso, cambi de color y arrojaba a su orilla copos de espuma. Las ga-
viotas, que revoloteaban capeando las olas, de improviso descendan para hacerse mecer
por ellas. Los patos y las wallatas, por parejas, apresuradamente volaban hacia occidente
y parvadas de pajaritos tambin volaban luchando contra el viento.
-23-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
III
Cuando ya todo se hallaba lbrego y slo los lejanos relmpagos iluminaban intermiten-
temente el espacio, sopl con ms furia el viento y los truenos hicieron temblar la tierra;
comenz una lluviecita menuda, cantarina; despus, se deshicieron nuevamente las llu-
vias en chaparrones.
A esa hora de borrasca en que parece que a todo el orbe conmueve un cataclismo, una
lechuza comenz a aletear y graznar en la puerta de la vivienda. De los ancianos que ve-
laban, el viejo sali a atisbar. Volvi lleno de estupor y dijo a la anciana.
Y as fue, aunque parezca mentira. En los das siguientes comenzaron a enfermarse los
chiquillos. El dolor de cabeza, el estmago, las calenturas, los tir en cama uno tras otro.
Los viejos no saban con qu sanarlos. El curandero del ayllu recet pegarles a las plan-
tas de los pies, papeles untados con clara de huevo, darles cocimiento de ujcho, poner-
les unas hojas frescas de llantn a las axilas, baarlos con orines frescos... Todo lo pusie-
ron, mas, sin resultado alguno. Los muchachos se asaban lanzando ayes que desgarra-
ban el alma. Tenan los labios secos y las barriguitas hinchadas con manchas moradas.
Los abuelos se pasaban todas las noches en vela y transidos de dolor, slo atinaban a
interrogarse:
Todo era intil y quizs debido a su fatal ignorancia, los remedios que les daban, acen-
tuaban ms la fiebre que los consuma.
Despus de la muerte de sus hijos, les quedaba el consuelo de sus nietecitos: esos majti-
tos rechonchos, vivarachos y traviesos.
Pero ahora que se han muerto, qu quedaba? Ya no les quedaba nada en la vida. Todo
les resultaba innecesario: la buena cosecha, la abundante pesca, la prdiga paricin del
ganado, el consuelo de su perro, el maullar del gato, la alegra del verano y toda la mara-
villa lacustre que otrora constituan su encanto. Las frases consoladoras de su compae-
ra, tampoco tenan ya esa paz saludable de otros das, ni sus odos, esa sensibilidad agu-
da para escucharla.
No a mucho cay la compaera de toda su vida; esa naturaleza desgastada haba de re-
sistir menor an que la de los chiquillos.
-24-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Con ese golpe ms el pobre viejo perdi el sentido y la conciencia de la vida; caminaba
como un autmata y cuando dejaba de hacerlo se inmovilizaba como los monolitos. En-
mudeci para siempre la comida, la saba amarga, el agua del manantial se le ofreca co-
mo hiel, el sol le resultaba quemante y la luna sin poesa y, aunque el lago en la brisa ma-
anera, le enviaba algn consuelo, l lo vea negro, negro como el holln de su cocina.
Este viejo, perteneciente a la raza de bronce, despus de una larga y conmovedora agon-
a dej de existir; sus amigos, envuelto en unos pobres jergones lo sepultaron en una
cumbre, dejndole como recuerdo una cruz de irus.
Hoy slo el viento lamenta su muerte, y en las noches se lamenta ms quejumbroso an;
tiene razn, porque en la cabaa que antes era un nido de amor y de consuelo, hoy no
existe sino un montn de piedras, terrn y totora.
Mateo Jayka
EL TUKU VILLEGAS
El Tuku Villegas era un rapazuelo que capitaneaba a los pandilleros de una aosa escue-
la de Abancay, all por la dcada del cincuenta. Era fornido y mucho ms alto que cual-
quier alumno de mi saln. La profesora Etelvina, tan atractiva en su tiempo, se envejeci
por su maldita culpa; muchos compaeritos mos se vieron obligados a trasladarse a otras
escuelas, y Vctor Ninapaytn perdi el ojo derecho en una coboyada en la que Villegas
le dispar una flecha filuda de carrizo, se dijo entonces, casualmente y, los alumnos
andbamos por su culpa cojos y con los ojos verdes, de modo permanente.
El Tuku y sus lugartenientes, el Rocoto Ramrez y el Pato Balln, eran por entonces los
mejores boxeadores de la escuela. Hacan pandilla junto con otros mataperros, y viva de
los cupos que les pagaban los dbiles. Todos los das deba llevarles un pan de los dos
que me daban en el desayuno o cualquier fruta, o cinco centavos, obligatoriamente. Y as
la vida no vala la pena vivirla. Como no me daban mucha propina deba guardar de las
veces en que mi padre era generoso, y en otras ocasiones, deba descuidar a mi pobre
madre de lo que tena para el kerosene, el azcar u otro menester. Al principio haba pre-
tendido hacer valer mis derechos a puo limpio, pero mi atrevimiento termin cuando me
vi en el suelo tragando el polvo de la derrota y una espesa chocolatada. Despus opt por
informar a la profesora Etelvina, pero, en un partido de fulbito termin con el ojo verde y
ensangrentado a causa de un choque casual del Tuku, y con una amenaza de muerte
de yapa. Entonces segu el camino de todos los nios: pagar cupo al Tuku Villegas. Por
eso es imposible que pueda olvidarlo. Me duelen todava sus puetes y puntapis, y a
pesar de que han pasado tantos aos, suelo verlo en mis sueos dndome duro como en
aquellos viejos tiempos. Recuerdo sus ojos raros, oblicuos como del bho, su nariz chata
de boxeador y su cabellera rojo-candela, como supongo debe tenerla el diablo. No lo olvi-
do, pero, lo que ms recuerdo son sus puos de acero. Pegaban duro. Yo, por entonces
lo deca mi madre, era un nio tmido, medio grueso, y ms bien pequeo para la
edad que tena: once aos. Mi padre haba muerto por aquel entonces. Tal vez aquello
cambiara mi carcter y me convirtiera en un nio triste. Tendra, sin embargo, gran capa-
cidad de resistencia; slo as se explica que soportara a Villegas durante dos aos conse-
cutivos. El Tuku era hijo de un polica muy conocido, medio rubio, medio pecoso, que sol-
a emborracharse, carajear y maltratar a los campesinos por qutame estas pajas. S!, le
tena miedo; en realidad yo tena miedo a todos los guardias porque los vea arrastrar a la
gente con destino a la comisara, mientras mujeres y nios los seguan llorando e implo-
-25-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
rando en quechua. Carajo, hablen en castellano, no entiendo lengua de indios!, les de-
can.
Pero un da, antes de que viajara con mi madre al santuario del Seor de Huanca, me
tom la venganza ms cruel que jams haba imaginado ni podr imaginar, si se diera el
caso. Aquel da planeamos jugar en la quebrada del ro Mario, a la coboyada. Como
llegu a simpatizar con el Tuku por las propinas que le daba y por lo callado que era, fui
su piquicha, es decir, el chiquillo que ayudara al hroe en las aventuras del Oeste ame-
ricano. Claro que no cabalgaramos a todo galope en las praderas texanas, ni cruzara-
mos el ro Grande. No! Un paisaje potico nos envolva con su magia de colores. El ro
Mario bajaba serpenteando de la laguna Rontococha, y desde donde estbamos, yo vea
que le lavaba los pies al cerro Quisapata. Y la quebrada: todo de verde moteado de rojo,
amarillo, azulino, naranja, lila y otros colores para los cuales todava no encuentro nom-
bre. Comenz entre nosotros una especie de guerra con flechas y frutos de higuerilla, y
con puos y patadas. Antes de la coboyada nos subimos a los nogales y moreras, fron-
dosos como slo ellos. De sus ramas ms altas hacamos que nuestra mirada viajara
hacia el Sur, hacia Patibamba y San Gabriel: desde lejos nos extasiaba el aroma dulzn
de sus caaverales. Despus nos embutimos de moras y nueces a ms no poder. Sin
exagerar, saciamos nuestra voracidad como nunca, y nos encontrbamos casi por reven-
tar.
Ya lo dije, ramos dos, simplemente; y ellos, los bandidos, unos ocho rapazuelos. En
realidad no necesitbamos ser ms los jvenes. El Tuku era invencible en todo. Para
qu ms?, me dije seguro de m mismo. El juego era casi una batalla real. En eso sucede,
no s si casualmente, que una pepa de higuera lanzada por una flecha de jebe le dio al
Tuku en los testculos. Aquello, desgraciadamente, merm nuestras fuerzas. Sin embar-
go, seguamos luchando con bravura. Finalmente, nos tomaron por la fuerza y nos con-
vertimos en prisioneros de guerra. Recuerdo que se nos abalanzaron agitando palos de
Huarango y sogas de cabuya. Nos rendimos. Entonces los muchachos se acordaron de
todo lo que haban sufrido con el Tuku, y lo patearon sin piedad mientras a m me daban
de manotazos, que aunque me dolan no podan compararse con lo que le hacan a Ville-
gas. Eran las seis de la tarde ms o menos. Nos amarraron a dos rboles grandes en
medio del bosque, lejos del camino. Las avecillas empezaron a anunciar el crepsculo, y
los grillos a envolvernos en un concierto sin igual, y los rboles a comentar lo sucedido
con suave rumor. Luego los bandidos tuvieron una rpida asamblea. All decidieron a
abandonarnos a nuestra suerte. Antes de irse los ocho pilluelos, sea porque teman de
que al da siguiente se vengara el Tuku con una buena pateadura, sea porque simple-
mente no queran pasarse de la raya con el boxeador callejero, regresaron y me soltaron
las amarras, indicndome que me dejaban libre para que a mi vez le librara al Tuku des-
pus de media hora calculando que se sera el tiempo que demoraran para llegar a la
ciudad. Y me amenazaban de muerte si es que no cumpla con la sentencia.
Se fueron. Se perdieron por el camino orillado de rboles, llevndose en sus carcajadas
desaforadas la claridad del da. Efectivamente permanec libre cerca del rbol donde se
encontraba el Tuku amarrado con sogas de cabuya desde los pies hasta el cuello, las
manos atrs, tambin amarradas fuertemente, de manera que estaba inutilizado. Apenas
poda mover los ojos rojos de clera, y lo peor de todo es que no poda pronunciar palabra
alguna porque haban anudado un bozal. Se desgaitaba dndome rdenes. No poda ni
quera entender sus bravatas. Pas la media hora, luego la hora entera, y el Tuku se des-
haca por decirme algo; pareca que bufaba como toro de lidia. Quise saber que deca y le
baje el bozal hasta el mentn. Pronto me cay una catarata de gramputeada y de carajos.
Sultame, hijo de perra! Apura, carajo, que me cago! Yo lo miraba de frente, rindome.
Haca media hora que haba planeado vengarme. Esto no fue premeditado. Fue cuestin
del momento. Lo decide cuando se cumpli la media hora de plazo que me dieron los
-26-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
otros nios. Y ahora estaba gozando como un loco de sus desatinos. Agarr fuerzas y
valor y le dije: Toma, desgraciado, por todo lo que me has hecho! Entonces, el Tuku
cambi de tctica: empez a tratarme como nunca lo haba hecho. Por favor, Carlos,
hermanito, suelta las amarras que me cago, me duele mucho la barriga. Por Dios que me
cago, por tu madrecita, por lo que ms quieras. Y yo murindome de risa, imperturbable.
Luego retom la actitud primigenia: Sultame, hijo de perra! Carajo, me cago!... y eso
fue todo.
De pronto, sent un olor hediondo, insoportable. El Tuku se cagaba. Efectivamente. Se
ensuciaba y me amenazaba de muerte. Te matar! Lo har maana, pasado, donde
ests, cuando te encuentre. La fetidez me oblig a retirarme a unos metros ms all,
hacia el ro donde me zambull de alegra ropa y todo, lo que no era raro dado el fuerte
calor. En aquel valle andbamos casi desnudos. Al poco rato le puse nuevamente el bozal
y sigui gruendo y haciendo esfuerzos intiles por liberarse.
Te acuerdas Tuku todo lo que me has hecho? Grog, grog, grog escuch su res-
puesta. Me pusiste verde los ojos seis veces, me dislocaste la mueca, me volteaste la
quijada de una patada, me sangrabas cuando queras, y tres das no pude orinar porque
me pateaste en los huevos. Te acuerdas? Grog, grog, grog me gru como chancho
maniatado que lo van a capar.
Es la revancha, desgraciado. Es para que nunca te olvides de m le grit en la cara,
casi mordindole los cachetes.
Permanec a su lado hasta las ocho de la noche. Despus y lo dej solo, llorando de
clera. Sub la cuesta hacia la ciudad y en el camino una parvada de loros me salud
eufrica desde un pisonay. Y, llegu por fin a mi casa luego de pasar por Wanupata,
asustado. Indios y mestizos salan de las chicheras tocando arpa y cantando huaynos
melodiosos de la quebrada de Pachachaca. Ingres en mi hogar, temeroso, y como lo
supona, recib una fuerte reprimenda de mi madre por llegar tarde en vsperas del viaje.
Despus de la cena me mand a dormir, pero no pude hacerlo en toda la noche pensando
en el Tuku. Tal vez habr muerto, me dije. Cuando amaneci despert a mi madre, la
ayud a llevar sus bultos hasta la empresa Tagle y nos fuimos al Cusco. El 14 de se-
tiembre estbamos en el santuario del Seor de Huanca. Yo le rogaba al seor para que
se muriera el Tuku. Ojal se est enterrando en este momento, se lo peda llorando como
a una magdalena. Y si no ha muerto haz que mi muerte en sus manos sea rpida y no me
duela, se lo rogaba. No quera salir del santuario. Rezaba y rezaba sin tregua para que
mis splicas se cumplieran.
Despus, retorn a Abancay con mi madre. Al llegar a casa fing una enfermedad des-
conocida y tom cama para no ir a la escuela, para no verme con el Tuku, para no morir.
Como estaba ya tres das guardando cama estricta, mi madre trajo a casa al Dr. Casaver-
de, quien me vio y me diagnostic una complicacin de amigdalitis e insuficiencia carda-
ca. No me san. Entonces vino a verme el milagroso curandero ybar y me trajo del susto
llamando mi alma a medianoche y dndome pcimas cuyos nombres no recuerdo. Parece
que al final me enferm de veras, porque senta estremecimientos y tena diarrea. Estaba
ya nueve das en cama. Mi madre no saba que hacer y lloraba por las noches viendo que
su hijo querido demoraba en recuperar la salud. Me encontraba tentado de decirlo la ver-
dad, pero me sobrepona y llevaba la fiesta por dentro.
Al dcimo da vinieron a visitarme Jenaro, Ignacio, Zavallita y Federico, mis amigos nti-
mos. Convers como pude de las cosas que haba visto en el Cusco. Ellos me contaban
de la vida de la escuela: Que la seorita Etelvina se va a casar, que Camachito se ha sa-
cado 20 en matemtica y te acuerdas que siempre lo boleaban con cero? Que nuestro
equipo Los balcones negros le gan en fulbito a los grandazos del quinto de primaria.
Que, ahora, el Cuarto est sin el Tuku, sin su peleador invencible. Qu dices Zavallita?
Ha muerto el boxeador?, le zamp dos preguntas desesperadas al hilo. No, no!, me
-27-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
contest. Lo que pasa es que el Tuku ha viajado a Lima. Su padre ha sido cambiado, y se
fueron. Se fueron todos. Sus compaeros le hicimos en el saln una despedida; si vieras,
hermanito, llor el Tuku por nosotros, no quera irse, termin de relatar Zavallita. Entonces
sent que el alma se me vino al cuerpo y slo esper que se fueran aquellos amiguitos
para recuperar la salud. Nunca el tiempo me pareci tan dilatado ni tan impasible. Por fin
se fueron y as volv a recuperar la salud.
Ha pasado tanto tiempo desde entonces; sin embargo, anoche, anoche de manera muy
extraa retornaba de la universidad a casa, sent que alguien me segua. En estos das
difciles no se puede saber qu le puede pasar a uno. Esto es impredecible. Como esta-
mos en medio de una guerra, caminamos por las a merced de los que pugnan con extre-
ma violencia. Es fcil imaginar que uno puede ser vctima de cualquiera de dos partes.
Por eso baj con cuidado de la combi que me trajo a Chanu-Chanu. Ah fue que no tuve
dudas de que alguien me segua. Lo vi de soslayo: era alto fornido y barbudo, y vesta un
sacn azul-marino. Sent la brisa del lago helada sobre mis espaldas, y totalmente aturdi-
do apur el paso para llegar a casa. Camin y camin, pero segua escuchando sus pa-
sos hostigando los mos. Pens rpidamente en todo, incluso en la muerte. La idea de la
muerte me posey y me llen de terror. Llegu a mi casa, tom la llave y en el momento
que abra las cerraduras, not que algo dur me toc la nuca. Volte y vi un revlver relu-
ciente a la luz de la bombilla, que presionaba la base del cerebro. Entra carajo!, escuch
la bronca voz; y cuidado con hacer tonteras: no grites no muevas, ni hagas nada, carajo.
Tembl de miedo y me dio ganas de orinar. Luego ingresamos a mi sala y ah me arrim
hacia la pared encaonndome sobre la frente.
Vas a morir, carajo! Pero antes de morir querrs saber por qu me volvi a caraje-
ar.
Quin eres?, atin a decir.
Un mercenario que est de paso alguien que no le teme a la muerte que nunca le
ha temido. Sabes quin soy?, agreg. Soy el Tuku, carajo! Aquel que tu dejaste ama-
rrado en el rbol del ro Mario, para que me muera, hace ya 35 aos. Te acuerdas? Te
he seguido tanto tiempo para vengarme y por fin te encuentro en Puno, so desgraciado.
Ha llegado tu hora. Bien, ahora morirs. Nadie podr salvarte. Adis, hijo de perra.
Yo estaba seguro de que iba a dispararme. Vi esa resolucin en sus ojos desorbitados.
Entonces arremeti con lo ltimo para cumplir con su venganza. Por mi parte, antes de
morir me di tiempo para pensar en mi esposa y en mis hijos, ausentes de la casa en ese
momento.
No podrs escapar. Morirs a la cuenta de tres, carajo!
Perdname, tuku. Tengo familia. No me mates. Qu va ser de mis hijos. Ten piedad,
Tukito le invoqu llorando a fin de persuadirlo.
Nada, morirs conchas. No podrs escapar! Nadie podr salvarte.
No me mates, Tukito, Tuku lindo.
Morirs a la cuenta de tres. Nadie podr salvarte!... Uno, uno y medio, dos y em-
pez hacer girar el tambor del revolver para colocar la bala en el lugar adecuado y prosi-
gui. Dos y medio y
Un momento, Tuku! Yo puedo salvarlo!, escuch la voz chillona y desesperada de
Pavel, mi hijo de diez aos.
En aquel momento no deseaba sino morirme en el acto para no ver el final de aquel ni-
o, que venciendo sabe Dios cunto terror, pudo salir de su dormitorio y tener la audacia
de enfrentarse al Tuku. Lo miraba y sus ojos estaban enardecidos iguales que los de Vi-
llegas. No me explicaba cmo poda caber tanta fuerza de voz y tanto valor en aquel pe-
queo cuerpo que se mantena enhiesto frente a mi agresor.
-28-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
De dnde, carajos, ha salido esta lagartija? Piojo de mierda! le espet su odio,
casi silabeando la ltima interjeccin. Luego, cambi de actitud y se ri como un desqui-
ciado sin remedio. Ja, ja ,ja, ja! Y cmo crees que vas a salvarlo, insecto inservible?
Yo s como salvarlo volv a escuchar aquella vocecita trmula y estentrea, mien-
tras me desvaneca.
Cmo, carajo? le grit poniendo el dedo en el gatillo.
Me salt las lgrimas por la impotencia. Me sent un insecto al dejar morir a mi hijo en
esas condiciones. La hora final llegaba inexorable, claro, primero para mi hijo, y despus,
para m. Otro chillido desgarrador interrumpi mis cavilaciones.
Escucha bien, Tuku asesino. Puedo hacer lo siguiente para malograr tus planes! se
desgait agitadsimo mi pobre hijo, azotando ferozmente con la estridencia de su voz el
rostro petrificado del Tuku Villegas; y luego mirndome a los ojos, agreg: Despierta
padre, te libero de esta pesadilla!
Ahora, en efecto, haciendo un esfuerzo sobrehumano, logro, al fin, salir de esta pesadi-
lla; y estoy despierto, ansioso, baado en sudor y con esta angustia que me provoca un
vaci atroz en el diafragma.
Feliciano Padilla
-29-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CAPITULO IV
-30-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Aquel da estaba fray Gmez en vena de hacer milagros, pues cuando sali de su celda
se encamin a la enfermera, donde encontr a San Francisco Solano acostado sobre una
tarima, vctima de una furiosa jaqueca. Plsole el lego y le dijo:
Su paternidad est muy dbil, y hara bien en tomar algn alimento.
Hermano contest el santo, no tengo apetito.
Haga un esfuerzo, reverendo padre, pase siquiera un bocado.
Y tanto insisti el refitolero, que el enfermo, por librarse de exigencias que picaban ya en
majadera, ide pedirle lo que hasta para el virrey habra sido imposible conseguir, por no
ser la estacin propicia para satisfacer el antojo.
Pues mire, hermanito, slo comera con gusto un par de pejerreyes.
Fray Gmez meti la mano derecha dentro de la manga izquierda, y sac un par de pe-
jerreyes tan fresquitas que parecan acabados de salir del mar.
Aqu los tiene su paternidad, y que en salud se le conviertan. Voy a guisrselos.
Y ello es que con los benditos pejerreyes qued San Francisco curado como por ensal-
mo.
Me parece que estos dos milagritos de que incidentalmente me he ocupado son paja pi-
cada. Dejo en mi tintero otros muchos de nuestro lego, porque no me he propuesto relatar
su vida y milagros.
Sin embargo, apuntar, para satisfacer curiosidades exigentes, que sobre la puerta de la
primera celda del pequeo claustro, que hasta hoy sirve de enfermera, hay un lienzo pin-
tado al leo representando estos dos milagros con la siguiente inscripcin:
El Venerable Fray Gmez. Naci en Extremadura el 1560. Visti el hbito en Chuquisa-
ca en 1580. Vino a Lima en 1587. Enfermero fue cuarenta aos, ejercitando todas las vir-
tudes, dotado de favores y dones celestiales. Fue su vida un continuado milagro. Falleci
el 2 de mayo de 1631, con fama de santidad. En el ao siguiente se coloc su cadver en
la capilla de Arnzazu, en 13 de octubre de 1810 se pas debajo del altar mayor, a la
bveda donde son sepultado los padres del convento. Presenci la traslacin de los res-
tos el seor doctor don Bartolom Mara de las Heras. Se restaur este venerable retrato
en 30 de noviembre de 1882, por M. Zamudio.
II
Estaba una maana fray Gmez en su celda entregado a la meditacin, cuando dieron a
la puerta unos discretos golpecitos y una voz de quejumbroso timbre dijo:
Deo gratias Alabado sea el seor!
Por siempre jams, amn. Entre hermanito contest fray Gomz.
Y penetr en la humildsima celda un individuo algo desarrapado, vera efigie del hombre
a quien acongojan las pobrezas, pero en cuyo rostro se dejaba adivinar la proverbial hon-
radez del castellano viejo.
Todo el mobiliario de la celda se compona de cuatro sillones de vaqueta, una mesa
mugrienta, y una tarima sin colchn, sbanas ni abrigo, y con una piedra por cabeza o
almohada.
Tome asiento, hermano, y dgame sin rodeos lo que por ac le trae dijo fray Gmez.
Es el caso, padre, que soy hombre de bien a carta cabal
Se le conoce y que persevere deseo, que as merecer en esta vida terrena la paz de
la conciencia, y en la otra bienaventuranza.
Y es el caso que soy buhonero, que vivo cargado de familia y que mi comercio no
cunde por falta de medios, que no por holgazanera y escasez de industria en m.
Me alegro, hermano, que a quien honradamente trabaja Dios le acude.
Pero es el caso, padre, que hasta ahora Dios se me hace el sordo y en acorrerme tar-
da.
No desespere, hermano; no desespere.
-31-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Pues es el caso que a muchas puertas he llegado en demanda de habilitacin por
quinientos duros, y todas las he encontrado con cerrojo y cerrojillo. Y es el caso que ano-
che, en mis cavilaciones, yo mismo me dije a m mismo: Ea! Jeromo, buen nimo y
vete a pedir dinero a fray Gmez, que si l lo quiere, mendicante y pobre como es, medio
encontrar para sacarte del apuro. Y es el caso que aqu estoy porque he venido, y a su
paternidad le pido y ruego que me preste esa puchuela por seis meses, seguro que no
ser por m por quien se diga:
Cmo ha podido imaginarse hijo que en esta triste celda encontrara ese caudal?
Es el caso, padre, que no acertara a responderle; pero tengo fe en que no me de-
jar ir desconsolado.
La fe lo salvar, hermano. Espere un momento.
Y paseando los ojos por las desnudas y blanqueadas paredes de la celda, vio un
alacrn que caminaba tranquilamente sobre el marco de la ventana. Fray Gmez
arranc una pgina de un libro viejo, dirigise a la ventana, cogi con delicadeza a la
sabandija, la envolvi en el papel, y tornndose hacia el castellano viejo, le dijo:
Tome buen hombre, y empea esta alhajita; no olvide, s, devolvrmela dentro de
seis meses.
El buhonero se deshizo en frases de agradecimiento, se despidi de fray Gmez y
ms que de prisa se encamin hacia la tienda de un usurero.
La joya era esplndida, verdadera alhaja de reina morisca, por decir lo menos. Era
un prendedor figurando un alacrn. El cuerpo lo formaba una magnfica esmeralda
engarzada sobre oro, y la cabeza un grueso brillante con dos rubes por ojos.
El usurero, que era hombre conocedor, vio la alhaja con codicia, y ofreci al aceptar
otro prstamo que el de quinientos duros por seis meses, y con un inters judaco, se
entiende. Extendironse y firmronse los documentos o papeletas de estilo, acari-
ciando el agiotista la esperanza de que a la postre el dueo de la prenda acudira por
ms dinero, que con el recargo de intereses lo convertira en propietario de joya tan
valiosa por su mrito intrnseco.
Y con este capitalito fule tan prsperamente en su comercio que a la terminacin
del plazo pudo desempear la prenda, y, envuelta en el mismo papel es que la reci-
biera, se la devolvi a fray Gmez.
ste tom el alacrn, lo puso sobre el alfizar de la ventana, le ech una bendicin y
dijo:
Animalito de Dios, sigue tu camino.
Y el alacrn ech a andar libremente por las paredes de la celda.
Y vieja pelleja,
aqu dio fin la conseja.
Ricardo Palma
-32-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
EL CABALLERO CARMELO
-33-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
--- Cocorocooo!
--- Para pap! -dijo mi hermano.
As entr en nuestra casa este amigo ntimo de nuestra infancia ya pasada, a quien
acaeciera historia digna de relato, cuya memoria perdura an en nuestro hogar como
una sombra alada y triste: el Caballero Carmelo.
II
Amaneca, en Pisco, alegremente. A la agona de las sombras nocturnas, en el
frescor del alba, en el radiante despertar del da, sentamos los pasos de mi madre en
el comedor, preparando el caf para pap. Marchbase ste a la oficina. Despertaba
ella a la criada, chirriaba la puerta de la calle con sus mohosos goznes; oase el canto
del gallo que era contestado a intervalos por todos los de la vecindad; sentase el rui-
do del mar, el frescor de la maana, la alegra sana de la vida. Despus mi madre
vena a nosotros, nos haca rezar, arrodillados en la cama con nuestras blancas cami-
sas de dormir; vestanos luego, y, al concluir nuestro tocado, se anunciaba a lo lejos
la voz del panadero. Llegaba ste a la puerta y saludaba. Era un viejo dulce y bueno,
y haca muchos aos, al decir de mi madre, que llegaba todos los das, a la misma
hora, con el pan calientito y apetitoso, montado en su burro, detrs de los dos "capa-
chos" de cuero, repletos de toda clase de pan: hogazas, pan francs, pan de mante-
cado, rosquillas...
Madre escoga el que habamos de tomar y mi hermana Jess lo reciba en el ces-
to. Marchbase el viejo, y nosotros, dejando la provisin sobre la mesa del comedor,
cubierta de hule brillante, bamos a dar de comer a los animales. Cogamos las ma-
zorcas de apretados dientes, las desgranbamos en un cesto y entrbamos al corral
donde los animales nos rodeaban. Volaban las palomas, picotebanse las gallinas por
el grano, y entre ellas, escabullanse los conejos. Despus de su frugal comida, hac-
an grupo alrededor nuestro. Vena hasta nosotros la cabra, refregando su cabeza en
nuestras piernas; piaban los pollitos; tmidamente se acercaban los conejos blancos
con su largas orejas, sus redondos ojos brillantes y su boca de nia presumida; Ios
patitos, recin "sacados", amarillos como la yema de huevo, trepaba en un panto de
agua, cantaba, desde su rincn, entrabado, el Carmelo; y el pavo, siempre orgulloso,
alharaquero y antiptico, haca por daarnos, mientras los patos, balancendose co-
mo dueas gordas hacan, por lo bajo, comentarios sobre la actitud poco gentil del
petulante.
Aquel da, mientras contemplbamos a los discretos animales, escap se del corral
el Pelado, un polln sin plumas, que pareca uno de aquellos jvenes de diez y siete
aos, flacos y golosos. Pero el Pelado a ms de eso era pendenciero y escandaloso,
y aquel da, mientras la paz era en el corral y los otros coman el modesto grano, l,
en pos de mejores viandas, habase encaramado en la mesa del comedor y roto va-
rias piezas de nuestra limitada vajilla.
En el almuerzo tratse de suprimirlo, y, cuando mi padre supo sus fechoras, dijo
pausadamente:
---Nos lo comeremos el domingo...
Defendilo mi tercer hermano, Anfiloquio, su poseedor, suplicante y lloroso. Dijo
que era un gallo que hara cras esplndidas. Agreg que desde que haba llegado el
Carmelo todos miraban mal al Pelado, que antes era la esperanza del corral y el nico
que mantena la aristocracia de la aficin y de la sangre fina.
--- Cmo no matan ---deca en su defensa del gallo--- a los patos que no hacen
ms que ensuciar el agua, ni al cabrito que el otro da aplast un pollo, ni al puerco
que todo lo enloda y slo sabe comer y gritar, ni a las palomas que traen la mala suer-
te. ..?
-34-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Se adujo razones. El cabrito era un bello animal, de suave piel, alegre, simptico,
inquieto, cuyos cuernos apenas apuntaban; adems, no estaba comprobado que
hubiera muerto al pollo. El puerco mofletudo haba sido criado en casa desde peque-
o, y las palomas, con sus alas de abanico, eran la nota blanca, subanse a la cornisa
a conversar en voz baja, hacan sus nidos con amoroso cuidado y se sacaban el maz
del buche para darlo a sus polluelos.
El pobre Pelado estaba condenado. Mis hermanos pidieron que se le perdonase,
pero las roturas eran valiosas y el infeliz slo tena un abogado, mi hermano y su se-
or, de poca influencia. Viendo ya perdida su defensa y estando la audiencia al final,
pues iban a partir la sandia inclin la cabeza. Dos gruesas lgrimas cayeron sobre el
plato, como un sacrificio, un sollozo se ahog en su garganta. Callamos todos. Le-
vantse mi madre, acercse al muchacho, lo bes en la frente, y le dijo:
--- No llores; no nos lo comeremos...
III
Quien sale de Pisco, de la plazuela sin nombre, salitrosa y tranquila, vecina a la Es-
tacin y torna por la calle del Castillo que hacia el sur se alarga, encuentra, al terminar
una plazuela, donde quemaban a Judas el Domingo de Pascua de Resurreccin, de-
solado lugar en cuya arena verdeguean a trechos las malvas silvestres. Al lado del
poniente, en vez de casas, extiende el mar su manto verde, cuya espuma teje compli-
cados encajes al besar la hmeda orilla.
Termina en ella el puerto y, siguiendo hacia el sur, se va por estrecho y arenoso
camino, teniendo a diestra el mar y a izquierda mano angostsima faja, ora frtil, ora
infecunda, pero escarpada siempre, detrs de la cual, a oriente, extindese el desierto
cuya entrada vigilan, de trecho en trecho, corno centinelas, una que otra palmera
desmedrada, alguna higuera nervuda y enana y los "touces" siempre coposos y
frgiles. Ondea en el terreno la "hierba del alacrn", verde y jugoda al nacer, quebra-
diza en sus mejores das, y en la vejez, bermeja como la sangre de buey. En el fondo
del desierto, como si temieran su silenciosa aridez, las palmeras nense en pequeos
grupos, tal como lo hacen los peregrinos al cruzarlo y, ante el peligro, los hombres.
Siguiendo el camino, divsase en la costa, en la borrosa y vibrante vaguedad mari-
na, San Andrs de los Pescadores, la aldea de sencillas gentes, que eleva sus casu-
chas entre la rumorosa orilla y el estril desierto. All las palmeras se multiplican y la
higueras dan sombra a los hogares tan plcida y fresca, que parece que no fueran
malditas del buen Dios, o que su maldicin hubiera caducado; que bastante castigo
recibi la que sostuvo en sus ramas al traidor y todas sus flores dan fruto que al ma-
durar revientan.
En tan peregrina aldea, de caprichoso plano, levntanse las casuchas de frgil ca-
a y estera leve, junto a las palmeras que a la puerta vigilan. Limpio y brillante, repo-
sando en la arena blanda sus caderas amplias, duerme a la puerta el bote pescador,
con sus velas plegadas, sus remos tendidos como tranquilos brazos que descansan,
entre los cuales yace con su muda y simblica majestad el timn grcil, la cabeza que
"achica" el agua mar afuera y las sogas retorcidas como serpientes que duermen.
Cubre, piadosamente, la pequea nave, cual blanca mantilla, la pescadora red circun-
dada de caireles de liviano corcho.
En las horas de medioda, cuando el aire en la sombra invita al sueo, junto a la
nave teje la red el pescador abuelo; sus toscos dedos anudan el lino que ha de enre-
dar al sorprendido pez; raspa la abuela el plateado lomo de los que las vsperas trajo
la nave; saltan al sol, como chispas, las escamas, y el perro husmea en los despojos.
Al lado, en el corral que cercan enormes huesos de ballenas, trepan los chiquillos
desnudos sobre el asno pensativo, o se tuestan al sol en la orilla; mientras, bajo la
-35-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
ramada, el ms fuerte pule el remo, la moza fresca y gil saca agua del pozuelo y las
gaviotas alborozadas recorren la mansin humilde dando gritos extraos.
Junto al bote, duerme el hombre del mar, el fuerte mancebo embriagado por la bri-
sa caliente y por la tibia emanacin de la arena, su dulce suerlo de justo, con el pan-
taln corto, las musculosas pantorillas cruzadas en cuyos duros pies de redondos de-
dos, pirdense, como escamas, las diminutas uas, la cara tostada por el aire y el sol,
la boca entreabierta que deja pasar la respiracin tranquila, y el fuerte pecho desnudo
que se levanta rtmicamente, con el ritmo de la Vida, el ms armonioso que Dios ha
puesto sobre el mundo.
Por las calles no transitan al medio da las personas y nada turba la paz en aquella
aldea, cuyos habitantes no son ms numerosos que los dtiles de sus veinte palme-
ras. Iglesia ni cura haban, en mi tiempo, las gentes de San Andrs. Los domingos, al
clarear el alba, iban al puerto, con los jumentos cargados de corvinas frescas y luego,
en la capilla, cumplan con Dios. Buenas gentes, de dulces rostros, tranquilo mirar,
morigeradas y sencillas, indios de la ms pura cepa, descendientes remotos y ciertos
de los hijos del Sol, cruzaban a pie todos los caminos, como en la Edad Feliz delinca,
atravesaban en caravana inmensa la costa para llegar al templo y orculo del buen
Pachacamac, con la ofrenda en la alforja, la pregunta en la memoria y la Fe en el
sencillo espritu.
Jams ria alguna manch sus claros anales; morales y austeros, labios de marido
besaron siempre labios de esposa; y el amor, fuente inagotable de odios y maldecires,
era entre ellos, tan normal y apacible como alguno de sus pozos. De fuertes padres,
nacan, sin comadronas, rozagantes muchachos, en cuyos miembros la piel haca
gruesas arrugas; aires marinos henchan sus pulmones, y crecan sobre la arena cal-
deada, bajo el sol ubrrimo, hasta que aprendan a lanzarse al mar ya manejar los
botes de piquete que, zozobrando en las olas les enseaban a domear la marina
furia.
Maltones, musculosos, inocentes y buenos, pasaban su juventud hasta que el cura
de Pisco una a las parejas que formaban un nuevo nido, compraban un asno y se
lanzaban a la felicidad, mientras las tortugas centenarias del hogar paterno vean
desenvolverse, impasibles, las horas -filosficas, cansadas y pesimistas, mirando con
llorosos ojos desde la playa, el mar, al cual no intentaban volver nunca- y al crepscu-
lo de cada da, lloraban, pero, hundido el sol, metan la cabeza bajo la concha poli-
drica y dejaban pasar la vida llenas de experiencia, sin Fe, lamentndose siempre del
perenne mal, pero inactivas, inmviles, infecundas, y solas.
IV
Esbelto, magro, musculoso y austero, su afilada cabeza roja era la de un hidalgo al-
tivo, caballeroso, justiciero y prudente. Agallas bermejas, delgada cresta de encendido
color, ojos vivos y redondos, mirada fiera y perdonadora, acerado pico agudo. La cola
haca un arco de plumas tornasoles, su cuerpo de color carmelo avanzaba en el pe-
cho audaz y duro. Las piernas fuertes que estacas musulmanas y agudas defendan,
cubiertas de escamas, parecan las de un armado caballero medioeval.
Una tarde, mi padre, despus del almuerzo, nos dio la noticia. Haba aceptado una
apuesta para la jugada de gallos de San Andrs el 28 de julio. No haba podido evitar-
lo. Le haban dicho que el Carmelo, cuyo prestigio era mayor que el del alcalde, no
era un gallo de raza. Molestse mi padre. Cambironse frases y apuestas y acept.
Dentro de un mes topara el Carmelo con el Ajiseco de otro aficionado, famoso gallo
vencedor, como el nuestro, en muchas lides singulares. Nosotros recibimos la noticia
con profundo dolor. El Carmelo ira a un combate y a luchar a muerte, cuerpo a cuer-
po, con un gallo ms fuerte y ms joven. Haca ya tres aos que estaba en casa, hab-
-36-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
a l envejecido mientras crecamos nosotros. Por qu aquella crueldad de hacerlo
pelear? ...
Lleg el terrible da. Todos en casa estbamos tristes. Un hombre haba venido
seis das seguidos a preparar al Carmelo. A nosotros ya no nos permitan ni verlo. El
da 28 de julio, por la tarde, vino el preparador y de una caja llena de algodones sac
una media luna de acero con unas pequeas correas: era la navaja, la espada del
soldado. El hombre la limpiaba, probndola en la ua, delante de mi padre. A los po-
cos minutos, en silencio, con una calma trgica, sacaron al gallo que el hombre carg
en sus brazos como a un nio. Un criado llevaba la cuchilla y mis dos hermanos le
acompaaron.
--- Qu crueldad! --- dijo mi madre.
Lloraban mis hermanas, y la ms pequea, Jess, me dijo en secreto, antes de sa-
lir:
--- Oye, anda junto con l... Cudalo... iPobrecito!...
LIevse la mano a los ojos, echse a llorar y yo sal precipitadamente, y hube de
correr unas cuadras para poder alcanzarlos.
V
Llegamos a San Andrs. El pueblo estaba de fiesta. Banderas peruanas agitbanse
sobre las casas por el da de la Patria, que all saban celebrar con una gran jugada
de gallos a la que solan ir todos los hacendados y ricos hombres del valle. En vento-
rrillos, a cuya entrada haba arcos de sauce envueltos en colgaduras, y de los cuales
pendan alegres quitasueos de cristal, vendan chicha de bonito, butifarras, pescado
fresco asado en brasas y anegado en cebollones y vinagre. El pueblo los invada, par-
lanchn y endomingado con sus mejores trajes. Los hombres de mar lucan camisetas
nuevas de horizontales franjas rojas y blancas, sombreros de junco, alpargatas y pa-
uelos anudados al cuello.
Nos encaminamos a "la cancha". Una frondosa higuera daba acceso al circo, bajo
sus ramas enarcadas. Mi padre, rodeado de algunos amigos, se instal. Al frente es-
taba el juez ya su derecha el dueo del paladn Ajiseco. Son una campanilla, aco-
modronse las gentes y empez la fiesta. Salieron por lugares opuestos dos hombres,
llevando cada uno un gallo. Lanzronlos al ruedo con singular ademn. Brillaron las
cuchillas, mirronse los adversarios, dos gallos de dbil contextura, y uno de ellos
cant. Colrico respondi el otro echndose al medio circo; mirronse fijamente; alar-
garon los cuellos, erizadas las plumas, y se acometieron. Hubo ruido de alas, plumas
que volaron, gritos de muchedumbre y, a los pocos segundos de jadeante lucha, cay
uno de ellos. Su cabecita afilada y roja bes el suelo, y la voz del juez:
--- Ha enterrado el pico, seores!
Bati las alas el vencedor. Aplaudi la multitud enardecida, y ambos gallos san-
grando, fueron sacados del ruedo. La primera jornada haba terminado. Ahora entraba
el nuestro: el Caballero Carmelo. Un rumor de expectacin vibr en el circo:
--- EI Ajiseco y el Carmelo!
--- Cien soles de apuesta!...
Son la campanilla del juez y yo empec a temblar.
En medio de la expectacin general, salieron los dos hombres, cada uno con su ga-
llo. Se hizo un profundo silencio y soltaron a los rivales. Nuestro Carmelo aliado del
otro era un gallo viejo y achacoso; todos apostaban al enemigo, como augurio de que
nuestro gallo iba a morir. No falt aficionado que anunciara el triunfo del Carmelo, pe-
ro la mayora de las apuestas favoreca al adversario. Una vez frente al enemigo, el
Carmelo empez a picotear, agit las alas y cant estentreamente. El otro, que en
verdad no pareca un gallo fino de distinguida sangre y alcurnia, haca cosas tan petu-
-37-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
lantes cuan humanas; miraba con desprecio a nuestro gallo y se paseaba como due-
o de la cancha. Enardecironse los nimos de los adversarios, llegaron al centro y
alargaron sus erizados cuellos, tocndose los picos sin perder terreno. El Ajiseco dio
la primera embestida; entablse la lucha; las gentes presenciaban en silencio la sin-
gular batalla y yo rogaba a la Virgen que sacara con bien a nuestro viejo paladn.
Batase l con todos los aires de un experto luchador, acostumbrado a las artes
azarosas de la guerra. Cuidaba poner las patas armadas en el enemigo pecho, jams
picaba a su adversario ---que tal cosa es cobarda--- mientras que ste, bravucn y
necio, todo quera hacerlo a aletazos y golpes de fuerza. Jadeantes, se detuvieron un
segundo: Un hilo de sangre corra por la piema del Carmelo. Estaba herido, mas pa-
reca no darse cuenta de su dolor. Cruzronse nuevas apuestas en favor del Ajiseco y
las gentes felicitaban ya al poseedor del menguado. En su nuevo encuentro, el Car-
melo cant, acordse de sus tiempos y acometi con tal furia que desbarat al otro de
un solo impulso. Levantse ste y la lucha fue cruel e indecisa. Por fin, una herida
grave hizo caer al Carmelo, jadeante...
--- Bravo! Bravo el Ajiseco! ---gritaron sus partidarios, creyendo ganada la prueba.
Pero el juez, atento a todos los detalles de la lucha y con acuerdo de cnones dijo:
--- Todava no ha enterrado el pico, seores!
En efecto, incorporse el Carmelo. Su enemigo, como para humillarlo, se acerc a
l, sin hacerle dao. Naci entonces, en medio del dolor de la cada, todo el coraje de
los gallos de "Caucato". Incorporado el Carmelo, como un soldado herido, acometi
de frente y definitivo sobre su rival, con un estocada que lo dej muerto en el sitio.
Fue entonces cuando el Carmelo que se desangraba, se dej caer, despus que el
Ajiseco haba enterrado el pico. La jugada estaba ganada y un clamoreo incesante se
levant en la cancha. Felicitaron a mi padre por el triunfo, y, como esa era la jugada
ms interesante, se retiraron del circo, mientras resonaba un grito de entusiasta:-Viva
el Carmelo!Yo y mis hermanos lo recibimos y lo condujimos a casa, atravesando por
la orilla del mar el pesado camino y soplando aguardiente bajo las alas del triunfador
que desfalleca.
VI
Dos das estuvo el gallo sometido a toda clase de cuidados. Mi hermana Jess y yo
le dbamos maz, se lo ponamos en el pico; pero el pobrecito no poda comerlo ni
incorporarse. Una gran tristeza reinaba en la casa. Aquel segundo da, despus del
colegio, cuando fuimos yo y mi hermana a verlo, lo encontramos tan decado que nos
hizo llorar. Le dbamos agua con nuestras manos, le acaricibamos, le ponamos en
el pico rojos granos de granada. De pronto el gallo se incorpor. Caa la tarde y, por la
ventana del cuarto donde estaba entr la luz sangrienta del crepsculo. Acercse a la
ventana, mir la luz, agit dbilmente las alas y estuvo largo rato en la contemplacin
del cielo. Luego abri nerviosamente las alas de oro, enseorese y cant. Retrocedi
unos pasos, inclin el tornasolado cuello sobre el pecho, tembl, desplomse, y estir
sus dbiles patitas escamosas y, mirndonos, mirndonos amoroso, expir apacible-
mente.
Echamos a llorar. Fuimos en busca de mi madre, y ya no lo vimos ms. Sombra
fue la comida aquella noche. Mi madre no dijo una sola palabra y, bajo la luz amari-
llenta de llamparn todos nos mirbamos en silencio. Al da siguiente, en el alba, en la
agona de las sombras nocturnas, no se oy su canto alegre.
As pas por el mundo aquel hroe ignorado, aquel amigo tan querido de nuestra
niez: El Caballero Carmelo, flor y nata de paladines y ltimo vstago de aquellos ga-
llos de sangre y raza, cuyo prestigio unnime fue orgullo, por muchos aos, de todo el
verde y fecundo valle de Caucato.
-38-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
-39-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
cuando permanecen quietos, como orando sobre las rocas. Pero no poda alzar las
orejas.
Golpendolo con la bota, sin patearlo fuerte, el patrn derribaba al hombrecito so-
bre el piso de ladrillo del corredor.
Recemos el Padrenuestro deca luego el patrn a sus indios, que esperaban
en fila.
El pongo se levantaba a pocos, y no poda rezar porque no estaba en el lugar que
le corresponda ni ese lugar corresponda a nadie.
En el oscurecer, los siervos bajaban del corredor al patio y se dirigan al casero de
la hacienda.
Vete pancita! sola ordenar, despus, el patrn al pongo.
Y as, todos los das, el patrn haca revolcarse a su nuevo pongo, delante de la
servidumbre. Lo obligaba a rerse, a fingir llanto. Lo entreg a la mofa de sus iguales,
los colonos*.
Pero... una tarde, a la hora del Ave Mara, cuando el corredor estaba colmado de
toda la gente de la hacienda, cuando el patrn empez a mirar al pongo con sus den-
sos ojos, ese hombrecito, habl muy claramente. Su rostro segua un poco espanta-
do.
Gran seor, dame tu licencia; padrecito mo, quiero hablarte dijo.
El patrn no oy lo que oa.
Qu? T eres quien ha hablado u otro? pregunt.
Tu licencia, padrecito, para hablarte. Es a ti a quien quiero hablarte repiti el
pongo.
Habla... si puedes contest el hacendado.
Padre mo, seor mo, corazn mo empez a hablar el hombrecito. So
anoche que habamos muerto los dos juntos; juntos habamos muerto.
Conmigo? T? Cuenta todo, indio le dijo el gran patrn.
Como ramos hombres muertos, seor mo, aparecimos desnudos. Los dos jun-
tos; desnudos ante nuestro gran Padre San Francisco.
Y despus? Habla! orden el patrn, entre enojado e inquieto por la curiosi-
dad.
Vindonos muertos, desnudos, juntos, nuestro gran Padre San Francisco nos
examin con sus ojos que alcanzan y miden no sabemos hasta qu distancia. A ti y a
m nos examinaba, pensando, creo, el corazn de cada uno y lo que ramos y lo que
somos. Como hombre rico y grande, t enfrentabas esos ojos, padre mo.
Y t?
No puedo saber cmo estuve, gran seor. Yo no puedo saber lo que valgo.
Bueno, sigue contando.
Entonces, despus, nuestro Padre dijo con su boca: "De todos los ngeles, el
ms hermoso, que venga. A ese incomparable que lo acompae otro ngel pequeo,
que sea tambin el ms hermoso. Que el ngel pequeo traiga una copa de oro, y la
copa de oro llena de la miel de chancaca ms transparente".
Y entonces? pregunt el patrn.
Los indios siervos oan, oan al pongo, con atencin sin cuenta pero temerosos.
Dueo mo: apenas nuestro gran Padre San Francisco dio la orden, apareci un
ngel, brillando, alto como el sol; vino hasta llegar delante de nuestro Padre, cami-
nando despacio. Detrs del ngel mayor marchaba otro pequeo, bello, de luz suave
como el resplandor de las flores. Traa en las manos una copa de oro.
Y entonces? repiti el patrn.
"Angel mayor: cubre a este caballero con la miel que est en la copa de oro; que
tus manos sean como plumas cuando pasen sobre el cuerpo del hombre", diciendo,
-40-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
orden nuestro gran Padre. Y as, el ngel excelso, levantando la miel con sus ma-
nos, enluci tu cuerpecito, todo, desde la cabeza hasta las uas de los pies. Y te er-
guiste, solo; en el resplandor del cielo la luz de tu cuerpo sobresala, como si estuvie-
ra hecho de oro, transparente.
As tena que ser dijo el patrn, y luego pregunt:
Y a ti?
Cuando t brillabas en el cielo, nuestro Gran Padre San Francisco volvi a or-
denar: "Que de todos los ngeles del cielo venga el de menos valor, el ms ordinario.
Que ese ngel traiga en un tarro de gasolina excremento humano".
Y entonces?
Un ngel que ya no vala, viejo, de patas escamosas, al que no le alcanzaban
las fuerzas para mantener las alas en su sitio, lleg ante nuestro gran Padre; lleg
bien cansado, con las alas chorreadas, trayendo en las manos un tarro grande. "Oye
viejo orden nuestro gran Padre a ese pobre ngel, embadurna el cuerpo de este
hombrecito con el excremento que hay en esa lata que has trado; todo el cuerpo, de
cualquier manera; cbrelo como puedas. Rpido!". Entonces, con sus manos nudo-
sas, el ngel viejo, sacando el excremento de la lata, me cubri, desigual, el cuerpo,
as como se echa barro en la pared de una casa ordinaria, sin cuidado. Y aparec
avergonzado, en la luz del cielo, apestando...
As mismo tena que ser afirm el patrn. Contina! O todo concluye all?
No, padrecito mo, seor mo. Cuando nuevamente, aunque ya de otro modo,
nos vimos juntos, los dos, ante nuestro Gran padre San Francisco, l volvi a mirar-
nos, tambin nuevamente, ya a ti ya a mi, largo rato. Con sus ojos que colmaban el
cielo, no s hasta qu honduras nos alcanz, juntando la noche con el da, el olvido
con la memoria. Y luego dijo: "Todo cuanto los ngeles deban hacer con ustedes ya
est hecho. Ahora lmanse el uno al otro! Despacio, por mucho tiempo". El viejo
ngel rejuveneci a esa misma hora; sus alas recuperaron su color negro, su gran
fuerza. Nuestro Padre le encomend vigilar que su voluntad se cumpliera.
(*) Indio que pertenece a la hacienda.
Jos Mara Arguedas
CALIXTO GARMENDIA
-41-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
das, seor, y asunto concluido. Pasaba el alfrez de gendarmes. Buenos das, alf-
rez, y nada ms. Pasaba el juez y lo mismo. As era mi padre con los mandones.
Ellos hubieran querido que le tuviera miedo o les pidiese o les debiera algo. Se acos-
tumbraban a eso los que mandan. Mi padre le disgustaba. Y no acababa ah la cosa.
De repente vena gente del pueblo, ya sea indios, cholos o blancos pobres. De a diez,
de veinte o tambin en poblada llegaban: Don Calixto encabcenos para hacer este
reclamo. Mi padre se llamaba Calixto. Oa de lo que se trataba, se le pareca bien
aceptaba y sala a la cabeza de la gente, que daba vivas y meta harta bulla, para
hacer el reclamo. Hablaba con buena palabra. A veces haca ganar a los reclamado-
res y otras perda, pero el pueblo siempre le tena confianza. Abuso que se cometa,
ah estaba mi padre para reclamar al frente de los perjudicados. Las autoridades y los
ricos del pueblo, dueos de haciendas y fundos, le tenan echado el ojo para partirlo
en la primera ocasin. Consideraban altanero a mi padre y no los dejaba tranquilos. El
ni se daba cuenta y viva como si nada le pudiera pasar. Haba hecho un silln gran-
de, que pona en el corredor. Ah sola sentarse, por las tardes, a conversar con los
amigos. Lo que necesitamos es justicia, deca. El da que el Per tenga justicia ser
grande. No dudaba de que la habra y se torca los mostachos con satisfaccin, pre-
dicando: No debemos consentir abusos.
Sucedi que vino una epidemia de tifo, y el panten del pueblo se llen con los
muertos del propio pueblo y los que traan del campo. Entonces las autoridades echa-
ron mano de nuestro terrenito para panten. Mi padre protest diciendo que tomaran
tierra de los ricos, cuyas haciendas llegaban hasta la propia salida del pueblo. Dieron
de pretexto que el terreno de mi padre estaba ya cercado, pusieron gendarmes y co-
menz el entierro de muertos. Quedaron en darle una indemnizacin de setecientos
soles, que era algo en esos aos, pero que autorizacin, que requisitos, que papeleo,
que no hay plata en este momento Se la estaban cobrando a mi padre, para ejem-
plo de reclamadores. Un da despus de discutir con el alcalde, mi viejo se puso a
afilar una cuchilla y, para ir a lo seguro, tambin un formn. Mi madre algo le vera en
la cara y se le prendi del cogote y le llor dicindole que nada sacaba con ir a la
crcel y dejarnos a nosotros ms desamparados. Mi padre se contuvo como quebrn-
dose. Yo era nio entonces y me acuerdo de todo eso como se hubiera pasado esta
tarde.
Mi padre no era hombre que renunciara a su derecho. Comenz a escribir cartas
exponiendo la injusticia. Quera conseguir que al menos le pagaran. Un escribano le
haca las cartas y le cobraba dos soles cada una. Mi pobre escritura no vala para
eso. El caso fue que mi padre despach dos o tres cartas al diputado por la provincia.
Otras al senador por el departamento. Silencio. Por ltimo, mand cartas a los perio-
-42-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
distas de Almagro y a los de Lima. El postilln llegaba una vez por semana, jalando
una mula cargado con la valija del correo. Pasaba por la puerta de la casa y mi padre
se le iba detrs y esperaba en la oficina de despacho hasta que clasificaban la co-
rrespondencia. A veces, yo tambin iba. Carta por Calixto Garmendia?, preguntaba
mi padre. El interventor, que era un viejito flaco y bonachn tomaba las cartas que
estaba en la casilla de la G, las iba leyendo y al final deca: Nada, amigo. Mi padre
sala comentando que la prxima vez habra carta. Con los aos, afirmaba que al me-
nos los peridicos responderan. Arizmendi me ha dicho que, por lo regular, los peri-
dicos creen que asuntos como esos carecen de inters general. Esto, en el caso de
que los mismos no estn a favor del gobierno y sus autoridades y callen cuanto pueda
perjudicarlos. Mi padre tard en desengaarse de reclamar lejos y estar yndose por
las alturas, varios aos. Un da, a la desesperada, fue a sembrar la parte del panten
que an no tena cadveres, para afirmar su propiedad. Lo tomaron preso los gen-
darmes, mandados por el subprefecto en persona, y estuvo dos das en la crcel. Los
trmites estaban ultimados y el terreno era de propiedad municipal legalmente. Cuan-
do mi padre iba a hablar con el Sindico de Gastos del Municipio, el tipo habra el cajn
del escritorio y deca como si ah debiera estar la plata: No hay dinero, no hay nada
ahora. Clmate Garmendia, con el tiempo se te pagar. Mi padre present dos recur-
sos al juez. Le costaron diez soles cada uno. El juez le declar sin lugar. Mi padre ya
no pensaba en afilar la cuchilla y el formn. Es triste tener que hablar as dijo una
vez, pero no me daran tiempo de matar a todos los que deba. El dinerito que mi
madre haba ahorrado y estaba en una ollita escondida en el terrado de la casa se fue
en cartas y en papeleos.
A los seis o siete aos del despojo, mi padre se cans hasta de cobrar. Envejeci
mucho en aquellos tiempos. Lo que le dola era el atropello. Alguna vez pens e irse a
Almagro o a Lima a reclamar, pero no tena dinero para eso. Y cay tambin en cuen-
ta de que, vindolo pobre y solo, sin influencia ni nada, no le haran caso. De quin y
cmo poda valerse? El terrenito segua de panten, recibiendo muertos. Mi padre no
quera ni verlo, pero cuando por casualidad llegaba a mirarlo, deca: Algo mo han
enterrado tambin ah! Crea usted en la justicia!. Siempre se haban ocupado de que
les hicieran justicia a los dems y, al final, no la haba podido obtener ni para l mis-
mo. Otras veces se quejaba de carecer de instruccin y siempre despotricaba contra
los tiranos, gamonales, tagarotes y mandones.
Yo fui creciendo en medio de esa lucha. A mi padre no le qued otra cosa que su
modesta carpintera. Apenas tuve fuerzas, me puse a ayudarlo en el trabajo. Era muy
escaso. En ese pueblito sedentario, cosas nuevas se levantara una cada dos aos.
Las puertas de las otras duraban. Mesas y sillas casi nadie usaba. Los ricos del pue-
blo se enterraban en cajn, pero eran pocos y no moran con frecuencia. Los indios
enterraban a los muertos en mantas sujetas con cordel. Igual que aqu en la costa
entierran a cualquier pen de caa, sea indio o no. La verdad era que cuando nos
llegaba la noticia de un rico difunto y el encargo de un cajn, mi padre se pona con-
tento. Se alegraba de tener trabajo y tambin de ver irse al hoyo a uno de la pandilla
que lo despoj. A qu hombre tratado as, no se le daa el corazn? Mi madre crea
que no estaba bueno debido a la muerte de un cristiano y encomendaba el alma del
finado rezando unos cuantos padrenuestros y avemaras. Duro le dbamos al serru-
cho, al cepillo, a la lija y a la clavada mi padre y yo, que un cajn de muerto debe
hacerse luego. Lo hacamos por lo comn de aliso y quedaba blanco. Algunos lo quer-
an as y otros que pintado de color caoba o negro y encima charolado. De todos mo-
dos, el muerto se iba a podrir lo mismo bajo la tierra, pero aun para eso hay gusto.
Una vez hubo un acontecimiento grande en mi casa y en el pueblo; un forastero
abri una nueva tienda, que result mejor que las otras cuatro que haba. Mi viejo y yo
-43-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
trabajamos dos meses haciendo el mostrador y los andamios para los gneros y aba-
rrotes. Se inaugur con banda de msico y la gente hablaba de progreso. En mi casa,
hubo ropa nueva para todos. Mi padre me dio para que la gastara en lo que quisiera,
as, en lo que quisiera, la mayor cantidad de plata que haba visto en mis manos: dos
soles. Con el tiempo, la tienda no hizo otra cosa que mermar el negocio de los cuatro,
nuestra ropa envejeci y todo fue olvidado. Lo nico bueno fue que yo gast los dos
soles en una muchacha llamada Eutimia, as era el nombre, que una noche se dej
correr entre los alisos de la quebrada. Eso me dur. En adelante no me cobr ya nada
y si me recibi los dos soles, fue de pobre que era.
En la carpintera las cosas siguieron como siempre. A veces hacamos un bal o
una mesita o dos o tres sillas en un mes. Como siempre, es un decir. Mi padre traba-
jaba a disgusto. Antes lo haba visto yo gozarse puliendo y charolando cualquier obrita
y le quedaba muy vistosa. Despus ya no le import y como que sala del paso con un
poco de lija. Hasta que al fin llegaba el encargo de otro cajn de muerto, que era plan-
ta fuerte. Cobrbamos generalmente diez soles. Dle otra vez a alegrarse mi padre,
que sola decir: Se freg otro bandido, diez soles! y a trabajar duro l y yo, y a rezar
mi madre y sentir alivio hasta por las virutas. Pero ah acababa todo. Eso es vida?
Como muchacho que era, me disgustaba que en esa vida estuviera mezclada tanto la
muerte.
La cosa fue ms triste cada vez. En las noches, a eso de las tres o cuatro de la ma-
drugada, mi padre se echaba unas cuantas piedras bastante grandes a los bolsillos,
se sacaba los zapatos para no hacer bulla y caminaba medio agazapado hacia la ca-
sa del alcalde. Tiraba las piedras rpidamente, a diferentes partes del techo, rompien-
do las tejas. Luego volva a la carrera y, ya dentro de la casa, a oscuras, pues no en-
cenda luz para evitar sospechas, se rea, se rea. Su risa pareca a ratos el graznido
de un animal. A ratos era tan humana, tan desastrosamente humana, que me daba
ms pena todava. Se calmaba unos cuantos das con eso. Por otra parte, en la casa
del alcalde solan vigilar. Como haba hecho incontables canchadas, no saban a
quien echarle la culpa de las piedras. Cuando mi padre deduca que se haban can-
sado de vigilar; volva a romper tejas de las casas del juez, del subprefecto, del alf-
rez, del Sndico de Gastos. Calculadamente, rompi las de las casas de otros nota-
bles, para que si queran deducir, se confundieran. Los ocho gendarmes del pueblo
salieron en ronda muchas veces, en grupos y solos, y nunca pudieron atrapar a mi
padre. Se haba vuelto un artista de la rotura de tejas. De maana sala a pasear por
el pueblo para darse el gusto de ver que los sirvientes de las casas que atacaba, sub-
an con tejas nuevas a reemplazar las rotas. Si llova, era mejor para mi padre. Enton-
ces atacaba la casa de quien odiaba ms, para que el agua la daara o, al caerles,
los molestara a l y su familia. Lleg a decir que les meta el agua a los dormitorios,
de lo bien que calculaba las pedradas. Era poco probable que pudiese calcular tan
exactamente en la obscuridad, pero l pensaba que lo haca por darse el gusto de
pensarlo.
El alcalde muri de un momento a otro. Unos decan que de un atracn de carne de
chancho y otros que de las cleras que daban sus enemigos. Mi padre fue llamado
para que le hiciera el cajn y me llev a tomar las medidas con un cordel. El cadver
era grande y gordo. Haba que verle la cara a mi padre contemplando al muerto.
Cobr cincuenta soles, adelantados, uno sobre otro. Como le reclamaron el precio dijo
que el cajn tena que ser grande, pues el cadver tambin lo era, y adems gordo, lo
cual demostraba que el alcalde comi bien. Hicimos el cajn a la diabla. A la hora del
entierro, mi padre contemplaba desde el corredor cuando metan el cajn al hoyo, y
deca: Come la tierra que quitaste, condenado; come, come. Y rea con esa risa
horrible. En adelante, dio preferencia en la rotura de tejas en la casa del juez y deca
-44-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
que esperaba verle entrar al hoyo tambin, lo mismo que a los otros mandones. Su
vida era odiar y pensar en la muerte. Mi madre se consolaba rezando. Yo, tomando a
Eutimia en el alisar de la quebrada. Pero me dola muy hondo que hubiera derrumba-
do as a mi padre. Antes de que lo despojaran, su vida era amar a su mujer y a su
hijo, servir a sus amigos y defender a quien lo necesitara. Quera a su patria. A fuerza
de injusticia y desamparo, lo haban derrumbado.
Mi madre le dio esperanza con el nuevo alcalde. Fue como si mi padre sanara de
pronto. Eso dur dos das. El nuevo alcalde le dijo tambin que no haba plata para
pagarle. Adems, que abus cobrando cincuenta soles por un cajn de muerto y que
era un agitador del pueblo. Como si lo quisiera tomar, esto ya no tena apariencia de
verdad. Haca aos que las gentes, sabiendo a mi padre en desgracia con las autori-
dades, no iban por la casa para que las defendiera. Con este motivo ni se asomaban.
Mi padre grit al nuevo alcalde, se puso furioso y le metieron quince das en la crcel,
por desacato. Cuando sali, le aconsejaron que fuera con mi madre a darle satisfac-
ciones al alcalde, que le lloraran ambos y le suplicaran el pago. Mi padre se puso a
clamar: Eso nunca! Por qu quieren humillarme? La justicia no es limosna! Pido
justicia! Al poco tiempo mi padre muri.
Ciro Alegra
WARMA KUYAY
-45-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Al medio del Witron, Justina empez otro canto.
Flor de mayo, flor de mayo,
flor de mayo primavera,
por qu no te liberaste
de sa tu falsa prisionera.
Los cholos se haban parado en crculo, y Justina cantaba al medio. En el patio in-
menso, inmviles sobre el empedrado, los indios se vean como estacas de tender
cueros.
Ese puntito negro que est al medio es Justina. Y yo la quiero. Mi corazn tiembla
cuando se re, llora cuando sus ojos miran al Kutu. Por qu, pues, no muero por ese
puntito negro?
Los indios volvieron a zapatear en ronda. El charanguero daba vueltas alrededor del
crculo dando nimos, gritando como potro enamorado. Una paca empez a silbar
desde un sauce que cabeceaba a la orilla del ro; la voz del pjaro maldecido daba
miedo. El charanguero corri hasta el centro del patio y lanz pedradas al sauce; to-
dos los cholos le siguieron. Al poco rato, el pjaro vol y fue a posarse sobre los du-
raznales de la huerta. Los cholos iban a perseguirle, pero don Froilan apareci en la
puerta del Witron.
Largo! A dormir!
Los cholos se fueron hacia la tranca del corral: el Kutu se qued solo, al medio del
patio.
Nio Ernesto! llamo el Kutu.
Baj al suelo de un salto y corr hacia l.
Vamos, nio.
Subimos al callejn por el lavadero de metal que iba desmoronndose en un ngulo
de Witron; sobre el lavadero haba un tubo enorme de fierro y varias ruedas enmo-
hecidas que fueron de las minas del padre de don Froiln.
Kutu no habl nada, hasta llegar a la casa de arriba.
La hacienda era de don Froiln y de mi to, tena dos casas. Kutu y yo estbamos en
el casero de arriba; mi to y el resto de la gente haban ido al escarbe de papas, y
dorman en la chacra, a dos leguas de la hacienda.
Subimos las gradas, sin mirarnos siquiera; entramos al corredor y tendimos all
nuestras camas para dormir alumbrados por la luna. El Kutu se ech callado: estaba
triste y molesto. Yo me sent a su lado.
Kutu! Te ha despachado Justina?
Don Froiln le ha abusado, nio Ernesto!
Mentira, Kutullay, mentira!
Ayer no ms le ha forzado, en la toma de agua, cuando fue baarse con los nios.
Mentira, Kutullay, mentira!
Me abrac al cuello del cholo. Sent miedo; mi corazn pareca rajarse, me golpea-
ba. Empec a llorar como si hubiera estado solo, abandonado en esa gran quebrada
oscura.
Djate, nio! Yo, pues soy indio, no puedo con el patrn. Otra vez, cuando seas
abugau, vas a fregar a don Froiln.
Me levant como a un becerro tierno y me ech sobre mi catre.
Durmete, nio! Ahora le voy a hablar a Justina, para que te quiera. Te vas a
dormir otro da con ella, quieres, nio? Acaso? Justina tiene corazn para ti, pero
eres muchacho todava, tiene miedo porque eres nio.
Me arrodill sobre la cama, mir al Chawala que pareca terrible y fnebre en el si-
lencio de la noche.
Kutu; cuando sea grande voy a matar a don Froiln!
-46-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Eso s, nio Ernesto! Eso s! Maktasu!
La voz gruesa del cholo son en el corredor como el maullido del len que entraba
hasta el casero en busca de chanchos. Kutu se par; estaba alegre como si hubiera
tumbado al puma ladrn.
Maana llega el patrn. Mejor esta noche vamos a Justina. El patrn, seguro te
hace dormir en su cuarto. Que se entre la luna para ir.
Su alegra me dio rabia.
Y por qu no matas a dos Froiln? Mtale con tu honda, Kutu, desde el frente
del ro, como si fuera puma ladrn.
Sus hijitos, nio! Son nueve! Pero cuando seas abugau ya estarn grandes.
Mentira, Kutu, mentira! Tienes miedo, como mujer!
No sabes nio Acaso no he visto? Tienes pena de los becerritos, pero a los
hombres no los quieres.
Don Froiln es malo! Los que tienen chacras son malos; hacen llorar a los indios
como t, se llevan las vaquillas de los otros, o las matan de hambre en su corral! Ku-
tu, don Froiln es peor que toro bravo! Mtale no ms, Kutucha, aunque sea con gal-
ga, en el barranca de Capitana.
Indio no puede, nio! Indio no puede!
Era cobarde! Tumbaba a los padrillos cerriles, haca temblar a los potros, rajaba a
ltigos el lomo de los aradores, hondeaba desde lejos a las vaquitas de los otros cho-
los cuando entraba a los potreros de mi to, pero era cobarde. Indio perdido!
Le mir de cerca: su nariz aplastada, sus ojos casi oblicuos, sus labios delgados en-
negrecidos por la coca. A este le quiere! Y ella era bonita: su cara rosada estaba
siempre limpia. Sus ojos negros quemaban; no era como las otras cholas; sus pesta-
as eran largas; su boca llamaba al amor y no me dejaba dormir. A los catorce aos
ya la quera; pechitos parecan limones grandes, y me desesperaban. Pero ella era de
Kutu desde tiempo; de este cholo con cara de sapo. Pensaba en eso, y me pena se
pareca mucho a la muerte. Y ahora don Froiln la haba forzado.
Mentira, Kutu! Ella misma, seguro, ella misma!
Un chorro de lgrimas salt de mis ojos. Otra vez me sacuda el corazn, como si
tuviera ms fuerza que todo mi cuerpo.
Kutu! Mejor la mataremos los dos a ella, quieres?
El indio se asust. Me toc la frente: estaba hmeda de sudor.
Verdad! As quieren los mistis.
Llvame donde Justina, Kutu! Eres mujer, no sirves para ella. Djala!
Cmo no, nio, para ti voy a dejar, para ti solito.
Mira, en Wairala se est apagando la luna. Los cielos ennegrecieron rpidamente,
las estrellitas saltaron de todas partes del cielo; el viento silbaba en la obscuridad gol-
pendose; ms abajo, en el fondo de la quebrada, el ro grande cantaba con voz
spera.
Yo despreciaba al Kutu; sus ojos amarillos, chiquitos, cobardes, me hacan temblar
de rabia.
Indio, murete mejor, o lrgate a Nazca! All te acabar la terciana, te enterrarn
como a perro!
Pero el novillero se agachaba no ms, humilde y se iba al Witron, a los alfares, a la
huerta de los becerros, y se vengaba en el cuerpo de los animales de don Froiln. Al
principio, yo le acompaaba. En las noches entrbamos, ocultndonos, al corral; Kutu
se escupa las manos, empuaba duro el zurriago y los rajaba el lomo a los tobillitos.
Uno, dos, tres, cien zurriagos; las cras se retorcan en el suelo, se tumbaban de
espaldas, lloraban, y el indio segua, encorvado, feroz. Y yo? Me sentaba en un
rincn y gozaba. Yo gozaba.
-47-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
De don Froiln es, no importa! Es de mi enemigo!
Hablaba con voz alta para engaarme, para tapar el dolor que encoga mis labios e
inundaba mi corazn.
Pero ya en la cama, a solas, una pena negra, invencible, se apoderaba de mi alma y
lloraba dos, tres horas. Hasta que una noche mi corazn se hizo grande, se hinch. El
llorar no bastaba; me vencan la desesperacin y el arrepentimiento. Salt de la cama
descalzo, corr hasta la puerta, abr despacito el cerrojo y pas al corredor. La luna
haba salido ya; su luz blanca baaba la quebrada; los rboles rectos, silenciosos,
estiraban sus brazos al cielo. De dos saltos baj el corredor y atraves corriendo el
callejn empedrado, salt la pared del corral y llegu junto a los becerritos; ah estaba
Zarinacha, la vctima de esa noche, echadita sobre la bosta seca, con el hocico en el
suelo; pareca desmayada; me abrac a su cuello, la bes mil veces en su boca con
olor a leche fresca, en sus ojos negros y grandes.
Niacha, perdname! Perdname, mamaya!
Junt mis manos y, de rodillas, me humill ante ella.
Ese perdido ha sido, hermanita, yo no. Ese Kutu canalla, indio perro!
La sal de las lgrimas sigui amargndome largo rato.
Zarinacha me miraba seria, con su mirada humilde, dulce.
Yo te quiero niacha, yo te quiero!
Y una ternura sin igual, pura, dulce como una luz en esa quebrada madre, alumbr
mi vida.
A la maana siguiente encontr al indio en el alfalfar de capitana. El cielo estaba
limpio y alegra, los campos verdes, llenos de frescura. El Kutu ya se iba tempranito, a
buscar daos en los potreros de mi to, para ensaarse contra ellos.
Kutu, vete de aqu. En Viseca ya no sirves. Los comuneros se ren de ti porque
eres maula!
Sus ojos opacos me miraban con cierto miedo.
Asesino tambin eres, Kutu! Un becerrito es como criatura. Ya en Viseca no sir-
ves, indio!
Yo no ms acaso? T tambin. Pero mrale al taita Chawala: diez das ms atrs
me voy a ir.
Resentido, penoso como nunca, se larg a galope en el bayo de mi to.
Dos semanas despus, Kutu pidi licencia y se fue. Mi ta llor por l, como si hubie-
ra perdido a su hijo.
Kutu tena sangre de mujer; le temblaba a don Froiln, tema a casi todos los hom-
bres. Le quitaron su mujer y se fue a ocultar despus en los pueblos del interior, a
perderse en las comunidades de Sondando, chacralla. Era cobarde!
Yo solo me qued junto a don Froiln, pero cerca de Justina, de mi Justinacha ingra-
ta. Y no fui desgraciado. A la orilla de ese ro espumoso, oyendo el canto de las torca-
zas y de las tuyas, viva yo sin esperanzas; pero ella estaba bajo el mismo cielo que
yo, en esa misma quebrada que fue mi nido; contemplando sus ojos negros, oyendo
su risa, mirndola desde lejitos, era casi feliz, porque mi amor por Justina fue un
Warma Kuyay y no crea tener derecho todava sobre ella; tena que ser de otro, yo
lo saba; de un hombre grande que manejara ya zurriago, que echara ajos roncos y
que peleara a ltigos en los carnavales. Y como amaba a los animales, las fiestas in-
dias, las cosechas, las siembras con msica y yaraw, viv alegre en esa quebrada
verde y llena de color amoroso del sol. Hasta que un da me arrancaron de mi que-
rencia para traerme a este bullicioso de gentes que no quiero, que no comprendo.
-48-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CAPTULO V
LITERATURA PERUANA
3. EL INDIGENISMO: Acerca del indio, fue tratado en el siglo XIX por novelistas
como Clorinda Matto de Turner o Mercedes Cabello de Carbonera, pero es en
el siglo XX que cobra una mayor importancia con escritores como Enrique
Lpez Albjar, Ciro Alegra, Jos Mara Arguedas. En Puno, especficamente,
fue tratado por los escritores del Grupo Orqopata y plasmado en el Boletn Ti-
tikaka que es la obra ms grande del indigenismo. Su objetivo es mediante la
literatura promover el debate por la vindicacin y reivindicacin de los derechos
del indio en un mundo de prejuicios contra el indio.
-49-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
msica y a la pintura. Verlaine dijo que su poesa era del matiz y no del color.
En el Per, el ms claro representante del simbolismo es Jos Mara Eguren,
quien tiene una poesa llena de color y sutileza. La preocupacin del simbolis-
mo es la SIMBOLIZACIN. Con esta corriente, en nuestro pas se habla de un
arte puro que acaba en una ternura e inocencia de los autores.
7. URBANISMO: A mediados del siglo XX, apareci un nuevo estilo con aire mu-
cho ms urbanista callejera, en la narrativa principalmente. As tenemos a Julio
Ramn Ribeyro, Alfredo Bryce, Vargas Llosa entre otros. Esta corriente literaria
trata temas centrados en las vivencias de las gentes de las grandes urbes. Hay
autores que dicen abundancia, opulencia, goce en ese crecimiento de las ciu-
dades y hay autores que demuestran la pauperizacin de las grandes mayoras
en esas ciudades como en Los Gallinazos Sin Plumas.
-50-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
3. La generacin del 30: Esta generacin comienza con la liquidacin del once-
nio de la dictadura del gobierno Augusto B. Legua. Sus integrantes participan
en la agitacin poltica social de los aos que siguen a ese rgimen. Los ms re-
presentativos son: Ciro Alegra, Jos Mara Arguedas, Mara Rosa Macedo,
Francisco Izquierdo Ros, Carlos Oquendo de Amat, Emilio Adolfo Westphalen,
entre otros.
4. La generacin del 45: Son de esta generacin los escritores que nacieron des-
pus de la 1ra guerra mundial, coincidiendo con la vuelta de la democracia en el
pas. Se caracteriza esta generacin porque la democracia se extienda a todos
los sectores de la poblacin y que exista igualdad de oportunidades para todos.
Aqu mencionamos algunos representantes: Javier Sologuren, Blanca Varela,
Sebastin Salazar Bondy, Alejandro Romualdo, Manuel Scorza, Gonzalo Rose,
Julio Ramn Ribeyro, Eleodoro Vargas Vicua, Mario Vargas Llosa, entre otros.
OLLANTAY
Autor : annimo
Despus de una vasta discusin sobre el
origen de este drama, se llega a la conclusin
que el drama Ollantay tiene influjos incas y es-
paoles. Se dice que el clrigo Antonio Valds
transcribi en el ao 1770 de la oralidad de los
incas; pero aqu salta a la luz que no transcribi
fiel al original; sino malogr, segn Ricardo Ro-
jas. Tambin, se demuestra que el manejo lin-
gstico corresponde al siglo XVIII, y es menos
antiguo que el hijo prdigo.
El drama Ollantay, actualmente, est consi-
derado como un monumento literario del perodo
colonial y no del incanato.
La primera traduccin del quechua al espa-
ol se debe a don Sebastin Barranca en el ao
1868.
Personajes
-51-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Argumento
ACTO I
(Fragmento)
Ollantay, con manto y una maza aparece acompaado de Piqui-Chaqui, su siervo (Calle
del Cuzco).
Ollantay: Dime Viste a Cusi Coyllur? Entraste en su palacio?
Piqui-Chaqui: Dios no permita que me acerque all! La ira del Inca es implacable y no
me arriesgo a provocarla. (Pausa). Cmo es que no la temes t?
Ollantay: El amor no teme a nadie ni a nada. (Pausa). Nunca dejar de amar a esa cria-
tura, bien lo sabes. El corazn me lleva hacia ella
Piqui-Chaqui: Debes estar posedo por el demonio. Hay muchas mujeres a las que
puedes amar sin ningn peligro Cuntas se sentiran honradas de saber que las has
elegido!
Ollantay: Slo me importa ella! Ella! Entiendes?
Piqui-Chaqui: Cuando el Inca descubra tu pensamiento no vacilar en mandarte cortar
el cuello o asarte vivo en la hoguera.
Ollantay: No me estorbes, Piqui-Chaqui. No me contradigas que soy capaz de castigar-
te.
Piqui-Chaqui: Qu ganaras con eso? Ya no tendras a quien decirle da y noche que
busque a Cusi Coyllur y le cuente tu pasin.
Ollantay: Ni la misma muerte podra detenerme. Por abrazar a Cusi Coyllur combatira
contra una montaa hasta vencerla.
Piqui-Chaqui: Slo te falta decir que tambin derrotaras al demonio.
Ollantay: An a l pondra a mis plantas.
Piqui-Chaqui: (Riendo). Hablas as porque no le has visto ni la punta de la nariz. El de-
monio no es buen enemigo
-52-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
EL INCA GARCILASO DE LA VEGA
poca: Colonial.
Obras:
-53-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
2. Historia General del Per. Escribe esta obra valindose de su Comentarios Re-
ales.
3. La Florida del Inca: es una obra en prosa de gran fuerza estilstica que narra las
desventuras de Hernando de Soto y los suyos en el descubrimiento y fracasada con-
quista del territorio de La Florida (actual estado de los EE.UU.) por la heroicidad de
los nativos de aquella regin.
Adems tradujo: Los Dilogos del Amor (escrita en toscano Italia obra del judo
Yhuda Abarbanel, conocido como Len el hebreo)
COMENTARIOS REALES
CAPTULO IV
-54-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
sas, dando el Inca la traza cmo las haban de hacer. De esta manera se principi a po-
blar nuestra imperial ciudad, dividida en dos medios que llamaron Hanan Cozco, que, co-
mo sabes, quiere decir Cozco el alto, y Hurin Cozco, que es Cozco el bajo. Los que atrajo
el rey quiso que poblasen a Hanan Cozco, y por esto le llamaron el alto; y los que con-
voc la reina, que poblasen a Hurin Cozco, y por eso le llamaron el bajo. Esta divisin de
ciudad no fue para que los de la una mitad aventajasen a los de la otra mitad en exencio-
nes y preeminencias, sino que todos fuesen iguales como hermanos, hijos de un padre y
de una madre. Slo quiso el Inca que hubiese esta divisin de pueblo y diferencia de
nombres alto y bajo, para que quedase perpetua memoria de que a los unos haba convo-
cado el rey, y a los otros la reina; y mand que entre ellos hubiese sola una diferencia y
reconocimiento de superioridad: que los del Cozco alto fuesen respetados y tenidos como
primognitos hermanos mayores; y los del bajo fuesen como hijos segundos; y en suma,
fuesen como el brazo derecho y el izquierdo en cualquiera preeminencia de lugar y oficio,
por haber sido los del alto atrados por el varn, y los del bajo por la hembra. A semejanza
desde hubo despus esta misma divisin en todos los pueblos grandes o chicos de nues-
tro imperio, que los dividieron por barrios o por linajes, diciendo Hananayllu y Hurinayllu,
que es el linaje alto y el bajo; Hanan suyo y Hurin suyo, que es el distrito alto y el bajo.
Juntamente poblando la ciudad enseaba nuestro Inca a los indios varones los oficios
pertenecientes a varn, como romper y cultivar la tierra, y sembrar las mieses, semillas y
legumbres que les mostr que eran de comer y provechosas; para lo cual les ense a
hacer arados y los dems instrumentos necesarios, y les dio orden y manera como saca-
sen acequias de los arroyos que corren por este valle del Cozco, hasta ensearles a
hacer el calzado que traemos. Por otra parte, la reina industriaba a las indias en los oficios
mujeriles, a hilar y tejer algodn y lana y hacer de vestir para s y para sus maridos e
hijos; decales cmo haban de hacer los dems oficios del servicio de casa. En suma,
ninguna cosa de las que pertenecen a la vida humana dejaron nuestros prncipes de en-
sear a sus primeros vasallos, hacindose el Inca rey maestro de los varones, y la Coya
reina maestra de las mujeres.
-55-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
presin en este perodo de nuestra historia literaria. Su primer expresador de categora es
Mariano Melgar. As resalta su llamamiento a la rebelin indgena en su fbula El Cantero
y el Asno. La crtica limea lo trataba con desdn este espritu.
Apenas vivi 24 aos. La prematura muerte y una gran produccin literaria, nos hace
pensar: si hubiera vivido un poco ms, tal vez, hubisemos tenido an ms grande literato
alcanzando su espritu progresista y renovador a un espacio mucho ms universal.
poca: Emancipacin
Corriente o Mov. Lit.: Romanticismo.
Gnero Literario: Lrico
Calificativo: Prcer y poeta peruano.
Obras:
En traducciones:
- El Arte de Olvidar de Ovidio.
- Salmo III
- Fragmento de las Gergicas de Virgilio.
Orginales:
5 Elegas, 5 Odas, 2 Sonetos, Cartas a Silvia, 10 Yaraves, 5 Fbulas.
YARAVES
IV
Vuelve que ya no puedo
Vivir sin tus carios:
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido.
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido.
Ninguno ha de quererte
Como yo te he querido,
Te engaas si pretendes
Hallar amor ms fino.
Habr otros nidos de oro,
Pero no como el mo:
Por ti verti mi pecho
Sus primeros gemidos.
Vuelve mi palomita,
Vuelve a tu dulce nido.
-56-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
NO NACI LA MUJER PARA SER QUERIDA
(Cartas a Silvia)
EL CANTERO Y EL ASNO
(Fbula)
-57-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
pretendes conducirnos?
y an nos culpas de lerdos
estando en ti el motivo?
con comida y sin carga,
como se ve el rocino,
aprendiramos luego
sus corbetas y brincos;
pero mientras subsista
nuestro infeliz destino,
bestia el que se alentara!
poca: Republicana
Mov. Lit.: Romanticismo
Gnero: Narrativo (tradicin, historia, lrico), Teatro, ensayo.
Calificativo: El Bibliotecario Mendigo
Apelativo: El Viejito Burln
Obras:
-58-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Lrica:
- Poesas
- Armonas
- Pasionarias
- Feligramas
- Cantorcillos
- Nieblas
- Juvenilia
- Verbos y Gerundios
Crtica:
La bohemia de mi Tiempo
Filolgicas:
- Neologismos y Americanismos.
- Papeletas Lexicogrficas
Narrativas:
- Tradiciones Peruanas
- Cachivaches
Dramticas:
- La hermana del verdugo.
- Rodil
Teatro:
- El Santo de Panchita (escribi en colaboracin de Manuel Ascencio Segura).
Trata de cmo Jos Salcedo y su hermano Gaspar se hicieron ricos con la plata de las
minas de Layacacota. Ellos eran unos andaluces que haban llegado a las faldas de Lay-
cacota. All, Jos conoci a una anciana que viva con sus hijos (Carmen, Teresa y
Toms). En breve se cas con Carmen, la causa de su fortuna. Recibi como herencia
una bocamina llena de plata al casarse con Carmen. Luego, la Corona Espaola se en-
ter que alguien estaba explotando en las minas en el sur del Per sin pagar tributos. Por
eso, por la iniciativa del virrey del Per, enviaron una comitiva de ejrcito para atrapar a
Jos Salcedo y su hermano. Pero, no fue posible porque el ejrcito del ilegal estaba
considerablemente armado. Sin embargo, al final, el virrey Conde de Lemos pudo captu-
rar y luego fue ejecutado ahorcndosele, su hermano corri la misma suerte. Desde aquel
entonces, se dice, que las bocaminas se cerraron y se inundaron con las aguas de Layca-
cota.
EL ALCALDE DE PAUCARCOLLA
(Argumento)
Cuentan, dice el autor, que un da apareci en Paucarcolla como vomitado por el Titicaca
un andaluz llamado ngel Malo. Tambin recomienda que no hay que burlarse del apelli-
do, pues es normal acaso no han existido hombres de fama con este apellido? Solucio-
nado el asunto, prosigamos con lo nuestro. Era un joven muy afable y simptico; adems
rasgueaba la guitarra primorosamente y cantaba seguidillas con muchsimo salero. Los
paucarcollanos haban llegado a querer; por eso le eligieron unnimemente como su al-
-59-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
calde. Cuando alcalde, cambi radicalmente el asunto. Ya no era el mismo joven carism-
tico; sino tom mucha autoridad. Sus palabras se convertan en leyes. Es as que cas a
todos los solteros; pero aqu haba algo de extraarse, l segua soltero, ms casto que
un santo aqul que dej a su mujer. Tambin conduca a aquellos que vagabundeaban el
da de la misa, al templo; pero a l nunca se le haba visto ni siquiera pisar el umbral de la
iglesia.
Aos llevaba ngel Malo como alcalde cuando lleg un fraile de Tucumn y se aloj
en su casa. El reverendo manifest que tena mucha urgencia en llegar a Lima, a lo que el
alcalde contest que su mula podra llevarle a la velocidad del viento. A los veinte das
lleg cuando podra llevarle, con un caballo cualquiera, ms de un mes y medio. Esto le
llam la atencin al fraile por lo que se dirigi a un comisario de Santo Oficio. El inquisidor
le envi a uno de sus familiares muy alertado porque tal vez Paucarcolla estaba goberna-
do por el diablo en persona. El familiar le encontr en las orillas del lago titicaca al referido
alcalde. ngel Malo no bien escuch mentar a Santa Inquisicin, se hundi en las aguas
de los tupidos totorales y desapareci para siempre.
Es probable que don ngel Malo anduviera fugitivo en otros lugares de Amrica.
De Tradicones Peruanas.
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Modernismo
Gnero lit.: pico Lrico Teatro
-60-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Seudnimo: Juvenal
Calificativo: El Cantor de Amrica
Generacin: Novecentista o Arielista.
Obras:
1ra Etapa
1. En Verso
- Iras Santas
- En la Aldea
- Azahares
- Selva Virgen
- La Epopeya del Morro
- El Derrumbe
- El Canto del siglo
2. Antologas
- Fiat Lux
- Cantos del Pacfico
2da Etapa
- Alma Amrica (1906 Madrid)
- Orod de Indias
- El Hombre del Sol
- Poemas de Amor Doliente
- Poemas Neomundiales (Sangre Inca, Pampas, Solares, Tierras Mgicas)
Dramticas:
- Los Conquistadores
- Thermidor
Prosa:
- El Libro de mi Proceso
- Memorias
- El Alma de Voltaire
BLASN
-61-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
(De Alma Amrica)
LA MAGNOLIA
ABRAHAM VALDELOMAR
-62-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Colnida
Gnero: Narrativo (Cuento, novela, lrico).
Calificativo: El Conde de Lemos
Nombre completo: Pedro Abraham Valdelomar Pinto
Generacin: Del Centenario o del Conversatorio Universitario.
Obras:
Cuento:
- El Caballero Carmelo
- Camino Hacia el Mar
- Cuentos Yanquis
- El Vuelo de los Cndores
- Los Ojos de Judas
- El Beso de Evans
- Evaristo el Sauce que Muri de Amor
Novela:
- La Ciudad Muerta
- La Ciudad de los Tsicos
- Hierba Santa
- La Mariscala
Teatro:
- Verdolaga
- La Mariscala (Escribi con Maritegui)
- El Vuelo
- Palabras
Ensayo:
- Belmonte el Trgico
- Psicologa del Gallinazo
- La psicologa de las tortugas
- Ensayo sobre la caricatura
- El estomago de la Ciudad de los Reyes
- Psicologa del cerdo agonizante
- Valores fundamentales de la danza.
- Belmonte, el trgico. Ensayo de una esttica futura a travs del arte nuevo
Poesa:
- Tristitia
- Ofertorio
- Confiteor
- Invocacin a la Patria
- La Cena Pascual
HIERBA SANTA
(Argumento)
Manuel, un nio, que creci junto a la familia del autor. Se mat, al parecer por un sufri-
miento sentimental. Las canciones que cantaba eran melanclicas y dedicadas a un amor
que no regresaba. Hierba Santa es una novela corta, escrita cuando tena slo diez y seis
aos. En esta novela, recuerda con nostalgia a Manuel y su niez, ya por Ica junto a su
abuela o por Pisco donde viva con sus padres y sus hermanos. En su novela, Manuel no
-63-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
es su hermano carnal; sino un nio que viva junto a ellos porque sus padres tenan pro-
blemas matrimoniales, al parecer.
TRISTITIA
Mi infancia que fue dulce, serena, triste y sola,
Se desliz en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola,
el taer doloroso de una vieja campana.
-64-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Luego, se convirti en militante del Partido Comunista de Francia, de Espaa, del Per
y un activo militante del Movimiento Comunista Internacional.
Su vida fue muy intensa y no le faltaba la razn cuando dice: He vivido poco y me he
cansado mucho.
Sin discusin, es el poeta peruano ms grande de todos los tiempos, una figura capital
de la poesa hispanoamericana del siglo XX al lado de Neruda y Huidobro y una de
las voces ms originales de la lengua espaola. Su complejo mundo potico se distingue
por un profundo arraigo al mbito familiar; las experiencias del dolor cotidiano y la muerte
(Csar Vallejo a muerto, le pegaban/todos sin que l les haga nada; /le daban duro con un
palo y duro); la visin del mundo como un lugar penitencial que le inspira la transforma-
cin del mismo; la solidaridad con los pobres y desamparados del sistema capitalista; y su
fe en la revolucin proletaria guiada por el Marxismo. En diversas etapas de su obra se
notan los influjos del modernismo, la vanguardia, el indigenismo, la poesa social y el im-
pacto de acontecimientos histricos, como la Guerra Civil espaola.
Vallejo nace un da que dios estuvo enfermo y muere en Pars con aguacero, un da
viernes 15 de abril del ao 1938.
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Vanguardismo
Gnero: Lrico, narrativo, teatro, ensayo
Calificativo: El Cholo
Nombre completo: Csar Abraham Vallejo Mendoza
Generacin: Del Centenario o del Conversatorio Universitario
Obras:
Lrica
- Los Heraldos Negros
- Poemas Humanos (Piedra negra sobre piedra blanca)
- Espaa, Aparta de m este Cliz
- Masa
- Trilce
Narrativa
- Paco Yunque
- Tungsteno
- Fabla Salvaje
- Ms All de la Vida y la Muerte
- Escalas Melografiadas
Ensayos
- Un Reportaje en Rusia
- Mosc contra Mosc
- El Arte y la Revolucin
- Contra el Secreto Profesional
- Rusia 1931
Teatro
- Entre dos Orillas Corre el ro
- La Piedra Cansada
- Hermanos Colancho
- Lockout
TUNGSTENO
(Argumento)
Personajes:
-65-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Jos Marino (comerciante de la Mining Society de tungsteno Quivilca).
Mister Taik (Gerente de la M. S.)
Mister Weiss (Subgerente de M. S.)
Mateo Marino (Comerciante de Colca y hermano de Jos)
Leonidas Benites (ayudante de la ingeniera)
Servando Huanca (indio herrero y revolucionario)
Por fin, la empresa norteamericana Mining Society ser duea de las minas de tungste-
no de Quivilca. Se anuncia el comienzo de la extraccin mineral. Se necesita trabajado-
res. Muchos peones y empleados salieron de Colca con la esperanza de ganar mucho
dinero; lo que sera una falsa ilusin. La Mining Society, mediante Jos Marino, un co-
merciante mercenario, consegua ms peones para la explotacin. A medida que va pa-
sando el tiempo, mucha gente empez a desilusionarse de la mina y sus sueos paulati-
namente se fueron disipando. Hasta muchachas de corta edad fueron a trabajar a la mina
como vendedoras de algunos artculos de primera necesidad, terminando como objetos
sexuales de los seores de la mina. Muchos peones murieron en la mina. Graciela, una
muchacha que haba ido ha trabajar, muri en una orga que organizaron los seores.
Adems, los soras, unos indios del lugar perteneciente a esa tribu que se haban metido
de pen, todos ellos haban muerto y no quedaba un solo sora. Ya no haba peones sufi-
cientes para el trabajo en la mina; pero la Mining Society demandaba ms peones, porque
EE.UU. participar en la I Guerra Mundial, y demandaba ms tungsteno para la fabrica-
cin de provisiones de Guerra Mundial. Jos Marino, obligado por Mister Taik, se dirige a
Colca para conseguir ms peones. En el pueblo, se encontraba su hermano Mateo Marino
con quien haban fundado un consorcio comercial llamado Marino hermanos.
Se dirigen donde el Subprefecto Luna para solicitar dos gendarmes que les ayudara en
traer de los lugares alejados del pueblo a los peones prfugos que no quieren cumplir
con su deber. Arreglado este asunto, al da siguiente los gendarmes salieron muy de
maana para cumplir con su deber. Al atardecer del da siguiente, los gendarmes conduc-
an a dos indios brutalmente masacrados y ensangrentados a la comisara. Haban trado
amarrados a las ancas de los caballos, por eso, estaban casi inconscientes y jadeantes
botando espuma de sangre por la boca. En el trayecto, habran pegado si ya no rendan
sus febles piernas. Los pobladores de Colca se reunieron indignados para pedir justicia y
que les pueda dejar ver a los muchachos masacrados. Por fin, sali el alcalde para apaci-
guar a la muchedumbre que afuera se haca escuchar su grito. Un indio de aire inteligente
tom la palabra cuando el alcalde demand un representante a la poblacin. Era el herre-
ro Servando Huanca. El indio entr en la comisara junto al alcalde para ver a los mucha-
chos. Uno de los indios enrolados llamado Braulio Conchucos mora dentro de la comisar-
a. Servando Huanca, al presenciar el hecho, sali sbitamente para comunicar al pueblo
sobre la muerte del enrolado. Los pobladores se indignaron denunciando al subprefecto y
sus cmplices. Luego, se produjo entre el pueblo y la gendarmera un gran enfrentamien-
to. La poblacin ha sido arremetida y reducida con gran ensaamiento. Muchos murieron
y otro tantsimo result herido. No contento con eso, esa noche hubo muchos detenidos
acusados de sospechosos; mientras en la comisara celebraban la arremetida: el subpre-
fecto, alcalde, el cura Velarde, el juez Ortega, los Marino Hermanos y otros allegados al
subprefecto. Al da siguiente, muy de madrugada, los detenidos salan con direccin a las
minas de Quivilca para cumplir con la demanda de Mining society, sin que ellos conozcan
dnde estn dirigindose. Pasado los das, en la misma Mining society que estaba ubica-
da en Quivilca, el herrero Servando Huanca realizaba algunas tareas propagandsticas
sobre las ideas revolucionarias, sin que los seores de la mina se dieran cuenta.
-66-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
PACO YUNQUE
(Argumento)
Paco Yunque es llevado por su madre al colegio. La madre le deja en la puerta del cole-
gio. El nio Paco Yunque nunca haba escuchado hablar tantas personas a la vez; en su
pueblito, apenas unas personas en su familia. La bulla de los alumnos le aturda. Por eso,
el muy hurao se pega a la pared como si sta le podra proteger. Se acercan unos nios
para llevar a jugar; pero Paco se pone colorado. Toca la campana, al ver que todos pasan
a los salones, Paco Yunque se deja conducir por los hermanos Zumiga al saln de primer
grado.
En el saln, se sienta junto a Paco Faria, un nio amable. El profesor empieza con la
sesin. Un nio se acerca a la puerta, era Humberto Grieve, hijo del alcalde muy adinera-
do y patrn de Paco Yunque. El profesor le dice por qu llega tarde? El nio le responde
que se haba dormido. Una vez adentro, al ver que Paco Yunque estaba sentado al lado
de Faria le jala de los brazos argumentando que era su muchacho y deba sentarse con
l (Le haban trado al nio del campo para la compaa de Grieve porque eran de la
misma edad). Al final se queda al lado de Faria. Pero Humberto Grieve, aprovechando la
distraccin del profesor le jala de los pelos a Yunque y l se pone a llorar y le hace mirar
los puetes a Faria y ste se queja al profesor; pero el profesor no le cree y siempre sale
a favor de Grieve porque era hijo de un rico.
El profesor plantea la sesin a desarrollarse. Hablaremos sobre los peces, dice. Hum-
berto Grieve dice que los peces viven en su sala. El profesor le refuta que eso es imposi-
ble porque los peces no viven fuera del agua. Y otro alumno plantea que no pueden vivir
fuera del agua porque extraan a su mam. El profesor dice que no puede vivir porque
fuera del agua le falta el oxgeno. A esto, grieve dice que en su sala haba oxgeno para
los peces porque su pap tena mucho dinero. Y Yunque se pone a pensar que su mam
tambin tena bastante plata porque una vez vio con cuatro pesetas. El profesor le pre-
gunta a Yunque por qu no podan vivir los peces fuera del agua? l, repitiendo lo que
deca el profesor, responde: porque les falta el aire.
Los alumnos hacen su trabajo en la sesin sobre los peces. Toca la campa y salen los
alumnos. En el patio, otra vez la bullanga. Humberto Grieve le pone en cuatro patas a Pa-
co Yunque y salta en su espalda y le da puntapis en el posadero y Yunque se ahoga en
su llanto. Al ver esto se acerca Paco Faria impidiendo a que se abuse del indefenso y
Grieve en un empujn le lanza contra el suelo. Y, Grieve recibe una bofetada de un alum-
no mucho ms grande y este, de otro alumno mucho ms grande y as entre bofetadas.
Toca la campana y entran los alumnos en sus salones.
Grieve arranca la hoja del cuaderno de Paco Yunque. El profesor revisa los trabajos,
Grieve presenta el trabajo ajeno como suyo y Yunque no sabe qu trabajo presentar y no
sabe que pas con su trabajo Quin arranc la hoja?
El director entra en el saln y le pregunta al profesor: quin obtuvo la mejor calificacin
para anotar en el cuadro de honor del colegio. El profesor demuestra que el trabajo de
Grieve fue mejor. El director les pone como alumno ejemplo a Humberto Grieve por haber
obtenido una alta calificacin. Paco Yunque se queda llorando y Paco Faria, consolando
a ste.
-67-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
LOS DADOS ETERNOS
MASA
Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia l un hombre
y le dijo: No mueras; te amo tanto!
Pero el cadver ay! sigui muriendo.
-68-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadver triste,
/emocionado,
incorporse lentamente,
abraz al primer hombre; echse a andar...
-69-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- Anarqua (1936)
- Nuevas pginas libres (1938)
- Propaganda y Ataque (1939)
- El Tonel de Digenes
- Prosa Menuda.
- Memorias del Director de la Biblioteca Nacional.
HORAS DE LUCHA: en los ltimos prrafos del captulo Nuestros indios, reflexiona lo
siguiente: La cuestin del indio, ms que pedaggica, es econmica, es social Cmo
resolverla? No hace mucho que un alemn concibi la idea de restaurar el imperio de los
Incas: aprendi el quechua, se introdujo en las indiadas del cuzco []
La condicin del indgena puede mejorar de dos maneras: o el corazn de los opresores
se conduele al extremo de reconocer el derecho de los oprimidos, o el nimo de los opri-
midos adquiere la virilidad suficiente para escarmentar a los opresores. Si el indio aprove-
chara en rifles y cpsulas todo el dinero que desperdicia en alcohol y fiestas, si en un
rincn de la choza o en el agujero de una pea escondiera un arma, cambiara de condi-
cin, hara respetar su propiedad y su vida. A la violencia respondera con la violencia,
escarmentando al patrn que le arrebata las lanas, al soldado que le recluta en nombre
del gobierno, al montonero que roba ganado y bestias de carga.
Al indio no le predique humildad sino orgullo y rebelda Qu ha ganado con trescientos
o cuatrocientos aos de conformidad y paciencia? Mientras menos autoridades sufran, de
mayores daos se liberta. Hay un hecho revelador: reina mayor bienestar en las comarcas
ms distantes de las grandes haciendas, se disfruta de ms orden y tranquilidad en los
pueblos menos frecuentados por las autoridades.
En resumen: el indio se redimir merced a su esfuerzo propio, no por la humanizacin
de sus opresores. [].
LA CENA DE ATAHUALPA
I
Es la noche pavorosa
que ve al imperio de Manco
desplomarse en la celada
del astuto castellano.
Suena el ronco clamoreo
de enfurecidos soldados,
y restallan arcabuces,
y retumban fieros tajos.
Bajo el filo de la espada,
a los pies de los caballos,
agonizan y sucumben
nios, mujeres y ancianos.
No hay compasin en las almas,
en el herir no hay descanso;
es el eco un ay de muerte,
Cajamarca un rojo lago.
II
Cual amigo con amigo
Atahualpa con Pizarro,
departen, cenan y beben,
sorbo a sorbo, lado a lado.
Gusta el vino de Castilla,
-70-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
noble Monarca peruano;
bebe un licor ms sabroso
que tu nctar celebrado.
Refrena el Inca la rabia,
y devora el hondo vaso,
y, murmura en s, volviendo
afable rostro a Pizarro.
Licor ms puro y sabroso
beber muy pronto acaso:
la sangre vil de extranjeros
en la copa de tu crneo.
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Indigenismo
Gnero Lit.: Narrativo, lrico
Seudnimo: Sansn Carrasco, Len Cobos
Calificativo: Patriarca de las Letras Peruanas
Obras:
Narrativas:
- Cuentos Andinos (1920)
- De mi Casona (1924)
- Matalach (1928)
- Los Caballeros del Delito (1931)
- Nuevos Cuentos Andinos (1937)
- El Hechizo de tomayquichua (1943)
- Las Caridades de la Seora Tordoya (1955
- Calderonadas (1930)
- Memorias (1963)
En Verso:
- Miniaturas
- De la tierra Brava, (1938)
- Lmpara Votiva
MATALACH
(Argumento)
Personajes:
- Jos Manuel (esclavo mulato de la fbrica de jabn y enamorado de Mara de la Luz)
-71-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- Mara de la Luz (hija de Juan Francisco)
- Juan Francisco (patrn de Jos Manuel y padre de Mara de la Luz)
- Rita (la joven criada de Mara de la luz)
- Casilda (criada vieja de Mara de la Luz)
- Martina (enfermera esclava de la fbrica de Jabn)
- Otros.
-72-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CARLOS OQUENDO DE AMAT
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Vanguardismo
Gnero Lit.: Poesa
Generacin: 30
Obras:
Cinco metros de poemas (Lima, 1927).
MADRE
Entre ti y el horizonte
mi palabra est primitiva como la lluvia o como los himnos.
-73-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
POEMA
Para ti
tengo impresa una sonrisa en papel Japn.
Mrame
que haces crecer la yerba de los prados.
Mujer
mapa de msica, claro de ro, fiesta de fruta
En tu ventana
cuelgan enredaderas de los volantes de los automviles
y los expendedores disminuyen en precio de sus mercancas
tu voz
QUE CANTA TODAS LAS RAMAS DE LA MAANA.
ARTURO PERALTA
-74-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
movimiento intelectual, EL RESURGIMIENTO; este movimiento entrar en coordinacin
con Maritegui en grandes luchas obreras del Per.
En 1932, en el gobierno de Luis Snchez Cerro, fue exiliado del pas acusado de agita-
dor Comunista y se fue a Bolivia. En Bolivia estuvo 32 aos. All public su obra El Pez
de Oro. Por este libro se le adjudica el PREMIO NACIONAL DE LITERATURA, pero de-
clina por no tener nacionalidad boliviana. En 1964, regresa al Per. En Puno, no consigue
un trabajo digno, lamentablemente es agredido y humillado a la condicin de sellador de
documentos en una institucin pblica. Por tal razn, renuncia al cargo y decide viajar a
Lima. En Lima, fue acogido en EL COMERCIO por Emilio Armaza, su antiguo compaero
de El Grupo Orqo Pata, pero colabora con mucha dificultad, porque no le permiten escribir
sobre lo que a l le gusta escribir. Luego colabora en el diario EXPRESO y vive en una
pensin del jirn Nazca. El 8 de noviembre de 1968 muere en Lima y es enterrado en me-
dio de un silencio oficial cmplice y detestable. En 1980, sus restos fueron trasladados a
Puno y enterrado en la Apacheta de Los Amautas por iniciativa de Inocencio Mamani, otro
de los integrantes del Grupo Orqo Pata. Su tumba fue destruida por los perros vagabun-
dos; lo cual, motiv que se traslade al Cementerio General de Laykacota con la participa-
cin de algunos escritores puneos y los alumnos de la facultad de Educacin de la Uni-
versidad Nacional del Altiplano en 1997. All yacen los restos de nuestro gran Gamaliel
Churata, si no se equivocaron en reconocer sus restos en la Apacheta de los Amautas.
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Indigenismo
Gnero Lit.: Narrativo, lrico
Seudnimo: Gamaliel Churata
Nombre Completo: Arturo Peralta Miranda
Obras:
- El Pez de Oro (Cochabamba 1957)
- El gamonal
- La Resurreccin de los Muertos
- Los Serranos Limeos
EL PEZ DE ORO
Su complejo libro El Pez de oro (1957) es considerado como la Biblia del Indigenismo.
Actualmente, el investigador italiano Ricardo Badini se encuentra estudiando la obra de
Churata. En s, este complejo libro necesita, primero, una comprensin filosfica. Donde
la parte polmica lo desarrolla filosficamente y tomando como mtodo el marxismo, co-
mo dijera Maritegui: inici mi trabajo de investigacin de la realidad nacional, confor-
me al Mtodo Marxista. El mismo Gamaliel nos dice en su El Pez de Oro: Karl Marx,
sonaba a paradoja para quienes no observan que el Materialismo Histrico debe ser mo-
saico fundamental. Y la parte narrativa lo trata metafricamente. Nos dice de esta ma-
nera para resaltar su afinidad al marxismo si de investigacin se trata.
-75-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
metafsico y pragmtico. No quedara satisfecha su curiosidad si al mismo tiempo no
lleva la enquesta a la zona del mestizo o criollo. Veamos los frutos que obtiene.
Qu buscas en tus mestizos muertos?
Seguir silencio que puede durar siglo de logorragia parlamentaria; mas al fin el
mestizo dir:
Nada!...
Escolio alguno del agudo teista? Tal vez: Nada busca quien nada es Ya no
requiera dirigirse al gentil criollo, porque lo que ste persigue de sus antepasados es el
pergamino nobiliario. Y si no le halla autntico, le falsifica o regatea en las martilleras.
Por ese lado el pascaliano vaco.
Cul la abracadabra? En los indios de hoy deben estar los indios de ayer; o estos
indios no son indios. Ya que slo est el que estuvo, o el que est, y se dice, no es
Nada ser sin estar. El los muertos mandan, de Karl Marx, sonaba a paradoja para
quienes no observan que el Materialismo Histrico debe ser mosaico proftico. Pero,
Marx entenda que los muertos mandan porque los muertos no son los vivos? En ese
caso su pleroma bdico no poco y hasta tomista. Mas su paradoja se concreta ahora,
puesto que podemos decir, sin anfibologas, slo tiene autoridad el que ha muerto (por
eso puede mandar) y autoridad de sabio aqul que sabe que el muerto es l.
El crculo se cierra. Hay muerte por parte alguna.
CXXXV. De slo un dolor se duele: la vida. Si los muertos nos duelen es porque
les dolemos; y les dolemos all donde nos duelen: nosotros. Se podr sentir lo que no
est Y, as, los muertos de sentirse es que nos sienten y de dolernos les dolemos.
Si lo que nos duele de Amrica es el indio, ser porque est muerto? No parece.
Si el indio nos duele es porque nada hay ms vivo en nosotros que el indio. Y si nada
en el indio duele ms que Amrica, ser porque slo en el indio Amrica est viva.
-76-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
que en tus ojos ha parido la Nia de mis Oros. Con su vuelo redondo EL PEZ DE ORO
se zambulla en los ojos de su lago.
Esta parte es una metfora que nos presenta Gamaliel Churata. Inevitablemente, el
origen del indio se dio en esta parte de la regin punea. Por eso dice, el quechua es el
dialecto del aymara. Qu nos dice con eso. Que primero fueron los aymaras y poblaron
otras regiones Y es de una estirpe de oro!
EL PEZ DE ORO
(Fragmento)
KHORI KHELLKHATA = KHORI CHALLWA
Vers.1. ()
Vers.2. Al final el postrero da del ao llega no que habita la chinkhana. Y de quien dicen
que menos hombre que Puma. Que si Puma de agua su awichu-auki; guagua de este su
tatarabuelo: el Puma-hokho; mas su awichito slo el de la Sakha. Su padre (de quien fue-
ra primognito) el gran Puma-khala. Le llamaron Khori-Puma, si naci como el renacuajo,
sealado por areo y extrao destino. Del Puma de Oro ha salido EL PEZ DE ORO, hijo
de linda Sirenita del Lago de Arriba.
Vers.3. Cuchichean as viejas khellwas de la Chinkhana de ese andrajoso animal, de
quien, pese a todo, como muy por sus puntos habr de saberse da, lenguas antiguas
ms dijeron que callaron.
La forma de poesa de Churata es singular que nos presenta en su El Pez de Oro:
HARARUA
CIRO ALEGRA
-77-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Indigenismo
Gnero Lit.: Narrativo
Nombre completo: Ciro Alegra Bazn
Generacin: 30
Obras:
Narrativas:
- LA SERPIENTE DE ORO (Chile 1935)
- LOS PERROS HAMBRIENTOS (Chile 1938)
- EL MUNDO ES ANCHO Y AJENO (Chile 1941)
- El Dilema de Krause (escrita en la crcel)
- Calixto Garmendia
- La Ofrenda de Piedra
- Duelo de Caballeros
- Sueo y Verdad de Amrica
- Mucha Suerte con Arto Palo
- Siempre hay caminos
- El Hombre que era amigo de la noche
- Gabriela Mistral ntima (Ensayo)
Lrica:
Poemas de la Revolucin
Periodstica:
- El Csar Vallejo que yo conoc
Publicacin Pstuma:
Lzaro (cuento)
-78-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
revelarse, pero al final son derrotados. Al final, la comunidad es destruida y Benito Castro
muere defendiendo su comunidad.
Eran Zambo, Wanka, Geso y Pellejo los nombres de los perros que ayudaban a la pasto-
ra Antuca, una muchacha de doce aos, con la ovejas. Conocan muy bien sus oficios.
Antuca apacentaba sus ovejas ayudado por sus perros y haba un muchacho pastor que
enamoraba, se llamaba Pancho.
Un da, Antuca lleva las ovejas a la cordillera con una nueva acompaante, Vicenta su
hermana. En la cordillera se topan con Julin y Blas Celedn, unos bandoleros famosos
que estaban sobre los caballos. Julin Celedn, que era un buen laceador, atrap a Ge-
so; as uno de los perros se fue con los bandoleros. Los Celedonios hacan de la suya,
robando ganados sin piedad de los campesinos, sin respetar ni siquiera a los gendarmes.
Por eso, un da, el subprefecto Fernn convenci al alfrez Chumpi a que atrapara con
sus hombres a esos bandoleros. Despus de una dura persecucin, los gendarmes co-
mandados por el Culebrn, as lo apodaban al alfrez Chumpi, terminaron por atrapar y
acabaron con ellos. Geso que estaba acompaando a los bandoleros pereci vctima de
un tiro.
La Wanka ha parido varios cachorros, uno de ellos se llamaba Mau que se fue con Ma-
teo Tampu, esposo de Martina quien es hija de Simn Robles y Juana, y hermana de Vi-
centa, Timoteo y la pequea Antuca. Mau creci junto a Damin, hijo de Mateo y Marti-
na. Luego, Mateo fue enrolado para que sirva el cuartel. Martina se qued llorando. Mateo
nunca regresar.
Llega el tiempo de siembra, ocurre que no hay lluvia. La sequa empieza a sentirse. Esa
siembra result sin cosecha. En la otra siembra, tampoco, se hizo presente la lluvia. El
campo se mostraba seco y los manantiales haban desaparecido. Por eso, Simn Robles
termin por recoger la semilla que haba echado. Los campesinos acabaron sus trigos;
terminaron sus animales. Al final, quedaron sin nada.
Un da de hambruna irremediable, Martina sali a buscar socorro donde sus suegros. Al
nio le dijo que si no regresaba fuera donde sus abuelos, padres de ella. Martina no re-
gresaba. El nio se fue tal como le indic su madre. No pudo llegar donde sus abuelos,
desfalleciente muri en el camino. Su perro Mau le cuidaba de los cndores que ronda-
ban al cadver.
Wanka, Zambo y Pellejo haban sido echados por sus dueos porque haban devorado
una oveja sin el consentimiento. Por eso, ahora, deambulaban junto a otros perros en
busca de alimentos. Un da quisieron roban en la casa hacienda de don Cipriano, pero
fueron respondidos con crueldad. Al final, el patrn envenen a todos los perros.
La casa hacienda era el nico lugar donde habra algo. Los campesinos de diferentes
lugares venan para pedir socorro, deambulaban igual que los perros hambrientos. Al no
conseguir ninguna ayuda del patrn Cipriano decidieron saquear, pero fueron respondidos
con disparos.
La gente se mora por montones y el cementerio rebasaba de muertos. Los curas apro-
vechaban para cobrar ms. Pero los indgenas ya no enterraban a sus muertos en el ce-
menterio; sino en campo abierto.
Esta sequa no puede durar mucho tiempo. Una tarde, el cielo se llen de nubes. La llu-
via cay levantando una fragancia exquisita de la tierra para la suerte de los seres que
quedaban con vida.
-79-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
En su artculo: El Csar Vallejo que yo conoc nos escribe acerca de Vallejo cuando era
su profesor en Colegio Nacional de San Juan de Trujillo, despus de 6 aos muerto Cesar
vallejo y recuerda as: [] Llegamos a nuestro saln y me condujo hasta mi banco. l
pas a ocupar su mesa, situada a la misma altura de nuestras carpetas y muy cerca de
ellas, de modo que hablaba casi junto a nosotros. En ese momento me di cuenta de que
el profesor no se recortaba el pelo como todos los hombres, sino que usaba una gran me-
lena lacia, abundante, nigrrima. Sin saber a qu atribuirlo, pregunt en voz baja a mi
compaero de banco: "Y por qu tiene el pelo as?". "Poeta es poeta", me cuchiche. La
personalidad de Vallejo se me antoj un tanto misteriosa y comenc a hacerme muchas
preguntas que no poda contestar. l haba de sacarme de mi perplejidad dando, con la
regla, dos golpecitos en la mesa. Era su modo de pedir atencin. Anunci que iba a dictar
la clase de geografa y, engarfiando los dedos para simular con sus flacas y morenas ma-
nos la forma de la tierra, comenz a decir:
-Niosh... la Tierra esh redonda como una naranja... Eshta mishma Tierra en que vivimos
y vemos como shi fuera plana, esh redonda.
Hablaba lentamente, silbando en forma peculiar las eses, que as suelen pronunciarlas los
naturales de Santiago de Chuco, hasta el punto en que por tal caracterstica son recono-
cidos por los moradores de las otras provincias de la regin.
[] Csar Vallejo siempre me ha parecido que sa fue la primera vez que lo vi es-
taba con las manos sobre la mesa y la cara vuelta hacia la puerta. Bajo la abundosa me-
lena negra su faz mostraba lneas duras y definidas. La nariz era enrgica y el mentn,
ms enrgico todava, sobresala en la parte inferior como una quilla. Sus ojos oscuros
no recuerdo si eran grises o negros brillaban como si hubiera lgrimas en ellos. Su traje
era uno viejo y luido y, cerrando la abertura del cuello blando, una pequea corbata de
lazo estaba anudada con descuido. Se puso a fumar y sigui mirando hacia la puerta, por
la cual entraba la clara luz de abril. Pensaba o soaba quin sabe qu cosas. De todo su
ser flua una gran tristeza. Nunca he visto un hombre que pareciera ms triste. Su dolor
era a la vez una secreta y ostensible condicin, que termin por contagirseme. Cierta
extraa e inexplicable pena me sobrecogi. Aunque a primera vista pudiera parecer tran-
quilo, haba algo profundamente desgarrado en aquel hombre que yo no entend sino
sent con toda mi despierta y alerta sensibilidad de nio. De pronto, me encontr pensan-
do en mis lares nativos, en las montaas que haba cruzado, en toda la vida que dej
atrs. Volviendo a examinar los rasgos de mi profesor, le encontr parecido a Cayetano
Oruna, pen de nuestra hacienda a quien llambamos Cayo. ste era ms alto y fornido,
pero la cara y el aire entre solemne y triste de ambos tenan gran semejanza. El hombre
Vallejo se me antoj como un mensaje de la tierra y segu contemplndolo. Tir el cigarri-
llo, se apret la frente, se alis otra vez la sombra melena y volvi a su quietud. Su boca
contraase en un rictus doloroso. Cayo y l. Mas la personalidad de Vallejo inquietaba tan
slo de ser vista. Yo estaba definitivamente conturbado y sospech que, de tanto sufrir y
por irradiar as tristeza, Vallejo tena que ver tal vez con el misterio de la poesa. l se vol-
vi sbitamente y me mir y nos mir a todos. Los chicos estaban leyendo sus libros y
abr tambin el mo. No vea las letras y quise llorar...
[]
-80-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
JOS MARA ARGUEDAS
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Indigenismo
Gnero Lit.: Narrativo
Calificativo: El hombre, El escritor etnlogo
Nombre completo: Jos Mara Arguedas Altamirano
Obras
Novelas:
- Yawar Fiesta (1941)
- Diamantes y Pedernales (cuentos, 1954)
- Los Ros Profundos (su mejor novela, 1959)
- El Sexto (escrita sobre las experiencia en la crcel del mismo nombre, 1961)
- La Agona del Rasuiti (1962)
- Todas las Sangres (1964)
- El Zorro de Arriba y el Zorro de Abajo (esta obra qued inconclusa, se dispar cuando
an estaba escribiendo.)
Cuentos:
- Warma Kuyay
- Los Esoleros
-81-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
-Agua (su primer y mejor libro de cuentos)
-El sueo del pongo (1956).
Ensayo:
Puquio una cultura en proceso de cambio.
Poesa:
Oda al Jet.
Traduccin al castellano: Dioses y hombres de huarochir (Fac. vila).
El nio Ernesto y su padre llegan al Cusco. Conocen al viejo, un hombre dspota que tra-
ta de manera cruenta a sus colonos. Su padre le ensea a Ernesto numerosos palacios
arqueolgicos de los Incas. Este hecho hace que Ernesto se identifique con la cultura an-
dina. Ernesto ha pasado su niez entre personas que maltrataban a los indgenas. Su pa-
dre es un incansable viajero que va de pueblo en pueblo. Luego, deja internado a su hijo
en un colegio de Abancay. Ernesto conoce a estudiantes de distintas razas y clases so-
ciales que le llama la atencin. Por ejemplo, Lleras es un interno abusivo que agrede a
sus compaeros aprovechndose de su condicin. ntero refleja el carcter indmito del
pueblo andino y no se deja fcilmente sojuzgar por nadie. Chauca, apodado Peluca, est
abrumado siempre por un complejo de culpa. Valle es individualista, sabe quechua, pero
no quiere hablar. Aparece, tambin, la Opa Marcelina; esta mujer demente constituye un
smbolo sexual. Algunos internos quieren tener relaciones sexuales con ella, pero un sen-
timiento de culpa les atosiga. Ernesto se mantiene en contacto con la msica de la natura-
leza: el mormullo del ro, el canto de los pjaros; pero tambin se siente desarraigado de
los suyos. ntero trae un trompo, llamado zumbaillo, que instaura un universo de luz y
armona en la curiosidad de Ernesto.
Cuando sale fuera del colegio, ve que se produce una rebelin de las chicheras encabe-
zada por doa Felipa significando para Ernesto una especie de smbolo maternal. l se
solidariza con dicha rebelin siguiendo el movimiento de las chicheras. De regreso al co-
legio, fue azotado por el Padre, Director del colegio, quien mantiene la relacin de la igle-
sia con el feudalismo tradicional. Aparece una peste que comienza a matar a los colonos.
Ernesto cree en el proyecto social que figurativamente se expresa en que el ro Pacha-
chaca regresar. Al final, Ernesto sale del internado, confiando en que los colonos derro-
tarn a la peste.
El viejo, padre de don Bruno y don Fermn, subindose a la torre de la iglesia comarcana,
echa terribles maldiciones contra sus dos hijos, y opta por envenenarse. Luego del sepelio
del anciano, Bruno bestia loca peligrosa, segn su hermano Fermn, enva quinientos
-82-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
indios de su hacienda para los trabajos de la mina que detenta su hermano. Fermn, pro-
curando consolidar su organizacin minera, contrata los servicios de Rendn Willka, indio
soador e idealista, y lo nombra capataz de sus colonos. Los vecinos de San Pedro no
logran ponerse de acuerdo para impedir la venta de sus tierras a la mina.
El ingeniero Cabrejos, un hombre sin escrpulos, que sirve a la ambicin expansionista
de la compaa Wisther and Bozart, planifica saborear los trabajos de la mina con la cola-
boracin de Gregorio, venal y rastrero, a objeto de que don Fermn abandone la mina o
decida entregrsela a la compaa.
Reiniciadas las tareas de explotacin minera, don Bruno ratifica a Rendn Willca como
capataz de los colones. Al sexto da de trabajo, Gregorio, en confabulacin del ingeniero
Cabrejos, ingresa en la mina sin ser visto de nadie y, valindose del ardid de un legenda-
rio amaru, pretende asustar con sus rugidos a los colonos, pero vuela en pedazos a cau-
sa de la explosin de una dinamita. Rendn Willka acusa a Cabrejos de la trgica muerte
de Gregorio.
Asunta, una muchacha honesta, que un da rechazara los torvos propsitos de la Ca-
brejos, lee, en el cabildo de los vecinos sampedranos, la carta de Gregorio en la que ste
denuncia al alcalde y a otros mercenarios como vendidos al ingeniero.
Los hacendados colindantes de la Providencia, Lucas, Aquiles y Cisneros, arquetipos
de latifundismo, viendo la actitud de don Bruno entraa peligro por su magnanimidad, in-
stan a ste a morigerar su conducta, pero son rechazados.
Don Bruno Aragn de Peralta, tipo paradojal, crdulo y supersticioso algunas veces,
sensual y orgaco otras veces, ama con locura a su concubina, Vicenta, una agraciada
mestiza y, en un arrebato de ira, dispara contra Felisa, su esposa, cuando sta, llevada
por los celos, ingresa en la alcoba con la intencin de matar a la intrusa.
Luego de larga y penosa agona, muere doa Rosario, madre de los Aragn de Peralta
y es enterrada como una simple comunera en el cementerio de Lahuaymarca. Anto, fiel
servidor de don Bruno, se instala en Paukarpata que le acaba de ser cedido. Gertrudis,
una enana contrahecha, tambin amante ocasional de don Bruno y que se caracteriza por
su alma elemental llena de potica supersticiosidad, es entregada al alcalde de Lahuay-
marca, en tanto que Bruno nombra a Rendn Willka albacea del hijo que le dar Vicenta
y, al mismo tiempo, lo distingue nombrndolo administrador de la hacienda.
La trama se complica con al destitucin de Cabrejos y a la humillacin de Cisneros, a
quien se le despoja de y se le azota en pblico. Fermn, al descubrir el manto de rosicler
en la mina, viaja a Lima en busca de capitales y cae, inevitablemente, en las garras del
monopolio Wisther and Bozart, que funda la Compaa Aparcora Mines, logrando la ex-
propiacin de las tierras colindantes y el uso de las aguas de Lahuaymarca. Cabrejos re-
torna a San Pedro en calidad de gerente.
Se realiza la expropiacin y los damnificados se amotinan, no permitiendo el ingreso de
las autoridades que van a hacer cumplir la orden. Los fanticos incendian la iglesia. Asun-
ta, en la certeza de que todos esos hechos se deben a Cabrejos, se dirige a la casa del
ingeniero y lo mata. Hay desconcierto y zozobra en el ambiente. Asunta, que se declara
culpable, es conducida a la capital. El ingeniero Velazco, que sustituye a Cabrejos en la
gerencia, manda apresar a los obreros que piden clemencia para los indios.
Bruno y los varayocs acuerdan reconstruir la iglesia. El Subprefecto, un oscuro aventu-
rero, insina a Cisneros ultimar a Bruno. Los vecinos, frustrados todos sus intentos defen-
sivos, abandonan San Pedro. Anto, el fiel criado vuela en pedazos al dinamitar un buld-
cer. Bruno, exasperado por la difcil situacin, mata a don Lucas y hiere gravemente a su
hermano. Rendn Willka, en cabildo de colonos, recibe la administracin de la hacienda,
en tanto que Vicenta y su hijo salen de viaje. Cinco das despus, los guardias fusilan a
un indio, a una mujer y a Rendn Willka.
-83-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
JOS CARLOS MARITEGUI
-84-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
El 16 de abril de 1930, el proletariado peruano acaba de perder uno de sus ms grandes
guas, uno de los ms grandes pensadores revolucionarios. Su fretro fue acompaado
por miles de obreros y sentido a nivel nacional e internacional por la clase trabajadora.
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Vanguardismo
Gnero Lit.: narrativo
Seudnimo: Juan Croniqueur
Calificativo: El Amauta
Obras:
Escritos juveniles de la edad de piedra: Las Tapadas, La Mariscala (drama compuesto
con Valdelomar), Poesas varias.
Ensayos:
- 7 Ensayos de Interpretacin de la Realidad Peruana.
- La Escena Contempornea
- Defensa del Marxismo
- Peruanicemos al Per
- Ideologa y Poltica
- Temas de Educacin
- El Artista y la poca
- Temas de nuestra Amrica
-85-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Slo la literatura con escritura es perdurable. Como todo arte depende de la polti-
ca, la literatura no pierde esta naturaleza y en ella coexisten dos almas: la revolu-
cionaria y la decadente.
MANUEL SCORZA
Naci en Lima el ao 1928. Desde muy joven fue militante del par-
tido Aprista; sin embargo por discrepancias ideolgicas se apart.
Posteriormente abraz la ideologa socialista, participando en la
poltica nacional. Poeta combativo y militante, expulsado del pas,
anduvo por los caminos de Amrica.
Scorza goz del xito en la novelstica como en la poesa. Sus
obras fueron traducidas a diferentes idiomas del mundo.
Fallece trgicamente en un accidente de aviacin en Espaa,
fue un 27 de noviembre de 1983.
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Indigenismo
Gnero Lit.: Narrativo y poesa
Obras:
Narrativas:
- Redoble por Rancas
- Historia de Garabombo, el invisible
- El Jinete Insomne
- El Cantar de Agapito Robles
- La Tumba del Relmpago
- La Danza Inmvil
- El Vals de los Reptiles
Poticas:
- Canto a los Mineros de Bolivia
- Las Imprecaciones
- Los Adioses
- Desengaos del Mago
- Rquiem por un Gentilhombre
- Litoral del Olvido
- Poesa Incompleja
- La guerra silenciosa
-86-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
SOBRE REDOBLE POR RANCAS
Todo lo que el autor refleja en la obra se corresponde con la realidad. Frente a las injusti-
cias de una transnacional como la Cerro De Pasco Corporation con la anuencia de la
oligarqua nacional, se desbord la ancestral paciencia indgena, se alzaron las masas
con la ley del Talin, y nacieron lderes campesinos como Hctor Chacn (Nictlope), pro-
tagonista agente actante del libro y de las revueltas.
Los ttulos de los captulos, hecho a la manera cervantina, son elaboraciones sugeren-
tes en fino humor, irona y sarcasmo, que en el carcter de ideotemas estructurales en-
garzan ms de una paradoja teniendo en cuenta las circunstancias que se narran.
Donde el zahor lector oir de cierta celebrrima moneda, es el ttulo del primer cap-
tulo, en el que aparece el doctor Montenegro, personaje actante oponente antagnico,
representante del poder siniestro. Sobre la pirmide de ovejas que sin nimo de emular
a los egipcios levantaron los ranqueos es el ttulo de captulo 20.
Todos los ttulos, y la obra misma, respiran tales licencias. Tal vez el captulo primero
tenga la rara posibilidad de resistir y sostener mejor por su esencia y an si fuera arran-
cado de la novela todo anlisis literario y encajar en el gnero del cuento. Y eso, como
una joya.
En medio de numerosos localismos cojudos!, cultismos zahor, celebrrima,
arcasmos concilibulo y barbarismosfuneraciones, puestos en funcin de la
irona, el sistema de personajes es otra de las tantas aristas disfrutables de la novela.
Nombrados tambin por sus epteto al estilo homrico, Hctor Chacn El Nictlope, El
Negado, El Valiente, el Nio Remigio, Fortunato, El Abigeo y doa Sulpicia, situados al
lado de los rebelados, son hroes mitad reales mitad imaginarios, armados desde sus
virtudes e imperfecciones y capaces de despertar las simpata a pesar de las ltimas.
Ciertos nombres han sido excepcionalmente modificados para proteger a los justos de la
justicia aclar el propio Scorza.
Del lado de esa justicia actan el doctor Montenegro, Egoabil, el comandante Gui-
llermo o Guillermo el carnicero, Don Hern de los Ros y Doa Pepita. Lo trgico co-
mo categora est en la esencia misma de la obra una novela de acontecimientos
y ms profundamente dramtico en el final, no solo con la muerte de la mayora de los
justos, sino tambin en las actuaciones signadas por lo siniestro y miserable de otros per-
sonajes sobre la resbaladiza viscosidad del miedo. En la intensidad de sus humanidades,
entre sus enterezas, esperanzas y angustias, o en sus miserias y villanas, cada persona-
je termina por ser real, en situaciones reales que siguen reiterndose en el tiempo, con
una contemporaneidad que asusta.
Al igual que en Pedro Parmo, los muertos conversan en la fosa comn.
-87-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
daderamente existe, sino uno que el propio autor fabrica para poderlo describir a su mo-
do.
Gan varios premios a nivel nacional e internacional y nunca gan el Premio Nbel. Per-
teneci al Boom Latinoamericano, junto a Garca Mrquez, Julio Cortzar y Carlos Fuen-
tes y luego se retir del boom para convertirse en uno de sus adversarios, por lo menos,
de esa tendencia.
Tambin en el ambiente poltico electoral fue uno de los protagonistas en las elecciones
de 1990. Perdi las elecciones derrotado por Alberto Fujimori y resentido se fue a Espaa
hasta se cambio de nacionalidad y escribe su obra El Per en Llamas.
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Urbanismo, Boom.
Gnero Lit.: narrativo (novela y cuento), teatro y ensayo.
Calificativo: El arquitecto de la narrativa peruana.
Obras:
Narrativas:
-88-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Urbanismo
Gnero Lit.: narrativo (cuento) y teatro
Premios: (Premio Juan Rulfo 1994)
Obras
Narrativas:
- Los Gallinazos sin plumas (1955)
- La palabra del mudo (coleccin de cuentos, 1973)
- Cuentos de circunstancias
- Crnicas de San Gabriel (1960)
- Tres historias sublevantes
- Las botellas y los hombres
- Los geniecillos dominicales
- Cambio de guardia
- La juventud de la otra ribera
- El profesor suplente
- El prximo mes me nivelo
- Los cautivos
- Cuentos completos (1994)
- Demetrio
- Silvio en el Rosedal (1974)
- Prosas aptridas (1975)
- La tentacin del fracaso (1992)
- La Palabra Inmortal (1995)
Teatrales:
- Santiago el pajarero
- Confusin en la prefectura
-89-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- Atusparia
Otras obras:
- Prosas aptridas (1975)
- La caza sutil
- Solo para fumadores
- Dichos de Rder
A las seis de la maana la ciudad se levanta de puntillas y comienza a dar sus primeros
pasos. Una fina niebla disuelve el perfil de los objetos y crea como una atmsfera encan-
tada. Las personas que recorren la ciudad a esta hora parece que estn hechas de otra
sustancia, que pertenecen a un orden de vida fantasmal. Las beatas se arrastran peno-
samente hasta desaparecer en los prticos de las iglesias. Los noctmbulos, macerados
por la noche, regresan a sus casas envueltos en sus bufandas y en su melancola. Los
basureros inician por la avenida Pardo su paseo siniestro, armados de escobas y de ca-
rretas. A esta hora se ve tambin obreros caminando hacia el tranva, policas bostezando
contra los rboles, canillitas morados de fro, sirvientas sacando los cubos de basura. A
esta hora, por ltimo, como a una especie de misteriosa consigna, aparecen los gallinazos
sin plumas.
A esta hora el viejo don Santos se pone la pierna de palo y sentndose en el colchn
comienza a berrear:
A levantarse! Efran, Enrique! Ya es hora!
Los dos muchachos corren a la acequia del corraln frotndose los ojos legaosos.
Con la tranquilidad de la noche el agua se ha remansado y en su fondo transparente se
ven crecer yerbas y deslizarse giles infusorios. Luego de enjuagarse la cara, coge cada
cual su lata y se lanzan a la calle. Don Santos, mientras tanto, se aproxima al chiquero y
con su larga vara golpea el lomo de su cerdo que se revuelca entre los desperdicios.
Todava te falta un poco, marrano! Pero aguarda no ms, que ya llegar tu turno.
Efran y Enrique se demoran en el camino, trepndose a los rboles para arrancar mo-
ras o recogiendo piedras, de aquellas filudas que cortan el aire y hieren por la espalda.
Siendo an la hora celeste llegan a su dominio, una larga calle ornada de casas elegantes
que desemboca en el malecn.
Ellos no son los nicos. En otros corralones, en otros suburbios alguien ha dado la voz
de alarma y muchos se han levantado. Unos portan latas, otros, cajas de cartn, a veces
slo basta un peridico viejo. Sin conocerse forman una especie de organizacin clandes-
tina que tiene repartida toda la ciudad. Los hay que merodean por los edificios pblicos,
otros han elegido los parques o los muladares. Hasta los perros han adquirido sus hbi-
tos, sus itinerarios, sabiamente aleccionados por la miseria.
Efran y Enrique, despus de un breve descanso, empiezan su trabajo. Cada uno es-
coge una acera de la calle. Los cubos de basura estn alineados delante de las puertas.
Hay que vaciarlos ntegramente y luego comenzar la exploracin. Un cubo de basura es
siempre una caja de sorpresas. Se encuentran latas de sardinas, zapatos viejos, pedazos
de pan, pericotes muertos, algodones inmundos. A ellos, slo les interesa los restos de
comida. En el fondo del chiquero, Pascual recibe cualquier cosa y tiene predileccin por
las verduras ligeramente descompuestas. La pequea lata de cada uno se va llenando de
tomates podridos, pedazos de sebo, extraas salsas que no figuran en ningn manual de
cocina. No es raro, sin embargo, hacer un hallazgo valioso. Un da Efran encontr unos
tirantes con los que fabric una honda. Otra vez una pera casi buena que devor en el
-90-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
acto. Enrique, en cambio, tiene suerte para las cajitas de remedios, los pomos brillantes,
las escobillas de dientes usadas y otras cosas semejantes que colecciona con avidez.
Despus de una rigurosa seleccin regresan la basura al cubo y se lanzan sobre el
prximo. No conviene demorarse mucho porque el enemigo siempre est al acecho. A
veces son sorprendidos por las sirvientas y tienen que huir dejando regado su botn. Pero,
con ms frecuencia, es el carro de la Baja Polica el que aparece y entonces la jornada
est perdida.
Cuando el sol asoma sobre las lomas, la hora celeste llega a su fin. La niebla se ha di-
suelto, las beatas estn sumidas en xtasis, los noctmbulos duermen, los canillitas han
repartido los diarios, los obreros trepan a los andamios. La luz desvanece el mundo mgi-
co del alba. Los gallinazos sin plumas han regresado a su nido.
Don Santos los esperaba con el caf preparado.
A ver, qu cosa me han trado?
Husmeaba entre las latas y si la provisin estaba buena haca siempre el mismo co-
mentario:
Pascual tendr banquete hoy da.
Pero la mayora de las veces estallaba:
Idiotas! Qu han hecho hoy da? Se han puesto a jugar seguramente! Pascual se
morir de hambre!
Ellos huan hacia el emparrado, con las orejas ardientes de los pescozones, mientras
el viejo se arrastraba hasta el chiquero. Desde el fondo de su reducto el cerdo empezaba
a gruir. Don Santos le aventaba la comida.
Mi pobre Pascual! Hoy da te quedars con hambre por culpa de estos zamarros.
Ellos no te engren como yo. Habr que zurrarlos para que aprendan!
Al comenzar el invierno el cerdo estaba convertido en una especie de monstruo insa-
ciable. Todo le pareca poco y don Santos se vengaba en sus nietos del hambre del ani-
mal. Los obligaba a levantarse ms temprano, a invadir los terrenos ajenos en busca de
ms desperdicios. Por ltimo los forz a que se dirigieran hasta el muladar que estaba al
borde del mar.
All encontrarn ms cosas. Ser ms fcil adems porque todo est junto.
Un domingo, Efran y Enrique llegaron al barranco. Los carros de la Baja Polica, si-
guiendo una huella de tierra, descargaban la basura sobre una pendiente de piedras. Vis-
to desde el malecn, el muladar formaba una especie de acantilado oscuro y humeante,
donde los gallinazos y los perros se desplazaban como hormigas. Desde lejos los mu-
chachos arrojaron piedras para espantar a sus enemigos. El perro se retir aullando.
Cuando estuvieron cerca sintieron un olor nauseabundo que penetr hasta sus pulmones.
Los pies se les hundan en un alto de plumas, de excrementos, de materias descompues-
tas o quemadas. Enterrando las manos comenzaron la exploracin. A veces, bajo un pe-
ridico amarillento, descubran una carroa devorada a medios. En los acantilados prxi-
mos los gallinazos espiaban impacientes y algunos se acercaban saltando de piedra en
piedra, como si quisieran acorralarlos. Efran gritaba para intimidarlos y sus gritos resona-
ban en el desfiladero y hacan desprenderse guijarros que rodaban haca el mar. Despus
de una hora de trabajo regresaron al corraln con los cubos llenos.
Bravo! exclam don Santos . Habr que repetir esto dos o tres veces por sema-
na.
Desde entonces, los mircoles y los domingos, Efran y Enrique hacan el trote hasta
el muladar. Pronto formaron parte de la extraa fauna de esos lugares y los gallinazos,
acostumbrados a su presencia, laboraban a su lado, graznando, aleteando, escarbando
con sus picos amarillos, como ayudndoles a descubrir la pista de la preciosa suciedad.
Fue al regresar de una de esas excursiones que Efran sinti un dolor en la planta del
pie. Un vidrio le haba causado una pequea herida. Al da siguiente tena el pie hinchado,
-91-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
no obstante lo cual prosigui su trabajo. Cuando regresaron no poda casi caminar, pero
Don Santos no se percat de ello, pues tena visita. Acompaado de un hombre gordo
que tena las manos manchadas de sangre, observaba el chiquero.
Dentro de veinte o treinta das vendr por ac deca el hombre . Para esa fecha
creo que podr estar a punto.
Cuando parti, don Santos echaba fuego por los ojos.
A trabajar! A trabajar! De ahora en adelante habr que aumentar la racin de Pas-
cual! El negocio anda sobre rieles.
A la maana siguiente, sin embargo, cuando don Santos despert a sus nietos, Efran
no se pudo levantar.
Tiene una herida en el pie explic Enrique . Ayer se cort con un vidrio.
Don Santos examin el pie de su nieto. La infeccin haba comenzado.
Esas son patraas! Que se lave el pie en la acequia y que se envuelva con un tra-
po.
Pero si le duele! intervino Enrique . No puede caminar bien.
Don Santos medit un momento. Desde el chiquero llegaban los gruidos de Pascual.
y a m? pregunt dndose un palmazo en la pierna de palo . Acaso no me due-
le la pierna? Y yo tengo setenta aos y yo trabajo... Hay que dejarse de maas!
Efran sali a la calle con su lata, apoyado en el hombro de su hermano. Media hora
despus regresaron con los cubos casi vacos.
No poda ms! dijo Enrique al abuelo . Efran est medio cojo.
Don Santos observ a sus dos nietos como si meditara una sentencia.
Bien, bien dijo rascndose la barba rala y cogiendo a Efran del pescuezo lo arre
hacia el cuarto
. Los enfermos a la cama! A podrirse sobre el colchn! Y t hars la tarea de tu
hermano. Vete ahora mismo al muladar!
Cerca de medioda Enrique regres con los cubos repletos. Lo segua un extrao visi-
tante: un perro esculido y medio sarnoso.
Lo encontr en el muladar explic Enrique y me ha venido siguiendo.
Don Santos cogi la vara.
Una boca ms en el corraln!
Enrique levant al perro contra su pecho y huy hacia la puerta.
No le hagas nada, abuelito! Le dar yo de mi comida.
Don Santos se acerc, hundiendo su pierna de palo en el lodo.
Nada de perros aqu! Ya tengo bastante con ustedes!
Enrique abri la puerta de la calle.
Si se va l, me voy yo tambin.
El abuelo se detuvo. Enrique aprovech para insistir:
No come casi nada..., mira lo flaco que est. Adems, desde que Efran est enfer-
mo, me ayudar. Conoce bien el muladar y tiene buena nariz para la basura.
Don Santos reflexion, mirando el cielo donde se condensaba la gara. Sin decir nada,
solt la .vara, cogi los cubos y se fue rengueando hasta el chiquero.
Enrique sonri de alegra y con su amigo aferrado al corazn corri donde su herma-
no.
Pascual, Pascual... Pascualito! cantaba el abuelo,
T te llamars Pedro dijo Enrique acariciando la cabeza de su perro e ingres
donde Efran.
Su alegra se esfum: Efran inundado de sudor se revolcaba de dolor sobre el
colchn. Tena el pie hinchado, como si fuera de jebe y estuviera lleno de aire. Los dedos
haban perdido casi su forma.
-92-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Te he trado este regalo, mira dijo mostrando al perro . Se llama Pedro, es para ti,
para que te acompae... Cuando yo me vaya al muladar te lo dejar y los dos jugarn to-
do el da. Le ensears a que te traiga piedras en la boca.
Y el abuelo? pregunt Efran extendiendo su mano hacia el animal.
El abuelo no dice nada suspir Enrique.
Ambos miraron hacia la puerta. La gara haba empezado a caer. La voz del abuelo
llegaba:
Pascual, Pascual... Pascualito!
Esa misma noche sali luna llena. Ambos nietos se inquietaron, porque en esta poca
el abuelo se pona intratable. Desde el atardecer lo vieron rondando por el corraln,
hablando solo, dando de varillazos al emparrado. Por momentos se aproximaba al cuarto,
echaba una mirada a su interior y al ver a sus nietos silenciosos, lanzaba un salivazo car-
gado de rencor. Pedro le tena miedo y cada vez que lo vea se acurrucaba y quedaba
inmvil como una piedra.
Mugre, nada ms que mugre! repiti toda la noche el abuelo, mirando la luna.
A la maana siguiente Enrique amaneci resfriado. El viejo, que lo sinti estornudar en
la madrugada, no dijo nada. En el fondo, sin embargo, presenta una catstrofe. Si Enri-
que enfermaba, quin se ocupara de Pascual? La voracidad del cerdo creca con su
gordura. Grua por las tardes con el hocico enterrado en el fango. Del corraln de Neme-
sio, que viva a una cuadra, se haban venido a quejar.
Al segundo da sucedi lo inevitable: Enrique no se pudo levantar. Haba tosido toda la
noche y la maana lo sorprendi temblando, quemado por la fiebre.
y T tambin? pregunt el abuelo.
Enrique seal su pecho, que roncaba. El abuelo sali furioso del cuarto. Cinco minu-
tos despus regres.
Est muy mal engaarme de esta manera! plaa . Abusan de m porque no
puedo caminar. Saben bien que soy viejo, que soy cojo. De otra manera los mandara al
diablo y me ocupara yo solo de Pascual!
Efran se despert quejndose y Enrique comenz a toser.
Pero no importa! Yo me encargar de l. Ustedes son basura, nada ms que basu-
ra! Unos pobres gallinazos sin plumas! Ya vern cmo les saco ventaja. El abuelo est
fuerte todava. Pero eso s, hoy da no habr, comida para ustedes! No habr comida
hasta que no puedan levantarse y trabajar!
A travs del umbral lo vieron levantar las latas en vilo y volcarse en la calle. Media
hora despus, regres aplastado. Sin la ligereza de sus nietos el carro de la Baja Polica
lo haba ganado. Los perros, adems, haban querido morderlo.
Pedazos de mugre! Ya saben, se quedarn sin comida hasta que no trabajen!
Al da siguiente trat de repetir la operacin pero tuvo que renunciar. Su pierna de palo
haba perdido la costumbre de las pistas de asfalto, de las duras aceras y cada paso que
daba era como un lanzazo en la ingle. A la hora celeste del tercer da qued desplomado
en su colchn, sin otro nimo que para el insulto.
Si se muere de hambre gritaba ser por culpa de ustedes!
Desde entonces empezaron unos das angustiosos, interminables. Los tres pasaban el
da encerrados en el cuarto, sin hablar, sufriendo una especie de reclusin forzosa. Efran
se revolcaba sin tregua, Enrique tosa. Pedro se levantaba y despus de hacer un recorri-
do por el corraln, regresaba con una piedra en la boca, que depositaba en las manos de
sus amos. Don Santos, a medio acostar, jugaba con su pierna de palo y les lanzaba mira-
das feroces. A medioda se arrastraba hasta la esquina del terreno donde crecan verdu-
ras y preparaba su almuerzo, que devoraba en secreto. A veces aventaba a la cama de
sus nietos alguna lechuga o una zanahoria cruda, con el propsito de excitar su apetito
creyendo as hacer ms refinado su castigo.
-93-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Efran ya no tena fuerzas para quejarse. Solamente Enrique senta crecer en su co-
razn un miedo extrao y al mirar a los ojos del abuelo crea desconocerlo, como si ellos
hubieran perdido su expresin humana. Por las noches, cuando la luna se levantaba, cog-
a a Pedro entre sus brazos y lo aplastaba tiernamente hasta hacerlo gemir. A esa hora el
cerdo comenzaba a gruir y el abuelo se quejaba como si lo estuvieran ahorcando. A ve-
ces se cea la pierna de palo y sala al corraln. A la luz de la luna Enrique lo vea ir diez
veces del chiquero a la huerta, levantando los puos, atropellando lo que encontraba en
su camino. Por ltimo reingresaba en su cuarto y quedaba mirndolos fijamente, como si
quisiera hacerlos responsables del hambre de Pascual.
La ltima noche de luna llena nadie pudo dormir. Pascual lanzaba verdaderos rugidos.
Enrique haba odo decir que los cerdos, cuando tenan hambre, se volvan locos como
los hombres. El abuelo permaneci en vela, sin apagar siquiera el farol. Esta vez no sali
al corraln ni maldijo entre dientes. Hundido en su colchn miraba fijamente la puerta. Pa-
reca amasar dentro de s una clera muy vieja, jugar con ella, aprestarse a dispararla.
Cuando el cielo comenz a desteirse sobre las lomas, abri la boca, mantuvo su oscura
oquedad vuelta hacia sus nietos y lanz un rugido:
Arriba, arriba, arriba! los golpes comenzaron a llover . A levantarse haraganes!
Hasta cundo vamos a estar as? Esto se acab! De pie!...
Efran se ech a llorar, Enrique se levant, aplastndose contra la pared. Los ojos del
abuelo parecan fascinarlo hasta volverlo insensible a los golpes. Vea la vara alzarse y
abatirse sobre su cabeza como si fuera una vara de cartn. Al fin pudo reaccionar.
A Efran no! El no tiene la culpa! Djame a m solo, yo saldr, yo ir al muladar!
El abuelo se contuvo jadeante. Tard mucho en recuperar el aliento.
Ahora mismo... al muladar... lleva los dos cubos, cuatro cubos...
Enrique se apart, cogi los cubos y se alej a la carrera. La fatiga del hambre y de la
convalecencia lo hacan trastabillar. Cuando abri la puerta del corraln, Pedro quiso se-
guirlo.
T no. Qudate aqu cuidando a Efran.
Y se lanz a la calle respirando a pleno pulmn el aire de la maana. En el camino
comi yerbas, estuvo a punto de mascar la tierra. Todo lo vea a travs de una niebla
mgica. La debilidad lo haca ligero, etreo: volaba casi como un pjaro. En el muladar se
sinti un gallinazo ms entre los gallinazos. Cuando los cubos estuvieron rebosantes em-
prendi el regreso. Las beatas, los noctmbulos, los canillitas descalzos, todas las secre-
ciones del alba comenzaban a dispersarse por la ciudad. Enrique, devuelto a su mundo,
caminaba feliz entre ellos, en su mundo de perros y fantasmas, tocado por la hora celeste.
Al entrar al corraln sinti un aire opresor, resistente, que lo oblig a detenerse. Era
como si all, en el dintel, terminara un mundo y comenzara otro fabricado de barro, de ru-
gidos, de absurdas penitencias. Lo sorprendente era, sin embargo, que esta vez reinaba
en el corraln una calma cargada de malos presagios, como si toda la violencia estuviera
en equilibrio, a punto de desplomarse. El abuelo, parado al borde del chiquero, miraba
hacia el fondo. Pareca un rbol creciendo desde su pierna de palo. Enrique hizo ruido
pero el abuelo no se movi.
Aqu estn los cubos!
Don Santos le volvi la espalda y qued inmvil. Enrique solt los cubos y corri intri-
gado hasta el cuarto. Efran apenas lo vio, comenz a gemir:
Pedro... Pedro...
Qu pasa?
Pedro ha mordido al abuelo... el abuelo cogi la vara... despus lo sent aullar.
Enrique sali del cuarto.
Pedro, ven aqu! Dnde ests, Pedro?
-94-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Nadie le respondi. El abuelo segua inmvil, con la mirada en la pared. Enrique tuvo
un mal presentimiento. De un salto se acerc al viejo.
Dnde est Pedro?
Su mirada descendi al chiquero. Pascual devoraba algo en medio del lodo. An que-
daban las piernas y el rabo del perro.
No! grit Enrique tapndose los ojos . No, no! y a travs de las lgrimas busc
la mirada del abuelo. Este la rehuy, girando torpemente sobre su pierna de palo. Enri-
que comenz a danzar en torno suyo, prendindose de su camisa, gritando, pataleando,
tratando de mirar sus ojos, de encontrar una respuesta.
Por qu has hecho eso? Por qu?
El abuelo no responda. Por ltimo, impaciente, dio un manotn a su nieto que lo hizo
rodar por tierra. Desde all Enrique observ al viejo que, erguido como un gigante, miraba
obstinadamente el festn de Pascual. Estirando la mano encontr la vara que tena el ex-
tremo manchado de sangre. Con ella se levant de puntillas y se acerc al viejo.
Voltea! grit Voltea!
Cuando don Santos se volvi, divis la vara que cortaba el aire y se estrellaba contra
su pmulo.
Toma! chill Enrique y levant nuevamente la mano. Pero sbitamente se detuvo,
temeroso de lo que estaba haciendo y, lanzando la vara a su alrededor, mir al abuelo
casi arrepentido. El viejo, cogindose el rostro, retrocedi un paso, su pierna de palo toc
tierra hmeda, resbal, y dando un alarido se precipit de espaldas al chiquero.
Enrique retrocedi unos pasos. Primero aguz el odo pero no se escuchaba ningn
ruido. Poco a poco se fue aproximando. El abuelo, con la pata de palo quebrada, estaba
de espaldas en el fango. Tena la boca abierta y sus ojos buscaban a Pascual, que se
haba refugiado en un ngulo y husmeaba sospechosamente el lodo. Enrique se fue reti-
rando, con el mismo sigilo con que se haba aproximado. Probablemente el abuelo al-
canz a divisarlo pues mientras corra hacia el cuarto le pareci que lo llamaba por su
nombre, con un tono de ternura que l nunca haba escuchado.
A m, Enrique, a m!...
Pronto! exclam Enrique, precipitndose sobre su hermano Pronto, Efran! El
viejo se ha cado al chiquero! Debemos irnos de ac!
Adnde? pregunt Efran.
Adonde sea, al muladar, donde podamos comer algo, donde los gallinazos!
No me puedo parar!
Enrique cogi a su hermano con ambas manos y lo estrech contra su pecho. Abraza-
dos hasta formar una sola persona cruzaron lentamente el corraln. Cuando abrieron el
portn de la calle se dieron cuenta que la hora celeste haba terminado y que la ciudad,
despierta y viva, abra ante ellos su gigantesca mandbula.
Desde el chiquero llegaba el rumor de una batalla.
-95-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
ALFREDO BRICE ECHENIQUE
EL HUERTO DE MI AMADA
(Argumento)
La novela empieza con que Carlitos Alegre, un muchacho de diecisiete aos se est pre-
parando para ingresar a la universidad. Luego, en la casa de sus padres se organiza una
fiesta donde invitan a amigos muy cercanos; entre ellos asisten personajes muy importan-
tes de la alta cuna. Tambin asiste una seora muy codiciada que haba enviudado muy
joven, era la seora Larrea.
La seora Natalia Larrea, en la fiesta va clavando el ojo, como quien dice, en Carlitos
Alegre. Le saca a bailar. Los hombres que haban sido sus pretendientes van alertndose,
por lo que se escapan: la Natalia Larrea que tena treinta y tres aos y Carlitos. Sin em-
bargo, son interceptados por los hombres que no se resignaban. Carlitos sale muy lasti-
mado y termina en una Clnica.
-96-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Despus de salir de alta, la seora le lleva a su casa; luego para no ser ubicados, se
van al escondite de la seora que se llama la hacienda El Huerto. El muchacho se admira
de tanta belleza del huerto y dice: El Huerto de mi amada.
En El Huerto, se encierran atendidos por sus sirvientes y viven intensamente unos cuan-
tos aos. Acechados por los prejuicios sociales de la sociedad limea, se trasladan a Pa-
ris. En esa ciudad europea, el muchacho cumple su sueo de ser dermatlogo.
Carlitos Alegre va a ser un mdico muy reconocido a nivel mundial. Por eso es que viaja
como conferencista a los EE.UU. y tambin a muchos pases europeos.
Este poeta, de descendencia italiana, naci en Chorrillos (Lima) en 1898. Llega a Puno a
los dos aos de nacido por asuntos de negocio de su padre Jos Luis Nava Fumagalli y
su madre se llamaba Josefina Silva Salazar. Luego fue matriculado en el Centro Escolar
881, ms conocido por el inminente maestro Jos Antonio Encinas que fue su maestro.
Tambin fue parte del famoso Grupo Orqo Pata que fue dirigido por Gamaliel Churata y
fue uno de los poetas ms destacados de este grupo intelectual al lado de Alejandro Pe-
ralta, Luis de Rodrigo y otros. En el ao 1958 se fue a vivir en la quinta Las Mercedes
(Puno), trabajando aqu como cocinero; muri este mismo ao en esta misma quinta.
Su poema Orgullo Aymara, que tiene una influencia nitzscheana, es muy conocido y
admirado.
poca: Contempornea.
Mov. Lit.: Indigenismo.
Gnero Lit.: Lrico.
Orgullo Aymara
EL KELLUNCHO
-97-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CUESTIONARIO N 2
-98-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
b) Manuel Gonzales Prada.
c) Mario Vargas Llosa.
d) Mariano Melgar.
e) Jos Santos Chocano.
a) Modernismo.
b) Vanguardismo.
c) Costumbirmo.
d) Realismo.
e) Romanticismo.
a) Los Gatos
b) Las Aves Domesticas
c) El Cantero y el Asno
d) El Sol
e) El Asno Carnudo
12. El apelativo de El Viejito Burln corresponde a:
a) Mariano Melgar
b) Manuel G. Prada
c) Ricardo Palma
d) Manuel Scorza
e) Clemente Palma
13. El Ushanan Jampi es aplicado a:
a) Jos Ponciano
b) Conce Maille
c) Los Yayas
d) Lpez Albujar
e) Nastacia
-99-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
14. El poema Tristitia expresa:
a) Recuerdos de Adolescencia
b) Recuerdos nostlgicas de la infancia
c) Soledad en las punas
d) Ciudad olvidada
e) El adis
-100-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CAPITULO VI
LITERATURA LATINOAMERICANA
RUBN DARO
Marcha triunfal
Ya viene el cortejo!
-101-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Ya pasa, debajo los arcos ornados de blancas Minervas y mar-
tes
los arcos triunfales en donde las Famas erigen sus largas
trompetas,
la gloria solemne de los estandartes
llevados por manos robustas de heroicos atletas.
Se escucha el ruido que forman las armas de los caballeros
los frenos que mascan los fuertes caballos de guerra,
los cascos que hieren la tierra,
y los timbaleros
que el paso acompasa con ritmos marciales.
Tal pasan los fieros guerreros
debajo los arcos triunfales!
-102-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- El seor presidente
- Hombres de maz
- Triloga novelesca contra el imperialismo
- Viento fuerte
- El Papa verde
- Los ojos de los enterrados
- Soluna (teatral)
- Weekend en Guatemala
- Mulata de tal
- Charco del mendigo
- El espejo de Lidia Sal
- Clarivigilia primaveral
EL SEOR PRESIDENTE
(Argumento)
Todo empieza en un lugar llamado El portal del seor, donde se mantenan los pordiose-
ros y entre ellos estaba el Pelele, a quien tambin le decan el idiota. El Pelele se irritaba
cada vez que decan la palabra madre, y una vez un general llamado Parrales lo fue a
despertar gritndole esta palabra, el Pelele furioso por consiguiente lo mat. Despus del
asesinato, el Pelele huye, la polica llega al lugar y se lleva a todos los pordioseros para
que testifiquen y son obligados a decir una mentira que inculpaba a Eusebio Canales por
el asesinato. Un pordiosero llamado el Mosco se niega a testificar tal mentira y es asesi-
nado por el Auditor.
El Pelele es encontrado por Cara de ngel y un leador y es llevado a un pueblo por
ellos. Cara de ngel le da la noticia al presidente pero este no le da importancia, despus
le ordena que ayude a escapar a Eusebio Canales. Cara de ngel se dirige a la Casa de
Canales a ayudarlo y se encuentra con su hija Camila y despus le pide ayuda a Lucio
para escapar esa noche. Lucio y otro polica llamado Genaro le encuentran al Pelele en el
Portal y lo matan de un tiro ya que les haban dicho que tenia rabia. Lucio despus se di-
rige a la casa de Canales y le ayuda a este y a Camila a escapar, mientras que Canales
se escapa aparte. Cara de ngel y Camila se dirigen a la casa de los tos de ella para pe-
dir refugio pero son rechazados. Fedina, la esposa de Genaro va a la casa de Canales a
ver lo sucedido, pero la polica llega en ese momento y la interrogan y torturan para saber
el paradero de Canales pero ella no sabia nada y por eso matan a su hijo. Despus el Au-
ditor la vende a la duea de un prostbulo llamada doa Chon, pero Fedina le es intil ya
que se vuelve loca. Canales se refugia en la casa de tres hermanas, las cuales le consi-
guen un contrabandista. Despus de mucho tiempo cabalgando Canales logra llegar a la
frontera.
Un brujo le aconseja a Camila que se case con Cara de ngel para aliviar un poco su
soledad, y lo hace. El presidente es el padrino de bodas de Camila; Por esta razn, el pa-
dre de sta se suicida. Con el tiempo ella y Cara de ngel se acercan ms sentimental-
mente. El presidente los invita a una fiesta donde son avergonzados por uno de su familia
que era un fugitivo. Por eso, Cara de ngel se va a una cantina donde se encuentra a un
norteamericano y a unos partidarios del presidentye y empiezan a hablar de la nacin y de
su gobierno. Cuando Cara de ngel se cansa de la pltica sale de la cantina y se encuen-
tra a un ministro que lo lleva a la casa presidencial, donde el presidente le cuenta que los
Estados Unidos quiere quitar la ayuda econmica de la nacin y le dice que debe ir a
Washington para arreglar la situacin. Cara de ngel no muy convencido decide ir ya que
daba mucha paga. Despus le cuenta a Camila del viaje y de su plan, el cual era llegar
para despus enfermarse y mandarla a traer. Ya en el puerto ngel se encuentra a Farfn
-103-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
y piensa que el esta ah para despedirlo, pero es todo lo contrario l y otros compaeros
lo golpean y le quitan sus cosas, y en su lugar se va otra persona a los Estados Unidos. A
Cara de ngel se lo llevan a una crcel y lo torturan.
Pasa el tiempo, Camila se preocupa y llama a la embajada y le dicen mentiras de su es-
poso, despus quiere sacar el pasaporte para irse donde su esposo, pero se lo niegan.
Das despus da a luz a un hijo que esperaba. Al final, un informante le dice a Cara de
ngel que la razn por la que lo tenan encarcelado era porque el haba enamorado a
Camila y ella era como el amor imposible del presidente. Cara de ngel se cree esta men-
tira y despus muere.
-104-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- Entre cachacos
- La aventura de Miguel Littin, clandestino en Chile (1986)
- Crnicas y reportajes
- Cuando era feliz e indocumentado
- De viaje por los pases socialistas textos costeos
- El olor de la guayaba
- El secuestro
- Diatriba de amor contra un hombre sentado (1988)
PABLO NERUDA
-105-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Vanguardismo
Gnero Lit.: Lrico y narrativo
Obras:
- Crepusculario (1923)
- Las nsulas extraas y Los cansancios infantiles
- Veinte poemas de amor y una cancin desesperada
- Residencia en la tierra
- Tercera residencia (1947)
- Canto general (1950) (Las Alturas de Machupicchu)
- Versos del capitn (1952)
- Odas elementales (1957)
- Estravagario (1958)
- Cien sonetos de amor (1959)
- Memorial de Isla Negra (1964)
- Fulgor y muerte de Joaqun Murieta (1967)
- Las piedras del cielo (1971)
- La espada encendida (1972)
- Confieso que he vivido (pstuma)
POEMA 20
-106-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque ste sea el ltimo dolor que ella me causa,
y stos sean los ltimos versos que yo le escribo.
poca: Contempornea
Mov. Lit.: Vanguardista
Gnero Lit.: narrativo y lrico
Obras:
- El hacedor (1960)
- Autobiografa
- El otro, el mismo (1964)
- Elogio de la sombra (1969)
- El oro de los tigres (1972)
- La rosa profunda (1975)
- La moneda de hierro (1976)
- Historia de la noche (1977)
- La cifra (1981)
- Los conjurados (1985)
- Ficciones (1944)
- Artificios (1944)
- El Aleph (1949)
- El informe de Brodie (1970)
- El libro de arena (1975)
- Antologa de la literatura fantstica (1940).
LA MUERTE Y LA BRJULA
(Argumento)
-107-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Erik Lnnrot es un investigador policiaco que emprende la tarea de descifrar los asesina-
tos misteriosos. Primero, el 3 de diciembre aparece asesinado Marcelo Yarmolinski, un
escritor conocido, en el Hotel du Nord, cuando en su habitacin estaba escribiendo acerca
de los nombres de Dios (eran como 99). En la pequea mquina de escribir haban en-
contrado un papel donde deca: La primera letra del Nombre ha sido articulada. El segun-
do crimen ocurri el 3 de enero en una calle desolada de la ciudad y la vctima es David
Simn Azevedo, hombre de alguna fama. En la pared de la calle estaba garabateado la
siguiente inscripcin: La segunda letra del Nombre ha sido articulada. El tercer crimen fue
el 3 de febrero en Livel pool house; se encontr otra inscripcin que deca: la ltima de las
letras del Nombre ha sido articulada. El comisario Franz Triveranus recibe una llamada
con que los asesinatos tenan que ver con el nombre secreto de Dios y una carta donde
contemplaba el juego de los asesinatos graficado en un mapa. Segn el mapa los asesi-
natos fueron realizados en tres puntos que hacan un perfecto tringulo. Estos recados
fueron entregados a Lnnrot para que interpretara. Lnnrot respondi que faltaba el ltimo
asesinato para completar la ltima letra del extrao nombre de Dios (JHVH); tambin, el
propsito del autor no era graficar un tringulo; sino un rombo perfecto y el cuarto crimen
se llevara a cabo en Triste-le-Roy, una taberna abandonada a 4 Km. de la ciudad.
Lnnrot en Triste-le-Roy se encuentra con el autor de los asesinatos. Se trataba de Red
Scharlach apodado Scharlach el Dandy, tambin durante los asesinatos utiliz nombres
como Ginzberg (o Ginsburg) y Griphius. Para completar su propsito del rombo perfecto,
de todas maneras, se llev el cuarto asesinato, siendo el blanco, el mismo Lnnrot.
Ficciones
OCTAVIO PAZ
poca: Contempornea
Mov. Lit.: vanguardimo
Gnero Lit.: Lrico
Obras:
- Libertad bajo palabra (1949)
- El laberinto de la soledad (1950)
- guila o sol? (1951)
-108-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- El arco y la lira (1956)
- Salamandra (1961)
- Ladera Este (1962)
- Cuadrivio (1965)
- Puertas al campo (1966)
- Corriente alterna (1967)
- El mono gramtico (1971)
- Los hijos del limo (1974)
- Vuelta
PRIMAVERA A LA VISTA
ERNESTO SBATO
poca: Contempornea
Mov. Lit.: surrealismo
Gnero Lit.: narrativo (ensayo)
Obras:
- Uno y el universo (1945)
- El tnel (1948)
-109-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- Hombres y engranajes (1951)
- Heterodoxia (1953)
- Sobre hroes y tumbas (1961)
- Abaddn y el exterminador (1974)
- El otro rostro del peronismo
- El caso Sbato
- Torturas y libertad de prensa
- Carta abierta al general Aramburu (1956)
- La cultura en la encrucijada nacional (1976)
- El escritor y sus fantasmas (1963)
- Aproximacin a la literatura de nuestro tiempo: Robbe-Grillet, Borges, Sartre (1968).
- Antes del fin (1999)
- Espaa en los diarios de mi vejez (2004).
EL TNEL
(Argumento)
El autor nos revela el extrao y complejo mundo interno de Juan Pablo Castel. l es pintor
famoso de Buenos Aires. Pero, casi nadie haba descubierto el trasfondo de su arte, ex-
cepto Mara Iribarne, una muchacha de graciosa belleza, de quien se enamor perdida-
mente. Al encontrarse con ella, descubre que ella tambin estaba enamorada de l. Lue-
go, no sabe vivir sin ella; la busca con desesperacin. Al visitar la casa de Mara, descu-
bre que era casada; su amor se convierte en celos obsesivos y enfermizos. Allende, as
se llamaba el esposo, le recibe en su casa sin sospechar que sera amante de su esposa
y le informa que haba viajado a la Estancia, una hacienda de los Allende, lejos de Buenos
Aires. Le refiere que la hacienda estaba administrada por su hermano Hunter, famoso por
ser mujeriego. Se le prende en su cabeza signos de sospecha de romance de Mara con
ese tal Hunter y no le deja tranquilo este pensamiento. Ms adelante, el viaje de Mara a
la Estancia se realiza con frecuencia. Con todo esto, se completa la sospecha de que
eran amantes, sin duda. Por ello, decide viajar a la Estancia sorpresivamente. Llego a la
Estancia a las ocho o nueve de la noche. Se percata que el comedor de la hacienda esta-
ba prendido cuya luz reflejaba el jardn y opta por espiar sin ser descubierto. Despus de
larga espera, Mara bajaba la escalera en los brazos de Hunter. Juan Pablo siente morir,
su corazn se agita demasiado; pero se controla para no llamar la atencin. Luego ve que
ambos amantes suben al segundo piso. Se prende el dormitorio de Hunter, mas no, de
Mara. Despus de larga espera, la luz en el cuarto de Mara, tambin se prende. Para
hacer prevalecer su amor no encuentra otra alternativa que matarla. Trep las rejas, subi
por la escalera sin ser interceptado, ingres sigilosamente en el cuarto de Mara y llorando
clav el cuchillo en el pecho femenino y varias veces atraves el pecho y el vientre.
Al da siguiente, en Buenos Aires, se entreg a la comisara, despus de haber puesto
al tanto a Allende sobre el asesinato que haba cometido.
ALEJO CARPENTIER
-110-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
poca : Contempornea.
Corriente Literario : Vanguardismo boom
Gnero Literario : Narrativo (novela)
OBRAS:
-111-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
NARRATIVO: novelas
Ecue- Yamba(1933) (su primera novela escrita en prisin)
El reino de este mundo (1949)
Los pasos perdidos ( 1953)
El acoso (novela poltica) (1956)
Guerra del Tiempo (1958)
Tientos y diferencias (1964)
El siglo de las Luces ( (1962) ( la mejor)
El derecho de asilo (1972)
El recurso del mtodo (1974) (novela poltica)
Concierto Barroco (1974)
El arpa y la sombra (1979)
Es una novela que se desarrolla en Hait durante la Revolucin Francesa, periodo que
siempre ha fascinado a Carpentier. La prspera y pacfica isla gobernada por lo franceses
esconde bajo una superficie plcida los sueos y los mitos subversivos de los esclavos
negros. Uno de ellos, Mackandal, un manco, se fuga a las montaas y prepara el camino
de regreso al poder de la raza negra.
CUESTIONARIO N 3
I . Mara A. Lrico
II. Prosas Profanas B. Dramtico
III. La hija de Rapaccini C. Narrativo
IV. El Seor Presiente D. Narrativo
ALTERNATIVAS:
a) IB-IIA-IIID-IVC
b) IC- IIA-IIIB-IVD
c) IA-IID-IIIB-IVC
d) IA-IIC-IIIB-IVD
e) IC-IIB- IIID-IVA
-113-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
a) 2,3,4,1
b) 3,2,4,1
c) 1,2,4,3
d) 4,2,1,3
e) 3,4,1,2
9. Ernesto Sbato public la obra narrativa titulada:
a) Salamandra
b) Libertad bajo la palabra
c) Inquisiciones
d) Vuelta
e) Sobre hroes y tumbas
a) El amigo
b) Enemigo poltico
c) Sucesor
d) Pelele
e) Guarda espaldas
a) La muerte de Melquades
b) La guerras civiles
c) Nacimiento con la cola de cerdo
d) Destruccin de Macondo
e) La muerte de Ursula Iguaran
13. Qu obra de Ernesto Sabato se relaciona con temas psicolgicas?
-114-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
d) Ficciones
e) Libertad Bajo Palabra
14. Con que calificativo de le conoce a Rubn Daro?
a) Garca Sarmiento
b) Neptal Reyes
c) El poeta de los Cisnes
d) El padre del modernismo
e) El ms poeta de los poetas
15. Las obras de Jorge Lus estn relacionadas con temas:
a) Histricas
b) Psicolgicas
c) Filosficas
d) Jurdicas
e) Artsticas
CAPITULO VII
LITERATURA ESPAOLA
JORGE MANRIQUE
POCA : Formacin.
MOVIMIENTO LITERARIO : Medievalismo / Prerrenacimiento
GNERO Y ESPECIE : Lrico- elega.
-115-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
RASGOS BIOGRFICOS:
Aunque no se sabe mucho de su vida, tenemos datos importantes sobre ella. Fue oriundo
de Paredes de Nava e hijo del Conde de Paredes, don Rodrigo Manrique, y de doa Me-
neca de Figueroa.
A pesar de que su vida fue corta, la vivi intensamente. Fue seor de Belmontejo, miem-
bro de la Orden de Santiago. Intervino en varias batallas y siempre leal paladn de la reina
Isabel. Luch con valenta y fiereza. En una de esas batallas, en Ucls, ante el castillo de
Garc Muoz, fue herido mortalmente. All mismo le dieron sepultura.
OBRAS:
Coplas por la Muerte del Maestre de Santiago, don Rodrigo Manrique, mi Padre
ms conocido como Coplas a la muerte de su padre (1476) (su mejor obra).
Coplas contra el Mundo
50 composiciones reunidas en el cancionero en l destacan:
- Es una muerte escondida
- Ved que congoja la ma
- Con dolorido cuidado
- Sin Dios
OBRA PRINCIPAL
TEMA:
En esta obra Jorge Manrique recuerda la figura o semblante de su padre, don Rodrigo
Manrique, el maestre de Santiago, victorioso en veinticuatro batallas, indicando profun-
da pena y congoja por su muerte, es decir fueron inspiradas por la muerte de su padre.
Las coplas constan de 40 estrofas. En sus 24 primeras coplas el poeta nos habla de la
fugacidad de la vida y de lo vano y perentorio de las obras humanas y de la insignifi-
cancia de la vida terrenal. En las 16 restantes recuerda con dolor y nostalgia de la figura
de su padre y sufre por la muerte de ste.
-116-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cmo se pasa la vida,
cmo se viene la muerte
tan callando,
cun presto se va el placer,
cmo, despus de acordado,
da dolor;
cmo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado fue mejor.
3
Nuestras vidas son los ros
que van a dar en la mar,
que es el morir;
all van los seoros
derechos a se acabar
y consumir;
all los ros caudales,
all los otros medianos
y ms chicos,
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
-117-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
25
Aqul de buenos abrigo,
amado por virtuoso
de la gente
el Maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente;
a sus hechos grandes y claros
no cumple con los alabe
pues lo vieron;
ni los quiero hacer caros
pues en el mundo todo sabe
cuales fueron.
APRECIACIN CRTICA
Escribi muchas canciones, que aparecen en los diversos Cancioneros. Pero su gloria
como poeta proviene de sus famosa Coplas a la muerte de su padre.
Un poema que consta de cuarenta coplas en pie quebrado, de las cuales una terce-
ra parte est dedicada a su padre, el maestro Rodrigo Manrique, y el resto, la mayora,
a la muerte en su sentido universal, reflexiona sobre lo fugaz y transitorio de la existen-
cia humana, con una profundidad y sutileza que unen al encanto de la forma con la
hondura del pensamiento. Esto hace de este poema una obra universalmente reconoci-
da. Lope de Vega dijo que este poema mereca estar escrito con letras de oro.
Adems de sus coplas, escribi composiciones que poseen una temtica amorosa, en
cuyo fondo persiste el tema obsesionante de la muerte y una melancola profunda.
CUESTIONARIO N 4
2. Quin dijo que Coplas a la muerte de su padre escritas por Jorge Manrique merec-
an estar escritas con letras de oro:
a) Iigo Lpez de Mendoza.
b) El marqus de Santillana.
c) Adolfo Bcquer.
d) Lope de Vega.
e) Luis de Gngora y Argote.
-118-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
6. Acerca de la vida de Jorge Manrique, escriba dentro de los parntesis (V) si la propo-
sicin es verdadera y, (F) si es falsa:
1) Perteneci a una familia pobre . ( )
2) Fue guerreo como su padre. ( )
3) Muri cuando an no haba cumplido los 40 aos. ( )
4) Naci en Paredes del Huerto en 1540. ( )
5) Vivi en una poca muy convulsionada, pues Espaa se hallaba en plena lucha con-
tra los moros.
( )
a) V F F V V
b) F V V F V
c) F V F V F
d) F F F V V
e) V V V F F
-119-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
-120-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
GARCILASO DE LA VEGA Y GUZMN
RASGOS BIOGRFICOS:
Desde muy joven sigui las banderas del Emperador Carlos Quinto, mostrando tales bros
y arrestos, que pronto se distingui entre todos sus compaeros. Estuvo en casi todos los
grandes hechos de armas de aquel glorioso reinado, habindose particularmente lucido
en la defensa de Viena y en el sitio de Tnez, donde fue herido.
Entonces se volvi a Npoles, donde a pesar de sus eminentes servicios incurri en la
desgracia del Emperador, por haber protegido los amores de un sobrino suyo, que aspira-
ba a la mano de una dama que le era muy superior en jerarqua, por lo cual fue desterra-
do a una de las islas del Danubio, que con tanto donaire haba de cantar.
Mas no tard en volver a la gracia del Emperador, dado que poco despus le acompaa-
ba en su expedicin al Piamonte, en cuyo ejrcito tena bajo su mando once banderas de
infantera.
Una vez derrotados los franceses y cuando ya se vean en retirada forzosa, el Emperador
persegua y daba caza; en esta operacin orden la toma de una torre que se hallaba en
un lugar cerca de Frejus, donde desesperadamente se defendan unos cincuenta france-
ses; Garcilaso fue de los primeros en subir, mas fue herido de una pedrada en la cabeza,
y cay. Lo llevaron de all a Niza, pero no sobrevivi sino veinte das a sus heridas, pues
muri en dicho lugar a los treinta y tres aos de edad en 1536.
El Emperador, indignado por la prdida de uno de sus primeros oficiales, que tan joven
era y tanto prometa, hizo pasar a cuchillo a todos aquellos franceses que le haban mata-
do.
-121-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
La trascendencia de la obra garcilasiana procede de haber introducido el verso endecas-
labo en Espaa, as como la poesa petrarquista, que no es otra cosa sino la gran poesa
lrica del renacimiento.
OBRAS:
Una Epstola
- Epstola dirigida a Juan Boscn
Dos Elegas
- Elegas a Juan Boscn
- Elega al Duque de Alba
Tres glogas
- Salicio y Nemoroso (la mejor)
- Albino, Salicio, Nemoroso y Camila
- Tirreno y Alcino
Cinco canciones
- S a la regin desierta
- La Soledad siguiente
- Con un manso ruido
- El aspereza de mis males
- A la flor de Gnido (considerada la mejor y la ms hermosa)
MEJOR OBRA:
TEMA: Son lamentaciones de dos pastores que refleja la pasin amorosa por Isabel
Freyre.
ARGUMENTO
Trata sobre las lamentaciones de dos pastores, Salicio y Nemoroso, que encarnan al
mismo Garcilaso.
LAMENTO DE SALICIO quien se lamenta del desamor de Galatea. Este lamento
simboliza el matrimonio de Isabel Freyre con Antonio Fonseca.
LAMENTO DE NEMOROSO quien llora la muerte de Elisa. Este lamento simboliza
la muerte de Isabel Freyre al dar a luz su tercer hijo).
En las tres primeras estrofas, el poeta traza el elogio de don Pedro de Toledo, su pro-
tector y lo invita a que escuche las lamentaciones de dos pastores, viene enseguida la
lamentacin de Salicio, quien enamorado de la pastora Galatea (Isabel Freyre, a
quien am sin fortuna el poeta), es desdeado por sta, quien dirige sus sentimientos
hacia otro hombre. El dolor de Salicio termina en amargas quejas llenas de celos, des-
pecho y recriminaciones.
-122-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Luego viene la lamentacin del pastor Nemoroso, que llora la muerte de su amada Elisa
(tambin Isabel Freyre, quien a consecuencia de un parto, haba ya muerto por la po-
ca en la que el poeta escribe el poema). Su llanto parece cargado de una pena irre-
mediable e impotente, aunque con tintes ms dulces que la de Salicio.
APRECIACIN CRTICA
La gloga es una composicin culta de tema buclico (poesa o composicin potica en la
que se trata de cosas relativas a los pastores o a la vida campestre), donde los persona-
jes (pastores idealizados) encubren generalmente a conocidas personalidades de la cor-
te.
En el caso de la gloga I, el autor exterioriza sus sentimientos por Isabel Freyre. Salicio
y Nemoroso representan a Garcilaso y Galatea y Elisa a la dama portuguesa.
CUESTIONARIO N 5
4. Cules son los pastores que intervienen en la gloga I, escrita por Garcilaso de la Vega y
Guzmn?
a) Albino y Salicio.
b) Salicio y Nemoroso.
c) Camila y Tirreno.
d) Alcino y Camila.
e) Albano y Tirreno.
-123-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
b) A Pedro de Toledo.
c) Al Virrey de Npoles.
d) Al mismo Garcilas de la Vega y Guzmn.
e) A Galatea.
-124-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
MIGUEL DE CERVANTES Y SAAVEDRA
CALIFICATIVO: CONSIDERADO: El
ms alto exponente
El Manco de las letras caste-
de Lepanto llanas.
El Bocacio
Espaol
POCA:
Edad de Oro.
CORRIENTE LITE-
RARIA:
Renacimiento, Barro-
co
GNERO LITERA-
RIO:
Narrativo- novela,
drama y Lrico.
-125-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
RASGOS BIOGRFICOS:
Naci en Alcal de Henares, Espaa, 1547. Cuarto hijo de un modesto mdico, Rodrigo
de Cervantes, y de Leonor de Cortinas, vivi una infancia marcada por los acuciantes
problemas econmicos de su familia, en 1551 se traslad a Valladolid, a la sazn sede de
la corte, en busca de mejor fortuna.
All inici sus estudios, probablemente en un colegio de jesuitas. Cuando en 1561 la corte
regres a Madrid, la familia Cervantes hizo lo propio, siempre a la espera de un cargo lu-
crativo. La inestabilidad familiar y los vaivenes azarosos de su padre determinaron que su
formacin intelectual, aunque extensa, fuera ms bien improvisada. Aun as, parece pro-
bable que frecuentara las universidades de Alcal de Henares y Salamanca, puesto que
en sus textos aparecen copiosas descripciones de la picaresca estudiantil de la poca.
En 1569 sali de Espaa, probablemente a causa de algn problema con la justicia, y se
instal en Roma, donde ingres en la milicia, en la compaa de don Diego de Urbina, con
la que particip en la batalla de Lepanto (1571). En este combate naval contra los turcos
fue herido de un arcabuzazo en la mano izquierda, que le qued anquilosada. Cuando,
tras varios aos de vida de guarnicin en Cerdea, Lombarda, Npoles y Sicilia (donde
adquiri un gran conocimiento de la literatura italiana), regresaba de vuelta a Espaa, la
nave en que viajaba fue abordada por piratas turcos (1575), que lo apresaron y vendieron
como esclavo, junto a su hermano Rodrigo, en Argel. All permaneci hasta que, en 1580,
un emisario de su familia logr pagar el rescate exigido por sus captores.
Ya en Espaa, tras once aos de ausencia, encontr a su familia en una situacin an
ms penosa, por lo que se dedic a realizar encargos para la corte durante unos aos.
En 1584 cas con Catalina Salazar de Palacios, y al ao siguiente se public su novela
pastoril La Galatea. En 1587 acept un puesto de comisario real de abastos que, si
bien le acarre ms de un problema con los campesinos, le permiti entrar en contacto
con el abigarrado y pintoresco mundo del campo que tan bien reflejara en su obra maes-
tra, el Quijote, que apareci en 1605.
En 1615 envi a la imprenta el segundo tomo del Quijote, con lo que quedaba com-
pleta la obra que lo sita como uno de los ms grandes escritores de la historia y como el
fundador de la novela en el sentido moderno de la palabra.
Muri en Madrid en el ao de 1616, un 23 de abril, fecha en que hoy se celebra el Da del
Idioma Castellano.
OBRAS:
Novela:
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha
La Galatea
Novelas ejemplares: La Gitanilla, El amante liberal , Rinconete y Cortadillo, La
espaola inglesa, Licenciado Vidriera, La fuerza de la sangre, El celoso extreme-
o, La ilustre fregona, Novela de las Dos Doncellas, Novela de la Seora Cornelia,
Novela del Casamiento Engaoso, La de los perros Cipn y Berganza.
Viaje al Parnaso
Los trabajos de Persiles y Segismunda (obra pstuma)
Teatro:
Tragedia de Numancia
Trato de Argel
Ocho comedias y ocho entremeses
-126-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Comedias: El gallardo espaol, Los baos de Argel, La gran sultana doa Catalina
de Oviedo, La casa de los celos, El laberinto de amor, La entretenida, El rufin di-
choso, Pedro de Urdemales.
Entremeses: El juez de los divorcios, El rufin viudo llamado Trampagos, La elec-
cin de los alcaldes de Daganzo, La guarda cuidadosa, El vizcano fingido, El reta-
blo de las maravillas, La cueva de Salamanca, El viejo celoso.
Poesa:
ndice de primeros versos de todas las poesas
ndice de primeros versos de poesas sueltas
Al tmulo del rey Felipe II en Sevilla
A la entrada del duque Medina en Cdiz
-127-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Una noche sin que nadie se diera cuenta, Don Quijote y Sancho Panza salieron de la
Mancha en busca de las aventuras. En el camino, vieron unos molinos de viento, para don
Quijote eran hombres gigantes que le ofrecan batalla, aunque Sancho le dijo que eran
molinos de viento. Dio pique a su caballo y se lanz contra aqullos. En eso, sopl algn
viento que movi las aspas de los molinos y fue lanzado por las aspas hasta que cay
rodando por el suelo. Sancho le dijo que lo haba advertido de que no eran gigantes, sino
molinos de viento; a esto le dijo que los encantadores haban convertido en molinos de
viento. Dicho esto, prosiguieron con el viaje y en el camino vieron que venan unos hom-
bres de a caballos y un coche. A esto, dijo don Quijote que seran unos encantadores que
traan cautiva, de seguro, una dama. Diciendo esto, se dio al pique para liberar a la su-
puesta cautiva. Y eran unos frailes que venan a caballo que no tenan que ver nada con
el coche y fueron rodados por don Quijote. Y se acerc al coche, efectivamente haba una
dama que no sera cautiva, sino una vizcana acompaada por unos vizcanos. Quijote no
se convenci de ello y se lanz contra uno de los vizcanos y lo arremeti con su lanza y
al vencer le dijo que vayan ante su seora Dulcinea para enterar de su batalla singular y
liberen a la seora cautiva. Ellos para no contrariarlo dijeron que haran lo ordenado. As
se fueron aqullos. Hacindose ya la noche, arribaron donde un poblado y fueron recibi-
dos por unos cabreros; stos no entendan nada de cuanto les hablaba don quijote sobre
su aventura como caballero andante. Luego, lleg un cabrero con la noticia de que un
pastor de cabras enamorado de una tal Marcela, amigo de ellos, se haba suicidado y al
da siguiente tenan que enterrar en un lugar cerca al arroyo como era deseo del difunto
por haber conocido all a la ingrata, la causante de aquel infortunio. El da del entierro, don
Quijote conoci a esa Marcela, tan bella como se aluda, y se maravill. Despus del en-
tierro, se alej de aquel lugar despidindose de los cabreros. Luego entraron a un bosque
para descansar, viendo que era un prado hermoso y bueno para pacer a sus bestias. Ro-
cinante, movido por la atraccin del olor a fmina, se fue donde las yeguas que por el lu-
gar pasaban conducidas por unos yangeses. Al ver que un caballo se acercaba a sus
yeguas, los yangeses le golpearon con estacas al pobre Rocinante. Don Quijote no pudo
contener su grande indignacin y le dice a Sancho que le acompae para escarmentar a
estos insensibles mal hombres. Estos desalmados yangeses al ver un hombre armado,
pero ellos superaban en nmero, agarraron a estacazos hasta dejarlos malheridos. San-
cho se quejaba de dolor y Quijote contestaba con esa misma voz llorera. Luego se fueron
a buscar un lugar donde puedan ser atendidas sus heridas. En eso, hallaron una venta
que para Quijote ser un castillo. Fueron curadas sus heridas por la esposa del ventero,
su hija y una sirvienta, que para quijote sern doncellas hijas del alcaide del castillo. Des-
casaron en un aposento donde la sirvienta se acerca a la cama de Quijote para saber co-
mo se encontraba; mientras Quijote imagina que la doncella le vena con lisonjas para
pasar la noche junto a l. Pero l se negara porque estaba muy enamorado de la hermo-
sa Dulcinea. Sin embargo la asir fuerte con su brazo contra su pecho recitndole unas
poesas amorosas. Unos de los arrieros al escuchar tales rapsodias, celoso, le sorprende
con un golpe y Quijote siente sangre en su rostro que sera sudor y piensa que el castillo
estaba encantado. Al da siguiente, se despiertan y tienen que irse a buscar ms aventu-
ras. El ventero les cobra y le dice que los caballeros no estaban obligados a dar la paga,
as deca en los libros de caballeras. Se va sin percatarse de su escudero. El ventero le
cobra a Sancho, y l le dice que no poda pagar porque tal era la determinacin de su
amo. Por eso es que se enojan el ventero y los dems que estaban. Le asieron a Sanco y
le envolvieron en una manta y le mantearon hasta arrancar unos gritos lastimeros. Escu-
chando esto, don Quijote regresa para rescatar a Sancho. Mientras Sancho haba pagado
con esta broma que le hicieron. As se marcharon de aquella venta.
Don Quijote de la Mancha y su escudero Sancho Panza descendiendo una cuesta, se
percataron de dos nubes de polvareda que se levantaban en una espaciosa llanura. Don
-128-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Quijote le dice a Sancho que eran dos ejrcitos que estaban acercndose para librar una
batalla, uno comandado por el emperador Alifanfarn y el otro, por su enemigo Penta-
poln. Quijote dice que no poda perderse esta batalla; dio pique a su caballo hacia estos
dos ejrcitos. Ya Quijote lejos, Sancho descubre que no eran sino dos manadas de ove-
jas. Quijote se retoza dentro de estas manadas. Los pastores se defienden con piedras y
le dejan muy lastimado. Y cuando Sancho alcanza le dice que l solo se enfrent contra
estos dos ejrcitos y al no poder con l, los encantadores les convirtieron en manadas de
ovejas. La ingenuidad de Sancho podra creer cualquier disparate porque no conoca eso
de caballeras ni cosa por estilo, al fin, era su propsito gobernar una nsula. Luego, ano-
checa y como de una quebrada aparecieron unas lumbres como estrellas. Sancho estaba
muy asustado y Quijote tambin, aunque no quera mostrarse as. Se acercaban aqullas
y Quijote se puso al lado del camino y descubri que eran unos hombres con hachas y
llevaban en la litera a un muerto. Se lanz contra ellos. Y uno sali rodando, an el hacha
estaba ardiendo, a quien le pregunt quin era; a esto le respondi que era un sacerdote,
junto a otros llevaba un muerto para sepultarlo que su tumba quedaba lejos. Y quin le
mat, le pregunt. Una fiebre, fue la respuesta. Sancho haba tomado de botn el fiambre
del desgraciado.
Despus de haber pasado la noche en un matorral, continuaron su viaje en busca de
aventuras. Luego, en el camino vieron que un hombre montado a su rucio, cuya cabeza
brillaba como si fuera oro, se acercaba. Al estar muy cerca, dejse ver que en la cabeza
tena una baca puesta por estar lloviendo un poco y protega con ella su sombrero. Pero
para Quijote era un yelmo de Mambrino que tanto estaba buscando; por eso, se lanz
contra l hasta despojarlo la baca que no era sino yelmo para quijote. Al ver al hombre
armado, el barbero se fue espantado dejando su rucio y la baca. Y Sancho, como era ley
de la caballera, las cosas del vencido se toma de botn, se apropi de la albarda que lle-
vaba el jumento. Al poco caminar, vieron unos hombres encadenados que venan preso
de otros armados. Y Quijote dijo que no pueden llevar a los hombres contra su voluntad
privndoles de la libertad. La libertad es el bien ms preciado del hombre, dijo. Eran un
comisario y varios guardias que conducas a estos desdichados. Al ser preguntado por
Quijote sobre quines eran estos pobres hombres, ellos le dijeron que pregunte a cada
uno. Quijote se puso a preguntar uno por uno, aquellos contles sus desdichas. Al final,
dijo Quijote que les dejaran libres; a ello el comisario y los guardias se amargaron
arrancndole tanta furia a Quijote quien se lanz contra el que llevaba una escopeta;
mientras eso, los presos se abalanzaron contra sus cautiverios. Los guardias se escapa-
ron alborotados al ver que los presos se estaban desasiendo de sus cadenas. Pero stos,
al ser ordenado por Quijote, como era costumbre de caballera, a agradecer a su seora
Dulcinea por la libertad que les daba su caballero Don Quijote. Ignorando de quin era
esa tal seora, se arrojaron contra Quijote, uno de ellos le peg tanto con la baca que
llevaba puesta y otros arrojaron con piedras tambin a Sancho. Y cada cual se fue por su
lado. Don Quijote y Sancho estaban muy confundidos. Quijote se arrepinti de haber dado
libertad a esos malagradecidos, para la prxima sacara leccin.
Al subir una montaa, encontraron una maleta lleno de ropas y dinero, ms all una mu-
la muerta. Luego vieron que en el borde de la montaa, la famosa Sierra Morena, titilaba
una sombra que pareca no llevar nada ms que su calzn de bayeta. Vieron tambin un
cabrero paciendo sus cabras. Llamaron al cabrero y aqul vino ante ellos. El cabrero les
deca no saber nada, tambin haba visto la maleta y no se haba atrevido a recoger. Al
voltear, vieron que este hombre con poca ropa estaba frente a ellos. Estaba loco. A esto
quijote le pregunt que le haba motivado andar solo por este peasco. A esto, le cont,
despus de haberse identificado como Cardenio le advirti que no le interrumpiera su re-
lato, sobre una tal Luscinda que haba sido la causa de su locura; pero cuando escuch
nombrar Amadis de Gaula, Quijote interrumpi. A esto, Cardenio se puso furioso lanzn-
-129-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
dose contra Quijote y se produjo una lite del que sali pegado Quijote. Luego Quijote se
fue con Sancho. Al voltear la montaa, vieron un hermoso prado. Y Sancho dijo que quer-
a regresar a casa, a ello, Quijote le contest que se marchara solo, pero l se quedar
haciendo una penitencia al estilo Beltenebros, un caballero que haba ledo en los libros.
Al final arreglaron que vaya llevndose una carta a su seora Dulcinea y otro a su sobrina
y ama. As se qued Quijote en la Sierra Morena haciendo penitencia en honor a su seo-
ra.
Sancho se acerca a la venta a cuyo ventero no haban pagado. De la venta salen dos
hombres, se trataba del cura y el barbero, amigos de Quijote; ellos haban venido en bus-
ca del amigo perdido. Sancho le dijo que estaba haciendo penitencia en la montaa. A
esto, le dijeron que les guiara. Y planearon para que regrese Quijote a casa. El cura se
disfrazara de una dama y el barbero de su escudero. Viendo una dama, de inmediato se
sentira persuadido.
En la Sierra Morena, se encontraron con Cardenio quien contles el relato completo de
su desagracia. Luscinda su amada le haba traicionado casndose con don Fernando,
patrn de Cardenio. Aunque Luscinda haba prometido que al momento de casarse iba
matarse con una daga. Pero fue lo contrario. Y para que nadie se entere se haba dirigido
hacia esta montaa desolada. En eso, ven acercarse una dama, exageradamente bella. A
Cardenio le hizo recuerdo a su hermosa Luscinda, pero no era aqulla. La dama, en un
inicio, no quiso hablar; pero por la persuasin del cura, fue posible el dilogo y dijo llamar-
se Dorotea. Al ser preguntada sobre el motivo de su pase por esta solitaria montaa res-
pondi que un tal Fernando le haba engaado casndose con otra, con una tal Luscinda,
Cardenio escuchaba todo eso; adems dijo que Luscinda estaba comprometida con un tal
Cardenio, pero despus de casarse Luscinda se desmay y encontraron una carta donde
deca que estaba comprometida. Luego, el aludido dijo que ese Cardenio era l. Dorotea
se asombr, al final, dijeron que ambos compartiran su desgracia yndose a rehacer sus
vidas. El cura y el barbero, igualmente asombrados, contaron sus motivos de su visita a
Sierra Morena. Dorotea dijo que ella podra actuar mejor de esa dama en vez del cura. As
quedaron.
Cuando Sancho le haba informado sobre la entrega de su carta a su seora que era fal-
so, Dorotea se acerc a Quijote sobre una mula acompaado por su escudero, era el bar-
bero disfrazado. Al escuchar que la dama quera sus servicios que consista en vencer a
un gigante que haba usurpado las tierras del reinado de su padre, inmediatamente
acept. Ella dijo ser del reinado de Micomicn, por lo que la llam seora Micomicona. El
cura y Cardenio ya se alejaban de la montaa y esperaran en el camino; mientras Mico-
micona conduca a Quijote. As llegaron a la venta donde antes ya haban visitado. El ven-
tero, su esposa y las muchachas alegres recibieron a sus huspedes porque esta vez,
Quijote no se ir sin pagar porque el cura se har responsable de la paga. Quijote como
estaba cansado, despus de haber comido, se entreg al sueo. Estaban Cardenio, Lus-
cinda, el cura, el barbero, Sancho conversando, en eso, ven que llegaban un hombre de a
caballo trayendo a una dama, tapada hasta el medio rostro, y acompaado por unos mo-
zos. Al descubrirse la dama fue reconocida como Luscinda y el hombre don Fernando.
Cuenta que Luscinda se haba escapado y don Fernando la hall y estaban de regreso,
pero Luscinda se haba mantenido callada. Dorotea al reconocer a don Fernando le pidi
que tome por esposa tal como se lo haba prometido, l acept. As Dorotea qued con
Fernando, Cardenio, con su amada Luscinda. En la venta sucedieron otros felices en-
cuentros ms.
Llegaron a la venta los hombres de la Santa Hermandad, hombres de justicia, para
apresar a Quijote por haber liberado a algunos presos que iban conducidos para servir al
rey. El cura les rog que no apresaran porque no estaba en su juicio. Aceptaron tal ruego
y fue enjaulado para llevar en su feliz retorno a su casa. Quijote que tambin se haca
-130-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
llamar El Caballero de la Triste Figura, se despert y no poda menearse y djose que
estaba encantado, as regres a su tierra. En el camino, un cannigo les alcanz y sobre
Quijote coment que cmo los libros han podido enloquecer tanto. Los libros no slo de-
ben ser para deleitar; sino tambin para ensear. Los libros de caballeras no hacen sino
enloquecer a sus lectores cuyos personajes no son reales.
A la llegada de Quijote, acudi doa Juana Panza esposa de Sancho Panza. Las aven-
turas sern contadas a su esposa y a sus hijos.
Hasta aqu la primera parte de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha y consta
de 52 captulos.
La segunda parte narrar sobre la tercera salida; Sancho como Gobernador de una nsu-
la y la muerte de don Quijote de la Mancha que consta de 74 captulos.
CUESTIONARIO N 6
3. Cuntas novelas comprende la obra Novelas Ejemplares escrita por Miguel de Cer-
vantes Saavedra?
a) 14
b) 13
c) 15
d) 10
e) 12
-131-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
b) 140.
c) 150.
d) 125.
e) 126.
7. Cmo es el orden de la novela El Quijote de la Mancha?
a) Rectangular.
b) Bsqueda de aventuras.
c) Realizacin de aventuras.
d) Circular.
e) Paralelo.
10. Acerca de la novela Aventuras del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, es-
criba dentro de los parntesis (V) si la proposicin es verdadera y, (F) si es falsa:
1) Los temas principales de la obra son: la misin caballeresca (aventuras) y el cho-
que entre realidad y fantasa. ( )
2) Sancho Panza es un noble escudero y vecino del Quijote. ( )
3) La obra concluye cuando don Quijote se enferma con fiebre y despus se retira
definitivamente de la vida aventurera y viaja a Valladolid. ( )
4) La primera salida del Quijote concluye cuando un campesino de un palazo derriba
a don Alonso, a quien se le cree muerto. ( )
5) En su tercera salida don Quijote vence al caballero del bosque o de los espejos.
( )
a) F V V V - F
b) V F V F V
c) F V F V F
d) F F V V F
e) V F F F V
-132-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
PEDRO ANTONIO CALDERN DE LA BARCA HENAO
DE LA BARREDA Y RIAO
CALIFICATIVO: Mons-
truo de Ingenio
RASGOS BIOGRFICOS:
APODO: El Perantn
Pedro Caldern de la Barca naci
en Madrid en 1600. Fue discpulo
de Lope de Vega. Estudi en Al-
cal y Salamanca donde adquiri
POCA: Edad de Oro. una profunda formacin teolgica.
A los veintitrs aos escribi sus
CORRIENTE LITERARIA: Barroco primeras comedias, hacindose
cargo del teatro de palacio tras la
GNERO LITERARIO: Teatro (Drama, auto muerte de Lope de Vega. Estrena-
sacramental). ba sus comedias para el Rey y sus
cortesanos. En 1651 se orden
sacerdote y se traslad a Toledo.
Felipe IV lo llam de nuevo para
que fuese su capelln de honor.
OBRAS: Muri en Madrid en 1681.
Dramas filosficos
- La Vida es Sueo (1635 obra cumbre)
- En esta vida todo es verdad y todo es mentira
Dramas Trgicos
- El Alcalde de Zalamea (1640)
- El mayor monstruo, los celos (1637)
- El Mdico de su Honra (1629 1637)
Dramas Religiosos
- La devocin de la Cruz
- El mgico prodigioso (1637)
-133-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Comedias de Capa y Espada
- La Dama duende (1629 mejor)
- Casa con dos puertas es mala de guardar
Autos Sacramentales
- El Gran Teatro del Mundo
- El divino Orfeo
- El Santo Rey don Fernando
- La Cena del Rey Baltazar
- La devocin de la misa
- El gran mercado del mundo
Caldern de la Barca, ha escrito en total 120 Comedias y 80 Autos sacramentales.
LA VIDA ES SUEO
(Argumento)
Anocheca en aquel desolado rincn del mundo. Por ese instante, aparecen dos sombras.
Al ver, Segismundo lanza sus lamentaciones. Es escuchado por las sombras. Cuyas
sombras eran de Rosaura y Clarn, unos viajeros que pasaban por aquel lugar. Segis-
mundo, al ver, se asombr de la belleza de Rosaura. Tal episodio fue descubierto por Clo-
taldo, carcelero que mantiene preso en la torre a Segismundo. Clotaldo no dudara en in-
formar al rey sobre el suceso para que castigue con la muerte a ambos intrusos; sin em-
bargo, la espada que traa la mujer, le llama la atencin. Le confiesa que alguien le haba
entregado la espada para que lleve a Polonia y muestre entre los nobles y vera el resul-
tado. Pues, era la espada de Clotaldo que haba dejado, hace mucho, para que entreguen
a su hijo, en este caso, era una hija. A Clotaldo, tal hecho le obligaba a proteger a su hija.
Por otro lado, la lealtad a su rey era grande. Se encontraba entre la espada y la pared,
como quien dice. Tambin le narra que su viaje tena por objeto vengarse de Astolfo, nieto
del rey, quien haba derribado su honra.
Clotaldo, acompaado de soldados, conduce a Rosaura y Clarn ante el rey, muy pre-
ocupado. Al encuentro con el rey, Clotaldo, muy nervioso, le da parte de los intrusos. El
rey recibe la noticia con mucha tranquilidad y le dice que ya haba anunciado al pueblo
que tena un hijo encerrado en la torre por cuestiones de orculo, quien sera su sucesor y
no sus nietos, Estrella y Astolfo. Por fin, regresa la tranquilidad para Clotaldo. Luego, Ro-
saura se convierte en criada de Estrella y Clarn, de Clotaldo.
El rey, con tanto entusiasmo, siente la necesidad de sacar de la prisin a Segismundo
para ver el comportamiento del futuro rey. Clotaldo prev que sera muy riesgoso. El rey le
instruye que sacara de aquel cautiverio en estado de sueo bajo un brebaje que provoca
un profundo sueo. Tal instruccin es aplicada al pie de la letra por Clotaldo, viendo pti-
mos resultados. Segismundo abre los ojos en el palacio; entra en una terrible confusin:
vestido de principesco y muchas comodidades a su alrededor. Todos le tienen por seor,
-134-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
hasta su propio rgido carcelero le trata de seor Qu pas? Clotaldo le dice incoheren-
cias como, que l es el prncipe heredero de la corona de Polonia. Segismundo confundi-
do se irrita en contra de Clotaldo, en contra de cualquiera que le contradiga. Incluso, a un
criado que le molesta le avienta por el balcn. El nico que le agrada es Clarn. El rey muy
preocupado ordena que retornara a la torre.
Segismundo dormido en la torre, entresueos, deliraba. Clarn compadecindose de su
prncipe lanz frases halagadoras a Segismundo. Al ver, Clotaldo orden encerrar a
Clarn.
Segismundo, ya despierto, reflexion que la vida es sueo.
Clarn medita resignndose de su cautiverio. De pronto, escucha unos ruidos del exte-
rior. Luego, clarn descubre que haban abierto la puerta a forcejeos. Unos soldados en-
cuentran a Clarn y se inclinaron ante l implorando respeto y alabanzas. Clarn no en-
tenda de lo que pasaba. Y, alguien pregunta quien era Segismundo y Clarn responde:
yo. Uno de los soldados, muy enfurecido, se dirige hacia l acusndole de mentiroso.
Segismundo abandona la torre escoltado por la comitiva de soldados para vengarse de
su padre quien haba dejado en esa desolada torre convirtindole en una fiera humana.
Los soldados lanzaban voces y alabanzas proclamando a su rey.
El rey Basilio abandona enfurecido el palacio para ir al encuentro con su hijo.
Se enfrentan en una batalla entre el bando del rey y el de Segismundo. Sale derrotado
el del rey. El rey Basilio se dirige hacia su hijo y se presenta arrodillado. Segismundo le
abraza a su padre; el rey Basilio, padre de ste, admite el triunfo de su hijo.
CUESTIONARIO N 7
-135-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
4. Quin es el personaje principal de la obra teatral La vida es sueo?
a) Basilio, rey de Polonia.
b) Segismundo, hijo de Basilio.
c) Clotaldo, encargado de vigilar la prisin de Segismundo.
d) Astolfo.
e) Estrella.
-136-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
POCA: Contempornea.
No public ninguna
obra en vida. Sus ami-
CORRIENTE LITERARIA:
gos publicaron en
Romanticismo
1871 con el ttulo de
Obras de Gusta- GNERO LITERARIO:
vo Adolfo Lrico, Narrativo (Leyenda)
Bcquer.
RASGOS BIOGRFICOS:
-137-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
RIMAS (1868)
RIMA LI
CUESTIONARIO N 8
a) 5 1 2 3 - 4
b) 5 3 1 2 - 4
c) 3 4 1 2 - 5
d) 5 - 4 3 1 2
-138-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
e) 4 3 1 - 2 5
5. Con qu ttulo se agrupan todas las narraciones en prosa escritas por Bcquer?
a) Tradiciones.
b) Narraciones breves.
c) Leyendas.
d) Rimas.
e) Pesares.
-139-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
-140-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
FLIX LOPE DE VEGA Y CARPIO
CORRIENTE LITE-
RARIA:
Renacimiento, Barroco
GNERO Y ESPECIE:
Teatro pico Lrico,
narrativo (novela).
RASGOS BIOGRFICOS:
Flix Lope de Vega y Carpio naci en Madrid el 25 de noviembre el 1562. Abandon sus
estudios por una mujer. Despus vivi una intensa pasin con Elena Osorio, la Filis de
sus poemas. Cuando Elena lo abandon, Lope, rapt a Isabel de Urbina. En 1594, Isabel
muri al dar a luz a su segunda hija.
En 1595 tuvo otro escndalo amoroso, en 1598 contrajo matrimonio con doa Juana de
Guardo, no le dedic ni un solo verso. En esa poca, Lope se enamor de la actriz Mi-
caela Lujn (Camila Lucinada). Fue conocido como el Fnix de los Ingenios.
-141-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
En 1613, la muerte de su esposa y de su hijo Carlos Flix le caus una profunda crisis
religiosa que le llev a ordenarse sacerdote. Nuevamente volvi a enamorarse, esta vez
de Marta de Nevares (Amarilis y Marcia Leonarda), el gran amor de su vida y un nuevo
escndalo, porque ya estaba casada. En 1628 Marta se qued ciega y, enloqueci; muri
en 1632.
El 27 de agosto de 1635, Lope de Vega falleci en Madrid.
OBRAS:
Teatro:
Fuente ovejuna (1612 1614)
Peribez y el Comendador de Ocaa (1614)
La Estrella de Sevilla
El Caballero de Olmedo (1620)
El Alcalde de Zalamea
Porfiar hasta morir
Lo cierto por lo dudoso
El Mejor Alcalde, el Rey
La Dama boba
El castigo sin venganza
El Acero de Madrid
La Moza del Cntaro
El Rey sin Reino
El verdadero amante
El perro del hortelano
El villano en su rincn
Poesa:
La hermosura de Anglica (1602)
Jerusaln conquistada (1609)
La Dragontea (1598)
Gatomaquia (1634 de carcter burlesco)
Prosa (novelas):
La Arcadia (1598)
El peregrino en su patria (1604)
Pastores de Beln (1612)
Novelas a Marcia Leonarda (1624)
La Dorotea (1632 la mejor)
-142-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
FUENTE OVEJUNA
-143-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
poda creerlo tal valor de su hija. Los pobladores aprobaron la proposicin de la dama va-
liente.
Mientras, Fernn Gmez de Guzmn castiga a Frondoso que tena preso en su casa.
De repente, se escuch la bulla, afuera. Los soldados quisieron evitar la entrada de la
muchedumbre, fue en vano. La multitud indignada hizo justicia matando al tirano que ven-
a causando mucho dao a los pobladores de Fuenteovejuna.
Los reyes, Doa Isabel y don Fernando, se enteraron del incidente de la boca de Flores,
soldado del comendador muerto, quien se haba salvado de las manos justicieras del
pueblo.
Los reyes enviaron al juez acompaado de soldados para que averige acerca del cul-
pable para castigar ejemplarmente. Sin embargo, cuando el juez lleg a fuenteovejuna
todos respondieron a la pregunta Quin mat al comendador?: Fuenteovejuna, seor. El
juez regreso con esta noticia hacia su rey. El juez haba sometido a la interrogacin ator-
mentadora a trescientas personas entre nios, jvenes, adultos y ancianos y todos res-
pondan a la pregunta, quin mat al comendador: Fuenteovejuna, seor. Sin hallar cul-
pable alguno, el rey perdon a Fuenteovejuna.
-144-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
condesa. Teodoro est muy confundido y dice que Diana era como el Perro del Hortelano:
no coma ni dejaba de comer. Ricardo y Federico estn celosos con el criado de Diana:
Teodoro. Por eso, planean matar a Teodoro ofrecindole una cantidad de dinero a Tristn
que era lacayo de Teodoro. Tristn le dice a su seor que quieren matarlo. Hace saber
esto a Diana, el mismo Teodoro. Diana insta que se vaya a Espaa. Cuando Teodoro es-
taba con los preparativos de su viaje, se sabe que el viejo Conde Ludovico, era padre de
ste. Diana al saber que era proveniente de esta estirpe, ya no oculta su amor por Teodo-
ro. Teodoro y Diana son encontrados por Ludovico y ste promete casarlos. Y desborda-
do de alegra, Ludovico dice: Detenga la Fortuna, en tanto bien, con clavo de oro la rue-
da. Dos hijos saco de aqu, si vine por uno.
CUESTIONARIO N 9
1. La obra teatral sobre crnicas y leyendas espaolas que pertenece a Flix Lope de
Vega es:
a) Fuente ovejuna.
b) La vida es sueo.
c) Cuando pitos, flautas; cuando flautas, pitos.
d) Las flores del romero.
e) Dineros son calidad.
-145-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
7. A Flix Lope de Vega qu le produjo una profunda crisis religiosa que lo llev a orde-
narse sacerdote?
a) La prdida de su adorada madre.
b) La trgica muerte de su respetable padre.
c) La muerte de su esposa y de su hijo Carlos Flix.
d) El enterarse que Marta Nevares, el gran amor de su vida, estaba casada.
e) La dolorosa noticia que su esposa lo abandon.
-146-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
JUAN RAMN JIMNEZ
Premio
Nbel
de Literatura
(1956)
RASGOS BIOGRFICOS:
Este poeta espaol nace en Moguer a las doce de la noche del 23 de diciembre de 1881.
Juan es el cuarto hijo de una familia rica. Pasa la infancia en Moguer, empieza a intere-
sarse por la poesa y por la pintura. Como bachiller en 1896 marcha a Sevilla para estu-
diar pintura y derecho en la universidad. Con 16 aos salen sus primeros textos poticos.
A causa de la muerte de su padre tiene depresiones graves y se queda en unos sanato-
rios unos aos. Cuando vuelve tiene todava mucho miedo de la muerte y se encierra, y
levanta barricadas antes de la puerta para que la muerte no pueda entrar y cogerlo. Es
muy trgico.
De 1905 hasta 1911 vive en Moguer y decide despus de vivir definitivamente en Madrid.
Conoce a Zenobia Camprub Aymar y 3 aos despus se casan en la Iglesia catlica de
St. Stephen, de Nueva York. Se instalan en la Residencia de Estudiantes. Zenobia tiene
mucha influencia en la vida y obra de Juan Ramn. Los dos trabajan como traductores.
En la guerra civil van en el exilio a los EE.UU. All, Juan es profesor en Universidades en
Miami. En 1951 trasladan a Puerto Rico. Zenobia cae enferma y debe ser operada de
cncer.
En 1956, cuando tena 75 aos, recibe el Premio Nobel de Literatura. Tres das des-
pus muere su mujer. El 29 de mayo de 1958 muere Juan Ramn Jimnez en la Clnica
Mimiya de Santurce. Sus restos, juntos con los de Zenobia, estn ahora en el cementerio
de Jess en Moguer en Espaa.
-147-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
OBRAS:
Poesa en Prosa
-Platero y Yo (1914).
- Espaoles de Tres Mundos es la obra anecdticamente ligado al Per por aqul fic-
ticio amor de Georgina Hubner.
- Poemas Mgicos y dolientes
- Diario de un Poeta recin casado (1917)
- Sonetos Espirituales (1917)
- Animal de Fondo (1949)
Produccin Lrica
- Rimas (1902)
- Arias Tristes (1903)
- Jardines lejanos (1904)
- Eternidades (mejor obra lrica)
- Ninfeas
- Soledad Sonora (1911 )
Se divide en 3 partes:
* La soledad sonora
* La flauta y el arroyo
* Rosas de cada da
- Almas de Violeta
- Baladas de Primavera
- Elegas Puras
- Pastorales (1911)
- Esto
- Poesa y Belleza
- Cancin
- Piedra y el Cielo
PLATERO Y YO (1914)
TEMA: Humanizacin del animal.
Genial Prosa potica dedicada a los nios. La obra se origin en las impresiones experi-
mentadas por el poeta durante una temporada en que para reponer su quebrantada salud,
pas en el campo con el burrito Platero que era compaero de sus excursiones.
El animal ha sido humanizado y convertido en un personaje legendario gracias a la fuerza
lrica del autor; El pronombre YO representa a Juan Ramn Jimnez; los paisajes que
describe son los de Moguer (Andaluca) tierra del poeta.
En el captulo CXXXII (132) del poema Platero muere al parecer por haber comido una
mala raz. El mdico que revis al burrito cuando muri fue el viejo Darbn.
Platero y yo es una Prosa Potica, consta de 138 captulos.
APRECIACIN CRTICA
La influencia del modernismo se percibe en sus primeros libros, aunque su mundo
potico pronto apunta, como el de Bcquer, hacia lo inefable, con unos poemas
-148-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
hechos a partir de sensaciones refinadas por la espiritualidad, y de sutiles estados
lricos, con un lenguaje musical.
El arte de Juan Ramn Jimnez se hace independiente de cualquier escuela, aunque
el simbolismo, ya totalmente asumido, siga influyendo en su poesa casi hasta el final.
Con el paso de los aos su estilo se hace cada vez ms depurado, siempre en busca
de la belleza absoluta, de la poesa y del espritu que l intenta fundir con su liris-
mo esencial interior.
En el animal de fondo lo expresa con un lenguaje prximo a una religiosidad inmanen-
te y pantesta.
La poesa antes que palabra es conciencia; inteligencia que permite al poeta nombrar.
El tiempo acaba fundindose con el espacio. El poeta simbolista, romntico y me-
tafsico, se revela finalmente como un visionario y metafsico que mantiene una alta
tensin potica a partir de iluminaciones nacidas en lo profundo de su sensibilidad.
CUESTIONARIO N 10
-149-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
6. Acerca de la vida de Juan Ramn Jimnez, relaciona o aparea la columna A y B:
COLUMNA A COLUMNA B
1) Zenobia Camprub Aymar ( ) escribi sus primeros textos
2) A los 16 aos ( ) Profesor en Universidades en Miami
3) Produccin potica ( ) falleci
4) EE. UU. ( ) esposa
5) 29 de mayo de 1958 ( ) se caracteriza por la pureza de su estilo
a) 5 1 2 3 - 4
b) 5 3 1 2 - 4
c) 2 4 5 1 - 3
d) 5 - 4 3 1 2
e) 4 3 1 - 2 5
-150-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CALIFICATIVO:
El Poeta Nacional.
CONSIDERADO COMO:
El ms espaol de los
poetas espaoles.
POCA : Resurgimiento.
CORRIENTE LITERARIA : Romanticismo
GNERO LITERARIO :pico, lrico, teatro
(drama)
RASGOS BIOGRFICOS:
A los 19 aos se inici en su hacer literario frecuentando los ambientes artsticos y bo-
hemios de Madrid.
A la muerte de Larra, J. Zorrilla declama en su memoria un improvisado poema que a la
postre le consagrara como poeta de renombre.
Comenz a escribir para "El Espaol" y para "El Porvenir". Estuvo casado en dos ocasio-
nes. En su primer matrimonio con Matilde Railly la infelicidad marc su vida y su carc-
ter. Al enviudar cas con Juana Pacheco.
Residi en Pars donde mantuvo amistad con Vctor Hugo. Pas once aos de su vida en
Mxico bajo la proteccin y mecenazgo del Emperador Maximilano.
-151-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
OBRAS:
Tan mal se hablara de don Juan Tenorio? Don Gonzalo de Ulloa, el comendador de Ca-
latrava, que iba ser su futuro suegro, hasta su padre don Diego Tenorio, haban acudido a
una apuesta que haba hecho don Juan Tenorio a don Luis Meja. La apuesta consista en
quin era el ms avezado y apuesto en la conquista de las mujeres, en matar a aquello
que se interpona en su camino y burlaba mejor a la justicia.
Se encontraban en una sala de la hostera El Laurel de Sevilla cuyo dueo era Crist-
fano Buttarelli. Haba algunos testigos y dos caballeros con antifaz que no queran ser
descubiertos, al parecer. Don Juan Tenorio iba diciendo que tanto en Roma como en
Npoles haba sido muy bueno con las mujeres, sacndose una lista demostraba que ya
iba en sus conquistas, alrededor de 72 mujeres; don Luis Meja, tanto en Espaa, Alema-
nia y Francia, exactamente, 50, actualmente, estaba por casarse con doa Ana de Panto-
ja, una mujer muy codiciada en Sevilla. Juan Tenorio le iba llevando en nmero. Luego,
-152-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
siempre con la lista en la mano, haba victimado ms de 32 personas y el otro, no ms de
23; en este asunto tampoco perda don Juan. A ello, remat que burl a la justicia y muje-
res vendi. Le llev la ventaja Don Juan Tenorio, definitivamente. El otro no se qued
atrs y le dijo que actualmente quin tena una novicia que estrenar, al recordarse que al
da siguiente iba a casarse con Ana de Pantoja. A ello, don Juan Tenorio dijo que le reta-
ba que podra convertir en su dama a la novia de un amigo, refirindose a don Luis. Esa
misma noche hara su novia y Luis, muy amargo, acept el reto. Al terminar esta contien-
da, se les acerc el primer hombre con antifaz, muy exaltado, y al quitarse la mscara se
descubri que era don Gonzalo de Ulloa. Le dijo que no casara a su hija, doa Ins de
Ulloa, con el peor hombre como era don Juan Tenorio, que slo el ver le causaba asco. A
esto, Tenorio le dijo que esa misma noche raptara a su hija y no era conveniente armarse
los con l, menos, negar la mano de su hija. Primero sobre mi cadver, diciendo esto se
march. El segundo de antifaz, tambin se acerc para reprocharle, y se descubri como
don Diego Tenorio, su padre, quien le dijo que desconoca como a su hijo y se march.
No le caus la menor incomodidad.
Esa noche, al ver que don Luis sala de la casa de doa Ana de Pantoja, con la ayuda
de su criado Ciutte, detuvo para luego ocultar en una bodega e impedir su matrimonio que
iba ser al da siguiente. Luego se dirigi a un convento, donde se encontraba doa Ins
de Ulloa, para cumplir lo prometido al padre de sta. As rapt a doa Ins, desmayada,
con la ayuda de Brgida que era el ama. Cuando se despert en el aposento desconocido
le pidi a Brgida que se fueran de all, no se senta bien; pero Brgida la convenci que-
darse en esta quinta, estaba lejos de Sevilla cruzando un ro, que era de Tenorio. Mien-
tras, Tenorio estara cumpliendo la promesa a don Luis.
Cuando lleg don Juan tenorio a la quinta, Ins le dijo que no quera saber nada con l;
pero con un aturullamiento romntico impuso su amor. Al final, le acept como su novio.
En eso, escuch algn gritero, al ver por el balcn se enter que don Luis, al escapar de
la bodega, cruzaba el ro. Se enfrent a l, mientras, llegaba a su quinta don Gonzalo de
Ulloa con varios hombres. A Luis y Gonzalo, les hizo pasar a una sala, all les dispar
matndoles a ambos. Cuando llegaron los alguaciles, al escuchar el ruido de los disparos,
Tenorio se haba lanzado por el balcn al ro. As escap.
Despus de cinco aos regreso a Sevilla. En el lugar de su quinta encontr un hermoso
cementerio de flores aromatizantes. Se levantaban, sobre las tumbas, las estatuas de do-
a Ins, ostentado su porte; la de don Diego de Rodillas; la de don Gonzalo, tambin de
rodillas y la de don Luis mirndolas. Al entrar, encontr a un hombre que dijo ser el escul-
tor de dichas estatuas. Y le cont toda la historia como es que se construy este cemente-
rio y sobre la muerte de doa Ins, y todas las muertes causadas por un mal hombre lla-
mado don Juan Tenorio, ignorando que le contaba a l mismo. Al ser obligado que se fue-
ra, se fue el escultor. Don Juan se qued delirando discursos alusivos a la doa Ins apo-
yado a su estatua. Luego, vio que la estatua se cubri de humo y al extinguirse el humo
desapareci la estatua. Dijo estar soando o se estaba volviendo loco. A ello, apareci la
sombra de doa Ins que le habl de su amor. Luego, por la entrada aparecieron el ca-
pitn Centellas y don Avellaneda, sus antiguos amigos. No les dijo de tales apariciones de
sombras. Y se sali juntos a aquellos invitando a la cena a la estatua de don Gonzalo.
Sus amigos le dijeron que dejara en paz a la estatua.
Al llegar un da antes de su visita al cementerio, haba comprado una casa en Sevilla. La
cena se realizar ah. Su criado Ciutte les servir la comida. Cuando estaban a punto de
servirse una copa de trago, se dej escuchar una voz que llamaba, luego se apagaba, y
otra vez. Cruz la puerta la estatua de don Gonzalo y le dijo que vena por su invitacin
que le haba hecho en el cementerio; el capitn y don Avellaneda cayeron desmayados. Y
el fantasma le dijo que tena las horas contadas que al da siguiente morir, definitivamen-
te, y que le visitara el cementerio antes de morir. Y se fue. Al rato, se despertaron los
-153-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
desmayados. Al creer que todo esto sera una broma que ellos le hacan, desenvain su
espada y se fue contra el capitn y se arm la pelea.
Al da siguiente, visit el cementerio, persuadido por el fantasma. Al igual que para una
cena, vio una mesa, a ella, unas sillas, puesta una copa de fuego, un plato de ceniza y un
reloj de arena. Y le dijo la estatua que eso representaba que con el fuego su cuerpo se
convertir en ceniza y el reloj meda el tiempo de su vida. Y le dijo, en s, su cuerpo ya
estaba muerto que anoche el capitn le haba matado. Se escuchan unas campadas, le
dijo que sonaba por l; luego se oa una msica fnebre que tocaba para l, enseguida,
vio que entraban al cementerio un atad, le dijo adentro est su cuerpo. Estaba anonada-
do el pobre Tenorio. Al ser enterrado, su cuerpo se junto con el de doa Ins y de sus bo-
cas salieron sus espritus en forma de fuegos y desaparecieron en el espacio.
CUESTIONARIO N 11
5. A los cuntos ao de edad Jos Zorrilla y Moral se inici en su hacer literario frecuentando
los ambientes artsticos y bohemios de Madrid
a) 16 aos.
b) 17 aos.
c) 18 aos.
d) 20 aos.
e) 19 aos.
6. Desde muy joven Jos Zorrilla y Moral fue aficionado a la literatura, quin no influy en su
produccin literaria:
a) Vctor Hugo.
-154-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
b) Jos de Espronceda.
c) Walter Scout.
d) Jos de Larra
e) Alejandro Dunas.
10. No es personaje del drama Don Juan tenorio escrito por Jos Zorrilla y Moral:
a) Don Luis.
b) Don Juan.
c) Doa Ana Pantoja.
d) Don Carlos.
e) Ana.
-155-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
ANTONIO MACHADO Y RUIZ
CALIFICATIVO:
El Luminoso y Profundo Poeta
POCA:
Contempornea. Considerado como el
mejor Lrico de la ge-
CORRIENTE: Generacin del neracin 98.
98, modernismo.
Fue amigo de Rubn
GNERO LITERARIO: Daro y Unamuno.
Lrico, teatro (comedia)
RASGOS BIOGRFICOS:
-156-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
esas mismas fechas conoci a Unamuno, Valle Incln, Juan Ramn Jimnez y otros des-
tacados escritores con los que mantuvo una estrecha amistad.
Fue catedrtico de francs, y se cas con Leonor Izquierdo, que morir en 1912.
En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Espaola de la lengua.
Durante los aos veinte y treinta escribi teatro en compaa de su hermano, tambin
poeta, Manuel, estrenando varias obras entre las que destacan La Lola se va a los puer-
tos, de 1929, y La duquesa de Benamej, de 1931.
Poco antes de finalizar la guerra civil, a los 63 aos de edad, Machado fue desterrado. Se
refugi entonces, junto con su madre en un pueblito francs, prximo a la frontera espa-
ola, llamado Collioure. All muri cuando no haba pasado ni un mes desde la salida de
Espaa, en1939. Su madre morira dos das despus.
OBRAS:
Verso
- Soledades (1903)
- Campos de Castilla (1912) obra cumbre.
- Nuevas Canciones (1924)
- Poesas Completas
- La Guerra
- Cancionero Apcrifo
Prosa
- Abel Martn
- Juan de Mairena (1936)
- Los Complementarios
-157-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CAMPOS DE CASTILLA
TEMA: La Lrica de Machado aporta 3
temas:
* La preocupacin histrica
* El paisaje
* El amor.
APRECIACIN CRTICA
- El paisaje aparece recogido unas veces de forma objetiva, sin artificios A orillas del
Duero, y a veces lo descubrimos con una intencin oculta bajo las descripciones de
Castilla, que nos sugieren la preocupacin del poeta sobre temas tales como la patria o
la soledad El maana efmero, Una Espaa joven temas propios de la Genera-
cin del 98, a la que no perteneca de facto, pero de la que declarar: Mi relacin
con aquellos hombres es la de un discpulo con sus maestros, relacin en ver-
dad escasa y de cara a la galera.
Sus contemporneos le describen como un hombre austero, humilde de carcter y que
siempre rehus todo tipo de honores (Unamuno ironiz sobre su reaccin al recibir
el silln de Acadmico de la Lengua: Dios da pauelo a quien no tiene narices).
CUESTIONARIO N 12
-158-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
6. Cul estimas que es el tema de la obra Campos de Castilla escrita por Antonio Ma-
chado y Ruiz?
a) La preocupacin histrica, el paisaje y el amor.
b) El recuerdo de la tierra aorada.
c) El sentimiento que brota del terruo.
d) La emocin de volver a la tierra que nos vio nacer.
e) La pasin que despierta los sentimientos.
-159-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CAPITULO VIII
LITERATURA UNIVERSAL
HOMERO
Obras:
- La Iliada
- La Odisea
- La Batracomiomaquia
- El Margines
- La Tebaida
- Los Epgonos
COMENTARIO: en cuanto a la forma o estilo, se sostiene que las descripciones son bre-
ves y exactas y las comparaciones y metforas son de una gran belleza.
Sus versos se caracterizan por su grandeza, el encanto, el movimiento y su sencillez.
Homero, superando el mundo del mito, cre con conjunto potico de la vida real.
Un aspecto fundamental de La Iliada es su infancia educadora. Se le puede llamar
obra didctica; porque sus conocimientos influyeron decididamente en la formacin de la
juventud griega.
La Iliada: esta epopeya comienza con el rapto de Helena (esposa del rey griego, Mene-
lao) por Paris (hijo de Pramo, rey de Troya). Los griegos consideran una provocacin es-
te hecho; lo cual ocasion una guerra de muchos aos entre estos dos pases. Termina
esta epopeya con el triunfo de los griegos.
Odisea: se trata de las aventuras de Ulises. Cuando este regresa a su pas con sus com-
paeros, vive una serie de peripecias dentro del mar. Despus de muchos aos llega a su
taca (isla perteneciente a Grecia). Encuentra su reinado en caos y se venga de todas las
personas que mientras l estaba fuera, quisieron asaltar sus pertenencias.
-160-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
SFOCLES
Obras:
- Ayax
- Antgona
- Edipo Rey
- Edipo en Colono
- Electra
- Filoctetes
- Las traquinias.
EDIPO REY
DANTE ALIGHIERE
Obras:
- La Divina Comedia
- La vida nueva
- De vulgar elocuencia
- El convivio
- El tratado de Monarchia
- Rimas
La Divina Comedia
Consta de tres partes: 1ro. El Infierno (consta de nueve (9) crculos), 2do. El Purgatorio
(consta de siete mesetas de purificacin), 3ro. El Paraso (el encuentro con su amada
Beatriz quien le mostrar varios cielos).
-161-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
SOBRE LA DIVINA COMEDIA
Habindome extraviado en una obscura selva poblada por fieras salvajes, vi la figura de
un hombre. Se acerc, cuya sombra me dijo que era de Virgilio, poeta latino. Me gui y
nos acercamos a una gran puerta en cuyo dintel posaba una inscripcin que se dejaba
leer: Perded toda esperanza, vosotros los que entris aqu. As entramos en el INFIER-
NO.
En el primer crculo, llamado Limbo, encontr a aquellos de fama que no haban recibi-
do el bautismo cristiano, entre ellos Scrates, Platn, Homero... En el segundo crculo,
estaba ste ms estrecho, el lugar era tan oscuro y no se distingua nada; se escuchaba,
slo, el rumor de un mar tempestuoso y furiosos vientos infernales. Aqu estaban los pe-
cadores de carne. Vi a Cleopatra, a la hermosa Helena en este crculo. Llegamos al ter-
cer crculo, aqu encontramos a los pecadores de gula que se encontraban atormentados
por el ladrido de Cerbero, un monstruo con figura de perro y recorra un incesante torrente
de agua y hielo. En el cuarto crculo, encontramos a los avaros que eran atormentados
con castigos indeseables. En el quinto crculo, llegamos al borde de un horroroso lago
de barro, en l revolcbanse aquellos pecadores de ira que les haba llevado a la perdi-
cin. En el sexto crculo, estaban los herejes y cismticos; sufran horribles tormentos
encerrados en sepulcros de fuego. En el sptimo crculo, aquellos que haban cometido
crmenes de violencia contra alguien, contra s o contra dios. Estos estaban sumergidos,
sus cabezas, en ros de sangre. Si intentaban sacar la cabeza, un centauro les disparaba
flechas de fuego. A la voz de mi acompaante, sali el monstruo Fraude que nos baj en
su dorso hasta el octavo crculo. All estaban los aduladores, mentirosos, chismosos,
tiranos, ladrones, hipcritas, asesinos atormentados por espesa lluvia de fuego que les
caa. As llegamos al ltimo crculo donde encontramos al Lucifer: era un gigante con tres
rostros. El agitar de sus alas mantena helada el lugar. De sus seis ojos manaba chorros
de lgrimas y sus tres bocas despedazaba cada una a un pecador: Judas Iscariote, Bruno
y Casio, y Csar.
En aquel momento, descendamos por la piel peluda de Lucifer a un lugar tenebroso.
As llegamos al monte de PURGATORIO donde las almas purificaban sus pecados. Su-
bimos a la primera meseta. Aqu encontramos a los pecadores de soberbia que limpia-
ban sus culpas paseando inclinado y fatigado. En la segunda meseta, estaban los envi-
diosos que estaban cosidos sus ojos diciendo: amad a vuestros enemigos. En la terce-
ra, estaban los pecadores de ira pidiendo perdn y
misericordia. En la cuarta, estaban los pecadores de
pereza, melancola e indiferencia que caminaban
agitados. En la quinta, estaban lo avarientos pos-
trados y pegado sus rostros al suelo, llorando y sus-
pirando. En la sexta, estaban aquellos que haban
pecado de gula; expiaban su falta sufriendo de ham-
bre y sed, mientras les eran dados la fragancia de
exquisitos alimentos. En la ltima, entre las llamas
se oa voces que ensalzaban castidad.
Habamos atravesado todas las mesetas de la
montaa. He aqu atraves al PARASO terrena y ya
no estaba Virgilio. Pero antes me haba advertido
que esperara a Beatriz. As me encontr con la bella
Beatriz, que era mi gran anhelo, y me mostr la deli-
cia de varios cielos.
-162-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
WILLIAM SHAKESPEARE
Naci el abril de 1564 en Stanford Avon, Inglaterra; acariciado
por la fama y el xito, muri un 23 de abril de 1616 en su ciu-
dad natal, el mismo da que Miguel de Cervantes Saavedra.
El xito empez a sonrerle cuando escribe y estrena Ro-
meo y Julieta.
poca: Edad Moderna
Mov. Lit.: Renacimiento.
Gnero Lit.: Teatro (tragedia, comedia, drama), Lrico.
Nombre completo: William Shakespeare Arden
Calificativo: El Cisne de Avn
Obras:
Tragedias
- Romeo y Julieta
- Hamlet
- Otelo
- Macbeth
- El rey lear
- Antonio y Cleopatra
- Enrique VI
- Ricardo III
- Tito Andrnico
- Julio Csar
- Coriolano
- Troilo y Crsida
- Medida por medida
- Vida y muerte del rey Juan
Comedias
- Los dos hidalgos de Verona
- La fierecilla domada
- El sueo de una noche de verano
- El mercader de Venecia
- Mucho ruido para nada
- Las alegres comadres de Windsor
- Como gustis
- El cuento de invierno
- La comedia de los errores
- Bien est lo que bien acaba
- Trabajos de amor perdido
- Duodcima noche
- La noche de reyes
Dramas
- Ricardo II
- Enrique IV
- Enrique V
- Cimbelino
- La tempestad
Poemario
- Venus y Adonis
- La violacin de Lucrecia
-163-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- Sonetos
ROMEO Y JULIETA
(argumento)
- Romeo (joven Montesco enamorado de Julieta)
- Julieta (moza de la familia de Capuleto)
- Fray Lorenzo (amigo de Romeo)
- Montesco (cabeza de la familia en enemistad)
- Capuleto (cabeza de otra familia en enemistad)
- Scala (prncipe de Verona)
- Mercucio (amigo de Romeo)
- Benvolio (amigo de Romeo y sobrino de Montesco)
- Tebaldo (sobrino de la seora Capuleto)
- Baltasar (criado de Romeo)
- Otros.
Montesco y Capuleto son dos familias que llevan una vida de enemigos. Por tradicin son
irreconciliables.
El seor Capuleto organiza una fiesta que acostumbraba todos los aos. Son invitados
sus ms cercanos amigos. A esta fiesta, Romeo va acompaado de sus amigos Mercucio
y Benvolio. Entran enmascarados a la fiesta. Adentro, se da cuenta de la presencia de
Romeo y sus primos, Tebaldo de la familia de Capuleto. Quiere armar un lo con el prop-
sito de echarles de la fiesta; pero el seor Capuleto evita tal incidente. En la fiesta, romeo
conoce a la bella Julieta, hija de Capuleto. Ambos jvenes se atraen. Una vez terminada
la fiesta, Romeo se lanza al jardn de la casa para hablarle al balcn de Julieta. Julieta
sale al encuentro y se dicen muchas palabras cargadas de sentimientos. El amor de Ro-
meo es correspondido por su amada. Tanto es el amor que al da siguiente se casan se-
cretamente en complicidad del fray Lorenzo, amigo de Romeo. Esa misma tarde encuen-
tra a Tebaldo y Mercucio luchando. Romeo se interpone separando a los lidiadores; pero
un traicionero movimiento de la mano de Tebaldo hiere de muerte a Mercucio y huye el
agresor. Mercucio muere sangrando. Luego, Tebaldo regresa y provoca a Romeo quien
intenta evitar; pero Tebaldo se viene encima. En el encuentro. Romeo mata a Tebaldo y
huye. En seguida, llega el prncipe de Verona y condena a destierro al desafortunado
Romeo. l no quiere aceptar el destierro; pero su amigo fray Lorenzo le convence y se va
a Mantua. Mientra Romeo est en exilio; Capuleto le obliga a su hija Julieta a casarse con
el conde Paris. Ella se desespera y va donde fray Lorenzo para pedir consejos. El religio-
so le entrega un brebaje que evitara el matrimonio. Su uso este narctico le daba efectos
para simular una muerte temporal. Entonces, para el amanecer del da del matrimonio,
Julieta estara supuestamente muerta.
Los padres de Julieta lloraban desconsoladamente y guardaron sus exequias en el pan-
ten de los Capuleto junto a los suyos.
Mientras, el fray Lorenzo envi una carta a Mantua; pero no se pudo entregar a Romeo
porque esa ciudad estaba azotada por una peste. Sin embrago Romeo ya saba de la
muerte de su amada, sin saber que era simulada. Romeo se desesper y compr un fras-
co de veneno a un pobre boticario; luego, se vino hacia el panten donde descansaba su
amada. En el trayecto se encontr con Paris y se desat una mortal lucha, muriendo Paris
al instante. Romeo se fue a la bveda de su esposa; all estaba el cuerpo yerto de la bella
Julieta. Romeo sac el frasco y bebi sin vacilar. Tarde lleg el fray Lorenzo. En ese mo-
mento, Julieta se despertaba. Cuando el padre quiso explicar, un ruido le distrajo y se
alej. Mientras eso, Julieta lami los rezagos de veneno que quedaban en los labios de su
amado; pero alguien viene. Julieta quera morir rpidamente; en eso encontr el pual
que traa Romeo y se apual.
-164-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Despus del incidente, Paris, Romeo y Julieta muertos, estaban presentes el seor
Montesco, Capuleto, el Prncipe, los guardianes para saber la verdad del suceso. En eso,
intervino el fray Lorenzo para explicar. Al saber la verdad, los seores Montesco y Capule-
to se perdonaron para vivir en paz a partir de ese momento.
VCTOR HUGO
-165-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
La casa indicada por la mujer era el monasterio que viva el monseor Carlos Francisco
Bienvenido Myriel, un obispo muy caritativo que se qued desde 1806 y dos ancianas,
una que era su hermana y la otra la empleada. Todo el pueblo le tena confianza y cario
por su inmenso amor a los pobres y desamparados.
El forastero toc la puerta y fue acogido por el obispo Bienvenido, que as lo conocan en
esta ciudad. Por primera vez este hombre encontraba cario humano despus de 19
aos. 19 aos pas en la prisin de Toln por haber robado un pan.
Jean Valjean, as se llamaba el forastero, haca 20 aos se desenvolva como podador
de jardines y con lo poco que le pagaban mantena a los 7 hijos de su hermana que haba
enviudado. Le despidieron del trabajo, sus sobrinos quedaban sin comer que le oblig a
robar un pan de un panadero quien le acus y fue sentenciado a 6 aos y los restantes
fueron por evasin.
El obispo le ofreci una buena cena y cama. En la cena se percat que se coma con
cubiertos de plata que eran los nicos de lujo que expona despus de dos candelabros
de plata que sostenan las velas alumbrando, porque el obispo Bienvenido viva humilde-
mente.
Jean Valjean se despert muy de madrugada y le asalt un pensamiento que no le deja-
ba tranquilo, le acosaba: pens en los cubiertos de plata que valdran una suma no des-
preciable. As se apoder de 6 cubiertos de plata y se escap de aquel monasterio.
El obispo se despert, las dos ancianas se percataron de los cubiertos; luego vieron que
dos guardias traan del cogote a Jean Valjean por haber robado los cubiertos y presenta-
ron ante el obispo al ladrn. El obispo le dijo que le soltaran porque l le haba regalado
esos cubiertos y por qu no te llevaste los candelabros con ellos? le dijo, le devolvi los
6 cubiertos y entreg los 2 candelabros. Jean Valjean se qued atnito. No saba como
reaccionar frente a tanta misericordia. No olvidis nunca que me habis prometido em-
plear este dinero en haceros hombre honrado. Jean Valjean, que no recordaba haber
prometido nada, lo mir alelado y se fue.
En el camino de la ciudad de D., estuvo descansando pensativo y el sol daba sus lti-
mos rayos en los penachos de las montaas cuando se acerc un saboyano, nio llama-
do Gervasillo, que tambin iba por el camino. Y le reclam algo que no entendi y al ser
insistido le larg con un grito amenazador y el nio se fue desconsolado. Despus de hur-
gar un tanto su conciencia se par y al levantar su pie vio algo que brillaba. Era una mo-
neda de 15 sueldos que sera la moneda del nio. El nio le hubo reclamado su moneda y
el no haba entendido. El nio estara jugando con la moneda y al escaprsele habra ro-
dado hasta llegar bajo sus plantas y el no habr visto. Se arrepinti y grit desesperada-
mente a todos lados y el nio haba desaparecido. Se record de las palabras del obispo
y se dijo: Soy un miserable y llor intensamente.
Lleg un forastero a la ciudad de M. el forastero instal un taller, dizque para fabricar
azabache. El negocio creci rpidamente. No uno, sino varios talleres eran necesarios
para fabricar azabaches. La gente del pueblo se empleaba sin mayores requisitos. Mu-
chos clientes llegaban para comprar el producto. As este pueblo se transform en un
pueblo rico. El dueo de la fbrica se haca llamar Sr. Magdalena.
Pars era la ciudad de gloria. Se concentraban gentes de muchos lugares del mundo:
unos para trabajar, otros para estudiar. Haba 4 hermosas muchachas obreras de Francia
que tenan sus enamorados que eran estudiantes y eran de esta manera: Favorita amaba
a Blachelle, Dalia, a Listolier, Zefina a Fameuil, y Fantina a Tholomyes. Estos muchachos
de hace tiempo haban prometido darles una sorpresa. Las muchachas desesperaban esa
sorpresa. Un da salieron de paseo y en la tarde se internaron en un hospedaje las cuatro
parejas. Las muchachas exigieron la sorpresa y los muchachos salieron. Las chicas espe-
raban sus retornos con las sorpresas. Despus de una hora de espera, el hotelero entr
con una carta. En la carta deca: nos marchamos, eso era la sorpresa. As fueron enga-
-166-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
adas estas ingenuas muchachas. Fantina qued embarazada; ella haba nacido en la
ciudad de M. a los quince aos se haba venido a Paris. No quiso regresar con su hijo a
su tierra, en este caso era una nia: la llam Eufracia, pero no le gust ese nombre y
cambi por Cosette. En busca de trabajo lleg a un pueblito llamado Montfermeil donde
encontr a una madre que haca jugar a sus dos nias en la puerta de la taberna El Co-
ronel de Waterloo, cuyo dueo era el Sr. Thenardier. As dej a Cosette con las nias y
se fue para la ciudad de M., su origen. Enviara una cantidad de dinero a su nia men-
sualmente. Fantina, cuando lleg, la ciudad de M. vio que haba progresado mucho. Le
dijeron que este progreso se deba al Sr. Magdalena. Ella misma se emple en la fbrica
de azabache.
Fantina estaba muy feliz en el trabajo y enviaba buen dinero a su nia cuando de impro-
visto la despidi la administradora despus de saber que tena una hija. El seor Magda-
lena no saba nada de esto porque estaba ocupado en su cargo de alcalda de aquella
ciudad. Le haban nombrado alcalde de la ciudad de M. por ser protector de los pobres y
as lo llamaban. Despus del despido, Fantina no encontr trabajo; un da, un peluquero
le dijo que le vendiera sus hermosos cabellos rubios y fue rapada. Otro da un dentista le
dijo que vendiera sus dientes incisivos por ser hermosos y se dej arrancar. Qued rapa-
da y sin dientes incisivos. Fantina, era pues, una mujer muy hermosa de cabellos rubios y
hermoso rostro. El dinero obtenido enviaba a su querida hija, porque Thenardier exiga
cada vez ms dinero y amenazaba con echarla a la calle a su hija. En el extremo de ne-
cesidad lleg a vender su cuerpo. Por eso, un polica llamado Javert, la apres y la llev
al interrogatorio cuando el Sr. alcalde le dijo que soltara y el polica por no desobedecer
hizo caso. Fantina qued muy agradecida a su libertador.
Fantina cont de su desgracia al Sr. alcalde y tosa mucho. Estaba enferma. El Sr. Mag-
dalena se condoli y la llev a su clnica particular. Cada da estaba peor. Slo balbucea-
ba el nombre de su hija: Cosette.
Un da, Javert se present al Sr. alcalde y le dijo que le haba acusado injustamente; el
seor Magdalena se qued sin comprender nada. Javert haba descubierto que el Sr.
Magdalena era el ex presidiario Jean Valjean, buscado por la ley. Y Javert cumpla esa
funcin, investigar. Despus de muchas sospechas y hasta que un da vio ayudar al Sr.
Fauchelevent que se haba cado con su carreta y con qu fuerza levant tanto peso de la
carreta salvando de la muerte al accidentado. Luego, confirm que era Jean Valjean. Por
eso, Javert haba denunciado al Tribunal de Arras. All le haban dicho que estaba loco
porque apareci el verdadero Jean Valjean que se haba cambiado de nombre por
Champmathiev.
Sr. Magdalena no estaba tranquilo con su conciencia, en lugar de l purgara un inocen-
te: Chammathiev. Y decidi declararse culpable en el Tribunal. As lo hizo. Por eso al re-
gresar a la ciudad de M. fue detenido por Javert cuando Fantina se mora. Haba sido
condenado a cadena perpetua. Jean Valjean prometi al odo del cadver encargarse de
su hija Cosette que se encontraba en Montfermeil en poder del Thenardier, un hombre
malvado y chantajista.
Despus de haber sido detenido, Jean Valjean, escap para retirar su dinero del banco y
ocult en un hoyo, en el bosque de Motfermeil. Pero, definitivamente, fue apresado y as
fue preso en la crcel de Toln.
Despus de un tiempo escap de la crcel, pero se public en los diarios que el presidia-
rio Jean Valjean haba muerto al salvar a un marinero cuando ste estaba por caer a un
abismo de un talud que daba al mar. Jean Valjean regres para rescatar a Cosette, tal
como haba prometido a la madre de sta. Lleg a la taberna El Coronel Waterloo, don-
de encuentra que a la nia maltrataban sin compasin. Los Thenardier, al ver un hombre
con mucho dinero, decidieron vender a la nia. As pago una buena cantidad de francos
por la nia. La nia fue vestida de luto; se encari de l y se fueron hacia Paris.
-167-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Cuando llegaron a Paris, Javert, ahora esta cumpliendo su deber all, haba descubierto
que Jean Valjean estaba vivo y viva con una nia. Jean Valjean tampoco poda vivir libre,
sino bajo la vigilancia y persecucin de Javert. As vivieron en varios lugares de pars; pe-
ro al final estuvieron en la Calle Plumet, a la vez, en la calle Hombre Armado nmero 7
para no ser capturado. El hombre de canas y la doncella hermosa, en las tardes, se iban a
pasear por la avenida Luxemburgo; el hombre de canas se haca llamar Fauchelevent y la
doncella era Cosette. Cosette, all conoci a un muchacho que se llamaba Marius. Ni ella,
ni l saban sus nombres ni de l, ni de ella. Una carta dejada en una banca de la calle
Plumet fue cmplice del feliz encuentro de los enamorados. Fueron muy felices los des-
cubrimientos de ambos y el intercambio de impresiones de latidos de amor, sin lmites.
Luego, se escuch una movilizacin. Eran los revolucionarios que iban al motn contra el
rey, en el ao 1832. Marius, un estudiante de derecho, haba sido echado de la casa del
abuelo, ste defenda al rey y l a la repblica Qu viva la repblica! Abajo el rey! Eran
las consignas de la movilizacin. Se form una barricada; en ella estaban Marius y sus
camaradas. El ejrcito del rey les atacaba y ellos resistan. Era dura la batalla. Un cura
que levant las banderas de la revolucin muri; tambin Gavroche un muchacho inquieto
sin hogar; Eponina, hija de Thenardier. Estaba all Jean Valjean que tuvo en sus manos a
Javert que estaba como espa en esta barricada; pero le perdon la vida. Luego los insu-
rrectos se rindieron y all cay Marius, gravemente herido, al ver, Jean Valjean le carg
para que no lo mataran los hombres del rey. As salv la vida a Marius, sin que ste sepa
quien fue su salvador y a quien tena que agradecer. Javert se suicid por cargo de con-
ciencia.
Pasado algn tiempo de la guerra, se dispuso el matrimonio de Cosette con Marius.
Aunque, Jean Valjean quiso morir al perder a su nia amada, pero tuvo que resignarse.
Cosette lo amaba mucho a Jean Valjean, su protector, le deca padre. Entreg ms de
quinientos mil francos a Cosette para que pueda vivir dichosa y enferm gravemente. Co-
sette y Marius se acercaron al moribundo. Jean Valjean les dijo tantas cosas, les revel
quien era, tambin habl de la madre de Cosette y expir fatigado. As muri Jean Valje-
an, despus de haber cumplido la promesa al obispo de Beinvenido, ser un hombre de
bien, y a Fantina, encargarse de su hija Cosette y hacerla dichosa.
-168-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Obras:
Narrativas
- Las cuitas del joven Werther
- Los aos de aprendizaje de Wilhem Meister
- Las afinidades electivas
- Obras completas
- Gamnides
- Aos de vagabundeo de Wilhelm Meister
Teatrales
- Fausto
- Gottz Von Berlichingen
- Egmont
- Torquoato Tasso
- Clavijo
- Rosita campestre
Poticas
- Ifigenea
- Hermn y Dorotea
- Elegas romanas
- Baladas
Otras obras
- Teora de los colores
- Metamorfosis de las plantas
- Reminiscencias
- Winckelmann y su siglo
FEDOR DOSTOIEVSKI
-169-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- El idiota
- Demonios o los posedos
- El jugador
- Noches blancas
- El adolescente
- Diario de un escritor
- El eterno marido
- Netocha Nezvanova.
CRIMEN Y CASTIGO
(Argumento)
Personajes:
- Raskolnikov (joven criminal)
- Sonia (enamorada de Raskolnikov)
- Razomikin (amigo de Raskolnikov)
- Pulkeria Alexandrovna (madre de Raskolnikov)
- Dunia (hermana de Raskolnikov)
Es una novela sicolgica que narra el asesinato de la avara anciana usurera llamada Ale-
na Ivanovna, cometido por el estudiante universitario Rodin Romanovich Raskolnikov.
Despus de matar a la prestamista con un hacha, se apodera de todas las alhajas y las
esconde en un hueco de un patio cerca de un edificio. Los das pasan agobiando al joven
criminal con delirios y pesadillas. Su conciencia agobiada se subleva y no lo deja en paz.
Se agrava la salud del joven Raskolnikov que sufre de insomnio por la intensa tensin que
padece. El joven se comporta como un loco y pierde los papeles con suma facilidad. l
solo se va delatando por su actitud sospechosa. Su amigo del alma, Razomikin, lo recon-
forta y le cambia los andrajos por ropa nueva. En los momentos ms difciles, Sonia Mar-
meladova, siempre lo est visitando porque lo ama. Cierto da, al regresar a su cuarto, al
abrir la puerta encuentra a su madre Pulkeria Alexandrovna y su hermana Dunetska Ro-
manovich (Dunia) que iba a casarse con Pedro Petrovich, a lo que el joven Raskolnikov se
opone totalmente. Va a casa de Sonia y juntos leen la Biblia. Los dos jvenes se aman en
silencio. Finalmente, el joven Raskolnikov le confiesa a Sonia que l es el asesino de la
usurera; ella queda muy impresionada. Le dice que jams lo abandonar y que siempre
estar a su lado. El joven ayudado por su enamorada, por fin, decide entregarse a las au-
toridades y confiesa su culpa. Un mes despus, es acusado y condenado a ocho aos de
trabajos forzados de segunda categora en Siberia.
ERNEST HEMINGWAY
-170-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- Pars era una fiesta
- Por quin doblan las campanas
- Adis a las armas
- Fiesta
- Nieves del Kilimanjaro
- Ms all del ro
- Tener o no tener
- El sol tambin sale
- Muerte en la tarde
EL VIEJO Y EL MAR
(Argumento)
Era un viejo que pescaba, solo, en un bote en Gula Stream y haca ochenta y cuatro das
que no coga un pez. El viejo era flaco y desgarbado con arrugas profundas en la parte
posterior del cuello, las manchas del cncer a la piel eran notorias en su rostro, todo en l
era viejo, excepto sus ojos claros como el mar, alegre e invicto. Haba un muchacho lla-
mado Manoln que lo acompaaba casi siempre, tal vez el nico amigo que tena. Este
muchacho gustaba de conversar con el anciano sobre partidos de bisbol, hablar de fa-
mosos jugadores, el muchacho casi siempre le llevaba un poco de comida o caf; el cual
comparta con el anciano mientras hablaban de los viejos tiempos en que haba buena
pesca. El anciano soaba en los tiempos aquellos que pas en frica, soaba con leones,
con las playas blancas, con las grandes montaas pardas, mientras dorma senta el olor
de frica. Una vez, por la maana, Manoln vino a buscar muy temprano al anciano, traa
dos carnadas frescas, las cuales regalle al anciano; ste le dese suerte.
En aquella oportunidad, el anciano poda sentir llegar la maana escuchando el rumor
de los peces voladores. Segua remando y se adentraba ms al mar, antes que se hiciera
da, realmente, el anciano sacaba sus carnadas. Pas todo el da sin ninguna novedad,
slo, casi despus del medio da pesc un pez dorado al cual abri y limpi para comr-
selo, mientras volva a remar vio una ave negra que le pareci muy delicada y sta espan-
taba a los peces voladores y pens que en esa gran mancha de peces voladores poda
estar un gran pez. Luego, se pona a recordar sus tiempos de joven pescador; hablaba
con l mismo. Llegaba la noche de ese primer da. En el mar, senta a los defines al torno
al bote; recordaba como los delfines machos dejaban que las hembras comieran primero.
En estos momentos, extraaba al muchacho para poder hablar; conversar sobre algo con
l. De pronto, sinti los sedales recorrer y se preguntaba qu peces habran picado la
carnada o ser un pez aguja o un emperador o un tiburn. Y, de un momento a otro el pez
dio un gran tirn el cual le caus una herida debajo del ojo y el pez tiraba con gran fuer-
za del bote. El anciano pensaba que este pez no podra seguir eternamente con este
afn, el bote se mova sin cesar y as lleg el amanecer del segundo da.
El anciano le hablaba al pez y le deca antes que termine el da te matar; tambin le
deca que lo respetaba demasiado. Ese da recibi la visita de una ave que se pos muy
cansada sobre su bote; el anciano conversaba con ella. Para ese da, a duras penas el
anciano pudo comerse un pez bonito. Tomaba de su botella pequeos bocados de agua;
lavaba sus manos en el agua del mar para curar sus heridas, pero senta que su mano
izquierda tena calambres. l pensaba que era humillante tener su mano as; pensaba que
si el muchacho estuviera con l, seguramente le frotara la mano y hara pasar su calam-
bre. De pronto, el sedal se alzaba lenta y continuamente. De repente, sali el gran pez
dejando ver su brilloso color; su cabeza y lomo eran un prpura oscuro y las franjas de
sus costados eran de color rojizo, su espalda era tan larga como un palo de bisbol y lue-
go se volvi a entrar en el mar. El viejo dijo que el pez era ms grande que su bote. Y,
-171-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
sigui tirando del bote. El viejo haba visto muchos peces grandes, pero ste era el ms
grande que jams haba visto. El viejo senta que el pez sufra y que debera terminar
pronto este sufrimiento. Lleg la noche y el anciano deseaba que un pez volador viniera a
su bote para poder comrselo. As aguant el fro de la noche y lleg el tercer da, el viejo
se puso recordar a las grandes glorias de bisbol y se preguntaba cmo sera el mar visto
desde un aeroplano. El pez segua avanzando, de pronto dio unos movimientos violentos,
lo cual caus que el viejo le diera un golpe en la cabeza que el pez se estremeci y se
qued quieto. El viejo deca que tena la cabeza despejada y que poda pensar en un
plan. As se pas ese da y lleg la noche. Otra vez, el fro lo mataba. Corrido el cuarto
da, el viejo se propuso acabar con la vida del pez ese mismo da. Senta que el pez se
haba debilitado y poco a poco empez a envolver el sedal y en un momento de lucha, el
viejo le clav el arpn que tena preparado y lo hizo llegar empujando con sus manos al
corazn; mientras el pez luchaba por seguir viviendo.
As el viejo acomod el pez junto a su bote y decidi remar hacia la costa; pero la man-
cha de sangre atraera a los tiburones: pens. Efectivamente, vino un tiburn que arranc
un pedazo del pez y el viejo en un arranque de furia con el arpn mat al tiburn. Ms
tarde, aparecieron otros tiburones y con gran valenta les dio muerte; aunque stos se
llevaron gran parte del pez, casi todo.
Se dio cuenta que el bote era ms ligero y pens que fue un error matar al gran pez,
pues, todos esos das lo haba considerado como un humano. En fin, lleg a la costa.
Entr en su choza y se qued dormido. Muy por la maana, Manoln se acerc a la venta-
na de la choza, como dos das lo haba venido haciendo. Luego, se puso a llorar en cuan-
to vio al anciano y as con lgrimas en el rostro fue a conseguir caf y comida para el an-
ciano. Cuando lleg, el anciano segua dormido y por la tarde despert. El muchacho
comparti la comida. Afuera, todos observaban admirados el esqueleto de aquel gran pez;
pero el anciano miraba con nostalgia aquella escena y decidi regalar la cabeza de aquel
gran pez a un poblador de aquella humilde aldea de pescadores y el muchacho le dijo
desde maana vamos a pescar juntos. yo siempre te voy a acompaar, fueron las pala-
bras y el viejo decidi volver a la choza a dormir, a seguir soando con leones marinos y
el muchacho velaba sus sueos.
WALT WHITMAN
-172-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- Redobles de tambor
CANTO A M MISMO
Atrs. A su sitio.
S cul es su misin y no lo olvidar;
que nadie lo olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo
al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restriccin,
y abro de par en par las puertas a la energa
original de la naturaleza desenfrenada.
GUSTAVO FLAUBERT
-173-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- La Educacin Sentimental
- La tentacin de san Antonio
- Tres cuentos.
MADAME BOVARY
(Argumento)
Personajes:
- Charles Bovary
- Emma Rouault (Madame Bovary, esposa de Charles)
- Homais (boticario)
- Helise (primera esposa de Charles)
- Vizconde (el galn de quien se enamora Emma y no es correspondida)
- Len Boulenger (segundo galn de Emma que no le corresponde).
- Rodolphe Boulenger (Amante de Emma)
- Seor Rouault
- Berthe (hija de Charles y Emma)
- Lheureux (comerciante)
- Felicit (Criada de familia Bovary)
- Bartolom Bovary (padre de Charles)
- Madame Bovary madre (madre de Charles)
-174-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Pasaron al saln de baile. Ella estaba muy hermosa y feliz en asistir a la fiesta. Mientras
conversa con Charles, Emma es invitada a bailar por un caballero; pero Charles no le to-
ma inters. El acercamiento a ese caballero es placentero y gustoso para Emma.
Ms tarde los esposos regresan al pueblo. Emma regresa triste y melanclica. En el
camino ve al Vizconde quien era el caballero que la sac a bailar en la fiesta. El galn le
mira al pasar. Emma admira la mirada de ste y piensa en l. Luego piensa que nunca
podr verlo porque se habr ido a Pars. La melancola, la tristeza se apodera de Emma y
un mdico le recomienda que cambien de lugar y deciden irse a la ciudad de Yonville.
All conocen y entablan relaciones con la gente. El estado de nimo de Emma parece
cambiar en este nuevo lugar y Charles se siente feliz. Nace su hija Berthe. Emma conoce
a un joven de buen parecer llamado Len y se enamora. Len frecuenta la visita al hogar
de la pareja Bovary. Y ste, por motivos de estudio, se va a Pars. A Emma le causa un
dolor muy grande. El estado de anmico melanclico se apodera de nuevo de Emma Rou-
ault (Madame Bovary).
Despus de un tiempo conoce a Rodolphe Boulonger, un paciente de su esposo. Ambos
se atraen y deciden tener una relacin amorosa. Tanto fue el amor por l que le pide le
lleve lejos donde puedan estar felices. Al principio Rodolphe acepta; pero llegado la hora
en que le iba a esperar se arrepiente. Luego, se marcha solo dejando una carta para
Emma en la que le explica que entre ellos no puede haber nada. Emma, despus de leer
la carta, se enferma y siente morir. Despus de esa decepcin se recupera. Tiempo des-
pus, volvi a encontrarse con Len. l ya no era un chico tmido como cuando conoci.
Y, deciden tener una relacin amorosa. Por ese momento, un comerciante usurero, Lheu-
rreux, quien despus de haberla favorecido con un prstamo pide que le pague y pide a
un amigo que le represente legalmente y ste hace el embargo de los bienes de la familia
Bovary.
Emma al no saber como pagar esa deuda, sobretodo, cmo decrselo a su esposo, va a
una farmacia encuentra un frasco con arsnico y lo ingiere. Mientras tanto, Charles se
entera del embargo, va en busca de Emma y ella estaba agonizando y muere.
Luego, llega una carta para Charles en el que le invitan a la boda de Len; pero l no
puede ir a esa boda. Slo le hace llegar sus felicitaciones por su boda.
En una feria, Charles se encuentra con Rodolphe, se ponen a conversar. Charles le
hace entender que no le odia por haber sido uno de los amantes de su esposa.
Berthe va en busca de su padre y lo encuentra sentado. La nia le pide ir a jugar. La ni-
a creyndolo con ganas de jugar le empuja suavemente a su padre. Su padre cae al
suelo y se da cuenta que estaba muerto.
Al inicio, la abuela se encarga de cuidar a Berthe; pero la abuela muere y una ta suya la
enva a una fbrica a ganarse la vida.
FRANZ KAFKA
-175-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- La Metamorfosis
- Amrica
- El proceso
- El castillo
Relatos
- Descripcin de un combate
- Contemplacin
- La colonia penal
- El maestro del pueblo
- Blumfel, un soltern
- Un mdico rural
- Un artista del hambre
- La Muralla China
LA METAMORFOSIS
(Argumento)
Personajes:
- Gregorio Samsa
- Seor Samsa
- Seora Samsa
- Grethe (hermana de Gregorio)
- Otros
Una maana tras un sueo intranquilo, Gregorio Samsa despierta convertido en un mons-
truoso insecto. Esa maana tena que salir de viaje; porque todas las maanas a las siete
sala de viaje por cuestiones de negocio. Acostado en su cama sobre un duro caparazn,
su vientre convexo y oscuro, numerosas patas se agitaban sin concierto Qu le ha ocu-
rrido? No estaba soando. Era su habitacin. Intent dormir de nuevo, pero no poda; lue-
go, reflexionaba sobre su trabajo, de lo cansado que estaba de viajar todos los das. Con-
vencido de que se haba convertido en un horrible insecto, Gregorio tena que adaptarse a
su nuevo cuerpo e intenta ir a su trabajo, ya que era el sostn de la familia. Pero, no poda
salir de su cuarto debido a su mutacin. Su madre le llam al ver que era ya tarde. Era
intil. Mientras Gregorio haca mltiples esfuerzos para abrir la puerta y lo logra. La madre
al ver a su hijo convertido en un aterrador insecto se desmaya. Incluso, su jefe haba ve-
nido a averiguar sobre el por qu no haba venido al trabajo porque era un muchacho muy
cumplido. Pasado el tiempo, la familia se desinteresa por Gregorio y ste vive en su cuar-
to solo. Slo la hermana Grethe vive unida a Gregorio; le llevaba los alimentos, se lo barr-
a el cuarto Ella era aficionada a la msica. Haca un mes desde la metamorfosis, Gre-
gorio durante ese tiempo haba permanecido encerrado en su cuarto. Estaba escondido
dentro de un sof de cuero que le proporcionaba mayor comodidad. Durante el da se ati-
naba a observar con duras penas por la ventana el hospital de enfrente, los quehaceres
de su familia, y a veces, escuchaba las conversaciones de su familia. Todo esto ya era
montono para l, sobretodo, los dos metros cuadrados de suelo de su cuarto en donde
casi no poda moverse; descansar tranquilo, le era difcil en la noche y la comida pronto
dej de causarle placer. Para distraerse, empez a trepar zigzagueando por las paredes y
resulta que el techo le era ms cmodo para Gregorio, respiraba. Un da casi feliz y des-
preocupado, se desprendi del techo y se estrell contra el suelo; pero su cuerpo se hab-
a vuelto resistente y no se lastim.
En cierta ocasin, la hermana nota que la habitacin queda chica para Gregorio y deci-
de retirarle algunos muebles con la ayuda de su madre (sta no poda ver a su hijo por
rdenes de su esposo). Mientras las mujeres vacan su cuarto, Gregorio se mantiene pru-
dentemente oculto. Pero cuando advierte lo que realmente sucede, una ola de recuerdos
-176-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
y nostalgias le hace reaccionar. Un cuadro adquiere sbitamente importancia para Grego-
rio y trepa por la pared adhirindose fuertemente al vidrio del mencionado cuadro, en un
tpico acto de posesin y deseo al no permitir que arrebaten sus cosas. Pese a los esfuer-
zos de Grethe, la madre lo ve y cae desmayada. En ese preciso instante, y como conse-
cuencia de lo sucedido, la hermana llega a increpar duramente a su hermano: ojo Grego-
rio! grit la hermana con el puo en alto y enrgica mirada. La inesperada presencia del
padre complica las cosas. La hermana slo alcanza decirle al padre que Gregorio ha es-
capado. Es la primera vez que Gregorio ve a su padre desde su transformacin. Lo ve
muy cambiado, est joven, ms enrgico, sbitamente repuesto, porque se ocupaba de
nuevo de su familia. Su progenitor trata de hacerle regresar a su cuarto. Comienza a
bombardearle manzanas y le lanza fra y sistemticamente sobre su enemigo. La ltima
se incrusta sobre el lomo de Gregorio permaneciendo hasta que se pudra en su cuerpo
hasta el final.
Por la crisis de la situacin econmica, reciben a tres inquilinos. Un da, la hermana se
pone a tocar el violn para los visitantes y Gregorio seguido por el impulso de la msica
sale de su cuarto dejndose ver por los inquilinos. Los inquilinos se molestan y se van de
ah sin pagar ningn centavo. La familia dice que lo mejor que podra pasarles es que
Gregorio se fuera; esto fue escuchado por Gregorio, por lo que se siente muy mal. Al da
siguiente, la sirvienta lo encuentra muerto. La familia se siente muy mal y se cambian de
casa para iniciar una nueva vida.
JAMES JOYCE
ULISES
-177-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Personajes:
- Leopoldo Bloom.
- Esteban Dedalus
- Malachi Mulligan.
- Haines.
- Simn Dedalus (padre de Esteban).
- Molly (esposa de Bloom)
- Blazes Boylan (amante y manager de Molly)
- Lidia Douce (camarera).
Se trata del relato de un da, segn unas versiones el 4 de junio, segn otras, como la que
hoy presentamos, el 16 de junio, quizs es lo ms adecuado por ser el primer da en que
su autor sali con Nora Barnacle (segn ciertas precisiones, aunque no existe, sin embar-
go, constancia de que as fuera, lo que parece ser cierto, es que el da anterior, Nora no
se present a la cita concertada con Joyce). Sea como fuere, el 16 de junio se tiene por
da del juicio (domsday) y del florecimiento (bloomsday). La narracin ocupa 18 horas del
discutido da. En ella se entrecruzan una serie de vidas: la de tres jvenes, Stephen (Es-
teban) Dedalus, (apellido ms mitolgico), el protagonista del Retrato del Artista, licencia-
do en Artes y profesor privado (Joyce? Telmaco?), Malache (Buck) Mulligan, estu-
diante de medicina (en l se plasma la carrera fracasada del autor), Haines, estudiante
ingls interesado en la matemtica y la lengua verncula irlandesa. Los tres viven en la
Torre Martello de Dubln y recuerdan que Joyce tambin la habit durante una semana de
1904 con dos compaeros ms, Gogarty, un poeta mdico y miembro de una rica familia
de Dubln (Mulligan) y Trench (Haines) que aos despus pondra fin a su vida.
-178-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
lizan la navegacin, Las Sirenas, en paralelismo con las camareras, hermosas de medio
cuerpo para arriba, parte que asoman seso, Nusica, la hija del rey de los feacios que
encontr a Ulises desnudo en la playa tras haber naufragado y se lo llev a palacio), Los
Bueyes del Sol, en realidad terneras o vacas, smbolos de la fecundidad, Circe, la be-
lla hechicera, el porquerizo Eumeo, taca, Penlope, pero en este caso, se desprende un
agudo sarcasmo si tenemos en cuenta la infidelidad de Molly).
La obra ofrece una estructura: Esteban Bloom y Molly, son vistos por el lector a travs
del estilo que compone la sucesin de ese da nico con un nico propsito que difiere de
la propia Odisea, el vagar por la ciudad, en este caso, Dubln. En cierta ocasin Joyce
haba manifestado que pretenda realizar una descripcin tan completa de la capital irlan-
desa que, si alguna vez desapareciera del planeta, pudiera ser reconstruida partiendo de
su libro. Esto es cierto, siempre que el lector sea un habitante ms de la ciudad, al igual
que sus personajes, porque el nombre, distribucin y configuracin de las calles son mi-
nuciosamente exactos, pero las descripciones son parcas. Para el lector forneo, es una
dificultad aadida, puesto que a ellos s que les es necesario explicar con mayor detalle
los lugares. As el Dubln del Ulises, acaba siendo, si no la conocemos, cualquier otra ciu-
dad en donde bien hubiera podido ocurrir la misma historia. No olvidemos que Ulises, a
diferencia de la Odisea es una novela urbana. Sin embargo, el que unos ciudadanos se
parezcan las unas a las otras no significa que sean iguales, la accin se ha de desarrollar
en Dubln porque los rasgos que el autor nos sigue dando se hacen ms precisos: el olor,
el ro que la atraviesa (el Liffey), las tiendas, etc. La novela intenta unificar todos los pro-
cedimientos de estilo en un lenguaje total. La tcnica de fluir de la conciencia, basada en
el monlogo interior le convierte al lenguaje en la realidad fundamental: el realismo de la
novela es ante todo un realismo verbal, ya que los personajes se construyen a travs de
lo que dicen, y adems se hace coincidir exactamente el tiempo de la accin con el tiem-
po del relato.
Bloom lucha por conseguir el contrato de un anuncio, pero tambin sin entusiasmo. As
pasan la jornada en bares, discusiones, como la que organiza Esteban sobre Shakespea-
re en la Biblioteca Nacional y paseos. Qu lejos se hallan de las virtudes tradicionales de
la burguesa, el trabajo, la sobriedad y el ahorro! Salvo quiz Bloom! Deambulan en bus-
ca de que alguien les invite a una copa o les preste algunos peniques. Son autnticos an-
tisistemas.
-179-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
HONORATO DE BALZAC
OBRAS:
- El Coronel Chavert
- El mdico de la aldea
- Pap Goriot
- El lirio en el valle
- La pel de zapa
- Eugenia Grandet
- las ilusiones perdidas
- En busca de lo absoluto
- la mujer de 30 aos
- Esplendores y miserias de las cortesanas
PAP GORIOT
(Argumento)
El escenario de esta novela es una humilde pensin en Paris, la casa BAUQUER, que
representa el mundo gris de la poca, donde la vida es triste y a veces cruel, frente al
mundo de los poderosos.
Goriot anciano de 69 aos, se haba refugiado en ella, despus de retirase de los ne-
gocios como fabricante prspero de harina y pastas. All conoci a Eugenio de Rastignac,
estudiante provinciano de derecho, a quien lleg a querer como a un hijo.
Tambin habitan en esta pensin los seores Vautrin, poiret, Bianchn, la seorita Tai-
llefer, entre otros.
Pap Goriot haba cedido toda su fortuna a sus hijas Delfina y Anastasia, a fin de ca-
sarlas, a la una con un baquero y a la otra con un conde. Las hijas y sus maridos despus
de arrebatar todo su dinero, se niegan a recibirle en sus casas y a presentarle a sus amis-
tades a causa de su tosquedad en el trato social. El amor paternal y a veces patolgico
del buen Goriot, hace que no se fije en los desplantes de ese mundo cnico e hipcrita de
la aristocracia y por ver y abrazar a sus hijas, accede incluso a entrar por la puerta de ser-
vicio.
Abandonado por ellas y sus yernos; y en absoluta miseria muere pap Goriot y es ente-
rrado con el dinero de los estudiantes Bianchn y Rastignac. ste ltimo, ante el terrible
espectculo de la ingratitud filial, lanza en el cementerio un terrible desafo a esa sociedad
frvola diciendo Nos veremos las caras!
CUESTIONARIO N 13
a) 2, 1, 4, 3
b) 3, 4, 2, 1
c) 3, 2, 4, 1
d) 4, 1, 3, 2
e) 4, 3, 2 ,1
6. Adis a las armas , es una produccin literaria de Hemingway , pertene-
ce al gnero y especie:
a) Narrativo : Cuento
b) Lrico : Poesa
c) Narrativo : Novela
d) pico : Lrico.
e) Dramtico : Tragedia
-181-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
a) James Joyce.
b) Franz Kafka.
c) Flauber.
d) Whitman
e) Borges
a) IC-IIA-IIID-IVB
b) IA- IIB-IIIC-IVD
c) IC-IID-IIIB-IVA
d) ID-IIC-IIIA-IVB
e) IA-IID- IIIB-IVC
a) La solidaridad
b) La perversidad
c) La soledad
d) Los obstaculos
e) El amor
a) La razn
b) La divinidad
c) Las pasiones
d) El hombre extraviado
e) La selva oscura
11. En la obra Hamlet ,Claudio asesino al rey Hamlet en complicidad con:
a) Polonio
b) Laertes
c) Gertrudis
d) Ofelia
e) Fortimbras
12. En la obra Los Miserables ,Jean Valjean no es acusado de robo por:
a) Javert
b) El obispo Myriel
c) Marius
d) Fantine
-182-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
e) El seor Magdalena
13. En Crimen y Castigo , Rodino Raskolnikov confa el secreto del asesinato
de las usureras a:
a) Dunia
b) Pulqueria
c) Sonia
d) Sofa
e) Cosette
14. Qu obra de Gustavo Flaubert fue censurada al publicarse:
a) La Educacin Sentimental
b) Madame Bovary
c) Por Quien doblan las Campanas
d) La Dama del Perrito
e) Salambo
-183-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
LECTURAS DE LA LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL
LA LOCA
Vern, dijo el seor Mathieu d'Endolin, a m las becadas me recuerdan una siniestra
ancdota de la guerra.
Ya conocen ustedes mi finca del barrio de Cormeil. Viva all en el momento de la llegada
de los prusianos.
Tena entonces de vecina a una especie de loca, cuya razn se haba extraviado bajo los
golpes de la desgracia. Antao, a la edad de veinticinco aos, perdi, en un solo mes, a
su padre, a su marido y a un hijo recin nacido.
Cuando la muerte entra una vez en una casa, regresa a ella casi de inmediato, como si
conociera la puerta.
La pobre joven, fulminada por la pena, cay en cama, delir durante seis semanas. Des-
pus, una especie de tranquila lasitud sucedi a la crisis violenta, y permaneci sin mo-
verse, comiendo apenas, revolviendo solamente los ojos. Cada vez que intentaban levan-
tarla, gritaba como si la matasen. La dejaron, pues, acostada, y con solo la sacaban de
entre las sbanas para los cuidados de su aseo y para darle la vuelta a los colchones.
Una anciana criada permaneca junto a ella, obligndola a beber de vez en cuando o a
masticar un poco de carne fiambre. Qu ocurra en aquella alma desesperada? jams se
supo, pues no volvi a hablar Pensaba en sus muertos?, Desvariaba tristemente, sin
un recuerdo concreto? O bien su pensamiento aniquilado permaneca inmvil como un
agua estancada?
Durante quince aos se qued as, cerrada e inerte.
Lleg la guerra; y, en los primeros das de diciembre, los prusianos entraron en Cormeil.
Lo recuerdo como si fuera ayer. Caa una helada de esas que resquebrajan las piedras;
yo mismo estaba tumbado en un silln, inmovilizado por la gota, Cuando o el golpeteo
pesado y acompasado de sus pasos. Desde mi ventana, los vi pasar.
Era un desfile interminable, todos iguales, con esos movimientos de muecos que les son
peculiares. Despus los jefes distribuyeron a sus hombres entre los habitantes. Me toca-
ron diecisiete. Mi vecina, la loca, tena doce, entre ellos un comandante, un verdadero
soldadote, violento y tosco.
Durante los primeros das todo transcurri normalmente. Al oficial de al lado le haban di-
cho que la seora estaba enferma, y no se preocup para nada. Pero pronto aquella mu-
jer a la que nunca vea empez a irritarlo. Se inform sobre su enfermedad; le respondie-
ron que la anfitriona guardaba cama desde hacia quince anos, a consecuencia de una
pena muy honda. No lo crey, sin duda, e imagin que la pobre loca no se levantaba por
orgullo, para no ver a los prusianos y no hablarles, para no rozarse con ellos.
Exigi que lo recibiera; lo llevaron a su habitacin. Le pidi con un tono brusco:
Zrvace uzted, ceora, lefantarce y bajar, para que la fearnoz
Ella volvi hacia l sus ojos extraviados, sus ojos vacos, y no respondi.
l prosigui:
No tolerar mas insolencias. Si usted no ce levanta por las buenas, me las arreglar
para que se pasee sola.
Ella no hizo el menor gesto, siempre inmvil, como si no lo hubiera visto.
EL rabiaba, tomando aquel silencio tranquilo por un signo de supremo desprecio. Y
agreg:
Si no baja maana...
Y despus sali.
-184-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Al da siguiente, la criada, aterrada, quiso vestirla; pero la loca empez a chillar, deba-
tindose. El oficial subi en seguida; y la sirvienta, arrojndose a sus pies, grit:
No quiere, seor, no quiere. Perdnela; es muy desdichada.
EI soldado se qued turbado, sin atreverse, a pesar de su clera, a hacer que sus hom-
bres la sacaran de la cama. Pero de pronto se ech a rer y dio unas rdenes en
alemn.
Pronto se vio partir un destacamento que sostena un colchn, como quien lleva a un
herido. En aquella cama que nadie haba deshecho, la loca, siempre silenciosa, perma-
neca tranquila, indiferente a los acontecimientos con tal de que la dejaran acostada.
Detrs, un hombre llevaba un paquete de ropas femeninas.
Y el oficial pronunci, frotndose las manos:
La veremoz ci puede o no festirce zola y dar un paceito
Luego se vio al cortejo alejarse en direccin al bosque de Imauville.
Dos horas despus los soldados regresaron solos.
Nadie volvi a ver jams a la loca. Qu haban hecho con ella? A dnde la haban lle-
vado? Nunca se supo.
La nieve caa da y noche, sepultando la llanura y los bosques bajo un sudario de espu-
ma helada. Los lobos venan a aullar hasta nuestras puertas.
La idea de aquella mujer perdida me obsesionaba, e hice diversas gestiones con la au-
toridad prusiana, con el fin de conseguir informacin. A punta estuve de ser fusilado.
Volvi la primavera. EI ejrcito de ocupacin se alej. La casa de mi vecina segua ce-
rrada; una tupida hierba creca en las avenidas.
La anciana criada haba muerto durante el invierno. Nadie se ocupaba ya de aquella
aventura; slo yo pensaba en ella sin cesar.
Qu haban hecho con aquella mujer? Se habra escapado a travs de los bosques?
La habran recogido en alguna parte, y metido en un hospital, al no poder obtener de
ella ninguna informacin? Nada vena a aliviar mis dudas: pero, poco a poco, el tiempo
apacigu la inquietud de mi corazn.
Ahora bien, en el otoo siguiente, las becadas pasaron en tropel; y, como mi gota me
daba una pequea tregua, me arrastr hasta el bosque. Ya haba matado cuatro o cinco
aves de largo pico, cuando derrib una que desapareci en un hoyo lleno de ramas. Me
vi obligado a bajar a l para recoger al animal. Lo encontr cado junto a una calavera. Y
bruscamente el recuerdo de la loca embisti contra mi pecho como un puetazo. Otras
muchos haban expirado acaso en aquellos .bosques durante aquel ao siniestro; pero,
no s por qu, estaba seguro, se lo digo, de que haba encontrado la cabeza de la infeliz
manitica.
He conservado esa triste osamenta. Y hago votos porque nuestros hijos no vean jams
una guerra.
Guy de Maupasant
-185-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
EL CORAZN DELATOR
Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. Pero por qu
afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad haba agudizado mis sentidos, en vez de
destruirlos o embotarlos. Y mi odo era el ms agudo de todos. Oa todo lo que puede or-
se en la tierra y en el cielo. Muchas cosas o en el infierno. Cmo puedo estar loco, en-
tonces? Escuchen... y observen con cunta cordura, con cunta tranquilidad les cuento mi
historia.
Me es imposible decir cmo aquella idea me entr en la cabeza por primera vez; pero,
una vez concebida, me acos noche y da. Yo no persegua ningn propsito. Ni tampoco
estaba colrico. Quera mucho al viejo. Jams me haba hecho nada malo. Jams me in-
sult. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. S, eso fue! Tena un ojo
semejante al de un buitre... Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba
en m se me helaba la sangre. Y as, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a
matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre.
Presten atencin ahora. Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada. En
cambio... Si hubieran podido verme! Si hubieran podido ver con qu habilidad proced!
Con qu cuidado... con qu previsin... con qu disimulo me puse a la obra! Jams fui
ms amable con el viejo que la semana antes de matarlo. Todas las noches, hacia las
doce, haca yo girar el picaporte de su puerta y la abra... oh, tan suavemente! Y enton-
ces, cuando la abertura era lo bastante grande para pasar la cabeza, levantaba una lin-
terna sorda, cerrada, completamente cerrada, de manera que no se viera ninguna luz, y
tras ella pasaba la cabeza. Oh, ustedes se hubieran redo al ver cun astutamente pasa-
ba la cabeza! La mova lentamente... muy, muy lentamente, a fin de no perturbar el sueo
del viejo. Me llevaba una hora entera introducir completamente la cabeza por la abertura
de la puerta, hasta verlo tendido en su cama. Eh? Es que un loco hubiera sido tan pru-
dente como yo? Y entonces, cuando tena la cabeza completamente dentro del cuarto,
abra la linterna cautelosamente... oh, tan cautelosamente! S, cautelosamente iba
abriendo la linterna (pues crujan las bisagras), la iba abriendo lo suficiente para que un
solo rayo de luz cayera sobre el ojo de buitre. Y esto lo hice durante siete largas noches...
cada noche, a las doce... pero siempre encontr el ojo cerrado, y por eso me era imposi-
ble cumplir mi obra, porque no era el viejo quien me irritaba, sino el mal de ojo. Y por la
maana, apenas iniciado el da, entraba sin miedo en su habitacin y le hablaba resuel-
tamente, llamndolo por su nombre con voz cordial y preguntndole cmo haba pasado
la noche. Ya ven ustedes que tendra que haber sido un viejo muy astuto para sospechar
que todas las noches, justamente a las doce, iba yo a mirarlo mientras dorma.
Al llegar la octava noche, proced con mayor cautela que de costumbre al abrir la puerta.
El minutero de un reloj se mueve con ms rapidez de lo que se mova mi mano. Jams,
antes de aquella noche, haba sentido el alcance de mis facultades, de mi sagacidad.
Apenas lograba contener mi impresin de triunfo. Pensar que estaba ah, abriendo poco
a poco la puerta, y que l ni siquiera soaba con mis secretas intenciones o pensamien-
tos! Me re entre dientes ante esta idea, y quiz me oy, porque lo sent moverse repenti-
namente en la cama, como si se sobresaltara. Ustedes pensarn que me ech hacia
atrs... pero no. Su cuarto estaba tan negro como la pez, ya que el viejo cerraba comple-
tamente las persianas por miedo a los ladrones; yo saba que le era imposible distinguir la
abertura de la puerta, y segu empujando suavemente, suavemente.
Haba ya pasado la cabeza y me dispona a abrir la linterna, cuando mi pulgar resbal en
el cierre metlico y el viejo se enderez en el lecho, gritando:
-Quin est ah?
Permanec inmvil, sin decir palabra. Durante una hora entera no mov un solo msculo, y
en todo ese tiempo no o que volviera a tenderse en la cama. Segua sentado, escuchan-
-186-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
do... tal como yo lo haba hecho, noche tras noche, mientras escuchaba en la pared los
taladros cuyo sonido anuncia la muerte.
O de pronto un leve quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No expresaba
dolor o pena... oh, no! Era el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el es-
panto la sobrecoge. Bien conoca yo ese sonido. Muchas noches, justamente a las doce,
cuando el mundo entero dorma, surgi de mi pecho, ahondando con su espantoso eco
los terrores que me enloquecan. Repito que lo conoca bien. Comprend lo que estaba
sintiendo el viejo y le tuve lstima, aunque me rea en el fondo de mi corazn. Comprend
que haba estado despierto desde el primer leve ruido, cuando se movi en la cama. Hab-
a tratado de decirse que aquel ruido no era nada, pero sin conseguirlo. Pensaba: "No es
ms que el viento en la chimenea... o un grillo que chirri una sola vez". S, haba tratado
de darse nimo con esas suposiciones, pero todo era en vano. Todo era en vano, porque
la Muerte se haba aproximado a l, deslizndose furtiva, y envolva a su vctima. Y la
fnebre influencia de aquella sombra imperceptible era la que lo mova a sentir -aunque
no poda verla ni orla-, a sentir la presencia de mi cabeza dentro de la habitacin.
Despus de haber esperado largo tiempo, con toda paciencia, sin or que volviera a acos-
tarse, resolv abrir una pequea, una pequesima ranura en la linterna.
As lo hice -no pueden imaginarse ustedes con qu cuidado, con qu inmenso cuidado-,
hasta que un fino rayo de luz, semejante al hilo de la araa, brot de la ranura y cay de
lleno sobre el ojo de buitre.
Estaba abierto, abierto de par en par... y yo empec a enfurecerme mientras lo miraba. Lo
vi con toda claridad, de un azul apagado y con aquella horrible tela que me helaba hasta
el tutano. Pero no poda ver nada de la cara o del cuerpo del viejo, pues, como movido
por un instinto, haba orientado el haz de luz exactamente hacia el punto maldito.
No les he dicho ya que lo que toman erradamente por locura es slo una excesiva agu-
deza de los sentidos? En aquel momento lleg a mis odos un resonar apagado y presu-
roso, como el que podra hacer un reloj envuelto en algodn. Aquel sonido tambin me
era familiar. Era el latir del corazn del viejo. Aument an ms mi furia, tal como el redo-
blar de un tambor estimula el coraje de un soldado.
Pero, incluso entonces, me contuve y segu callado. Apenas si respiraba. Sostena la lin-
terna de modo que no se moviera, tratando de mantener con toda la firmeza posible el
haz de luz sobre el ojo. Entretanto, el infernal latir del corazn iba en aumento. Se haca
cada vez ms rpido, cada vez ms fuerte, momento a momento. El espanto del viejo ten-
a que ser terrible. Cada vez ms fuerte, ms fuerte! Me siguen ustedes con atencin?
Les he dicho que soy nervioso. S, lo soy. Y ahora, a medianoche, en el terrible silencio de
aquella antigua casa, un resonar tan extrao como aqul me llen de un horror incontro-
lable. Sin embargo, me contuve todava algunos minutos y permanec inmvil. Pero el
latido creca cada vez ms fuerte, ms fuerte! Me pareci que aquel corazn iba a esta-
llar. Y una nueva ansiedad se apoder de m... Algn vecino poda escuchar aquel soni-
do! La hora del viejo haba sonado! Lanzando un alarido, abr del todo la linterna y me
precipit en la habitacin. El viejo clam una vez... nada ms que una vez. Me bast un
segundo para arrojarlo al suelo y echarle encima el pesado colchn. Sonre alegremente
al ver lo fcil que me haba resultado todo. Pero, durante varios minutos, el corazn sigui
latiendo con un sonido ahogado. Claro que no me preocupaba, pues nadie podra escu-
charlo a travs de las paredes. Ces, por fin, de latir. El viejo haba muerto. Levant el
colchn y examin el cadver. S, estaba muerto, completamente muerto. Apoy la mano
sobre el corazn y la mantuve as largo tiempo. No se senta el menor latido. El viejo es-
taba bien muerto. Su ojo no volvera a molestarme.
Si ustedes continan tomndome por loco dejarn de hacerlo cuando les describa las as-
tutas precauciones que adopt para esconder el cadver. La noche avanzaba, mientras
-187-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
yo cumpla mi trabajo con rapidez, pero en silencio. Ante todo descuartic el cadver. Le
cort la cabeza, brazos y piernas.
Levant luego tres planchas del piso de la habitacin y escond los restos en el hueco.
Volv a colocar los tablones con tanta habilidad que ningn ojo humano -ni siquiera el su-
yo- hubiera podido advertir la menor diferencia. No haba nada que lavar... ninguna man-
cha... ningn rastro de sangre. Yo era demasiado precavido para eso. Una cuba haba
recogido todo... ja, ja!
Cuando hube terminado mi tarea eran las cuatro de la madrugada, pero segua tan oscuro
como a medianoche. En momentos en que se oan las campanadas de la hora, golpearon
a la puerta de la calle. Acud a abrir con toda tranquilidad, pues qu poda temer ahora?
Hall a tres caballeros, que se presentaron muy civilmente como oficiales de polica. Du-
rante la noche, un vecino haba escuchado un alarido, por lo cual se sospechaba la posi-
bilidad de algn atentado. Al recibir este informe en el puesto de polica, haban comisio-
nado a los tres agentes para que registraran el lugar.
Sonre, pues... qu tena que temer? Di la bienvenida a los oficiales y les expliqu que
yo haba lanzado aquel grito durante una pesadilla. Les hice saber que el viejo se haba
ausentado a la campaa. Llev a los visitantes a recorrer la casa y los invit a que revisa-
ran, a que revisaran bien. Finalmente, acab conducindolos a la habitacin del muerto.
Les mostr sus caudales intactos y cmo cada cosa se hallaba en su lugar. En el entu-
siasmo de mis confidencias traje sillas a la habitacin y ped a los tres caballeros que
descansarn all de su fatiga, mientras yo mismo, con la audacia de mi perfecto triunfo,
colocaba mi silla en el exacto punto bajo el cual reposaba el cadver de mi vctima.
Los oficiales se sentan satisfechos. Mis modales los haban convencido. Por mi parte, me
hallaba perfectamente cmodo. Sentronse y hablaron de cosas comunes, mientras yo
les contestaba con animacin. Ms, al cabo de un rato, empec a notar que me pona
plido y dese que se marcharan. Me dola la cabeza y crea percibir un zumbido en los
odos; pero los policas continuaban sentados y charlando. El zumbido se hizo ms inten-
so; segua resonando y era cada vez ms intenso. Habl en voz muy alta para librarme de
esa sensacin, pero continuaba lo mismo y se iba haciendo cada vez ms clara... hasta
que, al fin, me di cuenta de que aquel sonido no se produca dentro de mis odos.
Sin duda, deb de ponerme muy plido, pero segu hablando con creciente soltura y levan-
tando mucho la voz. Empero, el sonido aumentaba... y qu poda hacer yo? Era un re-
sonar apagado y presuroso..., un sonido como el que podra hacer un reloj envuelto en
algodn. Yo jadeaba, tratando de recobrar el aliento, y, sin embargo, los policas no hab-
an odo nada. Habl con mayor rapidez, con vehemencia, pero el sonido creca conti-
nuamente. Me puse en pie y discut sobre insignificancias en voz muy alta y con violentas
gesticulaciones; pero el sonido creca continuamente. Por qu no se iban? Anduve de un
lado a otro, a grandes pasos, como si las observaciones de aquellos hombres me enfure-
cieran; pero el sonido creca continuamente. Oh, Dios! Qu poda hacer yo? Lanc es-
pumarajos de rabia... maldije... jur... Balanceando la silla sobre la cual me haba sentado,
rasp con ella las tablas del piso, pero el sonido sobrepujaba todos los otros y creca sin
cesar. Ms alto... ms alto... ms alto! Y entretanto los hombres seguan charlando plci-
damente y sonriendo. Era posible que no oyeran? Santo Dios! No, no! Claro que oan
y que sospechaban! Saban... y se estaban burlando de mi horror! S, as lo pens y as
lo pienso hoy! Pero cualquier cosa era preferible a aquella agona! Cualquier cosa sera
ms tolerable que aquel escarnio! No poda soportar ms tiempo sus sonrisas hipcritas!
Sent que tena que gritar o morir, y entonces... otra vez... escuchen... ms fuerte... ms
fuerte... ms fuerte... ms fuerte!
-Basta ya de fingir, malvados! -aull-. Confieso que lo mat! Levanten esos tablones!
Ah... ah! Donde est latiendo su horrible corazn!
-188-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Edgar Allan Poe
EL RUISEOR Y LA ROSA
- Ha dicho que bailara conmigo si le llevaba unas rosas rojas -se lamentaba el joven es-
tudiante-, pero no hay en todo mi jardn una sola rosa roja.
Desde su nido de la encina yele el ruiseor. Mir por entre las hojas asombrado.
- No hay una sola rosa roja en todo mi jardn! -gritaba el estudiante.
Y sus bellos ojos se llenaban de lgrimas.
- Ah, de qu cosa ms insignificante depende la felicidad! He ledo todo cuanto han escri-
to los sabios; poseo todos los secretos de la filosofa y tengo que ver mi vida destrozada
por falta de una rosa roja.
- He aqu por fin el verdadero enamorado -dijo el ruiseor-. Le he cantado todas las no-
ches, aun sin conocerle; todas las noches repito su historia a las estrellas, y ahora le
veo. Su cabellera es oscura como la flor del jacinto y sus labios rojos como la rosa que
desea; pero la pasin ha tornado su rostro plido como el marfil y la pena le ha marcado
en la frente con su sello.
- El prncipe da un baile maana por la noche -murmuraba el joven estudiante-, y mi ado-
rada asistir a la fiesta. Si le llevo una rosa roja, bailar conmigo hasta el amanecer. Si
le llevo una rosa roja, la tendr en mis brazos. Reclinar su cabeza sobre mi hombro y
su mano estrechar la ma. Pero no hay rosas rojas en mi jardn. Por lo tanto, tendr
que estar solo y no me har caso ninguno. No se fiar en m para nada y mi corazn se
desgarrar.
- He aqu el verdadero enamorado -dijo el ruiseor-. Sufre todo lo que yo canto: todo lo
que es alegra para m, para l es pena. Realmente el amor es una cosa maravillosa: es
ms precioso que las esmeraldas y ms caro que los finos palos. Perlas y granates no
pueden pagarle porque no se halla expuesto en el mercado. No puede uno comprarlo al
vendedor, ni pesarlo en una balanza para adquirirlo a peso de oro.
- Los msicos estarn en su estrado -deca el joven estudiante-. Tocarn sus instrumen-
tos de cuerdas y mi adorada bailar a los sones del arpa y del violn. Bailar tan vaporo-
samente que su pie no tocar el suelo, y los cortesanos con sus alegres atavos la rode-
arn solcitos; pero conmigo no bailar porque no tengo rosas rojas que darle.
Y dejndose caer sobre el csped, hunda su cara en sus manos y lloraba.
- Por qu lloras? -preguntaba una lagartija verde correteando cerca de l con su cola
levantada.
-S, por qu? -deca una mariposa que revoloteaba persiguiendo un rayo de sol.
-Eso es, por qu? -murmur una margarita a su vecina, con una dulce vocecilla.
-Llora por una rosa roja.
-Por una rosa roja? Qu ridiculez!
Y la lagartija, que era algo cnica, se ech a rer con todas sus ganas.
Pero el ruiseor, que comprenda el secreto de la pena del estudiante, permaneci si-
lencioso en la encina, reflexionando en el misterio del amor.
De pronto despleg sus alas oscuras y emprendi el vuelo.
Pas por el bosque como una sombra, y como una sombra atraves el jardn.
En el centro del parterre se levantaba un hermoso rosal, y al verle vol hacia l y se
pos sobre una ramita.
- Dame una rosa roja -le grit- y te cantar mis canciones ms dulces.
Pero el rosal sacudi su cabeza.
- Mis rosas son blancas -contest-, blancas como la espuma del mar, ms blancas que
la nieve en la montaa. Pero ve en busca del hermano mo que crece alrededor del
viejo reloj de sol y quiz l te d lo que pides.
-189-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Entonces el ruiseor vol al rosal que creca en torno del viejo reloj de sol.
- Dame una rosa roja -le grit- y te cantar mis canciones ms dulces.
Pero el rosal sacudi su cabeza.
- Mis rosas son amarillas -respondi-, tan amarillas como los cabellos de las sirenas que
se sientan sobre un tronco de rbol, ms amarillas que el narciso que florece en los
prados, antes de que llegue el segador con su hoz. Pero ve en busca de mi hermano,
el que crece debajo de la ventana del estudiante y quiz l te d lo que pides.
Entonces el ruiseor vol al rosal que creca debajo de la ventana del estudiante.
- Dame una rosa roja -le grit- y te cantar mis canciones ms dulces.
Pero el arbusto sacudi su cabeza.
- Mis rosas son rojas -respondi-, tan rojas como las patas de las palomas, ms rojas
que los grandes abanicos de coral que el ocano mece en sus abismos; pero el invier-
no ha helado mis venas, las heladas han marchitado mis botones, el huracn ha parti-
do mis ramas, y no tendr ya rosas en todo este ao.
- No necesito ms que una rosa roja -grit el ruiseor-, una sola rosa roja. No hay
ningn medio para que yo la consiga?
- Hay un medio -respondi el rosal-, pero es tan terrible que no me atrevo a decrtelo.
- Dmelo -contest el ruiseor-. No soy asustadizo.
- Si necesitas una rosa roja -dijo el rosal-, tienes que hacerla con notas de msica, al
claro de luna, y teirla con la sangre de tu propio corazn. Cantars para m, con el
pecho apoyado en mis espinas. Cantars para m durante toda la noche y las espinas
te atravesarn el corazn: la sangre de tu vida correr por mis venas y se convertir
en sangre ma.
- La muerte es un buen precio por una rosa roja -replic el ruiseor- y todo el mundo
ama la vida. Es grato posarse en el bosque verdeante y mirar al sol en su carro de oro
y a la luna en su carro de perlas. Dulce es el olor de los nobles espinos. Dulces son las
campanillas que se esconden en el valle y los brezos que cubren la colina. Sin embar-
go, el amor es mejor que la vida. Y qu es el corazn de un pjaro comparado con el
de un hombre?
Entonces despleg sus alas oscuras y emprendi el vuelo. Pas por el jardn como una
sombra y como una sombra cruz el bosque.
El joven estudiante permaneca tendido sobre el csped, all donde el ruiseor le dej, y
las lgrimas no se haban secado an en sus bellos ojos.
- Sed feliz -le grit el ruiseor-, sed feliz; tendris vuestra rosa roja. La crear con notas
de msica al claro de luna y la teir con la sangre de mi propio corazn. Lo nico que
os pido en cambio es que seis un verdadero enamorado, porque el amor es ms sa-
bio que la filosofa, aunque sta lo sea. Y ms fuerte que el poder, aunque ste tam-
bin lo sea. Sus alas son color de fuego y su cuerpo color de llama; sus labios son
dulces como la miel y su aliento es como el incienso.
El estudiante levant los ojos del csped y prest atencin; pero no pudo comprender lo
que le deca el ruiseor, pues nicamente saba las cosas que estn escritas en los li-
bros.
Pero la encina lo comprendi y se puso triste, porque amaba mucho al ruiseorcito que
haba construido el nido en sus ramas.
- Cntame la ltima cancin -murmur-. Me quedar tan triste cuando te vayas!
Entonces el ruiseor cant para la encina; y su voz era como el agua reidora de una fuen-
te argentina.
Al terminar su cancin, el estudiante se levant, sacando al mismo tiempo su cuadernito
de notas y su lpiz de bolsillo.
- El ruiseor -se deca pasendose por la alameda-, el ruiseor posee una belleza inne-
gable, pero siente? Me temo que no. Despus de todo, es como muchos artistas, todo
-190-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
estilo sin nada de sinceridad. No se sacrifica por los dems. No piensa ms que en la
msica y en el arte; como todo el mundo sabe, es egosta. Ciertamente, no puede negar-
se que su voz tiene notas muy bellas. Qu lstima que todo eso no tenga sentido alguno,
que no persiga ningn fin prctico!
Y volviendo a su habitacin se acost sobre su jergoncito y se puso a pensar en su ado-
rada.
Al poco rato se durmi.
Y cuando la luna brillaba en los cielos, el ruiseor vol al rosal y coloc su pecho contra
las espinas.
Y toda la noche cant con el pecho apoyado sobre las espinas; y la fra luna de cristal se
detuvo y estuvo escuchando toda la noche.
Cant durante toda la noche y las espinas penetraron cada vez ms en su pecho y la
sangre de su vida flua de su pecho.
Al principio cant el nacimiento del amor en el corazn de un joven y de una muchacha; y
sobre la rama ms alta del rosal floreci una rosa maravillosa, ptalo tras ptalo, cancin
tras cancin.
Primero era plida como la bruma que flota sobre el ro, plida como los pies de la maa-
na y argentada como las alas de la aurora.
La rosa que floreca sobre la rama ms alta del rosal, pareca la sombra de una rosa en
un espejo de plata, la sombra de la rosa en un lago.
Pero el rosal grit al ruiseor que se apretase ms contra las espinas.
- Apritate ms, pequeo ruiseor -le deca-, o llegar el da antes de que la rosa est
terminada. Entonces el ruiseor se apret ms contra las espinas y su canto fluy ms
sonoro, porque cantaba el nacimiento de la pasin en el alma de un hombre y de una
virgen.
Y un delicado rubor apareci sobre los ptalos de la rosa, lo mismo que enrojece la cara
de un enamorado que besa los labios de su prometida.
Pero las espinas no haban llegado an al corazn del ruiseor; por eso el corazn de la
rosa segua blanco; porque slo la sangre de un ruiseor puede colorear el corazn de
una rosa.
Y el rosal grit al ruiseor que se apretase ms contra las espinas.
- Apritate ms, pequeo ruiseor -le deca-, o llegar el da antes de que la rosa est
terminada. Entonces el ruiseor se apret an ms contra las espinas, y las espinas toca-
ron su corazn y l sinti en su interior un cruel tormento de dolor.
Cuanto ms acerbo era su dolor, ms impetuoso sala su canto, porque cantaba el amor
sublimizado por la muerte, el amor que no acaba en la tumba.
Y la rosa maravillosa enrojeci como las rosas de Bengala. Purpreo era el color de los
ptalos y purpreo como un rub era su corazn.
Pero la voz del ruiseor desfalleci. Sus breves alas empezaron a batir y una nube se ex-
tendi sobre sus ojos.
Su canto se fue debilitando cada vez ms. Sinti que algo se ahogaba en la garganta.
Entonces su canto tuvo un ltimo fulgor. La blanca luna le oy y olvidndose de la aurora
se detuvo en el cielo.
La rosa roja le oy; tembl toda ella de arrobamiento y abri sus ptalos al aire fro de la
maana. El eco le condujo hacia su caverna purprea de las colinas, despertando de sus
sueos a los rebaos dormidos.
El canto flot entre los caaverales del ro, que llevaron su mensaje al mar.
- Mira, mira -grit el rosal-, ya est terminada la rosa.
Pero el ruiseor no respondi: yaca muerto sobre las altas hierbas, con el corazn tras-
pasado de espinas.
A medioda el estudiante abri su ventana y mir hacia afuera.
-191-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- Qu extraa buena suerte! -exclam-. He aqu una rosa roja! No he visto una rosa se-
mejante en toda mi vida. Es tan bella, que estoy seguro de que debe tener en latn un
nombre enrevesado.
E inclinndose, la cogi.
En seguida se puso el sombrero y corri a casa del profesor con su rosa en la mano.
La hija del profesor estaba sentada a la puerta. Devanaba seda azul sobre un carrete, con
un perrito echado a sus pies.
- Dijisteis que bailarais conmigo si os traa una rosa roja -le dijo el estudiante-. He aqu la
rosa ms roja del mundo. Esta noche la prenderis cerca de vuestro corazn, y cuando
bailemos juntos, ella os dir lo mucho que os amo.
Pero la joven frunci las cejas.
- Temo que esta rosa no se armonice bien con mi vestido -respondi-. Adems, el sobrino
del chambeln me ha enviado varias joyas de verdad y ya se sabe que las joyas cues-
tan ms que las flores.
- Oh, a fe ma que sois una ingrata! -dijo el estudiante lleno de clera.
Y tir la rosa al arroyo. Un pesado carro la aplast.
- Ingrato! -dijo la joven-. Os dir que os portis como un grosero, y despus de todo,
qu sois? Un simple estudiante. Bah! No creo que podis tener nunca hebillas de pla-
ta en los zapatos como las del sobrino del chambeln.
Y levantndose de su silla, se meti en su casa. -Qu bobera es el amor! -se deca el
estudiante a su regreso-. No es ni la mitad de til que la Lgica, porque no puede probar
nada; habla siempre de cosas que no sucedern y hace creer a la gente cosas que no
son ciertas. Realmente, no es nada prctico, y como en nuestra poca todo estriba en ser
prctico, voy a volver a la filosofa y al estudio de la metafsica.
Y dicho esto, el estudiante, una vez en su habitacin, abri un gran libro polvoriento y se
puso a leer.
Oscar Wilde
PEPE
Pepe tiene unos diez aos. Es dbil, delgadito y ligero como una lagartija. De sus estre-
chos hombros cuelgan unos andrajos abigarrados, por cuyos infinitos agujeros se ve la
piel, oscura de sol y de mugre.
Pepe parece una yerbecita seca, arrastrada por el viento que viene del mar. Salta por las
piedras de la isla desde que sale el sol hasta que se pone, y a todas horas resuena en
alguna parte su vocecita infatigable:
Italia bella,
Italia ma!
Todo le interesa grandemente: las flores que se derraman por la buena tierra, las lagarti-
jas entre las piedras malvas, los pjaros en las cinceladas hojas de los olivos o en el en-
caje de las vides, los peces en los umbros jardines del fonda del mar y los viajeros en las
angostas calles de la ciudad: el alemn gordo, con el rostro araado par la espada; el in-
gles, siempre semejante al actor acostumbrado a representar el papel de misntropo; el
norteamericano, que can tenacidad, pero sin fortuna, quiere parecerse al ingles, y el inimi-
table francs, ruidoso como una sonaja.
- Vaya una cara! dice Pepe a sus amigos, mostrndoles con los ojos, que todo lo ven,
a un alemn tan hinchado, que hasta tiene los pelos de punta Vaya una cara: tan
grande como mi barriga!
-192-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Acerca de Pepe se podran contar multitud de interesantes historietas: Una vez, una seo-
ra le encarg que llevase a una amiga suya, como regalo, una canasta lleno de manzanas
de su jardn;
- Te ganars una moneda! le dijo . Y eso no te vendr mal...
Con gran diligencia, Pepe tom el canasto, se lo puso sobre la cabeza y se fue, pero no
regreso en busca de la moneda sino hasta la noche.
- Sin embargo, estoy muy cansado, seora! contest Pepe, dando un suspiro .
Pues eran ms de una docena!
- En un canasto lleno hasta los bordes? Solo una docena de manzanas?
- De chiquillos, seora.
- Pero, y las manzanas?
- Empecemos por lo s chiquillos: Nano, Giovanni...
Ella comenz a enfadarse, lo tom del hombro y lo zarande.
- Contesta. Llevaste las manzanas?
- Hasta la plaza, seora! dgame, y vera que bien me port. AI principio, yo no hacia
ningn caso de sus burlas. Djalos me deca que te comparen con un burro. Lo
aguantare todo por respeto a la seora. Pero cuando empezaron a meterse con mi ma-
dre, pens: Eso si no lo tolero, No escaparan sanos! Deje el canasto en tierra. Y si us-
ted hubiera visto la puntera con que mis tiros daban en aquellos bandoleros!. .. Se habr-
a usted redo con ganas!
-193-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
- No has visto los que llevo?
Era difcil verlo, pues de los que tena Pepe no quedaban ya en sus piernas ms que
mseros restos.
- Si - asinti la hermana, necesitas vestirte! Pero el puede pensar que lo hemos roba-
do...
- No hay que creer que la gente es mas tonta que nosotros! Cuando, de mucho, se coge
un poco, eso no es un robo, sino un reparto justo!
- No me vengas con excusas! contest la hermana, disconforme, pero Pepe no tard
en convencerla. Cuando trajo a la cocina unos pantalones, buenos, de color gris claro y
resultaron ser ms largos que todo el cuerpo de Pepe, este adivin el momento lo que
haba que hacer:
- Dame un cuchillo!
Entre los dos convirtieron los pantalones del norteamericano en un terno muy cmodo:
era un saco un poco ancho, pero confortable, sujeto a los hombros con unas cuerdas, que
se podan enrollar al cuello, y las entradas de los bolsillos hacan perfectamente las veces
de mangas.
Habran confeccionado con ellos un terno mejor y ms cmodo aun, de no haberlo impe-
dido la esposa del dueo de los pantalones, que se present all y empez a pronunciar
palabras soeces.
Pepe, incapaz de detener aquel torrente de elocuencia, frunca el ceno, se llevaba la ma-
na al corazn, a la cabeza, suspiraba con aire de cansancio, pero ella no pudo apaciguar-
se hasta que lleg su marido.
- Qu pasa? -pregunt este.
Y entonces Pepe le dijo:
- Seor, sorprende mucho el alboroto que ha armado su esposa y hasta lo siento un poco
por usted. Segn lo que he conseguido entender, ella cree que hemos estropeado los
pantalones, pero le aseguro que a m me resultan muy cmodos! Por lo visto se figura
que yo he cogido sus ltimos pantalones y usted no puede comprarse otros...
EI hombre, despus de orlo tranquilamente, manifest:
- Hay que llamar a la polica.
- Si? - se asombr mucho Pepe -. Para qu?
-194-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
Mira y canta...
- Fiorino-o, fiorino-o!
De lejos, como sones de un enorme tambor, llegan los sordos suspiros del mar. Revolo-
tean las mariposas sobre las flores. Pepe alza la cabeza y sigue su vuelo entornando los
ojos deslumbrados por el sol, mientras a, sus labios aflora esa sonrisa un poco envidio-
sa y triste, pero buena, del que se siente dueo en la tierra.
- Chas! exclama, dando una palmada para asustar a una lagartija de esmeralda.
Y cuando el mar est sereno como un espejo y no llega a las rocas el albo encaje de la
marejada, Pepe, sentado en algn peasco, observa con sus ojos penetrantes el agua
transparente. All, entre las algas rojizas, se deslizan suaves los peces, aparecen fuga-
ces los langostinos, se arrastra de costado un cangrejo. Y en el silencio, sobre el agua
azul, va fluyendo lenta la voz sonadora y cantarina del pequeo:
- iOh, mar! Oh, mar!
Las personas mayores dicen: Ser un anarquista!
Sin embargo, las ms bondadosas, las que acostumbran observarse unas a otras con
mayor detenimiento, hablan de otra manera:
- Pepe ser nuestro poeta.
-195-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
CLAVE DE RESPUESTAS
N
C 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13
1 B 1 C 1 A 1 C 1 D 1 C 1 E 1 B 1 A 1 E 1 D 1 B 1 D
2 B 2 B 2 A 2 D 2 C 2 B 2 C 2 B 2 A 2 C 2 C 2 B 2 C
3 D 3 D 3 B 3 B 3 E 3 E 3 D 3 C 3 D 3 B 3 B 3 C 3 C
4 B 4 C 4 B 4 D 4 B 4 E 4 B 4 E 4 C 4 B 4 C 4 B 4 A
5 C 5 E 5 C 5 E 5 C 5 B 5 D 5 C 5 E 5 B 5 E 5 E 5 E
6 C 6 E 6 E 6 B 6 D 6 E 6 C 6 D 6 D 6 C 6 D 6 A 6 B
7 A 7 B 7 B 7 B 7 A 7 D 7 A 7 C 7 C 7 A 7 C 7 A 7 D
8 D 8 D 8 D 8 D 8 D 8 B 8 C 8 B 8 C 8 B 8 D 8 C
RESPUESTAS
9 C 9 B 9 C 9 C 9 C 9 D 9 D 9 C 9 E 9 B 9 D 9 E
10 C 10 E 10 E 10 A 10 E 10 E 10 B 10 E 10 A 10 d 10 E 10 D
11 B 11 C 11 B 11 C
12 B 12 C 12 D 12 B
13 D 13 B 13 C 13 C
14 D 14 B 14 C 14 B
15 E 15 c 15 C
16 A
17 A
18 C
19 B
20 C
-196-
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO - PUNO LITERATURA
BIBLIOGRAFIA
-197-