El Problema Del Mal: Algunas Respuestas A La Luz de La Revelación Divina
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El Problema Del Mal: Algunas Respuestas A La Luz de La Revelación Divina
Con esto no quiero decir que este problema sea tratado solamente por personas
que tengan anestesiada la conciencia moral. Lo que digo es que el planteo de este
problema surge de la experiencia del dolor como de su fuente principal, ya sea en
buenos o malos.
Y varias son las respuestas que se le han dado. Desde querer explicar el mal como
algo en s, fruto de un agente extra-mundano que se encuentra en igualdad de
condiciones respecto a un Dios bueno (maniquesmo); pasando por posturas que acusan
a la sociedad y a sus estructuras de alienar al ser humano (marxismo) que en s es
naturalmente bueno (Rosseau); o tambin corrientes que sostienen que el bien y el mal
objetivos no existen, dependen de cada uno (existencialismo ateo), e incluso que
proponen que sostener la existencia del bien y del mal ya sera algo errado, siendo lo
verdadero ir ms all del bien y del mal hasta desplegar la intrnseca y natural vitalidad
que puja por salir y desarrollarse libre y armnicamente en nosotros (Nietzsche). Pero
tambin existen quienes ven dentro del mismo hombre la causa del mal, como algo
intrnseco e inherente a l y que, sin embargo, lo denigra y lo mancha (realismo,
personalismo cristiano, existencialismo personalista).
Su clara exposicin desde las luces de la Revelacin supone un recorrido sobre los
fundamentos mismos de la Fe cristiana, en el cual se abordan los temas fundamentales
que se han tratado en el curso de esta diplomatura.
2 ROYO MARN, Dios y su Obra, La providencia de Dios y el problema del mal y del dolor, pg. 600.
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Moreira, Daro Ismael
- 1.1 Qu es el mal?
Con esta pregunta nos indagamos acerca de la naturaleza del mal, de su esencia,
de lo que es el mal. Todos tenemos experiencia del mal y sabemos constatarlo
fcilmente en el mundo: guerras, homicidios, suicidios, violencia, corrupcin, hambre,
enfermedades, mentiras, infidelidades, injusticias y un largusimo etctera del que la
historia es una fuente tristemente abundante.
Pero con la pregunta que encabeza este tema, nos referimos a lo que hay de
comn en todos los ejemplos citados. Todos reconocemos en ellos el mal, o los
apuntamos sin la menor vacilacin como ejemplos del mal, como cosas, acciones o
sucesos malos. Ahora bien, y qu es el mal? Qu es eso que hay de comn en los
ejemplos arriba nombrados? Si estos son ejemplos del mal, o manifestaciones del mal,
qu es eso que llamamos el mal?
Ya desde el principio se puede divisar que no es una tarea fcil el definir lo que
todos sabemos referenciar. Y sucede as con muchas realidades de las que tenemos
noticia, experiencia y conocimiento, pero que a la hora de plantearnos su definicin, a la
hora de tratar de escudriar en su esencia, nos encontramos perdidos, confusos. La
nocin de vida es un ejemplo clsico: todos sabemos reconocer a seres vivos y no vivos,
biticos y abiticos (como nos enseaban en la escuela primaria), pero si alguna vez
hemos hecho el intento de definir esencialmente lo que es la vida, nos habremos dado
cuenta que nos encontramos ante una inmensa oscuridad, ante algo que nuestra
inteligencia no llega a comprender, ante un Misterio5.
El mal se opone al bien y el bien coincide con el ser8. Esto significa que el mal
no es una realidad positiva, no tiene perfeccin. No existe como existen las cosas o
personas que conocemos. Pero con lo expresado no se quiere dar a entender que el mal
sea una simple negacin, un no ser9. Se trata ms bien de una privacin, de la falta o
de la ausencia de una cualidad que corresponde a una naturaleza. Que los rboles no
oigan o que las mascotas domsticas no sepan llevar la economa de la casa no se
constituye en ninguna privacin, pues la naturaleza vegetativa de los rboles no reclama
el sistema auditivo ni las mascotas domsticas exigen como propio la racionalidad. Pero
si algn rbol se viera impedido definitivamente de realizar la fotosntesis, o si la
mascota domstica dejara definitivamente de or, entonces s nos encontramos ante una
privacin en el ser, pues es propio en los rboles producir su propio alimento mediante
la sntesis de componentes usando la luz solar como energa, y es tambin propio de las
mascotas domsticas comunes el or.
Ahora estamos en condiciones de responder qu es el mal: es una privacin en
el ser, es la falta de alguna cualidad que corresponde a alguna naturaleza.
6 2 Tes. 2,7
7 UNIVERSIDAD FASTA, Antropologa Cristiana, tica, Unidad IV: El mal, pg. 85.
8 ROYO MARN, Dios y su Obra, Filosofa del Mal, pg. 602.
9 Entendido como contradiccin en el ser, entre el ente en cuanto tal y la nada (TOMS ALVIRA, LUIS
CLAVELL, TOMS MELENDO, Metafsica, La presencia del no ser en el universo).
10 La ancdota dice que este profesor ateo se jactaba de demostrar la inexistencia de Dios apelando a la
existencia del mal en el mundo. A lo que el joven Einstein, despus de argumentar la inexistencia del fro
y de las sombras basndose en datos de la fsica, concluye que el mal tampoco tiene existencia en s.
11 ROYO MARN, Dios y su Obra, Filosofa del Mal, pg. 602.
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Al ser una privacin, el mal debe darse en un sujeto, en algo positivo, una cosa
que s exista. Y este sujeto en el cual se da esta privacin posee en algn grado el acto
de ser, el cual se encuentra realizando una determinada esencia. Poniendo un ejemplo:
un ave que no pudiera volar porque le han cortado plumas de las alas sera un ejemplo
de un mal (la imposibilidad de volar del ave) que se est dando en un sujeto (el ave, o
ms precisamente, las alas del ave).
Pero el mal puede encontrarse tambin en las operaciones o acciones. As, si
una persona miente, la privacin se est dando en la operacin que ejerce la persona. Se
dice que al acto de hablar le est faltando la plenitud del ser que le es propia, que
consiste en decir siempre la verdad.
Todo lo que subsiste en cualquier otra cosa como en su sujeto, debe tener, en
efecto, alguna causa, ya proceda sta de los principios mismos del sujeto o ya provenga
de alguna causa extrnseca 12. Por ejemplo, una persona depresiva posee esta
enfermedad como algo que subsiste en otra cosa (ese algo sera la depresin y esa otra
cosa sera la persona misma). La causa de que esa enfermedad est ah se encuentra o
en los principios mismos del sujeto (en la informacin gentica heredada de sus padres,
si la depresin responde a factores orgnicos, como puede ser alguna deficiencia en el
sistema nervioso) o puede ser que provenga de alguna causa extrnseca (la muerte de
un ser querido, la prdida de su trabajo, etc.).
Pero el mal, al encontrarse siempre en algn sujeto, tiene a este como su
causa13, ya que si suprimimos al sujeto, la privacin no podra darse de ninguna manera.
Si no existiera la persona, la depresin tampoco existira.
El mal no puede ser buscado por nadie como fin de una accin, y esto porque la
voluntad busca siempre un bien; aquello que atrae nuestra voluntad es siempre un bien.
Por ejemplo, cuando una persona se suicida, no busca directamente el mal de la muerte,
sino la supresin del sufrimiento de esta vida, esperando alivianarlo o incluso algn
estado mejor en otra vida. Con el adulterio generalmente se busca el goce del placer
sexual, alguna satisfaccin de orden afectivo o las dos cosas, y ambas son un bien. Lo
mismo sucede con todo gnero de pecado.
Esto se debe a que, como dijera San Agustn, el pecado es un afecto desordenado
a los bienes temporales; consiste en poner en primer lugar a bienes que deberan estar
ocupando otro puesto en nuestras vidas. La raz de todo afecto desordenado se encuentra
en no colocar a Dios en el primer lugar de nuestras vidas. Dios, en efecto, es el Sumo
Bien al que debemos anteponer todo en nuestras vidas: Por eso se debe colegir que el
nico bien verdaderamente beatificante es el Bien Divino, Dios, Verdad y Bien
Absoluto que no se ordena a otro bien ms alto; excluye todo tipo de mal; colma
definitivamente todo deseo humano y es eterno 14.
El mal puede ser fsico o moral. Cuando hablamos del mal fsico, nos referimos a
aquel mal que se da cuando, en un sujeto, falta de la debida integridad15 (como puede
ser el no tener algn miembro por amputacin) o cuando existe algn defecto en la
operacin de ese ser16, por ejemplo, cuando alguien queda ciego o ve disminuida su
capacidad visual debido a alguna enfermedad o mala praxis.
El mal moral se divide a su vez en mal de culpa y en mal de pena. El mal de
culpa o pecado es un acto voluntario desordenado. Es una accin consiente y libre que
carece de la plenitud del ser17. As, robar, matar, insultar, alcoholizarse son acciones
imperfectas en el orden moral, no tienen la plenitud del ser (perfeccin) porque no estn
ordenadas al bien de la persona segn la recta razn.
Como se ve, el mal de culpa es propio de la criatura racional y no afecta a los
animales (como s afecta el mal fsico).
El mal de pena es una suerte de vindicta justa y necesaria que toma el orden
perturbado por el pecado contra el desorden 18. El orden establecido por Dios la
fidelidad matrimonial, por ejemplo-, al ser perturbado por un acto desordenado la
infidelidad de uno de los cnyuges- tomar cartas en el asunto, promulgando una pena
que el sujeto del acto desordenado deber pagar, en esta vida y/o en la otra. En esta vida
con la privacin de bienes que contraren su voluntad (alguna enfermedad,
desavenencia econmica, planes que no se concretan, desengaos con supuestas
amistades, etc.). Si es en la otra vida, con un tiempo de purificacin en el purgatorio19,
siempre que el pecado sea venial; si el pecado es mortal, la pena se cumplir con la
condenacin eterna en el infierno.
El pecado es un acto desordenado, un acto contra un orden, y quien se levanta
contra un orden establecido, es lgico que el mismo orden o quien lo cuida le d un
castigo merecido 20. El autor de este mal es Dios (al contrario del mal de culpa, que
jams es Dios es autor, sino la voluntad defectible 21 de la criatura racional). El mal
Segn las primeras pginas del Gnesis, entre el mundo de nuestra experiencia y
la creacin original no hay una continuidad perfecta: en un momento dado se produce
una serie de rupturas. En un mundo que es bueno al salir de las manos de Dios (Gn 1 y
2) y que queda en manos del hombre (Gn 1,28), se introduce un elemento perturbador:
el pecado humano (Gn 3). Todo queda afectado: la relacin con Dios, la relacin con
los dems (casa, trabajo), la esperanza de vivir para siempre (con la muerte como
final). El relato, cuya redaccin se sita hacia el siglo X antes de Cristo, muestra no
slo cmo vino el mal al mundo, sino tambin cmo sigue viniendo todava hoy. El
responsable no es Dios sino el hombre. 22.
El relato es bien conocido: El Seor Dios tom al hombre y lo puso en el jardn
de Edn, para que lo cultivara y lo cuidara. Y le dio esta orden: Puedes comer de
todos los rboles que hay en el jardn, exceptuando nicamente el rbol del
conocimiento del bien y del mal. De l no debers comer, porque el da que lo hagas
quedars sujeto a la muerte` 23. La serpiente (el demonio) tienta a Eva, la primera
mujer, la cual cae en la tentacin de comer del fruto prohibido y acaba tentando a su
marido, Adn, el cual tambin decide transgredir el mandato divino. Ambos se hacen
culpables, contrayendo para ellos mismos y para todos sus descendientes el llamado
pecado original, que no es otra cosa que la prdida de la amistad con Dios y la prdida
de los dones preternaturales24 con los que Dios haba adornado a la humanidad. Dicha
prdida acarreara entre otras cosas la entrada de la muerte, del dolor y de la inclinacin
al mal en la historia de la humanidad; males de los que estaban exentos nuestros
22 http://mercaba.org/Catecismo/AYALA/32_el_origen_del_mal.htm
23 Gn. 2, 15- 17
24 Este tema ser explicado por partes en lo que sigue de la exposicin.
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primeros padres gracias a los dones preternaturales, los que edeban ser transmitidos a
toda la humanidad por Adn y Eva25.
Ahora estamos en condiciones de delinear una respuesta a cuestiones como las
siguientes: de dnde viene el mal? Por qu hacemos el mal que muchas veces no
queremos hacer? Por qu una invasin de pecado inunda el mundo 26?
El origen del mal, a la luz de la Fe, hace referencia entonces a una desobediencia a
Dios en el origen de la historia de la humanidad, por instigacin del demonio 28, el cual
ronda como un len rugiente, buscando a quien devorar 29, movilizando todas sus
fuerzas para acabar con el Reino de Dios y perder en el infierno a la mayor cantidad de
almas posibles.
La humanidad quedar as marcada y signada por las consecuencias de este
lamentable episodio. Es en la eleccin libre y desobediente de nuestros primeros padres
donde debemos buscar estas respuestas y no en un defecto de crecimiento, ( ) una
debilidad psicolgica, un error, la consecuencia necesaria de una estructura social
inadecuada, etc. 30 .Este tremendo y misterioso hecho contextualiza la frase de San
Pablo, tan familiar a todos los hombres: Y as, no hago el bien que quiero, sino el mal
que no quiero 31.
25 El Bautismo borra en nosotros la culpa del pecado original (pecado que no es personal en nosotros,
slo en Adn y Eva), otorgndonos la Gracia de Dios (su amistad e inhabitacin en el alma). Pero no nos
devuelve el estado de Justicia Original, por lo cual estamos igual sometidos al error, al dolor y a la
muerte.
26 C.E.C. 401
27 C.E.C. 403
28 Gracias al don preternatural de Integridad, Adn y Eva estaban inmunes a cometer cualquier pecado.
Necesario era que fuesen tentados a cometerlo, valindose para ello de un bastin mal defendido en el
hombre en cuanto est en estado de viador: la libertad.
29 1 Ped. 5, 8-10
30 C.E.C. 387
31 Rom. 7, 19
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daban cuenta que sus miradas ya no eran limpias como antes, cuando la razn
dominaba a los apetitos y a las pasiones. El deseo irrumpe as en ellos de manera
incontrolada: ya no son dueos de ellos mismos, pues en sus miradas se
descubren desendose, pero de manera distinta, sin control de la razn32.
Este pasaje del Gnesis refleja el inicio en las tensiones dentro de las relaciones
32 El pecado original no consisti en un pecado de ndole sexual. La atraccin sexual ya exista entre
Adn y Eva. Pero esta atraccin estaba controlada y dominada por la razn gracias al don preternatural de
integridad: este don permita que la razn integrase los impulsos y deseos de nuestros primeros padres a
todo su ser. Eran as medios de expresarse el mutuo amor.
33 Con el pecado original pierden tambin el don preternatural de Ciencia, el cual consiste en un
conocimiento de las cosas sin error.
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humanas. En efecto, la soberbia y el orgullo comienzan a hacer mella en ellos,
quienes ya no son capaces siquiera de asumir la responsabilidad de sus actos,
desviando as la carga de la culpa a otro. Muchos males, que se solucionaran
con la humildad de aceptar los errores seguidos de un simple pedido de
disculpas, y que realizan verdaderos estragos en muchas personas, relaciones y
amistades, deben ser entendidos en este contexto: como inclinacin innata del
ser humano actual hacia el mal; inclinacin heredada de nuestros primeros
padres34.
Dijo el Seor:- Sentirs atraccin por tu marido y l te dominar (Gn.
3, 16). Adn y Eva ya no sern dueo y seores de s mismos. Han perdido,
junto con el don de integridad, la guarda de sus corazones. Los apetitos, los
sentimientos y las pasiones ya no seguirn los dictmenes de la razn35. Las
relaciones de pareja estarn acompaadas de dependencia y dominio de uno
sobre el otro.
34 Cuya verdadera y profunda sanacin implica la Gracia de Dios mediante la recepcin de los
sacramentos.
33 Adn y Eva, antes del pecado original, estaban perfectamente ordenados en su ser. As, la inteligencia
dominaba a la voluntad y a los apetitos (pasiones), ya que era su rectora al tener por objeto la bsqueda de
la verdad. Despus del pecado original se pierde este don y con l la armona interior de nuestros
primeros padres: la conducta de Adn y Eva ya no seguir siempre los dictmenes de la razn, sino que
estar tambin a merced de sus pasiones y de sus caprichos.
36 Gn. 2, 15.
37 Este don permita a nuestros primeros padres no sentir dolor ni pena.
38 CATEQUESIS DE PAULO VI Del 15/11/1972, prrafo 15.
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inclinacin, una consecuencia del pecado cometido por Adn y Eva39: Es del
corazn del hombre de donde salen toda clase de males: las malas intenciones,
las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la
maldad, los engaos, las deshonestidades, la envidia, la difamacin, el orgullo,
el desatino 40.
45 C.E.C. 309
46 Rm. 8, 28
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Para entender mejor esta sentencia del apstol es preciso realizar unas precisiones
respecto al tema del dolor.
En p.rimer lugar diremos que hay cosas que nos parecen males pero en realidad
no lo son 47. Hay cosas, realidades, sucesos que a simple vista son un mal, pero en
realidad acaban siendo un bien. Por ejemplo, una enfermedad o una experiencia cercana
a la muerte ha hecho recapacitar ms de una vez a muchas personas, las cuales han
cambiado mucho desde entonces su jerarqua de valores para bien. La enfermedad o el
peligro real de muerte pueden ser vistos como un mal, pero al haber vuelto a la salud y
mejorado en el aspecto moral debido a la mala experiencia, en realidad descubrimos que
result siendo un bien, ya que las personas en cuestin no hubiesen mejorado
moralmente sin esa experiencia. Es como el nio que se le prohbe algo que desea y que
lo perjudicara: el nio lo toma como un mal, pero en realidad se le est permitiendo y
garantizando poder seguir con una vida saludable.
En segundo lugar podemos decir que los males son consecuencia del pecado
original y sirven como penitencia por los pecados 48. Esta respuesta tambin es
acertada y coincide con lo que venimos diciendo: que el origen del mal en el mundo
reside en la desobediencia al mandato de Dios por parte de nuestros primeros padres
bajo el nefasto influjo de Satans. Los males que Dios permita que nos sucedan, si se
los ofrecemos a l, son una magnfica oportunidad de reparar nuestras faltas y de
acortar el tiempo de purificacin en el purgatorio.
En tercer lugar diremos que si Dios permite un mal es porque busca obtener un
bien; un bien que slo puede alcanzarse dando la posibilidad de que surja un mal49 en
vistas al respeto sagrado que Dios tiene por nuestra libertad50 . Con esto no queremos
significar que Dios apruebe el mal moral o fsico, sino que no impide que suceda. Y esta
ha de ser la razn y el sentido ms alto y profundo del por qu existe el dolor y aqueja
tanto a los hombres en un mundo salido bueno de las manos amorosas y providentes de
un Dios que es Padre. Y en su gran mayora, el bien buscado por Dios suele ser de
orden sobrenatural, en vistas a nuestro destino eterno, a la vida futura junto a l. En la
vida de los santos abundan estos ejemplos, como el que se redacta en una biografa de
San Francisco de Sales:
En esa poca, la vida nocturna de la ciudad de Padua era muy peligrosa. Miles
de estudiantes, lejos de sus familias y muchas veces sin quin los guiara y corrigiera,
corran el riesgo de volverse patanes y atrevidos. Muchos jvenes son buenos cuando
viven con su familia, pero luego absorbidos por el modo de pensar del grupo revoltoso
y agresivo de la universidad, pierden su modo de ser apacible y llegan a ser violentos
como fieras salvajes. Y eso les haba sucedido a varios universitarios de Padua. Y a
uno de ellos le aconteci un caso desastroso.
Cuando un universitario agresivo recorra una calle de la ciudad por la noche, y
en aquellas tinieblas senta que alguien pasaba por all, le gritaba: Quin vive?. Y
si el otro no le responda con palabras humildes, lo atacaba sin ms ni ms. Pues bien,
una noche uno de aquellos atarbanes andaba por una calle solitaria y al or pasos grit
agresivo el Quin vive? - y el otro viajero respondi sin ms: Qu le importa?
- El universitario atac inmediatamente al transente y lo mat en el acto. Luego,
horrorizado de su crimen corri a una casa cercana donde viva la mam de un amigo
47 http://www.ideasrapidas.org/mal.htm
48 Ibdem.
49 Ibdem.
50 En efecto, Dios siempre respeta la libertad de las personas. Y en vistas de ese respeto es que muchas
veces permite el mal en nuestras vidas, para obrar un bien mayor. Dios, de esa manera, corrige nuestros
extravos.
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suyo a pedir que le concediera refugio. La seora estaba sola, esperando a su hijo. El
homicida lleno de terror le cont lo del asesinato que acababa de cometer y le pidi
que por misericordia le permitiera esconderse y no le contara a nadie que era l quien
haba cometido aquel crimen. La seora, muy conmovida le prometi guardar el
secreto, pensando que tambin a algn hijo de ella le podra suceder alguna vez una
desgracia tan grande. Enseguida llaman a la puerta. Creyendo que poda ser la polica,
la seora manda al homicida que se esconda en la habitacin de su hijo. Abre
enseguida la puerta y le presentan el cadver de su propio hijo, que era el que
acababa de ser asesinado por aquel joven, sin saber a quin estaba atacando. All a sus
pies tena a su hijo asesinado. All en la habitacin del difunto estaba el asesino
temblando de pavor. La generosa mam cumpli su promesa y no cont a nadie quin
haba matado a su hijo querido.
Cuando Francisco escribe a su propia madre narrndole este hecho heroico de
una madre que sabe perdonar, le aade: Y pocos das despus esa mujer santa tuvo un
sueo y en l oy que su hijo difunto le daba las gracias y le deca:- Mam, yo iba a
morir en pecado mortal e iba a condenarme. Pero el buen Dios, al conocer que t ibas
a hacer ese acto heroico, me concedi por amor a ti el que yo lograra hacer un acto de
contricin antes de morir, y he logrado salvar mi alma. Gracias y felicitacin!` 51.
51 P. ELICER SLESMAN, San Francisco de Sales, Un hecho histrico que nunca se le iba a olvidar,
pg. 49.
52 GEORGE HUBER , El brazo de Dios, Una visin cristiana de la historia, pg. 64.
53 C.E.C. 314
54 REN DESCARTES, El discurso del mtodo
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mundo humano tiene sobre s otro mundo inaccesible al hombre, cuyo sentido, cuyo
super-sentido, podra dar sentido a su sufrimiento?55.
55 VICTOR FRANKL, El hombre doliente, Cuestiones filosficas de la prctica teraputica, pg. 21.
56 ROYO MARN, El misterio del ms all, Resurreccin de la carne y juicio final, pg. 30.
57 Ibdem
58 Ibdem
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total o parcialmente las terribles purificaciones ultraterrenas59: a esto hemos llamado
sufrimiento de los buenos.
Ahora s estamos en condiciones de juzgar en su real dimensin estas realidades.
Y vemos que el triunfo de los malvados es en realidad la seal ms clara de reprobacin
eterna, de condenacin al infierno para siempre. A ellos va dirigida la sentencia de
Seor Jesucristo que dice: aprtense de m, ustedes, los que hacen el mal 60. La
misma lgica ha de aplicarse al sufrimiento de los buenos: no es un castigo ni un olvido
de Dios, sino la seal clara que l los est preparando para recibirlos en el cielo. As es
que nuestros sentimientos han de ser de santa compasin por el triunfo de los malvados
y santa envidia por el sufrimiento de los buenos. En efecto, los Santos ( ) vean con
toda claridad estas cosas. Iluminados por las luces de lo alto, se echaban a temblar
cuando las cosas les salan bien, pensando que quiz Dios les quera premiar en este
mundo las pocas virtudes que practicaban, reservando para el otro el castigo de los
muchos defectos que su humildad multiplicaba y agrandaba. Y, al contrario: cuando el
mundo les persegua, cuando les pisoteaban, levantaban sus ojos al cielo para darle
rendidas gracias a Dios, porque esperaban de l el perdn y la recompensa en el cielo,
por toda la eternidad 61.
Esto, con lo cierto que es, no debe llevarnos a cruzarnos de brazos ni a ser
indiferentes a los dems ni a las realidades sociales62.
Con este ttulo se intenta dar respuesta la clsica cuestin del infierno: - Cmo
puede un Dios que dice ser Padre, Amor en esencia, crear un lugar donde los que no lo
amaron sufren lo indecible por toda la eternidad, para siempre, para siempre, para
siempre?! Qu sentido tiene crear criaturas libres si Dios har sufrir a ellas en
cuanto, por el uso de su libertad, decidan separarse de l? O Dios las crea y se goza en
su sufrimiento y en ese caso no es amor como predica el cristianismo o no puede
evitar esa pena eterna en quienes se alejan de l y en ese caso no es Dios. Ms an,
si Dios sabe desde siempre quines se han de condenar, sufriendo lo indecible de
manera eterna, por qu los crea?
La cuestin no es fcil, y a tal punto que muchos creyentes (clrigos incluidos) se
avergenzan de tratar el tema63. Y esto por qu? Entre otras cosas, porque no es
sencillo compaginar la existencia de un Dios que es Padre y Amor, con la existencia de
un lugar terrible como el infierno. Y a esto nos abocaremos en este ltimo punto, dentro
de lo que permitan los lmites de esta monografa.
59 Con terribles purificaciones ultraterrenas se hace referencia a los sufrimientos del purgatorio, donde
las almas se purifican de sus pecados leves o veniales y de sus imperfecciones para estar as en
condiciones de entrar al cielo y gozar eternamente de Dios.
60 Mt. 7, 23
61 ROYO MARN, El misterio del ms all, Resurreccin de la carne y juicio final, pg. 30.
62 Lo que se acaba de explicar no es apologa a un ingenuo optimismo, que nos lleve a cruzarnos de
brazo ante la injusticia porque Dios obra de esta manera. Esta conclusin se alejara mucho de la doctrina
cristiana, de la teologa catlica, parcializndola. Debemos y con todos los talentos que nos dio Dios
trabajar para ordenar las realidades temporales segn su voluntad, para que reine la justicia, la paz, la
solidaridad, para que haya abundancia de bienes espirituales y temporales y que estn al alcance de todos,
con igualdad. Slo as podremos identificarnos con las palabras de Jess: Vengan, benditos de mi Padre,
tomen posesin del reino preparado para ustedes desde la creacin del mundo. Porque tuve hambre, y
me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era un extrao, y me hospedaron; estaba desnudo, y
me vistieron; enfermo, y me visitaron en la crcel y fueron a verme (Mt. 25, 34 36).
63 Lo mismo pasa con muchas personas de fe con el tema del diablo. Cabra preguntarse si en esa actitud
no media una crisis de fe.
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En primer lugar, Dios no predestina a nadie a ir al infierno 64. Es ms, Dios
quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad"65, y
consecuentemente brinda a todos las gracias suficientes y necesarias para su salvacin.
La condenacin, entonces, es la consecuencia de apartarse definitivamente de Dios en
esta vida. As, la prdida total de la comunin con Dios es lo que se conoce como
infierno. Si tenemos en cuenta que Dios es el Sumo Bien, y que toda nuestra felicidad
gira en torno a l, se entiende que estar fuera de su comunin equivale a alejarnos de
todo lo que nos hace felices. Decirle no a Dios es decirle no a toda la felicidad que
anhelamos en lo ms profundo del alma.
Lo que cuesta entender de este tema es ms bien la irrevocabilidad del infierno, la
existencia de la pena eterna. Que esa pena sea irrevocable es lo que paraliza al
entendimiento.
Teniendo en cuenta que estamos ante un profundo misterio y que la eternidad nos
es del todo extraa e incomprensible, pues estamos inmersos en el tiempo, podemos
decir que la irrevocabilidad de las decisiones tambin es algo que experimentamos a
diario 66. En efecto, toda decisin que hayamos tomado en la vida, para bien o para
mal, ha quedado cristalizada para siempre, sin importar la actitud que tomemos despus.
Si el 21 de septiembre de 2000 a las 13 hs. hemos mentido y robado a un conocido, no
importa que despus nos hayamos arrepentido, restituyendo el bien tomado y diciendo
la verdad67; el hecho del robo y de la mentira es irrevocable, ya est hecho y no puede
ser quitado o cambiado en la historia en cuanto hecho. Podremos decir y hacer lo
impensable hacia nuestro conocido para arreglar el mal cometido, e incluso l puede
perdonarnos, pero eso no quita que el 21 de septiembre de 2000 a las 13 hs. hayamos
realizado esa mala accin: lo hecho, hecho est.
No debe escandalizarnos entonces la condenacin eterna, la irrevocabilidad de esta
pena, toda vez que nuestra vida est hecha de infinidad de otras pequeas
irrevocabilidades 68.
Tengamos presente que el defecto aqu no reside en la decisin de Dios de condenar
(cosa que no existe, pues recordemos que "Dios quiere que todos los hombres se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad"69). Lo que falla aqu es la voluntad obstinada
del que muere sin arrepentirse de sus faltas: el rechazo y el odio a Dios de estas almas
les imposibilita ya estar cerca de l, cerca de todo lo que les haran felices. Su decisin
de menospreciar la Gracia de Dios y de no aceptar Su llamada misericordiosa ha
quedado irrevocable despus de la muerte. El infierno no es ms que una consecuencia
lgica de todo ello.
Es ms, qu sentido tendra la muerte de Cristo si al final todos estaremos felices
en el Cielo porque Dios es Bueno? Para qu muri Cristo entonces, si no es para
prevenirnos y auxiliarnos ante tan horrendo destino!? Negar la realidad del infierno,
viviendo por ello de manera irresponsable, es menospreciar y ridiculizar el sacrificio de
Nuestro Seor en la Cruz.
Acabamos este tema con una aleccionadora e ilustrativa ancdota: Dos frailes
descalzos, a las seis de la maana, en pleno invierno y nevando copiosamente, salan de
una iglesia de Pars. Haban pasado la noche en adoracin ante el Santsimo
64 C.E.C. 1037.
65 1Tim. 2, 4.
66 http://infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/1306270244-idios-no-existe-porque-el-inf
67 En realidad s importa y mucho. Pero esa buena actitud que tengamos no va a hacer desaparecer, en
cuanto hecho, el mal que hemos obrado.
68 Ibdem.
691 Tim 2,4.
DIPLOMATURA EN ANTROPOLOGA CRISTIANA
Moreira, Daro Ismael
sacramento. Descalzos, en pleno invierno, nevando... Y he aqu que, en aquel mismo
momento, de un cabaret situado en la acera de enfrente, salan dos muchachos
pervertidos, que haban pasado all una noche de crpula y de lujuria. Salan medio
muertos de sueo, enfundados en sus magnficos abrigos, y al cruzarse con los dos
frailes descalzos que salan de la iglesia, encarndose uno de los muchachos con uno
de ellos, le dijo en son de burla: Hermanito, menudo chasco te vas a llevar si resulta
que no hay cielo! Y el fraile que tena una gran agilidad mental, le contest al punto:
Pero qu terrible chasco te vas a llevar t si resulta que hay infierno!70.
- 3. Conclusin
La cuestin del mal es para el hombre un terrible misterio ante el cual la razn
natural no halla una respuesta satisfactoria. Antes bien, se encuentra con la perplejidad,
angustia y muchas veces termina en los derroteros de la rebelin ante Dios y la religin.
El cristiano tiene, en este tema, una enorme ventaja, pues su fe le ensea en primer lugar
a no levantarse altivo ante Dios, sino a aceptar dcil y humildemente, con la ayuda de
Su Gracia, lo que l permita en su vida: Si alguien quiere ser mi discpulo, que se
niegue a s mismo, lleve su cruz cada da y me siga 71.
Pero tambin, y gracias a esta actitud a la que Jess nos invita, la fe es un faro de
hermosa y brillante luz, que abre el corazn humano al consuelo de Dios, hacindole
comprender, con la inteligencia y con el corazn, que Dios sabe ms, que todo
concurre para bien de los que aman a Dios72 y que de todo mal Dios siempre saca un
bien mayor (penitencia por nuestros pecados, salvacin de las almas, crecimiento en
las virtudes, madurez en la vida espiritual) para nosotros, sus hijos, pues con Jesucristo
hemos aprendido que tenemos un Dios que es Padre: No se venden acaso cinco
pjaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes
tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen ms que muchos
pjaros 73; Miren los lirios del campo, cmo van creciendo sin fatigarse ni crecer. Yo
les aseguro que ni Salomn, en el esplendor de su gloria, se visti como uno de ellos. Si
Dios viste as a la hierba de los campos, que hoy existe y maana ser echada al fuego,
cunto ms har por ustedes, hombres de poca fe! 74; Por qu tienen miedo?
Cmo no tienen fe? 75.
- Mapa conceptual
*tica
Qu es el mal?
*Fundamentos de D.S.I.
*Existe el mal en s
Filosofa del mismo?
*Causas del mal
*Antropologa teolgica
*Antropologa teolgica
Clasificacin del mal *tica
- Bibliografa
ndice
DIPLOMATURA EN ANTROPOLOGA CRISTIANA
Moreira, Daro Ismael
Fundamentacin del inters y relevancia del tema elegido.
1. Marco terico: Filosofa del mal
- 1.1 Qu es el mal?
- 1.2 Existe el mal en s mismo?
- 1.3 Causa del mal.
- 1.4 Puede buscarse el mal en cuanto mal?
- 1.5 Clasificacin del mal: mal fsico, moral, de culpa y de pena.
2. El problema del dolor: la respuesta cristiana.
- 2.1 Exposicin del problema a la luz de la Revelacin Divina: el
origen del mal.
- 2.2 Consecuencias del pecado original en la humanidad y necesidad
de la gracia de Dios.
- 2.3 "Todo coopera al bien de los que aman a Dios: el problema del
dolor.
- 2.4 El triunfo de los malvados y el sufrimiento de los buenos.
- 2.5 La cuestin del infierno.
3. Conclusin
Bibliografa
Mapa conceptual