Conversaciones Despues de Un Entierro

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CONVERSACIONES DESPUS

DE UN ENTIERRO

De Yasmina Reza

Versin:
Fernando Mallorens
Federico Gonzlez Del Pino

Publicado con la cooperacin del Centro Nacional de Letras


CONVERSACIONES DESPUS DE UN ENTIERRO
De Yasmina Reza

Fue estrenada el 15 de enero de 1987 en el Teatro Paris-Villette

Direccin.. Henri De Mentn


Puesta en escena. Patrice Kerbrat
Decorados.. Jacues Le Marquet

Reparto

Nathan......Paul Barge
Edith......Josiane Stolru
Alex................Jean-Michel Dupuis
PierreJean Paul Roussillon
Julienne Luciente Hamon
Elisa... Carolina Sihol

Esta obra obtuvo el premio de la Fundacin Johnson para teatro 1986

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Personajes

Nathan.-
Edith.-
Alex.- (Hermano de Nathan y de Edith.)
Pierre.- (Su to. Hermano de la madre.)
Julienne.- (Su mujer.)
Elisa.- (Ex amante de Alex.)

Una propiedad en Loiret.


No hay realismo.
Un espacio abierto y nico.
El bosque, el claro del bosque y la casa slo son sugeridos por elementos
sucesivos.
De modo que los apagones, progresivos o no, deben ser breves pero de
acuerdo a las necesidades.

Escena I

Medioda. Silencio. Ese que existe en medio de un bosque, cuyo paisaje se evoca
con una proyeccin o por el contrario se ven malezas. All un hombre recubre
con tierra el atad de su padre y luego se aparta.
Parados inmviles, estn Nathan, Edith y Alex. Mas alejados, Pierre y Julienne.
Unos pasos mas atrs, Elisa.
Nathan saca un papel del bolsillo y lee en voz alta.

Nathan.- Cuando mi madre muri, tena seis aos. Suba la escalera con su
valija y recuerdo que la valija caa en forma estrepitosa y resbalaba por las
baldosas de piedra. Cuando mi padre desapareci, tena once aos y estbamos
en guerra Me qued solo en este mundo, tan solo y de repente tan despierto,
que el diablo me visit. Lo recib como un refuerzo estratgico, como la muralla
de una fortaleza en donde poda ocultarme y sentirme al abrigo de los enemigos.
Desde ese da y para la eternidad, sal vivo, rodeado de espinas de la cabeza a los
pies, impecable y glacial. A mi hijo imaginario, le di por nombre Nathan. Por
Nathan, mi prodigioso fragmento, quiera el Cielo que yo no muera demasiado
pronto. Simn Weinber, 1928.
Pap tena veinte aos.

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Escena II

Una terraza, al mismo nivel de la casa. Una mesa. Sillas de jardn. Alex y
Nathan estn parados.

Nathan.- De dnde vens?

Alex.- De mi cuarto.

Nathan.- Te llam, no contestaste.

Alex.- Se fue?

Nathan.- No lo s.

Alex.- Quin le avis?

Nathan.- No s

Alex.- Fuiste vos.

Nathan.- No.

Entra Edith.

Edith.- Fui yo Yo le avis.

Alex.- Le dijiste que viniera?

Edith.- No. (Pausa.) Qu importa?

Alex.- Se fue?

Edith.- No.

Alex.- Decile que se vaya.

Edith.- Esper

Alex.- Decile que se vaya, haceme ese favor. (Silencio.)

Edith.- Quieren que prepare caf?

Alex.- Hay algo tan indecente en todo esto.

Edith.- Alex, escuchame, no te parece que ste no es el momento?...

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Nathan.- Dejalo

Edith.- Ellos se vean, sabs; hasta vino ac sin que lo supieras.

Alex.- Y qu?

Edith.- Quiero decir que no es anormal que est aqu

Alex.- Porque vos, ves a alguien de vez en cuando, y necesariamente vas a su


entierro! Debs pasarte la vida de entierro en entierro!

Nathan.- Vas a preparar caf, Edith?

Alex.- Dej, voy yo. (Saliendo.) En realidad, yo debo ser el anormal.

Nathan.- Lo anormal es tu comportamiento.

Alex mira a Nathan, despus sale. Edith se sienta. Silencio. Entra Elisa.

Edith.- Sentate Ven, sentate

Elisa.- No, no me voy a quedar, gracias Vena slo a decirles adis Hasta
luego, Edith (Se besan.) Hasta luego, Nathan (Va hacia Nathan, vacila y le
da la mano. Da media vuelta.)

Nathan.- Elisa

Elisa.- Si?

Nathan.- Quedate un rato

Edith.- Alex fue a preparar caf, quedate un ratito

Elisa.- Va a volver

Pausa.

Nathan.- Dnde est el to?

Elisa.- Fue a dar un paseo por la ruta con su mujer.

Nathan.- La conocas a Julienne?

Elisa.- No.

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Nathan.- Sentate.

Elisa.- No.

Nathan.- Si yo me siento, te sents?

Elisa.- No

Alex.- (Desde fuera de la escena.) Edith, dnde estn los filtros?

Edith.- Debajo de la pileta (Se levanta y sale. Silencio.)

Nathan.- Te cortaste el pelo.

Elisa.- S Hace tiempo.

Nathan.- Te queda bien.

Elisa.- Te parece?

Nathan.- S.

Elisa.- Me tengo que ir (Silencio.)

Nathan.- Hasta luego.

Elisa.- Hasta luego (Da media vuelta pero se vuelve hacia l, muy rpido.)
Nathan, creo que nunca ms vamos a volver a vernos, tengo que decirte algo
Durante estos aos, lo nico que pens fue en volver a verte, slo tuve una
obsesin, volver a verte, verte, escuchar tu voz Viv atormentada por vos, fui
incapaz de amar a nadie (Se da vuelta y se va muy rpido. Nathan se queda
solo. La luz cambia.)

La misma escena, vuelve la misma luz. Nathan est solo. Aparece Edith llevando
las tazas de caf.

Edith.- Se fue?

Nathan.- S. (Edith deja las tazas sobre la mesa.)

Edith.- Jean acaba de telefonear. Estuve a punto de invitarlo a almorzar maana


y despus pens que En realidad no tengo muchas ganas de verlo, pero Lo
mandan a Londres.

Nathan.- Est contento?

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Edith.- Supongo que s. (Sonre.) Me lo dijo con un tono siniestro (Nathan
sonre.) No tens calor? No s por qu tengo tanto calor (Se quita el chaleco.)
Parece el fin del verano Hizo bien en irse.

Entra Alex con la cafetera.

Alex.- Va a estar liviano, slo quedaba el fondo de la lata.

Edith.- Es la primera vez que te veo preparar caf.

Alex.- Cmo cres que subsisto?

Edith.- No dije que no supieras. Todo te cae mal

Alex.- No me cae todo mal, qu dije? Parecs considerar como una revelacin
que sepa preparar caf, cualquier idiota puede hacerlo, tampoco es ninguna
hazaa Ya en la cocina me preguntaste si saba prepararlo!

Edith.- (Conmovida.) No te pregunt si sabas, te pregunt si queras que te


ayudara.

Alex.- Es lo mismo.

Nathan.- (Mientras que Alex termina de servir el caf en las tazas.) Tu caf
parece pis. (Alex prueba y vuelve a dejar su taza con cara de asco.)

Alex.- Qu hacen los otros tres?

Nathan.- Pierre y su mujer se fueron a caminar. Elisa se fue.

Alex.- La viste?

Nathan.- Vino a despedirse.

Alex.- Le pidieron que se fuera?

Nathan.- No. (Silencio. Alex da algunos pasos.)

Alex.- Habra que cortar el pasto de la huerta, est lleno de ortigas. (A Edith.)
Hay una tijera de podar?

Edith.- Quers cortar el pasto con una tijera de podar?!

Alex.- No puedo mirar ms este bosque sin imaginarme a pap asfixindose, ah


abajo Es una locura haberlo enterrado aqu No sienten esa opresin? Veo
su cabeza, su nariz llena de tierra, con ese ruido sordo de los pjaros

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Edith.- Basta

Nathan.- La tijera de podar est en el cobertizo, encima de la mesa.

Alex.- (Volvindose hacia Edith.) Tengo ganas de cortar cardos. Para eso la tijera
de podar. (Sale.)

Pausa.

Edith.- Te acords de los ramos de cardos?

Nathan.- Alex si se acuerda.

Edith.- Ya no es temporada Qu preparo para comer? No hay nada. Una lata


de atn, arroz

Nathan.- Hay de sobra.

Edith.- Cres que se van a quedar esta noche?

Nathan.- Ni idea.

Edith.- Es cansadora

Nathan.- Es graciosa, llena de vida

Edith.- Te parece?

Nathan.- S A m me gusta.

Pausa.

Edith.- Ayudame, Nathan.

Escena III

Una ruta de campo. Pierre y Julienne caminan. Ella se sac el tapado y lo lleva
en el brazo.

Julienne.-Si hubiera sabido que iba a hacer este calor, me hubiera puesto la
gabardina Reconoc que es imprevisible en esta poca!... No veo por qu me
vest de negro, es ridculo, soy la nica que est de negro. Qu hacemos esta
noche?, te parece que nos quedemos a cenar?

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Pierre.- No creo que sea muy delicado imponerse.

Julienne.- Te imagins tener que tomar la ruta esta noche?... Francamente,


podramos quedarnos a dormir.

Pierre.- Ya vamos a ver.

Julienne.- Que paisaje ms chato! Nada que ver con la Normanda. Es linda,
Elisa, no?...

Pierre.- Un poco chata.

Julienne.- S, un poco chata. Es la moda. Par. Ves?, es terrible, hago cincuenta


metros, me quedo sin aliento.

Pierre.- Es normal, nunca hacs ejercicio.

Julienne.- No, es ms grave, estoy segura de que tengo algo al corazn. Ven,
toc As no! (Re.) Pierre, en la ruta!

Pierre.- (Mete la mano bajo la blusa de Julienne) Pero cuntos espesores


tens?!

Julienne.- Sin el tapado, tres. Me puse una camiseta de lana antes de salir.

Pierre.- Con todo eso tens que estar sofocada!

Julienne.- Me sofoco. Es la camiseta que me oprime.

Pierre.- Sactela.

Julienne.- Dnde?, aqu?!

Pierre.- Busquemos un rbol

Julienne.- Ves algn rbol?

Pierre.- Si te anims, te la sacs en el campo de maz, mientras yo vigilo la ruta.

Julienne.- Y si algn campesino me ve?

Pierre.- No hay nadie.

Julienne.- No conocs a los campesinos. Un da Nicols atraves un campo de


no s qu y el tipo lo persigui con el tractor! Est bien, est bien, no te
preocupes.

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Pierre.- Si quers volvemos y te la sacs all. Al menos sacate el sweater.

Julienne.- Te parece? Ah, no, mir, tengo fro en los brazos. No, no, es la
camiseta (Dan media vuelta.) Estuvo casado con esta chica?

Pierre.- Quin?

Julienne.- Alex.

Pierre.- No.

Julienne.- Es gracioso que ninguno de los tres se haya casado.

Pierre.- S.

Julienne.- No es comn sobre todo entre personas de esta generacin.

Pierre.- Me cas con vos a los sesenta y tres aos.

Julienne.- No sos un ejemplo. Mir, no es Elisa la que est all?

Pierre.- (Ponindose los anteojos.) Ah s!

Julienne.- Qu hace ah?

Pierre.- Parece que tiene un problema con el auto. (Van a encontrarse con
Elisa.)

Escena IV

El lugar donde est enterrado el padre. Aparece Alex. En una mano tiene la
tijera de podar y en la otra tres tallos de cardos marrones y secos. Mira el suelo
por un largo rato. Por fin se pone en cuclillas. Pausa.

Alex.-Escuch, pap. Ests obligado a escucharme, tens la nariz llena de tierra,


no pods gritar. Ahora soy yo quien grita solo y no para de gritar. Cuando me
miro, tengo la impresin de ser un viejo. Grito, me agito como un perro rabioso.
Tengo algo apretado, ac, en los labios. A los doce aos me diste una bofetada
por comer una pata de pollo con una sola mano. Me dijiste: Com con las dos
manos, me diste una bofetada sin avisar. Nadie se inmut. Sub a mi cuarto a
llorar como un idiota. Nathan vino, pero haba terminado de comer cuando vino,
y me dijo: est as porque mam est muerta. Le contest: Dejame en paz, que
se muera l tambin

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Aparece Pierre y se detiene a algunos metros en silencio.

Alex.- Ests ac?

Pierre.- Perdn

Alex.- Viniste a hacerle una visita tambin?

Pierre.- Obedec a mis viejas piernas. Ellas me arrastran y yo me dejo llevar.


(Silencio.) Los cardos son para l?

Alex.- No.

Pierre.- Me hacen acordar a tu madre. Preparaba unos ramos de cardos


admirables. En verano.

Alex.- S.

Pierre.- Siento que no estn enterrados juntos.

Alex.- Quiso estar ac.

Pierre.- Lo s.

Alex.- Una idea muy egosta.

Pierre.- La propiedad es grande, no ests obligado a venir hasta ac. (Se sienta
sobre un tronco.) Puedo quedarme o prefers que me vaya?

Alex.- No, quedate.

Pausa.

Pierre.- Qu edad tens ahora?

Alex.- Cuarenta y tres.

Pierre.- Cuarenta y tres Te vi nacer y ya tens cuarenta y tres A tu edad


todo me pareca dejado atrs, concluido, terminado una especie de paraso
consumado.

Alex.- Ahora no?

Pierre.- No!... No, ahora no

Alex.- Qu edad tena yo?

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Pierre.- Cundo yo tena tu edad?... tenas unos veinte aos

Alex.- Vivas en Nueva York

Pierre.- En Boston estaba loco de amor por una americana (Re.)Tena las
bolas infladas como bolsas de caf, eso me daba cierta propulsin en el espacio!
(Alex sonre.)

Alex.- Me acuerdo de la americana.

Pierre.- La conociste?!

Alex.- No, pero la americana, la yankee de Pierre, era un mito en la familia.

Pierre.- Imaginate! Dur seis meses, despus se fue a Florida con un fabricante
de dentfricos.

Alex.- Igual te quedaste ms tiempo en los Estados Unidos.

Pierre.- Tres aos pero sin la americana! Hubo otras, pero esa s que era
especial

Pausa.

Alex.- Cmo explics que mi padre nunca se haya vuelto a casar?

Pierre.- Tena tres hijos, para qu se iba a volver a casar?

Alex.- Tena aventuras?

Pierre.- Que yo sepa, no. Es posible (Pausa.) Con la seora Natti puede ser.

Alex.- La seora Natti?, la pedicura?

Pierre.- No tengo pruebas si me escuchara, el pobre!

Alex.- La seora Natti!

Pierre.- Era muy agradable, tena una linda carita triangular. Nathan tambin
tena sus dudas.

Alex.- Ah, s?!

Pierre.- Seguramente nos equivocamos.

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Alex.- La seora Natti

Pierre.- Sabs algo, tu padre no era muy no era una preocupacin esencial
para l. Cuando Lila muri, tena tu edad, no lo conoc en su juventud, pero por
lo que sigui siempre me dio la impresin de ser una especie de asceta.

Alex.- Que se tiraba a la pedicura.

Pierre.- Pero no! En fin, puede ser. Espero! (Observan en silencio la tierra
recientemente cubierta. Pausa.) S que te va a parecer ridculo pero a veces,
en estos momentos de tristeza me vienen poesas a la boca Qu tonto, no?

Alex.- No

Pierre.- S, es tonto

Pausa.

Alex.- Sabs qu es lo ms incomprensible?... Tengo ganas de pedirle perdn.


Cuando estaba enfermo vena a sentarme en su cama, incapaz de encontrar las
palabras, un da quise tomarle la mano, pero se movi para acomodar la sbana o
la manta no insist Me dijo: Va bien la crtica? S Les buenos
libros? Haba una amargura en su voz! (Silencio.) Cres que lo volver a
ver?... te causa risa?

Pierre.- No, no!

Alex.- A mi edad no se hacen ese tipo de preguntas, no?

Pierre.- Pero no!

Alex.- S. Sonres con un airecito de conmiseracin, como si

Pierre.- Nada que ver. No sonro con un airecito Adems no sonre


suspir como se dice en literatura suspir sonriendo y adems me
hinchs las pelotas!

Alex.- Qu dije?

Pierre.- Yo digo cualquier cosa Perdoname.

Pausa.

Alex.- Todava no me contestaste

Pierre.- De veras cres que estoy en condiciones de contestarte?

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Alex.- Tens una idea. Todos tienen una idea.

Pierre.- Una idea s.

Alex.- Entonces?

Pierre.- Creo que esta pregunta de si vas a volver a verlo no se har ms dentro
de un tiempo Esa es mi idea

Alex.- Cundo yo est muerto?

Pierre.- No!, mucho antes!

Alex.- Pero yo tengo ganas de que me digas que voy a volver a verlo! Mierda,
es simple, clarsimo, quiero que me digas: S, vas a volver a verlo. Necesito
eso! Es tonto, llamalo como quieras, pero necesito escuchar, necesito que me
digan: Si!, lo vas a volver a ver!

Silencio.

Pierre.- Te aclaro que te haba comprendido perfectamente

Alex.- Sabs que me deca siempre, constantemente?... Tens que


estabilizarte! era su palabra clave: estabilizar Cmo se puede enfocar una
vida que se parezca a esa palabra?

Pierre.- Cuando lo vuelvas a encontrar se lo vas a preguntar.

Alex.- S (Se esfuerza por no sonrer.) Entends, son todos esos asuntos que
hay que aclarar No poda luchar contra l, no me entenda Nunca no
tengo ningn recuerdo de l escuchndome, sin impaciencia, sin con calma

Pierre.- S.

Alex.- Si no lo vuelvo a ver (Se calla, incapaz de seguir.)

Pierre.- No necesits hablar, sabs

Alex.- No puedo hacerme a esa idea, por ms que lo piense, esa idea hoy es
imposible

Pierre.- S seguramente

Silencio.

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Alex.- Tens una paciencia sagrada.

Pierre.- Ah, s?

Alex.- S, tens una paciencia sagrada.

Pierre.- Bueno.

Silencio.

Pierre.- Recin nos encontramos en la ruta con Elisa Su auto se


descompuso La pobre chica estaba enloquecida. Volvimos caminando al
pueblo, llamamos por telfono a todos lados, ningn mecnico quiere venir un
sbado.

Alex.- Est ac?

Pierre.- Dnde quers que vaya? La trajimos con nosotros. Quera quedarse
sentada en una silla en el almacn, esperando a un remolque que no vendr
nunca.

Alex.- Haca tres aos que no la vea

Pierre.- Tres aos Tanto?

Alex.- S.

Pierre.- Y s!...

Alex.- No esperaba volver a verla hoy

Pierre.- Puede ser que

Alex.- No.

Pierre.- Si ni siquiera sabs que iba a decir!

Alex.- S.

Pierre.- Qu era?

Alex.- Ella no vino a consolarme, tranquilizate. No vino por m vino por las
convenciones. Por respeto a las tradiciones burguesas.

Pierre.- Qu estupidez!

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Alex.- Es as!

Pierre.- Vos sos el estpido.

Silencio.

Alex.- Cmo haces para ser tan?

Pierre.- Tan qu?

Alex.- Tan optimista.

Pierre.- Optimista? no creo que hayas elegido la palabra apropiada.

Alex.- Entendiste.

Pierre.- Quers decir que manifiesto un cierto buen humor en la vida Spero
cuando est muerto, nadie va ir a llorar sobre mi tumba por una pata de pollo.

Alex solloza.

Escena V

Algn lugar en el jardn. Elisa, Edith y Julienne se pasean.

Julienne.- Quin mantiene la propiedad?, un jardinero?

Edith.- Ya no. Antes haba un jardinero. Ahora todo est abandonado.

Elisa.- Me gusta as, un poco revuelto

Edith.- A m tambin. As es el campo.

Julienne.- Tienen un huerto grande, es una pena que no lo aprovechen.

Edith.- Siempre lo aprovechamos. Pap se ocupaba.

Julienne.- Es maravilloso comer las frutas propias. O las verduras. En todo caso,
sobretodo las verduras!

Edith.- Tuvimos frutillas. Tambin grosellas. Pero las grosellas no prosperaron,


eran amargas.

Julienne.- No me gustan demasiado las grosellas. Tal vez en ensalada de frutas


con azcar.

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Edith.- S

Pausa.

Julienne.- Francamente parece verano! Esta maana me puse una camiseta de


lana por las dudas, me la saqu, no poda soportarla ms.

Edith.- El pasto est reseco, hace das que no llueve quieren que nos
sentemos en el pasto?

Elisa.- Sentmonos.

Julienne.- Sentmonos!

Se sientan. Pausa.

Edith.- Te queda bien el pelo corto.

Elisa.- S?

Edith.- Te hace el cuello lindo, muy fino

Elisa.- Sos amable.

Julienne.- Tena el pelo largo?

Elisa.- S.

Edith.- Tena una trenza larga que caa hacia atrs.

Elisa.- Cuando me lo cort, me senta casi calva. No estaba tan bien.

Edith.- As est bien.

Elisa.- S, as est bien.

Silencio.

Julienne.- Ahora que me acuerdo (Busca en la cartera.) Aqu est la famosa


camiseta, la met en la cartera si no me la hubiera olvidado Les traje una foto
de su padre tomada en mi casamiento, no creo que la hayan visto dnde
est?... Ac est! (Le da la foto a Edith.) Se la doy, por supuesto. (Con voz llena
de afliccin.) Es excelente.

Elisa.- Es muy bella

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Julienne.- No es cierto? Me parece clida. Clida, es la palabra que me viene.

Edith observa la foto.

Edith.- La puedo guardar?

Julienne.- Es suya. La traje a propsito.

Edith.- Se parece a Nathan. La expresin.

Elisa.- La sonrisa, s

Pausa.

Elisa.- Fue en su casamiento?

Julienne.- S. Hace dos aos, la fecha est atrs Siempre pongo la fecha en las
fotos, si no, no se sabe cundo, no se sabe dnde

Elisa.- Supongo que no se va a olvidar la fecha de su casamiento!

Julienne.- Quin sabe?... No! Pero tengo esa costumbre, le pongo fecha a todos
mis documentos, a las fotos, a las facturas, hasta a las postales!

Elisa.- Tiene un lbum?

Julienne.- De postales?! No!

Elisa.- De fotos.

Julienne.- S. Usted no tiene uno?

Elisa.- No.

Julienne.- Usted tampoco, Edith?

Edith.- S

Julienne.- Yo tengo seis o siete. Los hijos, los nietos Es mi espritu de


hormiga conservadora.

Sonren. Pausa.

Edith.- Todava ve a su primer marido, Julienne?

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Julienne.- El primero est muerto, pobre, de un ataque cardaco a los treinta y
cinco.

Edith.- Perdneme, no saba nada.

Julienne.- No se excuse, no poda saberlo. Despus me volv a casar con un


dentista del cual me divorci hace ocho aos. Pero quedamos en buenos
trminos, nos vemos cada tanto. Incluso me mand un telegrama de
felicitaciones cuando me cas con Pierre!

Elisa.- Tres maridos. Se puede decir que usted trabaj por nosotras!

Julienne.- El da que cumpl dieciocho, una adivina muy lcida me predijo el


convento. Yo no era una belleza pero no era para tanto! Entonces me lanc, en
cierta forma, a una contraofensiva

Elisa.- Victoriosa.

Julienne.- (Modesta.) En definitiva, s.

Silencio.
Edith mira a lo lejos, invadida por una pena secreta. Elisa y Julienne la
observan a hurtadillas sin atreverse a hablar.

Edith.- Cuando era chica haca collares de margaritas silvestres. Coronas de


margaritas en mi cabeza Aqu en primavera el suelo est cubierto.

Elisa.- Siempre ves a Jean?

Edith.- Ms o menos Hablo de margaritas y penss en Jean.

Elisa.- (Sonriendo.) No

Edith.- Mi amante eterno (Pausa.) Sabs lo que deca pap?... El mayor


xito de tu vida, el nico acto del que pods glorificarte es el de no haberte
casado con Jean! Lo llamaba seor Ts-Ts (Sonre.)Era una tontera!
Invit al seor Ts-Ts, eso nos va a distraer! (Se re. Julienne y Elisa la
imitan.) Pap est muerto, me queda Jean. Y Jean se va a Londres Soy como
una vieja manzana disecada.

Silencio.

Julienne.- Si usted es una vieja manzana seca, qu debera decir yo!...

Edith.- Usted tiene hijos, tiene nietos, un marido, una familia Se maquilla, se
viste

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Julienne.- Nada le impide maquillarse y vestirse!...

Edith.- Para quin?

Julienne.- Para nadie! Para todos para usted!

Edith.- Quisiera que fuera para alguien, ponerme bella para alguien

Julienne.- Perdneme, Edith, pero usted razona al revs. Maqullese, vstase y


enseguida alguien va a aparecer!... (A Elisa.) Le parece que digo tonteras,
seorita?

Elisa.- No

Edith.- Conoc a un hombre. Una noche Mi jefe de departamento, lo ms


comn del mundo Una noche lo esper cerca de su coche, le dije: Tengo
ganas de pasar esta noche con usted Me contest: Toda la noche? Le dije:
S (Pausa.) No estaba ni maquillada ni nada Estaba como soy

Silencio.

Elisa.- Y qu pas?

Edith.- No s por qu ahora les cuento sto.

Elisa.- Contalo igual

Edith.- Fuimos a su casa, me ofreci un trago, se desvisti y nos acostamos


como una cosa natural (Pausa.) Llor Nos quedamos un momento apretado
uno contra el otro y despus se retir y yo fui a esconderme a la otra punta de la
cama Me dijo: Qu pasa? Se inclin, toc mi mejilla y me dijo: Ven
Volv a acurrucarme contra l Me dijo: Qu pasa?, por qu llors, es por
culpa ma? Hubiera querido decirle s y dije no, porque su pregunta
significaba: no estuve como queras? y s, justamente estuvo, en el menor
gesto, en todo ese ardor un poco cansado, exactamente como yo quera

Pausa.

Elisa.- Lo volviste a ver?

Edith.- En la oficina, s. Nada ms Al poco tiempo se fue. (Silencio.) Hace


seis aos No era una buena amante No saba hacer nada Si ese hombre
me hubiera mirado, tal vez hubiera podido volverme ms coqueta (Pausa.)
Esta maana, durante el entierro hoy ese recuerdo me obsesiona- me imagin
que l apareca detrs de un rbol y se quedaba un poco apartado sin sacarme

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los ojos de encima Todas las mujeres cuentan las mismas historias. Ah no hay
ninguna metafsica

Elisa.- Ests segura?

Pausa.

Edith.- Por qu viniste?

Elisa.- Ya lo sabs.

Edith.- No. Cuando te vi llegar pens que estabas loca

Elisa.- Todava lo penss?

Edith.- S

Elisa.- Entonces por qu me lo pregunts?

Edith.- (A Julienne, quien a pesar de su incomodidad y de cada vez comprender


menos, se esfuerza por actuar con neutralidad.) Esta mujer, mi querida Julienne,
volvi locos a mis dos hermanos.

Elisa.- No exageres.

Edith.- Perdidos de amor, si prefers!

Elisa.- Ests equivocada. Me gustara que tuvieras razn, pero ests


equivocada (A Julienne.) Si me lo permite seora, voy a aclarrselo: es muy
simple, viv con Alex, y yo soy la que est perdida de amor por Nathan. Ah
est debe reconocer que es bastante diferente.

Julienne sonre con educacin.

Edith.- Fuiste su amante?

Elisa.- Una noche

Edith.- Lo sabe Alex?

Elisa.- No lo creo Una noche de amor y de separacin (Sonre.) La misma


que tuviste con tu jefe de departamento. Y usted no tiene una noche para
contarnos, Julienne? Puedo llamarla Julienne?

Julienne.- No en fin, s, por supuesto que me puede llamar Julienne!... pero


no tengo noche En fin no tengo una noche fe- tengo noches naturalmente,

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pero no tengo una noche, de ese orden De pronto me expreso horriblemente
mal. (Muy agitada saca un pauelo de la cartera.)

Edith.- Somos muy mal educadas con usted.

Julienne.- Ah, no, nada de eso.

Elisa.- Edith tiene razn, perdneme.

Julienne.- Pero no, no hay ningn motivo. Todava no estoy en el garaje de los
coches viejos aunque lo parezca!

Elisa.- No es lo que quise decir! Adems usted no da para nada esa impresin.

Julienne.- Bromeaba. (Pausa.) Quisiera hacer un pequeo comentario, Edith,


aunque tal vez mi posicin de oyente involuntaria no autoriza esta reflexin, pero
me parece natural, muy natural, que en un da como ste, se aferre a ciertos
recuerdos. Aferrarse no es la palabra, no es lo que quise decir Ay, cmo se
dice?...

Edith.- Me hizo bien hablar. Ya no pienso ms en eso.

Silencio. Aparece Nathan con un canasto de compras en la mano de donde


sobresalen zanahorias y atados de puerros. Se detiene y marca una breva pausa,
sorprendido.

Nathan.- Volviste?

Elisa.- Mi auto se rompi. El remolque deba venir alrededor de las seis No


lo viste?

Nathan.- No tom esa ruta. Qu es lo que tiene?

Elisa.- A m me lo pregunts?!

Nathan.- Quers que lo vea?

Elisa.- Entends de autos?

Nathan.- No, nada.

Elisa.- El almacenero dice que es la caja automtica.

Nathan.- (Con una sonrisa.) El seor Vacher es un experto!... Traje todo para
preparar un puchero gigante!, me acompaan?

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Todas siguen a Nathan.

Escena VI

La terraza, aparece Nathan, seguido por Edith, Julienne Y Elisa. Deja el


canasto y acomoda el contenido sobre la mesa.

Nathan.- Puerros, zanahorias, carne para puchero y carac, perejil, tomates

Edith.- No se ponen tomates en el puchero.

Nathan.- Esta vez los vamos a poner Papas y nabos!... Est bien? Se
quedan a cenar?

Julienne.- Con mucho gusto, si Pierre no tiene inconveniente.

Nathan.- Dnde est?

Julienne.- En algn lado con su hermano, supongo. Si quiere puedo limpiar


verduras.

Nathan.- Por qu no las pelamos aqu todos juntos? Aprovechamos el sol.

Edith.- Voy a poner la carne. Ya traigo los cuchillos. (Sale llevando la carne.)

Nathan.- (A Elisa.) Te queds?

Elisa.- No

Nathan.- No seas tonta, cmo te vas a ir?

Elisa.- No s. Si el auto est realmente roto, voy a tomar el tren. Seguro que hay
un tren para Gien.

Julienne.- Qudese, nosotros la llevamos.

Elisa.- No creo, gracias

Nathan.- Igual nos vas a ayudar a pelar las verduras?

Elisa.- (Sonre.) S, claro Compraste como para un regimiento.

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Nathan.- No tengo ni idea de las proporciones Le ped a la mujer del almacn
que me diera todo lo que haca falta para un puchero, fue ella la que puso los
tomates. No se ponen tomates en un puchero?

Elisa.- En principio, no.

Julienne.- Podemos hacer una ensaladita, nunca viene mal.

Nathan.- Buena idea.

Edith llega con papel de diario, cuchillos, un colador y dos ensaladeras. Deja
todo sobre la mesa, junto a las verduras.

Edith.- Pongo el agua a hervir y vuelvo. (Sale.)

Elisa, Nathan y Julienne ponen el papel sobre la mesa, se sientan y empiezan a


pelar.

Julienne.- No tiene un pela papas? Se pela ms rpido que con un cuchillo.

Nathan.- Quiere que vaya a ver?

Julienne.- No, no, no se moleste. Es una pequea mana, igual me arreglo.

Aparece Pierre seguido por Alex.

Pierre.- Qu veo!

Julienne.- Vens a ayudarnos, querido?

Pierre.- Te parece razonable?

Alex.- Qu es?

Nathan.- Un puchero.

Pierre se sienta a la mesa. Alex se queda parado, inmvil.

Alex.- (A Elisa.) Tu coche se rompi?

Elisa.- S

Alex.- Llamaste a un mecnico?

Elisa.- S deba venir a buscarlo alrededor de las seis.

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Alex.- Qu tiene?

Nathan.- El seor Vacher dijo que es la caja automtica!

Alex.- Ah, s!... Tens un automtico?

Elisa.- (Sonre.) S

Alex.- Es prctico. Est bien (Pausa.) Y dnde est Edith?

Nathan.- En la cocina. Ya viene.

Alex.- Bueno, entonces pelemos!...

Se sienta a la mesa y agarra un nabo. Silencio. Entra Edith.

Edith.- Ah, estn todos ac.

Pierre.- Lo nico que hago es controlar!

Edith.- Me dejs un lugarcito a tu lado, al sol?

Pierre.- Ven, ven!

Julienne.- Digo lo mismo desde esta maana, pero, nunca vi un tiempo como
ste en noviembre!

Alex.- Este nabo est podrido.

Julienne.- Debo reconocer que los nabos no son de la mejor calidad. (A Nathan.)
No es su culpa!

Nathan.- La verdad es que no me siento responsable.

Julienne.- A fin de cuentas usted hace esto como un verdadero profesional!

Nathan.- Le parece?

Alex.- Mi hermano es un gran profesional, Julienne, en todo. Es lo que yo


llamara el prototipo del profesional.

Nathan.- Lo que no es un elogio, como habrn notado.

Alex.- Por qu? Es un elogio (Agarra otro nabo.) Slo las palabras cambian
con el tiempo Cuando era chico, todos mis hroes tenan la cara de Nathan:
Simbad, DArtagnan, Tom Sawyer mi preferido- , eran Nathan Nathan el

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resplandeciente, el invencible, el ejemplo entre todos los modelos Podrido
tambin. (Tira el nabo y agarra una papa.) Saban que a los diez aos ya daba
conciertos de piano? En el saln. Toda la familia escuchaba religiosamente.

Julienne.- Todava toca?

Nathan.- Todava toco, pero no doy ms recitales!

Alex.- Es una pena En una poca yo toqu la flauta (Risas.) No, no, es
verdad! Tocaba la quena La compr en el metro. Era mi etapa de la
cordillera de los Andes y el gorro de lana.

Edith.- No recuerdo haberte escuchado.

Alex.- Yo tampoco. Jams consegu sacarle un sonido. Pona un disco y haca


que tocaba, frente al espejo

Nathan.- Con un poncho colorado

Alex.- S Pap dirigi las ms grandes orquestas as.

Elisa.- Con poncho?

Alex.- No, en pijama Se encogen las verduras en el caldo? Ac tenemos para


seis meses!

Edith.- No es obligacin poner todo.

Alex.- Se quedan a cenar? Quiero decir, se quedan esta noche?

Pierre.- Si todos estn de acuerdo, preferira irme maana por la maana.

Edith.- Tu cuarto est listo, pods quedarte hasta el lunes.

Pierre.- No, no

Julienne.- No traje ni cepillo de dientes ni camisn.

Pierre.- Estupendo!

Julienne.- Qu cosa?...

Nathan.- Ac va a encontrar todo lo que quiera.

Julienne.- Muchas gracias.

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Elisa.- Tendra que llamar por telfono a la estacin.

Edith.- Es sbado Tens un tren a las ocho.

Nathan.- Te voy a acompaar.

Elisa.- Gracias

Edith.- Es suficiente, no vale la pena pelar el resto. (Se para y empieza a


levantar la mesa.)

Elisa y Julienne y Pierre la imitan. Nathan saca la mesa y se aparta para


prender un cigarrillo. Solamente Alex se queda sentado.

Julienne.- (A Nathan.) Sabe de qu se olvid? -claro que no tiene importancia-


de las cebollas!

Nathan.- Ah s, lo siento.

Julienne.- No quiero molestarlo pero, le da un gustito!

Nathan.- S, s.

Hay un ir y venir. Desaparecen dentro de la casa llevando verduras y residuos.


Quedan Alex y Nathan. Pausa.

Alex.- Le da un gustito!

Edith aparece para buscar las ltimas ensaladeras.

Nathan.- No me necesitan?

Edith.- No, no hay nada que hacer

Toma el cuchillo y la papa que Alex todava tritura y despus sale. Nathan se
aleja por el jardn. Alex se queda solo.

Escena VII

El lugar donde el padre est enterrado. Nathan est inmvil con las manos en
los bolsillos. En el suelo estn tirados los tallos de los cardos y ms lejos la
tijera de podar.
Silencio.
Sin ruido y como sin atreverse a acercarse, aparece Elisa.
Pausa larga antes de hablar.

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Nathan.- Hace dos semanas fui a su cuarto, ya no poda levantarse Me pidi
que le llevara el tocadiscos. Quera escuchar el Arioso del opus 110, la penltima
sonata de Beethoven, solamente ese pasaje Lo escuchamos en silencio. Estaba
sentado en su cama. Hay una fuga en el medio y despus el tema retoma
Cuando el disco termin, me dijo: Estoy convencido de que nos vamos a
encontrar. Le pregunt: Con quin? Con Beethoven, el genio ejemplar un
hombre que nos regal esa intuicin, no pensars que est muerto! A diferencia
de Alex, estoy muy contento de que est enterrado ac.

Silencio.

Elisa.- Quin lo decidi?

Nathan.- l mismo. No quera cementerio ni entierro Desde que se jubil


viva ac.

Elisa.- Incluso cuando estaba enfermo?

Nathan.- S. Tena una enfermera permanente.

Pausa.

Elisa.- Y Alex?

Nathan.- Alex?

Elisa.- Viva con l?

Nathan.- Vena a verlo A menudo a contramano, el pobre. Traa libros


cuando pap ya no era capaz de leerlos, se instal aqu los ltimos das, cuando el
otro ya no reconoca a nadie Cambiaste.

Elisa.- Envejec.

Nathan.- No. S, puede ser.

Silencio.

Elisa.- Siempre ests en Nanterre?

Nathan.- No. Me inscrib en el Tribunal de Pars.

Elisa.- Ah s

Pausa.

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Nathan.- Y vos?

Elisa.- Nada especial

Nathan.- Es decir?

Elisa.- Nada Mi vida no cambi.

Pausa.

Nathan.- Es agradable lo que me dijiste hace un rato.

Elisa.- Gracias

Nathan.- Qu quers que diga?

Elisa.- Nada

Nathan.- Tu auto se rompi como en una novela.

Elisa.- Te juro que es verdad.

Nathan.- Te creo. Me parece que es pap, desde el cielo, el que se las arregl
para descomponer el motor.

Elisa.- No digas tonteras.

Nathan.- De veras. Lo hizo para darme un gusto

Pausa.

Elisa.- Te gusta que est ac?

Nathan.- Qu cres?... Alex se olvid la tijera de podar

Silencio. Nathan recoge la tijera de podar y se la guarda en el bolsillo.

Nathan.- Por qu viniste?

Elisa.- Ahora?

Nathan.- Hoy.

Elisa.- Preguntame ms bien cmo tuve la fuerza de venir Nunca hice algo tan
contrario a la razn. (Silencio.) Quers que te deje?

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Nathan.- No. No tengo ganas de que me dejes (Pausa.) Ests ms prohibida
que nunca, Elisa. Pero hoy no tengo ganas de que me dejes (Pausa.) Sabs en
qu pienso? En un acto tan contrario a la razn en que tengo ganas de tenerte.
Ac. Sobre su tumba. Reemplazar un dolor por otro.

Se arrima muy cerca de l.

Elisa.- Acepto ser tu dolor, Nathan

La besa con pasin y empieza a desvestirla.

Escena VIII

La terraza.
Alex todava en la mesa. Aparece Julienne, muy apurada.

Julienne.- Dnde est Elisa?

Alex.- Se est revolcando con mi hermano.

Julienne.- Cmo dijo?

Alex.- En este momento se est revolcando con mi hermano.

Julienne.- No entiendo!

Alex.- Claro que s, Julienne, entendi muy bien, o acaso es sorda?

Julienne.- Pero dnde?!

Alex.- Ah!, ah!... Adoro esa pregunta!... Ah! Aunque no lo parezca es muy
rpida!

Julienne.- No es lo que quise decir!... me refera a que usted est ac... que
usted est ac y que yo salgo de la casa, como puede, ay caramba!

Se va muy afligida. Llega Edith.

Edith.- Dnde est Elisa?

Alex.- No tengo la menor idea.

Edith.- No la viste salir?

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Alex.- S, se fue por all

Edith.- Pierre est en el telfono con el mecnico, no puede venir antes del
lunes por la maana!

Alex se encoge de hombros.

Edith.- Qu hacemos?

Alex.- Llamen a otro

Edith.- Era el nico que poda. De todos modos, nadie se va a ocupar de reparar
el coche un domingo!... Qu hacemos?, le decimos que venga el lunes? Y a
quin le dejamos las llaves si nos vamos maana por la noche?

Alex.- Hagan lo que quieran, a m me importa un comino.

Edith.- Se las podemos dejar al dueo del almacn, sabe donde est el coche.
No cierra el lunes por la maana?

Alex.- No s nada. Me importa un carajo.

Edith.- Gracias por tu ayuda (Se vuelve a ir.)

Alex.- Ella puede arreglarse sola, no?!... Venir a jodernos con su cascajo de
mierda!!!

Alex se queda un momento sentado, solo. Despus se levanta, da una vuelta en


redondo y da algunos pasos en direccin al bosque. Aparece Pierre.

Pierre.- Adnde vas?

Alex.- Cmo?!

Pierre.- Va a llover.

Alex.- Te parece? S

Pierre.- El tiempo est tormentoso. Por eso hace tanto calor.

Alex.- S

Pausa.

Pierre.- Quers un cigarrito?

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Alex.- Fums cigarros?

Pierre.- Cada seis meses (Le ofrece la caja a Alex que se sirve.) Regalo de mi
portera. Cigarros espaoles, te gustan? (Alex tose.) Fuerte, no?

Alex.- (Tose y re.) Es repugnante!

Pierre.- S.

Alex.- Cundo se van?

Pierre.- Maana a la maana. Te molesta?

Alex.- No, no Conocs algo ms siniestro que el campo en otoo?... El


silencio Nada se mueve Odio el campo Si fuera por m, vendera todo
Maana. (Alex se desplaza fumando su cigarrillo. Pierre queda inmvil.)

Pierre.- Sos muy injusto con Nathan.

Alex.- Por qu?, por qu dije que le gusta el campo?

Pierre.- Entre otras cosas

Alex.- Para vos est mal?

Pierre.- Para m, no.

Alex.- Nathan pasea, camina solo durante horas (Pausa.) Medita, entre los
rboles

Pierre.- Mientras que vos te queds sin aliento en la agitacin confusa de la


vida (Alex sonre. Pausa.) Todo lo que hacs mal, lo hace bien Todo lo que
no te gusta, lo satisface Al escucharte, es el ser ms respetable de la tierra, y el
ms inhumano

Alex.- Inhumano? No

Pierre.- S. Talentoso, profundo, inalterable Creme, nadie resiste eso.

Alex.- (Despus de una pausa y como recobrando el aliento.) Ests inspirado


Pierrot, peor, no te das cuenta de lo que decs

Pierre.- Ya sabs, como de costumbre Tens fro?

Alex.- Estoy helado.

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Pierre.- Quers entrar?

Alex.- No. (Silencio.) Hace tres aos, Elisa me dej. Todos me tomaron por tonto
en esa poca. Nathan procur no verla nunca ms. Supongo que por amistad
hacia m Se apart como renunci a la msica, como renunci a su brillo, a
la locura que tena, a su herosmo Seguramente nunca quise a alguien ms que
a l. No pods imaginarte lo que sera mi soledad si Nathan muriera Pero una
vez ms no dice nada. Va a hacer las compras para la cena Vuelve con una
tonelada de verduras, y todos a pelar al sol por causa de l solo por causa de
l (Aparece Edith. Silencio.) Cmo ests?

Edith.- Bien (Pausa.) De qu hablaban?

Pierre.- De Nathan.

Edith.- Qu decan?

Alex.- A vos tambin te gusta el campo?

Edith.- Qu pregunta extraa!

Alex.- No te parece siniestro?

Edith.- Hoy, puede ser.

Pierre.- Con esta luz repentina

Edith.- Va a llover.

Pierre.- Es exactamente lo que decamos.

Edith.- S amable, trat de no tomarme por imbcil.

Pierre.- Por qu? Es cierto. Es justamente lo que decamos.

Pausa.

Alex.- Arreglaron el asunto del auto?

Pierre.- S Le dije al tipo que viniera a buscarlo el lunes. Qu hace mi mujer?

Edith.- Mira televisin.

Pierre.- Qu dan?

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Edith.- No s. Variedades, no s

Silencio.

Edith.- Por fin puse todo a cocinar. Lo met en tres ollas, maana comemos las
sobras Me das un cigarro?

Alex.- No te lo aconsejo.

Edith.- Por qu?

Pierre.- No lo escuches (Le ofrece la caja a Edith.) Tom.

Edith.- No son buenos?

Alex.- Dira que son: fuera de lo comn

Edith.- (Fuma.) No me desagrada. (La miran fumar.) No me miren as! (Se re.)
Tengo la impresin de que me dieron veneno y que esperan que me muera!

Alex.- No ests muy lejos (Aparece Nathan, seguido por Elisa. Trae la tijera
de podar y los tallos de cardos cortados por Alex. Silencio.) Fue bueno el
paseo?

Nathan.- Vos cortaste sto?

Alex.- A lo mejor los dej a propsito

Nathan.- La tijera de podar tambin?... Ante la duda, traje todo.

Pausa breve.

Alex.- (A Elisa.) Estaban juntos?

Nathan.- S. Por qu?

Alex.- Uno puede hacer una pregunta. Por qu ese Por qu?

Pierre.- (A Elisa.) Estuve hablando por telfono con su mecnico.

Elisa.- Qu hora es?

Pierre.- Tranquilcese, por favor!, no puede venir esta tarde. Quedamos en que
viene el lunes por la maana.

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Edith.- Como nadie va a estar ac, le dije que le vamos a dejar las llaves en el
almacn Ves otra solucin?

Elisa.- Siento mucho incomodarlos con este asunto

Pierre.- Es molesto para usted! Sin contar con que deber volver a buscarlo.

Elisa.- S.

Pierre.- Esperemos que no sea muy grave.

Elisa.- S

Alex.- Est pensando en otra cosa

Elisa.- Qu?!

Alex.- Ests pensando en otra cosa, Elisa me equivoco?

Nathan.- Hoy todos estamos pensando en otra cosa, no?

Alex.- Cierto!

Nathan.- Hay momentos en los que a uno le importa un comino un problema con
el auto

Alex.- A m personalmente me importa un carajo!

Nathan.- A ella tambin.

Alex.- Mejor!... (Pausa.) Lo que es muy amable para Pierre y Edith!

Edith.- (A Elisa.) No lo escuches.

Elisa.- Hablan por m, yo no dije nada

Nathan.- Qu pas con mi puchero?

Edith.- Se est cocinando.

Nathan.- Va a llover

Elisa.- (A Pierre.) Dnde est su mujer?

Pierre.- Adentro. Mira televisin.

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Nathan.- Y si vamos a reunirnos con ella?

Pierre.- Excelente idea. Con la condicin de que apague la tele. (A Elisa.) Me


acompaa?

Elisa avanza hacia Pierre que la conduce hacia la casa. Nathan se prepara a
seguirnos pero Edith lo detiene.

Edith.- Pods quedarte un minuto? Tengo que decirte algo

Alex.- Molesto?

Edith.- S, por favor, no voy a tardar mucho.

Alex duda. Da algunos pasos, despus se da vuelta.

Alex.- (A Edith.) A propsito Hace un rato me enter de algo sobre pap,


pienso que tambin te va a divertir saberlo

Edith.- Qu es?

Alex.- Preguntselo a l (Se acerca a Nathan y le murmura una palabra al


odo. Nathan sonre.) (A Edith.) Cada uno tiene sus secretos (Retrocede.) Si
alguien me necesita, estoy en mi cuarto.

Nathan.- (Enarbolando los cardos.) Qu hago con esto?

Alex.- Tiralos.

Alex desaparece. Edith y Nathan se quedan solos.

Edith.- Decime.

Nathan.- Vos primero

Edith.- Llueve

Nathan.- No

Edith.- Me cay una gota me ayuds a arreglar las sillas?

Nathan.- Qu pasa?

Pausa.

Edith.- Estabas con Elisa?

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Nathan.- S.

Edith.- Fue a buscarte?

Nathan.- S!

Edith.- Alex le dijo a Julienne que te revolcabas con Elisa. Lo cito textual

Nathan.- Eso me queras decir?

Edith.- S.

Nathan.- Y qu?

Edith.- Cmo y qu?

Nathan.- S y qu?

Edith.- Ah, te parece normal!

Nathan.- Normal qu? Es la frase la que te molesta o la idea que implica?

Edith.- Sos monstruoso

Nathan.- Escuchame Edith, hasta ahora el da se desarrolla sin contratiempos


Acabala con esas sillas! Somos personas civilizadas, sufrimos con reglas,
cada uno contiene la respiracin, no hay tragedia Por qu? En el fondo no lo
s, pero es as. Vos y yo participamos en este esfuerzo de dignidad Somos
discretos, elegantes, somos perfectos Alex no es menos civilizado, pero su
orgullo est en otro lado en otro lado.

Edith.- Por qu lo defends?

Nathan.-No lo defiendo Es parte de su naturaleza haberle dicho a la pobre


Julienne que me revuelco con Elisa, pero que me lo repitas en privado como el
colegio, como una chiquilina, que todava sea un problema para vos, no lo
comprendo.

Silencio.

Edith.- Te lo repet para que sepas cul es el estado de nimo de Alex Est
loca por haber venido hoy.

Nathan.- No.

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Edith.- S.

Nathan.- Pero no. Me lo repetiste por curiosidad, porque tenas una duda (Se
acerca a ella y la toma en sus brazos.) Eh?... (La besa y la acaricia el pelo con
ternura.)

Edith.- Todava la quers?

Nathan.- Eso es lo que queras decirme. (Edith se aparta mira a su alrededor,


desorientada. El tiempo ha cambiado, todo est gris.) Entramos?

Edith.- Me vas a decir lo de pap?

Nathan.- (Duda antes de hablar.) Te acords de la seora Natti?

Edith.- La pedicura?

Nathan.- S

Edith.- Y?

Nathan.- Bueno, que las sesiones de pedicura de pap, a lo mejor no eran


nicamente sesiones de pedicura Como ves a pesar de todo no cambiamos
mucho el tema.

Edith.- Pap?!

Nathan.- Pap.

Edith.- Con esa mujer

Nathan.- Bastante bonita

Edith.- Tena treinta aos menos

Nathan.- De lo que se deduce que pap no se desenvolva tan mal

Edith.- Vos los sabas?

Nathan.- Ms o menos.

Edith.- l te lo dijo?

Nathan.- No Un da, estaba en su casa, la seora Natti lleg, instal su


palanganita, sus tijeras Me fui. Pero como haba olvidado mis anteojos volv
diez minutos despus Toqu timbre, hasta que por fin pap vino a abrirme,

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ligeramente despeinado, envuelto en el impermeable amarillo, te acords del
impermeable amarillo de pesca, que est colgado en la entrada desde hace
aares? Como es lgico me sorprendi un poco como ropa de entrecasa Me
alcanz los anteojos por la puerta entreabierta, no me dej entrar

Edith.- No le dijiste nada?

Nathan.- Si. Le ped los anteojos.

Edith.- Por qu no le dijiste nada? (Gesto evasivo de Nathan. Pausa.) Pobre

Nathan.- Pobre?... Por qu?

Edith.- Porque s.

Los dos se quedan un momento inmviles.

Escena IX

El interior de la casa. Sillones, mesa baja, aparador. Elisa, Julienne y Pierre


estn sentados.

Pierre.- En esa poca no tena un peso, pero tena una amante muy rica. Era la
mujer de un escribano de Dieppe que tambin tena un estudio en Pars.
Abreviando, el tipo viajaba seguido y un ao estaba sola para Navidad. Yo no
estaba haciendo nada especial y me propuso ir a Megeve por una semana. Viaje
de enamorados. Acept. Me dijo: Ac est el dinero, compr todo, los pasajes de
tren, el hotel, etc. Tom el dinero y fui a una agencia cerca de la pera. Reserv
el hotel, reserv el coche cama, pagu y sal

Aparece Alex.

Alex.- Continu!

Pierre.- Estoy contando la historia de Paillot. Ya la sabs.

Alex.- Segu, segu

Mientras que Pierre prosigue, Alex se queda parado.

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Pierre.- Entonces, dnde estaba?... S, entonces sal y fui a tomar un mnibus,
a quin veo bajar? Paillot!, un viejo amigote del colegio al que vea de tanto en
tanto, muy agradable, muy simptico adems todava es amigote - , y eso s,
completamente seco! Me pregunt en qu andaba y le cont que me iba al da
siguiente para Megeve. l tena la moral muy baja me dijo: Megeve es
formidable. Yo le dije de golpe: Sabs algo?... y saqu el sobre de la
agencia Tengo todo ac, todo lo que hace falta para dos, viaje, hotel con
media pensin, si ests libre nos vamos maana por la tarde, los dos juntos! l
me mir y me dijo: Y la chica? No te preocupes, ya ni me acuerdo, si te he
visto, no me entero y adems ella me embola.Y nos fuimos!

Alex.- Y qu pas?

Pierre.- Bueno, nada, Megeve, la nieve, formidable

Alex.- Crea que ella te haba perseguido para que le devolvieras la plata

Pierre.- S, ms o menos Como sabs nunca se la devolv!

Julienne.- Qu barbaridad!, si cres que nos vas a hacer rer con esa historia!

Alex.- Qu es una barbaridad?

Julienne.- Por lo menos podras haberle devuelto el dinero!

Pierre.- Con qu?

Julienne.- Cuando pienso en esa pobre mujer que se qued sola en Pars! (Re.)

Pierre.- Ves? Te res

Julienne.- Hago mal.

Pierre.- Est sorprendida, Elisa?

Elisa.- Para nada! Me parece una historia muy graciosa y a Julienne tambin.

Julienne.- No, lo que me choca es que no haya devuelto la plata. Pudo hacer un
regalo O al menos mandar flores! Un ramo grande!

Pierre.- Es cierto, deb mandarle una cartita desde all, deb hacerlo.

Julienne.- No te hagas ms malo de lo que sos (A Elisa.) Piensa que a usted


le gusta, pobre!

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Alex.- Elisa es muy sensible a este tipo de humor. A Elisa le gustan los hombres
cnicos y sin moral.

Pierre.- No exageremos!

Alex.- Vos no, mi pobre Pierrot, sos un monaguillo. (Se acerca a la ventana
imaginaria.) Llueve

Pierre.- Todava estn afuera?

Pausa.

Julienne.- Qu raro como cambi el tiempo tan rpido!

Elisa.- S

Llega Nathan, empapado.

Julienne.- Mi Dios!, lo agarr el diluvio!

Nathan.- No es nada, no es nada, hace bien!

Pierre.- Y tu hermana?

Nathan.- Subi a cambiarse.

Elisa.- Deberas cambiarte, te vas a enfriar.

Nathan.- No, no, ya se va a secar

Pierre.- Les cont la historia de Paillot!...

Nathan.- (A Julienne.) No la conoca?

Julienne.- No!

Pierre.- Est horrorizada.

Julienne.- En absoluto!... En todo caso no veo por qu tendra que estar


horrorizada!

Nathan.- Es de noche Est triste aqu. No toman nada?, ni siquiera t?

Aparece Edith.

Edith.- Me cambi, estaba empapada

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Alex.- Y si jugamos a algo para alegrar la atmsfera? eh? Monopolio,
Scrabble, aqu hay de todo.

Nathan.- Damas, ajedrez

Edith.- Ac nadie tiene ganas de jugar!

Nathan.- Cluedo

Alex.- Cmo te acords de ese juego?

Nathan.- Me temo que Julienne no sabe jugarlo.

Julienne.- Es evidente que me toman por idiota, pero se olvidan de que soy dos
veces abuela!

Nathan.- Y juega al Cluedo con sus nietos?

Julienne.- Al Cluedo, al Estanciero

Edith.- Cuntos aos tienen?

Julienne.- Tres y siete aos. Claro que slo juego con el ms grande. El otro
recin empieza a hablar. Dice pap, dice Lo que significa gran cosa, porque
los chicos msquiero decir que, en todo caso los chicos que demoran son a
menudo los ms locuaces!

Alex.- Entonces usted debi hablar bastante tarde

Elisa.- Alex!

Alex.- Qu?!... qu pasa Elisa?

Elisa.- Nada

Alex.- S!... dijiste: Alex! qu pasa?

Silencio.

Elisa.- Calmate

Alex.- Estoy tranquilo, parezco nervioso?

Edith.- Bueno, ya es suficiente

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Alex.- Qu es suficiente?, qu pasa? Me hacen aburrir como una ostra!

Nathan.- Vos tambin debiste hablar muy tarde pero el resultado no es muy
convincente.

Alex.- En todo caso Ay, Julienne, es fundamental que me explique el sentido


de esa frase que emplea tan seguido!, me contagi, adems, cmo decirlo, no
capto bien la etimologia

Pierre.- Es una lstima en un crtico literario.

Alex.- Es por eso que tengo la necesidad imperiosa de informarme!

Elisa.- Basta, Alex

Alex.- Quers que pare?

Elisa.- S.

Alex.- Entonces paro.

Pausa.

Edith.- And a preparar caf, ya que sabs hacerlo tan bien

Nathan.- Mejor una tisana!

Alex.- Una tisana?, una tisanita, Julienne? Una tisanita para todos?

Edith.- And!

Alex.- Me voy. Me voy. (Sale.)

Silencio.

Nathan.- Bromeaba, Julienne No hay que tomarlo en serio.

Julienne.- Muy amable, pero creo que su hermano no siente ninguna simpata
por m.

Todos.- Pero no!

Julienne.- (Al borde de las lgrimas.) S, s, pero no tiene importancia, no tiene


ninguna importancia

Edith.- Julienne, hoy Alex no est en su estado normal

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Julienne.- Lo s, lo s muy bien! Es natural, hoy todos ustedes estn muy
afectados y yo estoy ac como una (Llora.) Pierre insisti para que viniera,
pero soy como una extranjera, no formo realmente parte de la familia

Elisa.- Si hay alguien que no forma parte de la familia, soy yo Julienne. No


usted. Usted es su ta, es totalmente de la familia

Julienne.- (Llorando.) Me dijo cada cosa hace un rato

Nathan.- Qu le dijo?

Julienne.- Nada slo se burlaba de m No se lo digas, Edith, por favor!

Edith.- Voy a buscarlo. (Sale.)

Julienne.- No!, para qu lo va a buscar? Djenlo tranquilo, pobre

Pierre.- Ay, muchachos, qu da!

Julienne.- Lo siento, soy ridcula

Nathan.- No tiene motivos para afligirse.

Julienne.- Usted hace grandes esfuerzos por y yo me pongo a llorar como una
idiota!... (Solloza.) Es lo nico que se me ocurre hacer! (Edith vuelve, seguida
por Alex. Alex se para sin hablar delante de Julienne.) (A Alex.) Usted no tiene
nada que ver con sto Se termin. Les pido perdn a todos.

Alex toma por el brazo a Julienne para que se levante. Cuando est parada, la
toma en sus brazos, la besa, y la tiene un momento abrazada. Cuando la suelta,
Julienne tiene la cara baada en lagrimas. Pausa.

Pierre.- (A Alex.) No tens un poco de alcohol en vez de tu tisana?

Alex.- S con mucho gusto!...

Elisa.- Puedo ir con vos?

Alex.- A ninguna parte, todo est ac. (Ayudado por Nathan, abre la puerta del
aparador y saca unas botellas que pone sobre la mesa.)

Nathan.- Tienen de sobra para elegir, amigos Les aconsejo muy especialmente
la botella verde, licor de alcauciles hngaro

Pierre.- Es un digestivo!

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Nathan.- Es todo lo que quieras, hasta pods envenenar a tu mujer!

Pierre.- Es feo?

Nathan.- Me lo trajo un cliente. Hace quince aos que est ah.

Pierre.- Vamos, servime un whisky!

Nathan.- Julienne?

Julienne.- Una gotita de oporto (Alex le sirve.) Gracias. Muy amable.

Nathan.- Elisa?

Elisa.- Dame a probar la cosa hngara.

Pierre.- Ah, estaba seguro!, estaba seguro de que alguien tomara, y estaba
seguro de que sera usted!

Elisa.- Por qu?, tengo cara de tomar licor de alcauciles?

Pierre.- Tiene cara de pionera! Sobre todo los ojos Tiene la pupila
aventurera!

Edith.- Qu cosas decs!

Pierre.- No, es cierto. Le gusta arriesgarse. No le agrada que le impongan un


modo de vida. Me equivoco?

Elisa.- (Sonre.) En todo caso, no tengo la sensacin de correr un gran riesgo!

Nathan.- (Le da el vaso.) No hables tan pronto

Elisa.- (Levanta el vaso.) Veremos

Edith.- Y yo? Se supone que no tomo nada?

Alex.- Qu quers?

Edith.- Oporto blanco. (A Pierre.) Lo tomas as?, no quers hielo?

Pierre.- No te molestes. Est perfecto.

Alex y Nathan llenan sus vasos. Elisa prueba el licor de alcauciles.

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Nathan.- Y?

Elisa.- Es dulce, lleno de nostalgia y de pimienta (Termina el vaso.)

Nathan.- Ms?

Elisa.- S Me serviste slo el fondo del vaso.

Nathan le vuelve a servir. Elisa sonre a Pierre.


Pausa.
De afuera llega el ruido de la lluvia.

Pierre.- Nada es ms dulce al corazn lleno de cosas fnebres,


y sobre el cual desde hace tiempo descienden las escarchas.
Oh macilentas estaciones, reinas de nuestros climas.
Que el aspecto permanente de vuestras plidas tinieblas.
Si no es por una noche sin luna, dos a dos.
Aplacar el dolor sobre una cama arriesgada.

Nathan.- De quin es?

Pierre.- Brumas y lluvias Adivinen.

Edith.- Tuyo.

Pierre.- Oh fines de otoo, inviernos, primaveras cubiertas de fango.


Adormecidas estaciones! Muy honrado, mi querida, pero es del seor
Charles Baudelaire!

Nathan.- Cunteme, Julienne, la gratifica con poemitas as por las noches?

Julienne.- De vez en cuando. Pero ms bien por la maana!

Pierre.- Por la maana, Victor Hugo! Por la noche, Baudelaire o Apollinaire


Va a perder el tren, Elisa.

Nathan.- Tenemos mucho tiempo, el tren es a las ocho.

Alex.- (A Elisa.) Por qu te vas?

Elisa.- Porque no pienso dormir ac

Alex.- Por qu?

Elisa.- Porque

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Alex.- Porque qu?

Elisa.- Porque tengo que volver

Alex.- Te esperan?

Elisa.- No

Alex.- Entonces?

Breve pausa.

Elisa.- (Sonre.) Si exagero con el licor de alcaucil voy a terminar quedndome!

Alex.- Quers quedarte?

Elisa.- Escuchame, Alex, ya decid irme, tomo el tren de las ocho y listo!

Alex.- Pero no entiendo por qu quers irte es por m?

Elisa.- No

Alex.- (A Pierre.) Pueden llevarla maana por la maana?

Pierre.- Seguro!

Alex.- Volvs con ellos maana por la maana, cul es el problema?

Elisa.- No comprendo por qu insists

Alex.- Y si te pido que te quedes?

Elisa.- Por qu?

Alex.- Hace falta un motivo?

Edith.- Dejala que haga lo que quiera!, qu pesado!

Elisa.- Gracias, Edith

Alex.- Es a m a quien deberas agradecer. No te confundas.

Pierre.- Y si dejamos que esta chica lo piense? (A Elisa) Tome su decisin a


ltimo momento, como lo dicta la sabidura!

Elisa.- Apoyo su propuesta

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Pierre.- Ests muy silencioso, Nathan!

Nathan.- El debate est cerrado, no?

Pierre.- No saba que tu padre escriba. Salto de un tema otro, pero no saba que
Simn escriba. Est maana cuando leste ese texto para m fue una revelacin.

Nathan.- Escriba en su juventud pero no creo que haya persistido.

Pierre.- Si hay un hombre

Nathan.- Que no te imaginas escribiendo

Pierre.- S. Es casi un contrasentido Cmo podemos imaginar un espritu tan


abstracto como el suyo, orientado hacia la matemtica, la msica, dedicndose a
la literatura!

Alex.- No veo la contradiccin.

Pierre.- No es el acto El compromiso fsico, el compromiso sentimental En


fin, yo me entiendo! (Se inclina y vuelve a servirse whisky en el vaso.) Ah, la
vejez, se dicen tonteras cuando uno es viejo!

Julienne.- No cres que tenemos ver el puchero, Edith?

Edith.- Est bien. Me fij al venir.

Pierre.- (A Alex.) Por eso l se desesperaba, porque no escribas

Alex.- Esperaba esta conclusin desde le principio, y sin embargo esperaba que
no llegara.

Pierre.- Perdoname. Todo esto no tiene ninguna importancia. Es el Monzn


afuera.

Alex.- No tengo nada que decir. Jams tuve nada que decir. Cmo escribir
cuando uno no tiene estrictamente nada que decir?

Pierre.- No creo que no tengas nada que decir

Alex.- Ah si? Cres qu tengo algo que decir? Decime qu y vamos a ganar
tiempo.

Pierre.- Mira, estoy cansado. No tengo ms fuerzas para representar el papel de


tonto.

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Alex.- Me decs que tengo algo que decir. Yo te pregunto: Qu? Sabs ms que
yo?

Edith.- Si no tens nada que decir, teminala! No veo por qu nos llenas de
mierda!

Alex.- No te conoca ese lenguaje, mi dulce Edith.

Edith.- Ahora lo conocs.

Alex.- S, lo conozco Ya tomaste un decisin con Elisa? No vale la pena


mirar a Nathan. Como es lgico, el quiere que te quedes

Edith.- Si se queda hay que prender la estufa en el cuarto de abajo, es un nido de


humedad.

Nathan.- Intil, francamente. (Pausa.) Porque si Elisa se queda, no va ir a ese


cuarto.

Edith.- Y entonces adnde va a ir?

Nathan.- A mi cuarto.

Edith.- Y vos?

Nathan.- Tambin a mi cuarto. Adnde quers que vaya? En otras palabras:


vamos a pasar la noche juntos Si Elisa se queda!

Silencio.

Edith.- Tengo la sensacin de estar soando (A Elisa.) Qu hacs? Dec


algo! (Silencio.) Pero dec algo! Todos deciden por vos y te quedas ah como
una estatua! Habl!

Nathan.- No veo por qu te pons en ese estado

Edith.- Yo no entiendo nada! Tengo la sensacin de vivir en un mundo de


locos!... El da del entierro de pap! (Llora.)

Nathan.- Precisamente.

Edith.- Qu, precisamente?

Nathan.- El da del entierro de pap

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Edith.- Es necesario que te acuestes con esta puta?!... Pero dec algo, Elisa!
Te lo suplico dec algo!... Pap, pap, ven!... Me quiero morir

Julienne.- (La abraza.) Clmese, Edith, clmese

Elisa.- Alex, acompaame a la estacin.

Alex.- Te equivocs

Elisa.- Por favor

Nathan.- Yo te acompao.

Elisa.- Vamos (Se levanta.)

Alex.- Esper! (Silencio.) Un minuto? Tengo algo que decirte, slo una
palabra en fin, puede que sea un poco ms que una palabra (Pausa.) En este
da de duelo faltaba un acontecimiento un acto, una palabra En este cuarto
hay alguien que yo crea definitivamente ausente y que acaba de probar lo
contrario Eso es todo. (A Elisa.) Ahora hac lo que quieras.

Elisa.- Ests seguro de que es todo?

Alex.- Ella llora vos te vas (Se vuelve hacia Nathan y lo mira fijo.) Yo por
el contrario, siento una inmensa gratitud Si, es todo. (A Pierre.) Me das un
cigarro?

Pierre le alcanza la caja. Alex se sirve.

Edith.- A m tambin, por favor

Alex.- Ves? Tus cigarros finalmente (Prende el cigarro de Edith y le devuelve


la caja a Pierre.)

Pausa.

Nathan.- (A Elisa.) Sigo a tu disposicin

Elisa.- Vamos. (Se dirige a hacia Pierre y le da la mano.) Hasta luego

Pierre.- Tome un paraguas!

Elisa.- Si Hasta luego, Julienne

Julienne.- Hasta luego, Elisa

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Elisa.- Y mi tapado?

Edith.- Esta colgado en el armario del hall de entrada

Elisa se inclina, besa furtivamente a Edith y se da vuelta para irse.

Alex.- Y a mi no se me dice hasta luego?

Elisa.- Hasta luego

Edith toma del brazo a Elisa.

Edith.- No te vayas

Breve pausa.

Alex.- Vamos a llegar a la cima del ridculo? (A Elisa.) Dos salidas falsas en un
da es demasiado!

Edith.- No te vayas, por piedad No tengo ms fuerzas para hablar

Elisa.- Dos veces es demasiado, Edith, tiene razn

Pierre.- Todava no sali del cuarto

Alex.- Vos tambin te mets!

Pierre.- No interfiero, es un comentario

Elisa.- (A Alex.) Ayudame

Alex.- Te observ desde esta maana. Conozco todo de vos: tus gestos, tu cara,
tu forma de moverte, tu modo de hablar S exactamente como vas a salir,
como vas a cerrar la puerta, y te vas a poner el tapado En el auto no vas a decir
nada, vas a prender un cigarrillo vas a fingir que ests triste Y todo eso me
da lo mismo, absolutamente lo mismo Me esperaba una conmocin Si te
hubiera vuelto a ver en otras circunstancias, seguramente hubiera perseguido una
ilusin Vamos, andate!

Elisa retrocede, pasa delante de Nathan y sale. Nathan se apresta a seguirla,


pero se detiene y se vuelve hacia Alex, buscando las palabras adecuadas. Hace
un gesto de impotencia y por fin sonre.

Nathan.- Hoy envejeciste de golpe Cuidado!

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Alex sonre. Nathan sale. Silencio. Alex da unos pasos y va a sentarse en el lugar
de Elisa.

Alex.- Y el filsofo no dice nada?

Pierre.- El filsofo soy yo?

Alex.- Pierrot, el filsofo (A Edith.) No llores ms, ya se termin.

Edith.- Lo quebr todo

Alex.- Pero no

Edith.- S

Alex.- Te digo que no! (Silencio.) Est bien, Julienne?

Julienne.- S, s

Alex.- No es agradable la familia, eh?

Julienne.- Escuche Alex, por favor, deje de hablarme como si fuera una
retrasada

Alex.- Ah bueno!

Julienne.- Le aseguro que es muy desagradable.

Alex.- Piensa que hicieron bien en irse?

Julienne.- Qu pregunta!

Alex.- No hay trampa. Tengo curiosidad por saber lo que piensa.

Julienne.- Ah s? Y cmo quiere que le conteste?

Alex.- El 504 est adelante del andn Elisa est furiosa, se le enrula el pelo
cuando llueve (Pausa.) Me siento bien me siento totalmente vaco, pero
bien.

Silencio.

Pierre.- Vaco s.

Alex.- Dnde se conocieron ustedes dos?

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Pierre.- Ay, ay, ay Dnde? (Julienne suspira.) Por un anuncio.

Julienne.- Jams en la vida

Pierre.- Bajo las arcadas del Palais-Royal

Julienne.- Ms simple, en la casa de unos amigos en comn.

Alex.- Un flechazo?

Pierre.- Para ella, s.

Julienne.- Sabs que sos muy cansador?

Pausa.

Pierre.- Ella tena una capelina escocesa

Julienne.- Cmo una capelina!

Pierre.- Cmo se dice? Una capa?

Julienne.- Una capa! Una capelina es un sombrero, idiota.

Pierre.- Entonces era una capa, y s paseamos bajo las arcadas del Palais-Royal,
sin que la pudiera tomar del brazo ni un solo segundo, dada la forma de su
vestimenta.

Julienne.- Hubieras podido hacerlo muy bien, solo bastaba que yo sacase mi
brazo.

Pierre.- Pero no lo sacaste

Silencio.

Alex.- Continen Adoro esas historias.

Pierre.- Las pequeas golosinas del recuerdo

Alex.- Sigan denme el gusto.

Julienne.- Las pequeas golosinas! Cuando est en forma, con eso quiero
decir cuando el pblico es bastante numeroso, y por supuesto est dispuesto a
escucharlo, es capaz de los peores inventos sobre nosotros. Lo escuch contar
unas historias que no solamente no tenan ni pies ni cabeza, sino que adems
terminaban por ridiculizarnos.

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Pierre.- Y sabs lo que ella hace en esos casos? Dice: Pero no!, qu ests
contando! Cmo me hacs quedar?

Julienne.- No. Yo no digo nada.

Pierre.- Pero pons una cara es peor.

Julienne.- Nada de eso.

Silencio.

Alex.- Qu ms?

Pierre.- Ms?

Alex.- Ms

Pierre.- (A Edith que se levant.) Adnde vas?

Edith.- A la cocina. (Sale.)

Pierre.- (A Julienne.) And a ayudarla no la dejes sola

Julienne se levanta.

Julienne.- Su hermano va a volver?... Qu vamos a hacer con todo ese puchero


si slo somos cuatro?

Pierre.- Se lo podemos dar a los gatos.

Julienne.- (A Alex.) Tiene un gato?

Pierre.- Son gatos vagabundos, que aparecen (Julienne sale.) (Pausa.)


Sos?

Alex.- Si sueo?

Se escucha ruido de agua y golpeteos regulares. Alex est recostado en el silln


con los ojos semi cerrados.

Pierre.- De dnde viene ese ruido?

Alex.- Es la gotera.

Pierre.- Ah

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Alex.- La tap con repasadores, casi me mato.

Pierre.- Tu hermana sigue viendo al no s como se llama, al representante de


vinos?

Alex.- Jean Santini. S.

Pierre.- Entonces eso sigue No me anim a preguntarle hoy, era un poco


Pero tu gotera est muy mal!

Alex.- Me gusta me gusta ese ruido.

Pierre.- S?... bueno (Silencio.) Ah, que bueno es ser viejo Mierda!

Silencio. Vuelve Julienne.

Julienne.- (A Pierre en voz baja.) Llora

Pierre.- (Despus de una pausa.) Edith!

Alex.- Dejala no hay nada que hacer

Julienne.- Tiene ganas de estar sola hay que dejarla sola

Pierre.- Sentate.

Julienne.- Voy a sacar los vasos.

Pierre.- Enseguida lo hacemos.

Julienne.- Bueno.

Pierre.- Tens que moverte?

Julienne.- No, no, me siento. (Pausa.) Qu es lo que golpetea afuera?

Pierre.- La gotera.

Julienne.- La gotera hace ese ruido?

Pierre.- S.

Pausa.

Julienne.- Tom este chal de la entrada, no se puede decir que combine bien

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No est fresco?... pero los radiadores estn prendidos.

Pierre.- Es la humedad

Julienne.- S. Las paredes estn hmedas.

Edith aparece de improviso, muy agitada.

Edith.- Hay alguien la puerta Alguien trata de entrar! Escuchan?

Breve pausa, Nathan y Elisa entran en el cuarto.

Nathan.- Somos nosotros (Pausa. A Elisa.) Ven. (La toma por el brazo y
avanzan. A Edith.) Vimos una sombra que pasaba huyendo por el corredor. Eras
vos?

Edith.- Escuch la cerradura y cre que alguien forzaba la puerta

Nathan.- No estaba con llave, solo la abrimos.

Edith.- O ruidos.

Breve pausa.

Pierre.- Volvieron o nunca se fueron?

Nathan.- Nos fuimos y volvimos. (A Elisa.) Sentate.

Elisa se sienta tmidamente. Silencio.

Julienne.- Esta chica est helada! (Se levanta y le da el chal a Elisa.) Tome,
envulvase con l Perdneme Edith, lo encontr en la entrada, supongo que es
suyo.

Edith.- (A Elisa.) Tens fro? Quers un sweater? Arriba tengo mucha ropa.

Elisa.- No, no, nada gracias con esto es suficiente. (Elisa se pone el chal
sobre los hombros y sonre a Edith. Edith le sonre.) Huele bien al entrar

Edith.- S?

Elisa.- S muy bien (Pausa. Elisa mira a Alex.) Dos salidas falsas

Alex.- En un mismo da Por qu no?

Silencio.

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Pierre.- Entonces ustedes realmente se fueron y volvieron? (A Julienne.) Qu?
No hago preguntas!... Mi mujer me desaprueba, pero no hago ninguna
pregunta!

Nathan.- Salimos de esta casa S Edith?... Acercate Qu hacs all?...


Atravesamos el jardn, bajo la lluvia subimos al auto prend el contacto... los
limpia parabrisas las luces Elisa estaba silenciosa No prendi un
cigarrillo, tampoco simul estar triste Nos quedamos en el lugar, un minuto tal
vez Durante ese minuto pas algo extrao y repentino La estacin de Gien,
que cremos que estaba en Gien, estaba ac, delante de la verja El reloj en lo
alto del frente del edificio marcaba las siete, tenamos una hora por delante
(Pausa. Da algunos pasos, se acerca a la ventana y se vuelve.) Haba toda clase
de gente sobre el andn, sombras con sus equipajes, siluetas de choferes, taxis,
las luces de los hoteles Le dije a Elisa: Entremos en un caf All le cont
un recuerdo de hace treinta aos en esta misma estacin, me dijo: Me horrorizan
las estaciones Convinimos en que esta sensacin de estar en ninguna parte
provena de la noche y de la provincia Y mientras hablbamos, el reloj giraba
y la hora pas Cruzamos la calle, nos precipitamos a la boletera para comprar
el boleto despus el andn, el silbato, el primer vagn en el que subi Hubo
un ruido de puertas, un ruido de chatarra y el tren parti Lo vi desaparecer en
el campo y desde su ventana vio al campo disolverse La estacin tambin
desapareci Apagu el contacto, apagu las luces e hicimos el camino a la
inversa, corriendo

Silencio.

Alex.- Sabs por qu nunca escrib?... Justamente por eso por ese tipo de
cosas La pgina siempre qued vaca en ese lugar (A Elisa.) Ustedes se
fueron Los cuatro nos quedamos ac, sentados, ac, en este mismo lugar, no
me mov Y despus pas una cosa extraa tambin, muy extraa Estaba
sentado en el asiento de atrs del 504, vos estabas adelante, Nathan manejaba,
haba prendido los limpia parabrisas a doble velocidad de eso me acuerdo
perfectamente- el caucho estaba deteriorado, haca ruido cuando raspaba
Pasamos Dampierre, pusiste msica era un quinteto de Schubert Te diste
vuelta, me preguntaste si estaba muy fuerte y dije: No, no, no, no, No
cambies nada, sobretodo no cambies nada. No cambiaste nada y ech la cabeza
para atrs, y vi los rboles, los hilos de agua que se estrellaban en los vidrios, la
mirada de Nathan en el retrovisor, la mirada sonriente de Nathan y la noche La
niebla y la noche Y estaba, como decirlo vaciado, ingrvido en el asiento de
atrs, confiado, protegido, tan bien que era imposible expresarlo
(Pausa.)Escribir es exactamente eso, ir a alguna parte donde no vamos A
pesar de lo que hagamos, sobre la pgina vaca ya estn el retorno y el fin de la
aventura A los veinte, imaginaba mi obra, siete volmenes en papel Biblia, un
mundo de titanes, estruendosos, elevados por el oleaje, devorados por no se qu
frenes Seres tumultuosos, con todo en ellos, todo el genio, toda la fuerza y el

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agotamiento A los veinte aos tena ese tipo de visin Y en lugar de todo
eso, la imposicin cotidiana, la pequea herida en el centro del mundo, el
transcurso interminable de los deseos, de los gestos intiles El laberinto de los
caminos intiles Y tambin la ternura la ternura que me paraliza
(Pausa.) Y el supremo puchero que Edith nos prepar, y al que le voy a
espolvorear con todas las hierbas aromticas vivientes de la cocina!

Edith.- Intentalo!

Alex.- Ya vas a ver!

Silencio.

Edith.- Recin llam a Jean por telfono. Viene.

Alex.- El Seor Ts-Ts viene a cenar?

Edith.- El Seor Ts-Ts viene a dormir No llegar antes de la medianoche

Pierre.- Por una noche sin luna, dos a dos

Julienne.- Terminala, Pierre. Por una vez, callate.

Pausa.

Alex.- A la mesa!

Elisa.- Ya?

Alex.- Querrs decir por fin!

Apagn.

Fin.

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