El Arte de Las Sombras
El Arte de Las Sombras
El Arte de Las Sombras
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ES PROPIEDAD
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Pues bien: la silueta o f reoc az erndito Zas tres cos,is: Za a.ntig iiedad, [(I
prosapia y la conjetura.
La anti[Jitedad, poi'que en la noche de la historia y ei1 la noche de las
cavernas ciparecen, con los vrmeros dibu io, las prini&1as slliietas. Oas
todo el arte 'rttpest,e es de sueta.
Las ['igu,ras ele los va.so.'i (Jriegos son, en !Jtan parte, siluetas.
En Za Persia 1nedieval dicen que ewistian. ya tae silu.etas, pnes e11 alyu
nas bibliotecas alemanas g1iardctn, a lo que pasece, texto persas co or-
11arnentaoin de silueta.
En la Oonsta.nHnopla. del siylo XVI existia,,(e.(Jtn aseg71rrtn autores
'nn gremio de recortadores en silueta. Y e,~ el siglo XVTI-1681-for,n.aba
nn lbum de siluetas suua.s Hn tal Schae] er, y veihte aos 1ns tarde un
tal Hu.
Era.n esta siluetas a ti.tera., cortadas en papel blanco y pega.dct.~ en. pa
peles de colores.
Ta1nl?itn es an.tic1ufsimio el teCTt10 de scnnb1a.s chincsca8. En Ohin y en
Jama es ele abolengo sec1tlcir ese teatro. Y ha,y 11t1if.ecos del voe del Nilfl
que eran usados en los tiem,vos niedievales.
El teatro de sombras chinescas alcanz di/nsin en Eurovr,1,, y a co
?1~.ienzos d1l siglo .Y.VIII, qtte fii llevado de Londres, se inaug11raba en
Harnburgo un teatro de sombro chinescas.
J F1i el teatro de esta ctase el que motiv en Eu,ro11ci la boga de la
;,;ilitetu? Lo fuero, o no lo f nero.., la silueta triunf y estii,vo en moda por
los Si{Jlos XVII y XVIII. En salones cortesanos y en casas pa1t1culares
buscaban. y cortoban sihtetas. Incluso en la iglesict rnisrna, sobre todo e
io conventos, tueroii usculas conio adorno y conio irn,genes eiluetccs de
Santos y de Vrgenes.
Se hiciero11, escenas enteras de traza contplicadsi?na: tal una caoeria de
cien:os que con.w~rv<t el Museo Nrtciona,Z de Mnnich, toda. ella en silueta ..
:,; en la que se ha p1ocn1'ado consegiir la verspectiva oracias a la especi.al
colocacin y al tanut.fio y relacin. de tinas silu,eta,s con. otras.
Pero la, boga 1nayor del arte ele lfl,S soinbras correspondi al retrato.
I11glaterra y Aleniania acogieron el arte <1!J la tijera con apc1.sio,1uuniento.
Hubo coleccionistas de si,lnetas co1no en la act11alidad ele sellos de correos,
y ccimbictbctn silu.etas e1itre s co1no hoy los filatlicos canjean senos in
ternacionotmem.
Pasc1, a Norteemrico. la molla) y el propio Benjamn F'ranlclin enva,
c1,1no regalo selecto, o df! oportunidail, itti retrato en silueta (, persone eu
rope a quien esti1na.
Al. otro lado del 11ui1, a los Bsttulos Unidos, fn un.o de los .siluetisto:c,
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l
Y aqu viene el 1nom.ento en que Zas sonibras, no slo ofrecen inosapia
-puesto qne interesar()n aZ artista y al cientfico en toa partes del
rr~1"ndo -, y 110 slo antigii.eda<lpnesto qu.e naceti en Zas rocas caverna-
rias, sino ig1ial1nente litigio, controversia, d-iscusin, rnotitios pa1a l<t du
da y par la conietura;
Debido a q1t, nuestro Esteban Sil11eta pt.ul0 legar sit apellido al arte
de pcipeles reoortados t Hliy, por lo ntenos, tres gntpos, de/ ensores de
sendas hiptesis.
La casa del seor de la, Siluetct estaba llena de dilnc,1os reoortados, obra,
del provio ex niinistro, que f1i 11,1t hbil y [ervtente aficionado al arte de
la tijera. De ah que para al[tunos se deba a esta circiinstcincia el q1i0;
1,a.sara el cvpellido del ministro a cal'ifioar las obras de que hablamos, y
quedara ye;, despus el sustantivo desligado y si?i alndr para nada. a s1
origen, lo rn:is1no q1.ie las 1nignardises~. por ejempto, no indican ya cosa
alg1.ina q1ie se refiera a Mign<trd, ni el cordobn a Crdoba, ni los perga-
minos a Prgarr,,(), i1i los mausoleos o, Mansolo.
Parece esta versi61i Za ni,~ eeecui; pel'o hay otras. Una, 1,n s'i, es no
(:).S conoept?osu, y otra, un si es divertid<L. 8eg1hi la pri?nera, conio los di
Lnjos a mancha de que habla?'lios er<.in ligeros y esnoros, se les cl.i el
nombre del Sr. de Silueta, por ser l ta1nbin, segn varios, ir,1u1nentc
ligero, s-i:n resistencia y emero. Segf,n Za segunda versin, se di a los di
b'c.ijos en cuestin. el nombre del ministro, porque, como los d,ib-itjos ercin
sobrios, despro,,'istos de ador'fl.os y no requeran dispe'tidios, eran<t juicio
de los satricos de la Jocaverda.cleros retratos de poca (le criS'is-, como
diramos hoy: retratos de au,ste1idad y en. plan de economa,<;, co>t arreqlo
a los man<lc,tos del bueno de D. Esteban. Retratos a la silueta quera de-
ci1 entonces retratos swietos a las condiciones de peni.tenoiti o de sacri
ficio pblico en niateria de coononia, segn. toe prescripciones o deseos
~el hacendista Etienne de la Silo,uette.
Qi1, 1;ersi6n es la verdadera? All los er1iditos investiguen y los con-
jetnrado1es hagan ooala! Nosotros nos limitarnos a citar Zas tres ver-
siones, cotigratuZttidonos de que este gnero de arte pueda a?iadir a las
muohas circ11nsta11cias atractivas, esta de oirecer un haz de titubeos y de
enigmas al misterio de s1i umbrio territorio.
No ya los eruditos; Zas psiclogos de la historia pod?an, aqu hallar
rtcotivo para, vrofundizar en, el mister.fo de esoe cristalizaciones histricas
q1.1e amo-no opi,iin,~. pnpiilaridad, gloria, fama... Por qu si
entono.es era, f recuente llamar a los retratos de so1nbra perfiles a lo Pom
Io
padoitr no se llam a stos .pompadures) si ett era rn,s famosa que el
1ni1.tistro, y, no obstante, fu l, uamaao a ser olvidado como personaje
hist,ico, el elegido para perpetu,ar s1t no'lnbre, sobreuivit as, de esta 1na
ne, .a. in
. d'irect a." ...
Por u,na u otra. rClz-n, pasado casi un siglo, en 1885, da la Ac~demia
Francesa entrada en. ql Dicoionari a la, palabra silueta.
Las sueias un. sido rea.li.<1a..dc1.s de difere'l'ltes maneras: a mancha, a ti
jera. con velo, y en la. act1,alidcuL, alg.wna que otra, vez, fotogr/ica/rnente.
El arte de Za sil1-1,eta, en ,inor, va 1tnido al de la tijera. La silu.eta a pin
cel puede, en efecto, ser i,nc;i, s-ileta; pero lo tivico de una estilizaci6n
.si11,etistci proi,iene del carticter obl9ctdo qi,e im.pone al trazo el materia.l
por 1in. lado y el instrwniento por orro. La moestria clel siluetista no ha de
ser de dibu..fante tan slo: ha ile ser de cortador, de decowpeur, y no
por 9anas de buscar dificultades, sino por la ra;;n, dicha de que e1nplectn
do et papelo el -nietal-y lct tijeia adquere la diccin peculiaridades es
'f6Cficas que no .se dan ilibt1,ja.ndo.
Por 1tna razn anlogct, no dejan de tener tarnbin su. araosa las .;;ilne-
tas de pelo: porque hay 1.oi pr.eciosi.smo minttcioso que corresponde a 1,n
extrao sisterna de e:rpresin, tan ridici~lzculo rnuchas veces, pero tan cu
rioso no pocas.
Esta clase de siluetas f u aplicada a medallones, gua,rdapelos y sortijas.
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"lt!ANUEL ABRIL
r 'I
EL ARTE DE LAS SOMBRAS
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1~(1 '- l'
~UE'\.A de Rernigia ... Ares del 1Vfaestre, Escena de la
caza del ciervo y escena de la caza ele una cabra.
~ :'2>: .
t.
b--:s::~~
m Observen el movimiento en escorzo del hombre que
tira la flecha. Este hombre se encontraba en acecho
con las piernas abiertas mirando venir la cabra o
esperando su llegada. La cabra ha pasado, y el hombre la
ha ido siguiendo con la vista, sin cambiar la posicin de los
pies, pero girando sobre la cintura. casi r8oti, y sornetien-
clo a igual tor in la pierna izquierda .. ~\1 menos el dibujo ex-
presa el proceso de este n10,Ti.111iento con una perfeccin
asombrosa.
F] acreditado pintor Antonio Perca ha descubierto en es-
tos ltimo aos estas pinturas y ha publicado acerca de
ellas una monografa.
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2 17
la silueta griega- cmo no, tratndose de grie-
MAU./Jl~lE)E
gos !-su leyenda mitolgica: esa leyenda que otros
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~ v atribuyen-generalizndola-al origen del dibujo.
Una joven, para conservar el recuerdo de su amado,
s.l.UU!~"' que se va a la guerra, traza sobre el muro, con un
carbn, el contorno de su figura, y despus la rellena de
obscuro.
No sabemos si el amor de aquellos novios sera duradero.
La ocurrencia de la joven hizo escuela, y as, por silueta,
est decorada casi toda la cermica griega.
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1
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?l~~i\~~\ '' de la poca-tales corno J ordn,
ARTOs "perfilistas
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' .f ~\ ~} Herdson, Roscnbcrg-pintarun sobre cristal las si
~ ~\, , ; j~luetas. El grupo ele artistas, desconocido, que aqu
t_ 2;11 .,_
,:> d . l .
lti.;~}j~~lf repro ucuuos, pertenece a esa clase e e trabajos.
i\Y(i~ Debajo-y tambin de autor clesconocido-Ja si-
lueta ele Lord Eyron.
Desde 1785 trabajaba en su estudio de la calle ele Flcct, de
Londres, Mrs. Bectham, una de las primeras y mejor es si-
lueiistas de Inglaterra.
Retrataba a los jvenes y los embelleca; retrataba a los ni-
os, pintando el traje, silueteando la cabeza y colocndolos,
por lo general, en compaia del perrito.
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LGCNAS siluetas pintadas sobre cristal combado deja-
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artificio simplista para obtener siluetas. La obra
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e 1.1 es de poca-de J ohann Rud-; es, por lo tanto, un
documento tornado del natural probablemente.
En el sellito de abajo, el sabio I .. avater, que-segn
decirnos en el prlogo-se interes grandemente por
las siluetas, aunque no por su inters artstico, sino por su
inters f isiognrnico o frenolgico.
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de pintor siluetista, Profesional, probable-
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W ~~ mente, del arte de la silueta. El dccumento=-de che-
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~~ nan-Ouvrier-, documento de la poca, nos hace
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del Fligenden B!at~ern del ao 1884. Sabido
JLUETA
~. ~~))\:\ es que por entonces se hizo moda entre el seor:o
~~ ~ suplantar a los cocheros. El cochero iba detrs; el
~\irl seor, en e.1 pescante. ~l exc~sivo acic~lan1iento del
Vci\Jil\tl.~ dandy, nacido a la sazn, habia producido, por reac-
cin, el tipo ele seor que hacia gala de varonil 111020 ele cu:i-
dra, jurando con10 un carretero, pasndose la vida entre ca-
ballos y "escupiendo por e1 colmillo". Determinadas seoras
-las antepasadas ele las sufragistas actuales=-, antes ele que-
rer tornar las riendas del Estado, tomaron=-como se ve-la:;
de sus coches.
4
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r:f , ~;t~ 11:::-,:E \ lernania en curso de publicacin una biblio-
~ ~ teca ele ternas variadisimos : desde los cdices mi-
,~(,
t'?,t\f%~~ . '
~~UEVA muestra del mismo autor. Es un holands de 'a
: v.,;,~ silueta: da sensacin de f arniliar intimidad con po-
Vi ~~-:;1~ : cos recursos v medios; a veces, sin ms=-como aho-
?. \1 ~'tfj >:
if~f~"' : 7. ra-que unos cuantos muebles familiares.
/,';',/2"';;-'
r,JL..l .
RA~ honra para el autor la amplitud de que li\J:- da
muestras of recindonos esta afiligranada ejecucin.
despus de los otros ejemplo . Los negros eran tan
profundos .v la composicin tan slida y maciza, que
pareca concebida para que fuese realizada en hie-
rro. En c. ta obra. en cambio, la inspiracin va a la natura
leza, la factura se hace delicada, y el autor logra el acierto,
lo mismo que en los casos anteriores.
40
1
~oNsf:RVANSE en la biblioteca del Senado unas sorn-
~ bras o per Iiles de varones esclarecidos de la Corte
. . del 111s inocente <le los Borbones de Espaa, el buen
~- Carlos IV, que son poco conocidas, pues slo e..nn
motivo de la Exposicin del Centenario del 2 de ina-
yo de 1808 salieron a la vista pblica, al conjuro del organi-
zador de la misma, el prestigioso historiador y acadn .ico
don Juan Prez de Guzmn y Gallo."
Esto escriba el buen catador de escondrijos artsticos Ioa-
quin Ezquerra del Bayo, en la revista Arte Espaol, el
ao 1926.
\\\\':'~\!~
: ~TuJ
1 se
~~~~(/' observan atentamente estas siluetas, no se sabe
qu admirar 111s, si la naturalidad de las actitude-.
~i,~~~~
\~
~- @>~ e! gran parecido ele las cabezas o la sencillez -v gran-
~~~"@ uiosidad de lneas ele la indumentaria, e instintiva-
:ese1U~\\\~
lgj ~ mente se interroga uno: quin podr ser el autur ?
44
~~
~~~Nlos armarios ele Palacio, entre polvo y olvido, :,~. 1
~ f~-~ uescubierto los devotos celadores del tesoro del J)_
~ ,<: ~ trimonio una coleccin de trabajos de papel-n1uy
f~ffl
-- ~'_~ -
I
-~1~01TA y espaola esta obra de la pgina de enfrente.
r
~~ ~ fines del siglo pasado, por efecto de la moda a que
A...
crlJ ya nos hemos referido, convocaban a concurso de-
l ] ~ terminados peridicos de la poca. En uno de estos
1
50
~'\'~:l~l~(
~1' . .1((~12:_:l-.UTZAS' no l raya act 11a l mente pais, a 1 r;u110 en e 1 que <e
iJ\ff:;. ~ encuentre el nmero enorme de siluetist as que ha-
~;.., , i'1;r,,r{~~, ,lli\ 11 amos en r \l. <~111ar11a.
,.:1i . I I ay pu bl. icacos
1 ca 1 en d ar .ros
)t~II .'.;;:_~! de siluetas, para cada da del ao, una hoja, y, en
. :,'le'''
;,\~'!r, ~~/.'/,,
,, ~~~
=-"\i1/~' cada hoja, una silueta distinta, ele alemanes todas
ellas, y en donde puede decirse que casi no se repiten las f ir-
mas. Esto implica la existencia ele unos trescientos autores
que pueden presentar siluetas. algunas excelentes, todas dig--
nas. Una, sta, de Luisa Buchsel Schmidt.
~~ffJ11
t~~ t~ la escenita presente es su autora Carlota Hcrbig.
t ,~?s J,a .n1itad de _los autores .1le111anc~ del presente son
f ~~ /} mujeres, f enomeno que no habr ele sorprender :t
tli1~~ nadie. Es natural cine el arte de la tijera sea f eme-
l~ili~ nino, pero entre nosotros no es frecuente, y seri.t
bonito aadir al arte de la tijera la sensibilidad de una mu-
jer dedicada a calar en el papel escenas y delicadezas de vida,
de arte y de gracia.
':"~' .
-r~Li)~~~~
\?~~---2.Ji~
~~~~L candor pastoril de la escena-pese al zapato de
~ :m
s < ~__ ~
~~
tacn, nito y bien alto, de la dama, pelo al vienro-
denota el afn, por parte del autor, de seguir la t ra-
dicin del xvur. Advirtase la excelente calidad
~~,g
,~:"= obtenida evidentemente a tijera-del ramaje sin bo-
jas del fresno. Es obra de Toni Christrnann.
esa labor casi de insecto! El hombre antes, para su
bien y para bien de no pocas obras grandes, no tena prisi
en el mundo. El Primor se desposaba con la Paciencia. No te-
miau, as unidos, ni al trabajo ni al tiempo. Y los hijos na-
can, con frecuencia, pacientes y primorosos.
~~~ BR:\ de Karl-H einz Dobste. La gracia y, sobre todo
.
fl~fl;:;J
'
i el grarisn1<:i, salvan lo que ?uclier~ ten~r. ;le sentimen-
~~~\,'. j tal consabido y hasta cur si la disposicin y el terna.
~.f:?I~,ij
No hay aqui cursiler ia, porque la diccin no es re-
~~~l~ dicha ni efectista. La simplicidad de los negros dan
sobriedad, y la notita del pjaro-n1ancha de intermediaria
intensidad entre la gran mancha ele ella y la pulverizacin
de gotas negras del arbolillo ii1grviclo-convicrten la escena
en una especie de caligrafia musical, pentagrarna para los
ojos de discrecin pulqucr rima .
..
6()
\,,i'-!.::l:"~ij1:J1~R, Edith Eiden, la autora ele esa obra. No poda
ser por meno . La delicadeza es femenina, y el acier-
to, de simplicidad notabilsima. Noten cmo a cada
arte corresponde un dominio inalienable. Qu otro
arte hubiera nunca ejecutado un tema como ste?
J Ia sido la ti jera la que ha trado al alma la ocurrencia de
ese encaje, natural y de arte a un tiempo.
62
no 111c-
(,4
.
~ '""' '":.~I
- ~
70
~~~RES obras ms del italiano Ugo Mochi. En ellas pue-
~t f[ de verse la variedad de ternas y la originalidad na
~, ~(1~ tural de su observacin, unida a la d~st1~eza d~ ~~1
~({A ~~1 mano. Alguna~ ele sus obras-panoram.1cas ~1lu~-
~ i ~A tas de Florencia y Roma-alcanzaron dimensiones
no conocidas anteriormente en esta clase de trabajos. 1'..u11
bin le distingue la singularidad de usar para fondos pape-
les <le medias tintas y celajes que atenan el contraste usual
entre lo blanco y lo negro.
72
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#:,~ ...,:#
..........
l\\~~
~ \. ijECOJA.M:os en esta revisin
~'~ . ' .
e.1e111pl os ce
l 1 1 ueta ap 1-
1
i4
~ ARL V rigt es el autor de esta ilustracin de cuento
~4J..1ar.,::_ infantil, particularmente feliz por la novedad de JJ
composicin, que distribuye expresivamente el ara-
besco. Apropiadisima factura para la realizacin a
tijera y composicin feliz, no por sencilla menos
afortunada.
~)) ~'fYD
~~ ~ h ' . .
~ .. , .. o son mue as las si netas cormcas, y no es cierta
gY.:., ; : mente el gnero en que se lucen ms las siluetas.
~ i~u; 6 Este s es fenmeno extrao, porque el gnero se
~~ presta a la arbitrariedad y descomposicin de los
)'Ir~~ trazos. La sombra es ya ele suyo gesticulador fan
tasma que parece burlarse de nosotros, aspaventeando corno
un espantapjaros. Este .11niigo de las flores} de Schulze 1-I er-
zog, est bien de mancha y negros, pero rarnploncete de trazo
y vulgar de comicidad.
-s
~--
-~7--~- ,._
glo XIX.
So
W.//!;~
~~ OTR0 tanto podernos decir de este grupo ele murjru:
"i:~J\..~ tas, de Martin Ritter. 1~ una comicidad del tienu
'fi:;r .liil
"v.~
de las murgas. Muy p~ica Madrid C'.nico, dir_i,
~}f.~ mos nosotros en Es pana. En ~.i\ lemania, no se.
!J~ Muy Fligcnden Bltrern, acaso.
~~
~ ~~lt N esta serie de sombras que aqu vemos ha tratad
Errna Paul Allen de clasificar unos cuantos tipc
de maridos. Tom, el deportivo, es una de esas cr i:
turas enrgicas y activas que lleva a su pobre mt
jer a cazar, a subir rnontes, ya con nieve, ya si
ella; cargados de morral o sin cargar, pero agotando a la ir
feliz ele la mujer, que 110 puede seguirle. Dick es un carnp-
chano camarada, que e11 cuanto ve a un amigote, le abraz:
le da palmadas, le acoge con alborozo y ... se va con l al caf I
dejando a la mujer que bufe y rabie. H arry es uh mozo atra:
tivo y hasta fascinador; a su mujer le atrae y le fascina, pi
ro ... tambin a las otras. Y Harry, tan delicioso con su mi
jer, no deja de ser delicioso cuando est fuera de casa. jac
sera excelente sin los celos. Pero celoso corno es, no ha
quien le aguante.,; Su mujer no puede dar ni un paso--i
paso del onc step-sin que Jack se sienta al instantc=corn
el otro Jack famoso--clestripador y energmeno. Ned, e
cambio, rene las tres condiciones de todo marido perf ectc
cheques en el libro ele cheques, dinero en la cuenta corriente
tinta en la estilogrfica, para f irrnar con una mano los ch.
ques, que entrega con la otra a su mujercita querida.
SS
~~fl'i~TRO maestro extraordinario de la silueta moderna.
VV. Repsold, es bueno como humorista y es buen
corno estilizador de la tijera. Esa expresin se debe
a la tijera, y slo con la tijera puede obtenerse una
1 diccin ele ese tipo. Repsold merece doble atencin
nuestra, por haber hecho en silueta ilustraciones al Quijote.
de los verdaderos maestros
rno a tijera.
~~-
. .
~
.',
,.r
.A
.'
..
93
v0 UEGOS de humor y destreza con estilo: de Otto Bl
\\l.!.'Ul.~'
94
~~~As sombras en el teatro: en el cine. Las siluetas
. , movirniento han sido utilizadas en el cine para ,
r ias pelculas. Los espaoles vieron-y admiraron
hace aos la pelcula Sombras, en la cual aparee
episdicamente, una representacin de siluetas, pr
bablernente de Engert, por lo que recordamos del estilo .
Aqui darnos dos muestras: una, la inferior, del film L
celos de Barbouille, de Cavalcanti ; otra, la superior, ele A
lequin, de Lotte Reinigers.
,, .
'
'
'.;
+,'
'.
'
, EN' esta otra lmina vemos, por el envs. las mue
~'Jrif/a,
cas recortadas y articuladas que Lotte Reinizerl::,
98
de Las siluetas a la fabricacin de veletas
PLlCACIN
o giraldas. La lnea es di vertida, y la solucin, inge-
niosa. No basta en esta clase de obras el acierto del
dibujante: es preciso que, adems, se distribuya la
masa total corno requ icre la finalidad prctica a que
han de ser destinados. Distribucin del peso, superficie sufi-
ciente que oponer al empuje del viento y desproporcin de
masas entre las dos mitades de la chapa.
Los adjuntos proyectos de veleta son originales ele John Held
(Junior).
100
JSTORIET1\ en figuras . iluetadas. Notable por la e sti-
lizacin decorativa de la composicin, por la esque
matizacin expresiva de los animales y por ser de
autor nobiliario nada menos: William, conde de
Hardenberg.
102
cin. para salpicar de tinta y travesura las revistas
mundanas de estos tiempos ha tenido un intrprete
feliz en este siluetista.
----0
-o
~r,r N
pastor y ganadero salmantino, Santiago Snchez, ha
0
:~ ...,,
}~ 0practicado el arte del dibujo y el arte de la tijera
f r~
,11, , ; , _ con toda espontaneidad y sin que nadie le haya en-
aii seriado .. A. solas en el aisla1~iento del c~n1po,_ ha id?
~~ : ~ \ llevando al papel lo que vera, con pref erencia, am
niales: los toros, los perros de su propiedad. Incluimos aqu
unas cuantas obras de este siluetista espaol y "folklrico",
si se nos permite la palabra. (Vase Juan Cabra: EZ arte
plstico y las siluetas de los campesinos aciuales.y
106
;''l,i">t ~:s;t:i
~..,~;~.,~
108
~(O)~I
~~- ,nti ER.:.TINAiros. P. ero J a t1 Jera
sigue, e1ispuesta a lanzar
1
~ 1, al mundo criaturas. De quin es esta silueta? No
110
/