Sánchez, Gonzalo - Guerra y Política en La Sociedad Colombiana
Sánchez, Gonzalo - Guerra y Política en La Sociedad Colombiana
Sánchez, Gonzalo - Guerra y Política en La Sociedad Colombiana
por los que ha pasado el todava Das), para dar slo algunos ejenplos de
inacabado proceso de formacin de la na- una larga lista. Desde el punto de vista de
cin colombiana. la segunda referencia y sin que ello repre-
sente un contrasentido, la historia de
II. LAS GUERRAS CIVILES Y LA Colombia en el siglo XIX se puede leer
POLTICA tambin como una historia de
Constituciones, las ms notables de ellas
Abundan en Colombia los relatos, producto de la guerra misma. Tal fue el
crnicas y "memorias" de las guerras caso de la de Rionegro, en 1863, a la cual
civiles del siglo XIX, pero carecemos Vctor Hugo habra hecho el incmodo
todava de vsiones de conjunto que nos elogio de calificarla de "Constitucin para
permitan caracterizar la dinmica entre ngeles", y de la de 1886, que en sus
guerra y sociedad, es decir, que hagan lineamientos esenciales est an vigente.
viable una sociologa de las guerras civi- En este contexto, la guerra se comporta
les. No obstante, disponemos de los como fundadora del Derecho, del orden
elementos suficientes para la jurdico-poltico, de una nueva institucio -
argumentacin general de este ensayo 4 nalidad, y no como fuente de anarqua.
De hecho, en este pas el culto y la
Guerra y poltica son prcticas colectivas fascinacin por las armas no ha sido
simtricas e indisociables en el siglo XIX. incompatible con el culto al formalismo
En efecto, la memoria polftica del siglo jurdico. No en vano y desde otro enfoque
XIX en Colombia se construye sobre la se ha podido hablar de "guerras cons-
base de una doble referencia: desde el titucionales ,,s.
punto de vista de la primera, la historia
nacional aparece como una historia de La guerra en Colombia en el siglo XIX no
guerras y batallas. Guerras y batallas de es negacin o sustituto, sino prolongacin
Independencia, por supuesto, pero de las relaciones polticas. La guerra,
tambin, con posterioridad a las luchas podra decirse, es el camino ms corto
liberadoras, las guerras entre caudillos para llegar a la poltica, y mientras las
que se afirmaban a nombre del combate puertas que podran considerarse como
contra la anarqua, tal la Guerra de los normales permanecen bloqueadas, ella
Supremos, en 1840; las guerras federales constituye en muchos aspectos un
(1860, 1876-77); la Guerra de los Mil singular canal de acceso a la ciudadana.
Das, al quiebre del siglo; la batalla de Pero si las armas aparecen como el
Garrapata (1877), la batalla de La lenguaje duro de la poltica, y las guerras
Humareda (1885), las batallas de como el modo privilegiado de hacer
Palonegro y Peralonso (Guerra de los Mil poltica, la poltica a su vez no puede ser
pensada sino como un campo de batalla
4
en el cual la hacienda aportaba soldados,
Aludo a trabajos como el de Charles Bergquist, el partido respectivo banderas y la Iglesia
Caf y conflicto en Colombia 1886-1910, muchas cosas a la vez: un lenguaje y un
Medelln, FAES, 1981; de lvaro Tirado Meja,
Aspectos sociales de las guerras civiles en
Colombia, Bogot, Biblioteca Bsica Colcultura, 5
1976; de Jorge Villegas y Jos Yunis, La Guerra Hemando Valencia Villa, "De las guerras
de los Mil Dlas, Bogot, Carlos Valeocia Editores, constitucionales en Colombia ... ", en Anlisis
1979, y el sugestivo ens~o de Malcohn Deas, Poltico, No. 6, enero a abril, Universidad
citado ms adelante, sobre la guerra de 1885, entre Nacional de Colombia, Bogot, 1989, pp: 80.97.
otros.
Estudios Guerra y poltica en la sociedad colombiana
como dueo del derrumbe del esta- la Violencia era tambin el momento
blecimiento y tambin de su culminante de una primera oleada de
conservacin17 As las cosas, y desde la Violencia que se haba iniciado dos o tres
ptica del tringulo Hacienda-Iglesia- aos atrs.
Partidos, al cual habra que agregar
seguramente a estas alturas la fbrica, IV. LA VIOLENCIA Y LA
tanto el cambio social, como el quiebre de SUPRESIN DE LO POLTICO
viejas jerarquas y la irrupcin de nuevos
universos simblico-culturales, eran La Violencia del perodo "clsico" (1945-
interpretados no slo como amenazantes 65), representada por los artistas de la
sino incluso como precursores de una era poca como un monstruo de mil cabezas,
de apocalipsis para Colombia. La es muchas cosas a la vez: es guerra entre
incertidumbre pareca convertir se en las clases dominantes y en cuanto tal
fatalidad y ello ya resultaba inaceptable. versin tarda de las guerras civiles
decimonnicas, pero es tambin guerra
El desenlace de estas primeras dcadas de entre las clases dominantes y el
construccin democrtica es bien movimiento popular, e incluso, hay
conocido: el 9 de abril de 1948 se ciertos perodos y regiones en los cuales
produce un acontecimiento al mismo parece estar dominada por expresiones
tiempo anunciado e imprevisto: es residuales prximas al vandalismo y al
asesinado Gaitn, el personero de todos banditismo, cuyos blancos y vctimas
estos nuevos procesos. Impropiamente dificilmente se pueden adscribir a unos
denominado el "Bogotazo", el sectores sociales o partidistas con
levantamiento popular generalizado pero exclusin de otros. Vamos a proponer
informe que sigui al asesinato mostr, al entonces una sntesis a la vez descriptiva
menos por un momento, que la e interpretativa que nos permita
eliminacin del lider no pona trmino a caracterizar el perodo. Lo haremos a
la efervescencia social sino que por el partir del seguimiento de tres
contrario la potenciaba. Pero a la postre componentes que consideramos bsicos, a
revel tambin verdades ms profundas y saber: el terror, la resistencia y la
ms decepcionantes: la identificacin resultante conmocin social. Los vamos a
personal de todos estos procesos con representar como tres cortes sucesivos de
Gaitn es tal que, una vez aplastada la la trama histrica (a semejanza de lo que
rebelin subsiguiente al asesinato, la hizo Braudel en su estudio del Medi-
poltica daba la impresin de regresar a terrneo) y los vamos a ordenar en una
sus cauces decimonnicos y deshacerse secuencia que va gradualmente de lo ms
de todo lo social, tan arduamente visible a lo menos visible o invisible.
construido en la primera mitad del siglo.
A. La Violencia como terror
Nos hallbamos, pues, en plena Violencia concentrado
y de repente se perda incluso la nocin
del orden causal de las cosas, puesto que Ningn estudio serio puede olvidar u
el asesinato de Gaitn que poda omitir una reflexin sobre esta dimensin
considerarse como momento inaugural de de la Violencia que por algo fue la que
dej el ms duradero impacto en la
17
Herbert Braun, Mataron a Gaitn, Bogot,
memoria colectiva y en el subconsciente
Universidad Nacional de Colombia, 1987 de los colombianos. Esta dimensin de la
Estudios Guerra y poltica en la sociedad colombiana
2
Carecemos todava de un anlisis del
vocabulario de la violencia. 21
Gustavo lvarez Gardeazbal, Cndores no
entierran todos los das, Guayaquil, Ecuador,
Editorial Arle! Universal, 1974.
Estudios Guerra y poltica en la sociedad colombiana
por escisin de las FARC o del tronco Nacional, lejos de reconciliar, desafiaba.
comn, el Partido Comunista25 Desde todas las trincheras de la oposicin
se le denmciaba como un proyecto de
-Una lnea involutiva, que se ramifica en unificacin de las clases dominantes,
diversas variantes de bandolerismo como "el partido nico de la oligarqua",
poltico, las cuales, adems de su arraigo segn la expresin de Diego Montaa
en las comunidades campesinas, como el hace ms de veinte aos.
arquetipo de Hobsbawm, estn
atravesadas interiormente por el C. LA VIOLENCIA COMO
bipartidismo y en permanente proceso de CONMOCIN SOCIAL
tensin y arre31os con las estructuras SUBTERRNEA
locales de poder 6
Detrs del plano impactante del error y
Por supuesto que uno podra interrogarse del menos visible de la resistencia, hay un
hoy si realmente esas fronteras inestables proceso de profundidad que afecta la
entre las guerrillas y el bandolerismo se propiedad, los espacios productivos y las
clarificaron definitivamente algn da. relaciones sociales. La magnitud y las
Uno podra preguntarse igualmente con diversas direcciones en que ello se
razn si la mercantilizacin de la poltica produjo fueron oscurecidas durante
va el narcotrfico, que le ha dado nuevo muchos aos tallo por el reduccionismo
impulso al clientelismo (y a veces vsos partidista, como por ciertas
empresariales) no ha tenido tambin interpretaciones bipolares del tipo
como contrapartida, va el secuestro, una feudalismo-capitalismo. Se aceptaba, es
bandolerizacin contagiosa de la llamada obvio, que como corolario de uno de los
oposicin armada en Colombia. Ninguna procesos anteriormente analizados o por
guerrilla en el mundo ha practicado el su combinacin se haban producido no
secuestro en dimensiones 1m aberrantes slo enormes prdidas en vidas humanas,
como la colombiana. Y este componente sino tambin prdidas incalculables en
de la lucha armada, que merecera un bienes, cosechas y lucro cesante. Pero
anlisis muy serio, no puede escudarse en dificilmente se llegaba a visualizar, como
la tambin real lumpenizaci6n de sectores ha sido posible comenzar a hacerlo hoy
vnculados a los aparatos armados del en perspectiva, el reordenamiento en las
Estado. relaciones sociales y en algunas regiones
el hundimiento de smbolos y poderes del
Pero volvamos por un instante a las viejo orden. Se tenda a ver la Violencia
guerrillas de los aos cincuentas y como una fueiza todopoderosa y no como
precisemos, para cerrar este aparte, que un escenario de lucha en donde las
desde la perspectiva de la resistencia y el vctimas de hoy podan recobrar la
conflicto armado posterior, el Frente inciativa poltica o social maana. Para
ponerlo en trminos de la argumentacin
25
Para mayores detalles vase de Eduardo Pizarra general de este ensayo, el intento de
Leongmez, "Los orgenes del movimiento supresin de los adversarios sociales, que
armado comunista en Colombia", en Anlisis se haba producido desde la lgica del
Poltico, No. 7, Bogot, Universidad Nacional de terror, se revela ilusoro. Esos adversarios
Colombia, 1989,pp. 7-31.
26
G. Snchez y Donny Meertens, Bandoleros,
estn comprometidos en una guerra
gamonales y campesinos, Bogot, Ancora, 1983. invisible. Slo que no se trata all de un
simple duelo entre siervos y seores. Es
Estudios Guerra y poltica en la sociedad colombiana
Bajo esta ptica de los mltiples efectos economa, el poder y la poltica, mostraba
sociales encontrados, tal vez resulta ms signos de cierto repliegue, como ya queda
clara la caracterizacin que hizo dicho. Muchos hacendados, sobre todo
Hobsbawm hace ms de veinte aos cafeteros, haban sufrido golpes
cuando estim que la Violencia era una irreparables en sus propiedades y en su
especie de revoluci6n fmstrada. Porque prestigio social, aunque para ser exactos
a decir verdad, mirando hay que agregar que posteriormente
retrospectivamente ese panorama descrito fueron compensados econmicamente por
se siente como si en un mismo el Estado, a travs del Incora (Instituto
movimiento todo hubiera sido remo vido, Colombiano de Reforma Agraria),
sin que nada hubiera cambiado. reorientaron sus inversiones y recobraron
muy probablemente desde otras
Ahora bien, recapitulando nuestras posiciones parte del poder poltico
distintas aproximaciones a la Violencia perdido. Sobrevivieron, es cierto, algunas
desde el punto de vista de su desenlace de las formas polticas ligadas al poder
inmediato, se comprende tambin mejor hacendatario, como el gamonalismo y el
la triple dimensin del Frente Nacional: clientelismo. Y en un evidente reacomodo
con respecto al Terror, proyecto de de los equilibrios regionales, saltaron a la
Reconciliacin; con respecto a la palestra con una voracidad feudalizante
Resistencia, proyecto de Unificacin de los latifundios de otras regiones, como la
las clases dominantes; y, con respecto a lo Costa Atlntica, que se convirti por lo
social, proyecto de Rehabilitacin, dems en la cuna del formidable
reconstruccin y reforma, o ms movimiento campesino de los aos
ambiciosamente todava, plan de setentas. Pero hacia el futuro, el
modernizacin capitalista de la economa fenmeno sobresaliente con respecto a las
y del Estado. nuevas modalidades de la Violencia fue
que a lo largo del periodo del Frente
V. EL LEGADO DE LA VIOLENCIA Nacional el eje de la confrontacin
armada se desplaz: se fue instalando en
Si tratamos de recomponer el cuadro las nuevas fronteras agrarias del pas. De
inicialmente dibujado, encontramos que los espacios y roles fijos de la hacienda se
al trmino de la Violencia los tres pasara entonces a los espacios mviles
horizontes sociopolticos en tomo a los de la colonizacin. Las viejas Columnas
cuales se haba desenvuelto la trama de Marera -ncleos iniciales de lo que el
histrica nacional, a saber, la Hacienda, la socilogo William Ramrez llam la
Iglesia y los Partidos, se haban visto "colonizacin armada"- que haban sido
diferentemente afectados, a veces incluso huida, fuga del centro a la periferia,
con resultados ambivalentes. escape al control del Estado, seran
reemplazadas en los aos ochentas por
La Hacienda, en primer lugar, que hasta una nueva modalidad de Marchas
entonces haba tenido un papel Campesinas cuya trayectoria ira, por el
protagnico en la conformacin de la contrario, de la periferia hacia el centro.
Ms an, estas ltimas solan presentarse
como demanda de intervencin de un
-G. Snchez, ' 'Tierra y violencia. El desarrollo
desigual de las regiones", en Anlisis Poltico, No.
Estado ausente o precariamente presente.
6, Bogot, 1989,pp. 8-34. No faltara quien las viera como un
proyecto de conqsta, de toma de ese
Estudios Guerra y poltica en la sociedad colombiana
hasta que, para retomar la expresin de tiempo muerto sino que tambin a su
Eric Hobsbawm en otro contexto, se manera impone lmites al futuro y lo
quedaron con un "programa negativo'', condiciona. Ahora bien, como es sabido
separndose as an ms de la sociedad y las guerrillas wlombianas actuales tienen
de las identidades colectivas que a la larga su origen en la autodefensa
pretendan representar. Prisioneros de una campesina o en la resistencia de los afios
lgica con pocos o casi nulos espacios cincuentas y su primera infancia fue
para la rectificacin, en sus filas el coetnea de la fase bando lera de la
esfuerzo intelectual es ignorado o Violencia. Esto quiere decir que a pesar
degradado en aras de valores marciales y de su ideologizacin y de la internaciona-
la crtica interna es asimilada a la traicin. lizacin de su discurso a partir de los afios
En sntesis, la guerra y todos los valores sesentas, y a pesar tambin de los intentos
asociados a las armas se fueron que algunas de estas guerrillas hicieron
imponiendo sobre las relaciones polticas por ganarse a su causa y transformar a
hasta convertirse lisa y llanamente en su algunos bandoleros, tales guerrillas no
sustituto 32 fueron a todas luces inmunes a los
contactos, formas de accin y al ambiente
Un segundo factor que seguramente va a todava predominantemente bandolero en
entrar a jugar papel determinante en la que nacieron. De all su nfasis en la
suerte futura del movimiento guerrillero y simple reproduccin de la estructura y la
que va a contribuir a restarle viabilidad capacidad militar, independientemente o a
histrica en el porvenir inmediato o en el costa de su audiencia nacional; de all
mejor de los casos lo va a obligar a tambin la prima ca e incluso la
reconstruirse enteramente sobre autonomizacin de los mtodos con
coordenadas nacionales es, claro est, la respecto a los contenidos y objetivos
crisis actual de los modelos polticos.
revolucionarios internacionales (la idea Para una sociedad que acababa de salir
misma de modelo) y consiguientemente hastiada de la Violencia, la lucha armada,
de los apoyos polticos, ideolgicos y no obstante su apelacin a una nueva
logsticos, para no hablar de las inciden- legitimidad, carecera de todo atractivo a
cias del replanteamiento ya lejano de partir del momento en que comenzara a
algunos de sus pares en el propio desdibujarse y a parecerse a aqulla. Pues
continente, Tupamaros en Uruguay, bien, el elemento ms notorio de tal
Montoneros en Argentina y los que en indiferenciacin y el causante del
Venezuela desembocaron en la corriente creciente desencanto con la guerrilla o
del Movimiento al Socialismo. incluso del repudio social a ella ha sido
indudablemente el uso generalizado y la
Pero el tercer factor y quizs el de mayor rutinizacin del secuestro, sumada a las
peso en la marginalidad crnica de los masacres y ejecuciones.
proyectos poltico-militares colombianos
de las tres ltimas dcadas es de carcter El secuestro como mecanismo de
histrico. En efecto, el pasado no es financiacin, arma de presin poltica e
instrumento de castigo al adversario no
32
fue, hasta donde se sabe, utilizado por las
La formulacin de este proceso se encuentra en guerrillas en los aios cincuettas pero s lo
el artculo de Luis Alberto Restrepo que lleva
justamente por ttulo: "La guerra como sustitucin
fue de manera sistemtica y por primera
de la poltica", ya citado. vez en la poca del bandolerismo (1958-
Estudios Guerra y poltica en la sociedad colombiana
frente a los eventuales acuerdos que se sabor a traicin de tantas otras amnistas
protocolizaran; que al no ofrecer una en el pasado lejano y reciente del pas, o
clara delimitacin de la materia objeto de incorporando el discurso de la paz a sus
negociaciones permiti que stas se fines estratgicos de guerra
diluyeran en un gaseoso Dilogo revolucionaria
Nacional, etc. Pero ms all de todo esto,
y de la oposicin del Congreso y de los Por otro lado, a la sombra o al margen del
gremios, y de la hostilidad abier1a o conflicto armado entre el Estado y el
soterrada de los militares, el hecho de movimiento guerrillero se estaban
mayor protuberancia era que la iniciativa incubando otros fenmenos cuyas
de paz de Betancur constitua un salto repercusiones y alcances mdie estaba
adelante incluso frente a las expectativas entonces en capacidad de anticipar: un
que hasta entonces poda hacerse el crecimiento abrumador de la delincuencia
propio movimiento guerrillero34 comn, cuyo peso slo poda medir
Coincidencialmente, como en 1953, el cotidianamente el hombre de la calle; una
anuncio de la propuesta de paz de oleada de intolerancia social
Betancur estuvo enmarcado por la materializada, por ejemplo, en las
celebracin de importantes conferencias "operaciones de limpi:za" de mendigos y
guerrilleras. Como se recordar, en el homosexuales; una franca desercin del
momento en que Rojas Pinilla asumia el Estado en terrenos lgidos, como el de la
poder (13 de junio de 1953) se estaba justicia, cada vez ms sustituida por
aprobando el documento poltico ms prcticas del orden del ajuste de cuentas;
importante de las guerrillas liberales, la y, sobre todo, la proliferacin de grupos
Segunda Ley del llano. En 1982, entre la paramilitares (Muerte a Secuestradores,
eleccin de Betancur y su toma de MAS, y luego decenas y decenas de
posesin tuvieron lugar dos importantes otros) que se convirtieron a la vez en
conferencias guerrilleras: la VII causa y efecto de la reticencia de la
Conferencia de las FARC (junio de 1982) guerrilla a la desmovilizacin o a la
en la cual stas se transforman en "Ejr- entrega de armas, y en evidente riesgo
cito del Pueblo", FARC-EP, y la VIII para los amnistiados35 . Miradas
Conferencia del M-19, celebrada en retrospectivamente las cosas, podra
agosto de 1982 en el Putumayo. Las decirse en consecuencia que cuando se
guerrillas estaban diseando, pues, inaugur el perodo de Betancur, ni el
estrategias de expansin. Sin embargo, la conjunto del movimiento guerrillero, ni el
amnista incondicional las pona en conjunto de las clases dominantes haban
pnnc1p10 frente a una sorpresiva madurado para una paz negociada... y sin
oportunidad histrica de silenciar las embargo ya era tarde. Colombia haba
armas y ponerlas bajo el comando de la entrado en lo que el socilogo mexicano
poltica. En medio de su perplejidad no Sergio Zermefto ha llamado una
pudieron reaccionar sino de dos maneras: "dinmica de desorden" que, en nuestro
con reservas y vacilaciones, sabedoras del caso, convirti la confrontacin social y
poltica en una cadena de retaliaciones sin
34
Para un completo balance del gobierno de
3
Betancur vase de Socorro Ramrez y Luis ~ Para un anlisis de estas nuevas manifestaciones
Alberto Restrepo, Actores en conflicto por la paz, vase de lvaro Camacho y lvaro Guzmn,
Bogot, Siglo XXI Editores-Cinep, 1989. Ciudad y violencia, Foro Nacional por Colombia,
Bogot, 1990.
Estudios Guerra y poltica en la sociedad colombiana
fin que slo pueden capitalizar los ms resolver a tiempo una guerra y hoy ya no
fuertes. As, a los frentes guerrilleros se sabe cuntas tiene.
respondi con "autodefensas"; a la En un lgubre panorama sobre Amrica
movilizacin popular de los paros cvicos Latina, el socilogo brasileo Francisco
y las marchas campesinas, asimilada a la Weffort concluye que vivimos hoy un
subversin, se respondi con la "guerra ''bloqueo de pers pectivas'36 En ese
sucia11 ; al secuestro, con las sentido la situacin colombiana no difiere
desapariciones; al asalto, con la masacre. de la de sus vecinos del subcontinente.
Se produjo, en suma, una verdadera Pero ms all de esto, Colombia parece
clandestinizacin no slo de la extrema haber regresado a su vieja excepcio -
derecha sino en trminos ms generales nalidad: cuando casi todos los pases del
de la guerra, o de las mltiples guerras, rea temen por su viabilidad econmica,
para ser ms precisos. Frente a ellas la Colombia se interroga sobre su viabilidad
unidad del Estado parece simplemente poltica. Nunca habamos estado tan
deshacerse ya que ste es en algunos literalmente en tiempos de Constituyente.
aspectos vctima; en otros es testigo Tenemos que reinventar el Pas.
tolerante o complaciente, y. en otros es
parte de los poderes "clandestinizados".