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La Literatura Egipcia

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XI

La Literatura Egipcia
los amantes de la literatura, sean cuales-

T
ODOS
quiera sus tendencias, deben gratitud a aquel
pueblo en donde por primera vez el hombre
aprendi a dar expresin sensible a sus ideas,
estampndolas con tinta o con un buril sobre una pie-
dra, la corteza de un rbol o un papiro. Este pueblo,
viejo ya cuando peleaban los hroes de Troya, despus
de largusimos ensayos para aprender a hacer las le-
tras, todava tuvo tiempo para componer una copiosa
literatura, la ms antigua, abundante y variada.
La literatura de la India, China y Persia, de cuya
antigedad se ha querido hacer gran misterio, son de
poca muchsimo ms reciente. El Antiguo Testamen-
to se presentaba antes como un fenmeno aislado en
Oriente. Pero sus ms antiguos libros no aspiran a una
fecha anterior al siglo xiu. antes de J. C, en cuanto
a la sustancia de su contenido; y las restantes perte-
necen a los ltimos siglos que preceden a nuestra era.
Hoy se han abierto a nuestros ojos todava ms de
otros dos milenios de historia. Y todo ese tiempo no
est representado literariamente ms que por Egipto
y Asirio-Babilonia. La literatura asirio-babilnica se
sabe que es muy antigua, pero a nosotros nos ha lle-
gado en casi su totalidad en copias o redacciones muy
posteriores, hechas para la Biblioteca de Asurbanipal,
que, como se sabe, es casi el ltimo representante de esa
742 BOLETN DE LA ACADEMIA DE LA H I S T O R I A

gran cultura. El Egipto es, pues, sin discusin, el pue-


blo que nos ofrece la ms antigua literatura.
La literatura babilnica, como la literatura bblica,
es exclusivamente religiosa. Los egipcios no tenan esa
alma tan religiosa de los hebreos, eran un poco ms
laicos, cuanto cabe en la antigedad. Por eso se da el
caso bien notable que los textos profanos son tantos o
ms que los religiosos, a pesar de que slo han llega-
do a nosotros por los templos y por las tumbas. Los
egipcios son los primeros que han compuesto cuentos
y ensayos de novelas. Despus les haba de seguir la
India. Slo los egipcios han compuesto libros para can-
tar el amor profano. Los egipcios son los primeros que
se propusieron escribir literatura en cuanto tal. El ms
antiguo sabio, Ptahhotep, tena conciencia de sus m-
ritos como literato cuando deca: Ms difcil es el ha-
blar que todo otro trabajo. El gusto de los egipcios por
la cultura intelectual es superior a lo que algunos pien-
san. La felicidad para un maestro egipcio est en pa-
sar el da aplicado a los libros y consumir la noche le-
yendo. El nio debe poner su corasn en los libros y
amarlos como a su propia madre, porque nada del mun-
do vale tanto como los libros. El sabio israelita que en
el salmo primero prologa todo el libro,. dice eso mismo
del estudio de la ley de Jahv: Bienaventurado el va-
rn... que tiene sus complacencias en la ley de Jahv y
en ella medita da y noche.
La literatura egipcia, aun comparada con las lite-
raturas clsicas, es de muy gran valor. Si despus de
esta afirmacin algn da presentamos los textos mis-
mos traducidos, me ver comprometido ante muchos, de
cultura unilateral, que, al or hablar de una obra de
mrito literario, irn a buscar en ella las cualidades que
admiran en su obra predilecta. Pero la literatura egip-
cia, lo mismo que el arte, no puede ser medida con nes-
LA LITERATURA EGIPCIA 743

tra medida. Muerta casi desde los orgenes del Cristia-


nismo y sepultada hasta el ao 1822, en que Champo-
Ilion la dio por definitivamente resucitada, no ha in-
fluido directamente en nuestra mentalidad. Reducido el
Egipto a increble esclavitud, sin pueblos hijos ni aps-
toles de su cultura, como tuvieron los hebreos y los grie-
gos, han dejado de influir en nuestra formacin. El pue-
blo hebreo, con su gran sucesor el Cristianismo, nos ha
hecho religiosos, y Grecia nos ha hecho hombres: ha sido
norma para nuestras costumbres, instituciones, lengua-
je, filosofa, literatura. Caeremos en la puerilidad de
pensar que sta es la nica manera razonable de vvir,
hablar, pensar y escribir? Es propio de los que no han
salido de su propio pas pensar que slo lo suyo es ra-
zonable y todo lo dems ridculo. Los griegos, por boca
de Herodoto, desacreditaban a los egipcios porqu es-
criban al revs: de derecha a izquierda. Pero quin
ha dicho que no eran los griegos los que escriban al
revs empezando por la izquierda? En arte "ha demos-
trado Schfer, de una vez para siempre, que el egipcio
es tan verdadero o ms que el griego, aunque fundado
en principios diametralmente opuestos, y hoy el arte
egipcio ha conquistado su puesto de honor (1). Pero a
la literatura todava la costar vencer los prejuicios.
Flinders Petrie ha dicho, con el profundo ingenio que
le caracteriza, que no se puede decir cul es el mejor
arte ni cul es el mejor vestido, porque todos sern bue-
nos si estn en un medio apropiado y malos cuando es-
tn fuera de l (2). Pues bien, la literatura egipcia, con
sus formas distintas de las nuestras, expresa maravi-
llosamente el alma egipcia. Pero, ni aun es cierto que

(1) ScnFER, Von aegyptischer Kunst. Leipzig, 1930.


(2) FLINDERS PETRIE, Arts and Crafts of Ancient Egypt.
Edinburgh, 1909.
744 BOLETN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA

la literatura egipcia, como en general la cultura, no haya


influido en nosotros. La historia de Europa empieza en
Asia, como dice el prlogo de Cambridge Ancient His-
tory. Dentro de pocos aos, cuando la historia de la
cultura est hecha, quedaremos admirados de ver cuan
grande es nuestra deuda para con Egipto. Es muy an-
tigua y por eso tarda en reconocerse.
La literatura egipcia es muy abundante. Templos,
tumbas, lpidas, papiros han conservado tal cantidad
de textos, que se da por bien empleado el tiempo que se
gasta en aprender la larga lista de signos jeroglficos
y hierticos, el riqusimo diccionario y la, sintaxis tan
peregrina.
Y con todo, no son ms que los relieves de una mesa
bien servida lo que el azar de las excavaciones ha pues-
to en nuestras manos. Aunque numerossimos, los tex-
tos conocidos no bastan para llenar un espacio de casi
cuatro milenios. No tenemos los elementos suficientes
para trazar una historia seguida de la literatura. Neg
la posibilidad el insigne maestro Kurt Sethe; y Max
Pieper intent refutarle con los hechos, pero sin lo-
grar ms que demostrar su fracaso (i).
Es, adems, prematuro hacer hoy sntesis genera-
les, dado nuestro conocimiento imperfecto de los tex-
tos. Apenas se ha acabado de publicar el primer gran

(i) MAX PIEPER, Die aegyptische Literatur. Potsdam, 1928.


Una profunda refutacin de esta obra en A. HERMANN, Zur Fra-
ge einer aegyptischen Literaturgeschichte. En Zeitsch. der Deuts-
chen Morgenl. Gesellch. Leipzig, 1929, pgs. 44 ss. El que desee
tener una idea general de la literatura egipcia debe leer estas
tres obras: ERMAN, Die Literatur der Aegypter. Leipzig, 1923.
ROEDER, Urkunden sur Religin des alten Aegypten. Jena, 1916.
MASPERO, Les Contes Populaires. Numerosas ediciones. Des-
graciadamente, no he podido consultar la obra espaola sobre
los cuentos egipcios publicada con prlogo de J. Ortega y Gasset.
LA LITERATURA EGIPCIA 745

diccionario, y hasta hace poco apenas haba gram-


ticas (i).
Renunciando, pues, en esta memoria a hacer his-
toria de la literatura, reuniremos los textos por gru-
pos, segn su contenido, fijndonos un poco en los que
tienen valor literario y despachando, con una ligera
alusin, los que slo interesan como documentos.
Historia.Puesto que no intentamos producir efec-
to, empezaremos por lo menos interesante literariamen-
te. Las grandes obras modernas de historia tienen sus
primeros precursores en las tumbas egipcias. Primero
se escriba el nombre escueto del propietario. Despus
aadieron los ttulos. Ms tarde empezaron a contar lo
que haban hecho en vida. Esto dio origen a la auto-
biografa, que muchas veces es una hermosa pieza lite-
raria. Aqu, en el Museo de El Cairo, he tenido el placer
de dedicar muchas horas al estudio de un bloque mo-
nolito de cerca de tres metros de ancho y la mitad de
alto. Los turistas pasaban de largo o me miraban a m,
extraados de verme sentado delante de tal monumento.
No sospechaban que estaba leyendo una historia muy
parecida _a la encantadora del Jos bblico, compuesta y
grabada en tiempo de las pirmides; y en medio de la
historia una de las poesas ms antiguas (2). No deci-
mos nada de las crnicas de los reyes que carecen de
inters literario. La primera historia general es la Pie-
dra de Palermo.
Poemas picos.El oriental no es el moderno inves-
tigador de archivos. A la narracin seca prefiere aque-
lla en que se da libre curso al entusiasmo y a la ima-
(1) El principal y casi nico diccionario es el de Berln, de
que empieza ahora a publicarse el suplemento. Las dos nicas
gramticas cientficas para el egipcio clsico son la alemana, de
Erman, y la inglesa, de Gardiner. Para el neo-egipcio slo existe
la de Erman, aparecida en segunda edicin hace poco.
(2) Inscripcin de Uni. Museo de El Cairo.
49
746 BOLETN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA

ginacin. Hay narraciones hechas por personas cultas,


de corte, que tienen por finalidad la glorificacin del
soberano o hroe principal. Las llamaremos poemas pi-
cos sin insistir en la propiedad de la palabra. En otras
los hechos estn amasados con la imaginacin popular
y son propiamente cuentos.
En los poemas picos distinguimos unos que tienen
por tema guerras, conforme al tipo de la Iliada, y otros
que celebran viajes arriesgados como la Odisea. Ejem-
plo clsico del primer tipo es el llamado Poema de Pen-
taur, que celebra la brillante victoria de Ramss II con-
tra los Hittkas. Empieza describiendo de una manera
llana el proceso de la campaa, pero llega un momen-
to en que el poeta se eleva y celebra a su hroe pelean-
do solo, contra todo el ejrcito contrario (i).
Al mismo gnero literario pertenece la descripcin
de la batalla que Kamosis, rey de Tebas, sostuvo con-
tra los Hiksos invasores (2), el poema sobre la funda-
cin de un templo (3) y la toma de Jaffa en tiempo de
Tutmosis III. Un general discurri una estratagema
que recuerda el caballo de Troya. A 500 de sus mejo-

(1) El vanidoso rey hizo representar la batalla en numerosos


templos. A las representaciones acompaa el texto. Este, ade-
ms, ha sido conservado en manuscritos. Todos estos documen-
tos, en nmero de nueve, han sido editados por C H . KUENTZ, La
Bataille de Kadech. Despus de esta edicin falta una nueva tra-
duccin.
(2) Documento descubierto por Carnarvon. Vase una nue-
va edicin con traduccin y comentario por Gordner, Journal of
Egyptian Archaeology, vol. III, pgs. 95 ss,
(3) La fundacin de un templo en Helipolis por Sesostris I,
templo del que hoy slo admiramos el hermoso obelisco que ha
quedado aislado en medio de los sembrados, debi de ser de alta
significacin, pues para monumento erigi una estela con un
hermoso poema que sirvi en las escuelas como pieza de literatu-
ra. La estela ha desparecido y slo queda una copia.
LA LITERATURA EGIPCIA 747

res guerreros les meti en sacos y los introdujo en la


ciudad, que en seguida fu tomada. Aqu se inspir, se-
gn se cree comnmente, el cuento de las Mil y una no-
ches Al Baba y los cuarenta ladrones (i).
Los viajes en la antigedad tenan siempre algo de
epopyicos, como los de Ulises y Telmaco. Los aven-
tureros egipcios hacan sus viajes a Siria, a Nubia, a
las apartadas regiones de la costa sur del Mar Rojo,
a las minas del Sina y a otras minas y canteras. Men-
cionemos, ante todo, las aventuras de un fugitivo po-
ltico que ante un cambio de soberano se destierra vo-
luntariamente a Siria. Es de sumo inters, no slo por
las bellezas literarias, sino tambin por las noticias
que nos da de Palestina en aquellos remotos tiempos,
que son aproximadamente los de Abrahn (2).
De tiempos ms recientes tenemos otro viaje a Si-
ria: el Viaje de Un-amn. Presenta varios puntos de
contacto con la Odisea por el medio geogrfico, por las
condiciones de la navegacin y por las dems circuns-
tancias del viaje. Es el resumen ms pintoresco de un
perodo de decadencia en Egipto (3).
Cuentos populares.Las hazaas de los reyes y de
los grandes personajes eran conservadas, adems de
los monumentos y obras literarias, en la conciencia po-

(1) Conservado en el manuscrito hiertico llamado Papyrus


Harris. Publicado, transcrito en jeroglficos y traducido por Mas-
pero en Journal Asiatique, 1878.
(2) Historia de Sinuit. Obra que fu clsica y por eso mu-
chas veces copiada y transmitida en numerosos manuscritos, l-
tima edicin por Gardiner en Bibliotheca Aegyptiaca. Bruxelas,
1932. En esta Biblioteca estn apareciendo en caracteres jeroglfi-
cos la mayor parte de las historias de que vamos a hablar, con-
servadas en caracteres hierticos.
(3) Un-Amn. Publicado en hiertico y jeroglfico por el
ruso Golenichef en Recueil de Travaux, 1899, t. XXI.
748 BOLETN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA

pular, que las transforma y combina con raras imagi-


naciones y mitos. Es interesante leer al lado de las jac-
tanciosas crnicas oficiales estas otras crnicas burles-
cas que contaban los histriones a las puertas de las ca-
sas. Los constructores de pirmides fueron objeto pre-
ferente de estas narraciones populares. Los cuentos del
papiro Westcar (i) nos presentan al constructor de la
gran pirmide como un autntico soberano oriental,
aburrido en su palacio, a quien los prncipes cuentan
historias para entretenerle. El rey Snefru (3.a dinas-
ta) usaba del mismo remedio contra el aburrimiento
que los soberanos orientales ms recientes: sacar a las
chicas de su palacio y ponerlas a remar casi desnudas
para entretenerse l mirando. Este es el contenido de
uno de los citados cuentos.
En tiempo de Herodoto la imaginacin popular se-
gua todava fabricando leyendas sobre los construc-
tores de pirmides. El grande y piadoso Keops, ya no
es slo un ocioso, sino tambin un tirano y un impo
que persigue la religin y, falto de recursos para cons-
truir la gran pirmide, vende el honor de su propia
hija.
Sobre los Sesostris, Tutmosis III y Ramss II, que
son los ms grandes reyes de Egipto, se formaron tam-
bin las correspondientes leyendas. Kamosis, hijo de
Ramss II, famoso por sus conocimientos teolgicos y
sus frmulas mgicas, de valor infalible, fu un h-
roe preferido de los cuentos (2). Otro hroe de cuentos
fantsticos y mago excelente fu Amenofis, ministro
del rey Amenofis III. Bastan para demostrar su popu-

(1) ERMAN, Die Marchen des Papyrus Westcar. Berln,


1890.
(2) Vanse todas estas tradiciones en MASPERO, Les Con-
tes Populaires.
LA LITERATURA EGIPCIA 749

laridad la cantidad de estatuas que de l se conservan en


el museo de El Cairo. Estos dos personajes, encarnacin
de la sabidura y de la magia, han sido en Egipto lo que
Salomn en el judaismo posterior.
Siguiendo el orden cronolgico de estas crnicas po-
pulares, existe en poca tarda un cuento popular re-
lacionado con la estancia de los hebreos en Egipto. El
rey Amosis deseaba ver los dioses. El sabio del mis-
mo nombre, de que acabamos de hacer mencin, le dijo
que lo lograra si antes limpiaba el pas de los "lepro-
sos" y dems enfermos. As lo hizo el rey y llev
80.000 enfermos a las minas del Oriente del Nilo. En-
tre los leprosos haba algunos sacerdotes. Aadi el
sabio que stos, unidos con otros extraos, se apodera-
ran de Egipto. Aqu termina el orculo del sabio, que
inmediatamente se suicid. Los "leprosos" pidieron al
rey la ciudad de Avaris, que les fu concedida. All eli-
gieron jefe a Osarsif (Moiss), sacerdote de Helipo-
lis. Unidos con otros 200.000 de Jerusaln, conquista-
ron el Egipto, huyendo el rey a Etiopa. Esta tradicin
es tpica para ver lo que son las transformaciones po-
pulares. Hechos de todas las pocas se juntan en una
sola narracin. Los "leprosos" eran primitivamente
todos los extranjeros, lo que los griegos llamaban "br-
baros". Despus se aplic a los Hiksos. Pero cuando
aument la fobia juda slo ellos cargaron con el odio-
so epteto (1).
Muchos cuentos carecen de todo fundamento his-
trico. Aventureros maravillosos en islas legendarias,
animales que hablan, dioses disfrazados, muertos que
aparecen. El cuento ms antiguo de Egipto y de todo
el mundo es el del Nufrago. A pesar de ser el ms

(1) Transmitido por Manetn, segn Joseo, c. Ap, I, 26.


75 BOLETN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA

antiguo y de ideas completamente populares,. por su


forma literaria podra llamarse novela (i). Otro cuen-
to desarrolla el tema de un pastor que estando con su
ganado recibi la visita de una mujer sobrenatural que
parece trataba de seducirle. Es lstima que no nos haya
llegado completo, porque quiz ofrecera un paralelo
interesante con la Ishtar babilnica, diosa tan pron-
to guerrera como disoluta, que seduce a los hroes y a
los pastores (2). Por todos conceptos es interesantsimo
el cuento de Los dos hermanos. En l se ha querido ver
el original de la historia de Jos tentado en su casti-
dad. Por un lado parece un cuento popular de una mu-
jer que se enamora de su cuado porque es robusto y
capaz de llevar de una vez tres sacos de trigo y dos
sacos de cebada, y, por otro, est lleno de reminiscen-
cias mitolgicas (3). Este tema, lo mismo que el de el
prncipe y la fatalidad (4), es frecuente en todas las
literaturas.
Todos estos cuentos pertenecen al antiguo Egipto
y estn escritos en los antiguos caracteres sagrados.
Mencionemos algo de la rica literatura demtica que
corresponde al Egipto greco-romano. Ahora a los dio-
ses y reyes se les trata con poqusimo respeto. As, el
rey Amasis es pintado como libertino y cnico. Los
(1) Manuscrito hiertico del Museo Imperial de San Pe-
tersburgo, encontrado, editado y transcrito en jeroglficos por
Golenischeff, que le ha dedicado varias obras.
(2) GARDINER, Hier. Papyrus ans den K'nigl. Museen su
Berln, II, 15.
(3) Sobre el cuento de Los dos hermanos ha aparecido una
literatura sumamente abundante. El primero en darlo a cono-
cer fu Chabas. Es el primer cuento descubierto por los egip-
tlogos.
(4) El prncipe y la fatalidad. Contenido en el Papyrus
Harris, junto con La toma de Jaffa y editado al mismo tiempo
por el mismo autor.
LA LITERATURA EGIPCIA 751

cortesanos se burlan de l vindole borracho: Gran se-


or nuestro, en qu estado de afliccin se encuentra el
faran! Faran le dijo: Lo que estoy es en estado de
gran borrachera... Pero, ved, no hay por ah alguno
que me cuente una historia para entretenerme? Y le
contaron una aventura amorosa. Una concatenacin de
cuentos y fbulas al modo de las Mil y una noches es
la historia de Tefnut, la diosa leona o gata. En la de
un tal Si-Osiris tenemos un viaje al infierno como el
de Dante. Es de suma importancia porque ah se com-
binan las ideas griegas y las egipcias sobre ultratum-
ba. De finsima psicologa es el cuento de Sethon, ena-
morado perdidamente de la hija de un sacerdote. Esta,
antes de entregarse, le obliga a firmar el contrato ma-
trimonial, a desheredar a los hijos del anterior matri-
monio y luego a matarlos y arrojarlos a los perros y
gatos. Pero cuando esperaba gozar de lo que buscaba,
al ir a tocarla, sta dio un grito que le despert... Todo
haba sido un sueo! (1).
Fbulas.Hoy podemos dar como absolutamente
cierto un nuevo punto de contacto entre Egipto, Grecia
y nosotros. La sabidura popular de Iriarte y Lafontai-
ne no tiene su primer origen en Esopo, sino en Egipto.
No es que podamos ofrecer hoy textos numerosos. La
principal confirmacin de este aserto la haramos, ms
bien que con textos, con ilustraciones tomadas de los
monumentos, que nos llevaran a la conclusin de que la
fbula ha nacido de un espritu genuinamente egipcio.
Acabamos de mencionar los cuentos de Tefnut, que son
en su mayora fbulas. Ya los egipcios tenan por cos-
tumbre atribuir a los animales las pasiones y ridicule-
ces de los hombres y hacan hablar al len o al chacal
(1) Toda esta literatura demtica se encuentra sobre todo
en las obras del gran especialista Spiegelberg.
752 BOLETN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA

para sacar lecciones prcticas de moral. Desde la ms


remota antigedad haban establecido los egipcios es-
trecha relacin entre los hombres y los animales. En la
decoracin de los templos el animal ocupa lugar prefe-
rente. Una buena parte de los dioses eran representados
como animales. Digamos de paso que a las fbulas es-
critas correspondan otras en dibujo. As tenemos una
representacin del chacal pastor de las cabras y del gato
pastor de los gansos. En otra, son el asno, el len, el co-
codrilo y el mono que dan un concierto. Otras son ver-
daderas stiras. A las orgullosas representaciones de los
templos acerca de guerras victoriosas respondan las ca-
ricaturas donde el faran toma la consabida actitud he-
roica contra un ejrcito de ratones.
Teologa.Entre el enorme nmero de textos reli-
giosos, no pocos ofrecen inters literario. Antes del pe-
rodo de las pirmides existan mitos en papiros, libros
sagrados que los dioses mismos deban lavarse siete
veces las manos antes de leerlos. Con todo, los ms an-
tiguos que han llegado a nosotros son los textos de las
pirmides, en donde se han conservado mitos e himnos
muchsimo ms antiguos. Como en general son textos
funerarios, volveremos a hacer de ellos una ligera men-
cin, junto con el libro de los muertos.
La mayor parte de los mitos se han perdido. Uno
de los ms antiguos es el de Re, cuyos tiempos se con-
funden con los del Paraso. Reinaba en Helipolis y de
all parta todas las maanas, entre las aclamaciones de
la multitud, a visitar sus vasallos y deshacer entuertos.
Cuando le lleg la vejez y el cuerpo se encorvaba y la
baba le caa al sucio, Isis, astuta, ms que millones de
hombres y millones de dioses y millones de espritus,
discurri la manera de arrancarle el secreto de su nom-
bre, con que ella se hara la seora del mundo. Des-
LA LITERATURA EGIPCIA 753

pues de una hbil estratagema contada en muy eleva-


do estilo, Re le comunica su nombre con el ms abso-
luto secreto: Aplica a m tu odo, hija ma, para que
mi nombre pase de mi cuerpo al tuyo. Continuacin del
anterior es el mito de la destruccin de los hombres.
paralelo al diluvio de otros pueblos (i).
Los mitos de Osiris y Set han sido mucho ms po-
pulares que los de Re. Nos son familiares, a travs de
Plutarco, De Iside et Osiride. En otros mitos los dos
hroes principales son Horus y Set. Recientemente ha
sido descubierto un mito de Horus y Set muy bello y
animado, en general, a veces heroico, a veces cmico
y a veces obsceno (2).
Dramas.Mucho antes del drama griego existan
dramas en Egipto. Pero el egipcio se distingue del cl-
sico. En el clsico unos son actores y otros espectado-
res; en el egipcio todos son actores. En el clsico se
representa algo para interesar, entretener o educar a
los espectadores; en el egipcio no se intenta nada de
eso, sino simbolizar alguna cosa que debe realizarse
msticamente en todos o en alguno de los presentes.
Slo hay autor principal en el drama egipcio en el caso
de que lo que intentan simbolizar y hacer realizarse
sea a favor de uno. Alguna mayor conexin tiene con
los dramas griegos pre-clsicos que se ejecutaban en
las fiestas de Dionisio, aunque el drama egipcio no pue-
de llamarse propiamente "misterio". Tambin merece
ser puesto en relacin con los dramas cristianos anti-
guos, como las fiestas de Navidad y Pasin. Pero tam-
il) Grabado en la tumba de Seti I y publicado por LEFBU-
RE, Les hypoges royax de Thbes; Paris, 1886.
(2) Contenido en los papiros Chester Beatty y publicado
en transcripcin jeroglfica por Gardiner en Bibliotheca Egyp-
tiaca. Bruxelas, 1932.
754 BOLETN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA

poco aqu hay igualdad, porque el drama cristiano te-


na un fin de edificacin o curiosidad de que careca
el egipcio. Ms semejanza encontramos con el teatro
de los pueblos naturales en que se renen todas las tri-
bus para celebrar sobre todo la iniciacin. En estos
pueblos todos los asistentes participan en las ceremo-
nias que tienen por objeto crear en los iniciados aque-
llas virtudes que necesitarn como miembros de la tri-
bu. ltimamente se han encontrado textos dramticos
que remontan a las antiqusimos tiempos anteriores a
la poca de las pirmides. Uno es el llamado monumen-
to de teologa menftica, en que se trata de la creacin
del mundo y de Menfis, y los personajes son los dio-
ses. Otro es el papiro de Ramssewm, que contiene una
representacin dramtica con motivo de la coronacin
del rey (i).
Literatura de los muertos.Una buena parte de la
literatura egipcia est dedicada a los muertos. Indi-
qumosla slo de una manera muy general, pues aun-
que contiene muchos trozos literarios, no est aqu pre-
cisamente su mayor inters. En el perodo anterior a
las ya antiqusimas dinastas egipcias exista esta li-
teratura escrita en papiros. Pero nosotros la conocemos
por los textos copiados en las pirmides y que por eso
se les llama Textos de las pirmides (2). Con la mis-
ma finalidad funeraria se continuaron componiendo tex-
tos, en parte inspirados en los de las pirmides y en
parte originales, que durante el Medio Imperio se es-

(1) K. SETHE, Dramatische Texte su altaegyptischen Mys-


terienspielen. Leipzig, 1928.
(2) La primera copia y traduccin imperfectsima es la
de MASPERO, Les inscriptions des pyramides de Saqqara. Pars,
1894. Magnfica edicin de K. SETHE, Altaegyptische Pyramiden-
texte. Leipzig, 1908-1922. Todava no existe una buena traduc-
cin de estos textos tan importantes.
LA LITERATURA EGIPCIA 755

cribieron en las paredes de los sarcfagos, de donde su


nombre de Textos de los sarcfagos (i). En el Nuevo
Imperio ese mismo gnero de literatura est repre-
sentado por el Libro de los muertos (2). Estos tres gru-
pos forman la que se podra llamar literatura cannica.
Despus nacieron otros libros "apcrifos" para expli-
car los misterios del infierno (3).
Poesa.Las antiqusimas escenas de las tumbas
nos han conservado lo que cantaba el labrador detrs
del arado, o en la era trillando: cantos montonos como
los de los modernos fellahs. Debajo de una bella esce-
na en que se representa a un seor llevado en silla ges-
tatoria a hombros de sus criados, leemos lo que stos
cantaban: Menos nos pesa llena qut si estuviese
vaca (4).
Se advierte mucha escasez de literatura buclica.
Los escribas no han querido cantar ms que las exce-
lencias de su propio oficio. En el trabajador no vean
ms que un ser que tiene los dedos como un cocodrilo
y la voz como un ave.
Las excavaciones no han dado todava con ningu-
no de los cantos que deban acompaar la msica de
harpa y sistro con que las chicas del harn divertan a
su seor recostado sobre su divn. En cambio, de idi-
lios nos ha quedado una buena representacin. Los
egipcios los suponen siempre en un jardn. Los jve-

(1) Vase BREASTED, The Oriental Institute. Chicago, 1933,


pgs. 149 ss.
(2) Editado por primera vez por Lepsius en 1842 y despus
por Naville en 1886.
(3) Tales son, por ejemplo, "El libro de lo que hay en el in-
fierno", "El gua para viajar por el infierno", etc.
(4) Las escenas y las inscripciones del Antiguo Imperio estn
explicadas en MONTET, Les scnes de la vie prive. Strasbourg,
1925.
756 BOLETN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA

nes enamorados usan.de frases bien atrevidas, tanto


ella como l.
Pensamientos que han acreditado a Campoamor
como psiclogo los repetan hace unos cuarenta siglos
los enamorados egipcios. Poseemos cinco colecciones,
ms otra que acaba de aparecer en los papiros Ches-
ter Beathy (i).
Hay cantos sumamente bellos que no sabemos si
llamar pesimistas o anacrenticos. Eran cantados en las
tumbas para excitarse a gozar de la vida. Este raro
fenmeno de la literatura egipcia lo hemos comprendi-
do muy bien despus que hemos visto en los moder-
nos rabes que el cementerio no es lugar de luto. A los
muertos se les llora comiendo y bebiendo. Y las mu-
jeres tienen el da ms alegre de su vida, al fin del
mes de Ramadn, cuando se las deja salir del harn
para divertirse, quiz ms de lo debido, en el cemen-
terio (2). .
En himnos a los dioses, la literatura es copiossima,
desde los textos de las pirmides hasta las fechas ms
recientes. Algunos son como letanas interminables, sin
valor literario, pero otros son comparables a las mejo-
res piezas de la literatura mundial. A los que han vi-
sitado el Egipto no dejar de interesarles el himno al
Nilo, que muestra el reconocimiento de los. egipcios al
que con razn fu considerado como padre de Egipto.
Tambin Amn, dios de Tebas, tiene un grandioso him-
no, en que con gran jactancia se atribuye las virtudes
de los principales dioses. Sobre todo, no se puede pa-

(1) MAX MLLER, Die Liebespoesie der alten Aegypter.


Leipzig, 1899. El nuevo papiro est sin publicar. De los antiguos
textos falta una buena traduccin moderna,
(2) El ms notable lo encontramos' en el papiro Harris, y
en una lpida de la 18 dinasta.
. LA LITERATURA EGIPCIA 757
sar en silencio el himno del rey "hertico" Amenofis IV,
en que canta las grandezas del sol, dios nico, y de la
naturaleza por l vivificada enteramente en el estilo
del salmo 104 (Vulg. 103) (1).
Los himnos a los reyes son tambin muy abundan-
tes. Muchos siglos antes que cantase Dbora las guerras
de las tribus de Israel tenemos el himno de Jenuse-
ret 111.(2). Del Nuevo Imperio merecen citarse el him-
no de Tutmosis III, eternizado en una gran lpida del
museo de El Cairo; el himno de Ramss III, de increble
belleza, y el himno de Meneftah, tambin en una lpi-
da de El Cairo, donde por primera vez encontramos el
nombre de Israel.
- Moral.Esto y lo que sigue es lo ms selecto de la
literatura egipcia, en fondo y forma. Tienen los egip-
cios una palabra que expresa el saber o, si se quiere, el
ms alto saber. Es la palabra "sebojet", que traducimos
por "sabidura". Ordinariamente no se aplica a la cien-
cia abstracta. Es la ciencia de la vida, instruccin en la
astucia y sabidura del vivir, doctrina o consejos que
si los nios los siguen llegarn a ser hombres.
El que con razn se ha llamado el ms antiguo libro
del mundo es un tratado de moral de este gnero, de
fondo magnfico y forma excelente (3). Durante toda
la historia de Egipto se ha sucedido una cadena de ins-
trucciones como sta, que culminan en la sabidura de
Amenemope (4), y la que dej grabada en su artstica
(1) Falta una buena edicin de los himnos. Los interesant-
simos del tiempo del rey "hertico" han sido recogidos y comen-
tados por BREASTED en su tesis doctoral: De hymnis in solem
sub rege Amenophide conceptis. Berln, 1894.
(2) Entre los papiros hallados en las ruinas de Kahun, GRIF-
FITH, Hieratic Papyri from Kahun and Gurob. London, 1898.
(3) DVAND, Les Mximes de Ptahhotep. Fribourg, 1916.
(4) LANGE, Das Weisheitsbusch des Amenemope. Co-
penhague, 1925.
758 BOLETN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA

tumba Patosiris, gran ministro y pontfice del perodo


greco-romano (i). Quien lea estos libros no necesita
ms para cambiar todos los prejuicios que pudiese tener
sobre el hieratismo egipcio.
Una parte de esta literatura est en forma de cartas
a los nios. Un maestro escribe a su discpulo: Oigo de-
cir que dejas la escuela y te das a las diversiones, que
andas por las callejuelas donde huele a cerveza, ha cer-
veza ahuyenta de ti a los hombres, destruye tu alma. Te
quedas como un remo quebrado que no obedece, o como
una capilla sin dios, o como una casa sin pan. Junto con
estas cartas fingidas han llegado a nosotros muchas car-
tas autnticas de pintoresco estilo (2).
Filosofa.Las grandes producciones literarias na-
cen frecuentemente con ocasin de grandes catstrofes.
La destruccin de Jerusaln, con las trgicas circuns-
tancias que llora Jeremas, hizo tanto pensar que pro-
dujo los mejores libros de la Biblia, como el libro filo-
sfico de Job, que tiene muchas analogas con el poema
filosfico egipcio del Desesperado, de que vamos a ha-
blar. En el perodo de paz y prosperidad de las primeras
dinastas, particularmente en la cuarta, la de las gran-
des pirmides, la literatura parece haber florecido me-
nos de lo debido. Haca falta que viniese el perodo de
anarqua que luego sucedi. Los reyes que hasta enton-
ces parecan dioses, en pacfica posesin de su reino, y
con todo el honor de los inmortales, fueron derribados
y sustituidos por revolucionarios. El orden social se tras-
torn. Los pobres se hacan ricos en un da y los ricos
quedaban reducidos a la miseria. Las veneradas tumbas

(1) LEFEBVRE, Le tombeau de Petosiris. Le Caire, 1920-23.


Id., Textes du tombeau de Petosiris. Le Caire, 1920-21.
(2) MASPERO, DU genre epistolaire. Pars, 1872. Sumamen-
te anticuado.
LA LITERATURA EGIPCIA 759

eran profanadas. Y hasta las pirmides, "casas de eter-


nidad", eran saqueadas, privando a sus "divinos" mo-
radores del reposo que creian tan asegurado. La con-
ciencia popular, que vio como un hecho lo que jams
hubiese credo posible,- recibi una gran sacudida y em-
pez a proponerse el problema de la vida. El dilogo del
desesperado con su alma es una obra de profunda filo-
sofa, en forma potica, la ms sublime y la ms es-
pontnea. Probablemente es el mejor libro de la lite-
ratura egipcia (i).
Profecas y oratoria.El Egipto es el nico pue-
blo donde se busca en serio analogas con el gran fen-
meno del profetismo y mesianismo israelita. No es este
lugar para entrar a fondo en la discusin del problema,
pero desde luego reconocemos semejanzas sorprendentes
en la forma literaria. La literatura es bastante abun-
dante, pero mencionemos slo lo principal. Cuando el
sobredicho perodo de anarqua haba terminado y Egip-
to se vio de nuevo gobernado por la mano fuerte de los
soberanos de la XII dinasta, un poeta se coloca en esos
calamitosos tiempos, que describe con vivos colores, y
profetiza post eventum el advenimiento del soberano
reinante a quien se trata de adular (2)^ Hijo de las
mismas circunstancias es el discurso poltico de Nefer-
rehu. Lamenta la guerra civil, la invasin de los ene-
migos, el estado de anarqua, robo, saqueo, la falta de
ingresos, el trastorno social. Los pobres se hacen ricos,
mientras que los que posean algo estn en la miseria.
Ciertamente el pas ha dado la vuelta como el torno del

(1) ERMAN, Gesprach eines Lebensmiiden mit seiner Sede.


Berln, 1896. Obra anticuada y que, a pesar de su importancia,
nadie se atreve a comentar a causa de su gran dificultad.
(2) GARDINER, The admonitions of an Egyptian Sage. Leip-
zig, 1909.
760 BOLETN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA

alfarero. Los ricos trabajan en la molienda y los pobres


descansan. Aquellos que no salan nunca de casa, aho-
ra tienen que trabajar al sol. Las momias de los nobles
son arrancadas de sus tumbas. No hay diferencia exte-
rior entre los hijos de los nobles y los de los esclavos.
Las mujeres distinguidas pasan gran vergenza al pre-
sentarse con sus harapos. El que no tena unas sandalias
para los pies, posee ahora tesoros; el que no tena una
barca, tiene ahora un navio; el que no entenda nada de
msica, tiene ahora un arpa; el que no haba odo can-
tar, alaba ahora a la diosa de la msica; el que deba que-
dar clibe por falta de dinero, toma ahora mujeres; el
que no tena pan, tiene ahora una panera con provisio-
nes ajenas; el calvo que no empleaba leo, posee ahora
vasijas de mirra olorosa, y el que para ver su cara tena
que mirar al agua, ahora posee un espejo (1).
Por fin, de ese mismo perodo y de las mismas tris-
tes circunstancias procede la historia del paisano elocuen-
te. Se trata de un fellah que haca un viaje al Alto Egip-
to y le fu robado el asno con todo lo que llevaba. Como
no se le acababa de hacer justicia, tuvo que defender
su causa en una serie de discursos. Es, sobre todo, una
obra de elocuencia (2).
Literatura cientfica, jurdica y de cancillera-Aun-
que esto ya no es propiamente literatura, lo menciona-
remos ligeramente para que se vea cuan grande es la
variedad de los textos egipcios; y adems porque el
estilo no es tan estereotipado que no deje lugar para
frases pintorescas. Han llegado hasta nosotros tres tra-

(1) Conservado en numerosos documentos, porque como


obra clsica ha sido muchas veces copiado. Publicado por Go-
LENISCHEFFJ Les papyrus hiratiques de St. Petersburg, 1913-
(2) VOGELSANG, Kommentar su den Klagen des Banern.
Leipzig, 1913.
LA LITERATURA EGIPCIA 761

tados de medicina general, casustica, con algunas con-


sideraciones generales y un papiro quirrgico que aca-
ba de publicar Breasted. Tambin en Astronoma y
Matemticas nos han dejado obras los egipcios.
Poseemos una serie de textos relativos a la admi-
nistracin: decretos reales, actas oficiales, institucin
de funcionarios, documentos de adopcin, fundaciones
piadosas, procesos. De leyes no han llegado a nosotros
colecciones completas como en Babilonia, pero las ha-
ba, pues en la tumba de un visir se mencionan los 30
volmenes de leyes. Mencionemos, por fin, el ms an-
tiguo tratado de paz que se conoce, notable por la for-
ma expresiva en que est concebido. Es el de Ramss I I
con un rey hittita.
Conclusin. Hemos enumerado las principales
obras literarias, excepto los textos religiosos, los tex-
tos histricos y los himnos, de los que slo hemos po-
dido hacer vagas indicaciones. Esta literatura corres-
ponde a cuatro milenios y toda est ms o menos bien
dotada. Pero todo esto no basta para trazar la histo-
ria de la literatura. Sabemos que al perodo de las pi-
rmides sigui una poca de mximo florecimiento, ca-
racterizada por un gnero de literatura pesimista. Esta
y el Medio Imperio forman el perodo clsico. E n el
Nuevo Imperio nace un nuevo gnero de literatura po-
pular. E n esta misma poca empieza la decadencia. Y
todo este proceso tan largo se ha hecho antes que los
hebreos hubiesen escrito su primera pgina. Despus
se sucedieron pocas de renacimiento y de influencia
extranjera. Bajo los griegos y romanos naci la lite-
ratura demtica, egipcia en cuanto a la escritura y a la
lengua, pero muy imbuida de ideas helensticas. Con
la combinacin del egipcio y el griego se form el cop-
io que nos ha transmitido una abundante literatura re-
ligiosa y mgica. E n ella es curiossimo observar cmo
a la trinidad asiriana sucede la cristiana, a Isis la Vir-
50
762 BOLETN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA

gen, a Set, enemigo de Horus, el diablo, etc., etc. (1).


La literatura egipcia bajo la forma copta exista to-
dava, seguramente, cuando la conquista rabe. Los
rabes tradujeron muchsimo a su lengua, de modo que
en la literatura del Islam hemos de encontrar una buena
parte del tesoro popular egipcio.
BENITO CELADA.

El Cairo, 1935.

(1) BUDGE, Egyptian tales and romances, pagan, christian


and muslim. London, 1931. Para la magia vase KROPP, AUS-
gewhlte koptische Zanbertexte. Bruxelles, 1931.

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