La Cosa Freudiana
La Cosa Freudiana
La Cosa Freudiana
INTERMEDIO.
EL YO Y EL PUPITRE:
Tanto el YO como el pupitre (las cosas) dependen del significante para ser esto
preciso que ahora son y que puede dejar de ser lo que son en otro contexto
significante. Pero adems las significaciones que envuelven al pupitre suelen
tambin envolver al YO: pupitre es la posicin de sumisin que una persona
puede tener ante nosotros, y este pupitre-persona es tambin valorizado, es
tambin un mero ocupamiento de un lugar, es tambin la posibilidad de utilizar
la madera-persona como combustible (campos de concentracin). Pero
adems puede hacerse en el otro sentido: el pupitre puede contar su historia
de existencia, que aunque utilitaria, es INDIVIDUAL; puede hacer un discurso
de su historia, que aunque enajenada porque l ha sido hecho por otros, no
adolece de datos especifico de sus fabricantes; discurso de su destino, inerte y
detenido, que pasa por los avateres del prestigio y el desamparo etc.
El YO se sostiene en el infinito de la reflexin, y este infinito es el ESPEJISMO DE
LA CONSCIENCIA. Es decir, es esta reflexin infinita la que da la idea de
la consciencia. Este infinito reflejo es lo que habilita a que los trabajadores
del pensamienro, los iflosofos, supongan un progreso en la interioridad. Dicha
interioridad es mas bien un FENOMENO TOPOLOGICO, es decir, situable en
coordenadas topolgicas
El YO es sede de percepciones, pero la consciencia no es privilegio del Yo en
cuanto que las percepciones por l recibidas son en su mayor parte
inconscientes (PROYECTO!!!!!!).
LA PASION IMAGINARIA.
LA CONStitucion imaginaria del yo, y del cuerpo, remite siempre al semejante,
donde esta relacin es lograda, y de tal medida que los objetos de mi deseo
van a ir a vincularse con el deseo del otro. Si Lacan dice que el hombre ve mas
alla de su nariz (y no como el dicho que dice que no ve mas alla de su nariz) es
porque precisamente VE su nariz, es decir, que su ver el mundo es del mismo
tono que el VER su nariz, y el ver SU nariz, ese cuerpo suyo, esta relacionado
con la dinmica del espejo. El hombre no puede captar su deseo mas que en la
dinmica de lo imaginario.
Las identificaciones imaginarias permiten el zarandeo de lado a lado del sujeto
segn las identificaciones que vayan teniendo lugar; y si en algn momento no
logra darse este movimiento en consonancia, van a tener lugar accesos de
rabia y agresividad crecientes.
El aseguramiento imaginario no se da solo por la presencia de una imagen
unificante; este aseguramiento, si ha sido puesto en pe3ligro, tiene lugar por
las multiples facetas de identificacin que se dan en el Yo: el yo es multiple.
Peor adems la enajenacin del Yo respecto a s mismo tiene un lugar mas
claro en la relacin dual de yo a yo. Entre ello no se da una distribucin
armonica donde cada uno maneja ciertas cantidades determinadas. Mas bien lo
que hay es una desproporcion que genera una guerra.
LA ACCION ANALITICA.
Cuale s el estatuto del analista? El analista debe ser la muerte. LA MUERTE LA
introduce con el signo primordial de la presencia o la ausencia (que significara
esto en el actuar analista????). y este muerte que es el analista, DESENTRAA
FORMALMENTE LA MUERTE INCLUIDA EN EL NARCISISMO. Es decir, el analista al
ser la muerte misma desactiva al hacer presente la muerte del narcisismo.
El analista CADAVERIZA SU POSICION, asi ingresa en la dialctica del analisis.
Pero su cadaverizacion debe ocurrir tanto en lo simbolico como en lo
imaginario. En lo simbolico, en tanto A, anula su existencia a travs de su
silencio, siendo ese espejo lmpido. En lo imaginario (a) se cadaveriza en tanto
que anula su propia resistencia (????????).
Se debe poder situarse en estos dos registros, en donde el uno no es sin el
otro. Situndose asi, el analista podr reconocer los momentos precisos de
actuacin, y las formas de la misma, sea que obedezca a uno o a otro. El Otro
(A) es la DIFERENCIA RADICAL (qu podramos entender por esto????????), y
frente a este, como una mascara, se posicin el otro (a), y es a travs de este
otro por lo que aquel (A) puede tener lugar. Es a travs del a minscula por lo
que el A puede hablarle en el discurso. Es a ese A al que se dirige todo
discurso. Incluso en la forma mas Imaginaria que es la del AD HOMINEM. La
palabra que se dirige en esta forma ad hominem, no es meramente el insulto,
sino que se trata de algo que esta ms all de las razones del argumento.
De esta situacin es que deviene el problema de la lgica, que no dara campo
a ese A.
EL LUGAR DE LA PALABRA.
HAY una posicin de Lacan respecto a la idea de que lo que determina al
sntoma son los instintos. No es por este tipo de instintos por lo que ocurre una
determinacin ICC. Este es un modelo imaginario de esta situacin.
El material del cual toma su materia el orden de lo simbolico, es lo imaginario.
Pero la forma de la repeticin en lo imaginario y en lo simbolico, difieren
plentamente. La MEMORIA DE LO SIMBOLICO: si se establece una serie de
signos (escogidos al azar), el movimiento de esta serie ir demostrando la
presencia de un conjunto de leyes que le rijen. Que riej sus exclusiones y sus
presencias.
El ICC es aquello en lo que se fundan las leyes de la alianza y el parentesco.
Esas leyes mismas que se han mencionado en lo que refiere a las leyes
simblicas. Es la organizacin del nexo sexual lo que abre el campo del primer
intercambio, de la primera organizacin, por eso se trata del deseo sexual, ya
que sobre l se abre el campo de las organizaciones simblicas.
El campo de la conservacin individual, desde donde entonces lo anterior es el
campo de la conservacin cultural, se ubica dentro del campo de lo
imaginario, del devoramiento mutuo. El hambre es el representante mas
notable de este tipo de conservacin. El DEVORARSE.
En Freud se trata de separar entonces el Yo del ICC. Lo relacionado con el ICC
es la culpabilidad, all aparece el ICC (COMO Y POR KE?????), mientras que
cuando se habla de carencia afectiva o dependencia imaginaria del sujeto, se
hace entrar en juego es al yo mismo. La presencia de esto ultimo conlleva a
una infantilizacin en tanto que tiene lugar el narcisismo.