Revista Altamirano No.26.May-Jun 2002
Revista Altamirano No.26.May-Jun 2002
Revista Altamirano No.26.May-Jun 2002
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3
4
Ignacio M. Altamirano
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6
ALTAMIRANO
REVISTA DEL H. CONGRESO DEL ESTADO DE GUERRERO
INSTITUTO DE ESTUDIOS PARLAMENTARIOS EDUARDO NERI
AO 3 SEGUNDA POCA, MAYO-JUNIO 2002 N 26
7
ALTAMIRANO
Primera edicin
8
LVI LEGISLATURA
H. CONGRESO DEL ESTADO DE GUERRERO
9
10
INSTITUTO DE ESTUDIOS PARLAMENTARIOS
EDUARDO NERI
Consejo Consultivo
Consejo Editorial
11
12
ndice
Presentacin 17
Hctor Apreza Patrn
13
Encuentros y desencuentros con el problema . 121
de la drogadiccin
Mario Loza Rodrguez y Carlos Durand Alcntara
14
III. INSTITUCIONALIDAD Y PRINCIPIOS DEL DERECHO
15
16
Presentacin
17
bles, sin embargo, todava existen diversos aspectos que debemos enfrentar
para unir esfuerzos en torno a la promocin de la salud, a efecto de que
stos se encuentren en conformidad con los valores sociales y morales
inherentes a la sociedad, con el propsito de mejorar las condiciones de
salud y la calidad de vida de la poblacin.
18
La promocin de la Salud,
Derecho Penitenciario
y Derechos Humanos
19
20
I. La Salud, su perspectiva
Socioeconmica y jurdica
21
En aos recientes, ha aumentado de forma inesperada la incidencia
de enfermedades infecciosas consideradas anteriormente casi diarreicas.
Otras, bajo aparente control, como la leishmaniasis y el dengue han
resurgido y se han extendido territorialmente. El grupo de las enfermedades
transmitidas sexualmente permanece como un campo insuficientemente
descrito en nuestro mbito, cuyo impacto real en la salud pblica debe
definirse para su adecuada atencin. Mientras que los brotes epidmicos de
enfermedades previamente olvidadas como el clera, han evidenciado los
peligros de no contar con unos controles adecuados por falta de tecnologa,
e infraestructura de salud eficaces. En este contexto, especial atencin
merecen las enfermedades emergentes como el SIDA y otras virosis, cuyos
agentes patgenos eran hasta hace poco desconocidos para la comunidad
cientfica y para cuyo combate se carece de agentes teraputicos y medidas
de contencin eficaces.
22
Grfica No. 1
PRINCIPALES CAUSAS DE MORTALIDAD
1000000
900000
DEFUNCIONES
800000
700000 ALEMANIA
600000
CHILE
500000
400000 USA
300000 MXICO
200000
100000
0
CIRCULATORIO
RESPIRATORIO
DIGESTIVO
TUMORES
INTESTINALES
DIABETES
ACCIDENTES
OTROS
SUICIDIOS
INFECCIONES
CUSAS
Poblacin total y crecimiento: De acuerdo con los resultados del XII Censo
General de Poblacin y vivienda, el 14 de febrero del 2000, residan en la
Repblica Mexicana un total de 97,483,412 personas, cifra con las que el
pas se mantiene en undcima posicin entre las naciones ms pobladas del
mundo.
23
En 1990 este indicador era de 97 por cada 100, lo que lleva a suponer que
la menor porcin de hombres que actualmente se observa es consecuencia,
entre otros factores, del aumento de la emigracin internacional,
predominante masculina.
Salud: En 2000, por cada 100 000 habitantes, Mxico contaba con
120 mdicos; 191.9 enfermeras y 77.5 camas hospitalarias.
Grfica No. 2
TASA DE MORTALIDAD
15
16
14
12
10
8 COSTA RICA
5 MEXICO
6 4 NIGERIA
4
2
0
1
TASA POR 1000 HABITANTES
24
Comparando la tasa de mortalidad y natalidad (grfica 3) para Mxico, se
tiene por resultado que por cada 29 nacimientos existen 5 defunciones, con
un resultado de 24 personas vivas que tendran una esperanza de vida en
promedio de 74 aos (grfica 6).
Grfica No. 3
40
35
30
25
ALEMANIA
20 ITALIA
15 MEXICO
NIGERIA
10
5
0
1
TASA POR 1000 HABITANTES
25
Grfica No. 4
4
A RA BIA SA UDITA
3
ESPA A
2 MEXICO
1
0
1
Na c im ie ntos por m uje r e n e da d f rtil
Grfica No. 5
25
20
15
ARABIA SAUDITA
ITALIA
10
MEXICO
0
1
POR CIENTO
26
Grfica No. 6
90
80
70
60 JAPON
MEXICO
50
NIGERIA
40
30 JAPON
20 MEXICO
10 NIGERIA
0
1
HOMBRES MUJERES
27
Conclusiones
Bibliografa
http://www.inegi.gob.mx/estadistica/espanol/sociodem/natalidad/nat_05.ht
ml
http://www.inegi.gob.mx/estadistica/espanol/sociodem/natalidad/nat_04.ht
ml
http://www.ssa.gob.mx/unidades/dgied/cemece/CricatalogoCIE10.htm
http://www.ssa.gob.mx/unidades/sns/vitales/cuadro4.htm
http://www.inegi.gob.mx/estadistica/espanol/sociodem/international/int01.
html
28
Generacin de recursos humanos para la promocin de la salud
29
No obstante, en la actual coyuntura histrica de inicio del tercer
milenio, la reorientacin humanstica en la formacin de recursos humanos
se presenta como una de las estrategias ms promisorias para enfrentar los
mltiples problemas de salud pblica que afectan a las poblaciones y su
entorno.
30
En este sentido la actuacin del Estado se considera decisiva para la
promocin de una poltica de salud pblica acorde a las necesidades de las
mayoras. Es decir, se requiere la redefinicin del Estado en sus roles y
forma de operar; se demanda un Estado que promueva, formule e
implemente polticas sociales procurando la equidad del bienestar, lo cual
implica necesariamente un compromiso con la mejora en la calidad de
vida. Esta nueva institucionalidad pblica depende de la configuracin de
una coordinacin intersectorial apropiada para el fin descrito.
31
tica con que deban regirse todas las acciones de la salud pblica, as como
las polticas, la investigacin y la prestacin de los servicios de salud.
32
salud y la adopcin de prcticas para mejorar la calidad de vida; d) la
transformacin del perfil de morbilidad y mortalidad; e) la oferta de
modelos asistenciales basados en la produccin social de la salud y en la
concepcin de vigilancia de sta; f) el nfasis en la prevencin de
enfermedad y la promocin de la salud, y g) la formacin de recursos
humanos bajo una nueva perspectiva de la salud pblica.
33
En efecto, los contenidos de la educacin en salud pblica deben
orientarse bsicamente a garantizar la efectividad sanitaria con la
incorporacin de los aspectos administrativos y de gestin. Por lo tanto,
una herencia de las escuelas de salud pblica para las nuevas generaciones
de sanitaristas latinoamericanos, debe ser la reafirmacin de los valores y
principios de tica, equidad, solidaridad y justicia social, que slo es
posible transferir si asumen como funcin indelegable la de participar
activamente en la bsqueda de un protagonismo poltico y tcnico en los
procesos de reforma sectorial.
Conclusiones
34
programas tradicionales de educacin, as como en el papel de la tecnologa
moderna para la capacitacin a distancia, sino tambin, se requiere formar
recursos en salud pblica con las competencias indispensables para atender
las necesidades de la poblacin, colocando tales recursos al interior de las
comunidades urbanas, semiurbanas y rurales que los necesitan, con los
medios e infraestructura suficientes y factible para su cometido.
35
as superar el desgaste del paradigma de salud vigente y conducirse hacia
las nuevas funciones esenciales de la salud; ejercer el abordaje de los
factores determinantes de la salud y la enfermedad, a fin de realizar
acciones que mejoren la calidad de vida de la poblacin, poniendo nfasis
en la prevencin de la enfermedad, la promocin para la salud y el
autocuidado.
Bibliografa
36
OPS Programa de desarrollo de recursos humanos. Seminario Interregional
sobre Educacin Continua para el Personal de salud: Informe final.
Washington, D.C, 1979.
OPS Programa de desarrollo de recursos humanos. Gestin de calidad en
la educacin mdica: una propuesta de evaluacin total
Washington, D.C, jun. 1994.
OPS Anlisis prospectivo de la educacin de enfermera. Washington, D.C,
1987.
PASCAP. Caracterizacin de la situacin en recursos humanos en salud.
San Jos, Costa Rica, Abr. 1993. (Publicacin Tcnica: 28, 29, 30,
31, 32, 33 y 35).
Ruiz, Luis; Haddad, Jorge; Ferreira, Jos Roberto, Educacin permanente
en epidemiologa: Bases para la organizacin de Programas de
Capacitacin en los Servicios de salud en: OPS. Programa de
desarrollo de recursos humanos. Educacin permanente de personal
de salud en la Regin de las Amricas: Fascculo X: Propuestas de
trabajo en contextos especficos. Washington, D.C, 1991.
Robbins, S.P., Comportamiento Organizacional. Ed. Mc Graw Hill,
Mxico, 1987.
Werther, W. & Davis, K., Administracin de personal y recursos humanos.
Ed. Mc Graw Hill, Mxico, 1987.
37
38
La investigacin cualitativa en la promocin de la salud
39
grupos ms all de lo que puede explicar en trminos de la disponibilidad
de atencin mdica y sanitaria.
Durante los ltimos veinte aos o poco ms, ha ocurrido uno de los
ms excitantes movimientos en el quehacer de las ciencias sociales,
situacin que no pocos autores han llamado una verdadera revolucin
metodolgica (Denzin y Lincoln, 1998a). Se trata precisamente del auge
de la llamada investigacin cualitativa.
40
De hecho, la corriente de investigacin tradicional en las ciencias de
la salud sigue estando en mucho, influida por el paradigma positivista e
independientemente del valioso conocimiento productivo por dichas
investigaciones, lo cierto es que falta profundizar nuestro conocimiento y
comprensin acerca de aspectos esenciales a lo humanos como son la
subjetividad y la cultura.
41
ms prometedoras, pero ciertamente no es la panacea ni se pretende que lo
sea. No es la respuesta a todos nuestros problemas metodolgicos y
ciertamente no significa la muerte de la aproximacin cuantitativa.
42
El cambio paradigmtico
43
Para el paradigma positivista la realidad se circunscribe a lo
observable y para abordar el anlisis de un fenmeno para investigarlo,
considera importante la posibilidad de aislarlo, manipularlo y medirlo de
manera que se exprese en valores numricos. Es decir, se trata de una
metodologa cuantitativa que aborda el anlisis descontextualizado de un
objeto de estudio esttico y pasivo.
44
de cierto color, que hacerse exmenes mdicos peridicos. En el ms
deseable de los escenarios har ambas cosas.
45
de la socializacin de cualquier nio el adquirir el conjunto de creencias,
valores, visiones del mundo que conforman el imaginario social como le
llam Cornelius Castoriadis. La dimensin individual es el producto de lo
que una persona ha experimentado a lo largo de su existencia nica e
irrepetible.
Una de las razones por las que la cultura tiene efectos sobre la salud
es que los pueblos atribuyen valores diferentes a la vida, (Caldwell, 2002,
p.2) Ninguna cultura otorga prioridad absoluta a la salud ni la persigue
hasta el punto de dedicarle la mayor parte de sus recursos. Muchas culturas
entienden que la vida, la salud y otros aspectos fundamentales de la vida
estn fuera de su control y por ende de su responsabilidad. Esto no tiene
que
46
ver slo con la clase social a la que se pertenezca, ni el nivel educativo es
determinante. Tiene que ver con la forma de ver y entender el mundo y el
papel del humano en ella.
La propuesta cualitativa
47
parcializaba. Usando otro trmino de Castoriadis, a la realidad se le
fragmentaba para su estudio.
48
- la necesidad de analizar al fenmeno en su medio original: ir
hacia la gente
- el inters est centrado en las percepciones y los significados que
las personas construyen para explicar su realidad
- el lenguaje es el dato principal.
49
Para observar al fenmeno en su dinamismo y sus contradicciones es
preciso recurrir a distintos tipos de tcnicas cuyos estatutos no se establece
a priori sino de acuerdo al objeto de cuestin y su momento. Esa es la gran
contribucin de la propuesta cualitativa dice Breihl. Ese tipo de
metodologas y el conjunto de tcnicas utilizadas en la investigacin
cualitativa permite el desciframiento de los patrones de individuacin o
formas tpicas de concrecin individual de prcticas y saberes vinculados a
la produccin y distribucin de la salud (p. 142). Asimismo, contina,
sern de enorme utilidad frente al conocimiento de estrategias
comunitarias y familiares relacionadas con la salud colectiva.
50
prejuicios, desconfianza y la necesidad de mantener la objetividad
cientfica y profesional como machaconamente se destaca en la formacin
acadmica de mdicos, enfermeras, odontlogos, psiclogos, trabajadores
sociales. Adems de ello hay que sumar las deterioradas condiciones de
trabajo y aumento de usuarios lo que complica an ms la situacin.
51
Los mtodos de la investigacin cualitativa
52
arremangarse los pantalones, entrar al campo, comprender un escenario
nico y slo entonces tomar una decisin sobre el estudio de otros
escenarios, (p. 34).
53
que esa persona ha elaborado, a partir de la narracin lo ms detallada
posible de la misma persona.
Otro tipo de entrevistas que ha sido poco usado hasta aos recientes
es el de la entrevista grupal. Como su nombre lo indica, se trata de reunir
un grupo de personas para que hablen de sus vidas y experiencias en el
curso de conversaciones abiertas y deben influir libremente. En esta
propuesta, el papel del entrevistador es el de facilitador y moderador de la
conversacin.
54
Existen muchas otras tcnicas que se pueden emplear. En este breve
apartado mencionamos a los que a nuestro juicio han sido ms utilizados en
la investigacin sobre el proceso salud-enfermedad.
A modo de conclusin
55
intolerancia y si nuestro comportamiento diario est marcado por el
sexismo y el racismo.
Bibliografa
56
Taylor, S. J. y Bogdan, R, (1996); Introduccin a los mtodos cualitativos
de investigacin. Espaa, Paids.
Yin, Robert, K., (1994); Case study research. Desing and Methods. USA,
SAGE.
57
58
La promocin de la salud en Mxico: una vieja tradicin de la salud
pblica
59
tario y se cre el Consejo Superior de Salubridad. En 1837 se estableci el
Reglamento de Hospitales Generales de la Repblica Mexicana.
60
cin de la Organizacin Mundial de la Salud OMS; se transforma en
Organizacin Sanitaria Panamericana, OPS) y la Oficina Internacional de
Salud Pblica con sede en Pars. Entre 1907 y 1947 se realizan nueve
Conferencias Sanitarias Panamericanas (San Jos de Costa Rica 1910;
Santiago de Chile 1911; Montevideo, Uruguay 1920; Habana, Cuba 1924;
Per 1927; Buenos Aires, Argentina 1934; Bogot, Colombia 1938; Ro de
Janeiro, Brasil 1942; Caracas, Venezuela, enero de 1947).
61
en salud, de organizar los servicios de salud desde una perspectiva
integral, crear programas especiales en administracin de instituciones
de salud y desarrollar programas especficos (salud mental, alcoholismo y
salud materno-infantil, fueron los propuestos). Con el apoyo de la OPS se
cre el Instituto de Nutricin de Centro Amrica y Panam (INCAP), el
Centro Panamericano de Fiebre Aftosa en Guatemala (PANAFTOSA) y el
Centro Panamericano de Zoonosis en Buenos Aires, Argentina. Ese mismo
ao se realiza la XIV Conferencia y los ministros se expresan en trminos
de Combatir las enfermedades, prolongar la vida y estimular el
mejoramiento fsico y mental de los habitantes (Boletn OPS, No. 113, p.
404).
62
llo, donde un gran nmero de personas apenas si logra existir: su trabajo es
improductivo; sus alimentos siempre escasos; su vivienda inadecuada; su
expectativa de vida corta; y su salud fsica, mental y social deficiente y
precaria. (Boletn OPS, No. 113, p. 407).
63
confiables sobre estadsticas vitales y programas de educacin para la
poblacin.
64
En 1972 se realiz la Conferencia de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente Humano (Estocolmo, Suecia). Ahora se pona en
evidencia que el asunto del medio ambiente era sumamente complejo y
rebasaba los estrechos lmites que se discutan en Punta del Este; el
saneamiento ambiental no slo representaba abastecimiento de agua y
servicio de alcantarillado, ambiente humano, significaba la complejidad
de formas y expresiones de la vida, significaba un mundo compartido y
recursos naturales finitos. Importantes desastres naturales abran brecha a
una nueva epidemiologa y la salud ocupacional se introdujo como objeto
de estudio e intervencin mdica.
65
Con ese lema se acompa la IV Reunin Especial de Ministros de
Salud de las Amricas realizada en la Ciudad de Washington tambin en
1977, en dicha reunin se adopt como poltica de salud regional la
Atencin Primaria de Salud y la Participacin Comunitaria como la
principal estrategia de apoyo. Al ao siguiente en la ciudad de Alma Ata,
URSS, se realiz la Conferencia Internacional sobre Atencin Primaria de
Salud (APS). Tambin en 1978 se realiz en Grenada la XX Conferencia
Sanitaria Panamericana, comprometiendo a los pases miembros, a trabajar
por la cobertura universal de la atencin mdica mediante la aplicacin de
la APS en servicios generales de salud. Se defini el problema del cuidado
de la salud como un problema social que debe involucrar el inters, trabajo
y responsabilidad de los deferentes sectores de la poblacin.
66
2. Control de enfermedades transmisibles que incluy campaas
de vacunacin, vigilancia epidemiolgica, prevencin y control
de enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias agudas,
tuberculosis, lepra, malaria, enfermedades de transmisin sexual
y salud animal.
3. Control de enfermedades no transmisibles con programas para
prevencin y control de enfermedades respiratorias crnicas y
cardiovasculares, cncer, diabetes, enfermedades reumticas,
prevencin de la ceguera y de accidentes de trnsito.
4. Salud ambiental que incluy programas de abastecimiento de
agua y saneamiento bsico, eliminacin de deshechos slidos y
control de la contaminacin. En este rubro tambin se incluyeron
programas de salud ocupacional y de control de radiaciones.
5. Recursos humanos e investigacin con programas de
capacitacin, educacin continua, programas integrados de
investigacin, enseanza y servicios y programas de educacin a
la comunidad.
6. Administracin para el diseo y desarrollo de sistemas de
planificacin, programacin, seguimiento y evaluacin de planes
y programas de salud.
67
Durante la dcada 1990-2000 se discuti si sta debera llamrsele la
dcada perdida, pues el deterioro en las condiciones de vida y de salud de
la poblacin mundial alcanzaron niveles muy dolorosos, por decir lo
menos.
68
sanatorio, 36 centros de salud rural y 225 centros auxiliares rurales
(Moreno Cueto, et. al. 1982, p. 76). En 1937 se establece la Secretara de
Asistencia y se instituye el servicio social para estudiantes de medicina. En
1953 la SSA desarrolla el Programa de Bienestar Social Rural que inclua
subprogramas de atencin materno-infantil, asistencia social, promocin
socioeconmica, educacin, cultura y saneamiento ambiental.
69
concretado. En este intento se procur realizar prcticas de trabajo
comunitario enfocadas a preservar formas de vida econmica y cultural de
las comunidades indgenas y rurales.
70
La actividad poltica: esencia de la promocin de la salud
71
inicio del llamado neoliberalismo), cuando las polticas de salud pblica
rebasan la nocin de educacin y difusin de higiene y prevencin, para
asumir las nuevas nociones de promocin de la salud entendida como la
organizacin social (Estado, gobiernos, organismos sociales e individuos)
para el mejoramiento y bienestar de las condiciones fsicas y mentales de
las comunidades.
72
conservacin y mejora de las condiciones deseables de salud para toda la
poblacin y la apropiacin en el individuo, de las actitudes, valores y
conductas adecuadas para el beneficio de la salud individual y colectiva,
(Ttulo sptimo, Captulo I, Art. 110).
73
nacin de las instancias pblicas, privadas, comunitarias e individuales.
74
En el siglo XX la poltica de la salud en Amrica Latina y el Mundo
estuvo guiada por los acuerdos y compromisos surgidos de reuniones y
acuerdos internacionales. Se crea la Oficina Sanitaria Panamericana en
1902; Se promueve la Quinta Conferencia Internacional de Estados
Americanos con las llamadas Conferencias Sanitarias (1923); Se establece
el Cdigo Sanitario Panamericano en 1924; la Declaracin Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre en 1943; La Asamblea Mundial de
Salud en 1946-48; la Novena Conferencia Internacional de los Derechos
del Hombre, Bogot, Colombia 1948; y la Organizacin Mundial de la
Salud, (Ferro, pp. 21-22).
75
El Segundo Factor es de naturaleza cientfica. Consiste en el
agotamiento del modelo o paradigma nacional conocido como unicausal de
enfermedad (agente, husped y medio ambiente) y de salud como el
desequilibrio entre estos tres factores. Dicho modelo lograba explicar las
enfermedades infecciosas, pero no las no contagiosas. Se postularon otros
modelos o paradigmas conocidos como multicausales e histrico social
(Martnez Navarro, 1998; Adriano Anaya et al, 2002), lo que llev en 1973
a Laframboise, a la nocin de campo de salud que incorpor el estilo de
vida, el medio ambiente, la organizacin de la atencin de la salud y la
biologa humana. Esto incorpor el factor de riesgo por cada componente
involucrado en la salud.
76
Este cambio radical en la nocin de Promocin de la Salud se viene
gestando desde los aos 70 en todo el mundo. La reunin de Alma Ata en
1978 reconoci la salud como un concepto positivo de bienestar fsico y
psicosocial y se estableci la Atencin Primaria de la Salud y se hicieron
compromisos internacionales para reducir las desigualdades de la salud. La
carta de Ottawa 1986 en la que participaron 38 pases mostr la difusin de
un nuevo concepto de salud pblica en el mundo y la creciente
coordinacin internacional para a favor de la salud para todos,
comprometindose a la promocin de la salud con polticas pblicas,
ambientales favorables, reforzamiento de la accin comunitaria, desarrollo
de aptitudes personales y reorientacin de los servicios de la salud.
77
porte, vivienda, vestido, recreo y diversiones, recursos mdicos y seguridad
social y libertades humanas, (Ferro, p. 21).
78
to, que no es otra cosa que la participacin consciente y socialmente
organizada de los grupos o comunidades para ejercer el poder de definir,
controlar y mantener los entornos saludables o los intereses que a la
comunidad convengan. El otro eje es la informacin pertinente y oportuna
que permita tomar decisiones y fomentar la conciencia comunitaria en
torno a las metas propuestas. Las estrategias para fortalecer los ambientes
saludables pasa por: a) organizar la expresin de la voluntad poltica; (b) El
diagnstico del entorno, (c) La participacin de la comunidad, (d) La
participacin intersectorial; (e) Fortalecimiento del tejido social; (f) La
Esttica Social; (g) La enseanza de destrezas y habilidades; (h) El
empoderamiento; (i) Desarrollo Sostenible; (i) La seleccin de las mejores
prcticas, (Palacio Hurtado y Ses Crespo, 2001, pp. 167-168).
79
sobre el entorno para ubicar las modificaciones pertinentes; investigar los
factores y determinantes de riesgo sobre la salud en un ambiente especfico;
coordinar las acciones de los participantes.
80
Esto conlleva negociaciones y contradicciones por dems poderosas que
slo la movilizacin de la poblacin puede frenar. El ejemplo son los
medios de comunicacin tan indispensables en la promocin de la salud.
Los medios de comunicacin son un factor ineludible en la promocin de la
salud tanto para alertar a la poblacin sobre situaciones de riesgo,
transmisible informacin pertinente a su salud, cambiar los estilos de vida
como para lograr los entornos saludables en su ms amplio sentido
(modificacin de las condiciones materiales, sociales y polticas que
determinan el entorno).
81
El promotor de la Salud: un organizador poltico de la comunidad
82
pblicas de Salud Pblica. Por tanto, requiere la ubicacin de necesidades,
metas y lagunas institucionales y del personal encargado de la promocin
de la salud, para la cual la nocin de competencias pareciera la ms til.
83
cos; comprensin y manejo de los medios de comunicacin masiva.
La salud en Mxico
84
tercera edad, lo que a su vez, cambiar las tasas de mortalidad especfica
por enfermedades, su incidencia y prevalencia, aumentando aquellas que
son propias de zonas urbanizadas (transmisibles por sexo, atribuibles por la
contaminacin, la alimentacin en grasas, por el estrs, por accidentes, por
va violenta y por la vida sedentaria) y la tasa de vida til y con
discapacidad, lo que a su vez modificar los servicios de salud al aumentar
los requerimientos para la atencin de dichas enfermedades, para la
promocin de la salud en zonas urbanizadas y grupos de edad especficos.
85
que puede responder en condiciones de crisis social generada por las
contradicciones capitalistas ( pinsese en Argentina), reduciendo el caos y
la falta de rumbo. Y desde mi punto de vista, estamos obligados a participar
en su creacin, desarrollo y mantenimiento.
1
Epidemiologa: Estudio de la distribucin y de los determinantes de los estados o
acontecimientos relacionados con la salud en poblaciones especficas y la aplicacin de
este estudio al control de los problemas sanitarios (Last, 1988), citado en (Beaglehole,
Bonita y Kjellstrm, 1994, p. 3).
2
Defunciones totales: nmero de muertes totales en un periodo determinado. Se
distingue de la tasa de mortalidad, en que sta es el nmero de defunciones en un
periodo determinado dividido entre la poblacin total en el mismo periodo.
3
Prdida total de aos de vida ajustados por discapacidad (AVAD): Medida que
indica los aos de vida promedio que se viven incapacitado. Es distinta de Esperanza
de vida ajustada en funcin de la discapacidad (EVAD) que se calcula la fraccin de
la poblacin que sobrevive en cada edad (tasas de mortalidad y natalidad); la
prevalencia de cada discapacidad por edad; y una moderacin por incapacidad (OMS,
Informe de Salud 2000, p. 31).
86
ricos es slo del 4%. La Organizacin Mundial de la Salud dice que, con
una inversin cercana a los 100 dlares por AVAD ganado, la brecha en la
esperanza de vida4 entre los pases ms ricos y los pases ms pobres
bajara de 18.4 a 13.7 aos. Con esa misma cantidad de dinero se podra
combatir 8 de las 10 principales causas de enfermedades en nios menores
de 5 aos en los pases ms pobres, es decir, las enfermedades
transmisibles o de mal nutricin (OMS, Informe, 2002, p 5).
4
Esperanza de vida: Promedio de aos que cabe esperar viva una persona de una
edad determinada si se mantienen las tasas de mortalidad actuales. (Beaglehole,
Bonita y Kjellstrm, 1994, p. 25).
5
Tasa de letalidad: Proporcin de casos de una enfermedad o evento determinado
que resultan mortales: nmero de muertes por enfermedad en un periodo determinado
entre el nmero de casos diagnosticados de la enfermedad en el mismo periodo,
(Beaglehole, Bonita y Kjellstrm, 1994, p. 20).
6
Morbilidad: es la frecuencia de las enfermedades, la tasa de morbilidad la
frecuencia de una enfermedad en una poblacin expuesta al riesgo de dicha enfermedad.
Sus unidades bsicas son la prevalencia y la incidencia. La primera es el nmero de
casos de la enfermedad en una poblacin y en un momento dado, mientras que la
segunda es el nmero de casos nuevos de dicha enferme-
87
hubiera evitado con un costo total por persona de 12 dlares. (OMS,
Informe 2000, p. 10). Ello significa que, con slo los mil millones de
dlares de gastos generados por el combustible utilizado para el transporte
(portaviones, aviones, helicpteros, tanques, caminos, etc.) en la reciente
guerra terrorista de EUA contra algunos terroristas de Afganistn, de
haberse utilizado en salud, se hubieran podido atender a 83,3 millones de
personas en los pases pobres o dedicado 58.7 dlares (4.3 veces ms de los
12 dlares que la OMS reclama) a la atencin de las enfermedades
transmisibles, trastornos maternos, afecciones del periodo perinatal y
deficiencias nutricionales del mundo entero, cuyas defunciones totales por
esa causa fueron, segn el informe del ao 2000 de la OMS, de 17,38
millones de personas.
88
go, los criterios principales en el mbito mundial son carga de morbilidad
que mide la prdida de salud en comparacin con una larga vida sin
discapacidad y, el de esperanza de vida.
89
miembros de la OMS las mujeres viven ms aos que los hombres (OMS,
Informe de Salud 2000, anexo estadstico). Es decir, los pases con gente
ms joven son los pobres y se mueren antes.
90
De las enfermedades neuropsiquitricas, el 15.69% correspondieron
a frica como un todo, frente al 19.42 de las Amricas y del 22.9% de
Europa, el 20.96% correspondieron al Pacfico Occidental; y el mismo
20.96% a Asia Sudoriental. Dato que por momentos pudiera llevarnos a
pensar que una de las regiones ms pobres, atrasadas, incultas y con ms
mortalidad y morbilidad general del mundo como es frica, es la ms sana
mentalmente.
A nivel nacional
7
Tasa de mortalidad infantil: el nmero de nios muertos por cada mil nios nacidos
vivos y registrados.
91
9.2% por enfermedades transmisibles. Para ese ao, la principal causa de
muerte no transmisible en Mxico fue el aparato circulatorio con 15.60%
seguida de tumores malignos con 12.08%, la Diabetes mellitus con
10.27%, accidentes con el 8%, enfermedades del hgado con el 6% y
enfermedades erebrovasculares con el 5.8%, que en conjunto representaron
el 57.77% del total de defunciones en ese ao, lo que nos habla de que la
mortalidad por enfermedad en Mxico corresponde ya a un patrn urbano y
desarrollado en donde la vida sedentaria, la urbanizacin, el cambio en el
tipo de alimento y las conductas saludables, parecieran estar determinando
el panorama epidemiolgico del pas.
A nivel regional
A manera de conclusiones
92
sido curadas y muertes por violencia intencional; enfermedades de pobres
(diarrea) y enfermedades por ser ricos (accidentes por automvil); muertes
de nios por descuido o falta de atencin (perinatales) y muertes de adultos
por excesos (cardiovasculares).
Tabla 1
Las once principales causas de mortalidad a nivel mundial
93
junta de la mano las defunciones de ricos y pobres. Aquellas atribuidas a la
gula y la urbanidad, y aquellas atribuidas a la miseria y la desigualdad.
Referencias
94
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Contexto, Perspectivas y Valores, Material de Apoyo del
Diplomado en Promocin de la Salud, FES Zaragoza, UNAM.
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265.
95
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menos desarrollados, Promocin de la Salud, antologa, No. 557;
Organizacin Panamericana de la Salud, pp. 286-297.
96
Anlisis de la participacin de los actores sociales para transformar
la situacin de salud
Presentacin
97
Para la mejor comprensin de la presente propuesta ser conveniente
tener en consideracin las siguientes definiciones elementales:
98
ten generar pautas de conducta individuales y colectivas que favorecen la
salud, a travs de distintos niveles de accin que se refieren a la
transmisin de informacin y al establecimiento de espacios para la
reflexin y toma de conciencia conjunta por parte de los integrantes de una
comunidad, respecto a las situaciones que propician la mejora de sus
condiciones de salud y, por ende, de vida en general.
99
d) Desarrollo de aptitudes personales: incremento de las opciones
disponibles para que la poblacin ejerza un mayor control sobre su propia
salud y sobre el medio ambiente, a travs de proporcionar informacin y
educacin sanitaria que perfeccione las aptitudes indispensables para la
vida.
Contexto histrico-poltico
Era evidente que en una poca en la que todo aquello con orientacin
comunista era aislado, condenado y perseguido, la nocin de la promocin
de la salud fincada en el combate a la
100
pobreza y la movilizacin preventiva de la comunidad igualmente era
inviable y condenable.
101
Fundamentos de la promocin de la salud
1
Nutbeam, Don Glosario de promocin de la salud, en Promocin de la salud: una
antologa, op. cit. p. 390.
102
de comunicacin, grupos religiosos y organizaciones pblicas y privadas.
103
la equidad social y de gnero en todos los niveles de gobierno y en todos
los sectores de la sociedad; Contribuir al desarrollo del conocimiento que
promueva el entendimiento de las formas para desarrollar por completo el
potencial humano y la capacidad institucional; Promover la participacin
significativa y los ambientes para fortalecer la cohesin comunitaria y
construir el capital social, e integrar de manera sistemtica a la promocin
de la salud en la agenda de reforma del sector salud.
104
ductivos, encaminados al desarrollo de mejores condiciones de salud
individual y colectiva.
105
decisiones donde la promocin de la salud debe buscar el empoderamiento
de las personas ms vulnerables.
Empoderamiento
106
la corriente principal, usadas por las agencias de desarrollo multilaterales y
bilaterales, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil empleadas
acaso con los mismos significados. Inevitablemente, como suele suceder
cuando los actores sociales con ideologas, enfoques y prcticas muy
variadas, intentan encontrar un conjunto comn de conceptos, y como
resultado, poca claridad, confusin, acerca de su significado real. As
tambin, una desconfianza entre los crticos del desarrollo que utilizaron
inicialmente esas ideas.
107
Los agentes de cambio externo se requieren como los catalizadores
esenciales que lo inician, pero el impulso del proceso de empoderamiento
se explica sobre todo por la extensin y la rapidez con que las personas se
cambien a s mismas.
108
Un verdadero empoderamiento sera aquel en el cual los pobres
puedan ser capaces de ir ms all de su conciencia de s mismos como
vctimas eternas, trascendiendo su cualidad de otro, para cambiar su
autopercepcin hacia un mayor control sobre sus vidas y su medio
ambiente.
109
para establecer el empoderamiento como estrategia en la promocin de la
salud.
Entornos saludables
110
Los entornos pueden ser: fsicos, sociales, ambientales, culturales,
institucionales y actualmente se consideraban tambin los virtuales. La
propuesta ms reciente es la de Municipios saludables para referirse a
entornos saludables y tomando en cuenta que es un proceso de la Salud
Pblica, se ha aceptado Municipio por la salud, lo que encamina a las
comunidades por el desarrollo constante de las condiciones de salud,
acorde a su realidad histrica-cultural, a su identidad y problemas as como
a las potencialidades de sus habitantes.
111
Suma de esfuerzos
112
8. Empoderamiento: Permite obtener la autonoma personal y
colectiva y capacidad para la toma de decisiones informadas respecto a la
propia salud, la familiar y la comunitarias. Lo que implica un cambio de
mentalidad y actitudes, en una comunidad que se hace cargo de sus
capacidades, saberes, deberes y derechos.
Participacin comunitaria
113
tra en la consecucin de los objetivos definidos por la tcnica de
planeacin.
114
Econmicos: Marco econmico general, incluyendo el tipo de las
organizaciones econmicas propiedad privada en oposicin a la
pblica; centralizacin o descentralizacin de la planificacin
econmica; sistema bancario y polticas fiscales; niveles de
inversin y caractersticas del consumo.
2
Vajanne M. El desarrollo sustentable, en Jimnez, Jorge El reto de la
sustentabilidad, Grupo parlamentario del PRD: Cmara de Diputados/LVI Legislatura
Congreso de la Unin, Mxico DF, 1997, p. 73.
3
Caravedo, Baltasar La responsabilidad social de la empresa: un eje para cambiar al
pas, SASE y Per 2021, Lima, 1998.
115
garantizados, que sean verdaderos actores sociales. Sin
instituciones que sepan identificar claramente sus objetivos e
intereses, y que representan legtimamente a sectores de la
sociedad local, es difcil establecer vnculos o alianzas.
iii. Se requiere de instancias de gobierno que tengan autonoma,
capacidad y competencia para decidir sobre cuestiones
fundamentales en sus mbitos.
iv. Es necesario contar con instrumentos para medir el impacto de
las acciones que generan los proyectos locales y mecanismos
para difundir la informacin, de modo que la poblacin local
pueda elaborara una opinin y contribuir a la toma de
decisiones locales.
Movilizacin de la comunidad
4
Pancer, Mark y Geoffrey Nelson Enfoques de la promocin de la salud basados en la
comunidad: gua para la movilizacin comunitaria, en Promocin de la salud: una
antologa, op. cit., p. 176.
116
7. Modificacin de las normas comunitarias. Para lograr un efecto
significativo en la comunidad, el programa debe ser capaz de
modificar las normas y patrones de comportamiento de la misma.
Por lo que es necesario que los integrantes de la comunidad se
vean expuestos a los mensajes del programa o que participen de
alguna forma en las actividades de ste.
8. Investigacin y evaluacin. Es necesario realizar un proceso
exhaustivo de evaluacin e investigacin, no slo para
documentar los resultados, sino para describir su conformacin y
proceso.
9. Recursos suficientes. Los recursos humanos, econmicos y
organizativos disponibles para desarrollar un programa deben ser
adecuados para abarcar apreciablemente a la totalidad del grupo o
comunidad de destino.
10.Colaboracin de profesionales y de la comunidad. Es necesaria la
participacin de los expertos en promocin de la salud y de los
dirigentes comunitarios.
Una vez que las prioridades, las metas deseadas y los resultados esperados
se han definido, este proceso construye y refuerza la capacidad de todos los
actores sociales involucrados: miembros de la comunidad y representantes
de los sectores e instituciones relevantes. Es evidente que una comunidad
progresa cuando tiene conciencia clara de sus problemas y el deseo y el
propsito de resolverlos.
Conclusiones
117
que permea cualquier nocin y prctica de la promocin de la salud.
118
Bibliografa
119
OPS Discusiones tcnicas de la XXII Reunin de Consejo Directivo de la
OPS. Servicios comunitarios de salud y participacin de la
poblacin en Boletn de la Oficina Sanitaria Panamericana, 1974,
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comunicacin, en Promocin de la salud: una antologa, op. cit.
Zarzosa, P., Aproximaciones a la medicin del Bienestar Social.
Universidad de Valladolid, 1996.
120
Encuentros y desencuentros con el problema de la drogadiccin
121
hace 5000 aos, cuando dio inicio la conquista del nuevo mundo, trayendo
consigo la idea de civilizacin, que dividi las sociedades en primitivas y
civilizadas. El encuentro de dos mundos trajo consecuencias desastrosas,
para los nativos americanos, en esta poca se dio la primera etapa
prohibicionista, si las drogas originarias (expresiones de los dioses
originarios), eran un obstculo para el desarrollo de la cristiandad, fue
necesario condenarlas para evitar la idolatra por parte de los habitantes
indgenas, y facilitar la conversin a la religin de los conquistadores.4
4
Uno de los ritos principales de la nueva religin se basan en la ingestin de vino y una
oblea con supuestos poderes mgicos o de acercamiento a la divinidad.
5
Con las escasas monedas que obtenan a cambio de su trabajo, los indios compraban
hojas de coca en lugar de comida; masticndolas poda soportar mejor, al precio de
abreviar la propia vida, las mortales tareas impuestas. Galeano, Eduardo. Las venas
abiertas de Amrica Latina. Ed. Siglo XXI, Mxico, 1982.
122
de la persona ya que al ser etiquetado, interioriza los elementos del
estereotipo que se le asign y los desarrolla.6
6
Cuando el consenso sobre la negatividad social de una conducta se consolida en la
sociedad, se da un rechazo generalizado hacia dicha conducta, que va desde el temor y
la inseguridad hasta la compasin. Gonzlez, Luis. Algunas reflexiones en torno a la
problemtica actual de las drogas. Alegatos No. 11, enero-abril, UAM, 1989, p. 25.
123
do con el tiempo y las circunstancias particulares y combinarse de
diferentes formas.
7
Al respecto del papel que desempean los sujetos en la comisin de un ilcito vase
Neuman, Elas, Victimologa. El rol de la vctima en los delitos convencionales y no
convencionales. Editorial Universidad, Buenos Aires, 1994, 316 pp.
124
arrollados de alto consumo; son lavados, depositados en bancos,
canalizados hacia inversiones y propiedades de esos pases. Los beneficios
que ingresan o permanecen en los pases latinoamericanos implicados en el
trfico, constituyen un enclave econmico. Estos ingresos de destinan a
gastos de consumo, de lujo, de prestigio y derroche, y no a inversiones
productivas, y se distribuyen en medida escasa. Los ingresos de los
narcotraficantes se invierten poco en infraestructura o inversiones
realmente productivas, y no generan una demanda de insumos o productos
de capital.
8
Al respecto de las subculturas criminales vase Baratta, Alessandro. Criminologa
crtica y crtica del derecho penal. Ed. Siglo XXI, Mxico, 1998.
125
res directos e indirectos de beneficios producidos por las ganancias lcitas e
ilcitas de los traficantes, y a los que llegan a formar parte directa en el
narcotrfico.
9
Sobre la caracterizacin de las vctimas vase Rodrguez Manzanera, Luis.
Victimologa. Estudio de la vctima. Ed. Porra, Mxico, 2000, 466 pp.
126
Los residentes en zonas marginales, rurales o urbanas, son vctimas
potenciales de la criminalidad derivada del trfico de drogas, por los
efectos lesivos y destructivos, tanto del uso como del comercio de tales
substancias. As como todos los delitos asociados.
127
instituciones que critiquen o ataquen al narcotrfico, los dirigentes de
organizaciones polticas y/o sociales que expresen descontento y demandas
de reforma y cambio progresivo por parte de las autoridades.
10
lvarez Fernndez, Hctor. Asunto de seguridad nacional la lucha contra el
narcotrfico: Fox, NOTIMEX, Tijuana, BC. 15 abril, 2002.
128
vencer, sino las actividades que se desarrollan en torno a aquellas drogas
que han sido prohibidas, ya que si se prohibiera el uso de consumo de, por
ejemplo, el tabaco no sera al tabaco a quin se dirigiran las normas
prescriptivas, sino a aquellas que lo consumen, y se legislara para evitar su
venta, su propaganda, etc., todas aquellas actitudes encaminadas a su
difusin con objeto de que se siguiese consumiendo y usando. Con esto me
refiero a que el problema central en la discusin acerca de las drogas es, el
aceptar la libertad que tiene cada individuo de decidir si consume o no una
sustancia que est considerada ilegal. Y conocer cules son los criterios que
se siguen para catalogar una sustancia como ilegal, ya que si se estudian
algunas substancias que son recomendadas para tratar diversas
enfermedades, sobre todo crnicas, se ver que daan tanto o ms al
organismo, como una dosis de cocana, o un cigarro de marihuana. En
cuanto a los efectos alucinantes que algunas substancias prohibidas puedan
tener, existen diversos medicamentos que tambin los inducen, por lo que
la prohibicin de alguna sustancia en estas condiciones tampoco es vlida.
11
Dez Ripolls, Jos Luis., en El Pas, 31 de mayo de 1988, pg. 36.
129
individuos a elegir si las usas a pesar de ello, o si se abstienen. Adems de
que se controlara la calidad de las substancias que se consumieran,
evitando con esto la mayora de las muertes de usuarios, quienes compran
drogas alteradas que son mucho ms perjudiciales que en sus formas sin
alterar.
Bibliografa
130
Galeano, Eduardo., Las venas abiertas de Amrica Latina. Ed. Siglo XXI,
Mxico, 1982.
Gonzlez, Luis., Algunas reflexiones en torno a la problemtica actual de
las drogas. Alegatos No. 11, enero-abril, UAM, 1989, p. 25.
Neuman, Elas., Victimologas. El rol de la vctima en los delitos
convencionales y no convencionales. Editorial Universidad, Buenos
Aires, 1994, 316 pp.
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Porra, Mxico, 2000, 466 pp.
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, Ideas contemporneas en torno a las drogas y sus consecuencias en
materia legislativa. INACIPE, Mxico, 1992, 117 pp.
Anexos
131
Tendencias del consumo de drogas ilcitas
alguna vez en la vida.
Poblacin urbana de 12 a 65 aos de edad
6.00
5.27
P
5.00 4.70
r
e 3.90
v 4.00
3.33 3.32 MARIGUANA
a 2.99 INHALABLES
l 3.00
COCANA
e
CUALQUIER DROGA
n 2.00
c 1.45
i 0.76 0.80
1.00 0.50 0.56
a 0.33
0.00
1988 1993 1998
132
Tendencias del consumo de drogas ilegales alguna
vez en la vida, por sexo.
Poblacin Urbana de 12 aos, 1993 - 1998
11.9%
7.32%
0.76% 0.87%
1993 1998
133
Tendencias del consumo alguna vez en la vida de drogas ilcitas, por
regiones 1988, 1993, 1998.
Poblacin urbana de 12 a 65 aos.
134
Encuesta Nacional de Adicciones 1998.
Variaciones del consumo de drogas ilcitas alguna vez en la vida por
ciudades
15.73%
Tijuana 9.20%
Ciudad Jurez
4.19%
Monterrey
7.50% Guadalajara
7.28%
Ciudad de Mxico
135
136
Las mujeres: gestoras y cuidadoras de la salud
Luis Pizeta*
137
la salud cotidiana de los otros. Esa intervencin de las mujeres es una
contribucin al desarrollo econmico y social que suma enormes recursos
econmicos si se contabiliza ese trabajo.
2
Lagarde, Marcela. Gnero y feminismo. Desarrollo humano y democracia. 3 ed. Ed.
Horas y HORAS, Madrid, 2001, pg. 147.
138
mujer tambin carga al enfermo que no se puede mover, lo ayuda a
baarse, a caminar, a sentarse, lo limpia, lo peina, lo amortaja. La mujer
carga el cuerpo de los otros desde su formacin hasta su muerte, lo cuida,
lo alimenta, lo purifica, con su propio cuerpo. Desde este lugar, la mujer no
trabaja, naturalmente cuida y ama, hace crecer y da bienestar a los otros.
139
mujer-sustento para otros. Pero se trata de un cuerpo que no le ha
pertenecido y de una nutricin que ella nunca recibi.4
4
Basaglia, Franca., op. cit., pg. 45.
5
Lagarde, Marcela., Gnero y feminismo, op. cit., pg. 151.
6
Flores Hernndez, Eugenia y Emma Mara Reyes Rosas., Construyendo el poder de
las mujeres. Red de mujeres A.C., Mxico, 1997, pg. 47.
140
La mujer es transmisora, defensora y custodia del orden imperante en la
sociedad y en la cultura. Sin ocurrencia no es posible la vida, pero tampoco
la muerte.
7
Lagarde, Marcela., Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas
y locas. 4 ed. UNAM, Mxico, 2002, pg. 377.
8
Pizurki, H., Funcin de las mujeres en la asistencia sanitaria. OMS, Ginebra, 1988,
pg. 47.
9
Machado, M.H. y Leite, I.B., La mdica y el mercado de trabajo. Cuad. Med. Soc. 35,
1986.
10
Len, D.G., Las mujeres mdicas en las profesiones en Mxico. UAM, 1990.
141
una marcada determinacin sociocultural de los papeles femeninos
cristalizados y legitimados por la sociedad.
142
nueras, las hermanas, las sobrinas que se incorporan a las redes de apoyo.
Este apoyo es de tipo emocional y material. Incluye funciones tales como
alojamiento, transporte y escolta, adquisicin de alimentos, medicinas y
otros artculos necesarios, compaa, demostracin de afecto, cuidado
durante la enfermedad o la incapacidad, higiene personal, limpieza del
hogar, ayuda en los quehaceres domsticos y otros servicios que la anciana
o anciano necesiten. La extensin, frecuencia, tipo y forma de asistencia
que se ofrece estn sujetos a la dinmica particular de cada unidad familiar
y a factores socioestructurales y demogrficos, tales como nivel
socioeconmico, zona de residencia, la edad, el estado funcional y de salud
de las personas ancianas.
11
Snchez-Ayndez, Melba., La mujer como proveedora principal de apoyo a los
ancianos: El caso de Puerto Rico. OPS, Washington, D.C., 1993. Pgs. 286-287.
143
La norma es que las hijas, independientemente de que trabajen fuera
del hogar o no, sean quienes pasen mayor nmero de horas al lado de un
familiar enfermo. Las mujeres cumplen con sus mltiples responsabilidades
negociando flexibilidad en sus labores cotidianas y sacrificando su tiempo
libre.
12
Wilkinson, Sue y Celia Kitzinger. Mujer y Salud. Una perspectiva feminista. Ed.
Paids, Barcelona, 1996, pg. 102.
144
Las mujeres han propuesto un conjunto de alternativas que delinean
una serie de medidas y mecanismos para abatir el dficit patriarcal de las
mujeres, las dispariedades entre mujeres y hombres y entre las mujeres, y
desde este piso, conformar un sentido no opresivo, y si emancipatorio para
las mujeres y hombres. Hoy como nunca antes, las mujeres reclaman
atencin a su salud, han desarrollado una conciencia pblica y poltica y
plantean su salud como uno de los problemas sociales. El avance en torno a
la salud en Beijing13 consiste en que la salud ha sido requerida a partir de la
perspectiva de los Derechos Humanos.
13
IV Conferencia Mundial de la Mujer. Beijing, 1995.
145
Cada mujer necesita, de manera impostergable, las condiciones
para bienvivir. Al afirmar la humanidad de las mujeres, subrayamos
que es preciso construir la integridad de las mujeres, de nuestros
cuerpos, de nuestra subjetividad, de nuestros bienes y creaciones, y
de nuestras vidas. Queremos, y vamos a lograrlo, hacer intocables a
las mujeres, erradicar la costumbre de ser usadas como cosas y de
ser violentadas por cualquiera porque su supremaca as lo requiere.
Ser intocables es medio y condicin para afirmarnos en nuestros
propios lmites de seres humanos.14
Bibliografa
14
Lagarde, Marcela., Claves feministas para la autoestima de las mujeres, 2 ed. Ed.
horas y HORAS. Madrid, 2001, pg. 210.
146
II. Derechos Humanos y estudios de
caso del Derecho Penitenciario
147
las medidas legislativas para hacer efectivos los derechos reconocidos en la
Convencin Americana Sobre Derechos Humanos.
148
los mismos paradigmas en Europa occidental y en Amrica. Tomemos los
casos concretos de Espaa y de Mxico, la proteccin de los Derechos
Humanos y las leyes que regulan esta proteccin no similares. Las
Constituciones de los dos pases son muy distintas, tienen orgenes
distintos, y lgicamente han propiciado la evolucin de lneas de
interpretacin diversas, acordes con sus principios.
149
cho, la Teora de la accin comunicativa de Habermas, la Teora de la
argumentacin jurdica y la Teora de los Derechos Fundamentales de
Robert Alexy, e inmediatamente antes de ellos estn Weber, Durkheim,
Parsons, Merton, y muchos estudiosos ms. Para darse una idea de cmo se
va transformando el conocimiento hay que considerar que Habermas
escribe que trata a Weber, a Mead, a Durkheim y a Parsons como clsicos,
(Habermas, 2001,11). Sin embargo la Constitucin mexicana es un
producto intelectual anterior a todas estas teoras por ello afirmamos que
debe ser explicada por un paradigma distinto al que permite analizar el
funcionamiento del ordenamiento espaol contemporneo.
150
ca incuestionable y as lo hace sentir otro prrafo de la entrevista al inicio
referida en la cual el mismo ministro sostiene que:
151
De all que actualmente resulte imprescindible proteger los derechos
en todas las formas posibles, por todas la vas, para regresarle al Derecho
esa fuerza legitimante de la que habla Habermas, para sustraer el Derecho
de la razn de Estado, para poner al poder, configurado como voluntad
comn, al lado del Derecho y no de la violencia.
152
vamos que prcticamente en todos los casos, la juridificacin vino
precedida por una etapa reivindicativa en la que se sentaron las bases
de lo que en su momento se juridific. Los derechos no aparecan,
pues, de la nada en el ordenamiento, sino que eran resultado de
conquistas histricas trabajosamente gestadas, (Freixes 1998, 145).
En algunos pasajes cruciales el propio texto legal delata un
diagnstico implcito del presente, por ejemplo en la parte dedicada a
los derechos fundamentales de las Constituciones que han surgido de
rupturas polticas o revoluciones polticas. A diferencia del derecho
profesional preformulado por los juristas o desarrollado despus por
los juristas, los derechos fundamentales, incluso en su letra y estilo,
danse a conocer como enfticas manifestaciones de voluntad y
declaraciones polticas que reaccionan contra experiencias concretas
de represin y vulneracin de la dignidad humana. En la mayora de
los artculos dedicados a derechos fundamentales resuena el eco de
una injusticia padecida que, por as decir, es negada palabra por
palabra, (Habermas, 2000, 470).
153
riza, contra una nueva y libre participacin en las decisiones de la
comunidad basada en una comunicacin exenta de coercin.
154
una forma de organizacin que debe estar permanentemente al servicio del
hombre.
Los Derechos Humanos en Espaa han sido positivizados, por ello resulta
ms preciso referirnos a ellos como derechos fundamentales. La proteccin
jurisdiccional de los derechos fundamentales en este pas es consecuencia
de su articulacin en un sistema cada vez mejor definido que integra las
normas constitucionales con los tratados internacionales y que adems
establece un canon de interpretacin. un sistema complejo que por lo
mismo se configura de forma dinmica porque evoluciona a partir de la
integracin de los nuevos tratados signados y de las interpretaciones ms
recientes que hace en sus sentencias el Tribunal Constitucional, a la vez
que incorpora la jurisprudencia emitida por el TEDH.
- Ser norma jurdica que se puede invocar con toda certeza ante
diversos rdenes jurisdiccionales.
- De ella se han desprendido construcciones interpretativas
construidas alrededor de los principios del pluralismo, tolerancia,
integracin y equilibrio.
- Los derechos y libertades se ordenaron en la Constitucin sobre la
base de las garantas que se atribuyen a cada uno de ellos.
- Se pact la inclusin de cada uno de los derechos y a la vez su
ubicacin concreta en el texto constitucional.
- En la Constitucin se configura un sistema complejo de
derechos, deberes y obligaciones, vinculante tanto para los
particulares como para los poderes pblicos.
155
La eficacia jurdica de los derechos y libertades constitucionalizados estar
condicionada por los resultados de la interpretacin que sobre las
instituciones jurdicas, efecten tanto el legislador, como los rganos
ejecutivos y jurisdiccionales, en el contexto de la canalizacin jurdica que
es necesario realizar en las sociedades democrticas actuales, del conflicto
de inters que presenta la complejidad social de nuestros das. Afirma
Gavara que cualquier problema jurdico, cualquier tipo de anlisis jurdico,
es un problema de interpretacin incluyendo los problemas de
interpretacin de los derechos fundamentales, (Gavara 2001, 3).
156
Los Derechos Humanos en Mxico (omisiones y contradicciones)
157
lacin ordinaria, pero la doctrina contempornea ha establecido que dada su
naturaleza, en caso de conflicto entre la legislacin interna de un Estado y
los dispuesto por un Tratado internacional, debe prevalecer el Tratado.
Siendo la interpretacin de la Corte una interpretacin que corresponde a
un modelo que tendramos que dejar ya atrs. Pero an no nos atrevemos a
superar la concepcin tradicional de soberana, aquella de la que ha escrito
Ferrajoli. Un residuo de absolutismo permanece en la construccin
dieciochesca del Estado liberal, en el principio iupositivo del primado de la
ley y de la omnipotencia del parlamento como rgano de la soberana
popular, (Ferrajoli, 1995, 537).
158
las interpretaciones de la Corte Interamericana son obligatorias para el
Poder Judicial de nuestro pas.
159
Tribunales Colegiados de Circuito; Tesis 1.6.C.28 K; Pagina: 547.
Tesis Aislada
160
Un importante efecto de la aplicacin de los criterios interpretativos
referidos, es la nulidad de las sentencias pronunciadas por los tribunales
internos y la retroaccin de los procesos al momento procesal en que el
Tribunal Europeo declara que se ha producido la violacin del derecho del
juicio justo, por ejemplo. Esto es, los rganos internos estarn obligados a
reponer el derecho violado anulando los procesos internos y retroayndolos
al momento procesal en que se haya producido la violacin constatada por
la sentencia del Tribunal de Estrasburgo. En supuestos en que la reposicin
del derecho violado sea posible el TEDH obliga al Estado infractor al pago
de una indemnizacin, (Freixes, 1999, 181).
Conclusiones
161
por cierto ponen en entredicho el concepto tradicional de soberana.
162
todos. No lo podemos dejar al arbitrio de los Estados, en palabras de Mary
Robinson:
Bibliografa
163
Gavara de Cara Juan Carlos, El Sistema de Derechos, notas para el Master |
Internacional Constitucin, Derechos y Derecho Penal, UAM-UAB,
2001.
Habermas Jurgen., Facticidad y validez, Trotta, 2 ed. 2000, 689 pp.
, Teora de la accin comunicativa, I, Taurus, 2001, 517 pp.
Ley Fundamental para la Repblica Federal de Alemania de 1949.
Pacheco Mximo., Los Derechos Humanos documentos bsicos, Editorial
Jurdica de Chile, 2. ed. 1992, 857 pp.
Rivera Iaki., La devaluacin de los derechos fundamentales de los
reclusos. La construccin jurdica de un ciudadano de segunda
categora, Jos Mara Bosch Editor, Barcelona, 1997, 430 pp.
Scheneider Hans-Peter., Peculiaridad y funcin de los Derechos
Fundamentales en el Estado Constitucional Democrtico, publicado
en Revista de Estudios Polticos, 1979, nm. 7, pp. 7-35.
164
Violencia estatal y Derechos Humanos
165
obligaciones sino con la esencia misma del Estado al igual que de los
propios Derechos Humanos.
1
A cerca de un tipo de clasificacin de la violencia y su explicacin, puede consultarse
a Rollo May. Las Fuentes de la Violencia.
El autor plantea una clasificacin cuantitativamente sinttica y limitada ms bien a su
diferenciacin epistemolgica.
2
Los estudiosos del derecho se han referido a los fines del derecho como si la
normatividad pudiere contemplarlos. Quien tiene los fines es la humanidad, las
166
siempre consideramos el orden, la seguridad y la armona, el bien comn,
incluida la Paz. Pero para alcanzarlos siempre se alude a la coaccin de la
autoridad pblica, aunque no siempre deba ser el mtodo ms eficaz ni ms
razonable. No hemos llegado al punto en que nos interese tal vez siquiera
eliminar la violencia, y me refiero no a cualquier tipo de manifestacin
corporal o individual, sino a aquella que lesiona los intereses ajenos
principalmente del grupo social. El positivismo jurdico opina que La paz
del derecho slo es una paz relativa, no absoluta, puesto que el derecho no
excluye el recurso a la fuerza, es decir, la coaccin fsica del hombre por
el hombre. No se trata de un orden libre de coaccin como lo postula un
anarquismo utpico. El derecho es un orden de la coaccin, y en cuanto
orden coactivo y conforme a su evolucin, un sistema de seguridad y un
orden de paz.3 De alguna forma existe una gran contradiccin en nuestras
sociedades pues a la paz la explicamos a partir de la ausencia del uso de la
fuerza fsica, incluso de todo tiempo de fuerza por muy sutil que sea, y sin
embargo reconocemos en los rganos del Estado un monopolio de la
coaccin para imponer el orden. El contenido de la legislatura que sostiene
los fundamentos orgnicos de las instituciones represivas (ejrcito y
policas) se dedican principalmente a determinar los casos en que esos
cuerpos deben actuar a favor de la seguridad de los ciudadanos.
Determinan incluso, quin o quines son los que tienen las atribuciones de
guiar los operativos para encausar esa seguridad. No obstante, la
legislacin refrenda el uso del mando en rganos unipersonales
generalmente de carcter ejecutivo, lo que vuelve el sentido de la seguridad
algo estrictamente discrecional.
sociedades que se valen de muchas cosas, incluyendo el orden jurdico para llegar a
ellas, independientemente de que lo consigan. A riesgo de caer en este sentido en exceso
de funcionalismo, defendemos la propuesta de que el derecho ms que tener fines, tiene
funciones especficas que cada sociedad le imprime, o mejor dicho, cada gobierno le
puede establecer. Sobre la funcin del derecho puede consultarse a Recasens Siches,
Luis. Tratado General de Filosofa del Derecho. Mxico, editorial Porra, 1986, pp.
220 y ss.
3
Kelsen, Hans. Teora Pura del Derecho. Mxico, UNAM, 1983., p. 51.
167
Que la violencia permanezca como un fenmeno latente obedece a
que no hemos encontrado el camino para erradicarla. Fuera de los
fenmenos naturales, la violencia es, pues, la modalidad de una relacin
entre personas o grupos humanos.4 Al contrario, en lugar de disminuirla
se aumenta y aun peor, se hace ms sofisticada. En gran medida el progreso
cientfico se ha prestado, fuera del contexto humanstico bajo el que se
escuda, para encontrar las formas ms sutiles de implantarla. Si no tenemos
elementos por ahora para catalogar la ciencia como violenta en s misma, si
al menos se puede deducir y has comprobar que ha contribuido a su
perfeccionamiento. Por ello, al ser un comportamiento humano, la
violencia evoluciona paralelamente a la evolucin general humana. Las
tcnicas aplicadas al servicio de la violencia siguen los progresos globales
tcnicos y cientficos. La violencia tiene, pues, una dimensin histrica. Es
la violencia de un momento histrico determinao.5
4
Mailard, Olivier y otros. La violencia de los pobres. Barcelona, Editorial Novaterra,
1968., p. 47.
5
Idem, p. 48.
168
abuso del poder. Pero este abuso jams ha sido justificado. Ni la ley misma
que lo determina como un delito. Pero en realidad del abuso del poder,
producto directo de la violencia, pocas veces encuentra su sancin jurdica.
Debe se porque rara vez el Estado acta contra s mismo. Que existan
continuamente hechos que configuran el abuso de la autoridad no es sino
expresin directa de la ineficacia del orden jurdico. Para que un orden
jurdico y junto con ello un orden estatal sean eficaces, es necesario un
amplio grado de observancia de la normatividad existente. Quiere ello decir
que las obligaciones que imponen las normas son obedecidas en una
primera instancia. Que no es necesario llegar a la parte complementaria de
esas normas que es la sancin.
La impunidad de la violencia
169
cular no es sancionado, la violencia se acenta en dos sentidos: al
desobedecimiento del particular y al no funcionar la autoridad pblica, que
en caso de actuar y no sancionar es lo que establece la falta de efectividad.
170
llamado derecho subjetivo.6 Si en principio se dice que la facultad subjetiva
es accin de un sujeto para decidir si acta o no, si goza o no de alguna
prerrogativa otorgada por la legislacin, pareciere que la subjetividad se
traslada a la esfera de las obligaciones. Debiendo ser que la obligacin es
jurdicamente una imposicin categrica de la norma, se convierte en
facultad. Si quiero cumplo con las obligaciones, si no quiero me atengo a
las consecuencias, es decir a la sancin. Empero muy consciente estoy, que
de optar por el incumplimiento de las obligaciones que la ley me
encomienda, es muy probable burlar la accin de la justicia.
6
El Derecho subjetivo es el conjunto de facultades y poderes concretos atribuidos a un
titular, a cuyo arbitrio se remite su ejercicio. Vase el vocablo respectivo en
Diccionario Jurdico Espasa. Madrid, Espasa Calpe, 1999., p. 330.
7
Vase al respecto a Jrgen Habermas en Factibilidad y Validez. Madrid, Editorial
Trotta, coleccin Estructuras filosficas y procesos, 1998. El autor nos dice que para
la comprensin moderna del derecho, el concepto de derecho subjetivo desempea un
papel central. Se corresponde con el concepto de libertad subjetiva de accin: los
derechos subjetivos (en ingls rights) fijan los lmites dentro de los que un sujeto est
legitimado para afirmar libremente su voluntad. Tales derechos definen iguales
libertades de accin para todos los individuos, entendidos como portadores de
derechos o personas jurdicas., p. 147.
171
que aun cuando no utilicen la coaccin, provocan con su actuar la violencia
en la sociedad.
Provocacin de la violencia
Que el poder poltico sea instaurado por el pueblo para beneficio del
pueblo, no impide que en la realidad el pueblo mismo no tenga las formas
para cambiar en todo tiempo su forma de gobierno. El orden jurdico
imprime una serie de impedimentos que hacen imposible la transformacin
pacfica. Toda rebelin es reprimida por la legislacin. En esta situacin,
tambin los inconformes optan autnomamente por ir ms all de los
mandatos jurdicos de respeto a las instituciones. El poder es rgido y el
poder poltico es todava ms rgido. Aun cuando lo estableciera la
legislacin, quienes personifican al poder no aceptan tan fcilmente la
voluntad mayoritaria. En los Estados actuales, tengan o no un alto grado de
democracia, la nica voluntad mayoritaria ms o menos aceptada es la que
se manifiesta a travs de las elecciones. Y a pesar de todo, no hay garanta
plena al respeto. La alteracin de la voluntad mayoritaria expresada en los
procesos electorales es a menudo traducida en acciones de violencia. Es
violencia la transgresin al proceso democrtico y es violencia la respuesta.
Pero aqu nos situamos nuevamente en la esfera de la legitimidad. Ya no se
mira tan factible que la legitimidad est del lado de la autoridad. Pero aun
cuando no se tenga la legitimidad para reprimir a
172
los inconformes, se utiliza la legalidad. Luego entonces, lo ms importante
para validar la violencia del Estado no es el consenso de la mayora de la
sociedad, sino la asistencia de la ley, slo que la ley casi siempre ser un
instrumento de la autoridad para servicio de ella y el beneficio o perjuicio
de los destinatarios, es decir, el pueblo.
173
fenmeno social inducido y propiciado por el poder poltico generado con
un conjunto de acciones histricamente determinadas.
174
vos, no se produce all el quebrantamiento al Estado de Derecho sino a la
legalidad. Por ello, debemos acotar que cuando el Estado, aunque sea un
individuo que lo represente, esto es, que tenga potestad conforme a la ley
para actuar en nombre de l, incumple la ley, no solamente quebranta la
legalidad sino el Estado de Derecho.
8
Barbeito, Jos, La violencia y la Poltica. En: Violencia y Poltica. Recopilacin por
Guillermo Yepes Boscan. Caracas, Monte vila Editores, 1972., p. 61.
175
raciales y religiosas dentro de un Estado; o bien determinadas categoras
sociales dentro de una nacin, el problema es muy distinto. Entonces el
derecho se convierte en cmplice de la violencia.9 Pero aun cuando
imputemos el trastorno del orden social a la normatividad, esto no releva de
responsabilidades a quienes fungen como autoridad con un mandato de
mantener el equilibrio.
9
Meilard, op. cit., p. 57.
10
Se ha dicho que los derechos humanos son el conjunto de facultades e instituciones
que, en cada momento histrico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y
la igualdad humana, las cuales deben ser reconocidas positivamente por los
ordenadores jurdicos a nivel nacional e internacional. Los derechos fundamentales son
aquellos derechos humanos garantizados por el ordenamiento jurdico-positivo, en la
mayor parte d elos casos en su normativa
176
rechos Humanos van ms all de las facultades pblicas que un estado
puede reconocer para sus ciudadanos. Son prerrogativas inalienables, esto
es, no se pueden renunciar ni transmitir a ttulo oneroso o gratuito, y por
tanto no pueden ser arrebatadas o desconocidas. La persona titular de ello
slo puede disponer para s mismo y para su beneficio, pero no puede
disponer en su perjuicio.11
La gran mayora de los estudiosos del tema han reconocido que los
Derechos Humanos son facultades hechas para las per-
Constitucional, y que suelen gozar de una tutela reforzada. Prez Luo, citado por
Blanca Martnez de Vallejo Fuster., Los Derechos Humanos como derechos
fundamentales. Del anlisis del carcter fundamental de los Derechos Humanos a la
distincin conceptual. En: Derechos Humanos. Editor: Jess Ballesteros. Madrid,
Editorial Tecnos, 1992., p. 45.
11
Sobre el carcter de la inalienabilidad lase a Martnez Pujalte, Antonio Luis., Los
Derechos Humanos como derechos inalienables. En Jess Ballesteros., op. cit., pp. 86 y
ss.
12
Confrntese a Squella, Agustn., Positivismo Jurdico, Democracia y Derechos
Humanos. Mxico, Editorial Fontamara, Biblioteca de tica, filosfica del derecho y
poltica No. 45. 1995., pp. 80 y ss.
177
sonas, aunque existen prerrogativas, tanto de ndole individual como de
carcter colectivo. Aunque existe un intenso debate entre si, son ms
importantes los primeros o los segundos, el problema ha tratado de
superarse en que todo tipo de derechos que se consideren humanos,
revisten una especial trascendencia con respecto a las facultades que muy
independientemente reconoce cada Estado a sus ciudadanos o grupos
sociales. Sin embargo, dada la evolucin del debate, hoy se discute a cerca
de si los Derechos Humanos tienen como nicos destinatarios a los sujetos
que se protegen, o coherente con el sentido de toda norma jurdica tambin
existe un sujeto obligado. En mi particular punto de vista creo ms bien en
esta ltima posicin. Los Derechos Humanos deben ser ms analizados en
la ptica del sujeto obligado a cumplimentarlos, pues si la principal
preocupacin de estas facultades es su cumplimiento, ms que la situacin
subjetiva del sujeto amparado, debe ser la del sujeto mandatado.
178
do. En este orden de ideas, le est establecida como obligacin expresa,
garantizarle a los ciudadanos o grupo de ellos, las prerrogativas que la
Constitucin y dems leyes del orden jurdico le otorguen. La calidad de
garanta ms que la prerrogativa, establece la obligacin exclusiva del
poder pblico de hacerlas efectivas.
179
chos Humanos es una situacin de grado. Por supuesto en nuestro pas el
grado de violacin es, palpablemente muy alto.
180
dad frente a los nios de la calle, o bien, la falta de una posicin defensiva
digna, firme y contundente frente a la violacin de los derechos de los
migrantes en pas ajeno a la que se opone una poltica exterior con la mayor
subordinacin y temeridad existentes.
181
182
Crimen y poder
1
Nietzsche, Friendrich., As habl Zarathustra, Mxico, Planeta-Agostini, 1992., p.
227.
183
La forma de clasificacin primigenia versa sobre la dualidad Bien-
Mal siendo sta nicamente atribuible al homo-sapiens en el resto de las
especies animales no es factible tal hecho; los animales incluyendo al
mismo hombre siguen principios naturales: cadenas alimenticias, procesos
de reproduccin y sobrevivencia. Sin embargo, el humano al crear las leyes
sociales desarrolla una segunda naturaleza, propia y exclusiva para la
humanidad: una sociedad natural y no una naturales social, con lo cual el
hombre acta por placer, inters y necesidad, mientras que en el resto de las
especies es simplemente por necesidad. Atribuir al animal una conducta
mala o buena es un error, consecuencia de una interpretacin
antropomrfica, los animales ignoran el juicio moral, los mamferos
manifiestan signos de afectividad, como la fijacin del perro a un amo,
pero a menos que caigamos en antropomorfismo anecdtico, tenemos que
reconocer que en ninguno de ellos se observa nada asimilable a un juicio
moral. El temor de un castigo por haber cometido tal o cual accin
prohibida (moralizada), por parte del hombre consiste en un reflejo o
reaccin condicionada y no tiene que ver nada con la moral. El acto animal
nos parece bueno o malo, y lo es con respecto a nosotros; pero no sabemos
con que intencin lo ejecuta el animal, la fiera no mata por placer, sino por
necesidad; el hombre puede hacerlo y por desgracia lo hace por placer,
cuando no por voluptuosidad. Destruir y torturar es un regocijo, que les
produce la ilusin de dominar aquello que les supera.2
2
Grasse, P., El hombre, ese Dios en miniatura. Barcelona, Muy interesante: Biblioteca
de Divulgacin Cientfica, 1986., p. 62.
184
figurarse como el nico escenario de las relaciones de poder,
independientemente de los calificativos ticos colocados sobre el hombre y
su proceder, va adherir etiquetas de acuerdo a su mismo criterio: el social.
Este criterio, clasificar de manera general a todas las actividades e
inactividades humanas con relacin a su trascendencia, alcance, efecto y
magnitud en el mbito social, como una derivacin de la voluntad general y
el bien colectivo. Con base en lo anterior las formas de conducta son
divididas en:
185
Conducta antisocial. De manera muy general, es considerada como
una agresin directa al bien colectivo y a la voluntad general, es en s un
atentado contra toda la sociedad. La presente conducta, por ser parte
esencial de nuestro tema, ser analizada en apartado diferente bajo mtodos
ms estrictos y severos.
1. Conducta antisocial
3
Nietzsche, Friendrich., op. cit., p. 221.
186
considerada antisocial. Estas actividades al agredir alguno(s) de los valores
de caracterstica social objetiva, sern reprochables y sancionables por la
misma sociedad y sus rganos competentes; y al ser consideradas como
antisociales, sern sometidas a una sujecin normativa que conlleva a
tomar estrategias de prohibicin, prevencin y represin dentro de los
medios de control concretos, aun cuando al mismo tiempo sern difundidas
y promocionadas por los medios de control difuso.
Las acciones del hombre, son para los dems hombres respecto de las
consecuencias que produzcan sobre los mismos, una medida de inters, por
lo tanto las definiciones del bien comn y conducta antisocial creadas por
las sociedades no son objetivas, concretas e idneas; son correspondientes a
un grupo de individuos, clases y sociedades especficas. Conducta
antisocial es todo aquel comportamiento humanos que va contra el bien
comn (aqu me refiero a un concepto del bien comn en su estricta
aceptacin tomista, es decir, aquel siendo bien de cada uno de los
miembros de la comunidad es al mismo tiempo bien de todos). Bien comn
es aquel que es apto para servir o perfeccionar la naturaleza humana en
cuanto tal, independientemente de las condiciones individuales, que
provienen de cada ser humano, de su raza, nacionalidad, edad, profesin,
condiciones sociales o religiosas o econmicas. 4 En sntesis, lo til para
un individuo debe ser til para todo el resto, y lo que es perjudicial es
directamente proporcional para los dems. Esto es un principio de simetra
y equivalencia social inexistente en el plano real. Partiendo de esta idea,
podemos denunciar la existencia de una multitud de conductas clasificadas
por los distintos medios normativos de la sociedad como antisociales que
no lo son, y existen otras tantas que s son realmente y no estn
contempladas. Las conductas antisociales deben ser definidas como aquel
conjunto de actos de agresin en contra de la existencia social y humana,
colectiva y objetiva, por lo cual los mecanismos de sujecin de la conducta
humana deben de adecuarse a este tipo de acciones y no los procederes a
re-
4
Rodrguez Manzanera, Luis., Criminologa. 8 ed., Mxico, Porra, 1993., p. 20.
187
glas. Dichos agrupamientos de normas no regulan conductas antisociales,
ni protegen bienes comunes en estricto sentido, cuidan los bienes de clases
especficas de los ataques de conductas no antisociales pero s transgresoras
de los ejes de ciertos grupos y personas del poder.
2. El pecado
188
con capacidad de decisin entre el bien y el mal; la serpiente,
representacin de Luzbel, es la perdicin del hombre y el enemigo de
Jehov. El primer hecho relevante del hombre dentro del paraso fue el
robo del fruto del rbol de la sabidura (Libro primero de Moiss; Gnesis;
La creacin; V. 26). Fuera del Edn, el primer suceso importante fue el
asesinato de Abel a manos de Can (Libro primero de Moiss; Gnesis 4,5;
Can y Abel; V. 8). A partir de ese momento La Biblia es una antologa de
relaciones incestuosas, guerras, idolatras, blasfemias, hurtos, traiciones,
etc. Desde el Antiguo Testamento se marcan dichas conductas bajo el
nombre de pecados, y establece toda una serie de castigos como la famosa
Ley de Talin entre muchas otras.
189
nes humanas como agresoras del hombre, la sociedad, la religin y del
mismsimo Dios. La consecuencia de actuar contra la prohibicin consista
en la penitencia, y esto significaba generalmente el suplicio del cuerpo o la
prdida de la vida, ms la condena del alma. En la actualidad las religiones
han perdido un tanto de peso social en apariencia, no as su potencial
manifiesto de control social; la forma de castigo hoy impuesta es
exclusivamente del tipo metafsico (excomulgacin, reproche moral,
etc.).Solamente en los pases de cultura musulmana El Corn sigue siendo
ms que una ley y una religin, un estilo de vida.
3. Hecho ilcito
5
Tecla J., Alfredo., Antropologa de la violencia. Mxico, Taller Abierto, 1995., p. 45.
190
comn, aparece un mecanismo general y abstracto que regula, previene y
reprime toda aquella conducta en apariencia transgresora de los preceptos
sociales unitarios. Este mecanismo recibe el nombre de ley, la cual crea una
extensa gama de relaciones sociales, cimentadas en una estructura legal de
facultades imperoatributivas para los miembros de la comunidad, sus
representantes e instituciones; es decir, una legalizacin del poder. Dicho
instrumento del poder sujeta a las acciones humanas dentro de tres rubros:
hecho jurdico, acto jurdico y hecho ilcito.
El hecho ilcito civil debe ser identificado como aquel acto realizado
en contra de cualquier ley, es decir, un hecho ilcito en general, sin
importar si la ley es penal, civil, administrativa, o consuetudinaria. En este
acto, el autor puede tener una culpabilidad dolosa o culposa de provocar la
lesin de un bien jurdico, debiendo responder por los resultados de la
accin (Responsabilidad subjetiva), consecuencia extendida a un sujeto no
implicado directamente en los hechos pero que por su actuacin dio origen
a
191
la existencia de un riesgo inminentemente lesivo de bienes especficos
(Responsabilidad objetiva).
6
Para mayor informacin consultar el Libro Cuarto, Primera Parte, Ttulo Primero,
Captulo V, del Cdigo Civil para el Distrito Federal.
7
Rojinas Villegas, Rafael., Compendio de derecho civil. T. III. 18 ed., Mxico, Porra,
1993., p. 275.
192
Esta accin recibe el nombre de responsabilidad de riesgo creado, por ser el
empleo de objetos peligrosos un peligro potencial e inminente, es decir, un
riesgo generador de daos (artculo 1913 del Cdigo Civil para el Distrito
Federal).
193
(Fiscal o Ministerio Pblico), la cual realmente dista mucho de abogar por
los legtimos intereses de la sociedad, y cuantims por los de la vctima .
4. Infraccin
194
bles con arrestos (hasta por 36 horas), sanciones pecuniarias, clausuras o
cumplimiento forzoso de la obligacin requerida. La trascendencia de las
infracciones administrativas, radica en el hecho de constituirse como las
nuevas conductas suplentes de los antiguos delitos, es decir, ciertos tipos
penales derogados, son hoy infracciones administrativas ubicadas al
interior de los Reglamentos de Buen Gobierno y Justicia Cvica. Delitos
como el Hostigamiento Sexual, Aborto y Amenazas, entre otros, en los
siguientes aos podran dejar de ser considerados delitos transformndose
en infracciones, aunque no por eso dejen de ser calificados como hechos
ilcitos y conductas antisociales. Sin duda, la definicin de las
infracciones, la jerarqua de su gravedad, los mrgenes de su gravedad, los
mrgenes de indulgencia, lo que se toleraba de hecho y lo que estaba
legalmente permitido todo esto se ha modificado ampliamente desde
hace doscientos aos; muchos delitos han dejado de serlo, por estar
vinculados a determinado ejercicio de la autoridad religiosa o a un tipo de
vida econmica: la blasfemia ha perdido su status de delito; el contrabando
y el robo domstico, una parte de su gravedad. Pero estos desplazamientos
no son quiz el hecho ms importante: la divisin entre lo permitido y lo
prohibido ha conservado, de un siglo a otro, cierta constancia. 8
8
Foucault, Michel. Vigilar y castigar. 23 ed., Mxico, siglo XXI, 1995., p. 24.
9
Paz, Octavio., El laberinto de la soledad. Mxico, F. C. E., 1989., p. 55.
195
mendi y los atentados terroristas en New York, la sociedad y sus
instituciones han hecho del crimen un acto fastuoso, horripilante, bestial,
inhumano, sin embargo, ste no es tan ajeno al humano y a la sociedad
como lo han hecho creer. Precisamente por ser el crimen un acto humano
que remueve las fibras ms ntimas del individuo, grandes filsofos desde
tiempos inmemoriales se dieron a la tarea de plantear una concepcin sobre
el punto referido, coincidiendo la mayora de ellos en la relatividad el
concepto, en razn de que el delito es una construccin que atiende a un
lugar, espacio y poca determinada. Es un producto social, es una
concepcin de la Historia y no de la racionalidad. Un acto es considerado
malo slo cuando dentro de un estado (cuerpo, sistema, todo) de relaciones
adquiere ese sentido. Al ser una accin que va ligada con la imagen de la
cosa, adquiere sentido dentro de ese estado o sistema de relaciones, lo que
es bueno o malo en un contexto no lo es en otro.10
10
Tecla J., Alfredo., op. cit., p. 94.
11
Hobbes, Thomas, Leviatam. 2 ed., Mxico, F. C. E., 1987., p. 138.
196
con los mendigos, vagabundos e incapaces los cuales se les equipar como
bandidos potenciales. Dentro de la Italia fascista, Alfredo Rocco crea un
cdigo penal muy similar en su lista de delitos a cualquier otra legislacin
de la poca, sin embargo, al ser realizado dentro de un contexto de
exacerbacin del nacionalismo y la figura del Duce, cualquier tipo de delito
lejos de tutelar el bien jurdico idneo (la libertad sexual, la vida, etc.),
protega la moralidad pblica, la sanidad de la Nacin, la estabilidad del
gobierno, etc. El concepto del crimen dentro de las tesis fascistas tanto en
Alemania (nazismo), Italia y Espaa, fue clasificado como un tipo de
conducta que agreda el autoritarismo y estatismo del Partido-Estado, y no
como un medio de ataque a la sociedad. En cambio las corrientes
criminolgicas crticas han manifestado la maleabilidad del concepto
crimen, el cual vara no slo en el binomio tiempo-espacio, sino de manera
individual, de tal modo lo delictivo en un contexto social e individual es
considerado legal y/o aceptable en otra sociedad y personas. Por ejemplo,
una persona dedicada al crimen no ve a ste como un acto ilcito
estrictamente (pese a tener conocimiento de su conducta antijurdica), lo
observa como un estilo de vida, que le otorga aparte de una posicin
econmica, un status social frente a los dems criminales. En una
naturaleza humana tan pervertida los crmenes serian virtudes. 12
12
Spinoza, B., Las cartas del mal. Mxico, Folios, 1986., p. 126.
13
Hobbes, Thomas., op. cit., p. 238.
197
diente a su rea de estudio: Existen dos polos en un choque de fuerzas,
este choque de fuerzas es un caracterstica imperante de la sociedad. El
contrato es el pacto de fuerzas, el delito es el rompimiento del equilibrio de
fuerzas.14 El delito no puede ser enfocado como el rompimiento de un
equilibrio, pues el crimen surge por la existencia de una desigualdad que
implica lgicamente desequilibrio; no obstante lo anterior desde aqu se
puede esclarecer que el crimen es la interaccin de dos fuerzas encontradas,
un punto de convergencia de las capacidades de poder. Luis Rodrguez
Manzanera durante el seminario de Victimologa, Origen, Evolucin y su
Marco Legal, llevado a cabo en marzo de 1998 por el INACIPE, seal
que conforme a esa ciencia criminolgica, el crimen supone un encuentro
de intereses, deseos, y apetencias arriesgadas en el momento de la comisin
del delito.
14
Carnelutti, Francesco., Sistema de derecho procesal civil. Buenos Aires, UTEHA,
1994., p. 94.
15
Garca Mynez, Eduardo., Introduccin al estudio del derecho. 44 ed.. Mxico,
Porra, 1992., p. 141.
198
accin penal es del orden pblico, y correspondiente al Ministerio Pblico
en trminos del artculo 21 Constitucional. Por su parte, la teora unitaria
del concepto de delito, formula un binomio integrado por la punibilidad y
la conducta delictiva, que sostiene al delito como una conducta punible.
Este esquema no arroja resultados objetivos, pese a su aparente lgica,
solamente reproduce un sistema socio-jurdico inserto en las instituciones
impartidoras de justicia, las cuales introducen en sus actuaciones un
silogismo hipottico clarificador para ellos de su razonamiento jurdico:
199
manera es esa circunstancia le es reprochable (culpable). El injusto
(conducta tpica y antijurdica), revela el disvalor que el derecho hace
recaer sobre la conducta misma, en tanto que la culpabilidad es una
caracterstica que la conducta adquiere por una especial condicin del autor
(por la reprochabilidad que del injusto se le hace al autor). 16 El concepto
aludido, tuvo su origen en las corrientes objetivo-subjetivo, causalista y
finalista del delito, siendo de destacar que esta ltima contina vigente en
algunas tesis alemanas del Derecho Penal, quienes vieron en Hans Welzel
el mejor expositor de dicha teora; la cual tiene entre sus postulados
principales al polinomio delictivo (conducta-tipicidad-anti jurdicidad-
culpabilidad) donde todos los elementos son parte esenciales e
imprescindibles de la figura del delito; cuyos componentes para el enfoque
finalista pueden ser explicados conforme al siguiente esquema:
El modelo lgico penal, por su parte, crea una definicin del delito
integrada por los llamados elementos del tipo penal, remitindonos
directamente a la formulacin del delito bajo los parmetros de la
normatividad penal conducente. Cualquier legislacin es un sistema
especfico de conceptos, valores e ideologas predominantes en un sistema
general, que describe una relacin y regulacin de conductas, as como la
clase de consecuencias jurdicas sobre el autor que transgreda estas
determinaciones legales. El objetivo de las normas es la proteccin de
bienes y su misma reproduccin. En materia penal el campo de aplicacin
versar sobre las conductas humanas llamadas por la ley como delitos,
sobre las penas y la proteccin de bienes jurdicos trascendentes para la
materia en
16
Zaffaroni, Eugenio Ral., Manual de derecho penal. 2 ed., Mxico, Crdenas Editor
y Distribuidor, 1988, p. 343.
17
Ibid., p. 349.
200
cuestin. El tipo penal es un instrumento legal, lgicamente necesario y de
naturaleza predominante descriptiva; que tiene por funcin la
individualizacin de conductas humanas penalmente relevantes (por estar
penalmente prohibidas).18 Los elementos del tipo penal, son segn la
teora del modelo lgico penal:
Objeto material.
Kernel. Conducta. Voluntad dolosa.
Voluntad culposa.
Actividad.
Inactividad.
Resultado material.
Modalidades. Medios.
Referencias temporales.
Referencias espaciales.
Referencias de ocasin.
18
Ibid., p. 391.
201
ral. Particular, porque es obra de un sujeto o sujetos individuales; concreto
porque es un hecho determinado; y temporal, por estar limitada su
realizacin a un momento de lapso, tambin plenamente determinado. 19
Pese a su distincin entre un mundo real y ficcionario, esta teora tampoco
se aleja de los principios formalistas vigentes en el derecho, su concepcin
es estrictamente legista, sostiene al delito considerado como tal, slo si
existe una norma descriptiva de l con anterioridad al hecho, s es
declarado jurisdiccional, no antes, nunca despus. En sntesis el delito es
definido por este esquema como la culpable concrecin de un tipo
legal.20
19
Islas de Gonzlez Mariscal, Olga., Anlisis lgico de los delitos contra la vida. 3 ed.,
Mxico, Trillas, 1991., p. 56.
20
Ibid., p. 57
21
Zaffaroni, Eugenio Ral., op. cit., p. 19.
202
gos crticos se interesan por los crmenes no codificados
caractersticos de los detentadores del poder, tales como el sexismo, el
racismo, el etnocidio, y muy especialmente los llamados delitos de cuello
blanco y los de los altos funcionarios.22
22
De La Barreda Solrzano, Luis., Ius puniendi et ius poenale. Mxico, UA M., 1982.,
p. 32.
23
Del Palacio Daz, Alejandro., Introduccin a la teora del derecho. Mxico, UA M,
1992., p. 213.
203
civilidad de un pueblo, su aplicacin sostiene la imparticin de la justicia,
la ley es igualitaria y hace iguales a todos, pero en la realidad no se juzga
igual a dos sujetos que cometieron el mismo delito en circunstancias
anlogas en el momento de su comisin. No puede existir justicia donde
persiste la desigualdad.
24
Tecla J., Alfredo., op. cit., p. 43.
204
humanidad slo ha conocido 300 aos sin guerras, lo cual manifiesta que es
dominante la tendencia belicosa,25 a fines del milenio pasado, gracias a las
guerras, represiones polticas, golpes de estado entre otros nefastos sucesos
ms de 33 millones de personas han sido exterminadas de la faz de la
Tierra en slo un siglo: el XX. Esta nfima lista de hechos, demuestra que
los mayores crmenes son cometidos por personas y grupos de poder, los
cuales por tener esa capacidad pasan inadvertidos y sin sancin alguna,
siendo los nicos receptores de los ingresos y retribuciones de sus
conductas antisociales.
25
Ibid., p. 67.
205
les, produccin indiscriminada de armas, fraudes colectivos, mala
administracin y desvo de los recursos econmicos nacionales, firmas de
tratados econmicos, experimentos cientficos-biolgicos; son mucho ms
lesivos para la humanidad que el homicidio de una persona, o el robo de un
bien mueble; pero por el simple hecho de no estar tipificadas dentro de un
cdigo penal, se logra inmunidad e impunidad para sus autores materiales
con toda una larga lista de ventajas y beneficios inmediatos. Y por el
contrario s encontramos tipos absurdos dentro de la legislacin penal que
son producto de concesiones a grupos de presin, como puede ser el tipo
penal que son producto de concesiones a grupos de presin, como puede
ser el tipo penal del aborto y el hostigamiento sexual entre otros que no
contienen ningn tipo de conducta antisocial, y slo protegen bienes
individuales.
206
empresarios morales definen como criminal aquello que atenta contra
los intereses econmicos de los grupos sociales poderosos. El derecho
penal es un instrumento al servicio de las clases dominantes!. 26 El trmino
empresarios morales fue creado por el criminlogo interaccionista
Becker quien manifiesta que el concepto de lo delictivo, surge por las
reacciones de los hombres frente al acto de una persona, siendo esta
reaccin una variable dependiente de los factores econmicos y polticos.
26
Larrauri, Elena., La herencia de la criminologa crtica. 4 ed., Mxico, Siglo XXI,
1991., p. 67.
207
de un objetivo especfico. En el preciso momento de la concretizacin del
acto criminal nacer la relacin de crimen, resultando todo un
procedimiento de investigacin, seleccin y determinacin de los roles de
vctima y victimario por parte de la sociedad y sus instituciones con miras a
aplicar un juicio de reproche sobre la conducta y un proceso de
estigmatizacin secundaria sobre el autor de la conducta. El objeto
crimen aquello sobre lo que se ejerce la prctica penal, ha sido
profundamente modificado: la calidad, el carcter, la sustancia La
relativa estabilidad de la ley ha cobijado todo un juego de sutiles y rpidos
relevos. Bajo el nombre de crmenes y delitos, se siguen juzgando
efectivamente objetos jurdicos definidos por el Cdigo, pero se juzga a la
vez pasiones, instintos, anomalas, achaques, inadaptaciones, efectos de
medio o de herencia; se castigan las agresiones, pero a travs de ellas las
agresividades, las violaciones, pero a la vez, las perversiones; los asesinatos
que son tambin pulsiones y deseos. Se dir: no son ellos los juzgados; si
los invocamos, es para explicar los hechos que hay que juzgar, y para
determinar hasta qu punto se hallaba implicada en el delito la voluntad del
sujeto.27
27
Foucault, Michel., op. cit., p. 25.
208
6. Conceptologa del binomio criminal-criminalidad
28
Foucault, Michel., op. cit., p. 245.
209
estudios realizados sobre los individuos recluidos en las prisiones. Dorado
Moreno sealaba irnicamente como nico medio de distincin entre el
hombre honrado y el delincuente, a la sentencia, reconociendo en Bases la
existencia de gente que comete delitos y nunca son sealados como
delincuentes. El llamado crimen, no es otra cosa que el rompimiento de
ataduras insoportables. Sin embargo, la sociedad moderna tipifica como
tales al asesino, al ladrn, al vagabundo, al disidente y a la prostituta sin
igual. Se diferencian unos de otros por la medida de la pena, el derecho los
clasifica en grandes y pequeos criminales por los aos de catigo.29
29
Larragaa Salazar, Eduardo., Derecho y Literatura. Mxico, U.A M., 1987., p. 85.
30
Neuman, Elas., Los que viven del delito y los otros. Mxico, Siglo XXI, 1991., p. 16.
31
Larrauri, Elena., op. cit., p. 68.
210
grupos sociales discriminados. El tipo de poltica criminolgica llevada a
cabo dentro de las sociedades, corresponde a teoras sociales donde el
conjunto social es quien recibe toda la magnitud del dao; tanto las
corrientes contractualistas como la escuela de la defensa social, fincan
cargos al delincuente a nombre de todos y cada uno de los miembros de la
sociedad; sin tener relevancia del inters personal de las vctimas del delito,
ni mucho menos la persona del delincuente, el cual parece ser un ente ajeno
y excluido de la comunidad. El delincuente designado como el enemigo
de todos, que todos tienen inters en perseguir, cae fuera del pacto, se
descalifica como ciudadano, y surge llevando en s como un fragmento
salvaje de naturaleza; aparece como el malvado, el monstruo, el loco quiz
el enfermo y pronto el anormal.32 El criminal escenifica al archivo
expiatorio de la sociedad, constituyndose como una rara y amorfa
entremezcla de pasiones, instintos, impulsos y deseos de la ms baja
calidad, ligando inmesurablemente el tipo de crimen al sujeto y no en
sentido contrario. Entre el principio contractual que arroja al criminal
fuera de la sociedad y la imagen del monstruo vomitado por la
naturaleza, dnde encontrar un lmite, como no sea en una naturaleza
humana que se manifiesta no en el rigor de la ley, no en la ferocidad del
delincuente, sino en la sensibilidad del hombre racional que hace la ley y
no comete el crimen?.33
32
Foucault, Michel., op. cit., p. 106
33
Ibid, p. 95.
211
Se puede observar que la profileracin de los delitos en las estadsticas
puede tan slo significar una mayor eficacia (sic) policiaca. 34 No obstante
lo anterior, no se puede hacer a un lado la existencia de una cifra negra,
la cual presupone la realizacin de una cantidad determinada de delitos no
denunciados ante las autoridades correspondientes; semejante situacin
sucede con la llamada cifra dorada, la cual implica la comisin de un
nmero especfico de delitos por parte de los individuos detentadores de
poder poltico y/o econmico, configurando una delincuencia de cuello
blanco.
34
De La Barreda Solrzano, Luis., op. cit., p. 22
35
La seguridad es la tarea primordial de un gobierno, y la principal precaucin de una
sociedad.
36
Marn, Nidia., D.F., Ciudad insegura y temerosa; sufre 1,358 delitos diarios.
Exclsior. Mxico, D.F. 19 de junio de 1997., pp. 1, 10 y 20.
212
Iztapalapa y Gustavo A. Madero proliferan los asesinatos, la delegacin
Cuauhtmoc, cuenta con el mayor nmero de colonias de alto riesgo
(Buenos Aires, Morelos, Doctores, Atlampa, Guerrero, Santa Mara La
Ribera, etc.). Algunos de los delitos no patrimoniales (lesiones, homicidio
y portacin de armas) denunciados, estn vinculados con el tipo penal de
robo con violencia formando concursos de delitos reales e ideales. Los
delitos ms denunciados en orden progresivo son:
37
Marn, Nidia., Inseguridad en el D. F. por sobrepoblacin y descomposicin social.
Exclsior. Mxico, D.F. 20 de junio de 1997., pp. 1, 10, 22 y 23.
213
tfico, que por otro lado va a funcionar a travs de nmeros y discursos de
personajes pblicos y de partido, para ir creando una confianza electora en
vsperas de prximos periodos de eleccin. Las ideas que podemos tener a
propsito de este fenmeno social dependen en resumidas cuentas de la
particular perspectiva con la que ordenamos nuestras ideas a propsito de
qu cosa es, o de qu debe ser, la sociedad en general. Depende pues de
nuestra concepcin del mundo, o sea de nuestra ideologa. Y siendo
diversas las ideologas, diversas sern las explicaciones de la
criminalidad.38
38
Pavarini, Massimo, Control y dominacin. Mxico, Siglo XXI, 1996., p. 20.
214
Centro de Derechos Humanos y Asesora a Pueblos Indgenas, A.C.
Introduccin
215
En cuanto a la descripcin y conclusiones, en ellas encontrar
nicamente lo que arrojaron los cuestionarios aplicados, a los internos que
de manera voluntaria nos ayudaron a realizar la presente investigacin, es
decir, el resultado que nuestro universo arroj. Finalmente, concluimos con
una serie de sugerencias emanadas de nuestras observaciones, y que de
acuerdo a la informacin, consideramos que son estos puntos donde no se
cumplen con las reglas mnimas y en los cuales debera ponerse atencin,
para lograr que las condiciones de los centros de readaptacin social en
estas regiones se ajusten a lo que estipulan las reglas mnimas de la Ley de
Ejecucin de Sanciones Privativas y Medidas Restrictivas de la Libertad
para el Estado de Oaxaca.
Antecedentes
Se dice que en nuestros das las crceles representan las universidades del
crimen y que aquel que no es un criminal en la prisin se forma ya que
como lo dice muy acertadamente Ruiz Funes La prisin-pena,
relativamente resiente en el sentido estricto, se ha contaminado con todos
los defectos de las penas del pasado y no ha acogido una sola de las
ventajas que pudiera ofrecerle el progreso de los estudios penales, como
una verdadera penal del futuro; es decir, ha abandonado cuanto lograr
deshumanizarla y ha desdeado cualquier corriente humanista que tratara
de vigorizarla y de ennoblecerla.1
1
Ruiz Funes, Mariano., La Crisis de la Prisin, Montero Editor, La Habana, Cuba,
1949.
216
de derecho penal. Sin embargo, sus orgenes fueron provisionales, su
funcionamiento es insatisfactorio y su futuro poco prometedor.2
Defectos de la prisin
2
Morris, Norval., La Evolucin de la Prisin, en Penologa (recopilacin de Rosa del
Olmo), Universidad de Carabobo, Venezuela, 1972, p. 18.
3
Rodrguez Manzanera, Luis., La crisis penitenciaria y los substitutivo de la prisin,
editorial Porra, Mxico 1998, p. 6.
217
declarado culpable ya sea considerado de alta peligrosidad o nula
peligrosidad, convive y comparte todos los espacios al interior de la prisin
con aquella persona que se presume es inocente, de la misma manera, no
encontramos separacin de sexos, en algunas crceles las mujeres y los
hombres comparten los mismos espacios, propiciando muchas de las veces
que se atente contra la integridad fsica y sexual de estas mujeres presas.
218
casos urgentes, el permiso se solicita al Juez o Director del reclusorio, este
trmite se realiza por escrito y generalmente por algn interno que auxilia
al solicitante, el trmite tarda de dos a tres das, existiendo casos en que
trasladan al enfermo cuando se encuentra en estado de coma o muy grave.
Tampoco existe control y seguimiento de enfermedades conocidas como
crnicas, que requieren medicamentos constantes y muchas veces stos,
han caducado. En el caso de la crcel de Tlaxiaco en una ocasin se les
proporcion medicina para uso veterinario.
4
Rodrguez Manzanera, Luis., La crisis penitenciaria y los substitutos de la prisin.
Editorial Porra, Mxico 1998, p. 2.
219
sin y hasta terror. Es desgracia y vergenza nuestra. He odo demandas de
justicia y quejas fundadas en torno al mal trato de personas. 5
Imparticin de justicia
5
Sergio Garca, Ramrez., Abuso y terror en las crceles, en Exclsior, 9 de abril de
1986, p. 1A.
220
Estado de Derecho. El trasfondo histrico de esta contradiccin se remonta
a los orgenes del Estado-nacin, donde prevaleci la razn de Estado de la
unicidad, de la igualdad ante la ley, en sntesis, de la mexicanidad
homogeneizadora. Hoy en da, pese al desconocimiento constitucional, las
comunidades indgenas sobreviven. Su capacidad de resistencia les ha
permitido conservarse; si bien existen niveles diferenciales de prdida de
vitalidad tnica, en lo fundamental estos pueblos han preservado sus
normas de control social coexistiendo con las establecidas por el orden
jurdico nacional.
221
Caso: Indgena procesado sin haberle nombrado defensor
Hechos:
222
Domicilio: San Pedro Yosoama, San Juan umi, Tlaxiaco, Oaxaca.
Edad: 43 aos.
Ocupacin: Campesino.
Lugar de origen: San Pedro Yosoama, San Juan umi, Tlaxiaco
Oaxaca.
Estado civil: Casado
Delito: portacin de arma prohibida.
Hechos:
223
Edad: 40 aos.
Pueblo Indgena al que pertenece: Mixteco
Fecha de su detencin ilegal: 20 de diciembre del 2000.
Aproximadamente a las 12 horas.
Lugar: Crcel Pblica de Tlaxiaco
Averiguacin previa: No. 2451 (PME) 2000
Expediente penal: No. 64/2000, del Juzgado Mixto de Primera
Instancia de Putla de Guerrero Oaxaca.
Hechos:
224
estuvo a disposicin de la polica judicial fue amenazado por dichos
elementos de que lo iban a trasladar a la presa de Tlaxiaco, Oaxaca, y lo
iban a colgar y meterlo al agua por la razn de que se haba quejado en
contra de ellos.
225
Hechos:
Hechos:
226
de Dios Pablo, al momento de ser detenido golpe a un elemento de la
polica Ministerial, hecho tambin totalmente falso, esta averiguacin
previa fue prefabricada para justificar la violacin a los Derechos Humanos
y para retener al C. Atanasio Juan de Dios Pablo.
Hechos:
227
su nombre era Laureano Eusebio Ziga, y niega los hechos que se le
imputan.
Justificacin:
228
El 0.54%; los Tacuates, el 0.23%; y los Ixcatecos el 0.09% de la poblacin
catalogada como indgena.6
6
Los municipios de Oaxaca, enciclopedia de los municipios de Mxico, Secretara de
Gobernacin del Estado de Oaxaca, Mxico, 1998, pp. 15 y 16.
7
Municipio en la Consulta Nacional Sobre Derechos y participacin Indgena en
Cuadernos del Instituto nacional de Solidaridad, Sedesol, Mxico, 1997, p. 145.
229
En este reclusorio se entrevistaron a 26 personas, la seleccin fue aleatoria,
procurando integrar una muestra representativa.
I. Descripcin
A. Cultura
B. Situacin jurdica
C. Derecho a la defensa
230
A la pregunta: al entrar a prisin se le hizo entrega del reglamento
de la misma o en su caso se les hizo saber el contenido de dicho
reglamento?, el 84.61% contest que no se les hizo entrega del reglamento,
el 15.38% respondieron que se les hizo saber el contenido del reglamento.
D. Salud
E. Higiene
F. Alimentacin
G. Servicios
231
tcnico), el 3.84% de los entrevistados manifest que s, y el 3.84% de los
entrevistados no contest.
H. Tortura
II. Conclusiones
232
veces en el expediente aparece el nombre de un intrprete pero, en la
prctica nunca estuvo presente.
233
lgico, ocasionando que muchos internos se agraven en prisin. Asimismo
encontramos que los internos no reciben atencin dental.
234
En este reclusorio se entrevistaron 8 personas, la seleccin fue aleatoria,
procurando integrar una muestra representativa que dividimos en 8
denominaciones.
I. Descripcin
A. Cultura
B. Situacin jurdica
C. Derecho a la defensa
235
D. Salud
E. Higiene
F. Alimentacin
G. Servicios
236
Asimismo el 87.5% de los entrevistados solicitan se les proporcione
el servicio telefnico.
H. Tortura
Bajo este rubro encontramos que el 25% de los entrevistados refieren haber
sufrido algn tipo de tortura al momento de su detencin por algn
elemento policiaco, el 62.5% de los entrevistados manifiesta que no, y el
12.5% de los entrevistados no contest.
II. Conclusiones
237
defensa adecuada, en tiempo y forma, y un ejemplo de ello es que, al
12.5% de los casos de indgenas, no se les nombr intrprete, provocando
con ello violaciones al debido proceso.
238
para alimentacin lo que ocasiona que en la mayora de los casos la famlia
los que tienen se haga cargo de su alimentacin.
I. Descripcin
A. Cultura
239
B. Situacin jurdica
C. Derecho a la defensa
D. Salud
240
su ingreso a prisin, el 20% de los entrevistados manifest que si se les
practic, y el 30% de los entrevistados no contest.
E. Higiene
F. Alimentacin
G. Servicios
241
H. Tortura
Bajo este rubro encontramos que el 30% de los entrevistados refieren haber
sufrido algn tipo de tortura al momento de su detencin por algn
elemento policiaco, el 40% de los entrevistados manifiesta que no, y el
30% de los entrevistados no contest.
II. Conclusiones
242
curso de apelacin y recurso de amparo; incluso algunas de las peticiones
son para la promocin de estos recursos legales.
243
7. Servicios: Encontramos que las instalaciones se estaban
remodelando, las demandas ms frecuentes de los internos son en cuanto a
servicios bsicos como son: telfono, tiles de limpieza, atencin mdica,
as como que no cuentan con un servicio especializado, como puede ser un
psiclogo, instructor tcnico o trabajador social.
I. Descripcin
A. Cultura
B. Situacin jurdica
244
C. Derecho a la defensa
D. Salud
Bajo este rubro encontramos que el 40% de los entrevistados manifest que
en el interior de la prisin no cuentan con servicios mdicos, el 13.33% de
los entrevistados refiere que si, el 6.66% manifiesta que un mdico los
visita una vez cada 8 das, el 33.33% de los entrevistados no contest.
245
de su ingreso a prisin, el 26.66% de los entrevistados manifest que si se
les practic, y el 40% de los entrevistados no contest.
E. Higiene
F. Alimentacin
G. Servicios
246
H. Tortura
Bajo este rubro encontramos que el 40% de los entrevistados refieren haber
sufrido algn tipo de tortura al momento de su detencin por algn
elemento policiaco, el 40% de los entrevistados manifiesta que no, y el
20% de los entrevistados no contest.
II. Conclusiones
247
curso de apelacin y recurso de amparo; incluso algunas de las peticiones
son para la promocin de estos recursos legales.
248
7. Servicios: Encontramos que las instalaciones no son idneas, las
demandas ms frecuentes de los internos son en cuanto a servicios bsicos
como son: alimentacin, atencin mdica y agua, as como que no cuentan
con un servicio especializado, como puede ser psiclogo, un instructor
tcnico o un trabajador social.
I. Descripcin
A. Cultura
B. Situacin jurdica
249
indica que el 91.66% se encuentran en prisin compurgando una pena.
C. Derecho a la defensa
D. Salud
250
Asimismo encontramos que el 58.33% de los entrevistados refieren
que no se les practic un examen clnico al momento de su ingreso a
prisin, el 8.33% de los entrevistados manifest que si se les practic, y el
33.33% de los entrevistados no contest.
E. Higiene
F. Alimentacin
G. Servicios
251
8.33% de los entrevistados no contest.
H. Tortura
Bajo este rubro encontramos que el 50% de los entrevistados refieren haber
sufrido algn tipo de tortura al momento de su detencin por algn
elemento policiaco, el 16.66% de los entrevistados manifiesta que no, y el
33.33% de los entrevistados no contest.
II. Conclusiones
252
Aunado a la desventaja de no contar con un intrprete, encontramos
que la situacin econmica de los mismos, los pone en otra desventaja:
frente a la imposibilidad de acceder a los servicios de un abogado
particular, muchos de los internos refieren que su proceso legal culmin
con la sentencia, dejado de un lado el recurso de apelacin y recurso de
amparo; incluso algunas de las peticiones son para la promocin de estos
recursos legales.
253
as como tambin los procesados no reciben ningn tipo de ayuda para
alimentacin lo que ocasiona que en la mayora de los casos la familia
los que tienen se haga cargo de su alimentacin.
I. Descripcin
A. Cultura
254
B. Situacin jurdica
C. Derecho a la defensa
255
D. Salud
E. Higiene
F. Alimentacin
G. Servicios
256
gado en casos urgentes o cuando lo requieren, el 82% manifest que s, y el
2% no contest.
H. Tortura
Bajo este rubro encontramos que el 72% de los entrevistados refieren haber
sufrido algn tipo de tortura al momento de su detencin por algn
elemento policiaco, el 26% de los entrevistados manifiesta que no, y el 2%
de los entrevistados no contest.
II. Conclusiones
257
2. Situacin jurdica: En este rubro encontramos que la mayora de
personas entrevistadas estn ya sentenciadas, es decir, se encuentran
cumpliendo una sentencia o pena.
258
5. Higiene: En el interior de la prisin raramente se llegan a fumigar
las instalaciones ocasionando con ello la existencia de fauna nociva y que
ocasiona problemas de salud a los internos.
III. Sugerencias
259
Generales
- Que las Agencias del Ministerio Pblico y los Juzgados cuenten con los
servicios de uno o ms intrpretes que hablen la lengua o lenguas de la
regin.
260
de los internos que requieren cuidados especiales a causa de una
enfermedad.
261
- Que se les de valor de prueba a las constancias de autoridades
indgenas para la identificacin de presos indgenas en las que exista duda
sobre su identidad.
JAMILTEPEC, OAXACA
25
20
15
10
262
S e n te n c ia d o s y p r o c e s a d o s
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
S E N T E N C IA D O S PROCESADOS
Responsable de la defensa
50
40
30
20
10
0
DEF. OFICIO DEF. AMBOS NADIE NO
PARTICULAR CONTESTO
263
A s is te n c ia d e in t r p r e te
35
30
25
20
15
10
5
0
SI NO NO
CONTESTO
50
40
30
20
10
0
NO HOSPITAL NO ENFERMERA SI
CONTESTO
264
Reciben asistencia mdica de:
50
40
30
20
10
0
HOSPITAL MED. PART NO ENFERMERA 1/MES ENCARGADO NADIE
CONTESTO
C u e n ta n c o n s e r v ic io d e c o m e d o r
50
40
30
20
10
0
NO PRE NO CONTESTO
265
Conocieron el reglamento interno de la prisin
25
20
15
10
5
0
NO SI NO PEGADO EN
CONTESTO CELDAS
S e r v ic io s e s p e c ia liz a d o s c o n lo s q u e c u e n ta n
(p s ic o lo g a , in s tr u c to r t c n ic o , tr a b a jo s o c ia l)
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
SI NO NO CONTESTO
266
S e p r a c tic a r o n d ia g n s tic o s m d ic o s a l
m o m e n to d e in g r e s a r a p r is i n
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
N O SI N O C O N TESTO
25
20
15
10
267
E x is te n c ia d e p la g a s
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
NO SI NO CONTESTO
E x is t e n c ia d e t e l f o n o p b lic o a l in t e r io r
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
SI NO NO CONTESTO
268
H u b o to r tu r a e n la d e te n c i n
40
35
30
25
20
15
10
5
0 SI
NO
CONTESTO
NO
J U Q U IL A , O A X A C A
Id io m a s q u e h a b la n
0
ESPAOL C H A T IN O M AZATECO M IX T E C O M IX E ZAPOTECO T R IQ U I AM UZGO
269
Sentenciados y procesados
12
10
0
SENTENCIADOS PROCESADOS
Responsable de la defensa
7
6
5
4
3
2
1
0
DEF. OFICIO DEF. NO CONTESTO AMBOS NADIE
PARTICULAR
270
A sistencia de intrprete
8
7
6
5
4
3
2
1
0
SI NO N O C O N TE S TO
8
7
6
5
4
3
2
1
0
SI ENFERMERA NO HOSPITAL NO
CONTESTO
271
Reciben asistencia mdica de:
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
ENFERMERA LOS VISITAN NO CONTESTO MED. PART. HOSPITAL ENCARGADO NADIE
1VES POR MES
C u e n ta n c o n s e rv ic io d e c o m e d o r
8
7
6
5
4
3
2
1
0
NO PRE NO CONTESTO
272
Conocieron el reglamento interno de la prisin
8
7
6
5
4
3
2
1
0
NO SI NO CONTESTO PEGADO EN
CELDAS
S e rv ic io s e s p e c ia liz a d o s c o n lo s q u e c u e n ta n
(p s ic o lo g a , in s tru c to r t c n ic o , tra b a jo s o c ia l)
8
7
6
5
4
3
2
1
0
NO NO CONTESTO SI
273
Se practicaron diagnsticos mdicos al momento de
ingresar a prisin
7
6
5
4
3
2
1
0
NO SI NO CONTESTO
12
10
0
TELEFONO SERMED NO ALIMENT TRABAJO AGUA BAOS
CONTESTO
274
Existencia de plagas
8
7
6
5
4
3
2
1
0
NO SI NO CONTESTO
8
7
6
5
4
3
2
1
0
SI NO N O C O N TE S TO
275
Hubo tortura en la detencin
0
SI NO NO CONTESTO
JU XTLA H U A C A , O A XA C A
Id io m a q u e h a b la n
5
4 .5
4
3 .5
3
2 .5
2
1 .5
1
0 .5
0
ESPAOL M IX T E C O T R IQ U I M AZATECO ZAPOTECO
276
Sentenciados y procesados
8
7
6
5
4
3
2
1
0
SENTENCIADOS PROCESADOS
Responsable de la defensa
7
6
5
4
3
2
1
0
DEF. OFICIO DEF. AMBOS NADIE NO
PARTICULAR CONTESTO
277
A s is t e n c ia d e in t r p r e t e
5
4 .5
4
3 .5
3
2 .5
2
1 .5
1
0 .5
0
SI NO NO CONTESTO
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
NO H O SPITAL NO EN FER M ER A SI
C O N TESTO
278
R ecib en asisten cia m d ica d e:
5
4.5
4
3.5
3
2.5
2
1.5
1
0.5
0
MED. PART H O S P IT A L NO CONTESTO ENFERM ERA I MES ENCARGADO N A D IE
8
7
6
5
4
3
2
1
0
NO PR E N O C O N TESTO
279
C o n o c ie ro n e l re g la m e n to in te rn o d e la p ris i n
4
3 .5
3
2 .5
2
1 .5
1
0 .5
0
NO SI NO PEGADO EN
CONTESTO C ELD AS
S e rv ic io s e s p e c ia liz a d o s c o n lo s q u e c u e n ta n
(p s ic o lo g a , in s tru c to r t c n ic o , tra b a jo s o c ia l)
7
6
5
4
3
2
1
0
NO NO CONTESTO SI
280
S e p ra c tic a ro n d ia g n s tic o s m d ic o s a l m o m e n to d e in g re s a r
a p ris i n
0
NO SI NO CONTESTO
8
7
6
5
4
3
2
1
0
TELEFONO UTILES DE NO AGUA TRABAJO ALIMENT SERV. MED.
LIMP CONTESTO
281
E x is te n c ia d e p la g a s
0
SI NO NO CO NTESTO
E x is te n c ia d e te l fo n o p b lic o a l in te r io r
7
6
5
4
3
2
1
0
SI NO NO CONTESTO
282
H u b o to r tu r a e n la d e te n c i n
4
3 .5
3
2 .5
2
1 .5
1
0 .5
0
SI NO NO CONTESTO
PUTLA, OAXACA
7
6
5
4
3
2
1
0
ESPAOL TRIQUI AMUZGO MIXTECO CHATINO ZAPOTECO MAZATECO MIXE
283
Sentenciados y procesados
14
12
10
8
6
4
2
0
SENTENCIADOS PROCESADOS
Responsable de la defensa
12
10
8
6
4
2
0
DEF. OFICIO DEF. AMBOS NADIE NO
PARTICULAR CONTESTO
284
A s is te n c ia d e in t r p r e te
8
7
6
5
4
3
2
1
0
SI NO NO CONTESTO
E x is te n c ia d e s e r v ic io m d ic o d e n tr o d e la p r is i n
0
SI NO H O S P IT A L NO CONTESTO ENFERM ERA
285
R e c ib e n la a s is te n c ia m d ic a d e :
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0 ENCARGADO H O S P IT A L NO CONTESTO M ED. PART. ENFERM ERA 1 /M E S N A D IE
7
6
5
4
3
2
1
0
NO PRE NO CONTESTO
286
C o n o c ie r o n e l r e g la m e n to in te r n o d e la p r is i n
7
6
5
4
3
2
1
0
NO SI NO PEGADO EN
CONTESTO C ELD AS
S e r v ic io s t c n ic o s e s p e c ia liz a d o s c o n lo s q u e c u e n ta n
(p s ic o lo g a , in s tr u c to r t c n ic o , tr a b a jo s o c ia l)
8
7
6
5
4
3
2
1
0
NO NO CONTESTO SI
287
S e p ra c tic a ro n d ia g n s tic o s m d ic o s a l m o m e n to d e in g re s a r a
p ris i n
0
NO SI NO CONTESTO
12
10
0
SERV. M ED. A GUA NO A LIM ENT. TRA B A JO TEL. UTILES DE
CONTESTO LIM P .
288
E x is te n c ia d e p la g a s
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
NO SI NO CONTESTO
8
7
6
5
4
3
2
1
0
NO SI NO CONTESTO
289
H u b o t o r t u r a e n la d e t e n c i n
0
SI NO NO CONTESTO
TEPOSCOLULA, OAXACA
0
ESPAOL MIXTECO TRIQUI CHATINO MAZATECO MIXE ZAPOTECO AMUZGO
290
Sentenciados y procesados
0
SENTENCIADOS PROCESADOS
R esponsable de la defensa
8
7
6
5
4
3
2
1
0
D EF. O FIC IO D EF. AM BO S N AD IE NO
PAR TIC U LAR C O N TESTO
291
A s is te n c ia d e in t rp re te
7
6
5
4
3
2
1
0
SI NO NO CONTESTO
8
7
6
5
4
3
2
1
0
NO HO SPITAL NO CO NT ENFERM ERA SI
292
R e c ib e n la a s is te n c ia m d ic a d e :
0
1 /M E S M ED. PART. NO CONTESTO H O S P IT A L ENFERM ERA ENCARGADO N A D IE
C u e n t a n c o n s e r v ic io d e c o m e d o r
4
3 .5
3
2 .5
2
1 .5
1
0 .5
0
NO PRE NO CONTESTO
293
C o n o c ie r o n e l r e g la m e n t o in t e r n o d e la p r is i n
5
4 .5
4
3 .5
3
2 .5
2
1 .5
1
0 .5
0
PEGADO EN NO NO SI
C ELD AS CONTESTO
S e r v ic io s e s p e c ia liz a d o s c o n lo s q u e c u e n ta n
(p s ic o lo g a , in s tr u c to r t c n ic o , tr a b a jo s o c ia l)
7
6
5
4
3
2
1
0
NO NO CONTESTO SI
294
S e p r a c tic a r o n d ia g n s tic o s a l m o m e n to d e in g r e s a r a
p r is i n
5
4 .5
4
3 .5
3
2 .5
2
1 .5
1
0 .5
0
NO SI NO CONTESTO
0
TELEFONO COLCHON NO SERV. M ED. A LIM ENT. TRA B A JO A GUA
CONTESTO
295
E x is te n c ia d e p la g a s
7
6
5
4
3
2
1
0
SI NO NO CONTESTO
E x is t e n c ia d e t e l f o n o p b lic o a l in t e r io r
7
6
5
4
3
2
1
0
SI NO NO CONTESTO
296
H u b o to r tu r a e n la d e te n c i n
5
4 .5
4
3 .5
3
2 .5
2
1 .5
1
0 .5
0
SI NO NO CO NTESTO
TLAXIACO, OAXACA
14
12
10
297
Sentenciados y procesados
14
13.5
13
12.5
12
11.5
11
SENTENCIADO S PRO CESADO S
Responsable de la defensa
12
10
0
DEF. OFICIO DEF. AMBOS NADIE NO
PARTICULAR CONTESTO
298
A s is te n c ia d e in t rp re te
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
SI NO NO CONTESTO
E x is t e n c ia d e s e r v ic io m d ic o d e n t r o d e la p r is i n
25
20
15
10
0
SI H O S P IT A L NO NO ENFERM ERA
CONTESTO
299
R ecib en asisten cia m d ica d e:
14
12
10
0
N A D IE M ED. PART. 1 MES NO CO NT. H O S P IT A L ENFERM ERA ENCARGADO
C u e n ta n c o n s e rv ic io d e c o m e d o r
25
20
15
10
0
PRE NO CONTESTO NO
300
C o n o c ie ro n e l re g la m e n to in te rn o d e la p ris i n
25
20
15
10
0
SI NO NO PEGADO EN
CONTESTO C ELD AS
S e r v ic io s e s p e c ia liz a d o s c o n lo s q u e c u e n ta n
(p s ic o lo g a , in s tr u c to r t c n ic o , tr a b a jo s o c ia l)
25
20
15
10
0
SI NO NO CONTESTO
301
S e p ra c tic a ro n d ia g n s tic o s m d ic o s a l m o m e n to d e
in g re s a r a p ris i n
25
20
15
10
0
SI NO NO CONTESTO
25
20
15
10
0
TELEFONO COLCHONETAS NO CONT. AGUA TRABAJO ALIM ENT.
302
E x is t e n c ia d e p la g a s
30
25
20
15
10
0
NO SI NO CONTESTO
E x is t e n c ia d e t e l f o n o p b lic o a l in t e r io r
30
25
20
15
10
0
NO SI NO CONTESTO
303
H u b o to r tu r a e n la d e te n c i n
16
14
12
10
8
6
4
2
0
NO SI NO CONTESTO
Bibliografa
304
Rodrguez Manzanera, Luis., La crisis penitenciaria y los sustitutivos de la
prisin, Editorial Porra, Mxico, 1998.
Ruiz Funes, Mariano., La crisis de la prisin, Montero Editor, La Habana,
Cuba, 1949.
Stavenhagen, Rodolfo., Entre la ley y la costumbre. El derecho
consuetudinario indgena en Amrica Latina. INI, IIDH, Mxico.
1990.
305
306
La importancia del Derecho Consuetudinario Indgena en la
comprensin del Derecho Penal Indgena
La justicia Triqui
Introduccin
307
indgenas constituye un indicador del grado que asume la desigualdad
social, ya que algunos problemas de imparticin de justicia se deben a la
inadecuacin de tipos delictivos a las condiciones de existencia de la
poblacin indgena; la oposicin a las prcticas reglamentadas por el
derecho procesal a los medios y recursos de la cosmovisin indgena; la
desobediencia de los rganos jurisdiccionales del mandato que impone una
pronta y cumplida administracin de justicia, el principio real de defensa,
de los principios universales de inmediacin del juzgador de los beneficios
de pobreza, de la preclusin procesal, etctera.
Es ms, para tener una idea del dbil acceso a la justicia ejercida
conforme a las leyes y las instituciones judiciales del Estado, basta
comparar que en 1989 slo se registr una denuncia recogida por las
autoridades judiciales del Estado de Chiapas y en 1993 la Procuradura
General de Justicia de Chiapas conoci de 54 denuncias por los expulsados,
principalmente tzotziles, tzetzales y choles.1
1
Cfr. las estadsticas del INEGI de noviembre de 1993.
308
occidental y el indgena se contrapone y niega sustancialmente el acceso a
la justicia penal de las comunidades indgenas, es el objetivo de este
escrito.2
2
La justicia penal se debe considerar en el contexto del desarrollo econmico, los
sistemas polticos, sociales y culturales y valores y los cambios sociales (Naciones
Unidas, resolucin 36/21).
3
Vid: Stavenhagen, Rodolfo., Introduccin al derecho indgena, en Cuadernos del
Instituto de Investigaciones Jurdicas. UNAM, Ao VI, Nm. 17, mayo-agosto de
1991., p. 305.
309
dio se desvela el contenido del derecho consuetudinario y la subsistencia
de estas modalidades del derecho consuetudinario.
4
Bonfil, Guillermo., El concepto de indio en Amrica: Una categora de la situacin
colonial. s/d
5
OIT, Actas provisionales, Septuagsima sexta reunin, Ginebra, 1989. Incorporado a
la Legislacin Mexicana
310
derecho codificado e imperante. Por ejemplo, el derecho colonial de las
potencias europeas se aplicaba a los colonos europeos, y el derecho
consuetudinario a los indgenas en sus asuntos internos. Empero, la
diferencia fundamental entre el derecho consuetudinario y el positivo
radica en que las leyes escritas emanan de una autoridad poltica
constituida, cuya aplicacin est en mandos de esta autoridad,
generalmente el Estado, mientras que el derecho consuetudinario puede
operar sin referencia al Estado porque en las comunidades jurdicas lo
jurdico se encuentra inmerso dentro de su estructura social.
311
medio de reproduccin social y econmico que les permite alcanzar
seguridad individual, cohesin grupal y continuidad cultural.
Para atender cada uno de sus elementos hay que tener en cuenta
ciertas nociones: lo comunal, lo colectivo, la complementariedad y la
integridad, cuyos elementos que la definen son: La
6
Floriberto Daz., Ms que cosas son personas, la geometra comunal, en Revista
Ojarasca, noviembre de 1997.
312
tierra como Madre y como territorio. El consenso en asamblea para la toma
de decisiones. El servicio gratuito como ejercicio de la autoridad. El trabajo
colectivo como acto de recreacin. Los ritos y ceremonias como expresin
del don comunal.
7
Vid. Banco Mundial, Directriz Operacional OD 4.20, Pueblos Indgenas, septiembre
de 1991.
313
diente de gobiernos, partidos y rdenes religiosas, en sus Principios
Bsicos sobre los Derechos Fundamentales de los Pueblos Indios de
Centroamrica, Mxico y Panam, declar que Los pueblos indios y los
individuos que los conforman tienen igualdad de derechos polticos,
econmicos y sociales, as como a estar libres de toda forma de opresin,
dominacin y discriminacin que limiten el desarrollo de sus formas de
vida individual y colectiva () tienen derecho a ejercer autoridad y
jurisdiccin dentro de sus lmites territoriales de acuerdo a sus usos y
costumbres y al grado y naturaleza de la autonoma establecida respecto al
Estado de Pertenencia.8
La justicia Triqui
8
Vid. Ordnez Cienfuegos, Jos Emilio., Reclamos jurdicos de los pueblos indios.
Mxico, UNAM, 1993., p. 121.
314
Los triquis se compones de cuatro grupos: los de San Andrs
Chicahuaxtla, los de Santo Domingo del Estado, los de San Martn
Itunyoso y los de San Juan Copala.
9
Vid. Avendao de Durand, Carmen., Estudio de derecho consuetudinario triqui.
Mxico, CNDH, 1995., p. 117.
10
Las pruebas ordinarias son: la de flagrante delito, la confesin espontnea, el
testimonio y el juramento.
315
2. Pruebas obtenidas mediante ingestin de alucingenos: el brujo
prepara una porcin a base de semillas de flores (toloache, floripondio y
otras) y hongos alucingenos para interpretar las reacciones del acusado y
dar su veredicto.
Las penas previstas por la costumbre triqui son: el pago (en efectivo
o especie) de daos y perjuicios; la devolucin o pago del objeto robado y
una multa; la indemnizacin; los azotes dados a los adultos con un ltigo de
nervio de toro (ca) ; el repudio de la comunidad o la pena de muerte.
Propuestas de investigacin
316
ante la posibilidad de cerrar actualmente el ciclo del paradigma occidental
sobre las comunidades indgenas, la tarea del jurista, investigador, o
servidor pblico en este disyuntiva podra tender a:
11
Muoz Q., Hugo Alfonso., Los detenidos en proceso de juicio, conferencia dictada
en el Curso Interdisciplinario de Derechos Humanos, Costa Rica, septiembre de 1986,
Mimeo, p. 15.
317
vencia indgena, es decir, realizar una revisin conceptual del
sistema penal que rebase las perspectivas de la dogmtica
jurdica y que se pronuncie por una visin interdisciplinaria y
problematizada que permita un acercamiento a la realidad de las
comunidades indgenas.12
12
Al respecto, lase el Manifiesto Criminolgico, suscrito en Mxico en junio de 1981.
318
Perspectivas de las comunidades indgenas
Bibliografa
319
Ordoez Cienfuentes, Jos Emilio., Reclamos Jurdicos de los Pueblos
Indios. Mxico, UNAM, 1993. 180 pp.
Stavenhagen, Rodolfo, et. al., Derecho indgena y Derechos Humanos en
Amrica Latina. Mxico, COLMEX, III, 1988.
Introduccin al derecho indgena, en Cuadernos del Instituto de
Investigacin Jurdicas. Mxico, UNAM, Ao VI, Nm. 17, mayo-
agosto 1991., pp. 303-316.
Valds Abascal, Rubn., Comentario del artculo 27 constitucional, en
Derechos del pueblo mexicano. Mxico a travs de sus
constituciones. S/d
320
Trabajo comparativo de las instituciones para la reclusin de los nios
y adolescentes entre Estados Unidos de Amrica del Norte y
Mxico
Introduccin
321
Antecedentes
322
Las casas de trabajo eran conocidas por distintos nombres
dependiendo del ligar en donde se establecan. Por ejemplo, en Francia se
le conoca como el Hospital. En estos sitios no haba ninguna separacin
entre hombres, mujeres y nios de cualquier edad, se deca que los
encerraban para apartarlos del mal y ensearles a ser personas tiles que al
reintegrarse a la sociedad estuvieran totalmente readaptados para vivir en
ella. Pero la realidad era que los tomaban prisioneros para obligarlos a
trabajar en las labores ms rudas para enriquecer ms a los que ya lo tenan
todo.
La colonizacin
La situacin en Europa se torn muy difcil para los que no posean nada y
en algunos pases como Inglaterra, tuvieron que exportar grandes
cantidades de pobres y delincuentes. Con ellos iniciaron la colonizacin de
esos lugares tan alejados de la metrpoli, como Australia o el norte del
Continente americano, en donde se asentaron las Trece Colonias, las cuales
se independizan de la Madre Patria, y fundan lo que hoy conocemos como
Estados Unidos de Amrica, con la ayuda de los franceses que eran
enemigos de Inglaterra.
323
Nacin independiente
1
Dario Melossi y Massimo Pavarini., Crcel y Fbrica. Ed. Siglo XXI. Mxico, 1984.,
p. 139.
324
torn difcil, sobre todo, para las ciudades ms densamente pobladas, esto
fue el detonador para la creacin de instituciones como las que hubo en
Europa, para controlar y reprimir la vagancia, fue entonces que aparecieron
las workhouses, las almhouses, y las houses of correction. La legislacin
cambi para controlar a las clases marginales y prevenir, con represin, la
futura criminalidad.
A finales del siglo XVIII, fue fundada por los cuqueros la Philadelfia
Society for the Alleviating the Miseries of Public Prision, esta sociedad
busc que por medio de una ley se ordenara la construccin de la primera
crcel celular en Walnut Street, ms conocida como el sistema
penitenciario de Filadelfia, desde el principio de impuso como
penitenciara estatal y no municipal, el cual fue caracterizado por la
peculiar forma de hacer que los reos purgaran su condena. sta se basaba
en el aislamiento celular de los presos, con la obligacin de stos a
permanecer en silencio.4 Sin embargo, haba inconformidad por parte de la
administracin de estos luga-
2
Dario Melossi y Massimo Pavarini., Crcel y Fbrica. Ed. Siglo XXI. Mxico, 1984.,
p. 141.
3
Ibdem, p. 167
4
Ibdem, p. 169.
325
res, porque decan que los presos deban trabajar y no estar slo
confinados.
Internado de menores
En el libro Los Salvadores del Nio nos dicen que exista un grupo cuyos
miembros se consideraban as mismos como personas altruistas y
humanitarias, que queran salvar aquellos que tenan un lugar menos
afortunado en el orden social.5 En la obra nos plantean que stos crean en
los problemas que los jvenes tenan, eran causados por vivir en ciudades
cada vez ms urbanas e industrializadas y que la salvacin de stos estaba
en el regreso a la vida del campo. La vida en familia era cada vez ms
difcil, sobre todo para aquellos que eran hijos de inmigrantes, cuyos padres
se quedaban a vivir en estas ciudades, en donde ambos tenan que trabajar
para sostenerlos, por lo que descuidaban a sus hijos.
5
Platt, Anthony M., Los Salvadores del Nio o la Invencin de la Delincuencia. Ed.
Siglo XXI. Mxico, 2001., p. 31.
326
dinero, paradjicamente mucho del que robaban a los trabajadores con la
explotacin de que eran objeto, para crear internados donde eran recluidos
nios y adolescentes, a quienes calificaban de delincuentes juveniles.
6
Ibdem, Melossi y Pavarini., p. 163.
327
las cuales haban sido establecidas para esos fines, pero hay algo que salta a
la vista, que los internamientos de nios y jvenes slo se enfocaron a las
clases bajas como ya haba sucedido en siglos anteriores, primero en
Europa con los mendigos que vivan de la caridad y despus en
Norteamrica, en donde primero se enfoc a los mendigos de las
incipientes ciudades y despus a los inmigrantes, pero no slo con aquellos
que venan del otro lado del mar, tambin lo hacan con los que se
trasladaban de una ciudad a otra. La situacin del pas era prspera para
una buena parte de los estadounidenses, Robert Merton, seala que todo el
mundo, quera triunfar en ese pas, pero las diferencias sociales hacan que
el xito se alcanzara por medios legales o ilegales,7 para el Estado era
prioritario que esto fuera de la mejor manera posible.
7
Platt, Antony M., Los Salvadores del Nio o la Invencin de la Delincuencia. Ed.
Siglo XXI. Mxico, 2001., p. 33.
328
una imagen de s mismos como doctores y no de simples guardias.8
Se procura que los castigos que se les aplicaran a los chicos que
estaban confinados como internos, no fueran crueles, pero aqul que se
atreviera a transgredir la ley, se le deba hacer sentir las consecuencias de
su comportamiento.9 Los reformadores penales, explotaban la retrica de la
nueva educacin y de ese modo, legitimaban los programas de enseanza
agrcola e industrial en los reformatorios, en los que se les enseaban doce
oficios y algunas destrezas manuales, porque la mayora de los
administradores pensaban que estos delincuentes, no merecan ms que
una educacin elemental, con la formacin agrcola era suficiente por eso,
haba que mandarlos al campo.
La vida nos ensea que todo lo que empieza termina, los buenos
propsitos que tenan para reformas a los jvenes delin-
8
Plat, Antony M., Los Salvadores del Nio o la Invencin de la Delincuencia. Ed. Siglo
XXI. Mxico, 2001., p. 55.
9
Ibdem, p. 81.
10
Ibdem, p. 83
329
cuentes no duraron mucho, ya que tanto los administradores, como los
custodios se encargaron de ensearles lo que era estar en un reformatorio y
aquellos que hablaban de lo benfico que resultaban stos, no lo pudieron
seguir haciendo pues pronto esto se desmoron y se vino abajo porque
sucedi lo mismo que con las prisiones de adultos.
330
recluidos en los llamados internados correccionales, dirigidos por las
diferentes rdenes religiosas existentes hasta la fecha, as como en los
patronatos de beneficencia que imperaban en le poca. En la ltima dcada
del siglo XIX, dichos establecimientos se fueron escularizando poco a poco
para quedar a cargo de la Direccin de Beneficencia Pblica cuya
pertenencia era de la Secretara de Gobernacin.
331
A pesar, de que haba excelentes criminlogos en nuestro pas que
asistan a los congresos de criminologa que se celebraban en donde se
haca patente la necesidad de crear lugares especficos para el
internamiento de los menores, fue hasta el congreso de 1923 donde se
aprob la creacin de estos tribunales. En prrafos anteriores ya hemos
dicho que se seguan los mismos patrones de otros pases y por lo tanto, ni
los jueces, ni los mdicos, ni el personal, que se dedicaba a la elaboracin
de los diferentes estudios de los internados hacan nada por establecer
patrones adecuados a nuestra realidad, tanto en Europa como en Estados
Unidos se tomaba como una mxima lo que ha haban dicho Rafael
Garafalo y Enrique Ferri, con respecto a la herencia atvica; se dedicaban a
indagar que hacan los padres y sin ms eso decan que eran o iban a ser los
hijos y por lo tanto, tenan que ser encerrados para salvarlos de ellos
mismos. En Mxico se haca lo mismo todava en 1948, se segua hablando
de herencias patolgicas que no es otra coas que la herencia atvica.
332
detencin. La mayora de las veces no haba ningn cargo por mnimo que
fuera ste para que estos individuos fueran internados, pero lo que hemos
dicho en prrafos anteriores era suficiente motivo para su internamiento.
11
Azaola, Elena., la Institucin Correccional en Mxico. Ed. Siglo XXI. Mxico 1990.,
p. 106.
333
res, adems de la reconstruccin de la Escuela de Orientacin para
Varones.
334
pas a costa de la gran masa de pobres, creen que con bajar la edad para
castigar a los que cometen infracciones la situacin va a cambiar. Los
cambios de comunicacin tiene que ver mucho con esta creencia, porque
todos los das nos dicen que las autoridades en particular las de la Ciudad
de Mxico, no hacen nada por acabar con la delincuencia, pero a nadie
analiza el contexto de lo que est sucediendo alrededor de la sociedad que
carece de todo. Siempre se estn diciendo verdades a medias una buena
parte de la sociedad que carece de todo. Siempre se estn diciendo verdades
a medias una buena parte de la sociedad piensa que la Comisin de
Derechos Humanos, slo sirve para defender a los delincuentes, pero es
fcil ver que en este pas nadie respeta a nadie.
335
factores ms indispensables, de acuerdo con lo que se dice en la
convencin de los nios y adolescentes como son el cuidado, la
alimentacin y el inculcarles valores porque como es de todos sabido esto
es lo que ms se ha perdido en la sociedad.
Conclusin
336
benigno con sus delincuentes, incluso en la construccin de sus
penitenciaras, lo mismo pas con Brasil, cuestin que en Mxico, no ha
sido tomada en cuenta tanto para adultos, como para los nios y esto lo
podemos corroborar con lo que acaba de suceder en los Consejos Tutelares.
Bibliografa
337
Barrata, Alessandro., Infancia y Democracia. Recopilacin sobre una
Ponencia.
Platt, Antony M., Los Salvadores del Nio o la Invencin de la
Delincuencia. Ed. Siglo XXI. Mxico, 2001.
Rusche, George y Otto Kirchheimer., Pena y Estructura Social.
Convencin de los Derechos de la Niez.
338
La procuracin de justicia y sus rganos de investigacin
Introduccin
339
otorgarlos y la mala administracin y organizacin administrativa. Aunado
a ello la ausencia de una cultura jurdica en muchos de los operadores
institucionales, hace que la funcin pblica sea contraria a los intereses de
la ciudadana y los propios del Estado.
Sealamientos histricos-constitucionales
340
propiedad y libertad. Esta Constitucin en sus 242 artculos se dedic
fundamentalmente a organizar el poder pblico, dando prioridad a los
asuntos de eleccin de los representantes al Congreso y del gobierno. Cabe
citar que el artculo 211 seal que mientras el pas no se daba su
legislacin, las antiguas debern regir hasta que sean debidamente
derogadas.
1
Tena Ramrez, Felipe., Leyes Fundamentales de Mxico. Editorial Porra, SA,
Vigsima segunda edicin, Mxico 1999., p. 59.
341
4. Dentro de las 24 horas se manifestar al tratado como reo de la
causa de su prisin y el nombre de su acusador, si no hubiere
(Artculo 300);
5. No se usar nunca el tormento ni de los apremios. (Artculo 303);
6. No podr ser allanada la casa de ningn espaol, sino en los casos
que la ley determine para el buen orden y la seguridad del Estado.
(Artculo 305).
342
pero si stas ofendan la estabilidad del Imperio, el Jefe poda sin alegato
en contrario desecharlas del plano; es decir, la procuracin de justicia
estaba sujeta a la falta de transgresin de los intereses del Estado, hecho
que a la luz de nuestro actual derecho no tiene nada de justo y es violatorio
de los derechos individuales. Afortunadamente el reinado de Iturbide fue
muy corto, representndose as una derrota para los seguidores del
centralismo y la forma monrquica de gobierno.
343
hacer juramento en contra de s mismo y, el 156 que estableca el derecho
de terminar diferendos por medio de la conciliacin.
Despus del triunfo del federalismo vino su derrota. Las luchas entre
centralistas o conservadores y federalistas o liberales, se encontraba en
1853 en su punto ms lgido. Con la derrota de los federalistas se
constituy un nuevo Congreso Constituyente, que a decir de Tena Ramrez
Entre los disturbios domsticos y la Guerra de Texas, el Congreso
prosigui su misin constituyente. La nueva ley fundamental de dividi en
siete estatutos, razn por la cual a la Constitucin centralista de que se trata
se la conoce tambin como la Constitucin de las Siete Leyes. 2
2
Tena Ramrez, Felipe, op. cit., p. 202.
344
pudiesen detener a cualquier ciudadano, incluso a los miembros del
Congreso ya que nicamente existan los fueros militar y eclesistico.
345
amago constante para las libertades pblicas, segn versaba en Plan.3
3
Vid. Sayeg Hel Jorge., El Constitucionalismo Social Mexicano. Editorial FCE,
Mxico 1991.
4
En estricto sentido los estados federados no son soberanos. No puede existir una
soberana dentro de otra; los estados federados son autnomos, la autonoma es, la
libertad del estado federado para regirse con sus propias leyes pero sin violar la
soberana federal y el lmite de sus competencias que se consignan en el cuerpo de la
Constitucin.
346
disponindose que los funcionarios del Ministerio Pblico y el procurador
general que ha de presidirlo, sern nombrados por el ejecutivo. Con
anterioridad la situacin del MP, generalmente denominado promotor
fiscal, era bastante imprecisa, pero de manera predominante las diversas
constituciones y leyes orgnicas mexicanas colocaron a dicha institucin
dentro del Poder Judicial, siguiendo la tradicin espaola, y por ello, de
acuerdo con el texto original de los citados preceptos de la Constitucin de
1857, el procurador general y el fiscal formaban parte de la SCJ.5
5
Fix Zamudio, Hctor., Diccionario Jurdico Mexicano. Tomo VII, UNAM, Mxico,
1984., p. 216.
347
El propsito de la revolucin no fue el de derogar la Constitucin del
57, sino ms bien reformarla, pero las circunstancias y las incorporaciones
sociales derivadas de los reclamos del zapatismo hicieron que el Congreso
fuera Constituyente.
348
las mismas calidades requeridas para ser Magistrado de la Suprema
Corte de Justicia.
Estar a cargo del Ministerio Pblico de la Federacin la
persecusin, ante los tribunales, de todos los delitos del orden
federal; y por lo mismo, a el le corresponder solicitar las rdenes
de aprehensin contra los reos; Buscar y presentar las pruebas que
acrediten la responsabilidad de stos, hacer que los juicios se sigan
con toda regularidad para que la administracin de justicia sea
pronta y expedita; pedir la aplicacin de las penas e intervenir en
todos los negocios que la misma ley determinare.
El Procurador General de la Repblica intervendr personalmente
en todos los negocios en que la federacin fuese parte; en los casos
de los ministerios, diplomticos y cnsules generales, y en aquellos
que se suscitaren entre dos o ms Estados de la Unin, entre un
Estado y la federacin, o entre los poderes de un mismo Estado. En
los dems casos en que deba intervenir por s o por medio de alguno
de los agentes.
El Procurador general de la Repblica ser el consejero jurdico del
gobierno. Tanto l como sus agentes se sometern estrictamente a la
disposiciones de la ley, siendo responsables de toda falta, omisin o
violacin en que incurran con motivo de sus funciones.
349
Artculo 21. La imposicin de las penas es propia y exclusiva de la
autoridad judicial. La investigacin y persecucin de los delitos
incumbe al Ministerio Pblico, el cual se auxiliar con una polica
que estar bajo su autoridad y mando inmediato. Compete a la
autoridad administrativa la aplicacin de sanciones por las
infracciones de los reglamentos gubernativos y de polica, las que
nicamente consistan en multa o arresto hasta por treinta y seis
horas; pero si el infractor no pagare la multa que se le hubiese
impuesto, se permutar sta por el arresto correpondiente, que no
exceder, en ningn caso de treinta y seis horas.
Si el infractor fuese jornalero, obrero o trabajador, no podr ser
sancionado con multa mayor del importe de su jornal o salario de un
da.
Tratndose de trabajadores no asalariados, la multa no exceder del
equivalente a un da de su ingreso.
Las resoluciones del Ministerio Pblico sobre el no ejercicio y
desistimiento de la accin penal, podrn ser impugnadas por va
jurisdiccional en los trminos que establezca la ley.
La seguridad pblica es una funcin a cargo de la federacin, el
Distrito Federal, los Estados y los Municipios, en las respectivas
competencias que esta Constitucin seala. La actuacin de las
instituciones policiales se regir por los principios de legalidad,
eficiencia, profesionalismo y honradez.
La federacin, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios se
coordinarn, en los trminos que la ley seale, para establecer un
sistema nacional de seguridad pblica.
350
nal de licenciado en derecho; gozar de buena reputacin, y no haber
sido condenado por delito doloso. El procurador podr ser removido
libremente por el Ejecutivo.
Incumbe al Ministerio Pblico de la Federacin, la persecucin,
ante los tribunales, de todos los delitos del orden federal; y, por lo
mismo, a l le corresponder solicitar las rdenes de aprehensin
contra los inculpados; buscar y presentar las pruebas que acrediten
la responsabilidad de stos; hacer que los juicios se sigan con toda
regularidad para que la administracin de justicia sea pronta y
expedita; pedir la aplicacin de las penas e intervenir en todos los
negocios que la ley determine.
El Procurador General de la Repblica intervendr personalmente
en las controversias y acciones a que se refiere el artculo 105 de
esta Constitucin.
En todos los negocios en que la Federacin fuese parte, en los casos
de los diplomticos y los cnsules generales y en los dems en que
deba intervenir el Ministerio Pblico de la Federacin, el
Procurador General lo har por s o por medio de sus agentes.
El Procurador General y sus agentes, sern responsables de toda
falta, omisin o violacin a la ley en que incurran con motivo de sus
funciones.
La funcin de consejero jurdico del Gobierno, estar a cargo de la
dependencia del Ejecutivo Federal que, para tal efecto, establezca la
ley.
B. [..]
351
de competencia, para imponer penas estimadas en sentido estricto []. 6
6
Fix-Zamudio, Hctor., Constitucin Poltica de los Estados Unidos. Comentada.
UNAM, PGJDF, Coleccin Popular DF, Mxico, 1982., p. 94.
352
a) En su primer prrafo, con la reforma a la Constitucin de 1857 y
la continuidad en ese sentido de la Constitucin de 1917, el Procurador
General de la Repblica, pasa de ser un funcionario de la Corte (tradicin
espaola), a ser un funcionario designado por el Ejecutivo con la respectiva
sancin del Senado o de la Comisin Permanente del Congreso, en su caso.
La intromisin del Legislativo en la denominacin del Procurador es un
rasgo de parlamentarismo en un sistema de por costumbre y definicin
constitucional ha sido presidencialista, por lo que no queda exento el
Senado o la Comisin Permanente, en su caso, de una corresponsabilidad
poltica en la buena o mala actuacin de la Procuradura General.
7
Vid. Fix-Zamudio, Hctor., La Constitucin Poltica Mexicana., op. cit., p. 425.
353
La fraccin XXV del artculo 47, seala lo siguiente:
354
En este numeral se otorga la funcin de monopolio al Ministerio Pblico
del Estado en cuanto a la accin penal y la persecucin de los delitos. La
polica judicial siempre estar bajo su mando. Pero bien cabe preguntar
hasta qu punto efectivamente la polica judicial est al mando irrestricto
del Ministerio Pblico?
355
b) Tener cuando menos treinta y cinco aos cumplidos el da de la
designacin;
En sana interpretacin con los dos ltimos prrafos del artculo 88,
no podr ocupar el cargo de Procurador quien haya sido Secretario del
Despacho auxiliar del Titular del Poder Ejecutivo o su equivalente o
Diputado local, durante el ao previo al da de su nombramiento. De igual
manera, el nombramiento de Procurador deber recaer en personas que
hayan prestado sus servicios con eficiencia y probidad en la administracin
de justicia o que lo merezcan por su honorabilidad, competencia y
antecedentes en la rama jurdica.
356
Los subprocuradores sern nombrados y removidos por el
Gobernador del Estado, a propuesta del Procurador. Los Agentes y
dems servidores pblicos de confianza de la Procuradura y del
Ministerio Pblico, sern nombrados y removidos por el Procurador
previo acuerdo del Gobernador.
357
actos que son de su estricta competencia. Esta atribucin lo convierte en un
rgano de certeza jurdica en la promocin y procuracin de la justicia
federal. Interviniendo en los negocios en que la federacin sea parte,
sobresaliendo aquellos de carcter internacional que afecten a la nacin en
tratndose de los agentes diplomticos y cnsules radicados en el
extranjero.
358
cionalidad. En este sentido, interviene como parte en los juicios de amparo
acorde con el artculo 107 fraccin XV de la Constitucin federal; la
vigilancia de los centros de detencin, prisin o reclusin de reos por
delitos federales. En materia de Derechos Humanos, resalta el artculo 6 de
su ley que compele a los servidores pblicos de la Procuradura a observar
y respetar los Derechos Humanos y a atender las recomendaciones que
emita la Comisin Nacional de los Derechos Humanos.
Organizacin administrativa
359
Para el desahogo de sus funciones el Procurador cuenta con toda una
organizacin administrativa compleja, destacndose las siguientes unidades
administrativas:
360
recciones y Subdirecciones de rea, Agencias del Ministerio Pblico y
Unidades subalternas que sean necesarias.
361
Estructura y funcionamiento de la Procuradura General de Justicia
del Estado de Guerrero.
362
integracin y determinacin de las averiguaciones previas radicadas en la
PGJ; etc.
Organizacin administrativa
363
de la polica guerrerense, no es extrao que la sociedad tema por igual a un
polica que a un delincuente comn. Nuestra fama ha trascendido fronteras.
8
Amricas Watch. Derechos Humanos en Mxico. Editorial Planeta, 1991 p. 29.
364
b) Un Visitador General;
9
El organigrama fue proporcionado por personal autorizado de la Consejera Jurdica
del Gobierno del Estado de Guerrero.
365
Tambin existe una Contralora Interna que depende directamente
del Procurador General de Justicia del Estado.
366
Ley, que a mi juicio merece algunos cambios, deviene de las reformas a la
Constitucin del Estado de octubre de 1999.
367
polticos, etc. Todo ello para rescatar a esta institucin del atraso
monumental en que se encuentra, sin una buena procuracin de justicia no
es posible referirnos a una democracia integral, sta comienza con la
seguridad que deben de gozar los ciudadanos, sin seguridad es
prcticamente imposible la prctica de la democracia y aqu, la procuracin
de justicia tiene mucho que ver.
10
Valdez, Clemente., La Constitucin como Instrumento de Dominio. Ediciones
Coyoacn, no. 78, segunda edicin, Mxico, 2000, pp. 40-41.
368
necesitamos incorporarnos al mundo de una sociedad participativa en los
asuntos de gobierno, en una verdadera divisin de poderes en donde el
Ejecutivo slo se circunscriba a la administracin de los asuntos de su
competencia, en una sociedad donde la gente tenga la posibilidad real de
estar plenamente informada, una sociedad en donde la procuracin de
justicia no se maneje con deficiencias y sin apoyos, una procuracin de
justicia en donde sea posible decir que es un representante social y que
goza de la credibilidad social, donde la polica sea un factor de confianza y
de honestidad, en trminos generales una nueva procuracin de justicia
dentro de un Estado ms democrtico. Para los guerrerenses s es posible
abordar al ansiado Estado de Derecho, la voluntad poltica de todos los
actores sociales es definitiva.
369
cin V, le sigue esta atribucin, por lo que debe derogarse tal fraccin.
370
Quizs en otros pases con cultura poltica y jurdica diversa sea posible la
bifurcacin en la responsabilidad de la procuracin de justicia, en Guerrero
esto no es posible, nosotros necesitamos instituciones fuertes y
consolidadas, el trabajo es precisamente mejorar lo que se tiene.
371
Servicios Periciales. Es contrario a la buena imagen de la
Procuradura el que la Unidad de Servicios Periciales pertenezca a la
organizacin administrativa. Considero de vital importancia que a esta
Unidad se le dote de autonoma tcnica y operativa, as se correr menos
riesgo de influencias que puedan entorpecer el trabajo de los peritos.
372
les aquejan son diversos, la falta de preparacin para el cargo, que aunque
sean abogados muchos estn all por tener un empleo, el cual tambin est
mal pagado; pocos o ningn abogado de nivel aceptara desempearse
como Ministerio Pblico, la funcin es degradada por la cercana de apoyos
institucionales, el prestigio est daado y es de seguridad estatal el
recobrarlo, recordemos que un Estado no puede jactarse de democrtico si
no tiene plenamente satisfecha su poltica de procuracin de justicia, lo
dems ser lo de menos.
373
374
III. Institucionalidad y principios
del Derecho
Los intermediarios polticos Un mal necesario?
375
el nivel de la comunidad y el nivel de la nacin [broker puede traducirse
como intermediario, tratante, corredor y an coyote].
De acuerdo con Wolf, cuando una sociedad determinada est integrada por
una diversidad de niveles culturales, entre otros el domestico, el barrio, la
comunidad, el municipio, la microregin, la macroregin [provincia o
entidad federativa] y la nacin. En cualquier caso, la vinculacin entre
distintos niveles [mejor dicho: la integracin en los niveles superiores]
implica el desarrollo de vastas redes de relaciones sociales, donde intereses
y orientaciones diversas deben ajustarse y compaginarse. Toca el Broker o
intermediario, que puede ser un individuo, o un grupo o incluso una
institucin, efectuar tales reajustes .[] el broker mira en dos direcciones,
as por ejemplo hacia el nivel de la nacin y el nivel de la comunidad
indgena, no suprime los conflictos por completo pues entonces dejara
de ser til pero media entre ellos. La absorcin de un nivel por otro
puede implicar una actividad de mediacin completamente intensa; pero al
complementarse aqulla, el nivel de la comunidad desaparecera.
376
Es necesario destacar la importancia de la existencia de los conflictos
culturales, generados por la coexistencia de diferentes niveles, los cuales
propician la necesidad de la intermediacin. Histricamente encontramos
que los intermediarios polticos realmente no promueven la solucin de los
problemas culturales, entre el nivel de la nacin y el de la comunidad
indgena, ya que existen evidencias que atestiguan que los intermediarios,
nicamente han hecho y hacen creer que promueven la solucin a los
problemas, como por ejemplo el nivel comunidad indgena en la sociedad
mexicana.
377
termediario cultural se vuelve estratgico. De ah la importancia poltica de
las escuelas y los maestros rurales, que tienen la funcin de volver
inteligible y efectivo, el gobierno del pas a las familias del agro. Lo
mismo cabe decir, que las escuelas y maestros de las periferias urbanas;
mas generalmente, es dificilsimo encontrar a un intermediario poltico que
no sea tambin un mediador cultural. La necesidad poltica de mediacin
cultural auspicia la propia intermediacin poltica.
378
lucrativa. Los intermediarios polticos en las ltimas dcadas, han
proliferado a consecuencia de la apertura democrtica, generando un
ambiente social de anarqua, fomentada por los intermediarios con una
concepcin tergiversada de la democracia.
379
se remonta a la poca del dominio espaol, es decir, tcticamente
considerar al indio como el hermano menos el cual necesita proteccin, y
por lo tanto, es necesario proporcionrsela. Desde el punto de vista de la
cultura occidental, los pueblos indgenas no necesitan proteccin, porque su
problema es cultural, es decir, es necesario propiciarles las condiciones
culturales tcnicas y tecnolgicas que les permitan valerse por si mismos, y
por ende, estar capacitado para vivir en el mundo occidental. No se trata de
destruir su cultura, sino, adoptar elementos de la cultura occidental que les
permitan aunada con su cultura, solucionar sus problemas y vivir
dignamente, o por lo menos en concordancia con el momento histrico que
les toc vivir, pero primordialmente, ya no ser dependientes de los
intermediarios polticos culturales.
380
plata, maderas etctera. Por lo tanto, por qu los defensores de la cultura
indgena opinan que no es adecuado que a los indgenas no se les
introduzca a su mundo, la cultura occidental. De esto resulta preguntarnos,
por qu para los japoneses no fue un obstculo y para los indgenas si. Por
lo tanto, podemos pensar que el problema indgena es cultura.
381
econmicos y sociales del Mxico del siglo XIX. Ante dicho punto de
vista, se puede pensar en dos posibles interpretaciones: una, que Benito
Jurez estaba equivocado y por tanto actu negativamente contra los indios,
y la otra, entraaba que Jurez gracias a los estudios que haba realizado,
tena dos tipos de elementos culturales, los indgenas y los occidentales o
liberales, lo que le permiti tener una concepcin del mundo con mayor
visin, e inclinarse al modelo ideal de los liberales, los cuales proponan
que:
En resumen, todo indica que los liberales del siglo XIX, con su
proyecto de nacin, tenan el propsito de occidentalizar a los pueblos
indgenas, e integrarlos a la economa mexicana dentro del modelo
capitalista. Para tal propsito, se tena que destruir la base econmica de la
llamada cultura indgena, las tierras comunales en la cual descansaba la
economa natural o de produccin para el consumo, a cambio de crear una
nueva cultura agraria con base en la propiedad individual agrcola de
produccin mercantil e impulsar la formacin del mercado de fuerza de
trabajo.
382
La cultura indgena
383
ra dominada, lo que permite la supervivencia de algunos principios
prehispnicos, pero bastante modificados, con lo cual polticamente se
promueve en convencimiento, que en la actualidad la cultura indgena tiene
marcados elementos prehispnicos.
El indigenismo
384
Favre explica que: el indigenismo en Amrica Latina es, una corriente de
opinin favorable a los indios. Se manifiesta en tomas de posicin que
tienden a proteger a la poblacin indgena, a defenderla de las injusticias de
las que es vctima y hacer valer las cualidades o atributos que se le
reconocen. Esta corriente de inspiracin humanista es antigua, permanente
y difusa. Sus orgenes se remontan a los contactos iniciales que los
europeos establecieron con los habitantes del Nuevo Mundo.
385
tenencia de la tierra. Por lo tanto, es una posicin poltica que se opone a
los cambios, sin embargo, ante la opinin pblica estos intermediarios
polticos, se presentan como luchadores sociales de vanguardia o
revolucionarios.
386
Una de ellas, elocuentemente encabezada por Francisco de Vitoria,
sostuvo que habiendo desarrollado los indios su propia sociedad, tenan
derecho a conservar sus propias instituciones y leyes. Slo llegarn a
quedar bajo el poder de un soberano extranjero [como el rey de Espaa],
ste haba de apoyar y defender las instituciones y leyes aborgenes y los
derechos de los nobles y jefes existentes, ya que l sera como cambio
impuesto, era el mnimo necesario para extirpar la idolatra e introducir el
cristianismo. Tales opiniones, requeran abandonar una lucrativa ocupacin
impuesta mediante conquista, fueron framente recibidas por la Corona y
los colonizadores.
387
La tercera escuela de pensamiento puede ser llamada de las dos
repblicas. Reconociendo que los espaoles haban llegado a Amrica para
quedarse, propona que espaoles e indios fueran organizados en dos
repblicas separadas, cada una con sus propias leyes, costumbres y
sistemas de gobierno; es decir, conservar la cultura indgena. sta fue la
posicin de Alonso de Zorita, juez de la audiencia de Mxico, aunque fuera
una excepcin entre sus colegas al sostener esta idea.
388
porque con una gua adecuada, haba en ellos la posibilidad de una
sociedad mejor que la europea.
389
instituciones feudales y seoriales de los conquistadores, en este sentido, la
corona estableci las audiencias, el virreinato, las alcaldas mayores, los
corregimientos, las repblicas de indios, los gobernadores, los cabildos
indgenas, etctera.
390
nos personas de los comics. No olvidemos, que este tipo de literatura es de
consumo popular y que de alguna manera ha creado en la sociedad
mexicana, la necesidad de un hroe justiciero enmascarado o encapuchado.
391
El poder y el intermediario poltico
392
y los titulares del poder que asumen semejante misin. En el llamado
mundo occidental, el origen de este fenmeno, lo encontramos en las
Monarquas absolutas de Europa del siglo XVI.
393
mos estas premisas que la existencia y proliferacin de los caciques-
intermediarios, indican que ni la burguesa o una determinada clase
dominante y el Estado, no han logrado una alta centralizacin de poder.
394
cacique en esta poca se aplica como sinnimo de autoridad prehispnica,
ya que ms o menos hasta la segunda mitad del siglo XVI, se mantienen las
formas de gobierno precortesiano.
395
poder en las autoridades nativas, que en la prctica eran intermediarios
polticos.
396
Con relacin a dicho fenmeno de conquista, Peter Gerhard explica
de la manera siguiente: la mayor parte de la Nueva Espaa al sur de la
frontera chichimeca, incluyendo la costa del Pacfico, fue visitada por los
ejrcitos de Corts en los tres aos siguientes a la toma de Tenochtitlan
[1521-1523]. Durante este breve tiempo casi todos los componentes del
imperio tenochca aceptaron a los espaoles como sus nuevos gobernantes.
397
En relacin a la provincia de Tlapa-Tlachinolla, considero que el
Cdice Azoy 1, es bastante ilustrativo en cuanto a la conquista poltica de
este reino a travs de intermediarios polticos, los cuales mediaron entre
los conquistadores espaoles y las autoridades indgenas regionales de la
provincia de Tlapa-Tlachinolla. Al respecto Constanza Vega Sosa, en su
interpretacin del folio 32 [1517-1523] del Cdice Azoy 1, dice: aqu se
registra la muerte del seor Jilote, quien gobern de 1496 a 1517, segn
este registro. Despus, el seor Llamas asume el gobierno en Caltitlan,
portando manta bordada y sentado en una silla con respaldo, como los
tlatoques mexicas. Se trata de un prncipe caballero jaguar, como indica
su peinado. Su designacin fue hecha por Moctezuma II. De acuerdo con
fray Alonso Delgado, Caltitlan estaba incorporado al mismo pueblo de
Tlapa y sitio, por eso supongo que las autoridades indgenas regionales
designadas por el tlatoani de Tenoctitlan, tenan su sede en ese lugar y al
enterarse que los europeos haban derrotado a los mexicas, aceptaron a los
espaoles como sus nuevos seores. Obviamente a travs de intermediarios
polticos.
398
As, en el transcurso de los trescientos aos de la dominacin espaola,
estos intermediarios polticos tambin son utilizados para los propsitos del
gobierno espaol. Obviamente, este proceso histrico no es tan simple. Por
el momento, por falta de tiempo y espacio no es posible desarrollarlo.
399
Con relacin a la poca del dominio espaol, en el Archivo General
de la Nacin, existe bastante documentacin por medio de la cual el
gobierno espaol otorg permisos a los caciques indgenas y principales
para que usaran atuendo europeo, espadas, dagas, arcabuces, caballos
ensillados y enfrenados, etctera, como una serie de prebendas por servir de
intermediarios polticos culturales primero entre los pueblos indgenas
prehispnicos y los conquistadores y despus entre las repblicas de indios
y el mundo espaol en general; es decir, entre los colonos encomenderos,
burocracia real, clrigos etctera y los pueblos indgenas. As tenemos los
siguientes ejemplos:
400
En 6 de abril de 1591, se dio licencia a Andrs, alcalde indio natural
del pueblo de Guayameo, para que pueda andar en un jaca, con silla y
freno, no embargante de la provisin que hay acerca de que los indios no
anden en caballo.
401
Otra evidencia, de la cultura de las prebendas de estos caciques y
principales indgenas, la encontramos en la segunda mitad del siglo XVII.
402
te y en muchos casos no es posible reconocer ninguna diferencia funcional
en el uso de ambos trminos.
403
As, el Estado espaol, legisl a favor de los indgenas de linaje, a
quienes se les aplic la palabra cacique, transformando el concepto en
rango nobiliario para los indgenas de mayor jerarqua. Los jurisconsultos
espaoles, legislaron a favor de la existencia de los cacicazgos de esa
nobleza nativa, por ende, la existencia de este fenmeno era reconocido por
la legislacin espaola. Las leyes de Indias as lo atestiguan:
404
cin de los integrantes de una determinada repblica de indios. Al parecer,
para el siglo XVII, el derecho a ejercer la democracia, se limit nicamente
a los denominados electores, los cuales eran los caciques y principales de
una determinada cabecera y sus sujetos o estancias.
As, los electores, eran los que tenan derecho a designar y a ser
designados democrticamente en los dichos puestos de gobierno indgenas.
La duracin de estos cargos eran de uno o dos aos, pero adems de la
designacin ya mencionada, tena que ser confirmada por el virrey a travs
de la autoridad provincial en la cual se encontrar la repblica de indios, es
decir, el alcalde mayor y/o corregidor. El hecho, de que para ocupar dichos
cargos, tenan derecho los caciques y los principales, era una medida que
introduca nuevas reglas en la designacin del poder de los pueblos
indgenas, con lo cual, se tena el propsito de obstaculizar el poder de los
caciques, y no se transformarn en autoridades despticas. Asimismo, la
existencia de los cabildos que servan de contrapesos al poder de los
gobernadores. Como apunt anteriormente, haba dos tipos de nobles
indgenas: 1]- los caciques, a los cuales los espaoles los reconocan como
de linaje y 2]- los principales o de menor rango.
405
rencia en el ms grande de los herederos varones, escriba Solorzano y
Pereira a principios del siglo XVII. Al identificar cacicazgos y mayorazgos,
las leyes coloniales tendieron a homogeneizar el carcter proteico de la
herencia y la sucesin de los Cacicazgos en donde la herencia se realizaba
por vinculacin sangunea con preferencia hacia el sexo masculino y
proximidad en el orden del linaje.
Don Martn Enrquez, por cuanto por parte de doa Mara, india
principal del pueblo de Huamuxtitln, mujer que dice ser de don Carlos
Terrazas, me fue hecha relacin que ella era hija legtima y la mayor de don
Francisco, cacique y seor natural del este dicho pueblo, y difunto y por no
quedar hijo barn sucede en ella el dicho cacicazgo con los bienes a ellos
anexos y la tasacin que se daba a el dicho su padre, le perteneca, me pidi
se mandase acudir con todo ello, e por mi se cometi a Alonso Mexa de
Cadena, alcalde mayor de Chiautla, para que citado el comn de dicho
pueblo, supiese y averiguase le es dicho que la dicha doa Mara, tena a el
dicho seoro y porque causas, si era legtima y la mayor que lo heredaba e
que bienes y tasaciones tena que le pertenecieren.
406
visto, por el presente os mando que a todos los indios del dicho pueblo y
cabecera de Caltitlan, averigis, si el dicho don Lazaro de Sols, es el
sucesor del dicho cacicazgo y como le pertenece y si hay otro que se ms
propicio, y cul y que bienes reconocidos y tasaciones, servicios tierras le
son anexas y pertenecientes, y quin las gozaba llegado hasta aqu y si el
pueblo tiene disminucin, cmo se moderaban al respecto sin vejacin de
los indios, hecha la averiguacin la enviaris ante mi con vuestro parecer
jurado, para que provea lo que convenga. Fecho en Mxico, 3 de agosto de
1594.
Don Luis de Velasco, hago saber a vos el alcalde mayor del pueblo
de Chilapa, que don Agustn Dircio, Indio principal y natural del pueblo de
Oapa, me hizo relacin que en l hubo dos principales hermanos legtimos,
llamados el mayor don Miguel de Santiago, que fue su padre y el menor;
que fue don Miguel de Mendoza y que el dicho don Miguel de Santiago
como hermano mayor haba heredado de sus padres y abuelos mucha suerte
de tierra, en el dicho pueblo y sus sujetos, el cual haba otorgado cierto
testamento debajo de cuya disposicin muri, en que todas
407
sus tierras las tuviese el dicho Miguel de Mendoza su hermano, por todos
los das de su vida y que despus de muerto volviesen a el dicho don
Agustn Dircio su hijo y a sus nietos del dicho don Agustn, el cual dicho
don Miguel de Mendoza en conformidad de el dicho testamento haba
tenido y posedo las dichas tierras y casndose con doa Agustina, cacica
del dicho pueblo y que durante el matrimonio, tena una negra y un negro;
platos de plata, unas cadenas de oro, anillos arcabuz, caballos y otras
preseas que haba gozado hasta que muri.
408
Villafuerte, hija legtima de don Bernardino de Villafuerte indios caciques,
seores de la cabecera de Yxcateopan y sus sujetos, y debindoles de
acudir con lo de costumbre antigua deban; no han acudido con cosa alguna
a la dicha mi mujer, ni a mi como su marido, como parece del dicho
mandamiento de don Luis de Corts de Puebla, en conformidad del
reconocimiento que deben los dichos naturales como sus caciques. A
vuestra excelencia, pido y suplico que habiendo visto dicha informacin y
dems papeles sea servido mandar se despache mandamiento para que
dichos naturales acudan a la dicha mi mujer y a mi como su marido con lo
que de costumbre antigua eran obligados amparndome en dicha cabecera
de Yscateopa y sus sujetos en que requiere merced don Nicols de Cuiga,
de cuyo pedimento y de sus recaudos con el presentados [] Y todo ello lo
remit al seor doctor don Andrs Snchez de Ocampo, para que diese su
parecer, que lo dio de la manera siguiente: excelentsimo seor, siendo
vuestra excelencia servido, pueda mandar se le despache al suplicante
mandamiento en conformidad de la costumbre que ha habido y, si tuvieren
que pedirlo hagan ante vuestra excelencia lo mejor. Mxico, febrero I, de
1657. Don Andrs de Snchez de Ocampo. Y conformndose con el dicho
parecer inserto, por el presente mando a vuestros tlayacanques, alcaldes y
tequitlatos de la cabecera de Yscateopan y sus sujetos, cumplis con el
reconocimiento que debis tener al dicho don Nicols de Cuiga, alcalde
del pueblo de Tlapa, como marido y conjunta persona de doa Luisa de
Villafuerte, en conformidad de la costumbre que ha habido y si en esta
relacin tuviereis que pedir lo haris ante mi. Y la justicia de dicho partido,
haga que as se cumpla. Mxico 6 de febrero de 16546. El Duque de
Alburquerque. Por mandado de su excelencia.
409
mediarios polticos, propiciando que proliferaron conflictos internos dentro
de las repblicas de indios entre macehualtin contra caciques y principales,
pero tambin entre estos ltimos para lograr detentar los cargos de
gobernador y otras autoridades del cabildo. Por el momento, nicamente
cito un documento para ilustrar tal situacin que requiere de una mejor y
mayor explicacin.
410
miento pide no consentir que su gobernador, ni otra persona le haga
molestia ni agravio ni le quiten los indios que pagados y de su voluntad
trabajaren en sus tierras y cualquier persona que sepa leer y escribir lo
notifique. Fecho en Mxico a, 6 de junio de 1639. El Marques de Cadereita.
Por mandado de su excelencia: Luis de Tovar Godnez.
411
Despus de la independencia, ms o menos entre 1821 y 1867, con la
ausencia de un poder central a nivel nacional, como consecuencia de la
lucha entre liberales y conservadores, proliferaron los lderes regionales
conocidos ahora como caciques. Estos personajes lograron ejercer un poder
regional a nivel rural en espacios considerables, en los cuales tenan una
autoridad desptica con la mnima o sin la intervencin del gobierno
central, surgiendo as, los cacicazgos de la poca actual.
412
tes. As ocurre en circunstancias normales el que vive para la poltica
tambin debe ser econmicamente libre, es decir sus ingresos no deben
depender del hecho de que se dedique en parte o totalmente su capacidad a
la obtencin de recursos econmicos. Es ste, totalmente libre, es slo el
rentista, es decir, el que recibe ingresos sin ganarlos mediante trabajo, sea
que reciba renta de la tierra como en el caso de los seores territoriales del
pasado o el de los terratenientes.
413
1842 y 1844. En esos aos particip como intermediario poltico en los
conflictos indgenas de dichas regiones del Sur.
414
7. tem. Declaro que habiendo comprado esta hacienda [la
Providencia], al finado don Enrique Wirmond en la cantidad de veinticinco
mil pesos, a cubrir en cinco aos, abonados en cada uno de ellos cinco mil
pesos, por mis penurias y escaseces slo pude hace un abono; el ao de
1857, el Supremo Gobierno se oblig a cubrir el resto en abonos mensuales
de tres mil pesos que se reconocieron y mandaron pagar por indemnizacin
de las prdidas que sufr en la guerra que a este estado trajo don Antonio
Lpez de Santa Anna Y atendiendo al compromiso que contrajo
inmediatamente, responsable a pagar a la seora viuda de Wirmond doa
Clara Salcedo, los diez y siete mil pesos restantes; pero reconociendo a mis
albaceas gestiones y ocurran de nuevo al mismos Supremo Gobierno.
415
En los casos de la Hacienda de San Marcos y Ejido Viejo, Juan
lvarez no se refiere a la manera de cmo adquiri esas propiedades, pero
con base al estudio de Jess Hernndez Jaimes, sabemos de qu manera
obtuvo la Hacienda de San Marcos.
416
bargo, tena una considerable cantidad de propiedades, que obviamente fue
el resultado de su actividad como intermediario poltico entre los indgenas
y propietarios indgenas y propietarios mestizos, espaoles y el gobierno
central. Asimismo, la adquisicin de sus propiedades fueron obtenidas por
medio de compra-venta a propietarios no indgenas, lo que le permita no
empaar su imagen de defensor de los indios y mulatos.
417
418
Instituciones y leyes: algunos problemas de la gestin ambiental en
los bosques mexicanos
419
econmica, son la de pino (Pinus) y encino (Quercus), de las cuales se
obtiene en trminos de volumen, aproximadamente 80% y 5% de la
produccin nacional maderable (Semarnat, 2002b).
3
Sin embargo, es importente precisar que todas las consideraciones al respecto hablan
de recursos forestales o superficie forestal y no se especifica su ubicacin segn
economistas, o en otras ocasiones se da por hecho que superficie forestal es sinnimo de
bosques.
420
sobre las diversas causas que propician la degradacin forestal y, con
algunas variaciones respecto de su preponderancia, se identifican las
siguientes: problemas por tenencia de la tierra y conflictos agrarios,
incendios forestales, contradicciones en las polticas sectoriales orientadas
al sector rural, pobreza rural y escasas opciones de desarrollo
socioeconmico, libre acceso a recursos forestales, indefinicin de
derechos de propiedad; desconocimiento de la legislacin ambiental,
ineficiencia de los instrumentos jurdicos de gestin ambiental, escasa o
nula vigilancia y una demanda constante de productos y subproductos
forestales (Masera: 1996; CSPEDES, 2000; Ms 1992, Semarnat, 1995b;
Merino et. al, 1997).
Cuadro No. 1
Tasas estimadas de deforestacin en Mxico para
la dcada de 1980-90 en millones ha/ao
421
En este contexto, existen pocos anlisis sobre las limitaciones que
representan los instrumentos de gestin ambiental en este caso particular
la Ley forestal, as como las dificultades que enfrentan las dependencias
encargadas de su aplicacin. En tal virtud, el presente trabajo describe el
papel de las dos principales instituciones encargadas de normar la actividad
en el sector forestal: la Secretara de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(Semarnat) y la Procuradura Federal de Proteccin al Ambiente (Profepa);
sealando a su vez las deficiencias y limitaciones de la actual ley forestal.
422
vinculadas a la administracin y manejo de los recursos forestales y 2)
cambios en los instrumentos de gestin ambiental, principalmente las leyes.
423
SEMARNAP se transforma en SEMARNAT, transfiriendo el subsector
pesta a la Secretara de Agricultura, Ganadera, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentacin (SAGARPA).
4
Se entiende gestin ambiental, como el conjunto de actividades humanas que tienen
por objeto el ordenamiento del sector, cuyos componentes son la poltica ambiental,
el derecho y la administracin ambiental. En consecuencia, la gestin ambiental
comprende no slo los actos materiales que supone el manejo del medio ambiente,
como suele pensarse, sino tambin todo aquello que tinene que ver con dicho manejo.
Este es el caso de los actos normativos con arreglo a los cuales debe llevarse a cabo
dicho manejo. Por eso la formulacin de poltica y la legislacin ambiental es una
actividad que forma parte de la gestin ambiental, Ver Braes, Ral Manual de
Derecho Ambiental Mexicano, p. 106.
5
Respecto de las funciones y atribuciones, stas se pueden ver detalladamente en el
Reglamento interno de la Semarnat.
424
para nuestro fin interesan aunque no las nicas ni las ms importantes
se encuentran las siguientes:
425
I. Vigilar el cumplimiento de las disposiciones legales aplicables
relacionadas con la prevencin y control de la contaminacin
ambiental, los recursos naturales, los bosques, la flora y fauna
silvestres, terrestres y acuticas, pesca y zona federal martimo
terrestre, playas martimas y terrenos ganados al mar o a cualquier
otro depsito de aguas marttimas, reas naturales protegidas, as
como establecer mecanismos, instancias y procedimientos
administrativos que procuren el logro de tales fines,
II. Recibir, investigar y atender, o en su caso canalizar ante las
autoridades competentes, las quejas y denuncias administrativas de
la ciudadana y de los sectores pblico, social y privado, por el
cumplimiento de las disposiciones jurdicas aplicables relacionadas
con el medio ambiente.6
Para tener una idea de los problemas que enfrenta el sector forestal,
revisaremos las dificultades existentes en la actual ley forestal y lo conlleva
su aplicacin. Para tal efecto es necesario retomar algunos de los aspectos
ms relevantes de las leyes forestales precedentes de (1986 y 1992), a fin
de tener un parmetro de comparacin que ayude a entender la actual
problemtica del sector forestal.
426
4. Instrumentos de gestin ambiental
7
Existe una tendencia a considerar las acciones estatales como sinnimos de poltica o
poltica pblica, al respecto conviene sealar que en un sentido terico estricto una
poltica se reconoce como tal cuando es una decisin de una autoridad, legtima,
adaptada dentro de un campo legtimo de jurisdiccin conforme a procedimientos
legalmente establecidos, vinculante para todos los ciudadanos. En este sentido se
puede decir que la poltica se resume por ser: a) el diseo de una accin colectiva
intencional, b) el curso que efectivamente tiene la accin como resultado de las muchas
decisiones e interpretaciones que comporta y, en consecuencia c) los hechos reales que
la accin colectiva produce. La poltica es pues, una accin con sentido que involucra
un nmero extenso de actores sociales. Una definicin de esta naturaleza parte de la
premisa bsica que, las actividades pblicas se elaboran y orientan en funcin de los
beneficios y ventajas que se puedan obtener de las acciones que el gobierno emprende
en respuesta a las demandas y cuestiones sociales. Al respecto puede consultarse la
interesante obra de Luis Aguilar, La elaboracin de la poltica pblica; El estudio de
la polticas, Miguel ngel Porra editores; E. Lindblom, Charles, El proceso de
elaboracin de polticas pblicas, Instituto Nacional de Administracin Pblica,
Mxico, 1991.
427
cia inmediata de lo anterior fue la ley de 1960, la cual quiso enmarcar la
actividad bajo principios tcnico-cientficos mediante la creacin de las
Comisiones Foresales Estatales; el ordenamiento de aprovechamientos de
dueos y poseedores y la promocin de la asociacin en materia forestal,
entre otros aspectos novedosos. Todos estos intentos de regular el sector
forestal mexicano, se plasmaron finalmente en un instrumento legal que se
consideraba garantizaba la proteccin y desarrollo del sector forestal. sta
es la ley forestal y de casa promulgada en 1986.
Esta ley fue entre otras cosas producto de una dcada de luchas campesinas
y por lo tanto abra la posibilidad de que los ejidatarios y comuneros
controlaran la gestin del recurso a travs de la concesin de los Servicios
Tcnicos Forestales, estableca un marco de fomento a la participacin del
sector social; introduca conceptos avanzados de sostenibilidad;
fomentaba las inversiones en plantaciones comerciales; estableca la
rectora del Estado en el fomento al desarrollo forestal y en la proteccin
aduanal (Chapela, 1996).
428
existir un contrato de compra-venta avalado por la Secretara de la Reforma
Agraria.
8
Cfr. La ley Forestal y de caza, ed. Porra, 1996, Vase artculo, fracciones I-V.
9
Cfr. Artculo 161 del Reglamento de la Ley Forestal y de Caza.
429
La gua forestal era el documento mediante el cual se poda realizar
la transformacin de los productos forestales desde los predios en
aprovechamiento hateas los patios, almacenes y/o depsitos de la industria
o centros de transformacin, se expeda exclusivamente con base en una
autorizacin de aprovechamiento forestal y un acta de existencia de
productos, a travs de las delegaciones de la SARH, quienes las entregaban
a los titulares de los permisos de aprovechamiento forestal o a los
concesionarios de los servicios tcnicos forestales. Estas guas deban
especificar el volumen y la clase de producto que amparaba, plazo de
vigencia, (que nunca poda exceder ms de un ao a partir de la fecha de su
expedicin) y en ellos se registraban los saldos por transportar.
10
As por ejemplo, el artculo 67 de la Ley Forestal y de Caza, mencionaba que El
permiso de reembarque se expedir por el canje de remisiones y autoriza el transporte
de:
I. La materia prima forestal que requiera ms de una movilizacin; y
II. Los productos primarios industriales, desde la planta donde se beneficien hasta los
centros de almacenamiento, depsitos, lugares de distribucin y otros sitios. Por otro
lado el artculo 168, especifica que La autorizacin de reembarque se expedir con
cargo al permiso general de reembarque y amparar el trnsito del volumen total o
parcial de productos primarios industriales, del lugar de transformacin a otros
sitios.
430
Sin lugar a dudas la ley en mencin contena un serie de controles
con los cuales resultaba muy difcil poder extraer, transportar y
comercializar madera sin autorizacin (es decir madera clandestina), por la
sencilla razn que cada uno de estos controles estaban estrechamente
relacionados y todos giraban en torno a la comercializacin y
almacenamiento de productos forestales, con los cuales su fiscalizacin y
por ende su proteccin era mucho ms rigurosa.
431
Con esta medida los dueos de predios interesados en aprovechar sus
bosques, tuvieron que contratar a prestadores de servicios tcnicos
forestales, la mayora de los cuales trabajaban (y an lo hacen) sin la
capacidad tcnica suficiente para poder realizar los estudios tcnicos y
programas de manejo adecuados. Lo anterior gener primeramente un
mercado de servicios tcnicos poco profesionalizado y con baja calidad en
los mismos, lo cual, ante su falta de regulacin gener a su vez, una mala
calidad de dichos servicios tcnicos (Chapela, 2000).
432
Cuando se trataba de madera en rollo,11 para su transporte o
almacenamiento desde los predios bajo aprovechamiento nicamente se
requera que los productos fueran marcados por ambos lados con martillo
marcador o plantilla, cuya clave de marca la asignara la delegacin de la
SARH conforme con el municipio y predio de su circunscripcin territorial.
11
Segn la Norma Oficial Mexicana NOM001-RECNAT-1995, la madera en rollo es la
materia prima forestal consistente en troncos de rboles derribados o seccionados, con
un dimetro de 20 centmetros en cualquiera de sus extremos, sin incluir la corteza, y
una longitud superior a los 240 centmetros.
12
Comunicacin personal de diferentes inspectores forestales de la Profepa.
433
mitido que toda la actividad forestal se haya volcado exclusivamente en la
madera, trayendo como resultado inmediato proliferacin excesiva de
aserraderos, que propici el abaratamiento de la madera, el surgimiento de
un mercado negro maderero, el estmulo de taladores clandestinos y la
disminucin de la superficie arbolada. Dicho mercado, aunado a las
ventajas comparativas y a la simplificacin aministrativa de la ley
permiti que los aserraderos y fbricas de aglomerados se convirtieran en
verdaderos centros de lavado de mandera, en donde la madera en rollo
que estraba una vez aserrada quedaba sin huella de iledaglidad.
En este sentido, considero que son tres los aspectos novedosos que
no eficaces plasmados en la actual ley forestal: a) la regulacin de
plantaciones, b) regulacin del transporte y almacenamiento, y c) las
medidas de seguridad.
434
prcticas silvopastoriles, cuya superficie sea menores a 20 hectreas, las
cuales estarn sujetas slo a las normas oficiales mexicanas con el
propsito de desregularlas y las cuales reuqrirn slo de presentar por
escrito un aviso a la Semarnap; por otra parte, las plantaciones foresales
comerciales propiamente dichas (cuando las superficies sean mayores a 20
y menores a 250 hectreas). Que adems del aviso, representan un informe
de forestacin.
4.3.2. Transporte
435
nadas al uso domstico,13 debern acreditar su legal procedencia con la
documentacin y sistemas de control siguientes:
13
La ley actual considera de uso domstico aquellos recursos y materias primas que
utilicen las comunidades indgenas en sus rituales.
436
permite transportar materia prima forestal, se convierte por ese solo hecho
en un cheque en blanco.
14
Datos proporcionados por la Direccin de Recursos Humanos de la PROFEPA.
15
Sealo tan slo algunos datos que dan cuenta de la dificultad que significa proteger
los recursos naturales del pas. Los recursos forestales representan 141.7 millones de
hectreas equivalentes al 72% de la superficie nacional. El litoral martimo abarca poco
ms de 11 mil kilmetros e incluye una zona martima de 500 mil kilmetros cuadrados
de plataforma continental, con 16 mil kilmetros
437
requiere proteger, resulta evidente que el personal es insuficiente
y la cobertura sera humanamente imposible.
b) Carencia de equipo de trabajo: Las condiciones de trabajo que
tienen los inspectores son por dems insuficientes. Existen en
promedio 6 vehculos por delegacin ubicada en cada uno de los
estados del pas, con insuficiente abasto de gasolina y sin sistema
de radio-comunicacin. Estas caractersticas del equipo dificulta
considerablemente la labor de vigilancia y, en el mejor de los
casos, reduce la labor de la PROFEPA a la atencin de denuncias.
c) Deficiente capacidad de respuesta: Las condiciones anteriores
hacen que la respuesta del personal de la PROFEPA a situaciones
de ilcitos ambientales puedan llevarse lapsos considerables de
tiempo (que puedan variar de una semana o hasta meses), dejando
prcticamente sin efecto las inspecciones que se realizan, porque
adems dentro de la forma de trabajo de la PROFEPA no existe
un esquema de investigacin de ilcitos ambientales.
d) Rezago jurdico-administrativo: Al punto anterior se debe agregar
que la capacidad de resolver administrativa o penalmente los
diferentes casos de infraccin sealados en las mismas
disposiciones legales as como la posibilidad de defensa que
tienen los presuntos infractores, hace que las resoluciones legales
en materia ambiental sean demasiado lentas y se vaya
acumulando un rezago administrativo que entorpece las funciones
de la dependencia.
e) Horarios de trabajo muy cortos: Por otro lado, los horarios de
trabajo del personal de la Profepa, son muy burocrticos, slo 8
horas de lunes a viernes. Esto es, 40 horas de trabajo
438
a la semana. Espordicamente se realizan operativos nocturnos o en
fines de semana. Esta situacin es ampliamente conocido por los
taladores, quienes obviamente prefieren trabajar de noche, sin el
menor temor a ser detenidos.
Otro aspecto relevante, es que los informes que tanto los prestadores
o el titular del aprovechamiento debe enviar a la Semarnat y a la Profepa,
generalmente no se hacen o cuando se realizan, llegan con retardo, o una
vez que se ha extrado todo el arbolado del bosque.
439
Un segundo problema que tiene Semarnat pero tambin
Profepa se ubica en el transporte de productos forestales maderables y
no maderables. Para transportar y almacenar productos o materias primas
forestales maderables slo se requiere que stos sean amparados con la
remisin o factura comercial expedida por el titular de la autorizacin y con
los requisitos fiscales correspondientes. Resulta evidente que cualquier
persona puede comprar, vender o incluso falsificar facturas que le permitan
transportar su madera sin ningn problema, pues la escasa capacidad de
supervisin de la Profepa, ampla el margen de accin de quienes se
dedican a la compra-venta de madera ilegal.
440
Adems de los aspectos sealados, las dependencias
gubernamentales que tienen a su cargo la tarea de normar y vigilar la buena
utilizacin de los bosques, generalmente tienen alguna contraparte en los
diferentes estados del pas, ya sea a nivel de secretaras, a nivel de
comisiones o como rganos desconcentrados del gobierno estatal. Ante esta
situacin, las dependencias federales en este caso Semarnat y Profepa
generalmente realizan acuerdos de colaboracin con su contraparte estatal
para la realizacin de trabajo conjunto. Sin embargo, en la prctica resulta
evidente que esta forma de administrar la justicia ambiental, trae consigo
una diversidad de problemas, que van desde la coordinacin institucional
inexistente hasta la corrupcin dentro de algunas dependencias. Muy
frecuentemente sucede que cada dependencia trabaja por su cuenta, con sus
recursos y a su ritmo, sin coordinacin, duplicando funciones, pero sobre
todo bajo una estpida competencia institucional orientada ms a satisfacer
los deseos del gobernante en turno que a impulsar acciones y obtener
resultados en materia forestal dentro de sus mbitos de competencia.
6. Conclusiones
441
complemento de poltica social que incida favorablemente en los objetivos
que la ley se plantea.
7. Bibliografa
442
Centro de Estudios del Sector Privado para el Desarrollo Sustentable
(CSPEDES), Humo en los ojos, incendios forestales y
deforestacin en Mxico, 1998, en
http://www.cce.org.mx/cespedes/publicaciones/cuadernos/c5.html
Chapela, Gonzalo., Gobernabilidad y manejo forestal sustentable.
Problemas y propuestas para el mejoramiento de los servicios
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444
El Estado y los Estndares Internacionales de Trabajo1
Introduccin
1
Estndares Laborales Internacionales. Los estndares segn la Organizacin
Internacional del Trabajo toman la forma de Convenciones y Recomendaciones en
materia laboral. Las convenciones son tratados internacionales sujetos a rectificacin
por los estados miembros de la organizacin. Las recomendaciones son instrumentos no
obligatorios, que establecen una gua orientadora en cuanto a polticas y acciones a nivel
nacional. Ambas formas estn diseadas para tener un impacto concreto en las
condiciones y en la prctica de trabajo en todos los pases del mundo. Actualmente se
consideran cuatro estndares internacionales de trabajo bsico e indispensables: 1.
Libertad de asociacin, 2. Abolicin del trabajo forzoso, 3. Eliminacin del trabajo
infantil y 4. Igualdad en el trabajo. International. International Labour Standards,
International Labour Organization, Geneve, 2000.
* Profesora de Derecho Econmico, Universidad Autnoma Metropolitana,
Azcapotzalco. Departamento de Derecho.
2
David Montgomery, Labour Rights and Human Rights. A Historical Perspective, en
Workers Control in America: studies in the history of work technology, Paperback ed.,
Cambridge 1980.
3
Maria Victoria Lpez, Estndares Internacionales de Trabajo, trabajadores, Ao 5,
enero-febrero 2001, No. 22, Universidad Obrera, Mxico.
4
Estado liberal antes de los aos 1920, su papel se reduca al de Estado gendarme, y el
derecho segua a tericos como Adam Smith, promotor del liberalismo.
445
Durante los siglos XVIII y XIX dentro de un sistema liberal, y en su
actuacin de Estado gendarme, ste no intervena en las contrataciones de
trabajadores, ni en la regulacin del trabajo.
446
La transformacin hacia el intervencionismo estatal tiene
repercusiones en el sector laboral que son determinantes, y una de las
primeras manifestaciones fue la creacin de la Organizacin Internacional
del Trabajo en 1919 por un conjunto de Estados. En su constitucin el
elemento ms relevante fue la declaracin y aceptacin por los Estados
signatorios de esta organizacin del principio el trabajo no es una
mercancia, concepto totalmente opuesto al que haba prevalecido durante
la historia laboral previa.
7
Declaracin de la Asamblea General de la Organizacin de Naciones Unidas en
Derecho al Desarrollo.
8
Algunos de los principios fundamentales en la Conferencia Internacional del Trabajo
de la Organizacin Internacional del Trabajo han sido. 1. La justicia social como un
elemento esencial para una paz universal y duradera, 2. La OIT promover mercado y la
Globalizacin de era polticas sociales, justicia e instituciones democrticas, 3. La OIT
proveer cooperacin tcnica en reas como empleo, entrenamiento, condiciones de
trabajo; 4. Se prestar atencin especial a problemas de desempleados, trabajadores
migrantes; 5. Se promover la igualdad de oportunidades; 6. Se fijarn y harn cumplir
los Estndares Laborales Internacionales. International Labour y Organization,
Declaration on Fundamental Principles and Rights at Work, International Labour
Conference, 86th Session, Geneve, June 1998.
447
de que tan bien se haya diseado, y sobre todo depender de la poltica
econmica.9
9
Victoria Lpez, Mara, Ordenamiento Jurdico Laboral y Poltica Laboral a partir de
la Globalizacin, Ao 5, noviembre-diciembre 2001 nmero 27.
10
Entre algunos instrumentos de poltica laboral utilizados por el Estado de estos pases
estn: seguridad social, salud pblica y seguro de desempleo.
11
El desarrollo del Welfare State (estado de bienestar) surge de un descontento con la
distribucin del ingreso. Un resultado del capitalismo de mercado ha sido la extrema
desigualdad en la distribucin del ingreso. Los mtodos que los gobiernos han utilizado
ms ampliamente para distribuir el ingreso son: un esquema de impuestos progresivos y
transferencia de pagos. Las polticas utilizadas para lograr niveles ms altos de empleo,
tambin repercuten en la distribucin del ingreso. Martn C. Schnbitzer, Comparative
Economic Systems, Fourth Edition, South-Western Publishing, Co. Ohio, 1987.
448
a. propiciar el marco legal para un trabajo justo,
b. adecuar las condiciones para el crecimiento y desarrollo, y
propiciar apoyo al desarrollo,
c. estructurar una distribucin justa de los beneficios,12
d. presionar para el reconocimiento de la categora trabajadores de
pases en desarrollo, como una categora distinta en el derecho
internacional, basada en la estratificacin del ingreso y en
estndares adecuados de trabajo.
e. Asegurarse de que el comercio internacional beneficia no slo al
capital, sino a los individuos y por consiguiente a los trabajadores.
12
Siguiendo la Declaracin de la Asamblea General de la ONU en Derecho al
Desarrollo.
13
Ver the Occupational Safety and Health Administration Act y The Equal Employment
Opportunity Act.
14
U.S. Congress, Joint Economic Committee, Productivity in the Federal Government,
Washington USGPO, mayo 31, 1979 pp. 1-12. En Martin C. Schnitzer, op. cit., 111-
113.
449
mercado de trabajo en tres formas diversas, bien positivamente o
negativamente. Primero, est la cuestin de otorgar educacin, y
particularmente educacin de calidad, lo cual sustenta la adquisicin de
capital humano por grupos minoritarios.
15
Peter J. Sloane, Discrimination in the labour market, in Labour Economics, Derek
Carline, Christopher Pissarides, W. Stanley and Peter Sloane, Longman, London and
New York, 1985, p. 105.
16
Segn Robert Z. Lawrence, en la mayora de los pases de la OECD, el gobierno tiene
un papel decisivo en el mercado laboral. Comnmente regula horas de trabajo, el costo
de las horas extras, vacaciones obligatorias, das de asueto, ausencia por enfermedad,
salarios mnimos, prohibe el trabajo infantil y trabajo forzoso, no permite la
discriminacin, proporciona empleos, pensiones, seguros por invalidez, y el algunos
pases seguros por enfermedad; fija las condiciones para contratar y despedir,
sindicalizacin y negociacin colectiva. Robert Z. Lawrence, Trade, Multinationals and
Labor, Working Paper Series, Cambridge MA, August 1994.
450
Globalizacin y Estado en los Estndares Laborales
17
Es necesario considerar que el proceso de Globalizacin significa una competencia
internacional encarnizada por los mercados. En las economas en desarrollo
frecuentemente la poltica laboral muy restrictiva en estos sectores traa como
consecuencia mercados muy limitados. Resulta obvio que para poder impulsar el
crecimiento de las empresas y mantenerlas en niveles competitivos es necesario tener
mercados amplios y estables. Tal objetivo se convierte en contradictorio en los dbiles
mercados de estas economas, y en ese sentido, la poltica laboral se transforma en un
obstculo para el crecimiento de las empresas, y para sus avences en la competencia
globalizada.
451
En pases altamente industrializados, se pretnede que los individuos
tengan un ingreso disponible que les permita tener un nivel de vida
adecuado, para que esto se lleve a efecto, se requieren diversas polticas
econmicas que concuerden con la situacin especfica de cada pas.
18
Stephen F. Diamond, Human Rights, Labor Rights and International Trade, Edits.
Lance. A. Compa and Stephen Diamond, University of Pennsylvania Press,
Philadelphia, 1996.
452
Hoy, aunque algunos estados, particularmente los Estados Unidos de
Amrica, manejan una influencia prodigiosa sobre el desarrollo econmico
y social de otros pases, la capcidad nica de todos los estados-nacin de
regular su propia vida econmica, interna ha sido decisivamente limitada.
Las corporaciones multinacionales, capaces de mover operaciones y
procesos por el mundo a los entornos donde encuentren las condiciones
ms atractivas, ejercen una fuerza poderosa, en la homogenizacin global
de los estndares econmicos, sociales y ambientales.
19
Octavio Ianni le llama la fbrica global, cuando un proceso productivo es dividido
en varias etapas, situando cada una de ellas en una economa diversa, con costos de
mano de obra tambin diversos. Teoras de la Globalizacin, Octavio Ianni, Siglo
Veintiuno Editores, Mxico, 2000.
453
cialmente en pases con mtodos muy dbiles de cumplimiento de la ley,
como son muchos pases en desarrollo.
20
Adelle Blackett, Global Governance, legal Pluralism and the Decentered State: A
Labor Law Critique Of Codes of Corporate Conduct, Indiana Journal of Global Studies,
Spring 2001, Volume 8, Issue 2.
454
La habilidad de muchos gobiernos en pases desarrollados para
regular los mercados laborales (como pueden ser los subsidios estatales
para estimular el empleo en ciertas regiones o sectores), se ve cada vez ms
disminuida por los acuerdos comerciales a los que se han adherido a nivel
regional como internacional.21
21
La Organizacin Mundial del Comercio se ha introducido en los dominios del
establecimiento y regulacin de la poltica gubernamental al introducir dentro de sus
principios la prohibicin a las barreras no arancelarias como pueden ser los subsidios
del gobierno.
22
Las iniciativas referidas como Cdigos de Conducta Corporativos, son descritos por
la OCDE, Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico
455
la produccin global. Primero intentando llegar a la uniformidad en las
prestaciones y en el costo de la mano de obra.23
456
trabajadores, mediante su participacin democrtica en la organizacin.25
Conclusiones
Sera necesario mencionar que los conceptos aqu vertidos en gran medida
corresponden al mbito nacional, como lo mencionamos al inicio, al cual
todos los otros elementos tales como mercados y precios hasta 1980 se
ajustaban con cierta facilidad. En la actual economa globalizada, esta
situacin se ha modificado: el mercado ya no es un mercado nacional, es un
mercado internacional, los precios se han globalizado, y el mercado laboral
tendra que seguir el mismo camino para no sufrir desajustes estructurales
como lo ha venido haciendo desde hace poco ms de veinte aos.
25
Constitucin de la Organizacin Internacional del Trabajo, Junio 28 1919, Geneve.
457
para hacer cumplir su legislacin laboral, y para mejorar las condiciones de
sus trabajadores; a partir del proceso de Globalizacin y del debilitamiento
de los estados-nacin, ante la fuerza de los mercados se enfrentan ahora
con una legislacin paralela que no favorece per s a sus trabajadores.
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U.S. Congress, Joint Economic Committee, Productivity in the Federal
Government, Washington USGPO, Mayo 31, 1979.
459
460
Indicaciones para los autores participantes en la
Revista Altamirano
Todo trabajo deber ser enviado a calle Moiss Reyes Parra S/N.
Col. Temixco II, Chilpancingo, Gro., y ajustarse a los lineamientos que a
continuacin se exponen:
461
cara, mecanografiado a doble espacio y sin cortes de palabras. Las grficas,
cuadros, figuras y diagramas deben agruparse al final, sealndose en el
texto el lugar donde han de insertarse.
462
solamente el ttulo del libro (en negritas); III) Quien edita y, en su caso,
ttulo y nombre de la coleccin entre parntesis y cursivas; IV) Ciudad;
V) Ao de edicin del libro, o nmero, volumen y fecha de la revista;
VI) Nmero de pginas o pginas de referencia. Ejemplos:
463
464
465
466
Catlogo de publicaciones realizadas por el H. Congreso
del Estado de Guerrero a travs de su Instituto de
Estudios Parlamentarios Eduardo Neri
La Formacin Poltica
Agustn Yaez
1. Edic. 1996. Ediciones para la Cultura Poltica en Guerrero.
467
Diccionario Universal de Trminos Parlamentarios
Francisco Berln Valenzuela. Coordinador
2. Edic. 1998. Editorial Porra. LV Legislatura del H. Congreso del Estado
de Guerrero. Instituto de Estudios Parlamentarios Eduardo Neri.
Y d a mi patria su bandera
Romn Juan Guadarrama Gmez
1. Edic. 1999. LV Legislatura del H. Congreso del Estado. Instituto de
Estudios Parlamentarios Eduardo Neri.
468
Guerrero. Una visin histrica
David Cienfuegos Salgado
1. Edic. 2000. Gobierno del Estado de Guerrero. LVI Legislatura del H.
Congreso del Estado. Editora Laguna.
469
Las races de la Insurgencia en el Sur de la Nueva Espaa. La
estructura socioeconmica del centro y costas del acutal Estado de
Guerrero durante el siglo XVIII
Jess Hernndez Jaimes
1. Edic. Marzo de 2002. LVI Legislatura del H. Congreso del Estado.
Instituto de Estudios Parlamentarios Eduardo Neri. Editora Laguna.
Coleccin Compila
470
Compila 2. Digesto Constitucional Mexicano. Las Constituciones de
Guerrero. Tomo I. Ensayos y debates constitucionales
Manuel Gonzlez Oropeza y David Cienfuegos Salgado.
Coordinadores
1. Edic. 1999. LV Legislatura del H. Congreso del Estado. Instituto de
Estudios Parlamentarios Eduardo Neri. Editora Laguna.
471
Compila 7. Estudios Constitucionales y Parlamentarios. Tomo II
Marcial Rodrguez Saldaa y Jos Gilberto Garza Grimaldo.
Coordinadores.
1. Edic. 2002. LV Legislatura del H. Congreso del Estado. Instituto de
Estudios Parlamentarios Eduardo Neri. Editora Laguna.
Estudios Tributarios
Eduardo Revilla Martnez y Luis Manuel Prez de Acha.
Coordinadores
1. Edic. Septiembre de 2001. LV Legislatura del H. Congreso del Estado.
Instituto de Estudios Parlamentarios Eduardo Neri. Editora Laguna.
472
Estudios Polticos Electorales
Jos Gilberto Garza Grimaldo. Coordinadores
1a. Edic. Junio de 2002. LVI Legislatura del H. Congreso del Estado.
Instituto de Estudios Parlamentarios Eduardo Neri. Editora Laguna.
Revista Altamirano
473
Revista Altamirano No. 3. Edicin Noviembre-Diciembre de 1997
En este nmero escriben, entre otros: Manuel Aorve Baos con El
municipio y los servicios pblicos; Duval Reyes Guerrero con El desafo
regional y municipal; Rafael Arestegui Ruiz con Municipio, democracia,
federalismo y desarrollo social; Homero Castro Guzmn con
Maquiavelo: filosofa y poltica; se incluyen tambin los documentos:
Conferencia parlamentaria de las Amricas y el de Independencia y
reforma de Ignacio Manuel Altamirano.
474
Richard Rorty y la novela poltica en la teora del nuevo pragmatismo;
Julio Cesar Hernndez Martnez con El fuero parlamentario; y se incluye
el documento La ley suprema de Ignacio Manuel Altamirano.
475
Revista Altamirano No. 10. Edicin Junio-Julio de 1999
En este nmero escriben, entre otros: Moiss Alcaraz Jimnez con
porqu y para qu una reforma poltica?; Rosa Icela Ojeda y Rogelio
Martnez Ortega con Cambio poltico y globalizacin; Luis Fernando
Ocampo Martn con Desarrollo regional y sociedad civil en Guerrero;
Evaristo Garca Memije y Juan Antonio Garca Martnez con La creacin
y el desenvolvimiento del Instituto de Estudios Parlamentarios Eduardo
Neri; y se incluye el documento Oracin cvica de Ignacio Manuel
Altamirano.
476
1910 del Estado de Guerrero; Josefina Moguel Flores con Juan Andrew
Almazn. El revolucionario proteico; Jos DLabra y Carbajal con Los
pronunciados de Tamkiaro; se incluyen los documentos Derecho a la
desobediencia civil en Guatemala de Alfanso Portillo y el de Ideas sobre
la Revolucin Mexicana de Jess Reyes Heroles.
477
agrcola y precuario para Guerrero; III. La preservacin y
aprovechamiento de los recursos de Guerrero; IV. Educacin ambiental;
y V. Acciones polticas y problemas de desarrollo.
478
La reforma poltica en voz de los partidos polticos; la versin
estenogrfica sobre La instalacin de la Mesa Central para la discusin y
anlisis de los trabajos para la Reforma Poltica del Estado de Guerrero; el
documento Decreto por el que se reforman y adicionan diversas
disposiciones en la Constitucin Poltica del Estado de Guerrero en
materia de fortalecimiento municipal y una serie de ponencias presentadas
al Foro para la Reforma municipalista en Guerrero, convocado por la
Comisin de Estudios Constitucionales y Jurdicos del H. Congreso del
Estado de Guerrero.
479
Revista Altamirano No 20. Edicin Mayo-Junio de 2001
En este nmero se presentan tambin una serie de trabajos de investigacin
sobre la situacin que guardan los pueblos indgenas en Amrica Latina y
en especial en Mxico, y escriben, entre otros: Joel Romero Carmona con
Legislacin de los recursos naturales de los pueblos indgenas: el caso de
Mxico; Francisco Arzola Jaramillo con Xipe T tec: un ritual teatral
comunitario; Juan Carlos Rivero con Agricultura y globalizacin. El caso
de Venezuela ; el Grupo Guerrero, A.C. presenta documentos como Los
acuerdos de San Andrs Larrinzar y el Proceso legislativo sobre la Ley
de Derechos y Cultura Indgena, por ltimo se presentan tambin las
posiciones de los partidos polticos en el Estado, en relacin a las
comparecencias de los Secretarios de Despacho con respecto al Segundo
Informe del Gobernador del Estado de Guerrero.
480
lismo mexicano de Carlos Faustino Nataren Nandayapa; El principio de
Igualdad en los Sentimientos de la Nacin de Rafael Estrada Michel; La
idea de soberana en los Sentimientos de la Nacin de Francisco Higuera
Castro; La Vigencia de los Sentimientos de la Nacin de 188 aos de su
proclamacin de Jos Gilberto Garza Grimaldo; as tambin se presentan
una serie de discursos pronunciados en la ceremonia oficial de la
conmemoracin del 188 aniversario de los Sentimientos de la Nacin.
481
y terrorismo: hacia la necesidad de una refundacin de los derechos
humanos de Fermn Adgardo Rivas Prats.
482
LA NUEVA ABISPA, Revista del H. Congreso del Estado de Guerrero,
termin de imprimirse durante el mes de julio del 2002
El tiro const de 1,000 ejemplares.
Impreso en los talleres de Sistemas Grficos.
Ro Salado No. 1537 Col. Las Magdalenas
C.P. 27010 Torren, Coah.
483