El Mariscal Quintanilla PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 277

EL MARISCAL

QUINTANILLA

MARISCAL
UIiNTANI
(UN CNTABRO, LTIMO DEFENSOR

DE ESPANA EN AMRICA DEL SUR)

GOBIERNO D E CANTABRIA
CONSEJERA DE CULTURA,
TURISMO Y DEPORTE

O JESS CANALES RUIZ


EDITA: Centro de Estudios Montaeses
C/ Gmez Orea, 5, 3", 39003 Santander
PATROCINA: Consejera de Cultura, Turismo y Deporte
del Gobierno de Cantabria
IMPRESIN: Imprenta Cervantina, S.L. Cmiomiera s/n, 39011 Santander
I.S.B.N.: 84-930673-7-7
DEPOSITO LEGAL: SA-652-2001

A mi esposa Conchita que tanta paciencia


ha derrochado en archivos y bibliotecas.

. ..
. .

..

El inariscul 11. iliitoiiio Q~~iiit;l~iill;l


CII 1843. Miisco Histrico Nacioii;il tic Chile.
Atencin de D. Isidoro Pando, Cnsul de Chile en Santander.

Es obvio que lo que no se conoce, no slo no se ama, sino que pasa al


lugar de lo inexistente y, por ello, carece de valor y reconocimiento. Pero el desconocimiento, muchas veces, es producto del olvido que se vuelve culpa cuando es producto de la dejadez, y llega a convertirse en injusticia con el paso del
tiempo.
Son muchos los acontecimientos de la humanidad y hechos histricos,
que los arquelogos e investigadores descubren y que se convierten en hitos
importantes de la historia de la humanidad.
Monumentos que a pesar de ser pasajes importantes de la historia del
hombre, han permanecido ignorados y escondidos bajos las aguas o en cavernas, siendo eslabones principales del devenir del hombre y en muchos casos, el
eslabn que Saltaba a la cadena de sucesin de aconteceres o de la misma evolucin humana.
En los archivos se conservan y custodian muchas historias desconocidas y, que en algunos casos, nos desvelaran hechos ignorados que desaharan
muchas otras historias, ms debidas a romnticos rapsodas que a sesudos historiadores; se han creado leyendas que el tiempo y el desconociiniento han convertido en historia, pero que poco o nada tiene que ver con la verdad.
Hay muchos hechos protagonizados por cntabros y muchos nombres
desconocidos por los libros de historia, escrita casi siempre por los vencedores,
que no aparecen y se guardan bajo la capa del silencio y que el tiempo se encarga de convertir en olvido, una vez pasado el fervor patritico.
Han pasado 137 aos, apenas tres generaciones que se han podido conocer entre s, desde la muerte de Antonio Quintanilla y qu memoria queda en
su mismo pueblo natal? Dnde encontramos su nombre en la Historia de
Espaa o en la ms cercana de Cantabria?
Expurgando en diccionarios biogrhficos, nos encontraremos una breve
resea, incompleta en datos fiindamentales, que solamente un conocimiento
previo o una casualidad, nos hace fijarnos en el personaje.
Una serie de casualidades, tantas como las que concurrieron en su azarosa vida, nos acercaron a un somero conocimiento de Antonio Quintanilla; una
charla ante una taza de caf me desvel su origen por pura casualidad, pues mi
interlocutor nada conoca de su quehacer histrico, f ~ i ela unin de datos impre-

J e s ~ sCanales Ruiz

cisos los que le llevaron a vislumbrar que se trataba de Antonio Quintanilla el


personaje de quien hablbamos; este somero e impreciso conocimiento, fue el
punto de apoyo de mi palanca de investigacin.
Archivos, bibliotecas y otros centros especializados en historia, han
sido los puntos de bsqueda de la documentacin que me ha llevado a un conocimiento bastante amplio de la vida de Antonio Quintanilla.
Para el investigador y, ms para el altruista, no hay cosa ms decepcionante que conocer la existencia de un documento, fuera de sus posibilidades de
consulta, pero que puede llegar a l a poca ayuda que reciba, que su peticin o
ruego caiga en el silencio, incluso de organismo oficial.
El que sto escribe ha tenido poca, por no decir ninguna, fortuna en la
atencin de su peticin o solicitud de algn documento, bien escrito o grfico,
el silencio ha sido la contestacin; jqu se puede sentir cuando se solicita una
sla fotografa a una Administracin y no se recibe respuesta y se le han dado
todas las posibilidades para su pago? Decepcin y ganas de tirarlo todo por la
borda.
Podra citar algn silencio que nos resulta incomprensible por lo cercano al personaje, no excluyo la posibilidad de ponerme frente a l cuando el trabajo est editado, pero se sigue adelante, porque, a veces la suerte, te pone en
el camino otras vas altamente gratificantes.
Mi viaje turstico a la Argentina, fue altamente provechoso, all cont
con la inestimable ayuda del investigador D. Hugo Jos Rodino, con cuya amistad me honro, quien me ayud en el Archivo General de la Nacin, Biblioteca
Nacional y Academia de la Historia, entre otros centros, a recopilar documentacin del mximo inters para el conocimiento de la labor realizada por
Quintanilla en Chile.
Habr lagunas, que hemos tratado sean las menos y, desde luego, de
nada importante que incida en el buen conocimiento de Antonio Quintanilla.
Cuando comenzamos esta investigacin sobre Antonio Quintanilla,
nuestro propsito no pasaba ms all de llenar unos pocos folios para revista
especializada. Quiz la suerte que, a veces, acompaa al investigador histrico,
sea la causa de esta monografa.
En esta ardua labor de acopiar datos y docun~entacin,siempre es
reconfortante y agradable, adems de fructfero como en este caso, encontrar
personas desinteresadas que te orientan y ayudan en la bsqueda de esos docu-

Introduccin

mentos que intuyes, ms que conoces. Tengo que dejar constancia de estas personas que siempre han estado dispuestas a la ayuda y preocupadas por un buen
servicio, ellas son: Rosa Fernndez Lera y Andrs del Rey Sayagus, que desde
su puesto en la Biblioteca Menndez Pelayo tanto me han ayudado, pues no es
poca la documentacin que se guarda en ese archivo, que es la Biblioteca. No
olvido a Jos Manuel Pardal, siempre atento y servicial.
En ese captulo de gracias no puedo olvidar el apoyo recibido por D.
Isidoro Pando Perojo, cnsul de Chile en Santander; gracias a sus gestiones les
ofrecemos los retratos del matrimonio Quintanilla lvarez.
Y quiero terminar agradeciendo su colaboracin a dos amigos, Jess
Sopelana, autor de la composicin de la Portada y a Fernando Norea, autor de
los mapas que acompaan el trabajo.

"Doncle no se conserva piadosnmente la herencia de lo pasado, pobre o rica grande o pequea; no esperes que brote una idea original ni
urza idea dominadora"
M. Menndez Pelayo

Ante la peticin de Jess Canales para que prologase este libro, me asaltan dos sentimientos dispares. Por una lado, la alegra de su peticin y, por otro,
el temor de no estar a la altura que se merece el trabajo.
La profunda amistad que nos une desde muy jvenes, puede hacer que
pierda la ecuanimidad deseable para ello. Por otro lado, estoy restando a su libro
un marco ms brillante para si1 presentacin. Desde Iiace mucho tiempo han
sido innumerables los esfiierzos realizados por Jess Canales en su labor investigadora, por conocer los hechos de tantos montaeses que fueron a Amrica y
dejaron all su huella.
Muchos de ellos no cruzaron los mares slo en busca de fortuna y de
nuevos horizontes, sino que algunos de ellos fueron unos empleados mhs de la
Administracin, solamente que allende los mares, Las buenas cualidades y su
nobleza, no slo de sangre, sino de espritu, lograron dejar la impronta en tierras americanas.
Sin el concienzudo trabajo de Canales, muchos de estos cntabros, seran desconocidos para la mayora de sus paisanos.

12

Adela Pelln Grnez de Rueda

En esta obra, el autor estudia con todo detalle la biografa de un montas que naci en Pmanes, que defendi la presencia de Espaa en Amrica en
unos momentos muy difciles. Destaca la buena situacin econmica y la buena
preparacin de Quintanilla, que aunque fue orientada, en un principio, al sacerdocio segn el deseo de sus padres, pronto demostr que su vocacin era muy
diferente. Siguiendo el ejemplo de muchos montaeses, fue enviado a Chile con
a penas 14 aos, para que con la ayuda de unos familiares, se abriese camino.
El autor resalta la preparacin que recibi Quintanilla, que unida a otras
cualidades, hace que destaque rpidamente, hasta que la muerte de su pariente
le llev a ocuparse del negocio familiar. Su honradez y sus habilidades para el
comercio, le fueron abriendo nuevos horizontes; asocindose con D. Juan
Maza, nacido en Penagos, con el que lleg a tener un barco en coopropiedad.
Quintanilla adquiri los conocimientos necesarios para el buen desarrollo de su nuevo negocio, pero su destino estaba escrito y no precisamente para
el comercio. Escribi el mismo su biografa, dedicndosela a su propio hijo
Antonio Quintanilla y lvarez. En ella traza, a travs de los acontecimientos,
los rasgos de su carcter. En uno de los viajes de Lima, al llegar a su ciudad
Concepcin, se encontr con una Junta revolucionaria, se quera expandir a
otras provincias. Estos primeros movimientos revolucionarios de Chile haran
cambiar radicalmente el futuro del joven cntabro. Pronto se vio involucrado en
los sucesos del momento y ello supuso un cambio de vida, hubo de abandonar
sus negocios y dedicarse a la vida militar.
Pronto se vio perseguido por las nuevas autoridades y a punto estuvo de
tener que exiliarse fuera de Chile, solamente la llegada del general Pareja le
libr. Sin quererlo y por circunstancias ajenas a su voluntad se vio incorporado
a las milicias que venan a poner orden en este conato de independencia. El
nombramiento de ayudante de Pareja, haba de terminar con el joven
Quintanilla en un destacado militar en el campo de los realistas.
Pronto se vio incurso en acciones militares, tales como la de Yerbas
Buenas el 13 de abril de 1813 y donde comenz la carrera imparable de ascensos. En su autobiografa relata con todo detalle cmo fue herido en la batalla de
San Carlos, tambin perdi toda su fortuna sindole confiscadas por los patriotas todas las inercancas depositadas en Concepcin. En muchas y difciles ocasiones, sinti la tentacin d abandonar el ejrcito y volver a su primer trabajo
en los negocios comerciales, como l mismo confiesa, pero el honor pudo ms

Prlogo

13

que sus deseos. Se revel como excelente estratega en varias acciones, que con
pocos hombres y mucho ingenio hizo creer al enemigo tener mucha ms fuerza, con lo que posiblemente se libr de ser derrotado en caso de haber sido atacado por el enemigo. La mayora de los xitos de Quintanilla, no fueron reconocidos por la cpula militar, quiz porque sus superiores inmediatos se atribuan los xitos.
Tuvo graves enfrentamientos con sus superiores, especialmente con
Maroto y Osorio, ms por celos que por haber dejado de cumplir alguna de sus
muchas obligaciones; a la larga los acontecimientos militares posteriores,
hubieron de dar la razn a Quintanilla, aunque sus superiores obviaron bien
ante el alto mando sus carencias y su mala direccin. Quiz donde ms haya que
incidir es en su labor en Chilo, que ha merecido el respeto, incluso, de los vencedores. Tras la firma del Tratado de capitulacin, pudo seguir viviendo en San
Carlos, junto a los padres de su esposa hasta que regres a Espaa, compartiendo muchas veces mesa y mantel con las nuevas autoridades. Cien aos ms
tarde el ejrcito chileno homenajea su memoria, levantando un monolito en su
recuerdo en el Fuerte de San Antonio en Ancud.
Quintanilla, a pesar de los ofrecimientos hechos por los vencedores,
decidi regresar a Espaa, donde su vida militar, excepto cortos perodos, transcurri en el cuartel, sin que nadie reconociese los grandes mritos acumulados
en defensa de esa Espaa, que ahora le pretera. Esta biografa de Jess Canales
resalta de manera notable las cualidades que adornaban a Quintanilla y nos da
a conocer la trayectoria vital de un destacado militar cntabro en tierras de
Amrica.
El afecto se demuestra con los hechos, slo el que ama de verdad a su
tierra trata de adentrarse en el conocimiento de su historia para su mejor conocimiento. Esta ha sido la tarea de Jess Canales, buscar esos personajes olvidados, por desconocidos, pero que deben de figurar por derecho propio en la
Historia de Cantabria. Por otro lado, ni la figura, ni los libros de Jess Canales
necesitan presentacin, tan slo la constatacin de unos hechos: "mis obras dan
a conocer a personajes cntabros en Amrica".

Adela Pelln Gmez de Rueda


Doctora en Historia de Amrica. Madrid, ao 2001

INTRODUCCI~N

(pg. 7-pg 9)

PRLOGO
(Adela Pelln Gmez de Rueda)

(pg. 11-pg 13)

CAPTULO I
(pg. 19-pg 22)
Lugar y fecha de nacimiento de Antonio Quintanilla. Sus estudios. Emigra al
Reino de Chile.

CAP~TULO11
(pg. 23-pg 26)
Primeros aos de Antonio Quintanilla en Chile. Entra como dependiente en un
comercio de la ciudad de Santiago.
CAPTULO 111
(pg. 27-pg 31)
Comienzan las dificultades. Chile se divide en dos facciones, realistas y patriotas. Dificultades del virrey del Per para mantener su autoridad en el Reino de Chile.
(pg. 33-pg 38)
CAPTULO IV
Los acontecimientos polticos obligan a Quintanilla a cambiar de profesin. Se
hace militar.
CAPTULO v
(pg. 39-pg 41)
Antonio Quintanilla pasa a formar parte del ejrcito realista. Primeros das
como militar.
CAPTULO VI
(pg. 42-pg 48)
Reaccin de los patriotas. Revs naval. Organizan su ejrcito. Batalla de
Yerbas Buenas. Retirada a Chilln.
CAPTULO VII
(pg. 49-pg 53)
Antonio Quintanilla a las rdenes del nuevo General Jefe, D. Francisco
Snchez. Batalla de San Carlos. Quintanilla es herido de gravedad.
CAPTULO VIII
(pg. 54-pg 57)
Reconquista de Concepcin y Talcahuano por los patriotas. Quintanilla pierde
todos sus bienes. Batalla de Areagada.

CAPTULO IX
(pg. 58-pg 61)
Ascenso de Quintanilla a capitn. Batalla de Chilln.
CAPTULO x
(pg. 62-pg 65)
Nuevos hechos de guerra. Quintanilla a punto de abandonar el ejrcito. Batalla
del Roble.
CAPTULO XI
(pg. 66-pg 70)
Nueva Junta en Santiago. Quintanilla sufre una nueva decepcin.

CAP~TULOXII
(pg. 71-pg 75)
F. Snchez es sustituido del mando. El general Gabino Ganza nuevo Jefe de
Chile.

CAP~TULOXIII
(pg. 76-pg 82)
Quintanilla en Chilln. Preparativos para la reunin entre Ganza y O'Higgins.
Gainza firma el Tratado de Lircay. Quintanilla vuelve a solicitar la baja del ejrcito.
Nombramiento de Lastra como Director Supremo de Chile.
CAP~TULOXIV
(pg. 83-pg 86)
Nombramiento de Quintanilla como gobernador de Talcahuano. El virrey no
acepta el Tratado de Lircay y sustituye a Ganza. Nombramiento y llegada a Chile de
Mariano Osorio. Quintanilla al mando de los llamados Carabineros de Abascal.
CAPTULO xv
(pg. 87-pg 90)
Batalla de Rancagua. Participacin de Quintanilla.
(pg. 91-pg 96)
CAPTULO XVI
Enfrentamiento entre el coronel Asenjo y Quintanilla. Quintanilla se adelanta
a Osorio en la entrada en la ciudad de Santiago, causando un gran disgusto a Osorio.
CAPTULO XVII
(pg. 97-pg 101)
Osorio amenaza a Quintanilla con fusilarle. ltimos das de Osorio en Chile.
Juicio sobre su persona.

CAP~TULOXVIII
(pg. 102-pg 107)
Marc del Pont Capitn General de Chile. Nuevos hechos de guerra de
Quintanilla. Escaramuzas previas a la batalla de Chacabuco. Derrota de Quintanilla en
Las Comas.

CAPITULOXIX
(pg. 109-pg 113)
Diferentes actitudes de Marc del Pont y San Martn ante los acontecinlientos
que se avecinaban. Estratagema de San Martn para conocer las fuerzas realistas y
engaar a Marc del Pont sobre sus verdaderas intenciones.
(pg. 1 14-pg 123)
CAP~TULOxx
Antecedentes dc la batalla de Chacabuco. Derrota realista y huda de Jefes, oficiales y tropa realista.

CAP~TULOXXI
(pg. 124-pg 129)
El Gobernador de Chile Marc del Pont es hecho prisionero por los patriotas.
CAP~TULOXXII
(pg. 130-pg 133)
Llegada a El Callao de los hudos de Chile. Nombramiento de Quintanilla
como Gobernador y Comandante General de Chilo. Batalla de El Gaviln. Quintanilla
llega a la isla de Chilo.
a

CAP~TULOXXIII
(pg. 134-pg 140)
Quintanilla toma posesin de su cargo de Gobernador y Comandante General
de la Provincia de Chilo con residencia en la isla del mismo nombre.
(pg. 141-pg 151)
CAPTULO XXIV
Ingresos en las Cajas Reales de Chilo: procedencia. Ataque y desembarco de
las tropas de Lord Cochrane. Derrota del Lord.
CAPTULO xxv
(pg. 152-pg 155)
Quintanilla solicita al virrey el relevo como Gobernador de Chilo. Esfuerzos
por defender las posiciones realistas en el continente. Levantamiento en San Carlos
contra Quintanilla.
CAPTULO XXVI
(pg. 156-pg 161)
Bloqueo de la isla de Chilo. La corbeta Tres Hermanas se convierte en el corsario General Quintanilla.
CAPTULO XXVII
(pg. 162-pg 165)
Nuevo barco corsario al servicio de Quintanilla. Ataque a Chilo por parte del
Comandante Ramn Freire.
(pg. 166-pg 169)
CAPTULO XXVIII
Llegan a San Carlos los buques espaoles Asia y Aquiles. Quintanilla asciende a Brigadier y se le nombra Comendador de la Orden de Isabel la Catlica.

CAPITULO XXIX

(pg. 170-pg 177)


Quintanilla contrae matrimonio con una joven chilota. Levantamiento militar.
Triunfo de Quintanilla sobre los sublevados.
CAPTULO xxx
(pg. 178-pg 18 1)
Actitud dubitativa de Quintanilla sobre su decisin a tomar ante la inminente
invasin patriota.
CAPTULO XXXI
(pg. 181-pg 190)
Invasin de Cliilo por las tropas al mando de Ramn Freire. Capitulacin de
Quintanilla.

CAPITULO XXXII

(pg. 191-pg 195)


Quintanilla regresa a Espaila. Llega a Pmanes con su esposa, hijo y dos cuados. Es destinado al acuartelamiento de Santander.

CAP~TULOXXXIII
(pg. 196-pg 199)
Quintanilla es destinado provisionalmente en Santander. Nombramiento como
Subdelegado de Polica en La Mancha. Cesa en La Mancha y es destinado a Madrid.
CAP~TULOXXXIV
(pg. 200-pg 204)
Quintanilla pasa a Tarragona a las rdenes del Capitn General de Catalua.
De nuevo es destinado al cuartel de Madrid. Quintanilla en el Palacio Real durante la
sublevacin de 1854.
CAP~TULOxxxv
(pg. 205-pg 209)
ltimos servicios militares de Quintanilla. Se retira a Almera a vivir en casa
de su hijo, donde muere el ao 1863. Juicio crtico sobre la personalidad de Antonio
Quintanilla.
SNTESIS BIOGRFICA DE PERSONAJES
QUE INTERVINIERON EN
LA INDEPENDENCIA DE CHILE

(pg. 21 1-pg 226)

(pg. 227-pg 273)


(pg. 275-pg 276)

CAPITULO 1
Lugar y fecha de nacimiento de Antonio Quintanilla. Sus estudios. Emigra
al Reino de Chile.
Nuestro personaje Antonio Quintanilla naci en el pueblo de Pmanes,
Cantabria, el da 14 de noviembre de 1787, "hijo de padres nobles y honrados".
Sus padres D. Francisco Quintanilla y Herrera y Doa Teresa Santiago
y Santiago haca poco tiempo que haban contrado matrimonio, siendo an
muy jvenes, y fruto del cual ya tenan una hija, Mara.
Ese da fue de especial alegra en la familia pues el nuevo miembro era
un varn, preferencia especial para los primeros hijos de un matrimonio. Como
era costumbre, al da siguiente de su nacimiento, fue bautizado en la parroquia1
de San Lorenzo.
Se le impusieron los nombres de Antonio Lorenzo, el primero por su
abuelo paterno y el segundo, suponemos, por el patrono religioso del pueblo,
San Lorenzo.
La familia Quintanilla estaba enraizada en Pmanes desde siempre,
mientras que su madre Teresa de Santiago era natural del vecino pueblo de
Santiago de Heras, cuyo apellido es originario de dicho pueblo
Su infancia transcurri en Pmanes al calor de una familia con los
medios suficientes para no pasar penurias, hay indicios razonables que nos
hacen pensar que econmicamente se desenvolvan bien. As sabemos que
cuando sus hermanos Mara, Josefa, Clara y Jos contrajeron matrimonio, sus
padres les dotaron "por mitad para llevar las cargas del matrimonio, y les entregamos bienes, efectos y cantidades en metlico". (1)

20

Jess C a r d e s Ruiz

Una prueba de ese cierto bienestar econmico puede ser la preparacin


recibida por su hermano Jos, escribano ejerciendo su profesin en la Junta de
Cudeyo entre los aos 1825 a 1855, su hermana Clara contrajo matrimonio con
el farmacutico de Lirganes Don Pedro Simn de la Herrn, mientras que sus
otras dos hermanas Josefa y Mara casaron con hombres de familias destacadas
de Pmanes y de la Abadilla de Cayn.
En sus primeros aos de infancia acudi, como los dems nios del pueblo, a la escuela del lugar. Posteriormente, sus padres creyeron que su porvenir
estaba en seguir la vida religiosa, en ambas familias, materna y paterna, haba
sacerdotes, y con ese fin trataron de preparar a su hijo.
Pero el deseo de los padres no era coincidente con el de su hijo quien
haca ascos al estado religioso, y solamente por obediencia acuda al Estudio de
Solares donde se preparaban los jvenes para seguir la carrera sacerdotal. En
Solares exista el llamado Estudio de Hc~manidades,al frente del cual sola estar
un clrigo, de ellos se lleg a decir que "no son ms que un seminario de holgazanes". Segn manifest la Sociedad Cantbrica, el territorio estaba "sembrado de Estudios de Latinidad en Aldeas" que no renen las debidas condiciones (2).
As se expresa el mismo Antonio Quintanilla: "no llamndome la vocacin a este estado, mi aplicacin al latn me era repugnante y adelantaba muy
poco, sin embargo, ya traduca regularmente los autores que se enseaban en el
Estudio de Solares". (3)
Las circunstancias que habran de dar un giro total e inesperado a la
vida del joven Quintanilla, aparecen en forma de pariente en Amrica como a
tantos otros nios de la poca.
Cuando apenas contaba con 14 aos de edad, viendo que Antonio no
senta vocacin para el estado sacerdotal, su padre aprovech la ocasin del
prximo embarque a Chile de un pariente para enviarle con l. Dicho pariente
iba a ponerse al frente del comercio que haba heredado su esposa de un to
residente en la ciudad de Concepcin.
Pero tena que prepararse para enfrentarse al nuevo desafo como emigrante y para ello, el poco tiempo que le quedaba antes de partir, lo aprovech
para aprender aritmtica, y tal fue su dedicacin, que l mismo confiesa que "en
un slo mes adelant tanto, que el maestro que me la enseaba no saba ms;
por aqu infiero que yo era de una regular comprensin, que con gusto se me

El marsical Quintanilln

21

sealaba la carrera de mi vocacin". Lo que no cabe duda es que Antonio


Quintanilla acab por tener una buena preparacin acadmica, preparacin que
deja patente en su escritos por la facilidad de su relato espontneo, no exento de
buenas condiciones de narrador. Esta preparacin se iba a hacer notar inmediatamente, pues muy pronto el jovencsimo Antonio Quintanilla dej patente ante
sus amos y clientes que era un joven despierto y muy preparado y que adems
pronto sera sabido por los dems comerciantes.
Antonio Quintanilla sali de Penagos hacia esa especie de El Dorado
que era Amrica para muchos jvenes de Cantabria, pero no marchaba a la
aventura, iba bajo la tutela de su to Don Juan Jos de la Maza Quintana, natural del pueblo de Penagos, casado con su prima Doa Andrea de Quintana y
Bravo de Villalba, sobrina y heredera de Don Juan Quintana, rico comerciante
de la ciudad de Concepcin en el Reino de Chile, aunque a veces no era la mejor
solucin, po lo menos ya tena valedores, no tendra que mendigar un empleo.
D. Juan Jos de la Maza marchaba a Chile a ponerse al frente de los
negocios que acababa de heredar su esposa, y su pariente el joven Antonio le
acompaaba con el fin de emplearse en los negocios que tenan ya establecidos,
para que poco a poco se introdujese en el mundo del comercio.
El da 29 de julio del ao 1802 embarcaron en el puerto de Santander
rumbo al de Montevideo en la fragata La Esperanza. (4) No le fue favorable la
mar a La Esperanza, puesto que su viaje se prolong durante cuatro interminables meses, lo que oblig al capitn a realizar una escala en el puerto brasileo
de Pernambuco con el fin de hacer aguada y comprar vveres que ya escaseaban.
En los primeros das del mes de noviembre arribaron al puerto de
Montevideo, puerto de destino de la fragata La Esperanza, pasando a la ciudad
de Buenos Aires Antonio Quintanilla y sus parientes, para desde all, por tierra
dirigirse a la ciudad de Concepcin.
Si penosa y dura fue la travesa del Atlntico, no menos duro fue vencer la distancia entre Buenos Aires y Mendoza, separadas por 300 leguas, unos
1.500 km, de mal camino, a lo que haba que aadir el calor de la estacin veraniega. Tampoco fue fcil el camino entre Mendoza y Santiago pues haba que
cruzar los Andes quiz por el paso de Uspallata, por ser el paso ms corto aunque tambin estuviera cubierto de nieve. Llegado a Chile, Antonio Quintanilla
no se qued en Concepcin con sus parientes como caba esperar, sino que mar-

22

Jess Canales Ruiz

ch a Santiago, cosa extraa, ya que en primera instancia iba para llevar los
negocios de su pariente no demasiado preparado para ponerse al frente de ellos.
Buscaba su pariente una buena preparacin de Quintanilla antes de ponerle
como responsable d e sus negocios? Quintanilla, como otros muchos jvenes
emigrantes, comenz su vida laboral tras un mostrador de simple dependiente,
atendiendo al pblico bajo la siempre atenta mirada de su dueo.
Apenas ha cumplido 15 aos, pero tiene muchas ilusiones y ansias de
triunfar para llegar a ser uno ms del grupo de emigrantes escogidos por la diosa
fortuna, pero para ello ha de pasar por la dura experiencia de aprendiz. Durante
un ao aproximadamente estuvo en la ciudad de Santiago como dependiente, lo
que le sirvi no slo de aprendizaje de su humilde oficio, sino que debi destacarse como tal, y como posible hbil hombre de negocios pues los principales
comerciantes de la ciudad se disputaban sus servicios.

NOTAS
(1). Testamento de su padre. Apndice.
(2) Prellezo Garca, Jos Manuel. Utopa de un indiano lehaniego.
Institucin Cultural de cantabria y Centro de Estudios Montaeses, Santander,
1984.
(3). Autobiografa.
(4). AHRC. Protocolos. 333. La fragata La Esperanza, cuyo porte era de
300 Tns., y su propietario el naviero bilbano Don Manuel Bergareche, nor~nalmente haca la ruta Santander-Montevideo con "diferentes frutos y efectos". Dicha
fragata estaba valorada en 120.00 reales de velln. Su capitn y primer piloto era
don Miguel de Torre y entre su tripulacin estaba como segundo piloto Andrs
Flexo, como pilotn Pedro de Echezarraga, adems llevaba de contramaestre a
Mateo Garca, dos cocineros, ocho marineros y ocho pajes, casi todos vascos. Sus
sueldos oscilaban entre los 25 pesos del segundo piloto, los 20 del contramaestre,
19 los carpinteros y los marineros, 8 los grumetes y 6 los pajes. (AHRC.
Protocolos. 333).

CAPITULO 11
Primeros aos de Antonio Quintanilla en Chile. Entra en un comercio
como dependiente en la ciudad de Santiago.
Contra toda lgica familiar y ms en las circunstancias en las que l se
haba embarcado, al llegar a Chile no fue empleado en el comercio de sus
parientes, stos le enviaron a la ciudad de Santiago a servir en el comercio de
unos conocidos, sin la proteccin directa de sus familiares, lo que conociendo
su trayectoria comercial parece fue un gran acierto. Este joven de apenas quince aos de edad, se fue formando en el duro oficio de servir al pblico y a la
frrea disciplina impuesta por los dueos. Para un joven inteligente como era l
y con afn de aprender, aquello le iba a servir para desarrollar una serie de cualidades y aptitudes que le abriran un futuro esperanzador.
De su rpido y buen aprendizaje es muestra fehaciente el que los comerciantes de la ciudad se disputasen sus servicios, pero que l, fiel a su patrono,
no acept las ofertas que se le hacan por parte de otros comerciantes apesar de
mejorar sus condiciones econmicas.
Al morir su pariente don Antonio Quintana, hered el negocio y haciendas su sobrina doa Andrea, por lo que su marido don Juan Jos de la Maza y
Quintana se vio de pronto al frente de una actividad comercial que no conoca
y para la que no estaba preparado.
La herencia no era una simple tienda o pequeo comercio donde se venda al por menor, sino un negocio que adems llevaba aparejado la compraventa de productos del Per y Chile, para un mercado interprovincial entonces, hoy
sera internacional.

24

Jes12.sCanales Ruiz

Por medio de barcos de cabotaje, desde Lima, se transportaba cacao,


azcar, legumbres, carnes saladas, etc. a los puertos de Valparaso, Talcahuano,
San Carlos de Chilo, a veces, con escalas en los llamados puertos internedios.
Desde el Reino de Chile se exportaban maderas, patatas y semillas. Era
un negocio, que adems de una dedicacin plena, necesitaba conocimientos
comerciales, donde jugaba un papel importante el juego de los precios.
Al morir su pariente, Antonio Quintanilla trabajaba en un comercio de
la ciudad de Santiago, mientras que los negocios de sus parientes estaban centralizados en la ciudad de Concepcin y all fue llamado por Don Juan Jos de
la Maza para que se pusiera al frente del negocio que acababa de heredar su
esposa.
Apenas Iiaba cumplido los 16 aos y ya haba dado muestras de su sorprendente habilidad para el manejo del comercio y de fidelidad a quienes le
haban dado trabajo y le haban enseado.
Antonio Quintanilla se traslad a la ciudad de Concepcin, viviendo en
el domicilio de su pariente Juan Jos de la Maza y de su esposa Andrea de
Quintana como un miembro ms de la familia, incluso sin recibir sueldo a cambio de su trabajo, pues "no le pareca oportuno exigir sueldo estando como me
hallaba como uno de la familia", una prueba ms de fidelidad y agradecirniento.
Quintanilla se refiere a este momento de su vida as: "le fu til llevando los libros, cuentas y correspondencia". Correspondencia que mantena con
el principal proveedor en Lima, don Miguel Fernando Burgos.
Pero Antonio Quintanilla no haba ido a Chile a ser un simple empleado o sirviente de la familia, pens que su aprendizaje ya haba terminado y que,
con su trabajo desinteresado, haba pagado las posibles deudas con sus familiares, por lo que pens encauzar su futuro por s mismo.
Conocido ya por l el entramado comercial y la buena rentabilidad
quiso independizarse, sabiendo que el perjuicio que se seguira de su marcha no
iba a ser grande, pues sus parientes seran partcipes del nuevo negocio que se
propona a llevar a cabo.
Como no tena un slo peso ahorrado, solicit de su pariente y patrn
Juan Jos de la Maza y de otro pariente, Lorenzo de la Maza y Quintanilla (l),
una carta de crdito para poder comprar mercancas en Lima a su apoderado y
proveedor don Miguel Fernando Burgos.

Como contrapartida se comprometa con sus parientes a repartir los


beneficios obtenidos hasta tanto ellos le avalaran, pues el negocio era lo suficientemente rentable para formar parte de una sociedad familiar.
En su primer viaje a Lima realiz compras por valor de 9.000 pesos,
mercancas que traslad hasta la ciudad de Concepcin; quiz le emocin de
este su primer viaje le hizo olvidar los beneficios obtenidos, as lo declara l
mismo.
Sus viajes entre Lima y Concepcin se fueron haciendo cada vez ms
frecuentes y, con beneficios tales, que le hicieron poseedor de un capital propio
que le acreditaba lo suficiente ante sus proveedores, no necesitando el aval de
sus parientes.
La buena marcha del negocio hizo, que tanto el joven Quintanilla como
su pariente Juan Jos de la Maza, se plantearan la conveniencia de contar con
un barco propio, incluso de mayor tonelaje, para transportar ms mercancas y
ahoi-sar fletes. Intuyendo que la operacin era rentable, Juan Jos de la Maza
mand construir un barco que explotaran despus en sociedad.
Con barco propio los viajes se hicieron ms frecuentes con el aumento
consiguiente de beneficios para ambos, llegando el mismo Quintanilla a pilotar
y mandar dicho barco, as lo expresa l mismo: "Adquir algunos conocimientos nuticos y como Capitn del buque hubo ocasiones que sin Piloto me diriga a los puertos intermedios y a Lima". Tras la dura experiencia vivida en la
travesa de Santander a Montevideo, y quiz ms de un susto en sus singladuras entre Talcahuano y El Callao, nos hace pensar que Quintanilla tena los suficientes conocimientos naticos como para decidirse a pilotar su propio barco,
pues no podemos creer que su avaricia le hiciera caer en la temeridad de pilotar su barco sin los conocimientos necesarios.
Pero las circunstancias polticas que se vivan en el Virreinato del Per
no eran las ms propicias para la causa de Espaa. El ao 1811, al llegar al puerto de Talcahuano, se encontr con los primeros indicios de la llamada
Revolucin de Chile. Incluso en la ciudad de Concepcin eran otras las autoridades, que en principio no presupona un cambio substancial y por ello l podra
seguir dirigiendo su negocio comercial, pero era la primera piedra de un edificio poltico en el que no iba a tener cabida por decisin propia.
Para Quintanilla, aunque an no lo percibiera con claridad, era comenzar una nueva etapa de su vida y que, a la postre, habra de suponer un cambio

26

Jess Canales Ruiz

total a su vida futura. Hubo de cambiar los libros de contabilidad, el manejo del
timn y el astrolabio por el f~isil,una vida afortunada por la incgnita que supone el campo de batalla, la abundancia por la escasez, la libertad por la rgida disciplina militar, el poder optar se troc en obediencia ciega y a veces irracional.
Todas las ilusiones que se haba forjado de prosperidad y bienestar se
iban a convertir en tristes hechos de enfrentamiento entre hermanos, el cambio
de su vida iba a ser radical, ni en los ms psimos presagios se contemplaba.

NOTAS
(1). Lorenzo de la Maza y Quintanilla naci en Penagos (Cantabria) el da
13 de diciembre de 1770. Hijo de Juan Antonio de la Maza y de Francisca
Quintanilla Liao, hermana del abuelo paterno de Antonio Quintanilla. Haba emigrado a Chile junto a su pariente Juan Jos de Quintana.

CAPITULO 111
Comienzan las dificultades. Chile se divide en dos facciones: realistas y
patriotas. Dificultades del virrey del Per para mantener su autoridad en
el Reino de Chile.
A pesar de que las condiciones de vida en Chile haban tomado un sesgo
desfavorable para la autoridad de Espaa, y por ello, para los que seguan en su
obediencia, conocidos por realistas, Antonio Quintanilla segua transportando
mercancas en su barco desde Lima a Concepcin.
Desde Chile transportaba hacia el Per: patatas, semillas, y especialmente, madera; del Per importaba: granos, sebos, carnes saladas y "otras especies", entre ellas, "azcares y frutos".
Los nuevos acontecimientos polticos de Chile sorprendieron a las autoridades virreinales, y un buen virrey como fue don Fernando de Abascal, quiz
por gobernar el virreinato ms fiel a Espaa, no se apercibi de que los cambios
polticos que se estaban produciendo en el cercano del Ro de la Plata, salpicaran muy pronto al suyo.
Para l la palabra mgica era concordia, pues deberan desaparecer
todos los resentimientos entre criollos y espaoles y debera renacer de nuevo
la armona, y con ello pensaba que su parcela de poder no corra peligro.
Respondiendo a esta inquietud fund el "Regimiento de la concordia
espaola del Per, para que unidos fraternalmente europeos y americanos, se
disipen rivalidades perjudiciales e impropias entre vasallos de un mismo soberano y como en una misma nacin con iguales intereses y obligaciones". El
decreto de fundacin tiene fecha de 26 de enero de 1811, siendo el virrey su
coronel jefe. Entre sus mandos estaban conspiradores como Jos de la Riva

28

Jess Canales R L L ~ Z

Agero, liberales como el espaol Gaspar Rico Angulo y sinlpatizantes de la


independencia coino el mdico Hiplito Unnue. La formacin de este
Regimiento levant escaso entusiasmo entre los criollos, la mayor parte simpatizantes de la independencia. En un virreinato tan extenso, Abascal prcticamente se circunscriba a lo que suceda en lo que hoy es Per, Bolivia y parte
de Argentina y as: "desentendindose de las cosas polticas de Chile haba permitido que continuaran sin hacer novedad la relacin con las Provincias de su
inmediato mando".
En uno de sus viajes, Quintanilla, al llegar a la ciudad de Concepcin,
se encontr con que haba estallado "una revolucin preliminar a la independencia"; haban sido depuestas las autoridades espaolas y se haba formado
una Junta al estilo de la de Buenos Aires, y como leemos en los Papeles de
Pezuela: "Los Chilenos ivan continuando en su proyecto, por el mismo rumbo
q(ue) los de Buenos Ayres. Ya haban comenzado a dar a luz su Aurora de Chile;
cuyo objeto fue desde el principio generalizar las ideas democrticas, exaltar los
nimos con grandes esperanzas en una prxima felicidad en el nuevo sistema;
inculcar sobre la absoluta imposibilidad de que la Metrpoli pudiese prevalecer
en su lucha ni recobrarse para contener los esfuerzos insurreccionarios de casi
todas las Provincias de Amrica". (1)
Entre las autoridades virreinales se confa que aquello sea un acontecimiento espordico y no fructifique por varias razones, entre las que destacan "el
influxo del clero y de la nobleza que no poda acomodarse con facilidad a un
sistema tan popular y democrtico", sistema que se crea, adems, incompatible
"con la continuacin del comercio y relaciones con Lima que los Chilenos, queran conservar por su propia conveniencia" pues era el nico puerto a donde se
exportaban sus productos.
"Lo cierto es que el lenguaje de la Aurora de Chile y sucesivos peridicos de Chile presentan desde su principio todo el calor y entusiasmo rebolucionario que de el mismo modo se observan all desde la primera Junta executiva, todas las formas, y nomenclaturas democrticas de nuestro tiempo; pero
que a pesar de ello se advierte un gran calma en la masa general de la poblacin
que se conoce no podan agitar ni poner en gran movimiento los Agentes de la
rebolucin recocentrada en la Capital de Santiago". (2)
Queda claramente reflejado en este prrafo el pensar de las autoridades
virreinales acerca de lo que aconteca en Chile y de la opinin que les merec-

an los acontecimientos "revolucionarios". Los disidentes chilenos trataban de


crear otra Junta en Valdivia; enterado Antonio Quintanilla que haba salido un
correo desde Concepcin con la orden de que fueran depuestas las autoridades
espaolas y puestas en prisin, tom la decisin de avisar a dichas autoridades,
pues se apercibi de que aquello era ms que un simple cambio de autoridades.
Para llegar a Valdivia el correo haba de atravesar una zona muy peligrosa habitada por las tribus mapuches y bio-bio de la gens araucana, por lo que
desde Concepcin a Valdivia, el correo habra de echar, no menos, de una
semana para recorrer la distancia entre las dos ciudades.
Quintanilla trat de ganar tiempo al correo y se dispuso llegar a Valdivia
por mar antes que l para dar aviso al gobernador don Alejandro Eager (3) y al
comandante de ingenieros don Miguel Atero de las intenciones de las nuevas
autoridades de la ciudad de Concepcin.
Tres das despus de haber partido el corseo, carg su barco con diversas mercancas y lev anclas en Talcahuano rumbo a Valdivia.
Las condiciones del mar no eran las ms idneas para la navegacin a
causa del temporal del norte; pero si le sorteaba, poda favorecer la navegacin
y llegar en un solo da a Valdivia. Segn los expertos el peligro que corran era
que si no tomaban la boca del puerto al da siguiente, se exponan a no poder
entrar, bien por cerrazn de la costa o porque, si llegaban de noche sin enfilar
la bocana, podran naufragar o ser arrastrados hacia el Cabo de Hornos por las
corrientes y el viento. La suerte se ali con Quintanilla y al da siguiente atracaba en el puerto de Valdivia.
Nada ms poner pie en tierra, se dirigi al Palacio del Gobernador para
darle a conocer el objeto de su viaje. Inform a D. Alejandro Eager de la formacin de la Junta en Concepcin, y de la salida del correo haca cinco das con
cartas para algunos ciudadanos, cuya misin era el deponerle y hacerle prisionero, por lo que le sugera tomase las medidas pertinentes para evitar la insurreccin y poner a salvo su persona.
El Gobernador crey innecesaria la advertencia de Quintanilla, y desde
luego exagerada, pues tena plena confianza en el Batalln Fijo formado en su
mayor parte por vecinos de la ciudad, por lo cual no tom en consideracin la
advertencia.
Antonio Quintanilla, defraudado por la actitud irresponsable del
Gobernador, y convencido de su error, se retir y se dispuso a esperar los acon-

30

Jesds Canales Ruiz

teciniientos que le llevaran a ver cumplido su vaticinio por la ceguera del


Gobernador y su incauta confianza en la guarnicin.
No tardaron uno y otro en saber quien estaba en lo cierto, solamente dos
das, los que tard el correo en llegar a la ciudad y pudo informar a los partidarios de la insurgencia.
Como cada domingo, el Gobernador don Alejandro Eager y el comandante ingeniero don Miguel Atero asistan a la Misa dominical, el sacerdote que
la oficiaba, se cree era don Jos Elesegui implicado de lleno en la revolucin,
nada ms pronunciar: Ite nzissa est, "sac un par de pistolas que tena debajo de
la casulla, y dirigindose al Gobernador, as como los dems, le intimaron a l
y al Ingeniero se entregaran presos".
Desde la iglesia, uno y otro, fueron conducidos bajo escolta al Palacio
de Gobierno donde quedaron detenidos. El problema surga a partir de entonces, qu hacer con los prisioneros?; su conduccin por tierra desde Valdivia a
Concepcin, era un riesgo por la inseguridad que supona la belicosidad de las
tribus araucanas, por lo que los revolucionarios aceptaron de buen grado, que
fueran transportados por Quintanilla en su barco, encargo que cumplira de muy
buen grado, pues pensaba liberarlos, aunque como el mismo Quintanilla dice
"bien merecido lo tenan por no haberlo evitado".
El Gobernador y el Comandante de ingenieros, escoltados por un oficial
y diez soldados escogidos por la Junta de Valdivia, embarcaron en la creencia
de dirigirse a la ciudad de Concepcin.
Antes de embarcar, se haban puesto de acuerdo Quintanilla y los prisioneros de la estratagema que haba ideado para ponerlos en libertad.
Quintanilla orden al piloto del barco que tomase rumbo a la isla de Chilo y,
rumbo a ella zarp el barco. El oficial y los soldados que custodiaban a los presioneros se marearon durante la travesa, y cuando crean haber llegado a
Talcahuano, estaban en Chilo, siendo hechos prisioneros, los soldados y el oficial que los mandaba, y puestos en libertad Eager y Atero.
El historiador Diego Barros Arana escribe, que tanto el piloto como el
capitn fueron reducidos por los presos, siendo obligados a dirigirse a Chilo
quedando all en libertad los prisioneros; por su parte Francisco Encina afirma
que sus guardianes se arrepintieron o marearon, opinin ms cercana a lo dicho
por Quintanilla testigo y protagonista de dicha accin. Llegada la noticia a
Valdivia se sealaba como responsable de la liberacin de Eager y Atero a

Antonio Quintanilla. En primera instancia le sac del apuro y le libr de la sospecha una carta del piloto del barco llena de insultos hacia Quintanilla y afirmando que l haba obrado as por su propia iniciativa y de acuerdo con los prisioneros.
Conocido el contenido de la carta por los miembros de la Junta, no les
satisfizo la explicacin, sobre manera a los ms exaltados que seguan creyendo que haba sido un acuerdo entre piloto y Quintanilla, tanto la puesta en libertad de los prisioneros como la inculpacin del piloto.
Como es lgico Quintanilla tema la reaccin de la Junta de Concepcin
y ser represaliado por lo que tom la decisin de redondear sus negocios y dirigirse a Lima en barco, donde esperaba encontrar el suyo.
Los acontecimientos se precipitan, los realistas se imponen en Valdivia
y el 1 de diciembre de 1811 nombran Presidente de la Junta a D. Ventura
Carvallo en nombre de Fernando VI1 y de Jos Miguel Carrera, pues de lo que
se trataba era, no tanto de restablecer la legalidad, sino de apartar a Juan
Martnez Rozas del gobierno, especialmente por Carrera; Martnez Rozas se
retir a Concepcin en espera de ocasin ms propicia para llevar adelante sus
planes.
NOTAS
(1). Compendio de la Revolucin.. . Manuscrito 1 (2), fol. 188. 2).
(2). Id, Id, Id.
El peridico La Aurora cle Chile fue fundado por Camilo Enrquez (17691824), fraile profeso de la Orden de la Buena Muerte de San Camilo de Lelis; este
fraile haba sido perseguido por la Inquisicin como lector de libros prohibidos. Era
un escritor ampuloso, un orador fcil y un revolucionario de club.
(3). Alejandro Eager, era de origen irlands. Todas las frases entrecomilladas sin nota a pie de pgina, estin tomadas de la Autobiogrnfia de Quintanilla.

L A

'[AURORA

D E

533

C H I L E "

AURORA DE CHILE
PERIODICO

MIIINJI$EIE~AJL, SY POJLIITHCQ.
"JI

No.

1.

Jueves. 13 de Febrero, de i 8 i 2.

Tomo I P

--

NOCIONES FUNDAMENTALES SOBRE LOS DERECIIOS DE 209 PUEBLOS

-+-

TODOS los hombres nacen con iin principio

ae so. Iencins de loa pucMm vecinos,porIha qualca obran uno,


cubilidid, que 1rrde.b temprano se dcrembuelve. La sobre oirm p a n cxtenderrc. y igrnndarse i c o d a del
debilidad, y larga duracion de s u infancii. la perfecli- mns debil ; 4 m c i m q w cadr iioo se hage respelrr por
Ii,lt&d (le su eai.iritu, el hmr mhiernal, cl agredeci. la fuerza. Por &e principio lii Liisiori~nos presenir
miento y la t&nurr, que de CI nreen. la iicultd dc la ,cadr p u o la esdabiiud, lm eitragos, I i atrocidd, L
plibrr, los sconl~cimicnlosrialurales, que puedra miwrii, y el rxlerminiode Ix cape60 bmann. De
acercar, y reunir d e mil modos a lo^ bombres errantes npu eeque no se encuentra algiin pueblo. qde no haya
y Itbrei: iodo prurbi que el hombre e d i datinado par sufrido Li tiranin, Invioleii?ia d e olro m w fuerte.
a cI origen de la manitE i f e calado do IM
la naiurnieu 1 la sociedad.
El fuera infrliz en o t o nvebo asirdo. si viviese sin quin, por que en ln guerra nccesilaron d e un caudiilo,
E n loa antiguos
re&: sin sujccion. y sin leyu. que conselwen el que los candurese i Ia.vic\oria.
rdcn {Pero quirn podm dar. y ts~nbleceres@ leyes. tiempos. dice Arkiotcler. el valor. In pericia, y l a
quando todos eran iguales? Sin dudn el c w ' r p d e lo1 felicirlid e n los combate8 ekvliron los cnpibnes, por
x..:4'nz. que rormaba~iuii g c t o entre si de aujPtanc cl reconorimicnto, y utilidnd pblica, d In p o t e l i d
i cicriaa rrghs estalilroda~por ello) m i m a r p t a coa. real.
No tuvo otro qigen la monirquh r s p a o k f.0~
w w r Ir trnnquilidad interior, y la p s m n c n c i n dcl
cuerpo. que forninlun. Asi p e t el inalinto, y Reyca Godos ique$ucron en au principio sino Capitana5
n
l i neco,idad. qiic los mndiick II erl& socid. d e l i i de un pueMo conquiitador? Y de quC le hriuirrnsarvido
dirigif nccersriomenie roda9 IM leyer m6rnleh y pliti. pl InfanteDon Pelayo d w n d e r de los R e y p Galod. d
u s al resul!ndo del rdsn, dc la seguridad, y de uiu los erpdiolcs no huviesen conocido m 61 los tdentw. y
eaiuencia mas larga y mas felis pra cada uno dc loa ,virtudea o e c t ~ r i paro
i ~ reslauru b mcion, p tecor
indwidum, y p r a todo t l cuerpo social. Tados loa quitiir m t i b e r t d ?
hornk,s,.ddn Arirtoioln. inctiiiidos p r au m t u n l t u
E.tablescunos pues como un princi~io,que 1s avtori.
a k i r r ,u c o m d i W . iolrrrtaroii, cn coose<ienci. de dad aupream irahe su origen del libre c o w n t i m i e s l o
criado de lo8 pwhoa. qos podemm l
h pacto, d s h r i
&e~a.idinrcioit. una iituacion o u e b , un n&
d e ctuar. que: pudioe pmturrrler loa rnnyorcn bienea s o c i d
&dbtei: ral fu4 cl origen de k aociehd.
E n tcdo p c t o htetvieneh condiciones. y h del
E1 r d ~ oy Iiberlid no p n L o eonswarse sin un p e t o h
n
l no 46 dirtingucn de lcd finu de la asocie
gviernoc y por d o L m k s n p r a n u de nnr t n n cion.
qirilor. y dicliom. pioltgidm da l a volenct en lo iok- Los contiatantes son el puebla, y L iubridnd erecarior. y dc l a insullm b=tile& cpmpdi6 los botnbres tiva. En In monnrguia son el pueblo. y el rey.
E l rey se cbligr: a gnrsntir p conservir la segurid&
y s w u i d c r a depude;, per u n ~ m i e n t libre,
o dc
anhhuforisdpblicn. En h t o d de e n o comentiini- la propiedid. la likr+ll y e! Urden. En esta garantii
epio re erigi k Prdt~IndSuprrna. y su exercicio ae se cnmprchenden t o d a Im deberrs del iuonnrce.
~ ~ li un%
5 b5d rnucbos i n d w i d w Jcl miamo cuerpo ' El pueblo se obliga i LpWiencin. y 6 propPrcionar
~ocinl
nl icy todas b medios necedsrins para defenderlo, y
E n & gran Nrrpo ha aiompre una fuerzncsntral, conservar el 6lden interior. Este c~ el principio de los
wiutitirids p r IQ vdoniad de la nacion para conservar deteres del pueble
la Seguridad. la blicidrid, y la con~ervicionde t d w , y El pacto WLI exige pir su naturaiezn quc sa
p r e w l r los grandes inconrrnknle, que nacerian de determine el modo con q u c bade cxefccrse la au.
12s pasionel y s e , o b s e m larnbiui una fuerza cenki. ton'dnd pblica: en que usw. y en que-licnipar w.hide
.fugos 1Ue provirnv.de lar eduusos, injurricia\ g v i r o i r el pueblo; pufindo & fe h i J e dar cuenta d e las

FIG.

444.-EL

PRIMER NMERO.

CAPITULO IV
Los acontecimientos polticos obligan a Quintanilla cambiar de profesin.
Se hace militar.
El comportamiento seguido por Quintanilla le pone en contra de la
Junta de Chile, lo que le impide llevar con normalidad su negocio
Incluso su labor humanitaria-patritica en favor del Gobernador Eager
y del ingeniero Atero le iba a producir quebraderos de cabeza y ms de un disgusto. Los dos, alegando falta de dinero, se negaron a pagar los gastos derivados de su traslado, primero a Chilo y despus a Lima, y que supuso su libertad.
Quintanilla, ni corto ni perezoso, defendiendo su negocio y con el aval
de haber hecho un ejercicio de patriotismo, se present ante el virrey D.
Fernando de Abascal para poner en su conocimiento el comportamiento de sus
altos administrados.
El virrey, no slo afe la conducta del Gobernador y del Coronel, sino
que orden pagar por la Tesorera virreinal, los gastos pactados por el piloto y
los dos prisioneros, dinero que se descontara de su sueldo en tres pagas sucesivas. Alejandro Eager fue destinado al ejrcito de Quito donde muri en la primera accin de guerra. El coronel Miguel Atero, que intervino en la guerra de
Chile, a cuyas rdenes estuvo en ocasiones Quintanilla, morira en Barcelona
siendo general.
Quintanilla, ante la imposibilidad de seguir con su negocio y, sobre todo
con el transporte de mercancas entre Per y Chile, vendi su barco, lo que le
produjo muchas prdidas y que segn l le caus "bastante detrimento en mis
(SUS)intereses".

34

Jess Canales Ruiz

A pesar de haber vendido su barco, en barcos fletados sigui transportando gneros entre Lima y Concepcin hasta el ao 1813, ao en el que se
apercibi de que las cosas se ponan muy difciles para los partidarios del dominio espaol; la insumisin al poder espaol se perciba en gran parte de la burguesa criolla y en algunos miembros de la Administracin virreinal.
En su ltimo viaje a Lima, Quintanilla haba comprado gnero por valor
de 10.000 pesos, todo su capital disponible, y que en previsin de encontrarse
con dificultades ante las nuevas autoridades, registr la mercanca a nombre de
otro comerciante Juan Jos de la Maza?, embarcndose l en el mismo barco
hasta el puerto de Talcahuano, desde donde se traslad a Concepcin.
A los pocos das de haber llegado a la ciudad, fue intimado por el
Presidente de la Junta de Concepcin, D. Pedro Benavente para que abandonase inmediatamente Chile con la prohibicin de volver; clara muestra de que las
cosas haban cambiado substancialmente y a l se le consideraba un cualificado realista.
La entrada en la ciudad de Valdivia de D. Antonio Pareja evit el destierro de Quintanilla, que, quiz precipitadamente, trat de recuperar las mercancas que haba trado en su ltimo viaje y que tena almacenadas en el puerto de Talcahuano, lo que hizo que su "estratagema fue descubierta y la misma
publicidad fue causa de perder todo su capital", segn l mismo manifiesta.
Ante el cariz que tomaban los acontecimientos polticos en Chile, el
virrey Abascal crey "llegada la ocasin oportuna de hacer una tentativa para
ver si poda restablecer el orden y govierno legtimo. Con este objeto y con la
disposicin que se adverta en la Provincia de Concepcin, dispuso que el
Governador el Brigadier D. Antonio Pareja que se hallaba detenido en Lima,
pasase con una plana mayor y el numerario necesario, y los artculos de guerra
y voca precisos a la Isla de Chilo para formar en ella y en la inmediata Plaza
de Valdivia, una fuerza de 1.500 a 2.000 hombres con la cual se dirigiera a la
Provincia de Concepcin, a fin de fomentar el Partido del Rey, y adelantar sus
operaciones segn lo que diesen de s las circunstancias; anteponiendo siempre
las exhortaciones y medios polticos a la guerra". (1)
Desde la isla de Chilo, Pareja envi a Valdivia al Tesorero D. Juan
Toms Vergara, con el fin de convencer a los miembros de la Junta para que se
sometiesen de nuevo a los dictmenes del Gobierno del rey Fernando VII;
Vergara, hombre sagaz y de talento, consigui su propsito, lo que hizo que

Quintanilla

35

Pareja enviase a Valdivia a D. Ignacio Justis como Gobernador interino de Chile


con el fin de ir preparando la tropa.
Durante su estancia en Chilo, el general D. Antonio Pareja reclut los
hombres necesarios para formar un batalln de milicias en la villa de Castro;
con este batalln, el Veterano de la guarnicin de Chilo a las rdenes del mayor
de la Asamblea D. Jos Ballesteros, una compaa de artillera y la partida de la
Asamblea, dio por terminada su misin en Chilo.
Los dos batallones estaban formados por 800 hombres, que con los de
la Asamblea y los de artillera, completaban un total de 1.000, a los que haba
que sumar los 350 del Batalln de Valdivia y los 50 artilleros, con lo que Pareja
dispona de un total de 1.400.
Las tropas de Chilo y Valdivia al mando del general Pareja embarcaron en la fragata mercante Trinidad,que junto con dos bergantines zarparon de
San Carlos, fondeando el da 26 de marzo de 1813 "en la playa de San Vicente
inmediata al indicado puerto (Talcahuano) del cual y de sus fuertes de San
Agustn y Glvez logr enseguida apoderarse, e intimando desde all a la
Capital de Concepcin, la ocup con facilidad". (2) Los patriotas apuntan que
la facilidad de Pareja para tomar Concepcin se la proporcion "la traicin de
Ximenez Navia". El comandante Gimnez Navia se paso a las tropas de Pareja
con sus soldados.
Acerca de la capacidad de D. Antonio Pareja para llevar aquella guerra,
Quintanilla dej escrito lo siguiente: "habra sacado el fruto ms glorioso de su
espedicin, sino hubiera precipitado tanto la marcha desde que lleg a
Concepcin, y si hubiese tenido los conocimientos necesarios para mandar un
ejrcito, muy distintos a los que se requieren para ser un buen marino". (3)
El ejrcito a su mando estaba formado por soldados valientes, pero sus
oficiales no tenan ms conocimientos de estrategia y tctica militar que la rutina de las ordenanzas. Una de las muestras de esta falta de preparacin se pudo
constatar en la toma de las alturas del puerto de Talcahuano, que se hizo en
plena desbandada, y si fueron vencidos sus defensores, fue por que eran unos
pocos.
La toma de la ciudad de Concepcin se hizo sin accin alguna, recordemos la misin de D. Juan Toms Vergara que convenci al Gobernador D.
Pedro Benavente, quien adems percibi la imposibilidad de su defensa, lo que
permiti entrar en la ciudad al ejrcito de Pareja el da 29.

36

Jess Canales Ruiz

Antes de su entrada en la ciudad, en la villa de Chepe se agreg el


Batalln mandado por Gimnez Navia y algunos dragones de la frontera.
El Gobernador de la ciudad el coronel D. Pedro Benavente,(4) a pesar
de haberse puesto a las rdenes de Pareja, fue destituido y nombrado para sustituirle el obispo de la dicesis D. Diego Antonio Mastn de Villodres (5): "que
se haba hecho amar y respetar en ella de sus diocesanos; sostena con mucha
prudencia y capacidad el partido realista; entretanto que el miserable obispo
auxiliar de Epifana era un instrumento pasivo con que los insurgentes procuraban con el colorido de la Religin su sistema con q(ue) los Ynsurgentes procuraban tambin apoyar con el colorido de la Religin su sistema jugando a su
arbitrio con el carcter y autoridad de aquel Prelado, que habindose dejado alucinar de las falsas esperanzas con que le halagaban se prest con mengua de su
elevado Ministerio a quanto el Govierno revolucionario quiso exigir de l para
extender y consolidar sus ideas. Ya trernolaban en Chile las banderas y cucardas (escarapelas) tricolores; ya se haba publicado el reglamento provisorio, en
el que a pesar del afectado reconocimiento de Fernando VI1 se sentaban bien las
bases de una verdadera independencia". (6)
Con todo el material de guerra que trajo y el que haba en los almacenes de Concepcin, Pareja organiz la marcha hacia la ciudad de Santiago, y
con escaso conocimiento del mando del ejrcito de tierra, fue tal el nmero de
caones y municiones que hizo llevar haca Chilln, que retrasaba en demasa
la marcha de las tropas, pues ms pareca un convoy con material de guerra, que
un ejrcito; la mayor parte del da se inverta en cargar mulas y carretas y volver a descargar.
Su Jefe de Estado Mayor D. Ignacio Justis y los dems jefes, dado su
proceder, o ignoraban sus funciones o no se atrevan a hacer alguna sugerencia
a Pareja de "genio fuerte, inflexible y violento" con el fin de hacer aquella marcha ms ligera.
En la ciudad de Chilln se le unieron los regimientos de milicias de
caballera de Rere y La Laja, hombres "sin disciplina e instruccin que ms servan de estorbo que de utilidad".
Estas primeras acciones militares de Pareja llenaron de euforia al virrey
Abascal, pues adems coincidan con las disensiones internas entre los insurgentes, por lo que determin enviar en su auxilio a la fragata Jons con 100.000
pesos en efectivo, 34 oficiales de todas las graduaciones, con otros "artculos de

primera necesidad pero que capturaron los insurgentes", que a pesar de todo
seguan siendo un peligro.
El desconocimiento de la verdadera situacin de Chile por parte del
virrey Abascal le hace cometer errores y as, convencido de la plena victoria de
Pareja, le recomienda que una vez tomada la ciudad de Santiago, procure preparar una expedicin para que "doblando la Cordillera, y amenazando a
Mendoza llamase por aquel punto la atencin a los de Buenos Ayres". (7)
Plan que era "ms lisongero que realizable" pues no contaba Pareja con
fuerzas suficientes para llevarlo a cabo.
Desde el 31 de marzo de 1813 la Junta estaba formada por Don Juan
Jos Carrera, Don Jos Miguel Infante y Don Francisco Antonio Prez; el 13 de
abril fue sustituido Carrera, que se incorpor al frente de batalla, por Don
Agustn Eyzaguirre.
NOTAS
(1). Diario de P e z ~ ~ e lCuaderno
a.
1, 2, fol. 191
(2).
Id
Id
Id
fol. 230.
(3).
Id
Id
Id
fol. 191.
(4). El gobernador Pedro Benavente fue desterrado a la isla Juan
Fernndez, donde permaneci hasta el 28 de marzo de 1817, fecha en la que fue
repatriado a bordo de la fragata el guila.
( 5 ) . Diego Antonio Martn de Villodres naci en el pueblo de Moclin,
Granada, el da 9 de febrero de 1759. Estudi Humanidades en la Escuela Pa de
Archidona y Derecho en Granada, gradundose de Bachiller en leyes en 1780,
Doctor en cnones en 1783 en Osuna y Abogado en la Chancillera de Granada en
1784; Provisor y Vicario de Mlaga y Examinador sinodal en 1786. Pas a Crdoba
de Vicario el ao 1789 y al ao siguiente fue Gobernador. Le fue concedida la Cruz
de Carlos 111 en 1794 y en marzo de 1806 fue presentado como obispo de
Concepcin siendo preconizado ese mismo ao. En 1809 solicit permiso para consagrarse en Espaa. En febrero de 1810 lleg a Santiago de Chile. Combati con
ardor las ideas independentistas siendo clebre su pastoral, de tal manera que
Carrera lleg a decir: "a este obispo le espera la suerte que al de Buenos Aires".
Despus de la accin de San Carlos se refugi en Talcahuano, desde donde se
embarc a Lima el da 25. All fue encargado del curato de Pisco.
Regres a su dicesis de Concepcin el 17 de diciembre de 18 15, consagrando el 19 de junio en Santiago al obispo D. Jos Santiago Rodrguez Zorrilla. El

38

Jess Canales Ruiz

19 de diciembre sali hacia Lima para hacerse cargo de la Sede de La Paz, siendo
promovido al arzobispado de Charcas el 16 de marzo de 1818. Tuvo como den al
independentista D, Matas Terrazas, obispo de Dorila y profesor que fue de Manuel
Moreno, Secretario de la primera Junta de Buenos Aires, originario de Santillana
del Mar donde haba nacido su padre.
Villodres muri en 1827, nombrando provisor a su sobrino Diego Mara
Martn de Villodres, siendo solamente clrigo de menores y tambin nacido en
Mocln en 1775. Diego Mara lleg al puerto de El Callao a bordo de la fragata
Candelaria el da 20 de junio de 1817, acompaado del Dr. Villagr, 8 frailes, un
misionero y su sndico Juan Ortiz; en esa misma fragata desembarcaron los capitanes del Talavera Arenas y Arbs, 5 familias y dos paisanos. Su obispo auxiliar el
Dr. Rafael Andreu y Guerrero y Carrera, fue un ferviente independentista y, por las
burlas de Carrera y el vaco que le hizo el clero, hubo de exiliarse en Inglaterra.
(6). Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2, fols. 190 y 191.Id
Id
Id
fol. 230-231.
(7)

El obispo Villodres.

CAPITULO V
Antonio Quintanilla pasa a formar parte del ejrcito realista. Primeros
das como militar.
Cuando Antonio Quintanilla se haba abierto ya camino en el difcil oficio de los manejos comerciales, y apenas cumplidos los 20 aos de edad, no
slo era un experto y hbil hombre de negocios, sino que tena ante s abierto el
camino de un futuro lleno de perspectivas econmicas y sociales, y todo ello se
trunc por los acontecimientos polticos que sacudan los virreinatos de La
Plata y del Per que en pocos aos les habran de llevar a la independencia.
Estos mismos acontecimientos polticos le iban a llevar a triunfar en un
campo tan diferente y ajeno a su quehacer habitual, como el militar. El mismo
confiesa que estaba "muy ajeno a ser militar". Que Antonio Quintanilla, a pesar
de su juventud, era conocido por las fuerzas vivas de la ciudad de Concepcin,
lo demuestra la llamada del obispo Villodres y del general Pareja.
Quiz ms preocupado por lo que iba a suceder de ah en adelante con
su negocio, que cmo arreglar aquella situacin poltica, inesperadamente un
da recibi en su casa la visita de un emisario del obispo para que se acercara al
Palacio episcopal con el fin de mantener una entrevista con el general D.
Antonio Pareja y el obispo.
Sorprendido por la llamada no pudo menos de preguntar el mensajero
para que me quieren? La respuesta fue clara y tajante: para nombrarte oficial
y ayudante del General; es de suponer la cara de sorpresa, desconcierto y perplejidad de Quintanilla ante tal anuncio, l mismo dice que "no pude por menos
de echarme a reir de que me queran enganchar y me propuse resistirlo a toda

40

Jess Cutzules Ruiz

costa", tena muy claras las razones a esgrimir para declinar la oferta pues
"nunca haba pasado por su imaginacin ser militar y menos entonces que tena
capital, buen crdito y libertad para hacer y residir donde me pareciere".
Si bien solamente por cortesa y curiosidad haba acudido a Palacio, fue
tanta la insistencia del obispo Villodres y del general Pareja, que Quintanilla
termin por aceptar el cargo de ayudante del general, aunque con la condicin
de que solamente sera hasta la toma de la capital Santiago, y que segn la apreciacin de Pareja, era obra de unos dos meses.
Anteriormente ya haban sido nombrados dos sobrinos del obispo, pues
Pareja quera tener a su lado espaoles europeos; el da 5 de abril de 1813
Quintanilla fue nombrado subteniente de infantera del Batalln de Valdivia y
Ayudante de rdenes del general Pareja.
Una vez recibido el nombramiento mand hacer el uniforme, compr el
sable, pistolas y el caballo, tom un soldado por ayudante y as se convirti "a
los dos das de un hombre libre en un obediente militar". Esa prisa, no exenta
de satisfaccin, en procurarse los elementos como miembro del ejkrcito, nos
hace pensar que Quintanilla vio satisfecho su ego y dada su juventud se encontr a gusto con su vistoso uniforme de oficial del ejrcito .
Quintanilla, cumpliendo su compromiso, se present uniformado ante
Pareja que le destin a Yumbel y Los ngeles a poner en marcha los regimientos de caballera que habran de unirse a las dems tropas en la ciudad de
Chilln.
La misin de los tres ayudantes de Pareja era acompaarle a todas horas
del da, comiendo, incluso, a su mesa y mientras el General descansaba, uno de
ellos habra de hacer guardia junto a su habitacin o tienda de campaa; reciban los partes y pliegos, que ledos, si eran importantes, despertaban al General
para que l tomase la decisin pertinente, eran sus secretarios y confidentes.
El ejrcito al mando de Pareja con andar cansino debido a su mucha
impedimenta, emprende la marcha hacia la ribera del ro Maule, enterndose en
Linares que el ejrcito patriota, compuesto por 8 a 10.000 hombres, al mando
de Carrera estaba de guarnicin en Talca.
El general Pareja propuso una entrevista al general Carrera, quien le
seal la isla del ro Maule; como condicin Pareja haba impuesto tener "en
reenes al General D. Luis Carrera a peticin de sus oficiales". El general Jos
Miguel Carrera, le contest acerca de dicha peticin que era "tanto ms estraa

y fuera de orden quanto se anticipa V. S. a elegir determinadamente un Oficial


de mi mando que segn el aprecio que concibo de su mrito en unin, de estrechos vnculos de sangre, es absolutamente insubrrogable por falta de equivalente en en las tropas de VS".
"Es preciso que se sacuda de las expreciones que repite en todos sus
papeles, anunciando que el combenio que se haga ha de ser compatible con los
deseos del Rey y de la Nacin. Reconozca V.S. que uniformemente ha quebrantado con escndalo y vituperio de la humanidad an el mismo derecho
natural y divino, desde que pis el puerto de Talcaliuano, y que as V.S. es entodo rigor de justicia, el que debe sujetarse a la Ley que yo tenga a bien imponerle
en nombre de mi gobierno, ya sea por medio de la fuerza, ya sea a discreccin
decidida". (1)
Ante esta negativa de Carrera, el general Pareja orden al capitn
Ildefonso Elorriaga que pasase con 200 de infantera montada a reconocer los
vados del ro Maule, al mismo tiempo que l pona en marcha el ejrcito en
aquella direccin. Las tropas de Elorriaga hicieron prisionero al comandante
Jos de la Cruz Villalobos y a sus 25 soldados, lo que para Carrera supuso "un
atentado" pues se supona estaba en suspenso todo movimiento hostil, mientras
se estudiaban las propuestas del parlamentario Jos Hurtado, enviado por
Pareja.
Cuando el ejrcito al mando del general Pareja se acercaba a la comuna de Yerbas Buenas, se encontr con los montados de Elorriaga que se retiraban perseguidos por una partida de caballera enemiga, por lo que determin
acampar en dicha comuna, en la jurisdiccin de Linares, a la espera de acontecimientos.
AdemLs de la prdida del comandante Gimnez Navia, que como
hemos visto se pas a las tropas de Pareja, los patriotas perdieron la fragata
Perla pues su capitin el italiano Antonio Carlos, se sublev y poniendo una pistola al pecho del Comandante Barba, que insisti para embarcar al italiano, e
hiriendo en la cara al anciano capelln, consigui tomar la fragata y pasarla a
las tropas realistas.

NOTAS
( 1 ) . El Monitor Araucano No. 16. Jueves, 13 de Mayo de 1813.

CAPITULO VI
Reaccin de los Patriotas. Revs naval. Organizan su ejrcito. Batalla de
Yerbas Buenas. Retirada a Chilln.
Conocido el desembarco del general Pareja por D. Jos Miguel Carrera,
reuni la Junta y emiti una proclama en lo siguientes trminos, lo que vena a
ser un declaracin de guerra al virrey: "Ciudadanos, invaden nuestras costas
cinco miserables embarcaciones que, conduciendo de Chilo y Valdivia cuatro
forzados mercenarios, provocan ms la compasin que la venganza". (1) El
ambiente en la ciudad era el de rechazar por la fuerza lo que se crea era una
agresin.
Apesar de la bravata de Carrera, con perspicacia estratgica los miembros del Senado comprendieron que la ciudad de Concepcin estaba perdida y
que la defensa haba que hacerla en las riberas del ro Maule.
Para organizar dicha defensa se design a D. Jos Miguel Carrera que
parti como Brigadier y Jefe del ejrcito patriota, cubriendo su vacante en la
Junta su hermano D. Juan Jos, en la que permaneci solamente 14 das, pues
el da 13 de abril parti para el frente de batalla junto a su hermano.
La Junta, ahora presidida por D. Agustn Eyzaguirre, inici los preparativos de defensa, incluso apel a la amenaza con el fin de atemorizar a los partidarios realistas; levant un horca en la Plaza de Talca para ejecutar a los traidores, pidi donativos a los simpatizantes e impuso un impuesto a los sarracenos (2) por valor de 200.000 pesos para pagar a sus soldados.
Con el fin de impedir la llegada de refuerzos para los realistas desde
Lima, la Junta arm un pequea flota para bloquear el puerto de Talcahuano, y
como no tenan barcos propios, arrendaron a los norteamericanos la fragata

Quintanilla

43

Perla y les compraron el bergantn Potrillo, cuyo precio fue de 16.000 pesos.
Dichos barcos no pudieron hacer realidad los deseos de los patriotas.
El da 2 de mayo de 1813, el bergantn realista Warren, (3) armado de
corso se acerc a Valparaso; el Potrillo y La Perla salieron a su encuentro y
persecucin para impedir su entrada en Valparaso. Los habitantes de la ciudad,
llenos de curiosidad, se aprestaban a ser testigos de un combate naval, pero lo
fueron de algo inesperado, presenciaron cmo La Perla y el Warren se volvan
contra el Potrillo y le apresaban sin resistencia.
Aconsejado por el cnsul norteamericano Poinsett, que tena fama de
ser gran estratega militar, el brigadier Jos Miguel Carrera concentr al norte
del ro Maule 4.600 hombres de los que pocos ms de 1.000 podan titularse soldados. El da 20 de abril el coronel D. Juan Mackenna tom posesin de la
Jefatura de Estado Mayor, mostrndose contrario a la estrategia diseada por
Poinsett. El ejrcito patriota compuesto por unos 8 a 10.000 hombres al mando
del brigadier Jos Miguel Carrera acampaba en la ciudad de Talca en espera del
ataque del ejrcito realista formado por parecido nmero de soldados.
El general Antonio Pareja envi, como hemos visto, al capitn Ildefonso
Elorriaga con 200 hombres a reconocer los vados del ro Maule, ponindose,
poco despus, en marcha en la misma direccin el resto de las tropas.
Unos 5 kilmetros antes de llegar a la comuna de Yerbas Buenas,
encontraron la patrulla de Elorriaga que, en retirada, era perseguida por la caballera enemiga, por lo que Pareja determin acampar en dicha comuna cerca de
la villa de Linares.
Levantado el campamento por Pareja y pasada la comuna de Yerbas
Buenas, la caballera tom posiciones a ambos lados del camino; la artillera lo
hizo en ngulo y la infantera en el centro, quedando a la derecha una capilla
donde se podan guarecer de la lluvia. El general Pareja y sus ayudantes, entre
ellos Quintanilla que el da 15 haba ascendido a teniente, y el Mayor general
Justis se alojaron en una casa a cuya espalda haba una laguna que le serva de
defensa natural. La disposicin estratgica de las tropas de Pareja pareca inexpugnable ante un posible ataque.
A las 3 de la maana del da 27 de abril, 200 granaderos, 100 nacionales y 300 milicianos de caballera, se acercaron, sin ser sentidos, hasta el quien
vive de los centinelas, contestando el alfrez patriota Rencoret la Patria y
muera el Rey, seguida de una descarga cerrada. Los granaderos a las rdenes

Jess Canales Ruiz

del teniente rdtirado Santiago Bueras (4), de Rencoret y el americano Enrique


Eyrross "que irve de aventurero en el ejrcito" avanzaron sobre las posiciones
realistas y al ismo tiempo lo haca el capitn Jos Mara Benavente con sus
soldados.
~omadontoda la artillera, 7 caones, habiendo muerto en dicha operacin 300 soldados realistas y algunos de sus oficiales. "Segn las seas y papeles que les sacpron de los bolsillos, se creen muertos el general de la 2" divisin
D. Jos Bergqnza, el intendente Bergara, el comandante de los Dragones, el
Mayor Gener 1 y entre otros muchos algunos afirman que el General Xefe". ( 5 )
Los p triotas creyeron se enfrentaban solamente a las tropas de
Elolriaga. La iebla y la oscuridad no permitan distinguir los objetos; entre los
disparos se o n las voces de unos y otros, confundindose los Viva el Rey! y
Viva la Patri ! Los defensores se tiroteaban entre ellos mismos y a pesar del
e Juan de Dios Puga que mandaba las fuerzas patriotas, los
eron los realistas, entre cuyos muertos estaba el intendente
ara, que haba hecho de parlamentario de Pareja ante el
cepcin, Pedro Benavente.
rtamiento de los llamados soldados patriotas basta leer el
General Jos Miguel de Carrera: "Los incomparables
a muerte por qualquiera parte donde queran, burlaban al
mo de tomarlos por los cabellos, tirarlos al suelo, y all

11

r el Campo a matar y saquear piratas, y otros tiraban


del campamento, orden aparejar su
sus ayudantes que pusieran orden en
in era aterradora"; uno de los ayuue patriota; por su parte Quintanilla,
ente de la artillera.
n "dejando en el campo un coronel,
n 124 prisioneros".
, la desconfianza cundi en los soln a partir de entonces enemigos en
atriotas era producto de la connigaban como corderos, por lo que

Quiiztanilla

45

desde entonces comenzaron a manifestar su intencin de volverse a Chilo. Que


la eleccin del general Antonio Pareja como Jefe de las tropas del Rey en Chile
no fue acertada, se dej ver en todas y cada una de sus actuaciones; en cualquier
montculo crea se escondan enemigos, de tal manera estaba obsesionado, que
ni un conocedor del terreno como Juan Urrutia, vecino del Parral, poda disuadirle de los temores y zozobras que le atormentaban.
Un hecho fortuito y casual, pero infortunado por sus consecuencias y
efectos como fue la explosin de una carreta de cartuchos, y aunque no caus
nada ms que la muerte de dos o tres personas, fue tal el terror entre los soldados, que se reafirmaron en su creencia de que eran traicionados.
La informacin oficial procedente de los pliegos pasados al virrey por
los participantes, difiere de la verdad de lo que en realidad estaba sucediendo;
as podemos leer: "Pareja les persigui hasta la orilla del Maule, y no abenturndose a pasarle volvi a Linares, de all se dirigi a San Carlos en donde pensaba dar algn descanso a la Tropa y pasar a Chilln, Pueblo ms capaz, sano y
abastecido para pasar el Invierno". (7)
La verdad fue, que los batallones de Castro y Chilo se negaron a vadear el ro, tal y como haban reiterado una y otra vez desde su salida de Valdivia.
Ni amenazas, ni exhortaciones de sus oficiales, ni tan siquiera los dos
capellanes D. Nicols Orua y D. Jos Plaza de los Reyes pudieron convencerles de que sus temores de haber sido traicionados no tenan fundamento alguno.
Los patriotas conocedores de este temor, comenzaron a incordiar por la
noche, con lo que consiguieron que la caballera desertara en masa y muchos de
los componentes del Batalln de infantera de Concepcin; as que entre desertores, pasados a las filas enemigas y prisioneros, solamente llegaron a San
Carlos 1.500 de los 8.000 que pocos das antes formaban en cuerpo de ejrcito
realista.
El general Antonio Pareja, enfermo de pulmona, se agrav un da antes
de llegar a San Carlos encontrndose muy abatido no slo por la enfermedad,
sino que habiendo mandado fiisilar a un soldado que quiso matar a un oficial,
su jefe directo el coronel Molina se opuso, lo que Pareja consider como una
insubordinacin. El general Ganza manifiesta as al coronel Elorriaga la actitud de las tropas: "V.S en conversacin privada i an en pblico me ha referido
varios hechos de insubordinacin i falta de disciplina en la tropa que tuve el
honor de venir a mandar i se me ha lamentado tambin ms de una vez, de los

46

Jess Canales Ruiz

sucesos particulares que le han sucedido... tengo presente los hechos referidos
por V.S. de haberlo puesto el punto de dispararle un fusilazo en Talca por haber
querido impedir el robo o saqueo de una tienda por la tropa". (8)
Julian Pinuer lleg el 9 de mayo a Linares donde dice que el brigadier
Pareja le "cont reservadamente y casi con lgrimas en los ojos, lleno de la
mayor confusin, que en la orilla del Maule se haba plantado la tropa a no querer pasar para adelante y que habiendo opustose pblicamente el batalln de
voluntarios del centro, se vea muy bien que era combinado con otros batallones y movido todo por ciertos principales jefes a quien hasta aquel da haba
tenido sus esperanzas...
Este paso terrible y otros parecidos en la fatigosa marcha llen de cuidados a este jefe y le oprimieron de tal modo, que atacndole una fiebre interior, sin que hubiese una causa natural, cay en cama y a los pocos das muri
de solo este resultado". (9)
Era tal la debilidad de Pareja que desde Linares era transportado en
parihuelas por sus soldados y atendido por el nico de sus ayudantes que quedaba, Antonio Quintanilla.
Pareja, "quien por desgracia se fue empeorando por momentos y por
ltimo falleci el 24 del mismo mayo, habiendo acreditado en el corto tiempo
de su mando el mismo valor con que se haba distinguido en el Argonauta en el
Combate de Trafalgar". (10)
Miller, por su parte, en sus Memorias dice: "donde muri (Chilln)
aunque de edad avanzada, generalmente se supone, de sentimiento por sus inesperados reveses".
No cabe duda que no era un marino el mejor mando para un ejrcito
compuesto de un conglomerado de soldados con escasa formacin militar y sin
ningun inters por la causa por la que luchaban.
Segn el Parte enviado por el General Carrera a su Gobierno: "Ayer (7
de junio) se avist la fragata Sto Domingo (alias) la Toms del dominio de D.
Xavier Manzano. Anoche se me avis por el Comandante de este Puerto
(Talcahuano), que por un oficial y quatro marineros, que haban desembarcado
en Tumbes sava venian a bordo treinta y ocho oficiales, y 100 mil pesos para
el refuerzo del ejrcito de Pareja. En aquella hora mont a caballo y vine a montar todas las Providencias necesarias para que no se volviese a Tom donde estaba fondeada. Ya haban salido las Caoneras y varias falas armadas. Hoy al

47

Quintanilln

lecer intimaron la rendicin a la que se convinieron sin perder momento,


es que no haba otro arbitrio. Ya han baxado a tierra el Brigadier Rbago
el Coronel Olaguer y Feli, el marinc3 Colmenares, el artillero Montuel, el
oficial Vilavisencio, que antes sirvi en Valparayso, un hijo de
Ballesteros, y otros muchos entre
los que viene Grajales, y el
Ministro Marn que sirvi en
Valdivia ... Segn me dice Rbago
echaron toda la correspondencia
al agua, y he mandado Botes para
que hagan esfuerzos para sacarla". (12)

Una de las muchas idealizaciones


existentes de Jos Miguel Carrera
y Verdugo.

J. R. Poinsett.

Jess Canales RL&

NOTAS
(1) Compendio de Historia de Chile. F. Encina. T. II., pg 541.
(2) La palabra sarraceno era empleada como despectiva para denominar a
los espaoles por los criollos.
(3) El comerciante Javier de los Ros tuvo una fragata con este nombre, que
durante un tiempo tuvo patente de corso.
(4) Santiago Bueras fue ascendido a teniente coronel el 14 de enero de
1814 por Decreto de la Junta. (Monitor Araucano).
( 5 ) EL Monitor Araucano Extraordinario. Santiago 2 de mayo de 1813.
Parte del General del ejrcito Restaurador.
( 6 ) El Monitor ... Santiago 2 de mayo de 1813.
(7) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2, Fols. 231-232.
(8) Coleccin de Historiadores ...Tomo XV, pgs. 349.
(9).
Id
Id
Id
353.
(10) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2, Fols. 232. Mendiburu en su
Diccionario dice que muri el da 21 de mayo.
(1 1) Simn Daz de Rbago era natural de Hoz de Abiada (Cantabria). Fue
secretario de cmara del virrey O'Higgins hasta 1812 que Abascal le relev.
Regidor de Lima y Brigadier. Cas con Doa Josefa Avellafuerte y Quejerazu.
Ascendi a coronel en 1810 y a brigadier en 1812, empleo que solicit al
dejar la secretara. En 1813, como hemos visto fue apresado por Carrera, aunque
posteriormente fue liberado. Su hija Manuela cas en 1821 con el bonaerense Jos
Riglos, Rosa, ms tarde, con Pedro de la Puente Quejerazu, hermano del marqus
de Villafuerte. Como curiosidad digamos que Daz Rbago sustituy al virrey
Pezuela como padrino, en la consagracin del obispo de Huainanga D. Pedro
Gutirrez de Cos, el 2 de febrero de 1819, hijo de un cntabro natural de
Barcenillas.
(12) El Monitor Araucano No 30. Martes 30 de Mayo de 1813.

CAPITULO VI1
Antonio Quintanilla a las rdenes del nuevo General Jefe D. Francisco
Snchez. Batalla de San Carlos. Quintanilla herido de gravedad. Se iza por
primera vez la bandera de Chile.
La situacin de las tropas realistas cada da era ms difcil y desesperada; en su precipitada retirada haban perdido casi todos sus pertrechos, los
"Dragones, los jefes y todos los que tenan caballos, excepto unos pocos, todos
escaparon", de tal manera que solamente quedaban los cuatro caballos del
General, el de su ayudante Quintanilla y los de algunos jefes, si bien conservaban unos 80 caones.
Los realistas hicieron un pequeo alto en el camino para descansar,
escogiendo un pequeo altozano desde el que dominaba la llanura.
El general Pareja, atacado por la fiebre y postracin, era incapaz de percibir el peligro, peligro del que se dio cuenta su ayudante Quintanilla quien
acerchndose a su catre le dijo: "Mi General, estamos circunvalados por el enemigo jqu dispone Vd.?" A lo que Pareja contest: "Defenderse hasta morir".
Quintanilla le hizo saber la desercin del comandante Ignacio Justis, del coronel Ballesteros y de otros jefes, as como de la necesidad de que nombrase un
sustituto para ponerse al frente del ejrcito.
El da 15 de mayo, pocos das antes de morir, nombr al teniente coronel D. Juan Francisco Snchez su sustituto, como segundo de ste, al teniente
coronel Pedro Cabaas y como mayor del ejrcito a D. Julin Pinuer.
Segn el propio Quintanilla, el teniente coronel Snchez, natural de
Galicia, "no tena conocimientos militares, y no pasaba de ser un oficial de filas;

Jess Canales Ruiz

era de carcter desconfiado y no poda mirar que otro sobresaliese en pensar y


disponer lo que convena en aquella situacin". (1)
Lo que tena el teniente coronel Snchez era un buen asesor, encargado
de disear la estrategia a seguir y ste no era otro, sino su secretario, el fraile
franciscano fray Juan Admirall.
Quintanilla, tras la muerte de Pareja, pas a las rdenes de Snchez,
,
quien en su primera accin de la que iba a ser protagonista, se dispuso a
defender la villa de San Carlos. Para ello emplaz la artillera en los cuatro
ngulos de la plaza, ordenando no se disparase a no ser que el enemigo estuviese a tiro.
El ejrcito patriota adelant algunas partidas que espordicamente atacaban a los realistas por medio de la caballera.
Aunque hay disparidad de criterio de quien de los hermanos Carrera,
Jos Miguel o Juan Jos, dio la orden, lo cierto es que los granaderos atacaron
a la bayoneta las posiciones realistas y, apenas haban recorrido 200 metros,
cuando recibieron de lleno la descarga de la artillera que les desorganiz y,
asustados, comenzaron a huir tras los pasos de su jefe Juan Jos Carrera que no
par hasta llegar al Cuartel General.
Tambin la reaccin realista puso en fuga a la caballera, mientras su
artillera sufri muchas bajas; tampoco la divisin al mando de Juan Mackenna,
que llegaba de refuerzo, pudo vencer la resistencia realista, con lo que, al caer
la tarde del da 15 de mayo, el ejrcito patriota se haba dispersado completamente. Los realistas apenas tuvieron bajas en sus filas, 5 muertos y 15 heridos.
Pero por lo que iba a suponer en el transcurso de la guerra en un innecesario e inesperado encarnizamiento, es de sealar el triste y cruel final de 30
soldados chilotes que haban desertado del ejrcito realista, y que descubiertos
entre unos matorrales y tras su rendicin, fueron asesinados por los soldados
patriotas que huan.
En esta batalla de San Carlos fue herido de suma gravedad Antonio
Quintanilla, quien en su Autobiografia nos hace una completa descripcin y a
quien dejamos la palabra: "Estaba yo en un ngulo del cuadro donde fue muerto un soldado de una bala, y como no tena nada que hacer, tom su fusil y estaba apuntando al que mandaba una de estas partidas y que conoc ser un cura llamado Elezegui, a quien haba tratado en Valdivia y era notable por ser revolucionario de la escala, (2) cuando y sin haber disparado ca al suelo herido de un

Quintanilla

51

casco de metralla, por debajo de la oreja izquierda, que me dej sin sentido y se
me tuvo por muerto hasta el extremo de quitarme la casaca los soldados y empezar a desnudarme como acostumbraban con los muertos; el Mayor General
Pinuer me sac el reloj (que despus me devolvi).
Ya fuese por la frialdad de la tierra, pues haba llovido, o porque el
casco no penetr mucho, yo deba hacer algn movimiento que advirtieron los
que me desnudaban y limpindome la sangre de que tena llena la cara, conocieron estaba vivo y me condujeron al centro del cuadro donde ya haba otros y
entre ellos un amigo y compaero el Teniente D. Flix Molina. All recobr
enteramente el sentido y yo mismo extraje el pedazo de hierro que se haba
introducido entre la quijada y el pescuezo y me at a la herida el pauelo de
seda que tena al cuello, con lo cual se resta la sangre que haba salido copiosamente. Entonces comenc a sentir dolores ms intensos y la debilidad ms
extrema.
En todo este intermedio segua el fuego de nuestra artillera y fusilera
rechazando las cargas enemigas sobre el cuadro. Mi amigo Molina herido en un
muslo fue herido por segunda vez en el otro, en la situacin en que se hallaba
echado conmigo, y por cierto la bala que recibi a no haber parado en su muslo
me habra dado a m en la cabeza pues estbamos juntos pies con cabeza. Seran
las cinco de la tarde, que an continuaban los enemigos con cargas de caballera sobre nuestro cuadro, cuando llam a los jefes y oficiales a deliberar sobre
lo que debera hacerse en circunstancias tan crticas, siendo la principal el
haberse agotado los cartuchos y no quedar nada ms que dos o tres por pieza de
can y 4 a 6 por cada soldado de fusil. Como esta junta se reuniese donde estbamos los heridos, observ y o el parecer de cada uno.
El mayor Pinuer opinaba que deberan capitular; ante tal propuesta el
comandante del Batalln de Valdivia, Flix Molina dijo: "dos hijos he trado al
ejrcito, el uno ha sido prisionero y quizs muerto, el otro est ah con dos heridas, mi vida es una carga y opino por antes morir que capitular". Todos siguieron este dictamen de que an capitulando, seran muertos por el General enemigo y, en su consecuencia, se determin abandonar la artillera, que ya era intil por falta de municiones y formando el ejrcito en columnas, abrirse paso a la
bayoneta.
Mi situacin era desesperada, yo haca esfuerzos por incorporarme y
ver si poda seguir la marcha de la columna, porque era corriente que la caba-

llera lanceara a todos los heridos que no pudiesen andar con la columna, pero
me era imposible, la debilidad, con lo que me haba desangrado, y sin tomar alimento desde la noche anterior me impedan apararme y cuantas veces lo intent ca al suelo. El padre de ini amigo Molina, Comandante de Valdivia, trajo dos
soldados de su batalln para que cargasen a su hijo y siguiesen la columna. Yo
le supliqu igual auxilio a l as como otro amigo mo don Ildefonso Elorriaga,
Capitn del mismo batalln y ambos se negaron dicindome que no podan protegerme y que me encomendara a Dios. Buen consuelo. Se iba a formar la
columna de ataque cuando se nota que toda la caballera enemiga vena en distintas columnas sobre el cuadro y que llegando a estar muy inmediata a l, con
objeto de romperlo, hizo un fuego general nuestra artillera y fusilera en tales
trminos que dejando sembrado el suelo de hombres y caballos, el enemigo
retrocediendo en el mayor desorden y saliendo nuestros soldados de su formacin haciendo fuego y persiguindolos. Esto bast para despejar la situacin. El
enemigo se retir sobre la villa de San Carlos y el ejrcito real qued victorioso.
Amaneci sin enemigos a la vista aunque a una legua de distancia, se
puso el ejrcito real en marcha. Los bueyes que arrastraban los caones as
como las mulas de carga y pocos caballos se haban dejado fuera del cuadro,
como era consiguiente se haban ido al campo enemigo. Slo dos o tres caballos, entre ellos el mo, estaban cerca de nuestro cuadro paciendo en las orillas
del estero. Tan luego como le vi y reconoc hice me subiesen en l, pero el
General me exigi que deba llevar un herido en anca y quien parece a Vd que
fue?, pues fue el joven Molina, hijo del Comandante que no se prest a salvarme a m, minutos antes. Los cafiones fueron arrastrados por los soldados. Cada
diez o doce soldados tiraban de las cuerdas y dos marchaban a su lado con los
fusiles de los que llevaban cada can. La noche era obscura y marchando en
el mayor silencio, llegamos antes de amanecer al ro uble que, sin embargo de
venir muy crecido, se pas con el auxilio de bueyes que ya encontramos remitidos desde Chilln a cuya ciudad arribamos a las 10 de la maana y en la cual
encontramos a todos los jefes, oficiales y soldados fugitivos el da anterior.
Como en el ejrcito no qued facultativo alguno por hallarse stos en
Chilln, fui curado entonces de mi herida, que si bien no era de peligro, me inutiliz toda la parte de la cara (es decir, el odo izquierdo por el cual no oigo, el
ojo izquierdo, que no lo cierro desde entonces, y la boca torcida sobre el lado

Quintanilla

53

derecho). Sea sto o una operacin que ejecut el cirujano para sacar las materias que se formaban al cerrar la herida, lo cierto es que yo he quedado como
llevo dicho lo que en verdad no me molesta ni siento otra novedad el aparecer
a la vista pblica con una imperfeccin en la boca que me afea pero que me
honra para los que saben de lo que proviene".
Esta ha sido la descripcin de la batalla de San Carlos, del comportamiento de algunos de los jefes y oficiales realistas y de la grave herida sufrida
por Antonio Quintanilla contada por l mismo. El da 13 de junio por la tarde
entr en Santiago una Divisin de Caballera patriota. "Que se hall en la
accin de S. Carlos, y su presencia aterr al enemigo, que no se atrevi a salir
del quadro de su formacin de miedo de nuestra numerosa y terrible caballera.
Entr entre un concurso inmenso, y brillante, cuya alegra no puede explicarse,
pas por arcos triunfales, formados a la rstica a la usanza de los primitivos
Romanos, y de los Araucanos antiguos. Se les recibi con msica en el trnsito
y repique general de campanas. La divisin traa en retaguardia un gran nmero de prisioneros".(3)
Segn la Junta de Santiago como la "impotente Regencia de Cdiz",
decreta expediciones contra Chile y le declara la guerra, ella, tambien por
Decreto establece la nueva bandera de Chile: "En su consequencia en lugar de
la vandera espaola que se ha usado hasta hoy, se sustituir la tricolor, en la
forma del modelo que se ha puesto en la secretara, que para los buques mercantes ser sin escudo. El jueves 17 del corriente (1813), da en que se acostumbra a formar todas las tropas en celebridad de la festividad del Corpus, se
har tremolar en la Plaza mayor esta vandera". Con este motivo se recitaron
algunos versos, algunos de los cuales decan as: "De LIBERTAD el smbolo
aparece1 el Estandarte tricolor se eleva./ Al mirarlo del Maule en las orillad desmay la pirtica caterva/ Tiembla al verlo en Itata; y en San Carlos1 lo mir y
su memoria le tormenta". (4)
NOTAS
(1) Quintanilla, A. Apuntes sobre la Guerra. Coleccin de documentos.
(2) Es el mismo cura, Jos de Elezegui, que apres a Eager y Atero,
despus de la misa.
(3) El Monitor Araucano No 30. Martes 15 de Junio de 1813.
(4) El Monitor Araucano N" 31. Jueves 17 de Junio de 1813.

CAPITULO VI11
Reconquista de Concepcin y Talcahuano por los patriotas. Quintanilla
pierde todos sus bienes. Batalla de la Arreagada.
Tras la batalla de San Carlos el ejrcito patriota pas aquel mismo da
el ro y se dirigi a la ciudad de Concepcin en la que entr sin encontrar resistencia; segn la versin oficial se debi a que "la concentracin del Exto del
Rey en Chilln, dej descubierta la ciudad de Concepcin de la cual y del puerto de Talcahuano se apoderaron los Carreras". (1) El da 20 de mayo Jos Miguel
Carrera envi un ultimtum a las autoridades de Concepcin y stas, temiendo
lo peor, huyeron al puerto de Talcahuano. El obispo D. Diego Antonio Martn
de Villodres que ejerca de Gobernador, su provisor y sobrino D. Diego Mara
y los vecinos ms significados como realistas, embarcaron rumbo a Lima. El
da 25 el Cabildo y el Conde de Mancera rindieron la Plaza a Jos Miguel
Carrera. La toma de la ciudad de Concepcin la llev a cabo Carrera por consejo de Poinsett en contra del parecer de Mackenna, partidario de poner cerco a
la ciudad de Chilln, defendida por el coronel Snchez y a sus tropas.
As comunicaba Carrera la toma de la ciudad: "Hoy he tomado posesin
del mando de esta Ciudad con singular complacencia de los amantes de la
sagrada causa que defienden las armas de la Patria, de que estoy encargado; en
ella he hallado muchos fusiles, plvora, municiones, algunas piezas de
Artillera y cantidad de bestuarios que el terror de la cercana de mis tropas hizo
olvidar al enemigo ... Vencido este punto me dirigir a Chilln donde se abrigan

Quintanilla

55

otros restos consternados por la muerte de su General Pareja". "Trabajos me ha


costado esta jornada; pero maana o pasado tomo a Talcahuano y Campaa
concluida. Dado este paso a nombrar una comisin militar para juzgar a los
traydores y castigarlos. Caravajal (sic) y otros muchos se me han presentado llenos de arrepentimiento y lgrimas pero nada les vale. El Obispo y su Provisor
con otros de la pandilla estan embarcados y ya habrn sino en la Essex y el
Potrillo los que bloquean Talcahuano segn se anuncia y es muy probable ...
Luego concluiremos con los de Chilln, a quienes manda Ballesteros por la
muerte de Pareja; esta lleno de miedo y busca composicin". (2)
Carrera no tom la preocupacin de dejar algunos soldados en las inmediaciones para impedir que el coronel Sanchez se pudiera proveer de caballos,
hombres, granos y ganados procedentes de todo el terreno que qued bajo su
mando. Sin ser molestado aument sus tropas con los dispersos y con nuevos
soldados, pudiendo, adems, hacer trincheras en las bocacalles y en las afueras.
La pequea resistencia ofrecida por Talcahuano sirvi a Carrera de disculpa para autorizar el saqueo y la razn no era otra que: "como los intereses
que encontraban eran sarracenos y de los primeros que entregaron traidoramente las provincias, ofrec y promet el saqueo a la tropa". En dicho saqueo,
uno de los ms perjudicados fue Quintanilla, que confiado haba sacado sus
mercancias del almacn donde las tena registradas a nombre de otro consignatario, de tal manera que como l mismo dice en su autobiografa: "Me vi, pues
pobre sin ms camisa que la puesta, herido y prximo a un sitio, y lo que es
peor, sin ms medios para subsistir que la racin que se daba en el ejrcito de
carne y pan, pues no haba paga porque el erario absolutamente no tena un
cuarto y hasta para racionar al ejrcito era preciso acudir a requisa de ganado al
campo".
Por otra parte D. Bernardo O'Higgins tomaba al mismo tiempo las
villas de Yumbel y Los ngeles, consiguiendo disponer de un cuerpo de ejrcito de unos 1.400 hombres. Mientras tanto las tropas realistas se reformaban en
Chilln, el coronel Ildefonso Elorriaga haca devastadoras incursiones siempre
con xito por aquella zona, teniendo adems, en tensin y alerta al ejrcito
patriota. Quintanilla crey llegado el momento de solicitar del mayor general D.
Julin Pinuer, formar parte como segundo de la columna de caballera al mando
del coronel Elorriaga, solicitud que fue aceptada. A unos 30 km de Chilln, al
otro lado del ro uble en la hacienda Arreagada se encontraba el coronel

56

Jess Canales Ruiz

patriota D. Luis de la Cruz al frente de 300 hombres de caballera y 200 de


infantera, si bien el historiador Encina, reduce stos a 100.
Contra esta fuerza salieron, en plena noche y con una intensa lluvia,
Elorriaga y Quintanilla, y no sin muchas dificultades, pasaron el ro uble; tal
era la oscuridad, que para seguir adelante y no perderse iban unidos por cuerdas; al llegar a las cercanas donde acampaban los enemigos los encontraron
repartidos en dos casas; los soldados de caballera en una de la hacienda la Arreagada y los
de caballera en otra a poco ms de 1 km.
Antonio Quintanilla, con 80 hombres
trat de sorprender a la caballera, mientras
Elorriaga, con el resto, lo hizo con los de
infantera. La estrategia consista en una ataque simultneo, para lo que habran de aproximarse sigilosamente cada uno a su objetivo.
Al amanecer, Quintanilla atac el corral
frente a la casa en la dorman los soldados,
aunque para entrar hubo de descerrajar un tiro
al centinela que trataba de colocar las trancas
a las puertas. Cuando los soldados, sorprendiZona principal de las batallas
dos
y asustados, quisieron incorporarse, les
de la independencia de Chile.
grit ;Viva el rey, nadie se mueva! ;Alto el
fuego! En medio de la confusin, el coronel Luis de la Cruz consigui huir, pero
hecho prisionero y amenazado con ser fusilado sino ordenaba a sus jefes y oficiales que dejaran de disparar y se rindieran, cosa que hicieron a peticin de su
coronel.
Asegurado el coronel de la Cruz y sus oficiales, los soldados aparejaron
sus caballos, tomaron sus lanzas, y con promesa de ser fieles al Rey, se dirigieron unos y otros al encuentro del coronel Elorriaga que haba cercado la casa
donde estaba la infantera que se defenda a tiros desde las ventanas y las troneras que haban hecho, no slo en la casa, sino en la pared del patio, y de tal
manera defendan su posicin, que Elorriaga no haba podido reducirlos. Su
jefe, conocido por Victoriano, no slo no se arredr ante el furioso ataque, sino
que incluso, viendo prisionero al coronel de la Cruz que le rogaba se rindiese,
cobr nuevos bros y les responda con injurias e insultos, manifestando que no

se rendira pues prefera antes morir. El coronel Elorriaga crey que la nica
manera de vencer la resistencia de Victoriano, era prender fuego la casa, por lo
que orden a uno de sus soldados que subiese al tejado con una tea, tarea harto
difcil y peligrosa, pues al mismo tiempo que acceda al tejado, tena que disparar su fusil para defenderse de los disparos que le hacan desde el interior.
La casa comenz a arder y el humo ahogaba a los que se encontraban
dentro, pero Victoriano y sus soldados seguan disparando. Cuando la casa arda
por los cuatro costados, los soldados salieron y se entregaron como prisioneros;
Victoriano qued adentro, prefera morir abrasado antes que entregarse al enemigo. Quintanilla, viendo que iba a morir, entr por l y le encontr recostado
sobre un tabique resignado a morir y tomndole por el brazo y le hizo salir.
Victoriano y Quintanilla ya se conocan anteriormente. Este comportamiento de
Quintanilla es difcil juzgarle, desde luego fue temerario y valiente, pero le
movi ms la amistad en aquel momento que la rivalidad y quiz ms que la
humanidad. Llegados a Chilln los oficiales y los soldados fueron puestos en
libertad para que marchasen a sus domicilios, algunos de ellos se quedaron en
el ejrcito realista.
El coronel Luis de la Cruz y Victoriano fiieron llevados prisioneros a
Lima para ponerlos bajo la autoridad del virrey. Diego Barros Arana, cita esta
accin, Francisco Encina le da bastante importancia pero no destaca como
merece la accin de Victoriano, que bien podra aadirse a lista de hroes de la
independencia. La guerra se haba hecho an ms cruel en la retaguardia, donde
la venganza, no solo de las tropas azuzadas por sus oficiales saqueaban y vejaban a los ciudadanos, incluso los asesinaban, sino que sus mismos gobernantes
estimulaban la denuncia, la delacin y la persecucin a los realistas. La Junta
de Santiago, en una proclama a los vecinos, entre otras cosas les recomienda:
"fiscalizad a los negligentes, acusadlos y abandonadlos al eterno desprecio de
la patria y de los hombres benemritos", tal y como se recoge en el Monitor del
da 10 de julio de 1813.
NOTAS
(1) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2. Fol. 232.
(2) El Monitor Araucano No 25. Jueves 3 de junio de 1813.
Los entrecomillados sin nota o sin especificar de donde son tomados,
son prrafos recogidos de la Autobiografia.

CAPITULO IX
Ascenso de Quintanilla a capitn. Batalla de Chilln.
El prestigio militar de Antonio Quintanilla haba crecido con sus actuaciones en los diferentes frentes y as, el da 2 de julio de 1813, ascendi a capitn.
Miller en sus Memorias dice que el coronel Snchez "despleg una actividad extraordinaria en fortificar con obras de campaa, todos los puntos alrededor de la ciudad de Chilln".
Entretanto los Carrera se divertan en la ciudad de Concepcin en bailes y "desrdenes", de tal manera, que los realistas extendan sus partidas hasta
la estacin terma1 de Cauquenes (1) y de las riberas del Bo-Bo.
Por su parte la Junta de Santiago deseaba conseguir una victoria sobre
las tropas del Rey acantonadas en Chilln antes de que recibiesen auxilio por
parte de Pareja, pues an ignoraban su muerte.
Chilln era una ciudad de unos 4.000 habitantes que haba crecido hasta
alcanzar la cifra de 9.000 al guarnecer en ella las fuerzas del coronel Juan
Francisco Snchez y ser el refugio de hacendados y campesinos de las cercanas que huan de los saqueos de la soldadesca y buscaban en ella la seguridad
para sus personas que en el campo corran serios peligros.
El coronel Snchez fue emplazando la artillera en los lugares ms
estratgicos alrededor de la ciudad, para poder resistir un hipottico ataque enemigo.
Carrera no se senta satisfecho, el tiempo de lluvias no era el ms propicio para un ataque a Chilln, vea que mientras sus tiendas eran destruidas por

Quintanilla

el temporal, los realistas tenan grandes edificios para cobijarse, e incluso, podan abastecerse y atacar con sus guerrillas; mientras tanto su ejrcito era minado
por las enfermedades al tener que permanecer entre el lodo das y das; uno de
los muertos durante el sitio fue el coronel realista Gamero.
Carrera y Snchez comenzaron una guerra dialctica, ms gramatical
que militar, pues se reduca a pura palabrera cruzada entre ambos queriendo
meter el miedo en su rival.
Las bateras de los insurgentes emplazadas alrededor de la ciudad, disparaban sobre sus calles causando apenas dao, pues al ser las casas de adobes
y los disparos prcticamente slo hacan un agujero en sus paredes.
El coronel Elorriaga recibi rdenes del Comandante general Snchez
de proseguir la guerra de guerrillas y, unas veces con la caballera y otras con
la infantera, atacaba los emplazamientos de las bateras que molestaban la ciudad tratando de anular su escasa eficacia.
En estas salidas era acompaado por su segundo el capitn Quintanilla;
en una de ellas Elorriaga trat de engaar al enemigo con una estratagema.
Sali portando un pauelo blanco en la mano y sus soldados con los fusiles
bajos, dejando la retaguardia a los hombres de Quintanilla; los enemigos creyeron que eran desertores que se pasaban a sus filas y les esperaban subidos en
las trincheras; una vez que se haban acercado lo suficiente, comenzaron a disparar a quemarropa, muriendo algunos oficiales y muchos soldados; pero tras la
sorpresa, fueron atacados hasta hacerlos refugiarse en la ciudad. En una de estas
salidas muri el coronel D. Lucas Molina que mandaba el Batalln Valdivia.
Segn el historiador Encina, el coronel Carlos Spano (2) que mandaba
la batera, no se dej sorprender por dicha estratagema, sino que esper a que
estuvieran lo suficientemente cerca para ametrallarles y causarles el mayor
nmero de bajas.
Nos queda una gran duda, pues mientras historiadores de la categora de
Barros Arana y Encina, dan una gran importancia a esta batalla de Chilln, nos
extraa que Quintanilla solamente tenga un leve recuerdo para ella, no dndole
tanta importancia.
Dada la sinceridad de Quintanilla en todos sus papeles, creemos que la
verdad est de parte de Quintanilla, as la vio l: "trataron de cortarnos la retirada saliendo por nuestros flancos hacindonos retirar ms que de prisa y
habiendo sido perseguidos hasta tener que meternos en la plaza".

Conozcamos la otra versin de esta batalla librada el da 3 de agosto.


Spano mandaba la infantera, Oller la artillera y Mackenna el Comando superior. Spano y O'Higgins entraron en los suburbios haciendo retroceder a las tropas mandadas por Elorriaga y Carvallo. Algunos grupos atacantes, a causa de
su embriaguez, se dedicaron al saqueo. El coronel Snchez, con sangre fra, permiti que las tropas patriotas se adentraran y se dispersaran por la ciudad, despus los soldados desde las tapias cazaban a lazo a los enemigos con metdico
sistema, lo que produjo en las filas realistas, adems de muchas bajas, gran
desorientacin.
Ante el fracaso de su accin, Carrera orden la retirada y una casualidad hizo lo dems en favor de los realistas; una de las balas disparadas acert a
uno de los caones de Makenna e incendi la plvora de un depsito cercano
con gran explosin causando una gran mortandad; mientras tanto O'Higgins y
sus ebrios soldados seguan batindose. Al percibirse de la matanza producida
por la explosin unos y otros dejaron de atacarse.
Dos das despus volvieron los patriotas que se dedicaron al saqueo y a
disputarse las mujeres que huan despavoridas con sus hijos. Las tropas de
Carrera, entre muertos, heridos y prisioneros haban perdido ms de 800 hombres. Recordemos que entre los muertos realistas estaban el coronel Gamero y
el capitn Molina.
En mala hora el ejrcito de Cassera tom la decisin de saquear los pueblos, arrasar sus campos y la ms cruel, fusilar a los prisioneros como a los chilotes de San Carlos.
Pronto tan cruel proceder fue imitado por los realistas. Los patriotas se
ganaron la antipata del pueblo, Carrera y la Junta, cada vez estaban ms distanciados, de tal manera que la nota del 14 de septiembre apercibindole duramente por los "generalsimos robos y vejaciones que han sufrido aquellos miserables habitantes".
A partir de este momento la obsesin de Jos Miguel Carrera era como
eliminar la Junta.

NOTAS
(1) Cauquenes, villa de la provincia de Maule, con unos 21.000 habitantes hoy, tiene una estacin terma1 situada en la ribera sur del Cachapoal a 779
m. sobre el nivel del mar. Posee cuatro manantiales cuya temperatura es desde
los 27" a los 40" centgrados en el manantial denominado Pelunzbre, llamado as
porque la alta temperatura quema la piel. Sus aguas son alcalino gaseosas, con
cloruro de calcio, sodio, magnesio, sulfato de sal, slice, hierro y almina. A
mediados del ao 1819, el general Jos de San Mastn que haba llegado a Chile
desde Mendoza en parihuelas transportado por sus soldados a causa de un fuerte ataque de reuma, por consejo de O'Higgins fue a esta estacin a tomar los
baos.
(2) Al coronel Carlos Spano se le extendi "Carta de ciudadana" en
junio de 1813.

Croquis de Chilln y alrededores dibujado por Mackenna.

CAPITULO X
Nuevos hechos de guerra. Quintanilla a punto de abandonar el ejrcito.
Batalla del Roble.
Pasado el invierno y libre del acoso patriota, el ejrcito real estaba en
disposicin de dispersarse por toda la provincia de Concepcin en pequeos
grupos de guerrillas al mando de diferentes oficiales. Una de esas columnas era
la mandada por el coronel Elorriaga, cuyo segundo era el capitn Quintanilla
que abri la comunicacin con Arauco a donde haba llegado el cura Bulnes,
enviado por el virrey para conocer la verdadera situacin del ejrcito realista;
por este conducto inform al virrey el coronel Snchez de sus consignas, pero
al mismo tiempo por Bulnes, sus mulos pidieron al virrey el relevo del coronel Snchez. En una de sus descubiertas al otro del ro Laja en direccin a
Yumbel, en Rere, tuvieron un encuentro con una columna al mando del coronel
D. Bernardo O'Higgins, que derrotada busc refugio en la villa de Quilacoya.
No cita Quintanilla el segundo de los encuentros en Quilacoya del que
dan cuenta Barros Arana y Encina y en el que fue derrotado Elorriaga. Acaso
es verdad el episodio nada edificante que circul y del que se haca responsable
directo a Quintanilla de haber degollado a un prisionero que arrastraban en retirada? Un oficial patriota lo pone en duda pues: "El ntimo conocimiento que
desde mi juventud tuve de este sujeto me hace dudar de este hecho, que a ser
cierto, sera una prueba ms de lo que la guerra civil desnaturaliza el corazn
humano". Este episodio es recogido por los historiadores Barros Arana y
Encina, lo citamos, junto a la opinin del oficial, tambin recogida por los mismos historiadores sin poder afirmar o negar tal imputacin.

Quintanilla

63

Situado el ejrcito al mando del coronel Snchez en el lugar de


Tarpellana, hizo varias incursiones sobre las tropas insurgentes apostadas al
otro lado del ro, quiz las ms conocida la de Higueruela. Elorriaga se apoder de Los ngeles, Nacimiento y la isla de Laja; por su parte Carrera haba llegado a la conviccin de que tena que recuperar la ciudad de Chilln para rehabilitarse ante los suyos. Segn escribe Quintanilla, el coronel Elorriaga se retir a Chilln con el fin de defender la ciudad y, segn Barros Arana y Encina,
fue el coronel insurgente O'Higgins quien le oblig.
Para Quintanilla, encerrarse otra vez en la ciudad de Chilln, era algo
insoportable, tales eran los malos recuerdos de lo sufrido durante los 3 meses
que dur el sitio anterior, que solamente el pensar que podra repetirse la misma
situacin le erizaba el cabello, por lo que pens abandonar el ejrcito y retirarse a Concepcin y volver a su antigua y lucrativa profesin, quiz sino lo hizo
fue porque no poda volver a su ciudad de Concepcin ni a Santiago mandadas
por Juntas rebeldes, aunque l dice: "el honor pudo ms en m que mis deseos".
No tenemos por qu dudar de su sinceridad, aunque me temo que si hubiese
sido la ocasin propicia para llevar a cabo su deseos, posiblemente aqu habra
terminado su vida militar.
Quintanilla qued al frente de una compaa en la hacienda de San
Javier, pero su jefe superior el coronel don Juan Francisco Snchez no deba
confiar en sus cualidades, pues a los pocos das se present el teniente coronel
don Pedro Asenjo para ponerse al frente de dicha compaa. Pero Asenjo no fue
bien recibido por la tropa y apercibindose de ello, nombr como su segundo a
Quintanilla, quien ms molesto an que la tropa, trat de no ser nombrado para
tal cargo, aunque termin por aceptarlo.
Con dicha compaa march al ro Itata donde acampaban otras partidas con el fin de hacer frente a las tropas de Carrera que estaban acampadas en
la orilla opuesta.
Una vez ms Quintanilla iba a ver su orgullo humillado y su vala
menospreciada. Pedro Asenjo, Luis Urrejola y otros jefes, se reunieron para trazar un plan de ataque, no invitando a tal reunin a Quintanilla, que de tal manera se sinti herido, que lleg de nuevo a pensar en abandonar el ejrcito definitivamente, pues crea que era debido a su graduacin de capitn, ellos eran coroneles, aunque con menos servicios y mritos que l, pero en definitiva, eran
superiores, as se lo crean y como tal se comportaban, aunque otro de los moti-

64

Jess Canales R~iiz

vos, no percibido an por Quintanilla, era que los militares europeos se sentan
superiores ante los americanos.
En dicha reunin se acord que Asenjo pasase el ro Itata por un vado
situado unos cinco kms ms abajo y que solamente era conocido por los naturales enrolados en la compaa; desde all habra de caer por sorpresa sobre los
patriotas a primeras horas del da siguiente y obligarles a abandonar la posicin, que solamente era fuerte por los flancos. As opinaba Mackenna sobre la
situacin estratgica de esta posicin escogida por Carrera: "era psima, cubierta de rboles y rodeada de barrancos que facilitaban la sorpresa" por lo que censura a Carrera.
Este al verse atacado, huy por el nico camino que le quedaba libre y
se dirigi a Coganco donde estaba su hermano Juan Jos acampado con la divisin a su mando.
A unas cuatro leguas se hallaba O'Higgins, que durante ms de cuatro
horas sostuvo una fuerte batalla que termin con la retirada realista sin orden ni
formacin alguna. En dicha batalla O'Higgins que se distingui por su valor y
serenidad, fue herido en una pierna; su ayudante el cadete Jos Mara de la Cruz
le vend la herida con su propio pauelo, y a pesar de los fuertes dolores,
07Higgins sigui al frente de sus tropas. Viendo la actuacin de los dos jefes
patriotas Carrera y O'Higgins, hay un juicio emitido por Quintanilla que debera ser suficiente para zanjar de una vez para siempre la polmica entre los historiadores partidarios de uno y otro. Segn Quintanilla, Carrera "era un emprendedor y organizador de guerra del ejrcito, pero careca de valor en las acciones, no as O'Higgins, que careciendo de las cualidades que asistan a Carrera,
era valiente y hasta el caso de ser temerario". (1)
Quintanilla presinti la desbandada realista en caso de derrota, cuyas
soldados, para salvarse tenan que volver a cruzar el ro por un vado difcil, por
lo que junt varios soldados con el fin de distraer y detener a sus perseguidores. Y sin que los "enemigos nos molestaran considerablemente", pudieron
pasar los "dispersos" el ro con menos precipitacin y dirigirse al Cuartel general en Chilltn.
Tal hecho se coment entre los soldados y enterado el general Snchez,
le llam para felicitarle, ocasin que aprovech Quintanilla para solicitar permiso para licenciarse, pues se senta humillado y preterido habiendo recibido
numerosos desaires, especialmente con el nombramiento del coronel Asenjo

como Comandante General del Batalln; Snchez por fin reconoce la vala
demostrada por Quintanilla y le nombra teniente coronel el da 1 de noviembre
de 1813, siendo confirmado el 25 de enero de 1814; tena Antonio Quintanilla
27 aos. Creemos que la queja de Quintanilla estaba justificada, lo que pretenda era ms el ascenso que la posibilidad de licenciarse, puesto que le era imposible volver a rehacer su vida de negocios dada la situacin poltica de Chile,
fue una manera indirecta de pcdir dicho ascenso .
En una guerra que podemos considerar como civil, no slo se combata
en las trincheras, sino tambin en la retaguardia por medio de crueles e innecesarias represalias contra los ms indefensos, se trataba de hacer el mayor dao
posible al enemigo, incluso al que se pensaba lo podra ser en el futuro, se trataba, muchas veces, de crear situaciones emocionalmente fuertes, especialmente con familiares de los jefes y, tanto un bando como otro, aprovechaba la
coyuntura.
En la ciudad de Concepcin el general Jos Miguel Carrera encarcel a
doa Ramona Antonia Lozano, esposa del tambin general Juan Francisco
Snchez, a la que acompaaban sus hijos, y junto a la familia del general
Snchez, a todas las esposas y parientes de los jefes realistas.
Por su parte Juan Francisco Snchez, apres en Los ngeles a doa
Isabel Riquelme y a doa Rosa Rodrguez, madre y hermana de 07Higgins,
trasladndoles a Chilln. Cuando se trataba de familiares tan directos de quienes tenan en sus manos el poder de decisin, se iniciaban negociaciones que
terminaban con el canje de dichos prisioneros, ms que fruto de una accin
humanitaria, era fruto del inters propio.
El panorama al finalizar el ao 1813 era desolador, las secuelas de la
guerra fraticida se dejaban ver mucho ms en villas y ciudades que en el frente
de batalla, el premio de una victoria era el saqueo, que normalmente se acompaaba de la muerte.

NOTAS
(1). Quintanilla, Antonio. Autobiografa.

CAPITULO XI
Nueva Junta en Santiago. Quintanilla sufre otra decepcin.
La Junta de Santiago, en la que los hermanos Carrera estaban representados por su amigo Juan Mackenna, se traslad a Talca. El nuevo poder ejecutivo le formaban los siguientes vocales, todos ellos personajes de la vida econmica y social de Chile: D. Juan Enrique Rosales, D. Juan Martnez Rozas, D.
Martn Calvo Encalada, D. Jos Gaspar Marn y el citado D. Juan Mackenna.
Por iniciativa de D. Carlos Correa de Saa, fue separado de su cargo el
Procurador de la ciudad D. Manuel Rodrguez, por el solo delito de ser enemigo de la familia Correa.
La falta de tacto de la nueva Junta hizo que sus rivales fueran represaliados, y as, por justificar la conquista espaola, le sucedi a D. Juan Antonio
Ovalle y, por el solo hecho de ser testarudo en la defensa de sus opiniones, lo
fue D. Miguel Infante; fueron las primeras vctimas de dicha Junta. Infante, con
gran entereza, hizo frente a las amenazas y arrogancia de la Junta.
El da 20 de octubre de 1813 la Junta se dirigi a D. Juan Francisco
Snchez, Jefe realista, con el fin de entablar conversaciones para una firma de
la paz. La Junta propona el licenciamiento del ejrcito realista, una amnista
general e indemnizar a los que han sido vctimas de los saqueos.
Jos Miguel Carrera pens que el traslado de la Junta a Talca, tena
como nico objetivo apartarle de ella y no se equivocaba. En una nota emitida
por el Secretario de la Junta D. Mariano Egaa, se le echaban en cara sus graves errores y se le planteaba la necesidad de que dimitiera. Carrera no se dign
contestar al requerinliento de la Junta, para sta era una simple formalidad su

dimisin, puesto que tom la decisin de reemplazarle por D. Bernardo


O'Higgins. "A las tres y media de la maana de hoy se present en esta Ciudad
el Coronel Don Bernardo O'Higgins, y a las doce a presencia de todos los
Oficiales que se hallan en Talca, y en medio de las aclamaciones de todos los
Ciudadanos hizo en otras manos el juramento de estilo: protest sostener a costa
de su vida los derechos de la Patria, y fue reconocido por General en Gefe del
Exrcito Restaurador, y todas sus Divisiones. Maana mismo tomar posesin
de la Divisin Auxiliadora, y en seguida pasa a tomar de las dems. Se participa a V.S. para su inteligencia y efectos correspondientes. Dios guarde a V. S.
muchos aos. Talca 9 de Diciembre de 1813". (1)
Su amigo Juan Mackenna les haba hecho ver que Carrera no poda
aceptar de buen grado su relevo; para legalizar la nueva situacin la Junta dict
varios decretos el da 27 de noviembre, por los que eran desposedos de
sus cargos los hermanos Carrera.
Jos Miguel fue sustituido en el
mando del ejrcito por O'Higgins y
Juan Jos era sustituido por el coronel Carlos Spano, como comandante de Granaderos; otro decreto,
pona en manos del capitn D. Juan
Jos Valds, la artillera, hasta
entonces a las rdenes del menor de
los hermanos, Luis. De un plumazo
la Junta hizo desaparecer de su
cabeza a los tres hermanos Carrera.
Mientras esta decisin cay bien en
la opinin pblica, el relevo no fue
del agrado de los militares.
Tampoco fue bien recibida en la
Provincia la facultad de la Junta de nombrar Gobernadores y Jefes de las diferentes administraciones. En los inicios del ao 1814, an no haba hecho entrega del mando Jos Miguel Carrera, por lo que la Junta decidi enviar al foco de
los disidentes al Obispo Cienfuegos para convencer a Carrera de que reconociera a O'Higgins, misin que an exacerb ms los nimos. Hubo de pasar un

68

Jess Canales Ruiz

tiempo para que Jos Miguel Carrera, hasta el da 1 de febrero de 1814, reconociera a D. Bernardo O'Higgins como su sustituto y jefe.
Como consecuencia de esta contumacia de Jos Miguel Carrera y de sus
hermanos de mantener el mando a toda costa, hubo algunas conspiraciones para
derrocarlos, que ahora los miembros de la Junta de Santiago quieren justificar,
a tenor del comportamiento ante sus dictmenes, indultando a los conspiradores. "El Supremo Gobierno del Estado teniendo en consideracin el mrito, y
circunstancias de las conspiraciones, que se dixeron intentadas en veinte y siete
de Noviembre de Mil ochocientos once, primero de abril de mil ochocientos
doce, y veinte y ocho de Enero de mil ochocientos trece contra la prepotencia
Militar del Brigadier D. Jos Miguel, D. Juan Jos y D. Luis Carrera, viene en
anular las sentencias, que se pronunciaron en las causas seguidas con motivo de
dichas conspiraciones, no obstante que conoce que nunca es el camino legtimo
para evitar los males de esta naturaleza, un desorden, y que los Ciudadanos que
aman su libertad, y nada miran superior a ella, deben producirse descubiertamente, y con la energa y carcter de hombres libres". (2)
La bancarrota era la nota predominante en el bando patriota, aunque la
economa tampoco era boyante en el bando realista, pues su ejrcito estaba al
borde de la miseria, ni oficiales ni soldados cobraban haca meses, sus uniformes eran harapos hmedos y mal olientes; un ejemplo le ofreci su comandante Ildefonso Elorriaga, que cuando se present ante el nuevo General Jefe D.
Gabino Ganza, vesta una rada chaqueta de campesino de la que colgaban sus
galones y que cubra con un poncho.
O'Higgins, desde su nuevo cargo, opt por no sitiar la ciudad de
Chilln, por lo que los realistas volvieron a emplear el sistema de guerrillas
como medida de desgaste para el enemigo. Elorriaga situ su columna al otro
lado del ro Laja y Quintanilla volva a ser su segundo. Un nuevo hecho de discriminacin volvi a desazonarle, no sabemos si por celos o por verse infravalorado. A dicha columna llegaron dos desertores del bando patriota, Manuel
Jos Baraao (3) y ngel Calvo y, segn Quintanilla, los dos, especialmente
Calvo "sujeto de intriga y talento", fueron apoderndose del aprecio y voluntad
de Elorriaga, "valiente pero no del talento de los dos que se haban agregado",
lo que hizo que a partir de entonces, Elorriaga obrara bajo su dictamen.
Mientras Quintanilla persegua las partidas patriotas y se expona, ellos
permanecan al lado de Elorriaga. Ante esta nueva situacin opt por enfrentar-

Q~4intanilla

69

se a su superior y delante de Calvo y Baraao, manifest su malestar y solicit


la baja en dicha coluinna y que se le asignasen 25 dragones de caballera con
los que se trasladara a las tierras de los araucanos en el sur. Con el visto bueno
de Baraao y Calvo, quiz para quitarse de encima un rival, Elorriaga accedi
a la peticin, por lo que Quintanilla abandon su columna.
Una vez llegado a Arauco se reuni con los principales caciques,
Lautaro, Colo-Colo, Caupolicn y otros "descendientes de los antiguos caciques de que tanta mencin hace Ercilla en La Araucana", y con los 300 hombres armados de lanza que pudo reunir, se dirigi a San Pedro, un fuerte a orillas del ro Bio-Bo frente a la ciudad de Concepcin. A su llegada, la guarnicin de la plaza se embarc y huy, pero desde su nuevo emplazamiento le
incordiaban con un can de 24 al que no poda contestar pues no contaba con
can alguno. Encina atribuye esta accin de Quintanilla a una orden de
Elorriaga, creemos que errneamente, pues no haba conexin entre ambos
mandos.
Entonces tom la determinacin de reconocer el ro y poner algunos
destacamentos en los bancos de arena, para en caso de ataque, poder rechazarle o retrasar su avance. Era consciente que para poder defenderse con garanta
en aquella posicin, debera poseer algn can, y de una forma rocambolesca,
en la ViIla de Nacimiento se hizo de dos corrodos por el orn. Una vez limpios
y reparados, el resultado fue magnfico, pues su alcance era hasta Concepcin.
Con el fin de engaar a sus enemigos, invent una ingeniosa estratagema, construyo 20 balsas con vigas de ciprs y en ellas embarcaba a sus pocos
soldados en el fuerte y con ellas haca entrar a estos pocos soldados con los ponchos puestos, saliendo sin ellos por la parte opuesta, y entraban de nuevo en
mangas de camisa, lo que haca creer a los enemigos que reciba refuerzos,
cuando realmente slo contaba con 100 hombres armados de fusil y 200 indios
de lanza que solamente le servan para labores de vigilancia.
Por la noche Quintanilla y sus soldados rondaban los posibles puntos de
desembarco, lo que percibido por los enemigos, les haca desistir de un ataque,
pero la contrapartida de esta labor, era que tanto Quintanilla como sus soldados
tenan que dormir de da, y que como l manifiesta "me habitu a este rgimen
que me cost ir dejando".
Quintanilla haba creado un pequeo grupo de espas para tener constancia de las intenciones del enemigo; estos espas, todas las noches, recorran

70

Jess Canales Ruiz

el ro en una especie de balsa neumtica, construida con pieles de lobo; al


embarcar la inflaban, desinflndola al desembarcar y escondindola en el bosque inflndola de nuevo al amanecer, regresaban al fuerte.
Por medio de este sistema pudo entrar en contacto con el fabricante de
cartuchos, el oficial Aristizbal quien se puso a su disposicin para volar el
almacn de plvora que estaba en el Palacio del obispo, cercano a la Catedral.
El que en la segunda planta del Palacio estuvieran presos dos coroneles, uno de
ellos era Guajardo, hizo que Quintanilla desechase la propuesta. A los pocos
das Aristizbal, acompaado de algunos amigos, apareci en uno de los bancos
de arena donde fue recogido por una de las balsas realistas.
Hemos conocido las muchas carencias del ejrcito realista, el mismo
Quintanilla confiesa no tener un solo peso, y aunque los soldados no exigan sus
pagas, llegaron a no tener ni un mendrugo de pan, comiendo solamente cecina
de vaca, incluso sin salar por carecer hasta de sal "ni tenamos ms ropa que la
puesta, ni ms camisa, era necesario estar sin ella mientras se lavaba y secaba;
pero la moral de la tropa era muy alta, por lo que superaba esta carencia", afirma Quintanilla.
Esta inopia total oblig a Quintanilla a tomar una decisin arriesgada,
la de ir a una hacienda de Gualpn, a la otra orilla del ro, en busca de alimentos. Para esta misin escogi 12 hombres, que armados de fusil, cruzaran el ro
en balsas sorprendiendo a los centinelas y guardianes de los caballos, hacindoles prisioneros. No menos de 100 caballos cruzaron el ro arreados por aquel
pequeo grupo de soldados realistas y sus prisioneros. La mayora de los caballos pertenecan a los jefes patriotas.
Separ los mejores y fueron remitidos a1 general Snchez y dems jefes,
repartiendo los dems entre los soldados que los haban triado y dems de la
compaa.
NOTAS
(1) El Monitor Araucano. Extraordinario, de fecha de 13 de diciembre
de 1813.
2) El Monitor Araucano No 23. Viernes 18 de Febrero de 1814.
(3) El coronel Manuel Jos Baraao fue hecho prisionero en la "Boca
del ro de la Plata" el da 26 de abril de 1817 cuando viajaba desde El Callao a
Cdiz en la corbeta Santo Cristo.

CAPITULO XII
Snchez es sustituido del mando. El general Gabino Ganza nuevo Jefe de
Chile.
Informado el virrey don Fernando de Abascal de la difcil situacin del
llamado Reino de Chile por el Gobernador de Chilo y Valdivia D. Ignacio
Justis, quiso conocer de primera mano lo que aconteca para lo que "dispuso el
Virrey que saliese el bergantn Potrillo en direccin a las Playa de Arauco conduciendo un sugeto de confianza y prctico del Pas que penetrase hasta
Chilln, y examinando la situacin de Snchez, le asegurase y a su baliente
Tropa y habitantes del Pas, la buena disposicin del Govierno para auxiliarlos".
Este hombre de confianza no fue otro que el sacerdote Bulnes.
Segn los informes oficiales "el Potrillo y el confidente desempearon
puntualmente su misin, y con los conocimientos que adquirieron tom el
Virrey los necesarios para fixar sus ideas, y resolverse a nombrar un nuebo Gefe
que con algunos refuerzos pasase a hacerse cargo de aquel mando; pues aunque
el Coronel Snchez, haba manifestado una constancia, y valor admirable; las
noticias confidenciales convenan en la necesidad de un Gefe de ms carcter,
graduacin, y conocimientos militares, como al fin se verific, destinando para
ello al Brigadier Ganza". (1)
Gabino Ganza ya haba sido Gobernador en Chile anteriormente y esa
fue la baza que ms jug a su favor.
El coronel Juan Francisco Snchez haba llevado bastante bien hasta
entonces la guerra, pero los informes desfavorables sobre su actuacin dados a
Bulnes por algunos de sus oficiales, llevaron a Abascal a sustituirle.

72

Jess Cai7nles Ruiz

Ganza era un hombre sensato y capaz, pero careca de las necesarias


dotes de mando para estar al frente del ejrcito en aquellas difciles circunstancias.
El 31 de diciembre de 1813 zarparon del puerto de El Callao la corbeta
de guerra Sebastiana y el bergantn Potrillo, a bordo del cual navegaba Gabino
Ganza a quien acompaaban "un practico del Pas7' que era su asesor, el letrado D. Jos Rodrguez Aldea, natural de Chillln. Llegando al puerto de
Talcahuano el da 31 de enero de 1814.
Llevaba unas rdenes sucintas y terminantes: mejorar las fortificaciones, entusiasmar las tropas y a los pueblos por la causa del rey, investigar a los
jefes y oficiales para destituir a los intiles, afirmar o anular los ascensos concedidos por Pareja y que calculase bien antes de decidirse de hacer una guerra
defensiva o tomar la ofensiva con todo vigor cuidando de guarnecer Chilln y
que invitara al Gobierno de Chile a deponer las armas. Si lo consegua que
tomase a su cargo el gobierno de Chile. Ganza llev consigo de Lima algunos
oficiales del Fijo de Lima del que era coronel, y al llegar, se encontr con que
antes lo haban hecho en Arauco 300 infantes procedentes de la isla de Chilo.
Una vez hecho del mando, de stos envi una compaa a reforzar las
tropas bajo las rdenes de Quintanilla, quien, adems del can que llevaron los
refuerzos, hizo traer un mortero, lo que produjo en la ciudad de Concepcin
cierta alarma ante la posibilidad de ser bombardeados.
Quintanilla, ahora ya con 400 hombres, estaba dispuesto a cruzar el ro
y atacar la ciudad.
Mientras tanto en el campo patriota haba cierta crisis en el mando, Jos
Miguel Carrera estaba en las horas bajas, la Junta, para quitarle de en medio, le
encomend una importante misin ante la Junta de Buenos Aires, por lo que se
dispuso a marchar a dicha ciudad.
De camino a Santiago fue sorprendido en Penco por el teniente Lorenzo
Plaza de los Reyes que le hizo prisionero envindole al campamento de Ganza,
a pesar de que Carrera haba firmado la orden de fusilan~ientode su hermano.
Con la ausencia de Carrera el beneficiado fue Bernardo O'Higgins, que era el
nuevo mando del ejrcito patriota desde el da 1 de febrero de 1814.
Ganza le mantuvo a distancia al principio, pero pronto intim con
Carrera, lo que fue aprovechado por ste para iniciar una gestin que ha sido
tema de disc~isinentre los historiadores chilenos. Segn Encina, su Diario

aclara las cosas: "El 6 de marzo exig de Ganza que me oyese un rato y me lo
concedi. Luis habl primero, y le dijo que me escuchase a m. Era reducido mi
plan a que me pusiese en libertad con mi hermano y dems compaeros y que
oficiase conmigo al gobierno de la capital convidndolo a una composicin
amistosa, en la que no haba duda si yo influa, como se lo ofreca, porque veamos que ni los chilenos ramos capaces de hacer nuestra felicidad, ni era posible evitar una guerra civil en el caso de vencer, porque las cosas haban tomado un aspecto horroroso. Ganza pareca consentir, pero el tunante me pidi que
hiciese la proposicin por escrito, para lo que mand a Tirapegui con tintero y
papel. No tuve inconveniente en repetir lo dicho, y la contestacin fue negarse
a pretexto de que los papeles pblicos de Santiago manifestaban el odio con que
me mirara el gobierno sin que pudiese sacar partido". (2)
Puede ser una prueba ms del carcter sinuoso de Ganza y de su labor,
especialmente poltica, en Chile. Los realistas, en mayor o menor grado, nunca
haban regateado su simpata por Carrera. En el peor de los casos nunca suscit el odio de O'Higgins, Mackenna, Eyzag~iirreo el P. Larrain, no es as pues
extrao que el coronel Luis Urrejola pusiera en libertad a los hermanos Jos
Miguel y Luis Carrera, con el fin de que depusieran la Junta de Santiago y rompieran el Tratado de Lircay. Hemos dejado a Quintanilla dispuesto a cruzar el
ro con el propsito de atacar a la ciudad para lo que dispona entre otras armas
de un mortero. Las pruebas que hizo, por desconocimiento de su manejo, resultaron desconsoladoras, pues el mortero explosion causando un gran susto en la
tropa.
Sin embargo su otra estratagema le sali bien, coloc un can sobre
una balsa, que protegida por otra ocupada por algunos soldados, se acercaba a
la orilla disparando causando temor y nerviosismo en las filas enemigas; haba
inventado una tcnica especial para que el can en su retroceso no daara la
balsa manejada por dos soldados. La novedad sorprendi a los patriotas.
La ciudad no era el mejor lugar para el ejrcito de O'Higgins, por lo que
decidi abandonar Concepcin y pasar al otro lado del ro Maule; el general
Ganza sigui sus movimientos con el fin de atacarle cuando cruzase el ro.
Mientras tanto, Quintanilla tuvo un encuentro con los patriotas en el
lugar del Gomero del que sali vencedor.
A pesar del abandono de la ciudad de Concepcin por O'Higgins, qued
defendida por unos 500 hombres al mando de la Junta; adeinhs Concepcin

74

Jess Curzales Ruiz

estaba fuertemente fortificada con trincheras en sus bocacalles y plazas en las


que tenan emplazados caones de gran calibre.
El general Ganza orden al coronel intendente D. Matas de la Fuente
que, con 150 hombres y un can, se uniera a la columna de Quintanilla que se
encontraba en San Pedro al otro lado del ro Bo-Bo; otra de las columnas destinada a la toma de Concepcin y Talcahuano fue la que acampaba en Huaqui
al mando de Pando.
El da 13 d e abril, como estaba previsto, Quintanilla cruz el ro en balsas con su infantera y ocup una posicin desde la que dominaba el campamento patriota y tambin se poda ver y vigilar sus lanchas, de las que logr al
fin apoderarse y que sirvieron para pasar la caballera realista. Al poco tiempo,
tanto Pando como la Fuente, atacaron por sus respectivos frentes, entrando en
la ciudad.
Cuando Quintanilla regresaba con su escolta al campamento, fue atacado por una partida enemiga cuyos componentes fueron hechos prisioneros por
sus tropas, que adems tuvieron "una parte muy activa en la rendicin de ms
de quinientos hombres de la guarnicin, que fueron prisioneros, como tambin
las autoridades principales de la ciudad".
No tuvo tiempo Quintanilla de disfrutar de la victoria y toma de la ciudad donde l haba tenido sus negocios; el coronel La Fuente dispuso que
siguiera hacia el puerto d e Talcahuano para conquistar tan importante nudo de
importacin de suministros y as permitir la entrada de los buques de guerra La
Sebastiana y El Potrillo, anclados en la bocana, bloqueando la entrada y salida
de barcos.
Una vez que Quintanilla tuvo en Talcahuano sus tropas, solicit de
Pando y La Fuente que atacasen por sus respectivos puestos, pero el coronel La
Fuente, no slo no acudi, sino que le orden volver a su primera posicin.
Temiendo ser derrotado desobedeci dicha orden y, viendo que Pando s haba
decidido atacar, tom la misma decisin hasta conseguir dominar la plaza con
"sus fuegos" de la infantera a su mando desde el flanco en el que acampaba.
Quintanilla, con balas de algodn guardadas en un almacn prximo,
construy una trinchera con la que se defenda del tiroteo enemigo; rodndolas,
iba avanzando, protegido en su retaguardia por 50 marineros armados de cuchillos propios para el abordaje, marineros que haban huido de Talcahuano y se
haban unido a sus tropas.

Quintanilla

75

En esta situacin se encontraba Quintanilla, cuando una misin enemiga solicit parlamentar. Recibida por el mismo Quintanilla, le manifestaron que
queran parlamentar para tratar de entregar la plaza al Comandante en Jefe D.
Matas La Fuente.
Una de las condiciones impuestas por los patriotas, era que se permitiera a los soldados que defendan la ciudad se incorporaran a las tropas de
Bernardo O'Higgins, a lo que Quintanilla se opuso, pues no admita otro trato
"que no fuera rendirse y quedar prisioneros de guerra".
El parlamentario ante esta propuesta volvi a la ciudad a comunicar la
propuesta hecha por Quintanilla a la Junta, volviendo con la respuesta de que se
rendan. Una vez abandonadas las armas por los defensores, entr en ella
Quintanilla.
Quintanilla se sinti despus muy dolido y afectado pues su actuacin
no mereci mencin alguna ni tampoco por lo actuado en la plaza de San Pedro;
achaca este olvido de Ganza por estar entonces preocupado por la firma del
Tratado de Lircay.
Ocasiones de menosprecio hacia Quintanilla las venimos observando en
diferentes ocasiones y su origen hay que buscarle en la discriminacin que
sufran los militares americanos frente a los espaoles, no en una persona determinada; a los americanos se les juzgaba como de segunda clase, incluso en sus
sueldos eran discriminados. As un coronel del Talavera cobraba 250 pesos
mensuales y una americano 50. Quintanilla como americano cobraba de capitn entonces 35 pesos frente a los 85 que cobraba un capitn del Talavera.
Los historiadores Barros Arana y Encina, dan otra versin muy diferente de la que acabamos de conocer por lo escrito por Quintanilla. Estos afirman
que la rendicin fue condicionada, no siendo respetado lo acordado por los realistas. Damos a conocer las dos, pues no nos es dado saber la verdad pues cualquiera puede ser parcial.

NOTAS
(1) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2. Compendio ... fols. 233 y 234.
(2) Encina, Francisco. Compendio de Historia ...T. 11 pg. 564.

CAPITULO XIII
Quintanilla en Chilln. Preparativos para la reunin entre Ganza y
O'Higgins. Ganza firma el Tratado de Lircay. Quintanilla vuelve a solicitar la baja en el ejrcito. Nombramiento de Lastra como Director Supremo
de Chile.
Una vez tomadas Concepcin y Talcahuano, Quintanilla se dirigi a
Talca acompaado de su batalln de infantera dejando en la ciudad los soldados indgenas. De camino hacia Talca recibi la orden de pasar a Chilln, a
donde dirigi sus pasos mientras sus soldados, al mando de uno de sus oficiales, sigui la marcha hacia Talca.
Apenas llegado a la ciudad se enter que en el Tratado de Lircay, uno
de los acuerdos, determinaba que los batallones de Valdivia y Chilo deberan
regresar a sus respectivas plazas y todos los jefes y oficiales que no eran militares de profesin, caso de Elorriaga y Quintanilla, deberan abandonar el ejrcito y volver a su condicin de ciudadanos civiles; los que eran militares profesionales, habran de volver al grado que tenan antes de comenzar la guerra, artculo que los afectados se negaban a aceptar.
Sin embargo, por lo que a l le concerna, no parece que Quintanilla
estuviese disgustado, y aunque ya comenzaba a tener cierto gusto por la vida
militar, se hallaba dispuesto a volver a ejercer su profesin de comerciante aunque tuviera que comenzar de cero y sin un solo peso, pero confiaba seguir
teniendo el crdito anterior para volver a resarcirse de las prdidas y del tiempo pasado en el ejrcito. Con el fin de manifestar que era uno de los que se acogan al Tratado, Quintanilla se present al general Ganza para solicitar la baja

en el ejrcito y el permiso necesario para trasladarse a Lima con el correspondiente salvoconducto y certificado de los servicios prestados en el ejrcito.
Ganza se neg a esta solicitud poniendo como excusa que el Tratado no se
cumplira. El virrey Abascal an confiaba en que las aguas volvieran a su cauce,
crea que lo que estaba sucediendo en Chile, era producto de unos cuantos criollos descontentos. El da 11 de enero de 1814, zarpaba de El Callao con direccin Valparaso la fragata inglesa Phoebe mandada por el comandante James
Hillyard. La fragata Phoebe y la corbeta Chenlb, estaban en el Pacfico con la
misin de defender a los barcos ingleses de los ataques de los de Estados
Unidos, entonces en guerra con Inglaterra.
"El da ocho de Febrero fonde en Valparaso la fragata de guerra inglesa la Phoebe, la corveta Echrub (sic): la primera con 300 hombres de tripulacin, y la segunda con 130 siendo el Capitn de la fragata Santiago Hillegar y
de la corveta M. Tomas Jurker. Salieron del puerto del Callao, y fondearon en
Valparaso a los 28 das de navegacin y Conduce los prisioneros Oficiales de
guerra y Mayores de la Perla y el Potrillo; los prisioneros de la Perla son los
siguientes, D. Vicente Barba, D. Vicente Guzman, D. Francisco Lasterra, D.
Jos Rodrguez, D. Jos Ovalle y Manuel Molina; los que condujo el bergantn
Potrillo de Arauco son los siguientes, D. Lorenzo Rengife, D. Juan Manuel
Lopetegui, D. Mariano Alvarez, D. Juan Pablo Paredes y D. N. Sandoval". (1)
El da 11 de enero de 1814, el virrey Abascal comunica al general
Gabino Ganza, el ofrecimiento hecho por el comodoro ingls Santiago
Hillyard: "por pura bondad de su corazn amante de la humanidad, me ha ofrecido practicar con la junta de Chile los oficios ms eficaces para reducirla a
entrar en una composicin justa y razonable, decorosa a este gobierno, y que
concilie los intereses del reyno con los de FERNANDO VII, y nuestra nacin
espaola de que es y no puede dexar de ser parte. Este pensamiento benfico
del Sr Hillyar coincide perfectamente con mi modo de pensar opuesto a la discordia y al derramamiento de sangre" (2). En las "apuntaciones" dadas por el
virrey Abascal al comodoro James Hillyard, le manifiesta, entre otras cosas;
"que la bondad de su corazn propenda a hacer por su parte, cuantos buenos
afectos pudiera poner en prctica, para conciliar los nimos de la junta gubernativa de Chile ... el horror con que mira (el virrey) el derramamiento de sangre,
y el dolor de que esta penetrado ... por tener que emplear contra ellos la guerra
con toda la energa que exige el deber". La misin de Hillyard, es poner de

78

Jess Canales Ruiz

manifiesto al Gobierno de Chile, que el virrey quiere llegar a un acuerdo por


"su innata propensin al bien de sus semejantes".
Hillyard hizo su entrada en Valparaso el da 8 de febrero, en cuyo puerto encontr anclada la fragata norteamericana Essex mandada por el capitn
David Porter, por lo que se dedic a vigilarla para que no se le escapase. Los
dos capitanes, Hillyard y Porter se saludaron cordialmente en casa del Director
Lastra, lo que no fue bice para que Hillyard siguiera con el propsito de atacar a la fragata Essex; tuvo la paciencia de esperar a que zarpase, pues no poda
atacarla hasta que no saliese a aguas neutrales; no pudo hacerlo hasta el da 28
de marzo, da en que la apres junto a la Essex Junior en la caleta de Cabritera
donde se haban refugiado, no respetando la prohibicin de atacar fuera de
aguas neutrales. "En este estado lleg al Cuartel General de este Gefe el comodoro Ylliards Comandante de la Fragata Phoebe haciendo algunas proposiciones pacficas y conciliadoras por el Govierno de Chile en calidad de mediador".
(3)
Hillyard no pudo llegar a Santiago hasta los primeros das de abril. Por
el recibimiento hecho en Santiago a Hillyard por parte de los patriotas y su posterior nombramiento como Regidor perpetuo de Santiago el da 16 de mayo de
1814, segn se recoge en El Monitor del martes da 15, parece indicar que estuvo ms de su parte que del encargo hecho por el virrey. Entre las muchas recomendaciones de Abascal estaban las que al final decan: "siempre que los chilenos ratificasen el reconocimiento de Fernando VII, que en su ausencia y cautividad reconociesen la soberana de la nacin en las cortes generales y extraordinarias y recibiesen y jurasen la constitucin espaola hecha por las mismas,
los recibira en sus brazos con un padre". (4) Recordemos de paso como estaba
la situacin; Bernardo O'Higgins haba quedado interpuesto entre la capital y
las tropas realistas, dejando entrever que careca de fuerzas para abrirse paso;
niuchos de sus jefes y oficiales y la mitad de sus soldados haban desertado.
Ante la indecisin mostrada por Ganza para atacar a los insurgentes,
Rodrguez Aldea lleg a decir: "Declaro ante Dios y los hombres que el seor
brigadier pudo haber concluido la guerra en dos nieses, si hubiese atacado a
07Higgins o a Mackenna antes que aquel se acercase". (5) El Gobierno de
Santiago estaba desempaado entonces por el Coronel D. Francisco de la Lastra
y un Consejo consultivo formado por siete personalidades, entre ellas; Camilo
Rodrguez, Juan Martinez Rozas, etc. (6) Estas personalidades nombraron

Quintanilla

79

ministros: de Gobierno a D. Jos Mara Villarreal, de Guerra al Sargento Mayor,


y al doctor D. Juan Jos Echevasra, de Hacienda. El inspirador de aquel
Gobierno era el guatemalteco D. Antonio Jos de Irisarri, Intendente de la ciudad, hombre de talento y casado con una Larrain, familia muy influyente en
aquella sociedad.
As se dej sentado en los informes
oficiales este nombramiento: "Fieles imitadores de los de Buenos Ayres, haban creado su
Senado, nombrando a Lastra Director
Supremo, estrechaban sus providencias para
escoger las armas y caballos de todos los habitantes Europeos y realistas, y se exforzaban
para entusiasmar al Pueblo, cuyo calor no
corresponda a sus deseos y actividad". (7) El
da 25 le fueron entregadas a Ganza las bases
de lo acordado por lo que llam apresuradamente a Chilln al Auditor de Guerra D. Jos
Rodrguez Aldea, que segn el mismo Ganza
confes en su proceso era "como un santo
padre en materia de derecho y en la inteligenFrancisco de la Lastra, segn
cia del valor de las expresiones y palabras".
dibujo de Desmadryl.
Rodrguez Aldea lleg a Talca el domingo 1 de
mayo y, ledas las bases, los dos convinieron que eran contrarias a las rdenes
del virrey. Para Ganza no haba nada ms que un camino dada la correlacin
de fuerzas, tratado o derrota.
La fecha fijada para la reunin de los plenipotenciarios era la del martes da 3 de mayo de 1814 en un pequeo rancho a orillas del ro Lircay y all
se dirigieron en coche de caballos Ganza y Rodrguez Aldea; Ganza, durante
el viaje, iba leyendo las enmiendas y solicitando toda clase aclaraciones a su
asesor. En la hacienda se encontraron con Bernardo O'Higgins, Juan Mackenna
y Jaime Zudez por parte patriota, hallndose presente tambin el comodoro
ingls James Hillyard. El primer punto planteado era el por qu de la presencia
en dicha reunin de Jaime Zudez, que fue impugnada por Rodrguez Aldea.
Zudez abogado de Chuquisaca, Alto Per (Bolivia), muy versado en leyes,
era un serio obstculo para alcanzar los objetivos realistas y, para los patriotas,

80

Jess Carzales Ruiz

el nico capaz de enfrentarse a Rodrguez Aldea. Zudhiez ya se haba distinguido en su ciudad como independentista, habiendo estado encarcelado. El
debate entablado, nada ms comenzar, dej bien a las claras por qu la presencia de Zudez estorbaba a los realistas. Zudez a "tropezones y con detencin" iba haciendo su papel, cada palabra era analizada por Rodrguez Aldea y
replicada por Zudez, resultando una discusin acaloradsima, siendo la ms
reida la expresin "derechos imprescriptibles".
En la sala de discusin haca un fro intenso, estaban en el invierno austral, y como aquello se alargaba ya durante varias horas, Ganza invit a
O'Higgins a salir a la calle a tomar el sol, quedando ste atnito de las ideas de
Ganza en favor de los americanos. Al final terminaron por salir todos y seguir
debatiendo en la calle, terminando dicho debate en una fuerte discusin: "Esto
no es proceder de buena fe" manifest O'Higgins. La discusin no termin
hasta bien entrada la noche. Entre los testimonios de Rodrguez Aldea y Ganza
hay serias discrepancias, manifestando Rodrguez Aldea al general Ganza que
no debera aceptar aquellas capitulaciones, l no las quiso firmar.
Las concesiones hechas a Espaa eran: Reconocer la autoridad de
Fernando VI1 y se declaraba que la comarca era integrante de la Monarqua
espaola. Los oficiales veteranos de infantera y dragones de Concepcin que
quisieran seguir gozaran de empleo y sueldo. El Gobierno de Chile satisfara a
varios vecinos de Concepcin 30.000 pesos, como pago a lo gastado por el ejrcito de Ganza.
Enviaran diputados a las Cortes, se mantendra el gobierno interior y el
comercio con las naciones aliadas y neutrales. El ejrcito real debera abandonar Talca a las 30 horas de ser ratificado el Tratado y el de Concepcin a los 30
das. Entre otras clusulas, haba una que hablaba del intercambio de prisioneros, restituir las propiedades que tenan antes del 13 de septiembre de 1810 los
particulares. Los patriotas quedaron altamente satisfechos del Tratado. Los testimonios de Rodrguez Aldea y de Ganza acerca de su intervencin en l, son
dispares.
En el juicio que se le sigui por esta causa, Ganza manifest que
sabiendo Rodrguez Aldea que las instituciones se oponan al Tratado, no le
aconsej ni le insinu siquiera, que se abstuviese de firmarlo. Por su parte
Rodrguez Aldea, afirm haber dicho al General que bajo ningn pretexto deba
aceptar aquella capitulacin; lo que est claro es que Rodrguez Aldea declin

su responsabilidad al no estampar su firma en el protocolo. Al brigadier Gabino


Ganza (9) se le abri un proceso en Lima a cuyo frente estaba el capitn
Salvador Domingo Gali de servicio en el Regimiento de Infantera de Talavera.
Comenz el fiscal haciendo una relacin de lo actuado antes, dando cuenta de
ello al Consejo de Guerra que se celebrara en casa de Joaqun Molina, Jefe de
la Armada y presidente del Tribunal. El juicio celebrado durante los das 27 de
mayo al 14 de junio de 1816 const de diez sesiones.
Los miembros del Consejo de Guerra fueron, ademhs de Joaqun
Molina, el Conde de Valle de Oselle (Jos de Zhrate y Navia), los brigadieres
Joaqun de Als, Pedro de Molina, Mateo Cosso, Simn Daz de Rhbago,
Gaspar de Munive (Marqus de Valdelirios), el capitn de navo Jos Manuel
de Vivero, el coronel Francisco Arias de Saavedra y el Auditor de Guerra
Marqus de Castel Bravo del Rivero (Diego Miguel Bravo del Rivero y
Zabala). El da 14 de junio dieron a conocer la sentencia a Gabino Ganza: "cn
atencin al arresto sufrido, se le ponga en libertad, reprobndole los tratados
que hizo". Formndose proceso por su "tortuosa actuacin" al Auditor de
Guerra Jos Antonio Rodrguez Aldea.
La sentencia le fue comunicada a Ganza el da 19 de junio de 1816. En
esta causa seguida contra Ganza, declararon algunos de los oficiales que estuvieron a sus rdenes; as el coronel ngel Calvo le acus de no saber mantener
la disciplina por lo que "desertaron muchos soldados hasta llegar a Chilln ...,
pues el soldado y el oficial marchaban a su voluntad", tambin manifest el
aprecio que mostraba Ganza por el general O'Higgins, aunque le encontraba
arrepentido de la firma del Tratado. Por SLI parte Antonio Quintanilla declar el
da 18 de octubre de 1814 desde Aconcagua donde se encontraba de guarnicin
que: "absolutamente soy capaz de poder informar nada", pues se encontraba en
marcha de Concepcin a Talca con su divisin cuando Ganza firm el Tratado,
y que no haba notado: "en las rdenes que me comunicaba la menor seal de
intriga".
NOTAS
(1). El Monitor Arc~uca~zo.
Extraordinario. Lunes 13 cle Diciembre de
1813.
(2) El Pensador del Peni. pg 11 8.
(3) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2. Compendio ... fol. 246.

Jess Caiznles Ruiz

(4) Mendiburu,Manuel. Diccionario biogrfico histrico del Per. T.


IV, pg. 5.
(5). Encina, Francisco A. Compendio... T. 11, pg. 568.
(6) Francisco de la Lastra y de la Sota Corts de la Vega del guila
naci en Santiago de Chile el ao 1777. Era hijo de Antonio de la Lastra Corts
de la Vega, nacido en Arredondo, Cantabria, en enero de 1733 y de Mara
Candelaria de la Sota del guila, nieta de Francisco de la Sota y Sierra, nacido
en Arce (Cantabria) el ao 1699, que fue Tesorero en Chile y cas el ao 1736
con Rosa del guila. El ao 1793, con 16 aos de edad, vino a Espaa donde
curs estudios militares, ingresando como guardamarina en la Real Armada
Espaola, en la que sirvi hasta el ao 1807, fecha en la que alcanz el grado
de Alfrez de navo. El ao 1811 abraz la causa de la independencia, siendo
nombrado capitn del ejrcito y Gobernador poltico de Valparaso. Fue confinado por los realistas en la isla de Juan Fernndez con otros 77 patriotas, volviendo al continente el 25 de marzo de 1817 en el guila con todos los confinados en dicha isla. El ao 1833 fue consejero de Estado y un ao ms tarde
Ministro de la Guerra. El ao 1841 fue Ministro de la Cmara de Apelaciones.
Casado en Chile, dej larga descendencia.
(7) El da 7 de agosto de 1813 sali el primer nmero de El Semanario
Republicano de Chile. Fue fundado y dirigido por D. Antonio Jos de Iribarri,
que escriba en l con el pseudnimo de Dionisio Terrasa y Rejn. Sus soflamas
republicanas eran los principales textos del Semanario, "pues haba que terminar con la idea absurda de la monarqua, educados como estamos en esa idea".
Escriba en forma de epstola dirigida a Cayo Vinicio, personaje de ficcin.
(8) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2. Compendio ... fols. 245 y 246.
(9) El general Gabino Ganza fue dado de baja como coronel del
Regimiento de Lima a finales del ao 1816, siendo sustituido por Juan Antonio
Monet; acompaado de su hijo, zarp de El Callao en la fragata Aurora el da
15 de febrero de 1817. Fue subispector del ejrcito en Guatemala el ao 1820.
En 1821 se uni a los separatistas guaternaltecos que le nombraron Jefe del
nuevo Estado. Anexionada Guatemala por Mxico fue Gobernador hasta 1822,
ao en el que fue destituido. Naci en Vizcaya el ao 1750 y muri en Mxico
el 1825.

CAPITULO XIV
Quintanilla es nombrado Gobernador del puerto de Talcahuano. El virrey
no acepta el Tratado de Lircay y sustituye a Gabino Ganza.
Nombramiento y llegada de Mariano Osorio a Chile. Quintanilla al mando
de los denominados Carabineros de Abascal.
El Tratado produjo en las filas realistas una conspiracin contra el coronel Ganza; jefes y oficiales reunidos en junta se negaron a cumplirlo, como as
sucedi.
Conocido por el virrey Abascal "desaprob inmediatamente que tuvo la
noticia su tratado y conducta, y se resolvi a relevarlo del Mando". (1)
Se dispuso que "el General Osorio pasara a Chile para continuar las
operaciones de aquel Exto, habindose desaprobado el tratado que el Brigadier
Ganza haba celebrado con los Chilenos en Lircay el 3 de Mayo anterior". (2)
El da 3 de agosto fue nombrado como sustituto el coronel de Artillera
Don Mariano Osorio, zarpando de El Callao ese mismo da a bordo del Asia,
cuyo comandante era el capitn de navo Pedro Palencia, y acompaado de
varios transportes que trasladaban las siguientes fuerzas, el Batalln Veterano
de Talavera que acababa de llegar de Espaa que contaba con 700 soldados y
era mandado por el coronel Rafael Maroto, dos compaas de artillera y un
escuadrn de caballera denominado Carabineros de Abascal, cuyo armamento,
monturas y dems equipo haba sido pagado por quien vena a su frente, el
comandante Amzaga que quera ostentar su mando y que se haba gastado
16.000 pesos, para el que consideraba su escuadrn estuviera formado por tres
compaas.

84

Jess C m a l e s R~riz

El virrey les di para la "caja militar" 50.000 pesos y una cantidad considerable de azcar y tabaco para que su "producto sirviese de auxilio a los gastos de comisara". Como Ayudantes de Campo le acompaaban el teniente coronel de caballera Bernardino de la Torre, el capitn del Talavera, Juan Valds, el
de Milicia de Concepcin, Jos Martnez, el de los Dragones de Concepcin,
Joaqun MagallUn y como Jefe del Estado Mayor, Joaqun Primo de Rivera,
comandante del Infante.
El costo de esta operacin, contando los auxilios remitidos a
Talcahuano hasta ese da, fue de 1.297.296 pesos.
En este nterin, Ganza, para convencer a Quintanilla de que no abandonase el ejrcito como haba solicitado, le ofreci el Gobierno militar del puerto de Talcahuano y ste, satisfecho su ego, acept el cargo en el que permaneci dos meses, hasta la llegada de Osorio.
Como primera autoridad militar, Quintanilla recibi a Osorio a su llegada a Talcahuano el da 13 de agosto. Al da siguiente de haber desembarcado,
Osorio con su cuerpo de ejrcito, unos 600 hombres, se puso en marcha en
direccin a Concepcin.
Una nueva circunstancia favorable vino a colniar las apetencias de
Quintanilla; el comandante Amzaga que vena enfermo de gravedad muri a
los dos das de llegar a Concepcin, por lo que Osorio nombr a Quintanilla
nuevo comandante del escuadrn de caballera Carabineros de Abascal y, al
frente de los dos batallones de hsares, puso al comandante Manuel Baraao.
Como medida previa, para ponerse al frente del escuadrn, Quintanilla
debia desencajonas los caballos, reclutar los jinetes y pscpararlos para dirigirse
a Talca e incorporarse al ejrcito.
La orden dada a Quintanilla era imposible de cumplir en el plazo fijado
y cuando ste quiso informar a Osorio de esta imposibilidad, ya haba abaiidonado Talcahuano; ante ese contratiempo ofici al Coronel para solicitarle oficiales y soldados que hubieran servido antes en caballera, sindole remitidos
algunos sargentos y cabos, pero del arma de artillera.
Ante la imposibilidad de reclutar hombres capaces de montar bien para
formar el escuadrn de caballera, fij una serie de bandos para encontrar jinetes, y como aliciente para atraerlos, ofreci un equipo de gala y otro de cuartel
a cada futuro jinete. Los pretendientes llovieron en la residencia del
Gobernador, la mayora ya haban formado parte del ejrcito patriota, pero para

Quintanilla no era obstculo si su talla y robustez eran las adecuadas. Entre las
condiciones exigidas para formar parte de dicho escuadrn, una sine qua non,
era ser dado de alta por el mdico por lo que todos se pusieron manos a la obra:
"el cirujano, l o los peluqueros cortndolos el pelo y los cabos lavndoles en
la acequia as como otros vistindolos y pasar el ejercicio de posicin era obra
de un momento y que no paraba". (3)
A los cuatro das ya haba formado los escuadrones de caballera, a
cuyos voluntarios se haban agregado alguno soldados y marineros del Asia que
haban desertado y hacia los cuales haba cierta reserva de confianza entre los
dems componentes de dichos escuadrones. Una semana despus de haber partido Osorio de Talcahuano lo haca Quintanilla al frente de su escuadrn de
caballera formado por tres compaas. Mientras iban de camino, cuatro de sus
hombres se dedicaban a robar caballos y conducirlos al encuentro del esciladrn, y tal fue la maa que se dieron, que cuando Quintanilla entr en Talca,
todo el escuadrn iba montado, aunque los caballos no eran todo lo buenos que
desearan como tomados a toda prisa y sobre la marcha. Cuando Quintanilla
lleg a Talca, parte de las tropas haban salido en direccin a Santiago.
Sobre el Regimiento Talavera, el historiador Encina escribe: "Para darse
cuenta de lo que representaban los 600 soldados espaoles de lnea, es necesario recordar, una vez ms el juicio de un juez tan competente como imparcial ...,
el General Antonio Quintanilla". El Talavera era un regimiento formado por
soldados temerarios, valientes, osados, atrevidos y poco escrpulos, que se
hicieron temer entre los habitantes de Chile.
La prdida de Talca por los patriotas, enfri el nimo de los ms entusiastas independentistas, si bien Irisarri consigui levantar un poco el espritu
ciudadano con sus encendidas cartas a Cayo Vinicio, desde el Semanario
Republicano de Chile que l mismo diriga.
Mariano Osorio determin salir de Talca con sus divisiones, acompaado de Quintanilla al mando de la caballera; pero al llegar con sus tropas a orillas del ro Lircay, la crecida, a causa de las intensas lluvias, haca imposible
vadearle. Osorio tema que alguna unidades que haban tomado la delantera fueran atacadas, lo que le tena impaciente y por ello quera cruzar el ro como
fuera. Ante la imposibilidad de vadearlo, determin construir una balsa con
barriles y tableros con lo que pudieron cruzarle l y su Estado Mayor, y poco a
poco, lo fue haciendo la infantera. Sin embargo, los escuadrones de caballera,

86

Jess Canales Ruiz

el de hsares y algunos dragones, deberan cruzarlo a nado con el correspondiente peligro y temor de ser arrastrados por la riada caballos y jinetes.
Para encontrar la posibilidad y la mejor manera de cruzarlo, Quintanilla
hizo la prueba a lomos de su caballo; quitndole el bocado se introdujo en el ro
hasta llegar a la mitad de su cauce donde se dio cuenta que la nica manera de
llegar a la otra orilla, era dejar ir al caballo a favor de la corriente. Volvi de
nuevo donde esperaban sus soldados y puesto al frente, les orden seguirle con
sus tercerolas levantadas en una mano y con la otra dirigir su caballo. Por fin,
las tropas de Osorio se reunieron al otro lado del ro, en la hacienda Requinoa,
otros autores citan la hacienda Valdivielso, a unos 10 kms de Rancagua en cuya
villa se encontraba el ejrcito de Bernardo O'Higgins.
En dicha hacienda, Osorio recibi una orden del virrey Abascal para
que con prontitud ajustase un convenio lo ms ventajoso que pudiese; el general estuvo dispuesto a cumplir la orden, pero la Junta de Guerra ante las dificultades y la posibilidad de funestas consecuencias, determin desobedecer
dicha orden y traz el plan estratgico para atacar Rancagua, determinando que
Quintanilla fuera a la avanzadilla del ro Cachopoal que les separaba de la villa.
Cuando Osorio se preparaba para atacar Rancagua, recibe la orden del
virrey de que se reembarque con su Batalln Talavera y se dirija a los puertos
intermedios para reforzar el ejrcito real en Per, pues tema que los argentinos,
tras la toma de Montevideo, se dirigieran al Per.
Gran perplejidad le caus a Osorio la orden, pues retirndose el
Talavera, debera hacerlo todo el ejrcito, ante lo que decidi desobedecer y en
vez de retroceder pas el Cachoapal con sus 3.500 hombres: "El Exto vadi el
Ro de noche, y al amanecer del lo de Octubre se dirigi sobre Rancagua, distante dos leguas. Los Enemigos disputaron el paso, pero siendo batidos se replegaron a aquella Villa que tenan atrincherada y fortificada con 12 piezas en
diversas baterias". (4)

NOTAS
(1) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2, fol. 245.
(2)
Id
Id
Id
fols. 244 y 245.
(3) Quintanilla, Antonio. Autobiografia.
(4) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2, fol. 273.

CAPITULO XV
Batalla de Rancagua. Participacin de Quintanilla.
La Batalla de Rancagua fue la primera batalla importante librada en tierras de Chile entre el ejrcito real y el insurgente. "O'Higgins atac a los realistas en la orilla del ro Cachopoal pero no teniendo ms que 900 hombres consigo fue batido y tuvo que refugiarse en la ciudad de Rancagua". (1) Dispuso
que las entradas de las calles se cerraran, y adopt cuantas medidas eran posibles para hacer de aquel punto la ms difcil accesibilidad posible.
Hasta ahora los encuentros entre los dos ejrcitos, no haban pasado de
simples escaramuzas, algunas bastante violentas, pero no podan considerarse
como batallas entre ejrcitos organizados con tcticas y estrategias bien estudiadas. Rancagua iba a ser el inicio de lo que al final llevara al Reino de Chile
a la independencia.
Se pueden conocer varias versiones dadas por diferentes historiadores,
una breve y lacnica tal como la que qued de resea oficial: "Las Tropas del
Rey despus de sostener un fuego terrible de metralla y Fusil, se arrojaron a la
balloneta y sable, sobre la poblacin y penetraron hasta la Plaza principal de la
que escaparon los Caudillos Carrera y O'Higgins; a la sombra de la conspiracin del humo y del polvo; dexando sobre 400 muertos, 900 prisioneros, entre
ellos a su mayor General Caldern y 31 oficiales; toda su artillera; 12 caxas de
guerra y 5 banderas con divisas negras; en seal de que estaban resueltos a no
dar Quartel". (2)
El escuadrn de Quintanilla marchaba en vanguardia persiguiendo a las
tropas patriotas atrincheradas en Rancagua: "El Ejrcito real pas a atacarlo en

S8

Jeslis Canales Ruiz

sus trincheras y la accin dur todos el da 1" de octubre y 2 del mismo, que fueson disputadas a palmos las casas para aproximarse nuestras tropas lo ms posible a la plaza de la villa", manifiesta Quintanilla.
Ante la llegada de Carrera con la caballera, Osorio determin retirarse,
lo que comunic a Quintanilla para que, con su escuadrn, cubriese la retirada.
Sorprendi por esta decisin, Quintanilla le dijo que si pona en ejecucin la
orden, la mayor parte de los soldados chilenos desertaran, incluso los de su
esc~iadrnde caballera, pues ya haba ejemplos de haber sucedido en ocasiones precedentes. Adems le hizo saber, que a la caballera de Carrera compuesta en su mayora por tropas de milicia, era ficil batirla con la propia; Osorio
recapacit y no cumpli la orden de retirada. Tal como haba pronosticado
Quintanilla, a penas se present con su escuadrn, Carrera y sus soldados salieron huyendo desordenadamente; en este ataque los Carabineros de Abascal, al
mando de Quintanilla, fueron apoyados, por las partidas de Clemente Lantao
y Pedro Asenjo.
07Higginsse haba atrincherado en la villa de Rancagua con 1.750 hombres y, desde la atalaya que supona la torre de la Merced, observaba los movimientos realistas. Para la defensa de la villa, en cada una de las calles que daban
a la Plaza, haba colocado otros tantos caones, aden~sde tener apostados tiradores en las torres de las iglesias y en los tejados de las casas; tambin hizo
ondear la bandera chilena con un crespn negro, seal de que estaban dispuestos a morir.
El da 1 de octubre iniciaron la marcha los realistas, entrando el
Regimiento Talavera, al mando de los coroneles Maroto y Morgado, por la calle
de San Francisco a pecho descubierto; una cortina de disparos clare sus filas
y, tras el desconcierto, se refugiaron en las calles adyacentes, abriendo fuego
desde ellas; "cuando crean abatida la resistencia, se lanzaron de nuevo al ataque, clavando las bayonetas en las trincheras para trepar a ellas; una nueva descarga y los culatazos en los crneos de los ms intrpidos los rechazaron. Fue
entonces cuando Osorio perdiendo el control, orden cargar a los Hsares de la
Concordia mandados por Manuel Baraao y Rafael Maroto, quienes tapndose
los ojos, cumplieron las rdenes, y Baraao al grito dirigido a sus soldados de
Vean cmo se pelea en Amrica!, se precipit corno un alud sobre el bastin
patriota. En la mitad de la carga, un casco de metralla lo dej fuera de combate". (3) Osorio no particip personalmente en la batalla, se limit a dar rdenes.

El da dos se oyeron gritos de: "Ya corren, ya corren". ''Quin corre"?


pregunt O'Higgins, "La tercera divisin", le replic el viga. En efecto, al frente de 400 hombres de caballera, Quintanilla haba cargado sobre los milicianos
de Cat-rera, que emprendieron la fuga sin presentar combate. La conducta de
Jos Miguel Carrera en Rancagua la juzga mejor que nadie su hermano Luis con
su gesto de disgusto, pues al conocer la noticia, quebr su espada en la
Alameda.
De todo el Regimiento Talavera, solamente el capitn Vicente San
Bruno se qued con la 6" compaa en el campo de batalla; levant una batera
y comenz a incordiar a los enemigos. Para desalojarle, O'Higgins orden al
capitn Ibaez y al teniente Maruri, que al frente de 100 hombres atacaran de
nuevo, los cuales consiguieron llegar a las bateras de San Bruno, capturando a
lazo dos piezas de artillera, arrastrndolas hacia sus trincheras, pero ante la
defensa de los realistas, hubieron de volver a la Plaza.
Tras un nuevo ataque, O'Higgins, con slo 900 hombres agotados,
exhaustos y sedientos, pues la ciudad se haba quedado sin agua al cortar la acequia Juan Manuel Echaurren, decidi retirarse.
El caballo de O'Higgins, extenuado, no pudo saltar la trinchera y hubo
de ser empujado por su ayudante Domingo Urrutia, logrando salvar el parapeto y salir del peligro, aunque el General tuvo que cambiar de montura para
seguir adelante.
Por su parte el capitn de Dragones Ramn Freire se precipit con sus
montados por la calle de la Merced, pasando entre caones y trincheras. Cabe
un recuerdo para algunos de los patriotas que murieron defendiendo su sitio en
la trinchera, tal como el capitn Jos Ignacio Ubieta que con las dos piernas
rotas, de rodillas, defendi su trinchera y, aunque Osorio quiso que sobreviviera, muri por los golpes recibidos. El teniente coronel Bernardo Cuevas muri
al confundirle, dado su parecido, con Jos Miguel Carrera. El ltimo en rendirse en la calle de San Francisco, fue Antonio Milln, quien lo hizo ante su hermano que luchaba en las filas realistas.
El nmero de vctimas de la batalla de Rancagua se estim en 400
muertos patriotas y 112 los realistas, 282 y 113 heridos respectivamente, a los
que haba que sumar cerca de 900 prisioneros en el bando insurgente.
Segn Miller "los realistas permanecieron en Rancagua para retirar sus
heridos, sacrificar los pocos habitantes que quedaban, y destruir cuanto haba

90

Jess Canales Ruiz

escapado de las llamas". Los Talavera, en venganza mataron los heridos, fusilaron los prisioneros, saquearon la villa y cometieron toda clase de tropelas;
cost mucho a Osorio restablecer el orden, castigando a los culpables, entre los
que se encontraba un "cataln Molina". Segn Miller "los dos batallones del
regimiento de Talavera se componan de la gente peor de la Pennsula". (4)
Entre los prisioneros que hizo Quintanilla estaba el coronel Blanco.
La actuacin del Batalln Talavera, adems de sembrar el terror, dej en
muy mal lugar a Mariano Osorio: "El furor de estos Corifeos lleg al extremo
de ofrecer 12.000 pesos por la Cabeza del General Osorio y 6.000 por la de su
segundo". (5)
El 25 de septiembre de 1814 La Junta de Gobierno encabezada por Jos
Miguel Carrera publica en el nmero 80 del Monitor Araucano, un Bando en el
que entre otras cosas se deca: "Por tanto se declara a Osorio y a todos los que
sigan su campo, traidores al Rey y a la patria. El que presentase la cabeza de
aquel ser premiado con 12.000 pesos; por la de los caudillos subalternos darn
6.000; 50 pesos ser el premio de los soldados fieles que pasen el fusil a nuestro ejrcito, y 25 a los que vengan sin l". En este mismo documento se llama
"infame" a Osorio. Tambin fue publicado por la Gaceta de Lima.
Antonio Jos de Irisarri, haba dimitido como miembro de la Junta el
da 25 de junio de 1814.

NOTAS
(1) Miller, J. Memorias. T. 1, pgs. 104 y 105.
(2) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2, fol. 273.
Id
Id
Id
Id
(3)
(4) Miller, J. Memorias. T. 1, pgs, 106 y 108.
(5) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2, fol, 272.

CAPITULO XVI
Enfrentamiento entre el coronel Asenjo y Quintanilla. Quintanilla se adelanta a Osorio en la entrada en Santiago, causndole un gran disgusto.
A pesar de la participacin directa de Quintanilla en Rancagua, no parece darle demasiada importancia, lo relata como si solamente hubiese sido un
leve tropiezo con el enemigo y, que una vez superado pierde su importancia,
adems su trabajo se haba terminado, pues como l mismo dice: "El que escribe al frente de la caballera entr a la capital" y con "la divisin continu su
marcha" por orden del general Osorio, para perseguir a los que huan y se refugiaban en las Angosturas de Paine donde tenan instalada una batera y a donde
se encaminaban las tropas de Carrera".
En contra de los previsto no encontr tropas patriotas en el Paine
hacindose10 saber al general Osorio y comunicndole que segua adelante
hasta orillas del ro Maip, a unos 50 km de Rancagua donde presuma estaban
acampados, para impedir que lo vadearan, pero tampoco encontr all patriotas
y dispuso acampar all hasta recibir nuevas rdenes.
Carrera, desobedecido por todos, decidi no ir a Coquimbo donde tena
pensado dirigirse a priori, sino que decidi dirigirse al otro lado de los Andes,
concretamente a Mendoza.
Un piquete al mando de Quintanilla persigui a los fugitivos y el da 6
tuvo un encuentro con las fuerzas patriotas que le fue favorable y lleg hasta
Ojos del Agua, al pie de los Andes y, en espera de las rdenes de Osorio, acamp en aquella zona. Muchos de los soldados patriotas que hubieron de cruzar los
Andes se salvaron de la muerte por el fro y por hambre gracias a la ayuda pres-

tada por San Martn desde Mendoza donde preparaba la invasin de Chile. De
nuevo iba a tener un enfrentamiento con su compaero el coronel Pedro Asenjo,
no era la disciplina la mejor virtud del ejrcito, los batallones estaban mlis sujetos al capricho de sus mandos que a tcticas y estrategias; tambin haba que
tener en cuenta que los militares americanos deban una especie de sumisin a
los espaoles aunque fueran de la misma graduacin, pues los consideraban de
segunda.
Quintanilla, sin peligro y temor a una accin enemiga, desaparej sus
caballos y sus jinetes se tomaban un merecido descanso. En ese intervalo lleg
al campamento el coronel Asenjo y, apenas salud a Quintanilla, sigui su marcha, por lo que ste le reconvino manifestndole que su escuadrn de caballera era la vanguardia del ejrcito realista segn orden del general Osorio. Le
hizo saber que estaba all montando guardia, y que sin recibir una nueva orden
en contra, no pasara nadie adelante.
La tirantez entre los dos jefes subi de tono al llegar al campamento el
comandante Leandro Castilla con sus 150jinetes, quien manifest que l seguira a Asenjo, si decida seguir adelante.
Pero an le quedaba por ver a Quintanilla algo increble para l, en su
mismo escuadrn apareci un foco de indisciplina y desobediencia fomentado
por el capitn ngel Calvo y algn otro oficial que se adhirieron a la actitud
adoptada por Asenjo y Castilla.
Convencido de su autoridad y que le asista la razn, hizo saber con toda
su energa a sus compaeros que estaba decidido a todo, incluso a enfrentarse a
ellos con las armas, para hacerse obedecer.
La habilidad de sus rivales en el planteamiento del por qu de aquella
decisin, le hizo cambiar de opinin; no se le discuta su derecho a ser la vanguardia del ejrcito, sino que veladamente se le acusaba de cobarda por no querer seguir adelante y tomar la ciudad de Santiago.
Asumiendo su responsabilidad de desobedecer a Osorio, levant el
campamento y al frente de sus tropas comenz la marcha, comunicando a
Osorio su decisin.
Este recibi la noticia con sorpresa e indignacin, pues tena pensamiento de permanecer en Rancagua para recomponer el armamento entre los
que se encontraban algunas cureas y caones; ademlis si Quintanilla avanzaba, le privara de-ser l el primero en tomar la ciudad de Santiago .

Miller escribe en sus Memorias: "las depredaciones y excesos cometidos por sus tropas (Carrera) irritaron de tal modo al vecindario, que enviaron a
Osorio una diputacin rogndole fuese a Santiago". (1)
En pocas horas, el populacho haba acabado con todo, la ciudad estaba
completamente arrasada, incluso fueron robadas las puertas de la viviendas y
las rejas que protegan las ventanas. Los rivales de Carrera criticaron con dureza que ste presidiera el saqueo de la ciudad.
Al anocher Carrera abandon la ciudad, pero antes haba nombrado
gobernador militar de la plaza al coronel Eugenio Muoz, quien design una
diputacin formada por los varones notables de la ciudad para rogar a Mariano
Osorio no entrase en la ciudad hostilmente.
Esta diputacin enviada por la ciudad de Santiago, fue recibida primero por Antonio Quintanilla, pues "como a eso de las 12 (noche) encontr una
dil~utacino comisin de personas respetables de la capital que instaba apresurase la marcha porque los enemigos, sabiendo nuestra proximidad, haban
desistido de organizarse y, hacer la resistencia, a cuyo efecto haban pensado
fortificar la Casa de la Moneda y otras y que a su salida trataban de retirarse
saqueando antes las casas y tiendas, etc ..." (2)
Despus de haber hablado con ellos les dijo que continuasen su marcha
hasta Rancagua para comunicrselo a Osorio y que le dijeran que l ya saba el
por qu de su venida y que, accediendo a sus ruegos, se haba puesto en marcha
hacia Santiago.
Al amanecer del da 5 de octubre lleg Quintanilla a los arrabales de la
ciudad, y una vez hubo amanecido, envi diferentes piquetes a explorar si haba
o no soldados enemigos, cuyos piquetes le notificaron que la caballera se haba
retirado hasta la Plaza Mayor y que la ciudad la "haban evacuado ya los principales facciosos llevando consigo todos los fondos pblicos, y mucha plata
labrada de aquellas iglesias, incendiando la Fbrica y Almacenes de Plvora y
autorizando el saqueo que algunos Forajidos hicieron en muchas Casas y
Almacenes con lo cual qued la ciudad sin defensores". (3)
Las tropas de Quintanilla entraron en Santiago siendo recibidas con
entusiasmo y alegra por sus habitantes y ste, como seal de su posesin, iz
una bandera espaola en el mstil de la Audiencia Real, cuyas llaves, as como
las de los dems edificios pblicos, le fueron entregadas por los ciudadanos
principales.

94

Jess Canales R~liz

Tom la determinacin de nombrar Gobernador interino de la ciudad al


coronel espaol Jernimo Pisano, y para conocimiento del pblico, fij varios
bandos como medida de precaucin.
Con el fin de defender la ciudad de un posible ataque enemigo, situ
una compaa en la Caadilla, uno de los lugares por el que poda sar atacada;
situ, adems, otra compaa de guardia en la Plaza. Tomadas todas estas providencias, se retir al lugar del Conventillo, desde donde notific a Osorio todo
lo realizado hasta entonces, y que la nica razn que le haba movido para ello,
era el considerarlas necesarias, por lo que esperaba su aprobacin.
Lo que podra haber sido una buena razn para que sus tropas se sintieran integradas en la disciplina militar y en sentir el ideal por el que luchaban,
no era nada ms que un deseo, en cuanto su jefe se ausentaba, volvan a la indisciplina y al desorden..
Quintanilla, al llegar al Conventillo, desbrid sus caballos para que
pacieran, dando descanso a sus hombres con la orden de que nadie abandonara
su puesto, permitiendo a los oficiales mandar a algunos soldados a comprar alimentos en las casas ms cercanas. Mientras tanto Quintanilla comparta un frugal almuerzo con dos frailes en el refectorio del convento.
Lo que pudo ser una sorpresa convertida en derrota, la evit la llegada
del comandante de la compaa situada en la Caadilla, con la noticia de que
los patriotas regresaban a la capital.
Quintanilla sali inmediatamente del convento e hizo sonar el toque de
combate y se encontr sin ningn oficial y muy pocos soldados, lo que convirti el hecho en una situacin crtica, pues si eran atacados, seran fcilmente
vencidos.
Qu haba sucedido? Los oficiales se haban dispersado por las casas
de la ciudad y los soldados haban desaparecido sin dejar seal. Ante esta situacin tan crtica toc llamada por las calles, hizo montar a los soldados que se
iban incorporando, retir las dos compaas de las avanzadillas de la Caadilla
y de la Plaza, dando la orden de retirada al Cuartel General de Rancagua.
Algunos jefes y oficiales se le acercaron rogndole reconsiderase su
decisin, recibiendo como respuesta a su proposicin, una gran bronca por su
conducta que le haba dejado inerme; pero convencido por ellos, se retir al
Conventillo, y desde all las dos escuadras volvieron de nuevo a sus respectivas
avanzadillas. Todo termin con la vuelta a la normalidad.

Quintanilln

95

Al da siguiente el general Osorio haca su entrada en Santiago, y segn


el informe llegado al virrey, encontr as la ciudad: "La Capital de Chile presentaba a la entrada de las Tropas del Rey, el cuadro lastimoso de todos los
Pueblos, que habiendo perdido el equilibrio han llegado a sufrir momentos terribles de la disolucin civil, y anarqua; el General hizo entender a la tropa el
aspecto pacfico, y el modo generoso con que deba presentarse en aquella
Ciudad, y tratar a aquellos habitantes a quienes procur consolar, e inspirar una
verdadera confianza ofrecindoles implorar de la R(ea)l clemencia del
Soberano una amnista, y el olvido total de lo pasado; si bien con arreglo a las
instrucciones que llevaba del Virrey del Per, dispuso que proporcionalmente
salieran confinados a la isla de Juan Fernndez aquellos individuos que ms se
haban decidido por el partido de la Revolucin". (4)
El historiador Encina escribe algo que contradice lo escrito por casi
todos los historiadores chilenos que destacan su magnanimidad; esta proclama
lanzada por Osorio a su ejrcito el da 5 de octubre antes de hacer su entrada en
Santiago, entre otros, es recogida por Mendiburu y por los Amuntegui:
"Osorio ... haba lanzado a sus soldados una corta proclama en la que deca: Los
santiaguinos son nuestros hermanos y no nuestros ene~nigosque ya han fugado. Usemos con ellos toda nuestra ternura y comprensin". (5)
Miller en sus Memorias escribe sobre la conducta de Mariano Osorio en
la ciudad de Santiago lo siguiente: "la primera medida que adopt como tal, fue
publicar una amnista, por la cual volvieron a sus casas algunos ciudadanos
ricos, que haban huido a sus estados o a puntos distantes del pas, creyendo
gozar tranquilamente en el seno de sus familias la paz que les ofreca; pero tan
pronto como Osorio se crey asegurado se quit la mscara y sigui el ejemplo
de sus paisanos en la violencia de los contratos y obligaciones ms solemnes
violaciones estipulados con los Americanos". (6) Este decreto tiene fecha de 11
de octubre. Por lo mucho que se ha escrito sobre el comportamiento de Osorio
en Chile, la opinin de Miller aparece como sesgada y parcial, escrita por
alguien que luch en el bando rival y no puede o no quiere disimularlo.
Durante su corta estancia Mariano Osorio en Santiago se hosped en la
finca La Calera, que fue propiedad de los jesuitas y pas a ser despus de su
expulsin de Francisco Antonio Ruiz de Tagle, oriundo de Ruiloba donde haba
nacido su abuelo Bernardo Ruiz de Tagle. Los partidarios moderados de la independencia se mantenan ocultos en espera de acontecimientos. La ausencia de

tanta gente, daba a Santiago el aspecto de una ciudad deshabitada, por lo que
Osorio el da 11 de octubre dict un bando a su Gobernador Pisano en este sentido: "Puede usa llamar indistintamente a todos los que han abandonado sus
hogares, seguros de que la clase de su arrepentimiento dir el aprecio que le
merezcan, y que no se atentar de ningn modo a sus vidas, como se ha observado hasta ahora; y lo digo a usa en contestacin a su oficio de esta fecha". (7)
No dejaba contentos a nadie, pues la nota estaba redactada de una manera sibilina, desde luego a nadie se le condenara a muerte, pero dejaba al aprecio de
las autoridades su mayor o menor implicacin, algunos creyeron ver una trampa para incautos. Lo que no niega ningn historiador son los buenos sentimientos de Osorio, aunque le achacan ser dbil de carcter.

NOTAS
(1) Miller, J. Menzorias. T. 1, pg. 106.
(2) Quintanilla,Antonio. Autobiografia.
(3) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2, fol. 273 y 274.
(4) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2, fol. 273 y 274.
( 5 ) Miller. J. Memorias. T. 1. pig. 591 y Amuntegui M. Luis y G.
Vctor. La Recoi~quistaespaola, pgs. 168 y 169.
(6) Miller. J. Memorias, pg. 106.
( 7 ) Amuntegui, M. Luis y G. Vctor. La Reconquista eslmola, pgs.
170 y 171.

CAPITULO XVII
Osorio amenaza a Quintanilla con fusilarle. ltimos das de Osorio en
Chile. Juicio sobre su persona.
No fueron felicitaciones y parabienes lo que recibi Quintanilla de su
superior el general Mariano Osorio por la toma de la ciudad de Santiago.
Juzgando la conducta de Quintanilla con el Cdigo militar en la mano,
su falta fue muy grave; dejando de lado su labor, no cabe duda que haba desobedecido una orden de su superior, aunque tuviera como excusa para cometer
esta infraccin, que fue para no ser acusado de cobarde por su inmediato superior y, adems, exhiba como atenuante la toma de la capital sin prdidas en el
ejrcito.
Quintanilla creyendo que con la toma de Santiago haba hecho algo
merecedor de elogio por parte de sus superiores, no esper a que Osorio entrase en Santiago, sino que sali eufrico a su encuentro, helndosele la sangre por
los bruscos modales y con la cara de pocos amigos con que fue recibido por
Osorio; pero no par ah la cosa, sino que delante de jefes y oficiales, le espet
lleno de rabia y furioso: Lo he de fusilar a Vd. Ante tal amenaza, Quintanilla se
qued de piedra y temiendo que fuera ms que slo una amenaza, producto de
un acaloramiento momentneo, call y no supo cmo reaccionar: Tras unos
minutos de silencio, trat de justificar su accin pero, no convenca ni suavizaba el lenguaje y los ademanes de Osorio, al contrario, iban subiendo de tono y
ponindose cada vez ms furioso y, dirigindose de nuevo a Quintanilla, le
recrimin diciendo: "ni las invectivas de los oficiales ni que la ciudad fuese
saqueada y quemada deben a un militar hacerle dejar de cumplir las rdenes de

98

Jess Canales Ruiz

sus superiores y que si hubiese sido derrotada la caballera, yo nicamente sera


responsable del mal que podra haber sucedido al ejrcito". (1)
Quintanilla opt por callar como mejor opcin, pero en su fuero interno segua pensando, que gracias a su actitud, se haba seguido mucho bien para
la causa realista. Hay que tener en cuenta que Mariano Osorio era un militar
acostumbrado a recibir rdenes y por ello sin ninguna iniciativa propia.
Entendemos tambin la indignacin de Osorio, pues su entrada en
Santiago fue sin gloria pasando desapercibida, sin ninguna demostracin pblica de contento, cuando la de Quintanilla fue hecha entre vivas y flores, y como
es lgico, Osorio senta herido su orgullo de primera autoridad militar y administrativa de Chile.
No cumpli la amenaza de fusilamiento, pero urdi una treta para que
Quintanilla no tuviese una nueva ocasin de volver a ser protagonista. El escuadrn de Carabineros de Abascal, que siempre haba ido a la vanguardia del ejrcito, a partir de entonces, marchara en la retaguardia. Orden que no fue bien
recibida por la oficialidad, manifestando que ellos no iban a ser los castigados
por la falta cometida por su jefe; este malestar de la oficialidad, oblig a Osorio
a revocar dicha orden.
El odio es un plato que se sirve fro, y la represalia tiene mil formas sutiles de enmascaramiento y una, es la de ofrecer algo incluso mejor de lo que se
disfruta, pero alejando a la persona de la ocasin propicia para repetir aquello
que nos ha disgustado, adems de demostrarle quien es el superior.
Ante la manifestacin de disgusto por parte de los oficiales, Osorio volvi a nombrar a Quintanilla, segundo del coronel Ildefonso Elosriaga y su
escuadrn fue destinado a Aconcagua, al pie de los Andes, para guardar el camino que podran cruzar las tropas de San Martn de guarnicin en la ciudad de
Mendoza; no era un buen destino ni por el lugar a donde enviado, pues adems
del alejamiento de los principales ncleos de poblacin, la zona estaba constantemente amenazada por los patriotas del otro lado de los Andes, ni tampoco
por el motivo por el que se le destino all.
No tuvo inconveniente en nombrarle Comandante militar del Distrito de
Aconcagua y Villanueva, pues no era un premio, al contrario, era un castigo que
le alejaba de los centros de decisin y le pona en un lugar poco propicio para
acampar por la amenaza constante de ataque por parte de patrullas mandadas
por caudillos naturales de la zona; y all permaneci los restantes meses del ao

Quintanilla

99

1814; menos mal que en el mes de octubre comenz a cobrar su paga, pues
desde el da 5 de abril del ao anterior, que haba ingresado en e1 ejrcito, no
haba cobrado sueldo alguno.
Durante su permanencia en Aconcagua se dedic a la instruccin y
organizacin de su escuadrn, aunque l mismo reconoce no tener los conocimientos, ni tan siquiera motivos para ello, pues desde su ingreso en el ejrcito
no haba parado de luchar, por lo que haba carecido de tiempo para su formacin militar. Para la instruccin, especialmente de ataque y defensa con sable y
lanza, se haba guiado de un tratado escrito por el general espaol .Manuel
Freire.
El mismo da que cumpla 27 aos, Quintanilla recibi el nombramiento de Coronel, un gran alivio para su persona, pues ya tena la misma graduacin que sus inmediatos superiores. Quintanilla que haba querido abandonar
reiteradas veces el ejrcito, tena ahora la gran ocasin de hacer de la carrera
militar su definitiva profesin y demostrar sus grandes cualidades, hasta entonces apropiadas por sus superiores. Los hechos nos van a demostrar que sus
intentos de abandonar el ejrcito, eran desahogos naturales ante el orgullo herido, en este tiempo haba tomado gusto a aquella vida que se le presentaba como
una aventura.
Tras lo que Osorio crea ya como la pacificacin de Chile, trat de cumplir la orden del virrey de enviar al Batalln Talavera al Per, por lo que embarc dicho batalln y el de Voluntarios de Castro a las rdenes de Maroto y
Ballesteros en Valparaso para Arica; y cuando esperaba como recompensa por
sus servicios la Capitana General de Chile, se encontr con la desagradable
sorpresa que era sustituido por Marc de Pont.
Parece ser que esta sustitucin, ms que por no haber llevado bien las
cosas de Chile, fue producto de un incidente ridculo entre el celoso virrey D.
Fernando Abascal y el puntilloso D. Mariano Osorio, donde juega un papel
importante el orgullo y la soberbia, pero que al fin iba a ser una decisin caprichosa y lo que es peor errnea; uno de los muchos y transcendentales errores
cometidos por las autoridades virreinales, que terminaran dando motivo a los
americanos para luchar por la independencia.
En una nota de la Gaceta de Lima, apareca el virrey Abascal como el
artfice de tanta victoria, y que en lo referente a Chile, molest mucho a Osorio
protagonista directo, que contest al virrey con una nota insolente, lo que deter-

100

Jes~isCanales Ruiz

min su sustitucin inmediata del mando del ejrcito realista en Chile. Mariano
Osorio no es maltratado por los historiadores chilenos y as Encina escribi de
l, que a pesar de encontrar "un pueblo reducido a la ltima miseria, en su ao
y cuatro meses de gobierno, consigui no concitar el odio colectivo" y que atribuye a su mando suave, la bondad y el espritu conciliador y hasta su gracia
zumbona. Una prueba de ese humor fue la coletilla que puso a la solicitud de D.
Juan Mastn de Luco y Aragn que peda ser eximido de impuestos: "Como
Luco y Aragn/ libre de contribucin/ como vecino y pudiente/ pagar al da
siguiente". (2)
Dicen de l que era un soldado que no descollaba precisamente por su
capacidad, y que su ciencia militar se reduca a conocimientos prcticos de artillera. Estaba acostumbrado a obedecer sin replicar las rdenes de sus superiores, no importaba que fuese lo contrario que l haba dispuesto y se mostraba
muy cauto a la hora de tomar una decisin.
Era muy precavido, de pocas palabras, de aspecto y carcter desabrido,
con maneras bruscas como cabe a un hombre de cuartel, aunque no se puede
decir que era valiente, era tan ordinario como cualquiera de sus soldados aunque era un hombre de buen corazn. Su suegro el virrey Pezuela dice de l entre
otras cosas, que era " L I ~honrado y cristiano espaol, as como un pundonoroso
militar" ... y que sufri mucho por su "delicadeza".
En circunstancias normales y con buenos consejeros, hubiera sido un
buen Capitn General; su principal defecto era la debilidad de carcter por lo
que fue dominado por sus asesores, mezquinos y ansiosos de venganza.
El da 15 de diciembre de 1815 recibi Osorio las felicitaciones del
Monarca y los despachos de Brigadier, con la antigedad de 2 de octubre de
1814, y la noticia que converta aquel da en uno de los ms grandes de su vida
militar, le vino acompaada de otro despacho del virrey Abascal con la de que
era sustituido por Francisco C. Marc del Pont, que le produjo un gran gusto y
que determin que no quisiera seguir en Per y solicitara ser trasladado a
Espaa, siendo atendida su peticin.
Mariano Osorio lleg al puerto de El Callao, procedente de Chile, a
bordo de la fragata guila el 11 de junio de 1816 y tal como era su deseo,
embarc para Espaa el ao 1819 con su esposa Joaquina de la Pezuela y
Ceballos y sus dos hijos Juan y Jos, llegando a La Habana el da 29 de septiembre, donde cay enfermo de vmito negro, muriendo el da 7 de octubre (3).

El ao 1815, el Batalln Veterano de Chilo, estaba lleno de gloria,


como lo estaban sus jefes y oficiales, los coroneles Carlos Oresqui y Juan
Huidobro, los capitanes Nicolas Acua, Jos Plaza de los Reyes, (sacerdotes)
Manuel Cumplido y Juan de Dios Barrera, los tenientes Ramn Mansillay
Manuel Gmez y los oficiales Pedro Antonio Borgoio, Pedro Tllez, Manuel
Velzquez y Fermn Prez, entre otros. (4) Pasaran a formar parte de la guardia del Gobcrnador, como reconocimiento a su comportamiento militar y su
fidelidad.
El viirey Joaqun de la Pezuela, cl ao 1816 escriba al Secretario de
Estado acerca de los chilotes lo siguiente: "No puedo menos que exponer que
estos isleos ... han dado la ms completa prueba de fidelidad al soberano, no
solo conservdndose en sus deberes, sino prestndose gustosos para formar la
mayor parte del ejrcito pacificador del Reino de Chile". ( 5 )

NOTAS
(1) Quintanilla, Antonio. Autobiografia.
(2) Encina, Francisco... T. TI, pgs. 596 y 597.
(3) Mariano Osorio haba "estrado" de la iglesia de Rancagua un crucifijo que regal al virrey Pczuela, pues "era la nica inestimable presa que
haba cabido en la ocupacin de aquella ciudad". Para que la colocase en el altar
de la Virgen del Rosario patrona de las armas realistas y de la que era devoto
Osorio.
Segn M. Luis y G. Vctor Amuntegui en La Reconquista de Chile
(pg. 165), Osorio en Aconcagua haba capturado "cuatro bandcras y diez y
nueve cargas y media de oro y plata". El dinero fue al Tesoro Piblico y las banderas fueron remitidas a Lima siendo recibidas con gran pompa el da 6 de
noviembre y despus colocadas a los pies de la Virgen del Rosario a quien atribuy Osorio el triunfo y de la que era un gran devoto. El ao 1821 fueron recuperadas y el general Pedro Antonio Borgoo las remiti a Santiago.
( 3 ) Los capitanes Manuel Velzquez y Fermn Prez, seran los que
posteriormente se levantaran contra Quintanilla y le apresaran siendo
Gobernador de Chilo.
( 5 ) Diario de Pezuela. Cuaderno 1, 2, fol 182.

CAPITULO XVIII
Marc del Pont Capitn General de Chile. Nuevos hechos de guerra de
Quintanilla. Escaramuzas antes de la batalla de Chacabuco. Derrota de
Quintanilla en Las Comas.
En la tarde del da 19 de diciembre de 1815, a bordo de la fragata
Javiera lleg al puerto de Valparaso D. Francisco Ciriaco Marc del Pont "con
un enjambre de criados", ms de 80 cajas y baules, su tarjeta de presentacin
era una sucesin de apellidos, cargos y medallas; tras una larga charla, Osorio
le entrega el mando el da 26 en la chacra de Prado donde le haba recibido.
Encina escribi sobre el nombramiento de Marc del Pont: "los buenos
padrinos y la descomposicin poltica espaola produjeron el nombramiento a
pesar de los estigmas de su torpeza e ineptitud", alguno de esos padrinos fueron Urrejola y Elizalde.
Inmisericorde es el juicio de Quintanilla sobre este nombramiento:
"lleg a Chile con ms fausto e ignorancia del medio de gobernar que el que
corresponda a un general remitido de Espaa". Mariano Osorio hizo entrega
del mando a Marc del Pont el 26 de diciembre de 1815.
Aunque su figura y modales eran afeminados, era cruel a sangre fra,
slo se ocupaba del lujo y del ornato personal, gustaba del fausto y el oropel,
vanaglorindose de sus ttulos. Blasonaba de noble, ensartaba apellido tras apellido, aunque era hijo de un pescador de Vigo, enriquecido por el contrabando
durante la guerra con los ingleses, como vemos, Nada nuevo bajo el sol. Para
montar su caballo, su diminuto cuerpo era aupado por un asistente, era fanfarrn y presuntuoso y carente de inteligencia y valor.

Quintanilla

103

Este General afeminado se rode de hombres que le adulaban cuya catadura moral era un descrdito para el Gobierno del Rey, su cobarda se tapaba
con instituciones creadas para defenderse de los que crea sus enemigos. As,
apenas llegado a Santiago, el da 17 de enero form el Tribunal de vigilancia y
seguridad pblica. Como presidente nombr al Mayor del ejrcito Vicente San
Bruno, (1) como vocales a Manuel Antonio Figueroa, Agustn de Olavarsieta,
Jos Barrera y Jos Santiago Solo de Saldvar, como secretario Andrs Carlos
de Vildsola y como asesor a Jos Mara Lujn.
Tal era la confusin que tena que an no haba ni decidido a quien iba
a poner al frente del Real Ejrcito. Sus temores le llevaban a expedir decreto
tras decreto amenazando, incluso con la pena de muerte, a los agitadores; pero
su crueldad no se quedaba en amenazas, as el da 5 de diciembre, apenas haba
transcurrido un ao de su llegada, hizo levantar en Santiago el patbulo para
ahorcar a tres patriotas sorprendidos en manejos independentistas, Juan Jos
Traslavia, Pedro Regalado Hernndez y a La Rosa sargento de Hsares de la
Concordia, apresados en Aconcagua. l y su Junta de Vigilancia llegaron a
prohibir cosas tan peregrinas como montar a caballo a los chilenos y llegando a
quitarles los que tenan.
El da 28 de agosto el Gobernador de Concepcin, el coronel de ingenieros Miguel Mara Atero, enva por la goleta Los Perros, al virrey Pezuela la
notificacin que haba recibido de Marc del Pont. En ella se le comunica que:
"Hace muchos das que se halla barloventeando, a tres o cuatro leguas de
Valparaiso, cuatro velas con indicantes de corsarias, y entretanto se queda habilitado el bergantn guila, de mucho andar, para acercarse a reconocerlas,
detendr V.S. al Santo Cristo de la Salud, y cualquiera otra embarcacin que
intente venir de Talcahuano, y promover que salga cuanto antes, alguna de los
que hubiese con destino al Callao, para que lleve all esta, que de Valparaso no
puede comunicarse por hallarse cerrado el puerto con este motivo, y deber el
Justiniano ir tambien a cruzar la altura de recalada para avisar a los buques que
puedan venir de Lima, que varien su destino, en caso de ser enemigos los bloq~leadores".(2) Su ingenuidad o ms bien ineptitud, le llev a no conocer nada
de lo que se tramaba al otro lado de los Andes, era engaado y burlado por San
Mastn, aunque ste no esconda sus propsitos, y avisaba de ellos enviando a
travs de la frontera que suponan los Andes, partidas de guerrilleros que incordiaban la vanguardia del ejrcito realista.

Estas partidas estaban mandadas "por caudillos naturales de l para que


alarmaran y prepararan los pueblos llamaiido la atencin de las Tropas del Rey
y que en efecto lo haban conseguido". (3)
Una de esas partidas era la mandada por Baltasar Crdenas, que ya haba
participado en el Alto Per junto al cntabro general Arenales, pero que &te la
haba expulsado del ejrcito por sus tropelas. Crdenas lleg con su partida
hasta las afileras de Talca, al pasaje llan~adoel Planchn donde tuvo un encuentro con el escuaclrn de Quintanilla, quien no cej en su pci-secucin hasta obligarle a traspasar los Andes con numerosas bajas entre su gente.
El da 1 de febrcro, Quintanilla recibi la orden de pasar a Santiago a
cuya ciuclad lleg el da 3, posteriormente, cuinpliendo nuevas rdenes, parti
liacia el Valle de Aconcaguri donde se supona que el coronel Miguel Atero
acampaba con su cuerpo de ejrcito. No tuvo necesidad de llegar all, el da 5
de febrero se encontr con la divisin de Atero en la Cuesta de Chacabuco. ,Qu
haba sucedido para este cambio?
Miguel Atero, en cuanto conoci la noticia, de que San Martn traspasaba los Andes en direccin a Chile, decidi no hacei-le trente y se retir del Valle
de Aconcagua, dejando en Villaiiueva dos piezas de montaa, m~inicionesy
vveres; Quintanilla, adeinrs de la sorpresa de encontrar a Miguel Atero fuera dc
su campamento, en la Cuesta de Chacabuco no haba pastos pasa sus caballos,
por lo que tuvo que descender hasta el valle, dejando a Atero con la infantera
en la cima de la Cuesta.
Una vez desbridados los caballos y dejados paciendo en un maizal,
Quintanilla envi un piquete al pueblo que haca poco haban abandonado las
tropas realistas, piquete que regres diciendo que no haba rastro de tropas
insurgentes, ni tan siquiera vecinos, aunque si encontraron los dos caones, las
municiones y los vveres dejados por Atero.
En el informe que recibi el virrey el da 27 de febrero ya se deca: "que
todos los habitantes de Villanueva, Villavieja, Aconcagua y dems del Valle de
Aconcagua e inmediatos que esperaban a los enemigos, se reunieron con ellos
dndoles toda clase de auxilios como se Iiaban ofrecido antes, igualmente que
su crecido nmero de sugetos de primera Clase de Chile que antes y por medio
de espas haban oficiado a San Mastn instndole a que hiciese su entrada y dndole una exacta noticia de las fuerzas que tena Marc y puntos en que se hallaban". (4)

Entre esos habitantes destacan tres; en la villa de San Felipe viva la


familia Traslavia, cuyo cabeza de familia era un anciano ciego con una descendencia iiumerosa, pues tena seis hijos y varias hijas, cinco de ellos haban
luchado con los patriotas desde Yerbas Buenas a Rancagua; Juan Jos, estaba
casado con una de las hijas del coronel Jos Mara Portus que mand en la batalla de Rancagua la compaa patriota de Milicias de Aconcagua.
En Putaendo viva Jos Antonio Salinas y en Quillota lo haca Pedro
Regalado Hernndez; estos tres personajes fueron ganados para la causa independentista por Jos Manuel Navarro, originario de Aconcagua. Salinas con
Regalado y dos socios ms, Ramn Arstegui y el joven Ventura Lagunas de 17
aos de edad, acordaron espiar al Batalln de Hsares de la Concordia nlandado por el coronel Antonio Morgado y conocer el estado de las f~ierzasrealistas
para informar al gencral San Martn. Navarro levant sospechas por su comportanliento y hubo de regresar a Mendoza.
El joven Lagunas entabl amistad con el sargento La Rosa que poco a
poco le fue dando informacin y detalles del estado, no slo del batalln sino de
las dems fuerzas realistas, pero el plan de informacin se vino abajo inesperadamente; La Rosa cometi una falta grave de disciplina por la que fue condenado a muertc, pero con el fin de salvarse, cont todo lo que haba hablado con
Lagunas, ratificado por la criada de Salinas que haba escuchado muchas de las
conversaciones. Pedro Regalado, Juan Jos Traslavia y Ventura Lagunas fueron detenidos, mientras Ramn Arstegui y los otros hermanos Traslavia, consiguieron huir. Regalado, Traslavia, Lagunas y La Rosa fueron condenados a
muerte, siendo ejecutados el da 5 de diciembre en la Plaza de Santiago, excepto Lagunas que por su juventud se detern~indesterrarlo a la isla de Juan
Fernndez. ( 5 )
Miguel Atero repleg sus tropas hasta Villanueva, mientras Quintanilla
lo hizo a Villavieja, a unos 10 km; nada ms llegar pudo apercibirse de que estaba ocupada por fuerzas patriotas, ya que fue recibido a tiros y las casas del pueblo estaban vacas, aunque entonces no pudo saber si haban abandonado sus
hogares por propia voluntad o porque haban sido obligados a ello.
Quintanilla dio cuenta a Atero de la situacin por lo que ste tom la
decisin de ir a Villavieja llegando al anochecer a sus cercanas, tomando la
decisin de vadear el ro y entr en el pueblo con un pequeo intercambio de
disparos con una patrulla enemiga, pero al no encontrar un solo habitante, deci-

106

Jescis Curzules Ruiz

di seguir adelante y tomar posiciones. La situacin de las tropas realistas en


aquellos das era la siguiente: el Regimiento Talavera, el de Chilo y parte del
Batalln de Valdivia estaban en Santiago; los Dragones en Rancagua, Hsares
en San Fernando, el Batalln de Chilln y los dos escuadrones de Car ab'meros
en Curic y Talca y en el Valle de Aconcagua cuatro compalias del Talavera,
dos del Batalln de Valdivia y una de Hsares.
Quintanilla despleg una compaa en guerrilla dejando otras dos en
reserva, mientras el cuerpo de Lanceros custodiaba el pueblo de Villanueva en
previsin de un posible ataque enemigo. El objeto de Quintanilla era descubrir
en aquella llanura algn escuadrn enemigo escondido entre los matojos o
pequeos accidentes naturales; aunque marchaba ojo avizor, pero mirando al
frente, no se percat de que en una de las orillas del camino haba una choza de
paja que ya haba rebasado, pero al pasar por delante de ella el ala derecha de su
escuadrn, se vio sorprendida por el ataque de una compaa enemiga escondida tras la choza; en un principio crey que era una manada de yeguas asustadas
ya que no se vean sus monturas, pues los jinetes que las montaban marchaban
inclinados sobre el estribo derecho para no ser vistos, tal como lo hacen los gauchos argentinos. Al acercarse a la caballera de Quintanilla, los jinetes se incorporaron y le atacaron, consiguiendo derrotarle, hacindole huir despavorido del
conocido como campo de Las Coimas.
Su buen manejo del sable y la sorpresa, no slo hicieron huir a los realistas sino que en dicha refriega murieron muchos de ellos, entre ellos un oficial;
el escuadrn insurgente era mandado por Mariano Necoechea.
El mismo Quintanilla pas por un grave trance, quiz uno de los peores
de su vida militar, llegando a pensar no poder salir de l con vida. Fue perseguido por 4 5 soldados patriotas y "uno de ellos en caballo ms corredor que
el mo se puso a mi lado en la carrera, pero yo llevaba el mejor lado que era la
izquierda. l, que era un granadero, me miraba, pero sea lo que vale la subordinacin de un soldado, an con los enemigos, no me ofenda y eso que los que
venan detrs de los dos el decan jmtalo! jmtalo! Viendo yo que no se atreva le tir una estocada que l me quit y entonces ya no guard consideracin,
me descarg un sablazo que yo le pas, pero no tan bien que habindome corrido su sable sobre mi brazo me desarm cayendo al suelo el mo". (6)
Quintanilla entonces sac su pistola y apuntndole dispar y le hizo caer
del caballo, consiguiendo huir hasta encontrar algunos soldados, con los que

Quintanilla

107

volvi al lugar donde haba sido atacado, recuperando el sable y el sombrero que
haba perdido en el desgraciado lance.
Miguel Atero que haba observado la refriega, orden la retirada de la
infantera hacia San Felipe, llevando 6 heridos; pas al sur del ro Aconcagua,
destruyendo despus su puente, siendo protegida dicha retirada por la caballera
de Quintanilla, que poco a poco fue retrocediendo hasta Curic donde acampaba el otro cuerpo de ejrcito, con el fin de reconocer la villa de San Felipe en la
que permanecan algunos soldados de San Martn.
A media noche, tras vadear el ro, entraron en San Felipe, y ni uno solo
de sus vecinos quiso dar la noticia de la posicin de los patriotas. No obstante,
Quintanilla lleg hasta Putaendo donde tuvo un encuentro con una compaa de
caballera patriota con la que entabl un tiroteo mientras hua.

NOTAS
(1) Vicente San Bruno, era un fraile carmelita de Zaragoza, secularizado
durante el sitio de la ciudad por las tropas de Napolen pues se haba incorporado a los tropas sitiadas alcanzando el grado de teniente. Abandon el convento y la ciudad de Zaragoza y se traslad a Chile como capitn del temible
Batalln de Cazadores Talavera, cuyo nombre causaba pavor entre los chilenos.
Fue el prototipo de hombre sanguinario, de maneras groseras y de carcter brutal, pero demasiado casto y sobrio para un soldado, lo que le quedaba como
reminiscencia de su paso por el convento. Fue ajusticiado en Santiago y su cabeza qued pendida en un poste ms de un ao como escarmiento.
(2) Gaceta Extraordinaria del Gobierno de Lima. Jueves 19 de
Septiembre de 1816.
(3) Diario de Pezuela. Cuaderno 3 (1). fol. 124.
(4) Quintanilla, Antonio. Autobiografia.
( 5 ) Buenaventura o Ventura Lagunas, de las dos maneras se le denomina, fue repatriado de la isla de Juan Fernndez por el navo guila, al mando del
capitn Morris, con los dems presos de la isla.
(6) Quintanilla, Antonio. Autobiografia.

JosC clc S x i Mal-in.

CAPITULO XIX
Diferentes actitudes de Marc del Pont y San Martn ante los acontecimientos que se avecinaban. Estratagemas de San Martn para conocer las
fuerzas realistas y engaar a Marc sobre sus verdaderas intenciones.
Marc del Pont ms dado a fiestas y saraos que a reuniones militares y
polticas, al boato que al sacrificio, presuntuoso y fanfarrn, pues sus veneras y
medallas eran, ms fruto de la amistad y la casualidad, que derivados de hechos
militares, pero le mostraban ante los dems como un gran militar lleno de proezas y actos hericos en los campos de batalla. La realidad era otra, todo ello no
era nada ms que la estampa de un cursi afeminado, lleno de necia vanidad.
Que no era el hombre adecuado para dirigir los destinos de Chile en una
situacin tan delicada como compleja, agitada y difcil, lo iban a demostrar muy
pronto los hechos.
Ante los tumultos sediciosos en las ciudades, la presencia de partidas
rebeldes que recorran Chile hostilizando al ejrcito y las noticias que se filtraban a travs de los Andes de lo que suceda al otro lado, Marc del Pont perda
la cabeza, no saba cual era la actitud a tomar, no saba por donde poda ser atacado, lo que le haca mover las tropas de un punto a otro sin ton ni son, queriendo estar en todas partes, y por ello, dejando desguarnecidas la mayora; ese
miedo cerval le llev a implantar el terror entre los ciudadanos, creando un descontento general y dando motivos a la conspiracin.
El 8 de febrero de 1817, en carta confidencial a D. Jos Villegas,
Gobernador de Valparaso, entre otras cosas, le deca: "Los enemigos por todas
partes asoman en grupos considerables, y cada da descubren ms sus ideas de
comprometernos, llamndonos la atencin por todas partes para apoderarse del

110

J e s h Canales R~iiz

reino todo ..., pudiera desde luego contrarrestar la (fuerza) de los invasores, si los
pueblos estuvieran en nuestro favor, pero levantado el reino en masa contra
nosotros, y obrando de acuerdo con el enemigo, toda convinacin es aventurada y todo resultado incierto". (1)
Por su parte San Martn, Gobernador de Cuyo entonces, preparaba concienzudamente la invasin de Chile en la ciudad de Mendoza, lejos de ojos
indiscretos. San Martn sin prisas, con la calma suficiente para preparar bien
todo lo necesario para una operacin tan compleja y difcil, se vali de varias
estrategemas para confundir a sus enemigos y trazar su plan estratgico.
El destino quiso que la Independencia de la Argentina la proclamase en
Mendoza el da 20 de julio de 1816 el brigadier chileno Bernardo O'Higgins, el
Mroe de las derrotas como le llama Santiago Estrada, y que precisamente se
encontraba en Mendoza a causa de la derrota de Rancagua. Fueron dos das de
fiesta en los que se celebr, entre otros actos, una "Accin de gracias". Pocos
das despus, el da 31, lleg San Martn a Mendoza y dispuso otra ceremonia
de jura de la Independencia.
Para la invasin de Chile era indispensable el conocimiento exacto de
los caminos y los pasos de la cordillera, para decidir por cual de ellos habra de
conducir al Ejrcito Libertador, pues aunque posea algunos datos e informaciones no lo juzgaba suficiente para una operacin tan compleja.
Una intriga le haba permitido acreditar ante el gobierno chileno a Ios
mismos que le espiaban y otra, no menos ingeniosa, le permiti una relacin
directa con Marc de Pont, hacindole comulgar, como vulgarmente se dice, con
ruedas de molino. Huyendo de los patriotas haban salido de Chile muchos realistas acomodados que haban buscado refugio tras Los Andes. San Martn,
temiendo que conocieran sus planes y le delataran, los hizo trasladar a la Punta
de San Luis, a unos 400 kms de su campamento
Uno de estos exiliados era D. Felipe Castillo Albo, comerciante acaudalado, honrado y realista hasta la mdula. Su casa haba sido lugar de reunin de
los realistas y su dinero haba servido para pagar muchos de los gastos ocasionados por la tensin que se viva. Jos Miguel Carrera le haba desterrado de
Santiago y confinado en Mendoza por sarraceno incorregible y sujeto a vigilar,
siendo trasladado con los dems a la Punta de San Luis. San Martn pens que
era la persona idnea para llevar a cabo su plan. Orden volverle a Mendoza y
que uno de sus oficiales se granjeara su confianza, cosa no demasiado difcil

dado su carcter afable. Se tomaron informes rigurosos de sus negocios, y despus de conocidos, la persona que se haba ganado su confianza, le diriga cartas con cualquier pretexto, cortando las firmas a sus contestaciones. As el agente de San Martn escriba a su esposa, deudos, Marc del Pont y a amigos polticos, largas cartas en las que, entre los asuntos domsticos, relataba lo sucedido en Mendoza segn la conveniencia de San Martn, por lo que las noticias
eran una tergiversacin de la realidad.
Segn le haban comentado, no deba ser D. Felipe Castillo quien las
escribiera ni firmara, pues podan caer en manos de San Martn, y que por ello
no se preocupara, pues el cartero las entregara
con un papel con su firma, firma, que como
hemos visto, se consegua con medios engaosos.
Marc de Pont estaba encantado con esta
correspondencia, creyendo todas las patraas que
en ella se insertaban. Daba rdenes de toda clase,
expeda decretos amenazando con la pena de
muerte a los agitadores, en anteriores captulos
hemos visto como fueron ejecutados algunos de
stos el 5 de diciembre en la Plaza de Santiago. Al
recibir la noticia por el alfrez de Carabineros
Antonio Gutirrez de la Fuente de haber cruzado
el emisario de San Martn el paso de los Andes,
crey que ste no poda venir sino con la misiva
de sumisin y paz. (2) "El pblico dio por cierto
que San Martn y los pueblos de su mando,
desengaados por llegar al logro de su soada
Marc del Pont. Museo
independencia y deseosos de evitar el golpe mor- Histrico Nacional de Chile.
tal que se acerca, dirigen este mensaje con miras
pacficas y juiciosas; que intentasen volver a la debida obediencia del monarca".
(3)
Segn el propio San Martn "lo que no me deja dormir no es la operacin que puedan hacerme los enemigos, sino el atravesar estos inmensos montes". Por lo que quera tener un conocimiento exacto de cada uno de los obstculos de los pasos y para ello tena el hombre adecuado, el ingeniero y experto
dibujante Jos Antonio lvarez Condarco.

112

Jes~isCanales Ruiz

Cada visita de lvarez Condarco al otro lado de los Andes, era motivo
de zozobra y angustia para San Martn pues todos los sospechosos de ser espas
eran fusilados.
Pero la imaginacin de San Martn no tena lmites a la hora de preparar
estratagemas y lvarez Condarco era el hombre idneo para encargarle de tan
delicada, necesaria y vital misin para sus planes de invasin, y qu mejor que
la misin de parlamentario para pasar al otro lado de los Andes sin grandes problemas. Se le proporcion como pasaporte y salvoconducto un oficio en el que
se notificaba a Marc del Pont la declaracin de la Independencia de Argentina,
proclamada pocos meses antes en el Congreso de Tucumh. No cabe duda que
lo que figuraba como salvoconducto, poda trocarse en sentencia de muerte si
era descubierto el ardiz. lvarez Condarco llevaba la promesa de San Martn,
que si a l le tocaban un solo cabello, ahorcara a todos los realistas que tena de
rehenes. Vaya consuelo para lvarez Condarco! de qu le serva a l que les
castigasen a los realistas con la muerte?
lvarez de Condarco, con su ttulo de parlamentario y varias cartas de
presentacin de destacados vecinos de Mendoza, entre otros Felipe del Castillo
Albo, se preparaba para partir hacia Santiago de Chile. En dichas cartas era presentado ante los familiares de los exiliados en Mendoza, como un hombre bondadoso "que aunque estaba al servicio del Rey de Espaa, se haba dispuesto a
servir a los espaoles perseguidos".
El da 20 de diciembre de 1816, parti de Mendoza y por el camino de
Los Patos lleg hasta la primera guardia realista en el lado chileno; la compaa
que haca de avanzadilla estaba al mando del alfrez de carabineros Antonio
Gutirrez de la Fuente, quien le dio el alto, y aunque respet su misin de parlamentario le orden seguir su camino de inmediato, lo que desconcert a lvarez Condarco, pues en medio de la oscuridad no poda observar el camino para
su conocimiento y que era su principal misin. No le qued otra salida que fingirse enfermo para poder permanecer all hasta el amanecer, que acompaado
del alfrez la Fuente inici de nuevo la marcha hacia Santiago. Marc de Pont
dispuso un recibimiento fastuoso para deslumbrar al emisario y hacerle creer
que los recursos del Gobierno le hacan poderoso. En los suburbios de la ciudad
esperaba a lvarez Condarco una compaa de caballera lujosamente ataviada.
El oficial que mandaba la compaa vend los ojos al parlamentario y le condujo a uno de los salones de su palacio cercano a la Plaza de Armas.

La Gnzetn del Rey narra este acto y dice: "Cuando nuestro dignsimo
Jefe no vio que no contena sino una indecente acta de independencia formada
entre los desvaros del crimen y la desesperacin, en la ciudad de Tucumn, en
celo impetuoso e irreflexivo a vista de rebelin tan declarada y provocacin tan
insultante, haba tomados providencias ejecutivas que hubiesen sido sensibles y
capaces de escarmentar al conductor del pliego y a su remitente; pero nuestro
jefe supo temperar sus impulsos de fidelidad; y atendiendo a que el moderno
derecho de gentes consagra la persona de los enviados, an casos de esta clase,
dispuso que don Jos Antonio lvarez Condarco fuese recibido en casa del
seor coronel y comandante de dragones don Antonio Morgado, y all tratado y
hospedado con afabilidad, aseo y cortesa". (4) El da 13 de diciembre recibi
una orden de Marc del Pont de partir inmediatamente hacia Mendoza acompaado de un escolta. Se le envi por el camino ms corto, el de Uspallata, lo que
permiti al parlamentario conocerlo. El da 21 de diciembre lleg a Mendoza
donde inform a San Martn acerca de los pasos de los Andes y de los caminos
hasta Santiago y le hizo entrega del pliego de Marc del Pont. En l comunicaba a San Martn, que slo su urbanidad y moderacin le haban contenido de
devolver el documento y que estimaba "frvolo y especioso este motivo para la
venida de un parlamentario".
"Esto me oblig a manifestar a V.S. que cualquier otro de igual clase
merecera la inviolabilidad y atencin con que dejo regresar de esta misin". El
pliego de San Martn fue quemado por el verdugo en la Plaza delante de las tropas realistas.
Estamos en los preliminares de la decisiva campaa de 1817.

NOTAS
(1) Amuntegui, Vctor. La Reconquistn de Clzile en 1814.
(2) El alfrez realista Antonio Gutirrez de la Fuente, peruano de origen,
pas despus a formar parte del ejrcito independentista donde alcanz el grado
de Mariscal, llegando a ser Presidente de la Repblica.
(3) Biblioteca Nacional de Chile. Coleccin de Antiguos peridicos chilenos. T. 11, pg. 290. Gaceta del Gobierno de Clzile.
(4) Biblioteca Nacional de Chile. Coleccin de Antiguos pericrlicos clzilenos. T. 11, p5g. 290.

CAPITULO XX
Antecedentes de la batalla de Chacabuco. Derrota realista y huida en desbandada de jefes, oficiales y soldados.
Los intereses de Espaa en el Reino de Chile no iban bien, sus habitantes cada da estaban ms cerca de las tesis de los llamados patriotas que del Rey
de Espaa. El da 29 de enero de 1817 informaba Marc del Pont al virrey se
senta muy inquieto "or haber advertido un fomento extraordinario en los espritus dscolos que hasta entonces lo haban reprimido".
Le informaba que los papeles descubiertos le haban puesto al corriente
de "que eran muchos y caracterizados los vecinos de Chile que mantenan
correspondencia y conformidad de ideas con los rebeldes del Ro de la Plata".
(1)
Marc de Pont determin detener a los ms caracterizados de ellos, "43
individuos, entre Religiosos y Particulares que deca servirle de estorbo para la
tranquilidad del aquel Reyno" (2) los envi a Lima, siendo encarcelados por el
virrey en El Callao en el castillo de Casas Matas; otros fueron desterrados a la
isla de Juan Fernndez, entre los que "estaban aquellos individuos que se haban decidido por el partido de la revolucin y excedido durante ella, las primeras
Plazas de la administracin pblica y cuya influencia poda ser peligrosa hasta
que recobren los nimos aquella calma y sosiego que disfrutaban en el antiguo
orden". (3) Miller escribe en sus Memorias que eran "Cuarenta y seis padres de
familia, parte en el ltimo tercio de su vida, algunos en edad decrpita y dos
paralticos". (4)
Hacinados en la corbeta La Sebastiana, tras una semana de navegacin,
llegaban la isla donde les dejaban en la costa "sin ms auxilio que la racin de
soldado". Uno de aquellos ancianos, era D. Enrique Rosales, que gracias a la

Quintanilla

115

intervencin y a los ruegos de Sir Thomas Staines, pudo ser acompaado por su
hija doa Rosario de Rosales, aunque tambin al mismo tiempo estuvo preso su
hijo Santiago. El da 5 de enero un incendi destruy varias de las casetas donde
vivan, entre ellas la que habitaba la familia Rosales.
Marc del Pont, sin saber qu postura definitiva adoptar, le pareca que
con seguir desterrando a unos pocos iba a acabar con aquel fermento de independencia y de descontento, por lo que sigui mandando fuera de Chile a aquellos que crea eran un estorbo para su gobierno; un nuevo turno sali para El
Callao el da 29 de febrero en la fragata Sacramento entre ellos: un cura, 16 frayles, y 26 Particulares decentes, con encargo de aquel a este Gobierno de que
sean mantenidos en prisin segura y a racin de Presidio durante las actuales
turbulencias". ( 5 )
Quintanilla estaba ajeno a lo que suceda en la retaguardia y se iba a
encontrar como sus superiores decidan retirarse a posiciones que ellos consideraban ms seguras.
Mientras el Gobernador de Chile encarcelaba y desterraba sbditos
como remedio a los males que detectaba en aquella sociedad pero sin tomar las
medidas adecuadas, San Martn preparaba la invasin de Chile en la ciudad de
Mendoza, de cuyos preparativos informaba peridicamente a Puyrredn,
Director Supremo, quien en carta de fecha de 24 de enero de 1817, entre otras
cosas le deca: "He visto el plano, pero no he tenido tiempo de arreglarlo al detalle que me hace de sus marchas. Es preciso que Dios sea godo para que no ayude
nuestra empresa".
El paso de los Andes se mostraba como una empresa muy difcil, no slo
por los obstculos naturales sino por la ingente y mltiple operacin de conducir hombres, unos 4.000 animales, entre ellos 10.600 mulas, 1.600 caballos y
700 reses; de stos animales consiguieron pasar a Chile, 4.300 mulas y 511
caballos en muy mal estado.
La marcha comenz el da 12 de enero desde La Rioja y San Juan, formada por sendas columnas en direccin a La Serena, provincia de Coquimbo.
El da 14 partieron dos compaas al mando de los capitanes Ramn Freire y
Jos Len Lemos, para por los pasos del Planchn y el Portillo, dirigirse a
Arauco con el fin de insurreccionar el Sur de Chile. El da 20 abandon el campamento del Plumerillo, el general Juan Gregorio de las Heras, que con su divisin se diriga a la provincia de Aconcagua por el paso de Uspallata. Al da

116

Jess Cmules Ruiz

siguiente emprendi la marcha el resto del ejrcito, cuya vanguardia era mandada por el general Miguel Estanislao Soler y la retaguardia por Bernardo
O'Higgins, que por el paso de los Patos se dirigan a Liqua. La capital de Cuyo
con apenas 6.000 habitantes, con la marcha de las tropas, queda triste y silenciosa, los bailes, las tertulias
y el bullicio de los soldados
han terminado, queda la
esperanza de un triunfo.
El avance de todos ellos
deba de ir sincronizado para
que todos llegasen el da 8
de febrero al Valle de
Aconcagua. En este paso de
TALCAHUAN
CONCEPCIO
los Andes, el soroche, o mal
de altura, atac a la mayora
de los soldados, por lo que
algunos murieron durante la
marcha.
Del cumplimiento estricto de lo ordenado por San
Martn lo dice bien a las claras, el que Las Heras con su divisin llego a Santa Rosa a media tarde del da 8,
mientras a la misma hora lo haca su entrada en San Antonio de Putaendo el
grueso del ejrcito. La artillera y el parque, al cuidado del fraile-soldado fray
Luis Beltrn lleg sin prdida de un solo can al Valle de Aconcagua.
El general Jos de San Martn dirigi esta abigarrada caravana desde su
puesto de observacin, una mula cuyos arreos era u11a silla al uso chileno con
los caractersticos grandes estribos de madera que llaman bailes, ni su vestimenta, capotn, botas y falucho denuncian su alto mando.
El coronel de ingenieros Miguel Atero, al conocer la noticia de que el
general San Martn haba pasado los Andes, dirigi sus pasos a Santiago, pretextando, que siendo el Jefe de Estado Mayor, debera estar cerca del General.
Bonita excusa! Los informes oficiales son explcitos y duros con esta actitud de
Atero, pues la atribuyen a que "valindose del favor de Marc, luego que vio
que la cosa iba formal dex el mando al capitn del Talavera graduado de

Quintanilla

117

Coronel Marqueli Oficial de honor y Valor" (6). Bajo el mando de ste, es un


decir, pues lo hicieron en la mayor dispersin por desfiladeros intransitables, Ilegando dos compaas, una de infantera y otra de caballera que fueron situadas
en la cima de la Cuesta de Chacabuco; en esta marcha perdi 20 infantes y un
oficial de caballera.
Por la noche lleg el brigadier Rafael Maroto al mando de los regimientos Talavera formado por 318 hombres, el de Chilo por 340 y el Valdivia
por 650, como segundo del general iba el coronel Ildefonso Elorriaga. Los realistas contaban tambin con estos tres regimientos, el de Concepcin, el de
Chilln, el de caballera de Dragones de Morgado, el de Hsares de Baraao y
el escuadrn de Carabineros de Quintanilla, o sea seis batallones de infantera
de vanguardia, dos escuadrones de caballera, 330 montados y dos piezas de
montaa, unos 5.000 hombres, de los que estaban en las cercanas de Chacabuco
unos 2.500 a las rdenes de Rafael Maroto y de los coroneles Elorriaga,
Quintanilla, Marqueli, Arenas, Vila y San Bruno, el comandante Baraao y el
capitn Mijares.
Pero estas tropas estaban tan diseminadas, que para juntarlas en un
punto determinado, se necesitaban no menos de 8 das; un batalln estaba en
Concepcin, otro en Chilln, unas compaas en Talca, otras en Rancagua y, sus
mejores hombres de caballera, los Hsares de Baraao, estaban en la villa de
San Fernando a unos 200 kms de Santiago. Por su parte el ejrcito insurgente
contaba con unos 4.000 hombres bajo el mando supremo del general San Mastn
y a las rdenes directas de Bernardo O'Higgins, Miguel Estanislao Soler,
Ambrosio Cramer, Jos Matas Zapiola, Antonio Luis Beruti, Jos Toms las
Heras, Rudecindo Alvarado, Conde y el chileno Ramrez conocedor de la zona.
Mientras descansaban, Elorriaga y Quintanilla, viejos amigos y camaradas en muchas de las acciones de guerra libradas hasta entonces, comentaban la
escaramuza de Las Comas y el comportamiento de las tropas insurgentes.
Quintanilla se mostraba partidario de abandonar la posicin que ocupaban, solamente defendida por dos escuadrones de caballera mal armados y con
2 piezas de artillera, pues el ejrcito enemigo estaba enfrente y lo lgico es que
atacasen al da siguiente, por lo que juzgaba como lo ms prudente, retirarse a
los altos de Colina a unas 7 leguas, pues adems de ser una posicin dominante, podan recibir los refuerzos de Santiago, cinco escuadrones de Hsares y
Dragones, as como un tren de artillera y ms tropas de infantera.

118

Jess Canales Ruiz

Ni Quintanilla ni Elorriaga pensaban que podan ser escuchada su conversacin por el general Maroto que descansaba en una habitacin prxima.
Pronto conocieron la respuesta a sus opiniones. El general Maroto llam a su
ayudante y "con aquella voz ronca que tena" le orden colocar una "Orden
general de pena de la vida al que dijera que convena retirarse". Quintanilla call
y no volvi a hablar hasta, que al da siguiente, al ver avanzar al ejrcito patriota por la Cuesta se dirigi a Maroto para recibir sus rdenes. Maroto le mand
que tomase la altura con su caballera antes que lo hiciese el enemigo y a
Elorriaga que se dirigiera tambin all con el Valdivia; pero la orden era ya tarda, la Cuesta haba sido tomada por el enemigo.

Batalla de Chacabuco. Museo Histrico Nacional de Chile.

Elorriaga viendo el peligro, se volvi hacia Quintanilla para decirle:


"nos pierde Maroto, podra decirle Vd que podramos retirarnos. Quien lo duda,
los enemigos no pasarn de las casas, pues tres leguas de mal camino y en una
hora no llegan aqu con su grueso, pero amigo, yo no quiere ser fusilado segn
Orden General". (7)

Quintanilla

119

Quintanilla recibi una nueva orden, la de atacar los flancos de un


escuadrn de caballera y, cuando se dispona a cargar contra l, la primera compaa al mando del capitn Manuel Iborra qued tendida, con varios muertos y
muchos heridos, entre ellos su capitn. Un nuevo ataque de los patriotas diezm
el escuadrn de Quintanilla por lo que tuvo que dejar paso al enemigo, produciendo en su batalln de infantera real una desbandada total de los pocos soldados que quedaron vivos, pues la mayora, ms de 250 fueron muertes en dicho
ataque, tanto Quintanilla como Elorriaga eran conscientes de la imposibilidad de
enfrentarse en aquellas condiciones a las tropas de San Martn, tal y como haba
pronosticado Elorriaga, les perdi Maroto, especialmente a l, que muri en
dicha batalla. Como todo estaba perdido, Quintanilla opt por abandonar el
campo de batalla, lo que hizo con cierta facilidad aprovechando la circunstancia
de que los soldados patriotas se entretenan dando sablazos a un fraile agustino.
Quintanilla con los 60 soldados de su escuadrn que se salvaron de los 330 que
lo componan, alcanz a Maroto en el camino que llevaba al puerto de
Valparaso donde se diriga para ponerse a salvo de aquella hecatombe.
As qued expresado en los escritos oficiales lo sucedido en la batalla de
Chacabuco: "5" Que el coronel de ing(eniero)s Atero que mandaba los puntos
abanzados delante de Chacabuco en los das de los primeros encuentros de
ambas abanzadas y disfrutaba del favor de Marc, luego q(ue) vio q(ue) la cosa
iba formal dexo el mando al Capitn de Talavera graduado de Coronel Marqueli
Oficial de honor y valor, que pocos das antes haba atrabesado la Cordillera
hasta 30 leguas de Mendoza, con una partida de 150 hombres y arrojado a los
que encontro Enemigos a pretesto de dar parte berbal al expresado Marc, como
lo hizo ocultndole el berdadero estado y fuerzas de los Enemigos con intencion
o ignorancia.
6" Que Marc en consequencia ernbio sus ordenes apurantes p(ar)a la
reunin en Santiago de las tropas que tena en diferentes puntos y q(ue) habiendose berificado en los das 9 y 10, mand, Primero Que los carabineros de
Abascal a las ordenes del comand(an)te Baraao marchasen con 330 hombres
q(ue) tenian incorporados a la Vang(uardi)a Segunda. Que se aprontaren las restantes tropas que componan 2.428 hombres de Ynfant(eri)a y Caballera con 14
piezas de Artillera de Campaa corrientes de Art(illeria), municin y ganado
p(ara) su Serv(icio) p(ar)a salir a encontrar al Enemigo, como en efecto lo verific el da 12 p(or) la maana; pero con objeto de reunir toda su fuerza que se

120

Jess Canales Ruiz

aproximaba a 4.000 hombres y esperar al Enemigo sin cuidado en la Ciudad de


Santiago donde muchos principales y aun corporaciones enteras (apesar de
q(ue) haba muchos infidentes ocultos en ella) se le habian ofrecido con sus
haberes y personas para auxiliarle y mantenerla en tranquilidad, pero habiendo
el Cor(one)l Atero hablado con Marc secretam(en)te y llegado Maroto con
algunos fugitivos de la desgraciada accin de su vanguardia se volvio a la
Ciudad desde la corta distancia en q(ue) se hallaba de ella y contra la voluntad
de las Tropas q(ue) deseaban batirse con el Enemigo.
7" Que desde entonces todo fue una confusin y con el mayor desorden
se dispersaron las tropas tomando cada uno por donde le pareci mejor p(ara)
salvarse; y los Jefes los primeros excepto el coronel Baraao q(ue) fue el nico
que vino formado con sus soldados desde el punto en q(ue) se hallaba a 4 leguas
de la ciudad hasta Valparaso". (8)
La derrota del ejrcito real fue total con unos 500 muertos, entre ellos
los coroneles Elorriaga, Marqueli, Vila y Arenas; 600 prisioneros, entre los que
se contaba Vicente San Bruno, que sera ejecutado en Santiago, y 170 soldados
que se dispersaron por los bosques cercanos; solamente unos pocos pudieron
llegar a Santiago con el fin de embarcar para Lima. Por parte patriota, las bajas
fueron muchas menos; solamente hubo 12 muertos y 120 heridos.
Del ejrcito realista una parte muy reducida pudo embarcar desde
Valparaiso a El Callao, donde haban llegado en desbandada: 7 coroneles, 2
comandantes, 2 sargentos mayores, 23 capitanes, 94 subalternos, 58 sargentos,
15 tambores y 428 soldados. Los batallones ms castigados haban sido el
Valdivia a las rdenes de Elorriaga, del que solamente volvieron 24 soldados y
los Carabineros de Abascal al mando de Quintanilla, del que solamente se salvaron 31 soldados, precisamente los dos mandos que opinaron que lo mejor era
retirarse a los altos de Colina.
Hay que destacar que tambin pudieron embarcar algunos paisanos,
mujeres y nios, as en el Santo Cristo llegaron al Callao "57 Paysanos realistas, 21 Mugeres y 2 muchachos" y en la Margarita "15 Empleados, dos frayles,
47 hombres y 6 Mugeres particulares".
Lo acontecido en Chacabuco, antes y despus, fue una demostracin
palpable de la falta de capacidad y profesionalidad de muchos de los militares,
con brillantes hojas de servicio, tales como Marc de Pont o Maroto. Los hechos
son reales y por mucho que se les quiera esconder o desvirtuar aparecen ino-

portunos mostrando la cara real, retratada para la posteridad en los informes oficiales, quiz demasiado guardados en los archivos.
Cada uno de los mandos militares o de las autoridades civiles, hizo lo
que estuvo en sus manos para salir lo mejor librados posible de aquella derrota,
sin otra preocupacin que no fuera la de salvarse ellos. El Mayor Manuel Feli
y Olaguer, jefe de ingenieros que haba llegado a Valparaso con 100 zapadores
el da 9, no haba tomado ninguna decisin, aunque su misin era la de fortificar la ciudad; "el Coronel Atero hablando con Marc secretamente y llegado
Maroto con algunos fugitivos de la desgraciada accin de su vanguardia, se volvi a la ciudad desde la corta distancia de que se hallaba y en contra de la voluntad de sus tropas que deseaban batirse con el Enemigo". (9)
Aunque muy cuidadores de las formas, nos encontramos con datos
como "que el primer Gefe que lleg a Valparaso con sus muger y equipage fue
el Brigadier Maroto quien en aquel momento pas un Oficio a Villegas referente a Orden del Presidente p(ara) q(ue) le entregase el mando como lo hizo". (10)
Maroto estaba casado con doa Antonia Corts, del Marquesado de Caada
Hermosa.
En pequeos grupos, desorientados, temerosos, desordenados y sin oficiales a su frente, fueron llegando al puerto de Valparaso 1.400 soldados que trataban de tomar alguna de las lanchas para poder embarcar en los buques surtos
en el puerto. Sus jefes tuvieron ms suerte, pues segn fueron llegando "se
embarcaron asaltando por la fuerza las lanchas habindolo executado antes
Feli, Maroto y Villegas, y una considerable porcin de paisanos, inugeres y
nios en nuebe buques mercantes que haba embarazndolos y en pribndolos
no solo de recibir Tropa sino de hacer viage por falta de vveres y aguada". (11)
Cuando Quintanilla lleg a Valparaso a las 12 de la noche del da 13, ya
haban embarcado sus jefes, l lo hizo en el bergantn San Miguel. La mitad de
los soldados, unos 700 y muchos civiles quedaron en los muelles donde el temor
haba concentrado miles de personas ansiosas por embarcar, pero en esa espera
"eran atacados por las compaas de la Concordia compuestas por los paisanos
de Valparaso, que por no haber desarmado su gobernador Villegas, empezaron
a hacer fuego contra los grupos de soldados que no pudieron embarcar" (12).
As opina Quintanilla: "en mi concepto los jefes Villegas, Atero, Feli y
Maroto son los culpables en este escandoloso abandono, por el desorden del
embarque. Villegas como Gobernador del puerto, en haberlo abandonado y per-

Jess Canales Ruiz

mitir el desorden; Maroto por haberse


embarcado antes que la Tropa, debiendo propender al mejor orden de su
embarque". El jsalvese el que pueda!
fue el lema. Maroto pagado de su autoridad, no slo se conform al llegar a
Valparaso con reclamar la presidencia,
sino que su egolatra le llev a ms. "El
Brigadier Maroto al ponerse en vela los
buques y fuera del Puerto ofici al
Brigadier Feliu dicindole que como
ms antiguo deba tomar el mando del
comboy como efectivamente le tom,
dando con esto Maroto a que todos creyeran que el haberle l solicitado de
Villegas, como va dicho, llevaba por
General Rafael Maroto.
objeto el salvarse l y su muger". (13)
Durante la travesa formaron una Junta de Guerra determinando ir a Coquimbo
para tomar vveres y dirigirse despus a Talcahuano, pero al no poder atracar en
Coquimbo por los disparos que les hacan desde el puerto, el convoy se dispers y se dirigieron los barcos que lo componan a El Callao.
Esto es lo que dej sentado Pezuela en sus Diario sobre la derrota de
Chacabuco: "loMaroto sin conocimientos del nmero de enemigos que le atacaban y localidad de terreno, empe la accin en lugar de retirarse al Cuerpo
principal. 2" Que sacrific con tanta imprudencia sus 200 hombres que se batieron con toda bizarra hasta el caso de perecer todos o quedar prisioneros excepto unos cientos que se salvaron con Maroto". (14)
Con el lenguaje lacnico de los militares, solamente hacen unos pequeos apuntes como de recordatorio, Pezuela resume la actuacin de Maroto y de
los otros militares realistas en Chacabuco, como impropia de unos militares
experimentados, pero queda claro su nefasto comportamiento en la batalla y,
sobre todo, despus de la derrota, pues slo procuraron ponerse a salvo y huir,
ni un momento pensaron hacer frente a los patriotas una vez recuperadas nuevas posiciones para la defensa.

Quintanilla

NOTAS
(1) Diario de Pezuela. Documento 103, cuaderno 4 (l), fol 36.
(2) Obra citada. fol. 41.
(3) Obra citada. Cuaderno 1, 2, fols. 274-275.
(4) Miller, J. Memorias. T. 1. Pg 107.
(5) Diario de Pezuela. Documento 103. Cuaderno 4 (l), fol. 365.
(6) Obra citada. Cuaderno 3 (l), fol. 124.
(7) Quintanilla, Antonio. Autobiografia.
(8) Diario de Pezuela. Documento 103. Cuaderno 3 (l), fols 124, 125 y
126.
(9) Diario de Pezuela.
(10) Obra citada.
(11) Id
Id
(12) Id
Id
Id
(13) Id
(14) Id
Id

Cuaderno 3 (l), fol. 125.


Id
fol. 126.
fol. 121 y 122.
fol. 122.
fol. 129.
fol. 123.

NOTA: Dentro del cuerpo de los Granaderos a caballo, figura el voluntario Pascua1 Meneses, es un joven imberbe de 19 aos, mendocino de nacimiento y que va bajo las rdenes de Las Heras. En Uspallata, se descubre que
no hay tal granadero, sino que se trata de una muchacha criolla que responde por
Pascuala Meneses. Las rdenes de Las Heras son duras y severas, no se admiten mujeres-soldado, ordenando que devuelva el uniforme y regrese a su casa de
Mendoza, aunque l comprenda los sentimientos de la joven.

CAPITULO XXI
El Gobernador de Chile D. Francisco C. Marc del Pont es hecho prisionero por los insurgentes.
La derrota realista en Chacabuco fue conocida por el virrey D. Joaqun
de la Pezuela el da 27 de febrero por la maana, y no por un pliego oficial, sino
de boca del comerciante D. Jos Incln, que procedente de Valparaso haba llegado al Chorrillo en la corbeta francesa Bordelais; en la misma corbeta llegaron
los oidores de Valparaso Antonio Caspe, Antonio Pereira, el comerciante
Bernardo Sofa, el cirujano Justo Aparicio, el capitn de la Wild inglesa Hear
Hery y su esposa y el Dependiente de rentas Manuel Blanco.
Marc del Pont para abandonar la ciudad ms libre y ligero de equipaje
y sin ms preocupacin que evitar un encuentro con el enemigo, dispuso el
mismo da 12 que "el caudal de las Caxas de Santiago que ascenda en Plata y
Oro a unos 250.000 pesos saliera para Valparaso a cargo del oficial Real
Arangua con una partida de Tropa fue robado totalmente por los Soldados de
esta y por los prfugos que pasaron". (1)
Pero no se olvid, ni mucho menos, de sus pertenencias que trat de salvarlas a toda costa; en la ya citada carta dirigida al Gobernador de Valparaso,
D. Jos Villegas, le manifestaba lo siguiente: "atendiendo al mucho equipaje con
que me hallo, y que me sera tanto ms doloroso perderlo en la ltima desgracia
cuanto que se aprovechasen de l estos infames rebeldes, he resuelto remitir una
pequea parte a ese puerto, a cargo del portador, que es mi mayordomo, a quien
estimar a Vd le franquee una pieza en su casa donde pueda depositarlo con lo
dems que vaya remitiendo en lo sucesivo". Aunque quiere justificar esta decisin, manifestando que no quiere que los rebeldes se hagan con sus cosas, la ver-

dad es que no quera perder nada de lo suyo, anteponiendo el lograr salvar sus
cosas a cualquier otra preocupacin, como organizar la defensa ante lo que pareca inminente, un ataque rebelde y que l estaba demostsando, conoca y tema.
No terminaba ah su recomendacin acerca de cmo salvar su equipaje,
en caso de que los patriotas con sus acciones militares pusieran ms dificultades
que las habituales, pues "en caso desgraciado, que no lo espero, sin embargo de
la maldita sublevacin del reino, me haga favor de embarcarlo con su persona
en uno de los buques mejores que haiga (sic) en ese puerto, o en el Justiniani,
como que es de la real hacienda, Procurando salvarlo a toda costa, para que esta
canalla no se divierta a costa de Marc". La verdad es que San Martn ya se estaba divirtiendo a su costa y ms lo habra de hacer en cuanto entrase en Chile.
Con sto nos evita opinar acerca de su nefasta actuacin, l mismo
muestra bien a las claras cual era su principal preocupacin en aquellos momentos, en los que Espaa tanto se jugaba en Chile, donde l era el mximo representante. Pero, como es lgico, tambin se preocupaba de su persona, para qu
enviar si no por delante sus pertenencias?, precisamente para que no pudieran
impedirle marchar con desahogo y en caso de apuro ponerlas a salvo; por lo que
pudiera suceder, rogaba al Gobernador de Valparaso, que asegurase el puerto
para poder embarcar, pues era el punto determinado para retirar sus tropas, tal y
como se lo haba comunicado al coronel Olaguer y Feli. "Por las mismas razones deber Vd. embargar todos los buques que se hallen en ese puerto y los que
vayan viniendo, sin permitirles la salida, y reservando siempre el objeto de esta
providencia, que no conviene se traduzca por ahora. Para lo cual ser siempre
bueno el cohonestar la prohibicin de su salida con la recalada de la escuadrilla
enemiga". (2)
La claridad con la que expone sus principales preocupaciones, nos evita
el comentario sobre cual era su cuidado principal en aquellas circunstancias;
nada le importaba, a no ser su persona y pertenencias, sus alhajas y los dijes que
adornaban los salones, eran ms importantes que sus obligaciones como gobernante y militar. Los informes llegados a Lima el da 7 de marzo sobre la suerte
corrida por Marc del Pont eran confusos, "pues no asom al Puerto, ni se sabe
el rumbo que tom despus de la evacuacin de Santiago". (2) Sin embargo en
otra parte del mismo documento se puede leer: "Marc llego a Valparaso sin ser
perseguido, sin la precipitacin y desorden que las tropas con el Mayor General
Bernedo, el Comandante de Artillera Cacho y algunos oficiales; pero desde

126

Jes~isCanales Ruiz

alturas del puerto tubo el desconsuelo ver los buques a la vela y tirando por otro
camino fue hecho prisionero con los que le acompaaban". (3)
Qu es lo que en realidad sucedi con el Capitn General? La respuesta la encontramos conociendo a Marc del Pont; el miedo, mejor el pavor que le
invadi y que solamente le dej pensar en la huida, es el que al final le traicion. Para disculpar su miedo y no quedar como un desertor, deleg su mando en
el general Rafael Maroto y se dirigi a la villa de San Antonio situada al sur de
Valparaso. Sospechando que le estuvieran buscando, como as era, desde la
hacienda Las Tablas donde se esconda, envi a Valparaso varios emisarios para
saber si haba cado en poder de los insurgentes y si haba algn barco en el
puerto. Reconocido por uno de los criados de la hacienda, le denunci a su
patrn, que con la ayuda del capitn Francisco Aldo le hicieron prisionero junto
con el coronel Bernedo el da 17 de febrero. El da 22 Francisco Marc del Pont
fue presentado al general Jos San Martn que le recibi con este saludo lleno
de intencin: "iOh seor General, venga esa blanca mano!". Irnico y sarcstico saludo, pues San Martn le recordaba con ello una carta que le haba enviado
Marc en la que una de las cosas que le deca era: "Yo firmo con mano blanca
no como San Martn que la suya es negra". (4)
Marc de Pont fue enviado provisionalmente a Mendoza como prisionero y poco despus fue confinado en la Punta de San Luis. Muri el ao 1819
en la Villa de Lujn, cerca de Buenos Aires, famosa hoy y muy visitada por el
Santuario de la Virgen del mismo nombre. ( 5 ) Al percatarse los santiaguinos de
la huida de su Gobernador y dems autoridades realistas, el da 13 a las 10 de la
maana se reuni el Cabildo y designo como Gobernador a D. Francisco Ruiz
de Tagle. (6)
La contundente victoria de los insurgentes en Chacabuco tuvo su lado
festivo con la celebracin hecha por los partidarios de San Martn. La fiesta se
celebr en casa de D. Juan Enrique Rosales, preso en la isla de Juan Fernndez,
en donde estaba acompaado de su hija Rosario y uno de sus hijos, Santiago. La
fiesta fue organizada por su hija Mercedes casada con Felipe Santiago del Solar,
agente secreto de San Martn; dicha fiesta comenz con la interpretacin del
Himno argentino cuyas notas finales fueron seguidas de 21 caonazos. (7)
Segn el nieto de Juan Enrique Rosales, Vicente Prez Rosales se sirvieron
"cochinillos rellenos, con naranjas en el hocico, jamones de Chilo, almendras
de las monjas, coronillas, manjar blanco, huevos Quimbes y mil y otras golosi-

nas, amen de churritos de queso de chancho, aceitunas y cebollas en escabeche.


La comida se acompa de chacol de Santiago, asoleado de Concepcin y con
vinos peninsulares". (8)
Se cuenta que tras la batalla de Chacabuco, el general San Martn, sentado a la sombra de un rbol, departa con algunos militares, entre ellos
O'Higgjns uno de los destacados en dicha batalla. A los pocos minutos lleg el
general Soler, quien emocionado por los elogios con que es recibido, estrech la
mano de todos los presentes excepto la de O'Higgins, que apenas se pudo contener por el desplante. Rompi silencio sepulcral que se cortaba y que sigui a
esta actuacin de Soler, el general San Martn, quien levantando un vaso de vino
brind por los bravos militares all presentes. Pero qu haba sido de las tropas
realistas huidas a Valparaso? En esos das en el puerto de Valparaso estaban
atracados los siguientes barcos: las fragatas mercantes Bretaa, Margarita,
Wctoria, Wild (inglesa) y Revolucin y los bergantines San Miguel, J~~stiniani,
Simaca Portuguesa y Santo Cristo. Tambin de paso para China, procedente de
Burdeos, la fragata Bordelais. Sobre las 11 de la maana del da 14 se hicieron
a la mar con esa abigarrada carga de militares derrotados, y muchas familias "sin
compromiso alguno ni motivo de fuga", mientras otros muchos soldados quedaban en tierra aterrorizados. A bordo de esos barcos llegaron a Lima unas 600
soldados dejando en las playas de Valparaso a 1.400.
La primera fragata en llegar al puerto de El Callao, fue la Bordelais,
mandada por el Teniente de navo Roque Fevil. El da 28 de febrero atrac el
bergantn Santo Cristo, al mando del capitn Toms Domenech, que haba
hecho el viaje sin parada alguna; el 14 de marzo lo hizo la fragata Margarita,
que haba hecho escala en Huasco para tomar vveres y hacer aguada, en ella Ilegaron el Gobernador de Valparaso Jos Villegas, el Sargento Mayor de la plaza,
un coronel, 16 oficiales, 70 soldados de diferentes cuerpos, 15 empleados, 2
frailes, 47 civiles y 6 mujeres.
El ltimo en llegar, el 10 de abril, fue el bergantn San Miguel a bordo
del que viajaba Antonio Quintanilla. En el informe enviado al Ministro de la
Guerra el 7 de marzo, el virrey Pezuela escribe: "ignorando si los mencionados
Brigadieres Maroto y Feli, se dirigieron al Callao, o a Concepcin para procurar la conservacin y defensa de aquella Provincia que tena en su Capital, segn
dicen como 700 hombres". (9) En otro Documento se recoge "en febrero lleg
Maroto con su muger al Callao en la corbeta Bretaa7'.(10)

Jess Caizales Ruiz

La victoria de Chacabuco estaba empaada por la tristeza de muchas


familias patriotas que lloraban la ausencia de algunos de sus seres queridos,
ausencia que se haca mhs dolorosa an porque conocan la penosa situacin en
la que se hallaban en la isla de Juan Fernndez. Primero quisieron tomar la isla
por la fuerza, pero era una operacin muy arriesgada, por lo que determinaron
hacerlo por la va de la negociacin. Como mediador se recurri al coronel
Cacho a quien haban hecho prisionero en Chacabuco para que consiguiera del
Gobernador de la isla D. ngel del Cid, la libertad de los all desterrados. El
coronel Cacho acept gustoso la misin y se embarc en el guila mandada por
el capitn Morris que se hizo a la vela direccin a la isla de Juan Fernndez. El
25 de marzo de 1817 los prisioneros divisaron una vela en el horizonte; primero pensaron en la expedicin de Brown. Pronto uno de los jvenes prisioneros,
Manuel Blanco Encalada vio que del costado del bergantn se haba desprendido un bote con bandera de parlamentario. Cacho en slo un da de negociacin
consigui del Gobernador la libertad de los prisioneros y lo dems corri a cargo
del capitn Morris que compadecindose de los otros habitantes los admiti a
bordo. "Slo las ratas quedaron en la isla". (1 1) El total de los pasajeros embarcados fueron 152, de los cuales 78 eran prisioneros.
Los documentos nos dicen que no salieron todos y que adems de las
ratas qued algun habitante ms. No estaban con los dems ese da 25 de
marzo? No quisieron embarcar'? Solamente sabemos que quedaron dos soldados de la guarnicin. Pezuela en su Diario el da 29 de enero de 1818 escribe:
"Entr en el Callao la Fragata inglesa guila, procedente de Londres con 6
meses de navegacin. Su Capitn Roberto Cole, declara que al pasar a la vista
de Juan Fernindez, envi a Tierra una chalupa y hall solamente dos soldados
escondidos que eran parte de la guarnicin que tena la isla cuando la tomaron
los insurgentes despus de la prdida de la Batalla de Chacabuco. Estos dos soldados pudieron esconderse al tiempo que los insurgentes evacuaron aquella isla
y en el guila viene uno llamado Miguel Espinosa perteneciente al Batalln de
Concepcin y el otro soldado su compaero lo transbord a la ballenera inglesa
nombrada Husar, mandada por Capitn Boker, para que le condujese al Reino
de Chile de donde era natural". (12)
Se dice por parte del capitn Rufus Cofn que hay dos versiones sobre
con10 sacaron a los prisioneros; una, que la fragata el g~lilncobr 5.000 pesos
y otra que se aproxim por falta de vveres.

NOTAS
(1) Diario de Pez~rela.Documento 103. Cuaderno 3 ( l ) ,fol. 128. Jos de
Arangua formaba parte del Estado Mayor del general Osorio como Contador y
Oficial de las Cajas Reales de Chile.
(2) Diario de P e z d a . Documento, 103. Cuaderno 3 (l), fol. 10.
(3)
Id
Id
Id
fol. 128.
(4) Berdiales, Germn. El Primer Soldado de la Libertad, pg. 43.
(5) El 25 de febrero, enterado Puyrredn de la victoria de Chacabuco,
escribi a San Mastn quien despus de felicitarle le dice: "Si por accidente cae
en nuestra poder, (Marc) trtelo V. como caballero y mndemelo aqu sin
demora, para ensearle yo tambin que lo somos mds que l".
(6) Francisco Ruiz de Tagle y Portales, era nieto de Bernardo Ruiz de
Tagle natural de Ruiloba, Cantabria. Fue heredero del mayorazgo fundado en
Chile por su abuelo. Fue Presidente de la Junta de Chile, senador y ministro.
Muri en Chile el 23 de marzo de 1830.
(7) El autor de la letra del Himno de la Argentina fue Vicente Lpez
Planes. Su padre Domingo Lpez Cantero haba nacido en Bedoya, Cantabria.
En 1827 sustituy a Rivadavia en la Presidencia de la Repblica.
(8) Berdiales, Germin. El Primer Soldado de la Libertad pg. 57.
( 9 ) Diario de Pezuela. Documento 103. Cuaderno 4 (l), fol. 38
(10) Id
Cuaderno Histrico, fol. 173.
(11) Amuntegui, M. Luis y G. Vctor. La reconquista de Chile. pdgs.
446 y 447. En el Apndice est la lista de los prisioneros liberados y de algunos
personajes ms.
(12) Diario de Pezuela. Cuaderno 1 , fol. 259.
NOTA: Juan Fernndez es un archipilago en el Ocano Pacfico, perteneciente a Chile a unos 667 kms al O de Valparaso. Tiene 185 kilmetros cuadrados y unos 250 habitantes. Las islas eran Ms a Tierra, Ms a Fuera y Santa
Clara. Hoy, Robinson Crusoe, tambin llamada Juan Fernndez y Alejandro
Selkirk.

CAPITULO XXII
Llegada a El Callao de los huidos de Chile. Quintanilla es nombrado
Gobernador y Comandante General de Chilo. Batalla de El Gaviln.
Quintanilla llega a la isla de Chilo.
Despus de la derrota de Chacabuco y del desastre del ejrcito realista
qued prcticamente diezmado en sus efectivos; de los 5.267 hombres que le
compona, 4.137 con guarnicin en la capital Santiago y 1.130 en Valparaso y
Concepcin, solamente llegaron a Lima 501. El coronel Ordez se haba retirado al puerto de Talcahuano, y unos meses despus contaba con "1.700 hombres de Tropa, incluidos 150 enfermos", los dems haban muerto, desertado o
haban sido hechos prisioneros.
Los jefes y oficiales que llegaron a El Callao, fueron retenidos en los
diferentes castillos del puerto hasta aclarar su actuacin en la guerra y el por qu
de su huida de Chile.
El virrey D. Joaqun de la Pezuela, enterado por su yerno el brigadier
Mariano Osorio que entre los que haban llegado a El Callao estaba Antonio
Quintanilla, quien haba destacado por su valenta en diferentes hechos de guerra, fue llamado a su presencia; quiz sto fuera razn suficiente para llamarle a
su Palacio de Lima, pero queremos imaginar que tambin habra jugado un tanto
por ciento la curiosidad por conocer, no slo a un paisano, sino a un vecino, pues
recordamos que Pezuela tena su casa solariega en Entrambasaguas, pueblo cercano a Pmanes donde haba nacido Quintanilla.
Sea la razn que fuere, el caso es que adems de encargarle una relacin
de las acciones de guerra en las que haba intervenido hasta entonces, cosa que
hizo, el da 20 de marzo de 1817 le nombr Gobernador y Comandante General

Quintanilla

131

de la Provincia de Chilo con residencia en San Carlos, su capital. Sustituira en


su cargo al coronel Ignacio Justis que haba solicitado el relevo.
Antonio Quintanilla acept el cargo y 5 das ms tarde zarp del puerto
de El Callao con destino a Talcahuano, en cuya expedicin regresaban a Chile
los oficiales y soldados que haban huido tras la derrota de Chacabuco, suponemos que la mayora obligados por el virrey.
El da 25 de marzo zarparon de El Callao la fragata Veloz y el bergantn
Pezuela, con otros dos barcos, llevando como pasajeros a 124 oficiales, 57 sargentos, 92 cabos y tambores y 348 soldados, en total 621 hombres, con el fin de
reforzar el cuerpo de ejrcito del coronel Ordez que guarneca en Talcahuano.
A los pocos das de navegacin se desarbol el bergantn Pezuela en el que viajaba Quintanilla con algunos oficiales y 150 soldados; esta avera en el velamen
supona llegar con retraso a Talcahuano, por lo que D. Simn Londoo que iba
al mando del convoy, orden a Quintanilla que pasase a la nao capitana, la fragata Veloz, mientras el Pezuela segua su singladura con la vela que poda desplegar. De los 621 hombres embarcados, pocos ms de los 59 que componan
los restos del Regimiento Talavera, eran espaoles peninsulares, cosa muy
importante en aquellas circunstancia, los dems eran chilenos, que con la
aquiescencia de sus oficiales, y con el coronel Antonio Morgado al frente, haban determinado, que en caso que Concepcin estuviese en manos de los insurgentes, se pasaran a sus filas antes de ir a Chilo como estaba previsto. (2)
As se lo haba manifestado confidencialmente el coronel Morgado a
Quintanilla, quien hizo saber dicha intencin al Comandante del convoy Simn
Londoo, exigiendo guardar secreto, aunque debera tomar las medidas necesarias para evitar la traicin.
Quintanilla contaba a su favor con los 58 hombres de los Carabineros de
Abascal, 104 chilotes, 56 valdivianos y los 75 dragones, casila mitad de los soldados embarcados, para en caso de necesidad, enfrentarse a los sediciosos.
Con el fin de prevenir este posible levantamiento, Quintanilla propuso a
Londoo entrar en la baha por la noche para saltar a tierra en la pequea isla
Quiriquina y por medio de los pescadores, saber quien gobernaba en
Talcahuano, si los realistas o los insurgentes pues si eran los realistas, no se
hara nada y, en caso contrario, se traspasaran a la fragata Veloz los adictos, a
cuyo efecto ya se haba tomado la precaucin de anclar las lanchas al costado de
los buques.

132

Jess Car~alesRuiz

Quintanilla regres a bordo con la feliz noticia de que el coronel


Ordez, Gobernador de la ciudad de Concepcin, defenda el puerto de
Talcahuano.
Al da siguiente 1 de mayo, desembarc el coronel Morgado al frente de
los 600 hombres, pasando a reforzar las fuerzas del coronel Ordez un da despus.
Por su parte Antonio Quintanilla se present al coronel Ordez para
informarle de su nombramiento de Gobernador y Comandante General de
Chilo, por lo que embarcara para San Carlos en el primer barco que zarpase
para la isla. El coronel Ordez le rog con insistencia que se quedase un tiempo en Talcahuano para organizar una partida en Arauco aprovechando sus conocimientos en la zona. En poco tiempo haban cambiado demasiado las cosas en
Chile, el ejrcito real no exista como tal, los indgenas y dems habitantes, estaban ms inclinados del lado de los insurgentes que de el de los realistas, por lo
que Quintanilla le manifest la imposibilidad de contar con soldados de aquella
zona.
Por su reaccin, parece que Ordez comprendi las razones expuestas
por Quintanilla, pues no volvi a sugerir la idea, pero s le manifest su intencin de atacar a los enemigos en Concepcin.
Quintanilla, por su parte, le hizo saber que probablemente conseguira
que los patriotas abandonaran Concepcin, pero de nada servira posteriormente pues no tena tropas suficientes para defender la ciudad, puesto que las necesitaba para la guarnicin de Talcahuano
El general Las Heras, al conocer los refuerzos recibidos por Ordez y
temiendo un ataque realista, tom posiciones en el Cerro del Gaviln al oeste de
la ciudad.
Pese a la advertencia de Quintanilla, el coronel Ordez, el da 5 de
mayo atac la ciudad, dividiendo sus tropas en dos columnas; una al mando del
coronel Morgado que dirigi sus pasos a la laguna y cerro Las Tres Pascualas,
posicin defendida por los tiradores del comandante Ramn Freire con la compaa no 11; la otra, mandada por Ordez, al que acompaaba Quintanilla, ira
directamente a la ciudad por el camino del sur; con una compaa de infantera
y con un can tom posiciones en el cerro El Chepe, al NO de la ciudad con el
fin de proteger el paso por el malecn del Batalln de Concepcin formado por
800 infantes, y cuyo batalln, a las primeras de cambio, se desorganiz por com-

pleto, lo que fue aprovechado por la caballera enemiga para obligar a las tropas
realistas a volver sobre sus pasos y repasar el malecn tomando el camino a
Talcaliuano. Quintanilla, aprovechando que la caballera enemiga se replegaba
para perseguir a la columna de Morgado derrotada y deshecha, se propuso detener la dispersin de las tropas realistas desde su posicin en la ribera del ro
Agua Negra.
Ordez volvi a pasar el malecn con la infantera completamente en
desorden, por lo que fue facilmente batida. La misin de Quintanilla se redujo a
poner un poco de orden en los que se retiraban. La jornada fue funesta para los
realistas pues dejaron en el campo de batalla 124 muertos, 58 heridos y 6 prisioneros.
La imprudencia, el desconocimiento de las fuerzas enemigas, la falta de
preparacin y de disciplina de sus tropas, llev a Ordez a este descalabro en
una operacin temeraria e injustificada, pues an habiendo vencido, su victoria
hubiera sido prrica y momentnea.
Tras poco mBs de un mes y medio de estancia en el Continente a instancias de Ordez, Quintanilla vio llegada la hora de partir para Chilo y tomar
posesin de su cargo de Gobernador y Comandante General; abandon
Talcahuano el da 20 de junio a bordo de La Pnlafox.

NOTAS
(1) Antonio Morgado perteneca a la Sociedad masnica Lautaro, fundada por el general insurgente Jos de San Martn, a la que pertenecan del lado
realista, entre otros Marqueli y Cacho. Morgado f ~ i euno de los informantes de
lvarez Condarco y, si no se sublev contra Marc de Pont, fue porque conoca
muy bien las cartas de Castillo Albo, llenas de falsedades sobre las tropas insurgentes de Mendoza.
El buque Pezuela se arm de guerra en 1817, primero se llam San
Felipe Neri y Brillante.

CAPITULO XXIII
Quintanilla toma posesin de su cargo de Gobernador y Comandante
General de la Provincia de Chilo con residencia en la isla del mismo nombre.
La isla de Chilo que da nombre al archipilago y a la Provincia que se
extiende en el Continente, es la mayor de las islas.
Su capital fue Santiago de Castro situada en el centro de la costa de esta
isla, aunque nunca fue residencia del Gobernador, si bien tena Ayuntamiento
formado por la nobleza indgena y que gozaba de muchas prerrogativas dispensadas por los reyes espaoles, su Cabildo tena el ttulo de ilustre y muyfiel.
El Gobernador, la Guarnicin y las oficinas de la Administracin, en los
primeros tiempos, estuvieron en el puerto de Chacao, situado en la canal del
mismo nombre. Pero Chacao era un puerto muy difcil por lo que el virrey D.
Jos Antonio Manso de Velasco y Snchez Samaniego, traslad la capitalidad e
hizo de San Carlos la capital administrativa de la Provincia. Desde Lima el
virrey enviaba anualmente 50.000 pesos para los gastas administrativos.
El cuerpo de ejrcito de la isla estaba formado por una compaa de artillera, dos de infantera y una de dragones, a los que haba que aadir un regimiento de infantera y un escuadrn de caballera, titulado Milicias de Castro,
que estaban formados por espaoles y criollos, siendo su misin defender la isla
de los ataques corsarios.
El ao 1788 fue nombrado Gobernador el brigadier Juan Antonio
Montes, con un sueldo anual de 6.000 duros, cargo que se consideraba como
peldao para alcanzar la Capitana de Chile e incluso, el virreinato del Per. El
13 de noviembre de 1811, el virrey Fernando Abascal, orden la formacin del

Quintanilla

135

Batalln Veterano de Infantera ligera de Voluntarios de Chilo, refundindose


para ello las dos compaas de infantera y la de dragones.
Los apuros y las desgracias para los habitantes de la isla comenzaron
con la formacin del cuerpo de ejrcito por Antonio Pareja que fue trasladado al
Continente; dicho cuerpo estaba formado por
2.000 hombres espaoles y criollos, casi
todos ellos casados, por
lo que se dej sentir
mucho en la isla la falta
de brazos y posteriormente por sus viudas y
hurfanos que reclamaban del Gobernador
ayuda para poder
sobrevivir y que ste
no poda dar; este estado de cosas oblig a
pedir a Ignacio de
Justis su relevo.
Chilo, especialmente la llamada
isla grande, era considerada un punto estraProvincia de Chiloe.
tgico para la defensa
del virreinato. As se manifestaba Pezuela ante el Ministerio de la Guerra.
"Dueos absolutos estos de Chile, era consiguiente la prdida de la importante
plaza de Valdivia e Yslas de Chilo y entonces concertadas sus operaciones y
con mejores medios de defensa en la vasta extensin de aquel Pas, se haca
soberanamente difcil arrebatarles el fruto de su conquista, respecto de esta ltima, cuyo nico surgidero San Carlos es inaccesible la mayor parte del ao y con
ello nos pribamos de un semillero de buenos soldados; sin un punto en que guarecerse los buques despus de una larga y fatigosa navegacin; se paralizara el
comercio con la metrpoli". (1) Chilo era ms que un trozo de tierra habitada,

136

Jess Cunules R ~ l i z

era un punto neurLlgico para la navegacin entre Espaa y los puertos del
Pacfico, adems de tierra de excelentes soldados.
No era fcil, ni mucho menos, la tarea que le esperaba a Quintanilla
como Gobernador, prcticamente ahora ya solamente de unas islas a tiro de piedra del ejrcito insurgente, sin casi recursos propios para poder subsistir y con
una poblacin desmoralizada, pues era patente la sangra de sus hombres, para
ellos incomprensible, que les haba dejado en la inopia. Ni los soldados mutilados que volvan a la isla ni las viudas tenan subsidio alguno.
Prueba de ese desnimo en que se hallaban sumidos la tenemos en esta
queja oficial: "Las Islas de Chilo que han sido hasta aqu un semillero fecundo
de excelentes soldados, parece que se han negado ya a concurrir con sus brazos
a la defensa de los derechos del Monarca, mirando a Chile como un sepulcro
que se ha absorbido centenares de sus Paysanos; y la ltima requisitoria que se
crea muy abundante, solo ha producido 42 hombres que de antemano estaban
reclutados". (2) Una vez terminada la misin encomendada por Ordez en
Concepcin, Antonio Quintanilla se dispuso a tomar posesin de su cargo de
Gobernador y Capitn General de Chilo. "El 20 de junio de 1817 La Pnklfox
haba salido para Chilo con el Governador Quintanilla quedndose con las
armas y derns pertrechos que embia a Chilo, excepto 10.000 pesos de 20.000
que embiaba a aquellas Yslas". (3)
Haba llegado acompaado, entre otros, por el Contador Hiplito
Romero y por el Interventor Manuel Fernndez lvarez.
Los primeros problemas los tuvo al querer tomar posesin de su cargo
de Gobernador, y esos problemas se los iba a procurar su antecesor Ignacio
Justis, que arrepentido de haber solicitado el relevo, no quera ahora dejar su
puesto de Gobernador.
Justis, trat por todos los medios, que Quintanilla desistiera de su pretensin o perdiera los nervios y cometiera algn acto reprobable del que pudiera ser acusado; su recibimiento fueron insultos y amenazas, incluso le ret en
desafo; as, en caso de ser agredido poder acusar a Quintanilla de desacato y
agresin y tener un motivo para apresarle y enviarle a Lima.
Quintanilla, apercibindose de la intencin de Justis, armndose dc
paciencia, pero insistente en su reclamacin, cort cualquier motivo de escndalo o accin que le incriminase. Pero viendo que el dilogo no convenca a su
antecesor para que abandonase el cargo obedeciendo la orden del virrey, le envi

un oficio para que contestara, si obedeca a la entrega del gobierno y si se negaba a regresar a Lima.
Ignacio Justis, percatindose que sus amenazas e insultos, no hacan perder la compostura a Quintanilla, termin por hacer entrega del cargo. Una vez
tomada posesin de dicho cargo, Quintanilla devolvi los insultos y vejaciones,
e incluso acept el desafo que Justis obvi para terminar pidiendo perdn y
dindole una satisfaccin ante las personas que haban sido testigos de sus insultos y desafos; haba terminado una semana de gran tensin.
Justis abandon Chilo a bordo de la misma fragata que haba trado a
Quintanilla, La Palafox,y despus de haber tocado en Talcahuano, lleg a El
Callao "El da 2 de julio entro la Fragata Palafox procedente de Talcahuano de
donde sali el 26 del anterior y baxo de pasageros al Gobernador de Chilo D.
Ignacio Justis". (4)
Pocos das despus de haber tomado posesin reciba una remesa de 13
bultos con medicinas y ropas que haban sido descargadas en Concepcin el da
19 de julio.
El material de guerra de las tropas de Chilo era poco y malo, los fusiles que no llegaban a 200, eran muy viejos, y para que las tropas dispusieran de
mejor armamento, el da 7 de septiembre zarp de El Callao el bergantn
Justiniani con destino a Chilo con 200 fusiles completos, 100 pistolas, 100.000
cartuchos de fusil con plvora y balas, 12.000 piedras de chispa para fusil y 600
para pistola, 200 cartuchos, 200 portafusiles, 50 portaespadas y 10.000 pesos
fuertes de plata. En el mismo barco llegaron los tenientes de artillera Tomis
Herrera y Tomhs Daz y 11 artilleros. (5)
Las levas llevadas a cabo para reclutar los Iiornbres suficientes para formar dos batallones para el ejrcito de Chile, dejaron la isla sin hombres para
reclutar, pues los indgenas estaban libres.
Quintanilla se encontraba en una situacin muy delicada, en el
Continente prjcticamente dominaban los insurgentes y l no poda contar con
un cuerpo de ejrcito para defender la plaza en caso de ataque y adems las arcas
del Tesoro estaban vacas: "no haba ni un solo real en tesorera"; los sueldos se
pagaban en bonos que eran canjeados por los comerciantes por un valor entre
uno y dos reales cada bono, cuando su valor real era de un duro, dinero que despus era canjeado por dichos comerciantes en las Cajas de Lima y, que dado el
exceso de libramientos, dej de canjearlos para disgusto de unos pocos usureros

138

Jess Canales Ruiz

que se hubiesen enriquecido en muy poco tiempo. De vez en cuando nos encontramos con hechos protagonizados por Quintanilla que nos permiten dibujar un
perfil bien marcado de su carcter. Hay un hecho, que aunque pudiera ser juzgado como anecdtico, nos da a conocer su personalidad firme y nos recuerda
otro caso semejante y que pas a la historia como acto de herosmo, el de
Hernn Corts.
Su antecesor Ignacio Justis, viendo el cariz que tomaban los acontecimientos con tiempos muy difciles para los realistas, haba mandado construir
una goleta para huir en caso de ser atacado por los insurgentes; no quera correr
el riesgo de que hubiera o no algn barco en el surgidero de San Carlos en caso
de emergencia, lo mejor era tenerle propio y exclusivamente para esa misin.
Quintanilla, enterado de la finalidad para la que se estaba construyendo
dicho barco, orden quemarle, protestando y jurando que morira antes de abandonar a los ciudadanos, gesto que le vali el aprecio y la confianza de sus sbditos y subordinados. Para Hernn Corts este gesto le vali fama de heroicidad,
en Quintanilla pasa de soslayo como una simple ancdota.
Apurando todas las posibilidades y ganando los nimos de los ciudadanos, consigui formar un batalln para reemplazar al que haba ido a luchar a
Chile bajo el mando del comandante Francisco Arenas y que prcticamente
haba sido aniquilado.
A peticin del coronel Jos Ordez, envi dos compaas a Arauco a
las rdenes de Vicente Benavides para continuar la guerra en aquella frontera, e
incluso lleg a enviar un escuadrn al Per. Aunque desde Lima reciba alguna
ayuda de ropa, alimentos y dinero, la situacin en Chilo era de gran carencia y
precariedad por lo que hubo de recurrir a medidas excepcionales, tales como
donativos, que, aunque en pocas cantidades, sirvieran para sostener las tropas en
lnea, procurando "un duro al mes por plaza, seis a los subtenientes, ocho a los
Tenientes, doce a los capitanes, y quince a los Jefes, incluso al Comandante
General y mantenindose las Compaas de Milicias con vveres a su costo". (6)
El mayor peligro para Chilo provena de Chile y se haca patente en la
posibilidad de una invasin por mar, por lo que Quintanilla procur reforzar la
defensa de las costas de la isla, no muy accesibles y con pocos surgideros para
llegar a ella. Con este fin, a sugerencia de Quintanilla, construyeron "los partidos de la provincia siete lanchas caoneras a costa de los vecinos de ellas" (7).
En la villa de Castro se construy una lancha de 14 varas de quilla para

Quintanilla

139

caones de a 12 en la proa y de a 9 en la popa y otra de a 8 en proa y 4 en popa;


en Quinchao, una de 13 varas de quilla con un can de a 8 giratorio en proa y
de a 3 en popa; en Chonchi, una de 12 varas y armada como la anterior y en la
villa de Lemui otra lancha de iguales caractersticas. Fueron construidas en dos
meses.
El virrey Pezuela con el fin de reforzar la plantilla del ejrcito chilota,
envi al comandante de infantera D. Saturnino Garca acompaado de los oficiales Antonio Garay, Andrs lvarez, Antonio Cea y Cesreo Ayala, que llegaron en el mes de octubre de 1818 a Chilo. (8)
El batalln fue formado por jvenes sacados a suerte de los cuerpos de
milicias y de la compaa de artillera, a los que se sumaron algunos oficiales de
dichos cuerpos.
El da 25 de agosto de 1819 era despachado en el puerto de El Callao el
paylebot Arnzazu al mando de Juan Agustn de Iborra con la orden de "entregar en el Puerto de Chilo a disposicin del Caballero Gobernador de aquel destino": fusiles de varias fbricas, 300 vainas de bayonetas que iban en 15 cajones; en otros 50 iban 50.000 cartuchos y balas, en otro 4.300 piedras, 25 barriles de plvora para los caones de la Fbrica de Lima con un peso de 25 quintales y otros 116 barriles de plvora de varios "empaques".
A pesar de la situacin preblica en la que viva Chilo, las instituciones
volvan a funcionar con cierta normalidad.

NOTAS
(1) Papeles de Pezuela Carpeta 1. fol. 97.
Id
Documento 103. Cuad.-d., fol. 95.
(2)
Id
Id
Doc. 3 (l), fol. 163.
(3)
(4)
Id
Id
Id
fol. 170.
(5)
Id
Id
Id
fols. 189 y 190.
(6) Archivo Histrico del Ejrcito. Hoja de Servicios, fol. 4.
(7)
Id
Id
Id.
NOTA: El da 18 de marzo de 1818 "Fonde en el Callao la Fragata Iiita
procedente de Santander, con escala en la costa africana, donde tom 341 negros
esclavos de ambos sesos". (Diario de Pezuela. Cuaderno 3 fol. 103).

Jess Canules Ruiz

Segn la Gaceta del Gobierno de Lima del 19 de inarzo de 1818: Entr


la corbeta Rita de Santander, Costa de frica y Baha de Todos los Santos,
"habiendo salido de este ltimo el 19 de diciembre; conduce 227 negros y 122
rnujeres todos jvenes y sanos habiendo perecido en su travesa ms de 100".
De Santander haba zarpado el da 6 de niayo de 1817 con destino Lima y
Guayaquil. Su armador era el corus Bartolom Casas Dez, el arqueo de la fragata Rita era de 227 Tm. y estaba valorada en 520.000 reales de velln. (Anzmrio
.J~~arz
de la Cosa, vol. 111, pg.86).

Tipos y costumbres de la poca: Huaso.

CAPITULO XXIV
Ingresos en las Cajas Reales de Chilo: procedencia. Ataque y desembarco
de las tropas de Lord Cocrhane. Derrota del Lord.
Ya henios visto que las finanzas en Chilo estaban en bancarrota, los
gastos eran niuchos y los ingresos muy pocos, pues la mayora precedan de las
ayudas recibidas de Lima.
Desde que se agravaron los incidentes entre realistas y patriotas y stos
fueron tomando parte importante de Chile, las dificultades para las autoridades
del virreinato eran mayores, los gastos crecan desmesuradamente y los ingresos decaan en la misma proporcin, que en el caso de Chilo se agravaba por
su insularidad y la dificultad que entraaba enviar suministros de cualquier clase
que estos fueran.
Con menos frecuencia de la necesaria llegaba algn buque con pertrechos y dinero; el 18 de mayo de 1820 sali de El Callao "el bergantn ingls
Nitingale con armas, municiones, ropas, tabaco, vveres, medicinas, Plata y
otros ausilios que tanta falta hacan". Esta era su carga y su valor: Armas, municiones y pertrechos: 12.552 pesos, en Plata que adelant el sobrecargo 25.000
pesos, en 2.600 varas de pao azul 8.450, en 8.000 varas de brin 7.000, en
Tabaco, Azcar, Sal, etc. 3.000 y en Medicinas 2.000, en total el valor era de
48.002 pesos. (1)
A medida que los insurgentes iban aduendose de Chile, los ingresos
de las Cajas Reales de Chilo dependan casi exclusivamente de los derechos de
Aduana pagados por los buques extranjeros que hacan escala en alguno de los
puertos de la Provincia y de la venta de terrenos de realengo.
Con objeto de tener ms ingresos, Quintanilla abri el comercio a los
barcos extranjeros, hasta entonces prohibido, fijando un 30% y que era pagado

142

Jess Canales Ruiz

en especie, intercambiando sus productos por maderas, muy abundantes en la


Provincia.
Todos los meses, los oficiales que llevaban los asuntos de la Tesorera,
pasaban a Quintanilla un parte en el que constaba el dinero, vveres y dems
mercancas que haban tenido entrada. Despus, dicho estadillo era fijado en
lugar pblico para que los ciudadanos supieran lo que haba; y conforme a las
existencias de Tesorera, se distribua un sueldo por igual a todas las clases, en
cuya distribucin participaban las viudas y los retirados del ejrcito.
Como es lgico, este proceder no pasaba desapercibido para los habitantes, que vean en Quintanilla encarnadas la justicia y la rectitud. Como pagos
de derechos de atraque, aceptaba los fusiles que trajesen a bordo, con lo que
poda suplir las carencias de armamento de sus tropas.

Ataque y derrota de la escuadra de Lord Cochrane en Chiloe.

De los barcos que entraron en Chilo entre los aos 1823 a 1826, perodo crtico para las finanzas de la Provincia, podemos destacar los siguientes: el
da 15 de junio de 1823, lleg procedente de Quilca el bergantn Chilote, que
traa el nombramiento de Brigadier para Quintanilla y 12.000 pesos de ayuda.
Consignado por el comerciante Murrieta procedente de Ro Janeiro atrac el bergantn La Puy al mando del capitn ingls Michel, desembarcando 23
pasajeros, entre ellos varios oficiales fugados del presidio Las Bruscas de
Buenos Aires, dos inquisidores de Lima que haban emigrado a la entrada de

San Martn y algunos paisanos. El da 23 de agosto enarbol la bandera espaola con 21 disparos de can, siendo rebautizado con el nombre de General
Valds.
Procedente de Lima la fragata inglesa Hurn con la siguiente carga:
3.000 botijas de aguardiente de Pisco y 75.000 pesos; adems conduca al capitn de la fragata Arabia que haba sido
apresada. Trajo la noticia de que se preparaba en Chile la invasin de la isla. Dicho
barco fue devuelto por orden del general
Jos Canterac.
Desde Arica atrac la fragata
Neptuno "con buen cargamento de efectos y
correspondencia til".
De Guayaquil con 7.000 pesos,
lleg el bergantn Cinco Hermanas; "llevaba a su bordo a Martelini". En otros lugares
se habla de la goleta Tres hermanas y de
Magneri.
El barco corsario General Valds
condujo a Chilo a dos fragatas que haba
hecho prisioneras; una, de la que no dice el
nombre, fue capturada a la salida del puerLord Cochrane.
to de Iquique con 300 hombres del escuade Desmadryl.
drn de Hsares de Sucre que se dirigan a
Arica a unirse con los chilenos; la otra fragata se denominaba la Genovesa que proceda de Montevideo con un cargamento de fusiles para el ejrcito del Gobierno independiente de Lima. Esta fragata fue devuelta ante la reclamacin hecha por el Gobierno de Lima.
Presa del General Quintanilla, atrac la goleta Guadalupe propiedad
"americana espaola", que transportaba un buen cargamento y tabaco, cuyo precio antes de ser apresada esta goleta era la de 50 duros el mazo. Para hacer el
inventario de las mercaderas que traa fue nombrado Jos Hurtado, segundo
comandante del Batalln de Veteranos de Chilo. Sin decir la procedencia, ni de
la goleta ni del dinero, lleg la goleta armada de corso General Quintanilla, con
80.000 pesos.
,*A

144

Jess Canules Ruiz

A mediados del mes de marzo de 1824 lleg la fragata de guen-a inglesa La Mersey mandada por el Comandante Ferguson, que trajo la noticia de la
expedicin que preparaba el general Ramn Freire contra Chilo. Zarp de San
Carlos junto a las fragatas Estrenzor y Catalina que haban sido apresadas por el
Gerzer-al Quintanilla y que reclamadas, fueron devueltas por Quintanilla.
La fragata Catalina, procedente de Quilca haba sido declarada "buena
presa con cargamento til para la provincia".
Dejamos constancia de la entrada de los navos Asia y Aquiles, de los
hablaremos ampliamente en captulos posteriores.
La goleta Doris, comisionada para notificar a los buques peninsulares
que se dirigiesen a El Callao, evitando el encuentro con buque insurgentes desde
Chilo hasta llegar a su destino.
Procedente del Chosrillo ancl el bergantn francs Aguililla con la
orden del virrey La Serna, de que se pagase o sino se entregase la fragata Vija,
apresada por el General Quintanilla, por no contar con dinero la Tesorera de
Cl-iilo para pagar la carga. La fragata de guerra francesa Garsola, que trajo un
oficio del Contralmirante francs para el Gobierno de Quintanilla sobre el barco
General Quintanilla y otro oficio del Gobierno chileno, fechado en Ro de
Janeiro el da 24 de mayo de su emisario Adriasola.
Entr, tambin, la fragata de guerra chilena Cllabacuco, que como veremos llevaba misin del Gobierno chileno. Mientras tanto el virrey Pezuela estaba preparando un cuerpo de ejrcito con el que enfrentarse a San Martn con
garantas de triunfo y para tan atrevido proyecto, ya tena el jefe idneo, el vencedor de Rancagua, pero no advirti que las circunstancias haban cambiado y
que ahora Mariano Osorio tena enfrente a Jos San Martn, un general experimentado y que haba preparado la expedicin con todo mimo .
El 11 de diciembre de 1817 zarp de El Callao el convoy bajo la vigilancia de la fragata Esmeralda formado por los navos de transporte guila,
Milagro, Begoiia, y San Juan Bautista, las fragatas Gobernadora, Comercio,
Castilla, Viagarrena y Presidente, fondeando en Talcahuano el 18 de enero,
Haba por parte realista ms voluntariedad que acierto.
El da 18 de enero, desde el mismo puerto de Talcahuano, el brigadier
Mariano Osorio se dirigi a los chilenos, diciendo, entre otras cosas: "Otra vez
arribo a vuestras costas al frente de un poderoso exrcito a romper las cadenas
con que una desmoralizada turba de facciosos enemiga de vuestra felicidad

logr aprisionaros ... ahora que un destino superior me conduce a libertaros de


una dominacin estraa, mi humanidad se satisface y mi carcter pacfico
empieza a gustar la lisongera esperanza que la obra de vuestra redencin va a
estrechar los lazos que unieron nuestras voluntades ... La gran sociedad espaola os aguarda con los brazos para estrecharos en su seno" ... A los soldados espaoles que se encuentran en las filas patriotas les deca: "hoy se presentan aquellos y a su frente el que los conduxo a la victoria los das 1, 2, y 13 de octubre
de 814; cinco mil hermanos y compaeros de armas, os esperan con los brazos
abiertos". (2)
Un hecho de transcendental incidencia para el dominio espaol en
Chile, iba a acaecer en Maip, en donde el ejrcito realista sera completamente derrotado, tras la engaosa victoria en Cancha Rayada el 19 de marzo de
1818. Pocos das despus, el da 5 de abril haba de ser derrotado estrepitosamente, lo que produjo en las filas insurgentes una gran euforia, as la mostraba
el Director de Chile Bernardo O'Higgins dando a conocer a los habitantes de la
Provincia de Concepcin sus impresiones y las consecuencias de esta victoria:
"En los campos de Maip all f ~ exterminada
~ e
hasta sus fundamentos el exrcito usurpador de la sangrienta Espaa. Vosotros visteis al general Ossorio, y asociado no ya de sus tropas, sino del pavor y vergenza corri abatido y slo a
sepultar su ignominia en el rincn de Talcahuano. Los pueblos mismos de
Valdivia, Osorno y Chilo vindicarn muy pronto la mano bienhechora que
vuelva a quebrantar sus pesadas cadenas". (3). Entre los prisioneros estaba el
general Jos Ordez, los coroneles Joaqun Primo de Rivera, Antonio Morgado
y Jos Mara Beza. (4) El dantesco eplogo de esta batalla se desarroll en el
lugar de Espejo, con una escena protagonizada por las tropas de O'Higgins llena
de ferocidad, crueldad y sadismo, fiel exponente del odio entre los dos bandos,
pues tras la batalla los soldados patriotas se entretenan cazando a lazo a los soldados que huan.
Segn Mariano Osorio es "tanta la ceguedad y encono tal el que tienen
contra todo realista que ya no hay sentimientos de humanidad y slo reina en
ellos deseos de venganza y exterminio". Y abunda an ms, cuando manifiesta:
"Hoy aquella Provincia, es digna del mayor castigo, y que si as no se hace que
las armas del Rey vuelvan a ella, es tiempo perdido7'. ( 5 )
El virrey Pezuela, que ademhs es su suegro, deja en su Diario el sentir
de Osorio tras la estrepitosa derrota de Maip: "por la infamia de los Jefes

146

Jesls Canales Ruiz

Morgado y Primo ... (que) no quisieron entrar en accin desobedeciendo al


Gen(era1). Esta prdida hiri tanto su honor q(ue) me pidi le sacase del pas
donde ya no poda ser til al Rey y a la Nacin, y jams pude consolar, su nimo
ms afligido por haverle faltado vil, y personalm(ente) los dos Gefes a quienes
ms hava conseguido y q(ue) le quitaron la victoria q(ue) ya se hava conseguido arrollando a los enemigos". (6) Osorio desanimado y sin ningn inters
deleg el mando poltico y militar en el coronel Juan Francisco Snchez el da
5 de septiembre. Se compona el ejrcito real entonces de unos 1.600 hombres,
con 400 fusiles y 100 tercerolas. Fracasado y dolido el da 8 se embarc con destino Lima con 700 hombres y 35 caones, llegando al puerto de El Callao el da
23 de septiembre de 18 18.
Procedente de Chilo, de donde haba zarpado el 16 de marzo de 1820,
lleg a El Callao el 16 de abril la piraga Victoria al mando del capitn Gordillo,
que era portador de sendos partes, uno de Montoya, Gobernador de Valdivia, en
el que informaba al virrey acerca de la toma de la Plaza por Cochrane y otro de
Antonio Quintanilla, Gobernador de Chilo, tambien informando, pero de la
denota de Cochrane en su intento de tomar la isla. Montoya, comunica al virrey,
que una vez tomada la plaza de Valdivia por Cochrane, haba puesto "las reliquias de la Tropa que salv a disposicin del Gobernador de Chilo". Achaca la
derrota a "las diferencias ocurridas sobre el mando entre los Comandantes D.
Gaspar Fernndez Bobadilla y D. Juan Santalla con el primer Ayudante de
Cantabria D. Francisco Narvez que tuvo que sufrir viendo como su autoridad
vacilante y que en consequencia pidi al Gobernador de Chilo nombrase un
oficial de graduacin para que formara una sumaria informacin y comprobara
los hechos y justificara su procedencia".
Segn Montoya, Cochrane atac Valdivia tras el apresamiento de una
canoa procedente de San Carlos que trataba de reconocer a la fragata Santa
Isabel que "con vandera espaola se present en la inmediaciones". En dicha
canoa iban el subteniente de Cantabria Jos Sola, el cabo del Batalln Valdivia,
Ramn Monasterio y tres soldados. Tambin le informa del desastre sufrido por
los realistas el 5 de abril en el paraje Ro del Toro y de la peticin hecha a
Quintanilla para que reciba los restos de la tropa, pues "su avanzada edad no le
permite hacer su servicio activo, adems de otros motivos reservados". (7)
El da 25 de mayo de 1818 entr en El Callao el bergantn Cantn procedente de Talcahuano despus de 12 das de navegacin. Traa a bordo al

Quintnnilla

147

Ayudante de Campo del general Osorio, teniente coronel Juan Valds con la
"coi-respondencia oficial que tanto anhelaba para saber lo cierto del desgraciado
suceso del Maip el 5 de abril, anunciado por la corbeta Ontario y, con efecto,
sali cierto cuanto dixo el Com(andante) Bridle, a excepcin de haberse libertado Osorio con una 6" parte de sus tropas que fueron llegando poco a poco a
Talcahuano ... Dice Osorio que la batalla la tena ya ganada, arrollada la infantera enemiga y tomado cinco caones ... pero que desobedeciendo los jefes
Coroneles D. Joaqun Primo, de la Infantera y el citado Morgado de la
Caball(era) .... dejando el flanco izquierdo por donde penetr la fuerza enemiga". (8)
A medida que el ejrcito real perda hombres y posiciones en el continente, ms peligro se cerna en la Provincia de Chilo, de la que prcticamente
slo quedaba la parte insular.
Quintanilla trataba de fortificar la costa, preparar un cuerpo de ejrcito
y al mismo tiempo, paliar las carencias de sus habitantes.
La toma de Valdivia por las tropas de Lord Cocrhane en los inicios del
ao 1820, fue un mazazo para las aspiraciones de Chilo, el peligro para Chilo
aumentaba, una invasin pareca inminente.
Esta prdida de Valdivia se describe como una operacin por parte de las
autoridades virreinales de "indecente e innominiosa. Que a la guarnicin de
Chilo, compuesta de 750 Soldados de las tres armas fue aumentada con tres
Compaas de Granaderos, luego que su Gobernador supo la prdida de
Valdivia, proclam a los habitantes de la Provincia y a sus naturales que all
prontos para servir al Rey incluso los Yndios ... hizo salir para el interior las
familias de San Carlos con sus intereses y los auxilios del Gobierno y Caxa
Real". (9)
Lord Cocrhane envalentonado por la victoria de Valdivia, mucho ms
fcil de lo previsto, pens que era llegada la hora de la conquista de la Provincia
insular de Chilo. Para ello dispuso que el capitn Carter tripulase la fragata
Dolores, capturada a los realistas, y embarcando marinera y tropas argentinas
del Intrpido, que haba sido varado en los bajos de Mansera en la baha de
Valdivia, acompaada de la goleta Moctezuma con 200 hombres, se dirigieran
Chilo.
"En tal estado el 17 de Feb(i-eso) al anochecer desembarc el Caudillo
Cocrhane sus tropas en no de unos 300 a dos leguas de la Batera de la Corona

148

Jess Carzules Ruiz

q(ue) tena de guarnicin 40 hombres de Inf(antera) otros tantos de Caball(era)


y un Can de a 4 de montaa y, no pudiendo llegar a tiempo a impedir el
desembarco se tirote con los enemigos. El Comandante de ella D. Ant(onio)
Calvet, subteniente clav la Artillera en ella y de la Puerto del Ingls replegndose en la misma noche con su tropa a la de Ag donde estaba Mandado". (10)
As se describi oficialmente el desembarco.
La realidad de lo sucedido fue en sntesis lo descrito por ese parte oficial, pero la operacin fue ms laboriosa. La ilotilla de Lord Cocrhane lleg
frente a la baha de San Carlos a cuyo fondo se encuentra la capital San Carlos,
residencia del Gobernador; una vez puesto el sol, ancl en una pequea ensenada y desembarcando sus soldados en Huechucucui, quedando a bordo Cocrhane.
Quintanilla, que como hemos visto, ya tena noticias desde el da 8 de
febrero de la toma de Valdivia se "apresur a tomar todas las medidas de defensa". Por lo que aument la guarnicin con las compaas de granaderos, alert
a los habitantes, pas revista a las bateras, reuni a los indios en las cabezas de
partido e hizo salir de San Carlos a las familias con "sus cortos intereses" hacia
el interior de la isla, remitiendo los archivos y la Caja Real, tambin al interior.
El da 12 ya "estaba este pueblo como un campamento militar".
Los primeros indicios de un posible ataque fueron percibidos por los
chilotes el da 14 de febrero al avistar la goleta Motezumn al sur del puerto, a la
que se le uni la fragata Dolores el da siguiente. Al anochecer del da 17 se produjo el primer desembarco de tropas al norte de Guachucucuy. El subteniente
Antonio Calvet que mandaba la batera de Corona y costa de Guapacho al frente de 40 soldados de infantera y otros tantos de artillera, aunque solamente
contaba con un can de montaa, no pudo impedir el desembarco, pues le separaban unos 10 km y, despus de un corto tiroteo en la playa, se retir a Corona,
"clav" la artillera de este fuerte y la del puerto del Ingls, retirndose despus
al fuerte de Ag, guarnecido por tres compaas de infantera y una de milicias
y los artilleros necesarios. Desde el fuerte Corona, las tropas invasoras al mando
del Mayor Miller, sin oposicin alguna, se dirigieron al da siguiente al fuerte
Ag, acampando en la hacienda de Dionisio Crcamo. A las 6 de la maana
haban llegado al campamento de Garay, el capitn graduado de teniente coronel, NicolLis Lpez y el capitn Andrs lvarez.
Quintanilla tena informacin que los soldados que haban saltado a tierra eran unos 300; a las 12 del medioda del da 18, orden al segundo coman-

Quintanilla

149

dante del Batalln Veterano, Saturnino Garca, no por temor a que el fuerte de
Ag fuese tomado por los invasores, pues confiaba en sus defensores, sino para
que desembarcando en "la casa de Nez", cortara la retirada y el reembarque
por el camino del monte, pero lleg tarde, pues antes de su llegada "tres
Compaas cargando al Enemigo a la bayoneta al mando del Teniente D. AntO
Rubio y el subteniente D. AntOCalvet, les oblig a ponerse en desordenada fuga
dexando 20 muertos, 40 fusiles, tres caxas de Guerra, un clarn y 17 prisioneros
habiendo retirado con anticipacin los Eridos entre ellos el Mayor Miller que
mandaba su fuerza". (11)
Tuvo una actuacin destacada la caonera del puerto, armada con una
culebrina de a 8 y al mando de Cayetano Fernhndez. El Mayor Miller haba dado
orden de atacar a las 12 del medioda y en poco mes de una hora, era obligado a
reembarcar por las tropas de Garay. El nmero de heridos no se conoci, pero
debi ser grande por los rastros de sangre detectados en las proximidades del
punto donde se reembarcaron. La fragata Dolores y la goleta Motezuma se dieron a la vela inmediatamente "sin esperar an a recoger los muchos dispersos
que quedaron por los montes, pudiendo asegurar a V.S. que entre muertos, heridos y prisioneros llevan la mitad de la fuerza menos", pero antes haban quemado "quarteles, explanadas, barbetas y la casa de un labrador". Antonio
Manuel Garay, capitn del fuerte de Ag es a quien se debe de manera directa
este triunfo, conocedor del desembarco desde las 17 de la noche por la informacin recibida de una avanzadilla de caballera que tena en el camino de
Guapilacui y, a la 1 de la madrugada, un sargento de los invasores, que haba
desertado le inform del nmero de soldados desembarcados, unos 300. Antes
de comenzar el reembarque lleg el comandante del Batalln Veterano,
Saturnino Garca quien se hizo, desde entonces, con el mando. Se contabilizaron 20 muertos y 17 prisioneros, amn de los dispersos por los bosques, y los
heridos, entre ellos el Mayor Miller, quien se expresa as en sus Memorias:
"Durante el asalto se vieron en la muralla dos frayles, que con lanza en una
mano y el crucifijo en la otra animaban a la tropa a defenderse". (12)
Los frailes a los que se refiere Miller eran el capelln del Batalln
Veterano, el Padre Jos Barrutia y el Padre Alcalde, ya octogenario y retirado en
el convento, por lo que los historiadores de estos hechos dicen que no haba un
slo individuo pueda asegurarlo; siguiendo Miller: "al primer ataque el mayor
Miller y treinta y ocho individuos de sesenta, que formaban el cuerpo de asalto

150

Jess Cunales Ruiz

quedaran inmediatamente fuera de combate de una descarga general de metralla y fusilera. Veinte hombres quedaron en el sitio, y la mayor parte de los otros
fueron heridos mortalmente. El capitn Erscano, que sucedi en el mando,
conociendo la importancia de realizar el objeto deseado, dispuso oportunamente la retirada". (13) En esta accin el mayor Guillermo Miller fue retirado por
sus ayudantes herido en el muslo izquierdo y en el pie derecho.
Los oficiales que mandaban los diferentes cuerpos que detuvieron el ataque merecen un recuerdo. La batera de Agii estaba al mando del capitn
Antonio Manuel Garay, que recomienda al virrey para una distincin a los capitanes Andrs lvarez y Nicols Lpez, a los subtenientes Cristbal Ojeda,
Manuel Prez Mansilla y Antonio Calvet, al Sargento primero graduado de
subteniente Diego Herrera y Manuel Oresqui, Jos Garay y varios sargentos,
cabos y soldados.
Este informe acerca de este ataque sobre Chilo fue recibido por Pezuela
el da 10 de abril de manos de D Gregorio Gordillo, capitn de la piraga
Victoria. "Son las ocho y media y acaba de fondear el bergantn francs telgrafo Capitn Balley (el mismo de q(ue) hablaban las ltimas noticias de Chile).
Dice q(ue) sali de Burdeos 4 meses hace y ha estado en Valparaso 22 das,
habiendo ssalido de all 11 das; q(ue) Cochrane fue a Chilo en la Dolores
desde Valdivia q(ue) desembarc las Tropas y habiendo hallado resist(enci)a
tuvo tubo q(ue) reembarcarlas y regresar a Valdivia donde se embarc el en la
goleta Motezuma y se vino a Valp(aras)o donde lleg pocos das antes de su
salida: que all quedaban el S. Martn y Lautaro, aunq(ue) el lo iba a salir con
Prisioneros y sospechosos a Juan Fernndez: y q(ue) dos das antes de sus salida entr en el mismo Valparaso una corveta de G(ue)rra Ynglesa proced(en)te
del Ro de la Plata con la noticia de haber las tropas de Artigas apodaradose de
la Capital de Buenos Ayres; y q(ue) las mismas o la montonera tenan enteramente cerrada la comunicacin con Chile con Buenos Ayres. Dios gu(ard)e a Vs
muchos aos. Callao 27 de marzo de 1826.
Es la copia de un "remitido al Sr. Ram(ire)zV y que a Pezuela le confirma el ataque de Lord Cochrane a Chilo. (14)

NOTAS
(1) Diario de Pezuela. Cuaderno 3. fol. 103.
(2) Gaceta del Gobierno de Lima. Lunes, 23 de Febrero de 1818.
(3) Diario de Pezuela. Manuscrito 1, 9. Carpeta 1 fol ... 86. Gazeta
Ministerial de Chile.
(4) El coronel Jos Mara Beza estaba enfermo y fue sustituido por el
coronel Morla, que fue enviado por los patriotas a Punta de San Luis en calidad
de prisionero y donde muri el 8 de febrero de 1819. Beza,procedente de Cdiz,
de donde haba zarpado el 6 de mayo, haba llegado a bordo de la fragata de guerra Esmeralda a El Callao en agosto de 1816 al frente del del Regimiento
Burgos. El coronel Primo se suicid
(5) Diario de Pezuela. Manuscrito 1, 9. fol. 79. Gazeta de Lima, jueves
28-5-1818.
Id
Id
Id
3 fol. 64 y 65.
(6)
(7) Diario de Pezuela. Manuscrito 109. Cuaderno 3 (3), fol. 94.
Suplemente del No 22 de la Gaceta del Gobierno de Lima de 18 de abril de
1820.
(8) Diario de Pezuela Cuaderno 3 fol, 223 y 224.
Documento 103. Cuaderno 3 (3), fols. 86 y 87.
Id
(9)
(10) Id
Id
Id
fols. 87 y 88.
Id
Id
Id.
(11) Id
(12) Miller, John. Memorias. T. 1. pg. 230.
Id
Id.
(13) Id
(14) Diario de Pezuela. Documento 1, 9. Carpeta 4 (8), fol. 205.

CAPITULO XXV
Quintanilla solicita al virrey su relevo como Gobernador de Chilo.
Esfuerzos por defender las posiciones realistas en el Continente.
Levantamiento en San Carlos contra Quintanilla.
El da 1 de mayo de 1820 fonde en el puerto de El Callao la fragata
mercante Margarita procedente de Chilo de donde haba zarpado el da 6 de
abril. Entre el pasaje que desembarc, se encontraba Francisco Narvez, primer
ayudante del Cantabria, 16 oficiales, un cadete y 2 dos sargentos; el capitn de
dicha fragata era portador de un pliego con la sorprendente peticin del
Gobernador Antonio Quintanilla de ser relevado de su cargo.
ste, cansado de luchar contra toda clase de adversidades y obstculos
para poder ejercer su cargo y misin con la suficiente eficacia y conservar la
Provincia en la obediencia del Rey careciendo de todo recurso y ayuda le llev
a tomar tan drstica decisin. Por otra parte, los oficiales del ejrcito del Per,
obtenan ascensos ms rpidos y con servicios menos peligrosos y, desde luego,
ms fciles que la lucha perenne contra la miseria y la carencia absoluta de dinero. Quintanilla basaba esta operacin de relevo, en su precaria salud, prhctica
habitual en esta clase de peticiones.
As queda sentada oficialmente esta peticin: "El Gobernador que estaba preparando p(ara) recibir a los Enemigos que decan sus espas trataban de
repetir por mar y tierra el ataque, y pide prontos socorros, aadiendo que se halla
tan enfermo que no puede continuar con el mando, solicitando que se le embe
su relevo, p(ero) no combiniendo p(or) q(ue) es baliente, honrrado, lleno de
herid as,^ apreciado de aquellos avitantes, le invitamos a su continuacin, y prevendr q(ue) embe a esta Plaza todos los oficiales sobrantes (incluso Gefes)

Quintanilla

153

retirados de la Plaza de Baldivia, y q(ue) el nombre segundo Gefe q(ue) tome el


mando si se agraba nterin determino otra cosa". (1)
Segn Miller, aunque en Chilo haba un cuerpo de ejrcito de 1.000
hombres de "tropas regladas7'y una milicia atrevida "saban que reinaba en una
y otra el descontento".
Un hecho imprevisto e inesperado vino a turbar la tranquilidad de San
Carlos, capital admonistrativa de Chilo; el incendio de 40 casas, vino a aumentar la intranquilidad de los vecinos, pues eran muy dispares los rumores sobre
SUS causas.
Inmediatamente Quintanilla pas un informe al virrey sobre el suceso y
sus causas. As se asent en el diario oficial: "Participa el Gobernador de Chilo
que hubo en aquella Plaza una conspiracin el 27 de junio empezando por pegar
fuego a la casa de D. Juan Isidro Adrin de aquel comercio y siguiendo la quema
por 40 casas y Bodegas y calculando la prdida de maderas, efectos comestibles
y casas en unos 150.000 pesos. Se propusieron al abrigo del desorden matar al
Gobernador y tomar el mando, a Adrin lo asesinaron en su casa y averiguado
el caso result que el Yndio Juan Nequelquin, el Sarg(ento) 1" Jos Ro Fro,
Francisco Javier Sern y Pedro Silveira, fueron los principales autores y complicados el capitn de Milicias D. Tadeo Ojeda y los marineros Jos Mara
Salcedo y Jos Astorga. Por un Consejo de Guerra fueron ahorcados los quatro
primeros el 9 de sepbre y se seguir adelante las pruebas".
De resultas se lebantaron dos partidas de bandidos que dieron cuidado a
aquel vecindario y su objeto era poner en libertad los reos". (2)
Esta es la versin oficial tal y como se recoge de la denuncia hecha por
el Gobernador de Chilo Antonio Quintanilla. Comenzaba Quintanilla a sospechar que tena enemigos en su propia casa?
Aunque los hechos narrados por Quintanilla se ajustan a la verdad, parece ser que los motivos fueron otros que los apuntados por l.
Juan Manuel Ulloa, Presidente del Tribunal forniado para el Consejo de
Guerra seguido contra los implicados en el incendio, ofrece esta versin: "El
que esto escribe fue presidente del consejo de guerra que se celebr con tal motivo, y por el proceso se comprob que los autores de ese incendio haban cometido el delito con el fin de entregarse al robo, como efectivamente lo verificaron, la mayor parte de estos criminales eran 3 espaoles americanos, pero haba
tambin entre ellos un portugus y un indio sirviente del finado comerciante don

154

Jess Canales Ruiz

Isidro Adrin, que muri asesinado por un beneficiado suyo de apelativo Ro


Fro, y cuyo cadver se pudo extraer despus del centro de las llamas, la mitad
quemado, pues la otra mitad se hallaba ya reducida a cenizas. Los reos murieron convictos mas no confesos. De las cantidades robadas jams se adquirieron
noticias, pero algunas prendas conocidas como pertenecientes a la vctima fueron encontradas en poder de los reos todava ensangrentadas.
Se dice, sin embargo, que en la ltima expedicin del general Freire
desenterraron los expedicionarios de un sitio inmediato a la playa algunos talegos de dinero, los que seguramente pertenecan al robo". (3)
Aunque el Presidente del Consejo de Guerra no cita los nombres de los
implicados, fcilmente son identificables; el portugus, es Pedro Silveira, el
indio sirviente del comerciante Adrin, es Juan Nequelquin, y a quien se le atribuye el asesinato, es el sargento primero Jos Ro Fro.
El temor entre los realistas era palpable, pues todos los ciudadanos significados y representantes de la Administracin espaola huan abandonando
sus puestos; el goteo de los que abandonaban Chile era permanente; as en el
paquebot Arnzazu desembarcaron en el puerto de El Callao el da 26 de septiembre de 1820, el coronel Francisco Snchez, el teniente coronel Manuel
Snchez, hijo del anterior, los capitanes Jos Anda, Joaqun Auzela y N.
Londoo, el comandante de Dragones de la Frontera Elas Herreros y el alfrez
Jos Gutierrez.
Quintanilla, el 19, al da siguiente de haber vencido a las tropas de Lord
Cocrhane y mientras estas buscaban refugio en Valdivia, se embarc, cruz el
canal que le separaba del Continente y se lleg a la villa de Carelmapu para
conocer la situacin de su provincia en la parte continental tras la toma de
Valdivia por los insurgentes.
El virrey Pezuela recibi el correo oficial en la piraga Victoria en el que
se le comunicaba la prdida de Valdivia, dicho oficio iba firmado por su
Gobernador D. Manuel Montoya. Segn se deja sentado, Pezuela no parece
estar muy de acuerdo con los motivos aducidos por Montoya: "esta prdida de
un modo que satisface poco y se queja de q(ue) han influido en ello las diferencias ocurridas sobre el mando entre los comandantes D. Gaspar Fernndez
Bobadilla y D. Manuel Santalla con el primer Ayudante de Cantabria D.
Francisco Narvez que tubo que sufrir viendo su autoridad vacilante y que en
conseq(uenci)a pidi al Gob(iern)o de Chilo nombrara un oficial de graduacin

Quintanilla

155

p(ara) q(ue) formase una sumaria informacin que comprobase los hechos y justificase su providencia" (4). Por su parte, Quintanilla eufrico por el triunfo
logrado sobre las tropas de Lord Cocrhane por unos soldados jvenes e inexpertos, llevaban solamente un ao de formacin, se crey casi invencible.
Mientras Lord Cocrhane atacaba Chilo, el mayor Jorge Beauchef con
200 hombres sali en persecucin de los soldados huidos de Valdivia y que
Quintanilla no quiso admitir en Chilo. Derrot por completo a estos desorientados soldados haciendo prisioneros a 17 oficiales y 220 soldados, habiendo
sido muertos el resto.
El Gobernador Montoya en las noticias que enva al virrey por medio de
D. Gregorio Gordillo, capitn de la piragua Victoria, le comunicaba que las tropas haban quedado al mando del comandante Bobadilla y que el teniente
Rodrigo Noguera y dos soldados haban sido heridos de lanza y un cabo muerto; adems en dicha piragua le enviaba a Vicente Guardi para que por infidente,
le ponga en seguridad.
Tambin le informa "de lo que le ocurri hasta aquel punto y desgraciada accin que tuvo en el Toro con las fuerzas que sac de Valdivia; se queja de
desmayo y cobarda de la tropa a pesar de los esfuerzos de sus oficiales". (5)
Pasa as mismo una relacin de bajas: un capitn, un subteniente y tres cadetes
prisioneros.
Santalla y Bobadilla se retiraron a Chilo acompaados de varios jefes,
oficiales y soldados, en total 223 personas, a los que se sumaron otros 39 Ilegados un poco ms tarde. Quintanilla avergonzado e indignado por su comportamiento no los quiso en la isla, por lo que los embarc a Lima; se qued con los
67 soldados de la compaa de caballera a los que envi a formar parte de la
guarnicin de Carelmapu.

NOTAS
(1) Diario de Pezuela. Documento 103. Cuaderno 3 (2), fols. 101 y 102.
Id
Id
Id
fols. 298 y 299.
(2)
(3) Coleccin de Documentos e Historiadores de Chile. T. XXXIV,
pgs. 245 y 246.
(4) Diario de Pezuela. Documento 103. Cuaderno 3 (3), fol. 90.
(5)
Id
Id
Id
fol. 91.

CAPITULO XXVI
Bloqueo de la isla de Chilo. La corbeta Tres Hermanas se convierte en el
corsario General Quintanilla.
El ejrcito realista en Chile haba quedado reducido casi a la nada y el
dominio de Espaa se ciscunscriba ahora a dos pequeos reductos.
Al sitio constante que sufra la villa de Osorno, sigui el bloqueo de la
isla de Chilo por los barcos patriotas anclados en ambas bocas de los surgideros de la isla, con el fin de evitar la entrada de barcos con suministros y paralizar el poco comercio que sostena la isla con Lima.
Aunque el bloqueo naval se llevaba a cabo en la primavera y verano, el
efectivo y de hecho, era todo el ao, pues en otoo y en invierno, el viento y el
oleaje hacan imposible la navegacin por aquellas costas, aunque tambin
supona una defensa natural, pues solo un navegante muy experto y con un buen
barco poda entrar en sus puertos.
Otro inconveniente surga para su defensa, y era la gran extensin de
costa que durante el buen tiempo la haca indefendible, por lo que eran frecuentes los desembarcos de espas que repartan pasquines y proclamas a favor de los
insurgentes entre los habitantes, y soldados que hacan continuos abigeatos en
las chacras cercanas a la costa.
El Director de Chile D. Bernardo O'Higgins, trat de reducir la resistencia de los habitantes de Chilo muy unidos a su Gobernador Quintanilla,
mediante promesas que eran una y otra vez rechazadas. Con motivo de la conquista de Lima, a mediados de 1820, O'Higgins se dirigi a Quintanilla ofrecindole un armisticio honroso. Quintanilla, tras consultar la oferta con los principales jefes y funcionarios, comunic a O'Higgins en una carta llena de mesu-

ra, atenta y tranquila, que contrasta con la literatura usada entonces en ambos
bandos, su decisin irrenunciable a la defensa.
En ella, entre otras cosas le deca: "Es verdad que los asuntos de
Amrica tal como Vd. los anuncia se hallan favorabilsimos al sistema de independencia; pero tambin lo es que el Gobierno espaol ha de hacer el ltimo
esfuerzo a su restauracin. Esta guerra es demasiado dilatada, y es muy sensible
que no se haya efectuado un tratado que conciliase los intereses de ambos
hemisferios, para que, cesando los horrores de ella, pudisemos unirnos con la
mayor fraternidad". (1)
La guerra, y menos cuando es civil, es muy difcil que los tratados acaben con ella hasta que alguno de los bandos sea vencido. La situacin en la isla
cada vez era ms delicada y crtica, aunque desde Lima enviaran algunos socorros y desde Espaa se prometiera una ayuda imposible.
Pero a veces llegaba alguna ayuda y ahora iba a ser en forma de alimentos. El capitn de navo, el ingls John Worthu, haba firmado un contrato
con el virrey para trasladar a Valdivia y Chilo 200 qq. de garbanzos y frijoles,
100 de lentejas, charque (cecina) y 10 qq. de arroz. El valor de la mercanca era
de 6 pesos el quintal de garbanzos y frijoles; ademas habra de dejar miles de
varas de lienzo para ropas de la tropa; la mitad la habra de dejar en Valdivia
(conquistada ya por los insurgentes) y el resto llevarlo a Chilo.
Mediado el ao de 1821 parti de Chilo hacia Lima, el coronel Jos
Ballesteros con la finalidad de notificar al virrey La Serna, la situacin y solicitarle ayuda urgente, ayuda que llegara un ao despus en forma de 10.000
pesos.
Reducida la guarnicin y los habitantes de Chilo a sus propios recursos, hubieron de aguzar el ingenio para encontrar alguna solucin para aquella
grave penuria.
As por ejemplo, para vestir usaron durante aos los tejidos ordinarios y
burdos, conocidos como carros, y como alimento slo patatas, aunque dicen que
las de Chilo eran las mejores, y pescado. Escaseaba el pan y la carne, as como
empedernidos.
el tabaco, sustituido por hojas de manzano por los f~~madores
Para que las pocas rentas de que disponan pudieran cubrir las necesidades ms perentorias de sus habitantes, se dispuso que los soldados gozaran de
licencias temporales en las estaciones ms rigurosas, con lo que adems de
abandonar por un tiempo el duro servicio militar, se consegua dotarlos de ves-

158

Jes~isCunales Ruiz

tido y alimento. Se fij la paga de los componentes de los diferentes cuerpos del
ejrcito: los jefes cobraban 15 duros mensuales, 12 los capitanes, 10 los
tenientes y 8 los alfreces; as pudieron llegar menos mal al ao 1822.
La guarnicin de Chilo entonces se compona de 727 hombres "sobre
las armas". En uno de los partes que Quintanilla envi al virrey le comunicaba
que estaba "escassimo de Plata y vveres" y pide auxilios prontamente de estos
artculos para mantener la fuerza siguiente: una compaa de artillera compuesta de 92 hombres y el Batalln Veterano de Chilo con 407 "toda esta Tropa
esta en bastante buen estado de instruccin y maniobra". (2)
El Regimiento de Castro constaba de tres batallones repartidos entre
Castro, Lemui y Quinchao. El coronel y sus jefes residan con sus tropas en la
capital San Carlos; se haba suprimido la plaza de teniente coronel, pero en sustitucin se nombr un comandante en cada batalln. En Calbuco, se cre un
batalln escogido, en San Carlos un batalln de artillera y en Carelmapu y
Maulln en el Chile continental, se formaron otras cuatro compaas con dos
escuadrones de caballera.
El ao 1823, un suceso, mts para argumento de novela de intriga que de
un hecho histrico, vino a aliviar la situacin de Quintanilla y sus sbditos.
El comerciante de origen vasco, simpatizante de los insurgentes y capitn del puerto de Guayaquil, haba despacliado la goleta de su propiedad Tres
Hernznnns a California con una carga valorada en 25.000 pesos (otros los reducen a 7.000); como contramaestre iba el genovs Mateo Magneri (Martelini,
Reineri, Maineri, tambin as denominado en los documentos).
Magneri haba sido capitn de caballera de Vicente Benavides, y con l
fue hecho prisionero en Topocalma, cuando pilotaba la lancha en la que
Benavides trataba de llegar a Per.
Fueron trasladados a Valparaso y el da 13 de febrero de 1823, el ladino Benavides entraba en la ciudad montado en un asno y vestido de payaso
camino de la crcel. Diez das despus era arrastrado en un sern desde la crcel a la plaza, donde fue ahorcado, siendo descuartizado por la noche y repartidos sus restos "por el escenario de sus atrocidades". Un ao despus an colgaba su cabeza dentro de una jaula en los suburbios de Concepcin.
Mejor suerte le cupo a su compaero de crcel Magneri quien consigui
escaparse y llegar hasta Guayaquil, donde pronto se dio a conocer como un
experto marinero. Con esa buena fama y la de haber servido en las filas insur-

Quintanilla

159

gentes, le fue encomendado el mando de la goleta Tres Hermanas, cuyo dueo


no haca ascos a la independencia.
Poco despus de haber zarpado en direccin California, Magneri y alguno de sus tripulantes a los que haba seducido, arriaron la bandera colombiana e
izaron la espaola, tomando posesin del barco en nombre del Rey. El puerto de
destino de la goleta Tres Hermanas iba a ser otro bien diferente del de
California, ahora el rumbo sera hacia el sur en busca del puerto de San Carlos
en Chilo y como manifiesta el mismo Quintanilla : "considerndola yo buena
presa, hice se dividiera el cargamento, mitad para los sublevados apresadores y
la otra mitad el erario".
D. Dionisio Montaneda, rico comerciante, "honrado y amigo", le propuso a Quintanilla poner a la venta la goleta Tres Hermanas, y quedndose l
con ella como mejor postor, una vez comprada, con licencia provisional de
corso y armado, podan ir a medias en las ganancias obtenidas.
No parece que Quintanilla conoca el delito de prevaricacin, l crea
que la operacin que se le ofreca era legal, pero rechaz la proposicin, porque
deca: "Yo no he venido aqu a hacer caudal, slo tengo dos camisas y mi equipaje tan pobre como el del soldado ms infeliz. Mi objeto es proporcionar recursos para mantener las tropas que defienden la provincia y el buque que voy a
armar de guerra por cuenta del Estado y sus presas sern divididas lo que produzcan entre los apresadores y el real erario". Ante esta respuesta, su amigo sentenci: Ser Vd siempre pobre.
La goleta Tres Hermanas de "buena construccin, porte y ser nueva, as
como su sobresaliente andar", era el barco ideal para convertirle en un barco
corsario. Para cual le arm con dos caones de a 8, montados en la proa sobre
una corredera, y en la popa y costados seis caones cortos; el barco adems estaba dotado de 24 remos. Puso la goleta al mando de Mateo Magneri al que acompaaban un oficial y 16 nlarineros a su servicio, siendo bautizada como General
Quir?tanilla y "que se convertira en el corsario ms temido en los mares chileno-peruanos". De su eficacia hablan las cifras, pues en el poco tiempo que estuvo en activo, el dinero percibido por los derechos de aduana supuso la cifra de
296.057 pesos y 7 reales, que era la mitad del valor de la mercanca requisada,
la otra mitad era para la tripulacin.
Con este dinero pudo pagar los sueldos de sus tropas con lo que se beneficiaron todos los habitantes de la isla.

160

Jescis Canales Ruiz

Tales haban sido los xitos obtenidos por el General Quintanilla, que
su vista produca terror en sus posibles presas, lo que envalenton a Magneri y
le hizo cometer graves errores por su falta de tino y prudencia, de la que careca tanto como abundaba de talento y temeridad.
Quejoso el comodoro angloamericano de los perjuicios que le causaba
el corsario General Quintanilla, dedic todo su afn a perseguirlo con el navo
Franklin. Por un lado el respeto al pabelln espaol, y por otro el que impona
el mismo corsario, hizo que el comandante ingls en vez de atacarlo, envi la
corbeta francesa Merci a pedirle satisfaccin por sus tropelas y abordajes y,
adems, para separar del mando a Magneri.
Una nueva imprudencia iba a terminar con el brillante palmars de corsario el 15 de mayo de 1824: los inarineros de la Merci apresaron al General
Quintanilla y a su capitn siendo enviado prisionero a Francia. Este apresamiento fue un golpe definitivo para las finanzas de Chilo, pues era casi la nica
fuente de ingresos.
A la pregunta cmo pudo sostenerse Chilo, sin apenas recibir auxilios
por parte del virrey? La respuesta habr que encontrarla en otras fuentes de
ingresos procedentes de los derechos de aduana cobrado a los barcos que atracaban en la isla o del otro corso General Valds. Ya hemos tratado anteriormente la procedencia de estos ingresos.

NOTAS
(1) Encina, Francisco A. Conipendio de Historia de Chile. T. I., pg. 736.
(2) Papeles de Pezuela. Documento 103. Cuaderno 3 (2), fol 248.

CAPITULO XXVII
Nuevo barco corsario al servicio de Quintanilla. Ataque a Chilo por parte
del comandante Ramn Freire.
A mediados del mes de agosto de 1823 arrib al puerto de San Carlos
procedente de Ro de Janeiro el bergantn de 18 caones La Puy, al mando del
comandante ingls Michel.
El barco haba sido negociado por el comerciante de Arequipa D.
Luciano Murrieta; lleg con 23 pasajeros a bordo; entre ellos varios oficiales
realistas fugados del presidio de Las Bruscas en Buenos Aires, algunos paisanos
y dos inquisidores de Tribunal de Lima que haban huido a la entrada del general San Martn en la ciudad.
El da 23 de agosto enarbol la bandera espaola en el puerto de San
Carlos con el protocolo de los 21 disparos de can, ahora con el nombre de
General Valds.
Quintanilla le haba habilitado provisionalmente de corso hasta recibir
la licencia definitiva ya solicitada al virrey. En el mes de septiembre se hizo a la
mar y su primera presa fue la fragata Mackennn, antes Carlota Bilbao, que fue
sorprendida a la salida de la caleta de Quilca (Iquique) en el Per con 300 soldados del Escuadrn de Hsares de Sucre que se dirigan a Arica a unirse con la
expedicin chilena y con la Plana Mayor del general Santa Cruz derrotado en
Moquegua por los realistas.
Otra de las presas fue la fragata La Genovesu, procedente de
Montevideo con un cargamento de fusiles destinado al ejrcito insurgente de
guarnicin en Lima. Ante la reclamacin hecha por su Gobierno fue devuelta.
El da 22 de noviembre de 1823, el bergantn General Valds se diriga a Chilo,

162

Jeslis Canales Ruiz

y poco antes de entrar en la ensenada de San Carlos, se apercibi que desde el


sur se acercaba otro barco, por lo que su capitn Michel decidi enviar a su
segundo para que bajase a bordo a su capitn y sobrecargo con la documentacin del barco. Apenas haba embarcado el segundo en la lancha cuando se
levant un fuerte temporal que hizo naufragar a los dos barcos. El General
Valds se hundi con los 500 fusiles, 200 monturas de caballera, una gran cantidad de dinero y su tripulacin.
La fragata Mackenna, en un principio puso rumbo a Valdivia con sus
300 prisioneros a bordo, pero una lancha caonera, colocada en uno de sus costados, la oblig a virar y dirigirse de nuevo a Chilo. Durante la navegacin
entre Iquique y Chilo, los prisioneros se amotinaron cinco veces.
Quintanilla para evitar problemas de nuevos amotinamientos y tambin
gastos, distribuy los 300 prisioneros por el interior de la isla, un grave error que
hubo de subsanar pero pagando el precio de ver como ponan en su contra a los
habitantes de la isla, por lo que determin internarlos en otra de las islas, donde
les suministraba alimentos; pero al ser conocido por los patriotas donde estaban,
se intent liberarlos por medio de una fragata de guerra, por lo que Quintanilla
hubo de ordenar su traslado de nuevo a la isla de Chilo.
Pero ello supona una gran carga econmica, adems de un peligro al
meter al enemigo en su propia casa, as que trat de solucionar definitivamente
el problema, jcmo?: los que quisieran se podan marchar a Valdivia con los
patriotas, y los que no, se podan quedar y entrar a formar parte de las tropas
insulares.
Chile prcticamente estaba reconquistado por el ejrcito patriota y con
Gobierno propio presidido por Bernardo O'Higgins; hasta que el 28 de enero
que fue sustituido interinamente por D. Ramn Freire.
La actitud de Quintanilla se consideraba desafiante, adems de causar
muchas prdidas a la actividad comercial del nuevo Chile. Les exasperaba que
un pequeo grupo encerrado en un isla a tiro de fusil, les tuviera en jaque, retndoles con increble audacia.
Como militar, Ramn Freire estaba dispuesto a resolver el problema
secular y crnico de la pacificacin del Arauco, muchas veces intentado y nunca
conseguido plenamente, pero ahora se haca ms necesario para hacer de Chile
una nacin libre. Freire se percat que para llevar a buen trmino ese proyecto
de unin y reconquista tena que actuar, parodgicamente, fuera del Continente,

Quintnnilla

163

especialmente en la isla mayor del archipilago de Chilo hasta entonces bastin inexpugnable del poder realista, gracias a la labor de organizacin de su
Gobernador Antonio Quintanilla, que haba conseguido, lo casi imposible en
aquellas circunstancias, elevar el nivel de vida de los chilotes por encima de sus
hermanos y vecinos continentales, a lo que no haba sido ajeno el barco corsario General Quintanilla. Este barco, no slo suministraba de los bienes precisos,
sino que atemorizaba a la incipiente escuadra chilena y a los buques extranjeros
que comerciaban en aquellas costas.
Ramn Freire hizo todos los preparativos para invadir la isla para lo que
contaba con un cuerpo de ejrcito de 3.000 hombres, 2.149 segn Encina.
El lo de marzo de 1824 zarparon del puerto de Talcahuano, el convoy
formado por la fragata Lautaro armada de 48 caones y al mando del capitn
Guise, las corbetas Chacabuco armada con 20 caones, a las cuales se unieron
los transportes Valparaso, Ceres, Tucapor y Pacfico. Poco despus se unieron
la corbeta Voltaire y el bergantn Galvarino. Mandaba el convoy el general D.
Ramn Freire, Director de Chile, llevando como Jefe de Estado Mayor al general D. Luis de la Cruz. Los 3.000 hombres embarcados formaban tres divisiones
al mando de los coroneles Beauchef, Pereira y Rondizzoni.
El 24 de marzo fueron avistados los buques por la asustada poblacin de
Chilo, convoy que poco despus hara la entrada en la canal fondeando en el
surgidero de Chacao, tomando los pequeos fuertes que defendan el puerto
como medida precautoria. En el puerto de San Carlos se encontraba atracado el
bergantn Chilote, armado con un can giratorio del 12 largo; al ver la flota
insurgente, se dio a la vela, y temiendo su capitn ser abordado, abandon el
barco, dejando una mecha encendida en un barril de plvora que hizo saltar por
los aires al bergantn.
Quintanilla orden que todos los habitantes de las islas pequeas pasasen con sus ganados y bienes a la isla grande para que el enemigo no pudiera
abastecerse.
La estrategia diseada por Freire, era sitiar la capital San Carlos defendida por el Batalln Veterano al mando del comandante Saturnino Garca, algunos artilleros y por el vecindario que haba sido armado; para ello envi dos fragatas al puerto de Dalcaque (Dalcahue) situado entre San Carlos y Castro, en el
que desembarc dos batallones para cortar el camino entre los dos puertos, adems situ algunas lanchas en la ensenada de San Carlos para entorpecer el sumi-

164

Jess Canales Ruiz

nistro. Aunque Quintanilla haba dado rdenes rigurosas al coronel Jos


Ballesteros para que se opusiera con todas sus fuerzas al desembarco de los
hombres de Freire, el desembarco se produjo y la causa no fue otra que las milicias no opusieron resistencia alguna, ni el coronel Ballesteros confiaba lo suficiente en la capacidad de sus soldados para obligarlos a entrar en combate.
Quintanilla, intuyendo los movimientos enemigos, envi a su encuentro
300 hombres y un can de montaa con el fin de tenderles una emboscada; en
el camino, se encontraron con la compaa de cazadores del Batalln Veterano,
con el que tomaron posiciones el 1" de abril en el desfiladero cercano a
Mecopulli. Apenas hicieron su entrada en el desfiladero las tropas de Jorge
Beauchef, los soldados realistas abrieron fuego sobre ellos, quedando muertos
la banda de tambores y los integrantes de la lkompaa, el cruce de disparos
se sigui un tiempo despus de esta primera carga.
Retirados los dos ejrcitos "quedando el campo para los heridos de una
y otra parte", los ms afectados fueron los patriotas que perdieron en aquella
accin unos 1.000 hombres.
Quintanilla sali de San Carlos, y en posta se dirigi a Castro, en el trayecto encontr parte de las tropas realistas en retirada y las milicias prcticamente deshechas, pues sus componentes haban desertado y huido a sus casas.
En principio crey estar sitiado e incomunicado por lo que trat por
todos los medios, abrirse camino en medio de la confusin; hizo saber a sus soldados, que volver a San Carlos, era entregarse a los enemigos, por lo que haba
que seguir adelante pasando entre las filas enemigas.
No tuvo necesidad de llevar a cabo aquella aventura, los patriotas huan
en retirada en busca de los barcos temiendo otra emboscada, lo que fue aprovechado por las tropas de Quintanilla para recoger los heridos y reagrupar los soldados dispersos, para despus dirigirse a Chacao, donde vio como las tropas
insurgentes haban embarcado y se dirigan a San Rafael, el peligro haba pasado.
Desde Castro regres Quintanilla inmediatamente a San Carlos para
aprestarse a su defensa, pues Freire haba dispuesto atacar la ciudad desde
Chacao, puesto que siguiendo instrucciones, la divisin de Beauchef estara a
las puertas de San Carlos. Hubo de cambiar de intencin al enterarse que
Beauchef haba sido derrotado, dirigiendo entonces sus pasos a la ensenada de
Lacar a unos 20 km. de San Carlos y unos 15 de Chacao.

Beauclief, que se haba retirado a San Rafael, esperaba refuerzos para


atacar la villa de Castro, pero al ir pasando los das y encontrarse sin vveres, el
16 de abril decidi zarpar en direccin a Valdivia.
Viendo la imposibilidad de tomar Chilo, el general Ramn Freire reembarc su tropa y se dirigi tambin a Valdivia.
La derrota de Mecopulli y la prdida de la corbeta Voltnire que haba
encallado en la costa de Carelmapu, hizo que Freire desistiese de seguir adelante en su guerra contra los chilotes, pues, an tomando la ciudad de San Carlos,
al ejrcito invasor le quedaban muchas dificultades que vencer en una isla llena
de impedimentos para mover con rapidez a las tropas; las mareas anegaban las
playas desde San Carlos a Castro y en la isla eran escasas las llanuras, era una
sucesin de lomas inaccesibles para llevar a cabo batallas y cada rbol o barranco se converta en un parapeto, todo ello favorecedor a la causa chilota, cuyas
tropas tenan tomadas sus posiciones.
A pesar de esta victoria realista, el destino futuro de Chilo estaba escrito sino reciba auxilios del exterior, ya prdcticamente imposibles; ms pronto
que tarde sera presa de los insurgentes.
Aprovechando la marcha del ejrcito patriota, Quintanilla, al da
siguiente, con parte de su ejrcito pas a Carelmapu, villa situada en el
Continente al norte de San Carlos, para atacar a los patriotas en retirada y que
fueron sorprendidos pasada la villa de Maulln.
En esos das el bergantn patriota Gnli~nrino,armado con 14 caones,
pas por la canal cercana a Carelmapu en direccin Chacao, pero perseguido por
3 lanchas caoneras realistas hubo de refugiarse en una de las islas del archipilago.
Ya hemos visto, como dentro de la isla, Quintanilla tena enemigos. El
fraile Juan Almiradle, que haba sido asesor de los generales realistas Francisco
Sncl-iez y Gabino Ganza y que tambin tuvo parte en la destitucin de stos,
promovi en Chilo graves disturbios durante su estancia en la isla de Quinchao,
por lo que fue trasladado a Castro donde fue procesado y el 4 de marzo de 1823,
pasando a la crcel de San Carlos el da 21, y siendo enviado posteriormente a
Lima, donde el virrey D. Jos La Serna determin encerrarle en el Colegio de
Ocopa en el que morira este fraile de origen cataln.

CAPITULO XXVIII
Llegan a San Carlos los buques espaoles Asia y Aquiles. Quintanilla
asciende a Brigadier y se le nombra Comendador de la Orden de Isabel la
Catlica.
El da 24 de abril de 1824 atracaron en el puerto de San Carlos el navo
Asia al ,mando de Roque Guruceta, llevando de segundo al capitn de fragata
Miguel Funes, y el bergantn Aquiles al del capitn Jos Fermn Pava procedentes de Cdiz con despachos de reconocimientos para los habitantes de
Chilo, una Real Orden por lo que se le ascenda a Quintanilla a Brigadier, grado
que ya tena por Despacho emitido por el virrey D. Joaqun de la Pezuela y el
Diploma de Comendador de Isabel la Catlica, y que le fueron entregados por
Roque Guruceta, el capitn del Asia. El Despacho de Brigadier le haba recibido con la llegada del bergantn Chilote el da 15 de junio de 1823,junto a 12.000
pesos.
Lo que verdaderamente traa Roque Guruceta para el Gobernador
Antonio Quintanilla, era una Real Orden, de fecha 19 de diciembre de 1823, que
es una demostracin clara del desconocimiento que haba en Espaa de lo que
aconteca en Amrica. Se limitaba, casi en exclusiva,a notificar la restauracin
de Fernando VIL "Restituido el Rey N.S. a la plenitud de los derechos soberanos de los que le haba despojado una faccin revolucionaria ... que restablezca
(Quintanilla) en todo el distrito de ese Gobierno el orden que exista antes del
desgraciado da 7 de enero de 1820, procediendo si las circunstancias lo exigieran con el tino, prudencia y cordura que requiera su estado, en el concepto que
todo debe volver al ser y estado que tena en aquella poca". La nota es un acopio de lugares comunes, palpable muestra de la ignorancia que tenan las auto-

Quintanilln

167

ridades espaolas de la verdadera situacin de Amrica y ms concretamente de


Chilo, una provincia muestra de lealtades.
Acerca de la situacin del Gobernador Antonio Quintanilla se deca que
el Rey estaba enterado "de que V. S. haba servido con fidelidad y que nada ha
omitido para mantener en la debida obediencia a sus subordinados, ... (le manifestaba adems) su satisfaccin y aprecio a sus distinguidos servicios, siendo
una prueba el haberle promovido a Brigadier de Infantera". La primera parte
suena a una exposicin de n~otivospor lo que se le asciende, aunque no era nada
ms que la confirmacin oficial del que le haba concedido el virrey La Serna el
4 de marzo de 1823.
El navo Asia, armado con 75 caones y el bergantn Aquiles con 32, que
venan a ponerse al servicio del virrey, permanecieron anclados en el puerto de
San Carlos medio ao, y que a pesar de la escasez de medios del Gobierno chilote, los prest los auxilios necesarios, pues los consideraban sus huspedes.
Quintanilla propuso a ambos capitanes atacar, junto con el Chilote al
que dotara de 300 hombres, a los patriotas en Talcahuano.
Segn l mismo dice, hizo esta proposicin por dos razones; una porque
era fcil su puesta en prhctica y la segunda por salir de Chilo e incorporarse al
ejrcito del Per en el que era ms fcil el ascenso. No era esta la primera vez
que Quintanilla manifiesta su deseo de pasar al ejrcito del Per buscando un
ascenso. En esos momentos, los peores para el ejrcito realista, le quedaban ya
pocas batallas que librar y ningn xito que conseguir.
Los capitanes Guruceta y Pava no tomaron en cuenta la propuesta de
Quintanilla con la disculpa de que traan orden del Gobierno de permanecer en
San Carlos hasta recibir nuevas rdenes del virrey La Serna.
Una nueva negativa recibira del capitn del Aquiles D. Jos Fermn
Pava cuando propuso el apresamiento del bergantn patriota Galvarino, anclado en una de las islas del archipilago.
La marinera de estos barcos durante los 6 meses que estuvieron anclados sus barcos en San Carlos, tuvo una serie de gastos que fueron pagados por
el erario de Chilo. El bergantn Guadulupe y 6 lanchas fueron destinadas, a
peticin de sus respectivos capitanes, a proporcionarlos agua y lastre, as como
para levar anclas y otros ejercicios, a peticin de los respectivos capitanes.
El bergantn Guadalupe fue enviado al Per no volviendo a saberse nada
de l, sospechando Quintanilla que haba sido vendido.

Jess Cniza1e.s Ruiz

El Asia y el Aquiles tenan en sus bodegas vveres para cuatro meses,


pero Quintanilla les propuso, que durante su permanencia en San Carlos, ante la
dificultad de suministrarse en los puertos peruanos, guardasen los vveres que
traan y consumir los comprados en la isla, lo que fue aceptado por ambos capitanes. Durante esos 6 meses de permanencia, les fueron suministradas vacas,
patatas y jamones por valor de 17.569 pesos, segn cuenta remitida al Gobierno
virreinal.
El da 25 de mayo de 1824, Quintanilla sufri un duro revs, el apresamiento del corsario General Quintanilla. Su capitn y contramaestre el genovs
Mateo Magneri haba hecho alarde de osada y a veces de crueldad, por lo que
se haba ganado la enemistad de todos los capitanes de barco del Pacfico. Uno
de ellos era el escocs Roberton, oficial del Galvarino y 2" del c a p i t h ingls
Guise, con quien mantena viejas pendencias. Magneri capitaneando un barco
patriota fue herido de una lanzada por Roberton, pero consigui huir a
Guayaquil donde se puso, como hemos visto, a las rdenes de los re a1'istas.
Roberton, con un criado y dos m~ijeresse fueron a la isla Mocha en la
que fue hecho prisionero por Magneri, que ya estaba al mando del Geneml
Quintanilln, siendo golpeado, amenazado de muerte y cargado de grillos. Uno
de los frecuentes temporales en el Pacfico sorprendi al Geneml Quintarzilla, y
Roberton, con muchos conocimientos nuticos, tom el mando del barco para
sortear el temporal; pasada la tormenta se le permiti permanecer en cubierta y
cuando el General Quintanilla entr en la caleta de Quilca, Roberton consigui
escaparse, embarcarse en otro barco y volver de nuevo a Chile.
Roberton tom pasaje en el bergantn Congreso mandado por el capitn
Gourg, con el fin de perseguir al General Quintanilln. En uno de los encuentros,
Robei-ton acompariado de una partida de hombres trat de abordar al Gelwral
Quintaizilla, pero en la oscuridad de la noche no encontr la bocana de la caleta, volviendo a ser recogido por el Congreso al da siguiente sin haber logrado
su propsito. El final del Genercd Q~~intanilln
tena que ser el fruto de una de
sus muchas bravuconadas e imprudentes audacias de su c a p i t h Mateo Magneri.
Al salir de Quilca y al pasar cerca del bergantn de guerra francs
Diligente anclado en su baha, le solt una andanada de disparos "por va de bravata". L a calina chicha de aquel da fue la perdicin de Magneri, segn una de
las versiones, los botes del Diligente abordaron al Quiiztariilla haciendo prisionero al genovs, siendo enviado a Francia; la otra de las versiones nos dice que

Magneri pas a borde del Diligente en actitud desafiante, siendo hecho prisionero, versin m i s creble dada su inaneia habitual de proceder.
Volviendo al relato principal sobre los acontecimientos que afectaban
directamente a Chilo, podemos ver como Per, Chile y Argentina han declarado su independencia, aunque quedan pequeos reductos, ms simblicos que
efectivos, de resistencia realista. Uno de esos reductos, fue vencido en Ayacucho
el 9 de diciembre de 1824, y los restos del ejrcito realista buscaban refugio all
donde an ondeaba el pabelln espaol; as el 6 de febrero arribaron a San
Carlos la fragata de transporte Trinidad y la goleta de guerra Real Felipe procedentes de Quilca, con los militares que haban tomado parte en la sublevacin
de El Callao en favor del Rey y que no se podan acogerse a ninguno de los artculos de la capitulacin.
Al conocer los chilotes el motivo de su arribada a la isla, cundi la desmoralizacin en la guarnicin.

Estandarte del ejrcito espaol capt~iradopor lo.\


independentistas en la batalla de Chacabuco.

CAPITULO XXIX
Quintanilla contrae matrimonio. Levantamiento militar. Triunfo de
Quintanilla sobre la sublevacin.
No pasaba Antonio Quintanilla por lo mejores momentos de su gobierno, al contrario, eran los ms difciles y cruciales de su vida militar, se aproximaba su fin como gobernante de Chilo y que l intua cercano, lo que suceda
es que era un militar y eso le haca mantener con cierta altivez su postura de primer jefe de la isla.
Esta situacin de peligro que le haca entregarse de lleno a su labor de
administrador, casi nico, de los poderes del Rey de Espaa en Sudamrica, le
haba hecho olvidarse de s mismo, que bajo el ttulo de Gobernador y
Comandante General haba un hombre con sus propios sentimientos hasta
entonces ocultos por un uniforme militar y tambien que una joven de 17 aos
esperaba ser la esposa de Antonio Quintanilla.
Quiz viendo la imposibilidad de prolongar mucho ms tiempo su resistencia ante los ataques patriotas y su cercano abandono de la isla, quiso dar un
toque romntico a su vida y llevarse un trozo de ella, como iba a ser su esposa
y por ello decidi contraer matrimonio; haba cumplido los 37 aos de edad, su
ajetreada vida de militar no le haba dejado un resquicio para pensar en el amor,
pero una vez asentado en San Carlos, a pesar de su responsabilidad, le qued
tiempo para enamorar a una joven nativa de 17 aos.
El da 10 de agosto de 1824 solicit licencia para contraer matrimonio
al virrey D. Jos de la Serna como estaba establecido por las normas. Quiz'a convenga hacer un inciso y sealar que el 10 de agosto se celebra la fiesta de San
Lorenzo, cuyo santo es el Patrono de la parsoquia de Pmanes, su lugar de naci-

miento. Pens en ello Quintanilla? Con la licencia provisional dada por el


virrey La Serna, contrajo matrimonio "in facie ecclesiae" y con "el mayor regocijo" el da 8 de septiembre con la seorita Doa Antonia lvarez Garay, natural de la villa de Castro e hija legtima del matrimonio del capitn Antonio lvarez y Crcamo con doa Bartola Garay Prez de Vargas y Andrade.
Una vez casados pasaron a
vivir en casa de los padres de la
joven esposa en la capital San
Carlos. La joven Antonia haba visto
cumplido el sueo de su corta vida,
aunque el novio no fiiera un apuesto
galn, era nada menos que la primera Autoridad de la isla. Pero la felicidad era disfrutada en precario, los
das de paz en Chilo estaban contados. Despus de la derrota de
Ayacucho, se han dado por concluidos tres siglos de dominacin de
Espaa en la Amrica continental, en
Amrica del Sur quedan como meros
smbolos, esos dos pequeos reductos que son El Callao y Chilo defendidos por dos hombres de temple
diferente, Rodil y Quintanilla.
Licencia provisional interina de
Quintanilla, con la esperanza
matrimonio otorgada al brigadier
Antonio Quintanilla.
an de recibir ayuda desde Espaa,
trata de paliar los efectos negativos
de la marcha de la guerra con los patriotas. Pero las circunstancias le obligan a
tomar alguna decisin que ya cree ms que necesaria, como es la de recordar a
los militares destinados en Chilo que estaban obligados a defender el prestigio
adquirido en actuaciones anteriores si se presentaba la ocasin, y para infundirles Animo, les haca concebir esperanzas de xito, pues esperaba recibir refuerzos desde Espaa. Por aquello que los duelos con pan son menores, Quintanilla
orden dar media paga a toda la guarnicin para que "desecharan ideas tristes7';
pronto pudo constatar que la medida haba sido muy bien recibida, pues todo
I

fueran muestras de contento, agradecimiento y fidelidad de las tropas a su persona; pero entre esos militares haba un grupsculo disidente encabezado por
algunos oficiales que vean prximo el final y por ello procuraban salvar sus cargos en caso de que los patriotas tomasen la isla.
El capithn Fermn Prez, cabeza de la conspiracin, y su cuado Manuel
Velzquez, tambin capitn, se haban reunido previamente en casa del
Habilitado Alvarado para ultimar los detalles de la sublevacin.
Para no levantar sospechas acordaron que el capitn Fermn Prez fuese
a protestar fidelidal y adhesin al Gobernador y notificarle, que el descuento
acordado de medio duro para la merienda programada, se hara al recibir la
paga. La merienda era la tapadera que haban buscado los oficiales rebeldes para
hacer creer que la reunin solamente tena aquel fin de camaradera. Durante
esta merienda, segn haban acordado, daran a conocer a los asistentes el plan
de sublevacin. Para 110 ser descubiertos, tuvieron gran cuidado de no
Iii
invitar a dicha merienda al comandante Saturnino Garca, Ayudante
Mayor de Quintanilla, al coronel
Jos Hurtado y a los tenientes coroneles Juan Manuel Ulloa y Jos
Ayala.
La merienda no se celebr, no
era nada ms que la disculpa para
reunirse sin levantar sospechas y Ilevar a cabo su plan; en ella Fermn
Prez se autonombr Gobernador, a
su cuado Velzquez le ascendi a
coronel y los demts militares asistentes fueron ascendidos un grado
mis del que tenan. Tras terminar
esta confiisa ceremonia que era el
objeto de la reunin, fiieron llevados
al cuartel a punta de pistola, queDoia Antorii:i Alv,iier G I I J ~ .
dando encerrados en l todos los
mujer de Quintanilla, a la edad de 36
aos. Atencin de D. Isidoro Pando.
asistentes.

I
i

Ni Quintanilla, ni su ayudante el coronel Saturnino Garca tenan la ms


leve sospecha de que algunos de sus subordinados maquinaban su destitucin y
entregar la isla a los patriotas para despus ser bien recibidos por los vencedores, haban obrado con toda cautela y prudencia para no levantar la ms mnima
sospecha.
Ese da 7 de febrero de 1825, Quintanilla y su esposa haban ido a visitar a una ta de sta en su domicilio; a las 9 de la noche Doa Antonia, conociendo el objetivo de la merienda y temiendo ser sorprendidos all sin posible
defensa, manifest su deseo de retirarse a su domicilio sin decir el por qu de
aquella decisin. Ya en el camino hacia su domicilio confi a su esposo la noticia que le haba dado su ta acerca del fin de aquella reunin; la tal merienda era
una disculpa bien urdida para no llamar la atencin, pues era una conspiracin
para deponerle y encarcelarle.
Disgustado y nervioso ante esta noticia, envi un emisario al domicilio
de Saturnino Garca para hacrsela saber, y ste, no dando crdito a lo que crea
un rumor, asegur a Quintanilla la plena confianza y la segura fidelidad del
Batalln Veterano de Chilo bajo sus rdenes.
Durante la sobremesa familiar, Quintanilla se levant para conocer la
causa de los fuertes golpes dados a la puerta de su domicilio a hora tan intempestiva como las 2 de la madrugada.
Nada ms abrir la puerta se encontr unos 100 soldados con bayoneta
calada, formados en dos columnas y notando en su costado la presin de una
pistola, que menos mal que se encasquill se salv de la muerte, pero poda
escuchar los amenazantes gritos de iinuera! jmuera! que salan de las gargantas
de los soldados.
Al verse acorralado, tom dos bayonetas, una en cada mano, se meti en
medio de las columnas de soldados gritando iSoldados! Qu queris? iNadie
me toque!, pero uno de los oficiales le intim a la rendicin y que se diese preso,
y viendo la imposibilidad de defenderse, obedeci la orden y se entreg.
Quintanilla, que vesta uniforme militar, pidi a sus apresadores le acercasen el sombrero y el bastn, dejndose conducir preso al cuartel donde fueron
llegando varios jefes y oficiales, hasta un total de 8, que fueron encarcelados con
l.
El coronel Saturnino Garca, al or los mueras dados en el cuartel, huy
buscando refugio, esperando ocasin mejor para intervenir.

Jess Canales Ruiz

Al poco tiempo se present El Judas, as le llama Quintanilla, el capitn


Fermn Prez, para notificarle que haba tomado aquella decisin porque siendo
ellos chilenos y toda Amrica independiente despus de la prdida del Per, no
queran ir a Espaa y por ello deberan hacer mritos para ingresar en el ejrcito de Chile, a cuya Repblica se unira Chilo y era la solucin nica para sus
vidas, pues los espaoles tenan donde ir despus de la prdida de la isla.
Queda claro que la situacin en Chilo era crtica, sus soldados vean
inminente la cada de la isla en poder de los insurgentes, la moral de lucha haba
desaparecido, y aquellos que podan, ya buscaban un lugar en la nueva situacin. Mientras se desarrollaban estos acontecimientos en el cuartel de San
Carlos, los coroneles Jos Ballesteros y Jos Hurtado, (1) vestidos de paisano,
paseaban a las 11 de la maana por la plaza de la ciudad comentando los acontecimientos y tratando de encontrar una posible solucin a la delicada situacin
en la que se hallaban Quintanilla y algunos oficiales, e incluso la posibilidad de
liberarlos, y en caso de no poder llevarlo a cabo, se embarcaran a Ro Janeiro
y desde all pasar a Espaa.
Hurtado, con ascendiente en el batalln sublevado, tratara de reponer en
su puesto a Quintanilla. Requeridos por el capitn sublevado, los coroneles
Ballesteros y Hurtado asistieron a una junta en la Casa de Gobierno. Tal como
estaban, vestidos de paisano, se presentaron a dicha Junta formada por los capitanes Fermn Prez, Manuel Velzquez, algunos oficiales, miembros de la
Corporacin y tres religiosos. Pas a presidir dicha Junta el coronel Jos
Ballesteros, en ella el capitn Fermn Prez les comunic que Quintanilla trataba de fugarse con una considerable cantidad de dinero, y para evitarlo, haba
tomado la decisin de encarcelar al Gobernador en un buque que se hallaba prximo a zarpar para Ro de Janeiro.
El coronel Ballesteros dijo no tener voz ni voto en aquella Junta por
"reconocerla ilegal y revolucionaria" y por ello trat de retirarse aunque se le
asegur que aquello era una acto de servicio al Rey.
Dados a conocer a los asistentes los motivos de su actuacin, el capitn
Prez orden al Sargento Mayor de la Plaza, adherido a los revolucionarios,
traer ocho barras de grilletes con el fin de encadenar a los 8 prisioneros. El
Sargento no encontr dichos grilletes y con la desfachatez que da la impunidad
y sintindose vencedor, se dirigi al mismo Quintanilla para pregntale por ellos
a lo que le contest "que como se persuada que yo le iba a decir donde estaban

los grillos para ponrmelos". El capitn Prez, saliendo de la prevencin donde


estaban los detenidos, orden que antes del anochecer habran de estar hechos
dichos grilletes.
Para asegurar la prisin de las autoridades, hacia las dos de la madrugada, orden salir a los presos del cuartel, que lo hicieron entre dos filas de soldados y creyendo que eran conducidos al lugar del fusilamiento, Quintanilla se
acerc al oficial para preguntarle donde les conduca, contestndole: "a bordo
de la balandra Real Felipe", lo que seren un poco los nimos de los prisioneros.
Fueron embarcados y encerrados en una de las bodegas del Real Felipe,
siendo custodiados desde cubierta por un oficial y 25 soldados.
La relativa tranquilidad que gozaban los prisioneros fue rota por las
amenazas de los soldados que los custodiaban, quienes asomando sus fusiles por
la escotilla gritaban: Matarlos! iMatarlos!, macabra diversin o premonicin de
su futuro. Varios de ellos, temiendo lo peor, rompieron a llorar, por lo que
Quintanilla, viendo todo perdido con voz potente les dijo: "Soldados, si queris
matarnos o tenis orden para ello, sacadnos a cubierta y no lo hagis aqu como
a cochinos"; y a cubierta fueron sacados, jcon qu fin?
Pasado el susto y calmada la situacin, Quintanilla y el oficial que mandaba el pelotn de guardia comentaban en cubierta los sucesos acaecidos, y
aprovechando la ocasin de relajamiento de la tensin acumulada, le hizo la
observacin que, aunque hasta entonces todo les haba salido bien, quedaba an
mucho por hacer y aclarar, cosas tales, como la paga de los soldados que es de
lo que nos acusan, de apoderarnos de ese dinero, dinero que segn ellos, est
depositado en esas dos cajas, que con slo abrirlas se apercibiran del engao en
el que estn, pues no contienen otra cosa sino tierra.
El oficial que los custodiaba fue relevado, y una vez en tierra, cont a
sus compaeros la conversacin mantenida con el Gobernador, dndose cuenta
de su situacin crtica si aquello resultaba ser verdad y haban resultado engaados.
Pasadas las horas, los soldados comenzaron a reclamar y a exigir su
paga y como no se la daban, se dieron cuenta del engao, y se sublevaron contra sus oficiales.
El capitn Fermn Prez quera deshacerse a toda costa de los prisioneros por lo que dio orden de echar a pique el Real Felipe, para lo cual, sus sol-

176

Jess Carlules Ririz

dados haban de abandonar el barco y embarcarse en las dos lanchas caoneras


fondeadas a su costado para desde ellas posteriormente caonearle.
Mientras tanto, en tierra, el coronel Jos Hurtado haba convencido a los
soldados de su error por lo que determinaron liberar a los prisioneros.
Quintanilla a bordo del Real Felipe no saba lo que estaba sucediendo en los
muelles, pero observaba las carreras y movimientos de un lado para otro de los
soldados e intuyendo las maniobras del oficial de a bordo, se dirigi a los soldados que le custodiaban y les hizo saber el engao de sus oficiales y por ello
les peda que le reconocieran como el verdadero Gobernador.
Quintanilla fue reconocido por los soldados, apres al oficial que los
mandaba, intim a las caoneras y al Comandante del Castillo de Ag para que
le reconocieran de nuevo como su jefe, orden que acataron.
El coronel Jos Ballesteros orden al teniente coronel Juan Manuel
Ulloa subir a bordo del Real Felipe y conducir a tierra a Quintanilla y a los
dems oficiales prisioneros. Abandonaron el barco entre salvas de artillera disparadas desde los diferentes f~iertes,izando en ellos de nuevo la bandera espaola, y al repique general de campanas fueron recibidos en la misma playa con
aclamaciones de Viva el Rey! Viva el Gobierno legitimo! La fiesta concluy
con un Te Deum en la Matriz, pasando posteriormente al Palacio de Gobierno.
Una vez ms Quintanilla dio muestras de sagacidad y prudencia cuando
lo fcil hubiera sido tomar venganza; determin indultar a los cabecillas de la
sublevacin y una vez degradados los envi desterrados a las costas de Per. Sin
embargo, cuatro meses despus, fue fusilado el oficial Ojeda por haberse comprobado que era un espa enviado por el Gobierno chileno y no por ser uno de
los implicados en el golpe contra Quintanilla. Con el indulto de los oficiales
implicados en la sublevacin salv de momento la situacin, sin ponerse en contra de una parte importante de los habitantes de Chilo.
El 18 de febrero de 1825, Quintanilla dirigi una carta al cnsul espaol
en Ro Janeiro, don Jos Delavat, en la que le haca sabedor de que el da 5 se
haba enterado de la derrota del virrey La Serna en el Per y le informaba del
desaliento que se respiraba en Chilo y de la sublevacin de Fermn Prez y
otros oficiales, por lo que le ruega le ponga al corriente "de lo que ha hecho o
se dice piensa hacer el Rey sobre Amrica". El portador era el capitn Juan
Francisco Adriasola que embarc en la goleta inglesa Grecian, la que, adems,
llevaba polvillo para vender en Ro de Janeiro.

El da 21 de junio anclaba en el puerto de San Carlos la fragata de guerra francesa Garsola, que entre otras cosas traa un oficio de Adriasola fechado
el 24 de mayo de 1825 en Ro Janeiro en el que le comunicaba que el polvillo
nicamente le pagaban a 12 reales de plata. As daba la noticia Quintanilla a
Jos Ballesteros el da 25 de octubre: "Estimado amigo, ha fondeado la goleta
Garsola, francesa de guerra, procedente de los Chorrillos, con 22 das de navegacin. He recibido un oficio del Cnsul jeneral espaol en Janeiro i otro de
Adriasola, fechas 24 i 30 de Mayo. Adriasola dice: que si cuando estuviese pronto el buque para sta no hubiese recibido las ltimas noticias de la Corte, remitir los productos de los polvillos i se ir a Espaa para saber lo cierto. El polvillo no hubo quien lo pagase a ms de 12 reales de plata, en fin algo es algo".
(2)
En carta fechada el 27 de septiembre, le agradece la oferta de ayudarle
si tiene que trasladarse a Espaa, pues "puede ser que las circunstancias me obliguen a aceptar su generosa oferta". El capitn Juan Francisco Adriasola regres
a Chilo el da 4 de noviembre de ese de 1825.

NOTAS
(1) Estos dos oficiales fueron nombrados por Pareja, al salir de Chilo,
sargentos mayores.
(2) Coleccin de Historinclores de Chile y de Documentos relativos a la
Independencia de Chile. T. X I , pg. 312.

CAPITULO XXX
Actitud dubitativa de Quintanilla sobre la decisin a tomar ante la inminente invasin de los tropas insurgentes.
La victoria que obtuvieron ante las fuerzas de Freire en su anterior invasin de la isla, la mejora de recursos, especialmente por los barcos apresados
por el corso General Quintanilla y la esperanza de recibir auxilios desde
Espaa, haban hecho renacer las esperanzas de los chilotes. Esa especie de rgimen comunal que le proporcionaba un cierto bienestar frente al caos y la miseria que se viva en Chile, haca que los chilotes mantuvieran el nimo fuerte y
an esperaran una posible reaccin realista si los chilenos no encontraban motivos que les entusiasmaran para luchar por una libertad que tantos problemas les
traa.
Ahora, en 1825, las circunstancias eran muy diferentes, los reveses de
los realistas en Chile y en Per haban ido debilitando el poder de Espaa hasta
prcticamente hacerle desaparecer, lo que haba debilitado la moral de los defensores de Chilo y sus habitantes comerizaban a pensar que la resistencia sera
infructuosa e intil, pues an volviendo a rechazar un nueva invasin que vean
inminente, no sera nada ms que prolongar en el tiempo una situacin insostenible y una derrota inevitable, por la pura lgica geofsica.
Despus de la batalla de Ayacucho y la toma del poder por Simn
Bolvar, era u n desafo intolerable para El Libertador, que un puado de realistas, por muy valientes que fueran, se resistiesen en Chilo.
Don Ramn Freire, para adelantarse a los propsitos de Bolvar de conquistar Chilo por cuenta de Per, se dispuso a organizar una expedicin para
llevarla a cabo l mismo, y para estar libre de otros compromisos de gobernan-

Quintunilla

179

te, el 13 de noviembre dej el Directorio en manos de un Consejo a cuyo frente puso a D. Jos Infante al que acompaaban en dicho Consejo tres ministros.
La guarnicin de Chilo estaba formada por 1.702 hombres, de los que
1.232 pertenecan a la infantera, repartidos entre el Batalln Veterano, 650 soldados al mando del coronel toledano Saturnino Garca, las tres compaas de
cazadores con 285 y otras tres compaas de granaderos con 293.
La caballera estaba formada por un Escuadrn de Maulln compuesto
por 200 hombres con 68 fusiles y la compaa de Quinchao con 80.
La artillera estaba compuesta por una compaa de veteranos formada
por 90 hombres y otra de milicias por 100 hombres.
El peridico El Hispano dirigido por Torrente, asegura que Quintanilla
dispona de 2.400 hombres distribuidos en el Batalln Veterano, seis compaas
de Granaderos y Cazadores de Milicias, un escuadrn desmontado de Dragones
de la Frontera y otras compaas de infantera y caballera armadas con 1.300
fusiles repartidos en los cuerpos de mayor confianza, los dems estaban armados con lanzas y sables.
Tanto el puerto de San Carlos, como el castillo de Ag, estaban defendidos por algunas bateras y lanchas caoneras.los atisbos de una nueva invasin eran patentes. Ante esta situacin, el da 12 de agosto, Quintanilla convoc
la Junta de Guerra para decidir la conveniencia del traslado del Gobierno a la
villa de Castro, desde donde se podra hacer mejor la defensa de la isla. Tras una
gran discusin y debate entre los asistentes, sometida a votacin la decisin, se
acord por 9 votos contra 7 permanecer en San Carlos, y aunque Quintanilla
poda decidir sin consulta alguna donde residir, pero como a su decisin se le
podan "dar mil interpretaciones", comodidad, miedo, etc. prefiri someterse a
votacin y aceptar el resultado de la votacin.
El da 16 de octubre llega de Valdivia a Maulln, donde fue detenido, un
emisario del Gobierno de Chile con un oficio intimando a la rendicin. Al da
siguiente Quintanilla comunica a Jos Ballesteros el contenido esencial de dicho
oficio: "El objeto es la cantinela de que Chilo se entregue a Chile, ofreciendo
el Gobierno de Valdivia, en caso de acceder, que se cumplir la oferta que hizo
el Director cuando vino la Chacabuco, que fue el que los funcionarios pblicos,
polticos i militares quedaran en sus empleos, ser necesario que para aquella
fecha (Enero) este l bastante autorizado con amplios poderes para ajustar i ratificar el tratado". (1)

180

Jeslis Canales Ruiz

Las propuestas e invitaciones a la capitulacin hechas por el Gobierno


de Chile eran una especie de contestacin a los globos sonda lanzados por
Quintanilla, pues todos los indicios muestran un deseo por parte de Quintanilla,
de terminar con aquella tensin y aceptar una capitulacin honrosa, evitando la
efusin de sangre y alcanzar mejor tratado que el firmado por los realistas despus de la derrota de Ayacucho; por ello haba enviado varias cartas a individuos
particulares cle Chile con el fin de sondear el ambiente. Fueron remitidas, una a
D. Juan Jos Vives residente en Valparaso, otra al teniente coronel Francisco
del Ro y otra a don Jos Hurtado vecino de Santiago.
El ntimo deseo de Quintanilla era alcanzar una capitulacin digna, pero
antes quera consultar con los hombres de su confianza, as el 27 de octubre volvi a escribir a Ballesteros para comunicarle lo que l crea necesario para hacer
una defensa de Chilo: "Para hacer defensa se necesitan fondos, entusiasmo y
decisin y nada hay segn mi concepto". Se me dice que rena a los jefes y oficiales, el cabildo que inanifieste si se defiende o se capitula. "Si no quieren capitular han de poner sus intereses, sus personas y sus compaas, con su firma al
frente". (2)
Sin embargo Torrente en El Hispano afirma que Quintanilla "permaneca en la firme resolucin de sostener el dominio del Rey hasta que hubiera agotado los ltimos recursos". Pero queda patente y demostrado que lo que deseaba Quintanilla, era llegar a un armisticio, pues tena muy claro que la situacin
cada da que pasaba se haca ms insostenible.
En Amrica del Sur solamente quedaban el ao 1825, dos pequeos
reductos en manos espaolas, El Callao en manos de Rodil y Chilo en las de
Quintanilla, abandonados a su suerte y sin esperanza posible de ayuda, por lo
que lo ms prudente y sensato era un tratado de capitulacin.
La documentacin existente nos permite conocer bien los ltimos meses
de gobierno de Quintanilla en la isla de Chilo. En su oficio de fecha de 25 de
octubre enviado al coronel Jos Ballesteros, comandante del ejrcito del interior
con sede en la villa de Castro, le hace saber que por la tripulacin de una balandra llegada el da anterior procedente del puerto de Valparaso, se enter que se
estaba preparando una nueva expedicin contra Chilo, por lo que le ordena reunir a los jefes y oficiales y hacerlos saber lo que suceda y despus pedirles su
parecer, si convena defenderse y correr con los gastos pues slo se contaba con
10.000 o 12.000 pesos en aguardiente y otros efectos de escaso valor o capitu-

lar antes que invadan la isla. Le dice que no importa falte alguno a la cita por
enfermedad o por ausencia de la villa para llevar a cabo la consulta, pues el
tiempo apremia.
Reunidos en la maana del da 28 en casa del coronel Ballesteros y enterados del oficio y de la situacin, votaron por la capitulacin. El acuerdo fue firmado por el coronel Jos Ramn Vargas, tres capitanes y 18 subalternos.
Todo iba a cambiar en pocos das, el da 7 de noviembre Quintanilla
comunica al Coronel Ballesteros su cambio de parecer Qu Iiaba sucedido
para un cambio de postura tan radical? El capitn Juan Francisco Adriasola que
haba regresado de Ro Janeiro le comunic que haba salido de Espaa una
expedicin para la Amrica Meridional, que conocida por el Gobierno, oblig a
ste a desistir de la capitulacin, pues segn Quintanilla "andan locos los hoinbres de contento en virtud de la noticia"; Quintanilla oficia a Ballesteros para
coinunicarle que "estamos en el caso de hacer el ltimo esfuerzo" por lo que
debe de reunir la Junta el da 15 para que "imparta rdenes a la milicia de estar
listos y prontos a la reunin, y a los granaderos y cazadores con la caballera,
que desde luego vengaban con quince o veinte das de vveres a tomar las armas
a Castro, donde esperarn rdenes para venir a San Carlos, pues el ataque es
aqu sin falta". (3)
Quintanilla estaba segura que el ataque patriota haba de realizarse por
la ensenada de San Carlos y por ello trataba de reunir todo su ejrcito all.
Las noticias. no sabemos si engaosas o de buena voluntad, de
Adriasola, levantaron el nimo de Quintanilla y por ello se aprest a resistir un
nuevo ataque chileno, confiando en la llegada de auxilios de Espaa en forma
de tropas y municiones.

NOTAS
(1) Coleccin de... T. XI. pg. 391 y T. XXXIV, pg. 400.
(2)
Id
Id
Id
307 y 308.
Id
Id
Id
308.
(3)

CAPITULO XXXI
Invasin de Chilo por las tropas de Ramn Freire. Capitulacin de
Quintanilla.
El general insurgente Ramn Freire, antes de atacar Chilo, quiso hacer
los ltimos intentos para convencer a Quintanilla de que capitulara dada su precaria situacin militar y la imposibilidad de poder resistir un nuevo ataque.
Quintanilla no saldra mal parado de la operacin pues se le hacan varios ofrecimientos tales como: nombrarle General de la Repblica de Chile, donarle una
hacienda y hasta la cifra de 50.000 pesos.
El 24 de noviembre ancl en el surgidero de San Carlos la fragata de
guerra chilena Chacabuco y a las 5 de la maana, "en las oraciones", lanz un
bote al agua con bandera blanca que lleg hasta el muelle donde se le dio el alto.
Al conocer que el parlamentario por parte del Gobierno chileno era el
capitn Manuel Velzquez, uno de los sublevados que hicieron prisionero a
Quintanilla, no slo no se le recibi sino que se le manifest que si tomaba tierra en algn punto de la Provincia como parlamentario o no, sera fusilado de
inmediato.
En un bote del puerto de San Carlos fue devuelto a bordo de la
Chacabuco, que se dio a la vela hacia Valparaso. Pocos das despus el
Comandante de la Plaza de Castro, el coronel Jos Ballesteros envi a San
Carlos las pistolas que haba en los almacenes para armar a los soldados de las
lanchas caoneras. El 6 de diciembre Quintanilla comunica a Ballesteros, que el
domingo 3 haba pasado revista general y "se ha hecho que parezca algo ... no
hay medio de sostener tanta hambre, como va a verse dentro de poco". (1)

Quintanilla

183

En estas palabras queda reflejado el nimo y disposicin de Quintanilla,


quiere mantener el espritu y la moral de sus hombres, aunque se muestra consciente de las muchas dificultades que les esperan; quiz en ellas encontremos el
por qu de la actuacin de Quintanilla llena de indecisiones en estos ltimos das
de Chilo, es la lucha entre el que se siente obligado a mantenerse firme y el que
ve las dificultades y la imposibilidad de seguir adelante en una defensa imposible e intil. El coronel Ballesteros adems es buen amigo de Quintanilla, por lo
que es receptor de alguna de sus confidencias, Quintanilla es consciente de su
precariedad, de que si los chilenos invaden la isla su resistencia sera solamente testimonial, por lo que con estas cartas trata de descargar su mala conciencia
de llevar a sus tropas a un desastre, pues es conocedor de la superioridad de los
chilenos. Fracasada la ltima tentativa para una posible capitulacin, Freire
comenz la preparacin de una nueva expedicin. El 28 de noviembre zarp del
puerto de Valparaso una parte de sus tropas en direccin a Valdivia, punto de
reunin con los dems buques, para desde all dirigirse al puerto de Talcahuano,
desde donde zarparan a Chilo.
Aunque el 18 de noviembre ya estaba reunida toda la escuadra y pronta
para partir, un fuerte temporal les tuvo retenidos en puerto hasta el 2 de enero
que zarparon al mando del Almirante Blanco Encalada.
El convoy estaba formado por la fragata O'Higgins mandada por el
comandante Foster, era el buque insignia a borde del cual iban el Almirante
Manuel Blanco Encalada, el Jefe de Estado Mayor general Jos Manuel
Borgoo y el Director de Chile, general Ramn Freire, la fragata Lautaro al
mando del comandante Bell, la corbeta Independencia mandada por el comandante Cobbet, la corbeta Chacabuco al mando del comandante Postigo y los bergantines Galvarino y Aquiles comandados por los comandantes Winter y
Worster, llevando a borde 3.600 hombres en total.
Como prcticos y conocedores de Chilo integraban la expedicin los
capitanes rebeldes y que haban sido enviados exiliados a Per, Fermn Prez y
Manuel Velzquez.
El convoy, se vio obligado a navegar con una calma chicha que les impidi entrar en puerto, vindose obligados a dar fondo en la ensenada del Ingls,
a unos 3 Km al norte del fuerte de Ag, apoderndose a continuacin del fuerte de la Corona que haba sido abandonado por los chilotes. Una vez desembarcadas las tropas en la playa de Justis, el general Freire determin que el coronel

184

Jesls Canales Ruiz

Jos Manuel Aldunate con dos compaas del Batalln No 6 y 40 hombres del
N" 8, se dirigieran por tierra a tomar la batera de Balcacura defendida por caones de a 24 y 12, y que fue tomada por sorpresa.
En la retaguardia de las tropas de Aldunate, marchaba el comandante
Godoy con el Batalln No 1 por si fuera necesaria su ayuda. Mientras las tropas
de tierra se dirigan a Balcacura la maana del da 11, el general Freire dispuso
que los barcos de guerra Independeilcia, Aquiles, Chacabuco y Galvniino,
hicieran su entrada en el fondeadero frente a Balcacura para que desembarcase
el ejrcito en la punta de Lechagua. El convoy, al mando de Blanco Encalada
pudo haces esta maniobra con toda
facilidad pues los caones del fuerte de Ag, no necesitaron el ataque
enemigo, ellos slos se inutilizaron
despus de unos pocos disparos al
romper las cureas y desmontarse
de ellas los caones, todo fueron
averas dado su mal estado, y no
fue sto slo, las 6 lanchas caoneras ancladas en dicha ensenada,
viendo la superioridad enemiga,
huyeron a buscar refugio en San
Carlos.
Una vez realizada esta maniobra, el general Freire hizo una
nueva tentativa de pactar con
Quintanilla y acabar con aquella
pesadilla mediante un armisticio.
Con tal fin, el da 11 de enero ofici a Quintanilla como Gobernador
Intendente de la Provincia de
Chilo y entre otras cosas le dice:
"que faltara a los deberes humanitarios sino le indicase que haba
Don Ramn Freire (lco de Gil dc Cabtro, que tratar de evitar los horrores de
Museo Histrico Nacional de Chile).
la guerra como la funestas conse-

cuencias que resultaran de una lid que todas las ventajas se presentan de mi
parte", le sigue haciendo una serie de consideraciones, como que lo natural es
que Chilo pertenezca a Chile, y como una prueba ms de su amor a los chilotes economice "la sangre de los infelices habitantes" y si no acepta esta proposicin quedar5 "expuesto a todos los resultados de esta contienda". (2)
Quintanilla contest a Freire ese mismo da haciendo un ejercicio de
autocomplacencia y de una suficiencia de la que ni l mismo estaba seguro,
solamente un arsanque de soberbia temeraria o de amor propio, a juzgar por su
posicin durante todo el ao 1825 proclive a la capitulacin, pudo ser capaz de
dictarle esta contestacin. "No hay razn que me pueda obligar a dejar de cumplir con mis deberes para con el Rey", para terminar con una frase que suena a
arrogancia: "Excsese V.E. de amenazas que mira muy lejos de que pueda curnplirlas". Qu llev a Quintanilla a rechazar el arnlisticio, cuando durante todo
el ao 1825 haba estado contemplando la posibilidad de una capitulacin? Su
situacin militar no slo no haba mejorado, sino todo lo contrario, la moral de
las tropas y de los habitantes era muy baja y muchos de sus oficiales estaban en
su contra.
La destemplada y desafiante respuesta, hizo que el general Freire pusiera en marcha la maquinaria de guerra. Al amanecer del da 13, el ejrcito patriota se puso en marcha hacia San Carlos. La vanguardia mandada por Aldunate
estaba formada por dos columnas, una compuesta de dos compaas de
Cazadores al mando del mayor Azagra y otras dos de Granaderos a las rdenes
del mayor Young.
La segunda de las columnas se compona de los Cazadores de los batallones 1 y 7 mandados por el mayor Maruri y de los Granaderos de los batallones 6 y 8 al mando del mayor Tupper. Les segua a unos 100 metros de distancia la l a Divisin compuesta por los batallones 4 y 8 con su coronel jefe Jorge
Beauchef a la cabeza, y tras ellos, otra Divisin formada por los batallones 1 y
7 a las rdenes de Jos Rondizzoni. La retaguardia la formaba el Batalln y un
Escuadrn de Guas a las rdenes del comandante Riquelme.
La artillera estaba compuesta por cuatro caones de a 4, de los que dos
marchaban a la cabeza de la 1" Divisin al mando del mayor An-iuntegui, y los
otros dos al mando del capitn Martnez, entre las dos columnas.
Sin resistencia alguna por parte de las fuerzas realistas, llegaron a las 6
de la tarde de ese da 13 a unos 3 Km. de San Carlos. Quintanilla se haba des-

186

JESS

Canales Ritiz

plazado con sus tropas a una pequea cota llamada Poquillahui, en la que haba
instalada una batera y creyendo que desde all podra hacer frente al ataque de
los patriotas. A su frente tena el ejrcito patriota, a su izquierda un bosque impenetrable que le serva de parapeto y a la derecha la batera; la colina era fcilmente defendible pues como barrera defensiva haba colocado en la cercana
playa cuatro lanchas caoneras y 300 soldados de infantera
El general Freire dispuso como primera medida tctica atacar a las lanchas caoneras que suponan un estorbo para desarrollar su plan de ataque, para
ello a las 2 de la madrugada del da 14 envi 14 botes de la escuadra al mando
del Capitn Bell, que sorprendieron a los soldados y marineros de las lanchas,
cuatro por cada una, y a unos pocos indios a los que hicieron prisioneros al no
darles tiempo para embarcarse; estas lanchas serviran despus para atacar a las
fuerzas realistas. Torrente escribe que las lanchas atacantes fueron 22 y
Quintanilla incluso habla de 50, lo que puede explicar el por qu los 300 soldados apostados en la playa no hicieran ni un amago de defensa, aunque tambin
pudiera haber sucedido que sus oficiales hubieran temido el enfsentamiento.
Poco ms tarde de las 4 de la madrugada, el ejrcito chileno levant el
campamento y avanz por una camino estrecho y montuoso para librarse del
posible fuego de los realistas, cubriendo con la artillera la entrada del desfiladero. Con la ayuda de 6 caones y algunas lanchas caoneras que hacan "fuego
certero" a pesar de ser contestadas por los chilotes "no obtenan ninguna ventaja"; las balas enemigas eran tan certeras, que Quintanilla no poda permanecer
ms tiempo en aquella posicin "sin sufrir impunemente gran prdida".
Una vez pasado el desfiladero, el ejrcito patriota acamp en grupos.
distantes unos de otros unos 200 metros. Quintanilla, ante la evidencia de su
indefensin, la muerte de un soldado y la prdida de una mano el oficial
Olivares a causa de un balazo, se alej con sus soldados de la costa y se dirigi
a la cota de Bellavista distante unos dos km. y donde la armada chilena no poda
alcanzarlos con sus disparos.
Dejando en ella al Batalln Veterano al mando del comandante Jos
Hurtado, Quintanilla tom el camino de San Carlos a Castro marchando en la
vanguardia, seguido por su segundo el coronel Saturnino Garca.
Para evitar el avance de las tropas patriotas, Quintanilla envi al comandante Isla con su escuadrn de caballera, pero ste hubo de retirarse a posiciones ms retrasadas a causa del fuerte tiroteo al que no poda contestar sin tener

grandes prdidas de hombres. Mientras tanto el general Pedro Antonio Borgoo


avanz con una columna de Granaderos y la la Divisin ocupando los altos de
Pudeto, posicin estratgica y amenazante para la seguridad de San Carlos.
Poco a poco la situacin de Quintanilla se iba haciendo insostenible, la
moral y la adhesin de sus tropas se resquebrajaba a cada uno de los reveses, un
jefe, varios oficiales y muchos soldados desertaron pasndose al enemigo.
Torrente habla de dos jefes, 21 oficiales y 260 soldados.
Quintanilla, en su parada en Putalcura para tomarse un descanso, hizo
una visita a los heridos con la intencin de remitirlos a sus respectivos domicilios, en esta visita pudo escuchar sus peticiones y deseos: "no ms guerra". Estas
palabras se convirtieron en el santo y sea de los chilotes y comenz la desbandada de los soldados de sus batallones que trataban de huir por la angostura
de Legocumbres a donde se dirigi Quintanilla espada en mano para tratar de
poner fin a aquella estampida, pero tal era el terror que tenan, que nada les detuvo, arrollando en su carrera desenfrenada al mismo Gobernador, lanzndole al
fango donde qued hundido hasta las rodillas, viendo impotente como huan.
A pesar de tratar de poner tierra de por medio sin preocuparse de nada,
uno de los soldados vindole en situacin tan embarazosa le dio la mano y le
ayud a salir del fango, pero nada pudo hacer para detener la desbandada.
Ante situacin tan difcil y delicada Quintanilla y Saturnino Garca, con
algunos oficiales y soldados se dirigieron a Tantauco con la mira de reunir all
a los soldados dispersos, lo que se tradujo en un nueva decepcin. Sin soldados,
sin recursos, sin su antiguo prestigio y sin esperanza de recibir algn auxilio, por
fin de acuerdo con sus oficiales decidi negociar con Freire la capitulacin.
Dirigi a ste un mensaje en estos trminos: "Deseoso de evitar los
males de la guerra a estos provincianos, me hallo dispuesto a celebrar un convenio que, teniendo por base la incorporacin de esta provincia al Estado de
Chile, proporcione al ejrcito de mi mando y habitantes de esta provincia aquellas ventajas a que la hacen acreedora su constancia e inmarchitable honor".
Freire, deseoso de poner fin a aquella situacin blica, ofreci tres das para
abrir negociaciones. En carta particular recordaba a Quintanilla su antigua amistad en la ciudad de Concepcin y le ofreca sus servicios personales; una muestra de que Freire y Quintanilla se consideraban adversarios, no enemigos.
Por el ejrcito realista y en nombre de Quintanilla fueron designados
para formar parte de la misin negociadora, el coronel de infantera Saturnino

188

Jess Cur~ulesRuiz

Garca y el coronel de milicias y alcalde de primer voto de la ciudad de Castro,


Antonio Prez; por parte chilena, el coronel del Batalln No 4 Jos Francisco
Gana y el Auditor de Guerra y Secretario General Pedro Palazuelos
Astaburriaga.
El 19 de enero de 1826 se firm el Acta de capitulacin por el Director
Ramn Freire, por la que la Provincia de Chilo pasaba a formar parte de Chile,
con lo que se arriaba la ltima bandera espaola en Amrica del Sur.
El nuevo Gobernador, nombrado por Ramn Feire, fue Jos Santiago
Aldunate y Toro, quien desempeara el cargo hasta el ao 1829. A partir de
entonces se inici un proceso de "chilenizacin" de la cultura chilota, para lo
cual aplic poltica centralista, sin comprender la realidad histrica, cultural,
social e incluso poltica y administrativa de Chilo, muy diferente a la del
Continente.
Chilo form una entidad completamente diferenciada de la chilena,
estuvo aislada por completo de la influencia colonial, solo les una la geografa.
A partir del 30 de agosto de 1826, Chilo fue integrada en una de las 8 provincuias en las que se dividi la Repblica de Chile, designando como capital a la
villa de Castro. Contaba, a partir de entonces, con los departamentos de Ancud,
antigua San Carlos, Chacao, Dalcahue, Castro, Chonchi, Carelmapu, Calbuco,
Quinchao, Quenac y Lemuy, algunos de estos departamentos estn situados en
el continente. (3)
El Gobernador y Comandante General hasta ese da, Antonio
Quintanilla y Santiago fue respetado a pesar que haba mantenido la Provincia
de Chilo ms de 8 aos, despus de la independencia de Chile, en obediencia
al rey de Espaa.
Podramos llenar muchas pginas haciendo el panegrico, desde luego
muy merecido, de la actuacin de Quintanilla, en especial en sus aos de
gobierno en Chilo; lo juzgamos innecesario pues el lector se habr percatado
de su personalidad y habr sacado sus conclusiones, no diferentes de las que
podramos exponer; pero s queremos terminar con las palabras que le dedic su
subordinado y amigo, Jos Ballesteros: "Es indispensable liacer justicia a
Quintanilla en la parte que le cabe, dicendo que no obtuvo de su gobierno ningn beneficio pues todo l fue una continuacin de inquietudes, afanes, compromisos, laboriosas tareas, disgustos y pesares. El acrisol en los nueve aos
su constancia, sufriendo innumerables trabajos para sostener el Archipilago.

No es difcil tuviese alguna de aquellas rarezas que generalmente poseen los


hombres, pero su carcter genial y su ndole eran buenos, y en substancial cumpli y desempe honrosamente su deber hasta 1826, otra suerte le hubiera sido
moralmente imposible". (4)
Ballesteros en estas pocas palabras nos proporcionado un retrato del
hombre y del gobernante que fue Quintanilla y nos evita a nosotros opinar sobre
su persona, opinin que podra pecar de parcial y quiz no acertada, pues el
autor se siente cmplice de su personaje, Ballesteros le conoci y le trat durante aos, e incluso fue en momentos decisivos, su confidente.
No es menos de destacar la actitud tomada por los chilotes, pues los
espaoles que tomaron parte en la defensa de Chilo, fueron unos pocos; la
magnitud de la entrega, lo dicen las cifras, un diez por ciento de su poblacin
intervino en la guerra, cifra que no fue alcanzada por ninguna de las provincias
americanas.
Cien aos despus, el ao 1926, el ejrcito chileno, homenaje y honr
a Quintanilla erigiendo en Ancud, antiguo San Carlos, un obelisco en el que
figura un medalln con su efigie. Con este motivo un poeta chileno escribi:

T fuiste el ltimo adalid de Espaa


El varonil e hidalgo realista
Que supo resistir a la conquista
En el rincn de aquella tierra extraa
Perduran hoy tu lealtad y hazaa,
Hijas de tu sentir idealista
Vencido de Pudeto y Bellavista,
Luchando por tu rey, tenaz, sin saa.
mulo de Rodil en tu porfa,
Un siglo ya agiganta tu memoria
De general, gobernador y gua.
Y noble vives en la patria historia
Con toda la pujanza y la hidalgua
De los hijos de Espaa y de su gloria. ( 5 )

190

Jess Canales Iiuiz

NOTAS
(1). Coleccin de Historiadores de Chile y de Documentos relativos a la
Independencia de Chile. Tomo XI, pg. 315, Tomo XXIV, pg. 395.
(2). Obra citada. Tomo XI, pg. 325; Tomo XXXIV, pg. 407.
(3). San Carlos pas a llamarse Ancud, como homenaje a un "dios" indgena.
(4). Coleccin de lzistoriadores... Tomo XXXIV, pg. 428.
(5). Montoro, Jos. Virreyes espaiioles en Amrica. pg 298.

Obelisco dedicado a Quintanilla en Ancud, antiguo San Carlos.


Acuarela de J. Sopelana.

CAPITULO XXXII
Quintanilla regresa a Espaa. Llega a Pnianes con su esposa e hijo y dos
cuados. Es destinado al acuartelamiento de Santander.
Tras la firma del Tratado de Tantauco, Quintanilla respetado por los vencedores, sigui viviendo en su casa de San Carlos y, mientras permaneci en
Chilo, sola comer con el Estado Mayor del ejrcito chileno, comentando en la
sobremesa las incidencias de la guerra de independencia.
Acogindose a lo estipulado en el artculo 4 del Tratado de Paz de
Tantauco, Quintanilla se dispuso a regresar a Espaa. Segn dicho Tratado, los
jefes, oficiales y tropa podran fijar su residencia en el destino que quisieren, y
se les concedan dos meses para abandonar el archipilago; les seran respetados
todo sus bienes, y si lo solicitan antes de un mes, podran salir por cuenta del
Gobierno de Chile acompaados de su familiares a cualquiera de sus puertos.
Quintanilla no acept la clusula del Tratado en la que se le exiga no
volver a tomar las armas contra cualquier nacin americana, argumento por lo
que el Gobierno chileno no quiso pagar su pasaje, como lo hizo con otros jefes
y oficiales en el barco francs que les devolvera a Espaa, por lo que hubo de
pagar su pasaje y el de los familiares que le acompaaron, esposa, hijo y dos
hermanos de su esposa.
Segn manifiesta Quintanilla se gast todos sus ahorros en el pago de
dichos pasajes, ahorros que haba podido hacer en los ltimos aos por los sueldos recibidos de las presas, como los dems militares y empleados. Recordemos
que gracias a los los ingresos habidos por los barcos apresados por el buque
corso General Quintanilla haban podido sobrevivir los ltimos aos, a lo que
sum algunos otros ingresos debidos a los derechos de aduana.

El erario pblico deba a Quintanilla la cantidad de 22.000 pesos de


sueldos no devengados por su cargo de Gobernador y Comandante General de
la Provincia de Chilo, as como parte de las presas entradas en la tesorera de
la isla.
Quintanilla, su esposa, su hijo, que an no haba cumplido ao y medio
de edad y sus dos cuados, Pedro y Mara lvarez Garay embarcaron en
Valparaso en un barco francs comandado por Mr. Rosamel, y despus de una
larga travesa y desde luego nada cmoda en especial para la joven madre,
desembarcando en Astusias, suponemos que en el puerto de Gijn, trasladndose a Ovieclo, desde donde se puso en comunicacin con sus superiores para
anunciarles su llegada a Espaa y, solicitando tambin, se le formase causa para
ser juzgado en Consejo de Guerra sobre su conducta militar.
Ante esta sorprendente peticin de Quintanilla, la Administracin guard silencio a pesar de las varias solicitudes. Desde Oviedo se traslad a casa de
sus padres en Pinanes, Cantabria, en cuyo pueblo vivan tambin alguno de sus
hermanos ya casados.
La llegada a Pmanes de
Quintanilla con su vistoso uniforme de
Brigadier, acompaado de una jovencsima esposa que en nada se diferenciaba
de las jvenes de la localidad, aunque
proceda de un lugar tan lejano y extico, supondra todo un acontecimiento
tentador para levantar la curiosidad de
los habitantes del pueblo y tema prioritario en sus comentarios. No siempre les
era dado concocer a uno de aquellos
hroes. Llegaba uno de sus vecinos con
A m a s del Marquesado deQuintanilla, aquella aureola, quiz con su figura agigantada por esa distancia en el espacio,
concedido por Carlos VI en 1856.
es lgico que despertase la curiosidad
de los vecinos, muchos de los cuales recordaran a aquel nio que haca 25 aos
haba salido del pueblo.
Durante esos meses de descanso entre sus familiares, en casa de su padre
que an viva solicit se le sealara destino en un cuartel y el sueldo correspon-

diente a su grado de Mariscal, cuyo empleo se le haba reconocido al mismo


tiempo que al brigadier D. Jos Ramn Rodil Galloso, defensor de El Callao,
segn qued reflejado en la Gaceta del Gobierno.
Mientras a Rodil se le haba librado el Despacho definitivo de Mariscal,
a l, a pesar de llevar tres aos de Brigadier y haber tenido el nombramiento provisional de Mariscal al mismo tiempo que Rodil, no se le haba ratificado, y lo
que es ms sorprendente, que an haban de pasar varios aos para hacerlo efectivo.
No eran bien recibidos en la Pennsula los militares procedentes de
Amrica y que no haban salido de Espaa como tales militares, los peninsulares los tenan como compaeros de segunda, sus mritos no eran apreciados y
su formacin militar se consideraba deficiente, la que hoy denominaramos de
chusquero, por lo que eran relegados y menospreciados aunque sus Hojas de
Servicios fueran brillantes y sus actuaciones heroicas.
Antonio Quintanilla hubo de experimentar esta realidad y dura prueba a
pesar de su brillante Hoja de Servicios, no tuvo en Espaa el reconocimiento
debido a su actuacin en Chile. Quiz si la comparamos con los militares Ilamados ayacuchos que con su derrota aceleraron la salida de Espaa de Amrica
del Sur o incluso con algunos de los que participaron en las campaas de Chile
junto a Quintanilla, tales como Gabino Ganza o Rafael Maroto, mayor es la discriminacin que se hace con Quintanilla.
El pronunciamiento de Cabezas de San Juan tuvo con10 uno de sus motivos principales el no ir a Amrica a pelear y el de Aznapuquio por seguir peleando en Amrica. Sin embasgo, Riego y sus compaeros han pasado a la historia como hroes, para La Serna y los suyos fue una nota mala en su expediente
el haber estado en Amrica.
Aunque era an mucho peor para los espaoles que se hicieron all militares y tras la derrota volvieron a Espaa, nunca fueron bien considerados por
sus compaeros, uno de los ejemplos ms palpables es el de Antonio Quintanilla
"No fue atendido en Espaa, se le ascendi a general 12 aos despus, no alcanza las condecoraciones y premios que se distribuyeron los partidarios del Virrey
Laserna cuando figuraron all en la alta esfera". (1)
Desde su capitulacin en Chilo, 19 de enero de 1826 hasta el 6 de julio
de 1827 que recibi el primer destino vivi parte de ese tiempo en casa de sus
padres en Pmanes esperando la contestacin del Ministerio de la Guerra.

194

Jess Canales Ruiz

En julio del ao 1827 fue destinado a Santander como Brigadier de


Infantera donde permaneci hasta mediados del ao 1830 desempeando labores buroc;ticas.
Pero su lucha con sus superiores iba a durar muchos aos, una lucha
burocrtica, pues Quintanilla haba llegado a Espaa sin documento alguno que
justificara su actuacin en Chile, por lo que nada ms llegar a Santander comenz a arreglar su situacin y la de su esposa. Los militares tenan que comunicar
a sus superiores su propsito de contraer matrimonio y solicitar la pertinente
licencia para hacerle efectivo. Quintanilla haba solicitado del virrey Jos de la
Serna la licencia provisional el 10 de agosto de 1824, tal solicitud acompaada
de la documentacin exigida, especialmente sobre su futura esposa Antonia
lvarez Garay, haba sido enviada por triplicado como estaba ordenado.
Dada la tardanza en la tramitacin del expediente en Espaa, el virrey
tena la facultad de conceder el permiso provisional y as lo hizo, lo que permiti a Quintanilla contraer matrimonio el 8 de septiembre de 1824.
El da 3 de febrero de 1829, Antonio Quintanilla desde Santander solicita a D. Jos de la Serna, Capitn General de Andaluca entonces, y que siendo
virrey del Per le concedi la licencia provisional, una certificacin sobre la
dicha licencia y su concesin. El 27 de febrero el Conde de los Andes, le envi
la certificacin solicitada desde Jrez de la Frontera, lugar de su nacimiento y
donde resida en aquellos das.
Recibida dicha certificacin, el 22 de marzo se dirigi por medio de su
inmediato superior al rey Fernando VI1 solicitando la "Rehabilitacin de la que
obtuvo, en ocho de sep(tiembre) del ao 1824 de nuestro Virrey del Per". (2)
Dicha solicitud fue cursada desde Valladolid el 25 de marzo por el Capitn
General de Castilla la Vieja D. Jos O'Donnell al Secretario del Consejo
Supremo de la Guerra.
La burocracia, sin tener en cuenta las circunstancias en las que esta
documentacin se haba tramitado, en plena guerra de independencia y haber
cado prisionero de los insurgentes hasta el mismo virrey, slo se atiene al
Reglamento por lo que contesta a Quintanilla que "necesita tener a la vista el
expediente que dice este General en su certificacin remiti para la aprobacin
de S.M. por conducto del Ministerio del cargo de V.E en el ao 1824".
Contestacin que fue remitida al Secretario de Estado el 11 de mayo de 1829.
Nuevo oficio de lode junio para comunicarle que "no existe el expediente que

Quirztanilla

195

se dice remitido en el ao 1824". Tan ciegos estn los burcratas, que no paran
mientes en las difciles circunstancias que se desenvolva en aquellos momentos la Administracin virreinal, pues incluso dicho expediente pudo no haber
sido enviado a Espaa".
Nueva solicitud con nuevos documentos, y nueva contestacin que
expresa bien a las claras la cerrazn de los burcratas para los que solamente
exista el Reglamento. Por ltimo Quintanilla recibe un oficio sobre el acuerdo
tornado por el Consejo, y no puede ser ms descorazonador. Sus documentos
"no estan conforme a lo que previene el Monte Po Militar, pero atenindose a
que los sugetos abonan las buenas circunstancias de su Esposa Doa Antonia
lvarez Garay, son de clase distinguida y que acredita as mismo por certificacin del Virrey del Per, Conde los Andes haber obtenido interinamente por
dicho Superior Gefe licencia para contraer matrimonio, no encuentra reparo el
que suscribe para que se le conceda la aprovacin de dicho matrimonio; pero
hacindole entender al espresado Gefe, que su Esposa no tendr derecho a los
beneficios del citado Monte, intern no presente los documentos que exige el
reglamento". (2)

NOTAS
(1) Mendiburu, M. Diccionario Histrico biogrfico del Per.
(2).AGM. Documentacin sobre Antonio Quintanilla. fol. 11.

CAPITULO XXXIII
Quintanilla es destinado al acuartelamiento de Santander. Es nombrado
Subdelegado de Polica en la Mancha. Cesa en La Mancha y es destinado a
Madrid.
Un ao aproximadamente hubo de esperar Quintanilla a que se le asignase un nuevo destino en la Pennsula, tiempo que ocup en la desagradable
tarea de aclarar su situacin militar as como la de su esposa; fue una lucha obscura y poco efectiva contra la cerrazn de la burocracia militar en la que solamente se impona el reglamento, sin dar cabida a cualquier otra cosa que pudiera dar solucin a problemas no contemplados en l.
Aunque la mayora de sus solicitudes a los superiores fueron con el fin
de aclarar la situacin de su esposa, no se olvid de l, saba que haba llegado
a Espaa con el grado de Brigadier, pero saba asimismo que S. M. le haba concedido el grado superior de Mariscal de Campo, al mismo tiempo que a Ramn
Rodil, defensor de El Callao quien capitul el mismo da que Quintanilla.
Comenzaba para Quintanilla la serie de olvidos, mientras Rodil fue
ascendido y l tena ya ms de tres aos de brigadier segn Real Orden por lo
que el ascenso al grado superior era inmediato, sin embargo l tuvo que esperar
an 9 aos, una prueba ms de discriminacin que sufran los militares americanos.
Por fin en agosto de 1827 se le asigna destino en el cuartel de Santander
con el grado de brigadier y un sueldo de 24.000 reales anuales, aunque nunca
recibi ms de 20.000 que era el sueldo real, pues los otros 4.000 era una concesin graciosa de S. M. y sin que sepamos la causa, nunca recibi. Su labor en
Santander se limit a llevar a cabo algunas comisiones de poca importancia; el

ao 1830 presidi en la villa palentina de Aguilar de Campo la Comisin de


agravios de quintas, y en otras ocasiones la desagradable labor de ser vocal en
los Consejos de Guerra.
Por Real Orden de 12 de junio de 1831 es nombrado Subdelegado
General de Polica en la provincia de la Mancha con sede en Ciudad Real, con
un sobresueldo del de brigadier de cuartel de 9.000 reales anuales; las subdelegaciones eran ocupadas por brigadieres en las llamadas provincias subalternas y
por capitanes generales en las provincia principales.
En Ciudad Real, adems de la Subdelegacin de polica ejerci interinamente varias veces de Comandante General; puesto que ocupaba a la muerte
de Fernando VI1 en 1833. All le sorprendi la muerte de su padre
Pocos das despus de la muerte del rey, el 3 de octubre estall la guerra de los siete aos alzndose por D. Carlos varias provincias; no entramos en
esa serie de sucesos interminables acaecidos en aquellos meses, pues no es tarea
de este trabajo, pero s estudiaremos aquellos sucesos que influyeron en el devenir de Quintanilla quien, a la muerte del rey, iba a ser una de los purgados por
los vencederos que aprovecliaban la coyuntura para ocupar los puestos de los
cesados.
Unos cuantos personajillos de Ciudad Real, Almagro y Salavera aprovechai-on la coyuntura de que algunos vecinos se haban sealado como seguidores de D. Carlos y unos pocos se levantaron en armas a su favor, tales como
el Administrador de Correos de Talavera Manuel Gonzlez o Vicente Dueas el
cura de Alcabrin, precisamente el pueblo donde haba nacido el ayudante de
Quintanilla en Chilo, el coronel Saturnino Garca.
Confeccionaron una lista de las personas ms significadas de La
Mancha, entre las que se puede encontrar algn liberal, no con el deseo de prevenir a las autoridades sobre aquellos personajes que podran crear algn problema, sino con el fin de que fueran cesados para ocupar sus puestos. Con ella
en la mano se fueron al Ministerio de la Guerra para dar cuenta acerca de la
conspiracin que se fraguaba en La Mancha en favor de D. Carlos y en la que
estaban implicados los all incluidos.
Sin ms confirmacin o indagacin para saber la verdad, el oficial
Armero puso a la firma del Ministro el general Cruz, la orden de detencin y
destierro a Ceuta de los incluidos en dicha lista; de cuya labor se ocupara el Jefe
del Regimiento de caballera Princesa de guarnicin en Almagro.

Jess Canales Ruiz

Entre los que figuraban en ella estaba Antonio Quintanilla, viendo con
sorpresa e indignacin, como se presentaba en la Subdelegacin un oficial con
orden de detencin, a lo que Quintanilla le contest que como Comandante
General que era de la Provincia proceda a su detencin y que mientras no fuese
cesado por el Capitn General no obedecera ni la orden del ministro, pues no
era el conducto reglamentario.
Como es lgico el oficial desisti de la detencin de Quintanilla quien
inmediatamente ofici al Capitn General dndole a conocer lo ocurrido y
poniendo su cargo militar a su disposicin. Quintanilla no fue detenido, pero s
lo fueron los dems.
El Capitn General contest a Quintanilla para manifestarle que l no
haba tenido conocimiento de lo ocurrido y que por su parte no tena motivo
alguno para dudar de su lealtad y fidelidad y por ello aprobaba la resistencia a
su detencin.
Pero no pudo evitar su cese como Subdelegado de Polica, quedando
una vez ms en expectativa de destino, siendo esta vez destinado a un cuartel de
La Corua. Al pasar por Madrid camino de su nuevo destino, el Capitn General
D. Manuel Freire y el subsecretario del Ministerio de la Guerra Quirs que sustitua al Ministro, le concedieron quedarse en el cuartel de Madrid. El matrimonio Quintanilla lvarez con su hijo an nifio, se domiciliaron en la calle Atocha
no 24. Aunque en un principio no se sospech de su simpata por D. Carlos,
qued la duda sobre su lealtad a la reina, una vez ms fue pospuesto y relegado.
Durante los muchos aos de cuartel en Madrid tuvo ocasin de comprobar la convulsin poltica que viva Espaa y la comezn que se viva en el el
estamento militar. Sublevaciones militares, cuartelazos como el de del 18 de
enero de 1835 protagonizado por el ayudante del Regimiento Aragn, Bernardo
Cordero y que durante las operaciones para reducir a los insurrectos muri cl
general Jos Canterac uno de los llamados ayacuchos (1); la guerra del Norte
iba de mal en peor, el general Jernimo Valds, tambien nyacucho, sufri un
desastre, quedando los carlistas dueos de las montaas vasco-navarras.
El ao 1836 no pudo comenzar peor, matanza de 133 prisioneros en
Barcelona (4 de enero) y el brigadier Nogueras fusila a la madre de Cabrera por
el mero hecho de ser madre del general carlista, lo que haba de ser seguido por
Cabrera con un reguero de sangre producto de una razn ofuscada por el dolor
y el odio. El 12 de agosto un nuevo motn, el de la Granja. Es de suponer que

Quintanilla

199

Quintanilla se vera involucrado en aquellos sucesos de una manera directa,


pues los protagonistas eran militares compaeros suyos, unos pronuncindose y
otros reprimiendo estos pronunciamientos.
Tras esta larga estancia en Madrid el ao 1838 por Real Orden fue nombrado Comandante General de Murcia desde donde pronto habra de pasar a
Catalua.

NOTAS
(1) Jos Canterac y Donesau naci en Guiene, Francia (1787). En 1801
era cadete de Walonas. El ao 1803 ingres en Artillera,ascendiendo a brigadier
en 1815 y pasando a Per en 1816.Tras la batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de ao 1824 donde fue derrotado por Sucre y firmado el Tratado de paz del
mismo nombre, volvi a Espaa siendo nombrado Capitn General de Castilla
la Nueva en 1833. Muri en Madrid en la sublevacin de Cordero el ao 1835 .
Jernimo Valds y Sierra, Conde de Torata y vizconde de Villarn, naci
en Villarn, Asturias,en 1784. Siendo Bachiller en Derecho, tom las armas y
combati en la Guerra de Independencia y despus pas a Per el ao 1816,
ascendiendo a coronel en 1818. Luch contra San Martn y Sucre, volviendo a
Espaa despus del Tratado de Ayacucho en 1824 fue Capitn General de
Catalua y posteriormente Gobernador de Cuba en 1841, donde destac por su
persecucin contra el trfico de esclavos. Quintanilla di su nombre al barco
corso General Valds. Muri en Oviedo en 1855.

CAPITULO XXXIV
Quintanilla pasa a Tarragona a las rdenes del Capitn General de
Catalua. De nuevo es destinado al cuartel de Madrid. Quintanilla en el
Palacio Real en la sublevacin de 1854.
En la persona de Antonio Quintanilla se va a dar una paradoja; se le ha
considerado por algunos como simpatizante del aspirante D. Carlos, quiz esta
apreciacin tuviera su fundamento en que su hijo Antonio se habra de convertir en un destacado colaborador y miembro del squito de D. Carlos, aunque l
haba luchado en varias ocasiones contra los carlistas. Lo que no cabe duda es
que hubo de tener, sino problemas de conciencia, s un choque emocional y su
razn tendra muchas veces una lucha interna acerca de cual haba de ser su postura a seguir.
El Capitn General de Catalua el Barn de Meer se extralimitaba en
sus funciones dictando medidas administrativas en perjuicio del Gobierno, por
lo que ste hubo de poner coto a la autocracia del Barn, que facilit la labor de
sustitucin al presentar su dimisin como Capitn General de Catalua, cargo
en el que fue reemplazado por el general Jernimo Valds.
El general Espartero era dueo tanto de la situacin poltica como de la
militar; todos los puestos de importancia fueron ocupados por jefes militares
procedentes del Per, los llamados ayacuchos, como era el general Jernimo
Valds.
Estos militares que haban pasado por el virreinato del Per, los conocidos como ayacuchos, iban a formar una especie de grupo muy poderoso dentro
del estamento militar que se defendan y ayudaban entre s; Quintanilla haba
participado con alguno de ellos directamente en la guerra en Chile, tales como

Maroto, Narviiez, Valds, etc. nombres bien conocidos en la Espaa del siglo
XIX. El general Jernimo Valds dio nombre a la fsagata La Puy, armada de
corso y rebautizada por Quintanilla con el nombre de General Valds.
Una de las pocas satisfacciones profesionales de Quintanilla en Espaa
fue este recuerdo que tuvo el general Valds con l. Por Real Orden, Antonio
Quintanilla pasa a Catalua a las rdenes del Capitn General.
Presentado en el Cuartel General del Ejrcito en la ciudad de Martorell,
fue destinado a la provincia de Tarragona como Gobernador de la Plaza y
Comandante General de la Provincia; ocupaba la cartera del Ministerio de la
Guerra el general Isidro Alaix.
El ejrcito de Catalua estaba formado por unos 23.000 soldados la
mayor parte empleados en guarniciones y situados en puntos estratgicos con el
fin de mantener las comunicaciones, por lo que apenas se poda disponer de la
tercera parte. No pudo hacer demasiado Valds, pero s evitar que el Conde de
Espaa, D. Carlos Espignac pudiese sitiar Berga como era su propsito.
Espartero sali en ayuda de Valds con 4 batallones al mando del general
Francisco J. Azpiroz.
Antonio Quintanilla resume su actuacin militar en su primer mandato
en Tarragona as: "consigui por medio de su actividad y disposiciones en la
direccin de las tropas que tena a sus inmediatas rdenes, evitar el que los carlistas tomasen o quemasen algunos de los treinta y tantos pueblos de la provincia que haba fortificado".
Si la guerra ya de por s era difcil y peligrosa para los dos bandos
enfrentados por el sistema de guei-rillas empleado, era an ms cruel, dolorosa
y triste para los pueblos que alternativamente se vean invadidos por partidas de
ambos bandos. No haba para aquellos labriegos reposo, propiedad o vida a
salvo; tenan que contribuir a los impuestos exigidos por cada uno de los bandos.
Deban cumplir las rdenes de los jefes de aquellas bandas de ladrones
y asesinos, ms que militares, y cuyo incumplimiento supona la pena de muerte. Manlleu y nada digamos de Ripoll, donde los carlistas llegaron a poner un
cartel con la insolente inscripcin: Aquifile Ripoll, son claras muestras de la
barbarie y de la crueldad con que se producan unos y otros.
El 23 de abril de 1840 Quintanilla fue relevado de su cargo en Tarragona
siendo sustituido por el brigadier Juan Vanaler, hermano del Comandante

202

Jess Car~ulesRuiz

General del Ejrcito de Catalua, volviendo una vez ms a Madrid donde permaneci hasta el 10 de julio de 1846 que volvi de nuevo a Tarragona a ocupar
el mismo puesto del que haba sido cesado pocos aos antes.
"Por cuanto atendiendo al mrito y servicios de vos el Mariscal de
Campo Don Antonio Quintanilla. he venido en conferiros, por mi resolucin de
ocho del actual, el Gobierno militar de la plaza de Tarragona, en relevo del de
la misma clase Don Jos Trillo. En dicho despacho se recoge el sueldo de
Quintanilla en dicho cargo: "con el sueldo de cuarenta y cinco mil reales de
velln anuales". As se recoge en el Despacho de la Reina Isabel 11 de fecha de
10 de julio de 1846.
A partir de 1845, una vez perdida la esperanza de ocupar el trono va
matrimonio, se encendi de nuevo la guerra civil, teniendo a Catalua como
principal escenario.
Reaparece el clebre sacerdote Tristany, clrigo de misa y olla, que apenas saba leer y escribir pero era un iluminado que crea que l o derechos
~
de D.
Carlos emanaban directamente de Dios. Tristany como otros muchos hroes de
su jaez fue fusilado el 17 de mayo de 1847, siendo Capitn General , Pava. Las
muertes de Tristany y Ros Eroles no dieron fin a la guerra de bandas, aparecieron nuevos caudillos que hasta por sus apodos, fueron unos seres singulares:
Tintoret de Igualada, Tuerto de la Ratera, etc, son ejemplos de ellos. Aunque las
partidas carlistas no sumaban ms de dos mil hombres, favorecidos y amparados por la poblacin por inercia, simpata o miedo, era muy difcil acabar con
ellos, trayendo en jaque al ejrcito real.
En pocas palabras resume Quintanilla su actividad en Tarragona esta
segunda vez: "ha perseguido constante y personalmente al frente de columnas a
las partidas de carlistas que recorran la provincia", seguro que le eran familiares los nombres de: Boquica, Caletrus, Grabat de Morea, Sobrevas, Hern de
Laudre, etc, con cuyas partidas habra tenido algn encuentro o le habran hecho
andar muchos kilmetros en su persecucin.
Despus de poco ms de ao y medio en el cargo, al tomar posesin de
la Capitana General de Catalua el general Pava es cesado de nuevo el 12 de
marzo de 1847 y destinado a Madrid. Su actividad en el cuartel prcticamente
se reduce los servicios en los Consejos de Guerra, tiene 59 aos de edad y quiz
est pensando ya en su retiro. Pero eso no quiere decir que hubiera calma en las
filas del ejrcito, haba en l dos bandos muy definidos, conservadores y libera-

les, unos y otros se disputaban el mando o la influencia en el Gobierno de turno,


por ello nos es extrao que Quintanilla se encontrase algunas veces metido en
alguno de esos movimientos.
O'Donnell y sus compaeros no aspiraban a ms que un cambio de
ministerio en su levantamiento de Viclvaro, pero su revolucin no alcanz la
victoria deseada, y a medida que iban perdiendo la esperanza de ganar, su jefe
O'Donnell, aunque le repugnase apareca cada vez ms liberal y excitando al
pueblo a la insurreccin. Primero fue su proclama desde Aranjuez, que al no
producir el efecto deseado, aparece el famoso Manifiesto; el programa no poda
ser ms revolucionario, aunque quera conservar el trono que crea deshonrado
y humillado por una camarilla, l se ofreca como salvador.
La insurreccin cundi con rapidez. Hubo de dimitir el gabinete presidido por Jos Sartorius y cuando el triunfo estaba logrado comenz en Madrid
la sublevacin. Al anochecer del da 17 de julio de 1854, cuando sala la gente
de la plaza de toros estall el motn popular. Las casas de Sartorius, Conde de
San Luis, de Domnech y de Esteban Collantes fueron entradas a saco; las turbas rompieron y destrozaron muebles y objetos valiosos fueron arrojados por la
ventana y quemados por el populacho. La casa del rico banquero de Jos de
Salamanca y Mayo1 y el Palacio de la calle de las Rejas donde haba vivido la
reina Doa Cristina fueron tambin blanco de las iras populares.
El coronel progresista y conspirador Joaqun de la Gndara, enojado
ante aquel espectculo denigrante, acudi primero a casa del banquero
Salamanca para tratar de aplacar los nimos de los devastadores e incendiarios,
cosa que no consigui y confesaba lleno de estupor: "Yo vi all, hombres, que
conocera si se me presentasen, dirigirse a cmodas y armarios determinados,
hacer pedazos cajones y estuches, y extraer su contenido, dejando a los hombres
del pueblo que se entretuviesen luego nicamente en arrojarlos por los balcones". Poca explicaciones admiten estas palabras, pues son lo suficientemente
aclaratorias de lo que se consegua con aquellas sublevaciones.
Se cuenta que el general Crdova, anim a la reina para que saliese furtivamente de Madrid y se trasladase a Aranjuez y que all esperase las tropas de
Blser o las de O'Donnell; cuando se dispona la reina Isabel a salir, su
Camarera mayor la disuadi y es cuando se dice que pronunci aquellas palabras: "El rey que abandona su palacio en momento de revolucion no suele volver a l".

Jess C~znalesRuiz

Mientras todo sto aconteca, Quintanilla se encontraba en su casa de la


calle de Atocha, donde se enter de lo que suceda y del peligro que corra el
Palacio Real si las turbas se dirigan hacia all; vestido de paisano y acompaado de un criado que llevaba su uniforme y espada se acerc hasta el Palacio
Real.
All permaneci acompaando el teniente general Narvez desde las
nueve de la noche a las nueve de la maana, hora en la que se present al
Ministro de la Guerra para que dispusiese de su persona, lo que no fue necesario pues la sublevacin se haba terminado.
Es de hacer notar y destacar como merece que de todos los generales
solamente Francisco Narvez, Conde Inmuri y Antonio Quintanilla fueron al
Palacio Real aquella aciaga noche.
Quintanilla permaneci toda la noche a la puerta de la Real Cmara de
la reina Isabel 11, que habindose apercibido de ello le hizo entrar en ella por la
maana y despus de darle a besar su mano le dijo las siguientes palabras:
"Muchas gracias, Quintanilla, te estoy muy agradecida, pues he visto que has
pasado toda la noche a la puerta de mi Cmara y que slo t y otro General han
concurrido para defenderme".
Quintanilla contest que l haba cumplido como fiel sbdito y como
militar era su deber hacerlo as, y lo hara siempre en iguales circunstancias.
Este acto podra haberle vindicado su lealtad al sistema, lo que s es que le honra
y le engrandece. Es el ltimo de los actos oficiales que podemos anotar a su
extensa biografa y la verdad que es un verdadero broche de oro.

CAPITULO XXXV
Ultimos servicios militares de Quintanilla. Se retira a vivir a Almera junto
a su hijo, donde muere el ao 1863. Juicio crtico de la personalidad de
Antonio Quintanilla.
Quintanilla es relevado de su cargo de Comandante General de la
Provincia de Tarragona y Gobernador de dicha Plaza, volviendo una vez ins a
la vida montona como militar de cuartel a Madrid, contaba 60 aos de edad.
Puede parecer una paradoja, pero en su propia patria, donde ms aos
estuvo de militar, fue donde desarroll una labor ms oscura y anodina, donde
menos se reconocieron sus capacidades, aunque ocasiones hubo para poder ser
protagonista en alguno de los hechos acaecidos. Los militares de origen americano, aunque fueran espaoles de nacimiento, no contaban con el aprecio de sus
superiores, ni tan siquiera entre sus iguales; tras la independencia americana, los
militares que volvieron a Espaa, solamente algunos de los formados en la
Pennsula, bien en los cuarteles que eran las Academias de entonces, o en los
frentes de batalla, destacaron en el panorama militar espaol, aunque sus Hojas
de servicios no fueran muy brillantes. Entre ellos podemos citar a algunos que
ocuparon cargos de responsabilidad, como: Canterac, Valds; Maroto, Olaguer
y Feli, etc. Especialmente afortunados fueron los conocidos como ayacuchos.
Los pocos empleos fuera del cuartel que desempe Quintanilla fue,
cuando uno de los militares americanos, ocup algn cargo de relevancia, casos
de Valds o Maroto. La vida militar de Quintanilla en la Pennsula transcurri
en el anonimato, en la atona y en la vulgaridad montona de la vida de cuartel;
10 meses permaneci en Santander en espera de destino definitivo y esos largos
33 aos que estuvo en diferentes etapas destinado en Madrid, de nada le sirvie-

206

Jess Canales Ruiz

ron para destacar o al menos desempear una labor de importancia; poco ms


que acudir a consejos de guerra, fue su labor fuera del cuartel.
Sus cargos, bien en lo civil como en lo militar, fueron pocos y de muy
corta duracin, el menor cambio en la cpula, supona su cese inmediato. Como
Subdelegado de polica en La Mancha y como Comandante General en Murcia,
su ejercicio no fue ms all de medio ao.
Dos veces fue destinado a Catalua, la primera vez permaneci 10
meses y la segunda, como Gobernador de Tarragona, solamente 8 meses, vino
su cese con el relevo de Jernimo Valds por Ramn Pava.
Durante su larga estancia en Madrid, uno de los domicilios, desconocemos s fue el habitual, estuvo en el n" 24 de la calle Atocha, donde vivi con su
esposa y su nico hijo, hasta que ste contrajo matrimonio en Almera.
La muerte de su esposa Antonia lvarez el ao 1858, cuando apenas
contaba 50 aos de edad, fue un duro golpe para el anciano mariscal, pues dada
su edad y su retiro del ejrcito, es cuando verdaderamente necesitaba de su compaa.
Ante esta contingencia, Antonio Quintanilla, se fue a vivir a Almera,
ciudad en la que su hijo Antonio haba contrado matrimonio con Elena
Fbregas Pelln, vecina de aquella ciudad.
Y en Almera le habra de sobrevenir la muerte al Mariscal de Campo
Don Antonio de Quintanilla y Santiago, el da 27 de diciembre de 1863, a la
edad de 76 aos. (1)
Por sus servicios haba sido distinguido con la Gran Cruz de la Real y
Militar Orden de San Hermenegildo, nombrado Comendador de Isabel la
Catlica, distinguido con la Cruz de la Batalla de Rancagua y otras cruces por
las acciones de Ag y Mecopolli, as como con un Escudo por el sitio de
Chilln.
Ante Antonio de Quintanilla, nos encontramos con una personalidad de
acusado y complejo carcter; surge la dificultad al tener que estudiar su personalidad a travs de lo que han dejado los documentos sobre su actuacin, ms
de una vez impulsada por los aconteceres, que derivada de su voluntad. Sus inicios no fueron muy diferentes de otros nios y jvenes de su poca, fue un
joven, que como otros muchos, hubo de abandonar el hogar apenas dejada la
niez para buscar su porvenir muy lejos, en las soadas Indias en busca de las
Amricas.

Quintanilla

Si bien hemos de recordar que la preparacin cultural de Quintanilla no


era la habitual entre los jvenes de la poca.
Pero Quintanilla, sin quererlo ni esperarlo, se vera envuelto en los aconteceres polticos de Chile, que se habran de interponer en el camino de aquel
joven que se abra camino en el difcil arte de comerciar y que, posiblemente
ahora, estaramos estudiando a un indiano rico y benefactor de su pueblo y, sin
embargo estudiamos la biografa de un destacado militar, impensable para aquel
joven que el ao 1802 abandonaba Pmanes lleno de ilusiones, esperanzas e
incertidumbre, ante una perspectiva que slo se le dibujaba en el horizonte del
deseo.
Si tuviramos que destacar alguna de sus virtudes, lo haramos con su
lealtad a unos principios, su altruismo, su integridad moral y, sobre todo, su confianza en s mismo.
Hemos hecho referencia a algunos hechos, que aunque producto de
situaciones lmites, dejan un poso de amargura y ponen una mancha en su limpia conducta; Quintanilla siempre estuvo ms inclinado al perdn y a la bondad
que a la venganza y al rencor. Fue un fiel cumplidor de sus deberes en los puestos de responsabilidad que ocup en su larga vida de militar, gracias a su altruismo y a su rectitud, pudo mantener la moral de sus sbditos los chilotes, a pesar
de las muchas carencias durante los ms de 8 aos que estuvo al frente del
Gobierno de la Provincia.
Antonio Quintanilla, desde la perspectiva que nos dan los hechos estudiados, podemos afirmar que era un hombre inteligente, pues si en los negocios,
a pesar de su juventud, era conocido de los ricos empresarios que se disputaban
sus servicios, lo era porque destacaba sobre los dems; en el campo militar, al
que lleg por una serie de circunstancias polticas, le encontramos como protagonista en muchas acciones en las que la estrategia le sirvi ms que la valenta
de sus soldados; no parece que se le diera mal el aplicar tcticas y estrategias,
pues no era fcil salir de algunas de las situaciones en las que se vio implicado
y, no slo en las victorias, sino incluso, en las derrotas.
En muchos pasajes de su vida castrense nos hemos encontrado con un
Quintanilla consciente de su vala, pues cuando se vea preterido y menospreciado por sus superiores, manifest sus quejas y lleg a pedir la licencia del ejrcito. A pesar de olvido y menosprecios, no pas desapercibido su calidad militar y humana y, as el virrey del Per D. Joaqun de la Pezuela, le crey capaz

208

Jess Canales R~liz

de sacar adelante una de las provincias del virreinato, la de Chilo, casi toda ella
insular, y le nombr Gobernador y Comandante General de dicha provincia,
cuando apenas contaba con 30 aos de edad y en el virreinato haba muchos
militares espaoles que haban ido al Per a hacer carrera, tales como: Maroto,
Valds, Canterac, Atero, Olaguer y Feli, Primo de Rivera, Snchez, etc. que la
mayora hubieran aceptado de buen grado el desempear tal misin. Quiz sea
la mejor tarjeta que puede presentar ante la historia para demostrar su vala.
Que el virrey Pezuela, aunque le hubieran movido otros motivos que los
de su vala, tuvo un gran acierto con el nombramiento de Quintanilla, lo dicen
y lo ratifican los 8 aos de buen gobierno, luchando contra los imponderables
de un tiempo muy difcil para el dominio de Espaa en Amrica, que agravaban,
an ms, las muchas dificultades derivadas de la situacin geopoltica de la isla
de Chilo.
Durante todo el perodo que dur su gobierno, tuvo a tiro de piedra a sus
enemigos, que prcticamente se haban apoderado de todo lo que fue el prspero y fiel virreinato del Per.
Hizo de la isla de Chilo un remanso de paz y, en lo que cabe, de prosperidad, pues sus habitantes vivan mejor que sus vecinos libres del Continente.
Fue recto, justo, probo y desinteresado en el ejercicio del poder y, en los
momentos difciles, supo ser magnnimo con sus enemigos.
En lo militar, cindonos solamente a su tiempo de gobernador en
Chilo qu ms que rechazar dos invasiones!, que si no fueron ms, se debi al
respeto que impuso con sus bien disciplinados soldados chilotes, mal armados
pero bien instruidos. En su carrera militar aparecen algunas sombras de hechos
concretos, que queremos pensar que fueron producto de situaciones lmite, en
las que se decida su propia vida o la del adversario, por lo que se vio obligado
a obrar con dureza en propia defensa.
Cuando comparamos su labor en Chile, y ms concretamente en Chilo,
con la llevada a cabo en El Callao por Ramn Rodil, odiosa o no la comparacin, ms se percibe la injusticia cometida por sus superiores en la persona de
Quintanilla.
Heroica fue la defensa de la plaza de El Callao por D. Ramn Rodil, y
la Historia se lo premia con el recuerdo permanente, pero no menos importante
fue la desarrollada por Quintanilla en Chilo. Por qu uno alcanz la fama y
honores y el otro, el olvido, cuando no el menosprecio?

Habr que recurrir al manido dicho: As se escribe la historia. No es


extrao, que si los que tenan que rendir tributo de reconocimiento, no lo hicieron, las generaciones posteriores echaran la capa del olvido para cubrir el
recuerdo de su persona a penas transcurrido 100 aos de su muerte; ni en el propio pueblo en el que naci y volvi cargado de gloria, queda memoria de su persona. As nos mostramos de injustos con nuestros paisanos que supieron triunfar a base de sacrificio en los diferentes campos de la actividad humana.
Queremos terminar este perfil de su personalidad, recordando un hecho
de su vida, uno de los ms significativos para poder conocer mejor su personalidad; un hecho que si a Hernn Corts le dio fama, llen pginas de elogios y
calificativos de heroicidad, no podemos obviar un hecho semejante en Antonio
Quintanilla.
Ignacio Justis, su antecesor en el Gobierno de Chilo, viendo la difcil
situacin a la que estaba expuesto, haba encargado la construccin de un barco,
para en caso de tener que salir huyendo de la isla, tener el medio el medio a
mano. Al hacerse cargo del Gobierno, Quintanilla orden destruir dicho barco.
Fue un acto cara a la galera o la afirmacin de que estaba dispuesto a defender
la isla hasta su muerte? No podemos descartar ninguna de las posibilidades, pero
podra haber pasado por alto la construccin de dicho barco, pero s fue un gesto
que gan la confianza de sus sbditos, que se sentan ms cerca de Fernando VI1
que de Chile. En Corts el hecho se recuerda, y es una prueba de su valenta y
la aceptacin del riesgo, en Quintanilla, ha quedado escondido entre los muchos
hechos que protagoniz.
Hemos querido, con esta breve semblanza de Antonio Quintanilla, rescatar del olvido y del silencio de los archivos, la figura de este cjntabro, no slo
para reparar una injusticia, que sera suficiente motivo, sino para que sirva de
memoria histrica para futuras generaciones.
El Mariscal de Campo D. Antonio Quintanilla y Santiago es uno de esos
muchos cntabros que guardan silencio por falta de memoria histrica, por desdn y dejadez, no es el nico, sino uno de otros muchos que esperan que se
empolve la mano de un investigador, para que ese silencio se haga voz escrita.

NOTAS
(1) Ver Apndice.

SINTESIS BIOGRFICAS DE PERSONAJES


QUE INTERVINIERON EN LA INDEPENDENCIA
DE CHILE.

VIRREYES

Jos Fernando de Abascal y Sousa


Jos Fernando de Abascal y Sousa, naci en Oviedo el ao 1743. A los
17 aos ya vesta el uniforme militar haciendo la campaa del Roselln a las
rdenes del general Ricardos; siendo subteniente el ao 1767 fue destinado a
Puerto Rico, volviendo a Cdiz. Nuevamente
mente a La Habana. En 1776 form parte
de la expedicin del general Ceballos, en
el Ro de la Plata. Estuvo en la toma de
Sacramento y siendo despus designado
Presidente de la Real Audiencia de
Nueva Galicia en la Nueva Espaa.
Permaneci en Cuba hasta el ao 1796
ascendiendo de capitn a coronel.
Con el nombramiento de mariscal
de campo le lleg el de virrey de la Plata,
y cuando se diriga a Buenos Aires fue
apresado por una fragata inglesa que le
llev hasta Lisboa para ser canjeado por
un oficial de la Armada inglesa, siendo
posteriormente enviado a Ro de Janeiro,
donde recibi la Real Cdula del 10 de noviembre de 1804 con el nombramiento de virrey del Per, llegando a Lima el da 20 de agosto de 1806.
Era un hombre enrgico, de gran actividad, cre talleres escuela y consigui inaugurar la primera Escuela de Medicina de Amrica y con el pintor Jos
del Pozo la Real Escuela de Pintura de Lima. Su hija que era bellsima se hizo
famosa en Lima y cas con el brigadier Pereira.
Cuando estall la rebelin escribi una carta a un amigo de Madrid en
la que le deca: "No quiero pasar ante la Historia ni ante mi Rey cargar con la

214

Jess Canales Ruiz

responsabilidad de que el Per se pierda para Espaa entre mis manos". Las
Cortes de Cdiz le concedieron el ttulo de Marqus de la Concordia. Termin
el Panten General de Lima diseado por el arquitecto y sacerdote Matas
Maestro cuyo costo fue de 110.000 pesos.
Abascal fue destituido por Fernando VI1 el 14 de octubre de 1815, entregando el bastn de mando a Pezuela el 7 de junio de 18 16. En Espaa fue ascendido a capitn general, muri en Madrid el ao 1827.

Joaqun de la Pezuela y Snchez Muoz de Velasco


Joaqun de la Pezuela naci en Naval (Huesca) el 22 de mayo de 1761,
donde estaba destinado su padre Juan Manuel de la Pezuela, natural de
Entrambasaguas (Cantabria) quien contrajo matrimonio en Matar (Catalua) el
ao 1760 con Mara Ana Snchez Capay; Mara Ana fue raptada por Pezuela en
presencia de su prometido en la iglesia de
Santa Mara del Mar en Barcelona.
Joaqun de la Pezuela contrajo matrimonio el 28 de febrero de 1793 con la santanderina ngeles Ceballos de Olarria
Teniente general del ejrcito luch en el
Alto Per contra el general Rondeau y obtuvo la victoria en Viluma lo que le vali el ttulo de marqus de Viluma y la Laureada de
San Fernando.
Desde el el 14 de octubre de 1815 tena
el nombramiento de virrey, el mismo da que
fue destituido su antecesor Abascal, hizo su
entrada solemne en Lima, la ltima de un
virrey, el 7 de julio de 1816. Fue destituido
por el Cabildo sin atenerse a razn alguna, siendo sustituido por La Serna. La
conjura contra l se fragu en Anazpuquio en enero de 1821 encabezada por el
coronel Valds. Fue obligado a embarcar para Espaa en un buque norteamericano. Fue capitn general de Castilla la Nueva y ascendi a dicho empleo en
1830. Falleci en Madrid el da 24 de noviembre de 1830.
Su hija Joaquina estuvo casada con el coronel Mariano Osorio, quien
muri de vmito negro en La Habana el da 9 de octubre de 1819, dejando viuda

a Joaquina, muy joven y con dos hijos, Juan (Lima 15 mayo de 1809) y Jos de
apenas un ao. Sali de La Habana hacia Cdiz el 14 de octubre en la corbeta
de guerra Mara Francisca. Su otra hija Carmen cas con el coronel Rafael
Cevallos Escalera, quienes vinieron a Espaa con el virrey.

Jos de la Serna y Martnez de Hinojosa


Jos de la Serna naci en Jrez de la Frontera el 28 de junio de 1770.
Cadete de Artillera en 1784. coronel en 1808, brigadier en 1809 en el sitio de
Zaragoza; fue trasladado a Per a las
ordenes de Pezuela, ascendiendo a
Mariscal de campo en 1813. No se
lleg a entender con Pezuela a quien
lleg a llamar en pblico asqueroso
absolutista. El ao 1820 alcanz el
grado de Teniente general. Cuando
ms difcil era la situacin del Per,
los generales Canterac, Olaeta,
Garca Camba y el coronel Juan
Lriga, pretendiente de su hija
Carmen, escribieron una carta a
Pezuela pidindole que dimitiera y
que diera las rdenes "para que
reconocieran por virrey de Per a
aquel que designaba la opinin
pblica, el general La Serna".
El 29 de enero La Serna se proclamaba virrey, cargo en el que solamente estuvo 5 meses y 4 das. Fue nombrado Conde de los Andes mientras viajaba hacia Espaa en la fragata francesa Ernestina. Vivi despus en Jrez de la
Frontera donde muri el ao 1832.

MILITARES INSURGENTES

Jos San Martn Matorras


Jos San Martn naci en Yapey (antiguas misiones guarans de los
jesuitas) el 25 de febrero de 1778, hijo de Juan de San Martn Gmez, natural
de Cervatos de la Cueza donde naci el 3 de noviembre de 1728 y de Gregoria
Matorras del Ser, nacida en Paredes de Nava el 12 de marzo de 1738. El padre
de Doa Gregoria, Domingo
Matorras Gonzdez era de Lamedo
(Cantabria), pero al descender su
esposa de Paredes, all quiso que
naciera su hija, volviendo a
Lainedo a los pocos das de dar a
luz y donde Gregoria, que con este
nombre fue bautizada la nia,
vivi hasta el ao 1750 que emigr
a la Argentina con su to Jernimo
Matorras. En Buenos Aires,contrajo matrimonio por poder y, representado su esposo Juan San Martn
destinado en Las Misiones, hoy
provincia de Corrientes, por el
capitn Juan Francisco Somalo.
Despus de unos aos en Buenos
Aires, San Martn pas a Espaa
con sus padres el ao 1786, ingresando en el Colegio de Nobles de
Madrid. En julio de 1789 ingres en el regimiento Murcia como cadete.
Particip en la guerra de frica en Melilla y Orn en 1791 y dos aos ms tarde
fue destinado al ejrcito de Aragn y enseguida al del Roselln, bajo las rdenes del general Ricardos. En Espaa luch en la Guerra de Independencia a las
rdenes del General Castaos; por sus mritos fue nombrado teniente coronel en
la batalla de Bailn y coronel en la de Albuera el 15 de mayo de 1811, pasando
poco despus a Londres y posteriormente, el 9 de marzo de 1812 a Buenos
Aires. Como nos hemos encontrado con San Martn en varios captulos obvia-

mos este perodo. El 10 de febrero de 1824 sali de Buenos Aires con su hija
Merceditas hacia el puerto francs del Havre, su esposa Mercedes Escalada
haba muerto el 3 de agosto de 1823.
Embarcaron en La Josephine, para tomar en Ro de Janeiro la fragata
Bayonnais que ancl en El Havre el 23 de abril, donde es requisado su pasaporte y le ordenan salir por lo que se dirigi a Londres lo que hizo el 4 de mayo. En
Inglaterra encontr algunos amigos hechos en Espaa, pero se traslad a
Bruselas. El 6 de febrero de 1829 a bordo del Contess of Chichester y con pasaporte a nombre de Jos Matorras lleg a Buenos Aires, donde supo de la revolucin de Lavalle, por lo que no desembarc y volvi a Europa y en Pars va a
vivir a casa de su hermano Justo Rufino, coronel del ejrcito espaol, en la rue
de Provences.
El 13 de diciembre se casa su hija Merceditas con Mariano Balcarce
Buchardo. Durante parte de su destierro en Pars, San Martn fue ayudado econmicamente por Alejandro Aguado Ramrez, conde de Montelirios. Muere en
Boulogne sur Mer el 13 de agosto de 1850. El ao 1880 fueron repatriados sus
restos y reposan en una capilla lateral de la Catedral de Buenos Aires, con permanente guardia de soldados de la Guardia del cercano Palacio de Gobierno.
Mercedes Escalada y de la Quintana, era hija de Antonio Jos Escalada
y Sarra y de Tomasa de la Quintana y Aoz. Su abuelo paterno, Manuel de
Escalada y Bustillo, natural de Corvera de Toranzo, ocup varios cargos en
Buenos Aires, donde adems hizo una gran fortuna. Tuvo dos hijos ilegtimos
con Luisa Sarri, Francisco Antonio y Antonio Jos, que si bien fueron legitimados, sus diferencias con el padre, les llev a que ste les desheredase. Un
largo pleito les devolvi la herencia. Tanto el padre como los hijos ocuparon cargos importantes en la Administracin bonaerense y argentina.
Los hermanos de Jos de San Martn fueron: Mara Elena nacida en
1771, y quien contrajo matrimonio en 1802 con el capitn Rafael Gonzlez y
lvarez de Menchaca. En su testamento San Martn dej dicho que se le diese
"una pensin de mil francos anuales y, a su fallecimiento, se contine pagando
a su hija Petronila, una de doscientos cincuenta hasta su muerte".
Juan Fermn naci en 1774, alcanzando el grado de Teniente Coronel;
muri en Manila en 1822. Justo Rufino naci en 1776, siendo coronel, muri en
Madrid 1852.

Bernardo O'Higgins y Riquelme


Bernardo O'Higgins era hijo del que fuera virrey del Per desde 1796 a
1801 Ambrosio O'Higgins,de origen irlands, y de la joven chilena, solamente
contaba con 18 aos, Isabel de Riquelme, naci en Chilln el 28 de agosto de
1778 en el abandono y la vergenza de ser hijo natural y verse relegado l y su
madre. Isabel Riquelme era hija de
Simn de Riquelme de la Barra, de
origen sevillano, y de Manuela
Mesa. Muri en Lima el 21 de abril
de 1839.
A los 4 aos de edad fue recibido en Talca en casa de Juan Albano
Pereira, donde encuentra un hogar
acogedor. Solamente de nio vio a
su padre una sola vez, jams recibi una carta o un reconocimiento,
aunque s coste su educacin.
Fue en Inglaterra donde se educ
y conoci a Francisco Miranda,
precursor de la independencia americana. En 1810 figura ya a la cabeza de los revolucionarios en Chile,
historia que ya conocemos de captulos anteriores. Su madre Isabel
Riquelme contrajo matrimonio con
Flix Rodrguez Rojas, con el que tuvo una hija Rosa Rodrguez Riquelme, a la
que se la conoci como Rosa O'Higgins, y que su hermano siempre honr.
Bernardo O'Higgins muri en su exilio de Lima el 23 de octubre de
1842, y a pesar de pertenecer a la masonera, muri con el hbito de San
Francisco.
Juan Gregorio de las Heras
Juan G. de las Heras nace en Buenos Aires el 11 de julio de 1780. Entra
en el ejrcito con motivo de las invasiones inglesas. Con el grado de capitn se
traslada a Crdoba (Argentina), pasando el 1813 a Chile como segundo del

Quintanilla

219

cuerpo de Auxiliares, peleando en el Membrillar. Tras la derrota de Rancagua


vuelve a Mendoza donde se incorpara a las fuerzas de San Martn, quien le confa el mando de las tropas que traspasan los Andes por Uspallata. Interviene en
Chacabuco y en Cancha Rayada. En el Per alcanza el grado de Gran Mariscal.
Vuelve a Buenos Aires donde es nombrado Gobernador de 1824 a 1826. Se radica definitivamente en Chile donde muere el 6 de febrero de 1866.
Un busto de La Heras est en una de las paredes de la capilla de la
Catedral de Buenos Aires, en la que reposan los restos de San Martn.

Juan Jos Carrera Verdugo


El orgen de los Carrera hay que buscarle en Alegra (Guipzcoa) de
donde sali el primer Carrera en el siglo XVII. El matrimonio de Ignacio de la
Carrera Cuevas y Francisca de Paula Verdugo tuvo tuvo siete hijos, de los que
tres murieron siendo nios.
Juan Jos fue el segundo de los hijos del matrimonio, naci en Santiago
el ao 1782. Brigadier, el mayor de los hermanos, pero muy lejos de ser el primero de ellos por sus cualidades, segn Amuntegui lo que le "faltaba al desenvolvimiento de su inteligencia se haba compensado por el extraordinario desarrollo y el vigor de un atleta".
Era pretencioso, sin inteligencia, vanidoso y envidioso. Contrajo matrimonio con Ana Cotapos de la Lastra con la que no tuvo descendencia. Juan Jos
muri fusilado, junto a su hermano Luis, en Mendoza el da 8 de abril de 1818.
Posteriormente su esposa se cas con Justo Salinas y Lpez Snchez con el que
tuvo varios hijos.
Jos Miguel Carrera y Verdugo
Jos Miguel fue bautizado en Santiago el 15 de octubre de 1785. Estuvo
muy unido a su padre y hermanos, que prcticamente formaban un equipo. Se
educ en Espaa donde se hizo militar; conoci a San Martn en Cdiz, y como
ste se evadi, llegando a Valparaso el 2 de julio de 1811. Fue el ms destacado de los hermanos en lo militar y en lo poltico. Contrajo matrimonio con
Mercedes Fontecilla y Valdivieso con la que tuvo cinco hijos, el ltimo y nico
varn, fue pstumo. Jos Miguel muri en Mendoza el 4 de septiembre de 1821.

220

Jess Canales Ruiz

Luis Carrera y Verdugo


Luis, el menor de los hermanos,
naci tambin en Santiago el 21 de junio de
1791. De temperamento arrebatado, impetuoso y simptico, siempre estuvo al lado de su
hermano Jos Miguel. Era valiente, aunque
particip de todos los extravos de sus hermanos. En Buenos Aires se desafi con Juan
Mackenna al que hiri de un pistoletazo y,
quien a pesar de los cuidados del cirujano
Carlos Hanford, muri desangrado. Fueron
testigo
- de este desafo, por parte de Luis
Carrera, Mr. Taylor en cuyo domicilio vivi Luis, y por Mackenna, Pablo
Vargas. Fue fusilado en Mendoza con su hermano Juan Jos el 8 de abril de
1818.

Javiera Carrera y Verdugo


No intervino en ninguna accin militar, si la traemos aqu es por el papel
tan importante que jug en todos los acontecimientos en los que intervinieron
sus hermanos. Javiera es la mayor de los hermanos
Carrera, haba nacido el 1 de marzo de 1781.
Fue la viva representacin de su madre, fue una
mujer de personalidad acusada, vivi para sus hermanos, se movi por todos aquellos lugares en los
que poda hacer algo en su favor. Contrajo matrimonio por primera vez con Manuel de la Lastra y Sota,
hijo de Antonio de la Lastra, nacido en Arredondo
(Cantabria) y nieto de Francisco de la Sota y Sierra,
natural de Arce, con el que tuvo varios hijos. Volvi
a contraer matrimonio con Pedro Garca Valds con
el que tambin tuvo tambin varios hijos. Abandon
a este su marido, del que estaba muy enamorada, por
luchar por sus hermanos que haban cado en desgracia.
Aunque Osorio le dio un salvoconducto para volver a Chile, no quiso.
Falleci en Santiago el 20 de agosto de 1862.

Guillermo Miller
Guillermo Miller nace en Vinghan, Inglaterra, el 2 de diciembre de 1795.
A los 16 aos ya guerrea en Espaa y Portugal contra los ejrcitos de Napolen.
El ao 1817 arrib a Buenos Aires y tanto San Martn como Bolvar, le distinguen en sus respectivos ejrcitos. Le hemos encontrado en los ltimos aos de
Quintanilla en Chilo, participando activamente en el ejrcito chileno. Tras la
independencia dej el ejrcito y escribi sus Memorias. Separado del ejrcito
posteriormente,se present en Lima el ao 1861 reclamando su grado de mariscal al que se crea merecedor. Muri el 31 de octubre de ese mismo ao de 1861.
Alejandro Toms Cochrane, Lord Coclirane
Lord Cocrhane naci en Escocia en 1775. Sirvi en la Armada inglesa
luchando contra Espaa y Francia, cayendo prisionero. Liberado lucha de nuevo
contra Francia, pero esta vez en la Armada espaola. En 1814 es dado de baja
en la marina tras unas turbias operaciones de bolsa, incluso en su vida poltica
sufri por esta operacin. Present dos cuentas a San Martn, una de 130.000
pesos que fue aceptada y otra de ms de 200.000 pesos del Gobierno chileno,
que no asuma el Per. Poco despus se apoder de de 536.000 pesos, de los que
solamente 153.000 eran del Gobierno, los dems eran de particulares. Se traslad a Chile para ponerse al frente de su Armada. Su carkter le llev a enfrentarse con San Martn y con los argentinos pasando al servicio del Brasil. No son
precisamente alabanzas lo que han dejado escrito San Martn y Lord Cocrhane
sobre sus respectivas personas. Muere en Londres el 11 de octubre de 1864.
Ramn Freire y Serrano
Ramn Freire naci en la ciudad de
Santiago de Chile el ao 1787, luch en la
diversas campaas de la independencia americana. A la cada de Bernardo O'Higgins fue
nombrado Director interino (Presidente) de
Chile 1823-1826. El ao 1824 asumi poderes
dictatoriales y, su principal campaa militar,
ya hemos visto que fue la toma de Chilo. El
ao 1827 volvi a la Presidencia y, siendo pre-

222

Jess Canales Ruiz

sidente provisional en 1829, sufri la derrota de Lircay y hubo de exiliarse en


Per, de donde regres en 1836 para combatir al Presidente Portales, pero volvi a ser derrotado. Muri en Santiago en 1851.

Jorge Beauchef
Jorge Beauchef naci en Puy-en-Velay (Alto Loira), Francia, en 1787.
Entr en el Regimiento de Hsares en 1805 con el que hizo las campaas de
Austria, Prusia y Polonia y ms tarde en la guerra de Espaa con Napeolen. Cay prisionero y
fue encerrado en un pontn durante 13 meses de
donde se escap a nado a un barco ingls. Vivi
en Malta donde estuvo 3 aos de comerciante.
Tras muchas vicisitudes se incorpor al ejrcito
de nuevo y, en Nueva York, suscribi un convenio y paso a la Argentina donde se incorpor al
ejrcito de San Martn. Trabaj en la Academia
Militar fundada por O'Higgins, pasando despus
a las ordenes del coronel Miguel Brayer, tambin
francs. Despues de la campaa de Chilo el ao
1827 se retir. Contrajo matrimonio con doa
Teresa Manso de Velasco y Rojas, alguno de sus descendientes ocup diversos
cargos polticos. Muri en Santiago el 10 de junio de 1840.
Alberto Bacler D'Albe, naci en Solanches, Saboya, hijo de un ingeniero francs, y vino a Chile desde Norteamrica de la mano de Jos Miguel
Carrera. Como teniente coronel de ingenieros hizo la campaa del sur. Freire le
designo "acadmico7' e hizo la campaa de Chilo. Volvi a Francia donde parece que muri.
Ambrosio Cramer, tambin haba servido en el ejrcito de Napolen,
se distingui en Chacabuco siendo designado a comandar el batalln No 8, parece ser que su conducta un poco alegre fue la causa de ser apartado del ejrcito,
por lo que volvi a Buenos Aires. Muri durante la tirana de Rosas luchando en
el ejrcito revolucionario en 1839.

Quintanilla

223

Jos Rondizzoni, natural de Parma donde hizo sus estudios militares.


Aunque italiano luch en el ejrcito francs. Tras la derrota de Napolen se traslad a Norteamrica donde fue reclutado por Jos Miguel Carrera, llegando con
l a Buenos Aires el 20 de junio de 1817. A las rdenes de Rudecindo Alvarado
pele en Cancha Rayada. Como coronel hizo las campaas de Chilo, retirndose del ejrcito el ao 1829. Portales le rehabilit regresando a Chile desde El
Salvador el ao 1840. El ao 1854 ascendi a general de brigada, muriendo en
Valparaso el ao 1866. Cas dos veces,primero con doa Rosa de la Cuadra y
Pica con la que tuvo cuatro hijos que murieron jvenes sin sucesin. Despues
cas con doa Dominga de la Cotera y Caas con la que tuvo 14 hijos, cinco de
ellos muertos muy pequeos.
Y por ltimo entre los trados por Jos Miguel Carrera est Benjamn
Viel, nacido en Pars en 1787. Se estren en el ejrcito chileno en Cancha
Rayada y su actuacin en Maip le vali ser condecorado; estuvo apartado del
ejrcito diez aos hasta que el general Bulnes en 1841 le reincorpor al ejrcito
y le nombr general de armas de Santiago. Haba casado con doa Mara Luisa
de Toro y Guzmn; muri en Santiago en 1868.

Presidio de la Isla de Juan Fernndez, donde fueron desterrados


los independentistas ms destacados de Chile. Dibujo de Gay.

MILITARES ESPAOLES

Antonio Pareja
Brigadier de Marina el ao 1805 intervino en la Batalla de Trafalgar al
mando del Argonauta siendo Capitn de navo. El ao 1811, fue nombrado por
el Consejo de Regencia, Gobernador de la Provincia Concepcin siendo ya brigadier. Estaba casado con doa Josefa Septien. El virrey Abascal dispuso que
pasase a Chile saliendo de El Callao el 12 de diciembre de 1812. Ya hemos estudiado su campaa en Chile y sealado como nombr a Quintanilla su ayudante.
Su hijo Jos Pareja Septien, nacido en Lima, sigui la carrera militar llegando a
Jefe de Escuadra. Estuvo en el Pacfico en 1864 teniendo a sus rdenes 6 fragatas de guerra. Se suicid a bordo de la Villa de Madrid sin saberse la causa verdadera.

Juan Francisco Snchez


Juan Francisco Snchez era natural de Galicia, destinado en Chile no
hubiera pasado a la historia si no es por la inesperada muerte del general Pareja,
a quien sustituy. Segn Quintanilla, no tena grandes conocimientos militares
y no pasaba de ser un oficial de filas, pero quiz su mayor virtud fue reconocerlo
y dejarse asesorar por el franciscano, de origen cataln, fray Juan Adrnirall. Era
desconfiado y recelaba de todo aquel que sobresala. Tuvo algunos xitos militares, tales como la defensa de Chilln. Los informes del sacerdote Bulnes y los
de algunos de sus subordinados hicieron que fuera relevado por Gabino Ganza.
Est~ivocasado con Ramona Antonia Lozano, quien con sus hijos fue hecha prisionera por los Carrera. Lleg a Lima, junto a su hijo Manuel, en el paquebote
Arnzazu el da 25 de mayo de 1814. El ao 1820, el Cabildo de Lima reclam
a Pezuela el grado de Brigadier para el coronel Snchez, contestado ste "no
estar en su mano complacer a mis (sus) impulsos".

Gabino Gainza
Gabino Gainza naci en Vizcaya el ao 1750; antes de ir al Per en 1814
poco se sabe de su carrera militar. En Amrica sirvi en varios destinos, contrayendo matrimonio en Guayaquil con Doa Gregoria Rocafuerte, hermana del
que fue Presidente de Ecuador el ao 1835. Sirviendo en el Real de Lima fue
ascendido a coronel el ao 1809 y en 1811 ascendi a brigadier. Abascal le nombr sustituto del general Pareja en Chile, pero pronto demostr que no era la
persona adecuada para llevar a cabo y a buen fin aquella misin que le enco-

Quintarzilla

225

mendara el virrey Abascal. En 1814 fue sustituido por Osorio. Vuelto a Espaa
fue nombrado Jefe superior de Guatemala, declarando la independencia en 1821
y anexionada Guatemala por Mxico fue destituido en 1822.

Mariano Osorio
Mariano Osorio naci en Sevilla el ao 1770. Estudi en la Academia de
Artillera de Segovia y en esta arma hizo las diferentes campaas contra los
franceses. Siendo capitin fue herido en una pierna en el primer sitio de
Zaragoza. Fue trasladado a Lima como comandante de artillera y Director de la
Maestranza y Fbrica del plvora; era coronel del ejrcito y teniente coronel en
el Cuerpo facultativo. Fue nombrado para sustituir al coronel Gainza en Chile
en 1814. Ya hemos estudiado su actuacin en Chile. Con la felicitacin a
Fernando VI1 por su vuelta al trono, solicit el indulto de los prisioneros de Juan
Fernndez que le fue concedido. El 2 de octubre de 1814 se le expidi el grado
de brigadier.
Mariano Osorio contrajo matrimonio el 15 de agosto de 1817 con Doa
Joaquina de la Pezuela Ceballos, hija del virrey, recibiendo ese mismo ao la
Cruz de San Hermenegildo.
La derrota de Maip, que l atribuy a la cobarda de Morgado y Primo
de Rivera, hiri tanto su honor que pidi a su suegro que le sacase de Per. En
esta batalla intervino el comandante Jos Ramn Rodil quien lleg a Talcahuano
solamente con 100 hombres; Rodil habra de defender El Callao hasta el 19 de
nero de 1826 que capitul; el mismo da lo haca Quintanilla en Chilo.
El ao 1819 sali de El Callao con su esposa y sus dos hijos para
Espaa, llegando a La Habana el 29 de septiembre donde cay enfermo de
vmito negro el da 6 de octubre y muriendo el 9 a las 7 de la tarde. A los pocos
das su joven esposa Joaquina y los nios, acompaados de un criado, embarcaron para Cdiz.
Saturnino Garca
Naci en el pueblo toledano de Alcabn, que se hara famoso por el guerrillero carlista, El cura de Alcabn, Vicente Dueas. Ingres en el ejrcito y fue
destinado al Per. En los ltimos das del mes de mayo del ao 1820, a bordo
del bergantn Nitingale lleg a San Carlos el capitn del Cantabria don
Saturnino Garca, que a las rdenes de Quintanilla haba de tener una destacada

226

Jess Canales Kuiz

actuacin, siendo uno de sus hombres de confianza. Tras la independencia


regres a Espaa y sabemos que en el mes de agosto del ao 1829 estaba retirado en su pueblo de Alcabn en la provincia de Toledo como coronel de
Infantera. Recordemos que en el Cantabria tambin estuvo de capitn Francisco
Narvez.

Rafael Maroto
Rafael Maroto naci en Lorca, Murcia, el ao 1783. Tom parte en la
Guerra de la Independencia siendo herido en el sitio de Zaragoza y hecho prisionero por los franceses al capitular la ciudad. El ao 1813 pas al Per con el
Batalln Talavera, desde donde al frente de este batalln pas a Chile cuya
actuacin hemos contemplado en captulos anteriores. Se adhiri al bando de D.
Carlos haciendo la primera guerra carlista como general. En 1839 pone fin a esta
guerra con el Convenio de Vergara, ms conocido como el Abrazo de Vergara
entre l y el general Espartero. Muri en 1847.
Francisco Casimiro Marc del Pont
Francisco C. Marc del Pont naci en Vigo el ao 1765, hijo de un pescador enriquecido con el contrabando con los ingleses. Sirvi a las rdenes de
Palafox en Zaragoza, siendo ascendido a Mariscal de Campo. Pas a Chile de
Capitn General donde ya hemos visto que tuvo una actuacin nefasta; derrotado por San Martn y hecho prisionero, despues de pasar por diferentes prisiones
fue trasladado a la villa de Lujn, cerca de Buenos Aires, donde muri el ao
1819.
Manuel Olaguer y Feli
Originario del Bierzo en la provincia de Len, sigui la carrera militar
como era costumbre en su familia. Fue trasalado a Amrica sirviendo en la plaza
de Valdivia en la que hizo algunas fortificaciones, pues era ingeniero, como
comandante de ingenieros intervino en los sucesos de Santiago, en donde nombr una Junta para gobernar en nombre de Fernando VI1 en 1810. Volvi al Per,
regresando a Chile en la fragata Toms, y fue hecho prisionero en Talcahuano.
En 181.5 era brigadier y despus de la batalla de Chacabuco embarc para Lima.
Fue subispector hasta el ao 1821. Al capitular El Callao el 17 de septiembre de
1821 ante San Martn, volvi a Espaa.

Quintanilla

Testamento de D. Francisco Quintanilla y Da Teresa de Santiago


En el nombre de Dios todo poderoso amen: Sepase como nosotros D.
Fran(cis)co de Quintanilla Herrera y D" Teresa de Santiago conjuntos marido y
muger legtimos vecinos de este pueblo de Pmanes, y hijos legtimos el primero de D. Antonio de Quintanilla y D" Mara Ana de Herrera, la segunda de D.
Francisco y Da Bibiana de Santiago vecinos que fueron aquellos de este lugar y
estos de Santiago de Eras; halldndanos de abanzada edad, yo D. Fran(cis)co
enfermo en cama aunque sanos de n(uestr)as potencias y cabal entendimiento,creyendo como firmemente creemos en el inefable misterio de la Santsima
Trinidad, y demas que cree y confiesa n(uest)ra Santa madre la Yglesia Catlica
Apostlica Romana en cuya fe y Creencia hemos vivido y esperamos vivir y
morir inbocando con ternura a la Serenisima Reina de los Angeles Seora nuestra Santos de n(uest)ro nombre y debocion, y a los demas de la Corte Celestial
para que impetrando de la M(adr)e dibina el perdon de n(uestr)os pecados, y que
nuestras Almas sean dignas de la Beatifica presencia, teniendonos de la muerte
infalible a toda Criatura para evitar pleitos futuros y dejar los ltimos momentos para direccin de n(uest)ro espiritu a la eternidad libre de las Cosas teinporales hacemos n(uest)ro testamento en la forma siguiente:
Los primero mandamos y encomendamos n(uest)ras almas a el Seor
que las Crio de la nada y redimio con la preciosa Sangre, y los cuerpos a la tierra segun de que fu(ero) n formados los Cuales siendo Cadaberes queremos sean
amortajados con el Abito de n(uest)ro Serfico Sn. Fran(cis)co y sepultados en
la Yglesia Parroquia1 del Sr Sn Lorenzo, sepulturas del tramo de arriba pagdndose de n(uest)ros bienes los d(erech)os de la Iglesia.
Es n(uest)ra voluntad que el dia del fallecimiento se nos mande decir
respectivamente la misa de recomendacin del Alma en el Altar privilegiado y
no siendo hora regular al da siguiente. Lo es asi bien que a n(uest)ro entierro
asistan ocho Seores Sacerdotes de Misa que las apliquen por N(uest)ra Alma y
lo mismo a los oficios de nueve das y cabo de ao.
As mismo lo es se hagan decir p(o)r cada uno de nosotros las Misas de
San Gregorio y doce Apostoles la limosna de costumbre, y dos p(o)r cada uno
mas a honrra y gloria de la Virgen del Rosario con limosna de a seis p(o)r cada
una.

230

Jess Canales Ruiz

Lo es igualmente que le manden decir a la mayor brevedad Cien misas


rezadas p(o)r cada uno que fallezca, o p(o)r n(est)ras Almas y oblig(acione)s con
limosna de a cuatro.
Mandamos a los Seores Curas Prrocos por de(rech)os de funeral, y
sealamos p(o)r va de tal una libra de pan el Domingo y otro a el lunes con los
d(erech)os correspondientes a esta ofrenda de contrato y q(u)e las sepulturas
sean cubiertas con dos luces el tiempo de costumbre.
A las mandas forzosas de Gerusalen para la conservacion de los Santos
lugares y dems fines piadosos; como tambien a la ultimamente impuesta p(o)r
las Almas damos lo que el d(erech)o previene separando los del n(uestr)o que
sediente o no sediente.
Declaramos as bien que en n(uest)ra compaa hemos adquirido bastantes gananciales en races y otros efectos, y con la porcion que a cada uno
corresponde, de ellos y lo heredado respectivamente de n(uestr)os mayores
podramos mantenernos en n(uest)ra vegez y para evitar cuentas y gastos consiguientes a la separacion de caudales contando con la buena voluntad de todos
n(uestr)os hijos consignamos estas pertenencias el uno y la otra y esta a aquel
que sobreviva en los bienes que siguen:
Lo primero en la casa de n(uest)ra havitacion, acesoria y aderidos con la
uerta al frente arvoles y tierra de la llosa del norte. En los muebles, semobientes y frutos que hay en n(uest)ra casa, y en el campo de nuestra labranza a la
defuncin de alguno. En la tierra Labrantio que nos pertenece en la llosa de la
Herran y las vias que tenemos en ella, desde la tierra comprada en remate a
Fran(cis)co de Perojo inclusive hacia la parte del saliente ... abajo; y las demas
para los que llamamos? herederos.
La tierra labrantia y via del Solar de Tiones, las dos tierras de la mies
de Ledo llamada de la Abada y en el puyo la llamada de Torre; el prado de
Valleo Cerrado sobre si; dos prados de la de la mies de la Valle, Solar de
Socolina y mies del puyo entendiendo a los de la parte poniente del Arroyo que
vaja del Cusco? los Montes, o rutones de Baliaba. Los dias de Molino en el de
la Lomba. Y los restos de la tierra labrantia y prados de la Casa del monte pudieran tocar a nuestros bienes.
Declaramos como queda indicado hallarnos casados in facie Eclesie, y
que en n(uest)ro matrimonio hemos tenido y tenemos por n(uest)ros legtimos
hijos a D. Antonio Brigadier de los R(ea1e)s Exercitos Yntendente de Polica

Quintanilla

231

actualmente y residente en la provincia de la Mancha, a D. Jos Es(criba)no


R(ea)l de este Numero. a Da Mara, Casada con D. Jos de Saro en la Abadilla
de Cayon a D" Josefa, que tambien lo esta en este pueblo con D. Jos de Navedo
y a Da Clara, Casada tambien con D. Pedro Simn de la Herrn, Farmaceutico
en Lierganes, que han contraido estado matrimonial con n(uest)ro asenso y bendicion.
Declaramos as bien que a los n(uest)ros hijos esceptuando a el primero
para tomar estado les mandamos en union y del caudal de ambos conyuges otorgantes p(o)r mitad p(ar)a llebar las Cargas del matrimonio y los entregamos bienes efectos y cantidades en metlico, todo lo cual consta de asientos formales o
individuales que yo Dn. Fra(ncis)co testador conservo entre mis papeles escritos de mi mano; pero como de buena fe hemos seguido, y no se hallan reconocidos ni firmados por mis hijos y los Consortes de aquellas n(uest)ras hijas, es
n(uest)ra voluntad que le este y para cada uno por lo que d(ich)os papeles resulta, sin ser venido contra ello en la ... partida, porque los ciertos y los opuestos; y
si sabe diese fuese alguno contra ellos es nuestra voluntad informar a los obedientes en el tercio y remanente del quinto en perjuicio del ... y sus ganados
incluso el cierro y llosa de ganado cuyos bienes no esceden de los que nos
corresponden, y si en algo, nos mejoramos reciprocamente en lo que el
d(ere)cho permite caso de oposicin p(o)r algun heredero.
As bien para claridad subcesiva decimos que los bienes mandados en
dote a n(uest)ros hijos hayan de benir los races a colacion en particiones, y el
valor de los muebles y cambeados, o enajenados de los primeros p(o)r ellos
p(o)r la correspon(dien)te iguala entre si a salvo los que p(o)r localidad deban
de ser adjudicados sobre los cual les encargamos la armona y buena conformidad. Instituimos por n(uest)ros unicos y universales herederos de todos
n(uest)ros bienes y de(re)chos y aciones a los referidos n(uest)ros hijos D.
Antonio, D. Jos, Da Mara, Da Josefa, y Da Clara de Quintanilla y Santiago
p(ar)a q(ue) p(o)r iguales partes los dividan entre s y gocen con la bendicion de
Dios y la n(uest)ra encargandoles nos encomienden a el.
Nombramos por n(uest)ros Albaceas testamentarios a los referidos
D.Antonio si se presentase, a D. Jos, n(uest)tros hijos juntamente con D. Pedro
Simn Herrn, D. Jos de Saro, y D. Jos de Navedo n(uest)ros hijos Polticos
dandoles el poder necessario para que cumplan esta n(uest)ra disposicion; y los
Facultamos segn d(erech)o para que estrajudicialm(en)te formen inbentario de

232

Jess Canules Ruiz

todos n(uest)ros bienes sin inervencion alguna judicial mas que su aprovacion
deliberando en forma, y en falta de n(uest)ro Seor D. Antonio ausente, o la de
otro lo verifiquen los presentes, y que d(ic)ha facultad sea estensiva la practica
de la cuenta y particion entre si de bienes sin que recurran a trivunal alguno en
obiacion de gastos y discordias; sino que antes bien poniendo sus dudas o peticiones de cada cual p(o)r escrito a su satisfacion las consultas de tres letrados
que nombren o decida la suerte nombrando un p(o)r cada parte estandose al
Dictamen de los dos en discordia, y para evitar parcialidades en las valuaciones,
o tasaciones de bienes nombramos, p(o)r tasadores de ellos a D. Jos Lino de
Hermosa y D. Ebaristo de Liao n(uest)ros convecinos a quienes encargarnos lo
verifiquen segun su conciencia y en falta de alguno de estos nombren otro los
herederos de conformidad, o a disposicion de la suerte proponiendo cada parte
como, sin que le opongan a esta medida de paz ninguno de n(uest)ros hijos ni
quien los represente, y si lo verifican como informamos los obedientes asibien
en lo que la Ley permite.
Por la presente revocamos Cuales quiera otro testamento, codicilo o
memoria que hayamos hecho ante p(o)r escrito de palabra o en cualq(uier)a otra
manera; pues lo solicite queremos sea susistente y valedero como n(uest)ra ultima deliberando voluntad testemento ... o como mas haya lugar en contra. As
bien en testimonio lo otorgan y firma el que que save y p(o)r la que no uno de
los testigos llamados y rogados que los son Juan de Llarena, Alejandro de la
Sierra y Manuel de Quintanilla todos vecinos de este pueblo de todo los cual y
del conocimiento de los otorgantes que se hallan en su cabal juicio doy fe. En
Pmanes y Septiembre veinte y siete de mi01 ochoz(ento)s teinta y uno.
Arruego por la otorgante
Francisco Quintanilla
Alejandro de la Sierra
Manuel de Quintana
Ante m
D. Pedro Ortiz de la Cantolla

PROCESO AL GENERAL GABINO G A ~ N Z A ,


POR EL TRATADO DE LIRCAY
Declaracin de Simn Daz de Rbago en el juicio que se sigui al
general Gabino Ganza
"Hallo al acusado confeso y convicto de haber contravenido a las instrucciones relativas al mando del ejrcito de que se trata, y que las respuestas
que ha dado a los cargos que se le han hecho por el Consejo declaro que dejan
en descubierto su conducta militar y poltica, haciendo resaltar ms su falta de
contradiciones deducidas al contesto de los oficios agregados voluntariamente a
la causa, que persuaden, entre otras cosas notables, que la fuerza del ejrcito de
su mando no era tan inferior a la del enemigo que no le hubieran permitido resistir unas proposiciones tan impropias y degradantes como las del tratado que
celebr el tres de mayo de mil ochocientos catorce y que para una deliberacin
tan ardua y delicada no hubiese consultado previamente con los jefes y personas capaces de ilustrarlo para sacar el mejor partido; siendo mui de estraar que
su alucinamiento llegara hasta el extremo de creer que los insurjentes fuesen
capaces de cumplir lo que ofrecan, pues la esperiencia tiene bien acreditado que
con la traicin, la felona y el engao, se han propuesto los rebeldes de todas
partes afirmar su quimrico sistema de independencia; pero como el proceso no
se ha formado con el arreglo y orden que requera la materia, para cabal concepto de los varios particulares que comprende y, por otra parte, las disposiciones y miras del acusado se debe creer fueron siempre dirijidas al acierto y mejor
servicio del Estado y pblico, con consideracin a todo i a lo que previenen los
artculos quinto del tratado 2", ttulo 7O, y el 2" del tratado 8" ttulo 7" es mi voto
se le imponga el arresto de un ao en el paraje que el excelentsimo seor Virrei
determine, suspenso del empleo, y cumplido, quede apto para obtener destino
correspondiente a su clase, que no sea mando de cuerpo o ejrcito para lo que
ha demostrado no ser a propsito.
1, no pudiendo el Consejo desentenderse de la capciosa e irregular conducta de don Jos Antonio Rodrguez, auditor que era del mismo ejrcito antes
y despues del tratado, y en su celebracin, es mi dictmen se le forme causa por
la persona que el excelentisimo seor Virrei tenga a bien comisionar, sacando al

234

Jess Camles Ruiz

efecto testimonio de los documentos que arguyen contra l y, si es de ejecutarse, se le suspenda entre tanto el ejercicio de la plaza de oidor que obtiene en la
real audiencia de Santiago, hacindose, por ltimo, entender a los coroneles don
Juan Antonio Olate y don Clemente Lantao, que suscribieron con Rodrguez
los recursos referidos lo estrao que ha sido este paso, contrario de lo que su
majestad previene en sus ordenanzas, que deban ser enterados y que, por consideracin a su ignorancia y al servicio que hicieron en la guerra del reino de
Chile, siguiendo la justa causa, no se les impone el castigo que merecan. Simn
Rvago.

Coleccin de Documentos Relativos a La Independencia de Chile. Tomo


XV pgs, 167, 168 y 169.

Informe de Antonio Quintanilla acerca del proceder del general


Ganza
"En contestacin al de Vd. de 13 del presente, sobre el informe que me
pide acerca de la conducta militar en los tratados celebrados con el enemigo, por
el seor Brigadier don Gabino Ganza, absolutamente soy capaz de informar
nada, pues no hallndo~nepresente, sino en marcha al cargo de una divisin
desde Concepcin a Talca cuando dichos tratados se efectuaron, es causa para
que yo no pueda dar una idea de lo que pas; lo que s puedo decir que inter estuve al mando de dicha divisin en el paraje de San Pedro, no he notado en las
rdenes que me comunicaba la menor seal de intriga, o retardo en las operaciones que deba efectuar sobre Concepcin, situacin ocupada por los insurjentes.
Dios guarde a Vd. muchos aos. Aconcagua i Octubre 18 de 1814.
Antonio Quintanilla.
Seor don Salvador Gali".

Coleccin de documentos relativos a la Independencia de Chile. Torno


XV pg. 23.

Veredicto del Tribunal que juzg al general Gabino Ganza


"Habindose formado por el seor don Salvador Domingo Gali. capitn
del rejimiento de infantera de Tdavera, el proceso que procede contra el brigadier de los reales ejrcitos don Gabino Ganza, en el exmen de su conducta
militar y poltica en el mando del ejrcito Real en Chile, y por los tratados que
celebr con los jenerales insurjentes de aquel reino el tres de mayo de mil ochocientos catorce, en Lircai, prximo a Talca, en consecuencia de la orden inserta
por cabeza, de nueve de Octubre de dicho ao, del seor don Mariano Osorio,
comandante jeneral interino de dicho reino, en virtud de la de ocho de Agosto
anterior el excelentsimo seor Vin-ei del Per, marqus de la Concordia, y capitn jeneral de ambos reinos, y hechose por dicho seor fiscal relacin de todo lo
actuado al Consejo de Guerra de Oficiales Jenerales celebrado en esta plaza de
Lima en casa del seor don Joaqun Molina, jefe de la escuadra de la real armada, que lo presidi en sus diez sesiones anteriores, desde el veintisiete ltimo
hasta hoi, siendo jueces de este Consejo los seores mariscal del campo conde
del Valle de Osselle, los brigadieres don Joaqun de Als, don Pedro de Molina,
don Mateo Cosso, don Simn Rvago, el marqus de Valdelirios, el capitn de
navo don Pascual de Vivero, y el coronel del ejrcito don Francisco Arias de
Saavedra, y asesor el seor auditor de guerra de esta capitana jeneral, marqus
de Castel Bravo del Rivero: compareciendo en el espresado tribunal el referido
brigadier acusado don Gabino Ganza, segn consta de las dilijencias de estos
autos, y oidos sus descargos con la defensa de su procurador, y todo bien examinado, ha resuelto dicho Consejo de Guerra, y resuelve, atendiendo a las circunstancias de la causa: que al brigadier don Gabino Ganza, en atencin al
arresto que ha sufrido, se le ponga en libertad, reprobndosele los tratados que
hizo con los jenerales insurjentes y que el auditor de dicho ejrcito, actual oidor
de la audiencia de Chile, doctor don Jos Antonio Rodrg~iez,se le forme la
correspondiente causa, por el excelentsimo seor Virrei, sacndole para ello
testimonio de las piezas respectivas del proceso en los trminos que se indican
en la votacin de la causa.
Lima, catorce de junio de mil ochocientos diez i seis. Joaqun de Molina.
Conde del Valle de Osselle. Pedro Antonio de Molina. Simn Rvago. Jos
Pascual de Vivero. Joaqun de Als. Mateo de Cosso. El Marqus de
Valdelirios. Francisco Arias de Saavedra".

"A los diez y nueve dias del mes de junio de mil ochocientos diez y seis,
el seor fiscal, habiendo recibido ante m, de mano del seor Presidente, el proceso con la sentencia pronunciada, paso conmigo a la casa del seor brigadier
don Gabino Gainza, al que se la notific, habindose10 ledo literalmente y
qued enterado en todas sus partes.
1 para que conste lo firm dicho seor fiscal con el presente secretario
de que doi f. Gali. Vicente Garn".
Coleccin de documentos relativos a la Independencia de Chile. Tomo
X,. pgs, 180, 181 y 182.

EL VIRREY PEZUELA COMUNICA AL GOBIERNO ESPAOL


LA PRDIDA DEL GOBIERNO DE CHILE
Parte de la prdida de Chile de fecha de 12 de febrero de 1817.
Al Ministerio de la Guerra
Exmo. Seor: Con f(etc)ha lo del presente di parte a V.E. del estado en
que se quedaba el Reyno de Chile segn las ltimas comunicaciones de su
Presidente fundadamente receloso de ser atacado de los Rebeldes de Buenos
Ayres por una doble Expedicin de Tierra y Mar combinada para resistir a la
ltima: dije a V.E. los auxilios q(ue) le haba remitido de Fusiles, Caones y
Municiones, Oficiales y Artilleros, as que la Fragata de Guerra Venganza y el
vergantn Potrillo; a los quales se reuni posteriormente la Corbeta de Guerra
Sebastiana, que eran los nicos Buques pertenecientes a el Apostadero del
Callao q(ue) estaban a mi disposicin. Por este medio se habia ocurrido a el
objeto ms difcil y de mayor cuidado; pues eran menos los que causaba el
amago de los Enemigos por la Cordillera con respecto al Exercito del REY q(ue)
haba en Chile, superior al de los imbasores. La citada Esquadrilla de los
Ynsurgentes q(ue) se dixo traha a su bordo 400 hombres de desembarco con un
repuesto de Armas para los descontentos de aquel Reyno, no ha asomado an a
la Costa de Chile, segn avisos, aunque vagos, arrib a un punto de la Costa
Patagnica a reparar las averas q(ue) experiment antes de llegar al Cabo ; pero
se expirement la imbasin por Tierra con mal xito para las armas del REY. No
me hallo todava instruido de Oficio ni particularmente con certeza de los pormenores del suceso; pero lo substancial de lo q(ue) he podido averiguar hasta el
da es lo q(ue) voy a trasmitir al conocimiento del Soberano por el respetable
conducto de V.E. El Presidente de Chile en oficio de 29 de p(asa)do Enero Q(ue)
recib tres das ha, me manifestaba inquietudes mayores que las pasadas por
haber advertido un fermento extraordinario en los espritus dscolos, que hasta
entonces lo haban reprimido ms o menos cautelosamente, ya por haber amortiguado (como lo dice) la victoria de Wiluma, las grandes esperanzas que se prometan antes de aquella Batalla, y ya tambien por la energa de las Providencias
de aquel Gefe, y el exemplar castigo q(ue) impuso a los varios seductores que
logr descubrir, en las corsespondencias interceptadas a los enemigos, de mane-

238

Jess Cunules Ruiz

ra que, segn se explica, no le daban menos cuidados a los infidentes, q(ue) el


exrcito de los rebeldes. Desde los primeros dias de Febrero se advirtieron
intentos hostiles descubiertamente en ciertos malvados q(ue) osaron introducirse en algunos Pueblos de los ms inmediatos a la Cordillera, de los quales fueron aprehendidos algunos q(ue) tuvieron las suerte digna de sus crmenes. Los
papeles encontrados a estos hicieron conocer al General Marc Q(ue) eran
muchos y caracterizados los vecinos de Chile que mantenan correspondencia y
conformidad de ideas con los rebeldes del Ro de la Plata; y Q(ue) se aproximaba la entrada del Caudillo San Martn, confiado ms bien en las disposiciones e invitaciones de estos, q(ue) en su propia fuerza; en cuyo estado, a fin de
no ser distraido en sus operaciones principales con lo que pudieron intentar al
propio tiempo los prfidos del Pas, tom el partido nico que crey deber adoptar, de mandar parte de ellos a la isla de Juan Fernndez y los restantes a este
Presidio del Callao; de los cuales llegaron 29 en la Fragata Sacramento, un Cura,
16 Frayles y 26 Particulares decentes, con encargo de aquel a este Gobierno de
q(ue) sean mantenidos en prisin segura y a racin de Presidio, durante las
actuales turbulencias a disposicin del Soberano. El 27 del propio mes de
Febrero se me present el comerciante D. Jos Inclan, q(ue) con los Oydores
Dn. Antonio Luis Pereira y D. Antonio Caspe y algunos ms, haba profugado
de aquel Reyno, embarcndose en una Corbeta mercante francesa mandada por
el Teniente de Navo D. Roque Fui1 (Fevil) Q(ue) haba entrado en el Puerto de
Valparaiso con el objeto de proveerse de vveres, y seguir su destinacin. Aquel,
y despues los precitados Oydores y dems Pasageros q(ue) desembarcaron en el
Callao el 28, me han referido unnimes q(ue) el Caudillo S. Martn, traspas la
Cordillera por el camino R(ea)l de Mendoza, con un nmero de 3.000 q(ue) en
los das 6 hasta el 12 del expresado Febrero tubo con nuestra Vanguardia varios
choques con bentaja por parte del Enemigo; pero de poca consideracin; y q(ue)
en el ltimo, y punto de Chacabuco 12 leguas distante de la Capital de Santiago
tubo una accin ms formal en q(ue) fue, despues de una resistencia larga y sangrienta, batida y dispersa nuestra Tropa de ella por el grueso de S(an) Martn
auxiliado por los Pueblos de Aconcagua que se sublevaron y a su paso los tubo
a su favor el Enemigo. No llego a ser reforzada nuestra vanguardia con las
Tropas q(ue) tena en la ciudad el Presidente Marc q(ue) sali con ellas poco
antes del desgraciado succeso de q(ue) fue por la Tropa dispersa q(ue) encontr
en su camino. De estas resultas entr el Caudillo en la Capital el da 13, habien-

Quintanilla

239

do salido la noche antes el Presidente, las Tropas y muchos vecinos realistas,


prfugos en direccin al Puerto de Valparaso con el objeto de embarcarse en los
Buques que se hallaban en l, como en enfecto lo executaron los Brigadieres
Maroto y Feliu, bastantes oficiales y Partidas de Tropa de nuestros derrotados
en Calcabuco, y de los procedentes de la Capital, con porcin de Paysanos y
Mugeres, apesar de que ya el Puerto de Valparaso se sublev y les hacia fuego.
Su Gobernador el Teniente de Navo D. Jos Villegas se embarc tambien y
salv como unos 600 qq de Plvora. En la Capital se perdi toda la Artillera,
Armamento y Municiones que se muestra la Lista no 1 y como unos 300.000
pesos que en pasta y acuados existan en las Caxas R(ea1e)s y Casa de Moneda;
y en el campo de Batalla la Artillera q(ue) hubo, y segn se expresa, eran dos
de los caones de a 4 de montaa con municiones abundantes para sta y las
dems armas q(ue) se emplearon en ella. Los Buques anclados en el Puerto de
Valparaso eran las Fragatas mercantes Bretaa, Margarita, Victoria, Will
(inglesa) y los bergantines tambien mercantes San Miguel, Justiniani, Limaca
Portuguesa y Santo Cristo q(ue) recibieron a su bordo dichos Oficiales y Tropa,
llegando esta, segn opinin conforme de los refericidos Pasageros, al nmero
de 600 hombres, y quedndose en la Playa porcin de soldados cruelmente
abandonados. El Presidente Marc no asom al Puerto, ni se sabe el rumbo que
tom despues de la evacuacin de Santiago. Los citados Buques salieron de
Valparaso con direccin a Coquimbo, q(ue) dista 160 leguas al Sur de aquel
Puerto, con el objeto de hacer vveres y agua para la mucha gente q(ue) se les
haba metido a bordo; pero habiendo sido recibido a caonazos (acaso porque el
Comandante y Tropa de aquel Puerto los juzgaron Enemigos) se dirigieron todo
acia Copiap a excepcion del Santo Cristo q(ue) habindolos perdido de vista se
puso en demanda del puerto del Callao donde entr el 29 con 14 Oficiales, 78
Hombres de Tropa, 57 Paysanos realistas, 21 Mugeres y 2 muchachos sin ms
armas la citada Tropa q(ue) 27 Fusiles entre buenos y malos. Los q(ue) ha trasportado la Margarita que fonde el 4 del presente, despues de hacer escala en el
Huasco, son el Gobernador de Valparaso, el Sargento Mayor de aquella Plaza,
un Coronel de Artillera con 18 Oficiales, y 70 Yndividuos de tropa de diversos
Cuerpos, fuera de 15 Empleados, dos Frayles, 47 hombres y 6 Mugeres particulares; sin q(ue) hasta ahora me conste del armamento q(ue) hayan salvado
aquellos. Las relaciones q(ue) han dado varios de entre ellos nos prestan en sustancia ms razn que lo arriba expresado ignorando si los mencionados

240

Jeslis Canales Riiiz

Brigadieres Maroto y Feliu, se dirigirn al Callao, o a Concepcin para procurar la conservacin y defensa de aquella Provincia q(ue) tiene en su Capital,
segn dicen, como 700 hombres; y en Chillan el Regimiento del Comandante
Snchez; q(ue) es el mismo q(ue) desde la primera revolucin de Chile hasta el
presente se ha sostenido en aquel punto; mandando en Xefe las Tropas del REY
a los principios de ella contra los sublevados, y luego a las rdenes de los
Generales Ganza, Osorio y Marc en las poca en que sucesivamente han mandado aquel Reyno y el Exrcito Real. Estas noticias aunque dadas con el sobresalto de una fuga y que pueden por consiguiente tener alguna variacin, bastan
a formar un concepto aproximado del suceso y del estado en q(ue) qued de
aquel Reyno; y ellas me han determinado a tomar las providencias que estan
inmediatamente en la posivilidad de mis presentes recursos, tanto para conservar qualesquiera puestos o Plazas Martimas de l, q(ue) aun se mantengan en
obediencia, especialm(en)te Concepcin y su Provincia, como para impedir
q(ue) de los que tienen a su debocion despachar algunos Barcos a los de la Costa
de este Virreynato con el fin de sembrar la seduccin y alentar las aspiraciones
de los mal intencionados, q(ue) por desgracia no son pocos en todas partes. Las
ms eficaces son las q(ue) a continuacin se expresan. lo Declarar en estado de
bloqueo todos los Puertos de la Costa, de aquel Reyno y prohivir la entrada de
los Buques Extrangeros en los de este (excepto en el Callao) a fin de q(ue) cortadas las comunicaciones p(o)r mar con di(c)hos Extrangeros, de quienes se
valen para sostener su rebolucin, y estrechados en los lmites de los terrenos
q(ue) ocupan, se le imposibilite el llebar sus progresos adelante, y acaso el poder
sostener el q(ue) han ocupado, siempre q(ue) se conserve la Provincia de
Concepcin hasta el Ro Maule al amparo de las expresados fuerzas propias y
de las Tropa que) reunir a las de que) han salvado en los precitados Buques. 2"
Que la Fragata Veloz y Vergantn el Angel ultimamente armados en Guerra y
que deben estar prontos para dar la vela dentro de quatro das bajan a reunirse
con la Venganza, Sebastiana y Potrillo q(ue) se hallan de antemano cruzando en
las Costas de Concepcin; afin de q(ue) toda la Divisin de los 5 Buques de
Guerra,cuya fuerza detalla la razn adjunta No lo, puede deshacer la Esquadrilla
de Buenos Ayres, si es q(ue) parece y sostener el Bloqueo citado. 3" Que dichos
dos Buques conduzcan a su Bordo todos los Militares prfugos de Valparayso
q(ue) han arribado a este del Callao, ya sea al de Concepcin, si se mantuviere
firme o a Chilo si hubiese sucumbido afin de q(ue) se empleen en el destino y

Quintanilla

241

objetos ms convenientes al servicio del REY, lo mismo que se executar sucesivamente en quantyos aporten fugitivos al Callao. 4" Que las propias
Embarcaciones lleven al Gobernador de Concepcin 2.000 pesos y los dems
artculos de la adjunta NOTA no 3 y otros 2.000 al de Chilo, sobre los q(ue)
pocos das ha le despach expresados en la NOTA 4, con prevencion de q(ue)
en el caso de haberse perdido Concepcin, los reciba todos el ltimo, auxilio
importantisimo que me parece imposible poder facilitar en punto a moneda y
armamento. 5" He despachado un Extraordinario al General del Exrcito instruyndole de la desgracia de esta operaciones y previnindole vea como hace el
ltimo esfuerzo para desde Jujui donde se halla su vanguardia, echarse si posible fuese con un movimiento rpido sobre el Exrcito Enemigo de 3.000 hombres situado en Tucumn a las rdenes del Caudillo Belgrano, deshacerlo;
ponerse en observacin de las Provincias de su espalda y de las operaciones del
Exrcito Portugus por la vanda oriental del Ro de la Plata, para determinar lo
ms conveniente a causar una til alarma en Buenos Ayres, y en Chile mismo.
6" He dispuesto que se active la formacin de un Batalln mandado ltimamente crear en Arica, para resguardo de esta interesantsima y expuesta Plaza, y prevenido por extraordinario a los Gefes de las Provincias de Cuzco y Puno, para
q(ue) a toda prisa manden 1.000 hombras cada uno para aumentar la fuerza del
expresado cuerpo, cuyos Oficiales, Sargentos y Cabos fueron remitidos a aquel
punto por el G(ene)ral del Exe(rci)to y el armamento posible saldr de aqu
embarcada en unos pocos das. Finalmente he mandado venir de las Provincias
de Tarna y Huamanga 300 hombres de sus Milicias, para q(ue) con otros tantos
del R(ea)l de Lima q(ue) se hallan aqu y 400 que ya llegaron por la va de
Panam, y 250 que) estan prxin~osa llegar, se organice el Ynfante D. Carlos y
se ponga en la f ~ ~ e r de
z a unos 1.200 hombres, que es a quanto puedo extenderme con la destitucin de fusiles. Me prometo que estas prontas providencias
merecern la aprovacin de S. M. y q(ue) bastarn para neutraizar los posteriores designios de los imbasores de Chile por el poco tiempo q(ue) deben ya tardar el arribo de la anunciada Expedicin al mando del G(ene)ral Conde Abisbal
(sic) para el Ro de la Plata y la subsiguiente caida de su obstinada y orgullosa
Capital.
De este golpe, por tanto tiempo deseado dependen unicamente la suinisin de las Provincias de esta actual dominacin; la subsiguiente, de las q(ue) se
mantienen en la obediencia del REY, la nueva reconquista del Reyno de Chile;

242

Jess Canules Ruiz

en una Palabra la pacificacin general y la conclusin de esta desastrosa guerra.


Mas si ella se prolongase aun por algun tiempo de consideracin veo inevitable
y no muy distante el q(ue) renazcan con mayor fuerza las fatales pasadas novedades de todos los Payses subyugados, y que sus consecuancias produzcan el
ultimo general fracaso de este continente al cabo de tanto luchar para conservarlo al Soberano. Mucho deseo, e interesa al servicio del REY, viva V.E. penetrado de esta dolorosa verdad; por q(ue) la ocultacin de ella solo, podia conducir a inspirar una confianza funesta q(ue) anticipase los ingentes males q(ue)
tanto interesa prevenir. Los indicados remedios y otros qualesquiera, que segun
las circunstancias pueda aplicarles este Gobierno no pasan de la clase de aquellos paliativos que) por un momento encubren su gravedad, o quando mucho
retardan algun tanto los progresos q(ue) aceleran su fatal terminacin. Srvase
V.E. tener presente mi anterior splica en orden a fusiles, sables y Pistolas, y a
la gente Europea para este Regimiento del Infante D. Carlos, q(ue) reitero con
mayor encarecimiento q(ue) mi situacin va siendo cada da ms arriesgada. Las
atenciones y gastos se acrecen hasta lo sumo al paso q(ue) me hallo hoy sin un
real en estas Caxas, sin Armamentos y sin ninguno de los medios q(ue) las ocurrencias exigen. Con todo protexto a V.E. q(ue) no desfallecera mi actividad; las
dificultades y riesgos podrn agitar mi espritu, pero no le abatirn en el acontecimiento ms ms desamparado. Dios gu(ard)e a V.E. m, af(ectisimo), Lima 7
de Marzo de 1817. Joaqun de la Pezuela. Excelentsimo Seor Ministro de la
Guerra.

Papeles de Pezuela (Diario). Documento 103. Cuaderno 4 ( l ) , fols. 36,


37, 38, 39 y 40.

Quintnnilla

243

CORRESPONDENCIA DEL GOBERNADOR DE CHILO, ANTONIO


QUINTANILLA, SOBRE DIFERENTES ACONTECIMIENTOS EN EL
LTIMO PERIODO DE SU GOBIERNO

Carta de Antonio Quintanilla al cnsul de Espaa en Ro de Janeiro


"He aprovechado esta ocasin que se presenta de salir la goleta Grecian
a ese puerto para remitir al Capitn comisionado D. Francisco Adriasola con instrucciones y al objeto que voy a expresar a V.S.
El da 5 del presente recib la desagradable noticia de haber sido derrotado el ejrcito del Seor Virrey La Serna en el Alto Per y que dicho seor con
otros generales, jefes y oficiales y la escuadra que haba en este mar se han marchado para la Pennsula. Que la Plaza de El Callao, deba ser entregada a los
independientes, segn capitulacin que se hizo entre los generales Canterac y
Sucre y que slo queda en el Per el ejrcito a cargo del general Olaeta.
Como estas noticias hubiesen infundido un desaliento considerable, y
por otra parte, en los pocos adictos a la causa de la independencia, un deseo de
llenar su codicia por medio de una revolucin, tuvieron la audacia, dos capitanes y algunos subalternos, de amotinar las tropas contra m, los jefes y otros oficiales, so pretexto de que tratbamos de fugarnos. Lo consiguieron, y el da 7, a
las once de la noche fui sorprendido por los soldados armados y conducido al
Cuartel en calidad de preso, cuya igual suerte sufrieron otros jefes y personas
distinguidas, pasndome despus a bordo de un buque para ser remitido a Chile
en calidad de prisionero. Pero como las tropas y sano pueblo conocieron la
impostura, me aclamaron y a los dos das de prisin fui restituido a la libertad y
al ejercicio de mi empleo. En situacin tan crtica de aislamiento sin recursos, y
sin contar con un apoyo o fuerza en esta Amrica que pueda librarnos de otra
revolucin, cuyos resultados pongan en riesgo nuestra existencia y la tranquilidad general de estos fieles habitantes, y para proceder si alguna expedicin enemiga de Chile o el Per invade esta provincia, se ha acordado en junta de guerra la remisin del oficial antedicho a esa capital para que V.S. nos ponga al
corriente de lo que ha hecho o se dice que piensa hacer el Rey sobre estas
Amricas. Si las Potencias aliadas han tomado alguna parte activa en su pacificacin y cuanto contribuya para arreglar mis operaciones sucesivas en inteli-

244

Jess Canales Ruiz

gencia de que la contestacin de V.S. me decida al partido que convenga tomar,


ya sea el de sostener este territorio por el Rey, si hay una seguridad de que se
toman providencias para la pacificacin de esta Amrica, o el de que con una
capitulacin lo ms honrosa se eviten los males que son consecuentes a una
nueva revolucin o defensa intil.
Espero que V.S. proporcionar al oficial comisionado todos los auxilios
que sean necesarios a su pronto regreso, bien en el mismo buque o en otro que
con este objeto sea remitido y que, al mismo tiempo, le franquee los conocimientos necesarios a dicho oficial para afianzar el buen resultado en su comisin.
Dios guarde a V.S. muchos aos. A. de Quintanilla. San Carlos de
Chilo, 18 de febrero de 1825. Al Cnsul Espaol en el Ro de Janeiro.

Contestacin de Quintanilla al Cnsul acerca de sus ofrecimientos


"En mi poder el oficio de V.S. de 21 de junio pasado, contestacin del
que le escrib a V.S. con fecha 18 de febrero con el Capitn don Juan Francisco
Adriazola.
Las noticias que V.S. se sirve comunicarme y las que el referido
Adriazola, que de l me incluye son bastante satisfactorias y prometen las mejores esperanzas. Como espero al Comisionado Adriazola de un da a otro, segn
su carta, no le escribo en esta ocasin.
Sigue esta provincia y las fortalezas del Callao por la causa del Rey N.S.
No hay otros puntos por S. M. en esta Amrica a excepcin de estos dos.
Doy a V.S. muy repetidas gracias por sus ofrecimientos, caso de que
tenga que trasladarme a Europa. Puede ser que las circunstancias me obliguen a
aceptar su generosa oferta, pues, si de la fecha en 4 meses no somos auxiliados
Rodil y yo, ni aquel podr mantener la fortaleza por la luta escasez de recursos
para sostener ni un solo soldado fuera de que el espritu pblico va decayendo
cada da considerablemente a virtud de los subcesos pasados y de lo tardo de
los auxilios de nuestro Supremo Gobierno. Hasta ahora conservamos una firme
esperanza, mediante lo que V.S se sirve participarme. Dios quiera se realice.
Dios guarde a VS. muchos aos.

Quintnnilla

A. de Quintanilla
S.Carlos de Chilo, septiembre 27 de 1825.
Sr. D. Jos Delavat y Rincn, Cnsul General Espaol en el Ro de
Janeiro".

Carta de Quintanilla a Ballesteros sobre su posible cambio a residir


a la villa de Castro.
"Seor don Jos Ballesteros. Agosto 15 de 1825.
Estimado amigo, dije a Vd. que puede fuese a esa muy pronto con objeto de establecer ah mi residencia, pero se ha entorpecido. Hace tres das se reunieron los jefes y oficiales en la clase de capitanes y se trat de si convendra
que el establecimiento de la autoridad fuese en Castro. Esto motiv una grande
discusin y debate, sin haberse podido coordinar todos los puntos. As es que
hubo en favor de la discusin y en contra y se decidi por votacin nueve votos
a que no, y siete a que s; por esto se puso acta que residiese aqu. Yo bien conozco que este asunto no es de tratado en Junta, pues que yo puedo residir en el
punto que quiera en la provincia como responsable. Pero como le haban de dar
mil interpretaciones si me iba sin reunirlos, que porque juzgaran que sera por
comodidad particular, ya por miedo, etc. no quise aclarar mi parecer, y si solo
espuse los casos siguientes: Si los enemigos hacen una pequea espedicin, fiados en las facilidades que Velsquez y Prez le hayan dado y que sea solo de 900
hombres; se toman esta plaza que no cuenta 300, y quiz por la falta de entusiasmo no se les tira un tiro y los defensores se dirijen contra los jefes y el
saqueo. Entonces escapando bien vamos ms de prisa por Caicumeo (1). De
aqu resulta que no se hace un tratado cual se podra hacer si yo me hallase en
Castro anticipadamente al frente de la provincia. 2" Si llega un buque y nos trae
que no viene espedicin de Espaa, es muy de temer que un revoltoso se eche
sobre las armas y amarrndonos consiga lo que no le sera fcil si estuviese en
Castro, y as se forma la balanza para las determinaciones que convengan. Otras
muchas razones espuse, pero aunque fueron odas no las quisieron entender
algunos de ellos, y la cosa ha quedado as. Haga Vd juicio de todo y avseme su
parecer. De Vd., su affmo. Quintanilla". (1) Caicumeo estaba en el camino de
San Carlos a Castro.

246

Jesls Canales Ruiz

Coleccin de documentos relativos a la Independencia de Chile. Tomo


XI, pgs, 299 y 300 y Tomo XXXIV, pg, 397.

Carta de Quintanilla a Ballesteros comunicndole la llegada de un emisario de Freire ofreciendo la capitulacin


"Seor don Jos Ballesteros. San Carlos, Octubre 17 de 1825.
Estimado amigo, ayer he tenido correspondencia de Valdivia por un parlamentario que existe en Maulln. El objeto es la cantinela de que Chilo se
entregue a Chile, ofreciendo el Gobierno de Valdivia, en caso de acceder, que se
cumplir la oferta que hizo el Director cuando vino la Chacabuco, que fue el que
los funcionarios pblicos, polticos y militares quedaran en sus empleos, y para
el efecto me adjunta un oficio que escribe el Gobierno de Chile a Valdivia, autorizndole para que repita dicha propuesta. En consecuencia, reun una Junta de
guerra, y he contestado que debiendo reunirse los Diputados de la provincia en
el mes de Enero prximo, entonces, si no hubiese hasta aquella [echa noticias
de Espaa que prometan una cierta esperanza, determinara la providencia que
convenga con el parecer de la provincia, y que si esta fuese la de incorporarse a
Chile, ser necesario que para aquella fecha est l bastante autorizado con
poderes amplios para ajustar y ratificar el tratado; pues el que tiene es muy limitado y no estensivo a entrar a tratar sobre los intereses jenerales de la provincia,
que es el punto principal. Esta contestacin no es acre ni negativa de su propuesta, con lo cual al mismo tiempo que se convienen todas las cosas, quedan y
quedamos conformes. Es de Vd. su amigo y affmo servidor. Antonio
Quintanilla".
Coleccin de documentos relativos a la Independencia de Chile. Tomo
XI. pg. 301 y 302 y Tomo XXXIV, pg 400.

Quintanilla comunica a Ballesteros su disposicin a capitular


"Seor don Jos Ballesteros. San Carlos, 27 de Octubre de 1825.
Amigo, por el adjunto ver Vd. el melanclico aspecto de las cosas; vienen los chilenos con una fuerza de ms de 3.000 hombres: yo calculo que la provincia no quiera entrar en defensa, porque las noticias de auxilios de la
Pennsula no dan una certeza que se efecten, y an cuando se realizaren sera
tarde y despus de que sucumbiramos a la fuerza. Para hacer defensa se necesitan fondos, entusiasmo y decisin, y nada hay segn mi concepto. Reuna Vd.
la oficialidad, jefes y dems con brevedad, ajite al Cabildo, y que se decidan
prontamente si se defiende o se capitula. Disuada Vd a todo el que piense en
independencia sin sujecin a Chile de esta provincia. La espedicin est costeada y no retrocedern de combatirnos, y as no ha nada ms que una capitulacin ventajosa y luego, o si no que se resuelvan a poner a disposicin de este
gobierno, sus intereses, sus personas y sus compaas, y que firmen su decisin.
Es de Vd. su affmo. Quintanilla".

Oficio Adjunto
Un sello. "Gobierno de Chilo. Por una balandra que ha fondeado ayer
tarde, procedente de Valparaso, he sabido se est aprontando en Chile una espedicin de tropas contra esta provincia. La cual debe salir de Valparaso muy
pronto, de cuya noticia estoy bastante cierto y no me cabe la menor duda. Para
el acierto de mis operaciones convoqu inmediatamente una Junta de Guerra de
jefes y comandantes de compaas de la guarnicin y por unanimidad fueron de
parecer: que consultase el voto de los jefes, oficiales y dems corporaciones de
la provincia, para decidir si ha de hacer o no una vigorosa defensa, o si se debe
a capitular. En consecuencia de esto haga V.S. que inmediatamente se reunan los
jefes y oficiales de ese partido y manifestndoles esta noticia por el contenido
de este oficio, les pedir su parecer decisivo de si conviene y estn prontos a
defender la provincia con sus compaas y a concurrir con sus bienes para los
gastos de la guerra, pues que el erario se halla exhausto y con slo 10 12 mil
pesos en aguardientes y otros efectos de muy poca estimacin, o si se deber
capitular con el jeneral de la espedicin antes de llegar a este puerto. Aunque
falte uno u otro oficial por hallarse ausentes o enfermos, ni importa ni es del

248

Jess Canales Ruiz

caso, pues lo que se exije es la brevedad en la reunin y decisin, que constar


de un acta a continuacin de este oficio, la cual firmarn; y con lo que de ello
resulte inmediatamente y sin prdida de tiempo, pondr V.S. en esta plaza, trayndome dicho documento para que en Junta de Guerra con los dems jefes y
oficiales de la guarnicin y corporaciones se determine lo conveniente; y as que
es que el da 5 del prximo Noviembre debe estar V. S. en esta plaza y presentarse a este Gobierno. Dios guarde a V.S muchos aos. San Carlos 27 de Octubre
de 1825. Antonio de Quintanilla. Seor coronel comandante del interior don
Jos Ballesteros".
Coleccin de documentos relativos a la Independencia de Chile. Tomo
XI, pgs, 304 y 309. Tomo XXXIV. pg. 386.

Contestacin de la guarnicin de Castro


Un sello. "Comandancia y subispeccin de milicias. Cuartel de Castro,
28 de Octubre de 1825. El ayudante mayor del detall dar la respectiva orden a
los jefes y oficiales de la guarnicin de Castro, se presenten en esta
Comandancia maana a las 12 del da. Ballesteros. Se dio la anterior orden en
la tarde del da de hoy 28 de Octubre de 1825. Jos Miralles.
Acta. En el cuartel de Castro, capital de la isla de Chilo a 29 das del
mes de Octubre de 1825. En consecuencia del oficio anterior del Gobernador y
en su contestacin se reunieron en esta maana en la casa habitacin del seor
coronel del ejrcito comandante de la plaza mayor de la provincia, poltico y
militar de la ciudad y partido de Castro encargado jeneralmente del interior de
la provincia y sub-ispector de las tropas de milicias de Chilo don Jos
Ballesteros, los seores jefes y oficiales de la guarnicin de Castro, a los que,
habindoles leido el oficio de la Comandancia Jeneral e instruidos de su contenido como referente al actual estado de la provincia, y en lo principal sus determinaciones firmadas y suscritas fueron decididas por la capitulacin, que la
dejan a disposicin del Gobierno, siendo ventajosa a la provincia. Coronel don
Jos Ramn Vargas. Capitanes don Justo Vargas, don Francisco lvarez, don

Quintanilla

249

Antonio Crdenas. Subalternos Don Fernando Crcamo, don Patricio Andrade,


don Jos Daz, don Jos Garay, don Jos Antonio Crdenas, don Jos Oyarzun,
don Benito Garay, don Patricio Daz, don Juan Ignacio Gmez, don Manuel
Daz, don Pedro Miranda, don Pedro Brquez, don Jos Mara Prez, don Pedro
Gallardo, don Luis Crdenas, don Silverio Garca, don Toms Gallardo.
Coleccin de documeiztos relativos a la Independencia de Chile. Tomo
XI pgs. 304, 305, 307, 308, 309 y 310.

Quintanilla cambia de opinin: se propone defender Chilo


"7 de Noviembre polvillos y se ir a Espaa para saber lo cierto. El polvillo no hubo quien lo pagase a ms de 12 reales de plata; en fin de 1825. Seor
don Jos Ballesteros. Estimado amigo, hoy acaba de llegar Adriasola. Andan los
hombres locos de contento en virtud de la noticia que ste ha trado; y ya estamos en el caso de hacer el ltimo esfuerzo; devuelvo al acta. La Junta de Guerra
es el 15. No hay ms tiempo. Su invariable afectisimo amigo. Quintanilla.
P.D. Imparta Vd rdenes a la milicia de estar listos y prontos a la reunin, y a
los granaderos y cazadores con la caballera, que desde luego vengan con quince o veinte das de vveres a tomar las armas a Castro, donde esperarn rdenes
para venir a San Carlos, pues el ataque es aqu sin falta. Vale".
Coleccin de documentos... Tomo X I , pg. 312. Tomo XXXIV, pg.

392.

Quintanilla comunica a Ballesteros haber realizado revista general


"Seor don Jos Ballesteros. Diciembre 6 de 1825. Estimado amigo, el
domingo tuve revista jeneral de la divisin y maniobr en lnea. Se halla regular a fuerza de trabajo en organizacin e instruccin. Se ha conseguido que
parezca algo; pero lo esencial falta; no hay medio para sostener tanta hambre,

250

Jess Canales Ruiz

como va a verse dentro de poco. La escuadrilla de lanchas est lista, y la de


Lemui quedar maana corriente. Tienen buenos comandantes, y puede hacerse
algo, aunque la fragata O'Higgins, enemiga, manda fuerza. No hay tiempo para
ms. Su affmo. Quintanilla.
Coleccin de docunzentos...Tomo X I , pg. 315. Tomo XXXIV, pg. 395.

Oficio del general Freire, Gobernador de Chile ofreciendo a


Quintanilla la capitulacin
"Seor Gobernador-Intendente de la provincia de Chilo. Cuartel
Jeneral en marcha, Enero 11 de 1826.
Encargado por la Repblica de Chile del mando del Ejrcito destinado a
libertar este Archipilago, he credo que faltara a los deberes que me impone la
humanidad, sino hiciese antes a V.S. una indicacin saludable, bastante a evitar
los horrores de la guerra, con las funestas consecuencias que resultaran en una
lid en que todas las ventajas se presentan de mi parte. Prescindiendo por ahora
de las favorables disposiciones que ofrece, desde luego, la disciplina del
Ejrcito, su entusiasmo, recursos, y los jrmenes que encuentra la opinin dentro del mismo Chilo para asegurar de un modo positivo el xito de esta empresa, debo tambien hacer observar a V.S. que, desde el rnomento que desapareci
para la Amrica la dependencia que la ligaba con su amiga la Metrpoli, entr
en los intereses de Chile esta fraccin de su territorio a la gran familia chilena,
porque as lo exiga la uniformidad de principios que habia adoptado, su seguridad, su localidad y otros motivos de conveniencia jeneral. Si estas consideraciones valen para V.S. tanto como es el interes que ha manifestado por la felicidad de estos pueblos; hoy creo que se halla en el caso de dar la mejor prueba de
aquellos sentimientos, economizando la sangre de estos infelices habitantes que,
seguramente, sern vctima de una obstinada resistencia. De lo contrario debe
V.S., considerarse, desde este momento, espuesto a todos los resultados de esta
contienda.
Tengo el honor de ofrecer a V. S. los sentimientos de respeto y consideracin con que soy. Ramn Freire.

Quintanilla

251

Coleccirz de documentos ... Tomo XI, pg. 323. Tomo XXXIV, pg.

Contestacin de Antonio Quintanilla


"Gobierno de Chilo.
Quedo impuesto del oficio de hoy, que me dirige V.E. No hay razn que
me pueda obligar a dejar de cumplir con mis deberes para con el Rey. Las tropas y habitantes de esta provincia, como yo, desean el momento de hacer por
tercera vez al ejrcito de Chile que sus esfuerzos para subyugarla son vanos y
as escsese V.E. de amenazas que mira muy lejos de que pueda cumplirlas.
Dios guarde a V.E muchos aos. Cuartel Jeneral de San Carlos de Chilo
y Enero 11 de 1826. Antonio Quintanilla. Seor General del Ejrcito de Chile.

ACTA DE CAPZTULACINO TRATADO DE TANTAUCO


"El Exmo. seor Supremo Director de la Repblica de Chile D. Ramn
Freire, Gral en Jefe del Exto. Expedicionario sobre Chilo, sensible a los clamores de la humanidad, y especialmente interesado en razn de la autoridad
Suprema que le han confiado los pueblos en hacer cesar los males de la guerra,
que ha afligido a los habitantes del archipilago: invitado por el Gral en Jefe del
Exto Real D. Antonio Quintanilla, para celebrar una capitulacin a que es movido por el sentimiento de la imposibilidad de sostener por ms tiempo a esta
Provincia en la dependencia del Rey de Espaa despus de los muchos esfuerzos que inutilmente ha practicado con este fin, y determinado ultimamente por
la necesidad de conciliar su honor, y el de todos los individuos de su Exto., con
la situacin a que le ha reducido la victoria conseguida en Bellavista por las
armas de la Patria el 14 del corriente, ha nombrado el lo infrascriptos el Coronel
del Batalln No 4 don Francisco Gama, y al Auditor de Guerra, y su Secretario
Gral. D. Pedro Palazuelos Astaburuaga, para que examinados los artculos que
propusieren los nombrados por el 2" que son el Coronel de Infantera de Lnea

252

Jess Canales Ruiz

D. Saturnino Garca, y el Coronel de Milicias, y alcalde de primer voto de la


Ciudad de Castro D. Antonio Prez, verificasen el tratado convenido, concediendo cuanto era compatible con el bien comn, y dignidad de la Repblica de
su mando. Lo cual, despus de canjeados sus Poderes dichos comisionados han
cumplido subscribiendo los artculos del tenor siguiente.
Art. 1" La provincia, y archipilago de Chilo con el territorio que abarca, y se halla en poder del Exto Real ser incorporada a la Repblica de Chile
como parte integrante de ella, y sus habitantes gozarn de igualdad de Derechos
como ciudadanos chilenos.
Art. 2" Sern entregados a disposicin del Gral en Jefe del Exto. expedicionario de Chile todo el armamento, municiones, y banderas, como tambien
las bateras, y pertrechos que se hallen en los almacenes del archipilago pertenecientes al Exto. Real.
Art. 3" Para llevar a efecto la entrega del armamento, municiones, banderas, y dems que se expresa en el artculo anterior el Gral en Jefe del Exto
Real ordenar que sean conducidos por los mismos individuos a los almacenes
de Castro, y puestos bajo la custodia de dos comisionados, quienes verificarn
la entrega con las debidas formalidades a los que nombrare el Gral en Jefe del
Exto Expedicionario.
Art. 4" Todos los jefes, oficiales y tropa que componen el Exto Real quedrn libres para dirigirse, y fixar su destino donde ms les acomode, sugetndose a las Leyes del Pas los que quisieren radicarse en l.
Art. 5" Aquellos jefes y oficiales que quisieren salir del Archipilago, en
virtud de la Libertad concedida por el artculo anterior, debern verificarlo en el
trmino de dos meses contados desde la fecha de ratificacin de este tratado,
pudiendo conservar el uso de sus uniformes, espadas y sirvientes durante dicho
trmino, y no ms.
Art. 6" Los equipajes, propiedades, y dems bienes, as muebles como
races, de todos los individuos del Exto Real sern inviolablemente respetados.
Art. 7" Lo sern igualmente los bienes y propiedades de todos los vecinos, y habitantes que se hallan actualmente en esta Provincia.
Art. 8" Ser de cuenta del Gobierno de Chile el transporte a cualquieras
de sus Puertos de todos los jefes, oficiales, empleados, y tropa del Exto Real que
lo solicitaren con sus familias, y equipajes, segn sus rangos, y clases, siempre
que lo verifiquen en el trmino de un mes.

Art. 9" Sern inmediatamente puestos en libertad todos los prisioneros


hechos por ambos Extos. y gozarn de los beneficios de esta capitulacin.
Art. 10" Se echar en olvido, y correr un velo a la conducta que por
razn de las opiniones polticas se haya observado hasta el presente, por todos
y cada uno de los comprendidos en este tratado.
Art. 11" Los empleados, corporaciones polticas y eclesisticas, los jefes
y oficiales de los Cuerpos de Milicias de esta Provincia quedarn en posesin
de los respectivos grados, y empleos que actualmente obtienen, si quisieran continuar en ellos, como reunan a juicio del Gobierno la virtud y aptitudes necesarios para desempearlos.
Art. 12" La guarnicin, o tropas de continuo servicio que existan en adelante en esta Provincia ser mantenida a expensas de la Repblica de Chile.
Art. 13" Todas las dudas que ocurran sobre la inteligencia del presente
tratado sern interpretadas en favor del Exto Real.
Cuyos artculos para la ratificacin de las partes contratantes firmaron
dichos S.S. Comisionados en el Puente de S. Antonio a dieciocho de enero del
ao de mil ochocientos veinte y seis.
Fdo: Jos Francisco Gama, P. Palazuelos Ast. Saturnino Garca, Antonio
Prez.
Cuartel General de S. Carlos, Enero 19 de 1826.
ruebo y ratifico los artculos de la capitulacin presente.
Fdo: Freire Domingo Frutos
Ayudte. Secret. Int."

Coleccin de documentos relativos a la Independencia de Chile. Tomo


XI, pgs. 338,339 y 340.

254

Jess Canales Ruiz

OTROS DOCUMENTOS ACERCA DEL FINAL DEL DOMINIO


ESPAOL EN CHILE Y DEL GOBIERNO DE QUINTANILLA
Comunicacin de fray Jos Barrutia al coronel Jos Ballesteros
sobre la liberacin de Quintanilla.
"Entabl V.S. con l (Prez) unos tratados solamente compatibles con
tan crticas y peligrosas circunstancias, pero necesarias para la consecucin del
fin; pues el segundo autor de la conmocin, don Manuel Velzquez, permaneca
obstinado, contando como comandante de las armas con el batalln Veterano.
Orden V.S. se hiciese notoria al batalln la providencia adoptada, que se verific con asistencia ma al cuadro, y de los capitanes teniente coronel don Juan
Manuel Ulloa y don Jos Ayala. Se logr la reconciliacin de las tropas, y destino V.S. a Ulloa a bordo con orden de conducir los presos a tierra, donde fueron recibidos con demostraciones de jbilo y ternura.
Santiago de Chile, 13 de agosto de 1827. Fray Jos Barrutia. Seor coronel don Jos Ballesteros".

Sobre su liberacin
"Reunidos los convocados en esta Junta y faltando el seor coronel don
Jos Ballesteros, se le hizo llamar, y en el acto de presentarse dijo: que en aquella Junta no tena voz ni voto, pues la reconoca ilegtima y revolucionaria. Se
le contest que era por el Rei, y como ms caracterizado pas a presidirla. Se
form un acta, se ley a las tropas, pasando el que suscribe, por orden del seor
coronel, a bordo de la balandra para conducir a tierra al seor Comandante
Jeneral y dems que se hallaban presos, que fueron recibidos por un numeroso
pueblo con todas las demostraciones del mayor jbilo; quedando, por las disposiciones del seor coronel restablecida la autoridad lejtima. Es cuanto tengo que
esponer bajo la integridad y honor con que debo espresarme. Santiago de Chile,
Agosto 17 de 1827. Juan Manuel Ulloa. Seor Coronel sub-inspector don Jos
Ballesteros".
Coleccin de documentos relativos a la Independencia de Chile. Tomo
XI, pgs, 296 y 297.

Composicin del Estado Mayor del Brigadier Mariano Osorio


Ayudantes de Campo
El Teniente Coronel de Caballera D. Bernardino de la Torre.
Don Juan Valds, Capitn de Talavera
Id
Don Jos Martnez, de Milicias de Concepcin.
Id
Id
Don Joaqun Magalln, de los Dragones de Concepcin
Primer Ayudante del Infante, D. Pedro Lamadrid.
Jefe del Estado Mayor, D. Joaqun Primo, Comandante del Infante
Ayudantes al Estado Mayor
Primer Ayudante del Estado Mayor: D. Pedro Cabanas, Primer Teniente
de Guardias.
Don Manuel Gabantes, Capitn de Artillera de Plana Mayor.
D. Juan Burguillos, Teniente de Burgos
D. Enrique Olaguer y Feli, Alfrez del Infante
Auditor de Guerra, D. Francisco Valdievielso, Oidor de Chile.
Teniente en comisin, D. Toms Barrueta, Oficial Real, agregado a las
Cajas de Lima.
Contador: D. Jos de Arangua, Oficial Real de las de Chile.
Tersorero, D. Romualdo Esponda, Tesorero Real de la Aduana de Chile.
Comisario: D. Francisco Rueda, Comisario de Artillera de Chile.
Siete oficiales lo, 2" y 3", del Ministerio de Artillera del Reino de Chile.
12 operarios de la Maestranza de Artill(er)a con sus respectivas herramientas.
8 Empleados de Tesorera y Cantadura, pertenecientes al Reino de
Chile.
Facultativos y Empleados de Medicina, Ciruga y Osp(ita)l (sic)
El Cirujano Mayor de Comisin, D. Nicols Corominola, Cirujano de
Talavera
Controlador de Ospit(ale)s, D. Jos Sabater, Controlador de Id en Chile.

256

Jescs Canales Ruiz

Boticario Mayor: D. Francisco Llombard.


D. Jos Matamoros, Cirujano del Infante
D. Jos Croux y Salas , de Burgos
D.Jos Mara Fernndez, de Arequipa
D. Juan Prez, de los Escuadrones de Lanzeros de Arequipa.
10 Ayudantes de Medicina. Ciruga y Practicantes.
25 emigrados, Guardas, marineros, emigrados del Reino de Chile,
empleados en la Provincia y otros destinos.
Papeles de Pezueln (Diario). Doc. 103. Cuaderno 4 (l), fol. 226.

Desterrados en la isla Juan Fernndez embarcados en el guila.


Don Juan Enrique Rosales, Don Manuel Salas, Don Manuel Ayala, Don
Jos Leitn, Don Martn Encalada, Don Jos Ancieta, Don Toms Quesada, Don
Pablo Romero, Don Antonio Tirapegui, Don Ramn Silva, Don Vicente
Urbistondo, Don Francisco Gaona, Don Jos Portales, Don Agustn Eizaguirre,
Don Enrique Lasale, Don Juan de Dios Puga, Don Ignacio Carrera, Don
Baltasar Ureta, Don Santiago Muoz Bezanilla, Don Mateo Arnaldo Hevel, Don
Luis Cruz, Don Ignacio Torres, Don Pedro Jos Romero, Don Jos Mara
Hermosilla, Don Jos Dols, Don Francisco Pea, Don Marcos Bello, Don
Carlos Correa de Saa, Don Martn de Arbul, Don Manuel Blanco Encalada,
Don Francisco Prez, Don Manuel Larrain, Don Gabriel Larrain, Don Juan
Egaa, Don Mariano Egaa, Don Francisco Villalobos, Don Rafael Lavalle,
Don Anselmo Cruz, Don Miguel Morales, Don Agustn Vial, Don Jos Santiago
Badiola, Don Francisco Lastra, Don Antonio Urrutia y Mendiburu, Don Vicente
Claro, Don Jos Ignacio Cuadra, Don Felipe Monasterio, Don Isidoro Ei-sariz,
Don Jos Mara Argomedo, Don Felipe Caldern de la Barca, Don Guillermo
Tardif, Don Jos Antonio Fernndez, Don Santiago Fernndez, Don Domingo
Cruzat, Don Manuel Garretn, Don Jos Santos Astete, Don Julin Astete, Don
Jaime de la Guarda, Don Santiago Pantoja, Don Pedro Victoriano, Don Juan
Crisstomo de los Alarnos, Don Jos Mara Alarnos, Don Manuel Espejo, Don
Juan Luna. Don Buenaventura Laguna, Don Gaspar Ruiz, Don Pedro
Benavente, Don Bernardo Vergara y Don Remigio Blanco.

Sacerdotes: Don Francisco Castillo, Don Pablo Michillot, Don Ignacio


Cienfuegos, Don Joaqun Larrain, Don Jos Toms Losa, Don Juan Jos Uribe,
Don Laureano Daz, fray Domingo Miranda y fray Agustn Rocha.
Acompaantes de sus padres: Doa Rosario Rosales, Don Santiago
Rosales, Don Santiago Salas y Don Rafael Benavente.
Los pasajeros repatriados a bordo del guila fueron 152, de los cuales
78 eran prisioneros. De un estado del capitn Morris al llegar a la isla el 25 de
marzo, resulta que venan 14 criados de ambos sexos; el mdico Don Manuel
Morales y el capelln don manuel Saavedra; el capitn Cid, de Talaveras, con
seis soldados de este cuerpo, nueve del batalln Concepcin, cinco artilleros de
Valparaso, veinte presidiarios comunes y siete mujeres solteras.
Oficio de Cid dando cuenta de haber cumplido el requirimiento hecho
Est cumplida de mi parte la entrega de setenta y ocho vecinos de Chile
por que vuecencia me intim en oficio del 12 de marzo ltimo y acord la junta
de guerra de la guarnicin de mi mando; de consiguiente, slo espero los pasaportes de vuecencia para pasar a esa capital bajo mi libertad, garanta a acordar
el cumplimiento de los auxilios convenidos y que las circunstancias exijan para
la subsistencia o transportes de aquel presidio de dominio del rey.
Dios guarde a Vd. Valparaso, 1 de abril de 1817.
ngel del Cid
Al Exmo. Director Supremo Don Bernardo 07Higgins.V.M.
Tomado de La Reconquista de Chile, pgs. 447,448 y 449.

Carta confidencial del Gobernador de Chile Marc del Pont a D.


Jos Villegas Gobernador del puerto de Valparaso.
Seor don Jos Villegas. Reservada. Santiago y febrero 8 de 1817. Mi
apreciable amigo: Ya estar usted impuesto de los ltimos sucesos de los Andes,
y que estos no han sido tan favorables como me lo esperaba. Los enemigos por
todas partes asoman en grupos considerables, y cada da descubren sus ideas de

258

Jeslis Carzales Ruiz

comprometernos, llamndonos la atencin por todas partes para apoderarse a un


tiempo mismo del reino todo, o para dividir nuestras pocas fuerzas para tamaas atenciones. Si ocurro a ellas, segn se presentan, muy pronto disminuir mi
pequeo ejrcito con las prdidas que son consiguientes; si me reduzco a la capital, puedo ser aislado, y perdida la comunicacin con las provincias y ese puerto, me quedo sin retirada y expuesto a malograr mi fuerza, que pudiera desde
luego contrarrestar la de los invasores, si los pueblos estuvieran a nuestro favor;
pero levantado el reino en masa contra nosotros, y obrando de acuerdo con el
enemigo, toda conbinacin es aventurada, y todo resultado incierto. Por estos
principios, y el hallarse mi tropa cansada con los continuos movimientos que he
tenido que hacer con ella en las presentes circunstancias, me veo precisado a
manejarme con toda la precaucin que dicta la madurez y la prudencia.
Sin otro motivo, por ahora, y atendiendo al mucho equipaje con que me
hallo, y que me sera tanto ms doloroso el perderlo en la ltima desgracia cuanto que se aprovechasen de l estos infames rebeldes, he resuelto remitir una
pequea parte a ese puerto, a cargo del portador, que es mi mayordomo, a quien
estimar a usted le franquee una pieza en su casa donde pueda depositarlo con
lo dems que vaya remitiendo en lo sucesivo; para que en caso desgraciado, que
no lo espero, sin embargo de la maldita sublevacin del reino, me haga favor de
embarcarlo con su persona en uno de los buques mejores que haiga (sic) en ese
puerto, o en el Justiniani, como que es de la real hacienda, procurando salvarlo
a toda costa, para que esta canalla no se divierta a costa de Marc.
Por precaucin ya tengo anticipado a usted aviso para que tome las
medidas ms convenientes para asegurar ese punto, y con igual objeto camina,
como se lo tengo dicho en oficio de hoy, el seor Olaguer Feli, pues este debe
ser el punto de retirada de mis tropas. Por las mismas razones deber usted
embargar todos los buques que se hallen en ese puerto y los que vayan viniendo, sin permitirles la salida, y reservando siempre el objeto de esta providencia,
que no conviene se traduzca por ahora. Para lo cual ser siempre bueno el cohonestar la prohibicin de su salida con la recalada de la escuadrilla enemiga. F.
Casimiro Marc de Pont.
Amuntegui, Vctor. La Reconquista de Chile, pgs. 392 y 393.

Quintanilla

259

Parte del capitn del puerto de El Callao: comunica haber entrado


el Santo Cristo de la Salud procedente de Valparaso. Conduce multitud de
empleados emigrados del reyno de Chile de resultas de su prdida.
Al Exmo Sor Virrey da parte el Capitn del Puerto de haber fondeado a
las 5 horas de la tarde Bergantn Santo Cristo de la Salud procedente de
Valparayso, de donde sali el 4 del corriente, su Capitn Dn. Toms Domenech
con un Oficial Mayor, uno de Mar y 11 Marineros.
Conduc a de transporte 14 Oficiales, 9 Sargentos lo y 2", 3 Tambores, 7
Cabos y 59 Soldados de varios Cuerpos. Y pasageros fugitivos de Chile al
Administrador de Correos Dn. Juan Bautista Aeta, el Vista de la Aduana Dn.
Juan Aguirre, al Oficial Mayor del Tribunal de Cuentas Dn. Ramn Prieto, al
Oficial de la Justicia Dn Francisco Iserns, al de Yd Dn Gernimo Arriaga, al
Oficial de Correos Dn Agustn Aeta, al Oficial de la Aduana Dn Joaqun
Medina, al Contralor (sic) del Hospital Militar D. Jos Sabater, a los
Dependientes de la Aduana D. Isidro Rapaso, D. Rafael Carmona y D. Miguel
Urquiza. Pasageros particulares: D. Francisco Bernales, D. Pedro Roset, D. Luis
Recasens, D. Nicols Guerra, D. Simn Escarza, Dn. Pablo Suris, D. Jos
Antonio Ygarrabide, D. Jos San Fuentes, D. Domingo Lpez Hernndez, D.
Basilio Agudo, D. Jos Mara Risco, D. Pasqual Freire, D. Jos Pita, D. Jos
Barvastro, D. Miguel Figueroa, D. Fran(cis)co Bastarrica, D. Jos Prado, D.
Jos la Puente, D. Santiago Romero, D. Sebastin Gmez, D. Ramn Fausto, D.
Juan Trelles, D. Ramn Arvide,D. Dionisio Buido, D. Vicente Ruvio, D. Joaqun
Carrera, D. Domingo Garca, D. Francisco Ferrabri, D. Agustn Daz, D. Manuel
de la Cerca, D. Manuel Prunela, D. Eugenio Alfaro, D. Teodoro Prez, D. Juan
Martnez, D. Ignacio Iriarte, D. Jos Montuel, D. Faustino Martnez, D. Basilio
Albustos, D. Manuel Aeta, D. Andrs Snchez, D. Domingo Leal, D. Fernando
Crdoba, D. Isidro Vzquez, D. Jos Guerrero, D. Julin Espiga, D. Mariano
Rodrguez, Da. Isabel Urquieta, D". Paula Garca, D". Jacinta de la Fuente, Da.
Mariana Bareta, Da. Josefa Ojeda, y su Hija, Mxima Garrn, Justa Truxillo,
Petronila Fernndez, Francisca Ximnez, Juana Alarcn, Josefa Benitez, Mara
Juana Vera, Narcisa Mena, Josefa Carales, Josefa Mara Canales, Rosala
Gallardo, Mara Salas, Manuela Molina, Manuela Garay y dos Muchachos. El
Capitn de dicho Bargantn en todo a las noticias dadas por la Fragata Francesa
Bordelais y solo aade q(ue) del Puerto de Valparayso salieron con el designio

260

Jess Canales Ruiz

todos los Buques de pasar a Coquimbo a proveerse de agua y q(ue) habindose


este Buque separado de los dems por un accidente imprevisto se dirigieron a
este Puerto. Los Oficiales y Tropa con acuerdo de Sor. Comandante del
Regimiento de Ynfanteria bajaron a tierra despus de oraciones los mismos
q(ue) han pasado a la Plaza a alojarse. Los Empleados de R(ea)l Hacienda y
Pasageros he mandado se mantengan a bordo apesar de q(ue) el Capitn de
d(ic)ho Buque me representa la escasez de vveres con que viene hasta q(ue)
V.E. me lo ordene.
La fragata Sacramento procedente de igual Puerto al cerrar este Parte
acabado de fondear sabiendo por oficio q(ue) me pasa el Gobernador de aquel
Puerto q(ue) vienen 43 rebolucionarios encargndome mucho su seguridad por
lo que paso a bordo para conducirlos con Tropa a la Plaza por lo expuesto q(ue)
sera dejarlos a bordo, cuyo Buque sali de Valparayso el 4 del corriente. Callao
28 de Febrero de 1817. Fernando Camez.

Papeles de Pezuela (Diario). Documento 103. Cuaderno 4 (l), fols, 6 y

7.

Jess Canales Ruiz

nei-reto.
Talca 18 de Febrero de 181.1..

1
, Supremo Gobierno del Estndo tcnicndo cn considcy ~ircunstnncinsde las censpiruciones que se

rnciori el mcrito,

ciixeron iritcnt;it!as eii veinte y siete de Nobiembre (fe niil ocho


cieritog oiice, primero de Abril de mil ochocieritos doee, y veinte y ocho de Enero de mil ochocientos trece contra la preptericin i\;ilit:ir del Brigadier D Jose Migtiel, U J u a n Jose, y D.
Luis Carrera, viene cn anular las sentencias, que se proiiunciaioii e n h a eauuau ~eguitlas con riiotivo de dichas conspiraciones, no obsru~iteque coiioce q u e liunca es el camino legitimo phra evitar los rnales (le esta iiaturalezn, u n desorden, y que
los Ciiidndantts que aman su l i k r t a d , y riada miran su,ie ior
a ella, deben i)rotiucirse deecubicrtamente, y con Ia energia y
cfiructct de Iionihres iit~res.

fieJNrnta al Estalrito Provisnrin del ~S;,BremoGo6ierne de it3ztc?los Ay WE:

Quintanilla

SUPLEMENTO
A L NUMERO

ag.

DE LA GACETA DEL GORIERNO


DE LIMA
DEL MARTEC

19

DE ABRlL DE r83a

Por la goleta de S. M. nombrada la Victoria que, con ocho marineros, y


al mando de D. Gregorio Gordillo su capitn y piloto, sali de Chilo el 14 del
prximo pasado, y fonde en el Callao el 16 del corriente, habiendo estado
desde el 3 hasta el 6 en el puerto de Arica; aquel seor gobernador militar y
poltico, coronel D. Antonio Quintanilla participa al excmo. seor virey la gloriosa defensa que hizo contra las tropas insurgentes que osaron desembarcar en
la provincia: y le acompaa el parte original que recibi del capitn comandante de la batera de Agy, D. Antonio Manuel Garay.
El seor gobernador de Chiloe' al Excmo. seor virey
Excmo. Sr. = Esta guarnicin acaba de dar a la naci una prueba de vizarra y valor, y a los insurgentes, el mas claro desengao de que en vano intentan
subyugar la provincia. La toma de Valdivia por el caudillo Cochrane, de que
aviso V.E. separadamente, no dex duda este de que con mayor facilidad
podra apoderarse de este puerto que le presentaba unas fortificaciones mas
dbiles, escaces (sic) de armamento y recursos para la manutencin de la guarnicin, segn se impuso de la correspondencia que diriga V. E. por el bergantn Potrillo que apres la boca de aquel. puerto.
El 8 del presente supe estar la plaza de Valvia por l, y desde luego me
apresur tomar todas las providencias de defensa: aument la guarnicin con
tres compaas de granaderos: proclam los habitantes de la provincia: di rdenes de prontas reuniones de milicias indios en las cabezas de partido: revist
las bateras: hice salir para lo interior las familias de este puerto con sus cortos
intereses, los archibos de gobierno y caxa ral y. todo quanto-podra embarazarme. As es que el da 12,: ya estaba este pueblo como un campamento militar.

Jess Canales Ruiz

E l 14 se avist una goleta sondando l a costa al S. del puerto: el 16 se reuni a esta una fragata: y el 17 al anochecer desembarcaron tropas al. N. de la
punta de Guachucucuy. El subteniente D Antonio Calvert que mandaba la batera de la Corona y costa de Guapacho con 40 hombres de infantera, igual nmero de caballera, y un can de montaa, no pudo impedirlo porque la distancia
de dos leguas que haba de donde este estaba situado al de el desembarco, no le
permiti llegar a tiempo, y as despus de muy corto tiroteo en la playa, se reciro la Corona, clav la artillera de esta y del puerto del Ingls, replegndose en
la misma noche con su tropa la de Agy segn le tena ordenado para un caso
tal, por la ninguna ventaja que proporcionan estas baterias para ser defendidas
por retaguardia. Ocupadas estas en la misma noche poc el enemigo sin resistencia alguna, emprehendi su marcha al siguiente sobre la de Agy, en l a qual
tena puestas tres compaas de infantera, una de milicias para sirvientes de
artillera, y los artilleros muy necesarios para su manejo. Me hallaba i las doce
del mismo da embarcado el resto tropa .que tena en esta plaza para pasar atacar al enemigo, reunida ella la fuerza de Agy por. la nticipada noticia que
haba tenido por un pasado, de componerse esta solo de trescientos hombres, la
misma que haba tomado Valdivia, en cuya plaza solo haban dexado unos cincuenta de guarnicin, quando veo que es atacada por ellos la batera de Agy:
hice apresurase la marcha con el auxilio de doscientos hombres el 20.
Comandante de este batalln vetetano D. Saturnino Garcia, no por temor de que
fuesen capaces de tomarse la batera, porque tena satisfaccin en los SS. oficiales y tropa que la guarneca; sino para que desembarcando dicho comandante en la casa de Nez, y tomando el camino del monte, les cayese por la retaguardia. cortndoles la retrada y embarque. Lleg tarde esta fuerza: los enemigos no pudieron sufrir el activo fuego que se les haca desde la batera; tanto de
fusil, como de can metralla, el de una lancha caonera con una culebrina de
8 y un obus de 12 situada al flanco derecho de Agy,. Esto, y.la salida que
hizo parte de la guarnicin de la batera a la bayoneta al mando del teniente D.
Antonio Rubio y subteniente D. Antonio Calvert, les oblig dexando 20 muetos, 40 fusiles, tres caxas de guerra, un clarn, y 17 prisioneros, entre ellos el que
los mandaba nombrado Millerd 2" de Cochrane, quien estaba embarcado. El
nmero de estos, es que no por una de las avanzadas de caballera que haba
colocado. en el camino de Guapilacui, de que los enemigos se hallaban en bastante nmero en la capilla de este nombre, y que seguan su movimiento cor

Quintnnilla

265

direccin esta batera, Estos partes se furon multiplicando proporcin de las


que causa de l a marcha del enemigo se replegaban.
Como la una de la misma se me present un sargento de los enemigos,
que logr escaparse de sus filas: el qual me inform, vendran para el ataque de
este fuerre como 300 hombres; que los mandaba el llamado mayor Juan Antonio
Millerd, baxo las rdenes del caudillo Cochrane que se hallaba bordo.
Inmdiatarnente alist una barquilla y lo remiti 5 V. S. para que se.informase del
pormenor, y con cuyos antecedentes pudiese reglar sus disposiciones.
A las seis de la maana llegaron este punto el capitn de mi cuerpo D.
Andrs lvarez, y e l de milicias graduado de teniente coronel D. Nicols Lpez
con sus compaeros en calidad de refuerzo, a tiempo que ya se hallaba el enemigo con. parte de su fuerzaxunida en la cultivacin de D. Dionisio Carcamo,
situada poco menos de.un quarto de legua de esta fortaleza.
Ya de antemano tena yo colocadas dos piezas de artillera en la Gola del
fuerte, y situada la tropa en los puestos que consider ms oportuno; d destino
6 la de refuerzo, y qued apercibido la defensa.
En esta disposicin me mantuve hasta cerca de las 12 del da, hora que
destin Millerd para su ataque; aproximados la salida del monte, hicieron alto
para reunirse, y rompi su fuego mi guerrilla, perdiendo terreno y repleglndose
esta batera como le tena prevenido.
Los enemigos siguieron su marcha baxando por el camino que cae la
playa, por el flanco derecho de la batera,con mucho aparato de vocera y toque
de ataque: y sin guardar formacin, se esparcieron por todo el frente de ella.
La tropa de mi mando que los.esperaba con ansia, rompi un vivo fuego,
y fu tal este como igualmente el de las 2 piezas que cubran aquel flanco y el
de la caonera, que ya no acertaron no solo formarse, sino que ni aun encontraban donde cubrirse de la porcin de balas y metralla que llova sobre ellos.
A la hora que dur el fuego mas vivo de una y otra parte, y visto por mi
que decaa la intrepidez con que se haban avanzado, mande saliesen el tenience D. Jos Antonio Rubio, y subteniente D. Antonio. Calbert con dos partidas a
la bayoneta; lo efectuaron, y fue suficiente para que se pusiesen en precipitada
y vergonzosa fuga. Inmediatamente mand en su seguimiento al capitan D.
Andrs varez con el nmero de tropa de que pude desprenderme por dexar
siempre segura la batera; este los fue arrollando y persigiendo (sic) hasta lla
punta de Yustis donde se reembarcaron causndoles gran prdida.

266

Jescis Canales Ruiz

Ya quando empezaron su ataque, se haJlaban sus buques en el puerto del


Ingls: y protegidos de sus fuegos, lograron el reembarque de los restos que salvaron del ataque y fuga.
Antes de efectuar el enemigo su reembarque, ya haba llegado esta mi
comandante con el resto del batalln; le impuse de todo lo pasado, le entregu
el mando, y corri su cargo el remitir partidas en su persecucion; y tomar las
dems providencias de que habr dado parte Y. S.
La prdida del enemigo consiste en 20 muertos, 17 prisioneros, muchos
dispersos que aun se estn presentando, gran porcion de heridos, y entre ellos el
mayor Millerd: y puedo asegurar V. S. que apenas sabe de fixo, debi de ser
considerable, segn los muchos rastros de sangre que se vieron y especialmente en el punto en que se reembarcaron.
Inmediatamente que lleg Garca, destin partidas en su persecucin.
Pero ya los restos del enemigo se hallaban reembarcndose en la ensenada del
Ingls, protegidos de los fuegos de la fragata mercante Dolores y goleta
Motesurna que componan su fuerza martima, y estaban fondeadas muy cerca
de tierra, dando la vela inmediatamente y sin esperar aun a recoger los muchos
dispersos que quedan por los montes; pudiendo asegurar V. E. que entre estos
muertos, heridos y prisioneros llevan la mitad de la fuerza menos: y que si se
hubiesen retardado dos horas mas en la salida los buques, sin: duda hubieran
cado en nuestras manos, porque les estab preparando un abordage (sic) con las
fuerzas sutiles, y embarcaciones que alist al efecto. De nuestra parte solo hubo
tres heridos levemente.
El parte original que acompao V. E. del capitn del batalln veterano
de esta guarnicin D. Antonio Manuel Garay que mandaba la batera, le instruir de los dems pormenores acaecidos en la accion. Y yo creo de mi deber recomendar a V. E. este benemerito oficial que se ha portado mi satisfaccin, lo
nismo que los dems que constan en l, haberse distinguido, para que V. E.
siendo de superior agrado les conceda aquella gracia que se han hecho acreedores; y en general lo hago con todos los que rechazaron el ataque, y. persiguieron a l enemigo hasta su reembarque, pues todos 5 porfia se disputaban la
gloria de batir a los enemigos.
A la fragata Isabel que .toc en un baxo la salida de un Talcahuano, la
han barado en Valdivia, y la estn componiendo. El bergantn Intrpido est
tambin barado en el baxo de Mansera en e l puerto de Valdivia sin esperanza

Quintanilla

267

de sacarlo. Los cohetes de Congreve que han tirado a la batera, no han causado ningn efecto, y se les ha quedado uno que conservo.
Interin efectuaban su reembarque los enemigos en el puerto del Ingls,
echaron un bote tierra, y. quemaron. los quarteles, explanadas, barbetas y cureas de aquella batera, las de Yustis y una casa de labrador. Todo lo que comunico V. E. para su superior inteligencia.= Dios guarde V. E. muchos aos S.
Carlos de Chiloe 20 de Febrero de 1820. Excmo.Sr. =Antonio de Quintanilla. =
Excmo. Sr. virey del Per.
P. D. El cornandante de las fuerzas sutiles de este puerto, piloto D.
Cayetano Fernndez que mandaba la caonera en e l ataque, ha cumplido con
sus deberes, y tiene una gran parte en la victoria conseguida por el vivo fuego
que esta le hizo, segn expreso arriba: es tambin digno de la superior consideracin de V. E.

Hombre y mujer de Chilo (Viajes de Bouganinville, 2" edicin. Col. L. C.

268

Jess Canales Ruiz

DOCUMENTOS MILITARES SOBRE ANTONIO QUINTANILLA

ABONOS

' /

2 70

Jess Canales Ruiz

D O N F E R N A N D O S E P T I M O P O R LA G R A C I A D E D I O S ,
REYde Castilla, de Leon, de Aragon, de las dos Sicilins, de Jcrusalen, dc Navarra ,de Granada, de Toledo, de Valencia, dc Galicia de Mallorca, de Sevilla,
de Cerdeia, de C6rdoba, de Cdrccga ,dc Murcia, de Jaen ,de los Algnrbcs ,de
hlgccira, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra-firme del mar Ockano; Archiduque de Austria, Duque de Borgoia, de Brabnnte y de Milnn; Conde de Abspiirg, Flandes, Tiro1
y Barcelona; Sefior de Vizcaya y de Molina &c. Por cuanto e
+
4

-,nJ

wW,'.&e

h e venido en elegiros

9-4-

5'- &&

%~-a--&%"

y nombraros, como en virtud del presente os elijo y nombro, por


---.,
mis Ejrcitos
y

Por tanto os doy y concedo toda la autoridad, accion d incumbencia que corresponde 5
este empleo; y mando al Capitan general 6 Comandante general de la Provincia 6 Ejercito donde sirvikreis os reconozca y haga reconocer por Brigadier de
y como L tal os tengan y respeten 103 demas Cabos mayores y menores==
dados, de cualqnier grado b calidad que sean, y os guarden y hagan guardar las honras, gracias, preeminencias y exenciones que por este empleo os tocan bien y cumplidamente, sin que os falte cosa alguna : que asi es mi voluntad ; y que el lnteiidente
de la Provincia 6 Ejercito Q quien perteneciere db la orden necesaria para que se tome
razon de estea13. Contadura principal, donde se os formara asiento, con el
sueldo de doscientos escudos de vellon, que es el que se os ha de librar y pagar al mes
por el tiempo que en virtud de las letras de servicio que Yo os concediere estuviereis
y
8
9
W
sin ellas&stando
sirviendo el cuartel 6 en la arte
que
na ae
ar-ypugarrr~lmmndc~qnL
fuere servido sealaros; y para que se cumpla y ejecute todo lo referido mandb despachar el presente tltulo , firmado de mi Real mano, sellado con el sello secreto, y refrendado del infrascrito mi Secretario de Estado y dcl Despacho de la Guerra, de que
se toniarh tambien razon en la Contaduria general de la Uistribucion de la Real Hacienda dentro de dos meses d e su fecha; y iio ejecutndose 3si quednrl nulo. Dado
A ir/
de -&e
mil ochocientos
en FAACIL.&
veinte y Q/

Quintanilla

DONA ISABEL SEGUNDA POR LA GRACIA DE DIOS


Y P o n LA CONSTITUCION DE LA r o n , m g u i

ESPAOLA,

ncmn nc

LAS ESPAAS,

EN SU NOIIIBnC DOA N A ~ ~CRISTINA


A
DE IIOBDON, REGENTA Y GOUEnNADORA DEL
nmNo.

Por tanto os doy y concedo toda la autoridad, accion 6 incumbencia que corresponde este empleo; y mando
al Capitan general Comandante general de la Provincia 6 Ejrcito donde sirvireis , que precedido el juramento que delieis prestar conforme lo prescrito por la Constitucion, si ya no lo huliikeis hecho, os reconozca y haga reconocer por Mariscal de Campo, y qtie como tal os tengan y respeten los demas Cabos mayores y menores, Oficiales y soldados, de cualquier grado calidad que sean, y os guarden y lugan guardar
las Iionras, gracias, preeminencias y exenciones que por este empleo os tocan bien y cumplidamente, sin que
os falte cosa algunn: que asi es mi voluntad; y que el Ordenador de la Provincia 6 Ejrcito quien p e r t e
nmiere d 12 Ardcn nec~sarisuaraaue se tome r a m n d e e s t e ~ t e r x e n C i o n _ n d n c i ~ d . . d o n d e ~
ons e
formar asiento, con el sueldo de quinientos escudos de vellon, que es el que se os ha de librar y pagar por
cl tieriipo que en virtud de letras de servicio que Yo os concediere estuviheis en campana, porque sin ellag
y estando sirviendo en cuartel, en la parte que Yo os destinare, solo os ha de pagar y librar en cada mes
c-3-9-/nr
F/Ac
; y para que recnmpla y ejecu e lo referido mnnd despachar el presente rmado de mi Real mano, sellado con el sello secreto de
mis armas, y refrendado del infrascrito m i Secretario de G t a d o y del Despacho de la Guerra, de que se
tomari tambien razon en la Intervencion eneral del Ejrcito dentro de dos mesa de su fecha; y no ejecutndose asi. quedar nulo. Dado en
e $?a&.
ae 9
de mil ochocientos treinta y U P
/

d
?
,

P)-$&,,

~~-

Jess Canales Ruiz

P O R LA GlIACIA DE DIOS Y POR LA CONS'PITUCION D E LA I O R A l \ Q U I A

ESPANOLA

IIEINA DE L a ESI>ANAS.

Coinandnn~egeneral del Ejeircito


&-L/,.,.;;
------s._=Cnpitari p i c r a l que
previo el juramento la CON~TITUCION,
si ya no lo Iiubie-

Por mnLo nianilo

:iI

/
,

scis hecho, y la solcrnnidad del pleito bomenage que debeis hacer en sus manos, de que habcis de

, ?reeminenciar y cxmcioncs que por


gunnlLndoos 7
este emplco os tocan, y os dcberi ser guardadas bien y cumplidamente, sin que se os falte en cosa
alguna. Y ordeno L los Cabos y gente de gnerrn dc iiifiintera, caballera y dernas militares qne
~airkn-,-~il;~~&-Eo.YlnYL

aa

..

u.r,

rpLy.--

.po.l

PO.PO.I..C
:_yCd~ ~ F ~ ~ ~ ~

los que debieren obedeecros por grado y razon militar, que cumplan, guarden y ejecuten las di.denes del servicio qiie les dircis por cserito y dc palabra, sin rplica ni dilacion alguna; y vos y
cllos habcis de estar las del referido Capitan Coniandante general, 6 dc la persona que le
soccdicrc en su cargo; y tcndreis particiilar cuidado de avisailc lo que convinicre la scguridad
y defensa de In ieFeriila Plaza, para que d cuenta de lo que sc ofrecierc, y se provea lo quc mas
convenga; y que el Iotcriden~crriili~ardel distrito de ~ & c L L------..-=
~
d6 asiniisnio la idcn corr.cspondieii~epara que se tome razon de este Despacho en la In~ervencion
del mismo, dondc se os formar asiento del refei.ido empleo con el sucldo ~ L S C C S L C - ~
y el goce de tl desde el dia que (precediendo c s 8
dY&,
IP7i.i~cquisitos)toinircis posesioo, segun c s d e 1 1 primera revista. Y para que se cumpla y cjecute i d o lo referido, mando despachar el presente Tkiilo, riruiado de m i I\eal hlano, sellado con
el scllo secreto, y rcriwdado dcl hliriislro de I:i Guerra. Dado cn m--cdi
-y
Q
d.- -de --<-/1.- de iriil ochocientos cuareiita / /
,
,,

c/

Quintanilla

~f~icisre~
nni oL A

Gusnnn.

& *S$/

~l4s4~s~2f+
F*I/YP ,, 7,:
~n

a d ~ . = ~ Rcal
e &den comunirad~por tl Sr.h h r t r o d c la

Manuscritos
AHC. Seccin Protocolos. Testamento de Francisco Quintanilla.
AHM. Documentacin militar de Antonio Quintanilla.
BMP. Memorial de Gobierno. Diario de las ocurrencias que han habido
en el mando del Exmo Seor D. Joaqun de la Pezuela desde el 7 julio de 1816
hasta el 29 de enero de 1821.

Documentacin impresa
Amuntegui, Vctor. La reconquista espaola de Chile 1814.
Barros Arana, Diego. Historia de Chile. Santiago de Chile.
Berdiales, Germn. El primer soldado de la Libertad. Buenos Aires,
1950.
Coleccin de antiguos peridicos chilenos. Biblioteca Nacional de
Chile.
Compendio de documentos relativos a la independencia de Chile.
Biblioteca Nacional de Argentina.
Encina, Francisco A. Resmen de la Historia de Chile. Redaccin, iconografa y apndices de Leopoldo Castedo. Tres Volmenes (1879- 1891).
Santiago de Chile, 1954.
Mendiburu, Manuel. Diccionario histrico-biogrfico del Perz. Lima
1874-1890.
Miller, John. Memorias de guerra de Guillermo Miller: Traducidas por
el general Torrijos. Reproduccin de la edicin, Londres 1829. Madrid 1920. Dos
Volmenes
Mitre, Bartolom. Historia de San Martn y de la Emancipacin SudAmericana. Buenos Aires 1887,1888. Tres volmenes.
Prellezo Garca, Jos Manuel. Utopa de un indiano lebaniego.
Institucin Cultural de Cantabria, Centro de Estudios Montaeses, Santander,
1984.
Quintanilla y Santiago, Antonio. Autobiografia (1854). Prlogo y transcripcin de Carlos Besa Lyn, Tercer Secretario de la Embajada de Chile en
Espaa.

Jess Canales Ruiz

Peridicos de la poca (Colecciones incompletas).


El Monitor Araucano.
El Pensador chileno.
El Pensador de Per.
El Semanario Republicano de Chile.
La Gaceta del Gobierno de Lima.

Los retratos del matrimonio Quintanilla estn tomados


del Museo Histrico Nacional de Chile.
Parte del resto de la iconografa ha sido reproducida de la
obra de Francisco A. Encina, Historia de Chile, vol. I y IZ,
Editorial Zig-Zag, Santiago de Chile, 1954.

Este libro se comenz a c o m p o n e r


el 1 9 de enero del a o 2001,
c i e n t o setenta y cinco aniversario de la capitulacin
de Antonio Quintanilla e n Chilo.

Gobierno de Cantabria
Consejera de Cultura,
Turismo y Deporte

También podría gustarte