Historia Del Paraguay - Ignacio Telesca - Nueva Edicion - Libro Digital - Portalguarani
Historia Del Paraguay - Ignacio Telesca - Nueva Edicion - Libro Digital - Portalguarani
Historia Del Paraguay - Ignacio Telesca - Nueva Edicion - Libro Digital - Portalguarani
com
Con el advenimiento de la
democracia, se han desarrollado
distintos abordajes del pasado del
Paraguay. Nuevos sujetos histricos
han sido tomados en cuenta y la luz
de
modernos
enfoques
ha
iluminado
y
enriquecido
la
comprensin de nuestra historia. El
libro Historia del Paraguay, se
propone continuar por el sendero
de
los
grandes
historiadores
incorporando
recientes
acercamientos historiogrficos.
El libro est organizado en
dieciocho captulos, organizados en
AA. VV.
Historia del
Paraguay
ePub r1.0
Himali 17.04.16
PRLOGO
La historia del Paraguay se viene
escribiendo y reescribiendo desde hace
ms de cien aos. Autores como Blas
Garay, Cecilio Bez, Julio Csar Chaves
o Efram Cardozo nos han legado
excelentes obras, en las que sintetizaron
los conocimientos, las ideas y las
visiones que prevalecan en la materia,
cada uno en el tiempo que le toc vivir,
ya que cada historia es producto de los
historiadores de una poca y de esa
misma poca; un reflejo de las
inquietudes y de las preocupaciones de
cada sociedad.
Por estos motivos, ya iniciado el
siglo XXI y en vsperas del bicentenario
de la Independencia, resulta necesario e
importante retomar el pasado del
Paraguay desde las preocupaciones del
presente y con historiadores que son
testigos y partcipes de este tiempo.
Adems, tras la cada de la
dictadura y con el advenimiento de la
democracia se han desarrollado, tanto
dentro como fuera del pas, distintos
abordajes del pasado del Paraguay.
Nuevos sujetos histricos han sido
tomados en cuenta y la luz de modernos
enfoques ha iluminado y enriquecido la
comprensin de nuestra historia. As, no
PARAGUAY
DESDE LA
PREHISTORIA
HASTA LA ACTUALIDAD
CAPTULO I
LA HISTORIA Y LOS
HISTORIADORES
Liliana M. Brezzo
En 1958, el destacado historiador
paraguayo Efram Cardozo escribi en
la introduccin a su monumental obra
por su contenido y su extensin
Historiografa Paraguaya, el siguiente
texto: Una historiografa paraguaya no
viajeros,
de
recopiladores
de
documentos, de ensayistas de todo tipo,
de polticos, de novelistas, de poetas, de
sedicentes historiadores, de cientficos y
de periodistas. De esta manera, se
configura un terreno heterogneo, dispar
e
inabarcable
dentro
de
las
posibilidades de este captulo, en el que
se procura mostrar algo de luz sobre
algunos de los condicionantes que han
intervenido en la evolucin de la
escritura de la historia paraguaya.
Tambin queremos destacar obras y
autores particularmente prolficos que
permiten conocer algunos de los rasgos
de la prctica histrica en el pas. En el
resultado, claro est, podran sealarse
con
los
relatos
sobre
los
descubrimientos, la ocupacin y los
conocimientos que se iban adquiriendo
de la regin. No fue hasta los primeros
aos del siglo XVII cuando circul el
primer texto producido por un
paraguayo. Su empeo no se concentr
nicamente en dar cuenta de los hechos
vividos
personalmente,
sino
en
reconstruir
el
proceso histrico
desarrollado entre el descubrimiento y
la conquista del Ro de la Plata hasta la
fundacin de la ciudad de Santa Fe, en
1573. Se trata de Ruy Daz de Guzmn,
nacido en Asuncin en 1560, hijo de
Alonso Riquelme de Guzmn y de
rsula de Irala, hija mestiza de
www.portalguarani.com
pas
lideraran el
proceso
de
modernizacin impulsado por el Estado.
Tambin cabe destacar a aquellos
letrados que, por su cuenta, escribieron
y divulgaron sus ideas sobre el pasado y
el presente de su pas. Entre ellos debe
mencionarse a Jos Falcn, funcionario
del gobierno de Carlos Antonio Lpez,
hombre culto y estudioso que dirigi
durante muchos aos el Archivo
Nacional de Asuncin, convirtindose
en el mayor conocedor de sus fondos
documentales.
El
historiador
norteamericano Thomas L. Whigham ha
resumido recientemente y de esta forma
la importancia de Falcn: Fue quizs el
primero en comprender que para que el
paraguayo
es
fuerte,
sufrido,
Como
muestra
del
empuje
progresista que dio Carlos Antonio
Lpez se encuentra el apoyo que se
prest a la primera expedicin naval
BIBLIOGRAFA COMENTADA
J. Page, El Ro de la Plata, la
Confederacin
Argentina
y
el
Paraguay, editado bajo la direccin de
Lorenzo Livieres Banks, con un estudio
crtico de Ricardo Caballero Aquino y
del propio Lorenzo Livieres (Asuncin,
Intercontinental, 2007). En cuanto a
publicaciones culturales en la poca, es
posible contar con una edicin
facsimilar de los nmeros de La
Aurora. Enciclopedia mensual y
popular de ciencias, artes y literatura,
con una introduccin, notas e ndice del
contenido a cargo de Margarita Durn
Estrag (Asuncin, FONDEC, 2006).
Los escritos de Jos Falcn han sido
recogidos, por su parte, en Escritos
Histricos,
edicin
y
estudios
preliminares de Thomas L. Whigham y
Ricardo Scavone Yegros (Asuncin,
Servilibro, 2006).
El
momento
historiogrfico
comprendido entre los siglos XVIII y la
primera mitad del XX, sus condiciones y
caractersticas, ha sido recogido por
Liliana M. Brezzo en Aislamiento,
Nacin e Historia en el Ro de la
Plata. Argentina y Paraguay, siglos
XVIII-XX (Instituto de Historia, Facultad
de Derecho y Ciencias Sociales de
Rosario, 2005). Recientemente se han
reeditado varios trabajos de Blas Garay,
La Revolucin de la Independencia
del Paraguay, La Junta Superior
Gubernativa y El primer Consulado,
con introduccin de Mary Monte de
Lpez Moreira (Asuncin, Servilibro,
2009).
Sobre la controversia entre Cecilio
Bez y Juan OLeary disponemos de dos
estudios recientes: uno se titula
Polmica sobre la Historia de
CAPTULO II
LA ESTRUCTURA TERRITORIAL
CONTEMPORNEA
Las
familias
campesinas
se
dedicaban al cultivo de mandioca, maz,
man y poroto, entre otros productos,
mientras que los rubros de renta se
reducan al algodn y la caa de azcar,
aunque en condiciones poco favorables.
Ante esta situacin de estancamiento
econmico, muchas familias migraron a
Asuncin y a las ciudades cercanas, por
lo que esta subregin tradicionalmente
rural se acopl al dinamismo econmico
y comercial de la capital, sin redefinirse
como espacio rural. Este esquema de
funcionamiento territorial se mantuvo
vigente hasta fines de la dcada de 1990
y
experiment
modificaciones
sociodemogrficas importantes que
reconfiguraron su estructura.
En los inicios del siglo XXI, la
mayor parte de la poblacin de los
departamentos de Cordillera, Paraguar
e incluso Guair, contina siendo rural y
sus economas son, principalmente, de
autoconsumo.
Sin
embargo,
se
vislumbran nuevos elementos que
indican una transicin hacia una
sociedad urbanizada pero que an
mantiene los patrones rurales de
conducta. Esta subregin se convierte en
la reserva cultural del campesinado
tradicional de la Regin oriental, donde
la antigedad de la instalacin de los
poblados crea pertenencia y propaga,
hacia Asuncin y otras ciudades, los
y San Pedro.
4) La subregin de la ganadera
semiintensiva
La ganadera es una actividad
econmica muy antigua que viene
realizndose, principalmente, sobre
pasturas naturales y en zonas donde la
ocupacin territorial permiti una
apropiacin de grandes extensiones por
parte de unos pocos propietarios,
formndose as burguesas ganaderas
tradicionales. Los territorios de esta
subregin corresponden a varias zonas
de los departamentos de San Pedro y
Concepcin.
El modelo productivo ganadero de
CONCLUSIN
El territorio paraguayo experimenta
un proceso de transformacin estructural
en que la ocupacin y la activacin de
zonas antes olvidadas y subvaloradas
juegan hoy un rol relevante en la
economa y el poblamiento, lo que
obliga al Estado paraguayo, en general
BIBLIOGRAFA COMENTADA
XVI.
CAPTULO III
EL PERIODO PREHISPNICO
Adelina Pusineri y Raquel Zalazar
Para conocer la prehistoria del
Paraguay, periodo que termina con la
llegada de los conquistadores hispanos,
necesariamente debemos recurrir a las
fuentes arqueolgicas y a los estudios de
ellas derivados. Pero en Paraguay las
investigaciones son muy escasas, sobre
POBLAMIENTO PREHISTRICO
AMERICANO
concluy
que
la
excavacin
arqueolgica nos informa que el abrigo
Itaguy Guasu fue utilizado por grupos
humanos que residieron ah tiempo antes
y tiempo despus de hace 5.200 aos
AP. Asimismo, segn el informe de
Lasheras, por los tipos de grabados de
arte rupestre encontrados en el sitio y
del tipo pisadas, se puede afirmar que
este tipo de expresin tuvo su origen o
desarrollo en este lugar y de ah se
difundi por otras regiones. Esta
ocupacin humana de larga duracin fue
anterior a los grupos guaranes que se
instalaron en el lugar, ya que los
ocupantes guaranes de la regin datan
de unos 800 aos AP. Para Lasheras, los
La arqueologa latinoamericana
propone, en cuanto a la poblacin
sudamericana, una divisin basada en el
desarrollo de las sociedades y las
culturas en la que, segn Iraida Vargas,
se distinguen tres variantes: las
formaciones o sociedades cazadorasrecolectoras, las formaciones tribales y
las sociedades clasistas-iniciales. Al
pescadores-cazadores-recolectores
antes citados, relacionados con los
altoparanaenses de las regiones de
Paran, en Brasil, y de Misiones, en
Argentina. Es probable que se traten de
las poblaciones prehistricas de mayor
antigedad en la regin.
Estos grupos de pescadorescazadores-recolectores
fueron,
posiblemente, desplazados por grupos
cultivadores-ceramistas,
pues
la
evidencia arqueolgica data la aparicin
de la cermica entre 1.500 y 2.000 aos
AP. Por esta razn, podramos hablar de
grupos cultivadores anteriores a los
guaranes llegados por estas fechas a la
zona.
BIBLIOGRAFA COMENTADA
Para saber
ms
sobre
el
poblamiento y la prehistoria americana
es imprescindible recurrir a los trabajos
de
Betty
Meggers,
Amrica
prehistrica (Rio de Janeiro, Paz e
Terra, 1979); de Grahame Clark, La
Prehistoria (Madrid, Alianza, 1981); de
Michael H. Crawford, Antropologa
biolgica de los indios americanos
(Madrid, MAPFRE, 1992); y de Jorge A.
Rodrguez, Arqueologa del sudeste de
Sudamrica, publicado en Prehistoria
sudamericana. Nuevas perspectivas
(Santiago de Chile, Taraxacum, 1992).
En cuanto
a los estudios
arqueolgicos para la regin del sudeste
sudamericano tenemos las obras de
Emlia Mariko Kashimoto y Gilson
Rodolfo Martins, Uma Longa Histria
em um Grande Rio. Cnarios
Arqueolgicos do Alto Paran (Campo
Grande, Oeste, 2005); de Jorge
Eremites de Oliveira, Arqueologia das
Sociedades Indgenas no Pantanal
(Campo Grande, Oeste, 2004); de Jorge
Eremites de Oliveira, Arqueologia
pantaneira: histria e historiografia
(1875-2000) (Dourados, Editora da
UFGD, 2008). Todas estas obras nos
permiten tener una visin bastante
amplia de la prehistoria de esta regin,
sobre todo en lo que concierne a los
paleoamericanos y los guaranes.
Sobre el Gran Chaco podemos
recurrir a los estudios de los argentinos
CAPTULO IV
CONQUISTA Y COLONIZACIN
(1537-1680)
Margarita Durn Estrag
Cuenta la leyenda que los guaranes
recibieron a los espaoles con docilidad
y sumisin, que entregaron sus mujeres y
alimentos sin pedir nada a cambio, en
contraste con el indgena chaqueo que
resisti, luch y no se rindi ante los
en un lugar definitivo.
Despus del descubrimiento de la
sierra de la Plata (que no era otra cosa
que la conquista del Per), Espaa
perdi inters por el Ro de la Plata, un
territorio que, a pesar del nombre que
llevaba, no posea metales preciosos.
Aun as, los espaoles siguieron
buscando el oro en el Amazonas, en el
Itatn, en el Guair y en las tierras fras
del sur magallnico, aunque el fracaso
coron todos aquellos intentos y vanas
ilusiones.
Si bien el Paraguay dej de interesar
econmicamente a Espaa, desde el
punto de vista poltico constituy un
importante peldao fronterizo al
RECIPROCIDAD Y PARENTESCO
HISPANO-GUARAN?
del
enfrentamiento habido entre
espaoles y guaranes al inicio de la
conquista. Por ejemplo, Ulrico Schmidl
cuenta en sus relatos que mientras Juan
de Salazar mandaba construir el fuerte
de Asuncin, el cacique Lambar y su
gente levantaban una defensa para
proteger a sus hijas y mujeres. Los
espaoles sitiaron a Lambar hasta que
los carios se rindieron despus de tres
das de resistencia ante los arcabuces
enemigos y, en seal de sometimiento,
entregaron a los espaoles alimentos y
mujeres.
Para
evitar
posibles
levantamientos, como el que ocurri en
1539, los espaoles impusieron a los
indgenas la carga del trabajo forzado,
LA ENCOMIENDA
La ausencia de oro y plata en la
Provincia del Paraguay oblig a los
espaoles a buscar en el cultivo de la
tierra la fuerza econmica necesaria
para su supervivencia. En muchas
ocasiones, se apoderaron por la fuerza
de tierras o chacras que ocupaban los
guaranes. En otras, los espaoles se
valieron de las rancheadas para reclutar
El sistema de la encomienda se
convirti en una carga tan pesada que
los indgenas lucharon por destruirlo y
as recuperar la libertad. Cabe destacar
que todos los pueblos indgenas
levantados en armas contra los
espaoles estaban sujetos al rgimen de
encomiendas. Eran tantas las vejaciones
y muertes de los naturales que las voces
de protesta de clrigos y religiosos
llegaron a odos del Rey. As, una
Cdula Real de 1582 responsabilizaba a
los encomenderos de tantos crmenes y
malos tratos:
Somos informados [escriba el Rey al
obispo del Ro de la Plata] que en esa
provincia se van acabando los indios
propietario,
descendiente
de
conquistadores, de buena conducta, que
supiera leer y escribir, y tener la
confirmacin de su cargo. Otros cargos
de perpetuidad eran los siguientes: los
de relatores o actuarios, que podan ser
pregoneros; los escribanos, dedicados a
labrar actas capitulares y dar fe de todo
lo dicho en el acto; el alguacil mayor,
encargado de controlar el orden pblico,
los precios y la calidad de los
productos; el fiel ejecutor, que
controlaba los pesos y las medidas
adems de encargarse del saneamiento,
alumbrado y sanidad; el depositario, que
custodiaba los bienes municipales; y el
procurador, experto en leyes. Para poder
LA ECONOMA COLONIAL
De la selva paraguaya surgi la
yerba o kaa, infusin medicinal de los
guaranes, que, de pronto, cobr tanto
prestigio que se convirti en bebida y
alimento
indispensables
de
los
habitantes del Ro de la Plata y el Per.
Al principio, los espaoles lo
consideraron un producto pobre y se
desentendieron de l.
Con el tiempo se conoci la yerba
mate, planta silvestre que creca en las
regiones del Mbaracay, Concepcin y
el Guair. Esta yerba era muy apreciada,
pues los comerciantes se enriquecieron
LA ESCLAVITUD EN PARAGUAY
Tradicionalmente, se cree que en el
Paraguay hubo pocos esclavos de origen
africano. Sin embargo, a fines del siglo
XVII ya constituan el 12% de la
poblacin de Asuncin y sus
alrededores.
Como se analizar con ms detalle
en el captulo XIV, los esclavos en
Paraguay podan ser vendidos, donados,
LA IGLESIA EN EL PARAGUAY
COLONIAL
LA EDUCACIN EN EL PARAGUAY
COLONIAL
LOS BANDEIRANTES
Uno de los objetivos del viaje del
adelantado Pedro de Mendoza fue
ocupar la mayor extensin de tierra
posible, con la idea de impedir el
avance portugus hacia el centro del
continente. Los lmites del Ro de la
Plata, aunque no reconocidos por los
portugueses, iban desde el estrecho de
Magallanes hasta el golfo de Santa
Catalina. Sin embargo, los cosmgrafos
lusitanos dieron a la lnea de Tordesillas
mayor extensin, tanta que el primer
gobernador del Brasil, Toms de Souza,
lleg a denunciar como violatoria a su
salieron de la clandestinidad y
consiguieron ampliar sus dominios en
perjuicio de Espaa.
En sus incursiones, los portugueses
no encontraron oro ni diamantes, pero s
miles de indgenas que podan ser
vendidos como esclavos en el Brasil.
As surgieron las bandeiras o caza de
indios guaranes, llevadas a cabo por
los mamelucos o mestizos y dirigidas
por esclavistas lusitanos que invadieron
las misiones jesuticas y franciscanas y
se llevaron acollarados a centenares de
guaranes reducidos.
Ante esas incursiones, surgi la idea
de crear una gobernacin en el Guair,
separada de la del Paraguay, proyecto
jurisdiccin,
los
conflictos
se
agudizaron hasta que Hinestrosa lo
desterr, con apoyo de los jesuitas. Su
exilio dur dos aos, pero gracias a la
mediacin de la Audiencia de Charcas
fue restituido en su sede. Para ese
entonces, Gregorio de Hinestrosa ya
haba sido sustituido por el nuevo
gobernador Diego de Enobre Osorio.
Sin embargo, ante la muerte repentina
del gobernador, en 1649, y sin que
hubiera dejado sustituto legal, el
Cabildo
Secular,
en
ejercicio
provisional del poder, design por
aclamacin
popular
al
obispo
Bernardino de Crdenas gobernador,
justicia mayor y capitn general de la
BIBLIOGRAFA COMENTADA
A continuacin, presentamos una
serie de autores y obras que tratan este
periodo y que consideramos de gran
inters para los lectores. Entre las
fuentes con las que contamos podemos
citar, en primer lugar, las Actas
capitulares y documentos del Cabildo
CAPTULO V
aos.
que
representaban las
misiones
jesuticas, sino tambin a razones
externas. En primer lugar, si el trabajo
en el presidio lo realizaban los
habitantes de la provincia fue porque la
Corona nunca instal una fuerza militar
pagada para la defensa de la regin. Al
mismo tiempo, el comercio paraguayo se
vio perjudicado por la instalacin del
puerto preciso en Santa Fe en 1679. La
irona es que este impuesto que los
productos del Paraguay tenan que pagar
en dicho puerto se destinaba a la defensa
de las fronteras contra el indgena no
sometido, pero nicamente en la
jurisdiccin de Santa Fe. De esta
manera, el paraguayo no solo tena que
DESPEGUE TERRITORIAL
El territorio paraguayo se hallaba
sometido a los ataques de diferentes
pueblos indgenas entre finales del siglo
XVII y principios del XVIII. Si bien la
poblacin mbay se ubicaba al norte del
ro Manduvir, las ltimas posesiones
controladas desde Asuncin eran los
El
cuarto
captulo
por
haber
comn.
El obispo Arregui no pudo aguantar
tanta presin de la Junta General de los
naturales, por un lado, y del obispo
Palos, por otro. As, el 9 de diciembre
de 1733, dej Asuncin para asumir su
dicesis de Buenos Aires, quedando a
cargo de la provincia Cristbal
Domnguez de Ovelar, el alcalde de
primer voto (que posea la encomienda
ms grande de toda la provincia).
Desde Lima, el virrey dio rdenes al
gobernador de Buenos Aires, Bruno de
Zabala, para que, una vez ms, actuara
en el Paraguay, al tiempo que suspendi
todo comercio con esa provincia.
Tambin orden a los jesuitas que
interino.
TRAS LA TORMENTA
Las
revueltas
comuneras
no
ayudaron al fortalecimiento de las
fronteras y mucho menos al nivel de
vida de la poblacin. Esta realidad la
expres claramente el gobernador
Marcos Jos de Larrazbal en su
informe al virrey a fines de 1747: Esta
provincia est poblada por la ms pobre
gente que conozco en cuanto tengo
paseado del reino. No es laboriosa y
mucho menos industriosa. Esta natural
importantes de la sociedad. La
adquisicin de tierras no solo era una
puerta de entrada a la lite, sino que esta
iba acaparando cada vez ms puestos de
estancias y solares para chacras. Es
ms, los puestos de estancias no
implicaban por s mismos una actividad
ganadera importante (al menos en el
periodo abordado), sino que ms bien la
posibilidad de acoger a familias
campesinas arrendatarias o toleradas,
que eran las que trabajaban para el
dueo de la estancia mientras los
varones formaban parte de la milicia del
presidio comandado por el mismo
dueo.
BIBLIOGRAFA COMENTADA
Una bibliografa sobre el siglo
dieciocho
paraguayo
no
puede
prescindir de los trabajos de Branislava
Susnik, entre los que destacamos Una
visin
socio-antropolgica
del
Paraguay del siglo XVIII (Asuncin,
Museo Etnogrfico Andrs Barbero,
1990-1); ni tampoco de los de Juan
Carlos Garavaglia, Mercado interno y
economa colonial (Mxico, Grijalbo,
1983) y Economa, sociedad y
regiones (Buenos Aires, Ediciones de
La Flor, 1987). Otro autor clave para
nuestro periodo es Rafael Eladio
Velzquez,
quien
volc
sus
investigaciones en un sinfn de
artculos, entre ellos: La fundacin de
la Villeta del Guarnipitn en 1714 y la
poblacin del litoral paraguayo
(Revista Paraguaya de Sociologa, n.
5, 1966, pp. 60-82); La poblacin en
Paraguay
en
1682
(Revista
Paraguaya de Sociologa, n. 24, 1972,
pp. 128-148) y Poblamiento del
Paraguay en el siglo XVIII. Fundacin
de las Villas y formacin de los ncleos
urbanos menores (Revista Paraguaya
de Sociologa, n. 42/43, pp. 175-189).
Un resumen general de los aspectos
econmicos y demogrficos lo
tenemos en los dos volmenes de Jan
Kleinpenning, Paraguay 1511-1870. A
Thematic
Geography
of
its
Development
(Frankfurt-Madrid,
Iberoamericana-Vervuert, 2003). Para
CAPTULO VI
encomendados
a
particulares,
colocndolos bajo el patrocinio real;
obtuvieron una regulacin del tributo en
condiciones ms favorables que el resto
de los indios en otros pueblos; gozaron
de beneficios en la comercializacin de
la produccin de las misiones; y
organizaron el reclutamiento de las
milicias guaranes, las cuales, por ms
de un siglo, sirvieron a la defensa
interior y exterior de ambas provincias,
sin costo para la Real Hacienda y bajo
la direccin de los jefes militares de
dichas provincias.
En esas condiciones, a todas luces
excepcionales dentro del sistema
colonial espaol, la presencia de las
(1629).
A su vez, en el rea del Guair y en
la cuenca de los afluentes del Paranpanema, se produjo otro deslizamiento
misional en la dcada de 1620, donde se
levantaron varias reducciones. Ya en
plena dcada de 1630, la expansin
misional iniciada en la cuenca del ro
Uruguay alcanz las serranas del Tap,
en la zona de Ro Grande, donde se
estableci otro grupo de reducciones. A
su vez, en el norte del Paraguay y en
dependencia de la villa de Santiago de
Jerez, los jesuitas iniciaron sus misiones
entre los guaranes del Itatn.
Este proceso de expansin misional
supuso, en esa etapa, la fundacin de
ENTRE
1641-1685
evacuados
del
Uruguay,
fueron
trasladados a nuevos asentamientos. De
las trece reducciones del Guair, apenas
se restablecieron dos; de las del
Acaray-Yguaz, solo qued una; de las
del Tap y Uruguay oriental, se
rescataron cinco; y de las del Itatn,
perduraron nicamente dos.
Tambin hubo bajas en el plantel de
los misioneros. Varios perdieron la vida
por muerte violenta y otros por penurias
y enfermedades. De todos modos, ya en
1644, tras la recepcin de una nueva
remesa de jesuitas, las reducciones de
guaranes contaban con cincuenta
sacerdotes para las veinte reducciones
que se hallaban entre el Paran y el
No menos importante en el
desarrollo de esta dimensin autonmica
de las misiones fue la creacin de las
milicias. Surgieron por la necesidad de
defenderse ante los ataques paulistas y
obtuvieron permiso real para portar
armas de fuego, por lo que se
convirtieron en una fuerza permanente,
equipada y adiestrada con regularidad.
Con ello, no solo se brind seguridad al
distrito, sino que benefici a las
autoridades provinciales que las
utilizaron en mltiples ocasiones. En
ausencia de fuerzas militares regulares,
salvo el presidio de Buenos Aires, los
gobernadores de ambas provincias
requirieron a las autoridades jesuticas
contribuyeron a
consolidar
esta
tendencia que fue diferenciando a las
misiones. Vencidos los plazos de
exencin de las distintas reducciones
antiguas y nuevas, se hizo necesario que
la Corona censara a los indios y
estableciera el tributo correspondiente.
Dicha medida tuvo lugar despus de la
visita del oidor Juan Blzquez de
Valverde en 1657, quien empadron a
los indios y fij el nmero de los
tributarios. Tiempo despus, tras un
largo debate, se determin el monto a
pagar, consistente en un peso por cada
indio varn entre los 18 y los 50 aos.
Esa tasa anual per capita era inferior a
la que abonaba el resto de los indios
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comercializacin de la yerba, o la
disponibilidad de las milicias en apoyo
de las decisiones reales, dejaron
siempre un sabor amargo y un
resentimiento muy notorio en la
Provincia del Paraguay.
Ejemplo de esa sorda tirantez fue la
trascendencia que adquirieron algunos
conflictos vividos en esa provincia. Uno
de ellos fue protagonizado por el obispo
fray Bernardino de Crdenas entre 1644
y 1651, mientras que el segundo tuvo
como protagonistas a Jos de Antequera
y Castro y el movimiento comunero en
dos etapas: 1721-1725 y 1730-1735. En
ambos casos el enfrentamiento con los
jesuitas cont con el apoyo del sector
misional
haba
comenzado
a
modificarse: la sociedad colonial
paraguaya y rioplatense empezaba a
extenderse y a ganar espacios para el
desarrollo de las estancias de ganado y
la explotacin de las vaqueras de la
Banda Oriental y el Ro Grande. El
antiguo aislamiento, que durante tantos
aos haba protegido a las misiones,
comenz a diluirse, y los contactos y las
disputas por los espacios no tardaron en
aparecer y multiplicarse. La presencia
de los portugueses era ya un hecho en el
litoral atlntico y su deslizamiento hacia
el interior de Ro Grande provoc un
nuevo conflicto entre 1762 y 1763. Pese
a ello, su avance era inevitable, y las
BIBLIOGRAFA COMENTADA
La informacin sobre este tema es
inmensa. La bibliografa, que durante
mucho tiempo tuvo un tono polmico,
se ha normalizado y, con mejor
informacin y comprensin, aborda hoy
las distintas dimensiones de aquella
empresa misional y las caractersticas
de la sociedad colonial y guaran de
CAPTULO VII
EL VIRREINATO
DEL RO DE LA PLATA (17761810)
Herib Caballero Campos
Este captulo abarca la etapa que va
desde el establecimiento del Virreinato
del Ro de la Plata, en 1776, hasta la
independencia del Paraguay, en 1811.
Durante este periodo ocurrieron
significativas transformaciones en la
Provincia del Paraguay, siendo una de
las ms resaltantes la integracin al
mercado regional de la cuenca del Ro
de la Plata.
Durante los ltimos cuarenta y cinco
aos de dominio espaol, se
desarrollaron nuevas dinmicas sociales
y econmicas relacionadas con los
procesos histricos descritos en el
captulo V. Dichas dinmicas obligaron
a la sociedad a redefinirse en cuanto a
las relaciones entre los diversos actores
y sus identidades en el seno de la
sociedad provincial paraguaya.
Esta sociedad en transformacin es
la que se encontr a finales de la
comerciantes
porteos
invirtieron,
mediante crditos o habilitaciones, en la
explotacin yerbatera.
A lo largo de este periodo los
principales rubros de la economa
paraguaya fueron la yerba, el tabaco, la
madera, el comercio y la industria naval.
La produccin de yerba mate
Con las nuevas condiciones
comerciales,
fueron
varios
los
comerciantes
asuncenos
que
se
dedicaron con mayor fuerza a la
explotacin de los yerbales. Segn el
historiador norteamericano Thomas
Whigham, la explotacin de la yerba se
expandi a nuevos territorios, lo que
Tabaco.
Tal era el nivel alcanzado por el
contrabando del tabaco hacia las
denominadas provincias de abajo, que
el cronista Francisco de Aguirre
escribi que detener dicho comercio
ilcito era como intentar poner puertas
al monte. En 1809, la produccin cay
a tan solo 4.447 arrobas, lo que llev al
virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros a
prohibir la libre comercializacin del
tabaco en el interior de la Provincia del
Paraguay. La medida provoc la
enrgica protesta del Cabildo el 10 de
febrero de 1810, aunque, en una etapa
marcada por los prolegmenos de la
independencia, la medida no fue
cumplida.
Tal fue el rechazo al sistema
monoplico representado por la Real
Renta de Tabacos que en el Congreso
del 17 de junio de 1811, Mariano
Antonio Molas propuso en su voto que
quedara extinguido el Estanco del
Tabaco quedando de libre comercio
como
otros
cualquier
fruto
y
producciones de esta Provincia. El
tabaco que se encontraba en los
depsitos de la Real Renta fue utilizado
para pagar a las tropas que participaron
de las batallas de Paraguar y Tacuary en
1811.
La exportacin de maderas
LA SOCIEDAD
LA SITUACIN DEMOGRFICA
As
como
se
produjeron
transformaciones
en
el
aspecto
econmico, la Provincia del Paraguay se
encontraba inmersa, al igual que todo el
subcontinente, en una intensa dinmica
demogrfica. La poblacin aument,
pasando de las 85.138 personas en 1761
a los 108.070 habitantes segn el censo
de 1799, como se puede ver en la
siguiente tabla.
LA EXPANSIN TERRITORIAL
Con el aumento demogrfico, la
poblacin comenz a buscar nuevas
LA IGLESIA EN EL PARAGUAY
Una de las funciones que tuvieron
los intendentes fue el vicepatronato
regio de la Iglesia catlica en sus
respectivas provincias. Esta situacin
fue origen de numerosos conflictos entre
el clero y los nuevos gobernadores, por
diversas cuestiones, la mayora de ellas
BIBLIOGRAFA COMENTADA
En cuanto a crnicas de la poca,
deben ser consultadas las obras de Flix
de Azara, Descripcin General del
Paraguay (Madrid, Alianza Editorial,
1992) y Viajes por la Amrica
Meridional (Madrid, Espasa Calpe,
1969); y de Juan Francisco de Aguirre,
Diario (Buenos Aires, Biblioteca
Nacional, 1948-9).
Con respecto al funcionamiento de
la intendencia del Paraguay cabe
destacar la obra de John Lynch,
Administracin colonial espaola
1782-1810.
El
Sistema
de
intendencias en el Virreinato del Ro
de la Plata (Buenos Aires, EUDEBA,
1962); de Edberto scar Acevedo, La
intendencia del Paraguay en el
Arandur, 2006).
Para una informacin general sobre
economa y demografa est la
magnfica obra de Jan M. G.
Kleinpenning, Paraguay 1515-1870. A
Thematic
Geography
of
its
Development
(Frankfurt,
Iberoamericana/Vervuert, 2003).
Para comprender en profundidad
aspectos como las identidades de la
poblacin, el demogrfico y de la
expansin al eembuc, se encuentra la
obra pionera y sumamente relevante de
Ignacio Telesca, Tras los expulsos.
Cambios demogrficos y territoriales
despus de la expulsin de los
jesuitas (Asuncin, CEADUC, 2009).
En cuanto al poblamiento y la expansin
en la regin nortea, debe tenerse en
cuenta la obra de Rene Ferrer, Un
siglo de expansin colonizadora.
CAPTULO VIII
DE LA INDEPENDENCIA A LA
GUERRA
DE LA TRIPLE ALIANZA (18111870)
NIDIA R. ARECES
En 1810, las colonias americanas
iniciaron un complejo proceso de
disolucin
del
gran
conjunto
multicomunitario que era el Imperio
Aguirre.
Para enfrentar al ejrcito invasor
enviado por la Junta de Buenos Aires, se
organiz una fuerza militar que todava
tena mucho de las formaciones
milicianas vigentes durante la colonia.
La victoria frente a los porteos tuvo
como consecuencia que los capitanesestancieros que lideraron el ejrcito
paraguayo entraran activamente en la
vida poltica, y constituyeran uno de los
pilares de los acontecimientos que
sobrevendran. Despus de la derrota
del general Belgrano, el teniente-coronel
Fulgencio Yegros, desde Itapa, y el
general Manuel Atanasio Cavaas,
desde la Cordillera, imbuidos de
proyectos
separatistas
y
revolucionarios, prepararon una marcha
hacia la capital. Las circunstancias
polticas precipitaron los hechos y
obligaron a los integrantes del ejrcito
victorioso a actuar rpidamente en mayo
de 1811. En el transcurso de esos
sucesos se haban producido distintas
reacciones, siendo una de ellas, la ms
extrema, la proveniente del ncleo ms
acaudalado de los espaoles, cuando
corri la falsa noticia de la derrota de
las fuerzas provinciales frente a
Belgrano, avalada por la apresurada
huida del campo de operaciones del
ltimo gobernador-intendente Bernardo
de Velasco y Huidobro. Prestamente
tendencias
autnomas
y,
por
consiguiente, los fundamentos de
constitucin de un Estado independiente
que,
como
otros,
se
estaba
desprendiendo del antiguo virreinato
rioplatense.
As, en este segundo Congreso, a
travs de una amplia convocatoria, se
asegur
la
incorporacin
de
representantes de las poblaciones ms
alejadas del interior y, por consiguiente,
la participacin poltica de la campaa.
El Congreso cont, de esta manera, con
una importante representacin popular
que previamente se haba reunido en
asamblea en sus comunidades de origen,
superando los mil diputados. Segn los
del
simple
consentimiento
al
autogobierno, del pueblo en tanto cuerpo
al individuo autnomo. Se usaba el
trmino ciudadano haciendo alusin al
titular de los derechos polticos, natural
de la provincia, residente en la
jurisdiccin, hombre casado o soltero
mayor de veintitrs aos, categora que
ya no poda confundirse con la de
vecino, como el que fue convocado y
particip en los cabildos abiertos o en
las Juntas y Congresos de 1810 y 1811.
Sin embargo, a pesar del intento para
que el beneficio alcanzara a un nmero
significativo de personas, el derecho a
la ciudadana se ejerci nicamente en
circunstancias especficas y, por
durante la dictadura.
ciudades de Hispanoamrica.
El marco referencial de este proceso
poltico era el de una sociedad en la
que, hasta ese momento, detentaban el
poder familias de antigua prosapia
colonial. Los comerciantes y viajeros
ingleses que recorrieron y residieron en
la regin rioplatense entre 1809 y 1820,
como
los
hermanos
Robertson,
apreciaron que Paraguay tena aunque
no duques o marqueses, s unas clases
comparativamente ricas, siendo ellas
quienes reciban y se dividan las
ganancias anuales por la produccin que
haban embarcado. Los productores y
los comerciantes ms beneficiados se
ubicaban en la cspide de la pirmide
LA DICTADURA DE FRANCIA
Iniciado
el
proceso
de
independencia,
las
rivalidades
faccionales fueron de corta duracin al
imponerse la autoridad, indiscutible y
legitimada, del Dr. Francia, quien se
erigi en portavoz del pueblo
licencias,
afirmando
el
control
paraguayo sobre el ingreso de
productos, pero, al mismo tiempo,
manteniendo la libre navegacin de los
ros. Francia sostuvo con firmeza que
las naciones independientes solo
comercian con quien quieren, cuando y
como quieren y les acomoda, cesando
cuando no [lo] consideran conveniente
por cualquier motivo. A partir de su
designacin como dictador, Gaspar
Rodrguez de Francia nicamente otorg
permisos especiales a los que deseaban
exportar por va fluvial los frutos del
pas y la madera, siempre que los
dueos de las embarcaciones se
comprometieran a regresar con armas y
estudiados,
teniendo
en
cuenta,
principalmente, la aptitud y la adhesin
a la causa de la Repblica, y se
aplicaban
severos
castigos
y
reprimendas a los contraventores. Los
sueldos de los militares eran superiores
a los de cualquier categora burocrtica,
aunque se retena una parte de ellos para
alimentacin y vestuario, cuyas remesas
provenan de las Estancias de la Patria.
La administracin de la dictadura
tambin se centraliz en la persona del
propio Francia, de quien dependan
directamente todos los funcionarios,
desde los residentes en Asuncin (como
el Secretario de Gobierno o Fiel de
Fechos) hasta el ms insignificante
soberana e independiente.
En Paraguay, la modernidad tard en
expresarse y configurarse porque no se
dieron transformaciones en las pautas
sociales y culturales, e incorporaciones
de prcticas modeladoras de cambios en
la sociedad civil y en el Estado acordes
con una poltica moderna. Esto tambin
se visualiz en el cuerpo doctrinario
jurdico, cuya base fundamental durante
el francismo y en los primeros tiempos
del
lopismo
siguieron
siendo,
bsicamente, las leyes y los cdigos que
rigieron durante la colonia, excepto que
el ejecutivo estableciera lo contrario al
hacer uso de esa concentracin de poder
de la cual gozaba.
LA REPBLICA DE CARLOS A.
LPEZ
La confusin se apoder del pas
cuando aconteci la muerte del Dr.
Francia, el 20 de septiembre de 1840.
Se inici, entonces, una crisis de
sucesin en la cual los hombres ms
cercanos al dictador, como Policarpo
Patio y Manuel Antonio Ortiz,
pugnaron por ocupar la presidencia.
Despus de un tiempo marcado por la
inestabilidad poltica, se hizo cargo del
gobierno una Junta provisional bajo
control militar hasta que, en 1841, se
constituy el segundo Consulado,
Catecismo
cvico
(1855),
que
transmitan nociones bsicas acerca del
gobierno representativo y de los
derechos individuales, afirmando que
despus de la idea de Dios y de la
Humanidad, la idea de Patria es la ms
sublime y fecunda en inspiraciones
heroicas. Ms tarde, Francisco Solano
Lpez hizo reimprimir el Catecismo de
San Alberto, insinuando (quizs) sus
intenciones monrquicas, texto que
desapareci de las escuelas y
bibliotecas una vez concluida la guerra.
El gobierno de Carlos A. Lpez,
imbuido de las ideas de la poca, se
empez a plantear la cuestin de la
esclavitud, que haba existido en
institucional,
con
todas
las
transformaciones que encerraba, y
profundizado durante el gobierno del
mariscal Francisco Solano Lpez,
experiment un fuerte quiebre con la
Guerra Grande. El excedente de las
Estancias del Estado represent, a fines
del gobierno del Dr. Francia y durante
las presidencias de los Lpez, un
importante rubro para las rentas
estatales, mientras que el sobrante de
ganado y cueros fue exportado por
cuenta del Estado.
En poca de Carlos A. Lpez surgi
un nuevo y rico grupo de familias
notables vinculadas con los cambios
econmicos
que
se
estaban
ms activa y renovada.
Despus de la renuncia del
gobernador de Buenos Aires, Juan
Manuel de Rosas, y del reconocimiento
de la independencia paraguaya por la
Confederacin Argentina lo que tuvo
como efecto habilitar el libre acceso del
Paraguay al mar, se intensificaron las
relaciones con el mundo exterior. A
comienzos de 1850, Paraguay celebr
tratados comerciales con varios estados
europeos y el creciente bienestar del
pas hizo surgir un mercado, sin duda
limitado, pero lucrativo, para artculos
europeos. Al menos en Asuncin, las
telas inglesas conquistaron el mercado y
en las familias de la alta sociedad la
ministros
de
Exterior,
Interior,
Hacienda, Guerra y Marina, los
funcionarios administrativos fueron
directamente
designados
por
el
presidente Lpez, conformando as un
cuerpo plenamente cooptado por el
Ejecutivo.
El Estado francista haba formado un
personal que, en algunos casos, continu
en la funcin administrativa y poltica
durante la poca de los Lpez como, por
ejemplo, Juan Manuel lvarez y
Domingo Francisco Snchez. El primero
provena de la comandancia de
Concepcin y, desde 1827, haba
servido como ministro de Hacienda.
Despus de la muerte de Francia
exterior.
A propuesta de Juan Andrs Gelly,
en ese entonces encargado de negocios
ante el Imperio, se iniciaron las
tratativas para demarcar los lmites
entre los dos estados. Se reconoca
como divisoria el ro Negro, en la
margen derecha del Paraguay, siempre
que se aceptara el ro Blanco en la
margen izquierda, y se dejaba neutral el
territorio comprendido entre este ltimo
y el Apa. La intencin paraguaya, con
ese tratado, era preservar la zona
comprendida entre los ros Apa y
Blanco, an no ocupada por el Imperio
brasileo, aunque, por primera vez,
Paraguay renunciaba explcitamente al
LA REPBLICA DE FRANCISCO
SOLANO LPEZ
El presidente Carlos A. Lpez
redact un pliegue constitucional, en el
cual design a uno de sus hijos, el
entonces brigadier Francisco Solano
Lpez, presidente provisorio, e hizo
obligatoria la convocatoria a una
diplomticas
problemticas,
se
abandon la poltica de neutralidad y de
bloqueo interno defendida e impuesta
por el Dr. Francia y se firmaron tratados
de amistad, comercio y navegacin
algunos nunca ratificados con los
pases vecinos, Francia y los Estados
Unidos de Norteamrica, propugnando
una poltica de equilibrio en la regin
del Plata.
El capital poltico con que contaba
el nuevo mandatario se asent
originalmente en el poder que su padre,
el Excelentsimo, como se lo conoca,
haba logrado acumular en su
prolongado
gobierno.
Pero
sus
proyectos diferan. Segn la opinin de
Sin embargo,
gozaban de
un
reconocimiento de la poblacin, que
respetaba las tradiciones y era
profundamente devota, situacin que se
mantuvo durante los Lpez.
El
mdico
italiano
Paolo
Mantegazza, que visit el Paraguay en
tiempos de Carlos A. Lpez, opin,
desde una perspectiva muy parcial, que
la familia Lpez y otras familias
parsitas constituan una menguada
aristocracia enigmtica. Entre este
grupo y el sector de esclavos se
encontraba, segn este viajero, una
multitud con una economa frugal a
base de mandioca y carne, y sealaba
que la clase popular urbana era muy
compartida
que
sustituyera
las
rivalidades y las disputas que haban
predominado en sus relaciones. Esta
cooperacin no se dio y, por el
contrario, la Alianza tuvo que enfrentar
divergencias que se manifestaron en el
curso de los acontecimientos. Desde la
segunda mitad de 1866, con excepcin
de la inflexible decisin del Imperio del
Brasil, tanto Argentina como Uruguay
quisieron poner fin al conflicto. El
desastre aliado en Curupayty asust de
tal manera al Congreso argentino, que
autoriz a Mitre a negociar con el
Paraguay una tregua o una paz definitiva
y a no cumplir el tratado, pero el
Gobierno imperial recus la iniciativa y
porque
interfiri
profunda
y
decisivamente en la vida de las
poblaciones que se vieron afectadas con
la movilizacin de hombres y recursos,
la destruccin de las actividades
productivas y la interrupcin de los
intercambios comerciales. Para otros, no
alcanz tal dimensin; si bien es cierto
que afect a civiles y militares por
igual, fue de tal magnitud que involucr
a la mayor cantidad de soldados que
recuerda la historia de Amrica Latina.
Habra que analizar en profundidad
algunas cuestiones que ataen no solo a
los elementos materiales, sino a los
sentimientos de pertenencia identitaria, a
las formas de hacer poltica y a las
BIBLIOGRAFA COMENTADA
Nuevos,
Coloquios:
2006.
http://nuevomundo.revues.org/index2074.htm
Distintos textos y temas son analizados
por Milda Rivarola en La polmica
francesa sobre la Guerra Grande
(Asuncin, Editorial Histrica, 1988).
Margarita Kallsen Gini elabora un
completo estado de la cuestin en
Referencias bibliogrficas de la
historia paraguaya. Guerra contra la
Triple Alianza (Asuncin, Estudios
Paraguayos, Universidad Catlica, v. 1,
1989). Los trabajos editados por
Nicolas Richard (e. a.), Les guerres du
Paraguay aux XIX et XX sicles (Paris,
CoLibris ditions, 2007), brindan una
mirada global sobre los conflictos
blicos paraguayos de los tiempos
contemporneos.
Por ltimo, es de rigor citar las
obras de algunos autores que aparecen
CAPTULO IX
RECONSTRUCCIN, PODER
POLTICO
Y REVOLUCIONES (1870-1920)
Liliana M. Brezzo
Dirimidas las pugnas por hacerse
con el poder por parte de las facciones
polticas emergentes en la primera
dcada de la posguerra, finiquitadas las
cuestiones de lmites con los gobiernos
LA SOCIEDAD DE LA POSGUERRA
La guerra del Paraguay contra la
Triple Alianza fue nica en el escenario
latinoamericano por su duracin, el
nmero de vctimas y sus consecuencias.
Si tenemos en cuenta la desproporcin
entre los problemas regionales que
constituyeron sus antecedentes y su
desproporcionadas y difciles de
contener.
La evocacin de estos efectos
negativos de la guerra exime de la
necesidad de abundar en los destrozos
ocasionados por el paso de las tropas
enemigas en territorio paraguayo.
Asuncin fue saqueada, a partir del mes
de enero de 1869, cuando entraron las
fuerzas aliadas: los muebles de las
casas, las mercaderas, todo lo que
constitua la fortuna de sus habitantes fue
robado, as como los depsitos
particulares de tabaco, cueros y suelas.
Estos
destrozos
afectaron
ms
crudamente a los que tenan algo que
perder, aunque fuese poco. Los
ingleses.
A mediados de la dcada de 1880,
cuando la tierra triplic su valor, una
multitud de bancos empez a instalarse
en Paraguay. Hacia 1887, entre otros,
Enrique Solano Lpez, uno de los hijos
del ex presidente Francisco Solano
Lpez, promovi la creacin del Banco
Territorial y Agrcola, con el objetivo
de operar con crdito agrcola y efectuar
transacciones hipotecarias y bancarias
en general. Tiempo despus, en 1895,
comenz a funcionar el Banco
Territorial del Paraguay, establecido
para invertir en tierras que iban a ser
subdivididas para su venta a
compradores nacionales y extranjeros.
aspectos: la democratizacin de la
sociedad
paraguaya;
la
institucionalizacin de un Ejrcito
profesionalmente mediocre, pero que se
presentaba como una fuerza poltica
formidable en aos electorales; la
primaca de los civiles ms capaces
para los cargos pblicos, sin importar su
filiacin partidaria; la realizacin de
elecciones libres y transparentes, sin
interferencias gubernamentales; y la
emergencia de un Poder Judicial
independiente. Las medidas tomadas por
el general-presidente con vistas a la
profesionalizacin del Ejrcito y la
Marina tuvieron gran trascendencia. En
primer lugar, para lograr que las Fuerzas
cesaron
en
ningn
momento,
configuraron un malestar poltico que
fue profundizndose rpidamente. Las
presiones ms intensas provinieron de
un sector de oficiales subalternos
liderados por el joven e impetuoso
mayor Albino Jara, que se haba hecho
muy popular a base de prestigios no
siempre envidiables. Este opt por la
carrera de las armas y en 1897 fue
becado a Chile, donde egres de alfrez.
El movimiento de 1904 contribuy a
catapultarlo, y cuatro aos despus entr
en el Ministerio de Guerra y Marina,
convirtindose
en
la
figura
desestabilizadora de la situacin. El 2
de julio de 1908 la tensin poltica tuvo
un pronunciamiento militar, y a su
gobierno emergente, como una dictadura
castrense, porque haba disuelto los
poderes Legislativo y Ejecutivo,
suspendido las garantas individuales,
encarcelado a personas, dictado y
derogado leyes, y reclutado tropas.
Luego de la denuncia colorada hecha el
21 de septiembre, el Gobierno impuls
una fuerte accin represiva contra los
opositores: decenas de presos polticos
fueron enviados a Baha Negra
muchos de ellos personas de
representacin social, deportados o
encarcelados. Mientras estas medidas
cavaban abismos en la familia
paraguaya, el Poder Ejecutivo resolvi
LIBERALISMO Y ESTABILIDAD
En el interregno transcurrido desde
1902 hasta 1912, ningn presidente civil
exteriorizaciones,
tena
como
caractersticas indiscutidas su honradez
y su buen criterio, aunque se le
adjudicara la carencia de algunas
aptitudes polticas, sobre todo cierta
ingenuidad y un escaso conocimiento de
los hombres.
Manuel
Franco
asumi
la
presidencia el 15 de agosto de 1916.
Sus esfuerzos, en los primeros meses de
gestin, se dirigieron a la rama
administrativa, preocupndose por
disminuir los gastos pblicos, a la vez
que impuls dos proyectos de especial
relevancia: la reforma de la ley
electoral, sancionada en 1917, sobre las
bases de la emisin secreta del voto y
BIBLIOGRAFA COMENTADA
CAPTULO X
GUERRA
INTERNACIONAL Y
CONFRONTACIONES
POLTICAS (1920-1954)
Ricardo Scavone Yegros
Durante la dcada de 1920, se inici
en el Paraguay el periodo de ms
generalizado cuestionamiento a la
democracia liberal, con el argumento de
relacin
con
los
mercados
internacionales.
El primer comprador de los
productos paraguayos era Argentina,
como importador genuino, pero tambin
como pas de trnsito, ya que en sus
puertos y en menor medida en los del
Uruguay, la carga se redespachaba
hacia otros destinos. Paraguay dependa
de esa relacin, que no solo pesaba por
su propio valor, sino porque Argentina
dominaba la salida y el ingreso de su
comercio exterior, tanto en cuanto al
transporte fluvial como al ferroviario.
El funcionamiento regular del
aparato estatal en medio de la crisis
recay sobre el ministro de Hacienda,
Ejecutivo al vicepresidente de la
Repblica, Flix Paiva. Sin embargo,
este no pudo formar un gabinete que
satisficiera a las dos fracciones y
renunci, a su vez, el 3 de noviembre.
La solucin de la crisis se alcanz el 7
del mismo mes, cuando el Congreso
acept ambas renuncias y design como
presidente provisorio de la Repblica al
senador Eusebio Ayala, quien se haba
mantenido ajeno a las pugnas que
dividan al radicalismo.
AL BORDE DE LA GUERRA
El Partido Liberal present para el
territorio.
La controversia comenz en 1852,
cuando el representante de Bolivia en
Buenos Aires protest contra el tratado
de lmites suscrito ese ao entre el
Paraguay y la Argentina, e invoc los
derechos de su pas al Chaco. Hasta ese
momento, Paraguay no tena dudas en
cuanto a su dominio sobre la regin
chaquea y de que los lmites con
Bolivia se encontraban tierra adentro. El
gobierno boliviano confirm, luego, que
sus aspiraciones, fundadas en la
jurisdiccin de la antigua Audiencia de
Charcas, abarcaban todo el Chaco
Central y Boreal, hasta la confluencia de
los ros Bermejo y Paraguay. De todas
celebraron
en
Buenos
Aires
conferencias entre delegados del
Paraguay y Bolivia en los aos 1927 y
1928. La delegacin paraguaya plante
como
cuestin
previa
el
restablecimiento del statu quo de 1907,
pero la delegacin de Bolivia rechaz la
interpretacin paraguaya en cuanto a los
alcances y la vigencia de dicho statu
quo. El gobierno argentino propuso,
entonces, el retiro por parte de los dos
pases de los fortines ms prximos y el
establecimiento
de
una
zona
desmilitarizada, con el fin de evitar
choques en el territorio en disputa. Las
delegaciones no pudieron ponerse de
acuerdo sobre esta propuesta y las
y Francisco Brizuela.
Las tropas combatientes debieron
enfrentarse no solo a las fuerzas
enemigas sino, antes que nada, a las
grandes dificultades naturales del
territorio chaqueo. El problema ms
angustioso fue el de la falta de agua, que
se cobr miles de vidas y oblig a que
la caballera combatiera sin caballos y a
que el transporte de provisiones y otros
elementos se efectuara principalmente
por medio de camiones. Las deficiencias
del transporte y las limitaciones para el
abastecimiento frenaron, muchas veces,
el avance regular de las operaciones
militares.
Asimismo, el pas tuvo que
LA REVOLUCIN DE 1936
Los paraguayos que tomaron parte en
la Guerra del Chaco volvieron a la
normalidad de sus vidas animados por
ansias de renovacin. Haban integrado
una organizacin eficaz que consigui
expulsar al enemigo del territorio en
LA PRECARIA RESTAURACIN
CONSTITUCIONAL
de la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional, doctor Flix
Paiva, quien haba militado en el Partido
Liberal. Este acept la responsabilidad,
con la condicin de que se restableciera
el imperio de la Constitucin de 1870 y
se le dejase libertad de accin en el
gobierno. Las Fuerzas Armadas se
reservaron los Ministerios del Interior y
de Guerra y Marina, mientras que las
dems carteras fueron confiadas a
profesores de la Facultad de Derecho.
De todos modos, los militares no se
retiraron a sus cuarteles ni se mostraron
dispuestos a dejar de influir en la
gestin gubernamental.
La
restauracin
constitucional
ESTIGARRIBIA Y LA CONSTITUCIN DE
1940
La esperanza de que con la asuncin
del nuevo gobierno se iniciara una etapa
de mayor tranquilidad poltica qued
prontamente desvanecida. La integracin
del gabinete ministerial, con liberales
jvenes y dos jefes militares, despert
las primeras reacciones adversas.
Dentro del liberalismo se objet la
decisin de confiar el Ministerio del
Interior a un jefe del Ejrcito; y muchos
se sintieron decepcionados porque todos
los civiles del gabinete pertenecan al
Partido Liberal. Sectores de las Fuerzas
de
Constitucin,
redactado
de
conformidad con sus orientaciones por
los ministros Justo Pastor Bentez y
Pablo Max Ynsfrn. El documento fue
puesto a consideracin del gabinete y de
los altos mandos militares y,
posteriormente, fue sancionado y
promulgado por decreto del Poder
Ejecutivo, en julio de 1940. Para
guardar
las
formas,
la
nueva
Constitucin fue sometida a un
plebiscito, efectuado a principios de
agosto, sin tiempo ni condiciones para
una genuina deliberacin ciudadana. Una
vez aprobada por el voto popular, fue
jurada solemnemente el 15 de agosto de
ese ao.
Pampliega
aceptaron
asumir
la
conduccin del
pas
en esas
circunstancias, y el presidente pudo
continuar en el cargo, con la autoridad
muy disminuida y con el compromiso de
proceder de una vez a la apertura
democrtica.
El general Mornigo reconstituy su
gabinete designando como ministro del
Interior a un civil y como ministro de
Hacienda a J. Natalicio Gonzlez,
destacado
dirigente
del
Partido
Colorado, quien ya antes se haba
aproximado al Gobierno y desempeaba
las
funciones
de
ministro
plenipotenciario en el Uruguay. El nuevo
ministro del Interior anunci, poco
increment en casi
estimaciones oficiales.
30%,
segn
GUIONES Y DEMOCRTICOS
El triunfo del Gobierno en la guerra
civil fue, en gran medida, obra del
Partido Colorado, que desde ese
momento se mostr resuelto a asumir
plenamente la direccin poltica del
pas. Pero si para la conquista del poder
pudieron disimularse las diferencias
existentes en su seno contenidas
adems por la autoridad moral del
presidente del partido, doctor Juan Len
guiones.
Los comicios se efectuaron en
febrero de 1948 con una nica frmula,
y Natalicio Gonzlez qued electo para
el periodo 1948-1953. La Cmara de
Representantes se instal en el mes de
abril solo con colorados. El traspaso del
mando presidencial estaba previsto para
el 15 de agosto, pero seguidores del
presidente electo decidieron sacar del
medio al general Mornigo, de quien se
sospechaba que pretenda dar un golpe
para asegurar su continuidad en el
poder, o que iba a permanecer como
comandante en jefe de las Fuerzas
Armadas o ministro de Defensa durante
el gobierno de su sucesor, manteniendo
LA PRESIDENCIA DE FEDERICO
CHAVES
El
sector
democrtico
del
coloradismo qued, as, al frente de la
conduccin del Estado, pero no mostr
apuro por restablecer la democracia, ni
la plena vigencia de las libertades
individuales, ya que, en su concepto,
haca falta previamente asegurar la
pacificacin espiritual del pas. En
noviembre de 1949, se convoc a
nuevas elecciones presidenciales, que se
pas.
A principios de 1953, el presidente
Chaves declar que la etapa de
pacificacin espiritual se haba
cumplido, pero que estaban pendientes,
para restablecer las libertades pblicas,
las de fortalecimiento econmico y
reconstruccin del pas. La inflacin, el
contrabando y las especulaciones con
los permisos de importacin y con el
cambio de divisas entorpecieron el
desarrollo regular de las actividades
econmicas. El Gobierno adopt un Plan
de Estabilizacin y Fomento, cuyos
principales impulsores y ejecutores
fueron Guillermo Enciso, ministro de
Hacienda, y Epifanio Mndez Fleitas,
BIBLIOGRAFA COMENTADA
Aunque no existen estudios
completos acerca del periodo que
CAPTULO XI
EL RGIMEN DE STROESSNER
(1954-1989)
Andrew Nickson
Alfredo
Stroessner
Matiauda
gobern el Paraguay desde el 15 de
agosto de 1954 hasta el 3 de febrero de
1989. Tambin conocido como El
Rubio, Mburuvicha y el Segundo
Reconstructor, fue el jefe de Estado
1962.
Animados por el xito de la
revolucin cubana de 1959 y la divisin
dentro del Partido Colorado, nacieron
espordicos movimientos guerrilleros en
Argentina, como los disidentes liberales
pertenecientes al Movimiento 14 de
Mayo y los comunistas agrupados en el
Frente Unido de Liberacin Nacional
(FULNA). Sin embargo, las fuerzas de
contrainsurgencia de las Fuerzas
Armadas los destruyeron para mediados
de la dcada de 1960. Una importante
consecuencia de la fallida oposicin
armada fue la gran limitacin al disenso
democrtico
dentro
del
pas.
Constantemente acusados de planear el
Estos
productos
reemplazaron
rpidamente los bienes tradicionales de
exportacin, como tabaco y derivados
de la carne, en la generacin de divisas.
Los nuevos intereses econmicos
asociados con este boom de los cultivos
(granjeros brasileos y corporaciones
agrointernacionales) fortalecieron el
bloque agroexportador, cuyos intereses
fueron crecientemente representados por
el rgimen de Stroessner. Al examinar el
impacto poltico y social de la
expansin econmica durante la dcada
de 1970, James Painter argumenta que
Stroessner demostr la misma capacidad
de adaptacin a los cambios domsticos
e internacionales que hizo en el periodo
recepcin oficial.
Mientras tanto, el descontento social
fue despiadadamente aplastado. Un
movimiento campesino independiente,
las Ligas Agrarias Cristianas (LAC),
surgi durante la dcada del sesenta
como reaccin al desigual sistema de
tenencia de la tierra y cont inicialmente
con el apoyo de la Iglesia catlica.
Cuando el movimiento comenz a
desafiar el tradicional apoyo campesino
al Partido Colorado, el rgimen acus a
la Iglesia de fomentar el comunismo. Las
LAC fueron destruidas en 1976, cuando
se vincul a algunos de sus lderes con
un incipiente grupo guerrillero, la
Organizacin Primero de Marzo (OPM),
coloradismo.
Las cada vez ms profundas
divisiones dentro del Partido Colorado
culminaron en una ruptura abierta luego
del congreso partidario celebrado el 1
de agosto de 1987. En l, los militantes
tomaron el control del aparato de la
ANR por la fuerza y prohibieron la
entrada
de
los
delegados
tradicionalistas. Una lista dura de cuatro
candidatos militantes, llamada el
cuatrinomio de oro, fue electa para
liderar el partido sin oposicin. Estaba
encabezada por Sabino Augusto
Montanaro, ministro del Interior, que
ocup la presidencia de la Junta de
Gobierno; Adn Godoy Jimnez,
cuestin
ms
democratizacin.
amplia
de
la
Federacin de la Produccin, la
Industria y el Comercio (FEPRINCO) y la
Unin Industrial Paraguaya (UIP)
hicieron causa comn en la primera
crtica abierta a la poltica econmica
del rgimen.
Asimismo, la rpida ascendencia de
los militantes gener ms inquietud en
Washington, ya que, adems de la
polarizacin de la situacin poltica, se
convirtieron en el principal obstculo
para la implementacin de un programa
de estabilizacin econmica. Esto
obedeci, principalmente, a que la
puesta en marcha de severos recortes
del gasto pblico (medida recomendada
por el FMI) daara seriamente su base
presidente
colorado
Bernardino
Caballero (1880-1886). De acuerdo con
la mitologa del partido, mientras que a
Caballero se le atribuy el haber
restablecido la deshecha economa en
los aos posteriores a la Guerra de la
Triple Alianza, a Stroessner se le asign
el haber garantizado la paz poltica y el
progreso econmico tras la inestabilidad
poltica y la inflacin desenfrenada que
siguieron a la guerra civil de 1947.
Irnicamente, si el rgimen estaba
caracterizado por esta Paz y Progreso,
entonces, por definicin, la oposicin
poltica amenazaba estos logros.
Para el observador independiente,
estos paralelos histricos estn repletos
STROESSNER
Varios intentos se han hecho para
caracterizar al rgimen de Stroessner:
caudillo,
tradicional-autoritario,
transicional del rgimen tipo caudillo a
un rgimen moderno burocrtico
autoritario. Sin embargo, la etiqueta de
caudillismo es cuestionable. Aunque
personalista y violenta, su altamente
centralizada, estable y no carismtica
forma
de
liderazgo
difiere
marcadamente de los clsicos regmenes
de caudillo, como el de Trujillo
(Repblica Dominicana) y Somoza
(Nicaragua). Benjamn Arditi se refiere
BIBLIOGRAFA COMENTADA
Para la caracterizacin del rgimen
son fundamentales los textos de
Marcial Riquelme, Towards a Weberian
characterization of the Stroessner
Myriam
Yore,
La
dominacin
stronista: orgenes y consolidacin,
seguridad nacional y represin
(Asuncin, BASE-IS, 1992); Alfredo
Seiferheld, La cada de Federico
Chaves: una visin documental
norteamericana (Asuncin, Ediciones
Histrica, 1987); Alfredo Seiferheld &
Jos Luis de Tone, El asilo de Pern y
la cada de Epifanio Mndez: una
visin documental norteamericana
(Asuncin, Ediciones Histrica, 1988);
y Anbal Miranda, Estados Unidos y el
rgimen militar paraguayo, 1954-58
(Asuncin, El Lector, 1988). Frank
Mora & Jerry Cooney ofrecen una
visin informativa, pero muy benigna,
del papel de los EEUU en Paraguay
and the United States: Distant Allies
(Athens, Georgia, University of Georgia
Press, 2007). El xito del rgimen en
Conclusiones y Recomendaciones
sobre DDHH en Paraguay (Asuncin,
2008).
No existe un estudio analtico
acerca de la corrupcin durante el
stronato, pero Domingo Lano ofrece
una seleccin de varios casos en
Paraguay: represin, estafa
y
anticomunismo (Asuncin, Ediciones
Cerro Cor, 1979). Para entender la
importancia de la manipulacin de una
ideologa
nacionalista
en
el
sostenimiento
del rgimen son
fundamentales los textos de Peter
Lambert,
como
Ideology
and
opportunism in the regime of Alfredo
Stroessner
(Ideologues
and
ideologies in Latin America, Westport,
Connecticut, Greenwood Press, 1997)
y Myth, Manipulation and Violence:
Relationships between National Identity
CAPTULO XII
DESPUS DE LA DICTADURA
Diego Abente Brun
La noche del 2 de febrero de 1989,
fiesta de la Virgen de La Candelaria, el
pas contempl azorado el golpe militar
que, sospechado tantas veces por
algunos, anunciado por otros y por
muchos soado, finalmente estaba
sucediendo. As, en la maana del 3 de
TRANSICIN A QU?
La proclama de los militares
victoriosos encerraba una profunda
contradiccin. Se iniciaba la transicin,
es cierto, pero transicin a qu? Cmo
conciliar la democracia con el principio
de la continuidad del Partido Colorado
en el poder? Esta contradiccin central
marc todo el periodo de mandato del
sindicalizacin.
c) La legitimacin del nuevo
gobierno a travs de elecciones,
el 1 de mayo de 1989, para
completar el mal llamado
periodo constitucional 19881993 del general Stroessner, y
la participacin de la oposicin
en ellas. Para conseguirlo, haba
que reemplazar previamente el
sistema electoral, instaurado en
1959, de prima de dos tercios
para la mayora y castigo para
las minoras, que se distribuan
proporcionalmente el tercio
restante, por el sistema de
representacin proporcional.
d)
La convocatoria a una
Convencin Constituyente para
la reforma de la Constitucin de
1967.
Sin embargo, el interrogante de si el
proceso se clausurara con la
liberalizacin
pero
sin
una
democratizacin real sigui flotando en
el ambiente. La respuesta no fue el
resultado de un plan o proyecto
premeditado,
sino
que
fue
evolucionando como subproducto de un
proceso poltico mucho ms complejo,
desencadenado por el golpe, pero sobre
el que sus autores tenan un control
limitado. Rodrguez controlaba las
Fuerzas Armadas, mas no estaba claro
Wasmosy.
Sin
embargo,
la
decidida
intervencin del ya general Lino Oviedo
y la virtual toma del edificio partidario
y secuestro de las actas de escrutinio
permitieron que el Tribunal Electoral
declarara ganador a Wasmosy. La herida
causada
fue
profunda
y
sus
repercusiones tuvieron largo alcance.
Los argaistas llegaron a amenazar con
no votar por Wasmosy en las elecciones
nacionales. El general Oviedo particip
activamente en la campaa electoral
recorriendo pueblos y ciudades y, segn
algunos observadores, advirtiendo de
que los colorados que no votaran por
Wasmosy perderan sus puestos de
candidato
liberal
no
consegua
conquistar el voto de los colorados
desafectos, indispensables para ganar, y
que Caballero Vargas s apelaba con
fuerza a esos sectores que, en definitiva,
inclinaran la balanza en una u otra
direccin. La propuesta de una encuesta
sobre cul de las formulas, LanoCaballero o Caballero-Lano, concitaba
mayor apoyo no fue aceptada por el
PLRA, por lo que, finalmente, la
oposicin concurri a las elecciones con
dos candidatos. Algunos sectores del
liberalismo prefirieron este escenario
creyendo que les resultara favorable,
pues Caballero Vargas restara votos a
Wasmosy, con lo que Lano podra
LA TRANSICIN RECOMIENZA
Las elecciones de mayo de 1993,
libres y competitivas, no fueron, sin
embargo, limpias. El
Encuentro
Nacional, por ejemplo, no tuvo acceso
al padrn hasta ltimo momento y, aun
as, no en medios magnticos que
permitieran un rpido chequeo. La Junta
Electoral Central (JEC) era un bnker
controlado
por
operadores
del
wasmosismo y no haba forma de
verificar efectivamente las actas que
llegaban. Sobre el terreno, nicamente
el PLRA logr controlar la mayora de
los lugares de votacin, y como las
transicin.
El gobierno de Wasmosy comenz
marcado por esta doble debilidad.
Hipotecado ante el general Oviedo
desde las internas, Wasmosy tampoco
contaba con mayora parlamentaria. La
oposicin se haba alzado, por primera
vez, con mayora en ambas cmaras del
Congreso: 25 de los 45 senadores y 42
de los 80 diputados. Adems, producto
de la aplicacin del sistema DHondt y
de las elecciones internas directas,
aproximadamente la mitad de los
congresistas colorados pertenecan al
movimiento argaista.
A pesar de su extrema debilidad, el
gobierno de Wasmosy comenz con un
LA DEMOCRACIA EN APRIETOS
La transicin termin y la
democracia se inici, stricto sensu, en
1998, pues ese ao culmin el proceso
iniciado con las elecciones municipales
de 1991 y tuvieron lugar las primeras
elecciones generales libres, limpias y
competitivas. Por ello, quizs, los
procesos preelectoral y electoral de
1998 fueron an ms conflictivos que
los de 1993, y el enfrentamiento ms
duro se dio en el interior del Partido
Colorado.
Luis Mara Argaa volvi a
presentar su candidatura con la certeza
de que esta vez la conquistara. Oviedo,
que a travs de sucesivas chicanas
judiciales vena eludiendo el veredicto
liberara.
En la oposicin el proceso fue ms
fcil. El Encuentro Nacional declin la
candidatura presidencial en favor de
Domingo Lano y propuso como
candidato vicepresidencial a Carlos
Filizzola. Se daba as satisfaccin a la
demanda que el PLRA haba planteado
ya en 1993, de que el candidato a
presidente fuese de dicho partido.
Los resultados electorales de mayo
de 1998 dieron la victoria a la frmula
Cubas-Argaa con un contundente 54%
de los votos, mientras que la frmula
Lano-Filizzola obtuvo el 43% de los
votos. La oposicin tambin dilapid su
mayora parlamentaria y varias de las
oportunidad,
sin
embargo,
fue
tristemente dilapidada. El nuevo
gobierno emergi como un gigante con
pies de barro: contaba con el apoyo
mayoritario de la poblacin y el
respaldo de ms de dos tercios del
Congreso, pero, al no ser producto de
unos comicios, la mayora parlamentaria
corra el riesgo de diluirse con la misma
rapidez con la que se haba formado. La
complejidad del panorama poltico no
era solo coyuntural, sino estructural,
debido a algunos absurdos errores de la
Constitucin de 1992. En efecto, la
clusula de acefala presidencial
estipulaba para dicho caso una lnea de
sucesin y no la eleccin de un sucesor.
oviedismo constantemente.
Desde ese momento, no qued para
Gonzlez Macchi ms que hacer la
cuenta regresiva, ya que las nicas bases
slidas de apoyo que le quedaban eran,
por una parte, los argaistas, temerosos
de una vendetta oviedista y, por la otra,
los sectores democrticos opuestos al
regreso del oviedismo. Los sucesivos
intentos de destituir a Gonzlez Macchi
fracasaron
solo
por
razones
circunstanciales, pues la mayora votaba
en contra, pero no todos por las mismas
razones. Algunos sectores lo hacan
porque estaban convencidos de que el
apoyo de Oviedo a la candidatura de
Franco no poda ser gratuito, y crean
condicin
ineludible
para
la
perpetuacin del sistema. De la misma
manera, el Banco Central fue confiado a
un funcionario cuya misin consisti en
evitar a toda costa el descontrol
monetario y la inflacin. Ambos cargos
cumplieron su funcin con religiosa
puntillosidad hasta poco antes de la
cada del stronismo.
De igual manera, Duarte Frutos
declar el Ministerio de Hacienda zona
de exclusin partidaria, como una
forma de asegurar una administracin
que salvara a su nuevo gobierno de la
catstrofe fiscal y financiera heredada
de la administracin anterior y
acentuada por la crisis econmica de la
partido a otro.
Este hecho, que representa el cambio
poltico ms profundo en la historia
paraguaya reciente, no fue sin embargo
resultado de un parto simple. Si bien es
cierto que la divisin del Partido
Colorado jug un rol importante, no
menos significativa fue la capacidad de
la oposicin de unirse en torno a un
candidato ganador.
Desde 1993, la oposicin enfrentaba
un dilema de difcil resolucin. El
PLRA, la principal fuerza poltica,
contaba con una fuerte base de apoyo
nacional y una estructura electoral
formidable, que le aseguraban una
votacin histrica que oscilaba en torno
BIBLIOGRAFA COMENTADA
La bibliografa de este periodo tan
reciente de la historia paraguaya es
escasa. La primera reflexin colectiva
sobre la etapa inaugurada por el golpe
del 2 de febrero analiza el proceso
desde una perspectiva multidisciplinaria
y es el resultado de una conferencia
realizada en el Kellogg Institute, de la
Universidad de Ntre Dame, a fines de
1989. Los textos estn incluidos en
Diego Abente Brun, Paraguay en
transicin (Caracas, Editorial Nueva
Paraguay
en
transicin.
Un
tratamiento ms extenso se puede
encontrar en Diego Abente Brun, The
Paraguayan Party System in Transition
(Scott Mainwaring and Timothy Scully,
Eds. Party Systems in Latin America,
Stanford University, 1993). Este libro
ha sido traducido al castellano.
Eventos crticos de la dcada de
1990 estn bien analizados en dos
artculos
publicados
en
Nueva
Sociedad: el primero, de Benjamn
Arditi, Elecciones municipales y
democratizacin en el Paraguay (n.
117, 1992); y el segundo, de Esteban
Caballero Carrizosa, Wasmosy. A
tientas en un mundo hostil (n. 137,
1995). La fase final y crtica de este
periodo est estudiada por Jos Mara
Costa y Oscar Ayala Bogarn,
Operacin Geden: Los secretos de un
CAPTULOS
PARA UNA HISTORIA
SOCIAL Y CULTURAL
CAPTULO XIII
simblicos.
La prensa, dirigida por el Gobierno,
cubri ampliamente estos sucesos. El
tradicional Semanario de Avisos y
Conocimientos tiles los describi en
el mismo estilo que los eventos sociales
de la preguerra, solamente que ahora
reprodujo, adems, los discursos
pronunciados por lo que se llam el
bello sexo nacional. Se lleg, incluso,
a tratar a las damas como conciudadanas, con lo que, de esta manera,
un presidente cada vez ms desptico
intent darse una apariencia moderna y
democrtica. Adems, surgieron nuevos
diarios bilinges o solo escritos en
guaran, dirigidos a las clases
agricultura.
En la ltima fase de la guerra,
numerosas mujeres fueron vctimas de la
represin del rgimen de Francisco
Solano Lpez, y resultaron condenadas
por delitos polticos, como el de hablar
de una posible derrota paraguaya o
criticar las condiciones en los
campamentos de soldados. Otras fueron
perseguidas porque pertenecan a una
familia sospechosa, en la que un
pariente masculino estaba implicado en
la conspiracin real o supuesta contra el
presidente, o se haba pasado al bando
aliado. Muchas de las mujeres que se
haban destacado en las reuniones
patriticas no pudieron evitar esta
tropas aliadas.
No todos los hombres paraguayos
murieron en la contienda, pero la
relacin demogrfica entre los sexos
result muy desequilibrada. Haba un
promedio de cuatro mujeres por cada
hombre, y en algunos lugares la relacin
era de una a diez o veinte. Paraguay se
hizo, entonces, famoso en el mundo
como el pas de las mujeres,
refirindose solamente a la situacin
demogrfica, no a la poltica.
A nadie se le ocurri pedir derechos
polticos para las mujeres en los debates
sobre la nueva Constitucin que entr en
vigor. Es cierto que algunos peridicos
publicaron noticias sobre el nacimiento
Primer
Congreso
Internacional
Femenino celebrado en Buenos Aires,
donde presidi la comisin de derecho.
En este congreso considerado el
inicio del movimiento feminista en el
Cono Sur, Dvalos fue nombrada
miembro de la Comisin Interamericana
de Mujeres (CIM), una asociacin que
luch a nivel panamericano por el
sufragio femenino. En 1920, Serafina
Dvalos y Virginia Corvaln, con el
apoyo del diputado Telmaco Silvera,
fundaron el Centro Feminista Paraguayo.
La creacin de esta institucin fue la
consecuencia del fracaso de una
iniciativa anterior, por parte de
Telmaco Silvera, en 1919, para
guerra
anterior,
fue
reconocida
pblicamente, con condecoraciones y
conmemoraciones.
Pero
tambin
modific la posicin de varios hombres
respecto al rol poltico, por lo que se
alzaron
voces
masculinas
que
demandaron otorgar a las mujeres
plenos derechos polticos en vista de sus
contribuciones durante la contienda.
En el fervor de la Revolucin
Febrerista de 1936, el movimiento
feminista tuvo un auge, aunque breve,
con la creacin de la Unin Femenina
del Paraguay y la aparicin de un
peridico feminista, Por la Mujer, en
donde se debatan los proyectos
jurdicos. La nueva Constitucin
estancias o en el transporte, y no
siempre volvieron a sus casas, mientras
que las mujeres mantuvieron la familia
con los trabajos de subsistencia en el
campo o tuvieron que migrar hacia las
ciudades,
donde
haba
ms
posibilidades de trabajar en el servicio
domstico y el comercio informal. Estas
pautas de trabajo se acentuaron despus
de la guerra, no solo por la falta de
mano de obra masculina, sino por los
cambios en el rgimen de la tierra y la
falta de un mercado para la venta de los
productos tradicionales. Mientras que en
las ciudades, a principios del siglo XX,
surgieron nuevas formas de trabajo
asalariado, en las zonas rurales los
editaron
una
revista
dedicada
exclusivamente a las mujeres, Por la
Mujer, que se diriga a las mujeres que
trabajan y piensan, cuyo fin era la
defensa de los derechos de las mujeres y
los nios. En los mbitos artstico y
cientfico, personajes como Teresa
Lamas y Josefina Pl se hicieron or por
primera vez, artistas que fueron
reconocidas como tales por sus colegas
masculinos.
BIBLIOGRAFA COMENTADA
En general, la bibliografa sobre
mujeres y relaciones de gnero es
todava muy deficiente y desigual para
las distintas pocas histricas. Para
tratar el tema de las mujeres indgenas
contamos con el libro de Marilyn
Godoy Ziogas, Indias, vasallas y
campesinas. La mujer rural en las
colectividades tribales, en la colonia y
en la Repblica (Asuncin, Arte
Nuevo, 1987), que analiza, desde el
punto de vista antropolgico, el rol
socioeconmico y simblico de las
mujeres guaranes, y brinda una buena
sntesis de los quinientos aos,
concentrada en la etapa de la conquista
y la segunda parte del siglo XVI.
Adems, las obras de Branislava Susnik
id=13#Artigos).
La memoria de las luchas femeninas
por la igualdad en la poca de la
posguerra fue callada y olvidada durante
la dictadura militar, cuando cualquier
perspectiva crtica y emancipadora de la
historia paraguaya fue supeditada a una
narracin
heroica,
centrada
en
acontecimientos militares y polticos.
Esta memoria fue rescatada por varias
historiadoras y socilogas en la poca
de la transicin, pero queda mucho por
investigar. En 1993, Line Bareiro,
Clyde Soto y Mary Monte editaron las
fuentes ms importantes para una
historia de las mujeres paraguayas en el
siglo XX. Presentan documentos de
peridicos, libros y leyes oficiales
sobre la lucha poltica por la igualdad
ante la ley, las organizaciones ms
importantes
y
los
peridicos
CAPTULO XIV
AFRODESCENDIENTES:
ESCLAVOS Y LIBRES
Ignacio Telesca
Forma parte de nuestro imaginario
popular el dicho que En Paraguay no
hubo negros. O si los hubo, son los que
vinieron con Artigas en 1820. Sin
embargo, desde la excelente obra de
Josefina Pl, Hermano negro, ya queda
LA ESCLAVITUD EN PARAGUAY
La esclavitud en Paraguay no tuvo la
importancia econmica que alcanz en
otras partes de Amrica. Esto no
significa que su presencia no haya sido
destacable en estas tierras. La presencia
de africanos en lo que hoy constituye el
Paraguay fue constante desde los
primeros tiempos de la conquista;
africanos, conviene recordarlo, que no
1812.
El cambio ms importante hacia la
abolicin de la esclavitud se dio el 24
de noviembre de 1842, cuando los
cnsules Mariano Roque Alonso y
Carlos Antonio Lpez decretaron la
libertad de vientres de las esclavas. Hay
que recordar que la esclavitud se
transmita por la madre, es decir, el hijo
de una mujer esclava siempre era
esclavo; en cambio, si un varn esclavo
tena hijos con una mujer libre, los hijos
eran libres. En el primer artculo de
dicho decreto se estableca claramente
que desde el 1 de enero del ao
entrante de 1843 sern libres los
vientres de las esclavas, y los hijos que
AFRODESCENDIENTES LIBRES
La accin de dar libertad a un
La poblacin en Emboscada se
mantuvo estable y creci al igual que la
poblacin general del Paraguay. La tabla
III nos muestra cmo se produjo este
aumento poblacional.
BIBLIOGRAFA COMENTADA
Podemos decir que la bibliografa
sobre el afrodescendiente se inaugura
con el texto capital de Josefina Pl,
CAPTULO XV
INDEPENDENCIA Y GOBIERNO DE
FRANCIA: EL INICIO DE UNA
COEXISTENCIA NO PACFICA
Estado en la reestructuracin de la
tenencia. Y, por su parte, los
terratenientes no tuvieron la capacidad
para concentrar su uso ni para ejercer su
poder a partir del control de este
estratgico recurso productivo.
sobrevivencia.
Los campesinos medianos contaban
con mayores extensiones de tierra y, al
mismo tiempo, accedan a ella mediante
sistemas ms firmes de tenencia,
preferentemente la propiedad. Apelaban
a
estrategias
productivas
ms
diversificadas, combinando los rubros
agrcolas con los ganaderos; y en
algunas zonas, sobre todo en las que se
localizaban las comunidades rurales ms
densamente pobladas del rea central
articulada en torno a Asuncin, recurran
a la elaboracin artesanal de algunos
productos destinados a la alimentacin,
por ejemplo la miel de caa de azcar,
la vestimenta y los tejidos. La
LA CUESTIN CAMPESINA EN LA
MODERNIZACIN AGRARIA AUTORITARIA
INCONCLUSA:
1954-1989
presente.
Aquella colonizacin se limit a la
distribucin de la tierra y no vino
acompaada por una poltica integral de
desarrollo rural y de fortalecimiento de
la agricultura familiar, por lo que muy
pronto
aparecieron
signos
de
descomposicin campesina. Segn datos
de los censos agropecuarios de 1981 y
1991,
en
los
departamentos
anteriormente mencionados, el nmero
de las explotaciones menores de cinco
hectreas se duplic, lo que evidenci
que, en apenas dos dcadas (y en
muchos casos en menos tiempo), los
lotes a los que inicialmente accedieron
las familias campesinas (tierras de diez
campesina.
Por el contrario, la presin por la
tierra fue mucho menor en las zonas y
localidades donde el campesinado
desde la primera mitad del siglo XIX
vena combinando los trabajos dentro de
sus predios con otras ocupaciones
extraprediales, siendo estas ltimas
realizadas de forma creciente en los
ncleos urbanos. El incremento de las
explotaciones menores de cinco
hectreas en los departamentos de
Cordillera, Paraguar y Central, entre
1981 y 1991, fue menor al 20%. Por
cierto, se sabe que las mencionadas
estrategias fueron realizadas en el marco
de la sobrevivencia, que implica
fuertemente.
En los departamentos de Itapa, Alto
Paran y Canindey, los aumentos de
dichas explotaciones superaron el
100%, y algunas de las grandes
empresas pertenecan al
capital
extranjero. Igualmente, en los aos
ochenta, empezaron a expandirse
innovadoras explotaciones ganaderas
(manejadas a travs de avanzada
tecnologa) no solo en las sealadas
regiones de modernizacin agraria, sino
tambin en otras reas del territorio
nacional, como Concepcin, Misiones,
Caazap y Chaco. Estas explotaciones
se consolidaron gracias a la creciente
insercin de la carne vacuna nacional en
desarraigados.
En los ltimos aos, el proceso de
descomposicin est afectando al
conjunto de los estratos productivos
campesinos. En ese sentido, resulta
pertinente destacar que, al comparar los
datos de los dos ltimos censos
agropecuarios (1991 y 2008), no solo se
increment el peso de las explotaciones
campesinas muy pequeas, como se ha
visto, sino que igualmente los valores
correspondientes a las explotaciones de
ms envergadura, correlativamente, han
decrecido. Por consiguiente, dicho
proceso est afectando, adems de a los
campesinos sin tierra y a los
minifundistas semiasalariados, a los
cultivadores
autosuficientes,
que
generalmente suelen ubicarse en el
estrato de diez a veinte hectreas. El
principal factor condicionante de esta
descomposicin campesina inclusiva es
la intensificacin de la modernizacin,
mediante la excluyente difusin de la
empresa capitalista agropecuaria, en un
contexto en el que la globalizacin
tiende a acentuar sus impactos. Una de
las manifestaciones de este ltimo
fenmeno viene dada por el hecho de
que los miembros jvenes de las
familias de este estrato campesino
medio se estn sumando a los
contingentes que se marchan al
extranjero, especialmente a Espaa.
8%
en 2008. Igual
tendencia
experimentaron las explotaciones de 50
a 99,9 hectreas, pasando del 2,5% en
1991 al 2,1% en 2008. Contrariamente
tambin, el peso relativo de las
medianas empresas agrarias aument, tal
como lo evidencian las informaciones
de las explotaciones de 100 a 499,9
hectreas: 2,5% en 1991 y 3,8% en
2008. Dicho fenmeno, igualmente,
involucr a las grandes empresas, que
operan con 500 y ms hectreas de
tierra, ya que pasaron del 1,6% en 1991
al 2,7% en 2008.
Estas tendencias tienen fuertes
impactos en la estructura y en el proceso
agrario del pas. En un contexto
BIBLIOGRAFA COMENTADA
Para un contexto general sobre
nuestro tema podemos remitirnos a la
clsica obra de Carlos Pastore, La
CAPTULO XVI
CONSIDERACIONES SOBRE EL
ARTE DESDE LA
GUERRA CONTRA LA TRIPLE
ALIANZA
Ticio Escobar
Sin pretensiones de dar cuenta cabal
de un siglo demasiado complejo como el
XX, este captulo propone un breve
recorrido acerca de lo ocurrido en l en
conversin intercultural.
En verdad, toda la modernidad del
arte latinoamericano podra estudiarse a
partir de la oposicin entre los intentos
de preservar lo propio y los de imponer
lo ajeno. Pero tambin podra ser
analizada a travs de la nueva
produccin que surge en la brecha
abierta por ese conflicto. El gran
programa moderno sufre alteraciones
importantes al recaer sobre historias
paralelas y ser asumido por otros
sujetos ubicados ms all de las zonas
centrales.
Pero
estas
mismas
alteraciones y desplazamientos, que
terminan traicionando el modelo
metropolitano, abren un camino a la
LOS ANTECEDENTES
acadmicos de representacin.
Sin embargo, si consideramos esta
posicin desde las peculiaridades del
lento proceso de gestacin de la
modernidad paraguaya, es indudable que
aquellos paradigmas comenzaron a ser
cuestionados. Pero no a travs de
proclamas, sino mediante transgresiones
mnimas de la perspectiva, desencuadres
en el cubo escenogrfico de la
representacin
clsica,
desconocimientos de los cnones
cromticos y tcnicos de la figuracin
naturalista.
Dos
fueron
las
principales
caractersticas del incipiente proceso
moderno paraguayo en el mbito de las
artes visuales. En primer lugar, la
subdependencia no solo alter el sentido
de los signos hegemnicos, tambin
desplaz sus efectos. Al pasar por las
sucesivas instancias de intermediacin,
se alarg el tiempo que corre entre el
ejemplar y su copia. Tal demora abri la
posibilidad de que los artistas
perifricos asumieran las direcciones
extranjeras segn el ritmo de los
tiempos locales. Eso ya haba ocurrido
desde los primeros tiempos: los antiguos
guaranes
comenzaron
imitando
dcilmente las imgenes barrocas y
terminaron
reinterpretndolas
en
relacin con sus mundos propios (el
llamado barroco guaran), y todo el arte
popular nacido a lo largo del siglo XIX
se afirm a partir de modelos, en parte,
importados de Espaa. Ya vimos que,
para expresar verdades nuevas, crecidas
a medio camino entre el horror y el
humor, los grabados guerreros del
Cabichu torcieron el rumbo de la
caricatura finisecular europea o de
aquellas
formas
romnticas
y
neoclsicas,
conocidas
por
reproducciones o enseadas por el
maestro italiano Alejandro Ravizza. La
modernidad paraguaya se consolid
sobre la base de adulteraciones de las
TIEMPOS MODERNOS
Forzando un poco los hechos,
podramos afirmar que la madurez de la
modernidad del arte paraguayo coincide,
de manera bastante aproximada, con el
tiempo de la dictadura de Alfredo
Stroessner (1954-1989). Obviamente, no
perturbaciones
histricas
que
inquietaban de manera especial a los
artistas que carecan, hasta entonces, de
canales de expresin.
Resulta obvio que en el acuerdo
entre la eficacia de la forma y la verdad
de los contenidos entraron diversos
ingredientes estilsticos. Aparte del
cubismo y del expresionismo, muchos
empujes regionales e internacionales de
las primeras vanguardias internacionales
aportaron lo suyo: el muralismo
mexicano, el indigenismo, los fauvistas,
los nafs y el art dec colaboraron con
un proceso que busc tanto apuntalar su
arquitectura como soltar sus fantasmas y
nombrar las oscuridades de su tiempo.
TIEMPOS MODERNSIMOS
Es difcil sustraerse a la tentacin de
sealar la dcada de 1960 como una
etapa especfica del proceso que
estamos bosquejando. Pero tampoco
parece necesario evitar esta acotacin:
representacin:
happenings,
environments,
performances,
audiovisuales y propuestas objetuales
que, muchas veces, recurrieron a la
provocacin y al escndalo, y siempre a
la perturbacin de la sensibilidad para
desafiar un concepto demasiado
satisfecho de la experiencia esttica.
Los experimentalistas volvieron a
provocar discusiones interesantes con
referentes de posturas que cuestionaron
el puro impacto y la superficialidad de
sus recursos (Colombino, Blinder). Esos
debates fueron importantes porque
marcaron el devenir de un proceso con
tensiones frtiles que impidieron
posiciones fijas y abrieron el camino a
global?
Por otra parte, el tema del
compromiso con el medio remiti a una
cuestin ms espinosa: una de las
grandes proclamas de la modernidad se
vincula con su vocacin emancipadora y
su perspectiva utpica. El arte
paraguayo creci en tiempos de la
dictadura y exiga una posicin ante ella.
Algunos artistas, como Olga Blinder y
Carlos Colombino, se expusieron al
denunciar directamente la represin y la
tortura; otros recurrieron a rodeos
metafricos para nombrar los atropellos
del autoritarismo militar. Estas figuras
oblicuas ayudaron no solo a insinuar
posiciones crticas, sino tambin a
Lucio
Aquino,
Susana
Romero,
Fernando Grilln y Mabel Arcondo
desarrollaron (y algunos de ellos
continan hacindolo) una figuracin
fantstica, cuando no alucinante, basada
en el absurdo; y en el caso de
Migliorisi, en el erotismo. Por ltimo,
los dibujos de Jenaro Pind, Ricardo
Yustman, Selmo Martnez, Luis Alberto
Boh y, ms tarde, Miguel Heyn
comenzaron, de manera casi sbita, a
explorar situaciones de una profunda
desazn, basada en la amenaza de lo
extrao-monstruoso: las seales de un
tiempo oscuro que planeaba bajo la
forma de una inminencia inquietante. El
hecho mismo de que esta tendencia
se jugaba el conflicto de la
representacin.
Ubicado en este proceso, la refiguracin signific una posibilidad de
sortear una direccin demasiado
panfletaria de la contestacin poltica.
Asimismo, permiti esquivar los riesgos
de un formalismo conceptualista
obsesionado por la autonoma del
lenguaje. En cierto sentido, esta imagen,
simultneamente reflexiva y dramtica,
puede ser considerada como una de las
respuestas a los conflictos que asediaron
el desarrollo de la modernidad
paraguaya. Concili la pureza de la
forma y la verdad de los contenidos,
pero tambin medi entre el peso de la
MS ALL DE LA MODERNIDAD
Con la cada de la dictadura, en
transnacionales.
Pero,
paralelamente
a
este
resurgimiento crtico, ciertos artistas
renombrados, como Livio Abramo, Olga
Blinder, Hermann Guggiari, Enrique
Careaga y Susana Romero, aseguraron la
continuidad del proceso del arte
moderno y su empalme, furtivo a veces,
con las prcticas que se produjeron a lo
largo de los noventa. Iniciada ya la
dcada y vinculados, en parte, con el
trabajo de artistas que ya haban
producido una obra significativa,
Osvaldo Salerno, Ricardo Migliorisi y
Bernardo Krasniansky, se manifestaron
nuevos artistas como Carlos Almeida,
Pedro Barrail, Marcos Bentez, Gustavo
BIBLIOGRAFA COMENTADA
Una bibliografa amplia sobre este
tema se halla en los dos tomos de Una
interpretacin de las artes visuales en
el Paraguay (Asuncin, Coleccin de
las Amricas, 1982-1984) y en El arte
fuera de s (Asuncin, Centro de Artes
Visuales/Museo del Barro, FONDEC,
2004),
de
Ticio
Escobar.
Conjuntamente con Olga Blinder y
Josefina Pl se ha publicado Arte actual
en el Paraguay. 1900-1995 (Asuncin,
Don Bosco, 1997).
De Josefina Pl son importantes sus
Javier
Rodrguez
Alcal,
Arte
Contemporneo
en
Paraguay
(Asuncin, Ediciones Faro para las
Artes, 2002); de Adriana Almada,
Coleccin privada. Escritos sobre
artes
visuales
[en
Paraguay]
(Asuncin, FONDEC, 2005); y de Javier
Rodrguez Alcal, Arte Nuevo y la
reinvencin del j(f)uego (Asuncin,
Arte-Cultura, n. 2/3, enero 2010).
El arte del Paraguay en el contexto
de Amrica Latina se hace presente en
la obra de Damin Bayn (recopilador),
Amrica Latina en sus artes (Mxico,
Siglo XXI, 1974); de Federico Morais,
Artes plsticas na Amrica Latina: do
trance ao transitrio (Rio de Janeiro,
Civilizao Brasileira, 1979); y en la de
Marta Traba, Dos dcadas vulnerables
en
las
artes
plsticas
latinoamericanas (Buenos Aires, Siglo
XXI, 2005).
CAPTULO XVII
HISTORIA DE LA LITERATURA
Mar Langa Pizarro
Del Paraguay s que no conoce ni de
odas la palabra arte. All solo se dan
loros y yerba mate.
Alberto Hidalgo, ndice de la nueva
poesa americana, 1926.
Casi un siglo despus de esta
Las
publicaciones
peridicas
paliaron la falta de editoriales. Entre los
colaboradores de la Revista del
Instituto
Paraguayo
(1896-1909)
estuvieron Ignacio
Pane,
Guido
Boggiani, Manuel Domnguez, Moiss
Bertoni y Juan C. Centurin. El
simbolismo y el modernismo locales
encontraron espacio en la primera
revista literaria paraguaya, Crnica
(1913-1914), fundada por Roque
Capece Faraone, Leopoldo Centurin,
Pablo Max Ynsfrn y Guillermo Molinas
Roln. En 1916 apareci la mensual
Letras y en 1921, la quincenal La
Novela Paraguaya, donde predomin el
cuento folletinesco.
innovaciones
formales
(lenguaje
neobarroco,
reproduccin
de
documentos, polifona) la falta de
distanciamiento pico para abordar la
figura de Gaspar Rodrguez de Francia.
Aunque Yo, el Supremo fue el primer
exponente de la nueva narrativa
histrica paraguaya, su influjo en el pas
result ostensiblemente menor que el de
Hijo de hombre.
A Carlos Garcete (1918-2003) sus
ideas lo llevaron a un exilio de casi
cuarenta aos. Los cuentos de La muerte
tiene color (1958) denunciaban los
problemas surgidos por las diferencias
partidarias. Result el comienzo de una
trayectoria inscrita en el realismo
costumbrismo.
En los aos sesenta, Josefina Pl
testimoni el sufrimiento de los ms
desfavorecidos en los cuentos de La
mano en la tierra; Jorge Ritter denunci
la situacin del campesinado en El
pecho y la espalda; Villagra insert
experimentalidad en la novela nativista
Mancuello y la perdiz; y Jos-Luis
Appleyard enfrent el tema del exilio en
Imgenes sin tierra. Por su parte, Ana
Iris Chaves (1922-1993) mezcl una
trama amorosa con exaltaciones
nacionalistas y recursos innovadores en
Crnica de una familia. Ms tarde,
public la novela Andresa Escobar y
tres colecciones de relatos. Y la
EL DESPERTAR: 1980-2000
En 1979, la imprenta Arte Nuevo
inaugur la coleccin Linterna con el
relato de Roa Bastos Lucha hasta el
alba. Un ao despus, Juan Bautista
Rivarola Matto puso en marcha la
BIBLIOGRAFA COMENTADA
El Portal Paraguay de la Biblioteca
Virtual
Miguel
de
Cervantes
(www.cervantesvirtual.com) resulta un
recurso indispensable, ya que ofrece
obras de casi cien autores de narrativa,
poesa, teatro, ensayo e historia
literaria. En www.portalguarani.com y
en http://letrasparaguayas.blogspot.com
encontramos excelente informacin
actualizada. La obra de Thomas Welch y
CAPTULO XVIII
HISTORIA DE LA MSICA
Luis Szarn
El
Paraguay
es
un
pas
eminentemente musical, cualidad que se
podr apreciar ampliamente a lo largo
de estas pginas. La rica, profunda y
variada expresin musical de los
habitantes de la era precolombina se
evidencia por la intensidad de sus
cmara.
rgano,
espinetas,
clavecines,
bombardas, chirimas, tiorbas y el arpa
renacentista, instrumento del que deriv,
siglos ms tarde, el arpa paraguaya. En
el pueblo de Yapey fund el primer
taller de fabricacin de instrumentos
musicales, e instal as el arte de la
lutera. Apenas llegado a destino, el
padre Sepp cautiv a los propios
misioneros con sus instrumentos: Les
tocbamos una pieza en la trompa
grande, trada de Ausburgo, y otra
trompa pequea, trada de Gnova. Esos
buenos padres jams haban odo tales
msicas, pero lo que les arrebat el
corazn fue la msica tocada con el
dulce psalterio. Despus y en compaa
descubrimiento de ms de 5.000
manuscritos en la Chiquitania de
Bolivia, gracias al arquitecto suizo Hans
Roth. Este hallazgo est considerado
como el de mayor trascendencia para la
musicologa de Hispanoamrica. La
presencia de Zipoli en las misiones fue
un misterio, sobre todo para los
europeos, por el hecho de que de un da
para otro, y en el momento ms alto de
su carrera, desapareci de la vida
musical italiana. Incluso, algunos
tratadistas han dudado de la autenticidad
de sus obras y otros, de la existencia
misma del compositor.
admiradores,
aunque
algunos
historiadores, como Dionisio Gonzlez
Torres, destacan el florecimiento de la
msica en esos aos:
Durante la dictadura de Jos Gaspar
Rodrguez de Francia, la msica popular
tuvo gran desarrollo y difusin porque
organiz bandas militares en todas las
unidades de la Capital y de la Campaa,
facilit la incorporacin de instrumentos
musicales (clarinetes, pfanos, trompas,
ous, violines, tambores, tringulos y
panderetas) en la tienda del Estado, donde
se vendan cuerdas de arpa y guitarra a
precios reducidos. Adems un hecho de
fundamental importancia: la creacin en
1817, en la Capital, de la Escuela de
Jvenes Aprendices de Msica Militar,
donde se destac el maestro de msica
LA RECONSTRUCCIN (1870-1925)
Finalizada la trgica Guerra de la
Triple Alianza, los sucesivos gobiernos
impulsaron no solo la reconstruccin
fsica del Paraguay sino tambin la de su
memoria cultural, e incentivaron la
consolidacin del arte y la cultura. As,
en 1874, el gobierno de Juan Bautista
Gill contrat al director de bandas de
origen italiano Luis Cavedagni para
Adems,
se
incrementaron
las
presentaciones de compaas de
zarzuelas espaolas y peras italianas,
cuyas orquestas eran reforzadas por
msicos locales.
El paso del siglo XIX al XX, aun
tratndose de aos turbulentos en la vida
poltica del pas, fue una poca de
esplendor en el arte musical, pocas
veces visto a lo largo de su historia. Por
ejemplo, era comn que grandes peras
como La Bohme o Tosca se llevaran a
escena pocos aos despus de su estreno
en Italia. Al mismo tiempo, el estallido
de la Primera Guerra Mundial favoreci
a la economa de la regin e increment
la presencia de artistas destacados y
CREACIN ACADMICA Y
CONSOLIDACIN
BIBLIOGRAFA COMENTADA
En la bibliografa que presentamos a
continuacin se citan algunos libros y
artculos que, aunque no son
especficos sobre msica, incluyen
captulos o menciones especiales
relacionadas con la msica del
Paraguay.
(Asuncin,
Ed.
Ateneo,
1943).
Menciones especiales a Carlos Vega,
Msica sudamericana (Argentina, Ed.
Buenos Aires, 1946); y Luis Szarn y J.
A. Perazzo, Estudios sobre msica
indgena y popular Angu Parar
(Asuncin, 1978). El libro de
Branislava Susnik, Los indgenas del
Paraguay (Asuncin, 8 v., desde 1980),
es de suma importancia, pues se incluye
la descripcin de
instrumentos
musicales.
Acerca del esplendor musical de las
misiones jesuticas y las reducciones
franciscanas en los siglos XVII y XVIII
la literatura es ms abundante. En ese
sentido las cartas de Anton Sepp son
muy interesantes, como Relacin de
viaje a las misiones jesuticas.
Continuacin
de
las
labores
apostlicas y Jardn de flores
Gonzlez
Torres,
Folklore
del
Paraguay (Asuncin, edicin del autor,
1980); Federico Riera, Recuerdos
musicales del Paraguay (Argentina,
1984); y Miguel A. Rodrguez,
Semblanzas biogrficas de creadores
e intrpretes populares paraguayos
(Asuncin, Ed. Compugraph, 1992).
La creacin de la guarania como
nuevo gnero musical ha motivado un
amplio estudio y entrevistas personales
a su creador, Jos Asuncin Flores:
Sara Talia, Jos Asuncin Flores
(Argentina, 1976); A. Almada Roche,
Flores. Pjaro lrico y musical
(Argentina, Ed. Del Pez, 1984). Las
biografas y los ensayos biogrficos son
los aportes ms recientes; por ejemplo,
Bacn Duarte Prado, Barrios. Un genio
insular (Asuncin, Ed. Ara Ver, 1985);
Demetrio
Ortiz,
Autobiografa
CAPTULO XIX
HISTORIA DE LA LENGUA
GUARAN
Bartomeu Meli, s. j.
En la historia del Paraguay hay un
extrao y desconcertante silencio con
respecto a la lengua guaran. Son
rarsimos los libros y menos aun los
artculos que tienen en cuenta que los
habitantes de esa colonia espaola, y
socialmente.
Es de primordial importancia
resaltar que la colonia en Paraguay no
estaba conformada solo por las ciudades
de espaoles Asuncin, Ciudad Real,
Villarrica y Santiago de Jerez, con su
escasa poblacin; tambin se hallaban
los pueblos de indios, un total de 25,
que perduraron hasta despus de la
Independencia
y que
son los
tradicionales pueblos del Paraguay. En
ellos, la poblacin era guaran en su casi
totalidad, si bien fueron alcanzados
profundamente
por
el
proceso
colonizador, sobre todo en tres rasgos
esenciales de su cultura: ya no pudieron
regirse por su sistema poltico de
EL GUARAN GRAMATICALIZADO
poblaciones.
Desde
1580,
los
franciscanos ya haban adoptado el
sistema, pero fueron los jesuitas quienes
lo aplicaron con mayor amplitud y
radicalidad, al liberar a los indios del
rgimen de la encomienda.
En
esos
pueblos-misin
se
mantuvieron los elementos esenciales
del sistema guaran: conservacin del
territorio (no invadido ni usurpado por
los colonos), mantenimiento del sistema
econmico basado en la reciprocidad
(sin circulacin de dinero en la
comunidad) y, sobre todo, preservacin
de la lengua, aunque ms estandarizada y
general.
Algunas caractersticas histricas y
castellano.
Este
documento,
relativamente extenso, cierra el periodo
del guaran colonial, que en cuanto a
literatura
se
desarroll
casi
exclusivamente
en
los
pueblos
jesuticos,
con
algunos
textos
provenientes del mbito franciscano.
Dejada a s misma, sin gramtica y
sin literatura (aunque estas no son
esenciales ni necesarias), la lengua
guaran qued librada a la improvisada
cotidianeidad.
INDEPENDENCIA Y POLTICA
LINGSTICA
Semanario
y
El
Paraguayo
Independiente, ambos en castellano; lo
mismo sucedi con el incipiente teatro
asunceo. Por el contrario, hablar
guaran en las escuelas era castigado,
por ejemplo con la entrega de anillos de
bronce a los que eran pillados
conversando en guaran y el sbado
cada uno de los poseedores como
incurso en delito, llevaba el castigo de
cuatro a cinco azotes, record el
escritor Juan Crisstomo Centurin.
Lo paradjico es que el presidente
Carlos Antonio Lpez, a travs del
Decreto del 7 de octubre de 1848, al
suprimir la institucin de los tva o
pueblos,
declarar
extinta
la
Casi
todos
los
viajeros,
diplomticos, mdicos, naturalistas y
curiosos que viajaron por el Paraguay
entre 1814 y 1864 anotaron, gratamente
sorprendidos, que la lengua del pueblo
era el guaran, que se empleaba por
doquier, que las mujeres no conocan
otro idioma, que era muy apta para la
gracia y el donaire y que, en fin, era la
preferida aun por aquellos que saban
castellano.
El
guaran
es,
evidentemente, la autntica lengua del
Paraguay, hablada por todos sus
habitantes sin excepcin, expres
Germn de Granda.
Esos gobernantes, de hecho tan
preocupados por afirmar la soberana y
BIBLIOGRAFA COMENTADA
La documentacin en lengua guaran
ha permanecido, generalmente, ausente
de la historiografa paraguaya. En
cambio, tiene mayor presencia en los
estudios de carcter bibliogrfico
donde se registran libros y manuscritos
existentes en archivos nacionales o
particulares y en bibliotecas. Por
ejemplo, en el Archivo Histrico
Nacional de Madrid (Leg. 120j, n. 7, pp.
5-6); las Cartas de Indias (Madrid,
1877) y Cartas de Indias II (Biblioteca
de Autores Espaoles, t. CCLXV, 1974,
pp. 569-633) recogen documentacin
de primera mano de los aos 1555 y
1556 que obligan a contrastar la visin
idlica del mestizaje paraguayo.
mainz.de/lustig/guarani/cacique/tabla.htm#1
Se trata, en ambos casos, de
documentos histricos y lingsticos de
la mayor importancia. Otras pginas
electrnicas bajo el lema de guaran
permiten
hoy
ensanchar
considerablemente
la
consulta
actualizada de textos y estudios.
Carecemos, por ahora, siquiera en
forma de una antologa, de textos
guaranes que son fundamentales para la
historia colonial y de las dos guerras
internacionales del Paraguay, que
permanecen en estado de manuscritos.
La obra de Pedro Encina Ramos y
Tatajyva, Las cien mejores poesas en
guaran (1981, 2. ed., 1997), ofrece
una interesante antologa del guaran
popular. Historia de la cultura guaran
(1988), de Baslides Brtez Faria,
aporta numerosos datos esquemticos
BIOGRAFAS
Maeder, Ernesto J. A.
Doctor en Historia, profesor en la
Facultad de Humanidades de la
Universidad Nacional del Nordeste y
director del Instituto de Investigaciones
Geohistricas.
Meli, Bartomeu, s. j.
Jesuita. Doctor en ciencias religiosas
por la Universidad de Estrasburgo
(1969). Premio Bartolom de las Casas
2010.
Nickson, Andrew
Economista por la Universidad de
Cambridge. Profesor de gestin pblica
y estudios latinoamericanos en la
Universidad de Birmingham.
Potthast, Barbara
Doctora en Historia y catedrtica de
Historia Ibrica y Latinoamericana en la
Universidad de Colonia, Alemania.
Pusineri, Adelina
Licenciada en Historia por la
Universidad Nacional de Asuncin y
mster en Antropologa Social por la
Universidad Catlica Nuestra Seora de
la Asuncin.
Scavone Yegros, Ricardo
Abogado por la Universidad Catlica de
Asuncin. Miembro de Nmero de la
Zalazar, Raquel
Licenciada en Historia por la Facultad
de Filosofa de la Universidad Nacional
de Asuncin, mster en Antropologa
Social por la Universidad Catlica
Nuestra Seora de la Asuncin.
www.portalguarani.com