Archivio Franciscano en Espana
Archivio Franciscano en Espana
Archivio Franciscano en Espana
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Cf. ABATE, Giuseppe, O.F.M., Manoscritti e biblioteche francescane del Medio Evo, en VV. A V.. Atti del Primo
Congrcsso Bibliogrifico Francescano Internazionale Parte seconda, Romae 1950, 77-126, y STOLFI, Liberato di, O.F.M.,
Le principali biblioteche francescane d'ltalia di ieri e di oggi, Ibid.. 127-I82.
2
ALCOBENDAS, Severiano, O.F.M., Archivo Ibero-Americano 1 (1914) 224.
tancia de sus fondos para los interesados en un mejor conocimiento de la historia de las misiones y de la
Iglesia en Extremo Oriente. El Dr. Domingo Abella, que conoci los fondos de nuestro Archivo, no
crey exagerado escribir que ellos, junto con los del archivo de los Agustinos de Valladolid, ocupan el
segundo lugar en inters, despus del Archivo de Indias de Sevilla, por su importancia para la historia de
Filipinas3.
Nuestra comunicacin constar de tres partes: 1) nacimiento, vicisitudes y situacin actual del
AFIO; 2) Importancia de los fondos misionales del AFlO; y 3) muestreo de los mismos. Omitimos
describir detalladamente la tipologa de sus fondos documentales relacionados con la evangelizacin por
razones que indicaremos ms adelante4. Comenzaremos, sin embargo, con una breve sntesis histrica
sobre los orgenes y actividad misionera de la Provincia Franciscana de Castilla que nos permita enmarcar adecuadamente nuestro estudio. Esto permitir al lector comprender mejor la importancia de los
fondos documentales que se conservan en el archivo al que se refiere la presente comunicacin.
1. EL ARCHIVO FRANCISCANO IBERO ORIENTAL:
ORIGEN Y VICISITUDES
El AFIO tiene una historia compleja. Aunque se encuentra actualmente en Espaa, naci en Extremo Oriente a finales del siglo XVI como resultado de la accin evangelizadora de una provincia
nacida misionera.
1.1. La Provincia de San Gregorio de Castilla: sus orgenes e irradiacin misionera
La provincia franciscana de Castilla tiene sus orgenes en la Descalcez franciscana del Siglo de Oro
espaol, concretamente en la reforma alcantarina. Fue fundada por un grupo de religiosos enviados por
la Provincia de San Jos en 1577 a Extremo Oriente con el fin de evangelizar aquellas tierras y establecer all la Orden. Su nombre original fue el de Provincia de San Gregario Magno de Filipinas, denominacin que fue sustituida por la actual en 1983, fecha en que fue erigida cannicamente la provincia
filipina independiente de San Pedro Bautista. Tiene, por consiguiente, una larga historia ininterrumpida
y rica en experiencias misioneras.
El primer convento franciscano de Filipinas se fund en 1578. Pero el objetivo de los misioneros
recin llegados no se limitaba slo a aquellas Islas. Tal y como se desprende de la documentacin de que
disponemos en este momento, la meta que las autoridades eclesisticas y civiles les haban sealado,
aunque de ello no exista constancia documental expresa, quiz por razones de prudencia poltica de la
poca, era la evangelizacin de China y Japn. Slo as se explica la pertinaz insistencia de los misioneros en alcanzar, lo antes posible, aquellas tierras, siguiendo as las huellas de sus hermanos Guillaume
de Rubrouk, Bartolom de Cremona, Jean de Pian Carpin, Juan de Montecorvino, Juan de Marignolli y
otros -algunos de ellos contemporneos de Marco Polo- que haban evangelizado las gentes de la mtica
China.
El primer intento de llevar a la prctica su proyecto evangelizador ms all de las fronteras de Filipinas fue protagonizado por el P. Pedro de Alfaro y tres compaeros ms, que, en 1579, al ao de haber
pisado las Islas, pretendieron, infructuosamente, penetrar en China. A ste seguiran otros dirigidos al
establecimiento de centros estables de misin en Indochina y Japn.
Este ambicioso proyecto misionero fue cristalizando lentamente en pocas posteriores. De esta
3
ABELLA, Domingo, Filipiniana Treasures in Repositories Abroad, en The Fhilippine Colophon, 1 (March, 1962)
10-11. No todos los autores parecen compartir esta opinin del historiador filipino mencionado. De hecho, el AFIO ni se
menciona siquiera en HILTON, Sylvia Lynch - LABANDEIRA, Amancio, Bibliografa hispanoamericana y filipina. Madrid,1983.
4
Una breve descripcin de los fondos orientales del AFIO se encuentra en ABAD, Antoln, O.F.M., El Archivo
Franciscano Ibero-Oriental: Historia y fuentes orientales, en El Extremo Oriente Ibrico, Madrid 1989, 55-63.
forma conseguirn establecer puestos permanentes de misin en Japn (1593), islas Molucas y Clebes
(1606), China (1632) e Indochina (1720).
Con el fin de garantizar la presencia de colaboradores para la evangelizacin, los primeros franciscanos de Filipinas fundaron tambin varios conventos en Nueva Espaa. Estos, andando el tiempo,
formaran la provincia independiente de San Diego, cuyas actividades ms importantes fueron acoger a
los misioneros que iban de Espaa a Extremo Oriente o viceversa, colaborar con la Provincia de San
Gregorio y evangelizar ciertas zonas de frontera de la Nueva Espaa.
La accin misionera no se prolong el mismo tiempo, por razones diferentes, en todos los pases
asiticos mencionados ni produjo idnticos frutos. En Filipinas, floreci en innumerables comunidades
cristianas y ha durado hasta nuestros das. La labor evangelizadora de los franciscanos en aquellas Islas
ha sido especialmente relevante en los campos de la alfabetizacin popular y la sanidad.
A finales del XVIII y principios del XIX se sinti) la necesidad de disponer en la Pennsula, primero, de un lugar propio donde acoger a los misioneros mientras esperaban su partida para Filipinas y,
ms tarde, de un seminario que garantizar el envo regular de los mismos. El primero de los objetivos se
consigui con la cesin del hospicio del Puerto de Santa Mara (Cdiz), en 1847, y el segundo, en 1853,
tras dcadas de indecisin, con la fundacin del colegio-seminario dc Aranjuez, trasladado ms tarde a
Pastrana (Guadalajara) en 1855. Este, a su vez, se fue desdoblando, entre los aos 1868-1878, dando
origen a otros situados en Consuegra (Toledo), Arenas de San Pedro (vila), Almagro (Ciudad Real) y
La Puebla de Montalbn (Toledo). Hacia finales del siglo XIX, se inauguraron tambin residencias en
otros lugares del centro dc la Pennsula.
La progresiva implantacin de la Provincia en los lugares mencionados, la mayora de ellos antiguos conventos franciscanos observantes o descalzos, hizo posible, entre otras cosas, la recuperacin dc
importantes fondos documentales ligados a la historia de la Orden en Espaa, principalmente en ambas
Castillas, que pasaron a incorporarse al patrimonio documental provincial. Estos fondos, no muy numerosos pero s de especial importancia, proporcionan al AFIO una especial relevancia para el estudio
de los conventos franciscanos desamortizados en el siglo XIX.
La prdida de las Islas en 1898 signific un profundo giro en la existencia de la Provincia. A partir
de la fecha mencionada, y ante las sombras perspectivas que se ofrecan a la actividad misionera en
Filipinas, dej Manila de ser el centro administrativo y misionero. pasando ste a la Pennsula. Aunque
un grupo importante de religiosos continu ejerciendo su actividad pastoral en el archipilago magallnico, la mayora decidi regresar a Espaa. En buena lgica, la documentacin generado por la vida
y actividad de estos religiosos deberan de haberse conservado tambin en el AFIO. Desgraciadamente,
no ocurri as. Se conservaba en el archivo de la Curia provincial de la Provincia de San Gregorio, junto
con una buena parte de la documentacin generada por los religiosos que vivan en Espaa, a lo largo de
la primera mitad del siglo XIX. Lamentablemente, toda esta valiosa masa documental desapareci a
principios de la guerra civil espaola al ser convertido el edificio en crcel pblica. Aunque desconocemos lo ocurrido con la documentacin, es de suponer que fuera destruida..
El 1970 fue erigida cannicamente la Vicara Misionera de San Gregario Magno de Filipinas, que
trece aos ms tarde (1983) se convirti en la Provincia de San Pedro Bautista de Filipinas. La nueva
entidad, nacida fundamentalmente de la antigua Provincia de San Gregario Magno, comenz pronto a
asumir como tarea propia la actividad misionera iniciada por aqulla hace ahora ms dc cuatro siglos.
Este importante acontecimiento qued reflejado en el cambio de nombre de la antigua provincia madre,
que, a partir del nacimiento de la filipina, pas a denominarse Provincia de San Gregorio Magno de
Castilla.
En resumen, el AFIO conserva una parte considerable de la documentacin producida por la Provincia de San Gregorio a lo largo de algo ms de cuatro centurias de actividad misionera y apostlica en
los territorios mencionados.
1.2.1. Creacin y vicisitudes del Archivo
El Archivo de la Provincia de San Gregario naci y fue creciendo lentamente de acuerdo, primero,
con las necesidades administrativas y burocrticas de la misma y, ms tarde, como consecuencia del
deseo, sentido especialmente por los historiadores, de reunir, conservar y estudiar los hechos ms sobresalientes protagonizados por sus miembros insignes. El curso vital del AFIO coincide, por consiguiente, con la vida interna y evangelizadora de la Provincia. Por esa razn, podemos distinguir dos
periodos histricos claramente diferenciados: el perodo filipino (1578-1898) y el espaol (1900-2008).
Intentaremos estudiar brevemente estas dos importantes etapas del Archivo.
1.2.2. El Archivo en Filipinas (1578-1898)
La Provincia de San Gregorio de Filipinas, en los primeros aos de su existencia, no sinti, como es
lgico, la necesidad de disponer de un local dedicado especialmente a la conservacin de sus documentos. Estos, pocos en nmero aunque importantes, se conservaban en el despacho del superior provincial o local con el fin de poder ser utilizados con facilidad en cualquier momento.
Es en 1622, a los cuarenta y cuatro aos de la llegada de los primeros misioneros a las Islas, cuando
se experimenta tal necesidad o conveniencia y se decreta la creacin de un lugar apropiado para ello en
el convento de Manila, centro de coordinacin de la vida y actividades de la Provincia. Las razones para
tomar tal decisin debieron de ser tanto legales, con el fin de adecuar la propia legislacin a la general de
la Orden, como prcticas, habida cuenta del mucho descuido que en este particular ha auido, segn se
afirma en el decreto5. En el mismo decreto se ordena la creacin de un inventario de los documentos y se
hace responsable de su custodia al Guardin de dicho convento, amenazando con las penas de suspensin privacin de su oficio, segn la gravedad de la falta, al superior que incurra en grave negligencia
en la conservacin de los documentos confiados a su cuidado. Nada se indica, sin embargo, respecto a la
naturaleza de stos.
Con el correr de los aos fue aumentando el volumen de la documentacin y su valor histrico,
motivo por el que los superiores creyeron conveniente establecer unas normas ms claras respecto a la
localizacin, contenido, finalidad y utilizacin tanto del Archivo provincial como de los locales (es decir
el perteneciente a los conventos y doctrinas). Dicha decisin aparece plasmada en las Constituciones
impresas en Manila el alo 1696. El artculo en cuestin dice literalmente:
Ordnase que en el Archiuo de la Provincia que est en el convento de Manila se guarden todos
los papeles de importancia de la Prouincia, como son Breues Apostlicos, particularmente los
concedidos a fauor de la Descalcez, Cdulas Reales de su Magestad, un tanto de la recepcin del
Breve del Seor Papa Vrbano Octauo, con los dems papeles y escrituras de las cosas de importancia, los libros capitulares, Constituciones, ynformaciones de los santos mrtires, fundaciones de conuentos y todos los dems papeles dc importancia de la Prouincia y sus conucntos,
todo lo qual cstar pucsto con registro rotulado bien puesto, con distincin y curiosidad, y el
Prouincial que acauare de serIo tendr obligacin de entregarlo todo al que le sucediere por
imbentario juntamente con la una de las Ilaues que ha de tener siempre el Prouincial y la otra el
Guardin de Manila; y si faltaren algunos papeles, sean priuados los que tienen las llaues, por
tres aos, de los actos legtimos, y al que lo uuiere sacado sin orden ni licencia, perpetuamente;
y ningn papel se saque dl, aunque sea por mandato del Prouincial, sin dexar reciuo del papel
que se saca.
Ordnase que en todos los conventos haya un archivo con su llave en que se guarden los papeles
todos tocantes a las doctrinas y conuentos, los testimonios, escrituras, libros de quentas y dems
que uviere de importancia, con su registro, para que se puedan hallar con facilidad. Y tambin
abra en l un libro en el que escriuan y trasladen todas las patentes de los prelados superiores,
Ministros generales, Comisarios generales, Prouinciales y Comisarios visitadores. El qual libro
5
Cf. PEREZ. Lorenzo. O.F.M., Constituciones de la apostlica provincia de San Gregario, en Archivo Ibero-Americano 31 (1929) 347).
visitar Ntro. Hermano Prouincial y Comisarios visitadores en sus visitas, como todos los dems. Y en el del convento de Manila se escribirn todas las cosas memorales de virtud y santidad de los religiosos difuntos de toda la Prouincia para consuelo de los vivos, con todas las
cosas particulares dignas de memoria. Y el Prouincial, en sus visitas, tomar cuenta de todo,
vissitando ass los archiuos como los libros por las memorias y imbentarios que de haber de
todo. Y al Guardin que no diere buena quenta de todo, le suspender por quatro meses de su
officio6.
Las normas precedentes permanecern inmutables hasta finales del siglo XIX, salvo pequeas
modificaciones que se irn introduciendo en diferentes pocas. A pesar de la existencia de las normas
mencionadas, no se puede afirmar que se extremara el cuidado respecto a la conservacin de los documentos. Ms bien, al contrario, poco a poco, buena parte de los documentos se fue dispersando o
desapareciendo como consecuencia de la adversa climatologa (la humedad, los frecuentes incendios y
terremotos), la voracidad de la famosa termita conocida por el nombre de anay, la incuria o el escaso
cuidado en el manejo de documentos escritos en un soporte sumamente frgil como es el papel de
arroz.7.
De ah que el Captulo provincial celebrado el 19 de noviembre de 1721 intentara poner remedio a
tan lamentable estado de cosas mediante la promulgacin del decreto que transcribimos literalmente a
continuacin:
y por cuanto se hallan tambin consumidos y destruidos los papeles pertenecientes al Archivo
de Provincia en todo o en parte, y los dems sin orden ni claridad, se determin por dichos
nuestros hermanos que todos los papeles de dicho Archivo que estn en diversos cajones en el
convento de Manila para componerse desde el trienio pasado, se traigan a este convento de
Dilao y en l se pongan en la celda de N.H. Provincial y se reduzcan a la forma que deben tener,
copindose y autorizndose los que tuvieren necesidad y haciendo nueva lista e inventario de
todos, lo cual concluido se vuelvan a colocar en el sitio y lugar en que deben estar guardados y
archivados, esto es: en el convento de Manila, Archivo de la Escalera (que para este fin se ha
mandado aderezar), los que all pertenecen; y los de los despachos ordinarios que necesitan los
prelados tener prontos y hasta ahora los han trado en escribanas sueltas por los conventos en
donde han asistido se pongan en el archivo nuevo de la celda de los ministros Provinciales de
Dilao; y los que pertenecen al cajn de procuracin, para lo que cada da se suele ofrecer en los
tribunales, se pondrn en dicho cajn en la celda de los prelados provinciales de nuestro convento de Manila, de donde fcilmente los podrn sacar los procuradores, ver y registrar con
cuenta y razn, porque no se pierdan cuando los necesiten. Y que las llaves del de la Provincia,
en Manila, en la escalera, las tendrn dicho N. Ch. H. Provincial y N. H. Guardian de Manila,
como lo dispone la ordenacin de la Provincia. Y las de los cajones y archivo de los despachos
ordinarios de Dilao y del de la procuracin en Manila, N. Ch. H. Provincial o quien sus veces
tuviere o a dicho N. H. Provincial mejor le pareciere convenir cuando est ausente de ste de
Manila. Y se deja al arbitrio de dicho N. H. Provincial el sealar religiosos del Difinitorio que
dispongan todo lo tocante a los papeles y archivo en el modo y forma que qued conferenciado8.
As, pues, aunque en un principio los documentos de la Provincia de San Gregario se conservaron
en el convento de Manila, en ciertos momentos se produce una importante dispersin de los mismos.
As, por ejemplo, hacia mediados del siglo XVIII la documentacin de la Provincia de San Gregorio se
conservaba en tres lugares diferentes: en el convento de Manila (llamado vulgarmente Archivo de la
6
escalera), en el convento de Dilao, a las afueras de la ciudad amurallada, y en la celda del procurador
provincial, cuya residencia habitual era el convento de Manila. La documentacin que necesitaban
consultar los provinciales con una mayor frecuencia para el desempeo de su cargo la solan llevar
consigo en escribanas sueltas. Finalmente, cada convento, incluido el de Manila, y doctrina deba
disponer asimismo de su propio archivo local9. Esta dispersin dc los fondos tampoco favoreca la
pervivencia de los documentos.
Haba otros factores negativos. La primera iglesia y convento franciscanos de Manila fueron edificados en 1578 de caa y nipa, materiales sumamente frgiles e inflamables, tpicos de la arquitectura
nativa. En 1583 ambos edificios ardieron junto con la mayor parte de la ciudad, siendo reedificados con
materiales algo ms consistentes, madera, para el cuerpo del edificio, y teja, para el techo. En 1602 se
volvieron a levantar, esta vez -la tercera- de mampostera. Un terremoto, ocurrido en 1645, dej ambos
edificios seriamente daados10.
Esto no obstante, no se acometi la demolicin y reedificacin de los mismos hasta el ao 1739,
casi un siglo despus. En la fecha indicada, se inici la construccin de los edificios que pervivieron
hasta la II Guerra Mundial, en que Manila, una vez ms, ardi por los cuatro costados. Conviene no
perder de vista que la mayor parte de los fondos documentales de la Provincia de San Gregario se
conserv en este edificio durante todos los aos mencionados, sufriendo, por consiguiente, los mismos
avatares11.
En 1739, al hacer los planos del nuevo convento, se tuvo la intencin de reservar un lugar para el
Archivo. La razn es obvia. Los documentos de la Provincia, a pesar de lo decretado una y otra vez sobre
la necesidad de que fueran cuidadosamente conservados, ordenados y catalogados adecuadamente,
continuaban sin recibir la atencin debida. Haba seguramente necesidades ms apremiantes y las obras
del archivo se pospusieron para ms adelante. En 1754 an no ha concluido la reedificacin del convento ni se ha emprendido la construccin de un local para el Archivo. Pero como haba necesidad de
depositar nuevos fondos documentales, se opt por tomar una medida provisional: que en la obra nueva
se hagan dos arcos capaces para poner los [ documentos] que no cupieren en el archivo del claustro12.
Suponemos que la obra mencionada en el prrafo precedente se llevara a cabo a su debido tiempo y
que fue en el local destinado a archivo donde se conserv la documentacin de la Provincia hasta finales
del siglo XIX. Aunque tambin es posible que sta, como tantas otras obras provisionales, se con9
Los fondos archivsticos de la Provincia mencionados se completaban con otros dos quc se conservaban en sendos
conventos franciscanos de Madrid: uno, en San Francisco el Grande, en el famoso Archivo dc la Comisara General de Indias
(cL BORGES, Pedro. Notas sobre el desaparecido Archivo Matritense de la Comisara General dc Indias, en Archivo
Ibero-Americano 26,1966,1-64); el otro, en el convento de San Gil, centro coordinador dc la actividad de los Alcantarinos y
lugar de residencia de los custodios, proministros y procuradores de la Provincia de San Gregario. En el archivo de los conventos mencionados exista un cajn en el que se conservaban todos los documentos necesarios para llevar a cabo diversas
gestiones ante las altas instancias dc la Corte, de la Orden y dc la Santa Sede (cL Libro de tablas y actas capitulares de la
Provincia de San Gregorio, 1659-1750. AFIO G/2. fols. 168v.-169). No resulta fcil, sin embargo, determinar las caractersticas peculiares de los dos fondos mencionados. Por otra parte, sabemos que hacia finales de la primera mitad del siglo XVII1
todos o casi todos los papeles que se conservaban en San Gil fueron trasladados, en virtud de una sentencia del General dc la
Orden, cuyos trminos desconocemos, al archivo de la Comisara General de Indias. Dicha sentencia fue ms tarde revocada, y
la Provincia intent recuperar la documentacin. En 1748 an no lo haba conseguido (cL Carta del P. Sebastin de Totans al
Provincial. AFIO 18/36). Sospechamos que tampoco en 1754, puesto que el 19 de julio de dicho ao el Provincial, P. Alejandro
Ferrer, encomienda al P. Miguel de San Bernardo que haga un inventario jurdico sobre todos los papeles que esta Provincia
tiene en el convento de San Gil para remitir a dicho archivo los que hubiere en esta Provincia y no los haya en se, y de se se
traigan los que faltan en ste, para que nuestros procuradores tengan a mano cuantos instrumentos necesitan para los negocios
de esta Provincia" (cf. AFIO 19/3). Parte de los fondos mencionados se conserva an en la Biblioteca Nacional de Madrid; el
resto ha desaparecido.
10
DIAZ-TRECHUELO SPINOLA, Mara Lourdes, Arquitectura espaola en Filipinas (1565-1800). Sevilla 1592, 232.
11
HUERTA, Flix de, O. F. M., Estado (...) de la santa y apostlica provincia de San Gregorio, Binondo 1865, 11-35;
CONDADO, Victoriano, O.F.M., La iglesia de S. Francisco de Manila y vicisitudes porque ha pasado, en EI Oriente (Manila) Ao 1, nm. 3 (1875) 6-7 y nm. 6, 2-4.
12
Cf. Libro de tablas y actas capitulares, 1725-1763. AFIO G/10, fol. 108.
virtiera en definitiva.
1.2.3. De Manila a Pastrana (Guadalajara) (1900-1902)
La capitulacin de Manila, el 3 de agosto de 1898, ante las tropas americanas signific la prdida de
Filipinas para Espaa. Las Ordenes religiosas que haban evangelizado las Islas desde la segunda mitad
del siglo XVI comprendieron enseguida que su presencia haba llegado tambin a su fin. Conscientes de
la gravedad de la situacin, los franciscanos decidieron abandonar el archipilago de forma escalonada y
poner a salvo lo ms valioso de su patrimonio artstico y documental: ropas y otros ornamentos litrgicos del convento de Manila y el Archivo provincial.
Con el fin de facilitar el regreso en caso de que se verificara un cambio positivo en la situacin del
Pas, alquilaron una casa en la cercana colonia portuguesa de Macao, hacia donde dirigieron sus pasos
los primeros religiosos repatriados. Este hecho nos va a ayudar a comprender el tortuoso camino seguido
por el Archivo hasta llegar a Espaa.
El 9 de octubre de 1898 sali de Manila rumbo a Macao un grupo de unos 16 franciscanos. En la
colonia portuguesa se les unieron otros hermanos de hbito, procedentes de las islas filipinas de Samar y
Ley te, entre los que se encontraba el exprovincial P. Mariano Casanova. La expedicin de misioneros
repatriados procedente de Manila llevaba consigo, entre otras cosas, ocho cajones de ornamentos y
vasos litrgicos y siete cabanes que contenan una buena parte del Archivo provincial. Sabemos que este
preciado tesoro se encontraba ya en Macao, en perfectas condiciones, el28 de abril de 1899 y preparado
para proseguir su largo periplo hasta Espaa13. En el mes de agosto, el grupo de franciscanos abandon
Manila rumbo a Singapur para embarcar all en el barco filipino Isla de Panay -que haba salido del
puerto de Manila el 26 de agosto- y continuar viaje a la Pennsula. La custodia y conduccin del Archivo
fueron encomendadas al P. Mariano Casanova y a Fr. Gregorio Mariscal, Hermano laico14.
La importancia que los superiores de la Provincia concedieron a esta operacin queda patente en las
siguientes palabras consignadas por el P. Juan de Dios Villajos, entonces Provincial, en uno de sus
cuadernos de memorias:
El Archivo de la Provincia, que provisionalmente tenamos depositado en Macao, debido a los
trastornos polticos de Filipinas y a fin dc librarlo de cualquier contratiempo, fue confiado a
nuestro P. Casanova para que en el mismo ISLA DE PANAY lo transportara a Espaa, como as
lo verific con toda felicidad. El Seor le habr premiado esta buena obra. El Archivo sali bien
acondicionado de Manila, pues se empac en pequeas arcas para su mejor manejo, con sus
correspondientes cerraduras (eran siete u ocho), y para mayor seguridad, pues ya se sabe los
golpes que estos objetos sufren en los vapores, para su mayor seguridad, repito, se amarraron
con fuertes cordeles de abac. A Dios gracias lleg a Espaa sin el menor contratiempo, siendo
llevado a nuestro convento de Pastrana, donde actualmente contina, al1o de 192615.
Desconocemos la fecha exacta de la llegada de la expedicin a Espaa. Suponemos sera en los
primeros meses del ao 1900. En cualquier caso, sabemos que el Archivo fue conducido y depositado en
13
MARISCAL, Gregorio, O.F.M., Carta al P. Juan de Dios Vllajos, provincial. Isla Verde de Macao, 28 de abril, 1899.
AFIO 58/89.
14
La fuente en que nos apoyamos para hacer esta afirmacin es el P. Juan de Dios Villajos. Provincial de entonces, quien
incluye el siguiente prrafo en sus apuntes personales: Para Macao sali [el Hno. Gregorio Mariscal] junto con otros Padres,
entre llos el P. Victoriano [Fernndez], el19 de octubre hasta el veintitantos de agosto de 1899, que, juntamente con el P.
Mariano Casanova, embarc para Singapore al objeto de tomar all el vapor Isla de Panay. que sala de Manila el26 de agosto
de 1899. A estos religiosos se les confi la conduccin a Espaa de nuestro importante y bien surtido Archivo Provincial y
tambin los vasos sagrados y ropas de Iglesia que enviaron de San Francisco para los colegios de Espaa (...). Encargado de
dichos efectos iba N. P. Mariano Casanova (Cuaderno X de apuntes. AFIO 586/5, 38-39).
15
Cf PASTRANA, Apolinar, Franciscanos espaoles repatriados con motivo de la revolucin filipina de 1898, en
Archivo Ibero-Americano 35 (1975) 374.
alguna de las numerosas dependencias de nuestro convento de Pastrana (Guadalajara), donde poco
despus sera cuidadosamente instalado por el benemrito P. Lorenzo Prez, recin llegado tambin de
Filipinas, en una sala de la planta segunda que mira hacia el noroeste.
Aunque del testimonio anteriormente trascrito del P. Villajos parece desprenderse que se envi todo
el Archivo en esta ocasin, Lorenzo Prez nos asegura que no fue as, sino que algunos fondos fueron
enviados ms tarde. Aade, adems, que los documentos no fueron colocados con el cuidado y orden
que l hubiera deseado. Sin embargo, nada tiene esto ltimo de particular si se tiene en cuenta la
dramtica situacin por la que estaban pasando los espaoles residentes en Filipinas y, por consiguiente,
la forma apresurada en que debi de hacerse el envo.
El P. Lorenzo, en calidad dc archivero provincial y meticuloso investigador, organiz de nuevo el
Archivo, confeccion un nuevo catlogo -al que nos referiremos ms adelante- y dio ampliamente a
conocer la riqueza dc sus fondos por medio de numerosas publicaciones.
En 1908 recibi la autorizacin de revisar las bibliotecas de todos los conventos que tena la Provincia en Espaa y trasladar al Archivo todos los manuscritos e impresos que considerara de importancia
para el estudio de la historia de nuestras misiones. Sabemos, por ejemplo, que el 6 de junio de dicho ao
traslad de la biblioteca del convento de Consuegra al Archivo 14 manuscritos y 12 impresos de gran
inters.
Aunque no hemos encontrado ningn documento que indique las razones por las que el Archivo fue
trasladado a Pastrana, sospechamos que fueran varias. El convento era amplio y dispona de espacio
suficiente para su conservacin; el nmero de religiosos que lo habitaba era considerable y poda, por
consiguiente, estar bien atendido; finalmente, el convento se encontraba fuera de la poblacin y sta esta
ms bien modesta y alejadas de ncleos importantes de poblacin. Se pretenda proteger as tan preciado
tesoro documental en caso de que surgiera algn importante conflicto social dc carcter anticlerical, tal y
como haba ocurrido frecuentemente a lo largo de casi todo el siglo XIX.
Los hechos confirmaran muy pronto, al menos en parte, lo acertado de tal decisin. En el mes dc
febrero o marzo de 1936, ante el mal cariz que tomaban la poltica en Espaa, el superior del convento-seminario de Pastrana, P. Antonio Sobrino, tom la sabia decisin de ocultar todos los documentos
del Archivo con el fin de evitar as que fueran robados o destruidos en caso dc que estallara, como se
tema, una guerra civil. Durante varias semanas, Claudio Gancho, el recadero dcl convento, fue trasladando sigilosamente todos los documentos a la casa de un tal Francisco Garca, amigo de los religiosos.
All, fueron escondidos, bajo la paja del pajar, y as permanecieron todo el tiempo que dur la guerra16.
Finalizada la contienda, el Archivo fue recuperado casi en su totalidad. Slo hubo que lamentar la
prdida de media docena de legajos -que se deterioraron de forma casi irreversible debido a las precarias
condiciones del lugar en que estuvieron ocultos durante cerca de tres aos- y de algunos documentos y
libros sueltos que haban sido trasladados a Madrid para ser estudiados por algunos de los redactores de
la revista Archivo Ibero-Americano y que ardieron junto con la sede de la revista, situada en la calle de
Joaqun Costa, nmero 72 -de entonces-, el 20 de julio de 1936.
16
Testimonio del P. Antoln Abad, estudiante por entonces en el convento Pastrana y residente del mismo tambin en la
posguerra. En el AFIO, signo 195/42, hemos encontrado una declaracin de fecha 30 de mayo de 1949, firmada por don Eladio
Alejandro Ortiz Gutirrez, maestro nacional de Pastrana, y Fr. Ramn Toribio Barca, franciscano, en la que certifican haber
encontrado el Archivo de la Provincia de San Gregorio Magno de filipinas (...) en psimas condiciones, con todo revuelto, a
falta de muchas cosas de importancia y con seales evidentes de haber sido abierto cl tapiaje realizado; una vez recogida
impresin tan deplorable, procedimos a tapiarle. En el segundo archivo, denominado provincial, hacemos constar que ha
desaparecido par completo -no estaba tapiado- y convertido en un saln, sin seal de haber sido archivo; haciendo (sic), claro
est, que falta toda clase de documento. Supongo que los archivos a que se refiere el testimonio precedente son el conventual
y el provincial. De ste se afirma haber desaparecido por completo, dando por supuesto que haba sido robado. Los hechos no
avalan tal suposicin. La ignorancia del P. Ramn Toribio respecto a lo ocurrido parece indicar que el ocultamiento del Archivo
se llev a cabo tan discretamente que no llegaron a percatarse de ello ni siquiera los religiosos que vivan en el convento de
Pastrana.
En 1974 comenzaron a surgir dudas sobre la conveniencia de mantener el Archivo en Pastrana, una
modesta poblacin desprovista de fciles medios de comunicacin con importantes centros de poblacin
y de difcil acceso, por consiguiente, para los investigadores. Poco a poco fue fraguando el proyecto de
trasladarlo a otro lugar. Tras una seria deliberacin, en 1977 se opt por trasladarlo al convento de San
Antonio del Retiro, situado en la calle Duque de Sesto, 9, de Madrid, sede de la Curia provincial de la
Provincia franciscana de San Gregario -que acababa de ser reedificado-, quedando oficialmente inaugurado y abierto al pblico el 7 de febrero del ao siguiente.
Desde su fundacin en el siglo XVII hasta el ao 1977, se conoca el archivo por el toponmico de
su ubicacin: Archivo de Manila, en Filipinas, y Archivo de Pastrana, en Espaa, respectivamente. Al
trasladarlo a Madrid en 1977, se decidi darle un nombre que describiera de forma sinttica el contenido
de sus fondos ms importantes y que no estuviera ligado a su nueva ubicacin. Fue as como surgi la
denominacin actual: Archivo Franciscano Ibero-Oriental.
Aunque la ubicacin del AFIO en Duquede Sesto, 9, de Madrid reuna una serie de ventajas tanto
para la institucin a que pertenece como para los investigadores, el local result pronto insuficiente para
albergar la documentacin que iba generando la Provincia de San Gregorio y el incremento constante de
la biblioteca auxiliar, sobre todo la seccin de Filipiniana. sta y otras razones movieron al Ministro
provincial y su Definitorio a busca un local ms amplio y bien situado desde el punto de vista de las
comunicaciones para facilitar la consulta de sus fondos a los investigadores. Pronto se consigui uno en
la calle Narciso Serra, 21, muy cerca de la plaza Mariano de Cavia y no lejos de la estacin ferroviaria de
Atocha y la de autobuses de Mndez lvaro. La habilitacin del local se llev a cabo durante los ltimos
meses de 2002. En marzo del ao siguiente el archivo haba sido trasladado en su totalidad y all en
encuentra en la actualidad. Esperemos que para muchos aos. De acuerdo con la decisin que se tom en
1977 al trasladarlo de Pastrana a Duque de Sesto, 9, el archivo mantiene el nombre de Archivo Franciscano Ibero-Oriental.
Libro de tablas y actas capitulares, 1725-1763. Ms. del AFIO G/10, fol. 98v).
Ibid.. fol. 108.
19
Ibid., fol. 119.
20
Ibid., fol.128y 129.
21
Libro de tablas y actas capitulares, 1765-1814. AFIO G/9, fol. 82).
22
TOMAS, Pedro, O.F.M.- PITARQUE, Casimiro, O.F.M., Archivo de la serphica y apostlica Prouincia de S.
Gregorio el Magno de Philipinas. Ms. del AFIO, B/13-7, Advertencias .
18
10
lleg a ser tan preocupante que, en 1777, el Provincial, P. Jos Casaes, amenaza a los que no devuelvan
tales documentos con ordenrselo de nuevo con el rigor de la santa obediencia23.
Un nmero considerable de documentos, tanto copias como originales -e incluso autgrafos-,
fueron donados generosamente por los franciscanos de Manila, en la segunda mitad del siglo XIX, al P.
Marcelino da Civezza para la redaccin de la parte correspondiente a la Provincia de San Gregorio que
aparecera en su Saggio di Bibliografia sanfrancescal1a.
Afortunadamente, las prdidas mencionadas se han visto compensadas por la adquisicin de nuevos
fondos que han enriquecido considerablemente los primitivos.
Tan importante o ms que la masa documental que se conserva es su valor intrnseco. No es fcil
hacer una valoracin objetiva de la importancia de los fondos de un archivo. Un criterio legtimo para
valorarlos es el recurso a la opinin de los expertos, a los investigadores que han estudiado a fondo la
documentacin conservada.
El Archivo de la Provincia de San Gregorio comenz a ser conocido y valorado por los historiadores, especialmente por los orientalistas, gracias, en primer lugar, a la publicacin del Estado geogrfico, topogrfico, estadstico, bistrico-religioso de la santa y apostlica Provincia de San Gregorio Magno, Binondo 1865, de Flix Huerta. Esta obra, pionera en su gnero en la historiografa filipina, revelaba, por primera vez, los tesoros documentales que custodiaba el archivo de los franciscanos
de Manila.
Las noticias publicadas por Huerta encontraron amplio eco en casi todas las obras sobre bibliografa
oriental publicadas posteriormente. Poco despus, 1879, Marcelino da Civezza, franciscano italiano,
publicaba en Prato (Italia) su famoso Saggio di bibliografa sanfrancescana, en el que no slo daba
amplia cabida a las noticias publicadas por Huerta, sino que revelaba la existencia de documentos
existentes en el Archivo de Manila no dados a conocer por el autor del Estado.
El traslado del Archivo a Espaa tuvo, entre otras consecuencias positivas, la ventaja de acercarlo a
los investigadores europeos. En 1909, Lorenzo Prez, publicaba en Arcbivum Franciscanum Historicum
la primera de sus numerosas entregas sobre la historia d los franciscanos en Extremo Oriente que
revelaran no slo la envidiable preparacin de su autor sino tambin la riqueza documental del Archivo
de Pastrana. Cinco aos ms tarde (1914), inicia nuevas series en la recin fundada Archivo Ibero-Americano. Gracias a la documentacin indita del archivo del que era director, daba a conocer
aspectos semidesconocidos de la actividad misionera de la Provincia de San Gregorio en casi todo
Extremo Oriente, pero de forma especial en Japn, China, Filipinas, Indochina y las Molucas.
Los grandes orientalistas comenzaron pronto a percatarse de la importancia de los fondos documentales conservados en Pastrana para el conocimiento de la historia de las misiones en buena parte de
Extremo Oriente. Fueron apareciendo as las Cartas de China, Sevilla 1917, de 0tto Maas, conocido
misionlogo franciscano alemn; los estudios sobre Japn de Doroteo Schilling, la monumental Sinica
Franciscana, iniciada por Atanasio Van der Wingaert y continuada por Jorge Mensaert, Fortunato
Margiotti y Sisto Rosso; las investigaciones de Severiano A1cobendas sobre las misiones de China y la
aportacin de los franciscanos a la sanidad en Extremo Oriente, etc.
Los estudios llevados a cabo a partir de la documentacin conservada en el Archivo de Pastrana
conocieron una breve interrupcin durante los aos de la guerra y posguerra civil espaola de 1936-39,
pero se reanudaran y multiplicaran pocos aos despus bajo el estmulo y el esfuerzo sostenido del
infatigable P. Antoln Abad, bien conocido por sus numerosas publicaciones sobre asuntos relacionados
con la vida y actividad evangelizadora de la Provincia de San Gregorio, que prosegua, de esta manera,
la trayectoria marcada por Lorenzo Prez a principios del presente siglo.
La lista de investigadores de conocida competencia de numerosas nacionalidades que han utilizado
y continan consultando los fondos del Archivo de Pastrana, actualmente AFIO, es lo suficientemente
larga como para demostrar por s sola el valor que los estudiosos de la historia de Extremo Oriente,
aunque no exclusivamente, han concedido a los fondos mencionados24.
Resumiendo lo expuesto en el presente apartado, se puede afirmar que el AFIO, tanto por su masa
documental como por el valor que a sta conceden los expertos, es uno de los depsitos documentales
23
CASAES, Jos, O.F.M., Carta circular a los frailes de la Provincia. M,1nil,1. 20dcjulio. 1977. AFIO 79/24.
El lector interesado en conocer los nombres de los investigadores ms relevantes que han utilizado el Archivo para sus
publicaciones puede consultar el artculo de Antoln ABAD El Archivo Franciscano Ibero-Oriental: Historia y fuentes
orientales. en El Extremo Oriente Ibrico. Madrid 1989,55-63.
24
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LOPEZ, Atanasio, O.F.M., Carta al P. Lorenzo Prez. Quaracchi. 20 de diciembre. 190; AFIO 214/23-5.
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4. BIBLIOTECA AUXILIAR
Como se ha indicado anteriormente, el AFIO dispone de una importante biblioteca auxiliar que
permite que facilita la labor de los investigadores que acuden a l a estudiar los numerosos y preciosos
manuscritos que le han dado renombre internacional en determinados crculos de estudiosos.
Aunque no existe todava catlogo alguno de los impresos que se custodian en el AFIO, stos
pueden ser fcilmente localizados a travs del Registro confeccionado y constantemente actualizado por
Pedro Gil. Conviene observar, no obstante, que la biblioteca est dividida en las siguientes secciones,
que constan del nmero de libros en cada una de ellas que se indica seguidamente:
SECCIN B.- CRNICAS FRANCISCANAS: 543 libros fichados
SECCIN C.- FILIPINIANA.- 2.537 libros fichados
SECCIN D.- JAPN: 475 libros fichados
SECCIN E.- CHINA E INDOCHINA: 389 libros fichados
SECCIN F.- FRANCISCANISMO: 2.549 libros fichados
SECCIN G.- RELIGIOSAS FRANCISCANAS
SECCIN H.- MISCELNEA Historia civil y religiosa
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FUENTES Y BIBLIOGRAFA
ABAD, Antoln, O.F.M., El Archivo Franciscano Ibero-Oriental: Historia y fuentes orientales, en
Francisco Solado, Florentino Rodao y Luis E. Togores, El Extremo Oriente Ibrico. Madrid 1989,
55-63.
ABELLA, Domingo, Filipiniana Treasures in Repositories Abroad, en The Fhilippine Colophon,1 (March, 1962) 10-11.
ANONIMO, Inventario de los papeles que ay en el archivo de esta comunidad de Manila que est
en la celda de nuestro hermano Guardin. [s.f. 1691?]. Ms. del AFIO 302110.
ID., ndice general de el archivo de la Provincia de S. Gregorio existente en el convento de Ntra.
Sra. de los ngeles de Manila. Ao 1883. Ms. del AFIO C 13/24.
ID., ndice de los papeles que tiene el Archivo de la Escalera del convento de N. P. S. Francisco de
Manila. Ao de 1735. [s.f 1735]. Ms. del AFIO 339/9. El autor describe 76 documentos conservados en
un cajn.
ID., ndice de los papeles que tiene el Archivo de la Escalera de el convento de N. P. S. Francisco
de Manila. Ao de 1736. Ms. del AFI0 338/ 8.
IDEM, ndice general de los documentos que se conservan en el Archivo de la Provincia de San
Gregorio de Filipinas. [s.f.]. Ms. del AFIO C 5/22. Varias letras, la ltima, de Lorenzo Prez. Hay
algunas entradas de principios de este siglo.
CRUISHANK, Bruce, Spanish Franciscans in Colonial Philippines, 1578-1898. Catalogs and
Analysis for a History of Filipinos in Franciscan Parishes, Hastings, Nebraska (EE UU), [s.f.], 254-319.
El autor ofrece un catlogo de documentos del Archivo que se encuentran en unas trescientas cajas.
GIL, Pedro, O.F.M., Registro general alfabtico del Archivo Franciscano de la Provincia Castellana de San Gregario Magno. Ms. Vols. I-III, Pastrana 1975, IV, Madrid 1984. AFIO, sin catalogar.
HUERTA, Flix, O.F.M., ndice general de el Archivo de la Provincia de San Gregario existente
en el convento de Ntra. Sra. de los ngeles de Manila. Ao de 1889. Ms. del AFIO 1035/1.
HUIDALGO NUCHERA, Patricio, Gua de fuentes manuscritas para la historia de Filipinas
conservadas en Espaa, Madrid 1998, 243-247.
PASTRANA RIOL, Apolinar, OFM, Extremadura en el Archivo Franciscano Ibero-Oriental, en
Sebastin Garca, OFM, (editor), Extremadura en la Evangelizacin del Nuevo Mundo. Congreso de
Guadalupe. Actas y Estudios, .Paracuellos del Jarama, Ed. Turner, 1990, 625-683.
PEREZ, Lorenzo, O.F.M., Registro del Archivo de la Provincia de San Gregario Magno de Filipinas, compuesto de orden del M.R. P. Provincial, Fr. Fernando Snchez, en el ao 1908. Ms. del AFIO
B 13/6.
PITARQUE, Casimiro, O.F.M., ndice de los papeles que tiene el Archivo de Escalera de el convento de N. P. S. Francisco de Manila. Ao de 1735. Ms. del AFIO 339/77. Se describen los documentos
19
conservados en 6 cajones.
ID - TOMAS, Pedro, O.F.M., Archivo de la serphica y apostlica provincia de S. Gregario el
Magno de Philipinas. Compendio de las ms selectas noticias que en sus papeles se hallan, segn la
sucesin de los aos,. desde el de 1598 hasta el de 1759. Tomo l. Contiene lo regio, pontificio y sus
alternos prelados generales y provinciales, comissarios de missiones fuera de estas Islas. Trabajado
por... [s.l, s.f. 1759?]. Ms. del AFIO B 13/7.
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