Las Cinco Dimensiones de La Prosperidad - Juan R Capurro
Las Cinco Dimensiones de La Prosperidad - Juan R Capurro
Las Cinco Dimensiones de La Prosperidad - Juan R Capurro
IMEN~IONE~
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RO~PERIDAD
JUAN R. CAPURRO
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BETANIA
la Impresin
Contenido
Dedicatoria
Agradecimiento
Prefucio
1 La prosperidad viene de Dios
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Dedicatoria
A Jess
que me am ms de lo que
puedo pensar o entende r,
sin haberle dado yo
motivo alguno.
Agradecimiento
Agradezco a mi esposa Alicia su continuo aliento, el haberme ayudado revisando el original y realizando correcciones en las cosas que sucedieron en nuestra vida en
comn.
A la seorita Cindy-Lee Campbell por haber hecho la
trascripcin del original y haber revisado toda la obra para
mejorar su valor literario.
Prefacio
Quiero felicitarlo porque al recorrer las pginas de este
libro est demostrando el inters que tiene en conocer un
poco ms a Dios, especialmente en cuanto a lo que l ha
provisto para el hombre referente a la prosperidad. Antes
de que comience a recorrer sus pginas, que espero le
resulten una aventura emocionante de fe y de conocimiento, quiero que comprenda mi punto de vista acerca de lo
que entiendo como prosperidad, de acuerdo a lo que
ensea la Biblia.
Quiero que sepa que no escapa a mi observacin el
hecho de que a travs de todos los tiempos muchos verdaderos siervos de Cristo han pasado muchas penalidades
por causa del evangelio. Nos basta el ejemplo del apstol
Pablo para corroborar esto. En 2 Corintios 11.23-27 afirma:
Yo [he sufrido] ms [de lo normal]; en trabajos ms
abundantemente; en azotes sin nmero; en crceles
ms; en peligros de muerte muchas veces. De los
judos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos
uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez
apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un da he estado como nufrago en alta mar; en
caminos muchas veces; en peligros de ros, peligros de
ladrones, peligros de los de mi nacin, peligros de los
gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto,
peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en
Prefacio
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Para el pueblo de Israel ula ley .. eran los cinco primeros libros de la Biblia y, por
extensin, a los profetas. En otras palabras, desde Gnesis hasta Malaquas.
La prosperidad viene
de Dios
El Seor desea que seamos prosperados
Comencemos a recorrer juntos las pginas de un libro
escrito para transformar su vida. Lo primero que deseo
afirmar es que la voluntad de Dios es que seamos prosperados.
Amado, yo deseo que t seas prosperado en todas las
cosas, y que tengas salud, as como prospera tu alma,
escribi el apstol Juan a un creyente de nombre Gayo
(3 Juan 1,2). Aunque este pasaje est dirigido a un personaje en especial, por el hecho de estar contenido en la
Biblia, y siendo toda esta inspirada por Dios para su
pueblo, se hace extensivo a todo creyente. 1
Podemos leer hermosos testimonios del Antiguo Testamento y ver cmo Dios prosper a los hombres con los
cuales hizo alianzas o pactos. Abraham, Isaac y Jacob son
1 El apstol Pablo nos dice que todo texto escrito en la Biblia es inspirado por Dios (2 Timoteo
3.16-17), aun el saludo de Juan el apstol y sus deseos. Y Pedro lo ratifica: "Y tened
entendido que la paciencia de nuestro Seor es para salvacin; como tambin nuestro
amado hermano Pablo, segn la sabidura que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas
sus epstolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas diffciles de
entender, las cuales los indoctos o inconstantes tuercen, como tambin las otras Escrituras,
para su propia perdicin (2 Pedro 3.15, 16).
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Finalmente el caso de Jacob, que por sus propios medios y con la bendicin espiritual, al huir de la casa paterna, logr la prosperidad material.
Pero, qu tipo de pacto haba hecho Dios con Jacob,
cuyo nombre significa suplantador? Un da Jacob se
propuso que si Dios lo prosperaba, le dara el diezmo de
todo y l sera su nico Dios para siempre (Gnesis 28.2022). Ms tarde se produce el temido reencuentro entre
Jacob y Esa. 2 Pero antes, Jacob, que ahora se llamaba
Israel (El que lucha con Dios), le dijo al Seor: Dios de
mi padre Abraharn, y Dios de mi padre Isaac, Jehov, que
me dijiste: Vulvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te har
bien; menor soy que todas las misericordias y que toda la
verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi
cayado pas este Jordn, y ahora estoy sobre dos campamentos. Lbrarne ahora de la mano de mi hermano, de la
mano de Esa, porque le terno; no venga acaso y me hiera
la madre con los hijos. Y t has dicho: Yo te har bien, y tu
descendencia ser corno la arena del mar, que no se puede
contar por la multitud (Gnesis 32.9-12). Dios contest
positivamente esta oracin y lo bendijo sobreabundantemente.
Y qu decir del rey David. No hizo acaso Dios tambin
un pacto con l? No le dio acaso un reino sobre el cual
estara siempre alguien de su dinasta? No fue Jess de
Nazaret el que finalmente dio cumplimiento a esta profeca? Hablando de Jesucristo, Lucas 1.32,33 dice: Dios le
dar el trono de David su padre; y reinar sobre la casa de
Jacob para siempre, y su reino no tendr fin. La promesa
de Dios se cumpla.
2 Jacob ignoraba cmo estara el corazn de Esa despus de tantos aos. Sin embargo,
resulta evidente que para Esa todo estaba olvidado, ya que al huir Jacob le haba dejado
la totalidad de la herencia. Esa no consideraba demasiado importantes las historias sobre
Dios, ni las promesas de ser una gran nacin.
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inexorablemente y pondra fin a todas las esperanzas materiales del hombre irredento.
La Biblia, sin embargo, nos revela que la muerte no es
punto final. El espritu es inmortal. La muerte eterna es
separacin eterna de Dios solo de los que no han recibido
en sus corazones a la nica fuente de vida eterna: Jesucrito.
Dios no nos cerr totalmente las puertas, y el hombre
puede escapar de la ruina que nos trajo el pecado.
La prosperidad integral
Algunas personas lo nico que buscan es la acumulacin
de bienes materiales, y piensan que lograrlo es alcanzar
prosperidad. La prosperidad del hombre, sin embargo,
debe ser integral. Uno no es prspero si es que solo es rico
en dinero, pero est muy enfermo. Ni tampoco es prspero
si uno est sano y rico, pero es infeliz. Igualmente, aun
cuando seamos ricos, sanos y aparentemente felices, no
seremos prsperos si no somos salvos. Si no tenemos en
nuestro corazn al bien supremo: Dios.
La riqueza material es solo una de las formas en que se
presenta la prosperidad, y en s no es necesariamente seal
de prosperidad. La verdadera prosperidad es la prosperidad integral, basada en el principio de la siembra y la
cosecha que desarrollaremos ms adelante. La prosperidad integral crea verdaderamente riqueza, mientras que
el modo en que el hombre pecador acumula riqueza es
depredador.
El depredador no siembra: solo recolecta. El pecador
depreda la riqueza de su ambiente y mientras acumula,
empobrece a los que estn a su alrededor. Es obvio que a
ningn pas le conviene este tipo de personas, sean comerciantes o industriales.
El creyente, en cambio, basa su prosperidad en la ley de
y la cosecha espiritual. Jess dijo: No os afasiembra
la
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Primera
parle
La prosperidad
espiritual
Bajo la bendicin o la
maldicin
El mundo espiritual es anterior al mundo material. Dios
cre el universo desde el mundo espiritual, desde la dimensin del espritu. De acuerdo a la Biblia, el mundo
material vive y sufre las consecuencias de lo que sucede
en el mundo espiritual. As que para comprender cmo
empieza la prosperidad, tendremos primero que adentrarnos en el mundo espiritual y comprender cmo opera este.
Descubriremos que hay leyes espirituales que regulan el
funcionamiento de todas las cosas, y que estas leyes afectan todo lo que nos ocurre en esta vida. Comencemos por
la doctrina de Dios.
La Trinidad de Dios
Francamente, nos es difcil explicar que nuestro Dios es un
Dios trino. Los judos utilizan esto como pretexto para
rechazar la fe cristiana, aduciendo que los creyentes adoramos a tres dioses distintos. Para demostrar que estamos
en un error, citan algunos pasajes de las Escrituras como:
Oye, Israel: Jehov nuestro Dios, Jehov uno es (Deuteronomio 6.4).
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Los creyentes creemos que Dios es uno, pero no podemos negar la evidencia de que ese Dios nico se manifiesta
al hombre en tres personas distintas que fluyen en perfecta
y total armona. No las podemos separar: las tres forman
la divinidad, que es una sola e indivisible. Esto lo corroboran pasajes como 1 Juan 5.7: Tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo, y el Espritu Santo; y
estos tres son uno.
Quizs el ejemplo siguiente nos lo ilustre adecuadamente: Digamos que el agua es agua. Habr alguien tan
porfiado para negar que el agua es agua? Sin embargo, el
agua se nos presenta en tres formas distintas: en slido, en
lquido y en gas o vapor. Las tres formas en que se presenta
no son en s tres elementos diferentes, sino las tres formas
distintas en que se presenta el mismo elemento. No importa cmo se nos presente el agua, sea congelada, sea lquida
o en forma de vapor, hay tres elementos ms simples que
la conforman: dos tomos de hidrgeno y uno de oxgeno.
El hidrgeno solo no es agua; el oxgeno solo no es agua.
Solo cuando los tres tomos estn en una combinacin
qumica nos dan una molcula de agua.
Este ejemplo, sin embargo, solo nos muestra una faceta
parcial de la Trinidad. En el caso del agua, cada uno de sus
tomos es diferente, pero en el caso de Dios, cada parte de
su ser es l absolutamente.
Muchos pasajes del Antiguo Testamento nos demuestran la realidad de la Trinidad. Citaremos algunos:
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abundancia material. Mi padre tena un yate con camarotes y durante el verano salamos todos los fines de semana
a navegar. l anclaba nuestro yate cerca de Lima, en Ancn
o Pucusana. Me diverta tanto de nio con mis padres y
mis hermanos en estos pequeos viajes de fin de semana!
Con mi hermano menor y la niera que nos cuidaba
dormamos en un camarote en la proa. Cmo recuerdo el
mirar la luna por la claraboya cuando acostado en la
oscuridad trataba de dormir! Fueron tiempos muy lindos
para m.
Mi padre fue siempre muy deportista. Era miembro del
equipo de remo del Club Regatas Lima y tambin integrante del equipo de baloncesto. Fue adems corredor de
autos y, por ltimo, nada menos que corredor de aviones;
en una poca en que los prototipos se los haca o modificaba uno mismo para as competir. Al ser mi padre adems
dueo de una caballeriza de caballos de carrera, esto permiti que mis hermanos y yo furamos a ver a los caballos
cuando mi padre deba hablar con los preparadores en el
Hipdromo de San Felipe. Eran cosas fascinantes para un
nio.
Estaba orgulloso de mi padre. Lo recuerdo como un
hombre bueno, sensible, preocupado por los trabajadores
a su cargo, presidente del Club de Leones de Miraflores,
en la ciudad de Lima. Lo nico es que el pecado llamaba
continuamente a las puertas de su matrimonio.
Cuando mi padre muri lo perdimos todo. Los cobradores llegaban a tocar a la puerta con rdenes judiciales,
con embargos, y nuestra vida de abundancia se convirti
en una vida de escasez permanente.
Tuve una adolescencia muy difcil. Luego de tres aos
de noviazgo, me cas a los diecinueve aos con Alicia. No
haba tenido tiempo de formarme, ni de acabar la carrera
de ingeniera electrnica que haba estudiado por dos
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La pobreza y la
maldicin espiritual
El peso de la maldicin
El hombre que vive en pecado est en una gran desventaja
para alcanzar sus objetivos en la vida. Si su deseo es
prosperar honradamente tendr que luchar contra fuerzas
que desconoce. En el caso de que por la misericordia de
Dios no pase hambre, ni grandes necesidades en la vida,
y su salud no sea delicada, aun as no alcanzar la felicidad. Aunque alcance una posicin holgada, como mi padre, al final los acontecimientos menoscabarn toda esa
abundancia. Un da, como dice Nmeros 32.23, nuestros
pecados y sus consecuencias finalmente nos alcanzan.
El hombre natural vive sin Dios y sin esperanza en esta
vida. Pesadas cargas que no se ven, pero se sienten, estn
en su corazn. Son cargas que llevamos como condena por
los pecados cometidos. Con los aos, nuestros hombros se
van doblando bajo ese peso insoportable. Algunos se refugian en los brazos de una religin, tratando de hacer ms
soportable su dolor y de absolver sus grandes interrogantes. A ms edad, ms dolor, ms miserias acumuladas.
Quizs por eso vemos que generalmente a los jvenes
les preocupa menos su ser espiritual y que las personas
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mayores van tomando cada da ms conciencia de la necesidad de salvacin. Pero la religin no sirve para romper
las cadenas que sujetan al hombre a su pecado. Los ritos
solo acallan nuestra conciencia, no nos santifican; nos
sedan, pero no nos da la paz. La religin que no lleva
como resultado una relacin ntima y personal con Dios
por medio de nuestro Seor Jesucristo no es sino el chupete con que el diablo quiere entretenernos para adormecer el hambre espiritual que sentimos.
Satans quiere destruir todo lo que somos, amamos y
tenemos; pero Jess ya vino para evitar lo que el diablo
quiere hacer con nosotros. A los hombres cargados y
fatigados por sus pecados, por sus miserias, por sus angustias, por su soledad interior, por su desesperanza Jess
les dice: Venid a m todos los que estis trabajados y
cargados, y yo os har descansar. Llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de m, que soy manso y humilde de
corazn; y hallaris descanso para vuestras almas; porque
mi yugo es fcil y ligera mi carga (Mateo 11.28-30). Jess
es el paladn que ha venido, como dice 1 Juan 3.8, a
deshacer las obras del diablo y a devolver el orden anterior
a las cosas. Vino a restaurar la relacin entre Dios y el
hombre tal como fue a\ principio de la creacin. El ladrn
no viene sino para hurtar y matar y destruir, dijo. Yo he
venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia (Juan 10.10).
Sin embargo, el hecho de que Jess haya venido a este
mundo y haya vencido al diablo en la cruz no hace que
automticamente recibamos bendiciones, ni tampoco que
el diablo deje de hacer lo que hace. El diablo se apoya en
los pecados del hombre para ser el ejecutor de muchas de
las condenas que pesan sobre l. Este es otro motivo
importante para restaurar nuestra comunin con Dios no
bien tengamos conciencia de haber pecado.
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El dinero no lo es todo
Los malos harn dinero fcil. La prostitucin, las drogas,
el alcohol, el contrabando, la evasin tributaria y la explotacin de los trabajadores nos pueden dar dinero fcil.
Pero el dinero es solo una parte, y no muy importante, de
la prosperidad. Qu es ser prspero? Cunto dinero
tiene realmente el que es prspero? Quin sabe? El dinero
atrae el amor de personas indignas de ser amadas, pero no
el de las que podramos realmente amar. El dinero no
compra la salud y menos la paz. El que hizo su dinero
deshonestamente, cunto pagara por un poco de paz! El
que acumula riquezas solo por el afn de acumular jams
disfruta del dinero. El malo amasa una fortuna porque es
astuto para los negocios a la manera del mundo. Pero por
muy astutos, sagaces y pillos que sean, no disfrutarn de
esas riquezas. Las verdaderas riquezas son para los que
han sido justificados por Jess. Por eso la Biblia dice que
el bueno dejar herederos a los hijos de sus hijos; pero la
riqueza del pecador est guardada para el justo (Proverbios 13.22).
Y la Biblia aade: Sembris mucho, y recogis poco;
comis, y no os saciis; bebis, y no quedis satisfechos; os
vests, y no os calentis; y el que trabaja a jornal recibe su
jornal en saco roto. As ha dicho Jehov de los ejrcitos:
Meditad sobre vuestros caminos (Hageo 1.6,7). Aunque
coman los manjares que su dinero compre, aunque se
vistan con los mejores trajes, aunque vivan en los mejores
palacios, nada los saciar.
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El hombre desafortunado
Imaginemos a un hombre que trabaja la tierra y que ha
sido condenado a llevar sobre sus hombros un peso de
veinte kilogramos. Llevar veinte kilos no debe parecer
muy difcil al comienzo, pero imaginemos que l se levanta en la maana y lo primero que hace es cargar con el
bulto; y de all no lo deja hasta volverse a acostar por la
noche. Cmo sentir que fue la jornada de trabajo en ese
da? No ser para l algo agotador? As est el hombre
bajo la maldicin.
Hay personas que estn agobiadas con la carga de
pecado y condenas que pesa sobre sus hombros, con toda
la naturaleza y fuerzas espirituales que estn en su contra.
Un hombre as que quiera prosperar honradamente es
muy difcil que pueda hacerlo. Y si trata de prosperar de
manera deshonesta, al final su estado ser peor que la
pobreza. La angustia, la desesperacin y otras cosas peores
no lo dejarn.
Ya debe haber comprendido que no es posible recibir
la prosperidad de Dios si primero no arregla su situacin
espiritual. A partir de eso estar listo para que pasemos al
primer paso de la verdadera prosperidad: la prosperidad
espiritual.
Capfiu/o cualro
La prosperidad
del Espritu
De dnde viene la prosperidad?
La prosperidad debe comenzar en los lugares celestiales o
lugares espirituales, o sea, en la dimensin del espritu.
El mundo material, la creacin entera, se sostiene sobre
bases espirituales. Todo lo que nos sucede en esta vida
tiene su origen y es reflejo de lo que ocurre en esos lugares
celestiales. En ellos vivimos tambin de alguna manera,
aunque no seamos totalmente conscientes de ello al habitar en este mundo material en un tabernculo de carne y
hueso que es nuestro cuerpo.
Necesitamos, pues, alcanzar primero las bendiciones
~n los lugares celestiales, para luego poder recibir el fruto
de esas bendiciones aqu en la tierra. La Biblia sobre esto
nos dice: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Seor
Jesucristo, que nos bendijo con toda bendicin espiritual
en los lugares celestiales en Cristo (Efesios 1.3). Qu hay
que hacer para recibir esas bendiciones, y quin podr
drnoslas?
En el campo sobrenatural existen dos fuentes de poder:
El poder de Dios y el poder de las tinieblas. El poder viene
de Dios o viene del diablo y sus demonios. No hay otra
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Alegar inocencia
Nada ms absurdo. Dios mismo dice, corno hemos ledo
anteriormente, que todos los hombres han pecado. Ade-
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El sacrificio perfecto
El sacrificio de Jess es integral, porque incluye todos los
aspectos de la vida del hombre.
Jess naci de Mara, una doncella an virgen. Hered
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cambiar la indignidad del hombre por su dignidad, nuestros pecados por su justicia. Si las consecuencias del pecado fueron la pobreza, la enfermedad y la muerte eterna,
Jess al morir en la cruz sufri cada una de esas consecuencias y nos libr de la muerte, de la enfermedad, del dolor,
de la pobreza y de la falta de paz; dndonos adems el don
de la vida eterna.
Venci la maldicin
Hemos visto que Jess anul el acta de los decretos que
haba contra nosotros, los que encontramos el camino de
salvacin. Cristo nos redimi de la maldicin de la ley,
hecho por nosotros maldicin (porque est escrito: Maldito todo el que es colgado de un madero (Glatas 3.13). Es
decir, l anul las consecuencias de los pecados, y obtuvo
para nosotros redencin eterna.
Cuando Jess comenz su ministerio nos anticip cul
sera su resultado: El Espritu de Jehov el Seor est
sobre m, porque me ungi Jehov; me ha enviado a
predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los
quebrantados de corazn, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la crcel; a proclamar el ao
de la buena voluntad de Jehov, y el da de venganza del
Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar
que a los afligidos de Sion se les d gloria en lugar de
ceniza, leo de gozo en lugar de luto, manto de alegra en
lugar del espritu angustiado; y sern llamados rboles de
justicia, planto de Jehov, para gloria suya (Isaas 61.1-3).
Con su sacrificio, que termin con su muerte en la cruz del
Calvario, destruy las races de la muerte espiritual, de la
pobreza, de la enfermedad, de la angustia, de la depresin,
del temor, y algo sin races o con la raz muerta no puede
mantenerse. Jess vino a librarnos de la cautividad del
pecado, de las prisiones, de la miseria, vino a sanar los
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La pobreza de Jess
La pobreza de Jess no fue casual. Tampoco fue una
manera de rechazar a los ricos y la riqueza ni de optar por
los pobres. El que Jess abrazara la pobreza tuvo una
razn mucho ms profunda. Durante su ministerio en la
tierra Jess se relacion con los pobres, con los enfermos,
pero tambin con los ricos. No olvidemos cuando Jess,
como lo relata el Evangelio de Lucas 19.2-5, fue a cenar con
Zaqueo. Muchos murmuraron, pero Jess haba venido a
salvar lo que se haba perdido, y Zaqueo, rico y publicano,
necesitaba tambin un Salvador.
Sin embargo, Dios haba elegido para Jess una vida
pobre, no porque l fuera pobre -ya hemos visto que
Dios es extremadamente rico en todo- sino porque esa
pobreza era necesaria para el plan de salvacin. Cuando
Jess comenz su ministerio renunci a todas las cosas,
incluso a aquellas que el oficio de carpintero heredado por
su padre adoptivo pudieron darle. Jess no tena ni siquiera donde dormir con regularidad. Muchas veces le sorprenda la noche en el campo, y all se echaba a dormir.
Un da unos hombres fueron a decirle que queran seguirlo
y probablemente le preguntaron dnde sola reunirse para
as poder dejar sus cosas. Jess les respondi: Las zorras
tienen guaridas y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del
Hombre no tiene donde recostar la cabeza.
Las circunstancias de su nacimiento son an ms interesantes. Muchos se imaginan que Jos era tan pobre que
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Conclusin
Ya hemos expresado lo que es. En pocas palabras, prosperidad espiritual es tener en el corazn el bien supremo,
Jess, y mediante l reconciliarse con Dios. Si ya es prspero espiritualmente, conserve esa prosperidad perseverando en la comunin con Dios. Su amor nos despierta con
sus grandes obras, nos mantendr ocupados en cosas
espirituales (orando, ayunando, leyendo la Biblia) y as
podremos vivir una vida de santidad. Una vida consagrada a hacer la voluntad del ser ms maravilloso y bueno del
universo.
La prosperidad
del cuerpo
Captulo cinco
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Cuerpos glorificados
En el da de la resurreccin de los muertos, todos los que
somos salvos volveremos a la tierra en un cuerpo diferente.
El Seor transformar el cuerpo de la humillacin nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya (Filipenses 3.21). Volveremos con un cuerpo semejante al que disfrut Adn en la creacin, cuerpo que no envejeca, no se
enfermaba, no mora. Tendremos un cuerpo como el de Jess,
que atravesaba paredes y que el da de la ascensin simplemente se elev para perderse en las nubes.
Algunas personas tienen ciertas inquietudes cuando se
habla de la salvacin y preguntan: Cmo morimos todava si Jess nos salv de la muerte? La respuesta nos la da
el apstol Pablo: As [ser] tambin en la resurreccin de
los muertos. Se siembra en corrupcin, resucitar en incorrupcin (1 Corintios 15.42).
El cuerpo humano natural, tal como lo conocemos ahora, es mortal, corruptible y no podr vivir eternamente. Es
necesario que sea transformado en incorruptible, con el fin
de disfrutar de la vida eterna. En un abrir y cerrar de ojos,
nuestros cuerpos sufrirn esa transformacin necesaria.
Esto digo, hermanos, explica Pablo, que la carne y la
sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupcin hereda la incorrupcin. He aqu os digo un misterio:
No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final
trompeta; porque se tocar la trompeta, y los muertos
sern resucitados incorruptibles, y nosotros seremos
transformados. Porque es necesario que esto corruptible
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El pecado personal
En Gnesis 1.31 vemos que Dios, al acabar la obra de la
creacin, dijo que todo era bueno en gran manera. Pero, como
hemos dicho, a causa del pecado la naturaleza se pervirti y
todo fue decayendo. Sucedi como en esos cuentos infantiles
donde todo el ambiente es ttrico: El viejo castillo abandonado, los rboles lgubres, el sonido del viento que parece un
lamento y nos estremece el cuerpo, el cielo que es muy oscuro
y est lleno de nubes amenazadoras. Pero al terminar la
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El pecado de la raza
La cada de Adn contamin a toda la raza humana. Ya
hemos dicho que el pecado y la muerte pasaron a todos los
hombres a causa de Adn. La creacin, cada por causa del
pecado, ha hecho que todo tipo de virus y bacterias que
producen enfermedades ataquen a los organismos vivos. Las
malformaciones congnitas, como en el caso del ciego de
nacimiento, son comunes. Los efectos de las radiaciones
sobre el cuerpo, sean solares o radiaciones de sustancias
radioactivas en la tierra, producen graves daos a los tejidos.
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-No te he dicho nada! -me deca, y siempre terminbamos los dos tristes.
Cuando naci nuestra pequea Salomona (gracias a
Dios y a la sabidura que Dios nos dio no se llam as, sino
que llev el nombre de su madre), todo fue diferente, pues
Cristo ya estaba en mi corazn. Desde que me enter del
embarazo sent un gozo tremendo y comenc a expresarle
a Alicia la felicidad que senta. La engre todo lo que pude
y la hice sentir como ella tanto haba anhelado. Cuando
Licy naci, todo fue ternura para con ambas, y mi esposa
y yo fuimos sanados de aquellos recuerdos que nublaban
nuestra felicidad aun siendo creyentes.
Sin embargo, despus de que naci Licy me puse a
buscarle una explicacin a lo sucedido. No terminaba de
creer que me hubiera equivocado. Seguramente Dios haba querido darnos primero una mujercita, porque si hubiera nacido un varn ya no habra tenido la posibilidad
de tener algn hermanito de su edad; pero al darme una
mujercita primero, seguramente lo que Dios quera era
que fueran dos y as sera ms fcil educarlos juntos,
porque mi pastorcito se acompaara con su hermanita
Licy. As que satisfecho con mi propia interpretacin de
los hechos decid hablar con mi esposa y sugerirle que
pasado un tiempo prudencial tuviramos el varoncito que
ms tarde sera el pastor de la iglesia de la que Dios me
haba hablado.
Malas seales
Pas el tiempo y Alicia volvi a quedar embarazada, de
acuerdo a lo planeado.
Era la noche del 11 de Mayo, treinta das antes de la
fecha tan esperada en que calculbamos nacera nuestro
beb. Nos habamos acostado normalmente, pero Alicia
estaba muy cansada pues haba tenido en esos das mucho
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Malas noticias
La pobre Alicia estaba pasando momentos de angustia. Le
pusieron la anestesia epidural, pero sinti el dolor del
corte. Como no lo soportaba, los doctores tuvieron que
dormirla. Al despertar, lo primero que hizo fue preguntar
cmo estaba el beb. Saba que algo andaba mal, pues ella
misma haba tenido que firmar el permiso para la operacin. Casi llorando le cont el estado en que se encontraba
nuestra beb, que nuevamente haba resultado ser una
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La confesin
Esa noche nos reunimos con un grupo de hermanos que
solan reunirse a orar en nuestra casa, y en la habitacin
de la clnica oramos juntos. Todos confesaban que la beb
iba a vivir y clamaban a Dios por un milagro. De pronto,
en medio de la oracin, Dios me habl en forma casi
audible y me dijo:
-Juan.
-S, Seor -le respond en mi corazn.
-Recuerdas cuando hace unos meses fuiste a un hospital a orar por la beb de un amigo tuyo que tena una
enfermedad al corazn parecida a la de tu hija?
-S, Seor -le respond.
-Qu decan ustedes en sus oraciones?
-Que la beb no morira, sino que vivira, y le dijimos
a los padres que estbamos seguros de ello.
-Y qu pas?
-Que muri, Seor.
-Y dime -continu el Seor, mientras mis hermanos
seguan orando y clamando-, qu pensaste entonces?
-Yo pens: Seor, cmo es posible que hubieras
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Empec un ayuno con un propsito bien definido: demostrar que amaba lo suficiente a mi hija como para
privarme del sustento hasta que ella sanara o viniera el
fa tal desenlace.
Estaba muy dbil y triste. Era la hora del almuerzo y
haba ido a la casa para ver a mis hijas un momento. La
mam de Alicia haba venido a la casa para encargarse de
las nias mientras ella estuviera en la clnica. Luego que
vi que todo estaba en orden, sub al segundo piso y me
encerr en una habitacin a continuar mi ayuno. Estaba
orando, cuando sent unos golpecitos en la puerta.
-Quin es? -pregunt.
Licy, que en aquel entonces tena dos aitos me respondi:
-Yo,papi.
Le abr enseguida la puerta para ver qu quera y entr
con una bolsita de camotes fritos.
-Come, papi -me dijo. Tienes que comer.
Me qued sin saber qu hacer. Por un lado el ayuno que
haba prometido a Dios, y por otro lado, mi pequea hijita
ofrecindome los camotes. Eran unos poquitos, estaban
recin fritos y no quera hacer sentir mal a Licita rechazando su ofrenda de amor. Entonces escuch la voz de Dios
que me deca:
-Come, es man!
Entend que era Dios quien quera fortalecerme y utilizaba a mi hija como un pequeo angelito.
La resistencia espiritual
Durante todo ese tiempo percibimos que se estaba llevando a cabo una lucha entre las fuerzas espirituales por la
vida de mi hija. El Seor me mostr el paralelo que haba
entre esa lucha y la lucha del arcngel Gabriel contra el
Prncipe de Persia, cuando Daniel oraba. Al llegar, el ngel
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La splica al misericordioso
Hasta ese momento, haba hecho todo lo que Dios me
haba mandado hacer para limpiar mi corazn y romper
as las cadenas con que el diablo intentaba atrapar a Gabriela.
Luego de haber ledo 1 Reyes 8.37-39, haba reconocido
delante de Dios la plaga que haba en mi corazn y haba
extendido mis manos a l en busca de ayuda. Alicia tambin haba estado orando y clamando a Dios. A veces
conmigo, y otras veces sola, librando sus propias batallas.
La noche que Alicia sali de la clnica nos habamos reunido a orar un grupo de hermanos en Cristo, en el dormitorio de mi casa, pues ella tuvo que guardar cama. Esa
noche estuvimos orando y llorando delante de Dios. Ya no
tenamos la confianza que expresaban nuestras declaraciones de fe. Ahora solo esperbamos en el Dios misericordioso.
Creemos que la fe mueve montaas. Creemos que si le
digo al monte chate en el mar y no dudo en mi corazn,
lo que digo ser hecho. Pero tambin creemos que hay
condiciones para que todo eso resulte. Tenemos que pedir
de acuerdo a la voluntad de Dios. Tenemos que pedir en
el nombre de Jess. Pero para todo ello debemos estar en
santidad delante de Dios y ese no era mi caso. Por eso
apelbamos a la misericordia de Dios. Por eso esperbamos que nuestro buen Dios pudiera obrar. Ya haba entendido que en Dios no haba ninguna duda en cuanto al
deseo de sanarla; pero espiritualmente Satans haba adquirido ciertos derechos que nosotros, al obedecer las
indicaciones de Dios, podamos anular.
Mientras orbamos esa noche, Alicia tuvo una visin
que no quiso contarme por no estar totalmente segura de
que era de Dios. No quera crearme falsas ilusiones. Se la
cont a uno de los amigos que nos acompaaban esa
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El gran milagro
Al llegar a la clnica el da siguiente, el pediatra neonatlogo tena una cara muy extraa. Me preocup.
-Pasa algo malo, doctor?
-No -me respondi, no sabiendo cmo explicar la
situacin.
-Ah, ya s! -le dije con jbilo-. La beb est sana,
verdad? Sabe?, anoche estuvimos orando por ella. El
Seor la san. Ha ocurrido un milagro, no es cierto?
-No s si ha sido un milagro -nos respondi-. Lo
nico que s es que el cuadro ha cambiado completamente
desde anoche.
-Cmo, doctor? -le preguntamos Alicia y yo.
-La enfermera de turno dice que not que anoche su
color haba cambiado y me llamaron -nos dijo-. Le
quitamos el oxgeno y aparentemente la beb est perfecta.
Alicia y yo casi saltbamos de jbilo. El doctor nos hizo
entrar a la sala de cuidados intensivos y all la vimos.
Nuestro pequeo retoo estaba rosadita y no tena puesta
la mscara de oxgeno, ni el suero, y por primera vez la
pudimos acariciar.
Como Alicia y yo habamos estado entrando a la sala
de cuidados intensivos para ver a la beb, nuestros corazones haban quedado conmovidos al ver a otras criaturas
enfermitas. As que desde un inicio orbamos no solo por
nuestra hija, sino por todos los bebs enfermos. Y ms
tarde, al estar cerca de la sala de cuidados intensivos,
vimos a otra madre llorar de emocin y dar gracias a Dios,
ya que su beb haba sido sanado tambin. Luego descu-
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brimos que esa noche todos los bebs que haban estado
all, incluyendo uno de ellos que iba a ser operado por
problemas en el esfago, haban sido sanados. Ahora entendemos que los ngeles de Dios no solo entraron a esa
sala a sanar a nuestra beb cuando les dieron permiso, sino
que sanaron a todo beb que estaba enfermo en ese lugar,
haciendo un trabajo completo y llenando de alegra a
todos los padres que en esos das haban estado sufriendo
por el estado de salud de sus hijos.
Lo que aprendimos
Aprendimos muchas cosas en esos das. Aprendimos que
no debemos jugar con nuestra vida espiritual, que no
debemos poner a prueba a Dios y que es cierto que nuestro
adversario el diablo anda buscando a quien devorar.
Los doctores nunca se explicaron el resultado final de
todo este drama. Dos de ellos, el cardilogo y el gineclogo, no quisieron aceptar el hecho del milagro y trataron en
vano de encontrar excusas y teoras, las cuales cayeron por
su propio peso. Pero el neonatlogo nos dijo que era la
primera vez en doce aos de carrera profesional que haba
visto un milagro, y que no tena ninguna duda de que se
trataba de uno. Un da este doctor y su esposa fueron a
nuestra casa porque queran conocernos y preguntarnos
cmo es que habamos orado. Ms tarde hicieron su oracin de entrega a Jesucristo.
Gabriela ahora tiene 10 aos. Nunca necesit ningn
tipo de tratamiento o remedio. Nos dijeron que a lo mejor
tena un soplo al corazn, pero nunca hubo tal soplo. Nos
dijeron que la falta de oxgeno tendra que haber afectado
su cerebro pero, al contrario, result ser una nia brillante.
Aprendimos que Dios es realmente compasivo. Cuando no vemos actuar al Todopoderoso es porque l mismo
se sujeta a sus propias leyes. Aunque desea nuestro bien,
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El mejor
programa de salud
Guardemos la Ley de Dios
No vivir de acuerdo a la Ley de Dios no es una prctica
saludable. En el libro de Deuteronomio encontramos severas advertencias contra la violacin de los mandamientos y los decretos de Dios. Deuteronomio 28.15 dice con
meridiana claridad: Si no oyeres la voz de Jehov tu Dios,
para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus
estatutos que yo te intimo hoy, que vendrn sobre ti todas
estas maldiciones y te alcanzarn. Un poco ms adelante,
en los versculos 21 y 22, aade: Jehov traer sobre ti
mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual
entras para tomar posesin de ella. Jehov te herir de tisis,
de fiebre, de inflamacin y de ardor, con sequa, con
calamidad repentina y con aublo; y te perseguirn hasta
que perezcas. Los pecados traen maldiciones que nos
enferman y aun dan pie a los espritus de enfermedad para
que puedan atormentarnos, como en el caso de la mujer
encorvada, que se describe en el evangelio de Lucas 13.1113.
Lo mejor que podramos hacer para vivir libres de
enfermedad es vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. No
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Tercero: Confes su fe
Cuenta Marcos que la mujer se deca: Si tocare tan solamente su manto, ser salva (Marcos 5.28). Dice la Escritura que si no dudamos de lo que decimos, lo que decimos
ser hecho. Jesucristo dijo: De cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Qutate y chate en el mar, y no
dudare en su corazn, sino creyere que ser hecho lo que
dice, lo que diga le ser hecho (Marcos 11.23).
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La fe viene por el or
Ir, confesar y tocar quizs sea sencillo. Lo ms difcil es
llegar al punto de creer lo suficiente para que se vuelva fe.
La fe es ms que un natural creer. La fe es creer que Dios
har algo sobrenatural respecto de algo. Pero, cmo puedo creer hasta ese punto? Cmo puedo obtener fe?
Para tener fe debemos escuchar y leer la Palabra de Dios
que nos habla de la sanidad que tanto necesitamos (Romanos 10.17). Cuando asistimos a un culto y escuchamos la
Palabra, nuestra fe se va edificando. Del mismo modo se
edifica cuando la leemos. As que escuchemos, leamos y
memoricemos la Palabra de Dios, y cuando lo hayamos
hecho y la vayamos meditando, esta destilar a nuestro
corazn como cuando se destila caf en una cafetera.
Cuando haya fe en nuestro corazn, busquemos la sanidad, confesemos que la recibiremos, y perseveremos hasta
recibirla en el nombre de Jess.
Est usted listo para apropiarse de su sanidad? Puede
orar conmigo:
Amado Dios, te ruego que extiendas tu mano sanadora y que por medio de tu Espritu Santo toques mi
cuerpo y me sanes en el nombre de Jess. Yo s,
porque est escrito en la Biblia, que por la llaga de
Jess he sido sanado. Jess en la cruz llev mis enfermedades y sufri mis dolores y esto sucedi hace casi
dos mil aos. Estos sntomas que hoy estn en mi
cuerpo se rebelan contra tu Palabra, por eso, enfermedad, te reprendo y te ordeno que dejes mi cuerpo en
el nombre de Jess. Tambin te pido perdn a ti,
Padre, por toda ofensa que yo haya cometido, aun de
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~ercera
parle
La prosperidad
del alma
Vendar a los
quebrantados de
~
corazon
Dios quiere que los creyentes seamos
hombres y mujeres felices
Es natural que pensemos que un Dios que nos ama desee
nuestra felicidad; y es lgico tambin pensar que la felicidad solo se encuentra en forma integral. El ser humano es,
como vimos anteriormente en 1 Tesalonicenses 5.23, un ser
trino, compuesto de tres partes: espritu, alma y cuerpo.
Para ser prspero no solo es necesario estar sano fsicamente, sino tambin es necesario estar sano en el alma. El
alma es la parte de nuestro ser que une nuestro fsico con
nuestro espritu. El alma comprende la razn, el intelecto,
el carcter, los recuerdos, las emociones, la voluntad. Si
por ejemplo nuestra alma est perturbada por recuerdos
dolorosos, entonces no podremos ser felices. Si nuestra
alma est oprimida por demonios o por las circunstancias,
entonces nos ser muy difcil disfrutar de felicidad.
En Juan 3.2 el apstol dice que su oracin es que prosperemos en la medida en que nuestra alma sea prosperada. Pero, qu es la prosperidad del alma? Quizs ya est
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Nueva criatura
Si alguno est en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aqu todas son hechas nuevas (2 Corintios 5.17).
Cuando uno va a Jess y lo recibe corno Seor y Salvador, se convierte en un nuevo ser creado segn Dios. El
hombre viejo, el adltero, el fornicario, el homosexual, la
lesbiana, el asesino, el drogadicto, el borracho, el degenerado, el anormal, el ser abyecto que temamos ser (si ese
fuera el caso) ya no existe. Aquella persona que viva sin
Dios y sin esperanza muri en la cruz con Cristo. Ya es un
nuevo ser, creado por la fe, por la Palabra de Dios. Ahora
es hija de Dios y toda experiencia pasada es borrada, no
en cuanto a sus recuerdos, pero s en cuanto al dolor del
corazn.
Muchas veces el nuevo creyente no percibe la gloriosa
libertad que ha alcanzado. El nuevo nacimiento que Jess
le ha dado ha borrado su vida pasada, clavndola en la
cruz, corno dice Colosenses 2.14, junto con el acta de los
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Captulo nueve
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1.30, Cristo nos ha sido hecho por Dios sabidura, justificacin, santificacin y redencin.
Y a usted, seora o seorita, que cuando nia le decan
que era fea, que tena que soportar que los chicos crueles
o las amigas la fastidiaran y se burlaran sencillamente
porque usted era diferente, debo decirle algo. Esas burlas,
que aparentemente parecan no afectarle, por dentro le
dolan. Pues debe saber que tambin eran mentira. La
belleza que se ve hoy en da en las estrellas de cine o las
modelos es solo un simple accidente de la naturaleza. Qu
bueno que hayan algunos modelos o ejemplos que nos
permitan siquiera vislumbrar, aunque plidamente, la belleza que tendremos en la vida eterna. Pero son solo eso,
modelos, excepciones a la regla.
Casi todos nos hemos sentido feos o mal presentados
en algn momento. Pero la cultura nos ha hecho creer que
en esta vida uno vale por la belleza, por la inteligencia, o
por el dinero o el xito que uno tenga. Pero la verdad es
que estos son una especie de accidente en la vida. La
verdad es que la mayora de las personas tenemos inteligencia suficiente para ser amados y admirados por los que
nos saben apreciar, y que no necesitamos ms que el
dinero necesario para vivir. Por otro lado es verdad que si
una mujer es cristiana, su belleza resaltar ms porque sus
ojos nos cautivarn con su alegra, gracia y transparencia.
Tambin, si uno es creyente tendr una inteligencia superior, porque segn Proverbios 2.6, es de la boca de Dios de
donde viene el conocimiento y la inteligencia. Salmo
111.10 dice que el principio de la sabidura es el temor de
Jehov. Buen entendimiento tienen todos los que practican
sus mandamientos.
Si uno es creyente tambin ser prosperado rpidamente por Dios, porque para comenzar ya no gastar en cosas
que antes gastaba tontamente: alcohol, drogas, algunas
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aquel que pone su vida por sus amigos. l dio su vida por
nosotros. Su amor es tan grande que el apstol Pablo pudo
decir: Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni
ngeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo
por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podr separar del amor de Dios, que es en
Cristo Jess Seor nuestro (Romanos 8.38,39).
Debemos poner nuestra fe en el nico Dios vivo, creador del cielo y de la tierra, que nos ama y nos dio el ms
valioso don: Jess.
Debemos entender que todo lo que Dios quiere es la
salvacin y el bien para nosotros. Precisamente, Jesucristo
vino a deshacer lo que el diablo le ha hecho a la humanidad
(1 Juan 3.8).
Fe en su Palabra
Cmo tener fe en la Palabra de Dios? Se dice que la
palabra de una persona es tan confiable como ella misma.
Pues bien, no hay persona ms confiable que Dios, que es
la verdad. Adems, Dios es eterno, verdadero e inmutable, y su Palabra tambin lo es (1 Pedro 1.25). No tenemos
un Dios voluble que hoy promete una cosa y maana se
arrepiente. En l no hay mudanza ni sombra de variacin
(Santiago 1.17). Jesucristo, que es el Verbo o la Palabra de
Dios, es el mismo, ayer, hoy y siempre.
Cuando nos llegue la duda, debemos asirnos de la
Biblia. Cuando Cristo fue tentado en el desierto, se defendi del diablo empleando la Palabra de Dios. As desbarat los argumentos del enemigo; y as tambin nosotros
tendremos victoria sobre la duda. Para la fe, la Palabra de
Dios se convierte en la voz de Dios. Hemos de decidir,
pues, si vamos a permitir que el silbido de la serpiente se
levante por encima de la voz de nuestro Creador.
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Jess sana
nuestras almas
En el pozo
A travs de los siglos, muchos creyentes han sido arrojados al foso de los leones. El profeta Daniel pas por esto
cuando los strapas del rey Daro lo echaron al foso. A Jos
fueron sus hermanos los que lo arrojaron a un pozo.
Jos era hijo del patriarca Jacob. Cuando naci, por ser
su padre un hombre ya mayor y porque Jos era hijo de
Raquel, la mujer que ms quera, Jacob lo mim demasiado y lo hizo vestir una tnica de muchos colores. En
aquella poca, donde la gente se vesta con lana cruda sin
teir, los colores en la tela eran un lujo; y Jos, vestido as,
se senta como un rey. Dice Gnesis 37.3,4 que viendo sus
hermanos que su padre lo amaba ms que a todos sus
hermanos, le aborrecan, y no podan hablarle pacficamente (Gnesis 37.3,4).
Para empeorar las cosas, sin darse cuenta de que ellos
le tenan celos y lo envidiaban, imprudentemente Jos les
cont sus sueos: He aqu que atbamos manojos en
medio del campo, y he aqu que mi manojo se levantaba y
estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor
y se inclinaban al mo. Le respondieron sus hermanos:
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El rechazo de Dios
Ahora vemos a Jess crucificado. Jess, la gloria de Israel,
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cay sobre l. Ahora podemos disfrutar de sus misericordias. As es nuestro Dios. Jams nos cansaremos de darle
gracias porque N o ha hecho con nosotros conforme a
nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados (Salmo 103.10).
Sanos en el alma
Una vez le la historia de una nia que interrumpa a su
padre, que estaba haciendo un trabajo en casa, para que
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Cuarla parle
La prosperi dad
material o
.
econom1ca
/
Captulo once
Dios quiere
prosperarnos
materialmente
Una seal de Dios
Dios desea que todos sus hijos seamos prsperos econmicamente. Ya lo hemos dicho. Mencionamos que la Biblia
dice en 3 Juan 2 que Dios nos quiere prosperar en todas las
cosas. Hemos dicho tambin que Dios quiere prosperarnos econmicamente como una seal de la alianza eterna
que tenemos con L No es eso lo que dice Deuteronomio
8.18?: Acurdate de Jehov tu Dios, porque l te da el
poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto
que jur a tus padres, como en este da.
As que para confirmar la alianza o el pacto eterno que
tenemos con Dios por medio de Jesucristo, el Seor nos
prospera. Sera absurdo pensar que esto lo haca Dios solo
con los que estaban bajo el Antiguo Pacto o Testamento,
pero que ahora ya no puede hacerlo. El Nuevo Pacto
sellado con la sangre de Jess est basado en mejores
promesas an, como dice Hebreos 8.6.
El Seor prosper a Abraham, a Isaac, a Jacob, a Moiss,
y al pueblo de Israel siempre que guardaron el pacto. El
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Seor hizo una promesa a Abraham, y dijo que la cumplira en toda su descendencia. Esa descendencia de la que
habla no es solamente la de la carne, sino la de la fe (como
podemos ver en Romanos 4.13), porque cuando Dios hizo
la promesa a Abraham, l no era judo de raza, sino un
gentil incircunciso, un caldeo. l es padre de todos los que
creen. Como dice la Biblia: Y si vosotros sois de Cristo,
ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos segn la
promesa (Glatas 3.29). As que los que somos de la fe,
tambin somos hijos de Abraham en lo espiritual. Por lo
tanto, no solo el pueblo judo que desciende de Abraham
en la carne es heredero de la promesa que le hizo Dios, sino
tambin nosotros los que creemos en Jess.
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cosas, y como el segundo mandamiento, que ha sido omitido en algunas ramas del cristianismo como la catlica, en
donde Dios expresamente prohbe venerar imgenes. Pasan por alto xodo 20.4,5, donde con toda claridad el Seor
manda: No te hars imagen, ni ninguna semejanza de lo
que est arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las
aguas debajo de la tierra. No te inclinars a ellas, ni las
honrars, porque yo soy Jehov tu Dios, fuerte, celoso, que
visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la
tercera y cuarta generacin de los que me aborrecen.
Por otro lado, se han soslayado verdades bblicas que
no son prioritarias para ser salvos -como la sanidad
divina, los dones del Espritu Santo y la prosperidad divina-. As vemos como la religin tradicional, contaminada
con corrientes filosficas ajenas, nos ha enseado que la
pobreza es una virtud, que la iglesia debe elegir u optar
por los pobres, que ellos son los elegidos de Dios, y que
los ricos no entrarn en el reino de los cielos. Muchos que
sinceramente creen esto citan Mateo 19.23,24, donde Jess
mencion que es ms fcil pasar un camello por el ojo de
una aguja que lograr que un rico entrara en el reino de
Dios.
Es cierto que Jess dijo estas palabras, pero hay que
entender el sentido que tienen y el contexto en que fueron
dichas. Mateo 19.23,24 pertenece al pasaje bblico donde
Jess habla con un joven rico cuya riqueza le impide
seguirlo. Evidentemente amaba ms a las riquezas que a
Dios. Jess le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo
que tienes, y dalo a los pobres, y tendrs tesoro en el cielo;
y ven y sgueme. Oyendo el joven esta palabra, se fue triste,
porque tena muchas posesiones (Mateo 19.21,22).
Como para corrobar la virtud de la pobreza, se cita 1
Timoteo 6.10, donde dice que la raz de todos los males
es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extra-
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edificando. En aquella poca yo acababa de entrar a trabajar como analista de sistemas en una compaa molinera
que se haba diversificado en otras industrias y haba
llegado a ser un grupo econmico muy fuerte en el pas.
Fue entonces que descubrimos una de las principales leyes
de la prosperidad econmica, la de los diezmos y las
ofrendas.
Descubrimos lo que dice Malaquas 3.8-11: Robar el
hombre a Dios? Pues vosotros me habis robado. Y dijisteis: En qu te hemos robado? En vuestros diezmos y
ofrendas. Malditos sois con maldicin, porque vosotros,
la nacin toda, me habis robado. Traed todos los diezmos
al alfol y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en
esto, dice Jehov de los ejrcitos, si no os abrir las ventanas de los cielos, y derramar sobre vosotros bendicin
hasta que sobreabunde. Reprender tambin por vosotros
al devorador, y no os destruir el fruto de la tierra, ni
vuestra vid en el campo ser estril, dice Jehov de los
ejrcitos (Malaquas 3.8-11).
Nos dimos cuenta de que Dios en su amor haba provisto un medio para prosperar al hombre. No lo conocamos todo, pero comprendimos la existencia de esta ley. La
Palabra de Dios es tan real para ella y para m que desde
ese da quedamos inquietos. Nunca habamos diezmado,
as que durante treinta aos de nuestras vidas habamos
estado robndole a Dios.
Recuerdo nuestra conversacin un da en que bamos
en el viejo Volkswagen, un auto que con mucho sacrificio
habamos comprado. Era una oscura tarde de invierno y
regresbamos a casa por la Avenida Circunvalacin de
Lima.
-Creo que lo que lemos de los diezmos es muy importante -le dije.
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Qu es el diezmo?
El diezmo es el diez por ciento de todos tus ingresos,
que de acuerdo a la Biblia no te pertenecen a ti sino a Dios.
El siguiente pasaje no deja lugar a duda: Y el diezmo de
la tierra, as de la simiente de la tierra como del fruto de
los rboles, de Jehov es; es cosa dedicada a Jehov
(Levtico 27.30).
Eso fue lo que Alicia y yo descubrimos en la Biblia. Y lo
importante fue que nadie nos lo dijo, sino que nosotros al
leerlo comprendimos que era un mandato de Dios, mandato que el Seor ha establecido por dos motivos principales:
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piensan que pueden asignar una cantidad a algn ministerio independiente o misionero, algo para los nios pobres, otro poco para un hermano en Cristo que est
pasando problemas econmicos o para la Sociedad Protectora de Animales. Lo que queda lo dan a la iglesia. Este
es un gran error. Aun cuando estemos dedicando el dinero
a buenas obras, le estaremos robando a Dios. El diezmo es
suyo y no nuestro. No tenemos derecho a administrarlo.
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En vez de traer los primeros frutos, traemos dinero atrasado; es decir, vamos pagando los diezmos que se nos van
acumulando, y esto ya no son los primeros frutos.
En Deuteronomio 26.4-10 encontramos un modelo de
oracin para entregar nuestros diezmos y ofrendas en la
iglesia. Poniendo estos versculos en nuestras propias palabras, podramos decirle a Dios algo as:
Dios mo, yo era un pecador sin Dios y sin esperanza,
maltratado por el diablo y las circunstancias. Pero t,
Seor, me llamaste por mi nombre y yo respond a tu
invitacin, y recib a Jess como mi Seor y Salvador;
y as me trasladaste de las tinieblas a tu luz admirable,
al reino de tu amado Hijo Jesucristo. Me has salvado
y has perdonado mis pecados. Ahora que vivo en este
reino admirable, donde fluye leche y miel, con amor
te traigo, Seor, los primeros frutos del trabajo que t
me has dado, por el cual te agradezco y me postro
delante de ti. Amn.
La siembra y
la cosecha
El intercambio de armas
La prosperidad viene de Dios como una seal del pacto.
Y todo pacto con Dios es una alianza o pacto de sangre con
l. En la Biblia se nos habla de este pacto. No tenemos la
descripcin completa del mismo, pero podemos obtenerla
leyendo diferentes pasajes. Por ejemplo el siguiente versculo nos muestra un paso importante del pacto de Dios
con el pueblo de Israel: Entonces Moiss tom la sangre
y roci sobre el pueblo, y dijo: He aqu la sangre del pacto
que Jehov ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas
(xodo 24.8).
Este pacto se asemeja al pacto que realizaban las personas para hacerse hermanos de sangre. David y Jonatn,
hijo de Sal, hicieron un pacto as: E hicieron pacto Jonatn y David, porque l le amaba como a s mismo. Y
Jonatn se quit el manto que llevaba, y se lo dio a David,
y otras ropas suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte
(1 Samuel18.3,4).
Es evidente el significado de este intercambio en la
alianza de sangre, o en otro tipo de pacto. Al intercambiar
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La siembra y la cosecha
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que luchar con nuestras armas. Qu armas? Las habilidades tcnicas y profesionales que adquiramos con esfuerzo.
Dios jams nos ha dicho que ya no tendremos que esforzarnos. Al contrario, ahora que somos creyentes debemos
hacerlo ms que nunca, pues no solo tenemos que evangelizar al mundo, sino que debemos ganar el sustento de
cada da y demostrar a los que nos rodean cun hermosa
es la vida de una persona que depende de Dios. No es
lgico que alguien quiera que Dios lo prospere como
mdico si no ha estudiado medicina. Igualmente, sera
absurdo que alguien que nunca ha ido a una universidad
pretendiera llegar a ser un prspero ingeniero.
Cuando leemos en la Biblia el libro de Josu, encontramos que la tierra prometida estaba all, frente al pueblo de
Israel. Sin embargo, a pesar de que Dios se las haba
prometido, los israelitas tuvieron que tomarla a punta de
espada. Dios le habl a Josu, el caudillo de Israel, cuando
iban a cruzar el ro Jordn, y le dijo que se esforzara y que
fuera valiente porque l repartira a este pueblo la tierra
por heredad (Josu 1.6). Hoy Dios te pide a ti tambin que
te esfuerces y seas muy valiente para que puedas llevar a
cabo los planes que l tiene para tu vida.
Ms que diezmar
As que el creyente no solo debe diezmar para ser prspero, sino que adems tiene que trabajar y esforzarse en
hacer las cosas bien, y tener mucha fe.
Cuando al poco tiempo de empezar a diezmar el Seor
me dio un nuevo empleo, fue en una compaa vinculada
con la aviacin comercial. En esta empresa comenc ganando el doble de lo que me pagaban en la compaa
molinera donde antes haba trabajado. Por supuesto, continu diezmando, pero tambin esforzndome. Cada maana entraba a mi oficina y oraba a Dios, pidindole que
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me ayudara en el diseo de un sistema para mantenimiento de aviones. Le deca al Seor: Amado Dios, no hay otro
analista de sistemas en el universo como t, as que te
ruego que me inspires en este trabajo. Dios me inspiraba
cada da, y el sistema iba tomando forma.
Al cabo de unos meses, cuando la primera versin del
sistema qued terminada, los ingenieros de la IBM quedaron gratamente impresionados, y nos invitaron al gerente
de la compaa y a m a presentarlo en el Congreso sobre
Desarrollo de Sistemas para Lneas Areas que se llev a
cabo en la Ciudad de Mxico en 1986. Como resultado de
este evento, la Lnea Area Austral de Argentina nos
compr el sistema, y a partir de entonces comenzamos a
instalarlo. Luego nos dedicamos a seguir vendiendo este
sistema internacionalmente.
Dios nos estaba bendiciendo ricamente; pero, por otro
lado, yo me esforzaba, estudiaba y trabajaba entre diez y
doce horas diarias. Recuerdo que en esos das el analista
programador que me ayudaba con la instalacin del sistema y yo trabajbamos en Buenos Aires desde las doce del
medioda hasta las seis de la maana siguiente. Cada vez
que alguien cuenta cmo Dios lo bendijo en su trabajo, en
su entusiasmo generalmente omite precisar cunto trabaj, sud, se esforz, fracas y se frustr; y cmo la fe unida
a la paciencia lo sos tu vieron, para que al final por la
perseverancia pudiera cosechar de la abundancia de Dios.
No olvidemos que estamos en el mundo, y lo que por el
pecado recibi maldicin no fue el trabajo, sino el fruto del
trabajo, y por ello luchamos. Dios jams nos prometi que
no lucharamos, sino que l nos dara la victoria.
Un ascenso de puesto
Recuerdo que el da que renunci el gerente administrativo de la compaa estaba orando al Seor y l me dijo que
La siembra y la cosecha
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En dinero y en especie
Mi esposa y yo hemos visto siempre la mano de Dios
prosperndonos y devolvindonos el ciento por uno.
Hubo ocasiones en que pareca que Dios no podra devolver de acuerdo a su promesa tanto como nosotros dbamos; pero de pronto pasaba el tiempo y ramos
bendecidos en dinero o en especie.
En una oportunidad viaj por cuestiones de trabajo a la
Argentina y los directivos de la lnea area Austral, con
quienes fui a trabajar, no pudieron resolver un asunto
antes del fin de semana. Tuve que quedarme en ese pas
unos das ms, lo cual no tena planeado. Ellos me dijeron
que como no tena mucho que hacer en Buenos Aires, me
obsequiaban un pasaje para que fuera mejor a conocer
Bariloche, una hermosa ciudad al sur de la Argentina.
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Despus de varios aos, finalmente vendimos el departamento y Dios nos bendijo con una casa mucho ms amplia
para nosotros, y haciendo que jams faltara un local para
la iglesia.
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Cuando aterrizaba en Caracas, nada me haca sospechar lo que me pasara all. Distradamente miraba por la
ventanilla del avin mientras el piloto hacia las maniobras
de aproximacin. An era de da, pero el sol ya haba
comenzado a ocultarse y el cielo brillaba con un tinte
naranja, matizado con tonos rojos, grises y negros; especialmente en las nubes que esparcidas adornaban el cielo.
Conforme bajbamos poda ver las luces de las casas y
edificios de La Guaira, ciudad a orillas del Atlntico,
donde queda el aeropuerto internacional de Caracas.
Como siempre, yo segua en mi mente la secuencia de
operaciones del aterrizaje. Tren de aterrizaje abajo, flaps en
posicin baja; y el tren de aterrizaje toc el suelo suavemente. Perfecto aterrizaje. Haba disfrutado el vuelo, alabando a Dios y gozndome en la belleza de la creacin,
especialmente de aquella que solo se. puede ver desde las
nubes.
Ese aeropuerto era increble. Haba solo dos o tres colas
para extranjeros y como ocho para venezolanos. Por supuesto que las colas para nacionales estaban vacas, pero
las internacionales eran muy largas.
Al llegar mi turno, entregu mi pasaporte, y el agente
de inmigracin lo revis de arriba a abajo. Yo lo vea pasar
mi visa una y otra vez, pero l pareca no darse cuenta.
Finalmente me habl y me dijo:
-Seor Capurro, usted no tiene visa.
-A ver permtame -le dije impacientndome.
Tom el pasaporte y le abr la pgina donde estaba la
famosa visa por mltiples entradas por un semana a partir
de la primera entrada. Es el colmo pens: ni ellos entienden
sus propias visas.
-Aqu est, seor -le dije, devolvindole el pasaporte.
-Lo siento, seor -dijo l- pero esa visa est vencida.
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cin por medio de Jesucristo, ser sanados de toda enfermedad fsica por Dios, ser limpiados en nuestras almas por
el Espritu Santo; y ahora sabemos que debemos diezmar,
ofrendar, dar limosnas y proveer de armas a Dios capacitndonos, esforzndonos y siendo muy valientes.
Es mi oracin que Dios ponga en usted un corazn
generoso para que de esta manera nunca le falte ningn
bien.
Quinfa parle
La prosperidad
creativa
El misterio de la fe
Esta quinta dimensin donde podemos ser prosperados la
he titulado prosperidad creativa, a fin de no confundir
al lector con la prosperidad espiritual. Pero lo que en
realidad deseo tratar en esta parte del libro es cmo apropiarnos de las bendiciones que ya son nuestras en los
lugares celestiales -pero que permanecen fuera del alcance de nuestros sentidos- y cmo ir sembrando nuestro
futuro con el poder creativo de la Palabra de Dios. Somos
imagen y semejanza de un Dios que cre el universo con
su Palabra. Ser prosperados en esta dimensin creativa
significa ejercer el dominio o la autoridad que como hijos
de Dios y como su Iglesia nos corresponde. El Seor ya nos
ha provisto de todo. Como dice Efesios 1.3, l ya nos
bendijo con toda bendicin espiritual en los lugares celestiales. De estas bendiciones tenemos que apoderarnos
para que sean una realidad hoy aqu. Esto ser un eje que
mueva todo lo que hemos tratado anteriormente.
Olvidemos lo que queda atrs, nuestro pasado, porque
ya no nos pertenece. Pongamos hoy mismo los ojos en
Jess y empecemos a construir nuestra prosperidad de
maana. En este captulo encontraremos las herramientas
necesarias. Siempre han estado aqu, a nuestra disposicin, pero a lo mejor no les hemos dado buen uso.
Quiero empezar por el tema de la fe.
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Qu es la fe?
La mayora de las personas piensan que la fe es un grado
de confianza. Cuando alguien dice tengo fe en tal o cual
persona, lo nico que est indicando es el grado de
confianza que le tiene. Lo que sucede es que en el lenguaje
existen modos de expresin que son figurados, y algunas
veces hacemos uso de hiprboles, que no son sino la
exageracin de una idea con el fin de resaltarla sobre el
resto de lo expresado. Por ejemplo, yo le tengo mucha fe
a fulano es una exageracin de yo confo mucho en
fulano.
Tambin existe el error de confundir la fe con simplemente creer. Por ejemplo, cuando a un nio se le dice
maana iremos a la playa, el nio puede reaccionar de
varias formas. Puede alegrarse y estar seguro de que ir,
porque pap siempre cumple lo que promete; o puede
tambin decir: Bueno, quin sabe? Mi padre a veces
cumple, otras veces no. O a lo mejor puede decir: Quin
le va a creer a mi pap? Si llegamos a ir ser un milagro,
porque nunca cumple lo que promete.
En los tres casos podemos decir que lo que se mide es
el grado de confianza que el nio le tiene a su padre. Si
interrogamos al primero, seguramente nos dir: Por supuesto, yo creo en mi padre. El segundo dir: La verdad:
no s si creerle o no. El tercero dir: No le creo.
Tomemos como ejemplo el caso del nio que le cree a
su pap y preguntmosle: Ests cien por ciento seguro
de que te llevarn maana a la playa? Si fuera lo suficientemente maduro como para comprender el alcance de la
pregunta, quizs respondera: No cien por ciento, porque
a veces se presentan dificultades de ltimo momento y no
podemos ir. Como por ejemplo: el auto no funciona, mi
madre amanece con fiebre o entra una llamada telefnica
a pap informndole de un asunto urgente en la oficina.
El misterio de la fe
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Entonces, cuando decimos que creemos, en realidad hablamos del porcentaje de confianza que tenemos de que
alguien realice algo.
Pero tener fe y creer no es lo mismo. Cuando alguien
dice creer en Dios, es posible que tambin hable del grado
o porcentaje de certeza que tiene de que Dios existe. Realmente el creyente no debera decir que cree en Dios. Mas
bien debera decir: No, yo no creo que l existe: yo estoy
seguro de que l existe. Evidentemente hay una diferencia en ambas afirmaciones.
Qu es la fe de acuerdo a la Biblia?
De acuerdo a la versin Reina Valera, revisin 1960:
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la conviccin de lo que no se ve (Hebreos 11.1).
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capacidad de tener un lenguaje (con el que nos expresamos tanto en las cosas sencillas y rutinarias como en las
cosas complejas de la ciencia y la filosofa) nos diferencia
de los animales. Pero cuando hablamos no solo expresamos nuestras ideas y deseos, sino tambin, y sobre todo,
nuestra voluntad.
En la eternidad pasada Dios emiti un decreto: As
ser mi palabra que sale de mi boca; no volver a m vaca,
sino que har lo que yo quiero, y ser prosperada en
aquello para que la envi (Isaas 55.11). Este decreto,
obviamente anterior a la creacin y revelado en este pasaje
de Isaas, implica que todo lo que Dios dice tiene un efecto
en el mundo espiritual y material. Con el verbo ser,
comenz el proceso de creacin del universo. Y dijo Dios:
Sea la luz, y fue la luz (Gnesis 1.3). Y para que la luz
fuese, Dios haba tenido que definir todas las leyes de la
ptica y de la mecnica cuntica, incluso las que todava
no conocemos. As fue al crear cada cosa: primero la
defina y despus deca: Sea!
La llave de la creacin
La fe, dijimos, es la herramienta. La Palabra de Dios, la
materia prima. Qu faltaba entonces para ejercer el poder
de la creacin?
Supongamos que la fe sea como una mquina mezcladora de cemento que al echarse a andar obtiene la mezcla
y la mantiene fresca para vaciarla y comenzar a construir.
La palabra como materia prima es como el cemento. Cul
ser la llave que necesitamos para encender el motor y
hacer mover la rueda de la creacin? Pues nada menos que
la confesin.
Qu es confesin? Es afirmar, aseverar o testificar
nuestra confianza en que la Palabra de Dios se cumplir.
No hay fe sin confesin, as como no hay amor sin palabra
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A imagen de Dios
Nos dice la Biblia que en determinado momento de la
creacin Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza (Gnesis 1.26). Como fue
creado a imagen y semejanza de Dios, es tambin un ser
trino, como vimos en el captulo 2: espritu, alma y cuerpo.
Esto es extraordinario. Aunque vivimos en el universo
material, somos seres que tenemos un espritu, al cual la
Biblia tambin llama ser interior. Por tener un espritu,
somos semejantes a Dios, pues Dios es espritu. Y a causa
del espritu, tenemos fe, aunque limitada y aunque haya
perdido mucho de sus capacidades a consecuencia del
pecado.
Uno puede emplear la fe correctamente, pero tambin
incorrectamente. Cuando el ser humano usa las capacidades que el mundo conoce como extrasensoriales, se sale
fuera de los propsitos de Dios y est practicando brujera.
Cuando un brujo pone su fe en lo que un demonio dice,
El misterio de la fe
201
Fe en Dios
Al pensar en la fe en Dios, hay dos conceptos que deseo
remarcar. El primero lo encontramos en Marcos 11.22,
donde Jess dijo: Tened fe en Dios. No dijo que tuviramos fe en nosotros. Algunos se equivocan al pensar que
su fe es tan importante que no suceder nada si no crece
al punto que pueda mover montaas, y se frustran tratando de moverlas por s mismos. Nos cuesta trabajo entender
que no es el elemento humano de la fe el que realiza el
milagro, sino el Dios en quien tenemos fe.
El segundo concepto lo expres Pablo en dos pasajes.
En 2 Corintios 1.20 dice: Todas las promesas de Dios son
en l S, y en l Amn, por medio de nosotros, para la
gloria de Dios. Y en Romanos 10.17 dice: As que la fe es
por el or, y el or, por la palabra de Dios. En otras
palabras, todo gira alrededor de l (quin es, su poder) y
lo que ha dicho. Muchas personas creen en Dios, pero a
muchas les cuesta creer a Dios.
Las bases del milagro existen y son eterna. Dios es
omnipotente. A su palabra surgen soles y universos. Dios
hace milagros. A travs de la oracin puede producirse el
milagro si se llenan algunas condiciones
Primera condicin
Que todo pedido sea a Dios y en el nombre de Jess. Y
todo lo que pidireis al Padre en mi nombre, lo har, para
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Segunda condicin
Orar conforme a su Palabra, ya que esta expresa su voluntad.
Si permanecis en m, y mis palabras permanecen en
vosotros, pedid todo lo que queris, y os ser hecho
(Juan 15.7).
Tercera condicin
Orar con fe, creyendo que recibiremos.
Os digo que todo lo que pidireis orando, creed que lo
recibiris y os vendr (Marcos 11.24).
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Nuestras oraciones de fe
Al orar colaboramos con Dios, pues no podemos hacer
otra cosa que ponernos de acuerdo con su voluntad, sea
esta para nosotros o para los dems. Pero debemos expresar nuestra fe, debemos pronunciar las palabras, sean
habladas, sean escritas o en lenguaje de mudos. Lo que se
necesita es la confirmacin de la voluntad expresada. La
pregunta es por qu? Porque Dios todava no ejerce toda
su autoridad sobre este mundo. Todava Satans es el rey
de este mundo. Por eso nuestra lucha no es contra la carne
y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso,
contra los espritus del mal que estn en las alturas (Efesios 6.12, Biblia de Jerusaln).
La autoridad que Dios quiere ejercer sobre este mundo
la ejerce a travs de sus hijos, a travs de los que le han
rendido sus vidas. Por esta razn, desde que Adn entreg
el mundo al maligno, para poder obrar Dios necesita un
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El misterio de la fe
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Renovemos nuestra mente con la Biblia, que es la Palabra de Dios y usemos nuestra lengua, como seala Efesios
5.19,20, como instrumento de bendicin y edificacin.
Pongmonos de acuerdo con el Todopoderoso y empecemos a ser para los dems como pozo de agua dulce.
Hablemos tan solo lo que la Palabra dice de nosotros y
sembremos nuestro futuro y el de nuestro prjimo con tan
gloriosa semilla.
Captulo
ca/orce
Confesemos la
Palabra de Dios
Qu debemos confesar?
Cuando anteriormente hemos dicho que debemos confesar la Palabra de Dios no nos estamos refiriendo a confesar
un secreto ni un pecado. Nos referimos a citar la Escritura
con fe. En otras palabras, usamos confesar como sinnimo
de citar. Y qu debemos confesar? No nuestros temores,
ni nuestras debilidades, sino lo que dice la Palabra de Dios.
Los mdicos pueden decirte que tienes cncer, o que el mal
de tu corazn es incurable, que te quedan tan solo unos
meses de vida. Esto puede ser cierto desde el punto de
vista humano y de la medicina. Pero, cul es la realidad
espiritual? No hemos dicho acaso que uno puede darle
forma a su futuro con sus palabras. Acaso no podramos
tener fe en alguna promesa bblica y confesarlo? Podramos responderle al doctor: Eso es lo que la ciencia dice,
pero la Biblia afirma que l llev mis enfermedades y
sufri mis dolores, y tambin, que por su llaga ya he sido
curado.
Siempre va a haber en nosotros tres voces. La primera,
es la voz del abismo, que nos muestra el sntoma y nos
dice: Mira ese bulto que te ha salido en el cuerpo. Tcalo.
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Confesemos sanidad
Si necesitamos sanidad, lo primero que debemos hacer es
buscar a Dios en oracin. El nos dar direccin y se mostrar complacido cuando lo reconozcamos en todos nuestros caminos. Muchas veces escoger sanarnos usando los
medios naturales, si esto es posible. Utilizaremos entonces
la medicina y a los doctores, porque estos son instrumentos de Dios para guardar el anonimato de los milagros.
Todos los medicamentos se obtienen de la naturaleza; de
las plantas, de los minerales, etc., y se descubren haciendo
uso de la inteligencia que Dios le dio al hombre. Acaso
Dios les dio propiedades curativas sin ningn propsito?
l, en su misericordia y sabiendo que el hombre podra
pecar, quiso aliviar nuestro sufrimiento. No nos sintamos
culpables si tenemos que recurrir a ellas. Dios evidentemente lo haba previsto. Jeremas 8.22lo demuestra: No
hay blsamo en Galaad? No hay all mdico? Por qu,
pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo?
En los casos en que la medicina no ofrece solucin o si
no tenemos acceso a ella, Dios se deleita obrando milagros.
Para ello, empiece a recordarle a Dios sus promesas, cumpla las condiciones y apodrese de la sanidad.
Un pasaje favorito de muchos es Isaas 53.4,5: Cierta-
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Confesemos prosperidad
As como confesamos sanidad diariamente, debemos confesar prosperidad. Debemos decirle a Dios que esto es una
seal de su pacto, como dice Deuteronomio 8.18. No piense que el no ser judo de raza nos excluye de la promesa.
Todos los creyentes somos descendientes de Abraham por
la fe (Glatas 3.28).
Debemos confesar estos principios y aferrarnos a las
promesas:
Traed todos los diezmos al alfol y[ ... ] reprender tambin por vosotros al devorador, y no os destruir el
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Confesemos santidad
La santidad es parte de la prosperidad. Porque si uno no
vive santamente, entonces pierde todas las promesas de
Dios. Claro, esto no es instantneo, pero poco a poco, si
continuamos ofendiendo a Dios, iremos perdiendo el
gozo, la alegra, la paz, la comunin con Dios y la uncin.
A la postre, nuestra salud ser minada y acabar diluyendo nuestros recursos.
La santidad es la fuente de la alegra, del gozo, de la
juventud. Sin embargo, el hombre, teniendo an en la
carne la vieja naturaleza, encontrar una lucha constante
entre su carne y su espritu (Glatas 5.17). Por eso es
necesario fortalecer nuestro ser interior con su Espritu, y
debemos hacerlo confesando fe en lo que dice al respecto
la Palabra de Dios. Todo lo que Dios dice lleva poder
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creativo, y todo lo que la Biblia dice de un creyente debernos apropirnoslo con fe para ser transformados a la
imagen que Dios quiere formar en nosotros. l quiere que
de veras seamos linaje escogido, real sacerdocio, nacin
santa, pueblo adquirido por Dios, para anunciar las virtudes de aquel que nos llam de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2.9).
Es esa la imagen que tiene de usted mismo? Esto es
importante, porque cada uno vive realmente corno lo que
cree que es. Si cree que es dbil, que no puede vivir
santamente, no podr. Pero si cree lo que Dios dice de
usted, todo es diferente. En cuanto a l ya somos lo que el
apstol Pablo llama a la iglesia de Colosas: santos y fieles
hermanos en Cristo (Colosenses 1.1,2).
Se siente santo y fiel? Dios se lo dice por medio del
apstol Pablo, y si l lo dice, as es. Dios dijo: Sea la luz, y
la luz fue. Y ahora Dios dice: Eres santo y fiel. Lo aceptar,
lo creer, le pondr fe a esa palabra? Siempre hemos credo
que la salvacin es solo por fe, o al menos eso cree todo
verdadero creyente; pero sin embargo, algunas veces olvidarnos que todo lo dems tambin lo alcanzarnos con la
fe.
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La prosperidad total
Hay cinco dimensiones de la prosperidad. Debemos comenzar por la prosperidad espiritual, que es la que se
obtiene desde el punto de vista de las leyes espirituales al
ponerse uno en una posicin de bendicin al establecer la
1
paz con Dios mediante la obra redentora de Jesucristo.
Cuando hemos alcanzado esa posicin, todas las maldiciones con que la Ley de Dios condena a los pecadores -y
que estaban sobre nosotros enfermndonos, angustindonos y empobrecindonos- quedan anuladas. Jess se
llev en el madero toda maldicin y nos trajo definitivamente la paz con Dios. Luego, estando libres de toda
maldicin que opere en nuestra contra, podemos aspirar
a alcanzar la prosperidad total.
En segundo lugar, vimos que la enfermedad es una
forma de empobrecer nuestra vida y que por la llaga de
Jess fuimos ya curados. Es decir, que Jess sufri toda
clase de padecimientos en la cruz del Calvario, para que
esa parte de las maldiciones tambin sea borrada.
En la tercera parte del libro se trat lo referente a la
sanidad del alma, haciendo notar que si uno vive en la
angustia o tiene padecimientos mentales, toda prosperidad es una ilusin. Jesucristo padeci toda clase de angustias para pagar el precio, y as redimir nuestras almas.
1 No existe otro camino. Como vimos en Hechos 4.12, no hay otro nombre en que
podamos ser salvos.
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Ms de lo que pedimos
Creo que la base de toda la prosperidad es la comunin
con Dios, vivir bajo la direccin del Espritu Santo. Cuanto
ms ntima sea nuestra amistad con el Seor, ms nos
sorprender l con cosas nuevas que ni siquiera se nos
habra ocurrido pedirle.
El Espritu de Dios no nos dejar estar ociosos, sino que
nos alentar a esforzarnos. Y creo que en esta forma, todo
lo que el creyente se proponga y Dios lo apruebe, podr
lograrlo. Cmo podremos saber si Dios aprueba algo?
Bueno, si no est en pugna con su Palabra, si no est en
contra de sus propsitos eternos y si es para nuestro bien,
Dios lo aprobar.
Fue en circunstancias as, cuando yo me estaba esforzando para hacer un buen trabajo, que me lleg una invitacin para ir a Europa. La gente de la IBM de Londres,
especializada en soporte para desarrollo de sistemas para
lneas areas, me invitaba a dar una conferencia sobre
desarrollo de sistemas para el mantenimiento de aviones.
Pensndolo humanamente, era increble que me invitaran
a m como conferencista a una reunin a la que asistiran
representantes europeos, japoneses, norteamericanos y de
otros pases ms desarrollados que el nuestro. Esto es
verdad, teniendo en cuenta que se trataba de desarrollo de
sistemas y de un tema tan especializado como manteni-
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Bruselas un premio por amarlo y la consecuenci;} de confesar la Palabra con fe. Pero el verdadero motivo era el
corazn de esa madre, que estaba ofendida equivocadamente con el Seor.
-Por qu dej Dios que mi hijo muriese? -nos preguntaba.
En mi espritu or a Dios pidindole sabidura.
-Sabes lo que haca Dios cuando t llorabas porque
tu hijo se mora? -le dije.
-Qu? -me pregunt ella, esperando recibir una
respuesta que acabara con su angustia.
-Lloraba contigo -le respond.
Entonces las lgrimas comenzaron a correr por sus
mejillas.
-Cmo dices que lloraba conmigo? Acaso no pudo
hacer algo para salvarlo?
-Crees que si hubiera podido salvarlo, no lo habra
hecho? -le dije-. l hizo lo que pudo. Te avis, pero no
pudiste llegar a tiempo. l se angusti contigo y llor
contigo tambin.
-Cmo no pudo salvarlo? -me pregunt intrigada.
-Eso no lo s, pero lo que s s es que Dios es luz y no
hay tinieblas en l. Dios no tiene malas intenciones para
con nosotros, y aunque hubieras pecado mucho, jams
tomara la vida de tu hijo en pago por eso. Una cosa s te
digo: Dios te ama muchsimo, y si alguna vez lo has
dudado, piensa que el amor de Dios se mostr para con
nosotros en el hecho de que dio a su Hijo por ti para que
muriera en una cruz en tu lugar.
Cuando le le Juan 3.16, comenz a llorar. Fueron aos
de sufrimiento que se descargaron en ese momento. Le
pidi perdn a Dios por sus sentimientos, y le entreg su
vida a Jesucristo. Con esa sencilla confesin, esa alma fue
sanada porque la Palabra de Dios oper en ella un milagro.
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As estbamos, como dira el apstol Pablo en Filipenses 4.12, preparados para tener abundancia o para padecer
necesidad. Nosotros ya habamos pasado por todo y si
volvamos a sufrir escasez, no le temamos. Habamos
aprendido en la prctica que mejor que decirle a Dios cun
grandes son nuestros problemas es decirle a nuestros
problemas cun grande es nuestro Dios.
Cuando nuestra iglesia tena alrededor de unos seiscientos miembros, dej mi trabajo secular. Dios haba obrado en mi corazn y ya poda dejar lo que haba sido para
m una pasin imposible de abandonar: el desarrollo de
sistemas. As que las condiciones se dieron para que efectuase el gran salto. La iglesia no poda pagarnos nada
iodava, pero dimos el paso de fe.
Ya han pasado los aos y podemos decir, tanto nuestras
hijas como Alicia y yo, que Dios supli nuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jess.
Una vez mi esposa fue al supermercado con un sobre
de una ofrenda que un hermano haba dejado para nosotros y puso en el carrito de las compras todo lo que
necesitbamos sin siquiera haber abierto el sobre. Al llegar
a la caja y abrir la ofrenda, encontr que le alcanzaba el
dinero para pagar la cuenta y sobraba un sencillo para
darle una propina al hombre que haba cuidado el auto.
Dios bendiga siempre a los hermanos que nos apoyaron
en esta poca difcil.
Hoy podemos dar testimonio de que Dios jams nos ha
fallado. Algunas veces nosotros le hemos fallado a l, pero
l siempre fue fiel. La iglesia que pastoreamos comenz a
emitir su programa de televisin a los seis aos de fundada, cuando tena una asistencia de aproximadamente dos
mil personas. Dos aos ms tarde haba alcanzado una
asistencia de cinco mil personas y la tendencia actual es
duplicarnos cada ao. Hoy podemos decir que despus de
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Reflexin final
Quiero terminar este libro recordndole que la prosperidad es relativa. Depende no solamente de las armas que
le da a Dios, sino tambin del ambiente donde se desenvuelve, ~ de lo que usted entiende como prosperidad. ero
tambin tiene que ver con la calidad de vida. Por ejemplo,
cuando yo vi~
- r~~-! m~ms dinero
que alhora; pe~BI.fo tler
q~iiH6~ ar~l~ ms e la
vida.
del m
de
-ae=-fO<ies,~ -i'".a
.............;;_~
de
ser ins
vac1on bendicin ar
s. Y la
jubilacin? La ms rentable: cubierta por un fondo de
pensiones incalculable, una jubilacin eterna en la nueva
Jerusaln Celestial. Y por si esto fuera poco, la provisin
inagotable en esta vida terrenal de toda clase de bienes,
para que se cumpla la promesa de Dios que est en Filipenses 4.19 de que l suplir todas nuestras necesidades
conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jess.
Quisiera trabajar en esta empresa? Bueno, no son muchos los puestos de trabajo a tiempo completo y remunerados que tiene para ofrecer. Pero puede trabajar en ella
como voluntario en tu tiempo libre. Cul ser su recom-
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