Aprender Arquitectura
Aprender Arquitectura
Aprender Arquitectura
Aprender arquitectura
Un manual de supervivencia
3
Todos los derechos reservados.
Primera edición. 1996.
© Alberto Saldarriaga Roa.
© Corona.
Portada:
Dibujo arquitectónico infantil,
Oscar Eduardo Montaño.
ISBN: 958-9054-43-9
4
Contenido
Presentación.............................................................................. 7
Primera parte
El saber y su contexto................................................................11
Segunda parte
El aprendizaje............................................................................69
El proceso de aprendizaje...........................................................70
Saber representar.......................................................................79
Saber proyectar..........................................................................87
Saber construir........................................................................102
Saber pensar............................................................................113
Saber aprender.........................................................................126
Notas........................................................................................138
Tercera parte
Panorama de la enseñanza de la arquitectura
en Colombia, 1980-1995..........................................................141
Bibliografía general...................................................................163
5
Presentación
7
y complementarias, que llevan el mismo título. La primera de ellas
fue la edición No. 92 de la revista ESCALA, editada en Bogotá en 1978.
La segunda fue el Cuaderno PROA No. 1, publicado en 1983 con el
apoyo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Los An-
des.
8
Merecen especial agradecimiento todas las personas que han con-
tribuido al desarrollo y enriquecimiento de este trabajo, a lo largo
de treinta años de actividad docente, cuyo centro principal ha sido
la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia. Va-
rios años de docencia en la Facultad de Arquitectura de la Universi-
dad de Los Andes en Bogotá permitieron desarrollar ejercicios inte-
resantes que contribuyeron considerablemente a aclarar aspectos
relevantes de la enseñanza y del aprendizaje de la arquitectura. In-
vitaciones especiales de las facultades de arquitectura de las uni-
versidades Javeriana en Bogotá, Pontificia Bolivariana en Medellín,
Jorge Tadeo Lozano en Cartagena y San Buenaventura en Cali han
permitido ampliar el campo de estudio con aplicaciones concretas
en programas docentes y de formación profesoral.
9
Primera parte
El saber y su contexto
11
Arquitectura, profesión
y enseñanza
"La arquitectura puede no ser el oficio más viejo del mundo -la tradi-
ción ha decidido esa cuestión hace mucho tiempo- pero no hay duda
sobre su antigüedad. La presencia de arquitectos está documentada
ya en el tercer milenio anterior a Cristo"...1
12
fácil destacar sus cualidades. En cada continente, en cada país, en
cada ciudad, día a día se estructuran programas pedagógicos y se
dictan asignaturas dentro de parámetros internacionalmente acep-
tados que permiten homologar y acreditar el valor profesional del
título de arquitecto. El globalismo y la internacionalización de la
profesión inciden sobre la estructuración de programas pedagógi-
cos y se imponen las hegemonías, no siempre deseables, de los paí-
ses que considerados como las potencias mundiales de la arquitec-
tura, los que atraen estudiantes de todo el mundo con el interés de
cursar estudios de pregrado y de posgrado al más alto nivel .
13
indiferencia y centra el interés en todo aquello que se considera
propio y exclusivo de la profesión.
14
puede considerarse como un conocimiento propio y exclusivo de la
disciplina. Lo mismo puede decirse de los principios teóricos y de la
historia de las edificaciones, en tanto se orienten específicamente
al estudio de aquello que es puramente arquitectónico. El conoci-
miento de las dimensiones ambientales, sociales o culturales de la
arquitectura, de sus ideas y de su historia, automáticamente se
funde con los espacios epistemológicos de otras disciplinas.
15
res es una determinación indispensable en la concepción pedagógi-
ca de un programa de enseñanza formal.
16
do y se orientan en distintas direcciones. La "Architectural
Association" de Londres, por ejemplo, es considerada un santuario
de la vanguardia intelectual de la arquitectura posmoderna y es
también un lugar de constante experimentación en la formación
profesional. Escuelas estadounidenses como Columbia, Harvard o
Cornell, Cooper Union y Pratt o McGill en Montreal son institucio-
nes de sólida reputación, caracterizadas por la combinación de lo
nuevo y lo tradicional en materia académica. El Instituto Universi-
tario de Arquitectura de Venecia es un centro de especial interés en
el área de la teoría, la historia y la crítica del urbanismo y de la
arquitectura.
17
niveles realmente extraordinarios y donde ese manejo se aplica con
intensidad cada vez mayor en los procesos educativos. En Colom-
bia esto no sucede. A pesar de la apertura cultural en boga y del
avance relativo en la tecnología de la información, las facultades de
arquitectura son los únicos lugares donde se encuentra la posibili-
dad de formarse, bien sea como profesionales de la arquitectura o
como arquitectos, como técnicos o como personajes creativos. Son
los escenarios donde se desarrolla cotidianamente el fenómeno an-
cestral de encuentro entre personas que saben algo y personas que
desean saber, entre el conocimiento y la inquietud por conocer.
18
Una diferencia significativa entre escuelas de arquitectura se en-
cuentra en la forma de ofrecer el conocimiento, especialmente en el
grado de participación del estudiante en su propia formación. En
los grandes centros universitarios europeos y norteamericanos se
favorece el trabajo individual del estudiante. Los profesores asu-
men en la mayoría de las asignaturas un carácter tutorial mientras
que los estudiantes operan como investigadores, es decir, tienen a
su cargo la responsabilidad de desarrollar temáticas y resolver pro-
blemas. En Colombia, por el contrario y en forma generalizada exis-
te todavía una fuerte relación de dependencia entre estudiantes y
profesores. Se favorecen las cátedras magistrales, las que toman la
mayor parte del tiempo académico, en detrimento del estímulo a la
autoformación.
19
Los paradigmas de la arquitectura
en Occidente
20
y la segunda como el desarrollo de procesos racionales, sustenta-
dos en bases definidas mediante la investigación y la experimenta-
ción. El sentido actual de los componentes conceptuales y de la
práctica social de la profesión es fruto de ese proceso.
Dada por hecho la confiabilidad del texto de Vitruvio, los dos párra-
fos citados ilustran lo que pudo ser la concepción del arquitecto en
la Roma clásica, la cual fue retomada e interpretada durante el Re-
nacimiento italiano e influyó definitivamente en la construcción del
paradigma occidental que, a pesar de sucesivas transformaciones,
perdura todavía. A esa concepción se opuso, durante siglos, la pre-
sencia del Maestro Mayor medieval, mucho más ligado al trabajo en
la obra, mucho más centrado en la experiencia.
21
..."Sin duda alguna la Arquitectura es una Ciencia muy noble, no
apta para cualquier Cabeza. Quien presuma declararse un Arquitec-
to debe ser un hombre de un fino Genio, de gran Aplicación, de la
mejor Educación, de amplia Experiencia y, especialmente, de un fuerte
Sentido y Juicio profundo. Es el Asunto de la Arquitectura y en reali-
dad su más alto Orgullo, el juzgar correctamente lo que es adecuado
y decente: Porque aun cuando la Construcción es un Asunto de Ne-
cesidad, la Construcción conveniente es al mismo tiempo un asunto
de necesidad y también de utilidad... Pero el erigir un Edificio que ha
de ser Completo en toda Parte y el considerar y proveer de antemano
Todo lo necesario para tal Trabajo, es Asunto solo de ese Genio ex-
tensivo que he descrito antes. Porque en verdad su Invención se debe
a su ingenio, su Conocimiento, su Escogencia, su Juicio, su Compo-
sición para Estudiar y el Completar su Trabajo a la Perfección de su
Arte. De todas estas calificaciones considero ser el Fundamento la
Prudencia y la madura Deliberación. En cuanto a las otras virtudes,
Humanidad, Benevolencia, Modestia, Probidad, no las exijo más en
el Arquitecto que en cualquier otro Hombre, cualquiera que sea el
Arte que profesa. Porque en verdad, sin ellas no creo que exista nadie
que valga ser calificado como Hombre. Por encima de todo, el (arqui-
tecto) debería evitar la Levedad, la Obstinación, la Ostentación, la
Intemperancia y todos esos otros vicios que le hagan perder la buena
Voluntad de sus conciudadanos y le hagan odioso ante el mundo"5
22
ciales y su sentido estético, no se incluyeron como parte del saber
mismo sino de la formación humanística predicada por el mismo
Alberti en este y en otros textos. El papel asignado en este plantea-
miento a la educación como base social, estética y ética de la perso-
nalidad del arquitecto es interesante y merece ser visto como una
concepción que no pierde su vigencia.
23
dación de la Escuela de Puentes y Caminos en 1756 en París deter-
minó la escisión definitiva entre las dos disciplinas y entabló al mis-
mo tiempo el diálogo entre ellas. La fundación, en 1795, de la Es-
cuela Politécnica de París, fue el siguiente hito en el desarrollo del
paradigma occidental de formación profesional del arquitecto y res-
pondió en buena parte a esa escisión. En la Escuela se instituyó un
nuevo programa pedagógico compuesto por una formación mate-
mática y científica básica y común para todos los estudiantes y su
aplicación en las diferentes escuelas, una de ellas la de arquitectu-
ra.
"Así pues, todo el talento del arquitecto se reduce a resolver estos dos
problemas: 1. Con una suma dada, hacer el edificio lo más conve-
niente posible, como en el caso de los edificios privados; 2. dado el
cometido de un edificio, hacer este edificio con el menor gasto posi-
ble, como en el caso de los edificios públicos.
24
cios; a algunas combinaciones simples y poco numerosas, pero cu-
yos resultados son tan ricos y tan variados como los de las combina-
ciones de los elementos de lenguaje; se debe dar uno cuenta, digo, de
cómo semejante estudio debe ser a la vez provechoso y sucinto; de
cómo debe ser apropiado para dar a los alumnos habilidad para com-
poner bien todos los edificios, incluso aquellos de los que no hubie-
ran oído hablar jamás, y al mismo tiempo para hacer desaparecer los
obstáculos que la brevedad del tiempo parecía oponerles.
"En todos los cursos de arquitectura se divide este arte en tres partes
distintas: la decoración, la distribución y la construcción. A primera
vista esta división parece simple, natural y ventajosa. Pero para que
en efecto lo fuese, sería necesario que las ideas que ofrece a la imagi-
nación fuesen todas aplicables a todos los edificios, que estas ideas
fuesen todas generales (...) Ahora bien, de las tres ideas expresadas
por las palabras decoración, distribución y construcción solamente
hay una que convenga a todos los edificios (...). Sólo la palabra cons-
trucción, expresa la reunión de las diferentes artes mecánicas que la
arquitectura emplea como la albañilería, la carpintería, la cerrajería,
etc., ofrece, pues, una idea bastante general y que conviene a todos
los edificios."8
25
de trabajo en los diversos concursos de arquitectura. Guadet fue
autor del monumental conjunto de libros titulado ELEMENTOS Y TEO-
RÍA DE LA ARQUITECTURA, compendio de la materia dada en su legenda-
ria clase. La idea de arquitecto sobre la cual trabajó Guadet se re-
sume en el siguiente párrafo:
26
dizaje mediante la capacitación artesanal. La Bauhaus fue la pri-
mera en establecerse en 1919. En su interior se elaboraron algunas
tendencias medievalistas que durante el siglo XIX fueron parte de
la reacción contra el Clasicismo y que dieron origen, entre otras
cosas, a la concepción del diseño integral. Los Vchutemas se esta-
blecieron en la Unión Soviética en 1920, desaparecieron en 1930 y
trabajaron principalmente en un curso preparatorio, cuya seme-
janza con el de la Bauhaus es notable.
2. Enseñanza formal:
a. estudio de los materiales elementales;
b. estudio de la naturaleza;
c. estudio de la figuración (dibujo, modelado, arquitectura,), estudio
27
de las formas elementales, dibujo de superficies, sólidos y espacios,
estudio de la composición;
d. dibujo técnico (dibujo proyectivo y constructivo) y construcción de
modelos para todo tipo de estructura espacial (objetos de uso co-
mún, muebles, locales, edificios).
3. Disciplinas auxiliares:
a. estudio de los materiales y de los instrumentos;
b. teoría física y química de los colores (en relación con métodos ra-
cionados de pintura);
c. nociones básicas de contabilidad, redacción de contratos y deter-
minación de precios;
d. conferencias sobre todos los sectores del arte y de la ciencia del
pasado y del presente.
28
"4º semestre, 5º semestre, 6º semestre: cursos de arquitectura.
Dan a los operarios que ya han completado su instrucción un conoci-
miento más profundo de los elementos que impulsan toda actividad
figurativa. Su objetivo no es exclusivamente el de formar arquitectos,
sino también el de ampliar los conocimientos profesionales del arte-
sano y permitirle una inteligente inserción de su trabajo en la socie-
dad actual, por medio del estudio de la naturaleza de toda figuración
vital. A los que se dedican al estudio de la arquitectura, estos cursos
les enseñan una manera de pensar científica, de acuerdo con el prin-
cipio de que construir quiere decir 'proyectar teniendo en cuenta to-
das las actividades de la vida'.
29
cos eran una adecuación de la energía del cuerpo para ser transmi-
tida a los actos creativos, guiados por la "libre experimentación y la
fantasía".15
30
Después de la discusión acerca de la racionalidad de los métodos
de diseño, las estrategias experimentales de la enseñanza de la ar-
quitectura han tomado distintas direcciones, en las cuales se hace
referencia a la experiencia inevitable de la Bauhaus y se aprove-
chan algunos de los cambios operados en el campo tecnológico, es-
pecialmente los procesos originados en los computadores u orde-
nadores electrónicos. Separarse de las convenciones exige una
disposición institucional y un personal docente entusiasta, capa-
ces de llevar a cabo propuestas que tengan algún sentido, aparte de
la misma experimentación.
31
El arquitecto en
el mundo contemporáneo:
entre el pragmatismo y la fantasía
32
antigüedad es una profesión moderna, que ha sido altamente influ-
yente en lo que va corrido del siglo XX. El paso de estados sociales
premodernos al mundo de la modernidad implica, entre otras mu-
chas cosas, la adopción de los métodos y estrategias de la planea-
ción territorial, la formalización de la profesión de arquitectura y el
establecimiento de mecanismos legales para su ejercicio en el sec-
tor público y en el privado. Las prácticas premodernas de la arqui-
tectura son abandonadas o permanecen aisladas en los grupos tra-
dicionales o en los sectores de pobreza. Un ejercicio profesional
floreciente de la arquitectura es asociado al progreso social y se
asume como indicador de modernización. A mayor diversificación
de ese ejercicio, mayor grado de modernización.
33
de poder, pueden influir positiva o negativamente en un ámbito muy
amplio. Esta es una de las tantas paradojas que se presentan en el
ejercicio profesional y que contradicen algunas de las creencias más
extendidas acerca de la importancia del arquitecto en el mundo con-
temporáneo. El ejemplo de unos y la capacidad decisoria de otros
son indicadores directos del poder social y cultural de un profesio-
nal.
34
démicas y gremiales, las instituciones de asistencia técnica inter-
nacional e incluso las redes transnacionales de poder. En la aldea
global de la profesión se produce un intercambio constante de frag-
mentos que muestran desde las obras maestras hasta frases dis-
cursivas y desde esquemas curriculares para la enseñanza hasta
métodos operacionales.
35
pre son acogidas y mucho menos puestas en práctica. Cualquier
personaje dotado de poder, desde el Príncipe de Gales hasta un
empresario urbanizador o un gerente de ventas, cree saber tanto o
más que los profesionales que lo rodean. El arquitecto impone su
voluntad en su estudio pero se ve obligado a doblegarse ante algu-
nos de sus clientes, como cualquier empleado de segunda catego-
ría. A pesar de todos los esfuerzos, parece todavía aceptarse su pa-
pel de servidor ante los poderosos, el mismo que ocupara antes de
la Revolución Industrial.
36
sobre la capacidad de afrontar con responsabilidad esa tarea. Una
gran mayoría de arquitectos actúa principalmente como subordi-
nados a los intereses de poder y ha perdido el derecho a proponer
soluciones radicales a los incontables problemas que le acosan. Sus
capacidades para pensar en las calidades del espacio habitable se
ven disminuidas frente a la necesidad de obedecer a quienes orde-
nan dar forma a sus intereses particulares. La profesión atraviesa
por una etapa mercenaria, dependiente, sometida a regímenes en
los que se imponen los intereses de los gremios inmobiliarios y fi-
nancieros. La arquitectura se entiende cada vez más como un sim-
ple ejercicio de construcción y finca raíz.
37
El contexto:
el entorno construido
y por construir
38
la humanidad. De ella sólo escapan las comunidades aisladas, pri-
mitivas o tradicionales y los grupos de pobreza.
39
La transformación radical del entorno existente y la instauración
de un nuevo orden espacial fueron dos de los objetivos expuestos
en los documentos fundamentales del urbanismo y la arquitectura
moderna. A excepción de ciertas obras especiales legitimadas por el
pasado: los grandes monumentos históricos, la presencia de lo exis-
tente no fue considerada significativa. Pero el tejido construido no
desapareció instantáneamente. En el interior de los centros históri-
cos europeos las transformaciones fueron relativamente limitadas
y la nueva arquitectura fue expulsada a las periferias, lo más pare-
cido a una tábula rasa, donde pudo expandirse a su antojo. En las
ciudades norteamericanas la mentalidad utilitarista impuso la pauta
de la permanente transformación. Allí la nueva arquitectura se in-
tegró como un fragmento más a los fragmentos apilados en los cen-
tros de ciudad mientras en los suburbios surgió una arquitectura
híbrida, nostálgica y repetitiva. Allí la modernidad sucumbió en aras
de imágenes comercialmente familiares.
40
por la construcción de entornos semejantes en todas partes del
mundo. Contra esa masificación se oponen, voluntaria o involunta-
riamente, las expresiones de las culturas diversas y se afirma la
diversidad en la textura urbana.
41
La tensión entre la conservación de lo existente y la construcción de
lo nuevo constituye uno de los principales problemas que se pre-
sentan en la planeación de la ciudad contemporánea y en la prácti-
ca profesional de la arquitectura. La expansión de las ciudades no
puede ser ilimitada, deben proponerse límites a la ocupación de la
naturaleza por el tejido urbano. La demanda de la expansión urba-
na en algunas ciudades es considerablemente mayor que en otras;
cada caso exige una propuesta especial. A ello se suma la actitud
frente a la valoración del patrimonio existente, la cual auspicia o
detiene su sustitución. Del cuidadoso balance entre una expansión
controlada, la conservación adecuada y la sustitución acertada de
la ciudad existente depende la proyección de la ciudad futura y el
destino final de la arquitectura.
42
en escenarios urbanos específicos, los llamados sectores antiguos o
centros históricos.
43
suficientemente legítimo a ojos de los descendientes de las anti-
guas aristocracias, adoptaron la apariencia monumental como sig-
no de importancia social y de demostración de su riqueza. La imagen
clásica del templo se aplicó a la edificación bancaria, como imagen
del culto al dinero. El castillo, el palacio y la villa suministraron los
modelos para las residencias burguesas. Teatros, bibliotecas y mu-
seos se construyeron paralelamente, siguiendo los principios de la
arquitectura histórica. En el campeonato de la monumentalidad,
los nuevos ricos de los Estados Unidos se destacaron sobre sus
rivales europeos por un mayor sentido del exceso y por la demostra-
ción del triunfo definitivo del dinero sobre la gran cultura histórica,
susceptible de ser adquirida e incorporada en grandes cantidades
Antiguas murallas de Roma, siglo XVI.
en sus opulentas residencias.
..."no somos ya los hombres de las catedrales, los palacios y los ayun-
tamientos sino los de los grandes hoteles, estaciones de tren, inmen-
sas carreteras, puertos colosales, mercados cubiertos, galerías bri-
llantemente iluminadas, autopistas, esquemas de demolición y re-
construcción"...18
44
Aparte del fervor vanguardista por los nuevos lenguajes de la era
industrial y del triunfo del rascacielos como símbolo arquitectónico
del siglo XX, la consagración del edificio representativo en la arqui-
tectura moderna ha sido principalmente una labor de la historio-
grafía y de la crítica. La idea contemporánea de obra maestra es
equivalente a la idea anterior de monumento. Es la suya una equi-
valencia heterogénea y peripatética que se aplica por igual a una
casa, a un edificio de apartamentos o de oficinas, a un aeropuerto,
a una fábrica, museo, etc. Cualquier edificación es susceptible de
ser obra maestra, siempre y cuando cumpla con unos requisitos no
muy definidos y tampoco fáciles de entender. Las obras maestras
del siglo XX abundan por doquier.
45
colectivo, el carácter de conjunto. Hacer conjunto con otras edifica-
ciones es un problema que afronta cualquier obra arquitectónica
localizada en un recinto urbano. El sentido de contexto es precisa-
mente ese. Un edificio individual no sólo se entiende y se valora por
sus cualidades intrínsecas, sino por su capacidad de articulación
con otros.
46
Este no fue el sentido exacto dado por los Futuristas a sus propues-
tas urbanas, sin embargo coincide ampliamente. Para ellos la diná-
mica de la ciudad y de su arquitectura debía corresponder a una
dinámica social, a una cultura del cambio constante. La desapari-
ción del pasado cumplía una función terapéutica; era el despren-
derse de un lastre que podía detener el progreso. El pasado, junto
con la memoria, deberían desvanecerse. Las condiciones de la so-
ciedad futurista debían ser un presente perpetuo, movido por un
futuro en permanente movimiento y un desprendimiento de las car-
gas impuestas por la Historia.
47
las ideas de unos a los problemas de otros, en forma de capacita-
ción profesional y cooperación técnica, causa enormes desajustes
conceptuales y prácticos.
48
El mundo del saber
y sus regulaciones
49
zan las experiencias existenciales y los conocimientos y se enrique-
cen mutuamente.
50
pierde quien los recorre y encuentra sólo signos que pueden o no
significarle una salida. La primera visión es optimista, la segunda
escéptica.
..."es en primer lugar la ley de lo que puede ser dicho, el sistema que
rige la aparición de los enunciados como acontecimientos singula-
res. Pero el archivo es también lo que hace que todas esas cosas di-
chas no se amontonen indefinidamente en una multitud amorfa, ni
se inscriban tampoco en una linealidad sin ruptura... sino que se
agrupen en figuras distintas, se compongan las unas con las otras,
según relaciones múltiples, se mantengan o se esfumen según regu-
laridades específicas,"20
51
En ese inmenso archivo de las cosas ya dichas de que habla Foucault
se encuentra el saber del cual se toman fragmentos para el trabajo
cotidiano. Las instituciones que regulan el acceso a ese archivo son
múltiples: la educación, la documentación, la informática. Entre
ellas forman la red del saber, en ellas se encuentran los medios y
las posibilidades para la formación personal y profesional.
52
Un proceso de aprendizaje particular, el de la arquitectura, a pesar
de ser complejo, es más sencillo de entender y de describir que el
problema general del conocimiento humano. El estudiante que ini-
cia los estudios universitarios ha cumplido ya un ciclo de desarrollo
de la inteligencia y ha cumplido también con los requisitos previos
de la escolaridad. Es una persona adulta, desde el punto de vista
del desarrollo de la inteligencia y está en capacidad de adquirir nue-
vos conocimientos, los que se definen dentro del marco institucio-
nal de la enseñanza. Un estudiante en ciernes, a través de los doce
o más años de educación formal ha adquirido ciertos conocimien-
tos y ha desarrollado ciertas capacidades, por ejemplo el razona-
miento abstracto, matemático y lógico, la comprensión de lectura,
la capacidad de escritura y redacción, cierto grado de aptitud visual
y de destreza manual. En casos especiales han recibido impulso
sus aptitudes artísticas o su capacidad creativa, su sentido y sus
aptitudes musicales. Por vocación personal o por influencias cultu-
rales cercanas, puede ser una persona familiarizada con la literatu-
ra, interesada en el cine, adicta a una o varias expresiones musica-
les.
53
investigación, investigadores y docentes. Es la personificación so-
cial del saber. Sus críticos la perciben de manera diferente, como
un centro de acondicionamiento para el desempeño lucrativo de
algunas capacidades específicas o, en términos de Ivan Illich, como
el "puente hacia el consumo infinito"22. La universidad responde a
una organización social en la que desempeña un papel específico.
Nuevas formas de sociedad reclamarían otras formas de universi-
dad.
Oscar Niemeyer.
La universidad, como institución educativa, cumple con un papel
doble y contradictorio. Capacita profesionales y demuestra al mis-
mo tiempo su incapacidad para formarlos completamente. La es-
tructura universitaria contemporánea se basa en la necesidad de
atender cifras considerables de población y para ello establece pa-
rámetros mínimos de contenidos que le permiten administrar, en la
forma más eficiente posible, el problema educativo a escala masiva.
Al no poder copar con todas las posibilidades, dentro de las limita-
ciones de tiempo convencionalmente establecidas, la universidad
declara implícitamente la imposibilidad de ir más allá en un primer
estadio de pregrado. El más allá se resuelve con la creación de nue-
vas instancias educativas, específicamente la educación continua-
da y los estudios de posgrado, las que permiten expandir el conoci-
miento básico, que cada día se percibe más y más pequeño en
relación con el universo total de conocimientos disponibles.
54
ejemplo, los cuatro años de estudios básicos permiten ejercer cier-
tos trabajos, pero no acreditan para el ejercicio libre de la profesión.
Para adquirir ese derecho se requiere un nivel complementario de
estudios de posgrado, un diploma o título y un examen de conoci-
mientos.
55
Por las condiciones mismas de los sistemas universitarios ya enun-
ciadas, los estudios básicos de arquitectura cumplen más el papel
de una capacitación que de una formación. Permiten al estudiante
acceder a unos campos de conocimiento y desarrollar algunas ca-
pacidades que han de servirle para el ejercicio de la profesión. En el
trabajo docente es difícil evaluar con precisión la adquisición real
de los conocimientos y diferenciarla del simple desarrollo de capa-
cidades. El aprendizaje del dibujo, por ejemplo, es el desarrollo de
una habilidad que debe darse simultáneamente con el conocimien-
to del espacio y de su representación. El estudiante aprende a dibu-
jar, pero no hay garantía de que en el desarrollo de sus capacidades
como dibujante adquiera el entendimiento del espacio arquitectó-
nico y de sus propiedades. De la misma manera, la habilidad de
manejo de ciertas formas en un ejercicio de proyectación puede
parecer un indicio de entendimiento del proceso proyectual y del
Fernando Martínez. desarrollo de estrategias adecuadas, pero puede ser simplemente
un caso de manejo intuitivo de las formas sin ningún apoyo con-
ceptual.
56
rutas. Frente a sí tiene un contexto en el cual ha de trabajar. Allí se
comprueba finalmente si el título que ostenta sirve para crear bien-
estar o sólo sirve para devengar un ingreso y establecerse como
miembro activo de la sociedad de consumo.
57
Las divisiones del saber
y sus formas
58
ducido en espacio". Tres definiciones proponen tres interpretacio-
nes diferentes de un mismo fenómeno.
59
ceso y resultado. Su aprendizaje es la preparación para efectuar en
la superficie terrestre las transformaciones que constituyen "todo
el ambiente físico que rodea la vida humana".
60
conocimientos abstractos que explican lo que es el espacio arqui-
tectónico. Reconocer la arquitectura como fenómeno concreto per-
mite acercarse al entendimiento de las formas conocidas: la ciu-
dad, la calle, la plaza, el edificio, la casa, el recinto. Permite distinguir
lo interior de lo exterior, lo público de lo privado. Este es, para el
estudiante, el entendimiento de las cosas ya dichas en arquitectu-
ra. Se habla de re-conocimiento, porque el estudiante de arquitec-
tura ha habitado desde su nacimiento en espacios arquitectónicos
concretos y se ha familiarizado con sus nombres. Aun en medio del
puro desierto, el beduino reconoce los elementos arquitectónicos de
su entorno.
61
diana, sirvió y sirve todavía de apoyo en el proceso de trabajo del
arquitecto.
62
Saber proyectar no consiste sólo en entender y representar el espa-
cio sino en imaginar y representar aquello que no existe. Este es,
sin duda alguna, el principal problema creativo que afronta el estu-
diante de arquitectura. ¿Cómo imaginar aquello que para él no tie-
ne presencia? ¿Cómo representar aquello que debe aparecer prime-
ro en su mente y luego en el dibujo, o en la pantalla del ordenador?
63
Desde cierto punto de vista un proyecto completamente nuevo o
novedoso no es posible en la arquitectura. Las formas preexistentes
pesan demasiado sobre la concepción de lo nuevo. A lo largo de
siglos la arquitectura se ha basado en la repetición, variación y de-
sarrollo de ciertas formas básicas. En la concepción moderna de la
arquitectura se intentó suprimir la referencia a formas conocidas y
se favoreció el trabajo sobre un espacio indeterminado al cual, me-
diante un proceso de diseño, se le daría forma en relación con la
función o con un principio abstracto o simbólico. La innovación a
través de esta ruta, se propuso como el fin último de la arquitectu-
Casa Dominó. Le Corbusier.
ra. Las alternativas recientes han retomado la mirada a lo existente
como fuente de formas recuperables en el proceso proyectual; la
repetición, la variación y el desarrollo han recuperado su legitimi-
dad.
64
mundo. Acceder al entendimiento de cómo operan y cómo se coor-
dinan esos elementos constituye la base del aprendizaje del saber
construir.
65
sa a una institución universitaria, lleva consigo esas bases sobre
las cuales se puede construir el saber particular del mundo de la
arquitectura. Durante su estadía en la escuela o facultad puede o
no recibir los insumos necesarios para desarrollar ese saber, puede
o no enriquecer su personalidad como ciudadano y como arquitec-
to.
66
ambientales. Es, en síntesis, la mirada contemporánea al territorio
y los ecosistemas dentro de los cuales la arquitectura desempeña
un papel significativo, tanto por su impacto como por sus deman-
das futuras.
67
Segunda parte
El aprendizaje
69
El proceso de aprendizaje
70
edificaciones y en la interpretación orientada culturalmente de su
significado. Ha desarrollado normalmente la noción de espacio que
según Jean Piaget26 hace parte esencial del desarrollo de la inteli-
gencia. Si bien desconoce muchos aspectos específicos de la arqui-
tectura, el principiante posee, como punto de apoyo, la capacidad
inteligente de habitar en el mundo.
71
a través de su capacidad para entender las situaciones urbanas y
arquitectónicas que se le presentan y para dar a cada una de ellas
una respuesta lo más adecuada posible.
¿Qué debe suceder en ese proceso? ¿Cuáles son las hipótesis peda-
gógicas que lo sustentan? La definición de las áreas de conocimien-
to, de las asignaturas y de los métodos de evaluación del programa
Concurso para una catedral.
curricular deben responder adecuadamente a estos interrogantes.
A manera de hipótesis, el proceso total del aprendizaje profesional
de la arquitectura debe permitir el cumplimiento de los siguientes
objetivos pedagógicos:
72
f. El desarrollo de criterios de sustentación y evaluación de las pro-
puestas urbanas y arquitectónicas en el contexto correspondiente.
73
repaso a experiencias vividas, es más bien una nueva manera de
entender lo real en la que se introducen procedimientos perceptua-
les y analíticos, se establecen criterios y se plantea una intención
creativa. La percepción se afina, se hace más sensible a la materia-
lidad del mundo. Mediante el análisis se distinguen los elementos y
relaciones básicas de la ciudad y de la arquitectura y la visión críti-
ca permite emitir juicios valorativos acerca de su situación pasada
y presente.
74
talmente en saber entender el espacio y los eventos que en él suce-
den y saber trasladarlos a campos de representación, uno de ellos
el del dibujo, para convertirlos en material de trabajo.
75
El conocimiento de los elementos y regulaciones del lenguaje arqui-
tectónico es una de las contrapartes instrumentales del desarrollo
de estrategias de entendimiento y formulación de problemas pro-
pios de la ciudad y de la arquitectura. Existen diversas maneras de
entender el lenguaje arquitectónico, unas más concretas, otras más
abstractas. En los grandes manuales y tratados renacentistas y ra-
cionalistas, por ejemplo, en el ya mencionado COMPENDIO DE LECCIO-
NES DE ARQUITECTURA de J.N.L. Durand , los elementos de ese lenguaje
son los muros y columnas, los vanos, los entrepisos y cubiertas y
las formas específicas que se logran con ese lenguaje. El aprendiza-
je del lenguaje en ese caso se asocia al conocimiento de elementos y
formas a la manera clásica.
76
En un estudio anterior y, por analogía con el lenguaje verbal, se
definió el lenguaje arquitectónico como el conjunto de relaciones
posible entre tres grandes componentes: estructura, forma y signi-
ficado.27 La estructura del lenguaje, que corresponde a la parte oculta
de la arquitectura, está dada por el uso o función y la organización
del espacio según diagramas específicos. La forma contiene un ele-
mento esquemático, la geometría, y otro concreto o material, la cons-
trucción. El significado a su vez tiene un componente práctico y
otro simbólico. Esta propuesta permite entender tanto la parte pu-
ramente arquitectónica: organización, uso, geometría y formas
concretas, como la incorporación de los elementos de significación.
77
y se afinan a lo largo del tiempo, en la medida en que crece el reper-
torio intelectual de la persona. El segundo hace parte del juego de-
liberado de la selección de elementos y de la argumentación con la
cual el estudiante aboca la resolución de un problema.
78
Saber representar
79
¿Por qué es necesaria la representación en arquitectura? La res-
puesta es bastante sencilla. Hacer arquitectura obedece a propósi-
tos, a fines. No hay arquitectura sin propósito y no hay propósito
sin representación. Esta puede ser predeterminada, de índole co-
lectiva, como es el caso de un sistema tipológico, o puede ser un
proyecto finamente elaborado. El tipo, la forma más antigua de pro-
yectación arquitectónica, es una prefiguración cultural de lo que
puede ser una edificación específica y es también una prefiguración
abstracta de muchos edificios. Un proyecto es un conjunto de re-
presentaciones que permiten igualmente prefigurar la edificación y
contienen las instrucciones para su realización.
80
La invención de la perspectiva lineal, en el siglo XV, ha sido el apoyo
más importante a esa construcción de imágenes en todo el mundo
influido por la cultura occidental. La perspectiva nació como una
manera de ordenar geométricamente la mirada. Erwin Panofsky cita
la frase de Albecht Dürer que dice: "Perspectiva es una palabra lati-
na que significa una vista a través de algo" y añade lo siguiente:
81
no: longitud, anchura y altura. La posición de cualquier punto en
ese espacio geométrico puede localizarse en este sistema espacial
de líneas que se entrecruzan formando una malla tridimensional.
El movimiento del observador en esa malla desplaza el punto de
fuga del centro del cuadro, como debía ser en la fórmula de Alberti,
y los multiplica en dos o más, de acuerdo con la dinámica de la
mirada en el espacio.
82
ción de un espacio infinito, indeterminado y en el abandono de los
principios figurativos de la arquitectura clásica y del historicismo.
La geometría pura, la definición precisa de las líneas, de los planos
y de los volúmenes, la imagen directa y sin mayores dificultades en
su aprehensión, fueron principios de una arquitectura cuya repre-
sentación gráfica coincidía casi exactamente con su realidad. La
axonometría, una representación abstracta del volumen y del espa-
cio, fue valorada como una representación más precisa del edificio
que la perspectiva renacentista. La axonometría se basa en la colo-
cación del observador en un punto del espacio en que se anula el
efecto de convergencia de las paralelas y se produce matemática-
mente una imagen de la edificación. Una vista axonométrica es una
imagen arquitectónica poco comprometida con el fenómeno de la
visión. La representación: la planta.
83
sería posible aprehender y trabajar las nociones básicas de espacio,
forma y construcción.
84
Los modelos tridimensionales o maquetas son los retratos aparen-
temente más fieles y exactos de la arquitectura; son su reducción a
escala para representarla en su totalidad. La construcción de un
modelo tridimensional implica el conocimiento previo de los siste-
mas geométricos de representación, la posibilidad de concebir las
tres dimensiones a partir de secciones bidimensionales, la capaci-
dad de reconstruir una totalidad a partir de sus diferentes segmen-
tos, además de las habilidades y destrezas correspondientes. Un
modelo tridimensional es realista, cuando intenta retratar la reali-
dad de un espacio o de una edificación y es abstracto cuando la
reduce a sus elementos volumétricos principales, cuando la sinteti-
za.
85
para sí y que de vez en cuando comparte con otros. Los cuadernos
de bocetos de los grandes maestros son hoy día objeto de venera-
ción, más por su valor artístico que por su mensaje, el cual, afortu-
nadamente, ha quedado sólo como objeto de interpretación para los
que, desde afuera, intentan ingresar en el sagrado mundo personal
del arquitecto.
86
Saber proyectar
87
..."llamaremos al Diseño un preordenamiento firme y gracioso de las
Líneas y Angulos concebido en la mente e imaginado por un Artista
ingenioso"...31
88
mencionada la palabra diseño. En general se habló del estudio de la
forma y ya en el estatuto de 1927 aparece un área de la enseñanza
llamada Conceptos elementales de la figuración.
89
En el mundo de la materia, al cual pertenecen los espacios arqui-
tectónicos, la forma es algo concreto, reconocible, es figura, contor-
no e imagen. La arquitectura se enuncia en formas materiales tras
las cuales subyace una figuración geométrica cuyo fundamento no
siempre es de orden abstracto, tiene que ver también con la geome-
tría que surge de las posibilidades y limitaciones de los sistemas
constructivos. Desde el punto de vista del diseño, esas formas no
son únicamente fenómenos concretos, materiales, ellas hacen par-
te del vasto universo de las formas posibles, del mundo de la razón
y de la imaginación.
90
actualmente se hace del vocablo. Es un hecho positivo, una realidad,
que el 'espacio' recientemente ha llegado a ser un lugar común, un
tópico que muchos críticos emplean para explicar sin más califica-
ción lo que es la arquitectura en todas partes. Bruno Zevi, por ejem-
plo, define la arquitectura como el 'arte del espacio' pero realmente
no define la naturaleza del espacio: se limita a hablar de él. Evidente-
mente su concepto de espacio es ingenuamente realista, los mismo
que sucede con la mayoría de los que escriben sobre el tema, para
quienes el espacio es un 'material' uniformemente extendido que
puede ser 'modelado' de varias maneras."35
91
gen posible de la forma arquitectónica en el mundo occidental. Exis-
ten casos excepcionales de formas arquitectónicas complejas cons-
truidas con geometrías diferentes de la euclidiana: los templos de
Angkor Vat en Tailandia, los templos del Japón y la China, las pirá-
mides aztecas y mayas en Mesoamérica, la ciudadela de Machu
Picchu en el Perú. El estudio de esos ejemplos muestra la existen-
cia histórica de otros sustratos abstractos del espacio arquitectóni-
co.
92
de origen religioso, pasó a ser iglesia cristiana, villa, biblioteca o
edificio público. La caja moderna puede ser banco, almacén, bode-
ga o sede institucional.
93
diante carece de esa experiencia. Su aprendizaje le suministra las
bases sobre las cuales desarrollará posteriormente su práctica in-
dividual.
94
c. La disponibilidad de un repertorio de ideas acerca del espacio y
de la forma aplicables en el proyecto.
Los dos primeros procesos tienen que ver no sólo con el entendi-
miento factual de la situación sino que involucran también aquello
que podría llamarse el entendimiento cultural del problema, enmar-
cado dentro de lo que un arquitecto plantea como su actitud ante la
arquitectura. De ello dependen muchas de las virtudes y de los de-
fectos de un proyecto específico. En la práctica es muy distinta la
aproximación a una situación por parte de quien respeta la ciudad
y de quien no la respeta, o de quien tiene ideas arquitectónicas qué
sustentar y de quien no las tiene. Quien inicia estudios no tiene
clara su actitud cultural ante la arquitectura. La filosofía de la en-
señanza en una institución y el ejemplo de los docentes inciden
directamente en la formación de esas actitudes desde el comienzo
mismo de los estudios profesionales.
95
Una situación-problema, vista en su interior, es un conjunto de fac-
tores de diverso orden: ambientales, sociales, económicos, urba-
nos, técnicos y culturales, que convergen e interactúan entre sí, en
un contexto dado. Cada situación es particular, específica, pero en
ella se aprecian las presiones y fuerzas que operan en el contexto.
Por ello existe una reciprocidad constante entre la manera de en-
tender globalmente el mundo de la arquitectura y la manera como
se entiende una situación dada. En esa reciprocidad se forman los
criterios que orientan las propuestas del profesional.
96
Separarse de los formatos convencionales y adentrarse en el enten-
dimiento de los componentes y estructura de cada situación- pro-
blema que se trabaja es un proceso más complejo, especialmente
para el estudiante de arquitectura que inicialmente desconoce di-
chos formatos y por lo mismo no está en capacidad de descompo-
nerlos y de analizarlos críticamente. El entendimiento de una si-
tuación-problema no puede disociarse del entendimiento de su
contexto y éste, al igual que las capas de un bulbo de cebolla, se
puede analizar en diferentes instancias. La necesidad de vivienda
de unas personas no es un problema autónomo. La posición social
y cultural de los clientes y su capacidad económica definen, por
ejemplo, la escogencia del sitio de localización y los requerimientos
de la casa. El sitio a su vez está sujeto a regulaciones provenientes
de los sistemas de planificación, a un vecindario definido y a las
condiciones ambientales del lugar y de la ciudad en que se encuen-
tra. El arquitecto dispone de una oferta técnica la cual es accesible
de acuerdo con los recursos previstos. Los gustos particulares de
los clientes se enmarcan dentro de paradigmas colectivos y tam-
bién cuentan con componentes propios, personales y familiares. El
arquitecto, por su parte, posee un determinado nivel de conocimien-
tos y aptitudes, se encuentra inmerso dentro de sus propios para-
digmas profesionales y culturales y según ellos, percibe matices
particulares de la situación. El entendimiento del contexto general
facilita la comprensión de la situación específica.
97
nocimiento de los orígenes de las formas arquitectónicas, de sus
componentes tectónicos, de las geometrías subyacentes y también
del conocimiento de las formas arquitectónicas a través de la histo-
ria y de los formatos convencionales de la práctica común. El com-
ponente abstracto de ese repertorio se sitúa en el plano más pro-
fundo del raciocinio formal del arquitecto. Las imágenes, más
superficiales, favorecen el ágil trabajo de la fantasía y permiten mo-
vimientos más libres y erráticos. El manejo del repertorio opera en
todos los niveles.
98
de la imitación de formatos ya conocidos, su capacidad de acerca-
miento a la prefiguración de un proyecto arquitectónico se basará
principalmente en procesos de ensayo y error. Para complementar
lo uno y lo otro es necesaria una pedagogía especial que le oriente
en procesos de carácter inductivo o deductivo.
99
La prefiguración de un proyecto en un ejercicio académico es un
tema pedagógico y es también una simulación de la práctica profe-
sional. En los talleres de diseño o de proyectación se tiende a veces
a favorecer este último punto y a olvidar el primero. La determina-
ción o indeterminación de esa prefiguración deben corresponder al
nivel de formación del aprendiz y al propósito de cada ejercicio. La
simulación de la práctica exige que en una prefiguración se evalúe
su correspondencia y adecuación con la situación-problema que se
intenta resolver. La evaluación académica del ejercicio incluye, fue-
ra de esos criterios otros espaciales relacionados con el proceso de
aprendizaje del estudiante.
100
del cual participa, formando profesionales conformistas, sumisos o
activistas y críticos.
101
Saber construir
102
del saber colectivo que permite que un grupo humano se provea de
espacio habitable. Saber construir hace parte del equipo básico de
la supervivencia humana. Es también un conocimiento especializa-
do, que requiere investigación y experimentación, además de la ne-
cesaria imaginación técnica. Como especialidad, el saber construir
se asocia al desarrollo tecnológico de una sociedad y se incorpora
en la industria de la construcción.
103
inicialmente como la actividad que 'empieza' y 'dirige' otra actividad:
la de los trabajos o trabajadores, de la madera o de otros materiales
de construcción (puesto que tal es el significado del término 'tektonia').
El obrero, el 'tekton', tiene un 'comienzo' preciso: los materiales pues-
tos a su disposición y las indicaciones del 'Arkhos', del 'jefe'. ¿Desde
dónde comienza el jefe y por qué ese comienzo le permite dirigir?
¿Cuál es el comienzo de la dirección?"37
104
La mayor parte de la construcción en el mundo se hace con técni-
cas de uso extendido; con saberes colectivos. Los maestros cons-
tructores y los obreros son los portadores de esos saberes y los apli-
can directamente, no reflexionan sobre ellos. El arquitecto y el
ingeniero, los dos profesionales conocedores del interior de la técni-
ca, son quienes deben reflexionar sobre ella e inventar soluciones
estructurales diferentes o novedosas y diseños de acabados estéti-
camente interesantes o llamativos. Esto se demuestra en las obras
de los grandes maestros de la arquitectura moderna. Mies van der
Rohe exaltó las cualidades del acero y del cristal, Le Corbusier des-
tacó la poética del concreto a la vista, Alvar Aalto y Louis Kahn
manejaron una amplia gama de materiales y en particular elabora-
ron cuidadosos trabajos con el ladrillo, Norman Foster y Richard
Rogers hacen lo mismo con el metal. La identificación del arquitec-
to con los materiales puede expresarse en especializaciones, prefe-
rencias o en experimentaciones diferentes en cada proyecto.
105
dustria de la construcción está muy desarrollada y sistematizada,
el estudio de códigos de construcción y soluciones tipificadas y el
manejo de catálogos y especificaciones técnicas cumplen un papel
muy importante en el aprendizaje. Su consulta es obligatoria y su
conocimiento es requisito indispensable en el examen de califica-
ción profesional. La normatividad y la sistematización son conoci-
mientos más prácticos que la capacidad de invención de nuevas
soluciones. En sociedades donde el peso de lo artesanal es signifi-
cativo y donde no existen regulaciones precisas de la construcción,
el estudiante debe aprender haciendo. Es decir, dibujando detalles
característicos o de uso común, observando e internalizando los
procesos de construcción y formando su propio catálogo de especi-
ficaciones técnicas.
106
Saber construir parte del entendimiento del mundo en términos de
su construcción material. Este entendimiento es una forma de per-
cibir los pesos y las masas, las fuerzas y los soportes que permiten
que las edificaciones y los objetos se sostengan, que los espacios se
delimiten, que las cosas se apoyen entre sí. La lógica constructiva
de la arquitectura se basa en un conjunto de relaciones de grave-
dad y equilibrio entre elementos. Los cimientos sostienen toda la
edificación, reciben todas las cargas y la transmiten al suelo. Los
soportes verticales reciben las cargas de soportes horizontales y for-
man con ellos el esqueleto estructural de la edificación. La cubierta
remata la obra y es en sí misma soporte y cerramiento. La relación
lógica entre todos los elementos es relativamente inalterable. Los
sistemas constructivos convencionales simplemente desarrollan esa
lógica sin variaciones sustanciales. Salirse de ella requiere un gran
talento constructivo.
107
Una de las necesidades más elementales en una edificación es la de
contar con elementos de subdivisión y cerramiento del espacio, los
que permiten la protección, la privacidad, la separación entre acti-
vidades y la constitución de un sistema espacial adecuado a una
finalidad. Cerramiento y muro son términos casi sinónimos. La masa
sólida y opaca del muro es el elemento que más comúnmente se
emplea para subdivisión y cerramiento, pero hay otras posibilida-
des: el vidrio es cerramiento y transparencia; los paneles móviles
dividen y comunican a la vez. En un sistema constructivo conven-
cional, basado exclusivamente en muros portantes, la estructura
de soporte corresponde con la subdivisión de los recintos interiores
y con el cerramiento exterior de la edificación. En un sistema cons-
tructivo basado en columnas y placas horizontales, los cerramien-
tos y las divisiones interiores son independientes y pueden asumir
cualquier forma. Las características formales de una arquitectura
particular tienen que ver con el empleo de esas posibilidades.
108
Del suelo al cielo, la construcción de una obra arquitectónica es
una estrategia fascinante para afrontar con inteligencia los obstá-
culos físico-mecánicos del mundo de la materia. Una mirada a la
enorme diversidad de arquitecturas pasadas y presentes permite
apreciar y admirar las posibilidades constructivas de la arquitectu-
ra, desde lo más pesado hasta lo más liviano, desde lo sólido hasta
lo transparente, desde lo sencillo hasta lo complejo. Las partes visi-
bles de la edificación ocultan la intrincada maraña de sus partes
invisibles. ¿Quién conoce los cimientos de San Pedro de Roma? ¿O
las redes técnicas del Empire State? Edificios contemporáneos como
el centro Georges Pompidou en París, vuelven visibles esas partes,
antiguamente invisibles, y derivan de esa intención una estética
que subvierte los valores convencionales de la arquitectura monu-
mental occidental.
109
rial trabaja cómodamente. Kahn fue un maestro en el manejo poéti-
co de la arquitectura y puso de presente que el arquitecto posee la
facultad de exaltar el carácter y la voluntad de los materiales que
trabaja. Le Corbusier esculpía formas arquitectónicas en concreto,
Paolo Soleri las modela como si fueran de cerámica. Eladio Dieste
maneja el ladrillo como una tela ondulante, Rogelio Salmona crea
sólidas masas con él y Richard Rogers fabrica en metal su arquitec-
tura como si fuera un objeto industrial.
110
tos y la factura final. La unión entre el muro y el cimiento, la conti-
nuidad de una estructura de concreto, los ensambles del hierro, la
unión entre todos los elementos de soporte de la obra, la superposi-
ción de los acabados sobre la obra negra, el despiece de las made-
ras y sus ensamblajes, los principios básicos de acabado de super-
ficies, la forma de colocación de las tejas en una cubierta y su remate,
son apenas unos de los muchos detalles que el arquitecto debe co-
nocer para manejarlos, bien sea en forma convencional, bien sea
creando sus propias formas.
111
previa del procedimiento total y pueda evaluar periódicamente el
avance de la obra y el rendimiento de los operarios.
112
Saber pensar
113
Saber pensar en arquitectura es la integración de un amplio campo
de conocimientos, emociones y valores, en una personalidad o iden-
tidad profesional. Es la construcción de una lógica particular, com-
partida con otros y al mismo tiempo individualizada y caracteriza-
da. Es difícil enseñar a pensar, pero en la práctica docente se puede
reforzar o debilitar el sustento de las ideas y del juicio crítico, se
puede o no enriquecer el pensamiento del estudiante. En este pro-
ceso se involucran las ideas y los valores que actúan en un centro
docente y salen a relucir los intereses y las presiones del mundo
exterior a la academia. Enfrentarse al pensamiento no es un asunto
puramente teórico o conceptual es también un asunto ideológico y
cultural.
114
Entender el mundo de la arquitectura contiene conocimientos es-
pecíficos, sentimientos y valores de orden ético. El componente ra-
cional del entendimiento se fortalece mediante la adquisición de
saberes particulares. Las emociones y los valores no son suscepti-
bles de ser codificados en forma de paquetes pedagógicos, se ad-
quieren mediante la vinculación emocional del sujeto con la
arquitectura y su mundo. El exterior y el interior del mundo de la
arquitectura son objeto del entendimiento. El exterior es el contexto
e incluye todo aquello que afecta y es afectado por el ejercicio de la
arquitectura. El interior es el espacio conceptual que hace de la
arquitectura un saber particular, diferente de otros. Contexto, en
un sentido particular, es todo aquello que el arquitecto entiende y
tiene en cuenta en la formación de sus ideas y en la sustentación de
sus propuestas. El interior de la arquitectura es todo aquello que le
es significativo en la relación con su saber y con su práctica.
115
transformaciones, el estudio de las formas sucesivas que adoptan
la ciudad y las edificaciones y de las motivaciones de esos cambios.
116
tendimiento integra prácticamente todas las variables que intervie-
nen en el exterior del mundo de la arquitectura y que fueron descri-
tas en un capítulo anterior: lo ambiental, lo social y lo cultural. La
ciudad es la arquitectura elevada a la máxima potencia y es tam-
bién el cuerpo arquitectónicamente construido de una sociedad.
117
industrialización y de desarrollo, de estabilidad o inestabilidad mo-
netaria, de organización de la producción y del consumo, del acceso
a empleo e ingreso y de valoración del ser humano. La expansión de
los sistemas mundiales de comunicación y en especial de las redes
de información y entretenimiento transmiten las maneras de pen-
sar y actuar de las potencias hegemónicas a las sociedades subor-
dinadas y estas las adoptan y las adaptan en su existencia cotidia-
na.
118
en tamaño pero no en estructura espacial. Calcuta siempre ha sido
colocada como un caso especial por el tamaño de sus problemas
demográficos y ambientales. Las ciudades europeas son quizá las
únicas que han logrado establecerse dentro de controles definidos y
por lo mismo son identificables con formatos preestablecidos. La
escogencia anual de las mejores ciudades del mundo, que se ha
instaurado como medición internacional de la calidad de vida urba-
na, ilustra acerca de lugares en los que la vida urbana no exige
sufrimientos muy grandes. La escogencia anual señala apenas tres
o cuatro ciudades como sitios con una buena calidad de vida, en el
resto, esa calidad decrece o desaparece.
119
interpretación cosmológica y de ahí a una teoría. Este término apa-
rece ya mencionado en el tratado de Vitruvio como la contrapartida
de la práctica. A partir de esa división del saber arquitectónico se
elaboró el gran cuerpo de ideas de la arquitectura occidental, dedi-
cado básicamente a desarrollar los principios del Clasicismo.
120
XIX y con los manifiestos y ensayos del presente siglo. A pesar de
todo el transcurso histórico, la sombra vitruviana no se ha extin-
guido, ese texto se consulta sistemáticamente en busca de claves
para entender mejor el pensar y el quehacer arquitectónico.
121
cional y ético con su mundo y con el saber que en ella se incorpora.
Razón, emoción y juicio crítico confluyen en el entendimiento del
sentido de las cosas. Saber pensar es fruto de esos movimientos del
espíritu, es fruto del compromiso del arquitecto con el mundo y
consigo mismo.
122
una ilustración cronológica que permite identificar períodos y esti-
los. Su papel en el entendimiento del mundo de la arquitectura se
subvalora. La Historia debe estudiarse, pero no se sabe claramente
el porqué. Los textos de uso común, el catálogo histórico convencio-
nal, presenta en forma esquemática una Historia particular, la de
la arquitectura occidental, guiada por los principios de evolución y
progreso. La lectura secuencial de los distintos períodos históricos
sirve para demostrar esos principios, la Historia adquiere una di-
rección inevitable hacia el presente y por ende hacia el futuro.
123
"La Historia enseña que no enseña nada", dijo algún célebre pensa-
dor, aludiendo quizá al hecho de que es necio intentar extraer lec-
ciones prácticas o utilitarias del estudio del pasado. ¿Para qué sirve
entonces el estudio de la Historia? Para algo muy sencillo y comple-
jo a la vez, como es el saber que el presente sólo se entiende cabal-
mente cuando se entiende el pasado. El conocimiento de la Historia
dimensiona el pensamiento arquitectónico en el espacio y en el tiem-
po. La Historia provee también un sinnúmero de recursos lingüísti-
cos para quienes intentan reconstruir el pasado arquitectónico de
un lugar y provee conocimientos acerca de espacialidades y textu-
ras urbanas y arquitectónicas que trascienden los límites del tiem-
po.
124
muchos de sus profesores son los primeros y más fieles seguidores
de los procedimientos establecidos, especialmente de aquellos que
les permiten enriquecerse. Lo que se enseña como creación libre se
convierte después en repetición sin imaginación de fórmulas prees-
tablecidas.
125
Saber aprender
126
que se hagan. La capacidad pedagógica de los docentes es un factor
influyente en grado máximo. Influyen también el enfoque dado en
los centros docentes a la relación entre enseñanza y práctica y a la
capacidad de esos centros de generar conocimientos no sólo para sí
mismos sino para el mundo de la arquitectura.
127
de las representaciones disponibles que operan en el entendimien-
to y solución de un determinado tipo de problemas.
128
medicina que se aproxima desde un comienzo al entendimiento del
organismo humano. Sin ese entendimiento cualquier aprendizaje
se dificulta y eventualmente se anula. La anatomía arquitectónica
del mundo, acompañada de su psicología y de su sociología permi-
ten entender su constitución material y su comportamiento. El
mundo, para un arquitecto, no puede ser entendido sólo como un
conjunto de espacios y edificios, materiales y formas. Debe enten-
derse como un organismo viviente, cambiante, operado por fuerzas
conscientes e inconscientes, por tensiones, oposiciones, acuerdos y
comunicaciones.
129
Por ese motivo, es visto casi siempre como un simple asunto técnico
y se descuida su dimensión conceptual, la que es bastante signifi-
cativa en la formación del arquitecto.
130
estudiante a innovar desde un comienzo, pierde en estas condicio-
nes su valor.
131
respuestas no son afirmativas y evidencian la necesidad de orientar
de otra manera el conocimiento de la forma en el contenido de los
programas de enseñanza de la arquitectura. Para ello se puede te-
ner en cuenta que hay dos dimensiones de ese conocimiento que
son necesarias y válidas. La primera de ellas es un entendimiento
morfológico del mundo de la materia, equivalente al entendimiento
constructivo que se ha planteado como parte del saber construir.
La segunda es una especialización de ese entendimiento en la ar-
quitectura la cual, como fenómeno material, posee su propia mor-
fología. En ambos casos, se pueden distinguir las formas concretas
y la abstracción formal como dos espacios de entendimiento distin-
tos y complementarios.
132
diferentes los espacios generados por bóvedas y los generados por
cubiertas planas o inclinadas. En el aprendizaje de la construcción
usualmente se evita tratar el tema de la arquitectura y en el del
diseño se evita tratar el de la construcción. Esas son, obviamente
posiciones equívocas.
133
Lo anterior sugiere la distinción, en la formación profesional, de
dos modalidades de oferta de conocimientos. Una de ellas consiste
en la objetivación de los saberes, en forma de principios verifica-
bles, instrumentos, métodos, técnicas y lenguajes codificados. En
todos los campos de conocimiento que intervienen en un pénsum
de arquitectura pueden constituirse bloques objetivables, desarro-
llarse y aplicarse métodos de trabajo y manejarse instrumentos es-
peciales. Esta sería la modalidad científico-técnica de la formación
profesional. Por otra parte estaría la modalidad humanística, en la
que se trabajan ideas y conceptos relativos al mundo de la vida,
entendido este como el vasto espacio en el que una persona cons-
ciente y creativa puede desarrollarse. Lo importante de esta segun-
da modalidad no es su posibilidad de ser objetiva, por el contrario,
es la de enriquecer la subjetividad del individuo. El entender clara-
mente estas diferencias permite por una parte definir un espectro
de conocimientos objetivables y ofrecer con criterio un amplio con-
junto de ámbitos para la discusión, la identificación individual y
cultural del estudiante y el desarrollo de sus potenciales creativos.
134
El desarrollo de la capacidad de autoformación es esencial en la
aplicación de una base científico-técnica en la formación profesio-
nal. En contra de la comodidad del conocimiento predigerido, sumi-
nistrado a través de la cátedra, la problematización de la adquisi-
ción de conocimientos familiariza al estudiante con el manejo del
mundo de la información, con el manejo de instrumentos y con el
desarrollo de métodos de trabajo y le permite desarrollar por sí mis-
mo estrategias para resolver los problemas que se le presentan.
135
que la mirada crítica a la cultura de la mediocridad dé origen a
controversias, creaciones y representaciones diversas y en el que el
estudiante encuentre los estímulos necesarios para entender el
mundo que lo rodea y encontrar en sí mismo las opciones de expan-
sión de su comprensión del mundo de la vida. Ese papel de la uni-
versidad es tan importante como el desarrollo de una fuerte base
científico-técnica.
136
Notas
13 Wingler, op.cit.
6 Alberti, op. cit.
138
30 Alberti, Leon Battista. THE TEN BOOKS ARCHITECTURE.
Gili, Barcelona, 1976, p.17. OF
24 Morris, Jan. "The best-travelled man on earth" en 38 De Bono, Edward. T EACHING T HINKING . Penguin,
HORIZON, vol XVI, No. 3, 1975, p.9. Middlesex, 1976, p.33
25 Norberg-Schulz, Christian. GENIUS LOCI. Towards a 39 Lorite Mena, José. Op. cit.
Phenomenology of Architecture. Rizzoli, New York, 1980.
40 Popper, Karl. OBJECTIVE KNOWLEDGE. Oxford U. Press,
26 Piaget, Jean. LA EPISTEMOLOGÍA DEL ESPACIO. Ateneo, Bue- Londres, 1972, p.13.
nos Aires, 1971.
41 Ver: Grassi, Giorgio. LA CONSTRUCCIÓN LÓGICA DE LA ARQUI-
27 Fonseca, Lorenzo y Saldarriaga, Alberto. LENGUAJE Y TECTURA.
139
140