Rigoberto Gerardo Ortiz Treviño: La Naturaleza Jurídica
Rigoberto Gerardo Ortiz Treviño: La Naturaleza Jurídica
Rigoberto Gerardo Ortiz Treviño: La Naturaleza Jurídica
I. INTRODUCCIN
Jurista, filsofo, diplomtico, Antonio Gmez Robledo (1908-1994) fue
dueo de una privilegiada visin histrica. De hecho, poseedor de una aguda mirada en el pasado, cont en consecuencia, con una notabilsima plataforma formativa en su tarea profesional. l mismo, al hacer referencia a los
fundadores del derecho internacional, afirma que Los cuatro (Vitoria,
Gentili, Surez y Grocio) han sido para m los faros que han iluminado mi
larga jornada al servicio de Mxico en el ejercicio del derecho internacional, y pueden an esclarecer para todos el camino por seguir en el futuro.1
En efecto, la prolfica aportacin cientfica de Gmez Robledo, siempre
encuentra en la historia, un indispensable punto de partida, adems de un
hilo conductor.
La historia del derecho no puede ser considerada como una descripcin
detallada de fuentes o instituciones, en otras palabras, no es una simple relacin de textos Pudiera entenderse el Cdigo Napolen sin relacionrsele
al iusnaturalismo racionalista moderno?, puede comprenderse el derecho
1 Gmez Robledo, Antonio, Fundadores del derecho internacional, Vitoria, Gentili,
Surez, Grocio, Mxico, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurdicas, p. 10.
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del pensamiento jurdico una serie de artculos, que con el paso del tiempo,
engrandecen su vala para el estudioso del derecho que cultiva una ambicin: ser un jurista.
No obstante que Gmez Robledo se ha interesado en el pensamiento de
iusnaturalistas modernos como Grocio o Gentili, su ms importante mrito
ha sido revalorar las aportaciones de la Escuela de Salamanca o Escolstica
tarda. Gmez Robledo escribi sobre Surez, Soto y el catedrtico de la
Real y Pontificia Universidad de Mxico, Alonso de la Veracruz. Sin embargo, y sin el propsito de abordar lugares comunes, los criterios fundamentales en las investigaciones internacionalistas de Gmez Robledo, se
concentraron en la figura emblemtica de Francisco de Vitoria (circa
1483-1546). El destacadsimo humanista y profesor de Salamanca (en su
apogeo como lumbrera occidental), no slo ocup un lugar enorme en la
mente de don Antonio, sino tambin en su corazn. Basta considerar las siguientes palabras dichas ante la tumba del burgals ex abundantia cordis:
Realmente es grande el poder estar hoy aqu, en este sitio adonde todo internacionalista tiene que venir antes de poder pronunciar con tranquila conciencia el nunc dimittis; en esta fuente y surtidor de donde brot el mundo
espiritual en que todos nosotros vivimos, nos movemos y somos, es decir el
orden jurdico ecumnico que por primera vez fue configurado conceptualmente en este mismo lugar y no tanto por una simple alteracin verbal en el
texto de Gayo, sino sobre todo por su concepcin del totus orbis, que ha visto nuestro siglo, la primera en Ginebra, la segunda en Nueva York.
Todo esto, pues, naci aqu, en el cielo de la inteligencia, antes de encarnar
en la realidad fctica; porque lo que el vulgo suele llamar utopas en realidad
estn en un lugar, en un topos, en el Topos Uranos, como dira Platn, o dicho de otro modo, en la visin de los grandes espritus, y que dista tanto de
nuestra visin tenebrosa como el cielo de la tierra.6
Ya el corazn nos ha dejado entrever lo que arraig y creci en la cabeza. De Vitoria tuvo una concepcin original, o mejor dicho, producto de
duccin y esta ltima culminacin que se expresa en la asociacin que de ellas se presenta
en la dedicacin de algunos juristas. DOrs, lvaro, Una introduccin al estudio del derecho, presentacin y notas de Jorge Adame Goddard, Mxico, Escuela Libre de Derecho,
1989, p. 52.
6 Gmez Robledo, A., Ante la tumba de Francisco de Vitoria, Obras de Antonio
Gmez Robledo, t. V: Derecho, artculos y ensayos, prlogos, Mxico, El Colegio Nacional, 2001, pp. 314 y 315.
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una evolucin, del ius gentium. El burgals fue heredero de los jurisprudentes clsicos de Roma, de Isidoro de Sevilla y desde luego, del doctor
Anglico. Pero fue un hombre de su tiempo, poseedor de una cosmovisin
distinta, propia de quien ha cruzado los umbrales de la modernidad, sin
romper de tajo, con la estructura lgica de la medieval escolstica. En realidad de Vitoria posey un espritu conciliador propio de una independencia
intelectual admirable. Sin duda alguna, Gmez Robledo se identific con
tal actitud.
Sera demasiado pretencioso afirmar que este breve artculo es un doble
homenaje (a de Vitoria y a Gmez Robledo). En realidad, es una humilde
remembranza sobre la egregia figura de Don Antonio Gmez Robledo, y
un pretexto, para desmenuzar lo que el ius gentium moderno debe al pensamiento de Francisco de Vitoria.
II. FRANCISCO DE VITORIA, EN SU JUSTO TTULO
Alfred Verdross catalogaba a de Vitoria como un humanista renacentista, un Erasmo hispnico.7 Se equivocaba. No obstante las influencias nominalistas que pueden hallarse en su pluma, o que Salamanca (en donde titulariz la ctedra de prima teologa) era un centro intelectual crucial en el
siglo XVI, de Vitoria es un escolstico tpico, o de manera ms exacta, un
tomista.8 Frederick Copleston es certero al referirse a de Vitoria como
7
El fundador de la filosofa del derecho espaola fue Francisco de Vitoria
(1483-1546), profesor de teologa moral en la Universidad de Salamanca. Vitoria es, juntamente con Erasmo de Rotterdam (1466-1536), el fundador del humanismo cristiano,
Verdross, A., La filosofa del derecho del mundo occidental, traduccin Mario de la Cueva,
Mxico, UNAM, Instituto de Investigaciones Filosficas, 1983, pp. 146 y 147.
8 Javier Hervada comenta: Con el siglo XVI se produjo un renacer de la escolstica,
amoldada a los nuevos tiempos, que ha recibido el nombre de Segundo Siglo de Oro de la
Escolstica y que se extiende hasta bien entrado el siglo XVII. Este hecho dio lugar, en
Espaa, a una de las pocas ms brillantes de la doctrina del derecho natural.
Muy ligado a este renacer est el florecimiento del tomismo y su generalizacin aunque
no falt tampoco la renovacin del escotismo, hasta el punto de que en las facultades de
teologa fue sustituyndose, como libro de texto, las Sentencias de Pedro Lombardo por la
Suma Teolgica de Santo Toms de Aquino. Fue una poca de renovacin universitaria
frente al verbalismo dialctico en el que haban cado los nominalistas, Hervada, J., Historia de la ciencia del derecho natural, Pamplona, EUNSA, 1996, p. 216.
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un renacentista pero de la escolstica.9 Encabez un renacimiento teolgico. Pero aqu debe actuarse con cautela. La teologa tanto Bajo Medieval
como en este momento (quienes gustan de destajar a la historia titulan edad
moderna), es una ciencia reinante. Implica el saber universal, que nunca se
distanci del estudio de textos clsicos, ni abandon el griego clsico,
adoptando como lengua propia al latn. Es innegable el rigor cientfico del
telogo escolstico. No es un sofista ni un falsario, como lo pretender
Thomasius.10 Toms de Aquino, como gran ejemplo de lo que aqu se afirma, ha apuntalado su obra teolgica en la ontologa y lgica aristotlicas, y
si bien se miran los pasajes en la Summa Theologiae, relativos a la justicia
y el derecho, se puede notar que el doctor anglico estudi el derecho romano, entre otras fuentes de conocimiento jurdico.11 Con esto, quiero enfatizar que de Vitoria no se limit a la crtica social de su tiempo, o a pretender secularizar el saber clsico. Los humanistas renacentistas no
impresionan tanto por su rigor, como por su pluma. En esto coincido con
Anthony Kenny, cuando ste apunta que es ms trascendente la dramtica
biografa de Sir Thomas More, que su obra literaria.12 De Vitoria es un erudito, y un hombre de espritu libre. En eso empata con sus contemporneos.
Pero como hombre de ciencia, tiene un gran respeto por el pensamiento
9 Pero es mucho ms conocido Francisco de Vitoria (1480-1546), a quien se debe
en gran parte el renacer de la teologa en Espaa, como testificaron sus discpulos Melchor
Cano y Domingo Soto, Copleston, F., Historia de la filosofa, t. III: De Ockham a Surez,
Mxico, Ariel, 1983, p. 334.
10 Dice Thomasius: Por tanto, los estudiosos cuyos dominios se haban de extender
ms, los telogos escolsticos, se apoderaron de esta disciplina relegada Pero tambin stos, adems de privarlo de su fundamento, queriendo deducir el derecho natural de las necedades metafsicas y de las caricaturas con las que haban oscurecido el saber acerca de la
esencia incomprensible de Dios, tambin confundieron de manera lamentable todos los derechos, los divinos, los humanos, los naturales, los positivos, Thomasius, C., Historia algo
ms extensa del derecho natural, Madrid, Tecnos, 1998, p. 5.
11 La justicia es una virtud tratada con gran excelencia y profundidad de fuentes por el
aquinate: in questa doctrina tomista delle vit della Secunda Secundae tiene la pu grande,
estensione la virt cardinale della Giustizia (q. 57-122). Incominicia con lesame di
grande importanza, anche per la filosofia del diritto, intorno al diritto, alla giustizia e alle
sue forme fondamentali, dove viene elaborato in una maniera tutta propria un abbondante
material especialmente aristotelico (q. 57-60), Grabmann, M., Introduzione alla Summa
Theologiae, Pontificia Academia Di S., Tommaso, Editrice Vaticana, Citta del Vaticano
1989, p. 111.
12 Apunta Kenny: C. S. Lewis, cuya severidad con Moro el escritor es tanta como su
reverencia por Moro el hombre, Kenny, A., Toms Moro, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1987, p. 15.
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clsico. Es un heredero dignsimo del aquinate, quien se refera a Aristteles como el filsofo y a Ulpiano como el jurista.13 Valor los cimientos
que construyeron occidente14 (el derecho romano, la filosofa griega, la antropologa y teologa judeo-cristiana), y no se dej cegar por el aparente
afn de novedades. De hecho, un humanista tpicamente renacentista como
Juan Gins de Seplveda, no pudo legar una doctrina de tal solidez. Seplveda, gran fillogo y cronista imperial, de hecho ciceroniano en las categoras erasmianas,15 ser recordado por sus reprobables ideas, incluso retrgradas, paradjico en una actitud antropocentrista.16 En el devenir del
derecho indiano, Seplveda ser un polemista importante y fuertemente
criticado con razn, por cierto, pero no el espritu de un derecho cuyo
carcter expansionista nunca perdi de vista el verdadero carcter humanista. Manuel Ma. Salord Betrn lo explica con meridiana claridad:
la obra de Vitoria sobre los indios obra que supera amplsimamente las directrices de la experiencia colonizadora de los pases europeos en el siglo
XIX en humanidad se erige en conciencia de la nacin, en cauce y catalizador de los esfuerzos humanizadores de las situaciones y de las leyes y
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No obstante, no todo es miel sobre hojuelas, al menos Ricardo Zorraqun Bec ha lanzado un desafo an no aceptado. Bastara decir, por el
momento, que Zorraqun redujo a contradicciones y fantasas, el supuesto ttulo fundado en el jus gentium,18 sobre el legtimo dominio de los
espaoles en las Indias Occidentales. Tal anlisis se plantea en la pretensin de profundizar en slo una Relectio (la prior de indis recenter inventis
de 1538), no en el grueso de la doctrina vitoriana.19 Esto es importante recalcarlo, pues en la ponencia Errores y omisiones de Francisco de Vitoria, el memorable profesor argentino, llega a acusar a de Vitoria de ignorar
fragmentos de las Partidas atribuidas al rey Sabio,20 amn de ser un temerario opositor a cierta doctrina pontificia que en realidad se fincaba en el terreno de lo opinable.21
Sin embargo, don Ricardo no menciona la existencia (desde luego doy
por descontado su anlisis) de los comentarios a la Summa Thelogiae de los
tratados de la ley (prima secundae) y de la justicia (secunda secundae) del
dominico (entre algunos ejemplos de su opera omnium).22 A su vez, tam17 Salord Bertrn, M., La influencia de Francisco de Vitoria en el derecho indiano,
Mxico, Porra, 2002, pp. 287 y 288.
18 Zorraqun Bec, R., Errores y omisiones de Francisco de Vitoria, Actas y Estudios
del XI Congreso del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano, Buenos Aires,
Instituto de Investigaciones de Historia del Derecho, 1997, t. II, pp. 92 y 93.
19 No salva las limitaciones analticas, por ejemplo, el hacer una referencia a la Relectio de postestate civili. Vase Zorraqun Bec, R., op. cit., p. 76, nm. 32.
20 Concretamente, considera que cuando de Vitoria niega el ttulo de emperador universal de Carlos V, violenta la obligacin de lealtad con el rey (Partidas II, 13, 3). Empero,
la problemtica analizada por el burgals no radica en la legitimidad de Carlos como seor
de Castilla-Len, Navarra o Aragn (por mencionar los principales ttulos en la pennsula
ibrica), sino sobre la invocacin de un cuestionable argumento para ejercer el dominio sobre las Indias occidentales.
21 A graves conclusiones llega Zorraqun en este sentido: Contrariamente a muchos
autores que conozco, incluyendo a Vitoria, he eliminado las interpretaciones positivistas,
propias del derecho civil, para considerar a las bulas alejandrinas como documentos fundados y concebidos con arreglo a las normas de la Iglesia. De esta manera creo haber devuelto
a esas obras sus caractersticas originarias, descartando las crticas derivadas de consideraciones profanas, Zorraqun Bec, R., op. cit., p. 93.
22 Para Gmez Robledo, la doctrina ius-internacionalista de Francisco de Vitoria se sita en slo tres relecciones: De Potestate Civili, la Relectio de Indis (intuyo que las dos) y la
Relectio de Temperancia, vase Gmz Robledo, A., op. cit., p. 198, nm. 12; respecto de la
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de gentes, sera, segn Vitoria, la siguiente: quod naturales ratio inter omnes gentes constituit, vacatur ius gentium.25
En dnde radica el problema? Grosso modo, de Vitoria habl acerca de
un derecho entre naciones, Gayo se refera a un derecho comn a los hombres. Pero esto no es tan sencillo, como bien lo plantea Verdross:
El mrito fundamental de Vitoria consiste en haber dado un relieve especial
al antiguo pensamiento estoico de la unidad moral y jurdica del universo: el
mundo (totus orbis) integra una sola comunidad jurdica, pero no como una
simple idea segn era el pensamiento de la Stoa sino como una comunidad concreta, unida por el derecho natural. Vitoria dio por primera vez el
nombre de jus inter gentes a las normas del derecho natural que regulan las
relaciones entre los pueblos.26
34
Omnes populi, qui legibus et moribus reguntur, partim suo proprio, partim
communi omnium hominum iure utuntur: nam quod quisque populus ipse
sibi ius constituit, id ipsius proprium est uocaturque ius ciuile, quasi ius proprium ciuitatis; quod uero naturalis ratio inter omnes homines constituit, id
apud omnes populos peraeque custoditur uocaturque ius gentium, quasi quo
iure omnes gentes utuntur. populus itaque Romanus partim suo proprio, partim communi omnium.31
En opinin de Alfredo di Pietro, Gayo estaba influenciado por el pensamiento estoico y por tanto, su concepto de ius gentium es equiparable al de
ley natural, ya que considera a la naturalis ratio como lmite infranquea-
Gaius, Institutas, 1, 1.
Bobbio, N., El positivismo jurdico, Lecciones de filosofa del derecho reunidas por
el doctor Nello Morra, Madrid, Debate, 1993, p. 37.
33 Volterra, E., Instituciones de derecho privado romano, Madrid, Civitas, 1991, p. 64.
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35
ble que hay que respetar.34 De que existe una influencia filosfica en la
nueva concepcin de ius gentium, es indudable, Gayo es un heredero de
la filosofa griega (cuyo vehculo fue la Stoa):35
La concepcin, claramente inspirada en doctrinas filosficas griegas, que
funda la comunidad entre los diferentes pueblos de normas y de los institutos
iuris gentium sobre el hecho de que se apoyan en la naturalis ratio, ha dado
vida a otra idea, tambin expresada por Gayo (1,1), de que todos los pueblos
organizados que tienen un ordenamiento jurdico (qui legibus et moribus reguntur) poseen normas particulares, creadas por ellos mismos, y normas comunes a todos los otros pueblos, que surgen y se imponen naturalmente en
toda comunidad humana Esta idea, que tiene una importancia filosfica y
no jurdica, es repetida por Gayo a propsito de la tutela de los impberes (1,
189), instituto vigente en todos los pueblos naturali ratione36
Pero la identificacin derecho de gentes-derecho natural no fue absoluta, preparando el terreno para una posterior evolucin conceptual. En este orden de ideas, con toda razn dOrs considera que:
En la poca pos-clsica, el concepto de ius gentium tiende a referirse a instituciones pblicas, sobre todo las relacionadas con la guerra, causa principal
de la esclavitud, y aqullas acaban por desplazar a las de derecho privado,
hasta significar ius gentium el derecho de la guerra y de la paz, es decir, el
que hoy llamamos <derecho internacional pblico>.37
36
Huius studii duae sunt positiones, publicum et privatum. publicum ius est
quod ad statum rei romanae spectat, privatum quod ad singulorum utilitatem: sunt enim quaedam publice utilia, quaedam privatim. publicum ius in
sacris, in sacerdotibus, in magistratibus constitit. privatum ius tripertitum
est: collectum etenim est ex naturalibus praeceptis aut gentium aut civilibus.40
37
44 Vase Clavero, B., Institucin histrica del derecho, Madrid, Marcial Pons, Ediciones Jurdicas, 1992, pp. 35 y 36. Tambin hay que destacar que en el Reino Visigodo lo que
predomin fue el derecho romano vulgarizado, es decir versiones del derecho civil romano ms rudimentarias, menos refinadas Sin embargo, en algunas partes de Italia, el sur
de Francia y la Pennsula Ibrica, empez a realizarse una fusin de ciertas leyes tribales
germnicas con las instituciones legales romanas autctonas, Merryman, J. H., La tradicin jurdica romano-cannica, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 2000, p. 28.
45 Etymologiarum, L 5, c. 6. Se ha manejado aqu la edicin bilinge de Oroz Reta, J.,
Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2000, t. I, p. 512.
46 Carpintero Bentez, F., op. cit., p. 25.
38
39
Santo Toms, sobre todo seguidor del estagirita, no omite el carcter convencional del ius gentium, es decir, como producto de un pacto o convenio entre los hombres y es por esto que lo considera derecho positivo.
Esto queda reforzado con la definicin de san Isidoro de Sevilla ya referida.51
Hasta aqu, pudiera parecer concluido el trayecto del derecho de gentes. Sin embargo, hay un elemento cru cial por desentraar. Se trata de
un elemento de carcter terico poltico. Qu significa gentes? De responder esto, me encuentro en la posibilidad de afirmar (o negar, si as lo
fuese) si en la argumentacin vitoriana se dio la efectiva sustitucin del
romano homines por el moderno gentes. En el derecho romano arcaico, la gens se refiere a las familias, que en cierta manera, tienen por
lazos comunes el carcter fundacional de la Civitas. Gayo hace mencin a
este trmino al hablar del sistema de sucesin ab-intestato previsto por las
XII Tablas. De manera muy general, el ordenamiento decenviral haba
previsto que al no haber un heredes sui o un pariente agnado, la herencia
llamar a la gens.52 Este ambiguo concepto provocar la evolucin del
derecho sucesorio romano, por lo pronto en el orden arcaico gens quiere
decir Conjunto de familias procedentes de un antecesor comn, con el
secundum absolutam sui rationem, sed secundum aliquid quod ex ipso consequitur, puta
proprietas possessionum. Si enim consideretur iste ager absolute, non habet unde magis sit
huius quam illius, sed si consideretur quantum ad opportunitatem colendi et ad pacificum
usum agri, secundum hoc habet quandam commensurationem ad hoc quod sit unius et non
alterius, ut patet per philosophum, in II Polit. Absolute autem apprehendere aliquid non solum convenit homini, sed etiam aliis animalibus. Et ideo ius quod dicitur naturale secundum
primum modum, commune est nobis et aliis animalibus. A iure autem naturali sic dicto recedit ius gentium, ut iurisconsultus dicit, quia illud omnibus animalibus, hoc solum hominibus inter se commune est. Considerare autem aliquid comparando ad id quod ex ipso sequitur, est proprium rationis. Et ideo hoc quidem est naturale homini secundum rationem
naturalem, quae hoc dictat. Et ideo dicit Gaius iurisconsultus, quod naturalis ratio inter omnes homines constituit, id apud omnes gentes custoditur, vocaturque ius gentium, Sum.
Theol. IIa, IIae, 57, 3.
51 Enfin, certains notions sur lquit dcoulent si manifestment des exigences de la
raison, quon les retrouve dans peu prs toutes les socits humaines. Comme la raison est
commune tous les hommes, les conventions qui en drivent le sont aussi. Il se forme ainsi
un droit positif commun tous les hommes, que lon nomme le <droit des gens>. Gilson,
E., Le thomisme, introduction a la philosophie de Saint Thomas DAquin, Pars, Librairie
Philosophique J. Vrin., 1997, p. 376.
52 Tabla V, 4 y 5 ref. dOrs, op. cit., 1997, p. 322.
40
mismo apellido o nombre gentilicio.53 Cabe decir, que tal sistema para la
poca clsica ya haba desaparecido. De haber sobrevivido el derecho arcaico, se podra hablar en toda forma de un ius gentilicium54. Empero, en el
derecho clsico, se habl de un ius gentium opuesto al ius civile. El segundo, se refiere al ordenamiento propio de los romanos, el primero era el derecho aplicable a las relaciones jurdicas entre cives y extranjeros.55 El ius
gentium, por consiguiente, se refiere al estatuto jurdico personal, individual. Como ya lo mencion a Ulpiano, el derecho de gentes posclsico se
concentr en el mbito de las relaciones entre pueblos, principalmente en
el ius bellum..56 El ius gentium ya en tal perspectiva, es un derecho entre sociedades polticamente organizadas, y de ah que su evolucin vaya enlazada con la historia de la teora poltica. En el pensamiento tomista, la sociedad polticamente organizada tiene sentido en virtud de su fin, el bonum
commune, de ah que la definicin general de ley sea la siguiente: lex est
quaedam rationis ordinario ad bonum commune ab eo qui curam communitatis habet, promulgata.57
En la sociedad contempornea a Santo Toms, los pueblos son susceptibles de singularizacin en virtud de factores histricos. As, hay diversas
monarquas que coexisten (y muchas veces se enfrentan) con otra sociedad, la Iglesia, la cual, al igual que la sociedad civil era una societas iuridice perfecta, es decir, aquella que logra su finalidad con sus propios medios.
Desde una perspectiva, los poderes eclesistico y civil se podan delimitar
como poder espiritual o temporal.58 El bajo medievo oscilar entre el rega53 Garca Garrido, M. J., Diccionario de jurisprudencia romana, Madrid, Dykinson S.
L., 2000, p. 148.
54 Si nullus agnatus sit, eadem lex XII tabularum gentiles ad hereditatem uocat. qui
sint autem gentiles, primo commentario rettulimus; et cum illic admonuerimus totum gentilicium ius in desuetudinem abisse, superuacuum est hoc quoque loco de eadem re iterum
curiosius tractare, Gaius, Institutas, 3, 17.
55 Omnes populi, qui legibus et moribus reguntur, partim suo proprio, partim communi omnium hominum iure utuntur. nam quod quisque populus ipse sibi ius constituit, id ipsius proprium civitatis est vocaturque ius civile, quasi ius proprium ipsius civitatis: quod
vero naturalis ratio inter omnes homines constituit, id apud omnes peraeque custoditur
vocaturque ius gentium, quasi quo iure omnes gentes utuntur, Digesto 1, 1, 9, Gaius
Institutas.
56 Ex hoc iure gentium introducta bella, Digesto 1.1.5., Hermogenianus 1 iuris
epit.
57 Sum. Theol. Ia, IIae, 90, 4.
58 Vase Grossi, P., El orden jurdico medieval, Madrid, Marcial Pons Ediciones Jurdicas y Sociales, 1996, pp. 197-213.
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lismo y el clericalismo. En concreto, este gran debate se dar desde el Dictatus Papae de 1075 publicado por Gregorio VII, hasta las Bulas de 1493
promulgadas por Alejandro VI y consistir en averiguar en quin radica la
soberana..59 La decadencia del ordo medievalis (el Corpus mistici Christi)
comenz con la bsqueda y encuentro del soberano civil. El poder pontificio se replanteara, las monarquas tambin, y el terreno comenzaba a abonarse para el surgimiento del estado-nacin. El siglo XV ser clave para
tales transformaciones. El siglo XVI ser el escenario de la gran transformacin, en esta impresionante centuria se centrarn, entre tantos sucesos, la
reforma protestante, la maduracin del nacionalismo y la conformacin de
una conciencia universal en razn de los descubrimientos ultramarinos.60
Con esto, puede retomarse el ltimo planteamiento Qu entenda el burgals por gens?, est acaso ya una prefiguracin del moderno estado-nacin en su mente? En opinin de Gmez Robledo, en parte as es: De manera, pues, que el ius gentium que hereda Vitoria de esta rica tradicin, y
dentro de cuyos mrgenes se mueve l libremente, es un derecho de gentes
que rige lo mismo entre los hombres como entre las naciones ... Es un derecho que vale para las naciones, pero tambin para los hombres prout singui.61 Con lo anterior, doy el siguiente paso.
IV. FRANCISCO DE VITORIA, UN PRECURSOR
Cuando Ricardo Zorraqun se propuso analizar los errores y omisiones de Francisco de Vitoria, por mi mente pas la imagen de aqul primer
Wittgenstein, el mismo que se haba planteado terminar, de una vez por
todas con la filosofa. En palabras de Zorraqun:
En esta parte (los ttulos legtimos), que es sin duda la que ha dado mayor notoriedad a su obra, Vitoria mezcla constantemente los enunciados doctrinarios y las soluciones concretas aplicables al tema americano. De esta combinacin de principios tericos y de aplicaciones prcticas surgi la idea de un
nuevo sistema destinado a regir las relaciones entre los pases, idea que se ha
59 Vase Berman, H. J., La formacin de la tradicin jurdica de Occidente, Mxico,
Fondo de Cultura Econmica, 1996, p. 106.
60 Con la Reforma, los nuevos <estados-naciones> modernos toman su ltima y definitiva forma, Weckmann, L., El pensamiento poltico medieval y los orgenes del derecho
internacional, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1993, p. 243.
61 Gmez Robledo, A., op. cit., 1989, p. 15.
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66 Prepara tal prrafo con un curioso argumento: Aqu se advierte el abismo que existe, a veces, entre la teora y la realidad. Vitoria haba elaborado una interesante doctrina derivada del derecho natural y de las enseanzas cristianas. Pero podan aplicarse esos principios de convivencia a los sarracenos, a los chinos o a los habitantes de la Polinesia? Los
naturales de Amrica no estaban capacitados para entenderlos, pues, para decirlo suavemente, tenan una formacin mental distinta de la que brillaba entre los estudiantes de
Salamanca (Ibidem, p. 77) En esto Zorraqun coincide con Juan Gins de Seplveda, e
irnicamente, con el arcaico ius gentium, que permita esclavizar al vencido, ya que era
inferior. Algo ms, estara esto en contra del principio de inalienabilidad de los derechos
humanos, ya que se pudieran perder por causas culturales. Si la vigencia del derecho estuviera supeditada al nivel cultural del sbdito cmo se pudiera justificar una injerencia humanitaria por un estado desarrollado en favor de otro que no lo es?, cmo pudieran ser
protegidos los derechos de la vida humana intraute rina? De Vitoria habl como profesor, y s, en Salamanca, donde fue un maestro prestigiado. Como se cree que escribi Antonio Machado Cada caminante siga su camino. Estoy convencido que un magnfico manual como el que el propio Zorraqun escribi en dos tomos sobre la Historia del derecho
argentino, quizs no lo comprenda algn indgena guaran, pero ni eso desvalora al manual
ni la contribucin que como texto formador de juristas pueda repercutir eventualmente en el
beneficio de los indgenas del Paraguay.
67 Ibidem, p. 78.
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Concilio Vaticano II, no se diga en la abundante pastoral de los papas posteriores.68 Sin embargo, Zorraqun comenta:
Pero Vitoria, sacerdote catlico y sbdito espaol, no vacila en proponer
soluciones cosmopolitas y heterodoxas para una empresa que exiga una
perfecta unidad de conduccin poltica y religiosa, so pena de introducir
la anarqua y el desorden en su desarrollo. Dejar que ocurriera lo contrario,
es decir, que se admitieran otros cultos y nacionalidades diferentes hubiera
sido un ataque a la Iglesia, precisamente en tiempos de gravsimas luchas y
discordias que afectaban su unidad; y al mismo tiempo un insulto a la monarqua hispnica, empeada desde haca ms de cuatro dcadas en aumentar
sus dominios americanos para difundir, sin interferencias extraas, su religin y su cultura.69
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ria no slo fue heterodoxo sino adems un sbdito desleal. La Iglesia nunca
sospech de su doctrina, y si el emperador Carlos lleg a irritarse por las
enseanzas de Vitoria, bien hay que admitir, que el burgals fue adems un
intelectual en el sentido actual de la palabra: es decir, un libre crtico del
poder.71 Por ello, doy por terminado el dilogo con Zorraqun y me traslado
al terreno del ius gentium per se. Desde luego, dejo hablar a Gmez Robledo para poder cerrar con broche de oro este apartado: las grandes obras del
espritu, a las que pertenecen indiscutiblemente las relecciones vitorianas,
tienen siempre el privilegio singular de conservar sus valores ideales intrnsecos, aunque pierdan temporalmente el prestigio accidental que les
viene de ser en cierta poca la forma entitativa de la realidad histrica.72
V. EL IUS GENTIUM DE LA MODERNIDAD
Con Juan Belda Plans me permito regresar al propsito planteado en este pequeo estudio:
Vitoria es conocido entre nosotros ante todo como fundador del derecho
Internacional moderno. Sus doctrinas tico-jurdicas internacionalistas tuvieron ya en su poca una resonancia universal, y su estudio pormenorizado
en nuestro tiempo, por parte sobre todo de los juristas, le ha otorgado un renombre singular en dicho campo cientfico.73
Pero por qu? En principio, debo reconocer que Belda Plans no se equivoca, en el seno de un erudito trabajo sobre La Escuela de Salamanca de
casi mil pginas. Con gran capacidad de sntesis Antonio Dougnac explica,
a su vez, en dnde se sita el quid de la concepcin del ius inter gentes vitoriano:
El primer ttulo de Vitoria es el que ms fama le granje, y se refiere a la sociedad y comunicacin naturales entre los hombres. stos, en razn de que
los bienes son escasos y se hallan distribuidos por el mundo, tienen derecho
71 En 1545 tanto Carlos V como Felipe II invitaron a de Vitoria a participar como telogo en el Concilio de Trento por convocarse en poco tiempo por Paulo III.
72 Gmez Robledo, A., op. cit., 1989, p. 38.
73 Belda Plans, J., La Escuela de Salamanca y la renovacin de la teologa en el siglo
XVI, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2000, p. 379.
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el derecho de gentes no se deduce del derecho natural como una consecuencia necesaria, ni tampoco es absolutamente necesario para conservarlo
y salvaguardarlo, sino meramente til y conveniente y hasta casi necesario,
porque difcilmente puede conservarse intacto el derecho natural sin el derecho de gentes.77
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Estado. Explica Weckmann que: La primera definicin clara de la existencia de un Estado nacional suprarreligioso (o extrarreligioso) formado en
torno del rey, viene a ser dada en 1576 por Bodino en sus Six livres de la
Re pu blique. En es te tra ta do bo di nia no, el in te rs su premo po l ti co es
la existencia del Estado.86
En este sentido, es interesante el siguiente pasaje de la Relectio prior de
Indis recenter inventis de 1538: Ms an, si algn espaol engendra all
hijos y stos quisieran ser ciudadanos de aquel territorio, no parece que los
indios les pudieran prohibir la permanencia en la ciudad y los beneficios
que corresponden a los ciudadanos. Hablo de los padres que tienen all domicilio.87
Al respecto, Snchez-Arcilla considera que Vitoria se plantea cul
sera la nacionalidad de los hijos de los espaoles nacidos en las Indias y
que residen en ellas de modo permanente.88 Como se puede ver, de Vitoria
se desenvuelve en la problemtica del estado-nacin es, en toda forma, un
precursor de tal concepcin. Carlos Massini recuerda, con precisin, que
de Vitoria influy a Alberico Gentilli (1552-1608) a su vez, referencia crucial en Grocio.89 Hay una consideracin que no se puede pasar por alto. De
Vitoria fue precursor del concepto moderno de Estado, pero tambin visualiz a la comunidad internacional fundada en ese ius inter gentes que haba
implicado un giro copernicano al primigenio ius gentium romano:
Mrito de la Escuela espaola del derecho de gentes, dirigida por Vitoria,
fue el superar los planteamientos ideolgicos heredados del medievo y
formular, siguiendo la separacin realizada por Santo Toms entre el orden
natural y el sobrenatural, una teora iusnaturalista de la sociedad civil y del
Estado que otorgaba una independencia e igualdad de derechos a los diferentes pueblos que integraban la respublica totius orbis.90
Weckmann, L., op. cit., p. 241.
Vitoria, F. de, Doctrina de los indios, edicin facsimilar, traduccin y notas de Ramn Hernndez Martn O. P., Salamanca, Editorial San Esteban, 1989, p. 97. Esta edicin
de la clebre Relectio reproduce un apartado de un cdice situado a la Biblioteca Capitular de Palencia. Se trata del manuscrito de Palencia cuyos autores fueron Andrs de Burgos, Hernando Ortiz y Juan de Heredia, quienes apuntaron fielmente las palabras del Burgals as como de Domingo de Soto, entre 1538 y 1542.
88 Snchez-Arcilla Bernal, J., op. cit., p. 92.
89 Massini, C. I., La desintegracin del pensar jurdico en la edad moderna, Buenos
Aires, Abeledo-Perrot, 1980, p. 104.
90 Cerezo de Diego, P., Alonso de Veracruz y el derecho de gentes, Mxico, Porra,
1985, p. 360.
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