Agustin Gonzalez Acilu - Composicion y Fonetica
Agustin Gonzalez Acilu - Composicion y Fonetica
Agustin Gonzalez Acilu - Composicion y Fonetica
Ibarretxe, Gotzon
Univ. Pblica de Navarra
Dpto. Psicologa y Pedagoga
Campus Arrosada
31006 Pamplona
BIBLID [1138-8552 (1998), 10; 23-41]
Dentro de la composicin contempornea vasca, A. Gonzlez Acilu representa una figura singular, no slo por
sus particulares tratamientos de la musica vocal y su incidencia en la denominada composicin fontica, sino tambin
por su original propuesta acerca de lo que pueda ser la esencia de la msica vasca. En este artculo se plantea un
repaso de la produccin musical ms significativa de Acilu, en relacin a las interpretaciones antropolgicas y
estticas que le llevan, precisamente, a configurar esa peculiar manera de entender lo vasco en msica.
Palabras Clave: Etnomusicologa. Msica contempornea. Gonzlez Acilu. Etnologa. Lingstica.
A. Gonzlez Acilu nortasun berezia da gaurko euskal konposizioaren baitan; bakantasun hori ez da amaitzen
bere aho musikaren tratamendu berezietan, ez eta horiek konposizio fonetiko deiturikoan duten eraginean, zeren eta
berezitasun hori euskal musikaren esentzia delakoari buruz egin duen proposamenera ere hedatzen baita. Artikulu
honetan, Aciluren produkzio musikal esaguratsuena berrikusten da, musikan euskal era ulertzeko modu bakan
horretara eraman duten interpretazio antropologiko eta estetikoei dagokienez.
Giltz-Hitzak: Etnomusikologia. Gaurko musika. Gonzlez Acilu. Etnologia. Hizkuntzalaritza.
Dans la composition contemporaine basque, A. Gonzlez Acilu reprsente une figure singulire, non seulement
par la faon particulire dont il traite la musique vocale et son incidence sur la dite composition phontique, mais
galement par sa proposition originale sur ce qui pourrait tre lessence de la musique basque. On propose, dans cet
article, une rvision de la production musicale la plus significative dAcilu, en relation avec les interprtations
anthropologiques et esthtiques qui lamnent, prcisment, configurer cette manire caractristique de comprendre
le basque en musique.
Mots Cls: Ethnomusicologie. Musique contemporaine. Gonzlez. Acilu. Ethnologie. Linguistique.
1 Este artculo es parte del trabajo de investigacin que lleva por ttulo Identidad y creacin musical vasca en
torno a la Generacin del 51: A. Larrauri, A. Gonzlez Acilu, C. Bernaola y L. de Pablo, y que se realiz gracias a la
Beca de Musicologa (ao 1996) concedida por la BBK (Bilbao Bizkaia Kutxa).
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INTRODUCCION
Es sabido que los identitarios musicales vascos se han ido construyendo mayormente
desde la ptica de un nacionalismo musical que, a lo largo de dcadas, ha ido fijando las
peculiaridades formales de la msica vasca a partir de algunos elementos de la tradicin autctona. Adems, los compositores representativos del nacionalismo musical vasco (J. Guridi, P. Donostia, T. Garbizu, etc.) han usado, y tambin abusado, de ese imaginario musical;
hasta el punto de que sus modos compositivos y, tambin, sus obras musicales ms vinculadas a esa tradicin, han gozado y gozan de un pblico, en muchos casos, desinteresado por
otras propuestas ms innovadoras.
Sin embargo, frente a esa especie de autarqua compositiva, la creacin musical vasca
de los aos cincuenta en adelante se ha aventurado en la experimentacin de nuevos planteamientos compositivos, estticos e ideolgicos, que han supuesto una ampliacin de las propuestas del nacionalismo musical vasco ms ortodoxo. De este modo, en torno a la denominada Generacin del 51 -integrada por un grupo de compositores espaoles que nacen a
comienzos de los aos treinta e irrumpen con sus innovaciones a finales de los cincuenta-2,
parte de la msica contempornea vasca ha intentado salir del estancamiento, gracias a los
compositores vascos que se incorporan a sus filas y comienzan a asimilar con rapidez todas
las nuevas tendencias compositivas surgidas algunos aos antes, o tendencias en boga en
esos momentos: el dodecafonismo, el serialismo integral, las formas abiertas y aleatorias, el
grafismo, la msica electroacstica, etc.
Los compositores vascos que inician el movimiento son Luis de Pablo y Carmelo Bernaola; a los que luego se unen Antn Larrauri y Agustn Gonzlez Acilu3. Con ellos, se neutralizan bastante o desaparecen casi por completo las connotaciones etnicistas del nacionalismo
musical vasco, insostenibles ante la multitud de paradojas que presenta la cambiante y plural
realidad musical vasca. Ahora bien, no hay que olvidar que tambin ellos se sirven de melodas, ritmos y otros elementos folklorsticos procedentes de la tradicin musical; por lo que se
generan renovados vnculos con esa tradicin. Y son precisamente stos los que -desde un
enfoque etnomusicolgico- voy a tratar de mostrar a travs de la obra musical y el pensamiento de Agustn Gonzlez Acilu (n. 1929).
Si buena parte de los movimientos artsticos de vanguardia vascos intentan reinterpretar la tradicin cultural vasca a travs de nuevas perspectivas configuradas por el arte
contemporneo, tambin Acilu crea su particular modo de interpretar la msica vasca, a
la luz de conceptos elaborados por la msica contempornea. Incluso hay toda una serie
de vasos comunicantes entre las distintas reas artsticas y, como veremos, las influencias mutuas se dejan notar entre la msica, la literatura y las artes plsticas. En este sentido, es lamentable que hasta el momento no existan estudios que hayan abordado el tema
2 Sin duda, plantear la existencia de una generacin diferenciada conlleva toda una serie de problemas en
cuanto a los procesos desiguales de integracin de cada miembro. Adems, en el caso de definir las caractersticas
estticas y estilsticas de su msica el problema se complica, por la confusin y la cantidad de trminos que se emplean como sinnimos de msica de vanguardia: experimental, contempornea, actual o moderna.
3 Las primeras veces que T. Marco se refiere a la Generacin del 51, deja fuera a A. Gonzlez Acilu (Marco,
1970:103-104). Sin embargo, luego, lo incluye, junto a A. Larrauri y otros, en la lista de asimilados; es decir, como
grupo que, aun perteneciendo por edad, se incorpora algo ms tarde a la ruptura vanguardista (Marco, 1989:237243).
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4 A pesar de todo, hay trabajos que se preocupan por ese tipo de relaciones, y uno de ellos es la excelente Tesis Doctoral de M. Cureses (1993) -de la cual daremos buena cuenta en este artculo- acerca de A. Gonzlez Acilu.
5 Se puede encontrar una lista ms detallada de autores y obras que trabajan los materiales fonticos del lenguaje en el artculo Las composiciones fonticas de Agustn Gonzlez Acilu en el contexto de la msica espaola
contempornea de J. M. Garca Laborda (1994).
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ca, eligiendo un texto francs en prosa de Teilhard de Chardin6. Junto con Antonio Quilis, entonces investigador del C.S.I.C., analiz el texto en su dimensin fontica, adaptando y aplicando a una grafa especfica de la voz las caractersticas de estructura tonal de cada frase,
entonacin de cada grupo fnico (escalas de intensidades de sus ncleos fonolgicos-slabas), tonemas (cadencias, anticadencias, semicadencias, semianticadencias), etc.
Con los resultados obtenidos, su inters por el estudio fontico fue in crescendo y despus de Dilatacin fontica Acilu escribi Aschermittwoch (1968)7, para voz y conjunto instrumental, sobre textos del poeta alemn Hans Magnus Enzensberger. En este caso, al contrario
de la prosa abstracta y descargada de emotividad subjetiva de Teilhard de Chardin, el poema de Aschermittwoch contena un fuerte dramatismo referido a la lucha del hombre ante la
adversidad cotidiana. Como l mismo afirma, en Dilatacin fontica cre llegar a un grado de
iconicidad mediante la sonoridad del propio texto y su significado. En sta que ahora nos
ocupa, trat de llegar a una dialctica, mediante oposicin entre la carga expresiva del texto,
por un lado, y por otro, la energa derivada del grupo instrumental (Gonzlez Acilu,
1982:210).
Hymne an Lesbierinnen (1972) -escrita para voz y dedicada a Lily Greenham- es otra
composicin fontica de Acilu que lleva tambin un texto aleman del poeta viens Gerhard
Rhm, experimentador del neo-dadasmo lingstico. El poema de Gerhard Rhrm se caracteriza por una carencia casi total de contenido semntico, y el uso predominante de fricativas
hace referencia a la nica entidad semntica del texto que es el ttulo del poema.
Por otro lado, en la obra Simbiosis (1969) -escrita para tres voces de hombre y conjunto
instrumental, y dedicada al arquitecto Moneo-, Acilu se basa en textos de Ricardo Bells y,
como sugiere el ttulo, trata de integrar elementos tan diversos como un grupo instrumental,
la semntica textual a travs de las voces, y los efectos visuales (puntos luminosos) y sonoros de objetos sonoro-tctiles. Tanto es as que la obra se haba inspirado en una exposicin
de objetos sonoro-tctiles del escultor Lugn sita en la Galera Seiquer de Madrid.
Pues bien, todas estas experiencias adquiridas por Acilu en Dilatacin fontica, Aschermittwoch y Simbiosis tendrn una continuacin directa en el estudio de las tonologas del
euskera y del castellano llevado a cabo en el Oratorio panlingstico. Lo que da muestra de
la constante intencin evolutiva de Acilu y la organicidad de su obra. Pero, adems, con la
ayuda de estas referencias previas y el anlisis de esta obra nos iremos aproximando a esa
manera peculiar suya de entender la msica vasca, que constituye, sin duda, una de las ideas ms originales del autor y, en ltima instancia, lo que ms nos interesa saber a efectos etnomusicolgicos.
6 La obra est dedicada a la memoria de Pierre Teilhard de Chardin y fue estrenada en el Instituto de Previsin
(Madrid) el 24 de mayo de 1968 por Jos Luis Ochoa de Olza y el Grupo Alea, dirigidos por Enrique Garca Asensio.
7 Dedicada a Fernando Remacha, la obra fue compuesta entre los meses de marzo y abril de 1968 por encargo
del Instituo Alemn de Madrid, en cuya sede fue estrenada el 16 de mayo del mismo ao, por la mezzosoprano Anna
Ricci y el Grupo Koan, bajo la batuta de Arturo Tamayo. Adems, la obra obtuvo un accsit a la mejor obra estrenada
en Espaa en la temporada 67/68. Tambin represent a RNE en la Tribuna de compositores de la UNESCO en Pars
en 1971.
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8 Desgraciadamente, la obra no ha sido estrenada todava, a pesar de que fuera merecedora del Premio Nacional de Msica en 1971.
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gero /ll/ ori Y edo /j/ biurtu zan: muyer edo mujer, orain Castilla-n Batalla ordez Bataya, ta Argentina-n berriz bataja esan oi duden bezalaxe. Gero aldakuntza arrigarri bat gertatu zan:
miipuntaz ebakitzen diran Y edo /j/ ordez eztarriaz jota ebakitzera: mujer ordez muxer...9. El
autor del texto va explicando los sonidos del castellano que no existen en ninguna otra lengua latina, la consonante g o j con sus variantes y la transformacin sufrida por la equis (x)
en el euskera.
La leccin de castellano para vasco-parlantes comienza de este modo: En el vascuence actual existen varias consonantes que no tiene el castellano actual, sea por no haberlas
tenido nunca, sea por haberlas perdido. Dejando a un lado la J de los dialectos suletino y
vizcano, que los otros dialectos no tienen y que el castellano ha perdido, tenemos los sonidos que se representan por Z, S, X, TZ, TS y TT, que no parece haber tenido nunca. La Z en
vascuence representa un sonido que se parece ms a la S que pronuncian muchos castellanos. Tambin se estudian mediante ejemplos sonidos como la X vasca, la conjuncin de
consonantes pares (TZ), la transformacin etimolgica de algunas palabras por una mala
pronunciacin de consonantes, etc.
En definitiva, el tratamiento de esta primera seccin consiste en utilizar el texto como
material sonoro, simultaneando ambas lenguas por medio de la ejecucin de los dos coros.
Se llega a la plenitud sonora por segregacin de los sonidos: I para el coro de lengua castellana, y U para el del euskera (I, U son los ms extremos acsticamente). Se usa tambin la
fonacin y la no fonacin en ambos coros. Luego, el solista (bilinge) va explicando las dos
lecciones, y extrae el hecho fsico de las palabras, utilizando recursos sonoro-vocales que el
quinteto de voces solistas desarrolla a capella. Otras veces los solistas recogen el material
sonoro extrado por el solista principal y hacen de puente entre ste y los coros. As, en un
planteamiento continuo de contrastes sonoros diferentes.
Segunda Seccin: Oposicin de fonemas entre ambas lenguas
Esta seccin se divide en doce grupos dobles, que corresponden a doce estrofas en
cada una de las lenguas. Cada grupo est polarizado, en parte, por un sonido, y as se
forma la estructura general de la seccin. Las estrofas se tratan de antiguas canciones,
dichos, acertijos, onomatopeyas, etc., en ambos idiomas. sta es la disposicin de los
doce grupos:
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Para la seleccin de los grupos priman los criterios fonticos antes que los semnticos,
y cada grupo responde a criterios diferentes como superposicin de slabas, acentos, paralelismo de slabas y acentos, oposicin de grupos fonolgicos, imposicin de las palabras a
cuatro alturas fijas, carcter instrumental al texto para descomponerse en palabras articuladas, etc.
Tercera Seccin: Etimologas de cada uno de los dos idiomas
En esta seccin se relacionan etimologas de palabras de cada una de las dos lenguas,
como itsaso y chapotear, y se investiga en la sonoridad de las onomatopeyas, las cuales
tienen mucha importancia de cara a las obras siguientes y respecto a la bsqueda de la iconicidad. El texto en euskera es el siguiente: Itsaso itzak bi zati dituala dirudi: ITS edo ITZ, eta
ASO. ITZ urarekin zer-ikusi duden izen batzutan agertzen zaigu: izoki, izurde, izotz, iztu, iztoki... ASO atzizkia berriz guraso, arbaso, aitaso, amaso, aitakilaso, aitatokibilaso, semeso, alabaso, ilobaso. Zer adirazten duan eztago argi: baliteke aitaso aita aundi izatea, prantzesez,
alemanez ta inglesez bezela (...).
Al igual que en el estudio etimolgico que parte de la palabra itsaso (mar), y de sus
dos partes its o itz y aso, para investigar la sonoridad de sus derivados de raz comn,
tambin explota las sonoridades que se derivan de las palabras emparentadas con la onomatopeya chap tomada de la palabra chapotear. Tambin aqu aplica la superposicin,
yuxtaposicin y otras caractersticas de las sonoridades de ambas lenguas.
En definitiva, los criterios fonticos ms que los semnticos encaminan la obra vocal de
Acilu y tienen que ver con el concepto de iconicidad, y tambin de simbolismo literal, tal y
como l seguir desarrollando en obras vocales posteriores. De ah la importancia del empleo de onomatopeyas. As tambin, la Cantata Semiofnica, compuesta entre 1972 y 1975,
es un paso adelante, ya que persigue partir de la semiologa y, en concreto, de la yuxtaposicin de signos icnicos y signos lingsticos (en el sentido saussureano de imagen acstica y concepto) para estructurar la obra. Como dice el propio Acilu, la Cantata Semiofnica
es el resultado de mi aspiracin a alcanzar el mayor grado de iconicidad (iconicidad como
sinnimo de fusin orgnica de los elementos de la obra) a travs de signos lingsticos y semiolgicos. De ah la necesidad de emplear (...) un coro de sordos, ya que por este medio
existe la posibilidad de extraer toda la expresin sonora, visual y semiolgica (de ah la parte
del adjetivo que comporta el ttulo de la obra) que entraa cada una de las palabras, expresando ideas que afectan a lo ms profundo y primario del hombre: estados de nimo, actitudes, sensaciones (Gonzlez Acilu, 1982:231).
Tambin aqu, Acilu consulta a especialistas en etnologa y lingstica como Barandiarn, J. Caro Baroja, Satrustegi y Mitxelena, y el texto se configura mediante conceptos
bsicos como estados de nimo, actitudes y sensaciones que presentan a modo de onomatopeyas la comunicacin humana primaria: onomatopeyas simblicas que se muestran como gesticulacin muda y que configuran el cdigo de comunicacin de los sordos.
Adems, Acilu contacta con las teoras un tanto desfasadas de J. Schobinger sobre el origen del hombre, aunque se familiariza con ese concepto tan operativo de smbolo, que
en este caso le sirve para explicar el cdigo de los sordos que, segn l, presenta los aspectos primarios de la fase prelingstica o etapa de lalacin del hombre (Gonzlez Acilu, 1982:231).
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10 Artze haba sido intprete de txalaparta en el grupo musical Ez Dok Amairu que surgi en 1966, formado por
poetas y cantautores que tenan como objetivo recuperar la identidad cultural vasca a travs de la creacin de canciones nuevas y con contenido social en euskera, y tambin rescatando del olvido las canciones del cancionero tradicional (Aristi, 1985:35). El grupo se dio a conocer, sobre todo, en 1969 con el espectculo escnico Baga, Biga, Higa donde se integraban cantos, poemas, txalaparta, danzas, etc. Artze particip tambin como txalapartari en otro
espectculo audiovisual, Ikimilikiliklik, montado junto con su hermano y el cantautor Mikel Laboa en 1974 (ibid.:115).
Pero, adems, la txalaparta de los hermanos Artze tuvo un papel protagonista en la obra de Luis de Pablo Zurezko
Olerkia.
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Sin duda, como dice Cureses, a travs de estos fragmentos no se quiere hacer una mera exaltacin de los elementos de la naturaleza, tal y como se ha pretendido a veces desde
una interpretacin ecolgica. Lo que realmente muestra el texto de Amuriza es gran parte del
corpus de creencias mitolgicas vinculadas a la tradicin cultural vasca, que han llegado a
nuestro conocimiento a travs de los estudios antropolgicos y, por derivacin, a travs de
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los textos literarios y poticos. Sin embargo, tampoco se trata -como supone Cureses- slo
de la concepcin mitolgica que durante siglos ha permanecido unida a la cultura vasca
(1995:188), sino que corresponde, sobre todo, a la interpretacin que Barandiarn y sus seguidores han hecho de esos retales de la tradicin vasca que haban ido recogiendo. Luego,
por supuesto, est la manera en que esas interpretaciones han sido recreadas por la literatura vasca. En todo caso, muchos de esos presupuestos ya han sido contestados por algunos
antroplogos actuales, por lo que sus reflexiones merecen tenerse en cuenta. Y es esto lo
que vamos a hacer a continuacin.
Es cierto que el texto de Amuriza mantiene estrechos vnculos con la mitologa vasca
contenida entre los materiales etnogrficos de Barandiarn. Adems, el mismo Acilu da como buena la propuesta potica de Amuriza, y parte de ella para crear su obra musical. Sin
embargo, en referencia a los conceptos contenidos en ese texto, Cureses cita sin ms los ensayos de Barandiarn, con lo que acepta implcitamente la lectura que en su da hiciera el etnlogo vasco de los relatos que le contaba el informante baserritarra o campesino de la tradicin vasca: una lectura que haba extrado significados literales de unas historias y unos conceptos que slo tenan sentido dentro del contexto cultural al que pertenecan. As, por ejemplo, para interpretar la alusin potica de Amuriza a la Tierra (lur), como tesoro de dioses y
fuente de vida, no basta con decir que existe un genio de Lur que guarda dicho tesoro y
que al genio de la Tierra se dirigan, sin duda, las preces de muchos devotos que antiguamente depositaban sus ofrendas (monedas, principalmente) en las cavernas con objeto de
lograr de aqul algunos favores (Barandiarn, 1984:121; citado tambin en Cureses,
1995:188).
Se entiende bien poco el sentido de esas imgenes-signo o metforas como tierra
(lur), agua (ur), noche (gau), luz (argi), etc. que aparecen en el texto de Amuriza,
cuando se las asocia sin ms a misteriosas creencias mgicas y recuerdos de seres mticos.
Es por esto que las revisiones de algunos antroplogos del momento han convenido en situar
a esos elementos naturales, as como los diversos nmenes antropomrficos y zoomrficos
de la mitologa vasca, dentro del espacio cualitativo de la tradicin cultural vasca:
El animal de Mari y de otros genios de las cavernas o bosques de la cultura campesina tradicional vasca parecen ser, pues, la contrapartida espacial al adentro en el que se sita l
mismo: ms que unos restos de divinidades entroncadoras por no se sabe qu arte de magia con el paleoltico cavernario o el tribalismo matriarcal, parecen ser ese afuera que garantiza, hace duradero e identifica al adentro domstico (Azurmendi, 1988:117).
Por otro lado, en la parte final del poema, esos elementos de la naturaleza se entraman
con un elemento relevante dentro de la cultura vasca: el euskera. Sus races bsicas -ur,
iz, ik, etc.- se muestran resaltadas en la elaboracin del texto:
Oi Lur, hain hur
Zure gainean eta barnean
nahi dut ari eta izan
ez bait nezake jasan
Euskarak paira dezan
bizien hil usainik
ez izarren lotsarik.
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Segn Cureses, el nfasis puesto en explotar de nuevo un material lingstico que ya haba estudiado y desarrollado en Izena ur Izana va ms all de intenciones ecolgicas y de
preservacin de la lengua, que tambin las hay. Responde al deseo de Acilu de conectar
con el pensamiento de Oteiza y, en concreto, con su concepto de vaco. De manera que, segn ella, el texto cumple una doble funcin: La primera conecta con lo que podramos llamar lo vasco (lengua, naturaleza, mitologa, creencias, etc.) y de ah el entroncamiento con
el pensamiento de Barandiarn, Caro Baroja y Mgika que presentbamos al comienzo del
anlisis; la segunda, sin negar nada de la anterior, entroncara con el concepto de vaco representado precisamente en unas races que, conteniendo su esencia ms pura, no significan absolutamente nada (Cureses, 1995:191). As pues, para Cureses, la desocupacin espacial operada en las obras plsticas de Oteiza es idntica a otra desocupacin, la del significado, que propugnan los formalistas; en este sentido la atencin se centra en la forma exterior, o trama sensible del smbolo lingstico -o lo que es lo mismo en este caso, en las races bsicas- ms que en su valor comunicativo, en el signo ms que en el objeto (ibid.:192)
Indudablemente, uno de los hitos que indic el camino a seguir por los artistas vascos
fue el proyecto esttico, antropolgico y poltico de Oteiza, y tampoco Acilu qued al margen
de su influjo. Adems, las interpretaciones etnicistas de Oteiza sobre los rasgos diferenciales
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constantes e inmutables de los vascos, as como del papel de la prehistoria descrita por Barandiarn en la actualidad vasca, tuvieron un apartado fundamental que consisti en organizar las
bases de una autntica recuperacin poltica y cultural en torno al principal testimonio de aquellas pocas remotas: el euskera11. Por ello, tambin, hay una conexin evidente entre el pensamiento oteiciano y el modo de concebir la creacin musical vasca por parte de Acilu. Sin embargo, hay que ser prudente a la hora de establecer puntos de coincidencia entre los dos autores, y
sobre todo en puntos tan escabrosos como el concepto de vaco en Oteiza. Por ello, hay que
matizar y explicar mejor el paralelismo que se establece entre el concepto de vaco y la desocupacin del significado en Acilu, ya que de otro modo puede resultar un tanto errneo.
Hay una Ley de los Cambios que, segn Oteiza, consta de dos fases y explica la evolucin experimentada por el arte hasta llegar al momento actual:
En una primera fase, el arte es un arte de comunicaciones, de informacin. La expresin va creciendo, enriqueciendo sus motivos y la intensidad con que los cuenta. La tcnica es de ocupacin del espacio, tcnica acumulativa, multiplicante, no importa que
sea formalista o informalista (...) Sucede que la ley de los cambios no est entera si no
consideramos una segunda y ltima fase, que oponindose a la primera la completa (...)
se oponen estos 3 postulados, como conclusiones: 1) El arte que era expresin, no es
expresin, 2) el arte que consideraba una nada como punto de partida, considera una
nada como punto de llegada y 3) La realidad del arte que era identificarse con la de la
naturaleza, es incomunicacin con la realidad. Esto es: si el arte era una fsica de la comunicacin en la primera fase, se convierte ahora en una metafsica, por una tcnica de
desocupacin del espacio -formalista o informal-, en una esttica negativa, como proteccin espiritual de la sensibilidad (Oteiza, 1993: n 74)
Esta operacin de vaciar o desocupar el espacio le llev a Oteiza a un sinfn de ensayos, pero todo el propsito experimental de su obra y su interpretacin esttica del alma vasca no encontr un sentido definitivo hasta que no descubri el cromlech microltico de las
montaas vascas, al cual otorg calidad de espacio sagrado o escultura vaca donde el
hombre prehistrico haba encontrado su curacin y su salvacin esttica: El cromlech agota el proceso esttico del vasco y su universo simblico (lengua, arte, religin) se completan
y esto puede significar tambin que en ese momento se detiene (Oteiza, 1993: n 50).
Sin embargo, el vaco-cromlech es del tipo huts (vaco) y con l Oteiza llega a su conclusin experimental, tal como lo hace en sus Cajas Metafsicas (1959). Este vaco-cero es de
un orden de abstraccin cualitativamente superior al del vaco que se genera, por ejemplo,
en su Friso de los apstoles (1953-69) de la Baslica de Arnzazu. En este segundo caso, el
hueco interior es abierto, del tipo aska (abrevadero, cuna, surco o receptculo en la cultura
tradicional vasca), y permanece enfrentado con el exterior y en contacto con todas sus relaciones plsticas de textura, composicin, etc. Por el contrario, en el primer caso, el huts, se
11 No obstante, como seala C. Martnez Gorriarn, la teora oteiziana sobre la cultura vasca, es, pese a su
apariencia, mucho ms histrica y menos etnicista que la tradicional (...) La revalorizacin de lo histrico y lingstico
implica simultneamente una prdida de valor de lo tnico, en el sentido que le daba la intelligentsia nacionalista conservadora (...) la idea de la recuperacin cultural implicar reivindicar y realizar un destino histrico propio. Orientacin que, por lo dems, no es en absoluto autctona, sino tpica de las tendencias de izquierda del pensamiento moderno cosmopolita (1989:86).
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gia de recuperacin cultural. Pero su hiptesis de trabajo no tiene nada que ver con la tesis
del cromlech, al modo del sistema esttico-existencial oteiciano, y menos an con el proyecto cultural etnicista del nacionalismo (musical) vasco.
Cabra decir, entonces, que el desarrollo de las investigaciones lingsticas -con base
antropolgica- le lleva a Acilu a ahondar en una supuesta esencia de la msica vasca que se
aleja, completamente, de los postulados clsicos en torno a la especificidad del folklore musical. Y aunque haya una remisin constante a las interpretaciones antropolgicas y estticas
de autores como Barandiarn, Oteiza y otros -en cuanto al modo de concebir la ancestralidad de la lengua y cultura vascas-, Acilu no mantiene o, mejor, transforma el discurso etnicista. De tal forma que la cuestin de la identidad no se ve con sentidos de oposicin y competencia, sino ms bien de contribucin y enriquecimiento. As, el euskera, como esencia y material de experimentacin, no comporta en ningn momento sentidos de exclusividad, sino
sobre todo de encuentro intercultural. Su obra Oratorio panlingstico es un buen ejemplo de
esa identidad entendida como hibridacin lingstica.
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