(LIVRO) MEJÍA. La(s) Escuela(s) de La(s) Globalización (Es) II PDF
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VRTICES COLOMBIANOS
La( s) escuela( s) de
la( s) globalizacin( es) II
Entre el uso tcnico instrumental
y las educomunicaciones
Marco Ral Meja J.
Edicione
esdeab
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Indice
Presentacin ..................................................................................... 11
1. La opacidad de la educacin, la escuela
y la democracia ............... ... ... ......... ................. ......... .. ........... ..... ... 15
1.1. Mis escenarios ... ....... .................................... ................ ...... ... .... 18
1.1.1. Primer movimiento: lo global, la globalizacin
afecta la idea liberal de democracia y ciudadana ...... .... .... ............ 24
1.1.2. Segundo movimiento: los medias masivos
transforman la idea de lo pblico .................................................... 35
1.1.3. Tercer movimiento: la ciudadana se hace opaca
y fragmentada .................................................................................. 38
1.1.4. Cuarto movimiento: la escuela,
entre la socializacin y la nueva esfera privada ............................ .41
1.1.5. Quinto movimiento: la innovacin, una forma de conflicto ... .42
1.1.6. Sexto movimiento: la democracia, la polisemia
de la bsqueda ... ........... ........... ............. ...... ... ........ .................. ....... .. 45
1.1. 7. Sptimo movimiento: el conflicto,
I. La opacidad de la educacin,
la escuela y la democracia
"Estamos obligados a reconocer, al menos como hiptesis, que el
capitalismo de hoy es otro, que tiene rasgos y caractersticas bien
distintos, que no permiten comparado con el que conocimos antes
y frente al cual se construyeron distintas respuestas. Por ello,
para movernos en este nuevo capitalismo no nos sirven los instrumentos de todo orden que ayer se tenan. Es imperativo responder
con otros elementos de navegacin, sin temor a desconocer los que
antes tenamos, los cuales seguramente tuvieron pertinencia en
su momento, pero que ya no son apropiados para un mar absolutamente distinto."
Vctor Manuel Moncayo Cruz 1
" ... en los tiempos de alteracin de los princpios del trazado del
mapa cultural, nos lleva a intentar una modesta topografia, ms
que un ambicioso mapa. Los mapas siempre nos dan la idea de un
trazado ms permanente y con aspiracin totalitaria. En cambio,
una topografia anhela ubicar referencias para recorrer un territorio
ms reducido, ms relativo. Pero, adems una topografia no slo
delinea un territorio y sus zonas, interstcios, accidentes, honduras
y elevaciones, pequenas senas para atravesar un territorio, sino que
la topografia es el conjunto de las zonas, interstcios, accidentes, honduras y elevaciones, es decir: alude al mismo territorio, como sena de
identidad, como un lugar habitado y hablado por la otra topografia:
la que delinea en un plano. En ese sentido, la topografia alude a los
modos de atravesar un territorio."
Jorge Huergo, Beln Fernndez2
Mej ia, M. R. y Restrepo, G. ( l 998). la educacin para la democracia en Colombia: Apuntes para 11n estado dei arte. Bogot: Instituto para la Democracia Luis Carlos Galn.
Mejfa, M. R. (2006). Educacin(es) en la(s) Globalizacin(es). Entre el pensamiento nico
y la nueva crtica. Bogot: Ediciones desde abajo.
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Oomen, T. K. ( 1997). Citizenship, nationality and ethnicity. Reconciling competing identities. Cambridge Politic. Press.
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La inglesa. Centrada sobre el civismo del individuo, privilegia la separacin entre nacionalidad y ciudadana,
distinguiendo al nacional del ciudadano.
La alemana-rusa. Enfocada en la pluralidad tnica, hace
una fusin entre nacin y ciudadana. All se asume la
virtud de las naciones como la realizacin plena de la
ciudadana.
La francesa. Fundamentada en el colectivismo cvico, en
donde se da una integracin entre lo nacional y la ciudadana, pero se universaliza la nacionalidad y se hace
asequible para los no nacionales.
Si miramos en esta perspectiva, el nacional-socialismo alemn
subordin la racionalidad moderna, a la exclusividad del espritu
de unos pueblos, en donde slo aquello que es nacional puro (de
ese grupo territorial y tnico) es ciudadano.
Cuando estas formas de ciudadana y entendimiento de lo nacional
se regaron por el mundo a partir de la colonizacin europea como
parte del proyecto de colonialidad 11, el predominio de ellas sobre
algunos grupos colonizados termin siendo una renovacin de las
viejas formas de dominacin, pero ahora ms all de lo poltico y
lo econmico, en el imaginaria liberal, que nos hace universales
por la institucionalid'a d europea, con la modernizada idea de ciudadana. Esto es visible en nuestras realidades, sobre todo en la
manera como se produce a nivel tnico una descomposicin de los
pueblos ancestrales, en donde el predominio de derechos individuales violent las formas de derecho colectivo existentes en ellos,
y ha generado las luchas de nuestros pueblos originarias por una
nacionalidad diferente a la establecida por el modelo eurocntrico
en la constitucin de nuestros pases.
Los colonialistas estaban construyendo un universo pblico moderno y, con ello, ms all de golpear a los pueblos, produjeron
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a la manera europea, pasa por un esfuerzo modernizador hegemnico y hace una especie de simbiosis, construyendo ciudadana y
modernizacin desde el poder, generando dinmicas que dan su
propia contradiccin. Las ms reconocidas nos muestran cmo
aqu ese esfuerzo se da a travs de tres procesos:
Manteniendo los referentes de clase y las divisiones sociales profundizadas, una lite que intenta construir una
identidad ciudadana desde el aparato poltico conservando
la sumisin y las formas polticas controladas a travs del
clientelismo y las maneras atrasadas de establecer las
relaciones sociales que les garantiza el poder.
Se construye ciudadana a partir de hechos de fuerza. La
irracionalidad de las dictaduras militares es presentada como
una necesidad para evitar la desviacin de los caminos de las
naciones de nuestro continente hacia caminos no democrticos, para no perder la senda de las naciones modernas que
nos muestran el trayecto del progreso y la modernidad.
La homogeneizacin y exclusin de los grupos originarios
que llevaron a subordinar a las sociedades realmente nacionales a travs de diferentes formas de etnocidio, en donde
stos desaparecen para dar paso a una nueva forma de ciudadana, construida a partir de formas nacionales nicas.
Por ello, todos los conflictos de la etnicidad terminan siendo reveladores de cmo una idea dominante de ciudadana y de valores
occidentales se apropiaron de los estados nacin en Asia, frica
y Amrica Latina, y construyeron un control en el cual crece la
ciudadana occidental y decrecen las culturas nativas, mediante
su arrasamiento cultural en esta fase de constitucin del Estado
moderno liberal.
Igualmente, los trabajos de gnero entendidos por la lnea de la
igualdad o de la diferencia, hacen visible la cantidad de estratificaciones e inequidades que subyacen a la aparente universalidad de lo ciudadano. Curiosamente, esta universalizacin
es real por la manera como es planificada la accin continua de
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las instituciones de la sociedad: polticas, econmicas y educativas; es decir, stas se convierten en un derecho y en la manera
como estn organizadas y desarrolladas por el estado-nacin
hacen que esa idea de ciudadana sea trabajada en una forma
constante y convirtiendo a la escuela a nombre de estndares
concebidos como mnimos universales, constructor de la naturalizacin de las asimetras sociales. Como bien lo dice Nelly
Stromquist: "Democracia y ciudadana han terminado siendo
nociones androcntricas" .14
Es decir, debemos tener la capacidad de preguntarnos por la
nueva configuracin de lo pblico, por las condiciones para su
realizacin y la existencia social de una ciudadana real, porque
lo que nos deja ver esta apretada sntesis es que su formalidad
legal y jurdica ha sido desbordada en cuanto se le conceden a
individuas dentro del Estado, pero les niega su existencia real.
En ese sentido, lo pblico tambin debe ser retrabajado, ya
que aparece sustentado en representaciones idealizadas de los
valores de la democracia euroamericana. Esto tiene profundas
implicaciones para repensar la idea de los derechos en general
en nuestros contextos especficos, y para la idea de derecho a la
educacin tiene un peso bastante fuerte, en cuanto significa que
esa idea y ese derecho debe ser ejercido en las particularidades
de nuestros contextos locales y de la cultura.
15
Stromquist, Nelly.
Meja, M. R. (2006). Op. Cit.
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Aunque la presencia de los Wikileaks en estos das van mostrando a nuestra clase dirigente entregando sus explicaciones a la Embajada de Estados Unidos de Norteamrica antes que ai pas,
cumplindose lo que se dice de ellas, que son el ministerio de colonias en nuestros pases.
Rifkin, J. (2000). La era dei acceso. La revolucin de la nueva economa. Buenos Aires:
Paids.
Amir, S. (2001). Crtica de nuestro tiempo. A los 150 anos dei Manifiesto Comunista. Mxico: Siglo XXI.
Offe, L. (2002). La sociedad dei trabajo. Problemas estructurales y perspectivas de futuro.
Madrid: Alianza.
Tronti, M. (1999). Obreros y capital. Madrid: Akal.
Meszaros, I. (2000). A crise estrutural do capital. So Paulo: Boitempo.
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Etzioni, A. (2001 ). La tercera va hacia una buena sociedad: propuestas desde el comunitarismo. Barcelona: Trotta.
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Aparece una ciudadana cosmopolita, en donde la transnacionalizacin produce una desagregacin territorial que
traspasa los limites de lo nacional y cambia las dimensiones .
de la ciudadana, produciendo una especie de oscurecimiento de ese lugar nacional de ella y haciendo muy fuerte dos
dimensiones: la trasnacional y la local. Esta ltima en la
cual pareciera que la ciudadana en su replanteamiento
recupera elementos de su dimensin original.
El estado-nacin ya no concentra la soberana, sta es transferida a organizaciones transnacionales o multilaterales en
su ejecucin de polticas. Igualmente, termina siendo una
delegacin de sus poderes a entes privados, en donde en un
curioso fenmeno en que se recupera lo local-regional a travs de los procesos de descentralizacin, este jalonamiento
de lo local y lo transnacional produce un desgarramiento
de la concepcin del Estado.
Al superar el tiempo y el espacio tradicional marcado por lo
territorial surge la ciudadana global. La soberana tambin
se desplaza hacia las instituciones transnacionales y se va
concretando en las formas de legislacin y la emergencia
de una sociedad civil internacional que se hace especfica
a travs de acuerdos multilaterales. Por ejemplo, toda la
discusin sobre la comunidad europea construye una nueva
legislacin que constituye un ciudadano transnacional y, a
la vez, un ciudadano europeo.
Estas realidades han ido mostrando una erosin de la teora
poltica liberal, tanto por los tiempos de su surgimiento como
por la manera como est enraizada en la modernidad ilustrada,
no ha desarrollado un pensamiento consistente sobre las nuevas
realidades constitutivas de este cambio epocal. Por ejemplo,
sobre los problemas de la tecnologa, generando que su matriz
bsica, su forma de democracia y de entendimiento de la vida,
es superada por las nuevas lecturas que se hacen desde quienes
buscan caminos alternativos a la simple racionalidad tcnica, lo
cual visibiliza cmo la democracia es una construccin permanente e inacabada aun en las formas ms radicales de ella.
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Remito a mi texto: "Las culturas juveniles: una forma de la cultura de la poca. Acercamientos interpretativos sobre los jvenes dei Programa Ondas". En: Revista Educacin y
Ciudad dei IDEP, N2 18, 2010. Bogot. pp. 49-76 .
Lechner, N. (1988). Los patios interiores de la democracia. Santiago de Chile: Editorial
Andrs Bello.
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Dyer-Witheford, N. D. (1999). Ciber-Marx. Cycles and Circuits of Struggle in High Technology Capitalism. University oflllinois. Press Urban. p. 122.
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a los derechos de primera generacin 27 Y en la lucha por recuperar los derechos de segunda generacin (los sociales) se opaca
la visibilizacin en las formas de ciudadana de los derechos de
tercera generacin (los globales a toda la accin humana) y los
de cuarta generacin (uso y desarrollo y los caminos de la ciencia
y la tecnologa en la sociedad actual), haciendo que estos dos
ltimos (tercera y cuarta generacin) no se ubiquen en la esfera
de la lucha por verse obligados enfrentar la prdida de los de
segunda generacin, y los poderes que se desarrollan, colocando
los de segunda y tercera generacin en un uso instrumental de
ellos, y en ese sentido apropindolos en una visin liberal y no
crtica, en un proceso en donde estos derechos son colocados en
una perspectiva, violando los de tercera y cuarta generacin de
acumulacin antes de la regulacin.
Este manejo de los derechos en funcin de la modernidad capitalista conforma de globalizacin occidental es muy visible en
la manera como las nuevas guerras americanas de la era Bush
fueron vistas como aquellas dirigidas hacia quienes atentan contra la civilizacin occidental, abriendo el perodo de las guerras
preventivas a nivel internacional, y dndole forma en los territorios y los sistemas de seguridad ciudadana y democrtica en la
poltica interna de los pases, propuestas que siguen apuntando
a la lgica del diferente como enemigo y a una homogenizacin
del diferente.
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Los de primem generacin son los Derechos Humanos, correspondientes ai individuo, que
dan origen ai liberalismo. Se les ha denominado "negativos", en cuanto controlan que no
sean negados o pasados por alto. All estn todos los derechos cvicos y polticos que se
refieren a limitar las acciones dei Estado que pudieran coartar el disfrute de la libertad por
parte dei individuo. Los de segunda generacin son aquellos referidos a los derechos econmicos, sociales y culturales. Son denominados como "positivos" y proponen garantizar las
condiciones reales que hacen posible el disfrute de esos derechos (salud, educacin, vivienda, etc.). Los de tercem generacin son los "globales", se refieren a aspectos transversales
a toda la accin humana: la paz, el ambiente sano, la identidad y la preservacin cultural y
a las formas de vida. Los de cuarta generacin surgen con la emergencia de la tecnologa.
Tiene que ver con el uso, desarrollo y los caminos de la ciencia y la tecnologa en la sociedad actual. Hoy se habla de los de 5" generacin, de los referidos a la privacidad, derivada
de toda la informacin y bases de datas que son manejados hoy en el mundo, generados en
el ciberespacio de la realidad virtual.
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Gimeno S. J. (2009). ;,Educar por competencias? ;,Qu hay de nuevo? Madrid: Morata.
El grupo de los 20 (pases) se constituy en 1999 como consecuencia de la crisis financiem
asitica de 1997, para congregar a las mayores economas avanzadas y emergentes y dar
estabilidad ai mercado financiem mundial. Traduccin iibre dei texto dei web http://www.
g20.org/index.aspx
Ver los documentos deAguilar , J. F., Martnez P. y Pez I. (1994). Proyecto de sistematizacin
de innovaciones de evaluacin en bsica secundaria y media. Bogot: MEN, UPN, CIUP;
Ramrez, J. (1993). La sistematizacin, espejo de! maestro innovador. Bogot: CEPECS.
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Programa de Educacin Bilinge e Intercultural PEBI-CRIC. (2004). ;, Qu pasara si la escuela... ? 30 anos de una educacin propia. Popayn: Consejo Regional Indgena dei Cauca.
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intereses de esas ONG, universidades u otro tipo de grupo externo, es muy fuerte en stos de lnea de Derechos Humanos, y en la
manera como se han ido curricularizando los problemas: drogas,
sexualidad, comportamientos, ambiente, etc., mostrando una incorporacin dbil de ellos.
Un tercer grupo realiza propuestas que desarrollan la normatividad y, entonces, se ocupan detalladamente de la ley y su reglamentacin en la esfera de la escuela y constituyen grupos internos
que permiten resolver los procesos de ley. Igualmente, aparecen
propuestas desde los conflictos propios e internos de las instituciones y ese manejo de conflictos atendidos de mltiples maneras
desde formas de ayuda sicolgica hasta mecanismos colectivos de
solucin de ellos.
Aparece igualmente un procesamiento de conflictos externos que
influyen sobre la vida interna de las colectividades escolares, por
ejemplo, grupos de pandillas, violencia extra escolar, y en otros
se encuentran modalidades que trabajan conflictos internos que
inciden sobre el medio, como problemas de organizacin de la
escuela, posesin de espacios de ella, uso por los estudiantes de
espacios pblicos, etc. Y no faltan los grupos que, desde teoras
del conflicto de distintas modalidades, intentan hacer teora de
estos problemas escolares.
Tambin aparecen propuestas que incluyen todo un planteamiento
de democracia y que corren transversalmente como propuestas
del PEI. All, se encuentran en forma diferenciada quienes logran
construir procesos democrticos al interior del PEI y que pertenecen a un proyecto escolar mucho ms grande, en ocasiones
orientados por concepciones de pedagoga activa, visiones constructivistas, currculos integrados. Igualmente, se encuentran
PEis centrados sobre la construccin de democracia.
Se encuentra, adems, una lnea de convivencia muy fuerte
para la construccin de democracia. En algunas ocasiones, como
forma de resolucin de conflictos, pero en otras en un trabajo
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48
Bravo, A. "Habilidades para la Vida: herramientas para construir una cultura de convivencia pacfica desde el mbito escolar", En: Memo rias de la Tercera Conferencia Internacional sobre Educacin para la Paz, Construyendo la paz desde la sociedad civil, noviembre
14-15, 2003. Bogot. Defensora dei Pueblo Colombia- InWEnt. pp. 95 a 105 .
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50
Meja, M. R. "En busca de una cultura para la paz". En: Educacin para la paz. Una p edagoga para consolidar la democracia social y participativa. Bogot: Cooperativa Editorial
dei Magisterio. 1999. pp. 31-70.
Zuleta, E. (1994). El elogio de la dificultad y otros ensayos. S/ciudad. Fundacin Estanislao
Zuleta - Senz Editores .
Meja, M. R. "Construir educativamente el conflicto. Hacia una pedagoga de la negociacin cultural". En: Revista Nmadas, N 2 15, 2001 , Bogot. Universidad Central. pp. 2439. Disponible en internet en: http://www.ucentral.edu.co/NOMADAS/nunme-ante/l 1-15/
Pdfs%20Nomadas%2015/2-construir.PDF Consultado 28 de marzo de 2011.
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constituyendo, en nuestra opinin y desde el punto de vista epistemolgico, una de las cuestiones claves y decisivas
tanto en la constitucin de la Ciencia Moderna, en lo que se
refiere a la gestacin de las condiciones que posibilitaron el
libre desarrollo del pensamiento formal y de la progresiva
matematizacin de la Naturaleza, como en la historia de
las relaciones entre las perspectivas "cualitativas" y "cuantitativas", en lo que se refiere a la profunda transformacin
que conllev dicha admisin con respecto al planteamiento
originaria que se haba realizado en la Grecia clsica." 40
Esta cita me sirve como abrebocas en el sentido de la lectura
que he venido realizando en las pginas anteriores sobre lo que
he llamado la opacidad de la educacin a la luz de los cambios
en marcha derivados de las transformaciones de la revolucin
cientfico-tcnica en marcha, en cuanto explcita la manera como
se vive en conflicto en la realizacin prctica de la educacin y la
pedagoga, entre la adecuacin a esos cambias del proyecto educativo (global) y el uso e instrumentalizacin que hace de ello el
proyecto de globalizacin capitalista y neoliberal en marcha.
La pertinencia, a la luz del conocimiento y de los procesos de la
ciencia y su ensefianza es un buen inicio, pues permite recuperar
este hecho histrico para darnos cuenta de la manera como la
introduccin del cero, elemento con un alto nivel de objetividad al
estar atravesado por la presencia de lo religioso y de un momento
histrico determinado del desarrollo de la burguesa, marca la forma
como lo cuantitativo tom ese camino en Occidente. Es decir, un
hecho extra terico viene a reorganizar no slo la teora, sino un
elemento central en la matematizacin de la misma.
Por ello, se debe considerar que no es posible acercarse a la problemtica de la pertinencia si no nos abrimos a reconocer eso que
40
Conde, F. "Las perspectivas metodolgicas cualitativa y cuantitativa en e! contexto de la historia de las ciencias". En: Delgado, J. M., Gutirrez, J. (Coord.). (1999). Mtodos y tcnicas
cualitativas de investigacin en ciencias sociales. Madrid. Editorial Sntesis. pp. 53 a 68.
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UNESCO. ( 1986). Conclusiones dei Simposio "La ciencia y las fronteras dei conocimiento".
Venecia: ONU-UNESCO.
En contraposicin a la visin dei positivismo lgico planteado por el Crculo de Viena, que
defina un modo riguroso, como: 1) terico, 2) matematizado, 3) experimental, y 4) obtenido mediante el mtodo cientfico hipottico deductivo.
Martnez, M. "La nueva ciencia en e! Sigla XXI". En: Revista Internacional Magisterio,
N 42, diciembre, 2009.
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Coleman, James S., Campbell, E. Q., Hobson, C. J., McPartland, F., Mood, A. M .,
Weinfeld, F. D., et al. (1966). Equa/ity of educational opportunity. Washington, DC.
U.S. Governrnent Printing Office.
Acrnimo ingls: White, Anglo Saxon and Protestant (hombre bianca, anglo-sajn y protestante).
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Esto evidencia ante los educadores cmo el proyecto transnacionalizado en marcha de la educacin est al servicio, no de la
pertinencia en lo local, sino del mundo de la globalizacin capitalista, donde un pequeno grupo de pases (G-8, G-20) y un pequeno
punado de personas (duenas de las transnacionales o vinculados
a ellas), sern las beneficiarias de esa nueva educacin, mientras
las inmensas mayoras estaran en menores condiciones econmicas. Tal polarizacin se controla bajo la aparente idea de cambio
tcnico y conocimiento objetivo.
En educacin ste ha sido construido sobre el fracaso de la
escuela para dar cuenta de la nueva poca, como el discurso
dominante , presentndose la estandarizacin y las competencias como nica alternativa para redefinir la educacin para
lo laboral, la calidad como rendimiento para ese fin , y la ensenanza, como esos contenidos mnimos para vivir y rendir en ese
mundo. Por ello, las competencias hacen real ese saber hacer
para el proyecto.
Como consecuencia, la construccin de propuestas alternativas
est a la orden del da. Por ello, el pensamiento crtico debe pensar
instituciones, pedagogas, mtodos, que ensenen a pensar crticamente; los preparen para mltiples opciones de vida, mayores
recursos; los doten de los medios necesarios para hacer una educacin de excelencia, teniendo presente cmo en los medios que
se colocan para desarrollar el proceso educativo y pedaggico,
tambin se produce y se profundiza la desigualdad. Es ah donde
se requieren proyectos educativos y pedaggicos alternativos, que
vinculen a las comunidades a estas discusiones, como otra forma
de trabajar por lo pblico.
Por ello, podemos afirmar que vivimos un tiempo de pasaje, de
transicin en la conformacin de la educacin y en encontrar
el camino de la pertinencia para un mundo que a la vez qu e
se modifica, reformula sus sistemas educativos y construye un
nuevo contexto. Es as como desde esta perspectiva, es necesar io
trabajar grandes tensiones que generan hoy la articulacin y la
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construccin de la identidad y la pertinencia como elementos centrales para edificar las escuelas de este tiempo. Cuando se hace
referencia a que los dos polos de ella deben estar presentes en la
resolucin que le demos y en la organizacin de los sistemas educativos y de los procesos que permitan la constitucin de ese nuevo
campo educativo, construyendo una integralidad que conduzca a
la educacin y la escuela a promover en sus actores sentidos de
vida transformadores, de sus vidas, familias, comunidades, y nos
preparen para una vida feliz y justa.
1.2.2. Tensiones
1.2.2.1. Entre ser ciudadanos del mundo
e hijos de la aldea
Una de las grandes modificaciones realizadas a la luz de la revolucin cientfico-tcnica en marcha ha sido la constitucin de un nuevo
tiempo-espacio en la historia de la humanidad. Algunos autores
llegan a sostener que el sexto tiempo-espacio, el global, atraviesa
todos los otros (el local, el regional, el nacional, el internacional,
el mundial). Ese espacio ha constituido lo que McLuhan46 llam la
aldea global, caracterizada por una articulacin que se produce en
el ciberespacio de la multiculturalidad. Sin embargo, el discurso
dominante lo ha tomado bajo el nombre de globalizacin en singular
para dar cuenta, en un lenguaje bastante ideologizado, de la inevitabilidad de los procesos del capitalismo en marcha. En ese sentido,
ha construido un proyecto en el cual toda la institucionalidad es
colocada en funcin de l, lo que produce una dinmica de poder en
torno a los grandes centros multilaterales y transnacionales.
En el discurso de estas tiempos es visible en educacin cmo lo local
queda como un enunciado. Por ello, para construir pertinencia es
absolutamente necesario volver a lo local como tensin, en cuanto
nos coloca frente a la necesidad de auscultar los elementos centrales de la responsabilidad, la moral y la tica; y la manera como se
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Mcluhan, M. y Mcluhan, E. (1990). Leyes de los medias. La nueva ciencia. Mxico : Alianza/Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
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Recordemos que la Segunda Cultura haba sido planteada en 1959 por Charles Percy Snow,
fsico y novelista, mostrando la fragmeritacin entre cientficos, artistas y humanistas. Ver su
libro Las Dos Culturas y La Revolucin Cientfica, publicado en 1977 por Alianza Editorial.
Max-Neef, M. (2004). La transdisciplinariedad. Medelln: Cuademos Maestros Gestores.
Prigogine, I. "L 'Ordre par jl.uctuations et le Systeme Social, en L 'Jde de Regulation dans
les sciences". En: Lichnerowicks, A. et ai. (eds). ( 1977). Recherches interdisciplinaires.
Paris. pp. 153-191.
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El mundo de hoy se ha llenado de aparatos. Se dice que si hoy resucitara un anciano muerto en la dcada del 50 o del 60 del siglo
pasado, se encontraria entre ocho y noventa y tres nuevos aparatos,
dependiendo de la clase social donde resucite. De igual manera, se
dice que si el resucitado fuera un mdico cirujano, no estara en
condiciones de operar en un quirfano moderno. Se dice que si el que
lo hace es un profesor, podra seguir su clase normalmente. Estas
realidades han llevado a caer en un uso instrumental del aparato, y
muchos de los procesos de despedagogizacin se presentan como la
superacin de la pedagoga por las nuevas tecnologas y los procesos
comunicativos de ellos. En ese sentido, no se necesita la pedagoga,
lo importante es el saber disciplinario.
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Construir una cultura tecnolgica significa no slo salir de la mirada mgica del aparato, sino la capacidad de relacionarse con l
en sus contenidos y en sus formas; es decir, reconocer que no es
neutro, que su constitucin adems de un ejercicio cultural, lo es
del poder y esto va a significar encontrar un camino en el cual demos respuesta a otra serie de preguntas; por ejemplo, l,por qu el
escritorio del aparato est resuelto como el de un oficinista o el de
un administrador?, ino hay en esto presencias de lgicas de poder
que en ltimas tambin estamos trasladando a la escuela bajo las
formas de la calidad y de la administracin de las directivas de
ella? 53 , en donde los rectores han sido reducidos a administrar y
gerenciar lo administrativo, con control y mando, pero sin gestionar
el conocimiento y menos lo pedaggico.
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1.2.3. Retos
Asumir estas tensiones significa construir la educacin en unas
claves crticas sobre la manera como las est resolviendo el proyecto multilateral de control en la educacin, lo cual implica conocerlo
tanto enforma terica como prctica, ya que ha sido fruto de una
elaboracin de un nuevo proyecto de control. La crtica rigurosa
nos debe permitir replantear la manera como ese control y poder
se est resolviendo hoy en lo cotidiano de nuestra accin educativa,
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Ver lectura sobre las pedagogas crticas en la cual se diferencia entre las de Amrica Latina
y las euro-norteamericanas, en Meja, M. R., Awad, M. (2005). Educacin popular hoy, en
tiempos de g/obalizacin. Bogot: Aurora. pp. 82-172.
&2
85
Paulo Freire 83
Nunca antes como hoy, son tan explcitas las relaciones que
existen entre educacin y propuesta de pas, de sociedad y de
desarrollo que se realice. Es decir, la propuesta de sociedad va
en forma de currculo, estndares, competencias, pedagogas,
al hecho educativo, no como una simple reproduccin, sino bajo
la especificidad del hecho educativo. Por ello, es tan importante
aprender a desentraiiar de nuestras prcticas las formas de
sociedad y de ser humano que construimos en el da a da de la
institucionalidad, entanto que el discurso dominante hace tanta
insistencia en que los asuntos de la escuela y la pedagoga son
tcnico-objetivos. Por eso, estndares, competencias evaluaciones, conocimiento, se van llenando de ese objetivismo que exige
ser develado por los pensamientos crticos, para colocar en esas
palabras que se han hecho polismicas, el sentido que quiere dar83
88
"Creo que deberamos partir del presupuesto de que alcanzar el desarrollo sostenible no es un proceso que funciona
automticamente. Por el contrario, es necesario readaptar el
desarrollo en una dimensin tal, que no sabemos si las fuerzas
sociales en juego estn dispuesta!3 a aceptarlo." 84
Tocar este tema significa, ante todo, hacernos la pregunta por la manera como desarrollo y crecimiento han ido de la mano generando un
mundo en el cual el desarrollo capitalista, visto como un crecimiento
material de bienes y servicios ilimitado, ha venido generando una
serie de desequilbrios bsicos, primero entre las personas, luego
entre los pases y, el ms profundo, con la naturaleza85 , luego entre
los gneros 86 y, por ltimo, de ruptura con la biodiversidad. Esto ha
construido una lgica que acrecienta la desigualdad y el beneficio
individual, donde la apropiacin de esos bienes en forma privada
termina con una direccin en la cual tener y saber conforman el
nuevo poder de los propietarios privados de la sociedad.
Por ello, en este captulo intentar mostrar cmo el signo de la
poca es la globalizacin, en coherencia con el Tomo I de esta serie, y cmo estamos caminando por senderos todava confusos en
cuanto se hace necesario diferenciar el surgimiento de un tiempoespacio global como desarrollo de fuerzas productivas, centradas
en los avances del conocimiento, la tecnologa, la informacin, la
comunicacin de la globalizacin capitalista y neoliberal, para
afirmar con fuerza que de todas maneras asistimos a un fenmeno
ms all de la mundializacin, frente al cual se exige un juicioso
anlisis para comprenderla y si queremos una distancia crtica
frente a ella es ineludible conocerla. As, el nuevo pensamiento
84
85
86
Maya, A. A. (1999). Desarrollo sustentable o cambio cultural. Una reflexin sobre el desarrollo agrario. Bogot: S/Ed. p. 103.
Daly, H. y Cobb, J. (1997). Para el bien comn. FCE. (Ira reimpresin). Bogot.
Recordemos cmo todo el fundamento de la ciencia moderna (Bacon, Galileo, Descartes,
Newton), base de! conocimiento escolar actual, tiene como pw1to de partida el domnio de la
naturaleza por e1 hombre, en cuanto ste con su razn la conoce y la domina. Ese domino era
de hombres, ya que las mujeres estaban bajo el control de ellos y reducidas a la esfera privada
y no estaban includas en las actividades de la ciencia y menos en la esfera pblica, por ello,
la llegada de las mujeres a esta esfera se da slo a fines dei siglo XIX y comienzos de! XX.
89
90
otros y para aquellos que creen que slo existe uno -pretensin del
lenguaje tecnicista sobre la educacin-, abrirse y evitar ser "idiota
til" de alguien a quien curiosamente no se conoce.
Por eso, intentar desarrollar al final de este captulo, un aspecto de qu le agrega la educacin popular a un planteamient o
de desarrollo sustentable y cmo exige una lectura que cambia
algunos de los presupuestos en los cuales se ha venido moviendo
la discusin de sustentabilidad, como si fuera un planteamiento
de ecologistas, ambientalistas y economistas. De ah la urgencia
de retomar esa discusin para llevarla a la vida de los educadores,
ms an cuando hoy la sustentabilidad aparece profundamente
ligada a la concepcin de tecnologa, de trabajo, de educacin y,
en ltimas, al surgimiento de la nueva forma de lo humano a la
que asistimos en este tiempo-espacio global y de globalizacin
capitalista y neoliberal.
En consecuencia, la reflexin final intenta retomar unas tareas
prcticas a la orden del da que como educadores populares debemos
retomar en la educacin para ser de estas tiempos, pero profundamente crticos y, ante todo, profundamente humanos.
World Commission on Environment and Development. Our Common Future. UN. 1987.
Este infonne es tambin conocido como el Informe Brundtland, en reconocimiento de la
ex Primem Ministra noruega, Dra. Gro Harlem Brundtland, quien presidi la Comisin de
Naciones Unidas para Medio Ambiente y Desarrollo que elabor el documento.
91
Es tambin la discusin entre un continuum que comenz a cuestionar la idea de crecimiento como una ilusin, mostrando que la
identificacin entre desarrollo y crecimiento es lo que ha posibilitado un desajuste planetario. Ha conducido a que la economa
haya entrado con nfulas de "ciencia" en el sentido tradicional de
la modelizacin de la fisica mecnica89, y se haya apoderado de los
procesos sociales ms amplios, haciendo que la planificacin caiga
en un estrecho marco de tipo economicista y organizando las sociedades de tal manera que ella y sus complejos procesos culturales
sean simplemente una pieza del mercado. 90
Pero ese camino no ha sido fcil, porque la idea de progreso ha
ido generando la expectativa de que podemos llegar a un consumo
cada vez ms amplio, cada vez ms indefinido y que podemos
fundar el desarrollo histrico en una produccin y en un consumo mayor y la condicin humana en un consumo mayor. En ese
sentido, la tecnologa para muchos comienza a convertirse en
la "idea salvadora", de que realmente consumiremos ms con
menos costos. 91
El cuestionamiento no se qued slo en el crecimiento y el progreso, sino que se fueron desarrollando las variadas concepciones
de desarrollo sustentable, de acuerdo con las visiones que se
daban sobre el ser humano y la naturaleza. Desde las iniciales
-que buscaban la sostenibilidad ambiental- se desarrollaron
posiciones que enfatizaban en el camino equivocado para construir el futuro y quienes ligaron el aumento de la desigualdad
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Recordemos cmo hay un replanteamiento de eso que se llama "modo uno" de la ciencia,
construido desde el mundo griego y ordenado en los ltimos cuatrocientos afios en la denominada "ciencia moderna" y que el circulo de Viena sintetiz en: a) la objetividad dei
conocimiento; b) el determinismo de los fenmenos; c) la experiencia sensible; d) la cuantificacin aleatoria de las medidas; e) el raciocinio lgico formal; t) la verificacin en fsica.
Estos elementos han sido relativizados a partir de los desarrollos de la fsica cuntica, la
astronoma, la biologa, y ha dado forma a un "modo dos" de la ciencia, el cual no niega el
anterior, pero lo relativiza y lo amplia.
Daly, H. y Cobb, J., Op. Cit.
Ver Jacobs, M. ( 1995). Economa Verde, Medio Ambiente y Desarrollo Sostenibfe. Bogot:
TM Editores, Uniandes.
93
93
94
94
Sachs, W. (Editor). (1996). Diccionario Crtico del Desarrollo. Una gua del conocimiento
como poder. (1 ra edicin en castellano ). Per: PRATEC.
De Rivero, O. (2001). El mito del Desarrollo. (2 Edicin). Lima: Fondo de Cultura Econmica.
Escobar, A. (1998). La invencin dei tercer mundo. Construccin y reconstruccin dei desarrollo. Bogot: Norma. Un anlisis riguroso de qu se ha entendido en economa por
"desarrollo" se encuentra en Agarwala, A. N. y Singh, B., SP. (1973). La economa dei
subdesarrollo. Madrid: Tecnos.
Esta poltica toma forma hacia finales de esa dcada y toda la del
50, teniendo una primera distancia crtica en Amrica Latina en
1955 cuando Ral Presbich establece una sospecha, planteando
cmo lo que se da es un desarrollo desigual en las caractersticas
del centro y la periferia, abriendo lo que sera la escuela de la
CEPAL. Igualmente, hacia 1960 en nuestro continente comienza
a proponerse una lectura del desarrollo que toma una distancia
crtica de l, seialndole que su caracterstica de desigual corresponda a unas caractersticas de dominacin en el entorno econmico internacional y que, por tanto, haba que construir caminos
que permitieran romper esa lgica centro-periferia y generar una
teora de transicin social. Esta teora va a ser denominada como
la "teora de la dependencia", donde sus principales exponentes
van a ser Cardozo 95 y Faletto.
En el afio 1963, algunos tericos, analizando el caso argentino,
plantean una sospecha muy fuerte sobre el crecimiento, llegando
incluso a decir que no slo no se despega econmicamente, sino que
en algunos casos se reversa en el crecimiento econmico. Comienzan a intentar entender cules son las condiciones estructurales
que generan esa reversa, dando pie a toda una serie de pensadores
que comienzan a dudar del desarrollo.
2.1.1.2. Etapa de contracultura y optimismo tecnolgico
al crecimiento
En la segunda parte de la dcada del 60 comienzan a hacerse la
pregunta por la calidad de vida y surge un seialamiento de que
ello no slo puede ser consumo, calificando que ese crecimiento al
que se estaba llevando a las personas, implicaba unos circuitos de
consumo que en el lenguaje de Marcuse96 era simplemente continuar
los circuitos de dominacin capitalista, organizndose una aparente
contracultura centrada en el consumo capitalist a .
95
96
ste es el ex presidente brasilero, en tomo ai cual circula un chiste en su pas que dice que l
en los 60 era el prncipe de los socilogos y actualmente es el socilogo de los prncipes.
Marcuse, H. (1983). Eros y civilizacin. Ttulo original: Eros andcivilization. Aphilosophicalinquiryinto Freud. Traduccin Juan Garca Ponce. Madrid. Sarpe.
95
En 1972, el Club de Roma, asesorado por el Massachusetts Institute of Technology, retom los principios de Malthus para actualizarlos97, hizo una proyeccin en computador de hacia dnde iba
el planeta y encontr que ese crecimiento exponencial llevaba al
mundo cada vez ms cerca de los lmites del crecimiento, colocando seriamente en entredicho el futuro de la humanidad. All se
muestra cmo el 80% de la energa consumida procede de fuentes
limitadas, no renovables y destinadas a desaparecer. El estudio
concluye que si no cambian las tendencias de crecimiento de la
poblacin mundial, se presentar un lmite de ese crecimiento
en los prximos 100 anos, lo que implicara un declive sbito,
incontrolable, de la poblacin.
Igualmente, plantean que es posible modificar esa tendencia del
crecimiento, exigiendo que se establezcan unas normas de estabilidad econmica y ecolgica que puedan ser mantenidas por mucho
tiempo. De all sale la concepcin del "equilbrio global", en el cual
las necesidades materiales de cada cual puedan ser satisfechas
en igualdad de oportunidades para realizar sus potencialidades
humanas.
En la dcada del 60 se abre un perodo en el cual la revolucin
verde anuncia que es posible una mayor produccin de alimentos
con la tecnologa gentica, realizando unas proyecciones de uso
gentico del tipo de cultivas que se desarrollan en el mundo. Ellas
muestran cmo va a ser posible que en un futuro cercano la humanidad tenga una superproduccin de alimentos 98 Paralelo a
esto surgen otra serie de corrientes que ven en el uso tecnolgico
en procesos culturales un gran desarrollo y posibilidad para la
humanidad.
Se abre una franja en la cual la discusin comienza a tomar las
caractersticas de tecnologa-antitecnologa. El grupo pro-tecnologa acusa al informe del Club de Roma de ignorar los efectos
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98
96
Meadows, D. y otros. (1972). Los lmites del crecimiento. Informe al Club de Roma. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.
Ver Griffin, K. (1982). La economa poltica del cambio agrario. Mxico: FCE.
97
101
98
El ecodesarrollo. Posicin agenciada por algunos cientficos progresistas norteamericanos (Sachs entre ellos),
quienes proponan la necesidad de buscar un crecimiento
al interior de los circuitos ecolgicos de cada regin.
La biologizacin. Esta posicin la sustentaban sectores
que venan de la ecologa tradicional y planteaban como
el principal problema el trabajo sobre la vida sin ningn
control.
Desarrollo viable. Sus defensores se preguntaban cmo
seguir haciendo un desarrollo que guardara unas condiciones de sostenibilidad para el planeta.
Derivado de esta discusin, en 1976 la Fundacin Bariloche (Argentina) comenz a plantear la necesidad de ampliar la discusin
de los lmites del crecimiento, pues se vena dando simplemente
en trminos ambientales y del desarrollo. Sugiere incluir variables sociales y polticas, especficamente sefialando cmo la
pobreza tambin tiene que ver con la sostenibilidad. En 1979,
retomando estos elementos, el Programa de Naciones Unidas
para el Medio Ambiente, en su reunin de Chile, plante la idea
de buscar modelos alternos de desarrollo, y empez a hablar de
"estilos de desarrollo".
Se comienza a tener claridad en el sentido de que toda la produccin industrial se realiza generando resduos, que necesariamente van a parar a algn lugar. Por ejemplo, el anhdrido
carbnico (C0 2) , gas que resulta de la combustin en la cual
interviene el carbono, se acumula en la atmsfera, produciendo
cambio climtico, y est en las basuras de la cocina, en los detergentes que van a los ros, y los detritos qumicos de los vertederos
industriales. Se va conformando una idea de sostenibilidad en
la cual su fundamento es la biodiversidad: interdependencia de
todos con todos.
En 1983 se crea la "Comisin Brundtland" de las Naciones
Unidas -llamada as por el nombre de su directora, la ex primera ministra de Noruega- para trabajar el problema de la
99
Max-Neef, M.; Elizalde, A.; Hopenhayn, M. (con la colaboracin de Felipe Herrera, Hugo
Zemelroan, Jorge Jatob, y Lus Weinstein). (1997). Desarro/lo a Escala Humana una opcin
para e/ futuro. Medelln, Colombia: CEPAUR - Fundacin DagHammarskjld. Reedicin de
Proyecto 20 Editores.
100
101
105
Masuda, Y. (1980). A sociedade da Informao como Sociedade Post Industrial. Rio/Embratel, Rio de Janeiro.
PNUD. (1993). Informe sobre desarrollo humano 1993. Madrid: Centro de Comunicacin,
Investigacin y Documentacin entre Europa, Espafia y Amrica Latina (CIDEAL). p. 3.
102
(Principio 3). Aparece una conciencia crtica cada vez mayor girando sobre tres ejes problemticos:
a. La posibilidad de que ese desarrollo del capitalismo industrial sea universalizado.
b. La posibilidad de un crecimiento infinito para todos.
c. Si ese desarrollo pudiese garantizar justicia a la naturaleza
y a la vida en sus mltiples formas, entre ellas desde luego,
la humana
Abre una idea de sustentabilidad como parte de los problemas
globales, en los cuales el mundo es concebido como un sistema
global interrelacionado, que se va a desarrollar, ampliar y criticar
a lo largo de toda la dcada. Estas son sus tres componentes:
103
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de
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Al funcionar con la lgica de bierres posedos, extienden el sistema de precios a todos los aspectos de la naturaleza: aire, agua,
entre otros. El sistema precio es la base de la llamada "Economa
ambiental" .109
Para ellos, la tecnologa es hoy el instrumento fundamental con
el cual se reestructuran y reorganizan no slo los procesos productivos, sino toda la sociedad y, por eso, ella misma no establece
diferencias, sino que es potencialidad para todos, en cuanto haya
existido una preocupacin de dotar de las bases educativas y del
conocimiento necesario para que se desarrolle. Por ello, no est
negada para nadie. Todos tienen acceso si tienen los pre-requisitos
bsicos centrados en los procesos del conocimiento.
Las relaciones norte-sur son entendidas como eljalonamiento que
el norte debe producir en el sur, de tal manera que le permita a
ste transnacionalizar su mundo, pues su atraso es fundamentalmente una dificultad tecnolgica. En ese sentido, la ayuda
del norte debe estar orientada a desarrollar las potencialidades
de pobres y jvenes, quienes pueden reconvertir su futuro desde
las nuevas posibilidades que otorga la formacin tecnolgica. En
algunos sectores, la ayuda al sur es justificada como prevencin
a la amenaza al tipo de acumulacin establecida.
El lema para esta corriente, esgrimido en la cumbre de Ro por
algunos de los representantes norteamericanos, es: no son negociables los patrones de consumo del norte, s su extensin al
mundo del sur.
Ver Field, B. (1998). Economa ambiental. Una introduccin. Colombia: McGraw Hill.
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Marco Ral Meja Jimenz
de valor en s misma, no como materia prima. El valor de la naturaleza debe ser liberado para el capital por medio del conocimiento cientfico. Estamos frente a un cambio de forma y de modo
de acumular del capital derivado de las transformaciones de la
sociedad globalizada.
En esa reproduccin del capital, ste lo hace a costa de las condiciones de produccin. Cualquier elemento es tratado como mercanca
al degradar y destruir sus propias condiciones de produccin (lluvia cida, salinizacin, ruptura de la capa de ozono). El capital las
asume para mantener la ganancia, por ello acelera la tecnologa,
abarata las materias primas y disminuye los salarios. Esto lo logra
con el nuevo tipo de intervencin estatal, que garantiza las nuevas
condiciones de ganancia capitalista. 110
La tecnologa genera valor como construccin cultural y, en ese
sentido, debe ser vista como proceso histrico relacional. Por
eso, a las comunidades se les reconoce, su realidad en cuanto
son funcionales como reserva del capital, pues significan un
elemento de la nueva fase tecnolgica. All, los llamados conocimientos tradicionales se convierten en un complemento til
en la conquista cientfica de la biodiversidad. En ese sentido,
conceptos como desarrollo sustentable no son una salida para
la naturaleza, sino para darle continuidada un uso tecnolgico
de ella por parte del capital.
Las comunidades del antiguo tercer mundo son articuladas a un
proceso global del capital donde el mundo del norte tiene la tecnologa y el mundo del sur la naturaleza. Algunas de estas comunidades son articuladas a estrategias productivas alternativas de
sustentabilidad ecolgica, que respetan el entorno cultural, pero
se pierde de fondo que se est articulado a una readecuacin del
capital que se redefine reconceptualizando la naturaleza y cooptando toda la resistencia semitica hecha por el capital ecolgico
y los discursos ecoliberadores.
110
Ver los desarrollos de esta discusin sobre el capital en Leff, E. (1998). Ecologa y capital.
Mxico: Siglo XXI Editores.
111
112
2.1.2.8. Hibridacin
Desde esta visin hemos asistido en la historia de la humanidad
al surgimiento de tres naturalezas: una orgnica hasta el siglo
XVI; una capitalizada entre els. XVII y el XX; y una construida
desde finales del siglo XX y que se desarrollar en el XXI. Todas
estn atravesadas por profundas relaciones de poder y han sido
usadas en cada poca con esa caracterstica; pero, adems, en la
manera como se usa hoy se da una hibridacin tcnica de base
cultural en la cual se mezclan estas formas de lo tradicional,
lo moderno y las nuevas tecnologas, cuya caracterstica fuerte
est en la valorizacin de la biodiversidad por el lugar que sta
ocupa en las nuevas realidades.
En ese sentido, asistimos a una posibilidad de disefiar estrategias cientfico-tecnolgicas que permitan la utilizacin de la
creatividad local, en donde se genera un pluralismo tecnolgico,
una integracin de las nuevas tecnologas con las ya existentes,
articulando esos nuevos desarrollos a conocimientos populares
tradicionales y alternativos. Con ello, la base tecnolgica desde
la cual se construye es una base compleja de tipo hbrido.
113
Existen mltiples versiones de esta irnagen, pero me reducir a una, la que desarrolla Schumacher, E. F. en "La edad de la abundancia, una concepcin cristiana. La economa budista". En: Economa, ecologa y tica. Daly, H. (Compilador). Mxico: Pondo de Cultura
Econmica. Edicin en espafol. 1989. pp. 136-153.
Igualmente, remito a la teoria desarrollada en el ltimo tiempo por algunos autores de la
nueva era sobre la estrella de cinco puntas desarrollada por Brahma Kumaris y su universidad mundial de la espiritualidad, avalada por la ONU.
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113
Ver por ejemplo el trabajo de Meja, M . (1998). Agriculturas para la vida. Movimientos
alternativos frente a la agricultura qumica. Bogot: Corporacin para la Educacin Ambiental Mi Nuevo Mundo.
Boff, L. (1999). Saber cuidar. tica do humano - compaixo pela terra. (3 Edio). Petrpolis: Editora Vozes.
115
La tecnologa ha generado la sociedad del conocimiento y la comunicacin. A medida que hemos avanzado tecnolgicamente
en la produccin mayor de bienes y servicios materiales se han
producido ms pobres y excluidos. Por eso, se ha instaurado en el
imaginario de las personas un mundo con ms aparatos electrnicos, con herramientas cada vez ms virtuales pero cada vez ms
descuidados de las personas, de los otros, de los excluidos, de los
niiios, de los animales; pero, especialmente, de nuestra grande y
generosa madre tierra.
Por eso no queda sino un planteamiento para norte y sur, y es
la capacidad de otro modo de ser fundado en el cuidado como
crtica a nuestra civilizacin agonizante y principio inspirador
de un nuevo paradigma de convivencia, que estara centrado en
las siguientes caractersticas:
El amor como fenmeno biolgico.
La justa medida como la regla de oro.
La ternura vital.
La caricia esencial.
La cordialidad fundamental.
La convivencia necesaria.
La compasin radical.
Su lema pudiera ser: voces diferentes encargadas del cuidado
esencial.
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Para actualizarlo ver Sen, A. y Kliksberg, B. (2009). Primero la gente. Una mirada desde la tica dei desarrollo a los principales problemas dei mundo globalizado. Buenos Aires: Temas.
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5al
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20 a 1
33 a 1
2al
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Los datos han sido extrados de una fotocopia de Strahm, Rudolf . "i,Por qu somos tan
pobres?" En: documento de la Seccin de Educacin Pblica de Mxico. 2004.
Cassen, B. "jPara salvar la sociedad!". En: Debate Financial Times - Le Monde Diplomatique. Junio 1997. p. 5.
128
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130
Por ello, el principio y fundamento de la solidaridad es la pregunta por el ser humano y sus condiciones de existencia sobre la
tierra. Pudiramos decir que la pregunta de la globalizacin por
la interdependencia entre los seres humanos, en el planteamiento
de la solidaridad de este nuevo siglo adquiere su lugar cuando la
solidaridad construye una interdependencia ms all del fenmeno
cultural y pregunta por la manera como el otro entra en la esfera de
mis relaciones. Y ese otro significa no slo el otro como individuo del
proyecto capitalista de final de siglo, sino el otro como ser humano
que es el punto de partida desde el cual se construye la igualdad
bsica y la fuente de derechos y deberes fundamentales.
Y all emergen los otros diferentes como pueblos, comunidades,
inscritos en procesos multiculturales que se convierten en fuente
de toda pregunta moral (acciones y comportamientos) y base tica
(princpios orientadores) de construccin de convivencia. Por eso
emergen no como indivduos aislados sino como parte de un todo,
en donde la comunidad de personas que comparten esfuerzos
responden a los aspectos negativos de la globalizacin, y el lado
de la vida anuncia nueva humanidad. Por ello, la solidaridad est
enclavada en el respeto con el otro (comprensin), el sentir con el
otro (empata), sufrir con el otro (compasin), responsabilidad con
el otro (compromiso), y accin con el otro (organizacin).
En ese sentido, aparece claramente que la solidaridad no es un acto
individual con el prximo y que opera en el mundo de lo micro, sino
que es la capacidad de reconocer los sujetos sociales de accin. Se
131
reconoce el mundo macro y se es capaz de ser solidario con el desconocido, con el lejano, y es ah cuando en el mundo de lo macro se
encuentra el conflicto entre el mercado como regulador y el lugar de
lo humano para construir esa nueva regulacin. Esto lleva necesariamente a establecer un escenario cotidiano en el cual se comienza
a construir una nueva crtica, en la que lo humano emerge como
posibilidad y como eleccin en el horizonte moral.
Por eso se hace tan importante, en este final de siglo, la ligazn
entre la justicia y la solidaridad, ya que con las transformaciones del Estado de Bienestar y el debilitamiento del Estado como
fruto de los cambies de la globalizacin, no basta la justicia como
simple realizacin de las leyes existentes, pues muchas de ellas
han sido realizadas en contra de lo humano, construyendo una
especie de legalidad retrica dominante donde la justicia es el
cumplimiento de la ley. Ac la solidaridad emerge como recusadora de la irracionalidad del mercado y establece un escenario
en el que vuelve a preguntarse por la vida y la justicia y en lo
profundo del ser humano por la necesidad de la bondad (en el
sentido de Agnes Heller 123) como un lugar ms all de la justicia
para restablecer el predomnio de lo humano.
En este mundo, en donde el lenguaje ha ido evolucionando para
designar el mundo de la segregacin donde primero fueron pobres, luego empobrecidos, luego excludos, luego desechables,
luego underclass y ahora indeseables, surge con toda fuerza la
necesidad de un nuevo lugar de lo afectivo, que coloca como capacidad de eleccin, como humano enfrentando el mercado y sus
"verdades verdaderas" para reconocer en el otro su dolor, lo que
implica compromiso, obligacin y construir las nuevas formas de
organizacin, que son las que van a permitir hacer el paso entre
la solidaridad individual y la solidaridad social.
En ltimas, es la capacidad de ubicar en el centro de la subjetividad la superacin de las estructuras sociales y humanas injustas,
123
132
que son las que generan las prcticas injustas y que, retomado en
la esfera de lo personal, hace presente esa vieja idea evanglica de
la misericordia, como la capacidad de asumir el dolor del otro.
Esto exige diferenciar claramente cinco tipos de solidaridad:
La solidaridad de la condolencia, en la cual me molesta que existan situaciones de desventaja social, entonces
doy limosnas.
La solidaridad asistencial, en donde ayudo a los grupos
de excludos a travs de instituciones de caridad.
La solidaridad promocional, en donde ayudo a algunos
para gozar de beneficias de la sociedad, lo que les permite
minimizar su situacin de excludos a unos pocos.
La solidaridad gremial, en la cual me corresponsabilizo
del destino comn del grupo, afina mis intereses (por lugar
de trabajo, por profesin, etc.).
La solidaridad estructural, que es la construccin de
unas estructuras sociales solidarias y equitativas que no
den lugar a la existencia de la exclusin, la segregacin y
la desigualdad. Es la capacidad de reconocer en la esfera
individual que aunque queremos hacer el bien hacemos el
mal que no queremos y la salida es slo colectiva.
Reconstruir la solidaridad pasa por la capacidad de comenzar a
tener distancia crtica y una posibilidad reflexiva, as como una
capacidad de eleccin frente al mundo en que vivimos. Y eso va a
significar la posibilidad de reconstruir tambin los fundamentos
sobre los que se inicia este nuevo camino de la solidaridad en un
mundo globalizado:
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134
En el conocimiento aborda
verdades y tecnologas a ser
replicadas por otros.
Globalizacin capitalismo.
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139
Este captulo es una ampliacin de mi ponencia presentada ai XXXI Congreso Internacional de Fe y Alegra "Educacin Popular, Comunidad y Desarrollo Humano Integral
Sustentable", 28 de octubre ai I de noviembre, 2000, Lima, Per. Dedico este Captulo
ai equipo gestor de Ciudadela Educativa de la Comuna 7 en Barrancabermeja (Colombia), en el Programa de Desarrollo y Paz dei Magdalena Medio: Andrs, Benjamin, Ceclia, Julin, Flor, Mery, Olga, Omar, Pedro, Solano, as como a los maestros y maestras
de las escuelas pblicas de dicha comuna, y el grupo de los jvenes de Comunicacin,
quienes desde unos computadores en medio de la pobreza y la violencia se plantearon
el problema de una cultura tecnolgica y no slo instruccin en computadores para los
ninos y jvenes de su comunidad y desde ah alentaron ruis reflexiones y mis bsquedas
sobre estas temas.
126
Mirs, F. ( 1996). La revolucin que nadie son o la otra postmodernidad. Caracas: Editorial Nueva Sociedad. p. 10.
UNESCO, Op. Cit.
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128
Alves, G. Trabalho e subjetividade. O esprito do toy otismo na era do capitalismo manipulatrio. So Paulo. E. Boitempo. 2011. Este autor dice que la primem edad de la mquina
es la produccin de motores a vapor (1848); la segunda edad es la produccin de motores
elctricos (1890); la tercem edad es la produccin de mquinas electrnicas ( 1940); y la
cuarta edad, es la produccin de mquinas rnicroelectrnicas informacionales, integradas a
redes intemctivas del ciberespacio (! 980), genemdo una metamorfosis en las innovaciones
tecnolgicas y organizacionales, y tambin "sociometablica", es decir, de las edades a
travs de la renovacin genemcional de! trabajo vivo.
Volver sobre este asunto cuando intente explicar cmo el capitalismo organiza una forma
de mirar y construir la tecnologa que es especfica de !.
145
Cuando en algn momento del largo perodo de hominizacin algn homnido, en las distintas versiones que se ha representado
la existencia de ste sobre la tierra: "australopiteco africano",
"homo erectus", "homo habilis", "homo sapiens", "homo sapiens
neanderthalis", recogi algn objeto de la naturaleza para
usarlo como prolongacin de sus manos - bien sea para golpear
a alguien, recoger una fruta de un rbol, defenderse de alguna
agresin- ; se inici una larga carrera que nos llevara desde las
herramientas a los objetos tecnolgicos y tcnicos, los artefactos
a la tecnologa misma.
En este origen es importante reconocer que para convertir ese elemento de la naturaleza en una herramienta o un artefacto, como
llaman otros, fue necesaria la conjuncin de cuatro aspectos:
Un homnido que, fruto de desarrollos de su cerebro, iniciaba un camino hacia lo humano.
Un objeto, el cual era posible tomarle y darle un valor
de uso.
Una representacin mental, con la cual transforma el
objeto por el valor de uso que le ha dado.
Una accin, en la cual se crea y/o se transforma el objeto,
la representacin y la intervencin humana.
Cuando este proceso se da, se ha producido una resignificacin, se ha pasado del objeto a la herramienta. Por eso no se
hablan del uso del objeto, sino de la manera como se ha vivido
un primer ejercicio de praxis para que el objeto pueda existir
bajo un entendimiento diferente. Y esto requerir unas condiciones para que esa herramienta sea entendida como un nuevo
elemento que, colocado sobre la realidad, nos habla no slo de
un artefacto, sino de un objeto sobre el que se ejerce una accin
y una reflexin. Es decir, cada vez que nos enfrentamos a la
pregunta por la manera como se constituyen los hechos que dan
lugar a lo tecnolgico va a estar siempre presente el lenguaje
como creador de cultura y la posibilidad representativa, una
capacidad intelectual de usar estos aspectos en beneficio propio
146
13
Koyre, A. (1999). Del mundo cerrado al universo irifinito. Mxico: Siglo XXI.
147
13
'
La dei azar. Se caracteriza por tener muy pocas tcnicas, pero las que existen se pueden diferenciar de las
humanas, no hay especialistas, las resignificaciones son
inconscientes. En ese sentido, se puede decir que inventa
por casualidad, se lo encontr, pero no sabe que puede
inventar. Por ello, lo nuevo surge fruto del azar.
Ortega y Gasset, J. "Meditacin sobre la tcnica y otros ensayos sobre ciencia y filosofia".
En: Revista de Decidente, 1982, Madrid: Alianza.
148
149
133
Las caracterizaciones que he presentado son slo una muestra de muchas otras que se pueden hacer desde mltiples criterios. En esta cita trato de mostrar muy esquemticamente otra
desde otros criterios ordenadores. Toms Buch divide en cinco fases sta. La primera, en la
cual el ser humano usa medios artificiales para complementar y aumentar el alcance de sus
miembros y su ferza muscular. La segunda: reemplaza esos miembros y msculos por el
trabajo de otros (esclavos y animales) y ms tarde por el de dispositivos mecnicos. La tercera: el desarrollo de los elementos de control, en donde el trabajo fisico es casi enteramente
ejecutado por mquinas. La cuarta: el control es dejado a cargo de dispositivos artificiales,
"ciberntica", en donde el trabajo humano hace las tareas que requieren una toma de decisin.
Seria un poco la fase actual. La quinta: una que comienza a emerger en la cual las decisiones
de bajo nivel son tambin tomadas por mquinas que son cada vez ms inteligentes y van a
desarrollar lo que su dueio quiere obtener con suficiente exactitud. Buch, T. (1999). Sistemas
tecnolgicos. Contribuciones a una teoria general de la artificialidad. Buenos Aires: Aique.
Lvi-Strauss, C. ( 1964). E/ pensamiento salvaje. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.
150
135
151
152
138
Lander, E. ( 1994). La ciencia y la tecnologa como asunto p oltico. Caracas: Nueva Sociedad. Autor dei que retomo algunos de estos anlisis.
Para una ampliacin de esta discusin, ver la Presentacin dei M. Serres ai libro Historia de
las Ciencias.
153
Shiva, V. (1991 ). Abrazar la vida. Mujer, ecologa y supervivencia. Uruguay: Instituto dei
Tercer Mundo. pp. 23-36.
154
155
estamos frente a construcciones sociales de base cientfica y tecnolgica y que de la manera como los abordemos dependen tambin los
caminos que toman nuestras concepciones y prcticas en el campo
de la tecnologa, as como su incidencia en educacin.
Como vemos, aparecen diferentes concepciones para intentar explicar el lugar de la ciencia y la tecnologa, as como su entendimiento,
su origen y su particular lugar en la sociedad de hoy. Y es desde ah
que se requiere un anlisis detallado de lo que nosotros hacemos
como educacin tcnica, educacin tecnolgica, educacin en tecnologa, cultura tecnolgica, formacin tecnolgica, porque en alguna
medida el uso de estas palabras es profundamente polismico, ya
que siempre estn referidas a lo que sera la concepcin de ciencia,
tecnologa y sociedad en que se mueven esas formas de entender
la educacin. Por eso, usarlas sin darse cuenta a qu concepcin
de ciencia y tecnologa corresponden y cmo entiende la sociedad
en que se mueven, es un acto de ingenuidad, que se paga pasando
al bando de los idiotas tiles, en cuanto se sirve a concepciones de
las cuales no saben dar cuenta quienes las usan.
Ahora, demos un paso adelante en esta discusin caracterizando
algunas de las principales concepciones que se mueven hoy en el
escenario del campo intelectual.
156
157
142
Mitcham, C. (1994). Thinking through technology. The PathBetween Engineering and Philosophy. Illinois: University of Chicago Press.
Ihde, D. (1979). Technics and Praxis. Aphilosophy oftechnology. Massachussetts: Ed. D.
Reide!.
158
159
160
146
147
Buch, T. ( 1999). Sistemas tecnolgicos, contribuciones a una teora general de la artificialidad. Buenos Aires: Sique.
Weber, M. (2002). La tica protestante y e! desarrollo de! capitalismo. Madrid: Alianza
Editorial.
Habermas, J. (1986). La cienciay la tcnica como ideologa. Madrid: Tecnos.
161
162
163
Por considerado pertinente, se transcriben algunos apartes dei Tomo Ide esta serie: Meja, M .
R. Educacin(es) en la(s) g lobalizacin(es) (!) . Entre el p ensamiento nico y la nueva crtica.
164
165
tecnologa, que se pretenden indispensables por su poder, estableciendo un grupo de tecncratas amplio y reducido a la vez.
Constituyen comunidades cientficas, pero cerradamente son
grupos controladores de toma de decisiones segn su cercana
con el poder poltico y econmico, y controlan estos sistemas en
razn de sus competencias, que se podran resumir en cuatro:
Su metodologa, que la sefialan como especfica del mundo
de las ciencias.
Su monopolio del poder, que lo hacen derivar desusaber.
Su acercamiento a saberes disciplinarias nuevos: administracin, economa, informtica.
Matematizacin de su saber y funciones, impregnando a
las matemticas de una especie de construccin de "ciencia
de las ciencias".
Winner Langdom plantea que la tecnocracia, en su unin de
tecnonaturaleza y tecnoestructura, va a ser una manifestacin
de dos influencias que vienen actuando sobre la vida social derivadas de la revolucin cientfico-tcnica, de la cual no tenemos
mucha conciencia:
166
Habermas en su texto Perfiles filosfico-polticos (Madrid: Taurus. 1975) define el cientificismo como: "La fe de la ciencia en s misma, es decir, la conviccin de que a la ciencia
no podemos entenderia ya como una forma de conocimiento posible, sino que hemos de
identificar conocimiento con ciencia. Cientificista, es la tentacin de fundamentar el monopolio cognoscitivo de la ciencia y de normas en ese sentido, incluso la autocomprensin
metaterica de las ciencias." p. 30.
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174
mundo global, pero desde una base humana y tcnica con proceso
y acumulado cultural propios, que permite usar, recrear y crear
todo un contexto tecnolgico propio. 154
Por ello, cuando estamos hablando de educacin y tecnologa, en
trminos generales en el contexto de nuestras realidades, nos
estamos refiriendo a generar una capacidad nacional y regional
para construir procesos cientficos y tecnolgicos endgenos que
nos permitan controlar y evaluar las tecnologas usadas, sus usos
e implicaciones. En ese sentido, es la necesidad de ir ms all de
una simple calificacin tecnolgica profesional, plantendonos que
esta formacin no se puede hacer si no es al interior de una cultura
tecnolgica, que implica tambin el desarrollo de un grupo humano
que lee crticamente el proceso tecnolgico y que, reconociendo todas
las posibilidades y el mundo nuevo que abre, tambin establece
una capacidad de crtica y determinacin de los empoderamientos
sociales que la tecnologa construye y, por lo tanto, es capaz de
hacer una evaluacin social de sta.
Por ello, podemos afirmar que no estamos frente a un simple problema de cmo incorporar la tecnologa en la educacin, como un
rea o como un problema de la educacin bsica y media, sino la
manera como incorporamos una cultura tecnolgica que implica
una mirada que es capaz de darse cuenta de qu manera tambin
se est transformando lo educativo. Por ello es necesario diferenciar qu es lo que estamos entendiendo o qu es lo que estamos
haciendo. Desde mi punto de vista, diferencio cinco elementos que
deben estar a la base de cualquier discusin como presupuestos
para su abordaje en el campo educativo:
Educacin tcnica
Pudiramos decir que esta mirada es la que ha venido haciendo
trnsito en nuestra realidad, que viene en la evolucin de la
educacin desde el artesano hasta las escuelas de artes y oficios y
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179
Para una ampliacin de esta discusin remito a mi artculo: "Los desencuentros entre tecnologa y educacin". En: revista Ciencia y Tecnologia, Vol. 22, N 2 3, julio-septiernbre, 2004,
Bogot. pp. 5-15.
180
Igualmente, esa presencia de la tecnologa es uno de los componentes que han llevado a plantear la reconfiguracin de la
pedagoga y la necesidad de otras pedagogas, haciendo visible
la emergencia de cuatro campos en disputa sobre ella:
1. La despedagogizacin.
2. La reorganizacin de las pedagogas universales.
3. La emergencia de las geopedagogas.
4. La disolucin de la pedagoga.
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185
El horizonte del trabajo en tecnologa representa hoy preguntarnos por el mejoramiento de la calidad de vida de nuestros destinatarios y por lo tanto por la propuesta de desarrollo humano
integral y sustentable o de Buen Vivir, en el cual lo inscribimos
y desde las cuales jalonamos nuestras prcticas y la constitucin
en actores sociales capaces de gestionar su destino construyendo
una mirada crtica sobre el desarrollo actual.
La renuncia a un trabajo en la actividad educativa de una concepcin tecnolgica de corte pragmtico, de uso instrumental,
en la cual todo es vlido, fundado en la aparente neutralidad del
hecho cientfico y tecnolgico, desde que ayude a generar empleo, renunciando a las preguntas fundamentales por el lugar,
el uso, los intereses inherentes al hecho tecnolgico mismo. Es
reconocer que a cualquier accin en el campo de la tecnologa
y mucho ms en el de la educacin, corresponden concepciones
y usos muy precisos, que si no los tenemos claros terminamos
sirviendo a esas concepciones sin darnos cuenta, siendo que debemos lograr que las opciones en lo tecnolgico tengan explcitas
esas concepciones que le subyacen, para discutir una propuesta
desde esas distintas entradas.
Reconocer el carcter sistemtico, riguroso, del hecho tecnolgico, pero no permitir que ste sea abordado sin las
preguntas por:
- La tica, que le dice cmo crea nuevos valores y enfrenta la
neutralidad y la moralidad del hecho tecnolgico.
- La historia, que permite reformular el hecho tecnolgico
y colocar su centralidad en la historia de la civilizacin.
- El contexto, que lo dota de lugar social y lo coloca en el horizonte de necesidades sociales proyectando el lugar de los
grupos que estn insertos all.
- La poltica, que da cuenta de la reconfiguracin de lo pblico y los controles que hace el poder sobre los procesos y
186
187
del problema de la separacin entre ensefanza tcnica y ensef.anza tecnolgica, sino tambin asumir con una rigurosidad
propia la manera como se viene incorporando la tecnologa y
los objetos tecnolgicos en los centros escolares.
b. Hacer una opcin de reformulacin en los centros, de construccin de cultura tecnolgica que desde la perspectiva del desarrollo
tecnolgico y la especificidad de la educacin popular produce las
endogenizaciones particulares desde los centros, manteniendo la
especificidad desde lo que se pueda producir desde ellos.
c. Iniciar procesos de alfabetizacin tecnolgica en los cuales todos/as los/as docentes y equipos pedaggicos puedan
acercarse con una visin sobre el fenmeno tecnolgico en s
y logren ser incorporados a sus procesos escolares desde la
idea de cultura tecnolgica.
d. Reconocer las esferas comunicativas, mediadas digitalmente
(blogesferas, podesferas, wikiesferas). En ese sentido, reconocer
y propiciar all un uso que potencie la participacin crtica y
la deliberacin, reconociendo all una lucha por la hegemona
que afecte el lenguaje implcito en las NTIC. 158
Adems, se requieren tres modificaciones inmediatas en los procesos educativos de los centros educativos:
Asumir la discusin entre lo tcnico y lo tecnolgico
significa plantearse de otra manera la resolucin de la
educacin bsica y media, tanto en su versin acadmica
como tecnolgica y esto exige dar un paso adelante hacia
la constitucin de institutos tecnolgicos que, aprovechando los proyectos universitarios crticos actualmente
existentes, tengan un entronque en los cuales la media sea
necesariamente de carcter tecnolgico y no tcnico.
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160
Wolton, D. (2004). La otra mundializacin. Los desafios de la cohabitacin cultural mundial. Barcelona: Gedisa.
190
educomunicativos, en los cuales una interaccin que se hace presente en la vida cotidiana a travs de la experiencia humana en el
uso de aparatos que van cambiando a una velocidad inusitada, nos
hacen recordar cmo ese cambio tcnico-tecnolgico dur millones
de anos en la edad de piedra, en la del metal cinco mil, y sta que
estamos viviendo registra modificaciones en una temporalidad
menor. No podemos dejar de reconocer que el primer transistor fue
inventado por la Bell en 1948, el primer circuito integrado lo fue
en los anos 50 y tena un costo en 1962 de 50 dlares. Para 1970
ya vala slo un dlar. Si observamos tambin su tamano, en 1970
ellos portaban 2,300 transistores y ya en 1993 llevaban 35 millones
y 177 millones en los actuales.
Estas cosas me las explicaba un ingeniero en una sala de espera
de un aeropuerto a propsito de la memoria que le llevaba a mi
hijo con 800 canciones de rock. En la conversacin, cuando yo
le deca que andaba con mi msica cargando un long-play de
vinilo en 33 rpm, que tena entre 12 y 20 canciones, l me agregaba que la memoria RAM en 1970 tena 1024 bits; en 1990, 16
millones hasta los gigas de hoy. Conversbamos tambin de la
manera como hoy mucha gente atiende sus servicios de plomera
o albafilera a travs de su telfono celular, haciendo visibles
en la vida cotidiana de personas muy sencillas los fenmenos
de la telemtica.
Se plantea que en todos estos cambias est la diferencia entre
tomos y bits 161, lo cual hace posible un cambio en las formas culturales de la distribucin y de los derechos de autor de la msica
y el cine, hoy colocados en esas memorias o formas de cd plsticos
(bits en tomos) dotando en este ltimo perodo a la informacin
de una nueva infraestructura, es decir, el movimiento de esos bits
a la velocidad de la luz generando nuevas realidades culturales.
All surge nuevamente el conflicto por su apropiacin, su uso y los
lugares y la presencia de lo humano haciendo de mediadores, y
16 1
Negroponte, N. (1995). Ser digital: e/futuro ya est aqu y slo existen dos posibilidades,
ser digital o no ser. Buenos Aires: Atlntida.
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Para una ampliacin, remito a Manjarrs, M. E., Ciprian, J. , Meja, M. R., Op. Cit.
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IV. El resurgimiento
de lo educomunicativo
"Sabe que vive en una cultura en la que los mass media existen y
determinan tambin nuestro modo de pensar, aunque nos creamos
aislados en la torre de marfil de un campo, impermeables a las
fascinaciones de la Coca Cola, ms atentos a Platn que a los publicitarias de Madison Avenue. l sabe que no es cierto, que incluso
el modo en el que nosotros, o al menos nuestros estudiantes, leen
a Platn (si lo leen) est determinado por el hecho de que existe
'Dallas', incluso para quien no lo ve nunca. Y, por tanto, intenta
tomar conciencia de lo que sucede."
Eco, U. (Prlogo ai libro de Omar Calabrese). (1987). La era neobarroca. Madrid: Ctedra
Signo e Imagen. p. 7. Se refiere a la serie de televisin "Dallas", emitida entre 1998 y 1971.
Mufloz, G. "La comunicacin en los mundos de la vida juvenil. Hacia una ciudadana comunicativa". Tesis doctoral CINDE 2006. Piscitelli, A. (1998). Posltelevisin. Ecologia de
los medios en la era de internet. Buenos Aires: Paids.
198
Educomunicaciones
Entre los antecedentes educomunicativos en nuestro contexto
latinoamericano estaran los trabajos de Mario Kaplum 169 sobre
la comunicacin popular en los cuales los trabajos con grupos populares no eran, en el sentido desarrollista de la extensin, sino
un proceso comunicativo dialgico, un acto poltico que construye
la transformacin de los grupos participantes y de la sociedad.
De igual modo, Francisco Gutirrez y Daniel Prieto reelaboraron
el concepto de mediacin para los procesos educativos, definiendo
como "tratamiento de los contenidos y las formas de expresin de
los diversos temas, a fin de hacer posible el acto educativo en el
horizonte de una educacin concebida como participacin, creatividad, expresividad y relacionalidad" 170 Es decir, nos encontramos
con los procesos comunicativos propios de todo proceso educativo,
donde se producen interacciones comunicativas. Se reconoce que
con el cambio de poca aparecen con fuerza esas nuevas mediaciones derivadas de los nuevos procesos tecnolgicos en marcha.
Es all donde los autores citados plantean la necesidad de una
comunicacin crtica que recree las relaciones y resignifique los
contenidos, presentndolos como propuestas alternativas.
Tambin Beltrn 171 muestra dos experiencias pioneras en comunicacin masiva, las cuales fueron promovidas por la cooperacin
internacional y se desarrollaron en Colombia (Radio Sutatenza)
y en Bolivia las radios mineras, en la visin de la asistencia del
Kaplum. M. Una pedagaga de la camunicacin. Madrid, Ediciones de la Torre,
1998.
110
Prieto, D., Gutirrez, F.: La mediacin p edaggica, Buenos Aires, La Cruj a. 2007,
p. 70.
rn Beltrn, R. La camunicacin para el desarralla en Amrica Latina, un recuerda
de media sigla. En: Congreso Panamericano de Comunicacin, Argentina, 2005
(documento fotocopiado) .
169
199
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201
175
En este punto retomo aspectos de mi libro Educacin y escuela para e! fin de sigla. (1994).
CINEP, para darle unidad forma a esta problemtica en mi visin.
Gorostiaga, X. "Amrica Latina frente a los desafios globales". En: Christus, mayo-junio,
1992. p. 12.
202
Lvy, P. (1993 ). As tecnologias da inteligncia: o fi1turo do p ensamento na era da informtica. Rio de Janeiro: Editora 34.
203
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207
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208
Retomo el Sentido de Educacin dei Seminario Consulta: UNESCO-UNICEF-MEN, Bogot, mayo 1992.
209
186
187
188
Garca Canclini, N. (1990). Culturas Hbridas: estrategias para entrar y salir de la modernidad. Mxico: Grijalbo.
Dubiel, H. (1992). Qu es el Neoconservadurismo. Barcelona: Editorial ntrophos.
Trabajos como los de Rosa Maria Alfaro (Per) y Rodrigo Parra (Colombia).
Especialmente los de Jess Martn Barbero (Colombia) y Nstor Garca Canclini (Mxico).
210
pectiva que ella tiene para nuestros contextos -hbridos culturales- y en la manera cmo la posmodernidad europea hace
presencia en nuestro medio 189 y, finalmente, otros analizan la
forma cmo se presenta en nuestros pases una modernizacin
sui generis. 190
Si algo van dejando en claro los movimientos sociales que se han
venido desarrollando, son los aspectos culturales que otorgan un
hilo conductor a muchas de sus reivindicaciones; y en ese sentido,
lo cultural se convierte encampo de batalla que va a permitir
una organizacin social coherente con las nuevas pocas.
Como bien lo afirma Agnes Heller, "6Por qu existe la creencia
generalizada de que 'los movimientos han desaparecido', de que
los ltimos cuarenta anos han sido un perodo en el cual no ha
ocurrido nada? Tal vez se deba a que estamos demasiado acostumbrados a la Historia, como historia poltica. Y, sin embargo,
por encima de todo la historia es social y cultural. Es la historia
de la vida diaria de los hombres y de las mujeres; si se observa
de cerca esta historia, revelar cambios decisivos que induzcan
una revolucin social... no han alterado el navo, pero s han
cambiado el ocano en que ste navega". 191
Quizs, el reto ms importante es el de obtener la capacidad
para hacernos las nuevas preguntas en la nueva lgica de la
poca, de tal manera que desde all, sea posible trazar el tejido
social que una lo pblico y lo privado .para recomponer un inters social y una responsabilidad colectiva, coherentes con los
cambiantes tiempos. En ese reto est tambin planteado buscar
la posibilidad de participar en el proceso de organizacin de la
poltica, encontrando otras formas de representacin simblica
y el encuentro, configuracin y determinacin de los nuevos in-
tereses, metas y medios.
189
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214
de nuevas educaciones: " ... ya que no es slo la existencia de diferentes tcnicas, lenguaje o esttica por separada lo que est en
juego, sino las posibilidades mismas del informar, del comunicar,
del conocer y del aprender, y por tanto del educar." 194
El maestro Jess Martn-Barbero, desde su comprensin de la
comunicacin como mediacin tambin invita a mirar el fenmeno cultural comunicativo con otra perspectiva, como se plantea
en el siguiente texto:
" .. .la comunicacin y la cultura constituyen un campo primordial de batalla poltica: el estratgico escenario que le
exige a la poltica recuperar su dimensin simblica -su
capacidad de representar el vnculo entre los ciudadanos, el
sentimiento de pertenencia a una comunidad-para enfrentar la erosin del orden colectivo. Que es lo que no puede
hacer el mercado por ms eficaz que sea su simulacin. El
mercado no puede sedimentar tradiciones, ya que todo lo
que se produce 'se evapora en el aire' dada su tendencia
estructural a una obsolescencia acelerada y generalizada,
no slo de las cosas sino tambin de las formas y las instituciones. El mercado no puede crear vnculos societales, esto
es entre sujetos, pues stos se constituyen en procesos de
comunicacin de sentido, y el mercado opera annimamente
mediante lgicas de valor que implican intercambios puramente formales, asociaciones y promesas evanescentes que
slo engendran satisfacciones o frustraciones, pero nunca
sentido. El mercado no puede engendrar innovacin social,
pues sta presupone diferencias y solidaridades no funcionales, resistencias y disidencias, mientras el mercado trabaja
nicamente con rentabilidades." 195
Lo anterior exige reconocer que el nuevo saber-poder tecnolgico
no es un pensamiento nico y manifestacin de la hegemona
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La memoria: es ampliada a travs de bases de datos, ficheros numricos de toda clase, hiper-documentos en lnea.
ii. La imaginacin: produce una nueva simbiosis al permitir
mezclas al infinito, con unos bricolajes que hacen real la
emergencia de saberes mosaico (que sintetizan lo oral,
lo escrito y lo digital).
iii.La percepcin: aparece atizada por los procesos de las realidades virtuales, los sensores digitales y la organizacin,
con un medio plagado de imgenes que reestructuran las
formas de la representacin.
iv.El razonamiento: se ve ampliado con las dinmicas
de inteligencia artificial y una modelizacin que toma
mltiples caras. Aparece como un razonamiento que
se da a partir de la experiencia y no es induccin ni
deduccin lgica.
v. La abstraccin: fundada en la universalidad, adquiere
nuevas dimensiones frente a la presencia de la singularidad visual (mltiples posiciones de los diferentes objetos),
haciendo que las bases de datos de imgenes, la simulacin
interactiva, definan las normas del conocimiento, ya que
stas son ms fueres que la abstraccin clsica.
1.
223
224
225
226
227
Hamilton, M. (2008). Sustainab/e Literacies and the Ecology of Lifelong Learning. NY:
Open University.
228
en cuanto crean situaciones que deben ser pensadas educativamente, como esos lugares en los que se va a hacer posible el
encuentro de esas narrativas y lgicas que ahora se constituyen
desde diferentes lenguajes: oral, escrito y digital. 22
Est ah la dificultad del educador de estos tiempos. l debe
recrear su tradicin educativa, enriquecerla con las nuevas realidades, reconocer que la educacin se convierte en un campo de
reconstruccin frente a las nuevas realidades. El encuentro entre
educacin, conocimiento, tecnologa y comunicacin ha constituido un mundo mucho ms complejo y paradjico (transdisciplinario). Por ello, la resolucin ms fcil ha sido volver a usar
estas nuevas mediaciones de una manera instrumental, como
un espejismo modernizador, y all no han faltado los discursos
apocalpticos que hablan del fin de la educacin, en un discurso
que intenta convertir lo comunicativo como el nico motor y el
contenido y fundamento de la accin humana.
En ese sentido, la bsqueda es ms profunda. Las nuevas realidades nos hablan de que asistimos a una reconfiguracin de
lo social y de lo humano, donde el conocimiento, la tecnologa
y la educacin se encuentran de otra manera, produciendo una
episteme nueva para el hecho educativo. Ello a la vez va arequerir de otra teora de la cultura y la socializacin, que apenas
comenzamos a tejer desde las situaciones emergentes que se
nos presentan en nuestras prcticas como educadores, sin olvidar que lo hacemos desde el Sur, lugar donde la ciencia y la
tecnologa entran tambin como configuradoras de espacios de
control, no slo por la posesin de bienes tecnolgicos, sino por
la manera como stos introducen a los nifios, ninas y jvenes en
la industria cultural de roasas. Esto nos muestra una realidad
que no puede ser leda en blanco y negro, y exige reconocer su
carcter paradjico, y una mirada en arco-iris para reconocer su
potencialidad, pero tambin su constitucin como poder y control,
202
Rueda, R. (2007). Para una pedagoga dei hipertexto. Una teora de la deconstruccin y la
complejidad. Barcelona: nthropos.
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208
Es todava muy temprano para afirmar que ste es el lenguaje, pero entre varios nombres
que se dan: computacional, informtico, tecnotrnico, meditico, prefiero utilizar "digital" porque nos habla dei cdigo y dei instrumento reorganizador, y en ese sentido es una
invitacin a poner en ese nuevo lenguaje-conocimiento la discusin; mientras acaba de
tomar forma la materialidad histrica que nos lo muestre ms claro y nos permita tener
una denominacin ms precisa de l.
232
Perelman, L. J. (1992). School's Out: Hyperlearning, The New Technology, and the End of
Education. Nueva York: William Morrow and Company, Inc.
233
colocan sus propios intereses y sus lgicas a quienes los utilizan, sin explicitar su concepcin pedaggica ni los sentidos de la
prctica presentes en ellos, lo cual exige aclarar las concepciones
desde donde se abordan esas prcticas.
Esto exige una prctica reflexiva que permita construir una unidad, en la cual ni lo pedaggico, ni lo tcnico, ni lo disciplinario
sean vistos como aspectos separados, siendo el uno el soporte del
otro, buscando que se desarrollen juntos, como una espiral donde
se ir generando el conocimiento. En esta unidad de dinmicas
diversas se lograr el aprendizaje y el desarrollo, as como la
emergencia de un nuevo territorio de la pedagoga, que va a exigir
hacer consciente un saber pedaggico concreto para el trabajo
con estos nuevos soportes, visibilizando las geopedagogas, que
emergen como territorio y lugar de experimentacin y prcticas
nuevas, construyendo procesos locales al interior de diferentes
tecnofactos (los de 'vdeo, los de internet, los informticos, los
telemticas, etc.); es decir, son soportes que tienen como base la
micro-electrnica, pero su plataforma cultural y de significados
son diferentes y diferenciadas.
Reconocer esto implica asumir cambios profundos y, en alguna
medida, darse cuenta de que la llegada de la tecnologa no slo
en su versin instrumental sino en su visin ms compleja de revolucin cientfico-tcnica hace visible la crisis de los paradigmas
en educacin y pedagoga, ya que nos muestra los lmites de los
antiguos procesos metodolgicos no reelaborados acorde con las
nuevas realidades y muchos de ellos todava incrustados en el viejo
disefio instruccional o en los ms progresistas de los modelos. stos
deben ser transformados o reemplazados por un saber pedaggico
que el maestro debe hacer consciente. La crisis de los modelos lo
coloca tambin a l en constitucin como sujeto productor de saber
iniciar la marcha para abandonar el ser un portador o transmisor,
ya que la emergencia de este nuevo territorio de base tecnolgica
le exige construir comunidades de reflexin, para no terminar en
un uso instruccional de los aparatos.
234
Ver Anexo N 2 1.
Hargreaves, A. (2003). Ensefar en la sociedad dei Conocimiento. La educacin en la era
de la inventiva. Barcelona: Octaedro.
235
236
237
Coherente con esta afirmacin y estos elementos en una perspectiva pedaggica ese uso mltiple que se hace de las tecnologas
en el proceso educativo en el sentido del captulo anterior de este
libro, las convierte en herramientas fundamentales del proceso y,
en algunos casos, el soporte de los nuevos procesos de informacin
y conocimiento que implica claridad en la concepcin pedaggica
que se tiene de ellos, y una lectura del hecho tecnolgico de quien
trabaja con ella, situacin que al no ser pensada est produciendo una desconexin de muchos. Esto viene generando una nueva
desigualdad y brechas en la sociedad, mostrando lo asimtrico de
la globalizacin en medio de un nuevo territorio: el ciberespacio,
lugar donde acontece la vida de muchas personas, enforma especial los jvenes, ninas y niiios de estos tiempos, convirtiendo este
mundo nuevo y la tecnologa en un derecho que propugna no slo
para hacernos consumidores, sino actores.
Esta realidad reorganiza la forma de los aprendizajes situados,
ayer con la mediacin del mundo adulto, hoy con simultaneidad de procesos en la vida cotidiana de los actores, construidos
desde lo virtual, que rompe la hegemona de la palabra escrita
y hablada, ante la emergencia de los sonidos, la imagen, la informacin, creando mltiples canales de circulacin de saber.
Ello tambin rompe la autonoma de la cultura escolar, diversificando los procesos de produccin, circulacin y acceso al saber
y al conocimiento, lo cual interpela y genera nuevas formas de
constitucin de la escolaridad de estos tiempos.
A la vez que se rompen las fronteras de lo formal, no formal e informal, asistimos al surgimiento de nuevas mediaciones, las cuales
crean escenarios de aprendizaje no slo por la constitucin de la
nueva realidad escolar, sino tambin por la manera como se ha
transformado lo comunicativo de la escuela y las nuevas tecnologas
emergentes en su quehacer, lo cual crea otras interacciones y canales, colocndonos frente a realidades descentradas y plurales.
stas nuevas realidades socavan la centralidad y unicidad de
la forma del saber tradicional, generada y generndose por un
238
239
la cual no toca ni modifica lo pedaggico, ya que no estamos haciendo reflexin crtica ni sobre el proceso ni sobre los aparatos;
estamos haciendo uso instrumental de ellos.
Por ello se debe reconocer la importancia de la pedagoga como saber
previo y opcin anterior al uso de los artefactos y stos como una
nueva realidad que le exige a ella ampliar su comprensin para dar
cuenta de cmo acta, en coherencia con las reflexiones del punto 2
de este captulo. Esto permitir la retroalimentacin entre tecnologa y pedagoga, incidiendo en sus desarrollos. Asimismo, posibilita
reconocer que no slo necesitamos nuevos marcos conceptuales
para pensar los nuevos procesos de aprendizaje en las Tics, sino
que adems requerimos ampliar las comprensiones pedaggicas.
Miremos rpidamente cul sera su uso instrumental en algunos
de los modelos ms empleados:
240
241
Varela, F. y Thompson, E. ( 1992). De cuerpo presente. Las ciencias cognitivas y la experiencia humana. Barcelona: Gedisa.
242
comprender lo comunicativo de estos tiempos. Las Tics representan un nuevo soporte de procedimientos y procesos educativos,
ampliando el territorio asignado tradicionalmente a la educacin.
En ese sentido, no basta con colocarle a ellas una concepcin o
modelo pedaggico para resolver su uso, es necesario ir ms all,
auscultar, en la manera como estn configurando, por ejemplo,
unas culturas juveniles a la vez icnicas, semiticas y lgicas
racionales, las cuales comienzan a reiterar un conflicto con la
escuela y sus procedimientos, pidiendo otro soporte para su
aprendizaje, que grficamente pudiera decirse con el tradicional:
"profe, y de ese libro no hay una pelcula".
a. Reconociendo el nuevo soporte
Una nueva concepcin, an en desarrollo, muestra cmo la tecnologa va mucho ms all de las herramientas y artefactos, y
cmo, en el sentido que le damos ac, a lo que se est asistiendo
es a una profunda transformacin de lo humano, marcada por
la emergencia de esas nuevas herramientas mediadoras que
producen en quien las utili~a no slo cambios en sus procesos
mentales o aprendizajes, sino modificaciones en el nexo realidadpensamiento-mediaciones.
Esas herramientas no corresponden a un proceso de opcin individual, sino a un proceso cultural (globalizacin), haciendo que
la inteligencia, la conciencia, sean construidas por el uso que de
estas herramientas hacen los actores en el juego comunicativo.
Para algunos autores como Pierre Levy21 5, estamos llegando a
una planetarizacin de la expansin de la conciencia, en la cual
las conexiones entre los seres humanos se dan ms al interior
de su sistema que hacia el exterior, produciendo un fenmeno
de autorreflexividad de otro tipo y de otras caractersticas, complejizando an ms el proceso de hominizacin (continuacin de
lo humano).
215
Lvy, P. (1993). As tecnologias da inteligncia, O futuro do pensamento na era da informtica (Traduccin de Calos Inineu da Costa). Rio de Janeiro: Editora 34.
243
Para una ampliacin, remito a mi texto, publicado conjuntamente con Prez, Diego. (1997).
De calles, parches, galladas y escuelas. Transformacin en la socia/izacin en los jvenes
de hoy. Bogot: CINEP.
244
nes tecnolgicas y que van a tener sus correlatos para la conformacin de las nuevas formas pedaggicas que incluyen los componentes
tecnolgicos y conforman unas culturas juveniles con especificidades
y particularidades que exigen una interaccin modificada.
245
246
247
248
la lectura y la m.nera cmo se produce sentido creando, necesariamente, otros valores y otra forma de insertarse en la realidad.
En esta perspectiva, cuando se trabaja, en educacin, no se puede
separar la seleccin de las herramientas para su uso y el proyecto
pedaggico o la concepcin crtica, como si fueran slo un uso instrumental. Elias son una unidad que debe ser pensada, planificada
y desarrollada al mismo tiempo, ya que si no logro realizadas
integrndolas desde la perspectiva educativa, la lgica en la cual
est construido el aparato devora a quienes lo usen y, en alguna
medida, terminamos haciendo conocimiento instrumental exento
de crtica e intereses. Es decir, ayudando a construir sin querer
el pensamiento y control ideolgico de lo tecnocrtico, que tiene
como fundamento la neutralidad, haciendo creer que este uso de
la tecnologa es objetivo y tcnico, y en educacin ese proyecto
tecnocrtico trata de usar bien la tcnica como herramienta, ya
que al ser neutra no tiene otras consecuencias.
Garca Jimnez, J. "La realidad virtual, el nacimiento de una nueva narratvidad". En: revista Telos, N2 34, junio-agosto, 1993, Madrid. pp. 26 a 35, a quien sigo y amplio en estas
consideraciones.
249
250
Recordemos que se reconocen tres: a) el de modelos verbales, por ejemplo lo fenomenolgico; b) el modelo de flujos lgicos, en donde est ubicado todo lo sintctico-gramatical; y c) unos modelos matemticos de resoluciones analticas (ecuaciones) o informticamente simulados (Lgica formal) .Hoy asistimos a un nuevo tipo de narracin, muchas
veces fragmentada en construccin con un peso grande de lo no verbal, en donde la
simulacin que comienza a replantear las formas de Ia representacin es muy importante.
Por eso, podramos afirmar que no hay modelo construido todava de lo digital y lo que
aparece son huellas de esa nueva narracin an sin establecerse totalmente.
251
223
224
Nombre que acu. Marc Prensky para referirse a la generacin nacida en el entorno digital.
Prensky, M. Digital Natives. Digital Immigrants. En: 0n the horizon. MCB University Press,
Vol. 9 N2 5, October 2001. Disponible en internet en: http://www.marcprensky.com/writing/
Prensky%i20-%20Digital%20Natives,%20Digital%20Itrunigrants%20-%20Partl .pdf
Welch, R. Ventana a los adolescentes ...
Las caractersticas son mltiples. En un reciente texto de CLACSO (ver cita al final de
esta nota), el especialista espaiol Carlos Feixa, a partir de los estudios sobre participacin
poltica los divide en cinco fases:
l. De tipo intelectual (primera rnitad dei siglo XX, unas minorias juveniles mesocrticas
y de intelectuales.
2. Emergencia de organizaciones juveniles de variado tipo, de base corporativa (estudiantiles, polticas, guerrilleras) protagonistas.
252
generaciones en los ltimos 60 anos, y que estaran muy someramente descritas de la siguiente manera:
a. La generacin del "Baby boom". All, se encuentran los
nacidos entre 1945 y 1955, constitudos en el mundo americano en torno a los high schools (teen agers), los cuales
se caracterizaran por unos ideales basados en tener un
trabajo y una familia, con hijos y luego en algunos sectores
de ellos una rebelda a repetir la historia de los padres que
luego se traslad al mundo de la poltica y construyeron los
movimientos en torno a la organizacin contra la guerra del
Vietnam, el mundo hippie, etc. La msica de referencia para
estos grupos fue el rock y algunas formas del jazz.
b. La generacin "X". Agrupa los nacidos entre 1960 y 1975,
que se van a caracterizar por un cansancio sobre la poltica,
una despreocupacin por los derechos y un vivir para s
mismo, lo cual desencadena dos formas particulares de esa
relacin: el mundo de los "yuppies" de parte de un sector
caracterizado por cierta vinculacin a grupos universitarios
privados y, como forma del agrupamiento social, el mundo
de las tribus urbanas 225 ligados a procesos interclasistas.
La reivindicacin simblica desde la msica, como el heavy
metal y el rap van a marcar a estos grupos.
c. La generacin de Einstein. Aqu se ubican los nacidos en-
tre 1988 y 1995. Han sido catalogados como grupos que no
tienen como centro de referencia tribus, tienen un mosaico
de referentes, no se encierran, son de generaciones ms
abiertas, no ven la necesidad de adscribirse a solo un gru3.
4.
225
253
Perea, C. "De la identidad ai conflicto. Los estudios de juventud en Bogot". En: Martn
Barbero, J. et al. ( eds.) Cultura y regin. Bogot: CES Universidad Nacional de Colombia.
2000. pp. 315-346.
254
228
229
Mufoz, G. "La comunicacin en los mundos de vida juveniles. Hacia una ciudadana comunicativa". En: Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Nifez y Juventud. Enerojunio, afio/vol. 5, N 001 , 2007, Versin impresa. Manizales. Universidad de Manizales. Ver
tambin: Feixa, C. (1999). De jvenes, bandas y tribus. Barcelona: Ariel.
Urresti, M. (editor). (2008). Ciberculturas juveniles, los jvenes, sus prcticas y sus representaciones en la era del internet. Buenos Aires: La Cruja.
Alvin Toffler ha planteado e! concepto de "prosumidor", para indicar una tendencia de!
mercado que tiene su manifestacin en la personalizacin de los productos, tomando parte
e! consumidor en e! disefo y la produccin de aquello que consume.
255
Como lo plantea en su investigacin Edgar Erazo: "En la interaccin con los medios masivos de comunicacin ya conocidos,
as como con los new media( ... ) los y las jvenes logran acceder
y sostener un conjunto de relaciones con valores y sentidos ms
amplios que aquellos provenientes de los agentes tradicionales de
socializacin (familia, escuela, comunidad, iglesia), transformando
la integracin-construccin de sus procesos de subjetivacin, tanto
230
256
232
Erazo, E. "De Ia construccin histrica de la condicin juvenil a su transformacin contempornea" . En: Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niiez y JuventudVol. 7,
W 2, 2009, Manizales. Universidad de Manizales-CINDE.
Martin-Barbero, J. "Tecnicidades, identidades y alteridades, des-ubicaciones y opacidades
de la comunicacin en el nuevo siglo". En: Pereira, J. (2005). Tecnocultura y comzmicacin.
Bogot: Pontificia Universidad Javeriana. pp. 25-54.
257
Espacio
Tiempo
Lgicas
Oral
Reducido,
detallado
Lineal
Escrito
Amplio de
horizonte
Circular
Cuerpo
Asociativa Analtica/
secuencial
Ancdota/ Conceptual
relato
Integrado Fragmentado
Aprendizaje
Ejemplo
Narrativa
Comunicacin Palabra/
gesto
Digital
Mltiple/
desterritorializado
Entrecruzado y
simultneo
Paradjicas
Visual auditiva
Resignificado y
reconstitui do
(unidad)
Norma y deber Indagacin
ser
ybsqueda
Libra/smbolos Imgenes
y grficos
Adems, ese lenguaje a travs de sus soportes crea otras condiciones de interaccin con contenidos propios . Scolari233 reconoce
cinco:
a . Digitaliza cin: transformaciones tecnolgicas, materia
prima de las nuevas formas de comunicacin.
b. Reticularidad: espacialidad con configuracin de muchos
a muchos.
233
Scolari, C. (2008). Hipermediaciones: elementos para una teora de la comunicacin digital interactiva. Barcelona: Gedisa.
258
259
dola como mediadora universal del saber y del operar tcnico, con
primaca de lo senso-simblico sobre lo sensomotriz.
Por ello se viene afirmando que estamos en otro espacio y otra relacin, configurada en la red, que emerge de la construccin de los
procesos en una relacin causa-efecto, antecedente-consecuente.
Esto significa un desplazamiento por el cual se sale de la razn dualista, constituida de juicios y anlisis en cadena. Con estas nuevas
realidades se da forma a la complejidad y la interrelacionalidad,
ms propia de lo interdisciplinaria y lo transdisciplinario.
La lgica en la cual haba sido constituido el mundo de lo oral
y lo escrito estaba dada a travs de procesos, cuya lgica era
aritmtica, en base diez (10) 1, 2, 3, 4, 5, 6, etc., razn por la
cual las relaciones causa-efecto eran bastante sencillas, haba
un lugar de llegada y uno para devolverse o para avanzar y no
haba sino un punto de vista sobre las cosas. En cambio la lgica
sobre la cual est constituido el mundo de los aparatos y de la
tecnologa de estas tiempos es binaria, 2, 4, 8, 16, 32, etc., hasta
el infinito, lo que indica la salida de un nico punto de vista y
el emerger de diferentes lugares de referencia frente a aquello
de lo que se habla. Esto va a tener profundas implicaciones en
lo que se refiere a la produccin de juicios, entendimiento de la
verdad y puntos de vista.
De otra manera, esto significa tambin una escritura sinttica, no
slo fundada en la letra, sino en una multiplicacin de smbolos de
la informacin. Si lo vemos en internet, all se escribe con letras,
sonidos, imgenes y una serie de nuevos lenguajes a partir de emoticones que nos hablan tambin de una escritura mosaico, como
un nuevo modo de escribir y producir un saber diferenciado.
Las NTIC, en ese sentido, estn propiciando procesos de simbolizacin y significacin, los cuales estn en nuevos formatos
y gneros narrativos; es decir, son nuevas "tecnicidades" que
permiten procesar informacin y cuya materia prima son abstracciones y smbolos.
260
261
Fuenzalida, V. (2005). Expectativas educativas de las audiencias televisivas. Bogot: Editorial Norma.
262
Ferres, I. Prats, J. (2008). La educacin como industria dei deseo. Barcelona: Gedisa.
263
264
"El saber no es la ciencia y es inseparable de tal y tal umbral en el que est includo: incluso
los valores de lo imaginario, incluso la experiencia perceptiva, incluso las ideas de la poca
o los elementos de la opinin comn. El saber es la unidad dei estrato que se distribuye en
los diferentes umbrales, mientras que el estrato slo existe como la acumulacin de esos
umbrales, bajo diversas orientaciones y la ciencia slo es una de ellas. Slo existen prcticas o posibilidades constitutivas dei saber, prcticas discursivas de enunciados, prcticas
265
van a surgir objetos de saber que pasan a ser parte del saber
pedaggico y tambin en cierta medida de la pedagoga. 24
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268
Para una ampliacin de esta problemtica, remito a mi texto: Los movimientos pedaggicos
bacia el siglo XXI, en bsqueda de nuevos territorios de la pedagoga. En el libro, 20 anos
de movimiento pedaggico, mitos y realidades, de la Cooperativa Editorial dei Magisterio,
editado por Hernn Surez.
269
270
271
en Amrica Latina. Una exploracin de indicadores. Santiago de Chile: Divisin de Desarrollo Social de CEPAL. Disponible en internet en: http://www.eclac.org/publiaciones/
xmlt/28765/seriel26.fine.pdf. Consultado en 15 septiembre 2010.
273
251
252
253
254
274
276
Hamilton, M. "Sustainable Literacies and the Ecology of Lifelong Learning" Position paper for the Open University/University of East London Global Colloquium on
Supporting Lifelong Learning, July 5-7 2000. En: Harrison, R., Reeve, F., Hanson, A., and
Clarke, J. (eds). "Supporting Lifelong Learning", Volume 1: Perspectives on Learning.
Routledge/Open University Press. 2002. pp. 176-187.
277
257
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2.
3.
4.
5.
6.
279
280
281
282
Jonas, H. (1993). El p rincipio de resp onsabilidad. Ensay o de una tica para la civilizacin
tecnolgica. Barcelona: Herder. p. 15.
283
284
285
Mcluhan, M. y Mcluhan, E. (1990) . Leyes de los medios. La nueva ciencia. Mxico: Alianza/Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Citado por Ford, A. En: "Navegaciones",
revista David y Goliath, octubre, 1991, Buenos Aires. p. 51.
286
265
287
V. Buscando lo pedaggico
de las educomunicaciones y
construyendo geopedagogas
''La realidad y la importancia de la revolucin cientfica y tecnolgica
en curso y de sus implicaciones a largo plazo en la organizacin del
trabajo y de las relaciones sociales, y de la cultura de las sociedades del maiana, constituyen el ncleo central e irrefutable de 'la
nueva realidad."'
Amin-Houtart266
Esta cita tiene una triple importancia: de un lado, el autor que leda
forma viene del pensamiento crtico mundial y goza de un amplio
reconocimiento en esos escenarios. De otro lado, el reconocimiento
de la manera como ese cambio .tiene implicaciones en las relaciones
sociales y la cultura, sirven para plantearnos de entrada los problemas que hemos desarrollado en el captulo anterior, y desde esa
perspectiva, nos permiten replantear los asuntos de la pedagoga
como uno de los lugares centrales de la geopoltica del conocimiento
en estos tiempos. Pero no es una reflexin fcil, en el sentido de que
al encontrarnos con una episteme a la cual coinciden la educacin,
la tecnologa, la comunicacin bajo procesos de informacipn y conocimiento, muestran la complejidad a la que ha llegado el asunto
educativo, el cual requiere ser trabajado con filigrana para poder dar
cuenta del tercer asunto y es de esos cambias para estos tiempos,
los cuales hacen visible cmo no basta con modernizar la educacin
introduciendo aparatos en ella, y hasta la reflexin sobre y desde
ella, sino que se requiere un anlisis de un ms alto calado crtico
para que ella aporte a construir una sociedad ms all de los deseos
del capital y al servicio de toda la humanidad.
266
La tarea es difcil, en cuanto apenas nos estamos acercando a comprender las modificaciones que estn sucediendo y sus implicaciones
ms all del uso tcnico. De igual manera, las pedagogas desarrolladas hasta ahora en los paradigmas son el soporte de una nueva
construccin, pero son insuficientes para explicar y dar cuenta de la
manera como estas realidades de la revolucin cientfico-tcnica en
marcha afectan el acto educativo, sus mediaciones, sus campos de
aprendizaje, y por qu no decir, a los sujetos que participan en ella.
En ese sentido, es un campo en construccin sobre el cual es necesario trazar propuestas y reflexiones que vayan permitiendo iniciar
una bsqueda que nos lleve desde el saber constitudo atravesando
la realidad actual con los mltiples usos y posicionamiento de la
tecnologa y la comunicacin para avanzar en la construccin de las
pedagogas crticas y transformadoras que han de desarrollarse a
partir de estas nuevas realidades. En ese sentido, adquiere plena
vigencia el carcter de ser nmadas, pues requiere de unos procesos que se van haciendo en el camino y nos plantean la urgencia
por dar respuesta en coherencia con el pensamiento y la actividad
crtica que hemos desarrollado.
Esta es una de las dimensiones de las geopedagogas en estos tiempos, en cuanto nos hablan de que a partir del acumulado, es necesario construir pedagogas para las nuevas realidades de este tiempo:
tericas, tecnolgicas, mediaciones comunicativas, de diversidad y
nuevos aspectos ticos. Ello obliga a pensar las pedagogas como
un proceso en constitucin permanente para poder dar cuenta de
los nuevos escenarios educativos que se constituyen, de las nuevas
mediaciones, y de los nuevos campos de aprendizaje.
En ese sentido, muchos de ellos no existen, es deber de educadores,
maestros y maestras crearlos para construir las geopedagogas
de este tiempo. Y, para ello, deben pasar de los discursos crticos
a las propuestas en los espacios concretos de prctica, donde los
enfoques pedaggicos tomen cuerpo en los planteamientos metodolgicos. No pueden existir educadores y educadoras sin apuestas
pedaggicas que materializan en su quehacer cotidiano, pero ello
exige dialogar con el acumulado y darle forma a su propuesta,
290
Apartes dei texto "La investigacin como estrategia pedaggica. Transformaciones educativas y pedaggicas en el siglo XXI," de Meja, M. R. y Manjarrs, M. E., de prxima
publicacin, y recupera elementos de la tesis de doctorado de Manjarrs, M.E. (2008).
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lbd. p. 241.
297
ejemplo, la ciudad educadora, la informacin, el internet, el autoaprendizaje, y la idea que conocer es estar informado, comunicar
y solucionar problemas. Estas formas de comunicacin surgieron
mediante la interaccin entre la crisis organizativa y las nuevas
tecnologas de la informacin, caracterstica de la economa informacional/global: la empresa red. 275
La formacin de docentes entra a ser replanteada en su totalidad
segn los parmetros de la sociedad informacional. Esto significa
hacerla entrar en sus categoras que dependen de tres grandes
paradigmas: nuevas formas de produccin, de experiencia y de
poder; las cuales desplazan la formacin dentro de la escuela, por
una fuera de ella y con modelos no institucionales. ;, Qu cambi
en la formacin de docentes? Esta tarea empieza a depender de las
organizaciones y los sistemas productivos, es decir, del mercado y de
las tecnologas. En relacin con la experiencia, aparecen relaciones
pedaggicas que afectaron a los sujetos, la comunidad y los entornos
locales. Y respecto al poder, entran otras categoras de la poltica
como la democracia, la equidad y la justicia social.
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9. La emergencia de la nueva ciencia. Sele ha venido denominando de esta manera a la emergencia y desarrollo de
nuevas reas del conocimiento, as como a la aparicin de
nuevos materiales, muchos de ellos creados en los laboratorios y las nuevas tecnologas. Esta interrelacin ha
dado forma a nuevas disciplinas y saberes como: la biologa molecular, la nanotecnologa, todas ellas soportadas
en la revolucin de la microelectrnica, denominado por
algunos como la Tercera Revolucin Industrial, siendo las
anteriores la del vapor y la de la electricidad. Estas nuevas miradas han permitido una interaccin ms holstica
y sistmica entre los diferentes conocimientos y formas
de ciencia 283 conocidas, situacin en la cual la relacin
entre ellas es cada vez menos causal y se reconoce un
condicionamiento y relacionamiento de nuevo tipo. 284
10. Realidades cada vez ms complejas. Se afirma que la
ciencia -y sus nuevos hallazgos- tuvo durante el siglo XX
tres grandes transformaciones:
a. La de los micro-universos. Da origen a la fsica cuntica,
en los estudios de Max Planck.
b. La de los macro-universos. Replantean elementos de
la fsica mecnica y lleva a la relatividad, con su gran
exponente Albert Einstein.
c. La de los estudios de las irregularidades. Rompe el mito
de las regularidades y da origen a la teora del caos, con
los trabajos de David Peat.
No slo se ha abierto un nuevo paradigma, sino un cambio sustancial en las maneras de comprender y formas ms interrelacionadas de explicar, que hacen visibles esas diferentes dimensiones
y variables. Este denominado "pensamiento complejo" 285 ha ido
283
Esta manera de la nueva ciencia ha generado lo que algunos denominan "el modo 2 de la
284
ciencia", en donde se replantea su misin y su origen, mostrando su historicidad y la necesidad de implicaria en solucionar los problemas de la humanidad.
UNESCO. (1986). Conclusiones dei Simposio "La ciencia y las fronteras dei conocimiento".
Venecia: ONU-UNESCO.
Morin, E. (2001). Introduccin al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa.
285
304
Simone, R. (2000). La tercera fase, formas de saber que estamos perdiendo. Madrid:
Taurus.
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309
La otra forma del sujeto emerge del hecho tecnolgico y comunicativo, y desde l, lo digital y lo numrico binario producen un cambio
por una nueva mediacin estructural diferente al libra y lo oral.
La identidad anterior, fundada en el conocimiento interiorizado
(el YO), como sujeto de aprendizaje (de su unidad de conocimiento
interno), est dotaba de una autonoma, que la hace responsable
de s, y se piensa desde adentro hacia fuera, donde la subjetividad
se replantea y aparece ms compleja.
La modernidad se caracteriza por centrarse en el sujeto nico, con
autoconciencia y pensamiento racional (tal como el pienso, luego
existo, de Descartes). Se trata de la esencia del YO, convertida,
por Kant, en sujeto trascendental. En esta reflexin el cuerpo representa lo opuesto de la razn, y el camino del instinto, el deseo
no controlado que lleva a construir una forma dual de entender
lo humano, en lo material y lo espiritual.
Entra en crisis o en transicin, el mundo real construido por el
sujeto, cuando la base de una razn nica, totalizante y verdadera,
se replantea. Desaparecen o se reorganizan las instancias de esa
autorregulacin y autoexpresin, que hicieron posible la unidad
en la modernidad: el Estado, la vinculacin laboral fija, la iglesia
y la familia nuclear de base patriarcal. Se genera en el sujeto una
inestabilidad en su identidad, las identidades individuales entran
en un flujo de mltiples referentes colectivos, y se encuentran con
interpretaciones variadas, donde no hay un nico centro de referencia, y hay mltiples lugares para encontrar y buscar caminos. 292
292
Sennett, R. (2000). la corrosin dei carcter; las consecuencias personales dei trabajo en
e! nuevo capitalismo. Barcelona: Anagrama. Este texto demuestra cmo e! control neoliberal se da desde la flexibilidad misma, y queda intervenido por la lgica de rentabilidad,
bajo formas de eficacia y eficiencia, supeditado a la evaluacin de resultados, mediante la
precarizacin dei empleo. La duracin, seguridad y descanso, generan una reconversin y
descentracin dei yo tradicional de la modernidad, constitudo por produccin manufacturera, coo un contrato a largo plazo, y un vnculo social permanente, que le permite construir
un proyecto de vida. Ahora esto se ha derrumbado: el sujeto de la globalizacin neoliberal
pasa el da a da lleno de incertidumbres, viviendo en un permanente estado de vulnerabilidad, traicionando y acabando su deseo personal de libertad, por el de empleabilidad, que se
convierte en proyecto propio y sentido de vida.
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312
299
300
Posada, J. E., Lucio, R. y otros. "Pedagoga y educacin popular". En: revista Aportes,
N9 41, 1994, Bogot: Dimensin Educativa; Quintana, J. (1991). Pedagoga comunitaria:
perspectivas mundiales de educacin de adultos. Madrid: Narcea.
Para una ampliacin, remito a mi texto: Globa/izacin(es) y educacin(es). Entre e/ pensamiento nico y la nueva crtica.
Wynecken, G. {1927). Escuela y cultura juvenil. Madrid: Espasa Calpe.
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314
315
A su vez, al interior de estas corrientes se dan diferentes posicionamientos conceptuales que muestran sesgos y matices de la
respectiva corriente, generando concepciones variadas, las cuales
gestan dinmicas de debate interno e incidencias diferenciadas
en el terreno de la accin. Por ejemplo, al interior de las crticastransformadoras, se desarrollan muy variadas miradas, como las
306
307
308
Pontificia Universidad Javeriana - Colegios de la Compafa de Jess. (1993). Pedagoga ignaciana, un planteamiento prctico. Bogot: Prefectura colombiana de la Compafa de Jess.
Tedesco, J. C. "Los pilares de la educacin en e! futuro". En: Debates en educacin, 2003.
Barcelona.
Kincheloe, J. L. y Mclaren, P. (Eds.) (2008). Pedagoga crtica. De qu hablamos, dnde
estamos. Barcelona: Grao de Irif, SL.
316
reproduccionistas, emplazamiento cultural, la educacin popular, contrahegemona cultural, las descolonizadoras, y muchas
otras.
317
"instruccionismo" como proceso pedaggico en el cual el maestro o maestra es la base del mismo, en cuanto es la persona
encargada de entregar ese acumulado, que al no poseerlo el
alumno sera considerado como un dficit en su desarrollo. En
este sentido, de la escuela va a tener la funcin de remediar
esta situacin, contemplando bsicamente el desarrollo de dos
contenidos: el conocimiento y las normas de comportamiento
(moral) que permitirn a ste integrarse a la sociedad.
ii. La pedagoga activa o nueva. Surge como una contestacin
al enfoque frontal predominante en la sociedad y el carcter
puramente receptivo del estudiante, y se constituye omo una
liga310 que aglutina diferentes pensadores y experiencias de
ensefi.anza no vinculadas al "transmisionismo", los cuales
consideran que el nifio no es un ser pasivo, ni una tabula rasa
en donde los adultos imprimen conocimientos y valores. Por
ello, su punto de partida es la actividad que los nifios realizan, el respeto a sus intereses, su libertad individual. En ese
sentido, va a requerir propuestas metodolgicas que permitan
un proceso donde l es agente activo de su constitucin en
sujeto. Para ello, se fundamenta en la psicologa gentica,
que comenzaba a desarrollarse, y cuya base es el crecimiento
y desarrollo progresivo del estudiante y la constitucin de su
libertad. Es una educacin donde no se impone la ciencia y
la moral, sino que sele coloca al estudiante en condiciones de
descubrir, de crearla de adentro hacia afuera.
iii. La pedagoga de la tecnologa educativa. En la primera
mitad del siglo XX se desarroll, a partir del trabajo de Watson3n, una teora que planteaba que el aprendizaje de nuevas
conductas se realizaba a travs del refuerzo y del castigo:
cuando la persona siente que el resultado es positivo, lo lleva
a repetir esa conducta. Estos principios, desarrollados por
Skinner312 , seran aplicados en educacin, planteando que
310
311
3 12
318
314
319
Creo que'el uso de modelos se refiere a la vinculacin entre el proceso de la fsica clsica
(mecnica) y el currculo de tipo sajn. Esa idea de modelos es precisamente uno de los
elementos que se cuestiona con la reconfiguracin dei saber escolar de la modernidad, de la
cual participa la inclusi de la investigacin en los procesos de enseanza-aprendizaje.
320
322
social para superar la desigualdad de cuna en la cual estaba fundado el antiguo rgimen. A1 hacerlo, no slo enfatiz su origen social,
sino adems, le entreg una manera determinada de construir su
relacin particular y bsica a partir de la instruccin y la ensefianza.
Justamente ese estilo de relacin, es el que va a garantizar la homogeneizacin social del conocimiento, y los contenidos eurocntricos
de ella, como el fundamento de la construccin cultural que va a
realizar para garantizar el control de mentes, cuerpos, y deseos.
Durante el siglo XIX, al constituirse los sistemas nacionales de
educacin como parte del estado-nacin, la escuela convirti el saber elaborado de la tradicin eurocntrica en saber escolar. Esto le
signific tener una comprensin especfica acerca de la ensefianza y
de la pedagoga y adems, desarrollar procedimientos particulares
de transmisin de ese saber , completamente diferentes a los de la
produccin y la construccin del saber. Dicho de otra manera, la
escuela asumi una especifi.cidad y una tarea: ser transmisora del
saber a partir de determinados procesos y entregar a las nuevas
generaciones el saber sistematizado, acumulado en el transcurso
de la historia de la humanidad318 de un mundo hecho desde esa
particular manera occidental del conocimiento, y en la negacin o
invisibilizacin de esas otras epistemes.
Para lograrlo, fue necesario desarrollar unos mtodos y unos procedimientos que garantizaran la ensefianza de ese saber y esos
contenidos hechos como una seleccin cultural a travs del currculo, y se cre entonces una didctica que termin confundindose
con la pedagoga por ser la escuela el lugar institucional del saber.
Es decir, se aislaron los procesos pedaggicos del resto de procesos
socializadores y se construy una identidad entre la pedagoga y
el cmo ensefiar.
Las consecuencias del encierro sufrido tanto por la educacin como
por la pedagoga en las paredes de la escuela han sido graves. En
primer lugar, la relacin social, que por va de la socializacin se
318
Martnez, A. "La enseianza como posibilidad dei pensamiento". En: Pedagoga, Discurso
y Poder, 1990, Bogot: Corprodic.
323
324
comienza a desarrollarse desde diferentes perspectivas de pensamiento y accin crtica, marcada por los procesos de negociacin
en la escuela: la comunicacin media una negociacin entre vida
cotidiana, cultura ilustrada, culturas propias y raizales, y procesos
masivos construidos como imaginario colectivo, en donde la televisin, la gallada de jvenes y la cultura de masas, tambin van
a la escuela, afectando sus procedimientos y reconstruyendo -de
otra manera- las relaciones sociales escolares320, mostrando que
no hay escuela ni educacin ni pedagoga sin contexto, sin historia,
sin lenguaje -el cual hace visibles los intereses-y sin poder.
Hasta el momento, la escuela no ha enfrentado esa sntesis y se ve
obligada a reconstruir el proceso al interior de s misma creyendo
que la crisis est en los modelos pedaggicos. No se plantea la
desarticulacin de la pedagoga con respecto a la socializacin y
ni su encarcelamiento en el proceso escolar en donde se le envan
sus contenidos (estndares y competencias) y el maestro y la
maestra la resuelven con los procedimientos aprendidos en una
dbil formacin pedaggica (despedagogizacn). Con una postura
crtica frente a estos fenmenos, la educacin popular ha logrado
interesantes avances en la escuela tanto en nuestro medio como
en otros pases del continente.321
Roy, es necesario retomar la crtica a la escuela como reproduccin social y agente desarrolladora de la vinculacin de sta a
procesos productivos, e ir ms ali de ella y hacer una nueva
lectura que desencarcele la pedagoga de la escuela y plantee el
reto de construir unas pedagogas acordes con sus procesos y
con los contextos en los cuales opera, donde estn los aparatos y
los nuevos procesos comunicativos como mediadores. Es urgente
tambin, diferenciar los procesos de instruccin, ensefianza y
320
321
325
326
Rodrguez, M. (1997). La constmccin colectiva dei conocimiento en la educacin popular: desafios actuales en contextos culturales andino-bolivianos. La Paz: Procep-Cenpprotac, MC PB.
m Bruner, J. (1988). Realidad mentaly mundos posibles. Los actos de la imaginacin quedan
sentido a la experiencia. Barcelona: Gedisa.
327
326
327
Ghiso, A. "Dilogo de saberes en los procesos de educacin popular". En: revista La Piragua, N 7, 2 semestre, 1993, Santiago de Chile: CEAAL. Ver tambin : Revista Aportes,
N 53, 2000. "El dilogo en Ia educacin. Perspectivas tericas y propuestas didcticas."
Bogot: Dimensin Educativa.
Retomo elementos de] libro de: Awad, M. y Meja, M. R., Op. Cit.
328
El anlisis tradicional diferencia dos tipos de socializacin: la primaria, realizada a travs de la familia y de la interaccin social,
corre por el camino de la informalidad y corresponde al mundo de la
vida cotidiana. Y la secundaria, o socializacin formal, que ocurre
a travs de la escuela y las instituciones y corre por la va de la
formalidad. Tambin se llama secundaria a aquella realizada en
el mundo del trabajo, requiere algunos niveles de especializacin,
se mueve en el mbito de lo no formal y hace referencia a procesos
de formacin y adecuacin sobre la marcha. 328
Familia
Socializacin
Primaria
Informal
Interaccin Social
Escuela
Socializacin Secundaria
Trabajo
Formal
Instituciones
No Formal
Adecuacin
Capacitacin
A stas se les ha llamado EDUCACION
porque suponen INTERVENCIONES INTENCIONADAS, CON INSTRUMENTOS,
destinadas a producir un aprendizaje. Excluyen lo familiar y la interaccin social.
329
donde las formas masivas y culturales actan con gran fuerza 329
Sin intentar agotar el tema, se sefi.alan tres nuevos fenmenos que
encarnan formas diversas de relacin social y de conformacin de
grupos a partir de pautas diferentes a las conocidas hasta hace
pocos anos. Ellos son: las formas masivas, los procesos de interaccin de pares (galladas, pandillas, por ejemplo) y los procesos de
constitucin de grupos por fuera de lo escolar. 330
La experiencia muestra que nuestros nifi.os se educan hoy en
lugares diferentes a la escuela. La televisin, el cine, el vdeo, los
juegos electrnicos, las redes sociales (como Facebook), entre otros,
educan a travs de mecanismos distintos a los utilizados por la
escuela y la familia. Esta es la nueva socializacin, llamada por
algunos "terciaria", que nos dice que ella sali desde hace mucho
tiempo de las cuatr? paredes de la escuela. 831
Sin embargo, la escuela contina encerrada en su metdica y en
su concepcin pedaggica, atada a la instruccin y "renovada" en
la ensefi.anza, sin entender que esos nuevos procesos la han fraccionado quebrando su fuerza y trasladando la socializacin a otros
escenarios. En cambio, se coloca de espaldas a estas realidades
mostrndose indiferente a la urgencia de reflexionar y replantear
su papel, funcin y sentido. A pesar de las reformas educativas en
nuestro pas y en Amrica Latina, el sndrome modernizador no
permite hacer las transformaciones urgentes para este tiempo,
haciendo que las nuevas exigencias (PEI, gobierno escolar, etc.)
sean incorporadas dentro de la misma vieja estructura.832
Para los educadores populares ser de gran inters trabajar en
este sentido. La sociedad masiva en la que vivimos ha creado
329
330
331
332
330
334
331
332
Castells, M. (2001 ). La era de la informacin. Tomo I: La sociedad red. Tomo II: EI poder
de la identidad. Tomo III: Findei milenio. Mxico: Siglo XXI.
333
334
335
336
337
338
esa figura se observa en el cambio de los procesos administrativos, donde el rector-gerente de las instituciones deja de ser un
pedagogo. En su nueva funcin lo importante es garantizar el
orden administrativo y de control, camino que comienza a labrar
la despedagogizacin.
Aparece otra forma de control de este tiempo: es en la gestin
de lo imprevisto. Para ello, se disefian procesos de organizacin
que permitan controlar al detalle las rutinas de los procesos en
educacin y la escuela. Esto es visible en los procedimientos administrativos hechos a travs de rejillas y cuestionarios, utilizados
en los diferentes procesos de acreditacin de calidad, los cuales
buscan ordenar y organizar el funcionamiento escolar desde lo
administrativo, al mnimo detalle, de pasos a seguir tanto en la
manera de hacerlo como de las rutinas a seguir. Esto, acompafiado
del discurso que le otorga a los procesos una supuesta o aparente
objetividad y neutralidad, los cuales a la vez van relegando el
lugar de lo pedaggico, convirtindose en su aparente objetividad
en uno de los nuevos factores de despedagogizacin.
De igual manera, aparece una tercera caracterstica de esta forma
de control y es la satisfaccin individual de cada asociado, quien
controla procesos debe garantizar que cada individuo se sienta
satisfecho. En esta mirada se produce una modificacin de la idea
de calidad, pasando de una centrada en el proceso de la cadena
productiva y el control estadstico de ella, a una en la cual los procesos de calidad estn centrados en el cliente. En la educacin se
dan formas de control de los procesos educativos por empresas, por
quienes pagan, que ha terminado en procesos de privatizacin, en los
cuales los padres de familia seleccionan la escuela a la que van sus
hijos y el Estado paga el bono correspondiente a las mensualidades,
gestndose una aparente meritocracia fundada en los procesos de
socializacin de los cuales ha participado el individuo. 339
339
En la actual crisis educativa chilena generada por la "revolucin de los pinginos" este
punto es central, ya que all se experiment y en la discusin se ha hecho explcito cmo
esto ha construido un sistema de seleccin de ingreso que termina siendo excluyentc y discriminador de grupos sociales por su origen, clase, o referencia tnica.
339
340
el cambio de poca propiciada por la revolucin productiva en marcha, es donde el trabajo inmaterial ha hecho real un ser humano
constituido desde su doble condicin de trabajador intelectual y
manual con un lugar importante de las mediaciones tecnolgicas.
Por va del desarrollo del conocimiento y la tecnologa le ha sido
restituida su doble condicin de trabajador simple y abstracto,
ellos, como la unicidad de la capacidad humana a plenitud, y no
de simples competencias, en la sola esfera del hacer.
Pero nuevamente llega el capitalismo de esta poca, reconstruido
desde los nuevos procesos cognitivos, tecnolgicos y comunicativos,
y reestructura su control para, desde el biopoder, tomar las potencias de lo humano y su capacidad cada vez ms plena y fragmentada. Las vuelve mercanca y pone a trabajar por cuenta propia
la vida y todas sus manifestaciones en el planeta, implementando
a nivel escolar la dupla estndares-competencias.
Hoy las resistencias vuelven a emerger al interior de las nuevas
relaciones de poder que se han constitudo para controladas y al
interior del capitalismo reestructurado crean un campo de fuerzas
de sentidos contrarios generando conflictos, volviendo potencia
de respuesta el biopoder, el cual vuelve a proponer la plena capacidad humana y al no tenerla contesta, rechaza, sugiere otros
espacios, otros tiempos, otras lgicas diferentes a aquellas en las
cuales el capital de este tiempo organiza su control, emergiendo
las capacidades como una respuesta particular a los estndares
y competencias.
Es en este nuevo proyecto donde emergen las resistencias que
van mostrando tambin las formas como acciones prcticas, estrategias, son redirigidas, dndole contenido a los nuevos disensos
crticos. En educacin emergen infinidad de prcticas que buscan
dar respuesta anudando resistencias del pasado y enlazndolas
con las nuevas formas de ellas, las cuales van a permitir mostrar
cmo su concepcin y fundamento de lo humano tiene otras caractersticas. Con ello se inauguran tambin otras propuestas de
lucha para hacer posible la bsqueda de la sociedad transformada
341
342
343
Toda esa crtica acumulada consolida a nivel religioso el movimiento de la Reforma Protestante, considerado por algunos autores342 como el momento de quiebre que da forma a la modernidad,
obligando a una reorganizacin en el pensamiento y el saber, as
como de los mecanismos de control dominante a la introduccin
y cambios a su interior, dando forma al movimiento de la Contrarreforma catlica cuya propuesta educativa se fundament en el
canon medieval de las siete artes liberales: TRIVIUM (gramtica,
retrica y dialctica) y QUADRIVIUM (aritmtica, geometra,
astronoma y msica) 343 . En este ambiente se constituye el paradigma educativo alemn, el cual fija su horizonte en la ensefianza
de la cultura Occidental, fundada en la paideia griega.
Es en ese marco que la preocupacin por lo humano recorre a la
modernidad, en una disputa entre el pensamiento religioso, y el
pensamiento racional como propio de lo humano, y el cientfico,
342
343
Rubn Jaramillo Vlez es e! autor que ms ha desarrollado esta tesis en nuestro medio.
Macintire, A. (1992). Tres versiones rivales de la tica. Enciclopedia, genealoga y tradicin. Madrid: Rialp.
344
345
345
347
Para una amplacin de las formas de poder hoy, remito a mi texto Educacin(es) en la(s)
Globalizacin(es). Entre el pensamiento nico y la 1111eva crtica. pp. 183-194.
Horkheimer, M. (2000). Teora tradicional y teora crtica. Barcelona: Paids.
346
349
347
351
352
348
en nuestro medio el intento por controlar desde all, hegemonizando desde sus concepciones, dando lugar a un sistema-mundo
administrado desde ese tiempo/espacio denominado por ellos modernidad353. sta conforma sus sistemas de saber para construir el
poder de esa autoridad, y la escuela y la educacin sern algunos
de esos instrumentos.
Recapitulando, podemos concluir que la educacin y la escolaridad en Occidente 354 se han conformado en una confrontacin
de tres corrientes, como fuerzas histricas. De un lado, las que
buscan constituir las formas de la tradicin y mantener sus
princpios; de otro lado, las que reconocen las modificaciones de
un mundo en cambio y propugnan por una modernizacin crtica
que adece la educacin y la escuela a los nuevos tiempos; y en
la otra orilla, las que plantean lo educativo como institucionalidad presente en procesos formales, no formales e informales,
por donde circula y se reproduce el poder y el control de mentes,
cuerpos, deseos, al servicio de los intereses dominantes en esa
sociedad. En ese sentido, se plantean una educacin y una pedagoga crtica; que debe colaborar a la transformacin de las
condiciones de dominacin de los sujetos educativos en dichas
sociedades. Por ello, la educacin y la pedagoga son campos de
conflicto entre las diferentes fuerzas que desean orientar los
sentidos y destinos de esas sociedades.
Al interior de los paradigmas conviven esas tres grandes corrientes, disputando la orientacin de la sociedad y de la educacin.
En este sentido, ellas visibilizan su apuesta social y humana
sobre los l,para qu?, y los 6por qu?, del hecho educativo (fines).
Desde ah, podemos afirmar que ellas son movimientos en el
terreno conceptual y prctico que evidencian en la especi:ficidad
de lo educativo y lo pedaggico su propuesta de desarrollo y ser
humano, mostrando para qu se forma en la sociedad y a travs
353
Castro-Gmez, S. (2004). La hybris dei punto cero. Ciencia, raza e i/ustracin en la Nueva
Granada (1750-1836). Bogot: Pontificia Universidad Javeriana / Instituto Pensar.
354
Hablo de Occidente reconociendo la existencia de una versin Oriental de estos temas, que
se mueven en otra lgica y perspectiva.
349
350
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355
366
Anexo N 2 l
Modelos de desarrollo sustentable
~ s Eco-holstico
Ap
Presupuesto
Lugar de la
tecnologa
uesarrollo
y progreso
La cadena de
procesos naturales es una
unidad sistmica que debe res petarse y protegerse.
La civilizacin
debe ir sostenida sobre el
crecimiento y el
progreso, desde
el acumulado
actual.
La tecnologa
es potencialidad para todos;
es desarrollo de
fuerzas productivas y ellas pertenecen a quien
las desarrolla.
Planeta azul
>El crecimiento es
parte de la solucin, pero hay que
lograrlo siendo
responsables de la
tierra; antes el ser
humano se defenda de la naturaleza, ahora sta se
defiende de l.
La T ayuda a la
solucin, siempre
y cuando reduzca
la pro d uccin de
residuos y agentes
contaminantes, y
redistribuya los
riesgos.
Vision
cultural
Utro
desarrollo
El orden humano
no coincide a veces
con el ecosistema;
el problema no es
saber conservar,
sino aprender a
transformar bien.
El orden humano
es tambin parte
del orden natural.
Las transforma ciones tecnolgicas
tienen que crear
nuevos equilibrios
en los que sea posible la continuidad
de la vida; hay que
prepararlascomunidades para el
cambio cultural.
Ap
Relaciones
norte sur
Lema
Eco-holstico
Desarrollo
Planeta azul
Visin
cultural
Otro
desarrollo
Las desventajas
tecnolgicas del
sur estn basadas
en procesos histricos de colonialismo que el norte
debe pagar: hay
que lograr el acceso a la tecnologa
hacindolo adaptativo.
y progreso
El norte ha desarrollado la
tecnologa y
debe ayudar a
la transnacionalizacin del
mundo del sur,
ayudando con
ello a desarrollar las potencialidades de
pobres y jvenes
para garantizar
el futuro.
En la tradicin No negociables
est la unidad y patrn de conel equilibrio.
sumo del norte,
s extensible al
sur.
cs:
Post-marxistas
Presupuesto
Estamos en el
surgimiento del
capital ecolgico
derivado de los
desarrollos de la
ciencia, en especial de la biotecnologa; es un cambio que muestra
las nuevas formas
de acumulacin
del capital.
Lugar de La tecnologa gela tecno- nera valor como
loga
construccin
cultural; los conocimientos tradicionales vistos
como tecnologa
son complemento
til en la conquista cientfica de la
biodiversidad.
Reinvencin
dela
naturaleza
La ciencia es una
nueva realidad
(diferente a la
manera anterior
de producirse);
el discurso de
los cientficos es
poltico, ya que
bajo l aparecen
las nuevas relaciones sociales
capitalistas.
La mirada tecnolgica ha sido
construida desde la escasez y
la competencia;
all predomina
el capitalismo y
el patriarcado.
Hoy se desarrollan en una desnaturalizacin
de lo~ conceptos
anteriores.
Hibridactn
Hibridacin
religiosa
Asistimos a un
momento en el
cual tres formas
del desarrollo
de la naturaleza
se encuentran
produciendo
una hibridacin;
ello conduce a
una nueva va loracin de la
biodiversidad.
Se da la integracin de las
nuevas tecnologas con las
ya existentes,
articulando una
construccin
desde una base
tecnolgica hbrida.
Existe una
omnipoteneia de ciencia
y tecnologa
que sobrevalora la razn
que ha creado
una crisis en
el mundo que
nos legaron.
La tecnologa
como parte
de la ciencia
gener una
apropiacin
desigual de
los bienes, sin
ninguna regulacin tica.
Saber
cuidar,
tica de lo
humano
El proyecto de
humanidad
fundado en el
crecimiento,
el progreso y
el desarrollo
ha sacrificado
a las 2/3 partes de la humanidad.
Existe una
unidad csmica, la cual hace
que no exista
separacin ni
dualismos en
la sociedad y
sta es propia
de los grupos
aborgenes.
La tecnologa
ha generado la
sociedad del conocimiento y la
comunicacin,
construyendo
un mundo con
ms aparatos,
pero ms descuidado de las
personas y de
la madre tierra.
Esta se ha dado
desde siempre
en las formas
de cultivo y del
control del uso
del agua. Las
de hoy son nuevas tecnologas
que deben ser
relacionadas
con las prcticas del Buen
Vivir.
Buen vivir
[s:
Post-marxistas
s
Relacio- La sustentabi nes norte lidad no es una
salida para la
sur.
naturaleza, sino
para el uso tecnolgico del capital
de este tipo que
se encu entra en
el norte y la naturaleza en el sur.
Lema
Reinvencin
dela
naturaleza
La biotecnologa
ha generado hoy
un nuevo t i po
de control sobre
el norte en su s
relaciones de dominacin sobre
el sur, centrado
en nuevas formas de control
desde el conocimiento.
La naturaleza
y el poder estn
siendo recreados
por la tecnologa.
Hibridacin
Hibridacin
religiosa
El sur no debe
someterse pasivamente a las
reglas del juego,
ya qu e el discurso sustentable
es slo el discurso amable d la
internacionalizacin del capital ecolgico y
la reinvencin
de la naturaleza
al servicio del
capital.
La transfor macin no es
un problema
norte-s u r,
sino de un
nuevo proceso de equidad
entre los seres
humanos y el
cosmos.
La pnmera
manifesta cin de la divinidad es la
vida; debemos
mantenerla.
Saber
cuidar,
tica de lo
humano
Un llamado
a norte y sur
para avanzar
de otro modo,
colocando el
cuidado como
crtica a nu estrl civilizacin
agonizante.
Buen vivir
Un Buen Vivir
con proyectos
de vida de las
comunidades .
Anexo N 2 2
Cuadro resumen: concepciones sobre tecnologa
p
La ciencia
La tecnologa como
ciencia aplicada
La tecnologa
como accin con
instrumentos
Su objeto es el progreso
del conocimiento y el
desentrafiamiento de
las leyes que la constituyen.
Existen mltiples
tipos de acciones,
algunas de estas
ltimas son las del
conocimiento.
Se da a partir de la
reflexin sobre el
hacer, que cada vez
es ms complejo.
Siempre se da en
contextos especficos y para dar
cuenta de l.
La accin
humana
El desarrollo
dei
conocimiento
Es lineal, va siempre
en crecimiento y ayuda al progreso de la
humanidad.
La tecnologa
como aplicacin
prctica dei
conocimiento
Campo complejo
que da cuenta de
las mltiples construcciones de lo humano y natural.
La tecnologa
como produccin
de lo necesario
Se constituye en la
necesidad del ser humano de crear.
La tecnologa
La educacin
Lugar de la
tecnologa en
la sociedad
Una aplicacin
prctica del conocimiento a un
campo especfico
del quehacer. Debe
focalizar se.
Es un campo del
conocimiento que
debe ser ensefi.ado
como rea.
La extensin de la
tecnologa a otros
mbitos del quehacer humano, viviramos un mundo ms
racional y mejor.
Produce artefactos
para su uso y mejoramiento de vida.
Es una adaptacin
del medio a las necesidades humanas. Es
la emergencia de lo
artificial.
Atraviesa transversalmente todas las
reas.
Marca la diferencia
entre el ser humano
y el animal ; mecanismo mediante el
cual el ser humano
busca bienestar y seguridad.
La ciencia
La tecnologa
como
creacin de lo
que no existe
Estudia lo que
existe a partir
de las causas
eficientes.
La accin
humana
El desarrollo
dei
conocimiento
La tecnologa
como hecho
cultural
Se ha desarrolla do con una
matriz cultural propia, con
sus mtodos de
acuerdo con in tereses especficos .
La tecnologa
como parte de
la estructura
de poder de
una poca
Es el resultado
de opciones racionales en un
contexto especfico.
Es jalonada
por los intereses dominantes
en la sociedad
( acum ulacin/
ganancia/consumo).
Est fundada
sobre la investigacin.
Una innovacin
permanente jalonada por fines
racionales.
La tecnologa
como ciencia
experimental
Se divide en
ciencia bsica
(teora) y ciencia aplicada (la
que produce herramientas).
La accin del
tecnlogo orga n1za un campo propio para
producir herramientas, mquinas y productos
terminados.
Es diferenciado
para el cientfico y el tecnlogo.
La tecnologa
como
construccin
permanente
Esta va en expansin y en
mltiples direcc10nes.
Construye desde
lo desarrollado,
pero desde el fra caso y siempre en
construccin.
La tecnologa
Es diferente a
la ciencia y busca crear objetos
tecnolgicos.
La educacin
Las tecnologas
existen ms all
de las productivas, en cada
rea del conocimiento. Cultura
tecnolgica.
Lugar de la
tecnologa en
la sociedad
.,. , diferente a
la ciencia. Hoy
ha creado la
ciencia de lo
artificial, con
desarrollo propio.
La tecnologa
tiene sus mtodos propios y
debe ensefi.arse
como rea especial.
Es la versin
aplicada de
la ciencia y la
practican los
tecnlogos.
La tecnologa
debe ser ensefi.ada con su historia y su contexto
de poder que la
posibjHa.
Tiene impact0
en la sociedad,
pero de forma
derivada de las
grandes investigaciones.
La tecnologa
actual es fruto
del desarrollo
social capitalista y orientada a
sus fines.
En tecnologa
es un proceso:
- modelo
- disefi.o
- fabricacin del
prototipo
. fabricacin
producto
- ajustes al produeto
Produce aparatos para su
uso.
Siempre existe
un nexo entre el
artefacto construido y los otros
factores sociales
donde se constituye.
Debe dar cuenta
de las tecnologas
y de los caminos
como se lleg a
ellas, sus erro1es
y bifurcaciones
creando el problema y luego lo
resuelve.
La tecnologa va
aparejada al desarrollo de las
ciencias.
Anexo N 2 3
Paradigmas educativos
Alemn
Corrientes
Clsica. tradicional
(concepciones)
Francs Sajn
La tinoamericano
Crtico-transformadora/
emancipadora (concepciones)
Reproduccin
Contrahegemona cultural
Educacin Popular
Descolonizadora
Otras
Enfoques pedaggicos
Frontal y de transmisin
Activa o nueva
Constructivista
Histrico-social
Fundado en la investigacin
De la complejidad
Etnoeducacin/propia
Humanista (diversos tipos)
Lneas metodolgicas de aprendizaje y ense:fi.anza (Modelos)
Conceptual
Integrador
Contextualizado
Por indagacin
Por descubrimiento
lnvestigacin como estrategia pedaggica, basada en la investigacin
Colaborativo
Por diferenciacin
Tecnosociales
De la tecnologa educativa
Crtico-liberador
Neurocognitivo
Otros
Problematizador
Para la comprensin
Mapas conceptuales
Significativo
Basada en la investigacin
Cambio conceptual
Operatorias
Por competencias
Personalizador
Indice analtico
A
Aprendizaje 13, 44, 50, 51, 58, 59, 60, 62, 69, 70, 71, 72, 139, 149,
172, 173, 174, 176, 179, 180, 193, 194, 204, 205, 209, 214, 215,
216,217,220,221,223,225,226,228,229,230,232,234,235,
236,237,238,240,241,242,243,256,258,262,263,265,270,
271,275,276,277,278,279,282,283,290,291,295,298,299,
305,310,311,313,317,318,320,321,325,326,329,330,332,
336,350,351,352,353,354,355,356,357,358,364,365.
B
Buen vivir 93, 116, 117, 118, 136, 186, 369, 374.
e
Capitalismo 12, 15, 17, 33, 37, 38, 41, 42, 44, 52, 54, 62, 64, 78,
82,83,84,90,91, 103,112,117,120,125,130,135,145,152,161,
171,185,190,192,207,218,219,232,256,257,263,299,307,308,
310,311,324,333,335,336,338,341,342,345,369.
Ciencia 12, 13, 15, 20, 22, 23, 26, 40, 56, 57, 58, 59, 62, 64, 65,
66, 67, 70, 76, 77, 78, 89, 92, 105, 112, 114, 116, 142, 144, 147,
148, 149, 150, 152, 153, 154, 155, 156, 157, 158, 159, 160, 161,
162, 163, 165, 166, 167, 169, 171, 172, 173, 174, 176, 177, 178,
180,182,184,187,204,205,208,218,225,226,227,230,236,
242,245,255,257,265,266,268,278,281,282,283,285,286,
292,293,295,296,299,300,301,302,303,304,305,314,318,
345,346,347,349,366,369,371,372,373,374.
Ciudadana 12, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 34, 37, 38,
39, 40, 49, 53,124,129, 182,193,198,200,212,216, 236,255,
273,276,342,360,361.
Comunicacin 13, 16, 18, 22, 29, 35, 37, 69, 77, 82, 83, 89, 102,
116, 141, 179, 190, 194, 195, 197, 198, 199, 200, 205, 207, 212,
214,215,216,217,218,219,221,224,229,230,231,232,241,
251,252,253,254,255,256,257,258,273,275,278,279,283,
284,285, 2~9, 290,293,295,296,298,299,306,307,309,311,
324,325,328,329,333,338,340,342,350,353,354,355,359,
360, 361, 363, 369.
Conflicto 11, 28, 42, 43, 47, 49, 50, 51, 57, 70, 82, 130, 132, 155,
191,209,243,254,279,295,331,334,335,341,349.
Conocimiento 12, 18, 21, 23, 24, 25, 29, 35, 37, 39, 43, 52, 57,
58, 59, 60, 61, 63, 66, 67, 68, 69, 70, 71, 72, 74, 75, 76, 77, 78,
79,80,81,82,83,85,89,91,92,94, 107,108,111,113,114,116,
135,136,144,145,149,150,151,152,153,154,155,156,157,
158,159,160,161,162,164,165,166,167,169,171,172,173,
176,177,178,179,180,184,190,192,194,195,196,197,198,
202,203,204,205,206,207,208,217,218,219,220,221,222,
223,224,225,226,227,228,229,230,231,232,233,234,235,
236,237,238,239,247,248,249,250,261,262,263,265,266,
267,268,271,272,275,276,277,278,279,283,284,285,289,
292,293,295,296,298,299,300,301,302,303,304,305,306,
308,309,310,311,313,317,318,323,324,325,327,328,333,
335,338,340,341,342,344,345,346,347,348,350,351,352,
354,356,358,359,362,363,364,365,366,368,369,370,371,
372, 373, 37 4.
Corrientes 43, 70, 75, 81, 93, 96, 105, 180, 198, 224, 280, 311,
314,315,316,317,321,342,343,346,348,349,350,353,364,
375.
Crtica 11, 13, 16, 17, 18, 19, 20, 23, 25, 31, 37, 40, 44, 49, 52,
53, 54, 59, 61, 62, 63, 70, 71, 72, 74, 75, 77, 78, 80, 81, 82, 83,
84,85,89,91,93,95, 101,103,104,116,117,120,125,132,133,
134,135,189,144,153,164,168,175,180,183,184,185,186,
188,192,193,194,195,196,199,201,205,206,208,210,212,
216,217,220,221,231,235,236,237,240,245,249,257,265,
266,270,275,276,277,280,281,285,286,290,312,313,314,
315,316,320,322,324,325,328,329,333,335,336,342,343,
344,346,347,348,349,350,351,352,353,356,358,359,360,
365, 370.
.
Cultura 11, 12, 13, 15, 16, 18, 21, 26, 38, 45, 49, 50, 51, 58, 59, 60,
64, 66, 67, 68, 69, 76, 79, 80, 85, 94, 96,105,112,114,115,119,
135,141,144,146,150,152,154,155,156,164,172,175,177,178,
179,189,193,197,198,204,212,214,215,226,228,230,231,238,
239,245,246,247,253,254,257,261,263,264,275,276,279,281,
286,289,292,300,306,309,312,313,314,325,327,330,331,344,
348,353,358,359,360,365,374.
Cultura tecnolgica 68, 69, 141, 155, 156, 172, 175, 177, 178,
188, 365, 37 4.
D
Democracia 11, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 24, 27, 29, 30, 31, 32, 33,
57, 60, 61, 62,65,66,69, 76, 78, 79, 87, 88, 89,90, 91, 92,93,94,
95,96,97,98,99, 100,101,102,103,104,105,106,108,109,110,
111, 113, 114, 115, 116, 118, 119, 120, 121, 123, 124, 127, 129,
135, 136, 139, 141, 142, 145, 146, 147, 149, 150, 152, 153, 154,
155, 157, 160, 161, 162, 163, 168, 173, 174, 175, 179, 183, 185,
186,188,199,200,208,210,216,226,234,236,237,240,243,
262,268,269,273,292,294,300,304,307,309,311,317,318,
319,320,322,327,341,343,346,349,363,367,368,369,370,
371, 373, 374.
Desarrollo humano 49, 100, 101, 102, 105, 127, 141, 186.
Despedagogizacin 61, 68, 70, 181, 221, 237, 269, 339, 365.
Digital 68,181,191,203,222,223,224,226,230,232,245,246,
247,248,249,251,252,253,254,255,257,258,259,261,262,
263,265,270,276,277,279,306,308,310,332,357,365.
E
Educacin 11, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 23, 24, 25, 27,
29, 35,36,40,41,42,43,44,45,46,48,49,50, 53, 54, 56,57,60,
61,62,63,64,65,68,69,70, 71 , 72,73,74,76, 79,80,82,83,84,
87, 88, 90, 91, 102, 115, 119, 120, 123, 124, 128, 129, 130, 135,
141, 142, 143, 144, 156, 164, 165, 167, 171, 172, 173, 174, 175,
176, 177, 178, 179, 180, 181, 182, 183, 185, 186, 187, 188, 189,
190, 192, 194, 197, '199, 202, 205, 208, 209, 212, 214, 216, 217,
218,219,220,221,222,225,226,227,229,230, 232,233,234,
235,241,242,243,249,263,265,266,267,268, 269,270,271,
273, 275,276,277,278,279,280,282,283,284,286,289,291,
292,293,296,297,298,299,300,306,307,308,309,312,313,
314,315,316,317,318,319,320,321,322,323,324,325,326,
327,328,329,330,331,332,336,337,338,339,341,342,343,
345,346,348,349,350,351,353,356,357,358,360,362,363,
372, 374, 375.
Educacin popular 20, 49, 74, 76, 79, 84, 91, 119, 120, 124, 129,
130, 135, 141, 143, 167, 181, 182, 183, 185, 187, 188, 189, 190,
194,212,270,275,280, 286,292,312,313,317,322,324,325,
326,327,328,329,330,332, 342,343,348,350,351,375.
Educomunicaciones 36, 199,221,289, 335, 350, 351, 353, 355,
359, 364, 365.
Enfoques 23, 72, 180,198,214,218,225,235,239,290,291,299,
311,317,319,320,321,343,363,364,375.
Enseianza 12, 44, 57, 58, 59, 63, 68, 71, 72, 172, 173, 176, 179,
188,196,204,205,218,219,220,221,225,227,236,240,241,
271,278,295,296,297,299,312,313,317,318,320,321,323,
324,325,330,344,358,365,375.
Escuela 11, 12, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 29, 35, 41, 42, 43,
44, 45,46,47,48,49,50, 52,53, 54,55, 61,63,64,66, 68,69, 70,
71, 72, 74,81,82,83,87,88,95, 124,130,141,175,179,181,198,
202,205,208,212, 213,216,218,219,220,221,231,236,237,
238,239,241,242,243,244,249,256,262,265,269,270,271,
275,278,280,281,291,292,293,294,295,296,297, 298,299,
306,311,312,313,315,317,318,320,322,323,324,325,327,
328,329,330,331,332,336,337,339,345,346,349,356,357,
361, 362, 363.
tica 65, 77, 78, 87,115,120,122,129,131,143,161,167,168,
170,171,183,210,242,282,283,342,346,369.
G
Geopedagogas 14, 44, 70, 181, 234, 266, 289, 290, 311, 355,
364, 365.
Global25,29, 31, 32,33, 35, 39,46, 52,54,62,89,91, 103,111,
124,170,179,212,232,277,295,327,336,363.
Globalizacin 11, 12, 16, 17, 18, 19, 24, 25, 29, 31, 32, 33, 38,
39,40,46,49,52,53,54,57,61,62,63,64, 71,84,89,90,91, 104,
110, 124, 127, 128, 129, 130, 131, 132, 135, 136, 141, 143, 164,
171, 180, 181, 212, 232, 238, 243, 269, 292, 310, 313, 324, 331,
333,338,346,358,363.
H
I
Investigacin 21, 57, 66, 77, 78, 79, 102, 106, 155, 160, 162, 169,
177, 193, 194, 195, 204, 205, 224, 225, 237, 251, 256, 272, 278,
279,291,312,320,366,373,375.
L
Lenguaje 23, 58, 64, 66, 68, 77, 81, 91, 94, 95, 114, 132, 136, 142,
146,148,178,188,190,197,198,201,203,209,213,215,218,222,
228,230,232,236,244,246,247,250,251,252,254,255,256,257,
258,259,260,261,262,265,270,272,279,293,306,307,308,313,
319,320,325,328,331,332,340,342,348,352,354,356,357,359,
360, 363, 365.
Lo pblico 11, 12, 25, 29, 35, 36, 37, 38, 51, 52, 54, 63, 73, 124,
134,166,186,193,211,256,264,276,361.
M
Mediacin 134, 142, 168, 169, 179, 182, 192, 194, 199, 200, 201,
210,213,214,215,220,221,229,232,238,257,259,262,266,
270,271,306,309,310,331,353,354,356,365.
Movimientos sociales 33, 79, 184, 207, 211, 309, 336, 337,
348.
N
Norte 20, 106, 107, 108, 109, 110, 111, 116, 123, 137, 138, 182,
282,285,314,368,370.
p
Paradigmas52,59,67, 73, 79,180,221,231,234,268,290,293,
298,302,305,313,317,343,344,349,364,366,375.
Pedagoga 12, 13, 14, 20, 23, 35, 43, 44, 45, 47, 50, 51, 52, 54, 57,
62,63, 68, 70, 71, 72, 74, 76, 84, 85, 87,129,130,142,173,181,
199,205,214,217,218,221,222,230,233,234,237,240,241,
242,264,265,266,267,268,269,270,275,277,280,281,282,
283,289,290,292,293,294,298,300,311,312,313,314,315,
316,317,318,319,320,321,322,323,324,325,326,327,328,
329,333,337,338,342,343,345,348,349,350,351,352,354,
355,360,363,364,365.
Pertinencia 12, 15, 56, 57, 58, 60, 61, 62, 63, 64, 71, 73, 74, 88,
153,157,162,168,367,368,369,371,372.
R
Resistencia 7, 42, 43, 45, 53, 83, 109, 111, 201, 208, 215, 280,
289,298,308,320,333,334,335,336,337,338,341,342,343,
344, 367.
s
Socializacin 11, 21, 41, 49, 59, 69, 184,190,201,208,209,219,
230,239,244,254,255,256,262,307,309,316,323,324,325,326,
328,329,330,331,332,339,340,355,358,359,361,365.
Sur85, 106,107,108,109,111,113,114,115,116,123,126,128,
137,138,230,285,312,329,368,370.
Sustentabilidad 88, 90, 91, 93, 101, 102, 103, 104, 105, 106, 107,
108,109,111,115,118,119,129,136,370.
BIBLIOTECA
VRTICES COLOMBIANOS
Este libro es el tomo II de la serie prometida por el autor y, por lo tanto,
debe leerse como continuidad del tomo I Educacin(es) en la(s)
Globalizacin(es). Entre el pensamiento nico y la nueva crtica, publicado por esta misma editorial. En este nuevo texto se hace una profundizacin en las tesis desarrolladas en el anterior escrito sobre el cambio
epocal y civilizatorio, generado por las modificaciones en y desde el conocimiento, la tecnologa, la informacin, la comunicacin y los lenguajes,
lo cuales dan origen a los nuevos tiempo-espacios globales. De igual
manera, el capitalismo modifica sus formas de control y de poder reconvirtiendo el cambio civilizatorio y adecundolo a las nuevas realidades,
constituyendo un discurso de globalizacin en singular, con el cual intenta constituirse en la nica posibilidad de desarrollo de la sociedad y de la
historia, construyendo una nueva matriz ideolgica basada en el uso
instrumental y aparentemente objetivo de las dinmicas de las tecnologas, la informacin, los lenguajes y la comunicacin.
En este sentido, este libra profundiza lo esbozado en el tomo I, en la
manera como estas elementos son retomados por el modelo de desarrollo, implementado por la globalizacin capitalista y neoliberal para generar una educacin de corte productivista, dejando a los nuevos procesos
del lenguaje y de la comunicacin el carcter de socializacin. Desde esta
perspectiva el texto elabora y desentrafa desde una lectura educativa y
pedaggica esas cuatro dimensiones que debe tener el anlisis crtico de
estas tiempos. Uno, la comprensin del cambio de poca. Dos, cmo se
produce el control capitalista en y desde ellos. Tres, la bsqueda de caminos de resistencia surgidos de estas nuevas realidades. Cuatro, la configuracin de formas propias de anlisis y accin desde el Sur, desde Amrica Latina y desde la educacin popular. Tambin, este tomo es la introduccin del tomo III que promete debatir la crisis de la reconfiguracin
actual de la escuela capitalista y la bsqueda de alternativas, y del cuarto
tomo que visibilizar las posibilidades de construccin de resistencias y
caminos alternativos para la educacin y la pedagoga.
ISBN 978-958-8454-34-4
Ediciones
desdeaba;o
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