TEMA 8 Historia de La Psicología UNED
TEMA 8 Historia de La Psicología UNED
TEMA 8 Historia de La Psicología UNED
EL PSICOANLISIS
1. INTRODUCCIN
Sin duda, la historia y el presente del psicoanlisis estn totalmente ligados a la figura de Sigmund Freud.
Fue el propio Freud quien promovi la estrecha relacin entre su biografa y su obra. Un episodio crtico a ese
respecto fue el autoanlisis que Freud acometi en 1896. Aquejado de sntomas de angustia y depresin, decidi
analizar su propia infancia con la ambiciosa intencin de descubrir la raz de sus propios problemas y complejos.
Como consecuencia de ello, sentara las bases fundamentales de la teora psicoanaltica.
Para algunos, habran sido precisamente las revelaciones del autoanlisissobre todo la compleja relacin
afectiva que habra mantenido con sus padres lo que habra evitado que los deseos personales de Freud
interfirieran en la objetividad y rigor de su propuesta. Sus ms entusiastas defensores han querido ver en el
autoanlisis un episodio ejemplar; esfuerzo y sacrificio en beneficio de la ciencia. Para otros, sin embargo, el
autoanlisis es un episodio pretencioso a partir del cual Freud trat de elevar una reflexin sobre circunstancias
muy personales a la categora de verdad universal y cientfica.
Tambin en esta lnea, se ha llamado la atencin sobre el hecho de que Freud sobredimensionara sus xitos
teraputicos reales y destruyera selectivamente documentacin y correspondencia personal.
Por qu Freud no ha logrado su objetivo de convertirse en un hroe de la ciencia, acercndose, en muchos
casos, a la condicin de villano? En segundo lugar, y ms importante an, el psicoanlisis slo puede ser
entendido como una va muerta o, directamente, una farsa en el desarrollo de nuestra disciplina?
El objetivo de este captulo es ofrecer claves que permitan replantearse estas cuestiones.
Por otro lado, es fundamental poner en relacin los mtodos y objetivos freudianos con su propia poca,
respecto de la cual parecieron, en buena medida, subversivos y revolucionarios. Al fin y al cabo, antes de la
popularizacin del psicoanlisis, los baos fros, los electroshocks, las intervenciones quirrgicas, y otros
tratamientos invasivos radicales eran las tcnicas teraputicas ms habituales en los psiquitricos y balnearios.
Si no tenemos en cuenta esas condiciones, la obra de la mayora de los personajes relevantes para la
historia de la psicologa tampoco resistira un juicio cientfico riguroso.
Sin embargo, en 1885 viaj a Pars para conocer las investigaciones que Jean-Martin Charcot desarrollaba en
el Hospital de La Slpetrire sobre la histeria y sus sntomas (tics nerviosos, parlisis locales, incontinencia verbal,
etc.) y qued profundamente impresionado por ellas.
Sus inquietudes neuropatolgicas iniciales dejaron paso a una preocupacin centrada en los trastornos histricos
y, ms adelante, los psicolgicos en general.
Tom contacto con el uso de la hipnosis y, por tanto, con la posibilidad de trabajar con tcnicas teraputicas
no invasivas ni basadas en la intervencin directa sobre el cuerpo. As, tras su regreso a Viena en 1886, Freud
empez dedicarse a la prctica clnica privada centrndose en los problemas psicopatolgicos y tratando de
utilizar la hipnosis como mtodo teraputico.
Freud realiz una breve estancia de estudios con Bernheim en 1889 que tambin result fundamental para el
devenir de su prctica clnica y sus reflexiones psicolgicas. Cay en la cuenta de que la diferencia entre una
mente normal y una alterada no tena por qu ser, necesariamente, cualitativa; es decir, determinada por una
malformacin neuroanatmica. Exista cierta continuidad entre la forma en que funcionaba la mente de un
neurtico y la de una persona normal. Las diferencias entre los procesos y estados de uno y otro podan ser, por
tanto, meramente cuantitativas o de grado. Esta cuestin es importante por tres razones bsicas:
-1. Afianzar la preocupacin de Freud por el funcionamiento de la mente en un sentido general no
restringido a sus patologas y por los procesos neurolgicos subyacentes.
-2. Le ayudarn a definir esos procesos en trminos energticos y a correlacionarlos con dinmicas
neurofisiolgicas de carcter qumico.
-3. Le permitirn formular un dominio de regulacin mental estrictamente psicolgico que, en todo caso, no
sera independiente de las condiciones neurolgicas mencionadas.
Podemos considerar estas tres cuestiones como los cimientos remotos del psicoanlisis; al menos, fue la
reflexin sobre ellas lo que termin conduciendo al Freud neurlogo a un callejn sin salida.
Significativamente, en 1895, dos aos antes de iniciar su autoanlisis, publica dos obras que atestiguan la
insatisfactoria bsqueda terica a la que hasta el momento le haban llevado tanto sus reflexiones neuropsicolgicas
como sus experiencias clnicas.
Detengmonos en estas dos obras:
La reflexin fisiolgica: Proyecto de una psicologa para neurlogos (1895):
Desde sus tiempos como estudiante de medicina, Freud nunca haba abandonado su inters por la fisiologa.
Tratando de realizar su propia aportacin a este campo, Freud escribi su Proyecto de Psicologa para
Neurlogos. Su intencin era tratar de sustentar la dinmica mental y sus disfunciones, sobre una concepcin
energtica del funcionamiento cerebral. Rechaza la tesis del trauma anatmico. A grandes rasgos, su tesis
fisiolgica supona que los procesos psquicos estaban sostenidos por la accin subyacente de las neuronas. Freud
reconoca el carcter especulativo de su tratado y por ello nunca lleg a publicarlo en vida.
Sin embargo, es evidente que el fracaso del Proyecto le impuls al desarrollo de una teora propiamente
psicolgica del funcionamiento mental. Adems, el Proyecto leg al psicoanlisis algunas ideas cruciales. La
ms importante fue una concepcin dinmica y energtica del funcionamiento mental, basada en acciones,
reacciones y transformaciones de fuerzas en conflicto.
Especul con la posibilidad de disear medicamentos apropiados para el tratamiento de la neurosis. Pero para
ello crea necesario que las investigaciones farmacolgicas alcanzaran un nivel de desarrollo adecuado, algo que
vea muy lejos. Mientras tanto, la nica alternativa sensata para tratar con la energa del organismo y sus efectos
txicos sobre la mente sera el psicoanlisis.
La experiencia clnica: Estudios sobre la histeria (1895):
En los Estudios sobre la histeria, escritos originariamente en colaboracin con el famoso mdico viens Joseph
Breuer, Freud deja patente los intentos por elaborar un mtodo teraputico y una explicacin de los trastornos
propiamente psicolgicos.
En cuanto al mtodo, haba insistido en el uso de la hipnosis hasta aproximadamente 1890, explicando su efecto
teraputico prefigurando conceptos psicoanalticos cruciales como el de inconsciente, resistencia o
represin. As, para Freud la hipnosis reforzaba la voluntad consciente del paciente frente a una
voluntad contraria, de carcter no consciente, que trataba de impedir la consecucin del objetivo
perseguido o deseado.
Muchos de los pacientes de Freud se resistan a la induccin hipntica y era habitual que los sntomas
histricos reaparecieran despus de un tiempo. Por ello, Freud empez a utilizar como alternativa a la hipnosis
el mtodo catrtico o cura por la palabra.
El nuevo mtodo teraputico consista en charlar con el psicoterapeuta para tratar de rememorar
acontecimientos afectivos y dolorosos de importancia, normalmente los ms lejanos en el tiempo y, por ende, los
ms inaccesibles.
El recuerdo de los acontecimientos pasados permita la descarga o abreaccin de las emociones
profundas asociadas a ellos. Esto produca efectos psicolgicos beneficiosos, incluyendo la desaparicin de los
sntomas histricos. De hecho, se supona que tales sntomas no eran ms que vas de escape corporal para la
energa retenida; la misma que se vea liberada en la catarsis teraputica gracias a la verbalizacin del conflicto.
Sin duda, el mtodo catrtico prefigura claramente el de la asociacin libre como propio del psicoanlisis.
En l desaparece ya la direccin del terapeuta sobre el trabajo de rememoracin del paciente.
En cuanto a la delimitacin de las alteraciones mentales, la prctica clnica confirm progresivamente algo que
Freud barruntaba desde aos atrs: la distincin entre los trastornos nerviosos de carcter orgnico y los de
origen psicolgico. La confusin entre ambos se haba debido a que estos ltimos podan simular la sintomatologa
motora tpicamente asociada a los daos neurofisiolgicos. Buscando causas alternativas, las experiencias clnicas
de Breuer y Freud confirmaron cmo muchos casos de neurosis psicolgicas cursaban con problemas de ndole
sexual en los pacientes. Freud lleg a asegurar que haba constatado una conexin evidente con episodios de
abusos sexuales sufridos en la infancia y perpetrados por personas del entorno familiar o prximo. Un ao
despus, en1896, elabor sobre esa base la teora de la seduccin que remita a estos episodios traumticos
del pasado para explicar la aparicin de los sntomas histricos en la edad adulta (Freud, 1896/1972).
>La infancia del psicoanlisis: la sexualidad infantil y el complejo de Edipo
El famoso psiquiatra viens Richard Kraft-Ebing (1840-1902), tambin profesor de Freud en sus tiempos de
estudiante, tild la tesis de la seduccin y la sexualidad infantil como cuento de hadas cientfico, motivo ms
que suficiente para que Freud, herido en su orgullo de hombre de ciencia, revisara su planteamiento. De hecho,
tambin haba recibido duras crticas por plantear que los trastornos histricos podan ser descritos en
hombres y no slo en mujeres. Freud estaba imbuido en un mar de dudas y decepciones a propsito de la teora
patolgica, la prctica clnica y su escaso protagonismo en las instituciones mdicas y acadmicas, motivos que
impulsaron su decisin de autoanalizarse y enfrentarse a las revelaciones ya comentadas sobre sus verdaderos
deseos y frustraciones.
Tras el autoanlisis, Freud acometi una reconceptualizacin ya plenamente psicoanaltica de la
sexualidad infantil y sustituy la teora del seduccin por el Complejo de Edipo. Esper hasta el nuevo
siglo para publicar sus nuevas hiptesis. Muchas de ellas aparecieron por primera vez en los que, sin duda, son los
dos textos clave del psicoanlisis: La interpretacin de los sueos (Freud, 1900/1972) y Tres ensayos para una
teora sexual (Freud, 1905/1972a).
La sexualidad infantil:
En su concepcin del desarrollo sexual humano Freud sostiene la existencia de diversas etapas (oral, anal,
flica, de latencia y genital) relacionadas con distintas zonas ergenas del cuerpo del nio. Son zonas
especialmente sensibles y estn relacionadas con el cumplimiento de funciones orgnicas bsicas para el beb,
como mamar, defecar u orinar.
Estas actividades relajan la tensin interna del sujeto, pero las zonas ergenas implicadas en ellas son fuentes
de placer por s mismas. La boca y los labios, por ejemplo, son reas muy sensibles relacionadas con la
alimentacin. El estmulo del pezn provoca que los labios del nio se activen e inicien la succin. Con ello se
relaja la tensin interna provocada por el hambre. Pero la estimulacin oral es placentera por s misma y si
permanece sin satisfacerse durante largo tiempo producir irritacin en el nio.
Por eso, si la estimulacin queda deslindada de su funcin alimentaria primigenia, el beb podr superar su
displacer oral utilizando sustitutos del pezn como su propio dedo o un chupete. Lgicamente, a lo largo de la vida
del sujeto los estmulos considerados socialmente apropiados para estimular las diversas zonas ergenas irn
variando; y as irn apareciendo medios sustitutivos como caramelos, tabaco, alcohol, besos, caricias, etc.
Dentro de ese esquema, una de las funciones orgnicas bsicas, la reproductora, aparecera ms
tardamente en el desarrollo. Era durante la pubertad cuando se producan los cambios madurativos especficos
que la hacan posible. La zona genital cobraba un especial protagonismo, si bien resultaba evidente que en el
juego preparatorio amoroso (besos, caricias, etc.) se vean implicadas el resto de zonas ergenas.
Desde el punto de vista de Freud, en una persona normal la estimulacin de estas zonas generaba una
excitacin que se pona al servicio de los impulsos genitales y conclua con el coito. Pero tambin poda
ocurrir que el placer asociado a alguna de las zonas ergenas primitivas fuera ms intenso que el producido
por la zona genital. En ese caso se desarrollaba lo que en la poca de Freud se consideraban perversiones
(sadismo, coprofilia, homosexualidad, etc.): el deseo sexual se fijaba en zonas como la boca, el ano, los pies, etc.
Tambin poda darse el caso de que, llegado a la madurez, el sujeto fuera incapaz de canalizar su sexualidad
a travs de las zonas placenteras. En este caso, apareca una neurosis y el sujeto en lugar de manifestar una
sexualidad normal desarrollaba sntomas histricos (Freud, 1905/1972a).
Las consecuencias ms importantes que se pueden extraer de todo esto son dos:
-1. No existen objetos naturalmente predeterminados para la satisfaccin del impulso sexual, ms all
de lo que sociedad sanciona como adecuado.
-2. Cualquier persona puede desarrollar una perversin o una neurosis sin necesidad de sufrir un dao
neuroanatmico.
De hecho, Freud crea que era muy difcil llegar a formar a un individuo totalmente sano desde el punto de vista
sexual; esto es, un sujeto que, tal y como exiga la moral burguesa, ajustara estrictamente su actividad coital a un
fin reproductor.
El complejo de Edipo:
Tras descubrir en su autoanlisis ciertos sentimientos ambivalentes hacia su padre, Freud lleg a la conclusin
de que la teora de la seduccin era falsa. Las experiencias sexuales tempranas relatadas por sus pacientes no
eran reales, sino fantasas con las que se disfrazaban, a travs de sntomas, deseos incestuosos hacia las figuras
parentales durante la infancia.
En su forma bsica, el nio deseaba inconscientemente poseer a la madre para s mismo y por eso
albergaba sentimientos de odio y muerte hacia el padre. Esto se producira entre los 3 y 6 aos, momento en el
que tambin se desarrolla el miedo a la castracin, entendida sta como castigo o represalia del padre ante los
deseos incestuosos.
No obstante, los impulsos sexuales relacionados con el Complejo de Edipo terminaran cayendo en un
estado de latencia que durara hasta la pubertad. Durante esta ltima etapa el complejo se revive para poder
elegir un objeto de deseo apropiado, normalmente una mujer evocadora de la propia madre. El sujeto
consigue entrar as en la madurez preparado para cumplir con la funcin reproductora fundamental.
Para Freud el Complejo de Edipo sera diferente en el caso de las nias. El Complejo de Edipo femenino
estaba basado en la supuesta envidia que la nia sentira por el pene. Supuestamente, esta situacin era vivida
por la nia como una castracin en su propio organismo.
En ese punto la nia se orientara al padre para conseguir el pene y tal deseo se albergara bajo la posibilidad
simblica de que su progenitor le proporcionara un hijo. Segn Freud, si el nio resolva su Complejo de Edipo
en la edad adulta al transferir su amor maternal a su esposa, la nia lo superaba cuando como madre
alumbraba un varn.
Las ideas freudianas sobre la sexualidad infantil han sido motivo constante de polmica; incluso dentro de
los adeptos a la escuela psicoanaltica. En la lnea de la imagen del Freud burgus ya comentada, el Complejo de
Edipo reflejara, de forma estereotpica, la familia nuclear y patriarcal vienesa de finales del siglo XIX y
principios del XX. Dentro de esta misma lgica, en la conceptualizacin del Complejo de Edipo femenino se
pueden detectar rastros de los estereotipos y prejuicios misginos propios de la poca.
Tambin se han criticado todos los acontecimientos que rodearon las decisiones tomadas en torno a la teora
del seduccin. Para algunos autores, muchos de los episodios de abusos relatados por los pacientes de Freud eran
seguramente verdicos. Para otros, es posible que la mayora de los pacientes ni siquiera comentaran nada
relacionado con abusos infantiles. En este caso, habra sido el propio Freud quien habra inducido o, incluso,
inventado esos datos para justificar la etiologa sexual de la histeria. Pero, sea cual sea el punto de vista, todas las
crticas coinciden en que el inters prioritario de Freud era legitimar y reforzar el planteamiento del Complejo de
Edipo. Ello le permita colocar su trabajo en un terreno fundamentalmente psicolgico y escapar de la necesidad de
aprobacin y reconocimiento por parte de las autoridades mdicas vienesas.
Sea como fuere, la reconceptualizacin terica que realiza Freud despus de abandonar la teora de la seduccin
tambin es resultado de un intento para hallar repuestas a problemas vitales y socioculturales que, ya en su poca,
haban rebasado tanto las limitaciones teraputicas de la hipnosis como, sobre todo, el marco reduccionista de la
neurofisiologa.
pero Freud se senta especialmente indignado por esta reprobacin dado que aseguraba no haber conocido el trabajo
del psiclogo francs hasta muchos aos despus.
Tambin la importancia atribuida al impulso sexual, contaba con muchos adeptos antes de que Freud
madurara el psicoanlisis. En su contexto prximo, fue defendida por su antiguo maestro Kraft-Ebing y su colega
Wilhelm Fliess. En todo caso, Kraft-Ebing, coherente con su confesin catlica, colocaba el instinto sexual al
mismo nivel que un impulso moral y religioso que sera responsable de las ms altas creaciones y metas
humanas; algo con lo que Freud no poda estar de acuerdo.
Fliess, por su parte, haba elaborado una teora pansexualista de los motivos humanos. Seal adems la
existencia de la sexualidad infantil y la presencia de inclinaciones masculinas y femeninas en ambos sexos;
cuestiones que, ms tarde, fueron plenamente incorporadas a las tesis freudianas. De hecho, durante la elaboracin
de sus teoras, Fliess coment sus ideas con Freud. Fliess, como Janet, terminara acusando a su gran amigo de
robarle ideas.
El recurso de Freud al instinto sexual tiene que entenderse dentro de una bsqueda de solidez terica. Es una
decisin de una coherencia cientfica, biologicista y reduccionista, impecable para la poca.
Efectivamente, el instinto sexual o como se denominar habitualmente dentro del psicoanlisis, la libido
apareca como la energa ms adecuada para explicar la expresin de los sntomas histricos y la ejecucin de
muchas actividades humanas.
A diferencia de otras funciones biolgicas bsicas como comer, beber, dormir, etc., el sexo era el nico
instinto que poda permanecer insatisfecho sin que por ello el organismo corriera peligro de muerte. Esto no
poda ocurrir con el hambre, la sed o el sueo. Ms aun, al no liberarse a travs de las demandas reproductivas,
la libido poda transformarse e impulsar otras muchas acciones humanas.
Nuevamente, se mantuvo fiel al espritu positivista al buscar un fundamento orgnico, en este caso un instinto
biolgico, para fundamentar su propuesta energtica. Pero adems, a la manera del idealismo filosfico, proyect
ese principio energtico sobre todos los comportamientos y creaciones que la humanidad desarrollaba en su camino
progresivo hacia la civilizacin. En esta confianza en el progreso Freud parecera representar, nuevamente, al
burgus estereotpico, si no fuera porque tambin se encarg de sealar los sacrificios que la civilizacin exiga y la
precariedad del pacto social que la sostena. La Gran Guerra de 1914 pareci confirmar algunas de sus peores
sospechas, colocando la irracionalidad y egosmo del ser humano en un primer plano. De momento, la versin
animal y pesimita de las fuerzas inconscientes ganaba la partida a la optimista y humanista.
La estructura de la personalidad: la primera tpica:
Freud sistematizar su teora del inconsciente y la dar a conocer al pblico a travs de su celebrrima obra La
interpretacin de los sueos. Publicada en 1900, en ella se maneja una idea del inconsciente que result incmoda
para muchos psiclogos; ente ellos Franz Brentano o William James. Lo que resultaba llamativo era que Freud
diera tanto protagonismo a procesos que, siendo mentales, no acontecan en el campo de la conciencia. Para colmo,
consideraba esos procesos fundamentales a la hora de entender el funcionamiento de la mente en su totalidad.
La concepcin experimental de la psicologa de autores como Wundt o James estaba definida principalmente
por los estados conscientes del sujeto individual. Desde este punto de vista, mente, era sinnimo de conciencia, y
cuando James y Wundt utilizaban el trmino inconsciente, o bien se referan a aquellos contenidos mentales
sobre los que, en un momento determinado, no recaa el foco de la atencin del sujeto o bien a los procesos
neurofisiolgicos que constituan el sustrato del funcionamiento psicolgico. Por supuesto, tal y como hemos visto
la idea de inconsciente tambin poda referirse a la energa afectiva bsica que impulsaba la actividad del individuo.
La innovacin de Freud consisti en traerse ese principio energtico inconsciente al espacio mental
individual y, en tanto que proceso psicolgico, situarlo en pie de igualdad con los contenidos mentales
conscientes.
En realidad, en la teora freudiana el inconsciente se convierte en la regin ms extensa e importante de la
mente, si bien sus contenidos y procesos se mantendrn ocultos para el sujeto la mayor parte del tiempo. A partir
de ello, Freud desarroll lo que denomin primera tpica; es decir, una teora explicativa que recurre a una
metfora espacial para explicar la divisin de funciones del aparato psquico. Los lugares o instancias que
representaban la dinmica psquica en esa primera tpica fueron:
-el consciente
-el preconsciente
-el inconsciente.
En el inconsciente moraban todo tipo de ideas, impulsos y deseos en la forma de fuerzas que pugnaban por
emerger a la conciencia y poder ser as satisfechas. Muchas de ellas tendran un carcter moral y socialmente
inaceptable, debido, sobre todo, a sus connotaciones sexuales. Por ello, eran censuradas impidindose su acceso
a la conciencia. Alternativamente, las que superaban la prueba de la censura podan llegar a alcanzar la
consciencia con facilidad, pero no de manera inmediata (por ejemplo, el fenmeno de tener algo en la punta de
lengua). Deban aguardar su oportunidad en otra instancia: el preconsciente. Por el contrario, los contenidos
que no superaban la prueba de la censura seguan pugnando por emerger, por lo que eran sometidos a la
represin.
Esta era la cualidad activa del inconsciente, en virtud de la cual se mantenan a raya todos aquellos contenidos
inaceptables y que no deban acceder a la conciencia. El inconsciente se considera dinmico precisamente por ello.
Ahora bien, dentro de esa dinmica energtica, la vigilancia de la censura no puede ser constante ni total. Los
contenidos y deseos inaceptables logran en ocasiones emerger y manifestarse de forma inquietante o
perturbadora en los estados de vigilia. Sus contenidos aparecen de manera parcial y desfigurada a travs de los
sueos, los estados alucinatorios, los lapsus (lingsticos o de cualquier otro tipo) o los sntomas neurticos. Lo que
el sujeto puede tener en la conciencia son slo manifestaciones deformadas de un contenido original inconsciente
que no puede manifestarse con toda su crudeza.
Si Freud utiliz el ttulo de La interpretacin de los sueos en su primera obra psicoanaltica fue porque
consider que stos eran la va regia hacia el inconsciente. El ttulo resulta deliberadamente provocativo, y no
slo porque recurriera a un fenmeno psicolgico considerado menor por todos los psiclogos y psiquiatras de la
poca. La denominacin evocaba ms la imagen de un tratado esotrico o hermtico que de un trabajo cientfico.
Freud modificar los objetivos de estos mtodos ancestrales y utilizar la interpretacin de los sueos para
dilucidar lo que haba sucedido en el pasado.
Freud estim que los sueos aparecan durante cadas de la censura y la represin, caractersticas propias e
implacables de los estados de vigilia.
Gracias a ello, los sueos transportaban gran cantidad de material sintomtico en forma de imgenes,
palabras, narraciones, etc. Aunque deformado por una represin de menor intensidad, el material onrico
aportaba informacin directamente conectada con el ncleo inconsciente del problema.
Freud empleaba el mtodo de la asociacin libre en sus sesiones teraputicas con el objetivo de que sus
pacientes se aproximaran progresivamente a ese ncleo, venciendo poco a poco los mecanismos de defensa. A
pesar de la brecha abierta en la censura y la represin por el sueo, stas volvan a estar operativas cuando el sujeto
trababa de profundizar conscientemente en los significados de las imgenes onricas. Durante las sesiones clnicas,
los mecanismos de defensa tienen que ver, precisamente, con las estrategias de resistencia (divagaciones,
confusiones, cambios de temas, negaciones radicales, olvidos selectivos, etc.) que el sujeto emplea de forma
inconsciente para evitar alcanzar la causa ltima de sus padecimientos. Como ocurre con los sueos, la asociacin
libre permita relajar esa censura y consegua que, hasta cierto punto, la conciencia fuera ms permeable al
material reprimido.
En todo caso, la terapia psicoanaltica supone que no es habitual alcanzar una liberacin total del ncleo
traumtico. Propone, al menos, dos motivos para explicar esa imposibilidad:
-1. Si el sujeto fuera capaz de liberar la totalidad de lo reprimido sufrira ms dolor que el que le produce el
juego represivo, ya que se producira una incompatibilidad radical con aspectos morales y ticos muy bsicos.
-2. El lenguaje resulta fundamental para la elaboracin de una idea completa, clara y difana de lo reprimido,
por lo que experiencias traumticas muy tempranas, sufridas antes del desarrollo del lenguaje, slo pueden ser
reconstruidas de forma hipottica.
Freud emple la tcnica de la interpretacin de los sueos en algunos de sus casos ms famosos, como el
Pequeo Hans, el Hombre de las Ratas, o el Hombre de los Lobos. Actualmente, es muy discutible que alcanzara
finalmente el xito teraputico que asegur conseguir en todos ellos. Sin embargo, el hecho de buscar las causas
profundas de nuestra personalidad y comportamiento en aspectos aparentemente anecdticos, marginales o
poco importantes de la vida cal profundamente en la cultura occidental.
En un mundo obsesionado con la interioridad y la privacidad, pareca coherente que los anhelos ms autnticos
e inconfesables del ser humano encontraran vas de escape en detalles menores.
Entre otras obras, en la Psicopatologa de la vida cotidiana y El chiste y su relacin con el inconsciente, Freud
ofrece un amplio catlogo interpretativo de estos detalles donde, adems de sueos, se analizan chistes, lapsus
linguae o djvu.
Adems de la resistencia, entre los mecanismos de defensa sealados por Freud podemos mencionar los
siguientes:
-el desplazamiento o sustitucin de un contenido reprimido por otro aparentemente familiar y aceptable;
-la proyeccin o derivacin del contenido reprimido inaceptable hacia una instancia externa al sujeto (un
objeto o persona por la que se pueda mostrar desapego o desprecio)
-la condensacin o fusin de contenidos reprimidos en una nueva representacin en la que aquellos
resultan irreconocibles
-la fractura del contenido reprimido en varias representaciones nuevas en las que la energa original
queda difuminada.
En definitiva, al menos hasta 1920, el inconsciente se mantuvo como piedra angular del proyecto
psicolgico ideado por Freud. A partir de 1920, una vez asentada la fundamentacin del psicoanlisis y su propio
reconocimiento internacional, la concepcin del inconsciente vari sensiblemente.
Sus funciones fueron cuidadosamente desbrozadas y reubicadas y Freud ofreci una cohorte de nuevos
conceptos y motivos de reflexin. Dada subasta produccin entre 1910 y la fecha de muerte en 1939 (public ms
de 20 libros despus de 1920, adems de innumerables artculos, prlogos y comentarios menores), en el prximo
epgrafe vamos a tratar de ordenar y presentar genricamente algunos de los desarrollos ms importantes.
-Yo secundario: implicaba un proceso de socializacin y aprendizaje, a partir del cual el sujeto lograba el
control sensorio-motor y el dominio de sus afectos en la relacin con sus congneres.
Freud conoca y admiraba la obra de Herbart. El Freud de la dcada de los 20 haba adoptado una perspectiva
psicolgica desde haca muchos aos. Su propuesta recuerda a la de Herbart sobre todo en lo que tiene que ver con
la distincin entre lo que, a partir de 1923 , llam Yo y Ello.
En realidad, la nueva propuesta de Freud, conocida posteriormente como segunda tpica, se basa en la
interrelacin de tres sistemas: a los ya mencionados Yo y Ello hay que aadir el Supery.
La idea de Freud es que estas tres instancias funcionan:
- conjunta y armnicamente en las personas adaptadas
-de manera descoordinada y disfuncional en las inadaptadas.
Su proceso de aparicin y constitucin es sucesivo: el yo se forma a partir del Ello y el Ello se forma a partir del
Yo.
-El Ello es la instancia ms primitiva y se identifica con la fuente bsica de la energa psquica y los instintos.
Siguiendo el principio de placer, impulsa egostamente al organismo para que ste descargue su excitacin
energtica. Tratar a toda costa que el estado interno de la persona se reequilibre a travs de la liberacin de la
tensin causante del displacer. Los reflejos, instintos y fantasas primarias de la especie humana no aplacan por s
solos las fuentes de displacer interno como el hambre o la sed; lo cual exige recursos externos comida o
bebida, por ejemplo. Es fundamental para la supervivencia organizar y reglamentar los tiempos y formas
en que se satisfacen los impulsos del Ello.
En este proceso organizativo se irn generando progresivamente las otras dos instancias de la
personalidad, el Yo y el Supery. As, si el Ello es la realidad primordial, innata e interna del organismo,
estas dos instancias se construyen a travs de la experiencia externa y la presin de las normas (ticas, morales,
sociales, religiosas, etc.) sobre los intentos de liberacin de la energa instintiva.
-El Yo es la instancia psicolgica que aparece cuando las energas y fantasas internas tratan de
acomodarse a la realidad exterior. Este trabajo de ajuste resulta vital para alcanzar fines evolutivos bsicos,
como la supervivencia y la reproduccin. Por ese motivo el Yo gobierna racionalmente sobre la impulsividad
irracional e instintiva del Ello y, como veremos, del Supery. El Yo est gobernado por el principio de
realidad, el cual distingue entre los deseos internos y la realidad exterior y demora la descarga de energa hasta
que se dan condiciones para que esta se produzca; esto es, hasta que el sujeto encuentre un objeto real y adecuado
(por ejemplo, comida para combatir el hambre).
-El Supery es, al igual que el Ello, inconsciente e impulsivo, pero est relacionado con las normas y
cdigos morales que la sociedad tiene por ideales. La disciplina impuesta en el seno familiar y en otras instancias
sociales (maestros, policas, gobernantes, etc.) actualizaba e implementaba esos ideales en cada nio particular. La
constitucin del Supery supone, por tanto, un proceso de identificacin; es decir, la transformacin de la
autoridad paterna en una autoridad interiorizada y personal. Esto se realizaba a partir de dos componentes
del Superyo:
-el ideal del yo: construido en el nio a partir de las recompensas fsicas y psicolgicas relacionadas con lo que
los padres consideran virtuoso o bueno.
-la conciencia moral: desarrollada a partir de los castigos fsicos y psicolgicos que los padres imponan ante
los comportamientos considerados inadecuados.
Evidentemente, en las tesis psicoanalticas la funcin del Supery es esencial para que el individuo se ajuste a
las reglas sociales. Pero, en la medida que sus exigencias incluyen ideales de perfeccin, puede llegar a entrar
en conflicto con el propio Yo y su principio de realidad. La accin interna del Supery puede exigir sacrificio
desentendindose de las posibilidades ofrecidas por el medio externo. Incluso pueden desencadenarse castigos
internos por el simple hecho de haber pensado en algo reprobable, aun sin haber llegado a realizarse. En esos
casos, la actividad del Superyo se asemeja a la del Ello, ya que produce tensiones energticas internas y, con
ellas, disfunciones psicolgicas. El Supery, sin embargo, est guiado por los instintos de muerte. As, por
ejemplo, muchos accidentes aparentemente fortuitos seran, en realidad, autocastigos demorados y urdidos
inconscientemente por el Supery despus de que el Yo permita pensar realizar una accin moralmente
sancionable.
En buena medida, los mecanismos superyoicos ofrecieron la base tanto de los orgenes de los grupos humanos
como de sus posibilidades de supervivencia y desarrollo.
>Teoras en torno a la cultura: el origen de la civilizacin y la sublimacin
En lnea con aquellas tesis evolucionistas que suponan que el desarrollo de la cultura segua un camino
paralelo al del individuo, Freud extrapol la estructura del Complejo de Edipo a la explicacin del origen de
la cultura.
Elabor una polmica teora antropolgica segn la cual las relaciones que mantuvieron nuestros ancestros
dentro de las hordas primitivas sentaron las bases de la cultura y, con ella, de la neurosis.
Freud sostena que la horda primitiva habra sido dominada por un lder superior, masculino, adulto y fuerte, a
cuya voluntad deban someterse el resto de componentes. Este lder o padre de la horda disfrutara del alimento y
las mujeres del grupo, mientras los varones jvenes deban conformarse con un acceso muy bsico a tales bienes.
En algn momento los varones jvenes se habran rebelado y aliado asesinando al padre-lder y devorndolo a
manera de celebracin. Esto provocara que restituyeran simblicamente la autoridad que representaba el padre de
la horda. Idealmente, los individuos de una horda tendran que salir de ella para conseguir pareja y as evitar
matarse entre ellos.
Las investigaciones antropolgicas apuntaban que, en muchos casos, las estructuras matriarcales eran ms
antiguas que la patriarcales. No todas la culturas tenan que ajustarse, en definitiva, al modelo de familia occidental
implcito en el Complejo de Edipo.
Lo que s transcendi de estas discusiones a la mayora de las Ciencias Sociales es que la cultura impona
normas y reglas que repriman los instintos ms bsicos del ser humano y permitan la vida en sociedad. Ms
an, las restricciones normativas parecan ms exigentes cuanto ms avanzaba la civilizacin en su camino de
progreso.
El propio Freud se ocup de estudiar dos de los procedimientos culturales de autocontrol ms importantes:
-la religin: la creencia o ilusin religiosa se basaba en la necesidad de sentirnos protegidos por un padre
omnipotente representado por la idea abstracta de Dios. El problema es que la religin condenaba al sujeto a un
perpetuo estado de infantilidad, atrofiando con sus dogmas atvicos el desarrollo intelectual y el propio progreso
de la civilizacin.
Para Freud la verdad deba regir a toda costa la vida del individuo y la comunidad, y esto slo era posible a
travs de las revelaciones de la investigacin cientfica.
-la sublimacin: Freud fue muy suspicaz con las promesas de una felicidad absoluta para el ser humano. Por un
lado, a pesar de que haba que confiar en el progreso de la civilizacin, las tendencias autodestructivas no
siempre se podan reprimir. Por otro lado, la propia civilizacin exiga al sujeto una cuota elevada para mantener
el estado de paz social. Las normas y leyes impedan la manifestacin abierta de los instintos, si bien stos se
podan derivar hacia otras actividades socialmente aceptables. Freud denominaba a este desplazamiento:
sublimacin. Aunque, siempre quedan tensiones residuales sin descargar.
La persistencia del malestar originario de la cultura y la civilizacin es inevitable y, en ltimo trmino, es el
precio a pagar por vivir en sociedad y beneficiarse de sus comodidades. La visin freudiana de la sociedad humana,
en definitiva, era profundamente pesimista: el ser humano era enemigo de la civilizacin por naturaleza y
nicamente algunos hombres conseguan vivir una vida verdadera y razonable. La mayor parte de las personas slo
lograban superar las fuerzas irracionales recurriendo a la comodidad relativa de sus supersticiones e ilusiones,
soslayando la verdad sobre s mismas.
La influencia de Jung sigue vigente en la actualidad. Jung fue el discpulo predilecto de Freud y el maestro
deposit en l toda la esperanza de que el psicoanlisis transcendiera el crculo de mdicos judos al que, en un
principio, haba quedado circunscrito. Al igual que Freud, Jung descart el valor teraputico de la hipnosis y
desarroll su propio mtodo teraputico basado en la asociacin libre de palabras. Jung, tras leer La interpretacin
de los sueos, se separ progresivamente de la ortodoxia freudiana insatisfecho con la estrecha concepcin de las
motivaciones humanas. Jung coincida con Otto Rank en que toda la vida emocional del sujeto no poda reducirse
al poder perverso de las energas sexuales.
Parte de las tesis de Jung recogen tambin influencias de otro gran representante de la as llamada psicologa
profunda dentro de la tradicin psicoanaltica: Adler.
Adler se distanci pronto del pansexualismo freudiano para poder desarrollar sus propias ideas desde su
planteamiento del complejo de inferioridad: emergente durante la infancia, este complejo provocaba que la
vida de todo sujeto fuera un continuo esfuerzo de superacin personal.
La tendencia de todo sujeto es superar su complejo de inferioridad originario exagerando las propias virtudes,
pero una resolucin inadecuada del proceso poda dar lugar a un complejo de superioridad y, llevado al extremo, a
una personalidad megalmana. Adler pensaba que la personalidad sana se desarrollaba gracias a un trabajo
cooperativo y comunitario desde la infancia. Por este motivo, dedic buena parte de su actividad intelectual a
elaborar mtodos de prevencin para los primeros aos de vida.
Hay en Adler (como en los psicoanalistas Rank, Anna Freud, Horney, Erikson y, sobre todo, Heinz Hartmann)
un inters por trabajar el reforzamiento del Yo y sus estrategias para el afrontamiento de problemas. Buena parte
del psicoanlisis posfreudiano consider estas cuestiones como la mejor va para alcanzar una personalidad
equilibrada y adaptada al medio social; incorporando incluso, como haban hecho Jung y Rank, dimensiones
positivas en la expresin de lo emocional.
Este tipo de perspectivas centradas en el yo tambin se coordinaron bien con el individualismo de la cultura
norteamericana.
En las dcadas de los 40 y 50 apareci la as llamada Psicologa del Yo, una de las tcnicas teraputicas de
base psicoanaltica ms populares en los EEUU hasta el da de hoy. Este tipo de perspectivas persiguen garantizar a
toda costa la autorrealizacin, felicidad, competencia y adaptabilidad del sujeto individual.
El Psicoanlisis y las escuelas psicolgicas contemporneas:
El legado de Freud en psicologa no se ha restringido a las escuelas psicoanalticas, tambin repercutieron en el
pensamiento psicolgico desarrollado antes y despus de la Segunda Guerra Mundial. Los principios
psicoanalticos se debatieron y se siguen debatiendo hoy en da en diversos campos psicolgicos.
-Dentro de las teoras del aprendizaje:
Skinner crea acertada la opinin freudiana de que el ser humano se mova por motivaciones inconscientes muy
bsicas y ligadas a lo biolgico. La denominada hiptesis de la frustracin-agresin explor la controversia entre
la primera teora freudiana de la frustracin y su posterior subsuncin en el instinto de muerte, decidiendo a favor
de la primera.
-Dentro del cognitivismo, algunos de los primeros experimentos de Bruner estuvieron orientados a constatar la
funcin de la censura frente a la aparicin de palabras tab.
-Pero ms importante es an la influencia de Freud sobre los dos psiclogos ms relevantes en la
teorizacin del desarrollo infantil: Vygotski y Piaget.
Piaget termin renegando del psicoanlisis, la vigencia de tal principio en su obra es perfectamente perceptible
en la manera de entender el impulso bsico de la actividad infantil. En su planteamiento, los nios pequeos
mostraran un pensamiento egocntrico que los orientara a la bsqueda del placer y la realizacin de deseos, al
margen del inters por la realidad. ste slo aparecera progresivamente, a travs de los estadios madurativos del
desarrollo en los que la imaginacin ira pasando a un segundo plano. Tal idea provoc precisamente la crtica de
Vygotski, quien, a diferencia de Freud y Piaget, consideraba que la actividad del nio siempre estaba orientada a la
realidad, aunque fuera de una manera primitiva y germinal. La irrealidad genuina slo poda aparecer en
momentos posteriores del desarrollo, cuando la imaginacin se aliaba con el pensamiento verbal para ser capaz de
manejar situaciones virtuales, es decir, al margen de sus contextos espacio temporales reales.
7. FREUD REDIMIDO
Su vigencia es evidente en muchas tendencias de las Ciencias Sociales, mientras que en psicologa, sin negar sus
aspectos ms polmicos, la atencin que se le presta es ms importante de la que suelen reconocer sus crticos.
Por un lado, el psicoanlisis sigue siendo una referencia clnica y teraputica fundamental en muchas partes del
mundo. La obra de Freud fue clave a la hora de constatar que, ms all del correcto funcionamiento de la
maquinaria neurofisiolgica, las experiencias vitales eran fundamentales a la hora de configurar el
funcionamiento mental y los hbitos de comportamiento del ser humano.
Por otro lado, desde el punto de vista terico, ms all del tpico y la caricatura pansexualista, el psicoanlisis:
-Abri un campo de discusiones riqusimo a propsito de las fuentes de la actividad, las funciones del lenguaje y
el desarrollo de la subjetividad.
-Su idea bsica de que entre la tensin energtica del organismo y las condiciones culturales debe resolverse el
desarrollo de los procesos psicolgicos bsicos y superiores sigue siendo clave para cualquier psicologa de la
actividad.
-Freud fue uno de los primeros autores en advertir que no hay una relacin unvoca entre un estado
descompensado o un instinto y un estmulo concreto, ya que tal relacin depende de una construccin acontecida
en el propio devenir de la accin.
Tambin fue uno de los primeros autores en observar cmo la motricidad y la percepcin ganan en
discriminacin y precisin de forma progresiva, a partir de la relacin que el sujeto va manteniendo con los objetos
y ambientes con los que interacta.
-En esta misma lnea, su idea de que las sensaciones externas se enlazan con huellas de memoria previas, y stas
a su vez se perfeccionan y complejizan a travs de la exposicin del lenguaje, es plenamente piagetiana y
vygotskiana.
-Freud tambin advirti cmo el desarrollo del yo y del sistema cognitivo que lo sustenta est en relacin con el
proceso evolutivo en el que vamos discriminando entre los estados internos y el mundo, proceso durante el cual se
determina qu cosas son verdaderas, reales y satisfactorias y cules no.
Irene Salcedo
Historia de la psicologa
Curso 14/15