Carta de Simone Weil A Georges Bernanos
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"...cuando las autoridades temporales y espirituales han puesto una categora de seres
humanos fuera de aquellos cuya vida tiene un precio, no hay nada ms natural para el
hombre que matar. Cuando se sabe que es posible matar sin arriesgarse a un castigo ni
reprobacin, se mata; o al menos se rodea de sonrisas alentadoras a aquellos que matan.
Si por casualidad se experimenta primero cierto desagrado, se calla y pronto se lo sofoca
por miedo a parecer que se carece de virilidad. Hay ah una incitacin, una ebriedad a la
que es imposible resistirse sin una fuerza de nimo que me parece excepcional, puesto
que no la he encontrado en ninguna parte. He encontrado en cambio franceses pacficos,
que hasta ese momento yo no despreciaba, a los que no se les habra ocurrido ir por s
mismos a matar, pero que se sumergan en esa atmsfera impregnada de sangre con un
visible placer. Nunca podr sentir por ellos, en el futuro, ninguna estima."
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incitacin, una ebriedad a la que es imposible resistirse sin una fuerza de nimo
que me parece excepcional, puesto que no la he encontrado en ninguna parte.
He encontrado en cambio franceses pacficos, que hasta ese momento yo no
despreciaba, a los que no se les habra ocurrido ir por s mismos a matar, pero
que se sumergan en esa atmsfera impregnada de sangre con un visible placer.
Nunca podr sentir por ellos, en el futuro, ninguna estima.
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De los m iles de tex tos que se han escrito sobre nuestra guerra civ il, la carta que
.Rynosuke Akutagawa
Sim one Weil le escribi en 1938 a Georges Bernanos es uno de los m s herm osos y m s
.Salvador Dal
.Santiago Carrillo
desengandose de las ideas que tenan antes de que em pezaran las hostilidades.
Bernanos, que era catlico y conserv ador (o para ser m s precisos, un m onrquico
.Scott Fitzgerald
legitim ista), v iv i los inicios de la guerra civ il en Mallorca, a donde se haba ido a v iv ir en
.Simone de Beauvoir
1934, acosado por las deudas y porque la carne de buey y las patatas son m s baratas que
.Simone Weil
.Simy Benarroch
Al producirse la sublev acin m ilitar se puso de parte de los m ilitares rebeldes, y hasta
.So-Kin
.Sol Genafo
atrocidades com etidas por los nacionales contra los republicanos, sobre todo a raz del
.Stefan Zweig
fracasado desem barco republicano en Porto Cristo. Desde aquel m om ento, Bernanos se
.Stphane Mallarm
em pe en denunciar con toda la fogosidad de la que era capaz y sin duda era un
.Subcomandante Marcos
hom bre m uy fogoso- la crueldad de los m ilitares sublev ados, as com o la com plicidad
.Susan Gilbert
.Susette Gontard
public en la editorial Plon Los grandes cem enterios bajo la luna, que es uno de los
.Toms Moro
m ejores libros que se han escrito sobre nuestra guerra: un largo aullido de rabia e
.Vernica Pedemonte
Sim one Weil, por su parte, se enter del estallido de la guerra en Pars. Pacifista, pero
.Vicente Huidobro
tam bin sim patizante de los anarquistas y de los trotskistas (en 1934, en Barcelona, haba
.Victoria Walsh
conocido a Joaqun Maurn, uno de los dirigentes del POUM), cogi un tren y lleg en
.Virgilio Ferreira
.Virginia Woolf
anarquista de Buenav entura Durruti. A m ediados de agosto, Sim one Weil lleg con la
.Vita Nicholson
colum na Durruti a Pina de Ebro, a unos 15 km s de Zaragoza, donde escribi las escuetas
.Vizconde Vardemar
anotaciones de su diario de guerra. Pocos das m s tarde tuv o que ser ev acuada a un
.Wendy Guerra
hospital de Sitges, despus de sufrir un estpido accidente dom stico en una casa
abandonada en tierra de nadie: uno de sus com paeros le orden que se pusiera a
preparar la com ida, y Sim one Weil, que no deba de tener m ucha prctica en estas
cuestiones, se quem un pie con una sartn llena de aceite hirv iendo. A finales de
septiem bre del 36, una v ez curada, regres a Francia.
En la carta a Bernanos se perciben las com plejas relaciones que Sim one Weil m antuv o
con el cristianism o. Aunque perteneca a una fam ilia juda no practicante, tuv o v arias
ex periencias m sticas y sufri una especie de conv ersin en una iglesia de Ass. Pero
durante toda su v ida, Weil se m antuv o al m argen de la Iglesia Catlica y de cualquier
institucin religiosa. En este sentido, es m uy significativ o lo que le dice a Bernanos en
esta carta, cuando le com enta que no le m olestara pertenecer a una iglesia que lim itara
.Yoko Ono
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.Zelda Fitzgeraldl
Autores contemporneos
N m er os edi t a dos de Ca r t a s en l a Noch e
los ingresos econm icos de sus m iem bros. Pero com o todos sabem os, una iglesia as no
ha ex istido nunca.
Hay una referencia en la carta de Sim one Weil que es necesario m atizar. Weil cita a un
falangista de 15 aos que fue hecho prisionero y luego fusilado por orden de Durruti. Pues
bien, este hecho no es cierto, o al m enos no lo es tal y com o lo cuenta Sim one Weil, que y a
no estaba en Pina de Ebro cuando ocurri la m uerte del falangista. Segn las
inv estigaciones de los historiadores franceses My rtille Gonzalbo y Vincent Roulet que
se hacen llam ar los gim enlogos, en honor del av enturero anarquista Antoine
Gim nez, tam bin enrolado en la Colum na de Durruti-, el jov en falangista no fue fusilado
por orden del lder anarquista. El falangista que se llam aba ngel Caro Andrs- estaba en
anarquistas que huan del pueblo cercano de T auste, recin tom ado por los franquistas.
Segu i dor es
de la guerra civ il, de la sangre y del terror que tanto repugn a Sim one Weil com o a
Georges Bernanos.
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Etiquetas: *.Cartas de la Guerra Civil Espaola, *.Cartas polticas, *Cartas en la noche 2, *Cartas polticas,
Ubicacin: Francia
23 comentarios:
Administrador dijo...
Extraordinaria carta. Su vigencia estremece!!
3 de junio de 2012 23:51
.Dido (1)
.Diego Rivera (1)
.Dimitris Christoulas (1)
.Dulcinea del Toboso. (1)
.Edgar Alan Poe (1)
.Edgar Borges (1)
Estos de acuerdo con la carta, por supuesto. Es inconcebible que, a estas alturas de la
Historia, se intente justificar lo injustificable. Y Carrillo, con todos mis respetos, no era ningn
santo, como tampoco lo fue Franco.
Lo s, Carolina, lo s. Pero yo hablo de una poca perversa, y de los que protagonizaron por
su ceguera totalitaria la perversin de esa misma poca. No hablo del Partido Comunista de
hoy, sino del Partido Comunista del lejano ayer. No hablo, tampoco, del Carrilo que supo
estar a la altura de la transicin poltica hacia la democracia, sino del que crey que la
democracia era una rmora en los tiempos nefastos de la Guerra Civil. Es hacia ellos, hacia ese
pasado, al que yo apunto, no a este presente cuyas acciones ayudaron a crear. No s si me
entiendes, pero lamento no tener otra manera mejor de expresarme...
En cualquier guerra no hay buenos o malos, slo personas que se transforman en bestias y
algunos hroes y heronas. Pero la barbarie es igual entre ambos. Hitler fue un loco que
cometi los crmenes ms abominables, pero Stalin fue igual que l. Se puede hacer eso,
reconocerle su papel durante la Transicin, algo indiscutible, al igual que el papel de los
herederos polticos del franquismo que tuvieron su papel tambin conciliador. Lo que no me
explico es cmo es posible que, si los mismos protagonistas directos de la contienda ya
cerraron una puerta que fue vergenza para todos, de ambos bandos, an los descendientes
siguen separando un pas entero por smbolos caducos que ya no tienen vigencia (comunismo
o fascismo a estas alturas, repito, es algo que me parece cuando menos necio). Y el gran
problema de Espaa viene por ah. Lamento las desgracias y barbaridades que se pueden
narrar a ttulo individual, pero eso no debe ser un arma arrojadiza que recuerda a esas disputas
familiares por herencias sobre las lpidas de los difuntos. A mi escaso entender, es una
reaccin que no honra a todos esos hombres y mujeres de AMBOS BANDOS (esto es para
evitarme que me tachen de facha) que murieron y padecieron la barbarie, la mayora sin
siquiera pertenecer a ninguna faccin, simplemente gentes sencillas que fueron reclutados por
narices. Esas reacciones son una ofensa deleznable.
Los que se encontraron inmersos en una guerra que no buscaron fueron todos vctimas, incluso
los que al fin fueron verdugos. Pero hay algo que no debe dar lugar a dudas: Los fascistas
provocaron la guerra, un golpe de estado a la repblica legalmente formada. No podemos
dejar de ver con claridad lo que fue nuestra historia. No ayuda nada decir que aquello no
sucedi,esconder la cabeza bajo la mesa camilla. Lo que fue, fue. Y si an hay heridas es
porque la poblacin fue obligada a obviar, a seguir escondiendo su dolor, incluso al llegar la
transicin. No hubo duelo, y sin duelo no hay cura. Ahora quienes participaron en aquello ya
estn muertos o muriendo. Pero somos un pas al que se ense a odiar su propia bandera por
la obsesiva represin de libertades. Al menos la historia debera ser justa y permitir a las
vctimas llorar a sus muertos.
Me vas a perdonar porque esto no tiene intencin de ofender en absoluto. Tengo 34 aos.
Nac en plena transicin. Una vida. Cmo que no ha habido duelo? Es que acaso mi
generacin y las que me sucedern van a tener que seguir soportando el clima inaguantable que
nuestros ancestros (repito, ambos, que el intento de golpe de estado del 34 tambin est
registrado en los anales de la Historia) generaron con una guerra absurda? No es esconder
dolor, pero yo he tenido abuelos como todo el mundo y a m no me afecta su dolor, porque
ellos fueron ejecutores de su existencia. Ni escondo la cabeza, de hecho, aqu estoy, diciendo
lo que pienso de un pasado que est ms que trillado y que me parece un lastre que debe
utilizarse para unirnos como pas ante una guerra vergonzosa e impedir que vuelva a ocurrir
algo parecido. Seguir da tras da, dcada tras dcada dando vueltas a una guerra que ocurri
cuando no haba nacido ni los padres de la mayora de los espaoles, me parece simplemente
no permitir que una herida cure, sino mantenerla abierta, sangrante y total para nada. Acaso
es tan relevante quin empezara, desarrollara o terminara? Sera tontera meterme a desarrollar
los aos que precedieron el comienzo de la guerra civil, porque es seguir un juego que slo
alimenta un momento de nuestra Historia que pas, avergonz y que ya va siendo hora de
superar. Digo yo. Al menos yo ya estoy hasta las narices de ambos bandos con esa mana de
separar.
Diana, tranquila, no me ofende, al revs, creo que es un buen tema para debatir. Yo muchas
veces he dudado: olvidar o recordar. Pero veo gentes que an creen en el fascismo, que
aoran la dictadura, religiones que apoyaron entonces el golpe, y ahora apoyan a los ms
ricos. Deca ah atrs que comenz como una guerra entre los campesinos y los terratenientes,
para terminar siendo una guerra entre varios totalitarismos (fascismo-comunismo).
Lo ms importante es que conozcamos la historia para no volver a repetirla. A m me duele no
haber conocido a mi abuelo (como a todos los nietos de todas las vctimas de todos los
bandos) y me gustara que se supiera que no le mataron por ser mala persona, sino por ser
bueno. Que mi padre no hubiera tenido que vivir toda la vida agachando la cabeza porque su
padre fue su padre (que no lo hizo), odiando todas las guerras. Pero tambin, amiga, entiendo
que se quiera olvidar. Pero es que me da miedo, miedo de que la gente que no recuerda no
sepa en qu se puede convertir: en un asesino cualquiera.
.So-Kin (1)
Claro. En el fondo pensamos lo mismo, pero para terminar con los que miran con aoranza
fascismos, comunismos radicales de corte stalinista, castrista,videlismos, etc., para terminar
con cualquier dictadura y mirar hacia adelante, debemos deshacernos del odio y construir,
crear, generar. A m me dan coraje todas las dictaduras, cualquier totalitarismo, sea cual sea la
ideologa que esgriman, porque slo destruyen y coartan. Prediquemos con el ejemplo y
centrmonos en vivir en paz. Es la mejor forma de honrar a los muertos: que no hayan muerto
para nada, que no hayan muerto para ver a sus hijos o nietos o biznietos seguir destruyendo.
Siento lo que hayas tenido que padecer, tanto t, como tu padre, como tu familia. Pero de esta
forma slo se alimenta a los que salvajemente quieren seguir alimentando el odio.
Y lo que dices, que las nuevas generaciones conozcan la Historia para que no se vuelva a
repetir. Un abrazo.
Sobre la guerra civil espaola escrito en diez minutos, ahora voy a escribir sobre la pinza de
Hitler-Stalin:
http://www.mediafire.com/view/?ka5oa1kzr1ai4p4
EL VISIR DE ABISINIA
Carrillo es el homlogo de Fraga en el otro bando, es decir, una persona que no fue
precisamente un santo en su juventud pero que nadie puede negarle su gran papel en la
Democracia y la Consitucin.
La fogonera
El verano
Vnculo-C.Blzquez
POESA Y TRANSICIONES
(LLAVES)...
La tormenta en un vaso
La cabeza del profesor Dowell,
Aleksandr Beliiev
Glup 2.0
Algo as como el verano.
sol negro
PRESENTACIN DEL LIBRO
RECITALES ESE PUERTO
EXISTE MUESTRA POTICA
(2010-2011)
J. L. Morante, "Puentes de
papel"
CENTROS Y PERIFERIAS.
Ca r t a s
L. H.
L.T .
Econ .
Q.D.P
convulsa dio lugar a otros hijos que tuvieron el valor de decir no a los planteamientos
totalitarios que finalmente acabaron con el gran sueo republicano espaol. l pudo elegir. Y
eligi lo que eligi. Y yo eso no podr alabarlo nunca. Tampoco lo puedo hacer con su
manera de resolver sus complejas relaciones con otros polticos del Partido Comunista que,
viviendo en Espaa, planteaban una forma distinta de oposicin al Rgimen durante los
primeros veinte aos de posguerra. Sin, embargo, si puedo alabar, y lo har siempre, su
emancipacin de la tutela sovitica y la aceptacin -con otros lderes comunistas de occidentedel sistema democrtico como modo de acceso al poder, lo que solemos entender como
Eurocomunismo. Tambin puedo alabar, y lo har siempre, su papel clave en la Transicin
hacia la Democracia en Espaa, que no fue entendido por muchos de los que, entonces,
militbamos, simpatizbamos o votbamos por l en las elecciones generales. Lo que vino
despus, ya lo sabemos. Carrillo se vio obligado a dimitir porque sus compaeros de partido
entendan su actitud conciliadora con el Partido Socialista como una traicin unos- y como
una estrategia equivocada frente a la que otros defendan, que era la formacin de una alianza
con fuerzas sociales y polticas extraparlamentarias.
Poco ms puedo decir. No s si este es, o no, el anlisis escasamente riguroso y propio de un
espritu equidistante. Lo que s se, es que esta reflexin es la propia de quien ha hecho, como
ha sido mi caso, lo que ha podido para sacudirse el polvo de los viejos mitos sagrados con
que los unos y los otros me quisieron educar.
20 de septiembre de 2012 09:18
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