Tempo Vasco - Juan Miguel Gutiérrez Márquez
Tempo Vasco - Juan Miguel Gutiérrez Márquez
Tempo Vasco - Juan Miguel Gutiérrez Márquez
Sombras en la caverna
Intentar dilucidar cuales son las caractersticas de esa impronta nacional distinta de
las reglas universales que rigen los mecanismos del cine ser el objeto de nuestro estudio.
Se impondr, por consiguiente, un triple camino: por un lado, estudiar lo que tiene de especfico el cine con respecto a las otras artes; por otro, lo que constituye lo esencial del toque
vasco en el arte en general y, por ltimo, la posible aplicacin de los principios que rigen el
estilo vasco al lenguaje narrativo propio del cine.
El cine, en su composicin estructural, no es un arte simple sino complejo, resultado de
la fusin, en un todo unitario, de una serie de artes elementales deudoras de mecanismos de
comunicacin primarios.
La narracin cinematogrfica asume en su composicin artes como la literatura (originariamente oral, posteriormente escrita); la gestual (gestos expresivos con finalidad comunicativa o, ms elaboradamente, mmica, actuacin, danza, etc.); la msica (ritmo, meloda); las
artes plsticas (funcionales o expresivas). Lejos de identificarse con ninguna de ellas, el
cinematgrafo las fagocita formando una nueva entidad artstica, autnoma.
Aceptada esta caracterstica y tomando al fenmeno cinematogrfico como una realidad compleja, pero con personalidad propia conviene definir cul es la estructura especficamente cinematogrfica; cuales son los rasgos propios que la diferencian de las artes
simples que la componen.
Como todo Arte, el Cine combina la dialctica entre Fondo y Forma, Cuerpo y
Alma, Contenidos de Mensaje y Manera como se transmite. Esta peculiar dinmica, utiliza en el Cine como en las otras artes, pero con connotaciones especficas que lo diferencian de ellas tres parmetros esenciales: Espacio, Tiempo y Ritmo.
Andr Delvaux: Un soir, un train (1968). El cine maneja y distorsiona la nocin del
tiempo amoldndolo a la dinmica que plantea el mensaje que pretende transmitir.
Orson Welles: Otello (1952). El autor escoge, entre los varios emplazamientos
posibles para contemplar la realidad, el suyo propio, el cual se convierte, a nivel de
significacin en relacin con los planos que le preceden y siguen, en nico.
Glauber Rocha: Antonio das Mortes (1969). El tempo interno -en este caso, tanto
glaubertiano como brasileo- es factor determinante para condicionar el ritmo
externo de la grabacin.
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Sombras en la caverna
Este puede ser externo, determinando velocidades diversas en la duracin de determinadas situaciones o combinando diferentes escalas de planos, o, por el contrario, puede ser
interno, testigo de las grandes pulsaciones profundas no necesariamente dotadas de movimiento fsico que recorren la narracin.
El ritmo est, es, es parte indisoluble de la forma, no dependiendo necesariamente
de la decisin consciente de un autor impregnando ontolgicamente la materia, por lo que
ser ineluctblemente deudor, tanto de la mentalidad individual del artista creador, como de
la peculiar forma de ser colectiva, popular, en que se inscribe la creacin individual.
Esta nocin de ritmo interno, cuyo estudio tendr una importancia capital en nuestro trabajo, la denominaremos, tomando prestada del lenguaje musical, la palabra que lo define:
Tempo.
Ante las actitudes excesivamente simplificadoras, que otorgan la etiqueta de vasco a
todo aquello que cumpla requisitos econmicos, geogrficos o sociolgicos, (cuando no
simplemente de empadronamiento en los lmites de la actual Comunidad autnoma) pretendo efectuar un intento de estudiar la nocin de Tempo Vasco, como caracterstica ms
radical y profunda del vasco en su vida y en el Cine.
Este ltimo rasgo definitorio, tan evidente en otras cinematografas, no anula los anteriormente citados. A ningn cineasta nacido en el pas, o que ruede en nuestros paisajes,
con nuestros actores, apoyndose en una estructura de produccin local o empleando el
euskara como vehculo lingstico, etc. se le puede negar la denominacin de vasco. Sin
nimo de establecer diferencias cualitativas, s es evidente que es una cuestin de profundizacin en las caractersticas que definen un producto lo que determinar la mayor o menor
radicalidad en el otorgamiento de la denominacin.
Para ello, y en una primera parte, intentar definir el concepto de Lo vasco en el arte y
la cultura: Cmo somos y qu caractersticas profundas definen nuestra relacin con el
Friedrich W. Murnau: Fausto (1.926). El cineasta vasco tal vez deba recurrir a la
via reflexiva para descubrir su propio tempo y la manera cmo adaptarlo a las
caractersticas de la narrativa cinematogrfica. Otras culturas han realizado esta
conversin de manera intuitiva.
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mundo comunicativo, con las artes simples que conforman el entramado de base del fenmeno complejo que es el cinematgrafo.
Una vez estudiadas estas caractersticas, tomadas como artes aisladas, se impondr
una aplicacin al fenmeno propiamente cinematogrfico. Sern aportaciones tericas que
debern ser complementadas con aportaciones experimentales (inclusive filmaciones) que
demuestren las teoras citadas. Constituirn la segunda parte del trabajo.
Concluiremos, en un intento de colocar las fronteras histricas de nuestro cine, en una
tercera parte en la que rebuscaremos en la historia para delimitar aquellas obras que, por
derecho propio, hoy denominamos, con mezcla de humildad y orgullo: Cine Vasco.
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Sombras en la caverna
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Primera parte:
EL TEMPO VASCO
Sombras en la caverna
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1. LO VASCO EN EL ARTE
El arte es capaz de transmitir todos los mensajes (compuestos de inteligencia-informacin, sensibilidad-emocin y forma-estilo) adecuando la forma peculiar de cada una de las
modalidades artsticas al fondo que transmite.
A travs de las manifestaciones artsticas de cada pueblo podemos llegar a lo ms profundo de su manera de ser: su manera de consolidar las categoras fundamentales de la
vida: lo sensitivo, lo reflexivo y lo prctico, que caracterizan al hombre como individuo y
como pueblo en su relacin consigo mismo, con sus compaeros y con la naturaleza que le
rodea.
El arte, sin embargo, es, en cada pueblo, fruto de estas esencias primigenias citadas, mezcladas con las influencias forneas que la historia le ha aportado y que cada pueblo ha asumido, en un conjunto armonioso en donde, a veces, se hace difcil discernir lo que
es propio, de lo que es ajeno, asimilado.
Esta bsqueda del Arte no contaminado aunque tal denominacin provoque un comprensible rechazo ser el objetivo primero de nuestro empeo.
En ella contamos con la gran ventaja que tiene el pueblo vasco de ser un islote cultural,
aislado, con lengua autctona y relativamente poco mestizaje cultural, en el cual resulta relativamente ms sencillo discernir los vestigios del pasado. Por otro lado, la capacidad del
pueblo vasco para integrar influencias sin perder identidad cultural e inclusive la habilidad
para impregnar las aportaciones forneas con toques propios ha causado sorpresa y
admiracin en los antroplogos estudiosos del fenmeno vasco. Algunos como la lituana
Marija Gimbutas, poco sospechosa de chovinismo, consideran al pas como uno de los
reductos menos contaminados de una civilizacin europea preindoeuropea. 2
No conviene, sin embargo, olvidar la prudencia con la que hay que tratar el tema del
mestizaje, tan antiguo como la historia o la protohistoria del hombre social y que se manifiesta en fenmenos como el nomadismo o los intercambios producidos por grandes o pequeas rutas comerciales o pastoriles.
Tampoco pretender afirmar que tal caracterstica o tal rasgo definitorio sea exclusivo
del pueblo vasco, ignorando experiencias similares o idnticas en otras culturas. Es evidente
que Euskal Herria comparte conceptos, smbologa y experiencias, via arquetipos universa-
2. Las obras de Marija Gimbutas The Civilization of the Goddess: The World of Old Europa (1991) y The
Language of the Goddess: Uncarhing the Hidden Symbols of Western Civilization (1989), desgraciadamente todava
no traducidas al castellano o euskara, plantean unas teoras muy sugerentes sobre la pervivencia en el pas vasco de
los rasgos ms primitivos de una civilizacin paneuropea, anterior al helenismo y que basara su caracter en el culto a
una diosa madre, encardinada en la tierra, Gaia (Mari, Atenea, Hera, Artemisa, Virgenes negras, etc.), origen de una
actitud bsica de celebracin de la vida.
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Sombras en la caverna
les o decisiones pragmticas, no slo con respecto a pueblos de su entorno inmediato, sino
tambien con aquellos alejados en el espacio y tiempo.
Soy perfectamente consciente de la extrema dependencia de mi trabajo con respecto al
avance que pueda hacerse, en fechas venideras, en el campo de las ciencias antropolgicas, que cuestione alguna de las afirmaciones que aqu se harn. Con gusto ser el primero
en rectificar y en reconducir las teoras expuestas. Creo, sin embargo, que la intuicin de
base que preside este trabajo continuar siendo vlida: la concienciacin del cineasta ante
la necesidad de ofrecer un acercamiento propiamente vasco, no copia de lo foraneo sea
cual sea el matiz que los avances investigatorios den a esta nocin al fenmeno audiovisual.
Deseara, de una vez por todas, que no se entendieran estas clasificaciones en un sentido cualitativo, atribuyendo a unas u otras diversas valoraciones morales. Todas son igualmente dignas de respeto y cada pueblo deber saber escoger, entre ellas, las ms
adecuadas para dar respuesta a las necesidades de todo tipo que el momento histrico le
plantee.
En nuestra bsqueda nos centraremos en el anlisis de 4 modalidades artsticas ntimamente ligadas a los mecanismos narrativos y estticos que desarrolla el cine y en las cuales
resulta relativamente sencillo discernir elementos presuntamente vascos; elementos no contaminados, segn la polmica definicin acuada precedentemente:
1.1 Artes de la Narracin.
1.2 Artes Musicales.
1.3 Artes Plsticas.
1.4 Artes Gestuales.
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El Tempo Vasco
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Sombras en la caverna
Sin pretender suplantar la tarea de especialistas en lingstica y reconociendo las dificultades de emplear una terminologa que satisfaga a todos los seguidores de las diversas
escuelas semiolgico-lingsticas intentar describir, de la manera ms simple, las diversas
relaciones y formas estructurales del euskara, siendo consciente que las diferencias en la
nomenclatura no implican ms que puntos de vista diversos de la misma realidad y, sobre
todo, no alteran el resultado del anlisis que estamos realizando.
Centrmonos, pues, en varios puntos esenciales y diferenciadores de la gramtica y
sintaxis vascas:
Ejemplo 2:
20
El Tempo Vasco
Ejemplo 3:
Ejemplo 4:
Fritz Lang : M (1931). Algunos lenguajes tienden a ofrecer una visin sinttica del
hecho en s y de sus circunstancias , presentando ambas realidades, de forma
global e inseparable .
Es evidente que una tal capacidad de sntesis revela la presencia de una mentalidad
mgica muy primitiva, anticartesiana, en donde seres humanos, mundo, naturaleza: en una
palabra el ser y sus circunstancias, estn unidos y forman un solo ente metafsico o indisoluble, que slo una mentalidad analtica tiende a separar.
Otro rasgo gramatical que me interesa resaltar es la presencia del ergativo especialmente subrayado, sealando la especifica polarizacin de la frase. La K ergativa aadida
al sujeto, indica, bien a las claras, que se inicia una frase activa con complementos, en mar-
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Sombras en la caverna
cada contraposicin a las frases con verbos de movimiento pasivas o reflexivas que prescinden de ella.
As:
Ander ibiliko da
(Ander andar)
Txakurra / txuria / da
1
3
2
Fernando Larruquert, Nstor Basterretxea: Ama Lur (1968). En todo mensaje, tanto oral como audiovisual, existe un
elemento que se desea subrayar. En el lenguaje -cada idioma lo har a su manera- la ubicacin del elemento a enfatizar dentro de la estructura de la frase tendr, entre otros aspectos (entonacin, gestos, pausas, etc.) una importancia
de primer orden; en el cine depender de la conjuncin de multiples factores, uno de los cuales radica en su colocacin en los puntos fuertes del encuadre .
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El Tempo Vasco
Txuria (blanco) colocado junto al verbo resalta la peculiar importancia que el color tiene
en la frase. En Txakurra da Txuria teniendo el mismo significado en castellano, resulta
diverso en euskara por el peculiar subrayado que se efecta sobre el ser poseedor en la
cualidad de blanco.
Este ejemplo nos mete de lleno en el estudio del Elemento Inquirido, traduccin libre del
Tema de Pregunta, Tema Clave o Galde Gaia que tiene una importancia decisiva en la
manera como el euskara ordena la frase: El elemento inquirido trata de saber cual es el tema
importante en donde se centra el inters de la frase, alrededor del cual se ordenan el resto
de circunstancias. Una vez descubierto, deber ser subrayado colocndose junto al verbo,
precedindolo.
El elemento inquirido en una respuesta vendr determinado por el nfasis, que la pregunta que la precede, ponga en una u otra circunstancia. Una vez descubierto, la respuesta
deber ser colocada en el lugar citado.
En el ejemplo:
Neskari liburua ahaztu zaio?
Se le ha olvidado el libro a la muchacha?
el elemento inquirido es liburua. La respuesta correcta deber colocar liburua antes
del verbo:
Respuesta: Bai, neskari liburua ahaztu zaio.
S, a la muchacha se le ha olvidado el libro
En la pregunta: Liburua neskari ahaztu zaio?
Se le ha olvidado el libro a la muchacha?
tiene como elemento inquirido a neskari y la respuesta correcta sera:
Bai liburua neskari ahaztu zaio
Por lo tanto, como comprobamos, el orden narrativo en euskara coloca el elemento
importante al final de la frase, precediendo al indicativo de actividad que suponen siempre
las formas verbales.
En el caso de las frases con respuesta negativa se mantiene el mismo criterio, como
regla general, aunque introduce el matiz de intercalar el Tema Principal entre el auxiliar y el
participio temporal de la forma verbal.
Si la forma positiva colocaba el participio temporal antes del auxiliar, la negativa coloca
primero el auxiliar.
Ejemplo: Pregunta: Neskari liburua ahaztu zaio?
Respuesta positiva: Bai, neskari liburua ahaztu zaio
Respuesta negativa: Ez, neskari ez zaio liburua ahaztu
El cambio de estructura narrativa en la frase negativa es un cambio sutil pero que convendra tener en cuenta en nuestro anlisis.
Prosiguiendo con el tema del orden sintctico en el interior de la frase, interesa resaltar
la tendencia del euskara, a ofrecer, en primer lugar, las circunstancias de un hecho para
colocar al final el nombre al que estas circunstancias se refieren. El castellano efecta un
camino inverso: primero ofrece el tema principal y luego determina sus circunstancias.
Ikusgaiak. 2, 1997, 1-235
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Sombras en la caverna
Se vuelve a repetir, por consiguiente, la constante de colocar lo importante de la narracin al final, hacindola preceder por las circunstancias que le acompaan.
Esta misma tendencia se nos presenta en la manera como el euskera construye las
Frases Relativas: El referente relativo se coloca al final, despus del verbo, de manera contraria a como se realiza en las lenguas romances:
El Perro que est en la casa
1
3 4
6 7 8
4 3
Este orden, que hace aparecer temporalmente, antes lo secundario que lo principal, o
que va de lo mas amplio a lo ms concreto, es una actitud narrativa llena de sugerencias en
lo que se refiere a la alternancia de escala de planos en la narracin cinematogrfica.
Existen, por supuesto, otras reglas gramaticales y sintcticas en la lengua vasca pero
que hacen relacin a reglas de carpintera lingstica o fnica que no tienen excesiva importancia en el estudio tan peculiar que nos ocupa, por lo que pasar sobre ellas sin detenerme: Introduccin del nmero mugagabea o indefinido; utilizacin de los numerales en
grupos del 20, etc...
1.1.1.3 Gramtica textual
Todas estas reflexiones, que preceden, toman como punto de partida el anlisis segn
los patrones de la Gramtica de Oracin. Convendra, sin embargo, realizar un estudio simi24
El Tempo Vasco
3. Vanse, a este respecto los estudios de Bernard Combettes, Jean Michel Adam o T.A. Van Dijk. Reenvo a la
bibliografa final para tener un acercamiento mayor a su obra.
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Sombras en la caverna
Cmo son para los vascos los procesos cognoscitivos de comprensin, de almacenamiento y de recuperacin, tanto a nivel lingstico como narrativo.
La simple enumeracin, no exhaustiva, de los temas tocados abre un mundo de sugerencias importante, tanto para una aplicacin al anlisis y construccin de textos literarios
como para la composicin de narrativas audiovisuales autctonas.
A modo de resumen y, adelantndome a lo que supondr, en el ltimo captulo de este
trabajo, una reflexin sobre las aplicaciones al cine (escritura de guiones, rodaje y montaje
cinematogrficos) de las estructuras narrativas del vasco menos contaminado, deseara
subrayar: cmo del anlisis precedente pueden derivarse varias ideas bsicas, que sugieren especficas formas de narrar:
Montxo Armendariz: - Tasio (1984). - 27 horas (1986). Temticas activas o pasivas; positivas o negativas tienen, en euskara, una plasmacin lingstica muy diferente, que implica
sutiles cambios de orden en la colocacin de las palabras dentro de la frase y con respecto
a las partculas que las determinan.
El Tempo Vasco
Todo pueblo, crea, desde sus orgenes, su propia literatura en donde, sus vivencias
populares se transmiten en forma de arte. En el caso que nos ocupa: Arte Narrativo.
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Sombras en la caverna
El Tempo Vasco
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Sombras en la caverna
prosa para efectuar cambios en la transmisin oral adquiere tal numero de variantes que no
es posible sacar conclusiones claras en cuanto a nuestro estudio de ritmos narrativos.
Teatro Oral
El Teatro oral, si bien deja entrever orgenes muy primitivos, revela, tanto en temticas,
como en estructuras formales, influencias bien definidas.
Maurice Champreux: Au Pays des basques. (1930). Pastoral Napoleon en Zuberoa. La influencia en las Pastorales de los modelos del teatro griego y medieval no
impiden que sea un gnero profundamente asimilado por el pueblo y que forma hoy
una de las seas de identidad ms reconocibles de una manera vasca de narrar,
maravillosamente contaminada.
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El Tempo Vasco
El bertsolari Eskolatu gabea (sin escolarizacin), opuesto al Eskolatua o alfabetizado, que sufre la influencia de la poesa escrita o de la cultura libresca en general, es deposiIkusgaiak. 2, 1997, 1-235
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Sombras en la caverna
tario de una tradicin primitiva, fundamentalmente rural o pastoril, en donde se depositan las
esencias menos contaminadas de lo vasco.
Deseosos de entender la construccin narrativa del verso vamos a analizar, en primer
lugar, el proceso de creacin que pone en marcha el bertsolari.
Todo proceso de creacin debe recorrer el camino de la invencin (temticas, protagonistas, acciones); disposicin de elementos (palabras, rima, estructuracin de los enlaces) y expresin (estilo narrativo, mtrica, meloda, etc.). En el caso del improvisador, este
triple recorrido debe efectuarse sin escalonamiento en el tiempo, simultaneando, en un
mismo instante, los tres momentos descritos.
Esta operacin la realiza con la tcnica del Atzekotz aurrera (de atrs hacia adelante).
En primer lugar, piensa el tema principal que desea exponer. Junto a l aparece, en su
mente, la palabra clave final que determinar la rima. Vuelve a continuacin al principio del
proceso y compone el primer verso, con la rima marcada por la palabra final. Concluye su
intervencin componiendo el ncleo central.
La preocupacin por la mtrica, prcticamente no existe, ya que el pie forzado, que
ofrece la msica, hace que el nmero de slabas fluya, con exactitud, a travs del canto.
El bertsolari actual, a medida que agranda su bagaje cultural, emplea ms tiempo en
este proceso de construccin, mientras que la respuesta de los bertsolaris primitivos era instantnea, surtiendo su narracin a partir de elementos instintivos, no racionalmente elaborados.
Aparentemente impasible e inmvil, el bertsolari desarrolla una impresionante actividad intelectual. Esta tensin interna se manifiesta en la profusin de movimientos
reflejos en sus manos, que el propio improvisador esconde pudorosamente tras la
espalda. Esta dicotoma: aparente serenidad y estatismo, combinada con imperceptibles signos de frentica actividad interior es una caracterstica muy sugerente de una
manera vasca de narrar que permite apasionantes campos de experimentacin estilstica.(Fotografa cedida por Jess Uriarte, publicada en el libro de Maite Gonzlez
Bertan ikusia de Editorial Erein).
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El Tempo Vasco
Puntuak
Lerroak
Bertso
Oina
Slabas
10
...izan
8
10
...iltza
8
10
...izan
8
10
...intzan
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Sombras en la caverna
1. Neurria o Mtrica.
La amplitud narrativa del verso puede ser de 2 tipos segn el nmero de puntuak que
empleen, adecundose una u otra duracin a temas de mayor o menor envergadura narrativa.
As, en la amplitud corta, notamos el Zortziko compuesto de 8 puntuak, entre los que
se pueden distinguir el Zortziko Txikia que combina lneas de 7 y 6 slabas y el Zortziko
Haundia que combina 10 y 8 slabas, rimando las lneas pares.
En la amplitud larga destacan los Hamarrekoak, txikiak o haundiak segn combinen
los 10 puntuak de que constan, con lneas de 7 y 6 slabas, en el txikia, o lneas de 10 y 8 en
el haundia.
Un gnero de bertso, totalmente diferente a los citados anteriormente, es el llamado
Bederatzi Puntukoak (9 puntos) que presenta una estructura irregular en la que se obtienen
9 rimas con lneas de mtrica que oscilan entre las 7 y 5 slabas.
De dificultad notable, representa una rapidez en la ejecucin y una agilidad mental solo
posible en mentes muy entrenadas en los artificios arcaicos de la literatura oral.
Lerroak Bertso
1 1
2
2 3
4
3 5
6
4 7
7
...aba
6
7
...aba
Slaba
5
7
...aba
6
7
...ara
5 9
...ara
6 10
nere abiada
...ada
7 11
justiziri b ada
...ada
8 12
...aga
9 13
14
34
Oina
jantziko zara
7
...ara
El Tempo Vasco
Ion Lopategi
Los dems, a menudo, de juerga da y noche
y para t, de nuevo, tantas trabas.
Llamaste a la puerta cerca de mi casa.
Esto llena de alegria mi corazn.
Eh aqu que he tomado una decisin:
si existe la justicia, cmo puedo dejarte as.
Te vestirs con mi mejor traje.
A modo de escaleta de guin cinematogrfico, dibujar a continuacin, los ritmos narrativos de algunas modalidades de bertsoak.
En abscisa colocar el nmero de Lerroak o lneas; en ordenada el n de Slabas y
subrayar con un punto la colocacin de la Rima.
ZORTZIKO TXIKIA
Silabas 10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
0
10
11
12
13
14
Lerroak
Lerroak
ZORTZIKO HAUNDIA
Silabas 10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
0
10
11
12
13
14
Lerroa
Lerroak
HAMARREKO TXIKIA
Silabas 10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
0
10
11
12
13
14
Lerroak
Lerroak
35
Sombras en la caverna
HAMARREKO HAUNDIA
Silabas 10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
0
10
11
12
13
14
Lerroa
Lerroak
BEDERATZI PUNTUKOAK
Silabas
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
0
10
11
12
13
14
Lerroa
Lerroak
GRADOS DE
INTERES
MUERTE
100
90
AMOR
MUERTE
80
70
MUERTE
60
AMOR
MUERTE
MUERTE
50
AMOR
40
AMOR
30
20
10
0
SECUENCIAS A-1
A-3
A-5
PRESENTACION
A-7
B-1.1
B-1.3
B-1.5
NUDO (1 parte)
B-1.7
B-2.1
B-2.3
B-2.5
B-2.7
C-1
NUDO (2 parte)
C-3
C-5
C-7
RESOLUCION
2. Etena o Corte
Dentro de la estructura mtrica del bertso hay que destacar el fenmeno del corte, ruptura o Etena: Una palabra no debe ser cortada en dos mitades por la cesura que la msica
impone, debindose hacer coincidir el corte musical, con ella, en su integridad. Esta caracterstica se aplica con rigor en las lneas impares y menos rigurosamente en las pares.
As en un bertso de medida amplia (haundia) los versos de 10 slabas deben separarse
en 2 partes de 5 slabas que formen palabras completas. Veamos un ejemplo:
Pello Joxepe / tabernan dala
haurra jaio da Larraunen
Etxera joan da / esan omen du
ez da nerea izanen
Beraren amak / topa dezala
haur horrek aita zein duen
36
5+5
8
5+5
8
5+5
8
Ikusgaiak. 2, 1997, 1-235
El Tempo Vasco
3. Oina o Rima
Sin entrar en excesivos detalles, indicar que la rima del bertso es consonante, arrancando la consonancia desde la penltima slaba en los casos ms elaborados. Conviene
matizar esta nocin de consonancia en la Rima bertsolarstica. Empleo la nocin de consonancia segn las normas de literatura oral: Semejanza fnica de las terminaciones y no
necesariamente igualdad de letras escritas.
En trminos estrictos de literatura escrita la rima del bertso solo respeta las vocales.
Sera por lo tanto, rima asonante, de una concordancia imperfecta. El vasco, sin embargo,
considera su concordancia perfecta a un nivel fnico, respetando siempre la ltima vocal y
empleando consonantes con similitudes en los sonidos que producen.
As, un bertsolari acepta como rima, oralmente consonante, gaba y aldara; pero
nunca aceptara beatza y hanka por la falta de armonas fnicas que contienen.
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Sombras en la caverna
Federico Fellini: E la nave va (1983). La lgica potica ha sido la base esttica y tica que a permitido,
a un cineasta tan abierto a la modernidad como
Fellini, para desarrollar su peculiar vena imaginativa
de gran riqueza plstica.
38
El Tempo Vasco
No parece haber una relacin lgica. La gente del pueblo, sin embargo, no slo la aceptaba, sino que disfrutaba con ella. Tenemos, pues, que buscar una relacin diferente a la
puramente racional o de orden trascendental. La clave de esta cohesin la encontramos en la
relacin o lgica potica: aquella que funciona por relaciones sensibles, por conexiones y asideros, perceptibles a la sola imaginacin y a los sentidos. Son relaciones, no de idea a idea,
sino de imagen a imagen, de impresin sensible a impresin sensible.
Detengmonos en el anlisis de una Kopla Zaharra alavesa que muestra, bien a las claras, el tipo de ligazn sensible con el que el improvisador trabaja y que le permite establecer
relaciones con la rapidez que su tcnica le exige; ya que encuentra las conexiones, ms en
su inconsciente, que en su intelecto pensante.
Tin, tin!
San Martn est a
la puerta con su
capillita blanca
esperando la
oracin,
la oracin del
peregrino
cuando Jesucristo
vino
de rodillas a rezar:
Magdalena,
Magdalena
no te canses a
llorar.
A los nios dales
teta:
y a los grandes
motilones dales
grandes
coscorrones, que lo
vayan a ganar a
las puertas de
Galicia,
que all se vende
buen pan, blanco
como la azucena:
que la Virgen del
Rosario es una
linda y hermosa
panadera
5. Manuel de Lecuona: La literatura oral vasca, Ed. Aunamendi, 1964, p. 109 ss.
39
Sombras en la caverna
40
El Tempo Vasco
Bogamos con estas teoras, no slo en plena prehistoria vasca, sino tambin hoy, en las
teoras de Jorge Oteiza y en la esencia de la pelcula Ama Lur, tan depositaria del espritu
del mtico escultor y pensador vasco.
He citado la obra cumbre de Fernando Larruquert y Nstor Basterrechea porque considero que, en ella, se pueden encontrar sorprendentes aplicaciones al lenguaje narrativo
cinematogrfico de las tcnicas de construccin propias de la literatura oral vasca. Me
reservo para la segunda parte de este estudio el anlisis pormenorizado del empleo de las
transiciones en la pelcula Ama Lur.
41
Sombras en la caverna
La simple lectura de los propsitos precedentes, nos hace ver con claridad la sorprendente modernidad audiovisual de esta tcnica arcaica.
Una narracin cuyas transiciones se efecten en base a la lgica potica: relaciones de
imagen a imagen, de impresin sensible a impresin sensible, y no de idea a idea, nos
sumerge en las claves del lenguaje cinematogrfico ms vanguardista y sugerente.
Deseara subrayar otro aspecto muy habitual en las Kopla Zaharrak: La unin entre 2
Koplas a travs de la repeticin de una misma frase: colocada en el ltimo puntua de la 1,
la una, y en el primer puntua de la 2, la otra.
Kopla
Slabas
Rima
arra
arra
10
arra
a-ta
alda
10
elizarako galtzada
ada
42
El Tempo Vasco
Se puede notar, asimismo, la utilizacin de la tcnica del empleo del corte medial, cesura o etena. Dejaremos para la segunda parte un anlisis de la posible utilizacin en escritura de guin cinematogrfico de este singular procedimiento tpico de la literatura oral vasca.
1.1.2.2.3 Poesa Decorativa.
Ligada a ambientes juguetones e infantiles, surge la Poesa Decorativa. Es una forma
lrica informal, en donde los elementos que excitan la imaginacin sensorial (sobre todo
sonora) priman sobre los ideolgicos.
Juegos de palabras utilizados como elementos rtmicos para acompaar juegos infantiles, onomatopeyas que ilustran acciones, palabras y sonidos sin sentido, emitidos con intencin ldica etc. constituyen la base de las poesas decorativas.
Veamos algunos ejemplos: Cancin de Cuna
Lerroak
Slabas
Rima
"Ttun-kurrun-kuttun-kuttun-ku,
ttun-kurrun-kuttuna!
una
Run-kuttun-kuttun-kuttun-ku,
run-kuttun-kuttuna!
una
Lo!
Run-kuttun-kuttuna!"
una
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Sombras en la caverna
1.1.2.2.4 Erromantzeak
Finalizaremos el estudio de las tcnicas narrativas provenientes de la literatura oral con
un anlisis de los Romances llegados hasta nosotros por transmisin oral. Los diferentes
autores no llegan a ponerse de acuerdo sobre su origen y antigedad. El hecho que, tanto
en temticas, como en estructura formal puedan encontrarse diversos paralelismos con
gneros similares en la literatura europea (trovadores, cuentistas populares, etc.), hacen
sospechar un origen no excesivamente remoto en el tiempo, tanto ms cuanto que a algunos
se los data con precisin entre los siglos XV y XVIII.
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El Tempo Vasco
"Andozeko ibarra
ala zer ibar luzia
etena
El valle de Andoz
que valle tan largo.
Sin ningn arma, en tres pedazos
se me parti el corazn
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Sombras en la caverna
Los romances emplean como tcnica narrativa un recurso poco habitual en la poesa
estudiada hasta el momento: el recurso al dialogo como manera de personalizar las emociones. Lejos de emplear el modo impersonal o la 3 persona para describir sentimientos, el
romance recurre, bien a la reflexin en primera persona, bien a la introduccin del dilogo
entre diferentes personajes para hacer avanzar la narracin.
La capacidad de transmitir emociones y de hacer vivir una situacin es, por lo tanto,
mucho mayor que en gneros ms impersonales.
En esta tcnica narrativa, no tan antigua como las analizadas anteriormente y tan prxima ya a la escritura o al lenguaje teatral notamos, sin embargo, un rasgo arcaizante, cual
es la ausencia de nombres propios para dejar claro qu personaje es el autor de los dilogos. El autor del romance confa segn tcnicas de literatura oral en el intrprete del
romance, el cual deber dejar bien claro quin habla, por el tono de voz que ofrezca en sus
intervenciones.
Otra caracterstica formal, que nos interesa subrayar, es la repeticin que los romances
emplean:
bien sea de una palabra en la estrofa:
Alostorria, bai Alostorria
Alostorreko eskailera luzia...
Alostorria, s Alostorria,
la larga escalera de Alostorria...
Estando bordando
situada en mi sala,
escuch un aire
del lado del mar,
del lado del mar
cantando en un barco.
o de una frase de estructura similar, con el nico cambio del destinatario de la accin
verbal:
1.
2.
Bereterretxek oheti
neskatuari eztiki:
Habil eta so egin ezazu
gizonik denez ageri.
Berterretxek oheti
jaun kontiari goraintzi:
Ehun behi bazereitzola
beren zezena ondoti
Como caractersticas narrativas, subrayaremos la gran libertad con que los romances se
mueven en lo que a respeto de la lgica tradicional se refiere.
Acciones que cambian de lugar y de tiempo sin nada que lo haga sospechar; personajes cuya historia se cuenta en una misma secuencia en primera o 3 persona; acciones que
se interrumpen inopinadamente etc. sugieren elipsis temporales audaces o encadenamientos de montaje sorprendentes, propias del lenguaje audiovisual ms avanzado.
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El Tempo Vasco
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Sombras en la caverna
E.Buzzell: Go West (1940) con los Hermanos Marx. La expresin vasca arpa jo (literalmente tocar el arpa) tiene un
sentido figurado, que puede ser traducido por tomar el pelo, lo que nos reenva a la importancia que en cada cultura
tiene la utilizacin, inclusive en el audiovisual, del imaginario metafrico, presente en modismos, proverbios, frases
hechas, etc.
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El Tempo Vasco
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Sombras en la caverna
que, tenindola, el pueblo vasco los ha hecho suyos destilando en ellos su propia manera
de sentir el fenmeno musical.
Citemos algunos de ellos que tienen origen comn con otros provenientes de civilizaciones cincundantes, aunque abarquen un arco muy amplio, en cuanto al origen histrico se
refiere: Txirula, Txistu, Txanbela, Sunpriu, Xirrularru (cornamusa), Dulzaina, Acorden
Diatnico, Alboka, en la categora de instrumentos de viento o aerfonos (segn la denominacin clasificatoria del musiclogo Curt Sachs); Pandero (tambour de basque, en francs), Atabal, Tamboril, Danburia (Ttunttun, Chicotn, Salterio) entre los membranfonos;
Bandurria, Guitarra, Zarrabete (Zanfoa, Viola de rueda) Muxu Kitarra (Birimbao, Guimbarde,
Trompa de boca) en la de los cordfonos.7
Existen otros, cuyo primitivismo les hacer ser perfectamente discernibles del entorno
circundante. Se les conoce por su nombre onomatopyico, que hace remontar su origen a
un perodo pre-conceptual, en el que la impresin sensible primaba sobre la construccin
lingstica intelectual. As la Txa-la-par-ta, el Txi-ri-ko-ke-ta o Ki-ri-ko-ke-ta (Txalaparta baztanesa); el Du-run-be-le (Sumpriu), el A-la-ki-ke-tan (Tobera), o el Txun-Txun (Danburia). En el
caso del Sumprinu y de la Danburia, su parentesco con instrumentos similares tpicos de la
cultura pastoril del entorno, no nos hacen dudar de su antigedad, pero s de su especificidad.
Tanto Txalaparta como Tobera son instrumentos de percusin en los que sus caractersticas rtmicas superan a sus potencialidades meldicas, muy escasas apenas armnicas y
a veces nulas, aunque los txalapartaris ms vanguardistas contemporneos las hayan dotado de variedades tonales, valindose de maderas de timbres diferentes, a la manera de xilfonos o marimbas. Se me podra argumentar que es lo tpico en la mayora de los
instrumentos de percusin: acentuar la base rtmica para ponerla al servicio del instrumento
generador de meloda. El carcter primitivo de Txalaparta y Tobera reside en el hecho de
que son autnomos: no necesitan de la presencia de meloda para llenar las aspiraciones
sonoras de la comunidad a la que van dirigidas. Tampoco son soportes rtmicos al servicio
del baile (al estilo de los Tam-tames africanos): producen msica, vlida en s misma, porque (excluida alguna funcin social puntual: llamadas, convocatorias, etc.) responden a profundas necesidades, no estrictamente musicales o funcionales del colectivo humano que las
genera.
Tanto Tobera como Txalaparta, parten del planteamiento percusivo de golpear unas
piezas de metal o madera con unos objetos similares, produciendo una cascada de sonidos.
El hecho que la Txalaparta utilice la madera puede estar significando, tal vez, un origen
anterior al de la utilizacin del hierro del que surgira la Tobera haciendo aorar un posible
instrumento precedente, de piedra, que se hubiera basado en los mismos principios. 8
7. Hemos citado los ms habituales que perviven hoy en da en la msica popular, (algunos considerados como
francamente minoritarios) pero podran tambin citarse otros ya desaparecidos o en franca decadencia como: los crtalos o Arxalxak castauelas que se usan en ciertas danzas de origen ritual; la Firringa o cuerda que unida a una
madera se hacia girar; el Arrabita, o Rabel de dos cuerdas; el Eltzegor o zambomba; Las Kirrikak o Kabikoak variantes
de las carracas castellanas etc. sin olvidarnos del carro que canta, peculiar ruido al que nos resistimos a denominar
como msica que produce la rueda de madera del carro vasco o gurdia al girar en su eje del mismo material, que
tantas consideraciones etnolgicas ha provocado en Telesforo de Aranzadi y Jorge Oteiza.
8. No es casualidad, que en las cuevas prehistricas, pobladas de restos humanos, de Isturitz (Baja Navarra),
Santimamie (Bizkaia) u otras el entramado de estalactitas y estalagmitas produce un complejo sonido al ser golpeadas por la mano desnuda.
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El Tempo Vasco
Ya que los planteamientos rtmicos de ambas se rigen por principios similares, a partir
de este momento me limitar al estudio de la Txalaparta, dejando al lector la tarea de efectuar un anlisis similar para la Tobera.
1.2.1.1 Txalaparta:
1.2.1.1.1 Descripcin
La Txalaparta consta de los siguientes elementos: Uno o varios tablones de madera de
una largura cercana a los 2 metros, que, colocados horizontalmente sobre un soporte flexible, son golpeadas por unos bastones o makillak manejados por 2 instrumentistas en pie.
Estos sostienen los bastones entre sus manos golpeando la madera horizontal con una incidencia perpendicular sobre ella. Originariamente, slo exista un tabln horizontal y ste se
apoyaba sobre unos cestos colocados boca abajo en el suelo, coronados por hojas de maz,
que aseguraban la vibracin de la madera.
Los orgenes de la Txalaparta son muy antiguos, como ya se ha expuesto precedentemente y, ms all de su importancia prctica (utilizacin como toque de llamada o Deia al
trabajo en comn de prensar la sidra, o a la fiesta) interesa subrayar las conexiones de su
ritmo con las vivencias mas ntimas, personales y colectivas, del vasco.
El nombre: Txalaparta excepcin hecha de su claro contenido onomatopyico
puede provenir de la deformacin de Zaldi-parta o Proveniente del Caballo, ya que, el sonido
del instrumento se asimila, por su ritmo, al galope de un caballo: Ttakun-ttan-ttakun / ttakunttan-ttakun.
Es conocida la importancia del Caballo en la mitologa vasca: Es el animal totmico, al
que se respeta y protege. Las representaciones pictricas que de l hace el vasco primitivo
Ikusgaiak. 2, 1997, 1-235
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Sombras en la caverna
Por otro lado, el ritmo que surge de la Txalaparta, se asimila, asimismo, al sonido del
corazn. La unidad rtmica del latido se estructura en 2 tiempos: Una pulsacin doble, una
de cuyas partes, la primera, es dbil y la segunda fuerte en anacrusa, seguida de un
silencio: Ta-tam - 10.
9. Es evidente que amplo, las fronteras del rea de influencia del vasco, ms all de lo que hoy engloban las
divisiones administrativas de los 7 territorios. Los historiadores colocan a las actuales Cantabria, Aquitania (Gascoa)
o Dordona (Lascaux) en los lmites de una antigua difusin de las tribus vascas, por buena parte de la actual frontera
entre Espaa y Francia.
10. No podemos olvidar que la primera experiencia sensorial rtmica del feto humano es el conjunto de vibraciones que percibe provenientes de su madre (voz, actividad respiratoria y digestiva, etc.) entre las que destacan, por su
intensidad y regularidad, los latidos del corazn a los cuales, en tempo diferente, el nasciturus intenta imitar y acompasar su ritmo.
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El Tempo Vasco
El recuerdo del animal totmico, como elemento colectivo y la similitud con el ritmo personal ms vivencial, hacen de la Txalaparta el exponente ms original y autntico de la manera cmo el vasco transmite sus vivencias rtmicas en forma de representacin o de arte.
1.2.1.1.2 Ritmos
Analizando las caractersticas del instrumento y la forma de tocarlo, podemos diferenciar
varios tipos de ritmos que genera la Txalaparta, segn su influencia vaya dirigida hacia uno
u otro sentido de la persona.
1.2.1.1.2.1 Ritmos sonoros
Interpretada siempre por dos personas, equipadas, cada una de ellas, de dos bastones percusivos desarrolla un doble ritmo:
Un ritmo principal, que marca las pulsiones de base, llamado Ttakuna (Garuna, segn
regiones) y un ritmo complementario, llamado Errena (Urguna).
Ttakuna marca los momentos positivos, alrededor de los cuales, y como respuesta a
ellos, va a estructurarse el Errena (literalmente: cojo), el punto de respuesta que marca la
dinmica o contrapunto con la pulsin positiva. As, a la doble pulsacin o latido del
Ttakuna, responde el Errena, con su planteamiento ms simple y originario: el silencio; o con
respuestas ms complejas pero siempre mediatizadas por el ritmo primordial.
Ttakuna
Errena
Tta-kun
(silencio)
Tta-kun
(silencio)
Tta-kun
ttan
anacrusa +
sncopa
Tta-kun
ttan
anacrusa +
sncopa
anacrusa
anacrusa
Bajo este principio de base, los ritmos pueden combinarse segn gusto y calidad artstica de los ejecutantes, hasta lmites de virtuosismo y rapidez en la ejecucin, difciles de ser
detectados analticamente.
Esta alternancia dentro del ritmo binario de la txalaparta del elemento bsico y
regular, (la medida estable) y del elemento contrapuntstico (libre y antinorma) es muy sugerente, en sus posibles aplicaciones a la tarea de composicin de estructuras narrativas y rtmicas de otras artes.
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Sombras en la caverna
Horizontal
y Vertical.
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Circular.
Diagonal.
El Tempo Vasco
Cabeza
Brazos
Tripa-sexo
(Centro Vibratorio)
Pies
Campesinos Layando en Auzolan o Trabajo comunitario. La posicin y movimientos del ejecutante de txalaparta guardan una sorprendente similitud con el trabajo de la tierra por medio de Layas. Este instrumento, anterior al arado romano, data en sus versiones ms primitivas (piedra, madera, hierro) del perodo neoltico y ha permanecido vigente,en el
pas, hasta hace 50 aos.
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Sombras en la caverna
11. Los modernos txalapartaris, al ampliar el numero de maderas horizontales, con timbres diferentes, producen
una impresin de meloda que desvirtuando o, tal vez, enriqueciendo el aporte original del instrumento, lo acerca a
vibrfonos como el xilfono, balafong, marimba u otros instrumentos percusivos similares.
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El Tempo Vasco
John Casavettes: Shadows (1968). Resulta dificil comprender el diseo de los filmes de cineastas como Cassavettes, Altman, Scorsese, Wenders, Linch, etc. sin el
recurso a las referencias estructurales de composiciones musicales como el jazz, el
blues, las baladas, la msica rock, etc.
Aunque, en stas, resulte difcil discernir lo que es originariamente vasco, de las influencias, que el devenir histrico de nuestro pueblo ha recibido de los ambientes circundantes,
es evidente que el anlisis detallado del Cancionero tradicional revela, no solo en las temticas (que no analizar), sino en las formas y ritmos, algunas caractersticas propias de la
idiosincrasia musical vasca.
An en el caso claro de deteccin de influencias forneas (canto litrgico eclesistico;
cancionero profano medieval: trovadores, troveros, juglares; folklores de pueblos vecinos,
etc.) podremos discernir algunas constantes que han adecuado las citadas procedencias e
influencias a nuestra manera de ser. Lejos de despreciarlas, vamos a intentar descubrir en
qu caractersticas reside su originalidad: Qu es lo que el vasco ha asimilado y amoldado a
su propia manera de ser y estar en el mundo. A partir de este anlisis nos acercaremos al
descubrimiento de los gustos estticos del vasco.
Tomando como base el cancionero popular que conocemos tan exhaustivamente, gracias a la gigantesca labor efectuada por personalidades de la investigacin musical: como
Resurreccin Mara Azcue, Aita Donostia, Charles Bordes, Jean Dominique Jules Sallaberry,
Jorge Riezu o, en pocas ms recientes, Jos Ignacio Ansorena, Nemesio Etxaniz,
Etchemendi y Pierre Lafitte vamos a analizar las caractersticas de las melodas vascas
segn los elementos fundamentales que determinan toda composicin musical.
1.2.2.1 Meloda
Varias son las peculiaridades que definen las melodas del Cancionero vasco: su carcter expresivo es generalmente melanclico, con una cierta tendencia a la tristeza y morosidad. Inclusive cuando las temticas son de carcter alegre o exultante, el vasco les da un
toque propio, que subraya los tempos suaves y melanclicos.
La conjugacin entre texto y meloda es mayoritariamente silbica o sea: una slaba por
cada nota. Las estructuras melismticas (que utilizan el melisma o arabesco: prolongacin del sonido correspondiente a una slaba en varias notas, formando un juego de modulaciones caracterstico) tan propias del folklore de otras regiones peninsulares: flamenco,
Ikusgaiak. 2, 1997, 1-235
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Sombras en la caverna
jotas, etc. estn, por consiguiente, relativamente ausentes en la cancin vasca, aunque, si
analizamos los cancioneros de la zona de Iparralde, encontraremos algn ejemplo, muy austero, sin embargo, de este estilo, (slabas desdobladas en dos notas) prcticamente inexistente en la zona sur del pas, si excluimos el anlisis de las jotas navarras, de clara
ascendencia fornea.
Esta conexin slaba-nota, unida al respeto que la meloda guarda siempre a la acentuacin fontica de la palabra, nos hace considerar, como caracterstica del cancionero
vasco, la subordinacin de la meloda o componente formal con respecto a la palabra o componente temtico. Aun en el caso de que una misma meloda adopte letras diversas, se producir, en cada caso, una adaptacin de las notas musicales a los valores que marquen las
palabras y sus acentos.La afirmacin precedente nos introduce de lleno en la problemtica
de la preeminencia del componente temtico sobre el formal o viceversa, fuente de innumerables discusiones entre los estudiosos del fenmeno artstico.
Estas impresiones sicolgicas que la meloda vasca produce, estn determinadas por
el empleo sistemtico de una serie de tcnicas que los musiclogos describen de la siguiente manera: Los intervalos ms frecuentes en el Cancionero Vasco son de segunda, tercera
y cuarta. El intervalo de quinta es poco usado, exceptuando los inicios de frase y en especial los anacrsicos, donde su uso es mas corriente. Los intervalos de sexta y octava no forman parte de la estructura meldica normal en las canciones y el de sptima apenas
existe12
12. ADARRAKOAK TALDEA: Euskal Herriko Abestiak: Anotaciones sociolgicas en torno a la cancin popular
vasca pags 8-19. Ed.: Adarrakoak Taldea. Gasteiz
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El Tempo Vasco
1.2.2.3 Ritmo
Las composiciones del Cancionero tradicional adoptan, como sustento de la meloda,
variados ritmos, comunes, la mayora de ellos, a las msicas de la cultura occidental.
Existen, sin embargo, dos tipos de compases que, a pesar de no ser excesivamente alejados en el tiempo, todos los musiclogos identifican como inequvoca y caractersticamente
vascos: son la Ezpata Dantza (en comps 3/4 + 6/8) y el Zortziko (en comps, amalgamado
y quebrado, 1/8 + 2/8 +2/8: 5/8).
La originalidad de estos ritmos ha producido algunas sorpresas en el mundo de la interpretacin orquestal, ya que reputados directores o instrumentistas, que no haban tenido
contacto previo con este comps, reconocan grandes dificultades para adaptarse a l.
Por su carcter inhabitual y por la inmensa popularidad de que goza entre aficionados y
pueblo en general (no olvidemos que Jos Mara Iparraguirre, tal vez el compositor-bardo
ms apreciado a nivel popular no erudito en el Pas Vasco, compuso la mayora de sus
msicas en este comps) vamos a centrarnos en el complejo estudio del Zortziko.
Ros de tinta han corrido entre especialistas musiclogos, o simplemente folkloristas, de
una y otra poca, para definirlo. Bajo la misma denominacin se han aceptado contenidos
tan diversos como: Denominacin mtrica para composicin en verso que contenga puntos
de 8 slabas; Melodas que adecuaran compases de 2/4 o 6/8, que nada tienen que ver con
el comps amalgamado que nos ocupa; Melodas militares, de clara influencia centroeuropea, que adoptaban el nombre a partir de una curiosa interpretacin filolgica, derivada de
la palabra zortzi (recluta, segn la interpretacin que hizo Cavanillas) etc.
Nosotros nos ocuparemos, nica y exclusivamente, adecundonos a la finalidad que
nos ocupa del comps 5/8, considerado en sus tendencias rtmicas fundamentales.
Dejo para los especialistas el estudio de las matizaciones que tal ritmo bsico puede presentar, segn sean las zonas musicales que lo adapten o segn sea la peculiar relacin que
la pareja instrumentista fundamentalmente txistularitamborilero y dantzari establezcan. 14
El Zortziko ese: poso de la msica universal medido en 5/8, como lo defini, entusisticamente, Aita Donostia es una composicin en comps amalgamado y quebrado 5/8, normalmente con puntillos, lo que le da su peculiar carcter, tan diferente de los ritmos
quinarios de otras culturas.
13. Si se desea profundizar en el tema de la Modalidad y Tonalidad en el Cancionero Vasco recomiendo el anlisis altamente especializado, que Ion Oatibia efecta en un anexo del Cancionero Popular Vasco de Resurreccin
Mara Azkue Vol II pgs E. 39-42. Ed. Euskalzaindia 1990.
14. Entre la amplia relacin de artculos sobre el tema, destacara el apasionante artculo de Carlos Sanchez
Equiza En torno al Zortziko publicado en el n - Junio 1991. de la Revista Txistulari. (pgs 44-53) o el artculo que
Jos Ignazio Ansoerena public en el Correo de la Unesco y que le sirve de introduccin a su libro Euskal Kantak
Euskal Herriko Musika Folklorikoa: pgs. 11-17
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Sombras en la caverna
Veamos un ejemplo y analicemos las pulsiones rtmicas que contiene un Zortziko muy
conocido: Gazte Gaztetatikan de Jos Mara Iparragirre.
1
Gazte-gaztetatikan
herritik kanpora,
estranjeria aldean pasa
det denbora.
Herrialde guztietan toki
onak badira,
bainan bihotzak dio:
Zoaz Euskal Herrira!
1
Desde mi mas tierna juventud,
fuera del pueblo
pas mi tiempo en el
extranjero.
En todos los pases hay
lugares majos,
pero el corazn reclama: Vete
a Euskal Herria!
2
Lur maitea hemen
uztea da negargarria,
hemen gelditzen dira
ama ta herria.
Urez noa ikustera, bai,
mundu berria,
oraintxe, bai naizela
urrikalgarria.
2
Dejar aqu la tierra querida es
penoso,
aqu se quedan la madre y el
pueblo.
Eh aqu que voy a ver, S!,
el mundo nuevo
ahora, s que soy digno de
compasin.
3
Agur, nere bihotzeko
amatxo maitea!
Laster etorriko naiz,
kontsola zaitea.
Jaungoikoak, nahi
badu ni urez joatea,
ama, zertarako da
negar egitea?
3
Adis madre querida de mi
corazn!
Pronto volver, consulate.
Si Dios lo permite, volver
all,
para qu, pues, madre, llorar.
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El Tempo Vasco
La composicin en 3 versos y comps 5/8, produce una curiosa mezcla de sensaciones: El contenido es de una emocin y melancola grande, a pesar del mensaje de esperanza final. A las palabras Negargarria (digno de llanto, penoso); Urrikalgarria (digno de
compasin); Negar egitea (llorar); Kontsola zaitea (consulate); Amatxo maitea (madrecita querida) etc. corresponde una meloda triste y suave, potenciadora de emociones sentimentales, tan propias del romanticismo vivido de su autor.
El ritmo, sin embargo, 5/8 quebrado: Zortziko contrasta con el ambiente moroso, descrito precedentemente: El Zortziko es eminentemente saltarn e irregular, alejado de composiciones equilibradas y simtricas, a priori estas ltimas, ms propias para expresar de
sentimientos suaves y poco extremos.
Tomemos el ritmo (no la meloda) del Zortziko en una representacin grfica, propia de
las escaletas de guin, cuya aplicacin a las tcnicas narrativas vascas no constituye ya una
novedad para los lectores de este estudio.
En Abscisa colocaremos el desarrollo de los compases y en Ordenada el tiempo de
duracin de cada nota: Destinado a aclarar nociones de solfeo, para los no iniciados, sabemos que el comps de 5/8 toma, como base, un tiempo inicial de 8 corcheas = 4 negras, del
cual se escogen slo 5 para completar la base temporal. El puntillo indica la prolongacin,
en duracin, de la mitad del valor de la nota que le precede. La unidad de medida de las
notas musicales es la negra con valor de un tiempo. Recordemos el resto de los valores de
las notas musicales: la Blanca (2 negras); Redonda (4 negras); Corchea (1/2 de negra);
Semicorchea (1/4 de negra); Fusa (1/8 de negra) y Semifusa (1/16 de negra).
Esta sera la grfica rtmica de los 32 compases de que se compone la primera estrofa
de la composicin de Jos Mara Iparraguirre: Gazte Gaztetatikan
Comparemos, en el mismo grfico, el ritmo de Zortziko, 5/8, de la cancin de
Iparraguirre, con el ritmo ms clsico y simtrico, 2/4, (podra as mismo ser interpretada en
4/4) ofrecido por la conocida cancin vasca cuyos orgenes centro europeos son innegables: Uso zuria (La paloma blanca).
Saltar a la vista el carcter quebrado, ms saltarn y discontinuo que presenta el 5/8,
aunque, en el caso de ambas, compases tan diversos estn al servicio de una meloda y
letra, que transmiten contenidos sentimentales muy similares.
En el caso de Uso Zuria he escogido una cancin no vasca de origen, pero adoptada
y amada, desde siempre, por nuestro pueblo como suya, para desmitificar un cierto purismo o exclusivismo que pueda derivarse de la lectura de estas pginas. Lo vasco es, o debera ser, amplio, abierto y generoso. Tendremos tiempo de comprobarlo cuando analicemos
explcitamente el fenmeno cinematogrfico.
El empleo de esta tcnica de representacin grfica aplicada a los ritmos o tempos
musicales no es novedosa ya que, como muestra la ilustracin que acompaa, los cineastas
soviticos experimentaron en este sentido.
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Sombras en la caverna
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El Tempo Vasco
USO ZURIA
1.2.2.4 Armona
Como ltima caracterstica de las composiciones meldicas no podemos pasar por alto
el tema de la Armonizacin, por la gran popularidad que la polifona tiene en todas las capas
de la sociedad Vasca.
No la tomar en cuenta en lo que a este trabajo se refiere por la enorme carga de contaminacin que lleva consigo. Prcticamente, la cancin a varias voces es un producto,
extraordinariamente bien aceptado por las clases populares, pero con un origen no popular
en el que la influencia de la msica polifnica sobre todo italiana y espaola es determinante. En Euskal Herria no encontramos polifonas al estilo de los pastores Sardos o de la
isla de Crcega, siendo nuestra tradicin totalmente deudora de los cnones marcados por
Palestrina, Vitoria, Orlando di Lassus, Monteverdi, Juan de Antxieta, etc.
El vasco en sus coros u ochotes, emplea el esquema clsico de armonizaciones a: dos
voces (una primera canta la meloda y la segunda, generalmente, discurre paralelamente a
sta por terceras y sextas); 3 voces (las 2 primeras cantan igual que a 2 voces y la tercera
hace el bajo con las notas tnica, subdominante y dominante); 4 voces (toma el esquema de
las 3 voces y aade una cuarta que acta como base armnica).
Con estas consideraciones sobre la Armona pongo punto final a este captulo. El tema
de ciertas msicas tradicionales como las Ezpata dantzak, Biribilketak, Trikitixak... y
otras semejantes, sern analizados en el captulo sobre la Danza ya que, sus estructuras
musicales, estn al servicio de la coreografa de movimientos que trataremos en profundidad
en el captulo sobre las Artes Gestuales.
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Sombras en la caverna
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El Tempo Vasco
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Sombras en la caverna
mente, el singular y sugerente mundo de las Estelas Discoidales y a partir de ellas ampliando el campo de estudio a las artes decorativas no funcionales profundizaremos en el
mundo de los Signos Grficos o Ikurras, para finalizar con el estudio de la utilizacin de los
Colores en el universo vasco tradicional.
La conjuncin de los diversos elementos del cuadro, unidos por el dinamismo que
generan las lneas de fuerza, da lugar a La Composicin que es el punto nodal de la
Forma, la esencia externa de toda obra artstica.
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El Tempo Vasco
En la historia del arte, composiciones que tenan como puntos de referencia las diagonales; el crculo; la almendra o mandorla sagrada; la pirmide; la espiral; (por citar tan solo
las composiciones ms elementales y habituales), lejos de ser una expresin aleatoria y
casual, forman el mbito formal imprescindible en el que pueda desarrollarse el Fondo del
Mensaje o Contenido que se desea transmitir.
El hombre combina en la expresin de sus mensajes como ha sido sealado antes la
transmisin intelectual (inteligencia), la emotiva o sensible (voluntad y emocin) y la practicidad (esttica, habilidad de praxis). Por ello, el mensaje forma un todo armnico en el que la
forma no es inocente sino que debe responder a las necesidades globales de la transmisin.
En un intento de acercamiento a lo que pueden suponer las potencias de la imagen
vamos a analizar a modo de ejemplo que aclare conceptos las estructuras formales de un
cuadro famoso: La ltima Cena de Leonardo da Vinci.
El Fondo del Mensaje que Leonardo intenta transmitir es: el relato de la dimensin espiritual que se desgaja del episodio de la vida de Jess: La ltima Cena. Localizada justo
antes de su muerte en Cruz, supone el testamento o legado que asegurar su presencia
entre los discpulos de todos los tiempos. Por el milagro de la Eucarista, Cristo estar presente entre sus seguidores, cada vez que estos quieran, convirtiendo un pan y vino de habitual consumo en su carne y sangre: en su propia persona.
Es un momento clave que pone en pie unos cimientos, de increble solidez, cara al futuro. En contraposicin con esta actitud serena, constatamos el ambiente inquieto de unos
seguidores que no captan del todo la importancia del momento y entre los cuales asoma la
sombra de la duda e, inclusive, de la traicin.
Veamos cmo estn plasmadas en la Composicin Formal estas dos actitudes sicolgicas citadas.
El cuadro est dominado por un notable equilibrio: Una lnea maestra horizontal marcada por la gran mesa, a la que se contrapone la lnea vertical formada por la figura de Jess
en el centro de la imagen. La posicin central y simtrica de sta, viene subrayada por ser el
punto de recepcin de las lneas de fuga de la perspectiva, que dibujan vigas del techo y
dinteles de las ventanas. La existencia de la ventana central abierta, por donde entra la luz
del da (incoherencia narrativa ya que es una cena sacrificada en aras de la expresin
plstica) subraya el carcter central de la figura.
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Sombras en la caverna
A modo de 2 ejemplo, veamos, nicamente en esquema, las lneas de fuerza que forman una composicin en forma de ola muy equilibrada en el cuadro de Roger Van der
Weyden: Descendimiento de la Cruz.
Roger van der Weyden: Descendimiento de la Cruz (Museo del Prado). Las lineas
de fuerza del cuadro subrayan el punto fuerte hacia donde se dirige en primer lugar
la vista: la cara de Mara dolorosa, colocada en uno de los puntos fuertes del encuadre, permitiendo ms tarde un recorrido en forma de lnea ondulada, que subraya la
impresin psicolgica de dolor fuerte, pero sordo que sugiere la escena.
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El Tempo Vasco
Quin negar la estructura piramidal del cuadro La Charit de Andrea del Sarto?.
O por abordar un autor no europeo que tanto ha influenciado la escultura vasca en la
persona de Eduardo Txillida las lineas onduladas del La gran Ola de Kanagawa del japons Katsushilka Hokusai.
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Sombras en la caverna
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El Tempo Vasco
Menhir de Saltarri. Sierra de Aralar (Gipuzkoa-Nafarroa). Roto en dos pedazos despus de haberse derrumbado. Con respecto a su origen y funcin, circulan numerosas leyendas que atestiguan su caracter mgico.
a)
b)
Dolmen o Trikuarri (Tres piedras), est constituido, en su configuracin bsica, por dos
piedras verticales que sostienen una tercera en forma de losa o tejado. En su forma ms
sofisticada, el Dolmen puede tener varias piedras verticales de apoyo y ser precedido
por un pasillo de acceso. Los restos de huesos y cenizas, encontrados bajo su sombra,
hacen suponer una utilidad fundamentalmente ritual y funeraria. Una variante de
Dolmen son las Cistas, similares al precedente manteniendo la cmara, sin tumulo, ni
losa cameral o con sta mvil.
c)
Tumulus: El tmulo es una cavidad subterrnea que ejerce funciones de sepultura, sin
losa cameral como el Dolmen..
d)
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Sombras en la caverna
e)
f)
g)
Otros monumentos con utilidades diversas como: Murallas, Torres de viga, Faros,
Talaiots, etc.
El Tempo Vasco
El Dolmen simple dibuja el espacio domstico. El hombre (lneas verticales) es protegido por el tejado (lnea horizontal) que le da cobijo ante la agresin de las fuerzas desconocidas e incontrolables que tienen su sede en lo
alto. El carcter protector de la losa horizontal, reenva al hombre a su reducto domstico (hogar provisional: casa cotidiana-hogar perpetuo: tumba).
El Dolmen complejo, que incluye cmara de forma circular y, a veces,
corredor de acceso, ampla la dimensin rtmica original, aadiendo un elemento circular que introduce la nocin de colectividad: . Es el hombre colectivo que recibe proteccin cotidiana o sepultura tutelada, por parte de su
tribu o clan.
El Cromlech simple es una de las expresiones
ms sugerentes y depuradas de la plstica primitiva.
Enmarca sus lneas dinmicas en una circunferencia
simple o, en los casos ms sofisticados, en dos circunferencias concntricas, entrelazadas o secantes:
es la expresin plstica, depurada, del sentimiento de
colectividad: El hombre poniendo su individualidad al servicio del pueblo al que pertenece.
Esta interpretacin, adquiere an ms relevancia en aquellos Cromlech que no tienen una
explicacin prctica especfica, como es el caso de aquellos en los que se suponen utilidades astronmicas, mgicas, meditorias del tiempo u otras.
El Cromlech vasco, conocido popularmente
por el extrao nombre de Mairubaratza (Huerto
del moro) o Gentil Baratza (Huerto del gentil,
en el sentido de extranjero) o Gentilarri
(Piedra del gentil), pudo haber sido lugar privilegiado de sepulturas colectivas o sede de ritos
mgicos populares. Su composicin espacial
circular, con la especial pureza que lo caracteriza, reenva a las pulsiones primitivas de aquellos que las construyeron y su influencia ha sido
fundamental en las artes plsticas, musicales,
narrativas y gestuales.
Jorge Oteiza basndose en su teora de la
Ley de los Cambios, 15 en esttica, considera,
adems, al Cromlech vasco como el punto de
llegada, culminante, de una corriente esttica
colectiva y propiamente vasca en la que el hombre primitivo habra llegado a lo que l considera el punto ms alto de la creacin artstica: el
descubrimiento del vaco. Con el ardor apasionado que le caracteriza, concluye valorando la
gran intuicin del hombre esttico vasco que
descubri las potencialidades del Cero - Uts
entendido como Vaco, como elemento de lle-
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Sombras en la caverna
Jorge Oteiza ante las piedras de la cantera en la que construa los apstoles para la
baslica de Arnzazu. (Fotograma de Ama Lur). Son imgenes de los 14 apstoles desocupados, abiertos en forma de tronco vaciado (primitiva acepcin de la
nocin de la raz: aska, askatu, askatasuna...) para permitir que cualquier espacio
vacio (estticamente desocupado) sea espiritualmente receptivo.
16. Recomiendo el estudio semntico de Angel Goenaga sobre el concepto de (H)Uts como uno de los signos
metafsicos esenciales para comprender la actitud del vasco ante las cuestiones ontolgicas. Angel Goenaga: Uts: La
negatividad vasca
17. La interpretacin de los signos contenidos en los grabados y pinturas propios del arte parietal y mueble de
las cavernas vascas del Paleoltico Superior, tanto en lo que se refiere al propio diseo de las figuras como a la colocacin en el espacio o repeticin rtmica de las mismas, ofrece muchas variantes, a partir de las cuales, sin embargo,
no podremos sacar ninguna conclusin significativa con respecto al estudio que nos ocupa. Sin dejar de ser sugerentes, los ensayos interpretativos de Lartet, Reinach, Abate Breuil, Leroi-Gourhan, o, entre nosotros Barandiarn, Altuna
u otros, no hacen ms que confirmar la dificultad de llegar a respuestas concluyentes en este campo.
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El Tempo Vasco
Ah queda, pues, la intuicin de Jorge Oteiza y el largo camino que se abre ante nosotros, sea cual sea la faceta artstica desde la que lo abordemos; en nuestro caso, el Arte
Cinematogrfico.
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Sombras en la caverna
18. La influencia de la casa como mbito arquitectnico y moral es tan grande en el Pas Vasco tradicional, que,
en el habla popular, el nombre del casero se utiliza para nombrar (nombrar:poseer, en la mentalidad mgica) a la
familia, en lugar del patronmico administrativo.
19. La cera de la argizaiola proceda a su vez de un insecto domestico, ligado a la casa por unos lazos especiales: la abeja. En algunos rituales de difuntos, cuando falleca un miembro de la familia exista la costumbre de hacer
participes a las abejas de tal situacin, incitndoles a producir ms cera que pudiera perpetuar con su luz la presencia del difunto en el mbito familiar:
Erleak egin ezazue argizaia;
nagusia hil da ta argia behar da elizan
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El Tempo Vasco
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Sombras en la caverna
Ms interesante ser el anlisis de la descomposicin de las lneas de fuerza bsicas, gracias a los elementos decorativos que las completan, en las que s intervendrn elementos
definitorios de lo vasco.
Al carcter simblico de la estructura antropomrfica, conviene aadir la peculiar
adaptacin que dicha forma efecta tendente a la utilizacin o practicidad del objeto: adecuando su diseo especfico para enrollar correctamente la cera; ofreciendo una empuadura para los traslados; constituyendo una base segura que evite accidentes por el fuego, etc.
Por su parte, las Estelas funerarias son, en su gran mayora, discoidales, compuestas por
un pie anclado en tierra, que se expande, en su parte superior, en un crculo decorado. En
algn caso excepcional la Estela solo conserva el disco, habiendo perdido su parte inferior.
Tomemos 3 ejemplos tipo de estelas discoidales: dos de ellas procedentes del pueblo
labortano de Itxassou y la otra procedente de la misma regin: Louhossoa.
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El Tempo Vasco
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Sombras en la caverna
De las consideraciones precedentes, y en relacin con el objetivo final de nuestro estudio, parece claro que el vasco tradicional plantea cara a establecer una relacin de su yo
interior personal o colectivo, con sus circunstancias externas o ambientales una tendencia
a presentar primero las circunstancias externas para asumirlas e interiorizarlas como objetivo
final. Esta relacin, similar a la planteada lingsticamente entre el sujeto y sus complementos en euskara, podra ofrecer pautas narrativas de aplicacin al lenguaje audiovisual.
En este frontal de Kutxa (arcn), procedente dela zona de Tolosa (Gipuzkoa), conservado en el Museo de San Telmo en Donostia, podemos ver decoraciones que
emplean signos astrolticos dinmicos, con giro de derecha a izquierda, en sentido
contrario a las agujas del reloj.
El Tempo Vasco
O el numeral 7:
An
Jess Hombre-Salvador
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Sombras en la caverna
Flores
Hojas
Frutos
Decoraciones animales:
Pez
Cerdo
Pjaro
Cordero mstico
Smbolos humanos:
Martillo
Custodia
Concha
Elementos naturales.
Sol
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Luna
Estrella
Gota de agua
El Tempo Vasco
Pjaro
Llave
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Sombras en la caverna
Dentro de este grupo son particularmente interesantes los signos de origen astroltico,
por las connotaciones mgicas y esotricas que contienen, y por la gran popularidad que
han obtenido en la decoracin vasca hasta nuestros das.
Su posible procedencia celta, no es bice para que los consideremos como vascos, ya
que no slo han calado muy hondo en la simbologa de nuestro pueblo, sino que han sido
digeridas y modificadas por l, desde tiempos muy remotos.
Son signos ligados a rituales en los que el sol o la luna tenan un protagonismo especfico. Un sol volcado al exterior que irradia luz, calor y energa hacia todas direcciones, en
una explicacin naturalista, o un sol-centro, mgico, replegado hacia s mismo, punto de
encuentro y referencia interior para toda persona que desee ser iniciada.
El sol o la luna convertidos en signos estilizados pueden tomar figura de fuerza inerte y
esttica en s misma, tendente al equilibrio y la quietud la representacin ms estilizada de
un signo solar equilibrado es la cruz griega (con los 4 brazos iguales) o puede desarrollar a
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El Tempo Vasco
Piedra tallada en el Palacio Jauregi de Zerain (Gipuzkoa). Signos astrolticos equilibrados, con una gran carga de figuracin.
Ejemplos:
Signos astrolticos solares equilibrados:
En el ejemplo precedente hemos sealado el sentido del giro de los diversos signos
dinmicos. Unas veces giran en el sentido de las agujas del reloj (como el giro astronmico);
otras, de derecha a izquierda.
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Sombras en la caverna
En lo que se refiere al tema del sentido preferencial en que giran las decoraciones tradicionales vascas, echo de menos estudios serios que investiguen las razones profundas por
las que una mentalidad tradicional no contaminada pudiera verse instintivamente impelida
a emplear sus giros preferentemente en una direccin, antes que en su contraria.
No puedo menos que recordar, en este sentido, los estudios del neurlogo japons
Tadanobu Tsunoda del Instituto de Investigaciones Mdicas de la Universidad Medica y
Odontolgica de Tokio, en los que se estudian, experimentalmente, los fenmenos de lateralizacin cerebral. (En qu hemisferio cerebral residen ciertas facultades, emociones etc.)
Descubre Tsunoda, sorprendentemente, que la sede de ciertas actividades instintivas residen en uno u otro hemisferio cerebral dependiendo del medio auditivo y lingstico que ha
rodeado a los diversos individuos desde su nacimiento. 20
20. Howard Brabyn: Lengua materna y hemisferios cerebrales El sorprendente descubrimiento del especialista
japons Todanobu TSUNODA. Correo de la Unesco: febrero 1982, pgs. 10-14
Extractamos de este artculo los siguientes prrafos y un esquema que aclaran las nociones aqu expuestas:
Las caractersticas predominantes entre los japoneses muestran que, en ellos, las funciones de la emocin, as
como las del lenguaje y las de la lgica basada en el lenguaje, se localizan en el cerebro del habla. Por el contrario,
en el caso de los occidentales el lenguaje y las funciones lgicas que se relacionan con l se sitan en el hemisferio
del lenguaje oral, y la funcin de la emocin se halla localizada en el otro hemisferio (vase el esquema).
En el cerebro de los japoneses los sonidos que se relacionan con la emocin son tratados por el hemisferio
izquierdo, cuyo predominio se refuerza en la medida en que se desarrolla la funcin del habla. Como resultado de la
vinculacin entre los sonidos que se relacionan con las emociones y las experiencias que se vinculan con ellas, el
hemisferio izquierdo pasa a ser dominante tambin respecto de las funciones de la emocin.
El mismo proceso explica el predominio, entre los no japoneses, del hemisferio cerebral derecho en lo relativo a
los sonidos y funciones relacionados con las emociones. Puede as afirmarse que la lateralidad de la localizacin de
las emociones es algo que se adquiere a travs de la lengua materna.
Estimo que la lengua materna es el factor que determina la diferencia de las vas por las cuales las personas
reciben, elaboran, sienten y comprenden los sonidos provenientes del medio que los rodea. La lengua materna se
relaciona estrechamente con el desarrollo de los mecanismos de la emocin en el cerebro. Esto me lleva a suponer
que la lengua materna adquirida durante la infancia tiene estrecha relacin con las particularidades de la cultura y la
mentalidad de cada grupo tnico
Funcionamiento del cerebro en relacin con la legua materna
Lengua Japonesa
Hemisferio izquierdo
Hemisferio derecho
Lengua
Vocales
Consonantes
Voces humanas
Voces animales
Canto de los insectos
Sonido
de los instrumentos
musicales japoneses
Clculo
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Lenguas occidentales
Hemisferio izquierdo
Hemisferio derecho
Lengua
Consonantes
Sonidos mecnicos
Msica
Sonido de los instrumentos
musicales occidentales
Mono (cosa)
Cosas materiales
Clculo
Logos
Vocales
Voces humanas
Sonidos mecnicos
Msica
Voces animales
Canto de insectos
Sonido de los instrumentos
musicales japoneses.
Sonido de los inst.
musicales occidentales
Pathos
Naturaleza
El Tempo Vasco
Las lneas de fuerza que desarrollan estos signos geomtricos son similares a las analizadas precedentemente y deben ser estudiadas como fuerzas secundarias dentro del
marco ms amplio de las lneas dinmicas primarias que vienen marcadas por el objeto de
base en el que la decoracin se inscribe.
Analizando la historia de los movimientos artsticos de la humanidad descubrimos que
oscilan entre dos tendencias bien marcadas: la preeminencia del signo o la supremaca del
lenguaje de las imgenes figurativas. Ambas, se desarrollan en avance con movimiento dialctico. Desde este punto de vista, y recogiendo todos los anlisis precedentes, podemos
21. Telesforo de Aranzadi: Revista Euskalherria 1.916: Estudios sobre la colocacin en la cabeza de la boina
tradicional vasca. - Jorge Oteiza: Quousque Tandem: 134. Anlisis del empleo de la pared izquierda del frontn y
de la tendencia del patrn de trainera a llevar el timn con la mano izquierda. A pesar de la exagerada tendencia de
Oteiza a mitificar todo lo vasco, las intuiciones del oriotarra ofrecen, siempre, sugerentes caminos de reflexin.
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Sombras en la caverna
22. Estas consideraciones nos reenvan a los estudios que relacionan a la lengua vasca con las primitivas inscripciones ibero-tartsicas, que tenan una direccin de lectura de derecha a izquierda. En este sentido detectamos el
libro de Jorge Alonso Garca Desciframiento de la lengua ibrico-tartsica. 1996. Editado en Barcelona por la
Fundacin Tartessos, que desarrolla el tema.
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El Tempo Vasco
Ttulo de la pelcula Ama Lur (1968). Notemos que el ttulo del film en euskara est
trabajado, por un artista plstico contemporneo (Nstor Basterretxea) a partir de un
grafismo de origen vasco. No as el ttulo castellano, que emplea grafa convencional, funcionando significativamente a modo de subttulo del original en euskara.
23. La Temperatura de Color es el color que adquiere un cuerpo a -270, llamado cuerpo negro al ser sometido a una temperatura determinada. La base de medida para dichos grados es la escala Kelvin o de grados absolutos (que establece su origen en el cero absoluto(- 273C.) y adopta el mismo intervalo de variaciones que la escala
Celsius.)
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Sombras en la caverna
As mismo, es uniforme la percepcin del color cuando ste est ntimamente ligado al
interior de la propia esencia cromtica de la materia, revelando su ser y especificidad: as la
relacin Sangre-Rojo, Nieve-Blanco, o en sentido contrario la imposibilidad de relaciones
como: Vaca-Azul, Carbn-Blanco, Hombre-Verde.
El color, ms all de su significacin unvoca inmediata, reenva constantemente en su
significacin simblica al universo personal y colectivo de personas y pueblos, con rasgos
de diferenciacin muy marcados segn sean los referentes culturales que se empleen para
percibirlos.
El conocido proverbio:Dime un color y te dir si estas triste o alegre , responde al filtro
que cada cual pone en la percepcin de los mismos. Esta interpretacin particular puede
responder a la psicologa individual o puede ser reflejo del bagaje, consciente o inconsciente, colectivo. Que el luto sea traducido en negro por la civilizacin occidental o en blanco
por los orientales; que un castellano diga: las estoy pasando moradas, y un vasco:gorriak
ikusi ditut (las he visto rojas), para expresar el mismo sentimiento angustioso, muestra una
diversa percepcin sicolgica del universo cromtico por parte de pueblos con culturas diferentes.
Dado el inters que para el lenguaje audiovisual tiene el color (an en los casos del cine
en blanco y negro), considero necesario profundizar, en el marco de este estudio, sobre la
manera cmo el vasco tradicional translada su propio mundo interno a los colores o, efectuando el camino inverso, cmo sus colores condicionan su percepcin del mundo.
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El Tempo Vasco
Es posible remontarse, en el tratamiento del color en la mentalidad vasca, hasta estadios de lenguaje y civilizacin muy primitivos que hacen alusin a un tratamiento cromtico
conceptual, limitado a tres colores puros fundamentales: Txuria (Blanco), Gorria (Rojo),
Beltza (Negro). Originariamente el vasco, no necesitaba como concepto ya que sensiblemente perciba toda la gama existente en el universo ms que la nocin de color con la que
nombraba a los animales domsticos y sus caractersticas. Ms tarde surgi ante el vasco
tradicional la nocin de colores no puros como Urdina difcilmente traducible por Azul, ya
que denotaba ms un matiz de turbiedad o claridad que nuestra actual gama cromtica y
Nabarra, color as mismo ambiguo ligado a la nocin simblica de mezcla.
El resto de los colores clsicos segn la divisin en siete (como las 7 vocales, 7 notas
musicales, 7 casas astrales ) que efectuaron los griegos son una adquisicin tarda para el
vasco, que no necesit nombrar al verde, amarillo, morado, naranja, rosa ... hasta estadios
muy posteriores de desarrollo cultural.
Esta concepcin primitiva de un mundo en tres colores, mediatizada por la necesidad
de dar personalidad a los animales, se encuentra, de manera similar, en otras civilizaciones
primitivas como los Bosquimanos o los Dogn en frica; los Semang o los Sakai en
Indonesia; en algunas tribus de aborgenes australianos, etc.
Zumeta: Mural cermico del frontn de Usurbil (Gipuzkoa). Fragmento. Los artistas
de todas las pocas han atribuido a la gama cromtica facultades expresivas de
mximo nivel.
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Sombras en la caverna
que esta imagen de los ros es muy interesante. Dicen que hay tres ros en el mundo, en
todas las cosas: El de la blancura, el de la rojez y el de la negrura. La luna, el semen, la
leche, la pureza, la salud, la vida, la fertilidad y otros pertenecen al ro blanco; La sangre, el
almagre, la vida, la carne, la fuerza, la guerra, el len y otros, son del ro rojo; El ro negro,
por su parte, se mueve a travs del carbn, la noche, los orines, la enfermedad, la brujera,
la muerte )
O el anlisis que hace de la comida el texto sagrado hinduista de los Upanishad:
Janariak, irenstean hirukoitz egiten dira, beren aldetik arruntena gernu bihurtu eta isurtzen
da, horixe da alde beltza, beste alde bat odol bihurtu eta gorputzean geratzen da, horixe da
kolore gorria, eta janarien hirugarren aldea, garbiena eta finena, zuria alegia, izpiritu bihurtzen da. ( Las comidas se dividen en tres al ser tragadas: su parte ms vulgar se convierte
en orina y se expulsa, esa es la parte negra; otra parte se convierte en sangre y queda en el
cuerpo, es la de color rojo; la tercera parte de los alimentos, la ms pura y delicada, es decir
la blanca, se convierte en espritu)24
Son ejemplos en los que la divisin no es de orden fsico, ligada a la longitud de onda
del espectro, sino a una clasificacin que se efecta segn las tendencias ms ntimas personales, pero sobre todo, colectivas ya que tiene un reflejo inmediato en su plasmacin lingstica primitiva.
En este sentido recogemos las afirmaciones que realiz Jos Luis Alvarez Emparanza
Txillardegi, en un ensayo pionero en la interpretacin del color en la mente popular vasca,
quien, a su vez, se hace eco de las teoras del lingista francs Andr Martinet: La faon
dont nous analysons le spectre ne correspond pas a une ralit physique universellement
valable, mais une tradition culturelle, transmisse par la langue que nous parlons depuis
lenfance. (La manera cmo analizamos el espectro no corresponde a una realidad fsica
universalmente vlida, sino a una tradicin cultural transmitida por la lengua que hablamos
desde la infancia.)25
Aceptada esta dimensin fundamental, primitiva, vasca de un mundo en tres colores
puros y dos ms, representando a la mezcla, vamos a centrarnos en el estudio de cada uno
de ellos analizando las potencias que el universo colectivo del vasco tradicional les atribuye.
Nos referiremos, constantemente, en nuestro anlisis a dos ensayos: la investigacin
sobre el empleo del color en la literatura oral y escrita, realizada por el goizuetarra Patziku
Perurena,26 y en la encuesta antropolgica efectuada por Mikel Azurmendi, incluida en su
estudio global Los artificios sagrados del imaginario en la cultura tradicional vasca 27
Innumerables son los ejemplos que contempla el vasco primitivo dividiendo el mundo
en tres colores, cuya significacin va ms all del simple espectro cromtico para elevarse a
la categora de smbolo.
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El Tempo Vasco
Sin pretender ser exhaustivos, recogeremos slo algunos de los ejemplos que revelan
una mentalidad muy primitiva, ligada a describir el mundo y las necesidades primarias de
vida comunitaria.
Ganado: Abel gorri (ganado rojo, vacuno)
Azienda txuri (posesin blanca, ovino)
Azienda beltza (posesin negra, porcino)
Viento: Haize tzuria (viento suave, propio de tiempo bonancible)
Hego txuria (viento sur)
Haize beltza (viento del noroeste que trae lluvia)
Haize gorria (viento que anuncia nieve)
Cuerpo humano: Alu beltza (vulva)
Bular zuria o Titi zuria (pecho o pezn blanco)
Zakil gorria (pene rojo)
Necesidades biolgicas: Odol gorria (sangre roja)
Gorotz beltza (excrementos)
Hazi xuria (esperma)
Naturaleza: Topnimos o denominaciones aplicadas a plantas o animales:
Sagar gorria, beltza, txuria Larragorri, Larrabeltz, Larrazuri
Iturbaltza, Iturzurieta, Iturrigorri- Mendibeltz, Mendizuri,
Mendibeltz - Ardo gorria, beltza, txuria, etc...
Personalidad humana: Gizon bizar beltza (literalmente: Hombre de
barba negra; simblicamente: Ojo con el que tiene
la barba color negro: es malo!.)
Gizon bizar gorria (no os fiis del de la barba roja; no es persona de confianza )
Gizon bizar zuria (Individuo sin personalidad; a no tener en cuenta. )28
Y un largo etctera que podr ser consultado en los libros citados precedentemente.
Recorramos, a continuacin uno por uno los colores del espectro en la representacin
simblica que la mentalidad vasca les ha adjudicado, no sin antes efectuar una breve reflexin sobre la dificultad inherente a toda interpretacin de tipo semntico.
En los anlisis que siguen es evidente que ms de una afirmacin podr ser cuestionada, ya que no hay nada ms susceptible de interpretaciones mltiples como las elucubraciones semnticas. Si bien algn ejemplo concreto pudiera eventualmente ser susceptible de
significaciones varias, las grandes corrientes que sealaremos en este anlisis sern fundamentalmente vlidas.
Recordemos, as mismo, como segunda consideracin previa, que, a veces, una misma
realidad puede ser adjetivada por uno u otro matiz cromtico, dependiendo del ngulo de
visin que en ese momento interese subrayar. As por poner un ejemplo que aclare la
nocin previa si bien el color que se adjudica a la funcin reproductora femenina es el blanco, notamos, sin embargo, que alua la vulva es habitualmente beltza, negra, y, espordicamente gorria, roja. Cuando se la nombra beltza se subraya el aspecto oscuro, misterioso,
secreto del agujero o cueva desconocida. Cuando se la denomina gorria combinada con
otros matices negros (Infernuko beltzeko labe gorria: El horno rojo del negro infierno)
28. TXURIA : Blanco, puede adoptar diversas formas ortogrficas que sern empleadas indistintamente para
designar el mismo significado: Txuria; Zuria; Xuria.
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Sombras en la caverna
acenta el aspecto sensual, crudo, pecaminoso, agresivo (mito de la vagina dentata) del
objeto sexual visto desde la ptica masculina. De la misma forma en otros innumerables
ejemplos que hacen difcil una clasificacin cartesiana y que, por otra parte, muestran a las
claras la sorprendente vitalidad de la mentalidad popular.
29. La influencia del bblico Nigra sum, sed formosa y la abundancia de Virgenes Negras en nuestra imaginera religiosa han producido que la nocin de beltza pueda ser considerada como signo de belleza. As en la cancin
popular : Neure maiteo aranbeltz, ortza txuri, begibeltz... o las innumerables Maribeltza, apodo popular que designa a mujeres hermosas.
94
El Tempo Vasco
Unido al vocabulario de la magia, la denominacin Beltza refuerza el carcter negativo, inductor al miedo y al espanto de las acciones mgicas ms siniestras: Gau beltza
(negra noche); Osin beltza (ortiga negra); Putzu beltza (pozo negro); Burutapen beltza
(recuerdos siniestros). El mismo Prncipe de las Tinieblas es denominado Beltzeb (aunque
otras consideraciones hacen dudar de esta denominacin, adjudicndosela al latino
Bella).30
El negro, casi siempre contrapuesto al blanco en sus significados, es smbolo, en definitiva, de la Muerte. Ahora bien; para una mentalidad tribal primitiva la muerte (no solo influenciada por un cristianismo que sublimar esta nocin en la dinmica Muerte + Resurreccin)
no es un final estril sino que supone el paso necesario para una nueva vida. Negu beltza,
Invierno, es el incitador activo del nuevo sol: Udaberria, Primavera. La semilla crece a partir
de la Tierra Negra: Lur beltza, gari obea (Tierra negra, mejor trigo); Mahats mordo beltzak,
ardo biziagoa (Cantidad grande de uva negra, vino ms vivo).
Esta consideracin adjudica, curiosamente, al negro una actitud activamente masculina, de macho, desde el punto de vista gentico: es la muerte, dotada de un componente
mstico, condicin indispensable para que surja la vida.
1.3.5.2 GORRIA: ROJO
Gorria es el color vivo, activo, dinmico por excelencia. No permanece nunca quieto,
sino que, constantemente, clama por sobrepasar sus lmites. Aun en el caso en que designa
actitudes de necesidad, cansancio, imposibilidad: Behar gorria (gran necesidad); Istillu
gorria (accidente terrible); Lur gorri (terreno en barbecho) etc., tiende a enfatizar la situacin negativa, magnificndola.
Es el color de la lucha, de la rabia, del
odio: Haserre gorria (enorme enfado);
Gorroto gorria (odio al extremo). Todo lo
que toca, lo intensifica.
Ligado al fuego, como elemento natural, es el color (a estas alturas ya comprendemos que color es algo ms complejo
que la pura sensacin cromtica) del rayo
devastador: Tximista gorria; del invierno
ms fro, precisamente en el momento de
su mayor crudeza: o Negu gorria; del
Seor de los Infiernos: Galtza gorri (liteJulio Medem: Tierra (1995). La utilizacin expresiva del
color ocre-rojizo, tierra en barbecho, hace aflorar por la
ralmente: pantaln rojo); que reina en el
va sensible, los sentimientos pasionales ms extremos.
horno espantoso: Labe gorrian, acepciones ambas que, en clara contraposicin al
significado estudiado precedentemente, insisten en el matiz ms activo del personaje y sus
circunstancias.
30. Las diversas acepciones atribuibles a los colores no tienen por que ser exclusivas de la mentalidad vasca,
en contraposicin y absoluta originalidad con respecto a otras culturas, sino que es comn que ciertos conceptos se
repitan, mxime en contextos culturales geogrficamente vecinos. Esta consideracin es vlida para otros temas tratados en este estudio.
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Sombras en la caverna
Designa a una persona activamente malvada, a los nios traviesos etc. con derivaciones hacia el mundo animal o vegetal, como la denominacin de Suge gorria para designar
a la nica serpiente venenosa del pas vasco vbora, en contraposicin a la simple denominacin de Sugea para designar a las serpientes en general.
Esta actitud reforzativa de todo lo que toca, produce que conceptos como desnudez,
crudeza, escasez, se coloreen de rojo:Larrugorritan (literalmente: en piel roja, en cueros,
desnudo); Burugorri (cabeza roja: calvo); Ume gorri (nio sin madurar); Kale gorrian (en
la puta calle):
Actitud de vida, salud, fuerza, que adquiere su particular nfasis cuando se aplica a
accesorios relacionados con el vestir: la sensualidad que desprenden visiones como Gona
gorria (falda roja); Txaleko gorria (chaleco rojo); Gerriko gorria (cinturn rojo); Zaya
gorria (saya roja) con evidentes connotaciones, todas llas provocativas; o las personas a
las que se les aplican sobrenombres de este tipo: Maria-Gonagorri, estn calificando al
personaje en la categora de provocador sensual, o la denominacin de Zangorriak (zapatos rojos) aplicada a las prostitutas.31
Gorria, en su potencia, ha asimilado conceptualmente, todas las gamas cromticas
vecinas: as los amarillos, naranjas, rosas, desaparecen ante su presencia. El oro, paradigma de lo amarillo en las lenguas romances, es siempre rojo en vasco: Urre gorria; la aurora
es roja, Azkorria; la yema del huevo es Gorringo, etc. Todas las combinaciones para
denominar lo rosa emplean el Zuri-gorri (rojo-blanco) y la denominacin del actual
Larrosa es una conquista muy tarda.
La potencia de Gorri es imparable, representa la punta de lanza que estimula y refuerza la vida. Es el receptculo de las potencias activas que mueven el existir de los vascos.
Luchino Visconti: Terra trema(1948) y La caida de los dioses (1969). En este dptico
vemos cmo el autor utiliza de manera expresiva, tanto la gama de grises que proporciona
el blanco y negro de Terra trema, como la abigarrada paleta de colores con la que compone La caida de los dioses
31. Como curiosidad, y sin que tenga ninguna implicacin en nuestro estudio, notemos que una denominacin
similar designa a las prostitutas itinerantes italianas.
96
El Tempo Vasco
hacia donde acuden los dems colores. Es pasivo, tranquilo, tendente al inmovilismo, destinado a arrojar luz sobre personas y situaciones.
Zuritu (lit. blanquear) se emplea para designar un balance de cuentas (Kontuzuriketa); para la operacin de pelar una fruta (Sagarra zuritu); para desgranar una mazorca de maz (Artazuriketa); o, en sentido ms metafrico, alguien que se limpia por dentro
ante otro, que se excusa, (Burua zuritzea).
Su condicin de servir de marco de referencia puede hacer resaltar actitudes humanas
tan contradictorias como las del fiel cumplidor de promesas, por un lado y las del personaje
falso, traidor, vago, por otro.: Mando txuria, (mulo vago); Idi txuria, (buey destinado a
engordar. Aplicado a las personas, Zuri es el hipcrita; el apelativo de lengua blanca
(Mihingain zuri) es peyorativo e Ipurzuri (culo blanco) designa a la persona vaga.
Combinado con la partcula desinente -keria, que denota el lado oscuro y malvado, en
contraposicin a -tasun ms positiva y buena, produce Zurikeria (fondo blanco donde
resalta la maldad): hipocresa, adulacin; mientras que Zuritasuna (fondo blanco donde
resaltan las cualidades positivas) es claridad, bondad, camino recto; lo que refuerza la idea,
citada precedentemente, del peculiar carisma de Txuria para servir de marco de referencia
para cualquier circunstancia ante la que se coloque.
Su tendencia a la claridad le ha hecho ser smbolo de pureza, tal y como Beltza lo era
de las pulsiones ms oscuras. Se relaciona con la luz y es el marco en que la simbologa
mstica, ligada al Bien, encuentra su plasmacin ms luminosa aunque sea bastante evidente discernir en ella una influencia de la corriente simblica cristiana bastante posterior a
la mentalidad primitiva vasca: Bildots txuria es el cordero blanco, Cordero pascual, mstico; Uso txuria, paloma blanca, tambin Espritu Santo; Zaldi zuria, es el caballo blanco
de las leyendas, etc.
Txuria es el receptculo, el color pasivo, el marco de referencia, el componente hembra en la estructuracin cromtica del universo. 32
Abandonamos aqu este anlisis de los tres colores fundamentales, volviendo a insistir
que cada uno de ellos guarda sentido en su relacin dialctica con los otros dos, estructurando coherentemente una visin del mundo en el que no se hace necesario nombrar el
resto de sensaciones cromticas existentes.33
32. Esta adjudicacin de sexo a los colores responde a una estructuracin de la sociedad regida, fundamentalmente por hombres que adjudican y establecen las categoras. As lo han establecido los estudiosos especialistas del
tema. Permitasenos soar : Cmo hubiera sido un mundo, en el que las mujeres hubieran establecido las categoras
cromticas? o permtasenos, tambin una segunda iconoclastia : Porqu, sobre todo en el caso de una sociedad tan
fuertemente matriarcal como la vasca, se rechaza habitualmente que hubieran podido ser las mujeres las que establecieran las denominaciones lingsticas?
33. Nombrar=Embrujar. Cfr. Mikel AZURMENDI : Nombrar, embrujar. Para una historia del sometimiento de la
cultura oral en el pais vasco Ed. Alberdania S.L. Irn. 1993.
97
Sombras en la caverna
recubre una franja amplia y ambigua, que se extiende desde el gris claro al morado, y recubre nociones simblicas bien complejas. La sensacin cromtica contempornea del azul,
encontrara una plasmacin ms adecuada en el Azula del dialecto vizcaino o en el Blua
del zuberotarra, de claras influencias espaola y francesa respectivamente, y, por lo tanto,
recientes.
Urdina es el color de la mezcla. Derivado, en su raz de la palabra Ur, agua, mantiene
una estrecha relacin con sta en toda la gama de claridades que pueda adoptar en la naturaleza. Oscura, en lo profundo del mar; clara, cuando refleja el firmamento; limpia y transparente o turbia y mezclada.
En sus aplicaciones puede acercarse al negro (en la gama oscura) o al blanco (en la
clara), pero siempre representar la mezcla, marcando claramente en ella la tendencia hacia
lo claro o lo turbio. As Urdin puede significar la claridad de la nueva estacin florida y limpia: Neskatxa urdin jantzia (doncella vestida de azul) llama Lizardi a la Primavera (empleando un lenguaje potico libre pero que, curiosamente, reencuentra imgenes del
inconsciente popular ) o el Egun begi-urdina con que denomina a la aurora. Acepciones,
ambas unidas a la nocin de claro. En la lnea opuesta, cercana al azul oscuro, variadas
sensaciones cromticas ligadas a la actual nocin de morado: el hongo Gibelurdia ( de
color morado), o los riones Giltzurdinak.
La identificacin que mejor adeca el significado de Urdina con respecto a las categoras cromticas actuales es la de Gris en su doble acepcin fsica y simblica.
Adecundonos a la simbologa que atribuye al gris un contenido de madurez, paso del tiempo, vejez, encontramos: Bizar urdina (barba blanquinegra); Burua urdintzen (encaneciendo); Neska urdinduta zegoen (la muchacha estaba envejecida); Mutxurdin o Musu urdin
(lit.:beso azul) es traducido por Txillardegi como vulva encanecida y es la expresin que
designa en Ipar Euskal Herria a las Neskazaharrak, vieilles filles o solteronas. En Bizkaia se
denomina Urdin sagar a una variedad de manzana que madura muy tardamente.
La semntica de Urdina se aplica, as mismo como derivado de la anterior acepcin
a la nocin de podredumbre, como tambin a realidades que sugieren suciedad, promiscuidad sexual, ambiente srdido: Janari urdinduta es comida pasada, podrida; Urdina tiene
entre sus acepciones el significado de moho: Lixu urdina es guata sucia, etc.
1.3.5.5 NABARRA
En una lnea similar a la marcada por urdin, sealando la mezcla en categoras de
menor a mayor en el grado de mezcla o turbiedad, nos encontramos con la nocin de
Nabar, de difcil traduccin, ya que, a una primera acepcin de oscuro: Illunabarra
(atardecer), Gau nabarra (noche cerrada); puede contraponerse la nocin contraria de
claro:Goiz nabarra (amanecer), Argi nabar (luz difana).
De difcil y ambigua significacin, Nabar simboliza, en unin con Urdin, la sensacin
de mezcla abigarrada y es empleado con gran profusin por la mentalidad popular.
El vasco, por consiguiente, solo tuvo necesidad de nombrar, conceptualmente, los tres
colores puros y los dos de mezcla antes citados, completando su universo cromtico con
denominaciones que subordinaban el concepto a la pura sensacin producida por comparacin con seres, objetos o animales que emitan las mismas sensaciones cromticas. As,
existan el Ozpin kolorea (color vinagre), Errauts kolorea (color ceniza), Azeri kolorea
(color zorro), Ardo kolorea (color vino), Gaztain kolorea (color castaa), etc...
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El Tempo Vasco
Inclusive un color tan emblemtico para el pas vasco actual como el Berdea fue nombrado, en sus orgenes, como Muskerra (color lagarto) y el neologismo Orlegia (Horri
legea - la ley de la hoja) hace relacin a la tintura de su correspondiente vegetal. Horia,
amarillo, es una adquisicin bien tarda en la que la influencia del cristianismo y su mitologa
oriental es decisiva.
Las sugerencias, que el estudio de los colores en la mentalidad vasca primitiva, traen
consigo en el anlisis que nos ocupa, son evidentes. No solo replantean seriamente el trabajo de decoradores, figurinistas o accesoristas cinematogrficos, sino que cuestionan el trabajo de directores de fotografa, cuando no la concepcin global del film a cargo del
realizador.
Ignoro si la triloga del malogrado realizador polaco Kristov Kieslovski: Tres colores:
Azul- Blanco- Rojo, es un simple juego esttico con los colores de la bandera gala o si responde a algo ms profundo, que intenta ligar la sensacin cromtica con la simbologa que
los colores le sugieren, unida a las tres ideas-madre de la Revolucin francesa: AzulLibertad; Blanco-Igualdad; Rojo-Fraternidad.
Si un realizador vasco hubiera deseado unir las tres ideas-fuente con su percepcin
conceptual cromtica, debera haber escogido Gorria para la excitante Libertad; Txuria
para el marco de referencia en el que se desarrolla la tranquila Igualdad y Urdina para la
mezcla e intercambio de personalidades que supone la Fraternidad.
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Sombras en la caverna
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El Tempo Vasco
34. La enciclopedia Larousse define Ritmo de la siguiente manera : Distribucin de una duracin, segn una
sucesin de intervalos regulares, que podemos percibir gracias a la recurrencia de un punto de referencia
35. No olvidemos la gran importancia que tiene en la definicin cultural de un pueblo el habitat en el que vive y
tanto mayor es la relacin medio-cultura, cuanto ms primitivo sea ese pueblo.
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Sombras en la caverna
36. Son particularmente esclarecedores para un anlisis correcto de los ritmos que estos gestos sociales conllevan, los estudios de semitica de la cultura efectuados por la escuela sovietica de Tartu. Entre otros, recomiendo el
estudio de V.V. Ivanov La semitica de las oposiciones mitolgicas de varios pueblos; T.V. Civjan La semitica del
comportamiento humano en situaciones dadas (principio y fin de ceremonia, frmulas de cortesa); N.I. y S.M. Tolstoj:
Para una semntica de los lados izquierdo y derecho en sus relaciones con otros elementos simblicos; Jurij M.
Lotman : Valor modelizante de los conceptos de fin y principio; Semitica de los conceptos de vergenza y
miedo, compilados en el libro de Jurij M. Lotman y Escuela de Tartu : Semitica de la cultura
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El Tempo Vasco
De manera similar, las estructuras de organizacin social responden a estas concepciones rtmicas. El diseo urbanstico o de estructuracin del territorio determinando alrededor
de qu centros (iglesia, casa del jefe, chamn, cementerio...) organizar la distribucin del
espacio, ordenandolos segn los diferentes polos de convocatoria, etc. 37 o la manera cmo
se distribuyen, segn criterios protocolarios, los diferentes rangos sociales en ciertas reuniones colectivas, etc.
Dentro del anlisis de estos mismos parmetros, convendra reflexionar sobre el sentido
de la orientacin telrica del vasco: el punto del horizonte hacia dnde, preferencialmente,
se orientan las actividades mitolgicas y vivenciales ms profundas de los pueblos. Los
indoeuropeos centraban sus miradas y ceremonias religiosas teniendo como referencia de
comienzo el Norte; los semitas hacia el Oriente; la civilizacin cristiana romnica enterraba a
sus muertos y orientaba los bsides de sus iglesias en el eje que parte del Oeste en direccin al Este.
As se va constituyendo un cdigo gestual que responde a necesidades cotidianas de
existencia personal, familiar o clnica. Los gestos que la componen sern percibidos por el
pueblo que los genera como propios y en multitud de ocasiones como intransferibles, organizando en este sentido estructuras muy complejas destinadas a mantener el secreto de los
iniciados.
Sin embargo, cara al trabajo que nos ocupa, tendr una importancia singular el estudio
de una forma de gestual particularmente preocupada por el diseo de las formas. La
Gestual artstica: aquella que sublima los gestos cotidianos elevndolos a la categora de
arte, dndoles un estatus superior.
La propia caracterstica de la mentalidad artstica lleva a una estilizacin del gesto, despojndolo de una buena parte cuando no de toda de la representacin naturalista para
subrayar nicamente su aspecto esttico y simblico. Ello nos permitir fijarnos, ms en
detalle, en las caractersticas dinmicas y rtmicas del gesto sin ser distrados por el aspecto
utilitario que tantas veces enmascara su dimensin plstica.
Por evidentes necesidades de concrecin y sntesis, nos centraremos nicamente en
los aspectos de la gestual artstica, dejando aparcado el inmenso e interesante campo de la
gestual cotidiana; sugeriremos, sin embargo, apasionantes campos de investigacin en este
terreno: representaciones totmicas del vasco (caballo, zorro, oso...); rituales de sanacin en
curanderos o Petrikilloak; estrategias y rituales de caza; costumbres de alimentacin;
deportes tradicionales; juegos infantiles y un etctera tan amplio y extenso como la vida
misma.38
37. Es particularmente sugerente el anlisis que hace Josu Goiri sobre la distribucin de las ermitas en la regin
vizcaina de Uribe-Sur, ligando su estratgica colocacin al mbito de difusin del sonido de sus campanas.
Estableciendo una comparacin, el mismo autor estudiaba los centros de convocatoria en una macrourbe contempornea (New York). Cfr. Josu GOIRI : Txalaparta. Josu Goiri. Arrigorriaga. 1994.
38. Recomiendo, en este sentido, la lectura de los libros del antroplogo hermeneuta Joseba Azurmendi especialmente sensibilizado en lo que se refiere a las implicaciones esttico-ritmico-ticas de actividades sociales como la
caza, los juegos ldicos, los juegos con apuestas, las prcticas de la medicina popular etc. Particularmente sugerente
es el estudio de la violencia que efectua, aplicando moldes de mentalidad vasca tradicional, a la experiencia real y
actual de un grupo de militantes de E.T.A. ubicados en un barrio de Deva (Itziar) en los aos 70-80, recogida en el
libro: El laberinto vasco : Metfora y Sacramento
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Sombras en la caverna
Me limitar, por consiguiente, al estudio de la gestual artstica, concretada en dos grandes ramas: El mundo de la Danza y el de la Mmica artstica, representada por el Teatro
popular vasco tradicional: Maskaradak y Representaciones carnavalescas.39
1.4.2 La danza
Volviendo la vista atrs sobre el captulo dedicado a las Artes Musicales expusimos,
nuestra intencin de estudiar la Danza dentro de las Artes Gestuales por la gran incidencia
que el baile ha tenido como estilizacin, figurativa o abstracta, del gesto. La importancia de
la gestual en la danza es del mismo rango que la influencia de la msica en ella. Ambas forman un todo difcilmente separable, aunque en nuestro estudio, desde el punto de vista de
la metodologa de trabajo hayamos decidido efectuar una separacin.
El baile o danza pone en escena con protagonismo individual o colectivo, pero siempre ante una comunidad la representacin de un sentimiento comn.
Dividiremos el estudio de las danzas vascas en tres partes fundamentales: A modo de
introduccin, analizaremos brevemente, y sin nimo de ser exhaustivos, los orgenes de la
danza en el inconsciente popular. Esta reflexin nos permitir colocar la consideracin sobre
la danza vasca en el contexto primitivo y, por consiguiente, menos contaminado en que
surge. A continuacin, en dos apartados analizaremos las danzas vascas en la difcil medida en que puedan ser sintetizadas en sus grandes lneas maestras, en lo referente al diseo esttico espacial, por un lado, y a su diseo esttico temporal, por otro.
39. Estas consideraciones no hacen sino abrir la puerta a posibles reflexiones ms profundas, que deberan ser
objeto de estudios por parte de antroplogos hermeneutas vascos : relaciones entre categoras fundamentales, como
las dicotomas : central-perifrico; masculino-femenino; derecha-izquierda; anciano-joven, que tanta importancia tienen
en la organizacin significativa y, por consiguiente, rtmica, en las sociedades primitivas menos contaminadas.
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El Tempo Vasco
Victor Erice: El Sur (1983). Esta pelcula es un apasionante viaje de ida y vuelta.
Parte de los sueos e ilusiones de infancia para desembocar en el despertar de la
adolescencia. Ese punto de llegada se convierte, a su vez, en punto de partida de
una dinmica circular e interminable.
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Sombras en la caverna
En este campo podramos distinguir tres tipos de estilizacin o tratamiento esttico del
gesto:
En las danzas con base narrativa (ligadas a la representacin ms inmediata y casi
escrupulosamente fieles a las acciones que representan) el movimiento artstico
puede ser fcilmente discernible gracias a que la deformacin del gesto original es
mnima. (Una danza guerrera tipo Ezpata dantza, con espadas o palos, simula los
movimientos de un combate )
En danzas con base narrativa, pero con gestos estilizados al extremo, existe una gran
dificultad para discernir el referente al que se refieren los movimientos del bailarn. En
stas, el signo puede ser ambiguo y a veces, de una calculada ambigedad: un
gesto hacia la tierra con un palo pudiera significar un ritual de fecundacin o una
actitud de defensa o representar el apoyo al caminante, etc. Esta polisemia, a la que
se llega por progresivas estilizaciones del original (perfectamente claro para el grupo
que lo dise, pero hermtico varias generaciones ms tarde ) produce uno de los
aspectos ms sugerentes en la esttica de la danza, a la vez que proporciona una
singular riqueza intelectual al responder a la invitacin a descifrar la intrincada maraa simblica presente en sus gestos.40
Las danzas de tipo abstracto, no guardan relacin directa con ningn gesto cotidiano
ligado a acciones concretas. Se refieren, en su estructura propia, a referentes ms
40. Los ritmos coreogrficos tienen su modelo fuera de la vida profana del hombre; ya reproduzcan los movimientos del animal totmico o emblemtico, o los de los astros, ya constituyan rituales por s mismos (paso laberntico,
saltos, adems efectuados por medio de los instrumentos ceremoniales, etc.), una danza imita siempre un acto arquetpico o conmemora un momento mtico. En una palabra, es una repeticin, y, por consiguiente, una reactualizacin de
aquel tiempo. Mircea ELIADE :El Mito del Eterno Retorno. pg 35. Ed. Alianza. Madrid. 1985.
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El Tempo Vasco
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Sombras en la caverna
do lugar, el dedicado a la Danza del area mediterrnea, propia de las zonas de Navarra y
lava sur, Rioja alavesa o actual comunidad autnoma de la Rioja y Burgos. 41
Las consideraciones precedentes no deben hacer creer en un alto grado de aculturacin y falta de races propias, en la danza vasca. A pesar de las reconocibles influencias
citadas, sta ha sabido mantener un sorprendente grado de autonoma y rasgos personales,
que ha entusiasmado a estudiosos venidos de todas las partes del mundo. 42
Centrmonos, en primer lugar, en el diseo formal espacial de un gnero concreto de
danza del rea atlntica. El tema lo estudiaremos desde un triple punto de vista: la postura
del bailarn y las partes del cuerpo que pone preferencialmente en movimiento; la actitud
cintica del ejecutante y, por ltimo, las figuras coreogrficas.
Gizon dantza
41. Es curioso observar cmo en el folklore de pueblos situados en los lmites de los territorios histricos perviven tradiciones propias de la zona a la que pertenecan antao, a veces con ms fuerza y menos contaminadas que
las zonas situadas en el centro de dichos enclaves culturales. Recomiendo, en este sentido, los excelentes trabajos
de Jos Antonio Quijera sobre los vestigios del folklore vasco ms arcico en los pueblos limtrofes : Rioja, Burgos...
42. El libro de Juan Antonio URBELTZ, Dantzak verdadera enciclopedia para entender la Danza Vasca cita
varios de estos testimonios.
43. Friedrich NIETSCHE : El Origen de la Tragedia,
108
El Tempo Vasco
seran las culturas mediterrneas y orientales que nos rodean.44 Esta actitud filosfica de
base traera como consecuencia un catlogo de posturas del danzante acordes con ella.
As la actitud serena del bailarn vasco, al lmite de la impasibilidad y de la inexpresividad, en la que el rostro no deja transmitir emocin alguna; el porte erguido, sin apenas contorsiones; la tendencia a movimientos espectaculares de ascensin o salto sin descomponer
la figura; el inusual protagonismo de la parte inferior del cuerpo, de los pies, como elementos
de diseo formal ( dibujando complicadas figuras, lanzndose al aire, rotando en vueltas
medidas y complejas ) en detrimento de manos y parte superior del cuerpo, totalmente relegados al papel secundario de servir de barras de equilibrio, cuando no de simples asideros de objetos que protagonizan el movimiento: espadas, bastones, cuerdas, bordones,
escudos, pauelos, arcos, cintas...45
El estudioso del fenmeno, Gaizka Barandiaran describa as la actitud del danzante
vasco, parafraseando al gran patriarca y pionero en el estudio de la danza vasca, Juan
Ignacio Iztueta, que fue ms all de la simple descripcin de los pasos de baile, para adentrarse en la dimensin filosfica y tica de la danza. 46
Su actitud es erecta. Su torso es una escultura. Los pies los pone de forma que el taln
izquierdo se introduce en el hueco del empeine
derecho. Las puntas, a veces se dirigen hacia los
costados totalmente, como en Laisterrak, con los
tacones juntos. De esta posicin llamada primera
en el ballet, dice Serge Lifar: ... que no se encuentra casi nunca en las danzas ... El ejecutante
vasco se apoyar sobre las puntas de los pies.
Aunque esta posicin del danzari de Iztueta y del
ballet parezca idntica desde fuera, como la ve el
espectador, la diferencia surge al punto entre
ambas actitudes, cuando el corelogo vasco anuncia que el dantzari no debe aplastar un huevo que
se pusiera bajo su taln
44. La influencia mediterrnea traera consigo la introduccin de elementos dionisacos esencialmente ligados a
la fiesta.
45. El deseo de resaltar el protagonismo de los pies ha llevado, en multitud de ocasiones, al empleo de cascabelessujetos por correas o cosidos a los tobillos, parte exterior de la pierna o espinilla para llamar la atencin, por
medio del sonido, sobre estas extremidades. Algunos autores, sin embargo consideran a estos accesorios, como elementos esenciales para comprender el diseo sonoro e inclusive simblico de la danza ( castauelas en las Danzas
del Corpus en Oati, palos, bordones, espadas, etc.)
46. Gaizka BARANDIARAN : Prlogo al libro : Guipuzcoaco Dantza - Danzas de Guipuzcoa de Jos Ignacio
IZTUETA. pgs: 7-14. Ed. La Gran Enciclopedia Vasca. Bilbao. 1968.
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Sombras en la caverna
47. El aspecto dionisaco del alma vasca en sus manifestaciones artsticas lo abordaremos en el apartado de
este mismo captulo sobre las Artes Gestuales, que dedicaremos a las artes gestuales mmicas y teatrales.
48. Cfr. Jorge Oteiza : la nica actitud tica vlida es la actitud esttica
110
El Tempo Vasco
exclusivas; en ellas la mujer se desliza por el suelo, sin apenas elevar sus pies, efectuando
movimientos suaves que la religan a la tierra. Esta diferenciacin por clases de sexo no es
exclusiva del pas vasco; se da en todas las culturas del mundo. 49
1.4.2.2.3 Coreografa
Las figuras que forman los danzantes vascos poseen varias caractersticas comunes.
La primera es la tendencia, en una buena parte de ellas, a representar el espacio formando
un crculo o semicrculo. La relacin semicircular establece una actitud abierta, receptiva a
las influencias del exterior, mientras que la circular, gracias a la relacin simtrica y concentrica que establece con un punto central, es ms exclusiva y centrada en s misma.
El crculo es, en la mayora de los casos, dinmico, con un giro preferencial en sentido
contrario a las agujas del reloj, de derecha a izquierda, hasta tal punto que, en el caso de las
Mutil Dantzak o Jauziak, se progresa en avance en direccin contraria a las agujas del
reloj y se retrocede en el otro sentido, pero sin que el ejecutante se d la vuelta, progresando de espaldas. As mismo y citando a Miguel ngel Sagaseta en su libro Danzas de
Valcarlos describe como una de las caractersticas de los Jauziak de Luzaide: ... todas las
medias vueltas se dan en direccin al centro del corro..
Recordemos que hicimos constatacines similares en el captulo que dedicamos a estudiar las Artes Plsticas: Giros de derecha a izquierda y tendencia al movimiento centrpeto
o introspectivo. Este diseo espacial circular se ver apoyado, como luego veremos, por una
actitud similar en lo que a diseo temporal se refiere.
Veamos, a modo de muestra, un ejemplo tpico de diseo espacial en una danza vasca
de probada antigedad: es una Soka Dantza procedente del Duranguesado. El autor divide su desarrollo en once fases diferentes.50
1.- Presentacin
2.- Aurrez-aurre
o desafo
49. Curt SACHS : Historia universal de la danza, citado por Juan Antonio URBELTZ en Dantzak artculo en la
Enciclopedia, obra colectiva : Euskaldunak Vol. V pgs. 83 y ss. Ed. Etor. San Sebastian. 1985.
50. Ilustraciones procedentes del libro Danzas de Vizcaya-Bizkaiko Dantzak de Jos Luis de ETXEBARRIA Y
GOIRI. pgs. 151-156. Ed. Vizcaina S.A. Bilbao. 1969.
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Sombras en la caverna
3.- Soka
4.- Presentacin
de la chica
6.- Zubia
Puente
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El Tempo Vasco
8.- 1Biribilketa
9.- 2Biribilketa
10.- 3Biribilketa
11.- 4Biribilketa
113
Sombras en la caverna
Otra caracterstica, segn la mayora de los autores es la llamada Ley de simetra, que
preside todo el diseo de movimientos en la danza que estamos analizando. El ya citado
especialista del tema, Gaizka Barandiaran, en su obra Danzas de Euskalerri51 seala
basndose en las descripciones de Juan Ignacio de Iztueta los diferentes movimientos
coreogrficos en los que se verifica la citada ley. 52
Movimiento de los pies: las evoluciones que el ejecutante efecta con el pi izquierdo
deber repetirlas con el derecho, en sentido opuesto.
51. Gaizka BARANDIARAN : Danzas de Euskalerri Vol. II, pgs. 42-50. Ed. Auamendi. San Sebastin. 1963.
52. Juan Ignacio IZTUETA : Viejas Danzas de Guipzcoa. - Guipuzkoako Dantza Gogoangarriak. Ed. La Gran
Enciclopedia Vasca. Bilbao. 1968. (Primera edicin bilinge, elaborada con arreglo a la segunda, euskrica, publicada en Tolosa en 1895)
53. Juan Ignacio IZTUETA : Obra citada.
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El Tempo Vasco
PIE
DERECHO
IZQUIERDO
DERECHO
IZQUIERDO
IZQUIERDO
DERECHO
IZQUIERDO
DERECHO
115
Sombras en la caverna
56. Si bien la tendencia al movimiento continuo en las danzas ms arcaicas parece clara, hay que sealar la
presencia, al comienzo de cada baile, de la Deia o Llamada, que permite organizarse al grupo de danzantes. Son
notas instrumentales o llamadas vocales, con finalidad puramente organizativa y que, a veces, no interfieren en la
esencia misma del baile; pero que, otras veces, redundando en este mismo sentido del Crculo Temporal, unen los
fragmentos coreogrficos ( Deiak de comienzo y Deiak de final ) con connotaciones psicolgicas que los ligan a
nociones iniciticas muy arcaicas. Juan Antonio URBELTZ : Bailar el Caos La Danza de la Osa y el Soldado Cojo,
pg: 420. Ed.Pamiela. Pamplona. 1994
57. Gaizka BARANDIARAN : Prlogo a la obra de Juan Ignacio de Iztueta, citado.
58. Gaizka BARANDIARAN. : El folklore vasco dentro de la obra colectiva : Cultura vasca Vol. II. pg. 389. Ed.
Erein. San Sebastin. 1978.
116
El Tempo Vasco
Desde las danzas ms antiguas que reenvan, en sus orgenes a ceremonias ligadas a
las representaciones totmicas del pueblo vasco 59 hasta las danzas con finalidad
inicitica,60 pasando por las danzas costumbristas (de trabajo, saludo, honra, celebracin
etc.)61 sin olvidar las ms contemporneas, extrovertidas y ldicas ligadas exclusivamente a
la fiesta itinerante (Romeras o similares) como las vitalistas Trikitixak o Biribilketak,
(Pasacalles) o Karrika dantzak, la Danza vasca, a pesar de su evidente diversidad tipolgica, ha sabido mantener las constantes que sealbamos precedentemente y que vuelven
a incidir en los temas claves de la visin rtmica del vasco: representacin plstica y desa-
59. Juan Antonio URBELTZ : Bailar el Caos. La Danza de la Osa y el Soldado Cojo. Ikerfolk. Ed. Pamiela. Irua.
1994.
60. En relacin con los estudios sobre el carnaval vasco y los roles iniciticos de algunos de sus bailes, asi
como el estudio de cofradas iniciticas en el pueblo vasco tradicional, son particularmente sugerentes los trabajos de
Txema HORNILLA : Zamalzain, el Chamn y los Magos en el Carnaval Vasco Ed. Txertoa. San Sebastin 1991. o La
Mujer en los Ritos y Mitos Vascos. Ed Txertoa. Donostia. 1989. entre otros.
61. Un catlogo bastante completo, dentro de un texto divulgativo, lo podremos encontrar en el artculo
Dantzak de Juan Antonio URBELTZ, insertado en la obra colectiva Euskaldunak. Vol. V. Ed. Etor. Donostia 1985,
que recoge el ms profundo estudio de la obra del mismo autor: Dantzak. Ed. Caja Laboral Popular-Lankide
Aurrezkia. Bilbo. 1978.
117
Sombras en la caverna
rrollo narrativo del Crculo; estructura simtrica y en espejo de las composiciones; incitacin a considerar como punto fuerte aquel que relaciona a la persona con la tierra, que interioriza, aunque con una tendencia a expandir al exterior aquello que primero se ha
interiorizado; predominio de las estructuras racionales, ordenadas, que responden, estticamente, a cnones clsicos, apolneos, en contraposicin a la otra corriente ms libre y vitalista.
Este ltimo aspecto, iconoclasta y dionisaco, aparecer como absoluto protagonista en
el captulo siguiente, dedicado a las Artes Gestuales Narrativas.
118
El Tempo Vasco
estudiosos a la investigacin antropolgica de la realidad vasca ha producido que actividades, gestos, costumbres que hubieran podido desvelar las caractersticas ms profundas
del alma vasca, pervivan hasta nuestros das, pero habiendo perdido el cdigo de referencia
que nos hubiera permitido descifrar los signos escondidos.
Hoy en da, la presencia de antroplogos hermeneutas jvenes, pone el acento no solo
en la descripcin, sino, sobre todo, en la interpretacin de los signos, an arriesgndose a la
equivocacin, atrevindose a sugerir vas de interpretacin para los hechos tan meticulosamente recogidos por los estudiosos de los fenmenos populares tradicionales de nuestro
pueblo.62
La fiesta del Carnaval constituye, desde muy antiguo, una costumbre universalmente
aceptada y apreciada. La manera cmo se desarrolla y las motivaciones que mueven a sus
participantes han variado substancialmente con el tiempo.
La influencia cristiana con la habilidad que ha caracterizado, desde siempre, a la
Iglesia para desviar y adaptar en su provecho los rituales preexistentes ha permitido la
celebracin carnavalesca relacionndola con la fiesta de la Pascua y a su inmediata preparacin:la Cuaresma. Cuarenta das antes de la Pascua que coincide astronmicamente con
la luna llena ms prxima al equinoccio de primavera comienza un perodo de ayuno, soledad y tristeza, preludio y preparacin para el estallido jubiloso (liberacin de la esclavitud
para el pueblo judo; Resurreccin-Triunfo sobre la Muerte en el contexto Neotestamentario
cristiano ) de la fiesta final. Ante los rigores que se avecinaban, la Iglesia toleraba unos das
de relajacin en todos los ordenes de la vida: ruptura de tabes; subversin del orden social
establecido; promiscuidad sexual e intercambio de indumentarias y personalidades; agresiones al orden establecido, etc. En una palabra, se entronizaba el desorden, como la norma
a seguir.
62. Es de justicia resear la ingente tarea desarrollada, en condiciones de suma dificultad, por personalidades
como Telesforo Aranzadi, Jos Miel Barandiarn, Julio Caro Baroja, Resurreccin Mara Azcue, Manuel Lekuona, Juan
Garmendia Larraaga, por no citar ms que algunos, en el terreno de las diversas ramas de la antropologa y la lingstica. Sin ellos el Pas Vasco no conocera su propio ser como en la actualidad.
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63. En el Pas Vasco se ha encontrado un curioso instrumento musical que podra entroncarse con esta tradicin: Se trata del llamado Eltzaorra o Bramadera ( algn autor como Txema Hornilla aventura, con reservas, la derivacin semntica de Grito de Muerte ). Consiste en una placa de madera atada a una cuerda que produce un
siniestro y grave sonido al ser agitada a gran velocidad por encima de la cabeza.
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inquieto puede detectar, en filigrana, los principales vestigios de los antiguos ritos que revitalizaban, representndolos, los mitos
primigenios.
Los puntos en comn entre ceremonias
tan diferentes entre ellas, en su sentido formal,
como las Maxkaradak de Zuberoa, el Carnaval de Lanz; el Marquitos de Zalduendo; o
la representacin de Hartza (Oso) en Arizkun
por no citar mas que unas pocas manifestaciones del abundante Carnaval rural o tradicional o fuera del Carnaval, en el contexto
menos pastoril y ms agrcola de las fiestas de
verano, como el baile de Bobo en Otxagi; las
representaciones del Axeri Dantza(Baile del
zorro) de Aduna-Andoain etc. se refieren a una
cierta recurrencia de smbolos ms que a la
presencia de esquemas formales representativos comunes.
El Carnaval tradicional supone, por lo
tanto, la representacin del gran rito no solo
ante los nefitos, sino ante toda la comunidad
Carnaval de Alsasua (Nafarroa). Los monstruosos y
agresivos Momotxorroak manchan sus ropas de
en el que el clan escenificaba su propia esensangre.
cia como pueblo. Reconoca su posicin en el
Universo recreando su propia cosmogona y
aceptando reverencialmente la presencia, entre protectora y temible, del Ttem y haca
renacer sus principios de orden, tras haber renegado de ellos, haciendo tabla rasa purifica-
En esta Axeri Dantza de Andoain (Gipuzkoa), notamos el curioso gesto de simbolizar el nacimiento a travs del paso de los ejecutantes por debajo de las piernas
abiertas de los bailarines. Las blusas de los dantzaris son sintomticamente de
color rojo.
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dora gracias a la entronizacin del Caos como principio generador. Del Caos surgira en
una dinmica de Muerte inicitica el Orden que permitira al pueblo reinventarse un ao, un
ciclo vital, ms. El temible Caos sera, por lo tanto, domesticado y vencido gracias a la
Representacin. Esta ceremonia se celebrara ao tras ao bajo la direccin de un
Especialista-conductor que conocera los detalles del rito y que se encargara del correcto
desarrollo ortodoxo de la ceremonia (Maestro de ceremonias, Buruzagia, Chamn, Alkatea,
Hechicero, Sorgia, etc.) coincidiendo con el momento culminante en la vida del clan: el del
acceso de nuevos miembros.
Personajes de carga simblica enigmtica, aunque no opaca, de nuestro Carnaval nos
hacen descubrir el principio mismo de la narratividad primigenia popular: la Narracin fundamental, el Libro no escrito, que hace que nos reconozcamos como pueblo.
Nuestros antepasados nos legaron de esta manera sus modos de expresin, utilizando
los sistemas de representacin que les parecieron ms adecuados al mensaje que deseaban transmitir. Hoy en da, en presencia de un medio joven (slo cien aos entre nosotros) y
maravillosamente contaminado, se nos plantea de nuevo el reto de recrearnos como pueblo a travs de los nuevos cdigos de representacin.
Cmo adaptar las estructuras tradicionales vascas a la modernidad que supone el cine,
constituir el empeo terico y esperemos que tambin prctico de la segunda parte de
este trabajo.
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Segunda parte:
TEMPO CINEMATOGRAFICO
Estoy ntimamente convencido de que el lector espera con verdadero inters esta
segunda parte, ya que constituye el elemento ms novedoso de nuestro empeo, erigindose en punto de llegada con implicaciones directamente ligadas a la prctica de las reflexiones tericas precedentes.
En ellas han surgido numerosas sugerencias que se relacionaban con una aplicacin al
lenguaje cinematogrfico de los aspectos ms relevantes del Tempo Vasco en las Artes
Narrativas (Lengua y Literatura), Musicales, Plsticas y Gestuales. La aplicacin a la escritura del Guin y a la Esttica Cinematogrfica de constantes de la mentalidad vasca como
Tendencia a la Interiorizacin, a percibir las circunstancias exteriores en un proceso de asimilacin que va de lo general a lo particular, del continente a lo contenido; la presencia del
circulo con dinamismo de giro de fuerza centrpeta; la tendencia a la austeridad64, a mantener actitudes sobrias, sin florituras ni excesos y un gusto particular por el tono menor para el
tratamiento de ciertos temas, (aunque esta consideracin debe matizarse a causa del
aspecto dionisaco con el que el vasco se comporta en otros momentos); la estructura narrativa que parte del final para recorrer el proceso narrativo hasta construir el principio; las
nociones conceptuales del color vasco y un largo etctera, explicitado en la primera parte
del estudio, nos hace presentir que estamos en el camino correcto al que solo le resta el ltimo paso: el que decide llevarlo a la prctica aplicndolo a la narrativa audiovisual, aunque
solo sea, en una primera etapa, en soporte escrito.
Soy por lo tanto consciente de que, en esta segunda parte se echar en falta con ms
crueldad si cabe que en la primera un aspecto experimental imposible de transcribir en su
total riqueza en letra impresa. El lector o el aficionado al Cine reclamar, con razn, que no
se le escamotee la posibilidad de ver un da plasmadas estas reflexiones tericas en un producto audiovisual. Ser la asignatura pendiente que nadie renuncia a abordar en un futuro,
si las complejas circunstancias econmicas y la sensibilidad de entes subvencionadores y
estructuras privadas de produccin se muestran con la suficiente carga de audacia para
abordarlas.
La intencin de esta segunda parte es analizar el hecho flmico y encontrar en l los
diferentes puntos de engarce con los procesos mentales necesarios para su construccin.
En dichos procesos entrar en juego todo el amplio bagaje intelectual, sensible y prctico
que, tanto el realizador, como su equipo aportan. En l se desarrollar, no solo una dinmica
cultural individual, sino tambin, tal vez de manera ms sutil y oculta, ser, as mismo, reflejo
de una mentalidad colectiva.
Ya que la presencia de un realizador profundamente no contaminado, que utilizara
estos elementos de cultura y mentalidad vascas primigenias de manera intuitiva es ilusin
64. La tendencia a la austeridad no quiere decir apata o falta de dinmica interna. Recordemos la imagen tpica del bertsolari en plena creacin potica : Aparentemente no mueve ni un msculo de su cara, ni de su cuerpo. Sin
embargo si nuestra mirada se dirige a sus manos, que oculta anudadas detrs de la espalda o enfundadas en los bolsillos, descubriremos movimientos nerviosos que muestran la extema tensin interna del momento.
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inalcanzable y probablemente tal personaje sera incapaz de adaptarse, sin ms, al nuevo
lenguaje s sera de desear que al menos furamos conscientes de la existencia de la via
reflexiva para recorrer un sendero similar.
Esta segunda parte no pretende ser un manual, sobre las tcnicas cinematogrficas la
lectura del texto que seguir supondr, para ser correctamente comprendido, un previo
conocimiento bsico de la teora y praxis cinematogrficas, ni un anlisis de estilos apenas encontrar el lector citas eruditas o ejemplos tomados de la historia del cine, ni siquiera
una descripcin exhaustiva de los elementos de la gramtica o sintaxis. Dejando de lado
consideraciones accesorias, nuestra busqueda se dirigir al fondo del lenguaje cinematogrfico, para all encontrar sus componentes especficos, diferentes de las otras artes de
donde proceden. Ser precisamente en estas estructuras dnde se incarnarn los elementos ms autnticos del ritmo interno que hemos analizado en la primera parte de este estudio.
Billy Wilder: El apartamento. (1960). La solidez estructural del guin de una obra
clsica como To be or not to be de Lubitsch o El apartamento de Wilder u otros...
cuya plasmacin en escaleta ofrece un dibujo parecido a un trabajo matemtico de
delineante, no impide que tenga un desarrollo apasionante, en el que los hilos de la
construccin estn hbilmente disimulados. Recordemos, en este sentido, el esquema narrativo de Vertigo, analizado en la 1 parte.
Tempo Cinematogrfico
El cine de Hollywood no confinado al procedente de este espacio geogrfico o cultural, sino depasando generosamente sus fronteras busca, a travs de una frrea estructura
de guin, que el espectador se integre en la narracin potenciando los elementales mecanismos psicolgicos de identificacin y proyeccin y esto a travs de una estrategia informativa que reconocemos con el nombre de focalizacin. Los guionistas vascos han
intentado con mayor o menor fortuna adecuarse a este estilo sin plantearse otras formas,
ni otros procedimientos, basados en los principios de transmisin de mensajes, estudiados
en el captulo dedicado a las artes narrativas tradicionales.
As mismo, las convenciones de la narrativa occidental sistematizada desde antiguo
por Aristteles en su Potica y asimiladas, sin apenas cambios por los guiones clsicos
han establecido dos grandes distinciones en la estrucutura narrativa: La historia o el referente al que se vincula la trama y el discurso o proceso dramtico por el que se articula la narracin y que tanto en el teatro clsico, como en el cine de Hollywood combina los tres
elementos fundamentales de presentacin, nudo y desenlace.
Esta estructura de guin-programa (organizacin de la historia en una estructura dramtica dispuesta para el rodaje) se situa en las antpodas de una tendencia ms moderna o
guin-dispositivo, basada en la improvisacin bien sea total o parcial, abierta a los avatares
del rodaje.Me centrar, para su anlisis, en la primera de ellas.
Dejando de lado por un momento tan prestigiosa y probada escuela cuyos mecanismos conocemos tanto por reflexiones tericas, como, sobre todo por haberla llevado a la
prctica en innumerables ocasiones vamos dejar la reflexin terica para sumergirnos en la
prctica, haciendo el esfuerzo de salirnos de estos cauces narrativos componiendo un guin
de largometraje basado en estructuras diferentes, segn tcnicas de composicin de la literatura oral vasca.
Es un guin para largometraje titulado: Konkordunaren abestia (La cancin del jorobado).
Ante la imposibilidad de transcribir un libro de 250 pginas, me limitar a dar una sinopsis lo ms amplia posible que permitir las posteriores reflexiones que realizaremos sobre la
manera cmo est construido.
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Recomendara, sin embargo, la lectura completa del mismo ( que incluir, como es lgico, elementos tan importantes para una comprensin global como: descripcin detallada de
ambientes, decorados, colores, accesorios, ambiente fotogrfico, dilogos, efectos sonoros,
msica, etc...) para aquellos que deseen profundizar en las tcnicas de construccin narrativa, descritas.
En la habitacin vemos una jaula con un hmster, regalo de Olentzero para Iker. La
abuela Maiaxi insisti para que le llamaran Ipurdigora, nombre que ella puso a su vez a un
grillo que tenan en el casero cuando era pequea. La foto y el nombre del hmster precipitan los recuerdos. El girar de la rueda del hmster nos enva a una vieja carretera, 60 aos
ms temprano por la que circula un destartalado autobs.
1920. Otoo-Invierno. En el autobs, de madrugada, un vendedor ambulante se dirige
al casero Arantzamendi para intentar vender un nuevo invento: un Fongrafo. Su sistema de
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venta es dejarlo en los caseros con un disco a modo de prueba y pasar ms tarde a cobrar
si decidieran quedrselo. Simultanea su trabajo de vendedor con el de fotgrafo.
En Arantzamendi, el morroi Emilio (70 aos) quien tendr un aparente defecto fsico
representando simblicamente al jorobado Rigoletto se levanta constatando que, en su
jaulita, el grillo del casero est muerto.
Emilio: - Ipurdigora, ha muerto... pronto llegar el invierno.
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divertido de duda de Iker ) Que s chaval, que s. Que funciona. Haz la prueba !
(Comienza a cantar muy, muy suavemente...) Sarean Zun-zun ... Sarean zun-zun...
A partir de este momento la relacin entre Iker y Sebastin, abuelo y nieto se ir enriqueciendo y profundizando, tanto ms cuanto, a travs de sus ancdotas, el abuelo ir contando la historia de su familia en el casero. Sus relatos tendrn un tinte especial de
fascinacin, mezcla de irona y humor, ya que l los recuerda como los vivi de nio. En este
sentido va a tener para Sebastin una importancia especial la figura del morroi Emilio, personaje imaginativo y tierno que cumplir, con respecto al nio que fue, el rol de abuelo.
Para Sebastin acordarse de s mismo en la niez, (Sebas), es revivir, con respecto a
Emilio, una relacin de fascinacin similar a la que l est ejerciendo hoy sobre el pequeo
Iker.
Edificios, animales, costumbres, sueos, personas vivas y fallecidas van mezclndose
con buena dosis de realismo fantstico en las mentes del abuelo y del nio.
Sebastin descubre as, que lo que para l empez como una aventura personal y egosta, se ha convertido, gracias a las exigencias e inters del nio, en una tarea reveladora de
un pasado y mentalidad, en una bsqueda tranquila pero apasionada de sus races.
1920. Mientras matan y despellejan un conejo, ante la mirada de los dos hermanos
Sebas y Mainaxi, los padres discuten sobre el futuro de los hijos. La familia es amplia y las
posibilidades de desarrollo muy limitadas: Felisa puede ir a servir a una casa de la ciudad;
Lorentxo intentar de nuevo encontrar trabajo. Nadie se atreve a llegar a una concusin que
parece inexorable: Toms deber tal vez hacer las Amricas, como tantos otros.
En la txabola del monte, Toms recibe la visita nocturna de Gabriel, compaero pastor,
que le anuncia su prxima partida a Venezuela. En la oscuridad de la noche ambos se despiden.
Sebastin: Nunca he conseguido acostumbrarme al monte de noche. Desde que el sol se acuesta siento un miedo horroroso que me agarra las tripas ... Todo ese silencio ... De vez
en cuando el bramido de un animal... En la sombra parece gigantesco ... Se dira que
nos va a tragar ... (mira a Koxk que, totalmente inmvil, refleja en sus ojos las llamas
del fuego que arde en la txabola)
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Tempo Cinematogrfico
hauzolan (trabajo en comn). Joxe, orgulloso de su Fongrafo invita a sus amigos y vecinos a escucharlo: Bella figlia dellamore resuena en el monte.
1986. Una cena rene a toda la familia que ha venido a saludar a los recin llegados de
Venezuela. En el transcurso de ella se entabla una agria discusin sobre temas polticos.
Iker y Sebastin abrumados por el ambiente crispado se van a dormir.
Sebastin tiene un sueo en el que recuerda cmo su padre mat al conejo de un violento golpe en la nuca. Retrotrado a la niez, como guiado por un impulso irresistible, sube
al desvn. All se acerca a una claraboya del techo y desde ella escucha aterrado el violento chasquido de un cepo de cazar que se cierra sobre Arri, hacindole aullar de dolor.
En imagen real vemos, a un perro retorcindose de dolor no es Arri sino Koxk, el perro
del casero en 1920 y a Sebas nio levantndose de la cama. Koxk tiene las patas traseras
destrozadas. Se plantea matar al animal, pero Emilio lo recoge y lo lleva a su rincn de la
cuadra.
1986. En una comida campestre se rene la familia en torno a una paella. Elena hace
descubrir a Sebastin y Maiaxi la fascinacin que las historias que cuenta est haciendo
surgir en el nio.
1920. Con ocasin de la fiesta de Santo Toms intentan convencer a los propietarios del
casero que viven en la ciudad que tomen a Felisa como criada. A estos les parece bien y
aceptan pero, de vuelta en el autobs, Feli descubre a su madre que est embarazada, frustrando as la ocasin de tener una boca menos en casa.
Emilio prepara un extrao carricoche, cuya utilidad no revela a pesar de la curiosidad
del los nios.
Sebas y Maiaxi juntos ensayan el sistema para pescar cangrejos en el ro, cantando
Sareak, zun-zun.... Se establece una peculiar complicidad entre hermanos.
1986. Sebastin y Maiaxi, 60 aos ms tarde, recuperan la misma camaradera que
entonces. Vuelven a encontrar, basndose en los olores y los sonidos, el camino al viejo
cementerio del pueblo. All encuentran la tumba en la que reposan Emilio, Joxe, Teresa,
Lorentxo, Felisa... . Debajo, una lpida: Con nosotros nuestros muertos para que nadie
quede atrs...
1920. Teresa descubre a Joxe que se les acaba de cerrar la ltima puerta que hubiera
impedido la partida de Toms: revela a su marido que Felisa est embarazada por lo que no
puede ir a servir a casa de los propietarios.
Emilio ha terminado el extrao artilugio que construa. Es una goitikbehera rudimentaria
con dos ruedas que ha fabricado para Arri. Se la prueba y el invlido da torpemente sus primeros pasos entre el regocijo de todos. Emilio se la regala a Sebas.
Muerte de Emilio, junto al ro en el que tuvo el sueo ertico.
Maiaxi cuenta a Sebastin la historia de Emilio. ste caus la muerte de su mujer y una
hija pequea que fallecieron de quemadas en el casero en un fuego que l provoc, creyendo que as se desaca de un enemigo al que profesaba odio mortal.
1986. Iker que ha estado curioseando en el desvn trae la vieja jaula de grillos y se la
lleva al abuelo Sebastin. ste, la toma en sus manos e invita al nio a seguirle.
Sebastin: Sgueme, te voy ha hacer un regalo.
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Lo lleva a la montaa y, con solemnidad casi litrgica, le ensea la tcnica para cazar
grillos, animal unido al campo y al casero, que anuncia el da con su canto y el invierno con
su silencio y muerte.
1920. Una cena rene a la familia que ha tomado sus decisiones. Toms partir a
Venezuela y Felisa se casar con Rafael. Al no poderlo pagar se devolver el fongrafo.
Como ltima oportunidad antes de embalarlo, escuchan una ltima cancin: La maledizzione... grita un desesperado jorobado.
1986. La narracin precedente la est contando, como siempre Sebastin; a su lado,
Maiaxi escucha. Con ocasin de una pausa, Iker reclama la continuacin. El abuelo mira a
su hermana y le invita a seguir. Maiaxi se da cuenta que ella, tal vez por que no la ha valorado como debiera, no ha sido capaz de transmitir su memoria histrica. Con humildad recupera el tiempo perdido retomando la narracin en el punto en que la interrumpe Sebastin.
As, poco a poco, casi sin darse cuenta, el tiempo pasa y se acerca el momento del
retorno.
1920. En dos acciones paralelas asistimos a la caminata de la familia que acompaa a
Toms a tomar el autobs que lo llevar al puerto y a los preparativos del Vendedor ambulante del comienzo que recoge sus fotos y se dirige en el mismo autobs, que recoger a
Toms, al casero. Nieva copiosamente.
El encuentro ante el autobs parado sirve para las despedidas. El vendedor regala la
nica foto de la familia al emigrante y Teresa pone en manos de Toms una bolsita con algunas monedas.
1986. Ante la foto de su familia venezolana Sebastin y su hijo Hctor anuncian en una
carta sus planes de retorno, mientras que el pequeo Iker se levanta una vez ms para ir,
como cada maana, a la Ikastola.
En el casero solitario, sin embargo, se ha hecho realidad, de nuevo, el viejo proverbio
yoruba:
Cuando no hay viejos,
el pueblo se echa a perder...
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Pgina tercera del cmic Hemeretzirehun Hirurogeita Laugarrengo Uztailean dibujado por
Antton Olariaga con guin de Andoni Egaa , segn una estructura narrativa de Zortziko Txikia
(7/6 ; 7/6 ; 7/6 ; 7/6) (publicado en la revista Bertsolari n 22, Julio de 1996 ).
El intento de aplicar a gneros audiovisuales no basados en la tradicin vasca moldes narrativos
basados en ella, supone una via llena de sugerencias expresivas que , desgraciadamente, los
cineastas no han explorado ni siquiera superficialmente.
Cada uno de estos captulos o puntuak tienen elementos de Rima que se pueden clasificar en dos niveles:
a) Nivel temtico:
Temas relativos a la estacin del ao: grillo vivo - grillo muerto. Primavera-verano.
Regalo del abuelo Emilio a Sebas. Regalo del abuelo Sebastin a Iker.
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Tempo Cinematogrfico
b) Nivel Estilstico.
La rima esta sealada por procedimientos estrictamente cinematogrficos:
Opcin fotogrfica y de tratamiento tonal del color que puntan las diferentes pocas:
1) 1986 primavera-verano: mbares (calor-luminosidad).
2) 1920, otoo-invierno: azules (frialdad-oscuridad).
Opciones en amplitud de campo, angulacin de planos y movimientos de cmara
especficos: panormicas, travellings, pano-travellings, etc. para cada momento que
exija rima. No olvidemos, sin embargo, que la rima potica no implica igualdad repetida (pottobertsolarstico) sino similitud en avance narrativo, por lo que no se tratara de repetir maquinalmente los mismos movimientos sino de elaborar sugerencias
de similitud.
Opciones rtmicas, de tempo, en cada uno de los bloques o captulos. As, el tratamiento de cada una de las partes del filme ser diferente: reposado y solemne en la
reconstruccin de los recuerdos; discontnuo y nervioso en lo que al presente se
refiere.
Con respecto al proceso de creacin se ha seguido, desde lo reflexivo, la tcnica intuitiva propia de la literatura oral del atzekotz aurrera (de atrs hacia adelante). El proverbio
yoruba que cierra el film est en la base de la construccin del guin marcando su lnea
temtica fundamental, su mensaje primordial. El comienzo, con la pera Rigoletto, marca
los desarrollos ideolgicos y las pautas estilsticas de la idea. El centro, por ltimo, plantea la
estructura narrativa en la que los elementos de caracterizacin de personajes, dilogos, utilizacin simblica de objetos, etc. estarn tomados de las tcnicas tradicionales vascas.
Deseo salir al paso de la impresin que puede suscitarse de estas reflexiones, segn la
cual, todo estara exageradamente medido y estudiado, subordinando el inters de la historia a las tesis que se pretenden demostrar. Nada ms lejos, sin embargo, de la sensacin
que se percibe cuando nos acercamos al guin, antes de efectuar un anlisis de su carpintera estructural. En una primera lectura, no se descubren los mecanismos de construccin,
guardando dentro de su complejidad, una frescura evidente donde todos sus elementos se
imbrican sin que la solidez de la construccin perjudique a la vitalidad de la historia. Me remito, una vez ms, a su lectura completa par constatar dicho aspecto.
Este ejemplo es uno ms entre las mltiples experiencias que podran hacerse, adaptando la modalidad de literatura popular al gnero cinematogrfico en que se enmarque la
historia que queramos contar. Parece evidente que un gnero liviano exigir un molde ms
saltarn y variado que otro que apueste, en sus caractersticas ms esenciales, por la solidez
argumentativa o la parsimonia de sus planteamientos. Ser tarea de guionistas o realizadoIkusgaiak. 2, 1997, 1-235
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res encontrar los moldes idneos que sintonicen con el tempo de la historia que se desea
contar, de la misma manera que el poeta popular construye las estructuras adecuadas, diferentes unas de otras, para el mensaje que desea transmitir.
De la lectura precedente podra decantarse una sensacin, que vendra, tal vez, a reforzar una idea muy extendida entre los consumidores del audiovisual vasco: El cine vasco
siempre recurre en sus temticas, casi obsesivamente, a temas del pasado en busca de una
nostalgia tan desfasada como estril y es incapaz de abordar problemticas contemporneas. Nada ms lejos de mi propsito. El espritu vasco, en el sentido profundo que estamos
analizando, est capacitado, por encima de modas o planteamientos coyunturales, para
tocar cualquier temtica que un creador, incluso en el cine de gnero, plantee. Si yo he
elegido un guin como Konkordunaren abestia es porque el corazn me peda escribir
sobre la temtica que all aparece, pero he realizado una experiencia similar con otro guin
de largometraje titulado Txantxangorri Irratia, basado en experiencias de jvenes viviendo,
de forma alternativa, en una comuna.
En esta misma lnea investigadora de las estructuras narrativas tradicionales adaptadas
al lenguaje cinematogrfico vamos a dar un paso adelante efectuando el camino inverso al
que tombamos en el anlisis del Guin de Konkordunaren abestia. En lugar de partir de
un texto de libre creacin al que imponemos una estructura narrativa inspirada en los modelos tradicionales, vamos a partir de un texto de narrativa tradicional e intentar darle la forma
cinematogrfica que su autor hubiera, hipotticamente, soado para l.
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LA CHICA EMBARCADA
1. Estando bordando, situada en mi estancia, escuch un canto proveniente de un barco que
bogaba en el mar.
2. Dejando el bordado, me dirig hacia mi madre pidindole permiso para asomarme a la ventana
de atrs, la que da al mar.
3. S hija s. V!. Di al capitn que est invitado a cenar. Que descanse y entre en la alcoba.
4. Seor Capitn, madre me enva para invitarle a que entre en casa a cenar, descansar y visitar la alcoba.
5. Encantadora muchacha, no puedo hacerlo. Tenemos viento del Norte. Debemos irnos a lo
lejos y no puedo abandonar el viaje. No creas que no me apena.
6. Chica: entra en el barco, a cenar con nosotros, descansar y visitar nuestros camarotes.
7. La muchacha sube al barco. All le dan a beber un somnfero hecho de hierbas. En el enorme
bajel se queda dormida la pobre chica.
8. Seor Capitn, dnde lleva usted a la nia? Devulvala rpidamente al sitio donde la tom.
Devulvala al regazo de su padre y de su madre.
9. Mi buen marinero, despliega las velas! Lo que siempre he querido, al fin ha venido a m. No
nos viene tan a menudo la felicidad a la mano.
10. Seor Capitn, a dnde me ha trado usted? Devulvame, por favor, al sitio donde me tom,
al regazo de mis padres.
11. Chica, no puedo hacer tal cosa; son ya ya tantas leguas que nos hemos alejado de la
costa... Ests en mis manos.!
12. La chica toma una espada y, con ella, se traspasa el corazn. El momento en que su cuerpo
cae a tierra, muerta, se confunde con su alma que vuela hacia el cielo.
13. Mi buen Capitn ah tienes tu desgracia
Mi buen marinero hacia dnde se ha dirigido la nia?
Hacia all... Hacia el fondo del mar
14. La tierra firme est a 300 leguas. Oh seora madre!; estate atenta junto a la ventana, vers
cmo a tu pobre hija la llevan las olas.
An siendo consciente de la diferencia esencial que existen entre los gneros literarios
que afecta de manera decisiva al modo de narrar vamos a efectuar un experimento que
colocara al annimo autor del Romance en la hipottica tesitura de tener que escribir un
guin de cine, a propsito del drama de la muchacha raptada por un marino.
Comenzaremos analizando las grandes lneas narrativas en un Guin Literario, para
efectuar, a continuacin, un desglose en Guin Tcnico basndonos, sistemticamente, en
los planteamientos que muestra el Romance.
Ttulo:
El autor dudara entre 4, segn el impacto que quisiera causar en el espectador. Podra
ser: La muchacha raptada si deseara subrayar el carcter dramtico o de accin; La mujer
embarcada si pretendiera un impacto menor insistiendo, tal vez, en una cierta aquiescencia
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Tempo Cinematogrfico
por parte de la chica a la aventura que se le presenta; Mientras bordaba... plantea una
realizacin intimista, de ambiente, en la que tanto personajes como decorados se confrontan
como entes opuestos: la madre, el marino, la chica, el mar adentro, la tierra firme, etc.; por
ltimo, sacando la temtica principal de la ltima estrofa, la visin entre onrica y desesperada de la madre viendo a su hija muerta podra colocar el misterioso ttulo de Llevada por las
olas. El autor escoge, pues, entre las diferentes opciones que se le plantean, su opcin estilstica concreta y, segn ella, el molde narrativo que le conviene. Basndonos en el ambiente
que se desprende del texto vamos a atribuirle como ttulo y opcin narrativa el de Brodatzen
ari nintzen... (Mientras bordaba...).
2.1.2.1 Guin Literario
Sinopsis:
La historia pone en escena 4 personajes: en tierra firme una madre y su hija; en alta
mar, un barco, que se aleja, con el que navegan un capitn y su marinero. La hija est bordando en una estancia de la casa. Oye un canto proveniente del mar. Habiendo consultado
con su madre, sta le propone que invite al capitn del barco a casa. As lo hace.
El capitn, sin embargo, no acepta aludiendo a los vientos favorables que hay en ese
momento. Propone, por el contrario, que sea la chica la que entre en el barco. Acepta confiada. En el interior del camarote, el capitn le hace beber un somnfero y, sin hacer caso de
los lamentos de la madre, secuestra y fuerza a la muchacha. Consciente de su situacin, la
chica se suicida clavndose una espada en el corazn. El marinero y su capitn arrojan el
cadver al fondo del mar.
En una ltima visin, la madre, llorosa, se acerca a la ventana que da al mar. A lo lejos,
divisa, cmo las olas se llevan, para siempre, el cuerpo de la muchacha.
Brodatzen ari nintzen...
Guin Literario
Secuencia 1 Presentacin de los personajes. La situacin y actitudes de todos ellos.
Escena 1
Una alcoba en una casa solariega. Sentada frente a un armazn de bordar, una
muchacha joven. Est trabajando su labor, iluminada por la luz que entra por una ventana. A
travs de la ventana descubrimos un jardn en el que sopla la brisa del norte.
Como fondo sonoro, se escucha el ruido de las olas de un mar que no se ve, pero se
adivina cercano.
De esta procedencia surge la meloda de un canto masculino, que hace reaccionar a la muchacha. Deja la labor y se dirige a la habitacin contigua.
Escena 2
65. Recordemos el refrn: Hegoaizea, emazte haizea. Viento sur, viento de mujer.
141
Sombras en la caverna
La chica lo mira desde la ventana, sintiendo cmo crece en ella la fascinacin por el
cantante. Suplicante, sin decir nada, mira a su madre como pidindole permiso.
MADRE:
Sin solucin de continuidad, valindose de una elipsis temporal y espacial, nos encontramos a la Muchacha, ante el Capitn en el barco. l se asoma por la borda; ella le mira
desde una pequea txalupa.
En el otro extremo del puente, un marinero observa la situacin y escucha la conversacin entre ambos:
MUCHACHA: SEOR CAPITN: MADRE ME ENVA CON SUS MEJORES DESEOS. OS INVITA A
CENAR A CASA. A DESCANSAR Y VISITAR LA ALCOBA.
CAPITN: (Con delicadeza) NO PUEDO, BONITA. NO PUEDO PERDER EL VIENTO DEL NORTE.
NO TE CREAS QUE NO LO SIENTO... (Mirndola fijamente) QUDATE T CON
NOSOTROS...SUBE AL BARCO ENTRA; ACOMDATE, CENAREMOS JUNTOS; VISITAREMOS EL CAMAROTE.
Tras un breve instante de duda, Muchacha sube, por la escalera, hasta cubierta.
Escena 2.
Sobre la mesa del camarote del Capitn una serie de platos con restos de comida indican que, tanto l, como Muchacha han cenado. Con el ltimo vaso de vino Capitn hace un
gesto al Marinero que les sirve, para que ponga polvos de somnfero en el vaso de la chica.
Ella se duerme recostada sobre la mesa.
Escena 3:
SEOR CAPITN, A DNDE LLEVA USTED A LA NIA? DEVULVALA INMEDIATAMENTE AL SITIO DONDE LA TOM... AL REGAZO DE SU PADRE Y DE SU MADRE
142
Tempo Cinematogrfico
Escena 4:
Escena 5:
Capitn se est vistiendo. Sobre una silla permanecen sus calzas y la espada.
Amanece a travs de la ventana del camarote.
Muchacha se despierta y se da cuenta de la situacin.
MUCHACHA: (Suplicante) CAPITN, DNDE ME HA TRADO USTED? DEVULVAME, POR
FAVOR, AL SITIO DONDE ME TOM, AL REGAZO DE MIS PADRES.
CAPITN: MUCHACHA, NO PUEDO. HACE YA MUCHAS LEGUAS QUE NOS HEMOS ALEJADO
DE LA COSTA... ESTS EN MIS MANOS.
MARINERO: (Sealando un punto lejano) HACIA ALL... HACIA EL FONDO DEL MAR
La cmara iniciar un recorrido hacia el punto sealado por Marinero por encima del
agua.
Escena 2:
Escena 3:
143
Sombras en la caverna
He intentado en todo momento vencer la tentacin de hacer una obra personal, obedeciendo a las mltiples sugerencias que la historia sugiere a mi propio universo intelectual,
sentimental, emocional o esttico. Con rigor, las sugerencias plasmadas en el romance
estn vertidas al lenguaje cinematogrfico. No cabe duda de que el resultado final no slo
es coherente sino sugerente.
Este anlisis de las estructuras narrativas del Romance, podra completarse con un
desarrollo de las tcnicas estilsticas empleadas (sucesin de planos, elementos sonoros, ritmos de montaje). Para ello elaborar un Guin Tcnico, basndome en las sugerencias inspiradas en la forma de narrar e intentando ocultar, en lo posible, mi propia subjetividad, de
acuerdo con el procedimiento puesto en marcha en el desarrollo de Guin Literario que precede.
Cada elemento descrito en el romance tendr una manera especfica de ser plasmado:
encuadre, angulacin, iluminacin, movimiento, etc. que desarrolle al mximo sus potencialidades, segn la intencin descrita por el autor en su texto; hoy escrito, antes oral.
No podemos, sin embargo olvidar que indisolublemente unido al texto oral se encuentra el ritmo y meloda sonoras que determinan el tempo de la accin y que, por razones
obvias, no puedo plasmar en estas pginas, pero que deberan tenerse en cuenta, ya que
seran determinantes en una eventual operacin de montaje cinematogrfico.
Para desarrollar el guin tcnico emplear el sistema ms habitual, denominado a
dos columnas, complementadas por un story board.
144
Tempo Cinematogrfico
GUIN TCNICO
IMAGEN
SONIDO
P.P.
Manos de Muchacha
En el ambiente, pjaque bordan un pao ros. Destacando sobre
tendido
s o b r e u n ellos el ruido del hilo,
bastidor.
pasando a travs del
tejido.
P.G.
P.A
P.P.
Rostro de Muchacha
Ambiente jardn.
que reacciona al or el
canto. Su sonido le
Se hace ms fuerte la
remueve las entraas.
presencia del canto,
como si el odo de
Muchacha fuera ms
selectivo hacia
tal
estmulo.
P.G
P.A
6.
P.M
En 3 planos fijos, en
"acercamiento
segn
eje", aislamos el barco
y con l al Capitn
cantando, mientras trabaja en el puente.
145
Sombras en la caverna
P.P.
ya
P.G
IMAGEN
SONIDO
Alcoba de Muchacha.
Deja el bordado. Se
levanta y, en plano
corto, la seguimos. Sale
de la habitacin y,
atravesando pasillos, llega a otra alcoba: la de
Madre.
Esta alcoba tiene una
ventana que da a otra
orientacin de la casa.
Desde la ventana de
atrs se ve el mar. Hacia
all se dirige Muchacha
La cmara, en su
seguimiento,
se ha
parado a la puerta de la
alcoba de
Madre,
ofreciendo una visin de
conjunto de la pieza.
P.M.
P.A
P.G
10
P.M
Madre dirigindose a su
hija.
11
146
P.G.
Madre: S, hija, s.
Vete y di al Capitn que
venga. Que le invitamos
de buena gana a cenar,
descansar y visitar la
Visin de la alcoba con alcoba.
la cama. Ser una visin
muy
sugerente
(simblica de nido de
amor).
Tempo Cinematogrfico
IMAGEN
12
P.M.
Picado
SONIDO
Muchacha:
Seor
Capitn, mi Madre me
enva con sus mejores
deseos. Os invita a
cenar a casa.
A
descansar, a visitar la
alcoba.
13
P.G
14
P.M.
Contra
picado
Capitn: No puedo,
Capitn desde
el
puente, respondiendo a bonita. No puedo perder
Muchacha
el viento del Norte. No
creas que no lo siento.
(La mira fijamente)
...
15
P.P
picado
Muchacha
mirada.
16
P.G
Camarote Capitn-cama
17.
P.P.
Contra
picado
acusa la
Capitn: Qudate t
con nosotros... Entra,
acomdate, cenaremos
juntos y visitaremos el
camarote.
Sube al barco!
147
Sombras en la caverna
IMAGEN
18
P.G.
Muchacha sube
al
barco. Sobre el puente
el capitn la recibe.
Al fondo, un Marinero
mira la escena.
19
P.G
Camarote
ma
20
P.A.
21
P.G.
picado
Camarote de Capitn.
Es de noche. Sobre
una mesa, restos de una
cena. A la mesa Capitn
y Muchacha. Al servicio
Marinero. A un gesto
de Capitn, Marinero -de
espaldas a Muchachavierte unos polvos somnferos en la copa de
sta.
Bebe y se recuesta
sobre la mesa, quedndose
profundamente
dormida.
El encuadre seguir en
plano secuencia las
diferentes
acciones,
enmarcando slo
lo
necesario para
la
correcta comprensin de
la accin.
Subrayando la gran
amplitud
del barco
vemos a Muchacha dormida, recostada sobre la
mesa. El plano ser lo
ms amplio posible.
22
P.G
148
SONIDO
capitn-c-
Fundido encadenado
sobre el ancho mar, de
noche, por donde se
aleja el barco
Tempo Cinematogrfico
IMAGEN
SONIDO
23
P.A.
24
P.P.
25
P.A.
26
P.P.
Capitn:
Lo
que
Capitn reflexivo, como dicindoselo a s siempre he querido, al
fin, a venido a m.
mismo.
27
P.M.
Camarote de Capitn.
Este seduce a Muchacha dormida. Terminada
su accin se vuelve,
mirando al techo del
navo.
28
P.G.
29
P.M
P.A
Muchacha:
(HorroriMuchacha se incorpora y se dirige a zada y
suplicante):
Capitn
Capitn, dnde me ha
trado usted? Devul vame, por favor, al sitio
donde me tom; al
regazo de mis padres
Prosigue el fundido
encadenado. Sobre el
mar, aparece la imagen
de Madre que permanece en sobreimpresin
Capitn: (sobresaltado)
Marinero: Despliega
las velas al viento!
Alejmonos. No voy a
perder la oportunidad
que se me brinda.
149
Sombras en la caverna
IMAGEN
SONIDO
30
P.P.
Acercamiento, en el
eje, a cara de Muchacha
31
P.M.
P.A
Capitn: Muchacha, no
Capitn vistindose.
Sobre la silla, vemos el puedo. Hace ya muchas
y muchas leguas que
correaje con la espada.
nos hemos alejado de la
costa. Ests en mis
manos.
32
P.A.
Muchacha se levanta
bruscamente y antes de
que nadie pueda impedirlo toma la espada del
correaje y se la hunde
en el pecho, cayendo
muerta sobre la cama.
33
P.G.
34
P.G.
Puente del
barco.
Amanece.
A las primeras luces,
Capitn
y marinero
llevan el cuerpo de
Muchacha desnuda y lo
arrojan al mar.
35
P.A.
Plano
Marinero: Capitn: ah
Plano del Marinero
dirigindose al Capitn, tienes tu desgracia"
que mira al mar con
tristeza.
36
P.A.
Contra
plano
150
Capitn: Marinero, a
dnde se ha dirigido mi
nia?
Tempo Cinematogrfico
IMAGEN
SONIDO
37
P.P.
Capitn: A dnde se
Acercamiento, en el
eje, a Capitn, quien ha dirigido mi nia?
repite obsesionado.
38
P.M
P.P.
39
P.M.
Tomada
desde el
exterior, vemos a Madre
acodada a la ventana
que mira en direccin al
mar, con expresin de
infinito dolor.
40
P.P.
P.G.
y
P.G.
En off se escucha.
Voz en off: Oh seora
Madre! Estate atenta
junto a la ventana. Vers
cmo a tu pobre hija la
llevan las olas.
66. Juan Miguel Gutirrez : Haritzaren Negua- Ama Lur y el Pas Vasco de los aos 60 Pgs 130ss dentro de la
obra colectiva del mismo ttulo en edicin coordinada por Jos M Unsain
151
Sombras en la caverna
Por un lado, reconocimos la atraccin que ejercan las cualidades plsticas de las imgenes y sonidos representados; por otro, computbamos el inters sentimental, la capacidad de emocionar que cada secuencia planteaba y, finalmente, valorbamos el inters
ideolgico, la calidad, claridad y novedosidad de la informacin que el documental transmita.
Con un procedimiento que los lectores de este libro conocen desde la primera parte,
dibujaremos un eje de coordenadas: En abscisa, minutaremos el film, haciendo un breve
enunciado de la lnea temtica de la secuencia correspondiente. En ordenada, un ndice de
valoracin segn los grados de inters que suscita tal secuencia en el espectador.
Lgicamente, todas las secuencias no tienen ndices similares en los tres parmetros indicados anteriormente por lo que ser necesario calcular una media que determine el inters global de la secuencia.
Las consideraciones y la adjudicacin de valores a cada uno de los aspectos sealados sern inevitablemente subjetivos, ya que no estamos ante una ciencia exacta, sino ante
una disciplina humana con un margen de tolerancia en la medida, grande.
GRADOS
DE
INTERES
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
MINUTOS
65
70
75
80
85
TRABAJO LENGUA
MADERA
DANZA
PASTORAL
ALARDE
MAR
90
95
100
AGUR JAUNAK
60
GERNIKA
55
EUSKALHERRIA
50
BOLSA
45
TRANSICION
40
PREHISTORIA
35
FIESTAS
DEPORTES
30
EMIGRACION
LANZ
25
BRUJAS
CHILLIDA
MINEROS
20
FERRERIAS
OLAS
15
RONCESVALLES
TITULO
10
HISTORIA
5
PROLOGO
RELIGION
INTERES PLASTICO
INTERES IDEOLOGICO
INTERES EMOCIONAL
INTERES GLOBAL
Tempo Cinematogrfico
2.2.1 El Espacio
La especificidad espacial del Cine consiste en ofrecer un marco fijo en el interior de
cuyos mrgenes se desarrolla una accin poseedora de dinmica propia; sta puede ser,
bien interna, resultado de sus propias pulsiones dinmicas por su encuadre, punto de vista,
anchura de plano, relacin entre lo realmente enmarcado y lo presentido fuera de campo
etc. bien externa, generada por los movimientos de personajes u objetos dentro del cuadro
y por aquellos que desarrolla la propia cmara.
Segn esta delimitacin dinmica del espacio, podemos analizar la composicin del
encuadre cinematogrfico de acuerdo a tres criterios:
La anchura.
El punto de vista.
Los movimientos.
153
Sombras en la caverna
Plano general
Determina una relacin del decorado o circunstancias con el personaje o tema principal, en la que los elementos circunstanciales aquellos que marcan lo general, lo
amplio, lo que determina al tema principal priman con respecto a ste. Potencia, por
lo tanto, las grandes corrientes espaciales que recorren el plano y las especificaciones ambientales, apoyando como regla general el aspecto locativo de la narracin,
en el espacio y en el tiempo.
Si bien pudiera existir una tendencia a atribuir a la escala de planos una significacin
e intenciones psicolgicas precisas, stas dependen, en ltimo trmino del realizador.
El cine basa su dinmica narrativa en la sucesin de encuadres y es en ella, y solo en
la relacin de unos planos con otros, donde las interpretaciones psicolgicas funcionan, dependiendo de la intencionalidad que el realizador establezca.
154
Tempo Cinematogrfico
Primer plano
La relacin entre el tema principal y elementos circunstaciales se decanta a favor del
tema principal. El decorado, por su escasa presencia fsica, cede ante el personaje,
centrndose exclusivamente en l.
Las reflexiones efectuadas en la primera parte sobre el dinamismo interno del encuadre en la Artes Plsticas se aplican perfectamente a la escala de planos que estamos
analizando.
Plano Medio y Plano Americano
Son los planos de la mitad de la escala. Mantienen una relacin de equilibrio entre
personaje y decorado, en la que ninguno de ambos elementos se decanta a favor del
otro, pudiendo perfectamente su preponderancia oscilar entre ambos segn los sutiles
elementos con los que se armoniza la narracin. La adjudicacin de una u otra
nomenclatura responde a la idoneidad del plano Medio para establecer relaciones de
equilibrio con el decorado para una o dos personas, mientras que el Americano lleva a
cabo esa misma funcin para grupos de personas.
155
Sombras en la caverna
156
Tempo Cinematogrfico
Segn esta opcin, vamos a dividir las angulaciones en tres grandes categoras:
Angulaciones desde la vertical
Las variaciones verticales de angulacin toman un punto de referencia que llamaremos,
arbitrariamente, normal. Basndonos en conceptos de psicologa o antropologa antropocntrica, la denominacin de normal implica la colocacin del dispositivo de captacin o
generacin de imgenes a una altura centrada en la persona y, en ella, en lo que una mentalidad racionalista considera su parte ms importante y noble: la cabeza. Colocada la cmara
por encima de ella, captando la realidad desde un punto de vista situado encima de arriba
hacia abajo: Picado. En el caso contrario, situada la cmara por debajo del ngulo normal
de abajo hacia arriba: Contrapicado.
Variaciones de Angulacin segn el Eje
Menos frecuente es la denominacin que se aplica a las variaciones de angulacin
segn el eje de toma, considerado ste como la lnea virtual que une cmara y tema de filmacin. Creo, sin embargo, que revisten tanta importancia como las ya consagradas en el
sentido vertical.
Partiendo de la posicin denominada Normal que capta al sujeto principal en una
posicin frontal, la cmara puede tomas diversas posturas o ngulos alrededor del eje principal: Por detrs o de espaldas; de perfil; en posicin intermedia: escorzo, tres cuartos,
etc.
Michelangelo Antonioni: Lavventura (1960). Un encuadre inhabitual, incluso proscrito por los clsicos tradicionales, como el de espaldas puede ser empleado, con
grandes posibilidades expresivas, por cineastas de talento.
157
Sombras en la caverna
algunos autores como el punto de vista que no respeta las normas de horizontalidad expresadas en la definicin precedente. La utilizacin de ngulos inclinados, frecuente en pelculas vanguardistas o experimentales, ha pasado como moda esttica al mundo de la
publicidad y, a travs de ella, al mundo del lenguaje narrativo ms moderno aplicado a productos estndares.
Estas clasificaciones que definen al encuadre se ven complementadas por los movimientos de cmara.
2.2.1.3 Movimientos
Al encuadre esttico dotado sin embargo de dinamismo interno se le aade indisolublemente unido a l, la nocin de movimiento externo, fsico, bien sea de personajes dentro
del encuadre, bien sea de la cmara sobre o en torno a ellos.
Panormica
La cmara efecta un movimiento de rotacin alrededor de su eje, en sentido horizontal
o en sentido vertical. Desde el punto de vista narrativo tiene una utilidad fundamentalmente
descriptiva aunque puede suponer implicaciones de relacin. El hecho de incorporar no solo
las variaciones de encuadre que supone el movimiento, sino tambin el parmetro de la velo158
Tempo Cinematogrfico
cidad hacen que, tanto la panormica como el travelling, tengan una importancia capital en
la especificacin del ritmo y tempo del film.
Travelling
La cmara se desplaza en el movimiento de travelling. Segn la relacin que el movimiento establezca entre la cmara y el tema principal, se pueden distinguir varios tipos:
Travelling hacia adelante, tambin llamado de acercamiento o en profundidad:
comienza en una visin de conjunto para ir aislando progresivamente de su entorno al tema
principal.
Travelling hacia atrs, tambin llamado de alejamiento o en retroceso: inicia en el
tema principal para ir integrndolo progresivamente en su entorno.
Tanto los travellings de acercamiento, como los de alejamiento se realizan de manera
progresiva, conjugando movimiento y velocidad. Reestablecen la misma dinmica de relacin entre tema principal y entorno o circunstancias que analizbamos en el estudio de la
Escala de Planos y estn sujetos a las mismas reglas y consideraciones, en cuanto se refiere
a sus implicaciones psicolgicas o de significacin.
Travelling lateral
La cmara se desplaza con respecto al sujeto principal, bien sea acompandolo en su
eventual desplazamiento, bien sea recorrindolo en un discurso paralelo, sin que se produzca variacin de escala de acercamiento a l.
La narrativa cinematogrfica casi nunca utiliza estos movimientos en estado puro, sino
que los combina de manera armoniosa al servicio de la significacin que el lenguaje exige;
159
Sombras en la caverna
tanto ms, cuanto que las nuevas tecnologas han hecho de los movimientos de cmara
que tanto cost dominar en los orgenes del cine una moneda de utilizacin corriente, no
mediatizada por las antiguas dificultades de manejo. Hoy en da, Gras, Steadicams, estructuras de cabeza caliente y dems tecnologas sofisticadas establecen puntos de vista con
respecto a la realidad muy alejados del considerado normal.
Este anlisis del plano, considerado como unidad aislada, deber complementarse con
el estudio de la continuidad espacial que se desarrolla en el montaje; las reglas que hacen
posible que la narracin se desarrolle en continuidad (o en discontinuidad, previa conculcacin de los mismos) segn las tres uniones bsicas de la sintaxis cinematogrfica: Raccord
de mirada, de posicin y de direccin.
Otra consideracin, igualmente importante en el anlisis del continuo espacial es la
relacin que se establece a nivel narrativo e ideolgico entre lo que est en campo y lo que
est fuera de campo, entre la imagen o el sonido in y off, desde dentro y desde fuera.
La citada relacin condiciona una serie de posibilidades creativas, en las que se determina,
de manera ntida, la personalidad de cada autor.
Estas reflexiones que preceden nos colocan ante los ojos uno de los aspectos ms
esenciales de la narrativa cinematogrfica: El que relaciona, a nivel espacial primero y a
nivel significativo posteriormente, pero indisolublemente unido a l, el tema principal y sus
circunstancias; estableciendo la preminencia de uno de los parmentros con respecto al
otro; determinando las relaciones que se anudan entre ellos. Regula, por consiguiente, la
dinmica narrativa.
2.2.2 El Tiempo
La realizacin cinematogrfica emplea la dimensin temporal en el desarrollo de sus
mensajes. Ms all de la contabilidad en la duracin de cada plano aunque este parmetro
tenga su importancia el anlisis de la dimensin temporal adquiere toda su potencialidad
en el montaje, organizando simultaneando esta operacin con una similar que concierne al
espacio la continuidad o discontinuidad del tiempo a travs de la sucesin de planos.
Distinguiremos sin que ello suponga calificacin alguna para ellas dos actitudes fundamentales ante el tratamiento de la dimensin temporal en la narrativa cinematogrfica; la
dicotoma existente entre el tiempo flmico (la duracin real del film) y el tiempo diegtico
(la duracin de la historia narrada): Respeto y Manipulacin.
Tempo Cinematogrfico
el espectador, cuando se realizan dentro de unas normas hasta tal punto que pueden llegar a ser percibidas como ms respetuosas con la nocin subjetiva de paso del tiempo, que
el estricto cumplimiento de la continuidad temporal.
La manipulacin puede producirse de varias formas:
Alain Resnais: Providencia. (1976). Este cineasta ha sabido manejar con gran
libertad de espritu -y confianza en la comprensin de sus propuestas por parte del
espectador- las ms sofisticadas elipsis, que suponan continuas dislocaciones en
la dimensin temporal.
Las elipsis pueden ser instantneas, perfectamente definidas en el espacio y en el tiempo o indefinidas. Cuanto ms indefinida sea una elipsis, ms necesitar de elementos externos para su correcta comprensin. As, una elipsis de varios aos podra estar precedida
por un letrero explicativo Tres aos ms tarde..., indicacin de fecha, cada de hojas de
un calendario, etc., en las opciones ms simples y directas, o por sugerencias ms sutiles
que dependeran de la capacidad artstica del director.
Alargamiento del tiempo
Es la operacin contraria a la elipsis. No solamente no se respeta la duracin real sino
que el tiempo se estira, prolonga, alarga, con finalidades estticas o narrativas. Este alargamiento se puede producir bien sea por la utilizacin de procedimientos de montaje, que
Ikusgaiak. 2, 1997, 1-235
161
Sombras en la caverna
repite planos, o que producen en continuidad acciones que en realidad son simultneas o,
fuera ya de los artificios de montaje, por la utilizacin de efectos especiales como cmara
lenta, cmara rpida o imagen congelada.
Tempo Cinematogrfico
Lars von Trier: Rompiendo las olas (1996). Dreyer fue capaz de desvelar lo espiritual a travs de lo cotidiano, gracias a las singulares atmsferas que consigui
crear. Hoy en da, un cineasta como Lars von Trier logra un efecto similar valindose
una dinmica plstica ms moderna.
En este sentido reenvo a las consideraciones que se efectuaron, en este trabajo, sobre
la gramtica textual vasca y sobre la manera con que la literatura oral o escrita vasca organiza su dinmica textual y narativa.
El conocer el encuadre, tiempo y ritmo exactos que necesitan un gesto, una mirada,
una descripcin, una sonrisa, una frase, un silencio, para lograr transmitir emocin y revelar
lo ms profundo del sentimiento de los personajes, en una palabra: conseguir atmsfera,
es la gran apuesta que el creador debe efectuar a travs de la manipulacin, entre otros, de
los parmetros espaciales y temporales de la sintaxis cinematogrfica.
Esta creacin de tempo deber ser complementada por una estructura slida que haga
que el desarrollo del guin y de la historia coloque de manera clara sus elementos en un
desarrollo armnico. Aunar ambos es el gran reto que plantea la consecucin de toda obra
de calidad. No olvidemos que las cualidades que determinan toda obra artstica son la perfecta adecuacin de los valores de Inteligencia (claridad, estructura slida); Sensibilidad
(emocin, implicacin); Estructura formal, que implica adecuacin de la forma al tema, al
mensaje que se desea transmitir y que incluye entre sus elementos esenciales la eleccin
del ritmo preciso. A travs de ellos, el creador da testimonio de su ser personal y colectivo.
2.2.3 El Montaje
Es la operacin en la que se conforma definitivamente todo el proceso de estructuracin narrativa y dramtica. Todos los mecanismos puestos en marcha durante la etapa de
rodaje, encuentran en el montaje su sitio adecuado para el correcto desarrollo del continuo
narrativo.
El montaje persigue una doble finalidad:
Ordenar lgica y cronolgicamente los parmetros de Espacio y Tiempo que constituyen la narracin.
Imprimir estilo, ritmo, tempo.
Ikusgaiak. 2, 1997, 1-235
163
Sombras en la caverna
Esta doble finalidad primordial seala las dos grandes tendencias del montaje que
recubren, no solo opciones estilsticas, sino tambin ticas con respecto a la postura del
realizador ante la reconstruccin de la realidad que supone el hecho flmico.
Montaje Sinttico. Pretende reproducir la realidad en un solo plano, desde un nico
y privilegiado punto de vista, respetando, asimismo la continuidad temporal.
Montaje Analtico. Tiende a fragmentar la realidad, contemplndola simultaneamente o
en continuidad desde diversos ngulos o momentos temporales.
O, utilizando otra nomenclatura:
Montaje Continuo. Respeta el tiempo o el espacio reales.
Montaje Discontinuo. Fragmenta, disloca, desordena, la dimensin temporal o espacial.
La manera cmo espacio y tiempo se relacionan, con respecto a la continuidad o discontinuidad, puede dar lugar a multiples combinaciones, que determinan el estilo narrativo
escogido:
Espacio Continuo - Tiempo Continuo
Espacio Continuo - Tiempo Discontinuo
Espacio Discontinuo - Tiempo Continuo
Espacio Discontinuo - Tiempo Discontinuo.
Nos en contramos aqu en el meollo de la sintaxis narrativa cinematogrfica especfica;
es el punto esencial al que deberan dirigirse todos nuestros afanes cara a la construccin
de una manera vasca de narrar a travs del cine.
Unido a las consideraciones espacio-temporales precedentes y formando parte asimismo de la ms genuina sintaxis cinematogrfica nos ocuparemos, a continuacin, del tema
de los encadenamientos en un doble aspecto: entre pequeas unidades y entre secuencias.
Carl Theodor Dreyer: Ordet (1945). El punto de vista nico, privilegiado, casi
divino, desde el que abarcar toda la realidad ha sido objeto de busqueda por parte
de todos los cineastas del mundo. Todos ellos reconocen que es algo que slo se
adquiere con la experiencia, en la mayora de los casos, solamente al final de una
vida dedicada al cine: Kieslovski, Lang, Ford, Huston...
164
Tempo Cinematogrfico
165
Sombras en la caverna
mide suponen estabilidad, slido asentamiento y anclaje en la base terrenal, con una mayor
o menor escapada hacia el cielo segn la punta de la pirmide este ms o menos afilada...
Las composiciones en elipse muestran sobriedad y tranquilidad; en espiral dinamismo y
fuerza arrolladora; en crculo determinismo e ineluctabilidad, etc.
Raccords en el movimiento
Considera al movimiento como uno de los elementos esenciales para la construccin
del Tempo cinematogrfico. La combinacin de todos ellos tiene que tener en consideracin
tres parmetros fundamentales:
La direccin del movimiento
La velocidad del mismo
La peculiar relacin e interaccin entre los movimientos de cmara, los generados por los personajes en el interior del encuadre y los propios de una composicin en perpetuo cambio, debido a que los encuadres y su estructura cambian
con los desplazamientos antes citados.
166
Tempo Cinematogrfico
est en perpetua creacin hoy. Como veremos en el estudio que seguir sobre las transiciones, ms all de las opciones individuales, la lista revela profundas pulsiones colectivas:
Montaje en paralelo. Muestra, en alternancia, dos acciones simultneas y ligadas entre ellas, que se desarrollan en
lugares diferentes. En la variantes llamadas Montaje convergente y divergente
las acciones en lugar de mostrarse
estrictamente paralelas, efectan un
movimiento convergente o divergente
que tiende a unir o disgregar personajes
y acciones en su conclusin.
Montaje por analoga. Marca una relacin
o correspondencia entre dos escenas
similares aunque, en realidad, no exista
un nexo firme entre ellas.
Montaje por anttesis: Lo contrario de la
precedente. La unin se efecta por la
contraposicin entre dos situaciones
que transmiten contenidos opuestos.
Montaje por leitmotiv. Una imagen o
sonido recurrente que, funcionando a
manera de pulsacin peridica, une las
diferentes secuencias con un nexo
comn.
Montaje por atracciones. Particularmente
creativo, el montaje por atracciones consiste en producir de la unin de dos
imgenes cada una de ellas con su
particular carga significativa una impresin diferente de las precedentes
2.2.3.2.2 Transiciones
El encadenamiento entre dos secuencias puede emplear la imagen del ltimo plano de
una para, estableciendo una relacin con el primero de la siguiente, conseguir un punto de
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Sombras en la caverna
unin con la secuencia que le sigue. Es la figura denominada: Transicin, que plantea, a
nivel estilstico y rtmico, posibilidades interesantes, en lo que respecta al anlisis que estamos realizando.
Deseara distinguir dentro de las transiciones lo que yo llamara adaptando un smil literario: Los Signos de Puntuacin, para diferenciarlos de las Transiciones ideolgicas que
sern el punto central del estudio que seguir.
Signos de Puntuacin
Marcan la manera en principio sin connotaciones ideolgicas o significativas cmo se
cohesionan los planos unos con otros.
La unin puede ser por corte. Esttica o en movimiento, pero siempre de manera
brusca.
Por fundido. La aparicin o desaparicin del plano no se realiza de modo brusco
sino progresivo. En el Fundido de apertura la imagen surge del negro o de cualquier otro color para ir apareciendo gradualmente. La operacin contraria es el
fundido que hace desaparecer la imagen:
Fundido de cierre. En el caso de que la aparicin o desaparicin se realice combinando dos planos de imagen, el fundido recibe el nombre de Encadenado y
representa una modalidad de transicin suave en la que se produce una
Sobreimpresin pervivencia simultnea de los dos planos que la componen en
la que uno va progresivamente desapareciendo mientras que el otro aparece
dando la impresin plstica de disolucin de uno en el otro.
La velocidad de aparicin y desaparicin de los planos que lo componen y el
peculiar encuadre fugaz en el tiempo que se genera en el momento en que
ambas imgenes se encuentran en este proceso, tiene gran importancia plstica.
Por Cortinilla. Gracias a los Efectos especiales, la transicin puede efectuarse de
formas variadas, en las que las nuevas tecnologas estn imprimiendo una
impronta estilstica especfica (Mosaicos, Volteos, Desenfoques, Enmarques,
Chroma Key, etc...)
Transiciones ideolgicas
Asimiladas a las figuras de montaje, pero aplicadas a bloques ms pequeos, tienen
una importancia capital porque constituyen un elemento particularmente determinante en la
ligazn, no solo plstica sino ideolgica, entre secuencias, con la influencia que esto supone
en la creacin del Tempo o ritmo interno de la obra global.
En la primera parte de nuestro estudio hicimos alusin a la peculiar forma con que la
literatura popular vasca organizaba las Transiciones ideolgicas. No existen, como lo hemos
constatado crudamente, demasiados ejemplos en los que cineastas vascos hayan experimentado sobre el empleo de tcnicas narrativas, o elementos de estilo vascos, aplicados al
lenguaje cinematogrfico. Sin embargo, los autores Fernando Larruquert y Nstor
Basterretxea hicieron un intento de estructurar las transiciones de Ama Lur segn las tcni168
Tempo Cinematogrfico
cas citadas. Nos vamos a detener en el estudio de las mismas tal y como aparecen en la
mtica pelcula67.
Estrenada el 10 de Julio de 1.968, la pelcula Ama Lur tuvo un impacto excepcional en
la sociedad vasca, ya que supuso un revulsivo radical en el tratamiento de las reivindicaciones polticas del hecho cultural vasco, en una poca en que tales manifestaciones estaban
radicalmente prohibidas. Todos los cineastas del pas la recordamos como una Muga ( su
productora fue curiosamente, Frontera Films) que marc un punto de inflexin en la actitud
de los cineastas vascos ante el compromiso poltico. Pocos la recuerdan, sin embargo,
como un intento de elaborar un cine vasco desde premisas nuevas, frescas, autntica y profundamente vascas.
Desgraciadamente el proceso innovador inaugurado por ella no tuvo continuadores y,
exceptuando alguna produccin aislada, nadie ha investigado en los senderos que abri.
A primera vista, un anlisis estructural de la pelcula revela una serie de incoherencias y
aparente desorden. Nadie fue capaz de
negarle un gran poder emotivo de arrastre
y convencimiento, ya que los mecanismos
dirigidos a motivar la sensibilidad funcionaban a la perfeccin. Por el contrario, los
encaminados a potenciar la inteligencia,
la claridad y el orden argumentativo, aparecan aparentemente como menos definidos y claros, sobre todo cuando se
ponan en comparacin con los documentales al uso en la poca.
Recorriendo la historia del cine documental nos encontramos con que ste
haba tenido siempre una lnea lgica que
determinaba su estructura narrativa, organizada en uno u otro caso, segn diversos
criterios:
1. Estructura cronolgica
El primer hilo conductor que se estableci para determinar un orden fue el
cronolgico: seguir paso a paso una historia, un pueblo, una persona, a travs de
los cambios provocados por el paso del
tiempo. El modelo acuado por Walter
Ruttmann en Berlin, die Sinfonie der
Grosstadt (Berln, sinfona de una gran
67. Recomiendo el visionado de la pelcula, en su versin cinematogrfica o, en su defecto, por medio del video
editado por la Filmoteca Vasca, completado por el anlisis plano a plano que de ella hice en el libro Haritzaren
Negua: Ama Lur y el Pas Vasco de los aos 60. Edicin al cuidado de Jos Mara Unsain con estudios de Juan
Miguel Gutirrez, Gurutz Juregui y Felix Maraa. Ed. Euskadiko Filmategia-Fimoteca Vasca. Donostia, 1.993.
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ciudad-1.928) o por Robert J. Flaherty en Nanook of the North (Nanuk, el esquimal1.921) o The Mann of Aran, ha tenido innumerables seguidores. En el Pas Vasco, una cinta
como Sinfona Vasca (1.936) del operador alemn Trotz Tichauhuer segua mimticamente
este camino, incluso en su ttulo.
2. Estructura espacial
Es similar a la estructura cronolgica, pero tomando la dimensin espacial como hilo
conductor del ordenamiento. En ella, el documental se articula a partir de diferentes localizaciones que forman el hilo conductor para determinar las diferentes partes en que se divide el film. Son ejemplos de esta estructura aquellos documentales que recorren un pas
parndose en cada una de las regiones
representadas, circulando por las riberas
de un ro, describiendo las etapas de un
viaje, etc. En la historia del cine vasco,
Au Pays des Basques de Maurice
Champreux (1.930), primer documento
cinematogrfico donde se escucha el
euskara, es una muestra de esta tendencia.
3. Estructura temtica
La presencia de temas fuertes, bsicos, forma la lnea maestra del documental: La vida, el amor, la muerte, el trabajo,
ya sea en documentos monogrficos o en
politemticos, pueden constituir los puntos culminantes que, a modo de captu170
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Pase del tema mineros al tema muerte, por simple relacin sensible.
Una piedra esfrica de Harrijasotzaile (Levantador de piedras) que se transforma
en la pelota de un pelotari.
Negros pliegues o recovecos de esculturas y cuevas o graneros oscuros desde
donde salen los ejecutantes de danzas del Carnaval.
Remeros agotados y nios jugando entre las olas.
Sol reflejado en estanques salinos translcidos y sol intentando desgarrar el velo
de brumas.
Golpes de la gubia artesana sobre la madera y sones de txalaparta ...
Y un largo etctera que invito de nuevo a descubrir y degustar en el visionado del film
a travs del que podemos vislumbrar cmo Ama Lur, ms all de las opiniones que la tildaron de producto desordenado y anrquico, transmita una lgica profundamente vasca y, lo
que es ms curioso, una lgica cinematogrfica de sorprendente modernidad.
Mi no disimulado entusiasmo por esta obra no debe hacernos perder la perspectiva
ante un posible juicio que pudiera calificarla de obra perfecta y redonda (su tono grandilocuente y el empleo de la msica en la banda sonora son sus puntos ms dbiles). Ama Lur
es una obra viva y compleja, a veces con algunas incoherencias o faltas de rigor en el
momento de llevar a la prctica los propsitos iniciales, pero que guarda, todava hoy, el
gran mrito de efectuar una aproximacin al hecho cinematogrfico desde unas perspectivas vascas y plantea, a todo el que se acerque a ella sin prejuicios, el grave problema de
prdida de identidad cultural que tenemos los cineastas de esta tierra.
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Una primera gran distincin separa el sonido procedente del propio encuadre de imagen o Sonido IN y aqul cuya procedencia no es percibida en el encuadre o Sonido OFF.
Sonido IN (desde dentro)
El que surge directamente de lo que vemos en la imagen. Tiene su origen en la narracin y sus fuentes se perciben claramente en la pantalla: unas personas que dialogan en el
cuadro, los ruidos expresivos que all se generan, el peculiar ruido de fondo, ambiente o
color sonoro (Reverberacin, Eco, y otros) del decorado, silencio, etc. Este sonido puede a
su vez dividirse en Sonido Sncrono Directo ( cuando vemos claramente la fuente que lo
emite: personaje que habla encuadrado de frente) y Sonido Sncrono Indirecto ( personaje
de espaldas que responde)
Jacques Doillon: Ponette (1996). El Plano sonoro permite un acercamiento sensorial a la proximidad sonora. La adecuacin de sta al sentimiento que se desea
transmitir ser componente esencial de la idiosincrasia de cada pueblo. Por poner
un ejemplo, algunos pueblos slo conciben, en su lenguaje comunicativo un cierto
tono o volumen de voz, otros, consideran una extravagancia el susurro, otros las
inflexiones cantarinas, etc.
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La utilizacin de sonidos off con capacidad de sugerencia emocional, tan empleados en cine, es, en algunas ocasiones, un recurso excesivamente faciln, que contrasta con las escasas ocasiones en que su empleo es verdaderamente creador.
2. Disyuncin:
Imagen y Sonido van en direcciones opuestas, sugiriendo relaciones contrapuestas
entre ellos.
En esta categora conviene distinguir aquellos cuya relacin es francamente opuesta y
aquellos que slo lo son, aparentemente.
Relacin de oposicin: La banda sonora expresa otra cosa que lo que la imagen
representa. Esto puede tener un doble efecto:
refuerza la imagen por contraposicin (msica alegre sobre imagen triste;
nio muerto sobre cantos alegres de juegos infantiles...)
destruye totalmente la imagen entrando en el dominio del absurdo o non
sens, tan en boga en poca surrealista.
La relacin de disyuncin puede encubrir, sin embargo, una oposicin aparente o, al
menos, descubrir una relacin de conjuncin no visible a primera vista.
Es el caso de la relacin simblica, en la que la conexin no se efecta a un primer
nivel inmediato, sino a un nivel segundo o simblico.
Veamos un ejemplo simple:
Imagen: Conejo, surcando veloz un prado.
Sonido: Tren lanzado a plena marcha.
Sugerencia: Sensacin de velocidad pura.
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Etham y Joel Coen: Fargo (1995). Bien utilizar decorados, vestuarios, ambientes
lumnicos, maquillaje, etc... es esencial para que el mensaje se ubique en la poca
correcta. A partir de esta justeza de tono se edificar la narracin con su tempo
especfico.
plasmado fielmente, etc. pueden perfectamente ser determinantes de una poca, lugar, y
personalidad personal y colectiva. A veces, conformarn las seas de identidad ms aparentes para determinar que una pelcula sea considerada propia de una cultura o de otra. No
me cabe la menor duda, sin embargo, que son sus signos ms superficiales y que, si slo
nos fijramos en ellos, terminaran por decantarnos en favor de las posturas folkloristas que
priman un cine superficialmente nacionalista, obsoleto y anclado en el pasado.
Decir que una pelcula es japonesa porque aparece el monte Fujiyama con su cima
nevada y porque sus protagonistas tienen
los ojos rasgados, es reducir su condicin
nacional a los rasgos y tpicos ms superficiales aunque autnticos olvidando el
ritmo interno, el Tempo propiamente japons
que gente como Ozu, Mizoguchi, Naruse o
Kurosawa han sabido dar a sus historias y
ambientaciones, ms all de sus caractersticas personales de autor.
En este sentido, y retomando el hilo
central de nuestro estudio, vamos a recordar
una vez ms, las principales caractersticas
del vasco ante los ritmos narrativos que ya
fueron analizadas en la primera parte. De
este recuerdo surgirn sugerencias de
actuacin en el diseo narrativo y esttico
directamente ligadas al hecho cinematogrfico vasco, determinando a niveles profundos el tantas veces repetido desde estas
lneas, Ritmo interno o Tempo vasco.
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Yasujiro Ozu: Tokio monogatari (1953). Los elementos de diseo o decorado pueden ir ms all de la simple representacin naturalista o realista de lo
cotidiano, erigindose, por su propia composicin, en
elementos de estilo marcantes de una personalidad
autoral. En esta ilustracin, el paso del tren a vapor por
entre las casas del barrio portuario de Onomichi, dibuja en la pantalla -hoja de papel, pgina en blancouna autntico trazo caligrfico de clara inspiracin tradicional japonesa.
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Yilmaz Gunei: Yol (1981). Encarcelado por sus ideas polticas, Gunei entregaba
desde su celda, diariamente el plan de rodaje de Yol a sus colaboradores, que
haban asimilado el estilo del malogrado cineasta turco, ms preocupado por el
mensaje colectivo que por su autora personal.
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No ha sido mi intencin ofrecer recetas que unan con pi forzado Mentalidad tradicional
y Cine Vasco. Consciente de la inutilidad de llevar a cabo, de manera rgida, tal empeo, mi
propsito es menos ambicioso. Me limito a ofrecer algunas consideraciones que pudieran
abrir sugerentes lneas de investigacin.
Me dara por satisfecho si a toda decisin sobre: cmo estructurar una narracin; dnde
colocar la cmara; qu focal o tipo de objetivo utilizar; qu movimiento de cmara preparar;
cmo organizar los espacios y colores en decoracin; qu estilo de interpretacin pedir a los
actores; qu ritmo imprimir al montaje, etc., los realizadores tuviramos un recuerdo hacia
stas consideraciones, para m tan importantes.
Esta mirada sobre el pasado para mejor interpretar el presente y construir el futuro, no
est exenta de riesgos, entre los que destacaramos una actitud excesivamente volcada
sobre una nostalgia estril de los valores de un tiempo pretrito al que se dota de una aureola idealista, irreal, por otra parte.
Nada ms nocivo para nuestro cine que la consideracin de Cine de aurresku y pospoliak que pudo haber tenido en una poca no muy lejana. Esta postura folkloricista puede
convertirse en coartada cultural, (a veces vista con singular complacencia por los poderes
pblicos, ya que da una visin idlica, muy exportable, de un pas ajeno a las difciles coyunturas actuales), que exime de reflexiones y tomas de postura ms profundas y actuales.
Adentrndonos en este campo, no podemos olvidar que el cine, en las obras de sus
creadores ms avanzados, ha apostado por la modernidad, reivindicando para su lenguaje
los principios ms radicales de sta.
Los cineastas vascos debern lanzarse a construir su camino por estos derroteros
como lo han efectuado, con honestidad y aceptacin universal, representantes de otras
Eduardo Txillida: Gurutz III (1975). Escultura ante la pila bautismal de la iglesia de
Santa Mara en Donostia. Haizeen orrazia ; Abesti gogorrak ;Oinarri; Einkatu;
Illarik ; Ikara haundi... Los nombres de las esculturas de Txillida y su rotunda afirmacin, extraida de la banda sonora de Ama Lur: Euskaraz egiten det... nere
lanak ere euskaraz egiten du... muestran la unin de modernidad y tradicin en la
creacin artstica.
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artes. Hoy en da, nadie pone en duda que escultores como Beobide, Oteiza, Txillida,
Basterretxea, Mendiburu, Jauregi, Ugarte...; pintores como Zumeta, Balerdi, Goenaga,
Arteta, los Zubiaurre, Arrue, Sistiaga, Ameztoi, Regoyos, Lekuona...; msicos como Aita
Donostia, Ravel, Bernaola, De Pablo, Escudero, Sorozabal, Usandizaga, Guridi ...; cantautores, ( versin moderna de un gnero musical, a caballo entre la poesa cantada juglaresca y
la representacin teatral) como Mikel Laboa, Xabier Lete, Joxean Arze, Antxon Valverde,
Benito Lertxundi, Imanol, Txomin Artola, Iaki Salvador, Pascal Gaine, Negu Gorriak, M-ak,
Ruper Ordorika... en pocas y contextos bien diferentes, han conseguido transmitir un profundo sentimiento propiamente vasco a sus obras, sin renunciar por ello a la modernidad, a
veces con un radicalismo vanguardista sin concesiones.
Otras facetas artsticas menos reconocidas y estimadas por los estudiosos de la historia
del Arte, pero no menos importantes en la vida cotidiana como la moda; el diseo del hbitat
en interiores, jardines, arquitectura; el cmic; la cocina, etc. han sabido entrar en una dinmica de bsqueda de un ritmo vasco en sus creaciones. Por no citar ms que un ejemplo,
recordemos la sorprendente y universalmente reconocida investigacin de nuestros cocineros ms creativos quienes, haciendo gala de una rabiosa modernidad y universalismo, han
sabido rastrear en sus races vascas para establecer de manera sensible apelando a los 5
sentidos: Gusto, Olfato, Tacto, Vista, Odo su peculiar interpretacin de lo crudo, lo cocido,
lo asado segn las categoras alimentarias del antroplogo Levi-Strauss.
Una y otra vez, ya que comprendo el peligro de posturas esttico, filosfico y polticamente pasestas he rechazado la idea de un cine vasco calcado, sin ms, sobre las maneras del pasado, con la misma fuerza con que abomino las copias de productos forneos. La
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John Ford: Las uvas de la ira (1940). La adecuacin a los signos de los tiempos
conlleva tambien un compromiso con la realidad del pas del que se forma parte,
bien sea siendo reflejo de lo que es, bien comprometindose con un anlisis de su
pasado, presente y futuro.
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Bisonte en la cueva de Altamira. (Identificado como jabal por el Abb Breuil). Aqu se invent el cine!, exclam a
modo de boutade, con el humor y espritu de provocacin que lo caracteriza, el escultor Jorge Oteiza cuando vi una
representacin que sugera un desarrollo secuencial en las cuevas de Altxerri (Aia, Gipuzkoa).
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Tercera parte:
CINE VASCO
68. Entre las historias del Cine Vasco, destacara por la abundancia en documentacin y rigor en la investigacin, la publicada en 1985 por de Jos M Unsain: El Cine y los Vascos, en colaboracin entre la Seccin de Cine de
Eusko Ikaskuntza y Euskadiko Filmategia-Filmoteca Vasca.
En lo que se refiere a la dcada de los 90 y finales de los 80, la tsis doctoral : La Produccin cinematogrfica
en el Pas Vasco (Desde Ama Lur (1968) hasta nuestros das) presentada por el navarro Carlos Roldn Larreta en el
Departamento de Historia y Teora del Arte de la Universidad Autonoma de Madrid, desgraciadamente no publicada,
que ofrece una visin muy documentada de este perodo.
En preparacin y prxima publicacin, detectamos un completo lxico enciclopdico del Cine Vasco, magna
obra en la que estn trabajando los historiadores de nuestro cine Koldo Larraaga y Enrique Calvo.
De reciente aparicin reseamos el estudio 100 aos de Cine en el Pas Vasco (1996) de Santiago de Pablo.
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los pueblos de Espaa. De manera imparable todos aquellos rasgos de identidad, que pervivan ocultos o semiescondidos en reducidos crculos clandestinos o minoritarios, reivindicaron su derecho a ver la luz.
Si bien ciertas manifestaciones artsticas de singular madurez como la pintura, escultura, msica, poesa, etc. ya haban declarado su conciencia de pertenecer a un rasgo cultural
directa y prioritariamente ligado a la personalidad del pueblo vasco, en el caso del
Cinematgrafo, por condicionantes que luego tendremos ocasin de analizar, no se identific, en su da, a las escasas obras existentes con unas seas de identidad vascas. Exista
cine hecho por vascos y en el Pas Vasco, pero no se consider necesario aventurar una
definicin del fenmeno.
Hubiera sido tarea prcticamente imposible dada la escasa produccin existente y la
mediatizacin que los condicionamientos polticos de la poca exigan. La conclusin a la
que sistemticamente llegaban los que intentaban abordar el tema era siempre similar:
Esperemos a que la produccin crezca, tal vez entonces podamos hallar un comn denominador a las diversas creaciones ...
Hoy en da, con el paso del tiempo, gracias a la labor de la Filmoteca Vasca-Euskadiko
Filmategia y a la ampliacin del bagaje cinematogrfico, en cuanto a obras, autores y tcnicos vascos se refiere, podemos hablar, por fin, de la existencia de un Cine Vasco denominado como tal y que, por encima de casos individuales, cambios y modas, podra mostrar una
cierta personalidad propia.
Varios podran ser los criterios para aceptar una u otra obra bajo la denominacin genrica de Cine Vasco:
Una primera clasificacin, la ms amplia, es la que hace englobar en la definicin de
cine vasco a todas aquellas pelculas en las que aparezca algn aspecto del pas vasco,
humano, paisajstico, lingstico, costumbrista y un etctera lo ms amplio posible. Bastara
que se viera, an fugazmente, una panormica de un pueblo de nuestra geografa o que el
ms humilde maquinista que empuja un carrito de travelling fuera vasco, para que el film
pudiera obtener dicha calificacin.
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Cine Vasco
Este criterio casi cuantitativo (que deber ser el que adopte una Filmoteca para completar sus archivos, o el investigador cara a la confeccin de una Enciclopedia) sin dejar de ser
legtimo, muestra nicamente los aspectos ms superficiales y anecdticos de la definicin
que perseguimos.
El otro gran criterio de clasificacin es el industrial-econmico basado en los orgenes
de la infraestructura industrial o humana y de sus fuentes de financiacin. A nadie se le
escapa, sin embargo, la enorme carga de ambigedad que pueden suponer las modernas
coproducciones, autnticas Torres de Babel, que, sin connotaciones peyorativas, constituyen el mosaico actual del cine.
El tercer criterio, variante significativa del citado en primer lugar, hace alusin al aspecto lingstico: la utilizacin del euskara como lengua empleada en la banda sonora del producto. Aunque ofrece una separacin, a veces irritante y llena de contradicciones con
respecto a productos realizados en francs o castellano, responde a una opcin comnmente aceptada para otras ramas del arte narrativo. As, la expresin Literatura Vasca, que
enmarca a los escritores en euskara es separada, en estudios y clasificaciones, de la denominacin Literatura Vasca en Castellano.
Por ltimo, situada en el nivel ms profundo que nos religa a las pulsiones vitales,
expresivas y narrativas ms primigenias, obra vasca sera aquella que llevara en sus entraas y fuera capaz de transmitir, lo que tan largamente hemos intentado analizar en las pginas precedentes: el Ritmo - Tempo - interno vasco.
Recogeremos en nuestro recorrido trazos diversos de todas estas definiciones, filtrados
por una buena dosis de sentido comn y generosidad en cuanto a la determinacin de fronteras. Notaremos, en todas las pelculas que sern citadas, unas inequvocas seas de identidad en cuanto a localizaciones geogrficas, humanas y folklricas vascas; tcnicos y
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actores salidos de nuestra tierra; estructuras de financiacin radicadas en los siete territorios; incluso (desgraciadamente en pocos casos) un empleo del euskara como lengua vehicular.
Sern los signos ms superficiales, aunque autnticos, que avalan la pertenencia a una
cultura. Rara vez encontraremos, por el contrario, un deseo de transcender la superficialidad
para buscar las races profundas que condicionen una manera de contar propia e intransferiblemente nuestra.
Antes de adentrarme por el apasionante sendero de la historia, vaya la recomendacin
de no limitarse a recorrer estos datos a travs de su simple lectura, sino a visionar las cintas
citadas, en el soporte que sea, recogidas todas ellas y a disposicin del pblico en la
Filmoteca Vasca-Euskadiko Filmategia.
Cine Vasco
69. Hubo dos proyecciones en fechas diferentes, con programa diverso : 1 y 29 de Agosto.
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Aunque el historiador del Cine Carlos Fernndez Cuenca seala la fecha del 24 de
Junio de 1896 como el momento de la primera proyeccin pblica del Cinematgrafo en
Donostia, el hecho de que la prensa local no haga mencin de un acontecimiento de tal calibre nos lleva a sospechar que, si bien pas por la ciudad un equipo de filmacin de la
Maison Lumire (el operador Alexandre Promio) en tareas de rodaje a la familia real espaola, no hubo, sin embargo, proyecciones cara al pblico como el historiador pretende.
Tendramos que trasladarnos al 6 de Agosto de 1896 para encontrar en el diario guipuzcoano: La Voz de Guipzcoa el anuncio del grato acontecimiento. Tuvo lugar en Alameda 19
(antigua Calle del Pozo), frente al quiosco del Boulevard. El programa, de una duracin de
20 minutos, estaba compuesto por las cintas incluidas en el llamado Catalogue Lumire.
La reaccin de la prensa que asisti al acto fue entusiasta:Todos los asistentes esperaban con impaciencia la aparicin de las fotografas animadas y prorrumpieron en aplausos
cuando contemplaron la realidad recogida por la fotografa y trasladada al lienzo donde se
reflejan las vistas ... aprcianse todos los detalles y no se pierde un solo movimiento. Causa
admiracin ver cmo se mueven aquellas gentes, cmo corren los tranvas y pasan los
coches. No es descriptible el efecto y, por mucho que encareciramos el espectculo, no
diramos todo lo que se puede decir acerca de tal curioso invento. Nos limitamos a aconsejar lo que de seguro aconsejarn a sus amigos y conocidos cuantos presenciaron anoche la
exhibicin de las fotografas animadas: Que vayan a verlas(.La Voz de Guipzcoa, 7 de
Agosto de 1896.)
En el resto de las capitales vascas, el 8 de Agosto se inauguraba en Bilbao, en los
bajos del Teatro Arriaga, en el Saln Mercantil, el Kinetgrafo de los hermanos Lumire; en
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Cine Vasco
Pamplona el 24 de Octubre de 1886, en el Teatro Principal (Plaza del Castillo) con un aparato de patente Edison y, finalmente, en Vitoria, el 1 de Noviembre del mismo ao, en el
Teatro-Circo de la calle Florida.
Para encontrar noticia de las primeras imgenes rodadas en el pas vasco sur por operadores vascos hay que esperar hasta 1897. En dicho ao, sin concretar la fecha exacta,
pero con toda seguridad, antes del 12 de Junio el fotgrafo gazteiztarra Antonio Salinas y su
socio Eduardo de Lucas, ruedan, con una Cmara Lumire recin adquirida, vistas de la
actual Plaza de la Virgen Blanca, conocida entonces por el nombre de Plaza Vieja. Esta
fecha, conocida gracias a las investigaciones del los estudiosos Ion Letamendi y JeanClaude Seguin en su libro indito: Los orgenes del cine en lava y sus pioneros, cuestiona
la opinin generalizada, que sita el nacimiento del cine espaol en las imgenes de Salida
de Misa de doce en el Pilar de Zaragoza, fechada el 12 de Octubre de dicho ao, o, segn
investigaciones ms recientes, en las imgenes del Entierro del general Sanchez Bregua,
rodadas por el francs afincado en la Corua Jos Selier el 20 de Junio.
Las primeras exhibiciones del Cinematgrafo marcaron el punto de partida para la instalacin de salas especializadas. Primeramente localizadas en locales polivalentes como
cafs, teatros, centros culturales, Palacio de Bellas Artes, o los cafs Del Rhin; Marina;
Norte; Kutz en Donostia; Saln Variets, Quo Vadis?, Saln Cinematgrafo, Caf Coln, etc.
en Bilbao; estuvieron, posteriormente, ubicadas en locales estables dedicados exclusivamente, o al menos prioritariamente, a la proyeccin cinematogrfica.
Han permanecido para la historia nombres como los de los feriantes Sanchs y
Farrusini, o el empresario Rocamora, que recorrieron con sus barracas toda la geografa de
Euskal Herria y que fueron los precursores de los locales de proyeccin estables que jalonaron nuestros pueblos y ciudades, algunos, hoy en da, con el mismo nombre y ubicacin que
entonces.
En lo que se refiere a la produccin estable, el cine mudo contempla en Euskadi un
corto nmero de obras, debido, fundamentalmente, a que ninguna de los siete territorios fue
considerado sede de productoras de relieve, confinadas stas en los centros de poder de
los pases respectivos: Barcelona, Madrid, Paris, Lyon.
Iniciativas aisladas hacen, sin embargo, que hayan llegado, hasta nosotros, varios ttulos de ficcin como el largometraje Edurne, modista bilbana (1924) de Telesforo Gil del
Espinar (sus verdaderos apellidos eran Gil Garca) (Espinar, Segovia, 1896 - Madrid, 1977),
producido por la Academia de Cinematografa: Hispania Films con imgenes de una ingenuidad y fuerza lrica asombrosas.
Poco podemos decir de Edurne ya que las escasas imgenes que conservamos proceden de algunos descartes aislados, ya que los fotogramas originales fueron troceados y
repartidos como regalo en los envoltorios de una fbrica de caramelos.
Antes de la aparicin de este filme, los espectadores vascos haban tenido la oportunidad de disfrutar con El Golfo (1919) de Jos de Togores (primer largometraje rodado en
San Sebastin), Lolita la hurfana (1924) de Aureliano Gonzlez (Shylock) (Cerezo de
Abajo, Madrid, 1874), Un Drama en Bilbao (El Crimen de Castrejana) (1924) y Martintxu
Perugorria, en da de romera (1925) ambas de Alejandro Olavarra (Erandio 1896-Sevilla,
1958), etc., o las obras de los hermanos Vctor (Fitero, 1905- Bilbao, 1994) y Mauro Azcona
(Fitero, 1903- Mosc, 1979) quienes despus de algunos ensayos como: Los Apuros de
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Octavio (1926) y Jipi y Tiln (1927), primer film publicitario vasco culminaran su carrera
con el largometraje El Mayorazgo de Basterretxe (1928).
Adaptacin libre de la novela del escritor labortano Pirre Lhande Mirentxu, el film
muestra una complaciente mirada hacia el Pas Vasco rural y los valores que ese mundo
representa; valores puros e incontaminados, en abierto conflicto con los que el nuevo aire
industrial introduca en las grandes ciudades. Personajes arquetpicos, smbolos de actitudes extremas y ejemplares ante la vida, el film marcaba pautas de conducta para los espectadores. En el programa de mano se retrataban con claridad, las premisas morales que
determinan la escala de valores que el film propona: En esta pelcula se retratan, fielmente,
sencillas y patriarcales costumbres vascas del siglo pasado: Amor al Casero. Pasin por el
mar. Dulces idilios. Contra la avaricia y la ruindad.
El Mayorazgo de Basterretxe supuso la cima cualitativa en el cine de ficcin de este
perodo, no solo por sus cualidades formales (ambientacin, actores, calidad fotogrfica
etc.) sino tambin por la opcin tomada, que supuso, en cuanto al mensaje transmitido, el
acceso a temticas vascas y a personajes reconocibles por el pblico del pas.
Ser, sin embargo, la corriente documental la que ms informaciones aporte sobre lo
que fue la vida cotidiana de los vascos en aquella poca: Operadores venidos de Francia
como los de Productions Lumire Frres, Path Frres u originarios del pas como
Producciones Jos Mara Martiarena, en San Sebastin; Reportajes Mezquriz de ltima hora;
Documentales Hispania Films, en Vizcaya, o los reportajes de Tefilo Mingueza en lava,
recorren ciudades y pueblos recogiendo con sus rudimentarias cmaras los actos sociales,
festivos y costumbristas.
Ttulos como La Sociedad Atltica en el Campo de Lamiaco (1905), Carnavales de
San Sebastin (1908), Fiestas de San Fermn (1909), Del Roncal a Uztarroz (1911), San
Sebastin en Tranva (1912), Irn (1912), Revista Cinematogrfica Local (1928), por no
citar ms que unos pocos ejemplos, son algunos de los acontecimientos que conforman la
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nieron un cierto nmero de cortometrajes, casi todos ellos documentales, sobre el pas.
Entre lneas, un espritu atento poda leer tmidas posturas de denuncia y reivindicacin.
El Cine Club San Sebastin y la
Sociedad Fotogrfica de Guipzcoa, en
San Sebastin; el Vizcaya Club Cine Foto
o el Cine Club Fas, en Bilbao; el Cine
Club Vitoria y la Seccin de Cine del
Consejo de Cultura de la Diputacin de
lava, en Gazteiz; el Cine Club Lux, en
Pamplona; el Foto Cine Club Basque, en
Bayona entre otros aglutinaron todas
estas inquietudes.
Destacamos los nombres de los
cineastas Juan Jos Franco (Donostia,
1934), con una obra en la que la defensa
del euskara se mezcla con una plstica a
veces deudora de las corrientes ms vanguardistas y experimentales: Nere
Segundo Cazalis: Los Hijos de Gernika (1970).
Herria (1968), Felipe Gurrutxaga, ngel
Lerma, Juan Mari Camino, en Gipuzkoa;
Alberto Schommer (Vitoria, 1928), ms conocido por su carrera como fotgrafo: La Feria
Abandonada, Vida de Colegio; Juan Carlos Ruiz de Gordoa y Jess Mara Del Val: El
Sacamantecas (1979), en lava, y Miguel ngel Gorbea, Juan Lakunza, Julio lvarez, en
Vizcaya, etc.
En la parte norte del pas se crea en
1947, Eusko Film - Socit Basque du
Film, firma de produccin con sede en
Sara (Laburdi) y oficinas en Pars.
Promovida por el polifactico poltico y
hombre de cultura euskaldun Paul
Dutournier y el escritor Pierre Apesteguy,
realiza unos pocos documentales antes
de desaparecer, como Au Pays Basque
avec Louis Mariano (1951).
Funcionando de manera autnoma,
el vizcano Gotzon Elorza (Bilbao, 1923):
Ereagatik Matxitxakora (1959), Elburua:
Gernika (1965), realiza varios documentales en los que la utilizacin sistemtica
de la lengua vasca en sus comentarios es
su caracterstica ms notable, en una
poca en que esta cualidad era una
excepcin y supona grandes dosis de
valenta. Provenientes del campo amateur, los donostiarras Jess Almendros,
Luis Arza y Ramn Saldas fundan la productora Ikaskor Films que abandonara su
sede social en Donostia despus de unos
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Marisma (1966), contina hoy con sus trabajos: Cimarrn (1983), Mar Adentro (1985),
etc. orientndose ms hacia el mercado televisivo y educacional.
Todo este movimiento subterrneo, de poca o nula influencia sociolgica, concluy con
el estallido, a nivel popular, de un film verdadero punto de inflexin para el desarrollo del
cine vaso: Ama Lur (1968).
Sus realizadores, procedentes del campo de la msica y fotografa, Fernando
Larruquert (Irn, 1934) y de las artes plsticas, Nstor Basterretxea (Bermeo, 1924), consiguieron entusiasmar a toda la sociedad vasca en un proyecto cinematogrfico sin precedentes. No era sta su primera incursin en este terreno ya que, aos antes, haban realizado el
cortometraje experimental Operacin H (1963) y los documentales Pelotari (1964) y
Alquzar (1965)
Se trataba de plasmar la realidad del pas en sus aspectos histricos, artsticos, costumbristas y, en menor medida, socio-polticos, desde una ptica nacionalista, impensable
en aquellas fechas y en la que era palpable una cierta influencia de las teoras estticas de
Jorge Oteiza.
El sistema revolucionario de produccin, por suscripcin popular unido a las habilidades que sus realizadores tuvieron que desplegar para, sorteando la censura, conseguir
decir cosas a travs de circunlocuciones o smbolos hizo de Ama Lur una obra singular
que abri las puertas a una oleada de proyectos comprometidos con la realidad social del
pas.
Ama Lur (como ya ha sido analizado en la primera parte de este estudio) inaugur, en la
manera de construir la narracin cinematogrfica, un nuevo estilo de estructura basado en
las tcnicas ms arcaicas de la narrativa popular vasca, que pondran la primera piedra de
un edificio, todava hoy no construido, destinado a albergar a un cine vasco que no fuera
copia conforme a modelos narrativos importados de fuera.
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Totalmente ajeno a esta problemtica tanto en lo que se refiere a la reivindicacin poltica, como a la bsqueda de especificidad cultural iniciada por Ama Lur nos encontramos
con la figura de Mariano Eusebio Gonzlez (Irn, 1920 Pars, 1970). Ms conocido por su
nombre artstico Luis Mariano, desarroll una carrera musical y cinematogrfica en la que
la presencia de un pas vasco-norte folklrico, idlico e idealizado fue su caracterstica ms
acusada en franco contraste con las movilizaciones reivindicativas que viva el sur.
Cine Vasco
Ttulos de todo pelaje y origen como Estado de excepcin (1976) de Iaki Nez;
Euskal Santutegi Sakona (1976) de Antn Merikaetxeberria (Bilbao, 1944); Irrintzi (1978)
de Mirentxu Loiarte (Pamplona, 1938); Viudas de Vivos e Mortos (1976) de Juan Miguel
Gutirrez; Ez (1977) de Imanol Uribe; Ikurrinaz filmea (1976) de J. B. Heininck (Bilbao,
1949), etc., reivindicaban el derecho del pueblo vasco a la singularidad, al mismo tiempo
que denunciaban la represin que sufra.
Destaca sobre todas ellas la produccin de Imanol Uribe (El Salvador, 1950): El proceso de Burgos (1979). Con tcnica de reportaje, el film recorre la personalidad de los protagonistas del clebre juicio. Estrenada once aos ms tarde que Ama Lur, resulta un fiel
reflejo de los cambios polticos que tuvieron lugar en tan pequeo lapso de tiempo.
Esta poca, centrada en intereses temticos tan alejados del estricto proceso cinematogrfico, vio, en lo terico, surgir innumerables polmicas en las que los cineastas comenzamos a cuestionarnos la definicin de cine vasco.
Esta discusin se enmarcaba en una ms amplia, que pretenda recuperar nuestras races culturales ocultas o escondidas durante cuarenta aos. De la consideracin general
simplista: Cine vasco es todo aquel que, realizado aqu, describe la realidad de Euskal
Herria, geogrfica, lingstica o poltica... se pas a reflexionar sobre el substrato narrativo
ms profundo que poda determinar una peculiar forma de contar vasca.
Las discusiones fueron interminables, pero nunca se pas de una reflexin terica
bastante superficial, por otra parte a un enfoque directamente ligado a la experimentacin
y a la prctica.
Esta corriente de cine militante que, en el caso de Imanol Uribe, tuvo unas secuelas en
las que, progresivamente, fue abandonando el documental para adentrarse en la ficcin, La
fuga de Segovia (1981) construida a partir de una importante base documental y La
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muerte de Mikel (1983), tuvo una continuacin con productos extendidos en el tiempo (desbordando, inclusive las fechas en que hemos dividido el perodo histrico) y de niveles calitativos muy diferentes como Erreporteroak (1984) de Iaki Aizpuru (Leiza, Navarra, 1946);
Euskadi hors detat (1983) de Arthur Mac Caig; Ander y Yul (1988) de Ana Dez (Tudela,
1955) y Ke arteko egunak (1989) de Antton Ezeiza, por no citar ms que algunos ejemplos.
El nivel de consenso poltico alcanzado por El proceso de Burgos, reuniendo en una ptica
similar a posturas hoy irreconciliables, no se volvera a dar, apareciendo los productos posteriores excesivamente mediatizados por posturas u opciones polticas previas.
Fuera de esta lnea existieron otras experiencias en las que, sin perder en ningn
momento el carcter de servicio al pas como caracterstica que presidi la poca, ste no
se canaliz cinematogrficamente por una denuncia explcita o simblicamente poltica, sino
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Cine Vasco
que plante las reivindicaciones nacionales a travs de lucha por la cultura, la lengua, el
arte, la experimentacin ... En esta lnea, cineastas experimentados en el campo amateur
como ngel Lerma, Miguel ngel Quintana, Mara Jess Fonbellida, Aurelio Garrote, Edwin
Buces, Martn Garca, Kepa Portugal, Alfonso Vallejo..., desarrollan tanto el documental etnogrfico y de naturaleza, como la ficcin, con particular respeto al empleo de la lengua vasca
en la locucin de los mismos.
Esta utilizacin sistemtica del euskara fue apoyada por la proliferacin de muestras de
cine en las que este elemento constitua su caracterstica esencial . Entre ellas destacaramos las Topaketak que durante 16 aos se organizaron en Zestoa y que tuvieron a Xabier
Unanue al frente del equipo que las hizo posible y las Billerak de Lekeitio con la dinmica
presencia de Benito Ansola. En la actualidad, destacamos el Festival de Cine de pases con
lenguas minorizadas: Eremu Urrizko Hizkuntzen Zinemaldia que se celebra todos los aos
desde 1994 en Zarautz y que retoma el testigo abandonado por el Festival Internacional de
Cine de San Sebastin, en su seccin Cine de las Nacionalidades, que funcion durante
tres aos en la dcada de los 70.
La lnea documental haba tenido unos ilustres precedentes, en el campo profesional,
con Carnavales de Lantz (1964), Navarra, Cuatro Estaciones (1972), Guipzcoa (1979)
de Po Caro Baroja (Madrid, 1928); Nortasuna (1978) de Pedro de la Sota sobre la figura
del escultor Remigio Mendiburu; Euskal Herri-Musika (1978) de Fernando Larruquert, etc.
Desde la parte Norte del Pas destacamos la gran labor que desarroll Maite Barnetche en la
realizacin de reportajes en euskara con destino al magazine televisivo regional France 3Aquitaine.
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Los experimentos de estos autores estuvieron ligados fundamentalmente, a sus carreras como artistas plsticos o estudiosos de los fenmenos artsticos y quedaron confinados a su difusin y estudio exclusivo
entre lites intelectuales y musesticas.
Tambin, este perodo contempla la realizacin del primer largometraje de ficcin, en
euskara, para nios: Balantzatxoa (1976) de Juan Miguel Gutirrez (Rentera, 1945), a partir
de la obra de teatro del mismo nombre, original de Paco Sagarzazu.
La especial propensin de la poca hacia los movimientos asamblearios y asociativos
cristaliz en la creacin de la Asociacin de Cineastas Vascos (1977), que ms tarde se dividira en diversas agrupaciones, segn gremios profesionales (Productores, Actores,
Tcnicos, Guionistas, Directores) pero que, en un inicio, aglutin a todos los estamentos de
la profesin. El tiempo se ha encargado de mitigar los entusiasmos iniciales, introduciendo
semillas de divisin entre los cineastas implicados. As, como muestra, en el terreno de la
produccin audiovisual, a la Asociacin Independiente de Productores Vascos - Euskal Zine
Ekoizleen Elkartea, se opondra, aos ms tarde, coexistiendo con ella, la Agrupacin de
Empresas Audiovisuales de Euskadi (A.D.E.A.D.E.).
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Cine Vasco
La principal, por no decir nica, tarea de todas estas variopintas asociaciones ha sido
el saneamiento de los intereses econmicos de sus asociados, sobre todo en lo que se
refiere a sus relaciones con una administracin que no siempre ha tenido los criterios de
imparcialidad, racionalidad en el apoyo a la produccin y apuestas por un cine nacional que
hubiera sido de desear.
El primero de Mayo de 1978, se crea la Filmoteca Vasca - Euskadiko Filmategia, la primera de las denominadas Filmotecas Autonmicas. Iniciativa privada, en sus orgenes, del
coleccionista Peio Aldazabal fue tomando una fuerza imparable convirtindose en una institucin de importancia capital en la conservacin, investigacin y recuperacin del patrimonio cinematogrfico vasco. La precariedad de recursos econmicos y la falta de seguridad
en cuanto a sus fuentes de financiacin es el principal lastre para su completo desarrollo.
En el terreno de la investigacin histrica conviene resear la figura del poseedor del
archivo ms importante del cine vasco, Koldo Larraaga (Azkoitia, 1923), que ha sabido
compaginar sus tareas de estudioso con trabajos de realizacin cinematogrfica:Ikuska 8
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Andu Lertxundi:Hamaseigarrenean aidanez (1985). Alfonso Ungra: Ehun Metro (1985). Xabier
Elorriaga: Zergatik Pampox (1985). Carteles anunciadores.
Irati, por su parte, efectu unos ensayos de coproduccin con Catalua a travs de
Ferrn Llagostera: Gran Sol (1987) y repiti, menos afortunadamente, con una nueva realizacin de Anjel Lertxundi: Kareletik (1987), antes de desaparecer.
ngel Amigo (Rentera, 1952) se afianza, gracias a su exclusiva dedicacin y profesionalizacin en tareas de produccin y a su extraordinaria habilidad en sus relaciones con la
administracin, como el principal productor del pas. Desde sus oficinas en San Sebastin
(habiendo recogido en sus inicios la histrica razn social Frontera Films) su productora
Igeldo Zine Produkzioak, realiza las pelculas ms interesantes de la poca: La Fuga de
Segovia (1981) de Imanol Uribe; La Conquista de Albania (1983) de Alfonso Ungra; y la
fallida Lauaxeta. A los Cuatro Vientos (1987) de Jos Antonio Zorrilla (Bilbao, 1946), etc...
Pedro Olea, con su productora Amboto P.C.S.L. fue uno de los pilares de esta poca de
cine protegido antes de que por divergencias con la administracin, precisamente en el
tema del establecimiento de criterios cara a la adjudicacin de las citadas subvenciones
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Cine Vasco
decidiera establecerse en Madrid donde rodara sus producciones de la dcada de los 90.
Sus obras ms emblemticas de este perodo son Akelarre (1983) y Bandera Negra
(1986).
Luis Goya (Lezo, 1951) funda Trenbideko Filmeak, consiguiendo realizar: Ke Arteko
Egunak (1989) de Antton Ezeiza y Amor en Off (1991) de Koldo Izagirre (Donostia, 1954) y
colabora, en sus inicios, con Juan Bautista Berasategi en la realizacin de algunos trabajos
de animacin: Kalabaza Tripontzia (1985) y Abenturak eta Kalenturak (1987), con guin
de Bernardo Atxaga.
La trayectoria de Juan Bautista Berasategi (Pasai Donibane, 1951) es singular. Desde
sus comienzos y con una tcnica muy depurada, ha creado escuela, desarrollando una obra
coherente en el difcil terreno de la animacin, a travs de su productora Eskuz, a la que
sigui aos ms tarde la marca Lotura, con la que realiza, en el momento de redactar estas
lneas, un nuevo largometraje de animacin titulado Ahmed, prncipe de la Alhambra.
Aparte de las citadas, son realizaciones suyas: Ekialdeko Izarra (1977), Kukubiltxo
(1983) e Ipar Haizearen Erronka (Balearenak) (1994). En uno de los episodios ms desagradables del cine vasco contemporneo, la autora de esta ltima obra mantiene un litigio
judicial con La Leyenda del Viento del Norte (1994), largometraje con imgenes similares,
realizada por Maite Ruiz de Austri (Madrid, 1959) de la productora Episa.
Episa obtuvo un xito internacional con la produccin de dos series para televisin,
esplndidamente realizadas, sobre el mundo del cmic: Komikia, 9. Artea y Los Grandes
Maestros del Cmic.
Aiete Films fue creada por Imanol Uribe, Xabier Agirresarobe, Jos ngel Rebolledo y
Gonzalo F. Berridi (hoy excelente director de fotografa en numerosas producciones vascas).
Desde su sede salieron proyectos tan interesantes para el cine vasco como La Muerte de
Mikel (1984), de Imanol Uribe, o Fuego Eterno (1984), de Jos ngel Rebolledo (Bilbao,
1943). Con La Muerte de Mikel se da un paso importante para la industria vasca: plantear
el cine vasco no solo como acto cultural, sino tambin como producto industrial analizable
en trminos de rentabilidad econmica Aiete Films que se ha visto beneficiada por una
subvencin a la realizacin por parte de Euskal Media realiza en 1996 la ltima pelcula de
Montxo Armendariz, Secretos del corazn.
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Los actores vascos, Elena Irureta, Kontxu Odriozola, Jos Ramn Soroiz y Mikel
Garmendia interpretando la obra teatral Ama Begira zazu (1990).
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Montxo Armendariz.
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Este productor, verdadero pilar para comprender el cine vasco contemporneo, es responsable, en los ltimos tiempos, de productos como las coproducciones con Colombia y
Bulgaria: La Gente de la Universal (1993) de Felipe Aljure; Mxico: Dollar Mambo (1993)
de Paul Leduc; Portugal y Luxemburgo: Album de Familia (1992) de Luis Galbao; Portugal,
Francia y Macao: Amor e Dedios do Pie (1992) de Luis Rocha; o, anteriormente,
Argentina: Loraldia (1989) de scar Aizpeolea y El Invierno en Lisboa (1990) de Jos
Antonio Zorrilla, coproducccin con Francia y Portugal, fallido intento por adaptar la novela
homnima de Antonio Muoz Molina.
Desde Euskal Herria nunca se entendi bien fue por ello blanco de numerosas crticas
por parte de las asociaciones profesionales la fijacin del Gobierno autnomo hacia tales
coproducciones extraas en las que la participacin artstica o autoral vasca era mnima.
Igeldo Z.P., marca productora de ngel Amigo, se benefici, as, de la adjudicacin de
contratos de coproduccin con Euskal Media, concedidos a conjuntos de proyectos entre
los que se cuentan los anteriormente citados y que tuvieron como consecuencia el bloqueo
del dinero pblico vasco a otros productores. En este contexto, dos obras mantienen, sin
embargo, un alto nivel de inters: Mait (1994), coproduccin con Cuba, de los realizadores Eneko Olasagasti y Carlos Zabala, y El Sol del Membrillo (1992), largometraje experimental en torno al proceso de creacin artstica del pintor Antonio Lpez, obra del vizcano
Vctor Erice, galardonado en el Festival de Cannes de dicho ao.
Carlos Zabala (Donostia, 1962) y Eneko Olasagasti (Donostia, 1960) provienen del
campo de la interpretacin teatral y formaron sus trayectorias artsticas con trabajos en la
escena teatral o su participacin en productos televisivos como la serie de pedagoga del
euskara Bai Horixe (1985 - 1987), para dedicarse ms tarde a la realizacin de la comedia
de situacin Bi eta Bat (1991), producida por Igeldo, que supuso un hito en la andadura de
Euskal Telebista, inaugurando una proliferacin de otras similares de menor calidad.
Permtaseme sealar, en este contexto, a la serie Goenkale de la productora vizcana
Pausoka que, en clave de culebrn trgico, ha constituido un verdadero fenmeno sociolgico, habiendo superado, en el momento de redactar estas lneas la mtica barrera de los 500
episodios.
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Cine Vasco
Mait se presenta como un extrao producto en la historia del cine vasco por su
carcter iconoclasta y tierno en un pas tan dado a magnificar las situaciones que muestran
el unamuniano sentimiento trgico de la vida. Tanto ms cuanto que otra precedente incursin en el terreno del humor:El Annimo (1990), rodada en San Sebastin por Alfonso
Arandia, haba sido un intento fracasado.
En la actualidad ngel Amigo, a travs de Igeldo Komunikazioa, ha concludo en
Colombia y Euskadi una pelcula con Ana Dez: Todo est oscuro (ttulo provisional); coprodujo Lumire et Compagnie (1995), conmemoracin mundial del centenario del Cine; estrena la segunda teleserie del tandem Eneko Olasagasti y Carlos Zabala: Jaun eta Jabe
(Ajuria Enea fue su ttulo inicial, cambiado por los responsables de E.T.B.a causa de las
posibles suspicacias que un ttulo as podra suscitar en los ambientes polticos), con el
actor Jos Ramn Soroiz al frente del reparto, y se inicia en el terreno documental con los
reportajes de Paz Bilbao sobre la realidad de los indgenas de Amerindia: Se ha apagado
una Estrella (1994).
La situacin financiera citada precedentemente va a provocar una cierta asfixia por parte de las productoras, que va a
tener como consecuencia la definitiva ubicacin de las mismas en Madrid, en algunos casos, y la paralizacin de sus
actividades en otros. Realizadores y productores consagrados como Imanol
Uribe, Pedro Olea, Montxo Armendariz,
Elas Querejeta etc. deciden prescindir
totalmente del Gobierno Vasco en sus
proyectos. Obras como El Rey Pasmado
(1992), Das Contados (1994) o Bwana
(1996) de Imanol Uribe; El Maestro de
Esgrima (1993), Morirs en Chafarinas
(1995) o Ms all del jardn (1996) de
Pedro Olea; Historias del Kronen (1995)
de Montxo Armendariz, son ejemplos que
ilustran esta corriente.
Por otro lado los excelentes tcnicos
cinematogrficos formados en el pas,
como el Director de Fotografa Xabier
Agirresarobe o los Directores de Produccin Josean Gmez, Blanca Zarageta,
etc., se ven impelidos a trabajar casi
exclusivamente en otros contextos, cuando no han buscado otras salidas profesionales como el tcnico de Sonido Jos
Luis Zabala.
Los jvenes realizadores que, por una razn u otra, no entraban en los planes de las
productoras favorecidas, se vieron impelidos a buscar financiacin para sus proyectos fuera
de Euskadi o a plantear personalmente, con gran dificultad, sus fuentes de financiacin.
Entre ellos se encuentran los ejemplos ms vlidos artsticamente que ha producido el novsimo cine vasco: Alex de la Iglesia, Enrique Urbizu, Juanma Bajo Ulloa y Julio Medem.
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Con ellos, llega un soplo de aire fresco. Jvenes con sorprendente madurez en el dominio de la tcnica y lenguaje cinematogrficos aparentemente ms preocupados por el cine
de gnero, que por el cine til al pas valoran ms los modelos del cine universal que las
pautas de la tradicin narrativa vasca.
Del thriller endiablado al terror gtico pasando por el cmic gore, la comedieta urbana o la intriga psicolgica las temticas se vuelven cada vez ms abiertas.
Julio Medem (Donostia, 1958), proveniente del mundo de la medicina, antes
de lanzarse a buscar financiacin para el
esplndido guin de largometraje que
haba escrito inici su andadura con
varios cortometrajes: Patas en la
Cabeza(1985) y Las 6 en punta(1987).
El rechazo al proyecto por parte de las
productoras del pas y la inicial negativa
del Gobierno Vasco a participar en su
financiacin (a posteriori le dara una
pequea subvencin) le hizo desplazarse
a Madrid. Surgi de esta manera a travs de la productora Sogetel la pelcula
ms importante del perodo que nos
ocupa: Vacas (1992), cuyas cualidades,
tanto por el anlisis de la violencia en el
pueblo vasco que contiene, como por su
esfuerzo en constituir una manera especJulio Medem.
ficamente vasca de narrar cinematogrficamente, la hacen imprescindible para el estudio de nuestro cine. Este realizador continua
su carrera, con la espalda decididamente vuelta en contra de la administracin vasca, realizando en 1993: La Ardilla Roja y Tierra en 1996. En la actualidad prepara Los amantes
del crculo polar.
Enrique Urbizu (Bilbao, 1962), proveniente del cine amateur, tuvo un sorprendente
comienzo de la mano de Joaqun Trincado y su productora Creativideo al realizar una fresca
comedia, Tu novia est loca (1987), y un thriller de ritmo vertiginoso: Todo por la pasta
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Cine Vasco
(1992). Sus cualidades de buen artesano le han hecho ser un director muy solicitado en el
cine espaol: Cuernos de mujer (1994), Cachito (1996), lamentando, quizs, que su buen
hacer no se dedique a proyectos ms interesantes y personales. Joaqun Trincado (Bilbao,
1960), por su parte, dirigi en 1995 una comedia urbana que no aporta nada nuevo en el
panorama del joven cine vasco: Slvate si puedes.
Alex de la Iglesia (Bilbao, 1977) es
persona de potente imaginacin visual.
Sus orgenes de diseador y dibujante de
cmic, unido a la influencia del mundo
sonoro del rock radical vasco, le llevan a
plantear un mundo fantstico de gran
viveza, en donde influencias eclcticas se
funden en un cctel abigarrado y esperpntico. Su cortometraje Mirindas asesinas (1990) fue el brillante debut que le
abri las puertas de la productora madrilea El Deseo, para realizar Accin
Mutante (1993) y ms tarde, de la mano
de Andrs Vicente Gmez, la aclamada:
El da de la Bestia (1995). En la actualidad ultima el rodaje internacional de
Perdita Durango, adaptacin cinematogrfica de la novela de Barry Gifford.
Alex de la Iglesia.
Llenas de guios hacia la cultura urbana
del Pas Vasco, sus obras tienen un gancho especfico, reconocido y admirado por el pblico ms joven, deudor de la cultura poprock americana, que lo est progresivamente convirtiendo en director de culto.
Juanma Bajo Ulloa (Gazteiz, 1967) entrara dentro de la tpica definicin de nio prodigio. Iniciado desde muy joven en la realizacin en formato amateur, sus cortos y mediometrajes han sido sistemticamente premiados all donde fueron presentados: Akixo (1988),
El reino de Vctor (1989), etc. Su primer largo, Alas de Mariposa (1991), gan la Concha
de Oro del Festival de San Sebastin, y su segundo: La Madre Muerta (1993), obtuvo gran
xito. Junto con Julio Medem, es el realizador ms personal del nuevo cine vasco descubriendo un sugerente mundo interno en el
que los sueos y vivencias de la infancia
se erigen en reveladores de inquietantes
pulsiones autodestructivas. Sus posiciones independientes e inconformistas y su
fama de enfant terrible le han llevado a
tener mltiples problemas con los productores convencionales y con la administracin, por lo que encuentra grandes
dificultades para financiar sus proyectos.
En el momento de redactar estas lineas,
la productora Asegarce financia su tercer
Juanma Bajo Ulloa.
largometraje: Air Bag (ttulo provisional)..
Aunque no cuenta en su haber ms de tres largometrajes, desde su productora afincada en Pamplona, Jos Mara Lara (Madrid, 1948) ha financiado Urte Illunak (1993), promeIkusgaiak. 2, 1997, 1-235
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tedor primer trabajo de Arantxa Lazkano (Zarautz, 1950) que contiene una buena parte de
los dilogos en euskara; Justino, un asesino de la tercera edad (1994) de los madrileos La
Cuadrilla: Luis Guridi y Santiago Aguilar (conocidos por sus cortometrajes Tarta, tarta,
Hey! (1987) y El pez (1985), rodados en San Sebastin) y La fabulosa historia de Fidel
Marn (1996) de Fidel Cordero. Sus cortometrajes han dado a conocer bastantes nombres
que podran constituir el futuro del Cine Vasco. En el momento de redactar estas lneas ultima la filmacin de la obra de Daniel Calparsoro: A ciegas (ttulo provisional).
Paco Avizanda (Isaba, 1955), Virtudes Bastin (1986); Helena Taberna (Alsasua, 1949),
Alsasua, 1936 (1994) y Nerabe (1995); y Mirentxu Purroy (Irua, 1943), El Silencio de los
Inocentes (1985) desde Pamplona, han desarrollado una carrera en la que, habiendo sobrepasado el terreno del corto, se han iniciado en el mediometraje con excelentes resultados.
La utilizacin del euskara como lengua de rodaje en las producciones vascas es prcticamente nula con excepcin de algunas producciones minoritarias o provenientes del
campo amateur . Inclusive aquellos realizadores considerados como especialmente sensibles -a veces radicales- hacia dicha cuestin muestran profundas contradicciones en sus
producciones . As, a pesar de anunciar slogans del tipo: Pelcula integramente rodada con
sonido directo, en euskara... la proporcin en el empleo de la misma es francamente minoritaria. Sealemos , a modo de ejemplo, los casos de Ke arteko egunak (Das de humo)
de Antxon Ezeiza con guin de Koldo Izagirre , cuyo protagonista es el mejicano Pedro
Armendriz; la realizacin de Koldo Izagirre Offeko Maitasuna (Amor en Off) con Mnica
Molina como protagonista ; la coproduccin con Cuba Mait de Eneko Olasagasti y Carlos
Zabala , filmada en un 75% en el pas caribeo en castellano o el caso de Menos que cero
-sin estrenar en el momento de redactar estas lneas- de Ernesto Tellera que , a pesar de
basarse en una novela escrita en euskara por Iaki Zabaleta y tener un guin del euskaldun
Joxean Muoz, ha sido rodada en castellano.
En el difcil campo de la escritura, destacamos la presencia de Koldo Izagirre, Jos
Antonio Vitoria, Michel Gaztambide, Joxean Muoz, Jorge Guerikaetxeberria. Los tres primeros han compaginado sus tareas de guionistas al servicio de otros directores con la realizacin de sus propios corto o largometrajes.
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Cine Vasco
Al repasar la historia del cine vasco en la ltima dcada, se impone con fuerza la constatacin del excelente numero de tcnicos profesionales surgidos en el pas al amparo de la
prctica que las realizaciones vascas propiciaron. As, a los nombres ya citados anteriormente, sealaremos los de Kiko de la Rica, Juan Miguel Azpiroz en Direccin de Fotografa;
Jos Luis Arrizabalaga, Biafra, Saturnino Idarreta, en Direccin Artstica; Josune Lasa,
Estibalitz Markiegi, Eli Elizondo en Diseo de Vestuario y los excelentes msicos Bingen
Mendizabal, ngel Illarramendi, Alberto Iglesias, Iaki Salvador, que se unen a los consagrados Carmelo Bernaola, Luis de Pablos, etc.
La gran escuela que supone el cortometraje ha dado a conocer varios nombres que se
encuentran en la difcil tesitura de comenzar una carrera profesional en el largometraje o
desistir en el empeo. Entre los numerosos nombres que han producido ms de un corto
citamos a Ramn Barea, Juan Luis Mendiaraz, Pello Varela, Miriam Ballesteros, Mikel
Agirresarobe, Lurdes Bauelos, Enrique Acha, Pablo Malo, Irene Arsuaga, Iaki Dorronsoro o
Antonio Mara Grate quien, despus de dos cortometrajes, espera fecha para el estreno de
su largo Besos y Abrazos (1996) o la heterodoxa carrera de los Hermanos Ibarretxe (Javier,
Jos Miguel, Esteban, Santiago), quienes despus de varios cortos, realizaron una serie
para E.T.B.: Las memorias de Karbo Vantas (1995) y estrenan con gran xito su primer
largo: Slo se muere dos veces (1996).
En 1992 se present en el Festival de Cine de San Sebastin Siempre Felices, comedia realizada por el donostiarra Pedro Pinzolas que podra aadirse a la nmina de cineastas
que, habiendo nacido en el Pas Vasco o teniendo una especial relacin con l, realizan cine
fuera de los limites de Euskal Herria:Jos Mara Gonzlez, Chumi Chumez, (Donostia,
1927): Dios bendiga cada rincn de esta casa (1977); Santiago San Miguel (San Sebastin,
1939): El Seor de los Llanos (1987); Gracia Querejeta (Madrid, 1962): Una Estacin de
Paso (1993), El ltimo Viaje de Robert Rylands (1996); Imanol Arias (Riao, Len, 1956):
Un Asunto Privado (1996); el director de fotografa Juan A. Ruiz Anchia (Bilbao, 1949); la
diseadora de vestuario Maiki Marin (Donostia, 1936), etc.
Recin terminados sus estudios de cinematografa en los Estados Unidos, el realizador
de formacin donostiarra Daniel Calparsoro (Barcelona, 1968) sobrino del productor-mecenas y director del Festival de Cine de San Sebastian: Luis Calparsoro autor del cortometraje
Ikusgaiak. 2, 1997, 1-235
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Sombras en la caverna
W.C. (1993), estren en 1995 el film:Salto al Vaco (1995), que produjo gran impacto por
la calidad del diseo visual que demuestra y por la habilidad que posee en la direccin de
actores. En 1996 estrena Pasajes. El visionado de ambas cintas plantea, sin embargo, el
problema de aculturacin que sufren todos aquellos que, de retorno al pas, traen el gran
bagaje plstico, esttico y temtico del cine clsico o independiente americano.
Entre los cineastas que retornan, procedentes de una formacin en el extranjero, notamos en el terreno de la direccin de fotografa, los nombres de los excelentes profesionales:
Aitor Mantxola y Flavio Martnez Labiano; en la realizacin, Juan Calvo (Tudela, 1965), Hotel
Oasis (1994) y Pablo Berger (Bilbao, 1963), Mam (1988); y, en la creacin videogrfica,
Isabel Herguera: Los muertitos (1994); Iigo Salaverra: La noche navegable (1993), Gabi
Villota, Marcelo Expsito, Jos Antonio Hergueta, Ruiz de Infante, Josu Rekalde y otros.
En el momento de ultimar estas lneas, asistimos a un renacer de la produccin cinematogrfica en el pas. Adems de las pelculas citadas anteriormente, se encuentran en proceso de rodaje, esperan fecha de estreno o han sido recientemente estrenadas, obras de
realizadores que, prolficos en una poca, haban sufrido un estancamiento en los ltimos
tiempos: Ernesto de Ro: Hotel y Domicilio; Antton Ezeiza: Felicidades Tovarich; Javier
Rebollo: Calor; Ernesto Tellera: Menos que cero; Juan Ortuoste: Comida para perros,
etc. El visionado de las cintas nos sealar si el crecimiento cuantitativo va parejo con un
aumento en la calidad de las mismas.
En lo que se refiere a las relaciones del sector audiovisual con la administracin asistimos a la progresiva desmembracin de la Sociedad pblica Euskal Media en beneficio de
un proyecto que se aglutina alrededor de un eventual Instituto Vasco del Audiovisual. Solo el
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Cine Vasco
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