Actualidad de La Investigacion Regional

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Actualidad de la investigacin regional

en el Mxico central
Javier Delgadillo Macas
Y
Alfonso Iracheta Cenecorta
(coordinadores)

Primera edicin: 2002

O Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias


O Universidad Nacional Autnoma de Mxico
O El Colegio Mexiquense, A. C.
O El Colegio de Tlaxcala,A. C.
O Plaza y Valds, S. A. de C. V.

Derechos exclusivos de edicin reservados para Plaza y Valds,


S.A. de C.V. Prohibida la reproduccin total o parcial
por cualquier medio sin autorhacin escrita de los editores.
Editado en Mxico por Plaza y Valds, S. A. de C. V.
Manuel Mara Contreras 73, colonia San Rafael
Mxico, D. F., 06470, telfono: 5097 20 70
[email protected]

Impreso en Mxico 1Printed in Mexico

Dedicamos la presente obra a la


memoria de Reina Corona Cuapio,
forjadora de nuevas generaciones y
estudiosa de temas urbano-regionales
y sobre la poblacin de Mxico.
Compaera siempre querida y brillante
investigadora del Centro Regional de
Investigaciones Multidisciplinarias de
la UNAM.
(1961 -2002)

ndice
Presentacin
Javier Delgadillo Macas y Alfonso Iracheta Cenecorta . . . . . . . . . . . . . . . . .

PRIMERA
PARTE
El desarrollo regional como estrategia territorial
para el desarrollo nacional
Son inevitables los desequilibrios regionales en Mxico?
Angel Bassols Batalla. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Vigencia y actualidad del desarrollo regional en Mxico
Javier Delgadillo Macas, Felipe Torres Torres y Jos Gasca Zarnora. . . . . .
Notas sobre desarrollo y planeacin regional en Mxico
Alfonso X . Iracheta Cenecorta .....................................
4

15

27
67

SEGUNDA
PARTE
El Mxico central. Metpolis y desarrollo regional
De megalpolis a metpolis, de metpolis a metarregin,
futuro de la regin Centro?
Jorge R. Serrano Moreno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Importancia del sistema de ciudades de la regin Centro de Mxico
AdolfoSnchezAlm~nza.......................................... 93

La regin Centro: cambios de estructura y posicin en el


contexto nacional; un anlisis estadstico-territorial
Ryszard Rzga Luter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Trayectorias de largo recorrido y enlaces urbano-regionales
en la zona centro de Mxico
Margarita Camarena Luhrs y Mario Salgado Viveros. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El ciclo de reestructuracin industrial y temtorial
de la regin Centro de Mxico
Guillermo Olivera Lozano y Julio Guadarrama Garca . . . . . . . . . . . . . . . . .
La planeacin urbana y el desarrollo regional sustentable
en la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala
Sergio Flores Gonzlez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El abasto de alimentos en la ciudad de Mxico:
la era de la globalizacin
Felipe Torres Torres .............................................

109

129

141 ,

195

221

TERCERA
PARTE
El desarrollo regional desde Morelos
Desde Morelos: la regin y los estudios regionales
(Un francs en Mxico entre los aos sesenta y los noventa)

La movilidad interurbana en la formacin de una regin metropolitana.


El caso de la ZMCM y Cuautla en el centro de Mxico
Control de los recursos naturales y conflictos territoriales en la zona de bosque
templado del norte de Morelos. Un recorrido entre lo local y lo regional
Mara Fernanda Paz Salinas y Luz Mara Vzquez. . . . . . . . . . . . . . . . . . 309
, ,
Los altos centrales de Morelos: fraccionamientos y faccionalismos
Scott S . Robinson Studebaker ...................................... 329
,

Sobre el presente y futuro de los centros de Mxico

Presentacin

mes de octubre de 1999 la Universidad Nacional Autnoma de Mxico


organiz la Semana Acadmica de Investigacin Regional, bajo la coordinacin
del Programa de Estudios Regionales del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, El Colegio Mexiquense, A.C., y el Instituto de Geografa de la misma
universidad. El objetivo de esta importante reunin acadmica era conocer, revisar y
discutir a la luz del quehacer investigativo y del trabajo de destacados especialistas
nacionales y del extranjero invitados, sus aportes en relacin con los postulados actuales del desarrollo regional y la vigencia de las teoras y mtodos utilizados para dar
respuesta a los fenmenos espaciales producto de los recientes cambios vividos por el
pas y los efectos territoriales de la globalizacin en las ciudades y regiones de Mxico,
de manera preponderante en la Regin Centro.
Esta Semana Acadmica se desarroll del 18 al 23 de octubre bajo las siguientes
modalidades: una mesa redonda celebrada en la ciudad de Mxico con sede en el Instituto de Geografa de la UNAM, con el ttulo "La investigacin regional revisitada: las
obras y el pensamiento disciplinario"; un coloquio de investigacin con el ttulo "El Mxico
central: regin, megalpolis y periferia" celebrado en las instalaciones de El Colegio
Mexiquense en el estado de Mxico, y finalmente, un taller prctico convocado con el
tema "Morelos en el centro de Mxico: la periferia regional y el desarrollo local", evento
llevado a cabo bajo el auspicio del Centro Regional de InvestigacionesMultidisciplinarias
mismo que incluy un recorrido de campo por las zonas de ocupacin
de la UNAM (CRIM),
del Corredor Biolgico Chichinautzin, al norte del estado de Morelos. A lo largo de
estas actividades se cont con la presencia de los siguientes investigadores e investigadoras: ngel Bassols, Claude Bataillon, Gustavo Garza, David Barkin, Alfonso Iracheta,
Javier Delgadillo, Ryszard Rzga, Felipe Torres, rsula Oswald, Sergio Flores, Adolfo
Shnchez, Reina corona: Francisco Rodrguez, Jos Gasca, Jorge R. Serrano, Javier
Delgado, Margarita Camarena, Mario Salgado, Guillermo Olivera, Julio Guadarrama,
Mm'a Fernanda Paz, Luz Mara Vzquez y Sergio Gonzlez. El presente libro es fruto de
URANTE EL

esta Semana Acadmica y rebne, agrupadas en tres partes, la mayora de las ponencias
y escritos presentados por los participantes y actualizados en su gran mayora.
Despus de casi 20 aos de ausencia de planeacin regional en Mxico, resultado
del abandono del gobierno federal en la materia, los investigadores nos preguntamos
sobre la validez del desarrollo regional como instrumento de reflexin y accin para
resolver los desequilibrios econmicos y sociales que "naturalmente" provoca el desarrollo capitalista en el territorio.
Las contradicciones que se observan en el territorio nacional, en la distribucin de
los beneficios del desarrollo, claramente han profundizado a lo largo de las ltimas dos
dcadas las diferencias entre los mexicanos que tienen empleo e ingreso estables y
competitivos, y los que sobreviven en un mercado desequilibrado que libera todas las ,
mercancas para alcanzar precios internacionales,excepto una: el salario. A lo largo de
este tiempo, el proceso de desarrollo nacional plantea diversas cuestiones respecto a la
distribucin de los beneficios del crecimiento entre los diferentes espacios del pas.
Mxico es una constelacin de geografas, culturas y niveles de desarrollo que se
han ido afirmando a lo largo de la historia nacional. El Mxico norteo, cada vez ms
cercano a las formas de hacer de los estadounidenses, es claramente diferente del centro, caracterizado por la influencia histrica de las culturas precolombinas y el peso
posterior que tuvo la influencia hispnica; ambos aspectos se alejan de los procesos de
desarrollo suspendidos en el sur y sureste, donde las reglas de lo social parecieran ser
las que estuvieron presentes en los dos ltimos siglos en el resto del altiplano mexicano.
Estas diferencias plantean al gobierno y a la sociedad preguntas que requieren respuestas certeras, porque en ellas no slo se expresan dudas acumuladas sino la necesidad de encontrar nuevos caminos que reduzcan las diferencias anotadas. Temas clave
que debemos encontrar en estas respuestas tienen que ver con la cuestin de equidad
social y temiorial que el pas exige, que ante su ausencia han impactado la poltica y las
formas de relacionarse entre los grupos y regiones de Mxico.
Por otro lado, la nueva pluralidad y el avance democrtico observado al final de los
aos noventa es producto del trmino de un camino y una forma de hacer nacin; el
cansancio que proviene de la inmovilidad en la distribucin de la riqueza, de los excesos
en la forma de hacer poltica, donde algunos se benefician "siempre o casi siempre" del
trabajo de todos, trajo consigo el cambio tan anhelado por la mayora de los mexicanos.
Sin embargo, pasan los das y observamos una realidad sociopoltica que equivocadamente trata de explicarse slo a travs de la supuesta alternancia del poder entre partidos
polticos, dejando de lado la crtica al modelo econmico que ha sumido en crisis profundas a la poblacin y agudizado las fracturas regionales. ste no es el proceso de transformacin esperado, el cual demuestre ser algo ms que la referida "transicin democrtica".
Por lo contrario, todo parece indicar que hoy no se tiene an claridad del rumbo.
Las regiones son parte de este proceso. Las nuevas presiones autonmicas, el rescate
de lo local y la confrontacin, todava civilizada,de las autoridades locales con el gobier-

no federal, hacen evidente que los problemas acumulados y los cambios iniciados pasen
tambin por la bsqueda de equilibrios regionales y por nuevas relaciones entre las sociedades y etnias que han poblado este territorio desde hace cuando menos cinco siglos.
Pero qu son las regiones?, cules son sus realidades? Slo se puede afirmar que
sabemos poco; que estudiamos menos; que prcticamente no actuamos con visiones
regionales, especialmente el Estado.
En este libro no se resuelven las preguntas, en todo caso se plantean nuevas o se
retoman antiguas. Nuestra preocupacin no es tampoco responderlas, sino prepararlas y entender los procesos que las provocan, simplemente porque no existen respuestas finales sobre la materia. Lo que pareciera estar claro es que despus de muchos
aos de ausencia de polticas regionales en Mxico, "descubrimos" que las regiones
existen; que se requieren estrategias para ellas, y que los recursos nacionales deben
distribuirse con criterios y bajo polticas y prioridades regionales. Resulta que la frontera norte es una regin, que el sureste es una regin y que la megalpolis del Valle de
Mxico es una regin.
Para atender sus necesidades aparece la necesidad de hacer una planeacin regional,
bajo el principio de que este enfoque territorial de la accin pblica y organizacin de la
accin social es ms comprensivo que otros - c o m o por ejemplo la planeacin econmica global-, ms apegado a la realidad socio-espacial de Mxico, e incluso ms eficiente en la distribucin de los recursos para el desarrollo.
La falta de congruencia y sistematizacin en el planteamiento mexicano ha dado pobres resultados en la reorganizacin de las actividades econmicas y sociales a lo largo y
ancho del territorio nacional, y han impulsado un pensamiento crtico que exige respuestas del Estado a los desequilibrios e injusticias que se acumulan y agudizar;. en el pas.
En este libro hemos conjuntado una serie de reflexiones que, desde la academia, tratan
de mostrar los problemas y limitaciones que enfrenta la poltica regional mexicana y, en
general, el pensamiento sobre la "cuestin regional". Al mismo tiempo, se presentan diversas ideas propositivas -desde lo conceptual hasta el pragmatismo gubernamentalelaboradas por expertos de alto nivel que han incursionado en las ciencias de la economa
y la sociedad, a las que vincularon con los estudios territoriales, para conformar ideas
novedosas y tiles con el fin de recuperar este espacio del pensamiento mexicano.
La publicacin de la obra fue resultado de la suma de esfuerzos de las instituciones
participantes. Queremos agradecer de manera especial al doctor Hctor Hirm Hernndez
Bringas, director del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, y al doctor Jos Luis Palacio Prieto, director del Instituto de Geografa, por su decidido apoyo
para la consecucin de las actividades y la culminacin impresa del presente volumen,
asimismo, al maestro Flix Cadena Barqun, presidente de El Colegio de Tlaxcala, por su
inters por sumarse a los esfuerzos de coedicin del presente volumen.
Los coordinadores

Primera parte
EL DESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA
TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

G Son inevitables los desequilibrios

regionales en Mxico?*
ngel Bassols Batalla,

Instituto de Investigaciones
Econmicas de la UNAM

L A G R A D E C I ~ N T Oa los organizadores conlleva una explicacin previa, en el sentido


de que mi intervencin de ninguna manera puede considerarse conferencia magistral, ya que las condiciones que impone el actual conflicto en nuestro centro de trabajo
impide reunir y sistematizar los necesarios materiales que exigira un estudio ms o
menos completo de los temas escogidos. Mi participacin consta de dos partes: la primera en Ciudad Universitaria y la segunda en el Centro Regional de Investigaciones
Multidisciplinarias (mw)de Cuernavaca. Aqulla es una somera recpitulacin de nuestras obras sobre la regionalizacin y desarrollo regional en Mxico, y la ltima versa
sobre los llamados "Centros de Mxico", incluyendo al estado de Morelos.
La presencia en este acto de dos prominentes investigadores extranjeros, interesados
desde hace aos en conocer la realidad nacional, as como de un estimado urbanista y
regionalista de El Colegio de Mxico, es significativa. Para evaluar la importancia del
evento es necesario constatar que ser muy difcil, si no imposible, volvernos a reunir
para tratar temas similares.
La presente oportunidad es preciosa para -al menos- intercambiar puntos de vista
de carcter metodolgico y tambin traer a colacin algunos resultados concretos de
una labor que en mi caso abarca prcticamente medio siglo. Ahora bien, las circunstancias en que se lleva a cabo este encuentro imponen serias restricciones, y por tanto mi

* Conferencia sustentada en el Instituto de Geografa-UNAM,Semana Acadmica de Investigacin Regional, 18 de


octubre de 1999.

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

contribucin resulta inevitablemente limitada y de ninguna manera podra considerarse


una especie de resumen de las mltiples facetas desarrolladas sobre los problemas regionales de Mxico y, muy parcialmente, de otros pases y latitudes.
Tampoco he venido a entablar con alguno de los presentes una momentnea o fugaz
polmica, ni a revivir las que antes pudieron ocurrir, pues para ello se requiere de mucho ms tiempo y de condiciones que hoy no existen. A menudo ocurre que cuando
algunos acadmicos y polticos pretenden confrontar ideas y planteamientos por medio
de un supuesto debate, en vez de exponer la sustancia de sus argumentos, se dedican a
mofarse de sus oponentes. Ms que llegar a conclusiones tiles 4 e c a el industrial
Guajardo Davis- parece que algunos aspiran a "liquidar" a su vecino.'

Lo regional adquiere mayor relevancia


Antes de entrar en materia debe insistirse en que hacia fines del siglo xx convergen
varios fenmenos, lo cual explica el actual auge de la problemtica y las investigaciones regionales. En el mbito mundial, la crisis histrica conduce a intensificar las luchas entre los actores sociales en zonas y regiones del planeta, pues si bien el periodo
llamado "de la guerra fra" ha terminado, aparecen nuevas confrontaciones entre bloques,
naciones, grupos y reas. Numerosos factores contribuyen a acrecentar las disparidades
regionales y, por tanto, a convertir exigencias territoriales en aspectos de especial importancia, pues resultan ser parte ineludible de las crisis generales y sectoriales de carcter
socioecon6mic0, tnico, religioso, poltico, militar, etc., que son producto histrico, pero
hoy ms intenso por las condiciones coyunturales propias de la globalizacin, fase 1". Al
no alcanzarse soluciones apropiadas a los problemas regionales, stos se multiplican y se
convierten en obstculos crecientes para lograr un cksamllo acelerado del todo Y sus
partes. En el caso mexicano, el panorama del ao 2000 muestra crecientes desequilibrios
en el seno de las gfandes, medianas y pequeas unidades regionales.
Ahora bien, a la luz de las crisis actuales 10 ms importante resulta considerar hasta
qu punto nuestros estudios de 50 aos han incidido en la problemtica regional, ayudando a entender su gnesis y a sealar caminos hacia un mejor futuro. Estoy consciente de
que en un periodo relativamente largo, como resulta ser este Itimo medio siglo, se registraron cambios sustanciales en el conjunto del planeta y en todas SUS partes, sean stas
grandes, medianas o pequeas. Por tanto, tambin cambia la esencia de la problemtica
regional e incluso las formas de considerarla, aunque el contenido r n e t o d 0 1 6 ~ isiga
~~
siendo similar. Las transformaciones son producto de las crisis mismas, que conducen a

'

Los textos polmicas de Angel Bassols Batalla pueden verse en: Anuario de Geografla, FFL-UNAM,nm.
pp. 314-317, y nm. x, pp. 321-322; vease tambin "Nuevos enfoques sobre el desarrollo regional", I I E c - u ~ * ~1971,
,
y "Acerca de los beneficiarios del desarrollo regional", IIE~-UNAM, 1976.

16

SONINEVlTABLES LOS DESEQUiLlBRlOS REGIONALES EN ~ X I C O ?

11
l

'1
I
l

1
)

rompimientos abruptos o a situaciones nuevas que no se esperaban. Al participar en


este acto me mueve precisamente el deseo de mostrar la sustancia de esos principios, que se
han sostenido a travs de tantos aos, aunque se acepte la inevitable evolucin de las ideas.
Sin embargo, no es posible olvidar que en pases actualmente "en proceso de desarrollo" se hace necesario vencer numerosos obstculos para poder avanzar en la docencia y la investigacin geogrficas. En particular, la geografa no ha recibido entre nosotros
el necesario empuje, precisamente por su utilidad terica y prctica. Esto no significa
negar los avances que en nuestro pas se han registrado a partir de 1950, pero tampoco
resulta til en esta ocasin ignorar, por ejemplo, la prctica del llamado "robo intelectual", que se advirti desde los aos sesenta, particularmente con mapas y textos escolares sobre la regionalizacin de Mxico y el mundo, que se utilizan (sin mencionar al
autor) en diversos libros de texto. Y tampoco es conveniente silenciar los embates que
nuestra especialidad recibi en el curso de la "reforma educativa" de los aos setentaochenta, cuando la geografa perdi relevancia en los planes de estudio. Aunque ms
tarde recuperamos lo perdido, cundi entonces cierto desaliento entre algunos profesores y estudiantes de la carrera, a lo cual ms tarde se sum la confusin sobre los objetivos de nuestra ciencia y adems el abierto intervencionismo de otros especialistas, que
invadieron campos que nos corresponde atender, por referirse al espacio natural y social
del planeta Tierra. Diversas iniciativas que se llevaron a cabo por parte nuestra no fmctificaron hasta producir efectos sensibles, pero de ello los gegrafos no tuvimos culpa,
y, por ejemplo, hace ms de diez aos la Unin de Gegrafos Progresistas de Mxico
(UGPM)
convoc a un concurso sobre la interaccin naturaleza-sociedad en la expansin
urbana de la capital, y los trabajos estudiantiles premiados indicaban claramente la
necesidad de evitar la proliferacin de nuevos barrios en sitios montaosos y/o boscosos
de la periferia. S610 un periodista se refiri al concurso y como la invasin de predios es
un problema social, sta ha continuado con mayor vigor hasta la fecha. Lo ms sorprendente fue que la propia UGPM desapareci poco despus, debido a acciones cuyo origen
se desconoce.
En forma particular debe mencionarse que nunca pretendimos "imponer" ni nuestra
metodologa ni nuestras conclusiones en materia de desarrollo regional, pero las circunstancias condujeron a que las obras redactadas en el IIEC fueran discutidas en mltiples ocasiones en los medios internacionales, pues en pases como la Nicaragua sandinista,
Cuba, Etiopa, India, Brasil, Argentina, etc., se requeran soluciones sobre las cuales
nosotros habamos escrito.

Nuestras teoras y mtodos regionales


El bien conocido hecho de que haya desaparecido todo un pas, en el cual obtuve m
ttulo profesional, no me lleva a perder el orgullo de haber estudiado en la Facultad de

1
l

Geografa de la Universidad Lomonsov de Mosc, y ello principalmente por dos razones. La primera es la alta calidad de los maestros que nos impartieron ctedra en esta
rama del conocimientoy no solamente por su sabidura enciclopdica, sino porque muchos de ellos haban participado en los hechos revolucionarios que transformaron a la
vieja Rusia y por espacio de tres decenios colaboraron en los planes de desarrollo econmico, que al final de todo explican la victoria de ese pas sobre los invasores nazis. Y
adems, esos eminentes pedagogos formaron especialistas de excelente calidad en estudios sobre Amrica Latina y Mxico. Cabe recordar al menos al recientemente fallecido
doctor J. Mshbits, autor de libros importantes sobre la regionalizacin y los problemas
espaciales de nuestro pas.
Ahora bien, siempre he rechazado la falacia de pensar que quienes estudiamos en
aquellas tierras y durante ese periodo de posguerra hayamos posteriormente formulado
principios que podran considerarse consecuencia inevitable de los mtodos soviticos
aplicados al estudio del Tercer Mundo. En primer lugar debo recordar que desde antes
de mis estudios en aquella universidad, el medio familiar y educativo me llev a entender al mundo desde un punto de vista materialista, y desde mis primeros escritos, previos
a 1945, pueden seguirse ideas de ese tipo. Es obvio que recib la influencia tanto familiar como del medio social que prevaleca en el Mxico de los aos treinta y cuarenta.
Las grandes contiendas de aquellos aos, tanto en el mbito nacional como mundial, lo
mismo que la etapa del gobierno cardenista con su ambiente progresista, moldearon mi
conciencia, y por tanto la verdadera influencia de mis estudios en la Unin Sovitica
consisti en aprender a investigar la realidad natural y social, sin que con ello me sintiera maniatado ideolgicamente. De hecho, puedo agregar que cuando fui miembro de la
Comisin de mtodos de regionalizacin econmica de la Unin Geogrfica Internacional (UGI), reproch en numerosas ocasiones a los propios representantes soviticos el
que no sealaran con claridad cules eran las estructuras del subdesarrollo en el Tercer
Mundo y en el curso de nuestros seminarios no desenmascararan a fondo la sustancia de
las doctrinas idealistas que exponan 10s gegrafos de otros pases. Hubo incluso ocasiones en que debimos aliarnos con maestros europeos que sostenan principios similares, entre ellos recuerdo al gran gegrafo francs Jean Dresch.
A estas alturas contino estimando que 10s postulados ms tiles para entender la
formacin, desarrollo y transformacin del espacio regional son el pensamiento de
la dialctica, del cual destaco algunos puntos bsicos: 1 ) Los procesos crean estmcturas y es necesario comprender la gnesis de los hechos; 2) siempre existe una interrelacin
de fenmenos naturales, socioecon6micos, polticos, etc.; 3 ) en el estudio de dichos
procesos conviene siempre partir de lo cuantitativo para desembocar en lo cualitativo;
4) existen numerosos factores determinantes o que ejercen variable influencia, por lo
cual se deben seleccionar aquellos que se requieran en cada caso; 5) las contradicciones
internas son esencia ineludible, pero se expresan en distintas formas, tanto en el e s ~ a c i o

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pero ste vara, y crea distintas estructuras regionales, y 7) finalmente, tanto en escala
general como regional, uno de los puntos centrales del estudio debe ser la consideracin
de los conflictos internos y tambin los que se producen con otros sistemas.
Por lo que a las unidades regionales se refiere, debo recordar que nunca pretend
definir las regiones naturales de Mxico y el planeta, de tal forma que en ocasiones me
vi obligado slo a resumir conocimientos, en vista de que todava hoy no existen
regionalizaciones completas para todos los aspectos de la realidad natural. Por lo general me bas en regionalizaciones trazadas por especialistas, incluso algunos que no son
gegrafos, pero llevan a cabo distintos estudios a nivel universitario.*Ahora bien, desde
los aos universitarios lo que me interes en mayor medida fue el estudio de las regiones socioeconmicas, que con el tiempo comprend en su esencia histrica, y la posibilidad de utilizarlas para cambiar estructuras de desigualdad e injusticia espacial. El
anterior es el punto central al que he dedicado varios decenios de labor acadmica.
Lo primero que deba hacerse en 1950era conocer los materiales bibliogrficos y los
antecedentes que en Mxico y el extranjero existan hasta entonces. Aunque numerosas
narraciones, crnicas de viaje y relaciones de la poca colonial aportan conocimientos
regionales de diverso tipo, no se lleg a una verdadera sistematizacin hasta que el gran
naturalista alemn Alexander von Humboldt redact su famoso Ensayo poltico sobre
el reino de la Nueva Espaa (18 1 1- 183l).3Despus vendran las aportaciones de autores como Manuel Orozco y Berra y Antonio Garca Cubas, quienes no pudieron avanzar
en el conocimiento detallado de las regiones debido al atraso econmico y al caos social
del siglo xix. En los largos aos de la dictadura porfirista se registraron adelantos en la
aplicacin de la geodesia para el trazo de ferrocarriles y la explotacin minera, as como
por la labor de las comisiones geogrficas exploradoras, pero falt apoyo para una geografa de utilidad prctica. Esto ltimo resulta paradjico, porque a esas alturas en pases europeos se publicaban importantes obras que contenan alusiones importantes a la
realidad de Amrica Latina (entre ellas las de E. Reclus y M. Sorre). Y por otro lado, el
famoso grupo de los "cientficos" no comprendi la necesidad de aprovechar los conocimientos geogrficos para mejorar la economa nacional y regional.
Es interesante sealar que la Revolucin mexicana cre instrumentos necesarios
para conocer y explotar mejor los recursos naturales, llevar a cabo transformaciones
socioeconmicas como la reforma agraria y la renovacin educativa, la colonizacin de
nuevas tierras y el trazo de fronteras internas y externas. Se trataba de integrar con
mayor celeridad un pas cuyas regiones, en muchos casos, haban quedado aisladas, en
el mayor atraso y abandono social. El espritu renovador de la Revolucin se esforz
por superar esa situacin, sin lograrlo totalmente, pues numerosas zonas montaosas,
Vase Geografla socioecon6mica de Mxico, Mxico, Trillas, 2000, y Recursos naturales de Mxico, Mxico,
Editorial Nuestro Tiempo, 23a. edicin, 1997.
La Bibliografla geogrfica de Mxico fue editada en 1955 por la Direcci6n de Geografia y Meteorologa, s ~ o .

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

selvticas y/o desrticas tardaron mucho tiempo en incorporarse al cuerpo central de la


Repblica. Pero el objetivo se haba sealado y en el gobierno del presidente Crdenas
se alcanzaron importantes frutos.
Los cambios de tipo social fueron el motor principal, pues de ellos derivaron avances metodolgicos que condujeron a la formacin de un grupo especializado, el cual
llev a cabo la primera regionalizacin socioeconmica completa de la poca moderna
en la Direccin General de Estadstica, con la supervisin del ingeniero Emilio Alans
Lo bsico a estas alturas no es enumerar zonas y regiones que entonces se delimitaron,
tomando en cuenta que el pas era todava de corte rurd y las actividades agrcola-ganderas
seguan siendo predominantes. Por tanto, la divisin de Alans Patio no tiene operatividad
actual, pero seal los caminos para una futura planificacin del territorio nacional. Las
herencias histricas y las circunstancias coyunturales hasta la segunda guerra mundial,
impidieron que se pudiese utilizar cabalmente ese estudio, iniciado en 1936 y publicado
finalmente en 1947. Aun bajo condiciones muy desfavorables, el rgimen cardenista
tuvo un sentido regional muy marcado y revitaliz numerosas zonas por medio de esquemas colonizadores y mtodos cooperativos.

Los factores que nos lanzaron a la accin


En aquella dcada de los aos cincuenta y hasta entrada la siguiente, continu en forma
vigorosa el "auge" econmico que trajo consigo la gran contienda mundial y sus repercusiones en Mxico. Los sntomas de que el famoso "milagro mexicano" comenzaba a
declinar aparecieron a mediados de los aos sesenta y por tanto en el periodo 1940-1965
-cuando ya eran notables las desigualdades regionales- haba posibilidades redes para
impulsar a las zonas de menor avance socicmxhnico. Todava la capacidad del Estado
mexicano era muy elevada e intervena en todos 10s aspectos de la realidad nacional, as
que bien pudo seguirse el ejemplo de otras naciones en proceso de desarrollo, que entonces llevaban a la prctica importantes planes regionales. Aos despus se destac el
caso de la India, enorme pas que si no hubiese aplicado esos esquemas del ro Darnodar
y similares seguramente habra perdido las guerras que hubo de entablar con SU vecino
Desde luego, desempe un papel importante en aquellos momentos el espritu progresista que exista en la Escuela Nacional de Economa, donde se impartan seminarios
y talleres de carhcter regional. Por ello, varios profesores de geografa econ6mica planteamos que se impartieran cursillos de ese tipo. Adems, el "experimento" de 10s
pos piloto result exitoso y en ellos se exiga a los estudiantes (en mi caso con ayuda
muy meritoria del licenciado Tonatiuh Gutirrez) que prepararan materiales sobre las
regiones del pas.
20

Se conjuntaron factores externos e internos para impulsar los estudios espaciales, y


para 1960 entr a formar parte de la Comisin sobre mtodos de regionalizacin econmica de la UGI,justo en el momento en que nos lanzbamos a conocer detalladamente
nuestras regiones. Si bien dicha Comisin no trat a fondo los casos de muchos pases
subdesarrollados, pudimos avanzar en la comprensin de la metodologa ms conveniente para los distintos tipos de regin. En lo personal, la asistencia a congresos de la
Comisin me impuls a redactar varios libros, entre ellos el que result ms importante:
La divisin econmica regional de Mxico, IIEC-LJNAM,
1967, y posteriormente Mxico.
1993), que originalmente
Formacin de regiones econmicas (3a. edicin, IIEC-UNAM,
apareci como tesis de doctorado en la Universidad de Alta Bretaa, Rennes, Francia,
bajo la direccin del eminente regionalista Michel Phlipponneau.
Debo mencionar un hecho importante de aquel momento, pues sin la ayuda que
siempre tuve por parte de las autoridades del Instituto no podra haberse terminado
satisfactoriamente la labor de estudio directo sobre el terreno y en el gabinete. Los
primeros mapas de regionalizacin socioeconmica y para fines de planeacin territorial aparecieron entre 1961 y 1964. Estos aos formaron parte de lo que puede llamarse
"el periodo clave" de la posible planificacin del pas, momento histrico que si se
hubiese aprovechado correctamente poda haber llevado a una etapa de rpida madurez
en los estudios sobre el espacio nacional y conducido a un desarrollo regional ms
equilibrado.
Lo anterior resulta ahora evidente, cuando recordamos la fundacin de la Sociedad
Mexicana de Planificacin y los primeros congresos regionales que tuvieron lugar tambin entre 1961 y 1965. En mi caso, lo ms digno de destacarse fue la invitacin que en
este ltimo ao se me curs para encabezar un grupo interdisciplinario y llevar a cabo el
estudio integral del estado de Sonora, mismo que servira de modelo para una investigacin completa de las entidades federativas, y en el libro Zonalizacin para fines de
planificacin econmica y social (Secretara de la Presidencia, 1966) se insiste en la
conveniencia de continuar las labores hasta el final. No se conocen las razones que
llevaron a suspender lo que haba comenzado con xito, aunque influy seguramente el
hecho de que para entonces operaban varias de las comisiones hidrolgicas para atender
necesidades de las cuencas (entre ellas la ms importante fue la del Papaloapan) y se
arga que ste era un primer paso. Adems hubo consideraciones polticas, porque
cualquier tipo de planificacin regional conlleva la disminucin del poder poltico de
los caciques y gobernadores, de tal manera que resultaba "mejor" no impulsarla.

Una nueva onda larga


Los acontecimientosde 1968 evidenciaron que el panorama empezaba a cambiar, tanto
en el mbito mundial como en nuestro pas, pero la existencia de esas ondas del ciclo

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econmico por 10 general no se pueden "descubrir" y slo a posteriori se reconoce su


existencia. En este caso debe hablarse de la oportunidad perdida en el curso del siglo xx
para contrarrestar los profundos desequilibrios que el sistema socioeconmico impone.
Tambin reconocerse que todava en el decenio de los setenta se trat de enmendar las
fallas y se disearon algunos planes de inters regional en el sur de Jalisco, la zona
llamada Huicot, etc. Numerosas voces se alzaron entonces advirtiendo sobre la creciente desigualdad interna en Mxico. Por ejemplo, el director de la Comisin Nacional de
los Salarios Mnimos (CNSM),
Gilberto Loyo, seal en mayo de 1970 que "la brecha
que en nuestro pas separa a las regiones ricas de las atrasadas se ha incrementado en
43%durante los ltimos 49 aos". Peda "una planificacin democrtica" para corregir
la situacin, pero dependa de "la voluntad de los gobernantes para llevarla a cabo y de la
decisin poltica de romper con viejas prcticas y procedimientos perjudiciales". Poco
tiempo despus incluso las comisiones hidrolgicas fueron liquidadas y el esfuerzo en
este sentido languideci rpidamente.
A pesar de que la crisis econmica se fue expresando cada vez con mayor rigor a
partir de 1968, el crecimiento demogrfico y el propio desequilibrio regional condujeron a intensificar el ritmo de las investigaciones territoriales, tanto realizadas por autores nacionales como por extranjeros. En la dcada de los sesenta comenzaron a llegar un
mayor nmero de estos ltimos (continuadores de analistas importantes como Frank
Tannenbaum), cuya labor trajo algunas consecuencias positivas al introducir enfoques
y mtodos nuevos, aunque en otros casos se advirti slo su nimo por acrecentar el
"puntaje" acadmico, al estudiar las realidades de un pas extico en proceso de desarrollo y ya inmerso en fuertes crisis socioeconmicas y polticas, producto de la
globalizacin. De esta manera result natural que ciertos libros de esos acadmicos
extranjeros desembocaran en crticas (muchas veces hechas sin base alguna) a las labores regionalistas de la Comisin del Balsas, entonces dirigida por el ex presidente Ckdenas. Se lleg a decir que esas acciones no haban trado como consecuencia una
radical y completa redistribucin de la riqueza en la zona, por lo cual deban considerarse
un "fracaso". Todava a estas alturas no se sabe por qu esos autores olvidaron las obras
transformadoras del Bajo Balsas, entre ellas la construccin de grandes presas y la Side. ~documento de mayor inters que refleja los evidentes "xitos"
rrgica Las T r ~ c h a sEl
de la Comisin es la tesis profesional de Octavio Garca Rocha, pero se publicaron
niunerosos artculos de este tipo, por ejemplo de Sergio Btiz, Jos C. GutiBrrez Galindo,
Ren Arteaga, Csar Buenrostro, etctera.

Debe sealarse que el autor de estas Ifneas nunca trabaj directamente con el general Crdenas, aunque convers
con 61 en numerosas ocasiones sobre los problemas del desarrollo regional y 10s logros en la Cuenca del Balsas.
Recibi su apoyo logstica para llevar a cabo un viaje de inspeccin por la cuenca, del cual result un estudio regional
del Balsas a mediados de los aos sesenta. Vase la nota 1, en la cual se sealan los textos de las pol6micas sostenidas

A partir de 1982 se hicieron evidentes los efectos de la crisis econmica, que afect
en mayor medida a los pases en proceso de desarrollo y a Mxico en particular. A pesar
de ello y por las necesidades que impona la propia crisis al incrementar el nmero de
personas en situacin de pobreza y/o pobreza extrema en el pas, los sucesivos gobiernos nacionales trataron de aplicar ciertos planes de inters regional, entre los cuales
destaca el llamado Solidaridad, al cual se le dio fuerte impulso hasta 1994. Cabe mencionar que no faltaron en ese periodo voces autorizadas que sealaban que los programas
de Solidaridad tenan ms bien inters poltico, y otros analistas insistimos adicionalmente
en que esos esfuerzos no podan traer cambios estructurales en las r e g i ~ n e s . ~
A estas alturas lo ms importante que resulta recordar es que nuestras investigaciones
regionales y urbanas no tenan por objeto solamente conocer las regiones, sino transformarlas, atacar el creciente desequilibrio y vencer los obstculos que propiciaron los
estallidos de 1994. En numerosos escritos y entrevistas sealamos lo anterior, citamos en
septiembre de 1999 las cifras publicadas en The Financia1 Times, con base en un estudio del Instituto Tecnolgico Autnomo de Mxico (ITAM) del mismo ao, donde se inform que "el promedio de empleo en Nuevo Len es tres veces ms alto que en Chiapas. El
consumo per cpita en Baja California [resulta ser] cinco veces mayor que en Oaxaca, y la
esperanza de vida, veinte aos superior en el norte de Mxico que en el

Se agudiza an ms el proceso del desequilibrio regional

,
I

A pesar de que la crisis econmica afect en gran medida los proyectos de investigacin
que sostuvimos en la entonces llamada " h e a de desarrollo urbano y regional" del IEC,
pudieron publicarse numerosos libros y artculos sobre las regiones de Mxico y tambin de algunos pases extranjeros. Los temas tratados incluyeron los referentes a la
colonizacin de nuevos territorios; estudios de pequeas y medianas regiones, como
la costa de Chiapas y las huastecas; de entidades completas (caso de Quintana Roo) y
grandes regiones como el noroeste, el norte y el noreste. Cabe destacar los libros Zona
metropolitana de la ciudad de Mxico (1993) y los dos tomos que versan sobre las
franjas fronterizas Mxico-Estados Unidos, aparecidos entre 1998 y 1999. Las labores
del Area de desarrollo urbano y regional del IIEC fueron en muchas ocasiones colectivas
y en ellas participaron en total cerca de cincuenta acadmicos. Por otro lado, colaboramos con numerosos economistas y gegrafos extranjeros que realizaron estancias en el

Estas ideas se expresaron en la reunin celebrada en Tapachula, Chiapas, a fines de 1992, cuando presida el
evento el licenciado Luis Donaldo Colosio, m4s tarde candidato a la Presidencia de la Repblica, asesinado en Tijuana
en m a n o de 1994.
Vase mi intervencin en el seminario "La sociedad mexicana frente al tercer milenio", publicado en el libro de
1999, pp. 379-394.
mismo nombre, tomo 1, Coordinacin de Humanidades-UNAM,

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

seno del propio Instituto. En ocasiones se me ha tildado de "ultranacionalista", pero todo


ello se desvanece cuando se conocen mis estudios realizados en diversas universidades
del exterior y la relacin que siempre sostuve con organismos de pases desarrollados y/
o del Tercer Mundo.
En los ltimos 20 aos cobr fuerza el proceso de globalizacin y en 1994 entr en
De hecho,
vigor el Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte (TLCAN-NAFTA).
como consecuencia de esos factores, nuestro mapa de 1997 registra el surgimiento de
una nueva gran regin (o sea por estados co.mpletos), en este caso el Centro-Norte que
integran Zacatecas y San Luis Potos. Tambin se producen cambios en los lmites de
numerosas regiones medias, sobre base municipal. Era natural, entonces, que se hiciera
ms patente la necesidad de analizar esos cambios que se prevean por efecto del TLCAN,~
y tambin conocer y publicai textos sobre la realidad de nuestras fronteras, al igual que
regiones de pases seleccionadospara este tipo de investigaciones, europeos, africanos y
asiticos como Polonia, India, Etiopa, Gabn, Sudfrica, China y Vietnam, o bien de
M c a (Brasil, Argentina, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Canad, etctera).

;Debemos permanecer con los brazos cruzados?


Aunque la urgencia de implantar en Mxico algn tipo de planificacin regional parte
de realidades distintas a las que hubo en los aos sesenta, resulta mayor ahora que
entonces debido al crecimiento demogrfico, la ms intensa concentracin urbana, la
intensificacin de los desequilibrios territoriales y sus consecuencias en la distribucin
de la riqueza y en el espacio social. Es cierto que el poder de decisin que tuvo el Estado
mexicano se ha debilitado en gran medida, y la propia globalizacin y las polticas
neoliberales lo reducen an ms, pero ello no puede conducir a los poderes pblicos a
abdicar de su obligacin -tal como 10 seala el artculo 26 de la Constitucin vigente- a intervenir en los procesos econmicos y sociales del pas. Si las repercusiones
regionales de la trasnacionalizacinde la economa mundial ya han propiciado una mayor
desigualdad entre las zonas septentrionales, centrales y meridionales de la Repblica, as
como en su interior, resulta lgico prever que de no aplicarse con rapidez los remedios
necesarios, la "bola de nieve" de la disparidad entre regiones continuar su marcha.
Los distintos ritmos de crecimiento regional traen aparejada la apdcin e intensificacin de procesos negativos para el futuro del pas, entre ellos algunos de carcter
violento, incluyendo la actividad de narcotraficantes, de bandas que comercian con

Ehque Hemndez Laos ha tratado ampliamente el terna a partir de 1995, primero en Perspectivm del desarrollo regional en MJxico frente a la globalizaci6n (1995) y ms tarde en Crecimiento econdmico, distribucibn del
ingreso y pobreza en Mxico (2000).Tambin 10 sealan Javier Delgadillo Macias y Felipe Torres Torres en Lfmites
estructurales al desarrollo regional en M4xico" (2000).

24

SONINEVITABLES LOS DESEQULIBRIOS REGIONALES EN MXICO?

trabajadores indocumentados en las fronteras y el interior de la Repblica, etc., incluso


cartografiadas por nosotros en Franjasfronterizas Mxico-Estados Unidos desde hace
aos. Por qu no se actu desde las dcadas sesenta-setentapara subsanar las deficiencias del desarrollo urbano fronterizo ni para evitar la depredacin de nuestros recursos
naturales y la contaminacin del medio ambiente, pero sobre todo para mejorar en lo
sustancial las condiciones de vida de millones de personas que han ido a poblar zonas
antes deshabitadas donde para algunos existe el trabajo maquilador y para otros el triste
destino de la tragedia al intentar desplazarse "al otro lado"? Resulta fcil ignorar lo que
los investigadores universitarios escriben, pero lo que no se podr borrar son nuestras
denuncias, hechas a tiempo y nunca atendidas.
Precisamente en esta etapa de la globalizacin, los pueblos del mundo y las regiones
de todos los matices exigen mejores condiciones de vida y oportunidades reales de desarrollo, basadas en la justicia y la igualdad. En consecuencia, crece la urgencia de promover nuevos mecanismos que conduzcan al avance de todas las regiones, especialmente
las ms rezagadas, al tiempo que se reestructura en el espacio la economa nacional.
Dentro de ese panorama, la planificacin de regiones pobladas por los grupos indios
deber tener primaca, para poder enmendar -as sea parcialmente- las graves consecuencias de ndole histrica, y los contraproducentes efectos de polticas aplicadas en
los ltimos decenios. 10 habremos de esperar otros 500 aos?

Bibliografa
Bassols Batalla, ngel, Bibliografa geogrfica de Mxico, Direccin de Geografa y
Meteorologa, Mxico, SAG,1955.
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IIEC-UNAM, 1971.
, "Acerca de los beneficiarios del desarrollo regional", en Problemas del Desa1976.
rrollo, IIEC-UNAM,
,Recursos naturales de Mxico, Mxico, Nuestro Tiempo, 23a. edicin, 1977.
Delgadillo Macas, Javier y Felipe Torres Torres, "Lmites estructurales al desarrollo
regional en Mxico", ponencia presentada al Seminario de Economa Mexicana,
IIEC-UNAM, 2000.
Hemndez Laos, Enrique, "Perspectivas del desarrollo regional en Mxico frente a la
globalizacin", ponencia presentada al VIII Seminario de Economa Urbana, IIECUNAM,
3-5 de abril, 1995.
, "Crecimiento econmico, distribucin del ingreso y pobreza en Mxico", en
Comercio Exterior, vol. 50, nm. 10, octubre de 2000.
Muoz, Humberto (coord.), La sociedad mexicana frente a l tercer milenio, tomo 1,
Mxico, Coordinacin de Humanidades-UNAM,
1999.

Vigencia y actualidad del


desarrollo regional en Mxico1
Javier Delgadillo Macas,
Centro Regional de Investigaciones
Multidisciplinarias de la UNAM
Felipe Torres Torres y Jos Gasca Zarnora,
Instituto de Investigaciones
Econmicas de la UNAM

N EL PRESENTE trabajo se discuten los argumentos centrales sobre la permanencia y


actualidad que tienen los procesos de desarrollo econmico y social en Mbxico,
vistos a la luz de los cambios que se producen en el mbito internacional y, particularmente, considerando los efectos territoriales que estos procesos externos y los propios
del modelo econmico vigente producen en el interior de los estados y municipios del
pas. Para su construccin analtica se toman como punto de partida las teoras de anlisis espacial provenientes de las ciencias econmica, geogrfica, histrica y de la sociologia, as como el enfoque de la planificacin del territorio que dan sustento al concepto
vigente de desarrollo regional. Entre otros argumentos, se discuten las polticas de desarrollo endgenas que permitan compensar los efectos negativos de la globalizacin.

1 Una versin del presente trabajo se public en la coleccin Breviarios de Economa, Instituto de Investigaciones
Econmicas, UNAM,MCxico, 2 0 1 .

27

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRiTORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL


El texto se divide en seis apartados que dan cuenta de los siguientes ejes de anlisis:
En el primero se presentan los fundamentos conceptuales sobre desarrollo regional y
10s argumentos histrico-polticos del modelo de desarrollo nacional cuyo nfasis en la
promocin del desarrollo por sectores, en lugar del impulso de las regiones, hacen para
el pas un saldo negativo producto de los desequilibrios regionales acumulados a lo
largo del tiempo. Los datos empricos y la informacin documental que soportan el
desarrollo de los tres primeros apartados, expresan como conclusin la persistencia de
las desigualdades territoriales a lo largo y ancho del pas.
~1 segundo eje de anlisis se circunscribe a las dimensiones econmico-espaciales
de la globalizacin. En los apartados 4 y 5 se sealan procesos inditos que la misma
genera en los mbitos subnacionalesy ms adelante se resalta el peso que tienen hoy las
economas de urbanizacin como hospedajes naturales del modelo global y sus consecuencias de desatencin por parte de los gobiernos regionales a los denominados espacios males, las culturas y las tradiciones idiosincrticas del Mxico regional. Asimismo
se discute sobre el devenir de la organizacin del territorio considerando el peso que
tienen hoy las regiones globales sobre las regiones locales.
Finalmente, el apartado 6 sirve como conexin analtica entre los dos ejes anteriormente referidos, resaltando en SU contenido el nuevo perfil que deben tener las polticas
pblicas y sus actores respecto de 10s retos Y desafos que producen una nueva visin
del desarrollo regional, incluyente de 10s procesos globales y promotor de polticas
emergentes que resalten sobremanera 10s propios valores locales y regionales corno
producto de procesos histricos diferenciados y, en n~uchoscasos, an inconclusos en
sus expectativas sociales, culturales, econmicas y polticas. En este marco se propone
una nueva funcin actualizada del concepto de planeacin del desarrollo regional, en
consonancia con los procesos de democratizacin que hoy se viven en las regiones
mexicanas, y las posibilidades que la globalizacin ofrece siempre y cuando se invierta
el sesgo discriminante que la caracteriza por otro de inclusin social y complementacin
del desarrollo endgeno prioritario.

El desarrollo de las regiones mexicanas constituye ahora la discusin en la que se entablan los proyectos que habrn de definir tanto el presente como del futuro. Esta discusin tiene que ver con la forma que asuman en las polticas de desarrollo al menos diez
componentes centrales:
a) La visin sectorizada de desarrollo regional debe considerarse agotada porque
gener centralizacin, una distorsin territorial de los procesos econmicos, un
gran rezago regional y un grave desequilibrio social que impide hoy la aplicacin
28

de polticas de desarrollo ms armnicas y de acuerdo con la potencialidad de las


distintas escalas espaciales;
b) los procesos econmicos de carcter global amenazan con romper todo vnculo
de identidad territorial, ya que las regiones rezagadas ofrecen mayor vulnerabilidad frente a decisiones externas y la debilidad de su infraestructura y mercados
les impide ser receptoras confiables de inversin;
C) en lo poltico se genera una mayor presin por el respeto a las autonomas regionales y surgen nuevas demandas desde los niveles locales que reclaman un uso
autogestionario de su propio espacio;
d) los desequilibrios del desarrollo presentan una marcada expresin territorial entre regiones ganadoras y perdedoras debido a ventajas acumuladas a lo largo del
tiempo;
e) las estrategias sectoriales convencionales como dinamizadoras del desarrollo regional son insuficientes para generar empleo y retener poblacin, conformando
grandes "desiertos territoriales" sln inversin ni poblacin;
f) la poltica de desarrollo regional ya no puede ser concebida como un factor aislado que corresponda slo a decisiones arbitrarias de gobierno (federal, estatal o
regional);
g) por tanto, el desarrollo regional reclama una nueva funcin planificada del territorio, incluyente de los actores regionales sin excepcin, moderna en cuanto a
formas de gobierno y de administracin pblica, promotora del desarrollo tecnolgico, participativa de la inversin local y externa, adems de competitiva en los
escenarios de la globalizacin;
h) las ciudades tienen un papel cada vez ms protagnico en los enlaces espaciales
debido a que ah se canalizan los mayores montos de inversin que obedecen a
una mayor dinmica de los mercados, asimismo porque en ellas se concentra el
ingreso y el consumo, y presentan una mayor vocacin natural para absorber los
nuevos desarrollos tecnolgicos;
i) existe una recomposicin indiscutible de ramas y sectores productivos presionados por decisiones exgenas en los que, por ejemplo, las regiones agrcolas tienden a desaparecer debido a polticas sectoriales discriminatorias y a problemas
de competitividad, y
j) el desarrollo tecnolgico reorganiza la produccin y redefine espacios de alta
tecnologa que son abiertos en conexiones con el exterior, pero con nula capacidad de integracin regional en su sentido tradicional.
En ese contexto se debaten al menos dos posiciones que animan el devenir del desarrollo regional en Mxico. Una de ellas parte del criteri~terico de la inexistencia de las
regiones, o de las delimitaciones regionales, las cuales tenderan a ser eliminadas en la
medida en que avancen los procesos de globalizacin, por lo que la organizacin del

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

espacio incidsa en otro tipo de configuracionesms adaptadas a la dinmica del mercado; a] mismo tiempo, quienes sostienen esta primera postura hacen abstraccin del
espacio regional en su dimensin tradicional y contraponen como argumento la importancia de las redes virtuales, los tecnopolos, 10s distritos industriales y la integracin
bilateral de ciudades mundiales que poca relacin tendran con su entorno territorial
inmediato. Segn este supuesto, el concepto clsico de hinterland tendera a cambiar
por otro que trastoca las categoras formales de la teora espacial, sealando al espacio
como reas de influencia virtuales, o de bits como indicadores de desarrollo, intercambio y competitividad entre ciudades y empresas.
La otra posicin plantea un escenario contrario. La regin existe objetivamente y se
encuentra expuesta a las transformaciones mundiales sin que ello afecte su condicin de
espacio integrado, independientemente de su nivel de desarrollo o grado de vulnerabilidad. En esta apreciacin, seran justamente 10sprocesos de globalizacin los que vendran
a reforzar las identidades y el sentido de pertenencia regional, por lo cual, conforme a
estas posiciones, el objetivo de una estrategia integral de ordenamiento planificado del
temtofio debe considerar mecanismos y procesos de desarrollo que aprovechen la competencia mundial desde la regin y eviten rezagas y desequilibrios temtoriales generadores
de tensin social que pudieran incidir en la fragmentacin del pas. Por tanto, en ese
concepto, la regin no es una invitada ms de la globalizacin, todo lo contrano: las
regiones existen como resultado de procesos l~istricosy ocioe econmicos endgenos,
pero mantienen una influencia latente de 10s factores exgenos de distinto tipo que provocan su transformacin constante y actan Como vfnculo Con el exterior. Son delimitaciones temtoriales integradas a partir de diversos rasgos de identidad que incluyen y se
sobredeterminan por el componente social, en sob secuencia enfrentan cambios y t r a s formaciones y reproducen la estabilidad o el desequilibrio con que se orienta la poltica
econmica, principalmente a aquella que toca la canalizacin de los flujos de inversin.
Antes de tomar partido sobre una u Otra de las posiciones enunciadas, y dilucidar
qu tanto los procesos globales tenderan a afectar la integracin regional en Mxico,
resulta indispensable reconocer el tipo de desarrollo regional que ha seguido el pas,
principalmente en momentos de final de siglo e inicios de uno nuevo, en que a partir de
las diferentes propuestas de gobierno se pretende recuperar a la regin como una variable fundamental de reactivacin econmica, como un factor de equilibrio que enfrente
las imperfecciones del mercado interno e internacional y como objetivo de justicia social.

Poltica econmica y desarrollo regional


Los desequilibrios regionales en inversin, junto con la expresin territorial de esos
desequilibrios en rezago social, constituyen el mejor ejemplo de la existencia obietiva

I
1

I
i

ii

la presencia del Estado a travs de polticas de desarrollo regional acordes con la


dinmica del mundo global. En el pasado reciente, ms que polticas de desarrollo
regional se disearon programas que no incorporaban variables fundamentales para
el fortalecimiento econmico regional, como la competitividad, el desarrollo tecnolgico, la flexibilizacin o la globalidad. Ms an, el componente territorial se utiliz
slo con un sentido de localizacin geogrfica y no como un soporte esencial de los
procesos econmicos o sociales. En el mejor de los casos, la regin adquiri una
funcin extractiva, con privilegios especiales para grupos de poder econmico nacional y local, lo cual gener exclusiones entre agentes y sectores que hoy se expresan en
abandono, tensin y descontento social, pero que sobre todo han llevado a una mayor
fragilidad de la regin ante una potencial desaparicin de las fronteras nacionales en
el terreno de lo econmico.
Como se ha sealado en distintas propuestas de cmo romper con las asimetras
territoriales, un proceso de desarrollo regional implica necesariamente un proceso de
concertacin en el cual comparten responsabilidades tanto el Estado como los actores
regionales mediante formas concretas de articulacin entre ambos, a partir de lo cual se
derivan las recomendaciones sobre las polticas especficas que sern ms apropiadas
para promover el desarrollo econmico y social del territorio en cuestin.
Concebido as, el desarrollo regional se presenta hoy para el pas como un instrumento poderoso posible de promover una mayor participacin social dentro de las regiones, al mismo tiempo que constituye un planteamiento de ordenamiento territorial
orientado a contrarrestar los efectos perversos de la globalizacinen un sentido endgeno,
a la vez de potenciar las ventajas que estas extemalidades generan en el mbito de las
relaciones internacionales y del creciente intercambio comercial. Sin una concepcin
territorializada de los problemas del desarrollo y un cambio de orientacin en la estructura econmica que determina tanto los desequilibrios como el atraso regional, difcilmente se puede estar de acuerdo en promover la organizacin del espacio como un
modelo que permita, ante todo, la liberalizacin de los flujos de inversin.
En Mkxico, el desarrollo regional presenta una dbil articulacin con la poltica
econmica a lo largo del tiempo, que se expresa en una pobre infraestructura, producto
del criterio centralizador de los procesos econmicos; esto ha impedido tambin la consolidacin de mercados regionales como soporte del crecimiento y un desperdicio recurrente del potencial regional. La mayor parte de los anlisis coinciden en que el desarrollo
regional en Mxico es de carcter distorsionado y hasta ahora se carece de una poltica
con enfoque territorial integral (Garza, 1989; Palacios, 1989; Garza et al., 1991;Bassols,
1992; Delgadillo, 1993; Aguilar et al., 1996). Predominan acciones aisladas y su extensin temporal se caracteriza por una falta de continuidad, lo cual limita la posibilidad de
revertir los rezagos. En este contexto, las estrategias exgenas de inversin difcilmente
tienen efectos regionales positivos y reproducen la inercia del esquema centralizado y
sectorizado de las polticas internas.

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA

TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

Las polticas de desarrollo regional en Mxico han sido improvisadas y no estn integradas como prioridad dentro de la poltica econmica; adems, la estructura focalizada y
atemporal de la inversin sectorial impide la consolidacin de procesos regionales ms
amplios, la creacin de soportes para un desarrollo endgeno ms competitivo y la
posibilidad de conexiones interregionales que lleven a redistribuir espacial y socialmente los beneficios. Esta estructura es cuestionada ya por la apertura econmica que
exige nuevos espacios de valorizacin, pero sin invertir en desarrollo, por lo cual se
orienta hacia los nichos regionales previamente consolidados.
La decisin de tomar a la inversin como activadora del crecimiento econmico ha
propiciado el surgimiento de puntos dinmicos focalizados que en el pasado se correspondieron con la explotacin de un recurso productivo, con una posicin privilegiada
en trminos de los flujos internos del comercio, con la orientacin temtorial de los
beneficios de las polticas pblicas en el rengln de infraestructura, servicios o desarrollo turstico, o bien sigui la inercia en cuanto a la generacin de actividades para satisfacer la demanda de concentraciones histricas de poblacin en el pas.
Esa misma orientacin de las polticas econmicas de la posrevoluci6n continu
despus de la dcada de los ochenta y se mantiene a la fecha con la implantacin del
modelo de libre mercado, generando mayores desequilibrios que se agudizan a medida
que avanzan los procesos de globalizacin y no se resuelve con certeza la crisis econmica interna, particularmente en lo que se refiere a lograr mejores niveles de consumo
Sin cuestionar si las estrategias de desarrollo pasadas y actuales han sido exitosas o
no desde la perspectiva del crecimiento macroeconmico, lo cierto es que han generado
asimetras territoriales evidentes y eso mismo pone en duda el futuro de un desarrollo
ms equilibrado en trminos sociales y regionales. De no revertirse esta tendencia tendremos en perspectiva un desarrollo nacional ms desestructurador del espacio regional, definido por criterios de inversin extema y ms alejado de una poltica econmica
de largo plazo que permita un desarrollo interno menos desequilibrado entre SUS estados
y municipios. Una poltica de planificacin en cualquier nivel y definicin de tiempos
(mo, seis o 25 aos) debe partir de esta consideracin.
En las polticas de desarrollo regional recientes poca atencin se presta a 10s
desequilibrios econmicos. Se orientan a disminuir las diferencias de participacin en
la toma de decisiones de la poltica pblica entre el gobierno federal y el de las entidades federativas y municipios, mediante el federalismo y la descentralizacin fiscal, as
como a reducir la desigualdad en las oportunidades de empleo, ingreso y acceso a la
infraestructura de bienestar para la poblacin a travs de la infraestructura social (Asua&

Al no resolverse los problemas de estructura que originan su distorsin, es evidente


que el desarrollo regional en el Mxico de hoy corresponde a decisiones exgenas que
ignoran escalas nacionales o locales. LOSdesequilibrios tambin se definen desde el
32

l
1I

exterior y no interesa su grado de significancia en los conflictos internos, o en la paulatina desintegracin del espacio nacional, sea por la segregacin del desarrollo, o por sus
efectos desestructuradores al concebirse como espacios de elite. Sin embargo, no podemos abstraemos de que en los enfoques de planeacin regional el territorio se concibe
como un todo armnico y lo que en una fase son atrasos posteriormente pueden convertirse en tensiones y despus en conflictos que pueden poner en peligro la estabilidad del
fragmento espacial, independientemente de su desarrollo tecnolgico o de sus conexiones externas.
De cualquier modo, una expresin clara de estos desequilibrios es la marginacin social que deja de constituir ya un hecho ficticio o confuso y adquiere una expresin territorial muy clara que se puede apreciar a partir de cualquier indicador seleccionado (niveles
de pobreza, grados de inversin, calidad de vida, capacidad y calidad de los servicios,
niveles de violencia, parmetros nutricionales, degradacin ambiental, etctera).
Esa misma condicin impide tener certeza, no de la existencia objetiva de las regiones, sino de su configuracin futura para el desarrollo como espacios sociales construidos histricamente, porque adems de no existir las condiciones institucionales que les
ayuden a lograr los parmetros de competitividad internacional, esta misma condicin
les impide sobrevivir de acuerdo con los factores de autosubsistencia tradicionalmente
establecidos. La crisis del sector agropecuario,la degradacin ambiental, el rompimiento
de las cadenas productivas ante la competencia internacional, la eliminacin de los
mercados regionales tpicos y los cambios de la composicin demogrfica en su vertiente temtorial, son apenas parte de esa incertidumbre.
Por tanto, el desarrollo regional en Mxico se enfrenta a un problema de concepcin y
diseo instrumental para enfrentar los nuevos retos del desarrollo nacional en el escenario
mundial. Se reconoce dentro de la poltica econmica la existencia del atraso regional y la
necesidad de aprovechar las ventajas potenciales con que cuentan las regiones, pero los
programas se guan no por el imperativo econmico sino por el de la ~ivindicacinpolftico-social de grupos y reas geogrficas del pas, sobre todo las que destacan por su
condicin de pobreza extrema. El ejercicio de la planeacin regional debe trasladarse
ahora de la "competencia poltica" que establecen los gobiernos estatales para conseguir
recursos, a los instrumentos cientficos para equilibrar las desigualdades.
Otro factor de impulso ms reciente ha sido la descentralizacin de las acciones
hacia las entidades federativas, lo cual constituye un avance en s, pero todava se carece de un plan articulador que incluya las ventajas regionales reales como factor de
equilibrio entre recursos, poblacin y territorio. Esto implica un conocimiento certero
del territorio en todos sus componentes que lleven a construir tipologas regionales para
vincularlas con el desarrollo dentro de su especificidad.
De cualquier modo, el problema regional de hoy radica en conciliar el modelo de
desarrollo nacional, orientado hacia el mercado internacional, que se caracteriza por la
integracin del pas a la economa mundial, con los grandes desequilibrios econmicos

ELDESARROLLO REGIONAL COMO E S T R ~ G I ATERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

y sociales en los mbitos regional y urbano. Un reto a superar son las condiciones de
concentracin econmica y demogrfica en las regiones tradicionales que se conformaron a partir de la dcada de los setenta y que impiden hoy un desarrollo ms equilibrado
del territorio nacional (Asuad, 2000); a lo anterior hay que sumar el despoblamiento de
diversas regiones que ante la falta de opciones de sobrevivencia local deben emigrar.
Dado que la poltica econmica se sustenta en la apertura externa y en la liberalizacin y privatizacin de la economa, los programas sectoriales sealan que las regiones
deben ajustarse en funcin del mercado, y converger en el crecimiento econmico, y as
eliminar las desigualdades econmicas y sociales, de tal forma que aquellas regiones
que presentan problemas en ajuste o insercin han debido ser atendidas mediante la
poltica social, fortalecindolas a travs del federalismo fiscal.
Sin embargo ello presenta inconvenientes estructurales, ya que los planes y polticas
regionales existentes hasta ahora se caracterizan principalmente por su enfoque sectorial. Sin considerar las diferencias especficas por regin y territorio, el Plan de Desarrollo Industrial, la poltica agrcola y de desarrollo mal, as como el Programa de Desarrollo
Urbano, son ejemplos de las prioridades sectoriales, establecidas de acuerdo con planteamientos macroeconmicos en el mbito nacional (ibid.).
Una evaluacin del desarrollo en Mxico por sectores y espacios llevm'a justamente
a la conclusin de que el futuro del desarrollo regional presenta claros lmites estructurales a partir de la fragmentacin territorial acumulada desde la posrevolucin, adems
de presentar problemas para su relanzamiento a partir de los nuevos criterios de
competitividad, por lo cual son receptoras de programas sociales: sin embargo, en economas abiertas debe trascender esta situacin porque enfrentm'an un mayor rezago, y
sobre todo debido a que el Estado se n~uestrainsolvente para garantizar la estabilidad
regional con mayores asignaciones de gasto pblico.

Desigualdades espaciales: factores econmicos y sociales


Algunos de los principales indicadores que han agudizado el problema estructural del
desarrollo regional en Mxico tienen relacin con el destino proporcional de la inversin pblica hacia las regiones, que a su vez incide en el nivel de las participaciones
regionales en el PIB nacional. otro factor se desprende de las diferentes orientaciones de
la poltica econmica que estiInula la atraccin temtond concentrada de la inversin
extranjera directa, que define a SU Vez el Peso Y las configuraciones que adopta la especializacin productiva de las regiones mexicanas.
Estos factores marcan la dinamita del empleo y ocupacin de las migraciones intra e
interregionales y expresan los desequilibrios sociales y espaciales en 10s diferentes componentes del desarrollo, como la contribucin individual a la riqueza regional, los niveles de educacin, salud y al.imentacin y los ndices de marginacin.
34

El conjunto de indicadores anteriormente sealados constituyen el origen de los desequilibrios y distorsiones regionales, mismos que deben reorientarse en funcin del componente temtorial para resolver el problema de la desigualdad interna y conformar una
estrategia que enfrente la competencia con el resto de los espacios mundiales que compiten con relativas ventajas por la atraccin de capital y participacin en los mercados de
productos y servicios. En la habilidad para disear polticas de desarrollo regional que
permitan a las regiones ser competitivas en este rengln, estribara el reto para revertir
las categoras de perdedoras de algunas regiones del pas.
Para los propsitos del presente trabajo tomamos como referencia territorial la
regionalizacin socioeconmica planteada por ngel Bassols Batalla en sus diversos
estudios, y actualizada por l mismo con modificaciones en sus lmites espaciales en el
ao 2000 (vase el mapa 1).
En cuanto a la participacin regional dentro del PIB nacional, los datos disponibles
para 1999 reflejan los desequilibrios generados en el tiempo. La regin Centro-Este
mantiene los mayores niveles de concentracin que refleja claras desigualdades respecto al resto del territorio (vanse el cuadro 1 y el mapa 2).
Las altas tasas de concentracin del PIB en el centro del pas indican el fuerte peso que
tiene la Zona Metropolitana de la Ciudad de Mxico (ZMCM) en las actividades econmicas, principalmente del sector secundario y terciario. Le siguen en importancia las regiones Centro-Occidente, Norte y Noreste que observan el mismo esquema concentrador de
la actividad econmica, pero con graves distorsiones en el entorno intrarregional.
Sin embargo, una de las regiones que merecen especial atencin en la definicin
futura de planes de desarrollo regional correspondera a la regin Centro-Occidente.
Esto obedece a la generacin de un dinamismo particular que le ha permitido generar
una autonoma real respecto de la regin Noroeste donde estaba inscrita, lo cual la ubica
ya en el cuarto sitio en trminos de contribucin al PIB,de las nueve que conforman el
pas. Aunque la contribucin ms importante proviene del sector servicios, en la medida que ms que duplica a los otros dos sectores, de todas formas mantiene un buen
equilibrio de participacin entre el sector primario y el secundario, a partir de lo cual se
podra inferir un desarrollo econmico ms armnico.
El peso del PIB en las regiones sealadas como dominantes obedece en mucho a la
presencia de ciudades como Monterrey, Guadalajara, Saltillo y Ciudad Jurez, que actan en funcin de su mayor infraestructura como polos de atraccin de la inversin y
de concentracin de poblacin, que posteriormente se convierte en atractivo de mercado y del desarrollo de servicios comerciales y de toda ndole. Esto acta tambin como
una presin indirecta para contar con una mayor participacin en las captaciones fiscales y que implica reforzar las ventajas que ya de por s tienen respecto al resto del
territorio nacional.
Sin embargo, el resto de las regiones, incluyendo la oroe este, observan una participacin proporcionalmentebaja, situacin que expresa un relativo menor posicionamiento

Mapa 1. Divisin regional de la Rpublica mexicana, 2000

Fuente:Regionalizacin tomada de ngel Bassols: "Investigaciones urbanas y regionales de Mxico:paraconocer o transformar una realdad?", en
Humberto Muoz (coord.), Lasociedadmemkanafrentealtercermilenia Mbxico, Miguelngel Porra-Coordinacinde humanidad es,^^^^, 1999.

en la competencia territorial, si quitamos de este escenario algunos manchones territoriales urbanos, como seran Hermosillo, la fianja Tijuana-Ensenada y las ciudades de
Villahermosa y Mrida. La dinmica econmica de las regiones ocurre hoy en las principales ciudades, lo cual es necesario considerar en una perspectiva de poltica de mayor equilibrio territorial.
La baja participacin de esas regiones es reflejo de una exclusin histrica de los
procesos de desarrollo y de la poltica econmica interna, que de seguir presentndose
dentro del proceso de globalizacin tendrn repercusiones severas en trminos de integracin y cohesin futura del pas, lo cual puede desembocar en tensiones y conflictos
regionales ms radicales. En lo econmico significa una franca desarticulacin de los
mercados regionales, con una clara dinmica regional supeditada a las decisiones
exgenas del desarrollo, lo que dificulta la integracin y el fortalecimiento de las regiones ms all de las subvenciones gubernamentales que el Estado mexicano aplica tradicionalmente desde el centro para fomentar el desarrollo, independientemente de las
distorsiones territoriales que genera.
Esa misma estructura se reproduce al analizar el destino de la inversin pblica en
las regiones, aunque con algunos cambios de comportamiento en los ltimos aos debido a las presiones originadas en el atraso social evidente del sur y del este, a partir de lo
cual el Estado mexicano ha pretendido abatir los amplios rezagos acumulados en infraestructura carretera y de servicios para el bienestar social que aparentemente esbozan
una reorientacin reciente ms equilibrada de este indicador, aunque no corresponde a
inversin productiva. La regin Centro-Este se ubica muy por encima del resto de las
regiones del pas en captacin de inversin pblica, muy a pesar de los esfuerzos de
descentralizacin que todava no logran vencer el peso de la inercia concentradora del
Centro (vanse el cuadro 2 y el mapa 3).
La regin Centro-Occidente es -despus de las regiones Sur y Sureste- la que
mayor captacin de inversin pblica registra. Esto obedece a la todava fuerte presencia de poblacin indgena en Nayarit, pero tambin debido al incremento de los niveles
de atencin social, por los incrementos de la pobreza en la zona suburbana de la ciudad
de Guadalajara.
Si bien esto ltimo podra obedecer a la necesidad de atender una mayor cantidad de
poblacin concentrada en una sola regin, lo cierto es que tambin explica el rezago, la
marginacin y el atraso de otras regiones de alto potencial, que por el uso irracional de
los recursos pblicos comienzan a quedar prcticamente excluidas de la insercin del
pas a los procesos de competencia global, donde parecieran interesar slo los mercados
urbanos de las regiones, que ya de por s presentan altos niveles comparativos de desarrollo.
Otra variable que expresa claramente la reproduccin de las distorsiones del desarrollo regional es la inversin extranjera directa (cuadro 3), lo que tambin permite
orientar una prospectiva del futuro desarrollo regional. Vista en un periodo reciente, la

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

Cuadro 2. Inversin fsica ejercida por el sector pblico, 1999


(millones de pesos)

Total nacional
Regin Noroeste
Regin Noreste
Regin Centro-Norte
Regin Centro-Occidente
Regin Centro-Este

Regin Pennsula de Yucatn


En el extranjero
NO identificable por entidad federativa
~ o t aLa
: regionalizacin se tom de Angel Bassols Batalla, IIEC-UNAM, 2000.
fuente: Elaborado con datos de la SHCP Y la Unidad de Politica y Control Presupuestario, con base en
datos de las dependencias y entidades pblicas. 2000.

inversin extranjera manifiesta pocos cambios en trminos de destinos regionales, 10


cual impide una mejor valorizacin de los territorios de antemano desvalorizados por la
orientacin interna del desarrollo.
En ese sentido, pareciera reforzarse la regin Centro-Este como principal destino del
capital internacional, junto con las regiones Norte, Noroeste, Noreste y Centro-occidente. Son estas ltimas regiones las que presentan los porcentajes de recepcin ms
altos, aunque llama particularmente la atencin el mayor dinamismo de la regin Noroeste, si bien esto podrfa estar relacionado con una clara ventaja para recibir inversiones de empresas que integran tecnologa de Punta a sus procesos. En el resto de las
regiones, particularmente las Sur y Este, dicha variable se mantiene practicamente estancada, comportamiento que slo podra ser parcialmente modificado si dan resultado
las presiones de algunos intereses extraterritoriales Para la privatizacin de Pemex, o la
construccin del proyecto de canal en el istmo de Tehuantepec. Aunque slo servira
para generar un crecimiento temporal, alejado del inters nacional de una perspectiva
de desarrollo regional.
La regin Centro-Occidente observa una situacin particularmente contradictoria.

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL


C u a d r o 3. Inversin extranjera directa por estado, 1 9 9 4 - 1 998
(porcentajes)

Total nacional
Regin Noroeste
Baja California

Regin Noreste
Nuevo Len
Regi6n Centro-Norte
Aguascalientes
San Luis Potosl
Zacatecas

Michoacn

Distrito Federal

Regi6n Pennsula de Yucatn

0.85

Quintana Roo
Nota: La regionalizacin se tom de Angel Bassols Batalla, IIEC-UNAM, 2000.
Fuente: Secofi, Direccin General de Inversin Extranjera, 1999.

42

externa es la que menores niveles de participacin capta y apenas se ubica por encima
de las regiones ms rezagadas del Sur y el Sureste. De cualquier manera, integra una
dinmica considerable en los ltimos aos, sobre todo por la presencia de la ciudad de
Guadalajara, que registra un incremento constante en el nmero absoluto de consumidores de ingresos medios y altos que atraen inversin externa cualitativamente distinta,
sobre todo en el rea de los servicios.
Como reflejo de esos desequilibrios en el crecimiento y desarrollo regional, la participacin laboral mantiene todava una estructura concentrada con pocos visos de
revertirse en el corto plazo. Ms bien es de esperarse una reproduccin de las desigualdades regionales, sobre todo si se persiste en promover procesos en los que la calificacin de la mano de obra sea un factor determinante para canalizar la inversin, sea
nacional o extranjera. Con ello quedaran slo dos perspectivas: o aumentan las migraciones fronterizas y con ello las tensiones bilaterales con Estados Unidos, o la poblacin
de las regiones ubicadas en una nueva fase de rezago generara una mayor presin hacia
las regiones y ciudades que ya de por s no tienen respuesta para las demandas laborales
de bajo nivel de capacitacin. Lo cierto es que los niveles de empleo regional se encuentran, en lo general, sumamente debilitados y acordes con la crisis que incrementa la
brecha entre regiones ganadoras y perdedoras.
La tasa de participacin laboral de la regin Centro-Este rebasa considerablemente a
la regin Centro-Occidente que se ubicara en la posicin inferior inmediata, aunque las
distancias de sta son similares respecto de la Noroeste, Norte y Noreste. Las regiones Sur, Este y Pennsula de Yucatn observan de nuevo las mismas condiciones de
rezago comparativo, difcil de revertir si no se diversifica la estructura productiva,
adecuada a las nuevas condiciones de desarrollo econmico (vanse el cuadro 4 y el
mapa 4).
En cambio, la generacin del PIB regional per cpita mantiene un relativo equilibrio.
Aunque se presentan algunas ligeras elevaciones en el caso de las regiones Centro-Este
y Noreste debido a la mayor concentracin de la actividad econmica, el resto mantiene
un comportamiento similar al promedio nacional.
Debido a que la poltica econmica se ha venido orientando con un criterio sectorizado,
con claras incidencias en las distorsiones regionales, esto mismo se refleja en la especializacin regional. Con excepcin de la regin Pennsula de Yucatn, que debido a sus
condiciones geogrficas e histricas presenta una mayor vocacin hacia la esfera de los
servicios, el resto de las regiones reproducen las condiciones estructurales que llevan al
atraso o al desarrollo. Las regiones del Centro y del Norte tienen una base productiva en
la esfera de la industria, el comercio y los servicios; en cambio en la del Sur continan
prevaleciendo las actividades primarias, aunque con un nivel de participacin muy bajo
en los totales nacionales debido a su escaso desarrollo tecnolgico; en este ltimo rengln se presenta una clara superioridad de las regiones Norte y Noroeste (vanse el
cuadro 5 y el mapa 5).

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL


Cuadro 4. Participacin d e la fuerza laboral en las regiones mexicanas, 1999
Tasa de
participacin *

Porcentaje

38 617 511

29 193 147

75.6

Regi6n Noroeste

3 128 964

2 419 511

77.3

Regin Norte

2 631 307

2 092 225

79.5

Regin Noreste

2 689 921

2 379 699

88.5

Regin Centro-Norte

1 656 500

1 169 035

70.6

Regin Centro-Occidente

6 563 989

4 987 763

76.0

13 036 627

10 946 152

84.0

Regin Sur

4 098 513

2 071 389

50.5

Regi6n Este

3 542 495

2 175 485

61.4

Regi6n Penlnsula de Yucatn

1 269 195

951 888

75.0

Regin
Total nacional

Regi6n Centro-Este

?btal

~ o t aLa
: regionalizacin se tom de Angel Bassols Batalla, IIEC-UNAM, 2000.

* La tasa de participacin es la proporcin de empleados en el sector privado no agrcola respecto del


total de la fuerza laboral. Incluye: Industria extractiva, de transformacibn, electricidad, construccin,
comercio, comunicaciones y transportes, servicios y no especificados.
Fuente: Instituto Nacional de Estadistica, Geografa e Informtica, Mbxico, 2000. Secretara del Trabajo y Previsibn Social, Mbxico, 2000.

NO obstante, la regin Centro-Occidente mantiene un relativo equilibrio de especia-

lizacin entre las actividades que se generan en los sectores primario y secundario,
aunque difcilmente logran revertir las grandes distorsiones que genera el sector servicios, hacia donde definitivamente se orienta el desarrollo econmico.
En contraposicin a los indicadores de desarrollo, la regin Sur registra las tasas
ms elevadas en los de atraso; en este caso se ubican las mayores tasas de mortalidad
infantil y de analfabetismo, y las menores en nmero de mdicos por habitante (cuadro
6 y mapa 6).
La conjuncin de todos estos indicadores, positivos y negativos, nos llevaran a concluir que no son las subvenciones ni 10s imperativos de justicia social como acciones
aisladas los que debern orientar el futuro desarrollo regional, sino una poltica econmica gradual ms competitiva que resuelva las desigualdades espaciales e incorpore a
las regiones al mercado a partir de un nivel de potencialidad nunca antes explotado para
su beneficio.

Cuadro 5. Especializacinsectorial de l a s regiones mexicanas, 1999*


Sector

Total nacional
Regin Noroeste
Baja California
Baja California Sur
Sinaloa
Sonora

7 817 369
569 057
70 240
28930
277 186
192 701

//

111

Total

g 444 760 21 355 382 38 617 511


761 761 1 798 146
3 128 964
315403
566 306
951 949
33039
112957
174926
180 304
595 888
1 053 378
233 015
522 995
948711

111

Total

20.2
18.2
7.4
16.5
26.3
20.3

24.5
24.3
33.1
18.9
17.1
24.6

55.3
57.5
59.5
64.6
56.6
55.1

100
100
100
100
100
100

Regin Norte
Chi huahua
Coahuila
Durango

437 357
178 577
96000
162 780

849 184
398 778
327716
122 690

1 344 766
568 538
498815
277 413

2 631 307
1 145 893
922 531
562 883

16.6
15.6
10.4
28.9

32.3

34.8
35.5
21.8

51.1
49.6
54.1
49.3

100
100
100
100

Regin Noreste
Nuevo Len
Tamaulipas

237 342
91 128
146214

81 1 400
528 136
283264

30.2
32.8
26.2

61 .O
61.5
60.3

100
100
100

403 556
42 030
179 537
181 989

396 525
100 666
197 620
98239

2 689 921
1 608933
1080988
1 656 500
345 692
795 244
515 564

8.8
5.7
13.5

Regi6n Centro-Norte
Aguascalientes
San Luis Potos
Zacatecas

1 641 179
989 669
651 510
856 419
202 996
418087
235336

24.4
12.2
22.6
35.3

23.9
29.1
24.9
19.1

51.7
58.7
52.6
45.6

100
100
100
100

Regin centro-Occidente
Jalisco
Nayarit
Colima
Michoacn
Guanajuato

1 376 038
433 088
116151
39885
498 649
288265

1 700 364
743 449
64961
37910
303 890
550 154

3 487 587
1 586 385
232135
135675
700903
832 489

6 563 989
2 762 922
413247
213 470
1 503 442
1 670 908

21 .O
15.7
28.1
18.7
33.2
17.3

25.9
26.9
15.7
17.8
20.2
32.9

53.1
57.4
56.2
63.6
46.6
49.8

100
100
100
100
100
100

Regin Centro-Este
Querbtaro
Mbxico
Distrito Federal
Morelos
Hidalgo
Tlaxcala
Puebla

1 430 428
69 845
449 912
10799
98 156
279899
70943
450 874

3 498 557
141 432
1493 551
812 557
143 540
221 264
145 141
541 072

8 107 642 13 036 627


277 556
488 833
3 144234
5 O87 697
2 872 034
3 695 390
405 655
647 351
401 708
902 871
178804
394888
827 651
1 819 597

11.0
14.3
8.8
0.3
15.2
31.0
18.0
24.8

26.8
28.9
29.4
22.0
22.2
24.5
36.8
29.7

62.2
56.8
61.8
77.7
62.7
44.5
45.3
45.5

100
100
100
100
100
100
100
100

Regin Sur
Guerrero
Oaxaca
Chiapas

1 861 736
465 557
533 823
862 356

561 945
167227
228435
166283

1 674 832
604142
568077
502 613

4 098 513
1236926
1330335
1 531 252

45.4
37.6
40.1
56.3

13.7
13.5
17.2
10.9

40.9
48.8
42.7
32.8

100
100
100
100

Regin Este
Veracruz
Ta basco

1 251 917
1 O11 880
240 037

605 456
477 768
127 688

1 685 122
1 334252
350 870

3 542 495
2 823 900
718 595

35.3
35.8
33.4

17.1
16.9
17.8

47.6
47.2
48.8

100
100
100

249 938
74686
135 672
39 580

259 568
42 819
167 883
48866

759 689
136 58s
386 792
236312

1 269 195
254090
690 347
324758

19.7
29.4
19.7
12.2

20.5
16.9
24.3
15.0

59.9
53.8
56.0
72.8

100
100
100
100

Regin Pennsula
de Yucatn
Campeche
Yucatln
Quintana Roo

Nota: La regionalizacinse tom de ngel Bassols Batalla, llEc-UNAM, 2000.


*La especializacin sectorial se obtuvo a partir del coeficiente de concentraci6n geogrhfica regionalizado,
Sector I: agricultura, ganadera, silvicultura Y pesca.
Sector II: industria extractiva, de transformacin, construccin y electricidad.
Sector III: comercio, comunicaciones y transportes, servicios financieros, administracin pblica y defensa, y no especificado.
Fuente: Elaborado con datos del Instituto Nacional de Estadstica, Geografia e Informtica, y secretarla del Trabajo y Previsin Social, 2000.

46

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRlTORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

Cuadro 6. Regiones de Mxico. lndicadores sociales seleccionados, 1995-1998

Regiones

Total nacional
Regin Noroeste
Regi6n Norte
Regin Noreste
Regi6n Centro-Norte
Regin Centro-Occidente
Regin Centro-Este
Regin Sur
Regin Este
Regin Peninsula de Yucatn

;Tasa de
mortalidad
infantil, indice
1995

Porcentaje de
analfabetos
(ms de 15
aos), 1998

Mdicos por
cada 7000
habitantes,
7998

32.8
28.0
28.9
26.7
33.8
31.3
31.2
46.6
38.6
34.4

10.3
5.3
5.2
4.7
8.9
10.9
10.0
23.5
13.4
12.4

0.8
0.7
0.7
0.7
0.9
0.8
0.9
1.1
0.8
0.7

Nota:La regionalizacin se torn de ngel Bassols Batalla, IlEc-UNAM, 2000.


Fuente: instituto ~acionalde Estadistica, Geografia e Informtica y Secretaria del Trabajo y previsin
Social, 2000. Conapo, Tasas de mortalidad infantilpor entidad federatva, 1950-1995.

Globalizacin e insercin regional

Con la globalizacin se produce un redimensionamiento de las relaciones entre 10s


estados y la sociedad. La globalidad afecta de distintas maneras la unidad del Estado
y de la sociedad nacionales, y se establecen nuevas relaciones de poder y competitividad,
emergen conflictos y entrecruzamientos entre, Por una Parte, unidades y actores del
mismo Estado nacional, y por otra, situaciones, Procesos y espacios sociales
trasnacionales (Beck, 1998).Este concepto de Estado-nacin perme por muchos aos
la nocin jurdico-poltica del territorio. Desde su surgimiento, el E ~ t a d o - ~re~~i~
gul las interacciones que dentro de ste se suscitaban o las que ste realizaba frente
a otras entidades homlogas. HOY,la fase de la globalizacin se puede caracterizar
porque los territorios nacionales dejan de ser el escenario y referente pfincipal de la
sociedad, el Estado territorial da paso a la trasnacionalizacin del temtofio (santos,
1996).
Las diferentes dimensiones expresadas Por la globalizaci6n pueden debilitar y/o asignar nuevas funciones a los Estados-nacin. Los espacios nacionales se entremezclan e
imbrican mediante la participacin de actores trasnacionales, emergen nuevas identida48

des y se construyen nuevos espacios sociales, ahora de rasgos trasnacionales, distintos a


los que tradicionalmente se haban configurado en las dcadas ante no re^.^
Sin embargo, no se puede afirmar la existencia de un espacio global sino solamente
espacios de la globalizacin, es decir espacios nacionales de la economa internacional.
En este sentido emerge un esquema de produccin mundial mediante la descentralizacin o externalizacin de procesos productivos en un gran nmero de pases, lo cual
rompe con los patrones clsicos de localizacin de las actividades productivas y se
recrean las geoeconomas mundiales y las geografas nacionales.
Por otra parte, la difusin de procesos tecnolgicos asociados a los nuevos paradigma
de produccin flexible, de subcontratacin y extemalizacin tienen efectos contrapuestos en cuanto a las conductas de localizacin y aglomeracin espacial. As, por un lado
crecen las exigencias de concentracin, lo que da lugar a formas especficas de nuevas
aglomeraciones, mientras que por otro se incrementan las posibilidades de dispersin
territorial en el sentido de fortalecer la divisin internacional del trabajo (Gatto, 1990).
Se estara, por tanto, debatiendo entre por 10 menos dos lgicas que ocurren simultneamente en la estmcturacin de espacios trasnacionales. Por una parte la conformacin
de un tejido productivo, apoyada por el despliegue de redes productivas internacionales
y de transacciones financieras en tiempo real, cuya base organizativa se explica por 10s
planteamientos de la nueva divisin internacional del trabajo; es decir, zonas productivas y mercados jerarquizados y articulados de acuerdo con la funcionalidad de cada
parte en una cadena general de interdependencias.
La globalizacin, en trminos de la divisin internacional del trabajo o del mosaico
global de economas regionales, no abarca pases en su conjunto sino espacios
subnacionales, regiones, ciudades y localidades que podn'an pasar a representar los nuevos
o futuros ejes articuladores de la economa mundial. Como entidades y fenmenos
socioespaciales, las ciudades y las regiones estn evolucionando hacia configuraciones
cada vez m6s complejas que derrumban 10s paradigmas clisicos de la teora urbana y
regional, dando lugar a una nueva geografa econmica y un cambio en las relaciones
geoeconmicas y geopolticas internacionales.
2Los argumentos sobre la presencia e impacto que tiene la globalizacin en los temtonos nacionales, en las
regiones tradicionales, son diversos y variados; desde luego, an incipientes en cuanto a explicaciones que puedan
generalizarse y en la generacin de las nuevas te0das espaciales que puedan explicar a cabalidad la magnitud que hoy
tienen los procesos de globalizacin. Para las ciencias sociales aparecen fenmenos que ahora deben ser analizados
desde perspectivas diferentes a las tradicionales: las identidades socioculturales, el papel de las o ~ a n i zinter~ ~ i ~ ~ ~ ~
nacionales, las crisis, el &abajo,los movimientos sociales, los conflictos tnicos. las migraciones, el Unpacto ambiental, las formas de produccin, el papel del Estado, el desarrollo regional, etc. Todos estos aspectos, en mayor o menor
medida, demandan ser abordados, explicados o contextualizadosen funcin de las relaciones que se establecen con el
resto del planeta. Sin embargo, sostenemos que estas nuevas formas de mirar los procesos que reorganizan los territonos del mundo actual no pueden ser explicadas y comprendidas sin el reconocimiento de los factores histricos que
les dieron lugar y que incluso en pases y regiones como las mexicanas representan todava los factores determinantes
de su desarrollo.

50

Por otra parte, el efecto desigual de la globalizacin sobre el temtorio plantea nuevas
incgnitas sobre la permanencia o coexistencia de regiones y sistemas urbanos de tipo
tradicional, frente a fenmenos territoriales emergentes a partir de procesos globales.
Las preguntas que surgen se centran en el surgimiento de un modelo espacial emergente
que reestructura lo ya existente, o si asistimos a la coexistencia de diversos modelos en
un mismo pas y en diversas partes del mundo.
La reestructuracin territorial que resulta de la globalizacin hace pensar que pueden coincidir distintos procesos territoriales en una misma fase histrica, pero que obedecen a lgicas diferentes, dando como resultado una estructuracin territorial ms
compleja y diversificada. Tomando como referencia las distintas experiencias y fenmenos de reestructuracin territorial en el mundo, los pases ms desarrollados presentan procesos mucho ms acelerados y hasta inditos, frente a pases menos
desarrollados donde, en todo caso, los fenmenos territoriales seran inacabados y de
carcter heterogneo.
La tendencia que se perfila a futuro es que los territorios nacionales y subnacionales
manifiesten diferentes formas y capacidades de insercin y articulacin a lo global. Por
tanto, lo mismo encontraremos espacios incluidos que espacios excluidos y diversas
estrategias que darn pauta a tendencias diversas en las configuraciones territoriales,
antes de que se despliegue un modelo nico. Bervejillo (1996) seala un cierto tipo de
coexistencia entre formaciones territoriales tradicionales y emergentes, aunque con una
tendencia hacia la transformacin progresiva de los "viejos territorios", lo cual llevar
a una encrucijada entre los megaprocesos y las historias y estrategias locales.
Con el cambio en las funciones del Estado tienden a desaparecer las mediaciones
nacionales entre lo local e internacional, diluyendo la capacidad para dirigir el desarrollo regional desde los propios aparatos de gobierno. Esto trae severas implicaciones
sobre la organizacin territorial y las prcticas de planificacin regional, puesto que
tiene lugar un proceso simultneo de rearticulacin externa-desarticulacin interna de
las regiones y la generacin de un proceso de fragmentacin terrritorinl con la consecuente polarizacin de las regiones que hoy vemos en la mayora de los pases del
mundo. En este contexto se redefinen lmites regionales y se generan articulaciones
entre diferentes espacios locales y globales. As, muchas regiones hoy en da se enfrentan a un nuevo tipo de problemas que no se conocieron durante el periodo de crecimiento de la posguerra. Por ello la globalizacin replantea el debate sobre el futuro de las
regiones subnacionales y los procesos de regionalizacin supranacionales, tipo Unin
Europea, que tienden a alterar los fundamentos clsicos del desarrollo regional y la
gestin del territorio.
Este redimensionamiento del trmino de "desarrollo regional" impuesto por la
globalizacin erige a nuevos actores representados bsicamente por las empresas y las
estrategias del capital privado, las cuales definen en ltima instancia las formas, los
ritmos de crecimiento y la articulacin de los territorios. Al desaparecer los esquemas

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRlTORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL


de regulacin estatal, el capital decide las ubicaciones territoriales de la inversin per se,
razn por la cual los impactos no pueden ser amplios ni diversificados.
AI transformarse los territorios nacionales en espacios de la economa internacional estn siendo mejor aprovechados por las empresas trasnacionales que por las propias sociedades nacionales, con las consecuenciasis~resentativasen formas de desequilibnos
sociales, econmicos y espaciales que hoy conocemos. Este antagonismo de las regiones atrasadas versus regiones desarrolladas tiende a hacerse ms complejo, sobre todo
en la medida en que puedan coexistir en una misma rea geogrfica formas de insercin
productiva de diferente naturaleza econmica y tecnolgica en vista de que la opcin de
"modernidad" no esta abierta para todas las regiones y sociedades, de igual manera que
no todas las regiones parten de la misma lnea de salida (Gatto, 1990).
Como respuesta a esta dinmica global, algunas propuestas surgidas de anlisis regionales sugieren que se pueden sentar las bases de un desarrollo regional mejor equilibrado si aumenta la productividad y competencia de las regiones exportadoras; si se
fortalece la competitividad y el ajuste estructural de las regiones afectadas por la
globalizacin y apertura de la economa; si se impulsa el desarrollo rural de las regiones
agropecuarias y de las regiones de pobreza y de pobreza extrema, y si se vincula el desarrollo econmico y social con el desarrollo territorial equilibrado en un marco de desarrollo sustentable (Asuad, 2000). Adems, se cuestiona el hecho de que el apoyo a los sectores
productivos en el mbro de financiamiento no ha sido un factor detonante de desarrollo
regional, porque fluye hacia espacios que ya de por sf presentan altos niveles de concentracin, o bien se encuentran saturados; tambin han sido los beneficiarios en la creacin
de infraestructura derivada de las polticas pblicas (Kuri et al., 1999).
La visin sectorizada y centralizada del desarrollo econmico con privilegios hacia
los agentes econmicos mejor dotados acta tambin como factor de rezago regional y
como problema estructural frente a la competitividad mundial. El desarrollo industrial
integra una visin centralista orientada hacia pocas ciudades y entre los empresarios
medianos y grandes. La falta de financiamiento a la micro y pequea empresa impide
deslocalizaciones que podran permitir un desarrollo regional ms equilibrado. Por ello,
un avance importante para revertir esta tendencia parte de que el Programa Industrial y
de Comercio Exterior reconoce a las pequeas y medianas empresas como ejes verEnfrentar con xito los retos de la mundializacin econmica requiere fortalecer las
cadenas productivas y agrupamientos industriales, lo cual slo puede ocurrir desde una
perspectiva regional. Tambin la Cmara Nacional de la Industria de la Transformacin
(Canacintra) plantea la necesidad de impulsar el desarrollo regional y local como requisito para aumentar la competitividad, mediante la promocin de la asociacin de empresas, el fortalecimiento de las representaciones empresariales de escala regional, la
vinculacin de centros de investigacin tecnolgica y empresas en las regiones, la canalizacin de recursos financieros a proyectos prioritarios, la vinculacin de pequeas y
52

medianas empresas con exportadoras de mayor tamao y la elaboracin de un diagnstico nacional por regiones con todos los agentes involucrados (ibid).
Persistir en la estrategia hasta ahora implementada implica desarrollar ms lo ya
desarrollado y marginar ms lo marginado. No obstante, en una estrategia diseada para
superar los lmites estructurales del desarrollo regional debe reconocerse que algunas
polticas de corte sectorial tambin han afectado positivamente, por ejemplo el proceso
de desconcentracin industrial que en alguna medida ha incidido en lo demogrfico,
algunas regiones crecen de manera vigorosa, se desarrollan nuevas ventajas comparativas basadas en el trabajo altamente calificado y las ciudades adquieren nuevos niveles
de participacin en la conduccin del desarrollo.
Con ello, el territorio mexicano ha cambiado parcialmente de fisonoma en la ltima
dcada a partir de fenmenos como la desconcentracin industrial, la hiperconcentracin
de las actividades terciarias, la rearticulacin de procesos regionales, la vinculacin de
un mayor nmero de ciudades y regiones con el exterior, la conformacin de nuevos
sistemas regionales, la rearticulacin de los flujos migratorios (en sentido positivo o
negativo), la formacin de nuevos espacios trasnacionalizados y la irrupcin de un nuevo perfil protagnico de los gobiernos en las ciudades (Perl, 2000).
El propio gobierno reconoce que las regiones rezagadas por decisiones internas ya
no tienen cabida en los procesos de globalizacin, ya que las nuevas transformaciones
econmicas del espacio no necesariamente parten de un criterio fatalista, sino que la
misma inercia de las nuevas funciones implican per se el rompimiento de los lmites
estructurales (Sedesol, 2000). La organizacin de la actividad econmica se concentra
geogrficamente con nuevas modalidades de trabajo dadas por el avance tecnolgico;
sin embargo, tambin se dispersa con una lgica de integracin dada por la globalizacin.
Al mismo tiempo que se produce la concentracin tambin ocurren procesos de descentralizacin en las regiones y dentro de las propias ciudades. Ni la centralizacin ni la
descentralizacin son dominantes (Perl, 2000).
Los procesos globales influyen en la reorientacin de la poltica econdmica interna y
los gobiernos locales actan como elementos de atraccin, ya que son reactivadores
estacionales de empleo y eso ayuda a una estabilidad poltica relativa. Estos procesos
pueden ser benficos como reactivadores del desarrollo regional, ya que la incorporacin de las nuevas tecnologas ayudara a disminuir la brecha del rezago y con una
orientacin espacial adecuada permitiran frenar la dinmica de la fragmentacin espacial del pas. Adems, tanto la variable econmica como la variable regional se encuentran ms all de los controles ejercidos tradicionalmente por los gobiernos nacionales.
En efecto, existen apreciaciones de que la globalizacin econmica ha provocado en
los gobiernos una disminucin de sus poderes para actuar sobre los procesos econmicos y sociales. El espacio es una variable menos rgida y menos esttica. Por tanto, las
regiones y ciudades son ms flexibles para adaptarse a las condiciones cambiantes de
los mercados, la tecnologa y la cultura. Presentan capacidad de respuesta para generar

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL


proyectos de desarrollo con metas especficas, negociar con empresas multinacionales,
impulsar el crecimiento y la formacin de pequeas y medianas empresas y para crear
condiciones de atraccin de nuevas fuentes de riqueza (ibid.).
Una propuesta futura para superar los lmites estructurales del desarrollo regional en
Mxico debe partir del reconocimiento de que todas las regiones y ciudades del mundo
estn expuestas, en un sentido o en otro, a las fuerzas de la competencia internacional, donde todo lugar debe competir con otros lugares para alcanzar ventajas econmicas, donde la proximidad fsica como factor de competitividad ya no existe porque ha
sido superada por las ventajas tecnolgicas y en este caso las ciudades se convierten en
espacios privilegiados de inversin, pero tambin deben superar rezagos de infraestructura. As, distintas unidades territoriales del pas encuentran hoy mayor capacidad de
modificar las interacciones con otras unidades territoriales nacionales o extranjeras.
Las relaciones con la economa mundial han generado diversos impactos en esas articulaciones: nuevas integraciones como los espacios binacionales, fortalecimientode algunas regiones y desintegracin de otras. Finalmente, las desigualdades que se presenten
en las ciudades van a ser tan importantes como las que OCUrran entre las regiones (ibid.).
La nueva globalizacin de la economa en cuanto a su relacin con el desarrollo
regional se expresa como un proceso heterogneo en el que se presentan un sinfn de
agentes involucrados dentro del Estado nacional: banqueros internacionalesque no conocen fronteras ni aceptan las reglas del juego nacionales pero solicitan apoyo cuando
lo requieren; los empresarios tra~nacionalesque fijan reglas sin respetar los acuerdos
sociales internos; los productores cuyos intereses estn en el comercio internacional y
no en la economa nacional; los organismos int~rnacionalesque influyen en la definicin de la institucionalidad global, y, finalmente, las organizaciones no gubernamentales (Ruiz Durn, 1999).
Por tanto, ni la globalizacin ni la integracin comercial, si bien ayudan a romper
viejas inercias, resolverfin por si solas viejos problemas de los desequilibrios regionales
en Mxico.
A juicio de algunos estudiosos, se parte del supuesto de que los procesos de integracin intensifican el intercambio de bienes que sirve para elevar el nivel de actividad
econmica, lo cual traer consigo el aumento del empleo y de los niveles de vida. Sin
embargo, la consecucin de la convergencia real es una apuesta a largo plazo en la que
el nivel de accin no puede ser nacional, sino que se requiere bajar a los niveles en 10s
que se define efectivamente la desigualdad: la regibn. Es aqu donde los agentes conjugan su accin y dan coherencia al crecimiento 0 10 cohben, donde se establecen las
reglas del juego y se acuerda la igualdad O desigualdad, y donde se define efectivamente
la accin del cambio estructural (ibid.).
Una forma de ganar esa apuesta a largo plazo requiere definir una nueva instituciona]idad
que permita acciones colectivaspara apoyar a 10s agentes, a las regiones y a 10s pases ciue

VIGENCIA
Y ACTUALIDAD DEL DESARROLLO REGIONAL EN MXICO

manda la economa globalizada. Esta concepcin todava se encuentra ausente en el caso


de Amrica del Norte; Estados Unidos y Canad no han buscado negociar un mecanismo de apoyo para Mxico, pues asumen que el libre comercio ser suficiente para ayudar a superar las diferencias y capacidades de respuesta de las fuerzas productivas.
En un proceso de integracin comercial no se tiene conciencia de la desigualdad. En
el caso de la Unin Europea ha quedado claro que para que la apertura de mercado tenga
los efectos deseados se requiere que cada uno de los miembros cuente con el mismo
nivel de competitividad y poder de compra; de lo contrario, se crean procesos desiguales crecientes que atentan contra la estabilidad de los procesos comerciales (ibid.).
Es necesario que los miembros que no cuenten con los niveles de competitividad lo
eleven; por tanto la integracin requiere de un proceso de transferencia entre pases
miembro, en un complejo proceso de regionalizacin para poder funcionar de manera
estable. En la Unin Europea se opt por reconocer que la figura central seran las
regiones y no los pases. El concepto central de desarrollo es el desarrollo regional y
sobre esa base se disea el esquema de funcionamiento institucional (ibid.). En ese
caso, la regin se convierte en un factor de primer orden en el desarrollo, pero no admite
ya desequilibrios territoriales porque existen tensiones sociales acumuladas por la desigualdad y el margen de negociacin poltica resulta muy estrecho.
En otro sentido, apostar al ajuste macroeconmico como factor de desarrollo resulta
muy temerario porque desajusta lo micro, donde se inscriben las regiones y las personas. Para que sea posible el desarrollo de la regin es necesario fomentar la interaccin
y articulacin de los diversos actores sociales. Es imposible ahora cambiar o realizar
cambios en el desarrollo de un espacio determinado si se consideran versiones simplistas de la realidad debido a la creciente complejidad de los sistemas sociales.
Una nueva estrategia de desarrollo regional debe ubicar la situacin de la regin en
un marco de cambio constante del papel del Estado y del gobierno; cada gobierno regional debe prever las situaciones externas de la globalidad que podran afectar o favorecer
a su espacio, a partir del reconocimiento del nuevo papel de los territorios organizados
en la competencia por capital, tecnologa y nichos de mercado para ofrecer factores de
localizacin modernos, donde el gobierno regional debe tener posiciones competitivas
y modernas (Boisier, 1999).
Esta valorizacin del desarrollo regional debe ocurrir bajo dos nuevos escenarios: el
contextual, referido a los procesos de apertura externa, y de la globalizacin, considerando que en el interior se presente una apertura y una descentralizacin, y el estratgico, que se construye a partir de nuevas formas de organizacin territorial. El reto del
gobierno es cmo apoyar el territorio a su cargo para situarse en una posicin competitiva con el exterior e incorporar de manera amplia la informacin que se traduzca en
conocimiento aprovechable para los proyectos regionales, con mnimos riesgos, para
que las acciones tomadas no sean tan vulnerables y puedan adaptarse con facilidad
(ibid.).

ELDESARROLLOREGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL

PARAEL DESARROLLO NACIONAL

Finalmente habr que reconocer que el conjunto de consideracionesestratgicas parte


del reconocimiento interno de la regin, el grado de articulacin de la sociedad en la
regin en la medida que es reflejo de conflictividad O cooperacin, los actores
institucionales y personales, el proceso de participacin a partir de la convocatoria de la
autoridad regional, la bsqueda de un desarrollo sostenido de la produccin de bienes y
servicios de la regin como nica forma de garantizar un desarrollo real, la incorporacin de la prospectiva y finalmente la supervisin y control del avance del proyecto. En
este caso, la nueva funcionalidad del Estado no slo debe plantearse como una reduccin o privatizacin, sino que debe ser ms flexible, maleable, y sobre todo creativa en
lo referente a propuestas para impulsar el territorio nacional y regional.

El papel de las ciudades en la globalizacin


Existe una relacin recproca entre reestructuracin productiva, globalizacin y desarrollo territorial; as, el desarrollo regionalfiocal no estara nicamente vinculado a procesos de crecimiento endgeno o cambio estructural de 10s pases, sino al efecto de
relaciones recprocas global/iocal, mediante el cual revaloriza el desarrollo y la especializacinde territorios locales y regonales en el contexto de la globalizacin, y resurgen
fenmenos de reaglomeracin y de produccin especializada que originan nuevas regiones y distritos industriales.
En este contexto, ciertas ciudades estaran generando nuevas ventajas y asumiendo
funciones que les permiten articularse con mucha mayor fuerza hacia otros espacios
mundiales. Esto se relaciona con dos factores: primero, las estrategias del capital
trasnacional se proyectan a escala internacional, pero sus expresiones productivas ocurren en escalas local y urbano-regional; segundo, el desarrollo del capitalismo bajo el
marco global no requiere de grandes conjuntos nacionales o unidades estatales, sino de
territorios locales, urbanos o regionales que de acuerdo con sus ventajas (mano de obra,
mercado, etc.) faciliten un proceso de reaglomeracin y produccin especializada, en
funcin de un esquema de divisin espacial del trabajo que los pases hegemnicos
organizan de manera sistmica en diferentes partes del mundo.
De acuerdo con lo anterior, el capital sigue manteniendo funciones centralizadas a
partir de las actividades que realizan las empresas de pases con mayor poder econmico y poltico en el mundo, ya que desde diversos centros econmicos dominantes
pueden controlar actividades estratgicas en el mundo, organizar redes de empresas,
servicios, flujos financieros y de informacin, etc. Por tanto existe un efecto desigual
y fragmentado de los espacios de la globalizacin, resultado del capital que tiende a
focalizar sus circuitos de inversin, comercio y desarrollo tecnol6gic0, lo cual promueve simultneamente procesos de inclusin y exclusin de espacios en diferentes

56

Las posibilidades reales o potenciales de que algunas ciudades o centros urbanos


asuman un posicionamiento en escala mundial yace precisamente en una serie de atributos y funciones que las coloquen como nodos de articulacin ms all de los marcos
impuestos por sus fronteras y proyectos nacionales. Durante este proceso es posible
encontrar un gradiente entre las ciudades que comienzan a ser protagnicas de ciertos
procesos a escala nacional con ciertas articulaciones mundiales y aquellas que pueden
ser reconocidas como los verdaderos centros hegemnicos a escala global.
De acuerdo con la hiptesis de la ciudad global planteda por autores como Saskia
Sassen (1991) y John Friedman (1995), una ciudad global es aquella que es utilizada por
el capital global como "lugar de base" en la organizacin espacial y la articulacin de la
produccin y de los mercados; las ciudades globales asumen funciones de control de
la economa global y son los sitios principales para la concentracin y acumulacin de
capital, y por lo mismo se convierten en la sede de las principales empresas trasnacionales;
ah se llevan a cabo una gran cantidad de servicios especializados y absorben una gran
masa de empleo. Adicional a lo anterior Borja y Castells (2000) sealan que para que
las ciudades globales cumplan las funciones sealadas se requiere de otros recursos
como acceso y10 control de sectores estratgicos en informacin, telecomunicaciones e
innovacin tecnolgica por parte de las empresas, lo que permitira generar condiciones
reales para estructurar redes de empresas, servicios y mercados articulados globalrnente
y comandados por alguna ciudad global.
De acuerdo con las caractersticas sealadas hasta ahora, solamente tres metrpolis
en el mundo podran ser consideradas como ciudades globales: Nueva York, Londres y
Tokio. Estas ciudades de hecho forrnm'an parte de los principales ejes de articulacin
financiera en el mbito mundial ubicados en tres de los pases ms desarrollados.
Otro conjunto de metrpolis presentan articulaciones de tipo multinacional, el cual est
ubicado en una segunda categora como ciudades subglobalesy que seran las encargridas de
enlazar a la economa mundial con las regiones de sus pases o de varios pases. En esta
clasificacin estaran las ciudades de Miami (Caribe y Amrica Latina), Los Angeles (cuenca del Pacfico), Frankfurt y Amsterdarn (este de Europa), y Singapur (sudeste de Asia).
Siguiendo este orden, encontramos diversas ciudades que se desempean como los
principales centros de articulacin nacional, que no desempean funciones de ciudades
globales o subglobales pero por su jerarqua e importancia se encuentran en posibilidades de conectarse a ciertos circuitos de la globalizacin. En esta categora encontramos
a Pars, Zurich, Madrid, la ciudad de Mxico, SZo Paulo, Se61 y Sidney.
Por ltimo, se ubican las ciudades cuyas articulaciones se estaran formando en la
escala subnacional, sin que ello impida que realicen diversos enlaces a la economa
global, entre las que se encuentran Osaka-Kobe, San Francisco, Seattle, Houston, Chicago,
Vancouver, Toronto, Miln, Barcelona y Munich, entre otras.
En nuestro pas solamente la ciudad de Mxico, como centro articulador nacional,
tiene las mejores posibilidades de vincularse a los circuitos de la globalizacin en la

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

medida en que posee el atributo de ser la sede de las principales empresas de capital
nacional y de las oficinas gubernamentales. Adems del centro de decisin poltica, la
ciudad de Mxico representa el vrtice financiero del pas desde donde se articulan 10s
principales movimientos de capitales; en ella se produce ms de 50% del producto intemo bmto nacional y se lleva a cabo ms de la tercera parte de la produccin industrial
del pas. Como centro especializado en servicios, comercio y negocios, la ciudad de
Mxico posee la infraestructura necesaria en telecomunicaciones y transporte que le
permite realizar diversos enlaces internacionales. En la capital del pas se ubican las
principales subsidiarias y corporativos de empresas trasnacionales, as como las embajadas de todos los pases con los que nuestro pas mantiene relaciones diplomticas y
las oficinas representativas y cmaras comerciales de pases como Estados Unidos,
Canad y la Unin Europea; adicionalmente, aqu se encuentran oficinas de representacin de estados como Texas, Califomia, Nuevo Mxico, Florida y Arizona, entre otras.
Ms all del efecto centralizador ejercido histricamente por la ciudad de Mxico y
un conjunto de centros urbanos que la circundan, se puede advertir que desde la dcada
de los ochenta la inversin extranjera directa, en las diferentes expresiones sectoriales y
territoriales que ha tenido en nuestro pas, reorient sus flujos hacia diversas ciudades
de la franja de entidades septentrionales; este fenmeno, que se reflej en la llegada de
nuevas empresas y la apertura y10 relocalizacin de plantas maquiladoras hacia el sur
de la lnea fronteriza, es posible entenderlo a partir de que las ciudades fronterizas y las
ubicadas en distintas porciones del norte, el noroeste y el centro-norte del pas fueron
utilizadas como plataformas de exportacin y como parte de estrategias de produccin
compartida con sus operaciones en el mercado estadounidense.
En este contexto, la ciudad de Monterrey se ubica como la segunda en importancia,
con una larga tradicin histrica que la llev6 a consolidar varios grupos y holdings
industriales y financieros. Su fuerza econmica y posicin en el mapa le permiten profundizar sus vnculos con el exterior; de hecho P O ~ ~ ubicar
~ O Sa un conjunto de ciudades que guardan ubicaciones cercanas a la frontera con Estados Unidos y que, adems,
tanto por los lazos histricos de vinculacin con el suroeste de ese pas como por 10s
generados a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte,
podran eventualmente posicionarse como ciudades con crecientes articulaciones hacia
el exterior, sobre todo en la medida en que se vayan consolidando los corredores y
Lasupercarreteras"transfronterizos entre Mxico Y Estados Unidos. En este caso
Monterrey formara parte de un corredor que se prolonga a los pasos internacionales de
Nuevo Laredo-Laredo y Colombia en la lnea fronteriza y de ah a Austin, San Antonio,
McAllen y Houston.
En esta misma lgica espacial podramos sealar otros centros urbanos como
Aguascalientes, Saltillo-Ramos Arizpe, Chihuahua y Ciudad Jurez, todos ellos en el
centro-norte del pas y que se articuhan al medio Oeste estadounidense, En el ~ o l def ~
Mxico podran cobrar mayor importancia internacional los puertos de Tampico-Made58

VIGENCIA
Y ACTUALIDAD DEL DESARROLLO REGIONAL EN MXICO

ro y Altamira, lugares que se conectaran a Houston a travs del canal intracostero;


Tijuana y Mexicali estaran ya prcticamente vinculadas al sur de California, y c o n f o m
ran un corredor transfronterizo que se prolongara a San Diego y de ah a Los ngeles y
San Francisco por la va del desarrollo de maquiladoras y procesos de subcontratacin
en ramas de electrnica y computacin. En el caso de Sonora cabe destacar la
formalizacin de una regin binacional con su vecino Arizona, los cuales han firmado
un proyecto de colaboracin llamado "Visin Estratgica del Desarrollo Econmico de
la Regin Sonora-Arizona". Esta empresa conjunta, que promueve una mayor
competitividad de sus regiones, sin duda fomentar los lazos entre las ciudades de
Hermosillo; Nogales, Sonora; Nogales, Arizona; Tucson y Phoenix.

Vigencia de la planeacin regional.


Nuevos problemas, viejas funciones
Las polticas sectoriales y su aplicacin en los mbitos federales y regionales requieren
de una organizacin del territorio que permita promover el desarrollo interno de las
regiones con un sentido de equidad econmica y social. Al mismo tiempo, deben
promoverse aquellas regiones cuyos potenciales expresados en recursos naturales y productivos les han permitido procesos de desarrollo ms dinmicos a partir del aprovechamiento de sus propias gestiones regionales, sus relaciones intranacionales y, sobre
todo, el mercadeo (marketing) internacional que hoy se expresa como un proceso de
relaciones mundiales presente en las ciudades del pas.
Las funciones de gobierno tienen hoy corresponsabilidad con estas acciones de la
promocin econmica regional y de la sociedad civil organizada dentro de estas unidades territoriales. Estas nuevas funciones deben plantearse a travs de mecanismos y
formas actualizadas de administrar los recursos locales, promover el desarrollo regional
y atender las demandas de la poblacin que se manifiestan con argumentos cada vez
ms propios de una expresin colectiva.
Sin embargo, esta nueva forma de pensar el quehacer pblico gubernamental est
an lejos de manifestarse como una expresin generalizada en el territorio nacional; lo
que hoy observamos es una participacin coordinada entre los niveles federal, estatal y
municipal que se manifiestan ms como reaccin a la presin que surge de las demandas sociales, polticas y econmicas, con respuestas parciales y generalmente desarticuladas que dejan de lado una visin territorializada de los problemas que aquejan al pas
en su conjunto y a las regiones en lo particular.
En lo internacional, la influencia que la globalizacin produce en el mbito regional
por la escala, profundidad, intensidad, velocidad y complejidad (Bifani, 1999), afecta
los procesos de participacin poltica y social, y determina, en muchos casos, acciones de
economa local a las cuales deben atenerse las nuevas relaciones humanas en el campo, en

ELDESARROLLOREGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRlTORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

las ciudades y en el conjunto de los procesos productivos que se llevan a cabo en el territorio nacional. El mbito local e internacional se "vigilan" mutuamente, y por tanto las exclusiones quedan evidenciadas de tal manera que obligan a acciones inmediatas en las que
todos los niveles regionales se miran en un mismo espejo: la globalizacin.
Frente a los desequilibrios regionales acumulados a lo largo de dcadas y la polarizacin del desarrollo actual entre nichos territoriales propios de la terciarizacin de la economa en contraposicin del Mxico rural y marginado, la accin de gobernar implica hoy
promover politicas coordinadas cuyo propsito se centre en reducir las brechas entre entidades y municipios, revertir el deterioro de las condiciones sociales y del medio ambiente
regional y fortalecer el desarrollo de las regiones ms dinmicas. Ante tales retos, es
obligado reasignar funciones compensatorias al desarrollo nacional (y sectorial) que favorezcan el intercambio regional y promuevan saldos favorables para las regiones ms
atrasadas, que incidirn en el futuro tambin en una conciencia regional de parte de los
actores locales, que hoy, innegablemente se sienten excluidos de las decisiones.
Por su parte, los esfuerzos de descentralizacin que inciden en acciones regionales
deben estar atentos a cumplir con el propsito fundamental de proveer ms y mejores
funciones polticas y econmicas a los actores implicados, por medio de la corresponsabilidad del gobierno. Sin embargo deben prevenirse efectos indeseados, ya que la
descentralizacin o ciertos mtodos para descentralizar llevan riesgos y no siempre garantizan un mejor crecimiento econmico ni favorecen el desarrollo de las regiones
(Prud'homme, 1995; Heng-fu, 1996; Delgadillo, 1998).
Planificar las regiones es bsicamente un proceso en el que los protagonistas se
preparan para tomar decisiones en un mbito espacial deteminado. Las decisiones de
cierta trascendencia se basan en el poder. Por ende, la planificacin es parte del ejercicio del poder en la sociedad regional (Ingelstam, 1987). Hoy, pareciera que los procesos
de la globalizacin se contraponen a esta posibilidad de organizacin espacial, sin embargo lo que en la realidad viene aconteciendo tiene que ver, por una parte, con el
reacomodo funcional de los recursos y 10s capitales nacionales (y regionales) en un
sentido de estrategia competitiva (y bsqueda de gmancia) respecto de los capitales
externos que se apropian con una rapidez inesperada de 10s mercados locales, antes de
su propiedad, y que hoy la competencia internacional les impone caminos de asociacin
que les permitan redimensionar su participacin en el marco de la globalizacin.
En otro sentido, los cambios polticos que se vienen dando en las dos ltimas dcadas a favor de las regiones y los actores locales, han favorecido un activo papel de estos
actores que trascienden la esfera econmica y financiera, y representan indudablemente
un factor de presin real que lleva a modernizar 10s sistemas de administracin y funcin pblica en los gobiernos municipales y estatales, y establece como reto de] futuro
inmediato la necesidad de readecuar a los tiempos actuales formas y modelos de organizacin territorial que incluyan el desarrollo de las regiones en concordancia con las
dinmicas de la globalizacin.
60

Lo anterior no representa una vuelta al pasado; por lo contrario, las discusiones


actuales que se dan en el mbito mundial sobre el futuro de la organizacin de los
territorios nacionales plantea la necesidad de asignar nuevas funciones a la planeacin
regional a partir de un nuevo papel de los gobiernos dentro de los pases. La OCDE (1999)
en la conferencia "Spatial Plaming System: Towards a new role for spatial planning"
celebrada en Pars en marzo de 1999, da cuenta de esta situacin de contrapeso
organizacional que requiere la administracin del espacio geogrfico respecto de los
efectos de la globalizacin.
Los efectos son significativos en las tendencias de cambio territorial de los pases,
dado que las empresas trasnacionales visualizan a los pases crecientemente como plataformas de produccin para la economa global. Pueden identificarse nuevas dinmicas de cambio territorial asociadas a la economa global. Tambin las empresas requieren
ubicar distintos tipos de operaciones y funciones dentro de cadenas productivas que
integran a otras empresas con determinada lgica en cada caso y atendiendo a factores
especficos. La contrapartida de esta lgica de localizacin de procesos productivos es
el surgimiento de nuevas funciones econmicas de las ciudades en el contexto de la
economa global (Ferreira, 1999).
La aparicin de nuevas funciones urbano-regionales de las ciudades en el contexto
de la economa global, representa un reto que implica considerar estrategias de cambio
territorial y planeacin urbana y rural incluyente, en las que sin duda siguen teniendo un
peso preponderante los procesos histricos, las condiciones geogrficas locales y los
efectos territoriales no consideradas de las polticas sectoriales desreguladoras en boga.
Sin embargo, la simple promocin econmica, desligada de un contexto sociopolitico y
cultural propio del sentir local, corre el riesgo de una fractura mayor del territorio nacional entre regiones que aspiran a ser integradas al modelo global, con posibilidades de
crecer a ritmos ms acelerados, y aquellos espacios tradicionales que se quedan progresivamente a la zaga del "modelo globalizador".
En el nuevo contexto creado por la emergencia de la econoina global y por las
tendencias de cambio territorial asociadas, el desarrollo econmico regional adopta
nuevas modalidades. Las polticas y acciones se orientan bsicamente a la atraccin de
inversiones, con un enfoque de mercadeo de ciudades y regiones.
Tambin se orientan a fortalecer las condiciones locales de la competitividad de las
empresas dentro del enfoque porteriano de la ventaja competitiva de las naciones. Con
estos objetivos, es notoria la intensificacin de las relaciones horizontales entre ciudades y regiones, que no son slo de competencia sino tambin de complementariedad.
Los actores fundamentales de estas polticas son los gobiernos y las organizaciones
empresariales locales (estatales en el caso de Mxico) (Ferreira, 1999).
Frente a la globalizacin y la necesidad de promover un desarrollo integral del espacio mexicano, Hctor Ferreira (1999) plantea un escenario alternativo para la organizacin del territorio regional y local, en el cual debern considerarse tres ejes bsicos que

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

permitan equilibrar la relacin globalizacin-regin: a ) el desarrollo econmico regional, b) la inclusin social, y c) la preservacin ambiental.
De acuerdo con este autor, los gobiernos locales se inscriben en una tendencia ms
general en cuanto a la creciente importancia de la accin local (grfica 1). Esta accin
local intensificada parece ser el resultado de una reaccin local frente a la globalizacin,
ante un contexto nacional permeable en el que predominan las polticas de liberalizacin econmica, de descentralizacin y de democratizacin. La accin local adopta tres
orientaciones bsicas: a) desarrollo econmico regional, con las modalidades antes apuntadas; pero tambin b) la preservacin ambiental y desarrollo sustentable, y c) inclusin
social. Estos tres tipos de accin local se ejercen con escasa relacin entre s. El debilitamiento del papel nacional en la formulacin de polticas hace que se trasladen hacia el
nivel regional local conflictos no resueltos entre estos tres grupos de objetivos.

Grfica 1. Lo local frente a lo global

Liberacin econmica
Descentralizacin
Democratizacin

I
1
IL ----- ----- J1
1

Fuente: Hctor Ferreira [1999].

Accin

La preservacin ambiental y el desarrollo sustentable son reconocidos en el mbito


internacional como un nuevo paradigma al que debe ajustarse el desarrollo de los pases, con influencias en parte positivas y en parte negativas del nuevo entorno de liberalizacin econmica y globalizacin. En la puesta en prctica de este nuevo paradigma
es fundamental, como sabemos, la accin local.
La tercera orientacin de la accin local es ms incipiente. La hiptesis es que la
creciente conciencia poltica respecto a los efectos excluyentes de la liberalizacin econmica y la globalizacin est llevando a una revisin de la poltica social neoliberal
basada en acciones compensatorias de atencin a grupos marginados, y a la exploracin
de enfoques y formas de accin que permitan a las sociedades regionales apropiarse del
desarrollo econmico y orientarlo bajo modalidades que propicien la inclusin social.
Esta orientacin previsiblemente se constituir como un puente entre el desarrollo econmico regional y la preservacin ambiental.
En este contexto puede entenderse y justificarse un nuevo papel de la planeacin
regional y el ordenamiento territorial. En las circunstancias de Mxico, de hecho puede
identificarse un triple papel: a) en la articulacin de las tres formas bsicas de accin
local antes apuntadas; b) en la orientacin del cambio territorial en el espacio nacional
conforme a los nuevos parmetros establecidos por la liberalizacin econmica y la
globalizacin, y c) en la consolidacin gradual de un proyecto o poltica nacional de
desarrollo que cumpla con tres requisitos: que sea integral, que tenga una perspectiva de
largo plazo, y que logre concitar un amplio consenso nacional y respaldo poltico
(Ferreira, 1999).
El nuevo papel de los gobiernos regionales debe, por tanto, propiciar la accin local
a travs de procesos de descentralizacin y democratizacin crecientes, como un elemento activo de la planeacin regional emergente. Esta accin local no es otra cosa que
la reaccin social que se suscita frente a la globalizacin ante un contexto nacional
permeable a ella y en el que predominan las polticas de liberalizacin econmica a
ultranza, excluyentes de los intereses de la poblacin. Un debilitamiento del papel nacional en la formulacin de polticas que traslada hacia el nivel regional-local conflictos
no resueltos en lo econmico (empleo, salario y bienestar), en la preservacin ambiental
(desarrollo sustentable) y, sobre todo, en la inclusin social (pobreza creciente).
En este sentido poltica y territorio se convierten en un binomio inseparable de las
estrategias de gobierno para la eficiente administracin del territorio. Su tratamiento
debe considerar el ejercicio de la funcin pblica junto a los intereses locales.

ELDESARROLLOREGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

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-Y

Notas sobre desarrollo y planeacin


regional en Mxico
Alfonso X. Iracheta Cenecorta
El Colegio Mexiquense

Planeacin regional en Mxico

A AUSENCIA de un enfoque regional en el gobierno y en la administracin pblica ha


tenido como consecuencia una baja eficiencia de las polticas pblicas, una cierta
"lejana" entre el ciudadano y sus autoridades, as como una excesiva concentracin de
funciones en la capital del pas y en diversas capitales de los estados, lo cual ha obligado a la poblacin a acudir a oficinas en las ciudades capitales para trimites que debieran
resolverse en el mbito local.
Igualmente, no existen acciones concurrentes de la administracin pblica federal
en las regiones del pas, como tampoco ocurre en las regiones de los estados. La consecuencia es que no se ha logrado que el proceso de desarrollo responda a prioridades de
las regiones, por lo que se ha agudizado el desequilibrio territorial. De ah la importancia
de contar con una poltica regional que articule los programas sectoriales de acuerdo
con los impactos que se requiere generar en el plano de las regiones para impulsar su
capacidad productiva y un desarrollo ms equilibrado.
El instrumento central de este proceso es la planeacin territorial, que ha sido dentro
de la administracin pblica una herramienta que orienta e integra actividades y esfuerzos del gobierno y la sociedad en busca de un desarrollo social, econmico, territorial y
ambiental ms equilibrado y ordenado.

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

Las necesidades y requerimientos de la poblacin son factores que guan el cambio


social, y la planeacin es un medio para llevarlo a cabo. Por ello se le concibe a sta como
una herramienta para lograr el desarrollo en funcin de objetivos claramente definidos,
y como un instrumento para equilibrar lo que se pretende con lo que es posible realizar.
En razn de 10 anterior, el gobierno debiera "territorializar" las polticas y acciones
sectoriales a partir de una estrategia que considere al desarrollo regional como elemento central de las polticas de distribucin de la poblacin, de las actividades econmicas
y sociales y de la accin pblica en general.
Con la poltica regional se impulsara a las diversas dependencias y mbitos de gobierno para que realicen sus acciones con una visin sectorial y territorial, y para que
coordinen sus esfuerzos con los agentes econmicos y sociales de cada regin, al hacer
evidente que sern stos los principales beneficiarios de las polticas regionales.
Su significado es fundamental, ya que sera posible hacer converger la planeacin
socioeconmica,normada por la Ley de Planeacin, con la planeacin urbana, normada
por la Ley de Asentarnientos Humanos y con la planeacin ambiental, normada por la
Ley de Proteccin al Ambiente, hasta hoy descoordinadas. Lo anterior permitira tambin la ejecucin programtica de proyectos e inversiones, basada en una adecuada
identificacin e integracin de las polticas y acciones de carcter regional, con prioridades, objetivos y metas, as como las asignaciones presupuestales correspondientes, la
evaluacin y el seguimiento del uso de los recursos, SUS resultados e impacto social.
Bajo esta perspectiva, las entidades federativas en general deben asumir a la planeacin
regional como el instrumento principal de orientacin de sus acciones.
Debe tomarse en cuenta que constitucionalmente no se permite un nivel territorial
intermedio entre los municipios y los estados 0 entre stos y el pas; es decir, no podra
existir un nivel regional de gobiemo en Mxico. Por ello, la planeacin regional se
concibe como operativa y las visiones regionales se materializan fundamentalmente por
medio de acciones de coordinacin para ejecutar programas y proyectos de desarrollo y
para la operacin de la administracin pblica en sus tres mbitos de gobierno,

Los problemas del sistema de planeacin


El Sistema Nacional de Planeacin no ha estado exento de la crisis de la planeacin en
general, la cual ha trado consigo la implantacin de modelos que favorecen las concepciones derivadas de la lgica del mercado privado que actan con amplia libertad.
El neoliberalismo en la economa y Sus consec~enciasen la reforma del Estado han
provocado un retraimiento de ste, trasladando funciones tradicionalmente pblicas a
organizaciones, corporaciones o empresas sociales y privadas.
Las consecuencias inmediatas en los esquemas de planeacin gubernamental han

NOTAS
SOBRE DESARROLLO Y PLANEACI~NREGIONAL EN MXICO

sicin de los conceptos, mtodos y tcnicas de planeacin convencionales, en relacin


con los planteamientos neoliberales, y, por la otra, la sustitucin de esquemas de decisin "empresariales" por aqullos desarrollados por la poltica tradicional mexicana.
Existe un reconocimiento generalizadopor parte de polticos, profesionales y acadmicos sobre la ineficacia histrica en la aplicacin del proceso de planeacin en el
mbito global, sectorial y espacial, no obstante la existencia de un arraigo importante a
nivel gubernamental de dependencias y documentos de planeacin en los tres mbitos
Si bien la crtica se ha centrado en el cumplimiento de las polticas y acciones determinadas en planes y programas, la realidad es que muchos de estos documentos han
carecido, desde su estructura, de una vinculacin efectiva con los procesos de toma de
decisiones en la esfera poltica.
Los planes no han sido diseados para que sean los documentos polticos que guan
la accin de los gobiernos. Su carcter eminentemente tcnico, separado de los procesos reales de decisin, ha provocado que su cumplimiento sea relativo. Se observa, en
consecuencia, que los planes se elaboran y aprueban sin que exista de por medio la
suficiente intencionalidad poltica que garantice su cumplimiento y sobre todo que genere consecuencias concretas derivadas de su incumplimiento. Nos encontramos con
planes que estando presentes en el discurso poltico estn ausentes en muchas de las
decisiones que orientan el desarrollo.
Contradictoriamente, durante el ltimo decenio del siglo xx se observ una
revaloracin de ciertas facetas de la planeacin, bsicamente las relativas a la planeacin
econmica global. En efecto, la determinacin de una transformacin de la economa
nacional y del papel del Estado en el proceso de desarrollo como proyecto poltico al
que se le ha otorgado la mayor prioridad, gener la necesidad de reestructurar el sistema
de planeacin y crear las condiciones para cumplir los propsitos del proyecto.
Las polticas sobre deuda externa, reduccin y control de la inflacin, apertura comercial -especialmente con los otros pases de Norteamrica-, control del gasto pblico, desincorporacin de empresas y entidades pblicas, desregulacin y apoyo a la
inversin y concertacin para la contencin salarial, generacin de empleo y elevacin
de la productividad, son ejemplos de la existencia de procesos de planeacin, que por su
congruencia con el proyecto poltico y econmico y alto grado de cumplimiento no
tienen antecedentes en la historia contempornea del pas.
En contraste con lo anterior, la planeacin sectorial y espacial parecieran no haber
sufrido esta transformacin con la misma profundidad, ni haber sido beneficiadas con
iguales niveles de voluntad poltica para su aplicacin.
Un anlisis comparativo de la evolucin ocurrida en los ltimos diez aos entre la
planificacin econmica global, por un lado, y la relativa a los sectores de la economa
y del desarrollo social y la planeacin espacial, por el otro, hara evidente las diferencias comentadas.

Se podra concluir, entonces, que ha sido la poltica econmica la que ha nucleado


los procesos del desarrollo nacional y en consecuencia ha concentrado los esfuerzos
tcnicos y la voluntad poltica para planear, aplicar y evaluar sus resultados.
El carcter nacional y estratgico de este modelo de planeacin y su aplicacin
altamente concentrada en el Poder Ejecutivo Federal ha generado la presencia de cuando menos tres maneras de planificar el desarrollo en el pas:

La primera, correspondiente a la planeacin econmica nacional, caracterizada por


su orientacin estratgica, un alto nivel de congruencia con el modelo que la sustenta y
una importante voluntad poltica en su cumplimiento, aunque los resultados no han sido
los esperados, como lo muestra la crisis de diciembre de 1994.
La segunda, correspondiente a la planeacin sectorial y espacial nacionales, con
ausencia casi total de la planeacin regional y caracterizadas por una orientacin indicativa tradicional por su dependencia de la planeacin econmica, menor fuerza poltica en su aplicacin y menor efectividad.
La tercera, correspondiente a la planeacin estatal y municipal, stas al igual que la
anterior no han rebasado los conceptos y formas tradicionales, pues han estado ms
cerca del discurso que de la accin poltica. Destaca en estos mbitos de gobierno una
mayor preocupacin por la planeacin territorial, especialmente la urbana.
Estas apreciaciones no son absolutas, pues existen importantes diferencias en los
procesos de planeacin entre diferentes sectores o entidades federativas y municipios.
Lo que se pretende destacar es la existencia de una crisis de legitimidad de la planeacin,
la que no ha logrado ofrecer suficientes alternativas a las necesidades de transformacin y modernizacin del pas. La vigencia poltica de 10s planes y programas ha venido
siendo sustituida paulatinamente por un proceso de decisiones, condicionado por factores polticos y financieros coyunturales.
En Mxico, en diversas entidades federativas se han elaborado de manera sistemtica los planes y programas de desarrollo, se han creado heas institucionales responsables de esta funcin y se han logrado avances sustantivos en 10sprocesos de participacidn
de la sociedad, adems de haberse mejorado la legislacin y tecnologa para planificar.
Sin embargo, existe una apreciacin generalizada a nivel pblico y social sobre la
baja efectividad en el cumplimiento de dichos instrumentos.
Son tres los factores fundamentales que determinan estos problemas:
a) Valoracin poltica que se otorgue al sistema de planeaci6n:
Planificar es un ejercicio sociopoltico de toma de decisiones basado en un proceso que parte del conocimiento profundo del fenmeno a planificar; de la determinacin de propsitos de transformacin de dicho fenmeno; del disefio de los
caminos y acciones que conjuntamente seguirn 10s actores sociales involucrados

NOTAS
SOBRE DESARROLLO Y PLANEACI~NREGIONAL EN MXICO

para alcanzar dicha transformacin, y de la creacin o incorporacin al proceso


de los mecanismos e instrumentos de orden econmico, jurdico, social o administrativo que facilitan la aplicacin de las decisiones acordadas. Todo ello - o r d e nado bajo un mtodo especfico- se asienta y se formaliza legalmente en
documentos, que no son otros que los planes y programas.
La planeacin del desarrollo es entonces una necesidad en el proceso de gobierno, porque a travs de ella se conocen y analizan los fenmenos y problemas
de la sociedad, se preven escenarios, se determinan rumbos y sobre todo se acuerdan las acciones a realizar entre sociedad y gobierno, adems se comprometen
los recursos para su logro. Su carcter poltico deriva del propio proceso de acuerdos sobre modos y formas del desarrollo y sobre las decisiones que cotidianamente
se toman para avanzar en el rumbo acordado.
La planeacin deriva de la poltica y es parte de la poltica. Consecuentemente, el grado de importancia asignado a los planes y programas de desarrollo y al
proceso de su aplicacin y cumplimiento es un asunto poltico.
Cuando los planes acusan un alto grado de incumplimiento, ya sea porque las
decisiones no corresponden a lo acordado en ellos o porque simplemente no forman parte de dicho proceso de toma de decisiones, no obstante que en el discurso
poltico se asumen las decisiones como producto de los planes, nos enfrentamos a
una planeacin que slo cumple con un papel de legitimacin ideolgica del quehacer pblico, al poner por delante un discurso coherente basado en documentos concertados que es asumido a nivel social, independientementede su aplicacin real.
b) Niveles de obligatoriedad de las polticas, estrategias y acciones concertadas en
planes y programas, as como las consecuenciasque derivan de su incumplimiento:
La voluntad poltica de asumir como gua para la accin pblica y social lo acordado en planes y programas de desarrollo requiere como contraparte la existencia
de estructuras, mecanismos y procedimientos que garanticen su cumplimiento, a
fin de evitar el carcter voluntarista en su aplicacin.
Existen mecanismos claros y obligatorios que rigen el ejercicio y destino de
los recursos pblicos y que tambin ofrecen a la sociedad y al Estado altos niveles
de transparencia en estos procesos. La legislacin en la materia es amplia y se
han creado dependencias gubernamentales que atienden este propsito. Para la
aplicacin de planes y programas de desarrollo, sean stos de orden global, sectorial o espacial, no existen esfuerzos similares, no obstante que la legislacin establece la obligatoriedad de su cumplimiento.
La subjetividad que envuelve las polticas y acciones de desarrollo permite
que se mantenga un cierto nivel de voluntarismo en su aplicacin y sobre todo en
la medicin de los efectos positivos esperados.
La carencia de mecanismos permanentes y sistemticos de evaluacin de los
impactos de las polticas y acciones establecidas en los documentos de planeacin
71

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

es una de las limitaciones ms importantes del sistema, con lo cual los planes y
programas se convierten en documentos indicativos que pueden ser aplicados o
no, segn las circunstancias, adems limitan la medicin de su eficiencia a la
correlacin programtica entre metas Y r~cursos.
c) Congruencia entre los documentos de planeacin y 10s procesos de toma de decisiones con relacin a la realidad social por planificar:
Los problemas que enfrenta el desarrollo son producto de las contradicciones
sociales que derivan del proceso histrico nacional y estatal. En este sentido se
ubican en el modelo de desarrollo y, por tanto, Por encima de los procesos de
planeacin. Por otra parte, la presencia o desatencin de estos problemas tambin
es producto de la insuficiente voluntad poltica para aplicar y evaluar las acciones concertadas en planes y programas, as como de inconsistencias en el propio
sistema de planeacin.
Los planes y programas como documentos que deben ser la gua para las acciones de desarrollo presentan limitaciones que en general la planeacin no ha
superado.
Si bien cada caso presenta peculiaridades, en general 10s planes no representan en su contenido de manera adecuada a 10s feMhenos y problemas por atender, pues son documentos ms bien descriptivos que analticos; no integran todas
las posiciones socio-polfticasinvolucradas, especialmente en los sectores y asuntos con posiciones sociales divergentes. Presentan limitaciones en cuanto a 10s
procesos y mecanismos de aplicacin, seguimiento Y evaluacin, dejando lagunas esenciales para que la sociedad Y el propio Estado puedan conocer de 10s
avances logrados con altos niveles de certeza; en general son documentos ngidos y por ello son rebasados por la realidad social, Y de esta manera pierden
vigencia.
La consecuencia general de estos problemas es el alejamiento de la planeacin
del proceso de toma de decisiones. Con ello, este Proceso reduce su eficacia y
congruencia al basarse ms en 10s anaisis de coyuntura para decidir qud en las
previsiones y propuestas del plan o programa respectivo.

Desarrollo regional y regionalizacin


Desde la dcada de los cincuenta se han aplicado diversas regionalizaciones en la administracin gubernamental de Mxico.
Ha prevalecido sin embargo el enfoque geografico Para la definicin de las regiones
y el sectorial para su operacin. En consecuencia, la accin pblica no ha logrado vincularse de manera amplia a las necesidades propias de cada regin.

NOTAS
SOBRE DESARROLLO Y PLANEACI~NREGIONAL EN MXICO

Es comn encontrar que cada dependencia y organismo sectorial del Poder Ejecutivo
Federal y de las entidades federativas ejercen sus atribuciones y recursos sin considerar
en su justa dimensin el impacto regional de sus acciones, y mucho menos el que provocan los dems sectores en un mismo espacio regional.
Ms an, cada dependencia y organismo, especialmente en los estados, ha establecido su propia regionalizacin, asimismo ha identificado residencias,jurisdicciones, distritos, delegaciones o coordinaciones,entre otras, sin que exista una poltica de coincidencia
entre ellas, lo que deriva en ineficiencias y costos administrativos excesivos. En el caso
federal, estas divisiones territoriales operativas coinciden generalmente con las entidades federativas.
La regionalizacin es una herramienta de la planeacin y de la administracin pblica de gran versatilidad, ya que se puede adecuar a los objetivos concretos para los
cuales se delimita. Es tambin dinmica, porque se ajusta a las transformaciones
socioespaciales y permite aplicarla de manera que cumpla con propsitos de desarrollo
para distintos plazos. As, una regionalizacinpuede cambiar y ajustarse en el tiempo, o
bien pueden coexistir varias regionalizaciones cumpliendo cada una un objetivo especifico. Su objetivo primordial es aprovechar los recursos y oportunidades que ofrece un
territorio determinado, para alcanzar propsitos de desarrollo preestablecidos por la
sociedad y su gobierno.
Administrativamente, su objetivo es establecer y mantener mecanismos de operacin que permitan, por un lado, descentralizar y desconcentrar funciones de la administracin pblica en forma permanente y, por el otro, atender coordinadamentelas demandas
de servicios de la poblacin en el menor tiempo posible y con la mayor calidad.
Bajo esta perspectiva pueden existir tantas regionalizaciones como objetivos o acciones pblicas para el desarrollo, a la vez es conveniente sin embargo establecer una
regionalizacin bsica que permita al gobierno establecer sus polticas generales de
desarrollo, coordinar sus esfuerzos sectoriales con los territoriales y orientar la inversin pblica de acuerdo con estrategias particulares en cada regin.
Una regin es por principio un espacio subnacional (o subestatal); por ello, el objetivo de la regionalizacin es subdividir el territorio de acuerdo con los propsitos especficos. Su definicin obedece a la combinacin de caractersticas geogrficas y
socioeconmicas, vocacin productiva y a los propsitos pblicos para resolver sus
problemas o poner en valor su potencial.
As, en Mxico coexisten regiones homogneas, caracterizadas por la similitud de
condiciones geoeconmicas y/o ambientales, con regiones nodales caracterizadas por
su dependencia en torno a una zona metropolitana o un centro urbano, con regiones en
las que destacan ciertas condiciones de desarrollo o la presencia de pueblos indgenas.
Desde la perspectiva de objetivos pblicos de desarrollo, pueden igualmente determinarse regiones. Es el caso de "regiones plan" para atender una estrategia de desarrollo especfica o aprovechar una "vocacin productiva" (industrial, agropecuaria, tun'stica,

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NAC~ONAL

etc.), o regiones administrativas para organizar la prestacin de algn servicio o la administracin de la accin pblica (distritos rentsticos, delegaciones de servicios de
salud, educativos, entre otros muchos).
Finalmente, existen tambin "mbitos territoriales de actuacin" que, sin ser regiones en sentido estricto, representan "porciones" de territorio con caractersticas peculiares que exigen de algn tratamiento particular.
Ejemplos de ello, pueden ser "corredores de desarrollo" o centros tursticos localizados en regiones diferentes pero que requieren de polticas homogneas, entre otros.
La unidad territorial de regionalizacin en el mbito nacional es el estado, y a nivel
estatal, el municipio. De ah que se entiende a la regionalizacin tambin como
subconjuntos de estados o de municipios contiguos que configuran un espacio unitario
y atienden un propsito especfico.
La propuesta de regionalizacin debe ser dinmica y adaptable y orientarse a cumplir la imagen objetivo de desarrollo que se ha planteado para el pas o, en su caso, para
un estado. En este sentido permite su aplicacin inmediata, pudiendo ajustarse a lo
largo del tiempo para facilitar la programacin de la accin pblica en el corto y mediano plazos (desde el inicio de una gestin gubernamental hasta su conclusin), a partir de
una perspectiva de largo alcance. En la determinacin de una regionalizacin debe considerarse la importancia actual, el potencial, la competencia y complementacin existente entre las regiones y sus centros nodales, Por su capacidad de atraccin de actividad
productiva y poblacin.
Un elemento fundamental a considerar es la estructura de comunicaciones y trans-

Finalmente, se requiere considerar la capacidad actual y el potencial del sistema


urbano-metropolitano y los centros de poblacin que 10 integran, para atender las necesidades de cada regin en un marco de ordenamiento territorial y sustentabilidad ambiental. As, desde la perspectiva de la promoci6n del desarrollo, las regiones requieren
ser articuladas en tomo a sus centros de poblacin integrados en el sistema urbano,
entendido ste como una estructura jerrquica de centros de poblacin de acuerdo con
su poblacin, la magnitud de sus funciones econmicas, sociales, culturales y polticas
dentro de la regin y los enlaces de cada uno con el resto de la red.
Cada centro de poblacin por regin debe tener asignado un papel en el desarrollo,
de manera que sea posible localizar con mayor eficiencia los equipamientos de nivel
local (centro de poblacin), municipal, micromgional (y metropolitano), estatal, regional y nacional, y administrar las inversiones pblicas por su mayor impacto,
La premisa fundamental parte de la necesidad de asociar el crecimiento econmico
con la urbanizacin como parte de la poltica de desarrollo que busca sacar provecho de
74

i
1

los recursos y potenciales de la regin y alcanzar un nivel de especializacin que le


permita destacar del resto de las regiones y proponer un proyecto ms autnomo.
En la actualidad y en el futuro, las consecuencias de los procesos de desarrollo econmico son altas tasas de urbanizacin, cabe aclarar que Mxico es un pas mayoritariamente
urbano. Una sociedad comprometidacon la modernizacin de su economa debe considerar a la urbanizacin como plataforma de dicha modemizacin y como su consecuencia.
El desarrollo rural debe asumirse bajo nuevas polticas que incorporen la produccin agraria a la dinmica del desarrollo bajo un enfoque regional. Desde esta ptica, es
necesario valorar estrategias que faciliten la concentracin de poblacin en pueblos y
ciudades que se refuercen para ello, lo que implica igualmente, valorar el arraigo de la
poblacin en el campo o la migracin campo-ciudad, como fenmenos intrnsecamente positivos o inadecuados y no deseables, respectivamente.
En consecuencia, la poltica de desarrollo requiere asumir, segn condiciones y regiones concretas, a la concentracin de la poblacin en un sistema urbano planificado
como deseable, para elevar la productividad y el nivel de vida, considerando que la
concentracin puede reducir riesgos de deterioro sobre la naturaleza y facilitar la organizacin y conduccin de la economa,

Objetivos del desarrollo regional

'

El desarrollo regional debe ser factor de planeacin, integracin y orden, capaz de lograr la coincidencia de acciones y recursos federales, estatales y municipales en un
mbito territorial determinado. Requiere no slo de acciones tendientes a abatir candiciones de marginacin y pobreza, sino tambin aquellas que propicien un proceso de
desarrollo de la base productiva y una continua creacin de empleos bien remunerados.
Los objetivos de la poltica regional deben ser consistentes con los retos que demanda, por una parte, la insercin de la nacin en la globalizacin y, por la otra, sus necesidades productivas y sociales -especialmente la pobreza-, los procesos crecientes de
urbanizacin y metropolizacin, as como el desarrollo de sus estructuras rurales.
De ah que los objetivos generales del enfoque regional del desarrollo sean:

a) Elevar el nivel de bienestar de la poblacin, implantando un modelo de desarrollo de la economa y un modelo de ingreso pblico integral y de largo plazo que
facilite el abatimiento de la pobreza, la reordenacin territorial, urbana y ambiental, la integracin de las actividades rurales al desarrollo y la promocin del crecimiento de la economa. En este sentido, se requiere hacer del empleo y del
bienestar social de la poblacin asentada el hilo conductor de los programas, con
el desarrollo de proyectos productivos, de infraestructura y de desarrollo social.

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

b ) Modificar las tendencias de localizacin de las actividades econmicas y de poblacin para disminuir la hiperconcentracin del Valle de Mxico y la que est
surgiendo en otras metrpolis, las disparidades regionales y as inducir un desarrollo regional y un sistema urbano ms equilibrado.
c) Conjuntar los esfuerzos y recursos tanto del gobierno en sus tres mbitos como
de los promotores-inversionistas y de las organizaciones sociales, con el propsito de generar un proceso de desarrollo en cada regin que sea "apropiado" y
"asumido" por su poblacin y que tenga una visin de largo plazo.
d) Promover programas de desarrollo y, en general, acciones pblicas y privadas
que tengan como meta el desarrollo regional equilibrado, tanto en lo social como
en lo territorial. Para ello es necesario realizar proyectos en las regiones y cuidar el
debido encadenamiento entre ellos adems de que sus impactos sean positivos en
la regin como un todo.
e) Conducir todas las acciones en la regin hacia su ordenamiento tenitonal y SU
sustentabilidad ambiental. Por ello, toda accin de desarrollo contemplar sus
consecuencias en el ordenamiento del tenitono en general, en el sistema urbano
y en la sustentabilidad de un ambiente renovado.
fl Ejecutar en plazos breves los programas de desarrollo de cada regin. stos se
integrarn por proyectos que iI'nWlucren a todos 10s sectores y centros de poblacin de las regiones, lo que implica crear condiciones particulares para incentivar
la procuracin y obtencin de recursos Y la aplicacin de obligaciones fiscales
para ampliar las fuentes y los montos de recursos fhancieros, considerando adems de manera vital el papel de 10s Promotores, inversionistas y productores,
para alcanzar amplios niveles de inversin en periodos cortos.
g) Propugnar por un modelo integral y de largo plazo para el desarrollo regional, con
la participacin amplia y directa de 10s actores sociales involucrados, especialmente la sociedad local y SUS organizaciones. Esto implica una amplia difusin de los
programas y proyectos regionales, altos niveles de educaci6n en la sociedad, mltiples oportunidades de capacitacin del Personal bvolucrado en su ejecucin y creciente productividad de las inversiones Para enfrentar competitivamente nuevas
actividades en cada regin, adecuadas a sus vocaciones econmicas.

Programas para el desarrollo regional


Los programas regionales contienen las esbategias que identifican la Corresponsabilidad
de acciones de los h b i t o s federal, estatal Y municipal Para la consecucin de 10s objetivos y polticas de desarrollo, que tienen como ''hilo conductor'yel desarrollo de la regin.
El diseo y ejecucin de estos programas debe realizarse de forma "matficialwcon

que y rumbo el cumplimiento de objetivos y metas del sector correspondiente, los primeros
se orientarn a garantizar que cada accin sectorial responda a los objetivos y prioridades
de desarrollo determinados para la regin. Segn este criterio, corresponder a las dependencias y organismos sectoriales ejecutar las polticas, proyectos e inversiones, y a las
coordinaciones regionales orientarlos y coordinarlos en el mbito de cada regin.
El reto consiste en contar con programas integrales de desarrollo para cada regin,
asumidos por los gobiernos de las unidades poltico-territoriales que los integran, con
visin amplia y de largo plazo, pero que aterricen con propuestas concretas para el
periodo de administracin gubernamental.
El diseo y ejecucin de los programas implicar adems varios esquemas de coordinacin:
a) Con las polticas y acciones de desarrollo urbano y de proteccin al ambiente, en
las cuales ms que sectores son mbitos de actuacin gubernamental.
b) Entre los estados de la regin (o los municipios) para garantizar su participacin
y un verdadero enfoque interestatal (intermunicipal).
c) Entre el gobierno federal, por un lado, y los gobiernos estatales y municipales por
el otro, armonizando inversiones, prioridades, encadenamientos y plazos de actuacin, de manera que multipliquen el valor de las inversiones que cada mbito
de gobierno maneja.
d) Entre el gobierno y las empresas y organizaciones de la sociedad, para sumar
esfuerzos en la direccin de las estrategias aprobadas en el plan.

Los programas regionales deben sintetizar las previsiones, no s610 del sistema nacional (y estatal en su caso) de planeacin, sino tambin de los estatales y municipales
correspondientes; igualmente, requieren estar plenamente coordinados coii los planes y
programas urbanos y ambientales. Por lo mismo, requieren en el interior de la administracin pblica de acciones intersecretariales congruentes, y en el exterior de acciones
concertadas con los diferentes sectores.
Es de fundamental importancia establecer que los programas de desarrollo regional
deben ser tambin de ingreso pblico, ya que se orientan a fomentar y facilitar acciones
productivas en favor del empleo y del bienestar social, teniendo en mente que dichas
acciones repercuten favorablemente en la Hacienda pblica mediante la tributacin y
las aportaciones, las que a su vez derivan del desarrollo econmico y las acciones de
ordenacin territorial y ambiental.
En la elaboracin de los programas regionales ser fundamental la evaluacin de las
condiciones de cada regin para dimensionar los distintos grados de desarrollo alcanzado, sus fenmenos y problemas particulares y sus perspectivas y potencial de desarrollo
econmico, social, territorial y ambiental.

ELDESARROLLO REGIONAL COMO ESTRATEGIA TERRITORIAL PARA EL DESARROLLO NACIONAL

Desarrollo regional y descentralizacin


Para impulsar el desarrollo regional es indispensable emprender una estrategia que haga
nfasis en la descentralizacin, que apoye la desconcentracin de la actividad econmica y promocione el desarrollo urbano y rural.
La descentralizacin implica la voluntad poltica de trasladar recursos, funciones y
competencias a las entidades federativas y a los municipios. Incluye acciones de desconcentracin regional, y a la vez delega la autoridad y el poder del gobierno para hacer ms
eficiente la accin pblica y dan respuesta a las exigencias de democratizacin de los
procesos de toma de decisiones de los actores sociales locales por una parte, y de modernizacin gubernamental por la otra, con lo cual se fomenta la eficiencia administrativa y
se avanza en la legitimidad democrtica que debe sustentar toda accin de gobierno.
Por lo anterior, la poltica regional se debe enmarcar en los objetivos de descentralizacin gubernamental como condicin para el fortalecimiento econmico, poltico, social y administrativo de las entidades federativas y los municipios, y tiene como sustento
la desconcentracin de actividades y recursos pblicos, los cuales reducen las limitaciones que presenta un modelo gubernamental todava muy concentrado en el Ejecutivo
federal y en el de los estados.
Se debe apoyar fundamentalmente a 10s municipios para que obtengan mayores capacidades autonmicas y de conduccin del
por parte de la sociedad local, de
manera tal que desde el Ejecutivo federal y 10s estatales se debiera atender y promover
el desarrollo regional e interestatal (e intermunicipal), adems de la conduccin del
proceso general de desarrollo del pas (y de la entidad en su caso).

Mecanismos e instrumentos de coordinacin regional


Los mecanismos de coordinacin para el desarrollo regional requieren partir de una
visin integral de la planeacin nacional (estatal en su caso). En este sentido, se entiende al desarrollo regional como parte del d ~ ~ a r r o lgeneral,
lo
Y Por ello resulta conveniente integrar la coordinacin del desarrollo regional con la propia de la planeacin y
programacin.
Desde el punto de vista regional, estos mecanismos se orientarn a:

a) La elaboracin y ejecucin de 10s Programas Para cada una de las regiones de


desarrollo, emanados del plan nacional (estatal) Y armonizados con los programas sectoriales, los urbano-metropolitanos Y 10s de Proteccin al ambiente.
b) El diseo de una estrategia normativa de coordinacin de las acciones de todos

NOTAS
SOBRE DESARROLLO Y PLANEACI~NREGIONAL EN MXICO

c) El diseo de una estrategia de concertacin entre el gobierno federal y los estatales y municipales, especialmente para los proyectos, inversiones y acciones de
carcter inter o multiestatal (inter o multirnunicipal).
d) La desconcentracin de funciones y atribuciones de la administracin pblica a
las cabeceras regionales (especialmente en los estados), de acuerdo con las condiciones concretas de cada dependencia y organismo auxiliar.
e ) La programacin, presupuestacin, distribucin y aplicacin de los recursos -especialmente de inversin- y evaluacin de la accin pblica, a partir de las prioridades regionales concertadas con cada sector de la administracin. Ello implica
la conformacin de la vertiente regional en el presupuesto de egresos de la federacin (y en el de los gobiernos estatales).
f ) El diseo de estrategias de participacin de los estados (y de los ayuntamientos)
y de las organizaciones y empresas de la sociedad, en la conformacin,ejecucin y
seguimiento de las polticas y proyectos de desarrollo regional.

El gobierno federal (y los estatales) requerir de nuevos instrumentos orgnicos y


administrativos para ejecutar las polticas de desarrollo regional, diseados desde una
perspectiva integral que elimine los riesgos de lagunas o duplicidad de funciones con
dependencias del Poder Ejecutivo.
Mientras que a nivel federal, probablemente el instrumento principal para coordinar
las polticas regionales, al igual que las sectoriales, sern los gabinetes especializados o
comisiones intersecretariales, en el nivel estatal podra ser el Comit de Planeacin para
el Desarrollo Integral del Estado (Coplade). Este Comit debiera ser renovado en cada
entidad, teniendo carcter normativo y coordinando la planeacin integral estatal. Debiera ser responsable del diseo, programacin, presupuestacin, seguimiento y evaluacin
de las polticas, proyectos y acciones de desarrollo que realiza el gobierno, y dara seguimiento y apoyo a las que desarrolla la sociedad por medio de empresas y organizaciones.
Con ello, el Poder Ejecutivo federal (y los estatales) contara con un instrumento
para promover ordenadamente el desarrollo del pas (y los estados), desde la perspectiva sectorial y regional y no s610 de programacin de las acciones del gobierno.

Segunda parte

De megalpolis a metpolis, de metpolis


a metarregin, futuro de la regin Centro?
Jorge R..SerranoMoreno,
Centro Regional de Investigaciones
Multidisciplinarias de la UNAM

lector el presente ttulo le parezca poco claro. Si la oscuridad se origina en el neologismo de los trminos "metpolis, metarregin", ese tipo de oscuridad
se espejar por s misma en el texto. En cambio, existe otro aspecto que es importante
aclarar de entrada, ya que da la orientacin propia al presente trabajo. Me refiero a que
ste, en vez de estar enfocado a presentar y desglosar empricamente rasgos o caractersticas que circunscriben y especifican a la Regin Centro del pas (RC)-ejercicio que
hemos hecho en nuestro libro De frente a la ciudad de Mxico (Serrano, 1996)-, lo
que le preocupa por ahora es: tratar de captar la marcha o movimiento, la punta del
hacia dnde de la RC,e incluso de las regiones en desarrollo en general, cuando se dan en
el contexto de la dinmica contempornea. Somos conscientes, por lo dems, de que
esto es un campo movedizo donde s610 tiene sentido la aproximacin. Pero creemos
que un ejercicio de este tipo, aunque practicado menos frecuentemente, puede arrojar
ciertas luces provistas de no poca utilidad.
Con ello se pretende lograr una interpretacin que ponga en su debido relieve a
cierto tipo de fenmenos caractersticos de la contemporaneidad y su posible relacin
con tradiciones an actuantes en el presente. Si se busca darles mayor relieve es para
subrayar su centralidad olvidada y su capacidad de incidencia en el desarrollo futuro de
tales regiones. En el fondo lo que se busca es una interpretacin que esclarezca situaciones susceptibles de confusin sobre lo contemporneo de regiones hoy en dinmicas de
desarrollo/subdesarroIlo.
UIZA

A ALGN

ELIVIXICO CENTRAL. METAPOLIS

Y DESARROLLO REGIONAL

Cabe tambin decir que, en un orden vecino de ideas, nos interesa mover algunos
ngulos de observacin y reflexin sobre la RC y las regiones en desarrollo -aunque
tomando a la RC como caso tpico- en el sentido de explorar cierto tipo de lenguaje que
ha sido menos comn en el seno de la comunidad regionalista urbanloga mexicana.
Quiz influido por L. Wittgenstein (1973) y sus preocupaciones en tomo precisamente al lenguaje, parto de su premisa de que siempre estamos pensando y conociendo
dentro de los parmetros de un determinado lenguaje. ste ser entonces un ejercicio
cuyo propsito es sacar por un momento el discurso urbano regionalista en Mxico de
10s marcos tradicionales en que ha estado por 10 general movindose y que son de corte
fuertemente geosocioeconmico, marcos en 10s que yo mismo he estado con frecuencia
desenvolvindome. Es tomar ahora la idea-metfora de Wittgenstein de que mientras
estemos en los parmetros de un determinado discurso siempre estaremos pensando y
haciendo nuestras relaciones analticas dentro de un solo y mismo lenguaje, en el cual
estamos apresados como una mosca en una botella. mies bien, y qu pasara si le quitamos el tapn a la botella y la dejamos volar en la habitacin?, y si abrimos la puerta
de sta?, o qu, si no se pudiera ni siquiera quitar el tapn ni abrir la puerta?, y cmo
llegaremos finalmente a conocer mejor el potencial todo de las mltiples energas all
involucradas y sus formas varias de esmct~rarse?
Esto baste a modo de introduccin. Entremos Ya en materia, alejndonos aparentemente del ttulo -y aun de la Rc- en la primera Parte, para acercarnos de nueva
cuenta a ellos en la segunda parte. Con el fin de buscar captar la marcha o movimiento
de las regiones, el hacia dnde de las mkmas en su contemporaneidad propia, en la
primera parte discutiremos, vistos desde la problemtica regional, enfoques que pueden ser claves interpretativas menos COmunes, como son concretamente los de modernidad, posmodernidad y deconsmicci6n-En la segunda Parte volveremos sobre nuestro
ttulo y lo revisaremos, para empezar con la precisin del significado y notas distintivas de los neologismos ya aludidos, Y a~rovecharemosPara terminar las consideraciones de la primera parte. Desde luego, todo de manera breve -a riesgo de sacrificar
matizaciones de suyo importantes- pero con la ventaja de ganar en esfuerzo de panormica sintetizadora.

Primera parte
Por qu nos interesa el enfoque de la modernidad visto desde el h g u l o regional, y
viceversa? En primer lugar porque su eje 0 fulcro ha influido, ms de lo que normalmente hacemos explcito, en el trabajo academico que
sobre las regiones; y
en segundo, porque a partir de ese eje hemos de~adO
que sea penetrado nuestro campo
del anhlisis urbano-regional por un sinndmero de mitos y posiciones que cada vez ms
se han revelado como contradictorios 0 como actuando preclsamentc e" Pro de aquello

que supuestamente iban a remediar. La medicina resulta peor que la enfermedad: impide
que el cuerpo, en este caso cuerpo social, pueda actuar debidamente.
Si queremos recoger en corto lo que constituye ese eje o fulcro de la modernidad,
cul sera? Lo podramos formular as: la modernidad est anclada y adems atravesada por el sueo cartesiano de la fundamentacin; a saber, hallar la piedra angular sobre
la cual erigir el edificio firme de la razn y la voluntad de dominio que le ha ido aparejada. Tal edificio, en nuestro campo, se ha traducido en la construccin tanto de la teora
urbano-regional y su ciencia, como en entrar apoyados en ellas a la aplicacin
racionalizante de las mismas en las regiones, urbes y sus fenmenos. Es el sueo ilustrado de la razn como instrumento de la edificacin de regiones transparentes que entren
con el pie derecho por la va del progreso. En este impulso de fundamentacin
racionalizadora y de voluntad de dominio, cabe recordarlo, es donde surgieron tanto los
empeos mayores de la planeacin regional, de la creacin de polos de desarrollo, del
diseo reticular estructurado de vas de comunicacin terrestre, o de creacin de parques industriales, no menos que los de mltiples explicaciones tericas regionales y
urbanas, como aqullas de las reas concntricas,la axial y la sectorial, o las desarrollistas,
dependentistas, etctera.
As, la modernidad vista desde esta ptica, tanto de los fenmenos regionales como
de su teorizacin, refleja una concepcin del tiempo como lineal, homogneo y
cronolgicamente-por no decir implacablemente- orientado hacia adelante y abrindose hacia el progreso; e igualmente una concepcin del espacio -tanto urbano como
regional, siempre susceptible y sujeto a la geometra de una lgica de lo extensosujeta al control racionalizador. Lo cual, visto desde un ngulo claramente sociol6gico
es una modemidad que nos aparece como proceso evolutivo de diferenciacin social y
espacial de las estructuras, de la economa, del trabajo y aun de la cultura, siempre a
favor de una complejidad y funcionalidad mayores, como una fuente que se pretende
inintennitente de progreso (Soja, 1989).
Sin embargo, justamente en nuestro estudio de las regiones y ciudades hemos ido
todos constatando que esa modernidad se encuentra atravesada por una serie de fenmenos que van desmoronando uno a uno los mitos y expectativas de aqulla. Vemos
tantos parques industriales semiabandonados o destruidos como smbolos de un fracaso
slo en su silencio proclamado, polos de desarrollo que se convierten ante todo en polos
concentradores del subdesarrollo, o ejercicios sesudos de planeacin regional y urbana
momificados en archivos-cementerios llamados justamente "archivo muerto". Esto es,
nos encontramos ante un eje fundamentador de la certeza de la modernidad. Cabe entonces la pregunta: qu le ocurre a un proyecto que avanza erosionndose desde dentro
de s mismo? La supuesta fundamentacin muestra as sus presupuestos no confesados
y sus enormes dficit de reflexin.
Aqu se podra incursionar en la inmensa gama de condicionamientos oscurecedores

tado y que han llegado hasta persuadimos de una especie de teora del conocimiento
en teora social, la cual nosotros los regionalistas no parecemos dispuestos a
incorporar cabalmente a nuestra propia teora regional-urbana.
Esa tendencia de la modernidad y su influencia fuerte en los estudios y planeacin
regionales y urbanos, sin embargo, no es la nica presente en esos campos. Al lado de ella,
y en buena parte por ella, esto es, por las frustraciones enormes que fue generando, surgi
la visin de la posmodernidad, obviamente a un nivel interpretativo general, pero que
tambin ha tenido su impacto y presencia claros en nuestros campos urbano-regionales.
La posmodernidad, como visin ulterior a la modernidad, lo que subraya es sobre
todo una tendencia fuerte en los mltiples rdenes, hacia la fragmentacin. La pretensin totalizante de la razn y voluntad de dominio en la modemidad, al no cumplir las
expectativas,tiene como consecuencia frente a esta totalizacin la antpoda de la visin
de la fragmentacin.Los elementos de un enfoque totalizador que no puede sostenerse
se desagregan en sus mltiples componentes. Son stos los que realsticamente se pueden conocer, tener en mano y manejar, tanto en 10 fen0mnic0 como en lo teortico
(Hwey, 1980). Surge as la variedad de las perspectivas parciales, lo discontinuo del
tiempo (de la historia) y del espacio (de la geografa).
Una nueva conciencia entra en escena y 10 hace sin nostalgias, sin una ]&lima por los
fundamentos disueltos. La verdad transita ahora, ms que por los caminos de la lgica,
por los de la unidad de la experiencia. Una especie de regin trascendental desata la
imaginacin de lo vivido y su secuela de mitos la compone la mezcla de saberes, de
categoras cognoscitivas, de eclecticismo.
Pero desde una perspectiva sociolgica la posmodernidad nos aparece como una
serie de deconstrucciones: pierden su unidad Y empuje en la sociedad las ideologas y
los grandes relatos de la modernidad
el del progreso-; las tecnologas
inform6ticas tienden a uniformamos funcionalmente. Pero ~610con una aproximacin
mediatizada de la realidad, y Se da as una verdadera des-localizaci6n de la realidad, una
especie de simulacro de espacio y Por tanto de regin y de ciudad; una sectorializacin
progresiva del conocimiento que al especializarse reduce m8s y ms su objeto de estudio; se fortalecen la especializacin Y la metodologa que pueden convivir con una seria
debilidad del pensamiento; la anterior polaridad del mundo en superpotencias se sustituye por una inestabilidad generalizada, Y -muy digno de notarse para nuestro propsito- surge la necesidad de las identidades locales y sobre todo regionales; el mismo
poder poltico se atomiza y diluye en grandes mecanismos annimos; la voluntad de
dominio implacable estalla hecha aicos en desastres eco16gicos y de la tcnica que
destruyen cualquier altivez tecnol6gica: ~ ~ ~ k l 'corporativos
nas
trasnacionalizados deshacen fronteras en el mundo entero; la despolitizaci6n Y desorientacin social de las masas
plantean la exigencia de cercanas y proximidades espaciales y de afiliacidn,
Tanto la posmodernidad como la tendencia a la deconstrucci6n, en ambigedad,
sin embargo, contienen g6rmenes y potenciales de no poca utilidad para renovar nues-

DEMEGAL~POLISA METAPOLIS, DE METAPOLIS A METARREGI~N

tros modos de anlisis y de visin de las realidades urbano-regionales: nos sern no


poco tiles en la segunda parte de nuestro trabajo a la cual pasaremos.

Tal como lo anunciamos al principio, aqu rescataremos la discusin sobre nuestro ttulo. En los ltimos aos -ya desde antes de la presente dcada- la discusin acadmica sobre la RC y la ciudad de Mxico ha venido girando cada vez ms frecuentementeen
torno al tema de la megalpolis: si la ciudad metropolitana se convertir en tal, bajo qu
circunstancias, en qu periodo de tiempo, y qu implicaciones tiene ese rumbo de la
urbe en la RC (Garza, 1985; Hiemaux, 1999; Olivera, 1998). Por nuestra parte hemos
intentado, con un grupo de distinguidos colegas, dar un viraje a ese modo de circunscribir la reflexin sobre la RC, al invertir la centralidad dada tradicionalmentea la metrpoli y otorgrsela al cinturn de entidades circundantes: sera ver la RC desde la circunferencia
al centro y no del centro a la circunferencia (Serrano, 1996). Como se percibe, se trata
de un modelo de tipo espacial. Pues bien, en la ocasin presente estamos proponiendo un
viraje ms, esta vez menos explcitamente espacial y de carcter ms temporal, a saber, la
dinmica del hacia dnde de una marcha an en marcha. As, en vez de continuar la
reflexin sobre el avance de la ZMCM hacia una megalpolis, con sus requisitos y sus
condicionantes, discusin en la que como vimos antes el esfuerzo de varios autores ha
penetrado, proponemos aqu dar otros pasos moviendo el punto de inflexin presente hacia
un escenario de futuro donde la RC experimentara el fenmeno de una transformacin:
de megalpolis a metpolis, y de metpolis a metarregin.
Pero, ja qu nos referimos al hablar de metpolis y metarregin? La partcula meta
de origen griego (igual que el vocablopolis) indica un ms all, un despus, un proceso de
transformacin que lleva al concepto a que se aplica a un ms all del mismo. Entonces, si
etimolgicamente megalpolis denota una polis grande con determinadas caractersticas que definen el tipo y requisitos de dicha magnitud como para poder hablar tcnicamente de megalpolis, metpolis la denotar como una polis que se remonta a un
despus y ms all de la polis, esto es, la refiere a un proceso de transformacin que
llevar a sta ms all de s misma. Algo equivalente habr que entenderse bajo el
trmino metarregin.
Se notar que hemos preferido hablar aqu de polis en vez de ciudad. Esto tiene en la
presente discusin una connotacin importante, ya que al hablar de ciudad se suelen
perder rasgos fundamentales de lo que implica el trmino original polis. No se trata
tanto de hablar de "una ciudad que queda rebasada como ciudad" sino de una ciudad
cuya naturaleza va, por lo menos en cierto sentido, ms all de s misma. Y esta perspectiva es igualmente vlida en nuestra definicin para la metarregin, aunque la etimologa del trmino regin sea de otro tipo. Pero aquel rasgo de un ms all que cambia de
87

EL~

X I C CENTRAL.
O

METAPOLIS

Y DESARROLLO REGIONAL

naturaleza se mantiene aqu gracias al trmino original griego depolis, y as lo retomamos


por su valor explicativo para nuestros dos trminos presentes.
Este rasgo se compone de los siguientes cinco aspectos -que hipotticamente pueden suceder de alguna manera en la transformacin futura de la ZMCM-:
en primer
lugar, y como punto de partida, cabe considerar el hecho de que todava la polis -no
menos que la regin- mantiene, por as decirlo, una visin idealizada de ciudad, a la
cual la comunidad no le es un elemento extrao o yuxtapuesto, o cuyas estructuras
nieguen la individualidad y repriman los deseos y expectativas de los miembros de la
comunidad en conjunto, como sucede en las condiciones modernas. En la visin de
Mstteles, la polis es naturaeza conforme a la naturaleza y con base en ella (Aristteles,
1977). Esto es, el ser humano es visto ante todo como un animal poltico, o sea como un
animal de la polis (zoon politikn) y sin la cual pierde ese su rasgo fundamental que es el
de ser un animal poltico y as pblico. Lo cual quiere decir, segn el pensamiento
aristotlico griego, que el individuo queda reducido a nada sin la ciudad, es como la parte
que pierde su razn de ser sin el todo. La polis es un modelo que encierra las posibilidades
de convivencia de los ciudadanos de la ciudad. Existe as en la polis un principio interno
que le es autrquico. Y de manera similar nos hemos habituado a ver la regin.
Sera interesante discutir, aunque aqu no 10 haremos por razones obvias de espacio,
si esa nocin de polis est presente, y en qu grado, tambin en la nocin de megalpolis
y aun en la de metrpoli. Pero sin importar en qu punto y momento se da el salto en la
naturaleza de la polis, lo que importa realmente es que se da y que al darse se est
hablando ya de una entidad sustancialmentediferente, por ms que uno no se acabe de
percatar ni saque las consecuencias que de all se derivan y que son de enorme importancia. Las formas espaciales concretas que ha asumido esta visin de la polis a travs
de los siglos van del gora y foro al teatro, atrio, plEi~ao zcalo (Valle M z p e , ]946),
pero ese papel de convivencia qued eliminado en la relacin cosificada del consumidor annimo de los supermercados y mols modernos.
Megal6polis y metarregibn son as, y en primer lugar, una ciudad y espacio s h sentido de comunidad, y por tanto sin ~ ~ p a c i o
des expresi6n, reflexin y decisin de 10
pblico (Tamayo, 1988). El intercambio -pero sin convivencia- se da ahora en la
relacin puntual y privatizada del individuo frente a la mercanca o la pantalla, sea de
televisin o de computadora (Garca Canclini, 1995). ES una deconstmccin en el seno
de la realidad espacial y tambin de la social.
Es tambin, segundo aspecto, un desmoronamiento de aquel mundo mtural y segn
la mturaleza que presupona la polis. Ha sido -y precisamente siguiendo la lnea de la
lgica del pensamiento griego- una dinhmica de bsqueda de la perfeccin por s
misma -idea por lo dems muy griega- a costa de una prdida de los asideros de la
realidad. Un modo de pensamiento que nos ha llevado a un mundo desrealizado. ~~
que la bsqueda de algn objetivo socialmente consensado parece ahora la bsoueda

DE MEGAL~POLISA METAPOLIS,
DE METAPOLIS

A~TARREGI~N

razn y el poder. En metpolis y metarregin ciudad y regin se hunden cada vez ms en


su solipsismo y se alejan de las necesidades humanas ms elementales (Negrete, 1993).
As, otra nota caracterstica de metpolis -no de metarregin y esto es muy importante
observarlo- es la desaparicin en ella de los ltimos rastros de la realidad natural. En
la ciudad la naturaleza casi ya no se ve por ninguna parte, incluso cuando eventualmente hace acto de presencia como objeto artstico tiene que ser sacada de su contexto, desnaturalizada al punto de parecer un objeto tecnolgico original.
Otro aspecto tpico ms de metpolis y metarregin es la desaparicin progresiva del
espacio y tiempo reales que son sustituidos por tiempo y espacio virtuales. Su realidad
va quedando supeditada a la dinmica de la informacin binaria, en bits con cdigos
binarios simplificantes. La tecnologa de las comunicaciones y del transporte tambin
se van sujetando a dichos cdigos. La ciudad antes territorializada se va convirtiendoen
ciudad virtual, en metpolis desterritorializada (IMEGI, 2000).
En metarregin y metpolis lo que hay son trayectorias de circuitos y redes relacionales
que conforman el carcter virtual, extrovertido y simultneamente introvertido de aqullas. Paredes, calles y bloques de edificios no menos que espacios desrticos, montaosos o boscosos son atravesados por las ondas del telfono inalmbrico o de la televisin
a colores. El espacio que se concretaba en masas arquitectnicas y trazos carreteros
queda sustituido por vectores que, aunque tengan longitud y direccin fijas, no tienen
posicin precisada y por tanto ninguna trayectoria particular. Aparece ya la cartografa
de los territorios desterritorializados (Unesco, 2000).
Adems, cuarto aspecto, la relacin entre monumento e historia prcticamente resulta cancelada en los espacios virtuales. A pesar de que sigan presentes con su permanencia los edificios del pasado, la prioridad se va inclinando a los espacios virtuales de la
tecnologa. Para el habitante de hoy la realidad va perdiendo su valor, no s610 de pasado
memorable - d i g n o de memoria- sino de realidad "real" y se convierte s610 en una
imagen en pantalla, en virtual (Wong, 2001). Su presencia es tan lbil como los escurridizos fotones proyectados por el cinescopio. Apenas existe ya el mundo de la fantasa e
imaginacin humanas creadoras constantes de proyectos en el pasado y para el futuro.
El cdigo es frreamente binario. La mosca queda encerrada en la botella. Las relaciones entre los individuos estn atrapadas en los mens de la computadora.
Por tanto, quinto aspecto, el lmite de una metpolis o metarregin no es como una
piel que encierra y protege a un cuerpo sino como una membrana que lo abre hacia su
entorno y lo pone a reaccionar en relacin con l mismo. Claro, teniendo en cuenta que
el medio aparece sumamente complejo y polivalente Esta nota es clave, pues si algunas de las anteriores parecieran -al menos en el sentido de apariencia- conllevar una
tnica de talante negativo, esta quinta incorpora de manera explcita una nota sumamente positiva en el sentido de apertura hacia potenciales hasta ahora poco atendidos.
El lmite de la metpolis y la metarregin les quita ahora la imagen de ciudad o regin
que pareciera relativamente inmovilista, de bloque o monumento esttico cuando son

89

EL~

N C O
CENTRAL. METAPOLIS Y DESARROLLO REGIONAL

vistas desde el exterior -cuya expresin se plasma precisamente en el piano de la


regin o de la ciudad (Delgado, 1991).
Bastan los cinco aspectos anteriores para mostrar que con la metpolis y metarregin
estamos entrando a una realidad de tipo diferente. Sin embargo, es de la mxima importancia hacer ver que aqu estamos usando esos trminos para describir un macrofenmeno
que en los pases en vas de desarrollo tiene rasgos muy especficos que lo convierten en
un fenmeno particular y completamente sui gneris. Si las notas anteriores podan ser
en principio aplicables a pases desarrollados o en desarrollo, debemos recalcar que en
pases en desarrollo, y concretamente en nuestra RC,nuestro caso tpico, el perfil tanto
de la metpolis como de la metarregin adquiere caractersticas muy suyas que no se
pueden simplemente identificar con lo que alguien pudiera llamar "metpolis o
metmegin que estn en vas de desarrollo". Nuestra contencin central aqu es que no
,9610 no necesariamente son tales, sino que el fenmeno que en ellas se gesta tendr un
desemboque totalmente diferente. Esto es, que no se trata de metpolis y metarregiones
que van retrasadas en relacin con las de pases desarrollados sino que seguirn otros
derroteros en su evolucin. Esto 10 explicaremos de la siguiente manera.
En nuestro libro antes citado Defrente a la Ciudad de Mxico, vol. I, cap.8 (Serrano,
1996),uno de los aspectos conclusivos a que llegamos fue el de poder recoger esquemcomo en un haz de significaticamente tendencias globales de la Rc "al es~~cturarlas
cin por la relacin que establecen entre enas al aparecer juntas, [advirtiendo que] se
les debe considerar a cada una de las seis tendencias no como compuesta de dos realidades que se yuxtaponen sino que de tal manera se relacionan que conforman patrones
estmcturales que organizan la caa~terizacinde un fenmeno determinado". Esos patrones globales de tendencias en la Rc son:

a) Concentracinldispersi6n poblacional;
b) concentracin/dispersi6ndel aparato productivo;
C) crecimiento/rejuvenecimientopoblacional;
d) crecimiento/estancamientode los sistemas productivos;
e) procesos de acumulacin/procesos de deprivacin (econmica);
f) clientelismo/marginaci6n social.
Cabe aqu notar dos cosas. Primera, que en cada uno de los &es pares el primer
miembro del par se refiere a algo que fue en Parte generado o propiciado por el segundo,
pero despues sucede que ambos se van haciendo progresivamente discrepantes. como
que entran en una creciente contradiccin. Segunda, ms relevante para nuestra presente discusi6n, que los fenmenos descritos globalmente en los seis enunciados, si se
toman como un solo conjunto unitario, reflejan una dinmica englobante que es la que
puede generar derroteros indditos y diferentes sobre la transformacin en muchos de los
pases en desarrollo. En el extremo, ese conjunto de fenmenos "forzarp al gran sector
90

i' ,1'

de la sociedad que lo encarna a buscar frmulas y modos o modelos diferentes de vivir,


vitalizando en muchos casos sus propias tradiciones y adaptndolos a la situacin actual, ya que el modelo de la sociedad desarrollada les es fuente continua de frustraciones y en el extremo les resulta absolutamente inalcanzable, as como a la sociedad llamada
desarrollada aquel sector de la sociedad le resulta intil y estorboso -aqu desemboca
el caso de la modernidad- con sus inalcanzables mitos y frustraciones que vimos en la
primera parte y que en el fondo, ntese, son el origen ltimo de esta situacin.
Pero como para el sector de elite, que es el que se incorpora a la dinmica desarrollada primermundista, aquel otro sector de la sociedad ya no le es til ni como "ejrcito de
reserva", en la prctica le resulta inservible y por ende no intentar siquiera incorporarlo ni menos abrirle puertas de acceso a un mundo y tipo de vida que esa elite considera
exclusivo -y excluyente.
Cuando el gran sector de los excluidos en las regiones y ciudades de los pases en
desarrollo madure a la conciencia plena de esa su situacin, buscar arreglrselas no
slo para ubicarse en su interaccin con aquel mundo, como lo estamos viendo cada vez
ms en fenmenos como el de las migraciones masivas internacionales de pases en
subdesarrollo a desarrollados, sino sobre todo para encontrar frmulas de vida que no
supongan un modo de relacin con la naturaleza y la sociedad circundantes que les sea
una amenaza sino que les brinde un modo de sobrevivir y los fortalezca.
As, para recoger el fruto de nuestra discusin de la primera parte del trabajo, la
conciencia creciente en este gran sector de la necesidad del definitivo abandono de los
mitos de la modernidad, es una fase condicionante pero indispensable que se ir abriendo paso, dado el modo implacable como el sistema bloquea a dicho sector. Ms an, el
posible avance en un sentido como el apenas descrito, pareciera ser favorecido precisamente por el posmodernismo y su tendencia a la fragmentacin. Ya que al generarse un
proceso de desmontaje de las grandes unidades en sus fragmentos, los fragmentos estarn siempre a mano, como piezas con sus peculiares caracterfsticas, para nuevas
recomposiciones. En este sentido el posmodernismo como tendencia piiede favorecer
una dinmica prxima como la apenas descrita.
Y es precisamente aqu donde el concepto de metarregin, sobre todo, pero tambin
el de metpolis en las situaciones del subdesarrollo, nos ofrecer sorpresas hasta hoy
poco consideradas: ciudades y regiones de otra naturaleza que an bien a bien ni siquiera imaginamos.

ELMXICOCENTRAL. METAPOLIS

Y DESARROLLO REGIONAL

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92

Importancia del sistema de ciudades


de la regin Centro de Mxico
Adolfo Snchez Almanza,
Instituto de Investigaciones
Econmicas de la UNAM

Introduccin

A REGIN Centro de Mxico integrada con los estados de Mxico, Puebla, Tlaxcala,
Morelos, Hidalgo, Quertaro y el Distrito Federal tiene una gran importancia para
el pas y en particular para el sistema nacional de ciudades. En este trabajo se exponen
algunas de las caractersticas de la regin en su conjunto, y se destaca el comportamiento de variables seleccionadas en los niveles estatal y municipal.

Los sistemas de ciudades


Los sistemas de asentarnientos humanos son heterogneos y dinmicos debido a estructuras socioeconmicas desiguales o polarizadas que provocan mltiples efectos, adems modifican gradualmente los elementos del conjunto. En cada sistema se desarrollan
tensiones entre fuerzas de concentracin y de dispersin que lo modifican de manera

'

La delimitacin es de tipo geoeconmica y funcional respecto de la cual existe consenso, aunque otras
regionalizaciones recientes de tipo funcional tambikn incorporan los estados de Guerrero y Veracmz en la gran Regin Centro debido al incremento de las interacciones de los temtorios de estas entidades con el centro del pais.

93

ELMXICO CENTRAL. ~ ~ E T ~ P O LY IDESARROLLO


S
REGIONAL

permanente. En el mbito urbano es posible analizar un conjunto de ciudades como un


todo que funciona de manera jerarquizada, estructurada y dinmica.
El sistema de ciudades se conforma por: a) el conjunto de nodos urbanos de distinta
jerarqua, b) la red de flujos de distinta magnitud que existen entre esos nodos, y c) las
reas de influencia definidas en funcin del peso que tiene cada centro urbano dentro
del sistema. El sistema manifiesta procesos de crecimiento y cambio que modifican su
estructura y funcionamiento en el tiempo.
Las ciudades funcionan como nodos estructuradores de los espacios regionales: por
lo que la definicin de diferentes polticas (impulso, fomento, regulacin, consolidacin, prioridad industrial, etc.) se deben disear en funcin del papel que desempean
en su entorno y de los objetivos econmicos y sociales nacionales.
Los centros urbanos establecen interrelaciones a travs de flujos de personas, bienes, capitales, informacin, comunicacin, etc., con lo que se detectan las ciudades que
tienen ms capacidad para optimizar los efectos multiplicadores positivos y para transmitirlos de manera ms eficiente y equitativa a sus respectivas reas de influencia. El
enfoque de sistemas de ciudades sirve para formular polticas de desarrollo urbano regional mediante las cuales sea posible incidir en el ordenamiento del territono y en la
distribucin de la poblacin. Es un instrumento para la toma de decisiones, por ejemplo
para definir los puntos del territorio que deben ser favorecidos por las polticas de fomento, concretamentepor la inversin pblica, para que desempeen funciones difusoras
del desarrollo al resto del territorio. Asimismo, es posible simular escenarios futuros
partiendo de varias hiptesis y supuestos,por ejemplo el posible cumplimiento de objetivos y metas de acciones de poltica pblica.

El sistema urbano de Mxico


El sistema urbano nacional se caracteriza como el conjunto de ciudades que funciona de
una manera jerarquizada, estructurada y dinmica en diferentes escalas. En 1995, este
sistema se integraba con 347 localidades mayores de 15 000 habitantes, ubicadas en un
total de 544 municipios, incluyendo zonas metropolitaria~0 ciudades. Si se considera la
poblacin total de los municipios a 10s que Pertenecen estas localidades urbanas, se
alcanzan 68 millones de personas, mismas que representaron 74% de la poblacin total
nacional. Los mismos municipios concentraban 56% en 1950 y 68% en 1970, es decir
en el plazo de 45 aos absorbieron 18%del total de la poblacin, lo que represent un
total absoluto adicional de 53 millones de habitantes.
El sistema urbano nacional se divide en dos subsistemas: el sistema urbano principal, que se conforma con 118 ciudades mayores de 50 000 habitantes. aue incliiven 77

tinto tipo y magnitud con otros centros urbanos de menor tamao clasificados en el
sistema urbano complementario, integrado con 224 localidades bsicamente del rango
de 15 000 a 50 000 habitante^.^
Las ciudades presentan una estructurajerrquica que refleja los procesos de concentracin y dispersin caractersticos del temtorio mexicano. En el caso del sistema urbano pficipal, los 118 lugares centrales se clasifican en cinco grupos: en el rango 1 solamente
se coloca la Zona Metropolitana del Valle de Mxico (ZMVM);en el rango 2 se encuentran otras tres grandes zonas metropolitanas: Guadalajara, Monterrey y Puebla; en el
rango 3 se ubican 16 ciudades; en el rango 4, otros 29 centros urbanos, y en el rango 5 se
agrupan los 69 restantes. La estructura y funcionamiento del sistema urbano permite a
su vez definir macrorregiones funcionales o nodales, de manera combinada con el lmite
poltico-administrativode entidades federativas completas (regin plan o programtica).
El sistema urbano nacional presenta una fuerte polarizacin asociada con desequilibrios
entre sus territorios de influencia. Esta caracterstica subsiste a pesar de que ciudades
como Monterrey y Guadalajara se han fortalecido en los ltimos aos, y ha aumentado
su capacidad para articular subsistemas urbano-regionales que funcionan en forma ms
independiente de la gran metrpoli nacional.

La regin Centro y el Sistema Urbano Nacional


La distribucin espacial de la poblacin y de las actividades econmicas se encuentra
muy concentrada en la franja central del territorio nacional y relativamente dispersa en
las franjas sur y norte de Mxico.
Entre las grandes regiones destaca la Centro, conformada por siete entidades
federativas, en donde residen 33.1 millones de habitantes, es decir, 33% de la poblacin
nacional, y donde destacan en trminos de crecimiento y distribucin de poblacin el
crecimiento absoluto del estado de Mxico y la tendencia a la estabilizacin en el Distrito Federal en la dcada de los noventa. Asimismo, en el periodo 1993-1998 los estados de la regin aportaron 41.8% del producto interno bruto nacional, donde s610 el
Distrito Federal contribuy con 23.2% y el estado de Mxico con 10.4%. La velocidad de
crecimiento del PJBen este periodo ha sido desigual entre los estados de la regin, destacan los casos ms dinmicos de Quertaro (6.8% en promedio anual), Tlaxcala (4.2%)
y miebla (4.0%), as como los ms lentos, que fueron Morelos (1.1%), el Distrito Federal (1.7%) e Hidalgo (2.6%), mientras que el estado de Mxico creci en 3.4%. El
crecimiento promedio nacional del PJBse estima en 2.9%, frente al 2.5% conjunto de la

Cf.Sedesol, Mcfxico 2020, Un enfoque territorial del desarrollo, Vertiente urbana, MBxico, 2000.

95

regin Centro. Cabe sealar que el impacto de la crisis de 1995 fue ms severo en
Morelos e Hidalgo, mientras que Quertaro y Tlaxcala lo sortearon en mejores condiciones al contar con actividades econmicas ms dinmicas.
La relacin producto-poblacin indica que la regin Centro en conjunto se encuentra
por arriba del promedio del pas, ya que si se considera el promedio nacional del PIB por
habitante de 1993como referencia, la regin estaba en un nivel 27.5% superior, aunque la
mayor aportacin correspondi al Distrito Federal que se ubic en 158.6% por arriba, y
Quertaro 3.1%; los dems estados reportaron cifras menores: Morelos (-4.6%), Mxico
(-18.4%), Hidalgo (-34.9%), Puebla (-37.1%) y T'laxcala (47.0%). Considerando el mismo
ao base, la situacin en 1998 indica que hubo un incremento real del PEI por habitante en
el mbito nacional (6.0%), de la regin Centro (32.8%) y especialmente en el Distrito
Federal (169.8%) y Quertaro (28.5%), mientras que los dems estados se mantuvieron
por abajo del promedio nacional de referencia (vase la paca 1).
Este comportamiento se refleja y asocia con la estructura y funcionamiento del sistema urbano regional y los sistemas estatales. En general el proceso de urbanizacin en
este territorio se caracteriza por una mayor integracin funcional entre sus elementos
porque cuenta con lugares centrales de alta jerarqua, con mayor infraestmctura y
equipamiento, una elevada proporcin de caminos y carreteras respecto a su superficie
y poblacin, lo que facilita SU accesibilidad, reduciendo los costos de transportacin y
favoreciendo las actividades econmicas productivas y comerciales.
Grfica 1. Regin Centro de Mxico. ndice del crecimiento del p i ~
por habitante, 1993-1998
(promedio nacional del P ~ Bpor habitante, 1993 = 100.0)

250
200
150

100

50
O
Repblica
Mexicana

Regin
Centro

Distrito
Federal

Queretar0

Morelos

Mexico

Hidalgo

Puebla

Los centros urbanos o metropolitanos de la regin Centro manifiestan en general un


comportamiento positivo que se refleja en relaciones producto-poblacin superiores a los
promedios nacionales y en concordancia con los observados en el mbito estatal. Tomando como referencia el promedio nacional del PIB por habitante de 1970, se observa
un creciliniento general en 1980,y retrocesos posteriores en 1990y 1995; sin embargo los
333 municipios que concentran las 118 ciudades del sistema urbano principal reportan
cifras superiores a la del ao de referencia, y tambin el promedio de la regin Centro
resulta superior a los dos anteriores.
Este patrn revela una dinmica econmica de alta productividad en los centros
urbanos regionales que compensan o absorben el crecimiento demogrfico y que sostienen este territorio en un primer lugar en competitividad en el mbito nacional. La regin
Centro cuenta con 18 localidades mayores de 15 000 habitantes, entre las cuales se
encuentran 10 zonas metropolitanas, destacan la Zona Metropolitana de la Ciudad de
Mxico (16 delegaciones del Distrito Federal ms 57 municipios conurbados), Puebla
(20 municipios), Toluca (8 municipios) y Tlaxcala (8 municipios). De acuerdo con el
nivel de su PEI por habitante, en 1970 slo seis centros urbanos tenan un valor superior
a la media nacional, mientras que en 1995 ya eran 11 centros, esto a pesar de que la
poblacin residente en los municipios urbanos de la regin aument en 10.9 millones de
habitantes en el periodo de 1970 a 1995 (cuadro 1).
Las ventajas competitivas que ofrece la regin Centro se manifiestan en el hecho de
que de las 583 empresas ms importantes de Mxico en 1998, un total de 318 (54% del
total) se localizan en alguna de las entidades federativas que la conforman. Las ventas
netas de este grupo de empresas regionales representaron 68% del total nacional, cuentan con 66% de los activos totales, exportan 73% del total e importan 70% de las mercancas. Asimismo concentran 67% del personal total que trabaja en estas grandes firmas
en el pas. Dentro de la regin Centro, destacan el Distrito Federal y el estado de Mxico, ya que juntos contribuyen con ms de 90% en los rubros mencionados y en personal
alcanzan 98% del total regional (cuadro 2).
Entre los giros destacan: construccin con 26 firmas (8.2% de las empresas regionales), qumica con 22 (6.9%), comercio especializado con 17 (5.3%), y distribuidoras
con 16 (5.0%); siguen otras con un menor nmero, como: maquinaria y equipo elctrico
(4.1 % del total regional), artculos de plstico (3.5%), productos a base de minerales no
metlicos (3.5%), alimentos (3.1 %), transportes (3.1 %), autopartes (2.8%), petroqumica
(2.8%), productos metlicos (2.8%), automotriz (2.2%), y bebidas (2.2 por ciento).
En general, tanto la regin en conjunto como el Distrito Federal y el estado de Mxico, sedes de la ZMCM,
mantienen condiciones de operacin atractivas para las empresas
ms grandes, que se traducen en que su sostenimiento como parte del ncleo es el ms
dinmico de la economa nacional.
Esta importancia indica la necesidad de disear estrategias de fomento a la operacin eficiente de las mismas aunque combinadas con otras medidas, por ejemplo el

ELWXICO
CENTRAL. N~ETAPOLISY DESARROLLO REGIONAL

Cuadro 1. Regin Centro de Mxico. ndice del PIB~PCpor ciudad, 1970-1995.


(Ao base y promedio nacional 1970 = 100.0)

(O/O)

--

ndice del PIB por habitante

Ciudad

Repblica mexicana

Estado

Municipos

1970

7980

7990

2428

100.0

144.3

137.1

177.3
101.3
73.4
132.0
109.4
103.9
91.2
60.6
111.1
78.5
97.8
79.3
65.3
69.1
77.9
72.8
51.3
52.8

229.4
154.5
109.0
220.3
137.3
149.1
128.5
100.9
130.7
99.9
162.9
111.6
112.8
115.7
91.5
124.3

229.5
182.7
163.0
172.9
158.7
130.2
123.5
130.1
125.6
120.5
128.6
97.6
97.1
109.3
97.9
86.5
74.0
64.5

19951
-130.5

Sistema urbano principal


Regi6n Centro urbana
ZM Valle de Mxico
ZM Quertaro
San Juan del Ro
ZM Pachuca
ZM Cuernavaca
ZM Puebla
TehuacSn
Tepeji
ZM Toluca
ZM Cuautla
Tulancingo
Atlixco
ZM Tlaxcala
ZM Tula
Valle de Bravo
ZM Apizaco
Calpulalpan
Huamantla

D.F.-Mxico
Quertaro
Quertaro
Hidalgo
Morelos
Puebla Tlaxcala
Puebla
Hidalgo
Mxico
Morelos
Hidalgo
Puebla
Tlaxcala
Hidalgo
Mxico
Tlaxcala
Tlaxcala
Tlaxcala

75
4
1
2
6
20
1
1
8
6
1
1
8
5
1
3
1
1

86.4

88.9

215.6
183.3
172.7
135.4
132.8
125.2
121.6
114.6
110.7
101.5
100.0
93.4
89.3
89.2
88.1
76.3
68.0
56.8

Fuente: Estimaciones propias con base en Sedesol, hl.!fifo 2020, Un enfoque territorial de/ desarrollo,
Vertiente urbana, Mxico, 2000.

apoyo a las pequeas y medianas empresas con objetivos de integracin de cadenas


productivas o bien de descentralizaci6ny desconcentracibn,regionales o extrarregionales,
pero en forma ordenada para el mediano Y largo plazos, de tal manera que no afecten
negativamente su dinamismo ya que esto repercute en todo el pas.
En el territorio regional se produce tambien una relocalizacin de la poblacin que
sobrepasa a los municipios contiguos a la ZMVM. Esfe Proceso frecuentemente implica
un cambio de residencia definitiva, aunque en muchos casos conservando el mismo
lugar de trabajo, por tanto esta poblacin tiende a desplazarse diaria o semanalmente
entre la zona metropolitana y su lugar de residencia, con 10 cual emplean mucho tiempo
en el transporte. Estas nuevas formas de interrelacin entre esas reas urbanas penfncas

que forman parte del sistema regional de ciudades se dan, por ejemplo, por medio de
intensos flujos migratorios de commuters urbano-metropolitanos o rural-metropolitanos, que desde reas "dormitorio" se movilizan cotidianarnente hacia alguno de los
centros urbanos del sistema. Este tipo de migracin se combina con otros flujos de
bienes y mensajes intra-regionales. La expresin de esta reciente geografa urbana seguramente ser la consolidacin de sistemas urbano-regionales ms interactuantes.

La Zona Metropolitana del Valle de Mxico (ZMVM)


La ZMVM tiene una gran importancia nacional ya que cumple funciones estratgicas para
el sistema urbano y por extensin en las regiones de influencia, en los aspectos econmico-fmanciero~,comerciales y gerenciales. Asimismo tiene un gran peso social, demogrfico, poltico y cultural.
La elevada concentracin de actividades productivas, poblacin y servicios en la
ZMVM, explica la elevada primaca de este centro urbano respecto al resto de las ciudades que conforman el sistema. Es el principal centro econmico y demogrfico del pas,
es la metrpoli dominante del sistema que polariza las interacciones urbanas nacionales, por 10 que influye significativamente en todo el territorio de la Repblica.
En trminos econmicos, la estructura tradicional de la ciudad ha cambiado en el
marco del nuevo modelo econmico que deterior sus bases productivas tradicionales,
sin que las nuevas actividades logren compensar las reducciones en empleo. Han disminuido sus actividades industriales y han aumentado las de servicios, bajo un proceso de
polarizacin del empleo y el ingreso. Esta ciudad global se coloca en un nivel de
competitividad internacional con otras grandes ciudades del mundo, aunque 10s cambios derivados de la mayor apertura comercial han fortalecido al mercado externo y
debilitado al interno.
En el contexto de la competitividad global, entre 10s aspectos que contribuyen al
mejor ambiente para realizar negocios en la ZMVM Y en general en todas las grandes
ciudades, destacan los siguientes: a) el vohmen Y el crecimiento de la poblacin asociado con los satisfactores que demanda; b) el costo de la mano de obra (sobre todo en
manufactura) y su nivel educativo; c) la estabilidad de precios al consumidor (renta de
oficinas y costo de vida); d) nivel Y cambios en el PIE Por habitante; e ) ndice de desarrollo humano y su variaci6n;fl estabilidad econmica y poltica; g) accesibilidad internacional por avin; h) USUU~OS
de computadoras e internet. e i) calidad de vida medida por
indicadores representativos @or ejemplo, nmero de museos, teatros, cines, cafds o
campos de golf).
Un estudio realizado Con este tipo de variables Para establecer la posicin de ciudades mundiales seala que la ZMVM Ocupa el tercer lugar entre las 10 ciudades de
ca Latina con mayor puntuacin, debajo de Santiago de Chile y Buenos Aires. y entre

los factores favorables para esta ciudad destacan: a ) su ndice de Desarrollo Humano
con valor de 0.853, uno de los ms altos en Latinoamrica; b ) su estabilidad poltica,
financiera y econmica; c) bajos costos por llamadas telefnicas a los Estados Unidos
de Amrica y elevado nmero de vuelos a ese pas por su cercana geogrfica; d ) rpida
incorporacin de adelantos tecnolgicos (telefona celular e intemet); e) bajo costo de
vida, y,f3 liderazgo culturaL3
Este ti$ de ventajas competitivas se concentran bsicamente en el Distrito Federal,
donde se cuenta con condiciones favorables para las inversiones como las siguientes: a )
un alto ingreso por habitante que refleja una alta productividad y representa un atractivo
mercado; b ) sistemas de infraestructura y enlaces que facilitan las comunicaciones y
transportes nacionales e internacionales y que la consolidan como lugar central de primera jerarqua en orgenes y destinos de flujos econmicos, financieros, de mercancas,
poblacin y mensajes; c ) alto nivel tecnolgico en sectores de punta como telecomunicaciones e informtica; d ) es el centro financiero ms importante del pas, con 60% de la
actividad bancaria y 75% del ahorro nacional y plaza burstil; e) sede de un elevado
nmero de empresas con participacin extranjera directa (ms de 7 000 y con ms de
5 000 millones de dlares anua1es);f) con potencial de desarrollo en sectores dinmicos
como industria manufacturera, construccin, comercio y servicios; g) recursos humanos capacitados con promedio de escolaridad superiores a la media nacional, alta capacitacin y calificacin; h) alta ocupacin laboral donde 79% de la PEA trabaj 7 o ms
horas al da, e i) patrimonio histrico y amplia oferta c~ltural.~
Las ventajas competitivas mencionadas se concentran bsicamente en la ZMVM que
tiene como ncleo al Distrito Federal, sin embargo se observan procesos de difusin,
desconcentracin y relocalizacin de de algunas actividades hacia las periferias regionales. Estos procesos se explican por varios factores tales como los cambios en la especializacin, reestructuracin y refuncionalizacin econmica del sistema regional de
asentarnientos, en el marco de los cambios en el modelo nacional de desarrollo. En el
caso de la ZMVM el crecimiento fsico es "hacia afuera", a manera de ejes concntricos
con centros urbanos y regiones especializadas en comercio, industria, habitacin o esparcimiento. Estos procesos han atendido bsicamente a los intereses privados y poco
en funcin de programas gubernamentales o de un proyecto integral deliberado con
objetivos claros de mediano y largo plazo para la metrpoli, la regin y el pas.
En trminos poblacionales, las 16 delegaciones del Distrito Federal y los 57 municipios considerados como parte de la Zona Metropolitana del Valle de Mxico, pasaron
de 9.9 millones de habitantes en 1970 a 17.3 millones en 1995, es decir, en trminos
absolutos aument en 7.3 millones de habitantes, aunque en valores relativos disminuy su participacin de 19.2 a 18.8% del total nacional. Asimismo, el escenario tendencia1

EL~

X I C CENTRAL.
O

METAPOLIS

Y DESARROLLO REGIONAL

indica que para el d o 2020 alcance 23.2 millones de habitantes, lo que representara
19% del total del pafs, pero con un aumento absoluto de 4.7 millones de residentes
adicionales, Los retos demogrficos y econmicos bajo estas perspectivas son enormes
y previsibles.
En el anlisis de centralidad es posible aplicar diferentes mtodos e indicadores, pero
con la variable de interaccin de flujos telefnicos entre las ciudades del sistema urbano
se pueden elaborar algunos anlisis. Las cifras obtenidas por Telrnex en una encuesta con
muestre0 de dos semanas del ao 1990 permiti elaborar una matriz de 6'kigen-destino
entre las principales 100 ciudades del sistema urbano nacional. En esta matriz 26% de las
llamadas surgieron o se recibieron en la m.El rea de influencia de esta zona metropolitana abarca todo el pas; incluso ciudades lejanas geogrficamente como Tijuma,
Tapachula y Cancn mantienen estrechos vnculos con este lugar central. Por ejemplo, del
total de llamadas que hicieron esas tres ciudades d resto del sistema urbano nacional, el
porcentaje que destinaron a la ZMVM fue de 28,34 y 44%,respectivamente.
La ciudad de Puebla concentr 2.0% del P B nacional urbano, 3.1% de la poblacin y
3.3% de las llamadas telefnicas. Mantiene intensas relaciones con la ZMVM (ms de
60% de las llamadas telefnicas que salen de Puebla timen como destino la ciudad de
Mxico), lo que refleja su complementariedad Y su fuerza respecto al temtono de su
propia entidad, al de Tlaxcala, y hacia la porcin central del estado de Veracruz. Las
ciudades que son subsidiarias directas de Puebla son Tlaxcala, Tehuacn y Atlixco.
En el grupo de 16 ciudades que en el PAse encuentran en rango tres, las que corresponden a la regin Centro son: Cuernavaca, Toluca Y Quertaro. La mayora de este tipo
de ciudades tiene entre 500 000 y Un milln de habitantes. Las ciudades consideradas en
este rango presentan una gran capacidad de articulacin sobre localidades prximas,
por lo regular de su propio estado.
Las ciudades de Toluca y c~wnavacase integran directamente a la ZMVM que establece flujos de primer orden, 10 que Se refleja en la estn~cturacinde una regin urbana
de corte megalopolitano, con la tendencia a extenderse crecientemente hacia las ciudades de Pachuca y Quertaro. Este comportamiento indica una mayor interaccin con 10s
subsistemas urbanos de las regiones del Centro-Norte y Centro-Occidente,
Los vnculos entre los lugares centrales son de distinta magnitud y tienen una relacin directa con el tamao de su poblacin y la distancia existente entre ellos. De acuerdo con los datos de la matriz de origen-destino de trfico telefnico entre las 100 ciudades
del sistema nacional, existen s610 22 flujos entre pares de ciudades que alcanzaron ms
de 100 000 llamadas y en todos aparece la ZMVM, ya sea como origen o corno destino,
Este nivel de interacciones es el ms intenso y refleja de manera directa su noda]idad,
as como el alcance de su rea de influencia en el territorio nacional.
Destacan por su mayor volumen 10s flujos intemietropolitanos entre la ZMVM (nica
ciudad de rango l ) ,y las tres zonas metropolitanas de Guadalajara, Monterrey y Puebla
(todas de rango 2). El resto de las interrelaciones Se producen entre la ciudad de ~

1
I

IMPORTANCIA
DEL SISTEMA DE CIUDADES DE LA R E G I ~ NCENTRO
DE MXICO

y ciudades de rango 3 - c o n excepcin de los casos de Pachuca (rango 5) y Morelia


(rango 4)-, y a partir de estos vnculos se estnicturan los principales sistemas regionales de ciudades.
La mayora de estas ciudades se localizan en la franja central del pas, lo cual revela
una mayor complejidad y densidad en la estructura y el funcionamiento urbano-regional en este territorio. Este comportamiento significa la consolidacin de un sistema de
redes interurbnas en el cual se presentan mltiples interacciones que aumentan su
complementariedad, con cortas distancias para los intercambios de bienes y mensajes,
as como para los movimientos de personas.
La comparacin entre interacciones reales y potencialesS indica que el volumen de
flujos telefnicos estimados para 1990 resulta superior a los flujos observados en 3.4
millones de llamadas, de acuerdo con la combinacin de las variables de ajuste consideradas en el modelo gravitacional. En algunos casos los resultados del modelo sobrestiman los flujos entre ciudades y, en otros los subestima de acuerdo con el peso que tienen
las variables. En el caso de los valores sobrestimados, el volumen de flujos aumenta de
manera considerable en las cuatro grandes zonas metropolitanas, debido principalmente al peso de su mayor masa gravitacional, medida en trminos de poblacin.
En el caso de la ZMVM,al considerarla como origen, el total de sus flujos telefnicos
aument en aproximadamente 4.5 millones respecto a los flujos observados. Este resultado indicara que su accin dinamizadora (empuje) en el sistema nacional de ciudades
an es inferior a su potencial. A su vez, la diferencia como destino fue mucho menor, lo
que significa una similitud entre los datos observados en la encuesta y los estimados por
el modelo, es decir, que este lugar central cumple con su capacidad de "arrastre". En
trminos agregados, en ese ao, la nodalidad o centralidad observada en la ZMVM resultara inferior a su potencial (cuadro 3).
Estos resultados sugieren que a pesar de las tendencias manifestadas de reduccin
en la concentracin de la poblacin en las grandes zonas metropolitanas cuentan con
una fuerza potencial superior a la observada para organizar sus respectivas reas de
influencia a distancias mayores o sobre ms poblacin. Extendiendo este razonamiento,
se podra decir que cuentan con capacidad para ofrecer una mayor cantidad de bienes y
servicios que la actual.
En el mbito de la regin Centro y de acuerdo con su potencial, la ZMVM b'debera"
dirigir un mayor volumen de interacciones hacia las ciudades de Puebla, Cuemavaca,
Quertaro y Pachuca, en ese orden. Mientras que la ciudad de Puebla lo tendra que

Los valores resultan de un modelo de interaccin espacial de tipo gravitacional por el cual se estiman los
flujos potenciales de 100 ciudades, segn la frmula: Iij = PiPj / Dij, donde: Iij = Interaccin entre ciudades i y
j; Pi = Poblacin (masa gravitacional) de la ciudad i; Pj = Poblacin (masa gravitacional) de la ciudad j; Dij =
Distancia por carretera entre la ciudad i y la ciudad j. Elaborado con base en Telmex, Encuesta punto a punto,
Mbxico, 1990; INEOI, Xl Censo general de poblacidn y vivienda, 1990, MBxico, 1992; y, scr, Mapa de carrete-

ELWXICO
CENTRAL. METAPOLISY DESARROLLO IEGIONAL
Cuadro 3. Regin Centro de Mxico. Jerarqua de ciudades segn
poblacin y trfico telefnico, 1990
(Porcentaje)
Lugar
nacionaP

1
4
7
9
13
41
50
58
67
71
73

PIBJ

Promedio

total
a

Poblacin
total
b

Trfico
telefdnicd

42.61
2.01
1.O8
0.99
0.70
0.27
0.33
0.18
0.1 1
0.09
0.07

35.63
3.1 O
1.O7
1.11
0.96
0.43
0.28
0.35
0.15
0.1 9
0.12

25.57
3.27
2.26
2.21
1.91
0.73
0.47
0.32
0.41
0.35
0.37

34.6
2.8
1.5
1.4
1.2
0.5
0.4
0.3
0.2
0.2
0.2

Subtotal (1 1 ciudades)

48.46

43.40

37.85

43.2

Resto de ciudades (89)

51.54

56.60

62.1 5

56.8

100.00

100.00

100.00

100.0

PIB

Ciudad

ZMVM
ZM Puebla
ZM Cuernavaca

ZM Toluca
ZM Queretar0

Pachuca
Cuautla
Tehuacan
San Juan Del Rio
Tulancingo
ZM Tlaxcala

Total (100 ciudades)

r C

normalizado
(a+b+c)/3

1 EI lugar de las ciudades de la regin Centro corresponde al que ocupan entre 100 de las
grandes
ciudades del pas.
2 Estimaciones propias con base en Telmex, "Encuesta punto a punto, 1990", Mxico, 1990.

nal, lo que confirma la existencia de fuerzas que consolidarn el proceso de megalopolizacin que ya se encuentra en una fase awnzada en esta regin central.
Ciertamente, en la regin Cenw se est llevando a cabo una reversin de la p o l d zacin en su sistema urbano. Una concentracin dispersa ocurre en las ciudades medias
y pequeas de esta regin, y la base Para un crecimiento econmico se ha desarrollado
particularniente en aquellos centros urbanos prximos a la ciudad central. Ciudades
como Toluca, Cuernavaca, Puebla y Querktaro han crecido velozmente atrayendo o reteniendo poblacin, es decir, se avanza hacia la confomacin de una regin megalopolitana.
No obstante, estas tendencias an no inciden significativamente para
la gran
masa poblacional (gravitacional) Con que cuenta la ZMVM, lo que se producida en el

IMPORTANCIA
DEL SISTEMA DE CIUDADES DE LA R E G I ~ NCENTRO
DE MXICO

largo plazo. En el mbito metropolitano, la expansin fsica de las reas perifricas sugiere el desplazamiento de poblacin, ya sea por cambios en el uso del suelo, de residencia o motivos de empleo y educacin, o ambos, desde el ncleo central de la ciudad hacia
reas suburbanas ms alejadas.
Otra forma de analizar la centralidad de la ZMVM es a travs de flujos de pasajeros y
de carga por transporte &reo. Esta variable pone de manifiesto la funcin econmica de
las ciudades y refleja los puntos nodales de mayor trfico en el sistema.
En 1988 se transportaron en todos los aeropuertos nacionales 27 millones de pasajeros, cifra que creci hasta llegar en 1998 a 70 millones de personas (con equivalencia
de carga) transportadas. El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de Mxico realiz el 37
y 35%, respectivamente, del total de las operaciones citadas en esos aos, lo que pone
de manifiesto su gran capacidad como centro distribuidor y receptor de personas y bienes en el pas, as se confirma su primaca en el contexto del sistema nacional de
ci~dades.~
Asimismo, el anlisis de las cifras de pasajeros y de carga (expresada en
unidades equivalentes pasajero) indica que existen dos tipos de cobertura en transportacin de pasajeros: la nacional, que refleja los puntos de inters de trfico areo entre
las ciudades del sistema urbano nacional (sistema cerrado), y la internacional, donde se
reportan los vnculos con ciudades de otros pases (sistema abierto).
En el caso de la cobertura nacional, la suma de los pasajeros transportados por avin
en operaciones regulares y de fletamento (carga) en cobertura nacional alcanz, en 1998,
la cifra de 34.1 millones. El transporte regular de pasajeros represent 97.2% del total,
mientras que la carga fue 2.8 por ciento. El volumen total fue movilizado entre 70
aeropuertos del pas, de los cuales los ubicados en 25 ciudades representaron 89.6%,
como origen y como destino de los flujos; y solamente cinco de ellos concentraron 64%
del total: Mxico (34.5%), Guadalajara (9.7%), Tijuana (8.1%), Monterrey (7.5%) y
Cancn (4.2%) (cuadro 4). Cabe sealar que varias de estas ciudades tienen un importante peso relativo Erente a las dems ciudades del sistema debido a la fuerzn de sus actividades econmicas de servicios tursticos (destacando el caso de Cancn); en otros casos
se trata de movimientos con fuerza coyuntural (como Tuxtla Gutirrez); mientras que
en otros la centralidad que ejercen a travs de esta variable de flujo es estructural y
asociada a la dinmica de sus actividades econmicas como en la ZMVM
Respecto a la cobertura internacional, el total de pasajeros transportados por avin
en vuelo regular y de fletamento en cobertura internacional, como origen ms destino, en
1998, fue de 36.7 millones de movimientos. El transporte regular de pasajeros represent 21.9% del total, mientras que la carga fue el restante 78.1%, lo que representa una
situacin opuesta a los movimientos dentro del pas, es decir, que es ms importante la
transportacin de carga en operaciones internacionales.
ras de Mxico, 1995.
Aeropuertos y Servicios Auxiliares, "lnformacin Estadistica del Sistema Aeroportuario Mexicano".
pgina de internet.

105

EL~

M C CENTRAL.
O

TAPOLI LIS Y DESARROLLO REGIONAL

Cuadro 4. Pasajeros t r a n s p o r t a d o s por avin. C o b e r t u r a nacional, 1998

Origen ms destino
Ciudad

Destino

Orben
16 570 999

16 570 999

33,141 998

100.00

Regin Centro

6 141 277

5 587 990

7 7 729 267

35.39

Mxico
Cuernavaca
Puebla
Quertaro

6 O00 550

5 474 062

11 474 612

34.62

SubtotaP

7 987 488

8 490 377

76 477 805

49.72

Guadalajara
Tijuana
Monterrey
Cancn
Hermosillo
Mrida
Acapulco
Culiacn
Villahermosa
Chihuahua
Puerto Vallarta
Oaxaca
Tuxtla Gutirrez
Cd. Jurez
Del Bajo
Veracruz
Mazatln
La Paz

1 695 751
1 035 764

1 574 357
1 707 647

Total d e pasajeros

R W

2492692

2442234

4934926

7489

' Aeropuertos que participan cada uno con m6s de 1% de los pasajeros.
Se incluyen otros 45 aeropuertos del pas.
Fuente:Elaborado con base en: DGAC y ASA, DGAA, SED, gerencia de d e s i n ~ o r p o r ~ ~n~~~~~~
i 6 ~ , de pares
de ciudades competidos y no competidos por cobertura nacional en operacibn regular, 1998".

106

Este tipo de movimientos refleja la importancia relativa que tiene l a m m que cuenta
con aeropuerto de altas especificaciones (condicin que en s misma representa mayor
competitividad) en relacin con otras ciudades del mundo con las cuales mantienen vnculos. Dicha situacin permite una aproximacin a aquellas ciudades que son ms competitivas en los mercados internacionales en el contexto de la globalizacin.
En este sentido, la ZMVM moviliza uno de cada cinco pasajeros transportados desde
Mxico respecto a 176 destinos u orgenes en el mundo; le siguen Cancn que participa
con 12%, Puerto Vallarta con 4%, Guadalajara con 4% y otras ciudades de menor peso
realtivo.
La ZMVM mantiene una alta intensidad de flujos aeroportuarios con algunas ciudades
de los Estados Unidos de Amrica, entre las cuales sobresalen: Los ngeles, Dallas,
Houston, Chicago, Miami, San Francisco, Nueva York, Phoenix, Atlanta, Mi~eapolis
y San Antonio, en ese orden, son las de mayor magnitud en el total de los casos considerados. En trminos generales, se aprecia un predominio de interacciones de ciudades de
Mxico con las de la costa este de los Estados Unidos, en relacin con las de la costa
oeste, lo que confirma que la integracin del sistema urbano nacional con aquel pas se
desarrolla preferentemente por el corredor que va desde la ZMVM hacia Monterrey.

Los retos
El diagnstico y las perspectivas analizadas para la regin Centro, la megalpolis y la
indican que existen grandes retos para su desarrollo, entre los cuales se encuentran los siguientes:
ZMVM

a) Es necesario lograr el crecimiento econmico mediante la atraccin de inversiones productivas en el marco de la globalidad, manteniendo e impulsando las ventajas competitivas de la ZMVM,
as como fortaleciendo la integracin de cadenas
productivas locales, regionales y nacionales para difundir el desarrollo hacia el
resto del sistema urbano regional;
b) seleccionar industrias adaptadas a las condiciones ambientales (no contaminantes y ahorradoras de agua) de la ciudad, para lo cual se debe contar con una
cartera de proyectos de inversin;
C) promover estmulos fiscales para empresas micro, pequeas y medianas que cumplan con requisitos definidos para su operacin en la ciudad;
d) definir los sectores y actividades prioritarias para la ciudad a partir de un plan
maestro de mediano y largo plazos y en el marco de los lineamientos de estrategia
nacional:

e ) establecer objetivos y metas de generacin de empleo (sobre todo el estable y

fl

formal), as como su perfil y calidad en plazos convenientes en el marco del


desarrollo urbano y regional;
promover la realizacin de investigaciones para analizar y tomar decisiones estratgicas sustentadas,con nfasis en aquellos casos que afectarn el futuro desarrollo de la ciudad de Mxico, como por ejemplo la localizacin de un nuevo
aeropuerto (en Texcoco o Tizayuca) o el futuro de los sectores terciarios de punta
(en tecnologa de alto nivel o administracin empresarial).

Reflexiones finales
La estructura y organizacin funcional del sistema urbano nacional refleja an condiciones de disparidad y alta concentracin en la localizacin de las actividades econmic a s ' ~la distribucin de la poblacin en el territorio, que van asociadas con fuertes
desigualdades sociales. Las brechas en el desarrollo entre las grandes regiones de Mxico, entre las entidades federativas, entre lo urbano y lo rural, entre sectores productivos
y entre grupos sociales, representan formas de inequidad. Esta situacin refleja fenmenos de desigualdad socioeconmica asociados con desequilibrios urbano regionales que
representan riesgos de fractura y polarizacin para la nacin. Ante este futuro es indispensable disear estrategias de desarrollo territorial para diferentes niveles y fomentar
la difusin del mismo en todos los sistemas urbano-regionales de la Repblica mexicana para impulsar la generalizacin de oportunidades a sus sociedades.

La regin Centro: cambios de estructura


y posicin en el contexto nacional;
un anlisis estadstico-territorial
Ryszard Rzga Luter,'
Universidad Autnoma Metropolitana,
Unidad Xochimilco

Intraduccin
actual presenta grandes cambios, desplazamientos y formas nuevas que
nos conducen a nuevas estructuras, dinmicas y posicionamientos. El anlisis de
estos cambios nos lleva a interrelaciones continuas, en contextos nuevos y de mayor
complejidad, y provoca que se establezcan situaciones de mayor privilegio y ventajas
de unas economas sobre otras, patrn de comportamiento que se vislumbra repetidamente en el contexto mundial.
El desarrollo de una economa se considera como un proceso discontinuo e insuficiente, pues siempre surgen nuevos horizontes que hay que superar y nuevas necesidades que
cubrir, se requieren cambios vertiginosos y complementarios que impone la economa de
mercado, especialmente en los pases en vas de desarrollo, como es el caso de Mxico.
Una de las dimensiones del proceso de desarrollo econmico es la dimensin espacial. Sin embargo, el proceso de desarrollo regional en los pases como Mxico tiene
caractersticas muy peculiares, que se han discutido mucho en la literatura regionalista
mexicana, y que son: agudas desigualdades regionales, concentracin de las actividades
en unas pocas regiones y una centralidad desproporcionada.
L MUNDO

1 Agradezco la

participacin de Celia Hernndez Diego en la recopilacin y elaboracin parcial de los datos.

109

La brecha entre regiones no es un fenmeno nuevo, se ha mostrado como algo


inherente a las estructuras territoriales y a su desarrollo; sin embargo es importante
destacar que el proceso de globalizacin,las polticas sectoriales y las acciones aisladas
son elementos que han contribuido en forma paralela a que las diferencias entre regiones
se agudicen y se manifieste cada vez un mayor desequilibrio: unas regiones estn creciendo a un ritmo ms acelerado y otras, por el contrario, se hunden ms profundamente
en sus problemas y desventajas.
La concentracin de las actividades ha generado un nmero considerable de transformaciones en el territorio, tambin nuevas conformaciones socioeconmicas y nuevos semblantes en la vida econmica de Mxico. El desarrollo concntrico que se da en
unas regiones a expensas de otras puede en un principio alcanzar niveles promedio
envidiables, pero si se da en detrimento de otras regiones finalmente puede generar un
efecto contrario al desarrollo armnico. Una vez que el poder de atraccin de las regiones centrales se instala en la geografa econmica de un pas, es muy difcil hacerle
contrapeso (Polse, 1998, p. 20).
La centralidad es un fenmeno que histricamente ha brotado en el interior de algunas economas, y forma parte de sus esm.xturas territoriales y socioeconmicas, cuyas
finalidades tienen en su mayora un origen azaroso y de dominio. En el proceso de
lograr estas finalidades se obtuvieron dualidades de la propia centralidad de actividades; por un lado, se generaron vnculos ventajosos de concentracin y, por otro, esta
misma concentracin produjo sus propios efectos perversos, que culminaron en problemas como los que actualmente aquejan a las grandes capitales del mundo, y que en
principio tuvieron este origen. La masificada concentracin de poblacin, el desarrollo
y ubicacin de las grandes empresas Y el mismo sistema centralista de gobierno han
contribuido en gran parte a que las regiones centrales conserven su dominio y sigan siendo una fuente atractiva de oportunidades, a pesar de las desventajas que lleva consigo
este fenmeno. De antemano sabemos que la uniformidad de estas oportunidades es
limitada aun en los pases con mayor poder econmico y poltico.
En este mismo marco tenemos que analizar la regin Centro del pas. Desde antes
del periodo colonial la Regin Centro ya destacaba considerablemente, afianzndose en
todo en los periodos posteriores de Independencia y Porfiriato que permanecen hasta
hoy da. Actualmente la regin Centro presenta muchas variaciones en los aspectos
econmicos, mismos que se analizan a continuacin.

La divisin de Mxico en tres regiones


La diversidad de Mxico es muy grande y nos presenta un marco de tejidos contrastantes
y de diferencias significativas; as, en la medida en que vamos explorando en su interior
podemos encontrar relaciones de diferente carcter. En trminos generales, el panorama

LAR E G I ~ NCENTRO:
CAMBIOS DE ESTRUCTURA Y P O S I C I ~ NEN EL CONTEXTO NACIONAL

de estas interrelaciones complejas puede visualizarse desde diferentes puntos de vista y


perspectivas. En este sentido, el ejercicio de dividir a Mxico en tres grandes
estados del norte, centro y sur del pas.
Pueden existir diferentes propuestas de tal divisin, y muy buena revisin y anlisis
de tales regionalizaciones hace J. Delgado (1998). En este texto se retoma la propuesta de
J.B. Pick y E.W. Butler (1994), quienes agrupan 9 estados como la regin Norte, 14 a la
regin Centro y 8 a la Sur (cuadro 1). Esta regionalizacin, como cualquier otra, es
criticable, y puede que no sea la mejor. Sin embargo se apega al sentido comn de los
estados norteos (aunque el estado de Nayarit puede provocar discusin y los sureos
tambin como el muy heterogneo estado de Veracruz).
La interrelacin histrica y contextual de las regiones ha dado en consecuencia el
echo de que el desarrollo regional se conciba como un proceso de cambios paulatinos.
Mxico, en su dinmica histrica, ha mostrado una heterogeneidad no slo en su medio
natural, sino en la distribucin de sus pobladores y en la conformacin de sus ciudades
y regiones; esto ha dado la pauta para formar la rica gama de contrastes que actualmente
se tienen. Cada una de las regiones evidencia realidades muy particulares, y si observamos con mayor detalle podremos apreciar que dentro de cada una brotan nuevas
disparidades y nuevas delimitaciones.
El marco de anlisis de este trabajo nos permite instrumentar una distincin de la
situacin evolutiva que guarda Mxico en su interior; seala las divergencias que se
tienen por regiones, la interdependencia que guardan las regiones histricas, y sugiere
la pauta para profundizar en la dinmica del complejo de factores que hacen que estas
diferencias sean cada vez ms marcadas y segregantes en relacin con la regin Centro
o ltimamente con la regin Norte.

Tres niveles de anlisis


Los contrastes y fracturas no son exclusividad de regiones particulares. Este fenmeno
se encuentra en el interior de todas las economas mundiales, con la diferencia de que en
unas regiones se acenta ms que en otras. Asimismo, el fenmeno de "contrastes marcados" se puede apreciar en el interior y exterior de las propias regiones, y Mxico no es
la excepcin. Su territorio est compuesto por regiones bastante diferenciadas y a cada
una le ha tocado un destino diferente: al norte una economa ms parecida a la del
vecino pas que a la del resto de Mxico; el centro tiene un gran dinamismo econmico
en su interior y concentra una gran actividad de servicios, y el sur se caracteriza ms por
sus problemas de pobreza que por su dispersa economa.
El criterio para marcar las fronteras y los lmites jerrquicos de la regin Centro y de
las regiones Norte y Sur fue retomado de las esferas de influencia tradicionales, con el
111

objetivo de poder establecer la posicin que guarda la regin Centro en el contexto


nacional, sus cambios de estructura en lo que se refiere a la distribucin de la poblacin,
la PEA y el PIB, y SU relacin con las otras regiones, evidencian as las transformaciones
socioeconmicas a las que nos refiere tal distribucin.
El esquema que se propone seguir esta investigacin consiste en tres niveles de anlisis:

a) De todo el pas, dividido en tres grandes regiones consolidadas: Norte, Centro y


Sur, con el objetivo de encontrar el papel que desempea esta gran Regin Centro
consolidado en la vida nacional.
b) De la regin Centro consolidado, que ha sido dividida en los 15 estados que la
conforman para detectar sus diferencias y heterogeneidad interna.
c) De la regin Centro, que consta de seis estados, tambin para analizar las diferencias y heterogeneidad interna.
En el cuadro 1 se presenta la propuesta de las entidades a tomar en cuenta en el
primer nivel de anlisis, en el cual podemos apreciar la clasificacin de las tres regiones, que agrupan cada una a las entidades federativas correspondientes.
Con la tricotoma del cuadro delimitaremos ms fcilmente el objetivo de nuestro
anlisis; distinguiremos las relaciones y dinmicas de la regin Centro respecto a las
dems regiones referentes a la poblacin, la poblacin econmicamente activa (PEA) y
el producto interno bruto (PIB)como principales variables de anlisis y asimismo llegamos a las conclusiones que deriven de esto.
Cuadro 1. La divisin del territorio nacional en tres regiones
(as llamadas grandes regiones consolidadas)
Norte

Centro

Sur
I

Aguascalientes
Colima
Distrito Federal
Guanajuato
Hidalgo
Jalisco
Mxico
Michoacn

Baja California
Baja California Sur
Coahuila
Chihuahua
Durango
Nuevo Lebn
Sinaloa
Sonora
Tamaulipas
I

Morelos
Nayarit
Puebla
Quertaro
Tlaxcala
S. L. Potos
Zacatecas

Fuente: Elaboracin propia con base en Pick and Butler. [1994].

Campeche
Chiapas
Guerrero
Oaxaca
Quintana Roo
Tabasco
Veracruz
Yucatn
I

LAR E G I ~ NCENTRO:
CAMBIOS DE ESTRUCTURA

Y P O S I C I ~ NEN EL CONTEXTO NACIONAL

El segundo nivel de anlisis proviene del primero y consiste en analizar algunas rela-

seis estados centrales del pas (cuadro 2) es retomada por muchos investigadores (por
ejemplo Sobrino, 1993; Delgado, 1996, 1998; o Iracheta, 1997), sin embargo se tiene
que mencionar que otros la consideran ms ampliamente, incluyendo tambin el estado
de Quertaro (Bataillon, 1997).
Cuadro 2. Las entidades federativas
de la regin Centro del pas

Mxico
Puebla

Morelos
Tlaxcala

Sin embargo, vale la pena mencionar dos de los criterios bsicos que se aplicaron en
esta clasificacin. Uno es que son los estados que colindan con el Distrito Federal. Y el
segundo proveniente del anterior, pues se supone que son estados que sufren el impacto
directo de los procesos de megalopolizacin provenientes de la interaccin con la ciudad

Anlisis de las relaciones entre tres grandes regiones


consolidadas del pas
La primera hiptesis que se plantea en este texto consiste en que durante el periodo
bastante largo, que abarca 45 aos, no se han llevado a cabo fuertes cambios en la
estructura poblacional del pas dividido en tres grandes regiones consolidadas. Esta
hiptesis se sustenta en los datos poblacionales que se presentan en el cuadro 3 y la grfica 1. En dichos cuadro y grfica puede apreciarse que no hay grandes cambios en la
participacin en la poblacin total de las tres regiones, entre los dos puntos de tiempo
1950 y 1995. Sin embargo creci la participacin de la regin Norte y disminuy la del
Sur y muy poco del Centro.
La situacin cambia un poco cuando analizamos la participacin de las tres grandes
regiones consolidadas en la PEA, lo que presentan el cuadro 4 y la grfica 2. Aqu el
crecimiento de la participacin de la regin Norte es mucho ms clara, y la tendencia de
la disminucin de participacin de las dos regiones restantes es ms pronunciada. Mientras que la regin Norte aumenta su participacin, la regin Sur la disminuye, as que
tenemos algn tipo de comportamiento sincronizado entre las regiones.
113

Cuadro 3. Participacin de las tres grandes regiones consolidadas


en la poblacin total (%)
Regin

7950

1970

1980

1990

1995

Norte
Centro
Sur

19.74
55.76
24.50

21.1 1
56.36
22.53

19.57
58.04
22.38

21 .O7
55.58
23.35

21.36
55.47
23.17

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

Total nacional

Fuente: Clculos propios con base en el cuadro 1 del anexo estadstico.

Por ltimo, se pueden analizar las tendencias referentes a la participacin de las tres
grandes regiones consolidadas en la elaboracin del producto interno bruto (PIB), lo que
presenta el cuadro 5 y la grfica 3. Lo interesante es la continua aunque lenta tendencia
a la disminucin de la participacin de la regin Centro. Mientras la participacin de la
regin Norte disminuy entre 1970y 1980, para despus crecer hasta 1995,la participacin de la regin Sur present tendencia inversa, primero creciendo para despus ir

Grfica 1. Participacin de las tres grandes regiones


consolidadas en la poblacin total (%)

10
O

Regibn Norte Regibn Centro

Regibn Sur

Fuente: Cuadro 1 del anexo estadstico.

LAR E G I ~ NCENTRO:
CAMBIOS DE ESTRUCTURA Y P O S I C I ~ NEN EL CONTEXTO NACIONAL
Cuadro 4. Participacin de las tres grandes regiones consolidadas
en la poblacin econmicamente activa (%)
Regin

7950

1970

7980

1990

1995

Norte
Centro
Sur

19.33
56.45
24.21

20.75
57.59
21.63

20.21
57.05
22.74

22.62
55.69
21.68

22.03
55.89
22.08

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

Total nacional

Fuente: Cuadro 2 del anexo estadstico.

disminuyendo todo el tiempo. En suma podemos decir que quien est ganando es la
regin Norte a expensas de las regiones Sur y Centro.
Resumiendo esta parte podemos decir que quien gan en todo este periodo y en
todos los aspectos analizados fue la regin Norte. Las regiones Centro y Sur estn
perdiendo, esta ltima de manera especialmente drstica. La regin que nos intere-

Grfica 2. Participacin de las tres grandes regiones consolidadas


en la poblacin econmicamente activa (%)

Regin Norte Regin Centro

Regin Sur

Fuente: Cuadro 2 del anexo estadstico.

115

Cuadro 5. Participacin de las tres grandes regiones consolidadas


en la elaboracin del producto interno bruto (O/O)
r

Regin

1970*

1980*

1988"

1993**

1996**

Norte
Centro

25.29
60.51
14.18

22.80
59.28
17.59

24.63
58.1 7
17.19

26.1 3
58.67
15.21

27.04
58.1 8
14.78

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

Sur

Total

Fuente: Cuadro 3 del anexo estadstico.


* Datos obtenidos del Sistema de Cuentas Nacionales de Mxico, 1993.
** Datos obtenidos del Sistema de Cuentas Nacionales de Mxico, 1993-1996.

sa especialmente, la del Centro, tambin est perdiendo su posicin aunque mucho ms


despacio, adems de que vale la pena tomar en cuenta su posicin relativa todava predominante (por arriba de 50%) en cada uno de 10s renglones analizados: poblacin
total, poblacin econmicamente activa y elaboracin del producto interno bmo.
Grfica 3. Participacin de las tres grandes regiones consolidadas en la
elaboracin del producto interno bruto (%)
Yo
I

Regin Norte

Regin Centro

Regin Sur

Fuente: Cuadro 3 del anexo estadstico.


(*) Datos obtenidos del Sistema de Cuentas Nacionales de Mxico, 1993.
(**) Datos ~btenidosdel Sistema de Cuentas Nacionales de Mxico, 1993-1 996.

LAR E G I ~ NCENTRO:
C A ~ I O DE
S ESTRUCTURA

Y POSICI~NEN EL CONTEXTO NACIONAL

Tendencias intrarregionales en la gran regin


Centro consolidado
La concentracin socioeconmica que se tuvo desde principios de siglo hasta 1970 logr
centralizar muchas de las actividades econmicas, condicin que contribuy a dar como
consecuencia la estructura que hoy posee la regin Centro; los contrastes y desequilibrios siguen favoreciendo y afectando a esta regin, contradiccin que persiste todava y
que no muestra reversin seria.
La centralizacin tiene mltiples razones, tales como los factores histricos, aquellos que son producto de la dinmica propia del pas expresada por las relaciones econmicas asimtricas, la concentracin de poderes nacionales y tambin se podra acusar
de sustraer las oportunidades a las otras regiones con mayor atraso y de acaparar las
mejores condiciones de desarrollo en la regin Centro. Los atractivos que se condensan
en esta regin han provocado una concentracin masiva de poblacin, y absorben a ms
de la mitad del total nacional, fenmeno que se ha manifestado por ms de cinco dcadas. Adems, en esta regin se ubica una de las ciudades ms grande del mundo, que
posee una masiva instalacin de servicios pblicos, privados, comerciales y de comunicacin, caractersticas que eventualmente le han dado el carcter distintivo frente al
resto de las regiones.
Los procesos que podemos observar dentro de la gran regin Centro consolidado
son muy interesantes y esta vez utilizaremos la sencilla tcnica de investigacin que
consiste en analizar los resultados acumulados de los tres y cinco primeros y tltimos
estados, tomando otra vez en cuenta los mismos fenmenos anteriormente referidos.
En lo que se refiere a la participacin de los estados de la gran regin Centro consolidado en la poblacin total (cuadro 6),observamos que se mantiene la gran concentracin en los cinco estados ms grandes, que incluso para los tres ms grandes crece
lentamente. Sin embargo, lo interesante es que tambin crece la participaci6n de los tres
y cinco ms pequeos. Esto podra explicarse como el proceso de polarizacin de los
estados de la gran regin Centro en lo que se refiere a su poblacin.
Este proceso de polarizacin entre estados o, en otras palabras, disminucin de la
importancia de los estados intermedios, se repite en lo que se refiere a la distribucir'l de
la poblacin econmicamente activa e incluso presenta mayor fuerza (cuadro 7).
El proceso mencionado arriba ya no se repite en lo que se refiere a la distribucin de
la elaboracin del producto interno bruto (cuadro 8). En este aspecto observamos una
clara tendencia hacia la disminucin de la participacin de los estados ms grandes,
tanto cinco como tres (disminucin en ambos casos de casi tres puntos porcentuales),
mientras que crece la participacin, aunque no tan decisivamente, de los estados ms
Estos procesos se entienden mejor si observamos la evolucin del ndice Gini, tanto
para la relacin distribucin de la elaboracin del PIB frente a la distribucin de la pobla117

114

Cuadro 6. Participacin de la poblacin total de los estados


de la regin Centro consolidado
Esfados

Primeros 5
ltimos 5
Primeros 3
ltimos 3

1950

1970

1980

7990

1995

64.27

70.1 9

69.3

69.67

69.65

7.96

7.78

7.47

8.39

8.67

44.68

53.20

51.52

51.71

51.79

3.99

3.83

3.68

4.23

4.43

Fuente: Cuadro 1 del anexo estadstico.

Cuadro 7. Participacin de la PEA de los estados


de la regin Centro consolidado
Estados

Primeros 5

ltimos 5
Primeros 3
ltimos 3

1950

1970

1980

1990

1995

65.46
7.79

73.05
6.98

71.88
7.21

72.1 7
8.17

8.35

46.91

56.69

55.23

55.95

54.36

3.91

3.52

3.52

4.1 6

4.23
l

Fuente: Cuadro 2 del anexo estadistico.

Cuadro 8. ~articipacinde 10s estados de la regin Centro consolidado


en la elaboracin del PIB

~itados

7970**

1980**

1988*

Primeros 5
ltimos 5

82.53

82.34

79.40

Primeros 3
ltimos 3

71.60

71.96

68.51

2.29

2.59

2 77

1996*
70

C;I

67.93
7 7 C
-~
-

* PIB en milesde pesos a precios corrientes.

** PIB miles de nuevos pesos.

Fuente: Cuadro 3 del anexo estadstico.

'

Bl'h

Cuadro 9. ndice de Gini para la relacin entre distribucin del PIB frente
a la distribucin de la poblacin total en la regin Centro consolidado

lndice Gini

1970

1980

1990

1995

40.82

41.66

39.94

45.75

Fuente: Clculos propios con base en cuadros 1 y 3 del anexo estadstico.

Cuadro 10. ndice de Gini para la relacin distribucin del PIB frente
a la distribucin de la poblacin econmicamente activa
en la regin Centro consolidado

ndice Gini

1970

7980

33.22

32.24

7990
32.43

7995
42.90

Fuente: Clculos propios con base en los cuadros 2 y 3 del anexo estadstico.

cin total, como para la relacin distribucin de la elaboracin del PIB frente a la distribucin de la poblacin econmicamente activa en la gran regin Centro consolidado (cuadros 9 y 10). Como podemos observar, la tendencia en ambos casos es hacia el creciente
desequilibrio entre la distribucin de la poblacin total y la poblacin econmicamente
activa y la distribucin de la elaboracin del producto interno bruto. No tan clara es la
tendencia entre 1980 y 1990, que proviene del cambio en la metodologa de calcular el
PIB. Sin embargo en el periodo ms largo, 1970-1995, la tendencia, como lo mencionamos, es clara y presenta la creciente polarizacin de los estados de la gran regin Centro

Tendencias intrarregionales en la regin Centro y su


participacin en las magnitudes correspondientes al pas
Por ltimo analizaremos los datos referentes al comportamiento de la regin Centro,
entendida de manera ms limitada y que abarca nicamente seis entidades federativas
afectadas directamente por el proceso megalopolitano del centro del pas.
En lo que se refiere a la poblacin total es interesante que de las seis entidades
federativas que analizamos disminuye la participacin de cuatro y slo crece la del
119

estado de Mxico (fuerte -7) y del estado de Morelos (no tan fuerte -0.5) (cuadro 11).
Sin embargo, la participacin de la regin Centro, aunque poco decisivamente,disminuye
a partir de 1980; lo anterior est de acuerdo con la tendencia de la gran regin Centro
consolidado, participacin de la cual tambin disminuye.
La misma tendencia se repite en lo que se refiere a la poblacin econmicamente
activa, sin embargo lo que vale la pena subrayar es que es muy fuerte y constante el
crecimiento de la participacin del estado de Mxico (cuadro 12).
La tendencia ya no es tan clara en lo que se refiere a la elaboracin del producto
interno bruto (cuadro 13). Parece que disminuye la participacin de la regin Centro en
la elaboracin del PIB,sin embargo con el ritmo mucho menor y con tendencias contradictorias en lo que se refiere a la participacin de las entidades federativas. Por ejemplo,
la participacin del Distrito Federal, que estaba disminuyendo en el periodo largo (entre
1970 y 1988), en el ltimo periodo analizado entre 1988 y 1996 creci. La tendencia
inversa la present el estado de Mxico, que por mucho tiempo fue creciente y sin
embargo en el ltimo periodo disminuy. Otros estados presentan tendencias variadas.
Por ejemplo la de Hidalgo es parecida a la del estado de Mxico. Sin embargo las de
Morelos, Puebla y Tlaxcala, son todo el tiempo crecientes.
Este ltimo fenmeno es muy interesante y podran buscarse diferentes explicaciones; sin embargo antes de aventurarse a algunas hiptesis, como que observamos cre-

Cuadro 11. Participacin de la regin Centro


y estados en la poblacin total (%)
1950

7970

1980

1990

7995

11.83

14.25

13.42

10.14

9.31

Hidalgo

3.30

2.48

2.35

2.32

Mxico
Morelos
puebla

5.40

7.95

11.50

12.08

12.84

1.O6

1.28

1.44

1.47

1.58

6.31

5.20

5.09

5.08

5.O7

Tlaxcala
Total regional
Total Regi6n
Centro
Consolidado

1.10

0.87

0.85

0.94

0.97

29.00

32.03

34.65

32.03

32.10

55.76

56.36

58.04

55.58

100.00

100.00

100.00

100.00

Estados

Distrito Federal

Total nacional

Fuente:Clculos propios con base en el cuadro 1 del anexo estadstico.

55.47
100.00

LA R E G I ~ NCENTRO:
CAMBIOS DE ESTRUCTURA

Y P O S I C I ~ NEN EL CONTEXTO NACIONAL

Cuadro 12. Participacin de la regin Centro y estados


en la poblacin econmicamente activa (%)

Estados

7950

Distrito Federal
Hidalgo

7970

7980

7990

7995

13.27

17.22

15.01

12.31

10.29

3.27

2.33

2.29

2.1 1

2.21

Mxico

5.21

7.66

10.92

12.25

13.24

Morelos

1.O9

1.32

1.38

1.50

1.64

Puebla

6.54

5.25

4.90

4.61

5.05

Tlaxcala

1.O9

0.82

0.79

0.85

0.98

30.47

34.59

35.30

33.63

33.41

56.45

57.59

57.05

55.69

55.89

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

Total regional
Total Regin
Centro
Consolidado
Total nacional

Fuente: Clculos propios con base en el cuadro 2 del anexo estadstico.

Cuadro 13. Participacin de la regi6n Centro y estados


en la elaboracin del producto interno bruto
Estados

1980

1988

1993

7996

27.56

25.1 5

21.35

22.32

22.76

Hidalgo

1.34

1.51

1.70

1.53

1.38

Mxico

8.62

10.94

11.40

11.26

10.35

Morelos

1.O8

1.O8

1.28

1.31

Puebla

3.24

3.24

3.1 0

3.04

3.41

Tlaxcala

0.40

0.46

O. 57

0.49

0.52

Total regional

42.24

42.38

39.40

39.95

39.74

Total Regin
Centro
Consolidado

60.5 1

59.28

58.1 7

58.67

58.1 8

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

Distrito Federal

Total nacional

7970

Fuente: Clculos propios con base en el cuadro 3 del anexo estadistico.

121

*,

1.32

ciente participacin de los servicios modernos en la economa nacional (lo que explicara
creciente participacin del Distrito Federal), vale la pena esperar a los resultados de
otros periodos, sobre los cuales no tendr tan fuerte influencia la crisis de 1995. Lo
interesante es que la disminucin de la participacin de la regin Centro, y que corresponde a un poco ms que 2 puntos porcentuales es casi igual a la disminucin de la
participacin de la gran regin Centro consolidado, situacin que no se repetir en el
siguiente anlisis.
Analizaremos tambin las tendencias en la elaboracin del producto interno bruto
manufacturero (cuadro 14). Aqu la tendencia hacia la disminucin de la participacin
de la regin Centro tambin se repite muy fuertemente, pero lo que es interesante es que
la disminucin de la participacin de la regin Centro es mucho mayor (casi 11.S puntos
porcentuales) que la de la gran regin Centro consolidado (6.5 puntos porcentuales).
Este ltimo fenmeno puede explicarse debido a la creciente descentralizacin industrial
hacia los estados perifricos de la gran regin Centro consolidado, lo que provoca que su
participacin no diminuya tan fuertemente. En lo que se refiere a las entidades federativas
disminuy la participacin del Distrito Federal, primero creci y despus disminuy la de
los estados de Mxico, Hidalgo y Morelos, mientras que la de Puebla y Tlaxcala creci
en todo el periodo analizado.

Cuadro 14. Participacin de la regin Centro y estados en la elaboracin


del producto interno bruto manufacturero (%)

7980*

7988*

7993**

7996**

32.20

29.46

23.38

20.89

19.90

Hidalgo

1.50

2.19

1.85

1.85

1.53

Mxico
Morelos
Puebla

17.51

18.07

18.43

17.63

16.54

0.81

1.O5

1.47

1.41

1.31

3.14

3.78

3.08

3.28

Tlaxcala

0.38

0.48

0.76

0.68

4.12
0.72

Total regional
Total Regin
Centro
Consolidado

55.54

55.03

48.97

45.74

44.1 2

69.43

69.47

66.7

64.04

62.93

Total nacional

100.00

100.00

100.00

100.00

100.00

Eitados

7970*

Distrito Federal

Fuente: Clculos propios con base en Sistema de cuentas nacionales de Mxico 1993, y 1993-1 996.

Por ltimo, es interesante que la participacin del Distrito Federal disminuye en


general en todos los aspectos (no muy claro queda en la elaboracin del PIB);sin embargo para la poblacin y poblacin econmicamente activa, slo a partir del ao 1970.
Especialmente disminuye la participacin del Distrito Federal en la elaboracin del
producto interno bruto manufacturero (ms de 12 puntos porcentuales), fenmeno que
necesita explicaciones y evaluaciones futuras.

Conclusiones
En este trabajo se llev a cabo el anlisis en los tres niveles: la divisin del pas en tres
grandes regiones consolidadas, los procesos internos dentro de la gran regin Centro
consolidado y los procesos internos dentro de la regin Centro. Especialmente interesante nos parece un primer ejercicio para probar qu resultados pueden dar la divisin del
pas en tres grandes regiones consolidadas.

l. En lo que se refiere a la divisin del pas en tres grandes regiones consolidadas se


mantiene la tradicional distincin entre el sur, centro y norte en lo que se refiere
a la distribucin de la poblacin total. En lo que se refiere a la poblacin econmicamente activa aumenta la participacin de la regin Norte y disminuye la de
la regin Sur. Este proceso todava se agudiza en lo que se refiere a la distribucin
de la elaboracin del PIB,ya que nicamente crece la participacin de la regin
Norte y disminuyen las del Centro y del Sur.
2. Dentro de la regin Centro consolidado sigue creciendo la concentracin de la
poblacin y poblacin econmicamente activa en los estados ms grandes. Sin
embargo disminuye, aunque de manera no muy clara, la concentracin de la creacin del producto interno bruto, ya que adems de la disminucin de la participacin de los estados grandes crece tambin la de los ms pequeilos.
3. Por otro lado, la distribucin de la elaboracin del producto interno bruto en
relacin con la distribucin de la poblacin total y poblacin econmicamente
activa presenta crecientes desproporciones (ndice Gini), especialmente durante
la crisis, lo que soporta la hiptesis del desarrollo desequilibrado.
4. El proceso anterior encuentra su profundizacin en el anlisis llevado a cabo para
la regin Centro compuesto por seis estados. En este caso la participacin de la
regin Centro crece en lo que se refiere a la poblacin, sin embargo disminuye en
lo referente a la poblacin econmicamente activa y la participacin en la elaboracin del producto interno bruto, a partir de 1980.
5. Los procesos nos son iguales segn los estados que componen dicha regin. Crece muy fuertemente la participacin del estado de Mxico y menos fuertemente

ELMBXICO
CENTRAL. METAPOLIS
Y DESARROLLO REGIONAL

la del estado de Morelos en poblacin total y PEA; la participacin de otros estados


disminuye. En lo referente a la elaboracin del PIB, primero disminuy fuertemente

mientras que la de Puebla y Tlaxcala creci en todo el periodo analizado.


6. La participacin del Distrito Federal en general disminuye en todos los aspectos,
pero para la poblacin total y la poblacin econmicamente activa a partir de
1970; la tendencia no queda clara en lo que se refiere a la elaboracin del PIB y
drsticamente cae la participacin en la elaboracin del PIB manufacturero.

Anexo estadstico

Cuadro A.1. Participacin de las grandes regiones y estados


en la poblacin total (%)

'

Estados

Baja California
Baja California Sur
Coa huila
Chihuahua
Durango
Nuevo Len
Sinaloa
Sonora
Tamaulipas
Total regional
Aguascalientes
Colima
Distrito Federal
Guanajuato
Hidalgo
Jalisco
Mxico
Michoacn
Morelos
Nayarit
Puebla
Quertaro
San Luis Potos
Tlaxcala
Zacatecas
Total regional
Ca mpeche
Chiapas
Guerrero
Oaxaca
Quintana Roo
Tabasco
Veracruz
Yucatn
Total regional
Total nacional

1950
0.88
0.24
2.80
3.28
2.44
2.87
2.47
1.98
2.79
19.74

1970

7980

1990

Regin Norte consolidado


1.80
1.79
0.27
0.33
2.31
2.37
3.34
3.05
1.95
0.1 8
3.51
3.82
2.63
2.81
2.28
2.30
3.02
2.93
21.11
19.57
Regin ten tro consolidado
0.70
0.79
0.50
0.53
14.25
13.42
4.71
4.57
2.48
2.35
6.84
6.65
7.95
11.50
4.82
4.36
1.28
1.44
1.13
1.10
5.20
5.09
1.o1
1.12
2.66
2.54
0.87
0.85
1.97
1.73
56.36
58.04
Regidn Sur consolidado
0.52
0.64
3.25
3.17
3.31
3.2 1
4.1 8
3.60
0.1 8
0.34
1.59
1.62
7.91
8.1 9
1.57
1.62
22.53
22.38
100.00
100.00

Fuente:Clculos propios con base en Censosgeneralesdepob/aciny vivenda INEGI.

1995

El. MXICO

CENTRAL. METAPOLIS Y DESARROLLO REGIONAL

Cuadro A.2. Participacin d e las grandes regiones y estados


en la poblacin econmicamente activa

1
Estados

1950

1970

1980

1990

1995

Regin Norte consolidado

l
I

1'

Baja California
Baia California Sur

0.92
0.22

1.72
0.27

1.83
0.32

2.40
0.44

2.51
0.43

Chihuahua
Durango
Nuevo Len

3.1 2
2.34
2.88

3.21
1.73
3.80

3.01
1.62
3.64

3.31
1.50
4.31

3.38

Sonora
Tamaulipas
Total reaional
a

1.98
2.82
19.33

Aguascalientes
Colima
Distrito Federal
~uanaiuato

0.67
0.45
13.27
5.03

2.1 9
2.1 9
2.95
2.83
20.78
20.2 1
Regin Centro consolidado
0.67
0.72
0.53
0.49
17.22
15.01
4.34
4.43

4.20

2.40
2.95
22.62

-- - -

0.90
0.57
12.31

0.91
0.49
10.29

4.42

A A7

2.77
22.03

~alisco
Mxico
Michoacn
Morelos
Nayarit
Puebla
Quertaro
San Luis Potosi
Tlaxcala
Zacatecas
Total regional

6.68
5.21
5.26
1.O9
1.13
6.54
1.O9
3.26
1.O9
2.41
56.45

Campeche
Chiapas
Guerrero
Oaxaca
Quintana Roo
Tabasco
Veracruz
Yucatn
Total regional
Total nacional

0.47
3.45
3.48
5.55
0.10
1.27
7.87
2.02
24.21
100.00

6.93
7.66
4.20
1.32
1.14
5.25
0.99
2.54

6.41
10.92
3.96
1.38
0.95
4.90
1.O2
2.41

0.82
0.79
1.67
1.36
57.59
57.05
Regin Sur consolidado
0.55
0.61
3.1 1
3.33
2.96
3.26
4.02
3.89
0.1 9
0.36
1.52
1.48
7.72
8.14
1.56
1.67
22.74
21 -63
100.00
100.00

6.60
12.25
3.82
1.SO
0.99
4.61
1.24
2.25
0.85
1.27
55.69

6.85
13.24
3.84
1.64
0.97
5.05
1.32
2.30
0.98
1.33
55.89

0.64
3.63
2.65
3.22
0.69
1.69
7.45
1.72
21.68
100.00

0.71
3.59
2.82
3.34
0.83
1.70
7.27
1.82
22.08
100.00

Fuente: Clculos propios con base en Censos generales de poblacin y vivienda, I N E G I .

1
1 1

11 1'
1
1

Cuadro A.3. Participacin de las grandes regiones y estados


en el producto interno bruto
Ar#lr

7970*

Baja California
Baja California Sur
Coahuila
Chihuahua
Durango
Nuevo Len
Sinaloa
Sonora
Tamaulipas
Total regional

2.63
0.37
2.79
3.4
1.4
5.88
2 -47
3.17
3.1 8
25.29

Aguascalientes
Colima
Distrito Federal
Guanajuato
Hidalgo
Jalisco
Mxico
Michoacn
Morelos
Nayarit
Puebla
Quertaro
San Lius Potos
Tlaxcala
Zacatecas
Total regional

0.56
0.43
27.56
3.37
1.34
7.13
8.62
2.54
1.O8
0.86
3.24
0.8
1.56
0.4
1.O2
60.51

Campeche
Chiapas
Guerrero
Oaxaca
Quintana Roa
Tabasco
Veracruz
Yucatn
Total regional
Total nacional

0.44
1.61
1.72
1.48
0.18
1.16
6.46
1.13
14.18
100.00

7SW*

7
W

Regin Norte consolidado


2.25
2.54
0.41
0.47
2.66
2.99
2.82
3.25
1.27
1.32
5.9
6.33
2.09
2.24
2.45
2.75
2.74
2.95
22.8
24.63
Regin Centro consolidado
0.61
0.73
0.47
0.53
25.1 5
21.35
2.91
3.30
1.51
1.70
6.78
6.57
11.40
10.94
2.51
2.37
1.28
1.O8
0.73
0.77
3.10
3.24
0.95
1.31
1.85
1.45
0.57
0.46
0.8
1.O3
58.1 7
59.28
Regin Sur consolidado
0.48
2.23
2.71
1.94
1.67
1.88
1.41
1.71
0.4
0.72
3.97
1.86
5.81
5.68
1.14
1.17
17.59
17.1 9
100.00
100.00

793**

7-

2.76
0.51
3.1 8
3.83
1.45
6.66
2.16
2.8
2.78
26.13

3.1 6
0.54
3.29
4.22
1.34
6.61
2.09
2.77
3.02
27.04

0.93
0.49
22.32
3.35
1.53
6.6
11.26
2.41
1.31
0.65
3.04
1.46
1.91
0.49
0.92
58.67

1.1
0.53
22.76
3.32
1.38
6.4
10.35
2.31
1.32
0.56
3.41
1.64
1.76
0.52
0.82
58.18

1.69
1.72
1.47
1.58
0.76
1.49
5.32
1.18
15.21
100.00

1.31
1.74
1.68
1.6
1.21
1.28
4.7
1.26
14.78
100.00

* Datos obtenidos de Sljtema de Cuentas Nacionales de Mxico 7993.


** Datos obtenidos de Sistema de Cuentas Nacionales de Mxico

7993- 7996
Fuente: Clculos propios con base en Sistema de Cuentas Nacionales de Mxico 7993, y 1993-1996,

INEGI.

ELPI.IxIco

CENTRAL.

METAPOLIS
Y DESARROLLO REGIONAL

Bataillon, Claude, Espacios mexicanos contemporneos, Mxico, Fideicomiso Historia


de las Amricas, El Colegio de Mxico, FCE, 1997.

Universitat Tbingen, 1996.


continuidades, Mxico, Plaza y Valds, 1998.
MEGI,
Censos generales de poblacin y vivienda (varios aos), Aguascalientes, Mxico.
Sistema de Cuentas Nacionales de Mxico. Producto interno bruto por entidad
federativa 1993, Aguascalientes. Ags., MEGI,1996.

-Y

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Mxico), Mxico, Plaza y Valds, 1997.
Pick, J. B., y E.W. Butler, The Mexico Handbook. Economic and Demographic Maps
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Polse, Mario, Economa urbana y regional. Introduccin a la relacin entre territorio
y desarrollo, Crtago, Costa Rica, LUR,
BUAP,
GIM, 1998.
Sobrino, Jaime, Gobierno y administracin metropolitana y regional, Mxico, MAP,

Trayectorias de largo recorrido y enlaces


urbano-regionales en la zona centro de Mxico
Margarita Camarena Luhrs,

Posgrado de la Facultad de
Contadura y Administracin, UAQ
Mario Salgado Viveros,

Posgrado de la Facultad
de Ingeniera, UAQ

Introduccin

ARA CONOCER hasta dnde se extiende el rea de influencia de la ciudad de Mxico se


explora la continuidad funcional de su estructura urbana y se analizan dos escalas
distintas pero complementarias de su interaccin con las principales ciudades que la
rodean. Mediante el anlisis de los movimientos pendulares que se realizan en el interior de la ciudad de Mxico y a travs de los principales intercambios de mercancas y
pasajeros que ocurren entre las ciudades de Cuernavaca, Puebla, Pachuca, Quertaro
y Toluca, se identifican las principales trayectorias que ordenan la zona y se muestran
enlaces urbano-regionales caractersticos de la zona centro de Mxico.
De acuerdo con los objetivos de los organizadores de la "Primera Semana Acadmica de Investigacin Regional en Mxico", en el sentido de difundir hallazgos de las
investigaciones que se desarrollan en la regin Centro del pas, en este trabajo se presentan resultados del anlisis de los flujos de transporte. Para ello se hace un resumen

ELMXICO CENTRAL. METAPOLIS


Y DESARROLLO REGIONAL

de 10 que hemos encontrado hasta ahora, tomando en cuenta trabajos anteriores, publicados e inditos,' sobre la organizacin espacial del centro de Mxico.
Con el objeto de identificar las principales trayectorias y mostrar los principales
enlaces urbano-regionales de la zona centro, se explora la continuidad funcional de la
estmctura urbana de la ciudad de Mxico a travs de los movimientos pendulares que se
realizan entre las distintas zonas de la ciudad capital y de los intercambios de mercancas y pasajeros que ocurren entre las ciudades capitales que rodean a la ciudad de
Mxico y sta. Con ello, se espera contribuir al conocimiento de la continuidad e
interaccin caractersticos de los complejos conglomerados espaciales del centro de
Mxico, as como sentar las bases sobre algunas lneas de investigacin futuras.
Para tal propsito, se considera que 10s movimientos de carga extienden los lmites
de los conglomerados urbanos, amalgamndolos en unidades distintas de las delimitadas fsicamente por la densidad de sus habitantes o de las actividades. Estos movirnientos median las relaciones entre distintos lugares; la interaccin econmica o cultural
entre ellos se aprecia tambin a travs de 10s balances de trfico descritos por los flujos
de mercancas transportadas y constituyen un poderoso factor que coadyuva a la organizacin espacial.
Tambin se toma en cuenta que los movimientos radiales y perifricos a la ciudad de
Mxico son parte importante de la funcionalidad global, econmica, social y cultural
del pas en trminos generales y particularmente de los conglomerados de la regin
centro del pas. Asimismo se observa que estos movimientos reflejan y en alguna medida provocan la vulnerabilidad espacial de la regin, sobre todo en el sentido de que
constituyen parte sustantiva de su estructura de circulacin, pero tambin representan
un poderoso potencial desestabilizador.
l

Continuidad funcional de la estructura urbana de la ciudad de Mxico.


Movimientos pendulares entre SUS ~ W Wcentral, intermedia y perifrica
La continuidad funcional de la estructura wbana de la capital es resultado de ajustes
entre los cambios ocurridos en la movilidad de la poblacin y en la accesibilidad de

1 Margarita Camarena y Mario Salgado, "Flujos de transporte en el Mxico central", en Jorge Serrano, De frente a
la ciudad de Mkxico, Mxico, Gobierno del estado de Quedtaro Y CRIM-UNAM, volumen n; Margarita Camarena Luhrs,
"Dishibuci6n", ponencia presentada en el simposio '*Las ciudades del futuro, escenarios para el prximo siglow,
organizado por el Instituto de Geografa y el Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, de la UNAM, el 6 de
octubre de 1997. Tambin vase Javier Delgado, Patricia Ramirez, Mano Salgado y Margarita Camarena, "Estructura
metropolitana y transporte", en Roberto Eibenzchutz Hartman (coord.), Bases para la planeacin del desarrollo
urbano en la ciudad de M6xico. M6xic0, ~~M-Xochimilco
Y GNPOEditorial ~ o m a 1997,
,
pp. 7-67; Mari0 Salgado
Viveros y Margarita Camarena Luhrs, "Transporte de carga en la zona centro de Mxico. 1991-1994", ponencia
presentada en el "Congreso Internacional Ciudad de Mxico sobre Polfticas y Estudios Metropolitanos", organizado
por el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales (COMECSO),
del 10 al 14 de mano de 1996 en la ciudad de Mxico.

gran parte de la Z M C M . ~LOSdatos manejados3indican que hubo un cambio importante en


la relacin entre transporte y estructura urbana de la ciudad de Mxico en los aos
ochenta. A partir de estas observaciones se sugiere que el intenso proceso de terciarizacin
de esos aos tuvo un gran apoyo en la construccin de infraestructura vial y en las
mejoras de la operacin del transporte que modificaron la movilidad de la poblacin y
provocaron cambios en la accesibilidad de gran parte de la ZMCM.
La comparacin de dos modelos de transporte, de generacin y atraccin de viajes y
de distribucin4permite suponer que
tales cambios se relacionan directamente con los operados en la oferta de transporte, en la
medida que tanto la generacin como la atraccin de viajes involucra factores que inciden en
la transformacin de los usos del suelo y en sus patrones de actividad; en consecuencia,
suponemos que los cambios pueden ser explicados por un mayor o menor nivel de acceso y
utilizacin de los modos de transporte a travs de las vialidades o de la red de transporte
p b l i c ~ . ~

De acuerdo con el anlisis de la densidad de los viajes, en la dcada de los noventa se


registra una notable ampliacin de las reas centrales y que es el contorno intermedio de
la ciudad y no su perifrico el principal alimentador de los movimientos en su conjunto.
Esto no significa que la periferia sea insignificante, sino que cada vez ms unidades de
la periferia pasan a incorporarse al anillo intermedio de la ~ i u d a d . ~
Al observar la generacin de viajes, el centro de la ciudad ampli su radio de influencia de seis kilmetros en los ochenta al doble en los noventa, con lo que abarca
Azcapotzalco, Iztapalapa e Iztacalco y llega a Nezahualcyotl en correspondencia con
los nuevos espacios de la terciarizacin.
La movilidad se refiere a la capacidad de los sectores de la ciudad para generar y atraer viajes. El potencial
de generacin de viajes de una zona especfica est dado por la magnitud de su poblarniento, por la diferenciacin y especializacin de sus usos del suelo, por el ndice local de motorizacidn y el nivel de vida de los
habitantes. En cambio, la capacidad de atraccin de viajes de una zona se determina principalmente por la
diversidad de los usos del suelo. Por su parte, la accesibilidad de un rea se refiere a su capacidad de permitir o
bloquear la interaccin. Est en funcin de la distancia entre los sectores. de las condiciones de la vialidad, de los
modos de transporte con que cuenta y de otros factores como el tiempo de desplazamiento y el costo de las
redes. Javier Delgado, Patricia Ramrez, Mario Salgado y Margarita Camarena, "Estructura metropolitana y
transporte", op. cit., p. 38.
Datos que presentamos en ibid., p. 38 y cuadro 1. Vase tambin "Zonas metropolitanas y ncleos urbanos en la
corona regional de la ciudad de Mxico", pp. 12 y 13, en los que se consideraron 43 unidades de observacin, 16
delegaciones del Distrito Federal y 27 municipios del estado de Mxico
El primero est basado en un esquema de uso de suelo realizado por el Departamento del Distrito Federal para el
programa Maestro del Metro en 1985 (DDF, 1985); el segundo se basa en un esquema de actividades productivas que
resulta de considerar indicadores de la actividad econmica de los ltimos aos sin considerar los modelos de seleccin modal ni de asignacin. Reproducido de ibid., p. 39.
Loc. cit.
lbid., p. 40.

ELNIXICO CENTRAL. METAPOLIS


Y DESARROLLO REGIONAL

Con el predominio econmico del Distrito Federal, la ciudad interior creci en trminos de la atraccin de viajes, aunque este crecimiento an llegaba hasta el estado de
Mxico. El ensanchamiento de la ciudad se dio hacia el norte y con particular fuerza
hacia el oriente, de esta manera coinciden con las ampliaciones de las lneas del Metro
hacia estas direcciones y en estrecha relacin con el crecimiento de la capacidad de las
vialidades prirnaria~.~
Considerando ahora la generacin de viajes, es notable que el crecimiento de las
reas intermedias es causado ms que por la generacin por la atraccin de los viajes
hacia ellas. Esto indica "una mayor especializacin en vivienda que en actividades econmicas [...] coherente con la elevada concentracin de actividades en el centro, y de
hecho contina su tendencia expansivaW8hacia el norte, predominantemente. Con ello

Tambin es notable la ampliacin de las reas de la periferia. Tanto por su generacin como por su atraccin de viajes, esta rea slo conserva a tres de los antiguos
municipios conurbados y, en cambio, adhiere a diez nuevos en todas las direcciones
geogrficas de la ciudad. Esto sugiere la existencia de un gran arco exterior, que podra
dar lugar a un tercer anillo perifrico en el oriente.
Este crecimiento rebasa, sin lugar a dudas, el anterior esquema metropolitano. En
resumen, los comportamientos de la generacin y atraccin de viajes en la ciudad de
Mxico, sugieren que se produjo una continuidad funcional que impone un carcter
ms homogneo a las relaciones de las reas central, intermedia y penfrica,g
Actualmente, la incorporacin de zonas urbanas ms al norte y al oriente de la zona
metropolitana mediante inversiones inmobiliarias Y el rezago en la capacidad de las
redes de infraestructura de transporte, indica un incremento en el nmero de sectores de
interaccin con niveles de accesibilidad similares tanto para otros sectores de la ZMCM,
como para la regin perifrica (por ejemplo, la accesibilidad entre Ixtapaluca-Chalco y
las ciudades de Puebla-Tlaxcala es similar a la existente entre Ixtapaluca-Chalco y la
zona poniente o norte de la ZMCM; algo similar Ocurre para el poniente y Toluca, el norte
y Pachuca y el sur y Cuernavaca). En otras palabras, se observa una interaccin combinada centro-periferia, entre sectores, con centro-periferia.

132

Flujos de intercambio de mercancas y pasajeros entre las ciudades


capitales que rodean a la ciudad de Mxico y sta
Entre los efectos que trae consigo el inusitado crecimiento de las actividades secundarias y terciarias y el uso intensivo en tecnologas de transporte y telecomunicacin,
destacan sobremanera la continuidad y la interaccin de los elementos que dan forma a
los complejos conglomerados econ6mico-espaciales.
Al mismo tiempo que el transporte individual, aumenta la ineficiencia global de la
ciudad de Mxico y su zona metropolitana.1 Las ciudades de la periferia inmediata a
la capital disminuyen rpidamente el volumen de los escasos intercambios que realizan
entre s, y aumentan los que realizan con la ciudad de Mxico. De estos hechos se puede
proponer una conjetura en el sentido de que el fortalecimientode la capacidad concentradora
de la ciudad capital inhibe la capacidad de las entidades que la circundan.ll
Los datos de la concentracin vehicular por carreteras al inicio de la dcada de los
noventa, como antecedente de los resultados que se presentan ms adelante en este
trabajo, indican que a "[ ...] la carretera Mxico-Pachuca, con un trnsito diario promedio anual (TDPA) superior a 30 000 vehculos, le sigui6 la Mxico-Quertaro con ms de
26 mil, la Mxico-Toluca, con ms de 24 000, la Mxico-Puebla con cerca de 22 000 y
la Mxico-Cuernavaca con ms de 20 000 vehculos diarios".I2
Por otra parte, considerando ahora los resultados del anlisis de los balances de
trfico de las cuatro direcciones que ha sido posible representar con la informacin
disponible sobre orgenes y destinos de la carga transportada en la zona centro, se puede
destacar lo siguiente:
Hacia el norte del pas se enva 60% de lo que se recibe; desde el estado de Mxico,
los flujos orientados hacia el poniente y el Pacfico norte, en el otro extremo, presentan
un desbalance de s610 5% aproximadamente, lo que envan es ligeramente menor que lo

10"Por desgracia para la ciudad [de Mxico], el mejoramiento derivado de una mayor utilizacin del transporte pblico se vio anulado por el predominio de los modos menos eficientes: el Metro disminuy su participacin relativa de 17.8% de los viajes totales en 1983, a 10.6% en 1991, los autobuses urbanos, suburbanos y
los trolebuses, con similares niveles de capacidad y eficiencia, disminuyeron en conjunto de 48.5 a 16.8% en los
mismos aos; en el otro extremo, los taxis colectivos dominaron prcticamente la movilidad de la ciudad al
pasar del 3.5% de los viajes a ms de 50% en 1991. De acuerdo con estimaciones ms recientes sobre el reparto
modal, se seala que el transporte privado recuper parte de su participacin relativa de hace 10 aos al
alcanzar casi el 20% de los viajes hacia 1993". Ibid., pp. 48 y 49; Econo Consultores, "Plan conceptual de
transporte en la zona metropolitana del Valle de Mxico", Mxico (fotocopias), s/f.
11 La exploracin de la medida en que inversiones generadas en la periferia pudieran rescatar la posibilidad de
ampliar sus interacciones con alguna capacidad de autodeterminacin, es indispensable para establecer hasta qub
punto las inversiones del centro en su periferia habrn irremisiblemente de condicionar su desarrollo, provocando
como una consecuencia casi natural la centralizacin y subordinacin creciente de las interacciones que los conglomerados de la periferia guardan respecto de la capital central.
'ZIMT, Manual estadstico, Sanfandila. Quertaro, 1994, p. 96.

ELMXICOCENTRAL. METAPOLIS
Y DESARROLLO REGIONAL
que reciben.13 La ciudad de Mxico genera, en un balance global, aproximadamente
12% menos de lo que recibe. Los intercambios con el resto del pas oscilan entre los
extremos mencionados y el promedio que registra la capital.
Lo anterior pone de relieve tres caractersticas de la interaccin de la zona centro: 1)
el gran potencial econmico y espacial de una gran cantidad de lugares en tomo de las
rutas que le sirven tanto como canales de distribucin de su produccin como de vas de
acopio de sus medios de subsistencia,es decir, la capacidad articuladora de las circulaciones existente en la zona; 2) la capacidad centralizadora de los flujos de carga de la ciudad
de Mxico que se pone de manifiesto en los desbalances de trfico a su favor, y 3) la
infraestructura urbano-econmica en general y particularmente la del transporte terrestre, cumple una funcin decisiva en la definicin de las posibilidades y lmites de la
interaccin espacial. En esta interaccin los intercambios desempean un papel esencial.
Esta interaccin limitada y subordinada, tanto por los mayores volmenes de carga
movilizada como por la capacidad ordenadora de los flujos que ejerce la ciudad de
Mxico en la zona centro, muestra el predominio de ciertas direcciones de la expansin
econmica y territorial de la zona. Las direcciones ms dinmicas de los flujos son las
siguientes: hacia el poniente, va el estado de Mxico, y hacia el oriente por medio de
las redes tradicionales de integracin del pas, hacia el extranjero por el norte y el este
en las vas de Puebla e Hidalgo, frente a la que Quertaro cobra un menor peso en
volmenes pero conservan su fuerza estructuradora del trfico, ya que rene un mayor
nmero de puntos generados y de mayor lejana que sirven quiz6 desde principios de los
aos noventa como contrapeso del sistema territorial de la zona centro -junto con las
nuevas vas ya terminadas o an en proceso que surgen desde el estado de Mxico,
hacia el oriente y al norponiente.

"Mari0 Salgado y Margarita Camarena. "Transporte de carga en la zona centro de Mxico, 1991-1994",
op. cit., pp. 8 y 9. "El hecho de que los flujos que salen de la ciudad de Mkxico sean 43% superiores en su relacin
toneladas por vehculq significa probablemente que estos flujos se forman con productos de mayor peso y quiz
mayor grado de elaboracin." "Esta divisi6n caracterstica de 10s f l ~ j o que
s se originan especialmente en la
ciudad de Mxico se resumen en las 12.87 toneladas por vehculo en promedio de los vehculos que salen de la
ciudad y las 7.28 toneladas por vehculo que tambin en promedio corresponden a cada uno de los vehculos que
ingresan a ella", p. 10. "Si se toma en cuenta el nmero de lugares generadores y receptores registrados en cada
estacin pueden notarse caractersticas interesantes de cada una de las direcciones del trfico representadas.
Quertaro agrupa 174 lugares generadores de carga y 126 receptores; Puebla 105 generadores y 93 receptores.
Por su parte el estado de MCxico concentra a 69 lugares generadores y 67 receptores, mientras que en el estado
de Hidalgo se suman 68 puntos generadores contra 61 receptores. [...] En los extremos lo observado para
Quertaro y el estado de Mxico, para los que el doble de las toneladas de carga se generan en casi tres veces ms
lugares, indican que la dispersin o la concentracin de sitios generadores no necesariamente implica una
disminucin en las masas de valor desplazadas. Se registran en el primer caso 1 117.8 toneladas por punto
generador en promedio y de 1 416.4 toneladas en el segundo. [...] Esta cantidad de lugares asociados con el
trnsito por el lugar de aforo en las entidades federativas, slo se duplica entre los extremos contemplados en
el destino de la carga, aunque en lo que se refiere al volumen de la carga se observe un mayor aumento ya que
vara 4 veces. Como destino, Quertaro recibe en promedio para cada uno de sus 126 destinos, 1 386.7
toneladas, Puebla 740.6 toneladas, el estado de Mxico 1 530.1 toneladas, y el estado de Hidalgo, 716.8
toneladas", ibid., p. 11.

Otra estimacin del comportamiento de los flujos de transporte de carga entre las
zonas metropolitanas y ciudades de la regin centro del pas la realizamos con base en
el modelo de demanda agregada propuesto por Manheirn (1979). En l se considera que el
volumen de la carga desplazada es una funcin de las caractersticas socioeconmicas y
de la operacin de las redes de transporte,
dicho modelo implica que las toneladas diarias por kilmetro que se trasladan de una zona a
otra (TDPiJ son directamente proporcionales a las poblaciones totales de cada zona e
inversamente proporcionales al ndice de desarrollo y a la distancia entre ellas. La expresin
propuesta se basa en uno de los postulados clsicos de la teora del lugar central, a saber, que
la variable ms significativaen las TDP entre dos puntos es la distancia: cualquier decremento
en la distancia incrementar el inter~ambio.'~
Aunque la distancia entre los nodos se midi a partir de sus centroides geogrficos,
y se requiere una definicin ms representativa y completa de la concentracin relativa
de la poblacin y las actividades econmicas, sta fue la medida disponible y se consider aceptable.
Se consider que la distancia entre las distintas zonas del centro es el primer indicador de su cohesin interna o accesibilidad, de tal manera que
las zonas con menores distancias entre s tendrn una mayor accesibilidad dentro del conjunto regional. As, aun cuando la distancia promedio [...) (en la superficie que ocupa el centro
del pas sea) de 108 kilmetros, el grado de cohesin vara de acuerdo con la ubicacin de
cada zona. La de mayor accesibilidad es la ciudad de Mxico pues gracias a su centralidad
geogrfica, la distancia media entre ella y cualquier otra zona metropolitana o ncleo es de
80 kilmetros, condicin que difcilmente comparten las otras ciudades. Sin embargo, los
ncleos urbanos del Valle de Mxico, junto con el de Tepeapulco comparten casi el mismo
grado de accesibilidad que la ciudad de Mxico. En un nivel intermedio; paradjicamente
pues se trata de los menos desarroiiados, se encuentran la incipiente aglomeracin de Pachuca
y el triple ncleo de Tula, lo que indica su alto potencial pues gozan de una ubicacin estratgica dentro de la regin; mientras que las zonas con el valor ms bajo de accesibilidad son
Atlacomulco, Puebla, Cuernavaca y Apizaco, ya que sus distancias promedio al resto de la
14"La relacin se expresa asi:
TDPij =

(Pob Tot i)0.7265*(PobTot j)0.9471


(Id i)0.8720*(Id j)0.7668*(D ij)1.2134

Ello indica que las TDP tienen una elasticidad negativa respecto a la distancia, y moja un valor de :EDI,(~~~)O-1.2113,
lo que significa que si la distancia entre dos puntos disminuye un 1 por ciento, las TDP se incrementan en 1.2 por
ciento", Javier Delgado, Patricia Ramirez, Mario Salgado y Margarita Camarena, op. cit., p. 50.

regin son mayores de 120 kilmetros. La mayor distancia o visto de otra forma la menor
accesibilidad es la existente entre Atlacomulco y Puebla, de 242 kilmetro^.'^

Otros resultados obtenidos a partir de una combinacin del modelo de interacciones,


con base en datos demogrficos, con el ndice de desarrollo y la matriz de distancias
entre las ciudades que rodean a la ciudad de Mxico, son los siguientes:I6

1 ) La ciudad de Mxico genera 35.53% de los flujos de carga, seguida por las reas
metropolitanas de Cuernavaca y Toluca, y a continuacin por Puebla. Estas cuatro zonas originan ms de 77.46%. De ah que la ciudad de Mxico sea el principal origen y adopte un carcter dominante en la redistribucin de la carga.
2) La ciudad de Mxico es el principal destino de los intercambios que ocurren en la
regin centro del pas; absorbe 60.81% de los flujos generados. Le siguen las
zonas metropolitanas de Toluca, Puebla y Cuernavaca, que representan el destino
de ms de 90% de las toneladas intercambiadas en la regin.
3) Destaca el desequilibrio entre orgenes y destinos entre las zonas metropolitanas
que rodean a la ciudad de Mxico, de 77% contra 90%. Segn los movimientos
de carga entre pares origen-destino, los principales son los que ocurren entre la
ciudad de Mxico y las tres principales zonas metropolitanas.
4) A los cuatro ncleos mencionados le siguen en importancia Pachuca, y despus
destacan los ncleos urbanos de Tepeapulco y el del Valle de Mxico norte.
En lo que se refiere a los efectos territoriales de la mejora y ampliacin de la infraestructura carretera, "los ms significativos provienen de aquellos que involucran alguna
trayectoria de largo recorrido en su cruce con las reas de influencia metropolitana, de
cualquier lugar, debido a que ponen en contacto, literalmente, dimensiones y procesos
macroecon6micos con los locales, lo que potencia la sola influencia metro y megalop~litana".~~
En total, las 24 obras de infraestructura carretera proyectadas en 1994 a
corto y mediano plazo representan la construccin de ms de 1000 kilmetros, la mayor
parte de los cuales se localiza en el estado de Mxico.18
151bid., pp. 50 y 51.
161bid., p. 51.
'7 Margarita Camarena, Javier Delgado y Mario Salgado, "Modernizacin del transporte y estructuracin del temtono", en Geografia y desarrollo, Revista del Colegio Mexicano de Geografa, AC., Mxico, 1995.
l 8 Javier Delgado, Patricia Ramirez, Mario Salgado y Margarita Camarena, op. cit., p. 52. "Entre estas obras destaca el Libramiento Norte de la ciudad de Mxico, de 135 kilmetros de longitud, que unir a Huehuetoca con San
Martn Texmelucan, pero que forma parte de una de las dos trayectorias de largo recomdo ms importantes del pas,
que une el Sureste con el Pacfico. En su parte media esta carretera se incorpora con la carretera a Tuxpan lo que
refuena su carcter de enlace interregional. Por su longitud, destaca tambin el enlace entre Toluca y Alpuyeca,
que junto con las que unen a Alpuyeca con Tetela del Volcn y al este con Atlixco formarn un gran arco sur de la

TRAYECTORIAS
DE LARGO RECORRIDO Y ENLACES URBANO-REGIONALES EN LA ZONA CENTRO DE MMCO

Esto est provocando una reestructuracin del territorio de la regin centro que seguramente afectar el patr6n de intensidad y uso del suelo en los niveles megalopolitano como se ha visto en este trabajo- y nacional, ya que los cambios en los enlaces de largo
recorrido no se han hecho esperar, como se ve claramente en los movimientos hacia el
norte y los que originados en el sureste, "cruzan la regin hacia el Bajo y tienen como
punto terminal la gran regin del Pacfico con centro en Guadalajara".lg La mejora en la
accesibilidad de la regin centro pasar de 108 a 98 kilmetros de reconido promedio,
con esta reduccin de 9.2% se provocar un incremento potencial de 11%en los volmenes de carga transp~rtada.~~
En lo que se refiere a la conformacin del circuito exterior regional, ste queda
conformado por el Libramiento Norte del Valle de Mxico, que parte de la autopista de
Mxico a Quertaro a la altura de Huehuetoca y llega a San Martn Texmelucan, en la
regin metropolitana de Puebla, contina desde esa zona de alto dinamismo a travs de
la ruta Atlixco-Tetela del Volcn-Alpuyeca-Toluca. Este circuito aprovecha la carretera
existente de Toluca a Atlacomulco y se complementa con las nuevas carreteras de
Atlacomulco a Jilotepec y autopista a Quertaro y la que va desde esta carretera hasta

grandes magnitudes, afectan a toda la corona regional de la ciudad de Mxico. Es probable que la repeticin del patrn de integracin radial concentrador siga conservando
sus beneficios desigualmente: acentuando la centralidad de la capital y condicionando cada vez ms las posibilidades de intercambios directos entre los conglomerados
urbanos del centro del pas.
Por otra parte, una rpida mencin acerca de las tendencias que irn marcando el
rumbo del cambio en la organizacin espacial de la zona centro, pueden hacerse al
tomar en cuenta las siguientes proyecciones del crecimiento poblacional en los conglomerados urbanos de la zona centro.

que se une a la va de acceso a Jilotepec y de ah a Atlacomulco, pues permite la inccfrporacin del transito
proveniente del estado de Hidalgo con la va corta a Guadalajara. Esta ltima se concluye con el tramo de Atizapan
a Atlacomulco", ibid.. p. 53.
20"Sin duda, el mayor incremento en la accesibilidad se presentar en el ncleo sureste del Valle de Mxico,
seguido de Atlacomulco, paso obligado de la carretera via corta de Mxico a Guadalajara. Sin embargo, los ncleos
ubicados al norte de la aglomeracin de la ciudad de Mxico tendrn un incremento muy importante en su accesibilidad. Debido a la articulacin de las nuevas carreteras con dos brazos regionales muy importantes de la ciudad, los
nuevos nodos resultantes que se distribuyen a lo largo del Libramiento Norte formarn un impulso definitivo a la urbanizacin que es necesario prever en esquemas precisos de planificacin. El incuestionable papel como expansor
urbano que tiene la obra carretera hace temer una inminente configuracin futura de la ciudad sobre un extenso
territorio". ibid., pp. 53 y 55. Por su parte el patrn de flujos de carga en la zona metropolitana de la ciudad de
Mxico, no permite prever grandes variaciones en el corto plazo; de acuerdo con el modelo utilizado es probable un
ligero fortalecimiento de los intercambios perifncos a mediano plazo.

ELW ~ CCENTRAL.
O
METAPOLIS

Y DESARROLLO REGIONAL

Cuadro 1. poblacin para ciudades de la zona centro de Mxico con ms


de 250 000 habitantes hacia el 2010. Habitantes y tasas de crecimiento,
y carreteras pavimentadas, 1996
Entidad federativa y
ciudades

Distrito Federal
Ciudad de Mxico

Poblacin al 2010

;Tasa de crecimiento,
1995-20 10

Kilmetros de
carreteras, 1996

20 462 242

1.31

262.72

2 771 425

1.51

3 182.52

1 263 651

1.68

4 933.39

958 231

2.31

1 292.72

782 370

2.31

1 496.77

2 502.02

26 277 919

13 660.14

Puebla
ZM Puebla

Mxico
ZM Toluca

Quertaro
ZM Queretar0
Morelos
ZM Cuernavaca

Hidalgo
Total

Fuente: Elaboracin propia con base en Virgilio Parada Busch. "Proyeccin de poblaciones urbanas a
nivel nacional", ponencia presentada en el simposio "Las ciudades del futuro. Escenarios para el prximo
siglo". Mesa 11, "Escenarios econmico-urbanos", organizado Por el Grupo de Estudios Urbanos del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad Y el Instituto de Geografia de la UNAM, Mxico, 6 de
octubre de 1997.

Con estas tasas de crecimiento aplicadas a los volmenes de trfico se acentuar el

intercambios de flujos de carga hacia esta direccin. Hacia el Golfo de Mxico por la
va norte, 40% existente en el desbalance de flujos podra modificarse quiz por la integracin tansversal Pacfico-Golfo de Mxico; atenundose, hacia el norte-noreste, va
Querktaro, parecera conservarse la tendencia a concentrar los flujos de carga de mayor

TRAYECTORIAS
DE LARGO RECORRIDO Y ENLACES URBANO-REGIONALES EN LA ZONA CENTRO DE MXICO

Continuidad e interaccin
Con lo estudiado confirmamos que el desarrollo regional est en funcin de la inversin
en infraestructura. Para la ciudad de Mxico, vista como ciudad regin megalopolitana,
la infraestructura vial en los conglomerados urbanos y en las carreteras del segundo y
tercer libramientos - d e Pachuca a Toluca, de Toluca a Cuemavaca, de Cuemavaca a
Puebla y de Puebla a Tlaxcala y Pachuca- dan gran fuerza a la expansin que est
ocurriendo hacia el oriente de la zona centro.
La necesidad de regionalizar el rea centro del pas es urgente e ineludible. Representa una de las tareas ms importantes en el siglo xx. No slo por el peso que ha
adquirido la zona en el conjunto de las regiones del pas, sino en el balance total del
norte del Continente, si se toma en cuenta el contexto mayor dependiente de la apertura
comercial de Mxico y de su nueva presencia en el contexto de la mundializacin.
El comportamiento de la regin urbana o megalopolitana en el futuro inmediato no
puede anticiparse constructivamente. Hoy, esta regin urbana todava se encuentra fragmentada, en gran medida porque la infraestructura urbana est pendiente de ser construida. De ah que emerja un obligado planteamiento de innovacin para el siglo XXI que
rompa con las ideas dominantes del ordenamiento espacial-administrativo, y considere la
interaccin muy amplia que se estructura entre todas las grandes regiones del pas.
En este sentido, promover la constmccin del aeropuerto de Tizayuca es ejemplo del
carcter detonador que tendra el transporte en las economas regionales, especialmente
en el caso de esta infraestructura para el transporte internacional. Se aprecia el fuerte
impacto estructurador, decisivo para el desarrollo, que tendra para un mejor aprovechamiento de los recursos del estado de Hidalgo, que de otra manera se vera relegado
una vez ms al atraso. Como este ejemplo existen otros de infraestructura que estn
pendientes, e involucran enormes sumas de inversin e inters, y que se estn concretando actualmente.
La revaloracin de lo "urbano disperso", para no hablar de lo rural, resulta obligada
en funcin del peso de las nuevas tecnologas, de la informtica, telecomunicacin y,
sobre todo, de las obras de infraestructura. La tendencia al abaratamiento relativo de
estos medios, por las economas de escala y la multiplicidad de productos y servicios
ofrecidos, han hecho que los enormes costos que representan tiendan a reducirse de
manera muy importante.
En la perspectiva integral de la planeacin de la zona centro, la interaccin
microrregional se est intensificando aceleradamente, pero no ocurre de manera independiente. Las inversiones siguen siendo del centro o como si fueran del centro hacia su
periferia, impidiendo una interaccin directa de estos conglomerados perifricos con
las entidades que estaran definidas en sus propias reas de influencia.
139

Esta centralizacin -que funciona como triangulacin de las interacciones de la


periferia con sus entidades inmediatas o mediatas, dominada por el centro- lesiona las
posibilidades de una organizacin espacial ms equilibrada y limita seriamente las dinmicas que si bien resultan'an econmicamente explosivas y desarticuladas si acaso
pudieran separarse del sistema en el que se inscriben, seran indispensables en cualquier otro esquema ordenador.

Bibliografa
Camarena, Margarita, "Distribucin", ponencia presentada en el simposio "Las ciudades del futuro, escenarios para el prximo siglo", Instituto de Geografaprograma Universitario de Estudios sobre la Ciudad, UNAM,
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ciudad de Mkxico sobre polticas y estudios metropolitanos", Mxico. Comecso,

El ciclo de reestructuracin industrial y territorial


de la regin Centro de Mxico
Guillermo Olivera Lozano y Julio Guadarrama Garcia,

Centro Regional de Investigaciones


Multidisciplinarias, UNAM

Introduccin

econmicas y migratorias del centro de Mxico en las tres


ltimas dcadas del siglo xx expresan un ciclo de reestructuracin por el que ha
transitado esta regin (Chvez y Guadarrama, 2000). Como se intentar demostrar aqu,
ese ciclo ha sido configurado bsicamente por los procesos de auge, crisis, reactivacin
y recesin del sector industrial.
El objetivo del trabajo, por tanto, consiste en profundizar el anlisis del ciclo industrial
de la regin Centro, particularmente de la industria manufacturera, que aporta evidencias empricas sobre los principales cambios productivos, laborales yterritoriales inherentes a las distintas fases. En concreto, interesa dar respuesta a las siguientes
interrogantes: Cules fueron las industrias ganadoras y las perdedoras en cada etapa?,
cmo se ha modificado la divisin regional del trabajo en la actividad industrial?, qu
papel tuvo el capital extranjero en la reactivacin industrial de esta regin entre 1988 y
1993?, y por ltimo, Les posible establecer alguna relacin entre las tendencias de concentracin y desconcentracin territorial de la industria, con sus movimientos cclicos de
largo plazo?
En la primera parte de la exposicin se caracterizan los principales cambios productivos, laborales y territoriales configurados por el proceso de industrializacin en los
AS TRANSFORMACIONES

ELM~MCO
CENTRAL. ~ ~ T ~ P O YL DESARROLLO
I S
REGIONAL
mbitos centrales y perifricos de la regin durante la fase de auge 1970-1980. Siguiendo los mismos criterios, en la segunda parte se explora la fase de crisis 1980-1988 y el
proceso de franca desindustrializacin al que dio lugar. La tercera parte se centra en la
fase de reactivacin 1988-1993, que examina en trminos generales el papel del capital
extranjero en el proceso de transformacin industrial y regional. En la cuarta parte se
presenta una breve caracterizacin de las alteraciones productivas derivadas del retorno
de la crisis entre 1993 y 1996. Finalmente, se plantean algunas ideas que permiten recuperar la visin global y el significado del ciclo de reestructuracin industrial y territorial
de la regin Centro.
ES importante destacar que la periodizacin utilizada en el trabajo se ajusta a las
fechas de levantamiento de los censos econmicos, que son el insumo bsico para el
clculo del PIB por entidad federativa que realiza el Instituto Nacional de Estadstica,
Geografa e Informtica (INEGI). Tales fechas no delimitan exactamente el inicio y el final
de las fases de auge, crisis, reactivacin y recesin del ciclo de la industria mexicana,
pero desde una perspectiva histrica pueden considerarse representativas de ellas. Asimismo, debe mencionarse que en la fecha en que se termin el trabajo la informacin
disponible ms reciente del PIB estatal corresponda al ao 1996.

El ocaso del auge industrial de la regin Centro, 1970-1980

Despus de la Revolucin social que vivi Mxico en la segunda dcada del presente
siglo y de la gran depresin de finales de los aos veinte e inicios de los treinta, el proceso
de industrializacin tuvo una expansin sostenida con la estrategia sustitutiva de importaciones, pues el PIBmanufacturero nacional registr una tasa de crecimiento medio anual
de 5.0% entre 1930 y 1940, de 7.1% entre 1940 y 1950, de 7.3% entre 1950 y 1960 y de
7.8% entre 1960 y 1970. La expansin de la industria a 10 largo de estas cuatro dcadas
se revirti en los aos setenta, ya que el PIB disminuy su tasa de crecimiento a 6.3%,
marcando as un punto de inflexin en el ciclo de largo plazo de la industria manufacturera que diversos autores interpretaron como el agotamiento del modelo industrial. El
tiempo ha mostrado, no obstante, que la desaceleracin industrial de 10s setenta fue
insignificante en comparacin con la de los aos ochenta y noventa, por 10 que esa
d6cada puede considerarse representativa de la fase de expansin industrial que experiment el pas despus de la Revolucin, aunque tambin puede interpretase como un
periodo terminal de esa expansin a lo largo del cual se fraguaron "los prolegmenos de
la crisis de los aos ochenta" (cf Rueda, 1998, pp. 49-82) (grficas 1 y 2).
este
contexto, los mbitos centrales y perifricos de la regin Centro enfrentaron cambios
productivos, laborales y territoriales configurados por sus procesos de industrializacin.

142

ELIVIXICO CENTRAL. METAPOLIS

Y DESARROLLO REGIONAL

El ncleo urbano-industrial primario en vilo


En el terreno productivo, el ncleo urbano-industrial primario1experiment cambios y
continuidades en el crecimiento y competitividad de su industria, y en la productividad del trabajo. En relacin con el primer aspecto, es evidente la desaceleracin industrial del ncleo durante los aos setenta, pues aunque el crecimiento medio anual de su
produccin manufacturerafue de 6.0% result inferior al crecimiento econmico global
del pas (6.7%), de la regin Centro (7.0%) y de la propia aglomeracin (6.9%); y tarnbin al registrado por la industria manufacturera en el mbito nacional (6.3%) y regional
(6.4%) (cuadro 1).2
En un examen ms detallado del crecimiento de la produccin por tipos de industrias
y de las implicaciones en trminos de la posicin competitiva de cada estado, lo permite
Entre 10s resultados ms relevantes de tal ejercicio
la tcnica de cambio y parti~ipaci6n.~
destaca, en primer trmino, el bajo dinamismo de las industrias de bienes de consumo
inmediato: que entre 1970y 1980contribuyeron con 45.8 millones de pesos (a precios de
1980) al incremento total del PIB manufacturero del ncleo, es decir, 21.9%. El signo negativo del componente regional y sectorial denota adems la posicin desventajosa que
estas industrias tuvieron en el ncleo, tanto en relacin con su crecimiento nacional,
como al crecimiento global de la industria manufacturera mexicana. Las desventajas
sectoriales y regionales se presentaron tanto en el Distrito Federal como en el estado de
Mxico, pero fueron ms intensas en el primero (cuadro 2).
Por el contrario, las industrias productoras de bienes intermedios aportaron 96.6
millones de pesos, equivalentes a 46.1 % del cambio total que registr el PIBmanufactu-

1 LO que en adelante se denomina aglomeracin O ncleo urbano-industrial primario est conformado por el
Distrito Federal y el estado de Mxico. La agrupacin de estos dos estados en una sola unidad territorial se
justifica por la creciente expansin fisica de la Zona Metropolitana de la Ciudad de Mxico hacia numerosos
municipios del estado de Mxico, pero tambin por la virtual conformacin de una regin megalopolitana al
encontrarse actualmente unidas las zonas metropolitanas de las ciudades de Mxico y Toluca (mapa 1).
2Todas las cifras que se citan a lo largo del documento e s t h basadas en los cuadros que aparecen al final.
3 La tbcnica de cambio y participacin desagrega el incremento absoluto del PIB manufacturero, denominado
cambio total, en tres componentes. El componente nacional mide el cambio que hubiera tenido lugar si el
sector "i" regional hubiera tenido el mismo crecimiento que la industria manufacturera nacional. El componente sectorial compara la tasa de crecimiento nacional de la industrial ''?' con la tasa de crecimiento de la industria
nacional, por lo que indica las (des)ventajas que tiene el Brea de estudio en relacin con el crecimiento nacional
de esa industria. Finalmente, el componente regional compara la tasa de crecimiento de la industria "i" a nivel
regional con su tasa a nivel nacional, lo cual viene a ser un indicador de la posicin competitiva de las industrias
locales (cuadro 2).
Las industrias de bienes de consumo inmediato (o si se prefiere de bienes no durables) comprenden los
subsectores manufactureros 31) alimentos, bebidas y tabaco; 32) textiles, vestido y cuero, y 39) otras industrias
manufactureras. Las industrias de bienes intermedios incluyen los subsectores 33) madera y sus productos, 34)
papel, imprentas y editoriales, 35) qumicos y derivados del petrleo, 36) mineria no metlica, y 37) industrias
metlicas bsicas. Finalmente. las industrias de bienes durables y de capital esten representadas en el subsector
38) productos mettlicos, maquinaria y equipo.

144

Mapa 1. Regin Centro. Divisin poltica por estados


y principales zonas metropolitanas en 1995

DMsinPoltica por Estados


portiposde municipios

09 DistritoFederal
13 Hidalgo
15 Mxico
17 Morelos
21 Puebla
22 Quertaro
29Tlaxcala

ELMXICO CENTRAL. METAPOLIS


Y DESARROLLO REGIONAL

rero del ncleo entre 1970 y 1980. Adems, a diferencia de lo que se observa en la
produccin de bienes de consumo inmediato, su componente sectorial fue positivo debido al mayor dinamismo que tuvieron en el mbito nacional en comparacin con el conjunto
de la industna manufacturera.Asimismo, el componente regional positivo del estado de
Mxico y negativo del Distrito Federal evidencia una ventaja del primero sobre el segundo en la produccin de bienes intermedios, aunque para el ncleo en conjunto la situacin
fue de desventaja en relacin con el crecimiento nacional de estas industrias.
A su vez, las industrias de bienes durables y de capital contribuyeron con 67.2 millones de pesos (32%) al incremento total del PIB manufacturero del ncleo. De tal cantidad, 75.6% se explica por el dinamismo de la economiamexicana (componentenacional),
39% por el crecimiento nacional de las industrias de bienes durables y de capital (componente sectorial), y -14.6% por su crecimiento local (componente regional). A diferencia de la produccin de bienes intermedios, el estado de Mxico tuvo un componente
regional negativo en estas industrias, que se sum al del Distrito Federal.
El panorama anterior ilustra la prdida de competitividad que empezaron a mostrar
las reas industriales del Distrito Federal y del estado de Mxico durante la dcada de
los aos setenta, aunque tambin muestra el carcter diferencial de la desaceleracin
industrial dentro del ncleo, pues el PIB manufacturero del Distrito Federal tuvo una
tasa de crecimiento de 5.3%, en tanto que el del estado de Mxico fue de 7.1 por
ciento.
Los cambios en el crecimiento y en la competitividad del ncleo en la industria se
encuentran relacionados con las asimetras tonale al es y sectoriales de la productividad
del trabajo.' En el primer sentido se aprecia que aun cuando el ncleo urbano-industrial
registr una tasa de crecimiento del PIBmanufacturero menor a la tasa nacional y regional, la productividad del trabajo fue ligeramente superior a la tasa nacional (3.4 3.3%)
e igual a la regional. Dentro del ncleo, el crecimiento de la productividad fue mayor en
el Distito Federal (3.6%) que en el estado de Mxico (2.9%), situacin que en trminos
generales respondi al crecimiento mas rapido del empleo en este ltimo estado, como
veremos ms adelante. Asimismo, se advierte que las asimetras en el crecimiento de la
productividad del trabajo por industrias contribuyeron a configurar los cambios en la
estructura industrial de la aglomeracin, pues entre 1970 y 1980 las de bienes de consumo intermedio tuvieron una tasa de 5.8%, las de bienes durables y de capital de 3%; y las
de bienes de consumo inmediato de 1.7% (cuadro 3).
La desaceleracin industrial de la aglomeracin urbana durante los aos setenta se
expres con mayor agudeza en el terreno laboral, pues el crecimiento del empleo fue

La productividad media anual del trabajo en la industria manufacturera resulta de dividir el pie manufacturero a precios constantes de 1980 entre el personal ocupado promedio anual en la industna manufacturera.

ostensiblementemenor que el del producto o la productividad del trabajo. As, el personal


ocupado promedio anual en la produccin de manufacturas del ncleo registr una tasa
de 2.5%, ubicndose por debajo del crecimiento nacional (2.8%) y regional (2.9%).
Adems, como se esboz arriba, el mayor dinamismo de la productividad del trabajo en
el Distrito Federal -comparado con el estado de Mxico- guarda una relacin inversa
con el crecimiento del empleo manufacturero, pues mientras que en la primeraentidad el
personal ocupado creci a una tasa media anual de 1.6% entre 1970y 1980,en la segunda
registr una tasa de 4.1%. Estas diferencias tambin pueden ilustrarse con el incremento absoluto del empleo: en 1970 la industria manufacturera ocup ms del doble del
personal en el Distrito Federal que en el estado de Mxico, pero al finalizar la dcada
slo haba creado 90 348 puestos de trabajo en la primera entidad, mientras que en la
ltima fueron 118 202 (cuadro 4).
Por tipos de industrias, las de bienes durables y de capital registraron la tasa de
crecimiento ms elevada (4.6%) y el mayor nmero de empleos generados con 115 090,
de los cuales 45.6% se crearon en el Distrito Federal y 54.4% en el estado de Mxico.
Le siguieron las industrias de bienes de consumo inmediato con un crecimiento de 1.7%
y la generacin de 47 572 empleos, con 39% para el Distrito Federal y 61% para el
estado de Mxico. Y en ltimo lugar se ubicaron las de bienes de consumo intermedio
con el crecimiento ms bajo (1.5%) y la creacin de 45 888 puestos de trabajo, de los
cuales 42.2% fueron para el Distrito Federal y 57.8% para el estado de Mxico.
Finalmente, el ncleo urbano-industrial redujo entre 1970y 1980 su participacin en
el PIB y en el empleo manufacturero nacionales de 49.4 a 48.2% en el primer caso, y de
45.8 a 44.4% en el segundo. Esto bsicamente expresa lo acontecido en el Distrito
Federal, cuya contribucin al producto y al empleo manufacturero nacionales disminuy
de 32.1 a 29.4%, y de 31.3 a 27.9%, respectivamente. Por industrias se advierte la
misma tendencia, ya que la participacin del ncleo en la produccin nacional de bienes
durables y de capital descendi de 65.5 a 60.8%; en la de bienes intermedios de 5 1.1 a
50.8%, y en la de bienes de consumo inmediato de 42.6 a 39.1% (cuadros 1 y 4). Debido
a que estos descensos no fueron resultado del decrecimiento de la produccin y el empleo manufacturero del ncleo, slo deben interpretase como una desconcentracin
relativa de la industria.
En suma, las industrias del Distrito Federal frenaron sus requerimientos de mano de
obra para contener la desaceleracin y la prdida de competitividad que implic la crisis
de la industrializacin sustitutiva de importaciones en los aos setenta. Adems, es evidente que el ncleo urbano-industrial no slo perdi dinamismo sino tambin participacin en la industria nacional, debido a que la disminucin relativa del Distrito Federal no
fue compensada por los incrementos productivos y laborales del estado de Mxico. Hay
que advertir, no obstante, que la prdida de participacin y la desaceleracin del ncleo
fueron ms que compensadas por los estados de la periferia regional, como se muestra
enseguida.

Cuadro 3. Regin Centro: Crecimiento de la productividad del trabajo en la industria manufacturera y diferencial
respecto al promedio nacional, segn entidad federativa y grupo industrial, 1970-1993
WWadmediadnmI
de/baba/iol
(Enpesosaprecios de 1980)

1970

Nacional
Bienesde consumo inmediato
Bienesde consumo intermedio
Bienesde consumo durabley de capital
Centro
Bienesde consumo inmediato
Bienesde consumo intermedio
Bienesde consumo durabley de capital
Ncleo urbano-industrial primario
Bienesde consumo inmediato
Bienesde consumo intermedio
Bienesde consumo durabley de capital
Distrito Federal
Bienesde consumo inmediato
Bienesde consumo intermedio
Bienesde consumo durabley de capital
Estado de Mxico
Bienesde consumo inmediato
Bienes de consumo intermedio
Bienesde consumodurable y de capital
Periferia regional
Bienesde consumo inmediato
Bienesde consumo intermedio
Bienesde consumo durable y decapital

14413

19B

1B3

Bsas de mmiento
MoanwP

1970-1480

1W1488

Dife~nualre~pecto
alpromedionacionaP

15W-1993 1970

14413

15W

19.93

...continuaciin

Cuadro 4.
Peisonalocupadotot.4
pdanual

~~/
ppoiimW&I

1mO

199l

-1

1593

Querbtam
Bienerdeconsumo

13584

39802

48880

608)

14083

870

mmebiato
Bienesde comumo
mtamedio
Bieiesdeconaimo
durableydecapital
Tlaxcala
Bienesdeconsumo

imrie&ato
Bienesdeconsumo
intemdio
Bimesdeamsumo
durableydecapital

bsa de cmimiento

Tasade cminiento

incmentoneto

meduanwi

I S I B

Distnbuudnpor
entidadfederariva

1970

1
m

4.4

0.8

19

19

19

13

5.7

0.8

1.7

1.6

1.6

211

5s

47

0.2

12

15

1.6

3309

10.2

19

3.1

20

28

27

25

4773

8328

82

27

59

a6

09

10

10

5404

3421

3 694

b3

32

4.4

09

1.4

15

15

8514

3 828

-123

3497

146

43

112

0.2

0.7

Q6

09

5980

1884

1475

1137

85

46

43

OA

05

Q6

Q6

1970-1480

1S1988

19881993

1970-180

60518

26218

9078

11638

113

26

15638

20670

8015

1 555

5032

88

8179

12883

16180

7309

4704

3297

6646

17540

20359

23668

10894

2819

9269

20385

25158

33486

11116

6473

11877

15298

18992

1312

5 140

5017

1484

3368

4-

19881993

-1

1593

'En 1970induyeal personalocupadoen todas lasactividades manufacturerasdel sector Wblico. Adems, convienemencionaraueen 1980lostotales estatalesv nacionalse
o b h ~ e r o de
n la a&gacin por r a n k manufactureras, por lo que estas cifras puedendiferir ligeramentedelostotales agregacbs&r municipios o entidadesfedeiativas. bles
diferencias son producto de los aiterios de confidencialidadque se aplicaronen el censo de 1980.
Fuente:Clculos propios con datos de Secretara de Industriay Comercio (1973 y 1974); eiNEGi (1988,1992b y 1996b).

11

El auge industrial de la periferia regional

Durante los aos setenta el crecimiento de la produccin manufacturera en la periferia


de la regin Centro fue diferente por entidades e industrias. En el primer caso destaca el
hecho de que todos los estados tuvieron un crecimiento del PIB manufacturero superior al
promedio nacional: Quertaro registr una tasa de 11.3%, Hidalgo de 10.5%, Tlaxcala
de 9.1 %, Morelos de 9.0% y Puebla de 8.2% (cuadro 1).
Por industrias, la tcnica de cambio y participacin puede ayudamos nuevamente a
distinguir su crecimiento distinto y la posicin competitiva de cada entidad. As, al igual
que el ncleo, los estados perifricos presentaron desventajas derivadas del bajo dinamismo nacional de las industrias de bienes de consumo inmediato. Sin embargo, las
desventajas sectoriales tuvieron menor peso en la periferia que en la aglomeracin, adems de que fueron contrarrestadas por las mejores condiciones locales, como lo indica
su componente regional. Con excepcin de Hidalgo, todos los estados reportaron ventajas competitivas para la produccin de estos bienes, principalmente Quertaro y en menor grado Puebla y Morelos. Estos tres estados aportaron 86% de los 17.3 millones de
pesos en que se increment el PIB de estas industrias, cifra esta ltima que a su vez
represent 32.3% del incremento de la produccin manufacturera total en la periferia
regional (cuadro 2).
El dinamismo de las industrias de bienes de consumo intermedio en la periferia se vio
favorecido por su crecimiento en el mbito nacional, por el crecimiento global de la
industria mexicana y por las condiciones locales favorables en todos los estados. Sin
embargo, estas industrias slo aportaron 14.9 millones de pesos al incremento del PIB
manufacturero de la periferia (es decir, 27.8%), de los cuales corresponde 78% de esa
cantidad a Puebla e Hidalgo.
En la produccin de bienes durables y de capital los estados perifricos tambin
reportaron ventajas nacionales, sectoriales y regionales, principalmente Hidalgo y en
menor grado Puebla y Quertaro. Estas entidades dieron cuenta de 91.6% del cambio
total del PIB de tales industrias entre 1970 y 1980, que fue de 2 1.4 millones de pesos.
Adems, esta ltima cifra ilustra la mayor importancia de este grupo industrial en relacin con los otros dos, pues represent 39.9% del incremento delpm manufacturero total
en la periferia regional.
Considerada en conjunto, la periferia regional present condiciones locales positivas
para la produccin industrial durante los aos setenta, a diferencia de lo que sucedi con
el ncleo. Tales ventajas fueron particularmente importantes en Hidalgo, Puebla y
Quertaro.
En general, el crecimiento de la productividad del trabajo en la periferia regional
refuerza el argumento de que present condiciones locales ms ventajosas para la produccin industrial, pues report una tasa de 4.2%, mayor a la del ncleo y el pas. Sin
embargo, el crecimiento global no debe ocultar dos aspectos: primero, las variaciones

entre 10s estados perifricos, pues Tlaxcala present una tasa de 0.8% y Queretar0 de
-0.1 %, en tanto que Morelos e Hidalgo se ubicaron por arriba del promedio de la propia
periferia con 7.5 y 6.6%, y Puebla en un nivel muy cercano, con 4.1 %; y segundo, que la
productividad de la periferia en la industria manufacturera fue inferior a la del pas y el
ncleo (cuadro 3).
Por industrias, la productividad present un crecimiento ms homogneo en la periferia que en el ncleo, pues la de bienes de consumo inmediato report una tasa de 4.1 %,
la de bienes intermedios de 3.8%, y la de bienes durables y de capital de 4.0 por ciento.
En el plano laboral el avance de la industrializacin en los mbitos perifncos de la
regin Centro implic un importante crecimiento del empleo, pues el personal ocupado
promedio anual en la industria manufacturera de la periferia report una tasa media
anual de 5.0%, que en trminos absolutos signific la creacin de 80 7 18 empleos entre
1970y 1980. Estas cifras resultan significativas si recordamos que la tasa de crecimiento del ncleo fue de 2.5%, y que en el Distrito Federal se crearon 90 348 empleos en el
mismo periodo.
De los estados perif6ricos Puebla fue el que registr ms empleos creados con 28 130
y una tasa de crecimiento de 4.0%; le sigui Quertaro con 26 218 y una tasa de 11.3%;
luego Hidalgo con 12 358 empleos y un crecimiento de 3.6%; a continuacin Tlaxcala
con 11 116 nuevos empleos y una tasa de 8.2%; y al fmal Morelos con la creacin de 2 896
empleos y un crecimiento de 1.5%. Estas cifras ayudan a entender la baja productividad
laboral de Quertaro y Tlaxcala, y la alta productividad de Morelos.
Por grupos industriales, el personal ocupado report su crecimiento mximo en bienes durables y de capital con 8.4%, que en nmeros absolutos represent 38 464 empleos, de los cuales 84.4% se crearon en Puebla, Quertaro e Hidalgo. Le siguieron las
industrias de bienes de consumo intermedio con una tasa de 7.6% y la generacin de
25 107 puestos de trabajo, adjudicndose 83.5% Puebla, Quertaro y Morelos. Y el
crecimiento ms bajo lo tuvieron las industrias de bienes de consumo inmediato con
2.1 %, cifra que se tradujo en 17 147 empleos, de los cuales Quertaro y Tlaxcala aportaron 78.3% (cuadro 4).
Por ltimo, en relacin con los impactos territoriales que configur el proceso de
industrializacin en la periferia durante los aos setenta, es importante mencionar que
en este mbito se advierte la situacin inversa a la observada en el ncleo, pues su
participacin en el PJE manufacturero nacional ascendi de 6.9% en 1970 a 9.2% en
1980, y en el empleo de 7.9 a 9.8%. Esto tambin se aprecia por industias ya que la
periferia elev su participacin de 7.8 a 9.3% en el PIBnacional de bienes de consumo
inmediato; de 4.1 a 6.0% en el de bienes intermedios, y de 10.0 a 14.6% en el de bienes
durables y de capital. Tales cifras indican un proceso de expansin policntrica de la
industria hacia la periferia, que compens la desaceleracin y la menor participacin

EL CICLO DE REESTRUCTURACI~NINDUSTRIAL Y TERRITORIALDE LA R E G I ~ CENTRO


N
DE MXICO

cin de la industria en la regin Centro, como lo indica el ascenso de su participacin en


el producto y en el empleo manufacturero nacionales, de 56.3 a 57.3% y de 53.8 a
54.2%, respectivamente (cuadros 1 y 4).
La expansin policntrica de la industria hacia la periferia regional durante los aos
setenta estuvo favorecida por el mayor dinamismo de la productividad del trabajo y por
las remuneraciones ms bajas en comparacin con el ncleo. Aunque todos los estados
elevaron su participacin en la produccin manufacturera nacional, Hidalgo fue el ms
favorecido y en menor grado Puebla y Quertaro. A su vez, las reas ms beneficiadas
de estas entidades fueron sus principales ciudades, algunos municipios conurbados a
ellas y otros en los que se impuls la poltica de parques y ciudades industriales.

La crisis industrial de la regin Centro, 1980-1988


La creciente inestabilidad econmica de los aos setenta desemboc en la "crisis de la
deuda" al inicio de los ochenta. A partir de entonces, el proceso de industrializacin
entr en una severa recesin, pues entre 1980 y 1988 el pm manufacturero nacional
registr un crecimiento medio anual de 0.9%, que marc el inicio de la crisis en el ciclo
de largo plazo de la industria.
Aunque la crisis de los ochenta tuvo sus races en el agotamiento de la industrializacin sustitutiva de importaciones y en la fallida "administracin de la abundancia" derivada del auge petrolero, los igualmente fallidos programas de ajuste que se aplicaron
durante el sexenio 1982-1988, el sexenio de crecimiento cero (cf. Guilln, 1990),6 se
encargaron de prolongarla y agravarla notablemente, al aplicar polticas monetarias y
fiscales contractivas, as como una indiscriminada apertura y liberalizacin comercial
(cf.Calva, 1995; Dussel, 1997; Rueda, 1998). En medio de esta larga y profunda recesin, el ncleo urbano-industrial primario y la periferia de la regin Centro experimentaron continuidades y cambios en las condiciones productivas, laborales y territoriales que
imperaron durante los aos setenta.

Desindustrializacidn del ncleo urbano-industrial primario


El decrecimiento de la produccin industrial del ncleo indica claramente su proceso de
desindustrializacin durante la crisis, y adems muestra que la desaceleracin de los
aos setenta result insignificante en comparacin con la del periodo 1980-1988,pues a
lo largo de este ltimo el PIB manufacturero present una tasa de -1.2%, que contrasta
6Es pertinente recordar que durante el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988) la economia mexicana
tuvo un crecimiento medio anual de 0.2%,y la industria manufacturera nacional de 0.6 por ciento.

159

ELM ~ I CCENTRAL.
O
METAPOLIS
Y DESARROLLO REGIONAL

con la del decenio anterior (6.0%). La desindustializacin del ncleo se fragu principalmente en el Disnito Federal como lo indica la tasa negativa de su produccin industrial (2.5%), mientras que en el estado de Mxico tuvo un crecimiento de 0.6% (cuadro 1).
Pero vemos la anatoma de la desindustrializacin por industrias y sus efectos en la
posicin competitiva del ncleo.
La crisis alcanz su mxima expresin en las industrias de bienes durables y de
capital, ya que entre 1980y 1988,suPIB decreci en 36.5 millones de pesos, que a su vez
represent 81.6% del decremento total de la produccin manufacturera del ncleo. Estas industrias presentaron desventajas derivadas del menor dinamismo que tuvieron respecto a la industria manufacturera nacional, como lo indica el valor de su componente
sectorial, pero adems las condiciones locales fueron ms adversas que en el pas, como
lo muestra el componente regional? Las desventajas sectoriales y regionales ocasionaron la desindustrializacin del Distrito Federal y del estado de Mxico, aunque fueron
ms drsticas en la primera entidad (cuadro 2).
La crisis de los aos ochenta tambin afect a las industrias de bienes de consumo
inmediato, al tener un cambio negativo en su PIB de 6.6 millones de pesos, equivalente a
reportaron un componente sectorial y regional negativo en el Distito Federal generando el
retroceso de su produccin. En cambio, las ventajas locales del estado de Mxico contrarrestaron las desventajas sectoriales, lo cual hizo posible el crecimiento del producto.
Las industrias menos afectadas por la crisis fueron las de bienes de consumo intermedio, con un decremento del PIB de 1.6 millones de pesos; esto es, 3.6% del decremento
de la produccin manufacturera total del ncleo. Este grupo industrial fue el nico cuyo
crecimiento nacional fue mayor al de la industria manufacturera, por lo que el ncleo
tuvo un componente sectorial positivo. En el caso del estado de Mdxico las ventajas
sectoriales anularon las desventajas locales, esto permiti el crecimiento del PB; sin
embargo, en el Distrito Federal esto no fue posible por lo que la produccin de estas
industrias decreci.
Del estudio realizado por Ortiz (1994, pp. 142-146) para la economa mexicana puede
concluirse que el descenso de la productividad del trabajo fue uno de los pfincipales
factores determinantesde la crisis de los aiios ochenta. Este fenmenopuede constatarse
claramente en el ncleo y permite aportar ms elementos para entender y explicar su
proceso de desindustrializacindurante la crisis, ya que entre 1980 y 1988 la productividad del trabajo en la industria manufacturera tuvo una tasa de decrecimiento de -0.2%; sin
embargo, esta tasa fue inferior a la tasa de la regin Centro (-0.4) y del pas (-1.7).

Si consideramos que enbe 1980 y 1988 la produccin de bienes durables y de capital tuvo un decremento
en su PIB nacional, en este caso particular el signo negativo del componente regional no indica una "desventajaw
competitiva, sino el mayor grado de desindustrializacin de estas industrias en el ncleo que en el mbito

'1

Dentro del ncleo la productividad decreci por igual en el Distrito Federal que en el
estado de Mxico (-0.3), disipndose la ventaja que tena el primero sobre el segundo en
el decenio anterior (cuadro 3).
Por industrias, la productividad del trabajo retrocedi de forma ms drstica en las de
bienes durables y de capital al registrar un decrecimiento de -0.8%; luego en las de
bienes de consumo intermedio con -OS%, y las industrias menos afectadas por la crisis
fueron las de bienes de consumo inmediato con una tasa de -0.1 por ciento.
En el plano laboral tambin se puede apreciar palmariamente la crisis y el proceso de
desindustrializacin del ncleo. As, entre 1980y 1988el personal ocupado en la industria manufacturera registr una tasa de decrecimiento de - 1.O%, inferior a la tasa nacional
(2.6%),* y que en nmeros absolutos signific la eliminacin de 72 975 empleos. Los
recortes principalmente afectaron a las industrias del Distrito Federal, que presentaron
una tasa de -2.2% y suprimieron 99 064 puestos de trabajo; es decir, ms de los creados
a lo largo de la dcada de los setenta, por lo que la oferta de empleo en 1988 fue inferior
a la de 1970. Por el contrario, el estado de Mxico contribuy a abatir la prdida de
fuentes de trabajo en el Distrito Federal con la generacin de 26 089 plazas, aunque su
crecimiento (0.9%) se redujo notablemente respecto al del decenio anterior (4.1%). Los
cambios impuestos por la crisis a los mercados laborales industriales del ncleo se convirtieron en un importante factor de expulsin de poblacin en el caso del Distrito Federal, y de atraccin en el caso del estado de Mxico (cuadro 4).
Entre los diferentes grupos industriales se confirma que el de bienes durables y de
capital fue el ms afectado por la crisis debido a que perdi 74 847 empleos entre 1980
y 1988, presentando una tasa de decrecimiento de -3.3%; los recortes tuvieron lugar
tanto en el Distrito Federal como en el estado de Mxico, aunque en la primera entidad
se gener 82% de las prdidas y en la segunda slo 18%. Luego se ubicaron las industrias de bienes de consumo inmediato, con una tasa de decrecimiento de -0.4% y la
prdida de 9 702 puestos de trabajo, como saldo neto de la eliminacin de 25 371 empleos en el Distrito Federal y la generacin de 15 667, en el estado de Mxico. Por
ltimo, las industrias de bienes de consumo intermedio presentaron una tasa positiva de
0.4% que implic la generacin de 11 574 puestos de trabajo, aunque tal cifra fue resultado de la eliminacin de 12 576 plazas en el Distrito Federal y de la creacin de 24 150
en el estado de Mxico. Este panorama revela un importante cambio de los mercados
laborales por tipos de industrias en comparacin con los aos setenta.
Es evidente que durante la crisis de los aos ochenta el ncleo transit por un franco
proceso de desindustrializacin que se caracteriz por el decremento de la produccin,
Durante el periodo referido el crecimiento del empleo manufacturero en el mbito nacional tuvo un fuerte
impulso por parte de la industria maquiladora, as, los estados de la frontera norte fueron los ms favorecidos.
Esto explica, al menos en parte, las trayectorias divergentes del crecimiento del empleo en la regin Centro y
en el pas.

Cambio Positivo (48)

Fuente:laboraa6n propia con datos ~ ~ I N (1


K 988)
I
y(1 gg2b).

de la productividad del trabajo y del empleo en las manufacturas. Adems, la participacin del ncleo en el PIB manufacturero nacional disminuy de 48.2% en 1980 a 40.7%
en 1988, y en el empleo de 44.4 a 33.4%. Por industrias tambin se advierte una importante reduccin, ya que la contribucin del ncleo en la produccin nacional de las industrias de bienes durables y de capital descendi de 60.8 a 45.8%; en la de bienes de
consumo intermedio de 50.8 a 43.3%, y en la de bienes de consumo inmediato de 39.1 a
35.8% (cuadros 1y 4). Estos descensos, al ser generados por la propia desindustrializacin
del ncleo (es decir, por el decremento de la pro'duccin y del empleo), produjeron la
desconcentracin absoluta de la industria. La desindustrializacin del ncleo se fragu y
configur preponderantemente en el Distrito Federal, sobre todo en las delegaciones
Cuauhtmoc, Gustavo A. Madero, Benito Jutirez, Azcapotzalco y lvaro Obregn. Sin
embargo, tambin tuvo lugar en el estado de Mxico, principalmente en los municipios de
Tlalnepantla, Tultitln, Naucalpan y San Mateo Atenco (mapa 2).

Recesidn y auge industrial de la periferia regional


Durante la crisis de los aos ochenta se advierte una bifurcacin de las trayectorias
industriales de los estados perifricos, como lo expresan el dinamismo y la competencia
por industrias. En relacin con el primer aspecto, la industria manufacturera de la periferia regional tuvo un crecimiento de 1.7%, superior al del pas (0.9) y al del ncleo (1.2). Sin embargo, entre los estados perifrico~se pueden identificar claramente dos
patrones de crecimiento. El primero comprende a los estados de Puebla e Hidalgo y se
caracteriz por la retraccin de la produccin industrial entre 1980 y 1988, al presentar
tasas negativas de -1.4 y -0.8%, respectivamente; es decir, implic un proceso de
desindustrializacin.El segundo patrn contrarrest al anterior y comprende a Quertaro,
Tlaxcala y Morelos, cuyas tasas de crecimiento fueron, respectivamente, de 6.7,6.5 y
5.3%. Cabe observar, no obstante, que entre 1980 y 1988 todos los estados perifricos
registraron tasas de crecimiento de la produccin industrial inferiores a las de los aos
setenta (cuadro 1).
Las lecturas que nos permite hacer la tcnica de cambio y participacin del crecimiento industrial por estados y de su posicin competitiva, son las siguientes: manteniendo la tendencia del decenio de los setenta, la periferia regional present desventajas
en la produccin de bienes de consumo inmediato entre 1980 y 1988 por el menor
dinamismo que tuvieron respecto a la industria manufacturera nacional. Pero a diferencia de esa dcada, las desventajas sectoriales no fueron contrarrestadas por las condiciones locales para producir estos bienes, sino que fueron acentuadas todava m;s como
lo muestra el valor negativo del componente regional. En divergencia tambin con la
dcada de los setenta, cuando Hidalgo fue la nica entidad que present desventajas
locales, en el periodo de crisis esta entidad y Tlaxcala fueron las nicas que tuvieron
163

ventajas locales, y el resto present desventajas. Estas industrias generaron apenas 1.O
milln de pesos de los 13.1 en que se increment el PIB manufacturero de la periferia
regional, siendo Hidalgo el estado ms beneficiado (cuadro 2).
Las continuidades de los aos setenta tambin se expresaron en las industrias de
bienes de consumo intermedio al mantener las ventajas derivadas de su dinamismo nacional, del crecimiento de la industria mexicana y de las condiciones locales. Estas ltimas, hay que subrayarlo, cobraron mayor importancia respecto al decenio anterior en
Quertaro, Morelos, Tlaxcala e Hidalgo, y slo en Puebla fueron negativas. Adems,
estas industrias aportaron 15.1 millones de pesos al incremento neto del PIB manufacturero en la periferia.
A] igual que en el ncleo, los mayores estragos de la crisis se manifestaron en las
industrias de bienes de consumo durable y de capital de la periferia regional, pues entre
1980 y 1988 experimentaron una retraccin en su PIB nacional, que se tradujo en un
componente sectorial negativo. Adems las ventajas locales que mostraron todos los
estados perifricos durante los setenta para producir estos bienes slo se mantuvieron
en Morelos, Quertaro y Tlaxcala y no lograron contrarrestar las notables desventajas
locales de Hidalgo y Puebla. En la periferia, estas industrias registraron un decremento
de 3.0 millones de pesos en su producto interno bruto.
En trminos globales la periferia regional present condiciones locales favorables
para la produccin industrial durante la crisis. Sin embargo, en trminos particulares es
evidente que hubo estadosque corrieron la misma suerte que el ncleo al desindustrializarse,
como fue el caso de Hidalgo y Puebla. Por tal razn, debe admitirse que las ventajas
locales se polarizaron respecto a los aos setenta, tanto en trminos territoriales como
industriales, pues principalmente se concentraron en las industrias de bienes de consumo
intermedio de los estados de Quertaro, Morelos y Tlaxcala.
La informacin sobre productividad del trabajo comprueba el carcter selectivo de
las ventajas locales para la produccin industrial en los mbitos perifricos de la regin
Centro, pues mientras que en Quertaro, Tlaxcala y Morelos report tasas de crecimiento de 4.0,3.8 y 1.2%, respectivamente, en Puebla tuvo un decrecimiento de -4.2%
y en Hidalgo de -1.2%.Cabe destacar que el dinamismo de la productividad del trabajo
en los tres primeros estados tambin fue opuesto al del ncleo, al de la regin Centro y al
de la industria nacional (cuadro 3).
Por industrias tambin se aprecia el carcter selectivo de las ventajas, pues en bienes de
consumo intermedio la productividad present un crecimientode 2.6%, en bienes durables
y de capital de -1.3%, y en bienes de consumo inmediato de -3.0 por ciento.
En trminos laborales los estados perifricos de la regin Centro resintieron menos
drsticamente los efectos de la crisis, pues el personal ocupado en la industria manufacturera registr una tasa de crecimiento de 2.5%, superior a la del ~m manufacturero
(1.7%).No obstante, ese ritmo de crecimiento represent la mitad del de los aos setenta Y en terminos absolutos signific la creacin de slo 46 160 empleos, es decir, 57%

ELCICLO DE REESTRUCTURACI~NINDUSTRIAL Y TERRITORIALDE LA R E G I ~ NCENTRO


DE MXICO

de los creados en esa dcada. De los empleos generados entre 1980 y 1988 49.9% se
crearon en Puebla, 19.7% en Quertaro, 17.2% en Morelos, 10.3% en Tlaxcala y 2.9%
en Hidalgo (cuadro 4).
Entre los diferentes grupos industriales el empleo tuvo su crecimiento mximo en
bienes de consumo intermedio con una tasa de 4.0%, que signific la creacin de 17 955
empleos, 83.5% de los cuales se generaron en Puebla, Quertaro e Hidalgo. Luego se
ubicaron las industrias de bienes de consumo inmediato con una tasa de crecimiento de
3.4% y 28 374 empleos, de los cuales aport 82.4% Puebla, Morelos e Hidalgo. Finalmente, contrastandocon lo observado en los aos setenta,las industrias de bienes durables
y de capital no crecieron sino que perdieron 169puestos de trabajo debido a la prdida de
6 8 10 empleos en Hidalgo y a la generacin de 6 641 empleos en Quertaro, Tlaxcala,
Puebla y Morelos.
Finalmente, durante la crisis sigui operando la expansin policntrica de la industria
hacia la periferia regional, pero de forma menos intensa que en los aos setenta y ms
puntualmente, pues entre 1980y 1988este mbito elev su participacin en el PIB manufacturero nacional de 9.2 a 9.8%. La participacin de la periferia tambin se elev en el
PIB nacional de las industrias de bienes de consumo intermedio, de 6.0 a 8.6%; sin embargo, en las de bienes de consumo inmediato disminuy de 9.3 a 9.1%, y en las de
bienes durables y de capital de 14.6 a 13.8%. Adems, su participacin en el empleo
manufacturero nacional descendi ligeramente, de 9.8 a 9.7% (cuadros 1 y 4).
El freno de la expansin industrial hacia la periferia se explica por la recesin de
algunos estados perifricos, particularmente aquellos que tenan la impronta de la industrializacin sustitutiva de importacionesy de los proyectos industriales impulsados por la
inversin pblica federal, como Puebla e Hidalgo (cf. Palacios, 1988). Al igual que el
ncleo, estos estados transitaron por un proceso de desindustrializacin durante los aos
ochenta y sus principales reas perdedoras fueron, en el caso de Puebla, algunos municipios de la zona metropolitana de la capital, principalmente Cuautlancingo y en menor
grado San Miguel Xoxtla y Juan C. Bonilla. En el caso de Hidalgo la desindustrializacin
particularmente se fragu en el municipio de Tepeapulco donde se localiza la Ciudad
Industrial Fray Bernardino Sahagn, pero tambin tuvo lugar en Tizayuca, Pachuca y
Mineral de la Reforma.
En cambio, los estados perifricos que lograron mantener un alto dinamismo industrial
en medio de las adversas condiciones regionales y nacionales de los aos ochenta fueron
Quertaro, Morelos y Tlaxcala. En la primera entidad principalmente cobr relevancia la
industrializacinde San Juan del Ro y Corregidora, pues la ciudad capital parece haberse
mantenido estancada. En Morelos principalmente destac el avance industrial de Jiutepec,
por ser asiento de la Ciudad Industrial del Valle de Cuemavaca (Civac), y en menor grado
de Zacatepec, Cuautla y Cuernavaca. Finalmente, en el estado de Tlaxcala los municipios de Tzompantepec, Apizaco, Tepetitla de Lardizabal, Tetla y Xicotzingo fueron los
principales espacios en los que se intensific la industrializacin (mapa 2).
165

Sin embargo, cabe subrayar que entre 1980 y 1988 los estados perifricos ganadores
no lograron contrarrestar la desindustrializacin de la aglomeracin urbana, ni tampoco
de Puebla e Hidalgo, pues la regin Centro redujo su participacin en el PIB manufacturero nacional de 57.3 a 50.6%, y en el empleo de 54.2 a 43.0%, con ello se expresa la
desconcentracin absoluta de la industria en toda la regin.

Reactivacin industrial del centro de Mxico, 1988-1993


La industria nacional transit por un proceso de reactivacin durante el salinismo como
lo indica el crecimiento medio anual del PIB manufacturero entre 1988 y 1993, de 3.7%.
La reactivacin alcanz su punto ms alto en 1990, se tom desaceleracin en 1992 y
decrecimiento en 1993.9Es necesario advertir, sin embargo, que este periodo se inscribe
en una recesin de largo plazo (vase nuevamente las grficas 1 y 2), por lo que vale la
pena subrayar que puede considerarse de reactivacin slo desde el punto de vista
relativo. Ms an si se considera la drstica cada que tuvieron en 1995 la industria y la
economa nacional.
Durante el salinismo se profundizaron los programas de ajuste irnplementados durante el sexenio anterior, principalmente la privatizacin de empresas estatales, bajo el argumento de reasignar eficientemente los factores de la produccin, as como la liberalizacin
de las importaciones para tener acceso a insumos baratos que favoreceran las exportaciones de manufacturas, medidas que acabaron concretndose en la firma del ncm.
Pero tambin se aplicaron nuevas estrategias: la reduccin de la inflacin y del dficit
financiero, utilizando como ancla el tipo de cambio; la estabilizacin del "entorno
macroeconmico" mediante las variables anteriores, que se supona inducira
"autom8ticamente" el cambio microeconmico, por lo que se abandonaron las polticas
sectoriales para no "distorsionar" ese cambio; la contencin salarial mediante los pactos
econmicos que anualmente firmaban las cpulas de los sectores obrero, patronal y
gubernamental, y la captacin de inversin extranjera como principal fuente de
financiamiento (cf.Calva, 1995; Dussel, 1997; Rueda, 1998).
Sin lugar a dudas, resultm'a interesante realizar un examen de la forma en que cada
una de estas estrategias alter las condiciones productivas, laborales y territoiales de la
regin Centro, pero tal empresa desborda 10s objetivos de nuestro trabajo. Sin embwgo,
lo que s resulta factible incorporar a la estructura expositiva que se desanoll para las
fases de auge y crisis es el examen sobre el papel del capital extranjero en la reactivacin
industrial del Centro.

9En el sexenio 1988-1994 la economa mexicana tuvo un crecimiento medio anual de 3.1% y la industria
manufacturera nacional de 3.7 por ciento.

Resurgimiento del ncleo, capital trasnacional y polarizacin industrial

En relacin con el dinamismo de la produccin industrial del ncleo, se aprecia un cambio significativorespecto a lo sucedido en el periodo 1980-1988,pues el PIB manufacturero tuvo un crecimiento de 4.5% entre 1988y 1993,que fue ligeramente inferior al regional
(4.6), pero mayor al nacional (3.7). Adems, a diferencia de la fase de auge de los aos
setenta, la reactivacin del ncleo principalmente la generaron las empresas del Distrito
Federal ya que el PIB manufacturero de esta entidad tuvo un crecimiento de 5.2%, mientras que en el estado de Mxico report una tasa de 3.5% (cuadro 1). Ms an, si entre
esas empresas distinguimos a las extranjeras de las nacionales, resulta que en el Distrito Federal la produccin industrial de las primeras tuvo un crecimiento de 12.7% y
en el estado de Mxico de 5.0%, en tanto que las empresas nacionales reportaron
una tasa de 1.4 y 2.6%, respectivamente. Este dinamismo del capital extranjero lo
llev a generar 73% de los 105.5 millones de pesos en que se increment el PIB
manufacturero del ncleo entre 1988 y 1993, mientras que las empresas nacionales
aportaron el 27% restante. Las cifras anteriores revelan que la reactivacin del ncleo
fue impulsada por las empresas extranjeras, principalmente las ubicadas en el Distrito
Federal (cuadro 5).
Por industrias, se aprecian nuevos escenarios del crecimiento y la posicin competitiva del ncleo. Por ejemplo, se advierte un cambio importante en las de bienes durables
y de capital, es decir, en las que la crisis gener mayores estragos, pues su PIB se elev
en 47.3 millones de pesos entre 1988 y 1993, cantidad equivalente a 44.8% del incremento total del PIBmanufacturero del ncleo; adems, 55% de ese incremento lo gener
el Distrito Federal y 45% el estado de Mxico. La reactivacin de estas industrias fue
resultado del mayor crecimiento que tuvieron en relacin con la industria manufacturera
nacional, del dinamismo de esta ltima y de las condiciones locales favorables que se
presentaron principalmente en el Distrito Federal, y en menor grado en el estado de
Mxico. Esta ltima situacin, vale la pena destacarlo, diverge de las desventajas locales
que ambos estados enfrentaron para producir este tipo de bienes durante los aos setenta y ms an durante la crisis (cuadro 2).
Otro cambio no menos importante se aprecia en la produccin de bienes intermedios.
Estas industrias elevaron su PIB en 25.0 millones de pesos, aportando as 23.7% del
incremento total del PIB manufacturero del ncleo; 70.8% de esa cifra la gener el Distrito Federal y slo 29.2% el estado de Mxico. A pesar de que estas industrias fueron
las menos afectadas por la crisis, durante la fase de reactivacin presentaron un componente sectorial y regional negativos, que indican su menor dinamismo en el mbito nacional que la industria manufacturera mexicana, as como la existencia de condiciones locales
adversas para producir estos bienes. No obstante, es importante destacar que en el
interior del ncleo el Distrito Federal present un componente regional positivo que
fue anulado por las desventajas del estado de Mxico, invirtindose de este modo la

Cuadro 5. Regin Centro: crecimiento y distribucin del PIB en la industria manufacturera por
entidad federativa, segn origen de las empresas, 1988-1993
EntiobdkdmlNay
on*n delasempmsas

Nmero de
ertaMmhnbs

Incremento

PIE'

(miUonerdepe~xs
aprwMde 1980/

mb

Tasade
crwmiento
merir,

DLmibuu5n
poronipn
ddwphl

Distnha5n
porentidad
WerairLa

d
1588
Nacional
Empresasextranjeras

138835

1#
265427

1
s

1993

1W1993

148&1993

1538

1#

1588

1993

1 059.0

1 271.O

212.0

3.7

100.0

100.0

100.0

100.0

1820

2584

318.0

3962

783

45

30.0

312

100.0

100.0

137015

262843

741.0

8747

133.7

3.4

70.0

68.8

100.0

100.0

Centro

52484

89923

535.5

670.8

1353

4.6

100.0

100.0

50.6

52.8

Empresasextranjeras

864

177.4

258.0

80.7

7.8

33.1

38.5

55.8

65.1

Empresasnaaonales

781
51 703

89059

358.1

412.7

54.6

2.9

66.9

61.5

483

472

Ncleo urbano-industrial primario

34366

50675

431.5

537.0

105.5

4.5

100.0

100.0

40.7

423

Empresasextranjeras

660
50015

142A

219.4

76.9

9.0

33.0

40.8

44.8

55.4

Empresasnacionales

637
33729

289.1

317.7

28.6

19

67.0

592

39.0

363

Distrito Federal

22087

28059

236.5

3053

68.7

5.2

100.0

100.0

22.3

24.0

#U

300

. 69.5

1262

56.7

12.7

29.4

413

21.9

31.8
20.5

Empresasnaaunales

Empresasextranjeras
EmprerasMaunaIes

21 784

27759

167.0

179.1

12.1

1A

70.6

58.7

22.5

Estado de Mxico

12279

22616

195.0

231.8

36.8

3.5

100.0

100.0

18.4

18.2

334

383

729

932

203

5.0

EmprerasMaoMles

11945

22256

122.0

138.6

165

2.6

374
62.6

402
59.8

22.9
165

23.5
15.8

Periferia regional

18118

39248

104.0

133.7

29.8

5.2

144

204

349

38.7

3.7

2.1

100.0
33.6

100.0
28.9

9.8
11.0

10.5
9.8

17974

39044

69.0

95.1

26.0

6.6

Hidalgo
Empresasextranjeras

2 263
9

4887
18

21.1
2.9

24.7
22

3.5
-0.7

3.1
-5.7

66.4
100.0

71.1
100.0

93
2.0

10.9
1.9

EmpresasMemles

2254

4869

183

22.5

43

43

13.6
86.4

8.7
913

0.9
2.5

0.5
2.6

Empresasextranjeras

Empresasextranjeras
Empresas~ a o ~ l e s

ELMXICO CENTRAL. METAPOLIS Y DESARROLLO REGIONAL

situacin de los aos setenta, cuando dicho estado tuvo condiciones locales favorables y
el Distrito Federal adversas.
Las industrias de bienes de consumo inmediato incrementaron su PIB en 33.2 millones
de pesos, aportando 31.5% del incremento total del PIB manufacturero del ncleo; a su
vez, 75.6% de tal incremento lo gener el Distrito Federal y slo 24.4% el estado de
Mxico. ~1 igual que en los aos setenta y durante la crisis, estas industrias tuvieron un
dinamismo inferior al de la industria nacional, tal como se deduce del valor de su componente sectorial. Pero a diferencia de esas dos fases, entre 1988 y 1993 registraron condiciones locales positivas como lo indica su componente regional, particularmente en el
Distrito Federal, pues en la fase de reactivacin el estado de Mxico perdi las ventajas
locales que haba logrado durante la crisis.
En suma, las empresas manufactureras del ncleo, principalmente las extranjeras,
enfrentaron condiciones locales favorables para producir entre 1988 y 1993, a diferencia
de los aos setenta y del periodo de crisis. Sin embargo las ventajas se concentraron en
el Distrito Federal pues el componente regional del estado de Mxico fue negativo. Esta
situacin es inversa a la del decenio de los setenta, cuando las desventajas locales se
encontraban en el Distrito Federal y las ventajas en el estado de Mxico. Adems, tal
fenmeno seguramente contribuy a reactivar el crecimiento social del Distrito Federal
al inicio de los noventa.
El crecimiento de la productividad del trabajo aporta ms elementos para entender la
reactivacin industrial del ncleo, as como la variacin de las (des)ventajas locales. Por
ejemplo, la productividad del trabajo en la industria manufacturera del ncleo registr
una tasa de crecimiento de 3.3%, superior a la tasa de la regin Centro (2.1%) y a la del
pas (-0.5%).Esta ltima cifra, hay que subrayarlo, indica la existencia de dinmicas divergentes en el ncleo y el pas durante la fase de reactivacin, fenmeno que no se haba
observado en el decenio de los setenta y en el periodo de crisis, y que en cierto modo
evidencia un proceso de desconexin del ncleo respecto al pas (cuadro 3).
La distincin del crecimiento de la productividad del trabajo segn el origen de las
empresas no hace sino confirmar el argumento anterior, pues la tasa para las extranjeras
fue de 8.2% en el ncleo, de 9.0% en el Distrito Federal y de 6.6% en el estado de
Mxico. En contraste, el crecimiento de la productividad en las empresas nacionales en
cada uno de esos mbitos fue, respectivamente, de O.7,2.O y -1 .O%. Adems, la brecha
entre las empresas extranjeras y nacionales del ncleo tambin se aprecia en la relacin
que guarda su productividad con la media de la industria nacional, pues mientras que en
las ltimas fue ligeramente superior a este nivel en 1993, en las primeras fue 3.4 veces
ms alta (cuadro 6).
Pero el crecimiento de la productividad del trabajo al interior del ncleo tambin
evidencia las ventajas del Distrito Federal sobre el estado de Mxico que se refedan
arriba, pues la tasa para el primero fue de 5.2%, mientras que para el segundo slo de
1.O por ciento.

ELCICLO DE REESTRUCTURACI~NINDUSTRIAL Y TERRITORIALDE LA R E G I ~ NCENTRO


DE MXICO
El crecimiento de la productividad por industrias confirma el liderazgo que tuvieron
las de bienes durables y de capital, al presentar una tasa de 8.0%; siguieron las industrias
de bienes de consumo inmediato con una tasa de 2.2%, y al final se ubicaron las de
bienes de consumo intermedio con una tasa de crecimiento de 1.6 por ciento.
En trminos laborales la reactivacin industrial del ncleo fue exigua, ya que el personal ocupado promedio anual en la industria manufacturera creci a una tasa de 1.1%,
inferior al crecimiento de la regin Centro (2.4%) y del pas (4.2%). Este nivel de
crecimiento signific la creacin de 51 499 empleos entre 1988 y 1993, de los cuales
solamente 951 se generaron en el Distrito Federal y 50 548 en el estado de Mxico.
Tales cifras indican, por un lado, que la reactivacin del Distrito Federal no implic la
generacin de nuevos empleos, pues la oferta laboral de la industria manufacturera en
1993 fue casi igual a la de 1988, e inferior a la de 1970, y por otro, que el crecimiento del
empleo manufacturero en el estado de Mxico (2.5%) permiti nivelar an ms la oferta
laboral de la industria en las dos entidades (cuadro 4).
Adems, si diferenciamos el crecimiento del empleo segn el origen de las empresas
que lo generaron, resulta que las extranjeras slo crearon 6 277 empleos, es decir, 12.2%
del incremento total referido arriba, recayendo totalmente en las del Distrito Federal (12
420), pues las del estado de Mxico recortaron 6 143 plazas. En el caso de las empresas
nacionales se advierte precisamente la situacin inversa, ya que los 45 222 empleos que
crearon en el ncleo fueron resultado de la generacin de 56 691 puestos de trabajo en
las empresas del estado de Mxico, y del recorte de 11 469 en las del Distrito Federal
El personal ocupado en la industria manufacturera del ncleo registr un crecimiento de 1.8% en las industrias de bienes de consumo inmediato y la generacin de
28 102 empleos, como resultado de la apertura de 30 587 plazas en el estado de Mxico y del recorte de 2 485 en el Distrito Federal. Luego se ubicaron las industrias de
bienes de consumo intermedio con una tasa de 0.9% y la creacin de 16 082 plazas, de
las cuales 5 141 fueron para el Distrito Federal y 10 941 para el estado de Mxico. Las
industrias de bienes durables y de capital tuvieron el crecimiento m6s bajo (0.6%) y
el menor nmero de empleos generados, con 7 3 15, como resultado de la generacin 9
020 puestos de trabajo en el estado de Mxico y del recorte de 1 705 en el Distrito
Por ltimo, entre 1988y 1993el ncleo urbano-industrial elev su participacin en el
a 42.3%, principalmente como resultado del ascenso
en la contribucin del Distrito Federal de 22.3 a 24.0%, pues el estado de Mxico la
redujo de 18.4 a 18.2%, invirtindose as el escenario de los setenta. Por industrias se
observa la misma tendencia en la produccin de bienes de consumo inmediato y de
bienes durables y de capital, ya que el ncleo elev su participacin en el PIB nacional
de esos grupos industriales, de 35.8 a 38.3%, y de 45.8 a 47.7%, respectivamente. En
cambio, el ncleo tuvo una leve retraccin en la produccin de bienes intermedios, de
PIB manufacturero nacional de 40.7

173

43.3 a 43.0%, y en el empleo manufacturero nacional tambin, pero ms notoria, de 33.4


a 28.7% (cuadros 1 y 4).
Las cifras anteriores indican que en la fase de reactivacin ocurrieron de manera
simultnea la reconcentracin de la produccin y la desconcentracin relativa del empleo en el ncleo, dando como resultado el incremento de su productividad y de su
competitividad industrial. Este proceso fue impulsadopor el capital extranjero, pues rnientras que en 1988 las 637 empresas que operaban en el ncleo generaron 44.8% del PIB
manufacturero de todas las empresas extranjeras establecidas en el pas, las 660 empresas que en 1993 funcionaban en este mbito elevaron su participacin a 55.4%. En
cambio, las empresas nacionales disminuyeron su participacin en el ncleo, en el Distrito Federal y en el estado de Mxico (cuadro 5).
Sin embargo el incremento de la productividad industrial del ncleo, y particulannente
del Distrito Federal, se sustent en el estancamiento del empleo, por lo que su reactivacin
industrial lejos de disminuir las inequidades seculares ahondadas por la crisis acab reforzndolas con las dinmicas ostensiblemente divergentes del capital extranjero y del
nacional.
Pero la polarizacin y los propios agentes que la generaron tambin propiciaron un
proceso de fragmentacin y diferenciacin de los espacios urbanos y regionales. A guisa
de ejemplo veamos el caso del Distrito Federal, el principal escenario de la reactivacin
industrial, donde por lo menos hay cuatro patrones de crecimiento: 1)uno caracterizado
por la consolidacin del proceso de industrializacin entre 1980y 1993,que tuvo lugar en
las delegaciones Coyoacn y Xochimilco; 2) un patrn de desindustrializacin que no
concluy en 1988 sino que se prolong hasta 1993, que ocurri en las delegaciones
Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztapalapa y Magdalena Contreras; 3) otro
patrn, tambin de desindustrializacin, que a diferencia del anterior se configur entre
1988 y 1993, y no antes; este proceso se advierte en Tlalpan y Tlhuac, y 4) uno de
reindustrializacin,que fue el dominante en todo el Distrito Federal entre 1988 y 1993,
caracterizado por la reactivacin de las delegaciones que se desindustrializaron entre
1980 y 1988; es decir, Azcapotzalco, Cuajimalpa, Iztacalco, Alvaro Obregn, Benito
Jurez, Cuauhtmoc y Miguel Hidalgo. La reactivacin industrial de estas delegaciones,
sin embargo, estuvo lejos de haber recuperado el terreno perdido durante la crisis (mapas 2 , 3 y 4).

Reactivacin y reestructuracin polarizada de la periferia regional


Entre 1988 y 1993 la produccin industrial de la periferia tuvo un crecimiento de 5.2%,
mayor al del ncleo (4.5%) y el pas (3.7%). No obstante, entre los estados perifricos
se aprecian diferencias, pues el crecimiento de la industria de Morelos, h e b l a y Tlaxcala
fue superior al nacional, al registrar tasas de 8.0,6.3 y 5.1 %, respectivamente; en carn-

ELMXICO
CENTRAL. METAPOLIS
Y DESARROLLO REGIONAL

bio, en Hidalgo y Quertaro registr tasas inferiores a ese nivel, con 3.1 y 3.2%, respectivamente (cuadro 1).
Si examinamos la composicin del crecimiento industrial de la periferia segn haya
sido generado por empresas nacionales o extranjeras, podemos advertir adems una
situacin inversa a la que imper en el ncleo, y ms especficamente en el Distrito
Federal, debido a que la produccin de las primeras tuvo un crecimiento de 6.6% y de las
segundas de 2.1%. Esta diferencia es an ms evidente por estados, ya que en Hidalgo
las empresas nacionales tuvieron un crecimiento de 4.3% y las extranjeras de -5.7%; en
Tlaxcala de 8.6 y -5.3%; en Puebla de 10.2 y 0.6%; en Quertaro de 4.6 y 1.5%; y el
nico estado donde el crecimiento de la produccin de las empresas nacionales fue
inferior al de las extranjeras, fue Morelos, con 5.2 y 19.3%. Adems, las empresas
nacionales generaron 87.6% del incremento total del PIB manufacturero de la periferia
entre 1988 y 1993, en tanto que las extranjeras slo aportaron 12.4% (cuadro 5). No
obstante el bajo dinamismo de las empresas extranjeras de la periferia, es importante
mencionar que en Quertaro generaron 44% del PIB manufacturero en 1993; en Puebla
34.2%; en Morelos 26.3%; en Tlaxcala 18.1% y en Hidalgo slo 8.7 por ciento.
De acuerdo con la tcnica de cambio y participacin, el panorama sobre el crecimiento de la produccin por industrias en los estados perifricos y sobre su posicin
competitiva es el siguiente: el menor dinamismo de las industrias de bienes de consumo
inmediato respecto a la industria nacional durante la fase de reactivacin, como lo indica
el componente sectorial, es una constante a 10 largo del ciclo que se ha venido explorando, pues tambin tuvo lugar en las fases de auge y crisis. Adems, a semejanza de lo que
sucedi durante la crisis, las condiciones locales para producir este tipo de bienes resultaron adversas, ya que todos los estados presentaron componentes regionales negativos.
Entre 1988 y 1993 estas industrias incrementaron su p m en 3.7 millones de pesos (esto
es, 12.4% del incremento total del PIB manufacturero de la periferia), de las cuales h e bla fue el estado ms beneficiado por tal incremento (cuadro 2).
Al igual que en el ncleo, las industrias de bienes de consumo intermedio presentaron
un cambio notable en la periferia respecto a las fases de auge y crisis, ya que en el
periodo de reactivacin su crecimiento nacional fue inferior al de la industria manufacturera mexicana, situacin que se tradujo en un componente sectorial negativo para todos
los estados. Aunque las condiciones locales para producir este tipo de bienes fueron
favorables en las entidades perifricas, salvo en Quertaro, tambin disminuyeron signifcativamente su importancia con relacin a las fases previas, pues slo en Puebla y
Tlaxcala lograron contrarrestar las desventajas sectoriales. Estas industrias incrementNon
su P m en 8.8 millones de pesos, es decir, aportaron 29.5% del incremento total del PB
manufacturero de la periferia.
Tambin en convergencia con lo sucedido en el ncleo, las industrias de bienes
durables Y de capital dieron cuenta de la mayor parte del incremento total del pIB manuf ~ c t ~ r ede
r ola periferia, contribuyendo con 58%, es decir, 17.3 millones de pesos. Estas
176

industrias presentaron un dinamismo mayor al de la industria manufacturera nacional y


tambin encontraron condiciones locales favorables. Sin embargo, las ventajas locales
se concentraron en Puebla y Morelos, por eilo son los estados ms beneficiados para
producir este tipo de bienes. Adems, la concentracin temtorial de las ventajas signific que disminuyeran su influencia en el crecimiento de estas industrias, en comparacin
con los aos setenta, cuando estaban mejor distribuidas entre los estados perifricos.
En suma, la industria de la periferia regional, como la del ncleo, se reactiv entre
1988 y 1993. Sin embargo, aunque la periferia mantuvo las ventajas locales para la
produccin industrial de las fases previas, esas ventajas mostraron las mismas caractersticas polarizantes de los aos ochenta, aunque con algunos cambios. En trminos
sectoriales, por ejemplo, el dinamismo que tuvieron las industrias de bienes de consumo
intermedio durante la crisis se desplaz a las de bienes durables y de capital en la fase de
reactivacin. Adems, en trminos territoriales, el liderazgo industrial que alcanz
Quertaro en el periodo de crisis (que justamente se bas en las industrias de bienes de
consumo intermedio), se traslad a Puebla durante la reactivacin debido a la consolidacin de las industrias de bienes durables, fenmeno que tambin tuvo lugar en Morelos.
Por tanto, Puebla y Morelos fueron los estados ms beneficiados por el crecimiento
industrial del periodo 1988-1993, pues Tlaxcala result afectado por el mismo proceso
descrito para Quertaro, si bien de forma menos drstica, e Hidalgo experiment una
dbil reactivacin que no le permiti contrarrestar los estragos heredados por la
desindustrializacin de los aos ochenta.
El crecimiento de la productividad del trabajo ilustra de forma ms clara el carcter
polarizante de las ventajas sectoriales y territoriales durante la fase de reactivacin, ya
que slo Morelos present una tasa positiva, de 2.4%, mientras que el resto de estados
tuvo tasas negativas: Hidalgo -2.2%, Puebla -1.4%, Quertaro -1.1 % y Tlaxcala -0.7%.
Adems, en esta fase, la periferia regional tuvo una clara desventaja respecto al ncleo,
pues mientras que en el primer mbito la productividad del trabajo registr una tasa de 1.1%, en el segundo fue de 3.3%, de este modo se invierte la situacin observada en los
aos setenta (cuadro 3).
El decrecimiento de la productividad del trabajo en la industria de la periferia regional
se present tanto en las empresas nacionales (-0.6%) como extranjeras (-0.2%). Entre
los estados perifricos, las empresas nacionales alcanzaron su mximo dinamismo en
Tlaxcala (13%)y Puebla (1.3%), y el resto de entidades present tasas negativas. A su
vez, las empresas extranjeras tuvieron tasas positivas en Morelos (14.2%) y Quertaro
(0.9%), y negativas en los otros estados. No obstante que las empresas extranjeras de la
periferia registraron decrementos en la productividad del trabajo, el nivel de sta duplic
al de las empresas nacionales, aunque tambin es importante destacar que fue inferior al
de las empresas extranjeras del ncleo (cuadro 6).
Entre los diferentes grupos industriales tambin es evidente el liderazgo que tuvieron
las industrias de bienes durables y de capital, al registrar una tasa de crecimiento de

la productividad del trabajo de 6.3%, que contrasta con el -5.2% de las industrias de
bienes de consumo inmediato, y con el -2.4% de las de bienes de consumo intermedio.
Cabe destacar, asimismo, que todos los estados perifricos registraron tasas positivas en
bienes durables y de capital, y negativas en los otros dos grupos industriales.
La reactivacin industrial de la periferia alcanz su mxima expresin en el plano
laboral, particularmenteen la generacin de empleos, pues entre 1988 y 1993 el personal
ocupado en la industria manufacturera creci ms rpido que su produccin (6.3 vs.
5.2%), y tambin ms rpido que el empleo manufacturero nacional (4.2%) y del ncleo
(1.1%). Esa tasa de crecimiento signific la creacin de 92 148 empleos, es decir, 82.3%
ms de los creados por la industria del ncleo en el mismo periodo, y 14.2% ms de los
creados por la industria de la propia periferia durante los aos setenta. De los empleos
generados 54.4% correspondieron aPuebla, 14.1% a Hidalgo, 12.6% a Quertaro, 9.8%
a Morelos y 9.0% a Tlaxcala (cuadro 4).
Sin embargo, al dinamismo del empleo manufacturero contribuyeron marginalmente
las empresas extranjeras, pues el personal ocupado en ellas tuvo una tasa de crecimiento
de 2.296, que implic solamente la apertura de 5 707 plazas (6.2% del total de empleos
creados por la industria en la periferia regional), de las cuales Puebla y Morelos concentraron 85%. Por el contrario, el empleo de las empresas nacionales tuvo un crecimiento
de 7.2%, que signific la generacin de 86 441 puestos de trabajo (93.8% del incremento
total en la periferia), de los cuales 83% se crearon en Puebla, Hidalgo y Quertaro
(cuadro 7).
Por industrias, el crecimiento del empleo en la periferia registr el mismo patrn que en
el ncleo. As, las de bienes de consumo inmediato tuvieron la tasa mxima (7.5%) y
generaron 52 154 empleos, de los cuales 75% se crearon en Puebla e Hidalgo, seguidas
por las industrias de bienes de consumo intermedio, con una tasa de crecimiento de 6.9%
y la generacin de 26 209 puestos de trabajo, concentrndose el 81.4% en hebla, Tlaxcala
y Quertaro. La ltima posicin la ocuparon las industrias de bienes durables y de capital
(las primeras por el crecimiento de su productividad), con una tasa de 3.7% que signific
solamente la creacin de 13 785 empleos, producto de la eliminacin de 2 396 plazas en
Hidalgo y de la creacin de 16 181 en Puebla, Quertaro, Morelos y Tlaxcala.
Del panorama anterior se desprende que a partir de la crisis, y ms an durante la
fase de reactivacin, la industria manufacturera de la periferia regional super a la del
ncleo en lo que a generacin de nuevas fuentes de empleo se refiere.
Finalmente, entre 1988 y 1993 sigui operando la expansi6n policntrica de la in~i6~
dustria hacia la periferia regional, como lo indica el incremento de su ~ a r t i c i p ~en
el PB manufacturero nacional de 9.8 a 10.58, y en el empleo de 9.7 a 10.7%. La expansin principalmente comprendi a las industrias de bienes de consumo intermedio y a
las de bienes durables y de capital, ya que la contribucin de la periferia en el PD nacional de esos grupos ascendi de 8.6 a 9.3%, y de 13.8 a 15.4%, res~ectivamente:esto

recuperar la participacin perdida durante la crisis en el segundo. Por el contrario, la


periferia redujo su contribucin en el PIB nacional de las industrias de bienes de consumo
inmediato de 9.1 a 8.8%, prolongndose la tendencia que emergi durante la crisis (cuadros l y 4).
Sin embargo la expansin industrial hacia la periferia regional implic un mayor crecimiento del empleo que de la produccin manufacturera, generando una restriccin que
la economa mundial castiga con creces: el descenso de la productividad y la competitividad. Esto explica, al menos en parte, que la expansin industrial hacia este mbito haya
sido casi igual a la que se presenci en la fase de crisis y menor a la de los aos setenta.
Pero si la expansin de la industria se examina segn el origen del capital, este fenmeno
tambin ilustra una situacin inversa a la ocurrida en el ncleo, ya que entre 1988 y 1993
las empresas extranjeras establecidas en los estados perifricos redujeron su participacin en el PIB y en el empleo generado por esas empresas en todo el pas, de 11.O a 9.8%,
en el primer caso, y de 8.6 a 7.6% en el segundo. Por el contrario, las empresas nacionales perifricas elevaron su participacin en el PIB y en el empleo generado por ese
conjunto de empresas en el mbito nacional, de 9.3 a 10.9%, y de 10.0 a 11.6%, respectivamente (cuadros 5 y 7).
Cabe reiterar que el crecimiento industrial tambin polariz a la periferia durante la
fase de reactivacin, al beneficiar bsicamente a los estados de Puebla y Morelos. En el
primer estado el rea ms favorecida fue la propia zona metropolitana de la capital, as
como la ciudad de Tehuacn, mientras que en Morelos la reactivacin favoreci a
Cuernavaca y Cuautla, ya que Jiutepec, el principal polo industrial del estado, redujo
levemente su ndice de industrializacin y Zacatepec tambin, incluso de forma ms
notoria.
En cambio, la industria de Quertaro y Tlaxcala se desaceler y la de Hidalgo tuvo
una incipiente reactivacin que no le permiti recuperar lo perdido durante la crisis. En el
estado de Quertaro, San Juan del Ro y la capital fueron los espacios m5s beneficiados
por el crecimiento industrial, aunque varios municipios aledaos desarrollaron procesos
embrionarios de industrializacin. El crecimiento industrial de Tlaxcala tambin benefici a algunos municipios de la zona metropolitana de la capital, tales como Chiautempan
y Teolocholco, mientras que la dbil reactivacin de Hidalgo fue impulsada por la zona
metropolitana de Pachuca y por Tizayuca, pues Tepeapulco se mantuvo estancado y
Tula de Allende experiment una significativareduccin en su ndice de industrializacin
(mapa 3).
En suma, entre 1988 y 1993 la periferia regional y principalmente el ncleo impulsaron la reconcentracin de la produccin industrial en la regin Centro de Mxico, como
lo indica el ascenso de su participacin en el PIB manufacturero nacional, de 50.6 a
52.8%; aunque de manera simultnea oper la desconcentracin relativa del empleo,
como lo muestra el descenso de su participacin en el empleo manufacturero nacional
de 43.0 a 39.4 por ciento.

ELMBXICO
CENTRAL. METAPOLIS
Y DESARROLLO REGIONAL
Mapa 3. Centro. Cambio neto del ndice de industrializacin por municipio, 1988-1 993

~uente:Elaboracinpropiacon datos de INEGI(1 992b) y (1996b).

El retorno de la crisis, 1993-1996


Despus de la efmera reactivacin que tuvo lugar durante el salinismo y de las falsas
expectativas que se generaron en tomo a la insercin del pas al primer mundo, va la
integracin a la OCDE y la firma de un tratado de libre comercio con Estados Unidos y
Canad, la economa mexicana entr nuevamente en una fase recesiva al registrar un
crecimiento medio anual de 1.0% entre 1993 y 1996 (INEGI, 1999). La desaceleracin
econmica de este periodo estuvo marcada ampliamente por el colapso econmico de
1995, cuando el PIB nacional registr un decrecimiento de -6.2 por ciento.
Paradjicamente, la industria fue menos vulnerable a esta crisis ya que de 1993 a
1996 la produccin manufacturera nacional tuvo un crecimiento de 3.2%, apenas ligeramente inferior a la tasa del periodo 1988-1993 (3.7%) y mayor a la tasa registrada entre
1980 y 1988 (0.9%). Si consideramos lo expuesto en la seccin anterior, tal fenmeno
probablemente pudiera explicarse por el hecho de que un reducido grupo de f m a s
extranjeras y nacionales realmente se reestructuraron despus de la crisis de los aos
ochenta, posicionndose mejor para soportar los embates de esta nueva crisis. Aunque
tampoco debe descartarse el hecho de que la crisis de 1995 se configur de manera
diferente a la de los aos ochenta en trminos sectoriales, pues salvo el caso de la
industria de la construccin, pareciera que las actividades terciarias resultaron ser las
ms afectadas, particularmente el sector financiero (el que ms se haba beneficiado
con la crisis), pero tambin el comercio y los servicios comunales, sociales y personales.
Sea como fuere, el retomo de la crisis trastoc una vez ms la trayectoria industrial de
los mbitos centrales y perifricos de la regin Centro.

Desaceleracin y recesin industrial del ncleo


La reactivacin de la industria del ncleo entre 1988 y 1993 se disip entre 1993y 1996,
como lo indica el crecimiento del PIB manufacturero de 1.5%. No obstante, es importante
sealar que a diferencia de la crisis del periodo 1980-1988, el ncleo no enfrent un
proceso generalizado de desindustrializacin,pero a semejanza de aqulla, la recesin se
sinti de manera ms aguda en el Distrito Federal, debido a que la tasa de crecimiento de
su produccin manufacturera fue de 1.O%, mientras que en el estado de Mxico fue de
2.2% (cuadro 1).
Con relacin al crecimiento de las diferentes industrias y a la cambiante posicin
competitiva del ncleo en cada una de ellas, se advierte que la crisis tuvo sus efectos
ms adversos en las industrias de bienes de consumo intermedio, debido a que su PIB
present una tasa de decrecimiento de -0.5% entre 1993 y 1996. Lo anterior se deriv
del menor dinamismo que tuvieron estas industrias respecto a la industria manufacturera
nacional y de la prdida de competitividad del ncleo respecto a otras regiones del pas,

como lo indican los componentes sectorial y regional. Las desventajas sectoriales y


,
regionales tuvieron bastante peso en el Distrito Federal al grado de ocasionar su
desindustrializacin en este tipo de industrias y de propagar la misma tendencia al ncleo; sin embargo, en el estado de Mxico no alcanzaron las mismas dimensiones, ya que
estas industrias s crecieron, aunque levemente (cuadro 2).
La crisis de mediados de los noventa tambin min notoriamente el dinamismo de las
1
industrias de bienes de consumo inmediato en el ncleo, pues entre 1993 y 1996 el
crecimiento medio anual de su PIB fue de 0.5%. Al igual que en todas las fases del ciclo,
estas industrias reportaron una desventaja estructural derivada de su menor dinamismo
respecto de la industria nacional; adems, las ventajas competitivas que haba desarrollado el ncleo durante la fase de reactivacin se erosionaron con la crisis, como lo indica
el signo del componente regional. Las desventajas sectoriales y regionales de estas industrias se presentaron en el Distrito Federal y en el estado de Mxico pero con pesos
especficos diferentes, pues mientras que en la primera entidad generaron su
desindustrializacin, en la segunda no alcanzaron a anular el crecimiento derivado del
dinamismo de la industria nacional.
Las industrias de bienes durables y de capital resultaron ser las menos afectadas por
la crisis, aunque su produccin tambin se desaceler en relacin con el periodo de
reactivacin, al reportar un crecimiento medio anual de 5.8% entre 1993 y 1996. Este
grupo fue el nico cuyo crecimiento nacional fue mayor al de la industia manufacturera,
por lo que el ncleo tuvo un componente sectorial positivo. Adems, el Distito Federal
increment notablemente su competitividad en la produccin de este tipo de bienes,
consolidndose de este modo la tendencia observada desde el periodo de reactivacin;
no obstante, tal situacin contrast con lo 0cumd0 en el estado de Mxico, donde las
industrias de bienes durables perdieron competitividad.
Por otro lado, segn la nueva metodologa del NEGI,la participacin del ncleo en el
PIB manufacturero nacional disminuy nuevamente con la impci6n de la cisis, al pasar
de 42.3% en 1993 a 37.1 % en 1996." Por industrias tambin se advierte una reduccin,
ya que la contribucin del ncleo al producto nacional de las industrias de bienes durables
y de capital descendi de 47.7 a 40.7%; en la de bienes de consumo intermedio de 43.0
a 37.6%, y en las de bienes de consumo inmediato de 38.3 a 34.0% (cuadro 1). ~ s t o s
descensos, sin embargo, merecen lecturas distintas pues nicamente las industrias de
bienes de consumo intermedio enfrentaron un proceso de desconcentracin absoluta del

' O Hasta que no se realice un ejercicio para compatibilizar la informacin de PIB estatal de la serie anual 19931996, expresada en valores bsicos y a precios constantes de 1993, con la informacin de
previos, estas
cifras deben tomarse como preliminares, pues los descensos referidos pueden estar sobrestimados por el cambio
de metodologa para calcular el PIB estatal a partir de 1993, debido principalmente a la inclusin de algunas
actividades en la industria manufacturera que antes se agrupaban en el sector minero (cf INEOI,lgg9).

182

ncleo, al haberse desindustrializado. En cambio, el descenso en la participacin de las


industrias de bienes de consumo inmediato y de consumo durable fue consecuencia del
menor crecimiento que presentaron en comparacin con otras regiones del pas, por lo
que en este caso oper un proceso de desconcentracinrelativa que fue el que predomin en todo el ncleo.
El cambiante mapa de la recesin y el auge industrial en la pedferia regional
Al igual que la industria del ncleo, la de la periferia regional sinti menos drsticamente
la crisis de mediados de los noventa que la de los aos ochenta, pues entre 1993 y 1996
su PIB manufacturero registr un crecimiento medio anual de 3.0%. Pese a lo anterior, la
crisis de los aos noventa tambin tuvo impactos territoriales claramente diferentes en la
periferia, ya que por un lado los estados de Hidalgo y Morelos se desindustrializaron
como lo indica la tasa de decrecimiento de su produccin manufacturera de -2.5 y -2.8%,
mientras que por otro lado Quertaro, Tlaxcala y Puebla registraron crecimientos considerables, de 8.0,5.2 y 5.0%, respectivamente (cuadro 1).
Los cambios en el crecimiento del producto por industrias y en la posicin competitiva de cada estado sugieren nuevamente un cambio en la divisin intrarregionaldel trabajo entre 1993 y 1996. As, contrastando con la notable desaceleracin que tuvieron en el
ncleo, las industrias de bienes de consumo inmediato de la periferia regional reportaron
un crecimiento medio anual en su produccin de 4.6%.Tal dinamismo se deriv principalmente del incremento de la competitividad de los estados perifricos como lo indica
su componente regional, pues estas industrias mantuvieron las desventajas sectoriales
mostradas desde los aos setenta, al tener un crecimiento inferior al de la industria
nacional. En particular, merecen destacarse las ventajas competitivas que en este periodo desarrollaron Morelos y Puebla (cuadro 2).
Tambin contrasta la desindustrializacin que enfrentaron las industrias de bienes de
consumo intermedio en el ncleo con el dinamismo que tuvieron en la periferia regional,
al crecer su PIB a una tasa media anual de 4.2%.El incremento de la competitividad en
algunos estados perifricos explicm'a el crecimiento alcanzado por estas industrias durante la crisis de mediados de los noventa, pues en el mbito nacional tuvieron un crecimiento inferior al del conjunto de la industria, fenmeno que surgi durante el periodo de
reactivacin y que marc un punto de inflexin respecto del dinamismo observado en los
aos setenta y ochenta. En forma ms especfica, los estados de Queretar0 y Tlaxcala
fueron 10s que lograron hacer ms competitivas estas industrias en relacin con otras
regiones del pas, aunque al mismo tiempo debe subrayarse que los estados de Morelos
e Hidalgo perdieron la competitividad que haban mantenido desde los aos setenta.
Otra divergencia notable en el crecimiento industrial del ncleo y la periferia regional,
que no se present durante la crisis de los aos ochenta, se advierte en el dinamismo de
la produccin de bienes durables y de capital, pues mientras que en el primer mbito

tuvieron un crecimiento de 5.8%, en el segundo reportaron una tasa de decrecimiento de


-0.3%. La desindustrializacin de la periferia en estas industrias no se deriv de su bajo
dinamismo en el mbito nacional, pues reportaron un componente sectorial positivo, sino
de la notable prdida de competitividadde los estados de Morelos e Hidalgo, y en mucho
menor grado de Tlaxcala. El panorama de desindustrializacin que imper en estos estados no pudo ser contrarrestado por las industrias de Quertaro y Puebla, cuya produccin y competitividad se incrementaron.
Es evidente que la crisis de los noventa dividi una vez ms a la periferia regional,
destacandopor un lado la desindustrializacinde Hidalgo, que apenas se haba recuperado de la crisis de los ochenta, pero tambin, y ms notablemente, la de Morelos, cuyo
dinamismo industrial fue significativo desde los setenta. La desindustrializacinde estos
dos estados, sin embargo, fue contrarrestada por el crecimiento industrial de Puebla,
Quertaro y Tlaxcala.
En referencia a las tendencias territoriales del proceso de industrializacin durante
este nuevo periodo de crisis, se aprecia que la expansin de la industria hacia la periferia
regional sigui avanzado en trminos absolutos como lo indica el crecimiento de su produccin, aunque entre 1993y 1996 la participacin de este mbito en el PLBmanufacturero nacional aparentemente disminuy de 10.5 a 10.1%, indicando una contraccin relativa
de ese proceso, o si se prefiere, el mayor dinamismo de la expansin industrial hacia
otras regiones del pas. Tal fenmeno bsicamente estuvo configurado por las industrias
de bienes durables y de capital, pues la participacin de la periferia en el producto nacional de estas industrias descendi de 15.4 a 10.5%, mientras que en las de bienes de
consumo inmediato se increment de 8.8 a 9.795, y en las de bienes de consumo intermedio de 9.3 a 10.1% (cuadro 1). Para la periferia estos cambios significaron: 1 ) perder
prcticamente el terreno ganado desde 1970 en la produccin de bienes durables, al
quedar su participacin en un nivel muy similar al de ese ao; 2) revertir el progresivo
retroceso que tuvo en la produccin de bienes de consumo inmediato entre 1980 y 1993,
y 3) mantener el constante avance que mostr desde la dcada de los setenta en la
produccin de bienes de consumo intermedio.
El descenso relativo de la expansin industrial hacia la periferia 10 explica la
desindustrializacin de los estados de Hidalgo y Morelos en bienes durables y de capital,
fenmeno que contrast con el dinamismo que tuvieron estas industrias en Quertaro Y
Puebla, en el ntcleo y en el pas. Debido a ello, podramos plantear tentativamente dos
argumentos: por un lado, que la desindustrializacin de Morelos no se deriv de las
condiciones nacionales y sectoriales que enfrentaron las industrias en las que esta entidad resinti ms drsticamente la crisis, sino de la reestructuracin interna que impuso a
ciertas fumas el Tratado de Libre Comercio, como podra ser el &aslado de funciones
productivas de la planta de Nissan ubicada en Morelos a la de Aguascalientes, y por
otro, en el caso de Hidalgo, que la desindustrializacin tiene ms races estructurales,
A

11
l

Mapa 4. Centro. Cambio neto del indice de industrializacin por municipio, 1980-1993

Cambio Positivo (69)


Cambio Negativo (26)

Fuente:Elaboraan propia con datos ~ ~ I N E(1G988)


I
y (1 996b).

ELMXICOCENTRAL. METAPOLIS
Y DESARROLLO REGIONAL

pues la base manufacturera de este estado es una expresin histrica de los proyectos
impulsados por la inversin pblica federal, proyectos que precisamente la administracin pasada y la actual se han encargado de desmantelar.
Por el contrario, los estados de Quertaro, Puebla y Tlaxcala pudieron sostener un
significativodinamismo industrial en el contexto de la crisis de mediados de los noventa.
La primera entidad principalmente sustent su crecimiento en la produccin de bienes de
consumo intermedio y en la de bienes durables y de capital, grupo este ltimo que tambin apuntal el crecimiento de Puebla en combinacin con la produccin de bienes de
consumo inmediato. En cambio, el avance industrial de Tlaxcala fue impulsado principalmente por las industrias de bienes intermedios y en menor grado por las de bienes de
consumo inmediato.
Aunque los estados de Quertaro, Puebla y Tlaxcala contrarrestaron la desindustrializacin de Morelos e Hidalgo, el descenso relativo de la expansin industrial en la
periferia y la desconcentracin relativa de la produccin que imper en el ncleo
dieron como resultado que en la regin Centro tambin prevaleciera esta ltima tendencia, como lo indica el cambio de su participacin en el PIBmanufacturero nacional, de
52.8% en 1993 a 47.1% en 1996. Esta tendencia difiere de la observada durante la crisis
de los aos ochenta, cuando en la regin Centro predomin la desconcentracin absoluta
de la produccin y el empleo manufactureros.

Conclusiones
Partiendo de una periodizacin que nos permiti examinar el ciclo industrial y territorial
de la regin Centro, en este trabajo se compararon las principales transformaciones
productivas, laborales y territorialesdel ncleo urbano-industrial y de la periferia regional
durante las fases de auge, crisis, reactivacin y nuevamente crisis de la economa mexicana. En estas reflexiones finales interesa precisar cinco ideas sobre el significado de
este ciclo.
En primer lugar, es evidente que el ciclo de transformacin industrial y territorial de la regin Centro de Mxico se inscribe en un contexto histrico y al mismo
tiempo lo representa, ya que en l se expresan el auge y la crisis de un pacto social
cuya estrategia vertebral fue la industrializacin por sustitucin de importaciones, as como el ascenso de un "nuevo acuerdo" que ha reconfigurado el papel
del Estado e impulsado las estrategias de apertura y liberalizacin comercial. La
representacin histrica que expresa este ciclo lo hace diferir sustancialmente de las
interpretaciones cclicas derivadas de los enfoques de la ecologa humana y de la economa neoclilsica, donde las fases por las que atraviesa cualquier ciudad o regin a menudo son ineluctables y slo ocurren en un plano cartesiano.

ELCICLO DE REESTRUCTURACI~NINDUSTRIAL Y TERRITORIALDE LA R E G I ~ NCENTRO


DE WXICO

En segundo lugar, es necesario reconocer la relacin entre las tendencias de


concentracin o desconcentracin territorial de la industria y sus movimientos
cclicos de largo plazo. movimientos que se ilustran en las grficas 3, 4, 5 y 6. Esta
relacin puede apreciarse de forma clara con la periodizacin propuesta en el documento, pues en congruencia con la desaceleracin industrial que experiment el pas durante
los aos setenta, y seguramente como condicin para que tal fenmeno ocurriera, la
aglomeracin industrial situada en la Zona Metropolitana de la Ciudad de Mxico, origicon la desaceleracin de su produccin y empleo manufactureros, y con la desconcentracin relativa de todas las industrias, principalmente las de bienes durables y de capital.
Sin embargo, la expansin industrial de la periferia regional, que se dio a costaprecisamente de la produccin de bienes durables y de capital, acab neutralizando la desconcentracin relativa del ncleo y adems propici el ascenso de la concentracin industrial en la

Grfica 3. Regin Centro: ciclos de largo plazo de la industria manufacturera


por entidad federativa, 1970-1996

1970- 1980

-#+

Nadod

Mxico

+Tlaxcala

1988- 1993

1980- 1988
-R-

-4- NUeo Urbano-Industrial

Centro
Periferia Regional

++Puebla

+ Morekr

187

D~sbftoFederal

Grfica 4. Regin Centro. Ciclos de largo plazo de la industria de bienes


de consumo inmediato, por entidad federativa, 1970-1996.

Nadonal

+ MBxko

+ Centro
+

Periferia Regional

* Ndeo

Urbano-lndurrrtal

Hidaigo

Posteriormente, entre 1980 y 1988, cuando la economa mexicana entr en la crisis


mAs profunda de las ltimas cinco dcadas, el ncleo urbano-industrial transit por un
claro proceso de desindustrializacinque implic la desconcentracin absoluta de la industria no slo de este hmbito, sino tambikn de la regin Centro, pues la expansin industrial
de la periferia regional disminuy notablemente, aunque sigui avanzandobajo el impulso
de las industrias de bienes de consumo intermedio en algunas ciudades de los estados de
Queretaro, Morelos y Tlaxcala. La desindustrializacin del ncleo y la desaceleracin de
la periferia bsicamente fueron configuradas por la crisis de las industrias de bienes
durables y de capital.
Despus de la severa crisis del periodo 1980-1988, la economa mexicana transit
por un proceso de reactivacin entre 1988 y 1993 que fue publicitado por la administracin salinista como un "gran auge". En realidad la reactivacin no alcanz ese rango,
pues el crecimiento de la economa nacional ni siquiera en los aos mhs prsperos de
ese sexenio fue mayor al crecimiento medio del periodo 1934-1982 (grfica 2). No
obstante, es necesario reconocer que la economa y la industria tuvieron crecimientos
mayores a los del sexenio previo, y que con ese proceso resurgieron las tendencias
territoriales centrpetas en el ncleo urbano-industrial. La reindustrializacin del n-

Grfica 5. Regin Centro. Ciclos de largo plazo de la industria de bienes


de consumo intermedio, por entidad federativa, 1970-1996.

Nacional

+4+

Mxico

-8- TbQh

-5Centro
l-Periferia Regional

-4 Nddeo Urbano-Industrial -6- Dimfto Federal


X Puebla
Hidalgo

-=-Qwbu

- Mcralos

cleo principalmente fue impulsada por las empresas extranjeras del Distrito Federal y
por las industrias productoras de bienes durables y de capital, aunque las de bienes de
consumo inmediato tambin contribuyeron a ello. Asimismo, la produccin de bienes
durables y de capital propuls la expansin de la industria en la periferia regional, particularmente en las urbes de los estados de Puebla y Morelos, pues las de bienes de
consumo intermedio disminuyeron su dinamismo en este mbito. La reindustrializacin
del ncleo y el sostenimiento de la expansin industrial en la periferia dieron como resultado que en la regin Centro se elevara nuevamente el nivel de concentracin de la
produccin industrial,pero esta vez en combinacin con la desconcentracin relativa del
empleo.
Entre 1993 y 1996 la economfa mexicana retorn a la crisis. Paradjicamente, los
efectos de esta crisis sobre el crecimiento de la produccin manufacturera fueron menos severos que los generados por la de los aos ochenta. Ello se debi, probablemente,
al hecho de que el reducido conjunto de empresas extranjeras que impuls la reactivacin
del salinismo pudo sortear mejor la crisis de mediados de los noventa, aunque tambin
es posible que esta crisis se haya configurado de manera diferente a la de la dcada de

Grfica 6. Regin Centro. Ciclos de largo plazo de la industria de bienes


de consumo durable y de capital, por entidad federativa, 1970-1996.

*
-8-

NBcional

Mxlco

-i- Periferia Regiond

Centro

-m

-4 Ncleo Urbano-Industrial

++ hebla

Dirtrfco Fedeni
o

-b Mor&

los ochenta, pues en trminos sectoriales parece haber afectado ms a las actividades
terciarias, destacando principalmente la desaceleracin de los servicios financieros y la
consecuente "quiebra tcnica" de la banca que tanta polmica caus en el sexenio de
Ernesto Zedillo. Pese a lo anterior, con el retorno de la crisis emergieron una vez ms las
tendencias territoriales centrfugas del proceso de industrializacin,pero a diferencia de
la crisis de los aos ochenta no las activ el colapso de la produccin de bienes durables
y de capital del ncleo, sino el de las industrias de bienes de consumo intermedio. Adems, la periferia regional se vio dividida por la desindustrializacinde Hidalgo y Morelos,
y por el auge de Puebla, Quertaro y Tlaxcala. En conjunto, la regin Centro enfrent de
nueva cuenta un proceso de desconcentracin industrial, slo que esta vez en su expresin relativa, es decir, derivada del mayor crecimiento comparativo que tuvieron otras
regiones del pais, como por ejemplo la frontera norte, cuyo auge industrial parece coincidir precisamente con la crisis del centro de Mxico (cf. Guadarrama y Olivera, 1999).
En tercer lugar, y pese al panoram que nos ofrece esta ltimu fase de crisis, es
posible concluir que las industrias de bienes durables y de capital fueron las que
fundamentalmente configuraron el ciclo de la regidn Centro al presentar una clara
tendencia prociclica en las tres primeras fases; es decir, en el periodo de auge y

reactivacin crecieron ms que la economa y la industria nacional, mientras que


en la crisis de los ochenta crecieron menos que aqullas o incluso decrecieron.
Aunque Garza (1994, pp. 11-14) ya haba advertido este fenmeno en las ciudades de
Mxico y Monterrey durante la depresin de los aos ochenta, es necesario observar
que estas industrias tambin contribuyeron de manera significativa a la desaceleracin
industrial del ncleo en los aos setenta y a su reactivacin durante el salinismo. Pero
algo ms: el ciclo de la produccin de bienes durables y de capital tambin permite
entender el auge de algunos estados perifricos as como su desindustrializacin y
reactivacin, por lo que en trminos generales podemos sostener que las regiones o
ciudades con una alta concentracin o especializacin en estas industrias siguen una
trayectoria procclica (vanse las grficas 3 y 6).
En cuarto lugar, consideramos que a partir del anlisis global del ciclo se pueden sentar las bases para explicar los cambios urbano-regionales de la regin
Centro que tuvieron lugar en las dos ltimas dcadas, y para mostrar la inconsistencia de algunas interpretaciones sobre esos cambios. Por ejemplo, de la visin global
del ciclo se desprenden dos observaciones importantes: por una parte, que la
desindustrializaciny la desconcentracin de los aos ochenta no fueron fenmenos irreversibles, como pensaron algunos especialistas,y por otra, que la produccin industrial no
se desconcentr ms con la profundizacin de las estrategias de apertura y liberalizacin
comercial que impuls el salinismo, como se planteaba en el programa de desarrollo urbano
de ese sexenio. Adems, si bien algunos autores han aceptado que en el primer lustro de
los aos noventa no se sostuvieron las tendencias de desconcentracin que cautivaron su
atencin en los ochenta, las explicacionesque se han esgrimido no consideran explcita ni
implcitamente el proceso de reactivacin de la economa nacional en ese periodo, con
excepcin del trabajo reciente de Garza (1999), donde tal asociacin s ha sido reconocida.
Finalmente, la visin histbrica y global del ciclo tambin aporta elementos para
desmitificar la relacin "directa e inherente" entre desconcentracin y equidad regional y social. Por ejemplo, si consideramos el contexto histrico en el que la desconcentracin industrial del ncleo sucedi con mayor intensidad,podemos sostener que tal
proceso no es signo de equidad regional sino de crisis y recesin. Adems, particularmente en el contexto de la crisis de los ochenta, la desconcentracin industrial no debe
interpretarse como un juego de suma cero, ya que lo que perdi el ncleo y la regin
Centro no necesariamente lo ganaron otras regiones del pas. Debido a lo anterior, la
desconcentracin industrial absoluta o relativa del ncleo y la regin Centro, en sentido
estricto no son indicativas de una mayor equidad regional, aunque en efecto pudieron
favorecer el crecimiento industrial de ciertas reas dentro de la regin o fuera de ella,
como ocurri en Morelos, Quertaro y Tlaxcala, o en la regin Centro-Norte.
Este ltimo argumento puede reforzarse con la discusin abierta por Slater (1992),
en el sentido de que las estrategias de descentralizacin sirvieron y se adecuaron subrepticiamente a los objetivos de desregulacin, privatizacin y liberalizacin comer-

cial que promovieron los organismos internacionales. Pero tambin puede enriquecerse
con la discusin planteada por Amin (1997, p. 14), con relacin a que el discurso dominante se niega sistemticamentea hacer la distincin entre equidad y expansin del mercado, aun cuando esta ltima no "lleva" necesariamente el progreso social y la democracia.
Considerando esta idea de Amin, puede sostenerse que en Mxico la economa de mercado se ha expandido en las ltimas dos dcadas, pues en efecto, un mayor nmero de
reas del ten-itorio nacional se ha incorporado a la produccin industrial. Sin embargo,
esto no es sinonimia de la expansin del mercado interno, como lo ha mostrado el funcionamiento de la industria maquiladora, ni tampoco de la difusin de los beneficios del
"progreso", o de la mayor equidad entre regiones avanzadas y atrasadas, como lo ilustra
el dinamismo ostensiblemente divergente que tuvieron las empresas extranjeras y nacionales de la regin Centro durante la fase de reactivacin.
Debe recordarse, en todo caso, que el crecimiento y la expansin territorial de la
industria crean grandes desbalances. Por tal razn, quienes vieron en el crecimiento
acelerado de las denominadas "ciudades medias" un mayor "equilibrio" territorial y urbano, soslayaron las tendencias que han caracterizado el desarrollo del capitalismo en su
larga historia y en su historia reciente: inestabilidad, diferenciacin,expansin tenitonal,
divergencia y exclusin (Storper y Walker, 1989: captulo 1; Dunford, 1997). El ciclo de la
regin Centro ilustra estas tendencias en sus diferentes fases.

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INEGI

La planeacin urbana y el desarrollo


regional sustentable en la zona
metropolitana Puebla-Tlaxcala
Sergio Flores Gonzlez,
El Colegio de Tlaxcalal

el nuevo milenio, las naciones del mundo contemporneo estarn operando en una economa global cada vez ms interdependiente. Este proceso ha resultado ms de los avances tecnolgicos que de las afinidades polticas o culturales de las
regiones.
La brecha econmica entre pases altamente desarrollados y muchos de los pases
menos desarrollados seguir creciendo. El debate sobre el crecimiento econmico contra la calidad ambiental continuar y los pases pobres seguirn con el temor de ser
mantenidos con bajos niveles de desarrollo en una economa mundial sin crecimiento.
El proceso global de la urbanizacin continuar acompaando al crecimiento de la
poblacin. Se ha estimado que en el ao 2000 ocho de cada diez habitantes de los pases
desarrollados vivirn en los centros urbanos y sus regiones, y que la realidad de los
pases en desarrollo ser muy semejante (Flores, 1995, p. 182).
Este ensayo pretende establecer los vnculos entre urbanizacin, desarrollo regional
en la zona metropolitana Puebla-Tlaxcala y planeacin urbana segn el enfoque de las
polticas de la sustentabilidad del desarrollo. Para su mejor manejo, ha sido dividido en
cinco apartados, incluidas esta introduccin y las conclusiones y recomendaciones,
L INICIAR

' El autor agradece el apoyo del Arq. Edgar Ricafio Pelhez en la captura e impresin de esta ponencia.
195

ELMXICO CENTRAL. METAPOLIS


Y DESARROLLO REGIONAL

urbanizacin y el desarrollo sustentable; se hace una revisin de las reuniones internacionales sobre asuntos de ecologa y ambiente, y una breve revisin del informe ms
reciente sobre el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2000) en el
que se resalta la situacin socioeconmica de distintos pases del mundo contemporneo y su grado de desarrollo humano.
y en el desarrollo metropolitano de los estados de Fkebla y Tlaxcala. Aqu se llega a
identificar una regin funcional que une a las ciudades capital de ambas entidades
federativas e integra una veintena de localidades urbanas o en transicin urbana. Lo
ms sobresaliente de esos fenmenos es que los ltimos 25 aos han sido determinantes
en la conformacin de esta gran zona metropolitana.
En la cuarta seccin se hace una revisin de lo que establece la Ley General de
Asentamientos Humanos en materia de planeacin metropolitana; se seala la urgencia
de adoptar acciones inmediatas para regular la accin pblica de estos fenmenos y se
proponen algunas acciones a emprender, entre las que destacan la declaratoria de la
Zona Metropolitana Interestatal Puebla-Tlaxcala y la consecuente integracin de la Comisin Metropolitana Interestatal y el respectivo Programa de Ordenamiento Territorial.
Por ltimo, aparecen las conclusiones y recomendaciones derivadas de lo expuesto. Se
concluye que no puede instrumentarse ninguna accin bajo el enfoque de la sustentabilidad del desarrollo si no se considera como soporte legal la planeacin urbana
institucionalizada. En relacin con las recomendaciones, se establece la necesidad de
adoptar acciones inmediatas de coordinacin interestatal para atender parte de la compleja problemtica que aqu se presenta.

Urbanizacin y desarrollo sustentable


Marco conceptual
El crecimiento de una ciudad no puede ser analizado si no se considera el conjunto de
agentes y factores que en l participan. Algunos de ellos en los que se ha cifrado en
buena medida el proceso de urbanizacin de las ciudades contemporneas, son los relacionados con el desarrollo econmico y, particularmente, con la dinmica de la estnictura productiva y los mercados.
Los cambios estructurales que han operado en la economa de una nacin han ocasionado que, dependiendo de la localizacin de las actividades manufactureras y de
servicios, se genere demanda fundamentalmente de fuerza de trabajo, capital, inversin
y productos diversos.
196

No es posible estudiar la urbanizacin sin el desarrollo econmico, pues aunque son dos
procesos, ocurren simultneamente en un tiempo y espacio (Higgins, 1968, p. 464). An
ms, hay quienes sealan que estos procesos son manifestaciones de un mismo fenmeno
y que por razones de tipo analtico se estudian por separado (Unikel, 1978,p. 327).
Particularmente en los pases subdesarrollados, los agentes econmicos actan con
una poderosa fuerza y establecen una asociacin muy fuerte entre los dos procesos,
llegando su expresin a niveles regional y subnacional (Myrdal, 1979). La urbanizacin, unida a los movimientos en la estructura industrial, al comportamiento de los
mercados y al impacto del consumo, ahorro o inversin, permiten comprender mejor el
proceso de desarrollo socioeconmico global.
La urbanizacin es un proceso que interacta con otros y por esta razn el anlisis
que de 61 se pueda desarrollar adquiere una considerable complejidad. Sin embargo se
pueden desentraar de l dos grandes fenmenos: el primero corresponde a la creciente
concentracin de la poblacin urbana, que opera a travs del crecimiento de las localidades existentes y de nuevas localidades urbanas, y el segundo, ms difcil de identificar, consiste en la evolucin de la forma de vida de la poblacin de un tipo tradicional-mal
a otro moderno-urbano (Unikel, 1968, p. 139).
Urbanizacin y desarrollo econmico, al ser procesos diferentes pero simultneos
han adquirido nuevas dimensiones y modalidades que se expresan, entre otras formas,
en la configuracin del espacio en diversas regiones, las que constituyen hoy en da el
escenario de los ms grandes problemas nacionales de los pases subdesarrollados.
La conformacin de esas regiones en la mayora de los pases de Amrica Latina ha
obedecido en buena medida al funcionamiento polarizado de la estructura econmica,
al tratamiento privilegiado que han recibido los principales centros de decisin y, en
especial, a los procesos de industrializacin internos que se han convertido en agentes
dinamizadores de las fuerzas del mercado y promotores de la concentracin espacial de
la inversin, los servicios, la mano de obra, y la infraestructura.
Existe un elevado grado de interaccin entre la ciudad que ejerce primaca Y las
reas o centros que conforman las correspondientes regiones. En este contexto, las caractersticas relevantes de una zona metropolitana, estn identificadas por su gran importancia dentro del contexto nacional, por su acelerado ritmo de cambio por encima
del resto del pas, por su elevado nivel de interaccin interna y por la relativa accesibilidad entre las subreas componentes y la ciudad ~entral.~
Las reas urbanas y las zonas metropolitanas son dos formas de definir, analizar y
describir el fenmeno urbano. Para fines analticos se puede considerar que estas formas corresponden a dos respectivos niveles de aglomeracin urbana. Las reas urbanas

2 Vase G. Geisse Guillermo y Jost Luis Coraggio, "Areas metropolitanas y desarrollo nacional", en Politicas de
desarrollo urbano y regional en Amrica Latina, Buenos Aires, Ediciones s w , 1972, p. 178.

1
I

ELMXICO
CENTRAL. METAPOLIS
Y DESARROLLO REGIONAL
son las ciudades mismas, que por lo general cuentan con un ncleo central, usos de suelo
no agrcola, densidades de poblacin elevadas y concentracin de actividades industriales y de servicios.
Las zonas metropolitanas estn definidas, por lo general, como aquellas extensiones
territoriales que incluyen a la ciudad principal (ciudad central), en tomo a la que se
desarrollan reas contiguas con caractersticas urbanas o semiurbanas en las que tienen
lugar sitios de trabajo y reas de residencia de trabajadores dedicados a actividades no
agrcolas. Estas zonas son envolventes de las reas urbanas, con mayor nmero de habitantes, territorio ms extenso, densidades de poblacin contrastantes y actividades econmicas diversas.
La ciudad es y debe ser analizada como una totalidad; los procesos y fenmenos que
en ella tienen lugar son parte de la integracin de mltiples interacciones de todo tipo de
variables y agentes, entre las que destacan las de tipo econmico, poltico, cultural,
histrico y ambiental.
Una idea de las causas y efectos de la urbanizacin contempornea puede ser observada en el cuadro 1. En ste se indican tres causas estructurales: el crecimiento de la
poblacin urbana, la expansin fsica de las ciudades promovida por la industrializacin, la vivienda y la infraestructura urbana, y la migracin de la poblacin. En trminos de efectos se observa la existencia de dos tipos: intraurbanos e interurbanos, y su
cobertura depender de la magnitud de sus implicaciones en el territ~rio.~
Cuadro 1. Causas y efectos de la urbanizacin
7. crecimiento de la poblacin urbana

3. migracin de la poblacin rural a centros urbanos

lntraurbanos

concentracin de actividades
industriales, financieras, comerciales,
culturales, politicas y administrativas

Interurbanos

mbito regional. Resultan de la


mayor interdependencia entre
las ciudades

Vase Luis Unikel, "Urbanizacin y urbanismo: situacin actual y perspectivas", en Jorge Montaa, Los grupos
sociales, Mxico, Edicol, 1977, p. 10.

198

LAPLANEACI~NURBANA Y EL DESARROLLO REGIONAL SUSTENTABLE EN LA ZONA METROPOLITANA

La preocupacin por las interacciones entre crecimiento econmico, urbanizacin y


ambiente ha estado presente, en las ltimas dcadas, tanto en foros acadmicos como en
esferas del poder pblico.
La comunidad internacional, los jefes de Estado y de gobierno y los equipos de
especialistas en planeacin, economa del desarrollo y ambiente, han formulado mltiples programas y acciones que muestran la viabilidad de integrar objetivos y estrategias
de crecimiento econmico con el mantenimiento del equilibrio en el ambiente y los
recursos naturales del planeta. En particular, destacan esfuerzos crecientes y sostenidos
a partir de 1972 (cuadro 2).
de la comunidad internacional agrupada en la ONU,

Cuadro 2. Serie cronolgica de reuniones internacionales


sobre hbitat y medio ambiente
Conferencia d e la ONU sobre el medio ambiente humano

Estocolmo, 1972

Reunin internacional sobre asentamientos humanos

Vancouver, 1976

Conformacin d e la Comisin Mundial sobre el M e d i o

Nueva York, 1984

y el Desarrollo d e la ONU
Presentacin del informe d e la Comisin Mundial sobre
el Medio Ambiente y el Desarrollo d e la O N U

Nueva York, 1987

Reunin Cumbre d e la Tierra, ONU

Rio d e Janeiro, 1992

I I Conferencia d e la ONU sobre Asentamientos Humanos

Estambul, 1996

Reunin especial d e la ONU sobre Desarrollo y Medio


Ambiente

Nueva York, 1997

Fuente:The World Commission on Environment and Development, Our CQrrImonfiture, Oxford, Nueva York, Oxford University Press, 1987. Ren Valdiviezo y Sergio Flores ~onzSlez(coords.), lmpo~anciay
perspectiva del desarrollo sustentable en Mxico, Puebla, U A T - C E D ~ ~1 996.
,

Desde la conformacin de la Comisin Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU, en 1984, y hasta nuestros das, destaca la presentacin de un amplio
diagnstico en un informe de esa comisin presentado en 19874y la realizacin de tres
grandes reuniones internacionales en temas relacionados con el crecimiento econmico

4 The

World Commission on Environment and Development, Our Common Future, op. cit.
otras destaca la realizada en junio de 1997, en la que participaron representantes de 160 pases.

5 Entre

199

ELIMXICO CENTRAL. METAPOLIS


Y DESARROLLO REGIONAL

naturaleza y los recursos del planeta (cuadro 3).


Cuadro 3. reas prioritarias en el desarrollo sustentable sugeridas por la
Comisin Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU
1. Poblacin y recursos humanos.
2. Alimentacin; potencialidad de los recursos.
3. Especies y ecosistemas; recursos para el desarrollo.
4. Energa; seleccin para el ambiente y el desarrollo.
5. Industria; producir m6s con menos.
6. El desafo urbano.

Desarrollo sustentable
Concepto original de la Comisin Mundial sobre
el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU:
Desarrollo sustentable es aquel que
satisface las necesidades del presente, sin
restringir las posibilidades de que las
generaciones futuras satisfagan las suyas.
Fuente:The World Commission on Environmentand Development, Our

Common Future, op. cit.

Las reas prioritarias establecidas en el referido informe son seis: poblacin y recursos
humanos, alimentacin, especies y ecosistemas, energa, industria y el desafio urbano.
Sin duda la conciencia ambiental y la sustentabilidad del desarrollo surgen de la
necesidad de enfrentar los graves y extendidos procesos de deterioro socioambiental
provocados por los fenmenos inherentes a la urbanizacin y al desarrollo agrcola.
En atencin a la dimensin de las acciones, lo trascendente de sus implicaciones y la

200

viable este enfoque y que al mismo tiempo incorporen la participacin responsable de


organismos y sectores sociales de la ms diversa naturaleza.
En el ao 2000 el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
dio a
conocer el Informe sobre desarrollo humano, en el que integra los factores bsicos para
medir el desarrollo en 174 pases del mundo contemporneo.
Entre las variables que considera se encuentran la medicin del producto interno
bruto per cpita, el anlisis comparativo de los sectores de la actividad econmica y el
grado de escolaridad promedio en cada uno de estos pases (PNUD,
2000, pp. 157-160).
Un paquete de indicadores relevantes relacionado con el desarrollo sustentable lo conforman, entre otras, las siguientes variables: a) tasa anual de deforestacin (%); b) emisiones de bixido de carbono (CO,); c) emisiones de bixido de azufre (SO,); d) principales
zonas protegidas (porcentaje del temtorio nacional), y e) reciclaje de desechos (porcenta2000, PP. 231-236).
je de consumo aparente de papel, cartn y vidrio) (PNUD,
Este interesante diagnstico se ve complementado con un enfoque profundamente
humanista, pues se consideran nuevas variables no integradas previamente en estudios
de esta naturaleza. ste es el caso de indicadores asociados a la preservacin de los
derechos humanos. Entre los indicadores considerados se encuentran: a) equidad de
gnero, b) seguridad alimentaria, y c) participacin poltica.
Este nuevo enfoque sugiere que la comunidad internacional y los gobiernos centrales
encargados del diseo y ejecucin de las polticas pblicas debern integrar ahora tres
vertientes relevantes: 1) promocin del crecimiento econmico, 2) preservacin de los
recursos naturales y del medio ambiente, y 3) mantenimiento de los derechos humanos.
Este interesante trabajo titulado Informe sobre el Desarrollo Humano 2000, integra
este cmulo de indicadores y concluye que de los 174 pases analizados, 46 registraron
un elevado desarrollo humano (con un ndice igual o superior a 0.800); 93 pases observaron un desarrollo humano intermedio (con ndices que oscilan entre 0.500 y 0.790), y
35 pases registraron un desarrollo humano bajo (con ndices menores a 0.500).
En otras palabras, de acuerdo con ese informe, slo 26.43% de los pases analizados muestran elevados ndices de desarrollo humano y, consecuentemente,en el 73.57%
restante se ubica a pases que tienen uno intermedio o bajo. Lo anterior ~robablemente confirme la hiptesis sealada por diversos investigadores de que la brecha
intenegional se ha ampliado haciendo ms ricos a los ricos y ms pobres a los pobres
(Urquidi, 1997, pp. 173).
Independientemente de lo anterior, los resultados obtenidos a partir de ese diagnstico muestran lo siguiente:

a) Se observan enormes distancias en el ndice entre los pases con elevado desarrollo y los pases con bajo desarrollo humano. Entre los primeros destacan Canad,
Noruega y los Estados Unidos, y en los segundos se ubican Etiopa, Niger y
Burkina Faso.

b) La brecha que separa esas desigualdades entre pases, sugiere que dichas
disparidades comprenden a las grandes regiones que los contienen. Esas diferencias son de carcter inter e intrarregional.
e) An ms, el vnculo entre prosperidad econmica y desarrollo humano 110es ni
automtico ni evidente.
d) El reto que tienen frente a si, este conjunto de gobiernos nacionales, es traducir
la prosperidad econmica en un mayor nivel de vida humana.

Estas conclusiones precisan mencionar que las vicisitudes que adquiera la poltica
pblica depender en buena medida del enfoque regional que se adopte en la idea de
que la vecindad geogrfica u homogeneidad econmica, puede ofrecer mltiples ventajas competitivas.

El entorno internacional y nacional


Uno de los principales factores que se consideran para el anlisis regional es la poblacin humana, La regi6n de America del Norte, conformada por Canadfi, Estados Unidos
y Mxico, representa en el ao 2000 una poblacin de ms de 405 millones de personas.
Esta parte del continente americano integra a una superpotencia, un pas desarrollado y
nuestro pais que se encuentra en proceso de desarrollo. Las proyecciones de poblacin
en esta regin del mundo sealan que para el ao 2025 la poblacin llegar a tener ms
de 512 millones de personas, lo que representar un incremento del 26.3 por ciento.
Uno de los instrumentos de poltica macroecon6mica que se impuls al inicio de la
dcada de los noventa fue la f m a del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte, que representa la posibilidad de integrar uno de los ms grandes mercados del mundo contemporneo. La apertura de las fronteras, la eliminacin de aranceles, el libre
trnsito de productos, comercio y servicios, son un reflejo de la politica neoliberal impuesta, que puede llegar a agudizar las grandes contradiccionessociales y econmicas y
a agravar las desigualdades regionales.
En Mxico, la poblacin nacional asciende, en el afio 2000, a 97 361 71 1 habitantes.
Uno de los factores que habr de influir en la atencin de la poltica econmica, ambiental y territorial est vinculado con el fenmeno de dispersin de la poblacin en
miles de pequeas localidades. En efecto, 25.32%de la poblacin del pas vive en localidades menores de 2 500 habitantes, lo que significa ofrecer servicios pblicos y atenci6n a cerca de 24 millones de mexicanos que radican en localidades rurales, dispersas
o alejadas de los principales centros urbanos o metropolitanos.
En este sentido son considerables los esfuerzos del sector pblico federal por atender la problemtica derivada de estos grandes retos. El Sistema Nacional de PlaneaciBn
Democrdtica considera la preminencia del Ejecutivo Federal en la promocin de pro-

yectos detonadores para el desarrollo. En fechas recientes fueron difundidos dos programas que atendern parte de esos impactos:
El Plan Puebla-Panam, establecido para promover el desarrollo de la regin Sursureste del pas a partir de alentar la inversin pblica en sectores estratgicos como
infraestructura econmica, formulacin de proyectos de inversin para el desarrollo,
asesora tcnica especializada y asesora para la obtencin de recursos. Este es un proyecto internacional que promover el desarrollo regional y procurar abatir los rezagos
estructurales que durante siglos ha mantenido en la pobreza y marginacin a millones
de mexicanos (Ortegn, 2001, p. 7).
El Proyecto Regional de Gran Visin (Proyecto Carretero),que consiste en renovar
el sistema carretero de la regin centro del pas y acceder a fronteras, ciudades, puertos
y aeropuertos del Golfo y el Pacfico. En este proyecto participan los gobiernos de los
estados de Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Guerrero, Hidalgo, Mxico, Morelos y Michoacn.
El liderazgo que protagoniza el gobierno del estado de Puebla muestra la visin del
largo plazo y el propsito de contribuir al abatimiento de las desigualdades regionales
con montos de inversin pblica e infraestructura econmica.

Poblacin y desarrollo metropolitano en los estados


de Puebla y Tlaxcala, 1970-1995

El desarrollo de ambas entidades federativas est asociado al proceso de evolucin


propia del pas. Aunque se trata de dos estados con autonoma y gobierno propios, una
breve revisin de su historia muestra que existe una serie de factores culturales, econmicos y territoriales que les dan similitud.
Desde la conquista espaola hasta el movimiento de independencia - e n los primeros aos del siglo XIX- la ciudad de Puebla fue diseada, apoyada y promovida como
predominantemente de espaoles. En el territorio nacional era la segunda ciudad en
importancia despus de la capital del virreinato (Garza, 1994, pp. 6-8) y tena como
principales actividades econmicas el comercio, la manufactura y los servicios.
La fase industrial del capitalismo en Mxico se consolida en las postrimeras del
siglo XIX como resultado de un inusitado impulso a la infraestructura econmica, la
inversin extranjera directa y el apoyo a la localizacin de capitales en nuevos centros
urbanos.
En las primeras dcadas del siglo xx los estados de Puebla y Tlaxcala experimentaron los cambios observados en la economa nacional. A partir de la dcada de los cuarenta se expresa una notoria transformacin econmica y demogrfica a travs de la
paulatina modificacin del patrn agroexportador por una poltica de industrializacin
en los principales centros urbanos, el aumento considerable de la poblacin total y, de
203

I
i'

18
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ll

11 ",

1;

1;

1'

II,

111

I)/
11

manera particular, la que reside en las reas urbanas, y el apoyo a importantes obras de
infraestructura econmica que modific el perfil regional de ambas entidades federativas.
Entre 1970 y 1995 los cambios ms relevantes estn asociados al aumento considerable de la poblacin, la elevada concentracin econmica en ciertos polos de la geografa regional, el aumento de las reas urbanas en nuevas latitudes y el desarrollo y
consolidacin de una estructura territorial de tipo metropolitano. El estado de Puebla
aument el nmero de sus centros urbanos de ocho, en 1970, a nueve, en 1980, a 19 en
1990 y para el ao 1995 este nmero lleg a 22. El fenmeno ms relevante de la
aparicin de stos es que 11 de ellos (50% de los centros urbanos de toda la entidad)
mantienen una relacin directa, constante e intensa con la ciudad de Puebla (cuadro 4).
A lo anterior hay que agregar que salvo la ciudad de Tehuacn, el resto de los centros
urbanos tienen cada uno menos de 100 000 habitantes, lo cual demuestra que el sistema
concentrador se ha consolidado y que la ciudad de Puebla ejerce una elevada primaca
no ~610sobre la entidad del mismo nombre, sino sobre algunas localidades del estado
de Tlaxcala. En otras palabras, durante los ltimos aos, los centros urbanos de Puebla se
triplicaron, el fenmeno ms relevante fue su aparicin y desarrollo en la periferia ms
prxima a la ciudad capital.
Con relacin al estado de Tlaxcala se observa un fenmeno similar: en 1970 slo se
registraron tres centros urbanos, pasando en 1980 a seis, en 1990 a ocho, y para 1995 este
nmero aument a nueve. En funcin de su ubicacin geogrfica y a las interacciones
econmico-funcionales, cuando menos 50% mantiene una relacin constante y directa
con la ciudad de Puebla (cuadro 5). Como se podr observar, el estado de Tlaxcala presenta en su fisonoma regional los siguientes rasgos: su poblacin no ha dejado de crecer, con
un crecimiento de carcter concentrador, pues en el periodo 1970-1995 el nmero de
centros urbanos se multiplic por tres. Cada uno de sus centros no rebasa los 100
habitantes y cuando menos la mitad de ellos, debido a su ubicacin geogrfica, se encuentra
dentro del rea de influencia de la zona metropolitana de la ciudad de puebla (@ca 1).
Naturalmente, todos los centros urbanos de Puebla y Tlaxcala mantienen diferentes
niveles de urbanizacin (Unikel, Ruiz y Garza, 1978, pp. 33- 42).
El fenmeno ms relevante de esa rpida urbanizacin es que el nmero de centros
urbanos que gravitan en tomo a la ciudad de Puebla ha aumentado, lo cual, junto con el
crecimiento de la poblacin de todos ellos integra una fase de consolidacin metropolitana. Entre 1970 y 1995 el nmero de centros urbanos que forma parte de la zona metropolitana de la ciudad de Puebla pas de 5 a 12, y su volumen de poblacin urbana se
increment de 598 000 a un milln 735 000 habitantes (cuadro 6).
Se espera que de continuar el crecimiento observado hasta ahora, en el ao 2000 esta
zona metropolitana tendr 19 centros urbanos y una poblacin de 2 043 503 habitantes.
En otras palabras, la poblacin urbana en la regin Puebla-Tlaxcala se encuentra en el
punto mas alto de su historia, con lo que problemas de tipo econ6mic0, social, poltico
y ambiental se vern incrementados de manera considerable.

=si-

-=---

Cuadro 4. Poblacin de las localidades urbanas


del estado de Puebla, 1970-1995*

San Martn Texmelucan


bcardehlbtamorm
Wuladellivadavia

499 636
47 197
41 497
23 948
23 359
21 164
16826
15399

Puebla
Tehuacn
Atlixco
San ~ a n i Texmelucan
n
lzcar de Matamoros
Choluladefh&via

Huadmiango
kiudh
Xi~~t~pecdeJurez

722 908 Puebla


79 547 Tehuacn
53 207 Atlixco
36 712 San Martn Texmelucan
27 714 Cholula de Rivadavh
26748 kir&n
25778 Huadmiango
25119 IzcardeMatamorw
18 473 Xkotepec deJurez
AmozocdeMota
Zadn
SanAndrsaidula
SwtiMarhMayohingo
Tecarnachako
CiudadSerdn

H@om3o
Acaizingo de Hidalgo
f!M~an

1 007 170 Puebla


139 450 Tehuacn
74 233 Atlixco
57 519
53 673
43867
38708
32 559
29 901
27 389
22091
18259
17512
17 490
17273
16967
16867
16 242
16 232

1 157 625

San Manin Texmelucan


Cholula de Rivadah
Teziutln

Hmdimqo

Amozocde Mota
Izcardehlhtamom
XicotepecdeJurez
Zadn
SanAndrs Cholub
Tecamachalco
Sanla MaMMqdzingo
kpeaca
CiudadSerdn
Huejotzingo
qialpan
Acaltingo de Hialgo

hncbnrm
San BerbadinoThxcabncingo
Total estatal

2 508 226

Total estatal

3 347 685

Total estatal

4 126 101 Total estatal

4 624 365

* Se define como localidad urbana a la ciudad que tiene cuando menos 15 000 habitantes.
Fuentes: /X Censo genera/ de poblacin, 1970, Estado de Puebla, DGSl Mxico, 1972.
X Censo general depoblacin, 1980, Estado de Puebla, vol. l. INEGI-SEP. Mxico, 1983.
X/ Censo generaldepoblacin, 1990, Estado de Puebla, INEGI, Aguascalientes, 1991.
Puebla, Tomo i. Resultados defintivos, Tabulados b6sicos. Conteo de poblaci6n y vivienda, 1995, INEGI, Aguascalientes, 1996.

A efecto de determinar con qu rapidez se han urbanizado ambas entidades federativas,


se calcul su grado de urbanizacin que result de un cociente a partir de la proporcin
total que haba en localidades clasificadas como urbanas (cuadro 7).

Cuadro 7. Grado de urbanizacin en los estados Puebla y Tlaxcala,


1970-1995(')
Entidad federativa

7970

7980

7990

7995

Puebla

27.50

30.35

40.31

42.84

Tlaxcala

13.08

32.96

35.1 9

37.19

(''

El grado de urbanizacin de ambas entidades se ha calculado segn la frmula


Gu = Pux 100

f't
Gu = Grado de urbanizacin.
Pu = Poblacin que habita en localidades de 15 000 y mis habitantes.
Pt = Poblacin total intercensal.
100 = Constante
Fuente: Cuadros 4 y 5.

Este indicador permite realizar una comparacin gruesa del ritmo al que ha estado
creciendo la poblacin urbana. Como se desprende de este cuadro, desde 1970 ambas
entidades han tenido un acelerado crecimiento de su poblacin urbana. Sin embargo,
comparativamente hablando, Tlaxcala ha visto modificar notoriamente ese fenmeno
probablemente debido a los efectos de la industrializacin y la expansin del comercio
y los servicios durante este periodo.
A este ltimo respecto, se considera que est ms urbanizada aquella entidad cuya
poblacin reside en ciudades de mayor tamao.

La planeacin urbana y las acciones futuras


La sociedad mexicana se ha dotado de ordenamientos e instrumentos que le han permitido establer un Estado de derecho y la conformacin de un sistema de instituciones que regulan la accin pblica y delinean los trminos de relacin entre gobierno y
ciudadanos.

ELMXICO
CENTRAL. METAPOLIS
Y DESARROLLO REGIONAL

1
I

l
l

En atencin a lo sealado en la Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos,


corresponde al titular del Poder Ejecutivo promulgar y ejecutar las leyes que expida el
Congreso de la Unin, proveyendo en la esfera administrativa a su exacta observancia
(Constitucin Poltica de los Estados Unidos Mexicanos, actualizada, 1995, p. 68).
No obstante la existencia de incontables planes, programas, proyectos y obras que
en los diferentes mbitos de gobierno se han ejecutado desde la promulgacin de la
Constitucinhasta 1982,el Congreso de la Unin no formula y aprueba la Ley de Planeacin
(Ley de planeacin, 1995, pp. 93-108), y se ha observado la presencia de contrastes
tanto en la localizacin de la actividad econmica como de la poblacin. De acuerdo
con ese ordenamiento, la planeacin deber llevarse a cabo como un medio para el
eficaz desempeo de la responsabilidad del Estado en el mbito poltico, econmico,
social y cultural.
En este sentido, se definen dos importantes conceptos: el Sistema Nacional de
Planeacin Democrtica y el Plan Nacional de Desarrollo. Respecto al primero, se seala que aqul es un instrumento de la propia ley para atender los aspectos de la planeacin
nacional de desarrollo que correspondan a las dependencias y entidades federativas de
la administracin pblica federal; en relacin con el segundo, se menciona que es un
instrumento que define objetivos nacionales, estrategia y prioridades del desarrollo del
pas en el que se establecen los lineamientos de poltica de carcter global, sectorial y
regional en el mbito de la actividad econmica y social (Ley de planeacibn, 1995,pp. 97101). Asimismo se definen programas sectoriales, institucionales, regionales y especiales que derivan de lineamientos del Plan Nacional.
Una imagen de la planeacin nacional y los programas de desarrollo urbano-regional puede verse en el cuadro 8. Es posible sealar que los mayores problemas observados entre el establecimiento de objetivos y el logro de sus metas se encuentran en los
niveles de coordinacin intersecretarial e interestatales, y en la ausencia de instrumentos para el seguimiento y la evaluacin.
En el campo acadmico existen diversos y muy valiosos trabajos que abordan el
estudio y la evaluacin de la planeacin socioeconmica y, m6s especficamente, de la
planeacin urbano-regional para diversos periodos del pas (Garza, 1989; Carrillo, 1998).
En la regin Puebla-Tlaxcala no se puede desligar la planeacin econmica de la
urbana, pues muchos de los instrumentos econmicos sectoriales han influido de manera relevante en la conformacin territorial y, a su vez, diversos progamas y proyectos
urbano-regionales han alentado la elevada concentracin econmico-demogrfica en
ciertas reas de la geografa regional.
Por la importancia en la conformacin del sistema de ciudades de ambas entidades
federativas y dada la inminente repercusin de estas acciones en la estmctura temtorial
de tipo metropolitano, se har referencia a las acciones planificadoras mas relevantes de
las ltimas ddcadas, ocurridas en la zona metropolitana de la ciudad de Puebla. Con ese
propsito es posible distinguir tres grandes etapas: 1)Planeacin estatal inicial, 1958210

LAP L A N E A C I ~ NURBANA Y EL DESARROLLO REGIONAL SUSTENTABLE EN LA ZONA METROPOLITANA


Cuadro 8. La planeacin nacional y los programas de desarrollo
urbano-regionales en Mxico

Constitucin
Poltica de
los Estados
Unidos Mexicanos

Ley de
Planeacin

Asentamientos

Programa Nacional

+
-

Coordinacin
intersecretarial

Nivel metropolitanb

t
4

Coordinacin
interestatal

Instrumentos
d seguimientopara
y la
evaluacin

Nivel municipal

Fuente: Elaborado con base en, Gustavo Garza, Desconcentracidn, tecnologfa y localizacidn industria/
en Mhxico, MMxico, El Colegio de Mxico, 1992, p. 54.

1980; 2) Programas de desarrollo urbano-regional con impacto directo en los centros de


poblacin, 1981- 1990, y 3) Planeacin emergente, 1990-1995.
1) Planeacin estatal inicial, 1958-1980. A nivel econmico se localizan diversas
polticas nacionales como el Programa de Parques y Ciudades Industriales, la estrategia
de descentralizacin industrial y la creacin de polos de desarrollo. En el estado de
hebla destacan la Ley de Fomento Industrial, de 1963, y su versin modificada denominada Ley de Fomento Industrial y de Proteccin de Conjuntos, Parques, Corredores y
Ciudades Industriales, de 1972. En el mbito urbano-regional destacan el Plan de Mejoramiento Urbano para la Ciudad de Puebla, de 1958; el Plan de Desarrollo Urbano de la
Ciudad de Puebla y su rea Metropolitana, de 1974, y -resultado de lineamientos
nacionales- la promulgacin de la Ley de Desarrollo Urbano del Estado de Puebla, en
1977; el Plan Estatal de Desarrollo Urbano del Estado de Puebla, en 1979, y la formulacin del Plan Director Urbano de la Ciudad de Puebla en 1980. De igual forma destaca, en ambas entidades federativas,la formacin de los Comits Promotores del Desarrollo
Socioeconmico (Coprodes).
En el estado de Tlaxcala, adems, destaca la aprobacin de la Ley para el Desarrollo
Urbano y los Asentarnientos Humanos del estado de Tlaxcala, de 1978; el Plan Estatal
de Desarrollo Urbano, de 1979, y el establecimiento de bases jurdicas para la formulacin de los planes municipales de desarrollo urbano.
Esta etapa se puede resumir como la reproduccin de los lineamientos nacionales de
la planeacin econmica sectorial, el establecimiento de los primeros instrumentos
nstitucionales de planeacin urbano-regional, la repeticin de esquemas de planeacin,
sin considerar las especificidades de cada localidad y la ausencia de continuidad y seguimiento de diversas acciones planificadoras. Una imagen de los rasgos ms relevantes de cada una de estas etapas puede verse en el cuadro 9.
2 ) Programas de desarrollo urbano-regional con impacto directo en los centros de
poblacin, 1981-1990. A escala nacional destaca, en primer trmino, la formulacin del
Plan Global de Desarrollo 1980-1982 que integra aspectos sectoriales y estatales de
desarrollo y cuyos efectos en las diferentes regiones seran muy relevantes.
En 1981 se dio a conocer la Ley Orgnica de la Administracin Pblica del Estado
de Puebla y posteriormente se instalara el Comit de Planeacin para el Desarrollo del
Estado de Puebla (Copladep). En 1983 se promulg la Ley de Planeacin para el Desarrollo del Estado y se establecieron los subcomits regionales y especiales del Copladep
que constituyen entidades de coordinacin para el ejercicio de las actividades sectoriales y regionales. En el iimbito de la planeacin urbano-regional destacan, entre 1981 y
1983, la formulacin de planes municipales de desarrollo urbano para toda la entidad;
en 1985 el Programa de Desconcentracin de las Actividades Comerciales y de Servicios del Centro de la Ciudad de Puebla; en 1987, el Programa de Ordenamiento Urbano
del rea Metropolitana de la Ciudad de Puebla y, en ese mismo 6 0 , la formulacin del
Programa Regional Cholula-Huejotzingo-San Martn Texmelucan.

LAPLANEACIN URBANA Y EL DESARROLLO REGIONAL SUSTENTABLE EN LA ZONA METROPOLITANA

Cuadro 9. Imagen global de la planeacin urbano-regional


en los estados de Puebla y Tlaxcala, 1958-1995
(rasgos generales)
la. etapa: Planeacin estatal
incial (7958- 7980)

2a. etapa: Programas con


impacto directo en los centros
de poblacin (7987- 7997)

Plan de mejoramiento urbano


para la ciudad de Puebla (1958).

Formulacin de la Ley de Planeacin para el Desarrollo del


Estado de Puebla, 1983

Ley de Fomento Industrial del


Estado de Puebla (1963).
Ley de Desarrollo Urbano del Estado de Puebla (1977).
Plan Estatal de Desarrollo Urbano del Estado de Puebla (1979).
Plan Director Urbano de la ciudad de Puebla (1980).
Ley para el Desarrollo Urbano y
los Asentamientos Humanos
del Estado de Tlaxcala (1978).
Plan Estatal de Desarrollo Urban o del Estado de Tlaxcala
(1979).
Formulaciones de planes municipales de desarrollo urbano de
ambas entidades a partir de
1980.

Programa de Desconcentracin
de las Actividades Comerciales
y de Servicios del Centro de la
Ciudad de Puebla, 1985.
Programa Regional CholulaHuejotzingo-San Martn Texme
lucan (1987).
plan de la Zona Conurbada
lntermunicipal Tlaxcala-Chiautempan-Apetatitlhn-TotolacPanotla (1981).
Planes Parciales de Apizaco y
Tlaxcala, 1985.

3a. etapa: Planeacin emergente


(799G 7995)

Actualizacin del Plan Director


Urbano de la Ciudad de Puebla,
llamado Programa de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Puebla (1991).
Proyecto lntermunicipal de Ordenamiento Urbano de la Zona
Conurbada de la Ciudad de Puebla
(1992).
Programa de Desarrollo Regional Megaproyecto Angelpolis
(1 993).
Programa de Desarrollo Regional en la Sierra Norte, Sierra
Mixteca y Sierra Negra (1993).
Decreto de la Zona Conurbada de
Tlaxcala-Chiautempan-ApetitIAn-

Planes parciales de Centros Histricos en Diversos Municipios


del Estado de Tlaxcala (1985).

Totolac-Panotla y su respectivo
Plan de Ordenacin y Regulacin (1992).

Plan Estatal de Desarrollo Urban o del Estado de Tlaxcala


(1979).

ReformasLegislativas para la creacin de 16 nuevos municipios en el


estado denaxcala (1995).

Revisin del Plan Estatal de Desarrollo Urbano del Estado de


Tlaxcala (1989).

Convenio de Desarrollo Social


entre Sedesol y el gobierno del
estado de Tlaxcala (1 996).
Formulaciones de planes municipales de desarrollo urbano de
ambas entidades a partir de
1980.

Fuente: Elaboraciones propias, 1996.

EL~ & X I C O CENTRAL. METAPOLIS Y DESARROLLO REGIONAL

Algunas de las acciones ms relevantes en el estado de Tlaxcala fueron: en el ~ e r i o do 1981-1984, la formulacin de planes municipales de desarrollo urbano; en 1981, el
Plan de la Zona Conurbada Intermunicipal Tlaxcala-Chiautempan-Apetatitln-TotolacPanotla; los planes parciales de Apizaco y Tlaxcala; en 1985, los planes ~arcialesde
centros histricos de diversos municipios de la entidad; en 1986, los planes parciales
de las reservas territoriales de Apizaco, Huamantla y Calpulalpan; en este mismo ao,
los planes parciales de San Juan Totolac, El Alto-Santa Ana Chiautempan y, en 1989, la
revisin del Plan Estatal de Desarrollo Urbano.
Durante esta etapa se han expresado con claridad los instrumentos del sector gobierno como acciones desarrolladas dentro de un marco institucional. Destaca tambin el
esfuerzo por iniciar acciones de coordinacin intermunicipal e interestatal. Dos rasgos
adicionales que se observan en este periodo son la existencia de un importante auge de
las polticas para la conservacin de los centros histricos y, en contraste, el desbordamiento del crecimiento urbano y la no correspondenciacon las expectativas de los planes y programas de desarrollo territorial.
3) Planeacin emergente, 1990-1995. En esta etapa es posible destacar la incidencia
de importantes programas nacionales que tendran efectos relevantes en ambas entidades federativas. ste es el caso del Programa Nacional de Desarrollo Urbano 1990-1994
y del Programa de las Cien Ciudades Medias. De igual forma, destacan el recientemente
difundido Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000 y el Programa Nacional de DesarroEn el estado de Puebla se han registrado diversas acciones entre las que se encuentran la actualizacin del Plan Director Urbano, ahora denominado Programa de Desa-

rrollo Urbano de la Ciudad de Puebla, de 1991; la Ley de Proteccin al Ambiente y al


Equilibrio Ecolgico del Estado de Puebla en el mismo afio; el Proyecto Intermunicipal
de Ordenamiento Urbano de la Zona Conurbada de la Ciudad de Puebla, de 1992; la
formulacin del Programa de Desarrollo Regional Megaproyecto Angelpolis, de 1993;
la puesta en operacin de los programas de desarrollo regional de la Sierra Norte, la
Sierra Mixteca y la Sierra Negra, ascomo diversos programas sectoriales implementados
en 1993; la actualizacin de diversos programas de desarrollo urbano en varios municipios del estado entre 1991 y 1995; la ejecucin del Programa de Ordenamiento Tedtonal de la Zona Centro-Poniente del estado de Puebla, de 1994, que incluye catorce
municipios de la entidad y, recientemente, la aprobacin de seis programas parciales de
desarrollo urbano de la ciudad de Puebla, entre los que destacan: el Programa Parcial
del Centro Histrico y el Programa Sectorial de Subclasificacin de Densidades Urbanas de la Ciudad de Puebla, todos ellos aprobados en 1995.
En relacin con el estado de Tlaxcala, destacan el Decreto de la Zona Conurbada de
Tlaxcala-Chiautempan-Apetatitlh-Totolac-Panotla, en 1992, as como su respectivo
Plan de Ordenacin y Regulacin. La puesta en operacin del Programa de Cenificacin de Derechos Ejidales y Solares Urbanos; las reformas del Congreso local para
214

LAPLANEACI~NURBANA Y EL DESARROLLO REGIONAL SUSTENTABLE EN LA ZONA METROPOLITANA


elevar el rango poltico de las agencias municipales a presidencias municipales auxiliares, y la ampliacin de 44 a 60 municipios en toda la entidad. Recientemente se
implement el Convenio de Desarrollo Social para 1996, formulado entre el gobierno
del estado y la Subsecretara de Desarrollo Regional de la Sedesol y suscrito por los
titulares de los poderes ejecutivos federal y estatal.
Es posible sealar que durante esta etapa ha existido un nuevo impulso a los instnimentos de planeacin urbano-regional, aunque las limitaciones detectadas se pueden
resumir de la siguiente forma: se ha actualizado una cantidad mnima de planes municipales de desarrollo urbano y los que se han revisado no han contado con una evaluacin
sistemtica de los anteriores. Existe una preocupacin expresa por los problemas del
ambiente, sin embargo los ordenamientos jurdicos distan mucho de acciones efectivas
para frenar la contaminacin de ros, suelo y aire. Hasta inicios de 1996 el crecimiento
poblacional y la expansin urbana han propiciado la constitucin de una compleja rea
metropolitana entre las ciudades de Puebla y Tlaxcala y entre stas y la megalpolis de
la ciudad de Mxico. Se sigue observando la ausencia de evaluacin institucional de los
planes y programas de desarrollo econmico y territorial. La ausencia de medicin de su
impacto en el desarrollo regional es una constante. No es suficiente la aprobacin de
leyes, programas y proyectos, si para su implementacin no existe seguimiento, control,
evaluacin y actualizacin.
Aunque es relativamente reciente el ejercicio de la planeacin urbano-regional en
Mxico, no cabe duda de que se requiere de la modificacin de un conjunto de condiciones sin las cuales no ser posible la concrecin de los objetivos y metas planteados
en planes y programas de gobierno.
En primer trmino es preciso promover una reforma poltica que modifique considerablemente los trminos de relacin entre gobierno y sociedad. Una mayor aperhira que
implique la adopcin de mecanismos en la eleccin, promocin y renovacin de autoridades
ejecutivas y legislativas. Esta mayor apertura debe integrar la participacin decidida de
la sociedad civil a travs de sus rganos de representacin sectorial y territorial.
Este proceso de transicin democrtica instituciond pasa por la modificacin estnictural de la relacin entre los distintos niveles de gobierno, confiriendo mayor autonoma a
los gobiernos locales y municipales. Especial atencin requiere la asignacin, control y
evaluacin de los recursos financieros para que sean las comunidades ~ ~ b a n ya srurales
las encargadas de la implementacin de obras y servicios pblicos. Sin una participacin
comunitaria real, difcilmente se podrn concretar las metas y 10s propsitos del gobierno,
Las funciones del gobierno central debern quedar deteminadas, a partir de considerar la participacin de las propias comunidades, en el diseo y ejecucin de acciones
que incidan en el mejoramiento real de las condiciones de vida de la poblacin que en
ellas reside.
Adems, se requiere de modificar 10s trminos de asignacin de la inversin pblica
federal, en funcin del establecimiento de prioridades para abatir el desempleo, la

marginacin y la pobreza, destinando mayores montos al gasto social en sectores clave


para la promocin del desarrollo y el impulso de programas de emergencia econmica,
educacin, salud y obras de beneficio social.
A lo anterior hay que agregar que los gobiernos federal y estatales deben establecer
mecanismos de coordinacin que permitan la utilizacin adecuada de los recursos pblicos y, especialmente, la atencin conjunta de problemas comunes.
Especial atencin requiere que en el marco del nuevo trato entre los gobiernos de
dos o ms entidades federativas se aborden problemas urgentes, como la seguridad pblica y la prestacin conjunta de diversos servicios urbanos. Probablemente para esto
sea preciso establecer mecanismos eficientes de evaluacin que informen de los resultados de trabajos realizados con antelacin para la atencin conjunta de problemas comunes detectados en diversas zonas y regiones del pas. A este respecto, es preciso el
intercambio de experiencias con equipos encargados de la planeacin sectorial y territorial en la ciudad de Mxico y su zona metropolitana, Guadalajara, Monterrey, Puebla,
la zona fronteriza del norte de Mxico y otras reas y regiones en donde existe una rica
experiencia en el ejercicio de la planeacin urbano-regional institucionalizada. Por supuesto que es preciso establer mecanismos abiertos para el control, seguimiento y evaluacin de los planes y programas formulados, as como para su ejecucin.
En el mbito territorial se requerir del diseo y aplicacin de nuevas estructuras de
gobierno metropolitano interestatal que analicen y propongan la formulacin de un nuevo programa de desarrollo integral en distintos niveles de atencin. Destacan, por la
urgencia en su tratamiento, la Regin Centro de Mxico, las zonas metropolitanas y el
programa de las ciudades medias. De igual forma, es preciso que haya una real integracin entre objetivos y propuestas de los programas sectoriales de gobierno y los programas y acciones territoriales, y que exista voluntad poltica para traducirlos en obras y
acciones de impacto directo en el mejoramiento de los niveles de bienestar de la poblacin mexicana.
En el caso especfico de la zona metropolitana de la ciudad de Puebla se requiere de
un esfuerzo considerable de todos los actores sociales; de manera especial, el sector
gobierno de ambas entidadesfederativas,los industriales y comerciantes, as como equipos tcnicos dispuestos a integrar con una enorme voluntad poltica el conjunto de
cambios que requiere la regin.
Los tiempos actuales necesitan de una mayor dedicacin de todos los sectores
involucrados en la planeacin del desarrollo sustentable. Se est conformando un panorama en el que el sector pblico debe coordinar acciones con los.otros sectores de la
sociedad moderna.
Se requiere, en consecuencia, de la existencia de una voluntad poltica expresa, as
como de la implementacin de un conjunto de acciones que, apegadas a derecho, sienten las bases de una planeacin sustentable del desarrollo urbano y regional. Entre estas
acciones destacan:

l. La formulacin de la declaratoria de la zona metropolitana interestatal PueblaTlaxcala, que deber realizar el gobierno federal y en la que participen las entidades federativas concurrentesy los municipios respectivos. Esta declaratoria deber
estar acompaada de la formulacin del convenio correspondiente.
2. La integracin de la Comisin Metropolitana Interestatal en la que participe el
gobierno federal a travs de un representante de la Sedesol, los representantes de
los gobiernos de ambas entidades federativas y de los municipios correspondientes. Es deseable que esta comisin se integre en el plazo ms breve posible, dada
la similitud de los tiempos con que arribarn gobernadores y presidentes municipales en los estados de h e b l a y Tlaxcala.
3. Se deber formular el Programa de Ordenamiento de la Zona Metropolitana
Interestatal Puebla-Tlaxcala, que defina el rea de reservas territoriales, los espacios
para el crecimiento urbano, segn reas y sectores, la preservacin y equilibrio
ecolgico, las acciones e inversiones para la dotacin de infraestructura, equipamiento y servicios urbanos que sea comn a los centros de poblacin concurrentes, y las acciones que fortalezcan el carcter sustentable de la zona, privilegiando
la preservacin y mejoramiento de aire, agua y suelo de la regibn.
4. Se deber promover el enfoque de la Planeacin Estratgica con Base Comunitaria, en el que prevalezca, como eje de las acciones, la participacin social desde
la formulacin del convenio y la integracin de la comisin metropolitana, hasta la
elaboracin del programa de ordenamiento territorial y las acciones que de 61 se
desprenden. Se propone que se privilegien el financiamiento y la operacin de
proyectos estratgicos urbanos, habitacionales, industriales, comerciales, recreativos y tursticos. Tambin se deber promover la proteccin del patrimonio cultural
de los centros de poblacin y la preservacin y mejoramiento de los ecosistemas y
la biodiversidad en la regin.
5. El Programa de Ordenamiento Territorial de la Zona Metropolitana PueblaTlaxcala deber contener polticas, estrategias y acciones diferenciadas de acuerdo
con las caractersticas de cada uno de los centros de poblacin concurrentes; todas
ellas concebidas bajo un enfoque sustentable que haga posible aminorar la heterogeneidad interna y la homogeneidad en los estados que confluyenen este fenmeno.

Conclusiones y recomendaciones
Despus de la revisin de los elementos ms relevantes vinculados al estudio de la
planeacin urbana y el desarrollo regional sustentable en la zona metropolitana PueblaTlaxcala, es posible concluir que el sistema altamente concentrador que se observa en
el pas se reproduce dentro de cada una de las entidades federativas analizadas, proba-

ELMXICO CENTRAL. METAPOLIS


Y DESARROLLO REGIONAL

blemente porque las desigualdades regionales y la concentracin urbana son fenmenos


inherentes al desarrollo capitalista.
Es imprescindible definir los marcos de accin de esta nueva etapa de la planeacin
urbana a partir de considerar la legislacin federal que en la materia se encuentra en
Afortunadamente, el fenmeno de metropolizacin antes mencionado se encuentra
considerado en la Ley General de Asentamientos Humanos en vigor, por lo que resta la
puesta en operacin de una gran voluntad poltica de ambos gobernadores (de los estados de Puebla y Tlaxcala), para concretar tanto la declaratoria como los instrumentos
operativos correspondientes.
En relacin con la poltica de la sustentabilidad del desarrollo, los logros observados
son significativos. En este sentido destacan los resultados entre los siguientes sectores:
planeacin para el desarrollo social y regional; asignacin de montos considerables en
proyectos detonadores del desarrollo econmico, y rescate y mejoramiento del entorno
natural y desarrollo urbano en la zona central.
Naturalmente falta mucho por hacer y entre las cuestiones que se deben resaltar
destacan la urgencia de integrar puentes de comunicacin y colaboracin entre los distintos niveles de gobierno. Esto es imprescindible hacerlo independientemente del origen partidista de los titulares de los poderes ejecutivos, cualquiera que sea su nivel de
Con relacin al desarrollo humano sustentable tambin debe hacerse un esfuerzo
adicional que procure fomentar una mayor y mejor educacin que garantice la elevacin de la conciencia social en asuntos como la preservacin y mejoramiento de la
calidad de vida, el entorno natural, cultural y los derechos humanos, en especial para las
mujeres, los grupos vulnerables, los nios y la poblacin de la tercera edad.
Por ltimo se sugiere continuar los esfuerzos para concretar organismos permanentes que atiendan los urgentes asuntos de la planeacin, el crecimiento econmico y el
desarrollo sustentable.

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220

'

El abasto de alimentos en la ciudad de Mxico:


la era de la globalizacin
Felipe Torres Torres,
Instituto de Investigaciones
Econmicas de la UNAM

Un marco de referencia para el futuro

N LA EXPANSI~Ny crecimiento de las ciudades, as como en su posibilidad de alcanzar


la categora de metrpolis, el abasto alimentario cumple una funcin tanto o ms
vital que el transporte, el agua, o cualquier otro tipo de satisfactor bsico. Por esta razn,
el sistema de abasto sufre un proceso constante de transformacin que refleja los diversos ciclos de vida urbana y su complejidad social ascendente.
As, de un sistema basado en la venta directa de alimentos del productor al consumidor mediante "ferias" y "das de plaza", el crecimiento mismo de las ciudades y su
demanda exigen, con el tiempo, un sistema ms formal. De esta manera se integra una
red de mercados pblicos, alimentados por un nodo concentrador que interconecta regiones proveedoras y ciudades demandantes, a travs del transporte de carga y diversos
tipos de infraestructura de soporte, de esta manera se elimina la relacin directa productor-consumidor establecida durante siglos.
Sin embargo, ante el crecimiento, la diferenciacin espacial y la complejidad de la
vida urbana, ese esquema tambin se convierte en insuficiente, y el mercado mismo
redisea la funcionalidad del sistema para evitar riesgos de desabastecimiento, ante el
atractivo de concentracin de la oferta que presentan siempre las ciudades, independientemente de las diferenciaciones en el ingreso.

muy ajeno a la estratificacin social y territorial de su poblacin.


En tal contexto, el sistema de abasto alimentario urbano hacia el prximo siglo se
encuentra ya configurado en las principales metrpolis del pas y se reproduce de manera similar, aunque en diferente magnitud en las principales ciudades.
El sistema de abasto alimentario, de cara al prximo siglo, se caracteriza por la
eliminacin definitiva de las fronteras territoriales y de la indiferencia al hinterland regional de las ciudades, al menos como tradicionalmente se entenda para proveerse de los
alimentos principales.
Ahora, la estrategia de fusiones de h a s comerciales mundiales y locales ha originado un nuevo concepto de atencin del abasto, simbolizado por las megatiendas de la
globalizacin. Conforme a tal estrategia, la metrpoli adquiere un redimensionamiento
espacial. Las megatiendas, producto de los mercados globales competitivos, conectan a
la metrpoli en forma directa con el entorno internacional sin la interrnediacin de
ningn arreglo institucional ms que conquistar la demanda. La oferta se internacionaliza
y se transgreden los patrones alimentarios locales con la incorporacin de productos
ms diversificados.
De esa manera se extingue el esquema tpico de toda metrpoli incipiente y no
globalizada, como es la central de abasto, el mercado pblico, el tianguis, el mercado
sobre ruedas, por no mencionar la distribucin al menudeo a travs de tiendas y miscelneas, caractersticas de barrios, colonias o demarcaciones intratenitoriales de la me-

A diferencia de los supermercados u otras formas previas, las megatiendas no tienen


preferencia de implantacin intraurbana o por ubicarse cerca de los estratos de ingreso
medios o altos, operan a cualquier escala espacial y slo buscan estar cerca de los consumidores, integren o no altas densidades. Los vnculos funcionales de las megatiendas
en relacin con el abasto alimentario se determinan en funcin de la cercana indiferenciada
al cliente. Bajo este esquema se cumple al menos un supuesto de la economa neoclsica,
en el sentido de que el mercado no deja demandas insatisfechas.
El manejo y la oportunidad de la informacin, adems del desarrollo de tecnologas
de venta, se convierten en el sustrato de operacin y la competencia en su pincipal
resorte de impulso.
La automatizacincomo factor de planeacin de inventarios y ventas, la teledeteccin
y conexin con mercados de fsicos para garantizar suministros regulares de productos,
la integracin internacional de redes y estrategias de compra, incorporaci6n de crditos
al cliente, manejo de un sistema de ofertas y precios, la integracidn del cdigo de barras,

222

ELABASTO DE ALIMENTOS EN LA CIUDAD DE MXICO: LA ERA DE LA GLOBALIZACI~N

cin de servicios alimentarios, la conexin con mercados burstiles, la modelacin de los


patrones de consumo local con base en la diversificacin e internacionalizacin de la
oferta, son algunas de las caractersticas presentes en las megatiendas y las cuales marcarn la pauta del abasto en el prximo siglo.
Se piensa que la misma competencia publicitaria de las megatiendas llevar a una
sobresaturacin rpida de la informacin al cliente, por lo cual ste terminar por consumir, independientemente de las caractersticas del producto, de la marca e incluso
ajeno a la comparacin del precio. Con ello se impondrn las firmas que logren ejercer
un dominio territorial efectivo en trminos de cercana al consumidor.

La globalizacin y la refuncionalizacin del espacio urbano


en la distribucin de alimentos
'
1

El objetivo final de la globalizacin y la apertura comercial es conquistar mercados ms


amplios y estables. Para el caso de los alimentos se trata de controlar las fases finales de
la cadena, es decir, la distribucin y el consumo.
De esa manera, la primera expresin que tiene la globalizacin en el abasto alimentario
es la reconfiguracin de los aparatos de distribucin, para ajustar as los comportamientos
de compra de los consumidores hacia un patrn ms abierto y diversificado.
Lo anterior implica enfrentar un doble problema en el sistema de distribucin que
mantiene la ciudad. Por un lado, I ) el rompimiento del sistema tradicional de abastecimiento porque implica un obstculo a la expansin urbana de cadenas que persiguen la
homogeneizacin, y por el otro, 2) una lgica diferente de localizacin, en tanto que
buscan radios ms amplios de influencia pero enfrentando la competencia de otros agentes
econmicos que persiguen el mismo fin.
As, los nuevos aparatos de distribucin de la globalizacin presentan objetivos definidos en cuanto a incrementar la captacin de clientes, de ubicacin territorial y de estrategias de aprovisionamiento. Sin embargo, esto no evita una relativa heterogeneidad en
su localizacin intraurbana, al menos en lo que se refiere a su desplazamiento temporal.
En un primer momento, tal como se observa en el caso de la ZMCM,las tiendas de la
globalizacin se ubican en reas intraurbanas que renan al menos cuatro requisitos:

centrales de la ciudad no estn dentro de sus preferencias de ubicacin debido a que


estn alejadas de zonas habitacionales, no disponen de condiciones viales adecuadas y

223

EL~

X I C O
CENTRAL.

METAPOLIS
Y DESARROLLO REGIONAL

el costo elevado del uso del suelo disminuye la tasa de rentabilidad buscada, esto
convirtierte a las cadenas de tiendas en ms vulnerables a la competencia.
En un segundo momento ya no interesan demasiado las condiciones anteriores. La
libre competencia y la apertura comercial obligan a un flujo constante de tiendas integradas a cadenas nuevas que sobresaturan el espacio y deben buscar localizaciones
diferentes y ms amplias para mantener los altos costos de operacin.
Ello trastoca viejos sistemas de abastecimiento y distribucin intraurbana. As, junto
con la expansin de las tiendas de la globalizacin, comienza una desaceleracin paralela
de los esquemas tradicionales de abasto. Declina el mercado pblico, entre otras razones porque el Estado neoliberal no est dispuesto a sostenerlo debido a los gastos de
mantenimiento que le implican; las pequeas tiendas de barrio desaparecen gradualmente ante la imposibilidad de competir con los precios y el monto de ofertas de las
grandes cadenas; los tianguis y mercados sobre ruedas disminuyen sus rutas e itinerarios; las carniceras, tortilleras, lecheras y otros establecimientos especializados no
pueden sostenerse porque el hipermercado cuenta, en un solo local, con todos los servicios a precios atractivos.
As, las tiendas de la globalizacin imponen un ritmo desestructurador de los procesos tradicionales con los que se ordena el territorio urbano para abastecerse y distribuir
alimentos, aparecen segmentos importantes de venta al menudeo con sus consecuentes
efectos sociales, pero de cualquier manera contribuyen a mantener la funcionalidad del
sistema y los suministros regulares bajo condiciones econmicas nuevas e intemacio-

La nueva funcionalidad del sistema de abasto en las metrpolis


de la globalizacin
La evolucin del sistema de abasto refleja la evolucin compleja de la poblacin, del
mercado y de las estrategias que siguen los agentes econmicos para asumir liderazgos
en el marco de la competencia caracterstica, sobre todo de los dinmicos mercados
En el caso de la ciudad de Mxico, como en la mayora de las grandes ciudades del
mundo, el sistema de abasto ha tenido que adecuarse a por lo menos dos factores que le
han inyectado una nueva dinimica: el cambio de modelo econmico impuesto por la
globalizacin de la economla, el rompimiento de las fronteras comerciales y la liberalizacin de precios y mercados; y, las necesidades que plantean los rpidos cambios dedel
mogrficos, as como su movilidad intraurbana, que lleva a un redimensi~namient~
factor territorial como forma de mantener la funcionalidad del sistema, independientemente de sus efectos en otras esferas del desarrollo urbano.
224

ELABASTO DE ALIMENTOS EN LA CIUDAD DE MXICO: LA ERA DE LA GLOBALIZACIN

De esa manera, la ciudad de Mxico absorbe y se adecua al proyecto de globalizacin,


desapareciendo los factores reguladores que se oponen a la liberalizacin de los mercados y de la competencia, como por ejemplo el control de precios, la injerencia del Estado
en la distribucin y la marginacin y10 desaparicin de los canales de distribucin, as
correspondan a los grandes mercados mayoristas (como las centrales de abasto) en torno a los cuales se haban integrado los monopolios de control de la distribucin de
alimentos de la ciudad y que por ende, bajo este sistema de control se ramificaban por
La central de abasto como centro mayorista pierde fuerza en algunos productos porque las cadenas de supermercadoscuentan con sus propios mecanismos de aprovisionamiento que tienen que ver con redes espaciales ms amplias (incluyendoel extranjero) y
en muchos casos operan mediante contratos de produccin directos con los productores.
Tambin por efecto de la expansin de las cadenas de supermercados, junto con sus
sistemas de "ofertas" y bajos precios de "medio mayoreo" a travs de la integracin de
redes de consumidores, los pequeos establecimientos distribuidores tradicionales tienen ahora una importancia marginal, y hasta resultan cada vez menos complementarios
en las compras habituales de las familias, incluyendo las de bajos ingresos. El supermercado ha borrado la marginacin y las diferenciaciones sociales por la concurrencia de todo
tipo de consumidores en un espacio, siempre y cuando dispongan de ingreso para acceder a los alimentos.
Asimismo, por efecto de la competencia entre diversas firmas distribuidoras, la
presencia del supermercado abarca reas cada vez ms amplias. Ya no slo tienen
planes de inversin en zonas habitacionales de clase media y alta que usualmente
cuentan con mayor estabilidad en el ingreso, sino que avanzaron hacia "zonas lmite"
con las reas marginales donde hasta hace menos de cinco aos era inusual su presencia.
Tambin abarca productos diversos cercanos al consumo popular de estratos pobres
como el pan y la tortilla de manera masiva; la crisis econmica, con todo y cadas
significativas en las ventas, no ha representado un factor de contencin a la expansin, por lo que es posible plantear que se impone un sistema de abasto, ms moderno,
de tecnologa ms alta, eficiencia, higiene y rapidez en atencin al cliente; pero tambin
ms desestructurador de negocios familiares y ms homogneo, sin relacin directa
con el comprador que rompe con pautas de consumo, pero que tiene al factor ingreso
como lmite de expansin.
El propsito del sistema moderno de distribucin en la ZMCM es abarcar el abasto del
conjunto urbano y periurbano. Sus estrategias varan desde la implantacin de
hipermercados para incorporar sobre todo zonas habitacionales de reciente creacin y
sus contornos, hasta el sistema de bodegas en la periferia que van encaminadas al control del abasto popular, el cual ha quedado como "espacio vaco" en trminos de oferta al
retirarse el Estado de este sistema, cuando a principios de la dcada de los noventa
desmantel las tiendas Conasupo.
225

La ZMCM como ejemplo de la reestructuracin espacial


del abasto urbano en la globalizacin
Si partimos de los considerables volmenes de alimentos que se manejan cada da, la
ha conformado histricamente un sistema de abasto alimentario muy simple y
directo, aunque con una fuerte carga centralizadora, como consecuencia de la jerarqua
espacial de la ciudad sobre el resto del pas.
Dicho sistema tom por lo menos cinco siglos de integracin a travs de diversas
redes regionales conectadas a un gran mercado mayorista central @ara el caso de frutas,
verduras y abarrotes en general), el cual ha contado con otros puntos concentradores
especialmente en el caso de la carne, pescado y granos. El Estado desempe en algunas pocas un importante papel en la consolidacin de este sistema.
Un rasgo distintivo de tal sistema centralizado ha sido su impecable logstica espacial, al igual que su funcionalidad para no dejar desabastecida a la ciudad, salvo en
casos excepcionales y temporales de especulacin de precios en algunos productos. El
aparato intraurbano de distribucin se conform mediante la operacin de un nmero
considerable de mercados pblicos, tiangui's y mercados sobre ruedas en la va pblica,
fruteras y verduleras, tiendas de abarrotes, miscelneas y estanquillos e incluso la
venta directa de casa en casa.
Los mercados pblicos, los mercados sobre ruedas y los tianguis han constituido las
arterias que alimentan el abasto de la ciudad de Mxico. Aunque este sistema empieza
a declinar, todava constituye un rengln importante, si bien los mercados pblicos ms
tradicionales se refuncionalizan como espacios de los grupos de ingreso ms privilegiados. Actualmente existen en la ciudad 316 mercados pblicos, los cuales se distribuyen
en 263 colonias de las 16 delegaciones polticas.
Destacan las delegaciones Gustavo A. Madero con 5 1 mercados, as como Venustiano
Carranza y Cuauhtmoc con 42 y 38, respectivamente; las tres delegaciones citadas
concentran 43% de los mercados pblicos del Distrito Federal, los cuales se ramifican
en 91 colonias.
En cuanto a los mercados "sobre ruedas" que en el transcurso de la semana recorren
la ciudad de Mxico a travs de rutas fijas de distribucin, sobresalen las delegaciones
Gustavo A. Madero y Alvaro Obregn, que durante la semana tienen 10 y 9 recomdos
respectivamente, y Coyoacn e Iztapalapa con cinco en cada una. Los das de la semana
en que la ciudad de Mxico presenta mayor ubicacin de rutas son domingo y miCrcoles, con nueve en ocho y siete delegaciones respectivamente, mientras que las delegaciones menos atendidas por este sistema son Cuajimalpa, Tlalpan y Venustiano Cmanza
con una, y Milpa Alta y Xochimilco carecen del sistema.
Los tianguis se presentan en todas las delegaciones del Distrito Federal, lo cual reproduce una tradicin en el altiplano central, aunque algunas delegaciones registran
menor intensidad que otras. Asi, sobresale la delegacin Iztapalapa que durante la se-

ZMCM

ELABASTO DE ALIMENTOS EN LA CIUDAD DE MXICO: LA ERA DE LA GLOBALIZACI~N

mana concentra un total de 299 ubicaciones de este tipo de comercio, seguida por la
delegacin Gustavo A. Madero con 159 y Coyoacn con 101; en el otro extremo est
Milpa Alta con una, Tlhuac con 10 y Cuajimalpa con 11. Los das de mayor nmero de
ubicaciones son domingo, con 172, y sbado con 161 en toda la ciudad.
Sin embargo, cinco siglos de consolidacin de ese sistema han comenzado a
desconfigurarse en menos de dos dcadas de operacin, por un denominado sistema
moderno de abastecimiento que tiende a ser dominante, en funcin de que avanza la
apertura comercial externa y los aparatos de distribucin intraurbana de alimentos requieren conexiones ms amplias con el entorno internacional, y la demanda plantea
nuevas necesidades de acceso rpido a la oferta, diversificacin de los servicios, mayor
velocidad en el marcaje de productos para el pago, desplazamientos mnimos para realizar las compras, certidumbre en los precios, diversificacin en formas de pago (tarjetas
de crdito, cheques, etc.) y nuevos ambientes de compra de carcter ms individualizado.
Algunas estimaciones1sealan que la ZMCM demanda 226 toneladas diarias de alimentos, 30% del consumo de alimentos del pas y la cuarta parte de la poblacin total, la
cual se distribuye a travs de 3 468 establecimientos que representan 32% del total
nacional. El segmento moderno, con aproximadamente 1% de los establecimientos, concentra ya cerca de 70% de las ventas metropolitanas de alimentos, lo cual da idea de la
importancia que tiene en el abasto, pero sobre todo de sus implicaciones territoriales. En
las delegaciones centrales contina siendo predominante, pero estos espacios no tienen ya
casi importancia habitacional, por lo cual los desplazamientos ocurren hacia zonas urbanizadas donde el incremento demogrfico es ms alto, lo cual mantiene una relacin estrecha con la expansin de los aparatos de distribucin modernos.
A pesar de que las tiendas de la globalizacin (megamercados, hipermercados, supermercados, bodegas, tiendas de conveniencia, etc.) han tenido un crecimiento
exponencial en las principales ciudades del pas, la ZMCM concentra 20% de este tipo de
establecimientos y ms de 25% de la superficie de ventas.
Las concentraciones intraurbanas se orientan a zonas de mayor densidad demo&ca
si se trata de supermercados; sin embargo los megamercados e hipermercados se ubican
en vrtices espaciales desde donde puedan abarcar un espectro ms amplio de ~omumidores; por tal razn buscan zonas transicionales que pueden ser municipios conurbados
a la ciudad de Mxico, o bien delegaciones de ms reciente expansin urbana hacia
donde fluye la poblacin de ingresos medios y altos.
Otra caracterstica de las tiendas de la globalizacin es que las firmas internacionales definieron inicialmente estrategias de fusin con cadenas nacionales; algunas de
ellas permanecen bajo este acuerdo comercial pero otras han declinado, y ms bien

1 Carlos Valer0 y Nicols Mandujano, "El perfil del abasto en el Distrito Federal", revista Econonila Metropolitana, nm. 34, Mxico, Fundacibn Cambio xxr, 1995.

227

invierten de manera libre como una extensin de la firma matriz. Se trata por tanto ya no
de cadenas que se ubicaban en un pas especfico, sino de encadenamientos ms amplios que operan de manera simultnea en varios pases y bajo estrategias homogneas
de distribucin y aprovisionamiento,con lo cual trastocan esquemas locales de produccin agroalimentaria.
La ZMCM resulta con mucho la de mayor dinamismo en ese nuevo esquema de distribucin a escala nacional, ya que concentra 26% de los megamercados; 20% de los
hipermercados; 15% de los supermercados; 55% de las bodegas y 17% de las tiendas de
conveniencia. Esta dinmica de crecimiento se incrementa sobre todo en los ltimos
Las bodegas registran el mayor dinamismo con 82%, seguidas por las tiendas de
conveniencia con 40.3%, los megamercados con 24.4%, y finalmente aparecen los
hipermercados con 11%. No obstante, las bodegas y las tiendas de conveniencia son
dos formatos que durante el periodo sealado presentaron las mayores oscilaciones en
cuanto al crecimiento en el nmero de establecimientos (O en 1985, 6% en 1989, 11%
en 1993y 4% en 1995,para el caso de las bodegas; y de O en 1985,17% en 1987,18% en
1990 y 21% en 1995, para las tiendas de conveniencias). Ello contrasta con otros aos
en que tuvieron crecimientos muy altos que superan el 100% (bodegas en 1987,1990 y
1992; y tiendas de conveniencia en 1988).
Entre las bodegas ms importantes se ubica Aurrera que cuenta con 43% del total de
establecimientos de este formato, seguido por Gigante con 27%, Comercial Mexicana
con 19%, y finalmente Sixpac (en Tamaulipas, S.L.P. y Veracruz). Por lo que respecta a
las tiendas de conveniencia, stas presentan el nmero ms alto de las tiendas de autoservicio con un total de 861, el cual se conforma por tres empresas comerciales donde
sobresale Oxxo con 72% de estos establecimientos, seguido por 7-Eleven (en Nuevo
Len, Tamaulipas y ZMCM) con 23% y finalmente l b 1 2 Serviplus (en la ZMCM y S.L.P.),
con el restante 5 por ciento.
Por otra parte, los hipermercados y los supermercados, sin alcanzar crecimientos
muy altos, de 1986 a la fecha muestran ser los ms constantes que tienen oscilaciones
de muy corto margen. Los niveles ms bajos de crecimiento se dieron para los
hipermercados en 1989, 1990 y 1993 con 7%, 1994 con 6% y en 1995, 1%; mientras
que para los supermercados fueron 1985 y 1995 con un 4%, en 1993 con 5%, en 1987 y
1994 con 7%. Los aos de mayor crecimiento para los hipermercados son 1987 y 1992,
en los que alcanzaron 23 y 20% respectivamente; mientras que los supemercados tuvieron sus mejores aos en 1986, 1991 y 1992, en los cuales su crecimiento lleg6 a 15,21
y 14% respectivamente.
En la actualidad el conjunto de hipermercados suma 404 establecimientos, entre los
cuales sobresale Gigante con cerca de 38% del total, seguido por Comercial Mexicana
con 22% y Casa Ley con 18%, mientras que el restante 22% se lo reparten Sonana y
so mera. Por otra parte, 10s supermercados suman 43 1 establecimientos en todo el pas,
228

ELABASTO DE ALIMENTOS EN LA CIUDAD DE MXICO: LA ERA DE LA GLOBALIZACI~N

controlados por 44 empresas comerciales, en donde sobresalen Calirnax (de gran presencia en el noroeste: Baja California y Sonora) con 9%; Superarna con 8%; Comercial
V.H. (en Sonora y Sinaloa) con 7%, y Chedraui con 6% del total.
Finalmente, por lo que respecta a los megamercados, stos comienzan a aparecer al
finalizar la dcada de los ochenta, entre 1989 y 1993 su crecimiento porcentual promedio fue de 12%, contrastando claramente con 1994 y 1995, aos en los que alcanzaron
107 y 77% respectivamente. Actualmente este tipo de establecimientos suman en todo
el pas un total de 23, corresponde a Wal-Mart cerca de 83%, y el restante 17 a K-mart.
En el mbito intrametropolitano, si bien las delegaciones centrales continan registrando el mayor porcentaje de las tiendas de la globalizacin, lo cierto es que existe una
gran pulverizacin de este tipo de establecimientos, de tal manera que considerando los
altos volmenes de venta que registran y la significativa captacin de clientes, prcticamente no existe zona urbana donde el capital comercial de la apertura no mantenga ya
una presencia significativa.
En todo caso, un rasgo nuevo de la expansin y consecuente reconfiguracin del
sistema de abasto intrarnetropolitano estriba en que incorpora municipios conurbados
del estado de Mxico que antes no estaban integrados al entorno comercial de la capital
o sus lazos eran muy dbiles. Sin embargo esto obedece a dos tendencias: el desplazamiento de la poblacin de ingresos medios, altos y muy altos hacia esas reservas territoriales, y la necesidad, sobre todo de los hipennercados, de buscar economas de escala
espacial a partir de las cuales captan el mayor nmero de consumidores y ganan la
competencia en este sistema intraurbano de abasto de la globalizacin.
De esa manera, el sistema de abasto intrametropolitano, de continuar las tendencias
actuales, ser dominado por esta nueva figura del abasto, que introduce modificaciones
territoriales en el esquema debido a las estrategias de implantacin que siguen, y al
perfil de clientes que captan y fomentan.

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Tercera parte
EL DESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS

Desde Morelos: la regin y los estudios regionales


(Un francs en Mxico entre los anos
sesenta y los noventa)"
Claude Bataillon,

Universidad de Toulouse, Francia

Los gegrafos franceses, la pluridisciplina, la regin


y Amrica Latina: los aos 1960-1970

la cultura de un gegrafo francs que haya sido formado en los aos cincuenta o en 1990 se basa en el estudio de las divisiones territoriales que se vislumbraban siempre en el interior de los territorios de los estados nacionales. Entre esos
gegrafos franceses, aquellos que han sido formados en los aos cincuenta han debido
innovar para tomar conciencia de que las regiones naturales, hiptesis de base que se les
haba inculcado, pertenecan a esos territorios nacionales. Actualmente, los ms jvenes deben forzar todava su imaginacin para poner en tela de juicio el hecho de que los
temtorios nacionales permanecen como hiptesis obligadas.
Debemos recordar que sas eran las investigaciones geogrficas sobre Amrica Latina que se llevaban a cabo en Francia en los aos sesenta-setenta. El punto de partida,
es decir, la cultura francesa universitaria de los investigadores, era una divisin de regiones fundadas sobre el espacio natural, al cual se le haba agregado recientemente una
IN DUDA

Traducido del francds por Hdctor Avi~aS4nchez.

moda importada de los pases anglosajones: la de las regiones "christallerianas", es decir,


las divisiones de territorios a partir de ciudades jerarquizadas. 0. Dollfus y C. Collin
Delavaud en Per, Michel Rochefort, R. Pbayle e Yves Leloup en Brasil; Ph. Grenier
en Chile; C. Bataillon, J. Revel-Mouroz y H. Riviere d'Arc en Mxico, han trabajado
poco o mucho a partir de esas premisas. Sin duda gracias a P. Monbeig esos modelos de
polarizacin han sido utilizados con flexibilidad, vase con escepticismo, sin que los autores anteriormente mencionados busquen en esa poca hacer entrar a la fuerza en tales
moldes los objetos geogrficos, que se prestaban bastante poco. En efecto, P.Monbeig
(1908-1987),' el maestro directo o indirecto de todos esos investigadores, era un pragmtico, formado en historia, como lo eran todos los gegrafos franceses de su generacin, que se haban forjado por s mismos un conocimiento de lo econmico y lo poltico.
Trabajar en los pases latinoamericanosen los aos sesenta da ciertamente connotaciones particulares a las hiptesis "regionalistas" a la francesa: los estados-nacin latinoamericanos no eran realidades muy estables como lo eran los estados europeos, sino
al contrario, organismos que se decan, se queran -y que se deseaba- en desarrollo,
es decir, a la vez en crecimiento y en progreso. Por lo dems, se convertan en cada vez
ms fuertes y eficaces en los tiempos de la Alianza para el Progreso y de la industrializacin por sustitucin de importaciones. Los estudios regionales que se llevaban a cabo
en el seno de los territorios de esos estados, igual que los que se hacan en Francia
incluso para modernizar este pas, tenan un horizonte implcito o no: la ordenacin del
territorio. Si an no se haba mencionado, ese ordenamiento estaba destinado a crear
nuevas unidades territoriales para una administracin ms racional. Implcitamente, todos los estados tenan vocacin para formar un sistema unificado, capaz de administrar
el conjunto de un territorio, el suyo, sin dejar vacos. Y de administrarlo segn un esquema piramidal jerarquizado -evidentemente- porque as estaba en Francia en esa
poca y porque sa pareca la visin a la vez racional y polticamente eficaz.
El grupo de gegrafos que giraba alrededor de P. Monbeig tena no solamente un
deseo particular de interesarse en otras ciencias humanas, sino tambin el de ligarse por
su trabajo con prcticas de otras ciencias humanas, a fin de llegar a sinergias sobre
temas favorables a estos cruces. Y eso porque en esos pases latinoamericanos otras
ciencias sociales ms "nuevas" que la geografa estaban en plena produccin cuando
comenzaban apenas su desarrollo en Francia, mientras que la geografa latinoamerica-

'

P. Monbeig, autor de la obra Pioneros y plantadores de So Paulo, Pars, Armand Coln, 1952, es el nico
gegrafo francs de su generacin que mantiene nexos con el Instituto de Estudios Politicos de Pars y con la Fundacin Nacional de Ciencias Polticas; fue colega en la Universidad de S5o Paulo (que naca en los afios treinta) de
Fernand Braudel y de Claude Lvi-Strauss. Cuando cre en 1950 el Instituto de Altos Estudios de Amrica Latina
de Pars, atrae a socilogos y economistas, sin hablar de sus colegas gegrafos. Vase "Pierre Monbieg, gographe
pionnier", en H. Thery y M. Droulers (coord.), Travawr et m6nioires de L'lnstirut des Haures tudes d'An~rique
Latine, Pars.

DESDEMORELOS:
LA R E G I ~ NY LOS ESTUDIOS REGIONALES

na, fuera de Brasil y Chile, permaneca ligada a sus tradiciones: las de la cartografapara
un inventario de los territorios nacionales. As, naci en Francia, en el caso de esos
gegrafos latinoamericanistas, una tradicin de obras colectivas, o ms bien de coloquios
que acababan en una publicacin colectiva encabezada por gegrafos, de alguna suerte
obligados por el medio latinoamericanista francs, a buscar contactos, tenias y problemticas comunes con sus vecinos de disciplinas prximas a propsito de Amrica Latina. Esos gegrafos han hecho as un aprendizaje muy precoz, muy insistente de la
pluridisciplina, en comparacin con la corporacin de gegrafos franceses de la poca.
Por su formacin, lo ms frecuentemente investigado como marco territorial para esos
dilogos es lo local y lo regional, dentro de los estados-nacioneslatinoamericanos,improvisando anlisis comparativos de caso, locales o regionales, en el seno del conjunto del
subcontinente.
La originalidad de estos trabajos de gegrafos sobre lo local y lo regional latinoarnericano consista frecuentemente en identificar a los factores sociales localizados de esta
vida local o regional: era seguir implcitamente la visin de P. Monbeig, de una geografa
que contaba -por ejemplo los plantadores de caf del estado brasileo de Silo Paulo-,
ms que analizaba, los modelos de organizacin espacial, punto de vista bajo el cual
comenzaban a trabajar los gegrafos franceses de la poca, a instigacin de sus colegas
anglosajones o de sus compaeros economistas. Esta pista cientfica dejaba escptico al
pragmtico que era P. Monbeig, poco inclinado a teorizar.

La crtica del ordenamiento territorial y la regin: nuevas visiones


de los territorios nacionales
Sobre todo despus de 10s aos ochenta, los anlisis no han cesado de inspeccionar esos
estados-naciones latinoamericanos para criticar la realidad de su funcionamiento. Es
muy claro que estas crticas siempre han tomado prestada una parte de su temttica de
los anlisis de las sociedades de tipo sovitico, en plena crisis despus de los aos
ochenta. Estas crticas han enfocado tambin los elementos ficticios del esquema de
Estado-nacin, formalizado por la Revolucin francesa. El cuerpo social unificado de los
ciudadanos es ampliamente imaginario en 10s pases l a t i n ~ a m e r i ~ acomo
n ~ ~ ,la nacin
misma, como su territorio; as lo llama Fernando Gonzalvo Escalante (Ciudadanosimaginarios, memorial de los afanes y desventuras de la virtud y apologa del vicio triunfante
en la Repblica Mexicana, tratado de moral pblica, Mxico, El Colegio de Mxico,
1992). Esa nacin, ese cuerpo de ciudadanos, existen para la elite liberal del siglo XIX,
pero tambin para los ingenieros de las sociedades contemporneas, tecncratas animados de una voluntad de ordenamiento territorial. LOSestados populistas latinoamericanos son instituidos en los aos treinta en Argentina, en Brasil, en Mxico. Siguiendo a
Ruggiero Romano, as como a Guillermo de la Pea, debemos subrayar que esas forma237

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS

ciones de Estado-nacin han sido excepciones en el tiempo y en el espacio latinoamericano: de hecho, han sido realmente incorporados a la nacin los ciudadanos urbanos de
las clases medias, as como las capas sociales de asalariados estables, empleados u
obreros, integrados a las grandes empresas de servicios pblicos o a las grandes industrias de base o de sustitucin de importaciones creadas por el Estado, o nacionalizadas
por l, o administradas por el sector privado generalmente de capital extranjero, pero bajo
proteccin del Estado gracias al sistema aduanero. En el mejor momento de los grandes
regmenes populistas, segn el pas en los aos cincuenta, sesenta o setenta, ese mundo de
ciudadanos integrados a la nacin es ampliamente mayoritario en Argentina y Uruguay.
Tiene mucho peso en Chile o en Venezuela sin ser mayoritario y eso para los pases que
por su tamao tienen economas internas frgiles. Es numeroso, poderoso pero no mayoritario, en el caso de los dos gigantes en que se convirtieron Brasil y Mxico. Por lo
dems, no est formado ms que por islotes incrustados en mundos fragmentados por
relaciones sociales "tradicionales" donde reinan los caciques, las comunidades y los patrones, lo mismo en Amrica Central que en los paises andinos.
Tanto para Francia a principios del siglo xrx como para los "pases del Este" bajo la
direccin de un partido comunista todopoderoso (ese cuerpo de ciudadanos que representa a la nacin forma una minora privilegiada que extrae sus recursos de esta nacin;
una ficcin igualitaria que disimula las relaciones polticas de dominacin, o un proyecto
para forjar o convertirse en una nacin). No hay una respuesta objetiva simple a esta
cuestin fundamental, ni para el observador extranjero ni para aquellos que viven la
cotidianidad de los pases latinoamericanos. A lo mejor se puede enfrentar esta cuestin
en forma sesgada: como el de otros estados latinoamericanos, el temtorio mexicano
como nos lo muestra Guillermo de la Pea2es, a la vez - d e s d e el siglo xrx-, un proyecto y una ficcin. Debe haber un tratamiento poltico que lime las asperezas del territorio,
que lo homogeneice, luchando contra sus enemigos brbaros del exterior y del interior.
Subrayamos que en el continente americano los enemigos exteriores a las fronteras,
siempre evocados, son de poca importancia en comparacin con aquellos del interior,
mucho ms peligrosos porque son ms brbaros. En el caso mexicano particularmente, el
enemigo exterior potencial -Estados Unidos- es desde la mitad del siglo xrx demasiado poderoso para que un enfrentamiento sea imaginable; mientras que a la inversa, la
pequea Guatemala no es un enemigo potencial peligroso. Y al contrario, los enemigos
brbaros del interior estn presentes en el norte hasta el fin del siglo XIX, y en la pennsula
yucateca hasta los aos treinta.
Las situaciones regionales insertas en los estados-nacin populistas de Amrica Latina con frecuencia nos aparecen ms claramente a posteriori, cuando el escenario ha

Artfculo por aparecer en una obra colectiva en el Instituto de Altos Estudios de Amrica Latina: Territorios
(titulo provisional); H. Rivibre d'Arc y M.F.Schapira (coords.).

y estados-naciones en Amkrica &tina

238

DESDE
MORELOS:
LA R E G I ~ NY LOS ESTUDIOS REGIONALES

cambiado. Habamos disertado en los aos sesenta sobre las regiones funcionales, fundadas sobre bases naturales y con grandes flujos econmicos gracias a los intercambios
interindustriales: esos flujos no tenan casi nada de vigor cuando las industrias, motores
de las organizaciones territoriales, tomadas bajo el control de los estados, se resguardaban esencialmente en las capitales polticas y se implantaban muy poco en las otras
ciudades. Tenamos, por lo dems, alguna dificultad para comprender la importancia
del diseo de las regiones administrativas (provincias o estados federados as como
municipios), tanto ms que la tutela de los estados populistas apenas dejaba margen
de accin a las lites locales (o bien estas lites se disimulaban en las capas del partido, o bien, las juzgbamos demasiado retrgradas o ineficaces para interesarnos); Les
que estas "regiones" polticas que son los estados federados o los municipios no nos
han parecido verdaderamente susceptibles de estudios ms que en el curso de los aos
En los aos sesenta-setenta hemos evaluado un poco mejor la importancia de las
regiones de ordenamiento territorial voluntario creadas por esos estados populistas: la
Sudene brasilea, organismo de desarrollo del nordeste pobre y deprimido; las agencias
de cuencas hidrogr@cas de Mxico, donde habamos examinado sobre todo los aspectos
naturales, tcnicos y econmicos. La ms prestigiosa, la Comisin del Tepalcatepec,
transformada en Comisin del Balsas, enlazaba grandes obras hidrulicas en un proyecto
siderrgico (que se osaba calificar entonces de industria industrializante porque diversos economistas, como los de la Unin Sovitica, pensaban que una industria de transformacin solamente poda ser slida si dependa de una "industria de base" y que sdlo
la siderrgica era la verdadera industria de base). Este respetado proyecto estaba asociado al respetado nombre de Lzaro Crdenas. Casi no queramos percibir la parte del
caciquismo regional que se incrustaba en los intersticios de estos proyectos modernistas.
Y ms an, habamos descubierto mal en la misma poca el papel de la organizacin
corporativista (regional, local, vase urbana) contenido en grandes proyectos de afirmacin nacional: como las empresas industriales que pertenecan al ejrcito argentino,
como la empresa del cobre chileno nacionalizado, que el rgimen de la dictadura no ha
privatizado debido a que una parte de sus ingresos era atribuida por ley al ejrcito.
Igualmente, hubo que esperar a los trabajos de M.F. Schapira (en particular en Impactos
regionales de la poltica petrolera mexicana, Leopoldo Allub y Marco A. Michel
(coords.), Centro de Investigaciones para la Integracin Social, 1982.) sobre Pemex,
compana petrolera del Estado mexicano, para comprender en los aos ochenta, el POdero de esta compaa estatal en el ordenamiento del temtono, en el momento mismo
en que la crisis petrolera, adems del giro neoliberal del Estado mexicano, hacan pedazos este podero. Por tanto, al fin de los aos treinta Pemex haba dirigido una poltica de
ordenacin del territorio poniendo en marcha el transporte, la transformacin y la distribucin de productos petroleros y de gas, para un naciente mercado nacional a la vez
urbano e industrial: gasoductos, oleoductos y refineras. En 10s aos setenta, el Estado
239

mexicano se apoya en esta infraestructura ya rica para desarrollar un ordenamiento


territorial fundado sobre las industrias qumicas exportadoras implantadas en los puertos
industriales. Pero sobre todo, Pemex fue el promotor de las infraestructuras del transporte, del urbanismo y de la poltica social de los territorios del golfo de Mxico, de
Tampico a Coatzacoalcos.
Nuestros estudios regionales haban deseado ser objetivos, en nombre de una ciencia que analizaba pero no produca normas. Eso nos haca ciegos al hecho de que las
preocupaciones del ordenamiento territorial incluan, implcitamente,proyectos de creacin de nuevas unidades administrativas "racionales". Gracias a ellas se esperaba, sin
mencionarse, mejorar el carcter piramidal del sistema manejado por cada Estado-nacin, que acrecenta el carcter racional de la jerarqua y borraba las especificidades
territoriales incorporadas de hecho en las unidades territoriales existentes. Sin duda
alguna, reformar el diseo de las entidades poltico-administrativas,que son los estados
de la Federacin mexicana, no poda ser ms que un proyecto vago e implcito: ningn
gegrafo (o politlogo ...) de los aos sesenta-setenta, mexicano o menos an extranjero, poda soar con realizar de nuevo la obra de Orozco y Berra, cuando haba fundado
"racionalmente" una geografa administrativa de Mxico, subdividida en "departamentos", comparable a la geografa administrativaracional de los "departamentos" fundada
por la Revolucin francesa, suprimiendo los estados federativos. Al menos los planificadores de los aos sesenta-setenta queran suscitar la creacin de reagrupamientos de
estados y municipios, o bien lograr que para ciertas actividades socioeconmicas (separadas de la poltica) las circunscripciones racionales sean puestas en funcionamiento,
bajo sus consejos... por los polticos.

Los nuevos estudios regionales despus de los aos ochenta:


los territorios polticos
Es por tanto en el curso de los aos ochenta cuando los estados-naciones latinoamericanos renuncian a retirar las asperezas de su territorio debido a un ordenamiento que
haba sido concebido en la poca populista anterior. Y es en este nuevo contexto donde
la legitimidad de las reivindicaciones territoriales, tnicas o regionalistas es de nuevo
admitida, mientras que despus del siglo XIX tales reivindicaciones aparecan, a la vez,
como contrarias a la unidad nacional y al progreso: slo en el pasado colonial los gobiernos muy dbiles haban podido admitir tales obstculos. No solamente esas reivindicaciones tnicas o regionalistas son ahora admitidas por los gobiernos en los cuales
los medios esten disminuidos, sino tambin lo son por las clases medias urbanas, sensibilizadas en la existencia de la diferencia: la ola de opinin en la capital mexicana en
favor del neozapatismo chiapaneco a principios de 1994 es un testimonio de eso, al
menos temporalmente.
240

DESDEMORELOS:
LA R E G I ~ NY LOS ESTUDIOS REGIONALES

Y es en este nuevo contexto en el que las unidades regionales que se imponen a los
investigadores latinoamericanistasen los dos decenios de los ochenta y los noventa son
ante todo circunscripciones administrativa^.^ Aun cuando algunas interrogantes sobre
el papel organizador de los marcos poltico-administrativos aparecieron desde los aos
setenta, hay que esperar los dos decenios siguientespara que dichos marcos adquirieran
una legitimidad tranquila. Precedentemente, estudiar desde la geografa un Estado-nacin entero, o en el seno de ste una provincia administrativa,apareca como poco cientfico, intil o retrgrado, ya que el modelo de la regin era un temtorio definido por sus
aspectos naturales, organizado por flujos econmicos segn los modelos "christallerianos".
Para profundizar este tipo de investigaciones sobre una geografa de circunscripciones
administrativas se debe desde luego adquirir una cultura de derecho administrativo de los
pases estudiados. Pero eso supone adems, ms all de los moldes formales de la administracin, comprender los contenidos concretos de las prcticas administrativas y las
maneras de actuar de los administradoresmismos. Aqu, la herramienta especfica aportada por los gegrafos, al lado del derecho administrativo,es saber comparar estas situaciones concretas, en varias escalas. En efecto, el rgimen de propiedad de las tierras no
privadas (comunidad, ejido), las prcticas de urbanismo (tipos de construccin autorizados, modo de adquisicin de las parcelas para construir), las prcticas comunitarias para
los trabajos de inters colectivo (tequio), los procedimientos electorales reales a nivel
municipal, no son los mismos de un estado de la Federacin a otro, ni siquiera de un
municipio a otro en el seno de cada Estado. No es por azar que tal vez se alcanza un
nivel de anlisis muy fino de los procedimientos electorales cuando se trabaja en etnologa, cuando se tiene una vivencia del terreno grande y profunda.
En el seno de esos estados y esos municipios, las lites locales, los polticos y los
administradores luchan por aumentar sus medios; negocian junto con las autoridades
del Estado central para acrecentar su parte de redistribucin de los recursos presupuestarios, porque los recursos fiscales que provienen de los impuestos son recaudados
mayoritariamente por ese Estado central. Tambin actan -y es la gran novedadpara atraer directamente a los inversionistas extranjeros: gobernadores de los estados
mexicanos o de provincias argentinas, y tambin las autoridades de las regiones chilenas: aunque nombrados por el Estado central, estas ltimas se afanan por Uegar a acuerdos con las cmaras de comercio locales para mejorar la imagen de su territorio. Una
paradoja al respecto: las regiones creadas recientemente por el poder central chileno
tienen administradores que actan como gobernadores elegidos. Otra paradoja: no hay
3 Como investigador puedo testimoniar que esos temas, de una geografa administrativo-poltica, no me
haban parecido interesantes sino hasta principios de 10s aos ochenta, despus de algunos artculos anteriores
muy marginales. L~~ haba desarrollado de manera limitada en la nueva edicin de Las regiones geogrdficas de
~ k ~~ i ~ ~siglo
~ , XXI,
~
1988,
i pp. ~130-152,~ y despus
,
mhs ampliamente, insistiendo en los aspectos
histricos del tema en Espacios mexicanos confemp~rdneos,Mxico, PCE, 1997, capftul0 "Los tejidos del
territorio", pp. 22-50.

24 1

reivindicaciones actuales en ningn pas estudiado, de parte de las lites locales urbanas,
para crear en su beneficio una nueva provincia (haba sido creada hasta los aos setenta
en Colombia, y las subdivisiones de los estados federados continuaron ms tarde en
Brasil, en el interior poco poblado: jopciones polticas federales o reivindicaciones de
elites regionales?). Como la carta de los estados soberanos del subcontinente latinoarnericano est intacta en lo esencial desde hace ms de un siglo, la de las provincias o los
estados federados, no podra ser modificada? Si existen veleidades, tentativas o negociaciones en la materia, permanecen o quedan como un terreno virgen para la investigacin. En todo caso, cada iniciativa que conduce a la creacin de nuevas provincias es
casi todava la expresin del poder del centro de esta nueva unidad, es decir, de una
ciudad predominante. Situacin tanto ms paradjica puesto que en el nivel municipal, por el contrario, las modificaciones no faltan: por ejemplo, las creaciones son
muy numerosas en Brasil, mientras que solamente surgieron desde los aos noventa,
nuevas unidades municipales en un Mxico que ha quedado un poco paralizado desde
los aos treinta.
Pero ms all del retorno a una mayor importancia y autonoma de las grandes provincias administrativas, recordemos que los aos noventa han visto esfumarse las fronteras entre los estados, esencialmente con el TLCAN y el Mercosur: de hecho, todos los
estados de Amrica Latina -y hasta los del continente arnerican- tienen en comn
moldes administrativos del mismo origen, ideas parecidas, nacidas de "las luces" del
siglo XVIII europeo, horizontes unitarios imaginados - d e l nombre mismo de Estados
Unidos de Amrica, al sueo bolivariano-. Varios pactos interestados haban nacido
antes de los aos noventa en Amrica Central, en los pases andinos... Todos haban
abortado, mientras que los ltimos en llegar, a cargo de fuerzas poderosas, han alcanzado sin duda puntos que no permiten volver atrs.

La renovacin de las afirmaciones identitarias: jun nuevo mercado


para los estudios regionales?
Es en el contenido en el que las afirmaciones de las identidades regionales representan
la novedad. Raramente son los lmites territoriales los que estn en juego y ms bien lo
es la reivindicacin de ser un centro dotado de coherencia y de capacidad de iniciativa.
Una afirmacin del derecho a ser tal vez privilegiada es tanto en el Distrito Federal de
Buenos Aires como en el de Mxico, tener autoridades propias elegidas y ser el mejor
en el concierto de las grandes ciudades mundiales y se convierte en el mayor deseo, y no
ya lo de reinar sobre un Estado nacional que se representa y que se le reverencia como
capital, pero bajo la tutela del gobierno central. Ese privilegio de ser el mejor se afirma
frente a las zonas suburbanas en las cuales la anexin no es ni deseada ni pensada,
aunque los ingenieros y los planificadores, en nombre de la racionalidad de las redes,

DESDE
MORELOS:
LA R E G I ~ NY LOS ESTUDIOS REGIONALES

quisieran impulsarla Quin piensa seriamente en el mundo poltico mexicano en un


reagmpamiento funcional entre el Distrito Federal y el estado de Mxico, o entre Durango
y Coahuila en tomo de la Comarca Lagunera? Y ese derecho al privilegio debido al
mejor, separado de su o de sus vecinos, se encuentra tal vez afirmado en tal delegacin
del Distrito Federal mexicano, en relacin con otras delegaciones ms modestas.
Afirmaciones comparables pueden surgir frente a frente en la capital de un estado
federado, sobre todo si el partido en el poder no es el mismo en uno y en otro (se piensa
en la ciudad y en el estado de Puebla hacia 1998 en Mxico...): en la gran ciudad civilizada, las autoridades municipales protestan contra una redistribucin por el gobernador
del estado del presupuesto proveniente del nivel federal, que los desfavorece en relacin con los municipios rurales pobres, vase indgenas.
Pero al contrario, se han podido interpretar las afirmaciones identitarias como las
protestas contra un abandono por las autoridades polticas que gobiernan a la nacin:
las zonas petroleras mexicanas, adorno del Estado populista no hace mucho, votan en
1994 contra el partido en el poder, heredero de ese popullsmo, pero que a la vez ha
dejado de favorecerlos y al mismo tiempo de apoyarse en ellos. Paralelamente, un argumento adelantado por el neozapatismo en Chiapas es el fin de la reforma agraria en el
nivel federal: no interesa mucho a la alta sociedad en el resto del pas, mientras que aqu
permanece ampliamente inacabada.
Los estudios regionales en Mxico haban permanecido durante un largo tiempo
como ejercicios acadmicos apreciados por iiiuy pocos investigadores4a los que interesaba, a contracorriente, la identidad local: la heredada del pasado o la de los grupos
indgenas. La monografa local, histrica o antropolgica, era un gnero limitado. La
monografa regional permaneca extraia al mundo de los demgrafos, socilogos, economistas o gegrafos: esas diferentes corporaciones de investigadores, presa de las demandas polticas del Estado nacional centralista, populista y desarrollista, eran alentadas
a realizar balances sectoriales nacionales para resolver "en lo alto" los problemas que
slo ese Estado poda y deba solucionar. El desarrollo nacional mexicano tena necesidad de estudios econmicos desde los aos cincuenta, cuando apmcfan las industrias
de sustitucin de importaciones; de estudios demogrhficos despus de mediados de los
aos sesenta, cuando se duda de "desarrollar" la sociedad tan rpido como crea su

es casualidad que en los tres decenios 1950-1970 se publicaran muy Pocas obras sobre las regiones de
4
~ ~esoiexplica,
~ ~ sin ; duda, ]a larga duracin de vida de estas obras para una clientela limitada. Es el caso de las
mexicano interesado por el tema regional en la poca. Paralelamente, el
obras de A. ~~~~~l~Batalla, el nico
pequeo libro de C. Bataillon Las regiones geogrficas de Mkxico conocfa una f o ~ n bastante
a
sorprendente que
el autor puede contar: el libro tiene por origen un curso dado a estudiantes de historia de El Colegio del
en
1964 y 1965, publicado por la
joven casa editorial Siglo XXI en 1969, es reeditado casi cada ao, pues conoci
una actualizacin parcial en 1988. Es precisamente a partir de ese
vende muy POCO y deja de ser
reeditado, sin duda porque la produccin editorial mexicana sobre ese tema se volvi entonces abundante, nueva en
sus temfiticas y con un material informativo mucho mhs puesto a' dia.

se

243

poblacin, y, por ltimo, de estudios de urbanismo durante los aos ochenta, cuando
asustaba el gigantismo de las metrpolis.
La novedad de los aos noventa es una demanda proveniente de las autoridades
provinciales. Los gobiernos de los estados federados suscitan la creacin de centros de
investigacin o de ncleos de consultores, o bien apoyan el desarrollo de tales organismos, en el seno de las universidades de las capitales estatales. O bien, adems los estados reciben sucursales de investigacin descentralizadas por los centros universitarios
de la capital nacional (por ejemplo, el Ciesas, la Universidad de Chapingo, la UNAM). En
todos esos lugares de investigacin se estudian los temas del desarrollo regional, de la
planificacin regional, sobre la sociedad regional, las elites regionales y las culturas
regionales: de manera balbuceante en los aos ochenta y mucho ms fuerte despus.
Las colecciones editoriales son creadas a partir de la nada para recibir los trabajos
capaces de elucidar los contenidos de las identidades locales o regionales, mientras que
estas identidades se crean por trabajos que echan mano de elementos vividos y glorificados (monumentos o barrios en las ciudades, grupos sociales tpicos, practicantes de
oficios de otro tiempo), o a partir de particularidades del lenguaje, o por la puesta en
escena de los poderes locales particulares (comunidades). Hay que sealar - e n la medida que se le conoce, pero es un tema a explorar- que los portadores de esas identidades son grupos muy variados que forman segmentos complejos de la elite regional:
maestros de escuelas, msicos, historiadores locales, artesanos, pero tambin modernos
empresarios reagrupados en tal o cual cmara de comercio, porque el deseo del desarrollo es propio de esas elites regionales que, en las luchas electorales que se volvieron
inciertas con la apertura poltica de los aos noventa, buscan el bienestar de sus ciudadanos-electores. Todas estas identidades regionales o locales tienen ms cuerpo que
los ciudadanos imaginados de Escalante? Una colectividad regional no est dada como
un todo a priori, pero es una dinmica que el conocimiento del gegrafo, como el de las
otras corporaciones de las ciencias sociales, puede contribuir a construir. No intentamos constituir a la fuerza tales realidades en objetos absolutamente identificables, pero
buscamos sesgos para verlos ms de cerca, en particular por la comparacin entre ellas,
de las situaciones regionales o locales.
La bsqueda de esas nuevas identidades territoriales se complica an ms por la
intensidad de las migraciones, cada vez ms internacionales: un grupo tnicamente connotado, vase una provincia histrica, no est nicamente compuesto por sus hijos arraigados en el territorio, constituido ms o menos desde tiempos lejanos. Esas entidades
incluyen cada vez ms territorios ocupados por sus migrantes, tal vez en las nuevas
zonas de colonizacin rural como la Lacandona (el Chiapas mexicano), pero tambin
ms frecuentemente en los barrios urbanos del corazn de las grandes ciudades del
Estado-nacin concerniente, o cada vez ms en las grandes ciudades de Estados Unidos; los ciudadanos lejanos son parte constitutiva de las regiones en el occidente mexicano "ranchero", como en el estado de Oaxaca de las comunidades indgenas.
244

DESDE
MORELOS:
LA R E G I ~ NY LOS ESTUDIOS REGIONALES
Guardmonos sin embargo de creer que toda regulacin por los estados centrales ha
terminado de funcionar en Amrica Latina. Sin duda, aquellos que eran menos fuertes
de lo que se les crea en su momento ms slido estn mucho ms cerca del modelo de los
Estados Unidos que de los del Viejo Mundo. Pero cualquiera que sea el nivel de
desregulacin, cualquiera que sea el nivel de crisis que conocen las cla~esmedias, las
nuevas regiones permanecen bajo la proteccin de los estados, que continan descontando y redistribuyendo el dinero de los impuestos y que aseguran, ao bueno o malo,
una paz civil igualmente eficiente, y tal vez mejor, que en los tiempos en que la ambicin de la ordenacin territorial centralizada era mucho mayor.

Morelos en los aos sesenta


Terminar esta reflexin proponiendo un anlisis de un pequeo estado mexicano incorporado a la corona urbanizada alrededor de la Zona Metropolitana de la Ciudad de
Mxico (ZMCM): Morelos. Voy a intentar mostrar lo que un gegrafo francs vea en los
aos sesenta y despus lo que encuentra en los aos noventa. El placer de escribir aqu
proviene de que, como chilango de adopcin por dos ocasiones (1962-1965 y despus
1982-1984), quise a este territorio no solamente como gegrafo que lo ha recorrido
tanto como ha podido, a veces en motocicleta y ms frecuentemente en automvil, sino
tambin como habitante de la gran ciudad, que frecuentaba en fin de semana con su
familia y sus amigos Cuemavaca y Tepoztln, Cuautla y Tehuixtla, Tlayacapan y las
grutas de Cacahuarnilpa.
La primera vez que tom el riesgo de escribir sobre una regin mexicana fue en 1964
y sobre Morelos, en una revista de~aparecida.~
Eso porque con mi formacin de gegrafo a la francesa encontr aqu un espacio que poda ser comprendido a partir de sus
paisajes naturales y de su utilizacin por las sociedades humanas: cuntas veces contempl, desde la cola del diablo sobre la autopista Mxico-Cuemavaca el formidable
contraste entre la sierra (Eje Neovolcnico) y la tierra templada? Y en el seno de Aquel,
10s finos matices de 10s relieves y de su cobertura vegetal, entre lomas de caliza cubiertas de matorral, planicies y mesetas de temporal o de agostadero y corredores higados.
Ese medio natural supona una explicacin geomorfolgica que presentbamos en
estos trminos:
de tierras templadas y tierras fras encuentra aqui Su mxima expresin, si la
Esta
comparamos con otras partes de la gran fractura volcnica L..]; la estructura de Morelos es

"Rasgos geogr8ficos principales del estado de Morelos", en BoletfnlCentro Internacional de Estudios PedagPP. 6-8.

gicos, nm. 15, octubre de 1964,

245

[la] ms complicada, por varias razones: primero en el eje mismo de la gran fractura, hubo
erupciones de lavas andesticas, relativamente antiguas, que la erosin esculpi en grandes
farallones con formas de ruinas, farallones que constituyeron lugares de defensa, y que dieron
un ambiente de misterio religioso a Malinalco, Chalma, Tepoztln o Tlayacapan. Por otra parte,
las llanuras estn divididas por unos largos pliegues de rocas calcreas en direccin norte-sur
que se asemejan a los de la Sierra Madre Oriental: estos cerros dividen Morelos en unos pasajes
alargados que se aprovechan para el establecimiento de carreteras y ferrocarriles [...l. Adems,
estas zonas de rocas calizas permeables almacenan el agua que brota en manantiales de caudal
abundante, como en el que da origen al Ro Amacuzac, en las grutas de Cacahuamilpa.

As, la hidrologa dependa de las reservas de agua almacenadas en la sierra del Eje
Neovolcnico, que manaban en la parte baja en manantiales que daban los caudales de
los ros. Y dichos ros se haban aprovechado desde la poca prehispnica para los
cultivos de cacao y mucho ms todava en la poca colonial para los nicos caaverales
del mundo colonial hispnico que producan blanco (y no solamente panela de trapiches) para el mayor mercado interno de aquel mundo: la ciudad de Mxico.
Tambin se poda entender visualmente lo que haba sido la concentracin capitalista y el auge econmico porfiriano en Morelos, con las chimeneas de los ingenios que
fueron la modernidad de aquel tiempo. Y luego el trauma revolucionario en la regin
corazn del zapatismo. Y luego a partir de estos aos sesenta ya se podan ver los
principios de la nueva economa morelense: desarrollo agrcola de la produccin de
arroz, de verduras, de frutas y flores que desplazaban la caa, ms rpidamente en tierras de propiedad privada, pero tambin en tierras ejidales, aunque aqullas seguan
mucho ms vinculadas con la produccin cafiera hacia el ingenio de Zacatepec.
En las zonas de temporal vea uno la permanencia de las comunidades indgenas,
que se podan conocer a travs de los estudios pioneros de la antropologanorteamericana: Redfield en los aos treinta y luego Oscar Lewis en los cuarenta y cincuenta, ambos
dedicados a estudiar a Tepoztln. Solamente ms tarde, en los aos setenta, empez en
el Morelos oriental el trabajo de los antroplogos mexicanos de la escuela de h g e l
Palerm, desde la Iberoamericana y luego desde el Ciesas: aqu empezaron Arturo Warrnan,
Guillermo de la Pea y tantos ms. De esa experiencia naci el concepto de antropologfa regional desarrollado en el mismo Ciesas.
En esos aos sesenta, lo urbano en Morelos apareca como una dependencia directa
de la sociedad rural, aunque ya con ciertos desarrollos de otro alcance. Un obispado, el
Palacio de Corts, como smbolo de la prosperidad caera temprana del Marquesado
del Valle, era el corazn de la pequea ciudad de Cuemavaca. Fuera de eso, lop monumentos pblicos del gobierno del estado eran pocos y frecuentemente aparecan como
obras inconclusas. Lo dems eran pueblos ms que ciudades, pero pueblos de gran
tamao, con alto grado de urbanizacin ya en aquel tiempo, a pesar de muchos descuidos y huellas de las destrucciones de la Revolucin.
246

DESDE
MORELOS:
LA R E G I ~ NY LOS ESTUDIOS REGIONALES
En 1964 todos los aspectos del turismo de fines de semana estaban ya establecidos:
turismo de lujo en decadencia desde que la "autopista" (de dos carriles) a Acapulco
atraa la clientela de alto nivel; turismo popular en pleno auge a medida que la
motorizacin de los chilangos creca rpidamente. No por casualidad mi artculo de
1964 ni mencionaba la zona industrial Civac y la industria automotriz: apenas se estaba
empezando la construccin, y en aquel tiempo la "descentralizacin" industrial ms
vistosa alrededor de la ZMCM era... Ciudad Sahagn.
Mi panorama de 1964 estaba en conformidad con el esquema de la regin "a la
francesa" de la poca: por suerte, el estado de Morelos formaba un marco excepcionalmente adecuado (para la informacin estadstica en particular) en relacin con una unidad "natural" representada por la asociacin de la sierra y las zonas bajas y planas que
disponan de agua para la irrigacin. En este marco se podan inscribir lgicamente una
serie de actividades agropecuarias que asociaban bosques y pastizales de la sierra, con
riego y temporal de las tierras bajas. Estas lgicas de la naturaleza tomaban cuerpo en
las etapas de la historia econmica: un mundo de la caa de azcar desde la Colonia
hasta la Revolucin a travs del Porfiriato, despus un mundo de lei modernidad dependiente de la ZMCM. As, el estado de Morelos era un ejemplo pedaggico privilegiado
para aplicar el modelo tradicional de la regin.

El Morelos de los aos noventa


En los aos noventa nuestra reflexin es totalmente otra y propone pistas de investigacin sin poder ofrecer una sntesis simplificadora. Sin duda alguna, la "unidad" de
Morelos es todava evidente, pero sus fundamentos han cambiado, para una nueva interpretacin del medio natural: el clima semitropical, la abundancia relativa del agua y la
calidad del medio humano de los pueblos han atrado - e n todos los pueblos, en todas
las ciudades, y alrededor de stas sobre las tierras agrcolas disponibles- una marea
de poblacin urbana: los chilangos que vienen de fin de semana, adems de una parte de
ellos que decide residir en Morelos, sea que su trabajo en el Distrito Federal se los
permite, sea que estn jubilados. Si este fenmeno es aqu ms intenso que en el sur de
los estados de Puebla y Mxico es porque la proximidad de la ZMCM se acompaa de un
tejido particularmente cerrado de vas de comunicacin.
Pero dentro de este cuadro unificador, las claves de la diversificacin en el uso del
suelo estn muy cerca de la poltica. La imagen social de Morelos, que nos describe
Claudio Lomnitz6 y su peso poltico en la Federacin, permiten cualquier acceso particu-

Las salrdas del laberinto, Joaqun Mortiz, 1995; Modernidad indiana, Planeta, 1999.

247

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS


lar a los recursos que distribuye el gobierno federal? En el interior de Morelos, cmo se
desarrollael juego poltico ahora abierto en la mayor parte de los municipios entre ejidatarios
herederos de la tradicin zapatista y los nuevos empresarios del sector inmobiliario que
se apoyan en los nuevos ciudadanos urbanos? En un estado donde la mayora de los
suelos son de comunidad en el norte y ejidales en el sur, cmo funciona sobre estas
tierras y aguas que en principio estn excluidas de la propiedad privada el proceso de
parcelizacin y de urbanizacin? Los conflictos en tomo al club de golf de Tepoztln son
una ilustracin de ese problema.
Los problemas de la urbanizacin se presentan en trminos de grandes ciudades,
aunque la zona metropolitana de Cuemavaca permanezca demogrficamente modesta.
Por una parte, porque el tipo de urbanizacin practicada ocupa mucho espacio y consume mucha agua. Por la otra y sobre todo, porque Cuernavaca se transform en un anexo
del sur de la ZMCM en lo que toca a las actividades de alta tecnologa, lo mismo en las
empresas privadas que en los organismos pblicos, autnomos o dependientes del Distrito Federal: todas esas nuevas actividades se interconectan localmente entre ellas
para una dinmica propia que refuerza la identidad de Cuernavaca, o bien quedan totalmente dependientes de la ZMCM? Un gnero de pregunta que se hace para las relaciones
de Los ngeles con San Diego y con Tijuana.
Estamos ya muy lejos de la regin de los aos sesenta, pero las problemticas y las
realidades de los aos noventa pueden tal vez apoyarse en las reflexiones de la mitad del
siglo que acaba de terminar.
Proseguiremos, para un mejor conocimiento en el mundo de esos nuevos seres regionales que han germinado en los aos ochenta, esta familia particular de unidades espaciales que proponen a nuestro examen Amrica Latina y sus sociedades.'

La trama principal del presente trabajo proviene de un texto redactado para servir de conclusin en la obra
sealada anteriormente en la nota 2; ha sido reescrito y ampliado para desarrollar la reflexin sobre el caso mexicano.

248

El proceso de urbanizacin reciente


en el estado de Morelos
Francisco Rodrlguez Herndndez,

Centro Regional de Investigaciones


Multidisciplinarias de la UNAM'

STE TRABAJOesta dedicado a describir el proceso de crecimiento urbano reciente en el


estado de Morelos, as como a relacionar este proceso con la evolucin de algunas
de las principales condiciones de vida en las ciudades morelenses. El objetivo es contribuir con informacin y reflexionesvlidas a la evaluacin del desarrollo urbano acontecido hacia fines del siglo xx en esta entidad federativa.
La primera parte del trabajo se refiere al contexto nacional y regional en el cual se
desarrolla la dinmica de urbanizacin estatal, en la cual tiene una influencia definitiva la
expansin transmetropolitana de la ciudad de Mxico, que se ha visto acelarada durante los aos de crisis econmica. A partir de este contexto, la segunda parte relata la dinmica de crecimiento urbano en el estado en general y los procesos de metropolizacin de
sus dos principales ciudades, Cuemavaca y Cuautla, sin descuidar otras dreas urbanas
de la entidad.
Las siguientes dos partes se ocupan del cambio en algunos indicadores de las condiciones de vida de la poblacin relacionados con la expansin urbano-metropolitana, la
distribucin intraurbana de la poblacin de las ciudades morelenses en funcin de su

' El autor agradece la colaboracin de Paloma Rodrguez en el procesamiento de la informacin.

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS


perfil socioeconmico, y la contribucin de los procesos de migracin en la determinacin del nivel global de vida urbana, para arribar, finalmente, a una reflexin general.
Para lo primero se utilizan datos agregados para grupos de municipios urbanos del estado, y se recurre al ejemplo de la ciudad de Cuautla, ya que la sencillez de su estructura
urbana permite observar los procesos que se desean destacar en cuanto a la distribucin
intraurbana de algunos atributos socioeconmicos de la poblacin, que contribuyen a
definir su calidad de vida. Para analizar las diferencias socioeconmicas de inmigrantes
y la poblacin nativa se recurre a datos agregados para las zonas metropolitanas de
Cuernavaca y Cuautla, provenientes de una encuesta particular sobre migracin aplicada a estas zonas.

',

Contexto: el proceso de urbanizacin nacional y en la regin central


En el proceso de urbanizacin del siglo xx en Mxico pueden reconocerse tres grandes
etapas (Rodrguez y Olivera, 1999; Garza, 1995). La primera de ellas abarca las cuatro
dcadas iniciales del siglo, durante las cuales se transita de un proceso de urbanizacin
lento, correspondiente a una economa basada en la explotacin del agro y los recursos
naturales, con una industrializacin incipiente, a un proceso ms dinmico de crecimiento urbano. Esta transicin comprende los efectos en lo econmico, poltico y social
del movimiento armado de la Revolucin mexicana, entre 1910 y 1920, as como la
lenta recuperacin del ritmo demogrfico y de urbanizacin en los aos siguientes. En
esta etapa, la poblacin urbana ascendi de 1 437 000 personas en 1900, a 4 013 000 en
1940, y el porcentaje de esta poblacin respecto al total, o grado de urbanizacin, ascendi de 10.6 a 20.4%, es decir, se duplic (grfica 1).
La segunda etapa coincide con la adopcin del modelo de desarrollo econmico
basado en la industrializacin orientada a satisfacer la demanda interna, y comprende
las siguientes cuatro dcadas. Durante esta etapa se posibilita la gran transformacin
econmica y demogrfica del pas. El producto interno bruto alcanza tasas de crecimiento por arriba de 6% medio anual, y la poblacin nacional crece a ritmos superiores
a 3% anual en promedio, gracias al declive de la mortalidad, posibilitada por los avances de la atencin mdica y al aumento de la calidad de vida, as como a niveles altos y
estables de fecundidad.= En esta etapa, la dinmica de urbanizacin alcanza ritmos sorprendentes durante las dcadas de los aos sesenta y setenta, as como niveles de concentracin de la poblacin urbana cada vez mayores. En 1980 la poblacin urbana alcanz
37 563 000 habitantes y representaba 56.2% de la poblacin nacional.
Avances que fueron resultado de la poltica social instrumentada por los gobiernos posrevolucionarios en el
medio urbano, y que incidieron en diversos cambios en las condiciones socioecon6micas promedio de la poblacin,
aun antes de la adopcin de la industrializacin sustitutiva de importaciones (cf. Alba, 1989).

250

ELPROCESO DE URBANIZACI~NRECIENTEEN EL ESTADO DE MORELOS


Grfica 1 . Mxico: evolucin de la poblacin urbana y rural,

1900-1995

Fuentes: L. Unikel (1976); Megrete y Salazar (1986); J. Sobrino (1993); Conapo (1 994); Negrete (1994);
Censos de poblacidn 1970, 1980 y 1990, y Conteo de poblacin, 1995.

La tercera etapa comienza durante los aos ochenta, y se caracteriza por una baja en
la dinmica de crecimiento de la poblacin urbana, sin que deje de aumentar el grado de
urbanizacin, influida por una disminucin drstica de la fecundidad,as como cambios
y fluctuacionesen las tendencias dominantes de distribucin territorial de la poblacin,
que se explican con las crisis econmicas recurrentes, la reestructuracin de la economa nacional y su insercin en el mercado internacional. En los aos ochenta se registran cambios en las medidas de concentracin: dejan de aumentar e incluso se registran
crecimientos muy bajos en algunas de las grandes ciudades (que eran las que llevaban la
batuta en crecimiento y concentracin). Durante la primera mitad de los noventa, en
cambio, se presentan crecimientos ms altos que en la dcada anterior y se reanuda la
tendencia a la concentracin, si bien de manera limitada, situacin que coincide con una
reactivacin de la actividad econmica, registrada hacia fines de los ochenta y principios
de los noventa.
La regin Centro, en este contexto, ha tenido un papel preponderante, porque ha sido
la ms urbanizada, la que concentra en cada periodo la mayor parte del crecimiento
urbano, y porque ha definido, en buena medida, el ritmo y orientacin del proceso de
urbanizacin nacional. En el cuadro 1 puede observarse la elevada participacin de la
urbana en comparaci6n con las otras regiones.
regin en ]a
En el cuadro 1 se aprecia tambin la evolucin de la participacin de la regin a lo
largo del siglo. sta aumenta sostenidamente durante las cuatro dcadas de urbaniza25 1

Cuadro 1. Mxico: distribucin de la poblacin urbana


por regiones, 1900-1995
Regin
Poblacin urbana
(miles de habs.)
Distribucin
(porcentaje)
1. Noroeste
2. Norte
3. Noreste
4. Centro Norte
5. Occidente
6. Centro
7. Pacifico Sur
8. Golfo
9. Pennsula de
Yucatn

1
I

1900

1921

1940

1960

1980

1990

1995

1437

2100

4013

13314

37563

50151

58384

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

1.2
5.9
5.5
24.1
14.5
36.2
2.4
5.7

2.0
11.5
7.9
13.5
10.5
42.2
1.3
6.5

2.7
9.6
9.1
10.6
9.6
47.7
1.5
6.2

7.2
9.7
9.5
8.6
11.1
44.4
2.3
5.1

7.3
7.8
9.2
7.9
11.1
44.6
3.3
6.5

8.2
8.3
9.0
9.6
11.9
39.1
4.7
6.5

8.6
8.2
9.0
9.7
11.8
38.2
4.9
6.5

4.4

4.6

3.0

2.2

2.3

2.8

3.1

lntegracibn de las regiones. Noroeste: Baja California, Baja California Sur, Sinaloa y Sonora. Norte:
Chihuahua, Coahuila y Durango. Noreste: Nuevo Len y Tamaulipas. Centro Norte: Aguascalientes,
Guanajuato, Querbtaro, San Luis Potosi y Zacatecas. Occidente: Colima, Jalisco, Michoacn y Nayarit.
Centro: Distrito Federal, Hidalgo, Mxico, Morelos, Puebla y Tlaxcala. Pac/fico Suc Chiapas, Guerrero y
Oaxaca. Golfo: Tabasco y Veracruz. Peninsula de Yucatn: Campeche, Quintana Roo y Yucatn.
mentes: L. Unikel (1 976);Conapo (1994); Negrete y Salazar (1 986);J. Sobrino (1 993);Negrete (1 994);
Censos de poblacin, 1970, 1980 y 1990;Conteo de poblacin, 1995.

cin moderada, de 36% en 1900 a casi 48% en 1940. Durante la etapa de urbanizacin
acelerada, dicha participacin primero se mantiene en torno a 47% en 1940 y 1950, y
luego baja y se mantiene cercano a 44% entre 1960 y 1980, que son las dcadas cuando
se intensifica la dinmica de urbanizacin. Finalmente, la participacin de la regin
Centro registra descensos leves en 1990 y 1995, ya en la tercera etapa del proceso de
urbanizacin nacional.
Hay tres aspectos que caracterizan el proceso de urbanizacin reciente en la regin
Centro: la disminucin en el crecimiento de la ZMCM, el aumento en la velocidad de
crecimiento de las ciudades intermedias de la regin, y la proliferacin de pequeas
ciudades.
El comportamiento de la ZMCM contribuye considerablementea explicar la evolucin
del proceso de urbanizacin nacional y de la regin Centro en particular, ya que comprende cerca de 30%de la poblacin urbana nacional y de 80% de la poblacin urbana
de la regin. Sin embargo, el peso de la capital del pas en el proceso de urbanizacin ha
252

ido en decremento, lenta pero sostenidamente, a lo largo de siglo xx. As, tenemos que
en 1950, la ZMCM representaba 41% de la poblacin urbana nacional y 87% de la regional; para 1995, estas proporciones se haban reducido a 28% y 75%, respectivamente.
Esta disminucin refleja el aumento de la importancia de otros mbitos de desarrollo
urbano, y es particularmente causada durante los aos ochenta y noventa, es decir, en
lo que hemos llamado tercera etapa del proceso de urbanizacin; responde a un aumento
de la emigracin de esta zona metropolitana hacia diversas partes del pas, principalmente al interior de la propia regin Centro, cuya magnitud incide en una fuerte cada
de la velocidad de crecimiento de la ZMCM durante los aos ~ c h e n t a . ~
Durante la etapa de urbanizacin acelereda, la migracin originada en el Distnto
Federal estaba motivada principalmente en la expansin metropolitana de la ciudad de
Mxico. Hacia 1970, el 77% de los migrantes que salieron del Distrito Federal se dirigieron al estado de Mxico, 6% a otros estados de la regin Centro, y 17% a otros
estados de la Repblica. Para 1990, en cambio, los emigrantes se distribuan de la siguiente manera: 53% en el estado de Mxico, 13.5% en otros estados de la regin
Centro, y 33.5% en otras regiones. Si bien los datos de 1970 no son estrictamente comparables con los de 1990: permiten observar una prdida de peso en el proceso de
expansin metropolitana de la ciudad de Mxico como motor principal de la emigracin
que se origina en el Distrito Federal, as como ganancias de emigrantes capitalinos tanto
en regiones diferentes a la central, cuanto en los estados de la regin Centro diferentes
al estado de Mxico, pues duplican su participacin.
Como puede observarse en el cuadro 2, la emigracin proveniente del Distrito Federal y con destino en los estados de la regin Centro tiene una marcada preferencia por
10s destinos urbanos, particularmente las principales ciudades, que constituyen las metrpolis secundarias de la regin.
Se trata pues de un proceso regional de redistribucin de la poblacin y del crecimiento urbano, que si bien no implica una desconcentracin en trminos absolutos,
favorece sin duda el aumento en el crecimiento de las metrpolis secundarias de la
regin Centro.
Uno de los factores ms importantes que impulsan este fenmeno es la crisis econmica. Durante los aos ochenta, el desempeo de la industria manufacturera se caracte-

3 ~ ~ b ai que
d ~10s datos censales solamente registran la entidad federativa de origen de los migrantes, no es
posible contabilizara los emigrantes que salieron de 10s municipios del estado de Mxico que forman parte de la
ZMCM,
a los que salieron del Distrito Federal. Pero la informacin disponible es suficiente para tener un
panorama aproximado.
de 1970 se refieren a poblacin de 5 Y mis aos (en el momento del levanta4 h s datos del Censo de
miento) y que emigraron del Distrito Federal entre 1965 y 1970. En cambio, 10s datos del Censo de 1990 se refieren
a la poblacin de 5 y
aos de edad que en 1985 residan en el Distrito Federal. Se trata de conceptos distintos y la
diferenciaentre ellos no puede conocerse con exactitud, si bien se considera marginal.

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS


Cuadro 2. Regin Centro: poblacin de 5 y ms aos de edad que emigr
del Distrito Federal hacia otra entidad de la regin en 1985-1990
Lugar de destino
Total
Municipios conurbados de la ZMCM
Otras zonas metropolitanas
Otros municipios urbanos
Municipios no urbanos

Poblacin1del
D.E que emigr
en 1985-1990

DDtribuc/on

(N

% del total de
hmigrantes en
e/ desthd

688 367
509 305
91 245
29 902
57 91 5

100.00
73.99
13.26
4.34
8.41

58.56
71.19
38.09
36.1 9
42.03
-

Poblacin de 5 y m6s aos de edad en 1990 en el grupo de municipios sealado, que residia en el
Distrito Federal en 1985.
2Respecto al total de poblacin de 5 y ms aos de edad en 1990 en el grupo de municipios sealado,
que residan en otra entidad federativa en 1985.
Comprende las zonas metropolitanas de Puebla, Toluca, Quertaro, Cuernavaca, Cuautla, Pachuca y
Tlaxcala.
Fuente: X/ Censo general de poblacin y vivienda, 1990.
l

riz por un estancamiento generalizado tanto del producto como del trabajo. Varios esta-

l
l

1
1

i
1

1
1
I

dos del pas registraron prdidas muy importantes de empleo industrial; entre ellos, el
Distrito Federal, Nuevo Len, Jalisco y el estado de Mxico, que en las dcadas anteriores haban destacado por su dinamismo. Tan slo en el Distrito Federal se perdieron 190
302 puestos de trabajo entre 1980 y 1988 (Sobrino, 1997).
La breve recuperacin econmica de fines de los aos ochenta y principios de los
noventa (que acaba a fines de 1994 al entrar en un nuevo episodio de crisis), provoc
una recuperacin del crecimiento de la ZMCM,
que sin embargo, no alcanza los niveles de
crecimiento previos a la llamada "dcada perdida". Esto se debe en buena medida a la
reduccin del crecimiento demogrfico nacional, que es casi constante desde los aos
ochenta, y donde tienen que ver la transicin demogrfica y la continuidad de las polticas de control de la fecundidad. Cabe destacar, sin embargo, que el diferencial entre
las tasas de crecimiento demogrAfico de la ZMCM y del nacional, que fue negativo por
primera vez en el periodo 1980-1990, contina sindolo en el periodo 1990-1995: lo
cual indica que la dinmica de crecimiento de la principal zona urbana del pas no tiene
ya todo el peso que antao le caracterizara, y es probable que no se vuelva a alcanzar,

1
4

5Para el periodo 1980-1990, la tasa de crecimiento medio anual de la poblacin de la ZMCM se ubic en 0.70%,
mientras que para el pas en su conjunto fue de 2.02%. En el penodo 1990-1995, las tasas de crecimiento fueron de

ELPROCESO DE URBANIZACI~NRECIENTE EN EL ESTADO DE MORELOS

Cuadro 3. Regin Centro: nmero de ciudades y distribucin de la poblacin


urbana, por rangos d e tamao, 1950-1995
Rango de
tamao
1 000 000
500000
100 000
50000
15000

Suma

y ms
a l 000000
a 500 000
a 100000
a 50000

1950

1970

7990

1995

Nm. %Pob, Nm. %Pob. Nm. %Pob. Nm. %Pob.


1
O
1
2
8
12

83.9
0.0
6.6
3.3
6.2
100.0

1
1
5
1
11
19

80.6
6.9
9.6
0.5
2.4
100.0

2
2
5
3
37
49

82.2
7.2
5.4
1.0
4.2
100.0

3
2
4
5
46
60

84.6
5.7
3.6
1.5
4.6
100.0

Fuentes: Unikel et al. (1976); Salazar y Negrete (1986); J. Sobrino (1993); Negrete (1994); Conapo
(1 994), X y XI Censos de poblacin y conteo 1995.

por lo menos en el primer lustro del nuevo milenio. Esto, por la crisis econmica de la
segunda mitad de los noventa, pero tambin en el contexto de las teoras cclicas de
crecimiento urbano (Rodriguez y Olivera, 1999).
Otro factor presente en los patrones recientes de urbanizacin de la regin Centro es el
aumento en el nmero de localidades urbanas. A lo largo del siglo xx, el nmero de localidades mayores a los 15 000 habitantes se multiplic por diez veces en la regin, incremento que fue paulatino hasta 1950 y que se dispara a partir de 1970. El nmero de
ciudades aument de 12 a 19entre 1950y 1970, y de 49 a 60 entre 1990 y 1995 (cuadro 3).
Aunque las ciudades millonarias abarcaron 80.6% de la poblacin urbana regional en
1970 y 84.6% en 1995, los mayores incrementos en el nmero de ciudades entre ambos
aos corresponden a las menores de 50 000 habitantes, si bien representan solamente, de
la poblacin urbana regional, 1.5% en 1970 y 2.2% en 1995.

El proceso de urbanizacin en el estado de Morelos


La cercana con la capital nacional, sus caractersticas geogrficas y sus recursos nafurales han permitido que el estado de Morelos sea escenario de un proceso de urbanizacin dinmico durante la segunda mitad del siglo XX. En 1950, la poblacin urbana
ascenda a poco ms de 66 000 habitantes, y representaba 24.2% de la poblacin total
del estado, con Cuernavaca y Cuautla como nicas ciudades. En 1995, esta poblacin
sumaba 1 125 176 habitantes, distribuidos en nueve ciudades, y abarcaba 70.7% de la
poblacin estatal (grfica 2).
Este proceso ha sido particularmente rpido en las ltimas tres dcadas del siglo xx,
De hecho, el despegue del proceso de urbanizacin estatal ocurre en los aos setenta,
255

Grfica 2. Evolucin de la poblacin total y urbana


en el estado de Morelos, 1950-1995

Poblacin no urbana

Poblacinurbana

Fuente:Estimaciones con base en Unikel, L. (1976);Negrete y Salazar (1986);J . Sobrino (1993);Censosde


poblacdn 1970,1980 y 1990;Negrete (1994);Conapo (1994);Conteo depoblacin 1995.

casi paralelamente a lo que sucede en el pas en su conjunto, con la diferencia de que en


Morelos, lejos de frenarse el proceso durante los aos ochenta, como muestran los nmeros agregados de la regin Centro, se acelera.
La particularidad de la urbanizacin morelense ha permitido que participe del crecimiento urbano regional (y nacional) con una proporcin superior al promedio de las
entidades federativas del pas, y con una dinmica ascendente, no obstante ser una de
las entidades federativas ms pequeas. En efecto, muestra un proceso de urbanizacin
ms acusado en trminos relativos que otros estados de la regin Centro, como Puebla,
Hidalgo y Tlaxcala.
A pesar de ser el quinto estado de la regin Centro por el tamao de su poblacin
total (slo por arriba de Tlaxcala), Morelos se ubica en tercer lugar en lo que toca al
grado de urbanizacin, y en cuarto lugar en trminos de su participacin en la poblacin
urbana regional. Esta participacin aument paulatinamente desde el comienzo de la
etapa de urbanizacin acelerada, y aument mas rpido en los aos ochenta y noventa.
En 1950, Morelos contaba con 1.9% de la poblacin urbana de la regin Centro. Para
1980, dicha participacin haba aumentado a 2.8%, y a partir de entonces el aumento es
particularmente intenso, pues alcanza 4.0% en 1990 y 4.6% en 1995.

ELPROCESO DE URBANIZACI~NRECIENTE EN EL ESTADO DE MORELOS

Morelos ha sido tradicionalmente receptor de inmigrantes, y el aumento en la dinmica de urbanizacin en las ltimas tres dcadas se puede explicar, en trminos demogrficos, por el aumento en los flujos migratonos que recibe. En 1970, el 27.3% de la
poblacin del estado haba residido anteriormente en alguna otra entidad federativa.
Para 1995, la proporcin de esta poblacin ascendi a 35.4%. Los lugares de origen
preponderantes de stos migrantes son los estados vecinos del sur y centro del territorio
nacional: Guerrero, Distrito Federal, estado de Mxico y Puebla. La poblacin proveniente de dichos estados represent 73.4% del total de inmigrantes que habitaban en
Morelos en 1995.
Tradicionalmente, Guerrero ha sido la entidad de origen predominante de los
migrantes en Morelos. Como puede observarse en el cuadro 4, en las ltimas tres dcadas esa entidad ha perdido importancia como lugar de origen, para ceder lugar al Distrito Federal. As, entre 1970 y 1995, Guerrero disminuy su participacin de 39.2% a
28.3%, mientras que el Distrito Federal aument dramhticarnente, de 9.4% a 24.5% en
el mismo periodo. La relevancia de la migracin proveniente del Distrito Federal es an
mayor si se considera que de esta entidad provena 34.7% de la poblacin que migr a
Morelos entre 1985 y 1990.
En las ltimas tres dcadas, las reas urbanas del estado (definidas de acuerdo con su
estado de evolucin en 1995) han concentrado proporciones del orden de 95% de la
poblacin inmigrante en el estado. En ellas, es an ms importante el peso que viene
ganando el Distrito Federal como lugar de origen de los inmigrantes: de la poblacin

Cuadro 4. Poblacin inmigrante residente en el estado de Morelos,


segn entidad de residencia anterior, 1970 y 1995*
(porcentaje del total de la poblacin)
-

Entidad de orhen

9970

9995

Guerrero
Distrito Federal
Estado de Mxico
Puebla
Otras entidades**
No especificado
Total

39.23
9.41
17.53
10.10
23.73

28.32
24.45
14.35
6.26
23.84
0.04
100.00

100.00

* Migracin seghn lugar de residencia anterior.


** Incluye migrantes con origen en Otros paises.
Fuentes; DGE, /X Censo general de poblacin y viviends
vivienda, 1 9 9 5.

257

INEGI,

Encuesta del conteo de poblacin

que cambi de lugar de residencia a las reas urbanas del estado entre 1985 y 1990, el
35.5% provena del Distrito Federal, lo que es muy superior a 12.1% de inmigrantes con
ese origen en 1970, que cambiaron de lugar de residencia en los cinco aos anteriores.
Son tres las zonas urbanas importantes en el estado (vase el mapa 1). La mayor es la
Zona Metropolitana de Cuemavaca, seguida por la Zona Metropolitana de CuautlaYautepec, y en tercer sitio, al sur del estado, la zona que comprende las ciudades de
Zacatepec, Jojutla y Tlaquiltenango, y las localidades en su rea de influencia inmediata. Otras localidades urbanas son Puente de Ixtla, Xoxocotla y Axochiapan, que se integraron ms recientemente a la clasificacin urbana.
La Zona Metropolitana de Cuernavaca comienza a conformarse durante los aos
sesenta con la instalacin de la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (Civac), en el
municipio de Jiutepec, y con el crecimiento de colonias populares en este municipio y
el de Temixco. En estos municipios se registra un acelerado crecimiento durante los
aos setenta, con tasas anuales de 13% y 9%, respectivamente. Hacia 1990 se reconocen como parte de la zona metropolitana, adems de los municipios mencionados, a
Para 1995,
Emiliano Zapata y Xochitepec, y parcialmente, a Tepoztln y Huit~ilac.~
esta zona contena a una poblacin de 685 886 habitantes, ms de cinco veces la registrada en el mismo conjunto de municipios en 1970, de 128 993 habitantes (cuadro 5).
El ritmo de crecimiento de esta zona metropolitana es sin duda acelerado. En 19901995, la tasa de crecimiento medio anual ascendi a 4.5%, lo cual constituye un repunte
sobre lo registrado en los aos ochenta, pero no alcanza a igualar los ritmos de crecimiento, aun ms altos, de los aos sesenta y setenta, por arriba de 5.5%. Cabe observar el
desplazamiento sucesivo de las reas de mayor velocidad de crecimiento de la zona metropolitana hacia la periferia, comportamiento tpico de los procesos de metropolizacin.
La Zona Metropolitana de Cuautla inicia su conformacin con la integracin de
Yautepec, durante los aos setentas7En los aos noventa se consideran ya integrados los
municipios de Ayala, Yecapixtla y Atlatlahucan; este ltimo, por la existencia de localidades conurbadas con el municipio de Yaute~ec.~
Para 1995 registra una poblacin de
332 497 habitantes, que es casi cuatro veces la poblacin registrada en 1970 por el
mismo conjunto de municipios, de 87 173 personas (cuadro 6).

En estos municipios existen asentamientos conurbados con el rea urbana continua de Cuemavaca, claramente
separados de la cabecera municipal de los mismos. Aqu se supone que estos municipios tienen una relacin metropolitana, en proceso de consolidacin, por la alta probabilidad de que sus cabeceras municipales tengan relacin continua y cotidiana con el ncleo metropolitano, si bien no se tienen pruebas contundentes de que esto suceda.
De acuerdo con las estimaciones de Hctor Salazar y Ma. Eugenia Negrete (1986),hacia 1980 solamente Yautepec
mostraba un comportamiento de dependencia metropolitana respecto de Cuautla.
8Segbn las estimaciones de Jaime Sobrino (1993), la Zona Metropolitana de Cuautla en 1990 comprendla los
municipios de Cuautla, Ayala y Yautepec. Aqu se consideran Yecapixtla y Atlatlahucan porque cuentan con localidades conurbadas con la mancha urbana de Cuautla o de Yautepec, diferentes de la cabecera municipal.

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS


Esta zona metropolitana registra tambin ritmos de crecimiento altos. Asimismo, se
observan a su interior velocidades de crecimiento mayores en los municipios de la periferia, con frecuencia aquellos integrados ms recientemente a la dinmica metropolitana.
En lo que respecta a la zona urbana del sur del estado, comprende las ciudades de
Zacatepec, Jojutla y Tlaquiltenango. Este grupo de ciudades tiene la peculiaridad de que
son prcticamente contiguas, y han desarrollado, en las ltimas dos dcadas, conurbaciones con localidades adyacentes, que observan diferentes caractersticas y grado de
Como es tpico en los procesos de conurbacin, progresan en sus primeras fases con
la aparicin de asentamientos a lo largo de las vas de comunicacin que unen a las
localidades involucradas, para luego continuar con el desarrollo y expansin de estos
asentamientos hasta lograr reas urbanizadas ms densas, que se integran fsica y
funcionalmente a la ciudad central.
En el caso de la conurbacin de Zacatepec con los poblados de Tetelpa y Santa
Rosa Treinta, se observa que las zonas de unin del tejido urbano de estas localidades
es equiparable a sus ncleos centrales, al grado de hacerlas indistintas en el mapa.
Por su parte, en el caso de la conurbacin de Jojutla, se observan procesos de conurbacin
con Tlaquiltenango y Pedro Amaro-El Higuern a lo largo de las vas de comunicacin con estas localidades. En el caso del primero, se observa en sus etapas iniciales, ya
que se identifica solamente a lo largo de la carretera que une estas localidades, con un
desarrollo incipiente de reas ms densas entre ellas. En el caso de la conurbacin con
El Higuern, se observa una mayor densificacin, al grado de hacer indistinta la separacin entre estas localidades, si bien no alcanza el grado de desarrollo observado en las
conurbaciones de Zacatepec. De cualquier manera es innegable la dependencia funcional de El Higuern y asentamientos contiguos, de los servicios y empleos de Jojutla.
Paralelamente, en la zona se han desarrollado otras localidades contiguas o muy
cercanas a estas conurbaciones. Se trata de antiguos pueblos, colonias populares o desarrollos habitacionales, que tienen caractersticas urbanas, por su traza y el tipo de actividades econmicas predominantes que desempean sus habitantes,pero que en lo individual
no alcanzan a clasificarse como ciudades por el tamao de su poblacin.
El conjunto de estas localidades conforma un rea urbana donde es posible identificar un comportamiento funcional ms o menos integrado, por las caractersticas diferentes de las ciudades de Zacatepec y Jojutla, que siendo de tamao similar, la segunda
muestra mayor actividad comercial, con la existencia de ms establecimientos y complejidad en la mezcla de giros comerciales y de servicios al consumidor, en tanto que la
primera muestra una especializacin ms orientada a la industria y los servicios ligados
a la misma, bsicamente por la ubicacin del ingenio azucarero Emiliano Zapata. Esta
rea urbana alcanza en conjunto una poblacin superior a los 100 000 habitantes, con
una tasa de crecimiento, en el periodo 1990 y 1995, de 1.2% medio anual, si bien hay
que distinguir entre los principales ncleos urbanos de la zona (Zacatepec y Jojutla) que
262

ELPROCESO DE URBANIZACINRECIENTE EN EL ESTADO DE MORELOS


Cuadro

7. Poblacin e n las reas u r b a n a s del sur del


e s t a d o de Morelos, 1950-1995
Poblacin

rea urbana

Bsa de crecimiento

1970

1980

7990

1995

70-80 80-90 90-95

16 839
(14 438)
(8 625)

21 825
21 243
(12 770)

34 802
28 118
17 726

37 260
29 450
19 674

1.40
4.24
3.86

4.89
2.91
3.41

1.22
0.82
1.87

(36 635)

(32 081)

(12 053) (13 831)

0.79

2.28

2.47

16839
53474

43068
75749

80646 86384
92699 100215

9.49
3.34

6.63
2.17

1.23
1.39

4.86
4.06
3.67

1.26
4.08
1.83

2.44
2.80
1.83

Zona urbana
Zaca fepec-joju fla
-Zacatepec
-Jojutla
-Tlaquiltenango
-Localidades
perifricas (3

PoblacZn urbana
en la zona:
Total en la zona (4)
Otras localidades
urbanas:
-Puente d e lxtla
-Xoxocotla
-Axochiapan

(10 435)
15 761
(6 426)
(9 702)
(8 283) (12 030)

17 81 5
(14 343)
(14 367)

20 409
16 762
15 915

Nota: Entre parentesis, la poblacin de localidades no clasificadas como urbanas (menores a los 15 000
habitantes).
(l) integra a la localidades conurbadas de Santa Rosa Treinta y Tetelpa en 1990 y 1995.
(*) integra a las localidades conurbadas de Panchimalco, Pedro Amaro e Higuern en 1990 y 1995.
(3) Se trata de diversas localidades perifricas a Zacatepec, Jojutla y Tlaquiltenango, menores a los 15 000
habitantes, algunas de ellas se han ido integrando a la mancha urbana de estas ciudades.
(4) Considera a la poblacin de las localidades mayores a 10s 15 000 habitantes, (incluidas las conurbadas).
Fuente: Censos generales de poblacidn y vivienda de 1 970, 1980 y 1 990; Conteo de poblacidn y
vivienda, 1 995.

registran tasas del orden de 1% medio anual, y los asentamientos perif6ricos, donde el
promedio de crecimiento en el mismo periodo es de 2.5% medio anual (cuadro 7),
a las otras localidades urbanas del estado, Puente de Ixtla, situada al sur
En
de la Zona Metropolitana de C~emavacay al suroeste de Jojutla y Zacatepec, constituye la tercera ciudad en importancia del sur de la entidad. Contaba en 1995 con 20 409
habitantes, con una dinmica de crecimiento demogrfico de 2.4%anual. En esta ciudad se observa una aceleracin de su crecimiento en la dkcada de los aos noventa, ya
que en la dcada anterior registr una tasa de crecimiento de 1.3% anual en promedio,
263

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS

Por su parte, Axochiapan y Xoxocotla son antiguos poblados que rebasaron entre
1990y 1995 el umbral de lo urbano, en cuanto al tamao de su poblacin, aunque tienen
caractersticas diferentes. Axochiapan, situado en el extremo sureste del estado de
Morelos, ha crecido paulatinamente en las ltimas dos dcadas, con tasas de crecimiento del orden de 1.8% anual. Constituye un centro de servicios y comercio en una de las
zonas agrcolas importantes de Morelos, con influencia en reas subyacentes del vecino
estado de Puebla.
Xoxocotla, en cambio, ha registrado crecimientos relativamente altos en el mismo
periodo: 4.1% medio anual en 1980-1990, y 2.8% en 1990-1995. Esta localidad registra
tambin un cambio sustantivo en su base econmica en las ltimas dcadas, pues ha
pasado de ser una comunidad bsicamente agrcola, a una donde la mayora de las personas activas econmicamente se emplean en actividades secundarias y terciarias, con
frecuencia en las principales reas urbanas del estado. Baste sealar que en 1970, el
68.3% de la PEA se ocupaba en actividades del sector primario; esta proporcin, en
1990, haba bajado a 24.1 por ciento.

Expansin urbano-metropolitanay diferenciacin espacial


en las condiciones de vida
El crecimiento de las ciudades morelenses ha venido acompaado del mejoramiento de
algunos aspectos que inciden en las condiciones de vida de la poblacin. Este desarrollo
no es una particularidad exclusiva de esta entidad, pues se trata de un proceso generalizado en la mayora de las ciudades del pas, y que refleja los alcances del desarrollo
As, encontrar mejoras sustantivas en las reas urbanas morelenses en
urbano na~ional.~
aspectos tales como el nivel educativo, las condiciones materiales de la vivienda, y la
dotacin de servicios pblicos bsicos, en las dcadas de los aos setenta y ochenta,
como muestran los indicadores del cuadro 8, es una situacin normal, en tanto que
sucede en la mayora de las ciudades mexicanas.
Es importante mencionar que el avance registrado en estos aspectos, particulmente en los aos ochenta, sucede a pesar del deterioro del ingreso y la capacidad adquisitiva del hogar, que como es conocido, han sufrido un importante deterioro en los aos
ochenta y noventa, por las sucesivas situaciones de crisis econmica, que en buena
medida desvalorizan los alcances del desarrollo urbano nacional.

Cf.Roddguez H., F.(1995). Este trabajo demuestra la existencia de un avance en las condiciones de vida urbana
que tienen que ver con servicios pfiblicos, educacin y vivienda, generalizados en las ciudades del pas en el periodo
1970-1990. Una versin ms detallada de este trabajo se encuentra en A.G. Aguilar y F.Rodrlguez H. (1997).

264

ELPROCESO DE URBANIZACIN RECIENTE EN EL ESTADO DE MORELOS


Cuadro 8 . Estad0 de Morelos: aspectos selectos de condiciones de vida

en grupos de municipios urbanos, 1970 y I 990


Grupo de
municipios
urbanos

1970
1990
1970
1990
1970
1990

Pob. 15+
anos sin
primaria
completa

Promedio
de
escolaridad
(1)

Viviendas
Con piso
de tierra

Con
drenaje

Zona Metropolitana de Cuernavaca


3.9
31.1
49.6
7.3
12.8
81.47
Zona Metropolitana de Cuautla
74.5
3.0
42.2
38.8
34.7
6.4
21.8
66.8
Munic~piosurbanosdelsur delestado
75.1
2.9
52.2
33.5
39.2
6.2
26.6
66.1
63.4
26.1

Usan lea
o carbn

21.1

4.6
34.4
8.9
51.3
16.7

Aos de eduacin formal en poblacin de 15 y mis aos de edad.


Fuentes: IX y XI Censos de poblacin.

En la Zona Metropolitana de Cuemavaca, entre 1970 y 1990, el porcentaje de la


poblacin de 15 y ms aos de edad sin primaria completa disminuy de 63.4 a 26.1 y el
promedio de escolaridad en la misma poblacin se elev de 3.9 a 7.3 afos. En el rubro
de vivienda, el porcentaje de las que cuentan con drenaje aument de 49.6 a 81.4%, y el
de aquellas con piso de tierra diminuy de 3 1 a 12.8 por ciento.
En el mismo periodo, en la Zona Metropolitana de Cuautla se registraron decrementos
en los porcentajes de poblacin de 15 y m4s aos sin primaria completa, de viviendas
con piso de tierra, y viviendas donde se usa lea o carbn para cocinar, de 40,20 y 26
puntos porcentuales, respectivamente, y un incremento de 28 puntos en el porcentaje de
viviendas con drenaje.
En el conjunto de municipios urbanos del sur del estado, por su parte, declin en 36
puntos porcentuales la proporcin de poblacin de 15 y ms aos de edad sin primaria
completa, y se increment en 3.3 aos el promedio de escolaridad en la misma poblacin. En materia de vivienda, el porcentaje de aquellas con piso de tierra se redujo a la
mitad, el de las que tenan drenaje aument al doble, y la proporcin de viviendas donde
se cocinaba con lea o carbn disminuy del 51.3 al 16.7 por ciento.
En los datos anteriores se aprecia que el avance en los aspectos sealados no elimina
las diferencias entre las reas urbanas del estado, pues reflejan mejores condiciones en las
de mayor tamao y con procesos de desarrollo anteriores. En los datos del cuadro 8 es
265

1
I

clara la ventaja de la Zona Metropolitana de Cuemavaca sobre la de Cuautla, y de esta


segunda sobre el grupo de municipios urbanos del sur de estado. Por ejemplo, el promedio de escolaridad para 1990 alcanza 7.3 aos en la Zona Metropolitana de Cuemavaca,
6.4 en la de Cuautla, y 6.2 en los municipios urbanos del sur.
Asimismo, este avance no sucede homogneamente a lo largo y ancho de estas zonas
urbanas, sino que las partes de desarrollo ms reciente, por lo general, tienen condiciones menos favorables que las partes de desarrollo anterior. En el cuadro 9 se ilustra el
cambio en algunas variables entre 1970 y 1990, con la finalidad de mostrar cmo los
municipios centrales muestran mejores condiciones que los municipios perifricos o de
integracin reciente. En las zonas metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla esta diferenciacin es clara, pero al mismo tiempo, los procesos de integracin metropolitana imprimen cierta dinmica a los municipios perifricos, en la cual disminuyen con celeridad
las diferencias respecto al municipio central.
Las diferencias no se aprecian slo entre el municipio central y los que conforman
los contornos metropolitanos, sino que tienen que ver con el orden de integracin metropolitana. En la Zona Metropolitana de Cuemavaca, los municipios de Jiutepec y
Temixco, cuya integracin corresponde a la primera fase de conformacin de la zona,
presentan mejores condiciones, en general, que los municipios integrados ms recientemente. En el caso de la Zona Metropolitana de Cuautla, Yautepec se muestra como el
segundo municipio en condiciones de vida, por debajo de Cuautla y por encima de
Ayala, Yecapixtla y Atlatlahucan; estos ltimos, que se encuentran en proceso de integracin metropolitana, muestran las condiciones ms precarias.
En los municipios urbanos del sur, aunque no todos ellos presentan una relacin
funcional (como sucede entre Jojutla, Tlaquiltenango y Zacatepec), se observan, de
manera similar a los municipios perifricos de las zonas metropolitanas, mejores condiciones en los municipios de urbanizacin ms antigua, como son Jojutla, Zacatepec y
Puente de Ixtla, y condiciones menos favorables en los que cuentan con menor grado de
urbanizacin y ms reciente ingreso a la clasificacin urbana, como son Tlaquiltenango
y Axochiapan.
De forma similar a las desigualdades entre los municipios que integran las zonas
metropolitanas o las conurbaciones, al interior del rea urbana continua de las ciudades
morelenses, la diferenciacin espacial en las condiciones de vida de la poblacin se
relaciona con los procesos de ocupacin y urbanizacin del suelo. Las partes de la
mancha urbana con mejores dotaciones de servicios pblicos, mejores condiciones de
las viviendas y situacin econmica de la poblacin ms desahogada, tienden a coincidir con los ncleos centrales. Por el contrario, las partes con dficit en la dotacin de
servicios pblicos, con mayor proporcin de viviendas precarias y pobreza, son en su
mayora aquellas que se agregaron a la mancha urbana en etapas recientes de
suburbanizacin o metropolizacin; coinciden frecuentemente con asentamientos de origen irregular.

Cuadro 9. Zonas Metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla:


nivel y cambio en variables selectas de condiciones de vida
segn municipio, 1970 y 1990
1

Munliipio

Poblacin de 75
y ms aos sin
primaria completa

Hviendas con piso


de tierra

Viviendas con
drenaje

Cuernavaca
Jiutepec
Temixco
Emiliano Zapata
Xochitepec
TepoztlSn
Huitzilac
Cuautla
Yautepec
Ayala
Yecapixtla
Atlatlahucan
Zacatepec
Jojutla
Puente de lxtla
Tlaquiltenango
Axochiapan

Zona Metropolitana de Cuernavaca


57.1
21.8
21.3
7.4
77.0
26.7
47.4
13.2
77.3
38.7
46.8
19.1
79.5
39.4
58.3
25.7
62.0
34.3
80.1
41 .O
70.9
27.1
60.7
19.0
78.9
19.9
43.3
14.5
Zona Metropolitana de Cuautla
67.7
29.6
25.8
14.3
33.4
74.2
47.6
22.9
87.2
45.9
70.3
32.8
45.5
85.1
60.0
29.0
24.7
80.6
59.9
37.6
Municipios urbanos del sur del estado
36.9
75.1
39.2
14.9
43.5
70.6
33.4
19.0
61.1
38.2
78.2
41.3
70.0
34.7
84.6
44.8
53.9
59.8
87.9
28.8

62.6
20.4
35.0
21.2
13.8
9.4
10.2

90.2
80.0
76.4
65.3
53.6
57.1
54.6

60.1
32.6
8.7
3.8
2.1

79.1
63.3
53.4
45.1
53.5

52.7
53.1
20.7
8.9
11.2

86.2
78.6
59.4
43.2
50.7

Fuentes: IX y XI Censos generales de ~oblacidn.

Esta situacin es identificable en cualquiera de las reas urbanas morelenses, y quiz


el mejor ejemplo es el de Cuautla.l0 En los mapas anexos se muestra la distribucin
espacial de un ndice parcial de condiciones de vida, referido a educacin y vivienda
(mapa 3) y la distribucin del porcentaje de PEA con bajo ingreso (mapa 4), ambos para

10 En el ejemplo de la ciudad de Cuautla, se considera solimente el rea conurbada pincipal, o rea urbana continua, de acuerdo con su situacin aproximada en 1990. Cabe mencionar quees mfis reducida que lo que se ha considerado como Zona Metropolitana de Cuautla, la que se compone por un con~untode municipios.

267

Mapa 4. rea conurbada de Cuautla, 1990. PEA con ingreso mensual bajo, segn AGEB.

PEA (%) con O - 2 sal. Mn.


52.63 a 60.00
60.00 a 68.00
68.00 a 75.00
E75.00 a 83.50

m
m

Fuente: Elaborado con base en informacin de INEGI: Cartografapor Area Geoestadisticas Bsicas (AGEB) disponible en SCINCE 1990
(Cd-Rom); XI Censo General de Poblacin y Vivienda 199Q Carta Topogrfica escala 1:50 000.
Diseo y elaboracin cartogrfica: Armando Labra y Francisco Roctguez.

EL PROCESO DE URBANIZACIN RECIENTE EN EL ESTADO DE MORELOS

1990, en el rea urbana continua de Cuautla." Si se comparan estos mapas, puede

te integrados a la mancha urbana.


Esta distribucin sigue una tendencia concntrica relacionada con la antigedad de
ocupacin o asentamiento de las diversas partes del rea urbana, pues las zonas de condiciones ms precarias coinciden casi invariablemente con las partes del rea urbana cuya
ocupacin corresponde a los aos setenta y ochenta. Solamente hay dos zonas de bajas
condiciones de vida cuya ocupacin corresponde a periodos anteriores a 1975: se trata de
Tetelcingo, al extremo norte del rea urbana, y San Pedro Apatlaco, al extremo sur, antiguos asentarnientos de poblacin campesina.

Crecimiento urbano, migracin y condiciones de vida


:

De lo expuesto antes, surge como una pregunta inherente la relacin entre el avance en
aquellas condiciones de vida que se han revisado, Y la migracin, que ha alimentado
en buena medida el crecimiento urbano en Morelos, y que ha registrado cambios en la
composicin de sus flujos,de acuerdo con SU origen dominante. El origen de los migrantes
implica un perfil sociodemogrfico determinado? Puede esperarse que el aumento en la

11

de

Ambos indicadores se consmyeron con datos para las Breas geoestadfsticasbsicas (AOEB) del XI Censo general
y vivienda, de 1990. El fndice de condiciones de educacibn y vivienda incorpora la calidad de los

1 2 ~ coeficiente
1

de c o ~ l a c i 6 nentre ambas variables es de

27 1

EL PROCESO DE URBANIZACIN RECIENTE EN EL ESTADO DE MORELOS

el cuerpo central de la mancha urbana, as como los asentamientos antiguos al norte y


sur, presentan entre 11% y 33% de poblacin nacida en otra entidad federativa, mientras que las reas del extremo oriente, y hacia el norte y sur, presentan porcenhjes
superiores a 33% y hasta de 49%. En este caso, la frecuencia de poblacin inmigrante
no se correlaciona con el ndice de educacin y vivienda, tampoco con la proporcin de
PEA con bajo ingreso. La ausencia de asociacin directa entre la proporci6n de poblacin inmigrante y las condiciones de vida agregadas de las distintas partes de la ciudad,
llevan a suponer que estas relaciones estn mediadas por las complejas caractersticas de
los procesos de expansin urbana, tanto como el perfil socioeconmicode los inmigrantes.
Esto tambin es vlido para el caso de la zona conurbada de la ciudad de Cuemavaca, en
donde tampoco se observa correlacin entre los ndices de condiciones de vivienda y
educacin e ingresos bajos, contmidos de la misma manera que para el caso de Cuautla,
y la proporcin de poblacin nacida en otra entidad federativa.
Si bien cabra esperar que los inmigrantes se acomodaran en las partes de la ciudad de
ms reciente desarrollo, o que conformaran nuevos asentarnientos, en realidad, se acomodan en las partes de la ciudad que corresponden a sus posibilidades econmicas, y stas
comprenden tanto aquellas zonas de reciente creacin como otras ms antiguas, de la

vida. Ms que existir perfiles socioecon6rnicos homogneos de los inmigrantes, predeterminados por su origen, se trata de mayores frecuencias de poblacin de posicin
media y acomodada entre los nmigrantes que provienen de algunos estados de la Repblica, particularmente el Distrito Federal, y por el otro lado, mayores frecuencias de
poblacin de condiciones socioeconmicas precarias entre los provenientes de estados
del sur del pas, tales como Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Las caractersticas del primer
tipo de rnigrantes impactan de tal manera 10s indicadores globales, que el conjunto de
inmigrantes aparece con mejores perfiles socioeconmicos que la poblaci6n nativa, aun
cuando los inmigrantes del segundo tipo presentan condiciones de vida inferiores a la
poblacin no migrante.
13Schfeingart
(]997, p. 26) menciona tres modalidades de asentamiento para 10s pobres urbanos, en el caso
de la ciudad de Mxico: las colonias populares, el tugurio central y algunos desarrollos habitacionales financiala expansin fsica
dos por el Estado. Las colonias populares constituyen una de las modalidades que impactan
En la misma obra se menciona que al menos 50% de la vivienda urbana en Mxico est asentada
de las
en colonias populares (60% para la ciudad de Mxico).
1 4 k encuesta de Migracion Y Salud en Morelos fue levantada en 1996 por el Centro Regional de Investigaciones
con
y~coordinacin
~
~
l
~de la UNAM,
~
~ el disefio
~
~
i de la~Dra. Ana
l Marfa
i Chhvez.
~
~Los resultados
~
~ generales
no han sido publicados al momento de redactar el presente texto.

273

Con la finalidad de comparar las caractersticas socioeconmicas de la poblacin


urbana inmigrante con la no migrante, a continuacin se har referencia a aquellos
aspectos de las condiciones de vida en los que se detectan con mayor claridad las diferencias segn lugar de origen, refirindose siempre a los jefes de hogar, como una forma de aproximarse a la situacin del hogar.
Respecto a la vivienda, se observa que el conjunto de hogares de inmigrantes cuenta
con condiciones de vivienda ligeramente mejores que los no migrantes. En el cuadro 10
se muestra la calidad de construccin de la vivienda de los jefes de hogar inmigrantes y
no migrantes, los primeros diferenciados segn la entidad federativa de residencia anterior.Is La calidad de construccin se presenta en dos clases: aceptable y deficiente.16
Puede observarse que, entre los inmigrantes, la frecuencia de viviendas de buena caliCuadro 10. Zonas metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla.
Calidad de construccin de la vivienda, segn condicin migratoria
del jefe del hogar, 1996(')
Condicin migratoria
y entidad de origen

Calidad de construccin de la
vivienda (porcentajes horizontales)
Aceptable
Deficiente
Suma

No mlgrantes

73.2

lnmigrantes

84.4
75.9

Guerrero
Distrito Federal
Fue., Mx., Oaxaca, Chiapas
Otros (9

Total

97.1
71.7
92.O
80.1

Totaf2)

26.8

100.0

43.5

15.6

100.0

56.5

24.1
2.9

32.8
25.1

8.O

100.0
100.O
1OO.O
1OO.O

19.9

100.0

100.0

28.3

18.5
23.7

Condicin migratoria segn entidad de residencia anterior.


En el total vertical, las cifras en cursivas son porcentajes respecto al total de jefes de hogar migrantes
(3' Estados del Golfo, Norte, Centro Norte, Occidente y paises extranjeros.
Fuente: Encuesta de Migracin y Salud en Morelos, 1996.
('1

t2)

i
,

i
t
I
i

ii

l 5 En esta parte, el criterio de clasificacin para la categona de migrante es haber residido en un lugar diferente
al actual. Los datos de la encuesta permiten diferenciar tanto entidad federativa como municipio de residencia
anterior, sin embargo, en este caso se utiliz solamente la clasificacin de migrantes segn entidad federativa de
residencia anterior.
l6 Se consider como viviendas de calidad de construccin aceptable aquellas con muros de tabique o piedra,
techos de concreto, y pisos de concreto o recubiertos con materiales de acabado. Las viviendas de calidad deficiente
son aquellas construidas con materiales de poca estabilidad y duracin, o improvisadas, en techos o paredes, y/o pisos
de tierra.

ELPROCESO DE

URBANIZACI~NRECIENTE EN EL ESTADO DE

MORELOS

alcanza 84.4%, a diferencia de los no migrantes, con 73.2%. Asimismo, entre los no migrantes, las frecuencias de vivendas de calidad deficiente, que
suman 26.8%, son mayores que en el caso de los migrantes, con 15.6 por ciento.
Cuando se distingue entre los jefes de hogar migrantes, puede observarse que las
frecuencias de viviendas de calidad aceptable son mayores en los jefes de hogar provenientes del Distrito Federal, que asciende a 97.1 %, y de los estados del Golfo, Norte,
Centro Norte y Occidente del pas, que se agrupan en el rubro "otros", en los cuales la
frecuencia de viviendas de buena calidad es de 92%. Por el contrario, las viviendas de
calidad deficiente son ms frecuentes en los hogares cuyo jefe proviene de los estados
de Puebla, Mxico, Oaxaca, Chiapas o Guerrero, con frecuencias de 28.3 y 24.1 por
dad de construccin

El grado de hacinamiento presenta un comportamiento similar. La frecuencia de


vivendas no hacinadas es mayor en los hogares con jefe inmigrante, con ms de 50%de
las viviendas en esta situacin. Las frecuencias de viviendas con algn grado de hacinamiento son mayores en los hogares con jefe no migrante, con 63% de las viviendas en
esta condicin (cuadro 11).
Entre los inmigrantes, los provenientes del Distrito Federal registran las frecuencias
ms altas de viviendas no hacinadas, seguidos de 10s jefes de hogar originarios de los
Cuadro 1 1. Zonas metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla:
de hacinamiento en la vivienda, segn condicin migratoria
del jefe de hogar, 1996")

Condicidn rnkpatorhy
entaad deprocedencia

No migrantes

Grado de hacinamiento de la vivienda


(porcentajeshorizontales)
SI..
Hachada
No hacinada

37.0

63.0

100.0

43.5

51.3

48.7

100.0

56.5

17.9

67.8
35.3
43.3
82.1

100.O
100.O
100.0
100,O

32.8
25.1
18.5
23.7

6.2

74.8

100.0

Guerrero
32.2
Distrito Federal
64-7
Mxico, puebla, Oaxaca, chia~as

100.0

segn entidad de residencia anterioral total de jefes de hogar. Las cifras en cursivas se refieren al total de jefes de
Porcentaje
hogar migrantes.
Estados del Golfo, Norte, Centro Norte, Occidente y paises extranjeros.
fuente: Encuesta de Migracin y Salud en Morelos, 1996.
(1,

Condici6n ,,,igratoria

Totaf2)

estados de Mxico, Puebla, Oaxaca y Chiapas. En cuanto a viviendas con hacinamiento,


las frecuencias ms altas corresponden a los jefes de hogar provenientes de Guerrero y
de las entidades agrupadas en el rubro "otros" estados.
Llama la atencin que algunos de los grupos de origen de los jefes de hogar inmigrantes
registren frecuencias ms altas de viviendas no hacinadas, cuando observaron frecuencias ms altas de viviendas de calidad de construccin regular o mala, como es el caso
de los originarios de Mxico, Puebla, Oaxaca y Chiapas, o por el contrario, que habiendo registrado mayoritariamente buena calidad de construccin, sus viviendas registren
hacinamiento con mayor frecuencia, como es el caso de los jefes de hogar originarios de
los estados agrupados en el rubro "otros". Una explicacin puede encontrarse en que
tienen mayor antigedad de residencia en Morelos, y el paso de los aos les ha permitido ampliar su vivienda, sin que necesariamente se haya logrado avanzar en la calidad de
la construccin de la misma. Cabe recordar que la mayora de las viviendas cuentan con
una calidad de construccin aceptable.
En el rubro de educacin tambin es posible encontrar un perfil de mayor nivel
educativo entre los migrantes que provienen del Distrito Federal, frente a la poblacin
nativa y los inmigrantes que llegaron de los estados del sur del pas. En el cuadro 12 se
muestran datos para la misma muestra de jefes de hogar migrantes y no inmigrantes. En
general, predominan aquellos que cursaron de 4 a 6 aos de primaria y los que cuentan
Cuadro 12. Zonas metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla:
nivel educativo de los jefes de hogar, segn condicin migratoria, 199G1)

Condicidn migratoria y
entidad de procedencia

Nivel de estudios (porcentajes)


Sin instrucDe 4 aos
De 1 a i o
cidn y hasta de primaria de bachillerato
3 aos de
a 3 aos de
a educacin
primaria
secundaria
superior

Suma

Btal

No migrantes

25.4

45.5

29.0

100.0

43.5

lnmigrantes
Guerrero
Distrito Federal
Mxico, Puebla,
Oaxaca, Chiapas
Otros

30.4
35.2
9.6

40.5
51.1
40.4

29.1
13.7
50.0

100.0
100.0
100.0

56.5
32.8
25.1

53.5
25.7

27.9
37.1

18.6
37.2

100.0
100.0

18.5
23.7

Total

28.1

42.7

29.1

100.0

100.0

Condicin migratoria segn entidad de residencia anterior.


Estados del Golfo, Norte, Centro Norte, Occidente y palses extranjeros.
Fuente: Encuesta de Migracin y Salud en Morelos, 1996.

''1

(2'

ELPROCESO DE URBANIZACI~NRECIENTEEN EL ESTADO DE MORELOS

ligeramente mejor que los inrnigrantes, ya que tienen frecuencias ms altas en el rango
intermedio y claramente menores en el rango de menor nivel educativo. Entre los jefes
de hogar inmigrantes, las mayores frecuencias de jefes de hogar sin instruccin formal
o con 1 a 3 aos de primaria, que representan poco ms de la mitad, se encuentran entre
los provenientes de los estados de Mxico, Puebla, Oaxaca y Chiapas. Los jefes de
hogar provenientes del Distrito Federal tienen las mayores frecuencias de bachillerato y educacin superior, seguidos muy de cerca por los originarios de "otras" entidades,
y puede decirse que stos cuentan con mejor formacin en promedio. Finalmente, los
originarios de Guerrero presentan frecuencias altas en los rubros 4 a 6 aos de primaria
y secundaria, sin olvidar que uno de cada tres de estos jefes de hogar no cuentan con
instruccin formal o menos de 3 aos de primaria.
El perfil socioeconmico promedio de los no migrantes y de los inmigrantes en 10s
distintos grupos de entidades de procedencia, se refleja tambin en las caractersticas
de su participacin en la actividad econmica. Se considera a continuacin el sector de
actividad econmica y la posicin en el trabajo.
Del total de jefes de hogar en las zonas metropolitanas morelenses, se observa que
los econmicamente activos representan 75.6%. Distinguiendo por gnero, se distribuyen en 81.5% de hombres y 18.5% de mujeres; son activos 80% de los varones y 56%
de las mujeres. Segn las horas de actividad laboral, 40% de los jefes laboran entre 32 y
48 horas semanales, 12% menos de 32 horas y 32% ms de las 48 horas. Entre las
mujeres activas existe ms frecuencia que los hombres de jornadas laborales normales
(40 a 48 horas de trabajo semanales) pero tambin de ocupaciones que implican hasta
24 horas de trabajo a la semana. Entre los varones, hay una mayor frecuencia de horas
trabajadas a la semana mayores a las 48 horas.
~1 sector de actividad predominante es el de la industria,17 con 32% de los jefes de
hogar activos, seguido por el de servicios sociales y personales y de la administracin
pblica, que abarca 30.4%, y el de c0mercio y transPortes, Con 26.1%. Por SU parte, el
sector
ocupa 1.3%. En los jefes de hogar no migrantes se observan mayores
proporciones de ocupacin en el Sector primario, en tanto que en 10s inmigrantes se
registra mayor proporcin de ocupacin en la industria (cuadro 13).
Considerando las entidades de procedencia entre 10sjefes inmigrantes, puede notarse
en los provenientes de los estados de Guerrero, Mbxico, fiebla, Oaxaca y Chispas

17 ~~~l~~~ a

la industria manufacturera, la construccin Y las industrias de electricidad y agua.

277

mayor frecuencia de ocupacin en industria; y en los originarios del Distrito Federal y


otras entidades,mayores frecuencias en comercio,transporte y servicios. El primer grupo de entidades tambin presenta una frecuencia en el sector primario tres veces ms
alta que el segundo grupo (cuadro 13).
Cerca de 57% de los jefes de hogar activos son empleados u obreros, 33.2% trabajan
por cuenta propia, 7.2% son jornaleros o peones, y slo 2.6% son patrones (cuadro 14).
En varias de estas categoras de posicin en el trabajo predominan los jefes de hogar
inmigrantes: empleado u obrero (54.4%), trabajador por cuenta propia (57.8%) y patrn
(75.8%). Solamente en la de jornalero o pen se observa una mayor proporcin de jefes
de hogar no migrantes, lo cual sugiere un mejor posicionamiento promedio en los puestos de trabajo por parte de los inrnigrantes.
Los jefes de hogar inrnigrantes que son peones o jornaleros, provienen en su mayora de los estados de Guerrero, Puebla, Mxico, Oaxaca y Chiapas (32.8%). El Distrito
Federal y otras entidades son el lugar de residencia anterior ms frecuente de los que
son empleados u obreros, as como los trabajadores por cuenta propia (27.8 y 31.1%,
respectivamente), aunque no hay una diferencia importante respecto al anterior grupo
de entidades de origen. Finalmente, los patrones provienen preponderantemente del

Cuadro 13. Zonas metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla:


sector de actividad econmica de ocupacin de los jefes de hogar activos, segn su
condicin migratoria, 1996(')
--

Condicin migratoria y entidad de procedencia(2)


lnmigrantes

Sector de actividad
Primario
Industria
Comercio y transporte
Servicios
Suma
Total (3)

No
migrantes

Subtotal

Gro., M4x.
Pue., Oax.
Chis.

D.F. y otras
entidades
o

Total

15.6
28.1
25.9
30.4
100.0

7.9
35.5
26.2
30.3
100.0

12.4
38.8
19.4
29.3
100.0

3.9
32.6
32.8
30.8
100.0

11.3
32.2
26.1
30.4
100.0

45.1

54.9

26.8

27.8

100.0

Condicin migratoria segn entidad de residencia anterior.


Porcentaje respecto al total por columna.
(3) En este rengln, porcentajes respecto al total de jefes de hogar econmicamente activos.
'4) Estados del Golfo, Norte, Centro Norte, Occidente y palses extranjeros.
Fuente: Encuesta de Migracin y Salud en Morelos, 1996.

(')

ELPROCESO DE URBANIZACI~NRECIENTE EN EL ESTADO DE MORELOS

Cuadro 14. Zonas metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla:


distribucin de los jefes de hogar activos segn condicin migratoria,
por posicin en el trabajo, 1996(')

Posicin en el
trabajo

Condiciin migratoria y entidad de procedencid2)


Inmigrantes
Gro., M&, D.E y otras
No
Pue., Oax., entidades
inmigrantes Subtotal
Chis,
(4)
Suma fitaf3)

Empleado, obrero
Jornalero, pen
Patrn
Cuenta propia
Total

45.5
62.9
24.3
42.2

54.4
37.0
75.8
57.8

26.2
32.8
18.9
26.4

27.8
2.6
54.5
31.1

100.0
100.0
100.0
100.0

59.6
7.2
2.6
33.2

45.1

54.9

26.8

28.1

100.0

100.0

(1) Condicin migratoria segn entidad de residencia anterior.


(2) Porcentajes respecto al total por rengln.

(3) Porcentaje respecto al total de jefes de hogar econmicamente activos.


(4) Estados del Golfo, Norte, Centro Norte, Occidente y paises extranjeros.
Fuente: Encuesta de Migracin y Salud en Morelos, 1996.

Distrito Federal y otros estados (54.5%). Llama la atencin que los patrones provenientes de estas entidades suman una proporcin muy superior a la de patrones no migrantes.
En los datos mostrados en los ltimos cinco cuadros, se advierten mejores condiciones socioeconmicas para los jefes de hogar inmigrantes provenientes del Distrito Federal, seguidos por los originarios de estados del Golfo, Norte, Centro Norte y Occidente;
las ms adversas entre los provenientes de los estados de Oaxaca, Chispas, Mxico y
hebla, y adversas, pero menos que los anteriores, para los provenientes de Guerrero.
Destaca sobremanera el hecho de que la comparacin entre jefes de hogar no migrantes,
e inmigrantes en conjunto, sea adversa para los primeros, se explica (principal pero no
nicamente) por las caractersticas de los inrnigrantes provenientes de la capital del
pas, y adems, que los jefes de hogar provenientes de los estados del sur y colindantes
con Morelos presenten caractersticas socioecon6micas inferiores a los jefes de hogar

Comentarios finales
El sentido principal de la idea de "desarrollo urbano" es la evolucin de las condiciones
de vida hasta niveles tica y socialmente aceptables, y accesibles a toda la poblacin.
Uno de los problemas clsicos y vigentes del crecimiento urbano en Mxico, como en la
279

1
I

1
1

mayora de los pases de desarrollo incipiente o incompleto, es que las ciudades se expanden a partir de asentamientos que no cuentan con las condiciones necesarias para
una vida digna. En general, estos asentarnientos se erigen al margen de la normatividad
de ocupacin del suelo urbano y corresponden con las llamadas colonias populares. La
figura del migrante rural pobre, que llega a la ciudad a engrosar los cinturones de miseria y marginacin, a pesar de los cambios en los patrones de la migracin interna, sigue
siendo vigente, particularmente en la condicin de pobreza, y contina siendo uno de
los principales retos de los gobiernos. Por ello es significativo que la evolucin de esas
condiciones mnimas en el contexto urbano de Mxico siga un comportamiento convergente en el tiempo, aun cuando se est lejos de asegurar a la totalidad de la poblacin el
acceso a los servicios y oportunidades indispensables para una vida digna. Es tambin
necesario llevar un seguimiento de la evolucin de las condiciones de vida urbanas,
especialmente en una poca de cambios profundos.
El comportamiento del crecimiento urbano en el pas muestra una incipiente
redistribucin de la poblacin en las ciudades, en un proceso cuya prospectiva no est
an clara, pero que podra llevar a un esquema de menor concentracin relativa. Este
proceso tiene una presencia ms clara al interior de la regin Centro que en el mbito
nacional, y el efecto de esta regin en particular sobre el resto del pas es muy importante.
Como hemos visto, uno de sus principales componentes es la evolucin del proceso de
metropolizacin en la ciudad de Mxico, que se encuentra en una etapa avanzada, donde los impulsos de crecimiento y desarrollo rebasan los lmites de lo contiguo para
incidir en el crecimiento y metropolizacin de las principales ciudades cercanas, as
como en el crecimiento de localidades menores, que alcanzan as el umbral de lo considerado como urbano. Tal es el caso de las ciudades morelenses.
Estos cambios en la distribucin del crecimiento urbano de la regin se relacionan
con fenmenos econmicos que tienen que ver con el acomodo de los procesos productivos a la mundializacin de la economa, dentro de 10s cuales pueden situarse las situaciones recurrentes de crisis econmica en nuestro pas. As por ejemplo, el aumento de
la emigracin de la ZMCM,
que puede situarse tericamente en la evolucin de su proceso de metropolizacin, tambin puede relacionarse, en la dcada de los ochenta, con la
prdida de empleos en el Distrito Federal durante los aos de crisis. Tampoco debe
descartarse el efecto de la situacin medio-ambiental y los riesgos que implica para la
salud y la calidad de vida, que lejos de atenuarse, han ido en aumento, as como los
eventuales desastres naturales, como los sismos de 1985, cuyos efectos se agudizan en
contextos de alta densidad poblacional.
La capacidad de recepcin de emigrantes en las otras ciudades de la regin Centro
est relacionada con su propio potencial econmico, y con los cambios que determina la
reestructuracin productiva, si bien aqu falta mucho por dilucidar. El panorama ms
sombro es aquel en el cual la razn del crecimiento de las ciudades es puramente demogrfico, como un mecanismo espontneo de asignacin de la sobrepoblacin de acuerdo

ELPROCESO DE URBANIZACI~NRECIENTE EN EL ESTADO DE MORELOS

con el tamao de las economas locales, que permite soportar actividades econmicas
informales no productivas, puramente redistributivas del ingreso. De ser as no puede
esperarse otra cosa que un declive en las condiciones de vida de las ciudades. Es por
ello que cabe preguntarse sobre la incidencia de este proceso de redistribucin del crecimiento urbano en las condiciones de vida de las otras ciudades de la regiBn Centro.
Los datos mostrados en este trabajo intentan relacionar la dinmica de crecimiento
de las ciudades morelenses, particularmente Cuernavaca y Cuautla, con la evolucin de
sus condiciones de vida, poniendo cierto nfasis en la contribucin de los inmigrantes.
Se ha mostrado que el crecimiento de stas ciudades contiene un efecto del proceso de
desconcentracin regional a partir de la Zona Metropolitana de la Ciudad de Mxico,
que ha cobrado importancia en los ltimos aos. Cuemavaca y Cuautla son ciudades
con procesos de metropolizacin propios, cuyas condiciones socioeconmicas, en promedio, no son ms altas que la mayora de las ciudades del pas de tamao similar, con
la nica particularidad de ser cercanas a la capital del pas.
Estas zonas metropolitanas registran a su interior diferencias de niveles socioeconmicos, que tienden a relacionarse con el periodo en que las distintas reas fueron urbanizadas o integradas a la zona metropolitana,y que por razones de espacio se ejempMcmon
en el caso de Cuautla. As, las partes centrales (a veces tambin los antiguos poblados
que fueron absorbidos por la mancha urbana), tienen las condiciones de vida ms favorables, en tanto que las reas con los niveles socioeconmicos ms bajos tienden a ser
aquellas de ms reciente urbanizacin o integracin metropolitana.
Cuando se analizan las caractersticas de la poblacin inmigrante en las zonas metropolitanas de Cuemavaca y Cuautla, puede advertirse que cuentan en general con
condiciones socioecon6micas ligeramente mejores que la poblacin nativa. Los jefes de
hogar inmigrantes tienen mejores condiciones en varios de los indicadores analizados:
mejor calidad de la vivienda y menos hacinamiento; ocupacin en los sectores econmicos ms productivos y mejores posiciones en el trabajo. No tienen, sin embargo, mejores
niveles educativos que los jefes de hogar nativos, a excepcin de los provenientes del
Distrito Federal.
Entre 10sjefes de hogar inmigrantes, los que tienen en promedio mejores condiciones
socioeconmicas son sin lugar a dudas los provenientes del Distrito Federal, as como de
otros estados del norte, centro norte, occidente y Golfo, que individualmente no tienen
un peso importante como lugar de origen en Morelos. La inmigracin proveniente de la
capital del pas ha ido en aumento en las ltimas dos dcadas, de manera que ha desplazado al estado de Guerrero como la entidad de origen ms importanteentre los inmigrantes
en Cuemavaca y Cuautla. Estos inmigrantes seguramente inciden positivamente en 10s
indicadores de condiciones de vida, pero esto no necesariamente significa mejoras para
la mayora de la poblacin. En efecto, el recibir poblacin con buena posicin
socioeconmica no implica mejoras para el resto de la poblacin, pues ello dependen de
su insercin en la economa local.
28 1

Falta dilucidar las consecuencias de la participacin de estos inmigrantes en la actividad econmica, que es donde puede encontrarse un efecto ms importante que su sola
presencia en los indicadores de bienestar. Por ejemplo, esta migracin puede responder
a nuevas inversionesproductivas que inciden en el mercado de empleo, y que potencialmente pueden significar una derrama de recursos en la economa local. Existen otros
tipos de efectos que tienen que ver con la calidad de vida. Por ejemplo, en estas ciudades, en especial en Cuernavaca, se ha desarrollado en la ltima dcada el mercado de
educacin privada bsica, media y superior, y ha progresado la oferta de servicios culturales y el comercio de bienes suntuarios, cambios que responden sin duda a una demanda con mayor nivel educativo, ms exigente y con mayor poder adquisitivo. Otro ejemplo
es el de aquellos inmigrantes dedicados a la pequea empresa, que se establecen en el
estado y constituyen fuentes de empleo y derrama econmica. En cierta manera, y ya
que se acepta universalmente que la migracin es selectiva, puede decirse que este tipo
de migracin es parte de los impulsos de desarrollo que, en el proceso de desarrollo
urbano, emanan de las ciudades centrales.

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283

La movilidad interurbana en la formacin de una


regin metropolitana. El caso de la ZMCM
y Cuautla en el centro de Mxico*
Reina Corona Cuapiot**

Centro Regional de Investigaciones


Multidisciplinarias de la UMAM

Introduccin

N LA ACTUALIDAD, una de las principales caractersticas de las grandes ciudades es su


creciente complejidad, que entre otros elementos se manifiesta en un constante
crecimiento territorial y en la ampliacin de sus reas de influencia ms inmediatas.
Desde una perspectiva econmica funcional, 10s lmites de estas ciudades no coinciden
con la definicin tradicional de zona metropolitana,' ya que estas urbes para operar

~a primera parte de este trabajo es un resumen del libro "Migracin y actividad econmica en la Regin Ceneo
de Mxico" (actualmente en dictamen), y la segunda presenta resultados preliminares del proyecto "Nuevas formasde
movilidad: la
pendular entre las ciudades de Mxico-C~ernavacaY Mxico-C~autla",financiadopor Conacyt
y

MAPA.

** L~ autora agradece la participacin de Sara Gonztilez Gutinez en el trabajo de campo, en el procesamiento de la


de resultados en la parte de movilidad frecuente.
informacin y en la
1 ~a definicin clssica en Mxico de zona metropolitana es la de "nikel (1976,P. 1181, que 61 define como:
polftico-administrativa que contiene a la ciudad central Y a las unidades polftico-administrativas
la
contiguas a sta, que tienen caractersticas urbanas, tales como sitios de trabajo o lugares de residencia de
trabajadores dedicados a actividades no aglfcolas, Y que mantienen una interrelaci6n socioeconmica directa,
constante e intensa con la ciudad central, y viceversa".

285

requieren de distintos mbitos territoriales, cada uno con una funcin especfica y complementaria, lo que implica la necesidad de pensar en otros conceptos para definirla.2
El concepto de ciudad se encuentra ms ligado ahora con el concepto de regin
metropolitana, la cual se puede definir como el rea de influencia directa y cotidiana de
los procesos econmicos centrados y organizados a partir de un determinado territorio
-sin tener en cuenta, obviamente los flujos mundiales telecomunicados- (Castells,
1990, p. 20). De acuerdo con Castells estas ciudades y su hinterland3 (que en trminos
de poblacin cuentan con alrededor de cinco millones de habitantes) son, por un lado,
centros de articulacin internacional, y por otro, tienen un papel estructurante interno
por ser los centros de orden superior. Las ciudades en tomo a las cuales se forman las
grandes regiones se caracterizan por la preminencia mixta de actividades financieras,
industriales y tecnolgicas que sirven a los mercados globales. En la actual organizacin de estas regiones se combina la concentracin de los servicios avanzados destinados a la empresa y al procesamiento de informacin, ya que cuentan con una mayor
modernizacin tecnolgica y una importante reestructuracin empresarial, debido al
declive de la industria bsica (incluyendo en sta a la manufactura y a los servicios
asociados).
En Mxico, la Zona Metropolitana de la Ciudad de Mxico (ZMCM) es la nica que
cuenta con los factores ya sealados, debido en primer lugar a la reestructuracin econmica que se presenta en ella y a los efectos que tiene sobre el resto de la economa
regional, y en segundo, a la forma que actualmente asume la movilidad intrmegional
de la poblacin y, por tanto, la actual distribucin de la poblacin en la regin.
El objetivo de este documento es presentar una serie de elementos econmicos, urbanos y, principalmente, de la movilidad de la poblacin, que muestren la tendencia de
la ZMCM a transformarse en el centro de una gran regin metropolitana que integra a las
zonas metropolitanas de Toluca, Cuemavaca, Cuautla, Quertaro, Puebla, Tlaxcala y
Pachuca, as como a las ciudades de San Juan del Ro y Tepeji del Ro, y otras que estn
en proceso de inclusin, as como a las reas rurales circundantes. Esta situacin se
ejemplifica con la movilidad de la poblacin entre las zonas metropolitanas de Cuautla
y de la ciudad de Mxico.
Con fines de exposicin, el presente documento se divide en tres partes: en la primera se sita a la regin centro de Mxico en el contexto nacional; en la segunda, se habla
del comportamiento econmico, migratorio y urbano de la regin, enfatizando los cam-

Para Martinotti (1990, p. 80), "[ ...] las definiciones territoriales especfficas de rea metropolitana sufren
siempre de algn grado de imprecisi6n y arbitrariedad que no puede ser eliminado. Quien se dispone a fijar
espacialmente un sistema metropolitano (o sea, definir los confines fsicos de un drea metropolitana) s610
puede asegurar, por un lado la minimizacin de las imprecisiones y de la arbitrariedad y, por el otro, la
transparencia en la eleccin de criterios".
Se entiende por hinterland el drea funcional y econ6mica de influencia directa de las actividades del municipio
central.

LAMOVILIDAD INTERURBANA EN LA FORMACI~NDE UNA R E G I ~ NMETROPOLITANA

bios en la ZMCM y los posibles efectos que stos tienen en el resto de las ciudades;
finalmente, en la tercera se presentan los primeros resultados del estudio de la movilidad frecuente entre la zona metropolitana de Cuautla y la de la ciudad de Mxico.

La regin Centro en el contexto nacional


Interesa estudiar la regin Centro de Mxico porque en sta se localiza la ZMCM, la cual
ha sido desde la poca prehispnica, y posteriormente en el periodo colonial, la ciudad ms importante del pas, aunque es a partir de 1850 cuando se present un mayor
dinamismo en el crecimiento de la poblacin, originado por la implementacin de un
nuevo modelo de desarrollo -modelo exportador- lo cual gener, por una parte, una
expansin de los mercados ya existentes, y por otra el surgimiento de nuevos mercad o ~En
. ~este periodo, la influencia de la ciudad de Mxico se extendi por la regin
central, y desempe a su vez un papel esencial en el mbito nacional y continental.
Con fines anallticos, en este trabajo la regin Centrosse integra por las 16delegaciones
del Distrito Federal y los 558 municipios de los estados de Mxico, Hidalgo, Morelos,
Puebla, Quertaro y Tlaxcala, que en conjunto ocupan una superficie de 98 490 km2,y
representan 5% del territorio nacional (mapa 1). En 1995, en esta regin habitaban 30
millones de personas, es decir, la tercera parte de la poblacin total del pas.
Destaca el incremento de su participacin en el total de la poblacin urbana y metropolitana del pas en los ltimos cuarenta aos (vase la grfica 1). Lo anterior se explica
porque en ella se localiza la cuarta parte de las zonas metropolitanas del pas, incluyendo a dos de las cuatro ms grandes: la ZMCM y la de Puebla.
En el crecimiento inusitado de las ciudades la migracin ha desempeado un papel
primordial. Hasta la dcada de los setenta la regin Centro era el destino principal de
los flujos migratorios provenientes del resto del pas. As, en el periodo 1965-1970
recibi cerca de 665 000 migrantes y tan slo expuls a 167 000, por lo que la ganancia
neta de poblacin que tuvo en ese ao fue de cerca de 500 000 personas, con una tasa neta
de migracin de 3% (cuadro 1). Esta cifra, sin contar los movimientos de poblacin
intrarregionales,refleja que en cinco aos la regin reciba del resto del pas a la poblacin equivalente a una ciudad media de medio milln de habitantes; el Distrito Federal
4Elliot J.H. (1998); Peiia Torres, Eulalia (1993).
5 La regionalizacin adoptada es la definida por el profesor Bassols Batalla (1981), ya que se considera que es la
que mide mejor el &ea de influencia inmediata de la zMCM,ademis de que representa bien las caractersticas migratoias
de la regin. Las principales diferencias respecto a otras delimitaciones son: la no incorporacin de Querdtaro en el
caso del Programa de desarrollo de la zona metropolitana de la ciudad de Mxico y de la Regidn Centro, de la
Presidencia de la Repblica, de 1983, y el Programa de ordenacin de la zona metropolitana del valle de Mxico
(1998) y con la de J. Delgado; en el caso de Conapo (1994) a la delimitacin adoptada se agrega el estado de

287

LAMOVILIDAD INTERURBANA EN LA FORMACI~NDE UNA R E G I ~ NMETROPOLITANA

Cuadro 1. Regin Centro: comportamiento migratorio,


1965-1995

Poblacin total
lnmigrantes
Emigrantes
Saldo neto
Tasa neta

7965-1970

7985-7990

7987-1992

15 931 701
664 81 2
167 142
497 670
3.12

23 739 933
438 480
592 41 1
-1 53 931
-0.65

25 165 814
472 O00
615 673
-143 673
-0.57

7990-7995
26 947 159
605 981
513 048
92 933
0.34

Fuente: SIC-DG E, lX Censo general de poblacin 7970, INEGI, XI Censo general de poblacin y vivienda
7990,INEGI, Encuesta nacionaldela dindmiw demogrdfica 1 992, INEGI, Encuesta delconteo depoblacin,1995.

recibi poco ms de 60% de los inmigrantes de la regin, y el estado de Mxico otro


27%, es decir, a la ZMCM llegaba ms de 80% de los inrnigrantes que ingresaban a la
regin. Con esto, los flujos migratorios contribuan de manera significativa a la concentracin de la poblacin en la Zona Metropolitana de la Ciudad de Mxico.
La inmigracin desempe un papel predominante en el crecimiento urbano de la
ZMCM; hasta 1970 uno de cada tres habitantes de la zona era inmigrante. Este flujo que
se inici prcticamente desde la dcada de los cuarenta, contribuy con mano de obra
barata al proceso de industrializacin que se viva en el paisS6
Este panorama cambi a partir de la dcada de los ochenta con las modificaciones
que sufri la actividad econmica nacional, las cuales se pueden explicar, entre otras
razones, por la aplicacin de un nuevo modelo econmico basado en la apertura del pds
al exterior y por la reestructuracin del aparato productivo. Ambos procesos ligados al
nuevo capitalismo y, en concreto, a las manifestaciones de la globalizacin en el entorLa apertura del pas se inici con la entrada de Mxico al GAT'T en 1985, y se consolida posteriormente, durante el sexenio 1988-1994 con la nueva poltica econmica
sustentada en el Pacto para la Solidaridad Econmica y, despus, con la f m a del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte, en 1994. La reestructuracin productiva se
ejemplifica con las transformaciones de la industria de maquinaria y equipo, en la que
predominan la rama de autopartes y la divisin de comunicaciones y transportes; esta
ltima se caracteriz por utilizar tecnologa innovadora (Basave, 1994).

6 La importancia de la migracin en el crecimiento y consolidacin de la regin, y de la ZMCM en particular,


ha sido ampliamente documentada Por autores como Stern, Muoz y Oliveira en su estudio Migracidn y
desigualdad social en la ciudad de Mlxico (1977).

289

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS

La reestructuracin econmica y la apertura comercial del pas tuvieron efectos importantes en las decisiones migratorias de la poblacin: hasta la dcada de los setenta el
motivo principal para migrar era el econmico, pero despus de los ochenta, cuando
el problema de la concentracin de la poblacin en la ZMCM adquiere caractersticas sin
precedente, aparecen nuevos factores que condicionan a los movimientos migratorios.
Sin duda el factor econmico sigue siendo importante, pero ahora tambin influyen
aspectos ambientales, de seguridad social, de esparcimiento y de salud, entre otros, en
la decisin de migrar.
En este periodo se observan importantes modificaciones en el volumen de los flujos
migratorios de la regin Centro, as como en el origen y destino, y en sus caractersticas
mismas, adems de que aparecen nuevos flujos migratorios. En primer lugar, cambia el
"signo" migratorio de la regin, y al ser la principal receptora de migrantes ahora se
convierte en la principal expulsora de poblacin a todo el pas. En el quinquenio 19851990 recibi 438 480 inmigrantes y salieron 592 41 1 de la regin Centro con destino al
resto del pas, es decir, perdi en trminos absolutos a 153 93 1 personas con una tasa de
migracin neta de -0.65% promedio anual (cuadro 1).
Sin embargo, esta situacin parece ser coyuntural, puesto que en el siguiente quinquenio, se da una leve mejora en la economa de la nacin y la regin vuelve a ser
receptora de poblacin, al tener un saldo neto migratorio positivo de cerca de 100 000
migrantes entre 1990-1995, con una tasa neta de migracin de 0.34 por ciento.

Estructura y funcionamiento del centro de Mxico


La dcada de los ochenta fue una poca de cambio y reestructuracin del aparato productivo en el mbito nacional y en la regin centro en particular. De acuerdo con Ordoez
(1997) esta reestructuracin se concibe como "el cambio cualitativo de una base sociotcnica, es decir, como el cambio en el paradigma tecnolgico, en la organizacin del
trabajo, en las relaciones laborales y en el perfil de la fuerza de trabajo". Este cambio es
una respuesta a la crisis del sistema fordista de prod~ccin.~
En el mbito mundial, en la reestructuracin del aparato productivo se introdujo la
informtica al control de la operacin de la maquinaria y equipo en los procesos productivos, lo cual, junto con el desarrollo de las telecomunicaciones, hace innecesaria la
concentracin espacial de la industria. Esto ofrece la posibilidad de la ampliacin del
radio de suministro de los insumos necesarios para el proceso productivo, incluyendo
en ellos a la fuerza de trabajo (Castells, 1990; Ordez, 1997).
'La crisis del fordismo se expresa en la desaceleracin de los incrementos de productividad del trabajo y en
la consiguiente disminucin de la tasa de ganancia de los pases industrializados a partir de la segunda mitad de la
dCcada de los setenta (Lipietz, 1985), retornado de Ordez (1998).

290

En Mxico, esta reestructuracin se manif?esta en el fraccionamientoy deslocalizacin


del proceso productivo, que se traduce en la desintegracin de la firma y el establecimiento de relaciones de subcontratacin entre empresas. Una de las estrategias del capital para maxirnizar sus ganancias ha sido separar las actividades de control y gestin de la
produccin misma. Las primeras se constituyen ahora en actividades de servicios a las
empresas (servicios personales, profesionales y tcnicos especializado^)^ y se encuentran ms concentradas en el territorio. La produccin material o volumen fsico, por su
parte, ha tendido a descentralizarse en el territorio; actualmente hay un mayor nmero
de ciudades y zonas metropolitanas con vocacin ind~strial.~
De acuerdo con Graizbord,
Aguilar y Crispn (1996), el nmero de ciudades con vocacin industrial aument de 12
a 18 entre 1970 y 1980.
Las actividades de direccin y control se concentran en la zMCM. De las 500 empresas ms grandes del pas, 274 se ubican en ella, es decir 55% (Hiernaux, 1998). Esto
significa que es ah donde se dan las principales funciones de enlace y articulacin de la
economa nacional. En la dinmica econdmica de la ZMCM es claro observar, por una
parte, la disminucin de la importancia relativa de industria en el contexto nacional y,
por la otra, una mayor concentracin de los servicios profesionales.
Estos dos procesos influyen en la ampliacin de su rea de influencia inmediata y de
la creacin de una regin metropolitana en torno a la ZMCM,
integrada por las zonas
metropolitanas y ciudades de la regin, ya que estas ltimas son ahora los destinos
preferentes de la industria manufacturera, en especial las zonas metropolitanas de
Quertaro, Toluca y Cuemavaca. Esto, a su vez, se traduce en modificaciones en el
sistema urbano, debido a que la relocalizacin de la industria lleva aparejado un proceso de descentralizacin de la mano de obra, la cual miga ahora con la farnilia.1
Los flujos de poblacin adquieren otras dimensiones; tal es el caso de las movilidades frecuentes mediante las cuales se manifiestan los vnculos econmicos y sociales
entre las ciudades de la regin, y que sirven para establecer los nuevos lmites de la
regin metropolitana.

Actividad econbmica, 1980-1993


Los cambios en la estructura econmica de la ZMcM, por mnimos que sean, repercuten
notablemente en el resto de las ciudades de la regin. La disminucin de la actividad
8En este rubro se encuentran las empresas dedicadas a la informiitica, a la administracin, contadura,
notarios, as como personal que da servicio a las empresas.
9 Se dice que una ciudad tiene vocacin industrial cuando la proporcin de actividad industrial de la ciudad es
mayor a la proporcin que tiene la actividad industrial en el pas.
'OEste esquema se ha dado tambin en otros pases de Amrica Latina, tal como se ha documentado para el
caso de Brasil por Campolina y Crocco (1998), en los que Se explica un proceso similar en tomo a Sgo Paulo

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS


industrial en la zona tiene su contraparte en las nuevas localizaciones de las actividades industriales.Los destinos preferentes han sido las zonas metropolitanas de Quertaro,
Toluca y Cuemavaca. Le siguen en importancia, por el volumen de personal ocupado en
la actividad industrial las ciudades de San Juan del Ro, Tehuacn, Tepeji de Ocampo, la
zona metropolitana de Tlaxcala, Tula y Ciudad Sahagn; y por su actividad comercial
las zonas metropolitanas de Pachuca, Cuautla y Tlaxcala, y las ciudades de Tehuacn y
Tulancingo; finalmente, en servicios se encuentran las zonas metropolitanas de Pachuca
y Cuautla, y las ciudades de Tehuacn y Tula.
En el resto de las ciudades de la regin, parecera que el impacto de la descentralizacin de la ZMCM fue menor; sin embargo al analizar sus tasas de crecimiento se observa
que sus economas crecieron de manera sorprendente entre 1980 y 1993. Situacin que
es difcil observar a partir del total del personal ocupado de la regin debido a la pequea aportacin que hacen a la economa regional; pero si se analizan por s solas, sus
tasas de crecimiento son relevantes, destacando Tezontepec, Huamantla, Izcar de Matamoros, Huejutla de Reyes y Calpulalpan.
Un mayor acercamiento a los cambios en la estructura de las ciudades y zonas metropolitanas de la regin se puede llevar a cabo con la tcnica de cambio y participacin,
ya que permite un anlisis ms dinmico al considerar los cambios en sus estructuras
sectoriales entre 1980 y 1993. Con esta tcnica se puede dar una aproximacin a los
motivos del cambio, ya sea por efectos estructurales o por ventajas locacionales.
El efecto total explica la presencia combinada de dos causas, el efecto estructural y
el efecto diferencial." El efecto total positivo (o negativo) es la ganancia (o prdida)
hipottica de crecimiento relativo de la ciudad, mayor (o menor) al crecimiento regional. Un efecto estructural positivo indica una especializacin de la ciudad en sectores
de rpido crecimiento en el mbito regional, mientras que un efecto negativo seala un
ritmo ms lento que el promedio regional. Las ciudades que tienen un cambio diferencial positivo son las que presentan ventajas comparativas, es decir, son las ciudades
hacia donde se relocaliza la actividad econmica.
I i La expresin algebraica de este tcnica es la siguiente: ET, = ED, + EEJ,,ET = Efecto Total; ED = Efecto
Diferencial; EE= Efecto Estructural. Donde: ETj = S, VhT) - [S, V,(O)*rSR]
rSR= C,CJVII(~)/
CIZ,V, (O); es igual al valor hipottico que se obtiene de aplicar el cociente de variacin nacional al
valor inicial de la variable.
EDJ= 2, { V i J O* rSi1 1; EE, = 2, si* 1 [(vi,@)/ qviI(0)) - (SVU(O)/ Z , ~ ~ , J O ) )) I* E,V,,(O)rS,= Vij (TI/Vij (O)
Vu(0)
= poblacin ocupada del subsector i en la ciudad j; en el periodo inicial,
C,V,(O) = poblacin ocupada regional en el subsector i; en el periodo inicial,
CJVtJ(O) = poblacin ocupada total en la ciudad j en el periodo inicial;
2&VlJ (O) = poblacin ocupada total de la regin en el periodo inicial.
Vu(T)
= poblacin ocupada del subsector i en la ciudad j; en el periodo final,
C,VU(T) = poblacin ocupada regional en el subsector i; en el periodo final,
%VU(T) = poblacin ocupada total en la ciudad j en el periodo final;
x,CIVij(T) = poblacin ocupada total de la regin en el periodo final.

292

Al aplicar la tcnica de cambio y participa~in~~


para el periodo 1980-1993,28de las
31 ciudades consideradas tuvieron un efecto total positivo, las nicas que tuvieron un
efecto total negativo fueron la ZMCM,
Apan y Ciudad Sahagn. En esta ltima, el efecto
negativo se debi a que su economa creci menos que el conjunto de la regin, aunque s
tuvo alguna ventaja locacional; mientras que en Apan, lo fue tanto por su menor crecimiento econmico como por tener menores ventajas comparativas (cuadro 2).
El caso de la ZMCM debe tratarse por separado, ya que los cambios en su comportamiento afectan al conjunto de la regin. El efecto negativo se debi a que a lo largo del
periodo perdi ventajas comparativas respecto al resto de las ciudades de la regin,
sobre todo en lo que se refiere a la localizacin de la industria de productos alimenticios, bebidas y tabaco, al comercio al por menor y a los servicios de reparacin y mantenimiento. La zona continu con su crecimiento econmico, mismo que se expres en
el efecto estructural ms alto de la regin, sobre todo por el dinamismo econmico de
algunos subsectores con actividades altamente especializadas,tal es el caso de la industria
qumica, la del papel y la de los servicios profe~ionalesy tcnicos especializados. Los
efectos diferenciales negativos de la ZMCM tuvieron Como contraparte efectos positivos
en otras ciudades de la regin, principalmente porque los subsectores que perdieron
importancia en la zona aumentaron su participacin en las demas ciudades de la regin,
tales como los productos alimenticios, textiles y prendas de vestir.
Las ventajas comparativas de las ciudades de menor tamao se explican por el desarrollo de sus vas de comunicacin regionales, que permitieron un mejor acceso a l o ~
mercados finales e impulsaron la infraestructura, la produccin y la movilizacin de la
poblacin calificada entre las ciudades de SU regin. Las reas que tuvieron las mayores
ventajas locacionales fueron las zonas metropolitanas de Quertaro, Toluca, Cuernavaca,
Pachuca y Tlaxcala; as como Tehuacn, San Juan del Ro, Tepeji y Tula. Una de las
principales caractefistica~de estas ciudades radica en que se encuentran ubicadas relativamente cerca de la ZMCM,
a una distancia mxima aproximada de tres horas, lo cual
les
tener una mayor vinculacin e intercambio de mercancas y trabajo; 10
cual acenta las relaciones de complementariedad entre stas y la base para la formacin de una regin urbana alrededor de la ZMCM (cuadro 2).

Migracin en la ZMCM y en la regidn Cenro


Junto con la reestmcturacin regional de la industria se presenta la intensificacin y el
redireccionamiento de los flujos migratonos permanentes. La composicin de los flujos
de movilidad de la poblacin tienen ~aractefisticasdiferentes a las tradicionales. En

12para las ciudades mayores de 20

0C)o

habitantes Y

293

un

de desagregacin por subsector.

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Cuadro 2. Regin Centro: anlisis d e cambio y participacin,

1980-1993

Efecto
Ciudad
Total
ZMCM
ZM Puebla

Toluca
ZM Quertaro
ZM Cuernavaca
ZM Pachuca
ZM Cuautla
ZM Tlaxcala
Tehuacn
Tulancingo
San Juan del Ro
Apizaco
Teziutln
Huamantla
Tepeji
Tu la
Calpulalpan
Amecameca
Tenancingo
Actopan
Apan
Huejutla
lxmiquilpan
Ciudad Sahagn
Tezontepec
Zacatepec
Huauchinango
ltcar de Matamoros
Xicotepec
Zacatln
Jojutla

(266 580.0)
84 585.6
26 955.4
33 175.5
31 003.6
12 292.0
8 716.0
7 397.4
12 941.3
4 307.6
7 229.3
3 047.3
1 650.1
1 653.4
8 992.5
8 698.8
905.6
1 105.7
900.2
908.3
(375.8)
3 089.6
173.1
(4 719.7)
25.8
2 187.5
2 233.3
2 673.5
1 763.6
230.1
2 833.5

Diferencial

Estructural

(3 094 376.4)
(129 838.7)
41 945.3
45 101.2
29 940.2
12 707.6
773.5
8 732.4
13 203.7
3 846.6
11 181.3
1 931.2
1 929.0
641.3
10 257.4
8 471.1
1 208.4
1 189.0
627.1
635.1
(167.7)
3 090.6
(3 10.8)
1 371.9
(53.1)
1 303.0
2 147.9
2 324.2
1 850.2
329.1
2 617.9

2 827 796.4
214 424.3
(14 989.8)
(1 1 925.7)
1 063.4
(415.7)
7 942.5
(1 335.0)
(262.5)
461 .O
(3 952.0)
1 116.2
(278.9)
1 012.1
(1 264.9)
227.7
(302.8)
(83.3)
273.1
273.2
(208.1 )
(1 .o)
483.8
(6 091.6)
78.8
884.5
85.4
349.3
(86.6)
(99.0)
21 5.6

Fuente: Clculos propios con base en DGE, Censos industrial, comercio y servicios, 1980; INEGI, Censos
econmicos, 1993.

particular destacan los movimientos de poblacin familiares, con alto nivel de ingreso y
un nivel de escolaridad superior al promedio, que se dirigen a ciudades y zonas metropolitanas de mayor tamao, lo que permite continuar el crecimiento de estas ciudades
en la regin Centro.
294

1
1

Un primer aspecto a destacar es que la migracin intrarregional dup1i.A el1 .rnl----en los ltimos 25 aos: de 655 O00 personas que se movieron entre 19bJ y ir
interior de la regin, se registr una movilidad de 1 349 000 persona? -- -'
1990-1995. Esta mayor movilidad refleja un proceso de redistribucin in
la poblacin. La causa principal de esta movilidad es el cambio en el cc
migratorio de la ZMCM, que disminuy en trminos absolutos y r p l f l t i y
recibir 855 000 inrnigrantes en el periodo 1965-1970, veinte a
500 000. Lo anterior se tradujo en la disminucin de ni1 imnn
- -o----,

11

de enviar 20 000 migrantes en el quinquenio 1965-1970, pas a poco mAs de 1


entre 1985 y 1990. Con excepcin de Zacatepec y Jojutla, el resto de las ciudadr. ,
regin por lo menos duplicaron el nmero de inmigrantes que recibieron. Esto se puede
observar en el mapa 2, en el que se ve en forma clara que los flujos emigratorios del
Mapa 2. Regin Centro: emigrantes del Distrito Federal a ciudades.

Fuente: Elaboracin propia con base en INEGI, X/ Censo general de poblacin y vivienda.
1 3 ~ ~ b ai las
d ~caracter{sticas del levantamiento de la informacin censal hasta 1990 no se puede calcular el
flujo de emigrantes de la ZMCM. Sin embargo, Se sabe que 68% de los flujos de la ZMcM salen del Distrito Federal,
por lo que stos son una buena aproximacin de la distribucin de 10s flujos emigratonos de la zona en la regi6,,
Centro.

Distrito Federal cubren prcticamente a toda la regin, aunque destaca el flujo que se
dirigi a las zonas metropolitanas, mismas que recibieron cuatro quintas partes de dichos emigrantes.
En este periodo, si se excluye a la ZMCM, tenemos que las ciudades de la regin
recibieron 2.6 veces ms inmigrantes en 1985-1990 que los que recibieron entre 19651970, al pasar de 114 700 inrnigrantes de 1965-1970 a 300 000 entre 1985-1990. De las
treinta ciudades y zonas metropolitanas consideradas en el estudio, cinco de ellas
incrementaron su participacin en la recepcin de inmigrantes,diecisis mantuvieron casi
la misma participacin con variaciones de 0.3%, y las restantes nueve perdieron irnportancia relativa, sobresaliendo Quertaro, Toluca, Tlaxcala, Pachuca y San Juan
del Ro, las que en conjunto incrementaron su participacin en siete puntos porcentuales
al pasar de 28 a 35% del total de inmigrantes de la regin. Lo anterior muestra que la
desconcentracin de la poblacin es relativa, tan solo cinco ciudades incrementaron su
participacin. Un punto importante a resaltar es que una buena parte de estos migrantes
permanentes mantienen un vnculo estrecho con la gran ciudad de donde salieron, no
slo por las redes migratorias y lazos afectivos sino porque siguen dependiendo de ella,
ya sea por motivos comerciales, de servicios, etctera.

El subsistema de ciudades de la regin Centro de Mxico, 1995

Como resultado de la reestructuracin de la actividad econmica y de la diversificacin


de los flujos migratorios, en la dcada de los noventa se tiene un subsistema de ciudades
an ms consolidado. En l se agrega un nmero mayor de ciudades, a la vez que las
relaciones entre ellas son ms complejas, e incluso se tiende a la formacin de una red
urbana en la que las ciudades no slo interactuan con la ZMCM,
sino que cada vez lo
hacen ms entre ellas (mapa 3).
En 1995 el subsistema de ciudades14de la regin Centro de Mxico se integraba por
57 centros urbanos mayores de 15 000 habitantes, distribuidos de la siguiente manera:
ocho zonas metropolitanas, de las cuales dos son mayores de un milln de habitantes,
tres de ms de medio milln de habitantes y las 3 ltimas de entre 100 000 y 499 000
habitantes. En las restantes 49 localidades urbanas hay s6l0 una de ms de 100 000 habitantes; cuatro de 50 000 a 99 000 habitantes y las otras 44 son menores de 50 000
I4El subsistema de ciudades es: "la combinacin compleja y funcional de lugares centrales y reas de
influencia, caracterizados por una estructura y funcionamiento determinados, y se orienta hacia el concepto de
regin integral, en donde los procesos econmicos, sociales, polticos y demogrficos se manifiestan conjuntamente en el espacio"; por lugar central se entiende a la "localidad que funciona como centro de servicios para
su poblacin y la de su rea de influencia"; y por "rea de influencia" al espacio regional donde se ubica un
conjunto o red de ciudades, que constituyen el soporte del sistema, interrelacionadas e interdependientes que
interacthan a travs de flujos, bienes, servicios y personas (Conapo, 1991, pp. 23-25).

Mapa 3. Regin Centro: subsistema de ciudades, 1995

LOCAUDADES DEL SUBSISTEMA


CIUDADES CENTRALES
Rango 1

Rsogo2

Rango4
VlNCULOS ENTRE LUGARES CENTRALES

mMUNICIPIOSMETROPOLITANOS

Fuente: Elaboracin propia con base en INEGI, /X Censo de poblacin y vivienda, 1990 y Conteo de
poblacin y vivienda, 1 99 5 .

habitantes. De estas ltimas, 14 se agregaron en el primer quinquenio de los noventa y


representaron 25% de las localidades urbanas, pero con tan slo 1% de la poblacin
urbana regional.
El centro de este subsistema ha sido tradicionalmente la zona metropolitana de la
ciudad de Mxico. Unikel(1976), con base en las matrices de flujos de camiones de carga
de 1966, identificaba ya como parte de este subsistema a las ciudades de Toluca, Puebla,
Cuemavaca, Quertaroy Pachuca. Asimismo, destacaba que: "Estadefinicin de subsistema
es arbitraria puesto que en importancia la capital domina la totalidad del pas. Sin embargo, configura una zona o regin en la que existe un alto potencial de integracin en t b i nos de complementacin industrial" (p. 95). En la dcada de 10s noventa esta aseveracin
es cada vez ms palpable, y la integracin es ms patente cada da al presentar nuevas
formas, como la migracin pendular o la desfragmentacin del proceso productivo en las
ciudades cercanas a la Zona Metropolitana de la Ciudad de Mxico.
El Consejo Nacional de Poblacin (Conapo, 19971, utilizando la matriz de flujos
telefnicos de junio de 1990, identifica tambin a las ciudades arriba mencionadas
adems de otras ciudades ms pequeas pero de creciente imponmcia en los
veinte aos. De acuerdo con el Conapo, la ciudad que le sigue en importancia con un

rango15 dos es la zona metropolitana de Puebla, la cual es centro de otro pequeo


subsistema y tiene una influencia regional que abarca al resto de las ciudades de su
estado y de Tlaxcala, ms la porcin central de Veracruz. Las ciudades de Toluca,
Cuemavaca y Quertaro son de tercer rango y su rea de influencia se reduce prcticamente a la ciudad a la que pertenecen; el resto de las ciudades de la regin en la jerarqua nacional tienen un rango mayor al quinto.
La estructura del subsistema de ciudades de la regin en 1990, a diferencia de la que se
tena en 1988 (Conapo, 1991), incorpora seis ciudades de quinto y sexto rango, que en
orden de importancia son las siguientes: Cuautla, Pachuca, Tlaxcala, Tehuacn,
Tulancingo y San Juan del Ro. Todas ellas con una importante vinculacin con la ZMCM
a la vez que han sido centros de notables transformaciones econmicas.
Este subsistema muestra un alto grado de concentracin a todos los niveles; as por
ejemplo, en el plano econmico, produca poco ms del 40% del PIB nacional. La regin
ha contado con un gran desarrollo de vas de comunicacin hacia la ciudad de Mxico;
actualmente un nmero importante de las ciudades de la regin y en especial todas las
zonas metropolitanas, se comunican con la ZMCM. Las ventajas que ofrece esta infraestructura son evidentes, pues la duracin de los viajes entre los principales nodos urbanos es de aproximadamente dos horas en promedio, situacin que le confiere un status
especial, ya que le posibilita una comunicacin ms fluida con las ciudades y zonas
metropolitanas de su entorno, mismo que se ejemplifica en los numerosos viajes que se
realizan entre las ciudades de la regi6n.I6

La movilidad interurbana y formacin de las grandes


regiones metropolitanas
La movilidad interurbana es un medio a travs del cual se pueden estudiar las relaciones
funcionales entre las zonas metropolitanas y ciudades de una regin, ya que proporcionan elementos para explicar el funcionamiento y vinculacin de los diferentes mercados laborales regionales, adems de otro tipo de vnculos entre ciudades. A partir de
esta movilidad es posible delimitar el rea de influencia ms inmediata de la ZMCM y la
conformacin de una gran regin metropolitana.
En este documento interesa en especial la movilidad que se presenta de manera cotidiana o frecuente entre ciudades y que definimos como los viajes que realiza la pobla-

l 5 Se entiende por rango de jerarqua en el subsistema, al orden en que se encuentran las ciudades de acuerdo
con sus atributos, como el tamao de poblacin o las actividades que en ellas se realizan y que definen su
jerarquia. (Conapo, 1991, p. 23).
l6 Algunos ejercicios para medir los viajes entre las ciudades de la regin se encuentran en Arias (1990) y en
Graizboard (2000).

LAMOVILIDAD ~~~TERIJRBANA
EN LA FORMACIN DE UNA REGIN METROPOLITANA

cin entre las ciudades de la regin, con una frecuencia de por lo menos una vez al mes,
Por ~ ~ ~ ode
n trabajo
e s
y/o estudio,'? para realizar la compra o venta de productos, o
bien, por visitas familiares, mdicas o de recreacin.
La movilidad frecuente, y de manera especfica la asociada a los procesos productivos, determina, a la vez que explica, el funcionamiento de los mercados regionales, al
mismo tiempo que influye en el comportamiento de los individuos y de las familias,
tanto de los que viajan como de los que residen habitualmente en las ciudades y zonas
metropolitanas involucradas.
Este tipo de movilidad es importante en el estudio de las regiones meh.opolitanas y
sus reas de influencia, debido a que a travs de sta se vinculan los mercados de &abajo y de bienes y servicios, entre las diferentes ciudades de la regin. Con este tipo de
movilidad se muestran en el plano espacial, las nuevas modalidades que adquiere el
proceso productivo; sin embargo, la inexistencia de informacin emprica en Mxico ha
dificultado su estudio. Por tal motivo, actualmente se trabaja en el diseo y aplicacin
de una metodologa que permita profundizar en la medicin de su volumen, en la caracterizacin de la poblacin que realiza estos viajes y en sus posibles impactos, en principio en la estructura familiar, aunque interesan de manera particular los efectos que
tienen en la planeacin de las ciudades, en la toma de decisiones de poltica fiscal,
infraestructura urbana, empleo y prestacin de servicios.
Es de notar que existe informacin de flujos de carga y de personas captada en
encuestas de origen y destino para diferentes puntos, sin embargo la informacin que
ofrecen es limitada, por lo que un primer punto de arranque para caracterizar a esta
poblacin han sido las personas que de alguna forma se encuentran cautivas, es decir,
las que viajan en autobs.

~1principal problema que se tiene para estudiar a la poblacin que viaja frecuentemente
(conocidos tambin como commuters) es la falta de inf0rInaci6n al respecto. una vez
iniciada la investigacin nos enfrentamos a diferentes problemas para su estudio, en
lugar se trata de un movimiento cclico y las estadsticas publicadas hablan de
viajes y no de personas, ademfis de que del total de personas que viajan slo una proporcin de ellas lo hace cotidianamente Y Se desconoce su perfil sociodemogrfico.
La metodologa utilizada en esta encuesta para medir la movilidad frecuente es
la principal meta lograda por el estudio, sobre todo Por la complejidad de la misma

por estos m o t j ~ los


~ ~que
, tienen un lugar de residencia diferente a su lugar de
,,
IX poblaii6n
trabajo o estudio, son ]os que denominamos migrantes pendulares'

299

y la escasa o nula investigacin en Mxico al respecto. Se sustenta bsicamente en la


aplicacin de encuestas como ya se mencion a bordo de los autobuses durante el transcurso del viaje, se llev a cabo del 21 de noviembre al 6 de diciembre de 1999, es representativa de la poblacin que viaja en autobs en sus diversas rutas y clases18y fue resultado de
tres pruebas pilotos realizadas a lo largo del ao (abril, mayo y septiembre).
La instrumentacin de la metodologa se inici con un reconocimiento de la importancia de enfatizar la relacin existente entre el desplazamiento y el individuo, es decir, entre
la migracin y el migrante, mediante las dos dimensiones que definen al desplazamiento,
el espacio y el tiempo, de tal manera que se pudo realizar un muestre0 de la migracin que
incluye datos del desplazamiento y que recupera informacin sobre el migrante, sus caractersticas, su perfil sociodemogrfico, su experiencia migratoria, etctera.
En la construccin de la muestra se contemplaron dos aspectos: por una parte, los
viajes ocumdos en cada ruta diariamente durante el periodo de estudio (nmero de
corridas); y por otra parte, la identificacin del nmero de pasajeros. De esta manera,
como unidades muestrales se utilizaron el nmero de conidas que se llevan a cabo en
las rutas, esto es, los camiones que parten del punto de origen y que hacen parada en el
punto de destino. Para obtener una muestra eficiente, fue necesario obtener una distribucin proporcional de las corridas, por tanto, fue menester obtener informacin estadstica que nos indicara el nmero de corridas que llevan a cabo cada una de las lneas
de autobuses diariamente en las rutas ya mencionadas.
Al inici de la investigacin se tena un nmero estimado de salidas proporcionado
por las lneas de autobuses y se desconoca el total de personas transportadas debido a
que las lneas de autobuses por asuntos fiscales y de competencia entre lneas ocultan
esta informacin. Por tal motivo se cre un mecanismo que consista en tener dos contadores en cada terminal para obtener una estadstica confiable del nmero de conidas
y de personas que viajaron entre Mxico y Cuautla.
Debido a que tambin se desconoca la cantidad o volumen de personas que tienen la
caracterstica de ser viajeros frecuentes, se aplic un cuestionario filtro a todos los
pasajeros (excluyendo al operador y ayudantes) para identificar a aquellos que conformaban la poblacin de inters, es decir, los que cubrieran las cuatro condiciones siguientes:

a ) que el lugar de origen (de donde acaba de salir) se encuentre ubicado en la ZMCM
o en la ZM de Cuautla
b) que su lugar de destino se localice en la ZMCM O en la de Cuautla

l 8 Las lfneas de autobuses son: Autotransportes Estrella Roja, Nueva Generacin, omnibus Cristbal Coln,
Ruta 85, Sur, Volcanes y Pullman de Morelos. La ltima lnea no dio autorizacin para realizar las encuestas,
cabe decir que transporta cerca de 5% de la poblacin que viaja entre estas ciudades.

c) que el pasajero realice por lo menos un viaje al mes


d) que el entrevistado tuviera 12 aos o ms.

1
l

Una vez identificada esa poblacin, se dise una submuestra para aplicar un cuestionario individual que se fue construyendo con los resultados de las tres pruebas
piloto anteriores; cuyos temas principales fueron: caractersticasde la movilidad (origen-destino, costo, frecuencia, motivo y duracin del viaje, transporte alternativo y
complementario); caractersticas socioecon6micas (composicin familiar, consumo de
bienes y servicios en el lugar de origen y destino, ocupacin, nivel de ingreso y de estudios y antecedentes migratorios); y caractersticas de la residencia habitual y de sus
ocupantes.

l
l

Principales caracten'sticas de la movilidad interurbana


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1

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1!
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Uno de los resultados ms significativos de la encuesta fue la importancia de la movilidad frecuente no slo entre las dos ciudades sino en la zona intermedia de ambas metrpolis. Se estima que el volumen total de personas transportadas durante los 16 das de la
encuesta fue de 120 000, cifra que se aproxima a la tercera parte de la poblacin de la
Zona Metropolitana de Cuautla, que en el 2000 era de 357 880 habitantes.
De las 120 000 personas transportadas, 53% viaj de Mxico a Cuautla y el resto lo
hizo en sentido contrario por las tres vas: Federal (Chalco), Xochimilco y Autopista
(Pera). Del volumen total de personas transportadas en la ruta Mxico-Cuautla 49%
hizo el viaje completo, 39% se baj en las reas rurales entre ambas zonas metropolitanas, mientras que el otro 12% tena como destino final otra entidad, principalmente de
los municipios de Puebla cercanos a Morelos. Este ltimo porcentaje incluye a las personas que bajaron en las delegaciones del Distrito Federal o municipios de la ZMCM, ya
que en este caso se utilizaba el transporte como intraurbano.
Respecto a la ruta Cuautla-Mxico, los resultados exponen que del volumen total de
personas transportadas, 70% hizo el viaje completo, 26% se qued en la zona intermedia y el resto tena su destino final en otra entidad, principalmente en Puebla o en la ZM
Cuautla, en este ltimo caso el transporte se utilizaba como local.
Estas cifras nos demuestran por una parte, la importancia que ha ido adquiriendo la
movilidad frecuente entre las metrpolis, especficamente en los espacios del commuters,
donde se dan los traslados necesarios por la disociacin entre los lugares de residencia
y trabajo, as como de comercio y de otras actividades econmicas o sociales.
Otro de los datos relevantes de esta encuesta es la deteccin y estimacin de un
volumen importante de personas que bajan en la zona intermedia que podra denominarse franja urbano-rural ya que se ubica en los lmites de ambas zonas metropolitanas
con Breas rurales que despuds del proceso de urbanizacin han quedado insertadas en
30 1

esta dinmica, donde muchas veces es difcil distinguir los lmites de cada rea debido a
que la funcionalidad establecida los ha ido borrando.
De acuerdo con la encuesta, del volumen total de personas que viaj entre Mxico y
Cuautla 39% se baj en el rea intermedia, mientras que en la ruta Cuautla-Mxico 26%
se baj en esta zona.
Este proceso en el que se han empezado a vincular las reas rurales y urbanas ha sido
abordado por otros autores como la nueva ruralidad (Lara, Chauvet y Long, 1996), la
rururbanizacin o agricultura periurbana o la agrociudad, en estos enfoques sobresale
que la manifestacin espacial de este comportamiento se constituye por la conformacin de la corona de ciudades y los espacios perifricos en los cuales se entrelazan
actividades econmicas y formas de vida que manifiestan caractersticas tanto de los
mbitos urbanos como de los rurales.

Principales caractersticas de los commuters en el oriente


de la regin Centro de Mxico
Se estima que 12%del total de personas que viajan entre las zonas metropolitanas de la
Ciudad de Mxico y Cuautla lo hizo de manera cotidiana, los datos que se presentan a
continuacin son resultado de las entrevistas que se realizaron entre ellos y los datos
an estan sin ponderar, por lo que se deben considerar preliminares.
De la poblacin que viaja frecuentemente se encontr que en promedio realizaban
dos viajes redondos por semana. De ellos, 32.2%eran movimientos pendulares, es decir, que su lugar de trabajo o estudio y su lugar de residencia eran diferentes; 21.6%
pertenece a motivos relacionados con el proceso productivo, lo que sumado asciende a
53.8% y, finalmente, 46.2% se ubica en el tipo de movilidad de tipo social y recreativa,
como se observa en la grfica 2. Considerando los tres tipos de movilidad se puede
ejemplificar la fuerte interaccin que se da entre los mercados laborales de la ZMCM y la
zona metropolitana de Cuautla.
Del total de viajes realizados por motivos econmicos (pendulares y asociados a la
actividad productiva) captados en la encuesta, dos terceras partes tenan su residencia
en Cuautla y trabajaba en la ZMCM. Este grupo que es el ms numeroso, destaca porque
sus niveles de escolaridad son an ms altos y 43% tiene estudios de licenciatura o
posgrado.
Ahora bien, es importante sealar que sta es una encuesta en autobuses y los funcionarios y directivos generalmente no viajan por este medio, por lo que en ocupacin
predominan los tcnicos y trabajadores de la industria, trabajadores de la educacin,
comerciantes y vendedores, y profesionistas que en conjunto suman 84%. Las ramas
principales en la que se desempean son en orden de importancia, el comercio, la manufactura y la administracidn pblica que en conjunto representan 55.6 por ciento.

LAM

V I N~~ ~ J~ R B ~A NEN
~A LA~ FORMACIN
~
DE UNA REGIN METRO POLI TAN^

Grfica 2. Tipos de movilidad

WSocial

Pendular

O Asociacin al proceso de produccin

Fuente: CRIM-UNAM, encuesta de movilidad, 1999. Base de datos.

Existe tambin un flujo de migrantes pendulares cuyo lugar de residencia es la Z M C ~ .


Este flujo si bien es de menor tamafio, se caracteriza porque esta compuesto principalmente por tcnicos especializados, profesionistas y comerciantes.
La interaccin econmica entre Cuautla y la ciudad de Mxico puede entenderse
desde un principio como producto de su consolidacin de centro regional de abasto y
servicios en los ltimos treinta aos y su alta especializacin en comercio y servicios;
sin embargo, esta actividad depende en gran medida de su relacin con la ZMCM. ]POCO
ms de la tercera parte de los entrevistados eran comerciantes residentes en Cuautla que
viajan a la ZMCM de manera cotidiana para surtirse de mercancas, en la mayor parte de
los casos se trata de comerciantes minoristas. En trminos de empleo manufacturero, a
finales de la dcada de los noventa Cuautla cobra importancia con el desarrollo de su
parque industrial, esta situacin si bien ha ofrecido fuentes de empleo para habitantes
de la zona, tambin ha sido un punto de atraccin de personal especializado y profesional para trabajadores de otros estados vecinos.
Al mismo tiempo, existen profesionistas y personal especializado que residen en
Cuautla, pero que no ha podido encontrar trabajo en la zona por lo que se ha visto en la
necesidad de viajar de manera cotidiana a la ZMCM para trabajar. Esta situacin ha provocado que un importante gmpo de la poblacin deba viajar grandes distancias para
llegar a sus lugares de trabajo, originndose as la movilidad pendular. Esta movilidad
desplazamiento de personas de una ciudad a otra, debido a que lleva implcitas otras
caractersticas, como tener un objetivo laboral, la interrelacinde mercados de trabajo y
el intercambio de mercancas.
303

1;
l
\

En la actualidad la regin Centro de Mxico es objeto de un profundo proceso de reestructuracin econmica y de la poblacin. Esto se explica, en principio, por las transformaciones econmicas y demogrficas de la ZMCM, que se ha caracterizado por ser la
ciudad central y eje motor no slo de la regin sino tambin del pas.
La ZMCM es la ciudad ms desarrollada del pas, sus principales caractersticas se
asemejan cada vez ms a la de las grandes ciudades mundiales. Es decir, en sta se ve
cada vez ms un predominio de las actividades de alto nivel, como es la concentracin
de los servicios corporativos avanzados y la expansin de los servicios profesionales
que sirven a empresas industriales de la regin. El proceso anterior se presenta junto
con la disminucin de la importancia relativa de la actividad manufacturera de la ZMCM,
en especial la de alimentos y la textil. De acuerdo con Sassen (1998), tal parece que esta
descentralizacin de la actividad industrial se hace de tal forma que la ZMCM contina
controlando las actividades de gestin y control de operaciones.
Asimismo, el incremento de la migracin intrarregional, la presencia de la movilidad frecuente entre las ciudades de la regin por motivos laborales y la disociacin
entre el lugar de residencia y el lugar de trabajo y10 estudio, dan cuenta de la formacin de
una gran regin metropolitana en la ZMCM,
la cual es centro de un complejo de ciudades
que interactan y se complementan en trminos econmicos y sociales.
As, al analizar la movilidad de la poblacin entre la ZMCM y la ZM de Cuautla se
encontr que esta ltima es una forma de respuesta a los cambios en la actividad econmica y al nuevo papel regional que asume la ZMCM,
en el sentido de que las transfonnaciones econmicas y demogrficas que en ella se realicen tienen amplias repercusiones
en la vida econmica y social del resto del pas, aunque de manera especial en la regin
que la circunda, incluyendo tanto a las reas rurales como a las ciudades de menor
tamao que la rodean.
Dicho fenmeno se ejemplifica con la transformacin del oriente de la ZMCM, ya que
el anlisis de los flujos muestra que existe una gran interrelacin entre las zonas de
Mxico y Cuautla, y en la cual el rea rural que la circunda est plenamente integrada a
la actividad de ambas zonas, por lo que ya se puede pensar en trminos funcionales de
un continum, en el que los lmites de lo urbano y lo rural se pierden.
En este contexto se requiere pensar de una manera diferente el espacio, y por consiguiente tambin la forma de dar respuesta a los problemas que en l se generen; as
como crear una red de transporte ms gil y ms barata que facilite los viajes entre ellas
sin perjuicio de la salud y la economa de la poblacin que habita en la regin.
sin embargo, estos
Ahora bien, aqu slo se estudia a la regin oriente de la ZMCM;
procesos se presentan en todo el centro del pas, que segn clculos conservadores es de
cerca de 500 000 habitantes, aunque bien podra rebasar esta cifra, por lo que es importante que se realicen estudios para toda la regin, ya que la poblacin involucrada en

LAMOVILIDAD INTERURBANA EN LA FORMACI~NDE UNA R E G I ~ NMETROPOLITANA

esto es altamente selectiva, con niveles de escolaridad ms altos que el promedio nacio-

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307

Control de los recursos naturales y conflictos


territoriales en la zona de bosque templado
del norte de Morelos;. Un recorrido

entre lo local y lo regional*


Maria Fernanda Paz Salinas
y Luz Maria Vdzquez,

Centro Regional de Investigaciones


Multidisciplinariasde la UNAM

Introduccin

L TRABAJO que presentamos refine algunas reflexiones iniciales desprendidas de dos


proyectos de investigacin actualmente en curso en el norte de Morelos, versados
en diferentes aspectos que ataen al manejo y conservacin de los recursos naturales de la
zona de bosques templados del rea natural protegida Corredor Biolgico Chichinautzin.
No trataremos aqu los procesos referentes a la degradacin o aprovechamiento de 10s
bosques; sin embargo, dado que la dinmica de la regin gira en buena parte en torno a
ellos, nos interesa acercamos a su dimensin espacial. Nuestro trabajo tiene por objetimetodolgicas para abordar el estudio de la regin desde
vo hacer algunas
los mbitos locales, en tanto unidades territoriales de control de 10s recursos. Nos aproximamos a estas ltimas desde una perspectiva antropol6gica buscando la forma cmo se

* Ponencia presentada en el Taller de Anlisis Regional "Morelos en el Centro de Mxico, La penfenaregional y


el desarrollo local", 22 y 23 de octubre de 1999, akmavaca, Mor.
309

articulan en estos espacios micro, lo que consideramos son algunos de los elementos
constitutivos de una regin: 1) geogrfico-territoriales; 2) poltico-administrativos;
3) socioorganizativos, y 4) histrico-culturales. En la segunda parte, a partir de datos
empricos nos referimos brevemente a ciertos conflictos presentes en la zona que giran
en torno al control de los recursos, uno de cuyos componentes,justamente, concierne al
aspecto territorial.

Antecedentes
A finales de la dcada de los ochenta, poco ms de 37 000 hectreas de la franja norte
del estado de Morelos quedaron incluidas dentro del decreto que daba creacin al rea
natural protegida Corredor Biolgico Chichinautzin, bajo la categora de manejo de
30 de noviembre de 1988). Cincuenta aos
rea de proteccin de flora y fauna1 (DOF,
atrs, en esta misma zona, los bosques de los municipios de Huitzilac y Tepoztln haban sido objeto tambin de la poltica de conservacin a travs de los decretos que
dieron origen a los parques nacionales Lagunas de Zempoala, en el primero, y El
Con la declaratoria de 1988 los dos parques y el rea de
Tepozteco, en el ~egundo.~
proteccin se integran (conservando sus categoras), y as conforman una zona de consino en representatividad ecosistmica, ya
servacin ms vasta no ~610en e~tensibn,~
que el Corredor comprende una regin de bosques templados ubicada en los municipios
de Huitzilac, Tepoztln y Tlalnepantla, y otra ms hacia el sur de selva baja caducifolia.
Es sobre la primera en la que centraremos nuestro trabajo.
Si bien los motivos que dieron origen a ambas figuras de proteccin difieren por las
circunstancias histricas en que se enmarcan, y por las concepciones que en cada uno
de estos momentos privaba sobre la conservacin, lo cierto es que en ambos casos se
coincide en la necesidad de proteger y conservar un rico entorno natural altamente vulnerable por su cercana con las reas pobladas. Sin embargo, a diferencia de los parques
nacionales cuyos objetivos se centraban fundamentalmente en la creacin de reas de
recreo para la proteccin de suelos y bosques y la conservacin del patrimonio natural y
cultural de la regin, los objetivos que dieron origen al Corredor Biolgico Chichinautzin
son de una mayor amplitud y precisin.

l Segn lo consigna la Ley General del Equilibrio Ecolgico y la Proteccin al Ambiente, se reconocen ocho tipos de
reas naturales protegidas que implican las categoras de manejo especificas: 1 ) Reservas de Biosfera; 2) Parques nacionales; 3) Monumentos naturales; 4 ) Areas de proteccin de recursos naturales; 5) Areas de proteccin de flora y
fauna; 6) Santuarios; 7) Parques y reservas estatales, y 8) Zonas de preservacin ecolgica de los centros de poblacin.
*El parque nacional Lagunas de Zempoala fue decretado en 1936, mientras que El Tepozteco en 1937.
De acuerdo con los decretos respectivos, el rea de proteccin de flora y fauna Corredor Biolgico Chichinautzin
tiene una extensin de 37 302-40 hectreas, mientras que los dos parques nacionales suman un total de 28 790
hectreas, sumando un total de 66 092-40 hecthreas.

Segn se desprende del propio decreto, la zona en su conjunto presenta caractersticas edafolgicas, florsticas, faunsticas, de altitud y de ubicacin geoestratgica -por

tiguamiento de las tres zonas niricleo establecidas por este instrumento legal,6 a fin de

73.8% de los encuestados no haba odo hablar nunca del "Corredor" y mucho menos
del decreto; mientras que 26.2%restante indic saber que se trataba de un rea natural
protegida, pero manifest no saber las implicaciones que esto tena ni para la zona ni
para ellos. Por otro lado, a 10 largo de estos diez aos no se elabor ningn plan de
manejo, no se concertaron acciones coordinadas entre las distintas instancias gubernamentales de los tres niveles de gobierno, las organizaciones sociales de la zona y los
distintos actores involucrados para la conservacin de los recursos naturales y su apro-

Segn se desprende del decreto de 1988, la zona presenta una alta diversidad biolgica expresada por la
presencia de 350 especies de plantas Y seis tipos de asociaciones vegetales, ademis de 257 especies animales
entre las cuales se cuentan veinte de aves Y una de mamferos que son endmicas y en peligro de extincin
(DOF,30 de noviembre de 1988).
56*~0
rasgos
s
hidrolgicos ms sobresalientes del Corredor Biolgico se refieren a su importancia dentro del
balance hfdrico regional. Destaca Porque incluye las cabeceras o cuencas altas de los ros Yautepec y Apatlaco, y por
ser una de las reas con mayor capacidad de infiltracin del estado. Su extensin de aproximadamente 210 000
hectheas, 10s 1 300 millmetros de precipitacin producto de la geomorfologla y altitud (3 450 metros), as como su
elevado {ndice de infiltracin (70-80 Por ciento), le confiere una gran importancia en la recarga de acuiferos, los que
a su vez cubren las necesidades de agua de las actividades econmicas (agricultura, ganadera, industria, recreacin)
y de su uso domestico de la mayora del estado" (cis. UAEM: s/f, no publicado).
6 SegCin los artculos segundo Y tercero del mencionado decreto se establecen dentro del rea tres zonas nbcleo:
Chalchihuites, ~hichinautzin-Quiahuistepcy Las Mariposas por ser estas zonas poco perturbadas, as como por sus
caractersticas ecosistmicas: la primera y la segunda bosque templado y la tercera selva baja caducifolia. Respecto a la
zona de amortiguamiento, el artculo tercer0 establece que la misma tiene una superficie de 31 905-28-25 hectreas.
7 En 1995 le fue encomendado al CRIM-UNAM la elaboracin de un diagnstico socioeconmicodel Corredor Biolgico Chichinautzin; en 6ste se aplic6 una encuesta de tipo probabillstico a una muestra de 400 hogares, misma a la
que aqu se hace referencia.

311

vechamiento sustentable y, lo que es todava ms grave, no se fren el deterioro de sus


recursos ni se contuvo el crecimiento urbano, aun cuando stos eran unos de los principales objetivos de su creacin.
En 1998, tras los incendios registrados en la temporada de secas que afectaron ms
de 1 700 hectreas de bosques y pastizales de los municipios que comprenden el Corredor (Semarnap, 1998)*y ante la movilizacin que este evento suscit por parte de autoridades de los tres niveles de gobierno, organizaciones sociales y poblacin en general,
el Corredor Biolgico Chichinautzin pas a formar parte de las reas naturales protegidas prioritarias dentro del Sistema Nacional de k e a s Naturales Protegidas del pas
(Sinap). Esto se tradujo en la asignacin de recursos econmicos, la designacin de un
director de reserva, un coordinador operativo y jefes de proyecto por parte del Instituto
Nacional de Ecologa y la formulacin de un Plan de Manejo, mismo que le fue encomendado al Centro de Investigaciones Biolgicas de la Universidad Autnoma del Estado de Morelos.
Sin lugar a dudas lo anterior constituye una oportunidad para avanzar hacia los objetivos de conservacin y manejo adecuado de los bosques de esta zona bajo proteccin;
no obstante, consideramos que en s mismos estos recursos son insuficientes si se c-arece de un diagnstico adecuado que d cuenta no slo del estado en que se encuentran los
ecosistemas, sino tambin de los procesos econmicos, polticos y socioculturales, pasados y presentes, que han incidido en la zona y han generado condiciones para su
conservacin, o bien para su deterioro.
El funcionamiento de las reas naturales protegidas ha sido sin duda el gran reto de
la poltica de conservacin en nuestro pas, pero asimismo su gran dolor de cabeza. A lo
largo de los ltimos veinte aos se ha avanzado de manera considerable en la definicin
y
de los objetivos de la conservacin vinculados con el desarrollo econmico na~ional,~
se ha creado tambin el marco legal e institucional para respaldar dicha poltica
(Semarnap, 1996); sin embargo, ha sido en su operativizacin en donde se enfrentan los
principales obstculos, y esto es as debido a que el manejo de los recursos se mueve en
un mbito altamente conflictivo a causa de los diversos intereses que involucran. La
tarea del Estado, por tanto, no puede reducirse al diseo de polticas sino que debe a la
par avanzar en la bsqueda de mecanismos que permitan conciliar el inters pblico con
los intereses privados, es decir, los de los poseedores y de los usuarios de los recursos
en cuestin; para ello habr de conocerlos e indagar sobre los motivos que los sustentan.
8 Segn lo informa la Secretara de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, Delegacin Federal en el
Estado de Morelos, los incendios registrados de enero a junio de 1998 afectaron 167.18 hectreas en la zona
norte del municipio de Cuernavaca, 1 093.29 ha. en Huitzilac, 268.10 ha. en Tepoztln, 192.8 ha. en
Tlalnepantla, 52.8 ha. en Tlayacapan y 44.5 ha. en el municipio de Totolapan. C' Semamap, Documento de
la Reunin Extraordinaria del Consejo Tcnico Consultivo Forestal del Estado de Morelos, julio 9 de1998.
9Fue hasta la dcada de los ochenta, en el periodo de Miguel de la Madrid, cuando se incorpora la temtica

CONTROL
DE LOS RECURSOS NATURALES Y CONFLICTOS TERRITORIALESEN LA ZONA DE BOSQUE TEMPLADO

En este trabajo planteamos como hiptesis principal que uno de los elementos constitutivos de estos intereses privados, que aqu preferimos llamar colectivos para distinguirlos de los individuales, se sustenta en el control territorial pues, desde nuestra
perspectiva, el tenitono y sus recursos no aluden slo a una dimensin espacial, fsica,
sino tambin a las dimensiones simblico-culturalesde los grupos que lo habitan; como
indica Yves Barel (1990, citado por Tizon, 1996, p. 21) el territorio es el "[...] lugar de
vida, de pensamiento y de accin, en el cual y gracias al cual un individuo o un gmpo se
reconoce, dota de sentido a aquello que lo rodea y se dota a s mismo de sentidos, pone
en marcha un proceso identificatorio e identitario".
Para trabajar nuestra hiptesis consideramos necesario fragmentar analticamente la
regin de bosques templados del Corredor del Chichinautzin en las diversas unidades
territoriales que la componen, y buscar en ellas los elementos culturales, poltico-administrativos, histricos y jurdicos que las definen como instancias espaciales de control
de los recursos.

Lo comn y lo diverso: definicin de los espacios


EL espacio regional
Si nos atenemos a la definicin ms bsica de regin definida desde el punto de vista
biolgico que la designa como un espacio territorial en donde los lmites geopolticos se
disuelven por la presencia de elementos naturales comunes (De la Pea, 1991,p. 126),1
podemos con soltura decir que la zona que nos ocupa es una regin o, si se quiere, una
subregin dentro de una ms vasta, circunscrita por las figuras jurdicas de h e a de
Proteccin de Flora y Fauna, Corredor Biolgico Chichinautzin, decretada como tal el
30 de noviembre de 1988, y 10s Parques Nacionales "Lagunas de Zempoala" y "El
Tepozteco", decretados respectivamente en 1936 y 1937.
Huitzilac, Tepoztln y Talnepantla son 10s municipios que delimitan polticamente
nuestra zona; sin embargo la presencia de bosque templado en sus territorios nos dibuja
un continuum ecolgico que no admite divisin imaginaria alguna, pues el bosque es el
mismo y uno solo. Hbitat de especies de flora y fauna, reservorio gentico, cabecera de
cuencas hidrolgicas y zona de captacin de agua, son sin duda las principales caractersticas de estos bosques de pinos, encinos y oyameles que le confieren una gran importancia ecolgica, econmica y social por los servicios ambientales que proveen a las
regiones adyacentes (mapa 1, Zonas Ecolgicas).

indica De la pea (1991: 126): "[...] en biologa el concepto de regin esti ntimamente relacionado con el nicho ecolgico y el concepto de ecosistema [...] remite a los procesos y combinaciones por los que
o menos heterogkneo de seres vivientes coexiste y se adapta en un territorio".
conjunto

313

CONTROL
DE LOS RECLTRSOSNATURALES

Y CONFLICTOS TERRITORIALES EN LA ZONA DE BOSQUE TEMPLADO

Por otro lado, si bien los rasgos biogeofsicos hacen de sta una regin o subregin
ecolgica, no son los nicos elementos compartidos: la tenencia social de la tierra,
manifestada en la presencia de comunidades agrarias (Mapa 2, Tierras comunales), y la
fuerte importancia de las actividades agropecuarias, todava, como fuente de ingreso
familiar, delimitan de nuevo el espacio regional y lo distinguen, por lo menos en lo que al
tenitono morelense se refiere, de la franja industrial ubicada al sur, en los municipios
vecinos de Cuemavaca y Jiutepec (cuadro 1). Como indica Renteda: "En general se
acepta que la regin es la sntesis entre las relaciones que se establecen entre las condiciones naturales presentes en un territorio y los mecanismos de apropiacin que las
actividades humanas hacen de ellos" (2001, p. 16), lo que claramente opera para el caso
que aqu tratamos.
Finalmente, un tercer elemento que a nuestro juicio viene a configurar la regin est
dado por el hecho de que es sta una zona sujeta a conservacin bajo las figuras arriba
mencionadas: Parques Nacionales y rea de Proteccin de Flora y Fauna. As pues, de
una manera muy general podemos definir a nuestra zona de estudio como una regin, si
trazamos sus coordenadas bajo criterios ecolgicos, socioeconmicosy jun'dicos, en donde
los recursos naturales sern el eje articulador de todos ellos.
Las consideraciones anteriores nos permiten construir regionalmente nuestra zona
de estudio y hacer de ella un objeto de anlisis; el problema, sin embargo, es que tenemos slo una vista panormica: la fotografa captada en un sobrevuelo; logramos trazar
ciertos lmites y definir algunas fronteras, pero, invirtiendo aquella sabia mxima popular: "por mirar el bosque no logramos ver los rboles".
La construccin regional es la bsqueda de lo comn, de los puntos de encuentro, de
10s hilos que cruzan amarrando el tejido para darle cuerpo. Pero lo comn no es lo
homogneo, y el anlisis regional nos deber llevar forzosamente a su contrario, es
decir, a la bsqueda de lo diverso, a las especificidadesque no se suman o se restan sino
se articulan para lograr la unidad. Desde una perspectiva antropogica, esto nos lleva a
Cuadro 1. Poblacin econmicamente activa dedicada a la agricultura
en los municipios de Huitzilac, TepoztlSn y Tlalnepantla, 1991
Municipio

PEA total

PEA agr/coIa

% de la PEA agr/co/a

respecto a la
PEA t0 tal

Huitzilac
Tepoztln
Tlalnepantla

2 965
7 831

963

32.4

2 057

26.2

1 057

818

77.3

Fuente: ~NEG,,Gobierno del Estado de Morelos. Anuario estadhtico detestado de d ore los, 1991.

315

Mapa 2. Zonas de proteccinecolgica de corredor biolgico Chichinautzin.

CONTROL
DE LOS RECURSOS NATURALES

Y C O N F L I ~ ST E ~ R I A L E EN
S LA ZONA DE BOSQUE TEMPLADO

mirar a la regin como un espacio histricamente ocupado, socialmente construido y


culturalmente representado; en palabras de De la Pea (1980, p. 31), "[...] como sujeta
a los condicionantes histricos y sociales del hombre que imprime su sello en el paisaje". Bajo este enfoque, se toma entonces necesario, sin perder la idea de unidad, hacer
un acercamiento de la lente hacia las particularidades locales.
Si bien es un mismo bosque, como ya 10 hemos mencionado, y sus funciones
ecolgicas (como zona de captacin y de infiltracinde agua) las cumple sin miramiento de frontera imaginaria alguna, en su dimensin social los trazos divisorios reaparecen y reconfiguran el espacio regional en nuevos espacios locales sobre los cuales
deberemos enfocar la mirada. No queremos plantear con ello una disyuntiva entre el
todo y las partes, ni tampoco preponderar un enfoque analtico por encima del otro, la
intencin de estas notas apunta ms bien a construir puentes entre ambas perspectivas o,
dicho de otra forma, a aprehender la regin desde su dimensin ms micro.
Hemos argumentado hasta el momento que la existencia de masa forestal es la que
permite delimitar la regin, pero a 10 largo de nuestro trabajo de campo hemos encontrado que si bien con su presencia 10s bosques articulan, es en su uso y manejo por parte
de sus poseedores directos donde el todo se fragmenta y adquiere caractersticas especficas, nombres y apellidos, sentidos de pertenencia, y esto es as pues el control de los
recursos y los conflictos que de ello se suscitan se dirimen en el mbito local. Para
entender esto con mayor claridad ser necesario definir y delimitar lo local, pues ste,
como la regin misma, no es un todo homogneo, y requiere por tanto ser precisado.

Si la mirada apunta hacia lo micra, cabe preguntarse aqu cul es la unidad de anlisis
territorial y con qu criterios definirla, cuando lo que nos interesa es conocer y entender
su papel en el control de los recursos naturales? Para resolver lo anterior invertirnos el
orden de la interrogante y establecimos una serie de criterios iniciales: 1)geogrficotemtoriales; 2) poltico-administrativos;3) socio-organizativos,y 4) histrico-culturales. ~110snos permitieron descomponer lo local en tres niveles o instancias, que si bien
se hallan interconectados se distinguen claramente el uno del otro, a saber: el municipio, la comunidad agraria y la localidad 0 pueblo.

La figura municipal nos refiere a una divisin territorial definida y delimitada respecto
a su entomo, y cohesionada en su interior a partir de una organizacin poltica y administrativa con personalidad jurdica: el ayuntamiento, que es el mximo rgano de PO317

der local, constituido a partir de la eleccin popular directa de sus integrantes: presidente
municipal, sndico y regidores, auxiliados por los ayudantes municipales de cada localidad, y por profesionales, tcnicos y personal administrativo.
As, pues, la red que define lo local, desde el municipio, est dada por a) sus lmites
territoriales; b) el poder poltico otorgado por el ciudadano al ayuntamiento; c) las leyes
y reglamentos municipales que rigen la circunscripcinpoltico-administrativa,y d) los
proyectos de desarrollo que marcan la forma y distribucin de los recursos financieros,
a travs de la prestacin de servicios y el fomento de proyectos productivos. El eje en
tomo al cual se mueven estos cuatro elementos se perfila bajo el concepto de ciudadano, pues los valores que se ponen en movimiento justo son los referidos a los derechos
y las obligaciones civiles; se excluye el cruce de aspectos tales como la cultura, pues no
es ste el elemento que articula de manera necesaria al municipio, y tampoco se integran
dentro de este espectro la identidad comunitaria, el arraigo o el sentido de pertenencia,
pues son ciudadanos municipales todos aquellos que residan dentro de sus lmites territoriales, independientemente de su lugar de origen, gnero, generacin, pertenencia
tnica o actividad econmica.
Por otro lado, si bien el ayuntamiento municipal es el mximo rgano de poder local
para asuntos civiles, no es sta la instancia que controla los recursos naturales del territono, ya que en esto interviene el tipo de tenencia de la tierra que prevalezca en la entidad
y que, en el caso de la tenencia social, sea ejidal o comunal, implica tanto nuevas divisiones territoriales en el interior del municipio, como otro rgano de gobierno que es el
poder agrario. A manera de ejemplo citaremos aqu una referencia obtenida en trabajo
de campo:
Conversando con quien fuera presidente del comisariado de bienes comunales de
Huitzilac, le preguntamos cul era el papel del ayuntamiento en el manejo y conservacin de los bosques del municipio, a lo que nos respondi enfticamente: "Al ayuntamiento le corresponde ocuparse de la poblacin, de las obras, de los servicios, a nosotros,
a Bienes Comunles, nos corresponde todo lo que tiene que ver con los recursos: bosques, tiekas y aguas, en esto ellos no pueden decidir, para eso tenemos nosotros nuestra
asamblea".
La comunidad agraria

La figura de tierras de uso comn existe desde la poca prehispnica; durante la Colonia, en lo que hoy es el territorio morelense, los pueblos indgenas del Marquesado del
Valle tenan derecho a guardar los terrenos que cultivaran bajo la forma de tierra comunal, con un lmite de "300 varas a la redonda del pueblo" (Lomnitz, 1982). Este derecho
era resguardado celosamente por los pobladores ante la amenaza del marquesado de
apropiarse cada vez ms de los que denominaban "terrenos baldos" (ibid., p. 124). As

,i

CONTROL
DE LOS RECURSOS NATURALES Y CONnIcrOS TERRITORIALES EN LA ZONA DE BOSQUE TEMPLAW
se fue estableciendo la distincin entre lo que era la "tierra de indios" (comunal) y lo que
eran las fincas y haciendas de los espaoles.
La comunidad agraria tiene un referente geogrfico territorial preciso estipulado en
las resoluciones presidenciales, las cuales se remiten en algunos, aunque no en todos 10s
casos, a los que fueran ttulos virreinales. Es una forma de propiedad sobre la tierra que
implica el uso comn de los recursos por parte de todos aquellos que acrediten sus
derechos como comuneros. Este rgimen, si bien comunal, como su nombre lo indica,
no excluye el uso individual de la tierra; el campesino comunero tiene su parcela (o
parcelas) de trabajo y puede asimismo hacer uso de los bosques y aguas de su comunidad. A diferencia del ejido, cuyas caractersticas fueron modificadas con las reformas
de 1992 al artculo 27 constitucional, las tierras comunales continan siendo tierras en
usufructo, inembargables e inalienables; el comunero posee sus derechos a perpetuidad,
pero puede cederlos en vida o bien nombrar a quienes los heredarn a su muerte.
Constitucionalmente, la comunidad agraria est reconocida como una entidad jurdica; la asamblea comunal es la mxima instancia de decisin de sus integrantes y es en
ella donde se designa, a travs del voto directo, a las autoridades agrarias que forman el
Comisariado de Bienes Comunales compuesto por un presidente, un secretario y un
tesorero, as como al Consejo de Vigilancia encargado de supervisar que las actuaciones del Comisariado se ajusten a 10 dispuesto tanto en la Ley Agraria como en el reglamento interno de la comunidad. Al Consejo de Vigilancia le corresponder entonces
denunciar ante la asamblea las irreguhridades que pudieran llegar a producirse y actuar como un puente de enlace entre los representados y los representantes.
Siguiendo con el esquema anterior, encontramos que la red que define lo local desde
la comunidad agraria se compone de 10s siguientes hilos: a) su delimitacin territorial;
b) el ejercicio del derecho de uso y usufructo de la tierra y otros recursos naturales,
sobre la base de una distribucin equitativa entre todos los miembros de la comunidad
agraria, quienes generalmente son nativos del lugar; c) la estructura organizativa interna que permite el ejercicio democrtico a travs de la eleccin de representantes cada
tres aos y de la realizacin peridica de asambleas, y d ) las leyes y reglamentos que
rigen a la comunidad agraria a partir de los cuales se regula el ejercicio de los comuneros en el aprovechamiento de tierras, bosques y aguas de uso comn. Cabe hacer aqu la
aclaracin que entre estas leyes y reglamentos, la primera es de carcter general, nacional, y en el caso de los reglamentos, stos son construidos y dotados de contenido internamente, por 10que son sancionados por el colectivo.
Si bien podramos proponer aqu un paralelismo entre el concepto de ciudadano y el
de comunero, dado que este ltimo tambin existe en funcin de sus derechos y obligaciones, en este caso agrarios, lo cierto es que son cosas distintas, empezando por el
hecho de que el pnmero es un concepto inchyente, mientras el segundo no lo es, pues
s610 son comuneros aquellos que poseen tal derecho de propiedad de la tierra y ~610
ellos pueden participar en la asamblea comunal, 10 que excluye de este mbito de toma
319

de decisiones a muchos jvenes, a la gran mayora de las mujeres y a los avecindados,


aunque todos ellos hagan uso de los recursos de igual manera. Al respecto nos indica un
comunero de San Juan Tlacotenco:
La asamblea comunal no es igual que la asamblea general. En la asamblea comunal slo
participan los comuneros, ah no se permite participar ni a los jvenes, ni los avecindados ni
a las mujeres, slo a las mujeres con derechos comunales como las viudas o aquellas mujeres
que se casaron con alguien que no es de aqu, en esos casos es la mujer la que tiene el
derecho, no el fuereo.

Por otro lado, a diferencia del municipio, la comunidad agraria s puede perfilarse
como una instancia local que controla los recursos naturales de su territorio; de hecho,
as est estipulado constitucionalmente. Sus miembros, la mayor parte de las veces,
comparten un mismo origen y un pasado histrico comn en donde ha predominado la
lucha por la defensa tanto de su espacio territorial como de sus derechos comunales.
Entonces, si los derechos, las obligaciones y la estructura organizativa interna son la
trama del tejido comunal, la historia y los rasgos culturales manifiestos en las formas de
uso, manejo y valoracin de los recursos naturales vendrn a constituir la urdimbre.
As vista, la comunidad agraria se nos presenta como una unidad cohesionada social
y culturalmente, con un fuerte control sobre sus recursos basado en el uso que de ellos
hacen sus miembros, o bien luchando por la defensa de stos frente al acoso del exterior. Puede ser que en algunos ejemplos ste sea el caso, o por lo menos se presenten
algunas de estas caractersticas, sin embargo existen otros factores que rompen con esta
elaboracin ideal, que fraccionan a la comunidad agraria y permiten con ello que aparezca en escena lo que nosotros consideramos el nivel ms micro que concierne al control
territorial de los recursos en el mbito local: la localidad o pueblo.

La localidad
Comunidad, pueblo, localidad, son trminos que se utilizan en la bibliografa de manera indistinta para referirse a las unidades territoriales, poltico-administrativas que
componen al municipio, incluidas en stas a la cabecera municipal, y distinguidas de
otras como las colonias y rancheras que quedaran subsumidas en alguno de estos
espacios.
En ciertos municipios existe una correspondencia directa entre localidades y ncleos agrarios, tal es el caso de Tlalnepantla, que comprende una colonia y tres pueblos,
de los cuales uno, la cabecera, tiene rgimen de propiedad comunal y los otros dos son
ejidos independientes: El Viga y Felipe Neri. En los otros dos municipios objeto de nuestro estudio la situacin se presenta de manera distinta, pues Huitzilac consta de cuatro

l
l

CONTROL
DE LOS RECURSOS NATURALES Y C O N F L I ~ ~ OTERRITORIALES
S
EN LA ZONA DE BOSQUE TEMPLADO
localidades y dos comunidades agrarias: Coajomulco, que es un pueblo, y a su vez un
ncleo agrario independiente de la comunidad agraria de Huitzilac, la cual comprende a
la cabecera municipal y a las localidades de Tres Maras y Fierro del Toro. ~1 asunto se
hace ms complejo todava tratndose de Tepoztlnl1 pues en este municipio, producto
de una aberracin del Mxico revolucionario y agrarista, en el ao de 1929 sali una
resolucin presidencial que unifica a la cabecera y seis de sus pueblos (Santa Catarina,
San Andrs de la Cal, Santiago Tepetlapa, Amatlh, San Juan Tlacotenco y Santo Domingo Ocotitln) en un solo ncleo denominado Comunidad
de Tepoztlh, ignorando de un plumazo las construcciones histricas de cada una de estas localidades
y los ttulos virreinales que, aunque extraviados, se conservan muy presentes en la memoria colectiva de sus habitantes:
[...] s tenemos nosotros documentos que nos amparan, documentos testimoniales, como un
documento que se nos extravi, el ttulo primordial. Anteriormente haba, pero nosotros ya
no lo conocimos, porque dicen que 10 perdieron nuestros antepasados, porque dicen que
hubo una reunin de representantes, fue un representante de San Juan Tlacotenco ah a
Tepoztlh y ah fue que se lo quitaron, se 10 arrebataron, no se sabe cmo, pero verdaderamente el Ttulo Primordial de aqu de San Juan existe en Tepoztln, lo tienen oculto y nunca
10 muestran ese documento, y por eso mismo que se hacen dueos de todo el monte ellos.
Entre nosotros tenemos documentos testimoniales en donde dicen nuestros documentos, un
documento de 1730-31 en donde dice que el ttulo primordial se extravi; luego hay otro documento de 1902, donde tambin dice que se extravi, y hay otro documento que tambin dice
que se extravi. Son tres documentos que esth dando testimonio de los ms antepasados,
entonces qu quiere decir?, que ese d ~ ~ ~ m eesn el
t oque verdaderamente ampara nuestro
patrimonio de San Juan Tlacoten~o.'~

La localidad est constituida por un ncleo de poblacin y un gobierno local que


forma parte del ayuntamiento municipal y que est representado por el ayudante municipal, electo por voto directo y secreto, el secretario y el comandante. En los casos
donde existe coincidencia entre pueblo y ncleo agrario, encontramos presentes tanto a
la autoridad civil, municipal, como a la autoridad agraria, el comisariado de Bienes
Comunales; tal es el caso de la comunidad agraria de Coajomulco, en el municipio de
Huitzilac, o la de Tlalnepantla, en el municipio del mismo nombre. En el caso de los
pueblos que conforman la Comunidad Agraria de Tepoztln existe tambin una auto+

11

trminos de tenencia de la tierra, el municipio de Tepoztln est constituido por una Comunidad

~ que ~aglutina
a a 10sn pueblos
~ arriba mencionados y el ejido de Amilcingo, cuyas tierras fueron restituidas al

municipio en el periodo posrevolucionario.


12 Entrevista con el seor Fabidn Cuevas, comunero de San Juan Tlacotenco. Tepoztln.

321

dad agraria local cuya figura es la de Representante de los Bienes Comunales del Pueblo ante el Comisariado de Bienes Comunales asentado en la cabecera. No sucede sin
embargo lo mismo en las otras localidades objeto de nuestro estudio, pues en Huitzilac
nos encontramos, por ejemplo, que ni el pueblo de Tres Maras ni el de Fierro del Toro
cuentan con alguna autoridad propia que los represente de manera particular en el
comisariado de su ncleo agrario.
Otro aspecto importante a resaltar en esta construccin del pueblo como espacio
local de control de los recursos naturales se refiere a su delimitacin territorial. Como
es de suponer, cuando coincide pueblo con comunidad agraria, los lmites estn claramente establecidos en su dotacin; sin embargo en el caso de un conjunto de localidades dentro de un solo ncleo agrario, esto ya no es tan claro, especialmente en lo que se
refiere a los terrenos de uso comn. Si bien nadie pone en duda lo que corresponde a la
zona urbana, y tampoco hay cuestionamientos sobre los terrenos productivos, es en el
control territorial del bosque donde afloran los conflictos y surgen las interrogantes. Y
de nueva cuenta las referencias empricas resultan ilustrativas:
Aqu en Tres Maras como comuneros no podemos normar el uso del bosque, no se puede por
los de Huitzilac, ellos son los que usan todo. A m me sacaron de la lista de comuneros [...]
Nosotros vemos las diferencias en otros lugares, por ejemplo en Ocuilan y en Coajomulco,
ellos cuidan su bosque porque son independientes en sus bienes comunales.
Esto nos dijo un comunero del pueblo de Tres Matas Otro ms, del pueblo, refiri
sobre lo mismo: "Los de Huitzilac se creen dueos de todo, siempre se han parado el
cuello, segn ellos, ellos pueden disponer".
En el pueblo de San Juan Tlacotenco las referencias al respecto son todava ms
duras pues aqu, a diferencia de la localidad de Tres Maras que fuera fundada hacia
finales del siglo xrx, los sanjuaneros evocan una ocupacin histrica de su territorio y se
sienten despojados de l por la resolucin de 1929: "En San Juan existen los derechos
desde el virreinato. Antes de esa resolucin (de 1929) San Juan ya exista [...] Nos
marginaron despus de la resolucin, antes tenamos en, 1902, ttulos virreinales, y (estaban) ms o menos marcados los lmites".
El control territorial de los recursos naturales por parte de las comunidades o pueblos se define, entonces, por los lmites del ncleo agrario al que pertenecen, pero tambin por unos en apariencia menos precisos, dictados por la historia, el sentido de
pertenencia y la identidad comunitaria. Consideramos importante resaltar esto ltimo
pues as como para el municipio, como unidad de lo local, estos elementos son irrelevantes, para las localidades constituyen el tejido bsico que perfila sus formas de organizacin interna, moldea sus usos y costumbres y regula, en buena medida, su relacin
con el exterior, por lo menos en lo que concierne a sus recursos naturales.

CONTROL
DE LOS RECURSOS NATURALES Y CONFLICTOS TERRITOWES

EN LA ZONA DE BOSQUE TEMPLADO

Control de los recursos y conflictos territoriales en el norte de Morelos


Hemos definido hasta el momento las diferentes unidades de anaisis para poder acercarnos al estudio del control local de los recursos naturales dentro de la regin que nos
ocupa. De nuestra exposicin podemos ya extraer algunas primeras conclusiones que
podran ser resumidas de la siguiente manera: 1)No existe un control regional de los
recursos, sino controles locales que se articulan entre ellos y con el todo; 2) el mbito
municipal delimita su entorno territorial respecto al exterior, sin embargo no es el municipio a travs de su organizacin interna el que ejerce control sobre sus recursos naturales, sino 3) ste estar ms bien dado en su interior por el rgimen de tenencia de la
tierra, que a su vez implica otra forma de organizacin poltica y social, y que invoucra
tanto el uso que sus integrantes dan a los recursos como el arraigo, la historia compartida y el sentido de pertenencia, y finalmente, 4 ) las localidades o pueblos se perfilan
como instancia bsica territorial de control de los recursos cuando existe una coincidencia entre ella y el ncleo agrario, o bien, en el caso de compartir derechos con otros
pueblos, aludiendo a la ocupacin histbxica del territorio y a un principio de diferencia
Tomando en cuenta las consideraciones anteriores, en este apartado nos interesa
referir, aunque sea someramente, algunos conflictospresentes en la zona que giran en
tomo a los recursos naturales y en cuya base se encuentra, precisamente, la lucha o
luchas por su control.
De manera esquemtica podemos distinguir dos tipos de conflictos: los externos,
que se refieren a aquellos casos en que las unidades territoriales (municipio, comunidad
agraria y/o pueblo) disputan con el exterior o se sienten amenazadas desde l. Ejemplo
de ello pueden ser los problemas de lmites territoriales, las invasiones de tierras o
saqueos clandestinos de sus recursos, 10s proyectos tursticos, industriales, urbanos o de
infraestructura impulsados por g ' p o s y10 instancias de poder econmico y poltico
extralocales y, tambin, finalmente, las propuestas de conservacin expresadas en decretos normativos, que introducen en la escena una instancia externa de control de los
recursos, en este caso la federacin.
Ejemplos de ellos abundan en la regin estudiada: encontramos problemas de Imites entre el municipio de Huitzilac y el de Ocuilan, en el estado de Mxico, as como
tambin entre el pueblo de San Juan Tlacotenco, la delegacin de Milpa Alta, en el
Distrito Federal y la comunidad agraria de Tlalnepantla, por s61o mencionar algunos.
Por otro lado, la comunidad agraria de Coajomulco acusa a comuneros de Huitzilac de
entrar clandestinamente a su territorio para sacar tierra y madera; en San Juan acusan
indistintamente a los de Huitzilac y Coajomulco, y el clandestinaje de recursos por
parte de ]os habitantes del ejido Felipe Neri en 10s bosques de la comunidad agraria de
Tlalnepantla ha sido motivo para convocar a la asamblea comunal de esta ltima. Por su
parte, el complejo industrial de Civac, construido en los sesenta; el proyecto del club
323

de Golf en Tepoztln; la propuesta de ampliacin de la autopista Mxico-Oaxtepec, el


telefrico, el tren escnico, etc., son algunos botones de muestra de conflictos y luchas
libradas recientemente por los pueblos y comunidades agrarias frente a las amenazas
externas, y que han provocado una fuerte movilizacin y organizacin interna en defensa de territorios, recursos y derechos comunales.
Mencionbamos asimismo como un ejemplo de conflicto externo, a las propuestas
de conservacin impulsadas desde el mbito federal y traducidas en la expedicin de
los decretos del h e a de Proteccin de Flora y Fauna, "Corredor Biolgico Chichinautzin"
y los de los Parques Nacionales "Lagunas de Zempoala" y "El Tepozteco". Si bien no se
ha presentado un enfrentamiento directo entre las comunidades y las autoridades federales, salvo un caso aislado ocurrido hace un par de aos en Huitzilac, en donde fueron
agredidos unos inspectores de la Procuradura Federal de Proteccin al Ambiente
(Profepa) que cumplan con su deber, lo cierto es que el conflicto se halla de manera
latente. Las comunidades reclaman el no haber sido consultadas para la expedicin de
los decretos y consideran que la conservacin de los bosques que a ellos se les exige se
debe dar en reciprocidad, tanto de parte de las autoridades federales como de las regiones adyacentes que se benefician de su existencia.
Los conflictos externos como los hasta aqu referidos, y las luchas que de ellos se
desprenden, han generado interesantes procesos de movilizacin y de cohesin interna;
sin embargo, los espacios locales son tambin el escenario cotidiano de otras batallas
que atentan contra sus propios recursos y territorio, y que rompen la visin idilica de la
comunidad; a stos les hemos denominado "conflictos internos".
A lo largo de esta exposicin hemos hecho ya alguna referencia a cierta clase de
conflicto interno por el control de los recursos, cuando hablbamos del caso en que una
comunidad agraria est comprendida por dos o ms localidades. En la regin, es quizs
el conflicto entre San Juan Tlacotenco y Tepoztln el que se manifiesta de manera ms
contundente, y si bien no se han presentado aqu enfrentamientos en la historia reciente,
lo cierto es que la desconfianza, el descrdito y una buena dosis de hostilidad mutua son
los elementos constitutivos de su relacin. San Juan reclama su separacin de la comunidad agraria de Tepoztln en razn de sus derechos histricos, pero argumenta su demanda diciendo que Tepoztln ha vendido la mayor parte de sus tierras comunales agrcolas
para uso urbano, y que ahora que ya se les terminaron han puesto su mirada en los
bosques que San Juan ha cuidado tan celosamente. Tepoztln, por su parte, replica que
si los bosques se han conservado esto ha sido a pesar de San Juan, que en otros tiempos
se dedicara a la produccin de carbn como principal actividad econmica, y que seguramente quiere la separacin de Tepoztln para explotar comercialmente "el monte" sin
que nadie lo controle.
Ms all de los "dimes y diretes" de este conflicto, lo cierto es que tocan cuerdas
muy sensibles, pues los bosques de la regin, no slo los del municipio de Tepoztln,
estn fuertemente amenazados tanto por el avance urbano como por el saqueo incontro-

CONTROL
DE LOS RECURSOS NATURALESY CONFLICTOS TERRITORIALES EN LA ZONA DE BOSQUE TEMPLADO

lado de sus recursos: tierra y madera para su venta. En el caso de Tepoztln, la venta
ilegal de terrenos comunales y el fraccionamiento de reas boscosas son sin duda un
peligro en ciernes para sus bosques. En Huitzilac, la situacin es an ms complicada
pues se presentan ambos fenmenos: explotacin de recursos y venta de terrenos. Finalmente, en Tlalnepantla, es el avance agrcola sobre terrenos boscosos lo que compromete el futuro de la regin.
Las amenazas a los bosques que vienen desde su interior normalmente se vinculan
con la existencia de poderosos grupos locales que buscan el control de los recursos en
su propio beneficio, por encima de los intereses comunitarios. No abundaremos aqu
sobre el origen y la conformacin de estos grupos, lo que nos interesa resaltar es que en
el mbito local se dirimen fuertes conflictos por el control de los recursos a partir de la
existencia de grupos de poder con intereses contrapuestos, pues as como encontramos
los que propugnan por un uso mercantil del bosque, estn tambin aquellos que lo valoran como un recurso patrimonial que pertenece a y con el que se identifica el colectivo.
El caso del municipio de Huitzilac es quizs el ms ilustrativo al respecto y, sobre todo,
cuando comparamos las dos comunidades agrarias que conforman esa entidad.
Sin un afn catastrofista podemos decir que los bosques de la comunidad agraria de
Huitzilac estn severamente daados. Hace treinta aos, el avance de la frontera agn'cola para el cultivo de la avena forrajera se hizo en detrimento de grandes extensiones
forestales y permiti el enriquecimiento de algunas familias de comuneros, especialmente en el pueblo de Tres Maras, cuyos integrantes desfilaron en los cargos de presidente municipal o bien presidente del Comisariado de Bienes Comunales.
HOY la amenaza no la constituye la siembra de la avena, sino el saqueo irrestricto y
clandestino de tierra y madera, as como la venta ilegal de terrenos comunales para uso
urbano. Al Comisariado de Bienes ~omunalesle corresponde velar por el inters colectivo de la comunidad y a la Asamblea, ~Omomxima instancia de autoridad, sancionar;
pero los grupos de vigueros (10s que se dedican a hacer vigas), de tierreros (dedicados a
la extraccin de tierra de hoja y tierra de monte), o bien los que lucran con la venta
ilegal de terrenos, pueden ser tan poderosos que llegan a controlar la Asamblea y, en el
caso de ver amenazados sus intereses, logran deponer a la autoridad agraria. Desde
de este ao (1999), la comunidad agraria de Huitzilac no tiene Comisariado de Bienes
Comunales, y en las calles la gente dice que lo quitaron los mismos que lo pusieron pensando que los iba a beneficiar de manera personal si autorizaban la venta de terrenos.
gnipos de inters privado dentro de las comunidades no se dan por generacin
espontnea y tampoco las bases de SU poder. El que lleguen a imponer el beneficio
individual por encima y a costa del bien comdn en Una instancia como la comunidad
agraria, cuyo fundamento esti5 precisamente en la colectividad, nos habla de un alto
grado de descomposici6n de las instituciones internas que la fundamentan, que en este
caso podra ser la asamblea; o bien de la prdida de 10s valores que le daban sentido a la
existencia comunitaria, como, por mencionar algo, el arraigo a la tierra.
325

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS


Comparar Huitzilac con Coajomulco es un buen ejercicio metodolgico que nos permite aproximamos a la regin desde sus especificidadeslocales, pues ambas comunidades agrarias no slo comparten el mismo bosque, sino que sus territorios se hallan
circunscritos en la unidad municipal, y sin embargo sus paisajes difieren totalmente no
por las caractersticas ecolgicas, sino por la forma en que cada una ha decidido hacer
USO de sus recursos:
A diferencia de Huitzilac, los bosques de Coajomulco si no intactos, estn bastante
conservados. La comunidad no ha perdido ni un pice de su territorio pues el acuerdo
comunitario de no vender ha sido hasta el momento por todos respetado. Como en
Huitzilac (aunque a diferencia de San Juan), la extraccin de tierra est considerada
como una ms de las actividades econmicas a la que se dedican los comuneros; sin
embargo, la actividad de los tierreros que estn organizados en una unin de transportistas est fuertemente controlada por bienes comunales, todava. Coajomulco, entonces,
no presenta los altos grados de descomposicin social y poltica que observamos en la
comunidad vecina, no obstante no est exenta de conflictos internos: hace aproximadamente diez aos, nos relataba un comunero, el presidente de Bienes Comunales fue
asesinado por una persona que pretenda lucrar con la madera; hoy da, nos indic el
recin expresidente de Bienes Comunales, existe un grupo de entre diez y quince personas que rompen los acuerdos comunales y extraen clandestinamente del bosque ms
recursos de los permitidos. El crecimiento y podero de este grupo depender sin duda
de muchos factores, pero lo que es claro es que su poder estar en relacin directa con el
poder de la Asamblea Comunal.

El tema de los conflictos, tanto externos como internos, que giran alrededor del control
de los recursos naturales es sin duda mucho ms complejo de lo que hasta aqu hemos
expuesto. No era nuestra intencin agotar la discusin en estas lneas, ni presentar una
radiografa al detalle de lo que ocurre en la regin, nuestra exposicin, como se aprecia,
dista mucho de ello. El inters de este trabajo se remiti ms bien a presentar algunas
reflexiones metodolgicas para abordar la problemtica.
El norte de Morelos, por sus caractersticas ecolgicas -altitudinales, florsticas,
faunsticas y edafolgicas-, ofrece una serie de servicios ambientales que en gran
medida subsidian la actividad productiva del resto de la entidad, tanto lo que concierne
a la agricultura de riego como a la industria y el turismo; su conservacin resulta por
tanto prioritaria para el estado mismo, pues su deterioro o prdida conlleva efectos que
trascienden las fronteras regionales. La visin de conjunto, como regin, resulta por
tanto indispensable; el reto sin embargo est en considerar las particularidades locales
sin perdemos en ellas, para lo cual habremos de buscar los puntos de articulacin. He326

CONTROL
DE LOS RECURSOS NATURALES Y C O N F L I ~ STERRITORIALES EN LA ZONA DE BOSQUE TEMPLADO

mos insistido desde el inicio, que en su dimensin ecolgica estos bosques son el mismo
y uno solo, pero a lo largo de este recorrido ha quedado ms claro que, en su dimensin
social, los pueblos que lo ocupan, sus poseedores directos, tienen formas organizativas
propias a travs de las cuales se vinculan con su entorno natural, que bien amentan ser
consideradas, y en muchos casos reconocidas, pues finalmente son stas las que inciden
de manera directa en la regin, crendola y recrendola.

Bataillon, Claude, Las regiones geogrficas de Mxico, Mxico, Siglo X X , 1970.


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327

Los altos centrales de Morelos:


fraccionamientos y faccionalismos
Scott S. Robinson Studebaker,'

Universidad Autnoma Metropolitana,


Unidad Iztapalapa

...hoy es el espacio ms que el tiempo que oculta las


cosas de nosotros, y que la clave de la racionalidad
prctica, poltica y tebrica de la poca
contempornea es la desmistifcacin de lo espacial y
su velada instrumentacibn del poder
Soja, 1989,p. 61.

Introduccin
L FINAL de la pasada dcada de 10s ochenta hubo un debate acalorado entre una
faccin de la disciplina de 10s gegrafos, un gremio marginado, y otros de procedencia mixta dentro de las ciencias sociales. El tema giraba sobre la importancia terica
del "espacio" en las obligadas reflexiones analticas pertinentes a las sociedades del
mundo en estos tiempos del capitalismo tardo. Entre la sobreponderacin casi fetichista
de la nocin de tiempo, entre los historicistas y la relegacin desafortunada del espacio

1 Se agradece la colaboracin de la Arq. Martha C. Villanueva de la empresa Sigsa en la preparacin de los


planos regionales, Mayra Romero entrevist autoridades de 10s Cuatro municipios y recopil otros planos de los
fraccionamientos en el espacio municipal, y Nancy Torralba revis 10s expedientes del Archivo Agrario
a los poblados de los cuatro municipios.

como categora, por el materialismo histrico occidental, el esfuerzo polmico de este


grupo de gegrafos, la mayora ingleses, logr una reconstitucin de la geografa y su
nuevo lugar en el anlisis social. La premisa central, fuerza motriz de esta renovacin
conceptual, es el hecho de que la vida social transcurre en espacios territoriales y culturales determinantes; dicho de otra manera, el espacio no es una variable meramente
contingente en el anlisis social. Si aceptamos esta lnea general de argumentacin, con
sus corolarios procedentes de la antropologa social (redes de parentesco, tenencia de la
tierra, la produccin en una naturaleza domesticada, una ritualizacin de lo sagrado de
lugares concretos, etc.), ahora podemos apreciar cmo los espacios son en efecto
forrnativos y escenarios de la vida social. Los territorios de tamaos distintos donde
residen los humanos, rurales y urbanos, registran una interseccin entre niveles
traslapados de la divisin social del trabajo; se nota una creciente fragmentacin entre
lugares de residencia y las unidades de produccin (con tendencias contradictorias., .),
y es palpable el surgimiento de un novedoso patrn de la centralidad del espacio an en
el mosaico descentralizado de mercados, de productores y de trabajadores (Soja, passim,
1989), adems de la novedosa e intensa accin ciberntica humana.

Argumento

El contundente panorama emprico y el discurso apasionadode los gegrafos posmodernos


en cuanto a cmo la reestructuracin de los espacios oculta sus consecuencias, puede
convencer de la utilidad de su paradigma. Un anlisis del espacio contemporneo de los
altos centrales del estado de Morelos, como ejemplo, indica una dramtica tasa de crecimiento de los fraccionamientos y las colonias de jornaleros y avecindados, y la consecuente transformacin del espacio al interior de los municipios "anfitriones". Dichos
fraccionamientos y la creciente periferia de avecindados "chipocludos" (de peso econmico y poltico) en las cabeceras operan como nuevo eje del "desarrollo" en esta mimmgin.
Adems, la divisin social del trabajo y de procedencia tnica se observa en las colonias
de jornaleros. En los municipios de Atlatlahucan, Tlayacapan, Tlalnepantla, Totolapan y
el nororiente de Yautepec (pueblo de Oaxtepec), estos fraccionamientos y colonias representan hoy una novedosa cartografa del poder y el proceso de control social en plena
evolucin.
La insercin de estos fraccionamientos en un ambiente cultural tradicional, su expansin continua, su consumo de recursos escasos (agua y tierra), su demanda de empleos y servicios, aunado a las imprecisiones de los linderos tradicionales, significan
los nuevos ejes de la reconstitucin del espacio politico en este conjunto de municipios
colindantes. Existe una correlacin amorfa pero perceptible entre el crecimiento de los
fraccionamientos y el nuevo faccionalismo de los municipios. Constituye un proceso
histricamente inslito, que reformula a la vez el proceso poltico tradicional con base

LOS ALTOS CENTRALES DE MORELOS:


FRACCIONAMIENTOS Y FACCIONALISMOS

'

del estado se extienden para influir en los pequeos pueblos, incluso ofrecen obras
tiles, y as crean contrapesos a la faccin dominante en las respectivas cabeceras.
Este hecho no slo se aprecia en las ltimas series de elecciones (199 1,1994 y 1997)
cuando se registra una merma de la fuerza del unipartidismo, sino tambin un desplaza-

los pueblos tradicionales. Al tiempo, y de manera paralela, ha surgido un novedoso


pueblos como espacios culturales y de convivencia tradicional con sus recursos no renovables amenazados o en plena merma, hoy se enfrentan a facciones de los partidos y
a las instancias del gobierno del estado que desdean la participacin integral y la transparencia en la gestin pblica. En pocas palabras, los fraccionamientos (y la compra y
construccin en terrenos urbanos en 10s pueblos) estn modificando el patrn del uso
del suelo y del recurso hdrico, mientras provocan cambios en la lgica y el ejercicio del
poder en los palacios y ayudantas municipales de la regin central de los altos de Morelos.

Contexto actual
En 1977 se inici la constnicci6n del fr~~cionamient0
Lomas de Cocoyoc, hoy un consorcio de cinco empresas inmobiliarias y un espacio de 2 500 casas construidas y
aproximadamente otras 200 en construccin. Hay otros fraccionamientos, Vergeles
de Oaxtepec, por ejemplo, iniciados antes, pero este fraccionamiento es el eje del desarrollo de bienes races en esta regin. Lomas de Cocoyoc ahora se desplaza en un espacio que cubre el rincn nororiental del municipio de Yautepec y un pedazo significativo
mayor a 500 hectreas del municipio de Atlatlahucan. Significa un efecto demostrativo ante el capital disponible para el desarrollo inmobiliario en una regin cercana al
Distrito Federal, de clima templado Con vistas panorfimicasde los volcanes y los verdes
de caa y hortalizas regados con abundante agua de Fuentes Brotantes de antao
de Oaxtepec de fama prehispnica). El contraste entre las fotografas a6(el
reas de 10s aos 1970 y 1995 son documentos claros de este crecimiento y la transformacin del espacio alrededor del pueblo de Oaxtepec, en la parte oriental del municipio
33 1

de Yautepec, Morelos, y en los cuatro municipios colindantes hacia el norte. En el siguiente cuadro se aprecia el nmero de fraccionamientos actuales en estos municipios:
Cuadro 1. Nmero de fraccionamientos por municipio
Atlatlahucan
Tlalnepantla
Tlayacapan
Totolapan

En cada cabecera municipal, con la excepcin de Tlalnepantla, existe una periferia de


lotes comprados desde los aos 1970 y ahora construidos con casas cuyo tamao y estilo
contrasta con los domicilios de los habitantes tradicionales. Tlayacapan es el mejor ejemplo de este sndrome, y se aprecia cmo Totolapan se acerca a esta forma cambiante del
respectivo espacio urbano. En Atlatlahucan el fenmeno es una combinacin de las ganancias del cultivo del jitomate de algunas familias locales, ms unos pocos ajenos, quienes en este municipio prefieren los fraccionamientos aislados del centro urbano. Es un
hecho curioso que la direccin postal del fraccionamiento de Lomas de Cocoyoc en su
conjunto pertenece al municipio de Atlatlahucan, pero su nico acceso colinda con el
pueblo de Oaxtepec, municipio de Yautepec. El perfil general es una mezcla de periferias
acomodadas y fraccionamientos de diverso tamao y nivel de servicios. Es contundente
tambin que la informacin grfica y cartogrfica sobre este fenmeno o no existe o no es
del dominio pblico, mucho menos accesible a los funcionarios municipales relevantes
pero quizs s para los dueos y compradores de lotes fraccionados.
En los municipios se registran turbulencias en el ritmo tradicional del ejercicio del
poder. Atlatlahucan y Tlayacapan han sido ambientes donde la disidencia colectiva ha
sido histricamente activa (De la Pea, 1980; Favier, 1989; Fabre, 1985). El Partido de
la Revolucin Democrtica ha crecido y moviliza una votacin de peso. Hay indicios
que sugieren que se modific el Distrito Electoral entre las elecciones de marzo de 1994
y marzo de 1997, y a la vez dividi al municipio de Yautepec en dos distritos, agregando
Yautepec Oriente (las colonias y fraccionamientos de Oaxtepec) a los cuatro municipios de los altos centrales citados aqu. Como consecuencia, informantes opinan que el
voto del Distrito para diputado local (Congreso del estado) favoreci al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1997 y no una oposicin activa. La toma del palacio
municipal de Tlayacapan por un gmpo disidente de corte plural y no partidario, en
mayo de 1998, es tambi6n un reflejo del malestar por una reclamada ausencia de liderazgo
ante las presiones de los fraccionadores sobre bienes comunales y la administracin
local del sistema de agua potable. Al tiempo, se anuncia la entrega de las oficinas del

LOSALTOS CENTRALES DE MORELOS:


FRACCIONAMIENTOS Y FACCIONALISMOS

les), y en el ltimo caso, distintos funcionarios de bienes comunales tras los arios han
hecho negocios con secciones de los acervos de tierra bajo su responsabilidad.
En pocas palabras, el panorama en los cuatro municipios de los altos centrales y su

cado de tierras. La demanda para lotes, rsticos y de servicios completos, el derrame de


capital para su compra y la posterior construccin de casas y la propia infraestructura
de los fraccionarnientos, ejerce un efecto multiplicador en tres sentidos: 1)intensifica la
demanda y la creacin de los fraccionarnientos ante el efecto multiplicador de la existencia de otros, y el eje principal de Lomas de Cocoyoc, como icono cultural del xito
econmico y el estatus residencial correspondiente; 2) aumenta la demanda para personal de construcci6n y de servicio en las casas, jardines y obras diversas de los nuevos
avecindados en sus fraccionamientos, y 3) presiona al endeble sistema local de control
de los bienes comunales existente en cada municipio que ha operado tradicionalmente
sin el nivel de demanda actual (y bajo un concepto de valor de uso, no de cambio), y sin
10s recursos disponibles para "acelerar la discrecionalidad" de los funcionarios en turno. Todo transcurre en un ambiente carente de informacin transparente, donde el evidente rezago en la actualizacin y las tarifas del impuesto predial implican un subsidio
de facto a los recin llegados, 10s que consumen ms recursos locales y pagan menos
que 10s nativos. Es otra versin de la dinmica conocida en la periferia de la ciudad
capital donde los nativos y 10s avecindados discuten y negocian el espacio pblico de
10s pueblos antes aislados y libres de ajenos (Robinson, 1998).

Antecedentes analticos
La literatura sobre el fenmeno de los fraccionamientos incrustados en ambientes mrales es limitada en el plano internacional (Halseth, 1998; Walker, 1986), y parco tambin
en Mxico (Garca,1986; Jones y Pezoiii, 1998). Se aprecia que este fenmeno puede
analizarse desde la perspectiva analtica de la geografa contempornea, el mercado de
tierras y la ausencia de un reglamento estricto y capaz de implementarse de planeacin
municipal del uso del suelo, 10s procesos micropolticos generados por la reconstitucin de 10s espacios rurales y semiurbanos (Robinson), y las consecuentes negociacio333

nes continuas del reglamento local defacto en funcin de objetivos pblicos cruzados y
actores de peso diverso. Afortunadamente, la literatura sobre los procesos polticos en
la regin es amplia, pero corresponde a la dcada de los setenta y principios de los
ochenta (De la Pea, Ingham, 1968; Lomnitz, 1983; y Varela, 1984). En esta regin el
ritmo de la transformacin del espacio rebasa la atencin crtica de la investigacin
social.
Reconociendo las normas del proceso poltico tradicional, los actores involucrados
en los nuevos escenarios, los espacios ahora ocupados por los fraccionamientos y las
casas de los avecindados acomodados en la periferia de las cabeceras municipales, y
las dimensiones del fenmeno articuladas arriba, se requiere de un esfuerzo analtico
que abarca la geografa (y urbanismo), la antropologa poltica y el anlisis de cdigos
culturales ahora hbridos que operan con reglas indeterminadas e informacin diversa y
parcial en cada municipio. El reto metodolgico contiene distintos componentes: 1 ) una
etnografa de las administracionesmunicipales (incluyendo la ayudanta de Oaxtepec),
y los cambios de equipo en funcin de los procesos tradicionales y las elecciones y
consensos renegociados ltimamente al interior de cada espacio poltico; 2) la elaboracin de un modelo analtico, slo sugerido en su perfil general aqu, donde destaca la
falta de una coincidencia del espacio fsico con el espacio de una participacin poltica
consecuente en que se registra negociaciones emergentes entre facciones fijas y fluidas,
presentes en cada municipio, y las coaliciones endebles pero de facto entre nativos y
avecindados; 3) la elaboracin de una matriz de coordenadas de conceptos culturales
distintos vertidos por nativos y avecindados en los espacios de negociacin del control
sobre los espacios fsicos a que ahora corresponda a las distintas facciones e intereses
en cada municipio. El desglose de estos componentes constituye un plan de y una convocatoria para la investigacin a futuro.

Conclusiones
En primer lugar, esta investigacin apenas se inicia. El anlisis de los comentarios de
informantes, autoridades actuales o anteriores, en los cuatro municipios de los Altos
Centrales indica el panorama cambiante en cuanto al impacto de los fraccionamientos
en el uso del suelo, la presin sobre el recurso hdrico, y las influencias extralegales. El
cuadro resultante contiene facciones de viejo y nuevo cuo que son entrelazados con
los grupos de bandera partidaria, una matriz de defensores de los intereses tradicionales
de los pueblos, militantes de los partidos (de mayor proporcin del PRI y PRD)y grupos,
en el poder y jubilados del mismo, dispuestos a violar las normas tradicionales y legales. La cartografa indica el volumen del espacio territorial ahora ocupado por los
fraccionamientos, y su expansin es pronosticable en el corto plazo (aun tomando en
cuenta los vaivenes del mercado inmobiliario en funcin de la salud econmica nacio-

LOSALTOS CENTRALES DE MORELOS:


FRACCIONAMIENTOS Y FACCIONALISMOS

nal). La condicin ambigua de casi todos los linderos ms all de parcelas y lotes fue un
descubrimiento, y un factor que augura conflictos y riesgos en las negociaciones a futuro para el control del espacio. La carencia de un acceso a la informacin relevante por
parte de las autoridades municipales, ciudadanos inquietos sobre el manejo de su temtorial tradicional y las presiones sobre el recurso agua, y los mismos propietarios, nativos y avecindados, sugiere la urgencia de construir dicho sistema de informacin. Y en
tal sentido, a manera de eplogo de esta conclusin provisional a un proceso de investigacin inicial, se ofrece una propuesta.

Propuesta: hacia el desarrollo de un proyecto piloto


para elfinanciamiento municipal
Se proponen aqu algunos criterios para el diseo de un proyecto piloto en materia del
financiamiento de los ayuntamientos del Estado. Se trata de una aplicacin novedosa de la
tecnologa de la informtica a la administracin pblica en Morelos en funcin de una
colaboracin tripartita entre el sector acadmico, los municipios y las distintas agencias
del gobierno del estado. A continuacin enumero la justificacin y el perfil de un proyecto piloto de bajo costo y de amplio beneficio para la nueva era de las polticas pblicas que estamos construyendo de aqu en adelante.
En el contexto internacional de hoy existen muchas iniciativas para hacer ms transparente y eficiente las mltiples tareas de la administracin local y regional. La informtica ahora es un instrumento ms entre otras herramientas en la gestin pblica. La
Declaracin del Congreso Mundial de la Unin Internacional de Autoridades Locales
(IULA) reunido en Barcelona hace un mes es ejemplar y un augurio del nuevo tenor del
debate. En su tem 30, declara: "El crecimiento de la sociedad de la informacin, y de la
telemhtica, proporciona nuevos y poderosos medios de intercambio bilateral de comunicacin con los ciudadanos.. ." Desde Mxico, el Centro de Servicios Municipales
"Heriberto Jara", A.C., convoca el Congreso Virtud Iberoamericano: el Municipio Hacia
E] Siglo xx1 como una prxima tertulia en la Internet. La nueva revista espaola, Gestion
y Analisis de Polticas Pblicas, dedica un nmero a la evaluacin y calidad de las
polticas pblicas, mientras la Unesco convoca a la participacin en una encuesta internacional sobre la aplicacin de la informtica a 10s servicios pblicos. Y el Banco Mundial inicia una convocatoria para su Segunda Conferencia Internacional sobre las
sociedades del
(GKII,Malasia, marzo de 2000). Hay mucha efervescencia
y un legajo de
prhcticas; es hora de enfocar las voluntades para aplicar
estos instrumentos en Morelos.
La urgencia de instmmentar un sistema digital de informacin predial es apremiante, ~1 estado de Morelos es ahora el escenario de Una presin inslita sobre sus recursos
335

de agua y tierra, anomalas histricas en la administracin municipal, carencias en la


jurisprudencia relevante, una acelerada lotificacin y el avance de los linderos de los
fraccionamientos en muchas regiones, las notables ambigedades en la condicin de
los terrenos considerados "bienes comunales", la nueva prioridad ambiental federal
para el Corredor Biolgico Chichinautzin y el avance de nuevos asentamientos, de pobres y de ricos, sobre los bosques, adems del surgimiento cada vez con mayor frecuencia de conflictos diversos y desgastantes en funcin de la carencia de informacin a
nivel de muchos municipios. En pocas palabras, es evidente que los acelerados cambios
en el uso del suelo a nivel del estado justifica una modernizacin del sistema predial.
A continuacin la propuesta concreta:
1 . Si el impuesto predial ahora es o ser la base tributaria de los municipios, es
necesario instnimentar la actualizacin de un sistema de informacin predial,
una administracin ms transparente de los datos y el correspondiente cobro del
respectivo impuesto.
2. Esto implica la creacin de un sistema de informacin geogrfica para cada municipio con base en mapas digitales ya existentes (de procedencia oficial y no
oficial), y quizs lo ms problemtico, obliga tambin una definicin pblica de
los linderos entre municipios, y la contigidad precisa entre bienes comunales,
ejidos y propiedad privada al interior de los mismos.
3. Se requiere de un marco legislativo adecuado y completo, con una ley reglamentaria que entre en vigor a la brevedad. Hay antecedentes concretos: el 13 de abril
de este ao, 1999, el Congreso del Estado modific la Ley de Administracin
Municipal para asegurar que cada municipio cobra su impuesto predial, y tambin
se estn discutiendo los trminos de una nueva Ley de Coordinacin Hacendaria.
Desde 1998 algunos municipios morelenses comenzaron a cobrar el impuesto
predial. De todas formas, cualquier figura legislativa negociada y acordada puede precisar la figura administrativa coordinadora de esta iniciativa a nivel del
gobierno del Estado, as como los derechos y las obligaciones de las respectivas
administraciones municipales al tenor del compromiso constitucional con la autonoma municipal. Se trata de la creacin de una base de datos, administrados
por cada municipio, pero cuya informacin no confidencial sea del dominio pblico y est a la disposicin de los poderes del estado y la sociedad civil con fines
de mejorar la planeacin regional. Cabe agregar que la figura jurdica indicada,
debe precisar, en otras cosas, las sanciones que corresponden a los propietarios
que no cumplan con el calendario de pagos convenido.
4. Esta iniciativa abarca las siguientes actividades: a) reunir los recursos cartogrficos
digitales disponibles sobre todos los municipios del estado; b) acordar, de comn
acuerdo con los cabildos municipales, un procedimiento para constituir Comisiones de Linderos y mecanismos obligatorios de conciliacin de desacuerdos con el

LOSALTOS CENTRALES DE MORELOS:


FRACCIONAMIENTOSY FACCIONALISMOS
uso de buenos oficios de terceros (la UAEM,el CRIM y ONG, por ejemplo); c) realizar
recorridos por los linderos problemticos tomando acuerdos (y medidas) cuando
es posible, y enviar a la instancia de conciliacin los casos donde no hay convergencia entre las respectivas Comisiones de Linderos; d) realizar recomdos por
todos los dems linderos no problemticos, y registrar medidas con equipos GPS
de alta precisin con una base de datos comn a todos los municipios; e) iniciar el
vaciado de los datos de los sistemas de informacin predial actuales, con el uso
de una tcnica de muestre0 para asegurar la veracidad de los datos (propietario,
documentos de comprobacin, extensin, ubicacin precisa, uso del suelo, etc.);
f3 disear sistemas de informacin complementarios para el uso de los distintos
sistemas de agua potable a nivel de los municipios; g) con el apoyo de un Patronato reclutado para tal propsito, colocar una PC en cada biblioteca pblica de los
33 municipios donde toda la informacin pblica correspondiente al sistema
predial del municipio este disponible en un CD-ROM de fcil acceso y comprensin; h) durante este proceso capacitar y equipar a los mandos medios municipales actuales en el manejo del sistema de informacin; i) solicitar a las Cmaras de
Industria y Comercio la creacin de un fondo de becas para estudiantes a nivel
de secundaria para recibir una capacitacin en el sistema y encargarse de su administracin (y eventual ampliacibn) en cada biblioteca pblica municipal;j) realizar un taller para profesores de las escuelas secundarias del estado para introducir
el sistema y su manejo; k) instalar un equipo PC en cada palacio municipal con el
sistema de informacin predial respectivo; 1) crear un Patronato del proyecto
entre los centros universitarios del estado, pblicos y privados, para respaldar el
sistema en cada municipio con asesora tcnica, ampliacin del sistema en algu-

5. Se podra contemplar por lo menos dos opciones en cuanto al financiamiento del


inicio del proyecto: 1 ) aumentar ligeramente con un porcentaje comn el valor
del impuesto predial actual y canalizar los recursos obtenidos va convenios en
cada municipio al Patronato de instituciones universitarias, pblicas (IMTA, por
(ITESM)responsables del arranque del sistema de informaejemplo) y
cin predial y su operacin hasta entregarlo al personal capacitado en cada municipio; 2) la
de un fondo por parte del ejecutivo del estado, de acuerdo
con un protocolo de procedimiento acordado con el poder legislativo y 10s respectivos cabildos municipales entregado al ~atronatosugerido para crear el sistema y ponerlo en marcha.
6. De manera paralela, y siguiendo Una t6cnica de muestre0 al azar, se puede crear
un sistema de avalos comerciales de propiedades en cada municipio. Esto se
el fin de establecer una base emprica del valor asignado a cada propiehac.
337

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS

dad dentro del sistema de informacin predial (normalmente por debajo del valor

7. Crear un programa de informtica para su empleo en cada palacio municipal


donde los respectivos regidores pueden hacer proyecciones a futuro con base en
los recursos esperados del cobro del impuesto predial, y as mejorar la planeacin
al interior de cada gestin municipal.
8. En materia de las tarifas del impuesto predial, sopesar el "costo ecolgico" en el
clculo del valor del mismo. Por ejemplo, el cobro del servicio del agua en la
actualidad no incluye costos ocultos en el consumo (costo al futuro al no renovar
los acuferos, costo del mantenimiento de pozos y expansin de sistemas). Puede
ser necesario conciliar estos costos entre el sistema de impuesto predial y cada
sistema de agua potable y alcantarillado.
9. El sistema de informacin predial que resulta de esta iniciativa debe tener una
versin sencilla disponible en Internet, no con fines de difundir cada base de
datos municipal, sino con el propsito de informar a todo ciudadano sobre las
bases jurdicas y operativas del mismo sistema por medio de las bibliotecas pblicas y usuarios en general.
En resumen, se propone la creacin de un sistema de informacin predial cuyos
beneficios no slo incluyen mayores ingresos obtenidos sobre la base de mayor transparencia y equidad en el cobro del impuesto, sino tambin un proceso y un mtodo para
catalizar la reorganizacin de los servicios municipales y capacitar a los cuadros de hoy
y el futuro. Se trata de una colaboracin novedosa entre las instituciones universitarias y
organizaciones no gubernamentales (ONG)
de Morelos, junto con los cabildos municipales y los distintos poderes y agencias del gobierno del estado.

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341

Cuencas como nuevos espacios productivos.


El caso de Morelos
rsula Oswald Spring,
Centro Regional de Investigaciones
Multidisciplinarias de la UNAM

Introduccin
de asimilar diversas minidevaluaciones y la fuga de capital, propia de
cada fin de sexenio, se adelant disfrazada bajo el trmino de inversiones
mexicanas en el extranjero. El dragn asitico, despus de contaminar con sus fuegos a
los mercados emergentes como el nuestro, se recuper rpidamente y cada vez ms
alejada de las recetas fondomonethstas se est afianzando en un poderoso mercado en
el Oriente, donde habita ms de la mitad de la poblacin mundial. Sin embargo, el
conjunto del sistema financiero internacional sigue resentido. Rusia no ha podido controlar su espiral inflacionaria y la falta de organizacin en sus finanzas ptblicas afect
ya a Brasil y Ecuador, pero tampoco Argentina est fuera de una posible desestabilizacin financiera, aunque en el pasado el Consejo Monetario ha fortalecido su moneda JI
su economa. EI inversionista Soros muestra que las crisis del capitalismo son cclicas,
Aade que "en pocas de incertidumbre, el capital tiende a regresar a su lugar de origen" (1999, p.156). Ello significa que el sistema monetario golpea siempre a 10s ms
dbiles, cuando los inversores retiran sus fondos de 10s mercados emergentes. Por ello
es importante consolidar a los bancos y controlar la especulacin financiera de modo tal
que la economa interna de un pas en desarrollo tenga margen de maniobra. En Mxico,
la inestabilidad de las bolsas internacionales; las campaas polticas de los precandidat~s
a la presidencia; los posibles cambios en el gabinete; la consabida comipcin del ltimo
MCO ACABA

343

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS

ao de gobierno; la abultada deuda externa y la creciente interna que junto con el IPAB
ascienden a casi 213 del PIB nacional, reducen peligrosamente el margen de maniobra
presupuestal. Cualquier inestabilidad macroeconmica adicional o la combinacin de
varias pequeas crisis - c o m o frecuentes bajas en el ndice de la bolsa de valores en
Nueva York- provocan fugas de capitales, que a su vez presionan sobre la estabilidad
del peso, la tasa de inters y, por ende, sobre el proceso productivo, al encarecer las
importaciones. Esto es resultado del modelo de industrializacin seguido en los ltimos
aos, generalmente llamado maquila,caracterizado por una dbil integracin vertical
de los procesos productivos. Casi no existe produccin de partes dentro del mismo pas.
En el pasado, las peridicas inestabilidades financieras se han compensado con
devaluaciones y reducciones en el poder adquisitivo de la poblacin trabajadora. El
resultado fueron tasas altas de depauperacin y creciente importacin de materias primas y partes, mano de obra barata y una dbil vigilancia ambiental, pero sin fomento de
un potencial mercado interno, mediante sueldos ms justos.
Adicionalmente, este modelo de industrializacin dej en el pas miles de toneladas
de desechos txicos, sin confinamiento alguno y menos an con reciclamiento adecuado. Las condiciones laborales inhumanas, los bajos salarios y las pocas prestaciones
sociales tampoco permitieron superar la pobreza existente. Tanto el proceso productivo
descrito, como el financiero, las condiciones laborales y los sindicatos blancos, que
presionan para reducir an ms las prestaciones laborales, pintan un panorama delicado
para el futuro del pas y especialmente, el sector marginal y asalariado.
Con el amargo sabor de las cinco crisis pasadas, cada una ms grave que la anterior,
es necesario plantear alternativas factibles que beneficiaran a largo plazo al sector marginal del pas, tanto en lo productivo como en lo social. Moralmente, tampoco es posible recortar an ms las polticas de combate a la pobreza, a la educacin, a la salud, a
la alimentacin y al fomento agropecuario, particularmente, cuando los recortes anteriores suprimieron a proyectos ejecutivos, que hubieran incidido directamente en el
bienestar y la calidad de vida de amplios sectores de los mexicanos de la escala social
ms baja. Un ejemplo patente al respecto es la reduccin de la inversin agropecuaria
que represent en trminos reales en 1999 menos de 10% (a valores de 1983). Este
presupuesto es insuficiente para siquiera mantener la infraestructura existente. El resultado es un creciente deterioro de las obras construidas en el pasado y un envejecimiento
de la infraestructura productiva y tecnolgica, incapaces de garantizar la soberana y
seguridad alimentaria en Mxico. Es precisamente en el agro mexicano donde se encuentran los niveles ms altos de desnutricin.
A su vez, el pas tampoco ha tenido xito en el manejo racional de los recursos
naturales. Ante crecientes procesos de urbanizacin; de deforestacin; contaminacin
de aguas dulces y saladas; agotamiento de los recursos hdricos; abatimiento de acuferos;
desertificacin y salinizacin de suelos; emisiones de txicos al aire con efectos negativos en la capa de ozono y en la salud humana; incremento de bixido de carbono en la
344

CUENCAS
COMO NUEVOS ESPACIOS PRODUCTIVOS.
EL CASO DE MORELOS
atmsfera y consiguiente efecto invernadero, que est alterando al clima global: cantidades de basura cada vez m l s txica; reduccin de especies faunsticas y flofisticas;
pbrdida de la biodiversidad; erosin de 85% de las reas productivas y produccin de
partculas dainas a la salud humana; aunado al agotamientode minerales en el subsuelo
y a la escasez de energticos no renovables, es tiempo de rectificar el manejo irracional
de los recursos naturales. Este panorama poco halagador se toma ms difcil ante la
creciente polarizacin social, la pobreza con inequidad y la concentracin de la riqueza
en manos de grupos cada vez ms restringidas, pero con creciente poder econmico
(Oswald, 1999).

Morelos cuenta con vastos recursos


A pesar de los problemas mencionados, Mxico es uno de los cinco pases de megabiodiversidad en el mundo y un manejo sustentable de sus recursos naturales, pudiera ofrecer posibles salidas hacia mejores horizontes, en trminos de calidad de vida y de
superacin de pobreza. Teoreticamentehablando, el nuevo paradigma de sustentabilidad
relacionara los dos significados de "oikos": la economa y la ecologfa con 10s postulados de la equidad social. Exige asignar valores econmicos reales a los recursos naturales, de modo tal que se pague la reposicin del recurso y su uso, incluidos los efectos de
remediacin y anticontaminacin, de modo tal que se eliminen los subsidios arnbientales, disfrazados en precios bajos por las materias primas.
Morelos no es ajeno a todos los procesos anteriormente mencionados. Por su ubicacin geogrfica es punto de encuentro entre la biorregin Nertica y la Neotropical.
Adems, se ve atravesada en SU Zona norte por el eje transversal neovolcnico. A pesar
de ser un estado pequeo (0.25% del territorio nacional), cuenta con un rea de 4 958.2
kilmetros cuadrados, dispone de 10s ms amplios recursos naturales. El uso del suelo
es bsicamente agroforestal (vase la grfica l), aunque el sector servicios est desplazando importantes reas naturales y agropecuarios hacia la especulacin inmobiliaria.
Desde tiempos prehispnicos, gracias al extraordinario clima y paisaje, ha sido un estado densamente poblado, comparado con el promedio nacional (grfica 2). La dinmica
productiva se traslad del sector agropecuario hacia el urbano (grfica 3, vase Oswald,
1992) y la mayora de la poblacin est dedicada al rea de los servicios. La emigracin
interna del medio rural al urbano (grfica 4) deja en el agro poblacin envejecida y sin
capacitacin tecnolgica.
su clima divcrsificado, su geologfa, sus paisajes y sus ecosistemas le otorgan un
extraordinario potencial natural (cuadro 1). La precipitacin media anual es de 1 045
superior a la media nacional de 777 milmetros. Las aguas metericas equivalen a 5 164 millones de metros cbicos y ~61030% se aprovecha (grBfica 5); 2 374
millones de metros cbicos se escurren, a veces de manera torrencial, hacia el estado de
345

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS

Grfica 1 . Uso del suelo en Morelos

Urbano

Ganadero
39%

Superficie 4 958km2

CUENCAS
COMO NUEVOS ESPACIOS PRODUCTIVOS. ELCASO DE MORELOS

Grfica 3. Morelos: distribucin de la

PEA

por sectores productivos

O
iPrimario

O Secundario

0Terciario

PEA total: 453

000

Grfica 4. Morelos: tendencia de crecimiento

Rural

Urbana

Porcentaje

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS


Cuadro 1. Biodiversidad en Mxico y Morelos
Mxico

Morelos

1 069

141

13.9

Peces

384

87

22.67

Anfibios

295

15

5.08

Reptiles

717

103

14.36

1 060

340

32.7

49 1

90

26 O00

2 290

Grupo

Mariposas diurnas

Aves
Mamferos
Plantas con flores

% del pak

18.33
8.8

Fuente: Conabio, 1986, Estudio de Pais.


Fuente: OEcD, 1 996, Saving Biological Diversity

Gr6fica 5. Morelos: aprovechamiento de la precipitacin anual de agua


70

Aprovechada

Sin aprovechar

348

CUENCAS
COMO NUEVOS ESPACIOS PRODUCTIVOS. ELCASO DE MORELOS

Guerrero, otros 1 395 millones se infiltran, y alimentan a los acuferos; y los restantes
1 395 millones de metros cbicos se evaporan (Aguilar S., 1990). Si se comparan
estas cantidades con el consumo en el estado, que es del orden de los 850 millones de
metros cbicos anuales, pudiera crearse la falsa impresin de que no existen problemas
de abastecimiento de agua entre los diferentes usuarios.
La distribucin del agua en la entidad es irregular en tiempo y espacio. La mayor
precipitacin media anual se presenta en las zonas noreste y noroeste de las sierras
septentrionales y fluctiia regionalmente. En los Irnites con el Distrito Federal llega hasta
1 700 mm. Esta precipitacin va descendiendo hacia el sur, conforme disminuye la altitud, registrndose los mnimos en el valle de Ticurnn y Axochiapan con promedios
anuales de 800 mm, concentrados entre los meses de junio y octubre y slo interrumpidos por una sequa interestivalen agosto. Junto con escasez temporal del vital lquido que
se emplea en 82% en el riego agrcola, en 15% en el servicio domiciliario y de servicio y
en 3% en el mbito industrial (grfica 6), existe una fuerte contaminacin en toda la
entidad (Oswald, 1991).
Las ciudades, las industrias, las actividades agropecuarias, la erosin del suelo (grfica 7) y otras acciones humanas aportan grandes cantidades de contaminantes a los
cuerpos de agua. Las descargas domsticas contienen materia orgnica y nutrientes, que

Grfica 6. Morelos: consumo anual de agua por sector


Industrial
Urbano

3%

1 000 millones de n3

Agropecuario: 82 millones de rd
Urbana: 15 millonesde m3
Industrial:3 millones de m)

349

1'

i
ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS
Grfica 7. Superficie daada en Morelos
Erosin severa

Extensin superficial de Morelos:


4 958 kmz
Superficietotal daada: 79.8%

eutrofican al llegar a los cuerpos receptores, es decir, producen una sobrenutricin que
contribuye al crecimiento de algas, microorganismos, plancton y animales bentnicos.
En caso extremo, todo el oxgeno del cuerpo de agua es consumido y se produce la
anoxia, lo cual provoca la muerte de peces y los malos olores del agua, fenmeno que
ocurre anualmente en el lago de Tequesquitengo, conocido tambin como "Mar de
Morelos" por su vocacin turstica.
Los sistemas de tratamiento de descargas residuales son insuficientes en la mayora
de los estados y en otros pases, adems de resultar con elevados costos en su operacin.
La contaminacin industrial es altamente variada, dependiendo del giro de que se trate.
Puede producir contaminantes que tengan efectos txicos crnicos, an con descargas
pequeas, otros son difcilmente detectables en los drenajes. Los ndices de cadmio,
plomo, arsnico y selenio se presentan abajo de las industrias metalrgicas y los fenoles
se usan en la fabricacin de medicamentos, colorantes, explosivos, herbicidas, insecticidas, detergentes y desinfectantes, adems de ser auxiliares en la industria textil y del
cuero. Aparecen con cada vez mayor frecuencia en el monitoreo que se hace a lo largo
de los ros y lagos de la entidad.
La contaminacin difusa o no puntual, resultado de los escurrimientos superficiales
de las ciudades, reas agrcolas, lixiviados provenientes de desechos slidos y depsitos de desperdicios en ros y lagos, se infiltran a los acuferos. Pueden causar problemas
de ms difcil control que la contaminacin puntual, anteriormente mencionada, ya que
no pueden ser enfrentados con plantas de tratamiento. Es difcil monitorear fuentes
difusas, porque frecuentemente abarcan grandes reas y en ocasiones ocurren slo du350

):

CUENCAS
COMO NUEVOS ESPACIOS PRODUCTIVOS. ELCASO DE MORELOS
rante una tormenta. La agricultura tiene una gran responsabilidad en esta contaminacin, debido al exceso en el empleo de abonos, herbicidas e insecticidas.
El crecimiento poblacional, el rezago en la infraestructura social y ambiental, la
falta de conciencia ecolgica, una excesiva e ineficienteburocracia gubernamental, afectaron de manera severa a la biodiversidad, destrozaron recursos naturales no renova-

'

graves problemas ambientales, que afectaron a todas la cuencas, la sociedad organizada, junta con el gobierno estatal, los municipales, los sectores productivos y la Comisin Nacional del Agua (CNA), empezaron a ordenar sustentablemente al estado de
Morelos. Partieron de la unidad ecolgica bisica, la subcuenca del Apatlaco que pertenece a la cuenca del Ro Balsas; una de las 11 ms contaminadas de la Repblica. LOS
otros ros que cruzan de norte al sur al estado forman las subcuencas del Yautepec,
Cuautla, Nexapa, Chalma-Tembembe y el de oeste-este es el Amacuzac que recibe todos los ros de la entidad y desemboca al Balsas en el estado de Guerrero.
Gracias a un proceso de organizacin campesina, iniciado en 1990, a fin de combatir
la contaminacin de una planta de tratamiento obsoleta (Eccaciv) que descargaba las
aguas industriales provenientes de la Ciudad Industrial del Valle de Cuemavaca (Civac),
se inici un movimiento estatal a favor del ambiente. Estas aguas sucias se descargaban
a la "Gachupina", una barranca que riega al ejido de Emiliano Zapata y que se une al sur
con el ro Apatlaco. La sociedad de esta microcuenca apoy a los productores rurales y
se enfrent a los industriales, presin aumentada por parte de las autoridades gubernamentales que exigieron el cumplimiento de las condiciones permitidas de descarga industrial. La alianza entre los ciudadanos, los tres niveles de gobierno, una consolidaci6n
al interior del sector empresarial y una planta de tratamiento moderna, permitieron resolver a mediano plazo el problema. Pero antes era necesario un proceso de privatizacin
de la vieja planta de Eccaciv, a fin de obligar a 10s industriales a asumir su responsabilidad en la contaminacin. Finalmente, una renegociacin de la deuda contrada con
Banobras, el rediseo del proyecto ejecutivo cuyos costos se haban casi triplicado por
la crisis de diciembre de 1994 y la buena voluntad de todas las partes, permiti llevar a
cabo con xito esta planta de tratamiento. Un especial nfasis se dio a las condiciones
particulares de descarga, donde se sustituy a la denitrificacin y la eliminacin de los
fosfatos, dado que el agua saneada estaba destinada al riego y ambos elementos son
nutrientes tiles en la siembra agrcola.
LOS industriales invirtieron 120 millones de pesos en esta planta y cumplieron con
los parhetros de descarga. Otros varios cientos de millones ms se utilizaron en el
de la calidad del aire y el ahorro energtico. Todas estas acciones dieron
la oportunidad de difundir las medidas anticontaminantes a toda la sociedad, mediante
visitas guiadas a las empresas. Los campesinos, por su parte, tenan interks en recibir
esta agua saneadas directamente y sin descarga previa a la barranca, de modo tal que
falta construir un canal de conduccin de aguas saneadas entre planta y campos
35 1

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS

agrcolas. Los ciudadanos que viven en las barrancas adquirieron conciencia ecolgica y
las autoridades gubernamentales tenan resuelto el foco de mayor contaminacin en el
estado, donde en el pasado haban surgido graves problemas de salud como abortos,
las descargas clandestinas con txicos industriales al ro que posteriormente se infiltraba a los acuferos (Oswald, 1991).
Esta coyuntura poltica de conjuncin de esfuerzos, reforzada con la creacin de la
Procuradura Ecolgica y despus con la Secretara de Desarrollo Ambiental en el estado de Morelos, impuls una gestin ambiental sustentada en la regin y todos los sectores sociales. Al esfuerzo se sumaron las universidades estatales y los centros de
investigacin de la UNAM y del IMTA,a fin de efectuar un diagnstico integral de la
microcuenca. Dentro del Plan Estatal de Desarrollo 1994-2000 se aprob en el marco
del Coplade el saneamiento integral del Apatlaco. La Semarnap llev el proyecto piloto
como esfuerzo de concertacin ciudadana a la reunin de Ro + 5. Se elabor un cartel
que se distribuy en escuelas, iglesias, presidencias municipales y centros culturales; y
durante tres aos se dio un seguimiento mensual en los Coplade de Ecologa y de Agua.

Espacios productivos y recursos naturales


Morelos no slo se caracteriza por su capacidad histrica de organizacin social, si no
tambin por la productiva. Fue tradicionalmente un productor de alimentos e insumos
industriales. Desde hace 500 aos, los espaoles introdujeron la agroindustria de la
caa de azcar y slo recientemente se dieron cambios en el uso del suelo agrcola hacia
el urbano-industrial y de recreo (Horacio Crespo, 1988). Morelos era autosuficiente
tambin en otros productos agropecuarios como el maz, frijol, arroz, cacahuate, tomate, jitomate, sorgo, cebolla, frutas tropicales y templadas, plantas medicinales y flores. El
sorgo empieza a sembrarse comercialmente a partir de los sesenta y es en 1991 cuando inicia el desplazamiento del maz en cuanto a reas sembradas. Esto es resultado de
una poltica agropecuaria que privilegiaba las ventajas comparativas, en lugar de la
autosuficiencia alimentaria regional. Aunque durante algunos aos ms se mantena
la produccin de granos bsicos, sin embargo a falta de apoyo tcnico, crditos suficientes y precios que cubriran los gastos de produccin, el agro fue perdiendo vigor,
cediendo los campesinos sus tierras a la especulacin inmobiliaria. La grhfica 8 muestra
la estructura del uso del suelo en cuanto a cultivos, mientras que la grfica 9 explica el
valor de la produccin. Ambos fenmenos son adversos a la produccin de alimentos.
Ellos explican la prdida de la autosuficiencia y soberana alimentaria en esta dcada.
Sin duda alguna, los cambios ocurridos han afectado severamente al campesinado de la
entidad y a la vez deteriorado su calidad de vida. Ello es valido no slo en el presente,
sino tambin en el pasado. Morelos ha encabezado varias luchas: se llevaron a cabo
352

11 4

4
4
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Grfica 8. Morelos: Estructura del uso del suelo.


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flores

intensas batallas durante la Independencia, la Revolucin y, posteriormente, conflictos


sangrientos durante las revueltas conocidas como el movimiento jaramillista.
El clima templado convirtia Morelos desde tiempos prehispnicos en sitio privilegiado de fin de semana y de veraneo. En esta entidad se estableci el Casino de la Selva
que hasta al Cardenismo permiti combinar el recreo con el juego del azar. Posteriormente, la autopista abri un camino rpido a los capitalinos que huan de la contaminacin. Despus del terremoto de 1985, muchos de ellos se asentaron definitivamente en
la entidad. Los asentamiento industriales, iniciados en los cincuenta, pero consolidados
en los setenta abrieron al estado la integracin a la economa internacional. Grandes

Grfica 9. Morelos: Composicin del valor de la produccin


100%
90%

80%
70%
60%
50%

40%
30%
20%
10%
0%

Forrajes
O Otros alimentos

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS

transnacionales se establecieron y provocaron una inmigracin masiva de la poblacin


pobre proveniente de los estados de Guerrero, Oaxaca, Puebla y Mxico, configurando
la zona conurbada de la capital. Durante los noventa la "Ciudad de la Confeccin"
impuls el modelo maquila en el estado, seguido por otros parques industriales en CuautlaAyala y Yecapixtla (Ordez, 1999). En menos de treinta aos se transform un estado
rural en uno urbano, caracterizado por alta densidad demogrfica, resultado de inmigraciones internas y externas, pero tambin debido a elevadas tasas de reproduccin entre
la poblacin nativa. S610 en los ltimos aos, los servicios de salud promovieron la planificacin familiar, de modo tal que el reciente aumento poblacional se debe bsicamente
a la inmigracin. Este patrn demogrfico agudiz a la pobreza en el estado, adems de
provocar altos niveles de invalidez, dado que la poblacin inmigrada provena de zonas
de pobreza extrema y los hijos eran frecuentemente vctimas de la desnutricin crnica
matema-infantil.
Contradictoriamente, Marelos es tambin un estado expulsor de mano de obra. Generalmente se dirigen hacia la capital en bsqueda de oportunidades de trabajo mejor
remuneradas. Adems existe la emigracin al pas vecino, donde primero en forma ilegal
y cada vez ms frecuentemente mediante relaciones familiares que cuentan ya con sus
respectivos permisos de residencia, los morelenses trabajan en la agricultura, el servicio,
en cadenas alimentarias y otras industrias intensivas en mano de obra.

Nuevos procesos productivos y nichos de exportacin


en un mundo globalizado
En la actualidad, la crisis del agro es resultado de un complejo proceso histrico, en el
que la poltica gubernamental de abandono jug un papel trascendental, agravado por la
cada de los precios internacionales de alimentos, la falta de desarrollo tecnolgico
propio y el extensionismo con tecnologas medias, adaptadas a las condiciones ambientales. La integracin econmica al pas vecino mediante el Tratado de Libre Comercio,
la apertura indiscriminada a la importacin, mayores subsidios entre los vecinos del
norte y una superior capacidad tecnolgico-cientfica, postraron al sector primario. La
,depauperacin del campesinado por la falta de apoyo gubernamental, precios
agropecuarios decrecientes y una inversin primaria raqutica, puso en jaque al campo.
Sin embargo, el modelo de acumulacin original del pas y los largos aos de estabilidad econmica dentro del marco de un desarrollo estabilizador, se sustentaba en una
agricultura eficiente, excedentaria y ahorrativa. Tuvo capacidad de absorber a la creciente mano de obra y mejorar las condiciones de vida de la mayora, especialmente
aquellos asentados en los distritos de riego. Durante aquellos aos de bonanza, los campesinos indgenas con malas condiciones de produccin tampoco pudieron integrarse al
desarrollo. Sin embargo, los subsidios de entonces mitigaron mejor las condiciones de
354

CUENCAS
COMO NUEVOS ESPACIOS PRODUCTIVOS. ELCASO DE MORELOS
pobreza y permitieron una vida ms digna a este sector social. Por lo mismo, el modelo
pudiera seguir vigente hoy o ser reactivado. Slo con las divisas dedicadas a la impomcin de los alimentos y los programas gubernamentales de combate a la pobreza, junto
con los de creacin de empleos, se pudiera reanimar al campo. De este modo el sector
primario pudiera tener otras perspectivas productivas, al combinarse e integrase las
polticas sectoriales, de modo tal que se mejorm'an las actuales condiciones de pobreza
y se aprovechm'an los nichos ecolgicos o productivos que se potencializan con las
favorables condiciones clim6ticas. En sntesis, Morelos ofrece las siguientes oportunidades: 1 ) acuacultura, 2) desarrollo agropecuario y agricultura verde, 3) agroforestera,
4) manejo integral de los desechos slidos: orgnicos e industriales a travs de miniindustrias, 5) ecoturismo (vase cuadro 2).
Cuadro 2. Procesos productivos sostenidos ambiental y socialmente
Acuacultura:
+ Acuacultura de tilapia, carpa, bagre, langostino y langosta australiana
+ Produccin de peces de ornato
+ Produccin de alimentos balanceados a partir de desechos orgnicos
+ Aprovechamiento de esquilmos agrlcolas en la alimentacin de los peces
Agropecuario:
+ Agricultura orgnica
+ Produccin masiva de leguminosas con fijadores de nitrgeno del aire al suelo
+ Huertos familiares para hortalizas
+ Viverismo y promocin de la noche buena y otras plantas regionales
+ Produccin de plantas medicinales en huertos familiares y campos
+ Produccin de semillas libres de plagas en huertos y campos
+ Siembra de cuachalalate en selva baja caducifolia y corte anual de su corteza
+ Recuperacin de ralces medicinales extintas o raras
+ ~icropropagacinde flores nativas ornamentales
+ Micropropagacin de maguey y agroindustrializacin del mezcal
4 Exportacin de nopal, agroindustrialmente transformado en champ, cremas y otros
+ Exportacin de verduras exticas (p.e. japonesas, chinas, hierbas finas)
+ Produccin y exportacin de plantas exticas
+ Reuso de aguas tratadas en cultivos
+ Integracin horizontal y vertical del proceso productivo
+ Creacin de cajas populares, a fin de canalizar el ahorro regional al campo
+ Produccin rstica de hongos y orquldeas
Agroforesteria:
Reforestacin en el marco de los convenios internacionales de atrapamiento de CO,
+ Produccin masiva de plantas forestales con micorrisas y charolas planas extendidas

355

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS


Cuadro 2.
e Produccin de rboles con fijadores de nitrgeno del aire al suelo
4
4

Acodamiento y estacamiento de rboles


rboles navideos con pino ayacahuite que sustituye la importacin

Manejo de desechos slidos:


e Centros de Acopio de desechos slidos
4 Produccin de composta a partir de lo desechos orgnicos municipales
4 Composteo de Iodos provenientes de plantas de tratamiento con esquilmos
4 Reciclamiento de papel y cartn en pequeas empresas
4 Transformacin de aluminio para bases de antenas parablicas
4 Uso del vidrio de desecho en arte e industrias
e Recoleccin de desechos orgnicos en jardines y parques para su composteo
4 Reciclamiento de plsticos
4 Produccin de fertilizantes qumicos con base en los desechos de rastros y corrales
4 Vermicultura para compostear desechos de vacas, gallinas y cerdos
Ecoturismo y cultura ecolgica:
4 Cisternas de ferrocemento para retencibn de agua pluvial
4 Ollas de retencin de agua pluvial
4 Pequeos bordes de retencin de aguas metericas
e Dispositivos de ahorro de agua
4 Separacin de aguas grises y negras
e Saneamiento de aguas negras in situy reuso en jardn y casa
4 Desarrollo de la energa solar
e Ranchos cinegticos
4 Bioterio para venado cola blanca, iguana y otras especies raras o amenazadas
4 Paseos ecolgicos en parques nacionales
4 Rpidos en el Amacuzac
4 Inmobiliaria ejidal
e Balnearios ejidales
4 Manejo de la Rese~a
de la Biosfera de selva baja caducifolia entre Morelos, Guerrero
y Puebla
e Centro de estudio y ecoturismo en la Sierra de Huautla
Parque Nacional de bosque templado entre Puebla, Estado de Mxico, D.F. e Hidalgo
4 Creacin de un Zoolgico de felinos mexicanos en proceso de extincin
4 Manejo del rea natural protegida El Texcal y Sierra Montenegro-Las Estacas

Acuacultura
La produccin de tilapia, carpa, bagre, langosta australiana y langostino cuenta con amplia demanda en el mercado regional y en el sector hotelero. Hoy en da cubren sus
demandas con importaciones (Oswald, 1999, pp. 155-169). Existe una amplia infraes-

CUENCAS
COMO NUEVOS ESPACIOS PRODUCTIVOS. ELCASO DE MORELOS

tnictura ociosa que pudiera ser rehabilitada, sin embargo, los altos costos de los alimentos balanceados y las medidas fitosanitarias son obstculos a este proceso. Aprovechar
esquilmos agrcolas, producidos en la zona y el manejo integral de otros desechos, permitira una integracin vertical a bajo costo del proceso productivo. La creciente aceptacin de peces de ornatos, igual o ms delicados en su manejo, contradice la afirmacin
de una falta de cultura productiva, de modo tal que con un mercado seguro y buenos
precios, no slo se pudiera mejorar la alimentacin de sectores desnutridos en el campo,
sino crear con algunas horas adicionales, excedentes econmicos requeridos entre estas
familias depauperadas. El recurso agua que existe puediera ser incrementado con ollas,
bordos o cisternas de retencin de agua pluvial. La alimentacin de los peces cuenta
con recursos locales y el manejo se puede organizar durante las horas de subempleo.

Produccin agropecuaria
La agricultura verde es una alternativa no slo demandada en los pases industriales,
sino tambin aqu. El cercano mercado capitalino aumenta la demanda de productos
naturales, s610 falta un mecanismo seguro y gil que certifique a los productos, certificado que no debera depender del extranjero sino promoverse dentro de la misma regin. La creciente demanda de productos naturales obligara a compostear los desechos
orgnicos de casas, huertas, parques y granjas. Abaratara los costos de produccin y la
agricultura mixta pudiera retroalimentar con alimentos balanceados a la produccin
pecuaria de traspatio, a partir de esquilmos y desechos orgnicos, a la vez que la agricultura orgnica aprovechara a los desechos animales. Estos ltimos pudieron ser
composteados, puestos en biodigestores que producen adicionalmente gas para luz y
estufa y as se evitaran los malos olores y la fauna nociva. Creciente aceptacin tiene la
vermicultura que desintegra rpidamente a los desechos de establos.
La generacin de semillas libres de enfermedades y plagas no s610 aumentarla a la
produccin agrcola, sino reducira o sustituira a los agroqumicos, ademAs de que
producir semillas certificadas. Una creciente preocupacin se da en tomo a
10s transgnicos. Nueva Zelanda, ante los desconocidos peligros de los mismos, decidi
prohibir toda entrada de semillas genticamente alteradas y transformar su agricultura
en orgnica. Para ella encarg a los centros de investigacin, universidades y la iniciativa privada a desarrollar tecnologas sustentables que mejoraran los rendimientos, sin
daar a 10s suelos y aumentar la produccin agropecuariaen el mediano plazo. Cuba, por
el boicot impuesto, se ha convertido en un lder de la agricultura orgnica y ha aprovechado toda la cadena de desperdicios, ahorrando energa e insumos. La agricultura mixta familiar es la ms eficiente forma de produccin en trminos ecolgicos, ya que
aprovecha la economa de escala, los desechos como insumos y abarata por ende 10s
costos de produccin, adems de generar empleos locales.
357

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS

Mxico, junto con China, la India y las civilizaciones del Mediterrneo sistematizaron
los conocimientos teraputicas de las plantas y animales medicinales. En la actualidad
se conocen, de acuerdo a Tortoriello, 45 000 especies botnicas con propiedades medicinales. Lozoya y otros estiman la existencia de 250 000 y 750 000 especies de plantas
superiores, de ellas se estima que 10% (unas 25 000 a 75 000) se emplean en las hoy
llamadas 'medicinas tradicionales' (Lozoya, 1993, p. 255). Desgraciadamente, tambin
en Morelos la explotacin irracional de algunas especies, como el barbasco que dio pie a
los anticonceptivos y esteroides, la raz de espondio y varias ms, provenientes de la
selva baja caducifolia, estn amenazados o desaparecieron de la regin. Modernos procedimientos de micropropagacin, tradicionales cuidados de la diversidad gentica de las
plantas restantes, reproduccin sistemtica de las mismas y uso de fijadores de nitrgeno del aire al suelo, a fin de sustituir la fertilizacin qumica, son algunos de los mtodos
alternativos que permitieran conservar y utilizar al recurso natural. Transformar los alimentos y plantas en agroempresas familiares fomentara el ingreso en el sector primario
y promovera procesos curativos de bajo costo. La medicina tradicional no se puede
contemplar de manera aislada. Se acompaa con otros tratamientos como temazcal,
baos o masajes, de modo tal que el florecimiento de la medicina tradicional generara
empleos dignamente remunerados, a la vez que ofrecera oportunidades de trabajo temporal a mujeres y ancianos.
En Morelos el ecosistema original de selva baja caducifolia abarcaba ms de 70%
del estado. Es apto para promover el manejo sustentable del cuachalalate. La corteza de
este rbol se puede cortar en mayo sin daar al rbol y permite anualmente su reposicin. As los campesinos tendran anualmente la misma produccin. El IPN ha desarrollado, junto con el t que se hace de la corteza misma, una microdosis homeoptica y ha
sistematizado 27 enfermedades susceptibles a ser curadas con esta planta, algunas importantes en un mundo actual de estrs como es la lcera gstrica, el alto nivel de
colesterol o la gastritis.
Tambin la siembra y agroindustrializacin del nopal abre un panorama favorable a la
exportacin, al igual que la produccin de flores, hierbas de olor o verduras exticas, a
veces propios de hbitos culturales orientales. Ofrecen oportunidades de generar divisas,
gracias al potencial nicho de mercado. Falta tecnologa propia en la regin y adaptada al
nivel cultural campesino para aprovechar plenamente estas oportunidades, tarea que debera ser cubierta por los posgrados en Desarrollo Agropecuario de la UAEM. A SU vez la
siembra de cerros totalmente erosionados con maguey y la posterior industrializacin del
mezcal, protegido internacionalmente como el tequila, permitira recuperar suelos, detener la erosin y ofrecer a los productores depauperados del sur del Apatlaco una alternativa de vida, a la vez que mejorara al ambiente, la recarga de los acuferos y una mejor
calidad de aire por la retencin de partculas. La produccin rstica de orqudeas y hongos
abrieron a diversas familias campesinas alternativas permanentes de ingresos y de superacin a su pobreza. Ambos cultivos pueden ser atendidos al lado de otras labores.
358

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Existe una amplia infraestructura agropecuaria ociosa, frecuentemente abandonada, que permitira a muchas familias campesinas diversificar sus ingresos y as salir
adelante. S610 falta organizacin y decisin gubernamental para apoyar a dichas
miniempresas. Un camino existente es el uso de fondos de solidaridad, mediante el
programa Fonaes, en el que el gobierno aporta 30% como capital de riesgo y el productor da el resto en forma de tierras, instrumentos de labranza y mano de obra.

Manejo integral de los desechos slidos

Un campo poco explorado en Mxico en trminos econmicos y ambientales es el manejo integral de los desechos slidos municipales y muchos industriales, que no pertenecen al Cretib. Centros de acopio que reciben por separado los desechos industriales
domsticos, el reciclamiento de papel y cartn o la simple venta a Packsa, empresa de
productores de subproductos, que actualmente est importando cartn de desechos de los
Estados Unidos, la transformacin de diversos metales en procesos de fundicin, el uso
del vidrio, estopa, tela, lana y otros en la produccin de artesanas o productos artsticos, abren a Morelos un panorama creativo de miniempresesas, de empleo, a la vez que
resuelve en los municipios el manejo de su basura.
Sin embargo el problema mayor en terminos de cantidad y rpida descomposicines
la basura orgnica. Composteo domiciliario,semi-industrial e industrial evitara la extraccin clandestina de la tierra de monte en el Chichinautzin, la propagacin de plagas de
ecosistemas templados hacia 10s subtropicales y la produccin en sitio de mejoradores
de suelos, capaces de cubrir la demanda actual en jardines y viveros. Adicionalmente, el
composteo profesional de lodos provenientes de plantas de tratamiento y de desechos
de rastros, granjas de pollo, cerdo, ganado vacuno y otros, impedirfa la contaminacin
por olores, de los acuferos y de los suelos, a la vez que cientficamente manejado,
proporcionara fertilizanfes con contenidos de ms de 50% de nitrgeno. Con estos
mtodos se conservara y se recuperara la calidad de los suelos, que est en franco
proceso de depauperacin y se resuelve integralmente el problema de la basura orgnica
que huele mal, produce fauna y flora nociva y contamina a suelos y acuferos.

Otra rea prometedora de la economa verde se vincula a la produccin masiva de plantas forestales, sea en el bosque templado, sea en la selva seca. En el marco del convenio
mundial del cambio climtico, existe la opcin del atrapamiento de CO, mediante el
cuidado del bosque. Los campesinos de la zona norte se pudieran corlvertir en productores de oxgeno, mediante el establecimientoy el cuidado de bosques templados o tropi359

cales. Ambos ecosistemas pudieran ser manejados de tal modo que garanticen al productor alternativas de ingreso en divisas, adems de conservar un recurso estratgico.
Las plantas forestales pudieran ser sembradas masivamente con micorrisas en el caso
del bosque templado y algunas especies de la selva baja. En otros casos se pueden
utilizar fijadores de nitrgeno del aire al suelo, como se experiment en el caso de la
liricidia, la leucaena y se est probando con pltano y caa de azcar. Todos estos
mtodos mejoraran la supervivencia de la planta, le garantizaran un crecimiento ms
rpido y le reduciran los requerimientos de nitrgeno y otros fertilizantes qumicos.
Las charolas extendidas ahorraran hasta 90% del costo de produccin, de transporte
y de siembra masiva, comparado con los mtodos tradicionales en bolsas negras. Adems, las plntulas se adaptan mejor a las nuevas circunstancias en campo y muestran
mayores niveles de supervivencia. Una vez establecidas las plantaciones en campo, el
cuidado campesino atendera rpidamente emergencias ambientales como incendios o
plagas, de modo que la supervivencia de las plntulas aumentara sustancialmente. Adems, ofrecera a los pases pobres una retribucin justa por la produccin de biomasa y
oxgeno que aportan al equilibrio planetario y, por ende, se pudiera incluir el programa de
reforestacin masiva y con especies propias de los ecosistemas, en el marco del protocolo
del cambio global y de la biodiversidad. De acuerdo con clculos efectuados, Mxico y
Morelos en particular, son competitivos a nivel mundial y con ello pudieran establecer a
largo plazo compromisos de atrapamiento de CO, y reducir los efectos negativos del calentamiento global que se empiezan a sentir bsicamente por los desastres naturales que
se presentan con mayor frecuencia y una creciente capacidad destructiva.
Un ejemplo de manejo integral del bosque representa la plantacin masiva del cedro
blanco en un espacio de 50 centmetros. El manejo de esta plantacin permiti en el
primer aos extraer diariamente ramas sobrantes que se utilizan en la floricultura ornamental. Posteriormente, en el primer ao se eliminaban los rboles ms cercanos o
enfermos y se vendan como varas de jitomate, despus como murillos, viguetas y vigas, y al cabo de seis aos qued un bosque perfectamente establecido, sano y vigoroso,
que pudiera participar en el atrapamiento de CO,.La sustitucin de los rboles navideos de importacin por propios, es otra actividad productiva que requiere por pnmera
vez slo de cuatro aos de cuidado del bosque. Despus se sembrara anualmente el
pino ayacahuite de acuerdo con la demanda.

Ecoturismo y cultura ambiental


El recurso agua es abundante en Morelos, aunque la poca de estiaje afecta a casi todo
el estado. Falta modernizar y rehabilitar la infraestructura de agua existente, crear nueva y garantizar a toda la poblacin agua limpia de manera permanente. Un rea poco
explorada se refiere a las obras de cultura ecolgica. Las cisternas de ferrocemento
ofrecen a las comunidades del norte de Morelos con pocas oportunidades de abasteci-

miento de agua durante el estiaje, captura de agua pluvial, capaz de cubrir durante 8 a 10
meses sus requerimientos diarios. Complementos con ollas de agua en depresiones pudieran garantizar la autosuficiencia del vital lquido a bajos costos en las zonas altas.
Lo mismo es vlido para la retencin de agua en bordos, de tal modo que la ganadera
de traspatio y la semi-intensiva contm'an con abrevaderos permanentes. Esta captura de
agua meterica pudiera servir tambin al riego de auxilio en momentos de sequa y mejorara por ende la produccin agrcola, a la vez que permitira establecer hortalizas y cultivos de autoconsumo que incidieran en el ingreso y la dieta campesina. El uso de sistemas
de riego prehispnicos, por goteo y de rnicroaspersin permitiran ahorrar hasta 90% del
agua de riego. Adems liberm'a agua para otros procesos productivos, dado que 82% de
toda el agua usada en el estado se dedica al riego agrcola (vase grfica 6).
En cuanto al ecoturismo, Morelos cuenta con una amplia gama de alternativas productivas, desde los balnearios de agua sulfurosas y de diversin con toboganes, hasta
las excursiones en balsas en los rpidos del Amacuzac. Cuenta con casi 2 000 sitios
arqueolgicos y coloniales, varios de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad.
Integrado este ecoturismo en circuitos, clasificados por inters y grupos de edad, ofrecen diversiones excepcionales a propios y turistas. Falta desarrollar circuitos atractivos,
promoverlos, atender emergencias y garantizar la seguridad pblica, sobre todo en reas
de acampar, paseos o cabaas rsticas. Ello otorgara amplios recursos econmicos como
lo demuestra el manejo ecoturstico en Costa Rica. Adicionalmente, el turismo ejidal y
sus inmobiliarias presentaran una alternativa, donde los pobres pudieran aprovechar la
valorizacin de las tierras en fraccionamientos y casas de fin de semanas, en lugar de
dejar estas jugosas ganancias a los especuladores profesionales.
En los bosques recuperados se pueden promover algunos ranchos cinegticos,de modo
tal que se combatira a la caza furtiva, todava muy comn en Morelos. A fin de evitar la
depredacin de animales silvestres se pudieran establecer bioterios semiextensivos,donde
10s animales silvestres no protegidos tendran un campo de reproduccin permanente.
posteriormente, pudieran ser liberados en los ranchos cinegticos. Junto con ecoturismo,
paseos a caballo, bicicleta de montaa o caminatas guiadas con bilogos se pudiera
recuperar el conocimiento de la biodiversidad del estado y ofrecer a las zonas ms
deprimidas una alternativa digna de empleo. En este campo se puede considerar tambin
la produccin masiva de carne de avestruz o de venado gama. Ambos tienen demanda
en el mercado gastronmico, al igual que diversos peces, langostas y langostinos que
pueden ser producidos en pequeos estanques y alimentados con productos de la regin.
Finalmente, el manejo integral de las reas naturales protegidas, en manos de 10s
autnticos usufnictuarios de las tierras y no burocracias federales desinteresadas, frecuentemente cormptas, abre un panorama interesante de investigacin, promovido por
cientficos, pero tambin de recreo para la poblacin en general. Adicionalmente, con
programas de manejo claramente establecidos se pueden aprovechar los distintos

ELDESARROLLO REGIONAL DESDE MORELOS

legal. En los parques nacionales Lagunas de Zempoala y Tepozteco se pudiera promover


el turismo deportivo de altura y con hoteles rsticos, donde en centros de entrenamiento
profesional acudiran deportistas internacionales y nacionales. En la Sierra MontenegroLas Estacas existe la posibilidad de establecer un zoolgico que recuperara felinos y
otras especies en proceso de extincin. En este caso se pudiera combinar la inversin con
un centro de convenciones dentro de un parque natural con una amplia zona de selva baja
caducifolia, uno de los ecosistemas ms amenazadas en la actualidad.
En sntesis, la filosofa de Schumacher (1973) "pequeo, pero bello" es el punto de
partida de un modelo sustentable de manejo de los recursos naturales, de la superacin
de la pobreza y de la creacin de calidad de vida. Los retos de un desarrollo sustentable
inciden: a) en los procesos de produccin, la tecnologa, los avances cientficos, las
relaciones sociales del trabajo, su organizacin local, regional, nacional e internacional,
los insumos, la comercializacin de los mismos, as como en los productos terminados y
de servicios, los flujos financieros, las bolsas de dinero y de productos y los trminos de
intercambio; b) aspectos socio-polticosrelacionados con la apropiacin de los bienes y
servicios producidos y con efectos en la estructura social, la jerarqua, el prestigio, la
formacin y generalizacin de valores y hbitos, sistemas de toma de decisiones y de
resolucin de conflictos, el manejo de las minoras, de la diversidad cultural, tnica y
religiosa, superacin de marginalidad y pobreza, sistemas educativos formales e informales, constitucin de grupos, reglas y leyes aceptadas y en vigor, sanciones y mecanismos
de rehabilitacin, migraciones y patrones demogrAficos, vivienda, entorno, calidad de vida,
seguridad individual y colectiva; c) aspectos ideolgico-religiosos que compenetran an
en los recovecos ms ntimos del sentir y representarse del ser morelense. Se plantea con
cada vez mayor rigor y urgencia la pregunta de la direccionalidad del proceso de desarrollo del planeta, de un continente, de un pas, de un estado, de un grupo social-tnico o
de un ser humano y su individualidad.
Analizar comparativamente culturas socio-productivas, vincularlas con los procesos
tradicionales y modernos de produccin, en particular el reforzanniento de las estrategias de autoconsumo, y proponer en los procesos fabriles cclicos Ba integracin vertical
y horizontal de los procesos productivos, que aprovecharn ptimamente los insumos,
reducirn los costos socioeconmicos y evitarn la contaminacin, son estrategias integrales de superar deficiencias y conservar al entorno. Junto con procesos productivos
limpios que generen empleo y bienestar, a la vez que superen la inequidad entre grupos
sociales y regiones, fomentara la solidaridad comunitaria o familiar y promoveria valores orientados hacia la ecologa humana y capaces de resolver situaciones conflictivas
que eviten tensiones y guerras, desde el inicio.
En resumen, el aprovechamiento productivo de las cuencas hidrolgicas mejora el
bienestar de todos. S610 mediante esfuerzos que superen a las deficiencias, la
potencializacin de la creatividad humana al servicio de una sustentabilidad y una
ecologa humana sana, ser posible transformar los deterioros existentes hacia un futuro

deseable, con vecinos globalizados y una responsabilidadproporcional en las emisiones y


contaminantes, as como una corresponsabilidad social ante fenmenos globales como
los cambios climticos, la prdida de la capa de ozono, la contaminacin de agua, aire y
suelo. Avances cientfico-tecnolgicos apoyados en tradiciones milenarias, pero sobre
todo una conciencia activa de responsabilidad ofrecera un paradigma de futuro para
todos y en armona con la naturaleza.

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9-

9-

CUENCAS
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365

Sobre el presente y futuro


de los centros de Mxico*
ngel Bassols Batalla,

Instituto de Investigaciones
Econmicas de la UNAM
CEPT LA INVITACI~Npara tomar parte en esta reunin especial de la Semana Acad-

mica de Cuemavaca por dos razones principales: 1 ) la importancia que en s misma


tiene la gran macrorregin central del pas, y 2) haber participado en distintas ocasiones
en labores de investigacin regional, que incluyeron a las zonas centrales de la Repblica. La colaboracin en eventos como el actual, en alguna medida, permite cooperar,
tanto en el mejor conocimiento de la realidad como en las acciones que podrn
emprenderse en el futuro, con objeto de reducir los desequilibrios internos. Esto ltimo
tiene gran importancia y es la idea central que nos ha guiado desde hace muchos aios,
cuando comenzamos a entender los complejos sistemas que integran al corazn de
Mxico, que debe entenderse no slo comprendiendo la zona metropolitana de la capital, sino todo el espacio que se localiza desde el centro de Jalisco, Michoacn y
Guanajuato hasta el oriente de Puebla, Morelos y el Estado de Mxico.
En el ya lejano 1956 publiqu un pequeo libro llamado El Estado de Mxico, que
mostr al menos el inters por ir abriendo un camino de investigacin personal, en las
diversas reas que integran lo que hoy se llama "Centro-Este", incluyendo el Distrito
Federal y los estados circunvecinos, que forman un complejo espacial de interaccin
demogrfica, econmica, social y poltica. Como es sabido, el proceso de industrializa-

' Intervenci6n en la

Semana Acadimica Regional,

CRIM-uNAM,

367

22 de octubre de 1999, Cuernavaca, Morelos.

cin en Quertaro estuvo ligado desde siempre a las necesidades de otras ramas y
empresas de la capital nacional y los municipios conurbados, por lo cual ahora forma
parte indisoluble del Centro-Este, adems de Tlaxcala, Hidalgo y otras entidades antes
mencionadas. Un paso importante para el mejor conocimiento de la cuenca de Mxico y
la zona metropolitana de la ciudad de Mxico fueron los trabajos elaborados para la
Conferencia Regional Latinoamericana de la UGI (1966), dentro de la cual adquiri gran
relevancia el Simposio sobre el Valle y Cuenca de Mxico.'
El ao de 1967 fue una especie de parteaguas en los estudios personales, ya que se
y se prepar la
public el libro La divisin econmica regional de Mxico (IIEC-UNAM)
la. edicin de la Geografia econmica de Mxico (Trillas). En la primera obra se adverta que las regiones socioecon6micas de Mxico aparecen divididas en varios niveles,
que van desde las grandes macrorregiones a las mesorregiones, estados, regiones medias, distritos y municipios, hasta llegar a las microrregiones, de tal manera que las
macrorregiones deben inevitablemente considerarse como unin de entidades diversas,
pues desde un punto de vista oficial no existen en la Repblica sino dos escalones
territoriales intermedios, a partir de la superficie total. Pero este hecho lo nico que
indica es la persistencia de un mecanismo errneo, heredado desde el siglo mx, pues tal
como sealaba el historiador Edmundo O'Gorman, los llamados "centralistas" introdujeron temporalmente una divisin del pas a base de distritos y departamentos. Su triunfo fue efmero y la Constitucin de 1857 reafirm el carcter federalista, aunque ni
entonces ni despus se ha querido aceptar la existencia de los dems niveles espaciales,
sin los cuales resulta imposible llevar a la prctica una planificacin socioecon6mica
ms o menos integral. Heredamos una defectuosa divisin federal, que no se ha deseado
cambiar, ni siquiera aprovechando el triunfo del ejrcito constitucionalista que impuso
la nueva Carta suprema de 1917. Mientras esta situacin subsista, resulta inevitable que la
planificacin econmica se base en los Estados y municipios, tal como ahora existen.
Ahora bien, conviene recordar que uno de los primeros mapas de divisin regional que
trazamos desde 1961, se refera a las llamadas regiones reales, es decir aquellas que se
integran por unin de municipios y estados con similitudes entre s.
Al correr del tiempo nos fuimos interesando en nuevos ngulos de la problemtica
regional en los centros mexicanos, incluyendo los aspectos relativos a la contaminacin
del medio en las aglomeraciones, que ya para 1968-1972 crecan con rapidez El caso de
nuestra capital lo present ante la Comisin sobre el hombre y el medio, UGI,hacia ese
ltimo ao y se convirti en captulo del libro Recursos naturales de Mxico (IIEC-ENT).
Finalmente, al comienzo de la dcada de 1990, el rea de economa del desarrollo
regional y urbano de nuestro Instituto procedi a la redaccin de una obra colectiva que

'

Vase el tomo IV de las publicaciones de la CRLA, editadas por la Sociedad Mexicana de Geografa y
Estadstica y en ella la ponencia del autor de estas lneas titulada "La ciudad de Mdxico y su regin econmica",
incluyendo una divisin en subregiones.

368

SOBRE
EL PRESENTE Y FUTURO DE LOS CENTROS DE IMXICO

signific un verdadero hito: Zona metropolitana de la ciudad de Mxico. Complejo


geogrfico, socioeconmico y poltico (IIEC-UNAM,
1993).
Nunca se pens dedicar nuestro tiempo a un conocimientomeramente acadmico de
una regin, sino en vincular el estudio a las necesidades del desarrollo, que se enfrentara a los obstculos histricos y coyunturales que imponen la desigualdad en los niveles
de progreso por ramas econmicas y en la distribucin de la riqueza producida, tanto
por grupos como por zonas. En 1972 quien redacta estas lneas llam "a formular un
Plan general de desarrollo de la Ciudad de Mxico, que ataque todos los frentes y modifique los resultados -que hasta hoy han sido en su mayora negativos- del impacto
del hombre sobre la Naturaleza, llevados a cabo sin orden ni plan por siglos".
En la dcada siguiente comenzamos a estudiar detalladamente la gran regin Centro-Occidente y avanzamos hasta donde fue posible, ya que la crisis econmica repercuti en la UNAM e impidi que terminsemos el proyecto. De cualquier manera logramos
publicar el libro colectivo, Norte de Jalisco. Una regin remota de Occidente ( n ~ c Armella, 1988) y por su parte Adolfo Snchez Alrnanza, copartcipe en el proyecto,
redact El Centro-Occidente de Mxico, Desarrollo regional, economa y poblacibn
(IIEC-UNAM,
l994), con captulos de inters sobre aspectos que en ocasiones no se tocan
con la profundidad necesaria en los trabajos regionales, por ejemplo la estructura y el
reparto agrarios, la agroindustria y el sistema regional de ciudades.
En forma especial se analiz el caso de la capital federal y la regin central, en la
obra Mxico. Formacibn de regiones econbmicas, (m-UNAM,
3a. edicin, 1993) que
muestra las diversas etapas de su desarrollo hasta la dcada de los aos ochenta. Resulta
de justicia recordar algunas obras de importancia, publicadas en aquellos aos, mismas
que incidan en los graves problemas del crecimiento desmedido de las ciudades, a lo que
se refirieron Ernesto Lpez Malo y Paul Larnartine Yates, haciendo hincapi en la
desproporcionada expansin industrial y la ausencia de un verdadero desarrollo regional. Adems otras investigaciones, entre ellas las de Mara Elodia Terrs, Agustn Cu
Cnovas, Enrique Florescano y Alejandra Moreno Toscano, as como el recientemente
fallecido Eric Wolf, contribuyeron a esclarecer los complicados mecanismos histricos
que explican la concentracin urbana. Como pionero en estas bdsquedas aparece Andrs Molina Enrquez, aunque en su importante volumen titulado Los grandes problemas nacionales se dej arrastrar por influencias deterministas al separar su famosa
"zona fundamental de los cereales", que hacia principios del siglo xx coincida con la
regin central de produccin maicera.

Condicionantes histricas del desarrollo


Son muy numerosos los libros y artculos que sealan aspectos determinantes de la
concentracin demogrfica e industrial y de servicios en el Centro-Este, y en especial
369

de la zona metropolitana de la ciudad de Mxico. No es posible entrar en este caso a los


detalles, pero al menos debe recordarse que desde la poca colonial fue determinante la
relacin que la capital del virreinato tuvo con el puerto de Veracruz, el de mayor importancia econmica para la exportacin de metales y productos agrcola-ganaderos, as
como para recibir diversos artculos de la metrpoli. A partir de entonces creci la
ciudad capital y otras que tenan vinculaciones estrechas con ella, como fue el caso de
Puebla, Toluca, Cuernavaca, etc. No debe olvidarse que buena parte del actual CentroEste tuvo desde siglos atrs altas densidades de poblacin, lo que explica la amplia
disponibilidad de mano de obra, misma que se aprovech por parte del poder colonial.
Reanudados los procesos de crecimiento socioeconmico durante la dictadura
porfirista, los ferrocarriles jugaron un papel crucial en la marcha de las regiones centrales y de esta manera se robusteci la primaca de la capital federal. Todava ms notable
fue su reforzamiento a nivel nacional, despus de las luchas armadas de la Revolucin
mexicana, cuando se intensifica la construccin de caminos, la distribucin de la tierra
hasta entonces acaparada y la nacionalizacin de los hidrocarburos, etc. Pero dicho
proceso se aceler a partir de la Segunda Guerra Mundial, pues la intervencin del
Estado mexicano creci y como resultado de ello fueron tambin mayores las inversiones pblicas. Terminada la contienda, la influencia del poder pblico creci an ms
mediante los programas de sustitucin de importaciones y fue entonces cuando se pudo
haber aprovechado esta circunstancia para contrarrestar los efectos concentradores en
el espacio nacional. No obstante, el poder de los grupos privados tambin se consolid
y ya para los aos de 1965-1970 el porcentaje de estos ltimos lleg hasta abarcar altas
cifras de la economa en general y de las ramas industriales.
Aquello no ocurri, y tal como lo mencionaba en la anterior intervencin de la Semana Acadmica, las polticas implantadas a partir de los aos 1950-1960 condujeron a
una mayor atraccin demogrdfica y a la continuacin del proceso de acumulacin productiva, tanto en la gran regin Centro-Este como en la zona metropolitana de la ciudad
de Mxico. Debe reconocerse que ciudades como Toluca, Puebla, Quertam y ms tarde
Cuemavaca se vieron beneficiadas con el relativo desarrollo industrial, pero no sucedi
as con otras (Pachuca, Tlaxcala, etc.) debido precisamente a la ausencia de planes que
normaran la distribucin de nuevas empresas industriales. Para 1979, L. Ramos y Ch.
Richter escriban que "las regiones ricas siguen recibiendo proporcionalmente ms infraestructura social que las regiones pobres, que son las ms necesitadas de ella". Y
agregaban juicios de gran importancia, por que estaban sealando las razones de esa
concentracin: "Si se cede a las presiones de esos grupos privilegiados se estarn conservando -y quizs acrecentando- las desigualdades, lo que constituye un problema
poltico que puede convertirse en explosivo".
Es bien conocida la actitud de distintos gobernadores del Estado de Mxico, que por
todos los medios atrajeron la inversin privada, nacional y extranjera, para que se instalara en su territorio. Por desgracia, se intensificaron las prcticas ilcitas, lo cual permi-

SOBRE
EL PRESENTE Y FUTURO DE LOS CENTROS DE MJ~XICO

ti6 la invasin de zonas donde el medio natural no aconsejaba instalar viviendas y entre
otras reas se vendieron lotes en el lecho de antiguos lagos como los de Texcoco y
Chalco. Sobre el proceso de concentracin industrial y demogrfica slo agregar una
cita, que condensa las declaraciones hechas al autor por inversionistas de las ramas
industriales y que constan en pginas del ya mencionado libro Mxico. Formacin de
regiones econmicas (edicin de 1979). Cuando se les pregunt sobre las razones que
haban tenido para ubicarse en la zona conurbada durante los decenios de 1960 y 1970,
uno de ellos argument a nombre de todos: "Nos instalamos en el Distrito Federal y
municipios de la aglomeracin metropolitana por que as nos convena. Tenamos cerca
el mercado, ferrocarril y carreteras al interior; mano de obra abundante y calificada;
servicios e infraestructura completos... y luego todava nos dieron exenciones de impuestos por muchos aos; casi nos regalaron terrenos y compramos baratos otros... por
qu irse a Oaxaca, Chiapas, Zacatecas o Yucatn?...La desconcentracin corresponde al
gobierno y la sabe (sic) manejar: ese es cuento aparte...&Queel problema de la contarninacin crece?... (bueno) se es el precio del progreso: concentracin y contaminacin".
A partir de los aos setenta se increment el proceso de concentracin demogrfica
e industrial (a pesar de que los gobiernos de entonces acondicionaron diversos parques
industriales, dotndolos de todos los servicios), pero a falta de una planificacin apropiada, se fueron creando sistemas de ciudades que mostraron la desigualdad de la distribucin temtonal. La aglomeracin de la ciudad de Mxico sigui devorando municipios
del estado vecino y se llevaron a cabo inversiones muy fuertes en la constmccin del
Metro y otras vialidades. Las ciudades llamadas "dormitorio" como es el caso de
Nezahualcyotl, desarrollaron vertiginoso ritmo poblacional, al mismo tiempo que se
increment la invasin de nuevos terrenos sobre las cordilleras y los antiguos lagos. Un
pionero en el estudio de este fenmeno de urbanizacin fue Luis Unikel, que dej honda
huella metodolgica, ms tarde continuada por Gustavo Garza, Carlos Reyes Navarro y
otros urbanistas. En las reas centrales hubo incluso intentos de descentralizacin, que
en un principio parecieron ser solucin viable (tal fue el caso de Ciudad Sahagn, Hidalgo) y adems se registraron inversiones de cuanta para instalar numerosas empresas
en Cuernavaca, Lema, Quertaro, etc. La globalizacin irrumpi con mayor fuerza en
esos aos y sus efectos se han dejado sentir en el mbito nacional y regional.
No se trata de presentar un cuadro completo de estos cambios, parcialmente sealados en la anterior intervencin durante esta semana, pero al menos puede afirmarse que
las aglomeraciones urbanas del centro de la Repblica se ven beneficiadas con inversiones extranjeras; las maquiladoras se desplazan hacia el sur de la frontera, aunque el
grueso de ellas contina localizndose cerca de 10s lmites con los Estados Unidos.
Aprovechando las cifras del PIB total y per cpita por Estados que recientemente calcul
el Sirem, podemos obtener conclusiones preliminares para el ao 2000. Por lo que respecta a las grandes regiones (que dicha empresa no maneja en sus estudios), se reafma
lo anticipado en obras nuestras y por ejemplo, las tres agrupaciones de estados sepkn37 1

trionales aportan 27.4% del PIBnacional, mientras las centrales contribuyen con 58.7% y
las que abarcan el sur-sureste slo proporcionan 13.9%. Ahora bien, lo importante es
correlacionar el total del producto con la poblacin regional, de tal manera que se evidencia la gran desigualdad entre estados y por tanto, tambin entre zonas. Por un lado, las
entidades del Noroeste tienen participacin per cpita superior hasta en 30% a la media
nacional e igual sucede en las del Norte y Noreste (las excepciones son Sinaloa y Durango).
Por otro, los indicadores sealan niveles de pobreza relativa en los dos estados que integran el Centro-Norte (San Luis Potos y Zacatecas), y en este ltimo apenas se rebasa 50%
del promedio en PIB per cpita para el pas.
En el seno del Centro-Occidente ni siquiera Jalisco alcanza a igualar el 100 de la
cifra nacional, en tanto que la superan ligeramente Aguascalientes y Colima, pero quedan muy rezagados Michoacn y Nayarit. Las grandes regiones del Este y el Sur muestran claramente su pobreza relativa, pues incluso Tabasco y Veracruz llegan apenas a
representar 60% de la media, en tanto que es notable la gran pobreza de los estados
sureos: oscila entre 43 y 52%. Finalmente, las cifras de PIB per cpita en Carnpeche y
Quintana Roo aparecen "infladas" por la influencia de la explotacin petrolera y el auge
turstico de Cancn, en tanto que las correspondientes al estado de Yucatn son ms
cercanas a la realidad, debido a su gran poblacin rural y los bajos salarios (71%). Otra
importante conclusin de estos cuadros es que el PIB per cpita en el Distrito Federal
tericamente representa 2.6 veces del promedio en toda la Repblica, aunque entidades
como Hidalgo, Tlaxcala y Puebla muestran todava un retraso muy notable.

Urgencias del momento actual


Precisamente los efectos de la globalizacin y el Tratado de Libre Comercio de Amrihacen imprescindible llevar a cabo nuevas investigaciones
ca del Norte (TLCAN-NAFTA)
sobre los centros de Mxico, ya que independientemente de los cambios que se registran en
las zonas septentrionales del pas y del deterioro de las condiciones socioecon6micas
en las reas meridionales, continan siendo las porciones ms pobladas y constituyen
los principales mercados internos. Nadie duda de que debern continuar los proyectos
de ayuda que se aplican en distritos o pequeos municipios centrales, pero lo ms importante es el anlisis de los procesos histrico-econmicos y las estructuras resultantes, para entender cmo se construyeron los mecanismos actuales y poder formular
proyecciones a mediano y largo plazo. Se necesita disponer de textos que abarquen
cualquier aspecto de la realidad natural, econmica y poltica de todas las aglomeraciones urbanas centrales (incluyendo ciudades medias que todava no juegan un papel decisivo en la gestin del espacio, pero que siguen fortalecindose). Por otro lado, los
escritos sobre el medio rural y los pequeos poblados dentro de municipios y regiones
medias adquieren cada da mayor relevancia en el combate contra la pobreza.

SOBRE
EL PRESENTE Y FUTURO DE LOS CENTROS DE MXICO
En esta intervencin dejamos de lado los anlisis sobre la otra gran regin situada en
el corazn nacional, el Centro-Occidente,pero debe insistirse al menos en que la ciudad

Sin tratar de agotar los puntos que incluye la metodologa regional de carcter
socioeconmico, debe al menos insistirse en la necesidad de conocer a fondo la organizacin de los "grupos de poder" en el centro de Mxico, particularmente en lo que se
refiere a su expansin territorial y su peso poltico, que afianzan a travs de elecciones,
por la influencia de los medios de comunicacin y centros educativos, etc. Por lo dems, existen numerosos conflictos internos en esas regiones y principalmente en
Michoacn, Nayarit y Jalisco continan sin solucionarsediversos problemas en las reas

Asechanzas y proyeccin al futuro


Debemos terminar sealando las implicaciones regionales de ciertas amenazas que hoy
se alzan contra la integridad y el desarrollo pacfico de Mxico. Estas se manifiestan en
todas las macrorregiones, tanto las septentrionales y sureas, como las centrales de
occidente y oriente. De hecho, en algunos libros de amplia difusin se han publicado
mapas de los "dos-tres Mxicosc'(supuestamente existentes), siendo el ms importante
el que abarca el territorio central. La integracin de estas regiones necesita reforzarse, y
al mismo tiempo insistir en que la poltica de Geoestrategia interna recomienda intensificar con urgencia la relacin productiva entre los Nortes, los Centros y los Sures,
pues resulta bsica para consolidar la unidad nacional. No puede desconocerse la existencia de algunas fuerzas de poder que alientan la profundizacin de los problemas
regionales y crean obstculos, con objeto de evitar que el Mxico actual se fortalezca,
temitonal y polticamente.
Si se piensa que una planificacin de la economa nacional es la va para evitar que
las distorsiones econmicas y los problemas regionales se agudicen, debe agregarse de
inmediato que no se trata de una planeacin sobre bases utpicas, sino de nuevos mecanismos acordes con la actual situacin del mundo y los cambios que trae la revolucin
tecnolgica de nuestro tiempo. Lo anterior no quiere decir que ignoremos los efectos
negativos que ha trado la aplicacin de principios "neoliberales", pues stos contribuyen a una mayor desigualdad espacial y tambin en la distribucin de la riqueza. Una
planeacin moderna debe partir del mejoramiento real de las condiciones de vida de 10s
373

autnticos forjadores regionales, o sea los grupos de trabajadores en el campo y la


ciudad. En los mecanismos planificadores deben participar los grupos privados, los
poderes pblicos, las instituciones educativas y empresas econmicas de todo tipo, bajo
coordinacin general que tome en cuenta el fortalecimiento interno de las entidades y
los peligros de la actual situacin mundial, planteando como tarea principal la transformacin de las regiones. Al respecto, el profesor Michel Phlipponneau escribi sabias
palabras sobre la importancia de la geografa, al sealar que "nuestra misin como gegrafos debe ser presentar cuadros de aquello que debera ser (es decir), diversas hiptesis sobre fisonoma geogrfica del conjunto estudiado. El gegrafo prepara as las
decisiones (mismas que corresponde tomar) al poder poltico". Por poder poltico debe
entenderse no slo el gobierno, sino todas las fuerzas que intervienen en el proceso
econmico y social de un pas o regin. Otro especialista europeo, Jan Hinderink afirmaba desde 1975 que "el fin ltimo de la geografa (socioecon6mica) consiste en determinar y comprender las reglas y modificaciones en la organizacin espacial de las
sociedades".
Algunas personas piensan que en esta etapa del desarrollo de nuestro pas, las disciplinas como la geografa social no pueden cumplir con sus altos propsitos, precisamente debido al atraso relativo de Mxico, pero esta afirmacin es falsa, ya que la
experiencia demuestra la gran utilidad prctica que hasta hoy han tenido nuestros estudios. De hecho, los 50 aos de labores de los gegrafos mexicanos han contribuido en
mltiples formas a impulsar el progreso de la nacin y de sus regiones; sus investigaciones, mapas, etc., se utilizan profusamente. Lo que s debe reconocerse es que ha faltado
madurez y/o decisin a las fuerzas de poder, para "organizar mejor el espacio" en provecho de las grandes mayoras y de las regiones de mayor atraso y pobreza. Muchos de
nuestros trabajos han ejercido influencia en la vida nacional de los ltimos decenios
(aunque Csta no se reconozca e incluso se le pretenda ignorar), sobre todo por que nuestro propsito principal nunca consisti en lograr un mero conocimiento del pas y las
zonas que lo integran, sino en sealar deficiencias y obstculos para que la sociedad
alcance metas superiores. A principios del siglo xxi los problemas en todo el planeta
son ms graves que en el pasado y requieren de rhpida solucin: precisamente por ello,
la geografa prospectiva deber jugar un papel cada vez ms trascendente en Mxico y
en el mundo.

Siglas
TLCAN
CIESAS

Civac
CRLA

Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte


Centro de Investigacin y Estudios Superiores en Antropologa Social
Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca
Conferencia Regional Latinoamericana de la Uni6n Geogrfica Internacional

Editorial Nuestro Tiempo


Instituto de InvestigacionesEconmicas (UNAM)
PIB
Producto interno bruto
SIREM
Sistema de Informacin Regional de la Economa Mexicana
Scince
Sistema Integral de Consulta de la Informacin Censal
UGI
Unin Geogrfica Internacional
UNAM
Universidad Nacional Autnoma de Mxico
ZMCM
Zona Metropolitana de la Ciudad de Mxico
AGEB
rea Geoestadistica Bsica
INEGI
Instituto Nacional de Estadstica, Geografa e informtica
Conapo
Consejo Nacional de Poblacin
Coplade Comit de Planeacin para el Desarrollo Integral del Estado
FCE
Fondo de Cultura Econmica
CRIM
Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias
Colmex
El Colegio de Mxico
UGPM
Unin de Gegrafos Progresistas de Mxico
ITAM
Instituto Tecnolgico Autnomo de Mxico
PNUD
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
OCDE
Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmicos
Semarnap Secretara del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca
UAM
Universidad Autnoma Metropolitana
PEA
Poblacin EconmicamenteActiva
~NCA
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
ILPES
Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificacin Econ6mica y Social
ONU
Organizacin de las Naciones Unidas
Sinap
Sistema Nacional de L e a s Protegidas
ENT
IIEC

Actualidadde la investigacin regional


en el Mxico central
se termin de imprimir en agosto de 2002.
Tiraje mil ejemplares.

@@@S@X&S!P

fm~&&@
CCPI.

&@;VB e8 grads de Amq


Toluca, Mlsricai, en la Umiversldsd
Autd@amitdel E&a& de M&iceag gua4~
de maestm ea Plonead4r Urbaaa, en
Gran B ~ b f i h
c m beea drY GoatrcH g
del Conseja BrO&&asies,sm la Uahersidad de Edhbilrgs, Esmis; cl grada
de dcrctor en Estkivdios Regismales em
Varsovia, Palonia, en Ia Facultad de
Geografia y Estcrdtss Regimales de Sa
Universidad de Varsovia. Hasta el. %fin

2002 se desempfid como presidente de


El Colegio Me~lgziensey es Investigador Nacional Nivel IT del SM. F~nd15
la maestra ea 1E"Iane~icla5aMetropditana en la UAM-Azcapatailla@;h e
directar fundador de la Escuela de
Planeaciis Urbana y Regional (hay
facultad) de la UAEM (1986); se desempeg como director general de PUaneacion, coordinstder genera2 dc
Investigaci6rt p Esrndias Avesaades p
secretario aeadmics de b UAEM enitre
1989 y 1993. De 1993 a 1998 fue di~iector general de PlaneacMn del Gobierno
de Mxieo.

4.

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pmclrmodm par el actual gdbicena ea el poder, nno se ha bcebs
maedstd, per el coatraak, toda ppastee indicar qql\jle as existe
daridad ea d rumba.
Lag ~ q i ~ asoni
e s partes del proc~eso:Iri ~onssUdacinde ireas
de desarrollo acordes a 10s factores que impone la globalizacin
comtrastrn con otras que mantienen ritmo# histricos de crecimiento.
..,
El presente 3ihm colajua6a esta serie de reflexiones y atras que
desde ir academia traten de mostrar Pos problemas y limitncionies
que enfrenta 1%polltiea regianal mexicana y, en general, d pensamiento sobm la "cuestin r~rgiooal'~.
Al mismo tiempo, se presentam diversas ideas ipmperitiras elabradas por expertos de alto
nivel que brai incaipsi@madlo~;
en les ciencias econmicas y socides,
~ncwl4mddslasa las astudies territsP;aJtn, esn la irptenicig de
liecwpeiair estas espacios de1pge~iisamienat@
mexicano.
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