Atlas Ilustrado de Batallas de La Guerra Civil Española Varios
Atlas Ilustrado de Batallas de La Guerra Civil Española Varios
Atlas Ilustrado de Batallas de La Guerra Civil Española Varios
Direccin editorial
Natalia Hernndez
Coordinacin editorial
Lucas Molina Franco
Textos
Lucas Molina Franco
Rafael Permuy Lpez
Fernando Calvo Gonzlez-Regueral
Juan Vzquez Garca
Coleccin
Jos Manuel Campesino Bilbao
Correccin
Lucas Molina Franco
Jos Mara Sotillos
Marisa Lpez de Pariza
Preimpresin
Miguel ngel San Andrs
Ag radecimientos
A todos los que nos han ayudado en la realizacin de este libro, en especial a Jos Manuel Campesino, Canario Azaola, Mara
Eugenia Yage y su Fundacin, herederos de Carlos Franco Gonzlez-Llanos, scar Ibez, Juan Negreira,
Jos Mara Manrique, scar Gonzlez, Antonio Aznar, Carmelo Gonzlez, Carlos Murias, Juan Conde, Jos Antonio Moc Bruna y
su esposa M. Teresa y Manuel V. Tamariz.
Dedicatoria
De Jos Manuel Campesino Bilbao (coleccionista):
Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra solo puede ser realizada con la
autorizacin de sus titulares, salvo excepcin prevista por la ley. Dirjase a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos) si
necesita fotocopiar o escanear algn fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).
Sumario
Presentacin
Antecedentes. La Segunda Repblica
Del Pacto de San Sebastin a las elecciones municipales de 1931
El golpe de gracia a la monarqua alfonsina
Las reformas militares de la Repblica. Manuel Azaa
El cierre de la Academia General y de la prensa militar
10 de agosto de 1932: la Sanjurjada
Elecciones generales y cambio de Gobierno
La Revolucin de octubre
La poltica militar de Gil Robles
La ltima escena de la Repblica: el Frente Popular
La sublevacin militar. Los preparativos
El fracaso del golpe
El Alczar de Toledo
Inicios
Julio: el mes de los aviones
Agosto: el mes de la artillera
Septiembre: el mes de las minas
La liberacin
Fusil Mauser
Joaqun Garca Morato (1904-1939)
La Legin Cndor
La batalla de Guadalajara
La realidad de la defensa republicana
Guadalajara no es Abisinia
Contraataque republicano
La batalla de Brunete
Planteamiento de la batalla
Las fuerzas nacionales presentes
El ataque
Eplogo
La batalla de Belchite
La gnesis de la operacin
La ofensiva gubernamental
Las fuerzas nacionales en Aragn
El cerco y la defensa de Belchite
La batalla de Teruel
Las razones de una batalla
Las fuerzas en presencia
Contraataques nacionales
Cae Teruel
ltima fase
Ofensiva en el Alfambra
Bibliografa bsica
Presentacin
o cabe duda alguna que la Guerra Civil Espaola de 1936-1939 ha constituido uno de los hitos
trascendentales en los ltimos cien aos de la historia de nuestro pas. No podemos afirmar si,
la contienda todava est muy presente en la memoria colectiva de los espaoles, cuando se cumplen
75 aos del comienzo de la misma. Muchos dudan si se han cerrado de una vez para siempre las
heridas producidas por el conflicto blico entre hermanos y si la reconciliacin definitiva se ha
conseguido realmente.
El lector que se asome a estas pginas tendr en sus manos una obra colectiva que pretende dar a
conocer un estudio de las principales batallas que tuvieron lugar en el transcurso de la contienda civil
espaola. Se trata de un estudio pensado para que cualquier persona, tenga o no conocimientos
previos de historia, pueda entender qu sucedi en cada una de las batallas, qu armamento utilizaron
cada uno de los contendientes, qu uniformes vestan los soldados, cmo se desarroll la batalla en el
terreno y cules fueron los factores que influyeron en cada uno de los bandos enfrentados en la
Guerra Civil.
Probablemente los ms avezados lectores se percaten de que en este texto no estn todas y cada
una de las operaciones militares de la guerra. Muchos echarn en falta, a modo de ejemplo, las
batallas de Mlaga, Santander o Asturias, las campaas de Aragn, Extremadura y Valencia, as como
la definitiva batalla de Pozoblanco o la ofensiva final que condujo a la terminacin del conflicto con
la victoria de las fuerzas nacionales mandadas por el general Franco; es posible que otros echen de
menos determinados aspectos de la guerra naval o area. La razn de estas lagunas es que los
contenidos se han visto limitados por una obvia cuestin de espacio.
Dicho esto, lo cierto es que la obra s acomete un estudio serio y documentado de las ms
importantes batallas de la guerra. Son aquellas que tuvieron una especialsima trascendencia en los
acontecimientos posteriores y reflejan el importante esfuerzo blico desarrollado por ambos
contendientes.
Hay que sealar que los autores se han desplazado a los lugares donde se produjo cada una de
las batallas, pisando materialmente el terreno en que tuvieron lugar hace ya casi 75 aos. Un
meticuloso trabajo fotogrfico permitir al lector comprobar cmo est hoy el que ayer fuera campo
de batalla. A la vez, se han recopilado numerosas fotografas antiguas, as como imgenes de
armamento, divisas, objetos, grabados, carteleras o prensa de la poca, que nos permiten acercarnos
un poco mejor a aquellos tiempos blicos pretritos.
Con este libro, el lector viajar a Toledo, con la defensa numantina de El Alczar; a Madrid y su
Ciudad Universitaria o a los campos de Brunete; a Guadalajara, con pueblos emblemticos como
Brihuega y Trijueque; a Bilbao, con su Cinturn de Hierro, y a Aragn y Catalua, donde se
libraron las terribles batallas de Belchite, Teruel y el Ebro, aqu tratadas.
Esperamos que el esfuerzo puesto de manifiesto con la edicin de este libro haya valido la pena.
Los lectores, al fin y al cabo, tienen la ltima palabra.
ESCUDO DE LA REPBLICA
Escudo de la Segunda Repblica.
HROES DE LA REPBLICA
La sublevacin de la guarnicin de Jaca (Huesca) en diciembre de 1930 ocasion los primeros mrtires de la Repblica. Los
capitanes Fermn Galn y Garca Hernndez fueron fusilados al fracasar su intentona. (Coleccin J. M. Campesino).
QUEIPO DE LLANO
El general Gonzalo Queipo de Llano, que haba jurado odio eterno a la monarqua, se sublev en Cuatro Vientos en diciembre de
1930. Tambin fracas. (Archivo Canario Azaola).
PAY-PAY
Un popular pay-pay ilustrado con las efigies de los hroes del momento: Fermn Galn y Garca Hernndez. (Coleccin J. M.
Campesino).
FRANCO Y RADA
Los hroes del vuelo del Plus Ultra, el comandante Ramn Franco y el mecnico Pablo Rada, se unieron activamente al
pronunciamiento del aerdromo militar de Cuatro Vientos. (Archivo Canario Azaola).
Una vez en el aerdromo y manifestadas sus intenciones, los oficiales que no estaban de acuerdo
pasaron detenidos al Pabelln y el resto se uni al golpe. Queipo orden a Ramn Franco que
despegase con un avin y reconociese la situacin en Madrid y en las unidades militares de la capital,
adems de bombardear el Palacio Real. Franco alz el vuelo en un Breguet XIX y procedi a
reconocer el terreno. Desde Cuatro Vientos, Queipo y los dems sublevados no llegaron a notar
ninguna detonacin en los alrededores del Palacio de Oriente.
BREGUET XIX
El comandante Franco despeg en un Breguet XIX, similar al de la instantnea, del aerdromo militar de Cuatro Vientos con
intencin de bombardear el Palacio de Oriente. Franco no lo hizo por temor a herir a los nios y paseantes situados en sus
cercanas. (Archivo Canario Azaola).
ALFONSO XIII
El rey Alfonso XIII hubo de exiliarse tras las elecciones de abril de 1931. En la foto, vestido de hsar. (Coleccin J. M. Campesino).
Tras 45 minutos de vuelo, Franco regres e inform que las tropas en los cuarteles estaban
formadas y preparadas para salir, pero para reprimir la sublevacin; desde el cuartel del Conde
Duque recibi fuego de fusil y ametralladora. Queipo le pregunt la razn de no bombardear el
Palacio, a lo que Franco contest que por temor a herir a los paseantes y nios que se encontraban en
las proximidades. Todo estaba perdido. Los sublevados decidieron huir a Portugal, utilizando los
aviones de Cuatro Vientos.
CUATRO VIENTOS
El general Queipo de Llano, fracasada la intentona de Cuatro Vientos, hubo de exiliarse durante un breve perodo. Tras la
proclamacin de la Repblica, Queipo fue recibido como un hroe. (Archivo Canario Azaola).
Con estos mtodos decimonnicos se pretenda imponer en la Espaa de los recin estrenados
aos treinta del siglo XX un nuevo rgimen poltico.
VICTORIA EUGENIA
La reina Victoria Eugenia abandon el pas con sus hijos, por ferrocarril, en direccin a Pars. (Coleccin J. M. Campesino).
BARCELONA
La multitud celebra la llegada de la Repblica en Barcelona.(Coleccin J. M. Campesino).
MEDALLA
Medalla conmemorativa de Fermn Galn y Garca Hernndez.(Coleccin J. M. Campesino).
MITIN
Multitudinario mitin poltico de la izquierda sindical. El escenario es tpicamente espaol: una plaza de toros. (Coleccin J. M.
Campesino).
Azaa, como ministro de la Guerra (hay que recordar que la Repblica no cambi el nombre a
este ministerio), acometi desde el principio de su mandato una reforma militar necesaria, pero
ciertamente difcil, y cuyos resultados no se puede decir que fueran buenos.
MEDALLA
derecha. Medalla alegrica de la joven Repblica espaola.(Coleccin J. M. Campesino).
Por qu Azaa? sa es la primera pregunta que habra que hacerse a la hora de analizar su
papel al frente del Ejrcito espaol en el bienio republicano izquierdista. Azaa fue nombrado para el
cargo porque era el nico de entre los lderes del Pacto de San Sebastin que tena ideas y proyectos
en el terreno militar. En 1919 escribi un trabajo titulado Estudios de poltica militar francesa, donde
abogaba por trasladar las ideas de la organizacin militar gala a nuestro pas. Seis aos ms tarde,
Azaa volvi a escribir, en este caso un ensayo sobre la dictadura de Primo de Rivera y la
participacin del rey aquel 14 de septiembre de 1923, en el que se calificaba a las Fuerzas Armadas de
obstculo para el progreso y la libertad de Espaa.
MANUEL AZAA
El poltico Manuel Azaa, de Izquierda Republicana, fue el primer ministro de la Guerra del Gobierno republicano. Emprendi una
profunda reforma militar en Espaa.(Coleccin J. M. Campesino).
GRUPO DE REGULARES N. 2
Muchos militares abrazaron con fervor el nuevo rgimen republicano; otros simplemente lo aceptaron. Este soldado del Grupo de
Regulares n. 2 enmarca su fotografa junto con la bandera tricolor. (Coleccin J. M. Campesino).
Cuando Azaa lleg al Ministerio, ya tena configurado su modelo de Ejrcito y saba cmo
modificar el existente. Era consciente de que el cambio habra de ser traumtico, pues las reformas
que tena en su cabeza pasaban por republicanizar el Ejrcito de la monarqua, aunque con su
comportamiento los das 13 y 14 de abril dio muestras de serenidad y disciplina y acat la nueva
legalidad impuesta tras la marcha del rey.
MINISTRO DE LA GUERRA
Manuel Azaa era el nico de los lderes republicanos que tena proyectos e ideas en el terreno militar. Por ello fue nombrado
ministro de la Guerra. Hay que recordar que la Repblica cambi la antigua denominacin del Ministerio del Ejrcito por la de
Ministerio de la Guerra. (Coleccin J. M. Campesino).
Pero el gran error de Azaa con el Ejrcito fue, sin lugar a dudas, la constante humillacin a la
que lo someti. La primera, a las pocas horas de proclamarse el nuevo rgimen, con el decreto que
obligaba a los oficiales que quisieran seguir en activo a prestar promesa de fidelidad al rgimen.
Nunca la monarqua haba planteado una cuestin como esta ni puesto entre la espada y la pared a sus
militares, muchos de los cuales, fervorosos republicanos, conspiraron contra ella y actuaron para
implantar la repblica.
CONSTITUCIN REPUBLICANA
Las Cortes constituyentes aprobaron la nueva Constitucin republicana en diciembre de 1931. (Coleccin J. M. Campesino).
REFORMAS
La reforma poltico-militar de Azaa afect profundamente al personal castrense. Fueron suprimidas las categoras ms altas de los
oficiales generales y se dictaron disposiciones sobre el retiro anticipado de los oficiales: fue la archiconocida Ley de Azaa.
(Archivo Fundacin Yage).
POSICIN ESPAOLA
Los oficiales que quisieron permanecer en activo fueron obligados a firmar la adhesin al nuevo rgimen. (Archivo Fundacin
Yage).
A partir de aqu, una serie de decretos ya que los primeros meses de la Repblica se gobern
de manera dictatorial, a base de decretos-ley fueron construyendo lo que, a la postre, podramos
definir como las humillaciones de Azaa. En esencia, se referan al pase a la reserva de los
generales y al retiro de los jefes y oficiales, la adopcin de la bandera tricolor, la supresin de las
rdenes militares, el retiro forzoso de jefes y oficiales del Cuerpo de Alabarderos, los ascensos por
eleccin y la clasificacin de los ascensos en campaa. Tambin se regul la reorganizacin general
del Ejrcito y del de Marruecos, la reestructuracin de las capitanas generales de regin, que se
suprimieron, y la creacin de divisiones orgnicas, amn de la supresin de las dignidades de capitn
general y teniente general y las categoras de consejero togado, intendente del Ejrcito, interventor
general del Ejrcito, etc.
GENERAL FRANCO
El general Francisco Franco fue el nico director de la Academia General Militar de Zaragoza. Este centro de enseanza para la
formacin de oficiales fue clausurado y abolido por Azaa. (Archivo Carlos Franco Gonzlez-Llanos).
GENERAL SANJURJO
El general Jos Sanjurjo, uno de los mentores de la Repblica, pronto se decepcion y en agosto de 1932 se sublev en Sevilla
contra el Gobierno. El golpe fracas y el general fue condenado a muerte, aunque sera indultado y encarcelado en el penal del
Dueso (Santander). (Coleccin J. M. Campesino).
Las reformas de Azaa haban provocado una profunda desazn en gran parte de los militares.
La reforma necesaria haba sido sustituida por otra forzosa y realmente disolvente, que puso contra
las cuerdas al Ejrcito permanente y desilusion a muchos de los que, con su apoyo o mediante su
pasividad, haban ayudado a instaurar el nuevo rgimen.
CUARTO MILITAR
Emblema del personal perteneciente al Cuarto Militar del Presidente de la Repblica. (Coleccin J. M. Campesino).
El general Sanjurjo, uno de los militares ms brillantes de la poca, junto a otros miembros del
Ejrcito comprometidos, como Barrera, Cavalcanti, Goded, Gonzlez Carrasco, Orgaz o Ponte, se
sublevaron con el objetivo de rectificar los derroteros por los cuales se desarrollaba el gobierno
del primer bienio.
CONSEJO DE GUERRA
El general Sanjurjo durante el consejo de guerra que le conden a muerte. (Archivo Rojo).
VISITA PRESIDENCIAL
El presidente de la Repblica, acompaado por el poltico Diego Martnez Barrio, visita un acuartelamiento de Regulares. (Archivo
Fundacin Yage).
Al final del da, tras la publicacin de un Manifiesto a los espaoles, el general Sanjurjo se
rindi a la evidencia: estaba solo y Manuel Azaa controlaba la situacin en el resto de Espaa.
Abatido, se entreg a las fuerzas del Gobierno y pas a ser detenido. El general fue condenado a
muerte por un consejo de guerra, aunque poco despus sera indultado y recluido en el penal del
Dueso. Los dems implicados fueron condenados a diferentes penas.
ALCAL ZAMORA
El primer presidente de la Segunda Repblica fue el poltico Niceto Alcal Zamora. En este cartel con su efigie se sigue recordando a
los capitanes Fermn Galn y Garca Hernndez. (Coleccin J. M. Campesino).
con un acendrado sentido del orden y de la disciplina, y que vean con autntica desazn lo que estaba
pasando en el Ejrcito. Ambos sectores estaban ya fuertemente politizados, y su pugna no haba hecho
ms que comenzar. En esos momentos era posible hablar ya de dos ejrcitos y de dos repblicas
enfrentadas; es decir, dos visiones de Espaa que, pasado el tiempo, seran irreconciliables.
REGIMIENTOS
Entre las medidas militares del ministro Azaa estaba la supresin del tradicional sobrenombre de los distintos regimientos de
infantera y caballera. Slo persisti el nmero. (Coleccin J. M. Campesino).
OFICIALIDAD
La poltica militar del primer bienio produjo una fuerte impresin entre la oficialidad, que comenz a dividirse en dos facciones que
pronto se haran irreconciliables. (Archivo Fundacin Yage).
En las elecciones que tuvieron lugar en noviembre, el triunfo de la derecha fue evidente: obtuvo
un total de 212 diputados frente a los 162 del centro y los 98 de los socialistas. La CEDA fue el
partido ms votado, y Jos Mara Gil Robles, su lder, en condiciones normales, debera haber sido
propuesto para presidir el Gobierno. Pero al no alcanzar ningn partido la mayora absoluta, el
presidente de la Repblica, haciendo uso de la prerrogativa que le conceda la Constitucin, ofreci
el Gobierno a Alejandro Lerroux, jefe del Partido Radical (centrista). Ante el temor a una
sublevacin de la izquierda, que nunca acept de buen grado la prdida del poder, Alcal Zamora
opt por el centro, creyendo as aplacar los nimos revolucionarios de los socialistas.
ACTOS CASTRENSES
El presidente de la Repblica, Niceto Alcal Zamora, acudi en numerosas ocasiones a la celebracin de los actos castrenses. En las
fotografas de esta pgina le vemos durante una visita de las fuerzas de Aviacin Militar. (Archivo autores).
EMBLEMA
Emblema genrico de la Aviacin Militar espaola. Ha desaparecido la corona real. (Coleccin J. M. Campesino).
LPEZ OCHOA
El general Lpez Ochoa, jefe de las fuerzas desplazadas en Asturias, pasa revista a las tropas. (Archivo Canario Azaola).
La alternativa de Lerroux, que ya haba roto su alianza tcita con la izquierda intelectual, no era
otra que buscar el apoyo parlamentario de la CEDA, y hacer un gobierno y una poltica de centroderecha. Y esta poltica inclua una rectificacin frente al bienio anterior, intentando devolver la
confianza al Ejrcito y a la Marina. No fue fcil la convivencia entre radicales y cedistas, y el radical
Diego Martnez Barrio lleg, incluso, a abandonar el partido y el Gobierno.
Una de las primeras medidas adoptada por el nuevo Gobierno derechista fue la de presentar en
las Cortes la denominada Ley de Amnista, que haba de favorecer, casi exclusivamente, a los
sublevados el 10 de agosto de 1932. Entonces, los socialistas desplegaron una campaa meditica sin
precedentes, que lleg a transformarse en batalla campal dialctica en el Congreso de los Diputados,
y tras la cual lleg la dimisin del ministro de Justicia, lvarez Valds. Desgraciadamente, esta ley
alter los nimos de los propios militares, pues, si unos la vean como un justo desagravio y
satisfaccin al estamento militar, otros, los ms afectos al Gobierno izquierdista, la consideraron un
verdadero desafo, ya que obligaba a modificar todos los escalafones.
LA REVOLUCIN DE OCTUBRE
Si hubo un partido poltico castigado en las elecciones de 1933 ese fue el Partido Socialista
Obrero Espaol, que slo consigui 55 actas de diputado de las 450 que haba en juego. Este hecho,
incontrovertible, no fue aceptado de buen grado por los socialistas, que pasaron directamente a la va
revolucionaria. Segn Madariaga, la Revolucin de octubre fue la justificacin de la de julio de 1936,
opinin que comparten otros autores.
POLTICOS SOCIALISTAS
Los polticos del Partido Socialista Obrero Espaol se involucraron en la Revolucin de octubre. A la izquierda, Largo Caballero, y a
la derecha, Indalecio Prieto. Este ltimo logr escapar de Espaa escondido en el coche del aviador Hidalgo de Cisneros. (Archivo
autores).
CRUZ ROJA
Emblema de la Cruz Roja republicana (Coleccin J. M. Campesino).
POLTICOS SOCIALISTAS
Si bien la Revolucin de octubre en Catalua fue rpidamente sofocada por el general Batet, los polticos catalanes involucrados
fueron encarcelados. En el centro de la foto vemos al dirigente nacionalista Lluis Companys, junto con otros destacados dirigentes,
que haban proclamado unilateralmente el Estat Catal.(Coleccin J. M. Campesino).
Es obvio que al finalizar octubre, la izquierda, el anarquismo y los separatistas catalanes haban
roto con la legalidad democrtica, al igual que haba hecho el general Sanjurjo dos aos antes, y
haban clavado el rejn de muerte a la joven Repblica espaola.
LA POLTICA MILITAR DE GIL ROBLES
En el mes de mayo de 1935, la CEDA coloc a cinco ministros en el gabinete de Alejandro
Lerroux, entre ellos al lder de Accin Popular y de la propia organizacin cedista, Jos Mara Gil
Robles, quien se encargara del departamento de la Guerra.
Segn el propio Gil Robles, su cometido al hacerse cargo del Ministerio de la Guerra fue el de
hacer un Ejrcito digno tal nombre, que salvaguardara el rgimen que el pueblo mismo haba
querido darse. Para l era el momento de la rectificacin de muchas medidas tomadas en el bienio
anterior, rectificacin que si bien satisfaca a la mayora de los militares, a otros les causaba autntico
rechazo.
Las medidas de Gil Robles comenzaron por restablecer, de forma ciertamente encubierta, pues
la Constitucin republicana los prohiba de manera explcita, los tribunales de honor. Cuestiones
como los ascensos, destinos, disponibilidades o pases a la reserva del personal, la restauracin de los
antiguos nombres de los regimientos, la revisin de recompensas otorgadas por la Revolucin de
octubre, las remuneraciones a la oficialidad o la provisin de los mandos, fueron acometidos por el
departamento de Gil Robles en los primeros meses de su mandato.
Otro aspecto de cierta trascendencia, en orden a la eficacia militar del Ejrcito, fue la
reorganizacin de las divisiones orgnicas, aumentando sus efectivos, transformando dos de ellas en
divisiones de montaa y otras dos en divisiones mixtas, y dejando las cuatro restantes como hasta
entonces, aunque se pusieron las bases de la futura motorizacin de las mismas, reduciendo sus
medios hipomviles. De la misma forma, se reorganizaron las fuerzas de Marruecos.
GOBIERNO LERROUX
Con la llegada al poder del Gobierno de Alejandro Lerroux, entr en el mismo el jefe de la CEDA, Jos Mara Gil Robles, que se
encarg de la cartera de Guerra. Entre otras reformas militares, Gil Robles devolvi al seno del ministerio la Direccin General de
Aeronutica y orden la adquisicin de nuevo material areo. (Archivo autores).
GENERAL CABANELLAS
Los militares espaoles, aunque ideolgicamente estaban divididos, siguieron manteniendo las formas y el compaerismo. En la
fotografa vemos al general Miguel Cabanellas durante una inspeccin a una unidad militar en Marruecos. (Archivo Fundacin
Yage).
Otra de las reformas planteadas, propuesta por el general Franco, entonces jefe del Estado
Mayor Central, fue la restitucin de la Academia General Militar disuelta por Azaa, como medida
encaminada a mejorar el sistema de instruccin militar. sta no pudo llevarse a cabo debido a la cada
precipitada del Gobierno y a las elecciones generales del febrero de 1936.
ROS
Aunque la prenda de cabeza llamada Ros casi estaba en desuso durante la Repblica, lo cierto es que se adapt al nuevo
rgimen, aadiendo una escarapela tricolor. (Coleccin J. M. Campesino).
MOLA EN MARRUECOS
Un grupo de oficiales y civiles en el Protectorado Espaol de Marruecos. En el centro de la foto, de perfil, vemos al general Emilio
Mola Vidal, quien sera el cerebro gris del alzamiento militar de 1936. (Archivo Fundacin Yage).
MANUEL AZAA
Con la llegada al poder del Frente Popular, en febrero de 1936, hubo cambio en la Jefatura del Estado. El nuevo presidente de la
Repblica fue un viejo conocido: Manuel Azaa, a quien vemos de visita a un aerdromo militar. (Archivo autores).
ALEGORA
Medalla alegrica de la Repblica, con gorro frigio. (Coleccin J. M. Campesino).
REGULARES DE CEUTA
Tropas de Regulares de Ceuta formadas en el patio del acuartelamiento. Seran la punta de lanza, junto a la Legin, de los
sublevados en 1936. (Archivo Fundacin Yage).
En efecto, Mola sera el jerarca de la conspiracin, quien concibi y madur el plan del
levantamiento y lo elabor en varios meses de trabajo constante y callado desde su retiro forzado de
Navarra. La historia le seala como el iniciador indiscutible del golpe de Estado fracasado de julio
de 1936.
Tras el asesinato del lder monrquico, Calvo Sotelo, acaecido en la madrugada del 13 de julio y
ejecutado por funcionarios de las Fuerzas de Seguridad, los planes de sublevacin se aceleraron. La
rebelin en Marruecos estall el mismo 17 por la tarde y al da siguiente, 18 de julio, Casares
Quiroga, presidente del Gobierno, dimita con el gabinete en pleno, incapaz de solventar la terrible
situacin en la que se vio envuelto. La misma noche del 18 de julio, Azaa encarg al presidente del
Congreso, Diego Martnez Barrio, la tarea de formar apresuradamente otro gobierno. ste,
conocedor del papel de Mola en la conspiracin, se puso en contacto telefnico con l para atraerlo
al seno de ese posible gobierno de concentracin.
MOLA EN BURGOS
El fracaso del golpe militar de julio de 1936 no fue debido a la mala o defectuosa organizacin por parte de su director, el
general Emilio Mola, a quien vemos en la foto en el aerdromo de Gamonal (Burgos), sino a otros factores. (Archivo Fundacin
Yage).
ABANDERADO
Teniente de Artillera. Abanderado del Regimiento de Artillera de Costa n. 2, con base en El Ferrol, en el perodo republicano.
(Ilustracin de Manuel V. Tamariz Senz).
El Alczar de Toledo
ESCUDO DE TOLEDO
Escudo de la ciudad de Toledo.
i hay una gesta que destaca entre las muchas que tuvieron lugar durante la Guerra Civil
Espaola, sa es sin duda la de la defensa del Alczar de Toledo. Todo contribuy a forjar la
leyenda: la obstinada resistencia de los defensores ms all de todo lmite imaginable; la propaganda
de los atacantes, mintiendo una y otra vez sobre la toma de la fortaleza; y la imagen deformada, pero
romntica, que vieron en el extranjero (un rocoso castillo medieval defendido por unos jvenes
cadetes aislados de un mundo moderno que crea olvidadas estas hazaas). Ms all del mito y del
herosmo, la realidad es que el Alczar se defendi contra todo pronstico desde los inicios del
alzamiento hasta finales de septiembre de 1936, consiguiendo para los nacionales un xito de gran
repercusin internacional que contribuira a elevar su moral y a reforzar sus apoyos internacionales,
bien que a costa de retardar su avance hacia la capital de Espaa en lo que constitua en aquellos
momentos el objetivo principal de la campaa
EL ALCZAR
Construida sobre un pretorio romano, la fortaleza del Alczar fue remodelada durante la Reconquista por Alfonso VI y rematada por
Carlos V y Felipe II. (Archivo Canario Azaola).
INICIOS
Construido sobre un pretorio romano, el al Kasar rabe de Toledo fue remodelado durante la
Reconquista por Alfonso VI y mejorado sucesivamente a lo largo del tiempo hasta que, con Carlos I
y Felipe II, se le dio el aspecto que lo hara definitivamente famoso: un robusto edificio rectangular
con cuatro hermosos torreones en las esquinas y patio central. Tras varios incendios y distintos usos,
en 1936 el Alczar albergaba las academias de Infantera, Caballera e Intendencia. Por su parte, por
esas fechas Toledo sobrepasaba los 25.000 habitantes y, aunque haban ganado las derechas en las
elecciones de febrero, la ciudad y sobre todo la provincia contaban con una poblacin obrera
combativa y bien organizada, con dos facciones predominantes: la socialista y la anarquista, de las
que se nutriran las milicias que iban a atacar, entre otras fuerzas, la fortaleza.
Aunque la estampa romntica de unos jvenes cadetes defendiendo su academia es atractiva, la
realidad es que el 18 de julio de 1936 no haba ningn alumno en el Alczar por estar todos de
permiso, si bien un reducido grupo de ellos se incorporara a la defensa voluntariamente. As, el peso
de la resistencia iba a recaer en las fuerzas de guarnicin en Toledo (es decir, Academia de Infantera,
Caballera e Intendencia; Escuela Central de Gimnasia; Caja de Reclutas; Fbrica de Armas y
Servicios: no ms de 300-350 hombres), pero, sobre todo, en las de la Guardia Civil de la plaza y la
provincia, que tenan previsto un plan de concentracin sobre la fortaleza que cumplieron no sin
incidentes, aportando un decisivo contingente de unos 700 hombres. A ellos se sumaran
aproximadamente 100 milicianos, en su mayora de disciplina falangista, ms otros 50 hombres de
distintas procedencias (carabineros, seguridad). Todos ellos quedaron bajo el mando del
comandante militar de la plaza de Toledo, el coronel don Jos Moscard Ituarte, director de la
Escuela de Gimnasia.
PUERTA DE BISAGRA
De origen musulmn, fue reconstruida en la poca de Felipe II. Est formada por dos cuerpos entre los que se intercala una plaza
de armas. (Archivo autores).
FORMACIN DE ALUMNOS
El Alczar de Toledo era la sede de la Academia de Infantera. En la imagen puede verse el patio de armas con una formacin de
cadetes alumnos del centro de formacin militar. (Archivo autores).
AYER Y HOY
una imagen de la fortaleza toledana en 1936, antes del asedio, y arriba, una imagen actual de la misma, reconstruida tras la Guerra
Civil. (Archivo autores).
JOYAS DE TOLEDO
Dos de los edificios histricos de Toledo, el Museo de Santa Cruz (izquierda) y la Sinagoga del Trnsito corrieron suertes distintas
en la contienda. Mientras que el convento sufri los bombardeos por su cercana al Alczar, la Sinagoga qued intacta. (Archivo
Galland Books).
Tras unos confusos das iniciales, con rdenes y contrardenes sobre el destino de la vital
municin de la Fbrica de Armas, el 21 de julio fue proclamado el estado de guerra por las fuerzas
sublevadas, procedindose a su lectura primero en el patio del Alczar y despus en la plaza de
Zocodover, con tiroteo y altercados incluidos. Tras ello, el propio Moscard nos da cuenta en su
diario de sus intenciones: Organizar y concentrar la defensa en la capital, aguantando los ocho o
quince das que supona tardaramos en darnos la mano con los nuestros, decisin que algunos han
criticado por encerrarse en un cerco reducido limitando las opciones que una defensa dinmica
podra proporcionar, pero que otros han valorado positivamente, pues el exiguo nmero de
defensores y de armas impeda cualquier otra posibilidad. El coronel Moscard estableci entonces
una lnea defensiva exterior no continua con tres ncleos principales: el Hospital de Tavera, el
PROTAGONISTAS
JOS MOSCARD ITUARTE (1878-1956)
Finalizada la guerra, le preguntaron al general Moscard cmo haba logrado realizar la gesta de la defensa del Alczar, y ste
contest: porque en esta Academia, en las primeras clases, me ensearon las Ordenanzas, en las que se dice que el oficial que
reciba orden de conservar su puesto a toda costa lo har.
Nacido en Madrid en 1878, Moscard ingres en Infantera a los 17 aos de edad, donde comenz una carrera de africanista
que le llev a participar en casi todas las campaas de Marruecos desde 1909 a 1928. Al proclamarse la Repblica se le invalid
el ascenso a coronel que haba logrado en 1929 y, al estallar la guerra, se encontraba destinado como jefe de la Escuela de
Gimnasia, donde estaba preparando una comisin para ir a participar en las Olimpiadas de Berln. Su espritu inquebrantable,
reflejado en el supremo sacrificio de entregar la vida de su propio hijo, fue un ejemplo permanente para sus subordinados durante el
asedio del Alczar, que condujo con temple y rodeado de un selecto grupo de oficiales que le secundaron perfectamente.
Laureado y ascendido a general, mand despus sucesivamente la Divisin de Soria y el Cuerpo de Ejrcito de Aragn, con el que
particip en la campaa de Catalua. Tras la guerra fue nombrado jefe de la Casa Militar del jefe del Estado, y desempe los
cargos de delegado nacional de Deportes y jefe de la milicia de FET y de las JONS. Siendo capitn general de Catalua, abort
la invasin maqui del valle de Arn en 1944. Nombrado conde del Alczar de Toledo con Grandeza de Espaa, falleci en 1956,
y fue enterrado en la cripta del Alczar. Durante muchos aos su nombre figur en la escalilla del Arma de Infantera con el ttulo
de jefe del Alczar de Toledo.
Ese mismo da 21 de julio se produjo el primer bombardeo sobre el Alczar cuando un avin
republicano lanz doce bombas sobre sus dependencias, que sufrieron as los primeros daos. Era el
primero de los varios bombardeos de aviacin que se sucedieron durante aquel final de mes. Por otra
parte, la columna Riquelme, enviada desde Madrid con ms de 1.600 hombres, artillera y vehculos
blindados, lleg al cementerio de Toledo, reforzando a los grupos armados izquierdistas que ya
pululaban por la ciudad y dividindose en dos agrupaciones: una que march contra la Fbrica de
Armas y la otra contra el Hospital de Tavera. Sin embargo, en el haber de los sublevados ese da tuvo
lugar un hecho trascendental, a saber, el traslado de ms de 700.000 cartuchos desde la mencionada
fbrica hasta la academia gracias al buen hacer del comandante Mndez Parada, lo que garantizaba la
provisin de municiones para un largo asedio. No obstante, la llegada de la fuerza de Riquelme
decidi a Moscard a replegar todas sus fuerzas sobre el ncleo del Alczar, pudindose decir que el
asedio de ste comenz efectivamente el da 22 de julio de 1936, lo que hizo proclamar a la radio
madrilea una de las primeras mentiras que a la larga resultaran contraproducen-tes para el bando
republicano: El Alczar, que se resisti hasta el ltimo momento, fue definitivamente tomado por las
tropas de Asalto y la Guardia Civil.
Cuando los aproximadamente 1.200 defensores, 600 familiares y un muy reducido grupo de
prisioneros se encerraron definitivamente en el permetro defensivo de la fortaleza, aparecieron para
el mando los problemas que para la subsistencia presentaba un asedio que ya se empezaba a adivinar
largo, aunque no tanto como lo que al final result. En cuanto a la alimentacin, el economato de la
academia, normalmente bien servido, estaba por entonces bajo de existencias por ser perodo
vacacional. Moscard calcul, empero, que al principio haba pequeas cantidades de lo ms
necesario para comer un plato cada da, para cinco o seis das. Dos hechos aliviaran esta penuria: la
existencia en las cuadras de la Academia de alrededor de ciento setenta caballos y unos cuarenta y
cinco mulos, ms otros veintinueve caballos de la Guardia Civil, pero, sobre todo, el descubrimiento
el 3 de agosto, gracias a la confidencia de un paisano, de la existencia en una casa cercana, situada
ahora en tierra de nadie, de unos 2.000 sacos de trigo de excelente calidad y 90 kg de peso cada uno,
que fueron inmediatamente requisados. Este trigo, providencial, solucionara aunque precariamente
el problema de la alimentacin de los defensores. Coman lo mismo todos: una especie de potaje,
hecho con el trigo apenas machacado, y la carne de mula o caballo que corresponda, ms un
panecillo de 150 gramos. (Ruiz de Santayana, La pequea historia del Alczar).
EMBLEMA
A todos los defensores se les otorg una Laureada colectiva. (Coleccin J. M. Campesino).
RUINAS EN EL PATIO
El patio del Alczar qued repleto de ruinas, piedras y cascotes. (Archivo Canario Azaola).
En lo referente al agua, los sitiados contaban con un pozo en las cercanas de la iglesia de
Santiago, la de la piscina y la de cuatro aljibes subterrneos, lo que al principio fue ms que
suficiente, aunque la prolongacin del sitio oblig tambin al final a racionar su consumo. La dureza
de los bombardeos oblig enseguida a los habitantes del Alczar a refugiarse en sus stanos, donde
en condiciones de hacinamiento, entre tinieblas y prcticamente sin enseres viviran hasta el final del
asedio. Slo cuatro mdicos, ninguno de ellos cirujano, atenderan a esta masa humana, preocupados
principalmente por el riesgo de epidemia que poda provocarse por la falta de higiene en que habran
de vivir todos. La Farmacia Militar, dentro del permetro defensivo del Alczar, proporcion al
menos toda clase de medicamentos en abundancia.
CARLOS I
La estatua de Carlos I fue desplazada de su pedestal por efecto de los bombardeos. Comparando la imagen de la derecha con la de
abajo, se puede vislumbrar el grado de destruccin del edificio. (Archivo Canario Azaola y autores).
OBS SCHNEIDER
La batera pesada que tiraba contra El Alczar hizo brecha el 24 de agosto en la fachada norte. (Archivo Canario Azaola).
En cuanto al armamento y material, aparte de los 700.000 cartuchos que los defensores lograron
traerse de la fbrica toledana, contaban con 1.200 fusiles y mosquetones, 13 ametralladoras y 13
fusiles-ametralladores, 200 granadas de mano, 25 granadas incendiarias, 100 petardos de trilita, dos
caones de 70 mm con 50 disparos y un mortero ligero con otros 50 disparos (Martnez Bande).
Slo haba 25 caretas antigs, lo que preocupaba enormemente al mando por el riesgo cierto de que
los gubernamentales emplearan guerra txica, y en cuanto al material de trasmisiones, el corte de la
corriente impidi el uso de la emisora de la Guardia Civil, si bien consiguieron emplearla como
receptora utilizando la energa de las bateras de los vehculos.
El resto del mes de julio vio el reforzamiento de las fuerzas republicanas que mantenan el
dogal sobre la fortaleza, en especial en piezas de artillera, destacando la batera de 155 mm que
instalaron en la Dehesa de Pinedo y que, junto a otras piezas de menor calibre (105 y 75 mm), ms las
que iran sumndose a lo largo del asedio, constituyeron la pesadilla de los defensores. Los
bombardeos areos, utilizados por los sitiadores estos das de julio con preferencia como hemos
dicho, fueron siendo sustituidos por caoneo artillero por el peligro que supona que las bombas de
aviacin cayesen sobre sus propias posiciones y la ciudad de Toledo. En cualquier caso, la tctica de
los atacantes iba a consistir a partir de ahora en aumentar cada vez ms el poder de los medios de
destruccin, lo que culminara en las tremendas minas de septiembre que veremos. A pesar de todo, y
como nos informa la histrica hoja volandera El Alczar, tirada por los defensores en una
multicopista de la academia desde los primeros das del asedio, a finales de julio el espritu
esexcelente, a pesar de las molestias inherentes a la situacin y aunque el enemigo no da cuartel a
nadie y menos a los que en este recinto resistimos.
PASIONARIA
Muchos lderes del Frente Popular acudieron a ver cmo El Alczar saltaba por los aires con las primeras minas. Entre ellos, la
comunista Dolores Ibarruri la Pasionaria. (Coleccin J. M. Campesino).
MILICIANO
Miliciano de las Juventudes Socialistas. En agosto, las fuerzas sitiadoras sobrepasaban los 3.000 hombres. (Coleccin J. M.
Campesino).
BATERA DE 155 MM
Hasta nueve obuses de este calibre se emplearon contra la fortaleza toledana. (Archivo autores).
ARCOS
Son todava visibles los zarpazos de los proyectiles y la metralla en algunos de los arcos del patio de armas que sobrevivieron al
asedio. (Archivo autores).
La segunda quincena fue, sin embargo, mucho ms dura. Ante el empuje de las columnas
africanas y la ocupacin de Badajoz, el clamor popular y la presin de los polticos llevaron a los
atacantes a emplearse mucho ms contundentemente contra la fortaleza, de forma que la batera
pesada de 155 mm comenz a tirar nica y exclusivamente contra la fachada norte (la principal)
buscando abrir una brecha lo que consiguieron lograr el da 24 de agosto, y la artillera ligera hizo
lo propio contra la cara este. No obstante, empezaron a orse voces aseverando que la nica forma de
destruir el Alczar era desde el subsuelo, por lo que se iniciaron los trabajos en galeras subterrneas
para tal fin. Sin embargo, el 16 de agosto, gracias a una audaz reaccin de los defensores, fue
SOBRE PATRITICO
Uno de los sobres de cartas que empezaron a circular en octubre de 1936. Ntese todava la corona mural. (Coleccin J. M.
Campesino).
Como resultado de todo ello, las bajas entre los sitiados aumentaron sensiblemente durante este
mes de agosto. Moscard dice en su diario que hubo 203 bajas, de ellos 21 muertos, 90 heridos y 23
desertores. La moral empezaba a sufrir por las penurias del asedio, si bien el 23 de agosto un avin
nacional logr lanzar un mensaje lastrado con un texto de Franco que confirmaba su voluntad de
liberar el Alczar, lo que provoc el entusiasmo: A los bravos defensores del Alczar toledano. Nos
enteramos de vuestra heroica resistencia y os llevamos un adelanto del auxilio que os vamos a
prestar. Pronto llegaremos a sa; mientras, resistid a toda costa, que os iremos llevando los pequeos
socorros que podamos. Viva Espaa! El general Francisco Franco. (Rubricado).
LA GESTA AL CINE
En 1940 se film en Italia la pelcula Sin novedad en el Alczar, gran xito de taquilla y de la crtica. (Divisa).
MINAS
El 18 de septiembre, hicieron explosin sendas minas cargadas con 2,5 t de trilita cada una. (Archivo Canario Azaola).
PLAZA DE ZOCODOVER
El emblemtico edificio visto desde la plaza de Zocodover. (Archivo autores).
En este mes los atacantes, mientras seguan laborando en las galeras de las minas, intentaron
presionar psicolgicamente a sus adversarios, enviando emisarios de lujo que les intimaron directa o
indirectamente a la rendicin. As, el que luego sera el famoso comandante Rojo se present ante el
Alczar con una bandera blanca el da 9 de septiembre, vestido de mono y con una escarapela con
los colores de la Repblica (Casas de la Vega, El Alczar). Recibido por su compaero y gran
amigo el capitn Emilio Alamn (con quien haba creado la magnfica Coleccin Bibliogrfica
Militar antes de la guerra), enseguida se dio cuenta de la inutilidad de su gesto por la elevada moral
que presentaban aquellos espectros barbudos a pesar de la vida de catacumbas en que se hallaban.
Alamn recordara ntidamente aos despus las palabras que su amigo le dijo cuando se fundieron
en un abrazo emocionado de despedida: Resistid sin desmayo, sois los mejores y ganaris Viva
Espaa! Tras esta visita, tuvo lugar la del padre Camarasa, cannigo protegido por las milicias
frentepopulares, quien fue bien recibido por dar la comunin a los defensores y familias, si bien
luego emple peores artes que su predecesor por apelar al riesgo que supona tener mujeres y nios
en los stanos del Alczar, soliviantando a los oficiales de la defensa. La embajada de Chile y la Cruz
Roja concluyeron este ciclo de mediaciones infructuosas.
VISTA AREA
Tras la liberacin del Alczar, se tom esta impresionante vista area de sus ruinas. (Archivo Canario Azaola).
MAQUETA
En esta maqueta, que se conservaba en el Museo del Ejrcito, se aprecian las ruinas del edificio despus del brutal asedio. (Archivo
autores).
ESTATUA DE CARLOS I
Aunque la estatua de Carlos I fue desmontada de su pedestal, cay de pie, a pocos metros de su ubicacin. (Archivo Canario
Azaola).
Lster, tras criticar la desbandada de las milicias anarquistas, da todava cuenta en sus memorias
de un ataque ms el da 27 de septiembre: Al amanecer, despus de un corto fuego de artillera y
volar una mina, intentamos un ltimo asalto al Alczar con todas las fuerzas que pude reunir No
tuvo xito (Nuestra guerra). Y luego un intento ms, tambin fallido, consistente en intentar abrasar
vivos a los defensores, pues se trataba de rociar todo el Alczar con bencina, incendiarlo y despus
atacar. Trajeron de Madrid cisternas de bomberos llenas de bencina (Koltsov, Diario de la guerra
ciudadano medio, como cosa cotidiana, que muy pocos se han parado a preguntarse de qu manera se gest su nacimiento. La
respuesta es inequvoca: el puente areo tiene su origen en el transporte areo militar.
Tras la sublevacin del Ejrcito de frica en el Marruecos espaol y el fracaso del golpe militar en muchas zonas del pas, hubo
necesidad de enviar refuerzos militares a la pennsula, con objeto de organizar un poderoso ejrcito expedicionario en direccin a
Madrid. Si bien varias unidades terrestres lograron pasar el estrecho por va martima, lo cierto es que el bloqueo de la flota de
guerra republicana impidi el paso regular de los escasos buques nacionales. Por ello, se pens en organizar un transporte areo,
con los escasos medios disponibles, que en principio estaban constituidos por tres trimotores Fokker F-VII 3m militares, un bimotor
Douglas DC-2 de las Lneas Areas Postales y dos hidroaviones Dornier Wal de la Aviacin Naval. Pero la espina dorsal
del puente areo del estrecho el primero de la historia habra de estar constituida por una decena de trimotores alemanes Junkers
Ju 52, que comenzaron a prestar servicio a primeros de agosto de 1936, con tripulaciones germanas. El puente areo prosigui, con
varias rotaciones diarias, durante los meses de julio, agosto, septiembre y octubre de 1936. Segn datos oficiales, se trasportaron
13.962 hombres, junto con 44 piezas de artillera, 90 ametralladoras, municin y 500 t de equipo militar. Se realizaron 868 vuelos
de transporte.
DESPACHO DE MOSCARD
El que fuera despacho del coronel Moscard durante el asedio se conserv sin restaurar hasta nuestros das. (Va autores).
PROTAGONISTA DEL ASEDIO El entonces coronel jefe de la Escuela de Gimnasia, Jos Moscard, fue protagonista indiscutible
de la gesta ms relevante ocurrida en el transcurso de la Guerra Civil Espaola. (Ilustracin de Manuel V. Tamariz Senz).
ESCUDO DE MADRID
Escudo de la capital de Espaa.
ras el fracaso del alzamiento en la capital de Espaa en julio de 1936 y la estabilizacin del
frente en las sierras de su provincia Guadarrama y Somosierra, el mando nacional lleg a
una clara conclusin: Madrid slo iba a poder ser atacado con posibilidades de xito desde el sur.
Para ambos contendientes era evidente que la Villa y Corte constitua el objetivo natural de la guerra:
Pocas veces el objetivo de una accin blica se ha mostrado con tan sobresaliente poder como en el
caso de la batalla de Madrid, por cuanto era a la vez objetivo de valor estratgico y tctico, poltico y
social, econmico y geogrfico, y adems poda ser tambin el objetivo decisivo de la contienda.
(Vicente Rojo, As fue la defensa de Madrid).
DEFENSORES DE MADRID
Por primera vez en toda la guerra, los militares profesionales partidarios de la Repblica ejercieron el mando, lo que redund en
beneficio de la defensa de Madrid. (Coleccin J. M. Campesino).
BRAZALETE
Un brazalete de las Juventudes Socialistas. (Coleccin J. M. Campesino).
A medida que iban llegando unidades, stas eran enviadas en una carrera contrarreloj hacia el
norte, agrupadas en la que se dio en llamar Columna Madrid (en realidad, las primeras fuerzas en
partir el 2 de agosto de 1936 bajo las rdenes del teniente coronel Asensio no eran ms que dos
banderas del Tercio y dos tabores de Regulares). Esta agrupacin se fue reforzando con el tiempo y
tras tomar Badajoz el 14 de agosto, Talavera de la Reina el da 3 de septiembre y liberar el Alczar de
Toledo el 27 del mismo mes, llegara sin dejar de combatir a las puertas de Madrid a principios de
noviembre de aquel ao, completando una rauda marcha ofensiva que, con el flanco izquierdo
apoyado en la frontera con Portugal, lograba adems enlazar las dos zonas sublevadas a la altura de
Cceres.
CUARTEL DE LA MONTAA
El alzamiento en Madrid fracas por encerrarse la guarnicin en los cuarteles en lugar de salir a proclamar el estado de guerra,
como ocurri en la mayora de las plazas. Monumento a los cados en el lugar que ocupaba el Cuartel de la Montaa. (Autores).
Las fuerzas nacionales que se plantaron ante la capital en disposicin de intentar su asalto el da
6 de noviembre de aquel ao eran nueve columnas de composicin variable, normalmente con tres
batallones cada una, adems de artillera de acompaamiento, ingenieros, carros, intendencia y
servicios varios (aproximadamente, unos 32 batallones de Infantera, 11 escuadrones de Caballera,
24 bateras de Artillera y tres compaas de carros, dos con material de origen alemn y una
italiano). Se trataba de las mejores unidades del Ejrcito nacional, fogueadas y con los mandos ms
experimentados (Barrn, Delgado Serrano, Castejn, Bartomu, Monasterio), pero con un total
aproximado de 20.000 hombres en la mejor de las estimaciones, fuerzas a todas luces exiguas para
atacar una urbe moderna de ms de un milln de almas como era el Madrid de la poca.
REGIMIENTO A CABALLO
Fuerzas leales a la Repblica desfilan por la Puerta del Sol de Madrid. Junto a ellos, milicianos armados. (Coleccin J. M.
Campesino).
TOMA DE DECISIONES
Mandos republicanos en la sierra de Madrid en pleno proceso de tomar una decisin respecto a las operaciones en curso.
(Coleccin J. M. Campesino).
Adems, llevados por la inercia de su lnea de progresin una flecha cada vez ms angosta
entre las carreteras de Andaluca y Extremadura, los nacionales se vieron obligados a realizar el
intento por la zona ms accidentada de la ciudad, la que se encuentra con el Manzanares de por
medio, pequeo ro despreciado por los gatos pero obstculo natural al fin y al cabo que haba de
ser vencido bajo el fuego enemigo. A pesar de su altsima moral de victoria y de la superior calidad
militar de sus tropas, el intento era sumamente arriesgado; no en vano Franco, ya generalsimo, le
confo al general Varela el empeo con estas palabras: Siempre tienes suerte. Haz un intento por
tomar Madrid. Si nos damos prisa, an podemos conseguirlo.
PROPAGANDA GUBERNAMENTAL
La propaganda al servicio de la Repblica, en especial la de militancia comunista, jug un papel decisivo en la defensa de Madrid,
al enardecer los nimos con el mensaje de una lucha numantina sin cuartel. (Coleccin J. M. Campesino).
Guzmn, Max Aub, todos ellos personalidades del bando republicano, nos han dejado en sus
testimonios y novelas escenas de esta precipitada huida que indign a los madrileos. As, el ms
famoso de todos dice: El Gobierno de guerra se marchaba, hua!. (Arturo Barea, La forja de un
rebelde).
El primer refuerzo era numrico, pues desde toda la Espaa leal estaban afluyendo tropas de
mayor o menor calidad combativa a la ciudad intuyendo que esta batalla iba a ser decisiva (entre
ellas, las primeras unidades extranjeras la XI y la XII Brigadas Internacionales, considerable
refuerzo numrico, pero, sobre todo, moral, pues animaron con su disciplina y aire marcial a la
poblacin).
El segundo refuerzo vena condensado en las considerables obras de fortificacin que los
defensores estaban haciendo en torno a Madrid, obras dirigidas con acierto por militares
profesionales como el coronel Ardid y que empleaban para ello abundante mano de obra.
Pero el hecho que se iba a mostrar decisivo fue la constitucin de un rgano central para dirigir
todo el esfuerzo: la Junta de Defensa de Madrid, mezcla de gobierno provisional, alcalda y cuartel
general, que aglutin recursos bajo el mando unificado del general Miaja y su eficaz jefe de Estado
Mayor, Vicente Rojo, ambos tambin militares de carrera (se calcula en ms de 30.000 hombres las
fuerzas que tenan a su disposicin al inicio de la batalla). Esta junta logr coordinar sobre la marcha
un heterogneo pero poderoso conjunto de columnas y brigadas, vertebrndolo entorno a los restos
del ejrcito regular y apoyndose en una ayuda sovitica que, en forma de carros, aviones, caones y
asesores, ya estaba afluyendo generosamente a la zona del Frente Popular: En la capacidad de
rehacer la autoridad, el orden y la disciplina, estribaba todo el problema. Los medioseran ms que
suficientes, no ya para resistir, sino para destruir al enemigo. (Ramn Salas Larrazbal, Historia del
Ejrcito Popular de la Repblica).
GENERAL MIAJA
Don Jos Miaja Menant fue la persona encargada por Largo Caballero (sin mucho nimo, a decir verdad) para defender la capital
de Espaa. Su esfuerzo y el de la Junta de Defensa de Madrid obraran el milagro, elevando al general Miaja a la categora de
hroe de la Repblica.
PROTAGONISTAS
JOS MIAJA MENANT (1878-1958)
Miaja, hombre tranquilo y cauto; bastante ms inteligente de lo que ahora dicen sus aduladores de ayer, aunque menos genial de
lo que entonces le consideraban, fue un gran jefe; as de tajante se muestra Salas al glosar al general Miaja en su Historia del
Ejrcito Popular de la Repblica, coincidiendo con otro general que fue subordinado suyo y luego enemigo, Emilio Mola.
Nacido en Asturias en 1878, ingres en Infantera en 1896, fue destinado a Melilla al salir de la academia y particip en la guerra
de Marruecos. A pesar de su paso por la Unin Militar Espaola (organizacin de carcter derechista), decidi permanecer leal al
Gobierno cuando estall la guerra, que le sorprendi en Madrid al mando de la I Brigada de Infantera de la 1. Divisin.
Nombrado ministro de la Guerra en el fugaz gabinete de Martnez Barrio, acab con la sublevacin en Albacete, pero no
consigui tomar Crdoba al frente de la columna gubernamental que lo intent en el mes de agosto. Su mejor hora lleg en
noviembre de 1936, cuando, sin mucho entusiasmo ni confianza, Largo Caballero le confi apresuradamente la defensa de la
capital. Rodendose de un competente Estado Mayor profesional, coordin con gran acierto las fuertes personalidades de los jefes
de las columnas y brigadas puestas a sus rdenes, liderando con el ejemplo en los momentos crticos de la batalla (as, contuvo
pistola en mano una desbandada anarquista a la altura de la Crcel Modelo). Su socarronera y buen humor contribuyeron a ello.
Sin embargo, su xito le encadenara al escenario de su victoria. Tras adherirse al golpe de Casado, se exili en Mxico, donde
muri con nostalgia de Espaa: Si hubisemos podido rebasar el ala izquierda enemiga en Brunete, yo estara ahora en El Pardo
dictando mis memorias. (CODEX, Crnica de la guerra espaola).
GORRILLO
Para demostrar su adhesin a la Repblica, muchos paisanos se cubrieron sus cabezas con gorrillos caseros decorados de la
manera ms dispar. En el de la imagen, resalta la bandera de la Repblica. (Coleccin J. M. Campesino)
BNKER
Fortn procedente de la Guerra Civil que todava se puede contemplar en el Parque del Oeste de Madrid. (Autores)
CALLE VELZQUEZ N. 63
Palacio incautado por las milicias comunistas del famoso Quinto Regimiento; tambin sede de las Brigadas Internacionales en
Madrid. (Autores).
Desde el primer da del ataque 7 de noviembre de 1936, los jefes y unidades rebeldes se
apercibieron de que la defensa republicana era mucho ms obstinada y organizada que la que haban
conocido en su marcha de aproximacin a Madrid, dato que se confirm a lo largo de los siguientes
das, en que tuvo lugar una lucha a muerte por las veredas y quebradas del antiguo parque regio,
buscando ambos contendientes dominar sus puntos ms altos (en especial el cerro Garabitas,
finalmente tomado por los nacionales y desde el que podan bombardear Madrid a placer). Fue tal el
cambio operado en la moral de los defensores que la orden inicial de Miaja resistir sin ceder un
palmo de terreno, se transform el da 13 de noviembre en la de destruir al enemigo, buscando
contraatacarle por todos los flancos de una cua que se iba estrechando, hacindose cada vez ms
vulnerable. Adems, si los nacionales lograban poner un pie en las calles de Madrid, les esperaba una
lucha callejera como la que estaba ocurriendo en los Carabancheles: Comenz entonces una
sucesin de combates feroces donde las armas principales eran la bomba de mano y la bayoneta; y as
en cada calle, en cada casa, en cada habitacin, no sabiendo ya muchas veces si se mataba a un
enemigo o a un compaero. (Enrique Lster, Nuestra guerra).
PUBLICACIN COMUNISTA
Para subir la moral de los combatientes del 5. Regimiento (de filiacin comunista), se publicaban folletos alabando y tomando
como modelo al Ejrcito sovitico. (Coleccin J. M. Campesino).
GARITA ESTRAFALARIA
Confesionario de una iglesia saqueada empleado como garita. El ingenio de muchos milicianos no tena lmites. (Coleccin J. M.
Campesino).
Si bien, en principio, los suministradores ms importantes de material de guerra para el Gobierno de la Repblica espaola fueron
Francia y Gran Bretaa y en menor medida Checoslovaquia y Estonia, fue a la postre la Unin Sovitica quien asumi el papel
protagonista.
El depsito del oro del Banco de Espaa en la URSS proporcion el aval suficiente para que el Gobierno de Stalin comenzase lo
que se llam Operacin X, que era ni ms ni menos que la organizacin del suministro, por va martima, del material de guerra
ruso a la Espaa gubernamental.
En total se organizaron 66 expediciones de suministros blicos (igreks), que en resumen, proporcionaron 648 aviones, 347 carros
de combate, 60 blindados, 1.186 piezas de artillera, 340 morteros, 20.486 ametralladoras, 497.813 fusiles, 82 millones de
cartuchos, 3,4 millones de proyectiles de artillera, 110.000 bombas de aviacin y cuatro lanchas torpederas.
Pero la URSS no se limit a enviar material, sino que tambin organiz una misin militar de asesores en apoyo del Ejrcito
Popular de la Repblica. En el Ejrcito sirvieron principalmente tanquistas y artilleros, que fueron respectivamente unos 350 y 100.
Mayor fue la contribucin de aviadores soviticos y un total de 722 de ellos, entre pilotos, observadores, ametralladores y
mecnicos, sirvieron en la Aviacin. En octubre de 1938 prcticamente se retiraron de Espaa todos los asesores rusos, con alguna
rara excepcin.
A modo de curiosidad, sealamos que Rusia se encarg de comprar en Suiza aviones para Espaa, procedentes de la compaa
area civil Swisair.
EMBLEMA
Los operarios de los talleres de los tranvas de Madrid lucan esta chapa. Este tipo de emblemas profesionales politizados se
hicieron muy populares en la zona republicana. (Coleccin J. M. Campesino).
Aunque los partes de los sublevados hablaran al principio de las operaciones de arrollador
avance, la realidad era que, si en su plan inicial estaba previsto para el da 8 de noviembre tener una
cabeza de puente en la ribera izquierda del Manzanares, ya en la capital, el 14 a la noche sus
columnas, batidas y cansadas, todava se resguardaban como podan junto a las tapias de la Casa de
Campo (esa noche, el teniente coronel Asensio se despidi de su jefe inmediato, Yage, quien sera
baja horas despus, con una promesa: Maana pasar el ro, con carros o sin carros.). Era una
promesa que iba a ser muy difcil de cumplir, pues, tras un breve respiro el da 14, el ataque del 15 de
noviembre de 1936, en lo que constituye la segunda fase de la batalla directa por Madrid, fue sobre
otro recinto muy bien protegido: la Ciudad Universitaria.
PROTAGONISTAS
JUAN YAGE BLANCO (1891-1952)
Nacido en San Leonardo (Soria) en 1891, el que sera uno de los ms polmicos generales del Ejrcito nacional ingres en
Infantera en 1907, en la misma promocin que Franco. Con una brillante hoja de servicios en Marruecos, en especial al mando de
tropas de Regulares, su nombre empezara a hacerse familiar entre los espaoles a raz de los sucesos revolucionarios de 1934,
que sofoc en Asturias de forma enrgica al mando de las tropas expedicionarias (lo que le valdra su primera Medalla Militar
Individual).
Netamente falangista, particip activamente en la conspiracin en coordinacin con el general Mola y fue protagonista
fundamental del alzamiento en Marruecos. Ya en la pennsula, se pondra al frente de la columna Madrid, que dirigi con gran
acierto, lo que le vali su segunda Medalla Militar. Tras mostrar sus discrepancias con el desvo hacia el Alczar de Toledo,
caera oficialmente enfermo, resignando el mando de las columnas africanas Hasta que un mes ms tarde, subordinado ahora a
Varela, retomaba el mando, esta vez del flanco izquierdo nacional, justo el que atacaba frontalmente Madrid. Sin embargo,
cuando se iba a producir el salto definitivo a la Ciudad Universitaria, el da 15 de noviembre, volvi a caer enfermo, curiosamente
despus de mostrar de nuevo su disconformidad con el desarrollo de las operaciones.
Como es sabido, en el transcurso de la guerra particip activamente en todas las acciones principales, y se distingui en el mando
del Cuerpo de Ejrcito marroqu, Gran Unidad que ira siempre a la vanguardia de las ofensivas nacionales. Adems, era el jefe de
la Legin, encargado de su supervisin y de la creacin de nuevas banderas. Ministro del Aire al finalizar la guerra, acabara su
carrera militar y su vida al frente de la Capitana General de Burgos. Podis volver a vuestros pueblos satisfechos Pero
vuestra misin no ha terminado: acabis de vencer a un enemigo terrible, pero que luchaba de frente y caa cara al sol como
vosotros. Ahora tenis que luchar con enemigos sutiles y egostas dentro y fuera de Espaa, a la izquierda y a la derecha.
(Extracto de la despedida que dirigi al Cuerpo de Ejrcito marroqu).
Situado al noroeste de la ciudad, el que era un flamante, moderno y bello campus universitario,
se iba a convertir en objetivo tctico fundamental por encontrarse en una meseta elevada sobre las
calles de Madrid, lo que haca de l una catapulta de obligada conquista para unas fuerzas atacantes
que, al no haber podido ocupar ningn puente sobre el Manzanares, iban a tener que vadearlo en la
zona no canalizada del ro, esto es, la que discurre al norte del justamente famoso Puente de los
Franceses, defendido estoicamente por las fuerzas republicanas del comandante Romero.
CARRO ALEMN
Soldados republicanos luchan parapetados en un Panzer I destruido en < los arrabales de Madrid. (Va autores).
No obstante, tras enormes esfuerzos y bajo un fuego intenssimo, los regulares del II y III
tabores de Alhucemas lograron a la tarde de ese da 15 cumplir la promesa de su jefe y poner un pie
en la orilla izquierda, ya en Madrid, consiguiendo a duras penas la deseada ruptura. (Las columnas
que asaltaron directamente la finca de la Moncloa fueron las de Asensio, Delgado Serrano y Barrn,
que se enfrentaron a las Brigadas Internacionales XI y XII, a las Mixtas II, III, IV y V, a elementos del
5. Regimiento comunista y a las columnas Lpez-Tienda y Durruti). Los edificios de la Ciudad
Universitaria, algunos todava en construccin, se convirtieron as en el escenario de una lucha
brutal, centrada fundamentalmente en el Hospital Clnico, tremenda mole de hormign elevada sobre
un cerro dominante y en cuyo interior se produjeron increbles escenas de combate cuerpo a cuerpo,
con unos contendientes en una planta y los otros en la de arriba tirndose bombas de mano por los
huecos de los ascensores o marcando la lnea de frente con cadveres por sus pasillos y galeras: En
la planta baja encontramos a unos cuantos legionarios, pocos, que, con el odo y la mirada atentos, y
los dedos en el gatillo del fusil, oteaban el fondo de los huecos del edificio para impedir que los
rojos cruzaran por all. Protegan as, adems, a sus camaradas de los pisos de arriba. De pronto
reson en los pisos altos el estampido de las bombas de mano y vimos, por entre los huecos, caer y
estrellarse contra el suelo, uno tras otro, a dos o tres combatientes enemigos que, en la locura del
combate, debieron de arrojarse desde las ltimas ventanas. (Juan Urra, En las trincheras del frente
de Madrid).
Preparando un contraataque contra el hospital, ya tomado por los legionarios, fue cuando el
anarquista Durruti recibi la herida mortal que acabara con su vida el da 20 de noviembre de 1936.
Intentaba recuperar esa posicin clave para lavar la mala imagen que las retiradas de sus hombres los
das previos haban dejado en el pueblo de Madrid, quien le haba recibido empero con gran
entusiasmo y esperanza. Mientras, la frgil cabeza de puente de los nacionales, sostenida por una
pasarela de madera completamente circunstancial y batida permanentemente que pronto iba a ser
conocida como Pasarela de la Muerte, buscaba tambin crecer por el sur, con una entrada en el
Parque del Oeste, ya casi llegando a las primeras calles de Madrid, y por el norte, ocupando el
palacete de la Moncloa y llevando la lucha hasta la flamante Facultad de Filosofa y Letras, donde los
internacionales de Klber tenan sus posiciones principales.
ARTILLEROS REPUBLICANOS
Artilleros republicanos tirando a cero sobre el hospital, donde los legionarios estuvieron a merced de la artillera, ametralladoras,
fusilera y, lo que es peor, a merced de las minas, durante toda la guerra. (Coleccin J. M. Campesino).
HOSPITAL CLNICO
Embudo de mina al lado del Hospital Clnico de Madrid. (Autores).
CIUDAD UNIVERSITARIA
El frente qued estabilizado en la Ciudad Universitaria de Madrid, con escenas de lucha de trincheras como las de la Primera
Guerra Mundial hasta el final de la contienda en 1939. Aqu morira Durruti en noviembre de 1936, a quien dedicaron el pauelo
sus camaradas de FAI. (Autores y coleccin J. M. Campesino).
Para ello, necesitaba tiempo para reorganizarse y reforzarse (las bajas haban sido altsimas,
dejando a sus mejores unidades diezmadas y perdiendo oficiales de una calidad irremplazable),
corregir la incmoda postura en que haban quedado sus columnas y buscar otro lugar por donde
intentarlo.
RACIONAMIENTO EN MADRID
Pronto empezara el hambre en la capital, al estar abastecida slo por la carretera de Valencia, si bien no lleg a estar nunca
cercada del todo. (Coleccin J. M. Campesino).
Es as como durante los meses de diciembre de 1936 y enero de 1937 los rebeldes se lanzaron a
cortar la carretera de La Corua, buscando apoyar su flanco izquierdo en ella, aliviar a las tropas que
se sostenan de milagro en la Casa de Campo-Ciudad Universitaria, y todava con la remota
esperanza de desbordar a su adversario esta vez por el norte. Tras dos campaas sucesivas con
combates dursimos por el noroeste de Madrid (toma de Boadilla del Monte, Pozuelo, Aravaca)
bajo unas condiciones climatolgicas muy adversas niebla, fro, lluvia, los nacionales lograron lo
primero, pero se dieron cuenta definitivamente de la imposibilidad de tomar la ciudad ante un
enemigo reforzado, crecido moralmente y con unas defensas encallecidas. Ahora s se haba llegado
a unas tablas imposibles de romper, quedando claro que cualquier nuevo intento iba a tener que
hacerse lejos de Madrid, lo que llevar a los nacionales a intentar dos nuevas operaciones de
flanqueo sucesivas que sern las dos primeras grandes batallas a campo abierto de la guerra: el
Jarama, en febrero del 1937, y Guadalajara, en marzo, cuyos fracasos estratgicos les llevarn a
abandonar definitivamente el teatro de operaciones de Madrid para volcar su esfuerzo en el norte de
Espaa, cuya industria se mostrara crucial para alimentar una guerra que iba a ser muy, muy larga
ESCUELA DE ARQUITECTURA
En el centro del dispositivo nacional, y algo resguardada por estar en una suave hondonada, se encontraba la Escuela de
Arquitectura, donde Ros Capap, jefe de la Brigada de Vanguardia, estableci su puesto de mando. Tambin haba un hospital de
campaa en sus stanos. (Autores).
EL FRENTE SE ESTABILIZA
Todo ello conden paradjicamente a la capital de Espaa a un segundo plano, con una
Repblica que iba a convertir la gesta de su defensa en mito, y un pueblo sufridor de todas las
atrocidades posibles de la guerra: una batalla frontal en sus mismas calles, continuos duelos
artilleros, bombardeos de aviacin, una brutal represin y una escasez cada vez ms acuciante que
desembocara al final de la guerra casi en hambruna (lo que no impidi que cines y teatros siguieran
abiertos en una ciudad que estaba dando una leccin de estoicismo). Por su parte, los nacionales, que
concedan gran importancia al factor moral por tratarse de una guerra civil, decidieron mantenerse
en la inslita cua de la Universitaria, cua que en otro tipo de guerra y una vez fracasado el objetivo
principal de tomar Madrid, hubiera debido ser evacuada, pues su sostenimiento era una sangra
enorme al tener que hacerse por un paso completamente circunstancial y sometido a continuo fuego.
Por todo el sector de la Universitaria y la Casa de Campo y por las vecinas carreteras de La Corua y
Extremadura iba a tener lugar hasta el final de la contienda una guerra de trincheras al ms puro y
duro estilo del frente occidental francs de la Gran Guerra. Una lucha de posiciones esttica, fea,
capaz de destrozar los nervios de los soldados ms aguerridos, con infinidad de ataques menores y
duelos sin importancia, en la que ninguno de los dos contendientes lograba grandes ganancias,
combates estriles sin alteraciones significativas en la lnea del frente (salvo en los ataques
republicanos sobre la Cuesta de las Perdices y el Cerro del guila en abril de 1937 y su gran ofensiva
de julio del mismo ao sobre Brunete). Es lo que los hermanos Salas Larrazbal llaman en su historia
de la guerra rutina de la Universitaria: asaltos frtiles en actos de valor heroico que se prodigaron
en uno y otro bando, en los que se luchaba por la posesin o prdida de minsculos objetivos que la
mayor de las veces carecan de la menor importancia. Era ms una lucha de amor propio que un
enfrentamiento militar. Todo el herosmo resultaba completamente gratuito.
GRUPO MDICO
El grupo mdico, formado por las facultades de Farmacia, Medicina y Odontologa, qued en poder republicano. Todava hoy se
aprecian los impactos de municin en sus muros bajos y ladrillos. (Coleccin J. M. Campesino).
HANS BEIMLER
Comunista alemn exiliado en Espaa, muri en el frente de Madrid en diciembre de 1936. Se dice que la bala que lo mat no
proceda del enemigo. (Coleccin J. M. Campesino).
FACULTAD DE FARMACIA
En la Facultad de Farmacia, en el campus de la Complutense, todava hoy se pueden encontrar vestiguios de la Guerra Civil si se
observa con detenimiento. (Autores).
RUINAS
Efectos de la Guerra en la Escuela de Odontologa. (Coleccin J. M. Campesino).
FIN DE LA GUERRA
Visitantes de la Legin Cndor al final de la guerra; al fondo, el grupo mdico. (Coleccin Galland Books).
OBJETIVO MADRID
Por el momento, los nacionales tuvieron que desistir de entrar en Madrid, ciudad a la que tuvieron a simple vista durante toda la
guerra, tan cerca quedaron de entrar en ellas (en la imagen, fortines en la carretera de La Corua en la actualidad). (Autores).
La Ciudad Universitaria se convirti en una ciudad de topos, pues los defensores, sometidos a
bombardeos y tiroteos continuos aparte de las minas, slo podan vivir bajo tierra. Para ello,
desarrollaron toda una tupida red de trincheras y caminos cubiertos que comunicaban las posiciones
entre s y con su frgil retaguardia, que no era otra que la bolsa de la Casa de Campo, tambin
semirrodeada y fustigada por los republicanos. En ella, miles de hombres se apiaban y slo salan
de sus chabolas y agujeros para combatir entre las ruinas de las facultades: Era una ciudad de topos,
en donde tena pena de vida el sacar la cabeza un palmo por encima de la superficie. (Arrars,
Historia de la Cruzada espaola). Despus del asalto de noviembre del 36, en el que lleg a haber
ms de doce batallones en la bolsa, eran ocho las unidades tipo batalln de guarnicin en la
Universitaria, lo que supona alrededor de 4.000 hombres (cifra que ira reducindose a medida que
las obras de defensa fuesen mejorando; as, al final de la guerra, la cua lleg a sostenerse slo con
cinco o seis batallones).
ARCO DE LA VICTORIA
Tres aos pasaran antes de que los rebeldes pudieran tomar la capital de Espaa. (Autores).
ELLOS Y NOSOTROS
As de cerca estaban las posiciones enemigas en el frente de Madrid. La lucha en la capital y sus alrededores fue una autntica
locura. (Coleccin J. M. Campesino).
El pas que acometi la tarea de garantizar a los republicanos la formacin integral de personal de vuelo en sus escuelas militares
de los alumnos aviadores espaoles fue la Unin Sovitica. As pues, desde los comienzos de 1937 hasta el final de la Guerra
Civil, fueron cinco los grupos de alumnos pilotos y observadores espaoles que se formaron en Rusia, de los cuales slo cuatro
promociones consiguieron retornar a Espaa a tiempo de participar en el conflicto civil.
En la Espaa nacional, hurfana de estos servicios de instruccin, hubieron de organizarse escuelas de vuelo militares, inicialmente
con los aviones del Aero Club de Sevilla, y despus en los aerdromos de Badajoz y de Jerez de la Frontera. Por otra parte,
cuatro grupos de alumnos espaoles fueron enviados a Alemania e Italia, donde recibieron una excelente formacin aeronutica
militar.
PALACIO REAL
Vista del Palacio Real desde la otra orilla del Manzanares. Durante el conflicto, era el Palacio
Presidencial. (Coleccin J. M. Campesino).
MILICIANO ARMADO
Soldado republicano de Milicias, armado con un fusil ametrallador sovitico. (Ilustracin de Manuel V. Tamariz Senz).
INFANTERA REPUBLICANA
El nuevo Ejrcito Popular de la Repblica mostr su capacidad defensiva y ofensiva en la batalla del Jarama, en febrero de 1937, la
primera gran batalla campal de la Guerra Civil. (Va autores).
A LA BAYONETA
Infantera republicana al ataque en una foto clsica de la batalla del Jarama. (Coleccin J. M. Campesino).
El 11 de enero de 1937, las tropas gubernamentales con otro secundario que realizara el Cuerpo
de Ejrcito detenan la ofensiva emprendida la semana anterior por los nacionales contra el flanco
derecho de las Fuerzas de Defensa de Madrid; stos haban agotado su capacidad ofensiva, mientras
que sus oponentes continuaban reforzndose con la llegada de nuevas tropas procedentes de Levante.
UNIDOS VENCEREMOS
Medalla conmemorativa del Ejrcito Popular. (Coleccin J. M. Campesino).
Era, pues, el momento de abandonar las actitudes defensivas y pasar a la accin, tomando la
iniciativa y arrinconando al enemigo para, seguidamente, derrotarle y decidir la guerra. El objetivo
seleccionado para la gran ofensiva republicana fue el flanco derecho de la penetracin nacional en su
avance hacia Madrid y el encargado de llevarla a cabo, el Ejrcito del Centro. El ataque principal
seguira la direccin Valdemoro-Parla, buscando un doble envolvimiento de las fuerzas nacionales
que asediaban la capital de Espaa junto de Miaja en sentido Valdemorillo-Villanueva de la CaadaBrunete.
Pero el Ejrcito nacional estaba dispuesto tambin a mantener la iniciativa en las operaciones y,
as, recin detenida la ofensiva por el norte, proceda a intentarlo por el sur. El 10 de enero de 1937,
el general Mola firmaba en vila unas Instrucciones Complementarias que desarrollaban una
decisin de Franco del mes anterior por la que se deban cortar las comunicaciones del enemigo con
Levante, ocupando la lnea Arganda-Lo-eches y Alcal de Henares, o sea, exactamente la zona de
concentracin de fuerzas para la prevista ofensiva republicana. Sublevados y leales, nacionales y
republicanos haban elegido el mismo lugar para enfrentarse.
GENERAL MIAJA
El general don Jos Miaja Menant, hroe de la defensa de Madrid. (Coleccin J. M. Campesino).
AMETRALLADORA MAXIM
Ametralladora pesada Maxim manejada por soldados de la Repblica. (Coleccin J. M. Campesino).
rdenes del coronel Garca Escmez, las brigadas IV y V. El Ejrcito Popular estaba iniciando una
concentracin de fuerzas que iban a constituir la accin principal de su proyectada ofensiva en la
misma zona elegida para el ataque nacional. Las tropas que estaban llegando a dicha zona se iban a
organizar en tres agrupaciones a las rdenes de los coroneles Mena, Chorda y Burillo, y una cuarta
en reserva, al mando del coronel lvarez Coque, contando cada una de ellas con tres brigadas y el
apoyo de una treintena de bateras de artillera. Los informes republicanos sobre la inminente
ofensiva enemiga detectaban correctamente las concentraciones nacionales frente al Jarama, y
sealaban como probable direccin de ataque el flanco sur del Cuerpo de Ejrcito de Madrid que por
ello no deba ser de ninguna maneradebilitado. Por ello, la peticin de tropas para el esfuerzo
ofensivo se redujo a dos brigadas y, a cambio, se le asignaba la XII Internacional. Finalmente, Miaja
acab cediendo, en vez de las dos brigadas, un Grupo de Batallones anarquistas sin encuadrar y
desarmados que, ms tarde, constituyeron la 77. Brigada.
ESTRELLA ROJA
Estrella de tres puntas bordada, emblema de las Brigadas Internacionales. (Coleccin J. M. Campesino).
CERRO ROJO
El Sagrado Corazn del cerrillo madrileo que constituye el centro geogrfico de la Pennsula Ibrica fue profanado durante el
tiempo que estuvo en poder del Frente Popular, poca en que se llam Cerro Rojo.(Coleccin Canario Azaola).
FORTN
Todava hoy podemos encontrar restos de la batalla, como este fortn en la ladera del Cerro de los ngeles. (Autores).
EL ATAQUE
El Partido Comunista editaba estos libros, dedicados a instruir a los soldados del Ejrcito de la Repblica. Su penetracin en todas
las estructuras republicanas se hizo patente desde el principio de la contienda y se vio acentuada cuando la URSS se convirti en
suministrador principal de las armas leales. (Coleccin J. M. Campesino).
VICKERS T-26 B
Este fue, sin duda, el mejor carro de la Guerra Civil, con el que la Unin Sovitica provey en gran nmero a la Repblica. (Archivo
Fundacin Yage).
POLIKARPOV I-16
Rata para los nacionales o Mosca para los republicanos, lo cierto es que este avin sovitico marc diferencias en el
transcurso de la guerra espaola. (Va autores).
Heinkel He 51, del Grupo J./88 de la Legin Cndor, estacionadas en los aerdromos del
Centro, si bien estos cazas germanos no estaban a la altura de las circunstancias en caso de tener que
enfrentarse a los modernos cazas soviticos Polikarpov I-15 e I-16. Hay que destacar que la actitud de
los pilotos de caza italianos era la de no cruzar las lneas del frente y evitar, cuando fuera posible, el
combate. Tambin hemos de recordar que en esa poca no haba ninguna unidad de caza espaola y
los pilotos espaoles actuaban encuadrados en el grupo italiano.
MORTERO
Dotacin de un mortero ligero del Ejrcito Popular. (Va autores).
FUSIL MAUSER
Realmente no hubo un nico modelo de fusil Mauser sino numerosas variantes del excelente fusil de cerrojo denominado
inicialmente Gewehr 98. El modelo original era robusto, fiable y sus estndares de fabricacin de altsima calidad. Capaz de
soportar un trato rudo, en manos de un buen tirador era preciso hasta los 1.000 m.
Pesaba 4,2 kg y su longitud era de 1,25 m. Tena un cargador interno de cinco proyectiles y su velocidad inicial era de 740 m/seg.
Durante la Gran Guerra, la necesidad de producir un gran nmero de armas oblig a reducir el nivel general de acabado que, antes
de la guerra, requera muchas horas de trabajo a cargo de obreros muy cualificados. Despus de la guerra se desarrollaron
versiones ms simplificadas y de menor longitud.
En 1935 comenz la produccin del nuevo 7,9 mm Karabiner 98k o, ms brevemente, Kar 98k, de los que se fabricaran, slo en
Alemania, ms de 14,5 millones de unidades. Este modelo era ms corto y ligero (3,9 kg) y mantena el cargador para cinco
proyectiles del poderoso modelo 7,92 x 57, que alcanzaban una velocidad inicial de 760 m/seg. Una vez ms se multiplicaran
los fabricantes y las variantes seran numerosas.
La caza nacional se reforzara el da 16 de febrero con la llegada de cinco nuevos Fiat CR.32,
procedentes del Sur, y despus otros doce. En total, la aviacin de Kindeln pudo contar con 47
bombarderos, 12 aviones de reconocimiento y 44 cazas. Un conjunto de 103 aviones.
Por lo que se refiere a la Aviacin Militar gubernamental, en el frente central se contaba con 22
monoplanos Polikarpov I-16, al mando de Kostantin Kolesnikov, distribuidos en dos escuadrillas de
11 aviones cada una. Tambin acababan de llegar sesenta biplanos I-15 Chato, lo que permiti
reponer las bajas de las dos escuadrillas existentes y organizar nuevas unidades. La primera de las
escuadrillas organizadas, la del capitn Garca Lacalle, debut en la batalla del Jarama. Fueron los
cazas Polikarpov I-16 e I-15 los que sostuvieron el peso de la lucha area en el frente del Jarama.
CAN CONTRACARRO
Modelo alemn de 37 mm Pak 35/36, enviado por el Tercer Reich en apoyo de los sublevados.(Coleccin autores).
CASCO ADRIAN
Uno de los modelos de casco ms empleados por las tropas republicanas fue el Adrian, de origen francs. (Coleccin J. M.
Campesino).
INFANTERA
Un grupo de infantes republicanos avanzan con la bayoneta calada en sus fusiles de origen sovitico. (Coleccin J. M. Campesino).
segua creyendo que el peso del ataque nacional se diriga al sur de Madrid, hacia Vallecas, y por
ello, organiz una Agrupacin a las rdenes de Modesto. Por parte nacional, continu el ataque de la
I Brigada en direccin a la confluencia de los ros Manzanares y Jarama, donde se enfrentaron a las
fuerzas de la Agrupacin Modesto, que ofrecieron una encarnizada resistencia, hasta el punto de que
tuvo que ser reforzada por la III Brigada.
AVANZA LA INFANTERA
Un infante republicano, armado con el fusil de origen sovitico Mosin Nagant, avanza por el valle del ro Jarama entre explosiones.
ENRIQUE LSTER
Fue jefe de la 11. Divisin del Ejrcito Popular durante la batalla del Jarama.(Coleccin J. M. Campesino).
CONDECORACIN
Medalla para los Combatientes por la libertad de Espaa. Es el reverso de la medalla dedicada a Hans Beimler. (Coleccin J. M.
Campesino).
MODESTO GUILLOTO
El teniente coronel de milicias Juan Modesto Guilloto, jefe de la 4. Divisin republicana en el Jarama. (Coleccin J. M. Campesino).
ATACANDO POSICIONES
Infantera del Frente Popular atacando con granadas de mano y bayoneta calada. (Coleccin J. M. Campesino).
Los batallones Garibaldi y Dombrowsky cerraban a los nacionales el paso hacia Arganda. La
Brigada de Carros, excepto dos compaas, pas a las rdenes de Mena, que efectu un nuevo
contraataque sobre la cabeza de puente. Los carros avanzaron sobre el puente de Pindoque y las
bateras artilleras hipomviles, pertenecientes a la II y III Brigadas nacionales, subieron al galope a la
cresta del acantilado que domina el ro, donde quedaron emplazadas al descubierto, batiendo en
fuego directo a los carros T-26B, a los que no haba seguido la Infantera, de modo que algunos de
ellos quedaron abandonados. Al sur, la IV Brigada nacional inici el ataque sobre San Martn de la
Vega, que ocup sin apenas resistencia a las 8:30 horas. El dispositivo republicano fue reforzado con
la entrada en lnea de la XI Brigada Internacional en el sector de Mena y la incorporacin de la 66.
Brigada en Morata de Tajua.
CIGARRILLOS
De la poca republicana, aunque el sello sobre el escudo con la inscripcin Viva Franco! Arriba Espaa! nos aclara su
procedencia de la zona sublevada. (Coleccin J. M. Campesino).
Los cazas I-15 Chato de la Escuadrilla Lacalle efectuaron dos servicios de ametrallamiento y
bombardeo sobre el puente Pindoque, y en el segundo de ellos la antiarea alemana de 88 mm
consigui un impacto directo en un avin I-15. La aviacin nacional, por su parte, tambin realiz
servicios sobre el frente del Jarama, actuando los Romeo Ro.37 y los Junkers Ju 52 espaoles del
1G-22, aunque no hubo encuentros con los aviones adversarios.
AVANCE
Soldados republicanos de apariencia sovitica aprovechan el trinchern del ferrocarril para avanzar a cubierto. (Va autores).
PANZER I Y T-26
Los dos carros ms famosos de la Guerra Civil Espaola, el Panzer I alemn y el T-26 sovitico. En la imagen, ambos decorados del
bando nacional. (Autores).
esta vez en el de San Martn de la Vega. El golpe de mano corri a cargo del III Tabor de Tetun, que
sorprendi a los centinelas republicanos y consigui cruzar el ro. A las 12:30 horas, las tropas de
Asensio haban conquistado el vrtice Pingarrn. Por lo que se refiere a la cabeza de puente de
Pindoque, los gubernamentales lo batieron con fuego intenso durante toda la jornada, pese a lo cual
la II Brigada nacional termin de pasar el ro. La presin sobre los flancos de la penetracin nacional
por parte del Ejrcito Popular era muy fuerte y, al caer la noche, Varela y Orgaz se entrevistaron en
el puesto de mando de Casa Gzquez, pues los avances fciles de los primeros das haban cambiado
radicalmente. Las reservas nacionales no existan y los sectores defensivos se haban debilitado de
una forma peligrosa.
T-26B
Este carro caus sensacin entre los soldados rebeldes, pero pronto aprendieron a encontrarle los puntos dbiles para poder
acercarse a l e inutilizarlo o capturarlo. (Va autores).
Los primeros combates areos fueron adversos para la aviacin de Kindeln, y en concreto para
los cazas alemanes Heinkel He 51, ya que dos fueron derribados. Pese a los insistentes
requerimientos del general Pozas, Miaja se resisti tozudamente a distraer fuerzas de la defensa de
Madrid para luchar en el Jarama.
empeadas en la defensa, una nica agrupacin al mando del coronel Burillo, que contaba con cuatro
divisiones. Las unidades republicanas aportaban al esfuerzo de guerra en este frente, un total de 76
batallones y la brigada de tanques del sovitico Pavlov, mientras que los nacionales alineaban slo 28
y tres regimientos de Caballera. La superioridad republicana era absoluta.
EMBLEMA
Bordado en tela correspondiente al comisariado poltico. (Coleccin J. M. Campesino).
El da 16 entraron en combate dos unidades formadas por extranjeros, una en cada bando: con
los republicanos, el Batalln Lincoln, integrado por norteamericanos y encuadrado en la XV Brigada
Internacional; y con los nacionales, la Bandera Catlica Irlandesa del general Eoin O Duffy, que
agrupaba a cerca de 600 voluntarios de esta nacionalidad. Ese mismo da mora en accin de guerra,
tras ser derribado su avin Junkers Ju 52, el capitn Caldern Gaztelu, al que se concedera la
Laureada de San Fernando a ttulo pstumo. El da 17 se agot completa y definitivamente la ofensiva
nacional, y la iniciativa pas a las tropas republicanas, que lanzaron furiosos contraataques en todo el
frente, contraataques que pusieron en serio peligro la dbil lnea de vanguardia nacional y sus
propios puestos de mando. El vrtice Pingarrn fue objeto de sucesivos ataques que no cesarn ya en
todo el resto de la batalla. En el aire, los republicanos seguan llevando la iniciativa, desarrollando
diversas operaciones de bombardeo, ataque y caza.
CARROS ALEMANES
Hasta que los nacionales no lograron capturar un gran nmero de carros rusos para equipar sus propias fuerzas, estos livianos
vehculos alemanes y las tanquetas italianas, tambin ligeras, constituyeron la espina dorsal de sus unidades blindadas. (Coleccin
J. M. Campesino).
COMBATES EN EL PINGARRN
En las cercanas de San Martn de la Vega, los dursimos combates por el Pingarrn constituyeron el canto del cisne de la batalla
para ambos contendientes. (Va autores).
EL CONTRAATAQUE REPUBLICANO
Con el alba del da 18, las fuerzas de la Agrupacin Modesto atacaron Coberteras y
Vaciamadrid. En el sector de la Brigada Asensio, la X Bandera de la Legin, recin llegada de
Talavera, relev a la VI, muy castigada. Las fuerzas de la Divisin C, de Lster, continuaban
estrellndose contra el Pingarrn. Esta jornada, culminante de los combates areos del Jarama,
constituy el da de gloria del capitn Garca Morato, quien obtuvo la Laureada de San Fernando
con su Fiat CR.32, guiando a la caza nacional y recuperando el dominio del aire para los sublevados,
hasta entonces en poder de la aviacin republicana.
Despus de perder la avanzadilla del Pingarrn, el coronel Asensio orden su reconquista al
comandante Gmez Zamalloa y su II Tabor de Ceuta, quien en la madrugada del da 19 asalt la
mencionada cota al frente de una compaa y de algunos jinetes pie a tierra de los escuadrones de
Numancia y Alhucemas que guarnecan la posicin. Fueron precisos tres ataques para que este mtico
lugar, de nombre un tanto peculiar, el Pingarrn, volviera a poder de los nacionales. Por esta accin,
Zamalloa fue condecorado con la Medalla Militar Individual y la compaa del tabor, la Laureada de
San Fernando Colectiva.
A LA DEFENSIVA
Soldados gubernamentales a la defensiva protegidos por las rocas. (Coleccin J. M. Campesino).
Tras una reunin a la que asistieron los generales Orgaz, Franco, Mola y Saliquet y el coronel
Martn Moreno, stos dieron por cancelada la ofensiva y dispusieron que las fuerzas nacionales se
cieran a la defensa del terreno propio.
El da 20, de acuerdo con las instrucciones de Miaja, la Agrupacin Modesto reanudaba los
ataques sobre el frente de la I Brigada, donde la VII Bandera de la Legin, que defenda el espoln de
Vaciamadrid, fue objeto de un nuevo ataque. En el aire, volvi a entablarse combate areo donde, de
nuevo, fueron los gubernamentales quienes se llevaron la peor parte. Al da siguiente, la XV Brigada
Internacional atac el frente defendido por la II Brigada, y el combate se extendi a toda la lnea,
afectando tambin a la III y IV Brigadas, al Norte y al Sur, respectivamente. El Pingarrn sufri las
embestidas de la Divisin Lster, que lleg hasta las inmediaciones del puente de San Martn de la
Vega, constituyendo una amenaza para la cabeza de puente.
PLACA CONMEMORATIVA
La defensa del Pingarrn fue un hito en la batalla del Jarama. (Va autores).
Los ataques republicanos perdieron intensidad el da 22, aunque Miaja dio orden de reanudar la
ofensiva al da siguiente. El Pingarrn segua sufriendo los ataques de las unidades de Lster. Se
calcula que fueron 4.000 los proyectiles cados sobre el mencionado vrtice hasta el da 23. El
fortsimo caoneo republicano haba machacado literalmente las trincheras de la avanzadilla que
defendan el II Tabor de Ceuta y los jinetes de Numancia y Alhucemas, causando la muerte de la
mayora de sus efectivos y la totalidad de los oficiales. El comandante Zamalloa result herido, pero
se neg a ser evacuado.
PROTAGONISTAS
JOAQUN GARCA MORATO (1904-1939)
Naci en Melilla el 4 de mayo de 1904. Ingres en el Ejrcito en septiembre de 1920 y obtuvo el empleo de teniente de
Infantera. Realiz el curso de piloto en 1925 y se especializ en aviones de caza, hidros y polimotores, as como en vuelos sin
visibilidad y acrobticos, por lo que fue uno de los pilotos ms completos de la Aviacin Militar espaola.
En 1930 fue nombrado profesor de la Escuela de Transformacin de Guadalajara y despus de la de Vuelos de Alcal. En mayo
de 1935 ascendi al empleo de capitn. Al producirse el alzamiento militar, Garca Morato se encontraba de permiso en el
extranjero. Se present a las autoridades sublevadas en Burgos. Se incorpor a los cazas Nieuport 52 en Sevilla y Crdoba y con
ellos logr sus primeros xitos en combates contra aviones Vickers Vildebeest, Breguet XIX y Nieuport 52, en el frente de
Andaluca. Al llegar los nuevos biplanos Heinkel He 51 cedidos por los alemanes, Garca Morato se hizo cargo de uno de ellos
y tambin logr varios derribos en los sectores de Extremadura y Andaluca, entre ellos algn bimotor Potez 540. Pero fue con la
llegada de los cazas italianos Fiat CR.32 cuando Garca Morato encontr su verdadero caballo de batalla alado, y a bordo de
su fiel aparato matriculado 3-51 obtuvo la mayora de sus 40 victorias areas.
Durante la batalla del Jarama, al mando de la llamada Patrulla Azul, constituida por los tenientes Bermdez de Castro y
Salvador, obtuvo su mayor xito al enfrentarse en inferioridad numrica a los veloces y giles cazas soviticos Polikarpov I-15 e
I-16. En el combate del 18 de febrero de 1937 obtuvo para s la mxima condecoracin del Ejrcito Espaol, la Cruz Laureada
de San Fernando, mientras que sus compaeros conseguan la Medalla Militar colectiva.
Garca Morato, habilitado de comandante, pero conservando su empleo efectivo de capitn durante toda la guerra, obtuvo el
mando del primer grupo de cazas Fiat CR.32 enteramente espaol, el llamado Grupo 2G-3.
Al frente de dicha unidad particip en las batallas de la Granja, Zaragoza, Brunete y Santander. Finalmente cedi el mando, y pas
destinado al Estado Mayor de la 1. Brigada del Aire.
Continuamente sigui prestando servicios a bordo de su caza y aprovech para volar todo tipo de avin militar, como los nuevos
monoplanos Messerschmitt Bf 109 o los Heinkel He 112, tomando el mando de un nuevo grupo denominado 3G-3 y despus de
la 7. Escuadra de Caza, que agrupaba a los Fiat CR.32 y Bf 109.
En junio de 1938 volvi a distinguirse al enfrentarse en solitario a una gruesa formacin de aviones de bombardeo R.Z Natacha,
por lo que fue propuesto, ya a ttulo pstumo, para una segunda Cruz Laureada, que no le fue concedida. Cuatro das despus de
terminada la guerra, concretamente el 4 de abril de 1939, Garca Morato falleci en un accidente fortuito en el aerdromo de
Grin, cuando participaba en el rodaje de una pelcula para la propaganda alemana.
Al poco tiempo, los defensores rechazaban otro ataque republicano en un combate cuerpo a
cuerpo en el que particip, fusil en mano, el propio Zamalloa. Los ataques al vrtice no cesaban y el
comandante Zamalloa volvi a caer herido, esta vez por el disparo de un carro de combate. Al
medioda presentaba en su cuerpo nueve heridas una de ellas grave, en el vientre y fue evacuado.
Zamalloa haba prometido, tres das antes, que la posicin no se abandonara mientras l estuviera en
pie. Su comportamiento le vali la Cruz Laureada de San Fernando individual.
LA BATALLA TOCA A SU FIN
La batalla del Jarama finaliz, sobre todo, por agotamiento de ambos contendientes, el da 25 de
febrero, aunque es preciso apuntar un ltimo intento el da 27 efectuado al sur de la carretera de San
Martn de la Vega por el Batalln Lincoln, norteamericano, encargado de abrir la brecha tras la que
se lanzaran al ataque las restantes fuerzas de la XV Brigada Internacional. Los estadounidenses
aseguraron que fall todo: la preparacin artillera fue deficiente, falt la cooperacin de la aviacin,
slo dos carros T-26 apoyaron el avance, y la brigada espaola, que deba cubrirles, permaneci
inactiva en sus posiciones. En tales condiciones, la cifra de bajas fue apabullante: ms de trescientos,
entre muertos y heridos. Esta carnicera tuvo un efecto propagandstico insospechado en los Estados
Unidos, donde, convenientemente manipulada por el Partido Comunista, dio la impresin de que un
grupo de norteamericanos estaba siendo masacrado por los fascistas en Espaa. Al da siguiente,
Franco anunciaba al general Saliquet que se dispona a descongestionar el frente del Jarama e inici
una ofensiva en Guadalajara. La batalla haba costado ya seis mil bajas a los nacionales y diez mil al
Ejrcito Popular, que perdi a sus mejores fuerzas de choque. Pese a ello, el resultado final de la
sangrienta batalla termin en tablas.
MOTOCICLETA
Enlace motorizado del Ejrcito republicano. (Va autores).
LA LEGIN CNDOR
Los primeros aviones alemanes empezaron a llegar a Espaa a principios de agosto de 1936. Se trataba de veinte trimotores
Junkers Ju 52 3m, que fueron arribando en vuelo al aerdromo de Tetun, desde la fbrica de Dessau, con escala tcnica en
Roma. Con posterioridad, llegaron media docena de cazas Heinkel He 51, que fueron desembarcados en el puerto de Cdiz el da
6 de agosto de 1936.
En meses venideros continuaron arribando a Espaa nuevos aviones de Alemania, para reforzar a los anteriores. Eran seis aviones
Heinkel He 51 y otros dos Junkers Ju 52, adems de veinte Heinkel He 46, monoplanos de ala alta de reconocimiento tctico, que
fueron entregados a lo largo del mes de agosto de 1936. Inicialmente los aviadores alemanes constituyeron una escuadrilla de
caza equipada con una docena de Heinkel He 51, a las rdenes del teniente primero Eberhard, otra de bombarderos, con seis
Junkers Ju 52, llamada Pedros y Pablos, mandada por el teniente primero Rudolf von Moreau, y una tercera de reconocimiento,
con seis Heinkel He 45, bajo el mando del teniente Loytved-Hardegg. Estos aparatos operaban en el frente de la sierra de
Guadarrama, utilizando los aerdromos de Salamanca, vila, Valladolid, Escalona del Prado, Grajera y Barahona.
Ya en septiembre, se recibieron en Alemania nuevos pedidos, que fueron cumplimentados en los meses de octubre y noviembre de
1936 y que incluan ms Heinkel He 51, para la aviacin espaola y otros de refuerzo de la escuadrilla alemana Eberhard.
Adems, para evaluacin, se enviaron tres cazas prototipo Messserschmitt Bf 109, dos Henschel Hs 123 (Stuka) y un Heinkel He
50, con tripulaciones y personal de servicio.
En octubre de 1936, los aviadores alemanes actuaron en los frentes del Norte, concretamente en Asturias, y en el de Aragn,
logrando varios derribos en este ltimo sector.
En realidad, la Legin Cndor se constituy oficialmente en el mes de noviembre de 1936, bajo las rdenes del general Hugo
Sperrle, auxiliado por su jefe de Estado Mayor, el comandante Alexander Holle. Se compona de unos cien aviones,
aproximadamente, encuadrados en un grupo de bombardeo, otro de caza, escuadrillas de reconocimiento lejano y prximo, una
escuadrilla de hidroaviones, un grupo de artillera antiarea y unidades auxiliares.
llev a cabo su misin a costa de su propia vida. El 16 de febrero de 1937, mora al ser derribado su avin Junkers Ju 52. (Archivo
Canario Azaola).
La batalla de Guadalajara
ESCUDO DE GUADALAJARA
Escudo de la ciudad de Guadalajara.
l 8 de marzo de 1937 daba comienzo la que ha pasado a la historia de la Guerra Civil Espaola
como batalla de Guadalajara. El Corpo Truppe Volontarie (CTV) italiano, organizado en suelo
espaol poco antes, sera el encargado de realizar la operacin de atacar con todo su potencial
guerrero a la 12. Divisin republicana que entonces guarneca el frente estabilizado al norte de la
provincia de Guadalajara.
El avance sobre la capital de la Alcarria ya estaba previsto en las directivas del general Mola
para la 5. Divisin (Zaragoza), aunque por diversos motivos, este ataque no se pudo lanzar en los
primeros compases del conflicto. Con la ofensiva ejecutada por el CTV a comienzos de 1937, se
estaba intentando, por tercera vez, un envolvimiento de Madrid, esta vez desde el norte, con lo que se
cortaban, adems, las comunicaciones de la zona central republicana con la de Levante. La maniobra
era muy ambiciosa: pretenda cercar a todo el Ejrcito del Centro y provocar, de esta manera, la cada
de la capital de Espaa. Por expresa decisin de Franco, en la ofensiva participara la Divisin de
Soria, al mando del general Moscard, algo que no agrad a los italianos, que pretendan alcanzar
los laureles de la victoria en solitario.
Mandaba el Cuerpo del Ejrcito italiano el general Mario Roatta, un competente militar de
cincuenta aos, cuyo ltimo destino haba sido el de jefe del Servicio de Informacin Militar. Buen
amigo de Galeazzo Ciano, ministro de Asuntos Exteriores y yerno de Mussolini, en septiembre de
1936 haba sido enviado para mandar la Misin Militar Italiana en Espaa, en apoyo de las tropas de
Franco.
Ante la inminente ofensiva italiana sobre Guadalajara, el mando nacional decidi que
participara la Divisin de Soria, a las rdenes del general Moscard. Esta gran unidad dispona, en
marzo de 1937, de dos brigadas y estaba incorporando una tercera, que sera utilizada como refuerzo
de la 1. para cubrir el frente, dando as la posibilidad a la 2. de tomar parte en el ataque.
La 2. Brigada (coronel Marzo) sera convenientemente reforzada y su misin en la ofensiva
sera cubrir el flanco derecho del CTV, un terreno mucho ms difcil para avanzar que el de los
italianos, aunque al no estar motorizada la unidad, no constitua realmente un problema, teniendo en
cuenta que su progresin sera ms lenta que la del CTV. Su avance se producira entre los ros
Henares y Badiel, confluyendo por el oeste en la capital alcarrea. Si la maniobra tena xito, y se
alcanzaba el objetivo previsto de Puebla de Belea, la 1. Brigada avanzara tambin en direccin a
Colmenar Viejo, estrechando el cerco sobre la capital.
El resultado de la batalla segn la versin ms generalizada fue una derrota ignominiosa del
CTV, cuya superioridad de medios y de efectivos no le sirvi para nada, frente a unas tropas
republicanas, menguadas en nmero, reforzadas con voluntarios internacionales entre ellos, los
italianos antifascistas de la Garibaldi, pero mucho ms motivadas pese a su inferioridad de medios.
SECCIN DE CARROS
El suelo embarrado es la prueba de las lluvias que haban cado esos das en la zona de avance del CTV. Este hecho climatolgico,
unido a otros factores, provoc el estancamiento de la operacin y el fracaso de los planes iniciales. (Coleccin autores).
Hay que anotar que el CTV formaba con cuatro divisiones de infantera, dos grupos de banderas
(regimientos) independientes, diez grupos de artillera, cuatro compaas de carros ligeros, dos de
autoametralladoras y motoametralladoras y cuatro bateras antiareas, que sumaban ms de 31.000
hombres. Protegiendo el flanco derecho de los italianos, actuara la 2. brigada de la Divisin de
Soria, reforzada (Brigada Marzo), compuesta por tres agrupaciones de infantera, una agrupacin de
caballera, tres grupos de artillera, tres compaas de zapadores, una compaa de carros ligeros y
dos secciones de ametralladoras antiareas, que disponan en total de unos 8.000 efectivos.
Despus de participar en la preparacin artillera junto a los italianos, dos de las cuatro
agrupaciones de la Brigada Marzo las de Villalba y Pita da Veiga, las ms prximas al CTV,
apoyadas por la compaa de carros de combate, se pusieron en marcha, desbordando Castejn de
Henares y tomando todas las alturas que lo bordeaban.
PROTAGONISTAS
MARIO ROATTA (1887-1968)
Naci en Modena en 1887. Ingres en el Ejrcito italiano y fue nombrado subteniente de Infantera en 1906. Tras su paso por la
Escuela de Guerra, ya con el empleo de capitn, pas a prestar servicios en el Estado Mayor.
Tras la Primera Guerra Mundial fue nombrado agregado militar italiano en Varsovia y despus, en Helsinki. En 1930 ascendi al
empleo de coronel y fue nombrado jefe del Servicio de Informacin Militar.
En estos aos trab amistad con Galeazzo Ciano, ministro de Exteriores y yerno de Mussolini. En septiembre de 1936 fue
destinado para mandar la Misin Militar Italiana en Espaa, en apoyo de las tropas de Franco, tras la sublevacin de ste en julio
de ese ao. En este perodo, y pese a que fue nombrado un sustituto, mantuvo el control efectivo sobre los servicios secretos
italianos. Tras la batalla de Guadalajara fue cesado en el mando del CTV.
En 1939 fue nombrado agregado militar en Berln. Entre los meses de marzo de 1941 y enero de 1942 fue el jefe de Estado
Mayor del Ejrcito y despus mand el 2. Ejrcito en Croacia. A finales de 1943 fue nombrado nuevamente jefe de Estado
Mayor del Ejrcito. El 4 de marzo de 1945, durante su proceso judicial, el general Roatta se evadi con la ayuda de los
carabineros que le custodiaban y de miembros del Servicio de Informacin, recalando en Espaa, donde vivi hasta 1965. En ese
ao volvi a Italia, donde muri tres aos ms tarde.
Las cuatro divisiones eran muy inferiores en efectivos con respecto a las que combatan en el Ejrcito Popular de la Repblica:
as, mientras que la Littorio, la mayor de las cuatro, la formaban 7.689 hombres, la 12. Divisin republicana que defenda el
frente, dispona de 10.739 combatientes.
El grado de motorizacin era, sin lugar a dudas, muy superior al espaol, aunque se trataba de medios de transporte comerciales,
que slo se podan desplazar por carreteras o caminos en buen estado. No eran, en absoluto, vehculos todoterreno y de ah el
colapso de las pocas vas tiles en su avance sobre Guadalajara.
Su artillera, aunque cuantiosa, haba combatido en la Primera Guerra Mundial, era apta slo para el transporte hipomvil y su
estado no era ptimo. Se trataba de un material blando, desgastado y poco fiable, como pudieron comprobar los espaoles meses
despus.
Las prestaciones de las tanquetas italianas Fiat CV-33/35, con sendas ametralladoras de 7 mm como nico armamento, eran
manifiestamente inferiores a las proporcionadas por los carros soviticos T-26 del general Pavlov, con su can de 45 mm y hasta
tres ametralladoras de 7,62 mm.
Los zapadores italianos no disponan de medios especiales de remocin de obstculos y de tendido de puentes y las
transmisiones no se basaban en la radio sino en el telfono, con la dificultad que conllevaba el permanente tendido de lneas.
El apoyo areo que poda proporcionar la Aviacin legionaria, con bombarderos Savoia S.79 y aparatos de cooperacin Romeo
Ro.37, era inadecuado para acompaar al avance rpido de las unidades motorizadas. La inferioridad del caza italiano con relacin
a su adversario era ms que evidente (Fiat CR.32 frente a Polikarpov I-15 e I-16).
OFICIAL DE ARTILLERA
Oficial observando el campo de batalla. (Coleccin J. M. Campesino).
CONDECORACIN
Medalla otorgada a los miembros de la unidad italiana de las Brigadas Internacionales: los Garibaldis. (Coleccin J. M.
Campesino).
TROPA REPUBLICANA
Soldados de la 11. Divisin, de Lster. (Coleccin J. M. Campesino).
GUADALAJARA NO ES ABISINIA
Los planes de Roatta prevean que el ataque lo iniciara la 2. Divisin Fiamme Nere de Camisas
Negras el 8 de marzo, rompiendo el frente republicano y avanzando por la lnea Almadrones,
Hontanares y Alaminos. All, la 3. Divisin Penne Nere de Camisas Negras, transportada en
camiones, efectuara un paso de lneas y continuara la ofensiva por la carretera de Zaragoza haca
Torija y Guadalajara, protegido su flanco derecho por el general Moscard y el izquierdo por la 2.
Divisin, que se situara a caballo de la carretera Almadrones-Brihuega.
PONCHOS ITALIANOS
Varios soldados republicanos en un alto en las operaciones se fotografan con ponchos italianos fruto del botn de guerra. (Va
autores).
El da 8 de marzo amaneci lloviendo y con un viento fro; sin embargo, Roatta decidi no
posponer el ataque. A las 7:00 horas de la maana empez la barrera artillera y a las 7:30 horas se dio
la orden de avanzar a la 2. Divisin. Hacia las 15:00 horas, la columna de la derecha lleg a las
afueras de Almadrones, justo al oeste de la carretera de Zaragoza. El pueblo estaba defendido por
slo 200 hombres y cuatro carros de combate; no obstante, el general Amerigo Coppi, jefe de la
divisin, orden suspender el ataque durante la noche. Cuando los combates cesaron al final del da,
la columna del centro haba alcanzado Hontanares, pero las columnas derecha e izquierda no haban
alcanzado sus objetivos. Se haba producido un avance de entre 6,5 y 13 km, pero el frente no se
haba roto y la 3. Divisin no haba comenzado su avance por la carretera de Zaragoza hacia Torija.
El retraso era importante y a ello se sumaba que las tropas espaolas no haban atacado en el frente
del Jarama. Miaja reaccion rpidamente y orden el envo de refuerzos a la zona, informacin que
lleg a Roatta; ste pidi oficialmente a Franco que las tropas nacionales atacaran al da siguiente
para que las reservas republicanas no acudieran a taponar la ofensiva italiana.
CAONES
Dos piezas de acompaamiento de 65 mm, capturadas por los republicanos en la batalla de Guadalajara. (Coleccin autores).
El 9 de marzo fue exitoso para los italianos. A las 10:00 horas de la maana haban tomado
Almadrones y Cogollor y llegado hasta el km 100 de la carretera general. Roatta era optimista y
orden que la 3. Divisin comenzara su avance a las 13:30 horas. Sin embargo, la operacin no
result sencilla y pronto se produjeron embotellamientos en la carretera. La 3. Divisin no empez a
avanzar hasta ltima hora del da.
Mientras, a primera hora de la tarde, entraron en accin pequeas unidades de vanguardia de la
XI Brigada Internacional republicana en la carretera de Zaragoza, aunque no pudieron detener el
avance de la 3. Divisin italiana.
A las 19:00 horas, la vanguardia de la columna derecha italiana haba avanzado alrededor de 20
km, hasta el km 83 de la carretera de Zaragoza. La columna de la izquierda, reforzada por el 5.
Regimiento del cnsul de Milicias Enrico Francisci, haba avanzado por la carretera AlmadronesBrihuega hasta llegar a unos 4 km al noreste de Brihuega. La situacin de las fuerzas republicanas era
crtica. Sin embargo, al caer la noche, el general Nuovoloni, comandante de la 3. Divisin, orden
que cesaran las operaciones.
CAMIN
Un camin italiano, perteneciente al Corpo Truppe Volontarie, abandonado en la villa de Brihuega.(Va autores).
GENERAL MOSCARD
El general Jos Moscard Ituarte, hroe del Alczar de Toledo, era el jefe de la Divisin de Soria, cuya participacin en la batalla
fue muy meritoria. En la imagen aparece agachado, mirando por los prismticos, en plena ofensiva de Guadalajara. (Biblioteca
Nacional).
La nica fuerza del CTV que avanz durante la noche fue el 5. Regimiento a las rdenes del
cnsul Francisci, que antes del amanecer alcanz el pueblo de Brihuega y lo tom haciendo
prisionera a la guarnicin. Enfrente, el Batalln Garibaldi de la XII Brigada Internacional, de
composicin italiana antifascista, alcanz Torija durante la noche y avanz sobre Brihuega. A
primeras horas de la maana del da 10 de marzo el Garibaldi ocup posiciones en los bosques al
suroeste de Brihuega, al mismo tiempo, otras unidades de la XII Brigada Internacional entraban en
los bosques de Brihuega quedando en Guadalajara como reserva la Primera Brigada de Asalto de
Valentn Gonzlez el Campesino.
Mientras tanto, Miaja acumulaba tropas para la defensa. El da 9 se haban sumado la XII
Brigada Internacional y la Brigada mvil del Campesino. Se formaron tres agrupaciones: una en el
sector de Torija-Trijueque, otra en Brihuega y una tercera que constituira una segunda lnea de
defensa formada por dos brigadas mixtas prximas a llegar y la brigada mvil del Campesino.
El 10 de marzo se orden a la 3. Divisin continuar la ofensiva. Operaba en dos columnas: la
izquierda por la carretera de Brihuega a Torija y la derecha por la carretera de Zaragoza en
direccin tambin a Torija. Mientras, la 2. Divisin llegaba y se agrupaba en Brihuega, pero no
participaba en las acciones del da. El avance de la columna izquierda se vio frenado por los
batallones Garibaldi y Andr Marty de la XII Brigada Internacional. A lo largo de la maana, los
hombres de Francisci, que se haban quedado atrs en Brihuega, cruzaron el puente sobre el ro
Tajua y establecieron una pequea cabeza de puente en la orilla izquierda, pero cometieron el error
de no ocupar las alturas de esa margen, cosa que en ese momento se hubiera podido hacer sin
oposicin. El no hacerlo traera graves consecuencias posteriormente.
AUTOCARRETA ITALIANA
Una Autocarreta OM 19 italiana ha cambiado de propietarios tras la batalla. La prdida de cierto material de guerra del CTV dio a
los republicanos una importante baza propagandstica, de la cual se han sacado conclusiones muchas veces errneas, o, al menos,
algo exageradas.(Coleccin J. M. Campesino).
EL CAMPESINO
El mayor de milicias Valentn Gonzlez, el Campesino, en plena arenga a sus soldados. (Coleccin J. M. Campesino).
CARNS
Carns pertenecientes a milicianos republicanos. Tras la batalla de Guadalajara, en mayo de 1937, se constituy el denominado
Ejrcito Popular de la Repblica, bajo tutela comunista, y desaparecieron as las unidades de milicias. (Coleccin J. M. Campesino).
La 3. Divisin, que haba tratado de avanzar por la carretera de Zaragoza, tuvo un xito mayor,
pues logr tomar el pueblo de Trijueque y avanzar alrededor de 1,5 km ms.
Mientras tanto, Roatta estaba enfurecido porque los espaoles no haban atacado en el sector del
Jarama para fijar las reservas republicanas.
En el bando republicano Miaja cre el IV Cuerpo de Ejrcito al mando del teniente coronel
Jurado. Contaba con las siguientes fuerzas: la Divisin 11. (al mando de Lster), la Divisin 12. (al
mando de Lacalle) y la Divisin 14. (al mando de Mera). Cada divisin contaba con tres brigadas. A
ello se sumaba la brigada 72, un regimiento y un escuadrn de Caballera, cuatro batallones de
Fortificacin y una compaa de Transmisiones. El coronel Lacalle sera sustituido por el italiano
Nannetti, ya que no estaba conforme con que no se le hubiera dado el mando del Cuerpo de Ejrcito.
La ofensiva de Guadalajara haba tocado a su fin, y el general Roatta haba enviado a sus dos
divisiones de reserva a la vanguardia, con lo que se quedaba sin tropas de refresco en caso de
necesidad. La sustitucin de la 2. y 3. divisiones comenz en la noche del 12 al 13 de marzo en
medio de un absoluto desorden. En el momento en que termin se haba abandonado el pueblo de
Trijueque y el 14 de marzo se perda el Palacio Ibarra ante las fuerzas italianas de la XII Brigada
Internacional. Estos fueron los nicos combates importantes entre el 14 y el 17 de marzo.
Las dos divisiones de refresco, la 1. y la Littorio, no sufrieron un gran desgaste por el
combarte entre el 15 y el 17 de marzo; sin embargo, su moral caa de forma alarmante por el
contacto con las tropas que venan a sustituir y por la importante labor de propaganda que realizaron
las tropas enemigas.
Esta campaa republicana de propaganda convenci an ms a Roatta de la necesidad de retirar
al CTV del sector de Guadalajara y utilizarlo en otra zona a fin de evitar una derrota humillante.
El da 18 de marzo se inform a Roatta de que Franco quera verle. Sali de su cuartel general
con destino a Salamanca, dejando al mando al coronel Faldella, su jefe de Estado Mayor. Franco no
consideraba en ningn momento la posibilidad de retirar las tropas italianas del sector e inform a
Roatta de la necesidad de que las tropas continuaran su ataque contra Torija y Guadalajara,
implicando al menos a dos divisiones italianas. Durante la conversacin, Roatta fue informado de que
se estaba produciendo un violento ataque contra el frente italiano.
LA AVIACIN LEGIONARIA
Los primeros aviones militares importados que llegaron a manos del bando de los sublevados procedan de Italia. Estos aparatos
eran nueve trimotores Savoia Marchetti SM.81 que tomaron tierra en el aerdromo de Nador (Melilla) el da 30 de julio de 1936.
Esta expedicin, que haba salido de la isla de Cerdea, estaba formada por doce aviones, pero tres de ellos se perdieron, bien por
cada al mar o bien en accidentes de aterrizaje en territorio argelino. Posteriormente, y por va martima, arribaron a Melilla, el da
14 de agosto, una docena de aviones de caza Fiat CR.32, con sus correspondientes pilotos y equipos de mantenimiento de tierra.
Poco despus, estos doce cazas iniciales seran reforzados por otros nueve aviones que desembarcaron en el puerto gallego de
Vigo y desde all fueron trasladados, por va frrea, al aerdromo de Tablada (Sevilla), donde fueron montados. Algo ms tarde
llegaron otros aviones de reconocimiento y bombardeo ligero Romeo Ro.37, con los que se organizaran dos escuadrillas, a las
que se incorporaron varios aviadores espaoles.
El teniente coronel Ruggero Bonomi, que haba encabezado la primera expedicin de Savoia SM.81, y al que se le concedi el
empleo superior, fue nombrado primer comandante de la Aviacin del Tercio durante los das siguientes, y procedi a organizar las
fuerzas areas que tena a sus rdenes, quedando organizadas en un grupo de bombardeo pesado Savoia SM.81 y una escuadrilla
de caza Fiat CR.32.
Con posterioridad, continuaron llegado nuevos aviones y aviadores italianos y se form la llamada Aviacin legionaria, que
lleg a tener una gran entidad, y que estaba organizada en un regimiento de caza (de tres grupos), dos regimientos de bombardeo
(de dos grupos) y dos grupos autnomos de reconocimiento y bombardeo.
En las Baleares, los italianos contaba con un regimiento de bombardeo veloz, un grupo de bombardeo nocturno y un grupo de
caza.
CONTRAATAQUE REPUBLICANO
Para su contraataque el teniente coronel Jurado dispona de 53 batallones de Infantera, cuatro
escuadrones de Caballera, dos grupos de Asalto, ocho batallones especiales, una brigada de carros
de combate, la artillera de Cuerpo de Ejrcito y parte de la del Ejrcito.
A las 13:30 horas del 18 de marzo los aviones republicanos comenzaron a bombardear las
lneas italianas, concentrando su ataque en Brihuega y sus alrededores. Apenas finalizado el
bombardeo, la agrupacin de ataque al mando del general Pavlov, formada por la XII Brigada
Internacional, la Brigada 70. y mvil de choque, apoyadas por la 14. Divisin en el flanco derecho y
la XI Brigada Internacional por el izquierdo. El resto de la Divisin de Mera atacara la cabeza de
puente del Tajua y Masegoso.
MATERIAL DE ARTILLERA
Muchos caones, como ste que vemos en la imagen, fueron abandonados por los italianos en su repliegue. Otra vez la propaganda
nos ha querido presentar dicho repliegue como una humillante derrota. (Va Jos M. Manrique).
VALENTN GONZLEZ
Valentn Gonzlez mandaba la Primera Brigada de Asalto, que qued en Guadalajara como reserva, en la primera fase de la
ofensiva. (Coleccin J. M. Campesino).
El 6. Grupo de Banderas, al mando del cnsul Mario Pittau (2. Divisin), que ocupaba la
pequea cabeza de puente sobre el ro Tajua, fue cogido totalmente por sorpresa y reaccion muy
lentamente. Ahora iban a pagar el no haber ocupado las cotas altas que rodeaban su cabeza de puente,
desde donde comenzaban a ser hostigadas sus tropas. En su huida hacia Brihuega, los camisas negras
no destruyeron el puente sobre el ro Tajua y las tropas republicanas entraron en el pueblo sin
oposicin alguna.
Mientras tanto, en la carretera Torija-Brihuega el ataque republicano tena como vanguardia al
Batalln Garibaldi apoyado por T-26 rusos al mando del general Pavlov. Frente a ellos estaba el 1.
Grupo de Banderas, al mando del teniente coronel Aristide Frezza, de la 1. Divisin, que constitua el
flanco izquierdo de la lnea del CTV Inmediatamente detrs de este Regimiento estaba la interseccin
de las carreteras Torija-Brihuega y Guadalajara-Zaragoza. Esta interseccin estaba defendida por una
parte del 6. Grupo de Banderas del cnsul Pittau. En el ataque republicano, el teniente coronel Frezza
cay muerto y sus tropas fueron diezmadas por los carros rusos y pronto huyeron en desbandada.
Las tropas a cargo de Pittau tampoco aguantaron el ataque, y la interseccin cay pronto en manos
republicanas.
PROTAGONISTAS
CIPRIANO MERA SANZ (1897-1975)
He aqu uno de los hombres ms honestos de la Guerra Civil, un personaje casi barojiano que, nacido en la barriada popular de
Tetun de las Victorias (Madrid) el 4 de noviembre de 1897, hizo de todo para sobrevivir: arrancar hierba del campo, caza
furtiva, recogida de bellotas, hasta convertirse en albail, profesin que volvera a desempear en su exilio francs y hasta su
muerte, a pesar de haber sido uno de los vencedores del fascismo en campo abierto en la batalla de Guadalajara.
Afiliado a la CNT, Cipriano Mera particip en las luchas sindicales de la Repblica, forjndose pronto una reputacin intachable de
hombre ntegro y combativo dentro del movimiento libertario. Destacado en distintas columnas al principio de la guerra, su fama
de duro y fiable combatiente se consolidara en la defensa de Madrid, en la que particip con acierto hasta ganarse la confianza de
Miaja y Rojo, quienes ms tarde le encomendaran el mando de una divisin, la 14. Su instinto de guerrillero a la antigua usanza
espaola le permiti detectar el error de los italianos de encerrarse en Brihuega sin dominar las alturas, que orden tomar para
batir a su enemigo, colaborando decisivamente al xito de la Repblica en la batalla de Guadalajara. Nombrado jefe del IV
Cuerpo de Ejrcito, su mejor momento le llegara, sin embargo, al final de la guerra, cuando su patriotismo por encima de
cualquier partidismo le llev a tomar partido por el golpe de Casado para evitar as un bao de sangre innecesario como queran
los comunistas prolongando la contienda intilmente. Tras violentos combates en el centro de Madrid, sus fuerzas redujeron a los
chinos y l, en un nuevo acto de honradez, rechaz con cajas destempladas a un funcionario del Banco de Espaa que le ofreca
una maleta con un milln de pesetas para huir de Espaa.
Perseguido durante la posguerra y a punto de ser fusilado, se exil en Francia con su queridsima Teresa, dedicndose a la
albailera el resto de su vida Muri en Saint-Cloud tan slo un mes antes de la muerte de Franco. Muchos aos despus, el
documental Vivir de pie: las guerras de Cipriano Mera al fin le hizo justicia reivindicando su figura para las nuevas generaciones.
El 2. Grupo de Banderas (de la 1. Divisin), al mando del coronel Costantino Salvi, constitua
una primera reserva y ocup posiciones improvisadas de defensa al oeste de Brihuega, incorporando
restos del 1. y 6. Grupo de Banderas en desbandada, hizo todo lo posible, pero a media tarde
Brihuega estaba ocupada por las tropas republicanas. El ala izquierda italiana estaba rota. Ms al
oeste, el 3. Grupo de Banderas, al mando del coronel Mario Mazza haba resistido el inicial ataque
de la 70. Brigada republicana.
La Divisin Littorio tambin fue atacada a lo largo de la carretera de Zaragoza. El general
Bergonzoli rechaz el primer ataque y a media tarde contraatac con mucho apoyo artillero y abri
un hueco entre la XI Brigada Internacional y la 2. Brigada espaola. Esta maniobra amenazaba la
carretera de Brihuega a Torija, pero Lster consigui rechazar el contraataque con el apoyo de dos
batallones de carros rusos y dos batallones de infantera llegados desde la retaguardia.
FIAT CV.33
ste fue el nico medio acorazado que aportaron los italianos a la Guerra Civil Espaola. Se trataba de un carro ligero mal armado
y peor blindado, cuyo nico mrito era su velocidad. Se conserva en el Acuartelamiento de El Goloso (Madrid). (Autores).
Al caer la tarde, los italianos mantenan sus posiciones al otro lado de la carretera de Zaragoza
hasta el km 5 de la carretera de Brihuega a Miralro; sin embargo, el flanco izquierdo estaba muy
daado, los grupos de banderas 1. y 6. haban cado y solamente el 2. Grupo de Salvi aguantaba. Se
le orden atrincherarse y contactar con Pittau a la izquierda y con Mazza a la derecha, pero era
imposible porque ambos comenzaban a retirarse ante la presin republicana.
TRIJUEQUE
Hasta aqu llegaron los italianos en su avance sobre Guadalajara. El 17 de marzo, los italianos se retiraron precipitadamente de este
lugar. (Autores).
A lo largo de la tarde, el general Edmundo Rossi al mando de la 1. Divisin no hizo nada por
reagrupar sus tropas para un contraataque o bien para coordinar la defensa. A las 19:15 horas llam
al Cuartel General del CTV para comunicar que sus tropas estaban en retirada y que l mismo se
retiraba a una mejor posicin. Con la retirada de la 1. Divisin, el flanco izquierdo de la Divisin
Littorio quedaba totalmente expuesto y en peligro de ser rodeado. Ante esto, el coronel Faldella
inform al general Bergonzoli, que decidi ordenar la retirada a la Littorio.
La situacin era difcil, pero no justificaba el abandono precipitado del sector. Las tropas de
Pittau haban perdido su cabeza de puente en el Tajua y la interseccin al oeste de Brihuega, y el
pueblo estaba en manos republicanas; sin embargo, el 2. Grupo de Banderas del coronel Salvi, al
que se haban unido tropas en retirada de las unidades de Frezza y de Pittau, segua intacto y bien
armado. El 3. Grupo de Banderas del coronel Mazza se retiraba en orden y, adems, el ataque
republicano se haba detenido. Rossi se precipit en ordenar la retirada, pues el sector no se estaba
derrumbando como l mismo lleg a comunicar al Cuartel General del CTV.
PROPAGANDA
Varios de los captores de este carro ligero italiano se fotografiaron sobre l. La propaganda jug una baza fundamental en esta
batalla. (Coleccin J. M. Campesino).
El 18 de marzo por la tarde las tropas republicanas rompieron todo contacto con los italianos en
retirada y durante esta retirada no atacaron a los italianos en ningn momento.
El da 19, Roatta estaba muy preocupado y pidi a Franco que sustituyera sus tropas por
espaoles; aduca que el CTV era una tropa de choque destinada a operaciones ofensivas y no
defensivas. Franco no mostr ninguna intencin de actuar con rapidez.
Los republicanos no volvieron a atacar hasta el 20 de marzo, da en el que una columna de
carros de combate T-26 trat de avanzar por la carretera de Zaragoza, pero dos fueron destruidos por
la artillera italiana. El 21 se rechaz otro ataque republicano. Ambas acciones elevaron la moral de
las decadas tropas italianas que vieron que podan rechazar ataques de fuerzas importantes. Sin
embargo, Roatta insista en sustituir a sus tropas. Finalmente Franco acept empezar las sustitucin a
partir del da 23 de marzo. Es en ese momento cuando hay que dar por concluida definitivamente la
llamada batalla de Guadalajara.
ABANDONO DE BRIHUEGA
Un camin de transporte italiano, perteneciente al 724 Batalln Inflessibile, yace abandonado en el centro de Brihuega. (Va
autores).
precisin en las bajas italianas, pero las cifras se mueven en las siguientes horquillas, 415-616 muertos, 1.832-2.120 heridos y
496-585 entre prisioneros y desaparecidos.
Aunque no hay cifras oficiales de las bajas republicanas ni se han encontrado documentos que permitan hacer un clculo
exhaustivo de las mismas, existe acuerdo entre los historiadores en admitir en torno a los 2.000 muertos y el doble de heridos y
desaparecidos, aunque quizs, al igual que las italianas, haya que revisarlas a la baja.
Como es obvio, con los datos expuestos, sera una exageracin hablar de una inapelable victoria republicana y una vergonzante
derrota italiana, por mucho que la propaganda haya incidido en este extremo.
El resultado de la batalla fue, sin duda, el fracaso de la ofensiva nacional en el frente de Guadalajara, pues no se alcanzaron los
objetivos previstos, aunque dicho fracaso no fue explotado militarmente por las fuerzas republicanas, que slo llegaron a
recuperar dos pueblos importantes: Brihuega y Trijueque. Se mostraron tambin con claridad las carencias estructurales del CTV,
tomando el Cuartel General del Generalsimo las medidas oportunas para su reorganizacin y su dependencia orgnica de Franco.
Tambin para los propios italianos supuso una cierta cura de humildad, que sobrellevaron con muy buen talante, depurando su
organizacin, despidiendo a muchos de sus componentes y redimensionando la unidad, la cual, a partir de entonces, ganara en
eficacia.
Las burlas, menosprecios y caricaturas que desde ambos bandos se emplearon para descalificar sarcsticamente a los combatientes
italianos del Corpo Truppe Volontarie no dejan de ser mera e interesada propaganda de guerra, algo que, analizado con la
objetividad que permite el tiempo transcurrido desde entonces y visto desde un punto de vista meramente histrico, debemos
rechazar enrgicamente.
BRIHUEGA
Las dos nicas villas conquistadas en la contraofensiva republicana fueron Brihuega y Trijueque, una muy pobre explotacin del
xito obtenido al paralizar el ataque italiano. (Coleccin J. M. Campesino)
ESCUDO DE BILBAO
Escudo de la ciudad de Bilbao.
ntes de centrarnos en el estudio de estas fechas cruciales del mes de junio de 1937, debemos
realizar una visin retrospectiva de las operaciones militares realizadas por ambos bandos en
el frente del Norte. En principio, toda la franja cantbrica, incluyendo las provincias de Asturias,
Santander, Vizcaya y Guipzcoa, permaneci fiel al Gobierno de Madrid, con alguna excepcin,
como las guarniciones de Oviedo, Gijn y San Sebastin, que se sumaron al golpe de Estado, aunque
las dos ltimas mencionadas fueron pronto dominadas por las fuerzas leales.
LAS PRIMERAS OPERACIONES MILITARES EN EL NORTE
Las fuerzas militares gubernamentales de Bilbao intentaron dirigirse hacia Vitoria, pero fueron
bruscamente detenidas en Ochandiano por un certero e inesperado bombardeo de la aviacin de los
sublevados. Fueron, pues, las tropas nacionales, procedentes de lava y Navarra, las que se lanzaron
a la conquista de Guipzcoa, logrando en septiembre de 1936 la toma de Irn y San Sebastin y el
dominio de toda la provincia. As pues, en el Pas Vasco slo permaneci bajo el control del
Gobierno de Madrid la provincia de Vizcaya y durante el mes de octubre de 1936 se concedi la
autonoma poltica al Pas Vasco, bajo el nombre de Euskadi, autonoma que solamente alcanz a la
mencionada provincia, ya que las otras dos estaban bajo el control de los sublevados, como hemos
visto.
Tambin en octubre, concretamente el da 17, las tropas gallegas y otras expedicionarias
procedentes del Marruecos espaol consiguieron romper el cerco de la guarnicin de Oviedo, que se
mantuvo durante todo un ao, a pesar de las fuertes embestidas de los gubernamentales que intentaban
cortar el pasillo creado en diferentes ocasiones y por varios lugares.
MANDOS
Varios mandos del Ejrcito del Norte entre los que destaca el entonces coronel estampillado Garca Valio (a la derecha de la
imagen), en el curso de las operaciones sobre Bilbao. (Archivo Canario Azaola).
Fue a finales del noviembre de 1936 cuando el recin creado Cuerpo de Ejrcito de Euskadi,
reforzado con tropas provenientes de Asturias y Santander, y apoyado por toda la aviacin destacada
en el norte y buena masa de artillera, lanz una ambiciosa ofensiva sobre Vitoria que, incluso, tena
la pretensin de llegar hasta Miranda de Ebro.
Esta accin fue cortada en seco por la fuerte resistencia encontrada ante la guarnicin de
Villareal de lava y los resultados obtenidos tuvieron nulo valor para el llamado Ejrcito Vasco, que
nominalmente pretenda dirigir el lehendakari Jos Antonio Aguirre, que a su vez era consejero de
Defensa del Gobierno autnomo.
En el mes de febrero de 1937 los esfuerzos del Ejrcito del Norte, dirigido por el general
Francisco Llano de la Encomienda, se centraron en la liquidacin de la guarnicin de Oviedo, que
remita tenazmente el empuje republicano desde el comienzo de las hostilidades, bajo la direccin del
general Antonio Aranda Mata. Tambin el esfuerzo result baldo y los defensores del Escamplero
lograron mantener el pasillo que una Galicia con la capital ovetense, rodeada de enemigos.
OBSERVANDO AL ENEMIGO
Los artilleros del Ejrcito nacional hicieron una intenssima preparacin de fuego antes de lanzarse al asalto de las trincheras y
fortificaciones que comprendan el denominado Cinturn de Hierro de Bilbao. (Archivo Canario Azaola).
LARRABEZA
Fue uno de los puntos por donde los nacionales rompieron el Cinturn de Hierro. Todava hoy se conservan los viejos letreros que
sealan la entrada del pueblo. (Autores).
PROTAGONISTAS
JOS ANTONIO AGUIRRE LECUBE (1904-1960)
Naci en Bilbao el 6 de marzo de 1904. Perteneca a una importante familia vizcana que pronto implantara en su industria
chocolatera avanzadas mejoras sociales. Curs sus primeros estudios en los Jesuitas de Ordua y los continu en la Facultad de
Derecho de la Universidad de Deusto y se estableci como abogado en 1929. Formado en un ambiente catlico y social que
caracterizaba a su hogar y a la empresa familiar, se inici en la vida pblica como presidente de las Juventudes Catlicas de
Vizcaya y luego como miembro del Consejo Supremo de la Accin Catlica Espaola.
En 1931 fue elegido concejal y alcalde de Getxo (Vizcaya) y el 28 de junio, despus de proclamarse la Segunda Repblica,
result elegido diputado a las Cortes constituyentes, simultneamente por Vizcaya (PNV) y por Navarra (conjuncin catlicofuerista). En las Cortes fue secretario de la minora Vasco-Navarra. En sus intervenciones del perodo constituyente defendi la
libertad de enseanza y se opuso a la Ley de Congregaciones, que implicaba la disolucin de los Jesuitas. En calidad de alcalde
de Getxo presidi la comisin de alcaldes en pro de la aprobacin de estatutos de autonoma como frmula jurdica de integracin
del Estado espaol. Desde 1931, su personalidad fue la ms destacada del PNV. En noviembre de 1932 nuevamente fue elegido
diputado a Cortes por Vizcaya y en las ltimas elecciones de la Repblica, de febrero de 1936, result elegido diputado por
tercera vez. Ya durante la Guerra Civil, el da 1 de octubre de 1936, las Cortes aprobaron el Estatuto de Autonoma del Pas
Vasco y el da 7 los alcaldes vascos, reunidos en Guernica, lo eligieron presidente lehendakari del Gobierno autnomo. Al
frente del mismo reforz la unin poltica con sus aliados de izquierdas, restableci el orden pblico, mantuvo el culto en su
jurisdiccin y organiz las milicias vascas (gudaris). En la ltima fase de la lucha en Vizcaya tom personalmente el mando de las
tropas vascas y tras la cada de Bilbao, el 19 de junio de 1937, se traslad a Pars y el mes de agosto se instal en Barcelona. En
enero de 1939 se exilio a Francia y luego a Blgica con sus colaboradores. La Segunda Guerra Mundial le sorprendi en Blgica,
donde una hermana suya falleci a consecuencia de un bombardeo alemn. Perseguido por la Gestapo, se ocult nada menos que
en Berln. Las ms dramticas vicisitudes por las que atraves para trasladarse a Estados Unidos fueron relatadas en su libro De
Guernica a Nueva York pasando por Berln.
En 1941 ocup el puesto de profesor de Historia Contempornea de Espaa en la Universidad de Columbia, en Nueva York. En
1945, antes de terminar la Segunda Guerra Mundial, regres a la capital francesa, donde continu como presidente del Gobierno
autnomo vasco en el exilio, hasta su fallecimiento el 22 de marzo de 1960. Sus restos fueron trasladados al cementerio de San
Juan de Luz.
LA CAMPAA DE VIZCAYA
El 31 de marzo de 1937, las Brigadas de Navarra, bajo el mando supremo del general jefe del
Ejrcito del Norte, Emilio Mola, con el apoyo areo de la Legin Cndor, parte de la Aviacin
legionaria italiana y la espaola de la Regin Area del Norte, iniciaron la campaa de Vizcaya, con
el fin de liquidar de forma definitiva y de manera escalonada, la franja cntabra bajo el control del
Gobierno de Valencia.
El Cuerpo de Ejrcito Vasco, bajo el mando de Aguirre, asesorado por su Estado Mayor
(Montaud y Arambarri) y algunos consejeros militares extranjeros, tales como Jauregy y Goriev,
intent ofrecer una fuerte resistencia, pero la escasez de aviacin propia y la enorme superioridad de
la enemiga, amn de la artillera, hizo que el empuje de las Brigadas de Navarra, pese a que el avance
no fue tan rpido como se esperaba, rompiese la lnea inicial del frente y se alcanzasen los objetivos
previstos en la primera fase. A ello debemos aadir los enormes golpes morales que se infligi a la
poblacin civil con los bombardeos areos de las villas de Durango, Elorrio y Guernica, adems de
objetivos militares ubicados en el casco urbano de Bilbao, como las fbricas y el mismo aerdromo
de Lamiaco, situado en Las Arenas.
LA IDEA DEL CINTURN DE HIERRO
En octubre de 1936, el Euzko Gudarostea, el Ejrcito vasco dirigido por el recin formado
Gobierno autnomo presidido por el nacionalista Jos Antonio Aguirre y formado por batallones de
distinta filiacin poltica de partidos fieles a la Repblica, se mantena ante las tropas de Mola tan
slo en Vizcaya, la zona oeste de Guipzcoa y parte del noroeste de lava. Entre las primeras
decisiones tomadas por el Gobierno autnomo en asuntos de defensa, figur una que se refera a la
creacin, dentro del Departamento de Defensa, de la llamada Seccin de Fortificaciones. A su mando,
vista la enorme importancia que dicha seccin habra de alcanzar, se puso a uno de los hombres de
confianza del lehendakari Aguirre, el teniente coronel de Ingenieros Alberto Montaud Noguerol,
quien tambin era jefe del Estado Mayor del Ejrcito de Euskadi. Para tratar de defender el territorio
vizcano y evitar que cayese en manos de los sublevados, el Gobierno vasco comenz las obras de
construccin de un conjunto de fortificaciones que, pomposamente, se denominaron Cinturn de
Hierro o Cinturn de la muerte.
FORTIFICACIN
Aunque no era lo ms habitual, muchas de las fortificaciones del cinturn eran fuertes defensas de hormign, con nervios y
aspilleras para tiradores situados en dos alturas diferentes, como la mostrada en la fotografa. Ni siquiera estas posiciones
resistieron el embate del Ejrcito nacional en su ofensiva final sobre la capital vizcana. En la imagen, uno de los muros fortificados
que defendan la carretera a Durango. (Archivo Canario Azaola).
LAUBURU
Smbolo empleado con profusin por los nacionalistas vascos. (Coleccin J. M. Campesino).
Para la cpula dirigente del Partido Nacionalista Vasco, y a juicio de los principales mandos
militares vascos, la lnea defensiva a construir habra de proteger los centros neurlgicos de Vizcaya,
adems de cortar el paso del enemigo hacia la capital. El puerto bilbano, el aerdromo de Sondica,
las industrias situadas a ambos mrgenes de la ra y los embalses de Zollo constituan un conjunto de
lugares clave que bajo ningn concepto habra de permitirse que fueran atacados.
ARTILLERO ALEMN
Un alemn del Grupo antiareo de la Legin Cndor posa con un proyectil en cuya ojiva ha colocado una inscripcin que nos sirve
para fechar la fotografa el 12 de junio de 1937. (Archivo Galland Books).
MURO ASPILLERADO
Restos, muy bien conservados, de un muro aspillerado del Cinturn de Hierro, en el sector de Larrabeza. (Autores).
GUDARI
Representacin artstica de un soldado del Ejrcito de Euskadi. En su brazo izquierdo luce la ikurria, bandera oficial del Pas
Vasco, y con l sostiene un fusil Mauser de 7,92 mm, en el que introduce un peine de municin. (Ilustracin de Manuel V. Tamariz
Senz).
1. Divisin (mayor Ricardo Gmez Garca) 14. Brigada Mixta vasca, 17. Brigada Mixta vasca, 2. Brigada Mixta asturiana (11
Batallones)
2. Divisin (coronel Joaqun Vidal Munrriz) 6. Brigada Mixta vasca, 15. Brigada Mixta vasca, 1. Brigada Mixta asturiana, 3.
Brigada Mixta asturiana (14 batallones)
3. Divisin (teniente coronel Juan Ibarrola Orueta) 3. Brigada Mixta vasca, 7. Brigada Mixta vasca, 10. Brigada Mixta vasca,
11. Brigada Mixta vasca (14 batallones)
4. Divisin (coronel Daniel Irezbal Goti) 1. Brigada Mixta vasca, 5. Brigada Mixta vasca, 8. Brigada Mixta vasca (10
batallones)
5. Divisin (mayor Pablo Beldarran Olalde) 9. Brigada Mixta vasca, 13. Brigada Mixta vasca, 16. Brigada Mixta vasca, 1.
Brigada Mixta santanderina (15 batallones)
Reserva General
6. Brigada Mixta vasca, 12. Brigada Mixta vasca, 4. Brigada Mixta asturiana (10 batallones)
EMBLEMA DE SOLAPA
Representa al eusko gudari, o soldado vasco, enarbolando una ikurria, la bandera oficial del Pas Vasco. (Coleccin J. M.
Campesino).
CAMIN BLINDADO
Varios requets posan delante de un camin blindado improvisado recin capturado. (Archivo Canario Azaola).
Su sucesor en el cargo fue otro antiguo capitn de Ingenieros del Ejrcito, nacido en Elorrio y
afiliado al Partido Nacionalista Vasco. Se llamaba Alejandro Goicoechea Omar, que se encarg de la
direccin de la obra, en cuya construccin participaron trece arquitectos, doce ingenieros
industriales, dos ingenieros de minas, un ingeniero agrnomo, tres aparejadores y diecisis
contratistas de obras. Se emplearon inicialmente en esta magna obra 10.998 obreros. Los primeros
lugares en los que se iniciaron las obras de fortificacin fueron los sectores de Artebacarra,
Cirvana, Urdliz, Miravalles, Sodupe, Lauquniz y Lujua, es decir, los lugares ms cercanos a
Bilbao. Cuando el capitn Goicoechea se hizo cargo de la direccin del proyecto, el nmero de
trabajadores ascendi hasta los 13.289, aunque esto no dur mucho tiempo, ya que, a finales de 1936,
las obras las ejecutaban tan slo 2.500 obreros. Ya entrados en el ao 1937, la cifra de trabajadores
ascendera hasta los 8.500.
MONUMENTO AL REQUET
En lo alto del monte Gaztelu, lugar por donde se rompi el frente y se transpas el Cinturn de Hierro, se erigi un monumento a los
requets de las brigadas navarras que tomaron parte en el asalto. Hoy da se conserva en el estado que muestra la imagen derecha,
tras un atentado con artefacto explosivo que le dej huellas en su parte inferior izquierda y alguna pintada de organizaciones afines
al terrorismo. (Va autores).
PANORMICA
Vista desde lo alto del monte Gaztelu, lugar tomado por los requets navarros.(Autores).
El presupuesto de las obras, que tena un permetro total de 80 km, alcanz los 50 millones de
pesetas. El Cinturn de Hierro consista en 180 complejos de bnkeres de hormign armado, de hasta
70 cm de espesor, con bateras de artillera y otras armas colectivas, como ametralladoras y
morteros; sin embargo, tambin haba partes de este permetro defensivo que estaban constituidas por
pequeas trincheras, poco profundas, y pozos de tirador de escaso valor a la hora de ofrecer una
resistencia eficaz.
No obstante, pese a la enorme importancia estratgica y humana de las obras de fortificacin,
stas se desarrollaron de manera intermitente. Es ms; segn algunos testimonios de primera mano,
parece que slo se lleg a fortificar de forma realmente efectiva el 28 % de las defensas, y hay que
sealar que el permetro no se termin jams. An as, la idea que sostena al Cinturn de Hierro
ejerci una influencia psicolgica que podramos considerar casi mgica en la moral de la poblacin
civil y de los gudaris vascos. Tanto fue as, que muchas personas creyeron que Bilbao era
verdaderamente inexpugnable. Lo que no era cierto.
CAN
Una pieza alemana de 88 mm haciendo fuego contra fortificaciones de los alrededores de Bilbao. (Archivo Galland Books).
PROTAGONISTAS
MARIANO GAMIR ULIBARRI (1877-1962)
Mariano Gamir Ulibarri naci el 6 de octubre de 1877. Ingres en la Academia de Infantera de Toledo, que posteriormente dirigi
en agosto de 1893. Ascendi a general de brigada de Infantera el 5 de diciembre de 1933. Al producirse la sublevacin militar el
17 de julio de 1936, que desencaden la Guerra Civil Espaola, el general Gamir Ulibarri era jefe de la 5. Brigada de Infantera
de la 3. Divisin Orgnica, con cuartel general en Valencia, y al frente de la misma colabor en el aplastamiento de la
sublevacin y en la detencin de los mandos sublevados en la capital levantina. Despus dirigi operaciones en la zona del ro
Alfambra (Teruel).
El 29 de mayo de 1937 fue destinado al norte; se traslad por va area a Santander y desde all a Bilbao, donde asumi el
mando del Cuerpo de Ejrcito de Euskadi; fue recibido de buen grado por el lehendakari Aguirre. Gamir, que organiz sus fuerzas
como Ejrcito de Euskadi con seis divisiones, recibi la embestida de las fuerzas sublevadas sobre el Cinturn de Hierro que
rodeaba la capital vizcana. La ofensiva nacional, desencadenada el 11 de junio, que se realiz por la zona ms dbil del cinturn,
consigui los objetivos previstos y el 21 de ese mes Bilbao era conquistada por las tropas de Franco.
Gamir se retir a Santander y all presidi la Junta Delegada del Gobierno en el norte, constituida el 6 de agosto de 1937, y que
integraba a los gobiernos de Euskadi, Asturias y Santander y fue la encargada de cordinar la defensa del norte frente a la ofensiva
franquista, tras la retirada de las tropas republicanas de Vizcaya. As, estuvo al mando del Ejrcito del Norte durante la batalla de
Santander, desarrollada desde el 14 de agosto al 1 de septiembre de 1937. El general Gamir evacu Santander, por va martima,
trasladndose a Francia, y desde all pas a la zona gubernamental.
Por dicho motivo, el ministro de Defensa lo apart de facto de la direccin de nuevas unidades militares operativas y lo envi a un
destino burocrtico, precisamente a la Inspeccin de Enseanza Militar. Ms tarde, en Catalua, actu como integrante del grupo
de militares espaoles que organiz la retirada de las Brigadas Internacionales, a finales del mes de octubre de 1938. Al final de
la guerra huy a Francia, donde residi hasta 1955, ao en que regres a Espaa por no tener ya pendientes responsabilidades ante
la Justicia militar. Mariano Gamir Ulibarri muri en 1962 en Valparaso de Abajo, provincia de Cuenca, donde su cuerpo reposa en
la actualidad.
ELEMENTOS FORTIFICADOS
Varias casamatas pertenecientes al Cinturn de Hierro, instaladas en la zona de Larrabeza y en los alrededores de El Gallo. Como
se puede apreciar, aunque el hormign era un elemento importante, algunas de las defensas empleaban otros materiales como la
madera, los sacos terreros, etc. (Archivo L. M. Gil).
EMBLEMA
Perteneca a las fuerzas de Intendencia del Ejrcito de Euskadi. (Coleccin J. M. Campesino).
COMANDANTE NACIONAL
Un jefe de las Brigadas de Navarra observa el terreno por el que, poco despus, sus unidades avanzaran para cerrar el cerco sobre
Bilbao. (Archivo J. M. Campesino).
Ordua.
PROTAGONISTAS
JUAN BAUTISTA SNCHEZ (1893-1957)
Juan Bautista Snchez Gonzlez naci el 12 de octubre de 1893 e ingres a los 18 aos de edad en la Academia de Infantera de
Toledo. Ocup su primer destino en el Protectorado Espaol de Marruecos, donde obtuvo diversos ascensos por mritos de
guerra. Particip en el desembarco de Alhucemas en 1925. Fue uno de los militares ms implicados en la preparacin del
alzamiento nacional, sublevndose el 17 de julio de 1936 en la Delegacin de Asuntos Indgenas de Melilla. Particip en las
principales batallas de la Guerra Civil espaola, como Madrid, Brunete, Vizcaya, Asturias, Teruel, etc. Con el empleo de coronel
se le dio el mando la 5. Brigada de Navarra, la primera en entrar en Bilbao el 19 de junio de 1937, y al frente de la cual se
distingui notablemente en las operaciones de ruptura del Cinturn de Hierro.
Fue ascendido a general de brigada en 1938 y al mando de la 5. Divisin de Navarra actu en la campaa de Catalua. Ocup
Tarragona, Badalona, Masnou, Matar, Sabadell, Barcelona, etc., y lleg hasta la frontera francesa. El 26 de enero de 1939, tras
la liberacin de la ciudad de Barcelona, en una famosa alocucin, radiada a las 19:00 horas, se dirigi a la poblacin en los
siguientes trminos: Os dir en primer lugar a los barceloneses, a los catalanes, que os agradezco con toda el alma el
recibimiento entusistico que habis hecho a nuestras Fuerzas Armadas. Tambin digo al resto de espaoles que era un gran
error eso de que Catalua era separatista, de que era antiespaola Debo decir que nos han hecho el recibimiento ms
entusiasta que yo he visto! Y cuidado que he tenido el honor y la gloria, a pesar de ser un soldado desconocido, que no otra
cosa que un soldado desconocido soy yo, un soldado del Caudillo, el ltimo soldado del Cuerpo de Navarra, de asistir a actos
semejantes!
He asistido a la conquista de las cuatro provincias del norte; he paseado la bandera nacional y el escudo de Navarra por
Aragn, por Castelln, por todas partes, y en ningn sitio, os digo, en ningn sitio nos han recibido con el entusiasmo y la
cordialidad que en Barcelona.
El 14 de octubre de 1949 fue nombrado capitn general de Catalua, cargo que ocup hasta el momento de su fallecimiento en
extraas circunstancias. Se ha buscado relacionar esta muerte con su condicin de conspirador en favor del conde de Barcelona,
don Juan de Borbn, el sucesor de Alfonso XIII a los derechos monrquicos. Al parecer Juan Bautista Snchez propugnaba el
retiro del general Franco y la restauracin de la monarqua. Los conspiradores convinieron en que los proyectos del ministro
secretario general del Movimiento, Arrese, resultaban muy peligrosos para la restauracin y convena llevar a cabo una maniobra
similar a la del general Miguel Primo de Rivera, cuando ste se pronunci en Barcelona, en 1923.
Hay escasos testimonios sobre las extraas circunstancias de su fallecimiento. Se afirma que sufri un ataque al corazn, con el
telfono en las manos, cuando acababa de recibir la orden del ministro del Ejrcito, el general Agustn Muoz Grandes, para que
dejase el cargo y despus de haber discutido agriamente con ste y de anunciarle que, por el momento, no tena intencin de
hacerlo, y que se marchaba de maniobras militares al Pirineo.
Estas unidades citadas estaran apoyadas por una importante masa de artillera, compuesta por
un total de 144 piezas de diversos calibres y toda la aviacin disponible en esos momentos, agrupada
en la Legin Cndor alemana, la Aviacin legionaria italiana y la espaola, con un total aproximado
de 110 aviones de todos los tipos y modelos.
Los nicos combates areos se produjeron antes del inicio de la ofensiva, durante los das 4 y 5
de junio, casi sobre la base avanzada de los Chatos, el aerdromo de Somorrostro, en cuyo campo
fueron destruidos al menos cinco de los cazas gubernamentales por certeros ametrallamientos y
bombardeos de la Aviacin legionaria, lo que priv de apoyo areo a los defensores vascos durante
la ofensiva sobre el cinturn.
El da 29 de mayo se hizo cargo del Cuerpo de Ejrcito de Euskadi el general vasco Mariano
Gamir Ulibarri. Esta gran unidad contaba con cinco divisiones, con un total de 92 batallones. Sin
embargo, las divisiones 3. y 4. no llegaron a efectuar el repliegue al interior del cinturn y
continuaron defendiendo el frente de Ordua. Gamir se vio obligado a crear una nueva divisin,
llamada de Enlace, que se situ en el sector de Valmaseda
El ataque al cinturn tuvo que retrasarse, principalmente por la muerte en accidente areo del
general Mola, ocurrida el da 3 de junio, y por la ofensiva gubernamental sobre la Granja (Segovia),
lanzada el da 30 de mayo.
No fue hasta da 11 de junio que el nuevo general jefe del Ejrcito del Norte nacional, Fidel
Dvila, orden el desencadenamiento del ataque. Tras cuatro preparaciones artilleras sucesivas,
efectuadas por 18, 12, 7 y 7 bateras, respectivamente, con un total de 144 piezas, adems de un fuerte
apoyo areo de la aviacin de bombardeo, la 1. Brigada rompi las lneas de Urcullu.
En la madrugada del 12 la unidad fue fuertemente contraatacada, por lo que hubo de recurrirse
de nuevo a una preparacin artillera de cinco horas de duracin y a un fuerte bombardeo areo, en el
que se arrojaron cien toneladas de bombas a los defensores del cinturn. A medioda, tropas de la
5. Brigada de Navarra, consiguieron abrir una brecha en las fortificaciones vascas y por ella
penetraban las unidades de la 1., 5. y 6. brigadas. La 5. se adentr a una profundidad de 3 km,
mientras que las otras unidades avanzaban por la retaguardia del cinturn, paralelas al mismo,
ensanchando la brecha en otros 5 km.
CONSTRUCCIONES DE HORMIGN
Varias imgenes de bnkeres y lneas fortificadas del Cinturn de Hierro, tras su conquista por los nacionales en su avance sobre
Bilbao. (Archivo Canario Azaola).
DISTINTIVO
Emblema que distingua a los combatientes del batalln Amuategui, unidad compuesta mayoritariamente por socialistas y
comunistas de ibar. (Coleccin J. M. Campesino).
CORONEL RADA
El entonces inspector de requets acudi al entierro del jefe del Ejrcito del Norte, Emilio Mola. (Archivo Canario Azaola).
RESTOS EN GALDCANO
An se conservan varios restos del Cinturn de Hierro en la ciudad de Galdcano, pese a que la maleza oculta una buena parte del
muro aspillerado. (Archivo L. M. Gil).
ARTILLERA NACIONAL
Aunque la mayor parte de la artillera nacional que atac el Cinturn de Hierro era de procedencia italiana o francesa en servicio
en el Ejrcito espaol de la poca, algunas de las piezas que se emplearon eran ya venerables obuses de bronce procedentes del
siglo anterior, como el mostrado en la imagen. (Archivo Canario Azaola).
PROTAGONISTAS
ALEJANDRO GOICOECHEA OMAR (1895-1984)
Alejandro Goicoechea Omar naci en Elorrio (Vizcaya) en 1895, hijo del farmacutico de la localidad. Tras cursar bachillerato en
el colegio de los padres jesuitas de Ordua, ingres en la Academia de Ingenieros del Ejrcito, en Guadalajara. Al terminar sus
estudios, y ya con el empleo de teniente, fue destinado al Regimiento de Ferrocarriles de Madrid. Entonces ya estaba fascinado
por los trenes, que haba conocido bien, desde su adolescencia, en los Ferrocarriles Vascongados. Esta atraccin hizo que a los 25
aos, y tras servir en Marruecos como capitn, en 1921 se retirase de la vida castrense y comenzara a prestar servicios en la
Compaa del Ferrocarril Bilbao-La Robla, dedicada al transporte de mineral, y donde ocup la jefatura de materiales de traccin
hasta 1936. Durante ese tiempo aplic nuevas tcnicas de soldadura utilizadas en Blgica y Alemania para la construccin de
puentes y acorazados, con el fin de proveer a los trenes de la empresa de unos vagones ms ligeros, rpidos y resistentes. All
desarroll las ideas que luego le convertiran en uno de los ms conocidos inventores espaoles. l fue el creador del tren
articulado ligero que lleva su nombre (TALGO o Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol).
La Guerra Civil Espaola interrumpi sus trabajos y Goicoechea fue incorporado al Cuerpo de Ejrcito de Euskadi como capitn de
Ingenieros, encargado de dirigir las obras de fortificacin de Bilbao. En febrero de 1937 se pas al bando nacional con los planos
del llamado Cinturn de Hierro, y proporcion una valiosa informacin, que contribuy a la posterior cada de la capital vizcana
en manos de los alzados.
El capitn Goicoechea present sus teoras en el Congreso de Ciencias de Santander de 1938 y, en 1939, con el apoyo del mando
militar, recuper sus viejas ideas sobre el tren que haba ideado. En 1941 un prototipo de convoy, con estructura de aluminio y
compuesto por locomotora y slo un chasis, fue puesto en prctica en la lnea Madrid-Legans.
En la capital, Goicoechea sigui desarrollando sus investigaciones, con la ayuda financiera de Jos Luis Oriol, patriarca de la
familia Oriol y Urquijo, con quien fund en 1942 la compaa Patentes Talgo, S.A. Poco despus, se desvincul totalmente de la
empresa, antes, incluso, de la inauguracin oficial de la primera unidad del TALGO. Un segundo modelo, llamado TALGO-II,
fue producido en Nueva York (EE. UU) en 1949, bajo la direccin de ingenieros espaoles, y al ao siguiente, el 14 de julio de
1950, ya funcionaba para RENFE en la lnea Madrid-Valladolid. El TALGO fue presentado como el ms alto exponente de la
tecnologa espaola y constituy todo un acontecimiento nacional e internacional. A principios de la dcada de los setenta,
Goicoechea proyect un vanguardista tren vertebrado, que desgraciadamente no tuvo aplicacin comercial. En la dcada
siguiente aparecieron los llamados TALGOS pendulares, trenes ms confortables y capaces de incrementar la velocidad en las
curvas. Varios avances ideados por Goicoechea tambin fueron incorporados a los actuales trenes de alta velocidad.
Retirado como teniente coronel de Ingenieros, Alejandro Goicoechea falleci en el Hospital Militar Gmez Ulla de Madrid en
1984.
Fue el 19 de junio cuando los atacantes navarros, apoyados por dos compaas de carros de
combate alemanes, se aproximaron a las afueras de la villa bilbana. Comenzaron la ocupacin de
Bilbao las tropas de la 5., 1., 2., 6. y Flechas Negras, desde diferentes puntos. En la margen
izquierda del Nervin aun resista Baracaldo, sede de buena parte de la industria, donde se sitaban
cuatro batallones nacionalistas vascos, que impidieron la voladura de las fbricas por las tropas
expedicionarias asturianas. Por cierto que, al respecto de la rivalidad interna entre vascos y
asturianos, se dice que estos ltimos, de filiacin izquierdista, decan a los gudaris nacionalistas:
Primero, a por los de enfrente. Despus, a por vosotros.
Se trataba de forzosos compaeros de viaje.
RA DE BILBAO
El 19 de junio de 1937 comenz la ocupacin de Bilbao por parte de las 1., 2., 5. y 6. brigadas navarras y la de Flechas Negras.
En la margen izquierda del Nervin resista Baracaldo, sede de la mayor parte de la industria, donde se situaban cuatro batallones
nacionalistas, que impidieron la voladura de las fbricas.(Archivo Canario Azaola).
Despus de la toma de Bilbao, el Cuerpo de Ejrcito Vasco pas a ser mandado por el coronel
Vidal Munrriz y el renacido Ejrcito del Norte por Gamir Ulibarri. Fueron disueltas las divisiones
4. y de enlace. La 5. Divisin vasca tom el nmero de esta ltima y se crearon otras dos, llamadas
5. y 6., con las nuevas brigadas expedicionarias de Asturias y Santander, ya que las antiguas
volvieron a sus lugares de origen. De las dieciocho brigadas vascas que comenzaron las operaciones
slo quedaron doce, ya que las otras seis se perdieron en la lucha.
Por lo contrario, en el bando nacional el 31 de marzo de 1937, al comenzar la ofensiva sobre Vizcaya, la aviacin nacional
concentr en los aerdromos norteos de Burgos y lava al grueso de la Legin Cndor germana, equipada con un grupo de
caza, otro de bombardeo, una escuadrilla de reconocimiento, prximo y lejano, amn de dos unidades experimentales: una
equipada con modernos bimotores de bombardeo, y otra con aviones de bombardeo en picado Henschel Hs 123. La Aviacin
legionaria italiana, con sus bombarderos Savoia SM. 81 desplegados en Soria, poda actuar tanto en el norte como en el centro, y
situ sus cazas Fiat CR.32 en Vitoria. La aviacin nacional espaola contaba con Breguet XIX, Heinkel He 46, Fokker F-XII y DH
89 Dragon Rapide. Si temor a equivocarnos podemos afirmar que la desproporcin numrica a favor de los atacantes era de cuatro
a uno, como mnimo.
Los aviones experimentales alemanes Heinkel He 111, Dornier Do 17 y Junkers Ju 86, amn de los monomotores He 70,
comenzaron un sistemtico bombardeo de la retaguardia vizcana y santanderina, atacando aerdromos, puertos e industrias de
guerra en dichas provincias, alcanzando notables xitos, tales como la destruccin de varios aviones gubernamentales en tierra. A
estos aviones se unieron, a finales de mes, los veloces trimotores italianos Savoia SM. 79, recin llegados de Italia.
La aviacin gubernamental se reforz en marzo de 1937 con la llegada de los citados biplanos de caza Letov S-231 y un puado
de aviones de bombardeo tctico holandeses Koolhoven FK 51, tambin de escaso valor combativo. Durante este mes los cazas
soviticos I-15 Chato sufrieron importante mermas, tanto en combate areo como en tierra y ello origin un incesante goteo de
telegramas dirigidos tanto al ministro de Marina y Aire como al de Guerra en demanda de refuerzos areos para Vizcaya. El
lehendakari Aguirre y el general jefe del Ejrcito del Norte, Llano de la Encomienda, no vieron compensadas sus esforzadas
peticiones hasta la ltima decena de mayo de 1937, como despus veremos.
El bombardeo de Guernica
El ataque areo llevado a cabo por la aviacin nacional sobre la villa vizcana de Guernica, la ciudad santa de los vascos,
donde se ubicaba el clebre rbol de Guernica, ha hecho correr ros de tinta al respecto. La leyenda se forj en torno al brbaro
bombardeo germano efectuado sobre una indefensa ciudad y que produjo dos mil muertos, segn los primeros informes de las
autoridades vascas. Hoy en da podemos apuntar que la cifra de muertos fue de algo menos de 150 personas, segn ha podido
determinar el general Salas Larrazbal.
No obstante, gracias a un informe del teniente coronel Von Richtofen, jefe de Estado Mayor de la Legin Cndor, podemos
afirmar claramente que el objetivo a batir el 26 de abril de 1937 era nicamente el puente y la red de carreteras situados al este de
Guernica, y se sealaba expresamente que la poblacin deba ser respetada. Esta orden fue cursada por teletipo a las unidades
areas de la Cndor a las 14:45 horas.
La clave del informe de Von Richtofen radica en un importante error, cometido por omisin. En este escrito se indica cmo se
realiz el ataque areo por parte de las unidades de la Legin Cndor. ste, inicialmente, corri a cargo de tres bombarderos
rpidos de la escuadrilla experimental VB./88 He 111 y Do 17, que lograron bastante buena puntera, unos 45 minutos antes
del ataque general, que fue efectuado en tres oleadas sucesivas a las 17:00, 17:35 y 17:45 horas, respectivamente, por parte de
las tres escuadrillas de trimotores Junkers Ju 52 del grupo KG./88. Tambin se reconoce que durante la ltima oleada de los Ju 52
se utilizaron bombas incendiarias.
Los observadores de los aparatos rpidos germanos informaron, tras el aterrizaje en Burgos, que Guernica arda en diferentes
puntos. Ello se debi a que los aviones alemanes actuaron aislada y escalonadamente. La omisin referida con anterioridad se trata
de la actuacin, en el intervalo, de una escuadrilla italiana de tres trimotores rpidos Savoia Marchetti SM.79. Estos aparatos
bombardearon el puente de Guernica y, con toda probabilidad, las bombas cayeron largas, produciendo estos incendios sealados
No obstante, el mayor desastre para estos nuevos cazas rusos ocurri entre los das 4 y 5 de junio de 1937, muy pocas fechas
antes del comienzo de las operaciones de ruptura del Cinturn de Hierro. Como decimos, en estos das los cazas gubernamentales
actuaban desde el nuevo aerdromo de Somorrostro, ubicado en el ayuntamiento de Abanto y Cirvana. Este aerdromo fue
descubierto por sus adversarios y los valiosos aparatos fueron ametrallados y bombardeados en tierra por los aviones italianos,
que destruyeron al menos cinco de ellos y averiaron seriamente a otros varios.
Es por ello que los aviones supervivientes fueron trasladados a Santander y no actuaron, en consecuencia, durante las operaciones
de los das 11 y 12 de junio. Tampoco lo hicieron en los das sucesivos. As, la aviacin republicana no actu en defensa de las
tropas de tierra del Cuerpo de Ejrcito vasco. No obstante, y a causa del fuego antiareo de los defensores, los aviones atacantes
sufrieron la prdida de un avin de bombardeo en picado Henschel Hs 123 Angelito, que cay en Larrabeza con su piloto
alemn muerto, y otro de reconocimiento Heinkel He 70, que fue abatido en las cercanas de Archanda, tambin con sus
tripulantes fallecidos.
Se ha escrito que los modernos cazas soviticos Polikarpov I-16 Mosca llegaron al norte muy pocas fechas despus de la cada
de Bilbao, pero lo cierto es que los ocho primeros no llegaron a Santander hasta el da 3 de julio de 1937, cuando Vizcaya haba
sido casi totalmente conquistada.
La batalla de Brunete
ESCUDO DE BRUNETE
Escudo de la villa de Brunete.
ras la cada de Bilbao en junio de 1937, el jefe del Estado Mayor Central del Ejrcito Popular
de la Repblica, coronel Rojo, con el asesoramiento del entonces coronel Rodion Malinoski,
ms tarde ministro de defensa de la Unin Sovitica, plane la que pasara a la historia como batalla
de Brunete, con el objetivo inicial de detener la ofensiva del Ejrcito nacional contra Santander y
destruir, al menos parcialmente, el Cuerpo de Ejrcito que asediaba Madrid, realizando un ataque que
amenazara sus comunicaciones y que provocara el repliegue de su frente, librando a la capital de su
acoso.
P LANTEAMIENTO DE LA BATALLA
El planteamiento final de la operacin, recogido en la directiva del Ejrcito de Maniobra
fechada el 4 de julio de 1937, consista en un esfuerzo principal, realizado en la lnea El EscorialGalapagar hacia Navalcarnero, que se concretaba en el ataque en la direccin general ValdemorilloVillanueva de la Caada-Brunete-Villaviciosa de Odn, con la intencin de romper la lnea de
resistencia enemiga y penetrar profundamente en su dispositivo, siguiendo sensiblemente la direccin
norte-sur. Esta zona, dominada por los puestos avanzados y de observacin republicanos, estaba
pobremente ocupada y mal defendida por los nacionales, por lo que se eligi, para el ataque inicial,
una infiltracin nocturna sin preparacin artillera previa. El esfuerzo secundario deba darse en la
direccin este-oeste, partiendo desde Villaverde, en el sur de Madrid, rompiendo las posiciones, ya
por entonces bastante slidas, del Cerro del Basurero y sus alrededores.
GENERAL ROJO
Oficial profesional y competente, el por entonces coronel Vicente Rojo Lluch era el jefe del Estado Mayor Central del recin creado
Ejrcito Popular de la Repblica. A las rdenes del general Miaja, Rojo se destac en la redaccin de los planes para salvar
Madrid, alcanzando con ello gran prestigio profesional. Meses ms tarde, ascendera al empleo de general. Como jefe del Estado
Mayor de Miaja, redact la orden de operaciones de la batalla de Brunete. (Coleccin J. M. Campesino).
MILICIANO
Abajo. Hasta mayo de 1937, las fuerzas que defendan la legalidad republicana no estaban sujetas a un mando nico. Las llamadas
milicias populares hacan la guerra por su cuenta, muchas veces en funcin de intereses del partido o sindicato de turno.
(Reconstruccin histrica. Autores).
CARTELES
Dos carteles republicanos en los que se ensalza al nuevo Ejrcito Popular y se aboga por el mando nico del mismo. (Coleccin J.
M. Campesino).
Llamado del Infante don Luis o de los Duques de Sueca o de la Condesa de Chinchn o de Godoy o de las Dos Torres o de los
Tristes Casados, el palacio de Boadilla del Monte fue ordenado construir a finales del XVIII por el malogrado Luis de Borbn y
Farnesio, hermano de Carlos III. El maestro mayor de la villa, Ventura Rodrguez, dise para l un precioso conjunto neoclsico,
con una construccin sencilla, pero sumamente elegante, rodeada de jardines italianos y huertas, que pronto acogera numerosas
obras de arte y atraera a artistas de la poca, como por ejemplo, al compositor Luigi Boccherini, quien compuso aqu gran
cantidad de obras.
Durante la guerra, el palacio fue confiscado por los republicanos al caer el pueblo de Boadilla en su zona, hasta que los
nacionales lo tomaron en un violento combate durante las jornadas de diciembre de 1936, con lo que pas a ser Cuartel General
de la Divisin de Madrid nmero 1 en sus distintas numeraciones (1. de Madrid, 71 y 11; general don Jos Iruretagoyena
Solchaga; jefe de Estado Mayor comandante don Carlos Calvo Molleda). Tras la guerra, habiendo quedado muy daado un
proyectil destroz parte del techo y un incendio acab con los jardines, fue rehabilitado por Regiones Devastadas, que lo habilit
para residencia-escuela de hurfanas de la guerra en dependencia del Auxilio Social.
Su momento de mayor protagonismo en la contienda ocurri durante la batalla de Brunete, pues aqu instal su puesto de mando el
general Varela para detener el ala izquierda de la ofensiva republicana, que buscaba tomar Boadilla del Monte como parte
fundamental de la operacin. Slo la tenaz resistencia de los nacionales en el cercano vrtice Mosquito impedira el xito de tal
accin, nutrindose su defensa con escribientes, cocineros, enlaces, asistentes y dems personal auxiliar del palacio del Infante a
falta de otras tropas de refresco en los primeros momentos de la batalla. Algunas fuentes aseguran que la construccin lleg a
estar a tiro de unos carros soviticos T-26 pertenecientes a una audaz avanzadilla atacante que hubo de retirarse.
Tambin se contemplaban varios ataques de diversin, el ms importante de los cuales era el que
deba producirse, reiteradamente, sobre la zona de Sesea-Cuesta de la Reina.
VOLUNTARIOS INTERNACIONALES
En Brunete lucharon cinco Brigadas la XI, XII, XIII, XV y CL compuestas por voluntarios internacionales. En la imagen, dos
voluntarios de procedencia sovitica manejando una ametralladora Degtyarev DT. (Coleccin J. M. Campesino).
El esfuerzo principal correra a cargo de un eventual Ejrcito de Maniobra que estara a las
rdenes del general Miaja, que dispona de los Cuerpos de Ejrcito V y XVIII, al mando,
respectivamente, del mayor de milicias Modesto y del teniente coronel de artillera Jurado. En el
primero se integraban las divisiones 11, 46 y 35 y, en el segundo, las divisiones 34, 10 y 15. Su
misin sera avanzar desde la sierra hasta Brunete, formar sendas cabezas de puente sobre el ro
Guadarrama y seguir hasta la carretera de Extremadura. Como unidades de reserva se haban
propuesto las 39 y 45 divisiones, as como tres brigadas mixtas independientes.
La misin secundaria se encomend al Cuerpo de Ejrcito II bis, tambin llamado de Vallecas, al
mando del teniente coronel Romero, quien tratara de llegar la carretera de Extremadura, despus de
cortar las de Andaluca y Toledo.
CASCO
Modelo de casco francs, denominado Adrian, empleado con profusin durante la Guerra Civil Espaola por los contendientes
del bando republicano. El mostrado en la imagen est decorado con una estrella roja de tres puntas, distintivo de las Brigadas
internacionales. (Coleccin J. M. Campesino).
ACTO MILITAR
Parada militar republicana en la que varios jefes entre los que se encuentran Valentn Gonzlez, Enrique Lster y Jos Miaja
hacen honores a la bandera con el clsico saludo de la Espaa republicana: con el puo cerrado.(Coleccin J. M. Campesino).
EJRCITO DE MANIOBRA
V CUERPO (mayor Modesto)
DIVISIN 11 (Lster)
Brigadas I, IX y C
DIVISIN 35 ( Walter)
Brigadas XI, XXXII y CVIII
DIVISIN 46 (Valentn Gonzlez)
Brigadas X y CI
RESERVA
DIVISIN 45 (Kleber)
Brigadas XII y CL
DIVISIN 47 (Durn)
Brigadas LXIX y Marinos-Carabineros
DISPONAN TAMBIN DE:
Un regimiento, un grupo de escuadrones y dos escuadrones de Caballera.
Cinco grupos y 25 bateras de Artillera de diferentes calibres.
Dos batallones de zapadores y dos equipos de destrucciones.
130 carros de combate y 40 blindados de ruedas.
Tres trenes.
BNKER
Uno de los numerosos bnkeres que todava perviven, con Brunete al fondo. En realidad, la mayora fueron construidos por los
nacionales tras la batalla. (Autores).
PROTAGONISTAS
OLIVER LAW (1900-1937)
Aunque suele haber confusin entre los bigrafos sobre la fecha de su nacimiento, lo que s parece claro es que el que sera
primer jefe negro de un batalln americano en combate naci en el estado de Tejas; alistado al Ejrcito, no particip en la Primera
Guerra Mundial, como tambin se ha afirmado, sino que estuvo de guarnicin en la frontera mexicana. Tras su paso por el Army se
instal en Chicago, donde se desempe como conductor, entre otros oficios, antes de montar un pequeo restaurante que no
prosper. En el paro durante los violentos aos 30 de la Depresin americana, se afili al Partido Comunista, siendo uno de sus
principales agitadores, lo que le cost ms de una paliza a cargo de la ruda polica de la ciudad de los gngsters. Enrolado de los
primeros, viaj a Espaa en el barco Pars, y pronto destac como ametrallador en la compaa Tom Mooney, donde se granje
una fama de valor que le sirvi para que el partido, viendo el provecho poltico que poda sacar del hecho, lo encaramase al
puesto de jefe del Batalln Lincoln, decisin polmica entre los propios voluntarios, parte de los cuales lo despreciaba. Su muerte
en el vrtice Mosquito, cuyos ataques dirigi frontalmente sin brillantez alguna, estuvo rodeada de polmica, si bien parece cierto
que cay bravamente encabezando uno de los ltimos empeos, a juzgar por los testimonios ms fiables. La leyenda dice que sus
camaradas pusieron un cartel de madera que sealaba el lugar de su enterramiento con la inscripcin: Aqu yace Oliver Law,
primer negro muerto al frente de una unidad de norteamericanos libres. Obsesionado al parecer con Etiopa, definitivamente eligi
FILATELIA Y GUIN
Sello sovitico alusivo a sus tanques y ensea del III batalln de la Brigada de Tanques republicana. (Va autores y archivo
Fundacin Yage).
CARROS DE COMBATE
La maniobra diseada por Rojo para la batalla contemplaba la presencia de 130 carros de combate, algo nunca visto hasta ese
momento en la Guerra Civil Espaola. La mayora eran del modelo sovitico T-26 B, como el que se muestra en la ilustracin.
DISTINTIVO
En el Ejrcito Popular de la Repblica, los encargados de las ametralladoras tambin llamadas mquinas portaban sobre el
uniforme este emblema de tela y metal. (Coleccin J. M. Campesino).
AMETRALLADORA
Se trata de un modelo de diseo norteamericano, aunque fue producida en numerosos pases. A la Espaa republicana llegaron
numerosas unidades procedentes de la Unin Sovitica. (Autores).
GENERAL YAGE
En julio de 1937, el entonces general de brigada Juan Yage Blanco era el jefe provisional del I Cuerpo de Ejrcito nacional. Haba
sustituido en el mando al general Valds Cabanillas y su cuartel general se situaba en Villa del Prado. (Fundacin Yage).
TROPAS NACIONALES
Alfrez, soldado y abanderado de las fuerzas que cubran el sector de Brunete. Se trata de un alfrez provisional de Infantera,
formado durante la contienda y de clara adscripcin falangista, como denota el emblema que adorna su uniforme. El soldado,
armado con mosquetn al igual que el abanderado, lleva tambin una pistola al cinto. (Reconstruccin histrica. Autores).
PANORMICA
La batalla de Brunete se prepar minuciosamente, para lo que se elaboraron panormicas del campo enemigo. En sta puede verse
el castillo de Villafranca.(Martnez Bande).
BNKER
Entorno a Brunete quedan muchos vestigios histricos. (Autores).
Aunque se tenan noticias del ataque enemigo, hasta la vspera del mismo no se reforzaron
algunas posiciones de vanguardia con las reservas locales. En todo caso, se consigui la sorpresa
tctica por parte del atacante, pues los nacionales no valoraron adecuadamente las noticias e indicios
existentes relativos a las intenciones el Ejrcito Popular.
La lucha principal, que tuvo lugar en la zona de Brunete, la pretendi librar el mando nacional
empleando slo parte de las divisiones 71. y 11., junto con la 13. (eran menos de 20.000 hombres en
total) y las divisiones 108. y 150., que se enviaron a la zona apresuradamente. Como se ver, fue
necesario trasladar a la zona de operaciones a la IV y V brigadas de Navarra (que pese a su
denominacin eran en realidad de entidad divisionaria) y crear otras nuevas tomando como base a la
108.. En total, el Ejrcito del Norte emple el equivalente a 70 batallones de Infantera, lo que
demuestra la potencia de las unidades enemigas empeadas y lo que hubieran podido hacer de haber
profundizado con energa las dos primeras jornadas de la batalla.
DISTINTIVO
Uno de los modelos de emblema empleados por los miembros de las fuerzas blindadas de la Repblica. (Coleccin J. M.
Campesino).
TANQUE
La mayora de los carros de combate que participaron en la batalla de Brunete eran del modelo T-26 B, de factura sovitica. (Va
autores).
PROTAGONISTAS
JOSVARELA IGLESIAS (1891-1951)
Jos Enrique Varela Iglesias naci en San Fernando (Cdiz) el 17 de abril de 1891, hijo de Juan Varela Prez, sargento de banda
del 1. Regimiento de Infantera de Marina. A los dieciocho aos ingres como corneta en el mismo regimiento y en 1912, ya con
el grado de sargento de Infantera de Marina, consigui ingresar en la Academia de Infantera de Toledo. En 1915 recibi el
despacho de alfrez de manos del propio rey Alfonso XIII. Fue destinado al grupo de Fuerzas Regulares de Melilla con el
empleo de teniente y all fue condecorado, por dos veces, con la Cruz Laureada de San Fernando. La primera la obtuvo en los
combates de Muires y Ruman, el 20 de septiembre de 1920, y la segunda en Adama, el da 12 de mayo de 1921. Ascendi a
capitn por mritos de guerra y particip en el desembarco de Alhucemas en 1925, operacin que m o dific el curso del conflicto
colonial y que consigui su finalizacin.
En febrero de 1926 fue ascendido a teniente coronel por mritos de guerra y fue destinado a Ceuta, donde recibi la Medalla
Militar Individual. En 1929, ya pacificado Marruecos, ascendi a coronel. La proclamacin de la Segunda Repblica, el 14 de
abril de 1931, fue recibida por el coronel Varela con gran reserva, ya que profesaba ideas carlistas, y no dud en participar en la
sublevacin del general Jos Sanjurjo, en agosto de 1932, por lo que sera detenido y encarcelado en Sevilla y Guadalajara. En
1935, siendo Jos Mara Gil-Robles ministro de la Guerra y el general Franco jefe de Estado Mayor Central, fue ascendido a
general de brigada.
A finales de 1935 particip en los planes para derrocar a la Repblica, que no se llevaron a cabo en estos momento por no
considerarse adecuada la situacin, y tambin tom parte en los preparativos definitivos del golpe militar del 18 de julio de 1936.
En abril de 1936 asisti a una reunin de un grupo de generales, celebrada en Madrid, de la que tuvo conocimiento el Gobierno.
Por ello fue detenido y arrestado en el castillo de Santa Catalina (Cdiz), de donde sera liberado por los militares sublevados,
sumndose de inmediato a la sublevacin. Durante la Guerra Civil Espaola, el general Jos Enrique Varela intervino en la
ocupacin de Cdiz y en los frentes de Sevilla, Crdoba, Antequera y Mlaga.
El 24 de septiembre sustituy a Yage al mando de las tropas que, tras haber avanzado por Extremadura y el valle del Tajo, se
EL ATAQUE
En la madrugada del 5 de julio de 1937 se desencaden el ataque de distraccin por parte del
Cuerpo de Ejrcito de Vallecas sobre la Cuesta de la Reina, en la zona de Aranjuez. El ataque fracas,
al igual que el siguiente, efectuado por la tarde. Los nacionales consiguieron capturar dos carros
rusos T-26. An tenan mucho que aprender, ambos bandos, sobre la utilizacin de unidades
acorazadas.
INSTRUCCIONES
Con la creacin del Ejrcito Popular se sistematizaron muchos aspectos de la instruccin y la vida diaria del bando republicano.
(Coleccin J. M. Campesino).
Durante la noche del 5 al 6 se produjo la infiltracin, con suma cautela y sin preparacin
artillera, de las fuerzas del Ejrcito de Maniobra. El xito fue pleno, al menos en la parte
correspondiente a la penetracin inicial de 10 km. Sin embargo, fracasaran en la explotacin del
mismo, lo que marcara definitivamente el curso de la batalla.
TANQUISTA
Muchos soldados republicanos colocaron, de manera personal, emblemas y distintivos de toda clase en sus uniformes. En este caso
se trata de la silueta de un carro de combate Renault FT-17, prendida del gorro cuartelero de este soldado. (Coleccin J. M.
Campesino).
Por lo que respecta al sector del V Cuerpo, sobre las 6:00 horas, Brunete, defendido por slo
unos 60 combatientes, estaba rodeado por fuerzas de la 11. Divisin y caera a las 11:30 horas. Otras
unidades siguieron avanzando hasta cerca de Sevilla la Nueva, pero, al chocar con una ligera
resistencia, se detuvieron y retrocedieron hasta las proximidades de Brunete. Otros destacamentos
avanzaron, en contra de la orden de operaciones, hasta cerca de Boadilla del Monte, retrocediendo
tambin al encontrar resistencia. Y, en direccin a Villaviciosa de Odn, el avance termin tambin a
unos pocos kilmetros de Brunete, frente a una resistencia moderada. Ms al oeste, en Quijorna y
Vrtice Llanos, la 46. Divisin s se encontr con una feroz resistencia por parte de los defensores
nacionales.
En total, 90 batallones, con cerca de 67.000 hombres, en buena parte del Tercio, de Regulares y la Mehala. 35 bateras de
artillera.
CARRO NACIONAL
Un T-26 sovitico, capturado por los nacionales y puesto en servicio contra sus antiguos propietarios. (Archivo Canario Azaola).
EMBLEMAS
Distintos emblemas empleados por los hombres de las brigadas de Navarra. (Coleccin J. M. Campesino).
En la zona del Cuerpo de Ejrcito XVIII, tras cinco asaltos, Villanueva de la Caada sucumbi
pasadas las 21:00 horas, tras lograr fijar los esfuerzos de las divisiones 34. y 15..
Ya para entonces se haba producido uno de los hechos determinantes de aquella batalla, como
fue la reaccin inmediata de las unidades atacadas y la defensa a ultranza de sus posiciones, todo lo
cual fren el xito inicial del ataque. Especial mencin merece la oportuna reaccin del teniente
coronel lvarez Entrena, quien logr bloquear el avance republicano, con mnimos efectivos y en las
LEGIONARIO
Con su fusil ametrallador al hombro, este cabo de la Legin adscrito a la 13. Divisin (La mano negra) posa para el fotgrafo en
una reconstruccin histrica. (Autores).
AYER Y HOY
Una imagen de Brunete recin reconquistado por las tropas nacionales. Abajo, el mismo lugar hoy, reconstruido aunque
manteniendo el letrero con el nombre del pueblo.(M. Bande y autores).
PROTAGONISTAS
GEORGE MONTAGUE NATHAN (1895-1937)
Si se puede hablar de un Lawrence de Arabia de la Guerra Civil Espaola se sera sin duda el comandante Nathan. Hijo de un
pequeo comerciante judo y homosexual reconocido, George Nathan ingres muy joven en el Ejrcito de Su Majestad,
combatiendo valerosamente en los campos de Flandes de la Primera Guerra Mundial dentro del Regimiento de los Leicestershire.
Tanto se distingui que lleg a ser el primer judo en convertirse en oficial de la Brigada de Guardias britnica. Desengaado al
parecer por el trato dado a los excombatientes de la Gran Guerra, abandon el Ejrcito y comenz entonces una extraa andadura
que le llev a desempear los ms variados oficios: representante de comercio, carnicero, portero de clubes nocturnos y grandes
almacenes; incluso hay quien le vincula con la persecucin de terroristas irlandeses del IRA en las luchas callejeras de los aos
20 y 30.
No debi dudar en venir a la guerra de Espaa, pues muy pronto le vemos enrolado ya en las Brigadas Internacionales,
distinguindose en la batalla del Jarama dentro del batalln britnico, el Saklatvala. Su valor y sangre fra ante las balas se
hicieron legendarios, y era frecuente verle perfectamente uniformado fumando en pipa, sin armas y con su bastn de mando con
contera de oro pasearse por la primera lnea. Sus hombres le adoraban y respetaban, creyndole inmune al fuego.
Durante la batalla de Brunete mand la agrupacin de su nombre dentro de la XV Brigada Internacional, con la que estableci
una cabeza de puente en la orilla izquierda del Guadarrama, amenazando Boadilla del Monte. Fue precisamente durante la
evacuacin de esa cabeza de puente el da 16 de julio de 1937, ya en la segunda fase de la batalla, cuando muri a consecuencia
de las heridas provocadas por metralla durante un bombardeo enemigo. Dicen que pidi a sus hombres le cantaran mientras
agonizaba. Enterrado en algn lugar cercano al cauce seco del Guadarrama, el comisario Aitken enton su oracin fnebre:
Proclamad mi muerte para ejemplo de mis hombres.
IGLESIA DE QUIJORNA
Como consecuencia de la batalla de Brunete, el pueblo de Quijorna result destruido, excepto parte de la iglesia de San Juan
Evangelista, que qued en pie. (Coleccin Galland Books).
MESSERSCHMITT
Avin de caza empleado por la Legin Cndor, probado en la guerra de Espaa y verdadero caballo de batalla en la Segunda
Guerra Mundial. (Archivo Canario Azaola).
En el sector del Cuerpo de Ejrcito de Vallecas los ataques, inicialmente victoriosos, haban sido
rechazados al final de la jornada.
El 7 de julio cay en poder republicano el vrtice Llanos, lo que fue prcticamente el nico
xito importante en los escenarios de los esfuerzos principal y secundario del ataque. Al da siguiente
cay Quijorna, pero las fuerzas nacionales ocuparon en fuerza las dos orillas del ro Guadarrama. En
esa misma jornada se incorpor Franco a la zona de operaciones y se cre la Divisin Asensio,
adems de iniciarse el traslado de las dos brigadas navarras, la IV y la V.
A lo largo de los das siguientes prosiguieron los ataques masivos del Ejrcito Popular,
consiguiendo el da 9 envolver Villanueva del Pardillo y el da 10 Villafranca del Castillo, adems de
ocupar el vrtice Mocha. El 11 cay Villafranca, pero se recuper el vrtice Mocha. A partir de ese
La ciudad de Alicante todava recuerda con una sencilla calle al capitn don Antonio Dema Giraldo, quien al frente de una
compaa de Regulares de Larache llevaba combatiendo durante toda la guerra ininterrumpidamente. El 10 de julio de 1937 el
capitn Dema mandaba la posicin denominada Loma Artillera, perteneciente al subsector de Villafranca del Castillo: tena a sus
rdenes dos secciones de fusileros y una de ametralladoras de Regulares de Larache, adems de una centuria de Falange. Por la
tarde, una tormenta de fuego se desat sobre la posicin, que fue atacada seguidamente con grandes masas enemigas.
Prolongando la resistencia hasta lmites insospechados, cuando no dispona ya de mandos subalternos emiti su famoso parte:
Situacin insostenible; Martn muerto; Moscoso muerto; si esta noche no viene gente, caer la posicin por muerte de todos.
Arriba Espaa! Dema. Poco despus caa efectivamente arengando a su escasa fuerza antes de iniciar un contraataque
desesperado saliendo de las trincheras. Don Juan Chicoy Dabn, alfrez provisional y cuado del anterior capitn, haba luchado
tambin en los sectores ms duros del frente de Madrid, primero con el batalln de Las Navas y luego al mando de una seccin
de Regulares de Larache. Cuando una masa de 5 o 6 batallones republicanos atacaron su sector en Villafranca del Castillo, el
alfrez Chicoy no slo logr contener a los elementos de su tabor que reculaban, sino que logr organizar un contraataque, a
pesar de su inferioridad de medios, arrollando al enemigo, al que oblig a retirarse sobre el Guadarrama. Herido por una explosin
durante el desarrollo del contraataque, nunca se recuperara de esa herida, falleciendo de teniente provisional en el hospital de
Legans en diciembre de 1938.
Nacido en Tardobispo (Zamora), el cabo de Infantera don Tristn Prez Romero se encontraba el 18 de julio de 1937 delante de
la posicin Loma Quemada encuadrado en la 3. Compaa del 73 Batalln del Regimiento de Toledo. Recibida la orden de
atacar y, a pesar del numerossimo contingente enemigo que defenda la posicin, el cabo Prez Romero fue el primero en
hacerlo, con tal espritu y valor que su conducta y palabras levantaron el nimo de sus compaeros. Conseguidos los objetivos
de su compaa, ayud por propia iniciativa en el asalto a los objetivos de la compaa contigua y, una vez rebasadas las lneas
enemigas, lleg hasta los asentamientos de la artillera contraria, donde sin municiones utiliz el fusil como maza matando a varios
artilleros antes de encontrar l mismo la muerte.
PLACAS EN BRUNETE
En la plaza mayor de Brunete existen dos placas que recuerdan la batalla y la inauguracin, en 1946, de la nueva plaza restaurada
por la Direccin General de Regiones Devastadas. (Autores).
EPLOGO
La batalla de Brunete fue la mayor y ms dura batalla de medios acorazados librada en Espaa.
El Ejrcito republicano perdi 61 blindados, muchos de ellos alcanzados por caones antitanques, e
intervino por primera vez el batalln de carros nacional. El Ejrcito Popular de la Repblica busc
una penetracin rpida y profunda, apoyada por las mayores masas de aviacin y artillera antiarea
vistas hasta entonces en Espaa, y slo la mala explotacin del xito inicial republicano y la defensa a
ultranza del terreno propio muchas veces herica de los nacionales impidieron que se alcanzara el
xito previsto. Entre los ros Perales y Guadarrama se dio la mayor concentracin de carros de
combate, en tiempo y espacio, de toda la guerra, en un terreno bastante propicio para ello.
MONUMENTO EN BRUNETE
En 1957, la Diputacin Provincial de Madrid erigi un monolito frente al cementerio de Brunete para conmemorar el vigsimo
aniversario de la batalla. (Autores).
PERIDICO DE GUERRA
Recin terminada la batalla de Brunete se publicaba el nmero 4 de la revista del Servicio de Guerra Qumica del Ejrcito Popular:
Nueva Ruta.(Coleccin J. M. Campesino).
CONDECORACIN
Rara condecoracin republicana, otorgada a voluntarios soviticos que combatieron en las Brigadas Internacionales. (Coleccin J.
M. Campesino).
BNKER FIRMADO
La 21. Compaa del V Batalln de zapadores-minadores del Ejrcito nacional construy y firm este bnker a las afueras de
Brunete. Hoy pervive en una finca particular. (Autores).
TRES BNKERES
En la carretera que une Brunete y Villanueva de la Caada, en la lnea de frente que qued tras la batalla de Brunete, se
construyeron tres refugios de hormign para proteger la lnea. (Autores).
ALFREZ PROVISIONAL
Aunque ya desde los primeros das de la contienda se estaban formando oficiales y suboficiales provisionales en el bando nacional,
no sera hasta mayo de 1937 cuando se crearan las academias de formacin con personal italiano y alemn. (Ilustracin de
Manuel V. Tamariz Senz).
La batalla de Belchite
ESCUDO DE BELCHITE
Escudo de la villa laureadade Belchite.
nte todo, debemos aclarar al lector que la llamada batalla de Belchite debiera en realidad
denominarse gran ofensiva republicana sobre Zaragoza. La operacin de Belchite debe,
pues, ser encuadrada dentro de un conjunto de acciones militares desarrolladas en el frente aragons
entre los das 24 de agosto de 1937 6 de septiembre del mismo ao y que hay que ubicar en los
alrededores y el interior de dicha poblacin zaragozana de Belchite.
LA GNESIS DE LA OPERACIN
Despus del fracaso de la ofensiva republicana de Brunete, desarrollada en el mes de julio de
1937, el ministerio de Defensa Nacional, dirigido por el socialista Indalecio Prieto, decidi llevar a
cabo una nueva ofensiva en el frente de Aragn, cuyo objetivo principal era la toma de la capital
aragonesa, Zaragoza, a la par que intentar retrasar el avance de las tropas nacionales en el frente del
Norte, donde ya haban liquidado toda la provincia de Vizcaya y que haba culminado el 24 de agosto
con la toma de Santander.
La decisin de Prieto no slo tena razones de tipo militar, sino tambin en el orden poltico.
Los nacionalistas y anarquistas catalanes se haban quejado en reiteradas ocasiones de que el
Gobierno central no prestaba atencin suficiente al frente de Aragn, y ello provocaba una gran falta
de moral combativa entre sus propias fuerzas, debido a la reiterada situacin de inactividad.
Por su parte, el Gobierno de Valencia estaba muy preocupado por la gran influencia que los
anarquistas y el POUM (partido de orientacin troskista) tenan en la mencionada zona, donde el
Consejo Regional de Defensa de Aragn, presidido por el anarquista Joaqun Ascaso, funcionaba
como un gobierno independiente en la prctica y fuera de todo control. As pues, Prieto pens que
con la incorporacin no slo de fuerzas comunistas, sino tambin de tres divisiones anarquistas al
recin creado Ejrcito del Este, al mando del general Sebastin Pozas Perea, se podra poner fin ms
fcilmente a esa gran influencia anarquista, como as se logr finalmente.
RUINAS
Estado de algunos edificios de Belchite tras finalizar el asedio. El pueblo estuvo poco ms de seis meses en poder de los
republicanos, volviendo a manos nacionales en marzo de 1938. La gran ofensiva sobre Zaragoza no paso de Belchite. (Coleccin J.
M. Campesino).
El objetivo militar de la operacin planificada por el Estado Mayor Central, dirigido por el
coronel Vicente Rojo Lluch, era la toma de Zaragoza, situada a pocos kilmetros tras las lneas
enemigas, accin que supondra un triunfo ms que simblico, ya que esta ciudad era el centro de
comunicaciones de todo el frente de Aragn. Adems, tras un ao de guerra, se haba reforzado la
conviccin ya de por s evidentede que la posesin de ciudades clave era mucho ms importante que
el control de grandes extensiones de territorio despoblado, carente de recursos y de importancia
estratgica.
DISTINTIVO
Banderita de solapa usada por los carlistas o requets. Muchos de los defensores de Quinto, Codo y Belchite eran carlistas.
(Coleccin J. M. Campesino).
Con estas premisas, el general Pozas y su jefe de Estado Mayor, el coronel Antonio Cordn,
establecieron su cuartel general en la poblacin de Bujaraloz y el plan previsto era atacar al enemigo
por siete zonas diferentes en una franja central de 100 km, situada entre Zuera y Belchite. El dividir
las fuerzas atacantes entre siete lugares distintos tena por objeto dificultar la llegada de refuerzos y
contrarrestar el ms que probable contraataque de las fuerzas nacionales, as como ofrecer el menor
objetivo posible a los ataques areos que planteara el adversario.
RUINAS
Interior de la iglesia de San Agustn. La foto est tomada desde el lugar que ocup el altar mayor. A la izquierda, al fondo, se
encuentra la torre de la iglesia, donde se puede ver todava un proyectil, de los disparados entonces, incrustado en los ladrillos. El
detalle superior muestra uno de los adornos de la cpula en el que aparece el ao de su construccin. (Autores).
AGRUPACIN C
43. Divisin (una brigada)
26. Divisin (una brigada)
Una compaa de ingenieros
X CUERPO DE EJRCITO
28. Divisin (dos brigadas) (mayor Trueba)
RUINAS DE BELCHITE
Edificio de tres plantas situado en la calle Mayor de Belchite. (Autores).
LA OFENSIVA GUBERNAMENTAL
De acuerdo con el plan previsto, el 24 de agosto de 1937 el general Pozas, con el recin
formado Ejrcito del Este y las Brigadas Internacionales 11. y 15., lanz el ataque simultneo por
tres puntos fundamentales y cinco secundarios en direccin a Zaragoza.
Participaban unos 80.000 hombres, con 105 carros soviticos del modelo T-26 y numerosa
artillera. La aviacin republicana los apoyaba con cinco escuadrillas de caza equipadas tres con
monoplanos Polikarpov I-16 Mosca y otras dos con biplanos Polikarpov I-15 Chato y otras tres de
bombarderos bimotores Tupolev SB Katiuska y seis de monomotores Polikarpov RZ Natacha.
Se constituyeron cuatro agrupaciones tcticas denominadas respectivamente A, B, C y D que
deberan actuar al norte y al sur del Ebro. La accin principal era la que se desarrollara en el sur del
Ebro, y estara encomendada a la Agrupacin D, dirigida por el mayor de milicias Juan Modesto
Guilloto Len, jefe a su vez del 5. Cuerpo de Ejrcito, que debera romper el frente entre Quinto y
Belchite con sus divisiones 11. y 35., bajo el mando, respectivamente, de Enrique Lster y el general
Walter, seudnimo de Karol Swierczewski.
BOMBARDEOS
Los defensores de Belchite fueron bombardeados desde tierra por la artillera de los atacantes, y desde el aire, por los bombarderos
republicanos. En la imagen, ruinas de un edificio situado al lado de la Torre del Reloj. (J. R. Calparsoro).
La defensa del pueblo de Codo, en el sector de Belchite, estaba constituida por un compaa de voluntarios carlistas del Tercio de
Requets Nuestra Seora de Montserrat, otra de ametralladoras del 2. Batalln del Regimiento n. 17 y otras dos de falangistas
de la 2. Bandera de Aragn. La guarnicin, constituida por algo ms de 200 hombres, fue duramente atacada por una gran masa
de combatientes del Ejrcito Popular, formada por cerca de diez mil efectivos, apoyada por dos bateras de artillera y otras armas
colectivas, como morteros y ametralladoras.
El comandante militar de la plaza, el teniente Francisco Roca Llopis, mantuvo la resistencia mientras le fue posible y hasta
consumir toda la municin. Un grupo de supervivientes intent una salida a la desesperada, cargando a la bayoneta, pero fue
rechazada por el fuego y con ataques de caballera.
De un total de ciento ochenta y dos hombres del Requet, murieron en el combate un teniente, seis alfreces, diez sargentos, nueve
cabos y ciento diez soldados. Todava hoy, una calle de la localidad recuerda el valor de esos hombres.
En los dos primeros sectores del norte y del centro las tropas republicanas slo lograron ocupar
terreno vaco y en el sector sur cayeron enseguida en poder del Ejrcito Popular las poblaciones de
Quinto, Mediana y Codo, mientras que, por el contrario, Belchite, donde la resistencia de los
nacionales sitiados
TORRE DE LA IGLESIA
La iglesia de San Martn de Tours fue la que ms sufri el asedio de la plaza. Su torre presenta hoy da este aspecto, en el que se
aprecian perfectamente los impactos de los proyectiles de artillera. (Autores).fue muy considerable, aguant hasta el 7 de septiembre.
De ello hablaremos con posterioridad.
CALLE MAYOR
Una vista del Arco de la Villa desde la calle Mayor. Los edificios que todava quedan en pie en Belchite estn muy deteriorados por
el paso del tiempo y el abandono. (Autores).
EDIFICIOS EN RUINAS
Al finalizar la Guerra Civil Espaola, se decidi que Belchite no fuera reconstruido y sus ruinas quedaran para las generaciones
venideras como muestra de los estragos que provoc la guerra. El paso del tiempo ha colaborado en el deterioro de unos edificios
muy daados por efecto de los bombardeos. (Autores).
Inicialmente, los nicos xitos nacionales fueron el derribo de varios aviones de bombardeo
gubernamentales, puesto que no se lograron traspasar las posiciones republicanas en Mediana y
Puebla de Albortn.
La guarnicin de Belchite contaba con casi 2.300 hombres, apoyados por diez piezas de
artillera ligera, pertenecientes a todas las armas combatientes y a los cuerpos auxiliares no
combatientes, y su comandante militar era el teniente coronel de infantera Enrique San Martn vila.
El alcalde del pueblo, Ramn Alfonso Trallero, se ofreci incondicionalmente al jefe militar de la
plaza, junto con los vecinos, y en los primeros momentos stos realizaron trabajos de fortificacin y
construccin de trincheras, incluyendo a hombres, mujeres y nios.
JEFES REPUBLICANOS
De izquierda a derecha, tres de los jefes republicanos que tomaron parte en la batalla de Belchite: Juan Modesto, jefe del 5. Cuerpo
de Ejrcito y de la Agrupacin D; el general Walter, jefe de la 35. Divisin, y Nilamn Toral, jefe de la 32. Brigada. (Va C.
Murias).
Es de sealar que Belchite careca casi por completo de fuentes de agua potable, ya que en
condiciones normales el abastecimiento se realizaba con camiones cuba. Durante el sitio de la plaza
el problema fue acuciante y el tormento de la sed fue un arma ms al servicio del enemigo.
Los primeros ataques serios que sufri Belchite tuvieron lugar a partir del 27 de agosto; desde
ese momento fue batido fuertemente por el fuego de la artillera, los bombardeos de la aviacin y el
caoneo de los carros de combate que cooperaban con la infantera.
El general Pozas, a pesar de una idea primitiva de no prestar atencin a las resistencias locales,
orden de forma terminante acabar con aquel reducto. Para ello empe a fondo a la 32. Divisin
por entero, ms dos brigadas de la 31. Divisin, que completaban el cerco, por el norte y por el
oeste.
El 29 se reforzaron las fuerzas atacantes con una nueva brigada, esta vez perteneciente a la 44.
Divisin, amn de un grupo de artillera de campaa y otros veinte carros de combate. Los ataques
fueron dursimos, y los defensores sufrieron fuertes prdidas. La municin comenzaba a escasear y
se pidi urgentemente a Zaragoza por radio. Al da siguiente, la ofensiva se recrudeci, y tras una
larga preparacin de artillera de tres horas, comenz el ataque simultneo de la infantera, apoyada
por carros de combate, por cinco puntos diferentes. Durante esta jornada empezaron los
abastecimientos areos de la plaza sitiada.
Debemos sealar, a este respecto, que la municin se lanzaba desde los Junkers Ju 52 en envases
de hierro, pero estos se rompan al chocar contra el suelo, enterrndose, y ello ocasionaba que
muchos de los cartuchos quedasen deformados. Los nios del pueblo se emplearon en recoger y
seleccionar la municin til, que, en espuertas y otros recipientes, acercaban luego a las posiciones
de primera lnea, con riesgo de sus jvenes vidas.
Dado el problema de escasez de agua, tambin se lanzaban desde los aviones bloques de hielo
que, igualmente, se destrozaban al tocar el suelo, desaprovechndose as parte del agua.
Pese a la dureza de los ataques, la moral de combatientes y personal civil no decay, aunque la
mayora saba que el final que haba de llegar sera muy poco halageo. El alcalde Ramn Alfonso
falleci el da 5 de septiembre, por la explosin de un mortero, junto con el comandante Rodrguez
de Crdoba, y muchos civiles sufriran igual suerte.
El 1 de septiembre, Modesto dio orden a Walter de ocupar Belchite a toda costa y, tras una fuerte
preparacin de artillera, comenz al asalto general, siendo ejercida la presin por casi todos los
puntos del pueblo, comenzando los combates casa por casa, piso por piso y habitacin por
habitacin. Los combates continuaron as durante las jornadas siguientes, y el da 5 de septiembre, a
las cuatro y media de la madrugada, las tropas republicanas de la 32. Brigada atacaron los ltimos
reductos nacionales de la plaza de la iglesia de Belchite.
PLAZA DE LA IGLESIA
ste fue el ltimo lugar en caer en manos de los atacantes republicanos. Por aqu entraron el 5 de septiembre de 1937 efectivos de la
32. Brigada Mixta y tomaron el sanatorio (en el centro de la imagen), donde estaba el teniente coronel San Martn con los heridos.
A la izquierda, una cruz levantada despus de la guerra para conmemorar la valenta de los defensores. A la derecha, la Torre del
Reloj. (Autores).
El comandante militar, teniente coronel Enrique San Martn, decidi quedarse con los heridos, y
encomend al comandante Santa Pau la ruptura del cerco con los hombres tiles y los paisanos que
as lo quisiesen. Estos, en nmero total de unos 500, intentaron la salida en cuatro ocasiones: fueron
rechazados por el enemigo por tres veces, y un grupo numeroso consigui salir sobre las diez de la
noche, amparado en las primeras sombras. Los hombres se disgregaron en pequeas partidas por el
campo, y muchos desaparecieron, entre ellos el comandante Santa Pau, cuya suerte nos es
desconocida. Los primeros supervivientes de Belchite comenzaron a llegar a las lneas nacionales
sobre las siete de la maana del da siguiente. Consiguieron llegar a territorio nacional menos de
doscientas personas.
LA LUCHA EN EL AIRE
En los primeros das de la ofensiva gubernamental la aviacin nacional pag un alto precio, y, as, el da 26 de agosto los aviones
de caza republicanos se anotaron el derribo del Heinkel He 46 pilotado por el comandante Prez Pardo, jefe del grupo 3G-11, as
como el del caza espaol Heinkel He 51 tripulado por el alfrez Salvador Blasco y el Fiat CR.32 del italiano Enrico Schievano.
En estos das, la aviacin gubernamental acus la sensible perdida de tres bimotores SB Katiuska, uno cado en Soria y otros dos
en las cercanas de Zaragoza, as como otros tres monomotores Polikarpov RZ Natacha, dos de ellos por choque y uno en
combate areo con los Fiat CR.32.
Ms tarde, el da 28, cayeron en territorio republicano tres cazas Fiat CR.32 del grupo italiano As de Bastos y sus pilotos
Capellini, Constantini y Mariotti fueron hechos prisioneros. Este mismo da fue derribado el Polikarpov I-15 Chato pilotado por el
teniente Jos Vela, que salv la vida lanzndose en paracadas en terreno propio. El da anterior, por el contrario, los cazas Bf
109 de la Legin Cndor se anotaron el derribo de un bimotor Tupolev SB Katiuska.
Los dos primeros das del mes de septiembre la lucha area fue muy dura y los gubernamentales sufrieron la prdida de dos I-15
Chato tripulados por los sargentos Emilio Herrera Aguilera, hijo del coronel republicano del mismo nombre, y Sardina Prez, as
como el I-16 Mosca del sovitico Zangiev. Los nacionales acusaron el derribo de un nuevo Heinkel He 51, tripulado por el
alfrez Mariano Ruiz de Alda.
Los Junkers Ju 52 del grupo Carrillo, en especial los de la escuadrilla del capitn Haya, se distinguieron en los servicios de
aprovisionamiento a los sitiados de Belchite, lanzando municiones y vveres desde el aire.
Nos hemos referido al derribo del I-15 Chato pilotado por el sargento Emilio Herrera, hijo del coronel del mismo nombre, que
entonces era el jefe de Instruccin de la Aviacin Militar gubernamental, y antiguo amigo del general Alfredo Kindeln, jefe de la
Aviacin nacional. Ello ocasion un cruce de correspondencia entre ambos jefes adversarios, a travs de la Cruz Roja, por el que
el afligido padre intentaba la devolucin del cadver de su hijo. Esto, desgraciadamente, no fue posible, si bien le fueron
devueltos los efectos personales hallados entre sus restos, por mediacin de Kindeln. Aun en guerra, caben las buenas formas.
Los republicanos sealaban en sus partes del da 6 que se trabajaba en el desescombro del
pueblo y se localizaba a los ltimos francotiradores emboscados entre los mismos. Finalmente, el da
7, a las 11:00 horas, se transmiti el siguiente comunicado:
ARTILLERA
Los bombardeos, tanto areos como terrestres, sobre Belchite fueron dursimos. En la imagen, un obs de campaa Schneider de 155
mm, en servicio con la artillera republicana. Este material estaba ya en servicio en el Ejrcito espaol antes del conflicto.
(Coleccin autores).
Poblacin Belchite ha quedado completamente en nuestro poder, ondeando por primera vez la
bandera nacional.
Oficialmente, el Ejrcito del Este dio la cifra de 2.411 prisioneros que, de ser veraz, incluye
forzosamente a los civiles, pues la guarnicin apenas superaba los 2.000 combatientes militares.
Entre el material cogido a los defensores figuraba una batera de artillera de 7,5 mm, dos piezas de
Aunque desde el punto de vista tctico el resultado fuese favorable para las armas republicanas,
ya que se gan algn territorio y la contraofensiva no traspas sus lneas, el resultado en modo
alguno poda considerarse satisfactorio para el Gobierno de Valencia, y as lo expres el ministro de
Defensa, Indalecio Prieto, muy crtico con la excesiva influencia de los consejeros militares
soviticos, como muestra el siguiente telegrama que dirigi al general Sebastin Pozas Perea:
Tantas fuerzas para tomar cuatro o cinco pueblos no satisfacen al ministerio de Defensa ni a
nadie.
AVIN DE TRANSPORTE
Los trimotores Junkers Ju 52 abastecieron a los defensores de Belchite mientras dur el asedio. (Autores).
PROTAGONISTAS
SEBASTIN POZAS PEREA (1876-1946)
Naci el 22 de enero de 1876. Miembro de una familia de tradicin monrquica y conservadora, en 1893 ingres en la Academia
de Caballera y tom parte en la guerra de Marruecos, en donde tuvo una destacada actuacin, que le granje ascensos por
mritos de guerra y por la que fue condecorado con la Medalla Militar Individual. Ascendi a general de brigada en 1926,
durante la dictadura de Primo de Rivera. Nombrado por el ministro de la Gobernacin, Portela Valladares, inspector general de la
Guardia Civil, tena bajo su mando a ms de 35.000 profesionales. Al producirse el golpe militar del 18 de julio de 1936, que
condujo a la Guerra Civil, Pozas se situ claramente en defensa de la legalidad constitucional y consigui que un gran nmero de
unidades de la Guardia Civil se mantuviesen fieles a la Repblica.
El 19 de julio fue nombrado ministro de Gobernacin en el Gobierno presidido por Jos Giral, y procedi a la distribucin de
armamento a las milicias civiles. Durante su mandato se cambi el nombre de la Guardia Civil, que pas a denominarse Guardia
Nacional Republicana. El 6 de septiembre ces en el ministerio, por cambio de Gobierno.
Un mes ms tarde se hizo cargo del mando de la 1. Divisin Orgnica y fue nombrado presidente de la Junta de Defensa de
Madrid. El da 23 de octubre entreg la jefatura de la 1. Divisin Orgnica al general Miaja y tom el mando del Teatro de
Operaciones del Centro. Organiz el ataque por Sesea de los das 3 y 4 de noviembre, y el 6, con la retirada del Gobierno de
Madrid, Pozas entreg el mando de la defensa de la capital y de la Junta de Defensa a Miaja.
El 31 de diciembre de 1936 pas a dirigir el denominado Ejrcito del Centro, el antiguo Teatro de Operaciones del Centro, y con
dicha gran unidad particip en la batalla del Jarama.
El 27 de febrero de 1937 fue de nuevo sustituido por el general Miaja, a causa de enfermedad.
Al producirse los sucesos de mayo de 1937 en Catalua, el Gobierno republicano le nombr jefe de la 4. Divisin Orgnica
(Catalua), en sustitucin del general Jos Aranguren Roldn, y jefe del Ejrcito de Catalua, para restaurar el orden pblico. Una
de sus primeras medidas fue renombrar al Ejrcito de Catalua, como Ejrcito del Este, con lo que pasaba a depender directamente
del Gobierno central y no de la Generalitat. Por estas fechas ya estaba afiliado al Partido Comunista de Espaa. Plane el ataque
sobre Huesca, en la segunda mitad de junio de 1937, que constituy un fracaso, y poco despus prepar una gran ofensiva sobre
Zaragoza, que pasara a la historia como batalla de Belchite. Por esta poca tambin liquid el sistema anarquista implantado en
Aragn desde julio de 1936 y disolvi, manu militari, el Consejo de Aragn.
En marzo de 1938, cuando se desencaden la gran ofensiva nacional en todo el frente aragons, su ejrcito fue desbordado y casi
destruido, por lo que fue sustituido, el da 30, por el teniente coronel Juan Perea Capulino. Este fracaso mostr la poca preparacin
del Ejrcito del Este, e hizo que el presidente Negrn lo retirase de los mandos importantes.
Casi al final de la guerra fue nombrado comandante militar de Gerona y luego de Figueras. Se exili en Francia primero y luego en
Mxico, donde falleci en 1946.
Ya durante la madrugada del 24 al 25, ante la fuerte presin enemiga, los defensores de la plaza se replegaron a la iglesia y
algunas casas cercanas, consiguiendo evacuar nicamente dos piezas artilleras, que se enfilaron hacia sendas calles. Los ataques
republicanos fueron tan eficaces que a las 5 de la tarde del da 25 hubo que abandonar la iglesia y la resistencia continu
solamente en tres casas, que fueron fuertemente batidas por la artillera enemiga.
La moral de los escasos defensores supervivientes, pese a todo, fue elevadsima, hasta que toda resistencia fue intil y Quinto fue
totalmente dominado por los gubernamentales el da 26 de agosto. Hay que destacar la heroica actuacin de un pequeo
destacamento, situado en el vrtice Purburell, que hubo de ser batido personalmente por el jefe de Artillera de la 35. Divisin
republicana, el rumano Walter Roman.
FALANGISTA Y REQUET
En Belchite lucharon falangistas y requets, encuadrados en las unidades que defendan Belchite y Codo, respectivamente.
(Ilustracin de Manuel V. Tamariz Senz).
Por otra parte, la ofensiva republicana no consigui tampoco el objetivo de retrasar la ofensiva
del Ejrcito nacional en el frente asturiano del Norte, ya que el 1 de septiembre comenz el avance
sobre la ltima provincia gubernamental de la franja cantbrica y el da 5 de dicho mes las tropas
nacionales ya haban llegado a Llanes.
El general Franco tras evocar cmo este sacrificio result vital para el dispositivo general de
Aragn, se refiri a la falta de capacidad para mantener su conquista y a las, segn l, purgas a que
fueron sometidos por el aparato del Partido Comunista aquellos que no haban querido, o no haban
podido, convertirse en los otros defensores de Belchite.
CARROS DE COMBATE
Los combatientes republicanos emplearon en la ofensiva que lanzaron sobre Belchite numerosos carros de combate del modelo T-26,
como el mostrado en esta fotografa. (Va autores).
La batalla de Teruel
ESCUDO DE TERUEL
Escudo de armas de la ciudad de Teruel.
n el transcurso de la Guerra Civil Espaola, el bando gubernamental slo tom por la fuerza
de las armas una capital de provincia: Teruel. Este hecho fue explotado convenientemente por
la propaganda republicana, dada su relevancia en la moral de las tropas, aunque slo lograran
conservarla poco ms de un mes. La batalla para la conquista de la capital turolense, as como los
combates para su posterior reconquista por el bando nacional, enmarcados en la que se conoci
como batalla del Alfambra, han pasado a la historia como hitos destacados del conflicto civil
hispano.
LAS RAZONES DE UNA BATALLA
Tras el fin de la campaa del norte en octubre de 1937, las fuerzas en conflicto sufrieron una
profunda reorganizacin, teniendo ambos bandos como objetivo el lanzar una nueva ofensiva que
pusiera al adversario en una situacin complicada.
ESTANDARTE
Perteneciente a la Rondalla de la 2. Brigada de la Divisin del mayor de milicias Valentn Gonzlez el Campesino. (Coleccin J. M.
Campesino).
ESCOMBROS EN TERUEL
Una de las cntricas calles de Teruel, cerca de Santa Clara, muestra los efectos de la destruccin provocada por los bombardeos y
el asedio a que se vio sometida la capital aragonesa en el invierno de 1937-1938. (Va Juan Negreira Parets).
VICENTE ROJO
El entonces jefe de Estado Mayor del Ejrcito Popular de la Repblica, Vicente Rojo, junto al subsecretario del Aire, coronel Antonio
Camacho, en la ofensiva sobre Teruel. (Coleccin J. M. Campesino).
Por quinta vez en el transcurso de la Guerra Civil, Franco decidi operar sobre Madrid,
concentrando sobre las tierras altas de Soria y Guadalajara a catorce de sus divisiones, integradas en
tres cuerpos de Ejrcito eventuales. El Ejrcito republicano, por su parte, realiz un despliegue
similar, para lo que agrup a tres cuerpos de Ejrcito a las rdenes del general Miaja y dej dos ms
en reserva.
CARTEL
El fro es un aliado del fascismo deca la propaganda republicana de la poca. (Coleccin J. M. Campesino).
Sin embargo, el general Vicente Rojo, que desde tiempo atrs intentaba llevar a cabo planes
ofensivos en Extremadura, no se conformaba con esperar pasivamente la respuesta de un Franco en
exceso prudente y parsimonioso y decidi no aceptar la batalla en el lugar donde el enemigo
pretenda, sino pasar a la accin. Desencaden, as, una operacin con un objetivo limitado a Teruel,
movido por una nica idea: desbaratar la proyectada ofensiva nacional, desarticular su despliegue y
obligar a emplear sus reservas en el teatro elegido en una situacin, previsiblemente, desfavorable
para l. Estaban sentadas las bases para lo que se convertira en la campaa de Teruel.
LAS FUERZAS EN PRESENCIA
La masa de maniobra republicana contaba con doce divisiones a las rdenes del coronel
Hernndez Saravia, jefe del Ejrcito de Levante. Los defensores tan slo disponan de dos Brigadas
la I y la IV de la Divisin n. 52, a las rdenes del general Muoz Castellanos.
ofensiva durante la madrugada del da 15 de diciembre de 1937, infiltrando a las fuerzas de la 11.
Divisin, a las rdenes del oficial de milicias Enrique Lster, que lograron ocupar las alturas
inmediatas al pueblo de Concud, cuyos defensores resistieron hasta el final del da. A su izquierda
avanz la 25. Divisin, capitaneada por Garca Vivancos, que ocup Los Morrones, aunque no
consigui enlazar con el XVIII Cuerpo de Ejrcito, que no pudo alcanzar los objetivos previstos.
ENRIQUE LSTER
El entonces mayor de milicias Enrique Lster Forjn. (Coleccin J. M. Campesino).
GENERAL DVILA
Desde la muerte en accidente areo del general Emilio Mola, Fidel Dvila se hizo cargo del mando del Ejrcito del Norte nacional.
En la imgen, junto al tambin general Saliquet, en un acto militar celebrado en Salamanca. (Coleccin J. M. Campesino).
EL SEMINARIO
En el Seminario turolense resistieron hasta el da 8 de enero de 1938 sus defensores, a las rdenes del coronel Barba. (Autores).
En ese momento, por fin, Franco fue consciente de la gravedad de la situacin, por lo que
decidi enviar refuerzos al escenario de los combates. Concretamente, envi cuatro divisiones,
catorce bateras de artillera y un grupo de carros de combate.
Con la ciudad virtualmente cercada y en parte ocupada por las tropas republicanas, el da 21
slo resistan dos reductos en el mismo centro de la capital, formados por los edificios ms
importantes de la ciudad, a las rdenes del coronel Rey D Harcourt, y en el Seminario, a cargo del
coronel Barba . Ese mismo da, Franco se reuni en Medinaceli con sus ms cercanos colaboradores
militares y les comunic su decisin de abandonar su plan de ataque a Madrid, as como la de acudir
con ms efectivos en defensa de la capital turolense.
Franco orden a Fidel Dvila jefe del Ejrcito del Norte desde la trgica muerte del general
Mola, la constitucin de dos cuerpos de Ejrcito con un total de seis divisiones a los que,
progresivamente, se agregaran tres divisiones ms. La ofensiva diseada apresuradamente por
mando nacional comenz con un revs, pues el dominio de las alturas que rodeaban Teruel por las
fuerzas republicanas bloque el avance de las dos columnas de socorro enviadas para enlazar con los
defensores de la ciudad. Los reductos nacionales en el interior de Teruel quedaron aislados y sin
apoyo alguno. Seguan cercados por fuerzas muy superiores en nmero y material y sin esperanza de
recibir socorro desde el exterior. La batalla pareca completamente decidida, pero lo cierto es que la
verdadera lucha por la ciudad no comenzara hasta el da 29 de diciembre.
CONTRAATAQUES NACIONALES
Ese da las unidades nacionales que pretendan romper el cerco lanzaron fuertes ataques contra
los sitiadores, despus de una preparacin artillera de gran envergadura, y, dos das despus, dos de
las divisiones nacionales tomaron al asalto la posicin clave de la Muela de Teruel. Algunas de las
unidades republicanas se desmoralizaron inesperadamente y todo pareca indicar que la ofensiva
nacional iba a conseguir su objetivo de mantener Teruel en manos del Ejrcito de Franco.
PROPAGANDA DE GUERRA
Las bajas temperaturas que se alcanzaron en los das de la ofensiva y el cerco de Teruel acentuaron las penalidades sufridas por
ambos contendientes. En retaguardia se recordaba a la poblacin femenina el deber de trabajar en ropa de abrigo. (Coleccin J. M.
Campesino).
En ese momento volvi a hacer su aparicin el general Rojo, que se haba ausentado del campo
de batalla das antes debido a lo favorable de la situacin. El da 29, ante la ofensiva de Franco,
volvi a tomar la direccin personal de las operaciones y aprovech la vacilacin de la vanguardia
de Garca Valio en la explotacin del xito, llevando al frente todas las reservas disponibles,
concediendo numerosas recompensas y autorizando sanciones ejemplares para los pusilnimes y
derrotistas. De esta manera consigui recomponer la situacin de los sitiadores.
PROTAGONISTAS
DOMINGO REY DHARCOURT (1883-1939)
Naci en Calamocha (Teruel) en 1883. Ingres en el Arma de Artillera y al comenzar la Guerra Civil Espaola secund el
alzamiento militar. Como coronel del arma asumi el mando de la semisitiada plaza de Teruel durante la guerra. En diciembre de
1937, los gubernamentales lanzaron una ofensiva para tomar la capital turolense; la ciudad fue totalmente rodeada por el Ejrcito
Popular de la Repblica. El coronel Rey mantuvo la defensa de la plaza mientras pudo, donde fue sometido a intensos
bombardeos artilleros y de aviacin. Finalmente, las constantes embestidas de las tropas republicanas hicieron que se rindiese. El 8
de enero de 1938 firm el acta de capitulacin, y fue hecho prisionero junto a otros 1.500 combatientes. Su rendicin le hizo recibir
las crticas de sus compaeros que se mantuvieron hasta despus del final de la Guerra Civil y el sambenito de haber sido un
cobarde y casi un traidor, ya que el mando nacional esperaba que continuara luchando, en resistencia numantina, hasta la total
aniquilacin de sus tropas. Rey d'Harcourt fue enviado a Valencia y all fue sometido a consejo de guerra, por haber participado en
la sublevacin. Condenado, fue encarcelado primero en Valencia y luego trasladado a Barcelona. Tras la ofensiva del Ejrcito
Nacional sobre Catalua, el da 23 de enero de 1939, Rey dHarcourt, junto con otros prisioneros, fue trasladado por soldados
republicanos a Santa Perpetua de la Mogoda (Barcelona) primero, pasando despus por Ripoll, San Juan de la Abadesas y
Figueras. Finalmente, el da 7 de febrero, antes de cruzar la frontera francesa, y en un barranco situado entre Pont de Molns y
Les Escaules, las tropas mandadas por el mayor de milicias Pedro Daz, de la Brigada de Lster, fusilaron a un total de cuarenta y
dos prisioneros, entre los que se encontraban el coronel Rey dHarcourt, el obispo de Teruel, fray Anselmo Polanco; el teniente
coronel Jos Coello, jefe de Polica de Teruel, y el sacerdote Felipe Ripio, por citar slo algunos. Los cadveres fueron rociados
con gasolina y se les prendi fuego.
JBILO
La conquista de Teruel por el Ejrcito Popular primera capital de provincia que caa en sus manos en toda la guerra caus
mucha alegra en la retaguardia republicana. (Coleccin J. M. Campesino).
Bajo unas condiciones climatolgicas infernales, las unidades republicanas, exhaustas y ateridas
de fro, al igual que las unidades nacionales, consiguieron salvar la situacin y resistir en sus
posiciones, manteniendo el cerco. Las vanguardias nacionales, aunque reforzadas ahora con otras
seis divisiones, no fueron capaces de romperlo para socorrer a sus compaeros de armas que
seguan resistiendo en los ltimos bastiones de la capital. stos veran esfumarse sus posibilidades de
salvacin el da 6 de enero de 1938, tras el fracaso de un decidido ataque llevado a cabo por las
tropas del general Aranda contra las unidades republicanas y un nuevo descalabro, esta vez por parte
de las fuerzas de la 1 Divisin de Navarra, en el sector de la Muela.
FRIO INTENSO
Los ltimos das de 1937 fueron los ms fros de la dcada, alcanzndose en Teruel temperaturas por debajo de los 15 C bajo cero.
Las nevadas fueron abundantes y copiosas. (Coleccin J. M. Campesino).
LA PASIONARIA Y URIBE
La conocida poltica comunista Dolores Ibarruri, La Pasionaria, junto a Vicente Uribe, ministro de Agricultura, rodeados de jefes
militares republicanos, en la plaza del Torico de Teruel, das despus de su conquista. (Coleccin J. M. Campesino).
CAE T ERUEL
El da 6, los agotados defensores solicitaron a los sitiadores la evacuacin de sus enfermos y
heridos, a lo que stos accedieron, aprovechando la tregua para intentar una vez ms la rendicin de
los sitiados. El comisario de XXII Cuerpo de Ejrcito, que llevaba personalmente las negociaciones,
modific, en el ltimo momento, las condiciones de tregua, no accediendo a la evacuacin si no iba
acompaada de la rendicin incondicional. El coronel Rey, jefe de la defensa, viendo lo intil de su
posicin y los sufrimientos acumulados de los defensores, con las municiones al lmite y los
alimentos agotados, propuso a sus hombres dos alternativas: la rendicin o intentar romper el cerco
desde dentro. A las cinco de la tarde del 7 de enero, la guarnicin de Teruel depona las armas y se
entregaba a las fuerzas del Ejrcito Popular. Al da siguiente sucedi algo similar en el Seminario; a
las 13:30 horas los defensores ponan fin a su resistencia y pasaban a convertirse en prisioneros del
Ejrcito Popular.
EL TORICO
La plaza del Torico es el centro del casco antiguo de Teruel. En ella se levanta esta columna con la figura de un toro. (Autores).
por el desgaste sufrido por los contendientes. Franco no estaba dispuesto a permitir a sus oponentes
un triunfo, por nimio que fuera, para que stos lo explotaran dentro y fuera de Espaa. Se entraba
ms en el terreno poltico y propagandstico que en el puramente militar, algo demasiado frecuente
en la estrategia general que presidi la Guerra Civil.
LTIMA FASE
El da 17 de enero las unidades asignadas al Ejrcito del Norte nacional incluyendo ahora el
Cuerpo de Ejrcito marroqu, a las rdenes del general Yage,iniciaban la ltima fase de la batalla,
que culminara con la recuperacin de la ciudad por parte del bando nacional. Tras una fortsima
preparacin artillera, las tropas nacionales se lanzaron al ataque y, dos das ms tarde, el general
Aranda situaba a sus vanguardias en el curso bajo del ro Alfambra. Sin embargo, el recin ascendido
general Hernndez Saravia, demostrando habilidad y energa, plant cara con sus unidades de
refresco e hizo fracasar as la operacin combinada que pensaban desarrollar los generales Varela y
Aranda. No les quedaba ms remedio que despejar los flancos antes de llevar a cabo cualquier
operacin de reconquista de la capital.
CARROS DE COMBATE
En Teruel se emplearon todo tipo de armas, incluso estos viejos carros de combate Renault de origen francs, que estaban en
servicio en el Ejrcito espaol antes de la guerra. (Coleccin J. M. Mata Duaso).
Fueron estos condicionantes los que llevaron a Franco a decidir el traslado de las operaciones al
curso alto del Alfambra, en el sector de Perales, para asegurar as las comunicaciones entre Zaragoza
y Teruel y dar mayor consistencia al frente. Tena un conocimiento preciso sobre las defensas
republicanas en ese sector, encomendadas a la 42. Divisin, que eran dbiles y no esperaban un
ataque.
SOLDADO REPUBLICANO
Un soldado del Ejrcito Popular de la Repblica en el Teruel recin conquistado. (Ilustracin de Manuel V. Tamariz Senz).
TRINCHERAS
En la zona donde se produjo la batalla del Alfambra todava permanecen vestigios muy bien conservados de trincheras y lneas
defensivas de la Guerra Civil. (Autores).
INVIERNO DE 1937
El fro y la nieve fueron las peores pesadillas de los contendientes de ambos bando en lucha. (Va autores).
La batalla de Teruel haba sido favorable, hasta ese momento, al Ejrcito Popular, pero, al
ampliar la maniobra y el teatro de operaciones el Ejrcito nacional y obligar al enemigo a salir de las
posiciones defensivas y campos atrincherados, que negaban la guerra de movimiento, la ventaja
pasara a quien tuviera mayores recursos y superior preparacin.
OFENSIVA EN EL ALFAMBRA
El 5 de febrero, las tropas nacionales lanzaron una ofensiva buscando un doble envolvimiento
por las alas en la sierra Palomera, una de las zonas ms dbiles del frente republicano. El Cuerpo de
Ejrcito marroqu, de Yage, avanzara de norte a sur y el Cuerpo de Ejrcito de Galicia, de Aranda,
lo hara de oeste a este. El xito fue espectacular y la 42. Divisin republicana result arrollada y
huy en desbandada. En dos das, las tropas de Yage y de Aranda cerraban la bolsa del Alfambra sin
dar tiempo al enemigo a reagruparse.
HOJA VOLANDERA
La toma de Teruel por el Ejrcito de la Repblica fue motivo recurrente de manifestaciones de jbilo por parte de unos dirigentes
polticos que, de alguna manera, tenan que justificar ante su gente algn triunfo blico. (Coleccin J. M. Campesino).
La reaccin republicana fue tarda e ineficaz. Para tratar de cerrar la brecha creada se reforz el
XXIII Cuerpo de Ejrcito con las divisiones 19. y 25. y se envi al XXI Cuerpo de Ejrcito
republicano a taponar el hueco producido entre los ejrcitos de Levante y del Este.
Alcanzada la lnea del ro Alfambra, en toda su extensin, el general Fidel Dvila orden
cruzarlo en su curso inferior y, posteriormente, ejecut la maniobra de envolvimiento sobre Teruel
por el norte, completada por el Cuerpo de Ejrcito de Castilla por el sur.
Fue en esta ofensiva cuando se pudo ver quizs la ltima gran carga de caballera a la antigua
usanza, realizada por el Ejrcito espaol. Ms de 3.000 jinetes de la Divisin de Caballera, al mando
ARTILLERA ANTIAREA
Las condiciones climatolgicas de la lucha en Teruel se resumen en esta impactante foto de un can antiareo nacional que es
arrastrado por sus sirvientes para cambiarlo de posicin. (Luis Wilhelmi Castillo).
VALENTN GONZLEZ
Su papel en la defensa de Teruel fue muy poco lucido. No plante una defensa a ultranza de la capital turolense, como haban hecho
sus oponentes dos meses antes. (Ilustracin de Manuel V. Tamariz Senz).
ESCUDO DE GANDESA
Escudo de una de las poblaciones ms emblemticas de la batalla del Ebro: Gandesa.
BANDERN
Bandern perteneciente a la cuarta compaa de una unidad de Infantera republicana. (Coleccin J. M. Campesino).
PUENTE DE MEQUINENZA
El ro Ebro a su paso por Mequinenza. ste fue el punto ms al oeste por donde los republicanos pasaron el ro en julio de 1938.
(Autores).
VADEANDO EL RO
Tropas republicanas del V Cuerpo de Ejrcito vadeando el ro enfrente del pueblo de Miravet, uno de los pasos en los que no fue
necesario el tendido de puentes. (Va autores).
DICCIONARIO
La enorme ayuda rusa, en material y en asesores, hizo indispensable los diccionarios rusoespaol/espaol-ruso. (Coleccin J. M.
Campesino).
A mediados de junio de 1938, Rojo haba ultimado el ambicioso proyecto de ofensiva a travs
del Ebro. En esencia, ste consista en establecer en una primera fase, una cabeza de puente en la
orilla occidental del ro, tras la cual se producira, en una segunda fase, un avance hasta la lnea
Villalba de los Arcos-Gandesa-sie-rra de Pandols, para continuar a Maella-ValdetormoMonroyo-Cat
tercera fase, punto este ltimo en que se pensaba enlazar con el GERC.
Pero la realidad sobre las verdaderas capacidades de sus unidades y el equilibrio de fuerzas
entre ambos bandos condujeron a una serie de modificaciones, que se plasmaron en la Orden de
Operaciones republicana definitiva de 22 de julio de 1938. En ella se ampliaban los objetivos de la
segunda fase hasta la lnea Batea-Hortaro Canaletas y, como reflejo del realismo comentado, se
limitaban los de la tercera a la lnea ro Algas-Valde-rrobles-Vinaroz. Quedaba descartado enlazar
con el GERC, por lo que el nico objetivo de la ofensiva sera frenar el avance nacional sobre
Valencia.
PONTONEROS REPUBLICANOS
Los pontoneros fueron muy importante en la ofensiva republicana para el paso de hombres y material de una orilla a otra del ro
Ebro. (Va autores).
ENRIQUE LSTER
Ya de teniente coronel, Lster estaba al mando del V Cuerpo de Ejrcito. (Coleccin J. M. Campesino).
MANUEL TAGEA
Estaba al mando del XV Cuerpo de Ejrcito republicano. (Coleccin J. M. Campesino).
Para incrementar las posibilidades de xito de este plan, se disearon tres operaciones
secundarias con el propsito de desviar refuerzos enemigos, que se desarrollaran de forma
simultnea. La primera de ellas tendra lugar en el norte, en la que la 42. Divisin cruzara el Ebro
entre Fayn y Mequinenza, enlazando, posteriormente, con el resto del XV Cuerpo de Ejrcito. Otra
maniobra de diversin se desarrollara en el sur, a cargo de una brigada de la 45. Divisin, que
cruzara el ro con direccin a Amposta, y cuyo objetivo era cortar la carretera Valencia-Barcelona.
Por ltimo, se desarrollara otra accin complementaria en la que el Ejrcito del Este atacara en el
sector de Sort unos das antes de la operacin principal.
PUENTE DE BARCAS
Los republicanos se afanaron en construir un puente de barcas, y prepararon la que sera su mayor ofensiva en el transcurso de la
guerra. (Coleccin J. M. Campesino).
MILITARES REPUBLICANOS
Un capitn republicano junto a varios soldados del Ejrcito Popular se fotografan en la zona del Ebro en el caluroso verano de
1938. Lo nico que les distingue de sus enemigos son las divisas de grado que portan en sus gorrillos. (Coleccin J. M. Campesino).
La sorpresa lograda por la ofensiva no fue total pues la magnitud de los preparativos hizo
inevitable que llegaran noticias de los mismos al enemigo. El Mando nacional esperaba un ataque a
sus posiciones a travs del Ebro aunque desconoca el momento y el lugar exactos. De este modo, lo
ms que podran obtener los republicanos era lograr la sorpresa tctica, pues la estratgica ya estaba
perdida. Pero aun aquella podra resultar suficiente para obtener la victoria.
A pesar de que, probablemente, esta ofensiva era la ltima oportunidad para que la Repblica
alterase el curso de la guerra, los preparativos sufrieron unas deficiencias gravsimas, de
consecuencias irreversibles. As, aunque parezca increble a esas alturas de la guerra, la aviacin
republicana brill por su ausencia durante los primeros y cruciales das de la ofensiva. En efecto, sin
que pueda justificarse en modo alguno, los aviones rusos de caza y bombardeo estaban desplegados
en la zona Centro/Sur y all permanecieron pese a tratarse de una iniciativa republicana. Resulta de
todo punto absurdo, e inexplicable, que los aparatos tardaran cinco jornadas en acudir a Catalua,
retraso que contrasta con la eficacia demostrada por la aviacin nacional, que ya estaba presente en el
escenario, actuando con creciente eficacia, desde el medioda de la primera jornada del comienzo de
la ofensiva.
MEQUINENZA
Una de las operaciones secundarias en la batalla del Ebro fue la del cruce del ro entre Fayn y Mequinenza. Esta operacin se
llev a cabo ms al noroeste que la ofensiva principal y su desarrollo no fue todo lo satisfactorio que caba esperar para el mando
republicano. (Autores)
Para lograr la ruptura, el Ejrcito del Ebro deba derrotar al Cuerpo de Ejrcito marroqu que,
al mando del general Yage, cubra el frente que iba desde la confluencia de los ros Segre y
Noguera Ribagorzana, hasta el mar. La zona del principal esfuerzo republicano estaba ocupada por
las divisiones 50. y 105., respectivamente a las rdenes de los coroneles Campos-Guereta y Lpez
Bravo. Estas dos unidades seran claves para el devenir de la batalla.
La llegada de informes sobre un posible e inminente ataque republicano a travs del Ebro,
propici que el Cuartel General de Yage recomendara mejorar las fortificaciones a lo largo de la
lnea del frente, dando por sentado que stas eran escasas en efectivos y calidad. La calidad de la
fortificacin de campaa, a lo largo de la guerra, nunca fue precisamente una cualidad de que
hicieran gala ninguno de ambos bandos. La confianza en la capacidad defensiva de las pequeas
unidades para detener los ataques enemigos hasta la llegada de refuerzos haba sido norma general en
las unidades nacionales a lo largo de toda la guerra hasta ese momento, convencidos como estaban de
su superioridad tctica sobre el enemigo.
PUENTE DE ASC-VINEBRE
Vista del puente-pasarela montado para comunicar las poblaciones de Asc y Vinebre, situadas al este de la sierra de la Fatarella.
(Archivo Fundacin Yage).
COMIENZA LA OFENSIVA
A las 00:15 h del 25 de julio de 1938 el Ejrcito del Ebro se puso en marcha. Frente a
Mequinenza, cruzaron tres batallones de la 226. Brigada, perteneciente a la 42. Divisin, que
acabaron tomando las posiciones nacionales entre las que se haban infiltrado sigilosamente,
capturando en el proceso una batera artillera nacional con todo su personal, material y medios de
traccin.
Ms al sur, el XV Cuerpo de Ejrcito atravesaba el ro por cuatro puntos. La 31. Brigada
(encuadrada en la 3. Divisin) lo haca al noroeste de Ribarroja a las 5:30 horas, ocupando la
poblacin y capturando a la guarnicin para continuar progresando hacia la sierra de Fatarella. La
33. Brigada de la misma divisin lo haca por Flix, tomando el pueblo y capturando a la guarnicin;
al anochecer, la brigada haba alcanzado las proximidades de La Fatarella. Entre Flix y Asc efectu
el cruce la 11. Brigada de la 35. Divisin, que tendi una pasarela por la que pas a la otra orilla la
15. Brigada. Esta vez, las tropas republicanas lograron coordinar el ataque de dos brigadas y realizar
una preparacin artillera adecuada, lo que propici la rpida conquista de la poblacin de Asc. Por
ltimo, la 13. Brigada cruz el Ebro al sur de Asc, avanzando con gran resolucin hacia el cruce de
Camposines, que ocup a las 8:45 horas, capturando al jefe de la 1. Brigada de la 50. Divisin
nacional con su Estado Mayor, con lo que consum el derrumbamiento de todo el subsector.
CRUZANDO EL EBRO
Soldados republicanos cruzando a la carrera una pasarela de barcas tendida sobre el Ebro. (Archivo Fundacin Yage).
Por tanto, la actuacin de los Stukas en los cielos de Espaa ha de referirse indistintamente a los Hs 123 y a los Ju 87. Estos
aparatos estuvieron encuadrados, sucesivamente, en varias unidades areas, llamadas VJ./88, Stuka-Kette./J/88, 5./J.88 y StukaKette./K.88, desde el mes de diciembre de 1936 hasta el final de la Guerra Civil Espaola.
Corbera fue ocupada por la tarde, y el avance prosigui hacia Gandesa, a cuyas inmediaciones
llegaban los republicanos al anochecer. Haba sido un comienzo prometedor, pero pronto se hicieron
evidentes las carencias republicanas. Entre otras cosas, el impulso de la ofensiva fue detenido por el
propio Vicente Rojo, quien anul las rdenes dadas por Tagea a la 16. Divisin del XII Cuerpo de
Ejrcito de cruzar inmediatamente el Ebro.
POSTAL REPUBLICANA
Quiere representar la dependencia de los sublevados de sus mentores, Alemania e Italia, frente a la
supremaca y unidad de la causa republicana sobre partidos y sindicatos. (Coleccin J. M.
Campesino).
Algo ms hacia el sur, era el turno para el cruce por parte del V Cuerpo de Ejrcito. Por Illetas
lo hizo la 100. Brigada, seguida por la 1. y la 9. de la 11. Divisin. La 1. Brigada tena la misin de
envolver Mora de Ebro, y la 9. y la 100., la de atacar Miravet, cuya guarnicin se hizo fuerte en el
Castillo. La 10. Brigada de la 46. Divisin pasaba por Benifallet, y se extendi tanto hacia el norte
como hacia el sur. La creacin de esta cabeza de puente permiti el tendido de un puente por el que
cruzaron muy pronto las brigadas 37. y 101.. Toda la 46. Divisin avanzaba por la sierra de
Pandols junto a unidades de la 11. Divisin que, tras ocupar Pinell, haban ascendido a la sierra de
Caballs.
PROTAGONISTAS
ENRIQUE GODED ALONSO (1921-1938)
Enrique era el hijo pequeo del general Manuel Goded, ejecutado por el Frente Popular el 12 de agosto de 1936 tras fracasar en
la sublevacin de Barcelona. En junio de 1937, con tan slo 16 aos, ingres en la Academia de alfreces provisionales de Lluch
(Mallorca) de donde sali con la estrella de alfrez en direccin a la pennsula, incorporndose a la Legin.
Tras varios traslados, fue destinado a la VI Bandera, donde combatira en primera lnea desde su llegada.
Goded tom parte, primero en la dursima batalla de Teruel, despus en el cruce del ro Alfambra y los altos de Celadas. Ms
tarde luch en la campaa de Aragn que habra de llevar a las fuerzas nacionales hasta el Mediterrneo, partiendo en dos la
zona republicana y despus vendra la toma de Lrida.
El 25 de julio, el Ejrcito de la Repblica cruzaba el Ebro.Fue la Bandera de Goded, recin ascendido a teniente la VI, la
encargada de frenar la avalancha en la zona de Gandesa. El 30 de julio, en uno de estos fortsimos combates ocurrido en el Puy
de Aliaga, el joven oficial encontrara la muerte. Su Bandera sufri ms del 50% de bajas. La noticia de esa muerte, una entre
miles de esos das, recorrer el frente en todas direcciones; las trincheras, el mando, la retaguardia, los periodistas todos
exclamarn: Ha muerto el hijo de Goded!
En la Galera Militar Contempornea se recogen sus mritos y se le cita como capitn de Infantera, ya que fue ascendido a ttulo
pstumo. Con slo 17 aos, podemos considerarlo, sin lugar a dudas, el capitn ms joven de los que lucharon en la Guerra Civil
Espaola en ambos bandos.
Es el momento de comentar la suerte que corrieron las operaciones de diversin llevadas a cabo
al sur de la ofensiva principal. La 14. Brigada Internacional de la 45. Divisin cruzara el Ebro en el
sector que estaba guarnecido por la 105. Divisin nacional. De los tres batallones internacionales
slo tendra xito el Commune de Paris, que consigui pasar y establecer una dbil cabeza de puente
en Campred. La destruccin de la pasarela y la conjuncin de las defensas nacionales desmantel la
ofensiva y provoc que, al caer la tarde, lo que quedaba del maltrecho batalln cruzara a nado a la
otra orilla, abandonando la mayor parte del material. Al finalizar la jornada, el Ejrcito del Ebro
haba alcanzado los objetivos previstos para la primera fase, pero sos constituiran todos sus xitos.
La otra accin secundaria llevada a cabo al norte no haba logrado su objetivo de unirse con el sector
principal al no ser capaces de tomar Fayn.
CARRO VICKERS
Un carro de combate T-26B republicano, inutilizado en las cercanas de Villalba de los Arcos. En la zona nacional se les
denominaba Vickers. (Archivo Fundacin Yage).
La aviacin nacional apareci sobre el campo de batalla ya desde las primeras horas de la
maana, realizando misiones de reconocimiento cada vez ms numerosas, ante la asombrosa
pasividad de la aviacin republicana. Al medioda comenzaron los bombardeos areos sobre los
puntos de paso y, aunque los resultados fueron escasos, se logr retrasar el tendido de puentes y
pasarelas y provocar bajas, a un coste mnimo. Los esfuerzos de la aviacin se vieron apoyados por
la decisin de abrir los embalses, lo que neutraliz por completo los pasos construidos durante las
primeras horas de la ofensiva republicana. La aviacin republicana se limit a realizar unos pocos
vuelos de reconocimiento sobre el frente sin enfrentarse al enemigo. No cabe duda que su pasividad
resultara clave en el resultado final.
Hasta la madrugada del 28 de julio no se tendi la pasarela flotante que permiti el paso de las
brigadas 227. y 59. de la 42. Divisin en el sector Mequinenza-Fayn. Durante la noche del 29 se
termin el puente de hierro de Flix y por l pudieron pasar camiones, carros y artillera, aunque
horas ms tarde sufrira daos a causa de los bombardeos areos nacionales, cuya aviacin segua
actuando casi con total impunidad.
RECUPERANDO CARROS
Varios soldados se afanan por recuperar este carro de combate, capturado en plena lnea de frente. Los nacionales pusieron en
prctica un eficaz sistema de recuperacin de carros y vehculos blindados, que les permiti crear una importante fuerza acorazada
en el transcurso de la guerra. (Archivo Fundacin Yage).
CARTEL
Una semana antes de comenzar la ofensiva del Ebro, se cumpla el segundo ao de Guerra Civil. En el bando republicano se
conmemoraba con este cartel. (Coleccin J. M. Campesino).
IGLESIA DE VILLALBA
Puerta principal de la iglesia de Villalba de los Arcos. Este pueblo fue lnea de frente, por lo que sufri numerosos bombardeos y
qued parcialmente destruido. (Archivo Fundacin Yage).
FRACASA LA RUPTURA
El mando nacional, una vez superada la sorpresa tctica, reaccion de manera rpida enviando
al sector atacado las reservas del Cuerpo de Ejrcito marroqu, que se desplegaran entre la noche del
25 y la maana del da siguiente, y la 16. Bandera de la Legin, que alcanzara Gandesa el mismo da
25. En estas maniobras resultara decisiva la informacin suministrada por los aviones de
reconocimiento, que informaban con exactitud de los progresos y la situacin del enemigo.
El flujo de refuerzos nacionales fue incesante en esas primeras horas, y decisivo para sellar los
intentos de penetracin . El 73. Batalln de Toledo y el 2. Regimiento de la Divisin de Caballera
acudieron a la zona de Mequinenza-Fayn. A la defensa de Villalba de los Arcos llegaba la maana
del da 26 la 3. Bandera de la Legin, mientras el grueso de la 82. Divisin, un regimiento de la 13.,
dos batallones de la 63. y uno de la 150. se dirigan hacia el norte de Villalba para cortar la
penetracin de la 42. Divisin republicana. Estas unidades pudieron contener, la jornada del 26, la
ofensiva republicana, que apenas registr xito alguno. La oportunidad de lograr la ruptura se haba
perdido.
REQUETS
El Tercio de Nuestra Seora de Montserrat particip en la batalla del Ebro integrado en la 74. Divisin del Ejrcito nacional, y
combati en el sector de Villalba de los Arcos y Gandesa. En la foto, figurantes en una recreacin de la batalla. (Autores).
DESCANSO
Los combates el verano de 1938 en la zona del Ebro fueron atroces. El descanso de los soldados no slo era necesario, sino tambin
conveniente. (Coleccin J. M. Campesino).
con un nuevo fracaso, pues no se conquist Gandesa ni se tom Bot. Los republicanos tendran que
contentarse con los resultados obtenidos el primer da de ofensiva. Fue un punto de inflexin en la
batalla, ya que, a partir del da 3 de agosto, el Ejrcito del Ebro pasaba a la defensiva.
WERNER MLDERS
El que llegara a ser jefe de la Aviacin de caza de la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial, Werner Mlders, tuvo su
bautismo de fuego en Espaa, luchando con la Legin Cndor. (Ilustracin de Manuel V. Tamariz Senz).
PROTAGONISTAS
JUAN MODESTO GUILLOTO LEN (1906-1969)
Juan Modesto Guilloto Len, Modesto, naci en El Puerto de Santa Mara (Cdiz) el 24 de septiembre de 1906. Aserrador de
profesin, durante su servicio militar obtuvo el empleo de cabo de las fuerzas Regulares en el protectorado espaol de Marruecos.
Se afili al Partido Comunista espaol en 1930, y en 1933, tras recibir un cursillo de formacin militar en la Escuela Frunze, en la
Unin Sovitica, organiz las llamadas Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC), unas autnticas fuerzas militares
comunistas revolucionarias. Al comenzar la Guerra Civil Espaola, Modesto particip en el asalto al Cuartel de la Montaa en
Madrid y fue uno de los creadores, y de los primeros comandantes, del famoso 5. Regimiento, del que lleg a ser su jefe en
octubre de 1936. Dirigi un batalln de milicias en la provincia de Toledo, donde intent contener el avance de las columnas
insurgentes que se dirigan hacia Madrid. Se distingui en las operaciones de la sierra de Guadarrama (Madrid) y en el sector del
Tajo durante la batalla de Madrid, en noviembre de 1936. Ya en 1937, el general Miaja, jefe de la Junta de Defensa de Madrid, le
dio el mando de la 4. Divisin, y Modesto fue ascendido a mayor de milicias.
Particip en las batallas de Jarama, Guadalajara y Brunete, y tras la finalizacin de sta, se le nombr comandante del V Cuerpo
de Ejrcito. En 1938 ascendi a teniente coronel de milicias, y en julio del mismo ao dirigi las operaciones militares durante la
muy nombrada batalla del Ebro, ya con el empleo de coronel de milicias (fue uno de los pocos que alcanz dicho empleo
procediendo de las milicias). Tena bajo su mando el llamado Ejrcito del Ebro, constituido por el V Cuerpo de Ejrcito (Enrique
Lster) y el XV (Manuel Tagea), y constitua una fuerza militar de filiacin enteramente comunista. Si bien la maniobra del cruce
del Ebro fue un verdadero xito, la lucha de desgaste que sucedi, encarnizada y dura, result desfavorable para la tropas de
Modesto, que, finalmente, repasaron el ro el da 16 de noviembre de 1938.
Tras la cada de Catalua, en febrero de 1939, pas a la zona Centro-Sur, en donde el presidente Negrn le ascendi a general
(nico caso entre los jefes de milicias), y adems a jefe del Ejrcito del Centro el da 2 de marzo de 1939. Al finalizar la Guerra
Civil Espaola se exili en la Unin Sovitica, cuyo gobierno le reconoci su empleo militar de general.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue general del Ejrcito comunista blgaro que combati a los alemanes junto con las tropas
de la Unin Sovitica.
En las luchas de las diferentes facciones para hacerse con el control del Partido Comunista espaol, Modesto result derrotado y
entonces se estableci en Praga, la capital de Checoslovaquia, donde falleci el 19 de abril de 1969. En dicha ciudad
centroeuropea escribi sus memorias, tituladas Soy del Quinto Regimiento, que se publicaron en Pars durante ese mismo ao. En
1968, Modesto Guilloto se opuso a la entrada de los tanques de las fuerzas del pacto de Varsovia en Praga, evidentemente con
nulos resultados.
BOMBA DE AVIACIN
Un soldado observa una bomba de aviacin sin explosionar. Este tipo de artefactos era un peligro potencial para ambos
contendientes. (Va Juan Negreira Parets).
Para la ofensiva contra la bolsa principal se decidi ocupar primero las alturas dominantes,
centrando el ataque en la sierra de Pandols, que corri a cargo de la 4. de Navarra, reforzada con el
10. Tabor de Alhucemas y apoyada por bateras artilleras. El 10 de agosto, tras una fuerte
preparacin artillera y un incesante bombardeo areo, se lanz el asalto.
REVISTA DE POCA
Pgina de una publicacin republicana en la que ensalzan el comportamiento de la Aviacin en la batalla del Ebro. (Coleccin Jordi
Jara).
PROTAGONISTAS
FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE (1892-1975)
No puede entenderse la historia de Espaa del siglo XX sin la figura de Francisco Franco. Generalsimo de los Ejrcitos nacionales
durante la guerra del 36 y caudillo de Espaa por la gracia de Dios hasta 1975, todos los hechos fundamentales de la historia de
nuestro pas durante ese perodo estn influidos cuando no protagonizados directamente por l.
Nacido en El Ferrol el 4 de diciembre de 1892, ingres en la Academia de Infantera a los 14 aos, si bien no destac como
alumno. Donde s descollara enseguida sera en las distintas campaas de Marruecos, con una carrera meterica plagada de
ascensos por mritos de guerra, que lo convirtieron en el prototipo de oficial africanista y despert admiracin por su valor y
juventud (lleg a ser el general ms joven de Europa, con tan slo 33 aos). Antes, a punto estuvo de morir por una herida en el
vientre (1916), colabor como segundo jefe en la creacin de La Legin (1920) y se hizo acreedor a la Medalla Militar
Individual por su brillante e importante actuacin al frente de su Bandera en el socorro a Melilla (julio de 1921). Tras organizar
y dirigir con acierto la Academia General Militar de Zaragoza en su segunda poca, su actuacin ms destacada durante la
Segunda Repblica le llegara con ocasin de los sucesos revolucionarios de Asturias de 1934, cuya represin dirigi con eficacia
y contundencia. Desplazado a Canarias por el Gobierno del Frente Popular, y tras alguna indecisin, se sum al alzamiento de las
fuerzas de Marruecos, al frente de las cuales se puso tras el famoso vuelo desde las islas en el avin Dragon Rapide. Comenzaba
para l y para Espaa una nueva poca de la historia La muerte de Sanjurjo, su prestigio acrecentado por las victorias cosechadas
en la marcha sobre Madrid (en especial, la liberacin del Alczar de Toledo), su interlocucin con Alemania e Italia y su apoyo
popular le afianzaron como cabeza visible del bando nacional, lo que se consolid efectivamente cuando la Junta de Defensa lo
proclam el 29 de septiembre de 1936 generalsimo de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire, as como jefe de Gobierno del Estado
Espaol.
De carcter cauto, condujo la guerra sin precipitaciones, calculando cada riesgo tomado a la vez que afianzando poltica y
militarmente cada porcin de terreno conquistada. Su mayor acierto estratgico fue, dada la imposibilidad de tomar Madrid directa
o indirectamente, intuir que la guerra iba a ser muy larga, llevndose su masa de maniobra al industrial norte de Espaa. Con l en
su poder, ya estaba en condiciones de batir a su enemigo donde ste quisiera plantearle la batalla, ya fuera en Brunete, Teruel o el
Ebro, lo que tambin poda hacer gracias a su idea centralizadora de recursos (as, la masa artillera de Martnez Campos, la
reserva general de transportes, el servicio de recuperacin de material, etc.). Cuando el reconocimiento internacional al Estado
nacional empez a producirse masivamente, muy especialmente en los casos de Francia y Gran Bretaa (febrero de 1939), era ya
un hecho consumado que la guerra estaba ganada para los rebeldes.
Tras una dura poca en los aos 40 caracterizada por el hambre y el racionamiento, la larga y dura represin, y el aislamiento en
la esfera internacional, Franco, que haba logrado mantener a Espaa fuera de la Segunda Guerra Mundial, se perfil en los aos
50, con su anticomunismo, como un aliado no slo natural sino necesario de la nueva potencia, los EE. UU., pas con el que
firmar unos acuerdos poltico-econmicos y militares que servirn de base al desarrollismo de los 60, en una poca de
prosperidad material que, sacando al pas de su atraso ancestral, permiti, a travs de Planes de desarrollo, el afianzamiento de
una clase media necesaria para el progreso econmico. En los convulsos 70, con una grave crisis internacional como teln de
fondo y una cada vez ms sanguinaria ETA, a lo que hay que sumar el problema del Shara, su rgimen se resinti, coincidiendo
con las enfermedades y achaques que acabaran con su vida el 20 de noviembre de 1975. El juicio ante Dios y ante la historia
del que l mismo habl comenzaba entonces
Comenz una dura y sangrienta serie de enfrentamientos entre la 4. Divisin nacional y la 11.
republicana por el dominio de las cumbres, que se prolong durante ms de una semana. La ofensiva
finaliz por puro agotamiento de los contendientes, aunque los combates prosiguieron en menor
escala a lo largo de los das siguientes. Los nacionales controlaban las cotas ms elevadas de la
sierra, pero los republicanos mantenan en su poder las crestas orientales de la misma. Se frustraba
as la ofensiva nacional sobre Pandols y se incumplan las perspectivas que presagiaban el fcil
triunfo nacional.
BRIGADAS INTERNACIONALES
Revista publicada por el Batalln britnico de las Brigadas Internacionales poco antes del inicio de la batalla del Ebro. (Coleccin
J. M. Campesino).
ESTANCAMIENTO Y DESGASTE
Tras la accin defensiva del Ejrcito del Ebro en Pandols, el Cuerpo de Ejrcito marroqu fue el
encargado de romper el frente en el sector de Villalba, un sector ocupado por el XV Cuerpo de
Ejrcito republicano. La ofensiva quedara confiada a las divisiones 82. y 74., complementada con
ataques de la 13. y de la 102. divisiones al norte y al sur. Las intenciones del bando nacional eran
muy ambiciosas, pues las dos primeras divisiones deberan romper el frente en Villalba, para seguir
luego hacia la sierra de la Fatarella y girar a continuacin hacia el sur, a fin de envolver a los
republicanos frente a Gandesa.
ANTIAREOS DE 88 MM
Una seccin antiarea alemana de 88 mm se dirige al frente en plena ofensiva del Ebro. (Coleccin Carlos Franco GonzlezLlanos).
La labor de fortificacin del Ejrcito del Ebro en la zona elegida para la ruptura en el sector de
Villalba iba a ser puesta a prueba por la concentracin de piezas de artillera y el apoyo de la mayora
de los medios blindados nacionales. El frente republicano estaba cubierto por la 60. Divisin y la
135. Brigada independiente, apoyadas en retaguardia por la 3. y la 16. Divisin. Las unidades
nacionales, tras una fuerte preparacin artillera, el 19 de agosto, lanzaron el asalto, rompiendo el
frente y logrando ocupar el vrtice Gaeta el da 22. El avance prosigui lento y pleno de dificultades
en las jornadas siguientes, llegando a agotarse la capacidad de penetracin de las divisiones
nacionales. Las medidas defensivas republicanas haban tenido xito, aunque al precio de quedar
completamente desgastadas, en una larga e ininterrumpida serie de contraataques. Las maniobras
nacionales por el norte y por el sur haban sido detenidas. Ambos bandos estaban exhaustos.
LA VOZ DE ESPAA
Peridico publicado en plena batalla del Ebro. (Coleccin J. M. Campesino).
PROTAGONISTAS
LEOCADIO MENDIOLA NEZ (1909-1998)
Leocadio Mendiola Nez naci en Badajoz el da 8 de febrero de 1909. Ingres en el servicio de Aviacin durante 1926 y al
ao siguiente fue promovido a sargento.
En diciembre de 1930, estaba destinado en el aerdromo de Cuatro Vientos (Madrid) y se adhiri a la sublevacin republicana.
Tras la proclamacin de la Segunda Repblica, solicit realizar el curso de piloto, obteniendo el ttulo de Piloto Militar con
antigedad de 21 de junio de 1932. Ascendi a brigada de Aviacin el 5 de julio de 1934 y estuvo destinado en el Grupo n. 21 de
Len. En diciembre pas a la 3. Escuadrilla del Grupo n. 22 de Tablada (Sevilla), y el 30 de mayo de 1936 obtuvo nuevo
destino en el Grupo n. 31 de Getafe.
El 18 de julio, el brigada Mendiola realiz diversos servicios sobre los cuarteles sublevados de Getafe y de Carabanchel
(Madrid) y despus actu en los frentes de la sierra y Extremadura, a bordo de aparatos Breguet XIX. Se distingui en los
bombardeos sobre las columnas que atacaban en el frente de Peguerinos, oblign-dolas a retirarse hacia vila. Ascendi a
teniente en octubre de 1936, y muy poco despus fue promovido a capitn por mritos de guerra.
En noviembre de 1936, Mendiola realiz la adaptacin a polimotores y muy pronto se incorpor a la 2. Escuadrilla del Grupo n.
12 de bimotores rusos Tupolev SB Katiuska. Actu en acciones de bombardeo sobre la retaguardia enemiga durante el invierno de
1936-1937 y en la batalla del Jarama. Fue felicitado en diversas ocasiones por sus distinguidos servicios.
En mayo de 1937 tom el mando de la 3. Escuadrilla del nuevo Grupo n. 24 de Katiuska, y con ella actu en las batallas de La
Granja, Brunete y Belchite. Ascendi a mayor de Aviacin por mritos de guerra en noviembre 1937, y se hizo cargo del mando
del Grupo n. 24.
El da 6 de marzo de 1938 dirigi los bombardeos sobre los buques que auxiliaban a los nufragos del hundido crucero Baleares.
Por orden de 21 de julio de 1938 se orden la apertura de informacin al objeto de proponerle para la concesin de la Placa
Laureada de Madrid. Todo parece indicar que el Gobierno aprob el juicio contradictorio y la concesin de dicha condecoracin
lleg a estar firmada por el subsecretario de Aviacin y el presidente Negrn, pero la desaparicin del Diario Oficial, tras la cada
de Barcelona, impidi la publicacin correspondiente.
El 15 de diciembre de 1938 Mendiola fue ascendido a teniente coronel por mritos de guerra. Al da siguiente dirigi
personalmente el ataque de dos escuadrillas de SB Katiuska sobre el aerdromo de La Cenia, base de la Legin Cndor, aunque
los atacantes perdieron dos aparatos, entre ellos el del jefe de una de las dos escuadrillas.
Tras la cada de Catalua, Mendiola cruz la frontera francesa, aunque pronto regres a Espaa. En Albacete volvi a tomar el
mando del Grupo n. 24. Tras el golpe de Estado del coronel Casado, Mendiola fue nombrado comandante militar de Murcia,
pero no lleg a hacerse cargo del mando.
Tras la orden de entrega de la Aviacin a los vencedores, Mendiola opt por exiliarse, saliendo en un Katiuska hacia Orn
(Argelia francesa). All qued internado hasta 1942, ao en que consigui embarcarse para Mjico, donde residi hasta febrero de
1967, en que regres definitivamente a Espaa, estableciendo su residencia en Barcelona. Falleci el 18 de julio de 1998 en
Extremadura.
Fracasados los ataques por el norte y el sur, slo quedaba el centro. Los nacionales contaban
para ello con dos Cuerpos de Ejrcito, el Marroqu de Yage, al norte, y el del Maestrazgo de Garca
Valio, al sur. Para la ruptura frente a Gandesa se reunieron ms de 300 piezas de artillera y una
cantidad elevada de carros de combate. La orden de operaciones del Ejrcito del Norte del 1 de
septiembre dispona la ejecucin de una maniobra de doble envolvimiento de la zona comprendida
entre Gandesa y el cruce de Camposines.
La ofensiva comenzaba el 3 de septiembre y, al da siguiente, se ocupaba Corbera. Un da
despus, por el contrario, fracasaba la toma de Caballs, tras una eficaz defensa del Ejrcito del Ebro.
En el sector de Gandesa, la 11. Divisin republicana, no repuesta del desgaste de Pandols, se retiraba
precipitadamente en la noche del 5 al 6, y permita que la 1. de Navarra ocupara la cota 565, la ms
alta de la sierra de Lavall.
EN EL PUESTO DE SOCORRO
Varios miembros del Ejrcito Popular de la Repblica dialogan con el oficial mdico en el puesto de primeros auxilios avanzado, en
una reconstruccin histrica de la batalla del Ebro. (Autores).
De todas maneras, a pesar de algunos xitos puntuales, la maniobra nacional haba fracasado, al
no poder ocupar las sierras de Caballs y de Fatarella. A partir de ese momento se produciran una
serie de embestidas frontales en un frente muy estrecho, con preparaciones intensas de artillera y
aviacin, repelidas una y otra vez por un enemigo aferrado al terreno y con gran espritu combativo,
modelado, quizs, por la imposicin de una disciplina dursima para forzar la resistencia. Franco en
persona supervis estos combates desde el Coll del Moro, una elevacin al oeste de Gandesa en la
que instal su puesto de mando junto a Dvila y Yage.
A pesar de las dificultades encontradas, Franco decidi proseguir con la ofensiva en las
condiciones iniciales, reajustando el dispositivo. Los objetivos seguan siendo el cruce de
Camposines y la sierra de Caballs, clave de la batalla, que hasta el momento no haba podido tomarse.
La defensa republicana segua estando basada en la rotacin de unidades, pasando a retaguardia las
ms castigadas e incorporndose a primera lnea las de refresco. Este sistema se revel muy eficaz y
fue clave en la detencin de los avances nacionales.
ANTEOJOS DE OBSERVACIN
El oficial de Artillera observa atentamente los movimientos del enemigo. (Va Juan Negreira Parets).
YAGE EN LA FATARELLA
El general Yage, jefe del Cuerpo de Ejrcito marroqu, junto al coronel Riveras, jefe de Estado Mayor (a la derecha) y el teniente
coronel Alarcn de la Lastra, jefe de la Artillera del Cuerpo de Ejrcito (a la izquierda), en el pueblo de La Fatarella el da 15 de
noviembre, recin ocupada esta poblacin y un da antes de la finalizacin de la batalla del Ebro. (Archivo Fundacin Yage).
SERVICIO DE INFORMACIN
Se trata de una pequea carpeta con todos los modelos de aviones enemigos, para su fcil identificacin. (Coleccin J. M.
Campesino).
FRANCISCO VIALS
Francisco Vials Guarro, piloto de caza republicano, jefe de la 2. Escuadrilla del Grupo 26. (Ilustracin de Manuel V. Tamariz
Senz).
Los alemanes tambin ensayaron en Espaa el monoplano de caza Heinkel He 112, que, finalmente, fue encargado por los
espaoles y con ellos se constituy el Grupo 5G-5, que tuvo tiempo de intervenir en el conflicto.
AVIN DERRIBADO
El capitn Luis Micheo Casademunt, jefe de una batera antiarea de 88/56 mm, el jefe del Grupo antiareo del Cuerpo de Ejrcito
marroqu, Constantino Lobo Montero, y otros oficiales posan delante de los restos de un aparato republicano abatido. (Archivo
Fundacin Yage).
TIRO TERRESTRE
Un can antiareo de 88/56 mm realizando tiro terrestre en las inmediaciones de la sierra de Pandols. (Archivo Carlos Franco
Gonzlez-Llanos).
ACTO FINAL
Tras el despliegue de la artillera, clave para batir la sierra de Caballs, y una contundente
preparacin artillera y aeronutica, el 30 de octubre el Cuerpo de Ejrcito del Maestrazgo atacaba el
sector defendido por el V Cuerpo de Ejrcito republicano. Las tropas de la 1. de Navarra se lanzaron
al ataque con tal rapidez y furia que, esta vez, consiguieron superar a sus adversarios. Las cotas
principales de Caballs fueron tomadas a lo largo de la maana.
Los primeros das de noviembre, las divisiones nacionales consiguieron desmoronar la
resistencia republicana. El da 3, la 84. Divisin ocupaba definitivamente la sierra de Pandols y, el 4,
las tropas nacionales llegaban al Ebro. El V Cuerpo de Ejrcito republicano haba sido derrotado y
dividido, debiendo cruzar el ro buena parte de las tropas. Los combates con el XV Cuerpo de
Ejrcito an revestiran tintes de dureza, pero la suerte para los gubernamentales haca ya das que
estaba echada.
IMAGEN AREA
Vista area del frente en la batalla del Ebro. La imagen fue tomada por alguno de los aparatos de reconocimiento empleados por la
Legin Cndor. La toma del cruce de Camposines fue determinante para el desarrollo de la batalla. (Archivo Galland Books).
SUBOFICIAL MORO
En su brazo se aprecia con claridad el escudo del Cuerpo de Ejrcito marroqu. Est sentado sobre el guardabarros de un carro
sovitico T-26B. Reconstruccin histrica. (Autores).
TAGEA Y MORRIONES
El teniente coronel Tagea (con boina) y el coronel Morriones (con gafas, a su lado) departen con otros oficiales del Ejrcitto
Popular en la ltima fase de la batalla del Ebro. (Coleccin J. M. Campesino).
BIBLIOGRAFA
Adems de las obligadas consultas al Archivo General Militar de vila (ambos bandos, diversas
carpetas, legajos varios), la bibliografa bsica para elaborar este tomo ha sido la siguiente (relacin
no exhaustiva):
Permuy Lpez, Rafael A. y Mortera Prez, Artemio. La batalla del Jarama. Quirn
Ediciones, Valladolid, 2002.
Rojo Lluch, Vicente. As fue la defensa de Madrid. Asociacin de Libreros de Lance de
Madrid, Madrid, 2006.
Romero, Emilio. El final de la guerra. Editorial Ariel, Barcelona, 1976.
Salas Larrazbal, Jess y Salas Larrazbal, Ramn. Historia general de la Guerra de
Espaa. RIALP, Madrid, 1990.
Salas Larrazbal, Jess. La guerra de Espaa desde el aire. Editorial Ariel, Barcelona,
1969.
Salas Larrazbal, Ramn. Historia del Ejrcito Popular de la Repblica. La Esfera de los
Libros, Madrid, 2006.
Servicio Histrico Militar. Galera Militar Contempornea (Varios tomos). Madrid, aos
70 y 80.
Tagea, Manuel. Testimonio de dos guerras. Editorial Planeta, Barcelona, 2005.
Togores, Luis E. Yage, el general falangista de Franco. La Esfera de los Libros, Madrid,
2010.
Tusell, Javier (director del proyecto). ABC, doble diario de la Guerra Civil, 1936-1939.
Editorial Prensa Espaola, Madrid, 1978.
VV. AA. Crnica de la guerra espaola, no apta para irreconciliables. Equipo Codex,
Buenos Aires, 1960.
VV. AA. La Legin espaola (50 aos de historia) (Dos tomos). Subinspeccin de La
Legin, Legans, 1973.
Zugazagoitia, Julin. Guerra y vicisitudes de los espaoles. Tusquets editores, Barcelona,
2007.
Adems, han sido consultadas publicaciones diversas de la poca y actuales, como las revistas
Ejrcito, Historia y Vida, ARES Enyalius, Aeroplano y los peridicos ABC, La Vanguardia, Mundo
Obrero, Heraldo de Aragn, El Socialista, entre otros. Los anuarios militares de la Repblica desde
1931 a 1936 han sido de gran ayuda para rastrear los recuadros de las biografas.