Historia de Vivienda en Guadaljara

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La vivieuda social:

uua historia

Eduardo Lopez Moreno

La vivienda social:
una historia

Eduardo L6pez Moreno

Universidad de Guadalajara

Universidad Cat6lica de Lovaina

ORSTOM

Red Nacional de Investigaci6n Urbana

Universidad de Guadalajara
Dr. Victor Manuel Gonzlez Romero

Rector General

Universidad Cat61ica de Lovaina


Dr. Bernard Declve
Dr. Herman Becker

Arq. Agustfn Parodi Ureiia

Directores de Habitat y Desarrollo

Rector dei Centro Universitario de


Arte, Arquitectura y Disefio
Arq. Joaqufn Baeza Medina

Secretario Acadmico
Arq. Carlos Orozco Santilln

ORSTOM
Dr. Henri Poupon

Secretario Acadmico

Representante en Mxico

Iostituclones que apoyan el Programa Editorial de la Red Nacional de Investigaci6n


Urbana: CIESAS-Unidad DF; Departamento de Sociologfa de la UAM-Unidad Iztapalapa;
Departamento de Sociologfa de la UAM-Unidad Azcapotzalco; Centro de Estudios de Poblaci6n de la Universidad Aut6noma de Hidalgo; INESER de la Universidad de Guadalajara;
DESMoS de la Universidad de Guadalajara; Academia Institucional de Asentamientos
Humanos de la Universidad Aut6noma dei Estado de Mxico; El Colegio de Michoacn,
A.C.; Departamento de Investigaciones Arquitect6nicas y Urbanfsticas dei Instituto de Ciencias de la Universidad Aut6noma de Puebla (DIAU-ICUAP); Centro de Investigaciones
Antropol6gicas de la Universidad Aut6noma de Quertaro; Facultad de Sociologfa de la
Universidad Aut6noma de Quertaro; Centro de Investigaciones de la Escuela de Ciencias
Sociales de la Universidad Aut6noma de Sinaloa; Centro de Investigaci6n y Estudios dei
Sureste, AC.; Facultad de Arquitectura de la Universidad Aut6noma de Tamaulipas.

Primera Edici6n, 1996


D.R. Programa Editorial Red Nacional de Investigaci6n Urbana, sede: DIAUICUAP, Maximino Avila Camacho 208, 72000 Puebla, Pue. Tel: (22) 462832,
FAX: (22) 324506.
en coedici6n con
D.R. Centro de Estudios Metropolitanos, Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Disei\o Campus Huentitn, Extremo Norte Calzada Independencia sIn,
44100 Guadalajara, Jal., Tel: (3) 6744580, FAX: (3) 6744755.
en coedici6n con
D. R. ORSTOM, Cicer6n 609, Col. Los Morales, 11530 Mxico, D. F., Tel: (5)
2820636 Y2820800.
ISBN 968--6934-()5-7
Impreso en MxicolPrinted in Mexico

Indice

Agradecimientos

15

Prefacio

17

Introducci6n

19

1. Problematica: elementos constitutivos deI problema


habitacional en la zona metropolitana de Guadalajara (ZMG).
2. El recurso a la historio-Iogia
3. Cuatro paradigmas y una hip6tesis
4. Delimitaci6n deI campo de la investigaci6n
5. Perfodos deI estudio
6. Presentaci6n general deI marco analitico de los perfodos
7. Adfontes

20
24
27
35
37
38
46

La dimension historica
Periodo 1: La evoluci6n de la estructura juridica de la propiedad raiz.
Los sistemas de acceso al suelo y la vivienda. El papel dei
Estado (siglos XVl-XVll)
1. Fundar para repartir
2. La polftica de atribuci6n de la propiedad
3. Las mercedes reales: la piedra angular deI sistema de privilegios
4. Las mercedes reales y los mercedarios tapatfos
5. El dominio territorial y la posici6n social. El valor de los
solares urbanos
6. La estructura territorial de la ciudad y las funciones urbanas
7. El rompimiento de la estructura jurfdico-territorial de la ciudad
y su impacto en las formas de posesi6n deI sueIo
8. La propiedad deI sueIo urbano en los siglos XVI, XVII YXVII
un intenta de construcci6n tipol6gica
9. Estancamiento y vinculaci6n: Formas sui generis de propiedad
privada
10. El proceso de acumulaci6n de la propiedad eclesistica
Il. Los sistemas de acceso al suelo y a la vivienda y el derecho de
ocupaci6n

49
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83
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Eduardo L6pez Moreno

12. El censo enfitutico: una estrategia colectiva de acceso al suelo


13. La enfiteusis: estabilidad para el ocupante
14. Conclusiones

118
122
127

Periodo II: Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara. su influencia en


la propiedad inmobiliaria urbana y en la vivienda

1. El censo enfitutico: una estrategia de acceso co1ectivo al suelo


2. La ocupaci6n irregular de la propiedad: un fen6meno con una
~~~

3. Primeros intentos post-independistas tendientes a privatizar la


propiedad municipal
4. La defensa dei ejido: l.una preocupaci6n de orden social?
5. El sustento te6rico-ideol6gico delliberalismo y su relaci6n con
la propiedad inmobiliaria urbana
6. La desamortizaci6n de la propiedad rafz urbana en manos deI
municipio y deI clero
7. La privatizaci6n deI suelo urbano municipal: las ventas y las
adjudicaciones
8. La Ley Lerdo: de la renta perpetua a la propiedad definitiva
9. La distribuci6n de la propiedad municipal en la ciudad y el
valor deI suelo
10. Valores viejos y valores nuevos: la conformaci6n de un
mercado de suelo
Il. De manos muertas a manos vivas: la transferencia de la
propiedad rafz municipal
12. La distribuci6n de la propiedad eclesiastica: otra forma de
~~~~

13. Caracterfsticas de la privatizaci6n de la propiedad eclesistica


14. Un nuevo proceso de acumulaci6n de la propiedad rafz
15. Conclusiones

135
1~

142
149
153
159
161
166
169
174
178
1~

189
192
195

Periodo III: El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias en


Guadalajara (1880-1920). Las colonias residenciales y populares, su impacto en la vivienda
1. La propiedad dei suelo urbano en el ultimo cuarto deI siglo
pasado
2. La incursi6n deI capital comercial en el sector inmobiliario
3. Los origenes de la promoci6n inmobiliaria: los primeros
agentes

208
209
211

La vivienda social: lU/a historia


4. El sistema general de la promoci6n: ~estrategias inmobiliarias
sofisticadas 0 una verdadera reforma urbana?
5. Principios y valores ideol6gicos de la promoci6n: un nuevo
lenguaje, nuevas necesidades
6. Diversidad dentro de la unidad: comportamiento, estrategias y
prcticas de tres de los primeros promotores privados
7. La Colonia Francesa
8. La Colonia Americana
9. La Colonia Artesanos
10. El Estado, un asociado ms de la promoci6n inmobiliaria
~~

218
229
232
234
244
250

lli

Il. La Colonia Obrera, una intervenci6n simb6lica por parte dei


Estado
12. Conclusiones

264
269

La dimension contemporanea
Periodo IV:
Primera Parte: el desarrollo de los fraccionamientos populares y su
impacto en la vivienda (1920-1970)
1. De la colonia residencial al fraccionarniento popular: ~mutaci6n
o continuidad?
2. La producci6n dei suelo urbano en la ciudad: de la estabilidad
(1900-1940) a la expansi6n (1940-1970)
3. Un primer periodo (1900-1940): arrendamiento y lotes sin
servicios coma opciones fundamentales de vivienda
4. Un segundo periodo (1940-1970): el desarrollo de la
promoci6n inmobiliaria, genesis y evoluci6n
5. La integraci6n de la industria de la construcci6n en la
promoci6n inmobiliaria
6. El sector inmobiliario y sus estrategias promocionales
7. La crisis de la ganancia 0 la desaparici6n de los
fraccionamientos populares
Segunda Parte: las instituciones mixtas: una forma sui generis de
producci6n y gesti6n de la ciudad de Guadalajara. El papel dei
Estado en la producci6n de vivienda
1. Sin colaboraci6n no hay soluci6n
2. La evoluci6n de las formas de introducci6n de infraestructura
en la ciudad (1900-1970): dos periodos y cuatro modelos

275

275
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281
294
313
316
323

326
326
329

Eduardo LOpez Moreno

3. Los organismos locales de financiamiento y producci6n de


vivienda
4. El Instituto de Bienestar Social (lBS): un organismo tripartita
al servicio de los trabajadores dei sector privado (1957-1975)
5. El Patronato de la Habitacion Popular (PHP): un organismo
tripartita al servicio de los trabajadores bur6cratas (1947-1986)
6. La intervenci6n dei Estado en el proceso de urbanizaci6n
de esos aiios: estrategias y alianzas en constante transformaci6n
7. Las instituciones viviendisticas de asistencia social: elorigen
,de la politica habitacional (1940-1950)
8. El PFV: origen de una politica nacional de vivienda explicita
9. Conclusiones

338
340
347
355
357
359
363

Periodo V:
Primera Parte: la intervenci6n dei Estado central en la cuesti6n
habitacional y la promoci6n inmobiliaria local (1970-1980)

1. El cambio en el modelo de gesti6n de la ciudad


2. La situaci6n econ6mico-politica en los setenta
3. La intervenci6n dei Estado central en la cuesti6n habitacional
4. De un esquema de producci6n de vivienda local (lBS) a un
instrumento de envergadura nacional (INFONAVIn
5. El municipio de Guadalajara en los setenta: la participaci6n
local en un sistema cada vez ms centralizado
6. Las nuevas formas de producci6n dei espacio habitacional: la
promoci6n publica y social y la reaparici6n de la ocupaci6n
irregular
7. La politica dei gobiemo central: una intervenci6n a tres niveles
Segunda Parte: la politica de vivienda modema y el papel
dei Estado (1980-1990)
1. La transformaci6n de la naturaleza dei Estado
2. La triple segmentaci6n dei mercado de vivienda
3. El desequilibrio estructural entre la oferta y la demanda dei
mercado de vivienda
4. Nuevas politicas y estrategias: la recomposici6n de los tres
segmentos dei mercado
5. Las transformaciones de la politica habitacional: hacia una
polarizaci6n de los objetivos econ6micos y los objetivos
sociales (0 la lucha de la recuperabilidad en contra de la
accesibilidad)

367
367
370
375
385
393

395
397
409
409
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416
421

440

La yiyienda social: una historia

6. La polftica actual deriva c1aramente a dos objetos: la vivienda


de inters social y la vivienda popular
7. Conclusiones

444
453

Conclusiones
1. Una contradicci6n inicial
2.l.Un historicismo dei futuro?
3. La evoluci6n de la cuesti6n habitacional, en los cuatro
diferentes paradigmas: principales conclusiones
4. La poltica social y el Estado
5. La conformaci6n de un quinto paradigma: el neoliberalismo y
la cuesti6n habitacional

Bibliografia y Fuentes

459
461
465
481
484
491

Lista de cuadros
La dimension historica
Periodo 1
Cuadro N" 1 Habitantes en Guadalajara (siglos XVI-XVIII)
Cuadro N 2 Valor dei suelo urbano y de aigunos articulos
comestibles (Guadalajara 1650)
Cuadro N 3 Las escrituras de censos (Guadalajara 1640)
Cuadro N 4 La propiedad dei suelo urbano en los siglos XVI,
XVII YXVIII

Cuadro N 5 Los sistemas de acceso al suelo y la vivienda


(Guadalajara siglos XVI - XVIII)
Cuadro N 6 Superficie de lotes dados en enfiteusis (Guadalajara
siglos XVIII - XIX)
Cuadro N 7 Valores de los solares (Guadalajara XVII- XVIII)
Cuadro N 8 Rdito 0 pensi6n de solares en censo enfitutico
(Guadalajara siglos XVIII - XIX)

61
67
77
85
105
121
125
128

Periodo Il
Cuadro N 1 Evoluci6n de la propiedad municipal en Guadalajara
Cuadro N 2 Guadalajara. Ingreso municipal
(1840, 1841 et 1842)
Cuadro N" 3 Privatizaci6n dei suelo urbano municipal en
Guadalajara durante la Reforma. Ingresos percibidos
por cuartel (en pesos)

138
148

168

10

Eduardo Lapez Moreno

Cuadro N 4 Privatizaci6n dei suelo urbano municipal en


Guadalajara durante la Reforma. Superficie
privatizada por cuartei (mts l )
Cuadro N 5 Privatizaci6n dei sueio urbano municipal en
Guadalajara durante la Reforma 1855- 1874.
Superficies vendidas y adjudicadas por
cuarteles-relaci6n con la superficie de la ciudad
Cuadro N 6 Privatizaci6n dei suelo urbano municipal en
Guadalajara durante la Reforma. Valor dei suelo
por cuartel
Cuadro N 7 Privatizaci6n dei suelo urbano municipal en
Guadalajara durante la Reforma. Principales
compradores de suelo
Cuadro N 8 La propiedad eclesiastica en Guadalajara por
corporaci6n (1856-1861)
Cuadro N 9a Lista de ventas convencionales en Guadalajara.
1856. (segun el notario Juan Riestra)
Cuadro N 9b Liste de ventes conventionnelles Guadalajara
1856. (segun varios notarios)
Cuadro N 10 Desamortizaci6n de bienes eclesiasticos por
Corporaci6n (Guadalajara, 1856)
Cuadro N Il Ventas de solares eclesisticos por Corporaci6n,
Guadalajara, 1856
Cuadro W 12 Privatizaci6n de las casas habitaci6n propiedad dei
clero. Guadalajara, 1856. Lista de principales
compradores
Cuadro N 13 Privatizaci6n dei suelo urbano propiedad dei clero.
Guadalajara, 1856. Cuadro recapitulativo
Anexo
Cuartel N 5. Adjudicaciones y ventas

169

170

1173

181
184
186
187
188
190

194
197
200

Periodom
Cuadro N 1 Las colonias residenciales en Guadalajara
(1898-1923). Principales caracteristicas de los
promotores
Cuadro N 2 Las colonias residenciales en Guadalajara
(1898-1923). Caracteristicas principales de
las colonias
Cuadro N 3 Las colonias residenciales en Guadalajara
(1898-1923). Cuatro colonias: muestra

217

220
233

lA vivienda social: una historia

11

La dimension contemporanea
Periodo IV
Cuadro N" 1 Tendencias de crecimiento de la poblaci6n y
densidad de poblaci6n
Cuadro N 2 Principales urbanizadores (propietarios y
promotores, 1940-1970)
Cuadro N 3 Los conjuntos habitacionales: Patronato de la
Habitaci6n Popular e Instituto Promotor de
Vivienda (Acciones e Inversi6n)
Cuadro N 4 Principales organismos publicos de producci6n de
vivienda en Guadalajam
Cuadro N" 5 Vivienda realizada por Pensiones Civiles dei Estado
en Guadalajara

285
296

394
360
361

Periodo V
Primera Parte
Cuadro N 1 Inversi6n publica federal (1925-1974)
Cuadro N" 2 Ayuntamiento de Guadalajara. Promoci6n publica

376
395

Segunda Parte
Cuadros N 1 Inversion publica y numero de viviendas producidas.
y2 JaliscoyZMG(l989-1990)
Cuadro N" 3 Cobertura de las necesidades anuales de vivienda
por los organismos pliblicos, 1990
Cuadro N" 4 FONHAPO: Fuente de recursos aprobados por
SPP, 1991
Cuadro N 5 FONHAPO: Montos reales ejercidos en los estados
de la Delegaci6n Occidente, base 1990
Cuadro N" 6 FONHAPO: Distribuci6n de acciones y montos de
inversi6n en Jalisco, 1982-1993
Cuadro N" 7 Colonias irregulares en la Zona Metropolitana de
Guadalajara
Cuadro N" 8 Unidades concluidas e inversion ejercida seglin
programa y sub-programa, 1983-1990
Cuadro N" 9 Unidades concluidas e inversi6n ejercida seglin
programa y sub-programa, 1983-1990. Jalisco
Cuadro N" 10 Vivienda construida par los organismos publicos
1981-1991

415
420
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448
449
454

12

Eduardo LOpez Moreno

Cuadro ND Il Caracterfsticas de la vivienda de inters social


y popular

456

Lista de pianos y graficos


La dimension historica
Periodo 1
PIano l
PIano 2
PIano 3
Plan04a
Plan04b
Gnifico 1

Repartici6n de solares en la Guadalajara de


Nochistln, 1532
Las cuadritas, vivienda comunitaria deI clero
Posible ubicaci6n de las manzanas en donde
estaban situadas las cuadritas
Vecindad en el centro hist6rico: Garibaldi, 531
Vecindad en el centro hist6rico: Venustiano
Carranza,423
Modelo te6rico de organizaci6n deI espacio en las
ciudades hispanoamericanas

51
112
113
116
117
73

Periodo II
Piano l
PIano 2

PIano 3

PIano 4
PIano 5
Grfico 1
Croquis 1

Guadalajara 1800
Privatizaci6n dei suelo urbano municipal en
Guadalajara durante la Reforma. Valor deI suelo
por ejido
Privatizaci6n dei suelo urbano municipal en
Guadalajara durante la Reforma. Valor deI suelo
por cuartel
La propiedad eclesistica en Guadalajara
(1856-1861 )
La propiedad inmobiliaria privatizada durante la
Reforma
Guadalajara, valor y extensi6n de los solares (1856)
Proceso de densificaci6n de un ejido-solar, sig10 XIX

136

176

177
185
195
142
139

Periodo III
PIano l
PIano 2
PIano 3

Guadalajara 1883
Las colonias residenciales en Guadalajara
(1898-1923)
Casa tradicional (siglo XVI-1898)

210
221
224

La vivienda social: una historia

PIano 4
PIano 5
PIano 6
PIano 7
PIano 8
PIano 9
Recuadro A
Grfica 1

Recuadro B
RecuadroC

Casa modema (a partir de 1898), Colonia Francesa


Las primeras colonias residenciales de Guadalajara
(1901-1908)
La Colonia Francesa
La Colonia Americana
La Colonia Artesanos
La Colonia Obrera
Las funciones de promoci6n - construcci6n de la
Sociedad Fuchs y Landero en 1905
Valor deI suelo en las diferentes etapas de
promoci6n de las colonias Francesa, Americana
y Artesanos
Venta de terrenos en la Colonia Americana:
Segunda etapa
Venta de terrenos en la colonia Artesanos

13
225
228
240
251
257
270
245

153
252
258

La dimension contemporanea
Periodo IV
Colonias y fraccionamientos en Guadalajara
(1920-1940)
PIano 2
La apertura de la calzada Independencia
Localizaci6n de los fraccionamientos (1940-1950)
PIano 3
PIano 4
Localizaci6n de los fraccionamientos (1950-1960)
PIano 5
Localizaci6n de los fraccionamientos (1960-1970)
PIano 6
lBS y PHP. localizaci6n de conjuntos habitacionales
Colonias y fraccionamientos en Guadalajara
Grfico 1
(1900-1970). Nmero de lotes urbanizados
Grfico 2
Colonias y fraccionamientos en Guadalajara
(1900-1970). Nmero de hectreas urbanizadas
Colonias y fraccionamientos en Guadalajara
Grfico 3
(1900-1970). Nmero de lotes urbanizados en
funci6n de la categorfa de la promoci6n
' Colonias y fraccionamientos en Guadalajara
Grfico4
(1900-1970). Lotes urbanizados por tipo de
fraccionamiento
RecuadroA Fraccionamientos en Guadalajara: consideraciones
(1,2) metodo16gicas sobre la base de datos
RecuadroB Los apartamentos: una nueva expresi6n deI hbitat
colectivo
PIano 1

291
292
309
310
311
348
293
293

301

302
282
318

14
RecuadroC

Eduardo LOpez Moreno


Estrategias de la promoci6n (anuncios publicados en
el peri6dico Ellnformador).

320

Vna estrategia de intervenci6n no convencional


La politica publica de vivienda en alquiler

398
406

INFONAVIT: conjuntos habitacionales en la ZMG


Ejidos y lotificaciones irregulares en la ZMG
INFONAVIT en Guadalajara
El concepto de vivienda social
Evoluci6n deI numero de acciones de vivienda.
FONHAPO, Estado de Jalisco, 1983-1991
Grtca Comparativa de montos ejercidos por
FONHAPO en los estados de la Delegaci6n
Occidente, a precios reales. base 1990.
Numero de colonias irregulares por municipio
Inversi6n ejercida en vivienda. Jalisco (1983-1990)

419
439
417
444

PERIODOV
Primera Parte
RecuadroA
Recuadro B
Segunda parte
PIano 1
PIano 2
Recuadro
RecuadroA
Grfico 1
Grfico 2

Grfico 3
Grfico 4

431

431
440
448

Agradecimientos

Una parte dei trabajo de archiva dei Periodo Uno, fue realizada por
Xochitl Ibarra Ibarra y Jaime Horta Rojas, este ultimo tuvo bajo su cargo
el hacer comprensible los textos antiguos de los "tapatios" que vivieron
en los siglos XVI, XVII YXVIII.
Quien literaimente se sumergi6 en los titulos, decretos, leyes, documentos varios, de la Reforma liberal dei siglo XIX (Periodo Dos), fue
Xochitl Ibarra Ibarra; el intercambio de ideas con eIIa, me fue muy rico
para esclarecer ciertos puntos y para considerar otros muchos nuevos.
Jos de Jesus CastiIIo, fue una pieza clave para recabar informaci6n
de archivo y notarial referente a las primeras colonias residenciales que
vieron la luz en la transici6n de este siglo (Periodo Tres). El desempolvar
los expedientes dei archiva muerto de Obras PUblicas Municipales, fue
tarea de Esther Cavazos y Adriana Fausto. Con su apoyo incondicional,
se pudo constituir una base de datos sobre los fraccionamientos populares
que se urbanizaron entre 1920 Y 1970. Olga Becerra Mercado hizo el
estudio particular dei Patronato de la Habitaci6n Popular (Periodo
Cuatro) y Jos de Jesus CastiIIo se pas6 dias haciendo el trabajo que
correspondia a los servicios tcnicos de los municipios de Tonala, Tlaquepaque y Zapopan, para determinar el numero de asentamientos irregulares y de pobladores que ahi habitan. Adriana Fausto Brito trabaj6 en la
revisi6n de la redacci6n de una parte dei texto dei Periodo Cinco.
La mayoria de los grficos electr6nicos se hicieron con la colaboraci6n de Esther Cavazos, Luis F. Alvarez y Adriana Fausto Brito. Todos
los pianos y esquemas dibujados a mana fueron gracias a la colaboraci6n
de Hctor Hernndez Serrano, quien tambin trabaj6 en la hemeroteca de
la Biblioteca PUbIica dei Estado. Entre aquIIos que leyeron, comentaron
y discutieron algunos pasajes de mi trabajo, considero especialmente a
William Siembieda, Xochitl Ibarra, Esteban Wario, Jean Rive1ois, Yves
Cabannes, Felipe Cabrales, Salvador de Alba.
El debate critico con Annik Osmont y Hermann Becker, miembros
dei colectivo Perifrico y con los "companeros de rota" -coma escribe
Bernard Declve-, me ayudaron a conceptualizar, a partir de una prcti-

16

Eduardo LOpez Moreno

ca, varias de las ideas defendidas en este libro; pienso particularmente en


el mismo Declve, Rossana Forray, Yves Cabannes, Guadalupe Ruiz
Velasco, Jos Estrada Sotelo.
Agradezco al equipo dei Centro Periferia-COMEP de la Universidad
de Guadalajara, el estimulo y apoyo que me proporcionaron. Mi "conciencia" institucional para avanzar y terminar este trabajo fue mi amigo
Jean Rivelois, a quien le estoy muy reconocido por haber intercedido en
el ORSTOM para que se me concediera en dos ocasiones una beca de
estudios en Paris.
Originalmente, este trabajo fue una tesis de doctorado presentada en
el Instituto de Altos Estudios de Amrica Latina de la Universidad de
Paris III. Las ideas y consejos que me di6 mi director de tesis, Jean RevelMouroz, y los comentarios y criticas que me aportaron el dia en que la
sustent, Hlne Rivire d'Arc, Henri Coing, Annick Lamperire y Alan
Vaneph -miembros dei jurado- me fueron de gran utilidad para reconsiderar algunos aspectos dei trabajo.

Prefacio

i,Es la vivienda un bien inalienable? i,Un bien mercantil? i,Un bien


social? A travs de la Historia de la vivienda social en Guadalajara, historia larga de cuatro siglos, que Eduardo L6pez Moreno no dud6 en trazar,
se ve que la tensi6n entre esas representaciones permanece constante.
Cuando hoy se toma conciencia deI ritmo de crecimiento que ha
caracterizado a las ciudades latinoamericanas en las ultimas dcadas,
entre ellas Guadalajara, ejemplar despus de todo,' se esta avido por
conocer c6mo ha evolucionado el enfoque publico de la cuesti6n de la
vivienda, por el Estado regulador, en los diferentes periodos.
La historia nos ensefia c6mo se ha creado un saber hacer, a la vez
polftico y cultural entre los agentes implicados, promotores provenientes
de estatus diversos, poblaciones mas 0 menos solventes y los poderes
locales, que se ven obligados a tratar el suelo en curso de ocupaci6n1urbanizaci6n como una mercancfa muy particular, cuyo potencial especulativo no puede expanderse libremente. Es entonces, particularmente interesante, constatar que a pesar de un ritmo de crecimiento relativamente
arm6nico, hasta la primera mitad deI siglo XX, Guadalajara tuvo una presi6n constante sobre el suelo urbano, que se debe encontrar en otras
varias ciudades. Esta presi6n que provenfa, evidentemente, de los sectores populares: trabajadores, indfgenas, inmigrantes recientes, hizo que
desde el siglo XVIII se pudiera hablar de la ciudad ilegal, de la "ciudad
negada". Cuando la presi6n provenfa de otros sectores de la poblaci6n, se
recurria a instrumentos juridicos y financieros que daban lugar a la derogaci6n. De tal forma que, sta ultima, tuvo tendencia a convertirse en
norma.
Resumamos entonces, los jnstrumentos utilizados por los poderes
locales, creadores de polfticas de vivienda: el privilegio que, en su primeGuadalajara conoci6 un ritmo de crecimiento de cinco por ciento por allo y de Ires por
ciento hasta una poca reciente, multiplicando su superficie por diez entre 1920 y fines
de los aftos ochenta.

18

Eduardo Lapez Moreno

ra etapa, refleja la existencia de una sociedad jerarquizada sin liquidez


financiera; la merced, que se hace cIientelista al modemizarse, y tambin
cuando se dirige a un grupo social y no a un individuo 0 una pequefia
comunidad; y, por ultimo, el establecimiento de normas variadas con
amplias derogaciones que tienen tendencia a convertirse en la figura
dominante. Estas ultimas pueden entonces ser vistas coma una premisa
de la cultura de la ilegalidad, en donde se encuentran los mas ricos (promotores) y los mas pobres (el pueblo de la ciudad), i,quin aparece masivarnente en el siglo XX?
La que dice este Iibro, es que en el curso de los cinco penodos analizados, correspondientes a cuatro tendencias dominantes dei sistema polftico, el papel dei Estado en su forma local, es esencial a pesar de la presencia de una diversidad de instituciones que se renuevan ampliamente
(desde la Iglesia en el penodo colonial, hasta los "sistemas mixtos" que
asocian 10 publico y 10 privado entre los afios 1930 y 1960) Yque intervienen en 10 inmobiliario y la vivienda.
i,Por qu la importancia dei Estado? Porque es el unico capaz de conciliar los conflictos de intereses que se hacen cada vez mas complejos con
el tiempo, ademas de pronunciarse sobre la localizaci6n de cualquier tipo
de operaciones inmobiliarias, es decir, sobre la construcci6n territorial de
la ciudad.
Por ultimo, Guadalajara vivi6 ademas la influencia de las ideas internacionales sobre la planificaci6n urbana y el urbanismo -positivismo e
higienismo- que migraron de Europa hacia Amrica, reinterpretndolas y
desarrollando esa forma urbana tan tfpicamente mexicana que pervive en
nuestros dfas, y que es la colonia residencial. Pero, se vera a la lectura de
este Iibro, que Eduardo L6pez Moreno cree mas en la dominaci6n de los
intereses financieros en el mundo de la vivienda, que en el de los conceptores. Y para decirlo, tiene una s6lida argumentaci6n.
Hlne Rivire d'Arc

Introducci6n

"No responde a una sana sensibilidad revolucionaria, ahondar el contraste entre


unas y o/ras de las capas de la sociedad. (Las viviendas) van dirigidas, de acuerdo
con sus obje/ivos a disminuir las carencias /undamen/ales de los sec/ores no vinculados al salario con/rac/ual. a la disminucion de las ciudadesperdidas, al aba/imien/o dei precarismo habi/acional y a la reduccion de las dramaticas compac/aciones de vecindades".
Regente Senties
jEntrega de 36 casas! en la Ciudad de Mxico, 1972

La aventura de conquista y colonizaci6n, que emprendi6 Nuiio de Guzman,1 termin6 por conferir a la ciudad de Guadalajara, uno de los rasgos
congnitos principales: autonomfa deI centro y capacidad para administrar localmente sus propios recursos. De manera mas 0 menos uniforme,
siguiendo un proceso lento, Guadalajara se conforma con una sociedad,
cuyas rafces constitutivas, se derivaron deI ejercicio de actividades burocrticas, agroganaderas y comerciales. 2
Una ciudad que nace con "vocaci6n urbana y funciones de capital"3 y
que se lanza, e1la misma, a la conquista de su regi6n inmediata usando
como armas la venta y el intercambio, y a los mercaderes como conquistadores.
Una ciudad que como muchas otras, transit6 por las diferentes fases
de la historia de Mxico y de Amrica Latina: colonizaci6n, independencia, liberalismo, modernizaci6n; y tambin, como muchas otras, fue
capaz de ir abriendo su propio camino conforme construfa una aventura
hist6rica particular.
Una ciudad semejante a las demas y al mismo tiempo diferente.
Semejante, porque en ella habita el orden y el caos, el trabajo y la pobre-

2
3

Con el objeto de competir en ~er y gloria con Hemn Corts, el conquistador Nui\o
de Guzman explora y crea el Reino de la Nueva Galicia; luego de cuatro diferentes tentativas de fundaci6n, uno de sus capitanes, Juan de Oi\ate, funda en su honor la ciudad
de Guadalajara en 1542; ciudad que en pocos ailos se convierte en la capital dei reino.
Vazquez D., "La urbanizaci6n de Guadalajara" en Capi/ulo de his/oria de Guadalajara,
Ayuntamiento de Guadalajara, 1992, p. 39.
Trmino utilizado por T. Calvo en su articulo "Guadalajara y su regi6n en el siglo
xvm" en Encuen/ro, No. 4, Guadalajara, Colegio de Jalisco, 1984.

20

Eduardo LOpez Moreno

za, y porque su geografia mezcla edificios, fabricas, puentes, casas y


calles; y porque, coma otras aglomeraciones, esta dispuesta a seguir siendo objeto de acumulaci6n y superposici6n contrastada.
Diferente a las demas, por la manera en que se lleg6 a ese orden y al
caos, y sobretodo, por la forma en que hist6ricamente se ha intentado preservar uno y combatir el otro. Es decir, por los habitantes -actores urbanos- que con sus dinamicas sociales, econ6micas y polfticas, definieron
un tipo de ciudad y una forma particular de gobemarla, producirla y gestionarla. Diferente, por el modelo socio-econ6mico y polftico local, que
con los ooos, determin6 una relaci6n particular entre el Estado -referido a
su mfnima expresi6n que es el gobierno- y los actores civiles, muy particularmente el sector privado mercantil, y entre la c1ase trabajadora y el
capital; un modelo que deriva a un "sistema mixto" que engloba una
gama amplia de actividades y sectores: la gesti6n administrativa, la planeaci6n, el financiamiento de la obra publica y de la vivienda social, en
fin, la construcci6n general de la ciudad y la toma de decisiones.

1. Elementos constitutivos dei problema habitacional en la zona


metropolitana de Guadalajara (ZMG). Males estructurales y
problemas sectoriales
El mejor plan de vivienda actual, no puede vencer una traba fundamental:
la cuesti6n real y objetiva de pobreza y la carencia de recursos econ6micos de la mayorfa de la poblaci6n. En Guadalajara, en 1990, s610 1.2
habitantes de cada diez, podfa adquirir una vivienda terminada, financiada con recursos bancarios: nos referimos a la poblaci6n cuyos ingresos
rebasaban los cinco salarios mfnimos, que era el requisito promedio para
acceder a un crdito bancario. 4
Considerar que los problemas de vivienda son exclusivamente financieros y de acceso a los mercados de crdito, coma se puede inferir a partir de esa constataci6n, lleva a una posici6n sectorial y reductora de la
cuesti6n habitacional, y por ende, de la polftica en la materia; se trata
pues de una verdad a medias. Sin embargo, en los ultimos afios, esa ha
sido una de las posiciones te6ricas mas utilizadas para explicar el problema dei habitat social; evidentemente, esa es una entre varias otras tesis
que intentan abordar bajo un marco analftico particular dicha cuesti6n.
4

Segun el XI Censo de Poblaci6n y Vivienda de 1990, 109,571 habitantes de la PEA


(11.9%) en Guadalajara, se encontraban en el grupo que percibia menos de cinco salarios mfnimos; y, 38,67;2 (4.2%) recibfan mas de 10 salarios mfnimos.

Introducci6n

21

Aun a riesgo de caer en generalizaciones demasiado someras, encontramos que cuatro grandes posturas te6rico-ideologicas, intentan comprender el por qu deI dficit de vivienda y, al mismo tiempo, aportar un
c6mo, para su eventual soluci6n, ellas son:
A) La Teoria Economica de la Oferta y la Demanda, una tesis principalmente defendida por economistas, quienes consideran que la escasez
de vivienda es precisamente resultado de un desequilibrio de la oferta y la
demanda; es decir, un problema de distorsi6n deI mismo mercado habitacional.'
B) La Teoria de la Urbanizacion, aplicada al sector vivienda, seglin la
cual, el proceso acelerado de urbanizaci6n que observ6 Guadalajara, a
partir de los anos cuarenta, produjo cambios estructurales que la ciudad
no tuvo capacidad de absorber. No se trata pues de una discrepancia entre
la oferta y la demanda (como la posici6n precedente), sino de un desequilibrio sistmico provocado por la imposibilidad que tuvieron los diversos
modos de producci6n para responder al desarrollo urbano tan rapido. Sus
defensores sostienen que las altas tasas de crecimiento poblacional, su
polarizaci6n espacial en la capital deI Estado de Jalisco y la rapidez de la
urbanizaci6n, colocaron una fuerte presi6n sobre ciertos bienes de consumo como el suelo 0 la vivienda; presi6n a la que los diversos agentes respondieron en forma limitada e inadecuada. 7
5

Posici6n que ha sido defendida principalmente por los te6ricos liberales y tambin por
algunas corrientes heredadas de las teorias deI desarrollo capitalista dependiente, quienes abordan esta cuesti6n por el lado de los desequilibrios estructurales dei mercado.
Asi, investigadores como Strassman, Araud, Baon y Urquidi, seilalan que "el problema
de la vivienda en Mxico, como en varios paises en desarrollo, es en parte efecto y en
parte causa de una cadena de fen6menos sociales contenidos en el concepto de bienestaro La distribucion deI ingreso es el eje principal de todos los conceptos relacionados
con estandares de vida, entre los cuales la vivienda es de los mas prominentes. La economia no genera poder de compra para hacer deI consumidor un agente que automticamente estimule la construcci6n de vivienda; y, por otra parte, las tendencias en la distribuci6n dei ingreso derivan de procesos econ6micos y sociales que conciernen la
concentraci6n de la propiedad y de la riqueza (el ahorro), oportunidades de educaci6n
limitadas, imperfecciones dei mercado, problemas bsicos estructurales, etc. En otras
palabras, el consumidor no compra una vivienda porque carece de los medios para
hacerlo". Vase uno de sus artIculos principales: "Policy issues in housing construction"
en Studies on employment in the mexican housing industry, USA, 1972, p. 37.
Nos referimos a los trabajos de J. Camberos (1993), J. Arroyo (1991 y 1993) Y W.
Siembieda (1994), todos sobre la ciudad de Guadalajara. Y en general, a la posicion
defendida por el propio gobierno y los organismos supranacionales coma el Banco
Mundial.
De tal forma que en 20 afios (1940 a 1960) se construyeron alrededor de 30 mil casas
para 502 mil nuevos habitantes que nacieron 0 lIegaron a la capital tapatfa en ese perlodo, cuando en realidad se requerlan 91,500 viviendas. De tal suerte que el incremento de

22

Eduardo Lapez Moreno

C) La Teora del Bienestar PJi.blico, quienes apoyan esta tesis, sostienen que el problema de la vivienda se debe en gran parte al propio
gobiemo, cuya ineficiencia -0 falta de voluntad- ha impedido que se
desarrollen instituciones y sistemas financieros 10 suficientemente solidos
para enfrentar, decididamente, dicho problema. R Desde esta postura, el
Estado es el responsable de crear los mecanismos necesarios para redistribuir el ingreso en forma mas equitativa; para 10 cual, requiere desarrollar
polfticas regulatorias y distributivas que aseguren una repartici6n mas
amplia de ciertos bienes coma la vivienda, principal mente hacia la poblaci6n mayoritaria. 9
D) La teora de la urbanizaci6n popular, segun esta tesis, la producci6n dei espacio urbano, principal mente el destinado a la habitaci6n
popular, es producto de la acci6n que desarrollan los habitantes de bajos
recursos; la masividad de esos procesos, permite afirmar a aquIlos que
defienden esta tesis, que estos actores sociales son los principales constructores de la ciudad. ID Esta posici6n propugna por una institucionalizaci6n de las formas autogestivas y populares de producci6n de vivienda,
ya sea a travs de un reconocimiento dei Estado 0 de su imposici6n por la
misma fuerza que levantan los movimientos sociales.
la poblaci6n gener6 un dficit anual minimo de cinco mil habitaciones. Ayuntamiento
de Guadalajara, Direccion de Obras PUblicas. La Unidad Jos Clemente Orozco, Constructora Popular, 1962. Una dcada despus, se edific6 un promedio de II mil unidades
por ano, mientras que la demanda se incrementaba en 15,400 casas mas el dficit existente. La tasa de crecimiento anual de viviendas en esa etapa rue de 3.75% yel de la
poblaci6n de 4.68%. SAHOP, Jalisco, Vivienda, Desarrol/o Urbano. 1979. En los ochenta, el ritmo de producci6n de vivienda sigue estando por abajo deI crecimiento de la
poblaci6n: 4.22% contra 5.10%.
8 As! por ejemplo, durante el periodo 1950-1970, la participacion dei Estado en la produccion de casas habitaci6n en la ZMG rue muy limitada, alrededor de cinco viviendas
de cada cien rueron construidas bajo su gida; para 1977, su participaci6n se increment6
a un 15% dei total de vivienda producidas, contribucion que seguia siendo aun muy
reducida. SAHOP. Desarrol/o Urbano, Jalisco, 1979.
Es de notar tambin, por ejemplo, que en 1990, los recursos econ6micos estrictamente gubernamentales, representaron menos dei 1.62% dei total de la inversion publica
en materia habitacional en la ZMG, segun se desprende de las Estadisticas de Vivienda
publicadas por SEDUE en 1990.
9 Teorias que le conceden una relativa autonomia al Estado en relaci6n a los otros elementos de la sociedad. Quiza uno de los trabajos mas representativos sea el desarrollado
por P. Saunders en 1980 y retomado, desde una perspectiva menos teorica, por Alan
Gilbert y Peter Ward. Vase "Low-Income Housing and the State" en: Urbanization ln
Contemporany Latin America, E. Hardoy, R. Rmirez, London, 1982.
10 Empezando por los trabajos pioneros de J. Turner (1968) y enseguida los investigadores
dei CENVI y COPEvI ellia Ciudad de Mxico, Y. Cabannes (1990), entre otros.

Introducci6n

23

Abordar en forma independiente aiguna de estas tesis (0 cualquier


otra que intente explicar y ofrecer altemativas a los problemas habitacionales), a nuestro modo de ver, quedan parciales ante la complejidad que
reviste la polftica habitacional y los problemas que le son inherentes." La
posici6n que defendemos en este trabajo, es que el problema de la vivienda es s610 la manifestaci6n de varias fuerzas estructurales que actuan
simultaneamente sobre los modos de producci6n y sobre los modelos de
reproducci6n econ6mica, social, polftica y cultural, que coexisten y han
coexistido en diferentes periodos en la ciudad;12 de tal forma que el problema de la vivienda no existe como tal, 0 dicho de otro modo, existe
como un sfntoma 0 como un efecto de causas cuyo origen se encuentra en
otros factores.
Ciertos hechos hist6ricos ponen de manifiesto que en la producci6n
deI espacio se han generado, desde siempre, contradicciones estructurales
que se expresan tanto sobre el mismo espacio urbano, como sobre la
sociedad. 13 Esas evidencias --0 constataciones- son las manifestaciones
extemas de crisis continuas que han variado con los afios y las pocas.
Contradicciones que desde siempre, han suscitado los mismos problemas como la falta de vivienda para todos, hacinamiento, irregularidad en
la ocupaci6n dei espacio, especulaci6n con la tierra y la vivienda; esto es,
estrategias de sobreviviencia, por un lado, y acaparamiento y opulencia
por el otro. Manifestaciones extemas mas 0 menos similares que han
acompafiado a la ciudad en su aventura hist6rica y cuyo origen son las
mismas causas estructurales que, con el proceso de urbanizaci6n y metropolizaci6n, tienden a exacerbarse -ampliando s610 su expresi6n fenomenoI6gica-, de tal forma que el encontrar un empleo se hace cada dfa mas
diffcil, mas penoso el transporte publico, mas insuficientes los mecanismos de consumo de diversos bienes, entre los cuales la vivienda es uno
de los principales.

Il En efecto, el tratar el problema d la vivienda desde un enfoque particular, puede derivar en una actitud igualmente reductora; ese es el caso, por ejemplo, con los que defienden una posici6n "estatista". Para e110s, la polftica de vivienda se puede restringir a 10
que el gobiemo y los organismos publicos hacen en materia de vivienda y de distribuci6n de los recursos publicos.
12 Pradilla y Schteingart, cf. bibliografia.
13 Ver al respecto los trabajos de Emilio Pradilla, cf. bibliografia.

24

Eduardo LOpez Moreno

2. El recurso a la historio.logia l4
l,Por qu, invariablemente, el Estado aparece coma el principal (en
muchas ocasiones el unico) responsable de la falta de vivienda de los
mexicanos? En la sociedad anglosajona, por ejemplo, las carencias habitacionales pueden atribuirse a un funcionamiento ineficiente dei mercado,
y en ese sentido, sectores importantes de la misma sociedad pueden proponer -0 exigir- una intervenci6n limitada dei aparato estatal, que se restrinja a ciertas intervenciones puntuales, 0 incluso, a su no intervenci6n. 's
En otros palses, tambin de tradiciones hispanicas, el Estado responde
garantizando la igualdad en los medios y los derechos que ofrece una
economia de mercado y su intervenci6n -en ultima instancia- se hace con
el objeto de reducir solamente los desequilibrios mas agudos que el
modela de desarrollo socio-econ6mico genera. Mientras que un habitante
comun de Guadalajara, puede suponer (incluso dar por hecho) que existe
un manejo poco c1aro de los recursos gubemamentales, otro puede pensar
que el enorme aparato burocratico es la causa de la falta de vivienda y un
tercero, invocar como raz6n de los males, el acaparamiento de la riqueza
en pocas manos y la falta de mecanismos que aseguren una distribuci6n
mas equitativa de la misma. Todos, sin embargo, estarn de acuerdo, en
que la soluci6n deI problema, radica principalmente en la voluntad deI
Estado, quien es el representante y garante de los intereses de la colectividad. Ahora bien, l,c6mo un Estado que ha intervenido tan poco en la
cuesti6n habitacional y que es percibido simultaneamente coma causa y
soluci6n dei problema, puede seguir representando una opci6n -la unicapara los sectores mayoritarios de la poblaci6n y en general para todos los
habitantes? TaI interrogante situa la cuesti6n en el centro de una gran
paradoja: un Estado que hist6ricamente ha tenido poca presencia en mate14 Nos referimos a la historiologfa y no a la historiografia, porque no pretendemos recurrir
a la historia con el objeto de hacer una simple descripci6n de ella; eso equivaldrfa a subvaluar la teorfa y a desechar el manejo de un esquema conceptual mas completo. Lo que
pretendemos es captar te6ricamente la "16gica de 10 viviente" coma seiiala Anfbal Pinto
(vase su libro Latinoamerica: una vision estructurallsta, UNAM, Mxico, 199\).
15 En efecto, la tradici6n empirica y escptica de los britanicos, desconffa de las teorfas y
modelos que atribuyen una existencia real a entidades colectivas que se situan por arriba
de los pensamientos, motivaciones y propuestas de los individuos coma agentes biol6gicos. En ese sentido, para ellos, el Estado aparece como una construcci6n 0 un artificio
por abajo de la noci6n de individualidad. Vase N. Berry, "The State" en Revue /ntemationale de Philosophie, PUF, France, Vol. 45, N 119,1991, pp. 380-391. Sin ser el proveedor directo de bienestar, el Estado puede limitarse a garantizar las condiciones de
cooperaci6n civil, asi 10 desarrolla T. H. Green en su trabajo: Lectures on the Principles
ofPolitical Obligation, London, Allen and Unwin, 1941.

Inlroducci6n

2S

ria habitacional con intervenciones puntuales ineficentes y a travs de


mecanismos endebles, sigue siendo considerado coma un Estado fuerte,
capaz de dirigir el crecimiento y de coordinar el cumplimiento de los
grandes objetivos de desarrollo, principalmente los de orden social.
Encontrar una respuesta, esta es, penetrar esa paradoja, requiere de un
analisis particular de la naturaleza deI Estado, notablemente de los diversos factores historicos y actuales que, por un lado, le erigieron en representante de la sociedad, y por otro lado, contribuyeron a que se le percibiera de esa manera.
Original mente, nos proponiamos que el estudio tratara solamente
sobre la polftica contempornea de la vivienda social. La vision tan parcial que un analisis sincronico actual nos hubiera dado, sobre el papel que
realmente juegan el Estado y los poderes publicos en la produccion de
vivienda y su relacion con los poderes locales y los diversos grupos que
componen la sociedad, nos motivo a recurrir a la historia no con el obje10 de reconstruir/a; sino con la intenci6n de poder leer mas alla de ciertas
acciones y discursos para entender los valores simbolicos, culturales,
sociales y polfticos que en Ultima instancia hacen "la polftica".
Iniciado el trabajo en esa perspectiva, nos encontramos con otros
varios elementos que nos hacfan necesario "recorrer nuestro trabajo en el
tiempo", es decir, apelar a la historia. En forma por demas somera evocamos a continuacion dos ejemplos:
a. Un numero considerable de promotores inmobiliarios coincide en
sefialar que el suelo urbano en Guadalajara se encuentra, hoy dia, en las
manos de un numero reducido de terratenientes urbanos.1 6 Su disponibilidad en el mercado de tierra es muy bajo y, por 10 general, su costo alto; a
diferencia de otras aglomeraciones coma la ciudad de Mxico 0 Monterrey,
en nuestra ciudad el suelo puede alcanzar hasta un 12% 0 IS% deI valor
total de una promocion inmobiliaria. 17 l.Qu es 10 que puede explicar tal
acaparamiento? l.Cundo y como se pudo llevar a cabo? El analisis de la
polftica de la planificaci6n, pone de relieve la ausencia de una polftica de
suelo urbano y la falta de reservas territoriales publicas; constataciones
que, evidentemente, no son suficientes para explicar ese fen6meno. La
necesidad de entender las estrategias lM de acumulaci6n de los agentes loca16 Nos referimos a 32 entrevistas que practicamos a los promotores de la Asociaci6n de
Promotores de Vivienda de Jalisco A.C (AJlPROVI).
17 Mientras que en ambas ciudades, el valor no rebasa un 8% y, ocasionalmente, un 10%.
La que provoca que en la capital jalisciense, automticamente, una parte de los financiamientos bancarios salga deI techo financiero marcado par el Banco de Mxico.
18 Mas que el estudio de las estrategias de los diversos agentes. 10 que nos interesa es el
anaJisis de la genealogfa y la evoluci6n de las mismas.

26

Eduardo Lapez Moreno

les, las fonnas de producci6n y, sobre todo, las relaciones de propiedad,


"aquIIas que nos descubren el secreto mas rec6ndito de toda sociedad",
como escribi6 Marx,19 nos hacen de nuevo voltear a la historia reciente de
la ciudad. Estudio que, sin duda, adquiere un mayor significado si se toman
en cuenta ciertas determinantes culturales, que han intluenciado grandemente el uso que se le da al suelo y la concepci6n que se tiene de l.
b. Una ciudad de poco menos de tres millones de habitantes -la
segunda en importancia deI pafs- no cuenta hoy dfa con sistemas locales
de financiamiento de vivienda; los recursos de que dispone provienen de
fondos y organismos nacionales, cuyas polfticas y grandes orientaciones
hacen inestable e insegura la producci6n habitacional, no solo en la aglomeraci6n, sino en toda la entidad. Sin embargo, hasta hace dos 0 tres
dcadas, Guadalajara se caracterizaba por su habilidad para construir
esquemas especiales destinados a la producci6n y a la gesti6n de la ciudad, que se materializaron en agencias particulares, dispositivos jurfdicos,
mecanismos financieros propios, que cubrfan una amplia gama de actividades: la gesti6n administrativa, la planeaci6n de la ciudad, el financiamiento de la obra publica y la producci6n de vivienda social. lC6mo fue
posible que, en los l1ltimos veinte alios, se perdiera un modelo de gestion
y toma de decisiones bastante original que constituye una de las grandes
especificades de Guadalajara, en relaci6n a las otras ciudades deI pafs?
lQu propici6 que un sistema local de financiamiento de vivienda se
remplazara por otros de origen federal, uno de los cuales, parad6jicamente, se inspiraba en aqueIIos?lO lDe qu forma, los poderes locales, notablemente el gobiemo y la iniciativa privada, aceptaron esos cambios? y
sobretodo: lqu tipo de transformaciones se dieron en el mbito economico-social y polftico, una vez adoptados los nuevos sistemas? Cuestiones
como stas, de nuevo nos remiten a la historia, haciendo necesario un
estudio particular sobre la evoluci6n de las formas de producci6n y los
sistemas de financiamiento en relaci6n a las instituciones, publicas y privadas, que funcionaron en diferentes momentos en la ciudad. 21
19 C. Marx, El capital, F, Mxico, 1974, Tomo III, p. 733.
20 Hacemos alusi6n al Instituto Nacional dei Fondo de la Vivienda de los Trabajadores
(INFONA VIT), instituci6n que fue creada en gran parte, en base al esquema tcnicofinanciero dei Instituto de Bienestar Social (lBS), un organisme de origen tapatfo (vase
la hip6tesis desarrollada en el Periodo 5).
21 Estudio que realizaremos desde una perspectiva estructuralista, que nos facilita su comprensi6n en relaci6n a las tendencias y transformaciones principales. Vase el mtodo
de investigaci6n empfrica propuesto por C. Topalov: "La dinamica de las contradicciones estructurales" en su libro Le logement en France-Histoire d'une marchandiu
impossible, Presse de la Fondation Nationale des Sciences Politiques, Paris, 1987, p. 17.

Introducci6n

27

Seguramente el trabajo que en un primer tiempo, plantebamos realizar sobre la polftica de vivienda actual, habria ganado en profundidad y
en anlisis de detalle; empero, a diferencia deI estudio hist6rico que proponemos, no nos hubiera permitido aprehender la dinamica de las transformaciones de los sistemas de producci6n y acceso al suelo y la vivienda
ni tampoco nos hubiera permitido entender los factores que las producen
y la forma en que stos evolucionan. 22
Estamos conscientes de que un estudio de tal amplitud, corre el riesgo
de resultar un analisis global --euasi panormico- que sea, por 10 mismo,
terriblemente reductor de la complejidad y realidad hist6rica de la ciudad.
Tomamos el riesgo, pretlriendo dar cuenta de la evoluci6n de las relaciones de propiedad, dei devenir de los actores, de los sistemas de producci6n y las relaciones sociales. Esto es, de un pasado que carga de historia
el presente y de un presente que se explica por el pasado. Preferimos
construir una "visi6n continua y homognea" en un s610 espacio de analisis, que es la ciudad de Guadalajara.

3. Cuatro paradigmas y una hip6tesis


La posibilidad de trabajar en una perspectiva hist6rica, nos plantea la
necesidad de manejar una periodicidad que, en forma clara, articule la
diversidad de formas sociales a travs de las cuales la vivienda ha sido
producida y posefda en la historia de la ciudad. Considerando coma objeto de anlisis, no tanto la polftica de vivienda social, sino el caracter
social de la polftica habitacional. bjeto que puede recubrir varios aspectos, por ejemplo: una funci6n redistributiva, la busqueda de un equilibrio
social, un proyecto de carcter colectivo coma el de consolidar un barrio,
e incluso, una dimensi6n ffsica que se refiere al numero de metros cuadrados edificados y la calidad de los mismos. Es decir, una gran diversidad de nociones de la social, que nos hacen necesario construir un sistema interpretativo que nos permita conocer las determinantes principales,
para entender cundo la poiftica fue social 0 no 10 fue; sistema que haremos reposar en dos grandes variables 0 categorias de analisis: 23 la cues22 Asi 10 hace notar C. Topalov al invocar la importancia dei analisis de las contradicciones estructurales, que requiere dos lipos de neeesidades: "En la sincronia, las relaciones
sociales constituyen un sistema que comporta una 16gica interna que se impone a los
agentes bajo la forma de una racionalidad especffica. En la diacronia, el desarrollo de
las contradicciones constitutivas de la estructura se haee poco a poco incompatible con
la reproducci6n dei sistema 10 que implica un cambio". C. Topalov, Op. Cil., p. 21.
23 Categorias de analisis que, desde una visi6n estructuralista, consideramos coma las
variables mas permanentes en la evoluci6n global dei "sistema" que es la ciudad. Pinto
Anibal, Op. Cil., p. 21.

28

Eduardo Lapez Moreno

ti6n dei suelo y el papel de los agentes que, en diferentes momentos, han
producido el espacio habitacional; entre los cuales incluimos, como uno
de los principales, al Estado. 24 Ambas variables se engloban en otra gran
categoria que es el modo de producci6n de cada momento historico.
De tal forma que, en 10 que respecta a la primera de esas variables,
privilegiaremos ya sea las formas particulares de produccion 0 de transformacion dei suelo, los mecanismos de distribuci6n (que en nuestro
caso, siempre referiremos a los sistemas de acceso al suelo-vivienda)2S y
las relaciones de propiedad, principal mente, las estrategias de acumulaci6n de este bien. Mientras que en 10 que respecta a la segunda variable,
analizaremos poco las relaciones sociales y nos centraremos en las estrategias, practicas 0 poifticas, que desarrollan los agentes privados y publicos que estn implicados en el proceso de produccion y distribuci6n de
vivienda.
Tomando en consideracion que esas prcticas y polfticas estan limitadas por ciertas determinantes estructurales, fundamos nuestro analisis en
el sistema socio-polftico y economico que prevalece en cada periodo; de
esa manera, podemos dar cuenta de la evolucion general de la estructura,
y dentro de ella, de las 16gicas de accion que cada uno de esos agentes
desarrolla.
En base a una observaci6n empfrica, los cambios socio-poifticos pueden ser mejor explicados en trminos paradigmaticos.2I\ A manera de un
primer marco anaiftico general, para este trabajo identificamos cuatro
grandes paradigmas 0 modelos socio-poifticos, que se suceden en la historia de Guadalajara: la emergencia de un estado patrimonialista (siglos
XVI-XIX); la conformacion de un sistema liberal (1820-1880); el desarro24 Es de notar que ambas variables, se refieren mucho ml1s a los "productos", en el sentido
de que estudian la polftica de vivienda desde una visi6n instrumental (las formas de producci6n y su impacto) y no los "procesos"; 10 que significarfa examinar el papel de la
vivienda dentro de una poiftica social que contribuya, por ejemplo, al desarrollo de la
ciudadanfa, a la toma de conciencia en las formas de consumo colectivo de la ciudad,
deI acceso y apropiaci6n deI espacio citadino, en fin, de una mayor democracia. Aspectos que se dejan como preguntas para trabajos futuros y que en el curso de este estudio
se abordan tangencialmente como interrogantes no demostradas.
25 N6tese que dentro de las relaciones de producci6n, en muy rara ocasi6n, nos referiremos
a las prl1cticas 0 comportamientos de consumo deI espacio. Tampoco analizaremos las
caracterfsticas ffsicas 0 tcnicas de la vivienda.
26 Vase al respecto, el trabajo de Viviane Brachet-Marquez, cuya propuesta metodol6gica
intenta explicar los cambios socio-polfticos en la historia reciente de Mxico con el
desarrollo de cinco grandes paradigmas. LAR Review on Latin America. The case of
Mexico, 1980, pp. 91-157.

Introduccion

29

de un modelo pluralista (1920-1970); y la imposici6n de un autoritarismo centralista (1970-1992).27


Si bien en cada etapa de la historia, un paradigma sucede a otm, no
queremos plantear con ello que la realidad sea plana 0 lineal, por el contrario, nuestro presupuesto ontol6gico es que unD de ellos puede conformarse de otro (al heredar 0 retomar ciertos elementos) 0, tarnbin, dos 0
mas pueden coexistir en ciertos momentos hist6ricos. Empero, a pesar de
existir tal diversidad, unD de ellos se impone con mayor c1aridad que los
dems en una etapa determinada. Es eso 10 que nos marca una periodicidad y es eso, tambin, 10 que le da un carcter particular a Guadalajara en
relaci6n a otras ciudades.
En forma por dems somera, las caracteristicas principales de cada
paradigma son las siguientes:
Un Estado patrimonialista (siglos XVI-XVill): E! Estado colonial,
intentando construirse a semejanza dei Estado ibrico, va a imponer cargas y otorgar beneficios, en forma completamente discrecional, a una
sociedad dividida en cuerpos, jerarqufas, rangos, etc., implantando un
modelo cultural y polftico que, por su carcter selectivo y autoritario, va a
"privilegiar el regimen de intercambio de favores en lugar de un principio
de igualdad ante la ley.2K
Fundado en un sistema de relaciones clientelistas, el modelo va a convertirse en un mecanismo eficaz de integraci6n social y polftica que
desde el Estado, pasando por el poder local y llegando hasta la base de la
piramide social, va a funcionar en base a estrategias de derogaci6n, favoritismos y prebendas multiples. Encontrando, a travs de todas ellas, una
fuente constante de legitimaci6n y reproducci6n dei poder.
La Corona, y mas particularmente el Rey, era el propietario inmanente dei suelo; localmente, el municipio distribufa la tierra en su nombre, no
en base a un principio abstracto, sino de acuerdo con servicios que se le
110

27 A partir de la administraci6n dei presidente De la Madrid (1982-1987), se podna hablar


de un quinto paradigma, que es el del modelo neo-liberal. Paradigma que en el campo
de la habitaci6n, se desarrolla en forma clara con el gobiemo de Carlos Salinas y, fundamentalmente, en sus dos ultimos ailos de se)(enio (1992-1994). A fin de evitar el riesgo
de que la presentaci6n que hiciramos de l, en la introducci6n, no diera lugar a un amilisis ulterior en detalle, nos limitarnos simplemente a seilalarlo, considerando que en el
quinto y ultimo periodo de este trabajo, tomaremos en cuenta la influencia que este
paradigma ha tenido en la polftica habitacional y, mAs particularmente, sobre los sistemas financieros y las instituciones viviendfsticas.
28 Jean Rivelois, Le pouvoir clientliste local: un canal de redistribution ncessaire ou un
blocage de changements dmocratiques, le cas du Mexique, ORSTOM, ponencia presentada en el Congreso de Americanistas de Estocolmo, 1994.

30

Eduardo Lapez Moreno

rendfan. 29 La gran variedad de formas de propiedad y de ocupacion dei


suelo, eran el resultado de una sociedad dividida que, segun los diferentes
cuerpos y estamentos, expresaba tambin diferentes formas de relaci6n y
de dominaci6n.
La produccion, distribucion y acumulacion, ya sea dei espacio, de las
riquezas 0 deI poder, refleja un modo cultural y polftico muy particular
propio a las sociedades oligrquicas y premodemas. Queremos probar en
este trabajo, que mucho de esa cultura, dei modelo social y dei sistema
polftico, ha trascendido en el tiempo, reconocindosele como un carcter
especial dei sistema polftico actual; pensamos, fundamentalmente, en los
nuevos sistemas de integraci6n polftica y social que, en forma estructural,
se fundan en un clientelismo institucionalizado que es operado por un
estado centralista y burocratico en forma selectiva y autoritaria.
Un sistema Iiberal (1820-1880): A las diversas instituciones y corporaciones, se opone la idea de los individuos, al pensamiento eclesistico,
el concepto de la libertad de la libre conciencia, al sistema de privilegios,
un principio fundamental de igualdad en que la sociedad misma -y no el
Estado- es la principal encargada de construir ese nuevo marco en base a
relaciones econ6micas, sociales y polfticas diferentes.
Las doctrinas liberales dei igualitarismo y de la libre competencia,
rompen con el sistema de privilegios y lealtades, intentando instaurar un
nuevo orden fundado en el individualismo y la propiedad privada, que
encuentra sus propios Ifmites en el espfritu de acumulaci6n de los individuos que acaparan por igual el poder, la riqueza y los diversos bienes que
la sociedad produce.
29 El concepto de Estado patrimonialista, 10 utilizamos en este trabajo, a partir de una
doble acepci6n. La primera se refiere al hecho de que, desde la conquista y la fundaci6n
de una ciudad el Estado colonial. aparece coma el propietario inmanente de la tierra de
la ciudad-regi6n. un atributo 0 calidad que es aceptado y reconocido ampliamente por
. toda la sociedad. Y la segunda, se refiere a la legitimidad cultivada por el Estado con los
habitantes, en el momento de transmitir la propiedad raiz; la transmisi6n se hace de
forma completamente discrecional por medio de favores 0 mercedes que se entregan a
tflUlo individual 0 a grupos constituidos en corporaciones dentro de un sistema que de
origen es clientelista.
El patrimonialismo ~ue es el reconocimiento y aceptaci6n de ese Estado y de las
relaciones que mantiene con la sociedad- se reproduce en el tiempo en forma cultural
hasta que se operen tres grandes tipos de cambios: il en el modo de reconocimiento
social que puede lIevar, por ejemplo, a la perdida de legitimidad; iil en el tipo de alianzas construidas por el Estado que, al perseguir otras finalidades (que el colonizarl,
puede verse en la necesidad de modificar la estructura de poder y las reglas de funcionamiento de la sociedad con un debilitamiento de los grupos corporativos; y. iiil en la
transformaci6n deI suelo de valor patrimonial de usa, a un valor mercantil de cambio, 10
que supone una mutaci6n de un proto mercado a un mercado de suelo mas moderno.

Introducci6n

31

Las lecciones dei liberalismo dei siglo XIX -palanca impulsora dei
capitaIismo-, parecen perderse en el curso de la historia, iguaImente sus
consecuencias y efectos perversos. El proyecto neo-liberaI actuaI, forrnulado por un rgimen autoritario y neo-populista, pretende desconocer, i.por
su miopia tecnocratica?, que sin una regulaci6n e intervenci6n estatal, el
sistema no funciona, 0 dicho de otra manera, funciona s610 para una elite
econ6mico-politica que se fortalece en detrimento de las grandes mayorias.
Con formas culturales y politicas diversas, muchas de ellas "prestadas" de otros paradigmas, el pensamiento liberal contemporneo integra
otras prcticas y comportamientos, fundamentaImente aqullos que resultan de un autoritarismo centralista. Combinaci6n, que coma 10 vamos a
ver, hace poco casa de algunos principios fundamentales como el respeto
a la libertad y la igualdad de los ciudadanos: principios sobre los cuales
finalmente descansa la democracia y el mismo liberalismo.
Un modelo pluralista (1920-1970): En este modelo, la sociedad
organizada es la fuente dei cambio. Los individuos se incorporan a grupos y a diversas asociaciones con la seguridad de que la representaci6n
compartida, en las instancias de decision y operativizaci6n, es necesaria
coma factor de desarrollo y de estabilidad. Se trata, sin duda, dei modelo
socio-politico que ejemplifica y hace mas especifico el casa de Guadalajara. JO En efecto, a los problemas que vive la sociedad tapatia,3' se responde con un esquema completamente local, que intenta recomponer la
sociedad en base a iniciativas de personas (que actuan en forma individual 0 representados por instituciones) y que se incorporan asi al proceso
de modemizaci6n en complementaridad con el Estado.
La complementaridad es una fusion de los intereses que compiten por
obtener mayores beneficios particulares, pero dentro de un marco de
entendimiento que resulta dei hecho de compartir objetivos y valores
comunes. 32 Su carncter pluralista 10 toma de esa fusion; sin embargo, plu30 Quiza una de Jas ciudades que haya desarrollado un modela similar, desde el punto de
vista de una cierta convergencia en las decisiones y acciones de diveras agrupaciones
sociales, sea Quertaro. Asf 10 hace notar Beatriz Garcia Paredes en su trabajo: Cambios
en el u.w y tenencia de la t1'erra y procesos sociales entre los agrupamientos en la urbanizaci6n dei Mxico moderno (Cf. bibliograffa). Sin embargo, ella misma se encarga de
precisar que el modelo desarrollado en esa ciudad, fue el resultado de designios voluntaristas de grandes grupos empresariales y no de una alianza sector privado-sector publico, como fue el casa de Guadalajara.
31 A decir de Daniel Vazquez, exdirector deI Departamento de Urbanismo dei Estado de
Jalisco, los principales problemas que se vivfan eran el fin de un gobiemo revolucionario, la cristiada, el reparlo agrario, la educaci6n socialista, la falla de recursos dei
gobierno local. Entrevista, junio 1994.
32 Viviane Brachet, Op. Cil., p. 93.

32

Eduardo Lapez Moreno

ralismo no es sin6nimo de democracia ni de participaci6n abierta. En reaIidad, se trata de un modeIo excluyente que mantiene estabilidad, gracias
a la dominaci6n deI mismo sistema y no a la apertuf-a de fuerzas en oposici6n. lJ
En coincidencia con una corriente nueva deI pensamiento sobre la
participaci6n ciudadana, se desarrollan formas multiples de asociaci6n y
colaboraci6n, abocadas a impulsar el proceso de urbanizaci6n e industriaIizaci6n en la ciudad. En ese sentido, la participaci6n es mas consecuencia natural de la conformaci6n de una estructura econ6mica, que de un
avance particular de la organizaci6n social. La percepci6n economicista
deI paradigma es notable; en ese sentido, se trata de una evoluci6n dei
modelo Iiberal que, impHcitamente, considera que los mecanismos de
colaboraci6n y concertaci6n contribuyen a desarrollar las capacidades
individuales en el marco de un trabajo comun.
Un Estado autoritario centralista (1970-1992): Del paradigma pluralista resultan esquemas, instituciones y dispositivos diversos, que terminan institucionalizando la colaboraci6n entre el sector publico y el privado. Nuevas necesidades e imperativos nacionales -basicamente la crisis
econ6mico-fiscal y de legitimidad deI gobiemo- llevan a adoptar medidas de indole nacional, para evitar la dispersi6n de fuerzas centrifugas
(regionales 0 estatales) que pudieran generar contrapoderes importantes.
Esos cambios implican el rompimiento 0 el abandono de los esquemas locales; en adelante, es decir, a partir de los setenta, la sociedad tapatfa funciona en base a la intervenci6n dei Estado central, en 10 que toca a
las iniciativas y poHticas de desarrollo industrial y urbano. Con fuertes
resabios patrimonialistas, el gobiemo de esos afios, impone su concepci6n sobre el desarrollo y define los modelos a seguir por arriba de los
deseos de la c1ase dominante y dominada. Es un sistema autoritario que
elige centralizar el control poHtico y la toma de decisiones, utilizando
como un mecanismo de reproducci6n deI poder y de integraci6n poHtica
y social, las viejas formas c1ientelistas (entre las cuales, el suelo y la
vivienda, se convierten en uno de los vectores principales).
A una sociedad cada vez mas polarizada, se le responde con una serie
de medidas que, en el fondo, provocan una mayor polarizaci6n. Por un
lado, se impulsa un proyecto modemizador con grandes orientaciones
macroecon6micas y de desarrollo industrial; por otro lado, se revive con
mucho mayor fuerza el fantasma dei clientelismo, por un Estado populis33 Se trata de una panicipaci6n exclusiva entre ciertos actores: los sindicatos oficiales, las
asociaciones de cornerciantes y las cmaras patronales; de ahf que, quiza, deberia IlarnU'sele un modelo corporativista.

Introducci6n

33

ta que remodela los sistemas corporativistas en base a nuevos tipos de


organizaciones y alianzas?' La polarizaci6n social genera una movilizaci6n politica a nivel nacional, que ejerce una fuerte presi6n para que se
operen cambios y se reajuste el sistema 0 para que se abran nuevos sistemas, a fin de atender esa polarizaci6n y no reforzarla. JS Con el avance
neo-liberal, el Estado adapta sus mecanismos de regulaci6n social, a los
nuevos problemas econ6micos, redi(iniendo los lfmites de su intervenci6n y reestructurando sus mecanismos de integraci6n a travs de la
coparticipaci6n. J6
El papel que juega el Estado, como regulador de las desigualdades
econ6micas y sociales y coma representante de los intereses de la colectividad, varia en cada unD de los momentos hist6ricos que corresponde a
cada paradigma. Independientemente de esas mutaciones, un vfnculo
estructural caracteriza al Estado: su apoyo directo a la acumulaci6n de
capital y al desarrollo de un modelo capitalista y su deseo de mantener
una estabilidad social. Objetivos que de una forma u otra, se traducen en
una consciencia mas 0 menos clara de que los problemas societales y las
distorsiones que genera el modela de desarrollo, son final mente de su
competencia.
Nuestra hip6tesis se fundamenta en un postulado inicial y es que, en
cualquiera de esos paradigmas, el Estado aparece como el principal responsable de la creaci6n y conducci6n de 10 que se podria equiparar a una
politica social (dentro de la cual se incluye la polftica de vivienda),J7 vindose constantemente confrontado a mediar con los diversos sectores que
componen a la sociedad y a l mismo. En algunos momentos particulares
de la historia, puede aparecer 10 suficientemente "fortalecido" 0 voluntarioso para implementar, ya sea una nueva polftica nacional 0 para llevar a
cabo un nuevo modelo de desarrollo dentro de un proyecto global de justicia social (caso en que aplica leyes con ese mismo caracter); mientras
que en otros momentos, ya sea por cambios estructurales,JB coyunturales J9
34 Wayne Cornelius (1989), citado por Nancy Robinson, cf. bibliograffa.
35 Vase el trabajo de Jorge Basurto: La c/ase obrera en la historia de Mxico en el rgimen de Echellerr{a: rebeli6n e independencia, UNAM, Siglo XXI, 1983.
36 Denise Dresser. Neopopulist Solutions to Neoliberal Problems, Mexico's National Solidarity Program, Center for U. s. Mexican Studies, University of California, San Diego,
1991.
37 La politica social como concepto, amerita sin duda un comentario especial, pues estamos conscientes de que estamos manejando un anacronismo conceptual ya que la politica de vivienda, propiamente dicha, aparece con el Estado mexicano moderno, es decir,
al final de la Revoluci6n.
38 Pensamos particularmente en los cambios sobrevenidos con las Leyes de Reforma,
Periodo II.
39 Por ejemplo, en la asimilaci6n dei aparato de Estado a alguno de los poderes locales, 10
que conduce a la eliminaci6n temporal de aqul de la escena polftica. Vase el Periodo IV

34

Eduardo Lapez Moreno

o estratgicos, por un debilitamiento de su poder decisional 0 por factores


ex6genos,40 las leyes se desreglamentan 0 derogan, y la polftica de vivienda social se reduce virtualmente a cuestiones de carcter enunciativo 0
discursivo.
De acuerdo con esta hip6tesis. la cuesti6n social aparece coma la
expresi6n de una sfntesis de negociaciones y el Estado coma el unico
actor que es capaz de asegurar que los sectores de bajos recursos puedan
tener acceso a una vivienda. ya sea con su intervenci6n directa 0 bajo su
rectona. 41 La politica aparece asf, coma una "tcnica" que puede permitir
la reaiizaci6n de los valores y de los fines que globalmente persigue la
sociedad (Iajusticia social por ejemplo). No es ella un fin en sf misma, de
tal forma que la ausencia de planes, proyectos 0 medios para responder a
la polftica habitacional, en un momento dado, no debe interpretarse coma
la no implementaci6n de esa "tcnica" particular, sino coma su aplazamiento 0 su sustituci6n temporal por otros valores sociales que defiende
un grupo particular que cuenta con la colaboraci6n coyuntural dei Estado.
El Estado no es entonces una parte orgnica de la clase dominante ni
una extensi6n de las estructuras econ6micas y polfticas que ellas construyen. Es decir, no le consideramos. segun la pura expresi6n marxista,
coma un agente fiel dei capital 0 una expresi6n unfvoca de l. 42 Lo entendemos mas coma un factor de reducci6n de antagonismos y de contradicciones que expresan los diferentes poderes locales; antagonismos que
procuran integrar y, a partir de ellos, avanzar en su posici6n inicial a un
cierto consenso que es, a la vez, dinmico y social mente integrador. Las
posiciones en conflicto hacen, de la dinmica polftica, una dialctica que
por su propia naturaleza puede conducir a propuestas y a proposiciones
nuevas; dei flujo de esas contradicciones puede emerger el caracter
social de la politica.
No queremos decir con ello, que el Estado represente en forma responsable y equitativa a los principales grupos de la sociedad; sin embargo, pensamos que el Estado juega -0 puede jugar- un papel fundamental
coma la unica fuerza capaz de concebir las condiciones de una integraci6n social, con la energfa necesaria para imponer un arbitraje y reducir
40 Por ejemplo, la intervenci6n dei FMI 0 deI Banco Mundial, politicas que analizaremos
en el Periodo v.
41 Intervenci6n que debe diferenciarse de las diversas formas de participaci6n en la politica, en los aparatos decisionales 0 en la producci6n de vivienda, propiamente dicha, 10
cual evidentemente se extiende a todos los actores sociales.
42 El Estado como un agente dei capital, el cual tendrfa la inteligencia de concederle cierta
autonomfa al primero, asegurando asf de manera funcional, su propia dommaci6n. Vase
Badie Bertrand y Birnbaum Pierre. Sociologie de l'Etat, Pluriel, Francia, 1979, p. 16.

Introducci6n

35

algunas fuerzas de los diversos poderes locales. Sin su intervenci6n, diffcilmente puede instrumentarse una verdadera polftica social.
En este trabajo, 10 estudiaremos mas coma un ente en constante
recomposici6n con una cierta autonomfa que le otorga la sociedad en su
conjunto, pero que en realidad en diversos momentos hist6ricos, queda
bajo la tutela de algunos grupos particulares. Vindose influido por diversos factores, los cuales intentaremos identificar y analizar en este trabajo
de acuerdo a la manera que han evolucionado los cuatro paradigmas que
presentamos Ifneas arriba.
Esta hip6tesis nos lIeva a considerar que el anlisis de la polftica que
desarrollan el Estado y los sectores privado y social, el estudio de sus
transformaciones, de sus alianzas, etc., nos permitira comprender globalmente la polftica de vivienda social en Guadalajara.

4. Delimitaci6n dei campo de la investigaci6n


De acuerdo con las consideraciones anteriores, el trabajo cubre dos grandes vertientes: una hist6rica y otra actual. Con el estudio hist6rico -de
caracter analftico interpretativo-, esperamos lIegar a comprender cuales
fueron las especfficidades dei modelo local de desarrollo, las caractensticas de los actores, asf coma las formas de producci6n deI espacio urbano.
Para ello, tomamos en consideraci6n los aspectos econ6micos, sociales y
polfticos, que ataiien a la producci6n y transformaci6n dei suelo y la edificaci6n posterior de la vivienda.
En esta primera vertiente, el marco general comprende, entre otros
puntos: una descripci6n general de los sistemas de producei6n que fueron
utilizados en el tiempo, de las formas de propiedad y un anlisis dei papel
que jug6 el Estado y los diversos grupos sociales que con sus alianzas,
estrategias y conflictos, moldearon 10 que hemos denominado la polftica
de vivienda.
Con el estudio actual, procuramos resituar a los actores, pasando de la
producci6n dei espacio urbano a la producci6n habitacional, propiamente
dicha. Analizamos en particular, la emergencia dei sector inmobiliario y
la aparici6n y evoluci6n dei mercado de la vivienda. En esta segunda vertiente, se aborda en forma especffica a las instituciones viviendfsticas
contemporneas, anaiizando el discurso y el comportamiento de los agentes que las crearon y desarrollaron, los sistemas financieros que las alimentan, los programas y operaciones que derivaron de ellas y el impacto
que tienen sobre la poblaci6n de escasos recursos.

36

Eduardo LOpez Moreno

Nuestros dos ejes tematicos: el suelo urbano y el papel de los agentes


que en diferentes momentos han producido el espacio habitacional, nos
sirven como elemento articulador de las dos vertientes.
En cuanto al suelo, estudiamos el origen de la estructura juridica de la
propiedad raiz, los tipos de propiedad que derivan de ella, su evolucion y
los diversos sistemas de acceso al mismo. Una vez que consideremos, de
manera muy general, las causas que provocaron las mutaciones en las formas de propiedad, nos centraremos en los efectos que stas tienen sobre
los modos de ocupacion.
En cuanto a los agentes, estudiamos las estrategias y prcticas que
desarrollan los agentes privados y publicos que intervienen en el proceso
de produccion-circulacion de las viviendas; tomando coma punto de
entrada e hilo conductor deI analisis, los modos de produccion. Del examen de la autoconstruccion, como forma principal de producir el espacio,
nos pasamos a la edificacion de vivienda por encargo, enseguida describimos con el maximo de detalle posible la emergencia de la promocion
inmobiliaria privada y, posteriormente, su articulacion con el sector de la
industria de la construccion, para concluir con los diversos sistemas de
produccion publica. Recorrido en el que no omitimos las formas de produccion informai que, de una forma u otra, han acompanado a la ciudad
en su aventura historica y que, hoy dfa, representan el mecanismo mas
importante de produccion deI espacio habitacional en la ciudad.
En ningun momento nos ocupamos de la vivienda como producto; es
decir, como un objeto arquitectonico, y si centramos nuestro trabajo en la
vivienda como proceso, que puede generar diferentes tipos de productos.
En conclusion, el objeto principal de este trabajo, es el conocer si la
polftica habitacional ha tenido un fin social. Para ello, nos limitamos a
estudiar dos variables principales: la cuestion deI suelo y el papel de los
agentes que, en diferentes momentos, han producido el espacio habitacional. Los indicadores de analisis se circunscriben a tres puntos 0 interrogantes principales: i) ~Como han evolucionado historicamente las formas
de produccion43 de vivienda social y popular y los diversos modos de ocupacion y acceso?; ii) ~Cual fue el origen y como se desarrollo la promocion inmobiliaria, publica y privada, en la ciudad y cmll ha sido su impacto en la polftica de vivienda social?; y; iii) ~Cual ha sido el papel, que
historicamente ha desempenado el Estado, en la formulacion e implementacion de la misma polftica habitacional?

43 Corno 10 seiiala Topalov: "la produccion de vivienda es fundarnentalrnente historica: es


decir, organizada por relaciones sociales que deterrninan las finalidades, las rnodalidades y el objeto". Op. Cil., p. 383.

lntroduccion

37

5. Periodos deI estudio


La necesidad -lineas arriba explicitada- de revisar la historia, no nos
obliga a cubrirla toda a partir de un trabajo diacronico exhaustivo. Nuestras posiciones teoricas y metodologicas, enunciadas en esta introduccion,
nuestro marco conceptual y las hipotesis que avanzamos nos marcan, en
forma por dems empfrica, los periodos necesarios para cubrir nuestros
dos ejes temticos y para intentar responder a las interrogantes que formulamos.
Un periodo -que es la transicion de una fase historica a otra-, puede
definirse ya sea por un proceso general, que se estructura en base a
pequeiios cambios y a largo plazo (en el que poco a poco se crea un sistema particular de produccion dei espacio urbano 0 habitacional); 0 por una
ruptura importante que se opera en un corto tiempo y que, en forma radical, transforma un sistema 0 un tipo especffico de propiedad.
El desarrollo de los sistemas mixtos de gestion de la ciudad: sector
publico-sector privado, ejemplifica bien un proceso largo que termina por
conformar un modelo especial, mientras que la desamortizacion de la
propiedad corporativa en vias de su privatizaci6n, representa un casa
c1aro de ruptura. Uno funcion6 durante cinco dcadas y no nos parece
exagerado seiialar que se gesto en el curso de la misma historia de la ciudad. El otro se lIevo a cabo en tan s610 18 aiios y se estructuro probablemente en dos 0 tres dcadas.
A fin de reducir aI mximo 10 arbitrario de la divisi6n de la historia,
debemos pensar en la necesidad de escoger aquellos momentos 0 aquellos
periodos que globalmente sean capaces de mostrarnos la evoluci6n generaI de la estructura (que es la ciudad); que al mismo tiempo, nos revelen
su especificidad (sobre otras estructuras); que nos den luz sobre los fenomenos de continuidad y de cambio y, finalmente, que nos resulten fundamentales para los prop6sitos de este trabajo. Evidentemente, no todos los
momentos hist6ricos son exclusivos a Guadalajara; algunos son comunes
a la historia deI pais, e incluso, a la historia de la urbanizaci6n en Amrica Latina. Pensamos, por ejemplo, en la estructura territorial con que se
funda la ciudad, en los primeros sistemas de propiedad y en las funciones
urbanas que se originan de l. Pensamos tambin en ciertos fen6menos
que se desarrollan en varias' ciudades hispanoamericanas con una sincronIa remarcable, por ejemplo, la aparici6n de las colonias residenciales y
con ellas la emergencia deI sector inmobiliario a principios de este siglo
-por citar algunos momentos-. Lo que a nosotros nos interesa, es conocer
el camino de su propia evolucion y, sobre todo, los resultados 0 efectos
que tuvieron sobre la dinmica particular de la ciudad.

38

Eduardo LOpez Moreno

Los periodos elegidos son, en ese sentido, los "tiempos reales" que
experimentan los fen6menos que, a nuestro juicio, son los mas importantes, y que en el casa particular de Guadalajara, nos ayudan a explicitar
con c1aridad c6mo se constituye el campo de la investigaci6n y c6mo se
conforma la estructura dei trabajo. Su presentaci6n somera, en esta introducci6n, nos permite fundamentar su elecci6n, presentar un plan general
deI libro y esbozar algunas de las lfneas que, en 10 particular, desarrollaremos a 10 largo deI mismo. Los periodos son los siguientes:
1 La evoluci6n de la estructura juridica de la propiedad rafz, los sistemas de acceso al suelo y la vivienda, y el papel deI Estado (siglos
XVI-XVIII).
2 El liberalismo deI siglo XIX en Guadalajara, su influencia en la propiedad inmobiliaria urbana y en la vivienda.
3 El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias (1880-1920),
las colonias residenciales y populares, su impacto en la vivienda.
4 El desarrollo de los fraccionamientos populares y su impacto en la
vivienda (1920-1970). Las instituciones "mixtas": un modelo sui
generis de producci6n y gesti6n de la ciudad (1940-1970).
5 La intervenci6n deI Estado central en la cuesti6n habitacional y la
promoci6n inmobiliaria local (1960-1980). La polftica de vivienda
modema y el papel deI Estado (1980-1990).
La vertiente historiografica, a la que hemos venido haciendo alusi6n,
queda cubierta con los tres primeros periodos aunque, evidentemente, los
cinco conforman la historia de la vivienda en Guadalajara. Los dos ultimos, se refieren a la polftica modema, segunda vertiente deI estudio, en
que la ciudad cambia de escala y con ella la dimensi6n de los problemas
y de las respuestas que es necesario instrumentar. Nuestros dos ejes tematicos se estudian longitudinalmente a 10 largo de los cinco periodos.

6. Presentaci6n general deI marco analitico de los periodos


La dimension historica dei trabajo

Periodo 1: la evolucion de la estructura juridica de la propiedad raiz, los


sistemas de acceso al suelo y la vivienda y el papel dei estado (siglos
XVI-XVIII).

Fundada Guadalajara, el gobiemo colonial adopta las ordenanzas y disposiciones legales que le marca la Corona y, simultaneamente, desarrolla
formas particulares para urbanizar y consolidar la ciudad; desde entonces,

Introducci6n

39

se entabla una "Iucha" para crear un espacio urbano independientemente


de esas reglas reales, pero dentro de una misma estructura que es la deI
Estado patrimonial -primer paradigma dei sistema socio-polftico de la
ciudad-.
De la fusi6n de intereses, estrategias y palfticas de la metr6poli y deI
gobierno local, nace un sistema de gesti6n y producci6n de la ciudad
dinamico, que en adelante se transforma conforme evolucionen esos intereses y estrategias en relaci6n a la emergencia de nuevos actores y nuevas
condiciones.
Las caracterfsticas de esos sistemas y sus mutaciones principales,
seran estudiadas en estos tres primeros siglos de vida de la ciudad, no en
un sentido cronol6gico estricto, sino en base a dos cuestiones principales
relacionadas con la producci6n y distribuci6n deI espacio urbano, ellas
son: i) los tipos jurfdicos de suelo urbano y las relaciones de propiedad
que derivan de ellos; y, ii) los modos de ocupaci6n deI suelo.
Este periodo es particularmente propicio para entender el origen y la
evoluci6n de los patrones de acumulaci6n de la propiedad rafz y para profundizar en el papel de los poderes locales," fundamentalmente la Iglesia,
quien conjuntamente con el Municipio, detentaba un enorme patrimonio
inmobiliario que fue acumulando a 10 largo de estos tres siglos.
Partiendo deI supuesto de que, a una tal variedad de tipas de suelo,
correspondfa otra similar en cuanto a las formas de ocupaci6n, nos daremos a la tarea de identificar y describir las principales que coexistieron a
10 largo de este periodo.
Esta parte deI trabajo se consagra a profundizar la relaci6n que habfa
entre la propiedad, los tipos de propietarios, el valor que stos le atribufan

44 Tenemos indicios suficientes para aventurar la hiptesis de que los terrenos colectivos
que circundaban la ciudad, se privatizaron prematuramente en Guadalajara, 10 que no
fue el caso en otras muchas ciudades de origen hispanoamericano coma la Rioja y Mendoza en Argentina, Maldonado en Uruguay, la Cuenca en Ecuador (vanse las monografias de! Seminario !nternacional La Cuaddcula en la Ciudad Hispanoamericana-Un
modela urbano permanente, Salamanca. Espaiia, Quinto Centenario, 1992). Esos terrenos se entregaron en forma individual, y no colectiva, a ciertas familias, las cuales
durante muchos afios, los explotaron conservando s610 la posici6n de las mismas hasta
que les fue entregada la propiedad. Los ranchos, potreros y haciendas que nacieron de
ellos, provocaron un rompimiento en la estructura de la propiedad jurfdica dei suelo
que, a su vez, provoc6 que el Ayuntamiento perdiera los terrenos que circundaban la
periferia; terrenos que ademas de servirle coma reservas urbanas y herramientas de control dei crecimiento, le representaban un "espacio" id6neo para aplicar una polftica de
tipo social que, en 10 estrictamente habitacional, dependfa en ese entonces, de la conservaci6n de suelo de origen colectivo 0 destinado exc1usivamente a esa funci6n (ver los
Apartados 6 y 7 de este Periodo).

40

Eduardo Lopez Moreno

a la tierra y el uso que le daban, asf coma los derechos de ocupaci6n que
permitfan; relaci6n que estudiaremos en su caracter evolutivo. Nuestro
objetivo es el de examinar el valor que se le atribufa al suelo, coma un
elemento esencial de la polftica de colonizaci6n y poblamiento, intentando poner en clara las caracterfsticas multiples de este bien: factor de enriquecimiento econ6mico y objeto de acumulaci6n para la Iglesia y ciertos
agentes privados; factor de equilibrio social para el municipio pues a travs de l garantizaba un acceso colectivo a la ciudad; factor de legitimidad de poder para el Estado colonial quien 10 utilizaba coma una forma
de dominaci6n y de reproducci6n de las relaciones sociales; factor de
movilidad social para los habitantes de la ciudad.
El suelo era un bien patrimonial que posefa a la vez un valor mercantil y un fuerte valor social y cultural, circulaba poco y se le usaba y explotaba en forma precapitalista, con derechos de uso que eran hereditarios y
bajo sistemas de renta fija. Era un bien que cumplfa con objetivos sociales, gracias a la presencia deI poder publico municipal; la manera en que
se disponfa de l se asemejaba a una forma de polftica de habitat social
contemporanea. Bajo esa hip6tesis, queremos estudiarlo, intentando
poner en claro el papel que jug6 el Estado colonial, el gobierno y los
diversos poderes locales, en la evoluci6n que el suelo tuvo a formas de
uso mas capitalistas; evoluci6n que analizaremos en los periodos ulteriores.
Periodo 2: el liberalismo del siglo XIX en Guadalajara, su influencia en
la propiedad inmobiliaria urbana y en la vivienda.
Este periodo es, por decirlo asf, la cr6nica de un instante hist6rico: un
momento que se origina con el cambio deI modelo socio-polftico -a un
paradigma liberal- y que atafie aspectos coma la propiedad, ellibrecambio, la democracia y el federalismo.'s Los te6ricos que 10 conducen, buscan secularizar a la sociedad y al Estado, asf coma el erradicar los sistemas corporativos y los privilegios que le son inherentes, a fin de instaurar
una base legal y jurfdica de igualdad entre los hombres.
Para ellos, la propiedad rafz (tanto rural coma urbana) es un elemento
especffico estructural necesario para poder !levar a cabo esas transformaciones. De ahf que apunten sus baterfas teorico-ideol6gicas hacia ella,
procurando que la propiedad rafz eclesistica, municipal y comunal, se
privatice y homologue en propiedad privada. De hecho, su objetivo es el

45 Jesus Reyes H., Elliberali.mo en pocas paginas, Porrua, 1985.

Introducci6n

41

de consolidar un mercado de suelo que garantice la libre circulaci6n de


este bien en la sociedad.
Si bien elliberalismo se l1ev6 a cabo simultneamente en varios otros
paises latinoamericanos, fue en Mxico en donde cobr6 una especial
importancia en el campo de la vivienda y de la propiedad inmobiliaria
urbana. La falta de estudios similares de otras ciudades deI pais, nos
impide cualquier anlisis comparativo que ponga de relieve que Guadalajara fue un caso especifico 0, en tOOo caso, con caracteristicas particulares."" Por esa raz6n, nos limitaremos a analizar en detalle la manera en
que se l1ev6 a cabo ese proceso, poniendo un nfasis especial en el
impacto que tuvo sobre las formas de propiedad y de ocupaci6n. Nuestra
intenci6n es la de probar c6mo el proceso de desamortizaci6n de los bienes municipales y ecIesisticos, que se 1lev6 a cabo entre 1856 y 1874,
fue en realidad, un nuevo proceso de amortizaci6n y acaparamiento; proceso que gener6 efectos perversos en las condiciones habitacionales de
una gran parte de la poblaci6n mayoritaria.
Con este movimiento te6rico-ideoI6gico, se ponen de relieve las dificultades que existen para que los mecanismos "naturales" de autoregulaci6n operen eficazmente, frente a la tendencia concentradora y acumuladora de ciertos individuos. Del analisis de este periodo, se puede deducir
la dificultad -0 imposibilidad- que existe para garantizar el establecimiento dei rgimen juridico de libertad e igualdad, que sofiaban los liberales
dei siglo XIX. Sin duda, el estudio nos aporta una buena luz sobre la
manera en que se puede l1evar a cabo el liberalismo contemporneo y,
sobre tOOo, acerca de las consecuencias que puede tener en trminos de
costo social. 47
Periodo 3: el desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias
(/880-1920), las colonias residenciales y populares, su impacto en la
vivienda.
Este periOOo se consagra al estudio deI nacimiento de la promoci6n inmobiliaria en Guadalajara. Se trata de un momento hist6rico relativamente
46 Desde nuestro punto de vista, eso hace an mas relevante el estudio de este periodo; su
caracter emprico sera, sin duda, fuente de otros muchos trabajos e investigaciones que
continen con la explotaci6n de la base de datos estad!stica que elaboramos y que, con
el objeto de Iimitarnos a los prop6sitos de este Iibro, dejamos intocada en muchos
aspectos.
47 Un costa social que sera, sin duda, igual 0 mas desastroso que el dei siglo pasado, si no
se decide intervenir en el funcionamiento espontneo y automatico dei mecanismo dei
mercado; intervenci6n que requiere de una mayor presencia dei Estado como regulador
de las desigualdades econ6micas y sociales. Vase al respecto los Periodos 11 y v.

42

Eduardo Lapez Moreno

corto (cuatro dcadas), en el que se describe la manera en que se oper un


cambio fundamental en la forma de produccin deI espacio en la ciudad;
nos referimos al proceso de valorizacin mercantil deI suelo periurbano
que, en esos afios, deja de percibfrsele solamente coma un bien patrimonial para considerarlo, tambin, coma parte de un capital de promocin
dentro de una fase de produccin de tipo capitalista.
El cambio provoc que se pasara de un crecimiento urbano de tipo
"espontaneo"48 a unD "determinista" en el que, el control y la gestin dei
mismo, fueron confiados a los agentes privados; mientras que el Municipio, que hasta entonces habfa sido el principal, si no es que el unico responsable deI crecimiento, se reserv una intervencin muy Iimitada a
ciertos aspectos puntuales.
En primer trmino, nos daremos a la tarea de probar que en Guadalajara, la promocin fue producto de una asociacin de voluntades, un proceso inducido, bastante precoz, que se llev a cabo con toda claridad por
un grupo de extranjeros (principal mente industriales y comerciantes), a
travs de agencias especiales que, desde un principio, incorporaron todas
las funciones propias de una empresa de promocin inmobiliaria moderna: la promoci6n, la construccin, el financiamiento y la venta de predios
y fincas urbanos.
En segundo trmino, desarrol1aremos un trabajo a dos niveles. Uno de
caracter general, que concieme a los principales agentes (llmese promotores 0 duefios patrimoniales), intentando comprender cmo funcion la
promoci6n en tanto que una categorfa global. Otro de carcter particular,
que concieme a los tres primeros promotores privados de la ciudad, intentando poner en claro sus comportamientos, estrategias y prcticas.
Desde el primer nivel-de carcter general- procuraremos responder a
una cuesti6n central: i,fue, la promocin, una estrategia inmobiliaria
sofisticada 0 una verdadera reforma urbana? Muy probablemente las dos,
de hecho esa es nuestra hiptesis. Para probarla, analizaremos, par un
lado, los valores ideolgicos de que se sirvieron los promotores, el lenguaje tan particular que desarrol1aron, las estrategias promocionales que
implementaron, etc., y por el otro lado, analizaremos los efectos que la
promocin tuvo, tanto en el espacio, coma en la sociedad; es decir, los
cambios que fue capaz de generar en el sistema urbano y en los proyectos
de vida, anhelos y valores de los habitantes tapatfos.

48 Espontaneo no debe traducirse como sin orden 0 sin rigor; por el contrario, la prolongaci6n de calles 0 manzanas se hace siguiendo un modelo racional. geomtrico y c1aro,
que se aplica cuando la misma dimimica urbana 10 requiere. de ahi que le Ilamemos de
esa manera.

Introducci6n

43

Desde el segundo nivel-de caracter particular- procuraremos profundizar la noci6n de diversidad dentro de la categorfa general de la promoci6n. En base a tres monograffas dei mismo numero de colonias, estudiaremos particularmente las caracterfsticas de cada uno de los "agentes
reformadores", las alianzas que construyeron con las diferentes instancias
de poder, las estrategias que en forma individual implementaron para
constituir sus reservas territoriales. Este ultimo punto, reviste una gran
importancia, si tomamos en cuenta que el suelo que le sirvi6 de soporte a
la promoci6n, fue el mismo que se acumul6 durante la Reforma (Periodo
II) 0 incluso antes, en los siglos XVIII y XIX (Periodo 1).
Con el estudio dei Estado -y dirfamos mas particularmente deI
gobierno local- terminamos el periodo. Examinamos, por una parte, su
polftica de vivienda y las caracterfsticas de la promoci6n publica que en
mas de cuatro dcadas di6 lugar a una sola operaci6n habitacional de
cerca de 600 unidades. Y exploramos, por la otra parte, la relaci6n que
existe entre los agentes inmobiliarios y las autoridades locales; partiendo
dei supuesto que fue, precisamente en estos afios, cuando se empez6 a
construir una relaci6n estrecha entre el sector publico y el sector privado,
que termin6 por erigir una verdadera "alianza hist6rica"; alianza que
sent6 las bases de una evoluci6n 0 transici6n hacia un modelo pluralista
que va a desarrollarse en el periodo siguiente.

La dimensi6n contemporanea del trabajo

Periodo 4: el desarrollo de los jraccionamientos populares y su impacto


en la vivienda (1920-1970). Las instituciones "mixtas" un modelo sui
generis de producci6n y gesti6n de la ciudad (1940-1970).
La ciudad cambia de escala y la magnitud de los problemas tambin. Se
diversifican los actores, se generalizan los sistemas financieros, se hacen
mas variadas las formas de producci6n, en fin, se hace mucho mas compleja y diffcil de tratar la informaci6n; es necesario ser selectivo y mantener un rigor en cuanto al marco conceptual general. Proponemos en ese
sentido, dividir el periodo en dos grandes partes. Una abocada a continuar
con el estudio deI proceso de urbanizaci6n mercantil, y otra, que aborde
el desarrollo de un modelo bastante sui generis de gesti6n y producci6n
de la ciudad, los lIamados "sistemas mixtos".
En la primera parte consideraremos con atenci6n la evoluci6n de los
fraccionamientos populares -que son la expresi6n y la forma legal en que
se lIeva a cabo el proceso de urbanizaci6n- en donde identificamos dos

44

Eduardo Lpez Moreno

grandes etapas que marcan la forma de producci6n de suelo y vivienda en


la ciudad. Una de estabilidad, que va de 1900 a 1940, y otra de expansi6n, de 1940 a 1970. En ambas etapas, analizaremos las caracterfsticas
generales de la producci6n (de suelo-vivienda), el papel de los principales
actores, la localizaci6n espacial de las operaciones y las principales estrategias promocionales. Ademas deI trabajo descriptivo y deI examen global deI proceso, nos interesa probar que el sector inmobiliario funciona
coma una extensi6n dei capital comercial; de tal forma que la promoci6n
en general es altamente especulativa, 10 que contribuye a acelerar la
expansi6n urbana y a darle una conformaci6n socio-espacial diferente a la
ciudad. Antes de cerrar esta primera parte, procuraremos inferir las causas que provocaron que el sistema inmobiliario entrara en crisis, ocasionando la virtual desaparici6n de los fraccionamientos populares.
La segunda parte, la consagraremos al estudio de los "sistemas mixtos" -un conjunto de ideas, instituciones, dispositivos, etc.- que asocian
al sector publico y al privado (y que engloban al social), dentro de un
modelo socio-polftico y econ6mico, que pone en evidencia que la sociedad ha evolucionado a un paradigma pluralista.
No s610 se coordinan y ejecutan actividades en comun, sino que se
toman decisiones que virtualmente hacen que el poder se comparta. A
partir de formas multiples de colaboraci6n y asociaci6n, se crean esquemas de participaci6n econ6mica para financiar el desarrollo urbano e
industrial, se construye la obra publica, se conciben dispositivos especiales para fortalecer e impulsar la estructura productiva y se desarrollan sistemas de cofinanciamiento y producci6n de vivienda social; es decir, se
crea un sistema muy particular de producci6n y gesti6n de la ciudad. De
l nos ocuparemos de una manera por demas general. Asumiendo que, si
el sector privado decidi6 intervenir, fue porque el sector publico no tenfa
la capacidad para responder adecuadamente al proceso de urbanizaci6n
tan acelerado que se iniciaba en ese entonces. Sin embargo, esta cuasi
delegaci6n deI poder no signific6 que las autoridades locales perdieran
legitimidad, por el contrario, a pesar de que virtualmente los agentes privados mantuvieron el control deI proceso de urbanizaci6n durante todos
estos anos y a pesar, tambin, de la fuerte desresponsabilizaci6n deI aparata gubernamental, el gobierno local sigui6 apareciendo coma el motor
dei desarrollo econ6mico y social y coma un ente de regulaci6n responsable de los intereses de la colectividad.
Nos interesa poner en claro, que la producci6n de suelo no correspondi6 siempre a una 16gica econ6mica, financiera 0 tecnol6gica, sino tambin a un conjunto de factores en donde las relaciones polfticas y sociales
jugaron un papel fundamental. Bajo esa consideraci6n, estudiaremos el

lntroduccin

45

proceso de urbanizaci6n de esos aiios, considerando que tanto el sistema


de relaciones sociales, coma el determinismo polftico, tuvieron una
influencia capital en la construcci6n de la ciudad, de ahf que nos parezca
esencial comprender el campo de relaciones estructurales entre los poderes locales y los promotores.
Periodo 5: la intervenci6n del Estado central en la cuesti6n habitacional
y la promoci6n inmobiliaria local (1970-1980). La poUtica de vivienda
moderna y el papel dei Estado (1980-1990).
En este periodo, los cambios se suceden con una gran rapidez, particularmente en 10 que respecta a la naturaleza dei Estado y a la manera en que
ste concibe intervenir sobre la cuesti6n habitacional. De una posici6n
(de hecho, una doctrina polftico-econ6mica) que pregona la extensi6n dei
papel y de las atribuciones dei Estado sobre la vida econ6mica y social de
los mexicanos, se pasa a una concepci6n de instancia reguladora dentro
de un cierto activismo estatal y, finalmente, se evoluciona a una economfa de mercado en donde, el aparato estatal, interviene s610 en forma
selectiva y espordica con el objeto de rectificar ciertas tendencias negativas dei funcionamiento espontneo y automtico dei mismo mercado.
Durante los aiios en que prevalece el pensamiento de un fuerte dirigismo estatal (la dcada de los setenta), la vivienda es concebida coma un
eje importante de la polftica econ6mico-social, dentro de un proyecto
nacional de integraci6n social y polftica; en los diez aiios siguientes -una
etapa de transici6n en que se evoluciona de un Estado "productor" a uno
"facilitador"-, la vivienda parece desplazarse a la 6rbita de 10 econ6mico,
tendencia que se ratifica en los noventa, cuando el Estado renuncia a sus
mecanismos de control, dejando en las manos de la iniciativa privada el
proceso de producci6n y circulaci6n de este bien.
Despues de que hayamos presentado las caracterfsticas principales de
esta evoluci6n, poniendo un especial nfasis en la manera en que interviene el Estado central y el gobiemo local en la cuesti6n habitacional en
Guadalajara (primera parte dei periodo), nos proponemos demostrar que
las nuevas polfticas y estrategias propias al paradigma liberal, llevan a
una posici6n irreconciliable entre objetivos que se presentan como complementarios, pero que en su proceso de implementaci6n, son contradictorios: los objetivos sociales y los econ6micos. De tal contradicci6n, se
generan dos objetos claramente diferenciados: la vivienda de inters
social y la vivienda popular. Del estudio dei mercado de la vivienda
(segunda parte dei periodo), podremos poner en claro no s610 el desequilibrio estructural que existe entre la oferta y la demanda, sino tambin la

46

Eduardo Lapez Moreno

fuerte segmentaci6n de dicho mercado. Nuestra intenci6n es la de probar


que las polfticas econ6micas de ajuste estructural y las orientaciones sectoriales que derivan de ellas, favorecen mas procesos de ruptura, que de
recomposici6n social. En ese contexto, tanto un tipo de vivienda coma el
otro, parecen responder mas a lineamientos, criterios e imperativos, que
tienen poco que ver con 10 estrictamente habitacional.
En la parte final de este trabajo, nos proponemos dejar en clara que
las desigualdades econ6micas y sociales que genera el libre y espontaneo
juego de las fuerzas que operan en el mercado, requieren de una intervenci6n gubemamental decidida en cada una de esas dos esferas. Sin embargo, en lugar de adoptar una acci6n voluntarista eficaz, con fines sociales
y con un compromiso particular (que traduzca una verdadera polftica de
vivienda social), el gobiemo respande cada vez mas con acciones clientelistas y neopopulistas que contribuyen, sobre todo, a institucionalizar las
diferencias.

7. Adfontes
Delimitado el objeto de estudio y definidas las variables (0 ejes temticos) principales, iremos penetrando en el tema por un movimiento incesante de deducci6n y experimentaci6n. La lectura de la literatura existente, par una parte, y la constituci6n y explotaci6n de una base de datos
estadfsticos por la otra, nos hara avanzar en nuestras hip6tesis y postulados y formular otros nuevos.
Los temas que desarrollaremos en los tres primeros periodos son
completamente nuevos; de ahf que necesitemos remontar a las fuentes
originales (ad fontes). Creemos, sin falsas modestias, que ese inmenso
trabajo de archi vo constituye un aporte importante a la producci6n de
conocimientos sobre la ciudad. Asf par ejemplo, para el primer periodo,
constituimos un expediente de mas de 120 Actas Capitulares 0 Reales debidamente paleografiadas- que fueron extrafdas de diversos archivos,
entre ellos, el de Indias. Para el capftulo siguiente (Periodo Dos), elaboramos una serie estadfstica que nos permiti6 conocer, con el maximo de
detalle posible, todas las ventas y adjudicaciones de la propiedad municipal durante la Refonna (661 boletas fueron consultadas y repertoriadas
una por una).49 De igual manera, procedimos con la propiedad eclesiasti49 En cada boleta se sefiala la fecha de su adjudicaci6n 0 venta, el numero de ejido, su ubicaci6n, precio pagado y dimensi6n en varas y metros cuadrados. El 69% de las boletas
proporciona el nombre dei comprador, dato de enorme utilidad, que va permitimos inferir la magnitud dei proceso de acumulaci6n. 19ualmente importante es el valor dei suelo.
pues gracias a l, estaremos en medida de conocer c6mo se conforma el mercado de
suelo a mediados dei siglo XIX y c6mo evoluciona posteriormente.

Introducci6n

47

ca, si bien el trabajo no fue exhaustivo, por primera vez se puede contar
con un Iistado que en forma particular da cuenta de los bienes rafces e
inmobiliarios que cada una de las ordenes pudo haber posefdo en Guadalajara en ese entonces (una base de datos de 1,439 propiedades en donde
se indica su ubicaci6n y valor mercantil); tambin sobre el clero, constituimos un cuadro con las propiedades que pudimos registrar coma desamortizadas 0 nacionalizadas en el curso de 18 aiios (545 casos en los que
especificamos si la propiedad fue vendida, adjudicada 0 rematada, a favor
de quin, en d6nde se localizaba y a qu precio se celebr6 la operaci6n).
Para el Periodo Tres, trabajamos con un documento interno que presenta
las caracterfsticas principales de las colonias residenciales y de los promotores; apoyndonos en un estudio monogrfico de tres de eIlas, en el
que observamos con detenimiento la forma en que se Ilev6 a cabo la promoci6n, los valores que aicanzaron los predios, los tipos de productos
arquitect6nicos, etc., datos que son retomados en las concIusiones deI
mismo periodo, en una perspectiva de anlisis comparativo. Para el
Periodo Cuatro, de nueva cuenta preparamos una base de datos de considerable importancia que consisti6 en la sistematizaci6n deI total de los
permisos de fraccionamientos residenciales, que fueron registrados entre
1900 y 1970, en la Direcci6n de Obras Publicas deI Municipio de Guadalajara (mas de 450 operaciones en las que diferenciamos el tipo de fraccionamiento, la fecha en que fue autorizado, la superficie a urbanizar, el
numero de lotes 0 viviendas proyectado y el nombre deI promotor y deI
constructor).so Para eI Periodo Cinco, inventariamos los conjuntos INFONAVIT en la ciudad (52 unidades en que se seiiala el numero de viviendas
por conjunto, ubicacion y superficie total) y las operaciones que se IIevaron a cabo en la entidad, a travs de la modalidad de los Fraccionamientos de Objetivo Social (lOI operaciones en que se precisa el tipo de promoci6n, ubicaci6n por localidad, superficie y numero de lotes). Por
primera vez, determinamos el numero de asentamientos irregulares que
hay en cada uno de los cuatro municipios que integran la Zona MetropoIitana de Guadalajara (con una estimaci6n general dei numero de manzanas, predios y pobladores por asentamiento, y algunos datos sobre los servicios urbanos y el equipamiento bsico).
Una enorme informaci6n estadfstica que pone en evidencia que el trabajo se Ileva a cabo con una fuerte dosis de empirismo. Sin embargo, las
cifras se organizan para responder a nuestros ejes temticos y no con el
objeto de sustituirios; eventualmente, las cifras pueden dar una pista
50 Un resumen de toda esa informaci6n, aparece en los anexos, presentada bajo la forma de
una pequeila base de datos que es susceptible de ser explotada por otros investigadores
que deseen ampliar, revisar 0 continuar el trabajo.

48

Eduardo LOpez Moreno

nueva 0 reorientar algun aspecto de la investigaci6n, pero su funci6n


principal es apoyar las categorias globales de analisis, 10 que en cierta
forma podemos considerar 10 cualitativo. ll Adems de esa informacion de
fuentes primarias, el material principal de este estudio se constituye de
informaci6n dispersa y de segunda mana no publicada, algunos trabajos
existentes (principalmente bibliogrficos, reportes, monograffas, etc.),
informes y documentos oficiales (anuarios estadisticos, etc.). Un material
muy profuso que rebasa con mucho un trabajo individual y que, a nivel
de la investigaci6n propiamente dicha, representa un verdadero esfuerzo
colectivo.

51 Vase C.Topalov, Op. Cil., p. 29.

Periodo 1
La evolucion de la estructura juridica de la propiedad
raiz. Los sistemas de acceso al suelo
(y la vivienda). El papel dei Estado
(Siglos XVI-XVIII)

DOMe hicieron alto. y en su p/aza se puvlico bando. de orden del teniente gobernador, para que todos los que quisieran pobJar la ciudad, comparecieran ante
dicho gobemador y Cabildo para que se formase padron y se mapease la planta
del lugar y se repartiesen los solares. 0 por suerte, 0 conforme a la calidad y mritos de cacia uno.
La Fundaci6n de Guadalajara en 1542, Mota Padilla

1. Fundar para repartir


Ademas de la connotaci6n religiosa que el acto de la fundaci6n de una
ciudad conlleva, otros aspectos estn igualmente presentes: apropiarse de
un territorio, imponer una concepci6n diferente dei mundo, nuevos valores e ideas, instaurar otra realidad. No s610 se funda un modela de ciudad
sino tambin de las relaciones que desde un principio se desean establecer entre sta y la comarca circundante, y mas all, entre ella y la regi6n.
Fundar es crear un punto, un centro, desde donde se domina y conquista; y a partir dei cual, se intenta construir una nueva sociedad. AI fundar se reparte, se asigna un lugar y se determina una posici6n en el nuevo
universo. Se funda en nombre dei rey, y para l, 1 Yse distribuyen los solares con su favor y gracia, por medio de una delegaci6n de autoridad que,
al repartir, se legitima ella misma. Fundar es afirmar una autoridad.
El ejercicio de ese poder requiere de una definici6n precisa dei dominio territorial y de una divisi6n exacta de la tierra de que se dispone al

Recurdese que las ciudades, villas y poblados que se construyeran, le pertenecian en


fonna inmanente al rey, no asf los bienes muebles, de los cuales podfa disponer s610 de
un quinto.

50

Eduardo Lapez Moreno

interior de ese dominio. Acotados los limites y trazada la nueva ciudad,


resulta un espacio "geomtrico, racional, c1aro y homogneo" que, parad6jicamente, no se reparte en forma imparcial y equitativa entre las diversas familias que desean habitarla; por el contrario, se reparte en base a
una serie de criterios y principios, en donde las jerarqufas sociales, las
divisiones de cuerpos, la aceptaci6n de estados y rangos, son parte fundamental (y colectivamente aceptada) dei nuevo orden social que desea instaurarse.
En principio, asf debi6 suceder con los 16 castellanos, 6 extremeiios,
II vizcafnos, 13 andaluces, 9 montaiieses y 8 portugueses, que respondieron a la convocatoria para poblar la ciudad de Guadalajara y que, al recibir personalmente 0 en forma simb61ica (aqullos que no estaban presentes),2 los terrenos en donde debfan de habitar, materializaron el acta de la
fundaci6n, un 14 de febrero de 1542, por una cuarta y definitiva ocasi6n.
Desafortunadamente no contamos con pIanos 0 croquis que muestren
la distribuci6n que se hizo deI espacio, en la ultima Guadalajara. J Suponemos, sin embargo, que cada uno de los conquistadores trat6 de lograr que
se le reconociera el derecho a tener una buena ubicaci6n dentro de la ciudad (es decir, pr6ximo al centro, que era la plaza), coma un intenta por
hacer valer sus mritos y servicios, asf coma su rango social; puesto que,
de alguna manera, ese pequefio universo urbano materializaba 0 reflejaba
la posici6n que el conquistador tendrfa -0 de hecho tenfa ya-, en un sistema de repartimiento mucha mayor que inclufa la riqueza deI reino, 0 en
todo caso, la de la regi6n" Las demandas que enarbolan para que se les
reconozcan honores y privilegios, a fin de que gracias a ellos se les otorguen beneficios diversos, deI inmenso patrimonio que ellos mismos contribuyeron a crear, les hace, en cierta forma, portadores de la autoridad
2

3
4

En la convocatoria de Tetlan (vase el epigrafel, se present6 un listado mayor al nl1mero


de conquistadores dei que, en realidad, poblaria la ciudad. Un allo despus, s610 20 de
los 63 vecinos registrados la habitaban. El resto, ya sea que se regres6 a Mxico, muri6
en las luchas, se fue con Vzquez Coronado 0 decidi6 irse a las minas 0 los pueblos, en
el casa de los encomenderos.
Vase el primer piano dei asentamiento de Nochistlan en 1532, realizado por Chavez
Hayhoe con la informaci6n de Fray Antonio Tello, PIano 1.
A travs de encomlendas y repartimientos, algunos de los conquistadores se convirtieron en propietarios de grandes extensiones de tierras y/a de minas; sin duda, la riqueza
residia en el mundo rural y no en la ciudad. Estamos conscientes de que, la distribuci6n
de la propiedad urbana, no es un factor que explique la formaci6n de una oligarquia
tapatfa, pero si creemos que la refleje (vase para tal efecto a Jaime Olveda: 1991, cf.
bibliografial. Este estudio no intenta presentar las caracteristicas y las circunstancias deI
proceso formativo de dicha oligarquia, sino mas bien centrarse en las politicas de atribuci6n de la propiedad urbana, la estructura juridica de la misma y el impacto que se tuvo
sobre el suelo y la vivienda de los sectores mayoritarios en Guadalajara.

Perlodo 1. La evoluci6n de la estructura jurfdica de la propiedad ralz

51

reaP Autoridad que puede, asf, "extenderse" hasta estas latitudes, gracias
a algunos funcionarios que representan el inmenso poder de la Corona en
una todavfa bastante vacilante ciudad. El modelo patrimonial peninsuiar
se reproduce entonces desde el mismo acta fundacional.
PIano 1

Reparticion de solares en la Guadalajara de Nochistlan (1532)

2.

La politica de atribuci6n de la propiedad

Inmanentemente, toda la propiedad pertenece al Estado, y ste le confia


al Municipio, la gesti6n y el dominio directo deI suelo comprendido dentro deI perfmetro de urbanizaci6n y la administraci6n de los terrenos
colectivos, fuera de ese perfmetro. 6 Esta corporaci6n dispone de ambos
buscando conciliar, en la medida de 10 posible, dos tipos de intereses que
5
6

As) 10 insinua Richard M. Morse en su articulo The heritage of Latin America, aparecido en ellibro de Howard Wiarda (1974: 40, cf. bibliograffa).
Nos referimos a los exidos y dehesas, que son los terrenos comprendidos entre los solares y los trminos, el limite de 10 que poona considerarse el espacio de la ciudad y su
hinterland inmediato (vase el Grfico 1, en el Apartado 6).

52

Eduardo L6pez Moreno

en realidad son contradictorios: los de la Corona y los suyos propios, que


son los de los conquistadores. Con los primeros, se intenta consolidar el
proceso de colonizaci6n y conquista; con los segundos, afianzar las condiciones de una clase hegemonica local.
Bajo esas dos logicas, el Municipio comienza a entregar predios 0
solares para casa, dentro de la ciudad, y ranchos y tierras de labranza
fuera de ella, cumpliendo asf con los objetivos principales que persiguen
las diversas ordenanzas reales, como son:
establecer un equilibrio entre el campo que rodea a la ciudad y la ciudad misma, a fin de facilitar el desarrollo de actividades productivas y
de abasto para los propios habitantes tapatfos;
propiciar una ocupaci6n permanente y efectiva a fin de fijar definitivamente a la poblaci6n; 10 que traerfa consigo. una mayor percepci6n
de impuesto para la Corona; y
favorecer la urbanizacion como una forma de consolidar el avance de
la colonizaci6n con el desarrollo de nuevas regiones.
Simultneamente, el Municipio favorece a algunos habitantes, convirtindoles en grandes sefiores, a quienes les entrega importantes dotaciones de tieITas rurales y urbanas,7 estableciendo un sistema de privilegios
deI que nos ocuparemos mas adelante. Los intereses divergentes entre
estas dos posturas 0 comportamientos, no se hacen evidentes en los primeros afios deI periodo colonial, por el contrario, ellos se presentan como
acciones encaminadas a satisfacer los propositos reales que venimos de
sefialar. Sobre todo, si tomamos en consideracion que en 1555, a solo 23
afios de fundada la ciudad, "los oydores alcaldes mayores de la Audiencia
Real de la Provinia de la Nueva Galicia de la Nueva Espafia, en nombre
de los vezinos y moradores de la provincia", le sefialaban al rey que, "en
las comarcas de la ciudad de Guadalajara [yen toda esa provincial ay
gran numero de tieITas valdfas que no se labran, ni benefician por no
tener ninguno de ellos posesion ni propiedad en ellas y en dexarse de
labrar, sembrar y beneficiar". A 10 cual el rey responde, con gran preocupacion, "que las tieITas comarcales, proximas a la ciudad de Guadalajara,
no se reparten y se trabajan 10 que se hace en detrimento dei patrimonio
real y de los propios vecinos quienes se beneficiarfan".8
7

El trabajo de R. Lancaster J. explora bien el impacto que tuvieron las primeras mercedes
que se concedieron en el siglo XVI. Referirse a su libro Haciendas de Jalisco y aledaiios;1506-1821. Cf. bibliograffa.
Madrid, 26 de abril de 1563, Archivo de Indias. Cmara de Comercio de Guadalajara,
material D. Garibi, GOL, 230-100, F 140-l40v.

Periodo 1. La evoluci6n de la estructura juridica de la propiedad raiz

53

El rey ordena entonces repartir la propiedad entre "muchos"; la lectura 0 interpretaci6n que hace el Cabildo, de esa disposici6n, es repartir
"mucha" propiedad entre pocos. A pesar de la existencia de una serie de
criterios que se utilizan para distribuir el suelo en base a un sistema particular, que en el curso de este trabajo lIamaremos "sistema de privilegios",
el repartimiento no se hace en fonna abstracta ni coma un favor gratuito.
Se trata de retribuciones que el rey hace a sus subditos por servicios prestados; las cuales pueden tomar la fonna de un tftulo, una concesi6n, una
merced 0 prebendas particulares. Privilegios que se otorgan a tftulo individual y no necesariamente en una sola ocasi6n, coma Silvio Zavala
apunta: "siempre el servicio vasallo debfa ser previo y la merced venfa
luego a modo de premio proveniente de la gracia deI superior".9 En este
sistema de relaciones, los diversos grupos que componen a la sociedad,
buscan Iigarse par separado al estado patrimonial; ya que ste, en principio, les ofrece posibilidades diferenciadas de ascensi6n social y de obtenci6n de ventajas. La estructura que se confonna, termina por integrarse en
diversos cuerpos cIaramente estratificados, tanto vertical coma horizontalmente (con las corporaciones, los rangos, estados); de donde, adems
de resultar los fueros, el estatus, los privilegios, etc., se reafirma y acepta
la diferenciaci6n estamental de la sociedad. En tal universo, no resulta
diffcil de comprender que se reparta la propiedad a cada uno conforme la
calidad de su persona, y tampoco resulta extraiio que esa estratificaci6n
no solo sea aceptada sino tambin deseada.
Polfticamente, la atribuci6n de la propiedad sirve a un fin superior,
que es el contribuir a la consecuci6n de un orden social. Los individuos y
los cuerpos que hacen parte de la sociedad tienen cIaro, gracias al mismo
reparto de propiedad, cual es la jerarqufa y la posici6n que se les asigna
en el edificio social; y, en consecuencia, cuales son los deberes y obligaciones que se desprenden de su posici6n. Cuando, por alguna raz6n, no se
percibe con cIaridad esta relaci6n y se presentan problemas que atentan
en contra de ese orden, las desigualdades 0 disfunciones, solo pueden
corregirse por la intervenci6n dei Estado, a condici6n, sefiala R. Morse,1O
de que el poder supremo goce de una completa legitimidad; en casa contrario, un sistema de esta naturaleza no podria funcionar.
9 Silvio Zavala. Las instituciones jurldicas en la conquista de la Amrica Latina, Pomla,
Mxico. 1971, p. 106.
10 Vase el articulo de R. Morse. quien considera que el pensarniento dei fil6sofo neo-tomista Suarez. perdura en latinoamrica (incluso despus de la I1ustraci6n), principalmenle en
10 cultural y en 10 instilucional, con la idea, par ejemplo, de que el cuerpo polltico y la
sociedad son percibidos como un orden producido por leyes naturales y objelivas y no par
leyes subjelivas, individuales 0 de conciencias privadas. Op. Cit., p. 50.

54

Eduardo Lpez Moreno

3. Las mercedes reales, piedra angular dei sistema de privilegios


Ysavel de Baena arranc6 hierbas dei suelo y SltlO dmlde e.fta dicho .wlar y pledras
y las arroj6 a una parte y otra y ech6 dei dlCho solar la gente que en l haMa.
diziendo se saliesen de l, toda 10 cual duo ell senal de pose.m)1l que tomaba dei
dicho solar, la cual se la da el alguacll tomandola sta sin contradicculn de persona alguna

Toma de posesi6n de un solar. Actas de Cabildo, 20121619

En tanto que instancia gestora y propietaria deI dominio directe deI suelo,

el Municipio tiene la preeminencia para distribuirlo y para disponer de l


en la ciudad. Excepcionalmente, el rey otorga algunas mercedes directamente a ciertos personajes de rango mas 0 menos elevado, quienes se disponen a trasladarse a la ciudad para trabajar coma funcionarios en los
diversos puestos de la burocracia real." Empero, coma el mismo monarca
10 sefiala, es la autoridad local quien "esta en posesion, uso y costumbre
de repartir" Y
La relacion de intereses que se establece entre el rey y sus subditos, y
que podemos simplificar en la formula: tu me das yo te doy, requiere de
un puente, que es el servicio de gestion que presta el Municipio. Ahora
bien, los funcionarios que laboran en esa corporacion, bloquean sistematicamente este circuito tripolar, desviando ciertos beneficios en su provecho gracias a los favores que estan en posibilidades de prestar. Al "sistema de privilegios" se le sobrepone un "sistema de intereses locales", que
funciona bien dentro de un espacio extralegal, gracias al consenso social
de que goza. 13

II Asf por ejemplo, desde Aranjuez, el rey concede una merced el 26 de maya de 1560, en
los tnninos siguientes: "Oidores alcaldes mayores de la nueva audiencia Real de la probinla de la nueba galizia por parte de Francisco de Arbolancha, nuestro contador de esa
tierra, me ha sido hecha relacion que ha de residir en la iudad de guadalajara desa dicha
provinia.. e para el/o tenfa necesidad de solares. para hacer casas en que bivir y en los
trminos de ellas algunas tiras para sembrar y hazer huertas suphcandome vos mandase
que le seiialasedes los solares que hubiese menester para el dicho efecto. Por ende yo vos
mando que sin pefJuizio de los yndios no de olto tercera alguno deis al dlcho FranCISco de
A. tiras en que labre y solares en que hedifique." (Archivo de Indias, Cmara de ComerC10, D. Garibi, GDL 230, FOLS. 48V-49 (el subrayado es nuestro). Vase de! mlsmo archi
vo una merced desde Valladolid concedida el 14 de enero de 1555. Libro l, f. 4.
12 Madrid, 22 de junio de 1563, Archivo de Indias, Camara de Comercio, Archivo D. Ganbi. GDL 230, fols. 143v144 (el subrayado es nuestro).
13 Varios investigadores han abordado esta cuestion. Entre ellos, Jaime Olveda, quien hace
notar los favoritismos y el nepotismo entre las grandes familias Igualmente F. Chevalier, quien cita varios incidentes en que se percibe la corrupcion y el desacato de las
altas autoridades coloniales a las disposiciones reales. (Cf. bibliograffa).

Pedodo 1. La evoluci6n de la estructura juddica de la propiedad ra{z

55

Sin duda alguna, el dar 0 repartir la tierra reviste un gran poder, y


coma todos los poderes, una ventaja. Esto se pane de manifiesto desde
los primeros afios despus de que se fund6 la ciudad. Los oidores y el
gobernador -es decir, la Real Audiencia-, intentan intervenir en este circuito y sustituir al Cabildo en el repartimiento de la propiedad. Las disputas que se generan al respecto, terminan por elevarse al Consejo de
Indias. En 1563, Alonso de Herrera, oidor alcalde mayor, solicita la intervenci6n deI rey sobre esta controversia, a 10 que se le contesta que
... la justicia y Ayuntamiento de ella, han estado y estn en posesi6n, uso y costumbre
de repartir por suertes las lierras u huertas y heredades, y otras cosas, en los trminos y
exidos de la dicha iudad [Guadalajara] sin que jamas vosotras ni los govemadores 0
se entremetiesedes en ello por no ser ('osa tocante a vuestra ofiio ni en ninguna parte
de las mismas Yndias, ni destos rreinos las mismas Audiencias Reales 10 avian hecho, y
que agora pretendiades de rrepartir, las dichas tierras y exidos guertas y heredades. En
mucho dafio y perjuicio de su preheminencia porle quitar y desposer de la posesi6n. En
que estaban tanto tiempo aVIa y me fue suplicado. Vos mandase que no os Entremetiesedes de aquiadelante en ello "

Asf, el rey otorga todo su apoyo al Ayuntamiento, en gran parte con la


intenci6n de establecer un equilibrio entre esos dos niveles de gobiemo,
pero tambien para evitar que los funcionarios de la Audiencia se fortalecieran demasiado y para hacer respetar el modelo de organizaci6n territorial de la ciudad, deI cual nos ocuparemos en el Apartado 6.
Los habitantes tapatfos intentan hacer valer, ante el monarca -y su
instancia de representaci6n local que es el Ayuntamiento en materia de
repartimiento de suelo-, los mritos y tftulos que detentan a fin de estar
en condici6n de ser beneficiados conforme al sistema de privilegios que
acabamos de evocar. 15 Los que "llegaron antes", es decir, participaron en
la conquista, reivindican un derecho fundamental que adquirieron con la
fuerza de las armas en beneficio de la Corona y con el riesgo de sus propias personas: el llamado, precisamente, "derecho de conquista". Para
eIlos, la recompensa se convierte en un deber ineluctable, previamente
estipulado, en la enorme empresa de Estado de la que ellos fueron parte.
No obstante, en el curso de los primeros afios, la repartici6n de la propiedad no s610 se hace por mritos de conquista 0 en base a la jerarqufa que
14 Idem (el subrayado es nuestro). Si bien en 10 sucesivo, es el Ayuntamiento quien se
encarga de hacer las mercedes, existen algunos antecedenles de que la Real Audiencia
sigui6 realizando algunas donaciones direclas, vase por ejemplo el registro dei notario
M. de Mena de 1647, Vol. 15, R. 149, Archivo de Instrumentos Pblicos dei Estado.
15 Vase al respecto ellibro "El reparto de la riqueza", Carlos Martfnez M., Historia de
Mxico, Sai vat, Mx. 1978, T. v, pp. 1101-1134.

56

Eduardo L6pez Moreno

se tiene dentro de esas huestes, sino tambin por la inversion que cada
unD de ellos haya hecho en esa gran empresa (es decir, las sumas 0
medios que aporto coma utensilios de guerra, animales, navfos, armas), y
por la clase 0 rango social que tuviera; esos tres criterios conforman el
sistema de privilegios que hemos venido evocando.'6
Con los afios, empiezan a llegar nuevos pobladores; para 1570 habfa
50 vecinos en Guadalajara, 60 un lustro despus y 173 al final dei siglo. 17
Estos habitantes, principalmente mercaderes, burocratas, artesanos, son
mal vistos por los conquistadores, quienes consideran que el apoyo que
les brinda el rey, las mercedes multiples que les otorga y los beneficios
diversos de que les hace objeto, socaban el derecho de conquista que
ellos habfan adquirido. Sin embargo, es de hacer notar que, la renovacion
de la poblacion en esta ciudad, no se hizo de manera tan conflictiva coma
en la capital de la Nueva Espafia. El clrigo Alonso de la Mota y Escobar,
asf 10 deja ver en su Descripci6n geografica de los reinos de Nueva Calicia, Nueva Vizcaya y Nuevo Leon, al escribir en 1606: "Ha venido esta
ciudad a menos en 10 que es cualidad de vecinos principales [refirindose
a los conquistadores terratenientes] porque sus primeros pobladores
tuvieron encomiendas de indios, y minas con que vivfan opulenta y honradamente, y coma 10 unD y 10 otro han faltado por muerte de los indios y
por falta de los metales, acabronse estas familias principales y sus descendientes se fueron a otras provincias, y han sucedido en su lugar nuevas gentes venidas de Espafia y otras partes".IK
Evidentemente, esta aparente transicion de pobladores no se llevo a
cabo en forma tan natural ni tampoco todos los descendientes emigraron;
muchos de los que se quedaron, se hicieron propietarios de grandes
extensiones de tierra y de minas y desempenaron cargos publicos importantes coma alcaldes, corregidores, justicias mayores. 19 Como parte domi16 Ana Valero G. de G. Solares y conquistadores, INAH, Tesis de Maestria en Etnohistoria,
1988. T. l, p. 153. La autora insiste en que el rango social era un criterio fundamental
en el repartimiento. Para apoyar su aseveraci6n, presenta un extracto de una carta de
Diego Col6n, escrita el 14 de noviembre de 1509,33 afios antes de la fundaci6n de Guadalajara: " ..de aqui en adelante los dichos solares que se seiialaren e dieren sea moderado a la calidad de las personas e dando a cada uno conforme a 10 que vos pareciere que
mereze e puede tener e aviere menester."
17 Vase el Cuadro N" l "Habitantes en Guadalajara entre los siglos XVI y XIX".
18 Mota Escobar A. De.lcripci6n geografica de los reino.l., Col. Obras Facsimilares. INAH,
1966, p.44.
19 En 1602, el alguacil mayor, Ger6nimo Conde, confirma ante el rey que de los 160 veclnos que vivian en Guadalajara, 120 desempefiaban alguna funci6n en la audiencia, en el
Cabildo eclesistico, el Ayuntamiento 0 en las Cajas Reales, citado por J OIveda, Op.
Cit., p. 23.

Periodo 1. La evoluci6n de la estTuctura JUT/dica de la propiedad ra/z

57

nante de la sociedad neogallega, estos sectores se oponen a que los


"recin l1egados" obtengan las mismas ventajas que el10s recibieron algunos afios antes deI Estado colonial. Es decir, se oponen a que los criterios
principales deI sistema de privilegios sean modificados. Varias medidas
para limitar 0 bloquear esas acciones 0 iniciativas son intentadas por ellos
con el objeto de poder preservar su poder. As!, en 1563, los oidores a1caldes mayores de la Real Audiencia, presentan una solicitud al rey para que
.... repartiesedes las dichas tierras baldias entre los primeros conquistadores desa provinia entre sus hijos y los pobladores antiguos della que la han sustenlado En nuestro
servicio en gratificaci6n de 10 que nos han servido. Sin las dar a otras personas Yentes
y venientes que no han servido en esa tierra.'"

En la defensa de su causa, la lite local no duda pues en presentar a


los nuevos migrantes como aventureros, movidos por un afn de enriquecimiento y sin deseos verdaderos por avecindarse en la ciudad. Evidentemente, sus empefios son en vano por dos razones principales: a medida
que se multiplican las funciones en la ciudad y se hace necesaria la presencia de autoridades civiles y ec1esisticas (para ocuparse de las actividades politico-administrativas y religioso-administrativas, como el Cabildo, la Intendencia, la Real Audiencia, el Obispado, el Cabildo
Ec1esistico, de las cuales Guadalajara se ha convertido en sede), la presencia necesaria de habitantes con oficios y capacidades diversas (como
comerciantes, bur6cratas, obrajeros, herreros, carpinteros, labradores,
etc.)2' se hace resentir cada vez mas. Por esas razones, el mismo rey
exhorta a las autoridades locales para que den tierras y solares a los vecinos espafioles que se quieran avecindar en el reino. Ordenanzas que
ponen en c1aro que los sistemas de a "quien dar y como dar", deben evolucionar de acuerdo con los nuevos proyectos y necesidades. La voluntad
de la Corona, contrariamente a los intereses de los grupos locales, es que
en 10 sucesivo las mercedes y los privilegios no deben limitarse a los fundadores de la ciudad con el objeto de poder promover el poblamiento y el
desarrol1o de la ciudad; para 10 cual, en 1574, el rey ordena al presidente
de la Nueva Galicia
20 Madrid a 26 de abril de 1563, Archivo de lndias, Cmara de Comercio, D. Garibi, GDL,
230, fols. 140-140v (el subrayado es nuestro).
21 En su libro Guadalajara en el siglo XVI, Chvez Hayhoe escribe al respecto: "la vida
cotidiana con todas sus ventajas y desventajas, comodidades y molicies se fue instalando poco a poco. Las costumbres viriles, caballerescas y guerreras de los pobladores de
Guadalajara de Tlacotllin, son sustituidas por hbitos tranquilos de agricu1tores, comerciantes y mineros". Ayuntamiento de Guadalajara, 1991, p. 121.

58

Eduardo Lapez Moreno


... por 10 que conviene procurar [a] la poblaci6n y nobJecimiento de esa provmia, y los
espaiioles y personas que se quieran ocupar de ello y arraygar y haveindarse en ella 10
puedan hacer con comodidad y voluntad y sean ayudados y rrecivan merced os mando
que a las tales personas que al presente hay en esa provinia y adelante fuera ella y se
quisiesen avenindar les deis y seiialeis en nombre tierras en que puedan labrar .. y
hacer sus solares en que edifiquen casas."

Con el aumento y extension de la poblaci6n y con el cambio de fisonomfa y pobladores, se lIeva a cabo una recomposici6n de la estructura
social; paulatinamente la lite terrateniente cede paso a los mercaderes,
una clase que comienza a emerger en el siglo XVII y que para fines de esa
centuria se encuentra mas 0 menos bien consolidada con la aparici6n de
gremios y comerciantes organizados. Lazaro de Arregui, consigna 22 personas con ese oficio de los 173 vecinos con que contaba la ciudad en
1606 y 40 en 1621, resaltando que bien se puede conocer la superioridad
de ese oficio en las Indias, "pues donde no hay mas de 4 6 6 labradores, 2
03 zapateros, 3 64 panaderos ... media botica y raras veces mdico hay
casi 50 mercaderes que todos ganan largo de corner teniendo la tierra provelda de todo 10 necesario y puesto en USO".23 Gran parte de los excedentes economicos que generan estos comerciantes, son canalizados al sector
inmobiliario, puesto que este tipo de bienes les ofrece dos grandes ventajas: el poder obtener circulante en el mercado de crditos (ya sea entre
ellos mismos 0 a travs de la Iglesia, para 10 cual requieren hipotecar sus
propiedades) y el adquirir estatus social por medio de la posesion deI
suelo; coma 10 veremos mas adelante (Apartado 5), el dominio territorial
conferfa una cierta hidalgufa.
Junto al inters por hacerse de propiedades rusticas y urbanas, los
comerciantes buscaron comprar, al mismo tiempo, los puestos publicos
vacantes; asf, ademas de ampliar su poder, podlan tener bajo su control
todo 10 relacionado con sus actividades econ6micas. 24 Una vez dentro dei
Ayuntamiento, tienen la posibilidad de controlar el suelo urbano y el que
se encuentra pr6ximo a la ciudad, manejando con una gran discrecionalidad las mercedes de solares y tierras. Asf por ejemplo, desde las primeras
dcadas deI siglo XVIII, el Cabildo autoriza que los funcionarios de esa
corporacion, reciban mercedes gratuitas de predios en recompensa deI
22 Espaiia, San Lorenzo el Real, 6 de abril de 1574, Archivo de Indias, D. Garibi, Cmara
de Comercio, GDL 230-351, f. 278.
23 Domingo Lazaro de Arregui en Guadalajara a travs de los tiempos, Iguiniz Juan, p.
41. Los 22 mercaderes contaban con capitales de 4 mil, 6 mil, 10 mil, 15 mil y 20 mil
pesos. De acuerdo con Mota Padilla, un pobre en esa tierra, era el que no tenla de 2 mil
pesos para arriba (cf. bibliograffa, p. 23).
24 Jaime OIveda, Op. Cit., p. 37.

Perfodo 1. La evoluci6n de la estructura jurfdica de la propiedad ra{z

59

trabajo que realizan en beneficio publico. De esa manera, se beneficiaron


entre muchos otros: Don Ygnacio Samartfn, regidor perpetuo alguacil
mayor, quien recibi6, en 1782, un predio en el norte de la ciudad cerca de
las tierras de los padres de Betlen; Don Sebastian Daza, juez de la ciudad,
a quien se le entreg6 un lote en el barrio deI Nuevo Santuario un ano
antes; el Licenciado Mariano Espino y el Capitan Don Pablo, ambos regidores perpetuos, quienes obtuvieron cada uno un solar en ese mismo
barrio en 1780. 25
Esta "Iibertad" de gesti6n, fue siempre cuestionada por los otros
poderes, notablemente la Audiencia; en 1797, Don M. Ugarte Fernando
Cambre, fiscal deI rey, declara nulas las donaciones graciosas que el
Ayuntamiento habfa venido realizando. indicando que esa corporaci6n
carecfa de facultades para e110 "como porque ceder sus tierras es contra el
Espfritu de las Leyes y que solamente por un avuso introducido se donaba
antiguamente a cada regidor un pedazo de tierra sin confirmaci6n ni autoridad deI Superior Govierno'',U' La prdida de esta prerrogativa no imposibilita que la asignaci6n de la propiedad siga hacindose en base a criterios personales, beneficiando a amigos, parientes y miembros de las
agrupaciones de comerciantes. Tampoco impide que este grupo ejerza
una fuerte presi6n para que los Iitigios y pleitos diversos sobre tierras,
solares y casas, en que estan envueltos, sean resueltos a su favoL Sin
haber estudiado los asuntos de este ramo con ese fin, pudimos apreciar,
sin embargo, que muchas de las controversias y disputas sobre la posesi6n de inmuebles de esos afios fueron decididas en beneficio de esos grupos, a pesar de que en varios de los casos, se trataba de abusos y atrope1I0s en contra de los sectores mas desprotegidos.
La riqueza se reparte en base a un esquema de intereses, que intenta
sustituir al sistema de privilegios real. En realidad, favoritismo y nepotismo coexisten con criterios coma estatus social (el unico "sobreviviente"
dei sistema original, que inclufa los mritos de conquista y la inversi6n
personal que se hubiera hecho en ella coma criterios principales para
entregar la propiedad).
El recurrir a practicas de ese tipo, pudo coadyuvar a consolidar un
grupo diferente al nucleo de la lite fundacional, con intereses que tambin coinciden poco con los de la Corona. De modo que la administraci6n
25 Los demandantes precisaban en su petici6n que: "ha sido una costumbre y mui racional
el que a los seiiores municipales de este Ylustre cuerpo se les de por via de gratificaci6n
un solar para fabrica". Vase el Ramo de Tierras dei Archivo Hist6rico Municipal, los
documentos: T.II. 1782, sin paq. ni leg., 1 fs. AY. 1. 1781, paq. 5, leg. 54, 1 fs y T.2.
12,1780, paq. 5, leg. 40, 4 fs.
26 Archivo Hist6rico Municipal, H. 3,1797 Hacienda, paq. 18, leg. 41, 4 fs.

60

Eduardo LOpez Moreno

de la justicia -uno de cuyos actos fundamentales es precisamente el


repartimiento de la propiedad raiz- queda supeditada a ese nuevo poder;
el cual puede deformarla -0 digamos reinterpretarla- a fin de poder
alcanzar sus objetivos hegemonicos, pero tambin puede acatarla en la
medida en que dicho poder esta obligado a atender, de una forma u otra,
los lineamientos y disposiciones reales. Esta combinacion de intereses,
estrategias y polfticas dispares, no llega a producir un choque frontal porque, en el fondo ambos poderes (el local y el de la metropoli), se erigieron en base a un mismo modelo que es el estado patrimonial -una estructura dispuesta a defender ciertos privilegios e imponer discrecionalmente
algunas cargas.
La version local que resulta de esa "fusion", se pone al servicio de los
sectores dominantes y de sus intereses que, en cierta forma, son los suyos
propios, atendiendo en forma marginal a los sectores mayoritarios.
En 10 que respecta a la cuestion habitacional, las medidas que se
toman se caracterizan por un exanime intento por conservar suelo con
objetivos sociales (por medio deillamado censo perpetuo) y por una cierta
preocupacion por que los habitantes de escasos recursos puedan acceder a
l por medio de mercedes mas 0 menos asequibles economicamente.
El caracter limitado de esas medidas provoca que las disparidades
sociales se vayan agudizando paulatinamente, notablemente en el curso
deI siglo XVIII. Es evidente que los mecanismos existentes de acceso al
suelo y vivienda permiten, cada vez menos, que las familias econ6micamente desprotegidas puedan resolver sus problemas habitacionales como
10 habj'an venido haciendo precedentemente. Dos fen6menos opuestos se
empiezan a manifestar en ese entonces: la ocupaci6n irregular dei espacio
y la subutilizaci6n dei parque existente de vivienda. El Municipio responde a ellos con una figura jurfdica especial que le permite conservar el
enorme patrimonio de suelo de que dispone en la ciudad (un area que
hasta ellfmite de los exidos representa mas dei 50% de la superficie de la
ciudad) con un doble objetivo: densificar en forma mas uniforme la ciudad
y permitir el acceso en forma definitiva y con bajo costo a esas familias.
El estudio de esta figura, conocida con el nombre de censo
enfitutico, uno de los temas centrales de este periodo (cf. Apartado 12),
requiere de un anlisis previo de la manera en que evolucion6 la estructura juridica de la propiedad raiz en Guadalajara, asj' como de los diversos
sistemas de acceso al suelo que derivaron de ella y dei impacto que tuvieron sobre la vivienda. Analisis que comenzaremos con un examen somero sobre las mercedes de solares en la ciudad, considerando particularmente: la forma en que se concedj'an estos favores, las caracteristicas de
los que las recibj'an y las ventajas que les representaban, mas alla de la
obtenci6n de un beneficio concreto como era el suelo.

Perfodo J. La evoluci6n de la estructurajurfdica de la propiedad raEz

61

CuadroN 1
Habitantes en Guadalajara (1542-1803)
Ano

N de habitantes

Fuente

1542
1543
1548
1554
1570
1574
1586
1600
1606
1621
1630
1651
1713
1738
1742
1750

63 vecinos'
20
35
80
50
60
100
173
180
200
600
3357
2000
12000 habitantes
12000
11000

Lebzon de Quifi6nez

1760
1770
1777
1784
1793
1803

11294
22394
21163
22163
24247
34697

1803

19500

Antonio Tello
G6mez de Mendiola
L6pez de Velasco
Jean Pierre Berthe
Mota y Escobar
Arregui Lazaro
Vzquez de Espinoza
Manuel Gallardo
Encuesta (Madrid)

Guadalajara a la consumaci6n
de la Independencia
Padr6n Eclesistico
Primer Censo
Fernando Cambre
(Notario Real)
Humboldt

, Un vecino se refiere en realidad a una farnilia.

4.

Las mercedes reales y los mercedarios tapatios

El peticionario, un particular, solicita al rey, a travs deI Ayuntamiento,


le haga merced de un solar que por 10 general tiene ya previamente identificado:
Gregorio G6mez, vecino de esta ciudad ... paresco ante vuestra senorla y digo que en
esta cuidad, en el Barrio de Santa M6nica, se halla un pedazo de tierra perteneciente a

62

Eduardo Lopez Moreno


su majestad, y por que 10 he menester para fabricar casa en l, suplico a vuestra senoria, rendidamente se sirva de mercenarmelo,"

El Cabildo, reunido en sesi6n, nombra una comisi6n precedida por el


Procurador General e integrada por un regidor, el ejecutor (0 escribano) y
el maestro mayor de arquitectura, con el encargo de realizar una verificaci6n fisica dei predio -eonocida con el nombre de "Vista de ojos, medida
y avaluo dei solar", Auto que, coma su nombre 10 indica, tiene por objeto
el revisar las dimensiones y localizaci6n dei lote, estimar su valor y constatar si se encuentra libre y disponible para ser ocupado en 10 inmediato
sin que se afecte a terceros. Tanto la solicitud de merced coma la respuesta de la comisi6n son notificadas al presidente de la Real Audiencia "para
que su senona 10 apruebe y confirme 0 mande 10 que fuere servido y convenga". Empero, la decisi6n final, una vez contando con el consenti miento dei procurador, recae en el propio Ayuntamiento que "en nombre de su
majestad, que dios guarde y de esta novilissima ciudad", le hace la merced al demandante, senalndole ahf mismo la suma de 10 que debe de
pagar por el lote.
Enseguida se ordena al alguacil mayor de la ciudad que mida, ponga
linderos definitivos y entregue la posesi6n 2S con el tltulo respectivo, una
copia dei cual se queda en los archivos dei Cabildo. En regla general ese
es el recorrido por el que transita una solicitud de merced en el siglo
XVII. El tiempo promedio en que se resuelve dicha solicitud, toma entre
tres y seis meses. Cualquiera que la solicite puede recibirla independientemente de su condici6n. Rasta principios dei siglo XVII, a los negros e
indios se les mercedan terrenos solamente en los pueblos-barrios limftrofes, reservndose la ciudad a los espanoles, criollos y mestizos. Si bien la
diferenciaci6n ciudad de indio-ciudad de espaiiol, se conserva hasta el
siglo XVIII, existen varios antecedentes de concesiones de terrenos dentro
de la ciudad a mulatos y antiguos esclavos. 29
Conforme a las ordenanzas reales, el Ayuntamiento podfa hacer merced de mas de un solar por persona; asf por ejemplo, el 13 de enero de
27 Archivo Hist6nco Municipal, T. 2, 12, 1727, paq. l, leg. 44, Ifs (el subrayado es nuestro)
28 Con una ceremonia especial, que es descrita en el epigrafe dei Apartado 3.
29 Sobre las mercedes entregadas dentro de la cuadricula a personas de diferentes casta.~.
evocamos dos ejemplos, n6tese que el pnmero de ellos data de 1683: "Mariana de Molina, mulata libre, doncella de mas de 25 aiios, vecina de esta ciudad, vende un pedazo de
solar en Santo domingo.. se compone de un quarto de que me fue hecha merced por el
cavildo el 27 de noviembre de 1683 (Archlvo de Instrumentos PUblicos deI Estado, Notario Iuan R. de Mena, v, Nl1m. 3, p. 3, IOde enero de 1707)." "Media quadra de solar en
el barrio de Santo Domingo.. mercedado el 16 de octubre de 1681 ante Joseph L6pez
Ramirez, a la mulata hbre Magdalena de la Cruz." (Archivo de Instrumentos Pl1blicos dei
Estado, Notario Juan R. de Macuso, V.I, \703, R. 88). Los subrayados son nuestros.

Periodo 1. La evoluci6n de la estructura jurfdica de la propiedad raiz

63

1623, el canonigo Juan de Porras, recibi6 merced de parte de "la Justicia


y Regimiento ... [de] dos solares para edificar casa de vivienda en
ellos... , y son los dichos solares junto a Santo Domingo el viejo".JO La
dimension dei predio no tenfa que ser necesariamente de un cuarto de
cuadra coma fue costumbre en los primeras afios despus de la fundacion
(cf. Piano 1); el Cabildo padfa vender 0 ceder terrenos en censo de una
superficie mfnima (alrededor de 20 varas cuadradas) de media 0 de una
manzana completa 0 incluso de una superficie mayor (200 por 500 varas,
fuera de la cuadrfcula). La decisi6n dei Cabildo dependfa de varios criterios determinantes: la ubicacion dei solar demandado, las condiciones
economicas dei demandante, su estatus y capacidad de negociacion.
De acuerdo con varias actas edilicias coetaneas, la intenci6n dei
Ayuntamiento es la de uti1izar y repartir toda su propiedad y no la de conservarla. Polftica que se fundamenta en tres razones principales:
i) los terrenos municipales no son propios para al cultivo ni para otras
fines; desde que se fund6 la ciudad, se les concibi6 coma reservas
territoriales y con ese objeto deben ser utilizados par el fondo de propios (cf. Apartado 6);
ii) los bienes muebles e inmuebles, prapiedad de la ciudad, reportan ciertos recursos al Cabildo a travs de la gesti6n que hace de ellos el
mismo fondo. Mientras mas ingresos obtenga la Mayordomfa por
concepto de pago de pensiones de censos 0 por venta de terrenos, mas
capacidad tiene para cubrir los diversos gastos de esa corporacion
coma el vestuario de la milicia provincial, el aseo de la ciudad, la
recomposici6n anual de caHes y plazas, los salarios de algunos servidores publicos, etc. JI
iii) los terrenos vacfos -Hamados yermos en el siglo XVI y eriazos a partir dei XVII-, generan problemas de salud y de seguridad publica;
adems de ocasionarle ciertos costos de mantenimiento al Municipio.
El analisis de mas de cincuenta solicitudes de merced de solares, realizadas en los tres primeros siglos de vida de la ciudad, revela la existencia de un cierto patr6n 0 modelo predeterminado. El orden es casi siempre el mismo en todas, variando, naturalmente, las causas que justifican la
demanda. En primer trmino se hace la filiaci6n dei peticionario, en
30 Actas de Cabildo de la ciudad de Guadalajara 1607-1635. v. 1, Ayuntamiento de Guadalajara, BAH, 1970, P. 261.
31 Los pagos que se recibian por las pensiones de los solares, dados en censo 0 por los predios vendidos, ingresaban al fondo de propios y se depositaban en la Hamada "Caja dei
Posito" 0 de las "tres Haves".

64

Eduardo Lapez Moreno

donde se precisa su oficio, lugar de residencia y, algunas veces, su lugar


de procedencia. Cuando es factible, el demandante hace resaltar los mritos 0 servicios que ha prestado y/a la necesidad urgente que tiene de un
solar para edificar su vivienda. A continuaci6n informa la ubicaci6n,
colindancias, nombre de,los vecinos (si los hubiere) y las caracteristicas
generales dei predio (por ejemplo, si se trata de un solar eriazo), precisando la necesidad de que se practiquen las diligencias acostumbradas y
correspondientes (es decir, la vista de ojos, medida); enseguida formula la
solicitud de merced, propiamente dicha, pidiendo que se le fije la cantidad que requiere cubrir ya sea coma pago 0 coma censo;J2 y, par ultimo,
se agrega una locuci6n final coma "jura no ser de malicia y en 10 necesario, etc.".
En cuanto a las causas que justifican la solicitud de merced, existe
una relativa heterogeneidad que, sin embargo, se puede encerrar en cuatro
grupos principales. Su presentaci6n, aunque un poco reiterativa, nos parece necesaria para entender mejor la 16gica de la demanda y las relaciones
de los tapatios con sus autoridades, as! coma el juego de la polftica habitacional y deI repartimiento de suelo. Estos grupos son:
a. La exaltaci6n de los mritos y servicios prestados, al rey 0 al Cabildo, y la calidad de la persona, entendindose este ultimo punto coma la
referencia que el demandante hace al puesto publico que detenta (juez,
escribano) y al nivel socio-econ6mico que posee y no necesariamente a
su origen tnico 0 a su condici6n civil.)) Cuantas mas altas 0 elevadas son
sus dignidades y mas reconocidos sus mritos, mas posibilidades tiene de
obtener un predio bien localizado (esto es, pr6ximo al centro), de una
superficie mayor y con una rebaja en el precio 0 incluso gratuitamente.
Veamos el casa siguiente a titulo de ejemplo:
Se sirva de hacerme merccd de dicho solar con alguna moderacion y equidad en atenci6n a estar sirviendo a V.S. en la actualidad de asesor, y haver desempeilado dicho

32 Es de hacer notar que, durante el siglo XVI, y en ciertos casos a principios deI XVII, aparecen solicitudes de merced a titulo gracioso. En 10 subsecuente, todas precisan que se
trata de mercedes vendidas, aiiadiendo una f6rmula de tipo "estoy prompto a servir en
aquella cantidad en que se abaluare en favor de las rentas y propios".
33 En efecto, en la resoluci6n de la demanda, no se tomaba en cuenta si se trataba de personas solas, familias nucleares 0 extendidas, hijos legltimos 0 i1egitimos ni el sexo deI
demandante. Son de seiialarse los datos que T. Calvo aporta al respecto, segun l: "la
ilegitimidad era uno de los componentes esenciales de la vida en la ciudad", sta alcanzaba el 50% en el siglo XVII y el 21 % en la segunda dcada deI XVIII. Igualmente el
hecho de que "a la cabeza de las casas casi una de cada Ires era mujer, en 1679". Cf.
Guadalajara y su region en el siglo XVll - poblacion y economi'a, Ayuntamiento de Guadalajara, 1992, Op. Cil., p. 91-92.

Periodo J. La evolucion de la estructurajurfdica de la propiedad rafz

65

empleo el allo pr6ximo pasado, con la eficacia y empeilo que se acreditan en 10 mucha
que despache sacrificndome hasta hablar en estrados y de mas negocios."

b. En lugar de sefialar mritos y servicios, el demandante hace notar


el estado de penuria econ6mica en que se encuentra, para 10 cual invoca
la urgente necesidad de un lugar donde vivir:
Pretendo de la benignidad de vuestra seiiona no ya a mis expresados servicios sino a la
noble caridad y venigna protecci6n con que acostumbra amparar a los totalmente sin
abrigo, se digne... mercedarme un solar en el barrio de Nuestra Seiiora de Guadalupe"

En varios de los casos se asocia casi siempre el hecho de que se trata


de una familia numerosa:
Hayandome gravemente necesitado y con una crecida familia ocurri a su gran piedad y
conseraci6n para que se dignare de honrarme, y mercenarme, con un pedazo de solar."
C. El demandante se encarga de precisar que su solicitud de merced
responde plenamente a la voluntad deI rey quien desea que las ciudades,
villas y lugares se pueblen nlpidamente, "mas aun una capital coma Guadalajara, cabeza de reino".37
d. En ciertas ocasiones, que son muy poco usuales, a cambio de la
merced, el demandante se compromete a realizar ciertos trabajos publicos
en beneficio de la colectividad como construir tapias, hacer galapagos, etc.

En la mayoria de las mercedes, el peticionario sefiala que se trata de


un predio vacio cuya venta no le causa perjuicio a ningun particular. ls La
voluntad real por que se pueble la ciudad, el deseo de la municipalidad
por que se utilicen sus propios y el inters de los habitantes por que se
reduzcan los terrenos baldfos, motiva que las mercedes se entreguen
supeditadas a la obligaci6n de edificar en un plazo limite que, por 10
general, es de dos afios y excepcionalmente de cuatro, "so pena de que de
experimentarse 10 contrario, se dard por nula y de ningun valor ni efecto
y se passara a mercenar a otro"39 -segun advierte el Cabildo.

34 Archivo Municipal de Guadalajara, Ramo Tierras. T.2, 12, 1762, paq. 2, leg. 42,7 fs (el
subrayado es nuestro).
35 Archivo Hist6rico Municipal, Ramo Tierras, T. 2, 1780, paq. 5, leg sin (el subrayado es
nuestro).
36 Archivo Hist6rico Municipal. Ramo Tierras, T.2, 1762, paq. 2, leg. 42, t fs (el subrayado
es nuestro).
37 Actas de Cabildo, 20 de maya de 1619, Op. Cit., p. 206.
38 Reiteradamente aparecen solicitudes de tipo: "si se deja yenno proporcionar sitio oportuno a muchas maldades" 0 "verificando estar el solar libre y realengo y que a nadie se le
sigue peljuicio mande que se me de. nda y seilale con linderos conocidos." Actas de Cabildo, 20 de maya de 1619, V. 1, 1607-1635, Op. Cit., p. 207 YAHM, T.2, 12, 1746-1747.
39 Archivo Hist6rico Municipal, T. 2, 1746-47, paq. 1, leg. 75, 5 fs (el subrayado es nuestro). N6tese que la obligaci6n podia ser observada con s610 cercar el lote.

66

Eduardo LOpez Moreno

Un numero considerable de los beneficiados opta por vender 0 rentar


una parte dei solar mercedado, con el objeto de allegarse fondos para
poder edificar su vivienda. Evidentemente, se trata de personas de muy
bajos recursos economicos quienes, despus de varios afios, no han sido
capaces de terminar uno 0 dos cuartos, e inc1uso, algunos de ellos no han
podido habitar aun su terreno. 40 Una tal precaridad debe darnos cierta luz
sobre las fuertes desigualdades sociales que empiezan a manifestarse en
la ciudad, a principios dei siglo XVIII. Investigadores coma Calvo y
A1cntara, han insistido en que el poder hacerse de una casa habitacion
era relativamente fcil en esos afios, realmente no 10 creemos (cf. Apartado Il: Los sistemas de acceso al suelo). El hecho de que la mayorfa de
las ventas de terrenos municipales se hicieran al contado, debfa obligar a
muchos de los compradores a solicitar un crdito con los pequefios prestamistas de dinero en la ciudad. De once operaciones analizadas al azar
entre 1645 y 1679, pudimos damos cuenta que 5 tuvieron que recurrir a
los servicios de un mercader, Don Diego Franco de Ortega, quien, curiosamente en todos los casos, cubrio a nombre de ellos la suma que esa COfporacion habfa estipulado. 41 Suma que, por otra parte, resulta relativamente modesta si tomamos en consideracion el valor que ciertos artfculos
comestibles tenfan ese mismo afio (vase el Cuadro N 2).
Si partimos dei principio de que no todos los habitantes podfan autoconstruir sin asistencia alguna, 10 que, de una forma u otra, les suponfa
ciertos gastos, a los cuales habfa que agregar los pagos para redimir el
capital dei prstamo que recibieron, podemos suponer que las posibilidades para hacerse de una vivienda se empiezan a estrechar para algunos
sectores de la poblacion a fines dei siglo XVII. Sobretodo para aqullos
que, por diversas razones, no tenfan acceso a un crdito, por pequefia que
fuera la suma demandada (los migrantes recin llegados, por ejemplo);
obstculos coma esos nos dan un cuadro general en donde el fenomeno
40 Sin prejuicio de abundar en demasiadas citas, presentamos dos testimonios que dan cuenta de la dificultad que existia para que ciertos sectores de la poblaci6n pudieran construir
su vivienda : Manuel de la Cruz vende la mitad de un terreno que Je dej6 su padre en el
poniente dei convento de Santo Domingo "por no haberlo podldo poblar y s610 hay una
sala de paredes de adobe con dos puertas sin techo, porque son pobres... se vende en 10
que costara techar dicha .rala, ponerle una puerta y una ventana con cerraduras y llaves..." (Archivo de Instrumentos Publicos dei Estado, Notario Macusso, v., N" 2, 15 de
enero de 1705).

"Isabel Navarrete, por auto dei dia 22 de mayo 1723 se simeron harced merced a los
otorgantes de un pedazo de solar de 20 varas en quadro en la calle que sale de la Plazuela
de Santo Domingo, fabric6 la otorgante un aposento y para poderlo costear se valt de
vender parte de dicho solar." (Archivo de Instrumentos Publicos dei Estado, Notario M.
de Mena, Libro 16, p. 290, IOde mayo de 1728). Los subrayados son nuestros.
41 Nos referimos al documento en poder dei Archivo Hist6rico MMunicipal, T. 16451679, paq. l, leg. 7..

Perlodo J. La evoluci6n de la estructura jurfdica de la propiedad ralz

67

CuadroN2
Valor dei suelo urbano y de a1gunos articulos comestibles
Guadalajara 1650
Mercancla
Azucar Mexicana
Azafrn
Chocolate
Cera de Castilla
Aceite
Arroz de Castilla
Lenteja
Garbanzo de Castilla
Vino de Castilla
Suelo Urbano

Unidad
libra
onza
libra
libra
arroba
libra
mud
mud
cuartillo

V'

Costo
3
10
1
1
10
4
10
6
3
10

tomines
reales
peso
peso
pesos
reales
reales
reales
tomines
pesos

Fuente: Actas de Cabildo, 7, 01-1650.


Costo promedio de Il operaciones de compra venta (Archivo Hist6rico Municipal.
1645-1679)

de la ocupaci6n irregular dei espacio en la periferia toma un poco mas de


sentido (cf. Apartado 11.4).
El Estado colonial -propietario dei territorio y dominio-, procura que
la mayoria de las mercedes reales que entrega en los siglos XVI y XVII,
sean en fonna definitiva. Las condiciones econ6micas de los mercedarios
tapatios Ileva a que, el sistema de acceso al suelo, tenga que ser repensado en el ultimo cuarto dei siglo XVIII (con la aparici6n dei censo enfitutico). Se pasa entonces, de una politica de fortalecirniento de la propiedad
privada, a una politica de mayor contenido social, con una presencia mas
fuerte dei Municipio. Es pertinente entonces, demandarse, si cambios
como ste trajeron consigo una recomposici6n de las relaciones entre
estos dos actores (el Municipio y los habitantes) 0 solamente reforzaron
la legitirnidad dei Estado colonial. Igualmente pertinente resulta preguntarse si el gobiemo local, al ampliar las fonnas juridicas de acceso y disposici6n de la propiedad urbana, no ampIi6 tambin su espectro y capacidad de intervenci6n; reduciendo, en consecuencia, el "espacio" de los
habitantes beneficiarios de las mercedes. Si ese no fuera el caso i,c6mo se
podria pensar que la fonnula tU me das yo te doy, pudiera haberse substituido por otra de tipo: tu me das yo te presto, sin que el sistema de relaci6n sufriera ajustes significativos? Para entender esas transfonnaciones,
se hace necesario comprender c6mo evolucionaron los conceptos de propiedad raiz, propietario inmobiliario y ocupante durante los tres primeros
siglos de existencia de la ciudad.

68

s.

Eduardo LOpez Moreno


El dominio territorial yla posicion social.
El valor de los solares urbanos
Aquellos que intervienen en la fundacin de una ciudad y tambin a sus de.!cendientes les hacemos Hijosdalgo de solar conocido para que en aquella poblacin y
otras cualesquiera partes de las indias sean Hijosdalgo y personas nobles de linaje y solar conocido y por tales sean habidos y tenzdo.!.
Ley 6, Tftulo 6. Iibro IV Leyes de Indias

Para los espafioles que llevaron a cabo la conquista y para los primeros
colonizadores. el acceso al suelo urbano les representa beneficios concretos de dos clases: el puramente econ6mico. que se obtiene al recibir un
bien raiz con un valor mercanti! especffico. y el social que se adquiere al
poder avecindarse en la ciudad. 10 que proporciona atributos de
hidalgula"2
En su estudio sobre el siglo XVII. Calvo hace notar que. por SI sola, la
tierra vale poco, de tal forma que su valor 10 toma mucho mas de las
construcciones 0 inversiones suplementarias que se hagan sobre el\a. 4)
Apreciaci6n que, sin dejar de ser valida. deberfa ser matizada, pues si
bien el mercado de suelo, propiamente dicho, se desarrolla hasta mediados dei siglo XIX. una heterogeneidad clara existla desde antes en relaci6n al valor que el sueio tenla en diversas partes de la ciudad (vase el
Periodo II: "la Reforma.... valor antiguo y valor nuevo dei suelo urbano).
Adems de que existen bastantes antecedentes de ventas de lotes. casas
habitaci6n, huertas, etc., que se llevaron a cabo a s610 cincuenta 0 sesenta
afios de fundada la ciudad y existen tambin numerosos antecedentes de
pleitos sobre tierras. solares y casas a partir de esa misma fecha. Comportamientos, ambos. que ponen en evidencia que desde los primeros afios
de vida de la ciudad, se empieza a conformar un verdadero sistema de
propiedad urbana que. coma todo sistema de esa naturaleza. genera valores sociales y econ6micos dentro de un proyecto de acumulaci6n de propiedad privada.
El abandono de las mercedes gratuitas por las "mercedes vendidas". a
principios dei siglo XVII," corrobora esa dinamica de transformaci6n dei
42 Ana Valero de G., Solares y conquistadores, Op. Cit., p. 151.
43 El autor hace notar el bajo valor dei suelo, al referir que en los inventarios de 16221625, el valor intrfnseco de la tierra, propiedad de los tapatfos, no excedfa el de sus
esc1avos. Op. Cil., p. 299.
44 Como ya 10 seilalamos, las primeras mercedes eran gratuitas. La merced vendida mas
remota que se encontro data de 1603, es decir, a 61 aiios de fundada la ciudad; tal vez

Periodo 1. La evolucion de la estructurajuridica de la propiedad raiz

69

valor deI sueIo y muestra que el Municipio -al igual que los habitantes-,
ha comprendido que por muy modesto que sea el crecimiento de la ciudad y por muy bajo que sea el valor de la tierra, ste debe ser tomado en
cuenta no s610 dentro de la poltica general de poblamiento sino tambin
dentro de las estrategias de urbanizaci6n. En ese sentido es particularmente interesante el que, en 1609, los regidores Diego de Porres y Melchor de Pinedo, se nieguen a vender un solar propiedad deI Municipio,
aduciendo que por estar Ha las espaldas destas casa de cabildo [es decir,
en el centro] cada ano valdra nuis el solar... [por 10 que] se podrian edificar algunas casas y tiendas que, por poco que fuere, seria de ms consideraci6n que 10 que se podria comprar... con 10 que da el dicho Diego de
ufiiga [el comprador]:s
Ahora bien, una vez reconocido ese valor mercanti!, vale la pena
situarlo en su real dimensi6n en relaci6n con el valor social 0 de estatus.
En Guadalajara, coma en varias otras ciudades hispanoamericanas,
muchos fueron los casos en que se lIegaba al extremo de hacer Iitigios
que costaban ms que la tierra que se peleaba.46 El ideal de ganar honra y
gloria se entremezclaba con el de la riqueza; es decir, un pensamiento
renacentista coexistfa, en cierta manera, con unD mercantilista. Sin
embargo, el concepto de riqueza estaba mucho ms pr6ximo a la idea de
ascenso social que de acumulaci6n en sentido estricto. La importancia
que tenia el suelo en ese entonces, respondfa perfectamente a ambos ideales; su posesi6n era sin6nimo de prestigio, respeto y mrito pero, sobretodo, de bonhomia.
Un solar, mas que un simple predio 0 una propiedad raiz, es un bien
que se asocia a la idea de permanecer 0 residir en un lugar; es decir, es un
estado 0 calidad social de vivir en domicilio conocido -en donde se puede
haya habido a1gunas antes, pero no 10 podemos asegurar. Los antecedentes de ventas de
solares entre particulares 0 al municipio son mas 0 menos de esa misma fecha. Veamos
un ejemplo: "Se ha entendido que Doi'la Petronila de Estrada, cuya es la dicha casa y
solar, la trata de vender en el estado en que esta.... (Actas de Cabildo, 18 de agosto de
1611, Op. Cir., p. 51). Nuestra postura es que el mercado de suelo se conforma en el
curso de la misma historia y no en un periodo determinado, como fue el movimiento
Iiberal; de tal forma que la diferenciaci6n de valores en la ciudad, la accesibilidad 0
inaccesibilidad a la tierra, los factores de valorizaci6n, como la localizaci6n y usos de
suelo, existen practicamente desde que nace la ciudad y evolucionan de acuerdo a las
diversas circunstancias hist6ricas y los patrones de urbanizaci6n.
45 Don D. de ui'liga, ofreca mil pesos en oro comun por el solar. Finalmente, el Cabildo
se 10 entreg6 en censo perpetuo y no en venta como l 10 pretenda. Actas de Cabildo,
Op. Cir., p. 54. Vase al respecto el Apartado Il: "Los sistemas de acceso al suelo y la
vivienda y el derecho de ocupaci6n".
46 Woodrow Borah. ElJuzgado General de [ndias, FCE, Mxico, 1985.

70

Eduardo LOpez Moreno

siempre localizar una persona y, por ende, confiar en ella. Ademas de ese
reconocimiento social, los poseedores de tierra en la ciudad adquieren
atributos de hidalgufa. El Derecho Real de Castilla e Indias consigna que
uno de los tipos de nobleza era precisamente la llamada solariega,47 es
decir, la que incluia coma nobles a los duefios de un solar con casa en l.
Nobleza por linaje que concedfa ciertos privilegios, distinciones y honores en atenci6n a los mritos que algunas personas, 0 sus ascendientes,
habian contraido con la sociedad. 48
El suelo de Guadalajara se impregna de esos valores y se convierte en
un bien a conservar, en un patrimonio que es necesario proteger de todo
tipo de contingencias. e incluso, de operaciones mercantiles que, independientemente de sus altas tasas de ganancia, pudieran poner en riesgo la
seguridad deI mismo. El suelo es, por mucho. mas un bien de uso que de
cambio; un objeto a acumular que garantiza seguridad (en trminos patrimoniales y de renta)49 a sus poseedores y no un objeto que genere una
acumulaci6n directa.
Los habitantes asi 10 perciben y ven en l un Jugar de residencia fijo.
un espacio en donde construir su casa habitaci6n para, en la medida de 10
posible. perpetuarse ahi.~o puesto que de esa manera perpetuan su condici6n de bonhomia.
47 Solariega: de linaje noble. se trataba de propietarios ya fuera de una casa, terrenos 0 bienes rusticos.
48 Ana Valero, Op. Cit., p. 152. Retomado de Las instituciones de derecho real de Ca!lilla
e ltUiias, UNAM, Mxico, 1982, p. 88. La autora senala que de acuerdo con el Diccionano Universal de la Lengua Castellana, Ciencias y Arles, publicado en Madrid en 1878
por Don Nicols M. Serrano, el solar era "el suelo de la casa anllgua de donde descienden los nobles", T. IX, p. 1349. El suelo es uno de los recursos que ullhza la Corona para
incentivar el poblamiento; adjudicando una calidad nobiliaria en el grado de "hijosdalgo
de solar conocido" sobre las tierras urbanas (Ley VI, Tftulo 6 dei Libro IV) y repartiendo
tierras de labor cercanas al poblado en peonias y caballerfas (Ley VI. Titulo 12, Llbro
VI). Ver Alvarez Lenzi Ricardo. "Las Leyes de Indias en la Urbanizaci6n de la Banda
Oriental" en Actas deI Seminario, La Ciudad lberoamericana, CEHOPU, Espafia, 1985.
49 Los testamentos son un instrumenta id6neo para analizar el sentido patrimonial que
poseian los bienes rafces. Veamos el extracto de uno de ellos: "Juana Ramirez... otorg6
testamento dejando como heredero unico y universal al Br. Castillo para que se apoderase de todos sus bienes y los redujese a reales para que puesto el principal de toda su
importancia sobre fincas seguras, gozase l solo el usufructo." (Archivo de Instrumentos PUblicos dei Estado. Notario M. de Mena, Libro 17, p. 156,7 de agosto de 1729, el
subrayado es nuestro).
50 Era mas 0 menos comun, en los siglos XVI y XVII, que los peticionarios de solares senalaran que, si se les concedia la merced, construirfan su casa-habitaci6n para perpetuarse
ahL Referirse por ejemplo al registro 1645-1679 dei Archivo Hist6rico Municipal, paq.
l, \eg. 2, 62 fs. De hecho no s610 el poseer el suelo, sino tambin el transmitirlo 0 heredarlo generacionalmente, obligaba a un reconocimiento social por la capacidad de haber
podido resistir a las "vicisitudes de la forluna"; reconocimiento que se adiciona al estatus

Perfodo 1. La evolucion de la estructura jurldica de la propiedad raiz

71

Sin tener un estudio que trate sobre el origen social de los 63 hombres
que fundaron la ciudad y los que se fueron avecindando despus, podemos imaginar que ellos respondian a las caracteristicas generales dei
grupo analizado por Boyd-Bowman: 11 muy pocos hijosdalgo y clase
media, y una gran mayorfa de segundones e hijos menores, que no tenfan
la posibilidad de herencia alguna en Espafia por el sistema de mayorazgo
que prevalecfa en ese pais. Para ellos, la tierra es un elemento que permite movilidad y ascenso social, acicate fundamental para la conquista y
para los primeros poblamientos.
De esa manera, los primeros habitantes de la ciudad van a asociar en
forma estrecha la propiedad territorial y la posici6n social; esta es, el concepto de solar con el de nobleza y el prestigio. Ese valor socio-cultural va
a provocar que, con los afios, la propiedad privada circule poco, debido a
que sus propietarios 0 poseedores no 10 desean. A ese comportamiento
individual va a agregarse un impedimento legal que resulta dei estatuto
jurfdico de la propiedad dei suelo que segrega dei sistema de propiedad
absoluta una parte significativa de la ciudad. 12 Probablemente hasta
mediados dei siglo XIX, solamente un tercio de la superficie peri-urbana
se encontraba disponible en el mercado (en ocasiones s610 parcialmente
en virtud dei valor socio-cultural que evocamos), el resto era un tipo de
propiedad cuyas posibilidades jurfdicas para comunicarla 0 transmitirla
eran muy restringidas 0 incluso inexistentes.
No s610 el estatuto jurfdico de la propiedad es, pues, bastante particular, sino tambin las formas de apropiaci6n y uso. El entendimiento de
este modela es capital para comprender los mecanismos de acceso a los
diversos tipos de suelo y a la vivienda. En los apartados siguientes intentareroos hacer una construcci6n tipol6gica de la propiedad rafz urbana en
los tres primeros siglos de la colonia, tomando en consideraci6n la conformaci6n territorial de la ciudad a la fundaci6n y los sistemas de acceso
al suelo que derivan de ella.

social que la posici6n original proporcion6. N6tese que la idea de acrecentar el patrimonio de los bienes rafces, contribuye a que los habitantes se fijen simultaneamente en un
espacio urbano especffico y en el tiempo.
51 Nos referimos al Indice Geobiognifico de mas de 56 mil pobladores de la Amrica Hispanica realizado por Boyd-Bowman, FeE, Mxico, 1985. Retomado por Ana Valero,
Op. Cil., p. 149.
52 Nos referimos al modelo de ordenamiento territorial que se compone de propiedad de
origen social, publico, comunitario, vase el Apartado 8.

72

Eduardo LOpez Moreno

6. La estructura territorial de la ciudad y las funciones urbanas


Inspirada en el modelo c1sico que se utiliz6 en las Indias, Guadalajara se
funda con la idea de integrar funcionalmente a la ciudad y al campo. Su
esquema de ordenamiento espacial se concibe coma un mecanismo de
articulaci6n entre el mbito urbano, la comarca circundante y el mundo
rural de la regi6n inmediata.
Un esquema que puede denominarse Ciudad-Territorio y que rebasa
ampliamente la visi6n de una ciudad cerrada 0 volcada a las actividades
meramente urbanas para abrirse, con fines hegem6nicos 0 de colonizaci6n, sobre el vasto dominio territorial. 'l La estructura que hace posible
este proyecto es retomada de los ordenamientos reales l4 que, te6ricamente, proponen un sistema de organizaci6n que nace de la Plaza Mayor -el
nucleo de la ciudad- y que, en forma centrifuga, se extiende hasta sus
limites que son el territorio 0 los tnninos. TaI configuraci6n deI espacio
da lugar a una serie de anillos, 0 mas precisamente cuadrados, cada une
con funciones y usos particulares, y un estatuto jurfdico de propiedad
tambin particular. La reconstituci6n de la estructura original de este
esquema y el analisis de la forma en que evolucion6 en el tiempo,
siguiendo su propia aventura hist6rica, nos son necesarios a fin de determinar c6mo era el sistema de propiedad urbano y cules las fonnas de
uso y apropiaci6n de suelo que derivaban de l.
El esquema te6rico al que hacemos referencia se componfa de cinco
grandes cuadrados, dispuestos une al interior deI otro en base a un principio de centralidad. Tanto funcional coma fonnalmente, estos elementos
estaban c1aramente ordenados y delimitados con el objeto de organizar
ffsicamente el territorio, como podemos apreciar en el Grfico 1. Sus
caracteristicas principales se describen a continuaci6n:
Los Solares

Eran la parte urbana-residencial de la ciudad, en donde se localizan las


manzanas, caHes y los terrenos destinados a la habitaci6n (Hamados pre53 De hecho, la fundaci6n de una CIUdad se enmarcaba en un espacio geogrfico mas amplio
y formaba el elemento base de una ordenaci6n territorial ligada a un reparto dei poder.
Vase al respecto la contribuci6n de Alvaro G6mez Ferrer, Hamada "Estrategias de la
colonizaci6n, Iineas de penetraci6n y desplazamientos" en Historia urbana de lberoamrica, Tomo l, Consejo Superior de los Colegios de Arquiteetos, Espaiia, 1987, p. 265.
54 La Real Provisi6n de Nuevos Descubrimientos y Poblaciones de 1573. Vase al respecto
el documento de Morosi, Julio. Persistencia de la normativa indiana - Variaciones sobre
la Cuadricula; Salamanca, Espaiia, sept. 1992, mimeo. Y los estudios dei modelo c1asico
de la ciudad colonial hispanoamericana realizados por Jorge Hardoy (cf. bibliografia).

Per{odo J. La evoLucion de La estructura jur{dica de La propiedad ra{z

73

Grafico 1
Modelo te6rico de organizacion dei espacio en las ciudades
hispanoamericanas
4 leguas de cuadro.
Territorio y Tnninos de la ciudad.
(Libro IV-Tftulo v-r..ey VI.
f*---f-Tierras de Propios.
:';--+--Dehesas
+++-H~'ffi---+-Ejido

,****---f-Solares dei pueblo

Libro IV
Tftulo VII
Ley VII

1/4 de territorio para capitulaciones.

- - - 3/4 de territorio para "suenes"


Fuente: Las Leyes de Indias. Ricardo Alvarez el al., CEHOPU, 1985.

cisamente solares). El anlisis de la ubicacion de los ejidos que se encontraban mas proximos al centro de la ciudad (vase el Piano l, de 1883,
Periodo III), nos permite suponer que en Guadalajara, este primer cuadrado se extendfa, poco mas 0 menos, cinco manzanas en las direcciones
norte, sur y poniente a partir de un punto central coma era San Agustfn, la
Plaza Mayor 0 Fundacional. ll La dimension ffsica de este espacio, conocido tambin como Fundo LegaL, era de aproximadamente 1,000 por 800
varas (835.9 por 668.7 metros).16 Area relativamente extensa en donde,
con los afios, se podrn edificar alrededor de 88 manzanas.
55 Es a panir de este perfmetro que empiezan a aparecer los exidos de la ciudad y no antes.
Recurdese que en el siglo XVI, la ciudad propiamente dicha, no continuaba al onente
por causa dei Rfo San Juan de Dios que la atravesaba de sur a none (cf. Piano 2). Sin
embargo, antes de Ilegar al no, se habfan construido tres manzanas en esa direcci6n; de
tal manera que, el cuadrado al que hacemos a1usi6n, se componfa de Il manzanas en el
eje none-sur y solo 8 en el contrario. El nucleo de los solares estaba determinado minuciosamente por el Tftulo 7 deI Libro IV de la Recopilaci6n de Leyes de Indias, particularmente por las Leyes l, VII YXVII. Vase Alvarez Lenn Ricardo. "Las Leyes de Indias
en la urbanizaci6n de la Banda Oriental", Op. Cil., p. 139 (y el esquema presentado en
el Grfico 1).
56 Superficie que nos parece adecuada si tomarnos en consideraci6n que el Decreto Real
dei 12 de julio de 1695, definfa que el Fundo Legal de los poblados indfgenas debfa
tener una dimensi6n ffsica igual a 600 varas.

74

Eduardo Lapez Moreno

Ademas de los solares, ahi se imponia la reserva de predios para la


construccion de edificios publicos, como el templo, la casa de justicia, la
casa deI cabildo, etc.; e incluso, otras manzanas, 0 parte de ellas. para plazas secundarias. Es decir, los espacios necesarios para el buen desarrollo
de la vida cotidiana y de las diversas actividades suscitadas por la vida
urbana de la capital deI reino. 57
De acuerdo con la ordenanza publicada en 1567, por el virrey de la
Nueva Espana, lIamada Libro de Medidas y Traslados,58 un solar para
casa debia tener "cincuenta varas de medir en quadra por todas partes";
medida que no se ajusta a las manzanas-tipo de Guadalajara que son de
80 varas cuadradas (con solares de 40 varas). Dimensi6n mas bien reducida que, gracias a la utilizacion generalizada deI "pIano en Damera", permite que el ordenamiento de este primer cuadrado se haga en base a una
cuadricula casi perfecta con una modulaci6n de pequenas dimensiones y
calles anchas (cf. PIano 2).59
La manera coma se hace el trazado de este espacio, define claramente
los dos grandes tipos de propiedad urbana que ahi coexisten: lo publico y
lo privado, es decir, las calles y las plazas por un 1000, y las manzanas y
los solares por el otro. Clasificaci6n que en honor a la realidad hist6rica,
deberia presentarse en el orden contrario, pues las vias publicas son solo
la resultante de la creaci6n de los espacios privados. Esto es, la partici6n
deI espacio tiene por objeto delimitar los solaces que seran entregados a
titulo individual y en forma privada a los habitantes. Hay pues, una cierta
preeminencia de un tipo de propiedad sobre la otra, que se manifiesta
luego deI trazado, divisi6n y atribuci6n de la propiedad.1\O
57 En 1822, la Real Audiencia definia los Solares como "aquellos pedazos de erra, que
estando dentro de las poblaciones 0 en sus orillas son mas propios para edificios" (T.
1.3, Disposiciones de la Real Audiencia).
58 Libro que fue retomado en Zacatecas, en el tesmonio de Diego de Tristan en 1578 y en
Guadalajara en las Actas de Cahildo de 1642, Op. Cit., p. 61.
59 De ahi que a este primer cuadrado se le reconozca con el nombre de la Cuadricula. La
infl uencia que este modela de ordenamiento tuvo en los aspectos econ6micos y sociales
de los tapatios, se analiza en los tres primeros periodos, notablemente en el ultimo.
Vase al respecto E. L6pez, La cuadricula en el desarrollo de la ciudad hispanoamericana, Universidad de Guadalajara, 1992.
60 La ciudad creee gracias a la adici6n de dameros y no a la prolongaci6n de las calles. De
olra forma dicho, la propiedad privada crea la publica, veamos el mtodo de trazado de
una manzana : ".. Y tirando esta cuerda para el nOrle donde se puso senal y ha de ser
esquina y desde ella en la misma conformidad, se tuvo dicha cuerda para el oriente donde
se puso seiial de la misma suerle que las partes antecedentes, que de ella se volvi6 a
caver la cuerda para el sur hasta encontrar con la primera senal que se puso y de donde
sali6 la cuerda para el poniente, con que quedo dicho solar enterado y cuadrado."
06.13.228 ; 1711, Archivo de la Real Audiencia, Biblioteca PUblica deI Estado. L6pez
E., Op. Cif., p. 28).

Periodo J. La evoluci6n de la estructurajuridica de la propiedad ra{z

75

Ahora bien, (,habia s610 dos formas jurfdicas de propiedad en este primer cuadrado? Es decir, (,Ia propiedad dei suelo se dividia en una forma
tan dicot6mica al principio deI perfodo colonial? Probablemente no.
Recordemos que el Municipio -en tanto que instancia gestora y propietaria de la tierra aun no repartida, esta es, aun no privatizada- podia entregar, bajo una figura jurfdica especial Hamada censo, un cierto numero de
lotes 0 predios a algunas familias por un plazo deterrninado que podia ser
por varios afios 0 incluso una, dos 0 tres vidas. Sin duda esto da lugar a
un tipo de propiedad intermedia (,0 en transici6n? que, a nuestro modo de
ver, no es -aun- propiedad de origen social 0 en todo casa destinada a ese
fin."' Se trataba, mas bien, de una modalidad jurfdica particular que provisionalmente Hamamos "propiedad municipal"; la cual, con el tiempo,
dara lugar a diversas formas de ocupaci6n y acceso al suelo; formas que
seran analizadas ulteriormente (vase el Apartado Il de este periodo: Los
sistemas de acceso al suelo).
Sin necesidad de que se trace un perfmetro infranqueable alrededor de
este primer cuadrado, las caracterfsticas mismas dei modelo urbano y las
restricciones de acceso a la propiedad marcan, de facto, una diferenciaci6n
entre la ciudad peninsular y el mundo indigena que se extiende alrededor. 62 Fuera de la cuadrfcula puede instalarse cualquier individuo independientemente de su etnia y clase social. El espacio "racional, geomtrico,
claro y puro", que resulta al interior de este cuadrado define, desde un
momento muy temprano, un concepto que, a nuestro juicio, es basico para
poder entender la manera coma las autoridades coloniales intervendran,
posteriormente, en ese mismo espacio en relaci6n a la cuesti6n habitaciona!. Nos referimos a la ciudad "existente" y a la "inexistente". Una ubicada dentro dei primer cuadrado, y por 10 mismo reconocida y lega!. Y otra,
en la periferia pr6xima, mas desconocida y negada que ilegalY
61 Segun los registros dei Cabildo, hasta 1640, el Municipio tenfa dados s610 10 escrituras
en censo a personas de recursos desahogados, quienes no utilizaban la propiedad necesariamente con fines habitacionales. El Cuadro N" 3, presenta los nombres, tftulos y las
sumas, que la mayordomfa de propios, recogfa de los censatarios.
62 Recurdese que desde la fundaci6n, Guadalajara estaba flanqueada por Ires comunidades indfgenas: al norte, un pueblo lIamado San Miguel de Mezquitn; al sur, San Juan
B. de Mexicaltzingo; y al oriente, San Sebastin de Analco. A principios dei siglo XVII,
la poblaci6n en los dos ultimos pueblos, era dos veces mas grande que en la capital.
63 T. Calvo hace notar que, debido a que un numero significativo de personas se instalaba
fuera de la ciudad y entonces fuera de lajusticia comun,la Audiencia decide suprimir el
corregimiento de Analco "para poner esa poblaci6n bajo la fmla de autoridades mas
severas". Op. Cil., p. 22. Un siglo despus, Flix M. Calleja, explica que muchos indios
y mulatos que hufan de las demas poblaciones, se refugiaban en esta capital porque aquf
no se cobraban tributos (c. Castaiieda, El Padron de 1791, Op. Cil., p. 46). No dudamos
que muchos de ellos se instalaran irregularmente en la periferia de la ciudad. Vase el
Apartado Il.4. de este Periodo y el 2 dei siguiente: "Los asentamientos irregulares".

76

Eduardo LOpez Moreno

Los Exidos
Eran los terrenos contiguos a la ciudad de propiedad colectiva, destinados
al uso comlin, que no fuera agricola. Su origen romano ager publicus y su
nombre derivan de la palabra latina exitus 0 salida. El objeto principal de
los exidos era el constituir reservas territoriales para la ciudad -para el
"aumento y extensi6n de las poblaciones", seglin seiialan varios documentos- permitiendo, entretanto, que se les utilizara coma un espacio de
recreaci6n, lugar para el pastoreo de ganado y para la descarga y limpieza
de las cosechas.64
Cuando en 1605, el bispo Mota y Escobar, se refiere a un cuadrado
que tiene once cal1es trazadas de norte a sur y diez de oriente a poniente;'
imaginamos que la mancha urbana de la ciudad comienza a extenderse
sobre los exidos, dejando en su interior grandes solares vacfos y enormes
huertas. De acuerdo a la herencia de Juan de Ledezma, protocolizada por el
notario Antonio de Ayala, en 1700, es decir un siglo despus, la ciudad alin
podfa expanderse sobre terrenos ejidales a una distancia de a1rededor de un
cuarto de legua de la periferia de ese entonces. 611 Esa referencia y el examen
de la ubicaci6n de los exidos privatizados durante la Reforma, nos permite
suponer que el segundo cuadrado se extendfa sobre una superficie de alrededor de 1,130 has. 0 620 manzanas; un rea muy extensa que probablemente hasta fines dei siglo XIX, termin6 por ser completamente ocupada.
En Guadalajara el exido fue utilizado tambin en otro tipo de actividades como el pastoreo, la explotaci6n de ciertos recursos naturales coma la
madera, el agua. etc., e incluso, en el cultivo domstico que estaba terminantemente prohibido por las disposiciones reales. El acaparamiento de
tierra no se limit6 al campo 0 a la ciudad propiamente dicha, es decir, al
primer cuadrado. La enorme distancia que separaba a la Corona de las
autoridades locales, di6 pie a que stas liltimas repartieran los exidos entre
un numero reducido de familias, ya sea dndolos en renta 0 entregndolos
en propiedad privada, para ser utilizados coma ranchos -faltando asf al
principio fundamental de conservarlos coma terrenos colectivos-. Las
causas que permitieron que se pudiera transformar el concepto dei exido
y, sobre todo. el impacto que este tipo de comportamiento tuvo, seran ana64 La Ordenanza 129 de las Leyes de Indias prescribfa: "Que los exidos sean en tan competente distancia, que si creciere la poblaci6n siempre quedare bastante espacio, para
que la gente se pueda recrear, y salir los ganados sin hacer daio."
65 Mota y Escobar, Op. Cir., p. 38.
66 .....posee... en los exidos de la ciudad dos cava/lerias de tierra que estan como se ba, para
el pueblo que fue de Juancathln.., junto a un serrito.., coma un cuarto de legua poco mas
o menos de esta dicha ciudad" (Archivo de Instrumentos Pblicos de Jalisco, A. de
Ayala, Vol. 5,1700, extracto dei acta).

Per{odo J. UJ evoluci6n de la estructura jurfdica de la propiedad ra{z

77

Iizados en el Apartado 7: El rompimiento de la estructura juridico-territorial de la ciudad y su impacta en las formas de posesi6n deI suelo.

CuadroN3
Las escrituras de censos
Guadalajara 1640
Nombre dei Censatario

Martin Casillas
Fernando Costilla
Diego de Cueto Bustamante
Fco. Suarez Ibarra
Ier6nimo de Ortega
Diego de ZUiiiga
Ioseph Altamirano de Cast.
Sebastian Baez Iuan de A.

Valor dei Censo

4 pesos 2 tomines 10 gramos


40 pesos (reaIes)
1S pesos (reaIes)
24 pesos 6 tomines 6 gramos
1S pesos S tomines 4 gramos
40 pesos (plata) x 2
SOO pesos (reaIes)
400 pesos

Ubicaci6n

centro (cabildo)
centro (cabildo)
Molinos
Estancia Borgofia
Convento Merced

Fuente: Actas de Cabildo 1607-1635 VI. INAH, 1970.

Las dehesas
Eran terrenos de matorrales y pastos naturales destinados al pastoreo
y guarda comun de ganados. Segun Ordenazas Reales, en las dehesas se
podia tambin cultivar, si habia el espacio suficiente para ello. El Articu10 130 prescribfa:
Habiendo seilalado competente cantidad de tierra para exido de la poblaci6n y su crecimiento, en conformidad de 10 provefdo, seilalen los que tuvieren facultad para hacer el
descubrimiento y nueva poblaci6n, dehesas, que confinen con los exidos en que pastar
los bueyes de labor, caballos, y ganados de la camicerfa, y para el numero ordinario de
los oteos ganados, que los pobladores por ordenanza han de tener... y 10 restante en tiecras de labor. de que hagan sueTtes. y sean tantas como los solares que hay en la
poblaci6n.

La posibilidad de que existiera una zona de cultivo nos hace pensar


que, en cierta forma, este tercer cuadrado se concebia coma un limite funcional al crecimiento fisico de la ciudad. Desafortunadamente, no encontramos ningun documenta hist6rico que precise su extensi6n 0 que nos de
un indicio de su probable dimension. Suponemos, sin embargo, que algunos de los primeros desarrollos inmobiliarios, realizados a fines deI siglo

78

Eduardo L6pez Moreno

pasado y principios dei actual, se hicieron sobre predios localizados fuera


de los exidos, y en consecuencia, dentro de las dehesas (cf. Periodo III).
Estos terrenos -de propiedad colectiva- corrieron la misma suerte que
el segundo cuadrado y fueron entregados, en renta y en propiedad privada, a un grupo reducido de familias, tal vez, desde que se hicieron los primeros repartimientos desuelo en los siglos XVI y XVII. De tal manera
que, una centuria despus, aparecen numerosos antecedentes de ranchos y
haciendas que tenfan varios afios de estar operando, a tftulo individual,
sobre este tipo de terrenos. Estamos convencidos de que, tal y coma
muchos historiadores 10 han insinuado, las haciendas pr6ximas a la ciudad naci'eron de esa propiedad y no de las encomiendas. 07

Los propios y los trminos

AI igual que los exidos y las dehesas, se trata de terrenos para el uso y
bien comun. Los trminos, que delimitan una jurisdicci6n territorial, permiten la aparici6n de una economia de subsistencia y sirven de apoyo a la
poblaci6n asentada en el nucleo urbano. En Guadalajara no se encontraron antecedentes de la existencia, forrnal 0 juridica, de estos dos ultimos
cuadrados cuya disposici6n te6rica se aprecia bien en el Grfico 1. Segun
ordenanzas, los trminos debian extenderse "quatro leguas en quadra";o,
descripci6n que se ajusta bien a varios documentos de la Real Audiencia,
que sefialan la existencia de un distrito de cuatro 0 cinco leguas a la
redonda, de la capital dei reino que se encontraba bajo el control de esa
misma instituci6n.
Los propios, por su parte, eran terrenos que debian administrarse por
el gobiemo municipal a fin de poder costear determinados gastos; la Ley
de Indias precisaba al respecto:
... de estas tierras hagan los Virreyes separar las que pareciere convenientes para propios de los pueblos, que no los tuvieren, de que se ayude 'a la paga de salarios de los
Corregidores...'"

Con los recursos que se obtenian, el Municipio financiaba algunas


festividades religiosas y ciertos trabajos de mantenimiento de los edificios publicos; no obstante, coma ya 10 comentamos, los fondos nunca
67 Vase J. Olveda y Lancaster Jones; cf. bibliograffa.
68 Morossi, Op. Cil., p. 2. Citando la Real Provisi6n sobre Nuevos Descubrimientos y Poblaciones de 1573. Ley VI, Tltulo 5 dei Libro IV de las Leyes de [ndias (ver Grfico 1).
69 Ley VI, Tftulo 5 dei Libro IV de las Leyes de [ndias.

Periodo 1. La evoluci6n de la estructura juridica de la propiedad raiz

79

eran suficientes y los ediles se vefan en la necesidad de utilizar otras


fuentes de financiamiento como el pago de los censos, la venta de tierra,
los impuestos, etc. Ya fuera por una mala gesti6n 0 por una polftica laxa
en el cobro de los terrenos de propios (en donde, finalmente, se inclufan
los solares y exidos), el erario municipal se mantenfa en un constante
estado deficitario que impedfa que la ciudad pudiera edificar sus propias
construcciones 0 conservar en buen estado las existentes (las casa& de
Cabildo, crcel, etc.).70
En estos dos ultimos cuadrados -yen gran parte en las dehesas- se
cultivaban determinados productos agropecuarios y se criaban algunos
animales (principalmente el ganado caprino y vacuno), imprescindibles
para la subsistencia de la poblaci6n urbana. Como S. Alcntara 10 sefiala,
en las etapas iniciales deI asentamiento urbano y en su periodo de consolidaci6n, la ciudad tenfa una buena integraci6n funcional con el campo;
relaci6n que se modifica a medida que se desarrolla una actividad comercial mas intensa y la ciudad requiere de concentrar y distribuir bienes y
servicios, en un radio mas extenso y en un espacio regional mas amplio. 71
La necesidad de ajustarse a estos cambios y el poco respeto que los grupos oligrquicos locales, tuvieron con los terrenos de propiedad colectiva,
propiciaron una transformaci6n acelerada de estos tees ultimos cuadrados
desde un punto de vista tanto funcional como jurfdico.
Ante esas mutaciones, es pertinente cuestionarse si el modelo de ordenamiento territorial ciudad-campo, perdi6 rapidamente la claridad de sus
objetivos en relaci6n a los tres ultimos cuadrados. Y si la responsabilidad
principal incumbi6 a la aristocracia terrateniente local, quien no tuvo
oposici6n alguna de las autoridades municipales 0 de la audiencia, para
concentrar gran cantidad de tierra de los propios y de las comunidades
indfgenas.

7. El rompimiento de la estructurajuridico-territorial de la ciudad


y su impacto en las formas de posesion dei suelo
La denuncia que en 1791, formula al Cabildo, Antonio Villaurrutia por
haber entregado a particulares terrenos de vocaci6n colectiva (exidos y
70 Un Acta Capitular de 1655. sei\alaba: "Es forzoso buscar casas, y el estado con que hoy
se halla esta dicha ciudad, cabildo y regimiento es de mucha cortedad, y los propios de
ella en la misma forma y que no se puede comprar ninguna casa ni edificarla." (Op. Cit.
p. 176). El subrayado es nueslro.
71 Alcntara Sergio. "El edn novogalico: la calidad de vida en la etnohistoria de Guadalajara" en Vivir en Guadalajara, C. Castai\eda, Op. Cit., p. 13.

80

Eduardo Lapez Moreno

dehesas), pone de manifiesto que el sistema de repartimiento de la propiedad urbana y rural habia derivado, desde hacia muchos afios, a una red de
favoritismos y ventajas a sectores muy reducidos de la sociedad. En su
acusaci6n, ViIIaurrutia sefiala que mientras no se recuperen los exidos
que, conforme a la ley deberia tener la ciudad, es necesario tratar con
a1gun hacendero de las inmediaciones para que le venda 0 rente un rancho "capaz de sufrir y mantener el pie de ganado necesario para el sostenimiento de un mercado y de donde pueda traerse con comodidad a esta
ciudad".71
La queja es clara y significativa: la autoridad municipal dispuso de las
tierras de uso comun que, en principio, debia conservar para el bien de la
comunidad, dndoselas a particulares (hacendatarios y rancheros principalmente)73 para que, en 10 sucesivo, las trabajaran en forma privada. El
sistema de intereses que se utiliz6 en el repartimiento de la propiedad
raiz, en el curso de los primeros siglos, termina por manifestarse en el
siglo XVIII, cuando la ciudad lIega a los limites de la propiedad colectiva;
en consecuencia, individuos como ViIIauITUtia, tienen que solicitar a los
hacendatarios y rancheros que ocupan esas propiedades, les autoricen la
utilizaci6n de una parte de ellas, con un pago de renta muy superior a la
pensi6n que hubiera demandado el Municipio, con el riesgo adicional de
que su demanda fuera denegada.
Como 10 hemos visto, las presiones para privatizar la propiedad co1ectiva remontan hasta la misma fundaci6n de la ciudad; desde entonces, se
\ibra un combate por "recuperar" los exidos con la esperanza de poder
expander hasta ahi los grandes dominios privados. Ahora bien, no son
siempre los funcionarios municipales quienes disponen de la propiedad
urbana, recurdese los conflictos que en el siglo XVI, \ibraron esa corporaci6n y la Audiencia, por tener el derecho a repartir el suelo; conflictos
que si bien se solucionaron a favor deI Municipio, no impidieron que
aquella instituci6n entregara grandes porciones de tierra a particulares (ya
sea amigos, parientes, etc.), sin que el Municipio 10 advirtiera. La venta
que hizo el Superior Gobiemo y Real Audiencia, a Luiz de Campos,
Teniente Alguacil Mayor, es un caso, entre muchos otros, que i1ustra bien
ese tipo de prcticas; en 1641, esa instituci6n le cedi6 una casa Hamada
de "La Palma", tres suertes de huertas y dos cavalierias de tierras -es
72 Archivo Hist6rico Municipal, sin numero, 28 de marzo de 1791.
73 El Rancho es el m$ pequei'io de los tipos de propiedad rural, con alrededor de 100 hectMeas, normalmente trabajadas por sus poseedores y familiares. Las Haciendas. por su
parte, son los m$ grandes dominios de propiedad privada, originalmente entregados a
los conquistadores y sus descendientes.

Per{odo 1. !..LJ. evoluci6n de la estructura jurfdica de la propiedad ralZ

81

decir, una rea equivalente a 12614 manzanas dentro de la ciudad-, localizadas en los exidos. En 1813, los descendientes 74 de los propietarios de
esos terrenos, mandan "reconocer las tierras y solares que por derecho
[les] pertenecen... , [y] encuentran que esos solares ... los han estado
cobrando algunos afios h de cuenta de la ciudad". Lo que significa que el
fondo de propios consider6. durante 172 afios, que esos terrenos eran de
su propiedad. de ahf que los diera en arrendamiento a particulares.
Casos como se, propician que se pierda la posibilidad de darle un
uso colectivo al suelo que rodea a la ciudad, a pesar de que ese espacio
era un elemento fundamental de su estructura de crecimiento, de la polftica de poblamiento local y un sustento de la economfa urbana. Los efectos, en el tema que nos ocupa. son de varios ordenes:
a. el aprovechamiento exclusivo de los terrenos que "envuelven" al
n6c1eo urbano, impide que todos los habitantes que 10 deseen, puedan
salir a pastar sus ganados. Iimpiar sus cosechas, cultivar la tierra, esto es:
desarrollar todas las actividades que prescribfan las ordenanzas reales,
dada la carestfa de tierra "para todos";
b. la privatizaci6n tan temprana de grandes porciones de exidos y
dehesas. provoca una restructuraci6n deI esquema de ordenamiento territorial, ocasionando que la propiedad colectiva deja de aparecer como un
vfnculo entre la ciudad y la regi6n;
c. el acaparamiento de los terrenos que comprendfan el tercer y cuarto
cuadrado (exidos y dehesas. vase el Grfico 1), impide que el Municipio
conserve su capacidad de controlar el crecimiento ffsico de la ciudad;
cuando la ciudad llegue a esos lfmites, en la transici6n de los siglos XIX y
XX. van a aparecer nuevos agentes promotores y urbanizadores, de ellos
nos ocuparemos en el periodo III;
d. al no poder dotar de terrenos de uso com6n a los habitantes, el
Municipio adopta otra polftica; asigna solares urbanos como si fueran
exidos, con la esperanza de que stos sean utilizados como lugares de
habitaci6n y de producci6n agricola intra-urbana.
74 De los herederos de Luiz de Campos, la propiedad pas6 a Don Juan Santiago de Le6n
Garabito en 1694. quien la don6 el mismo alIo a la Congregaci6n de los Padres de Oblatos
para la erecci6n de un SanlUario a la Seilora de la Soledad. Al no realizarse ese santuario.
el predio se vendi6 al Padre Juan Gonz41ez de Villaverde en 1703. y por sus herederos.
pas6 a la seilora Rosa Casillas y Cabrera par los alios de 1707, en quien par6 ese dominio
y la posesi6n (Archivo Hist6rico Municipal. T.2.3. 1741-1815, paq. 30, leg. 7.44 fs.). La
trayectoria de esta propiedad es importante. en la medida en que ella muestra c6mo,
muchos de los bienes, pasaban a poder de la Iglesia (vase el Apartado 10). El ultimo de
los propietarios. es quien ms tarde, realizar varias ventas de terrenos sin tltulos de propiedad. Referirse al punto: Do/Ia Rosa Casillas y Cabrera, una promolOra i1egal en el siglo
XVIII (Apartado 11.4).

82

Eduardo lApez Moreno

El uso indiscriminado de esos dos trminos -solar y ejido- provoca


que se generen confusiones. Para ciertos habitantes se trata de sin6nimos;
para otros, los ejidos son simplemente terrenos eriazos en la periferia de
la ciudad, y para una minoria, los ejidos siguen conservando su acepci6n
original: un espacio de transici6n entre la ciudad que se consolida y su
hinterland inmediato.
Estas transformaciones, las confusiones que crean, asi coma las causas que las provocan, son denunciadas constantemente en el transcurso de
esos afios; asi, en 1823, Don Martin Roman elabora un documento titulado: "Noticia sobre el estado que guardan los exidos de la ciudad", en el
que sefiala:
Los ejidos en realidad son solares, siendo su extension en cada solar tan pequefio que
hay manzanas que contienen mas ... muchas posesiones ajenas que se hallan mezcladas
con los ejidos. Los ejidos de e.!ta ciudad que padCan ser muchos .le hal/an como digo
reducidos coma pocos a cortos terrenos y los que deban componer a aqullos que son
pertenecientes en mucha extension a los pueblos de Analco, Mexicaltzingo... "

En raz6n de que los solares-exido poseen una superficie muy reducida,


y se encuentran diseminados por toda la ciudad, su apropiaci6n evidentemente no puede hacerse en forma colectiva. Mas aun, si tomamos en
cuen!a que el Municipio entrega el suelo para un uso particular 0 privado,
independientemente de la forma en que legalmente se le ocupe (renta,
venta, censo); se trata dei triunfo de la propiedad privada sobre los terrenos colectivos, gracias a que las haciendas y los ranchos independientes
susituyen a los ranchos dependientes administrados por los propios. 76
Los argumentos que el Municipio emplea, a fin de justificar el haber
procedido de esa manera, se centran en un razonamiento de indole econ6mico y otro legal. Con el primero, invocan la necesidad de obtener recursos suplementarios para el fondo de propios que siempre sufre restricciones econ6micas;77 y con el segundo aducen que, finalmente, la
75 Archivo Municipal de Guadalajara, Il de octubre de 1823, paquete 41, legajo 170, 4 fs.
El subrayado es nuestro.
76 Habia ranchos independientes, es decir pnvados, y ranchos dependientes 0 municipales.
N6tese que las cuentas que presenta el Ayuntamiento en 1791, a los encargados de la
mayordomia, sobre el cobro y recaudaci6n de los solares y ranchos dei entorno de la
ciudad, no establecen una diferencia entre uno y otro. En razon de la localizaci6n, se
infiere que se trata casi exclusivamente de solares y, probable mente, algun rancho
pequeiio pr6ximo a la ciudad. Hip6tesis que formulamos en base a los pagos diferenciados entre dos categorias de lotes, los que en promedio valen una renta de 2 a 3 pesos
anual8S (88%) y los que generan mas de 10 pesos (12%); deducimos que estos ultimos
eran extensiones mayores con un valor intrnseco mas elevado (vase el Cuadro N 8).
77 Insistentemente se menciona, por ejemplo, que lejos de ser perjudicial, le es muy util a
los propios, la entrega de tierras por el considerable mayor rdito que proporciona al
ramo.

PerEodo J. La evoluci6n de la estructura jurEdica de la propiedad raEz

83

distribuci6n de tierras colectivas en forma individual se hizo dentro deI


marco deI derecho legal, es decir, los terrenos en principio fueron entregados en usufructo bajo una renta 0 alquiler -y no en venta- bajo una
figura que el cuerpo jurfdico contempla.
Sin duda, se trata de una verdad a medias; dado que el mismo fondo,
reconoce desconocer el estado de los ranchos, quin los tiene en posesi6n, cules son sus productos, quin paga y quin no, etc. 0 sea, virtualmente la entrega es definitiva y sin un mecanismo de regulaci6n de los
fondos, puesto que jams se puso en prctica ningun dispositivo de verificaci6n y control. De tal forma que para los hacendatarios y rancheros
ocupantes, sera s610 cuesti6n de tiempo el que puedan hacerse definitivamente de la posesi6n, mediante arreglos pecuniarios y componendas de
toda cIase.
Si con ese proceder, el derecho legal deI exido no se vulner6 directamente, en cambio el derecho moral de su uso si. Por dos razones directamente ligadas, esas transformaciones propiciaron que las posibilidades de
acceso al suelo se redujeran considerablemente: i) la privatizaci6n se hizo
por medio de un proceso de acumulaci6n que benefici6 a muy pocas personas; ii) una vez transformado el estatuto jurfdico deI suelo, la propiedad
social y las formas de ocupaci6n que derivan de ella, se vieron igualmente limitadas.

8.

La propiedad dei suelo urbano en los siglos XVI, xm yxvm:


un intento de construccion tipologica

El esquema de ordenamiento, que acabamos de presentar, propone dos


grandes escalas de territorio: la ciudad-campo y 10 urbano. La primera
-referida al modelo global-, procura articular, 0 de hecho fusionar, a la
ciudad con el mundo rural inmediato. Es un intento por ejercer un control
deI dominio territorial a partir deI centro de la misma ciudad. La segunda
-referida al nucIeo dei modelo-, procura delimitar 0 circunscribir, la
urbanizaci6n, en un perfmetro predeterminado que son los solares y el
exido.
Con este esquema, se intenta imbricar funciones y actividades diferentes (campo-ciudad), sin que aparezca una separaci6n funcional entre
ambas; creando, simultaneamente, una separaci6n tajante y excIuyente en
el terreno de 10 social, que no se basa en la dicotomfa tradicional de 10
urbano y 10 rural.
En efecto, vivir fuera de la traza urbana discrimina y relega, mientras
que vivir dentro de ella, categoriza y estratifica socialmente hablando. El

84

Eduardo LOpez Moreno

sistema de privilegios dei que nos ocupamos anteriormente (Apartado 2),


se materializa con tal claridad en la ciudad -Iuego dei repartimiento de la
propiedad- que la distribuci6n socio-espacial que resulta es evidente: 7K
en el centro de la ciudad viven los ricos, capitanes conquistadores, los
que tienen cargos relevantes en la burocracia real, los encomenderos
importantes, los nobles, las personas ilustres y, afios mas tarde, lites
ganadero-agricolas;
en la parte intermedia, conquistadores sin mritos sobresalientes,
encomenderos y funcionarios medios y;
en la periferia, "los que son menos", soldados sin hacienda alguna e
individuos que se tienen que sustentar de su trabajo.79
A este acomodo socio-espacial tan clam, no corresponde necesariamente una distribuci6n similar de los tipos de propiedad dei suelo y de
sus variantes de ocupaci6n. Originalmente asf debi6 ser, pues en principio
cada habitante tenfa el derecho de recibir uno 0 mas solares en propiedad
privada; sin embargo, conforme se desarrolla la ciudad y se hacen mas
complejas las estructuras econ6mico-sociales de las relaciones entre los
hombres, mas numerosos los actores y los grupos de poder, y mas diffcil
el acceso directo al suelo, mayor es el abanico de opciones de propiedad
y ocupaci6n que se va creando (cf. Apartado 11).
El estudio de esta evoluci6n, requiere de un analisis previo de la
estructura fundacional de la propiedad juridica dei suelo, a fin de estar en
medida de comprender la dinmica de ocupaci6n en virtud de las diversas
relaciones de propiedad. La tipologfa que presentamos a continuaci6n se
hace en ese sentido; para ello, tomamos un universo bastante amplio,
pero a la vez hist6ricamente limitado a los tres primeros siglos de vida de
la ciudad. Fuera de ese universo, retomaremos, a manera de referencia,
a1gunos datos que obtuvimos dei anaIisis dei periodo de la Reforma -un
parteaguas importante que nos es particularmente rico en informaci6n
sobre este tema (cf. Periodo II).
El sistema de propiedad al que nos referimos es el siguiente: la propiedad comunal, colectiva, publica, municipal, social y privada (vase el
CuadroW4).
78 Sin embargo, no hay que perder de vista que durante los primeros alios de la colonia, el
espailol habitaba indistintamente en el campo 0 en la ciudad; al menos as! se infiere de
un edicto promulgado en 1583: "que los vecinos con indios residan en la ciudad, por
estar la ciudad despoblada y estos desparramados", TaI movilidad se hacia sin menoscabo dei prestigio social y los honores que la propiedad urbana les proporcionaba, puesto
que de cualquier forma eran dueilos de ambas propiedades,
79 Valera, Ana. Op, Cil., p. 161.

Periodo J. La evoluci6n de la estructura juridica de la propiedad raiz

85

i. La propiedad comunal

AI igual que en la ciudad, los pueblos indigenas tenian una estructura


especial para organizar su territorio compuesta te6ricamente de cuatro
cuadrados: el fundo legal, el comun repartimiento, el exido y la tierra de
propios. El nucleo central era la parte urbana, en donde se localizaban los
solares individuales; el siguiente, la parte comunal de uso agricola, concebida para ser repartida individualmente entre los habitantes, pero a partir de una estructura corporativa; el tercero era propiedad tambin comunal para uso colectivo no agricola; y el ultimo cuadrado, tierra para ser
gestionada colectivamente a travs de los propios dei pueblo.1<O
La propiedad comunal -{) mejor dicho de las comunidades indigenasenglobaba esos cuatro cuadrados, independientemente de su estatuto juridico (privado 0 colectivo); en otros trminos, se trataba de la tierra de los
pueblos que recibieron un reconocimiento dei virrey 0 directamente deI
rey, en tanto que comunidades indigenas, obteniendo, simultaneamente,
una dotaci6n especifica de tierras. 8 !

Cuadro N4
La propiedad deI suelo urbano en los siglos XVI al XVUI
Tipa de propiedad

Comunal
Colectiva
PUblica
Municipal
Social
Privada

Ubicaci6n
Comunidades indgenas Pueblo de Mezquitn
Exidos, denesas, propios. Guad. Mezquitn,Analco
y Mexical.
Guad. Mezquitn,Analco
calles y plazas
y Mexical.
Guadalajara
Solares y Exidos
Guad. Mezquitn,Analco
Propiedad 2 y 4
y Mexical.
Guad. Mezquillin,Analco
SoJares y Exidos
y Mexical.

Areade Cd *%

12-15
30-35

30

De acuerdo al pIano de 1884,Ios porcentajes a tltulo indicativo.


.. La propiedad privada puede ser de particulares (en la ciudad espafiola y la indfgena),
propiedad vinculada coma los mayorazgos y privada corporativa dei c1ero.
Realizaci6n: E. L6pez. 1994.

80 Cymet, David. From Ejido to Metropolis, American University Study, New York, 1993,
p.102.
81 No se hace pues referencia a la propiedad comunal en senlido estricto, esta es, aqulla
que es "comun 0 de todos". Vase al respecto: "la propiedad colectiva".

86

Eduardo L6pez Moreno

La politica de poblamiento de la Corona, era la de conservar e incluso


aumentar, este tipo de propiedad. Una ordenanza de las Leyes de Indias
precisaba: "Eligiendo el lugar donde se ha de crecer la poblaci6n, el cual
mandamos que sea de los que estuviesen vacantes, y que por disposici6n
nuestra se pueda tomar sin perjuicio de los indios y naturales".K2 Las propiedades debfan protegerse dei ataque de los espafioles; para 10 cual, el
Consejo Real de Indias "las declara inalienables, inextingibles y pertenecen corporativamente a cada pueblo y no individualmente a los miembros
de la comunidad". Debido a que Ana1co y Mexicaltzingo eran corregimientos dei Ayuntamiento tapatfo, la unica propiedad comunal cerca de
la capital, era la de San Miguel de Mezquitn, un poblado ubicado al
norte de la ciudad. K3

ii. La propiedad colectiva


Se trata de la propiedad de uso comun destinada al bien colectivo. La
integran los exidos, las dehesas y los propios; su funci6n en ningun casa
es con fines habitacionales, excepto en el primero de esos cuadrados (Cf.
Grfico 1). Este tipo de propiedad fue un factor clave de la polftica de
poblamiento; un mecanismo administrado por las autoridades municipales, de control y de producci6n uti1izado coma un incentivo bsico para la
colonizaci6n y el avecindamiento.
Los intereses de los habitantes tapatfos y principalmente los de la oligarqufa, le harn evolucionar rpidamente hacia su privatizaci6n. Si bien
los modos de producci6n siguen siendo agrfcola-ganaderos, la presencia
dei comercio regional es quien en gran parte propici6 la transformaci6n
jurfdica de este gran espacio, debido a la necesidad de otro tipo de explotaci6n de suelo.

iii. La propiedad publica


Se refiere a la propiedad que pertenece a todos los ciudadanos, coma las
calles y plazas. Su uso comun impide que en principio se le pueda privati82 uyes de IOOias, Op. Cit., Articulo 110.
83 El poblado de Mezquitn se integr6 ffsicamente a la ciudad a fines deI siglo XIX (cf.
PIano l, Periodo 1II), manteniendo su mismo estatuto jurfdico hasta mediados dei siglo
XX; fecha en que fue desplazado mas al norte, despus deI Rfo Atemajac, en donde
siguio siendo la Comunidad Indigena de Mezquitan.

Perlodo 1. La evolucion de la estructura jurldica de la propiedad ra{z

87

zar 0 apropiar individualmente. Evidentemente, este tipo de propiedad se


encuentra en la parte urbanizada de la ciudad. El uso de la cuadrfcula, en
tanto que un modelo de ordenamiento que privilegia s610 los envolventes
cerrados 0 abiertos coma son las manzanas y las calles, propici6 que hasta
el periodo de la ilustraci6n no se desarrollaran espacios libres dentro de la
ciudad ni areas de transici6n (parques, zonas verdes, etc.).84 Varios han sido
los intentos a 10 largo de la historia de la ciudad, por ocupar 0 "llenar" la
trama vacfa que es la propiedad publica, algunos de ellos incluso fructificaron con la construcci6n de casas habitaci6n sobre la via publica. Ml

iv. La propiedad municipal

No se trata de propiedad publica 0 de US? comun. Son los bienes rafces


que pertenecen al estado colonial y que estn en poder dei gobiemo local,
quien tiene el dominio directo de ellos y se encarga de su gesti6n. La propiedad municipal podia existir s610 dentro de los solares, el primer cuadrado dei esquema de ordenamiento territorial (Grafico 1); en realidad se
trataba de los terrenos que aun no habian sido afectados a los particulares
en propiedad privada ni tampoco se les habia destinado al servicio publico (por ejemplo, para la construcci6n de edificios que albergaran instituciones publicas). En cierta forma era un tipo de propiedad en "transici6n"
que, con los afios, debia adquirir alguno de los dos estatutos que acabamos de evocar, excepto en el casa de que el Municipio decidiera ceder a
particulares, bajo cualquier tftulo, el dominio util de la propiedad (vase
los Apartados Il y 13, los sistemas de acceso al suelo y el censo enfitutico). Situaci6n en que esa corporaci6n conservaba el dominio eminente
de la propiedad hasta que decidiera modificar su estatuto de ocupaci6n.
Rasta mediados dei siglo XIX, cuando la propiedad corporativa fue masivamente privatizada por las Leyes de Reforma, cerca de un tercio de la
superficie de la ciudad se encontraba en las manos dei Municipio (173
has.). Con los afios, adems de los solares, el Ayuntamiento habia asimilado los exidos dentro de su patrimonio, en un proceso de transformaci6n
84 El primer parque publico, lIamado Ja Alameda, se construy6 hasta 1750, cuando se lIevaron a cabo algunas obras de embellecimiento en la ciudad como el paseo de San Juan
de Dios, en pleno periodo de ilustraci6n.
85 Probablemente, uno de los casos mas interesantes, sea la invasi6n de la calle de Nicolas
Romero que fue arbitrariamente cerrada en 1916, despus de haber funcionado por mas
de doce ailos como via publica. A pesar de las protestas de los vecinos y a pesar de que
el drenaje y una ifnea de postes de energia elctrica pasaban por el interior de la casa,
ninguna acci6n se hizo en contra dei propietario. E. L6pez, Op. Cit., p. 160.

88

Eduardo Lapez Moreno

de suelo que signific6 que, en uri momento dado, estos ultimos perdieran
su carcter de tierra de origen socIal 0 colectivo.Mh

v. La propiedild social
En realidad no estamos seguros que se trate de un tipo especlfico de propiedad. Desde nuestro punto de vista, 10 social hace referencia a dos
acepciones diferentes. Una referida al estatuto juridico en SI y la otra a la
forma de ocupaci6n. En la primera acepci6n, sin perjuicio de ser contradictorios con 10 que comentamos en relaci6n a los solares (Apartado 6),
el caracter social estaria dado por el hecho de que se trata de un espacio
de uso comun que, adems de asegurar beneficios a todos los habitantes 0
a un sector mayoritario de la poblaci6n, favorece un proceso de socializaci6n (seria el caso, por ejemplo, con los terrenos colectivos). En la segunda acepci6n, el carcter social se a1canzaria a travs dei acceso a un cierto
tipo de suelo destinado a familias de ingresos limitados, gracias a un
mecanismo legal particular (seria el caso, par ejemplo, con los terrenos
municipales dados en censo enfitutico).
En ese sentido, podemos concluir que no existi6 un espacio especffico
de propiedad social y SI una voluntad institucional (ya sea de la Corona 0
dei gobiemo local), por preservar tierra con fines sociales. Voluntad que
se inscribe en una forma de poiftica social; de tal suerte que, el suelo, se
convirti6 en un soporte de algo que genricamente denominamos tierra

de caracter social.

vi. La propiedad privada


Originalmente, Casl la totalidad de las mercedes, se entregaban en propiedad privada; contados fueron los casos durante el siglo XVI, en que los
habitantes recibieran solares en arrendamiento, pensi6n 0 cualquier otra
forma juridica que no les diera acceso al dominio pleno de la misma. M7 Lo
86 En el Periodo Il, trataremos en forma particular, la manera en que se llev6 a cabo este
proceso de privalizaci6n, analizando, entre otros aspectos, el discurso de los liberales
que promovieron el cambio, los objetivos que persegufan y el impacto que sus acciones
tuvieron en el campo de la vivienda popular y el suelo urbano.
87 En realidad, las olras formas de ocupaci6n se comenzaron a desarrollar a partir deI siglo
XVll y, particularmente, en el XVJlI y XIX, con la figura dei censo; de ellas nos ocuparemos en el Apartado 12 de este Periodo y en el 1 dei siguiente.

Perfodo I. La evoluci6n de la estructura jurfdica de la propiedad rafz

89

privado nace con la fundaci6n de la ciudad; segun el tftulo otorgado por


el Municipio el duefio deI terreno podia
labrar, vender, donar, enajenar, disponer a voluntad y arbitrio como de cosa propia...
en seflal de posesi6n y tradici6n verdadera.

En realidad, coma ya 10 hemos comentado, el propietario no s610


adquiria el derecho de poseer una cosa y disponer Iibremente de ella, sino
tambin una calidad 0 atributo de posesi6n, sefiorio y dominio.
La posesi6n, era un acta previo a la propiedad; de ahi que requiriera de
una ceremonia especial 88 en la que se ponfa en c1aro publica, legal y simb6licamente, que nadie mas ocupaba ese predi089 0 era propietario de l.
El senorio, por su parte, no s610 hacia referencia a una reIaci6n univoca de dominio dei duefio a la propiedad; sino a una correspondencia equivoca en que la capacidad de mando y disposici6n sobre la tierra, le conferia a su propietario, una dignidad especial de sefior. El sefiorio, en ese
sentido, era un honor que dispensaba prestigio y crdito y no se limitaba
al hecho de poseer un bien.
En hispanoamrica, el derecho absoluto, exclusivo y perpetuo para
poder usar, disfrutar y disponer -ius utendi. ius fruendi y ius possidendi,
deI derecho romano-, estaba limitado por el pensamiento cat61ico de temporalidad y por los intereses de la Corona; pues toda la propiedad raiz pertenecia, inmanentemente, al Estado colonial y mas particularmente al rey:
Como en todos los reinos que han sido adquiridos por conquista 0 suceci6n hereditaria,
nada hay que sea de ninguno, sino que todo se halla ocupado por el principe, de aqu!
nace que en el reino de Espafla... todo esta ya esta en el dominio dei Rey, y as! puede
privar a los particulares dei uso.'"

La verdad es que, mas que privar a los particulares deI uso de sus bienes rakes, las leyes divinas y humanas limitaban las facultades deI
duefio; esta es, a la individualidad deI derecho romano se le introduce una
funci6n social que, sin dejar de reconocer el legitimo beneficio particular,
concede ciertas ventajas para la colectividad. El dominio no es, entonces,
un derecho arbitrario y sin restricciones, sino una facultad condicionada
por los intereses de la Corona y por el bienestar de la comunidad. Como
principal garante de ese bienestar, el Municipio constrifie a los habitantes

88 El epfgrafe que presentamos en el Apartado 3, resume bien el ritual de toma de posesi6n


de un solaro
89 Ya fuera en forma legal 0 ilegal, vase los Apartados Il.4 de este Periodo y el 2 dei
siguiente: "La ocupaci6n irregular dei espacio".
90 Ana Valero, Op. Cit., p. 169.

90

Eduardo L6pez Moreno

a aceptar ciertas obligaciones coma el mantenimiento deI predio y la conservaci6n general de la ciudad,91 en reciprocidad a los favores recibidos
directamente por el1a 0 por el poder real (favores entre los cuales, figura
como uno de los mas importantes, sin duda alguna, la concesi6n de la
misma propiedad privada).
Es dentro dei espacio de derecho urbano que puede localizarse la propiedad privada; es decir, al interior de la escala territorial que demarca el
perfmetro de urbanizaci6n de la ciudad (los solares y los exidos, una vez
que estos ultimos habian sido repartidos), mientras que la parte restante
deI modelo de ordenamiento, 10 que denominamos "ciudad-campo"
(dehesas, propios y trminos), se concibe coma un espacio colectivo destinado al uso y bien comun.

9.

Estancamiento y vinculaci6n: formas sui generis


de propiedad privada

En forma general, la propiedad privada asume dos grandes c1ases 0 formas, segun el tratamiento que le dan los particulares: una de el1as se
refiere a un uso "c1asico" 0 convencional, un individuo que puede comprarla, venderla, disponer de el1a; y la otra, un uso mas singular, autoriza
a personas 0 instituciones, a acaparar una propiedad 0 a vincularla, es
decir, "retirarla de circulaci6n".
La primera de estas formas, permiti6 que la propiedad privada pasara
a manos de peninsulares 0 de indigenas;92 y la segunda, facilit6 que la
propiedad pudiera acumularse por particulares o/y por instituciones. A
continuaci6n presentamos los diversos mecanismos de ocupaci6n de
suelo y los derechos de los ocupantes, en funci6n de los diversos rgimenes de propiedad privada.
A. La propiedad privada indigena

Treinta afios antes de que se fundara Guadalajara, la Ley de Burgos deI


27 de diciembre de 1512, consideraba a los indigenas coma seres libres y
91 La preocupaci6n porque se le diera mantenimiento a los solares. la vivienda y la calle,
es bastante recurrente en las Actas Capitulares que dictaban disposiciones con carcter
de obligatoriedad. veamos un par de casos : "...petici6n de solar de por vida y a censo
perpetuo con 40 pesos de reales en venta, a condici6n de tener siempre en pie reparada
la dicha posesi6n... (1613)."
"...Que se aderecen las calies y limpien que en la ciudad hay necesidad de ello a costa
de los vecinos." (1616). E. L6pez. Op. Cil. p. 33.
92 Evidentemente nos referimos a la parte urbana de los pueblos indigenas de Mexicaltzingo y Analco y, posteriormente. a sus terrenos de comun repartimiento.

Periodo 1. La evoluci6n de la estructura juridica de la propiedad raiz

91

racionales, concedindoles ciertos derechos, coma la libertad de tener


casas y haciendas propias. Conforme a esas leyes, los solares que ocupaban eran a tftulo individual y con la calidad de propietarios, a la manera
dominical europea; de tal forma que, aparte dei usufructo que ya venfan
gozando de antafio, se les afiadfa el derecho de disponer de la parcela por
testamento. Sin embargo, coma 10 asienta Ana Valero, los indios no
tuvieron todos los derechos de esas disposiciones, ya que la legislaci6n
les impuso una serie de Ifmites que reducfan considerablemente el goce
completo al estilo europeo.
La prohibicion para que vendieran sus tierras, sin que se pregonasen
por 30 dfas y rematasen en el mayor poseedor, procediendo primero a una
averiguacion de que eran suyas y heredadas de sus padres, y segundo, a
una demostracion de que tenfan otras para su labor y sustento,93 es un
buen ejemplo de esas limitaciones que, sin duda, buscaban proteger su
patrimonio inmobiliario de la codicia de los espafioles. 94
De la estructura territorial de los pueblos indfgenas (vase la propiedad comunal, Apartado 8), el nucIeo central era la parte urbana, en donde
se localizaban los solares particulares. Ahf habitaban 60 vecinos 95 en
Analco y mas de 500 en Mexicaltzingo en 1606; vivfan en lotes privados
que les habfan sido asignados a travs de mercedes par sus propias autoridades bajo un esquema de ordenamiento con una traza mas libre que la
cuadrfcula espafiola.""
Analco, unD de los dos pueblos limftrofes a Guadalajara, tenfa su propio gobierno y sin duda posefa una estructura territorial similar a la que
describimos precedentemente. Su inmensa superficie se extendfa hasta
poblados coma Tetlan y San Pedro que eran parte de su corregimiento.
Desafortunadamente, de Mexicaltzingo no tenemos referencias de su
estructura territorial; sabemos, sin embargo, que el poder de la administracion municipal de Guadalajara no intervenfa en ninguno de los dos
pueblos, 0 10 hacfa con caracter de arbitro para dirimir deshabeniencias.
Virtualmente asimilados a la ciudad, desde principios dei siglo XVII, las
demandas de mercedes por parte de los naturales de estos dos asentamientos, se dirigieron indistintamente al Cabildo de Guadalajara y a sus
respectivos gobiernos. Una vez suprimido el corregimiento de Analco, el
Ayuntamiento tapatfo se encargo de la gestion de sus terrenos. Cuando la
93 Ana Valero, Op. Cil., p. 121. Ver al respeclo Zavala, Silvio. Op. Cit.
94 Son numerosos los casos de abusos de los europeos a los indfgenas, y tambin entre los
propios indios, por despojos de bienes ralees. A Illulo de ejemplo consultese el Ramo de
Tierras.
95 Recurdese que un vecino represenlaba en realidad una familia.
96 Biblioleca Publica deI Eslado. 57, 2713. 1787, Analco, F.O., anverso.

92

Eduardo Lpez Moreno

Diputaci6n Provincial deI gobierno independiente, los declar6 barrios en


1821/7 se les anex6 tomando en cuenta sus fundos legales; los cuales
pasaron a formar parte de los de Guadalajara. Los solares particulares
conservaron el mismo estatuto y el resta deI suelo se privatiz6.
De acuerdo con el pIano de 1800 (W l, Periodo II), el rea de estos
dos pueblos debi6 corresponder a un tercio de la superficie de la ciudad
que, en ese entonces, era de 200 hectreas aproximadamente; es decir, el
equivalente de 334 manzanas.

B. La propiedad privada vinculada


El sistema de privilegios, los abusos en el ejercicio de la autoridad (por
ejemplo, la discrecionalidad en el desempefio de los cargos publicos, la
Iibertad en el repartimiento de la propiedad, la usurpaci6n de bienes, etc.)
y un proceso "natural" de acumulaci6n, permitieron que los conquistadores y sus descendientes en el siglo XVI y los comerciantes y otras personas de la sociedad dominante en los siglos XVII y XVIII, acapararan grandes extensiones de tierra tanto en el campo coma en la ciudad.
La propiedad inmobiliaria urbana, permite que estos terratenientes
obtengan una renta m6dica, pero suficiente para financiar ciertas actividades dentro de la misma ciudad, sin necesidad de distraer recursos de sus
capitales productivos (rurales) ni de recurrir a prstamos usureros dentro
deI mercado de crditos (yen casa que los requieran, la misma propiedad
sirve coma un aval hipotecario). El rendimiento, 0 producto de la renta,
no es consecuencia de un proceso de valorizaci6n deI bien inmueble en
tanto que capital; es decir, el suelo no es percibido coma un instrumenta
en donde se invierte para recuperar ms dinero, sinD coma un patrimonio
que, en una sociedad precapitalista, genera ciertos recursos, pero en
donde el beneficio principal, estriba en el incremento de los mismos bienes inmobiliarios.
La acumu1aci6n de estos bienes se hace en el sena de la familia y su
consolidaci6n depende, en gran parte, deI mantenimiento de la unidad
familiar e incluso de la uni6n de familias: s Muchas de ellas onservan su
patrimonio e inversiones en forma libre, esperando con el tiempo obtener
97 Decreto deI 20 de febrero de 1821. Colecci6n de Acuerdos sobre Rienes de Indigenas,
BPE, 333, 32067235, Jal., T-2, pp. 10-13.
98 El estudio de las alianzas matrimoniales, como mecanismo para consolidar la oligarqufa, ha sido estudiada por varios autores. Referirse entre otros a De Alba, Arias, OIveda, Cf. bibliograffa.

Perlodo 1. La evolucion de la estructura jur(dica de la propiedad ra{z

93

mayores ganancias a travs de la misma renta 0 de la comercializaci6n de


la tierra. Otras, probablemente las mas acaudaladas, temerosas de que con
los afios se desmembren sus propiedades en varios herederos, deciden
vincularlas por medio deI mayorazgo, una instituci6n deI derecho civil,
cuyo objeto era perpetuar en la familia, la propiedad de ciertos bienes
como la tierra rural y urbana.
Las propiedades vinculadas no podfan ser enajenadas y tenfan que
transmitirse dentro de la familia en el orden seiialado por el fundador deI
vfnculo, quien tenfa adems la facultad de determinar a qu fines debfan
ser utilizadas. Uno de los primeros mayorazgos, fue el que instituy6 Don
Diego de Porres Beranda el 26 de abril de 1611. El Iicenciado Andrs
Ramfrez de Alarc6n, uno de los testigos que acudi6 a la Audiencia a dar
f, certific6 que ademas de varias propiedades rurales Diego de Porres era
dueiio de
Una cuadra entera de casas, con una de cantera de portales, que s610 hace frente con la
iglesia mayor de la plaza publica de esta ciudad. Debajo de ellas tres tiendas y todo 10
demas de cuadro edificado de casas y tiendas que al parecer de este testigo sin la casa
de vivienda que le queda aun en medio de la cuadra, rentarn mas de dos mil pesos de
oro comun cada allo y tiene tambin otra cuadra cerca de la plaza con otras cuadras de
vivienda y saldrfan mas de 40,000 pesos"."

Otros varios mayorazgos, que inclufan casas habitaci6n y propiedades


diversas en Guadalajara, eran el de Francisco Gregorio Villaseiior en
Huejotitln, y los de la familia Casillas y Cabrera, descendientes deI alarife Martfn Casillas. 100 Desconocemos cuntos mas podfa haber, que comprendieran bienes rafces en Guadalajara; en consecuencia, no podemos
determinar que tan significativo era este mecanismo legaI. Queremos
suponer sin embargo, que sin ser especialmente significativo (en trminos
cuantitativos en relaci6n a la estructura jurfdica de la propiedad deI
suelo), era importante en la medida en que reflejaba un comportamiento
social que vefa, en el suelo, un bien a conservar y congelar, ya fuera a travs deI mayorazgo 0 sin una figura jurfdica especial.
A pesar deI acaparamiento y de la vinculaci6n de la propiedad privada
-Iimitada de por sf entre los diversos tipos de propiedad-, no se produjo
una carestla 0 escasez de suelo en los siglo XVI y XVII, debido a la abundancia y disponibilidad de terrenos municipales y colectivos; sin embar99 Lancaster, Jones. Haciendas tk Jalisco y Aledaiios, Financiera Aceptaciones, 1974, cap.
5, pp. 55-56. Segun el mismo testigo, la fortuna de Porres Baranda pasaba de los 300
mil pesos con propiedades en mas de 10 localidades fuera de Guadalajara y varias otras
en fracciones de a1gunas haciendas.
100 Dlveda Jaime, Op. Cit., p. 30.

94

Eduardo LOpez Moreno

go, la masificaci6n de esa conducta, exacerbada con la participaci6n de


instituciones coma la Iglesia, contribuy6 a transformar los sistemas de
acceso al suelo, en los afios posteriores, como 10 veremos mas adelante en
el Apartado Il.

C. La propiedad privada corporativa


De 1542 -afio de fundaci6n de la ciudad- hasta 1605, es decir, en 63 anos,
la superficie de la ciudad se ha cuadruplicado. TaI progresi6n, afirma T.
Calvo, no se puede explicar por el incremento deI niimero de vecinos,
puesto que a principios de siglo, el obispo habfa consignado s610 180
casas particulares, las cuales no debfan haber ocupado mas de una cincuentena de cuadras. 1ol La raz6n de una rea tan extensa, se encuentra en
la ocupaci6n que las diversas ordenes religiosas, hicieron deI espacio
urbano; en efecto, algunas de e1las se instalaron en las orillas de la traza 0
incluso fuera de ese perfmetro, provocando que la mancha urbana se
extendiera hacia el poniente y el norte,I02 dejando espacios baldfos y manzanas sin construir. El mismo autor supone que hacia 1600, debfa haber
cerca de 30 manzanas vacfas y no mas de una docena ocupados por plazas, edificios publicos y religiosos.
La importancia de la propiedad eclesiastica se empieza a manifestar
desde entonces: ocho conventos de fraites, cuatro de monjas, dos colegios
de ninos y unD de ninas, un santuario y una iglesia auxiliar; ademas de
esa propiedad "visible", hay otra "invisible" conformada por capellanfas,
casas habitaci6n, tiendas en el centro de la ciudad, predios rurales, terrenos urbanos, tierras de labor en los limites de la ciudad, etc. Dos siglos y
medio despus, cuando le desamortizan sus propiedades, la Iglesia habra
sido capaz de acumular una gran cantidad de bienes inmuebles, entre los
cuales, pudimos repertoriar terrenos urbanos con una extensi6n mayor de
13 has. y mas de 1,396 casas con un valor cercano a los dos millones y
medio de pesos. Cantidades que con toda verosimilitud eran mayores (cf.
Periodo II).
101 T. Calvo, Op. Cit., p. 17. Estimaci6n que el autor hace adoptando la norma habituaI de
4 solares por manzana; si tomamos en cuenta que algunas mercedes de terrenos eran de
media cuadra y otras de una entera, el numero de manzanas no debi6 rebasar las 60.
102 Varios edificios religiosos permiten la estructurad6n dei espado urbano, asi por ejemplo, la terrninad6n dei Convento dei Carmen, da lugar a la creaci6n de un espado sim
b6lico-sacro, al formar en la ciudad una cruz urbana, la cual tenia como remate en cada
uno de sus extremos una casa religiosa. Vase al respecto E. LOpez, La Cuadr{cula...,
Op. Cil., p. 53.

Perfodo J. l.Ll evolucion de la estructurajurfdica de la propiednd raiz

95

10. El proceso de acumulacion de la propiedad eclesiastica


~C6mo pudo, esta corporaci6n, constituir semejante patrimonio en un
penodo relativamente corto? Una cuesti6n que, sin duda, asalta a tOOos
aqullos que se interesan en el estudio dei proceso de prOOucci6n-acumulaci6n de bienes inmobiliarios, edificados 0 no, en la ciudad. En este trabajo cobra importancia ese proceso, en la medida en que impacta fuertemente los mecanismos de acceso al sue10 en forma contrastada: por un
lado, los bienes inmuebles se convierten en una de las principales opciones de habitaci6n para los habitantes tapatfos, y por el otro, la propiedad
eclesiastica se convierte en una mercancia que durante muchos afios, se
retira virtualmente de la circulaci6n dei mercado.
A nuestro modo de ver ese proCESO de acumulaci6n se llev6 a cabo a
partir de cinco mecanismos principales, que presentamos someramente, a
continuaci6n:
a) "El derecho de conquista". Probablemente no sea el trmino mas
adecuado, pero nos referimos a un derecho plenamente reconocido por la
ley colonial, otorgado no a titulo individual sino en forma corporativa,
bajo una modalidad muy similar a la atribuci6n de la propiedad indigena
(9.1). Originalmente, el Cabildo y la Real Audiencia, entregan los terrenos necesarios para que la Iglesia pueda emprender la conquista espiritual
(terrenos para edificar casas religiosas y para otro tipo de actividades
misioneras) y, posteriormente, esas mismas autoridades siguen cediendo
predios principalmente para la instrucci6n religiosa (casas de misericordia, colegios, seminarios, etc.). Aigunas de estas mercedes se hacian a
titulo graciosolO3 y otras mediando un costa econ6mico, que estaba por
abajo dei valor de la propiedad raiz de ese entonces; muy pocas fueron
las ocasiones en que se vendia al precio justo. En todas los casos, aparece
en forma clara, la buena voluntad que tenian las autoridades civiles por
responder positivamente y en buenos trminos, a la solicitud que hacian
las diversas ordenes religiosas. Un ejemplo bastante ilustrativo de ello, es
la demanda que en 1797, hacen las beatas de Santa Clara para que se les
mercede un solar para ampliar el Seminario de Ninas Educadas, a 10 que
el fiscal dei rey y el cabildo contestan que

Con el objeto de darle la extension que no tiene esta casa tan util e interesante a la Religion y a la Sociedad... esta Novilisima ciudad.... no puede negar a un Colegio tan
necesario para la ensei'ianza de la juventud el terreno que necesita para su extension. ""

103 Probablemente. una de las donaciones mas importantes. sea la que el Ayuntamiento
hizo en 1713 y 1735. al Hospital de Beln. en la lIamada Convalescencia. Un cuadrilongo que se componfa de 9 manzanas.
104 Archivo Historico Municipal, Hacienda. avaluo de propiedades, paq. 18, leg. 41, 4 fs.
20 de marzo de 1797.

Eduardo LOpez Moreno

96

Fue a partir dei segundo tercio dei siglo XIX, que solicitudes coma
esa, empezaron a ser negadas por el Municipio. No obstante, en el curso
de los siglos precedentes el "derecho de conquista" constituy6 un mecanismo importante para apropiarse de terrenos urbanos libres.
b) Donaciones y herencias de particulares. Se trata principalmente de
obras pfas, terrenos y casas que particulares -en raz6n de sus creencias y
espfritu devoto-, donan 0 heredan a la Iglesia, esperando un servicio religioso 0 una retribuci6n trascendental a travs de su mediaci6n. Un buen
ejemplo, 10 constituye la compra que Maria Sebastiana B., hace al Conventa de la Merced, de un solar para edificar una casa en l para dos
exp6sitas de ella. La compradora declara que "despus de sus dfas. deja
dicha casa al Convento para 9 misas rezadas en la novena de Nuestro
Patr6n San Ram6n, serm6n y misa cantada el dfa dei santo" .IO~ A 10 largo
de su historia, la Iglesia obtuvo, y sigue obteniendo, numerosas propiedades rafces a travs de este mecanismo.
c) Dotes de los religiosos. Es la congrua 0 patrimonio que entrega al
convento la que entra a monja. Como 10 sefiala T. Calvo, pocas eran las
familias que no contaran con una hija en alguna de esas casas, de tal
forma que las dotes que se recibfan eran importantes; sin duda alguna, la
congregaci6n mas reconocida era Santa Maria de Gracia; a ella acudfan
los miembros de las familias mas acaudaladas. En 1683, el presbftero
Don Pedro Vidarte y Pardo, otorg6 a esa orden, ocho censos por concepto
de renta a favor de sus hermanas religiosas por un valor de 42,000 pesos
(el equivalente en ese entonces a mas de 1,500 lotes de tamafio medio 0
190 casas de tres recmaras). Cantidad que signific6 el 93% dei monto
total que el mismo convento percibfa por los censos que tenfa dados a
particulares, y el 21 % en relaci6n a todas las corporaciones eclesiasticas.
Este ejemplo, sin duda alguna excepcional, ilustra bien sin embargo, el
potencial que la entrega de dotes tenfa coma un mecanismo para que la
Iglesia pudiera acumular bienes y riqueza.
d) Fundaci6n de Capellanfas. Se refiere a los bienes inmuebles que
quedan sujetos al cumplimiento de misas y otras cargas pfas, por la
voluntad de particulares poseedores de dichos bienes. En cierta forma, se
trata de una donaci6n condicionada. Un casa concreto, 10 constituye el
testamento de Juan Ordofiez de Jaltenango quien dispuso. en 1720. que el
sitio nombrado de Navarro "se impusiera con el principal de 1,000 pesos
105 Archivo de Instrumentos PUblicos deI Estado. Notario BIas de Silva, Libro 2, p. 73,
1749. Los mismos clrigos podfan donar sus propiedades particulares a sus congrega-

ciones u olras instituciones religiosas; ese rue el caso, por ejemplo, con el Obispo Juan
de Lzar Santiago, quien hizo donaci6n de un solar, Ires suertes de huerta y una casa
vieja y cafda, lIamada la Palma, a la congregaci6n Domiciliaria de Oblatos en 1694,
segun 10 asienta el notario Juan R. de Macusso (Archivo de Instrumentos Pt1blicos dei
Estado, Vol. l, 170l, r. 26).

Periodo 1. lA evoluci6n de la estructurajuridica de la propiedad raiz

97

para que con su rdito arrason de 5 por ciento se le dixeran annualmente


por su alma 50 misas y resadas cada un ano. y fue su deseo asistir a los
religiosos con los 50 pesos".I06 Fundada la capel\anfa, los 50 pesos se
pagan al cura que la preside, quien esta encargado de decir las misas en
honor de Ordofiez.
Del valor total de la propiedad eclesiastica registrada en 1856, las
capel\anfas representan poco menos deI 4% con 90 fincas (cf. Cuadro N"
8, Periodo Il); sin embargo, Calvo hace notar que a fines deI siglo XVII,
esta congregaci6n religiosa, concentraba el 39.6% de los censos (0 prstamos) que se hacfan a particulares sobre sus bienes inmobiliarios, siendo,
de lejos, la principal beneficiaria de este sistema de crditos.1 61 La fundaci6n de capellanfas ya fuera con fines "caritativos" 0 para ordenarse
represent6 un medio eficaz para adquirir y retener bienes ralces.
e) Prstamos hipotecarios. La falta de liquidez econ6mica, es un
fen6meno que acompana el desarrollo de la ciudad, desde su fundaci6n
hasta el siglo XVIII. Personas de oficios modestos, hasta importantes
terratenientes y comerciantes, recurren al prstamo de dinero para comenzar un negocio, impulsar une existente 0 apoyar sus actividades productivas 0 mercantiles. Igualmente, muchos y variados, son los individuos y
las instituciones que se dedican a la pignoraci6n -una actividad econ6mica y social que permea la sociedad novohispnica-, supliendo, de esa
manera, la escasez de moneda y la carencia de sistemas de crdita organizado 0, en todo caso, creando ellos mismos, un verdadero mercado particular de emprstitos. Una gran cantidad de objetos diversos pueden ser
dejados en empefio, custodia 0 garantfa de un prstamo, cuyas condiciones de pago, oscilan de una especulaci6n abusiva a un servicio razonable.
Entre el universo de negociantes de dinero, la Iglesia aparece coma el
acreedor mas importante, con contratos que hipotecan los bienes inmuebles de los deudores bajo una imposici6n especial lIamada censo.
Este tipo de prstamo hipotecario estaba sancionado por la "Novissima Real Pragmtica", una disposici6n que regulaba las escrituras deI
censo. De la obligaci6n que en 1727, contrajo Antonio de Escobedo,
duefio de la Hacienda de Santa Teresa de San Andrs dei Astil\ero, con el
Convento de Santa Maria de Gracia por 3,000 pesos en reales, se pueden
extraer las c1usulas principales de dicho documento: I08
106 Archivo de Instrumentos PUblicos deI Estado, Notario Manuel de Mena, Vol. 16, 15 de
noviembre de 1720.
107 T. Calvo, Op. Cir., p. 327, Cuadro N 6.
108 El prstamo a que nos referimos, era a "zenso, carga y tributo.. sobre todos los vienes de
dicho su parte y especial y seilaladamente en las dichas hasiendas sus tierras y todos los
aOl"n)s de ella los quales pagara a dicho convento.. cuyos reditos corren desde el dia 13
deI presente mes". Archivo de Instrumentos PUblicos dei Estado, Notario Manuel de
Mena, Libro N" 15, 1727. N6tese las adaptaciones que se hicieron sobre el texto original, referido a esta operaci6n en particular.

98

ii

iii

iv

vi

Eduardo Lapez Moreno

Los bienes con tOOo 10 que les pertenece quedan especialmente hipotecados a la paga dei principal y sus rditos y no los ha de poder vender hasta que sea redimido el censo. Este no pOOr venderse, dividirse
ni partir entre herederos, la Iglesia, el monasterio u otras personas
prohibidas por derecho, excepto a las que fueran legas, lIanas y abonadas y de quien se cobre dicho rdito puntualmente.
Si el deudor, sus herederos y sucesores estuviesen dos afios continuos
sin pagar los rditos de la deuda, los bienes deben venderse para su
paga, dejando a la voluntad dei acreedor [convento, orden] su ejecuci6n coma le pareciere.
Que Iodas las veces que los bienes pasen a nuevo poseedor con cualquier tflulo, estos han de ser obligados a reconocer al acreedor por
duefio y sefior dei censo y obligarse luego a la paga de su rdito dndole las escrituras para su resguardo.
Cuando el deudor haga exhibici6n real y pague la deuda con el rdito
corrido hasta aquel dfa, el acreedor ha de ser obligado a recibirlos y
otorgar escritura de redenci6n luego que sea requerido. Si no 10 hiciere se puede cumplir con la exhibici6n ante la Real Justicia u olros jueces que sean competentes cuyo testimonio les sirva por tftulo.
El deudor se desapOOera, desiste y aparta dei derecho de propiedad,
posesi6n, sefiono y otros que ha tenido sobre los bienes en cuanto al
valor de la deuda y su rdito y todo ello 10 cede, renuncia y transfiere
al acreedor.
Si por cualquier caso, pensado 0 no pensado, de agua, fuego, u otro
cualquiera que suceda, aunque no se haya visto, dichas casas 0 parte
de ellas, se perdiesen 0 destruyesen, no por eso ha de pedir descuento
ni rebaja de dicho censo, antes 10 pagara por entero y se le ha de
poder obligar a que haga nuevas hipotecas denlro dei trmino que se
le asignare.

El prstamo era siempre a censo redimible con un 5% de inters, a


uno, dos 0 Ires afios de plazo. Por 10 general, el bien hipolecado costaba
dos, tres 0 hasta diez veces ms el monto de la suma demandada. Asf por
ejemplo, la hacienda que Antonio Escobedo hipotec6, se valuaba en
18,500 pesos y con bienes muebles hasta en 35,000 pesos (sin duda una
hipoteca que era muy superior a la media). Para otros deudores la garantfa era ms baja, se fue el casa con Don Juan de la Cueva, quien obtuvo
dei mismo convento (y el mismo ano), un censo por 600 pesos sobre sus
casas altas y bajas en la ciudad, cuyo valor se estimaba en 1,250 pesos.
En su estudio sobre la poblaci6n y la economfa en el siglo xvn, el
historiador y dem6grafo Calvo, hace notar que las instituciones que difun-

Periodo J. La evoluci6n de la estructura juridica de la propiedad rafz

99

den mas ampliamente los prstamos, eran aqullas allegadas a las fuentes
constantes de dinero fresco: el capftulo, los conventos de mujeres y las
capellanfas. 109 El censo y la adquisici6n de propiedades rafces, les representaba un medio eficaz para invertir el capital excedente sin mantenerlo
ocioso; de tal forma que, de cada 10 censos, 3.1 se concedfan en el sena
de esas instituciones y 7.4 por el total de las corporaciones eclesiasticas; el
resta (2.6), eran operaciones entre particulares. Segun el mismo autor, los
bienes hipotecados dentro de la ciudad (casas y tiendas principalmente), se
gravaban en promedio con un capital que iba de 700 a 900 pesos. Sobre
las casas que se encontraban en esas condiciones, y que fucron vendidas
entre 1635 y 1698 (70 ventas), casi el 60% deI valor de la superficie construida estaba hipotecado a largo plazo. La Iglesia, camo instituci6n, concluye Calvo, detenta el 53% deI capital inmobiliario de Guadalajara; porcentaje que aumentarfa a las dos terceras partes de 10 edificado, si se le
afiade la parte de los eclesisticos y las casas que son directamente de su
propiedad. Una importante aseveraci6n, sobre la cual, el investigador
desafortunadamente no aporta datos que muestren coma lleg6 a ella.
Como quiera que sea, la capacidad de acumulaci6n de la Iglesia es evidente. No eran pocas las ocasiones en que las deudas no se pagaban: ya
fuera que la operaci6n mercantil que se pensaba lIevar a cabo no resultara,
que las ganancias fueran menores a 10 estimado 0 simplemente que se presentara aigu na contingencia, el deudor, de motu propio, podfa ceder la
propiedad hipotecada llO 0 la Iglesia recuperarla sirvindose de los medios
legales, morales y econ6micos que estaban a su alcance. El discurso de
espiritualidad, amor al pr6jimo y ayuda a los necesitados, queda en entredicho con ese tipo de acciones y practicas que no dudan en aplicar medidas extremas, coma la expulsi6n e incluso detenci6n de los ocupantes que
tienen retrasos significativos en sus pagos. El oficio que en 1728 envi6
Antonio de Pedreras Canto, en nombre deI convento de Santa Maria de
Gracia, a la Real Audiencia, ilustra bien el rigor con que la Iglesia hacfa
cumplir las obligaciones que particulares habfan contrafdo con ella
Se ha de servir vuestra seftoria de mandar que se aprehenda su persona y se le embarguen todos y qualesquier bien que dentro de dicha casa tenga los que se saquen a la

109 Calvo, Op. Cit., p. 341.


110 Ese fue el caso, por ejemplo, con el capitan Diego Prez de Rivera quien di6 en garanlia, al convento de religiosas de la Merced, una huerta y una teneria que posera a un
cuarto de legua de la ciudad por un censo, con cargo de 700 pesos de oro en principal,
"debido a que con el tiempo se ha disminuido la huerta y la teneria, no puede pagar el
censo al convento transfiriendo la propiedad y los derechos al mismo" (Archivo de
Instrumentos Pblicos dei Estado. Notario, Juan R. de Macusso, Yol.3, 1706). El
subrayado es nuestro.

100

Eduardo LOpez Moreno

a1moneda y se haga traerse y remate de ellos... asf mismo se de providencia para que el
susodicho deje dicha casa libre y desembarazada para que dlcho convento pueda passar
a arrendarla.'"

Era tambin comun que el deudor liberara su propiedad a cambio de


otros bienes coma solares, casas, tiendas, huertas, 0 que algunos de los
particulares detentores de censos decidieran vender 0 donar su escritura a
las diferentes ordenes religiosas. III Formas, todas ellas, que coadyuvan a
que esta corporacion acrecente progresivamente su patrimonio inmobiliario. Esta actividad "piadosa" se convierte pues en uno de los principales
mecanismos que la iglesia utiliz6 para ese fin.
t) compras de propiedades. Por media de los recursos obtenidos de
sus propios ingresos (como diezmos, servicios religiosos, etc.), de sus
rentas diversas, de las participaciones econ6micas de sus miembros
(dotes, capellanfas, etc.) y de las donaciones en metlico, el clero estaba
en medida de adquirir ciertos bienes raices a particulares. Adems de esas
transacciones directas, son numerosos los casos en que la Iglesia cornpraba escrituras de censo l13 que redimia a su favor, hacindose asi de una
propiedad adicional.
AI igual que con los mecanismos precedentes, es muy diffcil precisar
cmil fue la importancia que las compras tuvieron en la constituci6n dei
patrimonio edesistico. Sin duda, ese es otro tema de investigaci6n,
nuestro prop6sito aqui es el de poder llegar a elaborar una propuesta tipo16gica que presente las diferentes formas de propiedad en relaci6n a la
estructura jurfdica original para, a partir de ella, analizar el comportamiento de los agentes que la hacen evolucionar y las caracteristicas mismas de su evoluci6n.
III El deudor, Augustfn Velazco, era un oficial de platero que, durante los autos, declar6:
"es cierto que la expresada cantidad la deve de dicho harrendamiento la que no ha
podido pagar por haber tenido a1gunos atrazos y que procurara en adelante ir pagando
conforme se fueren cumpliendo los meses" (Archivo Hist6rico Municipal, T.2, 1728,
paq.l, leg. 45, 2 fs).
112 T. Calvo evoca, por ejemplo, la conducta de Elena Flores de la T., quien compra dos
censos sobre casas que pertenedan a Jacinto de Pineda en Guadalajara, por 400 y 300
pesos; mismos que al dia siguiente don6 al convento de San Francisco. Op. Cit., p. 322.
113 Se trata de censos concedidos por particulares 0 por el Ayuntamiento que, por diversas
rawnes, habian quedado libres. Uno de tantos casos, 10 constituye la solicitud que en
1660, hiw al Cabildo, el padre Alvaro Ramos, Procurador General deI Convento de la
Merced, para que se le permitiera redimir dos casas habitaci6n con cargo de un censo
de 330 de oro comun en plata, que habia sido otorgado en 1602 y en 1624; siendo
finalmente liberado por el religioso en favor de su corporaci6n (Actas de Cabildo, Op.
Cit., p. 229).

Per{odo 1. La evolucion de la estructurajur{dica de la propiedad ra{z 101


Evidentemente, esas fonnas son diferentes y privativas de cada fase
hist6rica. Un ensayo taxon6mico tan breve, pretende sobre tOOo, dar las
bases necesarias para estudiar las relaciones que se desprenden de esos
tipos de propiedad a fin de poder analizar los diversos sistemas 0 mecanismos de acceso al suelo. Uno de los puntos capitales de este periodo
que profundizamos a continuaci6n.

11. Los sistemas de acceso al suelo y la vivienda


y el derecho de ocupacion
Conforme se diversifican los tipos de propiedad de suelo, se ampHa la
gama de propietarios y se hacen mas cornpiejas las relaciones de poder
entre ellos, los mecanismos de ocupaci6n de los bienes inmuebles (terrenos 0 casas) tienden igualmente a diversificarse. Casi simultneamente a
la disoluci6n dei derecho de recibir -y ocupar- un solar de manera gratuita, nacen diversas formas de acceso al suelo; todas ellas, en mayor 0
menor medida, con una relaci6n econ6mica de por medio y con dispositivos juridicos particulares.
En 10 sucesivo, la posibilidad para disponer de este bien, puede
ampliarse 0 reducirse en determinados periOOos hist6ricos, de acuerdo a
la manera en que evolucionan las fonnas de acceso al suelo en la ciudad.
Con estas mutaciones, los sistemas de acceso al suelo y la vivienda se
hacen muy variables e inciertos, principalmente, en tnninos de accesibilidad esto es, en la capacidad juridica y econ6mica que los habitantes tienen para ocupar, bajo diferentes modalidades, un bien inmueble en raz6n
de su disponibilidad.
De acuerdo con T. Calvo, durante los dos primeros siglos de vida de
la ciudad, el acceso al sue10 era relativamente simple: "Se podfa llegar a
ser propietario [de un lote] con pocos gastos y a veces sin siquiera abrir la
boisa" ."4 El autor fundamenta tal postu1ado, en el analisis dei comportamiento dei sector inmobiliario de esa poCa, y estima que por causa de la
poca fluidez monetaria, se generaba una enorme oferta de bienes rafces a
hipotecar sin que el mercado tuviera capacidad de absorber ese inmenso
patrimonio; de tal forma, que las propiedades se depreciaban rapidamente
por falta de una demanda activa. Sin que Calvo 10 explique de manera
explicita, es muy probable que, a pesar dei funcionamiento ineficiente dei
sector inmobiliario y de la poca presi6n de la demanda, los habitantes
114 Calvo T., Op. Cil., p. 329.

102

Eduardo LOpez Moreno

podfan resolver, de una forma u otra, sus problemas habitacionales. Amilisis que nos parece plausible, sobre todo, si tomamos en cuenta que,
hasta el siglo XVII, el acceso al suelo estaba muy poco monetarizado;
adems de que el parque de vivienda tenfa tendencia a depreciarse 0 en
todo casa a valorizarse muy poco. Factores que probablemente permitieron que, en esa poca, se dieran las condiciones hist6ricas necesarias para
que sectores amplios de la sociedad pudieran adquirir u ocupar terrenos y
casas habitaci6n.
Ahora bien, la ineficiencia deI mercado, atribufda entre otros aspectos
a un dficit de habitantes demandantes de vivienda, no significa que la
poblaci6n estuviera resolviendo, por canales "tradicionales" 0 convencionales, su problema de habitaci6n; significa, mas bien, que el mercado se
estaba especializando en un tipo de demanda y que sta se estaba diversificando. Las caracterfsticas de una poca, hacen que un fen6meno, mas 0
menos similar, tenga un origen -y efectos- diferentes. Un siglo despus,
el mercado sigue igual, 0 probablemente mas ineficiente; el padr6n que se
levanta en 1791, por encargo deI Conde de Revillagigedo, registra 981
casas vacfas 0 sin gente de un total de 4,488 casas. III Es decir, casi el
veinte por ciento deI parque de vivienda esta desocupado, mientras que,
simultaneamente, habitantes pobres saturan las vecindades y pueblan irregularmente la periferia. A diferencia dei siglo precedente, el XVIII es testigo de una polarizaci6n creciente de la sociedad, desde el punto de vista
social y econ6mico. Mayores sectores de la poblaci6n quedan fuera dei
mercado de vivienda y suelo; por mucho que se deprecie el valor de los
bienes rafces, su capacidad de compra les impide acceder a ellos. En consecuencia, el mercado tiende a diversificarse y las formas de producci6n
y consumo a segmentarse.
A continuaci6n nos ocuparemos dei analisis de esas formas, con la
esperanza de poder trazar las caracterfsticas generales de su origen y evoluci6n desde la fundaci6n hasta principios dei siglo XVIII. Un periodo en
el que inventariamos cuatro grandes modalidades de ocupaci6n de suelo y
vivienda: la propiedad plena, el arrendamiento, la renta y la ocupaci6n
irregular. Evidentemente cada una de ellas tuvo, en diferentes momentos,
su importancia relativa y su impacto particular en las condiciones habitacionales de los tapatfos.ll'
115 Castaiieda c., Op. Cil., p. 48.
116 En el Cuadro N 5, presentamos sus caracterfsticas principales, poniendo el acento en
la tercera de ellas: la renta, ya sea a corto 0 largo plazo, que es la mas importante de las
cuatro, tanto en 10 que respecta a las modalidades de ocupacin, como a las formas de
habitat propiamente dichas.

Perfodo 1.

La evolucion de la estructura jurfdica de la propiedad rafz 103

A. La propiedad plena
AI inicio de la conquista, la mayorfa de los habitantes accede a la propiedad plena -tanto dei suelo coma de la finca que construira con los afiosprincipalmente a travs de tres medios: i) la compra directa al Cabildo via
las mercedes; de ella nos hemos ocupado extensamente ifneas arriba; ii)
la compra-venta entre particulares, una vez que este tipo de prcticas se
generalice a fines dei siglo XVI; y, iii) las donaciones y herencias tambin
entre particulares. Ulteriormente, se podra adquirir la propiedad municipal dada en censo 0 renta (cf. punto 3) cuando, par alguna razon, sus
poseedores originales pierdan el derecho de posesi6n. Este tipo de operaciones se hacen a travs de la venta en publica a1moneda una vez que el
Cabildo haya hecho los "pregones de derecho".117 Mecanismo que fue
poco utilizado, a pesar de que los propios tenfan la facultad de vender
suelo, sin que hubiera una solicitud de merced de por medio.
Invariablemente, el habitante accede a suelo y segun sus posibilidades
y capacidades construye posteriormente su casa. El proceso de auto-producci6n -asistido 0 no-, no ha sido objeto de estudios particulares. AIgunos trabajos que se han referido tangencialmente a este tema, resultan
contradictorios, asi por ejemplo, S. AIcntara estima en su articulo: "El
edn novogalaico: la calidad de vida en la etnohistoria de Guadalajara",
que la facilidad para hacer el material de construcci6n (adobe) y la simpleza dei sistema constructivo, permitian que todas las familias (173 en
ese ano), incIuso las de las comunidades indfgenas vecinas, pudieran
tener su vivienda propia" .118 Por otro lado, T. Calvo considera que "para
los particulares era muy diffcil hacer que sus viviendas se erigieran sobre
el suelo por faita de indios de repartimiento que hicieran el trabajo".119 Sin
duda alguna, los espafioles no construian ellos mismos, pues coma senala
Mota y Escobar en 1606, habia "mas servidores que servidos": 120 500
mulatos y negros esclavos y otros libres para 500 espafioles en total; es
decir, mana de obra abundante y barata para hacer erigir sin mucho problema una casa habitacion. La posibilidad de tener "un fondo propio para
117 Los pregones se hacian en un trmino de 9 0 30 dias, segun dispusiera el Cabildo. El
derecho al censo 0 pensi6n, por 10 general, se perdia por muerte sin que hubiera algun
familiar que deseara continuarlo.
118 Alcantara Sergio, Op. Cit., p. 27.
119 Calvo T., Op. Cit., p. 329.
120 Chavez H., Op. Cl/., p. 123.

104

Eduardo LOpez Moreno

construir una casa propia", no ira creciendo con los afios; las otras formas
de ocupaci6n vendran a tomar su lugar paulatinamente.
B. El arrendamiento
Se trataba de un mecanismo que permitia adquirir, por un precio estipulado, el aprovechamiento temporal de suelo -dentro 0 fuera de la ciudadsin que se pudiera construir en l. Terrenos que se destinaban ya sea al
cultivo, huertas, lavaderos 0 banos publicos, se entregaban en arriendo
por el Municipio, propietaria deI suelo, con contratos cortos que por 10
general no rebasaban cinco afios y excepcionalmente diez. En tanto que
figura juridica, el arrendamiento se diferenciaba de la renta por cuatro
aspectos principales: el uso se restringfa a ciertas actividades, los propietarios no eran particulares, los bienes inmuebles no se concebfan coma
espacios para la habitaci6n, e invariablemente, se trataba de predios sin
edificar y no de fincas. El pago era anual, y por concepto de renta con un
monto superior al 5% deI valor deI bien, puesto que el suelo se destinaba
a fines productivos. El concepto renta se prestaba a confusiones y hacfa
que el trmino arrendamiento se utilizara indistintamente coma alquiler,
renta 0 locaci6n. Nuestro inters por separarlos, no es con el objeto de
introducir una sutileza juridico-conceptual, sino con la prop6sito de diferenciar los estatutos juridicos y los usos deI suelo que coexistfan en Guadalajara en ese entonces.

C. La renta de bienes inmuebles


La renta de bienes rafces ya fuera suelo 0 casas habitaci6n, podfa tomar
dos grandes formas: renta a corto y a largo plazo. La primera era sin6nimo de locaci6n e incluso de arrendamiento (cf. punta 2) y la segunda de
censo 0 pensi6n, una figura que recubria varias modalidades, dentro de
un sistema de "renta perpetua".

Cl. La renta a largo plazo


Mediante el pago de una renta anual -Hamada precisamente pensi6n 0
censo-, se podfa acceder a dos inmuebles urbanos diferentes: terrenos sin
construir 0 casas habitaci6n que pertenecfan al Municipio 0 a la Iglesia.
Entre esos bienes existfan diferencias concernientes a los derechos de
ocupaci6n, las caracteristicas mismas deI bien y evidentemente los tipos
de propietarios; sin embargo, una particularidad les era comun: los ocupantes 0 censatarios podfan ocupar, por un tiempo indefinido la propie-

CuadroN 5
Los sistemas de acceso al suelo y la vivienda. (Guadalajara siglos XVI-XVIII)
Forma de ocupaci6n
dei suelo

A) Propiedad plena

B) Arrendarniento

Mecanismo
de acceso

A.I) merced gratuita


A.2) compra venta
A.3) donaciones herencias
A.4) publica almoneda
contrato de arrendarniento

C) Renta

C.l) Renta a largo plazo


a. Propiedad Municipal

b. Propiedad eclesisIica
C.2) Renta a corto plazo
D) Ocupaci6n Irregular
Casas y vecindades.
Composici6n: Eduardo L6pez. 1994.

a.l) Censo de al quitar


a.2) Censo perpetuo
a.3) Censo a redimir
a.4) Censo enfiteutico
Censo al 5%
Contratos de renta
Asentarnientos irreguIares

Siglo en que aparece


XVI

XVII

XVIII

Tipo de
producto

Tipode
propiedad

SUELO

PRIVADA

SUELO

MUNICIPAL

SUELO

MUNICIPAL

CASAS YVEC.*
CASAS YVEC.*

CLERO
PRIVADA

SUELO

MUNICIPAL

106

Eduardo L6pez Moreno

dad, pagando en ambos casos, una renta que equivalfa al 5% deI valor deI
inmueble.
Evidentemente, el pago deI censo -segun se tratara de un lote vacfo 0
de una casa- variaba bastante en una relaci6n que, en promedio, era de
unD a diez 0 de unD a doce. Asf por ejemplo, mientras que una casa, propiedad de la Iglesia, situada cerca de Capuchinas, reportaba 3 pesos por
mes en 1790, un lote municipal en el mismo barrio, producfa una renta
similar pero por afio. 12I La pensi6n era fija y no tomaba en cuenta el uso
dei lote 0 las condiciones econ6micas generales. El Ayuntamiento y la
Iglesia, en tanto que propietarios, percibfan una renta con caracter perpetuo; en otros trminos, las condiciones de la escritura dei censo no sefialaban una fecha lfmite que pusiera fin al contrato. En ese sentido, la posesi6n era tambin perpetua y no Iimitada en el tiempo (no se trataba de un
contrato a un trmino largo, coma 99 afios).
A diferencia de algunos pafses europeos, el duefio de la renta no podfa
ser un particular. La tierra pertenecfa a esas dos corporaciones. quienes
nc tenfan el derecho de venderla a un individuo convirtindolo en rentista. Se trataba de bienes corporativos inalienables que, cuando eran transmitidos en propiedad privada, dejaban de percibir una renta, perdindose
automaticamente la figura dei censo. En funci6n de la propiedad, el censo
podfa tener varias modalidades 0 tipos de ocupaci6n coma 10 veremos a
continuaci6n.
El censo en la propiedad municipal

El censatario dispone de la posesi6n real deI suelo y de la casa, por media


de un derecho perpetuo y hereditario, que puede ceder la posesi6n, dividirla e incluso rentarla a un tercero. El censo municipal nunca se otorga
sobre una propiedad construida, sino sobre un terreno libre; el ocupante
tiene el derecho de edificar y hacerse propietario de pleno derecho de esa
finca, pudiendo, sta sf, venderla, cederla, rentarla, en fin, trasmitirla
independientemente dei suelo. De este sistema, resulta una forma jurfdica
especial denominada "propiedad compartida";122 una modalidad en la que,
121 Es de notar, que un s610 cuarto en el mismo rumbo de la ciudad, percibfa 6 reales cada
mes, es decir, casi once pesos al aflo. Vase el Cuadro N" 8: "Rdito 0 pensi6n de solares en censo enfitutico (siglos XVII y XVlll)".
122 Trmino utilizado por Christian Topalov. Le logement en France, histOIre d'une marchandise impossible, Presse de la Fondation National de Science Politique, 1987,
Paris. p. 50. Aigunas de las ideas que presentarnos a continuaci6n se inspiraron en la
lectura de ese Iibro.

Periodo J. La evoluci6n de la estructura jurfdica de la propiedad raiz 107


el Municipio es duefio del suelo, y una persona particular de la vivienda
en que habita. Es decir, una es el equivalente de un propietario "rentista"
y el otro un ocupante censatario. La propiedad compartida permite conservar una propiedad, sin que necesariamente se valorice como capital
inmobiliario; y en casa de que asf sea, se trata de una valorizaci6n muy
pobre con poca incidencia sobre el valor deI suelo.
En consecuencia, el valor de la renta es bastante homogneo en el
espacio urbano. Factores coma localizaci6n, tamafio deI predio, etc., si
bien son importantes para determinar el precio dei lote (y por ende, el
monta dei pago de la renta al 5%), en 10 global no varfan mucha; de tal
forma que las anualidades a pagar se diferencian poco en los diferentes
barrios de la ciudad (vase el Cuadro W 6). Como sefiala Topalov, la
renta perpetua dei suelo, no esta subordinada a la exigencia de la ganancia y la acumulaci6n; el suelo municipal tiene un valor mercantil que aun
no es capitalista. '2J
Los huertos y corrales para animales y las piezas que edifican los censatarios (ya sea ellos mismos 0 asistidos por albafiiles), son utilizados
coma medios de producci6n y de habitaci6n. El suelo es un soporte de
actividades y 10 construido un "receptaculo" que casi no incorpora valor.
Un capital inmobiliario que intente reproducirse a travs de la construcci6n aun no existe; de tal forma que, cuando se transfiere la propiedad,
sta se vende coma un valor de uso diferente a los bienes mercantiles 0
capitales.
Segun las necesidades y objetivos perseguidos por el Municipio, el
censo puede adoptar algunas variantes que se relacionan con las exigencias de los diferentes perfodos hist6ricos. Rasta mediados deI siglo XVIII,
pudimos identificar tres principales (ver Cuadro N 5):
el censo de al quitar
el censo perpetuo lIamado mas tarde enfitutico
el censo a redimir

El censo de al quitar: casi no existen antecedentes de este censo, al


parecer se utiliz6 excepcionalmente en el siglo XVI y a principios dei
XVII. Era una modalidad sancionada por una Pragmatica Real, que autorizaba recuperar 0 ceder la propiedad en un plazo determinado; entre tanto,
el censatario pagaba una renta anual tasada en "veinte mil reales al
millar". Ese fue el caso, por ejemplo, con Diego de Zufiiga quien, en
1609, compr6 al Cabildo un solar por mil pesos en oro cornun, pagando
una renta anual que estimamos en 50 pesos.' 24
123 C. Topalov, Op. Cit., p. 58.
124 1609, Actas de Cabildo. Op. Cit., pp. 62-63.

108

Eduardo LOpez Moreno

El censo perpetuo: era una imposici6n sobre un bien rafz que, en


principio, no tenfa una limitaci6n en el tiempo;12S el Ayuntamiento conservaba indefinidamente la propiedad, haciendo dei censatario un ocupante perpetuo. 126 Aigunas de las ventas en almoneda pliblica se constitufan bajo esta modalidad "sobre los mismo solares y sobre 10 que en ellos
se edifique con escritura respectiva... otorgadas con las c1ausuJas ordinarias de censos". Si bien el ocupante tenfa la libertad de ceder la propiedad. por ley tenfa que dar cuenta a las autoridades.
La renta de este tipo de censo -que se ca1culaba sobre la base de 20
mil reales al millar-, era un poco mas barata que la de al quitar (de tal
forma que por el solar de Diego de Zlifiiga hipotticamente se pagarfan
40 pesos). AI igual que con las mercedes dadas en propiedad el censatario, tenfa la obligaci6n de construir en un plazo relativamente corto. 127
Aparecido desde el siglo XVI, el censo perpetuo cay6 en desuso a mediados dei siglo XVIII.
El censo a redimir: autorizaba que el ocupante pudiera adquirir la
propiedad plena deI inmueble cuando sus posibilidades econ6micas se 10
permitfan. Tal prerrogativa constitufa una gran diferencia deI censo de al
quitar; sin embargo, ambos se asemejaban en el hecho de que ninguno de
los dos eran rentas perpetuas, propiamente dichas. En realidad, se trataba
de una figura muy pr6xima a un crdito hipotecario actuaI, que obliga a
su poseedor. a pagar una renta en raz6n deI 5% dei valor dei inmueble
(deuda conocida como principal), mientras no libere la propiedad. 11H
125 Encontramos ciertos casos, en el siglo XVII, en que la propiedad se entregaba a censo
por el trmino de 2, 3 0 mas vidas.
126 Las casas en que vivia el alarife Martin Casillas se encontraban en ese caso; segun una
acta capitular, la ciudad tenia veinte y cinco pesos de minas por ese censo. 1607, Ac/as
de Cabildo. Op. Ci/., p. 23.
127 Una de las varias Actas de Cabildo consultadas seilala: "Petici6n de solar de por vida y
a zenso perpetuo con 40 pesos de reales en renta, a condici6n de tener siempre en pie y
bien reparada la dicha posesi6n" (1613).
128 El extracto de la escritura que presentamos a continuaci6n, resume bien el espiritu de
este tipo de censo: "Joseph Lozano, maestro de cuetero, dixo que por cuanto de su
pedimento los srs. cavildo, justicia y regimiento de esta dicha ciudad, le hicieron merced a los 16 de septiembre de 1704 de un pedazo de tierra de 23 y 19 varas que sta
entre las casas de la camiceria vieja y las pertenecientes al Convento dei Sr. San AgusIfn... con calidad de que otorgue escriptura de reconocimiento de 200 pesos de principal de senso que an de pagar impuestos sobre dicho solar y las casas que en el edificare
y de renta encada dicho aiio que es 10 que corresponde a raz6n de un 5 por cien/o

mientras no redimiere diclw capital. Y para el mayor seguro y paga hipoteca especial
y seiia/adamente el diclw solar y casas (Archivo de Instrumentos PUblicos dei Estado.
Notario Macusso, Vol. 2, 10, 10, 1704. El subrayado es nuestro).

Per{odo 1. lA evoluci6n de la estructura jur{dica de la propiedad ra{z 109


Las primeras noticias que tenemos de este tipo de censo, remontan a
fines deI siglo XVII, convirtindose rpidamente en uno de los principales
mecanismos para acceder al suelo durante el siglo XVIII, hasta que reaparece el censo perpetuo bajo la figura de la enfiteusis. La importancia hist6rica que tomar este ultimo censo, en los aiios subsecuentes, nos motiva
a abrirle un par de apartados especiales (vase el 12 de este periodo y el 1
deI periodo siguiente).

El censo en la propiedad eclesitistica


Del inmenso patrimonio inmobiliario que tiene la Iglesia en la ciudad
-<:ompuesto principalmente por casas habitaci6n, predios, tiendas, huertas ...- una parte, la destinada a la vivienda. se ofrece en renta 0 pensi6n a
personas que la ocupan sin tiempo definido, bajo una forma muy similar
a la posesi6n perpetua.
Cuantitativamente hablando, probablemente la parte menos significativa de ese patrimonio se componga de pequeiias casas 0 cuartos dispuestos en un espacio comun con los servicios colectivos. 129 El resto, que es la
parte mayoritaria, se integra por casas de tipo medio, e incluso, algunas
residencias. Evidentemente, las primeras se destinan a familias de ingresos escasos que, por 10 general, viven en condiciones bastante precarias;130 y las segundas, a familias con una capacidad econ6mica mucho
ms desahogada.
La habitaci6n popular es mayoritariamente vivienda comunitaria, una
parte de ella, compuesta por grandes edificios desafectados que habfan
tenido un uso de suelo diferente, como colegios, mesones. etc. A fines deI
siglo XVIII, cobra una enorme importancia el desarrol1o de varias casas
construidas exprofeso en el norte de la ciudad, destinadas tambin como
vivienda comunitaria. El proyecto a que nos referimos -englobado en el
concepto de vecindades-, se conoce con el nombre de "Las Cuadritas" 0
"Las casas deI Santuario"; se trata de 158 unidades desarrolladas en 16
manzanas en 1779, concebidas por Fray Antonio Alcalde, como habitaciones para arrendamiento (cf. PIano 2).
129 Nos referimos, evidentemente. a las Hamadas vecindades cuya existencia, seglin diversos testimonios hist6ricos, data desde principios dei sigle XVII. V ase mas adelante la
"renta a corto plazo".
130 Incluso se habitaba en casas que tenlan problemas estructurales y riesgo de caerse,
seglin se desprende de la inspecci6n que el maestro mayor de arquitectura, Don Juan
Manuel Xi menez, hizo de las casas propiedad de la catedral (Biblioteca PUblica dei
Estado, Archivo de la Real Audiencia. 85-4-943, Guadalajara. 1778).

110

Eduardo LOpez Moreno

Ademas de dotar de vivienda a familias econ6micamente desprotegidas, "Las Cuadritas" permiten el sostenimiento deI templo deI Santuario l3l y el desarrolIo deI barrio con el mismo nombre. 132 En trminos conceptuales, el proyecto se adelanta al desarrollo de las colonias
residenciales, en tanto que una operaci6n urbana planificada; sin embargo, difiere sustancialmente de ellas, por el hecho de que las rentas que se
perciben no hacen parte de un proyecto de acumulaci6n de caracter capitalista (cf. Periodo III).
En efecto, coma 10 reconoce el propio c1ero, no s610 los productos de
"Las Cuadritas", sino la totalidad de las rentas que se generan, principalmente por viviendas de tipo medio, se utilizan para sostener a las instituciones de asistencia social, educaci6n y salud publica, as! coma para
afrontar los gastos de las diferentes ordenes religiosas; los recursos son
tambin reinvertidos en la edificaci6n de nuevos edificios asistenciales,
casas 0 vecindades. Se trata pues, de capitales inmobiliarios patrimoniales que se van acaparando progresivamente dentro de un proceso hist6rico de acumulaci6n, que no concibe -aun- al arrendamiento, coma una
inversi6n de capital con el objeto de reproducir mas capital.
No obstante, en tanto que un mecanismo, la renta establece las condiciones para una acumulaci6n capitalista futura. El plan para reedificar las
casas de la Catedral, propuesto en 1778 por el maestro mayor de arquitectura Don 1. Manuel Ximenez, testimonia que se evoluciona en esa direcci6n:
Parece 10 mejor agregar a las accesorias contiguas, casas allas que se extiendan sobre
cocheras y caballerizas ... 10 que resta dei plan me parece 10 mas adecuado, conforme a
la utilidad de la iglesia [yI con comodidad de los inquilinos, pues en la experiencia el
mas acomodado esparcimiento y colocaci6n de oficinas con la praporci6n que deben de
tener... el conveniente adorno y la mas saludable distribuci6n de luces y vientos, circunstancias todas que asf como hacen mas valiosa la fabrica, y apetecible la habitaci6n,
preparan mayor utilidad en sus arrendamientos ... para una fabrica que ha de ocupar la
principal situaci6n de este lugar. '"

131 Entre las 158 fincas "una de las casas fue construida para habilaci6n dei parroco, olra
para que viviera en ella el sacristan, y algunas olras, para que hicieran usa de ellas los
minislrOs dei Sanluario. Davila Garibi 1. Apuntes para la Historia de la 19lesia en Guadalajara. T. 3 (II), p. 943. El mismo documenlo seilala, que con el pago de las rentas,
se subvenfa a los gastos dei templo.
132 Las "Cuadritas" pueden considerarse como el primer ensanche que tuvo la cuadrfcula;
recurdese que la orilla norle era la mas pr6xima al centra de la ciudad. Con ellas se
inicia la urbanizaci6n de esa zona y el nacimienlo de un barrio.
133 Biblioteca PUblica dei Estado, Archivo de la Real Audiencia, 85-4-943, Guadalajara
1778 (el subrayado es nuestro).

Perfodo J. La evoluci6n de la estructura jurfdica de la propiedad rafz

III

La concepci6n dei plan muestra que se empiezan a incorporar aigunos


valores "modemos", coma son: la optimizaci6n dei uso dei espacio, el
confort, la utilidad econ6mica, la valorizaci6n por efecto de renta de localizaci6n en la ciudad, etc. Es un tipo de nivel intermedio hacia la acumulaci6n capitalista, en que los derechos de los ocupantes son mas limitados
y los sistemas de control, gesti6n y cobro son mas rigurosos que los que
implementa el Municipio. De hecho, esta ultima instituci6n rara vez sanciona a las personas que acumulan retrasos sistematicos en sus pagos,
porque en realidad eso no forma parte de su polftica de ocupaci6n dei
suelo urbano; ademas de que, al no tener la facultad de apropiarse de la
superficie construida dei ocupante, s610 puede actuar sobre el bien raiz,
(por ejemplo, amenazando con venderlo en subasta publica), medida por
demas extrema que le resulta complicada y costosa.

C2. La renta a corto plazo


En sus origenes, se trataba de casas habitaci6n muy modestas que particulares rentaban a familias de escasos recursos, asi coma algunas tiendas 0
accesorias para comerciantes de diferentes niveles econ6micos.' 34
La renta a corto plazo, hace dei ocupante, un arrendatario por un
tiempo determinado que, en promedio era de cinco allOS, con contratos
cuya gran mayorfa eran verbales. A diferencia dei censo 0 pensi6n (que
es a largo plazo), el monta de la renta no es fijo y el locatario no puede
disponer libremente dei suelo ni edificar en l coma es el casa con la
"propiedad compartida".
En un estudio sobre la posesi6n urbana perpetua y la pequefia producci6n mercantil en Europa, durante los siglos XII a XIV, C. Topalov pone
de relieve que, mientras mayor duraci6n tenga el contrato de arrendamiento, mas posibilidades tiene el ocupante para disponer de la propiedad
efectiva y es mas probable que la renta sea fija, independientemente deI
uso de la parcela y de las condiciones econ6micas imperantes. Por el contrario, si el contrato es de corta duraci6n, mas limitadas son las posibilidades de disponer libremente deI bien y la renta se ajusta mas a los cambios econ6micos. m Analisis que se aplica perfectamente a los sistemas de
134 A partir dei siglo XVII, empiezan a aparecer varias casas-tienda en renta. Estas diferfan
de las Hamadas "accesoria", en que tenfan una separaci6n dei espacio interior para
aprovechar el frente en la atenci6n al publico, dejando la parte posterior para la habitaci6n de la familia. Infonavit, La vivienda comunitaria en Mxico, 1988, p. 143.
135 C. Topalov, Op. Cit., p. 57.

112

Eduardo Lapez Moreno

Piano 2
Las cuadritas, vivienda comunitaria dei c1ero
Planta arquitectonica

--

PLANTA GENERAL

renta, de corto y largo plazo, que existieron en Guadalajara durante los


tres primeros siglos de la colonia.
Con la renta a corto plazo, los derechos de ocupacion se transfieren a
los propietarios dei bien inmueble -llamados caseros-, dejando al ocupante con un derecho de uso precario. El caso de Dona Mariana Contreras, ilustra bien esa precaridad: por una deuda de seis pesos en el pago de
a1quiler, el casero Jos Trejo, embarga "hasta sus trastos, eximindolos
[expulsndolos] de la casa", a pesar de que la arrendataria proponia abonar dos rea1es semanales hasta cubrir la deuda. ll6 Por otra parte, si tomamos en cuenta que la cohabitaci6n y el subarrendamiento eran prcticas

Perfodo I. La evoluci6n de la estructura jurfdica de la propiedad ra{z 113


Piano 3
Posible ubicacion de las manzanas donde estubieron las cuadritas

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Posible ubicaci6n de las manzanas


~ en donde eSluvieron las cuadritas

comunes en esa poca, podemos suponer la cantidad de problemas e


injusticias que se generan para aquellas personas que "rentaban 10 rentado", pues la ley no les reconocfa ningt1n derecho. Multiples fueron los
pleitos y litigios en la Real Audiencia que se resolvfan -de oficio- en
favor dei "que pagaba la renta".
Desde principios dei siglo XVII, algunas personas comenzaron a dividir sus propiedades para ofrecerlas como habitaciones independientes
para su alquiler. Otras, simplemente compartfan cotidianamente su espa-

114

Eduardo L6pez Moreno

cio con una 0 varias familias. En el primer caso, se trataba de grandes


residencias desafectadas, antiguos colegios, mesones e incluso viviendas
de tamafio media; en el segundo caso, parad6jicamente, se trataba de
casas pequefias en donde se vivia en verdaderas condiciones de hacinamiento. La situacion de la sefiora Rafaela de Arellano, "pobre de solemnidad", se expresa con toda c1aridad en una solicitud que ella dirige a la
Real Audiencia, para que le desocupen su casa; [a riqueza deI texto que,
en una foja, capta las condiciones de vida de [os que recurren a la cohabitacion y conocen problemas coma la mala convivencia, inseguridad,
penuria, etc., meritarfa que se le cite in extenso, sin embargo, pretendiendo ser breves, presentamos solo un extracto:
Habiendo arrendado una casa en la cuadra deI meson dei Dingo... me quede sola y por
evitar algun insulto u el riesgo que infiere la soledad determine subarrend3r tres piezas
auxilindome en la pensi6n y en la compaiiia. Considere en dar la sala, recamaras y una
cocina a Maria Bravo y otra la conserve para dos pequeiios hijos... con el necesario
pacto de que el corral, privada y patio hacfan de [uso] comun, advirtindoles expresamente que el corral habla de estar franco para las vestias [de] un primo y compadre mio
que ordinariamente viene en la estaci6n de aguas.
Convencidos de esos trminos se mudaron a mi compaiila y al cabo de dos meses
comence a advertir maltrato en mis hijos, 10 que me era en extremo sensible, pero disimulando con la mayor prudencia, solamente les rogue que los vieran con caridad.
Las referidas, por conocimiento 0 motivo que no alcanzo, habian tratado de alquilar
la cosina a un hombre, y temerosa, por parecerme de sospecha les exprese averiguaran
su conducta y se ha1l6 de la mas pesima por 10 que 10 exclui y metieron a otras mujeres
sin mi consentimiento... por 10 que les dije hace mas de cuatro meses buscaran casas
deshocupandome la mla. 1J7

A finales deI siglo XVIII, se empiezan a adaptar viviendas unifamiliares coma viviendas comunitarias, por medio de la construccion de un
cierto numero de casas junto a la principal. Practica que conduce a redensificar las zonas centrales y a concentrar los habitantes arrendatarios,
principalmente en el centra de la ciudad y en los barrios perifricos de
Analco y Mexicaltzingo. El fen6meno de concentracion se acelera en el
curso dei siglo XVIII, cuando los duefios de terrenos, e incluso, los ocupantes de propiedad compartida (los censatarios) empiezan a construir en
las partes libres de sus lotes 0 a rentar los espacios intersticiales de los
mismos.
136 Guadalajara 1796, Biblioteca Publica deI Estado, Archivo de la Real Audiencia, Ramo
Civil, 138-10-1490, barrio de los Portalitos. Segun el documento de la Audiencia, la
ocupante, viuda y pobre, acudi6 a la Real Audiencia con la esperanza de poder detener
el proceso, finalmente esta autoridad fal!6 en los trminos que solicit6 Trejo, su casero.
137 Biblioteca Publica dei Estado, Archivo de la Real Audiencia, 1505-1659 a 1799. El
Oidor de la Real Audiencia, les concedi6 pr6rroga de desalojo, hasta que la seiiora
Bravo recogiera las cosechas que habla sembrado con el "sudor de su trabajo". Es
decir, ademas de habitar, varias familias, la pequeiia casa se utilizaba tambin coma
lugar de cultivo.

PerEodo 1. La evoluci6n de la estructurajurEdica de la propiedad ruEz 115


Las casas de una pieza se convierten en la vivienda en renta por excelencia; notablemente, vecindades sobre las cuales no se tienen antecedentes documentales ni constancias arquitect6nicas de su existencia en el
siglo XVI. Manuel Toussasint sefiala que, en la ciudad de Mxico, sus
principales caracteristicas se empezaron a desarrollar en esa poca; nos
parece muy temprano para Guadalajara principalmente porque, a diferencia de la capital de la Nueva Espafia, aqui no habia una presi6n fuerte
sobre el suelo 0 la vivienda en ese siglo. Muy probablemente, fue hasta
finales de la centuria siguiente (XVII), que se empez6 a conformar el
modela de vecindad que conocemos a la fecha: un espacio libre 0 patio
central, alargado y con viviendas a ambos lados; generalmente este patio
remataba en algun elemento decorativo, fuente 0 altar, al menos un nicho,
punto en que, eventualmente, se colocaba la escalera para aumentar un
segundo nivel al modelo primitivo (ver Pianos 4 y 5),138
Debido a que se trataba de practicas sociales ligadas a estrategias de
sobreviviencia, nos es diffcil estimar la importancia que las vecindades
tuvieron dentro de las diferentes formas de ocupaci6n dei suelo y la
vivienda. Aigunos casos aislados nos sirven mas coma datos cualitativos
y testimonios generales, que coma informaci6n cuantitativa. La vivienda
en vecindad constituye mucho mas una transformaci6n de los modos de
ocupaci6n, que de las relaciones de propiedad.

D. Los asentamientos irregulares


A pesar de la diversificaci6n de los mecanismos de acceso al suelo, un
numero indeterminado de habitantes -en su mayoria recin llegados a la
ciudad- se instalan fuera de la traza urbana, en los exidos circundantes,
sin solicitar una merced y sin que las autoridades les extiendan tftulo 0
permiso alguno.
Es diffcil precisar desde cundo se inicia esta practica; nuestros antecedentes mas distantes, remontan a las primeras dcadas dei siglo XVIII,
10 que nos parece muy pasible pues es en"esa poca, que empieza a colocarse una fuerte presi6n sobre el suelo urbano. Ese fen6meno existfa en la
ciudad de Mxico desde el siglo XVI, coma se asienta en una Acta de
Cabildo de 1544: "se instalan en los exidos de la ciudad, de donde tienen
que ser lanzados". Otra acta similar, fechada dos afios antes, hace referencia a las quejas ciudadanas par la construcci6n de edificios en los exidos
de la ciudad. 139
138 Infonavit, Op. Cil., p. 153.
139 Ramo de Mercedes. Archivo General de la Naci6n, Indice 1011, 1542, 16,75.

116

Eduardo Lapez Moreno


Plano4a
Vecindad: Garibaldi 531, Guadalajara

Seguramente, varios de los ocupantes irregulares son indios, quienes


al instalarse cerea de las fuentes de trabajo, adquieren un cierto estatus
por ser "casi" parte de la ciudad. Para ellos, la solicitud de merced, la
demanda de una escritura de censo, un contrato de renta, etc., no solo les
debe parecer extremadamente complicado, sino tambin ajeno a su concepcion cultural sobre la posesi6n deI suelo, puesto que para ellos, el tftu10 de propiedad no debe tener mayor significacion. Sin embargo, otros
muchos ocupantes son mestizos, e incluso espanoles, y seria ingenuo pensar que actuan de esa manera por desconocimiento 0 por ignorancia; es
mas probable que la penuria econ6mica 0 una elecci6n personal, dictada
por el lucro y la ganancia, les impide optar por alguna de las muchas
opciones que el mercado de sueIo les ofrece. Sabedores de que los dispositivos de control de la propiedad municipal y colectiva son muy deficientes, se instalan por su propia voluntad fuera dei tejido urbano, sustrayndose asf, a los mecanismos legales de acceso al sueIo.
Como quiera que sea, la irregularidad confronta un orden social y juridico, compromete a futuro la trama ortogonal y modifica la estructura de
la propiedad dei sueIo. Inagurando una nueva modalidad para acceder y
ocupar el espacio que, desde entonces, se caracteriza por la emergencia de
actores particulares. l40 Quiza el casa mas interesante de irregularidad, sea
el proceso que el Cabildo de Guadalajara sigue a Dona Rosa Casillas y
Cabrera, acusada "de vender. .. tierras que no son suyas y pertenecen a
140 Inaugurando. en realidad, un sub-mercado de suelo de origen ilegal 0 un mercado paralelo, que funciona fuera de la ley y de la cuadricula. Un lipo de oferta que se dirige a
otta c1ienlela y que liene una 16gica diferenle de ocupaci6n. Sobre los mercados paralelos vase William Siembieda, Para/lel Markets of Land, Universidad de Nuevo Mxico, 1994, mimeo.

Periodo J. La evoluci6n de la estructura juridica de la propiedad raiz 117

Piano 4b
Vecindad: Venustiano Carranza 423, Guadalajara

esta ciudad en grave perjuicio de los propios", es decir, estamos en presencia de una verdadera fraccionadora ilegal deI siglo XVIII quien, bajo
juramento, declara haber vendido varios solares sin escritura, entre ellos: 141
Un pedazo de veintte varas de frentte para el orientte y treintta de fondo a Cayettano el
camisero y otros dos pedasos a Marttfn Miguel, y a su enttenado Juan Garcia, de cuya
quantidad no se acuerda, tambin para el orientte que todos tienen fabricado. Otros apenas tiene la viuda por el ponientte, no se acuerda de que quantida. Otros dos de veintte
varas uno, y de treintta otro, por el mismo vientto a Miguel Bezerra y a Gettrudis Casilias... y otros mas como consecuencia de una extensi6n que hizo de sus propiedades.
Ademas de extensiones mayores a los tltulos de propiedad que tenia en su poder.'"

No fueron pocos los casos de particulares que, aprovechando el poco


control que los Propios tenian de sus bienes raices, vendian lotes pr6xi141 Es completamente significativo que, en la toma de posesi6n simb6lica dei solar, se
senale: "y ech6 dei solar a la gente que en l habla, diziendo se saliesen de l" (vase el
eplgrafe dei Apartado 3). Podemos comprender que existe una aceptaci6n tlicita de la
autoridad, en relaci6n a la ocupaci6n irregular.
142 Archivo Hist6rico Municipal, T. 2.3, p. 30, L-7, 44 fs. Sin que se le obligara a pagar
los productos que importaron las ventas ilegales, la Comisi6n de justicia, conc1uye que
"debido a los mritos de sus antepasados y el desamparo de su viudez y por las posesiones de tierra que tiene", se le prohibe (a Dona Rosa C.) vender mas pedazos de tierra, reconociendo que se trataba de una persona ilustre.

Ils

Eduardo Lapez Moreno

mos al suyo, dividfan los dei Municipio 0 los ocupaban simplemente. 14J
Posteriormente, solicitaban una revisi6n de medidas con el objeto de
ajustar sus !inderos y el pago de la pension.
En el curso dei siglo XVIII, la irregularidad seguin! avanzando, en
gran parte, propiciada por las migraciones de indfgenas a la ciudad,l44 el
crecimiento demografico, el desarrollo de la ciudad coma centro politicoadministrativo y comercial (que impone nuevas demandas de suelo) y por
la falta de tierra asequible a las familias economicamente desprotegidas.
Este fenomeno perdurara en las dos centuri as siguientes e influira, en
mayor 0 menor medida, en la politica de suelo, asf coma en los diversos
mecanismos para acceder a la ciudad. De ahf la importancia de su analisis
en los dos perfodos subsiguientes, tomando en consideracion, particularmente, el papel que jugo el Municipio y los diversos agentes que participaron en su produccion y consumo.

12. El censo enfitutico: una estrategia colectiva de acceso al suelo


A 10 largo de su historia, la ciudad ha crecido dejando tras de sf enormes
espacios vacfos, tanto en el centro coma en las zonas perifricas. Un par
de edictos dei siglo XVI, hacen claramente referencia a ello. T. Calvo,
calcula que un siglo despus, debfa de haber mas de 30 manzanas libres
de un total de 60, con que contaba la ciudad en ese entonces; R. Anderson
escribe que, para el XVIII, "euando la ciudad empezo su periodo de
expansion, crecio hacia el oeste y el norte dejando tras de sf, lotes baldfos
incluso en la parte central".145 El padron que da a conocer C. Castafieda,
habla de 981 casas desocupadas en 1791. 146 Como 10 podemos constatar,
por un lado habfa lotes baldfos y casas vacfas, y por el otro, asentamientos irregulares y sobredensificacion dei espacio en ciertas zonas de la ciu143 Multiples son los casos de solicltudes de merced a las que se responde en el tenor de la
siguiente: "Marcos Santos desea un terreno en enfiteusis por el Hospital de San
Miguel... que renta en ese momento.. tif} se le puede medir porque la parte que querfa
aumentar estaba habitada por una mujer (evidentemente en forma irregular) (AHM, T.
2.5, 1810). El subrayado es nuestro.
144 Jaime Olveda, precisa que en el curso de la segunda mitad dei siglo XVIII, los indigenas de Guadalajara se triplicaron. Op. Cit., p. 88. En ese mismo tiempo, la poblaci6n
aument6 en un 50 por ciento. Vase el Cuadro N 1.
145 Anderson R., Guadalajara a la consumacion de la lndependencia. E.~tudio de su
poblacion .feRun lm patrones de 1821-1822. UNED, 1983, p. 20.
146 C Castaiieda, Op. Cil., p. 35.

Periodo J. La evoluci6n de la estructura juddica de la propiedad raiz

119

dad: una fonna de riqueza y pobreza que expresa, en el siglo XVIII, las
contradicciones econ6micas y sociales que la ciudad es capaz de generar.
Cara a esas contradicciones, el Municipio tapatfo decide adoptar una
figura jurfdica, extrafda dei derecho civil espanol, llamada censo enfitutico. Una modalidad de ocupaci6n dei suelo que, segun nuestros antecedentes mas remotos, surge ahf par el ultimo quinto dei sig10 XVIII,141 al
parecer persiguiendo simultneamente varios objetivos:
Utilizar los inmensos terrenos municipales, que aun permanecfan
inocupados y con el riesgo de que particulares se apropiaran de ellos, sin
la autorizacion municipal correspondiente.
Percibir por ellos una determinada remuneracion economica por
concepto de renta 0 pension, cediendo en contraparte el dominio util de la
propiedad.
Densificar uniformemente la ciudad construyendo en los espacios
vacfos. Para tal efecto, los predios deben ser construidos 0 en todo casa
bardeados, en un plazo que nunca exceda los dos afios. Los tnninos en
que el sfndico de la ciudad, aprueba una solicitud para ocupar un exido,
pone en evidencia la importancia que se le acordaba al censo coma un
mecanismo para densificar y consolidar la ciudad:
[Si bien] el censo en la Corte de Madrid y en olras partes parece pemicioso, no 10 es en
esta ciudad, sino antes bien le acarrea incalculables beneficios. Ahi los enfiteutas no
quieren fabricar los solares que se les da a censo perpetuo, deformando de este modo
las ciudades, cuando en nuestro caso [el solicitante] se ofrece a fabricar una casa en
aquella heredad para el aumento de este vecindario y con arreglo a las ordenanzas de
la ciudad.'"

Diversificar los usos dei suelo en la ciudad: el solar-exido es, al


mismo tiempo, un lugar de residencia y de autoproduccion, ya sea agrfcola 0 artesanal. La dimension promedio dei lote (vase el Cuadro N 6) de
57.2 por 43.3 varas (47.8 par 36.1 metros cuadrados), permite que ademas de fabricar en l una casa -por 10 general de dos a cuatro piezas-,
quede espacio para una huerta, taller, lugar para cultivo y para animales;
los ocupantes pueden asf, desarrollar ciertas actividades productivas que
coadyuven a afrontar sus gastos y el pago dei rdito dei censo "[para] que
los pobres cultivndolo [el terreno] logren el moderado arriendo por el
que se les da".149 En ese sentido,el terreno municipal asegura que, dentro
de la ciudad, se desarrollen actividades urbanas y rurales 0 de producci6n
agrfcola intra-urbana dentro de una precaria economfa de subsistencia.
147 El primer contrato de que tenemos noticia data de 1788.
148 Biblioteca PUblica de! Estado, Archivo de la Real Audiencia, T. 2.5, 1811. El subrayado es nuestro.
149 Actas de Cabildo (1801) Archivo Hist6rico Municipal, T. 2. 4.

120

Eduardo Lapez Moreno

Abrir una nueva oferta de suelo que sea econ6micamente accesible a


los sectores de ingresos medios y bajos. La importancia que reviste este
punto, en la polftica de suelo y vivienda de la poca, nos incita a resituar
el contexto en que se desarrolla el censo enfitutico.
En los siglos XVII y XVIII, las posibilidades para acceder directamente
a una vivienda son limitadas, debido a que la oferta, final mente se reduce
a dos grandes altemativas: las casas y vecindades en alquiler ya sea propiedad dei clero 0 de particulares y la compra-venta tambin entre particulares. La primera de ellas, deja fuera un sector importante de la poblaci6n, pues el pago de una renta equivale a diez 0 doce veces el pago de un
terreno municipal; a ella responden los propietarios y comerciantes con
caudales modestos, una determinada parte deI clero, artesanos con aigu na
fortuna y oficiales dei ejercito de rango medio. La segunda posibilidad, es
decir, la compra de casas-habitaci6n, se circunscribe a una minorfa: mineros, lites ganadero-agrfcolas, comerciantes, funcionarios deI gobierno
virreinal, personalidades dei clero y deI ejrcito y ciertos trabajadores de
primera, coma los mayordomos de haciendas. Para el resto de la poblaci6n -arrieros, artesanos, oficiales, peones, pastores, esta es, la clase mas
pobre y tambin la mas numerosa-,150 las posibilidades para acceder a una
vivienda son nulas; en consecuencia, su unica oportunidad se reduce a
ocupar suelo municipal, bajo cualquiera de sus modalidades jurfdicas,
debiendo ellos edificar posteriormente su casa por su propio esfuerzo 0
asistidos por artesanos con un saber hacer tcnico constructivo.
Ahora bien, la autoconstrucci6n no siempre es facil ni inmediata; en
ciertos casos, el ocupante deI predio demora varios aDos "levantando"
uno 0 dos cuartos, mientras tanto, habita en condiciones muy precarias en
una vivienda incompleta. La situaci6n de Manuel de la Cruz, quien recibe
media cuadra de solar en 1682 y vende una parte de l a cambio de que le
construyan su sala en 1704, es decir, 22 anos despus, no es un casa
peculiar pero tampoco aislado. 151 Otras personas no esperan tanto tiempo,
inmediatamente despus de que reciben un terreno, enajenan una fracci6n
o la mitad de l, con el objeto de allegarse fondos para comenzar a construir su vivienda. Ese es eI caso, por ejemplo, con Magdalena de la Cruz,
una mulata libre, quien el mismo ano que se le entrega un solar de media

150 Los asalariados, la masa de peones, pastores, labriegos, etc., "de a real por dfa" recibfan alrededor de 30 pesos anuales. Vase Rosenzweig Fernando. "La economfa
novohispnica al comenzar el siglo XIX" en Revista de Oencias Politica. y Sociales,
IX (33), 1963, pp. 429-446.
151 Archivo de Instrumentos Pblicos dei Estado, Notario Juan R. de Macusso, V. 1, 1703,
f. 88.

Periodo J. La evoluci6n de la estructura jurldica de la propiedad raiz 121

CuadroN6
Superficie de lotes dados en enfiteusis
Guadalajara Siglos XVIII-XIX
Dimensi6n
T. dei Carmen
86x37
El Carmen
68x29
El Carmen
69x38
47x50
B. Mezquite
Caja de Agua
49.7x35
La Canela
41x65
El Santuario
50x45
29x59
Mercedes
El Carmen
lOOx48
El Santuario
38x18.5
52x52
El Arenal
Promedio 57.25 x43.31
Lote

Sup. varas' Lote


Dimensi6n
3,182.0
Beln
46x46
1,972.0
68x71
Mezquitan
2,622.0
Capuchinas
30x24
2,350.0
El Caracol
50x50
1,739.5
LaCanela
48x20
2,665.0
El Carmen
27x26
2,250.0
C. dei Cipres
84x68
1,711.0
LosOrganos
54x74
4,800.0
Santuario
41x23
703.0
Hosp.san Miguel 46x48
2.704.0
Promedio
49.4 x45
2,427.1
TOTAL PROMEDIO
1,213.6

Sup. varas'
2,116.0
4,828.0
720.0
2,500.0
960.0
702.0
5,712.0
3,996.0
943.0
2,208.0
2,468.5

Fuente: Archivo Hist6rico Municipal, varios aiios. La dimensi6n se da en varas.


cuadra, se deshace de mas de un cuarto de la propiedad en 12 pesos; dinero suficiente para construir uno 0 dos cuartos (vase el Cuadro N. 7).1S2
Se trata entonces, de estrategias de sobreviviencia, que ponen en claro
la pobreza de ciertos habitantes, para quienes el mecanismo dei censo se
convierte en la unica altemativa para hacerse de suelo y con el tiempo de
una vivienda, por precaria que sta sea. A pesar de las bondades que ofrece este sistema, el Municipio opta porque los censatarios adquieran en
propiedad el bien que ocupan a travs deI mecanismo de redenci6n (cf.
Apartado Il, estrategia que tentativamente situamos a principios deI siglo
XVIII); en consecuencia, el censo perpetuo deja de utilizarse con la
importancia que tuvo en la centuria precedente (siglo XVII). A nuestro
modo de ver, esta mutaci6n provoca un desequilibrio en los dispositivos
de acceso al suelo con una demanda que creee, por un lado, y un abanico
de ofertas que se reduce por el otro. Con los afios, ese desequilibrio se
traduee en un deterioro de las condiciones habitacionales (hacinamiento
principalmente) y un incremento de la ocupaci6n ilegal en la periferia.
Ante la necesidad de enfrentar esos fen6menos, el Municipio responde
con el censo enfitutico, un mecanismo que adems de responder globalmente a los objetivos que acabamos de evocar, permite un acceso colectivo al suelo.
152 Archivo de Instrumentos PUblicos deI Estado, Not. Agundiz yzamora, V. l, 19
de julio de 1681, Barrio de Santo Domingo.

122

Eduardo L6pez Moreno

13. La enfiteusis: estabilidad para el ocupante


La persona que tuviere a bien nombrar y reconocndo el terreno... 10 mande evaluar y que conforme el intrinseco valor que le resufte me asigne la pension perpe
tua que he de pagar en calidad de enfiteusis '"

La enfiteusis revive e! espfritu dei censo perpetuo que fue ampliamente


utilizado en el siglo XVII. La persona que paga la pensi6n se hace duei'io
con dominio util de la propiedad, y el Ayuntamiento, conserva el dominio
directo por un plazo indeterminado. Este mecanismo -Hamado tambin
censo reservativo-, implica un regreso a las formas de propiedad compartida. Su gran libertad de uso permite que una 0 varias familias compartan
el mismo exido 0 solar, pagando una sola pensi6n; por el contrario, una
sola persona 0 una familia, puede ser propietaria de varios censos. En
ambos casos, el derecho de ocupaci6n se puede ceder 0 vender, el espacio
subdividirse, la propiedad raiz (sub)arrendarse 0 compartirse y el patrimonio edificado enajenarse parcial 0 totalmente. El detentor de las escrituras dei censo conserva un derecho perpeuto y hereditario.
Con formas de ocupaci6n tan variadas, un numero considerable de
habitantes -probablemente hasta un quinto de la poblaci6n total-,
encuentra una soluci6n al problema de habitaci6n en el curso de la primera mitad dei siglo XIX (vase las hip6tesis de poblamiento de los exidos y
su proceso de privatizaci6n en el Periodo II). Sin duda alguna, la enfiteusis permite un acceso colectivo al suelo, pero tambin genera efectos perversos sobre las condiciones habitacionales de los ocupantes mas pobres
(cohabitaci6n, hacinamiento, etc.). Tales fen6menos empiezan a manifestarse, debido a que existe una "c1ientela" en extremo necesitada para
quien, virtualmente, no existen mas altemativas de acceso al suelo que
los terrenos municipales 0 la ocupaci6n ilegal de la periferia.
Dna renta 0 pensi6n tan baja, estimada a un 5% dei valor dei suelo,
expresa mas el reconocimiento de la propiedad eminente dei Ayuntamiento, que un verdadero cobro. De ahf que exista tallaxitud de la autoridad, por hacer efectivo el pago, inc1uso en aqueHos casos en que los
adeudos datan de mas de tres 0 cuatro ai'ios. l54 De hecho, desde que se
153 Archivo Hist6rico Municipal, T.2, 13 s/f, 1773.
154 Numerosos son los escritos en que la municipalidad reconoce la existencia de censatarios
retrasados en sus pagos y declara que deberfan tomarse medidas contra ellos, citamos
una acta de 1792: "Se tiene noticia de haver deudores de los fondos publicos sin que
estos haigan pagado en el devido tiempo... acordaron se haga saber a Don Juan Angel
Ortiz, Mayordomo de Propios, [falcilite una lista de los que sean y se de cuenta de ella
para les providencia que combengan" (Archivo Hist6rico Municipal, H. 5. 1792, idem.).

Perfodo J. La evolucion de la estruetura jurfdica de la propiedad ra{z 123


celebraron los primeros contratos de censo enfitutico, los registros no se
lIevaron en forma adecuada, de tal manera que, s610 unos meses despus,
era imposible conocer en manos de quin estaban y a cuanto ascend'an
sus productos. A pesar de que por ley, el contrato de enfiteusis debla de
registrarse, simultneamente, en tres instancias: La Junta Municipal, la
Intendencia, que era la Contadurla principal de la Real Hacienda, y el
Oficio de Hipotecas. 155
Fue en los comienzos delliberalismo (a partir de la tercera dcada dei
siglo XIX), cuando se registran varios casos en que el Municipio remata,
en publica almoneda, tanto el suelo coma la parte edificada; con los productos de la venta, cubre los pagos atrasados al fondo de propios y entrega el resta a su propietario. Es en esa misma poca, que se menciona por
primera vez, la necesidad de ajustar el pago "por causa dei incremento
progresivo de la poblaci6n y mejora dei valor de [las] fincas",156 es decir,
se plantea el que la renta -que hasta entonces habla sido fija- deje de ser
independiente dei valor real de la moneda y de los bienes raices.
Si bien es cierto que la ley prevee que, cuando un particular desee
transmitir su derecho a otro, debe pagar al Ayuntamiento una cantidad que
importa la quincuagsima parte dei total de la venta (en la cual se incIuye
el valor deI edificio), no existen antecedentes de que esta disposici6n, Hamada "laudemio", se hubiera aplicado. '51 El ocupante tiene entonces, toda
la Iibertad de transferir libremente el bien, de tal forma que en ciertas ocasiones, no tiene inconveniente en sefialarle a las mismas autoridades civiles, que una parte dei terreno que solicita piensa cederlo 0 rentarlo. 158
155 La hipoteca propiamente dicha, se asocia mas con el censo "a redimir" y se trata simplemente de una compra directa con pagos diferidos. Mientras que no se liquide la
deuda, el Municipio conserva el dominio directo de la propiedad. De acuerdo con los
registros que consultamos, la hipoteca apareci6 en la segunda mitad dei siglo XIX.
156 Archivo Hist6rico Municipal, paq. 66,leg. 77,1854.
157 Un documento de 1812 sefiala sobre el Laudemio: "Previnindole [de]... la corta pension que debe pagar anualmente... y la obligaci6n con que queda de contribuir a este
cuerpo en el casa de su venta con el correspondiente Laudemio."
Fue hasta 1845, que el Ayuntamiento decreta que todos los poseedores de exidos,
no podlan traspasar el derecho de posesi6n a otra persona sin conocimiento de esa corporaci6n; de 10 contrario, tas operaciones se declaraban de nulidad (Archivo Hist6rico
Municipal, paq. 66,leg. 4, 1845).
158 Por un acuerdo mas bien tacito, los solares subarrendados no podfan tener una renta
superior al censo que se les imponfa. Asf, por ejemplo, el Cabildo decide quitar una
parte dei terreno que posefa Agustina Paulina, india de Tlajomulco, dejandole s610 la
parte construida "[porque] en 52 afios que lIeva ocupando el lugar 10 subarrendo a
extrafios". Ahora bien, no se le despoja por el subarriendo sino "[porque] Paulina ha
abusado dei arriendo sacando frutos de tierras que no son suyas y haciendo tal vez que
los pobres que subarriendan le atributen una contribuci6n menos moderada de 10 que se
le impone" (Archivo Hist6rico Municipal. T. 2. 4, 1801). No dudamos que, en muchas
ocasiones, las sumas que pagaban los subarrendatarios fueran mas elevadas que el pago

124

Eduardo Lapez Moreno

En ese sentido es, sin duda, un mecanismo que se presta a la especulaci6n; no obstante. el hecho de que la tierra cambie poco de manos, nos
hace creer que el provecho que procuran los detentores deI censo se centra mas en la sobreexplotaci6n deI espacio, que en la transferencia de la
propiedad. IS9 La libertad que confiere la ley. a los predios en enfiteusis. se
ve en cierta forma limitada por la concepci6n hist6rico-cultural que se
tiene deI suelo: un bien para conservar dentro de un patrimonio familiar y
no una mercancfa a circular.
Hacia 1856. el promedio de ocupaci6n de 16 lotes. dados en enfiteusis.
era de un poco mas de 23 anos por familia; 160 seglin se desprende deI
mismo nlimero de contratos celebrados en diversos afios, dos de ellos. con
s610 diez afios de antigedad. De 62 exidos notificados al Ayuntamiento en
1833, por los propios enfiteutas, 20 (32%) fueron adquiridos a un primer
poseedor. una vez que ste habfa llevado a cabo dertas mejoras, coma la
construcci6n de unD 0 dos cuartos 0 ellevantamiento de bardas perimetrales, la plantaci6n de arboles frutaIes... y en 17 exidos (27.4%), los ocupantes eran "propietarios fundadores". En el primer caso. los "nuevos" censatarios tenfan alrededor de trece afios de habitar el predio; y en el segundo
caso. vivfan desde hacfa 25 anos. IOI Se trata, coma podemos ver, de un
mecanismo que fija a la poblaci6n y proporciona estabilidad a los ocupantes, gracias a un proyecto de origen social, que considera los exidos y la
figura deI censo enfitutico. coma un dispositivo eficaz para que se pueda
acceder al suelo en forma definitiva y con bajos costos (Cf. Cuadro N" 8).
total dei censo. Nos parece importante recordar la diferencia entre el arrendamiento y
el subarrendamiento; aqul era una modalidad de ocupaci6n dei suelo en sC misma, que
requeria de otras formalidades y no permitfa que los arrendatarios edificaran en el
suelo sobre el cual tenCan un derecho muy limitado y por un tiempo determinado (vase
el Apartado II). En la primera dcada dei siglo XIX, muchos de los arrendatarios, solicitan modificar su estatuto convirtindolo en censo, abriendo la posibilidad de poder
enajenar las construcciones que habCan erigido sobre el terreno, a 10 cual en principio
no tenian derecho.
159 Pocos son los casos de propietarios que tuvieron varios predios 0 ejidos en enfiteusis y,
por el contrario, muy numerosos los que dividieron el terreno entre varias familias. El
Grillco 1 dei Periodo siguiente, muestra la evoluci6n de la ocupaci6n de un solar-ejido
dado en esas condiciones; 10 que da pauta para entender el uso general de este tipo de
censo. Por las causas que apuntamos mas arriba, los exidos eran "pequeilos [y se
encontraban] desparramados por todos los cuarteles de la ciudad", excepto en el nucleo
primitivo que era el cuadrado de los solares, en donde stos no existian (Cf. Grafico 1
de este Periodo).
160 Es decir, toda una vida puesto que. seg6n las Estadfsticas Hist6ricas de Mxico, la
csperanza de vida al nacimiento, para esa fecha, era de menos de 29 ailos. INEGI (Cf.
bibliograffa: T. 1. 52). Los datos en que se basaron las calculos, se obtuvieron de!
Archivo Hist6rico Municipal examinados en varios ailos.
161 Archivo Hist6rico Municipal, varias ailos.

Periodo 1. La evoluci6n de la estructura juridica de la propiedad raiz 125


Cuadro N 7 (a)
Valores economicos de los solares: ventas entre particulares
(1664-1716)
aiio

localizaci6n

1664
1667
1682
1682
1683
1683
1683
1684
1684
1687
1687
1687
1687
1689
1693
1693
1696
1696
1696
1696
1701
1703
1704
1704
1704
1704
1704
1705
1705
1706
1706
1706
1707
1707
1707
1708
1713
1716

San Sebastian
Analco
San Sebastian
San Sebastian
San Sebastian
San Sebastian
San Sebastian
San Sebastian
San Sebastian
?
?
San Sebastian
San Sebastian
?
Santo Domingo
?
San Francisco
San Agustn
?
?
Santo Domingo

medidas
20v
media cuadra
media cuadra
un cuarto cuadra
50v x 25v
un cuarto solar
un cuarto solar
un cuarto solar
20v x 20v
media cuadra
un octavo cuadra
50v x 50v
media cuadra
25v x 25v
un cuarto solar
un cuarto solar
35v x 18v
un cuarto solar
12v x 43v
un cuarto solar

20v x IOv
30v
31vx30v
?
40v x 21v
?
46v x 37v
?
20v x 20v
?
cerca de camicerias
24v x 12v
Santo Domingo
un cuarto solar
La Merced
36v x 26v
San Sebastian
IOv x 10v
San Sebastian
media cuadra
112 log. poniente de cd. 2 caball. 3suert. 1501.
12v
Santo Domingo
60v x 20v
San Sebastian
113 parte de 114 solar
San Sebastin
114 suerte d. huerta
S. Juan de Dios
Mexicaltzingo

superficie varas'

1,225.00

400.00

2,500.00
625.00

630.00

200.00
930.00
840.00
1,702.00
400.00
288.00
936.00
100.00

l,200.00

valor total
9.00
20.00
10.00
17.00
23.00
15.00
16.00
20.00
9.00
15.00
15.00

io.oo
12.00
32.00
12.00
20.00
9.50
25.00
30.00
40.00
130.00
134.00
90.00
90.00
40.00
20.00
50.00
20.00
20.00
200.00
12.00
27.00
250.00
15.00
25.00
15.00
70.00
34.00

126

Eduardo LOpez Moreno


Cuadro N 7 (b)
Valores economicos de los solares: ventas entre particulares
(1727-1766)

alo
1727
1728
1728
1729
1729
1729
1745
1749
1756
1756
1756
1756
1756
1756
1757
1757
1757
1757
1757
1757
1758
1758
1758
1759
1759
1761
1761
1762
1763
1763
1763
1763
1764
1765
1765
1766

localizaci6n

medidas

de la otra banda
dei rio
Santo Domingo
Santo Domingo
Atrs de Sn. Francisco
San Francisco
San Jos de Gracia
S. Juan de Dios
Analco
S. Diego Alcala
S. Diego Alca1a

superficie varas'

25v x 25v
26v x IOv
9v x 20v
12v x 12v
23v x IOv
23v x IOv
1 suerte d. huerta
20v x 20v

90v x 90v (x 4cuadras)


San Diego
Colegio Sn. Diego
San Agust{n
16v x 33v
30v x 30v
La Palma
15v x30v
Jesus Ma.
20v x 20v
San Diego
30v x 30v
B. deI Mes6n
Mezquitan
IOv x 30v
(cerca de garita)
24v x 32v
Jesus Maria
54v x 24v
Jesus Maria
22v x 22v
La Palma
Atrs de Sn. Francisco 22v x 22v
20v x 30v
La Palma
37v x 40v
San Juan de Dios
15v x 30v
Combalecencia
?
Sto. Domingo
al rio cerca huerta
20v x 41v
Mayorazgo
Atrs de Sn. Francisco 6v x 36v
Huerta Sn. Juan de Dios 40v x 50v
25v x 37v
Mexicaltzingo
50x65v
Oriente
Atrs de Sn. Francisco 27v x 29v
24v x 28v
Santo Domingo
40v x 40v
Atrs de Sn. Diego

valor total
20.00

400.00
700.00
1,056.00
35,400.00
900.00

4r1I21a vara
12.00
70,00
50.00
150.00
20.00
20.00
10.00
30.00
150.00
150.00
30.00
235.00
30.00
100.00
20.00
50.00
20.00
160.00
60.00
22.00
44.00
20.00
40.00
45.00
84.00
50.00
20.00
20.00
30.00
25.00
13.40
25.00
60.00

Periodo 1. La evoluci6n de la estructura juridica de la propiedad raiz 127


Cuadro N 7 (c)
Valores economicos de los solares: ventas entre particulares
(1770-1860)
ano
1770
1778
1778
1780
1780
1780
1780
1780
1781
1783
1808
1808
1808
1826
1841
1847
1856
1860

medidas
40v x 93v
Barrio la Parroquia
25v x40v
Mexica1tzingo
75v x JOOv
Caja de agua
50v x 50v
26v x 8.5v
San Francisco
San Francisco
28v x 28v
San Francisco
26v x 18.7v x 8.5v
San Francisco
28v x 28v x 18.7v
11.5v x 30v
?
Mexica1tzingo
27v x 39v
Plazuela de la Horca sldimensi6n
25.5v x 24.5v
San Agustfn
Casa en calle3a
pozos# 3
?
40v x 29v
Capuchinas
Casa en plaza
de Mexicaltzingo
?
Rancho (?) en (?)
32v x 52v
Casa de la misericordia 26.3v x 37.66v
C 5, M 120
?
localizaci6n

superficie varas'

valor total

624.00

250.00
42.00
37.40
37.40
20.00
40.00
20.00
40.00
8.50
20.20
400.00
774.00

1,160.00

30.00
122??

1,000.00
7,500.00
2,500.00
221.00
784.00

345.00
1,053.00

1,664.00
990.00

200.00
35.00
30,00

Fuente: Archivo Hist6rico Municipal, varios aiios.


Biblioteca PUblica dei Estado, Archivo de la Real Audiencia, varios aiios.
Las varas en estos anos no se estimaban en superficie sino en perfmetro; es decir un
terreno de 40 varas' se refiere en realidad a 100 varas' si el terreno es cuadrado, con IOv
por cada lado.

14. Conclusiones
Una vez definido el dominio territorial en donde se quiere fundar la ciudad y dividida la tierra que se va a distribuir, se requieren ciertos criterios
y reglas que sean colectivamente aceptados para determinar quin tiene
derecho a distribuirla y quin a recibirla y bajo qu modalidades. En un
primer tiempo -es decir, el tiempo de la conquista-, se utiliza un mecanis-mo de repartimiento de la riqueza (en donde se induye el suelo) que
se basa en tres criterios 0 principios fundamentales: el derecho de conquista, el reconocimiento de 10 que se invirti6 en la empresa conquistadora y el estatus social; principios que dan lugar a un sistema de privilegios
reconocido por la Corona y aceptado tcitamente por los habitantes de la
todavfa vacilante ciudad.

128

Eduardo LOpez Moreno


Cuadro N 8 (a)
El valor de la pension en solares dados en enfiteusis
(17921864)

afio

1792
1815
1832
1833
1833
1833
1833
1833
1833
1833
1833
1840
1840
1841
1841
1841
1841
1841
1842
1844
1844
1844
1844
1845
1855
1855
1855
1855
1856
1861
1864

localizaci6n

medidas

varas'

pago anual

LaAlameda
?
20 reales
Barrio de la Misericordia
6 pesos
Barrio Canela
14v x 42v
588.00
20 reales
Barrio de la Masmorra 34v x 27.5v
935.00
2 pesos
?
30v x 14 112 v
435.00
12 reales
Barrio Caja de Agua
40v x 41v
1,640.00
20 reales
52v x 52v
2,704.00
El Arenal
3 pesos
Barrio la Canela
41vx65v
2,665.00
2 pesos 2 reales
Barrio Masmorra
46v x 40112 v
1,863.00
2 pesos
50v x50v
2,500.00
Barrio dei Caracol
20 reales
29v x 59v
1,711.00
Convento Mercedes
2 pesos
Costado de la
51v x 12v
612.00
3pesos
plaza toros
Mexicaltzingo (Arenal) ?
12 reales
Oarita de Buena Vista ?
6 pesos=40 reales
Oarita Zapopan
2 pesos
yCamero
?
17v x 25v
425.00
4 pesos 4 reales
Beln
Ilv x 25v
275.00
4 pesos
Beln
6 pesos
Mexicaltzingo
?
140,000.00
Tapia dei Carmen
200v x700v
3 pesos
2 pesos 4 reales
Cuartel7 Manzana 37
Mezquitan rancho
3 a 4 fanegas
8 pesos
de More
62.7v x87v x70v x 50v 4,423.48
3 pesos
Potrero de la Quinta
1peso
Arenal
10 pesos
Oarita de Mexicaltzingo ?
3 pesos
Mexicaltzingo
?
10 pesos
Calle San Diego
?
3 pesos
Cuartel 7 Manzana 54 ?
1,078.00
10 pesos
Salida de San Andrs 77v x 14v
27.3v x41.5v
C 5, M56, #100
1,446.95
1.75 pesos
x44.5v x40v
espaldas banos
800.00
10 pesos
20v x40v
Brambila
?
2 pesos
C2, M75

Periodo 1. La evoluci6n de la estructura juridica de la propiedad raiz

129

Cuadro N 8 (b)
El valor de la pension en solares dados en enfiteusis
(18641890)

ano
1864
1865
1865
1865
1866
1866
1866
1866
1866
1866
1866
1866
1866
1866
1866
1866
1866
1876

1890

localizaci6n

medidas

varas'

pago anual

C 2, M9
32v x 6v
192.00
3 pesos
C7ArroyodelArenal58vx9lvxl64v
12reaJes
C 8, M75
55v x 47v
2,585.00
3 pesos
C 7, M45
25v x 36v
1,260.00
20 reaJes
C 3 El Retiro M70 # 4 43.3v x 58.6v
2537
20 reales
C 5, M79
52v x 32v
1,664.00
12 reaJes
C 5, M79
50v x 29v
1,450.00
12 reaJes
C 5, M90
48v x 30v
1,440.00
4 reaJes
C 7, M37
25v x 32v
800.00
1peso
C 3, M75
52.5v x 56v
2,940.00
2 pesos
C7,M8
20vx 40v
800.00 13 pesos 6 reales
C 4. M 15
29v x 14v
406.00
1peso
C 3, M70
43.3v x 58.6v
2537
20 reales
C 5, M79
50v x 29v
1,450.00
12 reaJes
C 5, M90
48v x 30v
1,440.00
4 reales
C7,GaritaSta.Ana
81vx
1,5
C 9, M74
182v x 183v x 84v x 9v 8,486.25
3 pesos
C7,M43
117.5vx66.5vxI42v
x95.3v
20,993.50
9 pesos
AI parecer a partir de esta fecha la dimensi6n aparece en metros
C 5, M54
14Mt. x 38Mt.
532,00
12 reaJes

Fuenle: Archi vo Hist6rico Municipal, varios ai\os.


* Las varas en estos aiios no se estimaban en superficie sino en perfmetro; es decir un
lerreno de 40 varas' se refiere en realidad a lOOvaras' si el terreno es cuadrado, con IOv
por cada lado.

Con el objeto de sustraerse de un sistema que procura, sobre todo,


trasplantar la estructura social existente en Espafia, el poder local funciona paralelamente con otro mecanismo, fundado en un sistema de intereses, en donde las prebendas, el favoritismo, el nepotismo, etc., se convierten enlos principales criterios de atribuci6n de la propiedad rafz,
buscando principalmente una mayor movilidad social: acicate fundamental de la conquista.
Ambos sistemas no se confrontan abiertamente; muy al contrario, terminan por sobreponerse y fusionarse, generando aSl, ciertas especificida-

130

Eduardo Lapez Moreno

des dei modelo local de desarrollo. Eso es particularmente visible en 10


que concieme, por ejemplo, a la polftica de atribuci6n de la propiedad, a
la forma en que evoluciona la estructurajuridica dei suelo y las modalidades de ocupaci6n dei mismo. Fusi6n que es comprensible pues, en el
fondo, los dos sistemas responden a un mismo modelo que es el dei Estado patrimonialista -un Estado que impone cargas y otorga beneficios en
forma completamente discrecional a una sociedad dividida en cuerpos,
jerarqufas, rangos.
En un segundo tiempo -que es el de la colonizaci6n-, algunos de los
criterios se transforman y otros desaparecen, notablemente los dos primeros relacionados con la conquista. El quin distribuye, y sobre todo, el
quin recibe y c6mo recibe, se transforman igualmente. La recomposici6n de los sistemas y los agentes que participan en l no se hace sin conflictos, la emergencia de los comerciantes y la consolidaci6n de una oligarqufa regionaJ, conduce a un tercer tiempo, que es el deI poblamiento y
la consolidaci6n. Una concatenaci6n de etapas que, al adecuarse a nuevos
objetivos confronta, por un lado, ciertos valores y esquemas, y por otro,
reafirma viejas estructuras y alianzas.
Conforme se suceden esas etapas se tiene una concepci6n diferente
dei suelo en trminos de su valor y de su utilidad; en consecuencia, de las
formas en que se puede acceder --0 no acceder- a l con fines habitacionales. En el siglo XVI, el acceso al suelo, en principio, es gratuito a travs
de las mercedes reales. En principio solamente, porque una relaci6n de tu
me das yo te doy, se pone en prctica entre el monarca y sus subditos con
la intermediaci6n deI Municipio. La propiedad privada se liga a la decisi6n dei monarca, quien da un poder absoluto y al mismo tiempo 10 limita. Tai prctica condiciona tanto su atribuci6n, como su uso a travs de
mecanismos de control social. Antes de que se desarrollen los contratos
de compra-venta, se crean los "contratos de lealtad", allanndose asf el
camino para asegurar la legitimaci6n dei poder y favorecer su constante
reproducci6n.
Si bien el suelo es unD de los pocos recursos que a diferencia dei oro 0
la plata, no puede viajar a Europa, no por eso deja de ser un factor de
riqueza y un elemento de poder (en ese sentido es utilizado por la Corona
como un medio para poblar la ciudad). Unos afios des pus de fundada
Guadalajara, existe ya un mercado de suelo -incipiente si se quiere- que
se manifiesta en una gran diversidad de operaciones, que se llevan a cabo
entre particulares. AI valor mercantil intrinseco al suelo, se agrega otro de
orden social, heredado de un pensamiento renacentista con resabios feudales; la tierra es un factor de estatus social, de prestigio e incluso de hidalgufa. La importancia que en los siglos subsecuentes tomar el patrimonio

Per{odo 1. La evoluci6n de la estructura juddica de la propiedad ra{z

131

inmobiliario, considerado coma un bien a conservar y no a circularl0, nace


muy probablemente desde entonces. Vender 0 ceder una parte deI patrimonio por razones economicas, se percibe coma un "sacrificio social". El
siglo XVI fue un periodo para adquirir suelo y no para venderlo.
En el siglo XVII, los sistemas de acceso al suelo se monetarizan y las
formas de ocupaci6n se diversifican. El esquema ideal de ordenamiento
territorial de la ciudad-region, ofrece una gran variedad de espacios que
favorecen el desarrollo de las funciones urbanas y rurales, asf coma una
gran diversidad de tipos de propiedad desde el punto de vista de su estatuto jurfdico (taxonomfa que incluye cinco tipos de propiedad). Con ese
esquema, el Estado interviene en el proceso de urbanizacion, disociando
funciones y territorios al interior de un modelo general, que procura articularse a una escala mas amplia que el s610 ambito urbano.
La realidad local hace que ese esquema sufra alteraciones y cambios
estructurales que, si bien se inician desde la centuria precedente, se hacen
mas sensibles en los siglos XVII y XVIIl. La mayorfa de ellos van encaminados a "unifonnizar" todos los tipos de propiedad en unD solo que es el
de la propiedad privada. Individuos e instituciones -principalmente la
Iglesia-, comienzan pues un fuerte proceso de acaparamiento y acumulaci6n de la propiedad rafz, a travs de su estancamiento y vinculaci6n, por
media de figuras jurfdicas particulares coma el mayorazgo u otros medios
en el casa deI clero. La tierra vinculada, no participa plenamente en el
proceso de urbanizaci6n, 10 que trae coma consecuencia una distorsi6n
deI modela de expansion urbana y una tendencia a reducir la propiedad
privada disponible.
Si bien el suelo retenido genera un rendimiento, el monta que se percibe dista mucho de ser una renta en sentido capitalista. Hasta las reformas liberales deI siglo XIX, el suelo se percibe mas coma una propiedad
mercantil, que contribuye a crear un patrimonio inmobiliario (particular 0
corporativo), y no coma un instrumenta de inversi6n y recuperaci6n de
capital. En raz6n de la abundancia y disponibilidad de terrenos municipales y colectivos, el acaparamiento no produce carestfa 0 escasez. En estos
afios, y probablemente hasta principios dei siglo XVIII, el acceso al suelo
es relativamente simple para los sectores mayoritarios de la poblaci6n,
pues el contexto historico 10 pennite.
N6tese que nos referimos solamente al suelo, la edificaci6n de la
vivienda se realiza, por 10 general, posterionnente; no obstante, es evidente que ciertos sectores pueden acceder directamente a ella. La distincion tan neta entre esos dos productos: suelo y vivienda, corresponde a la
estructura de clases de la sociedad; en efecto, las fonnas de producci6n se
organizan por las relaciones sociales que detenninan las finalidades, las

132

Eduardo Lapez Moreno

modalidades, los productos.' 62 Distinci6n que contribuye a la estructuraci6n diferenciada de la sociedad en el espacio y que presupone una intervenci6n, igualmente diferente, dei Estado colonial y dei Municipio.
De esta manera, un individuo que accede unicamente al suelo, puede
ser propietario de derecho pleno 0 solamente un ocupante con derecho de
posesi6n. En el primer caso, la propiedad la obtuvo por herencia, cornpra
a un particular 0 al Municipio. El contrato de compra-venta significa, en
el fondo, una mutaci6n en la relaci6n con la autoridad, en que se pasa a
una formula de tipo: tu me das yo te vendo; no se olvide que, incluso en
una operaci6n mercantil coma esa, la venta sigue hacindose a travs de
mercedes reales, 10 que, de una forma u otra, supone un servicio vasallo
previo. Si se tiene un derecho de posesi6n, que es el segundo caso, la disposici6n dei bien puede ser a corto 0 largo plazo; unD supone una renta
variable y un uso restringido de la propiedad, y el otro, una renta fija con
un derecho de uso casi pleno con formas cornpiejas de propiedad compartida, en que el ocupante dispone ademas de un derecho hereditario. La
renta fija, Ilamada tambin pensi6n perpetua, se explica porque el cobro
no intenta responder a una ganancia dei capital, sino el adecuarse a las
necesidades de los habitantes; de ahf que el monta de la renta tenga una
variaci6n mfnima en el espacio urbano.
Tanto el duefio de la propiedad plena, coma el ocupante censatario,
requieren pasar por una etapa suplementaria: la edificaci6n de su vivienda. El hecho de que aigunos puedan mandarla construir y otros tengan
que fabricarla ellos mismos se explica, indudablemente, por la posesi6n
que se ocupa en el edificio social. No obstante, esa diferencia no encuentra una explicaci6n, si se le trata de ligar con el estatuto juridico que cada
unD de ellos posee; es decir, en el siglo XVII se podfan encontrar autoconstructores en ambas categorias. De ahf se infiere, que las restricciones
de acceso al suelo, comienzan apenas a ser visibles; de tal forma, que las
diversas modalidades de ocupaci6n no son necesariamente un factor fundamental que exprese una diferenciaci6n social.
Mientras que si se accede directamente a una vivienda, la persona
puede ser propietario de derecho pleno 0 un ocupante arrendatario de un
bien que pertenece al clero 0 a un particular. El inquilino de una casa de
la Iglesia, paga un censo similar al municipal, es decir a largo plazo y con
una tasa de un 5% dei valor dei inmueble; sus derechos de ocupaci6n son
mas lirnitados y el control de los cobros mas riguroso. En contraparte, el
arrendamiento de una casa de un particular es siempre a corto plazo, rara162 Topa1ov, op cir, p. 383.

Periodo J. La evoludon de la estructura juridica de la propiedad raiz 133


mente consignada por escrito y con derechos igualmente limitados que la
propiedad eclesistica.
Esas dos posibilidades preparan las condiciones de una acumulaci6n
capitalista futura'63 que, en ciertos casos, da lugar a una ocupaci6n dei
espacio habitacional en condiciones de vida muy precarias, notablemente
en las vecindades. El alquiler es una modalidad que supone una mutaci6n
en los modos de ocupaci6n y no necesariamente en las relaciones de propiedad. '64
En el siglo XVIII, las formas de producci6n de suelo y vivienda se
diversifican, asf coma los mecanismos de consumo. La polarizaci6n econ6mica y social de la sociedad tapatfa lIeva a una clara jerarquizaci6n de
los productos ofrecidos. Aparecen, (,0 se generalizan?, las soluciones de
carcter colectivo coma los edificios plurifamiliares (vecindades principalmente), el censo enfitutico y los asentamientos irregulares. Se vive,
sin duda, el siglo de las contradicciones que se expresan a diferentes
niveles y en diferentes campos:
Una contradicci6n fundamental se presenta entre el marco legal y
las necesidades sociales de acceso al suelo. Nos referimos a la ocupaci6n
de terrenos en la periferia sin autorizaci6n ni tftulo alguno; ocupaci6n que
cuestiona el orden social y jurfdico que se plantea instaurar, y que da
lugar, a nuevas relaciones de propiedad y formas de producci6n. Se trata,
sin duda, de otra realidad social que es desconocida y negada; pues su
reconocimiento implica la aceptaci6n explfcita de que la ciudad no es
capaz de darle cabida a todos sus habitantes.
Otra contradicci6n igualmente importante, tiene su origen en el sigl0
XVI, con la polftica de atribuci6n de la propiedad y el uso de dos sistemas
diferentes: el de privilegios y el de intereses; dos sistemas que generan un
conflicto social que va a manifiestarse hasta el siglo XVIII, cuando el
espacio peri-urbano colectivo se reduzca 0 virtualmente desaparezca.
A nuestro modo de ver, tres factores principales e intimamente ligados, explican ese conflicto social. El primero, ya evocado, se refiere a la
163 Hasta fines dei siglo XIX (cf. Periodo III), el arrendamiento no se concibe coma una
inversi6n de capital inmobiliario; esta es, no se concibe que un particular construya
para otro, una casa habitaci6n, obteniendo una renta de por medio. Esa es una practica
ligada a un proceso de urbanizaci6n capitalista que se desarrolla, en gran parte, coma
consecuencia dei proceso de liberalizaci6n dei suelo dei siglo XIX (cf. Periodo II). Nos
referimos a una modalidad de ocupaci6n en que el arrendador busca valorizar al maximo su propiedad, invirtiendo en ella, un capital.
164 En efecto, la vivienda rentada por particulares, no da lugar a la edificaci6n de nuevas
casas habitaci6n. Los propietarios utilizan el parque existente, 10 que a la larga, contribuye a redensificar las zonas centrales por medio de la divisi6n de viviendas en varias
mas, en un proceso que lIeva a la multiplicaci6n focalizada de los habitantes arrendatarios.

134

Eduardo LOpez Moreno

necesidad de readaptar los criterios de repartici6n de la riqueza, a fin de


lograr una mayor capilaridad social. Los otros dos, se relacionan con el
mismo modelo de ordenamiento territorial. Por un lado, s610 una parte
fnfima dei rea total de ese modelo, es propiedad privada; 10 que provoca
que, desde los primeros allOS de la fundaci6n, se ejerza una fuerte presi6n
para transformar el estatuto jurfdico de la propiedad con la esperanza de
extender los dominios privados sobre los terrenos de vocaci6n colectiva
(presi6n que no es estril debido en gran parte al primero de los factores).
y por otro lado -el tercero y ultimo factor-, se refiere a los Ifmites 0 a la
escala de ciudad para la cual se concibi6 el modelo. Con el comercio y
las nuevas funciones de la ciudad, la noci6n de regi6n y territorio se
modifican; ya no se trata de un cuadrado de cuatro 0 cinco leguas (el de
los trminos), sino de una rea de varios kil6metros cuadrados que resulta
deI dominio de una zona geografica mucho mas basta y que, virtualmente, rompe con el modelo al generar nuevos requerimientos de espacio.

Periodo II
Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara,
su inf1uencia en la propiedad inmobiliaria urbana
y en la vivienda

Son sin duda muchos y numerosos los elementos que constituyen las sociedades;
pero si entre el/os se buscara un principio generador. un hecho que modijique y
comprenda a rodas los otros y dei que salgan coma de un or{gen camun todos los
fen6menos sociales que parecen aislados. ste no puede ser otro que la organizacion de la propiedtul.

M.Otero

1.

El censo enfitutico: una estrategia de acceso colectivo al suelo

De 1792 a 1813, la propiedad urbana municipal pas6 de 168 a 500 ejidos


registrados. Este cambio no s610 signific6 que el erario municipal triplicara sus ingresos (de 406 pesos a 1,443 pesos y dos reales), sino tambin
que en una proporci6n mas 0 menos similar, se incrementara el numero
de habitantes que vivian en terrenos de esa corporaci6n.
Las causas por las cuales, el nuevo gobierno decidi6 fortalecer un
mecanismo coma el censo enfitutico -la forma 0 la figura juridica mas
regularmente utilizada desde mediados dei siglo XVIII para ocupar los
ejidos-, no aparecen clararnente explicitadas en los documentos de esos
afios. A nuestro juicio, dos razones principales podrian encontrarse en la
base de esa decisi6n: i) la voluntad para que un proyecto social, instaurado por el gobierno colonial, se convirtiera en una verdadera politica
social, que en 10 sucesivo es.tarfa a cargo dei gobiemo independiente; y,
ii) la intenci6n de que, a travs de ese mismo mecanismo, se reafirmaran
las relaciones de tutelaje y patemalismo con los enfiteutas que ocupaban
los terrenos de esa corporaci6n. Ambas razones no son excluyentes una
de la otra, por el contrario, las dos permiten que el gobiemo independiente se restructure en base al viejo rgimen patrimonial, a fin de poder asi

Eduardo LOpez Moreno

136

mantener un orden tradicional que, en adelante, s610 sera favorable a la


oligarqufa crioUa que gobiema.
A pesar de varios intentos por deshacerse 0 Iimitar, la propiedad urbana en manos dei Municipio,' en los afios que siguen a la independencia,
sta va a crecer de manera significativa. De tal forma que, el ingreso
municipal por ese concepto, pasa de 1,443.2 pesos en 1813 a 1,980 en
1837; 5,815.8 en 1840; 9,152.1 en 1841 y 12,281 pesos y dos reales en
1842, ano en que el ramo de tierras capt6 la suma mas elevada con proba
blemente cerca de 700 u 800 ejidos registrados. 2 En cada uno de esos ejidos, cuyas caraterfsticas fueron descritas en el Periodo l, vivfan una, tres,
cuatro 0 en ciertos casos, hasta cinco familias. Desgraciadamente, no
contamos con datos estadfsticos hist6ricos, que nos permitan asegurar

Piano 1
Guadalajara 1800
PONIENTE

ORIENTE

-_.-_.4 .........
_

...........

._-..-

""--

=~._=~.::---

..__..

4_

Itw_.-.-.__

Nos referimos a las iniciativas que se crearon con ese objelo en 1812, 1821, 1826, 1840
Y 1842; las cuales sern presentadas mas adelante (Apartado 3).

Per{odo ll. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

137

cmil era el promedio de ocupaci6n por ejido ni tampoco el numero total


de familias que vivian cobijadas bajo esa figura jurfdica. Una estimaci6n
realizada en base a la lectura de juicios de caracter civil de esos afios y el
analisis de las boletas de adjudicaci6n y venta de los ejidos en 1856, nos
Ileva a considerar que existfa una situaci6n bastante heterognea en la
propiedad de origen municipal; ocupaci6n que sin embargo, tenia una
cierta tendencia a polarizarse en dos grandes extremos. En unD de ellos,
se encontraban las personas 0 familias que ocupaban el unico ejido que
poseian. En el otro extremo, se presentaban dos casos opuestos: (a) una
persona que poseia varios ejidos, en los cuales construia unD 0 dos cuartos 0 levantaba s610 un muro perimetral con el objeto de rentar cada unD
de ellos a una 0 varias familias; y, (b) una familia que se veia en la necesidad de dividir su propio ejido, en ocasiones hasta en cinco partes, a fin
de distribuir el pago de la pensi6n anual entre todas las familias que 10
ocupaban. J Si bien en estos ultimos dos casos, pudieran presentarse conductas especulativas por parte de los poseedores de los ejidos, en trminos generales, desde el punta de vista de los ocupantes (ya fueran poseedores 0 no), encontramos practicas sociales que reflejan una estrategia de
sobrevivencia fundada en gran parte en la busqueda de un acceso colectivoal suelo.
Los dos extremos -de hecho formas, cuantitativa y cualitativamente,
diferentes de ocupar los ejidos- nos permiten estimar el numero de familias que pudieron haber vivido en e1los, a partir de dos escenarios diferentes, cuyos calculos se presentan de la manera siguiente: 4
un primer escenario, producto de una estimaci6n conservadora, nos
hace pensar que en los 600 u 800 ejidos, con que contaba el Ayuntamiento en 1852, probablemente llegaron a vivir entre 900 y 1,200 familias con
una tasa de ocupaci6n de 1.5 familias por ejido. Esto es, de 5,040 a 7,720
2
3

Ver Cuadro N 1: "La evoluci6n de la propiedad municipal en Guadalajara (I757-1855).


En estos casos, el censatario original dividia su terreno para que otras familias, ya fueran parientes 0 no, ocuparan una parte dei mismo. Los nuevos ocupantes podian edificar
un espacio para ellos 0 utilizar algo de 10 que habia sido construido por el poseedor original; incluso, s610 podian subarrendar el huerto 0 jardin. rodos, en forma colectiva,
cubrian el pago anual, 10 que en ciertas ocasiones, daba lugar a desaveniencias; pues la
repartici6n dei pago de la pensi6n, se tomaba bastante complicado. Una vez que se rompia dicha alianza, cada una de las familias, solicitaba al Ayuntamiento, el poder pagar a
tftulo individual en 10 subsecuente. El croquis 1 yel recuadro A, presentan el proceso de
densificaci6n de un ejido-tipo.
La realizaci6n de estos escenarios de ocupaci6n de los ejidos nos parece pertinente
metodol6gicamente hablando; sin embargo, es de senalar, que ambos suponen un uso
estrictamente habitacional de los mismos, englobando en ellos aigunos ranchos que en
realidad se ubicaban fuera de la ciudad.

Eduardo LOpez Moreno

138

habitantes, 10 que significaba entre el 10.7% y el 14.3% de las 8,364


familias con que contaba la ciudad en ese afio. 5
un segundo escenario, producto de una estimaci6n menos conservadora, nos hace pensar que en el mismo numero de ejidos pudieron vivir
hasta 1,200 Y 1,600 familias, con una tasa de ocupaci6n promedio de dos
familias por ejido. Es decir, entre 7,720 y 8,960 habitantes, 10 que representaba entre el 14.3% y el 19.2% dei mismo numero de familias.

CuadroN 1
Evolucion de la propiedad municipal en Guadalajara
Ailo

1757
1792
1813
1823
1840
1841
1842
1845
1852
1853
1855

Num. de
Egidos

168
500
600

Percepci6n
(en pesos)

75.10
406.00
1,443.20
5,815.80
9,152.10
12,281.20
1,028.20

600-800
1,906.00
670

Fuente: La percepci6n se obtuvo de los cortes de caja de


diversos ailos y dei Ramo de Egidos.
(Archivo Municipal de Guadalajara, paq. 42, leg. 21)
Nota: Fracciones en Reales no en centavos.

Asf, en la Guadalajara de mediados dei siglo XIX, uno 0 dos habitantes de cada dfez, vivfan en terrenos propiedad dei Municipio. Numero que
sin duda, podria ser mas elevado si tomamos en consideraci6n que la
figura de 600 u 800 ejidos, con que fabricamos los dos escenarios, se
tom6 en base a aqullos de los que se tenfa una noticia cierta de su existencia. Es decir, s610 los ejidos que fueron vendidos 0 adjudicados durante la Reforma. Mientras que muy probab1emente, en esos afios, un nume5

Segun el Instituto de Geograffa y Estadistica de la Universidad de Guadalajara, la ciudad contaba con 50,185 habitantes en 1850.

Per{odo ll. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

139

ro mayor de familias ocupaba terrenos de origen municipal, los cuales, ya


sea porque no se encontraban en el registro de propios, porque sus habitantes habfan dejado de pagar despus de varios afios 0, simplemente,
porque se les habfa ocupado en forma irregular, no fueron registrados y
puestos en venta como los dems. La enfiteusis se convierte asf en una de
las formas predominantes de ocupaci6n deI suelo en la primera mitad dei
siglo XIX, con individuos que benefician de una renta perpetua y de un
derecho hereditario sobre el mismo.

Croquis 1
El proceso de densificacion de un ejido
Proceso de densificaci6n
de un exido-solar.
Guadalajara Siglo XIX

C3M68yM69
1

1 (T.

Municipal) Josefa Sanchez


Teodoro Topete

.,
u

B
Laureano Nile z
(T. Municipal)

calle

--------

'---------------~

A Jos Ma. Carre6n.


B Ignacio Nilez.

C Amado Gonzalez.
D Apolonia Ortega.
-... - Hnea supuesta

AI parecer lodo el terreno era propiedad Municipal,


los lIamados exido-solar.
Se salle que Jos Ma. Carreon (A), Ignacio Nufiez
(B) y Amado Gonz31ez (C) compraron el exido. B y C
10 poseian, mientras que A no era poseedor.
Apolonia Ortega (D) al parecer subarrendaba pues
el predio era propiedad de B.
Los lotes de A los poseian en arriendo olras 2 personas: Jos Ma. Maldonado y Paula Snchez (A).
i,Cul era el sentido de la divisi6n dei exido? Parecen estrategias de apropiaci6n familiar, n6tese que Ires
cuartas partes de la manzana 69 en en las manos de
Ignacio Nunez (B). En realidad es un exido que se fu
dividiendo en varios de lai forma que cada lote se
reconoce coma pequefio exido.
El costa deI terreno varia poco, va de 7 a 3 varas
lineales por peso. La tabla siguiente da cuenta de los
costos particulares de carla exido, en donde se observa
una gran homogeneidad en el precio.
ejido

varas

costa

46
56
57
33
22
46(1
46(2
46 (3
46(4

177
196
188
142
130
122
108
46
74

$56.6
$70.0
$60.0
$25.0
$40.0
$19.2
$16.0
$ 6.4
$15.0

varaJ
peso
3.13
2.80
3.13
5.70
330
630
6.75
7.20
4.90

pesol
vara
32
36
31
.18
31
.16
.15
.14
.20

140

2.

Eduardo LOpez Moreno

La ocupaci6n irregular de la propiedad:


un fen6meno con una larga historia

Como 10 comentamos en el periodo precedente, resulta dificil precisar en


el tiempo, cmil es el origen de la ocupaci6n irregular de los solares municipales. AI parecer, eran principalmente las familias de imigrantes las que
se instalaban en este tipo de terrenos, sin solicitar la autorizaci6n correspondiente y sin que esa corporaci6n les extendiera merced 0 permiso
alguno. Igualmente dificil de precisar, es la magnitud de esta prctica.
Escritos varios, tales coma Actas de Cabildo, notificaciones, etc., dan
cuenta de numerosos casos en que el Ayuntamiento advierte -ya sea
inmediato a la ocupaci6n 0 incIuso varios afios despus- que terrenos de
su propiedad fueron usurpados. Probablemente, el fen6meno fue consustancial al desarrollo de la misma ciudad. Familias pobres se instalaban en
la periferia, principalmente fuera de los solares debidamente trazados y
acotados; es decir, fuera de la cuadricula, en los terrenos de uso comun,
esperando que el crecimiento los "a1canzara" y que su situaci6n de facto
se regularizara, gracias a una cierta tolerancia deI Municipio.
El primer antecedente con el que contamos data de 1742 (sin que esa
fecha signifique que el fen6meno se inici6 en esos afios), en ese entonces,
Dona Rosa Casillas, una verdadera fraccionadora ilegal, recibe un decreto
bastante indulgente, que le prohibe terminantemente el continuar la venta
de terrenos propiedad deI Municipio. Veinte anos despus, Agustfn
Tamayo presenta, al Ayuntamiento, una solicitud de merced, a la cual se
le contesta que "se advirti6 en ellugar que hay muchos so/ares ocupados
sin t(tu/o". ~Cuntos? No 10 sabemos, ese seria sin duda el objeto de un
estudio muy interesante y particular, conocemos, sin embargo, que un
siglo despus, Don Manuel L6pez Cotilia, sfndico dei Ayuntamiento, reitera que es necesario tener un pIano de los ejidos para que no se pierda
ninguno de ellos, asf coma una constancia de sus dimensiones "para evitar que los arrendatarios los cercenasen vendiendo retasos suyoS".7 Pues
al parecer, existfa una prctica que era mas 0 menos cornun, y que consistfa en ceder 0 vender una parte deI solar (0 ejido) a otra familia, solicitando en seguida que el Ayuntamiento hiciera una verificaci6n de medidas, a
6

Archivo Municipal de Guadalajara, Ramo Tierras 12, paq. 2, leg. 42, 1762. N6tese que
en ocasiones si bien el arrendatario no contaba con un titulo, si pagaba el censo, veamos
el caso siguiente: "Un egido frente a la caja de agua, con una garita, noria y rboles frutales no sabe las dimensiones porque nunca 10 ha medido, ha pagado su renta de cinco
pesos, no posee titulo" (Notificaciones, 1833, paq. 54, leg. 81).
7 Manuel L6pez C. Noticia circunstanciada de todos los ramas que forman el fonda municipal y su inversiOn, 1842. Archivo Municipal de Guadalajara, Paquete 64, legajo 58.

Per{odo Il. Elliberalismo del siglo XIX en Guadalajara

141

fin de reajustar el pago anual que se hacfa sobre el terreno. En esos casos,
el censatario seiialaba que los linderos y la superficie, no correspondian
con la cuota que estaba pagando, el Ayuntamiento nombraba una comisi6n encargada de llevar a cabo una acta de vista, si la demanda procedia,
se reajustaba la pensi6n en base a los nuevos limites deI terreno sin realizar acci6n alguna sobre la parte vendida, pues por 10 general no se contaba con los documentos que permitieran cerciorarse de la dimensi6n original deI predio, 10 que "facilitaba a los poseedores a vender 0 segregar
aiguna parte [de l] sin que se advirtiera".8 Una vez que esta corporaci6n
constata la frecuencia con que se suceden las denuncias de este tipo, decide no atenderlas. Para 1856, el Mayordomo de Propios tiene ya prohibido
la divisi6n de los terrenos "y siempre reconoce a una sola persona por
enfituta de cada uno".9 Sin embargo, la irregularidad sigue avanzando,
pues ella es la consecuencia de un modela de crecimiento que no es capaz
de atender a las familias de mas bajos ingresos y es, tambin, el resultado
de una politica de tolerancia que permite que la propiedad publica y la
propiedad colectiva se conviertan en receptaculo para la habitaci6n de
familias que asi obtienen su derecho a la vivienda y, con el tiempo, su
derecho a la ciudad.
El Municipio, por su parte, encuentra un media para mantener un
orden social que en este caso, se consigue gracias a una "concesi6n" 0 un
privilegio que ella misma otorga a esas familias bajo un principio abstracto e individual, que evita que se pueda sentar un precedente.
Con el movimiento liberal de mediados deI siglo pasado, el cual
explicaremos mas adelante, se inicia un proceso de privatizaci6n de la
propiedad municipal y eclesistica en Guadalajara. Las ventas y las adjudicaciones de solares y ejidos, provocaron que se cerraran los dos mecanismos que existian para que las familias pobres pudieran acceder en
forma individual 0 colectiva al suelo: la enfiteusis y la ocupaci6n irregular. En los aiios subsecuentes, 10 que podriamos considerar una fonna de
politica social aplicada a la vivienda, tiende a desaparecer al generalizarse u homologarse la estructura de la propiedad deI suelo.
Los terrenos de carcter social en manos deI municipio, y las fonnas
de ocupaci6n que derivan de l, llmese censos enfituticos, pensiones 0
arriendos, se pierden al "universalizarse" la propiedad ratz en favor deI
8

Idem.

Asf 10 consigna, par ejemplo, el Notario Martin Romn en 1856 (Libro N 56, foja 45),
documento en el que seftala que Secundino y Cayetano Retes, dividieron un solar que su
padre habia recibido en enfiteusis desde hacfa muchos MOS, teniendo que dividirlo y
pagar cada une dos pesos, segun 10 prescribfa el Mayordomo de Propios.

142

Eduardo Lapez Moreno

mercado libre. Casi ninguno de los ejidos logr6 sobrevivir conservando su


rnisma vocaci6n, a excepci6n de unos cuantos pocos de los que eran ocupados irregulannente,lOun decreto deI cabildo de 1864 asi nos 10 hace ver:
Estos mismos egidos y los mas que pertenecfan al municipio y se hallan abandonados 0
los que adelante recobre ... continuaran dandose a censos ... El Ayuntamiento recogeni
los egidos que se hallen abandonados y procurarti cobrar los usurptulos, recurriendo si
fuese preciso a los tribunales."

En realidad, no encontramos antecedentes de que se haya recurrido a


acciones coercitivas de ese tipo. Las ventajas que representa el que, hasta
un cierto punto, se les tolere, son variadas; principalmente en un periodo
particulannente critico para los habitantes sin recursos econ6micos. N6tese que las implicaciones sociales y polfticas que se desprenden de la irregularidad, guardan una gran similitud con las ocupaciones ilegales que
hoy dia se llevan a cabo en los terrenos de origen social (los nuevos ejidos, ver el Periodo V). Sin duda, ste es un ejemplo que ilustra bien,
c6mo los origenes y el desarrollo hist6rico de la ciudad tienen una
influencia significativa en el comportamiento deI Estado y la sociedad de
hoy dia. Pues como escribe H. Wiarda, imperativos hist6ricos especiales
moldearon el presente con implicaciones sociopsicol6gicas y socioestructurales fundarnentales. 12 Es en esa perspectiva estructuralista que estudiamos la evoluci6n de las formas de propiedad y de las relaciones que se
desprenden de ellas durante el1iberalismo, una etapa relativamente corta
en el tiempo en que, sin embargo, se llevaron a cabo transformaciones
fundamentales en este campo.
3.

Primeros intentos postindependentistas tendientes a privatizar


la propiedad municipal

Varios investigadores que se han abocado al estudio deI liberalismo deI


siglo pasado en Latinoamrica, coinciden en sefialar que los primeros
intentos por aplicar legislaciones liberales, surgieron inmediatamente des10 En raron de disposiciones especiales, que tenfan por objeto el premiar a los denunciantes de terrenos, que estuvieran ocupados en forma irregular por otras familias. Entregandoseles a los "delatores", la propiedad en censo enfitutico. Prcticas de este tipo, se
hacen mas corrientes a partir de los ai\os cuarenta. Referirse por ejemplo allegajo 52 de
1844, Archivo Municipal de Guadalajara.
Il 18 de Febrero de 1864. Archivo Municipal de Guadalajara.
12 Howard J. Wiarda. Politics and Social Change in Latin America; University of Massachusetts Press, 1974.

Perlodo Il. Elliberalismo deI siglo XIX en Guadalajara

143

pus de la independencia. 13 La resistencia de los grupos conservadores,


principalmente el clero, impidieron que estos proyectos pudieran materializarse. En Mxico, la guerra de independencia lIeva implfcita una idea
liberal que, los gobiemos subsecuentes, van a intentar gerrninar. Principios y actividades ligados a la reforma coexisten con otros mas mOOerados sobre cuestiones que ataiien la religion, 10 social, 10 polftico y 10 economico; tOOos ellos confundidos propugnan mas por alcanzar primero un
orden polftico y social, antes que hacer avanzar los ideales liberales. l '
En la ciudad de Guadalajara, antes de que se manifiesten claramente
dichos ideales, se formulan varias propuestas tendientes a vender los ejidos y solares en manos de las corporaciones eclesiasticas y civiles -en un
primer tiempo sin que se ejerza mucha presi6n y, posteriormente, con
mucha mayor firmeza. Estos primeros proyectos de venta, mas que buscar romper con un orden establecido, s610 intentan mOOificar el existente.
Es decir, ellos no procuran remover las instituciones 0 los valores que se
crearon en la colonia, sino mejorar las posibilidades de gesti6n de la ciudad, sirvindose para ello de los recursos que las ventas de los ejidos
generarian. Se trata de una postura conservadora que intenta efectuar
cambios sin que se operen transformaciones estructurales y, sobre todo,
sin que se cuestione el orden social existente.
Las primeras propuestas, realizadas en 1812, 1821 Y 1826, se formulan a partir de una visi6n bastante inmediatista, que no explicita cules
serian las medidas que se tomarfan, en relaci6n a los enfiteutas ni analiza
cul podrfa ser el tratamiento juridico que se le darfa a los diversos ocupantes de ejidos, una vez que se modificaran las relaciones de propiedad.
Su aparente prop6sito modemizador -como era el incrementar el erario
publico haciendo mas rentable un bien municipal-, se hace en base a una
concepci6n de la gesti6n municipal que, como 10 acabamos de evocar, no
confronta las estructuras tradicionales.
13 1.0 que seria el caso con Rivaldavia, Santander, etc. Referirse, entre otros trabajos, a:
David Bushell; The Emergence of Latin America in the XlX. Century, Oxford University
Press, 1988. Ivan Jaksic. The Meaning of Liberalism in Latin America. the cases of
Chi/e, Argentina and Mexico, New York, Buffalo University, 1981. Charles Hale. Mexican Liberalism in the Age ofMora, Yale University Press, 1968.
14 Mariano Otero, comentando el papel dei c1ero en relaci6n al avance liberal, escribe :
"los hbitos, las ideas y los intereses producidos por un orden de cosas, fundado sobre la
ignorancia y la opresi6n, no pudieron desaparecer desde luego que la independencia se
conquist6, y muy pronto vimos unidos a1gunos hombres que se esforzaban por poner un
dique al torrente de las ideas liberales..... Ensayo sobre el verdadero estado de la cuestion social y poUtica que se agita en la Republica Mexicana, Mxico, Biblioteca Publica
deI Estado, Miscelnea N" 70, 1842, p.61.

144

Eduardo LOpez Moreno

De esos tres intentos, el de 1826,15 di6 lugar a una resoluci6n especial


que no tuvo ningun impacto real. Pues a la demanda que elev el Ayuntamiento a la Junta Departamental, otra Junta, la Cantonal, respondi6 que
s610 podfan enajenarse en subasta publica aquellos ejidos que no fueran
de uso comun 0 que no estuviesen dados en enfiteusis. La realidad es que
s610 un numero insignificante, se encontraba en esas condiciones, raz6n
por la cual el Ayuntamiento no pudo disponer de casi ninguno de ellos.
Una cuarta tentativa se lIeva a cabo en 1833, materializada en una
legislaci6n especial votada y aceptada por el Congreso Constitucional deI
Estado de Jalisco, de acuerdo con la cual se decreta que las manos muertas no pueden poseer bienes raices en el Estado. l El decreto no precisaba
a qu tipo de corporaciones y propiedades se referfa, muy probablemente
concemfa principalmente las comunidades indigenas y la iglesia, pues el
hecho de que se pudieran diferir los pagos de las fincas que se compraran,
redimindose en una figura similar al censo, parece reproducir (y no eliminar) el sistema que utilizaba el Municipio. 11 De acuerdo con ese decreto en un periodo relativamente corto, las propiedades rafces que posefan
las corporaciones, personas morales e indeterminadas, debfan ser vendidas en subasta publica al mejor postor y no especialmente al, 0 a los, ocupantes de las mismas;lK se trataba de una medida en contra de la propiedad estancada y no en contra dei censo enfitutico. Al parecer, por causa
deI cambio de gobiemo en 1835, el decreto no tuvo tiempo de ser aplicado; siendo final mente suspendido, por el jefe dei Departamento de Jalisco, con la autorizaci6n dei gobiemo central.
Las propuestas de venta subsecuentes, realizadas en 1840 y 1842,19 de
nueva cuenta se enfocan a los ejidos y a los solares urbanos propiedad dei
15 Tentativa realizada duranle el gobiemo liberal deI gobemador Prisicliano Sanchez.
16 Artlculos primero y lercero. Decreto N" 525 deI 16 de diciembre de 1833. Coleccin de
Decretos, Leyes y Circulares, T. VI, Biblioteca dei Congreso.
17 Idem. El Artfculo 16, estipulaba que no tenia preferencia el postor que intentara pagar
con dinero al contado. Los compradores podian ofrecer la mitad dei precio paclado y el
resto cubrirlo a censo, en un plazo en ocasiones mayor de 10 afios, con intereses tasados
al 5% anual.
18 Las fincas urbanas debian ser vendidas en un plazo mximo de 60 dias, despus de promulgada la ley, y las fincas rusticas en 90 dias; en caso contrario, serian vendidas judicialmente en favor deI Estado (Arts. 2, 30 Y 34). En caso de igualdad de circunstancias
entre los poslores, se eSlablecia un sistema de preferencias de acuerdo al orden decreciente siguiente: 10.) los acreedores en posici6n de una acci6n hipotecaria; 20.) los
actuales ocupantes; 30.) los denunciantes de los lerrenos y el resto de los solicitantes
(Art. 15). Las posturas no podian ser inferiores al valor de dos terceras partes dei predio
ni superiores a una milad mas dei avaluo (Art. 13).
19 Si bien esta fecha es coincidente con la constituci6n de un nuevo regimen -que subsituye al dei 36- y con el nuevo Congreso Constituyente, creemos que no existe una relaci6n direcla entre la propuesta dei cabildo y el gobierno en transici6n.

Periodo II. Elliberalismo del siglo x/x en Guadalajara

145

Municipio y se elaboran con una 16gica similar a los dos intentos posteriores a la independencia, pero dentro de un proyecto de transformaci6n
de la propiedad rafz y de los derechos de ocupaci6n que de ella se derivan. lO
Ambas propuestas se formulan de nueva cuenta a la Junta Departamental, apoyadas en argumentos similares que, por un lado, desacreditan
al ejido, al censatario y al mismo Municipio (principalmente en 10 que
concieme su capacidad de gesti6n de este bien); y por el otro, realzan
algunas de las ventajas que el proyecto traeria consigo.
En cuanto al ejido y los arrendatarios se insiste, por ejemplo:
Apenas producen el 5% de su valor y no se pagan con puntualidad por impedirlo la
pequelez de sus productos que no costean los gastos judiciales y la extrema pobreza en
que .e encuentran algunos poseedores.
Todos estos solares estan dentro de poblado, y por 10 mismo ya no pueden servir para
los usos a que son destinados, teniendo en consideraci6n la de que ese ramo, segun
todos los documentos que han venido a la Junta ni producen todo 10 que debilln producir ni se colecta una mitad siquiera de 10 que actualmente produciria bien
administrado."
Los arrendatarios al no pagar, ya habnln caido en la pena de comiso, faltando a las
condiciones dei contrato."

y en relaci6n al Municipio se sefiala:


...que por las pobres cuentas colectadas y de la poca esperanza que promete su recaudaci6n y con la certeza de que todas las administraciones por corporaciones jamas son
buenas especulaciones( ?)"."

A la baja rentabilidad, la pobreza de los poseedores. los altos costos y


las dificultades de gesti6n; los munIcipes que formulan las demandas,
oponen argumentos que resaltan las ventajas y los efectos positivos dei
20 Es decir, por un lado procuran liberar la propiedad estancada, y por otro, darle un uso
mas eficiente a los recursos municipales, a fin de reducir el dficit de la Hacienda Municipal. Los cortes de caja, correspondientes a los alos de 1840, 1842 Y 1843, muestran
que en 1840, el ingreso municipal fue de 560,141 pesos y el egreso de 570,717; es decir,
se gener6 un dficit de 10,576 pesos. A este debfa agregarse una deuda que existfa por
concepto de sueldos a empleados y al fondo de escuelas. Siendo particularmente deficitario, el erario publico, en esos alos. Segun se puede calcular de los mismos cortes de
caja. Archivo Municipal de Guadalajara. Paq. 62, 63 Y64; leg. 20, 60 Y29.
21 Archivo Municipal de Guadalajara, diciembre 21 de 1842, legajo 97, paquete 63, el
subrayado es nuestro.
22 Idem. El subrayado es nuestro.
23 Idem. El subrayado es nuestro.

146

Eduardo LOpez Moreno

plan de venta, segun la forma en que estos fueron presentados destacamos


dos principales:
Un primero, en el que se sefiala que, por causa de que los solares y
los ejidos se han otorgado en posesi6n y no en propiedad, su nivel de
desarrollo y consolidaci6n ha sido muy bajo. Segun el documenta de
1840, aquellos habitantes que los tienen en censo enfitutico no han fabricado en ellos durante muchos afios "porque no siendo suyos temen que
con el tiempo haya algun trastomo y pierdan sus fabricas", mientras que
para muchos otros que fabricaron en ellos "les mortifica tener sus casas
en ajeno".24
Los municipes que defienden esta posici6n, insisten en sefialar que
ella fue dictada por una preocupaci6n de caracter social, puesto que la
puesta en venta de los terrenos municipales en realidad "consentiria a la
voluntad expresada por los mismos ocupantes". En el casa contario, la
"ciudad no tendrfa la belleza y la extensi6n de que es susceptible... , si
crece, irn quedando en medio de ella esos miserables y deformes tachacisales coma vulgarmente se les lIama".25
La reaiidad es que los aparentes efectos negativos, que traerfa consigo
el que no se pusieran en venta los ejidos, se opone por completo a la
visi6n que se tenfa cuando se adopt6 el censo enfitutico coma la modalidad juridica principal para ocuparlos. Recurdese que en ese entonces, se
insistfa en que ste era un instrumento id6neo para que la ciudad tuviera
un desarrollo mas homogneo en base a una densificaci6n uniforme. Sin
duda, el ejido dado en censo, habia venido cumpliendo con ese objetivo,
convirtindose en una herramienta importante para construir la ciudad. Si
sus ocupantes desean adquirirlo en propiedad, coma sefialan los municipes, puede parecer plausible y muy legftimo, 10 es menos el que se le presente coma la causa de la falta de consolidaci6n de la ciudad y la pobreza, cuando en realidad era un medio para combatir ambos.
En conclusion, el argumento que aqui se esgrime, enaltece la propiedad privada, haciendo criticas poco fundadas sobre las formas de ocupaci6n que no dan un derecho pleno sobre la propiedad.
Un segundo, formulado en trminos economico-financieros, se
refiere a la recapitalizaci6n de los fondos municipales. De acuerdo a esta
posici6n "se puede aumentar el capital, ya que el que hoy paga tres pesos
de arriendo anual por el solar que posee, si se le vende dar por l 150 0
200 pesos". Segun al documento de 1842, con esta medida se evitaria que
24 El documento en cuestin, seiiala: "tienen su casa, pero como si no tuvieran nada".
Archivo Municipal de Guadalajara. Manuel de la Cueva, 2 de febrero de 1840.
25 Idem.

Periodo Il. Elliberalismo del siglo X/X en Guadalajara

147

se sigan perdiendo las tierras municipales,16 pudiendo reinvertirse el capital, ya sea comprndose algunas fincas en el centro 0, coma se propone
en 1840, invirtiendo el producto de la venta en la construcci6n de puestos
en las Plazas de la Independencia y de San Agustin. Ninguno de estos
proyectos, se presenta coma una completa enajenaci6n de ejidos, sino
coma una reinversi6n de los productos en donde, en lugar de consumir se
trata de subrogar, mejorar y aumentar la renta municipal. 27
La 16gica econ6mica que fundamenta estas propuestas, fundamentalmente el proyecto de 1840, se evidencia con toda claridad en los calculos
que acompafian la demanda:
Vendidos los ejidos con un 20

25 por ciento de aumento, se podrian comprar fincas ...

de las que se sacar{an en rentas mensuales, y mtis seguras, ventajas de un 10 0 12 por


ciento.

El proyecto pretende pasar de la gesti6n de un bien cuya renta esta


reglamentada 0 controlada, a otro bien en renta libre, dei cual no s610 se
podrfan obtener ganancias mas altas sino tambin mas seguras. Es decir,
se plantea abandonar la renta perpetua en favor de la renta a corto plazo.
Los partidarios de esta posici6n aducen que, segun un diccionario de
legislaci6n, la palabra pensi6n, que corresponde al censo enfitutico, es
proporcionada al 1.5%, y si bien esta varfa de acuerdo con las costumbres
de cada lugar, nunca alcanza a ser dei 4%. De tal forma que, las fincas
urbanas que se adquirirfan al producir una pensi6n dei 6% al 9%, permitirfan un aumento de los fondos que pasarfa dei 1.5% al 9%.28
En 1840, segun los mismos municipes, las rentas que debian percibirse por los ejidos registrados sumaban 1,980 pesos anuales (a un 5% y con
la condici6n que todos los censatarios pagaran); de esta estimaci6n, se
infiere que el valor total de los ejidos debia exceder los 39,600 pesos, que
es el capital que corresponde al producto de ese 5%.29
26 En relaci6n a la prdida de la propiedad municipal, el documenta seilala: "Con el tiempo, se han ido perdiendo [los egidos] en fuerza de no pagar los arrendatarios ... si los
pagos hubieran estado al corriente, es imposible que se hubieran perdido. esta es un
hecho que nadie negara... quien asegura que con el tiempo no suceda 10 mismo con los
pocos que quedan. Archivo Municipal de Guadalajara, paquete 63, legajo 97, 1842, el
subrayado es nuestro.

27 Idem.
28 Archivo Municipal de Guadalajara, 9 de agosto de 1840. La realidad es que, desde que
se otorgaron los primeros censos en la ciudad, la pensi6n fue de un 4% 0 5% Y no un
1.5%, coma seilala el documento.
29 N6tese que esta cifra difiere de los datos proporcionados por los cortes de caja de 1840,
en donde se seiiala que, por este ramo, se perciben 5,815.00 pesos. Cf. Cuadro ND 1.

Eduardo LOpez Moreno

148

CuadroN 2
Guadalajara. El ingreso municipal en 1840,1841 Y1842:
el ramo de ejidos, las plazas publicas y otros
1840
IOgreso
tOlJll' Cff
85,075.4 15,16
23,000.2 4,10
17,510.5 3,12
68,679.3 12,24
68,199.0 12,15
5,716.2 1,02
23,302.6 4,15
12,689.4 2,26
2,452.7 0,44
1,324.2 0,24
206.0 0,04
4,230.6 0,75
4,087.4 0,73
4,685.3 0,83
1,622.5 0,29
0.0 0,00
0.0 0,00
86,040.7 15,33
1,440.0 0,26
1,108.5 0,20
411,370.4 73,31

1841
Ingreso
total
Cff
17,072.2 4.81
14,178.0 4.00
14,182.2 4.00
48,714.1 \3.74
50,885.0 14.35
10,707.6 3.02
17,023.4 4.80
2,966.4 0.84
1,912.6 0.54
1,426.6 0.40
301.6 0.09
4,736.4 1.34
2,400.0 0.68
3,838.4 1.08
912.0 0.26
0.0 0.00
0.0 0.00
37,643.7 10.62
1,180.0 0.33
26,115.1 7.36
256,196.5 72.25

Ramo Alumbrado
Superavit
0.0 0,00
came cecina
601.0 D,Il
harina de 61eguas
1,428.5 0,25
id. a los cerdos
60,541.6 10,79
degello reses y cam.
83,347.2 14,85
prod. locales came
1,892.0 0,34
arrend. casa matanza
154.0 0,03
ingresos extraord.
1,799.3 0,32
Ingreso Total
149,764.1 26,69

0.0 0.00
293.6 0.08
673.4 0.19
39,545.1 11.15
56,569.3 15.95
1,199.5 0.34
0.0 0.00
138.3 0.04
98,419.6 27.75

Ingresos
concepto
Superavit
derecho de fiel
id. de harina
id. de maiz
prod. de plazas
id. de ejidos
id. puestos Sn.Agustn
id. diversiones
id. sitio de coches
id. mpalidad.Sn.Pedro
id. mpalidad.Toluquilla
costas y mullas
sellos a pesas y medidas
venta de basuras
pensi6n a banos y lav.
prendas semovientes
comida de presos
1% efectos extranjeros
arrend. Alh6ndiga
ingresos extraord.
Ingreso Total

Ingreso en 2 Ramas

561,134.5 100,00

354,616.3 100.00

1842
Ingreso
total
0.0
22,986.7
21,120.4
79,932.5
82,275.1
12,282.2
23,404.6
5,534.0
2,727.7
1,370.6
449.0
6,852.4
3,207.6
6,657.3
1,625.0
108.0
0.0
80,752.1
1,440.0
14,013.2
365,739.6
0.0
710.7
2,384.2
64,651.5
87,643.0
1,660.6
0.0
40.0
157,090.4

Cff"

0.00
4.40
4.04
15.29
15.74
2.35
4.48
1.06
0.52
0.26
0.09
1.31
0.61
1.27
0.31
0.02
0.00
15.45
0.28
2.68
69.95
0.00
0.14
0.46
12.37
16.76
0.32
0.00
0.01
30.05

522,830.2 100.00

Fuente: Cortes de caja pertenecientes a 1840" Archivo Municipal de Guadalajara. Paquete


61, Legajo 20, 1840.
Cortes de caja pertenecientes a 1841" Archivo Municipal de Guadalajara. Paquete #
62, Legajo # 21, 1841.
Cortes de Caja pertenecientes a 1842" Pg. 63 Leg. 60.
Calculado en base a los datas.
concepto camo porcentaje dei ingreso total= Rama alumbrado+ Ramo Municipal.
Nota: Los numeros despus dei punta no se toman en cuenta coma en el sistema decimal
ya que son reales y cada 8 reales forman un peso.

Perfodo Il. Elliberalismo deI siglo XIX en Guadalajara

149

Si con ese capital, el Ayuntamiento comprara otras fincas urbanas,


pOOrfa incrementar sus rentas hasta en 3,900 pesos (es decir en un 96.9
%). Mientras que, si invirtiera ese capital en la edificaci6n de algunos
puestos en las plazas, las entradas serfan dei orden de los 8,910 pesos;
pues coma se desprende de un documenta capitular de 1842, uno de los
ramos mas prOOuctivos dei fonda municipal, es el que generan las plazas.
Asf por ejemplo, la de la Independencia procuraba, en ese mismo ano, 25
pesos y la de San Agustfn, 10 pesos y medio real. La suma total de los
prOOuctos de esas dos plazas, ascendfa a 12,734 pesos y 6 reales; es decir,
alrededor de dfez veces mas de 10 que se percibfa por el ramo de tierras. 3D
En conclusi6n, el argumento que se esgrime aquf pretende liberar la
propiedad y valorizarla en trminos de la renta que es capaz de generar.

4.

La defensa dei ejido: iuna preocupaci6n de orden social?

Si tomamos en consideraci6n que un gran numero de los ejidos son ocupados por familias de bajos ingresos. Sin duda alguna, su venta habrfa
vulnerado los intereses de la mayorfa de ellos. A excepci6n de la propuesta de 1826 -en la cual se sefiala que los poseedores serfan preferidos
dndoseles el derecho de tanto-,31 en 1833, 1840 Y 1842, se insiste mas en
abrir las puertas a las pujas 0 subastas publicas. Un mecanismo coma
ste, habrfa contribuido a generar una dinmica de especulaci6n y revalorizaci6n de suelo que, a su vez, propiciarfa un incremento en las rentas de
los solares que quedaran "Iiberados" dei censo perpetuo y pasaran a una
renta a corto plazo. En ellos, probablemente se instalarfan familias con
recursos mas elevados, 10 que se traducirfa en una fuerte exclusion y en
un nuevo reacomOOo socio-espacial, pues el mismo proyecto de venta de
1842, concebfa algunos medios para ejercer presi6n sobre aquellas familias que no desearan vender:
30 Segun se puede inferir en el estudio que realiz6 el regidor Antonio Monroy en 1842; en
donde se constata que la suma percibida por este ramo, se incrementa de manera considerable, pues de un ano a otro creci6 en 2,040 pesos.
Es de hacer notar que el producto anual de las plazas representa el 16.30% en 1840 ,
19.15% en 1841 y 20.22% deI total dei ingreso municipal en 1842 (10 que equivale a
91,501.6; 67,908.4 Y16,565.6 pesos); mientras que el ramo de ejidos contabiliza s6lo el
1.02%; 3.02% Y2.35% dei total, para los mismos alios de referencia (es decir, 5,716.2;
1,534.3 Y 1,747.4 pesos). Vase al respecto el Cuadro N" 2: El ingreso municipal en el
rama de egidos -1840,1841 Y 1842.
31 Derecho de tanto, que la mayorfa de los habitantes no podrfan ejercer, pues las condiciones de venta propuestas en los documentos de 1826, 10 imposibilitaban.

150

Eduardo Lapez Moreno

Se dira que muchos no querran ni comprar unos ni vender otros, y que a ninguno se
puede obligar, y qu se pierde abriendo la puerta? Unos entraran luego, otros 10 harn
despus. Tambin se puede usar de medios indirectos como obligar a blanquear,
levantar tapias 0 embanquetar12

Ese tipo de estrategias, asf coma los objetivos que en el fondo se persiguen, ponen en claro que las ventas habrian traido beneficios solo para
unos cuantos de los enfiteutas y para otros muchos compradores no ocupantes de los terrenos; en ese sentido, los diferentes intentos que hubo en
este periodo, para deshacerse de la propiedad municipal, representan un
proyecto sin un verdadero contenido social, que confronta a la polftica
social que, de una forma u otra, el gobierno independiente habfa decidido
mantener hasta ese entonces.
Las consideraciones que fueron presentadas por la Junta Departamental, para rehusar la venta de los ejidos en 1840 y 1842, muestran que la
resolucion final -adems de las limitaciones que la misma ley establecfa-, no se inspiraba en una postura social. A nuestro modo de ver, se
apoyaba en dos argumentos centrales: uno, que hoy dfa podemos considerar de orden economico, y otro, de orden juridico-economico; ambos se
expresan en trminos de un costo-beneficio que resultarfa contrario a esa
corporacion.
En relacion al primero, la Junta determina que la peticion "no debe
tomarse en consideracion, mientras no se arregle convenientemente el
ramo de la Hacienda Municipal, para saber de 10 que justa y comodamente puede disponer para fines de utilidad y aumento de aquella" .JJ De
acuerdo al dictamen emitido, la Junta adopto esa posicion, porque no
encontro antecedentes relativos a la composicion y producto de los ejidos
y porque
es indispensable graduar la cantldad que podrfa proporclOnar aquella enajenaci6n ..
contraiiida a los solares de que Justamente puede disponer dicha corporaci6n y el
importe de las mejoras de que necesariamente habrfa de indemnizarse a los enfiteutas
que no quisieran entrar y que lienen mejoras realizadas .... el proyecto de luego amenaza en perjuicio dei fondo municipal, por causa de los altos costos que dichas indemntzaciones representan."

El mismo documento, sefiala que coma no se sabe la cantidad que


podrfa obtenerse de las ventas ni si ella seria suficiente para cubrir los
gastos en que se incurriera, no "se pueden verificar las ventajas que a pri32 Archivo Municipal de Guadalajara, legajo 97, paquete 63, 1842.
33 Archivo Municipal de Guadalajara, 1842, paquete 63, legajo 21.

34 Idem.

Per{odo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

151

mera vista se ha prometido". Concluyendo que "10 contrario es de temerse y que el fondo venga a perder esos productos cortos 0 no cortos sin
ninguna compensaci6n". De la posici6n que adopt61a Junta, se desprende
que la propuesta dei Municipio se enfrentaba a una contradicci6n; tener
una propiedad que generaba rentas muy bajas y requerir de mecanismos
costosos para deshacerse de ella.
Las ventas masivas de ejidos que tendrn lugar a partir de 1855, pondrn de manifiesto que, el proceso de desincorporaci6nm s610 podfa
hacerse si el Municipio transferfa sus ganancias a un sector reducido de la
poblaci6n, 10 que en principio traer coma consecuencia altos costos
sociales.
En relaci6n al segundo de los argumentos (es decir, en relaci6n a las
consideraciones jurfdico-econ6micas), la Junta Departamental determina
que los solares no pueden venderse legalmente con un avaluo aproximado
s610 fundado en conjeturas. Segun el dictmen, previamente se debe practicar una valuaci6n con toda formalidad y con el reconocimiento de un
perito, quien precisa conocer el numero total de ejidos, la situaci6n legal
de cada unD de ellos, las mejoras que se le hicieron, las dimensiones que
tiene, etc., "pues en el casa contrario existe el riesgo de que las operaciones se efectuaran en desacuerdo con las leyes que rigen la venta de bienes
de menores de cuyo privilegio no se puede desnudar a los de la ciudad".35
Evidentemente, el ajustarse a esas condiciones legales, supondrfa una
serie de gastos coma son la necesidad de preparar un inventario, hacer
diligencias de apeo y deslinde, efectuar evaluaciones rigurosas y pregonar
los remates en subasta publica. 36 Es decir; "hacer un gasto que se llevarfa
entre un quinto y un octavo del valor total de los ejidos, adems de que se
necesita de un perito hbil... el mismo que no hay ni con qu pagarlo por
10 arruinado deI fondo municipal".37
En este argumenta, se hace evidente una segunda contradicci6n que
tiene que ver con la pensi6n enfitutica y el valor dei suelo. De acuerdo
con sta, el perito que se contratarfa, tendrfa que efectuar una doble apreciaci6n. Una en relaci6n al valor real que el predio tiene en el mercado, y
otra, al capital que ste representa en relaci6n al porcentaje que se paga por
el censo. ~ Cual de ellas se tiene que privilegiar, el precio real ligado a la
35 Archivo Municipal de Guadalajara, 1842, paq. 63, leg. 21. Es de hacer notar que, desde
el 10 de diciembre de 1840, la Junta Departamental insista en que la prefectura precisaba tener una "Noticia circunstanciada de todos los egidos".
36 N6tese que la misma Comisi6n que nombr6 la Junta Departamental supone que los ejidos no serian adjudicados a sus poseedores sino vendidos al mejor poslor.
37 Archivo Municipal de Guadalajara, 1842, Idem.

152

Eduardo L6pez Moreno

propiedad privada 0 el deI censo perpetuo? Si los terrenos se dieran en


adjudicaci6n a sus ocupantes, la segunda seria la valuaci6n mas adecuada,
pero como se tiene pensado Ilevar a cabo ventas al "mejor postor", la primera aparece como la formula mas id6nea. No obstante, el enfiteuta finalmente tiene un doble derecho: de posesi6n (siempre y cuando cumpla con
los trminos dei contrato) y de tanto; 10 que le permitiria instruir un proceso reclamatorio y eventualmente llevar al Municipio a reconsiderar las condiciones de venta en base al valor de la pensi6n y no al deI mercado. En
caso contrario, le haria entrar en una serie de litigios y pleitos judiciales
que, los miembros de la Comisi6n de la Junta Departamental, no deseaban.
A manera de conclusi6n sobre este apartado, consideramos que los
primeros intentos locales por privatizar la propiedad urbana, municipal y
eclesiastica, no incorporaron los valores medulares delliberalismo, como
son el garantizar -a travs de varias reformas- un principio de igualdad
entre los hombres que se traducirfa en un acceso libre a la propiedad
(principalmente rafz), a fin de impulsar el desarrollo de una clase media
emergente; para 10 cual, se requerirfa abolir 0 acabar con el corporatismo
existente y el sistema de privilegios que resultaba de l.
Las propuestas se limitaban simplemente a introducir otra racionalidad en la gesti6n tradicional de la ciudad. sustentandose en un proyecto
de naturaleza econ6mica. La gran excepci6n de estos afios 10 constituyen
las disposiciones y debates que, a nivel nacional, tuvieron lugar en 1820,
y a nive] local en 1822 y en 1833. Suprimiendo, con los primeros, toda
clase de vinculaciones JR y con los segundos intentando "liberar" la propiedad de las comunidades indfgenas en base a ciertos valores liberales
como eran la busqueda de la generalizaci6n de la propiedad privada y la
expansi6n de una clase propietaria ruraP' Mientras que, con las disposi38 Nos referimos al decreto dei 27 de septiembre de 1820.
39 Nos referimos a las Instrucciones que la Diputaci6n Provincial circul6 a los Ayuntamientos el 5 de diciembre de 1822 y que fueron ratificadas por el decreto 2 dei Congreso Constitucional de Jalisco, que declar6 propietarios a los ndigenas de las tierras, casas
y solares, que posefan en particular en sus pueblos. Estas disposiciones eran, en gran
parte animadas, por los escritos deI Doctor Severo Maldonado, en cuyas ideas se hacen
patentes los principios Iiberales. En 1822, el doctor escriba : "[Las propiedades] deben
dividirse en tantas porciones iguales, cuantas sean las familias de indios ..., transfinendose a ceula una de ellas el
ab.wluto y perfecto dominio de su po.ucin. para que
puedan donarla, venderla, 0 hacer de ella el uso que quieran. La justicia clama porque a
estos infelices [los indigenas] ya que no se les pueden volver las tierras de que los despoj6 la rapacidad espai\ola, por 10 menos se les den en propiedad las tierras que hoy
poseen como usufructuarios ... Esta providencia... multiplicar luego a mil/aradas los

mas

propietarios territoriales.
"Es verdad que estas porciones son tan pequei\as que a ninguno sacaran de la miseria;
pero eI derecho de propiedad trasferido a los indios les facilitara el que puedan venderlas, dando Jugar a que se formen porciones de mediana extensi6n y a que desaparezca el

Perfodo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

153

ciones deI 33 -que a diferencia de las precedentes atafien por igual al


mundo urbano y al rural-, se intenta suprimir la propiedad estancada de
la Iglesia. Proyecto que resulta mucha mas deI anticlericalismo de una ala
radical de las lites de la poca, que de un liberalismo propiamente dicho.
No obstante, en todas esta" posturas se puede entrever a los precursores
de un pensamiento Iiberal que, desde la consecuci6n de la independencia
nacional, empieza a manifiestarse; en un primer tiempo, con las disposiciones que decretaron las C6rtes de Espafia en 1812-1813,40 para tomar
mas impulso con las propuestas de 1840 y 1842, Ydesarrollarse definitivamente con la Reforma.

5.

El sustento teorico-ideologico de las teorias Iiberales


y su relacion con la propiedad inmobiliaria urbana
La tendencia a la concentraci6n de la propiedad es resultado unico y exclusivo de
los cuerpos po/{ticos. y una naci6n en que estos llegan a multiplicarse. aunque
sean corlos en numero.~e hal/an muy difundidos en la sociedad.... ha abierto ya el
abismo donde ha de .~umergirse su !ortuna publica.

Jos Ma. Mora

El jaliscience Mariano Otero, uno de los exponentes principales deI liberalismo, en su ensayo El verdadero estado de la cuesti6n social y polftica
que se agita en la republica, publicado en 1842, refiere c6mo la aristocracia mexicana tenia sus propiedades raices abandonadas al cuidado de
administradores, viviendo indolentemente en las capitales y gozando la
influencia que le daban sus rentas. Posteriorrnente, realiza un calculo de
las diversas propiedades que posefa el c1ero, concluyendo que, sin duda,
ste era el mas rico propietario de la republica. 4J Para l, coma para el
resta de los liberales, las riquezas, los privilegios, las prohibiciones y los
monopolios, eran los elementos centrales que debian ser atacados por el
principal estorbo que mantiene aislados a los indios dei resto de la masa nacional, dndole la homogeneidad de que carece, y que es uno de los obstculos que mas se oponen
a la regeneraci6n social. 1822, colecci6n de acuerdos 6rdenes y decretos sobre tierras.
casas y solares de los indigenas.... Op. Cit. Los subrayados son nuestros.
40 Las leyes a las que aludimos. decretaron la division de las tierras realengas entre los
indios, reservandose hacer en 10 futuro una repartici6n mas amplia y general. En 10
urbano, autorizaron la reduccion de baldios y otros lerrenos comunes a dominio particular, exceptuando solamenle los ejidos necesarios a los pueblos (4 de junio de 1813).
41 Olero M. Op. Cit., p. 36. Biblioteca Publica dei ESlado, Miscelnea N 70.

154

Eduardo Lapez Moreno

espfritu de las reformas que, de una forma u otra, se emprendfan desde la


independencia.
El objetivo perseguido, era el de establecer un 6rden social equitativo
y justo, en el que la libertad sustituyera a la servidumbre y la igualdad a
los privilegios. 42 De tal forma que libertad e igualdad garantizaran la libre
busqueda de la riqueza y el desarrollo de los intereses individuales, que
multiples restricciones y ciertos factores, coma 10 sagrado y el orden
jerrquico de la sociedad colonial, no 10 habfan permitido. 43
Segun el discurso liberal, ese fen6meno habfa traido coma consecuencia una fuerte concentraci6n de la propiedad (en todas sus modalidades) y
su imposibilidad a que cualquier miembro de la sociedad pudiera adquirirla, puesto que ella habfa dejado de ser parte de una organizaci6n
comun a la sociedad para ser parte s610 de ciertos sectores de la misma.
Ese era el casa con la propiedad rafz, la cual, se encontraba vinculada 0
estancada, esta es, imposibilitada a que cualquier individuo pudiera enajenarla.
La necesidad de "desestancar" todo tipo de propiedad (yen particular
la dei suelo), es decir, liberarla de esa servidumbre, se convierte en unD
de los ejes fundamentales dei movimiento reformador. Para avanzar en
elIo, se opera simultneamente en dos niveles: transformando la realidad
propiamente dicha y transformando los valores ideol6gicos. Ambos niveles engloban dos aspectos centrales: 10 polftico y 10 econ6mico (de ahf
que se hable de dos tipos de liberalismo). El primero -que es a su vez
intelectual y cultural- tuvo una influencia directa dei pensamiento francs
dei igualitarismo; esta es, se inspir6 en los derechos inalienables de
igualdad. El segundo adopt6 las ideas britnicas y norteamericanas de los
modelos de desarrollo econ6mico y de las leyes econ6micas naturales.
Con el primero, se busca crear una naci6n jurfdicamente uniforme,
" ... un regimen exacto con una libertad perfecta y una justicia perfecta"
que garantice el libre juego de los intereses individuales que son la base
de la prosperidad general. 44 Mientras que con el segundo, se busca derogar ciertas leyes econ6micas (por ejemplo en 10 fiscal, en las transacciones y el intercambio), las cuales, segun los mismos reformadores, son
contraproductivas bajo las condiciones imperantes. 4l
La realidad empieza a transformarse par las desregulaciones, nuevas
legislaciones y por una serie de acciones encaminadas a remover institu42
43
44
45

M. Olero, Op. ClI., p. 82.


I. Jaksic. Op. Cil.
Charles Hale. Op. Cil.
El objelivo perseguido, es el de garanlizar la libre empresa, para que sta pueda responder rapidamenle a las fuerzas dei mercado.

Periodo II. Elliberalismo del siglo x/x en Guadalajara

155

ciones y resabios coloniales, sustentndose en varios principios ideol6gicos, entre los cuales, podemos evocar los tres principales, que a nuestro
juicio, se relacionan con el tema que tratamos: (i) las teorfas de la competencia y la selecci6n natural; (ii) la armonfa espontanea de los intereses y
la repartici6n cuasi-automatica de la propiedad; y (iii) un principio universaI de igualdad.
i) Las teorias de la competencia y la seleccion natural. De acuerdo
con estas teorfas, en una sociedad que ofrece los mismos derechos, algunos individuos tienen la capacidad de distinguirse de otros; esta facultad
se explica gracias a un proceso de seleccion natural que solo puede operar
con justicia en un medio ambiente de competencia natural 0 libre.
Segun Jos Ma. Mora, uno de los indicadores principales para medir
esa facultad individual, es decir, para reconocer (y evaluar) coma se
manifiesta la selecci6n natural, es la capacidad de adquirir y poseer bienes rafces. Los detentores de esos bienes, son aqullos que pueden garantizar el orden interno de la sociedad, pues ellos mismos son quienes tienen mas inters en la preservacion, y eventualmente en la mejora, deI
status quo. 46 y puesto que la selecci6n natural, finalmente, se hace en
beneficio de la sociedad,47 es ella misma quien debe propugnar porque las
propiedades que se encuentran concentradas en algunos individuos, en el
Municipio 0 la Iglesia -es decir, en corporaciones civiles 0 eclesiasticas-,
sean liberadas y esas formas de acumulaci6n y acaparaci6n sean
abolidas'" De 10 contrario el proceso de selecci6n se imposibilitara.
El objetivo perseguido, una vez que se cumpla ese prop6sito, es el de
extender 0 repartir al maximo la propiedad, principalmente entre la clase
media, de tal manera que pueda crearse una multitud de pequefios propietarios, "los cuales, a partir de su fuerza expansiva, seran la base deI orden
publico""9
46 Mora escribe: "S610 los poseedores de propiedad individual pueden ejercer libremente
sus derechos y al mismo tiempo ser responsables con la sociedad." Citado por Ch. Hale,
Op. Cir., p. 377.
47 1. Jaksic. Op. Cir., p. 23.
48 M. Otero, 10 denuncia seiialando que, esas formas, se habian constituido por los abusos
y los privilegios de los dueiios de la propiedad, de la magistratura..., de los agentes
subaltemos de poder, dei comercio monopolizador y de la fuerza armada Op. Cir., p. 62.
49 Asi 10 concebia Jos M. Mora, Op. Cir., p. 377. Es de hacer notar, que la fuerza 0 capacidad expansiva de esta clase, era uno de los puntos centrales de las teorias liberales.
Otero, en el ensayo que hemos venido citando, insiste en seiialar la influencia de la clase
media (Op. Cir., p. 81): "todo 10 que sea aumentar el nl1mero de los propietarios particulares, que solos forman la poblaci6n de la mayor parte de las ciudades..., sera dar fuerza
a esas poblaciones, y exrender par rodas parres la vida y la ilusrraci6n; independientes
estas clases de todos los yugos que imponen la necesidad y el error..., el/as vendran a

ser el verdadero principio constltutlvo de la republica."

156

Eduardo LOpez Moreno

Este postulado te6rico-ideoI6gico, fundamentado en la propiedad. se


nutre de las ideas de Benjamin Constant, quien confiaba en la posibilidad
de conformar una clase nueva de pequefios propietarios, fundamentalmente de campesinos. Los liberales mexicanos ven tambin en ella una
clase estabilizadora, Otero escribe al respecto:
La c1ase media que constituia el verdadero caracter de la poblaci6n... debfa naturalmente venir a ser el principal elemento de la sociedad, que encontraba en ella el verdadero grmen dei progreso y el elemento poUtico nui.! natural y favorable que pudiera

desearse para lafutura constituci6n de la reptiblica.'"

Ahora bien, es de hacer notar que el concepto de la propiedad es


interpretado de maneras diferentes. Constant y los liberales mexicanos, 10
aplican solamente a la propiedad raiz,51 y casi exclusivamente a la rural.
Muchos otros, le dan un significado mas amplio que engloba a comerciantes, artesanos, profesores... "los cuales si bien no forman parte de las
clases propietarias estabilizadoras, si tienen inters porque se mantenga la
paz"Y De hecho, en aigunos peri6dicos coetneos coma Primera Epoca y
El Observador de la Republica Mexicana, se debatfa abiertamente que
los individuos que postularan a puestos publicos, coma las Asambleas
Representativas, tenfan que ser propietarios. Refirindose a este ultimo
tipo de propietarios.
ii) La armonfa espontanea de los intereses. Los te6ricos liberales
mexicanos, inspirndose en los clsicos, coinciden en sefialar que entre
los individuos existe una identidad de intereses que se desarrolla en
forma espontnea, de ahf que en las cuestiones de orden econ6mico. no se
requiera de la intervenci6n directa dei Estado. Por el contrario. sostienen
que se deben desarrollar ciertos mecanismos que permitan enfrentar su
poder ilimitado y el de los grupos y corporaciones que de l emanaron. 5J
Iniciando, simultneamente, un proceso de transformaci6n y de erosi6n
de los valores culturales y sociales que contribuyeron a la legitimaci6n de
ese mismo Estado.
50 Otero. Op. Cit. pA7. Segun el autor. conforme ?umentara la c1ase propietaria disminuiria la de los pro1etarios.
51 Normalmente se hace referencia al suelo agricola. ya sea productivo 0 no; las leyes y
disposiciones que se creen. conciemen al mundo rural. y solo por extensi6n al urbano.
Una excepci6n la constituyen las Cortes de Cadiz.
52 Heroles. Jesus R. El Liberalismo mexicano en pocas paginas, SEP. 1985.
53 Charles Hale. retomando los trabajos de Bentham. apunta que el obstaculo principal en
el desarrollo de una identidad de intereses. era el espiritu corporativo. el cual violentaba
el inters general de la sociedad. Op. Cil. p.158.

Periodo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

157

Para ellos, el suelo urbano aparece coma un bien de cambio que no ha


podido ser liberado y puesto en el mercado, precisamente porque se le ha
utilizado hist6ricamente coma unD de esos valores de legitimaci6n. De tal
forma que la transformacion de la propiedad juridica (de suelo corporativo a privado), no s610 les sera 6til en su proyecto para debilitar al Estado
patrimonialista, sino tambin para afianzar el proyecto econ6mico y
social que ellos abanderan.
Su postulado es que, una vez que se puedan realizar todo tipo de transacciones con el suelo -dada su calidad de mercancia universalmente disponible-, las leyes naturales facilitarn que se distribuya de una forma
mas 0 menos armonica dentro de la sociedad. Es decir, por tratarse de un
bien economico, y no social, mucho menos polftico, la presencia deI Estado s610 debe limitarse a crear un marco juridico que asegure que dicha
distribucion se haga sin ventajas y privilegios, "10 que redundara en el
progreso material y moral de la sociedad'?'
Hay que recordar que hasta las reformas liberales, la estructura de la
propiedad raiz en Guadalajara era compleja y variada, tanto a nivel de las
formas de uso coma de dominio; de tal manera, que solo un porcentaje
reducido de la superficie de la ciudad se encontraba libre de trabas para
ser comercializada en cualquier momento. Los liberales intentan suprimir
todo tipo de restricciones a fin de hacer accesible dicha propiedad en el
mercado, ponindola a disposicion a cualquiera que quisiera adquirirla.
Este proceso de Iiberalizacion se hace con el objeto de generalizar la propiedad privada -10 que en adelante para los liberales debe ser concebido
coma un derecho inviolable-; sin embargo, coma 10 veremos mas adelante, su supuesta generalizacion traera consigo una tal acumulacion y
monopolizacion, que de nueva cuenta, un porcentaje significativo de la
propiedad quedara de facto fuera dei mercado (nos referimos a la constituci6n de los latifundios urbanos que se generaron como resultado de la
Reforma, vase infra. punto 9).
iii) Un principio universal de igualdad. El discurso liberal sostiene
que bsicamente todos los individuos son iguales, de tal forma que si se
54 Mora, Jos Ma. Obras Sueltas, Ed. Porr6a, 1963, p. 465. En realidad, existe una cierta
tensi6n al respecto, pues algunos liberales propugnan por debilitar al Estado, a fin de que
intervenga 10 mfnimo posible en el desarrollo de los intereses individuales. Mientras que
otros, coma Mora, consideran que ellegislador debfa trabajar para disminuir la desigualdad natural; previniendo que una excesiva autoridad gubemamenta! entrarfa en ta! tipo de
actividad, que ella misma cometeria los crfmenes que intentaba evitar. En 10 politico, sf
existfa un cierto consenso pot que el Estado tuviera una intervenci6n mas fuerte. Posici6n
que lIev6 a la coexistencia de un Estado poHlieo fuerte y un laissezjaire en 10 econ6mico.
Probablemente, una de las caracterfsticas mas importantes dei sistema mexicano.

158

Eduardo Lapez Moreno

les dan a todos los mismos derechos se les dan tambin las mismas posibilidades; es decir, se logra un principio universal de igualdad entre los
hombres. ss
"La sociedad", escribe Ignacio Ramirez, representante dei Hamado
liberalismo social, "no puede dar a todos sus miembros la igualdad en los
bienes positivos, pero puede garantizar la igualdad en los medios y en los
derechos para la adquisici6n de todo aquHo que constituye el bienestar y
la riqueza".S6
Consideramos que ese discurso, en el fondo es populista, porque ademas de involucrar por igual a todos los grupos que componen a la sociedad, hace pasar la idea de que las mayorias -una vez educadas y moralizadas-,S7 participarian de la misma manera en los beneficios sociales que
traeria el nuevo regimen; de tal forma que 10 que realmente se requerfa,
era enfrentar los diversos privilegios y monopolios de los cuerpos sociales, a fin de acabar con 10 que podriamos Hamar el monopolio de las ventajas sociales, a partir dei cual se generan los demas.
Una vez que se lograra ese cometido, las leyes se debfan dirigir a
garantizar a cada individuo, con el menor sacrificio posible, la satisfacci6n de sus facultades humanas. Sin embargo, para que las leyes pudieran
favorecer y proteger los derechos individuales, se requeria que fueran elaboradas con la voluntad y el inters de todos, asegurando ciertos derechos
fundamentales coma la igualdad, la seguridad personal y el derecho de
propiedad --<lue, seglin Otero, es el primera de todos en el estado social. s,
Estos principios, coma ya 10 comentamos, debfan construirse sin que
se concedieran ventajas ni monopolios que disminuyeran la pratecci6n de
los demas derechos. No obstante, coma 10 veremos mas adelante en rela55 N6tese que el movimiento liOOral se presenta coma producto de una voluntad general,
no s610 de la naci6n, sinD de la propia humanidad; esto es, como una obra de la civilizaci6n, de ah! su valor universal. AI respeclo M. Otero escriOO: "Un movimiento lento.
radical e irresistible cunda por la naci6n, con tanto mas fuerza cuanto que l no era mas
que la expresi6n de la ley general de la humanidad, de esa ley de mejora, profundamente arraigada en la naturaleza misma dei hombre y desenvuelta en nuestros dias con una
fuerza nunca vista." (Op. Cil., p.75).
56 Citado por Reyes Heroles, Op. Cil., p. 479. El pr6posito Iiberal consideraba que era
necesario el hacer circular capitales, crear excedentes, es decir; producir una abundancia
que permitirfa el desarrollo de diversos giros: agricolas, industriales..., con e1los vendrfa
el desarrollo, la prosperidad y en consecuencia, una redistribuci6n de la riqueza.
57 Los Iiberales estaban convencidos de que se requeria de reformas que permitieran desarrollar la inteligencia de la sociedad, y principalmente la de las mayorias, refirindose a
una reforma educativa que permitiera instruir a la multitud y olras que mejoraran las condiciones de los hombres y sus relaciones materiales, entre ellas una reforma de suelo.
58 Otero, Op. Cil., p. 83.

Perfodo II. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

159

ci6n al proceso de desincorporaci6n de la propiedad municipal y eclesiastica, para hacer efectivo ese principio de igualdad se requeria de un equilibrio entre las diversas partes de la sociedad; sin embargo, en ese entonces, como hoy en dia, fueron las grandes diferencias las que
prevalecieron, convirtindose finalmente stas, en grandes ventajas para
ciertos grupos.
Ahora bien, es de hacer notar que, en trminos generales, el proceso
de acumulaci6n de la propiedad no representa una contradicci6n para los
te6ricos liberales. Si bien 1. Ma. Mora insiste en que, a fin de evitar que
las reformas no fueran a beneficiar a los mas ricos, la propiedad deberia
transferirse preferencialmente a favor de los ocupantes; reconoce tambin
que la propiedad corporativa debfa ser reducida 0 eliminada, mientras que
la propiedad individual no debfa de serlo. 59 Una posici6n como esa, deja
sin legislar los latifundios; los cuales, a pesar de parecer pemiciosos, no
dejaban de ser propiedad privada. 60 El mismo Jovellanos, quien habla
enfatizado los riesgos de los mayorazgos y 10 perverso que resultaria el
proceso de acumulaci6n natural a los intereses individuales, consideraba
que esa "perversi6n final mente era necesaria y capaz de establecer sus
propios limites, debido a las vicisitudes naturales de la fortuna".OI Esta
actitud hacia los latifundios, es un elemento clave que nos permite entender el concepto eIitista delliberalismo dei siglo XIX.

6.

La desamortizacion de la propiedad raiz urbana


en manos deI Municipio y dei c1ero

Con el triunfo de la revoluci6n de Ayutla, el gobierno liberal promulga


las Leyes de Reforma que, en muchos sentidos, trazaron el camino para la
consolidaci6n de la Republica. Dentro de estas leyes -en el campo de la
vivienda y de la propiedad inmobiliaria general-, cobra especial importancia la Ley Lerdo de 1856, la cual se crea con el objeto de suprimir la
propiedad raiz de las corporaciones eclesisticas y civiles que existian en
el pais. Sin embargo, como un caso excepcional, en la ciudad de Guadalajara, desde un afio antes, se habia promulgado una ley local, que ponia

59 Mora, citado por Ch. Hale, Op. Cit., pp. 377 Y 381. Recurdese que para los fisi6cratas,
el verdadero problema de la sociedad, no estribaba en la acumulaci6n de la riqueza, sino
eh los obstaculos que impedian que los individuos persiguieran Iibremente sus intereses.
60 Jean Bazant, nota que los legisladores dificilmente podian aplicar medidas correctivas
sobre esas grandes extensiones, debido a que la mayoria de ellos eran tambin grandes
propietarios. Vease Los bienes de la Iglesia en el tiempo de la Reforma, Colegio de
Mxico, 1977.
61 Ch. Hale, Op. Cit., p. 182.

160

Eduardo LOpez Moreno

en estado de venta los ejidos y solares urbanos propiedad deI Municipio,


que se encontraban dados en arriendo, en censo 0 en cualquier otra forma
juridica a particulares.62
Las dos leyes -persiguiendo cada una de ellas objetivos diferentes-,
dieron lugar a un proceso masivo de desincorporaci6n de la propiedad
corporativa que estaba en manos deI clero, de las comunidades indigenas
y deI municipio. Propiedad, esta ultima, que hacia la mitad deI siglo XIX,
representaba mas de un tercio de la superficie urbana de la ciudad, y que
en un periodo de s610 8 aiios (1855-1873), se privatiz6 con el objeto de
allegarse fondos y de aumentar los bienes en circulaci6n para impulsar el
desarrollo deI mercado inmobiliario.
El primero de esos momentos, resulta de la ley que el Gobemador
Degollado promulg6 el 12 de diciembre de 1855, facultando al Ayuntamiento a enajenar tOOos los ejidos de la ciudad, a fin de destinar el producto liquido de sus ventas, exclusivamente a la construcci6n de un teatro
en el centro de la Plaza de San Agustfn. 63 El segundo momento, casi seis
meses despus, resulta de la Ley federai de desamortizaci6n de bienes en
manos muertas, conocida coma Ley Lerdo, que fue hecha efectiva a partir
deI 25 dejunio de 1856.
Ambas leyes, coma 10 veremos en el curso de este apartado, con
mecanismos juridicos y sistemas financieros diferentes, produjeron un
fen6meno similar: la concentraci6n indiscriminada de la propiedad en
pocas manos. Es decir, ambos contribuyeron a alimentar mas el espfritu
especulativo que el prOOuctivo, creando fuertes monopolios inmobiliarios
o reafirrnando los existentes.
El decreto deI gobemador Degollado, va a separar el ramo de ejidos,
de la masa comun de fondos municipales, "formando un ramo separadamente, cuyos productos tanto de ventas coma de rentas vencidas que
ascendian a mas de 8,000 pesos deberian invertirse en la construcci6n deI
teatro".64 Es decir, para hacerse de recursos suficientes, el Municipio procede a vender en remate todos los ejidos de la ciudad y a cobrar las rentas
atrasadas en un plazo mfnimo de tiempo.6S A las familias que estaban
ocupando los predios y pagando con puntualidad sus arrendamientos

62 Inc1uso los que se eneontraban ocupados irregulannente, vase el punto 2 de este periodo.
63 Recurdese que en esta misma plaza se fund6 la ciudad en 1542. AI teatro se le llam6
Alare6n y posteriorrnente Degollado.
64 Arehivo Municipal de Guadalajara, legajo 94, 1856.
65 El artieulo sptimo de la ley seiiala que: "si el fondo que SI: dedica para el teatro no
fuera bastante a eubrir el presupuesto..., se tomara la mitad de los produetos deI cobro
de las plazas". Un ano despus, debido a los bajos reeursos que se pereiben, se propone
el ineremento de los impuestos municipales vIa las garitas. Arehivo Municipal de Guadalajara, !eg. 94, agosto de 1856.

Periodo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

161

anuales, la ley les otorga un derecho de tanto. M El decreto persigue un


objetivo particular que 10 separa, claramente, de los ideales liberales. Por
el contrario, La Ley Lerdo se inscribe perfectamente en elIos, es el espfritu de la Reforma que se materializa en un texto legal, su enunciado centrai retoma 0 se nutre, de los valores y principios ide610gicos que evocamos anteriormente, asf nos 10 hace ver
Considerando que unD de los mayores obstaculos para la prosperidad y engrandecimiento de la nacin, es la falta de movimiento 0 libre circulacin de una gran parte de
la propiedad ralz, base fundamental de la riqueza publica, ... [se proclama que] ... todas
las fincas rusticas y urbanas que hoy tienen 0 administran coma propietarios las corporaciones civiles 0 eclesillsticas de la Republica, se adjudicarn en propiedad a los que
las tienen arrendadas, por el valor correspondiente a la renta que en la actualidad pagan,
calculada coma rdito al seis por ciento anual."

A diferencia dei sistema de ventas en subasta publica, que plantea la


Ley Degollado, la Ley Lerdo otorga un derecho especial a los inquilinos
para que compren los inmuebles que ocupan con muchas facilidades de
pago, se trata de un sistema de adjudicaci6n de la propiedad con un alto
caracter social. El prop6sito principal de esta segunda ley no era fiscal,
como 10 sefiala J. Bazant "aparte de un impuesto de traslaci6n de dominio
dei 5%, la hacienda publica no recibfa nada", el objetivo esta ligado al
rgimen liberal, que intenta creaI' una fuerte clase de propietarios. 68

7.

La privatizacion dei suelo urbano municipal:


las ventas y las adjudicaciones

Desconocemos cuntas familias se beneficiaron en total con las ventas en


subasta y cuantas con las adjudicaciones. Los informes que obtuvimos
sobre la propiedad municipal y eclesiastica, antes de que se aplicaran
estas disposiciones, mencionan un total de 600 u 800 ejidos en manos dei
municipio (referirse al Cuadro W 1).69 La revisi6n detallada de los princi66 Decreto dei 12 de diciembre de 1855, Archivo Municipal de Guadalajara, paquete 147,
legajo 144, Archivo Municipal de Guadalajara.
67 Peri6dico oficial El Pais, T. l, N 57, 25 de junio de 1856. Ley Lerdo de Tejada (el
subrayado es nuestro).
68 Infonavit. La vivienda comunitaria en Mxico, 1988, p. 199.
69 El conocimiento exacto de la ubicaci6n de todos los solares y ejidos, el uso al que estaban destinados y el numero y caracterfsticas de sus poseedores, es aproximado. Vase
las hip6tesis de poblamiento de la propiedad corporativa civil en el Apartado 1. Es de
hacer notar, la preocupaci6n por la falta de control y de informaci6n sobre este ramo,
preocupaci6n que es bastante recurrente en las actas capitulares, citamos coma ejemplo:
- La Glosa de cuentas municipales correspondiente a 1852 registra, entre otros PUAtOS,
que: (i) no estn en ella Iodos los individuos que poseen egidos; (ii) no aparece registro

Eduardo LOpez Moreno

162

pales documentos de esos aiios, coma son El libro de Actas y otros oficios deI Ramo de Tierras, las Boletas que dan cuenta de las ventas relativas a la ley deI 55, y las ventas y adjudicaciones de la ley deI 56, si bien
estan incompletas, nos acercan a un total de 651 operaciones realizadas
sobre la propiedad municipal en un periodo que cubre 18 afios (1855 a
1873)1. Numero que cubre significativamente nuestro universo de amllisis, presentando una alta fiabilidad y coherencia, principalmente si tomamos en consideraci6n la evoluci6n que ha observado este tipo de propiedad desde mediados dl siglo XVIII.

La Ley Degollado
La relaci6n de titulos de propiedad y la lista de compradores realizada por
E. Rico, administrador de las obras dei teatro, muestran que las ventas de
ejidos se empezaron a realizar inmediatamente despus de publicada la
Ley Degollado, notablemente entre enero y octubre de 1856. Segun las
bases estipuladas por la misma ley
se procedera a la venta de todos los ejidos de esta ciudad, considerando con derecho de
tanto a los actuales poseedores, siempre que hayan pagado con puntualidad sus arrendamientos anuales. 71

A pesar de ese Derecho de Preferencia, el plazo relativamente corto


en que se tiene que liquidar el terreno favoreci6 a los censatarios con
posibilidades de pago y a personas que en principio no gozaban de 'Cse
alguno de los que han dejado de pagar sus notas; y (iii) no existe en la secretaria deI
cuerpo, una relaci6n circunstanciada dei numero de egidos que hay. Archivo Municipal
de Guadalajara. paq.76, leg.104.
- En 1855. se conforma una comisi6n con un "perito inteligente y de providad" para que
procediera a hacer un reconocimiento de los egidos. extensi6n. valor. ... eltrabajo no se
lIev6 a cabo (Archivo Municipal de Guadalajara, paq. 76, leg. 39. 27/0711855).
- En 1854 el Gobernador. .. pide una noticia exacta dei numero de ejidos de la ciudad. su
situaci6n. valor. extensi6n. etc. El Ayuntamiento contesta que nombrara una comisi6n
especial para hacer el reconocimiento. Dicha comisi6n nunca fue creada (12/05/1854,
Archivo Municipal de Guadalajara paq. 75, !eg...).
- En 1856. el Ministerio de Hacienda pide una noticia de las fincas pertenecientes a las
corporaciones; solicitando cuantas de ellas son urbanas, su numero. el valor que tienen
para el pago de contribuciones, etc. El recaudador general de contribuciones exime al
comisionado de la venta de ejidos. de esa tarea en virtud de las dificultades que se le
presentaron (30/08/1856. Archivo Municipal de Guadalajara. leg. 26).
70 Esta relaci6n es importante. en la medida en que ella nos perrnite locaii'zar especialmente los ejidos, sei\alar la extensi6n de los que se vendieron. asi como el nombre de los
compradores y el costo en que se adquirieron.
71 Artfculo Primero. Ley Degollado. Archivo Municipal de Guadalajara. paq. 147.leg. 144.

Per{odo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

163

derecho. De tal forma que muchos de los solares no fueron ocupados por
quien los adquiri6, sino que continuaron siendo rentados a sus antiguos
ocupantes 0 a otros nuevos; en ocasiones bajo formas jurfdicas que resultaban demasiado complicadas, en un proceso que disuelve poco a poco
las formas de propiedad compartida, dando paso a la propiedad plena.

La Ley Lerdo
A diferencia de la dei 55, esta ley obliga a todo tipo de corporaciones, a
vender las casas y los terrenos que tienen dados en renta 0 a censo, creando las condiciones legales necesarias para que sus ocupantes se hagan de
ellas. Es decir, la ley intenta que los arrendatarios y censatarios se conviertan en propietarios y los propietarios en acreedores hipotecarios. 71
Esto puede ser posible, gracias a un mecanismo que permite que las familias a las que se les adjudica la propiedad, la adquieran en condiciones
poco gravosas pues el unico desembolso inmediato a hacer era el pago de
un impuesto por concepto de traspaso de dominio (de un 5%), mientras
que la casa 0 terreno se paga a "censo redimible, sobre las mismas fincas,
pudiendo cuando quieran los nuevos duefios redimir el todo, 0 una
parte".71
Las adjudicaciones y remates (en los casos en que las fineas no estuvieran arrendadas), debian hacerse en el trmino de tres meses; transcurrido ste, el inquilino arrendatario perdia sus derechos, pudiendo subrogarse en su lugar un subarrendatario 0 cualquier persona interesada. 74
Una parte importante de la propiedad municipal debi6 haberse vendido con motivo de la Ley Degollado (entre 250 y 300 ejidos); quiza la
mitad de 10 que restaba, se adjudic6 en favor de sus ocupantes entre los
meses de octubre y noviembre de ese mismo ano (es decir entre 250 y
300 predios), y el resta se vendi6 al mejor postor (probablemente entre
200 0 250 ventas), entre las cuales, algunas de ellas se prolongaron hasta
fines de siglo (alrededor de 70 ventas).
Un nlimero tan elevado de ventas, pudo sustituir a las adjudicaciones
que la ley preveia, por varios factores: (i) el arrendatario no tuvo los
72 Ley Lerdo, publicada en El Pais. ES de hacer notar, que las hipotecas de las fincas rernatadas 0 adjudicadas, nunca podfan volver a la propiedad de las corporaciones, stas
debfan rematarlas en almoneda al rnejor postor (Art. 21).
73 Ley Lerdo, El Pais, Art!culo Sptirno. Las deudas de arrendamiento anteriores a la adjudicaci6n, podfan ser dernandadas por la corporaci6n de acuerdo a derecho corn un
(Art.13).
74 Ley Lerdo, El Pais, Arts. 5, 9 Y 10.

Eduardo LOpez Moreno

164
Boleta de ejido

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Per{odo Il. Elliberalismo del siglo XIX en Guadalajara

165

conocimientos 0 la capacidad econ6mica para ejercer sus derechos;75 (ii)


de acuerdo con el Municipio, esos mismos derechos se habian perdido,
por ejemplo, en los casos en que no se dec1ara la ocupacion; y (iii) el
gobiemo local, contraviniendo la ley, decide vender y no adjudicar sus
propiedades, 10 que evidentemente le reditua ms recursos.
Este ultimo punto es comprensible a la luz dei anlisis siguiente: un
ejido que renta un peso anual se debe adjudicar a un valor de alrededor de
16.67 pesos, 10 que se conoce como valor antiguo; mientras que vendido
por remate, 0 a valor nuevo, costaria cerca de los 25.0 pesos. La diferencia entre los dos (de casi un 50%), puede explicar el comportamiento dei
Gobiemo dei Estado que, por una clara omisi6n de ley, exc1uye a los censatarios pobres como beneficiarios. Esta posici6n se hace evidente si se
analiza la solicitud que el gobemador Parrodi, elevo al Presidente de la
Republica, a fin de que le autorizara "la suspension por algun tiempo de
los efectos de la ley dei 25 de junio..., en la parte que previene y reglamenta la adjudicaci6n en propiedad a favor de los particulares".76 En su
demanda, realizada menos de dos meses despus de publicada la ley, el
gobemador aducia la razon siguiente:
Es un hecho que los biene.1 rustieos municipales han permaneeido amortizados, no por
una tendencia de los ayuntamientos a conservarlos en esa condici6n casi improductiva
y totalmente estacionaria, de que han hecho constantes esfuerzos por sacarlos, sino por
los obsttieulos que diehos euerpos oponian las leyes. imposibilitando 0 difieultando las
enajenaciones. Asi que, de pronto la sola concesi6n y libertad de vender sus fincas
como mejor convenga a los intereses de sus fondos, sera bastante para dar el resultado
sin mayores inconvenientes, al paso que la Ley dei 25 de junio aplicada desde luego a
las fincas de que me ocupo, las considera con el valor antiguo que tuvieron al tiempo
de la imposicion de los censos que en ellas se reconocen, y las destituye dei aumento

progresivo de eSlimocion que les ha dado el tiempo y el Incrementa de la poblacion.


Ademas, la regla establecida para las enajenaciones, y que consiste en capitalizar el
cnon que pagan los enfiteutas a raz6n de 6% para determinar el valor de las fincas,
baja .IU precio, euando menos a la mitad de su importe; porque hechas generalmente
las imposiciones de censos con un canon der 3% (que puede haber algunos con el
1.5%), quien hoy paga 6 pesos, por ejemplo, reconoce en el duefio directo un dominio
equivalente a 200, los cuales por la capitalizaci6n que fija la Iey quedan reducidos a
100 pesos.

75 Esto era evidente con la propiedad rUstica, asi 10 seiiala un decreto de Lerdo de Tejada
publicado el 9 de octubre de 1856: "...gran parte de los arrendatarios de terrenos no han

podido adjudietirselos, 0 bien por falta de reeursos.... 0 bien por traba.1 que les ha puesto la eodicia de algunos espeeuladore.I... , subrogandose en su lugar, luego que pase el
tiempo designado para las adjudicaciones" (el subrayado es nuestro).

76 El Pais, N 73; 4 de octubre de 1856, p.l.

166

Eduardo LOpez Moreno

En base a ese razonamiento, Parrodi insistfa en que los municipios


debfan tener el derecho de vender sus bienes en "dominio pleno y sin enfiteusis en los trminos que eran mas ventajosos a sus fondos".77 Puesto que:
si ellos [los enfiteutas] quisieran hacer uso de ese [su] derecho, queda notablemente
desmejorada la condici6n dei vendedor, porque se le priva de la concurrencia de compradores, que suben la estimaci6n del objeto.

Segun el gobemador, un plazo de 6 meses seria suficiente para que


los ejidos se vendieran bajo la misma modalidad que el decreto Degollado, que habfa trafdo un notable provecho a los fondos muncipales y estaba permitiendo la construcci6n deI teatro. 7' A pesar de que el gobiemo
federal no acept6 la propuesta deI sefior Parrodi, las ventas se continuaron
lIevando a cabo en lugar de las adjudicaciones previstas por la ley. Esto
fue posible gracias a una pequefia argucia que consistfa en escribir en las
bolet'lS de venta la leyenda: "este contrato fue realizado tres meses despus de publicada la ley deI 25 de junio de 1856."79

8. La Ley Lerdo: de la renta perpetua a la propiedad definitiva


A diferencia deI arrendamiento, la figura deI censo enfitutico permite -y
de hecho obliga-, a que las familias construyan en el predio que ocupan.
El censatario puede convertirse en el duefio de la propiedad, pero s610
con el dominio util de la misma, pues el municipio, a travs deI lIamado
fondo de propios, conserva el dominio directo.
Con las Leyes de Reforma, y notablemente la Ley Lerdo, se dan las
bases legales para transformar ese tipo de propiedad, pasando de un sistema de renta perpetua a otro de propiedad definitiva. Por medio de un
mecanismo de accesi6n al suelo en plazos relativamente cortos de 2, 4 Y5
anos. so
77 Idem.
78 A. Parrodi escribe: "no debo pasar en silencio que antes de la publicaci6n de la ley en
esta capital se han estado vendiendo con arreglo al decreto dei Gobierno dei Estado...
los terrenos deI Ayuntamiento con una actividad rara y con notable provecho de los fondos ...", El Pais, idem.
79 Historia de Jalrsco, Vol.3, p. 166. En efecto, en las boletas de compra de varios ejidos
asl aparece. Remitirse al Archivo Municipal de Guadalajara.
80 Normalmente se podla redimir el censo en un plazo que las dos partes (ocupante y
municipio) convinieran. Comprometindose, el primero de ellos, en cubrir la mitad 0 las
dos terceras partes deI valor deI avaluo que se habla practicado, sobre el predio en cuesti6n, en el plazo que hubieran estipulado. Ley Lerdo, Op. Cit.

Periodo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

167

La disposici6n para que el ocupante se convierta en propietario, hace


de esta ley, un proyecto con un alto contenido social, que desafortunadamente, en el curso de su aplicaci6n fue perdiendo la claridad de sus objetivos. Principalmente por la presi6n de ciertos grupos y dei mismo
gobiemo local, quienes desean que la propiedad se Iibere en forma generalizada en detrimento de los ocupantes. Presi6n que termina por erosionar el espfritu social de esta ley.
Seglin la informaci6n que pudimos recolectar, menos de la mitad de
las operaciones (42.9% 0 284 casos) fueron adjudicaciones 81 que se hicieron en favor de los ocupantes originales, y el resta (57.1 % 0 377 casos)
fueron ventas en remate al mejor postor. El no respetar los principios de
la Ley Lerdo, impidi6 que muchas de las familias que debian verse beneficadas por ella, pudieran conservar los terrenos y las propiedades que
ellos mismos habfan construido en el transcurso de los anos. La propiedad compartida tiende entonces a unificarse en un solo tipo de propiedad
y una gran parte queda en las manos de quienes tienen capacidad de compra, y no precisamente, en aqullos que tienen el derecho, 0 10 que es
peor, la necesidad dei suelo.
Probablemente, mas de la mitad de la poblaci6n censataria no pudo
convertirse en propietario ocupante coma 10 estipulaba la ley, pasando de
un estatuto de arrendatario perpetuo con derechos casi plenos sobre la propiedad, a un arrendatario a corto plazo con un derecho muy limitado sobre
el suelo. Entre los ocupantes que se hicieron duefios (a travs de las adjudicaciones), muy probablemente, una mayorfa conserv6 su predio con el
objeto de habitarlo y el resta se bizo propietario arrendador. Estos liltimos
se sumaron a los compradores de tierra en subasta pliblica, pues casi la
totalidad de el10s adquiri6 con el objeto de aumentar su patrimonio y rentar la propiedad, es decir, compraron con el objeto de hacerse "caseros".
En cualquiera de esas modalidades, el suelo se libera de una servidumbre que es la dei derecho perpetuo hereditario, para transformarse en
propiedad privada. En ese cambio, incrementa su valor mercantil (cf.
Apartado 9) y transforma radicalmente las relaciones de propiedad. Ademas de 1iberar y valorizar el suelo -objetivo fundamental de los liberales-, el erario municipal genera una cierta utilidad econ6mica, calculada
en un 81 % mas de 10 que hubiera redituado el que la propiedad se entregara directamente a sus ocupantes (cf. Cuadro N 3).
81 De acuerdo con la ley, un individuo que tuviera en posesi6n varios ejidos, podfa conver
tirse en propietario de ellos en base al sistema de adjudicaciones. El que no hubiera restricciones en el numero de propiedades, a adjudicar por persona, explica que s610 213
recibieran las 284 adjudicaciones que se hicieron; es decir, en promedio cada individuo
que posefa una escritura de censo, recibi6 1.3 lotes.

168

Eduardo L6pez Moreno

CuadroN 3
Privatizacion dei suelo urbano municipal en Guadalajara
durante la Reforma
Ingresos percibidos por cuartel (en pesos)
CUARTEL
Cuartel 1*
Cu artel 2*
Cu artel 3
Cuartel4
Cuartel5
Cuartel6
Cuartel7
Cuartel8*
Cuartel9

Total

ADJUDICACIDNES
Num.
Monto
Total
Percibido

VENTAS
Num.
Monto
Percibido
Total

% Monto
Adjudic.

% Monto
Ventas

13

0
50.00
1,245.57
812.84
4,658.59
1,266.27
2,708.73
0.00
379.18

3
5
53
73
118
35
60
1
29

863.33
4,180.00
3,032.07
2,867.93
6,193.84
2,641.26
4,372.70
100.00
2,053.00

0.00
1.18
29.12
22.08
42.93
32.41
38.25
0.00
15.59

100.00
98.82
70.88
77.92
57.07
67.59
61.75
100.00
84.41

284

11,121.18

377

26,304.13

29.72

70.28

1
32
22
118
30
68

Total percibido

37,425.31

Fuente: Archivo Municipal de Guadalajara. Ramo ejidos (varios legajos y varios afios).
Archivo de Instrumentos PUblicos (1856, varios notarios).
Realiz6:Xochitllbarra, Eduardo L6pez, 1993.

En efecto, el que se pudieran captar mas recursos, se debi6 a dos factores intimamente ligados: la presencia cuantitativamente superior de las
ventas sobre las adjudicaciones, y el cambio 0 conversi6n de valores antiguos a nuevos -modificaci6n que el gobemador Parrodi habia estimado
en cerca de un 50% antes de que se aplicara la ley, y que final mente
result6 de un 40%.R2 De tal forma que, por las 284 adjudicaciones, se tuvo
un ingreso deI orden de los Il,121.18 pesos y por las 377 ventas se captaron 26,304.66 pesos; mientras que si se hubiera actuado de acuerdo a la
ley, se habrian percibido 14,400 pesos por este ultimo tipo de operaciones, la diferencia entre esas cifras, es decir, los Il,843 pesos, representan
la magra utilidad que obtuvo el gobiemo deI estado al desnudar de su
contenido social a la ley federal. RJ
82 En promedio, el costo dei metro cuadrado adjudicado, fue de 5 centavos y el metro vendido de 7 centavos. En aigunos cuarteles, como el 7 y el 9, la diferencia fue deI doble y
dei triple repectivamente. Vase el Cuadro N 6: Va/or de/.~ue/o por cuarte/es.
83 A travs de las ventas, se capt6 el 70.28% dei total de los ingresos percibidos por la
desamortizaci6n de la propiedad municipal, el resta fueron adjudicaciones. Porcentaje
que si se compara con la superficie vendida, resulta muy superior, pues sta fue de solo
el 56.21 % en relaci6n al rea tfltal privatizada. Vanse los Cuadros: /nKresos percibldos
por cuarte/ (N. 3) YSuperficie privatizada por cuarte/ (N". 4).

Per{odo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

169

CuadroN4
Privatizacion deI suelo urbano municipal en Guadalajara
durante la Reforma
Superficie privatizada por cuartel (mtsZ)
eUARTEL

ADJUDIe.
Superficie
Adjudicada

Cuartel 1
0.00
Cuartel2
276.09
67,015.20
Cuartel3
Cuartel4
29,425.23
154,604.95
Cuartel5
Cuartel6
36,573.54
Cuartel7
446,074.60
Cuartel8
20,266.61
Cuartel9
Total
754,236.22
Sup. Total privatizada

VENTAS
Superficie
Vendida

% total
Adjudic.

% total

1,606.28
18,892.32
129,615.60
150,015.29
404,106.68
44,303.42
135,353.42

0.00
1.44
34.08
16.40
27.67
45.22
76.72

100.00
98.56
65.92
83.60
72.33
54.78
23.28

84,455.72
968,348.73
1'722,585.20

19.35
43.79

80.65
56.21

Ventas

Fuente: Archivo Municipal de Guadalajara. Ramo ejidos (varios legajos y varios ailos).
Archivo de Instrumentos P6blicos (1856, varios notarios).
Realiz6:Xochitl Ibarra, Eduardo L6pez, 1993.

Ahora bien, es de notar que esa cantidad representa menos deI 15%
deI ingreso municipal total para el afio de 1856. Y si consideramos que la
venta de los ejidos se continuo hasta 1873 y que la mayoria de las operaciones se hicieron con pagos diferidos, la suma percibida no debi6 rebasar la mitad de ese porcentaje el primer afio. 84

9. La distribucion de la propiedad municipal en la ciudad


y el valor deI suelo
Los ejidos municipales se encontraban diseminados por toda la ciudad,
con excepci6n de los cuarteles uno y dos, el rea central en donde se
localizaba el primer cuadrado deI modelo de ordenamiento territorial, que
se destinaba a los solares urbanos (cf. Grfico 1, Periodo 1). Efectivamente, resulta sorprendente constatar que el espacio que se conforma a
partir de la Plaza Mayor 0 fundacional -Hamada San Agustfn-, exacta-

84 De acuerdo con los registros municipales. el ingreso para 1856, fue de 81,841.60 pesos.
Archivo Municipal de Guadalajara.legajo 108.

CuadroN 5
Privatizacion dei suelo urbano municipal en Guadalajara durante la Reforma
Ventas y adjudicaciones por cuarteles - relacion con la superficie de la ciudad
CUARTEL

Extensi6n
en 18ffi

231,948.53
Cuartell"
CuarteI2**
238,023.52
Cuarte13
633,675.81
CuarteI4*** 753,734.27
Cuartel5
730.990.92
Cuartel6
448,822.43
Cuartel7
1'062,096.25
CuarteI8** l' 139,585.37
Cuarte19
780,883.01
6'019,760.11
total

Superficie
Adjudicada

ADJUDICACIONES
Sup adicional
Total
estimadao
(mts')

276.09
49,581.52
25,968.23
125,835.15
26,878.23
417,462.97

17,433.68
3,457.00
28,769.80
9,695.31
28,611.63

276.09
67,015.20
29,425.23
154,604.95
36,573.54
446,074.60

19,018.61
665,020.80

1,248.00
89,215.42

20,266.61
754,236.22

Superficie
Vendida

VENTAS
Sup. adicional
estimadao

Total
(mts')

Sup. total
Adjudic. y ventas

699.08
319.32
73,858.06
129,972.37
296,466.48
31,161.70
63,768.32

907.20
18,573.00
55,757.54
20,042.92
107,640.20
13,141.92
71,585.10

1,606.28
18,892.32
129,615.60
150,015.29
404,106.68
44,303.62
135,353.42

1,606.28
19,168.41
196,630.80
179,440.52
558,711.63
80,877.16
581,428.02

11.41
10.42
32.43
4.70
33.75

0.69
8.05
31.03
23.81
76.43
18.02
54.74

59,966.17
656,211.50

24,489.60
312,137.48

84,455.77
968,348.98

104,722.38
1'722,585.20

6.08
100.00

13.41
28.62

%de
%dei
Adj. y Venta. cuartel

0.09
l.ll

Se trata de las adjudicaciones y' ventas cuyas boletas no registran la superficie dei predio. La manera como se calcul6 el ma aparece en los cuadros "La
privatizaci6n dei suelo urbano municipal en Guadalajara durante la Reforma: adjudicaciones y ventas por cuartel" en los anexos.
(00) En estos cuarteles hubo muy pocas adjudicaciones y ventas puesto que el municipio en realidad no contaba con ejidos ahi. Debido a su numero tan reducido no las incluimos en la suma total a fin de no a1terar los calculos.
(000) Un terreno vendido, de una gran extensi6n, se encuentra parcialmente asentado en este cuartel; sin embargo figura en el cuartel 5 (referirse a la venta
(0)

nUm. 114, CS).


Fuente: Archivo Muncipal de Guadalajara. Ramo ejidos (varios legajos y varios aios).
Archivo de Instrumentas PUblicos (1856, varios notarios).
Realiz6: Xochitl Ibarra, Eduardo L6pez, 1993.

Per{odo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

171

mente a cinco manzanas en las direcciones 85 norte, sur y poniente, no contaba con ejidos; 10 que a nuestro modo de ver, delimita el perfmetro de 10
que pudo haber sido el fundo original de la ciudad. 86 En otro cuartel, el
numero ocho, tampoco hubo venta de ejidos porque el municipio de Guadalajara no posefa ninguna propiedad ahf; de hecho, los terrenos forrnaban parte de otra comarca 0 distrito cuyo corregimiento se encontraba en
el pueblo de Analco, el cual fue asimilado coma barrio de la ciudad hasta
el Ultimo tercio dei siglo XVIII.87
Poco mas de 172 hectareas de suelo urbano municipal, pudieron
haberse privatizado por la Reforma. Mas de dos tercios, el mismo ano
que apareci6 la ley (1856), y el resta en las dos dcadas siguientes. Si se
excluye la superficie de los cuarteles l, 2 Y 8, que coma 10 acabamos de
ver, en realidad no contaban con ejidos, el area que cambi6 de tenencia
jurfdica equivale al 39% de la superficie total de los cuarteles restantes.
Ahora bien, si se considera globalmente a la ciudad, las transforrnaciones
de estos anos, implican entre un cuarto y un tercio de la mancha urbana
en 1860 (28.27%).88
Tres cuarteles fueron los mas afectados por este fen6meno: 4, 5 Y 7,
los dos primeros ubicados al nor-poniente y el tercero al sur-poniente de
la ciudad.89 En ellos, se vendieron 0 adjudicaron, grandes extensiones de
terreno que no corresponden con alguna manzana en particular, pues se
trata de predios localizados en la periferia, fuera de la cuadrfcula, en las
denominadas manzanas cero. 90
Paradojicamente, en donde el valor dei suelo rematado fue igual, 0
incluso mas bajo al adjudicado, se registr6 el numero mas elevado de
compras libres 0 remates de ejidos por persona. 9J Esa apreciaci6n pierde

85 Recurdese que en el siglo XVI y XVII, la ciudad propiamente dicha, no continuaba al


oriente a causa deI Rio San Juan de Dios que la atravesaba de sur a norte (referirse al
Periodo 1).
86 La distancia a la que nos referimos, era de alrededor de 1,000 varas cuadradas en las tres
direcciones seiialadas, 10 que equivale a 835.9 metros. Cada manzana tiene 80 varas por
lado y las calles una extensi6n de 12 varas, las cuales se multiplican por once (5 manzanas de cada lado mas la de la plaza).
87 L6pez E., Op. Cir., pp. 72 Y92.
88 Vase el Cuadro N 5 Ylos Pianos 6 y 7.
89 Entre ellos se vendi6 0 adjudic6 el 68.53% de la superficie total privatizada.
90 Vase los Pianos N 3 Y7. Esas extensiones perifricas representan alrededor dei 70%
de la superficie de los tres cuarteles. En los anexos aparecen los cuadros que recogen la
informaci6n en detalle de cada cuartel: aiio de adjudicaci6n 0 venta, superficie y coslo
dei ejido privatizado, ubicaci6n y promedios generales.
91 Nos referimos a los cuarteles 3 y 4, en donde las adjudicaciones se valuaron a 4 y 5 centavos por metro y las ventas abiertas a 4 centavos (Cuadro N 6 y PIanos 3 y 4). Segun
las boletas y los registros, las segundas fueron proporcionalmente superiores a las primeras en un 62.36% y 76.85% respectivamente.

172

Eduardo Lapez Moreno

significado cuando en lugar deI numero de boletas, se toma en consideraci6n la extensi6n territorial de dichos ejidos. AI parecer, no existe correlaci6n aiguna entre el valor dei suelo y la decisi6n de que el suelo se
rematara en subasta 0 se adjudicara a los inquilinos. Por ejemplo, en los
cuarteles en donde el metro cuadmdo de suelo se vendi6 a su precio mas
alto (6, 7 Y 9)/2 la superficie de los terrenos vendidos no fue necesariamente mayor a la superficie adjudicada; por el contrario, en el 6, fue casi
la misma (54.78% contra 45.22%; en el 7, la mas baja (23.28% y la
adjudicada 76.72%); y en el cuartel 9, una de las mas altas (80.65% en
relaci6n a 19.35%, vanse los Cuadros N 5 Y6).
G1obalmente, los valores de suelo que resultan de los terrenos privatizados, no se ajustan completamente al patr6n socio-espacial de ocupaci6n
dei espacio que, desde principios dei siglo XIX, se empezaba a configurar
en la ciudad. Mas bien, ellos explican la tendencia de la dinamica de
urbanizaci6n de esos afios y las necesidades y demandas de suelo que le
son inherentes, veamos las consideraciones siguientes:
a) El cuartel 9, ubicado al oriente de la ciudad, en una de las zonas
mas desvalorizadas socialmente hablando, tiene el valor deI suelo mas
caro (10 centavos cada metro cuadrado).
b) El cuarteI6, ubicado al poniente de la ciudad, en donde se encuentran los primeros barrios residenciales perifricos, tiene tambin un valor
de suelo elevado (9 centavos cada metro cuadmdo).
Un proceso de valorizaci6n tan diferenciado, puede hallar una explicaci6n de acuerdo con la siguiente hip6tesis razonada:
En relaci6n al cuartel 9.
Los barrios que ahi se encuentmn, coma el de San Juan de Dios, tienen una gran heterogeneidad de actividades y habitantes. La concentraci6n de productos agropecuarios y artesanales, los mesones, postas y
bares, marcan, aunque sea en forma incipiente, una cierta vocaci6n
comercial y preindustrial de la zona; la cual, con la construcci6n deI Hospicio Cabanas, recibe un fuerte impulso para el desarrollo habitacionaJ.93
A mediados deI siglo XIX, esa zona acoge una parte importante dei proceso de urbanizaci6n, sirviendo coma soporte de diversas funciones urbanas. Probablemente, esa diversidad va a ejercer una fuerte presi6n sobre
el suelo, provocando efectos de valorizaci6n sobre el mismo.!l4
92 Vase los Pianos 3 y 4. El precio promedio, para cada uno de esos tres cuarteles. fue de
9, 8 Y 10 centavos por metro cuadrado. Mientras que la media de los terrenos vendldos
es de 1 centavos.
93 L6pez E. Op. Cir. pp. 11 Y81.
94 Una explicaci6n similar podria darse para el cuartel 1. ubicado en una zona populosa al
sur-poniente de la ciudad. en donde se encontraba el pueblo-barrio de Mexicaltzingo.
con costos tambin muy elevados (8 centavos el metro cuadrado, cf. Piano 6).

Per{odo II. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

173

CuadroN6
Privatizacion dei suelo urbano municipal en Guadalajara
durante la Reforma
Valor dei suelo por cuartel

CUARTEL

Cuartel 1*
Cuartel2*
Cuartel3
Cuartel4
Cuartel5
Cuartel 6
Cuartel7
Cuartel8*
Cuartel9
Promedio

ADJUDICACIONES
Sup. promedio
Mis.'
Valor
dei ejido (m') pordpeso dei m'

VENTAS
Sup. promedio
Mis.'
deI ejido (m')
pordpeso

Valor
dei m'

276.09
2,155.72
1,366.75
1,338.67
1,168.64
1,475.63

5.52 8 cvos.
50.57 4 cvos.
34.57 5 cvos.
33.04 5 cvos.
29.84 5 cvos.
51.32 4 cvos.

849.54
159.66
1,893.80
2,130.69
1,225.75
1,298.40
1,580.98

3.24 63 cvos.
4.53 29 cvos.
39.77 4 cvos.
45.97 4 cvos.
34.09 7 cvos.
15.20 9 cvos.
30.89 8 cvos.

1,584.88

49.92

3 cvos.

2,306.39

51.02 IOcvos.

41.54 5 cvos.

1,739.34

36.16

1,515.05

7 cvos.

Fuente: Archivo Municipal de Guadalajara. Ramo ejidos (varios legajos y varios ailos).
Archivo de Instrumentos PUblicos (1856, varios notarios).
* En estos cuarteles hubo muy pocas adjudicaciones y ventas puesto que el municipio virtualmente no lenla propiedades ahL Debido al numero tan reducido de operaciones no
las incluimos en los promedios generales, a fin de no alterar los calculos.
Realiz6: XochitI Ibarra, Eduardo L6pez, 1993.

En relaci6n al cuartel 6.
Desde el segundo tercio dei siglo XVIII, empieza a desarrollarse el
barrio dei Pilar al sur de la Penitenciaria de Escobedo. El barrio, asi coma
el dei Carmen (al norte), vendra a ser habitado por familias con recursos
econ6micos elevados, esbozndose una nueva forma de organizaci6n
socio-espacial, diferente al modelo mas 0 menos concntrico que habla
primado hasta esa fecha. Esta nueva orientaci6n en el uso dei espacio,
genera una nueva demanda de sue10 con fines residenciales, aqullos que
10 compran estn dispuestos a pagar un precio mayor por el estatus que,
el factor localizaci6n, genera.
La presencia tan pobre de ejidos en estos dos cuarteles (l0% en relaci6n a las 172 has. privatizadas), no debe considerarse como un factor que
contribuye a aumentar el valor dei sue10 en la zona. Es decir, los ejidos no
son un elemento de desvalorizaci6n de la propiedad raiz, n6tese que en los
cuarteles 5 y 7, en donde stos tienen una extensi6n considerable, el suelo
tiene un costa superior a la media dei rea vendida en la ciudad.

174

Eduardo LOpez Moreno

10. Valores viejos y valores nuevos:


la confonnacin de un mercado dei suelo
Desde el nacimiento de la ciudad, se empieza a conformar un mercado dei
suelo: ventas diversas, arrendamientos y diferentes formas de ocupaci6n,
litigios y transacciones varias, ponen de manifiesto, que el suelo es capaz
de adquirir un valor mercantil con el proceso mismo de urbanizaci6n y
consolidaci6n. 9l Los factores de localizaci6n y las caracteristicas dei predio, es decir, su cercania al centro 0 a un barrio en particular, el que se
encuentre baldfo 0 con alguna parte edificada, su dimensi6n ffsica, etc.,
han sido los principales criterios utilizados para determinar su valor intrinseco y, en consecuencia, el costo que representa el acceder a l, ya sea
arrendndolo, en propiedad plena 0 en cualquier otro tipo de posesi6n.
En los afios posteriores a la fundaci6n, el valor no s610 se expresa en
funci6n de varas cuadradas, sinD en la capacidad que el lote posee para
soportar multiples actividades como la habitacional y el trabajo (taller,
lugar de cultivo, etc.) y tambin por su ubicaci6n y estado juridico, sefialndose por ejemplo: "un ejido en las orillas de la ciudad de una dimensi6n media" 0 "un solar por San Juan de Dfos que linda con los exidos de
la ciudad, libre de censo 0 gravamen... con huerta y una parte fabricada".
Es hasta la segunda mitad dei siglo XVIII, que toma mas importancia el
numero de varas que posee el predio, tasndose su valor a partir de esa
unidad;96 de tal forma que en 1778, la vara se cotiza a un peso en el barrio
de la Parroquia, medio peso en la barranca de Mexicaltzingo y dos pesos
en el barrio de Santo Domingo. 97 A pesar de estas diferencias, en forma
general, el valor dei suelo es bastante homogneo en el espacio urbano.
Muy probablemente, esto se deba a que, cerca de dos terceras partes de la
superficie de la ciudad se encuentran, de una forma u otra, retiradas dei
mercado (nos referimos a la gran variedad de tipos de suelo que no pueden circular libremente, y de los cuales, nos ocupamos en el periodo precedente). En consecuencia, alrededor de un tercio de la superficie, define
el valor mercantil dei suelo y determina el funcionamiento deI mercado.
Con el movimiento reformador que hemos venido analizando -el cual
en el fondo se traduce en la "liberalizaci6n" de esas dos terceras partes-,

95 Valor mercanti) que, desde un principio, incorpora valores de uso y un valor social que
determinan las caracterfsticas patrimonial.:s dei suelo. Vase el Periodo 1.
96 Varas lineales y no cuadradas. Recurdese que la medici6n se hacfa en base al perimetro
dei predio y no a su superficie, asf por ejemplo, un lote de 20 por 20 varas, medfa 40
varas lineales y no 400 varas cuadradas.
97 Archivo Hist6rico Municipal, T. 2, 13, varios legajos. Es de hacer nolar, que en realidad, el costo se determina por el frente dei solar y no tanto por su fondo.

Per{odo Il. Elliberalismo deI siglo XIX en Guadalajara

175

el mercado va a generalizarse y manifestarse con mayor c1aridad dentro


de la ciudad. De hecho, el mismo proceso de privatizaci6n, contribuye a
conformar 0 a acelerar su estructuraci6n. Tres elementos principales asi
10 confinnan:
i) El comportamiento de las adjudicaciones y las ventas, es decir; la
aparici6n de valores "nuevos" sobre los valores "viejos" de suelo. Por
ley, la propiedad municipal que se adjudicaba, tenfa que evaluarse en
base al pago de la pensi6n 0 dei censo (5%). Es decir, un solar que rentaba dos pesos anuales, no podfa venderse a su poseedor en mas de 40
pesos. El fijar un costo mximo, determina el valor viejo de la tierra, el
cual se encuentra fntimamente ligado a la concepci6n patrimonial dei
suelo y a las fonnas de uso que derivan de l, como la renta perpetua.
Tambin por ley, la propiedad municipal que se vendfa, tenfa que
subastarse publicamente y entregarse al mejor postor. Un mecanismo que
valoriza el suelo, sin fijar Ifmites que no fueran otros que la necesidad
misma de los habitantes y su capacidad de compra, le confiere un valor
nuevo al suelo, estableciendo nuevas condiciones dei mercado.
De hecho, el paso de un valor a otro, representa en el fondo, la transici6n de la propiedad corporativa a la privada, si los valores no expresan
-aun- una diferencia sustantiva, como se puede observar en la Grfico 1,
en donde las dos curvas mantienen un comportamiento de tendencia similar; existe, sin embargo, un desplazamiento de la curva de las ventas
bacia arriba (es decir, hacia valores mas altos), sobre todo, en los ejidos
con una extensi6n menor a las mil quinientas varas, que es la superficie
promedio de los lotes municipales vendidos 0 adjudicados.

Gnifico 1
Guadalajara. Valores de los solares (1856)
0.09
0.08
~
0.07
~.g 0.06
<.>1 0.05
~ c 0.04
:> d: 0.03
~ 0.02
If 0.0\

Anillo Intennedio

Periferia

o
Rango poe extensi6n en varas cuadradas
--0--

Ventas

- x - Adjudicaciones

Fuente: Archivo Municipal de Guadalajara. varios afIos.

176

Eduardo LOpez Moreno

Piano 2
Privatizacion dei suelo urbano municipal en Guadalajara
durante la Reforma
Valor dei suelo por ejido (1856-1874)

--.......

.... .
......
..

1 a 3 centavos el metro cuadrado


4 a 10 centavos el metro cuadrado
II centavos 0 mas el metro cuadrado

Fuente: Archivo Municipal de Guadalajara Ramo egidos (varios legajos y varios afios)
Archivo de Instrumentos PUblicos (1856, varios notarios).
Piano: Guadalajara en 1884.

La capacidad que en 10 sucesivo tiene el suelo para circular libremente, prepara las condiciones para la emergencia de un mercado inmobilario
capitalista futuro. En el corto plazo, la valorizaci6n que los nuevos detentores deI suel0 hacen, se limita a una explotaci6n extensiva deI suelo sin
incorporarle capital (principalmente a travs de su arrendarniento).
ii) La expresi6n de valores de suelo en base al modelo socio-espacial
prevaleciente. En efecto, la relaci6n centro-periferia que se ha conforrna-

Per{odo 1/. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

177

PIano 3
La privatizaci6n deI suelo urbano municipal en Guadalajara
durante la Reforma
Valor deI suelo por cuarteles
Adjudicaciones

l''-'~:

Ventas

. .
i

, ...

,~ ..... \,r~'

~ Mas de 10 centavos

fI]

lIIlI 8 a 9 centavos

~ 3 a 5 centavos

6 a 7 centavos

Fuente: Archivo Municipal de Guadalajara, Ramo Egidos (varios ailos y varios legajos).

do hist6ricamente en la ciudad, con una clase alta habitando en el centro


y los mas desprotegidos econ6micamente hablando, en la periferia, halla
reflejo en la distribuci6n de valores de suelo en el espacio urbano. Los
terrenos centrales, cuyo valor es superior a los dos centavos, poseen una
superticie que no rebasa las 3,000 varas cuadradas, en raz6n de la menor
disponibilidad de espacio; y los terrenos de las orillas de la ciudad, con
un costo menor a los dos centavos, tienen una superticie que oscila entre
las 7,000 Y 10 mil varas cuadradas, en funci6n de la mayor disponibilidad
de tierra (cf. Grfico 1).98
Empero, los mismos valores de suelo, empiezan a prefigurar una localizaci6n puntual de grupos con recursos econ6micos desahogados en ciertas zonas de la ciudad, particularmente en el anillo intermedio deI poniente y en el sur dei Convento de San Francisco.
98 Evidentemente, existen casos contrarios; por ejemplo, los predios no fraceionados que
se ubican en puntos centrales, como los que estn pr6Jlimos al Rfo San Juan de Dios,
cuyos valores son relativamente bajos, y tambin pequellos lotes en la periferia, con
valores mas altos que la media. La que en principio supone que soportaban algD tipo
de edificaci6n.

178

Eduardo LOpez Moreno

11. De manos muertas a manos vivas.


La transferencia de la propiedad raiz municipal

A pesar de los objetivos perseguidos por el liberalismo, el proceso de


desamortizaci6n fue, en el fondo, un nuevo proceso de amortizacion. En
Guadalajara, s610 siete personas adquirieron cuatro de cada diez, de los
predios vendidos 0 adjudicados, y solo dos, acapararon el 36.73% dei
area total municipal privatizada. 99 Las leyes de la Reforma -dictadas con
el objeto de moyilizar y extender la propiedad a los ocupantes, a fin de
crear una clase media expansiva-, en realidad permitieron la emergencia
de aigunos terratenientes urbanos 0 reafirmaron la posicion de aqullos
que ya 10 eran, propiciando un nuevo estancamiento de la propiedad.
A excepci6n de Melquiades Crdenas de Vidrio, a quien se le adjudic6 un extenso terreno, las seis familias restantes, adquirieron por remate
publico los ejidos sustituyendo a los inquilinos, a quienes les asistia el
derecho de compra. Sustitucion que, en ocasiones, se hizo en forma violenta, con la complicidad de las autoridades locales. Un ejemplo que ilustra bien ese tipo de despojos, 10 encontramos con el comerciante Ramon
G6mez, el mas importante de los compradores de tierra en la ciudad,
quien en 1864, arguyendo ser el propietario de varios terrenos, mand6
construir un vallado que impedia la entrada a las 19 familias que habitaban ahi, a las cuales de poco les vali6 el denunciar que "les tumbaron sus
casitas y les destruyeron sus plantas de rboles frutales", pues finalmente
Gomez conserv6 las fincas .100
Los terrenos entregados aM. Crdenas, comprendfan mas de 34 has.,
si bien esta adjudicacion no contraviene la Ley Lerdo, sf quebranta el
espfritu delliberalismo que pretende crear una multitud de pequefios propietarios, vulnerando uno de sus principios ideol6gicos basicos: la reparticion casi automtica de la propiedad en forma mas 0 menos equilibrada
(Cf. punto 5.ii).
Es de notar que, ocho afios despus a la Ley Lerdo, el Municipio
declara no conocer cuantas fueron las propiedades que finalmente se enajenaron y cuntas segufa aun conservando. Reinaba tal confusion en la
Hacienda PUblica, que el sfndico dei Ayuntamiento, Don Luis Gutirrez,
confiesa que buena parte de los adjudicatarios y compradores que, en
principio, debfan continuar a redimir la propiedad adquirida, poco 0 nada,
se cuidaban de cumplir con su obligaci6n. Otros, aprovechndose de las
circunstancias, ocupaban terrenos privados 0 publicos aduciendo que
99 Vase el Cuadro N 7: Principales compradores dei suelo.
100 Archivo Hist6rico Municipal de Guadalajara, 17 de enero de 1864.

Periodo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

179

stos les habian sido adjudicados en el 56, Y por causa de los disturbios
posteriores, desafortunadamente habfan extraviado los tftulos de propiedad. Asf pues, adjudicatarios retrasados en sus pagos, censatarios que no
cubrfan sus rentas con propiedades cuyos linderos eran dudosos e inciertos, y usurpadores de terrenos, constitufan en gran parte, el panorama de
la ocupaci6n dei suelo al final de la Reforma. Situaci6n que era comprensible, segun el mismo sfndico, porque:
[el Ayuntamiento) no tiene conocimiento de los nombres de los poseedores, deI preclO y
deI trmino de las operaciones, de las caracterfsticas de los terrenos y principalmente de
las obligaciones y derechos de cada una de las partes. 101

Como 10 habfamos apuntado mas arriba, hasta antes de la Reforma, en


los ejidos propiedad dei Municipio, pudieron haber vivido entre 900 y
1,600 familias (remitirse al Apartado 1: El censo enfitutico: una estrategia colectiva de acceso al suelo). Estimaci6n que nos parece plausible, si
consideramos que la superficie promedio de los ejidos adjudicados y vendidos fue de 1,627.19 metros cuadrados (ver Cuadro N 6); de 10 que
hipotticamente resultan 1,046 predios a repartir entre un numero igual 0
mayor de familias. 102 Desafortunadamente, s610 422 personas se beneficiaron con la ley, ya sea ocupantes con un derecho de posesi6n 0 compradores que adquirieron directamente en remate. lOl

101 Archivo Municipal de Guadalajara, 15 de febrero de 1864. Don Luis Gutierrez, hacc
notar de dos 0 Ires casos, en los cuales, "habitantes sin poseer el tulo legal correspon
diente, que no puede haberlo, han cerrado varias calles de uso publico, causando COI
esto grave perjuicio a sus vecinos". Existen, igualmente, una gran cantidad de casos d
fincas que fueron adjudicadas a mas de dos personas y de particulares que compraro
terrenos que ya habfan sido atribuidos a otros individuos, veamos un caso: "Ignaci
Soltero solicita devoluci6n de un terreno 0 importe de 60 pesos pues result6 ser d
Cleto Lozana, en el Cuartel 3, manzana 60, en la calle Herrera y Cairo, se le otorg
poseci6n a Lozana porque ya construy6 en l" (Archivo Municipal de Guadalajar
1873, legajo 75).
102 En raz6n de que varios de los ejidos estaban ocupados por una 0 varias familias. N6tl
se que el numero total de predios resulta de"la divisi6n de la superficie promed
0,627.19 mls') entre el iirea total privatizada (172 bas.)
103 AI parecer, varios de los inquilinos beneficiados por la Ley de Desamortizaci6n, fuen
incapaces de cubrir el pago dei impuesto 0 alcabala, perdiendo en consecuencia su pr
piedad; la cual, por ley, fue rematada en subasta publica. Referirse a los Decretos d
20 de mayo de 1857 de 1. Comorifort y dei 20 de noviembre de 1856 de Lerdo de'
Mxico, Impresos, Archivo Municipal de Guadalajara. De las 422 familias benefic
das, 213 fueron por adjudicaci6n y 232 por venta en remate. La diferencia se produ
por causa de 23 adjudicatarios que tambin compraron. En junio 22 de 1877, se es
blecieron nuevas bases para la venta de los ejidos entre cuyos artlculos destacan: (
las ventas se hamn por el precio que disponga un perito y (15") se avisar, cuando
trate de hacer una venta, por el peri6dico oficial.

180

Eduardo L6pez Moreno

Asi pues, las reformas liberales dieron pi a un fuerte proceso de acumulaci6n de la propiedad en muy pocas manos. A esta primera forma de
acumulaci6n, casi inmediatamente, le sucedi6 una segunda. Familias de
bajos ingresos, a quienes se les habia adjudicado la propiedad, transfirieron sus certificados de redenci6n, a familias presumiblemente con recursos econ6micos mas desahogados. El nuevo comprador, antes de que
venciera el plazo estipulado en el contrato, podia cubrir tanto el capital
coma los rditos, liberando la hipoteca a su nombre. 104 Muchos de los
ocupantes originales, ya fuera por presi6n deI comprador, por necesidades de diversa indole, por imposibilidad para cubrir el pago 0 simplemente por conveniencia econ6mica, dejaban pasar una posibilidad hist6rica
para conservar en propiedad el suelo y la vivienda que, en ocasiones,
habian construido con el esfuerzo de varias generaciones. 105
Desconocemos cuantas operaciones de ese tipo se llevaron a cabo una
vez adjudicadas las propiedades. Sabemos, sin embargo, que algunos
notarios dan f de un numero mas 0 menos importante de titulos traslativos de dominio, en esos afios. Sin duda alguna, las familias que se desprendieron de su propiedad recibieron un pago en efectivo 0 algun tipo de
remuneraci6n, por parte deI comprador. ll16 En principio, esa suma deberia
representar la diferencia entre el valor deI bien inmueble, a su precio de
adjudicaci6n y su costa real en el mercado, el llamado valor nuevo. Sor104 Sin duda. una sola persona pudo adquirir muchas propiedades a travs de ese mecanismo. Paradojicamente varios de los nuevos compradores. quienes en principio tenfan
una mayor capacidad econ6mica. podfan negociar posteriormente los trminos de la
adjudicaci6n con el Ayuntamiento. lIegando a arreglos que representaban mejores ventajas que las que tenfa el ocupante original.
105 Ese es el caso. por ejemplo. de Ciriaca Torres, propietaria de un ejido en la manzana 59
dei cuartel 5: "tenla la posesion desde e/40, y aun antes, ah{ nacio su padre. Vendieron parte deI egido a Mora, ahora el paga un peso y ellas doce reales". Archivo Municipal de Guadalajara. Ramo Egidos, 1866, paq. 138,leg. 90 (el subrayado es nuestro).
106 Remuneraci6n que adiciona el valor dei suelo, el deI inmueble construido y una ganancia extra por el cambio de valor, que resulta de la liberalizaci6n deI suelo. Veamos
a1gunos ejemplos de ventas de ese tipo:
- Rafael de la Pella vende a Concepci6n Murillo casa con huerta en El Arenal, cuartel
8, norte, cuadra 23, en 250 pesos y se le adjudic6 en 33.33 pesos con las mismas
dimensiones (Notario Flix Garibay, VoU, 1857-58).
- Magdalena Gonzatez tenfa una casita en un egido y 10 compr6 al Ayuntamiento en
julio de 1856, pagaba 20 reales. y 10 vendi6 a Crist6bal Ojeda en 250 pesos (Notario
M. Romn, Vol. 30, 1862).
- Leon Rojas compr6 al Ayuntamiento, con arreglo a la ley, en el cuartel 4. manzana
72,150 ,aras Iineales (41 por 34 varas) en 30 pesos el 7 de noviembre de 1871. Este 10
vendi6 al sellor Alvarez y ste al seiior L6pez en 250 pesos (Notario Hermoso, Vol.25,
1857).

Perlodo Il. Elliberalismo deI siglo XlX en Guadalajara

181

Cuadro NU 7
Privatizacion dei suelo urbano duranle la Reforma
Principales compradores de suelo
Nombre dei
comprador
Melquiades Oirdenas
Ram6nGomez

Ignacio Schiaffino

Anastacio Asco
Eugenio Moreno
Eulalia Sta. Maria

Ram6n Salcedo

Ubicaci6n

Superficie
en mts'.

precio
en pesos

forma de
adquisici6n

Superficie
porprop.

C7MO
345,157.23
176.oo
Adjudic.
C4MO
3,854.12
45.oo
venta
C4MO
490.83
10.00
venta
C4MD
188.24
25.oo
venta
3,552.93
venta
C4MO
50.oo
venta
C4MlIO
2,348.87
93.oo
venta
C4MO
3,276.84
30.oo
venta
C4MI09
5,401.21
loo.OO
3,282.42
venta
C4MO
62.50
4,715.86
venta
C4MO
50.oo
venta
903.57
17.oo
C4M1,568.70
42.00
venta
C5MIOI
venta
C5MI09-1O 4,952.91
55.oo
70.50
venta
C4MI0
5,155.10
4,907.59
venta
C5M4O.oo
3,943.36
62.oo
venta
C5MIOI
venta
2,250.56
30.oo
C4MO
venta
12,917.72
120.oo
C4MO
venta
2,254.05
20.00
C4MO
214,340.89 1,5oo.oo
venta
C4,5Mventa
6,212.05
50.oo
C9M63
70.oo
venta
3,067.68
C9M64
6,442.13
70.00
venta
C9MO
40.oo
venta
1,926.36
C9MO
60.oo
venta
6,708.46
C9MO
15,417.18
venta
60.oo
C3M31
venta
11,407.99
100.oo
C3M70
venta
976.08
109.30
C3M44
venta
6,972.oo
C3M44
venta
501.98
C3M44
venta
C5M6,972.oo
250.oo
venta
142.61
60
C5M80*
TotaI General (en metros cuadrados)

345157,23

280.305.77

24,356.68
15,417.18
11,407.99

8,450.06
7,114.61
692,209.53

Fuente: Archivo Municipal de Guadalajara. Ramo ejidos (varios legajos y varios ailos).
Archivo de Instrumentos PUblicos (1856, varios nolaros).
(*) Superficie estimada en base al precio de compra
C3M44 = Cuartel 3, manzana N" 44.
Realiz6: Xochitl Ibarra, Eduardo L6pez, 1993.

182

Eduardo Lapez Moreno

prendentemente no fue asi; de hecho, la gran mayoria de las propiedades


que se vendieron en almoneda publica y las que se transfirieron posteriormente entre particulares, estuvieron subvaluadas. Pareceria ser que, entre
el valor antiguo y el nuevo, se cre6 un precio intermedio que por alguna
raz6n, no incorpor6 la plusvalia que el resta dei suelo habia generado en
la ciudad.
Un anlisis comparativo de los costos que tuvieron esas operaciones,
con el valor deI suelo de otras transacciones celebradas entre particulares
esos mismos afios, muestra que el suelo se vendi6 entre 2 y 3 veces mas
barato que el precio que el mercado convencional pudo haber tenido en
esos anos. 107
De tal manera que las Leyes de Reforma, no s610 propiciaron que un
numero muy reducido de familias acumulara grandes superficies de terrenos, sino tambin que en el corto 0 largo plazo, acrecentaran su riqueza
debido a que la propiedad adquirida tenia un valor por abajo deI costa deI
suelo en el mercado. Diferencia que, cuando decidieron valorizarla, por
media de promociones urbanisticas mercantiles (nos referimos a los primeros fraccionamientos residenciales), les permiti6 tasas de ganancia que
en algunos casos, fueron deI orden deI 100% 0 250% (cf. Periodo 3).

12. La distribucion de la propiedad ec1eshistica:


otra forma de acumulacion
Nosotros los trabajailores decimos a los poseedores de blenes raices espiritualizados. vuestra pobreza evanglica. segun el Tiempo. apenas posee la tercera parte
de la RepUblica. pero lno podriamos lograr la gloria a menas precio?
Ignacio Ramirez, el Nigromante

La magnitud de la propiedad deI c1ero


A diferencia de la propiedad municipal, que con el tiempo tiende a reducirse y dispersarse, la de la Iglesia se acrecenta y acumula progresivamente. En efecto, a 10 largo de la historia, las ordenes religiosas compran
o construyen casas-habitaci6n, en el suelo urbano que obtuvieron a travs
107 Los costos de las ventas convencionales se toman de 6 operaciones que tuvieron lugar
en 1856, sobre terrenos de una superficie igual a la media de los predios vendidos y
adjudicados par la Ley Lerdo. Las transacciones se efectuaron en los diferentes cuarteles de la ciudad; y los datos se tomaron de los registras dei Archivo de Instrumentos
Publicos. Notario Martin Romn. Vol. N" 26, AIP.

Periodo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

183

de donaciones, herencias, dotes enajenaciones, etc.,l08 a fin de de no mantener ocioso su capital; ofreciendo su patrimonio inmobiliario, a familias
de recursos principalmente medios.
AI momento de aplicarse las Leyes de Reforma, la Iglesia contaba
con una gran cantidad de propiedades, de entre las cuales, pudimos registrar 1,396 casas y grandes terrenos 0 solares con una superficie de alrededor de 14 has. Con toda verosimilitud, este patrimonio debi6 de ser
mayor, pues ese total se construy6 a partir de una adici6n de datos proporcionados por las principales fuentes de esos afios, pero no por la consulta exhausitiva de todas. Ahf vivfan, probablemente, entre el 15% y el
20% de los habitantes de la ciudad, esta es, entre 7,720 y 10,037 personas
(cf. PIano 8 y el Cuadro N 8).
De tal forma que, alrededor de un tercio de la superficie de la ciudad
y otro tanto deI marco construido, se encontraba vinculada a dos corporaciones: el Municipio y la Iglesia. AI resta se le puede considerar coma
propiedad privada en sentido estricto. I09
De uno de los pocos estudios que tratan sobre la transformaci6n de la
propiedad eclesiastica en Guadalajara, durante la Reforma, se desprende
que en los tres meses posteriores a la publicaci6n de la ley -periodo en
que se permiten las ventas convencionales-, las corporaciones eclesisticas decidieron enajenar, a precio menos bajo, sus inmuebles ante la perspectiva que se les presentaba de vender posteriormente a un porcentaje de
capitalizaci6n de 6%, exigido por la ley. Esta conclusi6n, producto de una
extrapolaci6n que su autor, J. Bazant, hizo a partir deI anlisis de tres de
los once registros notariales de 1856, presenta una visi6n parcial deI
impacto que las leyes de desamortizaci6n debieron haber tenido sobre la
propiedad eclesistica, y en consecuencia, sobre la vivienda de la ciudad.
Basados en el estudio de diez libros de notarios y de otras fuentes,1I0
podemos concluir -a diferencia de 10 que sefial6 Bazant-, que las ventas
108 Igualmente, el c1ero se hace de varias fincas y terrenos, cuando algunas personas se
declaran incapaces de cubrir la deuda econ6mica que les fue otorgada por la misma
instituci6n, perdiendo los bienes inmuebles q'ue habian dejado en garantia en casa de
una eventual falta de pago (cf. Apartado 10, Periodo 1).
109 Tal concentraci6n de la propiedad, explica la raz6n dei proyecto liberal de privatizaci6n dei suelo. Proyecto que concernia a la mayor parte de la superficie de la ciudad, la
cual, a los ojos de los liberales, se encontraba estancada por igual e imposibilitada a
circular libremente.
110 Los libros revisados corresponden a los notarios: Juan B. Snchez, Mariano Hermoso,
Guadalupe G. Gallegos, Desiderio Mej!a, Luis G. Arreola, Francisco Brizello, Martin
Roman, Jos Maria dei Muro, Juan Riestra y Ram6n Barboza. Quedan por revisar
Jesus Duran, Jos Maria Rodrfguez Blanco, Tomas Bravo, Pedro Delgadillo, Ignacio
Gonzlez Estevez, Ferm!n GondIez Castro, Ger6nimo Gutierrez Moreno y Juan N.
Esparza. Otros documentos consultados fueron el peri6dico oficial El Pals. Los bienes
de la 19lesia..., de Bazant.

Eduardo Lapez Moreno

184

CuadroN 8
La propiedad eclesiastica en Guadalajara
Corporaci6n

*
***

*
*
*
*
*(**)
**

*(**)
*

**
**

**
*
**

1 Aniversario de la Catedral
2 Beaterio
3 C. Animas de Mexicaltingo
4 Capellanfas San Francisco
5 Capellanfas Vacantes
6 Capellanfas Varias
7 Cofradfa de Ntro. Arno
8 Cofradfa de Cocula
9 Cofradfa de San Antonio
10 Cofradfa de San Jos
Il Cofradfa Sr. Humildad
12 Cofradfa Sacramento
13 Cofradfa Sra. Salud Analco
14 Colecturfa de Animas
15 Colegio Clerical
16 Colegio Conciliar
17 Colegio de San Agustfn
18 Colegio de San Diego
19 Colegio de San Juan
20 Colegio Seminario
21 Convento de Jesus Ma.
22 Convento de San Francisco
23 Convento de Santa Teresa
24 Convento de Santa M6nica
25 Convento de Sto. Domingo
26 Convento de San Agustfn
27 Convento dei Carmen
28 Convento Sta. Marfa de Gracia
29 Curato de Analco
30 Curato de Mexicaltzingo
31 Curato dei Sagrario
32 Enfermerfa de San Francisco
33 Escuela de Artes
34 Fbrica de Catedral
35 Hospicio
36 Hospital de Beln
37 Hospital San Juan de Dios
38 Instituto de Ciencias
39 La Merced
40 Oratorio de San felipe
41 Santo Cenculo
42 Santos Lugares
43 Desvinculaci6n de Capellanfas
Total

Nde
propiedades
7
87
1
12
52
41
25
1
3
2
8
1
1
142
9
1
49
59
12
9
144
9
116
104
49
115
30
119
1
1
1
2
4
7
5
5
108
5
89
9
9
1
41

1,396

Valor en
pesos
23,072.00
83,455.00
100.00
8,300.00
60,958.00
18,663.48
17,150.00
3,480.00
1,233.34.00
2,650.00
4,900.00
2,000.00
94,450.69
16,100.00
5,600.00
190,950.00
96,469.00
21,900.00
56,517.88
345,875.00
9,600.00
161,154.37
139,549.65
33,600.00
73,320.00
120,350.00
316,650.00
300.00
1,200.00
1,834.00
26,800.00
69,866.00
13,359.37
6,798.23
98,148.00
31,200.00
145,888.30
53,900.00
37,773.32
1,000.00
15,468.49

2'411,584.12

Fuente: Peri6dico El Pals, 1858, nums. 82, 83, 84, 97 Y1857 N" 4.
* Datos que se agregaron de los bienes eclesisticos que se desamortizaron en 1856.
** Archivo de Instrumentos Publicos, varios notarios, 1856.
*** Jefatura de Hacienda, Jalisco, 1861.

Per{odo JI. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

185

Piano 4
La propiedad eclesiastica hasta la Refonna. Guadalajara 1884

Fuente: Biblioteca Pblica dei Estado y Biblioteca dei Congreso, El pals, 1856 y 1861
Archivo de Instrumentos Publicos, varios notarios, 1856.
Realiz6: Eduardo L6pez Moreno, 1994.

voluntarias no representaron la unica forma de desamortizacion que


genero la ley ni tampoco la principal. Pues si allistado de 27 fincas, que
presenta el protocolo deI notario Juan Riestra (y que aparece en el libro
de Bazant, Cuadro N" 9a), le aiiadimos los registros adicionales deI resta
de los notarios consultados (43 fincas, Cuadro N 9b), resulta que con las
setenta operaciones llevadas a cabo en forma libre, se produjeron ingresos por el orden deI medio millon de pesos, cantidad que representa un
quinto deI capital que en principio debi6 desamortizarse en esos aiios (2.4
millones de pesos), y 5% de la propiedad que pudimos repertoriar.
El resto, que es la parte principal, se privatiz6 via adjudicaciones y
remates. Las primeras, en favor de los inquilinos que habitaban las casas,

186

Eduardo LOpez Moreno

y los segundos abiertos al mejor postor. Los bienes desamortizados registrados, cubren el 22.3% (312 casos) dei patrimonio eclesiastico que logramos inventariar (Cuadro N 8). El 24% fueron ventas, el 19.5% adjudicaciones y el 56.5% remates, con un total que asciende a un poco mas de un
mill6n de pesos, 0 sea el 44.7% de la riqueza inmobiliaria dei clero que
nos es conocida (vase el Cuadro N 10).
Cuadro N. 9a
Lista de ventas convencionales en Guadalajara, 1856
Seglin el protocolo de Juan Riestra
Corporaci6n

2
3
4

5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15

16
17
18
19
20
21

22
23
24
25
26
27

Belem
Hospicio
Carmen
Carmen
Carmen
Jesus
Capellanis
Carmen
Santa Teresa
Jesus Ma.
San Juan de Dios
Jesus Ma.
Cgio. Guadalupano
Santa Teresa
Jesus Ma.
Santa M6nica
San Agustfn
san Agustfn
San Agustfn
San Agustfn
San Agustin
San Agustfn
San Agustfn
San Agustfn
San Agustfn
San Agustfn
San Agustfn

Comprador

Jos Palomar
Pedro J. Prieto
Teodosio Berrueco
Rafael!. Tapia
Evaristo 1fiiguez
Faustino G. Cevallos
Pedro Camarena
Gertrudis Sanchez P.
Miguel Gonzlez Rubio.
Juan de Dios Arredondo
Jos Maria Plancarte
Agustfn Femandez Villa
Pedro J. Prieto
Ram6n Navarro
Vicente Oftigosa
Franciisco Bemi
Benita Castro
Fco. Martinez Negrete
Fco. MarIa Oftiz
Urbano Berrueco
Fco. R. Mart{nez
Vicente Gonzlez
Juan B. Cogordaut
Clemente Mendiola
Jesus Ascencio
Dolores M. de Pacheco
Manuel Corts y V.
Total

Precio
1,200.00
60,000.00
1,800.00
95,000.00
2,000.00
2,400.00
25,000.00
2,000.00
10,000.00
8,670.00
12,000.00
10,000.00
8,000.00
8,000.00
8,000.00
3,840.00
4,300.00
13,000.00
10,000.00
9,000.00
8,000.00
12,800.00
2,000.00
5,000.00
8,000.00
3,600.00
7,200.00

340,810.00

Periodo Il. Elliberalisnw del siglo XIX en Guadalajara

187

CuadroN 9b
Lista de ventas convencionales en Guadalajara, 1856
SegUn el registro de varios notarios
Corporaci6n

Comprador

Precio

Jesus Maria.

4,320.00

O. San Felipe

27,800.00

Catedral

18,000.00

San Diego

11,702.00

Santa M6nica

6,480.00

Santa Teresa

7,500.00

Colegio Clerical

3,500.00

8
9-10

Cofra. Sacramento

2,000.00

<2> Santo Domingo

1,300.00

Il

Santo Domingo

1,200.00

12

Santo Domingo

1,050.00

13,16

<4>Santo Domingo

2,080.00
4,000.00

17,22

<6> Santo Domingo

23-24

<2> Santo Domingo

1,000.00

25,27

<3> Santo Domingo

4,650.00

28

Santo Domingo
Jesus Ma.

8,500.00

29
30
31

1,600.00
14,640.00

Col. Enseiianza
Santa M6nica

850.00

32

Santa Teresa

1,400.00

33
34-35

Santa Teresa

3.000.00
13,080.00

<2> Santa M6nica

36
37,40

Santa Teresa

2,425.00

<4> San Diego

6,097.60
3,000.00

41

Col. Enseiianza

42

Santa Teresa

43

Santa Teresa

300.00
4.000.00

Total

155,474.60

Fuente: C. 9a. "Los Bienes de la Iglesia en Mxico, J. Bazant y la Memoria de Hacienda


1857, Archivo General de la Naci6n. C. 9b. Registro de Varios Notarios, 1856,
Archivo de Instrumentos PUblicos deI Estado.

188

Eduardo LOpez Moreno


CuadroN 10
Desamortizacion de bienes eclesiasticos por corporacion.
Guadalajara (1856). Ventas, adjudicaciones y remates

Corporaci6n

Hospicio
Jesus Maria
Aniv. Catedral
Colecturfa de Animas
Colegio Seminario
San Juan de Dios
Oratorio de S. Felipe
Santa M6nica
Hospital de Beln
Santa Ma. Gracia
Ntra. Sra. Guadalupe
Catedral
Colegio Clerical
Col. San Agustin
La Merced
Beaterio
Colegio Sn. Diego
Capellanias
Santo Cenculo
C. San Antonio
Enf. San Francisco
Sefior de la Humildad
Instituto de Ciencias
Santa Clara
Santo Domingo
El Carmen
Colegio Conciliar
Santa Teresa
Col. San Juan
Otros**
Totales

Ventas

1
6

3
1
5
1
3
3
II

Adjudic.

9
3
3
2
1
1
3
14
1
2
7
1

5
1

8
25
8

II
3
88

1
2
1
5

66

Remate

Total

4
10
1
7
1
2
7
9

5
28
1

11
2
1
2
1

13
4
7
1
27
5
4
10
3
2
1
2
12
1
1
1

4
1

21
18
174

14

4
9
10
17
5
27
4
6
10
23
29
5
9
12
3
3
1
2
10
1
26
9
1
34
1
26

332

Valor

72,067.00
129,175.00
4,072.00
17,750.00
17,717.88
22,633.00
53,900.00
35,949.00
4,633.00
126,550.00
34,640.00
37,467.00
16,100.00
124,500.00
48,098.30
4,308.00
29,199.60
33,534.00
5,566.67
1,233.34
734.00
1,800.00
55,900.00
2,200.00
32,177.60
109,650.00
5,600.00
62,364.00
1,600.00
57,970.12
1'149,089.51

Fuente: Elaborado en base a los datos tomados de varios libros de registros notariales,
varios notarios para el ano de 1856.
Hazant (Op. Cir.) y peri6dico El PaEs numeros 89, 91,93-96 Y100, dei ano de 1856
Se registran las transacciones cuya escritura no indica c1aramente si se trata de una adjudicaci6n 6 de un remate, considerando ademas que en "remate" se ubican las adjudicaciones y remates cuando la finca no se vende al ocupante.
.. No se tiene el nombre de la corporaci6n a quien pertenecfan las fincas puestas en circulaci6n.

Perlodo Il. Elliberalismo del siglo XIX en Guadalajara

189

13. Caracteristicas de la privatizacion de la propiedad ec1esiastica


El mismo autor supone que, hasta la aplicaci6n de las leyes de Reforma,
las diferentes ordenes religiosas en Guadalajara poselan propiedades
inmuebles por un valor de mill6n y medio de pesos; Il 1 cifra que esta muy
por abajo dei total dei valor de la propiedad eclesiastica que registramos
(2.4 millones de pesos, Cuadro N 8).112
De las 312 fincas que aparecen registradas coma vendidas, rematas 0
adjudicadas, ese mismo ano, se puede inferir que las propiedades mas
caras fueron las que se vendieron con anticipaci6n, logrndose asf poner a
salvo su "valor real". En ese sentido, Bazant tiene parcialmente raz6n,
pues algunas corporaciones, beneficindose de las prerrogativas que ofrecfa la ley, pudieron liberar en el mercado convencional, una parte importante de su capital rafz. Ese fue el casa para algunas casas religiosas, que
pusieron en circulaci6n mucho mas de un tercio dei valor de su patrimonio inmobiliario, y no 10 fue para otras, probablemente porque sus representantes no daban crdita a que, finalmente la ley, se pusiera en vigor.
Entre aqullas, que aparecen mas libradas de la acci6n gubemamental, figuran San Agustfn y Santo Domingo; y entre las que se vieron mas
afectadas, Santa Maria de Gracia y Santa Teresa. Veamos con mas atenci6n estos casos:
San Agustln, segun el peri6dico oficial El PaIS, tenfa valuadas 38
propiedades en 128,150 pesos, pudiendo "deshacerse" de menos de un
tercio de ellas (Il fincas); cuyo valor, sin embargo, representaba mas de
dos tercios dei total, es decir, 82,900 pesos.
Santo Domingo, enajena 23 bienes inmuebles a 29,177.6 pesos, a un
costo superior de 10 que la corporaci6n tenfa valuado en 1856, esta es,
23,450 pesos por 49 propiedades registradas. 1I3 De ellas, se tiene el antecedente de una sola adjudicaci6n, que se hizo en favor de los inquilinos
que habitaban la casa.
Santa MarIa de Gracia, recibe 126,550 pesos por 14 adjudicaciones
y 13 remates, sin que aparezca ninguna venta anticipada de las 102 fincas,
que en principio posefa en 1856, cuyo valor ascendia a 196,700 pesos.
III Bazanl, J. Los bienes de la 19lesia en Mxico, Colegio de Mxico, 1971.
112 Para mayor dela1le, vase en el Anexo l, un desglose de la propiedad por corporaciones,
en donde se senala con Ioda precfsi6n la loca1izaci6n y el va10r de cada una de las casas.
113 La diferencia enlre esas dos cantidades (5,727.6 pesos), despierta una enorme duda
sobre cul era, en realidad, el patrimonio inmobiliario que la Iglesia lenfa en la ciudad
y el va10r que ste represenlaba. Las 312 operaciones sobre las que fundamos nuestro
anlisis dei proceso de desamortizaci6n, deben considerarse coma parte de un universo
que sin duda era mayor a las 1,396 casas habilaci6n y los 2.4 millones de pesos, que se
les atribuye coma valor.

Eduardo LOpez Moreno

190

CuadroN 11
Venta de solares eclesilisticos por corporaci6n.
Guadalajara, 1856
Corporaci6n
Be1n

Num.

Ubicaci6n

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Il
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29

C5M26
C5M22
C5M27
C5M42
C3M48
C3M47
C3M58
C5M27
C5M22
C5M22
C3M43
C5M26
C3M43
C5M 19
C3M34
C5MO
C3
C3M52
C5M27
C5M30
C3M59
C5M22
C5M30
C5M25
C5M40
C5M26
Linda hospital

Total
Hospicio

Total
Total General

1
2
3
4
5-6
6
7-12
13
14
43

C9M49

Extensi6n
450.39
696.50
627.48
464.33
557.76
1,571.48
847.09
1,314.22
614.93
292.82
833.85
488.04
439.23
370.91
1,505.95
891.02
2,963.10
971.89
317.22
1,589.61
192.42
626.78
244.71
299.09
94.12
25,323.69
44,588.63
66,652.32
1,398.58
271.90
2,509.92
697.20
348.60
803.16
100.39

Valor
20.00
75.00
85.00
75.00
27.00
43.00
105.00
122.00
35.00
130.00
100.00
100.00
65.00
105.00
31.00
82.00
62.40
82.40
61.00
65.00
90.00
34.00
60.00
85.00
140.00
42.00
85.00
20.00
55.00
2,081.80

72,782.07

200.00
800.00
50.00
80.00
100.00
50.00
294.00
46.00
66.00
1,686.00

117,370.70

3,767.80

C9M49

Fuente: Archivo de Instrumentos Publicos dei Estado de Jalisco, varios notarios, mo de 1856.
Notas: superficie en metros cuadrados. valor en pesos.
terrenos que lindan con la Plaza de Toros.
C9M49 = Cuartel 9, manzana 49
Realiz6 : X. Ibarra, E. Lopez, 1993

Per{odo II. Elliberalismo deI siglo XIX en Guadalajara

191

Santa Teresa, con un capital inmobiliario estimado en 117,040 pesos,


confonnado por 85 fincas, logra vender en el mercado convencional, s610
7 de ellas, recibiendo por ello 36,625 pesos; mientras que dei resto, tenemos antecedente de 21 propiedades rematadas y dos adjudicadas.
Como ya 10 evocamos, la Iglesia poseia, ademas, varios solares en la
ciudad (alrededor de 13.4 has. ver Cuadro~. Il); muchos de los cuales,
al igual que las casas habitaci6n, trataron de ser vendidos antes de que
comenzaran las ventas forzosas.1l 4 El Hospital de Beln -que posefa por
10 menos 122,332 varas cuadradas (85,265.40 mts1) en terrenos distribuidos en los cuarteles 3 y 4, intent6 una venta sistemtica de aqullos que
tenfa dados en censo perpetuo. El hecho de que los enajenara a tiempo, le
signific6 un ingreso de 2,164.9 pesos.
En 10 general, las fincas adjudicadas 0 vendidas, se entregaron a las
familias que las ocupaban 0 tenfan en posesi6n. De las 312 operaciones
registradas, 136 beneficiaron directamente a sus ocupantes (75 ventas y
61 adjudicaciones = 43.58%), 163 fueron adquiridas por el mejor postor,
la gran mayorfa de la veces personas ajenas a ellas (52.24%) Y dei resto
no se tiene noticia (13 casos).
Es importante hacer notar que, el valor dei bien rafz, entre un procedimiento y el otro, es mfnimo. Segun la ley, la diferencia era de 1%, pues
las ventas se hacfan al 5%, y las adjudicaciones al 6% de su valor. Parad6jicamente, cuando la propiedad se remataba, el valor descendfa aun
mas, Ils beneficiando en ese caso, al comprador no al inquilino, quien
declaraba al solicitar la propiedad, que aqullos que tenfan el derecho, es
decir, los arrendatarios, "ni quieren, ni pueden comprarla".
Mientras que, en 10 que respecta al suelo, los solares se entregaban a
los ocupantes, casi siempre arrendatarios, que con el tiempo habfan construido en ellos, vendindoseles a un 4.6% 0 5%, que era el valor dei
censo 0 renta que pagaban anualmente.
Asf, independientemente dei mecanismo de desamortizaci6n, la Iglesia capitaliza sus propiedades a un valor muy similar (con un rango que
va dei 4.6% al 6%). El hecho de que varias corporaciones, decidan vender libremente sus propiedades rafces, en el plazo que estipula la ley, en
lugar de adjudicarlas 0 rematarlas, se puede explicar por varios factores:
(i) probablemente hasta la aplicaci6n de las leyes, las fincas estaban sub114 El Hospital de San Juan de Dlos poseia, por 10 menos, un terreno superior a 4 manzanas y media, en el cuartel numero cinco. No tenemos noticias de ventas previas de
ellos, mientras que si es de nuestro conocimiento, que algunos de los terrenos, fueron
solicitados en adjudicaci6n. Cf. PIano 7.
115 Recurdese que por ley, las casas se remataban a dos terceras partes de su valor.

192

Eduardo LOpez Moreno

valuadas con el objeto de reducir las contribuciones fiscales, mientras que


las ventas libres se hacen al 5% deI valor real de la propiedad;1I6 (ii) si
bien el 1%, no implica una diferencia econ6mica substancial, da lugar a
un mecanismo de recuperaci6n de capital diferente, pues los contratos de
ventas se celebran a corto plazo 0 al contado, y las adjudicaciones son
siempre a largo plazo; (iii) muchas de las operaciones pudieron haberse
llevado a cabo con inquilinos prestanombres, de ahf que las propiedades
mas caras, fueran las primeras en enajenarse; y (iv) vendiendo, la Iglesia
toma una cierta iniciativa en lugar de dejarsela al Estado.

14. Un nuevo proceso de acumulacion de la propiedad raiz


En principio, 1,396 casas y amplios terrenos, debieron desamortizarse en
1856. Muy probablemente, varias propiedades pudieron ponerse a salvo a
travs de ventas ficticias a prestanombres. Practica que intent6 combatirse con dos decretos promulgados por los gobemadores Herrera y Cairo y
Jesus Camarena en 1856. En el primero, se declaran nulas y se prohiben
todo tipo de enajenaciones y ventas de bienes eclesisticos, en virtud de
que se hacfan con el objeto de eludir la ley de desamortizaci6n; y en el
segundo, se castiga a los inquilinos prestanombres, hacindoles perder el
derecho que por ley les asistfa. 1t7
Desconocemos cuantas casas-habitaci6n pudieron adquirirse, a travs
de ese mecanimo, en relacion a la "muestra" que hemos venido analizando (312 operaciones). Sabemos, sin embargo, que todas las propiedades
fueron vendidas, adjudicadas 0 rematadas a 118 personas; es decir, en
promedio casi tres viviendas correspondieron a cada persona. Si consideramos que esta figura, refIeja el comportamiento general deI proceso de
privatizaci6n de la propiedad eclesiastica, podemos concluir que la desamortizaci6n di6 lugar a un nuevo proceso de acumulaci6n de los bienes
rafces. Proceso que es aun mas evidente, a la luz de un analisis pormenorizado sobre los compradores; 23 de entre ellos, adquirieron propiedades
por un valor de 509,705 pesos, un poco mas de un quinto deI valor total
puesto en circulaci6n; y s610 ocho participaron con el 13.3% (321,615
116 Eso explica el por qu, algunas corporaciones, percibieron ms recursos de los que el
ramo de hacienda tenfa contabilizados, incluso por la mitad de las propiedades registradas.
117 El primer decreto se expidi6 el 26 de julio de 1856 y el segundo el 21 de octubre dei
mismo ailo.

Per{odo 11. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

193

pesos) dei costo total dei conjunto de transacciones que tomamos como
universo de estudio (cf. Cuadro N" 12).
Sin duda, el proceso de privatizaci6n dei suelo municipal, se reproduce
con las casas-habitaci6n propiedad dei clero. Los principales compradores
de bienes eclesiasticos se interesaban, principalmente, por las casas y
accesorias --0 tiendas-, ubicadas bsicamente en los cuarteles 1 y 2 de la
ciudad, y otras viviendas construidas junto a establecimientos religiosos.
El 28 de enero de 1858, el gobiemo conservador de Zuloaga, declara
nula la ley de desamortizaci6n y restituye de nuevo la propiedad ralZ a las
corporaciones eclesiasticas, obligando a que en las escrituras se asentara:
queda nula y sin efecto esta adjudicaci6n 0 este remate, y la finca a que ella se refiere,
continua en el dominio y posesi6n de ta! corporaci6n 0 comunidad.'"

Es de constatar, que el decreto deja fuera las ventas directas, 10 que nos
hace suponer que le resultan benficas, tanto a la Iglesia como a los grupos
ligados al nuevo gobiemo. Esta reacci6n a las Leyes de desamortizaci6n,
tuvo una vida corta, el 5 de febrero de 1861, casi tres afios despus, el Presidente Jurez nacionaliza los bienes eclesiasticos, ordenando que se les
reintegre las fincas urbanas y rUsticas a los beneficiarios legftimos de la
Ley Lerdo, llamese adjudicatarios, rematantes 0 compradores, siempre y
cuando no hubieran celebrado compras con el mismo clero durante esos
tres afios;119 conservndoseles los mismos derechos, de preferencia y sistemas de compra 0 adjudicaci6n, que fueron utilizados en el 56.
A pesar de los buenos pr6positos de la ley, un nuevo proceso de acumulaci6n de la propiedad se lleva a cabo en estos afios, amparado por los
remates y las redenciones forzadas de los capitales, que fueron asignados
desde la ley de desamortizaci6n. De 129 casos de nacionalizaci6n de
casas habitaci6n, que pudimos registrar entre marzo y mayo de 1861, un
poco mas de la mitad se concentr6 en 10 personas y una sola adquiri6 el
20% de los bienes. Mas de dos tercios dei capital total desvinculado -que
era igual a 243,065.96 peSOS,I20 favoreci6 a 19 personas, 9 de las cuales,
recibieron valores inmobiliarios por e15L94% dei capital en circulaci6n.
118 Reglamento de la Ley dei 28 de enero de 1858, Articulo Cuarto, Guadalajara 4 de abril
de 1858. Obligando a entregar a las corporaciones, los titulos de dominio en posesi6n
de los diferentes beneficiarios (Art. 5). Y con el compromiso de restituirles las sumas
que hablan cubierto a la hacienda publica por a1cabala, rditos 0 capitales, a travs de
bonos fiscales (Arts. 9" Y Hl").
119 Decreto publicado en Guadalajara, el 26 de mano de 1861, por el gobernador P. Ogazon.
120 De ellos 197,984.60 pesos, fueron por Redenci6n de 112 fincas urbanas y 30,081.36
pesos por el Reconocimiento de 17 fincas. Referirse al Anexo III, en donde presentamos los cuadros recapitulativos dei impacto de las leyes de 1861.

Eduardo LOpez Moreno

194

De esta manera, un fuerte proceso de acumulaci6n, que permiti6 que


tres miembros de familias acaudaladas: Don Carlos Camarena, Julin
Villalvazo y Don Manuel Ocampo, recibieran propiedades rafces, por un
valor equivalente a un tercio dei capital nacionalizado en ese' mismo
ano. 12l Capital que, por ley, debfa ingresar a la Jefatura de Hacienda deI
gobiemo deI estado.

Cuadro N 12
Privatizacion de las casas habitacion propiedad deI c1ero
Guadalajara, 1856
Lista de los principales compradores
Num.

Nombre comprador

Capital

Rafaell. Tapia
Pedro L. Prieto
Manuel Ocarnpo
Jos Palomar
Pedro Carnarena
Eulogio Rico
Luis Alvarez
Ignacio de la Torre
Antonio Leataud
Juan de Dios Rosas
Pedro Ogazon
Nicolas Remus
Jos Antonio Sar
y gnacio Madrid
Vicente Gonzlez
Carlos R. Carnarena
Jos Maria Plancarte
Lzaro Prez
Agustfn Berrnudez
Fco. Maria Ortiz
Agustfn Fernandez Villa
Miguel Gonzlez Rubio
Fco. Martfnez Negrete
Total

95,000.00
60,000.00
42,799.00
29,000.00
25,000.00
24,100.00
23,600.00
22,116.00
16,600.00
14,640.00
13,800.00
13,600.00
13,366.00
13,266.00
12,800.00
12,1l6.oo
12,000.00
11,200.00
Il,702.oo
10,000.00
10,000.00
10,000.00
13,000.00

2
3
4
5
6
7
8

9
10
II
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21

22
23

509,705.00

Fuente: varios libros de registros notariales, varios notarios, 1856. Peri6dico El Pats, nums.
89,91,93-96 Y100 deI alo 1856.
Nota: valores en pesos.
Realiz6: Xochit11barra, Eduardo L6pez, 1993.

121 Remitirse al Cuadro NO 12, que presenta a las principales personas, que se vieron favorecidas por la distribuci6n de la propiedad ec!esilistica en Guadalajara, a rafz de la aplicaci6n de la ley de 1861.

Per{odo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

195

Piano 5
Guadalajara, 1884. Superficie total privatizada
por las Leyes de Reforma. (propiedad municipal y eclesilistica)

Casas y solares propiedad dei clero y el municipio.


Fuente: Biblioteca PUblica dei Estado, Biblioteca deI Congreso. El Pals. 1856 y 1861.
Realiz6:Eduardo L6pez Moreno, 1994.

15. Conclusion general

La historia oficial dei liberalismo dei siglo pasado, ha puesto un especial


enfasis en la prdida de la propiedad eclesiastica en Guadalajara, ocupndose principalmente de los conventos e iglesias, que fueron suprimidos y
demolidos. Poco se ha investigado la enorme influencia que este movimiento tuvo en la propiedad inmobiliaria urbana, que estaba en manos de la
Iglesia y dei Municipio. Y todavia menos, se ha analizado el impacto que

196

Eduardo Lapez Moreno

esas transformaciones tuvieron sobre las condiciones habitacionales de los


pobladores de la ciudad y sobre el modelo de ocupaci6n socio-espacial.
En tan s610 18 afios, probablemente dos tercios dei rea total de Guadalajara, cambi6 de propietario. Una modificaci6n tan severa de la estructura juridica de la propiedad rafz, s610 pudo llevarse a efecto por las nuevas tendencias doctrinarias liberales; segun las cuales, se hacfa necesario
combatir las diversas corporaciones que el estado patrimonial habfa creado, asf coma los privilegios que le eran inherentes, a fin de instaurar en su
lugar, una naci6n juridicamente uniforme que permitiera el libre enriquecimiento de todos los individuos que componen la sociedad.
Bajo esa l6gica, los liberales arremeten por igual en contra de las propiedades dei clero y dei Municipio. Dos instituciones, que si bien habfan
acumulado un inmenso monopolio inmobiliario, no 10 habfan hecho de la
misma forma ni con el mismo objetivo. Pues la primera de ellas, 10 que
busca es atesorar un bien que en la medida de 10 posible, pueda acrecentar sin ponerlo en circulaci6n. Mientras que el Municipio, 10 que intenta
es distribuir este bien, de una manera accesible, entre todos aqullos que
aun no tienen resuelto su problema habitacional.
Dos formas completamente diferentes de "estancamiento" de la propiedad que, desafortunadamente, corren la misma suerte. Una habfa sido
producto de una acumulaci6n hist6rica de un actor particular, y la otra, de
un media que habfa contribuido a la historia dei desarrollo general de la
ciudad y de la polftica de vivienda social. Las dos son privatizadas por
igual, a fin de facilitar el libre juego de los intereses individuales, que son
la base de la prosperidad general -segun afirman los te6ricos reformistas.
La propiedad de la Iglesia, por ley, debfa adjudicarse a las familias
que ocupaban los terrenos 0 casas-habitaci6n, en un trmino no mayor de
tres meses. De acuerdo con nuestra muestra final (525 casos en total),
mas de un tercio de la propiedad, no fue entregada en el plazo que estipulaba la ley de desamortizaci6n; de tal forma que los establecimientos religiosos, que aun conservaban propiedades en 1861, las perdieron a rafz de
la ley de nacionalizaci6n de los bienes eclesiasticos.
En relaci6n a la informaci6n recabada, el capital que final mente se
puso en circulaci6n, fue dei orden de los 1.32 millones de pesos; 122 de los
cuales, poco mas de un mill6n, correspondi6 a las ventas, adjudicaciones
y remates, llevados a cabo bajo la ley dei 56. El resta a las disposiciones,
que el gobiemo de Jurez, adopt6 una vez que se consolid6 el gobiemo

122 Tomando en consideraci6n, que los remates de casas que se lIevaron a cabo entre
marzo y agosto de 1861, los cuales supusieron una traslaci6n de capital por 105,322
pesos. Velise el Cuadro N" 13, de resumen.

Periodo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

197

Iiberal en el 61. Un tercio deI total global se concentr6 en s610 Il manos,


10 que, a nuestro modo de ver, da luz sobre las condiciones generales en
que el proceso de privatizaci6n de la propiedad deI clero pudo llevarse a
cabo. Sin perjuicio de caer en calculos demasiado groseros, podrfamos
considerar, extrapolando estos datos, que 480 personas acumularon las
cerca de 1,396 casas y 13.4 has. de terrenos, que se Iiberaron en cinco
afios; convirtindose en propietarias y convirtiendo en inquilinos -con
otro tipo de condiciones de arrendamientcr-, a las cerca de 800 0 1,100
familias restantes, las cuales hasta ese entonces habian ocupado esas propiedades.
La transforrnaci6n deI tipo jurfdico de la propiedad, supone entonces
un cambio fundamental en las relaciones de propiedad, en que las personas que gozaban de un derecho de renta perpetuo, mudan a arrendatarios
a corto plazo, con un derecho muy precario sobre las casas habitaci6n que
pertenecian al clero.

CuadroN 13
Cuadro Recapitulativo: privatizacion de la propiedad deI clero
Guadalajara, 18561861
Tipo

Desamortizaci6n (ley deI 56)


Nacionalizaci6n (ley deI 61)

casas
solaces
casas*
casas**
capellanias***
Total

Num.

Valor

312
43
112
17
41
525

1'078,640.00
3,767.80
197,984.60
30,081.36
18,663.48
1'329,137.24

Fuente : compuesto en base a la informaci6n de los cuadros numerus 8, 9, 10 Yanexos 1 y Il.


Notas: Por redenci6n de capitales. Fincas urbanas en reconocimiento
Capellanlas desvinculadas. Realiz6 : Xochitl Ibarra, Eduardo L6pez, 1993.

Tambin, por ley, la propiedad municipal debia ser entregada a los


inquilinos, bajo un sistema de adjudicaci6n. Las enormes ventajas que les
ofrecieron, fueron en muchos de los casos, capitalizadas por compradores
que no las ocupaban; muchos de los cuales, tenian recursos econ6micos
mas elevados, y desafortunadamente, no siempre la necesidad de esa
vivienda. De las 172 has. privatizadas, se estima que poco menos de la
mitad, correspondi6 a los terrenos adjudicados (44.30%), mientras que las
ventas tomaron la parte mayoritaria (55.70%). Un numero muy reducido

198

Eduardo Lapez Moreno

de familias (seis), concentr6 una gran cantidad de solares con enormes


extensiones (40% de la superficie privatizada).
Un proceso de acumulaci6n y de enriquecimiento que, en relaci6n al
valor deI suelo y deI patrimonio construido, posee una significaci6n distinta, pues una sola de las casas-habitaci6n, propiedad deI clero, se vendi6
a un costa superior a la suma total que se percibi6 por la venta de los ejidos. De otra forma dicho, un 30% de la superficie de la ciudad, hasta
entonces en manos deI Municipio, reditu6 37,425.31 pesos, 0 sea el 2.8%
de 10 que produjo un poco mas de un tercio deI parque inmobiliario que
poseia el clero durante la Reforma.
A nivel nacional y local, una clase media ilustrada, comienza el movimiento de Reforma, con la esperanza de generar una clase media propietaria que con su fuerza expansiva de pi a un proceso general de desarrollo
en el pais. No cabe la menor duda que, en Guadalajara, elliberalismo contribuy6 a conformar una lite propietaria; principalmente, comerciantes
medios y aigunos terratenientes importantes, quienes fueron los principales beneficiados. Podemos ver que no se trata de la emergencia de una
nueva clase media, sino de un proceso de conformaci6n de una existente.
Es bastante parad6jico que el suelo --eonsiderado, por los liberales,
coma un bien universal destinado a tener una circulaci6n libre en la
sociedad-, terminara por acumularse en muy pocas manos. Primero, a
travs de las adjudicaciones y ventas; despus, por las almonedas 0
subastas; enseguida por los traspasos de dominio entre particulares (0
cesiones de derechos); y fmalmente, por los despojos, legalmente encubiertos 0 no, que se hicieron de la propiedad que los censatarios habian
construido sobre el suelo en que estaban asentados.1 23 Todos estos mecanismos, forzaron a muchas familias a desocupar su vivienda 0 a ocuparla
bajo otras condiciones. Estimamos que, entre 600 y 800, debieron sufrir
las consecuencias de ese proceso de acumulaci6n que, sin duda, es el mas
importante de la historia de la ciudad.
La propiedad compartida, tiende a disolverse poco a poco, perdindose el derecho perpetuo que da una libertad casi total para disponer deI
bien; y su lugar es tomado por la propiedad privada, en la que habitan los
propios duefios 0 stos la rentan a los antiguos 0 a nuevos locatarios.
123 En efecto, los inquilinos que por diferentes causas, no pudieron convertirse en propietarios dei predio que ocupaban, de acuerdo con la ley, seguian siendo los dueiios de 10
que en eltranscurso de los aiios habian construido sobre el mismo, llmese casa-habitaci6n, pequei\o taller, comercio, etc. Debido a las deudas que muchos de ellos habian
acumulado en el pago dei censo 0 renta, el Ayuntamiento les obligaba a enajenar sus
construcciones, con el objeto de que con la suma percibida pudieran ponerse al cornente de sus deudas.

Perlodo lI. El liberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

199

Se trata de una lucha por la propiedad, pero tambin por transformar


las relaciones de propiedad. Los cambios permiten que, en adelante, los
propietarios de los bienes rafces, puedan valorizarlos a travs de un uso
mas capitalista, una vez destruidos los derechos hereditarios sobre el
suelo. En ese sentido, se da un paso fundamental de la propiedad patrimonial mercantil, hacia su explotaci6n futura capitalista.
En 10 inmediato, el liberalismo contribuye a expandir la vivienda en
arrendamiento. Y debido a que la oferta principal de casas habitaci6n, en
los alios siguientes, se centra principalmente en la creaci6n de cuartos aislados y el desarrollo de vecindades, se genera un fuerte proceso de densificaci6n, que en algunas zonas de la ciudad, incrementa las tasas de hacinamiento, e incluso, la ocupaci6n irregular en la periferia.
Sin duda, este movimiento muestra sus lmites en cuanto a su capacidad autoreguladora. La tendencia acumulativa de los individuos, se ve
favorecida por una serie de principios presentados como universales, en
donde deliberadamente se excluye el enjuiciar la acumulaci6n privada;
mientras que, la que hacian los diferentes cuerpos durante la colonia, era
objeto de un ataque implacable. Parecerfa ser que, la lucha que los liberales libraban con las leyes que ellos mismos calificaban de "excepcionales" (ligadas al gobiemo colonial), no les permiti6 advertir los eventuales
efectos perversos que las leyes llamadas "naturales" podfan traer consigo.
Es en este periodo, que se empieza a estructurar el mercado inmobiliario, definindose, simultneamente, el papel que ste jugara en 10 sucesivo como elemento esencial en la conformaci6n de las relaciones sociales y en el funcionamiento general de la sociedad. El Estado, por su parte,
se limitara a hacer respetar el libre juego deI mismo, asegurando, simb6lica y discursivamente, la producci6n de un cierto numero de bienes colectivos, entre los cuales, la vivienda social, desafortunadamente, no hace
parte de ellos.
En realidad, los principios en que se funda el Iiberalismo: derecho,
libertad, universalidad..., fueron confiscados por un pequefio grupo, que
en nombre dei progreso y el orden, confiscaron igualmente la propiedad
inmobiliaria. Sin duda, los beneficios deI liberalismo se restringieron a
unos cuantos. Extrafia concepci6n de la universalidad.

200

Eduardo LOpez Moreno

Anexo
Cuartel N 5
Adjudicaciones
Num

Fecha

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Il
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42

1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856

Num. Ubicaci6n Superficie


varas l
de Ejido
228
220
213

215
8
8
8.10
111
5
32
21
24
25
26
36
38

42
40
30
43
31
45

51
53
57
57
229
63
61
57

2,352.61
C5MO 3,384.00
C5MO 6,640.00
C5MO 10,000.00
C5Ml00
C5M100
338.00
48010
C5Ml00
C5Ml00
552.00
C5Ml00
651.00
C5MI2 4,18500
C5MI2 4,185.00
C5MI8
C5MI8
577 50
C5M19
655.75
C5M21
264.00
C5M23
C5M39
700.00
C5M39
648.00
C5M40
C5M40
986.00
C5M42 2,52200
C5M43 4,760.00
C5M43 1,976.00
C5M43
867.96
C5M43
66176
C5M45 2,888.00
C5M45 7,955.00
C5M45
520.00
C5M46 5,609.00
C5M46 3,03000
C5M48 1,848.00
C5M49 1,18987
C5M49 1,469.60
C5M49 2,955.90
C5M49 1,425.00
C5M50 4,650.00
C5M51
C5M51
C5M51 1,887.00
C5M54 2,173.00
C5M54 2,173.00
C5M55

Precio V'por
en pesos c1peso

Superficie
metros'

M' por valor deI


c1peso M'/peSO

33.33
166.67
250.00
33.33
16.67
47.20
66.67
21.00
50.00
50.00
54.17
20.84
33.33
25.00
35.43
16.67
33.33
41.67
50.00

101.53
39.84
40.00

1,640.24
2,359.32
4,629.41
6,972.00

70.79
27.78
2789

0.01
0.04
0.04

20.28
10.17
8.28
31.00
83.70
83.70

235.65
33473
384.85
453.88
2,917.78
2,917.78

14.14
7.09
5.77
21.61
58.36
58.36

0.07
014
0.17
0.05
0.02
0.02

27.71
19.67

402.63
457.19

19.32
13.72

0.05
0.07

7.45
41.99
19.44

184JJ6
488.04
451.79

5.20
2928
1355

019
0.03
0.07

1972

13.75

0.07

33.33
33.33

142.81
59.29

99.57
4133

0.01
002

33.33
33.33
35.43
35.43
35.43
41.67
33.33
50.00

86.65
238.67
14.68
158.31
85.52
44.35
35.70
29.39

60.41
166.40
10.23
11038
59.63
3092
2489
20.49

0.02
001
0.10
001
002
003
004
0.05

33.00
50.00
20.84
20.84
50.00
50.00
50.00
20.84

43.18
93.00

687.44
1,758.34
3,318.67
1,37767
605.14
461.38
2,013.51
5,546 23
36254
3,910 59
2,112.52
1,288.43
82958
1,02461
2,060.85
993.51
3,241.98

30.11
64.84

0.03
0.02

37.74
43.46
43.46

1,315.62
1,515.02
1,515.02

26.31
30.30
30.30

004
0.03
0.03

Per{odo II. Elliberalismo deI siglo X/X en Guadalajara

201

Cuartel N 5 (continuaci6n)
Adjudicaciones
Num

Fecha

43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
70
71
72
73
74
75
76
77
78
79
80
81
82
83
84

1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856

Num. Ubicaci6n Superficie


de Ejido
varas'
67
84
71
72

77
84
86
86
89
90
90
III

105

101
104
108
108
110
109

112
116
117
120

118
115
132
133
140
139
144
1'2

C5M55
C5M56
C5M56
C5M56
C5M57
C5M58
C5M58
C5M58
C5M58
C5M58
C5M59
C5M59
C5M67
C5M67
C5M76
C5M76
C5M76
C5M76
C5M76
C5M76
C5M77
C5M77
C5M77
C5M77
C5M77
C5M77
C5M77
C5M77
C5M77
C5M78
C5M78
C5M78
C5M78
C5M78
C5M78
C5M78
C5M82
C5M82
C5M85
C5M85
C5M86
C5M87

1,640.00

920.00
4,079.50
1,160.00
1,720.00
97150
937.50
937.50
1,400.00

2,150.00
1,488.00
1,462.00
899.00
592.00

1,687.74
918.00
357.00
1,202.41
2,021.25
1,680.00
960.00
920.00
1,127.50
1,000 00
2,369.00
1,368.00
2,464.50
3,030.00
1,365.00
5,557.50
2,655.50

Precio V'por
en pesos clpeso

Superficie
metros'

28.12

1,143.41

19.60

0.05

18.40
81.59
23.20
34.40
46.62
28.13
28.13

641.42
2,844.23
808.75
1,199.18
677.33
653.63

12.83
56.88
16.18
23.98
32.50
19.61
19.61

0.02
0.06
0.04
0.03
0.05
0.05

42.00

976.08

29.29

0.03

43.00
39.68
38.99
43.14
17.76

1,498.98
1,037.43
1,019.31
626.78
412.74

29.98
27.66
27.18
30.08
12.38

0.03
0.04
0.04
0.03
0.08

5064
27.54
14.28
8.91

35.30
19.20
9.96
6.21

0.03
0.05
0.10
0.16

40.32

1,176.69
640.03
248.90
838.32
1,409.22
1,171.30

28.11

0.04

28.80
2760
18.04
30.00
66.86
32.83

669.31
641.42
786.09
697.20
1,651.67
953.77

20.08
19.24
12.58
20.92
46.62
22.89

0.05
0.05
0.08
0.05
0.02
0.04

59.14
90.91
40.95
166.74
79.67

1,718.25
2,112.52
95168
3,874.69
1,851.41

41.23
63.38
28.55
116.25
55.55

0.02
0.02
004
0.01
002

58.33
20.84
41.65
50.00
50.00
50.00
50.00
20.84
33.33
33.33
41.67
33.33
33.33
33.33
33.33
50.00
37.50
37.50
20.84
33.33
16.67
29.17
29.17
33.33
33.33
25.00
\3500
41.67
20.84
33.33
33.33
62.50
33.33
35.43
41.67
50.00
41.67
33.33
33.33
33.33
33.33

~53.63

M' por valor dei


c/peso M'/peSO

o.oa

202

Eduardo L6pez Moreno

Cuartel N 5 (continuaci6n)
Adjudicaciones
Num

Fecha

85
86
87
88
89

1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1856
1868
1872
1872
1872
1872
1872
1872
1872
1873
1873
1873
1873
1873

90

91
92
93
94
95
96
97
98
99
100
lOI
102
103
104
105
106
107
108
109
110
1I1
112
113
114
115
1I6
117
1I8

Nm. Ubicaci6n Superficie


de Ejido
varas'
149
148
153
153
156
159
167
168
166
177

181
192
183
198
193
205
205
209
203
18
47
3
3
3
3
0
27
131
214
216
207
207

C5M87 1,232.00
C5M87 1,920.00
C5M88 1,265.00
C5M88 1,375.00
C5M9O
C5M91 12,012.00
C5M93 2,817.50
C5M93 1,681.00
C5M93
C5M95 1,295.00
C5M96 1,386.50
C5M97 1,122.00
C5M97 1,440.00
CSM98
C5M98
C5M98 2,016.00
C5M99
C5M99
C5M99
800.00
C5M99 1,998.00
C5M99 1,491.00
675.00
C5M38
C5M49 1,680.00
C5MIO
300.00
C5MIO
325.00
C5MIO
450.00
C5MIO
200.00
C5M40
392.00
C5M40
816.00
C5M82 1,224.00
C5MlOO
363.00
C5MlOO
650.00
C5M99
688.00
C5M99
672.00

Precio V'por
en pesos c1peso

Superficie
metros'

24.64
38.40
18.97
20.62

858.95
1,338.62
881.96
958.65

17.18
26.77
13.23
14.38

0.06
0.04
0.08
0.07

144.15
56.35
50.44

8,374.77
1,964.36
1,171.99

100.50
39.29
35.16

0.01
0.03
0.03

27.42
27.73
23.76
30.50

902.87
966.67
782.26
1,003.97

19.12
19.33
16.57
21.26

0.05
0.05
006
005

40.32

1,405.56

28.1I

0.04

24.00
23.97
35.78
41.77
50.41
76.53
76.47
76.53
75.47
11.76
24.48
36.72
21.78
19.50
33.03
32.26

557.76
1,393.01
1,039.53
470.61
1,171.30
209.16
226.59
313.74
139.44
273.30
568.92
853.37
253.08
453.18
479.67
468.52

16.73
16.71
24.95
29.12
35.14
53.36
53.32
53.36
52.62
8.20
17.07
25.60
15.18
13.60
23.03
22.49

0.06
0.06
0.04
0.03
0.03
0.02
0.02
0.02
002
0.12
0.06
0.04
0.07
007
0.04
0.04

33.04
1,338.67

0.05

50.00
50.00
66.67
66.67
33.33
83.33
50.00
33.33
25.00
47.22
50.00
47.22
47.22
37.40
150.00
50.00
29.17
29.17
33.33
83.34
41.67
16.16
33.33
3.92
4.25
5.88
2.65
33.33
33.33
33.33
16.67
33.33
20.83
20.83

178,476.45 4,658.59
Suma total
Costo promedio
Superficie promedio

M' por valor dei


c1peso M'/peSO

125,835.15
47.40

C5M45 = Cuartel5, manzana num. 45.


El precio pagado por las adjudicaciones que no tienen superficie es de $870.76 pesos con 24
casos. Si con un peso se compran 47.40 varas cuadradas, resulta una superficie estimada en
41,274.02 varas cuadradas; 0 sea 28,769.91 metros cuadrados adicionales.
Fuente: Archivo Municipal de Guadalajara. Ramo ejidos (varios legajos y varios ailos).
Archivo de Instrumentos PUblicos (1856, varios notarios).
Rea1iz6: Xochitl Ibarra, Eduardo L6pez, 1993.

Perfodo Il. Elliberalismo dei siglo XIX en Guadalajara

203

Cuartel N 5 (continuaciOn)
Ventas
Num

Fecha

Num. Ubicaci6n Superficie


de Ejido
varas '

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
Il
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44

1856
5 C5MIO
1856
4 C5MIO
1856
1 C5MIO
218 C5MI00
1856
1856
15 C5M15
C5M38
1856
16 C5M38
1856
1856
16 C5M38
Il C5M38
1856
1856
33 C5M43
1856
45 C5M48
1856
65 C5M55
1856
73 C5M56
1856
C5M56
1856
C5M56
1856
78 C5M58
1856
80,83 C5M58
1856
C5M59
C5M59
1856
1856
88 C5M59
1856
94 C5M75
1856
106 C5M76
1856
C5M76
1856
108 C5M77
1856
116 C5M78
1856 121,124 C5M79
1856
128 C5M80
1856
125 C5M80
1856
129 C5M81
1856
136 C5M83
1856
144 C5M86
C5M9
1856
158
171 CSM94
1856
1856
172 C5M94
175 C5M95
1856
1856
176 C5M95
1856 178,179 C5M95
1856
180 C5M95
C5M97
1856
C5M97
1856
1856
186 C5M97
1856
203 C5M97
1856
188 C5M97
1856
C5M98

56.00

Precio V'por
en pesos c:Jpeso
20.00
20.00
15.00
70.00
26.00
24.00
25.00
50.00
25.00

3.73

1,039.50

2,139.00
1,003.10
1,282.50

507.00
2,150.00

Superficie
metros'

39.04

M' poe valoe dei


c:Jpeso M'/peSO

2.60

0.38

724.74
41.67
150.00
100.00
658.00
60.00
42.00
50.00
20.00
20.00
17.00
60.00
25.00
50.00
15.00
31.70
150.00
60.00
130.00
300.00
150.00
18.00
40.00
50.00
50.00
90.00
64.00
58.20
43.30
60.00
160.00
90.00
50.00
100.00
100.00

3.25
16.72

1,491.31
699.36

2.27
11.66

0.44
0.09

25.65

894.16

17.88

0.06

8.45

353.48

5.89

0.17

43.00

1,498.98

29.98

0.03

204

Eduardo LOpez Moreno

Cuartel N 5 (continuaci6n)
Ventas
Num

Pecha

45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63.
64
65
66
67
68
69
70
71
72
73
74
75
76
77
78
79
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89

1856
1856
1856
1856
1856
1856
1857
1857
1857
1857
s1a
1857
1858
1859
1859
1859
1859
1859
1859
1859
1860
1860
1860
1860
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1863
1864
1866
1866
1866

Num. Ubicaci6n Superficie


varas l
de Ejido
C5M98
202 CSM98
195 C5M98
195 C5M98 1,566.00
20 C5M99
204 C5M99
648.00
20 C5M39
19 CSM39 2,240.00
79 CSM58 1,559.25
87 C5M59
382.00
93 C5M75 2,992.00
144 CSM86 5,292.00
54 C5M50
609.00
176 C5M124 1,05600
12 C5M18
71 C5M56 2,419.00
97 C5M59
989.00
97 C5M59
688.00
118 C5M78 2,769.00
209 C5M99 1,850.00
32 C5M23
313.00
28 C5M4O 1,426.00
494.00
30 C5M45
31 C5M46 5,450.00
420.00
49 C5M49
49 C5M49
420.00
624.00
52 C5M50
52 C5M50
198.00
52 C5M50
575.00
64 C5M54 1,800.00
\30 C5M82 1,190.00
146 C5M86 1,870.00
151 C5M87 3,245.00
555.00
151 C5M87
158 C5M90 7,406.00
157 C5M9O 1,76300
164 C5M93 1,560.00
224 C5MIOI 2,500.00
226 C5MIOI 5,656.00
219C5M109-1107,104.00
176 C5M124
89 C5M59
133 C5M82 2,177.00
C5M58 1,600.00
C5M56 2,080.00

Precio V' par


en pesos cJpeso
130.00
20000
20.00
25.00
75.00
70.00
50.00
50.00
50.00
15.00
2500
33.33
12.00
45.00
45.00
45.00
31.00
21.50
52.00
120.00
26.00
50.00
35.00
3500
\7.40
17.40
15.00
16.00
20.00
80.00
50.00
40.00
80.00
20.00
40.00
40.00
13.00
42.00
62.00
55.00
45.00
41.66
45.00
33.33

Superficie
melros'

M' par valor dei


cJpeso M'/peSO

62.64

1,091.82

4367

002

12.96
4480
31.19
25.47
119.68
158.78
5075
23.47

451.79
1,561.73
1,087.11
266.33
2,086.02
3,68958
424.59
736.24

9.04
31.23
21.74
17.76
83.44
110.70
35.38
16.36

0.11
0.03
005
0.06
0.01
0.01
003
0.06

53.76
31.90
32.00
53.25
15.42
12.04
28.52
14.11
155.71
24.14
24.14
41.60
12.38
2875
22.50
2380
46.75
40.56
27.75
185.15
4408
120.00
59.52
9123
129.16

1,686.53
68953
479.67
1,930.55
1,289.82
218.22
994.21
344.42
3,799.74
292.82
292.82
435.05
138.05
400.89
1,254.96
829.67
1,303.76
2,262.41
386.95
5,163.46
1,229.16
1,087.63
1,743.00
3,943.36
4,952.91

37.48
22.24
22.31
3713
10 75
8.39
19.88
9.84
108.56
1683
16.83
29.00
8.63
20.04
15.69
16.59
32.59
28.28
19.35
129.09
3073
83.66
41.50
63.60
90.05

0.03
0.04
0.04
0.03
009
0.12
0.05
0.10
0.01
0.06
0.06
0.03
0.12
0.05
0.06
0.06
0.03
0.04
0.05
001
0.03
0.01
0.02
0.02
001

48.38

1,517.80
1,115.52
1,450.18

33.73

003

4351

002

62.41

Per{odo Il. Elliberalismo del siglo XIX en Guadalajara

205

Cuartel N 5 (continuacion)
Ventas
Num

Fecha

90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
100
101
102
103
104
105
106
107
108
109
110
III

1868
1868
1869
1872
1872
1872
1872
1872
1872
1872
1872
1872
1872
1873
1873
1873
1873
1874
sJa
1874
1874
1874
1874
1874
1856

l12
l13

114

Num. Ubicaci6n Superficie


de Ejido
varas '

Precio V'por
en pesos c1peso

33.00
56 C5M50 3,451.00
42.40
39 C5M44 5,775.75
95 C5M75
396.00
30.00
25.00
90 C5M59
266.00
21 C5M39
675.00
16.67
41.67
211 C5Mloo
805.00
14.58
107 C5M76
480.00
48
C5MO 2,920.00
33.33
56 C5M50 3,481.00
33.33
960.00
0 C5M76
50.00
0 C5M43 1,095.00
33.33
15 C5MI9 1,431.00
13.89
720.00
16.66
0 C5M55
825.00
50.00
13 C5MI9
0 C5MIO 1,200.00
33.33
33.33
0 C5MIO 1,200.00
62.22
102 C5M76
29.16
233 C5M64 1,560.00
50.00
C5M57
45.00
624.00
15.00
52 C5M50
164 C5M93 1,976.00
16.67
7 C5MI8 1,540.00
50.00
5 C5MI8 2,394.00
54.16
90 C5M59
294.09
20.84
68,69.. C5,C4MO 307,431.03 1,500.00

Suma total
117,793.41
Costo promedio
Superficie promedio

104.58
136.22
13.20
10.64
40.49
19.32
32.92
87.61
104.44
19.20
32.85
103.02
43.22
16.50
36.00
36.00
2.13
31.20

Superficie
metros'
2,406.04
4,026.85
276.09
185.46
470.61
561.25
334.66
2,035.82
2,426.95
669.31
763.43
997.69
501.98
575.19
836.64
836.64
43.38
1,087.63

M' por valor dei


clpeso M'/peso
72.91
94.97
9.20
7.42
28.23
13.47
22.95
61.08
72.82
13.39
22.91
71.83
30.13
11.50
25.10
25.10
1.49
21.75

0.01
0.01
0.11
0.13
0.04
0.07
0.04
0.02
0.01
0.07
0.04
0.01
0.03
0.09
0.04
0.04
0.67
0.05

41.60
435.05 29.00
118.54
1,377.67 82.64
1,073.69 21.47
30.80
1,669.10 30.82
44.20
14.11
205.04
9.84
204.95 214,340.91 142.89

0.03
0.01
0.05
0.03
0.10
0.01

6,193.84

82,125.57
34,09

48.90

0,07

1,225.75

(.) Nota: esta venta incluye 14 ejidos en los terrenos dei AIgod6n y su superficie se extiende sobre dos cuarteles (4 Y5), a fin de no a1terar los calculos no la incluimos en la suma de
totales y promedios.
() La superficie total vendida es de 117,793.41 varas cuadradas (82,125.57 metros c.), mas
la superficie de la venta num.118 de 10 que resulta un total de 385,258.41 varas cuadradas, 0
sea 268,602.17 metros cuadrados (sin embargo parte de ese total corresponde al cuarteI4).
El precio pagado por las ventas que no lienen superficie es de $3,157.53 pesos con 46 casos.
Si con un peso se compran 48.90 varas resulta una superficie eslimada en 154,403.22 varas
cuadradas; 0 sea 107,640.20 metros cuadrados adicionales.
C5M45 '" Cuartel 5, manzana N" 45.
Fuente: Archivo Muncipal de Guadalajara. Ramo ejidos (varios legajos y varios alios).
Archivo de Instrumentos Publicos (1856, varios notarios).
Realiz6: Xochitl Ibarra, Eduardo L6pez, 1993.

Periodo III
El desarrollo de las primeras promociones
inmobiliarias en Guadalajara (1880-1920)
Las colonias residenciales y populares,
su impacto en la vivienda

La ciudad antigua se encontro inadecuada para las necesidades que reclama la


vida modema, que exige mas ventilacion. mas Iuz., mas confort, y de aqu{ nacio la
idea de la formacion de colonias. en donde se disfruta de aire puro, de sol y de
espacio.

Peri6dico EllnfornuuIor, agosto 8 de 1918

1. La propiedad dei suelo urbano en el ltimo cuarto dei siglo pasado


En el primer periodo de este trabajo, nos referimos a la fonna en que el
modelo global de desarrollo de Guadalajara -inspirado en el modelo ch'isico que se utiliz6 en hispanoamrica-, concibe y proyecta el crecimiento de la ciudad, en relaci6n a los diversos tipos de propiedad juridica deI
suelo y los usos que, en principio, deben derivar de ella (vase el Gnifico
1, Periodo 1). En ese Apartado, sefialamos que cinco grandes cuadrados,
cada uno de tamafio diferente, se extienden en fonna creciente a partir de
un mismo micleo 0 centro de gravedad que es la Plaza Mayor. El primero y mas pequefio de ellos, corresponde a los Solares 0 el espacio destinado a la habitacin, es decir, la cuadricula propiamente dicha. Los dos
siguientes, son los Exidos y las Dehesas, cuadros de superficie mayor
que estaban reservados para actividades de uso colectivo y que, como 10
comentamos, en ese periodo, por diversas razones, fueron n'ipidamente
privatizados. Los terrenos de Propios y de Trminos, son los dos ultimos
cuadrados que completan el modelo de ordenamiento de la ciudad-territorio.
En 1880, la ciudad llega a sus limites naturales tanto al nocte como al
sur,1 habiendo consumido los dos primeros cuadrados; es decir, los solares
Al norte con la Hamada Barranca de Beln y al sur con el antiguo pueblo de Mexicaltzingo. Vase el Piano 1 de 1880.

208

Eduardo Lapez Moreno

urbanos y las reservas territoriales que originalmente correspondfan a los


ejidos. Los terrenos libres que quedan al interior de la ciudad, en su gran
mayorfa, se encuentran en manos de particulares y s610 un n6mero muy
reducido de ellos siguen siendo propiedad dei Municipio. Mientras que al
exterior, las grandes propiedades que se extienden, llmese ranchos, potreros, haciendas, etc., 10 que corresponderfa al tercer y cuarto cuadrado, fueron repartidas en propiedad privada desde hace muchos afios.
El desajuste que existe entre el modelo que acabamos de describir y la
manera coma realmente la ciudad ha dispuesto dei espacio, se explica
principalmente por un fen6meno de acaparamiento de la propiedad rafz;
el cual, ha tendido a generalizar, bajo una sola modalidad (que es el de la
propiedad privada), las diferentes formas jurfdicas de propiedad que el
mismo modela concebfa. Este fen6meno, hist6ricamente se ha visto favorecido por varios momentos clave: (i) la concentraci6n de la propiedad
durante la conquista (siglo XVI); (ii) la distribuci6n de las tierras colectivas en forma individual en el transcurso de los siglos XVII y XVIII; Y(iii)
la privatizaci6n de la propiedad corporativa en el siglo XIX. En consecuencia, las posibilidades de acceso al suelo y la vivienda, para las familias de ingresos bajos, se han venido limitando en forma considerable,
particularrnente porque la propiedad de beneficio social, virtualmente ha
desaparecido, y porque la oferta de habitaci6n popular ha tenido un crecimiento muy escaso por no decir nulo. 2
A finales de la 6ltima dcada dei siglo XIX, el crecimiento de la
superficie de la ciudad dejar de hacerse de una manera "espontnea",
por medio de un proceso que se habfa traducido en la prolongaci6n de
calles y manzanas, seg6n la misma dinmica urbana 10 requerfa. En 1898,
empiezan a aparecer grandes proyectos urbanfsticos, que hacen que la
unidad de crecimiento, pase de una manzana con varios lotes a un predio
con varias manzanas, y que el agente encargado dei desarrollo deje de ser
el Municipio y, en 10 sucesivo, sean los propietarios de los terrenos perifricos que acabamos de mencionar, quienes se encarguen de conducir el
crecimiento de la ciudad a travs de sus operaciones.
Entre los principales propietarios, se encontraba a los duei'ios de terrenos de superficie no muy considerable, a las familias de un capital medio,
2

Una excepci6n la constituye la vivienda en renta que a1gunos industriales ofrecen a sus
trabajadores obreros, principalmente en fbricas como La Experiencia, Rio Blanco, Ate
majac. A pesar deI enonne inters que el tema despierta, no 10 abordaremos directamente en este trabajo, a fin de no desviarnos de nuestros ejes principales de anlisis; no obstante, las caracterfsticas ms importantes de este tipo de oferta se presentan
someramente en el Recuadro A.

Perfodo III. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 209

en particular, comerciantes, y a una parte de la vieja oligarquia regional


que, adems deI comercio, se enriqueci6 con el desarrollo de actividades
agroganaderas y con la explotaci6n de centros mineros. En 10 general, el
origen de la propiedad data de muchos afios atrs, en ocasiones de varias
generaciones, transmitindose por medio de ventas, donaciones y herencias de padres a hijos 0 de los hijos a sus c6nyuges. Tambin, como 10
acabamos de analizar en el periodo precedente, los dos ultimos grupos
pudieron acumular grandes extensiones de suelo, a rafz deI proceso de
privatizaci6n que llevaron a cabo los liberales (periodo 2). Una gran parte
de estos bienes habia perrnanecido "estancado" 0 fuera de circulaci6n por
muchos afios, a pesar de que se encontraban en manos de particulares
desde la Reforma, hasta que nuevos agentes deciden valorizarlos, a fin de
dar inicio a un proceso de urbanizaci6n mercantil en la ciudad.
En un principio, la gran mayoria de estos agentes son de origen
extranjero (recin llegados 0 radicados aqui despus de varios afios), ya
sea socios capitalistas 0 tcnicos, poseedores de un saber-hacer urbanfstico quienes, en forma conjunta, inauguran un nuevo mercado inmobiliario
en la ciudad a fines deI siglo pasado.
2.

La incursion deI capital comercial en el sector inmobiliario

Desde el ultimo cuarto deI siglo pasado, comerciantes e industriales, principalmente de origen francs, espanol y norteamericano, empiezan a
desarrollar asociaciones especiales llamadas Sociedades Mercantiles
Colectivas. Estas empresas estaban abocadas a todo tipo de transacciones
comerciales, incluyendo la compra y venta de bienes rafces. l Para la propiedad inmobiliaria en general, y la vivienda en particular, cobra importancia el que algunas de estas sociedades tuvieran un "servicio" adicional,
que consistfa en prestar dinero en efectivo, solicitando en garantfa de
pago, la hipoteca de la finca que para ta! efecto se valuaba previamente.
Operaciones de "agiotismo" como stas, se hacfan bajo una figura juridica especial denominada Retroventa. En este tipo de contrato, el vendedor
se reservaba el derecho de "retraer", es decir, recuperar la propiedad, en
un plazo que previamente fijaban las dos partes; en muchos de los casos,
ya fuera por la imposibilidad de cubrir el prstamo (debido principalmen3 Las sociedades tenfan casas comerciales como "Las Fi1bricas de Francia", "La Ciudad
de Mxico", "Las Flores", etc., que giraban principalmente en 10 textil (Iencerfa, sederfa...). Los convenios de asociaci6n facultaban a ejecutar actos de dominio sobre los bienes ralees que se tuvieran y los que se adquirieran; los cuales, se presentaban como propiedades de la misma negociaci6n.

Eduardo LOpez Moreno

210
Piano 1
Guadalajara en 1800

,"LAl'lO
- DE LA CIUDAD OE-

Fuente: Calca de una copia dei piano original, Instituto de Asentamientos Humanos.
Nota: El piano original contiene 4 ilustraciones en perspectiva de edificios importantes en
cada esquina.

Perfodo lll. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 211


te a los altos intereses) 0 por retrasos considemb1es en los pagos, el acreedor perdfa su finca. 4
Sin duda, las ventas y retroventas abrieron un espacio importante a la
transaccion de bienes rafces y permitieron que el capital comercial
comenzam a explorar el sector inmobiliario y el mercado de suelo; operaciones coma stas, representan las primeras formas de incursion en este
sector. No obstante, una intervenci6n clara y decidida se inicia a partir de
1897, con la colonizacion y venta de los terrenos periurbanos a los que
nos referimos anteriormente (los ranchos, las haciendas, etc.), con la aparici6n de las denominadas colonias.
Ahora bien, a diferencia de 10 que algunos autores han seiialado, en
relaci6n a que la promocion inmobiliaria en Guadalajara se desarro1l6
coma una respuesta a la demanda que generaba el proceso natural de crecimiento urbano, sin actores claramente definidos (Garda, Beatriz, 1991)
y con un intervenci6n espordica deI capital comercial (De Alba C.,
1988), nos proponemos demostrar en este perfodo, que la promocion fue
producto de una asociaci6n evidente de diversas voluntades, un proceso
forzado, bastante precoz, llevado a cabo por un grupo de extranjeros
quienes crearon agencias especiales que incorporaron, desde un principio,
muchas de las funciones propias a una empresa inmobiliaria "clasica", a
saber: la promoci6n, la construcci6n, el financiamiento, la venta de bienes rafces, e incluso, el "cabildeo" necesario para el desarrollo de nuevas
operaciones en las condiciones mas 6ptimas.
3.

Los origenes de la promocin inmobiliaria: Los primeros agentes

La promoci6n inmobiliaria a la que aludimos, tiene coma fecha de nacimiento en Guadalajara, el 10 de marzo de 1898, cuando se creo la primera agencia denominada "Companfa Jalisciense de Construcciones S.A".
El capital que constitufa esta empresa era bastante heterogneo; se inte4

El vendedor, mientras conservara el derecho de retraer, ocupaba su propia fmca en calidad de arrendatario, obliglindose a mantenerla en buen estado y recibiendo los productos que sta pudiera generar. La retracci6n se hacfa cubriendo el capital, los intereses y
los costos notariales. Uno de los numerosos casos de operaciones de este tipo es el
siguiente: "La seiiora Viondi deb a la casa de comercio 'Fortoul, Chapuy y Cfa', la
cantidad de 2,125 pesos, en garantfa hipoteca la finca ubicada en 8to. Domingo N 36,
valuada por el pago de contribuciones en 2,059 pesos. La seilora Viondi se reserva el
derecho de retraer, para hacer uso de l, dentro dei trmino de 4 meses, pagando un rdito al 12% que disminuir en relaci6n a los abonos que se hagan al capital. Archivo de
Instrumentos P6blicos de Jalisco, Notario Manuel F. Chvez, Vol. 9, N 97, 3 de septiembre de 1897, roja 77-81.

212

Eduardo LOpez Moreno

graba por dos importantes compafiias de origen francs, un comerciante


industrial espafiol perteneciente a una de las familias mas acaudaladas de
la ciudad y un ingeniero norteamericano. l La gama tan amplia de funciones que procuraba cubrir la lalisciense, muestra la claridad que estos
agentes tenian de la promoci6n, entre esas funciones destacamos: (i) la
compra y venta de terrenos; (ii) la construcci6n y venta de fincas; (iii) los
prstamos con garantia de finca, ya fuera sobre las que construyera y enajenara la compafiia 0 por cualesquiera otras; (iv) la fabricaci6n de materiales de construcci6n "para lucrar con su venta"; y (v) el "alquiler de
casas a personas que prestasen las garantias necesarias para asegurar el
cumplimiento de los contratos"..
Los promotores que posteriormente intervendrn en la colonizaci6n y
venta de terrenos, van a crear empresas similares a la Jalisciense, con el
objeto de organizar y garantizar el buen funcionamiento dei nuevo mercado de suelo que ellos mismos se estn encargando de abrir e impulsar. Sin
duda, estos agentes estan conscientes de que, a pesar de vivir en una
sociedad preindustrial, el proceso de urbanizaci6n es capaz de generar
valor, de ahi que decidan explorar nuevas formas de recuperaci6n de
capital por media de 10 inmobiliario. Sin embargo, es de hacer notar que
independientemente dei buen nivel organizativo de esas empresas, el
capital con el que se conforman sigue siendo completamente marginal, en
relaci6n a la inversi6n total que estos agentes hacen en la industria y el
comercio; sin duda, las formas mas convencionales de acumulaci6n que
ellos utilizan.
El estudio de la misma Compan(a Jaliscense, pone en evidencia el
alto grado de diversificaci6n de capital que sus propietarios tenian una
vez que decidieron participar en los bienes rakes. Sus cuatro asociados,
que presentamos a continuaci6n, intervenian en varios ramos.
1. Fortoul, Chapuy y Cia., sociedad constituida el 7 de marzo de
1897, se dedicaba al giro de la lenceria y corseteria, con una tienda
comercialllamada "Las Fbricas de Francia". Sus tres socios gestores, de
origen francs, Augusto Bec, Luis Fortoul y Jos Chapuy, participaron
con 30,000 pesos cada uno en la constituci6n de la sociedad.7 De acuerdo
con diversas Actas Protocolarias que pudimos encontrar, esta firma tenia
5

6
7

La Compaiifa Jalisciense, fue protocolizada por el notario Manuel F. Chavez, segn


obra en el registro dei Archivo de Instrumentos PUblicos de Jalisco, tomo II, 13, N" 65,
foja 66-70.
Estatutos de la compafiia. idem.
La sociedad evolucion6 de la manera siguiente. Los seiiores Adrian Berlie, Desiderio
Bonnafus, Loon Fortoul y Jos Chapuy, todos franceses, dedicados al comercio de los
textiles y propietarios de las tiendas "Las Fabricas de Francia" y "Las Flores", constitu-

Per{odo III. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 213


capitales invertidos tanto en el sector industrial como en el comercial,
principalmente en las empresas siguientes:
a) La Companfa Industrial de Jalisco, constituida el 10 de diciembre
de 1889, entre sus integrantes: Fernndez deI V. Hnos., Moreno Hnos.,
Vda. e hijos de Corcuera, Somellera Hnos., Ancira e Hnos., Gas y Cfa y
Fortoul y Chapuy.8 Una gran mayorfa incursion6 posteriormente en los
bienes rafces, ya fuera solamente en la compra-venta de terrenos 0 de una
forma mas decisiva en la promoci6n de co10nias residenciales (vase el
Cuadro N" 1: "Las colonias residenciales y sus principales promotores").
La Industrial de Jalisco agrupaba dos grandes tipos de industria:
Textiles, con la participaci6n de las tres principales fbricas de hilados y tejidos que existfan cerca de la ciudad: Atemajac, La Escoba y
Rio Blanco.
Papel, con la flibrica dei Batan.
La sociedad "Fortoul, Chapuy y Cfa.", era duefia de un 6.25% dei
capital social total de la compafifa, que ascendfa a un mill6n de pesos
(repartido en 2,000 acciones de 500 pesos cada una); esto es, tenfan una
inversi6n dei orden de los 62,500 peSOS.9
b) La Compafi{a Industrial de Guadalajara S.A., constituida el 2 de
diciembre de 1899, el objeto de esta sociedad era explotar las fbricas de
hilados y tejidos y estampados de Atemajac y la Experiencia, el Molino
dei Salvador, El Rancho Nuevo y los Bafios de los Colomitos.
Fortoul y Chapuy eran duefios de 6,000 de las 20,000 acciones, que
integraban la compafifa en 1899, cada una con un valor de 100 pesos, les
hacfa propietarios de 600,000 de los dos millones de pesos que constitufa
el capital social totaL

8
9

yeron la Compailla "Berlie. Bonnafus y Fortoul". el 22 de octubre de 1879. En febrero


27 de 1880. el seiior Berlie se separ6 de la sociedad. Quedando la raz6n social "Bonnafus. Fortoul y Chapuy" (Archivo de Instrumentos Pblicos de Jalisco, Prot.. Notario E.
Robles Gil, Vol 15. N 182, p. 108-111 YVol. 16. N 35. p. 55-57). Cinco alios despus
(10/0411885). es Bonnafus Quien la abandona. adoptando sta el nombre de "Fortoul y
Chapuy" con la participaci6n de Le6n F. y Jos Ch., coma socios capitalistas, y Luis
Fortoul y Agustin Bec coma socios industriales, Quienes, en 1897, le agregan el ululo y
Compafia, abandonando la sociedad, definitivamente, Le6n Fortoul (Archivo de Instrumentos PUblicos de Jalisco. Prot. Notario E. Robles GiI, Vol. 27, N 12, p. 21-26 Y Vol.
39. N" 40. p. 13-32).
Archivo de Instrumentos Pblicos de Jalisco, Protoc. Notario Heraclio Garciadiego,
Vol. 49, N" 197, p. \3-32.
Es de hacer notar Que a la disoluci6n de la Cfa. Industrial de Jalisco, el 18 de abril de
1891, F. Ch. YCla., Quedaron propietarios de un 25% dei valor de las cuatro fabricas, el
cual, desafortunadamente, no se asienta en el acta respectiva (referirse a Archivo de Instrumentos Publicos de Jalisco, Protocolos, notario Heraclio Garcfadiego, 1891, N 53.
Vol. 51, foja 225-240).

214

Eduardo LOpez Moreno

c) La Sociedad Industrial Michoacana, constituida el 19 de junio de


1899 en Zamora, dedicada tambin a la fabricacion de hilados y tejidos,
adems tenfa una concesion especial para construir y explotar un ferrocarril urbano de traccion animal en esa misma ciudad. 10
d) Una fbrica de sombreros (sin), en sociedad con Don Juan
Raffino. 1I Desconocemos a cuanto ascendfa el monta que Fartoul y Chapuy tenfan invertido en estas dos ltimas sociedades, asf coma en otras en
las que seguramente debieron participar (dentro 0 fuera de la misma ciudad). Si nos remitimos a las tres primeras empresas, la suma que tenfan
invertida asciende a los 752,500 pesos (sin tomar en cuenta, por ejemplo,
las propiedades ralces que se requerfan para explotar su giro comercial);
mientras que para conformar la agencia inmobiliaria solo consagraron
48,000 pesos, adquiriendo 480 acciones, esta es, un 6.3% deI capital total
que nos es conocido.
2. L. Gas y Cfa., sociedad constituida el 23 de septiembre de 1897, se
dedicaba tambin a la venta de textiles con una casa comercial Hamada
"La Ciudad de Mxico". Sus cuatro socios, Don Luis y Antonio Gas,
Eugenio Cuzin y Benjamfn Teyssier, todos franceses, conformaron la
compaiifa coma una Sociedad Mercantil Colectiva con un capital total de
30 mil pesos. 12 La sociedad posefa exactamente las mismas acciones y, en
consecuencia, tenfa invertido el mismo capital que "Fortoul, Chapuy y
Cfa.", no solo en el ramo industrial y comercial sino tambin en la agencia inmobiliaria La Jaliscience.
3. Justo Ferntindez dei Valle y Alvarez de la Val1ina, asturiano avecindado en Guadalajara desde los aiios sesenta, era un comerciante que
tenfa colocado su capital, y el de su esposa Dona Josefa de Jess Martfnez Negrete, en diversas sociedades dedicadas al comercio, la industria y
la minerfa. Entre aquellas que pudimos inventariar aparecen:

10 Archivo de Instrumentos Pl1blicos de Jalisco, Prot., Notario Manuel F. Chavez, 1899,


nl1meros 274, Vol. 15, P. 130-137 Y164, Vol. 14, p. 73-77.
II Archivo de Instrumentos Publicos de Jalisco, Prot. Notario E. Robles Gil, 1896, N" 17,
Vol. 39, p. 135.
12 Luis y Antonio Gas contribuyeron con 15 y 10 mil pesos, respectivamente; y Cuzin y
Teyssier con 2,500 pesos cada uno. Los primeros en tanto que socios capitalistas y los
segundos como socios industriales. La companfa original se cre6 en noviembre de 1880,
con la asociaci6n de Adrin Berlie y Eugenio Cogordan, quienes la disolvleron luego de
dos anos de funcionamiento, pasando a Luis Gas y a Felix Cogordan, con la razon social
Gas y Cogordan. La sociedad oper6 hasta el ano 97, en que se transformo en L. Gas y
Cia. Sus propietarios fueron siempre franceses (Archivo de Instrumentos Pl1blicos de
Jalisco, Protocolos, notario Emeterio Robles Gil, numeros 202 y 211, Vo1.19, fojas 119120 Y136-137 para 1882 y N 18, Vol. 5, foja4li-58 para 1897).

Perfodo 11l. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 215


a) La Sociedad Mercanti! Colectiva lIamada "Fernandez dei Valle
Hnos", cuyos socios eran Manuel y Justo Femandez, poseedores de un
capital social estimado en 45 mi! pesos en 1878, de los cuales 18 mil
estaban en manos de Justo. 13
b) El ferrocarril urbano denominado "Nue va Sociedad Anonima dei
Ferrocarril de Guadalajara a San Pedro", empresa en la que Femandez
deI Valle Hnos., era uno de los principales accionistas y Justo Femandez
uno de los socios gestores. Esta empresa habfa sido creada con el objeto
de IIevar a cabo la construcci6n de la Ifnea de la Penitenciaria a San
Pedro Tlaquepaque y otros ramales. Justo posefa dos acciones de 5,000
pesos cada una el 23 de julio de 1880. 1'
e) El Banco de Descuento, Dep6sitos, Circulaci6n y Emisi6n, lIamado
"Banco de Jalisco S. A."IS Una instituci6n, de la cual, formaban parte los
principales capitalistas de la ciudad: Manuel Corcuera e Hijos, Nicolas
Remus, Francisco Martfnez Negrete, Antonio Alvarez deI CastiIIo, Luciano G6mez, Juan Somellera y el Lie. Jos Ma. Verea (los dos ultimos promotores de colonias residenciales). La sociedad tenfa un capital inicial de
1 mill6n de pesos, representado por 5 mil acciones de 200 pesos cada
una, desconocemos cuantas de ellas estaban en poder de Justo Femandez.
d) La Compaiifa minera "La Asturiana", encargada de explotar las
minas deI Camiche y El Sauz en el Municipio de Etzatlan. De un total de
24 acciones, 3 estaban en manos de este comerciante en agosto de 1887,
ignoramos el valor de cada una de ellas.
e) La Compafi{a lndustrial de Jalisco, de la cual "Fernndez deI Valle
Hnos", posefa un cuarto deI capital total que era igual a un mill6n de
pesos; el porcentaje que le correspondfa a Justo F., administrador de la
Industrial en 1891, nos es desconocido. 16
f) La Compaiifa para las "Obras de Navegaci6n en los RIos Lerma,
Grande 0 de Santiago y Duero S. A."., cuyo capital era de 20,200 pesos
13 Archivo de Instrumentos Publicos de Jalisco, Prot. Notario Heraclio Garcfadiego. 1878.
N 92. Vol. 8, p. 15-20.
14 Coleccion de los Decretos deI Gobiemo deI Estado de Jalisco, Tomo VII dei 8 de febrero de 1878 al 17 de noviembre de 1880, pp. 504-524.
15 El banco fue autorizado el 19 de enero de 1882, segun el decreto N 636 dei Goblemo
dei Estado de Jalisco (Coleccion de los Decretos, Tomo VII, 26 de noviembre 1880 al 12
diciembre 1882). Es de hacer noiar que el 27 de diciembre de 1897, los seiiores Fdez.
dei Valle, L. Gas, L. Garcfa, L. Corcuera, Augusto Bec, Fco. Martinez Negrete y Diego
Moreno, solicitaron una concesion para el establecimiento de otro banco de emision con
dos sucursa1es en Colima y Tepic (Archivo de Instrumentos Publicos de Jalisco, Prot.
Jos Verea, 1897. N" 97, Vol. 10, p. 134-135).
16 Archivo de Instrumentos Publicos de Jalisco, Pro!. Notario Heraclio Garcfadiego, 1887,
N 133, Vol. 40. p. 221-134 Y1889, N 197, Vol. 49, p. 13-32.

216

Eduardo LOpez Moreno

dividido en 202 acciones. Don Justo tenfa 47 acciones de 100 pesos, 0 sea
4,700 pesos. 17
g) La Compafifa de explotaci6n deI Rfo Atemajac por Huentitn y las
Barrancas de PortiIlo e Ibarra al norte de la ciudad.
La falta de datos sobre el capital aportado en varias de esas empresas,
nos impide conocer el monta global que Femndez deI Valle tenfa colocado en el sector comercial e industrial. No obstante, el que participara en
tantas sociedades y compafifas y el que fuera nombrado presidente de la
Cmara de Comercio en 1894, nos da una idea general deI importante
papel que tuvo como empresario a fines deI siglo pasado. Sin duda alguna, para l tambin, la intervenci6n en el sector inmobiliario, a travs de
la Cfa. Jalisciense -de la cuaf era propietario de 480 acciones coma sus
socios precedentes-, represent6 una actividad completamente marginal en
reIaci6n al grueso de sus negocios y de su capital total.
4. Ernesto Fuchs, ingeniero norteamericano de ascendencia alemana,
era el unico de los socios que se dedicaba a la construcci6n y urbanizaci6n de terrenos. Su participaci6n en la compafifa constructora, era en
calidad de socio industrial encargado deI disefio y la ejecuci6n tcnica deI
proyecto y de la promoci6n inmobiliaria propiamente dicha. IK En efecto,
poseedor de s610 160 de las 1,600 acciones con que se constituy6 el capital social de la agencia constructora, funciona coma un prestador de servicios tcnicos y coma un agente encargado de asegurar la gesti6n deI
capital inmobiliario, que se intelltaba poner en circulaci6n con el desarro110 de la Colonia Francesa. Acti"ldades por las cuales, recibi6 en cambio,
una retribuci6n en especie de 2,680 pesos y la garantfa de un 10% de las
utilidades liquidas conforme se lIevaran a cabo la venta de los terrenos.
El anlisis de los cuatro socios que constituyeron la compafifa Jalisdense, pone en c1aro que se trataba de un dispositivo de reproducci6n de
capital que inaugura nuevas formas de asociaci6n entre eI mismo capital y
la tcnica, provocando, a su vez, una transformaci6n radical en el sistema
de producci6n de suelo en Guadalajara. En 10 sucesivo, el modelo "bioI6gico" de expansi6n natural, se sustituye por otro "determinista", con el
17 Archivo de Instrumentos PUblicos de Jalisco. Pro!. Notario. Andrs Arroyo de Anda.
julio de 1898. N" 21. Vol. 26. p. 19-24.
18 Sobre el Ingeniero Fuchs el Acta Constitutiva seiialaba: "encargado de la divisi6n.
medici6n y determinaci6n de las fracciones levantando los croquis 0 pIanos que se necesiten... obligndose a hacer gestiones para la venta de los lotes" (Archivo de Instrumentos Publicos de Jalisco. Prot.. Notario Manuel F. Chvez. Vol. II. N 161,15 de octubre
de 1898, p. 102-110). Mientras que el Acta de Recisi6n dei contrato, explicaba que "tres
socios capitalistas son los unicos que realmente contribuyeron con su capital para la
compra deI terreno y para los negocios de la extinta sociedad". refirindose a los socios
que precedentemente presentamos (Archivo de Instrumentos Publicos de Jalisco. Prot.
mismo notario. Vol. 13. N" 65. 10 de marzo 1899. p. 66-70).

Penodo III. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 217


CuadroNl
Las colonias residenciales y sus principales promotores.
Guadalajara (1898-1923)
Colonia

Allo

Francesa

1898

Americana

1898

Artesanos

1903

Reforma

1903

Hidalgo
Oblatos
Modema
D. Guerra
Los Huerta
West end

1905
1905
1906
1907
1907
1907

Seattle

1908

Geo y Ham
San Carlos
AguaAzul
Jalisciense
La Perla
Somellera
Obrera

1908
1915
1916
1916
1916
1923

Promotor
Luis Fortoul, Jos Chapuy
y Augusto Bec
Luis y Antonio Gas, Eugenio
Cuzin y Benjamin Teyssier
Justo Femilndez dei Valle
Ernesto Fuchs
Daniel T. Jones
Winfield Swayze
Fco. Gonzlez Franco
Victoriano Orozco
Luis y Antonio Gas, Augusto
Bec y Benjamin Teyssier
Sabino Orozco
Jesus Gonzlez
Jos Verea y Hnos.
Ignacio Vizcafno y Hnos.
Manuel R. Vidrio
Pumell
Carlos B. Carothers
Edgardo D. Cmise
Camilo E. Pani
James B. Sparks
William A. Rogers
Eduardo D. Willing
Carlos Romero
Isaac F. Rodrfguez
R. Dawns
P. Jacobs
A. W. Parsons
George Ham
Carlos B. Carothers
Carlos B. Carothers
Mercedes M. Vda. de Larios
Carlos B. Carothers
Somellera
Gobiemo dei Estado

Profesi6n
comercianles e
induslriales
comercianles e
induslriales.
com. e induslrial
ingeniero
comercianle
Dr. en medicma
ingeniero
agricultor
comercianles
e induslriales
licenciado
comercianles
comercianle
promotor Inmob.
ingeniero
ingeniero.
ferrocarrilero
comercianle
comercianle
minero
empleado Part.
administrador
administrador
administrador
promotor Inmob.
promotor Inmob.
promotor Inmob.
comercianleS

Origen
Franceses
Franceses
Espaiiol
Estadounidense
Estadounidense
Estadounidense
Meucano
Meucano
Franceses
Meucano
Mexicano
Meucanos
Mexicano
Meucano
Meuco-americano
Estadounidense
Estadounidense
Estadounidense
Estadounidense
Estadounidense
Mexicano
Estadounidense
Estadounidense
Estadounidense
Estadounidense
Mexico-americano
Meuco-americano
Mexicana
Meuco-americano
Espaiioles

Fuenle: Col. Francesa: AMG (Archivo Municipal de Guadalajara), Obras PUblicas, exp. 43; Col. Americana: AMG, 16-12-89, P. 156; Col. Artesanos: AMG, O. PUblicas, exp. 16; Col. Reforma: AMG,
O. P. exp. 42; Col. Hidalgo, AMG, O. P. exp. 4l Col. Oblatos: AMG, exp. Il Col. Modema:
AHJ(Archivo Hist6rico de Jalisco), Decreto 1201. Col. D. Guerra: Piano IGE, UdeG (lnstiblto
de Geografia y Estadfstica, Universidad de Guadalajara). Col. los Huerta: RPP (Registro PUblico
de la Propiedad), 173-libro Il. Col. West End : AMG O. P (archivo Municipal de Guadalajara,
Obras PUblicas). exp. 5. Col. Seattle: AHJ, Boletfn III, -1985; Col. Geo y H.: Piano 1913 IGE,
UdeG, Col San Carlos: RPP, Libro 31,1915; Col. Agua Azul: AMG, exp. 55; Col. Jaliscience:
AMG, f. 11-918; Col. la Perla: AMG. O. P. exp. 48; Col. Obrera: AMG, f, 11-914.
Realiz6: Eduardo L6pez, Jesus Castillo. 1994.

218

Eduardo Lapez Moreno

cuallos Ifmites de la ciudad dejan de expanderse en forma de mancha para


pasar a un tejido discontinuo, en donde los conceptos de contorno y orilla
se modifican par el de expansi6n afuera, "rompindose por primera vez, y
de una manera abrupta, la forma casi circular de la mancha urbana". 19
En esta transici6n, la Compafifa Jalisciense de Construcciones, representa una asociaci6n empresarial que intenta reactivar un capital (el dei
suelo)20 que, si bien es capaz de generar valor, hasta entonces ha permanecido inactivo; sirvindose para ello, de la tcnica y de la promoci6n
inmobiliaria coma agentes reactores de esa transformaci6n. Sin duda, a
travs de esta compafiia, se inaugura una fase de experimentaci6n en el
mercado de suelo, que se caracteriza por un alto grado de innovaci6n en
varios campos, entre ellos:
en los modos de articulaci6n entre actores y funciones;
en el desarrollo de nuevas formas de promoci6n y venta;
en los esquemas de acceso al suelo y la vivienda, y
en los tipos de productos ofertados en trminos arquitect6nico-urbanisticos y financieros.
Ahora bien, el suelo, que en 10 futuro empezar a utilizarse coma
capital por otras empresas inmobiliarias, no va a producir una mercancia
homognea. La necesidad de adecuarse a la capacidad de cornpra de los
diferentes estratos sociales, crea una diferenciaci6n en los tipos de promoci6n y de los promotores que intervienen en la producci6n. Tipologia
que bien podemos c1asificar en dos grandes categorias: los promotores de
colonias residenciales y los de colonias populares.
Ambos funcionan dentro de un sistema general de promoci6n, que
coma tal, guarda una serie de caracteristicas similares que le hacen inteligible y susceptible de ser analizado en forma global, por ejemplo, en re1aci6n a la evoluci6n dei sistema en si (sus caracteristicas, finalidades, etc.),
o en relaci6n a alguno de sus agentes (su comportamiento, sus estrategias
de promoci6n, sus alianzas, etc.).

4.

El sistema general de la promocion: ;,estrategias inmobiliarias


sofisticadas 0 una verdadera reforma urbana?

Casi inmediatamente despus a la compafiia Jalisciense, nuevas empresas


y agentes comienzan a desarrollar operaciones similares en varias partes
19 D. Vazquez. Guadalajara: ensayos de interpretacion, Colegio de Jalisco, 1989, p.I?
20 Por ejemplo, en el caso de la misma Compaiifa Jalisciense, el 40% dei capital fue aportado por el terreno, lIamado el Potrero dei Padre Cruz, valuado en 64,000 pesos.

Perfodo J/J. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 219


de la ciudad. El nuevo patr6n 0 modelo de urbanizaci6n, se reproduce con
una gran rapidez y con caracteristicas que, en 10 general, guardan una
gran similitud en relaci6n a la 16gica misma de la promoci6n y de las nuevas formas arquitect6nico-urbanfsticas que plantean. 2 \
En menos de diez aiios, Il nuevos proyectos han visto la luz, 8 de
ellos, colonias residenciales y el resta colonias de corte popular. Una
dcada despus, hay ya 21 colonias y s610 7 son residenciales. Esta oferta
supone la creaci6n de un poco mas de 12 mil nuevos lotes, de los cuales,
menos de un quinto (17.4%) fueron desarrollados para atender una poblaci6n de recursos medios y altos, y los otros cuatro quintos (82.6%), se
dirigieron a los estratos pobres. 22 Estos aiios (1898-1910), marcan un parteaguas importante no s610 en la manera en que se concibe el crecimiento
y en 10 rapido en que ste se lleva a cabo, sino tambin, y principalmente,
en los nuevos modos de vida y las formas de habitat que, en 10 sucesivo,
le acompaiian. Los agentes que conducen este cambio, 10 presentan como
el resultado de una intervenci6n urbanfstica mas "racional", necesaria
para atacar los diversos "males que sufre la ciudad", sirvindose para ello
de las herramientas, tcnicas y de las normas cientfficas, que el progreso
y el avance de la ciencia mundial pone a disposici6n de la sociedad.
Para estos agentes, el proyecto que abanderan -considerado por ellos
mismos coma definitivamente reformador-, les permitira pasar de 10
estrictamente urbano a la esfera de 10 social; esto es, como resultado de
una intervenci6n directa en la producci6n dei marco construido se podra
actuar, en forma indirecta, sobre los comportarnientos sociales y el modo
de vida de los habitantes de la ciudad.
Un proyecto de esta naturaleza, conlleva una estrategia global de
cambio social que, en ocasiones, en forma implicita (y otras en forma
mas explicita), se plantea coma un mecanimo necesario para modificar
los sistemas de acci6n social que son perniciosos para el bienestar de la
colectividad.
La realidad es que este pensamiento reformador -como 10 seiiala C.
Topalov a prop6sito de la reforma urbana que se llevaba a cabo, simultaneamente en Nueva York-, reprodujo las categorias cognoscitivas importadas dei exterior; de tal manera, que las ideas que estructuraban el discurso estaban ligadas a un nuevo saber-hacer que mezc1aba tcnicas,
disciplinas y ciencias, y que a travs de todas ellas se legitimaba. 23 En
21 Quiza una de las excepciones, sea la Colonia Artesanos; de ella nos ocuparemos mas
adelante.
22 Vase el Cuadro N" 2. Yel PIano 2.
23 Topalov C. "La ville congestionne-acteurs et langage de la rforme urbaine New
York au dbut du XXe. sicle" en Revue Gen.!es, N l, septiembre 1990, pp. 86-111.

CuadroN 2
Las colonias residenciales en Guadalajara (1898-1923)
Colonia

Tipo

Localizaci6n

Oeste, Escuela de artes y oficios


Oeste, al sur dei hip6dromo y de la Col. Francesa
Noroeste, al sur dei cementerio de Mezquitan
Oeste, entre Col. Francesa y Americana
Suroeste, sobre las tierras dei cementerio A. Escondida
Oeste, sobre las tierras de la Hacienda Oblatos
Suroeste, sobre el carnino de Sta. Ana e Higuerillas
Noroeste, sobre las tierras de la Hacienda
"La Providencia", en el carnino a Zapopan
9 D. Guerra Residencial-Medio Suroeste, prolongaci6n de la Col. Maderna
Oeste de la Col. Oblatos sobre la misma Hacienda
10 Los Huertos Popular
Oeste, limites de la municipalidad
Residencial
11 West end
Fuera de la ciudad, entre Zoquipan y Zapopan
Residencial
12 Seattle
Oeste de la Col. Oblatos sobre la misma Hacienda
13 Geo y Ham Popular
Este dei Agua Azul
14 San Carlos Popular-Medio
Norte dei Agua Azul
15 AguaAzul Popular
Suroeste, sobre las colonias Americana y Reforma
16 Jaliscience Popular
Norte de la ciudad, cerca dei parque Alameda
17 La Perla*** Popular
Norte de la ciudad sobre Col. Perla y cerveceria La Perla
Popular
18 Tivoli
Norte de la Col. Perla
19 Cosmopolita Popular
Suroeste, sobre Colonias Americana y Reforma
Popular
20 Obrera
Oeste de la Col. Oblatos
21 Somellera Popular

1
2
3
4
5
6
7
8

Francesa
Americana
Artesanos
Reforma
Hidalgo
Oblatos
Maderna**
Villaseiior

Residencial
Residencial
Popular
Residencial
Popular
Popular
Residencial-Medio
Popular-Medio

Total

Superficie
10.00 Ha.
13.80 Ha.
21.80 Ha.
48.50 Ha.
2.50 Ha.
92.90 Ha.
27.80 Ha.
56.30 Ha.
25.90 Ha.
28.10 Ha.
65.50 Ha.
41.60 Ha.
73.60 Ha.
10.00 Ha.
16.62 Ha.
14.81 Ha.
0.09 Ha.
14.30 Ha.
33.00 Ha.
25.90 Ha.
623.02 Ha.

N"

Lotes
12
40

31
54
4
90
21
83
22
36
73
12
56
25
14
22
30
2
14
60
20
721

Numero de
Parcelas
120
105-110
811
540
56
1,386
210
2,324
220
504
730
216
784
1,600
196
308
420
196
619
340
11,580

Fuente: Ver cuadro 1.


Notas: *Todas las superficies y el numero de lotes han sido calculados a partir de pianos de los aDos 1898 y 1923. ** Lotes silUados al sur de la via ferrea no
fueron urbanizados: se cuentan 27 lotes al sur. *** La Colonia Cosmopolita se fusiona probablemente con la Perla.
Realizaci6n: Eduardo L6pez y Jesus Castillo, 1994.

Piano 2
Las colonias residenclales en Guadalajara

Francesa

III Americana
!III West end
Il Donato Guerra

Jalisco

~ Villaseiior

Il Hidalgo

o
m
m

Maderna

Reforma

ri Obrera
~ Artesana

Tivoli

Cil SomeUera
~ SanCarios

Las Huenas

Aguaazul

Fuen: Plan de Guadalajara de 1945. InstilUto de Geografia y Estadistica,


Universidad de Guadalajara.
Rea1izaci6n: Eduardo L6pez Moreno, 1993.

f!l

Cosmopolita

IDI
I!I

La Perla

Oblatos

Geo y Harn

222

Eduardo LOpez Moreno

Guadalajara, coma 10 veremos en este Apartado, el discurso de higiene,


modemidad y progreso, se moviliz6 en funci6n de los intereses de los
grupos que se empezaban a constituir con el objeto de competir con el
antiguo modela de producci6n dei espacio, apelando a remedios cientfficos para problemas que nunca fueron suficientemente diagnosticados ni
explicitados, simplemente porque no existl'a una relaci6n de causalidad
entre ese nuevo proyecto refonnador y la supuesta pemiciosidad de los
sistemas sociales 0 los "males" reales de la ciudad (por ejemplo, las densidades elevadas de poblaci6n en los pueblos-barrios de Analco y Mexicaltzingo,l4 el hacinamiento en las vecindades dei centro, etc.).
Frente a esa idea, nuestra posici6n es que el nuevo lenguaje dei cual
se sirvieron estos agentes y las nuevas tcnicas que planteaban, se utilizaron mas bien en base a estrategias de valorizaci6n de suelo, que fueron
dictadas por un proyecto que persegufa un objetivo central: el lIevar a
cabo un proceso de urbanizaci6n mercantil en la ciudad. Proyecto que a
nuestro modo de ver, se sustenta en un concepto clave: realizar cambios
en la forma que se presentan coma cambios de fondo; apoyndose para
ello, en estrategias inmobiliarias sofisticadas, muchas de las cuales, sino
es que la gran mayorfa, eran de orden ideol6gico.
Los cambios a los que aludimos, se pudieron concretizar gracias a una
intervenci6n que opera, en forma simultnea, sobre 10 morfol6gico y 10
conceptual; es decir, actuando sobre el espacio construido se intenta romper con algunos conceptos (principalmente de carncter cultural), que se
forjaron a 10 largo de la historia de la ciudad. Esta doble intervenci6n
sobre el espacio y la sociedad -trastocando algunos de los valores que le
son inherentes-, pretende crear nuevos c6digos y modelos con la finalidad de asegurar un uso mas extensivo y eficaz dei suelo urbano, que
garantice una recuperaci6n mas alta de los recursos invertidos; sin duda,
la verdadera raison d'tre, deI proyecto central que defiende este grupo.
Entre esos cambios meritan sefialarse tres principales:
a) el replanteamiento que se hace de la cuadrfcula -es decir, de la
trama ortogonal-, coma el unico modelo ordenador dei espacio. En efecto, hist6ricamente la cuadrfcula se habfa presentado coma un modelo
"racional, geomtrico y c1aro", ontol6gicamente superior a cualquier otra
fonna de producir el espacio. Pudiendo pervivir, no s610 gracias a una
legislaci6n urbanfstica especial,15 sino tambin al desarrollo de una cultura de 10 ortogonal, bajo cuya racionalidad, la linea recta se convirti6 en
24 Para la localizaci6n de estos barrios, referirse al Mapa 1 de 1800.
25 En el mundo hispnico, principalmente a !raYs de las Leyes de Indias, y en Guadalajara
por medio de una serie de ordenanzas especiales emanadas deI Cabildo

Per{odo III. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 223

sin6nimo de esttica y el ngulo de noventa grados y las distancias iguales, en un requisito sine qua non para preservar el orden urbano. Orden
que se equipar6 inicialmente a 10 esttico, luego a 10 eficiente y por ultimo a 10 funcional, y que en tOOo ese trayecto pudo elevarse, en repetidas
ocasiones, a una necesidad de inters publico. 26
La desenvoltura que inspir6 la Cuadricula coma organizaci6n espacial, le permiti6 trascender (con ciertas irregularidades) su periOOo inicial
al servicio de la colonizaci6n, para servir de pauta al desarrollo urbano
posterior. Los agentes promotores de fines de siglo pasado, desde sus primeras operaciones, van a prefigurar una ruptura conceptual y cultural de
este modelo, con el objeto de marcar el advenimiento de una nueva era,
que al adoptar los principales conceptos dei urbanismo modemo, es capaz
de presentarse, definirse y valorizarse a SI misma (cf. Piano 2, la Colonia
Americana por ejemplo).
Para ilustrar 10 anterior, basta efectuar un anlisis somero de los pianos de la ciudad de esos afios, en donde podemos observar que en las primeras colonias deI occidente de Guadalajara, se incorporaron algunos
elementos dei plan de Paris de Haussmman y dei ensanche de Barcelona
de Cerd, nos referimos por ejemplo a:
la preocupaci6n por los espacios verdes, en particular las zonas arboladas en parques y calzadas;21
26 Muchos son los ejemplos que podrfamos evocar, a fin de apoyar esta afirmaci6n; nos
contentamos con citar algunas actas municipales de diferentes periodos hist6ricos:
1711 De ahi infiere que aun no deformara dicha calle debla mandarse desembarazar y
demoler 10 cogido de ella..., pues de 10 que se hizo merced fue de un sitio para
cuadras y un sitio son 86 varas por cada viento... como la hermosura e igua/dad
de las calles, para el prospecta dellugar es bien publico, cualquiera de la ciudad es parte legftima para pedir su observancia.... (Archivo de la Real Audienciao Biblioteca PUblica deI Estado, 13-228-171 \, f. 22 anverso).
1856 Que se derribe el tringulo que hace la espalda de la huerta deI convento de
Santa Maria de Gracia.... y que no sirve de otra cosa. sino de presentar una
deformidad bien ridlcula. casi en el centro de una poblaci6n embellecida por la
rectilinidad de sus calles, al mismo tiempo que contribuye al estrecho... para
impedir el trnsito libre". Archivo Hist6rico de Jalisco; Ramo Fomento. 1-1858,
Gua/58!).
1865 .....la rectitud y regularidad de las calles es no solamente una belleza. sino de
una utilidad incontestable..., aun mas cuando ste es indemnizado es incuestionable que obras de esta clase deben Ilevarse a cabo" (Archivo Municipal de
Guadalajara; Ramo Obras PUblicas. 1220-78-1883. Los subrayados son nuestros, vase al respecto, L6pez E. La cuadrcula Hispanoamericana - un modelo
urbano permanente, Comisi6n deI Quinto Centenario, Ayuntamiento de Salamanca. EspaDa).
27 Vase. por ejemplo. los jardines publicos de las colonias Reforma y Americana.

224

Eduardo LOpez Moreno

Piano 3
Casa tradicional (siglo XVI-1898)

J
1
, "

,x"
Planta alla

la modificaci6n de los esquemas de vialidad con la realizaci6n de


amplias avenidas de tipo conmemorativo;28
las Ifneas diagonales productoras de emergencias visuales. 29
la modificaci6n de los patrones de lotificaci6n con el abandono progresivo de las manzanas cuadrilongas en favor de las rectangulares,
cambio que permite una mayor rentabilidad deI espacio.

b) la substituci6n deI modelo, hasta entonces hegem6nico, de la casa


arabe-andaluza (vivienda "introvertida" en tomo a un patio central), por
otros modelos europeizantes y norteamericanos (vivienda "extrovertida"
hacia los jardines que la rodean).
28 Remitirse, l'Or ejemplo, a las avenidas de La Merced y la Fayette en la colonia Francesa
(Piano 5).
29 La disposici6n urbana de las colonias Arnericana y Maderna son los casos mas representativos. Vase el Piano 5.

Perfodo J/J. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 225


c) La sustituci6n deI concepto "barrio" por otro, pretendidamente
modemo, el de la "colonia residencial". Un cambio de esta naturaleza, no
se limita al hecho de "resemantizar" un mismo concepto. Con l se plantea otro proyecto de vida, una transforrnaci6n radical de la manera en que
los habitantes se apropian deI espacio y construyen sus relaciones sociales cotidianas. El barrio, hist6ricamente ha sido un elemento estructurador social y espacialmente hablando. Un territorio especffico, casi siempre vinculado a una iglesia, en donde los habitantes que viven aIrededor
de ella, desarrollan una forma de vida muy particular en el seno de su
propia cultura. Ah!, a pesar de la gran diversidad de actividades y de la
heterogeneidad de sus ocupantes, 0 probablemente por eso mismo, se
Piano 4
Casa moderna (a partir de 1898)

Fuente: Archivo Hist6rico Municipal.


PIano de la casa num. 289. calle Hidalgo.
Carlos F. de Landero. 1905.

226

Eduardo LOpez Moreno

conforma una unidad generadora de identidad y sentido de pertenencia.


El barrio es un espacio funcionalmente aut6nomo que, en un sentido figurado, busca sustituir a la ciudad -de hecho, sta puede aparecer coma una
suma de pequeiias ciudades 0 poblados que son los barrios, todos eIlos
ligados entre si y con un mismo nucleo que es el centro.
Las colonias residenciales, por su parte, son desestructuradoras. Fruto
de un proyecto excluyente, ellas intentan separar orgnica y socialmente
hablando, creando una unidad aislada y homognea. Se trata de una a1ternativa diferente a 10 que ofrece la ciudad y no un resultado de ella. Su
creaci6n responde a la estrategia de valorizar el suelo urbano de una parte
especifica de la ciudad, encerrando virtualmente el espacio a fin de preservarlo de una eventual invasi6n de usos de sueIo considerados coma
inferiores, 10 que traerfa coma consecuencia una baja en los valores de
suelo y en los bienes edificados. 30
Estos cambios provocaron, a su vez, transformaciones que desbordaron 10 meramente formaI 0 conceptual (debido a la fuerte relaci6n dialctica que existe entre la forma y el contenido), influyendo sobre aspectos
econ6mico-sociales que conciernen la producci6n y distribuci6n de la
vivienda popular en la ciudad. Para los prop6sitos de este trabajo, dos
principales meritan ser destacados:
a) El impacta que el concepto colonia tuvo sobre la otra forma de vida,
pretendidamente obsoleta, que se desarrolla en los barrios. En efecto, las
primeras colonias (Francesa, Americana) fueron planeadas para un uso
exclusivamente residencial (sin comercios, teatro, etc., los cuales estaban
localizados en el centro de la ciudad), este tipo de proyectos considerados
coma mono-funcionales, responden a una primera generaci6n de colonias
que intentan hacer, de ese tipo de espacio, su lugar de expresi6n y representaci6n. 3\ La monofunci6n, coma ya 10 comentamos, persigue preservar
30 En efecto, las primeras colonias, virtualmente estaban separadas dei resto de la ciudad;
en ese sentido, la Penitenciaria de Escobedo jug6, durante muchos aiios, el papel de un
gran bloque "separador". Lo mismo aconteci6, posterionnente, con el Bosque de los
Eucaliptos que, como una gran franja, separaba la Colonia Reforma y otras residenciales
dei norte, con la modesta Colonia Obrera dei sur (vase los Pianos 2 y 5).
31 Las colonias mono-funcionales fueron derivando a formas de funcionamiento mas compiejas, debido a 10 limitado de sus equipamientos y a las distancias cada vez mayores al
centro. Entre las nuevas que se crearon, muchas de ellas, terminaron por incorporar mas
de una funci6n; esta segunda generaci6n de colonias se asemejaba bastante ---en el piano
funcional, formai yen ocasiones en el social-, a los antiguos barrios que intentaron sustituir. Muy probablemente, el ejemplo mas representativo de esta transici6n, 10 constituya la Colonia Villaseilor (vase el Piano 2); la cual, con la construcci6n de una iglesia,
mercado y el desarrollo de varias actividades comerciales, adquiri6 caracterfsticas muy
similares a la de los barrios Iimftrofes. En este cambio, se fue gestando una vida comu-

PerEodo III. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 227


el valor dei suelo en la colonia, al restringir que se desarrollen otro tipo de
usos. Los habitantes que residen ahf, sacrifican la plurifuncionalidad que
les ofrece el barrio (en donde, entre otras cosas, pueden beneficiarse de los
pequefios comercios existentes 0 beneficiar a los demas desarrollando
actividades productivas en el lugar), en aras de un status social. La transici6n dei barrio a la colonia residencial, no s610 sienta las bases de nuevas
relaciones econ6micas en la ciudad, sinD que marca en forma clara y definitiva, la separaci6n que se hace de los habitantes que ahf coexisten. Definiendo, igualmente, los espacios que en 10 sucesivo seran objeto de una
intervenci6n dei Estado, desde un punto de vista habitacional, de este tipo
de espacios nos ocuparemos mas adelante. 32
b) El reacomodo dei espacio urbano y social en funci6n de esos intereses. Si bien cada unD de los barrios que hist6ricamente se habfan constituido en la ciudad, posefa una fisonornfa muy particular, en forma conjunta generaban un modelo socio-espacial definido "con una pequefia
clase alta viviendo en el coraz6n de la ciudad y la clase trabajadora en la
periferia".ll La ocupaci6n en masa, de la parte occidental por familias
econ6micamente acomodadas, va a provocar una modificaci6n radical de
ese modelo, dando lugar a una nueva estructura social, conformada por
una zona central derivando a 10 comercial, barrios proletarios al norte y al
oriente, obreros y artesanos en pequefias industrias al sur, y zonas residenciales al poniente. Esta "distorsi6n" dei paisaje social, contribuye a
reafirmar el nuevo modelo de segregaci6n social, definiendo tambin los
espacios y clientelas que, en adelante, se repartirn los diferentes promotores inmobiliarios y las caracterfsticas dei tipo de promoci6n que deben
implementar.
A pesar de los diferentes comportamientos, estrategias y prcticas que
desarrolla cada unD de los promotores, la promoci6n, en su conjunto, se
nitaria cada vez mas rica; de tal manera que, con el tiempo, a la colonia se le fue conociendo como el Barrio de Santa Teresita, hasta dejar de Ilamarse Colonia Villaseftor.
Transformaci6n que puede interpretarse como una tentativa de conciliaci6n entre un
proyecto de vida modemizador (vinculado a un grupo social concreto y a una nueva
sociedad urbana) y otro proyecto de vida, heredado de la sociedad colonial e influenciado par la rural, que ha creado y se ha apropiado de un espacio mas plurifuncional y
heterogneo como es el barrio (L6pez E. Op. Cir., p. 245; Y L6pez E. y Siembieda W.
The logics ofllrban transformation, MASS, University of New Mexico, 1994).
32 La "territorializaci6n" de la intervencion estatal en el espacio urbano, se determina a
partir de este periodo. Si bien no respande a la dicotomfa que establecimos (pri,ncipalmente en funcion de la aparicion posterior de las colonias populares), si se ajusta claramente a la division y exclusion social que el concepto "colonia residencial" introdujo.
33 Walton, John. "Creating the divided city" en Latin American Stlldies Review, 1985.

228

Eduardo Lapez Moreno

funda en una serie de valores e ideas que son reproducidos en forma individual, independientemente de la categorfa de que se trate; esta "racionaIidad colectiva" se explica, en gran parte, par el hecho de que finalmente
se adopt6 un sistema global, importado deI exterior, cuyas principios
generales, ademas de legitimar la acci6n de estos agentes, sentaron las
bases de la promoci6n misma.

Piano 5
Las primeras colonias en el poniente de la ciudad.1901-190S

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Colonla de la Reforma (prop L.c. Sabina Orozco y L. gas & CIA. 1906-1908)

1. Se solicita su apertura en 1905 (Actas


de Cabildo)

Colonla Francesa. (prop Eme'to Fuch,


& Landeros. 1989-1906)

2. Prop. Sr. Casillas


3

Colonla Amerlcana. (prop Sr W.H


Swayse/Clara Lowe de Jones 1903)
Colonla West END Realty Company
(en proyecto)
Lotes vendidos (constrUldos
(Actas de Cabi Ido)

no) 190 1

Prop. dei presb. D. Espiridi6n de la


Cruz 1901 (Act"" de Cablldo)

Escuela de Artes dei Espiritu Santo

4. Tanques distribuidores
5. Penitenciaria

6. Hipdromo (1900) prop. Torres Tapia


Ignacio (1889) (archivo Histrico dei
Estado)

7. Prop. de los Sres. Vidal Torres y Tapia


(antes (900) (1889)

Fuente: PIano de la coloma Reforma. 1904 y Piano de una Acta de Cabildo, 1901.

Periodo lll. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 229


5.

Principios y valores ideologicos de la promocion: un nuevo


lenguaje, nuevas necesidades
Una colonia por el estilo de las que en Mxico. ultimamente se han creado, con
todos los elementos que exige la vIda moderna y que aumenJar consierablemen.
te el prestigio que ya tiene Guadalajara, de ser una ciudmi altamente progresista.
Expansi60..., Revista Cr6nica.

A fin de intervenir simultaneamente a nivel de la sociedad (en sus proyectos de vida, sus anhelos, valores) y a nivel dei espacio construido (calles,
plazas, manzanas), el grupo social que abandera el proyecto modernista se
sirve de un concepto clave: la colonia residencial, el cual recupera las
ideas y teorias en boga, con el objeto de valorizar dicho proyecto en relaci6n a las otras formas en que se ha producido el espacio en la ciudad.
Estas ideas y teorias -presentadas como valores y cualidades generales-, se construyen en base a un lenguaje tecnocrtico nuevo que, ideologicamente, pretende hacer creer que el proyecto de urbanizaci6n, de una
parte especffica de la ciudad, responde a una estrategia global de planeacion urbana y de transformacion social. Sin embargo, como ya 10 analizamos, el proyecto no persigue mejorar la eficacia econ6mica de la ciudad
(reformulando los fiujos humanos y de mercancfas), ni renovar el habitat
popular dei centro 0 de los barrios dei noTte y este de la ciudad (interviniendo, por ejemplo, sobre los inmuebles degradados 0 con bajos estandares 0 fijando normas mfnimas para esos sectores). Ni mucho menos,
persigue adoptar estrategias para combatir las practicas populares, que los
agentes promotores consideran negativas, y por 10 mismo, causa de los
principales problemas urbanos.
Se trata de un proyecto de caracter mercanti!, cuyos objetivos economicos se enmascaran bien dentro de varios conceptos de orden ideol6gico; entre ellos, debido a la recurrencia con la que aparecen, podemos
identificar 4 principales:
i) lA higiene, con el desarrollo de las colonias Hamadas "higinicas",
los primeros promotores publicitan el fin de la insalubridad y de los proyectos urbano-arquitect6nicos que no han favorecido los espacio verdes,
"la iluminaci6n, la ventilaci6n,y el desage (0 drenaje)" ,34 elementos que,
entre otros, son indispensables en una sociedad moderna y progresista.

34 Segun sefialan los contratos de compra venta de predios en la Colonia francesa. Referirse por ejemplo, Archivo de Instrumentos PUblicos de Jalisco, Prot. Notario E. Robles
Gil. Vol. 43, N 30, 18 de febrero de 1901. p. 18-21.

230

Eduardo LOpez Moreno

En su discurso, estos promotores asocian el progreso material y la


higiene, considerando que el importante desarrollo tecnologico que ha
tenido la ciudad y que se traduce en la aparicion dei tranvfa (1874), el
telfono (1885), el alumbrado elctrico (1884), la reestructuracion deI
drenaje (1880), el entubamiento deI rio (1897), etc., debe acompanarse de
medidas higinicas en 10 habitacional, gracias a una intervencion "cient!fica" decidida.
Ahora bien, el cambio de un modela habitacional por otro, no significa que de repente, gracias a la ciencia, se ha descubierto que las casas deI
centro de la ciudad son poco saludables para sus habitantes. AI contrario,
si los promotores estn en posibilidad de ofrecer los espacios mas sanos,
mas amplios, mejor ubicados y mejor dotados de servicios que existen en
la ciudad,J~ no es porque las tcnicas de la promocion 10 permitan; es
decir, ese tipo de oferta no es una consecuencia de ella 0 de las estrategias y medios de accion que le acompanan, sino debido a la capacidad
que este grupo ha tenido para apropiarse y luego urbanizar las mejores
zonas de la ciudad. JO Si la oposicion de lugar, que establecen las colonias
en relacion a los barrios, es valida en relacion a la localizacion espacial,
en cambio, la transferencia de ese tipo de ventajas a otras, ligadas al
marco construido y en particular a las caracteristicas habitacionales,
requiere de un puente ideol6gico que permita formular una critica a 10
"viejo", valorizando simultneamente 10 "nuevo" que se crea. Esa valorizacion se funda en gran parte en la importancia de la higiene.
ii) La tcnica, los primeros colonizadores se sirvieron de este concepto coma un medio de expresion para designar los mtodos, procesos y
disciplinas que estaban ligados a una nueva forma de producir la ciudad,
y de la cual, ellos eran aparentemente los detentores. En realidad, el conjunto de actividades "racionales" que podia permitir ese fin, nunca fue
debidamente explicitado, un articulo publicitario aparecido en una revista
de la poca, sintetiza bien como se le utilizaba sin fundamentarla:
35 El peri6dico El Informaaor, asf realiza promoci6n sobre las colonias: "[Debido al los
vientos dominantes de su rumbo que hacen aquel ambiente puro y sano y porque ademas la mayor e1evaci6n dei suelo sobre el deI resto de la poblaci6n hace que aquellos
lugares sean lo.! ma.! higimco.! que .le puedan encontrar en Guadalajara. Hemeroteca
deI peri6dico, 5 deJunio de 1917, el subrayado es nuestro.
36 Durand, J., escribe que a principios de sigJo, 45% de la superficie urbana estaba destInada 0 en manos de un quinto de la poblaci6n, que eran Jas familias mas pudientes (Duran,
J. "Siglo y medio en el camino de la industrializaci6n" en Guadalajara. la gran dudad.... ColeglO de Michoacn, 1985).

Perfodo Jll. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 231


Una obra de verdadera signiticaci6n, sujeta a estudios especializados y complicados, ha
sido emprendida como un nuevo signo de nuestro avance material por los Srs. Manuel
G. V. y Hnos. Una colonia por el estilo, de las que en Mxico ultimamente se han creado con todos los elementos de la vida modema."

Hi) El prestigio, la forma urbana se modific6 con el objeto de crear


una cierta diversidad, y ponerle un nuevo sello al nuevo marco de vida de
principios de siglo; los conceptos buscados eran, entre varios otros, los de
unidad social, dimensi6n humana, organizaci6n espacial especifica y
prestigio.
En efecto, los propietarios de terrenos y los promotores inmobiliarios,
consideraban todos sus proyectos urbanos, incluso los mas pequeiios,
como si fueran colonias residenciales, con el objeto de que sus promociones se valorizaran debido al prestigio que ese tipo de operaciones tenia.
El extracto de un dictamen enviado par la sala de Comisiones, de las primeras colonias, a los regidores deI Municipio, asi nos 10 hace ver:
A cualquier grupo de pequeiias tincas 0 lotes de terrenos, que los propietarios respectivos suelen bautizar con el nombre de colonias, en los suburbios de la ciudad, tan s610
con la mira de que tales tincas suban de valor y el excesivo precio de ellos enriquezca a
los terratenientes."

Como resultado de esas estrategias, la propiedad urbana adquiri6 cada


vez mas valor, intensificndose por ende, las compras de bienes raices, y
paralelamente, la colonizaci6n de espacios hasta entonces desvalorizados
y/o residuales que la misma dinamica urbana habia dejado a un lado (principalmente durante los aiios comprendidos en las tres primeras dcadas).
El nuevo patr6n de urbanizaci6n, se reproduce rapidamente hacia el oriente y sur de la ciudad, en donde se localizan los sectores papulares, apareciendo modelos similares mas densificados y con menos espacios verdes.
Ahi, la racionalidad econ6mica, adecuada a una accesibilidad financiera
mas baja, termina par imponerse en el uso y distribuci6n deI espacio que,
sin embargo, se construye en base a un modelo que se asemeja bastante al
de las colonias residenciales deI poniente (vase, por ejemplo, las colonias
de blatos, la Morelos, la de los Huertas, etc. PIano 2).
37 "Expansion de Guadalajara, la Colonia Moderna" en Revista Cronica, 1910, p.ll.
Biblioteca Publica dei Estado. En relaci6n a esta misma colonia. el peri6dico El Bien
Pliblico deI 3 de junio de 1906, sefialaba: "La Colonia Modema se esta construyendo en
un sitio excelente, lleno de atractivos y de ventaja por la altura, localizaci6n y plan
general de los trabaJos tcnlco.<" (los subrayados son nuestros). Evidentemente, el signiticado de "estudios complicadfsimos" nunca es explicilado por ellos.
38 Archivo Municipal de Guadalajara, expediente 22, C, E.

232

Eduardo LOpez Moreno

iv) lafuncionalidad, pensada en trminos de eficacia en la comunicaci6n, no buscaba conectar las colonias con el centro de la ciudad, sino
mas bien el darles cierta privacidad; reafirmando asf el sentido de la
monofunci6n, al que nos referimos anteriormente, y generando un sentimiento de seguridad. Pues a pesar de la amplitud de algunas de las vfas
de circulaci6n, se lIegaba a conformar un espacio semi-cerrado;39 proyecto que al parecer, se fundamentaba en gran parte, en una "ideologfa de la
seguridad social de los habitantes". Una acta de cabildo de 1903, asf nos
10 hace ver:
A fin de que las familias que habitan en este agradable sitio de la ciudad (Colonia Francesa), disfruten dei mayor numero posible de comodidades, entre las mas importantes
la apertura de avenidas, que haga mas eJicaz el servicio de la policfa y mas fcil el paso
de los transeuntes".40

Sin duda, muchas de las operaciones se hicieron en nombre de la


higiene, de la funcionalidad 0 deI embellecimiento de la zona; invocando
ya sea la necesidad de mejoras publicas 0 de necesidades sociales, en las
que el promotor reportaba una serie de beneficios que, de una manera
asombrosa, desbordaban el espacio ffsico de la operaci6n para englobar
simb61icamente a toda la ciudad. 41

6.

Diversidad dentro de la unidad: comportamiento, estrategias y


practicas de tres de los primeros promotores privados

Como 10 acabamos de ver, la gran homogeneidad y coherencia formaI,


que se encuentra en las primeras promociones inmobiliarias, se explica
por el uso de un patr6n de urbanizaci6n muy similar, que es tributario de
una serie de valores y conceptos sobre la promoci6n, que son compartidos por estos agentes. Ahora bien, un sistema tan "uniforme" se caracteriza, tambin, por una cierta diversidad que se expresa en la manera en que
se lIeva a cabo la organizaci6n de las operaciones, la asociaci6n de los
agentes participantes y la constituci6n deI capital, entre otros varios
aspectos.
39 Ver las avenidas Lafayette. La Merced, etc. (Piano Si.
40 Archivo Municipal de Guadalajara, Obra~ Publicas, expediente N 43, 6 de febrero de
1903.
41 El Gobemador, Luis C. Curiel, seiial6 en su informe de gobiemo de 1900: "Los partlculares secundando la idea de omato deI Ayuntamiento, han hermoseado y construido otms
edificios dignos de la cultura de la capital, siendo la prueba de estos la~ extensa~ colonias
Americana y Francesa" (informes de los gobernadores; Archivo Hist6nco deI Estado).

Periodo Ill. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 233


Cuadro N 3
Caracteristicas principales de la muestra (4 colonias)

1
2
3
4

Colonia

Ano

Francesa
Americana
Artesanos
brera

1898
1898
1903
1922

ripo

Sup.*

Residencial
10
Residenclal 13.8
Popular
21.8
Popular

Lotes

Sup.lote**

100
105-110
811
600

832
2.311
200
225

Valor***

Producto
lotes y casas
lotes
lotes
lotes y casas

Fuente: Archivo Municipal de Guadalajara, Archivo Hist6rico de Jalisco, varios ai'ios.


(*) Superficie en Hectareas. (**) Se trata dei lote promedio.
(***) Valor de un metro cuadrado de suelo en pesos entre 1900 y 1903.
Realiz6: Eduardo L6pez, Jos de Jesus Castillo M., 1994.

Diversidad, en ese sentido, es el resultado de los comportamientos, las


estrategias y las prcticas que estos agentes lIevan a cabo, de acuerdo a
un contexto determinado y no a la categorfa especffica de la promoci6n.
A travs dei estudio de la noci6n de diversidad, estaremos en posibilidad
de comprender la dinmica de las relaciones entre esos actores, las alianzas que construyen con el Estado y con las diferentes instancias de poder,
los mecanismos que utilizan para acceder a las fuentes de financiamiento,
etc. Conocimientos que, a su vez, nos son indispensables para entender la
polftica de vivienda en un sentido mas amplio.
El estudio al que nos referimos, 10 realizaremos a partir dei anlisis
comparativo de tres colonias diferentes: 42 la Francesa (1898), la Americana (1898) y Artesanos (1903). Las dos primeras, son conjuntos residenciales para personas de recursos econ6micos elevados, y la tercera, un
proyecto habitacional de corte popular que poco se ajusta al patrOn que
hemos venido describiendo. Con estas promociones, se marca el inicio de
la promoci6n inmobiliaria en nuestra ciudad. Tomndolas como casos de
estudio, cubrimos los dos grandes tipos de promoci6n que se realiza en
Guadalajara en esos OOos: residencial y popular. 43
Para las tres, realizaremos un pequeiio estudio monogrfico considerando cuatro aspectos centrales que nos seran utiles para un anlisis transversal posterior, que presentaremos en las concIusiones; en donde pon42 En realidad, presentaremos cuatro colonias, la U1lima, Hamada Obrera (1916) cuando
analicemos el papel que jug6 el Estado, en tanto que promotor publico de vivienda
popular (vase el Apmado II y el Cuadro N 3, que resume las caracteristicas principales de esta muestra).
43 Evidentemente, algunas colonias eran de tipo medio, ya fuera de un tipo mas popular 0
mas residencial. vase por ejemplo: San Carlos, La Modema, Donato Guerra. Cuadro N 2

234

Eduardo Lapez Moreno

dremos de manifiesto las similitudes y las discrepancias principales,


extrayendo las coincidencias generales y las diferencias individuales, que
nos permitan responder a las tres cuestiones abiertas que se desprenden
de nuestros dos ejes principales de anlisis. 44 Los aspectos a que nos referimos son: a) caracterfsticas generales de su creaci6n, ubicaci6n, tipo de
promotor, dimensi6n deI predio original; b) estrategias y mecanismos
para adquirir la propiedad rafz; c) caracterfsticas de la promoci6n, forma
de financiamiento, alianzas estratgicas, etapas, tipo de producto ofertado, resultados de la promoci6n propiamente dicha; y d) impacto de la
promoci6n en el campo de la vivienda popular.

7. La ColoRia Francesa
La colonia, conocida tambin coma de la Escuela de Artes dei Espfritu
Santo, se desarroll6, precisamente, entre ellfmite poniente de la ciudad y
este centro de estudios, en dos lotes 0 fracciones de terreno, situados en la
prolongaci6n de la calle que entonces tenfa el nombre de la Merced, en el
potrero que se lIam6 sucesivamente dei Sauz, deI Zapote y deI Padre
Cruz. Tuvo coma eje central a la calle de la Merced (hoy Hidalgo), y se
formaba par 12 manzanas que estaban alineadas 6 al norte y 6 al sur de
esta avenida, la cual iniciaba al oriente en la calle deI puentecito y remataba en su extremo poniente en la escuela antes mencionada en el cuartel
V de la ciudad.'s
La Francesa fue promovida en 1898, por los sefiores "Fortoul, Chapuy y Cfa.", "L. Gas y Comp.", Ernesto Fuchs y Justo Fernndez deI
Valle, a travs de la compafifa constructora Jalisciense, de la cual nos
ocupamos precedentemente (cf. Apartado 3). El terreno en el que se asent6 la colonia, formaba parte de las reservas territoriales que, originalmente, correspondfan a los ejidos, los cuales, coma ya 10 analizamos, en el
transcurso de los afios se fueron privatizando, pasando de mana en mano,
principalmente dentro de una misma Ifnea familiar. 46
Eso sucedi6 con este predio, la informaci6n que obtuvimos en el
archivo, nos muestra que desde comienzos deI siglo XIX, era propiedad
44 Referirse al capitulo introductorio de la tesis: los obJetivos de la investigaci6n,
45 L6pez E. Op. ClI., p, 154. Ver el piano "La~ primeras colonias de Guadalajara-1903",
N"5,
46 Lo que corresponde al segundo de los cuadrados que estructuran, espacial y funcionalmente la ciudad y su regi6n inmediata. Vase el Apartado 1: "La propiedad dei suelo
urbano en el ultimo cuarto dei siglo pasado" y el Grfico 1 dei mismo perfodo,

Perfodo III. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 235


de la familia Vidrio, con el nombre dei Rancho dei "Sauz y Don Luciano
Vergara". Su propietaria, Dofia Ignacia Vidrio, 10 vendi6 el 27 de febrero
de 1843, en 1,640 pesos, a su sobrino Jos Maria Leal,.7 quien 10 conserv6 hasta su muerte, acaecida 23 afios despus (noviembre de 1866). La
heredera, Bonifacia Leal, hermana 0 hija de Don Jos, 10 trasmiti6 de la
misma manera, a su hija Refugio de la Cruz Leal en julio de 1890, es
decir, casi 24 afios mas tarde. Como duefia unica dei rancho, la sefiora
Refugio de la Cruz, decidi6 vender dos fracciones de l a los propietarios
de la compafiia lalisciense de Constructores, en junio 25 de 1898, por un
total de 6,000 pesos.
Con el dominio de la propiedad, cuya superficie es de 10 has. aproximadamente, los colonizadores solicitan al Ayuntamiento, la aprobaci6n
de los pianos que desean fraccionar, s610 tres meses despus de que efectuaron la compra, obteniendo una respuesta aflrmativa el 27 de septiembre dei mismo afio. 48

Caracteristicas de la promoci6n
En sus primeros afios de promoci6n, la Colonia Francesa experiment6 un
fuerte fracaso que, a decir de Daniel Vazquez, principal estudioso de
ellas, se debi6 "al peso de las tradiciones y de los valores culturales arraigados en una sociedad rural";49 sin que tengamos seguridad de que hayan
sido precisamente los valores rurales, los que limitaron la expansi6n de
esta colonia, si creemos que en efecto, los agentes promotores se enfrentaron a una sociedad "pasateista" que, desde la Colonia al Mxico Independiente, habia celosamente reproducido modelos instaurados desde el
acto fundacional. En 10 urbano, a travs de una practica urbanizadora, que
como ya 10 vimos, hizo dei entramado ortogonal el unico medio para producir el espacio; y en 10 arquitect6nico, a travs de la utilizaci6n generalizada de la casa con patio central.
Modelos y/o valores que, a pesar de su origen -para nosotros citadino-, desavenian completamente dei nuevo patr6n que intentaba instaurarse, el cual, en muchos aspectos, se acercaba mas a un proyecto de sociedad diferente, que como tal, amenazaba al statu quo existente, de ahi una
reacci6n general de oposici6n. El ingeniero Fuchs, responsable dei desa47 Archivo de Instrumentos Publicos dei Estado, Pro!. Escribano, Jesus Duran, Vol. 6, sin,
p.22y22v.
48 Archivo de Instrumentos Publicos dei Estado, Pro!. Notario E. Robles Gil, 1898, Vol. 2,
N 71. P 352-357.
49 Vzquez, Daniel. Guadalajara - en.!aya.! de inlerprelaclon, Colegio de Jalisco, 1989.

236

Eduardo Lapez Moreno

rrollo y la comercializaci6n dei proyecto, seiiala dos aiios despus de iniciado ste:
Como era enteramente nueva la idea en esta Guadalajara y en el resta de la Republica,
hubo mucha oposici6n y absolutamente ningun apoyo... hubo muchos disgustos entre la
gente poco amante dei progreso y envidlosa... Batallamos en contra de la opini6n de
personas de horizontes muy limitados, al fin se disolvi6 la compaiifa original entrando
en liquidaci6n.'"

La realidad es que la Colonia Francesa, mas que responder a una


demanda 0 una necesidad precisa, se anticipa a ella; es decir, los socios
de la compaiifa Jalisciense exploran formas inditas de recuperaci6n de
capital, par media de una operaci6n inmobiliaria original, considerando
que con el trabajo de promoci6n que llevaran a cabo, podran estructurar a
posteriori esa demanda. Una vez que este sistema se revele ineficaz, los
promotores intentaran ajustarse a los requerimientos 0 necesidades dei
sector de la poblaci6n al que se dirigen, hacindolo en base a una 16gica
pragmatica que los Ileva a ensayar diferentes mecanismos financieros y
jurfdicos, y a proponer diversos productos (lotes, casas en venta 0 en
renta, etc.). El proceso al que nos referimos, 10 podemos dividir en tres
grandes etapas:
La Primera etapa, se inicia el 15 de octubre de 1898, cuando se crea
la compaiifa Jalisciense, y se termina a fines de 1902. Caracterizandose
mas, por la distribuci6n de la propiedad entre los propios fraccionadores,
que par ventas propiamente dichas; es decir, en estos 26 meses, se enajenaron 87 lotes (y una fracci6n de un gran terreno igual a 4 manzanas), 27
de los cuales, fueron adquiridos por los mismos asociados de la empresa
inmobiliaria y los 60 restantes por s610 8 personas, tres de entre el1as:
Sabino Orozco, Gabriel Gonzlez Franco y Carlos F. Landero, agentes
fraccionadores y urbanizadores de la misma Francesa 0 de otras colonias
residenciales.~1

Los promotores principales de esta primera etapa fueron el Ingeniero


Fuchs y Justo Fernandez dei Valle (en tanto que apoderado lega1), quienes vendieron los lotes a nombre de los asociados originales y no de la
compaiifa constructora, pues probablemente, por las causas que el mismo
50 Idem.
51 Estos agentes adquirieron 47 lotes de los 87 vendidos. Hay que recordar que S. Orozco
fue el promotor de la Colonia la Reforma, Gabriel Gonzalez Franco hermano de Francisco, promotor de la Colonia Artesanos, y Landero de la Francesa en su tercera etapa.
Vase el Cuadro N" 1.

Perfodo III. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 237


Fuchs apunta, la empresa se disolvio casi inmediatamente despus de su
creacion, en marzo de 1899.
En esta primera etapa se vendieron 55,785 m 2, 10 que hace alrededor
de un 55% dei total de la superficie de la colonia (solamente C. Landero
adquirio 23,540 m 2 y E. Fuchs 13,034 m 2; esto es, el 65.66% dei area vendida en la primera etapa. correspandio a los propios fraccionadores), si
descontamos esa superficie y la que fue enajenada a otros agentes inmobiliarios, los lotes vendidos a "terceros" no debieron representar mas dei
12% de la superficie total ofertada.
Debido a que las cal1es aun no estaban trazadas ni mucho menos iniciada la urbanizacion, la venta de los lotes se hacia sobre el piano dei proyecto;l2 evidentemente se trataba de lotes sin servicios, cuyo costo de
venta en promedio, oscilaba entre 25 y 46 centavos el metro cuadrado. Si
tomamos en consideracion que la Cfa. Jalisciense compro a la Sefiora
Cruz 99,970 m2 a 6,000 pesos, es decir, a 6 centavos el metro cuadrado,
resulta que los promotores vendieron, 0 intentaron vender, entre 19 y 40
centavos mas caro cada metro.
Ahora bien, descontando algunos gastos en los que pudo incurrir la
compafifa, coma son por ejemplo, 2,680 pesos par el pago de honorarios
al ingeniero Fuchs (quien estaba encargado de los estudios tcnicos y la
realizacion de los pIanos) y una suma suplementaria destinada a cubrir
gastos diversos, estimada en 10% dei costo deI terreno, la tasa de ganancia
en teorfa, fue dei orden dei 176% al 411%.l3 El intento por maximizar la
ganancia, lIeva a los promotores, a elevar en forma desmedida el valor dei
suelo; 10 que provoca una crisis en esta primera etapa. Las ventajas reales
que ofrece el proyecto y los valores ideologicos que 10 sopartan, no son
suficientes para asegurar el buen funcionamiento de la promocion.
La Segunda etapa, desarrolIada casi al mismo tiempo que la anterior,
en realidad deberfa considerrsele como parte de ella, pues tan solo unos
meses despus de efectuadas las primeras ventas, varios de los promoto52 En efecto, hasta 1902, las escrituras de compra-venta se referfan a los predios vendidos
en relaci6n al piano de la colonia, seilalando por ejemplo: al oriente 26.5 m quedando en
calle que se formaTll; al poniente 18 m quedando en calle en proyecto de par medio; al
norte con la que .~eTlj prolongacin de la calle de la Merced. Referirse al Archivo de
Instrumentos Publicos dei Estado, Protocolos, N" 30, toma 43 deI 18 de febrero de
1901, foja 18-21, notario Robles Gil (los subrayados son nuestros).
53 Decimos en teoria, porque las ventas entre los propios promotores no pueden considerarse coma ganancias, en sentido estricto. Sin duda, se trataba mas de una estrategia que
intentaba fijar un precio a una mercanda nueva; precio que, coma 10 veremos mas adelante, estaba sobrevaluado, en relaci6n al valor que el mercado de suelo determinara
para esa zona. Los mismos promotores terminaran por revender mas barato el suelo que
compraron.

238

Eduardo LOpez Moreno

res 0 de las personas que adquirieron lotes, deciden revender ya sea el


total 0 una fracci6n de ellos. Para los promotores originales, se trata mas
bien, de un primer (0 segundo) intento por comercializar los lotes dentro
de un mercado mas amplio; intento que, al no prosperar, les obliga a
"regresar" a una estrategia similar a la de la etapa precedente que, grosso
modo, se caracteriza mas por el afn de generar informaci6n sobre una
nueva oferta por medio de la venta, compra y traspaso de terrenos entre
los propios capitalistas,54 que por atender a la demanda a quien en principio se dirigfa la colonia.
Entre las (pocas) operaciones que se llevaron a cabo, algunas generaron ganancias significativas para los propietarios, notablemente para E.
Fuchs. No obstante, en 10 general, el suelo sigue conservando un valor
muy similar a cuando se inici6 la promoci6n (1898);55 parecerfa ser que el
mercado inmobiliario de esa parte de la ciudad, no logra tomar el impulso
que esperaban sus promotores. De ahf que 10 consideren un proyecto poco
exitoso, principalmente en trminos de aceptaci6n, y por ende, de valorizaci6n comercial. Veamos los tres casos siguientes, sin duda los mas
logrados que, a nuestro modo de ver, resumen bien esta segunda etapa:
tres lotes que el ingeniero Fuchs permut6 a Justo Fernndez deI Valle
hijo, y cuyo costa directo para l, fue de 400 pesos el 27 de agosto de
1900, los enajen6 a Manuel Aldrete Espinoza en 1,000 pesos, el 29
deI mismo mes. Operaci6n que en un tiempo sorprendentemente
corto, le permiti6 multiplicar por 2.5 veces el capital que ahf tenfa
invertido;56
s610 nueve meses despus de haber adquirido 4 manzanas (M, N 0 Y
P), el 26 de junio de 1900, Fuchs vende dos lotes que resultaron de su
divisi6n, a William E. Godman en 129.65 y 100 pesos, respectivamente; y uno a Federico Kegel en 169.75 pesos. 57 La transacci6n le
54 Asf por ejemplo, el Presbftero y Doctor Manuel Azpeitia Palomar, fundador y Director
de la Escuela de Artes y OficlOs deI Espfritu Santo, vende un lote a Gabriel Gonzalez
Franco -hermano dei propietario de la Colonia Artesanos-, y otro a Luis Verea ~opro
pietario de la Colonia Oblatos. Posteriormente, el mismo G. Gonz31ez F. se desprende de
unD de sus predios en favor dellicenciado Sabino Orozco, promotor de la Colonia Reforma (Archivo de Instrumentos Publicos del Estado, Prot. Manuel F. Chavez, Vol. 15, N"
18,22 de enero de 1900, p 190 - 191).
55 Vase el Gr3fico 1: El valor dei suelo en la Colonia Francesay en la Americana.
56 Nos referimos a los lotes 5, 7 Y9 de la manzana F, permutados a Justo F. dei V. hijo, el
27 de agosto de 1900, por los numeros 6, 8 Y 10 de la manzana E. El metro cuadrado
pasa de 18 centavos a 46 centavos en tal s610 tres dfas (Archiva de Instrumentos Publicos deI Estado, Prot. Notario, Manuel F. Chavez, Vol. 17, N 220, p 107-108 Y N" 223,
dei 29 de agosto de 1900, p III Y 112).
57 Nos referimos a los lotes 10 y 14 de la manzana 0 y al lote 5 de la N, cuya superficie
era de 520, 420 Y713 m', respectivamente (Archivo de Instrumentos PUblicos dei Estado, Prot. NOlario Manuel F. Chavez, Vol. 19, N 114,127 dei 17 de abril de 1901, p 54
Y72 YVol. 29, N 231 dei 28 dejunio de 1901, p 78-79).

Periodo Ill. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 239

permite pasar de un valor de suelo promedio de 9 centavos a 24 centavos el metro cuadrado, con una tasa de ganancia directa de 166%;
Un lote con una superficie igual a 712.40 m2, adquirido el 25 de enero
de 1900, en 200 pesos, es fcaccionado en dos por su propietario, E.
Fuchs, a fin de vender una de sus partes a Elvira Gutirrez de Gonzalez Franco, en 150 pesos; maniobra que en solo 4 meses le representa
un beneficio directo dei 50%.58
El relativo xito que casi simultneamente conoce la Colonia Americana, segunda de las promociones que se llevan a cabo en la ciudad, nos
hace pensar que el tipo de "producto" que ofertaba la francesa -presentado coma selecto y progresista-, no fue la causa de su poca fortuna; valores ideol6gicos similares como la higiene y la tecnologfa, el uso de formas y espacios nuevos, en fin, la noci6n de modemidad y progreso, estn
igualmente presentes en la Colonia Americana (cf. Apartado 8). Muy probabJemente, fueron las caracterfsticas mismas de la promoci6n (en particular, el hecho de que se tratara de la primera operacion y se presentara
coma un proyecto decididamente original), asf coma las modalidades de
venta de Jos lotes, las que limitaron 0 restringieron el mercado potencial
de kl Francesa.
Las consideraciones siguientes asf nos 10 hacen creer:
todos las operaciones que se celebraron en estas dos etapas, fueron al
contado, sistema que sin duda dej6 fuera un porcentaje elevado de la
poblaci6n que, eventualmente, podfa beneficiarse con esta promocion;
todos los lotes se venden con servidumbres especiales que condicionan la edificaci6n (servidumbres frontales y laterales);l' limitaciones
de dominio de ese tipo, son enteramente nuevas y contrarias a la cul58 A la adquisici6n, el metro cuadrado fue de 28 centavos, y a la reventa de 42. Nos referimos
a la mitad occidental dei lote 9, manzana B (Archivo de Instrumentos PUblicos deI Estado,
Prot. Notario Manuel F. Chavez, Vol. 18, N" 146 dei 19 de maya de 1900, p 5 Y7).
59 rodos los contratos de compra-venta de la colonia, especifican c1aramente que las servidumbres 0 limitaciones, se deben transmitir con el cara~ter de gravamenes a los nuevos
duei'los, las principales eran: (i) el edificio que construya [el propietario] debera distar
por 10 menos 5 m dei alineamiento de la calle y 2.5 m de las fincas laterales dei lote por
los costados; (ii) la edificaci6n debera estar 30 cms. mas alto que los rieles de la calle de
la Merced; (iii) en todo el frente y 15 m hacia el fondo, en los costados, debera ponerse
enverjado; (iv) los propietarios deberan construir 10 mas pronto posible la banqueta de
enfrente. en la calle, de 2 m de anchura y con machuelo de cantera. Servidumbres que,
coma ya 10 seiialamos, se les consideraba coma relativas a "vista, luz, ventilaci6n y
desage". Vase a manera de ejemplo, Archivo de Instrumentos Publicos dei Estado,
Protocolos, notario Lie. Manuel Chavez, toma 16, foja 120-123, 5 de marzo de 1900.

240

Eduardo LOpez Moreno


Piano 6

La Colonia Francesa

~ Fincas que se construyeron bajo privilegios de exensi6n de contribuci6n por 15 aiios

Il

Il

Por fincar
Nota: este piano es igual al de 1898.

Esc. 1:1000 Guadalajara, febrero 9 de 1905. Ing. Carlos F. de Landero y Ernesto Fuchs.
Calca dei original.

Perlodo lll. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 241


tura urbanfstica que hist6ricamente ha privilegiado el desarrollo de
"envolventes cerrados", generados por el uso de la cuadrfcula;
los promotores insisten mas en la venta de lotes para construir chalets
y casas de descanso, y no para vivienda propiamente dicha; se trata de
la adquisici6n de un bien para quien ya tiene resuelto su problema
habitacional.
Podemos concluir sobre estas dos primeras etapas, que la mayorfa de
las compras de lotes, se hicieron con el espfritu de acumular bienes raices
o negociar con ellos, y no con la intenci6n de adquirir un predio para
habitarlo. Rasta 1902, la Francesa funciona mas dentro de una l6gica de
intercambio-acumulaci6n dei capital industrial y comercial, que incursiona en 10 inmobiliario, y no como una colonia residencial propiamente
dicha. AI parecer, los promotores consideraron que podfan estructurar
una demanda en base a una estrategia de promoci6n que les permitirfa
que sta se adecuara a una oferta especffica, que en cierta forma, resultaba artificial en relaci6n a sus necesidades y preferencias.
Debido a que los resultados fueron mas bien pobres, la venta de lotes
qued6 virtualmente parada por un espacio de dos 0 tres aiios; retomndose finalmente, bajo un sistema que planteaba una oferta mucha mas diversificada y con diferentes posibilidades de acceso al suelo; sistema dei
cual nos ocupamos a continuaci6n.
La Tercera y ultima etapa, en agosto de 1901, los representantes de
las compaiifas Fortoul, Chapuy y L. Gas, deciden vender en comun acuerdo con Justo Femndez dei Valle -socios capitalistas y propietarios de
los terrenos en que se asienta la colonia-, el total de los lotes que hasta
esa fecha permanecfan invendidos, e incluso, las wnas de terreno que se
habfan reservado como calles, a Carlos F. de Landero y E. Fuchs. lIO
Los nuevos propietarios -quienes adquirieron tres y dos quintas partes
de la propiedad, respectivamente-, van a modificar substancialmente el
esquema de promoci6n-venta que habfa. funcionado hasta ese entonces,
retomando el que originalmente se habfa planteado la compaiifa Jalisciense, en sus estatutos; esto es, van a convertir su sociedad en una verda60 Vase par ejemplo, la escritura nolariada par ClIstulo Romero en el Archivo de Instrumentos PUblicos dei Estado, Protocolos, Vol. 6, N" 79 dei 20 de octubre de 1903, p 128129. Es de hacer notar, par otra parte, que Carlos Landero ~omerciante e industrial
avecindado en Pachuca, Hidalgo-, celebraba la mayorfa de sus operaciones inmobiliarias a travs de su apoderado Don Fernando Castai\os. De acuerdo con la informaci6n
que pudimos obtener, C. Landero era copropielario de las minas El Rosario, Las Delicias y Santa Edwiges en el municipio de Talpa, en 1902.

242

Eduardo Lapez Moreno

dera empresa inmobiliaria-constructora, capaz de proponer diversos servicios y productos en forma simultnea.
En consecuencia, alrededor de 1905, Fuchs y Landero estarn en
posibilidad de ofrecer lotes en venta (si es posible con un proyecto arquitect6nico a construir por ellos mismos), casas terminadas 0 por edificar,
tanto en renta coma en venta, y sobre todo, la posibilidad de adquirir
dichos bienes con facilidades financieras gracias a un plan Hamado
"amortizaci6n por rentas mensuales".61
Con esta estrategia, pretenden diversificar el mercado, abrindolo a la
construcci6n nueva, a fin de transferir la ganancia deI suelo a la edificaci6n; de tal forma que, con las pocas operaciones de terrenos que siguen
haciendo, no persiguen obtener beneficios econ6micos directos, sino densificar y consolidar la zona a fin de que, a corto y mediano plazo, se eleve
su valor inmobiliario. Estrategia que resulta evidente, si consideramos
que los lotes que enajenaron en 1905, tenfan exactamente el mismo costa
que cuando los adquirieron en 1901 (25 centavos el ml); e incluso, un
precio sensiblemente por abajo deI valor que el Catastro fij6 a la colonia
en 1902.6l Muy probablemente, de esta manera, se pensaba acercar el
valor deI suelo a un nivel similar al de la Americana; una promoci6n
inmobiliaria que, finalmente, era muy parecida. 63
El plan de amortizaci6n al que nos referimos, podemos equipararlo
con un sistema hipotecario convencional, en que Fuchs y Landero conservan el tftulo de propiedad, hasta que el comprador liquida su deuda en un
perfodo que nunca rebasa los 10 aiios. Generalmente la operaci6n no
causa intereses, de tal forma que, en el plazo estipulado, se cubre s610 el
costa de la casa habitaci6n de acuerdo al precio que convinieron ambas
partes. De esta manera, los promotores no s6lo muestran su capacidad
para adaptarse a las condiciones econ6micas de la demanda -desarrollando dos modelos diferentes de venta: al contado y crdito-, sino tambin
61 Vase el Recuadro A: "Las funciones de promoci6n-construcci6n de la sociedad Fuchs
y Landero en 1905".
62 Los compradores de lotes en esta tercera etapa, se obligaban a construir una casa-habilaci6n en un plazo m:lximo de 18 meses. En 1905, s llevaron a cabo varias operaciones
de este tipo, todas exactamente con el mismo costo de suelo y al contado, 10 que refleja
un cierto compromiso por ambas partes. Entre los compradores figuran: Ernesto Mora,
quien adquiere a Landero y Fuchs, un lote de 752.46 m' a 188 pesos; Lie. Sergio Sanchez, quien compra a Landero, un predio de 539.10 m' a 134.77 pesos; Felipe Robledo,
Director General de Rentas, adquiriente de un pequei'io terreno de 188 m' y otro de
565.30 m' a 48 y 141.08 pesos; y DtMn Kunhardt, quien se hace de un terreno de
1,540.80 m'en 377 pesos, propiedad de Landero.
63 Vase el Grafico l, que da cuenta deI valor dei suelo por metro cuadrado en ambas colonias en sus diferentes etapes.

PerEodo III. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 243

su comprensi6n de los mecanismos financieros que les permite ampliar su


mercado, incrementar las posibilidades de acceso al suelo y la vivienda, y
con ello, muy probablemente, encontrar nuevas fuentes de financiamiento
para el desarrollo de sus operaciones.
Resulta particularmente interesante, en ese sentido, el observar la
capacidad de innovaci6n que estos agentes muestran, implementado
esquemas originales de pre-financiamiento para sus nuevas promociones
inmobiliarias. Nos referimos por ejemplo, a la compra deI terreno ubicado coma a un kil6metro de distancia dei poniente de la ciudad, en un predio que form6 parte deI Rancho de San Francisco, "Y que se le conoda con
el nombre de Santo Tomas. Fuchs y Landero 10 adquirieron en 16,800
pesos a Maria Jesus Vidrio, el 3 de noviembre de 1904, con pagos diferidos a dos aiios (en cada uno se liquidaba la mitad con una tasa de inters
deI 7% anual), bajo un sistema de hipoteca especial, que les permitfa vender parte deI mismo predio, libre de ese gravamen hipotecario "siempre
que en el acta de la enajenaci6n", indicaba el documento, "entreguen el
precio de dichas partes a la Srita. Vidrio y que ese precio sea cuando
menos de 70 centavos el metro cuadrado".64 Tan s610 unos meses despus, los dos promotores habfan finalizado los pIanos de lotificaci6n deI
terreno y comenzaba la venta de los lotes.
Conclusiones: la promoci6n de la Colonia y su impacto en el campo de
la vivienda popular

Probablemente, los agentes que llevaron a cabo esta primera promoci6n,


sentfan la necesidad de efectuar todas las ventas al contado, a fin de reducir al maxima el factor riesgo que la propuesta -por las diversas caracterfsticas que ya apuntamos-, podfa traer consigo. Al no haber una evoluci6n satisfactoria dei mercado, en trmino de ventas y de plusvalfa
generada, los socios capitalistas originales deciden retirarse de la promoci6n, operndose una recomposici6n de la sociedad inmobiliaria, y con
ella, un cambio radical de estrategia que' esquematicamente podemos
resumir en los puntos siguientes: (i) varias ventas de terrenos por abajo
deI valor deI mercado de suelo, no s610 de la colonia, sino deI poniente de
64 Estos terrenos, cuya superficie real era de 45,060 m', Iindaban al poniente, oriente y
norte, con propiedad de la Colonia Reforma y al sur.con propiedad de Francisco Barrera. Una parte pequeila (7.980 m') fue comprada. en 1903. precisamente por L. Gas y
Cfa. Sabino Orozco y Augusto Bec. promotores de esa misma colonia. el resta fue objeto de la negociaci6n que referimos (Archivo de Instrumentos PUblicos dei Estado, Pro!.,
Notario Castulo Romera. Vol. 7, N 41, 3 de noviembre de 1904, p 87-91).

244

Eduardo LOpez Moreno

la ciudad; efectuadas con el objeto de iniciar una dinmica de ocupacion


que, a su vez, sea capaz de estructurar una demanda por las expectativas
de urbanizaci6n que se generan; (ii) un servicio que (re)integra las diversas funciones de la promocion inmobiliaria: compra-venta de terrenos,
empresa constructora, gestores dei parque construido, agentes inmobiliarios, etc.; (iii) una oferta que se diversifica, tanto en 10 arquitectonico
(tipos de productos) coma en 10 financiero, particularmente en las facilidades de compra; (iv) una acumulacion de capital dentro de 10 inmobiliario, pero cuya fuente de recursos, e incluso de destino, es externa a este
sector; y (v) una asociacion clara entre el capital y la tcnica, que si bien
se transforma un poco cuando el promotor-constructor se convierte en
socio financiero, en esencia sigue conservando el mismo esquema. El
mismo Fuchs, asf 10 hace notar cuando escribe:
Tuve la fortuna de conocer al finado ingeniero C. Landero de Pahuca Hgo., inteligente, profesionista y buen amigo. En compaiHa conmigo, compramos los sobrantes de la
Colonia Francesa y olros muchos terrenos, tuvo plena confianza en mis proyectos y,
desde luego, me apoy6 a conslruir casas en abonos con un capital relativamente
pequeiio."

En esta tercera etapa, se registra el nacimiento de la industria capitalista de la construcci6n en la que, el inmueble, se convierte en un capital
inmobiliario. La producci6n de vivienda deja de tener, coma finalidad
inmediata, un uso habitacional para buscar, a travs de la misma construcci6n, un beneficio econ6mico. Por primera vez, se establece una separaci6n entre el constructor y el ocupante, este ultimo no interviene en el
proceso de producci6n, apareciendo solo en la fase final en tanto que consumidor.

8. La Colonia Americana
AI sur dei hip6dromo y de la Colonia Francesa se desarro1l6, a fines dei
siglo pasado, la segunda colonia de Guadalajara. Situada en la prolongaci6n de los cuarteles sexto y sptimo, en el terreno que limitaba al norte
con la calle de L6pez Cotilla y predios baldfos, en donde se urbanizaron
mas tarde, las calles de Bosque (al sur) y las calles de Colonias y Robles
Gil (al poniente y oriente respectivamente).
La Americana fue promovida, precisamente, por dos norteamericanos: los senores Daniel F. Jones y W. Swayze -uno empleado y ministro
65 Vazquez, D. "Guadalajara alrededor de 1900 - Reflexiones sobre algunos mapas" en
Bolet{n dei Archivo Historico de Jalisco, 1981, V, N 3, p. 62.

Per{odo III. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 245

Recuadro A
Las funciones de promocion-construccion de la sociedad
Fuchs y Landero en 1905
Inmobiliaria - empresa constructora- hipotecaria
Jorge Stahl, comerciante, celebra un contrato con Fuchs y Landero para
que stos le construyan su casa habitaci6n (en un predio de 28 por 37 m'),
seiialando pormenorizadamente las especificaciones de la misma. El costa
total es de $19,554 pesos con un sistema de pago en abonos: enganche de
$3,670 pesos (13.65%) y 120 mensualidades de $140.40 pesos (86.34%)
sin intereses.
Ernesto Mora, comerciante, contrata los servicios de Fuchs y Landero en
marzo de 1905, para construir una casa de dos pisos (20 por 37 m'), en el
croce de las calles Colonias e Independencia, en un plazo maximo de i3
meses! El costo de la finca es de $17,067.1 0 pesos con un enganche de
$797.50 pesos (4.67%) y 120 mensualidades de $135.58 pesos sin intereses.
Carlos Sturzel, comerciante, compra, en marzo de 1905, en 100 mensualidades de $150 pesos cada una, la casa ubicada en la Merced y Colonias;
para enero de 1906 ya habla cubierto todas las mensualidades.
Todas las operaciones con exenci6n de contribuciones fiscales deI Estado y
deI Municipio por 15 aios.

Inmobiliaria - administradora de bienes


Angelina Furconi, artista, renta con promesa de venta la casa ubicada en
las calies de Progreso e Independencia, el 27 de enero de 1906. El pago
mensual es de $61.50 pesos durante 10 aiios al trmino de los cuales habra
pagado $7,380 pesos, que es el valor de venta estipulado. En casa de retraso de 8 mensualidades consecutivas, se puede disponer de la finca perdindose los pagos que se hubiesen hecho.

Inmobiliaria - venta de lotes


Don Felipe Robledo, Director General de Rentas, compra a C. Landero,
dos terrenos, uno de 188 m' y otro de 565.30 m'en $48 y $141.08 pesos al
contado, el 30 de maya de 1905.
Licenciado Sergio Sanchez, adquiere un lote propiedad de Landero, con
una superficie de 539.10 m'en $134.77 pesos al contado, el 24 de maya de
1905.
OtMn Kunhardt, comerciante, compra el 12 de julio de 1905, el lote de la
calle Independencia (1,504.80 m') a C. Landero, pagandoJo al contado.

246

Eduardo Lapez Moreno

Grfico 1
Valor dei suelo en las diferentes etapas de promocion de las colonias
Francesa , Americana y Artesanos
Colonia Francesa
Valor dei M', primeras operaciones
046

0.45

1""-

0.40

venta

o compra

"- 'Q.34

!l 0.35

;} 0.30

........ 0.26

~025

0.28

0.25

3a etapa

1'l0.20

(*) se dedica mas a la


construcci6n y venta

21 0 .15

0.10
0.05

1897

0.06

1100

1898 1899
l'etapa

1902

1 101
2'
elapa

1903

1904

1 105

sin ventas

de casas en renta con


promesa de venta.

190L
3' elapa

Fuente' Archiva Hist6rica MunicIpal y Archiva Municipal de Guadalajara varias anas Realiz6: E
LOpez, 1994
Nala' El va/ar de 1899 resulta de un pramedia de 8 aperacianes; 1900, 6 aperacianes; 190 l, 5 aperacianes y el resla das

Colonia Americana
Valor dei M', primeras operaciones
1.'
li! 1.2

1275
/

1.0
~

"

0.8

} 0.7

-;;; 0.6

51

!t 0.4

0.2

1896

./
0.97
0.83

O.ot5
1897
1898 1899
l'elapa

""

016

0.02

\900

1902

101

compras

ventas al contado

071

ventas a crdito

116.42

1903
2' etapa

1904

1905

Fuente: Archiva Hist6rica Municipal y Archiva Municipal de Guadalajara varias anas. Realiz6. E.
LOpez, 1994
Nata' El va/ar de 1901 resulta de un pramedlO de 6 aperaclanes; 1905,3 aperaclanes y el resta das.

Colonia Artesanos
Valor deI M'. primeras operaciones
0.35

0.32

~ 0.30
B 0.25

./"

0.20

1897

""'-

0.23

ventas
o compras

0.16_ 1--'

'" 0.15
~ 0.10
0.05

./

0.13
0.08
1898

1899

1900

1901

1902

1903

1904

1905

Nata En 1878 un terrena se vendi6 en 0.8 centavas En 1903 se pramediaron 19 casas de campraventa.
En 1904 se promediaron 43 casas de campraventa.

Perfodo 1l1. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 247


protestante y otro doctor en medicina-, el 16 de diciembre de 1898, cuando solicitaron al Ayuntamiento la autorizaci6n para la divisi6n de las
manzanas y los nombres de calles. 66
Al igual que la Francesa, el terreno en que se asent6 la colonia, formaba parte de las reservas territoriales que originalmente correspondian a
los ejidos de la ciudad en los siglos XVIII y XIX, Ya diferencia de ella, la
propiedad no se habia venido trasmitiendo dentro de una misma lfnea
familiar. En efecto, de acuerdo con el Archivo de Instrumentos PUblicos,
el predio forrnaba parte deI Rancho que se conoda con los nombres de
"El Jal" Y "San Dimas", propiedad que perteneci6 a la seiiora Luisa Castillo de Rosas hasta el 24 de enero de 1893, cuando por falta deI pago de
contribuciones, la Direcci6n General de Rentas orden6 su remate. El
terreno fue adjudicado en 170 pesos a Luis Rosas, pariente de Luisa,
quien el mismo aiio 10 vendio a la seiiora Maria Ins Rico en 1,200 pesos,
a travs de un crdito hipotecario a cuatro aiios sin pago de intereses.
Antes de que liquidara su deuda, el 27 de junio de 1895, 1. Rico la cedi6
allicenciado Salvador Brihuega, aumentando el valor deI terreno a 2,500
pesos (de los cuales, ella recibi6 directamente 2,000 pesos; 1,400 en efectivo y 600 en documentos privadoS).67 Finalmente, el 29 de agosto de
1897, la propiedad paso a manos de D. Jones, quien la adquiri6 por 5,000
que pago al contado al Lie. Brihuega.68
Con la intenci6n de llevar a cabo la colonizaci6n de los terrenos,
Jones crea una sociedad por "partes iguales", vendiendo, en agosto 3 de
1898, la mitad de la propiedad al Dr. Swayze por tan s610 1,000 pesos;69
prdida que puede explicarse, si se considera la posibilidad de que,
actuando asi, conforrnaba una asociaci6n de caracter inmobiliario en confianza con un connacional, quien, al igual que l, va a dedicarse a la promoci6n y venta de lotes.

Caracterfsticas de la promoci6n
En sus tres 0 cuatro primeros aiios de promoci6n, la Americana tuvo un
desarrollo incluso mas penoso que el de su antecesora. Un solo lote ven66 Archivo Municipal de Guadalajara, Actas de Cabildo dei 16 de diciembre de 1898, p
156. Vase los Cuadros N 1 Y2 Ylos Pianos 2, 5 Y7.
67 Archivo de Instrumentos PUblicos dei Estado, Prot. Notario Manuel F. Chvez; Vol. 4,
N 6, P 63-67; Vol. 5, N" 20, dei 24 de enero y dei 3 de marzo de 1893, p 1-6 Yel Vol.
7, N 61 dei 27 de junio deI mismo afio, p 43-44.
68 Archivo de Instrumentos PUblicos dei Estado, Prot. Notario Lic. Emeterio Robles Gil,
Vol. 40, N" 125, 29 de agosto de 1897, p. 90-92.
69 AIPJ, Prot. Notario E. Robles G., Vol. 40, N 90 dei 3 de agosto de 1898, p 397-398.

248

Eduardo LOpez Moreno

dido en mancomunidad en diciembre de 1898/ la disoluci6n de la sociedad en maya de 1899,71 y el virtual abandono deI proyecto por parte de
sus propietarios hasta 1902. Al separarse, los dos asociados se reparten la
propiedad por mitad. 71 Swayze conserva la suya durante todos esos afios y
Jones vende en 1901, una fracci6n de sus terrenos a Juan Rowland en
1,200 pesos, y el resto, que es la parte mayor, a Guillermo B. Tovey en
5,000 pesos. 71 Con este ultimo, se inicia un proceso de compra-venta de
los predios, que termina pasando por 4 manos distintas en tan s610 3 afios;
todas ellas procedentes deI vecino pais deI norte, en un recorrido que
deprecia, finalmente, el valor deI suelo en un 20%, pues si bien B. Tovey
se deshizo de todas las manzanas por la misma suma que las adquiri6, su
comprador John F. Kellog/4 1as traspas6 en 4,000 pesos (1,000 menos), a
Clara E. Low de Jones, esposa deI propietario original, quien para ese
entonces ya habia muerto.
Evidentemente, tales cambios no responden a una estrategia de valorizaci6n de la propiedad raiz y de apertura de mercado, coma fue el casa
con la colonia Francesa en sus dos primeras etapas, ellos refiejan mas
bien, un proceso de busqueda de nuevos agentes inmobiliarios, que la
prdida de su promotor original, hace necesario.
Low y Swayze reinician la venta de lotes y manzanas a partir de 1902;
en esta segunda etapa de la promoci6n, los resultados son bastante positivos no s610 en trminos de aceptaci6n de la colonia sino tambin, y principalmente, por el alto valor que el suelo alcanza. Muy probablemente, su
xito resida en el hecho de que ellos fueron los primeros en proponer un
70 En esa fecha, Teodoro Collignon compr6 a Jones y Swayze, la manzana N 14 en 90
pesos pagados al contado (Archivo de Instrumentos Publicos dei Estado, Prot. Notario
E. Robles G., Vol. 41, N 157 dei 24 de diciembre de 1898, p 123-124). Es de hacer
notar, que el costa dei metro cuadrado fue de 1 centavo; mientras que el valor dei suelo
en la Francesa, oscil6 entre 1.12 pesos y 9 centavos el mismo aiio. Vase el Grafico 1.
71 El mismo costa dei suelo, refleja el desarrollo tan negativo que experimenta la colonia
en su primera etapa. Una de sus manzanas-tipo se valuaba en 500 pesos al momento de
creaci6n de la mancomunidad y en 400 cuando se disuelve, casi un aiio despus (Archivo de Instrumentos Publicos dei Estado, Prot, Notario, E. Robles G., Vol. 41, N 66, dei
16 de maya de 1899, p 250-255).
72 Idem. Swayze conserva las manzanas N" 2,3,4,5,6,7,10,11, 13, 15,21,25,27,28,
29,30,32,39,41,42 Y 43. Y Jones las N" 1, 8, 9,12,16,18,19,20,23,24,26,31,33,
34,35,36,37,38 Y40. Vase el Piano 7: "La colonia Americana".
73 La que finalmente le representa un beneficio de 2,200 pesos 0 sea un 44% en re1aci6n al
capital invertido. Como referencia, seiialamos que J. Howland compr6 las manzanas 34,
35,36 Y37 YB. Tovey el resto. Vase el Piano 7 (Archivo de Instrumentos Publicos dei
Estado, Prot. Notario E. Robles G., Vol. 43, N" 32, 138 deI 20 de febrero de 1901, p 23
Y231).
74 Kellog, propietario de los famosos cereales, residia en Battle Creek, Michigan, USA,
desde donde hizo la cornpra.

Perlodo III. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 249

mecanismo de acceso al suelo diferente, basado en el pago con facilidades


que no habia sido todavia implementado en la Colonia Francesa.
En los afios subsecuentes, el metro cuadrado se vende a un promedio
de un peso, cuando se trata de pagos diferidos y, a alrededor de sesenta
centavos, cuando es al contado (con casos extremos de 1.7 pesos y 84
centavos respectivamente); incremento notable, si se considera que en
algunas escrituras de compra-venta realizadas en 1903, el notario asentaba "...manzanas... que no estn inscritas en el Registro PUblico de la Propiedad porque el valor de cada una de ellas no 10 ha hecho necesario".7S
AI parecer, ese valor era inferior a los 500 pesos por manzana, es decir,
menos de 2 centavos por metro cuadrado.

Conclusiones: la promoci6n de la Colonia y su impacto en el campo d'!


la vivienda popular

El trazo de las calles en diagonal noreste/suroeste --en abierta confrontaci6n con la malla cuadricular-, representa el primer intento por romper
con el orden urbano que hasta entonces se ha expresado a travs de la
forma. Los promotores confian en que, rompiendo ese orden, automaticamente emerger unD nuevo que es precisamente el patr6n de urbanizaci6n
que ellos proponen; el cual, como 10 hemos visto, no solamente vehicula
valores nuevos sino que se legitima con ellos. Su estrategia, en tnninos
inmobiliarios, es la de crear un marco de vida diferente, capaz de atraer
una clientela muy particular, deseosa de habitar en donde se ha materializado el progreso, la distinci6n y otros conceptos similares, propios al discurso modemista e higienista que en ese entonces circula. Para impulsar
su proyecto, que en el fondo es la apertura de un nuevo mercado de bienes raices, los propietarios dei terreno no crean una sociedad inmobiliaria
especifica, como fue el caso con la Francesa, simplemente celebran un
convenio de asociaci6n en mancomunidad que les da el espacio legal
necesario para que en fonna conjunta puedan fraccionar y vender lotes.
A pesar de dirigirse a una demanda solvente, el proyecto no se adecua
al modo, y probablemente tampoco a la capacidad de compra, de esos
sectores. AI igual que su predecesora, la Americana experimenta un
rotundo fracaso en su primera etapa de promoci6n. Sus propietarios comprenden que la oferta requiere articularse con una estrategia de mercado
diferente, que de lugar a un mecanismo de acceso mas amplio, a fin de
75 Referirse, por ejemplo, a la escritura dei Libro 44, expediente 79, protocolizada por E.
Robles Gil dei 26 de julio de 1903. Archivo de Instrumentos PUblicos dei Estado, Protocolos.

250

Eduardo LOpez Moreno

poder conectarse con una demanda ms real; con esa 16gica, se comienza
una segunda etapa en la que los nuevos promotores, adems de vender a
crdito, ofertan una superficie de suelo mayor;76 dos medios que aseguran
que las ventas, que en adelante se realizan individualmente, alcancen un
exito sorprendente (cf. Grfico 1).

9. La Colonia Artesanos
Desde el 10 de noviembre de 1899, el ingeniero Francisco Gonzlez
Franco, habfa expresado al Municipio, el deseo de fraccionar el terreno
ubicado al norte de la ciudad entre el costado sur dei cementerio municipal y las calles de Mezquitn, Mungufa y Ventanitas, en donde ms tarde
va a asentarse la Colonia Artesanos. 77 Originalmente, la petici6n se hizo
s610 con el objeto de "proceder a la apertura de calles en el sentido que
marca el piano expresado" y no con la intenci6n explfcita de crear una
colonia. 78
Como una colonia propiamente dicha, Artesanos fue promovida hasta
1903 por el mismo Gonzlez Franco, en asociaci6n con el agricultor Victoriano Orozco, quien era propietario de mas de la mitad dei predio en
donde se llev6 a cabo este proyecto. Por su fecha de aparici6n, Artesanos
es la tercera colonia que se desarrolla en la ciudad y no la quinta 0 sexta,
coma varios autores 10 han sefialado;79 al igual que las dos precedentes,
los terrenos en que se asienta forman parte de las reservas territoriales
que correspondfan a los ejidos. Incluso, una fracci6n de ellos result6 de la
privatizaci6n de la propiedad municipal, que se hizo durante la Reforma,
proceso que se analiz6 extensamente en el Periodo 2.
76 La superficie promedio de los lotes en la Americana es de 2,311 m', mientras que en la
Francesa es de 832 m'. A pesar de tener un costa por metro cuadrado mas elevado, el
esquema financiero de la Americana, garantiza que un segmenta mas amplio de la
poblaci6n pueda acceder a ella. El crdita y el tamaiio deI lote se convierten en factores
de peso para tomar una decisi6n. Vase el Cuadro N 3: "Caracterfsticas generales de las
colonias analizadas".
77 En el cuartel cuarto, incluyendo las manzanas numeros 56, 71, 72, 73, 74 Y87. Ntese
que las escrituras de ese predio, mencionan que existe ya la Colonia Artesanos, ubicada
en las manzanas N 13, 36, 37, 38 Y55, cuyos Iinderos eran: al oriente, las canes de
Santa M6nica y Capuchinas; poniente, la de Mezquitlin; sur las de Sarcfago y Buenavista; y norte con terreno propio dei mismo Gonzlez Franco. En realidad, se trata deI
mismo fraccionamiento desarrollado en dos tiempos diferentes. Vase el PIano 8.
78 No obstante, el proyecto se presentaba coma el desarrollo de "La Colonia Nueva".
Referirse al expediente N" 16 dei ramo Obras PUblicas dei Archivo General Municipal
de Guadalajara.
79 Ninguno de los estudios sobre este perfodo, reconoce la importancia que Artesanos tuvo
en el desarrollo de la ciudad. Investigadores coma Vazquez, Gallo Lozano, etc., no la
citan dentro de las primeras colonias urbanizadas.

Per{odo III. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 251


Piano 7
La Colonia Americana

Posible perimetro de la propiedad

~ PIano de 1906

Piano de 1889, Archivo Hist6rico de


Jalisco
_. Ing. Blacke - (abasto de agua)
Piano de 1906
Ing. Fuchs - (colonias occidentales
de Guadalajara)

Ing. De Alba G. (la parte occidental


de la ciudad)
Piano de 1935 (Guadalajara)
Ing. Salvador Vlloa
Estado Actual (cambios de 1935 a la
fecha)

CD

Los propietarios ceden todas las calles que dividen las manzanas de la colonia, con
excepci6n de la que limita las manzanas 27 y 28 que el Ayuntamiento permite que
formen una sola. (25/0311904)

Esta manzana segun escrituras estaba destinada para plantar en ella un jardin publico

En el piano de 1906 (lng. De Alba) se tenia proyectado comunicar esta calle y su


paralela (al sur) precisamente, COlI la parte sur de la ciudad, (este proyecto no se reaIim)

Modificaci6n que se hizo en 1910, para que la calle quedara paralela a la vIa e1ctrica, (Archivo de Instrumentos PUblicos dei Estado-F13IBH)

Permuta de terreno en 1907 "para mejorar la vista y el trnsito quedando una glorieta
de agradable aspecto"

Fuente: Aportaci6n dei autor.

Eduardo Lapez Moreno

252

RecuadroB
Venta de terrenos en la Colonia Americana: segunda etapa
Lotes y terrenos propiedad del Dr. Swayse
Juan Kipp, comerciante norteamericano, compra la manzana 27, en forma
trapezoidal con una superficie de 2,369 m'en $4,145 pesos, el 2 de febrero
de 1905. La compra se hace a un ano con intereses anuales de 6% (por
meses vencidos), bajo el concepto de "que mientras no est totalmente
pagado ese precio, no se podr gravar ni enajenar la propiedad vendida bajo
pena de nulidad sin consentirniento expreso deI vendedor" (costo deI metro
cuadrado = 1.7 pesos).
Juan Fadas, comerciante, compra un lote de la manzana 25 (925 m') en
650 pesos, el 5 de septiembre de 1902, obligandose a pagar en 48 mensualidades sin rdito. (costo =0.70 pesos).
Guillermo de Alba, ingeniero, adquiere el lote deI ngul0 oriente de la
manzana 10, cuya superficie es de 937.5 m'en 650 pesos, que se compromete a pagar en 40 mensualidades.
Costo deI metro cuadrado = 0.69 pesos.
Federico y Guillermo Kunhardt, comerciantes, compran la manzana 21
con una extensi6n de 50 m por 65 m, 0 sean 3,250 m', el 10 de agosto de
1903, en $1,000 pesos al contado. Costo dei metro cuadrado =0.30 pesos.
Juan Keep, comerciante, compra la manzana 28 completa con una extensi6n superficial de 3,250 m', el 4 de septiembre de 1903, en $3,762 pesos,
entregando la mitad dentro de un ano y la otra rnitad dentro de dos anos.
Costo dei metro cuadrado = 1.15 pesos.

Lotes y terrenos propiedad de la Sra. Low de Jones


Javier Verea, Iicenciado, compra la parte poniente de la manzana novena
con una superficie de 1,535 m' a un costo de $ l ,302 pesos, a pagar en dos
anos a partir deI 31 de agosto de 1903, sin rdito alguno (costo deI metro
cuadrado =0.84 pesos).
Oth6n Kunhardt, comerciante, adquiere en 500 pesos al contado, el lote
oriente de la manzana 9, cuya superficie es de cerca de 1,905 m'en agosto
de 1903 (costo 0.26 pesos).
El gobernador, Coronel M. Ahumada y Adela Salazar de A., pagan al contado la manzana 23 en s610 350 pesos el 22 de septiembre de 1903 (costo
deI metro cuadrado 0.10 pesos).
Jos Prieto Rivas, empleado federal, compra la manzana 27 de esta colonia, con una extensi6n de 2,250 m' a $3,375 pesos, pagando en el acto
$1,200 pesos y el reste a dos anualidades de la mitad cada una (costo deI
metro cuadrado = 1.50 pesos).
Salvador Ugarte adquiere el 9 de febrero de 1905, la manzana 8, de forma
irregular, con una superficie estimada en 2,900 m'. Entregando la mitad
dentro de un ano y la otra mitad dentro de dos con un costo total de $2,522
pesos, causando 10 que se este debiendo el rdito de 6% anual (costo deI
metro cuadrado =0.85 pesos).

Perfodo Ill. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 253


En efecto, parte de esos terrenos, que originalmente tenlan una extension mayor, fueron comprados por Ignacio y Juan Cuadros, a Pablo Cordova en 1872 y a Emigdio Palomera en 1884 (este ultimo, los habla
adquirido de manos dei gobiemo municipal el mismo ano). Los Cuadros,
se desprendieron de eIIos, el 11 de julio de 1894, a favor de la senora
Soledad CasteIlanos y dei agricultor Merced Prez, quienes a su vez, 10
vendieron al ingeniero Gonzalez Franco, promotor de la colonia, el 4 de
Agosto de 1899, en 5,000 pesos en efectivo (una superficie de airededor
de 3.3 has.). Una segunda parte, fue adquirida coma ejido durante la
Reforma (1856) por Don Domingo Saucedo y heredada a sus hijos
Ruperto, Salom, Luis, Felicitas y Marcela Saucedo, el 6 de octubre de
1878; terrenos que la familia Saucedo conservo hasta 1885, fecha en que
comenz6 a venderios en varios pedazos; uno de los cuaIes, fue adquirido
por los senores Jesus y Merced Prez, y luego vendido a Gonzlez Franco
en 1899.80
La tercera parte, que conforma el total dei suelo de esta colonia, dia
lugar a la asociacion que referimos Ifneas arriba, entre G. Franco y V.
Orozco; este ultimo, vende "pro-indiviso" la mitad de la propiedad81 que
se habla adjudicado via el derecho de retracci6n de la testamentarfa de
Dona Faustina Jimnez de Ibarra, el 8 de abril de 1903.82 El costo de la
operacion fue de 5,000 pesos, que G. Franco cubri6 a crdito, pagando
1,000 pesos anuales con intereses dei 6% sobre trimestres vencidos.
Estas tres partes, componen el terreno de Artesanos, cuya superficie
total rebasa las 20 has.; una rea un poco mayor que la Colonia Americana y que, sin embargo, ofrece alrededor de 700 lotes en venta de mas.
Diferencia que encuentra una explicaci6n en la naturaIeza misma dei proyecto pues, coma 10 vamos a ver a continuacion, Artesanos corresponde
al segundo tipo de promoci6n que es el de las colonias de corte popular.

Caracterfsticas de la promoci6n
La asociaci6n que conforrnan G. Franco y V. Orozco, IIamada "por participacion", es semejante a la que en su tiempo concibieron Fuchs y los
80 Con esos dos grandes terrenos, se conforman las manzanas 13, 36, 37, 38 Y 55 de la
Colonia Artesanos. La superficie de esta segunda venta no nos es conocida (AIPJ, Pro!.
Notario Andrs de Anda, Vol. 26, N" 20,4 de agosto de 1899, foja 149-152).
81 La venta tuvo lugar el4 de mayo de 1903 sobre las manzanas N 56, 71, 72, 73, 74 Y87.
Vase el Piano 8 (Archivo de Inslrumentos PUblicos dei Estado, Pro!. Notario Manuel F.
Chavez, Vol. 29, N" 131, 5 de mayode 1903).
82 Archivo de Instrumentos Pblicos deI Estado, Prot. Notario Alberto Mndez, Vol. 8, N
34, 8 de abril de 1903, foja 171.

254

Eduardo LOpez Moreno

dems miembros de la laliscience, en el sentido que ambas reunen dos


agentes con funciones diferentes: un socio capitalista con un socio constructor-promotor. Esto es, se trata de una participaci6n contractual entre el
capital y la tcnica. Participaci6n que, en el casa de Artesanos, no es tan
"pura", puesto que G. Franco, adems de aportar sus propiedades ra{ces,
contribuye con un saber-hacer tcnico-constructivo y administrativo. 83
Esta sociedad, al igual que las dos anteriores, persigue con toda claridad
un objetivo central, que es el de intervenir en el sector inmobiliario a travs de la colonizaci6n y venta de suelo "con el objeto de establecer en el
terreno... una colonia vendiendo lotes para fabricar casas y especular de
esa manera",84 segun 10 seiiala el acta constitutiva de esta asociaci6n.
Desde sus inicios, Artesanos fue un xito. La conjunci6n de un precio
relativamente accesible de suelo, con un tamaiio de lote-tipo cuya superficie es reducida pero suficiente para adecuarse a las necesidades de los
habitantes de recursos medios y bajos, hacen de este "paquete" una mercancfa que econ6micamente es asequible a la poblaci6n mayoritaria. 8S
Para corroborar esto, basta retomar una inserci6n publicitaria aparecida
en 1903 -aiio en que comenz6 la promoci6n de la colonia-, que seiiala:
"Buen clima. Buena agua. Se venden lotes de todos tamaiios y precios
pagaderos con pequeiios ahonos cada mes".'" No obstante, a pesar de esa
posibilidad, de un total de 353 operaciones de compra-venta que pudimos
registrar, jel 100% se celebr6 al contado! Evidentemente, las personas
que compran un predio aquf, no requieren espaciar sus pagos en el tiempo, coma fue el casa en las otras dos colonias.
Un examen, no exhaustivo, deI Registro PUblico de la Propiedad, nos
acerca a mas de 112 lotes vendidos en los dos primeros aiios de promo-

83 En efecto, el ingeniero Franco estaba encargado de los trabajos tcnicos, tales como la
realizaci6n de los pianos urbanos, el acondicionamiento de la zona que por sus condiciones topogrficas diffciles hacfa necesario el que se hicieran terraplenes y se construyeran a1gunos puentes (recordemos que Artesanos se asentaba en parte de la barranca
Hamada de Beln), y tambin de las funciones administrativas e inmobiliarias, propiamente dichas, en tanto que director y administrador de la sociedad. El 14 de marzo de
1905, se decidi6 rescindir la asociaci6n y disolver la comunidad. V. Orozco conserv6
s610 la manzana 54 y Gonzlez Franco el resto de la propiedad en forma exclusiva
(Archivo de Instrumentos Pblicos deI Estado, Pro!. Notario Manuel F. Chavez, Libro
29, pp. 119-121 dei 5 de mayo de 1903. Y el expediente 16, con la misma fecha dei
Archivo Municipal de Guadalajara).

84 Idem.
85 Los promotores proyectaban tambin vender casas chicas, segun seilalaba el convenio
de asociaci6n "disponer de hasta 2,000 pesos para la construcci6n y venta..."; sin
embargo, no existen antecedentes de que haHan concretado este objetivo. Sobre la evoluci6n de las ventas vase el Grafico 2.
86 Express Universal, revista comereial, 10 de noviembre de 1903. El subrayado es nuestro.

Per{odo IlI. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 255


ci6n de la colonia (1903-1904) Y 172 en los dos afios siguientes, de un
total de 811 lotes que se pusieron en venta. Si bien el valor deI suelo es
muy similar al de la Colonia Francesa (recordemos que en 1902, Landero
compr6 algunos terrenos a 28 centavos el metro, mientras que en Artesanos un afio despus, el metro cuadrado se vendi6 a 32 ctvos.), en realidad
el costa de compra de suelo es cuatro 0 cinco veces mayor, debido a la
superficie minima a la que se puede acceder en los dos casos. 87
Esta diferencia, nos muestra que se trata de una promoci6n dirigida a
otro tipo de clientela, a un consumidor cuyo perfil nos permite separar claramente la promoci6n en las dos categorfas que anteriormente evocamos;
separaci6n que sin embargo, econ6micamente hablando, debi6 reportar
ganancias simiJares para ambos promotores, si no es que mayores para G.
Franco y V. Orozco, en virtud de que la operaci6n inmobiliaria que ellos
desarrollaron, era de mucho mayor dimensi6n espacial (alrededor de 21.8
has. urbanizadas en relaci6n a las 9.9 has. de la Francesa). Hip6tesis que
formulamos con ciertas reservas pues, por un lado, aparentemente los promotores de Artesanos, adquirieron el suelo a un costo sensiblemente mas
elevado, que los duefios de la Jaliscience (en promedio 7 centavos mas
caro, ya que mientras ellos pagaron 13 centavos en 1899, Fuchs y compafiia pagaron s610 6 en 1888); y por otro lado, las tasas de ganancia que
obtuvieron estos ultimos, en su tercera etapa de promoci6n -cuando se
dedicaron a la venta de casas construidas-, no nos son conocidas.

Conclusiones: la promocion de la colonia y su impacto en el campo de la


vivienda popular
Sin duda alguna, Artesanos corresponde a una promoci6n de caracter
popular. Nacida casi simultneamente a las primeras colonias residenciales deI poniente de la ciudad, no se fundamenta en los mismos principios
ideol6gico-reformadores de esas promociones ni se adecua al patron de
urbanizaci6n que estos agentes desean imponer.
Artesanos responde a las necesidades de los sectores mas amplios de
la sociedad, ofertando un "producto" accesible en trminos financieros e
indispensable en trminos habitacionales. Es una oferta que traduce el
sentir de una demanda social, ajustndose para ello, a las condiciones deI
mercado y no creando uno nuevo, hasta cierto punto artificial, coma fue
el casa con las colonias Francesa y Americana. Artificial puesto que,
87 La superficie promedio de un lote es de 200 m'en la Colonia Artesanos, 832 m'en la
Francesa y 2,311 nt en la Americana. Vase et Cuadro N 3.

256

Eduardo Lapez Moreno

estas dos colonias, resultan mas de la necesidad de crear una oferta de


suelo cualitativamente acorde a los requerimientos deI proyecto reformador (que los agentes inmobiliarios promueven), que a las necesidades
habitacionales inmediatas de la clase pudiente. Mientras que Artesanos,
por su parte, responde mas cuantitativa y cualitativamente, a las demandas que hacen deI suelo barato (accesible), una de sus principales preocupaciones. El Ayuntamiento de la ciudad, al aprobar la colonia, asi 10 confirma:
"Esta comisi6n... no cree por demas, manifestar que la formaci6n de la colonia de que
se trata, aumentando el numero de pequeftas fincas destinadas a la c1ase obrera, contribuir poderosamente al bienestar de la misma".I l

Un proyecto que incluye un espacio para el trabajo, representa una


alternativa que poco se identifica con las colonias residenciales monofuncionales. Un espacio heterogneo como Artesanos, reproduce mas el
modo de vida de los viejos barrios; es, en cierta manera, una tentativa de
conciliaci6n de ambos, un punto intermedio de la transici6n barrio-colonia. Ahi, el mercado y la iglesia, son el punto central que estructura y
congrega a la vez -a diferencia de la Americana que deja libre un terreno
central para jardin publico 0 parque-, dos equipamientos, cuyos terrenos
fueron donados por los propios promotores con ese objeto. 89
En esta 16gica de multifuncionalidad, resulta interesante comentar la
manera como se dispone el uso deI "coraz6n de las manzanas" (a los que
se penetra por medio de entradas estrechas dejadas al centro 0 en una de
las esquinas de la misma manzana, ver PIano 8), generando espacios
abiertos que se d&stinan a acoger talleres y pequefias unidades productivas de diversa indole. En ese sentido, Artesanos es una propuesta que
permite un uso de suelo mas intenso y variado, mezclando habitaci6n y
trabajo, 10 que se opone a los principios fundamentales deI proyecto
reformador (cf. Apartado 5).
Sin duda, esta colonia se dirige a otra clientela que se conforma por
comerciantes, albafiiles, pequefios artesanos, herreros, jornaleros, fundidores, carroceros y personas de oficios varios como fot6grafos; el anlisis
de las escrituras de compra-venta de lotes, asi nos 10 confirma. 90

88 Archivo Municipal de Guadalajara, 15 de maya de 1903, expediente 16. Op. Cil.


89 En efecto, los promotores cedieron al Ayuntamiento 51,204 m' para calles, mercado e
iglesia, en diciembre de 1903, siete meses despus de establecida la colonia (Archivo de
Instrumentos PUblicos dei Estado, Prot. Notario Manuel F. Chvez, Vol. 29, N BI, 5
de mayode 1903, pp. 119-121).
90 Vase el Recuadro C: "Ventas de lotes en la Colonia Artesanos'~.

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258

Eduardo LOpez Moreno

Recuadro C
Venta de terrenos en la Colonia Artesanos
Estanislao Martfnez, comerciante, compra el 13 de abril de 1903, allng.
Francisco Gonzalez Franco y a Victoriano Orozco, el lote N 36 Y 37 de la
manzana N 38, con una extensi6n en junto de 20 m de frente por 20 m de
fondo =400 m'. A un costo de $100.00 pesos al contado.
Costo por metro cuadrado $ 0.25 centavos.
Felipe GaIvez, pintor, compra al Ing. Francisco Gonzlez Franco y a Victoriano Orozco, el lote N 21 de la manzana N 149, con una extensi6n de
10 m de frente por 20 m de fondo =200 m'. En el precio de $ 40.00 pesos,
al contado. Costo por metro cuadrado =$ 0.20 centavos. Fecha de la venta:
30 de octubre de 1903.
Victoriano Figueroa, empleado, compra a la mancomunidad, Francisco
Gonzalez Franco-Victoriano Orozco, el lote N 32 de la manzana N" 56
112, con una extensi6n territorial de 10 m por 17 m 170 m', en la cantidad
de $ 40.00 pesos que el comprador los pago al contado. El dfa 02 de mayo
de 1904. Precio dei metro cuadrado $ 0.23 centavos.
Juan Ramfrez, artesano, compra el 22 de diciembre de 1905, al Ing. Francisco Gonzalez Franco, un lote marcado con el N 19 de la manzana 137, el
cuaI mide 10 m por 20 m, haciendo un total de 200 m', en el precio de $
50.00 pesos, que el vendedor tiene recibidos a su entera satisfacci6n. El
precio por metro cuadrado es de $ 0.25 centavos.
Anastacio Gateras, maestro de obras, compra en el precio de $ 100.00
pesos al contado al Ing. Francisco Gonzalez Franco, los lotes marcados con
los numeros 13 y 14 de la manzana 153, con la siguientes medidas 20 m
por 20 m = 400 m'. El precio por metro cuadrado a $ 0.25 centavos en
fecha 14 de febrero de 1906.
Bernab Coronado, comerciante, el 02 de abril de 1907, compr6 al contado a Francisco Gonzalez Franco, los lotes con los numeros 5 y 6 de la manzana 146, a precio de $ 50.00 con las medidas siguientes 20 m por 20 m =
400 m'.
Jos R. G6mez, comerciante, compra a Francisco Gonzalez Franco, al
contado, un lote de terreno marcado con el numero 4 de la manzana 152, de
10 m por 25 m haciendo un total de 250 m', en el precio de $ 50.00 pesos.
Esta transacci6n se realiz6 el 1 de febrero de 1908.
Donaciano Sandoval, jornalero, compra el 06 de marzo de 1909, a Francisco Gonzalez Franco, la 112 fracci6n deI lote N" 5, lado sur de la manzana N" 148. Con las medidas siguientes: 6.50 m de frente por 12 m de
fondo. El valor deI terreno es de $ 20.00 pesos que el vendedor tiene recibidos a su entera satisfacci6n.

Perfodo Ill. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 259


10. El Estado, un asociado mas de la promoci6n
inmobiliaria privada
En beneficio de la ciudad, se pacta que por la Avenida Val/arta no pueden circular mas vehiculos que los destinados a la conduccion de personas, durando esta
excepcion el trmino de ocho aiios (Colonia Reforma),
contrato celebrado entre los promotores y el Gobierno dei Estado, 1905

El discurso ideol6gico de los agentes "reformadores", que intenta presentar sus operaciones particulares como intervenciones globalizantes
-insertas dentro de la planeaci6n general de la ciudad-, es aceptado y
legitimado por el Gobiemo dei Estado. Mas alla de una medida que contribuya a preservar el estatus de la colonia, y con l, el valor dei suelo, no
vemos en qu, la regulaci6n dei trfico de la avenida Vallarta, haya resultado benfica para la ciudad.
Sin duda alguna, desde 1989, contando con la participaci6n activa dei
Estado, los promotores inmobiliarios se convierten en los verdaderos
agentes conductores dei desarrollo urbano en la ciudad. En adelante, la
expansion perifrica solo puede Ilevarse a cabo a travs de proyectos planeados como las colonias; proyectos cuya implementaci6n depende de la
voluntad de ciertos empresarios -eomerciantes e industriales principalmente-, y deI apoyo de las autoridades locales.
Estos empresarios, como 10 hemos visto, son en su mayoria capitaIistas extranjeros (0 administradores de ese capital ya sea extranjeros 0
nacionales), quienes han recibido todas las facilidades por parte deI
gobiemo deI presidente Porifirio Dfaz, para introducir y reproducir su
capital en nuestro pafs y para instalarse abf definitivamente, si asf 10 desean. Aqullos que optan por instalarse. con el transcurso de los aiios se
congregan entre sf, de acuerdo a sus propias nacionalidades, conformando colonias de residentes sin una referencia explicita a su lugar de habitaci6n (aludimos a la colonia de habitantes alemanes, franceses 0 americanos, en la ciudad). La voluntad de reunirse entre ellos, en un mismo
espacio ffsico que simultaneamente los afsle, "proteja" y distinga, puede
encontrarse al origen de una idea 0 un deseo retomado por los agentes
promotores, quienes 10 capitalizan en un proyecto inmobiliario con fines
mercantiles, "extendindolo" a otros habitantes que, independientemente
de su nacionalidad, posean una condici6n socio-econ6mica, las mismas
expectativas de habitaci6n y un estatus similar al de los extranjeros, con
el objeto de ampliar su clientela y mejorar sus tasas de ganancia.

260

Eduardo LOpez Moreno

De alguna manera, los intereses particulares de estos promotores, son


propios a los de la autoridad -ya sea a nivel de negocios 0 de relaciones-,
de tal forma que el avance de sus proyectos de inversion inmobiliaria
cuenta con el apoyo directo deI gobierno deI estado. En efecto, desde que
se habia empezado a prefigurar una dinamica de ocupacion de la zona
poniente, por familias con ingresos economicos elevados, las obras y los
trabajos publicos en esa direcci6n no se habfan hecho esperar (la creacion
deI Parque Escobedo, la construccion de la Escuela de Artes y Oficios deI
Espfritu Santo, la apertura y el alineamiento de los espacios de circulacion, etc.); 10 mismo sucede con el proyecto "reformador" de estos agentes, el cual recibe un apoyo aun mas abierto y decidido, que se traduce en
la aplicacion de ciertas medidas de caracter legal, y algunas concesiones
especiales, coma son:
la reglamentacion de los usos deI suelo. Con disposiciones coma la
regulacion dei trafico vehicular en la avenida Vallarta (vase el epfgrafe);
la aprobaci6n inmediata dei tranvfa en esa direcci6n. Primero a Teodoro Kunhardt, propietario de la "Compafifa dei Ferrocarril Urbano de
Mexicaltzingo al Santuario", quien en 1898, habfa solicitado autorizacion
para extender el servicio a las colonias residenciales. Y, posteriormente, a
la "Compafifa An6nima deI Ferrocarril de Guadalajara a San Pedro" (Hamada mas tarde "Compafiia de Tranvfas de Guadalajara S. A."); la cual,
en 1900, gestiono ante el Gobierno dei Estado, el permiso para crear un
nuevo circuito que saliera de la Estacion dei Ferrocarril Central hacia el
poniente para conectar las colonias Americana, Reforma y Francesa.
Ambas solicitudes fueron aceptadas el mismo afio en que se hizo la peticion. Tanto Kunhardt coma Justo Fernandez deI V. -accionista de las
Cfas. mencionadas-, posefan varias propiedades raices en esas colonias.
la propuesta de nuevos proyectos urbanos. Notablemente el desarro110 de un parque publico al que se le querfa lIamar Alameda Poniente;
proyecto que a pesar de no haberse realizado, denota la voluntad que el
gobierno tenfa para intervenir mas alla de las meras disposiciones legales;
la erogaci6n al pago de las contribuciones prediales. Sin excepci6n,
todas las colonias dei poniente fueron exoneradas dei pago de los impuestos, tanto estatales coma municipales, durante un plazo que iba de los
cinco a los quince allos. Exoneraci6n que cubrfa tanto el predio coma la
construcci6n, propiamente dicha, de la casa. Evidentemente, esta medida
se adopta con la intenci6n de incentivar el desarrollo y consolidaci6n de
las colonias, el decreto referente a la Francesa asf 10 muestra
Se exeptuan de todo impuesto dei Estado y det Municiplo por el trmino de quince
afios, a contar de la fecha de este decreto, las casas que los selores F. de Landero y E.

Periodo /II. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 261


Fuchs, 0 la compaiifa que organicen, construyan durante cinco aiios, contados desde
esta fecha, en (a Colonia Francesa de esta ciudad."

Muchas de las decisiones y disposiciones que adopta la autoridad,


sobre estas promociones, salen de la racionalidad tcnica 0 legal para
adentrarse en el mundo de las prebendas, los favores y los intereses; la
esfera de 10 que en el contexto local, se le ha considerado como 10 polftico-econamico y que, dada la regularidad con la que funciona (y funciona
bien) con estos agentes, nos hace pensar que un tipo de "alianza histarica" se instaura en estos afios entre ellos y los polfticos "decididores", es
decir, entre los representantes deI sector privado y deI sector gobiemo.
Ahora bien, esta alianza, fundada en un principio de derogaci6n constante, no deja de hacerse sin conflictos; cuando stos se presentan, ponen
en evidencia los intereses personales que, casi siempre, se encubren en la
aparente busqueda deI bienestar colectivo. Intereses que al confrontarse,
dejan entrever los problemas de coordinaci6n de las agencias publicas, de
competencia entre los diferentes niveles de gobierno, y sobre todo, el
favoritismo y el autoritarismo de los principales funcionarios polfticoadministrativos. 92
Sin duda, la resolucian que el gobemador Ahumada hizo en favor de
los sefiores Dawn, P. Jacobs y A. W. Parsons -representantes de las compafifas de tranvfas y promotores de la Colonia Seattle en el municipio de
Zapopan, Cuadro N 2-, es bastante i1ustrati va de esta conducta; en 1908,
estos agentes solicitan no s610 la autorizaci6n de la urbanizaci6n de la
colonia, sino tambin la introduccian de todos los servicios a cuenta deI
Ayuntamiento y la colaboracian deI Estado en dos puntos principales: (i)
que se eximiera deI revaIUo por diez afios a todo el terreno de la colonia y
(ii) que se exentara de contribuci6n a las casas construidas en ese mismo
lapso. A pesar de que el Municipio objet6 esta solicitud, escribiendo:
"Dfgase a los peticionarios que no son de otorgarse las franquicias que
solicitan para explotar la colonia que proyectan fincar", finalmente el
gobernador concedi6 el permiso de urbanizaci6n, pasando el casa a la
legislatura estataJ.93
La realidad es que, al no existir leyes 0 reglamentos especiales que
regulen el desarrollo de las primeras colonias --especificando, por ejem91 Archivo Municipal de Guadalajara, Decreto N 1047, expediente 43.30 de abril de 1904.
92 Recurdese el casa de invasion de la vfa publica, por un allegado al gobemador Ahumada, quien construyo su casa sobre una calle que tenfa varios aiios en funcionamiento (cf.
Apartado 8, Perlodo 1).
93 Valadz, Ma. C. "La Colonia Seattle" en Boletin dei Archivo Historico de Jalisco, Vol.
III, N" 2, 1985. pp. 24-25.

262

Eduardo LOpez Moreno

plo, los derechos y las obligaciones de los colonizadores y de las autoridades-, un gran espacio de incertidumbre y ambigedad se instala, no
s610 a nivel de la implementaci6n de estos proyectos, sino de la filosofa
general que en principio deberfa sustentarlos. Si bien aIgunos promotores
consienten en introducir, por su cuenta, ciertos servicios basicos, por
ejemplo, aumentar el caudal de agua, la realidad es que:
la urbanizaci6n de cualquier colonia 0 incorporaci6n de ella a la ciudad, significa al
Ayuntamiento la adquisici6n de nuevos compromlsos pecuniarios que indispensablemente tiene que cubrir, si como es de su deber tiene que dotar a la parte nuevamente
urbanizada de los servicios de luz, de agua y saneamiento, de policfa, pavimentaci6n,
etc.'''''

Es decir, el Estado interviene en el sector inmobiliario introduciendo


gran parte de la infraestructura con capital desvalorizado, 10 que permite
que los promotores reduzcan sus inversiones y aumenten sus ganancias.
Esta relaci6n ha sido comprendida por los residentes de esos proyectos,
las demandas ulteriores para regularizar esos servicios e introducir las
mejoras materiales necesarias en la colonia, se hacen al Municipio, y
nunca 0 casi nunca, al promotor. Principalmente en las colonias populares, en donde la inversi6n econ6mica de estos agentes es mas limitada, y
por ende, los servicios mas deficitarios, en consecuencia las demandas al
Municipio son mas frecuentes y tambin mas directas:
... se ve c1aramente que los propietarios de las fincas de la "Colonia Cervantes" carecemos de un elemento tan indispensable para la conservaci6n de la vida, como es el agua,
y tenemos el derecho de que se nos ministre por quien corresponda y es por e.1U H
Corporaci6n..., ofreciendo por nuestra parte contribuir con algunas cantidades de dinero para ayuda de los gastos..."

94 Archivo Municipal de Guadalajara, Comisi6n de Colonias dei Ayuntamiento, mayo de


1912. El subrayado es nuestro. Es de hacer notar que, en varias de las colonias dei
poniente, los promotores acceden a establecer por su cuenta el servicio de agua cobrando de acuerdo a las tarifas de la direcci6n respectiva. Mientras que el drenaje, por 10
general, se introduce con la participaci6n econ6mica de los habitantes cuando es al interior de la misma colonia y con los recursos municipales cuando se le conecta con los
ramales generales. A partir de los aiios veinte, la gran mayoria de las compaiifas inmobiliarias se obligaba a hacer por su cuenta los trabajos necesarios para el servicio de agua
(nos referimos, por ejemplo, a La Colonia Agua Azul).
95 Colonia Cervantes. Archivo Municipal de Guadalajara, 1917, expediente 22, carpeta E.
N6tese que la respuesta de la Comisi6n fue negativa, aduciendo "el MuniciplO no esta
en condiciones de erogar el gasto que demanda... ni de surtir ninguna otra obra para surtir de agua las fincas de aquella parte de la ciudad, cuya mejora adenuis no la considera
por ahora de benejicio comun ". Los subrayados son nuestros.

Perfodo !li. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 263

Ante los promotores, el Estado se reserva un papel de instancia reguladora -coma 10 hemos visto casi siempre transigente-, preocupada mas
por cuestiones de orden esttico, pues la ciudad bella es sin6nimo de ciudad eficiente, y mientras mas "limpia" y ''transparente'' aparezca en su
trazo y disposici6n de inmuebles alineados, mas racional aparece desde el
punta de vista de su eficacia funcional. Varias Actas Capitulares de esos
aiios as! 10 asientan; veamos un dictmen de la Comisi6n encargada de
sancionar las colonias
Reconocida es la costumbre, tan inconveniente como perjudiciai que por desgracia se
viene observando desde que en esta ciudad se empez6 el trazo de las Hamadas colonias.
Por 10 cual cada propietario da a su colonia la orientaci6n que mejor le parece y mas le
conviene y acomoda, segn sea la forma y conliguraci6n de sus terrenos, las mas de las
veces muy irregulares, 10 que ocasiona que ai unirse esas colonias con el resto de la
ciudad se originan naturaimente multitud de saiientes, ancones, rinconadas, zig-zags.
Que forman un verdadero laberinto de cailes quebradas y feas por angostas y tortuosas
diffciles para la buena i1uminaci6n, para la vigilancia de la poficfa, etc".""

Esta Comisi6n de Colonias, es parte dei Departamento de Obras PUblicas dei Municipio, y su funci6n principal es la de vigilar que los promotores se obliguen a: (i) ceder los terrenos que se destinan a las vias publicas;
(ii) donar los predios que el Ayuntamiento juzgue necesarios para establecer un jardin, mercado 0 una escuela, segun el tipo de promoci6n;97 (iii)
realizar los machuelos y el embanquetado de las calles; y (iv) urbanizar
conforme a las especificaciones tcnicas y urbanisticas de los pianos
-cuando los hay.9' Ademas de que en ciertos casos, la empresa y los colonos deben atender par su cuenta, los indispensables servicios diarios de
aseo y vigilancia, mientras la colonia adquiere desarrollo y poblaci6n;
conc1uido ese trmino, los servicios pasan a cargo dei Ayuntamiento.
Debido a 10 limitado de los recursos con que cuenta el erario, su
capacidad de respuesta se circunscribe a "atender a los servicios publicos
ya establecidos y no para que stos puedan hacerse extensivos a ninguna
parte dei Municipio 0 colonia que carezca de ellos".99 No obstante, el
96 Archivo Municipal de Guadalajara, Ramo Obras Pblicas, fetra B, expediente 343.
L6pez, E. Op. Cit., p. 176.
97 El Reglamento de Edilicaci6n e Higiene Urbana, obligaba a las compailfas urbanizadoras a ceder el 10% de la extension dei terreno que proyectaran fraccionar para destinarlo
a plazas, jardfnes, mercados. etc. (Articulo 140, fracci6n 9/a).
98 Un comentario periodfstico de esos ailos asf 10 evidencia: "Se han establecido diversas
colonias en la ciudad, pero desgraciadamente, en su inmensa mayorfa sin tener de antemano un piano que dirija la construcci6n de casas, y es por ello, que la disposicion de
las cal/es es verdaderamente antiesttica y disparada. (Ellnfonnador, 15 de noviembre
de 1921. Hemeroteca dei peri6dico, el subrayado es nuestro).
99 Comisi6n de Colonias, Op. Cit.

264

Eduardo Lapez Moreno

Ayuntamiento sigue extendiendo autorizaciones para fraccionar y los promotores siguen ofertando lotes; muchos de ellos, sin servicios 0 con servicios mfnimos, principalmente cuando se trata de promociones de caracter popular. Ahf, las operaciones reportan tasas de ganancia, que por Jo
general son elevadas, puesto que la venta conlleva una esperanza de urbanizaci6n que, en principio, se presenta como susceptible de materializarse
en el corto plazo; sin embargo, un numero importante de colonias que se
comenzaron en la primera dcada deI siglo, diez 0 quince afios despus,
aun no cuentan con todos los servicios bsicos. La higiene, la funcionalidad, el progreso, en fin, todos aquellos valares de que eran portadoras las
colonias, no han podido rebasar un nivel ret6rico-discursivo. Parad6jicamente, varias de ellas se encuentran al origen de un proceso de urbanizaci6n bastante cuestionable, que en lugar de enfrentar "los males de la ciudad", coma de hecho 10 pretendfan, terrninaron por exacerbarlos.
En su recorrido hacia la consolidaci6n de la colonia, la responsabilidad que implica la introducci6n de los servicios, invariablemente se hace
extensiva a los habitantes que ahf residen. El Municipio descarga asf,
parte de una obligaci6n que si bien desde un principio el mismo se reconocfa imposibilitado a atender, de todos modos aceptaba, movido mas
bien, por los beneficios que a corto plazo las operaciones podfan traerle a
l y a sus "asociados" los promotores inmobiliarios.
Asf pues, el Estado no s610 contribuy6 a instituir un nuevo modelo,
sino tambin vigil6 de cerca su desarrollo. Aparte deI apoyo que brind6 a
ese sectar dominante de la poblaci6n, su intervenci6n en la producci6n de
vivienda fue nula; deI ultimo cuarto deI siglo pasado hasta la mitad de la
segunda dcada deI presente, ninguna habitaci6n se realiz6 bajo su gida.
Vacfo que es aun mas lamentable, si tomamos en cuenta que en ese
entonces, era cuando se sentfan con mayor fuerza los efectos negativos
deI movimiento liberal, debido a que los diversos canales de acceso al
suelo y, en general, la polftica social de vivienda, tenfan varios afios de
haberse suprimido.

11. La Colonia Obrera, una intervencion simbolica por parte deI


Estado
Finalmente, en 1914, el Estado decide intervenir directamente en la producci6n y la distribuci6n de un cierto numero de casas para obreros y trabajadares bur6cratas. Su participaci6n, a nivel de la producci6n, se hace
par medio de la adquisici6n deI terreno, el prefinanciamiento de la operaci6n, la promoci6n y la organizaci6n urbanfstica deI conjunto. Mientras
que su participaci6n a nivel de la distribuci6n, consiste en entregar un

Periodo /ll. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 265

crdito -de caracter simb6lico- para que, aqullos que resulten beneficiarios, puedan resolver su problema de vivienda.
Desde el punto de vista dei uso deI lenguaje formaI, la promoci6n se
desarrolla bajo un esquema semejante a las colonias residenciales de primera, 10 que se traduce, por ejemplo, en el uso de espados verdes en parques y calzadas, la modificaci6n de los esquemas de vialidad con la creaci6n de amplias avenidas, y con una prapuesta de lotificaci6n diferente en
los parametros modulares de las manzanas. Los valores ideol6gicos, presentes en las promociones privadas, tales coma la higiene, la tcnica, etc.,
en forma general se reproducen en esta colonia, cuyo desarrollo permite
reafirmar el nuevo modelo de segregaci6n de la ciudad, que fija de manera definitiva a la mana de obra, a 10 largo dei ferrocarril y de la industria,
que nace vinculada a l. Sin embargo, el tratamiento diferenciado de los
usos dei suelo y la busqueda de una cierta pluri-funcionalidad en el sitio,
hace que la brera se distancie de las primeras colonias, al adoptarse un
plan urbano innovador muy semejante a las "cits" obreras que agrupan
servicios, equipamientos y vivienda en el mismo lugar (vase el PIano 9).
Caracteristicas de la promocion

Esta colonia se desarro1l6 en la parte sur-poniente de la ciudad, en los


terrenos adyacentes a las colonias Reforma y Americana, al sur deI arroyo dei Arenal. Estaba limitada al sureste y al este, por la Donato Guerra,
que naci6 en los primeras afios de este penodo (1907) y por la Jalisco que
surgi6 casi simultaneamente. En su lfmite de propiedad sur y suroeste,
existfan grandes terrenos libres, mientras que en la direcci6n poniente
estuvieron, hasta el 22 de octubre de 1923, los basureros de la ciudad, en
un terreno baldfo llamado precisamente de la Colonia brera.
La vfa deI Ferrocarril Nacional y el camino al pueblo de Santa Ana
Tepetitlan, atravesaban la colonia en su parte baja, formando dos diagonales encontradas (noroeste/sureste y norestelsuroeste respectivamente).
Como ya 10 comentamos, los ongenes de la brera datan de 1914,
fecha en que los Sres. Angel Valenzuela Llamas y Ricardo Prez Gallardo, solicitaron al C. Gobernador sustituto interino dei Estado, Don
Manuel Aguirre Bulanga, cediera los terrenos ubicados al poniente dei
parque "Agua Azul", para que se estableciera una colonia para los obreros dei gobiemo. 'OO Dos afios despus de formulada la propuesta, el gobernador responde a ella, con la compra de 8.7 has. de terreno, que eran pro-

100 Archivo Hist6rico deI Estado, F. 11-914/F.132 Bis "G", 28 de septiembre de 1914.
Citado por E. L6pez, Op. Cir. pp. 223.

266

Eduardo LOpez Moreno

piedad deI agricultor Calixto Altamirano, pagando 32,664.92 pesos al


contado. Suma de la que resulta un costo por metro cuadrado a razon de
40 centavos una mitad y 35 la otra, segun 10 estipula la escritura correspondiente. 101

La promocion de la Colonia y su impacto en el campo de la vivienda


popular
En su informe de 1923, el gobemador Antonio Valadz Ramirez, sefiala
que al fraccionar el terreno comprendido entre el Bosque de Los Eucaliptos y la Colonia Reforma, resultaron mas de 600 lotes, cuya extension
fluctuaba entre 22.29 y 30 mts. de largo por 7.5 mts. de ancho; todos
ellos, segun el Informe deI Sr. Valadz, fueron distribuidos mediante sorteo entre los obreros que los solicitaron y que se comprometian a depositar "una cuota modica semanal en la Direccion General de Renta, destinada a sufragar exclusivamente los gastos de construccion de las casas" .102
En realidad, los lotes de la colonia fueron donados condicionalmente
y en diferentes oportunidades, por el ejecutivo deI Estado, a los trabajadores obreros. lOl Se trataba de una venta con buenas condiciones crediticias, segun 10 sefiala el investigador D. Gonzalez Romero
El costo (dei proyecto) es relativamente bajo, susceptible de que 10 adquiera todo obrero laborioso, con el sistema que se va a emplear para los pagos, que en realidad solo
significa el importe de las rentas.'"

Por su parte, el Directorio Comercial Industrial y Profesional, editado


por Levin Eicaza en 1923, consigna que los obreros debian entregar 1.50
pesos semanariamente, importe que se destinaba exclusivamente a sufra101 AIPJ. Prot. Notario Francisco Labastida y Anguiano, Vol. 2, N 4, p. 133-136. De
acuerdo a este documento, C. Altamirano adquiri6, por adjudicaci6n en un juicio sucesorio de la seilora Aorentina Gateras de Altamirano, el 3 de enero de 1916.
102 Archivo Hist6rico de Jalisco, informes de los gobernadores. A manera de ejemplo,
evocamos el Decreto N 2134 dei Gobierno dei Estado, bajo el cual se hizo una donaci6n condicionada de 26 lotes en la manzana 3, N 5 de la Colonia brera. Lotes-tipo
con una superficie de 194 m' (7 por 26) con un valorde 12 pesos cada uno.
103 A tftulo de ejempl0, seilalamos que el 23 de abril de 1923, se donaron bajo escntura
(N" 40; Decreto N" 2134), 27 lotes de la manzana 5 de esta colonia, segn consta en el
Archivo Municipal de Guadalajara, F. 123. Todos estos lotes tenfan la misma superficie 194 m' (7.46 x 26).
104 Gonzlez Romero, D. Arquiteclura y Desarrollo Urbano - lalLlco desde la Revoluci6n,
Tomo X, Ed. Universidad de Guadalajara, 1988, p. 287.

Perlodo /Il. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 267

gar los gastos de construcci6n, pues el terreno les era cedido gratuitamente por escritura publica. lOS Las casas tenfan un costo que fluctuaba entre
los 600 y los 1,200 pesos y se abonaban a 27, 42 Y50 afios.
Las condiciones de compra son c6modas para los adquirentes; en ese
sentido, la Obrera se presentaba coma una "vocaci6n reivindicativa" dei
Gobierno Revolucionario, en respuesta a las injustas condiciones de
vivienda de los trabajadores obreros, en el que se plantea coma una de las
principales medidas, el proporcionar habitaciones aireadas e higinicas.
El mismo autor cita al respecto:
Considerando de la mayor importancia, el Gobierno deI Estado, la creaci6n de esta
colonia, con el fin de mejorar la condici6n de los obreros hasta proporcionarles c6modas viviendas en lugar sano y ventilado de 10 que siempre han carecido, con todo empeilo se ha elegido el sitio y dispuesto la formaci6n de pianos y fachadas para las viviendas que habrn de edificarse en ella.'06

Con ella, el gobierno va a responder a las demandas habitacionales de


los sectores de bajos recursos, que van a estallar en la dcada de los veinte con las manifestaciones inquilinarias que, en forma simultnea, se llevan a cabo en Veracruz, Mxico y Guadalajara (cf. Perfodo 4). Si bien la
iniciativa de la Obrera, data de varios afios antes a dichas manifestaciones, ella representa la primera intervenci6n directa dei Gobierno dei Estado en el problema habitacional que, desde finales de la Reforma, se habfa
comenzado a sentir. Intervenci6n que se hace en base a un pfOyecto especffico, global y programado, que le separa bastante de los otros mecanismos de participaci6n dei Estado; los cuales, se habfan caracterizado mas
por dar lugar a decretos y leyes, esta es, un cuerpo jurfdico especial, y no
a la producci6n propiamente dicha de vivienda.
La Obrera es una operaci6n que, en mas de un sentido, podemos equiparar con la polftica de vivienda moderna (cf. Perfodo 5). Los aspectos
siguientes nos permiten formular tal aseveraci6n:
se trata de un proyecto -el primero-, que engloba por igual los
mecanismos de producci6n y acceso a la vivienda, creando para ello un
plan especffico, un programa de acci6n, una estrategia e instrumentos
jurfdicos especiales que responden directamente a l;
se trata de un proyecto que deriva de una polftica social de tipo asistencialista, una respuesta puntual, que no da lugar a mecanismos mas
s6lidos de producci6n de vivienda (por ejemplo, un fondo revolvente),
que puedan asegurar una continuidad de la polftica habitacional en el
105 Lpez, E. Op. Cil., p. 223.
106 Gonzlez, D. Op. Cil., p. 287.

268

Eduardo LOpez Moreno

tiempo y que impliquen una responsabilidad mas constante dei Estado, en


relaci6n a la poblaci6n mayoritaria;
un proyecto populista de esta naturaleza, funciona dentro de la l6gica corporativa post-revolucionaria, que empieza a conformarse en esos
afios. No dudamos que la distribuci6n de las viviendas -independientemente dei sorteo que se llev6 a cabo-, se haya realizado dentro de los
canales oficiales, coma los de la central sindical de la CROM (Central
revolucionaria de breros Mexicanos) 0 los gremios de trabajadores pr6ximos al rgimen.
Con el tratamiento que se le da a esta colonia, se delinean ciertos
mecanismos y estrategias, que ponen en evidencia la manera en que la
politica de vivienda se desarrollara en [0 sucesivo. Una intervenci6n largamente anunciada y publicitada (recurdese que el proyecto se concibi6 en
1914 y se comenz6 efectivamente hasta 1922), froto de un gobierno que
en principio hace de las preocupaciones y necesidades de la sociedad, su
divisa y raison d'tre. Es una versi6n moderna dei "estado bienestar" que,
a partir de una operaci6n aislada y unica, manifiesta una voluntad de intervenir en forma global y constante en la cuesti6n habitacional. Sin embargo, esa voluntad no llega a materializarse, ya que ademas de la brera, en
esos afios no se lleva a cabo ningun otro proyecto de vivienda en la ciudad.
A partir de una sola operaci6n, el gobiemo considera cumplir -mas 0
menos satisfactoriamente-, con su papel de instancia encargada de proveer un cierto numero de bienes y servicios, entre los cuales se incluye la
vivienda. He ahi el caracter simb6lico dei que se reviste a la colonia,
movido por el inters de que su acci6n sea reconocida y aceptada, a fin de
poder legitimar un deber moral que tiene contraido para con la sociedad.
Empero, el incumplimiento de ese deber queda en evidencia, si se toma
en cuenta el dbil impacta que la colonia tuvo sobre la poblaci6n de bajos
recursos y, principalmente, sobre la clase obrera de esos afios. Poblaci6n
a la que finalmente el proyecto se dirigia.
En adelante, y probablemente hasta inicios de la dcada de los setenta
(cf. Periodo 5), la politica social-de la cualla vivienda social hace partese separa claramente de la politica econ6mica. La primera se le considera
coma una inversi6n de consumo definitivamente improductiva, y la
segunda, coma una inversi6n de desarrollo; de tal forma, que los pocos
recursos que se le destinan a aqulla, son a "fondo perdido"; recursos,
siempre insuficientes, que no forman parte de una politica de subsidios
sino de donaciones, las cuales se hacen a un pequefio grupo de privilegia-

Periodo 11/. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 269


dos insertos en las esferas de poder 0 que, en todo caso, responden a esos
intereses.
La imposibilidad de satisfacer las expectativas de esos grupos (ya no
nos referimos a las de la poblaci6n mayoritaria), propicia diversos niveles
de c1ientelismo y el ejercicio de practicas populistas, que presentan a la
politica habitacional, coma algo mas consistente y s6lido, capaz de movilizar fuertes recursos econ6micos a travs de los fondos que son propios a
la polftica econ6mica; los cuales, en realidad, dado los visos de improductividad que la vivienda social tiene, excepcionalmente se utilizan en
ese sector.

12. Conclusiones
La mitad 0 hasta dos tercios de la superficie de la ciudad, se encontraba
bajo un estatuto jurfdico que imposibilitaba su libre circulaci6n. El resta
deI suelo, en manos de particulares, si bien se intercambia y se comercia
en eI mercado, en trminos generales se caracteriza mas por una cierta
inmovilidad, heredada de la concepci6n patrimonial de la propiedad y de
las formas perpetuas de ocupaci6n, que ven en ella, un bien a conservar y
transmitir de generaci6n en generaci6n y no a enajenar.
Rasta mediados deI siglo pasado, la propiedad rafz ha sido percibida
coma un mecanismo para preservar el capital y los excedentes deI capital,
es decir, coma un bien a acumular y no coma un objeto que genere acumulaci6n. De tal forma que, hasta antes de la Reforma, el suelo corporativo, virtualmente no tiene valor mercantil y el privado posee uno muy
bajo. El costo de un metro cuadrado construido dentro de la ciudad, por
ejemplo, equivale a un terreno urbano municipal con una superficie promedio de 690 m2 0 a 460 m2 de un terreno propiedad deI c1ero.
La liberalizaci6n de la propiedad corporativa, unificndola bajo una
modalidad jurfdica dominante, que es la privada, permite eI nacimiento
de un mercado de bienes rafces que, en el trmino de treinta afios, da
lugar a una autntica revoluci6n inmobiliaria. En menos de dos dcadas,
la ciudad tiene un crecimiento en superficie bastante significativo, que le
permite pasar de 1,130 has en 1900 a cerca de 2,000 has en 1920; es
decir, un aumento de la mancha urbana deI 56%.
A pesar -0 por causa-, de las condiciones reinantes en el pais, Guadalajara empieza a desarrollarse como un polo de atracci6n deI occidente de
Mxico, incrementando su poblaci6n con mas de 42,000 habitantes, en el
mismo perfodo, y dando inicio a un acelerado proceso de urbanizaci6n,
que se caracteriza por la introducci6n de una serie de servicios publicos y

270

Eduardo LOpez Moreno

Piano 9
La Colonia Obrera
Leyenda:
1
2
3,4,5
6,9
7,8
10,13
Il
12,14

Teatro
Mercado
Jardines
Fuentes
Estatuas
Kioskos de peri6dicos
Estatua a1trabajo
Grandes tibores

Fuente: PIano Archivo Hist6rico de Jalisco (calca).


Guadalajara, agosto de 1915.

Perfodo lll. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 271

de infraestructura en general, y por una fuerte demanda de bienes y servicios; entre los cuales, aparece como uno de los principales, la vivienda.
Agentes promotores y constructores responden a esta demanda, ofertando alrededor de 12,300 lotes (en principio, todos con servicios para
edificar en ellos casas-habitaci6n), por medio de 21 promociones inmobiliarias de tipo popular y residencial, a 10 largo de dos dcadas. Esta oferta
generaliza la accesi6n a la propiedad privada, haciendo desaparecer definitivamente las formas de propiedad compartida y los sistemas de renta
perpetua, que prevalecieron hasta antes dei liltimo tercio dei siglo XIX.
La eficiencia dei mercado permite que todos esos lotes sean adquiridos en plazos relativamente cortos, generando una fuerte plusvaIia sobre
los bienes raices, 10 que provoca a su vez que el valor dei suelo se multiplique por dos 0 tres veces en muy pocos aDos, seglin el tipo de propiedad
en que se hagan las promociones. Parad6jicamente, el grueso de las
ganancias que reportan estas operaciones inmobiliarias no benefician a
los propietarios originales de los terrenos -nos referimos a los duefios de
los predios urbanos cntricos, de los ranchos y haciendas en la periferia
de la ciudad, etc., propiedades que se fueron acumulando hist6ricamente
o que se obtuvieron durante la Reforma-, sino mas bien a los constructores y promotores inmobiliarios que, desde fines dei siglo pasado,
comenzaron e impulsaron este nuevo mercado.
Se trata deI nacimiento dei capital inmobiliario, que se separa de la
propiedad deI suelo y que genera ganancias independientes. Es una nueva
forma de producci6n de vivienda que replantea una transformaci6n
estructural de la propiedad patrimonial. En adelante, la tierra es parte de
un capital de promoci6n, dentro de una fase de producci6n global de tipo
capitalista. Los agentes -principalmente de origen extranjero- que impulsan este mercado, son comerciantes e industriales que incursionan con
capitales relativamente modestos en el sector inmobiliario; conscientes de
que la dinmica misma de urbanizaci6n es capaz de generar valor, debido
a la fuerte presi6n que se empieza a colocar sobre el suelo urbano. La
reactivaci6n dei capital raiz, que hasta ese entonces ha permanecido ocioso, se debe en gran parte a su propia intervenci6n.
Ahora bien, las empresas que crean para ese efecto no son pequefias
sociedades familiares cuyo capital es tambin familiar. Por el contrario,
desde un principio, implementan agencias con un relativo grado de complejidad que adems de integrar varias funciones de promoci6n, asocian
capitales patrimoniales de diversas firmas 0 individuos, siguiendo una
estrategia clara de funcionamiento bajo una 16gica de complementaridad,
en particular, entre el capital y la tcnica.

272

Eduardo Lapez Moreno

Estos capitalistas, consideran que el sector inmobiliario es capaz de


ofrecerles inversiones rentables y con pocos riesgos, principalmente por
el poco capital que requieren poner en circulacion y porque la operacion
-a diferencia de otras de sus actividades de acumulacion-, tiene un caracter limitado en el tiempo y objetivos bastante claros.
Contrariamente a 10 que aIgunos autores han sefialado, las primeras
operaciones no son el resultado de un proceso natural 0 de un desarrollo
urbano espontneo, ellas obedecen a un proyecto especffico que intenta
implementar un nuevo sistema, sirvindose para e110 de un saber-hacer y
de tcnicas importadas, e incluso, de sociedades mercantiles especiales,
creadas con el objeto de organizar el mercado inmobiliario que estos
agentes intentan crear.
Su proyecto y las actividades que le acompafian, aceleran el proceso
de transformacion deI suelo, tanto a nivel de los usos coma de los valores
economicos deI mismo, impulsan la industria capitalista de la construccion, provocan una recomposicion deI paisaje social en la ciudad y trastocan muchos de los valores socio-urbanfsticos de los habitantes.
Algunos de estos cambios, pueden lIevarse a cabo a travs de una
serie de estrategias de orden ideologico, de acuerdo con las cuales se
puede aspirar a una nueva forma de vida si se operan cambios fundamentales en el espacio construido. Esto es, rompiendo con el orden urbano
existente, que hasta entonces se ha expresado a travs de la forma (por
ejemplo, las lfneas rectas, las distancias iguales, los envolventes cerrados
en las manzanas), nuevos patrones de urbanizacion pueden y deben instaurarse, ya que ellos son portadores de los valores indispensables para la
vida urbana modema: nos referimos a la salud, la seguridad social, la limpieza, la "necesaria separacion ffsica y social de los habitantes", etc.
Conceptos que se materializan en un proyecto particular: el desarrollo
de las colonias residenciales, el cual -replicado en varias operaciones
inmobiliarias-, termina por revelarse coma un agente muy poderoso,
capaz de erosionar ideas y valores seculares, implementando un sistema
de comportamiento y lfneas de conducta diferentes, en donde las aspiraciones habitacionales, las expectativas sociales, en fin, el mismo concepto
de habitat y de 10 urbano, se transforman radicalmente en detrimento de
las otras formas de vida, pretendidamente obsoletas y pemiciosas -segun
10 expresan los propios agentes "reformadores" 0 colonizadores.
En adelante, una oposicion cardinal se establece entre dos formas de
vida; por un lado, continuar habitando espacios plurifuncionales y socialmente heterogneos, pero en gran parte desvalorizados; y, por el otro,
empezar a habitar espacios monofuncionales y homogneos, definitivamente revalorizados. Los primeros, que son los barrios 0 las colonias

Perfodo /Il. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 273

populares, localizados en zonas cntricas, buscan estructurar la sociedad


urbana y se caracterizan por una propuesta de integraci6n. Los segundos,
que son las colonias residenciales, localizadas principalmente en la periferia, se caracterizan por una propuesta de separatividad, son elementos
que se diseiian para estar aparte de la ciudad y no coma parte de ella.
Durante muchos aiios este "enfrentamiento" va a hacerse en detrimento de los barrios, y a pesar de que con el tiempo se conforman espacios
intermedios y soluciones combinadas, la oposici6n que representan
ambas formas de vida perdura hasta nuestros dfas, puesto que cada una de
ellas plantea un proyecto de sociedad diferente.
Ante ellos, el Estado reacciona de forma tambin diferenciada. Las
zonas urbanas cntricas y los habitantes que ahf residen, merecen poca
atenci6n por parte de las autoridades gubemamentaies lO7 y nula por los
promotores inmobiliarios, no obstante que su proyecto 10 presentan coma
si se tratase de una "reforma urbana integral" 0 globalizante. Mientras
que esos mismos agentes y los habitantes que impulsan los proyectos en
las colonias perifricas (residenciales), reciben multiples prerrogativas y
privilegios de esas mismas autoridades. La territorializaci6n de la intervenci6n estatal queda de manifiesto desde entonces. Igualmente, la forma
en que el Estado maneja la polftica de vivienda en relaci6n al modelo
local de desarrollo. En 66 aiios (desde 1856 a 1922)108 no Ileva a cabo ningun programa 0 plan de habitaci6n para los sectores desprotegidos; tal
abandono e incumplimiento de un deber moral -y constitucional a partir
de 1917, intenta ser resarcido a travs de discursos, de ret6rica y de una
sola operaci6n de vivienda que produce poco mas de 600 unidades.
En conclusi6n, podemos seiialar que los agentes que intervienen en el
mercado inmobiliario, exploran formas nuevas de recuperaci6n de capital
a travs deI suelo urbano. Las agencias que crean para tal efecto -a pesar
de 10 bien estructuradas que estn-, se componen de un capital marginal
en relaci6n a las otras formas de acumulaci6n de estos agentes. Originalmente, todas utilizan fondos propios para desarrollar sus operaciones,
107 Las medidas se dirigen mucha ms a eficientar el funcionamiento dei centro de la ciudad, como: regular ciertas cargas de trfico, ensanchar calles, etc., que a atacar los problemas que aquejan a los banios de Artesanos y Obreros.
108 Es decir, desde el fin de la Reforma, hasta el comienzo de la primera promoci6n habitacional publica que fue la Colonia Obrera. Recurdese que en 1917, se reglarnent6
constitucionalmente el derecho a la viviellda para cierto tipo de trabajadores. El hecho
de que no 10 consideremos coma un plan 0 programa especffico, no demerita en nada
la enorme importancia que esta medida tuvo, la cual significa un avance sustantivo
dentro de los derechos laborales y habitacionales. De este derecho nos ocuparemos en
el Perfodo 5.

274

Eduardo LOpe?, Moreno

puesto que los sistemas de financiamiento institucional no existen todavfa


(por ejemplo, bancos, aseguradoras, hipotecarias); el origen de esos fondos proviene, principalmente, de los sectores comercial e industrial.
En ese sentido, podemos considerar que un sector inmobiliario "aut6nomo" no existe ni tampoco un sistema de acumulaci6n independiente.
No obstante, desde las primeras operaciones surgen agentes y funciones
especfficos a la promoci6n. Debido a la fuerte capacidad (y disponibilidad) financiera de los promotores, la gran mayorfa adquiere el suelo
directamente de sus propietarios y no se asocia con ellos; esta estrategia
les permite asegurar tasas de ganancia elevadas, puesto que los factores
de valorizaci6n se encuentran principalmente en el proceso de transformaci6n de este insumo.
La mayorfa de los promotores, centran su oferta en la venta de lotes
con 0 sin servicios, y no en la construcci6n de habitaciones; modalidad
que empieza a desarrollarse en una etapa mas madura de la promoci6n,
principalmente, coma una forma de diversificarla en vista deI relativo
xito que las colonias habfan alcanzado. Estos promotores inauguran un
verdadero mercado de suelo en la transici6n de siglo. Contando siempre
con la participaci6n activa y una asociaci6n no explicitada -pero no por
eso poco efectiva-, de parte dei Estado. La mayorfa de los recursos e
incentivos, apoyan abiertamente esta iniciativa y las disposiciones jurfdicas que se crean, tienen coma objeto principal el acompafiarla, allanndole las dificultades y trabas que se le presentan. En contraparte, cuando las
tensiones sociales crecen debido a la degradaci6n de las condiciones
habitacionales de los sectores populares, el Estado interviene puntualmente y de manera selectiva, creando una oferta limitada que le representa, sin embargo, beneficios politicos altos con costos econ6micos mfnimos.

Periodo IV

Los empresarios de Jalisco. por conducto del Centra Patronal. conscientes de la


profuntia justicia que entraiia el mandata constitucional de praporcionar casas
habitacion a sus trabajadores y deseosos de cumplir debidamente las disposiciones relativas a la habitacion obrera, llego, despus de diferentes estudios, a la
conclusion de que no existiendo capitales ni oficiales ni privados. que ni conjuntamente pudieran ofrecer una verdadera solucion al problema, deberia ser otro el
sistema de allegamiento de fondos que permitieran allegarle liquidez al financiamiento de la construccion de la habitacion obrera.

Instituto de Bienestar Social, citado por D. Vlizquez, 1992

Primera Parte
El desarrollo de los fraccionamientos populares y su impacto en la
vivienda (1920-1970)

1. De la colonia residencial al fraccionamiento popular: ;,mutacion


o continuidad?
Con las transfonnaciones sucesivas que ha sufrido el suelo urbano a 10
largo de la historia, Guadalajara ha quedado como una "isla" rodeada de
propiedad privada, que se encuentra en manos de pocas personas. En los
ultimos afios deI siglo pasado y en los primeros de ste, agentes especificos -principalmente promotores y no los duefios patrimoniales deI suelo-,
inician un proceso de valorizaci6n del mismo con el desarrollo de las primeras colonias residenciales.
El uso simb6lico y de estatus social, con que originalmente se revisti6
el tnnino residencial, hace pensar que las primeras promociones se dirigieron a una clientela de ingresos econ6micos elevados; sin duda, alguna
asi fue en el poniente de la ciudad, en las "colonias catrinas", como escribe Daniel Vazquez en un articulo periodistico, refirindose a la Francesa. 1
Vzquez, Daniel. "Las colonias catrinas dei poniente" en Guadalajara: Ensayos de
interpretacion, Colegio de Jalisco, 1989.

276

Eduardo LOpez Moreno

Empero, mas alla de la intencionalidad y dei valor semntico con que se


carga lo residencial, y restringidos a su acepci6n estrictamente funcional,
las primeras operaciones inmobiliarias se dirigieron por igual a familias
de recursos modestos, medios y altos. 2
Es verdad que las colonias "ricas" inauguraron un nuevo mercado y
formas innovadoras de urbanizaci6n mercantil, pero ellas no fueron una
forma privativa dei desarrollo urbano de los primeros aiios de este siglo.
Como 10 vimos en el penodo precedente, casi simultaneamente se gener6
una oferta de suelo de tipo popular con la aparici6n de proyectos coma
Artesanos (\ 903), Hidalgo (\ 905) Yblatos (\ 905).
N6tese que hasta 1910, se crearon 13 colonias, cinco de ellas residenciales, tres de tipo medio, y las cinco restantes, populares. Todas juntas
ofertaron cerca de 8,012 lotes, de los cuales 3,541, 0 sea el 44.1 %, fueron
de corte popular y s610 el 21.6% (\ ,717 lotes) para personas de rcursos
elevados. En el curso de los diez aiios siguientes (\ 920-1930), no hubo
ninguna promoci6n de carcter residencial, y SI seis proyectos populares
con 1,234 lotes; 10 que signific6 el 43.6% de la oferta, pues una sola operaci6n, que fue la Colonia San Carlos, al sur-oriente de la ciudad, se dirigi6 a las familias de ingresos intermedios con alrededor de 1,600 predios
en venta.
Podemos observar, entonces, que el grueso de la producci6n se centr6
en los estratos de recursos bajos y medios, y no en los grupos econ6micamente favorecidos de la escala social; 10 que muy probablemente se debi6
al "peso especffico" de los diferentes sectores socio-econ6micos demandantes de suelo. En ese sentido, la estrategia de promoci6n no se ajusta, 0
se ajusta muy poco, a las diversas hip6tesis y suposiciones que se han
seiialado, reiteradamente, en el sentido de que, en los primeras aiios de
este siglo, el crecimiento estuvo determinado por una producci6n de tipo
residencial de "alto nivel".
Sin duda, los promotores de colonias coma la Francesa, Americana,
Reforma, West End, etc., fueron los agentes que transformaron las formas
2

Parcialmente cierto es, tambin, que durante el porfiriato, y particularmente de 1840 a


1900, el creclmiento urbano estuvo determinado por el crecimiento de zonas residenciales construfdas en la parte oeste de la ciudad; mientras que los barrios populares dei este
y el norte, se extendieron de 1800 a 1840, pero mucho menos de 1840 a 1900. De tal
forma, que los sectores populares se aglomeraron en los antiguos barrios populares,
vecindades y a1gunas casas desocupadas dei centro -postura que sostiene Jorge Durand
en su artfculo: El movimiento inquilinario de Guadalajara. 1922, CSAS/COLM1CH,
1985. Bastarfa para ello, comparar el crecimiento en superficie de los pianos de 1842
con el de 1899. Decimos que es parcialmente cierto, si consideramos que el "peso" de la
demanda, no es el mismo para los dos tipos de c1ientelas.

Periodo IV

277

urbanisticas y arquitectonicas vigentes hasta entonces; fueron ellos tambin, quienes crearon nuevos valores y paradigmas culturales, y quienes
terminaron implantando un modelo diferente de produccion y organizacion deI espacio. Algunas de las soluciones que proyectaron -destinadas
a los grupos representativos de la vanguardia de la dominacion social-,
generaron espacios formaI y funcionalmente independientes (la Colonia
Americana, por ejemplo); los cuales, conforme se masificaban en colonias de tipo media 0 popular, fueron simplificando al maximo los valores
y atributos que originalmente tenian.
La gran mayoria de las colonias populares terminaron por convertirse
en una "parodia" de las primeras colonias residenciales. Imperativos de
orden econ6mico y el rigor que impone el mismo capital, llevaron a que
los urbanizadores hicieran una simple division deI terreno con el objeto
de crear el numero maximo de lotes, casi siempre carentes de servicios
urbanos 0 con los estrictamente minimos, pero por 10 general funcionando deficitariamente.
A pesar de un deseo patente por reproducir 0 imitar modelos (por
ejemplo, con la uniformizaci6n de las fachadas, los alineamientos frontales), el espacio de las colonias populares pierde gran parte de los atributos
fundamentales: las dimensiones originales se reducen, desaparece el espacio semi-publico. J El fraccionar suelo se convierte en el eje de la promocion y el suelo mismo en el de la ganancia. Hasta la dcada de los sesenta,
la industria de la construcci6n no estuvo asociada a las operaciones inmobiliarias; en sentido estricto, el mercado no era todavia 10 suficientemente
moderno, si consideramos que la producci6n y la distribuci6n concemia al
suelo y no a la vivienda propiamente dicha. 4 La articulaci6n de esas dos
redes de produccion, implica una evolucion a una rama capitalista mas
desarrollada, de ella nos ocuparemos en el Apartado 5.s
Algunos investigadores que se abocan al estudio deI desarrollo inmobiliario en Guadalajara, insisten en senalar que el mercado en bienes raices y el proceso de urbanizaci6n, hasta principios de los cuarenta, se hizo
sin agentes especificos (B. Garcia, 1992) 0 por agentes no locales (VazSolinfs Noyola, German. SoC/o-loglque de la domination urbaine - la renovation urbarne Guadalajara, Tesis de Doctorado, EHESS. Paris, V. l, p. 133, 1984.
4 Garcia PeraJta, Beatnz. Cambios en el uso y tenencia de la tierra y procesos sociales
entre los agrupamientos en la urbanizaci6n dei Mxico moderno, UNAM, INS, 1992,
3

mimeo.
En realidad, fue hasta 1950-60, con el desarrollo de los sistemas financieros masivos de
vivienda y con la ampliaci6n de la demanda solvente, que se consolida un sector inmobiliano vinculado con la industna. Mutaci6n que lIeva a un cambio fundamental en el
modo de producci6n de vivienda, que deja de hacerse por "encargo", para pasar a la promoci6n privada orientada al mercado general.

278

Eduardo LOpez Moreno

quez, s/a)." Las evidencias muestran que el proceso de urbanizacion mercantil, que iniciaron los extranjeros en la transicion de siglo, fue rpidamente asimilado y puesto en prctica tanto por los propietarios patrimoniales coma por los promotores fraccionadores locales, e incluso por
ambos, por medio de las asociaciones ad hoc que constituyeron. La transformacion de la propiedad privada peri-urbana, en suelo susceptible de
ser construido, se hace con una inversion minima que se ve favorecida
por las rentas diferenciales que genera el propio desarrollo urbano. Estos
agentes crean una oferta relativamente homognea, restringida a un solo
producto: suelo (que, en principio, deberia ser con servicios); el cual se
dirige por igual a diversas clientelas sociales y que, en funcion de su
capacidad de compra, se adecua en tamaiio, localizacion y condiciones
generales dei marco construido (nos referimos a las zonas verdes, parques, calles y/o avenidas con que podia contar).
La diferenciacion de las colonias en popular, medio 0 "residencial", la
establecimos en funcion de categorias socioeconomicas y no de una tipificacion legal. 7 A partir de 1940, el desarrollo urbano se hace por un
media principal que es el "fraccionamiento" --en realidad la unica forma
juridicamente aceptada para producir el espacio urbano, segun 10 dispone
el Reglamento de 1944 y, posteriormente, la Ley de Fraccionamientos
Urbanos de 1953.8 Ninguno de esos dos ordenamientos contempla una
diferenciacion social especial y clasifica los fraccionamientos, de acuerdo
con el destino que se les pretende dar, en tres tipos: residencial, industrial
y campestre. El espacio destinado a la habitacion no da lugar a una c1asificacion adicional. La apropiaci6n-valorizacion que se hace dei suelo
urbano y los efectos de inclusion 0 exclusion, que genera en la estructura
urbana, no son considerados explfcitamente en esas primeras disposiciones le~ales.
La ciudad transita entonces, de colonias residenciales 0 populares
(1898-1940), a fraccionamientos residenciales de todo tipo (1940-1970).
La expresion fisica dei producto que generan, unas coma otros, es la
misma; evidentemente, a condicion de que se trate de operaciones que se
dirigen a grupos sociales similares. El espacio urbano se produce y distri6

"Los terratenientes locales necesitaron que otros les mostraran el cami no", escribe D.
Vazquez en La transformaci6n de la tierra de rural a urbana en la periferia de Guadalajara. Colegio de Jalisco, s.la, mimeo.
La clasificaci6n se hizo mucho mas en funci6n de un criterio de analisis cualitativo.
Vase en el Anexo, ellistado general de Las Colonias y los Fraccionamientos en Guadalajara (1905- 1970) Yen el Recuadro A, las caracterfsticas metodol6gicas de la explotaci6n de la base de datos.
Decreto N" 5873, Gobiemo deI Estado, 18 de agosto de 1953, peri6dico oficiai.

Per{odo IV

279

buye de acuerdo con ciertas reglas sociales y objetivos, que se modifican


constantemente en el tiempo. Necesidades y exigencias cambiantes y la
naturaleza misma dei proceso de urbanizaci6n, forzan nuevos modos de
producci6n; los cuales, a su vez, modifican los sistemas de relaci6n entre
los actores que de nueva cuenta re-producen el espacio urbano. Los
mecanismos a travs de los cuales se oferta suelo y se edifica la vivienda,
se adecuan en el tiempo a todos estos cambios y producen efectos 0
impactos diferentes en la poblaci6n mayoritaria. Antes de ocuparnos de
esos efectos sociales y de la influencia que tienen sobre las formas de
acceso al suelo-vivienda, analizaremos sucintamente la evoluci6n de los
modos de producci6n, intentado explicar las causas que se encuentran a la
base de las mutaciones principales; anlisis que nos sera fundamental
para comprender, ulteriormente, los cambios que se operan en las formas
de propiedad y en los sistemas de relaciones entre actores.

2. La produccion de suelo urbano en la ciudad: de la estabilidad


(1900-1940) a la expansion (1940-1970)
A 10 largo dei siglo, la ciudad se expande y se densifica. Exigencias,
requerimientos y oportunidades diferentes, marcan ritmos de producci6n,
igualmente diferentes. Terrenos perifricos se abren constantemente a la
urbanizaci6n y el nuc1eo central primitivo se transforma, derivando a
usos mixtos con una fuerte presencia de vivienda colectiva.
Los fraccionadores -quienes disponen de la propiedad 0 dei control
de un terreno-, 10 viabilizan para la construcci6n, abriendo VIas de circulaci6n interna y 10 subdividen en lotes que pondrn en venta en el mercado de suelo. 9 Si su operaci6n se encuentra en terrenos contiguos a zonas
ya urbanizadas de la ciudad, por 10 general se limitan a continuar la traza
dei tejido existente; si, por el contrario, se trata de un predio alejado de la
mancha urbana, por ley, deben conectarlo con fraccionamientos colindantes, 10 que abre la posibilidad al recurso de expropiaci6n.
En la gran mayorfa de los casos, la venta de los lotes se celebra a crdito. Hasta que no aparezcan los sistemas financieros institucionales, es el
capital patrimonial de los mismos promotores 0 duenos de suelo, el que
9

En las primeras colonias, la urbanizaci6n dei terreno no era exigida por la normatividad
vigente. Las obligaciones de los fraccionadores evolucionan en el tiempo por diversos
factores. En el Apartado 7, presentaremos las caracterfsticas principales de dicha evoluci6n, intentando hacer una pequei'ia construcci6n tipol6gica de los modos 0 paradigmas
de introducci6n de los servicios e infraestructura bsicos.

280

Eduardo LOpez Moreno

soporta la operacion durante el perfodo que se haya concedido coma


plazo de pago.
De principios dei presente siglo hasta la dcada de los setenta --{;uando una polftica de vivienda centralista y autoritaria rompe, por asf decirio,
con los sistemas de produccion y gestion dei espacio locales-, se pueden
identificar dos grandes perfodos que marcan la produccion de suelo urbano y de vivienda en la ciudad en esos afios:
Un primero, que empieza con las operaciones inmobiliarias de esta
centuria y que se continua hasta finales de los treinta. Se caracteriza por
una produccion estable (quiza ligeramente regresiva), pero en ninguna de
sus etapas con cri sis severas en la produccion de suelo urbanizado. Es un
periodo previo al capitalismo industrial, durante el cual, Guadalajara continua siendo una ciudad de intercambio y de acumulacion de capital
comercial y no un lugar de produccion. 'o Sin necesidad de enfrentar un
crecimiento poblacional importante y sin las exigencias propias al desarrollo industrial, en esta etapa no se implementan aun los sistemas mixtos
de gestion y produccion de la ciudad ni tampoco los mecanismos de autofinanciamiento de la obra publica.
Las operaciones de este periodo, conciemen solamente la adquisicion
y venta de tierra. La edificacion de la vivienda requiere que una segunda
red de produccion se articule, ya sea por media de la autoconstruccion
(asistida 0 no) 0 por la construccion por encargo (de la evolucion de esos
paradigmas de produccion nos ocuparemos en el Apartado 5).
Un segundo, que inicia inmediatamente despus dei primero y se prolonga hasta 1970, fecha en que virtualmente desaparecen los fraccionamientos populares. Se caracteriza por ser un periodo de expansion de la
produccion en una tendencia larga, definitivamente ascendente. Se trata,
sin duda, de una nueva era de produccion que responde al cambio estructural de la ciudad, provocado por el proceso de industrializacion y de urbanizacion, que se empieza a vivir al final de la Segunda Guerra Mundial.
Es una etapa en donde los cambios se suceden con mucho mayor rapidez que la anterior; de ahf que los modos de produccion, los tipos de operaciones y productos, asf coma los agentes que intervienen en la promocion sean mucho mas complejos y diversificados. En estos afios, se
desarrolla la legislacion urbanfstica y los mecanismos de representacion
popular, que buscan integrar la colaboracion de diversos actores en la
produccion y la gestion de la ciudad. Mecanismos que, final mente, deri10 Revel Mouroz, Jean. "Aspects de l'industrialisation Medellfn, Guadalajara et Monterrey" en: L'espace meXlcam, questions d'actualit. T. II, Paris, 1HEAL, 1976.

Periodo IV

281

van en sistemas mixtos con la participaci6n dei sector publico y dei privado; de e1los nos ocuparemos en la segunda parte de este capftulo.
La vivienda deja de ser un bien de uso que se autoconstruye 0 se hace
por encargo, coma en el periodo precedente, y se convierte -tambin- en
un producto que circula en forma de mercancfa. Los procesos productivos
se transforman y el Estado empieza a intervenir de una forma mas explfcita en la polftica habitacional, convirtindose en un demandante mas,
pero a una escala mas masiva de producci6n.
Es el inicio de un proceso de modemizaci6n y de urbanizaci6n acelerada al que se responde con un modelo sui generis en el financiamiento,
la produccion y la gestion de la ciudad en general, y de la vivienda en
particular. De su relacion con sta ultima, nos ocuparemos en la segunda
parte de este periodo.

3.

Un primer periodo (1900-1940): arrendamiento y lotes sin


servicios como opciones fundamentales de vivienda

En los primeros cuarenta aiios de este siglo, la poblacion crece a un ritmo


mas bien lento. El numero de habitantes se multiplica por dos, al igual
que la superficie de la ciudad. Il Los nuevos tapatfos 0 los recin llegados
-135,349 segun los censos de esos afios-, pueden optar por dos grandes
opciones habitacionales: (i) instalarse en los antiguos barrios populares,
en las vecindades 0 en aiguna de las casas desocupadas dei centro; 0 (ii)
ocupar alguno de los predios que ofertan los fraccionadores legales, ya
sea en la periferia 0 en los terrenos intersticiales dentro de la ciudad.
En el primer caso, es muy probable que se conviertan en arrendatarios
de una casa; y en el segundo, en propietarios de un terreno en donde, con
los aiios, podrn construir su vivienda. El espfritu de ganancia y de acumulacion que anima por igual a los propietarios de inmuebles dei centro,
coma a los fraccionadores de terrenos en la periferia, provoca que, por un
lado, se incrementen los fndices de hacinamiento en el nucleo primitivo
y, por otro, que constantemente se abran nuevos frentes de urbanizacion
en las orillas de la ciudad, motivados en gran parte por una actitud altamente especulativa.
Il La poblaci6n pasa de 101,208 a 236,557 habitantes y la ciudad de 983 has. a 1,994 has.,
con una densidad de poblaci6n promedio de 102 habitantes por hectarea, a principios de
siglo, a 118.1 cuarenta anos despus. Vase el Cuadro N 1: Tendencias de crecimiento
de la poblaci6n y densidad poblacional en Guadalajara, 1900-1970.

282

Eduardo L6pez Moreno

Recuadro A:
Fraccionamientos de Guadalajara: consideraciones
metodologicas sobre la base de datos
1. El nombre de los fraccionamientos y la clave que aparece a su
izquierda, tal coma estan escritos. fueron tomados de la "Lista de Fraccionamientos en el Municipio de Guadalajara", existente en el archiva deI
Departarnento de Obras Pliblicas deI mismo municipio.
2. Dicha lista corresponde a los trmites de urbanizaci6n efectuados en
esa dependencia; un fraccionamiento puede ser la subdivisi6n de un terreno
en cuatro lotes, la construcci6n de cientos de viviendas 0 la urbanizaci6n
de miles de lotes.
3. El concepto deI tipo de fraccionarniento, difiere un poco, seglin se
trate de urbanizaciones anteriores 0 posteriores a 1961, fecha en que apareci6 la Ley de Fraccionamientos, que defini6 coma modalidad jurfdica, la
c1asificaci6n en: popular, media y residencial. Para los analisis cuantitativos, los fraccionarnientos residencial, de primera y jardfn se han considerado coma sin6nimo.
4. Se ha tomado para el analisis, ya sea la fecha de inicio, la de autorizaci6n 0 la de regularizaci6n. puesto que muchas urbanizaciones fueron
comenzadas, e incluso terminadas. sin previo permiso escrito de las autoridades, quienes al detectar estos casos, procedfan a la regularizaci6n de las
mismas (post-urbanizaci6n), aplicando las sanciones e impuestos correspondientes 0 gestionando la introducci6n de los servicios faItantes.
Ocho 0 nueve de cada diez fraccionarnientos, eran irregulares, en la
medida en que el trmite deI perrniso de urbanizaci6n, no se ajustaba a la
norrnatividad vigente.
5. En aIgu nos casos que la informaci6n original seiialaba el numero de
viviendas construfdas, para efectos deI analisis. se han tomado stas coma
nlimero de lotes, s610 en casa de viviendas unifamiliares.
6. Como constructora, hemos seiialado las personas, empresas 0 instituciones que han lIevado a cabo la urbanizaci6n total 0 parcial, tratando de
identificar, en principio, a los urbanizadores iniciales. En los casos en que
aparece "obras por colaboraci6n", ha intervenido el Consejo de Colaboraci6n Municipal para introducir la infraestructura de agua potable, de drenaje 0 la pavimentaci6n. muchas veces en respuesta a las carencias dejadas
por el fraccionador inicial.

Per{odo IV

283

7. Para aquellos fraccionamientos en cuyo expediente no se especificaba el tipo, la superficie 0 el numero de lotes, hemos supuesto los datos faltantes basados en unD 0 ambos de los siguientes criterios:
a) el tipo de fraccionamiento se deduce por su similitud con los fraccionamientos adyacentes y/o
b) segun una densidad de 24 lotes/ha. para fraccionamientos de tipo
popular; 17 loteslha para los de tipo medio y Il loteslha para los de tipo
residencial, de primera y jardin.
Este criteria fue determinado en base a la densidad promedio de los
fraccionamientos mas representativos de cada tipo, y de los cuales se cuenta con datos completos.

Asi por ejemplo, en casos en los que no se sabia la superficie total, se ha


tomado gn1ficamente de un pIano 0 se ha caIculado, sabiendo el numero de
lotes y el tipo de fraccionamiento.
8. En muchas ocasiones, el numero de lotes que se proyecta urbanizar
-por los cuales se solicit6 el permiso al Ayuntamiento- es ampliamente
rebasado por los fraccionadores. Puesto que estos cambios no son registrados posteriormente en los archivos de la dependencia, no es de extraiiar
que existan discrepancias entre 10 que describen los archivos y la realidad
construfda.
9. El numero de proyectos 0 fraccionamientos, que se lIevaron a cabo
bajo la gida deI sector publico, esta sin duda subestimado. Era costumbre
que las instituciones publicas realizaran sus operaciones sin mediar una tramitaci6n previa; en consecuencia, varios fraccionamientos no fueron registrados (la mayorfa de Pensiones deI Estado, y algunos deI Instituto de Bienestar Social y deI Patronato de la Habitaci6n Popular), 0 fueron agregados
posteriormente a la base de datos.

10. En realidad, algunos de los fraccionamientos mas significativos que


se lIevaron a cabo en los municipios Iimitrofes -Zapopan y Tlaquepaque,
principalmente-, no aparecfan registrados en el Ayuntamiento de Guadalajara, por 10 que sus datos fueron supuestos, caIculados 0 tomados de otra
fuente. Puesto que la base de datos s610 contempla los permisos de urbanizaci6n dei municipio de Guadalajara, queda pues pendiente explorar los
mismos datos de los otros municipios conurbados.

284

Eduardo LOpez Moreno

Baste recordar los movimientos inquilinarios que tuvieron lugar en


Guadalajara, a principios de los veinte, para confirmar la primera suposici6n y sefialar que, en las dos primeras dcadas de este siglo, se pusieron
en venta eerca de 9,731 lotes, para una poblaci6n que cuando mucho creci6 en 4,488 familias, para corroborar la segunda.
En efecto, la coneentraci6n hist6rica de los bienes raiees,12 que hace
que un numero considerable de habitantes tapatfos, viva arrendando en
condiciones habitacionales diffciles y con muy poca seguridad jurfdica,
provoca que muchos de ellos se integren a la huelga inquilinaria que
simultaneamente se lIev6 a cabo en varias ciudades dei pafs con una
demanda generalizada par mejores condiciones habitacionales. 1l Pobladores de vecindades y de zonas pauperizadas, coma Mexicaltzingo y Analco, participaron localmente en este movimiento que reivindicaba principal mente "que se repararan las casas y se higienizaran ... y que se
revisaran los contratos y fianzas, los cuales le daban todo el poder legal a
los casatenientes para elevar las rentas a su antojo 0 proceder a expulsar
los inquilinos."'4 Sin cambios sustanciales en el estatuto jurfdico de los
locatarios y en sus derechos de ocupaci6n, la huelga conc1uy6 con la
aprobaci6n de una colonia proletaria que debfa ser realizada por el
gobierno dei estado. 1S Proyecto que coma escribe Durand, funcion6 mas

12 En su articulo: El movlmienlo mqUllinario de Guadalajara, 1922, Jorge Durand Arp,


senala que el numero de mexicanos que poseian bienes raices en el municipio de Guadalajara, en 1921, de una poblaci6n de 147,575 habitantes, el 4% (5,962) concentraba el
total de la propiedad.
13 Jorge Durand Arp, hace notar que la huelga de inquilino se realiz6 en forma paralela en
Veracruz, Guadalajara, Distrito federal, Jalapa, Orizaba, Mrida, Puebla e incluso
pequenos pueblos como Ocothin. CIESAS, Colegio de Michoacn.
En la secci6n editorial de El lnformador, un peri6dico local conservador, se senalaba el mismo ano de la huelga: "Por de pronto piden tan solo que se rebajen las rentas
contratadas, y no tardaran en pedir que no se paguen ningunas... Es c1aro que no podrn
prosperar estas nuevas pretensiones de los bolcheviques.. La campana, por consiguiente, tiene que comenzar por haeer que se modifiquen los derechos de los propietarios de
fincas urbanas, nacionalizando stas y expropindolas en forma injusta... Por que de otra
manera, jams podr obligarse a nadie a que se consienta en que los inquilinos se burlen
de los contratos... En Guadalajara, las fin cas cntricas y de grandes valores no produeen
ni el 4% al ano de su valor comercial, y la gran mayoria deI capital invertido en fincas,
apenas producir un 6% al ano, coma trmino medio. Y esto, calculado sin rebajar composturas, huecos por falta de inquilinos 0 porque no pagan rentas ... Asi es que el producto Iiquido de las fincas, varia apenas entre un 2% y un 5% al ano; que comparado
con 10 que produce el dinero, que ahora da hasta el 3% mensual, resulta una insignificancia (8 de abril de 1922).
14 Durand, Jorge, Op. Cil.
15 Nos referimos a la Colonia Obrera, la cual fue anahzada en el Apartado Il dei periodo
precedente.

Periodo IV

285

Cuadro N 1
Tendencias de crecimiento de la poblacion y densidsd poblacional en
Guadalajara 1900-1970
Ano

Hectareas

Incremento Porcentaje Poblaci6n Incrementa Porcentaje


Densidad de
en Has.
Poblaci6n Incremento Poblaci6n (hlhas.)
incremento

1900
983.63
1910 1,220.00 * 236.37
117.85
1920 1,337.85
1930 1,930.00 * 592.15
1940 1,994.00
64.00
1950 8,090.00 * 6,096.00
1,379.94
1960 9,469.94
1,535.20
1970 11,005.14

24
9
44

3
17
16

101,208
119,468
128,136
184,826
236,557
398,543
849,216
1'529,598

18,260
8,668
56,690
51,731
161,986
450,673
680,382

18
7
44

27
68
113
80

102.9
97.9
95.8
95.8
118.6
49.2
89.6
139

Fuenle: Wallon, John. Guadalajara: Crealing The Divided Cily. en "Latin American Urban
Research". p. 35
Censos de Poblaci6n y Vivienda.
(*) Camberos Garibi, 1993.

en el espfritu de solucionar los problemas que causaba el sindicato de


inquilinos, que el mismo problema de la vivienda. '6

Suelo igual a casa


El mercado de sueIo, por su parte, solo puede comprenderse coma una
especializaci6n deI capital comercial. Ya sea que los propietarios patrimoniales valoricen eIlos mismos la tierra que poseen, que sta sea puesta
en circulacion por promotores que, por 10 general, son al mismo tiempo
urbanizadores-fraccionadores 0 por asociaciones que se constituyen entre
ambos. La base de datos de que disponemos, nos permite conocer parcialmente coma se distribuye la promocion entre estos agentes. Al parecer,
los duefios partimoniales de la tierra empiezan a jugar un papel importante en la producci6n de suelo en la ciudad, desde principios de siglo; ellos
comparten un numero considerable de operaciones con las compafifas
urbanizadoras y, a partir de los afios veinte, aparecen algunos casos de
agentes constructores independientes, cuya funcion es lIevar a cabo los
16 Durand, Jorge. Op. Cil. Sin duda, los contralos de arrendamiento, casi siempre de colta
duraci6n, siguen dando1e un derecho precario al inquilino.

286

Eduardo Lapez Moreno

trabajos de urbanizaci6n mediante contratos profesionales celebrados con


los propietarios y/a promotores. 17
La mayorfa de los propietarios de suelo eran comerciantes, agricultores, antiguos hacendados de la regi6n, que despus de la revoluci6n,
invirtieron en la compra de terrenos 0 utilizaron los que eran de su propiedad y tambin herederos de propiedades urbanas que habfan sido recibidas durante la Reforma, 0 inc1uso, algunos afios antes. Entre los promotores-constructores, figuraban principal mente los comerciantes,
industriales, profesionistas independientes y uno que otro agricultor.
Probablemente por la crisis que vivfa el mercado de vivienda en renta
en esos anos.1 8 Quiz tambin porque algunos de los inversionistas (llmese duefios y/a promotores) no disponfan de los medios necesarios para
reunir el capital que se requerfa para construir vivienda 0 porque aqullos
que los posefan, comprendfan que la rotaci6n de su capital era muy lenta
e insegura (principalmente a causa de la falta de sistemas de crdita que
financiaran al adquiriente y no al productor), el mercado se orienta casi
exclusivamente a la producci6n de lotes y no a la vivienda.'9
En los cuarenta afios que comprende este periodo, se ofertaron 17,379
lotes, segun los registros que pudimos elaborar a partir de los archivos de
la Direcci6n de Obras PUblicas dei Municipio de Guadalajara, en base a
los permisos de construcci6n. 20 Con ellos se urbanizaron 771.30 has. en
29 fraccionamientos y/a colonias. l1 Tomando en cuenta que el crecimiento en superficie de la ciudad, realmente fue dei orden de las 1,000 has. en
esos mismos afios (cf, Cuadro N 1), podemos suponer que la producci6n
17 Ese es el caso, por ejemplo, con el ingeniero Juan Jos Barragan, quien trabaja para el
promotor y agente inmobiliario, Carlos Carothers, en el desarrollo de la CoJonia Agua
Azul (1916); dei ingeniero Camarena y Filem6n Rojo, quienes Irabajan para el gobiemo
dei estado en la Colonia Obrera (1922); y dei ingeniero Mariano Hemandez, quien esta
al servicio dei Seilor Jos Hemuda, en el proyecto Hemuda Oriente Penal (1936), entre
olros. Vase en el Anexo, la base de datos Las Colonias y Los Fraccionamientos en
Guadalajara (19001970), en el que aparecen los nombres de los propietarios y fraccionadores de cada operaci6n.
18 Nos referimos a la crisis inquilinaria, que muy posiblemente, hizo ver a los propietarios
rentistas, que en 10 sucesivo, la construcci6n de casas podla dejar de ser una buena
inversi6n y de poco riesgo coma 10 habla sido hasta entonces.
19 Fueron excepcionales las operaciones Que inclulan el desarrollo de vivienda; cuando se
edificaban a1gunas casas, se hacfan mucho mas dentro de una estrategia de promoci6n
que buscaba iniciar una dinamica de poblamiento deI lugar, y no coma operaciones
inmobiliarias, propiamente dichas
20 Referirse a los criterios metodol6gicos Que fundamentan la elaboraci6n de esta base de
datos y a las advertencias sobre sus limites. Recuadro A.
21 Vase los Grficos 1 y 2, Que dan cuenta dei numero de lotes y hectreas urbanizadas
por dcada, en el periodo 1900-1970.

Per{odo IV

287

de suelo alcanz6 los 22,532 lotes, bajo la hip6tesis de que la densidad


promedio de todas las operaciones fuera de 22.5 parcelas por hectrea.
Si consideramos que el crecimiento de la poblaci6n fue de 22,558
familias en esas cuatro dcadas, podemos concluir que el mercado de
suelo se ajust6 perfectamente a las necesidades por incremento poblacional de ese periodo (con 26 lotes mas); 10 que de ninguna manera significa
que cada una de las familias hubiera tenido la posibilidad de adquirir su
propio predio, pues si bien stos se venden a crdito y, por 10 general, en
condiciones relativamente c6modas,12 no por eso se impide que un mimero considerable de personas quede fuera dei mercado. Para todas ellas, la
primera opci6n que referimos al inicio de este apartado -y que consiste
en ocupar en arrendamiento zonas centrales de la ciudad-, se convierte en
la unica posibilidad de acceder a una vivienda.
Con todas las inexactitudes y ambigedades que contiene el 6 Censo
de Poblaci6n de 1940, podemos inferir que mas dei 95% de los habitantes
de Guadalajara, eran locatarios, vivfan en casas prestadas 0 cohabitaban
con otras familias; el resto, que era un numero extremadamente reducido
0,703 personas), eran propietarios ocupantes. ll Los mas de 22 mil lotes
ofertados, constituyen entonces, una estrategia de acceso a la propiedad,
que es conducida en forma clara e innegable par el sector privado mercanti!. El hecho de que solamente 619 lotes (2.8%) se produjeran dentro
de la orbita dei sector publico, pone en evidencia que no se trataba de una
polftica social de producci6n de vivienda, sino dei desarrollo dei sector
privado que utiliza los bienes rafces coma un canal para asegurar la
reproducci6n de su capital (vase el Grfico 4: Lotes urbanizados por la
promoci6n publica y privada). Producci6n que dentro de una polftica econ6mica Iiberal, era normal que se desarrollara par ese sector; sobre todo,
si consideramos que de esa manera, el Estado se sustrafa de su responsabilidad para con las c1ases necesitadas, pues en esos cuarenta afios, casi
siete de cada diez lotes, se produjeron para los sectares de bajos recursos,
pero con recursos privados. 14
22 En efecto, los lotes se vendian con condiciones faciles de pago. Un plazo promedio de
tres aiios y, en ciertas ocasiones, hasta cinco; sin pago previo 0 unD muy bajo, que
nunca rebasaba mas deI 5% deI valor dei predio; sin intereses y tambin en ocasiones
sin fiador.
23 N6tese que nos referimos a 7,703 personas y no a familias. Ahora bien, es muy probable
que muchas de ellas fueran jefes de familia, 0 en todo caso, constituyeran un hogar. En
ese caso, el porcentaje de propietarios ocupantes pasaria a un 15% 0 20% deI total de
familias que habitaba en Guadalajara en ese ano (39,426). Cifra que nos parece e1evada
pero, por olra parte, si los tomamos coma habitantes, nos resulta muy baja Ci. ?). Consul
tese al respecto, el 6 Censo de Poblaci6n en su apartado Jalisco, Direcci6n General de
Estadistica, 1943.
24 Vase el Grafico 3, que presenta la manera en que evolucion61a oferta de suelo por tipo
de fraccionamiento.

288

Eduardo LOpez Moreno

Sector privado y gobierno local: el inicio de una alianza

Como 10 veremos mas adelante, la intervencion deI poder publico local,


se hizo como la de un asociado mas de la promocion, cuya funcion principal era la de ir allanando el camino de los promotores, garantizandoles
las condiciones optimas para reproducir su capital. La inoperancia de las
leyes, su ambigedad jurfdica, los mecanismos de derogacion extralegales, etc., confirman una alianza estrecha entre el Estado y su "asociado",
el sector privado, que se expresa de diferentes maneras y que va cubriendo areas diversas deI proceso de urbanizacion en una linea ascendente
que lIeva hasta la institucionalizacion de su relacion (cf. Apartado sobre
Las Instituciones Mixtas, en la segunda parte de este capftulo). No es
pues una coincidencia, que la legislacion urbanfstica que el gobiemo elabora, trate solo a1gunas cuestiones puntuales deI proceso de urbanizacion;
en un primer tiempo, aspectos que conciemen la higiene y la composicion
esttica de las colonias, particularrnente la necesidad de asegurar un trazado reticular, y en un segundo tiempo, formula un reglamento de Edificacion e Higiene Urbana, que aborda cuestiones ligadas con la dimension
de los edificios, la reparacion y la edificacion de las casas, el pavimento y
las banquetas y las condiciones generales deI desarrollo de las colonias
(Apartado 7). Con algunas disposiciones puntuales, que buscan reglamentar los usos deI suelo y el flujo vehicular en ciertas partes deI nucleo primitivo, en donde las calles son mas estrechas y en donde aumentan las
cargas de trfico. 2S
La especulacion privada que se empieza a hacer con el suelo, se desarrolla gracias a la falta de prevision de reservas territoriales -recurdese
que los ejidos urbanos que se perdieron con la Reforma no se restituyeron
con la otra reforma que fue la agraria-, circunstancia que impidio (y
sigue impidiendo) que el Estado tenga un verdadero control sobre el proceso de urbanizaci6n, y por ende, dificultades considerables para generar
su propia oferta. En consecuencia, el mercado de suelo queda en manos
de la burguesfa terrateniente urbana, quien actua sin restricciones y sin
planeaci6n adecuada, bajo la unica perspectiva dellucro.
25 Nos referimos, principalmente, a las acciones que intentaban controlar la intensidad dei
trfico en las arterias mas saturadas, por ejemplo, las calles dei Santuario y Alcalde.
Con medidas que prescribian que coches y autom6viles, que se dirigian al Jardin Hidalgo, transitaran por la calle primeramentc citada, para regresar por la segunda, con el
objeto de evitar aglomeraciones de vehiculos y posibles atropellos. Peri6dico El lnjormador dei 19 de diciembre de 1919, citado por Eduardo L6pez, La cuaarlcula en el
desarrollo de la ciudad hispanoamericana, GuadaJajara, Universidad de Guadalajara,
1992, p. 177.

Per{odo IV

289

Los dos sistemas principales de produccion de vivienda: la


autoconstruccion y la edificacion por encargo
Por 10 general, la urbanizaci6n y venta de cada fraccionamiento 0 colonia, dura varios afios. Es casi regla comun, que los promotores-urbanizadores 10 comiencen sin los permisos respectivos. La oferta de lotes, con 0
sin servicios, responde mucho mas al modo hist6rico-cultural de producci6n de vivienda en la ciudad. Primero se accede a suelo para, posteriormente, auto-construir 0 mandar edificar la casa; el proceso supone entonces la articulaci6n -0 la complementaridad- de dos formas diferentes de
producci6n, segun el grupo social que la continua.
Si el terreno es adquirido por profesionistas, comerciantes mas 0
menos enriquecidos, funcionarios de un cierto nivel, industriales, empleados de primera, es muy probable que el conjunto cuente con servicios 0
que stos se introduzcan mas 0 menos rapido, gracias a su gesti6n y seguramente tambin a su intervenci6n econ6mica. 26 Rasta el final de este
periodo (1940), no existe una normatividad especial para los fraccionamientos de tipo medio y "alto nivel", pues esa c1asificaci6n tarnpoco existe. 27 En casi la totalidad de los casos, el propietario de un predio, solicita a
una empresa 0 a un tcnico constructor -ya sea un obrero especializado 0
un profesionista-, que le edifique su casa; la vivienda por encargo, es virtualmente el unico modo de producci6n, a travs deI cual, las c1ases
media yalta resuelven su problema habitacional en esos afios. Los inmuebles que se producen de esa manera, se asemejan mucha mas a un bien
patrimonial que se utiliza coma un valor de uso.
Ahora bien, si el terreno es adquirido por artesanos, obreros, empleados, bur6cratas, es decir, la c1ase trabajadora, 10 mas probable es que el
conjunto no cuente con servicios 0 que disponga de los minimos bsicos.
Muchos afios pueden pasar hasta que stos se introduzcan en todo el fraccionamiento y se generalice su funcionamiento a un uso exclusivo. Con la
aparici6n de los sistemas de cooperaci6n y de co-financiamiento de la
obra publica en los cuarenta, se acelerar el proceso de consolidaci6n de
algunos fraccionamientos populares. 2lI La colonia ferrocarril para obreros
de ese ramo es, sin duda a1guna, la operaci6n privada mas representativa
de este periodo; 2,236 familias vivieron mas de un cuarto de siglo sin ser26 Ese seria el caso con las colonias Reforma, Moderna, West Wend y Donato Guerra.
27 Esta c1asificaci6n va a aparecer hasta 1961, con la Ley Estatal de Fraccionamientos
Urbanos. Con una divisi6n muy simple en dos grandes tipos: residenciales y de habitaci6n popular (Art. 5").
28 Nos referimos principalmente al Consejo de Colaboraci6n Municipal y al impuesto de
plusvalfa. Vase el Apartado 7: Cuatro modelos de introducci6n de infraestruclUra.

290

Eduardo Lapez Moreno

vicios en una parte de la ciudad que, tcnicamente, era susceptible de


tenerlos en el corto plazo.
A diferencia de las colonias residenciales, la vivienda popular se autoconstruye 0 se autoproduce. El primer sistema, supone que es el dueiio
deI predio quien levanta la obra con una asistencia mfnima. por parte de
obreros de la construccion, 0 por amigos 0 parientes, que poseen un cierto
saber-hacer tcnico; mientras que en el segundo, la obra se delega a los
trabajadores-constructores (albaiiiles y maestros de obra principalmente),
quienes pueden recibir un cierto tipo de ayuda ffsica por parte deI propietario.' Se trata de una forma de autoproduccion -asistida 0 no- en que el
propietario controla economicamente el proceso.
AI igual que con la construccion por encargo, el "producto final"
posee un valor esencialmente de uso; es decir, no se trata de una produccion mercantil propiamente dicha, pero, en cualquier momento puede
ponerse en circulacion, si asf 10 desea su propietario, ya sea bajo la forma'
de vivienda en renta 0 en venta. 29
El hecho de que el propietario de la vivienda que se construyo por
encargo, sea solo un usuario final y no un productor-consumidor, coma
es el casa con estos dos sistemas, sienta las bases para que, con el tiempo,
las pequeiias empresas constructoras puedan crecer tanto en 10 que respecta a su produccion coma a su tamaiio. Asf se establece una conexi6n
que tiene que ver con el desarrollo incipiente de la industria de la construcci6n, tema que abordaremos en el Apartado 6.
En trminos generales, el crecimiento en superficie de la ciudad se
hizo en todas las direcciones, teniendo sin embargo, un eje preferencial
de desarrollo: este-oeste, y unD secundario al sur, ocasionado por la construcci6n de la Colonia Ferrocarril. Por la naturaleza de la promoci6n y la
ubicaci6n de las colonias, podemos distinguir dos tipos de operaciones: la
saturaci6n deI tejido urbano y la expansi6n de la mancha de la ciudad.
La saturaci6n se debi6 en gran parte, al embovedamiento deI Rfo San
Juan de Dios (1897-1910) y a la creaci6n de una gran avenida en 10 que
fue su lecho: la Calzada Independencia (1910-1935). Con estos trabajos
se "Iiberaron" varios predios que, por sus condiciones de centralidad y
por contar con los servicios urbanos, dieron lugar a un proceso fuerte de
especulaci6n en la parte este de 10 que era el no (PIano 2). Propietarios
29 Vase al respecto, eltrabajo dei colombiano Samuel Jaramillo, quien realiza un analisis
muy minucioso de las formas de producci6n dei espacio habitacional. En ellibro compilado por Emilio Pradilla, Ensayos sobre el problema de la vivienda en Amrica Latina,
UAM-X, 1982, pp. 149-232. Igualmente los trabajos de M. Schteingarth y Oscar Nufiez,
cf. bibliograffa.

291

Perfodo IV

privados fraccionaron los espacios, que la rectificaci6n dei tejido urbano


generaba, asi surgieron varias colonias como La Perla. Agua Azul. Tivoli.
En la mayorfa de los casos. la operaci6n consistfa simplemente en subdividir una superrnanzana bien servida por la vialidad y la infraestructura
existente, realizada con recursos publicos. La necesidad de dar continuidad, a los ejes de las calles que provenian dei centro de la ciudad. genera
un tejido urbano muy particular. que poco se ajusta al modelo reticular de
esa parte de la ciudad.

Piano 1
Colonias y fraccionamientos en Guadalajara (1920-1940)
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El Progreso
Somellera
Col. Morelos
Col. brera (Uni6n)

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General Real Huerta


Bariagan yHemndez
Barrera
Ferrocarril
Herrnuda (oriente)

Fuente: Obras PUblicas, H. Ayuntamiento de Guadalajara.


Realiz6: E. L6pez Moreno.

\~

Il. Col. Atlas


12. El periodista
Il Las Huertas

292

Eduardo LOpez Moreno

La expansion se hizo en dos frentes principales: la periferia sur, cerca


de la Ifnea dei ferrocarril y en el Sector Libertad, al sur-este de la mancha
urbana de ese entonces (vase el Piano 1). El desarrollo de la colonia llamada, precisamente, Ferrocarril, contribuy6 a fijar una mana de obra proletaria en la parte sur de la ciudad que coexiste con las familias de artesanos, que hacen de sus casas pequefias, unidades de producci6n. Ahf se
crea definitivamente una ruptura -Q interfase- que se expresa, tanto al
nivel de la estructura social, coma de la forma urbana con una nueva
orientaci6n en el eje de la trama ortogonal. Es tambin notable, que en las
orillas este y oeste, se empiece a conformar un tejido urbano ligeramente
diferente, provocado por la modificaci6n en los parmetros modulares de
las manzanas originalmente cuadrilongas; las cuales se hacen mas rectangulares, con el objeto de racionalizar los costos en la introducci6n de la
infraestructura y de maximizar la ocupaci6n dei espacio -al reducirse las
reas de vialidad y eliminarse los corazones de manzana.

Piano 2
La apertura de la Calzada Independencia
.10
Cambio de la Iraza de 192().193S
orienle calzada

Q,D_sefracclona

1111

La Perla

Las modlftcadones a la parlad6n


a 10 largo dei rio San Juan de Olos
(Calzada Independencia)

Se m1uce la forma de la

Simbologla
D Cuadras nuevas
c[] Ampliaci6n 0 reduccI6n

IIIID Antenor
!Il Divisi6n
El Proyecto anlerior

Se fracc"..a el panraln de Los Angele.


y apar= el e.llldio

,
!

Per{odo IV

293

Gnifico 1
Colonias y fraccionamientos populares en Guadalajara (1900-1970)
Numero de lotes urbanizados
80,000

73,267

60,000

'" 50,000
~
.9
4.l

"0

40,000

.'zE"

30,000

4.l

20,000
10,000
0
190011910

1911/1920

1921/1930

1931/1940
Decenios

1941/1950

1951/1960

1961/1970

Fuente: Archivo de Obras PUblicas dei Municipio de Guadalajara.


Realiz6: Adriana Fausto, Eduardo LOpez M., 1994.

Grlifico 2
Colonias y fraccionamientos populares en Guadalajara (1900-1970)
Numero de hectareas urbanizadas
2,864.68

3,000.00 .
2,500.00
2,000.00
~

l:!
'iS 1,500.00
u

4.l

:r:
1,000.00
415.40

190011910

1911/1920

192111930

193111940
Decenios

1941/1950

Fuente: Archivo de Obras PUblicas dei Municipio de Guadalajara,


Realiz6: Adriana Fausto, Eduardo L6pez M., 1994.

1951/1960

1961/1970

294

4.

Eduardo LOpez Moreno


Un segundo periodo (1940-1970): el desarrollo de la promocion
inmobiliaria, gnesis y evolucion

A partir de la dcada de los cuarenta, la ciudad inicia un acelerado proceso de urbanizaci6n que empieza a prefigurar el nacimiento de una gran
metr6polLJo Con l, toma impulso la industrializaci6n de Guadalajara; en
realidad, es el comienzo de un movimiento ascendente en la economfa de
todo el pafs, que se ve acompafiado de importantes flujos migratorios
hacia las principales ciudades, entre las cuales, no escapa la nuestra. De
un ritmo de crecimiento anual de 3%, entre 1920 y 1940 -ritmo equivalente al nacional-, se brinca a un 6.2% y 9.2%, en las dos decenias
siguientes -una tasa superior a la media nacional. De esos porcentajes, la
inmigraci6n contabiliza par un 56% y un 60%, respectivamente; el resto
corresponde al crecimiento natural. J1
Guadalajara se consolida coma un polo de atracci6n regional que concentra poblaci6n, actividades y servicios. Son varios los trabajos que han
dado cuenta -y con gran claridad- de esa evoluci6n, sus causas y
efectos;J2 basta aquf sei'ialar, que esa capacidad centralizadora, en contraparte demanda servicios y bienes coma la vivienda. De hecho, coma 10
explica J. Revel Mouroz, los factores principales que se encuentran a la
base dei desarrollo industrial, estn ligados al crecimiento demogrfico y
a la urbanizaci6n. La industria -eentrada principalmente en la producci6n
de bienes de consuma-, se desarrolla para responder a los efectos de
aglomeraci6n y no con la intenci6n de conquistar nuevos mercados." De
Alba, incluso sugiere que la Segunda Guerra Mundial y el modelo de sustituci6n de importaciones -punto de arranque dei proceso de industrializaci6n en varias ciudades latinoamericanas-, no fue tal para Guadalajara,
sino mas bien el crecimiento demogrfico y la urbanizaci6n de la ciudad. "
En efecto, las personas que diariamente Ilegan, son gente joven; en
1960, par ejemplo, el 67% tenfan entre 10 y 24 afios de edad. Sus necesidades de vivienda, educaci6n, transporte, recreaci6n y otros servicios
publicos, coloca una fuerte presi6n sobre la ciudad, particularmente en la
demanda de trabajo.
30 Manuel Arregufn, La planeaculn urbana en Guadalajara, CEPES. N 4, 1984.
31 La poblaci6n pasa de 235 mil habitantes, en 1940, a 380 mil en 1950 y 849 mil en 1960.
Vase el Cuadro N 1.
32 Vase los trabajos de Carlos De Alba (1986), Patricia Arias (1980,1983 Y 1985); Arias
y B. Roberts (1984) y Daniel Vzquez (1984), entre otros.
33 Revel Mouroz, J. Op. Cit. P 210.
34 De Alba, Op. Cit.

Per{odo IV

295

El proceso de urbanizacion precede a la industrializacion y va creando una infraestructura de base para ella. La vialidad se adapta a nuevas
cargas de tnifico, se abren ejes importantes de comunicacion, se desarrolia la infraestructura dei transporte con la estacion dei ferrocarril (1958),
central camionera (1955) y el aeropuerto (1950); comienzan trabajos de
renovacion deI centro y una fuerte aceleracion de la producci6n de suelo
y vivienda a partir de 1940. Es, sin duda, una etapa importante para el
desarrollo urbano que, a su vez, da un impulso al mercado inmobiliario.
En tan solo treinta ailos, la superficie de la ciudad se multiplica por 5,7 y
la poblaci6n por 6.5; para atender a las mas de 7,000 nuevas familias que
cada ailo pueblan la ciudad, se producen y ofertan 18 0 19 lotes por dfa,
mientras que en el periodo precedente, la produccion no rebasaba une
diario. Jl
En una fase que requiere atender necesidades habitacionales que rpidamente se multiplican, y que de una forma u otra, acompafian el proceso
de industrializaci6n, el comercio moderno se orienta al desarrollo de la
urbanizacion mercantilista. La posibilidad de utilizar una mana de obra
no calificada, barata y abundante, atrae un numero mayor de inversionistas de capital, quienes ven factible obtener altas ganancias sin muchos
riesgos, como es el caso en el sector industrial.
Debido a que el mercado sigue produciendo principalmente lotes con
servicios, la mana de obra de los obreros de la construccion -que en su
gran mayoria son migrantes-, se ocupa en actividades de dos tipos: una,
durante el desarrollo dei fraccionamiento, con tareas ligadas a la urbanizaci6n dei sitio, y otra posterior, durante la construcci6n propiamente
dicha de las casas, ya sea al servicio de los propietarios deI predio, de un
profesionista independiente 0 de una empresa constructora. J6
35 Los calculos se presentan de la siguiente manera: en 1940, la ciudad contaba con 1,994
has., y en 1970, con 11,005.14 (cf. Cuadro N" 1); las 9,011.4 has. de crecimiento, suponen alrededor de 200 mil lotes nuevos, a condici6n de que se tome coma densidad promedio, la relaci6n que resulta de los registros dei Archivo dei Departamento de Obras
Publicas, a saber: 142,326 lotes igual a 6,419.01 has. Vase los Graficos 1 y 2.
36 "Los emigrados de origen rural encontraron en la industna de la construcci6n su fuente de
trabajo mas cornun. Para esa fecha, habla nacido el negocio deI fraccionamiento, prosperaba la edificaci6n de vivienda y edificios, y se habfan expandido las obras publicas con la
pavimentaci6n de las calles mas cntricas." Escriben al respecto, De Alba Carlos y Kruijt
Dirk, en el libro Los empresarios y la induslria de Guadalajara (Colegio de Jalisco,
1988, p. 62). Jesus Arroyo A., seiiala que "los migrantes han contribuldo fuertemente co~
su trabajo a la construcci6n de la ciudad..., sobre todo, vivienda relativamente barata"; si~
duda se refiere a una etapa mas tardla (alrededor de 1960), pues la producci6n patrimonial
de casas no incorpora aun ese valor de cambio, dei cual, Arroyo hace implfcitamente referencia. Vase, La migraci6n de los lrabajadores rurales de Jalisco hacia los ESlados Unidos, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1978, edici6n mimeografiada.

296

Eduardo Lapez Moreno


Cuadro N 2
Principales urbanizadores (propietarios y promotores)

Nombre dei
Fraccionamiento

llpo

superficie
en m'

inicio
(aulonzac.on)

N"de
lotes

Constructora

Jesus Rodriguez Barba


La Federacha
Atemajac
Postes Cuates
San Joaquin
Belisario Dominguez
Sta. Maria
Libertad
Circunvalacin Belisario
Balcones de Oblatos
Lago de Oriente

popular
popular
popular
popular
popular
popular
popular
popular
popular
popular

1'092,275.90
66,849.80
261,160.00
166,66667
501,374.00
223,577.00
239,272.00
450,672.00
578,34000
787,252.00

Lago de Oriente

popular

Unidad Popular Oblatos


TOTAL

popular

Rodriguez y Morquecho
Ciudad Universitaria
popular
Penal 2' zona
popular
La Huerta (Rodriguez y
Morquecho)
popular

10/11149

2414159
10/5/61
1816/65
413/66

609
85
307
400
775
286
492
1,082
857
3,574

787,252.00

2711/67

3,574

716,457.00
587.11 ha.

213/67

1,264
13,305

1212146

111152
2211154
2119/54

26112155
29/12155

obras por colaboracin


obras por colaboracin
obras por colaboracin
Ing. Gabriel Luna Lazcano
Ing. Hctor Villasefior
es una calle solamente
el mismo
el mismo
Urbanizacs. yConstrucs
Populaces, S.A.
Urbaniza. y Construcc.
Populaces, S A.
el mismo

323,68000
71,985.00

1013/47

777
173

Rodriguez y Morquecho
los mismos

346,809.00

10/11149

374

Ing. Juan Jimnez Romo


y conduefios

San Rafael (Ruvalcaba)


3'zona
popular
residencial
Granjas Chapalita
popular
San Antonio
San Martin 2' y 3' seccin popular
TOTAL

488,870.00 25/10150
200,000.00 apr. 1951
63,959.00
9/3/54
166,375.00 14110160
166.17 ha.

216
220
110
160
2,030

obras poe colaboracin


Rodriguez y Morquecho
Ing. Enrique Bancalari R.
obras por colaboracin

Nombre deI
Fraccionamiento

superficie
en m'

N"de
lotes

Propietarios

(aulon",cion)

2615/54

281

6,500.00 apr. 1954

Enrique Aldrete Camarena


y conduefios
Sra. Angela Harper de
Villasefior
lnversora y Promotora, SA.
Antonia Moreno Vda. de
Cuesta y conduefios
Eduardo y Antonio Levy
No C. Botello

tipo

Ing. Lorenzo Villaseiior Cortina


Vallarta Norte
residenclal
Angel Villasefior Herrera residencial

255,755.30

inicio

Providencia l' seccin


'El Rosario

res.I'
popular

20,864.84
245,69400

9111157
27/2158

23
590

Amricas Colomos
Circunvalacin Vallarta

residencial
residencial

24,594.00
166,264.00

30/10158
14111158

44
273

297

Perfodo IV

Nombre dei
Fraccionamiento

tipo

superficie
en m'

inicio

Nde

Propietarios

(auloriZllCi6n) lotes

Circunv. Manuel Acuiia

residencial

19,869.90

114160

62

Las Amricas
Lomas Independencia
Provldencia 2' secci6n

residencial 121,129.17
residencial 3' 49,300.00
residencial 277,982.00

13111160
13111160
31nt61

305
54
555

Zona San Lucas

res. l'

102,220.13

118161

167

Providencia 3' secci6n

residencial

253,368.50 20/11163

484

El Mirador blatos
Inversiones yTerrenos

popular
resid.l'

198,584.00 13/3/64
19,870.20 21110/64

670
159

Unidad Deportiva

primera

131,914.00

2118166

578

ltalia Providencia

residencial

90,141.85

1718167

227

Antonio Rojas Ladr6n de


Guevara y condueiios
Fraccionadora CIRVASA
Lomas Independencia, S A.
Hugo Cuesta Moreno
y condueiios
Daniel Partida Coyt
y condueiios
Promotora Amricas
y Promotora Providencia
Promotora Mirador
Inversiones y Terrenos
de Occidente,S.A.
Promotora Unidad
Deportiva, S.A.
Inversiones y Terrenos
de Occidente, S.A.

4,479

TOTAL

198.41 ha.

Ing. Enrique Ladr6n de Guevara


Ladr6n de Guevara
l' secc.
residencial

471,695.00

9/3/49

519

Ing. Enrique Ladr6n de


Guevara y condueiios

Ladrn de Guevara
2' secc.

residencial

401,141.00

913149

644

Ing. Enrique Ladrn de


Guevara y condueiios

Ladr6n de Guevara
3' secC.

residencial

318,737.00

17/11155

351

Circunvalaci6n Guevara residencial

87,269.00

1114161

220

525,457.00
180,43 ha.

2616170

193
1,926

Ing. Enrique Ladr6n de


Guevara y condueiios
Ing. Enrique Ladrn de
Guevara
Soledad Castaiieda

445,976.48
145,972.00
36,620.47
8,553.35

2819161
2516168
5111/69
10/10/69

1,014
200
84
51

Lomas de Guevara
TOTAL

residencial

Fraccionadora San Pablo, S.A.


Alcalde Barranquitas
medio
2' secC.
popular
Godoy Luna
popular
Tnlnsito
Udad. Santos Degollado popular
TOTAL

63.71 ha.

Fraccionadora Sn. Pablo S.A.


Roberto Godoy Luna
Constructora Sevilla, S.A.
Ma. deI Carmen Peiia
y condueiia

1,349

Fuente: Archivo de Obras PUblicas dei Municipio de Guadalajara. Permisos de Fraccionamientos.

298

Eduardo LOpez Moreno

Los agentes que realizan los fraccionamientos de los afios 1940-1960


pertenecen a dos tipos bien determinados: un primero, que quiz haya
dejado de ser el ms comun, es el que corresponde a los propietarios
patrimoniales que han conservado bienes rafces por varios afios, y que
con motivo de una sucesion, el 0 los herederos, deciden poner en circulaci6n la propiedad familiar, subdividindola para su venta. Apellidos
coma Vidrio, Ladron de Guevara, Dan, Gomez, Jarero, muestran que se
trata de una burguesfa alta y media, descendiente de grandes terratenientes urbanos. Los fraccionamientos que se llevan a cabo de esa manera,
por 10 general se realizan por urbanizadores-constructores especializados,
quienes pueden ser contratados 0 asociados a la promocion. La sociedad,
en este ultimo caso, se da tanto al nive! tinanciero coma al tcnico.
Un segundo tipo, que empieza a aparecer con cierta frecuencia en
estos afios, es el de los promotores que compran suelo a tin de constituir
sus propias reservas territoriales, que irn urbanizando conforme la
demanda 10 exija y ellos 10 puedan. Se trata de promotores-urbanizadores
aut6nomos (independientes 0 en agencias), cuyas actividades son especulativas, en la medida en que compran para vaiorizar el sue!o y e! capital
que invierten en la operacion; nombres coma Morquecho Czares y
Rodrfguez Barba, son probablemente, los ms representativos de este
tipo. Un perfil de promotores que continua hasta nuestros dfas.
Las asociaciones entre estos dos grandes tipos de promotores son
comunes: duefios de sue!o por un lado, promotores y fraccionadores por
otro; en ocasiones estos ultimos pueden ser dos agentes diferentes. Ya sea
que el propietario, dada su baja capacidad economica, promueva la sociedad 0 que e! promotor es quien busque interesar al primero. No es raro
que ste ultimo, sea una persona de edad avanzada, para quien resulta
diffcil urbanizar el terreno por su cuenta. Rodrfguez y Morquecho, de
nueva cuenta, y Jorge Dipp, parecen ser los principales promotores que
procuran asociaciones de este tipo en estos ~inte afios (1940-1960).37
La informacion de que disponemos, no nos permite tijar un orden de
magnitud dei peso que cada uno de ellos tiene en la promocion de esos
afios ni tampoco podemos precisar cules son sus principales modos de
articulaci6n. De acuerdo con nuestra base de datos, parece ser que cada
uno de ellos pretiere especializarse en un tipo particular de fraccionamiento, sin que eso impida que alguno de ellos "invada" la promocion de un
37 Ese es el caso, por ejemplo, con la sociedad formada par los propietarios patrimoniales,
Roberto y Jorge Palomera, y un socio promotor, quien participa con capital Heinrich
Tiessen. Ellos lIevaron a cabo las colonias las Torres, la dei Fresno y la dei Sur, en la
que cada uno particip6 con sumas iguales, estimadas en 72 mil pesos.

Periodo IV

299

nivel socio-econ6mico diferente. As! por ejemplo, el mas importante de


los promotores-constructores, Jesus Rodrfguez Barba, s610 lleva a cabo
proyectos de corte popular; mientras que el ingeniero Ladr6n de Guevara
-uno de los pocos propietarios, promotores y urbanizadores-, nada mas
desarrolla operaciones residenciales de primera, al igual que el Ingeniero
Lorenzo Villasefior Cortina, quien fue el principal constructor de fraccionamientos de esos afioS. 38 Todos, como hemos repetido con insistencia,
s610 ofertan lotes con servicios y hasta los sesenta no incursionan en la
producci6n de vivienda. A excepci6n de la Colonia Independencia/' que
fue realizada por agentes y capitales extraregionales, la gran mayorfa de
las promociones restantes se lIevaron a cabo por agentes locales.
A la relativa homogeneidad de los agentes y de los sistemas de promoci6n de estos afios (1940-1960), corresponde la de los productos. Con
la expansi6n de la promoci6n inmobiliaria, las formas de producci6n, los
sistemas de organizaci6n y los productos, se van a diversificar (Apartado
5). Esas mutaciones son, en gran parte, propiciadas por la aparici6n de
mecanismos de financiamiento institucional y por el crecimiento de la
demanda, que atrae nuevos promotores e inversionistas de capital.

Se reafirma la tendencia de accesi6n a la propiedad

Entre 1940-1970, la urbanizaci6n de lotes en la ciudad observa una tendencia larga, c1aramente ascendente que, sin embargo, tiene tres grandes
fluctuaciones cfclicas de una duraci6n remarcablemente similar, de cinco
a seis afios cada una (Grafico 3). Las depresiones en 1953-55 y 1962-63,
pueden explicarse a partir de dos interpretaciones diferentes. Una, es que
simplemente se trata de una informaci6n discontinua; es decir, mas que
una crisis en la producci6n, ellas son indicadores fieles de los problemas
que la administraci6n municipal tiene en la captaci6n y sistematizaci6n
de los permisos para lotificar. Y la otra, es que las curvas reproducen la
naturaleza misma de la producci6n deI suelo, con un mercado imperfecto
que requiere de una recomposici6n peri6dica dei capital y de los agentes
que intervienen. Sin que se trate de una crisis propiamente dicha, los tres
38 Segun nuestra base de datos, Rodriguez Barba realiz6 12 fraccionamientos, Ladr6n de
Guevara 5 y Villaseilor Cortina 16. Referirse al Cuadro N 2 Yallistado en Anexo.
39 La Colonia Independencia, desarrollada en 1950, fue la operaci6n de mayor envergadura en estos treinta aiios con 5,495 lotes. Como ya 10 comentamos, Daniel Vazquez piensa que esta promoci6n mostr6 el camino a los agentes locales. Empero, vale la pena
recordar que en ese entonces se habian realizado, cuando menos, 100 operaciones.

300

Eduardo Lapez Moreno

cic10s reflejan la expansi6n-retracci6n deI empleo, la inmigraci6n, y


sobre todo, la articulaci6n con la economia macro-econ6mica.
El incremento en la amplitud de los cic10s de producci6n, que aparecen despus de la Segunda Guerra Mundial, pone de manifiesto que la
producci6n de lotes ha madurado desde el punta de vista econ6mico, tcnico, juridico e institucional -en gran parte, probablemente, gracias a la
aparici6n de las instituciones mixtas. 40 En 10 sucesivo, la oferta puede
atender una demanda mas importante con una escala de producci6n
mucho mayor. El boom que se vive en la dcada de los cuarenta y cincuenta, corresponde perfectamente con los movimientos expansivos de la
economia deI pais,41 con incrementos en la oferta de lotes que, globalmente, corresponden a un 350% en la primera decenia y 200% en la
segunda.
Igual que en el periodo precedente (1900-1940), la oferta estuvo
ampliamente orientada a los sectores populares; un 72.3% de la producci6n se dirigi6 a ellos y 15.8% a los grupos de altos ingresos.42 Es el nacimiento de los fraccionamientos populares coma una respuesta "natura1"
al crecimiento poblacional y a las necesidades habitacionales que le son
inherentes. Los afios 1940-1970, fueron de un gran crecimiento en la ciudad. En este periodo, proliferan los talleres y las pequefias industrias
familiares, presentndose una fuerte demanda que impulsa el mercado de
suelo para la clase trabajadora. La curva de este tipo de fraccionamientos
no s610 esta en concordancia con la construcci6n general, sino que es ella,
quien en gran parte la define. Los tres ciclos que la componen, permiten
leer en ella, el impacto de la economia macroecon6mica.
Los dos primeros -que parecen corresponder a la integraci6n de la
ciudad a la economia nacional-, son de gran amplitud y comprenden los
afios 1949-54 y 1956-1961, con un promedio de 4,638 y 5,725 lotes construidos por afio; una cifra muy superior a la media, que alcanz6 los 3,434
40 El suelo no es un producto que responda solamente a una 16gica econ6mica 0 financiera,
sino tambin a un conjunto de factores, en donde las relaciones polfticas y sociales juegan un papel fundamental. Esos sistemas de relaciones y el determinismo polftico, son
elementos fundamentales a analizar en la producci6n de este bien.
41 El PlB se incrementa en un 6%, en los ailos 1940-1955, y los precios al consumidor en
un 10.7%; para los ailos 1956-1972, el PIB pasa a un 6.5% y el fndice de precios a un
4.1 %. L6pez G. Julio, La economia dei capitalismo contemporaneo, Facultad de Economfa, UNAM.
42 SegUn los registros dei archiva de Obras Publicas, aparecen 142,326 lotes en total, de
los cuales 103,044 se les puede considerar coma una promoci6n de caracter popular y
22,500 para los estratos de ingresos elevados; el resta fue para los sectores medios.
Vase el Grfieo 4: Lotes urbanizados por tipo de fraccionamiento.

Periodo IV

301

unidades. En la primera etapa, se lievan a cabo grandes fraccionamientos


coma Quinta Velarde, Blanco y Cullar, Independencia, Colonia dei
Fresno; mientras que la segunda etapa ve nacer operaciones coma la
Zona Industrial, Lomas de Polanco, Oblatos, A1calde Barranquitas. 43

Grafico 3
Colonias y fraccionamientos populares en Guadalajara (1900-1970)
Promocion publica y privada
Numero de lotes urbanizados
12,<XXl

'"

.............

1O.<XXl

8,<XXl

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6.<XXl

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privados
publicos

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Ailo de urbanizaci6n

Fuente: Archivo de Obras PUblicas dei Municipio de Guadalajara.


Realiz6: Eduardo L6pez M., Adriana Fausto B., 1994.

El tercer cielo -parece concordar con la lIegada de capitales extraregionales e intemacionales a la ciudad-," comienza en 1963 y tiene una
duraci6n de cinco 0 seis afios, como los dos anteriores, Es, sin duda, el
periodo de maxima expansi6n de fraccionamientos en la ciudad; en ese
tiempo, se realizan operaciones coma el Cerro dei Cuatro, Constituci6n,4S
Lago de Oriente, Ocho de Julio, con una producci6n promedio muy ele43 Vase los PIanos 3, 4 Y5, en donde se localizan espacialmente los fraccionamientos.
44 En esos alos, aparecen en Guadalajara, las primeras transnacionales como Kodak y
Motorola. Su localizaci6n se debe a los estudios efectuados por el Instituto Jalisciense
de Promoci6n y Estudios Econ6micos. El tejido urbano en el que se insertan, evoluciona
a 10 habitacional posteriormente.
45 En realidad, el Fraccionamiento Constituci6n, se lIev6 a cabo en el Municipio de Zapopan; por alguna raz6n, se registr6 en Obras PUblicas de Guadalajara. Recurdese que los
anlisis que presentamos, conciemen s610 a la informaci6n obtenida en este Ultimo
municipio, el cual cubre alrededor deI 72% de la superficie con que realmente creci6 la
ciudad en esos treinta alos (cf. Recuadro A: Metodologfa sobre la base de datos),

302

Eduardo Lapez Moreno

vada de alrededor de 7,676 lotes por afio, 10 que equivale al doble dei
promedio de producci6n anual en las tres dcadas. Es una etapa de gran
auge en el proceso de industrializaci6n, en el que se impulsa el desarrollo
de la infraestructura urbana con los sistema de drenaje (colector oeste), la
red vial y los equipamientos publicos (centros educativos y culturales,
servicios administrativos y sociales); aparecen subcentros urbanos, conformados y animados por centros comerciales. Se vive un periodo de
modemizaci6n de la ciudad con una fuerte inversi6n publica y privada; se
implantan empresas de capital intemacional y se consolida el sector
financiero bancario que otorga prstamos para la construcci6n.

Grafico 4
Colonias y fraccionamientos populares en Guadalajara (1900-1970)
Lotes urbanizados por tipo de fraccionamiento
popular
medio
residen'cial"

Aiia de urbanizaci6n

Fuente: Archivo de Obras PUblicas dei Municipio de Guadalajara.


Realiz6: Adriana Fausto. Eduardo L6pez M., 1994.

La depresi6n final de este cielo, anuncia una verdadera crisis de gran


amplitud, que virtualmente pone fin a los fraccionamientos de tipo popular; las causas que la provocan y el efecto que tienen en las condiciones
habitacionales de la poblaci6n mayoritaria, seran estudiadas en el apartado final de esta primera parte. En cuanto a la oferta de suelo de tipo "residencial", podemos apreciar dos cielos que no son aut6nomos a la evoluci6n general. Un primero, mas 0 menos largo, que comienza en 1952 y se
continua hasta 1963, en esos afios se desarrollan operaciones de gran

Perfodo IV

303

envergadura como la Colonia Jardines deI Bosque, Lomas deI Country,


Ciudad deI Sol, VaHarta Poniente, Jardines de los Arcos, con una producci6n promedio de 1,760 lotes anuales; mientras que a 10 largo de los treinta afios que cubre el periodo, se construyeron en promedio 750 lotes para
personas de ingresos elevados por ano. Es precisamente en los sesenta-el
momento de mayor amplitud deI cielo-, cuando se registra el numero de
hectreas urbanizadas mas importante, sin que en esos afios se haya puesto en venta el numero mayor de lotes; 10 que significa que fue, precisamente en esa etapa, que se crearon los lotes de una superficie mas
grande." El segundo cielo retoma de una forma tfmida inmediatamente
despus, y se continua s610 por cinco afios, los niveles de producci6n que
no son muy superiores a la producci6n media, pues s610 se desarrollan
algunas operaciones aisladas como Colinas de San Javier, Lagos deI
Country 0 la terminaci6n de Providencia en su cuarta y quinta secci6n.
En realidad, ambos cielos forman parte de una misma fase de expansi6n
deI habitat residencial, que corresponde con el crecimiento de la elase
media yalta tapatia. 47
Tanto un tipo de suelo como el otro, se ofrece en accesi6n a la propiedad. Indudablemente, la via principal de acceso es la compra con pagos
diferidos. Hasta la quinta 0 sexta dcada de este siglo, cuando se desarroHan y "generaIizan" los crditos hipotecarios, los prstamos eran consentidos por los propios promotores-urbanizadores; sin ellos, una gran parte
de la poblaci6n no hubiera podido constituir un patrimonio inmobiliario.
Las condiciones crediticias son muy similares a las dei periodo anterior
(1900-1940): cuatro 0 cinco anos de plazo, sin intereses y sin enganche 0
uno minimo, que nunca rebasa el 5% dei valor dei predio:' Virtualmente,
46 Son los lotes que corresponden al habitat residencial de primera, vase los Graficos 1 y
2, en donde se puede apreciar que, en los afios 1951-1960, se construyeron 51,970 unidades y su urbanizaron 2,864.68 has.; mientras que una dcada despus, se registraron
73,267 lotes y se urbanizaron solamente 2,658.96 has. Tomando como hip6tesis que el
60% dei area total es superficie vendible, resultan para el primer caso, lotes de 330
metros cuadrados, y en el segundo, de 217 metros cuadrados.
47 Esta expansi6n dei habitat de alto nivel, habfa tenido una primera manifestaci6n a principios de siglo con el desarrollo de las primeras colonias, cf. Perfodo 3.
48 Debido a que la propiedad deI suera queda en garantfa de pago, los fraccionadores senalan que no se requiere fiador. A fines de los cincuenta, el plazo empieza a extenderse a
ocho 0 diez aiios, casos en que los acreedores cargan un inters sobre saldos insolutos,
que varia entre un 3% 04% anual. En esa misma fecha, aparecen los crditos hipotecarios de instituciones privadas para la compra de lotes. Un buen ejemplo de ellos, 10
constituye el Banco Intemacional Inmobiliario S.A, quien hace emprstitos a siete ai\os
para adquirir un predio en el fraccionamiento J ardfnes dei Bosque (peri6dico El In/ormador, inserciones publicitarias de varios ai\os).

304

Eduardo LOpez Moreno

todas las categorias sociales recurren a l. La forma en que evoluciona la


proporci6n de los propietarios ocupantes, testimonia su importancia como
un sistema de adquisici6n que es decisivo para la difusi6n masiva de la
propiedad en la sociedad tapatfa.
En 1940, cinco de cada cien personas, eran propietarias de la casa que
ocupaban; diez afios despus, la relaci6n sube a casi un tercio, y para
1970, alcanza el 43% de la poblaci6n:9 Es verdad que para muchas de
esas familias se trata de una falsa mejora en la evoluci6n de su estatuto
jurfdico de ocupante; a mediados de siglo, solamente 44.9% de las
viviendas cuenta con agua entubada de uso exclusivo, y para 1960, un
quinto aun no tiene drenaje. El parque de vivienda existente se ajusta
poco a las normas 0 estandares habitacionales comunmente reconocidos;
con un indicadar de densidad domiciliaria promedio de 5.9 personas par
familia, resulta que el 59.5% de los habitantes vivfa en condiciones de
hacinarniento en 1960, si se considera a ms de dos personas por cuarto. 50
Los afios 1940-1970, representan un periodo de fuerte expansi6n en la
urbanizaci6n de la ciudad, y en la consolidaci6n de una polftica de accesi6n a la propiedad privada, que en contraparte, acusa grandes carencias
en muchos de los elementos que se hacen necesarios para lograr una
vivienda digna.

La localizaci6n espacial de las operaciones inmobiliarias y sus


caracteristicas
El anlisis de la localizaci6n de los fraccionamientos desarrollados en la
ciudad, en este periodo, muestra una distribuci6n uniforme de la actividad
en el espacio. Al parecer, es la presencia de los promotores la que da esa
gran movilidad; sus operaciones pueden, ya sea adaptarse a las tendencias
generales de crecimiento 0 generar nuevas reas de expansi6n, y con ello,
nuevas condiciones de localizaci6n. 51
49 De acuerdo con el 7 Censo General de Poblaci6n, 22,807 familias eran propietarias de la
vivienda que ocupaban en 1950, 10 que hacfa el 29.2% de los habitantes. Tan s610 dos
dcadas despus, la cifra pasa a 75,785 familias 10 que equivale al 43%, segun 10 establece el go Censo de Poblaci6n. Secretarfa de Economfa, Direcci6n General de Estadfstica.
50 Idem.
51 Si bien, por 10 general, los promotores procuran realizar sus operaciones al interior de la
aglomeraci6n en tierra susceptible de urbanizarse en el corto plazo y con bajos costos,
existen varios casos en que los fraccionamientos se ubican fuera de la mancha urbana de
ese entonces. En los pianos que elaboramos por dcadas, podemos observar, c6mo algunos de esos proyectos constituyeron nuevos frentes de urbanizaci6n. Citamos a1gunos
ejemplos: 1940-1950: las colonias Santa Edwiges, Universidad, Quinta los Alamos,

Per{odo IV

305

Los trabajos publicos importantes tienen un peso relativo -sino es que


mfnimo- en la 16gica particular de localizaci6n. Para los propietarios
patrimoniales, 10 que cuenta es d6nde se encuentran, ffsicamente, sus propiedades; y para los promotores, que no son duefios deI suelo, la disponibilidad de tierra en la ciudad y el valur de la misma. Por la independencia
que toma el mercado de suelo en esta etapa, el valor inmobiliario se convierte en un elemento central que regula el precio; en consecuencia, la
busqueda de una "buena localizaci6n", se convierte en una estrategia fundamental de la promoci6n. S2
El poder conservar tierra como reserva, en zonas contiguas 0 pr6ximas al sitio en donde se lIevan a cabo las operaciones, resulta fundamental para estos agentes. Las rentas, que el cambio de usos de suelo y las
expectativas de urbanizaci6n generan, permiten incrementar sus ganancias 0, en todo caso, garantizar que mantengan los mismos niveles de rentabilidad en nuevas operaciones. Una estrategia de valorizaci6n de suelo
como esa, da pie a un comportamiento francamente especulativo, que
propicia que el desarrollo urbano sea superior al requeridoY
En su tesis de doctorado, German Solinfs escribe, que las condiciones
de acumulaci6n deI capital dentro deI sector inmobiliario, determinaron
en gran parte la configuraci6n espacial de la ciudad. Las bajas densidades
en la periferia, provocadas por grandes vacfos urbanos -principalmente
en el oeste de la ciudad-, representan una fuerte inversi6n en los servicios
y equipamientos publicos, que no es soportada por los fraccionadores.
Esa determinante econ6mica, es favorecida por el desarrollo de los transportes en comun, que hace accesibles todas las zonas perifricas. 54 En 10
general, el proceso de urbanizaci6n se caracteriza por una desarticulaci6n
en relaci6n al tejido urbano y las operaciones que lIevan a cabo los proHuentitan (PIano 3); 1950-1960: la Colonia Tepeyac, Colonia Agraria, y los Fraccionamientos Espaiia, Lomas de Polanco, Cerro deI Cuatro, La Paz, San Joaquin (PIano 4);
1960-1970: Huentitan el Bajo, Estadio Poniente, Jardines de Guadalupe, Lagos de
Oriente, Clemente Orozco (PIano 5).
52 Durante la etapa de venta de los lotes, los promotores le conceden una gran importancia
a la buena localizaci6n de sus operaciones coma una estrategia publicitaria capital.
Vase el Recuadro C, en donde se 'presenta un resumen de inserciones publicitarias aparecidas en El In[ormador, un peri6dico local.
53 En 1940, la densidad promedio de la poblaci6n era de 118.1 habitantes por hectrea, en
los treinta ailos siguientes la poblaci6n aument6 en 1 293,041 habitantes, con un crecimiento en superficie de 9,011.14 has., de donde resulta una densidad de 143.4 hablha
(cf. Cuadro N" 1).
54 Solinis, Op. Cil., V. l, p. 113.

306

Eduardo Lapez Moreno

motores, por su dispersi6n en toda la ciudad, 10 que provoca un tejido


urbano discontinuo (vanse los PIanos 3, 4 Y5).
En efecto, los fraccionamientos nacen sin que exista un vfnculo
estructural 0 formaI entre eIlos y el sistema urbano. La extensi6n de las
redes de infraestructura y de las vfas de circulaci6n, cumplen una funci6n
principal: "alargar el campo ffsico de la especulaci6n, dejando verdaderos
desiertos urbanos".ss En ese sentido, los fraccionamientos fueron un factor que acompafi6, e incluso aceler6, la expansi6n urbana metropolitana.
En estos aiios, se empieza a hablar de dficit de suelo, un trmino que
alude a una compleja concepci6n de 10 urbano y que amerita ser matizado
pues, en realidad, 10 que existe es una fuerte especulaci6n de terrenos en
la periferia y dentro de la misma ciudad; estrategia de "congelamiento"
de la propiedad que, debido a la fuerte demanda existente, no corre
muchos riesgos financieros, pudiendo mantenerse por aiios en una "espera segura".
La estructura general de la ciudad refleja una de las caracterfsticas
principales deI crecimiento urbano de esos aiios: su naturaleza contradictoria. Las desigualdades se expresan, tanto en el espacio construido,
coma en la arrnadura social. Guadalajara se convierte en varias ciudades:

La delluibitat de los grupos econ6micamente desfavorecidos


En 10 general, el hbitat popular se caracteriza por sus pocas reas verdes
y par tener un espacio construido que es netamente superior al espacio
libre, de donde resulta un coeficiente de construcci6n elevado y fuertes
densidades. La infraestructura es muy precaria y de calidad irregular con
muy poco -yen ocasiones sin ningun- equipamiento colectivo y social.
Los lotes de los fraccionamientos son individuales y pequeiios, casi
tOOos de una dimensi6n mfnima que, de acuerdo con la ley de 1968 -primera que tipifica la habitaci6n de tipo popular-, es de noventa metros
cuadrados; existen antecedentes, sin embargo, de varias familias, que a
finales de los sesenta, subdividen sus predios a la mitad con el objeto de
poder cubrir el pago de su lote (el cual, se vefan amenazados de perder),
en una estrategia de auto-financiamiento que, finalmente, atenta en contra
de sus condiciones de vida por la exigidad dei espacio en que viven.
55 Grandes avenidas coma M. Otero, Lazaro Crdenas, Patria. contribuyen a extender en
forma desmedida la periferia. Solinfs, Op. Cir.,V. 2, p 35. N6tese particularmente la
influencia de esta ultima avenida, pues un numero importante de fraccionamientos se
desarro1l6 a 10 largo de su eJe.

Per{odo IV

307

La oferta tan amplia de suelo para los estratos populares conforma


una media Luna de pobreza en el oriente de la ciudad, con extremos 0
"puntas" que nacen al norte y al SULl Ademas de los lotes de los fraccionamientos proletarios, existe vivienda colectiva en donde viven entre seis
y siete mil familias. l7 Al sur, proximo al ferrocarril, se confirma el Plan
en Zoning, con la delimitacion de zonas industriales y habitat obrero a su
alrededor, con fraccionamientos coma La Colonia Ferrocarril, El Fresno,
Colonia dei Sur; en realidad, varias de esas colonias albergan pequefias
unidades de produccion familiar, que ocasionan una mezcla de actividades de producci6n y de consumo.
El eje oriente-poniente polariza social mente, cada vez mas, a la
poblacion, y materializa, a travs dei espacio construido y los grupos que
10 habitan, la division de clases. En el extremo de la "media luna" se
asientan los pobres, confundindose la habitacion con pequefios talleres
manufactureros y artesanales, microindustrias y fabricas clandestinas. Por
el otro extremo, los grupos de recursos elevados se apropian de esa parte
de la ciudad. Bajo esa estructura de ordenamiento socio-espacial, el eje
termina por convertirse en el espejo moral y social de la ciudad.
El habitat popular se compone tambin de las zonas viejas y deterioradas dei centro de la ciudad, en donde familias pobres rentan una vivienda
que, muchas veces, es solo un cuarto con una mala ventilacion e iluminacion, e incluso, a veces sin ellas. Se trata de vecindades con servicios
colectivos de psima calidad e higiene y, por 10 general, en condiciones
ffsicas deplorables; por su localizacion, privilegiada muchas veces, el
pago de la renta es relativamente elevado. A partir de los cincuenta, el
centro acenrua su caracter comercial y de habitat social, con el xodo definitivo de las familias de recursos elevados a la periferia oeste y noroeste.

La del /uibitat de los grupos econ6micamente favorecidos


Las zonas verdes, espacios abiertos, servicios urbanos compleros, equipamientos publicos y sociales y usos de suelo estrictarnente residenciales,
son las caracterfsticas principales de ese tipo de hbitat. Predios de una
56 Segun German Solinfs, para 1970, los fraccionamientos populares representan mas dei
60% dei rea urbana de la ciudad, Op. Cit. V. l, p. 89.
57 Segun datos oficiales, proporcionados por la Direcci6n de Obras PUblicas deI Municipio
de Guadalajara, en las vecindades de la parte cntrica de los sectores Libertad y Reforma -10 que eran los antiguos barri os- vivfan el 3% 0 4% de la poblaci6n tapatfa de ese
entonces.

308

Eduardo Lapez Moreno

superficie mfnima de 300 metros cuadrados, mas de un tercio de la superficie sin construir y servidumbres frontales (yen ocasiones laterales),
determinan el marco construido en esa parte de la ciudad. sM
La mezc1a de un saber-hacer tcnico con un poder-hacer econ6mico,
da como resultado, formas y estilos urbanfsticos independientes a la
trama reticular que, hasta entonces, ha prevalecido en el ordenamiento deI
espacio. Desarrollos tipo Country Club, con trazos organicos adaptados a
las caracterfsticas deI terreno, separaci6n de funciones, incorporaci6n de
elementos que intentan diferenciarse de la estructura urbana, conforman
el nuevo modelo en las partes ricas de la ciudad.
"La tipologfa obedece a criterios culturales importados por arquitectos que hacen su entrada definitiva en la escena urbana a partir de la
segunda mitad dei siglo".s9 Se crean fraccionamientos con cualidades paisajistas, que buscan integrarse al medio ambiente con el disefio (Patria,
Jardfnes dei Bosque, Vallarta Poniente, Chapalita, algunos de ellos situados en la periferia como Las Fuentes); otros se conciben coma elementos
aut6nomos a la ciudad, cuasi cerrados, similares a los suburbios americanos (Lomas dei Valle, Colinas de San Javier, Country Club); se trata de
proyectos que derivan de una ideologfa de la seguridad social, cf. Apartado. 6), y fuera de la mancha urbana una parte de las tierras a comercializar, se reserva al consumo de los grupos econ6micamente privilegiados,
quienes buscan un habitat de baja densidad. 60

La delluibitat de la clase media

Lotes con una superficie que oscila entre los 140 m2 y 250 m2 en promedio, obras de urbanizaci6n con los servicios estrictamente necesarios -en
ocasiones sin ellos-, ciertos espacios libres y reas no construfdas, que
equivalen al 20% de la superficie de los lotes, conforman las caracterfsticas principales de este tipo de habitat. Con la ruptura deI modelo socioespacial concntrico, "la ciudad" de los sectores de recursos medios, deja
de situarse en un "anillo intermedio" de la mancha urbana. Solinfs escribe: "si bien es diffcil localizar1o en alguna parte de la aglomeraci6n, el
58 La obligatoriedad en el retira frontal de la construcci6n, trae como consecuencia, el
abandono definitivo de la manzana, en tanto que un envol vente continuo. Sobre los
aspectos urbanfsticos dei desarrollo vase el documenta La Cuadrlcula en el desarrol/o
hispanoamericano. L6pez, Eduardo. Op. Cit.
59 GemMi Solinis, Op. Cit., Vol. l, p. 90.
60 Solinis, Op. Cit., V. l, p.133.

309

Per{odo IV

parafso de la c1ase media, tiene una tendencia a ubicarse al sur y al sureste".61 En realidad, los fraccionamientos de este tipo de c1iente1a, se ubican
par igual en las zonas de saturaci6n urbana (recurdese las operaciones
coma San Carlos, Somel1era, Agua Azul, en la que fue ellecho dei no),
coma en la periferia de la ciudad, con proyectos puntuales coma Prados
Tepeyac, Estadio Poniente, Calzada Olfmpica (cf. Planas 3, 4 Y5).

Piano 3
Colonias y fraccionamientos en Guadalajara (1940-1950)

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1. El Tepopote
2. Las Concbas
1 Obrera Carrillo Puerto
4. Vallarta Poniente
5. Country Club
6. Barranquitas Mezquitan
7. Alcaraz

"

8. Chapalita
9. Ciudad Universitaria

10. Arcos Vallarta


II. Santa Edwiges
12. Penal Za. zona
Il Halr. Popular Huenlitan
14. Ladr6n de Guevara

Fuente: Obras PUblicas H. Ayuntarniento de Guadalajara.


Realiz6: E. L6pez Moreno.

61 German Solinls. Op. Cit., Vol. l, p. 134.

15.
16.
17.
18.
19.
20.

Quinta Velarde
La Federacba
La Huerta

Quinta Los Alamos


El Honniguero
La Loma

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310

Eduardo L6pez Moreno

Piano 4
Colonias y fraccionamientos en Guadalajara (1950-1960)

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Tepeyac
Aurora
Lic. Figueroa
Unidad Modelo
Llc. Figueroa
Gonzalez Fernandez
Residenclas
San Rafael
Blanco y Cuellar
Polrero Alto
Medrano
San Rafael Ayala
Arcos Vallarta
La Huerta (Baeza)
Granjas de Chapalita
Las Rores
La Capacha
Atemajac
Santa Elena
Magaiia (Medrano)
1ndependencia
Revolucin
Tepopote. Este
Agraria

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28.
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30.
31.
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34
35
36.
37
38
39
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Del Sur
Monraz
Col Espaiia
Col. dei Fresno
Ruiz Gahndo. Santa Edwiges
Arcos Gahndo
SUTAJ
Lomas dei Valle
Postes Cuates
San Antonio
Vallarta Norte
San Joaqufn
Hermosa Provmcia
El Mirador
Hernandez Romo
San FranCISco
Chapultepec Country Club
San Lucas
Ladr6n de Guevara 3a. Secc
Tepopote Oeste
Alealde BarranqUillas
Behsarlo Domfnguez
Fresno Mesquitn
Santa Marra

49
50.
51.
52
53
54
55.
56.
57
58.
59.
60
61
62.
63.
64
65.
66.
67.
68.
69.
70.
71
72.

HaCienda Col. Itaha


Villaseiior
Hab Popular N" 2
Trab. Recursos Hidra
Chapalita Sur
Corts
Jardines deI Bosque
Barranquitas
Lomas de Country
Santa Elena Alealde
Zona Industrial
Cerro deI Cuatro
CoUtaha
Vallarta Sur 3a. secc.
Lomas deI Paradero
Belisario SIerra Madre
Provldencia 1a. secc.
CIudad deI Sol
El Rosario
San Andrs
Behsario Montes Altos
Anexo C de Polo Chapahta
San ISidro
Independencl3 Ponienle

Periodo IV

311

Continuaci6n mapa 4
73. Americas Colomos

74.
75.
76.
77.
78.
79.
80.

Circun. Vallarta
La paz
Jardines de los Arcos
Linda Vista
Ferrocarril deI Pacftico
Tepeyac (Casino)
Libertad

81.
82.
81
84.
85.
86.
87.
88.

Verde Valle
Docar
Veracruz
Lomas de Polanco
Oblatos
El Dean, anexo
El Dean, Col. Obrera
Clfcun. Manuel Acuiia

89.
90.
91.
92.
91
94.
95.
96.

Circun. Aml)cas
San Marcos
San Martin la y 2a secc.
Las Amricas
Lomas Independencia
Ferrocarriles
Prados Tepeyac
Colonia Guadalajara

Fuente: Obras PUblicas H. Ayuntamiento de Guadalajara.


Realiz6: E. L6pez Moreno.

Piano 5
Colonias y fraccionamientos en Guadalajara
(1960-1970)

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2.
3.
4.
5.

Frac. El Dean
Jardines de San Francisco
Jardines dei Country
Circunvalaci6n Guevara
Zona Indusbial Sur

6.
7.
8.
9.
10.

Circunvalaci6n Belisario
Ex-Ejido de Oblatos
Estadio Poniente
Arregui, Fresno Oriente
Fresno, Oriente

II. Providencia 2a. secc


12. AIcalde Barranquitas 1a.,
2a secc.
13. Alcalde Bamanquitas 3a.

secc.

Eduardo LOpez Moreno

312

Continuacion mapa 5
14. Alcalde Barranquitas 2a. 47. 2a. Unidad Pte.

80. Anexo San Rafael

48. Cuauhtmoc, anexo

81

15. Clemente Orozco

49. Moreno Padilla

82. Magafia (Mario)

16. Becerra

50. Unidad Santa Elena Alcalde 83

La Aurora

17. San Jorge Vallarta

51. Arregui, f.f.P.P

84

Muavalle

18. Mezquitan

52. Lagos de Oriente

85. Miravalle IV secc.

secc.

El Hormiguero

19. Rancho Blanco

53. Unidad Olimpica

86.

Higuerilla~

20. Cerro dei Cuatro

54. Col6n Alcaraz

87

Jardines de la Paz

21

55. Prados deI Nilo

88. L6pez de Legaspi

56. Unidad Justicla de las

89

Oblato Pte.

22. El Oro
23. Jardines Providencia

Torres

Anexo Col6n Jnd.

90. Gofo de Mxico

24. Providencia 3a. secc.

57. Unidad Deportlva

91. Monumental

25. Estadio poniente

58. Providencia 1a. secc.

92. San Bernardo

26. Numero 2

59. Col6n Industrial

93

27. Vallarta Cuahutmoc

60. Unidad Mezquitan Country 94. Terrenos Cerv Cuauhtmoc

28. Ladr6n de Gurevara, Ote.

61. Lomas de Provldencl3

95

29. El zaIate

62. San Vicente

96. Lagos dei Country

30. Col6n

63. Jardines Alcalde

97. Transito

31. El Mirador de Oblatos

64. Lagos de Oriente

98. Unidad Hab. Belisario D

32. Ocho de Jalisco

65. Unidad Popular Oblatos

99. Verde Valle arnpliaci6n

33. PopuJar

66. Anex. Ote. Sta Elena

100 La Nopalera

34. Calzada Olimpica

67. Jrnpulsora Circunvalaci6n

101. Providencia Ote.

35. Huentiln El Bajo

68. Jardines deI Rosario

102. Rancho Nuevo

36. Constructora El Clan

69. Jtalia Providencia

103 Villa Umversidad

37. La Aorida

70. Lagos deI Country

104 Santa Maria Tequepexpan

38

71. Campo de Polo anexo

105. Gonz1ez Rubio

72. Providencia 5a secc.

106. Bosques de! Boulevard

Constituci6n

39. Jardmes de San Ignacio

Inver y Terrenos de Occte


Unidad Santos Degollado

40. Movimiento JUSl1cia Social 73. Residencial Juan Manuel

107. Lagos de Guevara

41

108. Jardmes de Atemajac

Casa Amarilla

74. Esteban Alatorre

42. Jardines de Guadalupe

75. Jardines dei Valle

109. Zona San Lucas

43. Jardines de la Victoria

76. Arcos Acueducto

Il O. Dr. Arce

44. El Porvenir

77. El Mirador

Ill. Unidad Hab. Guad.

45. Monraz arnpliaci6n 0 Ross

78. 2a. Zona Industrial

112. Gonzlez Gonzlez

46. Balcones de Oblatos

79. Unidad Jndependencia

113. Saracho

Fuente: Obras Publicas H. Ayuntarniento de Guadalajara.


Realiz6: E. L6pez Moreno.

Perfodo IV

313

5. La integracion de la industria de la construccion en la promocion


inmobiliaria
La renta que usted paga, es gasto que jamas se recupera, invierta su dinero en

camprar su casa propia, con solo 17,400 de enganche y 60 ahanas mensuales de


1,560 pesos. Vala en Calle Florencia N 1956, a una cuadra de Amricas.
El In/armadar, inserci6n publicitaria, 1958

A partir de 1960, se empieza a desarrollar una segunda etapa de la promoci6n, que pasa de la viabilizacion deI suelo urbano, a la promoci6n
inmobiliaria propiamente dicha, esta es, a la construcci6n de casas habitaci6n. Esta mutaci6n supone una valorizaci6n deI sector de la construccion, que se articula con la industria de este ramo, y que da lugar a una
gran diversificacion de los modos de produccion.
En efecto, de los allOS cuarenta a los sesenta, se han incorporado a la
mancha urbana mas de 7,475 has., con el desarrollo de 146 fraccionamientos registrados por el Ayuntamiento, y el producto ofertado ha sido
casi exclusivamente suelo. Los adquirientes construyen ellos mismos 0
mandan edificar su vivienda, los productos construidos funcionan fuera
de la logica: dinero-mercancfa-dinero, que caracteriza el sistema de producci6n capitalista; en ese sentido, se puede considerar que el sector
inmobiliario no se constituye aun coma un "mercado modemo".62
La transicion a ese mercado, se ve en gran parte favorecida, par el
modo de produccion de la vivienda par encargo. Algunos de los constructores que trabajan para los propietarios de los lotes, terrninan por constituir pequefias empresas de construccion, con el objeto de responder con
mayor prontitud y eficacia a una demanda cada vez ms importante. Si
bien la vivienda no se hace aun en serie ni para un mercado an6nimo, se
empiezan a dar las condiciones para un cambio de una forma de produccion artesanal a un trabajo asalariado en el que, el constructor, deja de
percibir un pago deI usuario final con quien celebra un contrato, y en
lugar de ello, invierte su propio capital en la produccion de casas para
venta que no necesariamente se dirigen a un cliente particular.
62 En su estudio sobre el cambio en el uso y tenencia de la tierra, Beatriz Garcia P., seiiala
que el surgimiento y consolidaci6n dei sector inmobiliario, vinculado con la industria,
se hizo en los aiios 1975-1985, 10 que nos parece demasiado tardfo; basta para e110,
recordar el Programa Financiero de Vivienda, desarrollado en 1963, en el que se otorgan crditos hipotecarios para la producci6n de vivienda social con la participaci6n de
promotores privados (cf. bibliograffa).

314

Eduardo L6pez Moreno

La necesidad de pasar a otra escala de producci6n, de racionalizar la


producci6n y reducir comparativamente los costos, en relaci6n a otros
constructores, lleva a que algunos de los agentes invadan definitivamente
el campo de la construcci6n en la busqueda de un mayor control deI proceso. Aqullos que pudieron acumular un mayor capital en sus primeras operaciones de urbanizaci6n (ya sea propietarios patrimoniales que se asocian
con fraccionadores 0 promotores-urbanizadores), amplfan su esfera en 10
que constituye un desarrollo incipiente de la industria de la construcci6n.
En ese nuevo sector inmobiliario, la producci6n deja de hacerse en
forma aislada, para orientarse al mercado general con procesos productivos que tienden a ser repetitivos y continuos.'3 Con los afios, el proceso
puede evolucionar a una rama capitalista gracias a la concurrencia de
diversos factores, entre ellos:
el crecimiento general de la economfa y la expansi6n deI mercado
que permite una mayor distribuci6n deI ingreso;
una necesidad habitacional mas aguda con una demanda mas solvente;
una mayor concentraci6n de capital que crea las condiciones para
acumular en este sector;
la aparici6n de sistemas financieros que por un lado amplfan las
capas de acceso de la poblaci6n y por otro reducen las tasas de riesgo de
los promotores, quienes no requieren invertir grandes surnas de sus capitales patrimoniales;
la participaci6n creciente deI Estado, que se hace un demandante
mas, a una escala masiva de producci6n.
De esa manera, se puede desarrollar la producci6n industrial en una
nueva fase de promoci6n inmobiliaria que valoriza y capitaliza, por primera vez, el sector de la construcci6n.64 Evidentemente, los agentes que
participan en esta fase de promoci6n inmobiliaria privada, son mas variados que los deI modo de producci6n anterior: propietarios patrimoniales y
promotores que contratan compafifas de construcci6n independientes;
promotores-constructores que ellos mismos desarrollan las operaciones y
63 Sobre este tema, vase el artfculo de Samuel Jaramillo sobre las formas de producci6n
dei espacio construido en Bogot (cf. bibliografia),
64 Entre los factores que contribuyeron a impulsar la producci6n inmobiliana, en detrilp.ento de la producci6n por encargo, Wario considera de importancia la lIegada de una
nueva "clientela" de cuadros gerenciales de empresas de capital extra-regional, que
estn habituados a este tipo de oferta. En ese mismo articulo, el autor hace notar el
importante incremento que tiene el sector de la construcci6n en la PEA en esos aiios.
pasando dei 7% al 10% de] total entre 1950 y 1970, con una tasa de incremento promedio anual de 6.5% para los aiios 1960-1965 (Esteban Wario, Crecimiento urbano y acumulaci6n de capital, Op. Cil., p. 157).

Per{odo IV

315

que, al controlar los aspectos tcnicos y economicos, participan en todas


las fases de producci6n de la vivienda; socios capitalistas y algunos agentes inmobiliarios "puros",Ol cuya funci6n se limita a promover y negociar
la venta de las casas, por 10 que reciben un porcentaje deI valor deI
inmueble en calidad de pago de servicios. Si bien es cierto que las asociaciones entre estos diferentes agentes, empiezan a ser mas frecuentes,
debido a la busqueda de una integraci6n general dei proceso de producci6n, debe anotarse la ausencia de grandes empresas constructoras con
tcnicas avanzadas." Entre las mas importantes, algunas empiezan por
controlar eI sueIo en tanto que capital productivo, en seguida la urbanizacion y la edificaci6n de la vivienda y, por Ultimo, la circulaci6n final deI
producto; en esa 16gica, procuran hacerse de grandes extensiones de
terrenos perifricos a fin de asegurar un control oligopolico deI mercado;
desde finales de los afios sesenta, se empieza a hacer patente ese fen6meno, grandes empresas prosperan absorbiendo las pequefias y captando un
numero importante de las operaciones.
Un eIemento importante sigue siendo la transferencia de capitales de
otras ramas, coma la industria y el comercio y el sistema financiero que
se desarrolla en esos afios; sin duda, a causa de las dificultades de ampliaci6n y acumulaci6n en esos sectores, en particular, en los dos primeros.
Los capitalistas -que se convierten en promotores inmobiliarios 0 que se
asocian a el!os-, invierten en los bienes rakes y el sector inmobiliario por
varias razones: la elevada rentabilidad, los pocos riesgos, la facilidad con
que pueden recuperar su capital, la transparencia de las operaciones y su
caracter Iimitado y preciso. A 10 largo de su trabajo, Carlos De Alba y
Dirk Kruijt, hacen notar el comportamiento definitivamente especulativo
de los empresarios industriales tapatios, quienes deciden invertir sus
excedentes de capital en ramas no necesariamente productivas coma el
sector inmobiliario; sector en el que acumularon importantes capitales. 07
65 El trmino 10 tomamos de C. Topalov, quien en su libro Les promoteurs immobilers... ,
desarrolla un apartado especial sobre las funciones inmobiliarias y su modo de articulaci6n. Anlisis metodo16gico que nos aport6 una gran luz en nuestro trabajo (cf. bibliograffa). Vase en el Periodo 5, los cuadros que dan cuenta de las diversas funciones que
desempeiian los promotores de la construcci6n de vi vienda en el estado, realizados en
base a la metodologia de Topalov.
66 Wario, Esteban. Crecimiento urbano y acumulaci6n de capital, Op. Cit., p. 157.
67 En una de sus multiples reiteraciones al respecto, De Alba y Kruijt escriben: "Aunque el
textil, la ropa y el vestido, slguieron slendo el nucleo de sus habilidades empresariales, se
diversificaron en otras ramas y adquirieron empresas de electricidad, hoteles y bienes raices. Como compraron muchos terrenos en Guadalajara y sus alrededores, con la urbanizaci6n explosiva de la ciudad, en los aiios sesenta y setenta, adquirieron de nuevo fortunas, esta vez por la venta de terrenos, su lotificaci6n y la participaci6n en dems
actividades especulativas" (De Alba, Kruijt, Op. Cil., p. 129).

316

Eduardo Lapez Moreno

Wario, por su parte, insiste en sefialar que un rasgo distintivo deI sector
inmobiliario, es su estrecha conexi6n con los sectores basicos de la economfa local, principalmente en cuanto al origen de sus capitales y todavfa
mas en particular con el comercio: "Mas dei 60%0 de las 90 empresas
constructoras mas importantes de Guadalajara, tienen sus orfgenes en el
sector comercial e industrial de bienes de consumo."OK Existen antecedentes, sin embargo, de que a finales de los sesenta, una parte de esos capitales empieza a convertirse en un capital aut6nomo, en el que los constructores tienen un peso importante en el sector. Es tambin en estos afios,
que se hace mas clara la separaci6n entre el capital inmobiliario y la propiedad patrimonial dei suelo; en gran parte, porque el mercado de tierra
se desarrolla independientemente por la presi6n que los propios promotores colocan sobre l, incrementando la renta de este bien.
6.

El sector inmobiliario y sus estrategias promocionales


La Colonia Ob/atos tiende a coadyuvar a la solucin dei problema de la habita-

cion popular en Guadalajara, porque los prenos con los cuales .le pondrti a la
venta sertin los mas halos de plaza y los lotes sertin de poco metraJe con objeto de
que las personas de bajos recursos puedan adquirirlos pues ademal dei bajo precio en que .le pondrtin al mercado, .le dartin las mal liberales jacilidades de pago
Archivo Municipal de Guadalajara, cilado por D. Vzquez

Categorfa, comodidad, exclusividad, urbanizaci6n de primera y buena


inversi6n. He ahf aigunos mensajes publicitarios para un cierto tipo de
habitantes. Cercanfa al centro de la ciudad, precio bajo, sin intereses,
largo plazo para pagar y sin enganche. Otros mensajes, pero para una
clientela diferente (cf. Recuadro C). La promoci6n -entendida coma una
16gica de comercializaci6n 0 de circulaci6n dei producto ofertado- es un
instrumento eficaz de valorizaci6n dei sue10 y de 10 que se haya edificado
en l. Desde la concepci6n misma de la operaci6n, hasta su realizaci6n y
venta, puede tomar diversas formas; sefialamos s610 aqullas que, a nuestro modo de ver, utilizan los promotores de esos afios:
En e1 casa dei habitat residencial:
a) Hacen una adaptaci6n reducida en escala y en calidad dei habitat
residencial. Aigo que se encuentra a medio camino entre la reducci6n
mercantilista dei habitat de las capas medias y la manifestaci6n opulenta
de las altas. 69
68 Wario E., Op. Cit., p. 155. Los datos se refieren a un estudio lIevado a cabo en 1975.
69 Nos referimos a proyectos como Los Maestros, Prados Va1larta, Lomas. Solinfs, Op.
Cit., Vol. l, p. 142.

Periodo IV

317

b) L1evan a cabo una urbanizaci6n por etapas en que, ademas de reducir riesgos financieros y facilitar los esquemas de inversi6n, ponen en
practica una estrategia de promoci6n-valorizaci6n dei suelo que, posteriormente, comercializaran: por ejemplo, Chapalita: ciudad campestre,
primera secci6n. Chapalita ciudad jardin, segunda secci6n:
c) Insisten en la importancia de poder acceder a una propiedad privada, coma parte fundamental de un proceso de consolidaci6n de un patrimonio familiar. Veamos un ejemplo:
El bienestar a su alcance i,Como? Si gasta usted un poco menos de 10 que gana. Si
emplea sus recursos sobrantes ventajosamente, esto es, comprando un lote en la pintoresca Colonia Reforma. Tendra una propiedad, cuya posesi6n despertarti en u.!ted sus
instintos conservadores. Se habituara a hacer ahorros y llegar a asegurarse un pequeiio
capital que le permitira comodidades, independencia y tranquilidad en su hogar. 70

d) Establecen un plazo corto y estricto, en el que los propietarios de


lotes se comprometen a edificar su vivienda, con el objeto de darle un
impulso a la operaci6n y consolidar el sitio. Por el contrario, publicitan
que el comprador no esta obligado a construir; 10 que, evidentemente,
muestra el espiritu especulativo de la promoci6n (en ese caso, el fraccionador apuesta a la venta rapida y no a la valorizaci6n del lugar a mediano
plazo).
e) Determinan a priori, las caracteristicas de los bienes inmuebles a
edificar, a fin de conservar una alta coherencia formai y una gran homogeneidad en el conjunto. Crean una verdadera planificaci6n urbana de
derecho privado, que determina obligaciones y servidumbres, para los
compradores con el objeto de valorizar el sitio.
Crean nuevos tipos de productos arquitect6nicos y financieros (cf.
Los apartamentos, Recuadro B).
En el casa dei hbitat popular:
1. Fundamentan sus operaciones en un principio ideol6gico capital: la
necesidad impostergable de atender a los sectores populares, pues se trata
de "gentes modestas, humildes, pobres, quienes tienen necesidad de un
apoyo".7J Dado su "espfritu de cooperaci6n", solicitan a la autoridad
municipal, derogaciones de todo tipo: reducciones en las cuotas, en las
fianzas que tienen que depositar y en el pago de la donaci6n de terrenos
al Municipio, exenciones de impuestos, condonaciones multiples... y

70 El In/ormador, 29 de marzo de 1923, Hemeroteca de la Biblioteca P6blica dei Estado.


El subrayado es nuestro.
71 Fraccionamiento Lomas de Polanco, Archivo dei Departamento de Obras PUblicas dei
Municipio de Guadalajara.

318

Eduardo LOpez Moreno

Recuadro B
Los apartamentos: una nueva expresi6n deI habitat colectivo
A finales de los sesenta, los promotores privados desarrollan una estrategia encaminada a facilitar el acceso a sectores medios de la sociedad;
para ello, proponen formas intermedias entre la propiedad individual y el
simple alquiler: nos referimos a la construcci6n agrupada en apartamentos,
ya sea en propiedad horizontal 0 vertical. Una soluci6n que permite expander el mercado inmobiliario y que, con los aiios, provoca un cambio de
actitud en el consumo deI habitat.
Preocupados por asegurar que el capital se reproduzca sin muchos riesgos y conscientes de que el suelo es cada vez mas caro y menos disponible, los promotores buscan atraer nuevos asociados que inviertan en este
tipo de inmuebles residenciales prts habiter. Un tipo de mercado, cuyas
ventajas son multiples: Ci) si la oferta se destina al alquiler, se le da una
cierta seguridad a la inversi6n;" (ii) se trata de un mecanismo ideal para
intervenir en zonas de renovaci6n urbana; (iii) coma vivienda nueva, tiene
la posibilidad de reducir los costos de construcci6n y, en consecuencia,
ampliar la demanda; (iv) es un tipo de solucian que favorece la polftica de
accesi6n a la propiedad; (v) la industria de la construcci6n se ve igualmente favorecida, asf coma la tecnologfa constructiva, que requiere de un
grado mayor de especializaci6n."

hasta la recepci6n parcial dei fraccionamiento, dada la apremiante necesidad de habitaci6n que tienen los compradores, puesto que sus operaciones favorecen el acceso a la propiedad, y con elIo, la estabilidad social.
2. Insisten en seiialar las facilidades crediticias, que estn en medida
de otorgarle al comprador y enfatizan que se trata de un producto accesible a sus bolsillos (vase el epfgrafe que aparece al inicio dei perfodo).
3. Estos agentes tienen la habilidad de relacionarse estrechamente con
los poderes locales. El cleTO, por un lado, y los funcionarios de la administraci6n publica, por el otro. "Parece ser", escriben De Alba y Kruijt,
refirindose al primero de esos poderes, "que existe un campo de relaciones estructurales entre los empresarios y la Ig1esia, dentro de un marco
general que engloba un proyecto ticito de cooperaci6n y buen entendi72 N6tese que la construcci6n para la vivienda en alquiler no se desarrolla en este periodo.
Una parte det parque de vivienda existente se transforma para ese objeto, la que representa solamente un cambio en los modos de ocupaci6n.
73 Memoria dei Congreso Panamericano sobre la Vivienda de Inters Social (VIS), celebrado por la OEA en Venezuela en 1958.

Per{odo IV

319

miento".74 En cuanto al segundo de esos poderes, la estructura de relaciones y las alianzas que establecen los promotores, les faculta a que las
leyes sean negociadas y reinterpretadas constantemente, permitindoles
que la "cosa publica" sea sujeta a incesantes apropiaciones privadas, 10
que termina por favorecer el ejercicio de un poder de cooptaci6n y de
derogaci6n. 7s Veamos tres ejemplos que ilustran bien ese poder:
A. Un casa de derogaci6n de la Ley: la transgresi6n al primer Plan
regulador de 1943: promotores privados-gobierno del Estado-Ayuntamiento. El 19 de noviembre de 1944, el agricultor Jos Aguilar Figueroa,
solicita la aprobaci6n de un fraccionamiento situado al poniente de la ciudad, entre la via deI ferrocarril Guadalajara a Ameca al sur y al poniente
de la carretera nacional Mxico-Guadalajara, al que la Direcci6n de Planeaci6n Servicios y Obras Publicas, le contesta "que la zona esta fuera de
los limites de la ciudad y es zona de reserva, susceptible de un fraccionamiento campestre para la formaci6n de pequeiias granjas agricolas."76 El
27 de diciembre deI mismo afio, se aprueba el Fraccionamiento Chapalita,
en base a esa resoluci6n, que se apoya en 10 dispuesto en el Plan Regulador de Guadalajara. 77 Tan s610 seis meses despus, el propietario pide el
cambio de usos de suelo, de campestre a urbano, arguyendo la raz6n
siguiente:
Ya iniciados los trabajos, se hizo patente la dificultad de que el comprador de lote dotara a ste deI agua necesaria, por ser muy profundas las perforaciones y muy escasos los
medios y conocimicntos con que se cuenta actualmente para ejecutar con xito esa
clase de trabajos; pudiendo decirse 10 mismo, en cuanto a las fosas spticas necesarias
en cada lote.
Por los anteriores motivos y con la supervisi6n de la Direcci6n de Planeaci6n, Servicios Urbanos y Obras Publicas, se procedi6 a hacer las instalaciones de tuberfa para

74 De Alba y Kruijt, Op. Cit., p.236. En su libro, los autores evocan a J. Meyer, quien enfatiza la capacidad dei poder eclesistico para influir en el ambito ideol6gico y cultural,
pues el clero sigue fuertemente ligado al poder econ6mico y polftico. Por su parte, Margarita Sanchez sostiene la tesis de que las instituciones gubernamentales, la iniciativa
privada y la Iglesia, conformaron un poder triangular a fin de mantener su poder hegem6nico, controlando, por una parte, los grupos que sostienen su poder y por otra estableciendo las reglas de comportamiento social. Para eHa, la construcci6n dei espacio
urbano -a travs de los fraccionamientos populares- permite la reproducci6n de ese
poder y la consolidaci6n dei capital y el Estado. Vase Le phnomene des fractionements ... ,Op. Cit.
75 Jean Rivelois, L'influence des theories urbaines sur la pratique de la planification-Guadalajara (Mexique), ORSTOM, Paris, 1992.
76 Archivo Municipal de Guadalajara, DPSOP, 20 de octubre de 1944.
77 El Plan Regulador fue realizado por los ingenieros Jos Amezcua Rivas y Rafael Urzua,
ese mismo allo. Por diversas razones no fue puesto en practica posteriormente.

320

Eduardo LOpez Moreno

Recuadro C
Estrategias de la promocion*
Fraccionamientos Residenciales
Jardines dei Bosque, el fraccionamiento de categora (1957).
Lo mejor de la vida es gratis! .. para quien sabe buscarlo. Busque usted su
bienestar en Lomas dei Valle, en donde la naturaleza regala sus mejores dones:
aire puro, paisaje maravilloso, arboles, parques y jardines, flores, sol, amplias
avenidas pavimentadas, agua en abundancia, paz y tranquilidad (1957).
Ciudad dei Sol, la zona residencial de mas categoria que ofrece a usted
todas las comodidades: agua, luz, drenaje, alumbrado de vapor de mercurio, parques... (1957).
Jacarandas, paraiso para vivir. Superior a todos por estas razones: pavimentos de concreto hidraulico, instalaciones ocultas para luz y telfonos, un telfono
para cada lote, alumbrado fluorescente, agua en abundancia... (1959).
AI comprar su terreno en Chapalita, usted obtiene todo en servicio activo:
escrituras gratis, gesti6n de crdito para la construcci6n a pagar coma renta en
diez afios (1956).
Tres centavos diarios por metro cuadrado en Chapalita. El mas importante
fraccionamiento. Esto 10 demuestra:
LCuntas familias previsoras compraron sus lotes? 1,053
LCuntas frncaron ya y viven felices? 529
LCuntas estn fincando actualmente? 48.
Usted tambin puede hacer felices a los suyos y comprar hoy mismo (1955).
Terrenos la mejor inversi6n de todos los tiempos, sta es una verdad indiscutible en Fraccionamiento Chapultepec Country Club, la zona residencial mas
exclusiva ofrece el maxima de garantias en su inversi6n porque es el fraccionamiento mejor ubicado de Guadalajara con urbanizaci6n de primera (1956).

Fraccionamientos Populares
Compre su lote sin enganche, sin intereses, 72 mensualidades. A ocho
minutos dei centro, Lomas de Polanco (1959).
No se vaya a las lejanas orillas. Viva en el centro de Guadalajara. Mas que
un fraccionamiento, le estamos ofreciendo terrenos en el coraz6n mismo de la
ciudad: usted puede disfrutar de todas las comodidades dei centro. Fraccionamiento cntrico residencial Alcalde Barranquitas (1959).
Compre su lote... construya su casa y viva mejor en la Colonia Independencia (1958).
Una importante noticia... el Fraccionamiento Santa Elena Alcalde, pr6ximo
a terrninar las obras de urbanizaci6n, ofrece sus ultimos lotes chieos, sin enganche, sin intereses y cuatro largos afios para pagar (1957).

anuncios aparecidos en diferentes aiios en el peri6dico El Informador

PerfodoIV

321

agua y drenaje, siendo de la primera calidad y la mejor c1ase... Lo que de hecho, le ha


convertido en un fraccionamiento urbano."

Al derogarse el Plan, no s610 se cambian los usos de suelo deI fraccionamiento sino de la wna completa; las mas de reserva urbana se incorporan a la ciudad, sin mayor trmite que una simple autorizaci6n de una
sola operaci6n. El fraccionador-promotor, logra asi, valorizar la propiedad en un cambio, que por si mismo, reditua enormes ganancias. 79
B. Un casa de reinterpretaci6n de la ley sobre fraccionamientos
urbanos: promotores privados-Ayuntamiento. El cielo normal: tramitaci6n-construcci6n-venta de lotes, previsto y sancionado por la Ley de
Fraccionamientos,80 y cuya duraci6n promedio es de 14 a 16 meses, es
transformado por la mayoria -sino la totalidad- de los promotores a otro
en que, simultaneamente, se lleva a cabo la producci6n y la circulaci6n
deI suelo ofertado. En muchas de las ocasiones, no se introducen posteriormente los servicios y los equipamientos que marca la ley 0 a los que
se comprometi6 el fraccionador i,C6mo es posible transgredir, durante
tanto tiempo (mas de treinta afios), y en una forma tan obvia y generalizada la ley? El estudio de 1. Rivelois, sobre la planificaci6n y la polftica
urbana en Guadalajara, aporta una buena respuesta al respecto. Segun el
investigador deI ORSTOM, la ley sirve para ratificar un consenso, pues
ella sola constituye una referencia para los actores ineluidos en el mismo,
sin que obligue a un compromiso de derecho ni a un deber para con el
cuerpo social en su conjunto. A fin de conservar ciertos margenes de
libertad, los actores implicados en dicho consenso se atribuyen, individualmente, ciertas posibilidades de transgredir las normas, contando con
el consentimiento de los otros asociados. La ley se hace pues, de manera
que pueda conservar una gran flexibilidad en su interpretaci6n, 10 que
permite actualizar constantemente las negociaciones entre los diversos
grupos sociales. En ese sentido, la ley es una cuesti6n de personas y cir78 Carla dirigida a la Direcci6n de Planeaci6n, el 6 de junio de 1945. La solicitud se aprob6 con el oficio 5800, el 14 de junio de 1945, par esa misma Direcci6n; y el 25 dei
mismo mes, par la Presidencia Municipal (Archivo de Obras PUblicas de Guadalajara).
79 N6tese que con el penniso de un fraccionamiento campestre no se requieren cumplir
ciertas exigencias necesarias para una promoci6n residencial, pensamos en particular, en
la necesidad de donar el 15% y no el 10%, de la superficie total dei terreno, el monto de
impuestos que se pagan, etc.
80 En efecto, desde la primera ley de fraccionamientos, se estipula que "los lotes... no
podrn panerse en venta... en tanto no se concluyan totalmente las obras de urbanizaci6n
y sean aprobadas par el Ayuntamiento". Prohibiciones y sanciones, Cap. VIII, Art. 52.

322

Eduardo Lapez Moreno

cunstancias, cuya aplicad6n se constrifie al desarrollo de ciertas estrategias que abren un espado de interpretad6n. M'
La "llave" que utilizaron durante todos estos afios, los promotores,
para abrir ese espado, fueron las llamadas "pre-ventas" 0 "promesas de
venta";M2 una figura jurfdica extra-Iegal, terminantemente prohibida por la
ley de fraccionamientos que sefiala:
Se impondr prisi6n de seis meses a seis aiios y multa de cinco mil a cien mil pesos... al
que por si 0 por interp6sita persona efectue venta de contado 0 a plazos, reales 0 simuladas, mediante contratos llamados "preparatorios" 0 "promesas" (Art. 62).

Sin embargo, multiples son los casos en que las mismas autoridades
otorgan concesiones que facilitan la venta anticipada. La Direcci6n de
Obras Publicas autoriza al fraccionador de la Colonia Chapalita "comenzar desde luego las obras respectivas... para que venda lotes comprendidos en la parte urbanizada... mientras dure el tramite";Ml en olfos muchos
casos, se conceden "permisos provisionales" 0 acuerdos verbales. Una
estrategia tan simple, pero a la vez tan eficaz, les ofrece a los promotores,
enormes ventajas camo el poder financiar parte de las obras con la venta
de los lotes, reduciendo al mismo tiempo, los riesgos de inversi6n. La
estrategia se puede simplificar remarcablemente, en una frase propia de la
cultura americana: Bui/d and sell -> Sell and bui/d.
e. Un caso de omisi6n total de la ley: funcionario publico-Ayuntamiento-gobierno deI Estado. Si bien la especulaci6n inmobiliaria, se vi6
altamente favorecida, por la alianza objetiva que se cre6 entre los representantes deI poder polftico y la iniciativa privada, existieron algunas otras
formas de producci6n de suelo, en las que la ley no s6lo es reinterpretada 0
transgredida, sino completamente ignorada. Situaci6n que solamente puede
presentarse cuando el promotor forma parte de la misma esfera de poder.
Ese es el casa con ellfder sindical, Heliodoro Hemandez Loza, quien
en 1932, lleva a cabo en forma completamente irregular, el fraccionamiento SUTAJ, para los agremiados al Sindicato Unico de Trabajadores
81 J. Rivelois, Op. Cit., p. 15.
82 La "Promesa de Venta", es de hecho, un contrato de compra a crdito. En caso de falta
de pago, norma/mente el vendedor no reembolsa la suma que se le ha entregado hasta
ese entonces, incluso la casa que el propietario dei lote edific6 forma parte dei "botfn"
que el especulador recupera. No es extraiio que algunos de e1los revendan ambos -terreno y vivienda- en un precio ms elevado, que por el que fue embargado. En el mejor de
los casos, el propietario dei predio, paga intereses moratorios que por 10 general no son
indicados en los recibos de pago, y cuando 10 son, el inters asciende a un 18% anual.
83 Archivo de Obras PUblicas de Guadalajara, expediente Chapalita-A, 15 de marzo de
1949. Otros casos similares son los de Oblatos, Lomas de Polanco, La Aurora.

Per{odo IV

323

Automovilistas de Jalisco, que l mismo controla. Inexplicablemente


hasta 1952 -veinte afios despus- el Ayuntamiento tiene noticia de dicho
fraccionamiento; en un reporte interno, esa corporaci6n reconoce que "se
lleva a cabo una urbanizaci6n que se separa en forma notable de las especificaciones de Obras PUblicas",84 jordenndose, desde luego, la suspensi6n de los trabajos! En 1960 -26 afios despus- se le infracciona por
primera y unica vez. Y, en 1965, -33 afios despus- se decide la intervenci6n dei Consejo de Colaboraci6n Municipal para la introducci6n de los
servicios. Finalmente, el presidente municipal, E. Avifia Batiz, gira instrucciones para que se le legalice e incorpore al Registro Publico de la
Propiedad, arguyendo "que cuando se comenz6 era antes de la ley en la
materia, entonces se encuentra fuera de ella". Asf pues, es una autoridad
polftica y no los servicios tcnicos, quien aprueba, legaliza, autoriza y
recibe el fraccionamiento.

7.

La crisis de la ganancia 0 la desaparicion de los fraccionamientos


populares

Como Topalov 10 sefiala, la producci6n mayoritaria de vivienda popular,


es quiz, el mejor indicador de la expansi6n dei sector inmobiliario.8s En
contraparte, podemos constatar que el estrechamiento de ese sub-mercado, puede denotar la entrada en crisis dei sistema, que se manifiesta por
una fuerte tendencia regresiva de la producci6n en general. En Guadalajara, a principios de los setenta, se produce un fen6meno con esas caracterfsticas; la producci6n de fraccionamientos populares se desacelera dramticamente, para llegar a detenerse virtualmente, tan s610 unos afios
despus. Se trata de una crisis que tiene visos de ser estructural y que s610
se puede explicar por la concurrencia de varios factores:

Factores internos al sistema


a) Por la 16gica misma de los nuevos modos de producci6n: Como 10
hemos visto, a partir de los sesenta, hay una diversificaci6n de agentes
84 Este fraccionamiento estaba situado en el Sector Reforma par la Avenida Revoluci6n y
constaba de 690 lotes. No contaba con servicios, las calles eran de una anchura inferior
a la reglamentaria y no exist!an mas de donaci6n. Vase su expediente en el Archivo
de Obras PUblicas dei Municipio de Guadalajara, as! como la tesis de Margarita Sanchez, en donde se hace un anlisis descriptivo de su evoluci6n.
85 Nos referimos a su anlisis explicativo dei origen de la crisis dei sistema rentista en
Francia entre 1880 y 1914. Vase su libro Le logement en France-Histoire d'une marchandise impossible, Paris. Presse de la Fondation de Science Politique. 1987.

324

Eduardo Lapez Moreno

que intervienen en la promoci6n; cada uno de ellos intenta maximizar sus


ganancias en la parte dei cielo de producci6n en que interviene, entrando
en una competencia por la repartici6n de los beneficios y por el control
general dei proceso. 86 La "adici6n" de ganancias al interior de este sistema de competencia, determina un modo de formaci6n dei precio final de
la mercancia, que conduce a dos situaciones diferentes: generar un precio
incompatible con la nueva demanda solvente 0 provocar el retiro de alguno, 0 algunos, de los agentes por causa de la desvalorizaci6n de su capital; situaciones, ambas, que pueden causar una baja en la producci6n.
b) Por la aparici6n 0 la emergencia de nuevos agentes en el mercado
inmobiliario: Entre los cuales debe considerarse la presencia dei Estado
-y mas particularmente, dei Municipio de Guadalajara-, quien a principios de esta misma dcada, se constituye en un productor importante de
vivienda con la construcci6n de 5,374 casas en 10 unidades habitacionales, realizadas en tan s610 seis afios (cf. periodo 5). Un tipo de competencia, que si bien no es directa en trminos dei producto ofertado (casas
habitaci6n y no lotes con servicios), SI compite por el sueIo barato, los
recursos econ6micos disponibles y por el mismo capital publico desvalorizado, que se entrega a los nuevos proyectos municipales.
c) Por la modificaci6n de la poiftica urbana: Una vez que el Municipio
se convierte en un agente de la promoci6n inmobiliaria, decide intervenir
en forma mas decidida en el control de la urbanizaci6n, instaurando una
reglamentaci6n mas estricta y una aplicaci6n mas severa de las leyes en la
materia. Con esa estrategia, procura que las decisiones se desplacen de la
esfera de 10 privado a 10 publico, a fin de equilibrar las relaciones de la
promoci6n inmobiliaria que, hasta entonces, le dejan altos costos econ6micos y sociales. Se trata de una evoluci6n a una cierta autonornfa, que se
funda en la busqueda de un equilibrio en el uso de los capitales invertidos,
de los riesgos tomados y de las responsabilidades adquiridas.
Sin encontrar una respuesta de parte de los agentes privados -por
ejemplo, con un mecanismo que hubiera permitido restaurar, en alguna
parte dei proceso, las tasas de ganancia-, se va abandonando en forma
progresiva la producci6n de lotes para los sectores populares, sin que se
implementen nuevas ofertas 0 sistemas que le remplacen. 87

86 Idem. p. 184.
87 El vacfo en la oferta de opciones econ6micarnente accesib1es, explica en gran parte, la
aparici6n de los asentamientos irregu1ares en la periferia de la ciudad; de ellos nos ocuparemos en el periodo siguiente. Esta relaci6n causa-efecto deberfa, tarnbin, estudiarse en el
sentido contrario, es decir, es muy probable que cuando "la ciudad invade el ejido", como
escribi6 J. DuraJId, apareci6 un nuevo tipo de mercado -i1egal- que se constituy6 rpidamente en una opci6n y una oferta que atrajo una parte importante de la demanda que, probablemente, hubiera podido seguir siendo atendida por los fraccionadores populares.

Perfodo IV

325

d) Por el mismo proceso de urbanizacion: Es tambin en estos afios,


que se reducen significativamente las reservas urbanizables privadas en el
area metropolitana, al llegar la mancha urbana a Ifmites naturales, a tierras de tenencia ejidal 0 a suelo con dificultades para la dotacion de infraestructura. 88 Solinfs, escribe que es en ese entonces, que "se satura el
espacio de los pobres". En realidad, mas que saturarse, se sustraen los
terrenos que originalmente se reservaban a ese tipo de usos habitacionales, por otro tipo de promociones que, en principio, le representan una
inversion mas rentable. Situaci6n que trae consigo, un incremento general
de los precios dei suelo, y por ende, una reduccion de las posibilidades de
acceso a este bien a los sectores de bajos recursos.

Factor extemo al sistema

e) Por la aparicion de sistemas institucionales de financiamiento: Los crditos hipotecarios -de origen privado 0 publico- que se empiezan a desarrollar a partir de los cincuenta, muestran a los promotores-constructores,
que sus propios esquemas financieros, no solo implican un alto riesgo,
sino que tambin retrasan en forma significativa la recuperaci6n dei capital patrimonial que invierten. 89 El acceso generalizado a esas nuevas fuentes financieras, lleva a producir casas y no lotes, pues con ellas se puede
financiar solamente la compra de bienes inmuebles y no de bienes ralces
coma los lotes con servicios.

88 Wario, Op. Cir., p. 158.


89 En efecto, la socializaci6n de los mecanismos de financiamiento institucional lleva, si
no a la desaparici6n, sf a una fuene reducci6n de los sistemas tradicionales de financiamiento entre paniculares.

326

Eduardo LOpez Moreno

Segunda Parte
Las instituciones "mixtas", un modelo sui generis de produccion
y gestion de la ciudad de Guadalajara
El papel dei Estado en la produccion de vivienda

1. Sin colaboracion no hay soluci6n


Buen entendimiento y colaboraci6n, fueron los principios bsicos en que el
gobiemo y los agentes privados, fundaron un modo de gobernar, muy particular a Guadalajara, caracterizado por el reparto deI poder a travs de la
toma de decisiones y de la coordinaci6n de actividades publicas y privadas.
Una respuesta local 0 intema90 que hizo pasar la idea que "sin colaboraci6n no habia soluci6n" pues en ausencia de recursos deI sector publico,
especialmente deI municipal, el implementar mecanismos que permitieran canalizar fondos privados, resultaba capital para encarar el crecimiento urbano y para impulsar el desarrollo econ6mico de la aglomeraci6n.
De una coparticipaci6n en la polftica econ6mica, los agentes privados
pudieron extender su poder a otras reas y sectores, que se presentaban
coma complementarios 0 subordinados a ella. No solo intervienen en la
construcci6n de una estructura productiva (por ejemplo, desarrollando la
infraestructura necesaria para el desarrollo industrial), sino que coordinan
-y muchas veces deciden- sobre cuestiones ligadas con la planificaci6n
urbana, la gesti6n de la ciudad, los esquemas de financiamiento. Un primer organismo con una estructura de gesti6n mixta nace en 1930, un
segundo en 1943, con una composici6n similar pero a nivel de la toma de
decisiones, otros mas le siguen en los afios subsecuentes; de tal forma
que, entre 1930 y 1970, se cubre ya una serie de actividades con un
espectro bastante amplio: 91
La creaci6n de instituciones de crdito. Con una primera colaboraci6n entre la familia de empresarios tapatios, quienes conformaron sus
propias agencias de financiamiento de capital a principios de siglo. Agencias que dieron pi a la creaci6n deI Banco Refaccionario de Jalisco en
90 Respuesta interna, porque se construye en base a mecanismos que contemplan los recursos y los valores locales, y porque se instrumenta en el seno de la propia cultura polftica
y social.
91 Sobre los sistemas mixtos. vase el libro de Simbieda, William y Lapez. Eduardo
Metropo/is in Transition, UrbanizatlOn and Urban Managment ln Guadalajara, Umversidad de Nuevo Mxico, 1994, mimeo. Sobre el Consejo de Co1aboracian, los trabajos
de Vazquez, Daniel. Cf. bibliograffa.

Per{odo IV

327

1930, una instituci6n publica que era administrada por el sector privado y
que se abocaba a estimular el desarrollo agroindustrial en la regi6n.
El financiamiento y la producci6n de infraestructura urbana. Por
medio de dos impuestos especiales: uno llamado de "cooperaci6n", que
se refiere a la colaboraci6n de los habitantes, y otro, de "plusvalfa", que
se refiere a una imposici6n de un pago por concepto de valorizaci6n de la
propiedad rafz, como resultado de la realizaci6n de la obra publica.
Ambos impuestos pretenden establecer un sistema de participaci6n econ6mica de la comunidad coma un mecanismo de financiamiento constante dei desarrollo de la ciudad. 92
En la practica, el impuesto de colaboraci6n se utiliz6 para mejorar las
condiciones habitacionales en los barrios: aprovisionarlos de agua, drenaje, alumbrado publico, electrificaci6n y pavimentaci6n. Mientras que el
impuesto de plusvalfa financi6 obras de vialidad: apertura y ensanches de
calles y avenidas, principalmente. El primero de esos impuestos -de
hecho verdaderos sistemas de financiamiento- era administrado por el
Consejo de Colaboraci6n Municipal, y el segundo, por la Junta General
de Planeaci6n: dos organismos integrados por funcionarios publicos y
representantes dei sector privado. 9J
La planeaci6n urbana en la ciudad y el estado. Conducida por medio
de Comisiones de Planeaci6n de carncter mixto, que se crearon en 1947, y
cuya funci6n era la de atender el crecimiento y la transformaci6n fisica de la
ciudad en los afios de maxima expansi6n. Despus de 1959 -en que las
comisiones se convirtieron en la Junta General de Planeaci6n y Urbanizaci6n dei Estado, con una estructura tambin mixta-,94 sus funciones se
ampliaron de la planeaci6n propiamente dicha, a la ejecuci6n de las obras
de urbanizaci6n por los sistemas de colaboraci6n que acabamos de explicar.
El desarrollo de formas de participaci6n ciudadana. Por medio de
organizaciones vecinales que funcionan como verdaderas agencias publicas descentralizadas. Su proximidad con las instituciones municipales y
92 Existe tambin un Sistema de Convenio, que funciona cuando un grupo de propietarios
conforman un comit, a fin de realizar por su cuenta obra publica. El comit debe estar
autorizado y supervisado por las autoridades responsables de la urbanizaci6n.
93 Con los aiios, se fueron creando algunos otros organismos mixtos que participaban en la
gesti6n de infraestructura y servicios en la ciudad. Por ejemplo, el Patronato de Abasto
de Agua y dei Sistema de Alcantarillado, en 1952.
94 La Junta General de Planeaci6n y Urbanizaci6n dei Estado de Jalisco, creada por la Ley
de Planeaci6n y Urbanizaci6n, no tuvo el mismo xito que el Consejo de Colaboraci6n,
debido a los objetivos tan ambiciosos que persegufa, a la jurisdicci6n tan amplia que
cubrfa (toda la entidad) y por el esquema tan centralizado de sus decisiones.

328

Eduardo LOpez Moreno

su naturaleza corporativa y clientelista permiti6 que a travs de ellas se


ejerciera un importante control dei espacio urbano.
El jinanciamiento de vivienda social en la ciudad. Con la creaci6n,
en 1947, dei primer organismo local de producci6n de vivienda en Guadalajara: el Patronato de la Habitaci6n Popular (PHP) y, posteriomente, el
Instituto de Bienestar Social (lBS), creado diez afios despus. Ambas instituciones se abocaban a financiar vivienda, una para los trabajadores dei
Estado y la otra para los asalariados dei sector privado. 9s Las dos conformadas por una estructura mixta.
Este tipo de dispositivos y organismos, cubre un gran abanico de actividades: la gesti6n administrativa, la planeaci6n de la ciudad, el financiamiento de la obra publica y de la vivienda social, la construcci6n general
de la ciudad y la toma de decisiones. La mas 0 menos generalizada
noci6n, de que los tapatios han pagado por su ciudad, no es equivocada.
Entre todos esos organismos, el mas importante fue, sin duda alguna, el
Consejo de Colaboraci6n Municipal:
Un sislema eficaz que ha realizado una exlensa, cuanliosa e imporlanle obra publica,
mejorando la calidad de la planta ffsica basica de la zona urbana dei municipio de Guadalajara... Con ll] se han Ilevado a cabo obras que, de olra manera, serian irrealizables,
por un monlo que equivale al 30.5% deI presupueslo anual dei municipio.'"

A travs de l -yen general dei sistema de colaboraci6n- se construy6 mas de la mitad de la ciudad; de tal forma, que "se puede considerar
que de los afios cuarenta a los setenta, la ciudad se desarrolla casi de
manera progresiva y en forma concertada".97 La forma en que se fue "institucionalizando" esta relaci6n, se puede seguir con cierta claridad, si se
hace un analisis de los mecanismos -{) modelos- que se utilizaron para
introducir la infraestructura en la ciudad, desde las primeras promociones
(1900), hasta el final dei periodo (1970). Analisis que nos permitira comprender mejor el papel que jug6 el sector publico, los habitantes usuarios
y los agentes privados, las estrategias que uno y otro desarro1l6 y los sistemas de relaciones que fueron implementando.
95 Vase los Aparlados 4 y 5, que presenla en delalle las caraclerislicas principales de esos
dos organismos.
96 Es de hacer nolar, que duranle los aiios de auge y promoci6n de la ciudad (1959-1975),
el Consejo ejecul6 obras en Guadalajara por el equivalenle al 35.5% dellolal de los presupuestos de egresos deI Ayunlamienlo. Vazquez, D. El Consejo de Colaboraci6n, Op.
Cil., 60.
97 Esteban Wario, Subdireclor de Planeaci6n deI ESlado, enlrevisla personal, SEDEUR,
1991.

Periodo IV
2.

329

La evolucion de las formas de introduccion de infraestructura en


la ciudad (1900-1970): dos periodos y cuatro modelos
Se trato por todos los medios de impedir que, los reacios a sujetarse a las disposiciones de esta Direcci6n, siguieran vendiendo terrenos impunemenJe corentes de
todos los servicios, la mayor parte de los cuales van a parar a manos de gentes de
pocos recursos que resultan as! gravemente perjudicados, al no permitfrseles lIevar a cabo ninguna construccion en esos terrenos.
Obras Ptiblicas, Ayuntamiento de Guadalajara, 1951

La introducci6n de infraestructura en la ciudad evoluciona, de una ausencia total de normatividad (1898-1923), a una regulaci6n urbanistica muy
general (1923-1944) y, final mente, a leyes c1aras que reglamentan el sector inmobiliario (1944 en adelante). De acuerdo a los agentes que intervienen en el proceso, a las relaciones que mantienen entre ellos, las responsabilidades que cada unD adquiere en el tiempo y las formas generales
de producci6n, podemos distinguir cuatro modelos diferentes que se suceden en dos grandes periodos 0 momentos.

Un primer periodo
En el que los fraccionamientos no se prayectan con obras de urbanizaci6n
ni stas son exigidas a los urbanizadores. Es un periodo que se circunscribe a dos fechas 0 sucesos importantes: la aparici6n de las primeras colonias en 1898 y la publicaci6n deI primer reglamento que, aunque sea en
forma general, establece ciertos lineamientos sobre la manera en que se
debian urbanizar los terrenos en la ciudad: nos referimos al Reglamento
de Edificaci6n e Higiene Urbana, publicado en 1923.98
En los primeras 25 afios, la introducci6n de la infraestructura y los
servicios, era una responsabilidad que recala directamente en el Ayuntamiento y en los duefios de los lotes. Con la aparici6n deI Reglamento, ese
mecanismo deberia haber cambiado, pues si bien en l se consagraba un
pequefio apartado sobre el desarrollo de las "Colonias", ste precisaba
con c1aridad cuales eran a1gunas de las obligaciones que los urbanizadores tenian en el desarrollo de sus promociones. Desafortunadamente, el
documento fue desconocido no solamente por los fraccionadores, sino
98 Reglamento de Edificaci6n e Higiene Urbana, H. Ayuntamiento, 15 de Agosto de 1923.
Editorial Tip Jaime, 1925. Informaci6n proporcionada por Elias Gonz1ez Corona, estudiante de doctorado en la Universidad de Guadalajara.

330

Eduardo LOpez Moreno

tambin por las mismas autoridades, e incluso, posteriormente, par los


investigadores que se abocaron al estudio de la legislaci6n urbanistica en
el desarrollo de la ciudad. 99 Para todos ellos, las primeras disposiciones en
la materia, en realidad datan de 1944 y no de 1923. De tal forma, que esta
etapa deberfa continuarse y cerrarse en la cuarta dcada dei siglo, y no en
una fecha tan prematura como la que nosotros proponemos. La importancia que tiene ese documento, coma el primer intento por desresponsabilizar al Ayuntamiento, deterrninando simultneamente las obligaciones y
compromisos de los urbanizadores, nos anima a retomar dos de los articulos que abordan esa cuesti6n. Para que un terreno pueda ser urbanizado
deber llenar los requisitos siguientes:
1.
Que est contiguo a una parte de la ciudad
II.
Que el duefio, 0 duefios, dei terreno soliciten su urbanizaci6n
IV. Que en los terrenos por colonizarse exista el agua necesaria para los
servicios urbanos de la parte que va a colonizarse
V. Que los solicitantes se comprometan a construir, en un plazo prudente, una red de colectores anloga a la que existe en la ciudad y a
conectarla, bajo la inspecci6n dei Ayuntamiento, con los colectores
generales
VII. Que los duefios se comprometan a pavimentar las calles y las banquetas por su cuenta
VIII. Que [se] ceda al Ayuntamiento, a la vez que las calles, una manza
na sin acotar, por cada diez manzanas que constituyan el proyecto.
Esas manzanas se destinarn a plazas, jardines, parques, mercados,
edificios para escuelas y sitios de recreo (Artfculo 140). Los colonizadores podran abrir 0 proyectar calles privadas en el interior de
una manzana, siempre que esa calle no tenga menos de seis metros
de ancho y que sean, dichos colonizadores, los encargados y responsables de la vigilancia y aseo de dichas calles( Artfculo 141).
En este perfodo, se desarrolla un primer modelo de introducci6n de
infraestructura:
Ayuntamiento + Junta de Vecinos.
99 En su tesis de doctorado, Margarita Sanchez no toma en cuenta ese reglamento. Por su
parte, el Director dei Departamento de Fraceionamientos, el Ingeniero L6pez Arbizu,
escribe que los fraccionadores que iniciaron sus promociones antes deI cuarenta, no se
les podia exigir cumplieran con las obligaciones y responsabilidades que establecfa el
Reglamento, por haberlas iniciado antes de que existiera normatividad alguna. El funcionario hace caso omiso de las disposiciones dei 23.

Per{odo IV

331

Como un factor para umr los nexos y lograr la salud moral de los colonos con las
autoridades municipales contribuyendo en el mejoramiento colectivo resolver la
urbanizacion de ln Colonia Ferrocarril
Juuta Vedual de Mejoras Materiales, 1931

En estos afios, la introducci6n de infraestructura se caracteriza por una


inversi6n que se lleva a cabo por el Municipio y una participaci6n dei
usuario, que se hace mucho mas a nivel de la demanda y la organizaci6n
dei proyecto, que con recursos econ6micos propiamente dichos. La polftica de laissez-faire, que practica el Estado con los urbanizadores, le obliga
a responsabilizarse de las obras de urbanizaci6n en forma directa y explfcita, en el desarrollo posterior dei fraccionamiento; en esa tarea, los habitantes le auxilian, y para ello, se constituyen en un algun tipo de asociaci6n 0 junta vecinal (vase el epigrafe).
Por 10 general, los servicios son precarios y con un uso irregular.
Usualmente para un acceso colectivo y un bajo consumo, con soluciones
que se hacen par medio de sistemas in situ. 100 La introducci6n formai de
la corriente elctrica, el abastecimiento de agua y el drenaje, es la secuencia que regularmente siguen los fraccionamientos en su carrera a la consolidaci6n. En esta etapa, los fraccionamientos populares se pueden asemejar a verdaderos fraccionamientos proletarios; la promoci6n privada
consiste, simplemente, en una divisi6n de los terrenos en lotes carentes de
todos los servicios 0 con trabajos minimos de urbanizaci6n. La Colonia
Ferrocarril es el ejemplo mas acabado de este tipo de promociones que, a
pesar de su baja inversi6n, se convirtieron en un factor importante de
especulaci6n y de encarecimiento dei suelo urbano en la ciudad.
La colonia la desarro1l6 su propietario, el comerciante R6mulo Silva,
en 1925; estaba ubicada entre la via dei ferrocarril y el antiguo camino de
las Higuerillas, al sur de la ciudad; coma la mayorfa de las promociones
de su poca, las autorizaciones respectivas se obtuvieron cinco aiios despus, sin que en ellas se precisara la necesidad de introducir la infraestructura y los servicios correspondientes. Es decir, jhabiendo cumplido
con los requisitos que el Ayuntamiento le impuso al fraccionador, la colonia no contaba con infraestructura alguna!
En 1931, se crea la Junta Vecinal de Mejoras Materiales de la colonia,
con el objeto de participar activamente en la introducci6n de los servicios
de una zona que, con seis aiios de edad, seguia sin la infraestructura basi100 AI respecto, vase el trabajo de Bodart, Patrick y Martfnez, Edgardo. "Infrastructures
volutives des quartiers populaires" en Habitat et Dveloppement, Universidad de
Lovaina, Blgica, N" 10, 1990.

332

Eduardo Lopez Moreno

ca. En 1956, es decir 31 afios despus, aun siguen luchando por 10


mismo; sin agua y drenaje, los colonos de la Ferrocarril, elevan una
demanda a la presidencia municipal, sefialando:
Ante las penosas condiciones en que vivimos en la Colonia Ferrocarril, bebiendo agua
contaminada de pozo con el agua sucia deI pozo excusado, como medio que nos valemos por la falla de las redes de agua y drenaje sufriendo graves enfermedades de paludismo y gastrointestinales y de otras no menos graves, que saltan a la vista por las psimas condiciones antihiginicas en que vivimos. 101

Una vez introducida la infraestructura, su mantenimiento generalmente queda a cargo dei Municipio. Sin un alto nivel de apropiaci6n dei espacio, los habitantes no desarrollan aun esquemas de autogesti6n.

Un segundo periodo
Nace con el primer Reglamento de Fraccionamientos Urbanos (1944) y
termina al principio de los setenta, cuando virtualmente se dejan de realizar los fraccionamientos populares (Apartado 7, Primera Parte). En estos
afios, se crean varias leyes para normar el proceso de urbanizaci6n:
esquemas de ordenamiento, planes reguladores, instituciones especiales,
en fin, toda una racionalidad al servicio de la busqueda de un orden urbano que se implementa con muchas dificultades, debido a que el sistema
social es mas fuerte que el cuerpo jurfdico que le soporta. Es decir, la
posibilidad de derogar, reinterpretar 0 simplemente ignorar las leyes,
sigue siendo mayor a la voluntad estatal de aplicarlas, no solamente por
causa de los controles tan dbiles que existen en ese entonces, sino tambin, y principalmente, por las estrategias que los diversos agentes fraccionadores y las propios funcionarios publicos desarrollan. El analisis de
mas de 12 operaciones realizadas en esos afios, nos muestran que dichas
estrategias pueden resumirse en dos principales, ellas son:

1. Una red de intereses mutuos


Que se origina por la apropiaci6n con fines privados, que el funcionario
publico hace de la funci6n administrativa, mediante un sistema de organizaci6n social que le beneficia tanto a l coma al promotor privado. Una
lOI Archivo de Obras P6blicas Municipales. Oficio 1335 deI 30 de mayo de 1956. Carta
petici6n dei Presidente de la Junta, Adrin Gonzalez, al presidente municipal, Juan Gil
Preciado.

Per{odo TV

333

red de esta naturaleza, permite integrar a la iniciativa privada al sistema


politico y a sus practicas; la ley -y sobre todo, la interpretaci6n que se
hace de ella-, se convierte en un instrumento de legitimaci6n que sella
una alianza de intereses entre los dos sectores. Alianza que se traduce en
prebendas, favoritismos y servicios mutuos que, en el tema que nos
ocupa, termina por favorecer a los promotores de varias maneras, veamos
tres principales:
a) El promotor-fraccionador negocia con un funcionario de alto nivel
de la administraci6n municipal, y llega a acuerdos verbales y ambiguos,
que le exentan provisionalmente de la introducci6n de los servicios. En
ese caso, el fraccionador procura prolongar, deliberadamente, los tiempos
de tramitaci6n y regularizaci6n, con la esperanza de que cuando cambie
la administraci6n municipal, la responsabilidad le sera atribufda a aqulla
y no directamente a l. Evidentemente, entre tanto, los fraccionadores
contimlan la venta de los lotes (punto C).I02
b) El promotor-fraccionador negocia con un empleado de nivel medio
de la administraci6n municipal y hace algunos "arreglos" directos, que le
permiten incumplir las disposiciones marcadas por la ley. Por ejemplo,
puede autorizarsele una operaci6n, cuya superficie de donaci6n es menor
al 15% exigido 0 aprobarsele un proyecto con norrnas tcnicas por abajo
de las requeridas. Puede, tambin, lograr que, cuando se lleve a cabo la
inspecci6n de sus obras de urbanizaci6n, no se constate la calidad 0 el
tipo de trabajos que desarrolla. 103
c) El promotor-fraccionador cuenta con el consentimiento general dei
aparato politico-tcnico, por ejemplo, con la "pre-venta" de lotes -una
figura jurfdica de la cual nos hemos ocupado en el Apartado 6. Por media
de ella, el vendedor agranda -por asf decirlo- el espacio legal en que
funda su relaci6n con el comprador, reivindicando la libertad individual
102 Son muchos los fraccionamientos, cuyos tnimites se prolongaron por mas de Ires administraciones. Resulta curioso constatar la frecuencia con que se aprueban fraccionamientos al final de una administraci6n, coma un "ultimo favor" dei funcionario que busca un
nuevo puesto publico. N6tese que en ciertos casos, la nueva administraci6n desconoce los
arreglos que se hicieron y obliga a que se introduzcan los'servicios con el concurso de los
habitantes, el fraccionador y, en ocasiones, el propio Ayuntamiento (modelo 2 0 3).
103 Por ejemplo, el fraccionador puede realizar una lotificaci6n excesiva, que rebasa con
mucho, el numero de lotes que se le autoriz6; uno de esos casos, fue el Fraccionamiento Unidad Popular Oblatos 0 Santa Cecilia, realizado por Rodriguez Barba en 1945. En
lugar de los 1,264 lotes aprobados, se subdividieron 3,550, una sobredensificaci6n que
inexplicablemente no fue percibida por el cuerpo tcnico responsable. Margarita Smchez hace notar que, en 1975, ese fraccionador era requerido por el presidente municipal, por ocho fraceionamientos que realizaba simultneamente en diferentes zonas de la
ciudad. Todos ellos, con infraestructura y servicios deficitarios, bajo las normas 0 fuera
de los requerimientos.

334

Eduardo LOpez Moreno

que existe para contratar libremente derechos y obligaciones. A pesar dei


vicio de origen de esta figura, es reconocida y aceptada tacitamente por
las autoridades municipales y por los propios compradores; estos ultimos,
se colocan en un estado de extrema fragilidad, que les lleva a negociar
siempre en forma individual, cuestiones que son de inters colectivo. I04

2. La creaci6n de un dispositivo especial: la organizaci6n vecinal


Nos referimos al impulso que los promotores le dan a las organizaciones
de habitantes -llmese asociaciones 0 juntas- con el objeto de que estas
instancias negocien directamente, con el poder municipal, la introducci6n
de los servicios 0 que ellas se conviertan en los productores-gestores de
su propio espacio. 105
Vale la pena sefialar, que el gobierno siempre tuvo la posibilidad de
disponer de una medida que hubiera impedido 0 limitado el funcionamiento de esas practicas de excepci6n: bloquear el registro de los lotes en
el Registro PUblico de la Propiedad, 10 que automticamente impedia que
stos se pudieran poner en circulaci6n, e incluso, que se edificara en
ellos, pues sin demostrar la propiedad no se pueden obtener los permisos
de construcci6n. 106 Probablemente, una medida como sta, hubiera resultado contraproducente a los propietarios de los lotes, 0 en su caso, daria
pie a un incremento en los indices de crecimiento irregular en la ciudad.
En contra parte, la presi6n que hubieran podido ejercer los habitantes descontentos sobre el fraccionador (por ejemplo, dejando de pagar las mensualidades dei crdito), habrfa quiza bastado para que ste se resolviera a
cumplir con sus responsabilidades. Como quiera que sea, no se utiliz6 asi,
y la introducci6n de la infraestructura se hizo por otros canales.
En este segundo perfodo identificamos tres modelos principales, en
donde, un segundo modelo de introducci6n de infraestructura es:
Fraccionador + Junta de Vecinos + Ayuntamiento
104 Margarita Sanchez hace notar que, cuando los propietarios de lotes se unen en contra
dei fraccionador, no 10 hacen para rechazar 0 cuestionar el espiritu de los acuerdos iniciales, sino para reivindicar los magros derechos que el contrato particular les atribuye
a cada uno de ellos. Es una estrategia eficaz, a la cual reCUITe regularmente el Municipio, en su relaci6n con los habitantes, resolviendo los problemas "caso por caso".
105 Ese es el caso, con la asociaci6n de vecinos de la Colonia Lomas de Polanco, propiedad de Jaime Gonzalez, la cual se convierte mas en una instancia gestora de los problemas heredados por el fraccionador. Vase la tesis de Margarita Sanchez, Op. Ciro
106 Articulos 55, 56 Y57, Ley Estatal de Fraccionamientos de 1968.

Per{odo IV

335

Habra que terminar con esa conurbaci6n caprichosa y anarqulca y para el objeto
se esta ya concluyendo el Plan Regulador de la ciudad que dara como resultado la
transformaci6n dei viejo Guadalajara en una ciudad de tipo moderno, con la mas
perfecta distribucin de zonas y pJaneacin de servicios publicos.
Gaceta Municipal, 1943

El tiempo en que se desarroIIa este modelo, en realidad es muy corto,


solamente los primeros afios de la cuarta dcada. En realidad, se trata de
una etapa de transici6n, que deriva de dos factores principales: el reconocimiento, por primera vez, de que a nivel de la concepci6n y la producci6n de infraestructura, el promotor-fraccionador deberia participar en
forma mas activa y la constataci6n de que existe una demanda, cada vez
mayor, de servicios por los adquirientes de los lotes. Empero, la idea de
que la responsabilidad en la dotaci6n de la infraestructra recae en el
Municipio no se abandona dei todo.
Las demandas a las que hacemos referencia, son individuales y de
ninguna manera representan una reivindicaci6n colectiva de parte de los
habitantes; de hecho, las juntas de vecinos --en tanto que instrumentos de
autoorganizaci6n-, cumplen simultneamente una funci6n de instancias
de control polftico, debido a que socialmente estn d:rigidas por el mismo
Estado. Estrategia que se continuar hasta los setenta, cuando emerjan las
asociaciones independientes (cf. Periodo 5). Este modelo prepara el camino a la colaboraci6n de actores, gracias a la busqueda de una combinaci6n de recursos publicos, privados y sociales. Los usuarios de los servicios instalados comienzan a pagar en forma ms regular su consumo
debido a que, en esos mismos afios, se afinan los mecanismos de control
de pagos. Se produce un tercer modela de introducci6n de infraestructura:
Fraccionador + Junta de Vecinos + Consejo de Colaboraci6n Municipal
En esta etapa, se reconoce la necesidad de movilizar el mximo a los actores y recursos, principalmente debido al proceso tan acelerado de urbanizaci6n que vive la ciudad; el cual pone en evidencia, que la producci6n y gesti6n oficiaI, no est en medida de responder a la dinmica de desarroIIo.
Los cambios coinciden con una corriente nueva dei pensamiento
sobre la producci6n de la ciudad, que se funda en un principio ideol6gico-cultural de participaci6n ciudadana, en base a mecanismos de colaboraci6n. As! nace un modelo que plantea una concepci6n diferente sobre el
papel dei Estado, y que le hace evolucionar, de instancia responsable para
proveer la infraestructura a un 6rgano asociado, a los esquemas institucionales de decisi6n con una funci6n importante a nivel de la promoci6n,
pero con un abandono cIaro de su papel de productor.

336

Eduardo L6pez Moreno

El 6rgano al que nos referimos, es el Consejo de Colaboraci6n Municipal (1943); una instituci6n que cumple con dos funciones principales:
(i) actuar como un sistema de cooperaci6n y financiamiento, que permite
que el Municipio incremente su patrimonio, a fin de llevar a cabo numerosas obras de infraestructura; y (ii) una instancia de representaci6n y de
coordinaci6n de la iniciativa privada, para colaborar con las autoridades
de Guadalajara en 10 relativo a obras y servicios municipales.\07
Los agentes econ6micos plantean la creaci6n, de un sistema de cooperaci6n, que a nivel deI barrio, responde al problema de los fraccionamientos con servicios deficitarios -que parad6jicamente ellos mismos crean-,
y al nivel de la ciudad, les permite intervenir en las obras generales de
infraestructura. Es un espacio id6neo para participar en la producci6n de
la ciudad, desde una perspectiva mercantilista; "su participaci6n va desde
la sugerencia a la promoci6n, de la aprobaci6n, 0 la correcci6n, a la
reprobaci6n; 10 que equivale, en cierta forma, a compartir el poder",
escribe D. Vzquez.I\Xl Los propietarios de los lotes en los fraccionamientos, son obligados a cubrir dos veces el costo de un mismo servicio que,
por fraude 0 ineptitud, fue provisto irregularmente 0 de piano no 10 fue. w,
El Consejo s610 interviene si se tienen reunidas el 75% de las firmas
de los duefios de los predios; de ahi, que la junta de vecinos resulte fundarnental, como una instancia de mediaci6n y control. ASI por ejemplo,
los fraccionadores Rodriguez y Morquecho, solicitan al presidente municipal, que autorice que las obras de urbanizaci6n deI fraccionamiento
popular la Federacha (1949), se realicen posteriormente, a cuenta de los
futuros propietarios de lotes, considerando que
es rural y para las c1ases necesitadas y debido a su lejanfa con la ciudad, no es posible
realizar la urbanizaci6n; por 10 que sta se lIevara a cabo cuando la mancha urbana lIegue hasta esa zona, con costos directos a los compradores, pues asf se asienta en el contrato de compra-venta que hace, para ellos, la obligaci6n ineludible. '10

A pesar de que los propietarios que serian beneficiados, dieron su


consentimiento para que se hicieran los trabajos, finalmente sus bajos
recursos impidieron que las obras se llevaran a cabo; 25 afios mas tarde,
107 Decreto N 4882, Ley que crea el Consejo de Colaboraci6n Municipal, gobernador
Marcelino Garcfa Barragan, 1943.
108 Vazquez, Daniel. Op. Cit.
109 Finalmente. coma seftala un informe dei mismo Consejo, 10 mas importante es que "la
ciudad continue su desarrollo en forma arm6nica y ordenada, que no haya barrios miserables". Diciembre de 1964, Informe de las Obras del Consejo de Colaboraci6n Municipal, citado por Vazquez, D. Op. Cit., p. 51.
110 Margarita Sanchez, Op. Cit., p. 121.

Per{odo IV

337

la colonia no contaba aun con agua ni drenaje: una historia que, desafortunadamente, se repite en muchas otras colonias de la ciudad." 1
De cualquier manera, es importante considerar que con este modelo,
existe una mayor capacidad de movilizaci6n de recursos y de gesti6n
local; de tal forma que, el uso de los servicios se regulariza mas rpido,
con conexiones que se hacen a las redes primarias y en base a un acceso
que comienza a ser individual. Empero, la necesidad de ir introduciendo
progresivamente la infraestructura de acuerdo con las capacidades econ6micas de los habitantes, genera ciertas discordancias en el funcionamiento; por ejemplo, la existencia de lotes abastecidos por agua, sin que existan redes de desecho de las mismas. Se crea un cuarto modela de
introducci6n de infraestructura:
Fraccionador + Asociaci6n de Vecinos
Comenzado a mediados de los cuarenta, el modela se desarrolla en
los fraccionamientos residenciales en donde, un nivel de consolidaci6n
socio-econ6mica importante, permite que los habitantes participen en la
gesti6n deI desarrollo urbano. De ser un demandante-financiador de los
servicios (modelo 3), el habitante pasa a ser un proveedor, e inclusive, un
productor-gestionario. En efecto, una vez que el fraccionador realiza los
trabajos de urbanizaci6n e introducci6n de infraestructura, la gesti6n y el
mantenimiento posterior, recae en los pobladores deI fmccionamiento, sin
que intervenga direetamente el poder municipal.
La iniciativa y el control se desplaza hacia los usuarios, quienes en
ciertas ocasiones, pueden incluso, participar a nivel de la concepci6n de
los servicios. La organizaci6n de los habitantes se hace mediante formas
de auto-administraci6n que apelan ampliamente al principio de colaboraci6n, tanto al interior de la asociaci6n coma al exterior, con las autoridades publicas. m Las asociaciones son organismos de caracter privado, que
se rigen por el derecho civil, con un sistema de membresfas que se compone por los propietarios de lotes y que establece una diferenciaci6n entre
miembros activos y coopemdores. Los servicios se cubren con las cuotas
econ6micas de los colonos. A fin de hacer obligatoria la participaci6n de
III Recurdese que el Consejo de Colaboraci6n Municipal no interviene si los pagos no
son garantizados. El reporte que el Departamento de Obras P6blicas realiza. sobre la
Federacha en 1973. seilala: el alumbrado p6blico existe s6lo en el jardin, las calles no
tienen ning6n recubrimiento, algunas vias son verdaderas barrancas, los trabajos de
nivelaci6n nunca se lIevaron a cabo, los parques y jardines son inexistentes. Con esto,
uno tiene ganas de preguntarse, cul era el rigor con que se aplicaba la ley.
112 Vase al respecto, el trabajo de Ruiz V., Guadalupe. "Modelos de participaci6n social
en el desarrollo urbano de Guadalajara" en Merropolis in Transition, Op. Ciro

338

Eduardo LOpez Moreno

todos los habitantes dei fraccionamiento -particularmente en 10 que concieme a los cobros-, la asociaci6n se constituye en un 6rgano descentralizado de la administraci6n publica con capacidad econ6mico-coactiva
para poder cobrar a los morosos; de 10 contrario, sus facultades quedarfan
limitadas, coma se sefiala en un documenta dei Departamento de Obras
PUblicas de 1952:
~na

Junta de vecinos descentralizada dei Municipio, es decir, una verdadera entidad


que se haga cargo de los servicios municipales, no puede ser una sociedad 0 A.C., pues
ella no puede hacerse cargo de esos servicios, tampoco puede tener miembros forzosos
entre los propietarios de los lotes, no puede ordenar el corte de los servicios que mcurren en mora de pago de sus cuotas ni, por ultimo, puede recibir de la tesoreria la facultad econ6mico-coactva. En resumen, no es un organismo publico 0 semipublico ni
puede ejercer atribuciones publicas. '1J

A principios de los cincuenta, se integra una de las primeras asociaciones de ese tipo: la "Junta de la Colonia Arcos Vallarta"; y en 1953, la
de la "Colonia Chapalita A.c. de Mejoramiento y Bienestar", creada "con
el objeto de hacerse cargo dei suministro de los servicios municipales y
de la administraci6n de los impuestos respectivos, 10 que significa que el
Ayuntamiento puede auxiliarla con el empleo de su gesti6n econ6micocoactiva".114 Rpidamente sus funciones rebasan ese nivel y se extienden
a otros aspectos, coma la colecta de basura, la seguridad publica, e incluso, el control deI cambio de usos dei suelo en la colonia y las propuestas
dei transporte publico. Se trata de una verdadera gesti6n deI espacio, que
lleva a una reformulaci6n de las relaciones entre los habitantes y las autoridades municipales, y que cuenta con la plena aceptaci6n de estas ultimas pues de esa forma se desresponsabilizan de una parte de la ciudad.

3.

Los organismos locales de financiamiento y produccion de


vivienda

El casa de los servicos publicos, ilustra bien, c6mo la sociedad funciona


en base a iniciativas de individuos e instituciones, quienes se convierten
en factores de desarrollo en colaboraci6n con el Estado. Se trata de mecanismos de concertaci6n, que se presentan coma incluyentes de los diver113 Archivo de Obras PUblicas dei Municipio de Guadalajara. Chapalita. Oficio 4320 dei
19 de diciembre de 1953.
114 Idem. La asociaci6n se cre6 el 26 de noviembre de 1953 y fue presidida por el arquitecto Ignacio DIaz Morales.

Per{odo IV

339

sos actores y fuerzas de la sociedad; sin embargo, mas alla de esa visi6n,
dos aspectos esenciales de la realidad, se esconden detrs de su estructura
y esquema de funcionamiento:
a) La exclusion de unD de los principales actores, que haeen posible la
construccion de la ciudad: los habitantes. Mediante un principio ideol6gico de participaci6n ciudadana, gracias al cual, se hace pasar la idea de
que las asociaciones de usuarios deciden, opinan, promocionan, etc.,
mientras que de facto, su participaci6n se reduce a una contribuci6n
financiera, las mas de las veces, percibida como obligatoria.
b) La representacion de una alianza: Estado-sector privado-sector
social. Tambin mediante un principio ideol6gico de colaboraci6n interc1asista, gracias al cual, los organismos mixtos tienen la capacidad de
reunir actores que, de facto, tienen intereses antag6nicos.
A diferencia dei Consejo de Colaboraci6n Municipal, que no inc1uye
en su estructura interna al Hamado sector social (habitantes, asociaciones
de vecinos.. ),m los organismos viviendfsticof (lBS y PHP) proponen por
primera vez, una direcci6n tripartita que abre un espacio a los trabajadores.
Espacio que es por demas simb6lico, pues el sector laboral se encuentra
mediatizado por las representaciones sindicales "oficialistas"; de ta! forma,
que las decisiones que les competen, quedan supeditadas a los intereses de
las cupulas sindicales y de los propios patrones. Ya sea 6rganos mixtos 0
tripartitas, ninguno es un sistema de representaci6n pluralista; sin embargo,
ellos representan esquemas viables e interesantes de financiamiento, utilizando recursos locales. Desafortunadamente, ambos institutos de vivienda,
desaparecieron a principios de los setenta, cuando se desarrollaron los
grandes fondos nacionales coma INFONAVIT y FOVISSSTE. 116 Su importancia coma verdaderos modelos de gesti6n y de auto-financiamiento, en
base a un principio de colaboraci6n: seetor publico-privado, nos motiva a
presentar un resumen de ellos, en los dos apartados siguientes.
115 La composici6n interna deI Consejo de Colaboraci6n muestra su estructura mixta, 10
integran: Por el sector pUblico, el presidente municipal, el regidor de obras publicas y
el director de obras publicas municipales. Por el sector privado, la Cmara Nacional
de Comercio, las cmaras de industrias especializadas, la Cmara Nacional de la Industria de la Construcci6n, el Colegio de Ingenieros Civiles de Jalisco, el Colegio de
Arquitectos de Jalisco, los Clubes de Servicio Social, la Cmara de la Propiedad Urbana de Guadalajara y.el Centro Bancario. Asf coma la Confederaci6n Revolucionaria de
Obreros y Campesinos (CROC), la Federaci6n de Trabajadores de Jalisco (FfJ-CI'M), la
Liga de Comunidades Agrarias y los sindicatos campesinos dei estado.
Es de notar, que en la misma "canasta", figuran los comerciantes, banqueros, industriales, etc., y los sindicatos y federaciones; es decir, el sector privado mercantil aparece confundido con el sector laboral.
116 Cf. Perfodo 5.

340

Eduardo LOpez Moreno

Es de hacer notar que, cronol6gicamente, el PHP precedi6 al lBS; sin


embargo, la impartancia que este ltimo organismo tuvo, no s610 en el
mbito local sino tambin en el nacional,1I7 nos fuerza a presentarlo en
primer trmino y en una forma ms extensa. Ambas presentaciones, procuraremos limitarlas a los puntos siguientes: i) antecedentes y origen de
la instituci6n; ii) composici6n interna; iii) caracteristicas de su funcionamiento a nivel dei financiamiento y de la producci6n de vivienda; y, iv)
causas de su disoluci6n e impacto en la poblaci6n mayoritaria.

4. El Instituto de Bienestar Social (mS): un organismo tripartita al


servicio de los trabajadores dei sector privado (1957-1975)
Nunca dejamos entrar al gobierno, el desastre con lnfonavit e.f que 10 maneja el
gobierno, nosotros 10 quer{amos sin corrupcinn, noble.
Industrial Ratil Urrea, Creador dei lBS

Tres afios despus de que la Direcci6n de Pensiones Civiles habla empezado a funcionar en Guadalajara (1954), el medio empresarial local
-encabezado por el industrial Urrea, quien era presidente dei Centro
Patronal de Jalisco-, solicit6 que los trabajadores de sus empresas pudieran tambin incorporarse a Pensiones. Luego de varias discusiones, doce
de ellas fueron autorizadas par su director, el licenciado Medina Ascencio. 118 La duplicaci6n de funciones institucionales y el hecho de que existieran relaciones diferentes entre los obreros y los patrones, y los bur6cratas y el gobierno, llev6 a pensar en la necesidad de crear una instituci6n
especializada para los primeros. En 1957 -retomando algunos de los principios de funcionamiento de Pensiones-, el Congreso dei Estado decret6
la creaci6n dellnstituto de Bienestar Social (lBS), un organismo de utilidad pblica y de inters social, destinado a la promoci6n y el financiamiento de casas habitaci6n para los trabajadores dei sector privado.1\9
117 Existen suficientes evidencias para pensar que el esquema de funcionamiento dei IBS,
inspir6 la creaci6n dei INFONAVIT; de ello nos ocuparemos en la primera parte dei ultimo periodo.
118 Francisco Medina A. fue promotor y primer director de Pensiones; posteriormente,
gobemador dei estado en 1964-1970. La docena de empresas que se afiliaron, es un
dato que l mismo nos proporcion6 en una entrevista concedida el 1 de abril de 1992.
119 En principio, el lBS podfa afiliar en igualdad de condiciones, obligaciones y derechos, a
los trabajadores y empresas de todo el estado; en la realidad, todas sus operaciones las
lIev6 a cabo en Guadalajara. Su creaci6n data Gel 5 de enero de 1957, segun el Decreto
N 7107.

Per{odo IV

341

Los primeros aiios dei Instituto y la constitucion de un patrimonio


sui generis
El IBS, tuvo coma primer gerente, a unD de sus creadores, el Sr. Jos
Herrera Rossi, y un primer local para oficinas en Morelos y Chapultepec;
luego de nueve meses de inactividad, por causa de la falta de participacion de los patrones, el Sr. Rossi renuncio. Mas tarde, de acuerdo con el
relato de su segundo, y en realidad (inico gerente general, operativamente
hablando, el Lie. Conrado Ceballos:
...con la renuncia se acab6 el Inslltuto, tiempo des pus Don Adolfo L6pez Mateos,
siendo candidato a la presidencia, se interes6 por ese fonda de pensiones para trabajadores de empresas privadas y manifest6 su deseo de visitarlo. El gobemador Yafiez se
vi6 en la necesidad de "resucitarlo" y me nombr6 gerente; al notificarle que no habla
aportaci6n patronal alguna, y por 10 mismo, no habla recursos, le concedi6 un apoyo de
5,000 pesos mensuales para que se pudiera pagar una oficina y el personal deI Instituto,
de esta manera, rentamos un local en el sexto piso de la Central Camionera y nos dedicamos ajuntar patrones."

Es decir, iun organismo de origen privado constituy6 su patrimonio


con recursos publicos!, teniendo coma primera tarea, el convencer a los
patrones para que se adherieran al Instituto, a fin de crear un fondo revolvente; para ello, se utilizaban tres recursos 0 argumentos principales:
un primero, apelaba a una cuesti6n moral y de justicia social. Se
reconocfa que los recursos deI gobiemo, no podfan resolver el grave problema que constitufa la carencia de habitaciones adecuadas, para grandes
sectores de la poblaci6n tapatfa. Los empresarios -tomando en cuenta sus
responsabilidades sociales-, sefialaban que se encontraban hondamente
preocupados por solucionar dicho problema a sus trabajadores;121
un segundo, se fundamentaba en criterios de orden econ6mico. Y
reconocia que era indispensable crear un organismo que contara con
120 El Licenciado Ceballos, comenta que la primera empresa afiliada fue Laboratorios
Pissa, y que cuando el industrial Urrea se enter6 de que el lBS estaba de nuevo en funcionamiento, inscribi6 NIBCO de Mxico. Un afio despus, el gobiemo dej6 de dar los
5 mil pesos de apoyo. Entrevista personal, 20 de mayo de 1992.
121 Entrevista persona! al Sr. Raul Urrea. 7 de maya de 1992. Segun el entrevistado, el
documenta que, en 1963, se le present6 al entonces candidato a la presidencia, el Lic.
Gustavo Dfaz Ordaz, para que se hiciera obligatoria la afiliaci6n de todos los trabajadores, recoge bien esa preocupaci6n; la cual, desde 1957, era compartida por varios de los
que signaban esa petici6n:
Estamos convencidos de que, mientras los principios de justicia social no se traduzcan en hechos prcticos y de aplicaci6n cotidiana, no es posible la convi viencia pacffica entre los hombres; y es por ello, que este grupo de empresarios no se siente satisfecho ni cree haber cumplido con la sociedad, mientras los trabajadores mexicanos
carezcan de un hogar limpio y digno,

342

Eduardo LOpez Moreno

recursos propios y suficientes, es decir, un fondo constante que fuera un


tipo de "capital piramidal que tarto el patr6n coma el gobierno solos, no
10 podian hacer ni tener, mientras que una instituci6n especial si. 122
un tercero (un poco menos explicitado), invocaba la conveniencia
estratgica que una medida de ese tipo tendria para la iniciativa privada;
conveniencia que podia abarcar diferentes aspectos. El propio Urrea, Ifder
de los patrones de ese entonces, comenta uno de ellos:
el obrero, 10 que necesita, es sentirse dueiio de su casa, necesita una propiedad para el
futuro, que sea su patrimonio; si miles 0 millones de obreros son propietarios, podemos
todos defender la propiedad privada... la casa no es el hogar, sino el asiento dei hogar,
la mentalidad deI obrero cambia totalmente cuando es dueiio de ese asiento. 123

A pesar de 10 convincente que pudiera aparecer cada uno de esos


argumentos, ninguno tuvo el peso suficiente para convencer a cerca de
los 400 industriales que fueron entrevistados. Finalmente, menos de 20
empresas,'24 accedieron a inscribir a sus trabajadores, entre ellas: Coca
Cola, Nibco de Mxico, Valco, Mexali de Occidente, Productos de Trigo,
Laboratorios Pissa, Swecomex, Productos Infantiles, Laboratorios Jaloma, Protomex, Hotel Morales, Canal 58, Aranguren y Cia, Imprenta Salvac, Delat, Embotelladora la Favorita, Droguerias Levy. Una respuesta
tan pobre, pone en evidencia la poca voluntad que los patrones tuvieron
para alimentar el fonda; sin embargo, el Instituto sobrevivi6 y siempre
estuvo bajo la esfera de poder y control de este sector. El gobierno, por su
parte -no obstante el fuerte apoyo econ6mico que le brindaba al Instituto- intervenia poco en las decisiones internas deI mismo. Sin embargo, el
lBS le era lltil, por tres razones principales: i) podfa mostrarle al gobierno
federal (yen particular, al presidente de la republica), la capacidad que el
poder local tenia para desarrollar proyectos innovadores;125 ii) una instituci6n de esa naturaleza, reafirmaba su alianza con la iniciativa privada y,
simultnemente iii) se desligaba de la obligaci6n de dotar de vivienda
social, responsabilidad que era ms bien de su competencia.
122 Conrado C., entrevista, Op. Cil.
123 Entrevista personal del 7 de mayo de 1992. Un aspecto poco exphcitado es que, con el
pago de una aportaci6n de 5% (que en realidad, equivaJe a un 1%), la empresa materialmente se "quita de encima al sindicato".
124 En su sexto informe de gobierno, dictado en 1959, el gobernador Agustin Yanez, seiialaba: "a la fecha se ha obtenido la afiliaci6n de doce empresas con 800 beneficiarios, 10
que permitira iniciar en este ano un nucleo de quince casas". Informes de los legisladores, Palacio Legislativo.
125 Asi por ejemplo, en su 2" Informe de Gobierno, presentado en 1967, Francisco Medina
Ascencio, enfatiza que el lBS fue "fundado por el Estado y conducido por el sector privado".

Per{odo IV

343

Con un capital patrimonial tan singular, el lBS aparecia coma una instituci6n mixta; 10 cierto, es que fue unD de los primeros organismos locales de caracter tripartita, su estructura interna -agrupando los intereses de
los sectores privado, publico y social-, en realidad disimulaba un fuerte
desequilibrio en favor dei sector patronal; asi vemos que, de los ocho
miembros directivos, cinco eran representantes de las fuerzas empresariales, I~ dos de los trabajadores l21 y solo unD dei gobierno deI Estado.

El funcionamiento dei Instituto


El lBS era un organismo descentralizado deI Estado, con funcionamiento
aut6nomo, que perseguia varios fines, entre los principales:
captar y administrar los recursos provenientes de las aportaciones
patronales;
otorgar crditos, a corto plazo e hipotecarios, a los trabajadores
derechohabientes;
adquirir terrenos para su urbanizaci6n y lotificaci6n;
construir y vender casas habitaci6n, 0 en su defecto, supervisar la
construcci6n de las casas y obras contratadas, y
recaudar los pagos de los abonos de los prstamos y de las rentas de
las viviendas destinadas a ese fin.
En suma, un organismo que, simultneamente, realizaba funciones
financieras y de promoci6n directa de vivienda. La primera de ellas, la
llevaba a cabo a travs de la colecta de las cotizaciones salariales (obreropatronales) y de los prstamos hipotecarios y a corto plazo; es decir, en
base a un esquema de ahorro y prstamo. l28 La segunda, a travs de la
construcci6n directa de vivienda, ya fuera por sus propios servicios tcnicos 0 contratando las obras a terceros, en particular, las compafiias constructoras privadas.
Las funciones financieras

El sistema financiero funcionaba sustentado en un mecanismo de ahorro


forzado; es decir, las aportaciones de los patrones eran descontadas direc126 El sector privado estaba representado por las instituciones siguientes: el Centro Patronal de Jalisco. la Cmara Nacional de Comercio de Guadalajara, la Cmara de la Industria de la Transformaci6n. las cmaras especializadas y el Centro Bancario de Guadalajara (Art. 5 de la ley interna, 1956).
127 Las centrales obreras presentes, eran la CTM y la CROC, representadas por los Srs.
Heliodoro Hernndez Loza y Marcos Montero Ruiz.
128 Esquema al que le agregaba un fondo de retiro que funcionaba bajo ciertas causales.

344

Eduardo lApez Moreno

tamente dei salario dei trabajador, al igual que las amortizaciones dei crdito. Mientras que en forma complementaria, el sistema apelaba a la
buena voluntad de los patrones, quienes libremente podian inscribir a sus
trabajadores, y en ese caso, enterar a su nombre el importe equivalente al
5% dei salario ordinario. 129 Como ya 10 comentamos, la mayoria de los
patrones no cotizaba suma alguna; situaci6n que estaba lejos de incomodar al trabajador, quien de esta manera, se vela liberado de una obligaci6n
que solo comprimia mas su salario. Mientras que para aqul10s que libremente habian consentido aportar el 5%, el pago tenia un caracter fiscal,
pero no la obligaci6n de que tOOos los patrones y trabajadores aportaran.
Las sumas que se captaban por dichas aportaciones y por los reembolsos de los crditos, eran muy reducidas; el Lic. Ceballos, gerente dei IBS,
hace notar que por esa raz6n, dos 0 tres afios despus de creado el Instituto, se vieron en la necesidad de solicitar crditos bancarios en la ciudad
de Mxico. IJO La utilizaci6n de estos fondos, representa el antecedente de
los "crditos-puente" en Guadalajara, puesto que con el1os, el Instituto
financiaba la construcci6n de las viviendas y enseguida los convertia en
crditos para el comprador.
Estos recursos extra-regionales se destinaban, exclusivamente, a hacer
prstamos hipotecarios; mientras que los que eran captados al nivellocal
(directamente en las oficinas dei Instituto y no por los circuitos de recaudaci6n de impuestos dei Departamento de Economia y Hacienda, coma
originalmente se habia previsto), se empleaban para Iiquidar los crditos
bancarios precedentes y, eventualmente, para hacer aigunos nuevos. AI
interior dei lBS existian dos grandes modalidades de prstamos:
i) Los prstamos a corto plazo
129 Si el trabajador se inscribla por su propia cuenta, se le descontaba el 5% de su sueldo; y
si habla sido inscrito por su palrn, el 2.55%. En este ultimo caso, el patr6n debla
entregar Iibremente un 5% adicional (Articulos 13 y 14 dei Decreto de creaci6n dei
lBS; 05-01-1956, Peri6dico Oficial dei gobierno). N6tese que la obligaci6n era por un
perlodo mlnimo de 5 anos. La misma ley prevela que, los trabajadores independientes
y los patrones de talleres familiares 0 de pequefias empresas 0 comercios con no mas
de 4 trabajadores, se podlan inscribir y aportar el 5% de sus ingresos dec1arados (Ley,
Cap. 8; Art. 50). Los trabajadores afiliados que 10 desearan, podlan hacer dep6sitos
extras en su propio fondo, si las sumas eran importantes, adquirlan una cierta preferencia en la asignaci6n de una vivienda.
130 "Fue a travs de este nuevo recurso que se pudieron construir la mayorla de las viviendas, pues de la otra forma no se hubiera podido hacer nada... , hablamos caldo en un
circulo vicioso: al no haber capital -no habla casas- y por 10 mismo no habla afiliaci6n... El Banco apoy6 al Instituto, debido a la seguridad que representaba el pago -a
travs dei descuento de las empresas-, y por tratarse final mente de un solo cliente: el
lBS". Entrevista Lie. 'Ceballos c., 20 de mayo de 1992.

PeriodoN

345

Podfan beneficiarse de ellos, los trabajadores que tuvieran cuando


menos seis meses cotizando al Instituto y aportando el 2.5% que les
correspondfa. Los prstamos se autorizaban por un importe, cuyo techo
equivalfa a mes y medio de sueldo dei solicitante;131 ste ultimo, debfa
reintegrar capital e intereses, en un plazo mximo de seis meses con una
tasa de 6% anual (los intereses se cobraban por adelantado) y pagos que
no debfan exceder el 50% de su salario.
El que fuera contador publico dei Instituto desde 1963, hasta su liquidaci6n en 1972, comenta que el lBS tuvo cerca de 5,000 afiliados; de los
cuales, probablemente 2,800 se beneficiaron de prstamos a corto plazo
(que equivalfan a seis veces su salario y no 1.5 veces coma estipulaba la
ley), un porcentaje significativo de ellos, eran afiliados libres 0 voluntarios. 132
ii) Los prstamos hipotecarios
Podfan beneficiarse de ellos, los trabajadores que tuvieran mas de seis
meses de antigedad en el rgimen; debiendo ser la garantfa hipotecaria,
sobre fincas 0 predios urbanos, que garantizaran el adeudo. De acuerdo a
la ley inicial, los prstamos no podfan exceder de 20 mil pesos. 133 Los
beneficiarios cubrian capital e intereses (estimados a una tasa de 8%0
anual), en un plazo mximo de quince afios; para ello, efectuaban pagos
de entre 180 y 420 pesos mensuales. Es decir, su afectaci6n salarial fluctuaba entre un 30% y 40%; por ley, sta podfa alcanzar hasta el 50% dei
salario globalizado.
Las sumas prestadas cubrian 3 lfneas de crdito: construir 0 adquirir
casas para la habitaci6n, hacer mejoras a la vivienda y liberar casas con
gravamenes. Los criterios de asignaci6n de una vivienda, se limitaban a
la viabilidad del tramite y a la antigedad de la demanda; las casas se sorteaban sobre las empresas afiliadas, quienes tenfan el derecho de presentar su propio listado. Con este tipo de prstamos, se financiaron alrededor
de 2,200 casas en los conjuntos habitacionales siguientes: Zona Indus131 Para los trabajadores independientes 0 para los "pequeilos" patrones, el prstamo podia
cubrir la cantidad dei fonda propio mas un 50% adicional, siempre y cuando, se destinara al incremento de su industria y artesania (Art. 23 Y24, Ley dei lBS).
132 Jos Vargas Magall6n, entrevista personal, 22 de maya de 1992.
133 Articulo 32. Segn el cual, el Instituto realizaba tabuladores en los que, a partir de los
sueldos que percibian los trabajadores, se seilalaban las cantidades mximas que podlan prestarse; en ese caso, el crdito cubria hasta el 100% dei valor comercial de la
finca. En realidad, debido a que las casas se sorteaban, los trabajadores que se beneficiaban de ellas, podian tener ingresos diversos. Segn el tercer informe dei gobernador
J. Gil Preciado, en 1962, el lBS concedi6 22 prstamos hipotecarios con un valor de
200 mil pesos. En 1966, las casas que se entregan en la unidad Zona Industrial Il, costaban entre 33 y 42 mil pesos.

346

Eduardo LOpez Moreno

trial, Colonia Atlas, Santa Elena Estadio, Estadio Poniente, Enrique Diaz
de Leon, Josefa Ortiz de Dominguez, San Miguel de Mezquitn. 134
Las funciones promocionales

A fin de garantizar que las viviendas tuvieran un caracter social, el lBS


tuvo que intervenir en forma directa en diferentes fases dei proceso de
produccion; 10 que 10 Hevo a asumir un papel de organismo promotor. Las
principales funciones que desempefio a este nivel, fueron las siguientes:
allegarse recursos externos por medio de crditos bancarios, que
destinaba a la construccion de viviendas. Las principales fuentes financiadoras fueron: Crdito Hipotecario, Banco Nacional de Obras y Servicios
PUblicos, Banco Nacional de Mxico, BCH y Banco Hipotecario Azteca;
todas, instituciones ubicadas en la ciudad de Mxico.
asociarse con propietarios de terrenos urbanos para desarroHar, en
forma conjunta, promociones de vivienda. Los propietarios podian ser
personas ffsicas 0 personas morales (principalmente constructoras),lH
quienes recuperaban el equivalente de la inversion de suelo por media de
las cotizaciones dei 5%, de los pagos de los crditos y de un enganche dei
5%, sobre el valor total de la vivienda. 136

La disolucin dei Instituto


Debido a que la afiliacion era voluntaria, el fondo que debia constituirse
con el 5% sobre los salarios, fue bastante reducido. Los empresarios jalicienses que habian promovido y participado en el lBS, propusieron en
1963, al candidato a la presidencia, Gustavo Diaz Ordaz, la creacion de
un instituto similar a nivel nacional
... hacindole ver que ningun otro capital podria ser tan poderoso para construir cerca de
las 80 mil casas que faltaban en Guadalajara y dei mill6n en el pais. Recordndole
igualmente que la Ley Federal deI Trabajo, en realidad, era letra muerta y que una
empresa coma Coca Cola necesitaba vender toda la compaiiia para poder construir
vivienda a sus miltrabajadores. '"

134 Vase el PIano 6.


135 De esta manera, se lIevaron a cabo los conjuntos habitacionales de la Zona Industrial y
la Unidad Enrique Diaz de Le6n, con la participaci6n de la Constructora Sanitaria de
Occidente y la empresa propiedad deI Lie. Alberto Arce y el Ing. Contreras Medellfn.
136 El lBS recibi6 en donaci6n dos grandes terrenos; el primero, por el seiior Levy, via el
Ayuntamiento, en San Miguel de Mezquitn, en donde construy6 las primeras viviendas, y el segundo, por el padre Garibi.
137 Entrevista personal con el Lie. Conrado Cevallos, Op. Cit.

Per{odo IV

347

En el documento-propuesta que se le entreg6 se sefialaba:


No obstante la innegable bondad de los fines dei lnstituto, y a pesar de los multiples
esfuerzos realizados para oblener una afiliaci6n numerosa, sta ha sido escasa y mucho
tememos que una idea tan noble y generosa quede sin realizacion pn1ctica. Por tal moti
vo, con el prop6sito sincero y desinteresado de que se den soluciones praclicas e inmediatas al problema de la vivienda obrera, proponemos: que se realicen las reformas
legales necesarias para que sean creados InstituloS de Bieneslar Social en Iodas las enlidades federativas y que sea obligalorio para lodos los empresarios, la afiliaci6n de sus
lrabajadores al mismo, y, consecuentemenle, la aportaci6n que deben hacer los palrones
del 5% sobre los salarios, siguiendo las caracteristicas generales dei lnslituto de Bieneslar Social dei Estado de Jalisco.'"

Segun Don R. Urrea, una vez estudiado el documento, Diaz Ordaz contest6 que consideraba que no era oportuno, cargar a las empresas, con un
5% adicional a los diversos impuestos que pagaban. Pasaron seis afios,
hasta que Luis Echeverria A., en campana presidencial, se interes6 por el
proyecto; el mismo Urrea, comenta: Ha Echeverria le pareci6 muy buena la
idea y me cit6 en el Camino Real. Hablamos extensamente sobre el proyecto y despus l nombr6 al ingeniero Javelli, para que creara una comisi6n y
estudiaran el asunto; tuvimos algunas phiticas mas aqui y en Mxico. El
resultado fue, que se cre6 el INFONAVIT, con las mismas bases dei IBS."Il9

5.

El patronato de la babitacion popular: un organismo tripartita al


servicio de los trabajadores burocratas (1947.1986)

Antes de que se creara ese instituto nacional, se sefial6 que en Jalisco, los
recursos dei INFONAVIT irian directamente al lBS, al Patronato de la
Habitaci6n Popular y a Pensiones dei Estado; es decir, publicamente se
reconoci6 que no seria necesario crear una estructura especial descentralizada, de origen federal, en Jalisco. El propio Jesus Silva Herzog -primer
director deI INFONAVIT-antes de que ocupara ese cargo, coment6 en presencia dei gobemador Orozco Romero, y los Srs. Raul Urrea, Guillermo
Ramirez Valadez y Alfonso de Alba Marin -directores de los 3 organismos aludidos-, que en el Estado, el INFONAVIT funcionaria a travs de
ellos; 10 que se podia traducir coma un reconocimiento a la eficacia de los
esos organismos, y principalmente, al papel que venia jugando la iniciati-

138 Ponencia le{da ante el candidato, en su campana presidencial, en 1963. Folocopia dei
documenlo original en poder dei industrial R. Urrea.
139 Urrea, entrevista personal, Op. Cit.

348

Eduardo Lapez Moreno

Piano 6
Instituto de Bienestar Social y Patronato de la Habitacion Popular

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Pattonalo de la Habitaci6n Popular

0 Inslilulo de Bienestar Social


(1959-1972)

(1949-1972)

O. Huentitan

A. Zona Industrial 1

1. GonzaIez Gallo

B. Estadio Ponienle

2. Morelos
3. Presidente Madero
4. Presidenle L6pez Mateos
5. Unidad N"5
6. Electricistas

7. Unidad N7

C. Zona Industrialll

D. Sta. Elena Estadio

E. Enrique Diaz de Le6n


F. Esteban Alalorre

G. San Miguel
H. Av. Patria y Aquiles Serdn

1.

Gigante y Manuel Doblado

J.

Fray A. de Segovia. Atlas

K. San Isidro
Fuente: Informes de Gobierno, varios lIftos. Entrevistas personales y trabajo de campo.
Realiz6: E. LOpez, O. Becerra, 1994.

Per{odo IV

349

CuadroN3
Patronato de la Habitacion Popular 19491972
UNIDADES

AND

0.- Huentitn

1949

Huentitn

1.- Gonz1ez Gallo

1950

Bld. TIaquepaque

775
348

3'154,192.38

2.- Morelos (0 Tepopote)

1955

Zona Induslrial (CoI6n)

272

12'173,369.00

3.- Presidente Madero

1958

Gigantes 388

4.- Presidente L6pez Mateos

1965

Pensador Mexicano

UBICACI6N

ACCIONES

42

Bld. Tlaquepaque
5.- Unidad N" 5
6.- Eleclricfslas

317

1968

13'563,771.88

41()

Costado Unidad L6pez Mateos

7.- Unidad N" 7

INVERSI6N

ChamizaJ y Revoluci6n

216

13'406,000.00

Mariano Escobedo

106

4' 800,000.00

2120

47'097,333.26

8.Total:
(.)= Probablemenle es una continuaci6n de la Morelos.

Fuente: Informes de Gobiemo, Varios Aiios. Archivo dei Congreso.


Realiz6: Eduardo L6pez Moreno

Instituto de Bienestar Social


1959 1972
CONJUNTO

AllO

ACCIONES

INVERSI6N

1. Zona Induslriall

1960

2. Estadio Poniente

1964

152
123

3. Zona Induslrial Il

1964

556

2'600,128

4. Sta. Elena Estadio

1966

628

9'125,412

5. Enrique Ofaz de Le6n

1968

44

(72 casas)
(204 casas)
6. Esteban Alatorre

32

7. San Miguel
8. Av. Palria y Aquiles Serdn
9. Giganle y Manuel Doblado
10. Fray A. de Segovia y Rfo AutMn(Atlas)

433

15'296,000

1968

27'021,540

Il. San Isidro


Total:

350

Eduardo LOpez Moreno

va privada. Esto es, ese reconocimiento equivalia a un acuerdo tcito, de


que los respectivos intereses y grupos de poder locales, no serian tocados.
En realidad, debido a que las empresas no podian cotizar dos veces un
5% con el mismo objeto, que los recursos dei fondo nunca se canalizaron
hacia el lBS, y sobre todo, debido a que el gobierno federal queria utilizar
a la vivienda coma un elemento central de su politica econ6mica y social
nacional (cf. Periodo 5), en 1972, este organismo dej6 de funcionar para
entrar en liquidaci6n en 1975, en favor de Pensiones Civiles deI Estado.

Origen y estructura interna


El Patronato de la Habitaci6n Popular (PHP), fue creado en septiembre de
1947, emanado coma 6rgano ejecutivo de la Ley, para el Fomento de la
Habitaci6n Popular. l40 Segun el texto de la ley, el Patronato debia "resolver en el estado, el problema de la habitaci6n popular"; 0, en palabras dei
entonces gobernador, Jesus GonzaIez Gallo, debia atender el problema de
la habitaci6n provocado por la escasez de fincas. Tai vez por esa misi6n
tan dificil que se le encomend6, fue investido de amplias capacidades
coma organismo aut6nomo, descentralizado deI gobierno deI estado y
con personalidad juridica propia. El patronato qued6 integrado con un
representante de cada una de las siguientes entidades: el gobierno deI
estado, la central obrera mayoritaria a juicio dei ejecutivo,141 la Cmara
Nacional de Comercio de Guadalajara, las diversas cmaras especializadas de la industria y la Sociedad de Ingenieros.' 42
La composici6n deI cuerpo administrativo, acusa un carcter mixto
(sector publico-privado); pues si bien interviene tambin un representante
deI sector social, el peso decisional asignado a cada uno de estos sectores,
privilegia a los dos primeros. Mientras el sector privado tiene un peso
numrico, el sector publico se reserv6 poderes efectivos: el ejecutivo deI
estado, por ejemplo, podfa vetar las decisiones deI patronato, referentes a
la concertaci6n de prstamos; asimismo, se le reservaban funciones de
auditoria sobre las operaciones efectuadas; al gobernador se debia rendir
un informe pormenorizado de las actividades. Aun mas, en las modificaciones a la Ley, hechas en 1954, se designa al representante deI ejecutivo
coma presidente deI patronato -cargo que, antes de esa fecha, era desig140 Decreto N" 5272 deI Gobiemo dei Estado.
141 Que se transform6, con las modificaciones a la Ley, hechas en 1954, a un representante
por mayorfa de votos de las organizaciones obreras y populares.
142 Corregida en 1954, coma la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos.

Perlodo IV

351

nado a votaci6n por los miembros deI mismo-, quien tenfa voto de calidad en las decisiones.
Al parecer, el primer presidente deI patronato, fue el Lie. Roberto
Palomera, quien 10 instituy6 por encargo deI gobernador, Lie. Jesus Gonzlez Gallo; Palomera se desempefiaba entonces, como secretario deI
Supremo Tribunal de Justicia, y era a la vez secretario fundador de la Cfa.
Siderurgica de Guadalajara. Es decir, un hombre que tenla un pie en el
sector publico y otro en la iniciativa privada.

Financiamiento
El Lie. Palomera, declara que el patronato tenfa por objeto: "dar oportunidad a las personas de bajos recursos de acceder a una vivienda, con condiciones de crdito amplias y sin intereses"14l. Para hacer esto posible, el
peso financiero de las operaciones fue asumido completamente por el
sector publico que, por via deI gobierno deI estado, dot6 de 3 millones de
pesos como patrimonio para iniciar sus funciones,l44 dejando abierta la
posibilidad de incrementarlo con aportaciones publicas, privadas 0 recurriendo a operaciones de crdito. Se consideraba este fondo como revolvente, es decir, las recuperaciones que se obtuviesen de las operaciones
serian invertidas nuevamente en la construcci6n de habitaci6n popular.
De hecho, no fue sino hasta el 55, que se tramit6 un prstamo (por iniciativa deI Banco Nacional Hipotecario y de Obras Publicas), para impulsar
la obra deI patronato; hasta antes de ese afio, funcion6 con las aportaciones deI gobierno. 14l

Funcionamiento y modalidades de intervencion


Las operaciones que realizaba el patronato, constitulan intervenciones
directas en el mercado de la vivienda, pues se abocaba principalmente, a
construir casas para venta 0 para renta (como es el caso de edificios multifamiliares, en donde se rentaban, inclusive, algunos locales para uso
143 Entrevista persona! concedida a Olga Becerra en septiembre de 1993.
144 Cantidad que se entregarfa en un solo pago 0 en seis anualidades, de $500,000 cada
una, en los meses de septiembre de los alios de 1947 a 1952.
145 Adems de la aportaci6n inicial, en 1954, el gobierno deI estado le destin6
$196,666.67; ya en el informe de gobiemo de 1963, se menciona una aportaci6n anua!
de $200,000 como subsidio para el patronato.

352

Eduardo L6pez Moreno

comercial); aun cuando se preveia que funcionase en segunda instancia


coma instituci6n crediticia, (financiando directamente la construcci6n,
reconstrucci6n y adquisici6n de habitaciones), al parecer nunca Beg6 a
ejercer esas Ifneas de crdito.
El caracter social deI patronato, se puso de manifiesto en las modalidades iniciales de operaci6n:
en las facilidades de pago para acceder a una casa en venta, ya que
los beneficiarios debian cubrir coma enganche un 10% deI costa total, y
pagar el resta con plazo hasta 10 aDos, en mensualidades sin intereses;
los criterios de selecci6n para la adjudicaci6n de viviendas, se presentaban mas coma de tipo social que econ6mico 0 polftico; esta es,
debia ser persona: a) cuyo medio exclusivo 0 principal de sostenimiento
fuese la retribuci6n de su trabajo; b) que fueran cumplidos en sus compromisos familiares y patrimoniales; c) que estuvieran legitimamente unidos en matrimonio, 0 en uni6n legal pero con hijos; d) que no fueran
jugadores 0 alcoh61icos habituales; e) que no tuvieran bienes rafces.
las habitaciones vendidas, ingresaban automaticamente al rgimen
de patrimonio familiar; "los beneficiarios no podian venderlas, a menos
que demostraran que la vivienda a comprar, era de mejor calidad" .146
el precio de venta, seria al costa riguroso de los terrenos y las construcciones, mas la parte proporcional de los gastos generales; 147
para casas en renta, los contratos se harfan por lapsos deterrninados,
para dar oportunidad a nuevos vecinos y distribuir el beneficio;
en casa de incumplimiento en el pago de las mensualidades, el
patronato podia exigirlos por via legal, e inclusive rescindir el contrato;
restituyendo al comprador, s610 la cantidad pagada coma enganche. Las
mensualidades se retenian a titulo de renta.
Siete afios mas tarde, en las modificaciones hechas a la ley que cre6 el
patronato, se reestructuraron estos criterios, con un enfoque menos social
y mas racional, incorporando "modificaciones legales que le permitan
mas libre desenvolvimiento econ6mico":'48
para fijar el precio de venta, se contempla agregar al costa de las
fincas el equivalente a la derrama de los costos de las obras de servicios
publicos 0 asistenciales;
146 Ing. Valle Nui\ez, director tcnico dei patronato, en el gobierno de Agustfn Yi\ez.
entrevista persona!.
147 En el tercer informe deI gobernador Gonzlez Gallo, se asienta que las primeras 78
casas terminadas en 1950 (de tres diferentes tipos), tenfan costos aproximados de
$7,500, $10,500 y $14,000.
148 Agustfn Yi\ez, primer informe de gobiemo, 1954.

Per{odo IV

353

se pretendia, en efecto, que las disponibilidades y recuperaciones dei


fonda se invirtieran no s6lo en la construcci6n de habitaciones populares,
sino tambin en la construcci6n de edificios para los servicios publicos
necesarios (escuelas, dispensario mdico, etc.); no obstante, el grueso de
los recursos continuaron canalizndose a la construcci6n de viviendas;
pam asegurar la vida deI patronato y extender su radio de acci6n, se
adopta la decisi6n de cobrar intereses sobre saldos insolutos que no excederfan dei 8%, tratndose de obms ejecutadas con capital propio, 0 deI
10%, cuando se invertian fondos provenientes de algun crdito;
se afiade un parrafo para la selecci6n, a manera de "garantfa moral";
esta es, los beneficiarios debian ser recomendadas coma honorables por
dos personas de reconocida solvencia moral;
en casa de incumplimiento moratorio, por parte deI beneficiario, se
exigia el pago de las mensualidades y de intereses previamente pactados;
y en casa de rescisi6n deI contrato, se deducfan mensualidades equivalentes al 0.75% deI valor de la finca, mas gastos por deterioros ocasionados
por uso anormal 0 inmoderado.

Fondos publicos y construcciones privadas


Los conjuntos habitacionales se realizaban gmcias al financiamiento dei
sector publico, mientras el sector privado participaba en la construcci6n
de las viviendas; el sector social no intervenia en el proceso de producci6n, s6lo coma usuariO. 149 Para ello, se lanzaban convocatorias en los
medios de comunicaci6n. al publico en general, pare despus decidir por
sorteo la adjudicaci6n; a pesar de que la intenci6n original, era atender el
problema a nivel estatal, el patronato restringi6 sus opemciones a la ciudad de Guadalajara.
La construcci6n de viviendas podia ejecutarse bajo la administraci6n
directa deI patronato 0 por media de contmtistas, en principio, mediante
concurso; los terrenos se adquirfan en el mercado libre, buscando aqu1I0s de mas bajo costo. Segun el Ing. Felipe Arregui Zepeda, los contratistas recupemban pronto su inversi6n. Es decir, una parte deI financiamiento de las operaciones se podia llevar a cabo con capital privado. Una
de las primeras unidades que se construyeron (frente al tecnol6gico, por
Blvd. a Tlaquepaque), fue supervisada por arquitectos de gmn renombre:
Jos Villagrn y Diaz Morales; mas tarde, se llevaron a cabo otras en la
Zona Industrial, en la calle Gigantes (cf. Piano 6).
149 Segun el Ing. Valle NUiiez, inclusive para hacer modificaciones a la casa, debfan solicilar permiso al patronalo.

354

Eduardo LOpez Moreno

Disolucin dei patronato


Si bien el Patronato se disolvi6 hasta 1986, virtualmente desde los setenta, habfa dejado de producir vivienda. Las razones que se adujeron en ese
entonces, eran fundamentalmente de tipo econ6mico:
...las condiciones econ6micas y los cambios radicales que se observan en la industna de
la construcci6n, debido fundamentalmente al incremento en sus

COSIOS.

asf como en la

dificultad de obtener apoyo financiero para su realizacin y las elevadas tasas de inters, hacen evidente la dificultad de seguir con el programa respectivo. habida cuenta
que debido al fen6meno inf1acionario que priva actualmente en el pais, hacen patente
que los recursos que tiene a la fecha el patronato, son insuficientes para la realizacin
de nuevas acciones de vivienda...""

El ejecutivo dei estado, por su parte, asent6 en el decreto correspondiente, adems de aqullas, otras razones que nos parecen dificiles de
comprender. Consideraba por una parte, que debido a las constantes
migraciones de zonas rurales y de estados Iimftrofes, el dficit habitacionaI se habfa agravado, y por otra parte, que la modificaci6n radical en la
industria de la construcci6n, volvfa inoperantes los programas dei patronato, por 10 que se justificaba el darlos por concluidos. En realidad, una
raz6n de peso, era que existia una duplicidad de funciones con el Instituto
Promotor de Vivienda (1982) y con la Inmobiliaria de Inters PUblico deI
Estado (1978).1SI Dos organismos publicos, cuyas acciones se les atribufa
mayor proyecci6n y amplitud que las deI patronato; esto es, las institutciones mixtas habfan dejado de ser operativas desde los arios setenta.
De los cambios en la poHtica habitacional, nos ocuparemos en el
periodo siguiente. Sin embargo, para poder comprender dichos cambios,
nos parece fundamentaI el conocer primero, c6mo evolucion6 la poHtica
dei Estado durante todos estos arios (1940-1970), tanto en relaci6n al sector privado -su aliado principal- coma en relaci6n a sus propios objetivos, dentro de una l6gica de reproducci6n deI sistema polftico.

150 Acuerdo dei gobierno dei estado, publicado en el Peridico Oficial dei 19 de julio de
1986. El Patronato de la Habitacin Popular fue finiquitado por su presidente, el Lic
Guillermo Ramos Rufz, por orden dei gobernador Alvarez dei Castillo.
151 Vase el Cuadro N 3: "Los principales organismos que intervienen en la producc16n
de vivienda en Guadalajara".

Per{odo IV

6.

355

La intervencion dei Estado en el proceso de urbanizacion de esos


aiios: estrategias y alianzas en constante transformacion

Si intentramos caracterizar el papel que el Estado jug6 en los ultimos


cincuenta afios de este periodo (1920-1970), en la producci6n de suelo
urbanizado, probablemente unD de sus rasgos principales seria el que la
mayorfa de sus acciones se encaminaron a facilitar la acumulaci6n dei
capital inmobiliario, buscando contrarrestar 0 disminuir, las crisis que
amenazaban presentarse en este sector. Por 10 general, otorga grandes
facilidades a los agentes privados, para que incorporen importantes cantidades de tierra privada -e incluso ejidal- '52 al desarrollo urbano sin establecer fuertes controles de por medio.
Ciertamente, su intervenci6n no fue constante ni univoca. Las estrategias que desarrolla, las acciones que implementa y las alianzas que construye, evolucionan en el tiempo, de acuerdo a las finalidades que persigue, las presiones que ejercen sobre l los diversos actores y el uso que
hace de la vivienda, en la 16gica de reproducci6n dei sistema polftico.
De un evidente laissez-faire, pasa a ser un 6rgano de control que, al
mismo tiempo, desarrolla un numero minimo de operaciones de vivienda;
luego se convierte en un agente con una participaci6n directa en el proceso de producci6n habitacional y, finalmente, evoluciona a un promotorconstructor a principios de los setenta (cf. Perfodo 5).

152 En efecto, a partir de la dcada de los cincuenta, se empieza a considerar el desarrollo


urbano coma un asunto prioritario, y en ese contexto, se alientan y favorecen los fraccionamientos habitacionales. La propiedad de origen social aparece, por primera ocasi6n, coma un obstculo al crecimiento; de ahf, que la Comisi6n de Planeaci6n, pida al
gobemador Gonzalez Gallo, que intervenga ante las autoridades agrarias "para resolver
el problema de los ejidos" (Actas de la Comisi6n, Archivo Hist6rico de Jalisco, Ramo
Gobemaci6n. Citado l'Or Daniel Vzquez en La transformaci6n dei suelo..., Op. Ct., p.
17). Es decir, le piden que implemente los mecanismos necesarios para asegurar, que el
suelo de origen social, pueda transformarse en suelo privado, a fin de urbanizarse en
forma eficaz y expedita.
Hasta 1970, cuando empiezan a realizarse los primeros asentamientos irregulares
"modemos" (recurdese que en realidad, la ocupaci6n irregular de las tierras que circundan la periferia de la ciudad, se empez6 a mediados dei siglo XVIII y se continu6 ininterrumpidamente durante una centuriil hasta la Reforma. Cf. Periodos 1 y 2), fueron los
fraccionadores y no los l'Obiadores 0 los usuarios individuales, los que primero ocupa
ron en Guadalajara las tierras ejidales, principal mente l'Or medio de permutas. Normalmente, la propiedad transferida estaba dentro de la ciudad 0 pr6xima a ella, en zonas en
donde las necesidades habitacionales 0 la dinmica misma de urbanizaci6n, generaban
efectos de valorizaci6n sobre el suelo; en consecuencia, el cambio redituaba grandes
beneficios econ6micos a los fraccionadores.

356

Eduardo LOpez Moreno

En efecto -en el primer perfodo, que fue de una gran estabilidad en la


produccion de suelo (1900-1 940}- el Estado realizo solo dos operaciones
con 663 lotes; en los treinta afios siguientes, que corresponden al boom de
la urbanizacion, lIevo a cabo 8,756 lotes en 25 fraccionamientos,15l con
una produccion que equivale al 3.8% y el 7.0%, respectivamente, deI
numero total de unidades que se ofertaron en esos afios. El proceso fue
ampliamente conducido par los promotores privados, sin que la autoridad
municipal 0 estatal, intentara competirlos seriamente.
En las primeras dcadas deI siglo, no aplica normatividad alguna,
simplemente porque sta no existe; carencia que puede explicarse, ya sea
por una falta de voluntad de intervenir 0 porque el nuevo fen6meno de
urbanizaci6n le rebasa. Mas tarde, a pesar de que empieza a conformar un
cuerpo jurfdico, mantiene una posici6n de laxitud, sin desarrollar mecanismos de control ni una reglamentacion especffica. Su papel se limita a
dar ciertas indicaciones generales para el desarrollo urbano, en un tipo de
planeaci6n indicativa que, rara vez, se situa a un nivel de la planeaci6n
verdaderamente normativa en el sentido jurfdico. Es al final de los sesenta, cuando decide aplicar en forma mas severa, sus instrumentos de control, sobre los procesos de produccion inmobiliaria y sobre la polftica
urbana en general; cambio que, junto con otros factores, traera coma consecuencia, la virtual desaparici6n de los fraccionamientos populares (cf.
Apartado 7, primera etapa).
Su relaci6n con los diversos agentes, y particularrnente, con los deI sector productivo, fue menos cambiante; caracterizandose siempre, por un
buen entendimiento que con los afios, fue conformando una alianza hist6rica, que coma hemos insistido, termino par institucionalizarse en una serie
de organismos mixtos abocados a la produccion y a la gestion deI espacio
citadino. Sin renunciar a su papel de instancia rectora deI crecimiento urbano, el gobiemo local delega en Comisiones, Juntas e instancias diversas de
representaci6n intersectorial, la conducci6n deI crecimiento de la ciudad y
la produccion publica de vivienda; instancias que sin embargo, giran
mucho mas dentro de la orbita de 10 privado que la esfera de 10 publico.
Eso es comprensible, pues coma 10 sefialamos anteriormente, dentro de una
polftica economica Iiberal, la producci6n habitacional se entrega a los
agentes privados para que la conduzcan dentro de una perspectiva mercantil; polftica que sin embargo, le resulta benfica al Estado a mas de un tftu10: i) encuentra una soluci6n al problema habitacional que le resulta poco
costosa y que le implica una intervencion muy limitada; ii) no por eso pierde legitimidad coma un gobiemo post-revolucionario preocupado por la
153 Vanse las consideraciones metodol6gicas sobre la base de datos, Recuadro A, punto 9.

Periodo IV

357

habitacion de los sectores economicamente desprotegidos; iii) percibe ciertos ingresos economicos por concepto de impuestos, permisos, etc., iv)
simultaneamente fortalece su alianza con el sector privado y (v) reafirma
una presencia legal y en determinados casos exhibe un poder real.
Para ello, sin embargo, tiene que llevar a cabo una serie de acciones,
implementar programas, crear algunas instituciones, etc., en fm, desarrollar una polftica de vivienda explfcita que, en forma suscinta, presentaremos en los dos apartados siguientes (7 y 8).

7.

Las instituciones viviendisticas de asistencia social: el origen de


la politica habitacional (1940-1950)

Es a partir de 1950, coanda el Estado mexicano comenzo a asumir una


mayor responsabilidad en la provision de vivienda, pues la inversion en
habitaciones habia sido considerada de menor prioridad que otras inversiones productivas 0 de infraestructura, necesarias para el desarrollo industrial. Los gobiernos post-revolucionarios -escriben Garza y Schteingartdejaron al principio la soluci6n de ese problema al sector privado; en ese
sentido, Guadalajara no fue una excepcion. Hasta la Segunda Guerra Mundial, los pocos programas que habfa, eran menores y por la general, se abocaban nada mas a la Ciudad de Mxico.ISo! Desde 1925, funcionaba la
Direccion General de Pensiones y de Retira, antecesora dei ISSSTE,I55 y en
1943, el Instituto Mexicano deI Segura Social;l56 dos organismos de asistencia social, que realizaban vivienda en renta para entregarla a sus usuarios con pagos que no debfan exceder el 25% dei salario dei beneficiario.
En 1936, se crea el Banco Nacional de bras y Servicios PUblicos (BANHOPSAY" que, al igual que las otras instituciones, financia la construccion

154 Garza, G. y Schteingart, Martha, LA accin habitaclOnal del Estado en Mxico, El


Colegio de Mxico, 1978, p. 66. Vase tambin el articulo de Martha Schteingart,
"Producci6n habitacional y Promoci6n Inmobiliaria en la ciudad de Mxico" en Procesos habitacionales en la ciudad de Mxico. coordinado por Marco Michel, SEDUE,
UAM, 1988, pp. 105-139.
155 La Direccion de Pensiones Civiles y de Retiro, fue sustituida por ellSSSTE en 1959,
con la encomienda de constituir un fondo monetario para ofrecer crditos para adquirir
casas 0 terrenos, prstamos hipotecarios y arrendamientos de viviendas econ6micas.
ESladislicas Hist6ricas. Op. Cil., p. 123.
156 En realidad, ellSSSTE tuvo un programa de vivienda hasta 1953. Vase el Grfico 5,
que presenta los principales organismos productores de vivienda en Guadalajara.
157 La funci6n de este Banco, era la de emitir y colocar valores y bonos hipotecarios para
captar recursos, con el objeto de financiar inversiones en obras de infraestructura, servicios publicos y la construcei6n de viviendas. Coordinaci6n General de los Servicios
Nacionales de Estadstica, Geografia e Informtica, SPP, Informaci6n sobre aspectos

358

Eduardo LOpez Moreno

de vivienda para sectores medios de la poblaci6n. Estas tres instituciones,


realizaron en Guadalajara, s610 177 casas;IIR un numero extremadamente
bajo, que se destinaba a un universo cerrado, que era el de los burocratas
que se agrupaban en las centrales sindicales 0 en el partido oficial.
A excepci6n deI Patronato de la Habitaci6n Popular --euyas funciones
se restringian a la capital tapatfa-, virtualmente no habla ningun organismo que localmente atendiera a los trabajadores deI estado, que entonces
sumaban mas de 5 mil empleados. Finalmente, en 1954, se crea Pensiones
Civiles deI Estado, en base al organisme federal, con la tarea de producir
casas (en realidad apartamentos en renta),II' por medio de los fondos de
prevision y de seguridad social que manejaba.'oo La estrechez de esos
recursos hizo que su impacto fuera limitado; a principios de los sesenta,
habia financiado la construcci6n de 553 unidades, 10 que le significaba
una atencion cercana al 10% deI total de sus derechohabientes. IOI A finales
de esa misma dcada, los organismos de asistencia social tienden a reducir
todavia mas su produccion, principalmente debido a tres factores:

158

159

160

161

geognlficos, sociales y econ6micos, Vol. Il, 1982, p. 138. En 1947, el BANHUOP -con
vertido posteriormente en Banobras- absorbe el Banco de Fomento a la Habitaci6n
(Grafico 5), creado en 1943, con el objeto de apoyar la edificaci6n de viVlendas populares. En 1954, se crea el Fondo de las Habitaciones Populares, a fin de que el BNHUOP
"dispusiera de un mecanismo institucional especializado en operaciones y actividades
financieras relacionadas con la producci6n de vivienda (Estadf.ftlcas H,stnncas de
Mxico, INEGI, p. 123). Desafortunadamente, la mayoria de sus acciones (24,098
viviendas construidas de 1947 a 1964) se hicieron principalmente en la ciudad de
Mxico, no existen antecedentes de construcciones en Guadalajara.
Segun el Ayuntamiento de Guadalajara, 100 de esas casas, fueron realizadas por el
ISSSTE y 77 por el BNHOP. Revista Unidad Jos Clemente Orozco, publicado por la
Constructora Popular en 1962.
Invariablemente, Pensiones construye multifamiliares, un tipo nuevo de habitat en altura con una alla densidad, y ocasionalmente algunos locales destinados al comercio 0 a
escuelas preprimarias.
En efecto, Pensiones Civiles dei Estado, administraba el 5 5% dei monto de las parlldas
destinadas por el presupuesto federal a sueldos de egresos, por concepto de pensiones de
retiro de los trabajadores pblicos, utilizando parte de esos fondos para otorgar prstamos hipotecarios a sus asociados y para construir sus viviendas. Folleto de Pensiones
Civiles dei Estado "Veinte Anos".
Numero que discrepa completamente de los datos que aparecen en un folleto publicado
en 1962, por La Constructora Popular S.A., con la anuencia dei Ayuntamiento, en
donde se seiiala que, para esa misma fecha, Pensiones habia edificado 1,525 unidades
en Guadalajara con una inversi6n cercana a los 36.5 millones de pesos. El Cuadro N 4.
que presenta el numero de unidades que se realiz6 en Guadalajara en los multifamilares
que construy6 ese organismo, nos ayuda a clarificar esa cuesti6n.

Periodo IV

359

1. Los altos costos que ocasionan. Provocados por un sistema de renta


que ademas de estar bastante subsidiado, no posee mecanismos adecuados
de control; en consecuencia, siempre existen rezagos en los pagos de alqui1er, 10 que trae consigo que los gastos de administraci6n se incrementen.
Instituciones coma IMSS 0 ISSSTE, finalmente deciden entregar en
propiedad, la vivienda a sus ocupantes, mediante un sistema de
hipotecas. 162 Pensiones dei Estado, por su parte, deja de producir vivienda
en renta a partir de 1979.
2. La imposibilidad de reproducir los programas a escalas significativas. Debido a un sistema de captaci6n de recursos limitado, que hace
necesario diversificar las formas de producci6n, a fin de poder encarar
una demanda cada vez mayor.
3. La aparici6n de otros sistemas de financiamiento de vivienda. Pues
a mediados de los sesenta, unicamente una quinta parte de la poblaci6n
era derechohabiente de ese tipo de acciones oficiales, 10 cual ofrece una
idea de sus alcances y limitaciones. '63
A partir de 1963, surge el Programa Financiero de Vivienda (PFV),
dentro de una polftica de expansi6n de los crditos hipotecarios y de
apoyo a la producci6n de vivienda nueva en acceso a la propiedad. Programa que pone en evidencia el inters 4 ) la necesidad- deI Estado para
participar, en forma mas clara, en la cuesti6n habitacional. De l, coma
de las principales acciones que lleva a cabo en la dcada de los sesenta,
nos ocupamos en el ultimo apartado deI capitulo.

8.

El PFV: origen de una politiea explicita y nacional de vivienda

El reconocimiento nacional, por un lado, de que el problema de la vivienda derivaba, en gran parte, de los escasos recursos que destinaba el Estado para satisfacer las necesidades crecientes de habitaci6n popular, 10 que
hacfa perentorio encontrar nuevas fuentes de financiamiento que pudieran
proveer los fondos necesarios para atacar el problema (PFV: 1954).164 Y el
reconocimiento internacional, por otro lado, de la importancia que la
vivienda social ten{a dentro de las polfticas de bienestar social, como un
162 Gonz:ilez Rubi, Rafael. "La vivienda: un desafio atroz" en Revista Comercio Exterior,
1984, Vol. 34, p. 7.
163 INEGl, Estadrsticas Hist6ricas, Vivienda, p. 124.
164 Antecedentes deI PFV, Mxico, 1954, p. 125. Tomado de la tesis de maestria de Guido
RomAn 5. Una Modalidad de Financiamiento para la producci6n de vivienda en
Mxico: el caso FOVI, Colegio de Mxico. Mxico. p. 85.

Cuadro N 4
Principales organismos publicos de produccion de vivienda en Guadalajara
1920

1940

1930

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1950

Paoonalo de la habll3Cloo

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1990

1980

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1980

1990

Pedodo IV

361

CuadroN 5
Vivienda realizada por Pensiones Civiles dei Estado en Guadalajara
Num. Unidad

Localizaci6n

Superficie

Unidades

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10

Chamizal No. 751


Calz. Independ. No. 1045
C. Federalismo No. 1903
Av. Revoluci6n No. 1952
C. 1. de la Fuente No. 1225
Av. Centro Mdico No. 210
C. San Juan de Uh1a
Av. Quintana Roo No. 2560
Av. Munguia No. 1189
C. Teatro de la Rep. No. 320
Federal. y 1. de la Barrera
C. Gante No. 580
C. Fco. Zarco No. 1300
C. Antonio Rosales No. 24
C. Manzano No. 620
C. Mezquitan No. 2245
C. Gob. Luis Curiel No. 2282
C. Ciprs No. 1267
C. Federalismo No. 1905
Total

7,600.00
3,900.00
6,900.00
9,000.00
1,800.00

112
51
36
30
35
36
32
30
26
20
24
22
13
21
31
14
8
6
6
553

II

12
13
14
15
16
17
18
19

Chamizal
Guadalupe Victoria
Zaragoza
Jos Ma. Morelos
Jos A. Torres
Independencia
Felix Palavicini
Extremadura
Reforma
Teatro Republica
Batalla de Puebla
Constituci6n
Cuauhtmoc
Venustiano Carranza
Lzaro Crdenas
Miguel Hidalgo
Mariano Matamoros
L6pezCotilia
Felipe Berriozobal

8,000.00
1,100.00
2,200.00
6,900.00
2,400.00
3,400.00
690.00
550.00
9,800.00
4,600.00
6,900.00
75,740.00

Fuente: Pensiones Civiles deI Estado.


Superficie en metros cuadrados.

elemento que pudiera evitar eventuales conflictos, fueron factores importantes para que el gobiemo mexicano finalmente adoptara, en 1962, una
serie de reformas tendientes a "fomentar el crdito destinado a las actividades productivas, ampliar los prstamos para la adquisici6n de bienes de
consumo... y atender las necesidades de crdito para la construcci6n de
viviendas populares".16s Medidas que abrieron paso a la creaci6n dei PFV,
en concordancia con las polfticas intemacionales de la Alianza para el
Progreso que, entre varios objetivos, propugnaba por movilizar recursos

165 Ley General de Instituciones de Crdito y Organizaciones Auxiliares. Roman S. Guido,


Op. Cit., p. 62.

362

Eduardo LOpez Moreno

locales que contribuyeran a expandir la capacidad productiva y su desarrol1o social.'156


Habilitado a travs de dos agencias -FaYl y FOGA-'67 el PFY persegufa varios objetivos, Garza y Schteingart, evocan los siguientes: facilitar
la compra de vivienda de inters social, incrementar la oferta de la
misma, lograr que las instituciones de crdito privado concedan financiamientos especiales, promover la generaci6n de ahorro en un sector de la
poblaci6n;'68 en suma, un dispositivo que simultaneamente estimulaba la
producci6n y financiaba el consumo, atendiendo a las capas medias que
se habfan incrementado en la dcada precedente. Con el PFY, se intentaba
introducir otra racionalidad econ6mica y polftica en la producci6n de
vivienda, que se distanciara de los organismos asistencialistas de la etapa
precedente, dentro de un esquema de producci6n de vivienda terminada
que fuera benfico al sector privado mercantil de la construcci6n.
Entre otras medidas, se dispuso que los bancos privados destinaran
30%, de los recursos captados por sus departamentos de ahorro, a prstamos para la compra 0 construcci6n de vivienda de inters social, y que
organismos hipotecarios, ampliaran sus emprstitos a los adquirientes
hasta 80% dei valor dei inmueble, cuando se trataba de viviendas promovidas con la participaci6n de organismos publicos.
Sin duda, el PFV fue un poderoso estfmulo para las inversiones privadas en vivienda de inters social; desde su creaci6n hasta 1971, va a tener
primacfa sobre el resta dei sector publico, debido a la ausencia de otros
organismos viviendfsticos. La falta de datos sobre el total de recursos
invertidos y el numero de unidades financiadas en Guadalajara 0 en el
Estado de Jalisco (en esos anos, los datos se registraban por zonas geogrficas), nos impide conocer con exactitud el numero de crditos otorga166 En efecto, en la Reuni6n de Punta dei Este ( 1961), se enfatiza que "el desarrollo social
no debe quedar relegado a la espera de que se logre el desarrollo econ6mico", Fue a
travs dei BIO, creado en esa ocasi6n, y de la Agencia Intemacional de Desarrollo, que
se concedieron crditos al gobierno mexicano por 375 millones de pesos para el PFV.
recursos que junto con 225 millones de pesos aportados por el estado, se fund6 el FOVI
para apoyar a las instituciones privadas en sus operaciones crediticias. Vase IBD, AcliVl/ies, Washington, 1961-1963, y el Discurso dei Secretario de Hacienda, Ortiz Mena,
en la xxx Convenci6n Nacional Bancaria, 1962. Recurdese que el BIO administraba
el Fondo Fiduciario de Progreso Social (fondo de los USAAIO, ver Acta de Bogota de
1960), que entre sus objetivos basicos, consideraba la asistencia financiera para la
construcci6n de vivienda para los sectores de bajos recursos.
167 El Fondo de Operaci6n y Descuento Bancario a la Vivienda (FOVI) y el Fondo de
Garantfa y Apoyo a los Crditos para Vivienda (FOGA). Dos fideicomisos constituidos
por el gobierno federal, para operativizar la movilizaci6n de los recursos destinados a
satisfacer los requerimientos de la vivienda de inters social.
168 Garza y Schteingart, Op. Cil., p. 66.

Periodo IV

363

dos y de personas beneficiadas. Sabemos, sin embargo, que el Area


Metropolitana de la Ciudad de Mxico, captaba alrededor de un cuarto
dei total de los recursos, y a la Zona Centro Occidente (de la cual formaba parte Jalisco)'09 le correspondfa entre el 10% y el 12% de la inversi6n
que tenfa por objeto producir una vivienda terminada. Con esa distribuci6n, se llegaban a financiar, en promedio, alrededor de 1,500 crditos
individuales por ano en nuestra entidad. 170
En general, esos crditos presentaban condiciones mas favorables en
cuanto al desembolso inicial y al pago de las cuotas de amortizaci6n de la
deuda (con pequefias variaciones segun el destinatario de las rnismos).
Con ellos, se pudieron completar los recursos de las instituciones privadas de crdito, tanto para la reducci6n de los riesgos dei prstamo, coma
para incrementar la liquidez. Asf, la producci6n promocional privada, se
vi6 fuertemente estimulada por medio de crditos, a promotores con
financiamientos provenientes de la banca privada.
Se trata, sin duda, dei inicio de una polftica habitacional que se desarrolla a nivel federal y que se consolida en la decenfa siguiente, con la
aparici6n de instituciones nuevas y tambin con una nueva concepci6n de
la vivienda.
Del impacto que este sistema tuvo sobre los modos de financiamiento
(por ejemplo, su afectaci6n selectiva a ciertos promotores), sobre las formas de producci6n (con el desarrollo de la promoci6n inmobiliaria) y
sobre las condiciones de acceso a la propiedad (con una serie de exigencias para los adquirientes que excluyen grandes sectores de la poblaci6n),
nos ocuparemos en el periodo cinco, el ultimo de este trabajo.

9. Conclusiones
Ellnstituto Nacional de Vivienda ha creado recientemente Patronatos Saciale.t de
Vivienda en cada una de las entidades federativas, los cuales, a pesar de trabajar
en situaci6n por derntis precaria, pueden ser muy bien aprovechados par el partido, para haeer sentir al puebla su inters par el problema.
PRI. Apuntes para un Programa Nacional de Vivienda, 1963" 1

Despus de un crecimiento mas bien lento, que durante cuarenta afios


(1900-1940), mantuvo a la capital jalisciense en un suefio de ciudad apa169 La Zona IV estaba integrada por cinco estados: Jalisco, Colima, San Luis Potos,
Aguascalientes y Guanajuato.
170 Banco de Mxico, S. A., Informes de Programas, varios ai\os, FOVIIFOGA, Mxico.
171 Sanchez, Flix. Apuntes para un programa nacional de vivienda, PRI, julio 1963.

364

Eduardo Lapez Moreno

cible, de repente, en menos de treinta afios (1940-1970), Guadalajara despert6 convertida en metr6polis. Limitada por ciertos factores geogrficos
y en la imposibilidad de crecer desmesuradamente, a fin de respetar una
cierta proximidad a la infraestructura y los servicios existentes, la ciudad
se extendi6 coma una mancha de aceite dejando, sin embargo, verdaderos
desiertos urbanos en una geograffa que se definfa, sobre todo, por la especulaci6n y el apetito de ganancia. 17l
En la ausencia de un marco regulador eficaz, en raz6n de la flexibilidad casi infinita de las leyes, y de incesantes negociaciones que derogaban constantemente los principios y las normas deI orden publico, Guadalajara no pudo desarrollarse conforme a los deseos de los planificadores y
urbanistas; muy pronto perdi6 la memoria de su trazo original y de su
tejido socio-espacial, claramente estructurado en barrios; la ciudad se
extendi6 en detrimento de los lugares publicos, de las zonas de protecci6n
ecol6gica y de los espacios verdes, creando zonas de habitaci6n inhabitables, y alejandose cada vez mas, dei pensamiento funcionalista y deI
paradigma urbanfstico, a travs deI cual, se concebfa la ciudad de esa
poca y se le proyectaba al futuro.
Muy pronto, igualmente, la diniimica social se sobrepuso a la ciudad y
la redefini6; al este (de norte a sur), un mundo de artesanos, obreros,
comerciantes medios y pequefios, empleados, dibujan una "media luna de
pobreza"; al oeste, se instalan los profesionistas independientes, los
industriales y los comerciantes acomodados. Las diferencias sociales que
se crean desde la fundaci6n de la ciudad, sobreviven durante cuatro
siglos, y terminan por forjar el espejo moral y social de la ciudad.
Guadalajara se abandona al capital inmobiliario, que fracciona y urbaniza el suelo, desde una perspectiva mercanti!. Gran cantidad de programas de lotes y servicios fueron puestos en el mercado, coma la soluci6n
principal al problema de la vivienda, independiemtemente deI lugar que
los habitantes ocuparan en ese espectro socia!.'73 Antes de que la industria
de la construcci6n se integre al sector inmobiliario y se comiencen a
172 Las condiciones de acumulaci6n en el seClOr inmobiliario determinaron, en gran parte,
la configuraci6n espacial de la ciudad; los grandes vacios y la discontinuidad deI tejido
urbano, se e;l\plican por el hecho de que los fraccionadores apostaron al desarrollo de la
periferia, gracias al transporte colectivo, sin asumir las altas inversiones que se requerfan para instalar los servicios y el equipamiento necesarios para esas zonas. Los urbanizadores no s610 acompaiiaron la e;l\pansi6n de la ciudad, sino que ellos mismos la aceleraron.
173 Sin lugar a dudas. la producci6n deI suelo-vivienda se hizo en el marco de una politica
econ6mica liberal. pues en el curso de la etapa anterior al capitalismo industrial. la casi
totalidad de las acciones habitacionales se produjeron bajo la gida dei sector privado.

Perlodo IV

365

construir casas y apartamentos (alrededor de la dcada de los setenta), la


producci6n dei espacio se efectua a partir de un principio de progresividad en la instalaci6n de la infraestructura y los servicios, con la intervenci6n posterior dei Municipio y los propios habitantes. 174 Esta estrategia,
fue impuesta por el comportamiento especulativo de los promotores, y no
en virtud de una disposici6n gubemamental particular, que buscara normar un desarrollo progresivo en esos fraccionamientos.
Antes de los afios cincuenta, el sector privado fue el principal productor de suelo y vivienda en la ciudad: nueve lotes de cada diez, se ofertaron en el mercado, bajo su responsabilidad; y siete de eIlos, se destinaron
a los sectores de bajos recursos. Esta constataci6n no debe hacemos pensar que la polftica social de vivienda estuvo en las manos de este sector
(10 que, sin duda, seria una conclusi6n apresurada), su intervenci6n se
explica por la conjunci6n de tres factores principales: i) el sector privado
decidi6 intervenir en los bienes rafces, simplemente porque se le brindaba
una excelente ocasi6n para reproducir su capital; ii) la factibilidad de la
venta de los lotes responde a una necesidad creciente de vivienda en una
ciudad en expansi6n; y, iii) la promoci6n inmobiliaria funciona bajo la
16gica de un sistema de relaciones sociales y polfticas, que permite a
estos agentes, el poder reducir los riesgos y los costos de sus operaciones
al recurrir a mecanismos extralegales.
Los altos costos sociales y econ6micos, que la mayoria de las operaciones gener6 con el tiempo, la ausencia de una intervenci6n decisiva por
parte dei Estado y la crisis de los beneficios (que puso en evidencia que,
sin tasas de ganancia importantes, el sector privado de la construcci6n no
participa en la producci6n de vivienda social), nos permite concluir que
los fraccionamientos populares no fueron parte de una polftica social particular, sino mas bien de un proceso de urbanizaci6n salvaje.

174 En un primer tiempo, el gobierno local fue el responsable de la instalaci6n de la infraestructura urbana (1900-1940); mas tarde, cornparte esa responsabilidad con los promotores y los usuarios, a los cuales reconoce como agentes de producci6n capaces de
generar sus propios recursos (1940-1950); final mente, alrededor de los afios sesenta,
deja de asumir esta obligaci6n, cuando decide aplicar con mayor severidad las leyes y
los reg1amentos en materia de urbanismo.

Periodo V

Cada nuevo dingente po/{tico. presIdente municipal. diputado. senador, goberna


dor. dirigente de los sectores dei partido. y con mayor razon, el candidato al proximo gobiemo, se dan cuenta de lafuerza po/{tica que tiene en s[ la vivienda popular. para que constituya una de las banderas y realizaciones dei proximo rgimen.
Apuntes para un programa nadonal de vivienda, PKJ, 1963

Primera parte
La intervencion dei Estado central en la cuestion
habitacional y la promocion inmobiliaria local
(1970-1980)

1. El cambio en el modelo de gestion de la ciudad


Guadalajara que con el tiempo de la dominacion espaiiola habla sido el centro
administrativo y judicial de una parte considerable dei territorio: Guadalajara
que siempre habla tenido autoridades tan independientes y poderosas como 10
permitla su estado de colonia. Guadalajara que gozaba todav[a de la asombrosa
prosperidad que le produjera el uso de sus propios recursos y orgul/osa. con este
periodo de /ndependencia. ipodrla consentir en renunciar a estos recuerdos yen
prescindir de su porvenir? Con la consiencia de su capacidad para administrar
sus intereses locales... No por cierto.
Mariano Otero

Hist6ricamente, la ciudad de Guadalajara se condujo en base a un esquema de gesti6n urbanistica original que, hasta los MOS setenta, funciono
con eficacia en el financiamiento dei desarrollo de la ciudad y en la toma
de decisiones. Muchos fueron los programas y las instituciones que se

368

Eduardo LOpez Moreno

crearon con ese esquema, muchas tambin las actividades para proveer
servicios, financiar y producir vivienda, e incluso, para planear el crecimiento de la ciudad. Todos ellos --en mayor 0 menor medida- involucraron un sistema de participaci6n de la comunidad y un sistema mixto de
decisi6n, que termin6 por fundar un modelo que institucionaliz6 la colaboraci6n sector publico-sector privado.
En base a l, creci6 mas de la mitad de la ciudad, de tal forma que la
concertaci6n y la progresividad fueron las caracteristicas principales dei
desarrollo urbano que trajo consigo un cierto equilibrio y relativamente
pocos conflictos. Dos factores principales -uno interno y otro externoprovocaron la ruptura de este modelo 0 paradigma pluralista, que se vi6
sustituido por un nuevo modelo centralista, en el que el Estado, interviene directamente en ciertos sectores indispensables a la acumulaci6n y en
el proceso de urbanizaci6n-industrializaci6n a nivel nacional.
El factor interno 0 nacional se manifiesta desde fines de los afios
sesenta, cuando los sistemas de colaboraci6n y de plusvalfa empiezan a
mostrar sus Ifmites coma mecanismos de integraci6n y desarrollo; habitantes de algunas de las colonias de la periferia, rehusan participar econ6micamente en la introducci6n de servicios de las zonas en donde viven;
los esquemas de auto-financiamiento se debilitan y el gobierno local se
ve en la necesidad de recurrir, cada vez mas, al uso de las obras publicas
directas 0 a "fondo perdido". La nueva polftica de subsidio, se implementa en gran parte, por la emergencia de movimientos sociales contestatarios que reivindican, por primera vez, los derechos de los pobladores en
materia de urbanizaci6n.' El factor externo-nacional se manifiesta en la
misma fecha, cuando el modela de desarrollo nacional hace crisis. Una
crisis econ6mico-fiscal, que se agrava con problemas de legitimidad dei
gobierno y con la situaci6n econ6mica internacional.
Nos referimos a los movimientos que, a fines de los sesenta, organiza la rama progresista de la Iglesia, vinculada a la teologia de la liberaci6n. Padres jesuitas, preocupados por
los intereses de las clases populares, comienzan un movimiento en la base de colonias
pobres coma Lomas de Polanco, Santa Rosa, Santa Cecilia, El Perd6n, blatos, El
Colli, Santa Elena Alcalde, San Marcos y San Vicente, etc., reivindicando los derechos
que los pobladores de esos asentamientos, tienen en materia de servicios e infraestructura; sobre todo, en los lotes que en principio adquirieron con servicios. Este movimiento
confronta la estructura local de poder, a partir de una organizaci6n que, mas alla de esas
demandas, predica el seguir ciertas Iineas deI apostolado, creando comunidades cristianas que procuren desarrollar programas de educaci6n, sistemas cooperativos, el desarro110 de habilidades manuales y de trabajos artesanales.Vase sobre ese tema, los trabajos
de Carlos Nuflez dellMDEC (1975), Juan Manuel Ramirez S:!.iz (1992), Guadalupe Ruiz
Velazco (1994), entre varios otros.

Periodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

369

A principios de los setenta, se adopta una estrategia que abre una


nueva fase deI desarrollo mexicano con cambios fundamentales a todos
los niveles. Una vez que el nuevo gobiemo reconoce que los desequilibrios estructurales tienden a agravarse, propone readaptar una polftica
econ6mica y social, diferente a la que tiende a reducirlo todo a la continuaci6n de un crecimiento regular y elevado.' Nuevas iniciativas y polfticas se proponen en ese entonces, ellas conciemen varios sectores y campos; entre e1los, la dotaci6n de parte de la infraestructura urbana, la
producci6n de vivienda, e incluso, la concepci6n deI marco juridico que
le compete.
El Estado y el aparato institucional crecen a nivel nacional, mientras
que los sistemas locales de gesti6n (y con ellos el sector privado) se
hacen menos importantes. Nuevas relaciones de producci6n y dispositivos de intermediaci6n aparecen, se generan otros mecanismos de decisi6n
y se modifican las relaciones Estado-Sociedad. La l6gica institucional "de
arriba", sustituye bruscamente a los esquemas de funcionamiento de la
ciudad, que sin ser exactamente "de abajo", sf representan iniciativas y
prcticas sociales locales no estrictamente gubemamentales. Se instaura
un nuevo proyecto, que es el deI "Estado unificador", cuyo plan estratgico consiste en romper con las instancias locales a fin de poder instaurar
un nuevo modelo vertical. Un cuerpo juridico diferente, la implementaci6n de sistemas financieros a nivel nacional, el control de la planificaci6n en general, que significa la disposici6n de los recursos, son algunas
de las muchas armas de que dispone el nuevo gobiemo para lIevar a cabo
su proyecto.
El suelo urbano y la vivienda, aparecen coma dos de los elementos
importantes de la nueva estrategia de desarrollo. Antes de que nos ocupemos de ellos, intentaremos trazar un cuadro general de las condiciones
socio-econ6micas que prevalecfan en ese entonces; asf podremos comprender cul era la concepci6n que se tenfa de ambos elernentos al interior deI nuevo proyecto.
2 Nos referimos, evidentemente. a la poHtica econ6mica Hamada deI "desarroHo estabilizador", durante la cual. la economfa creci6 a una tasa no s610 elevada, de 6.5% anual,
sino sobre tooo, regular y sostenid. Con una tasa de inflaci6n dei orden dei 3% 0 4%.
similar a la observada en los paises "centrales". y con una paridad peso-d61ar, que desde
la devaluaci6n de 1954. se mantuvo fija. Es el lIamado "milagro mexicano", que como
10 veremos en el Apartado 2. se acompail6 de un desarrollo desigual con fuertes desequilibrios estructurales. Referirse al trabajo de Gribomont, C. y Rimez, M. La poUtica
economica dei gobiemo de Luis Echeverria (1971-1976): un primer ensayo de interpretacion. Mxico, F, 1991.

370

Eduardo Lapez Moreno

2. La situacion economico-politica en los setenta


Fernando Benftez. escribi6 en 1972. que el presidente Echeverrfa "hered6
un pafs en quiebra, en donde las contradicciones de treinta afios de neoporfirismo, se habfan hecho presentes de un modo dramtico".l Esta aseveraci6n -en ese entonces, considerada exagerada y producto de una cierta simpatfa que el periodista tenfa por el presidente-, nos da pauta para
imaginar la diffcil situaci6n que imperaba al inicio de los setenta; situaci6n que podemos intentar "reconstruir" en base a una serie de indicadores, que son en su mayorfa econ6micos, puesto que la crisis era fundamentalmente de esa naturaleza:
1 Estancamiento econ6mico y una contracci6n de las actividades productivas, con la necesidad de recurrir, cada vez ms, al capital extranjero para impulsar la inversi6n. 4
2 Desequilibrios sectoriales y profundas desigualdades regionales provocados, en gran medida, por los dispositivos de asignaci6n sectorial
de la inversi6n y por la forma en que habfan operado los mecanismos
de distribuci6n dei ingreso. s
3 Tensiones inflacionarias que se manifiestan en alzas inmoderadas de
precios. 6
4 Polarizaci6n dei ingreso medio, 10 que hace cada vez ms inequitativa
la distribuci6n de la riqueza y contribuye a retraer el mercado interno.
La "atonfa" de la demanda interna, se refleja en la gran mayorfa de
los sectores de producci6n (notablemente en la rama de la construc3 Peri6dico nacional Excelsior. 6 de Abril de 1972.
4 En efecto, a inicios de 1972, la deuda extema total dei sector publico, a corto y a largo
plazo, ascendfa a 4,531 millones de pesos, 0 sea, 269 millones mas que en 1970; endeudamiento que, en trminos simples, se duplic6. Referirse a los Documentos economicos
de la administracion publica, Mxico, N" 2, 1971, p.18.
5 Segun aparece en las Actas deI grupo de trabajo de inversiones, de la Primera Comisi6n
de la Comisi6n Nacional Tripartita, reunido enju1io de 1971. En ellas, se asienta que un
fen6meno anlogo, se presenta en la distribuci6n geogrfica de la inversi6n. Alrededor
de la mitad dei capital invertido, dei valor de la producci6n y dei empleo generado por
las actividades urbano-industriales, se encuentran localizadas en el Valle de Mexico. En
contraste, en los estados de menor desarrollo relativo, coma Campeche, Chiapas,
Durango, Guerrero, Michoacn, Nayarit, llaxcala, Yucatn y Zacatecas --en donde vive
una cuarta parte de la poblaci6n-, cuenta en conjunto con s610 el 5% de la inversi6n
industrial. Memoria de las Actas de la Comisi6n Nacional Tripartita, Mxico, 1972,
mimeo.
6 A mediados de 1969, empiezan a gestarse presiones inflacionarias que se agudizan en
1970; el fndice de precios al mayoreo, registr6 un incremento de 6%, en comparaci6n
con una tasa media anual de 2% en 1961-1969. Fuente: Banco de Mxico, 1970-1975.

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

371

ci6n), por causa dei desempleo creciente, dei incremento dei subempleo y por el deterioro en el ingreso.7
Clima de incertidumbre en las expectativas de los empresarios nacionales, provocada por la crisis monetaria intemacionaLK
Esta situaci6n econ6mica se agravaba por la falta de legitimidad dei

Estado y la fuerte prdida de bases sociales dei partido-gobiemo y por el


deterioro de la imagen presidencial; crisis que resultaban de la evoluci6n
tan heterognea de los distintos sectores econ6micos, dei desequilibrio en

el reparto dei ingreso y de la polftica de represi6n hacia las demandas dei


sector obrero y de los estudiantes.
Una situaci6n que en 10 global, ponfa en duda el proyecto de justicia
social, y en 10 que se refiere a la vivienda, cuestionaba la acci6n habitacional dei Estado; pues si bien ste habla tenido, desde los cuarenta, una
intervenci6n mas decidida con la creaci6n de varias instituciones hipotecarias y financieras,9 asistencia social, organismos publicos no financie-

El 40% dei total de la fuerza de trabajo, es decir, 4.5 millones de personas, eran pnicticamente desempleados y sus ingresos se hallaban por abajo dei nivel de subsistencia.
Nufiez, Oscar. Infonavit: un sistema corporativo para asalariados bajos en Ensayos
sobre el problema de la vivienda en Amrica LAtina, Pradilla Cobos (Coord.), UAM,
Mxico, 1985, p. 352. Por otra parte, Sadi Trejo R., hace notar en su artIculo Desempleo
y subocupaci6n en Mexico. que el 10% de la poblaci6n, percibfa casi la mitad deI total
dei ingreso, mientras que el 52% de la fuerza de trabajo, se encontraba en esa fecha, en
empleos en donde podfa considerarse desocupada. Vase la revista Comercio Exrerior,
maya 1972, pp. 411-416. Esa caracterfstica dual de la economfa, se oculta con la subocupaci6n. de taI fonna, que el censo de 1960, arroja una cifra de solo 100 mil trabajadores desocupados -el Hamado desempleo abierto-, para una fuerza de trabajo de Il
millones de personas. De acuerdo con el Censo de 1970, el 42% de la fuerza de trabajo
(5.2 millones de personas), manifestaron percibir, a finales de 1969, un ingreso de 500
pesos mensuales; en el otro extremo el 2.37% de la PEA, recibfa ingresos superiores a 5
mil pesos. La importancia de este fen6meno, resallll el hecho de que, ms de la mitad de
la mana de obra en Mxico, tenfa un bajo nivel de ingreso, y por 10 tanto, no participaba
de los beneficios que, en principio, debfa traer consigo el progreso econ6mico.
8 La contracci6n de la inversi6n pliblica y privada, genera efectos multiplicadores sobre la
tasa de crecimiento econ6mico; el PIB pasa de 7% en la dcada de los sesenta, a 3.1 % en
1971. Banco de Mxico, Op. Ciro
9 Recurdese que en 1933, el gobiemo cre6 el Banco Nacional Hipotecario y de Obras
Publicas (BANHUOP), actualmente BANOBRAS, al que se le asign6 la funci6n de emitir y
colocar valores y bonos hipotecarios, para captar recursos para financiar inversiones en
obras de infraestructura, servicios publicos y la construcci6n de viviendas. Posteriormente, se crearon otros varios institutos y sistemas financieros, vase el Cuadro N" 4 dei
Periodo 4.

372

Eduardo LOpez Moreno

ros y programas viviendisticos diversos, su impacto habia sido muy limitado, particularmente en la poblaci6n de bajos ingresos. 1O
El dficit habitacional, que se estimaba en 2.3 millones de unidades
urbanas a nivel nacional,ll y en 1000 115 mil para Guadalajara,12 y que
crecia a una tasa media anual superior al 3% y el 3.5%, respectivamente,
hablaba por si s610 de ese impacto tan limitado y dei abandono en que se
habia sumido al sector vivienda; sobre todo, si se toma en cuenta que esos
datos oficiales diferian de las cifras que proporcionaban algunos investigadores y oteas fuentes de ese entonces, y que evidentemente, eran mas
elevadas. 1J Asi por ejemplo, V. Urquidi y A. Garcia, deI Colegio de
Mxico, hacian notar que el dficit total en realidad resultaba con una
laxitud muy amplia, de acuerdo a las divergencias de tamafio que se
observaban en los tees distintos componentes utilizados para ca1cularlo:
a) hacinamiento, coma consecuencia de la acumulaci6n de dficits anteriores; b) las viviendas necesarias para satisfacer el aumento de la poblaci6n; y, c) el numero de viviendas que es necesario reconstruir total 0 parcial mente. De acuerdo con estos investigadores, la suma de los tres
componentes variaba de entre 2.3 y 4.0 millones de unidades, de las cuales, alrededor de dos tercios correspondfan al ambito urbano; 14 faltante

10 Los pocos recursos que el gobiemo les destinaba, explican el impacto tan pobre, que la
acci6n habitacional publica habfa tenido, vase el cuadro que recoge las cifras globales
de la inversi6n en este sector a nivel nacional. Vale la pena recordar, que casi todos los
programas, se dirigian a trabajadores asegurados; es decir, con cierta estabilidad laboral
y organizaci6n gremial. Un universo de derechohabientes, que en 1970, no debfa rebasar un quinto dei total de la pobJaci6n.
Il Segtln las declaraciones de Rafael Hemndez Ochoa, Secretario dei Trabajo, y Jesus
Silva Herzog, primer director dei INFONAVIT, el primera en su comparecencia ante el
Congreso de la Uni6n (5 de abril de 1972) y el segundo en la Asamblea Constitutiva dei
INFONAVIT (10 de maya de 1972). Revista Comercio Exterior, Banco Nacional de
Comercio Exterior, Mxico, 1972, y el Primer Informe de Actividades dei INFONAVIT,
1973.
12 109,569 unidades para Garza y Schteingart, vase su libro La accion habitacional dei
Estado en Mxico, Mxico, El Colegio de Mxico, 1978, p. 125.
13 En 1968, el Instituto Nacional de Vivienda, declara que el dficit acumulado, entre
viviendas inadecuadas y faltantes, era de 2.8 millones. La Coordinaci6n General dei
Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados (COPLAMAR), diagnosltco
que para cubrir el dficit acumulado hasta 1970, se hubieran requerido 3.6 millones de
nuevas viviendas (1.9 para las familias sin vivienda y 1.7 para reponer totalmente las
deterioradas). En una entrevista concedida a la Cmara de la Industria de la Construcci6n, el sub-secretario de Industria y Comercio, Campillo Sainz, calculaba que el faltante de viviendas era de 3.18 millones de unidades. Siempre han sido numerosas y contrastadas las cifras que dan cuenta dei dficit habitacional, 10 que indudablemente tiene
que ver con los criterios aplicados y el uso que se le quiere dar a la informaci6n.
14 Vase Urquidi, Vfctor y Garcfa, Adalberto. "La construcci6n y el empleo en Mexico" en
Demografia y Econom(a, Mxico, Colegio de Mexico, V. 7, 1973, p.7.

Periodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

373

que representaba entre el 30% y el 50% deI parque total de vivienda a


nivel nacional y el 62.6% deI que correspondia a Guadalajara.'~
Datos, que por su grado de abstracci6n, dificilmente ayudan a situar la
magnitud deI problema habitacional de ese entonces; de ahi que nos
parezca importante referirlos a los aspectas cualitativos deI dficit, entre
cuyos principales indicadores evocamos los siguientes:
dos tercios de la poblacion total habitaba en viviendas de dos a menos
cuartos; 3.9 persanas ocupaban en promedio cada uno;16
dei inventario total de viviendas a nivel nacional-que en esa fecha se
estimaba en cerca de 8.4 millones-, solo un tercio (2.8 millones de
unidades), tenia un grado de hacinamiento inferior 0 igual a los mIni
mas recomendados; ahl habitaba un quinto de la poblacion total, principalmente en el media urbano (8.0 millones de habitantes de un total
de 40 millones);11
el 61.3% de las viviendas carecfan de toma de agua domiciliaria y
cerca de 30 millones de personas no contaban con drenaje. Aproximadamente el 20% de las viviendas deI paIs, necesitaba rehabilitarse
totalmente y 57.4% precisaban reparaciones importantes. 18
Un cuadro por demas diffcil, que podriamos resumir en una sola cifra:
unicamente 7.5% deI parque total de vivienda, a nivel nacional, cumpHa
con las normas minimas recomendadas y 11.4% si se toma en cuenta la
vivienda urbana; 10 que traducido en habitantes, representaba 13.2% de la
poblaci6n total deI pais. l "
Ante esta situaci6n, desde el inicio de la campana presidencial (1971),
Luis Echeverria Alvarez, manifiesta su intencion de reorientar su estrategia de desarrollo conforme a las condiciones que imperan en el pais y a
nivel intemacional; en su discurso de toma de posesi6n reconoce que:
el pais ha vivido una poca prolongada de crecimiento econ6mico, sin embargo, estos
avances no corresponden al aumento de la riqueza efectiva dei pueblo, ya que persiste
una distribuci6n sumamente desigual dei ingreso.'"

15 Garza y Schteingart. Op. Cif., p. 125. Segun estos investigadores, el inventario total de
vivienda en la capital dei estado de Jalisco, era de 175,145 unidades en 1970.
16 Gonzalez Rubl, Rafael. "La vivienda un desafio alroz" en Comercio Exterior. julio de
1984, p. 398. Para Jalisco, el dficit por hacinamiento, era muy superior, pues el 76.3%
de las viviendas posela dos cuartlls 0 menos para una poblaci6n domicilaria igual a 7.2
personas por casa. Garza y Schteingart, Op. Cit., p. 10\.
17 Gonzalez Rubl. R. Op. Cit., p. 40\. Garza y Schteingart. Op. Cit., varios cuadros, y el
Censo de Poblacion y Viviendade 1970.
18 Idem.
19 Gonzalez R ,R Op. Cit., p. 394.
20 Discurso de toma de Posesi6n. ComerclO Exterior, diciembre 1970, p. 972. Un ailo despus, el Secretario de Hacienda declara, citando al presidente: ..... el gobiemo entiende el

374

Eduardo LlJpez Moreno

A fin de enfrentar ese modelo desigual de crecimiento, propone cambios radicales en la polCtica econ6mica, con la adopci6n simultanea de una
politica de beneficio social. Su intenci6n es la de conseguir una participaci6n mas equitativa de la poblaci6n, 10 que traeria coma consecuencia, una
mejor redistribuci6n deI ingreso y una reducci6n deI desempleo; proponiendo. para ello, una estrategia que ademas de alcanzar esos objetivos, le
permita "reforzar la rectoria econ6mica deI Estado, disminuir los desequilibrios externos, modernizar el sector agricola y racionalizar el crecimiento industrial."21 Una polftica en gran parte influenciada por un pensamiento Keynesiano, que procura reforzar los mecanismos de intervenci6n dei
Estado, como instancia encargada de regular la actividad economica.
Ya en el poder, el presidente desarrolla un programa de reformas, que
tocan tanto a las estructuras econ6micas como polfticas; s610 unos dfas
despus de su investidura, propone medidas tendientes a reducir la balanza de pagos, recurrir menos al endeudamiento externo y a fortalecer las
finanzas publicas: 22 una reforma fiscal, un cambio en la legislaci6n para el
mayor control de las inversiones extranjeras y la propuesta de un sindicalismo independiente, es decir, un pluralismo real.
En forma esquemtica, la nueva estrategia econ6mica que empezaba a
implantarse buscaba: i) promover el ensanchamiento de bienes y servicios, como una forma para incentivar el desarrollo industrial a largo
plaw; ii) modificar los sistemas de producci6n y comercializaci6n, como
una medida para que el pais pudiera incorporarse a los mercados internacionales; y, iii) descentralizar la producci6n coma una condici6n bsica
para alentar el desarrollo regional y rural, para mejorar paralelamente la
distribuci6n deI ingreso.
En esta nueva estrategia, la vivienda social deja de ser concebida
solamente como parte de la polftica social, y empieza a considerarsele
crecimiento econ6mico, como un instrumenta al servicio dei pueblo. Considera que el
verdadero desarrollo se mide por el nivel real de productividad, el equilibrio entre los
sectores y su participaci6n en el bienestar general". Hugo B. Margin, "Discurso en la
XXXVIII Convenci6n Nacional Bancaria", abril de 1971. Documentos economicos de la
administracion publica, lI.'" 2, p.l2. Direcci6n General de Prensa, Memoria, Bibliotecas
y Publicaciones.
21 Banco Nacional de Comercio Exterior S. A, Mexico, La poUtica economica dei nuevo
gobiemo, Mexico, 1971.
22 Vase al respecto el articulo: "Aspectos econ6micos deI discurso de toma de posesi6n"
en Comercio Exterior, diciembre 1970, y los Documentos econ6micos de la administracion publica, que retoman las declaraciones dei Secretario de Hacienda y Crdito Publico, quien seflala: "Decisiones que se hablan postergado, orientadas a captar recursos
internos adicionales, para lograr el equilibrio presupuestal, la redistribuci6n dei ingreso
entre la poblaci6n y la mejor distribuci6n de los ingresos tributarios entre municipios,
estados y federaci6n:

Per{odo

V.

El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

375

coma un elemento importante de la polftica macro-economica; es un


cambio fundamental que se inserta en el modela economico-polftico de
Echeverria, que se sintetiza en la busqueda de la tercera vfa, la llamada
"econom{a mixta"; proyecto nacional que a travs de la provision de bienes, como la vivienda social --considerada por algunos coma una inversion de consumo y por otros coma una inversion de desarrollo-, intenta
lograr una sfntesis en esas dos 16gicas. 2J La vivienda adquiere asf, una
nueva dimension; de ella nos ocupamos a continuacion.

3. La intervencion deI Estado central en la cuestion babitacional

1970, la vivienda social: un eje importante de la polftica social y


economica
Como 10 hemos sei'ialado en forma por demas somera, el sexenio de
Echeverria represento el inicio de un rompimiento en el modela de desarrollo nacional, que se sustentaba en la polftica de sustitucion de importaciones 24 y en la provision de una infrastructura industrial a cargo deI Estado. Modelo de crecimiento que fue utilizado de 1940 a 1970, y que se le
conocio coma "desarrollo estabilizador"; pero en realidad, a 10 largo deI
perfodo que se implemento, tuvo un costa social elevado al retardar las
diversas acciones y formas de intervencion en el campo deI bienestar
social (cf. Cuadro ND 1).
La redefinici6n de la polftica nacional, buscando pasar de un modelo
de desarrollo estabilizador a unD de "desarrollo compartido", se funda en
una estrategia, que, de acuerdo con sus propios enunciados, busca responder a las necesidades actuales de la economfa; orientadas no solo a asegurar el crecimiento a largo plazo, sinD tambin a corregir el rumba y las
prioridades dei proceso de desarrollo particularmente en sus aspectos
23 L6pez M., Eduardo. "Consideraciones sobre el origen dei INFONAV/' en Vivienda.
INFONAVIT, Mxico, septiembre 1994.
24 Es de hacer notar, las conclusiones a las que lIega el grupo de trabajo de inversiones de
la Comisi6n Nacional Tripartita, reunida en 1971, que seilala que las exenciones fiscales, el sistema de protecci6n de la competencia, los estfmulos para alentar la reinversi6n
de utilidades, las facilidades para la depreciaci6n acelerada de los activos fijos. las ventajas finacieras. etc. Elementos utillzados, entre muchos olros, con el objeto de expandir
el sector industril, se tradujeron en ineficiencia interna dei aparato productivo, dando
lugar a que la expansi6n industrial provocara un incremento en las importaciones de
bienes intermedios, mala calidad y costos elevados. Ademlis de los efectos perversos,
generados fuera dei mbito industrial, par ejemplo, las distorciones en los costos de producci6n deI sector agropecuario, reducci6n de su rentabilidad y de su capacidad para
exportar. Vase las Actas de la CNT. Mxico, 1972, mimeo.

376

Eduardo Lapez Moreno

Cuadro 1
Inversion publica federaI19251974
millones de viejos pesos de 1950
Ano
1925 total
%
1930 total
%
1935 total
%
1940 total
%
1945 total
%
1950 total
%
1955 total
%
1960 total
%
1965 total
%
1966 total
%
1967 total
%
1968 total
%
1969 total
%
1970 total
%
1971 total
%
1972 total
%
1973 total
%
1974 cl total
%

Total
Nacional
336
100.0
402
100.0
588
100.0
887
100.0
1,329
100.0
2,672
100.0
2,848
100.0
4,420
100.0
6,575
100.0
6,045
100.0
7,945
100.0
8,603
100.0
9,373
100.0
10,289
100.0
10,155
100.0
10,604
100.0
10,646
100.0
Il,368
100.0

Beneficio Social
Beneficio
Total Serv. PUblico Hospital Educaci6n
Social
20
16
4
4.8
6.0
1.2
50
39
4
7
12.4
9.7
1.0
I.7
60
43
9
8
10.2
7.3
1.5
1.4
89
68
12
9
10.0
7.7
1.3
1.0
143
85
44
14
6.4
I.I
10.8
3.3
256
29
34
113
80
9.6
4.2
3.0
I.I
1.3
386
288
14
48
36
13.6
10.1
1.7
1.3
0.5
990
225
393
270
102
22.4
8.9
6.1
2.3
5.1
1,634
941
237
309
112
24.8
14.3
3.6
4.7
1.7
1,335
731
314
230
54
22.1
12.1
5.2
3.8
0.9
1,796
231
858
389
302
22.6
10.8
2.9
4.8
3.8
228
1,334
224
240
422
4.9
26.6
15.5
2.6
2.8
2,615
1,631
356
525
94
27.9
17.4
3.8
5.6
1.0
2,716
1,667
473
370
93
26.4
16.2
4.6
3.6
0.9
1,678
407
990
201
54
16.5
4.0
2.0
9.7
0.5
2,970
1,333
454
654
455
28.0
12.6
4.3
6.1
4.3
4,092
2,284
1,026
689
bl
38.5
21.5
6.5
9.6
4,876
2,448
924
411
928
42.9
21.5
8.2
8.1
3.6

Fuente: Garza y Schteingart, 1978.


al A partir de 1965 aparece en la Ifnea de otras inversiones que no se especifican

bl La manera especial de la recuperaci6n no figura en el total.


cl La inversi6n publica Cederai para este ano corresponde a 10 que se autoriza.

El concepto de "Beneficio Social" incluye la vivienda.

Otras
al

35
0.5
6
0,1
24
0.3
68
0.8
9
0.1

113
I.I
26
0.3
74
0.7
93
0.9
165
1.5

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

377

sociales. "Mxico se enfrenta a un desaffo", sefiala el ministro Margin


en 1971: "a pesar de nuestras grandes transformaciones, nadie podrfa
afirmar, que la prosperidad es ya satisfactoriamente compartida. Nadie
pOOrfa asegurar que nuestro progreso es armonioso, cuando el incremento
deI producto tiende a Iimitarse a unas cuantas zonas y estratos sociales".2s
Esta frase resume bien la voluntad gubemamental de implementar una
estrategia de desarrollo que, en forma simultnea, aborde las cuestiones
economicas y sociales.
La redefinici6n de prioridades de ese nuevo proyecto, hizo que la
vivienda emergiera como un eje importante de la po/{tica social y econ6mica; la cual, luego de un abandono que podrfamos calificar de hist6rico,
se retoma en esta fecha; de tal forma que en el primer afio de la nueva
administraci6n, el monta de inversi6n publica destinado a este sector,
aument6 en un 374% en relaci6n al promedio que se obtenfa en este renglon, desde 1940 hasta 1972; fecha que corresponde, por un lado, con el
inicio deI modelo estabilizador, y por otro, con la creaci6n dei Instituto
Nacional dei Fondo de la Vivienda para los Trabajadores (lNFONAVIT).u
El presidente Echeverrfa, hacfa notar que el sector publico tenfa la
fuerza suficiente (en trminos de capacidad de inversion), para dirigir el
desarrollo y el gobiemo los recursos suficientes para coordinar el cumplimiento de los grandes objetivos nacionales, principalmente de orden
social. 27 De tal forma que se podfa hacer converger progreso y justicia
social, fortalecindose el rgimen de economfa mixta. Bajo esa perspectiva, la vivienda era percibida por la c1ase polftica, coma un mecanismo
id6neo para lograr esa convergencia; en particular, en 10 que concieme a
la distribuci6n de la riqueza. 28 Ella aparecfa, por un lado, coma un bien
necesario para satisfacer la polftica social, y por otro, coma un elemento
importante de la polftica econ6mica dei pafs; sin duda, ambos ejes le dieron una nueva expresi6n a la cuesti6n habitacional. Vemoslo con un
poco mas de detenimiento.

A. La vivienda social dentro de la po/{tica econ6mica


Desde 1956, el Consejo Economico y Social de Naciones Unidas, sefialaba que la salud publica y la vivienda, formaban parte de los gastos de
25 Margain, H...Discurso....., Op. Cil.. p. 12.
26 Si s610 se toma en cuenta el ai\o que presidi6 la aparici6n dei Instituto. el incremento
fue de un 880%. Incremento que se puede constatar en el Cuadro ND 1.
27 "Discurso de toma de posesi6n" en Comercio Exlerior. Mxico. diciembre 1970. p. 978.
28 Asilo expresa el presidente. en su primer informe de gobierno: [el fondo de la vivienda]
una f6rmula de crecimiento econ6mico. que amplia automaticamente. la redistribuci6n
de los beneficios de la riqueza (Primer Informe. Op. Cil.).

378

Eduardo Lapez Moreno

caracter social. En su informe, el organismo precisaba que hasta entonces, los proyectos que derivaban de esa polftica, eran poco productivos y
generaban altos costos; sin embargo, se hacfa notar que proyectos de esa
naturaleza resultaban basicos al desarrollo econ6mico, por 10 que se les
pOO{a comparar a los gastos generales de caracter econ6mico coma el
transporte, la comunicaci6n, la energfa electrica, etc., tOOos ellos, proyectos fundamentales a un verdadero desarrollo. 29
En Mxico, con el Programa Financiero de Vivienda (PFV), desarrollado en 1963, la acci6n gubernamental en materia habitacional tuvo un
cambio significativo: pasar de un esquema de prOOucci6n de vivienda que
manejaba pocos recursos con altos subsidios y que se destinaba nada mas
a un cierto tipo de trabajadores lO a otro esquema de producci6n masiva,
que se apoyaba en un sistema de ahorro canalizado a travs deI sistema
bancario privado para un publico mas amplio (sistema Fovi-Foga).
Bajo la influencia de esos cambios, en los setenta, el Estado empieza
a servirse de la vivienda coma un mecanismo para paliar los problemas
mas agudos coma el desempleo, la ausencia de un mercado interno y, evidentemente, la cuesti6n deI mismo dficit habitacional. En 1972, se crean
dos grandes fondos solidarios para la vivienda: INFONAVIT y FOVISSSTE
-uno para los trabajadores deI sector privado y otros deI sector publico-l'
el Director General deI primero de esos organismos declara en la Asamb1ea Constitutiva:
Nos hemos apartado ya de aquella idea equfvoca que concibe a la vivienda coma un
problema social, en donde la inversi6n tiene visos de improductividad; era un concepto
puramente desarrolliSla."

La vivienda es pensada coma un mecanismo, que a corto plazo, puede


contribuir a salir de la atonfa que caracteriza a los primeros meses deI
gobierno de Echeverria; mientras que a largo plazo, se le concibe coma
un motor capaz de reactivar la econom{a en general. La posici6n gubernamental, es que la industria de la construcci6n, tiene la capacidad de evitar
las fluctuaciones dclicas que tradicionalmente han afectado la actividad
econ6mica. El ministro Margain, en su comparecencia en el Congreso
29 Actas dei Congreso Panamericano de la EA, 1956, Venezuela, p. 150.
30 Nos referimos a los organismos de asistencia social que produjeron un cierto numero de
viviendas. Cf. Apartado 7, Periodo 4.
31 Las caracterfsticas principales de estos dos fondos, son presentadas en la segunda parte
de este Periodo, vase el Apartado 1.
32 Entrevista a Jesus Silva Herzog, aparecida en la revista de la Cmara de la Industria de
la Construcci6n, 1972, Op. Cil., p. 26.

Perlodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

379

con motivo de la creaci6n deI INFONAVIT, responde: "la rama de la construccion se ha movido en forma Hamada de picos. con f1uctuaciones de
actividad. inactividad. empleo. desempleo... con el Instituto que se esta
creando. se ha establecido una linea constante y creciente".33 Posici6n que
es reforzada por las conclusiones. que ese mismo ano. da a conocer el
Centro de Estudios Econ6micos y Demogrficos deI Colegio de Mxico;
en eHas. Urquidi y Garcia. hacen notar la fuerte presi6n que la vivienda
puede colocar sobre el aparato productivo. pues una unidad de demanda
final en vivienda. solicita de la economfa. necesidades de inversi6n global
de aIrededor de 2.3 unidades; ademas de que el efecto-valor de la producci6n de ese bien. se reparte aproximadamente en 48% en el mismo sector
y el 52% en el resta de la economfa. J4
Dentro de esta estrategia. la polftica habitacional rebasa el marco
puramente sectorial, presentndose coma un instrumenta de suma importancia para la vida econ6mica dei pals, bsicamente por su capacidad
para generar empleos (se trata esencialmente de empleos no calificados.
10 que permite absorber mana de obra proveniente deI campo). Asi por
ejemplo. con las primeras cien mil viviendas que Hevarfa a cabo. el INFONAVIT en 1972 (con una superficie media de 50 m2). se estimaba que se
podrfan generar empleos por 126 hombres/ano: 74 mil de empleo directo
y 52 mil de empleo indirecto; 10 que representaba un 25% deI incremento
probable de la fuerza de trabajo que existia en ese entonces a nivel nacionaI. De tal forma que. en teorfa. solamente la parte de empleo directo.
cubrirfa aI 100% el desempleo abierto de ese sector.3'
En conclusi6n. la vivienda se inserta plenainente dentro de la polftica
econ6mica. cuya estrategia busca apoyar la industria de la construcci6n.
con todas sus consecuencias: aumento deI trabajo. de la ocupaci6n de la
producci6n ya instaJada. generaci6n de efectos multiplicadores. expansion deI mercado interno. etc.

33 Documentos Economicos de la Administracion Publica, N" 13, 6 de abril de 1972.

Direcci6n General de Prensa, Memorias, Bibliotecas y Publicaciones.


34 Urquidi,V. y Garcia, A. "Vivienda y empleo" en Demograjia y Economia, Mxico, El
Colegio de Mxico, 1972, p. 17.
35 Nos referimos al plan de producci6n de vivienda, que proyectaba realizar anualmente el
INFONAVIT, el cual como sabemos, no se lIev6 a cabo con esa magnitud. No obstante
e110, los dlculos nos son de gran utilidad, puesto que reflejan la posici6n gubernamental
en relaci6n a la vivienda y al empleo. Es de hacer notar, que el secretario Margin, iba
ms ail:!. de la posici6n que defendian Urquidi y Garcia, y declaraba que los obreros susceptibles de emplearse en la construcci6n de esas cien mil primeras casas, iban de 1.2
hasta 2.4 hombres por vivienda en empleos directos y 0.6 hombres en la f:!.brica de insumos; de 10 que resultaba entre 180 mil y 300 mil empleos creados, quienes recibirfan
2,200 millones de pesos de los 5,000 millones que utilizarfa el INFONAVIT en su primer
ai\o. Margin, H. Documentas economico.L. Op. Cit., p. 20.

380

Eduardo LOpez Moreno

B. La vivienda social dentro de la poUtica social (y de la poUticapoUtica)


When the highly privileged are few and the desperate/y poor are many and when
the gap belWeen them is worsenmg rather than lmproving, il is on/y a question oj
time before a declsive choice must be made belWeen the po/mca/ cost oj reform
and the politica/ rish of rebelion.

R. McNamarK, World Bank, 1972

"La justicia social no solo es un imperativo moral sino polftico tambin",


institfa en cada una de las reuniones anuales dei Banco Mundial su presidente R. McNamara, al Consejo de Gobernadores de esa institucion. 36 El
funcionario, hacfa notar la tendencia natural dei crecimiento, para concentrarse en los sectores modernos de la economfa; 10 que trafa escasos
beneficios a los grupos con ingresos mas bajos -grupos que estan mas
alla de las fuerzas tradicionales dei mercado y de los servicios publicos-,
de ahf que fuera necesario implementar medidas para ellos (alrededor dei
50% de la poblacion dei pafs), no solo coma una cuestion de principio
sino de prudencia.
McNamara, puntualizaba que eran los gobiernos, quienes tenfan la
responsabilidad de Ilevar a cabo reformas internas fundamentales, sin que
hubiera posibilidad de que escaparan a ellas, pues de 10 contrario, "posponerlas era una manera de invitar al extremismo social".31
En Mxico, de acuerdo con varios autores, las causas mas evidentes
de los conflictos sociales, en esa misma poca, eran las cuestiones laborales, y ligadas a ellas, las reivindicaciones economicas,38 y no directamente
las habitacionales. 3Y De las primeras, se derivaba toda una serie de implicaciones que las tornaban en conflictos polfticos, puesto que las protestas
36 World Bank, The Mc. Namara years of the Wor/d Bank, World Bank Publications, New
York, 1972.
37 Idem. 1973 y 1974.
38 Vanse los trabajos de 1. Basurto (1983), R. Millan (1988), O. Nuiiez (1985), entre
otros. Cf. bibliograffa.
39 Fue hasta 1976, que el Frente Nacional de Acci6n Popular (FNAP1, incluy6 en sus filas,
agrupaciones de colonos que reivindicaban la introducci6n de servicios, pero no vivienda propiamente dicha. Vase Basurto, J. Op. Cit., p. 29. Una excepci6n notable se menciona en el documento La vivnda a bajo COSIo en America Latma, Op. Cit., SIAP,
1975, p. 195, en donde se hace referencia al movimiento independiente de los ferrocarrileros de 1959, el cual incluy6 entre sus demandas, la implementaci6n deI Articulo Constitucional 123, que estipulaba que la vivienda debia ser proporcionadan a los obreros,
por los patrones.

Perlodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

381

por las condiciones existentes de trabajo, la reducci6n dei salario y de las


prestaciones sociales, la intensificaci6n de las jomadas laborales sin compensaciones, etc., requerfan de un cierto grado de independencia por parte
de los sindicatos, para poder llegar a alcanzar sus metas. 40
En ese sentido, no resulta facil de explicar las razones por las que se
utiliz6 la vivienda coma un elemento medular de !a polltica social," si las
presiones que se levantaban en ese entonces, no se enfocaban a la problematica ligada al habitat social. Luis Echeverrfa, quien fuera en esos afios
presidente deI paIs, refuta la opini6n de aqullos que consideran, que la
cuesti6n habitacional, no habla sido objeto de reivindicaciones importantes hasta el inicio de su mandato. En una entrevista personal concedida en
1992, comenta
en el desfile dei primera de Mayo, a eso de las doce de! dia, empezaron a proliferar las
mantas con solicitudes sobre vivienda por pane de sindicatos y grupos obreros. Ahi
mismo en el balcon de Palacio, lIam a Fidel Velazquez y a M. Espinoza Iglesias, y les
dije, miren casi todas las solicitudes son de vivienda, porque no plallcan ustedes para
ver que podemos hacer los tres, mas tarde se convino crear la Comisi6n de la Fundaci6n Tripanita para afrontar diversos problemas, comenzando por la vivienda, asi se fue
delineando ellnstituto Nacional de la Vivienda."

Independientemente de que el Estado hubiera tenido la sensibilidad


para anticiparse a las demandas populares, que mas tarde harfan de la
vivienda, un vector de luchas sociales -reduciendo de esta manera una
fuente importante de conflictos, antes de que tuvieran una clara articulaci6n y empezaran a manifestarse- 0 que, por el contrario, el Estado respondiera a un problema que, en esos aiios, adquirfa una virtual dimensi6n
de crisis:J la vivienda aparece (en cualquiera de los dos casos), coma un
40 "Independencia de y frente al poder publico, incluyendo los sindicatos oficiales, los partidos politicos y la burguesia, puesto que sus intereses son, 0 pueden Ilegar a ser, antag6nicos." Basuno, Jorge. La clase obrera en la historia de Mxico en el rgimen de
Echeverrla: rebelin e independencia. Mxico, UNAM, Siglo XXI, 1983, p. 21.
41 Con la creaci6n de los llamados "fondos solidarios", que acabamos de mencionar.
42 Entrevista personal concedida en San Jer6nimo, Mxico, D.F, 16 de junio de 1992.
43 Crisis, por los enormes dficits que evidenciaba el sector vivienda, por las ocupaciones
irregulares de terrenos que empezaban a manifestarse en varias ciudades, por el riesgo
de masificaci6n de las manifestaciones que hasta ese entonces habian sido escasas y
puntuales. Desde 1970, la comisi6n encargada de la redacci6n de la nueva Ley Federal
dei Trabajo, seilalaba que: "...por una pane... el problema habitacional, por vinud de la
explosi6n demografica, habla cobrado los perfiles de una autntica calastrofe y, por
otra, que a cincuenta aftos de la Declaracion de Derechos Sociales, bien poco se habla
hecho". Dicha comisi6n, "lleg6 tambin a la conclusi6n de que la responsabilidad por
gravedad dei problema correspondia, en primer trmino, al movimiento obrero, que dej6
correr los ailos sin decidirse a exigir a las empresas, mediante el derecho de huelga, el

382

Eduardo LOpez Moreno

elemento central de la politica social circunscrita al marco puramente


sectorial. Sin embargo, su dimensi6n polftica no debe ser desestimada;
adems de representar un avance significativo en los derechos sociales
-"una conquista obrera", coma en su momento se sefial6--," la vivienda
cumple otros varios objetivos, muchos de ellos de orden politico. De ahf
que se convierta en un objeto de control importante, pues los beneficios
que puede proporcionar, son de diversa naturaleza; veamos algunos de
ellos, en relaci6n a los tres actores (0 sectores) involucrados en la polftica
habitacional de esos aDos.
i) Para el Estado, su principal promotor, los beneficios que le representa son varios:
el reconocimiento de su papel de "Estado unificador" 0 promotor deI
acercamiento entre fracciones antag6nicas; en donde, paralelamente,
se prueba su capacidad de convocatoria;45
el avance sustancial en el proyecto econ6mico-social deI nuevo
gobiemo, en el que el derecho social se ve fortalecido con la creaci6n
de un organismo que, simultneamente, se presenta coma un "pilar"
de la estrategia econ6mica;46
el fortalecirniento deI sector publico, y en particular deI poder ejecutivo, pues a pesar de que los organismos habitacionales que se crean en
cumplimiento de la obligaci6n; en segundo tnnino, a los gobiemos, que no hab!an tenido el valor de expedir la reglamentaci6n dei mandato constitucional; y final mente, a los
empresarios, a los que, en su afn de enriquecerse, les faM una visi6n de conjunto deI
futuro de Mxico, de donde deriv6 su oposici6n sistemtica a cualquier reglamentaci6n." Mario de la Cueva, El nuevo Derecho Mexicano dei Trabajo, Tomo li, Mxico,
Editorial Pomia Hnos., 1979, p. 96.
44 VaY:. al respecto, el artfculo: "Consideraciones sobre el origen deI INFONAVIT', E.
L6pez, Op. Cit.
45 Reiteradamente se seilala la capacidad y voluntad que tiene el Estado para jugar un
papel de "arbitro"; a titulo de ejemplo, evocamos una frase deI secretario Margain:
"Mxico, por fortuna, gracias al sentido de solidaridad dei gobierno, nos congrega a
todos". Documentos economicos de la administracion pUblica, N" 19, 1972, p.l9.
46 As! 10 hace ver el Gerente General dei Banco Nacional de Obras y Servicios PUblicos,
Humberto Chvez Martfnez, al declarar: "es a travs de este tipo de programas nacionales, coma se logra la armon!a entre los derechos deI trabajador y los deI capital, mismo
tiempo que se obtiene el equilibrio entre el objetivo de crecimiento econ6mico y las
metas trazadas de justicia social (entrevista en la Revista Mexicana de la Construccion,
dicembre 1972). En realidad, es con la creaci6n de varias instituciones, el fortalecimiento de olras y la promulgaci6n de leyes, emanando de la polftica laboral, que puede reforzarse el proyecto econ6mico-social; nos referimos por ejemplo, a la fundaci6n de la
Comisi6n Nacional Mixta de Protecci6n al Salario, al FONACOT, y a los fondos de
colecta salarial para la vivienda.

Periodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

383

ese entonces, tienen un carcter tripartita, las decisiones principales


tcnico-politicas implican la competencia dei gobierno, y;
su legitimaci6n coma instancia responsable de los intereses de la
colectividad y defensora de los principales valores sociales coma la
justicia social.
El discurso de la clase dirigente de ese entonces asi 10 deja ver
Cumpliendo con esa presencia deI constituyente dei 17, estamos haciendo que triunfen
las causas sociales de la Revoluci6n Mexicana, coma froto de la lucha armada, de la
revoluci6n y de la lucha de c1ases, que ha dado un eminente paso hacia adelante, en los
derechos obreros [con la polftica habitacional]."

ii) Para la iniciativa privada, el que se retome la politica habitacional, le es benfico, al menos por cinco motivos principales: a) el impulso
decisivo que se le da a la construcci6n de vivienda nueva en el pais; pues
coma 10 sefialan N. Robinson y P. Connally, los industriales de la construcci6n tenian mas de una dcada ejerciendo presi6n al gobierno, para
que ste impulsara la construcci6n de ese tipo de vivienda;48 b) la posibilidad de ampliar el mercado interno coma una consecuencia de la creaci6n
de empleos, 10 que a su vez, generaria nuevas inversiones privadas; c) el
mejorar las condiciones de vida deI trabajador, aumentando la productividad y reducindo (todavia mas) los costos de producci6n; d) el fortalecer
el patrimonio de la clase obrera; politica que a los ojos deI sector patronal, significaba "una mayor seguridad en el empleo y una forma de contribuci6n a la paz social";49 y, por ultimo, e) el presentar los avances en
materia habitacional, coma una nueva orientaci6n en la resoluci6n de los
problemas habitacionales; estrategia que favorece el desarrollo de una
ideologia de cooperaci6n y de colaboraci6n interclasista, de donde se
evacua toda alusi6n a la lucha de clases, tan presente en esos afios.'"
47 Excelsior, peri6dico nacional, 17 de abril de 1972. Hugo B. Marg6in, Secretario de
Hacienda, Comparencia ante el Congreso. El secretario no duda en seilalar al diputado
Gasc6n Mercado, deI Partido Popular Socialista, que: "el fondo [de la vivienda] es un
fondo obrero, las casas son para los obreros, el ahorro es para los obreros y estar6n los
seilores obreros dentro deI Instituto."
48 Vase de Robinson, Nancy. The PoUties of Law Cost Housing in Mexico. a Case Study
of INFONAvrr. Thesis of Ph. D, Stanford University, 1980, mimeo., y de Connolly, P. El
problema habiJacional en la Ciudad de Mxico, COPEVI, 1976.
49 Entrevista personal a Raul Urrea, quien en ese entonces (1972), fuera presidente deI
Consejo Patronal de Jalisco. Guadalajara 7 de mayo de 1992.
50 A prop6sito de la creaci6n dellNFONAVIT la CANACINTRA sellalaba: "la expresi6n de
intereses comunes, por encima de intereses sectoriales, nunca coma ahora, se ha manifestado una base amplia de colaboraci6n seetorial y de negociaci6n social de los problemas nationales... Nos unimos a 10 que es un derecho social y no un derecho de c1ase (El
lnformador, peri6dico local, 1 de abril de 1972).

384

Eduardo LOpez Moreno

iii) Para el sector laboral-o mejor dicho para la cupula que representa este sector- la cuesti6n habitacional y el debate que le acompafia, le
perrnite restaurar parte de la legitimidad que habia venido deteriorandose,
por causa de negociaciones poco benficas para la c1ase trabajadora;
negociaciones que incluso, habian despertado sospechas de provenir de
acuerdos "oscuros" con los patrones y con el Estado. De ahi, que se
requiriera de acciones claras, que les permitieran enfrentar la amenaza deI
sindicalismo independiente. En su estudio sobre la clase obrera, J. Basurto sefiala
el Estado mexicano ha puesto especial cuidado en levantar unas s61idas estructuras destinadas a ejercer un estricto control sobre las organizaciones laborales; esto es, sobre
sus Ifderes, y a travs de stos, sobre los trabajadores; de manera, primero, que sus
demandas siempre han sido debidamente canalizadas. y las concesiones otorgadas, cuidadosamente dosificadas para evitar todo posible intento de rebeli6n; y segundo, para
que los directamente implicados en la ejecuci6n de tal polftica, es decir, los Ifderes,
tuvieran una amplia participaci6n. tanto desde el punto de vista polftico como, subrepticiamente, en el terreno econ6mico."

Segun este autor, para poder ejercer un control sobre los trabajadores,
es esencial un cierto grado de consenso; el cual, se consigue por dos
medios: el legal (gracias a una gran cantidad de disposiciones altamente
favorables para los trabajadores) y la corrupci6n. A estos medios, nosotros agregamos un tercero: el hecho de que los Ifderes intercedan por sus
representados en la obtenci6n de un bien, coma es la vivienda; en el casa
contrario, puede cuestionarse su acci6n con la consecuente prdida de
credibilidad.
En conclusi6n, no s610 por razones econ6micas 0 sociales, se adopta
una polftica habitacional; en realidad, ella engloba diferentes estrategias y
sistemas coma niveles de intervenci6n, puesto que existen diferentes
niveles de conflicto. Si bien, en el fondo se trata de un proyecto gubemamental, que busca una integraci6n social y una legitimidad polftica.
Una integraci6n social que, en gran parte se consigue, al utilizar a la
vivienda coma un instrumenta polftico de negociaci6n, que permite conciliar intereses contradictorios de manera institucional, presentando a los
grupos involucrados coma una federaci6n de intereses convergentes,52
que son reunidos gracias al papel unificador deI Estado.
y una legitirnidad polftica que, adems de conseguirse a travs de ese
papel unificador, se apoya en estrategias clientelistas, que terminan por
convertirse en la piedra angular deI sistema.
51 Basurto, J. Op. Cit., p.l5.
52 Nui\ez, Oscar. "Significaci6n social de la vivienda en Mxico - el caso INFNAVIT" en

Ensayos sobre el problema de la vivienda en Amrica Latina, Op. Cit.

Periodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

385

A travs de e\las, y de la legitimaci6n polftica, se instaura un nuevo


modelo de gestion, de producci6n deI espacio y de toma de decisiones; el
antiguo esquema pluralista local se fractura y su lugar lo ocupa un Estado autoritario que gobierna desde el centro. Resulta parad6jico constatar,
sin embargo, que el Instituto Nacional de la Vivienda -el INFONAVIT,
pilar de la polftica habitacional que acabamos de describir- se concibio
retomando varios de los elementos propios a una de las instituciones
viviendfsticas que habfa sido concebida por la c1ase empresarial tapatfa
desde 1957: el Instituto de Bienestar Social; un organismo tripartita, que
naci6 gracias a los dispositivos de participaci6n ciudadana y a los sistemas
de asociaci6n y de colaboraci6n, que se desarrollaron en Guadalajara en el
periodo precedente (vase la segunda parte deI Periodo 4, Apartado 4).
Para probar y comprobar esa afirmaci6n, llevaremos a cabo un estudio comparativo simple, entre esos dos organismos, en los que pondremos de relieve sus similitudes y diferencias principales; insistimos en que
se trata de un estudio simple y breve, a fin de no desviarnos de nuestro
segundo objeto de anlisis de esta primera parte, que trata de la promoci6n inmobiliaria local, tanto publica coma privada. Promoci6n que,
coma 10 varnos a ver, se \leva a cabo en un nuevo contexto polftico y con
nuevos actores econ6micos y sociales.
Nuestro objeto en el siguiente apartado, es el de demostrar que, desde
un punto de vista tcnico y financiero, el Fondo Nacional de la Vivienda
se cre6 (0 se inspir6) en el Instituto de Bienestar Social; para ello, intentaremos resituar rpidamente el contexto que vi6 nacer al INFONAVIT, examinar el papel que jugaron los empresanos tapatfos en su creaci6n y comparar formai y funcionalmente las caracteristicas de cada uno de los
organismos. Estudio que descansa, principalmente, en entrevistas a los
actores que se vieron involucrados directamente en su nacimiento y el
anlisis de algunos documentos coetneos a su creaci6n, entre e\los: las
Actas de la Comisi6n Nacional Tripartita, revistas especializadas, tesis,
informes de actividades, leyes en la materia y la lectura de un peri6dico
local (El Informador) y uno de circulaci6n nacional (Excelsior).
4.

De un esquema de producci6n de vivienda local (mS) a un


instrumento de envergadura nacional (INFONAVIT)

A. una primera pista: la reuni6n de San Luis POtOSI'S)

La ley que di6 nacimiento al Fondo, fue publicada en el Diano Oficial el


24 de abril de 1972. Su creaci6n fue el resultado directo de los trabajos de
53 Para mayor informaci6n sobre este tema, referirse al articulo: "Consideraciones sobre el
origen deIINFONAVrr", L6pez M. Eduardo, en Vivienda. INFONAVIT, septiembre 1994.

386

Eduardo Lapez Moreno

la Comisi6n Nacional Tripartita (1971). AI parecer, las reuniones de esa


Comisi6n, fueron precedidas por una Conferencia Nacional sobre Vivienda, celebrada en San Luis Potosf en junio de 1970, que fue conducida por
el Iicenciado Echeverria, entonces candidato a la presidencia. En elIa, se
debatieron las acciones gubemamentales que se lIevarian a cabo en la
materia, durante la administraci6n que iniciaba. El proyecto original, que
se present6 en esa ocasi6n, concemfa la participaci6n de los empresarios
en la resoluci6n deI problema habitacional; la presi6n que inmediatamente ejercieron las diversas facciones dei sector empresarial, lIev6 al gobierno, a reconsiderar su proyecto y replantearlo en otros trminos.
En esa reuni6n, se proponia abrir un debate nacional sobre la necesidad de reglamentar la fracci6n constitucional relativa a las casas para los
trabajadores (incumplida despus de 53 ailos); una corriente importante
-al parecer apoyada por el propio Echeverria-, pretendfa que se legislara
la obligaci6n de que los patrones contribuyeran con una suma porcentual
adicional a la n6mina deI trabajador, la cual debfa ser enterada a un Instituto General de Vivienda, en donde estuvieran representadas las organizaciones de empresarios y trabajadores. La propuesta -que de toda evidencia se anticipaba al INFNAVIT-, fue rechazada por los empresarios,
quienes aducfan que la obligaci6n de solucionar el problema de la vivienda no recafa directamente en e1los, seilalando que por el contrario, el problema debfa resolverse a travs de medidas de caracter colectivo en las
que interviniera el Estado. s4
De hecho, algunos de los delegados gubemamentales que asistieron al
evento, expresaban una opini6n que iba en el mismo sentido que la de los
empresarios de la construcci6n,ss considerando que la propuesta hubiera
sido probablemente s610 una carga adicional, una carga fiscal mas sobre
los empresarios y no hubiera dado a los trabajadores la impresi6n de que
se estaba cumpliendo la disposici6n constitucional. Finalmente, se impuso esta posici6n, de tal forma que las modificaciones a la Ley Federal deI
Trabajo (que reglamentan el mandato constitucional de la vivienda obrera) se dejaron al libre acuerdo entre las partes.
54 Revisla MexlCana de la Conslrucci6n. CNIC, noviembre de 1970. N 194.
55 Idem. Vase la entrevista a Campillo Sainz, subsecretario de Industria y Comercio, en la
Revista de la CN IC, quien seiiala: "me parece que esto no era proporcionar. en primer
lugar, la obligaci6n, es proporcionar casas, no hacer contribuciones. Y en segundo
lugar. no iba a responder al espiritu de solucionar el problema deI trabajador que esta
laborando ruera de una poblaci6n, no iba a solucionar tampoco. el problema de un trabajador para arraigarlo a su empresa y darle sentido de su propia dignidad a travs de la
relaci6n con la empresa."

Per{odo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

387

El ex-presidente Echeverrfa, comenta veinte anos despus, que en realidad la reuni6n que se lIev6 a cabo en San Luis, se hizo en el marco de la
campana presidencial. Y, originalmente, tenfa por objeto el servir como
foro para presentar innovaciones tecnol6gicas Iigadas al sector de la
industria de la construcci6n de vivienda; de tal manera, que el caracter
polftico de que se fue revistiendo ulterionnente dicha reuni6n, fue provocado por las discuciones en torno a las reformas a los artfculos que reglamentaban el mandato constitucionaJ.S6
Nancy Robinson, investigadora de la Universidad de Stanford, sostiene en su tesis de doctorado,S7 que el INFONAVIT fue en realidad, una soluci6n post-hoc al problema que gener6 la versi6n original de la propuesta
de ley de San Luis Potosf. Es decir, por un lado, sta le atribufa completa
responsabilidad a los patrones (quienes de diversas maneras la rechazaron); y por otro lado, los trabajadores percibfan, que incluso a nivel de un
documento preparatorio, se abrfan las puertas para abordar de nuevo la
cuesti6n deI derecho a la vivienda de los trabajadores, de ahi la presi6n
que ellos ejercen para forzar su aplicaci6n. El gobiemo, en cierta forma
causante deI conflicto, y necesitando de un instrumento que le restituyera
parte de su legitimidad perdida, se vi6 en la necesidad de conciliar los dos
grupos opositores, asf el INFONAVIT aparece como la respuesta a una
eventual situaci6n de crisis. Situaci6n que habia sido provocada por una
propuesta de ley que se present6 como unfait accompli, cuya fonnulaci6n
al parecer, no consider6 suficientemente las repercuciones que
provocaria. SlI En tOOo caso, una vez que las partes involucradas lIegaron a
un acuerdo, a travs de la Comisi6n Nacional Tripartita, el gobierno se
apresura a anunciar el xito de su papel de mediador; estrategia que le permite fortalecer su imagen como "arbitro" de los conflictos sociales.

B. El sector empresarial tapat{o y la creaci6n dei lNFONA VIT


En oposici6n a la tesis desarrollada pot N. Robinson y a1gunos otros
investigadores, nos proponemos demostrar en este apartado que, desde un
punta de vista tcnico y financiero, el lNFONA VIT se cre6 retomando
algunos elementos propios al Instituto de Bienestar Social; organismo
56 Entrevista personal realizada el 19 de junio de 1992, San ler6nimo, Mxico, D. F.
57 Robinson, Nancy. Op. Cit., p. 15.
58 En el casa de que se hallan contemplado dichas repercusiones, las proposiciones aparecen coma una reforma "sorpresa" a debatir a posteriori; estrategia que habla sido utilizada por el gobiemo en varias ocasiones. Robinson, N. Op. Cil., p. 16.

388

Eduardo Lapez Moreno

cuyos principios funcionales, adopt6 Echeverrfa, aportndole algunas


modificaciones a fin de poder adaptarlo a las exigencias de un instrumento de envergadura naciona1.
Antes de analizar el papel que jug6 la clase patronal local en ese proceso, precisamos que no es una idea de reivindicaci6n regionalista la que
nos lIeva a rescatar y vaJorizar acciones pasadas y los agentes que las
desarrollaron; al contrario, nuestro objetivo es el de intentar comprender
a un actor privilegiado: el sector privado, cuya influencia en el aparato
decisionallocal, le permiti6 contribuir a desarrollar un modelo especifico
de producci6n y distribuci6n de vivienda en la ciudad de Guadalajara;
modelo que al "nutrir" al naciente INFONAVIT, desbord6 su espacio ffsico, sirviendo de marco para que se adoptaran soluciones similares a nivel
naciona1.
En realidad, la influencia de los empresarios tapatfos corresponde mas
a la transferencia de una idea general, y con ella, de un sistema tcnicofinanciero global; mientras que el proceso mismo de creaci6n deI Instituto, es el "resultado directo de una serie de negociaciones de intereses no
coincidentes, pero que sin embargo, dieron lugar a una f6rmula concertada".s, En dicho proceso, cada una de las facciones 0 sectores intentaron
imponer sus propios puntos de vista e intereses. Asf por ejemplo, la c1ase
patronal ejerce una fuerte presi6n para que se incorporen las propuestas,
que los industriales de la construccion, habfan venido formulando desde
algunos aiios antes, a fin de que la construcci6n de las vivendas fuera de
su entera competencia; los trabajadores, por su parte, intentan que la obligaci6n que impone la Ley Federal dei Trabajo, se generalice a todo tipo
de patrones; y el gobierno, por la suya, busca que las medidas que se
adopten, queden enmarcadas en el espfritu de la ley existente. Finalmente, los tres sectores ceden en sus posiciones y encuentran un "proyecto
comun", en el seno de la Comisi6n Nacional Tripartita.f>O
Bajo esa perspectiva, en el proceso de creaci6n dei INFONAVIT,
podemos distinguir dos momentos-clave; uno protagonizado por la iniciativa privada tapatfa, y otro, por las confederaciones nacionales de empresarios y Ifderes obreros. Ambos momentos pueden esquematizarse coma
sigue:
el primero, de 1963 a 1970, tiene que ver con los antecedentes inmediatos dei INFONAVIT, y particularmente, con el Instituto de Bienestar
Social (lBS); organismo creado por un pequeiio grupo de empresarios
59 Jesus Silva Herzog, entrevista personal, Madrid, septiembre 1992.
60 Vase en anexo, un resumen analftico de las reuniones que llev6 a cabo la Comisi6n
Nacional Tripartita.

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

389

ligados al Centro Patronal de Jalisco:' Sin animo de retomar las caracteristicas principales de ese organismo, nos limitamos a recordar que el
industrial, Raul Urrea, present6 a Diaz Ordaz en 1963 y a Echeverria en
1970, el proyecto para que se crearan institutos similares en todos los
estados dei pais y para que la afiliacion de los trabajadores y, par consecuencia, la aportaci6n dei 5%, por parte de los patrones, se hiciera obligatoria. El documento en cuestion sefialaba
Es indispensable, por consiguiente, pensar en la creaci6n de un organismo, que permita
al obrero, la adquisici6n de su casa..., 10 cual, sera factible si dicho organismo cuenta
con recursos propios y suficientes, si elimina toda idea de lucro y limita el cobro de
intereses a 10 indispensable para cubrir sus gastos de administraci6n. Con este sistema,
en un plazo no mayor de quince aiios, un trabajador habra pagado, el valor de su casa
con el importe de la renta mensual ordinaria.
En Jalisco, [el] instituto de Bienestar Social, reune las caracteristicas apuntadas a grandes rasgos, y cuyo fondo. se constituye con el 5% sobre los salarios. Este fondo. esta
destinado a la construcci6n y venta de casas para obreros 0 a otorgarles prstamos hipotecarios para su adquisici6n.
No obstante la inegable bondad de los fines dei Instituto, y a pesar de los multiples
esfuerzos realizados para obtener una afiliaci6n numerosa, sta ha sido escasa, y mucha
tememos, que una idea tan noble y generosa quede sin realizaci6n practica. Por tal
motivo, con el pr6posito sincero y desinteresado de que se den soluciones practicas e
inmediatas al problema de la vivienda obrera, proponemos: que .~e realicen las rejormas legales necesarias para que sean creados Institutos de Bienestar Social en toda.~
la.~ entidades jederativas y que sea obligatorio para todo.~ lo.~ empresario.~ la afiliacin
de .~us trabajadore.~ al mismo, y consecuentemente, la aportaci6n que deben hacer los
patrones dei 5% sobre los salarios, siguiendo las caracteristicas generales deI instituto
de Bienestar Social dei Estado de Jalisco."

el segundo, de 1970 a 1971, tiene que ver con la creaci6n propiamente dicha dei INFONAVIT; es decir, con la Comision Nacional Tripartita (CNT), y mas particularrnente, con la Quinta Comision, quien e~taba
encargada de los estudios relativos al problema de la vivienda popular. h3
Los actores que dieron a luz ellNFONAVIT, hacen notar que las primeras,
61 Los empresarios eran Raul Urrea, Francisco L6pez Gonzlez, Jesus Valencia Barragn,
Francisco Medina Ascencio y Jos Herrera Rossi. Entrevista personal con R. Urrea,
maya 1992. Referirse tambin al documenta de Alba, C., Los empre.!arios y la industria
de Guadalajara, El Colegio de Jalisco, 1985.
62 Ponencia leida a los candidatos a la presidencia, licenciados Diaz Ordaz en 1963 y Luis
Echeverria en 1971. La fotocopia deI documenta original nos fue proporcionada por el
industrial Raul Urrea.
63 Grandes controversias se han suscitado, tambin, en torno a la cuesti6n de si el INFONAVIT, se inspir6 0 no, en el modelo dei Banco Nacional de Habitaciones dei Brasil
(BNH), si bien ambos organismos tienen ciertas similitudes, tambin guardan enormes
diferencias.

390

Eduardo LOpez Moreno

son meras coincidencias, e insisten en sefialar que el fondo de la vivienda


es una "solucian a la mexicana".64 Es de hacer notar, que en las reuniones
de la eNT, en ningun momento se hizo referencia -de manera explicita 0
implicita-, a alguno de estos dos organismos (lBS 0 BNH). AI contrario,
la lectura de las actas, refleja un encarnizado proceso de negociacian que,
en ocasiones, se toma un verdadero espacio de lucha, y en otras, en un
espacio de acuerdos y consensos; pero siempre se trat6 de un proceso
propositivamente rico, que termin6 por decantar una soluci6n intermedia,
en principio adecuada a los tres sectores de la produccian comprometidos
en dichos debates.
Ahora bien, a pesar de que los representantes dei organismo tapatfo
no estuvieron presentes en esas reuniones, las grandes similitudes que el
lBS guarda con el fondo de la vivienda, nos permiten inferir que, de alguna u otra manera, ste tuvo una influencia determinante en su creaci6n.
Luis Echeverria, iniciador directo dei instituto de la vivienda, reconoce
haber tenido algunas platicas sobre un proyecto de ese tipo. con los
empresarios de Guadalajara (y particularmente, con el industrial, Raul
Urrea, presidente dei Consejo Patronal en esa poca); y al mismo tiempo,
sefiala desconocer la versi6n sobre el banco brasilefio. 6S
A fin de contribuir al esclarecimiento de este debate, presentamos a
continuaci6n las caracteristicas principales de los dos organismos mexicanos, formuladas en base a un analisis comparativo directo.

C. Ellnstituto de Bienestar Social y ellNFONAVIT


Las relaciones obrero-patronales tan especificas, que se configuraron en
Jalisco desde los afios cuarenta, fueron propicias para crear un organismo
similar al modela INFONAVIT. De Alba sefiala que, desde el Centro
Patronal de Jalisco, se propicia un acercamiento con los Ifderes obreros
de aquella poca, con el objeto de convencerlos de que "mas que luchar,
habla que llegar a un entendimiento de clases". De tal forma, que este
acercamiento entre los lideres patronales y sindicales, se conserva sin
ninguna fractura hasta hoy en dia, y ha sido la clave en la negociaci6n y
el control socio-polftico dei sector obrero.""
Sin duda alguna, un elemento esencial para lograr ese entendimiento,
fue la creaci6n de organismos de representacian de caracter mixto y tri64 Silva H., Jesus. entrevista, Op. Cil.
65 Luis Echeverria, entrevista personal, Op. Cil.
66 De Alba, Op. Cil., p. 190.

Perlodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

391

partita: el Patronato de la Habitacion Popular (1947), el Consejo de Colaboracion Municipal (1953) y el Instituo de Bienestar Social (1957), fueron los tres principales. 67 Estos organismos, mas que sistemas de representacion -como las comisiones tripartitas 0 el propio IMSS-, fueron
verdaderos y eficaces sistemas de gestion de la ciudad. Probablemente, el
presidente Echeverrfa, al adoptar algunos principios dei lBS, 10 hizo con
una doble optica: retomar un sistema 0 una herramienta de gestion, que
habia dado prueba de su pertinencia operativa, y servirse de l como un
instrumento de negociacion polftica, principalmente, en razon de su alta
capacidad de representacion ideol6gica. Para ello, efectuo algunos cambios y conserv6 otros elementos intactos, la descripci6n comparativa que
a continuaci6n presentamos, entre las similitudes y diferencias de ambos
institutos, nos muestra su incuestionable parentesco.
Las similitudes principales, pueden resumirse en las siguientes:
1. Los dos fondos tienen una estructura interna de representacion tripartita y su funci6n principal es la de producir vivienda social.
2. Ambos, son organismos descentralizados por servicio y tienen un
caracter fiscal autonomo. 6K El aprovisionamiento de sus recursos se hace
en base a la colecta de cotizaciones salariales (5% en los dos casos) y dei
reembolso de los crditos; 10 que les pennite crear un fondo constante.
Por ley, las aportaciones se captan a travs de los circuitos de recaudaci6n fiscal. 69
3. El lBS, al igual que ellNFONAVIT, desarrolla una serie de actividades promocionales que se complementan con su funci6n dominante, que
es el financiamiento de la vivienda.
4. Los dos fondos, financian diversas lfneas de crdito para adquirir 0
mejorar la vivienda; sin embargo, ambos ponen un especial enfasis en la
construcci6n nueva destinada a la propiedad privada.
S. Uno y otro, conjugan un fondo de ahorro con el sistema financiero
de vivienda; este fondo ofrece ciertas ventajas en relaci6n a la situaci6n
laboral inestable dei trabajador y funciona como un fondo de retiro.
Las diferencias principales, entre estos dos sistemas son:
A. Si bien los dos fondos funcionan en base a cotizaciones salariales,
el lBS aparece mas como un sistema de ahorro forzado (gran parte de los
67 Cf. Periodo 4.
68 Con la salvedad de que, en el caso deI InslilulO de Bieneslar Social, el pago dei 5% lena
ese carcler, pero solamenle para aqullos que haban libremenle consenlido en hacer
las aportaciones. Artculo 16, Cap. III de la Ley que eslablece el lBS.
69 Una facultad eXlralegal, se le concedi6 al lBS, para caplar las aportaciones direclamenle
en sus oficinas, sin sujelarse al Art. 16, Cap. 1II de su propia Ley.

392

Eduardo LOpez Moreno

fondos son descontados directamente dei trabajador), mientras que los


recursos dei INFNAVIT provienen de una estimaci6n porcentual adicional al salario, que es desembolsada directamente por el patr6n.
B. Una diferencia fundamental entre ambos institutos, es que el
INFNAVIT "generaliza" la obligaci6n de las aportaciones patronales.
Mientras que para el IBS, dicha aportaci6n siempre estuvo sujeta a la
voluntad dei patr6n (como en cierta forma fue tambin el casa con la Ley
de 1917).70
C. INFNAVIT -al tener un universo de derechohabientes muy superior al organismo local-, fundamenta su acci6n en un principio de solidaridad social; principio que con el tiempo, se fue erosionando a causa de
diversas presiones polfticas; entre las cuales, aparece coma una de las
principales, la discuci6n sobre la asignaci6n de las viviendas. El IBS, por
su parte, s610 contempla la factibilidad de la demanda y su antiguedad; es
decir, no tiene criterios especiales de calificaci6n por necesidad habitacional.
D. Una diferencia substantiva, de alguna forma ya comentada, corresponde al INFNAVIT, quien sustituye una obligaci6n limitada par una
obligaci6n de caracter general.
En forma global, podemos concluir que el Fondo Nacional de la
Vivienda es la sfntesis de las luchas y disputas de los tres principales sectores que 10 componen, y que el Instituto de Bienestar, es el resultado de
la conciliaci6n y deI entendimiento mutuo de los actores locales. Notemos que el IBS, emana de una voluntad particular: la de la iniciativa privada; de hecho durante sus 15 afios de funcionamiento, nunca sali6 de la
esfera de control de ese sector. En ese sentido, el instituto tapatfo representa una estrategia de intervenci6n patronal, en el aparato gubemamental, a travs de una herramienta de fndole tcnico. Los empresarios que 10
crearon, siempre conservaron un control total de las decisiones que le
competfan, haciendo pasar dichas decisiones por aparentes procesos
colectivos, cuando en realidad e1las emanaban de una alianza cupular
entre la iniciativa privada y el Estado; esta es, en base a una estructura de
funcionamiento mixto. Estructura que estaba encubierta por una ideologfa
de concertaci6n tripartita que, discursivamente, le daba cabida al sector
laboral. El INFNAVIT, por su parte, es el resultado de una verdadera
acci6n conciliadora de Estado, las constantes disputas por el poder inter70 La libertad que se le concendi6 a los patrones, para suscribir libremente un compromlso
que no podia ser inferior a cinco ai'ios, propici6 que el lBS no pudiera constituir un capital propio, vindose en la necesidad de recurir a prestamos bancarios. Vase el Apartado
4 dei Periodo 4.

Perlodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

393

no -y el que simb6licamente representa al exterior-, 10 hacen aparecer


coma un instrumento de negociaci6n polftica, cuya finalidad es la de producir vivienda.
Desde ese mismo punta de vista, mas que una inspiraci6n deI modela
local, el Fondo Nacional aparece coma una recuperaci6n por parte dei
Estado. De tal forma que con su adopci6n, el mecanismo de toma de
decisiones se desplaza dei centro de inters de los empresarios a los dei
gobierno, y particularmente, a los intereses que persigue la iniciativa
reformista de Echeverrfa. Pues al conciliar sectores divergentes (patrones
y obreros), termina por subordinar ambos bajo su esfera de control. La
desaparici6n deI lBS y la implementaci6n dei INFONAVIT, represent6 una
modificaci6n importante de las relaciones entre los tres actores; el papel
protag6nico, que habfan tenido los patrones tapatfos, se diluye con el
nuevo instituto, acrecentndose finalmente, la intervencion deI gobierno
central en las cuestiones habitacionales en Guadalajara.

5.

El municipio de Guadalajara en los setenta. La participaci6n


local en un sistema cada vez mas centralizado

Como 10 hemos visto, casi simultneo al desarrollo de la promoci6n


inmobiliaria privada (1940), el Estado comienza a intervenir en la cuesti6n habitacional; con los primeros organismos de asistencia social, su
producci6n se mantiene bastante marginal hasta los aiios sesenta, en que
con el Programa Financiero de Vivienda (PFV) pasa a otro nivel de producci6n con recursos de origen bancario. Varios factores, coma el hecho
de que el PFV excluyera a todos los trabajadores con ingresos mfnimos y
otorgara la vivienda a los de mayor capacidad de crdito, y que los patrones siguieran sin cumplir el mandato constitucional que les obligaba a
proporcionar vivienda a los trabajadores, Ileva a la creaci6n de los "fondos solidarios",7' -un mecanismo financiero de gran envergadura que,
coma 10 acabamos de analizar en los dos apartados precedentes, cumplfa
simultaneamente varios objetivos.
Es en realidad a partir de esos aiios, cuando el gobierno federal
asume una mayor responsabilidad en la vivienda, diversificando las
fuentes de financiamiento, los modos de producci6n y los niveles de
acceso a diferentes sectores de la sociedad. Garza y Schteingart hacen
notar que, de 1970 a 1974, la intervenci6n estatal aumenta considerablemente al contribuir con un 18% deI total de la producci6n habitacional
71 Garza y Schteingarl. Op. Cil., p. 145.

394

Eduardo LOpez Moreno

dei pafs;72 porcentaje que en 1972 (ano en que empiezan a funcionar los
fondos), era dei orden dei 14.2%. Un nivel de producci6n muy similar al
que la Secretarfa de Asentamientos Humanos y Obras Publicas consigna
para Guadalajara (14%),73 con una contribuci6n importante dei municipio, coma en la dcada pasada la tuvieron los organismos mixtos, que
analizamos en el Periodo 4. 7'
En efecto, en manos de gestores y promotores urbanos convertidos a
la funci6n publica el municipio tapatfo, modifica su papel tradicional de
instancia reguladora, y replantea el pacto contratado con la burgesfa de
negocios para IIevar a cabo, por su propia cuenta, un amplio programa de
desarrollo urbano IIamado "Proyecto Sur" y varias otras operaciones de
vivienda, que localiza preferencialmente en la periferia este; ya sea que
construya en predios de su propio patrimonio 0 que utilice la reserva
territorial que empieza a constituir en esos afios, el municipio edifica
3,871 viviendas durante la administraci6n 1971-1973 y 813 en la administraci6n siguiente, a travs de dependencias creadas ad hoc: la Direcci6n de Vivienda y Colonias Populares (1971) y la Direcci6n de Obras
Publicas y Servicios Municipales (1973), realizando grandes unidades
habitacionales coma La Hermosa Provincia (1,300 casas), Miguel Hidalgo (1,368), Beatriz Hernandez (500) y Flores Mag6n (452), entre varias
otras. 75 Con recursos de los sistemas financieros, que en principio se debfan de dirigir a la iniciativa privada (FOVI, Banco de Londres y Mxico S.
A., Banco Nacional Mexicano S. A., la Asociaci6n Hipotecaria Mexicana
S.A.), y con capital social publico, pone en circulaci6n las viviendas con
crditos especiales para el consumo. 7
72 Incrementa que se pone de manifiesto, si se analiza la evoluci6n dei gasto total dei sector publico, en relaci6n a este sector. En el Cuadro N l, se puede notar que el concepto
Bienestar Social (el cual engloba a la vivienda), pasa dei 1.7 en 1965 al 0.9 en 1970 y
brinca al 4.3 en 1972.
73 SAHOP, Diagn6stico de vivienda, Jalisco, 1972.
74 Es de notar, que durante el periodo dei gobemador Francisco Medina A. (1965-1970), la
inversi6n en el rubro Habitaci6n Popular, correspondi6 a un promedio de un 9.3% dei
total de los recursos publicos de origen federal, estatal y municipal, que se invirtieron en
la entidad (en aiios coma 1966 y 1968, que representaron un 11.9% y 16.9%, respectivamente); etapa que corresponde a los organismos mixtos coma el PHP y el lBS; mientras
que en los aiios 1971-1976, administracion dei gobernador Orozco Romero, el rubro
Habitaci6n Popular, fue deI 5.4% en promedio, en relaci6n al mismo tipo de inverSion.
Departamento de Economfa dei Estado, informes de los gobernadores de esos aiios,
Biblioteca dei Palacio Legislativo.
75 Vase el Cuadro N 2.
76 En unidades coma Flores Magon (1976), un proyecto de autoconstrucci6n que no requeria el pago de enganche, ya que el habitante aportaba la mano de obra; el crdito que se
otorgaba era hasta por 17 aiios. Por las caracterfsticas mismas dei proyecto, resultaban
costos muy bajos, pues las casas se vendfan alrededor de 68 mil nuevos pesos, mientras
que una casa similar en la ciudad, valla entre 130 y 150 mil pesos. Referirse a la revista
Construcci6n Mexicana. N 269, Mxico, febrero 1982.

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

395

A pesar de que la intervenci6n en el mercado de vivienda representa


una buena fuente de negocios para esos funcionarios-promotores y que el
habitat social es un elemento importante de legitimaci6n polftica, en los
aiios subsecuentes, el municipio deja de tener una presencia importante en
este sector, siendo sustituido por organismos que responden al gobiemo
central; los cuales, en 10 sucesivo, se ocupan de la polftica habitacional.
CuadroN 2
Vivienda realizada por el Ayuntamiento de Guadalajara
19711975
Unidad

Viviendas

Inversi6n

1971-1973

1.
2.
3.
4.
5.

P. Benito Juarez
Margarita Maza de Juarez
P. Benito Juarez (ampliaci6n)
Hermosa Provincia
Libertador Miguel Hidalgo

264
689
250
1,300
1,386

Total

3,871

1974-1975

1.
2.
3.
4.

Conj. Habitacional Presa Osorio


Conj. Habitacional Pablo Valdez
Conj. Habitacional Pablo Valdez (2a. Secci6n)
Conj. Habitacional Beatriz Hernandez
Total

106
370
75
500

8'662,800.00
30'001,600.00
8'428,900.00
40'925,600.00

1,051

88'018,900.00

Fuente: Ayuntamiento de Guadalajara. Obras Municipales 74-75.

6. Las nuevas formas de produccion dei espacio habitacional: la


promocion p6blica y social y la reaparicion de la ocupacion
irregular77

La intervenci6n creciente dei Estado en la economfa y en aigunos sectores coma la vivienda, queda de manifiesto, por una parte, con el aumento
dei gasto publico que pasa dei 23.6% dei PIB en 1970, al 36.6% en
77 Recurdese que la ocupaci6n irregular aparece, por primera vez, a mediados dei siglo
XVl1l: se expande como fen6meno, en la primera parte dei siglo XIX, desaparece a finales de la segunda parte de esa misma centuria y reaparece de nuevo, y con mucho mayor
vigor, a principios de la dcada de los setenta de este siglo. Vase los Periodos 1 y 2 de
este trabajo.

396

Eduardo Lpez Moreno

1975;7R Y por la otra, con la acentuaci6n de su presencia en los mecanismos de producci6n y circulaci6n de ese bien. Acentuaci6n que ve desaparecer los organismos y los sistemas financieros locales por otros de origen federal; de tal forma, que a fines de la dcada de los setenta,
virtualmente todas las operaciones programadas de vivienda que se l1evan
a cabo en Guadalajara se formulan, deciden y supervisan desde el centro.
La fuerte retracci6n que ha tenido el sector privado tapatfo en el
financiamiento y la producci6n de vivienda popular, anuncia su desaparicion definitiva de este submercado; la intervenci6n creciente dei sector
publico y la emergencia -0 mejor dicho reaparici6n- de una forma de
producci6n aiternativa, que es la ocupaci6n ilegal, representan las nuevas
fonnas de producci6n dei espacio habitacional de esos afios.
La promoci6n social no mercantil -que es un regreso a las formas
populares de producci6n- haee dei auto-constructor un consumidor directo que, por 10 general, se asienta en terrenos de origen ilegal en condiciones habitacionales dificiles y en muchos casos deplorables; la vivienda
que autoconstruye 0 autoproduee, tiene fundamentalmente, un valor de
uso que su propietario puede valorizar mercantilmente, cuando decida
ponerla en venta 0 en renta. Es un nuevo tipo de promoci6n sin capital
inmobiliario particular, que ve emerger nuevos agentes y sistemas (sociales, econ6micos, etc.) y que, rapidamente se coloca en un segundo piano,
para convertirse con los afios, en la forma dominante de producci6n. Los
factores sociales, culturales, econ6mico-polfticos, que favoreeen su desarrollo, ameritan un examen en detalle que queda por hacer en
Guadalajara. 79
La promoci6n privada mercantil, por su parte, se orienta definitivamente a la vivienda media y residencial, as! como a la vivienda de inters
social en aceesi6n a la propiedad, con recursos bancarios que son regulados por el Banco de Mxico. Es una forma de promoci6n que se mantiene
relativamente estable y que varia en fonna coyuntural, segun las variaciones de los mercados financieros inmobiliarios. Durante la dcada siguiente, seguini siendo la forma principal de producir el espacio, como 10 habfa
78 Gribomon, C. y Rimez, M. p. 785.
79 Evidentemente, existen algunos ensayos sobre los asentamientos irregulares; la mayoria
de ellos, desde una perspectiva muy sectorial (movimientos sociales, aspectos tcnicoconstructivos, polftica urbana y poder polftico... l, 0 por el contrario, desde una vision
muy general, relacionada con el pais u olras ciudades latinoamericanas en vias de desarrollo. Pensamos, particularmente, en trabajos deI CIESAS, DESMoS, INESER ,referirse
a la bibliograffa al final dei trabajo. En la segunda parte de este periodo, 10 abordaremos
parcialmente, pero mucho mas en la 16gica de un sub-mercado de vivienda. Cf. Apartados) y 2.

Periodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

397

sido los (Zltimos treinta anos, con las colonias y los fraccionamientos
populares.
La promoci6n publica, por ultimo, produce casas y aIgunos apartamentos en edificios multifamiliares, que se ponen a disposici6n de familias de bajos ingresos, quienes nunca llegan a cubrir el costo real de la
vivienda, puesto que ese tipo de programas, no persiguen beneficios econ6micos. Luego de una etapa corta de expansi6n, de alrededor de cinco
anos a partir de 1972, la producci6n se estabiliza mantenindose siempre
coma la tercera forma de produci6n de vivienda en la ciudad, con un
cuarto y en ocasiones un quinto, deI total de las unidades construidas. En
realidad, esta forma de producci6n depende de la voluntad y de la polftica
dei Estado, quien fija los flujos de inversion y las condiciones de actividad, y no deI mercado de capitales como es el casa con la promoci6n privada.
Evidentemente, la evoluci6n de estas formas de producci6n trae consigo cambios en el sistema de agentes, los flujos de capitales, las relaciones sociales, las condiciones de vivienda y los modos de acumulaci6n. En
cada unD de elios, el Estado interviene de forma diferente, de acuerdo con
las grandes orientaciones polftico-econ6micas deI momento y los instrumentos de que quiera y pueda dotarse. En el siguiente apartado, intentaremos poner en claro, cules fueron esos instrumentos, estrategias, planes,
en fin, la polftica de que se sirvi6 el Estado para enfrentar el problema
habitacional de una ciudad que llegaba a la dcada de los ochenta con 2.2
millones de habitantes, a un ritmo de urbanizaci6n que consumfa 380 has.
por ano y demandaba alrededor de 16 mil nuevas viviendas anuales. Ro

7. La polftica deI gobierno central: una intervencion a tres niveles


Los desequilibrios de que se acompaiiaron mas de treinta aiios de "desarrollo estabilizador", se manifiestan a principios de los setenta: un empobrecimiento relativo y una marginacion creciente de una parte significativa de la poblaci6n. Durante el mandato deI presidente Echeverrfa, la
intervenci6n gubemamental en materia habitacional se divide claramente
en relacion a los grupos sociales que atiende. En un extremo, que es sin
duda el mas pobre, se responde a los problemas que generan los nuevos
asentamientos irregulares. con instancias encargadas de regularizar la
propiedad rafz y dotar de servicios bsicos; en un punta intermedio de la
80 Necesidades que no contemplan el dficit acumu!ado, que en ese entonces, debla alcanzar ya las 130 mil unidades.

398

Eduardo LOpez Moreno

RecuadroA:
Una estrategia de intervencion no convencional
Con una visi6n muy pragmtica, sobre la manera de enfrentar los grandes
desafios dei desarroHo urbano en los pafses deI "tercer mundo", Mc. Namara,
presidente dei Banco Mundial, insiste' en que esos paises adopten un enfoque
no convencional que se materializa, principal mente, en tres puntos: a) la
reducci6n de las normas tcnicas de la vivienda (a fin de reducir costos y
mejorar la accesibilidad); b) la transformaci6n dei concepto de vivienda popular (que deja de ser un producto para convertirse en un proceso); y, c) la integraci6n de los habitantes en los proyectos y programas (con el objeto de hacerlos participar coma agentes activos deI proceso de producci6n). Con ese
.enfoque, se busca generalizar 0 masificar los proyectos de vivienda, creando
fondos revolventes que permitan reaplicarlos dentro de una estrategia que persigue privilegiar los modelos de matrise d'oeuvre partage, con dos grandes
tipos de operaciones: los lotes con servicios (Sites and Servicies) y las operaciones de restructuraci6n de los asentamientos irregulares existentes (Squattersium upgrading). E. L6pez: 1992.
Las grandes directrices en favor de esas politicas, son apoyadas tambin
por la Conferncia de las Naciones Unidas sobre el medio humano, lIevada a
cabo en Estocolmo en 1972, y posteriormente, por la Declaraci6n de Vancouver, publicada al final de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el habitat
(1976). En eHas se constata, de una parte, el costa financiero excesivo de las
soluciones "clasicas" de vivienda, el costa social y la pobreza que se generan
en esos asentamientos humanos; y de otra parte, se reconoce el derecho a la
ciudad y la capacidad de auto-organizaci6n de los mas pobres, aSI coma el
derecho a la existencia de los barrios espontaneos que definen, al margen de la
ciudad de derecho, la ciudad de hecho (8. Declve, 1994).

\fnea deI sector popular, se crean programas publicos de vivienda para


sectores de ingresos bajos e inestables, a travs de la Hamada "Vivienda
Popular" (VP), y en el otro extremo, que son los grupos de ingresos
medios y bajos pero estables, se crean programas publicos y privados a
travs de la Hamada Vivienda de Inters Social (VIS),81 Es el comienzo de
un proceso de polarizaci6n de la polftica habitacional, en que grandes
81 Grupos que Gana y Schteingart, clasifican como los sectores "no incorporados" 0 marginales y los sectores "incorporados" a la economia deI pais 0 sindicalizados. Op. Cil.,
p. 52. Sobre las caracterfsticas particulares de la VP y la VIS, vase el Apartado 5 de la
segunda parte de este periodo.

Per{odo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

399

En la reuni6n anual dei Banco Mundial, celebrada en 1975, McNamara


insiste en los programas de rehabilitaci6n y declara que: "los gobiernos se
congratulan con sus edificios subsidiados de bajos costos con unas estructuras
impresionantes, pero 10 que es deprimente, es que ese tipo de vivienda, llamada de bajos costos, es siempre demasiado cara para los pobres; las autoridades
normal mente desaprueban los asentamientos irregulares pues son ilegales,
poco placenteros a la vista y antihiginicos. Las ciudades siempre han fallado
para encontrarles una soluci6n mas alla de su demolici6n; el hecho es que su
rehabilitaci6n, puede ser una soluci6n praclica y de bajo costa para las familias de bajos ingresos, pues ademas de legalizar el asentamiento, proveen
seguridad en la tenencia de la lierra y una estructura mnima: agua, drenaje,
alumbrado, a 10 que se puede afiadir la educati6n y otros servicios comunitarios". Sin embargo, sefiala el funcionario: "Pueden proveer el marco para
mejorar la habitaci6n de gran parte de los pobres, estimular la autoconstrucci6n y hacer posible que stos encuentren una soluci6n a su problema de
vivienda en una forma viable, cohesiva y comunitaria con un mnimo de gasto
publico" (Banco Mundial: 1975, p. 328).
De hecho, desde 1972, el mismo Banco Mundial se habla convertido en
unD de 10 principales agentes de difusi6n de esos modelos "Sites and Services", allanzar el proyecto de Dakar (14 mil lotes con servicios), con un esquema innovador que marca la entrada de un actor importante en el campo dei
desarrollo urbano: los habitantes, y que abre, al mismo tiempo, una nueva
corriente de investigaci6n learning by doing, "aprendizaje por la acci6n" (B.
Decive, 1994).
Esta estrategia funcion6, mientras se sostuvo un crecimiento econ6mico por
media de programas e incentivos que facilitaron la construcei6n de vivienda a
costa de la capacidad de OOorro y deI aporte de mana de obra de los pobladores
pobres. Con la recesi6n, esta estrategia -que resultaba muy barata para el Estado- perdi6 sentido (SIAP, 1991, L6pez Moreno E.)

capas de la poblaci6n autoconstruyen ilegalmente y centran sus demandas


en sus problemas mas elementales y prioritarios coma la regularizaci6n
de la tenencia de la tierra, la introducci6n de servicios tales como el agua
entubada, drenaje 0 la construcci6n de calles; mientras que los sectores de
trabajadores que obtuvieron una cierta estabilidad en el ingreso, se convierten en demandantes de una vivienda, como una forma de aspiraci6n
de clase. K2
82 Cornelius. Wayne. "Urbanizaci6n y demandas politicas: participaci6n poHtica entre
migrantes pobres en las ciudades latinoamericanas" en Demograrra y Econom(a, Mxico, El Colegio de Mxico, Vol. Vlll. N 2. 1972, pp. 2lss.

400

Eduardo LOpez Moreno

La distinci6n entre los "conceptos" de vivienda y las prioridades de


los diversos sectores, evolucionan claramente. Por una parte, el gobiemo
se ve en la necesidad de abrir mas la "Have" de la ya generalizada y
omnipresente soluci6n de la regularizacion,8J coma una respuesta al
engrosamiento dei sector popular y a la pauperizaci6n de la clase trabajadora; es una forma clara de intervenci6n a posteriori, coma una estrategia
para atender masivamente la cuesti6n habitacional de los pobres urbanos
y peri-urbanos. Por otra parte, el gobiemo crea programas espedficos,
dispositivos juridicos y medios diversos, que dirige a los otros sectores
populares coma una voluntad explicita de ocuparse a priori de la cuesti6n
habitacional. 84
Globalmente, todas esas acciones constituyen la politica habitacional,
debido al aspecta plet6rico que todas las acciones pueden tomar; parece
diffcil el describirla. Sin embargo, si nos referimos a la finalidad buscada
(considerada coma la consecuencia de las acciones), podemos percibir
que tres grandes niveles pueden ser referenciados:
1) La intervenci6n directa 0 indirecta sobre los mecanismos de producci6n de vivienda, en donde la finalidad de las acciones es la de mejorar la oferta 0 el sistema de producci6n.
2) La intervenci6n directa 0 indirecta sobre los mecanismos de acceso
a la vivienda, en donde la finalidad de las acciones es la de aumentar las
posibilidades de acceso a este bien, es decir, fortalecer la demanda.
3) La intervenci6n directa 0 indirecta sobre los aspectos juridicos, en
donde la finalidad de las acciones es la de regular, reglamentar (0 por el
83 El proceso de ocupaci6n-regularizaci6n de la tierra, se pone de manifiesto con los dos
datos siguientes: en 1970, existian s610 2,053 lotes ilegales registrados en Guadalajara;
en cinco alios (1975-1980), la Comisi6n Reguladora de la Tenencia de la Tierra
(CORETI), lIega a regularizar 8,000 predios en la misma ciudad. En su articulo: "La
transformaci6n de la lierra de rural a urbana en la periferia de Guadalajara", D. Vazquez
muestra c\aramente, la aclitud centralista bajo la cual se concibi6 esta comisi6n, haciendo notar su inconexi6n con las autoridades locales y sus acciones no coordinadas, que
trajeron consigo, sobrecargas y conflictos, a los ayuntamientos de la ZMG (El Colegio
de Jalisco, mimeo, sla). Sin duda, la CORETf, di6 pi a un medio seguro de adquisici6n
de lierra ilegal que, en 10 sucesivo, si se podia legalizar, estableciendo una conexi6n
entre el mercado informai yel formai, que abri6 un camino a la especulaci6n.
84 Intervenci6n que puede hacerse a partir de medios convencionales y no convencionales;
estos ullimos, se refieren a las acciones propuestas por organismos mtemacionales, como
Naciones Unidas. Vase el Recuadro A de la primera parte, en donde se presentan, en
forma somera, sus principales rasgos. Entre los principales programas de esta segunda
forma de intervenci6n, ameritan seilalarse los programas de lotes con servicios, y particularmente, los Fraccionamientos de Objetivo Social (FOS), que se realizaron en Guadalajara de 1984 a 1991; de e1los nos ocuparemos en el Apartado 7 de esta primera parte.

Pedodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

401

contrario, desregular y desreglamentar), los modos de producci6n de


vivienda y las caracterfsticas deI producto.
Si bien en principio, el gobierno federal, el estatal y el municipal,
pueden intervenir en cualquiera de esos niveles, es a partir deI primero de
eIlos, que se instrumentan la mayorfa de las acciones; los organismos de
la entidad son cuasi inexistentes'5 y los municipios de la zona conurbada'
tienen una baja participaci6n en los programas de vivienda. Su papel de
interfase entre los habitantes y las otras instancias de poder, limita su
acci6n en 10 que respecta al suministro de los servicios publicos a un
papel de actores-negociadores.

Cuando la intervencion se hace sobre los mecanismos de produccion de


vivienda (nivell)

El Estado puede producir una vivienda, social 0 popular, a trves de sus


propias instituciones 0 agencias y con sus propios recursos, 0 bien, contribuir a la producci6n de una vivienda social (con la participaci6n de la
85 Fuera de los organismos normativos 0 los que se encargan de la gestion de los fondos
publicos en el estado, desde la desaparici6n de las instituciones mixtas (1972), no existen programas u instancias locales que se encargen, en forma particular, de la producci6n de vivienda social. En 1978, se crea con ese fin, la inmobiliaria de inters PUblico
deI Estado (!DIPE), cuya ley organica senala: "[el inlervenir direclamente] en la solucion
de los problemas que apremian a las clases econ6micamente dbiles, dOlando de una
vivienda digna a fin de proporcionar bieneslar y Iranquilidad a todos aqullos, que hasla
cierto punlo, han permanecido marginados" (Articulo 4"). Hasla 1981, "s610 habia servido para la obtenci6n de espacio de las clases economicamenle fuerles", escribe, 0 de
hecho denuncia, E. Wario, quien hace nolar que, por una parte, se habia consliluido en
la oficina de promoci6n y venta de los predios localizados en el centro metropolitano,
producto de las politicas de reforma urbana en el centro de la ciudad y, por otra parte,
realizaba los trmites para la obtenci6n de suelo destinado al uso industrial en los nuevos parques perifricos que con excenciones fiscales adicionales buscaba atraer a los
empresarios. E. Wario, Op. Cil., p. 162.
Con la aparici6n de una nueva modalidad para urbanizar, en 1984, los FOS. eIIDlPE,
interviene por primera vez (luego de 7 ailos de haber sido creada), en la cuesti6n habitacional, promoviendo el desarrollo de cinco operaciones de lotes con servicios en la
ZMG, que significaron la oferta de poco menos de 4,000 unidades; algunos de ellos,
como respuesta a las presiones que levant6 el Foro de Lucha por la Vivienda (1987)
-uno de los pocos movimientos sociales, que en la historia modema de la entidad, han
reivindicado el derecho a la vivienda.
86 Es a fines de los anos setenta, que se hace la declaratoria oficiai de la Zona Conurbada
de Guadalajara, la cual se integra por cuatro municipios: Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonal.

402

Eduardo LOpez Moreno

acci6n publica, parapublica 0 privada), mediante una ayuda econ6mica e


imponiendo una reglamentaci6n especifica."'
El primer tipo de vivienda, producida por el concurso directo dei
Estado, se le considera coma una vivienda publica. El segundo tipo, producida por el concurso directo 0 indirecto deI Estado (pero a partir de una
intervenci6n puntual), se le considera coma una vivienda dei sector publico. La intervenci6n dei Estado, puede ser de una doble naturaleza:
1) Vna producci6n de promoci6n publica y social, en la que el Estado
interviene con una serie de dispositivos y medios, que se utilizan al interior de la esfera publica y se destinan a aumentar el rango de vivienda
popular.
2) Vna producci6n de promoci6n privada, en la que el Estado interviene con apoyos de canicter tinanciero, que dirige principal mente a los
empresarios de la construcci6n, para la producci6n de vivienda social.
Las finalidades sociales de la polftica, son las que favorecen el primer
tipo de intervenci6n y las economicas el segundo; las caracterfsticas principales de ambos, aSI coma sus tendencias de evoluci6n, seran analizados
en detalle en la segunda parte de este periodo.

Cuando la intervenci6n se hace sobre los mecanismos de accesi6n a la


vivienda (nivel2)

El Estado intenta orientarse, simultaneamente, sobre una vIa econ6mica y


otra social. En la primera, procura estimular la construcci6n nueva (principalmente en acceso a la propiedad) y financiar la industria de la construccion, para reactivar la economla coma el principal medio para intervenir sobre los mecanismos de producci6n (nivel 1). En la segunda VIa,
procura que sectores amplios de la poblaci6n puedan acceder a una
vivienda reforzando su capacidad de compra (por media de apoyos, subsidios, etc.), convirtndolos en sujetos de crdito 0 reduciendo las normas
urbanas para que les sean economicamente accesibles (nive! 2).
Esta estrategia dual, representa una de las caracterfsticas principales
de la polftica publica de vivienda que, en la realidad, muestra sus lImites
en su capacidad para hacer converger ambas vIas. ASI por ejemplo, si el
primera de esos niveles u objetivos (estimular la producci6n), se presenta
coma un xito relativo que durante el gobiemo de L6pez Portillo (19731978), alcanz6 a cubrir tres cuartos de las metas que se habla fijado el
87 Vase el trabajo:' Les poliliques du logement ,wcial au Mexique. L6pez M" Eduardo.
Document de recherche du CREDAL N" 220, IHEAL, Universit de Paris Ill, Paris, J 991.

Periodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

403

Programa Nacional de Vivienda (PNV),88 y bajo la administraci6n de


Miguel de la Madrid (1983-1988), duplic6 esos resultados, "en un esfuerzo sin precedentes" ,M. el segundo de los niveles u objetivos (mejorar la
accesibilidad) no deja de ser un fracaso: 13.3% deI total de las viviendas
que se construyeron en el pais, en esos afios, fueron vivienda evolutiva,
concebidas para personas con un ingreso inferior a 2.5 salarios mfnimos.""
Un tipo de producci6n, que para el Estado de Jalisco, fue aun ms crftico,
pues menos deI 5% de las viviendas se destinaron a esa capa de la poblacian que, en 1988, representaba alrededor deI 77% de los habitantes de la
entidad.
Es evidente que las viviendas producidas por el sector publico, se distribuyen en un mercado en que las restricciones son mfnimas; asf, independientemente deI contexto econ6mico -ya sea de recesi6n 6 de expansi6n- la intervenci6n estatal en esta materia (intervenci6n 1) tendrfa
efectos similares al nivel de la distribuci6n de la vivienda.
En perfodo de recesi6n, la situaci6n de la crisis econ6mica impone
una polftica de restricci6n presupuestal, que afecta en primer lugar, al
sector de la vivienda, independientemente de la polftica social que se
implemente para compensar los efectos negativos de la recesi6n.
En perfodo de expansi6n, una mejora en las condiciones econ6micas
puede traer consigo un incremento de la producci6n publica de vivienda
social; ahora bien, el que se alcance un mejor nivel en los objetivos de
producci6n de este tipo de vivienda, s610 garantiza parcialmente el acceso
a la vivienda a las familias de ingresos limitados.
Para remediar esta situaci6n, el Estado va a intentar desarrollar una
serie de instrumentos, a fin de poder intervenir sobre los mecanismos de
acceso a la vivienda (intervenci6n 2). Debido a que estos instrumentos se
dirigen, directamente 0 indirectamente, a los habitantes, representan una
forma de ayuda a la persona que no pretende fortalecer la insolvencia de
88 El PNV prevela construir 740 mil viviendas, bajo la gida dei sector publico; al final dei
programa en 1983, cerca de 550 mil unidades hablan sido realizadas, con un ritmo de
producci6n de 110 mil por ano. Banco Mundial, reporte N 7097-ME, p. 2.
89 En este penodo, la promoci6n publica permiti6 realizar 260 mil viviendas por ano, para
hacer un total de 1.3 millones de unidades; producci6n que permiti6 alcanzar un 80% de
los objetivos previstos por el PNV. Idem.
90 Del total de viviendas producidas; 12% era "Caj6n A" -la al!ernativa menos cara dei
sistema financiero bancario- que se dirigla a personas con ingresos menores a 4 salarios
mlnimos, 0 sea, cerca dei 15% de los habitantes; el resto (74.7%) eran unidades destinadas a la poblaci6n con ingresos medios y altos, que no representaban ni un dcil de la
poblaci6n. Vase al respecto, Ia.~ estadrsticas bsicas de vivienda de SEDUE, para los
alos de referencia y el documento de FONHAPO. La problemlica de la viviellda popular, Mxico, 1988.

404

Eduardo LOpez Moreno

la familia (por ejemplo, contribuyendo al pago de la renta de una habitaci6n 0 ayudandole a reembolsar un prstamo).'1 La finalidad de esta
ayuda, es la de fortalecer el acceso a la vivienda y, por 10 general, a la
propiedad definitiva. Para ello, el Estado va a recurrir a una estrategia
consistente en utilizar, en forma conjunta 0 separada, dos mecanismos: a)
Mejorar las posibilidades de acceso a la vivienda, es decir, estimular la
demanda, a fin de hacerla compatible en la medida de 10 posible, con los
productos deI mercado; b) Implementar algunas medidas que modifiquen
el producto vivienda, con el objeto de hacerlo compatible con las capacidades financieras de los habitantes.'2
G1obalmente, esta estrategia representa la vertiente social de la polftica de vivienda, que apunta a una reorientaci6n deI sistema de finanzas
publicas. Sin embargo, es la especificidad deI grupo-meta que se busca y
el objeto que se persigue (ya sea vivienda social 6 popular), 10 que determina en gran parte la naturaleza de la ayuda. Asf por ejemplo, en 10 que
respecta a la vivienda social, se constata que la ayuda financiera a la
demanda no existe para el acceso a la propiedad ni para el alquiler de la
vivienda; ciertos subsidios son concedidos a los beneficiarios, a travs de
los crditos hipotecarios, con el objeto de convertirios en propietarios
inmobiliarios, subsidios que pueden ser de dos tipos diferentes:
1. Dentro de los programas de vivienda social bancaria, y en ese caso,
se procura mas bien fortalecer al sector de la construcci6n y al mercado
de la vivienda, de tal forma, que los apoyos no constituyen una verdadera
ayuda a la persona.
2. Dentro de los programas de vivienda social publica 0 parapublica y
con los programas de vivienda popular; en ese caso, se quiere efectivamente fortalecer la demanda a travs de mecanismos indirectos, puesto
que los subsidios son otorgados por los organismos financieros, a quienes
no les seran reembolsadas ciertas sumas. Los dos tipos de vivienda son
objeto de una serie de transformaciones, tanto cuantitativas coma cualitativas (reducci6n deI espacio a nivel de la superficie habitable y dei tamafio deI lote, disminuci6n de las normas constructivas y de la calidad de los
materiales de construcci6n, etc.). Estos cambios, que procuran adaptar el
producto vivienda a los medios financieros limitados de las familias,
podrfan considerarse coma una forma de ayuda a la persona si estuvieran
correctamente programados, reglamentados y supervisados. Empero, des91 Como es el caso en ciertos paises industriales, como L'APL en FranCIa, el dcrelO ley
31118 en Espaiia 0 los prstamos SCHL en Canada
92 Con la Hamada vivienda progresiva, lotes con servicios, fraccionamientos de objellvo
social.

Pedodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

405

provisto de los mecanismos de acci6n para intervenir a ese segundo nivel,


el Estado se ve obligado a codificar a posteriori los medios y las practicas, que el libre juego de la oferta y la demanda, crea espontaneamente.
En consecuencia, una intervenci6n estatal sistematica y continua, acompafiada de medios tcnicos, financieros y sociales usualmente haee falta."3
Por esas razones, los mecanismos y estrategias para acceder a la vivienda
y los instrumentos de que se dispone, aparecen actualmente coma insuficientes e inadaptados, en relacion al problema de la baja solvencia economica de las familias.
En realidad, cuando el Estado se ve confrontando a ciertas crisis
sociales, implementa aigunos medios que no estn encaminados a encarar
los problemas estructurales dei sector, sino mas bien, a intervenir a tftulo
supletorio y de una manera puntual e indirecta sobre los mecanismos de
acceso a la prapiedad.

Cuando la intervenci6n se hace sobre los dispositivos juddicos, ya spa


para mejorar los sistemas de producci6n 0 de acceso a la vivienda
(niveI3)
Muy probablemente, de los tres niveles, ste sea hoy dia, el mas avanzado. Durante mucho tiempo, la intervencion estatal se limito a crear ciertas
leyes y normas jurfdicas que le permitieran legitimar y renovar el discurso de un Estado que, en su etapa revolucionaria, procuraba hacer validos
los reclamos de justicia, y en su etapa modernizadora, reivindica los derechos sociales de la poblacion, intentando mantener siempre un ideal
colectivo de justicia social.
Evocar el nacimiento tan precoz dei derecho a la vivienda para los
trabajadores, en 1917, Y su generalizacion a toda la sociedad en 1983,
puede ayudar a comprender coma dentro de la polftica de vivienda, no
todos los niveles de intervencion han tenido el mismo grado de valoracion y de utilizacion. El primera de esos derechos, fue letra muerta durante mas de cincuenta afios, y el segundo, desde su nacimiento se ha inscri93 Los medios tcnicos se conslltuyen. por ejemplo, por programas de innovaciones tecno16gicas que buscan soluciones altrnativas, a fin de reducir costos y favorecer, simultaneamenle, la autoconstrucci6n. Vase la mcmoria: El papel de la tecnologia en los proyeclOs de vivienda popular, FONAHPO, 1987: En busca de una alternativa tecnol6gica,
GRET-TAP, 1988. Y los medios financielOs pueden contribuir a reducir la fiscalidad.
limitar los costos y las cargas financieras, etc. Los medios sociales, por su parte, consisten en la busqueda de alternativas para mejorar la gesti6n, promover la organizaci6n
social, cl ahorro colectivo, etc.

406

Eduardo LOpez Moreno

RecuadroB:
la poJitica publica de vivienda en alquiler
En nuestro pafs, la polftica de ayuda a la persona, no concierne actualmente la
construcci6n de vivienda publica en renta ni la ayuda financiera a los arrendatarios. El Estado inlerviene solamente al nivel dei financiamiento de la vivienda, dirigida a los habitantes que desean convertirse en propietarios rentistas y
aqullos que sindolo, pretenden aumentar su patrimonio. Despus de la suspensi6n de los programas de vivienda de inters social en renta, iniciados por
IMSS, ISSSTE y Pensiones, en los afios 50 y 60, en que el Estado fungfa como
administrador de los conjuntos habitacionales, la oferta de este tipo de vivienda
se ha venido disminuyendo.
En las dos dcadas siguientes (70 y 80), sc implementaron algunas medldas
tendientes a incentivar 0 a promover la producci6n de casas y departamenlos
deslinados al arrendamienlo, particularmente a travs de dos medios: i) la conccsi6n de estfmulos fiscales, ya fuera a travs de ccrtificados lIamados de Promoci6n Fiscal (CEPROFI), que cran documentos en los que sc hacia constar cl
derecho de su lilular para acreditar su importe en conlra de cualquier impucsto
federal 0 par tftulos que permitfan disminuir la base gravable deI contribuyente
y, por lanto, su Impuesto a pagar; ii) los fondos de fomento que otorgaban
financiamientos especlales, vIa FOYI, con tasas de inters inferiores a las dei
mercado dei dnero.
Con esas medidas, lanto el sector privado como el publico. produjeron un
numero considerable de viviendas en renta. De 1983 a 1989, cl 14% dei total
de unidades conslruidas en Jalisco por los diversos organismos publicos, sc
destinaron a ese fin. FOYI -la IOstituci6n que mas apoy6 este lipo de vivlenda-.
financi6 una de cada tres unidades dentro de su polltica de habitacion en alqui1er.
AI inicio de la dcada aClual, cl financiamicnto disminuyo drasticamenle;
en 1990, alcanz6 solo cl 2.97% dei lolal de viviendas conslruidas en cl eslado
con fondos publicos. El ~eclor privado, por su parle, SIO incentivos fiscales 01
fmancieros, abandona tambln su produccion. actitud que se explica en gran
rarle ror la exislencia de allernauvas de mversion con mayor rentabilidad. que
provocan cl desplazamiento de sus capitales hacla olras actlvidades productivas 0 especulauvas.
A pesar de que la vlvienda en rcnta cumple una Importante funcion socwl.
particularmente para los sectores de bajos ingresos, y que permite ademas una
mayor movilidad social y ffsica (al mismo tlempo que canahl.a un mennr porccnlaje de su ingre~o a la obtenci6n de esle salisfaclor). /a {lo/iltca mqutiinaria
se ha vlr/ua/mente ahandonado.

Periodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

407

Mientras que la poblaci6n total dei estado aument6 a una tasa media anual
de 1.94%, en la dcada de 1980-1990, la vivienda en generallo hizo a un 3.0%
en el mismo perfodo; sin embargo, la vivienda en renta observ6 una contracci6n en la tasa de crecimiento dei 0.54%. Esta disminuci6n es mas notoria si
nos referimos a la evoluci6n de las viviendas segun el tipo de tenencia; en
1980 el 59.81 % deI parque de vivienda en el estado era propia y el 28.65%
rentada. Diez afios despus. la vivienda en propiedad se increment6 a un
70.56% y la rentada se redujo a un 20.47%. En el municipio de Guadalajara,
4.2 de cada 10 viviendas se alquilaban en 1980 y una dcada despus el porcentaje bajo a 2.8.
Esta evoluci6n se puede explicar por varios factores: a) el modelo de sociedad que se ha venido implantando en los Ultimos treinta afios, el cual privilegia
c1aramente la propiedad privada sobre las otras formas de ocupar el espacio
habitacional; b) la 16gica de funcionamiento de los sistemas financieros que se
centran en el acceso a la propiedad definitiva (a travs de los crditos hipotecarios), coma forma principal para garantizar la reproducci6n deI capital; c) el
abandono de los incentivos y fomentos para la producci6n de vivienda en
renta, 10 que traduce en realidad una relegaci6n de la polftica en la materia; d)
la disminuci6n de la inversi6n privada que encuentra mas satisfactorio el producir vivienda terminada en venta, a fin de obtener mayores y mas rpidos
beneficios; e) la legislaci6n inquilinaria y las tasas impositivas, que han contribuido a frenar las inversiones; f) la transformaci6n de los usos de suelo en las
zonas centrales de varias poblaciones dei estado, en donde se 10caliza principalmente el habitat en renta (individual 0 colectivo); transformaci6n que se
hace sin que haya una polftica de controlo en todo caso, de renovaci6n deI parque habitacional de alquiJer.
Los efectos deI abandono de esta polftica, se dejan sentir de varias maneras,
particularmente en: el incremento en los indices de segregaci6n, debido a la
reducci6n de opciones de acceso a la vivienda; la proliferaci6n de viviendas
que no cuentan con los estandares minimos, en muchas ocasiones son simples
cuartos en colonias populares 0 en el centro de la ciudad; el progreso dei fen6mena de la cohabitaci6n, con los problemas que el hacinamiento trae consigo
(a nivel social, de salud, etc.); el aumento de los precios de las rentas, que se
suscita por el desequilibrio entre el oferta y la demanda y por la falta de mecanismos de regulaci6n, 10 que trae consigo una fuerte presi6n sobre las pocas
viviendas en alquiler disponibles. Efecto que tiene repercusiones inflacionistas
en la economfa en general, particularmente en las zonas 0 ciudades que estan
sujetas a un intenso crecimiento 0 que tienen una gran pobJaci6n f1otante; y el
desplazamiento de la poblaci6n de los centros urbanos a las periferias, 10 que
repercute en los costos de urbanizaci6n, de transporte.

408

Eduardo Lopez Moreno

to en los "falsos derechos", coma el dei trabajo, la salud y la educaci6n.


Normalmente, las diversas tcnicas jurfdicas no se han acompafiado de
una reglamentaci6n adecuada; sobre todo, euando se trata de disposiciones locales, que dejan un gran espacio de ambigedad para que los diversos agentes puedan reinterpretarlas 0 derogarlas cuando asf se hace necesano. De manera contraria, en ciertos momentos hist6ricos, esas tcnicas
han reflejado el espfritu innovadar de la sociedad, que las ha utilizado
coma palanca deI desarrollo y motor deI proceso de urbanizaci6n."
Dna ley, un decreto 0 un reglamento particular, pueden incentivar la
producci6n 0 mejorar las condiciones de acceso a la vivienda;"l en raras
ocasiones las dos. Las modificaciones aportadas a la Ley de Fraccionamientos deI Estado de Jalisco, en 1984, persegufan ese doble fin: par una
parte, ofertar suelo urbanizado barato, y por otra, facilitar el acceso a
familias de bajos ingresos. Se trataba de un dispositivo jurfdico original
que se concebfa en base a una doble estrategia: llevar a cabo un proceso
de urbanizaci6n concertada (que contara con la participaci6n de diversos
agentes ligados a la promoci6n y producci6n de vivienda) y permitir,
simultaneamente, la introducci6n legal de infraestructura en forma progresiva. El programa al que nos referimos, llamado Fraccionamientos de
Objetivo Social (FOS), funcion6 durante ocho afios (1984-1991); tiempo
en que se desarrollaron 22 operaciones en la ZMG y alrededor de 78 en el
resta deI estado, con una oferta que en total alcanz6 los 35 mil lotes; de
los cuales, menos de un tercio (10,730) se localizaron en la capital deI
estado.

94 Pensamos, particularmente, en los mecanismos de auto-finaciamlento de la obm publica, los servicios urbanos y la vlvienda, que presentamos ampliamente en el Periodo 4'
cf. las instituciones mixtas.
95 Por ejemplo, buscando transferir los SUbSldlOs de la producclon al consumo. como una
manera de reforzar la demanda, no solo dentro de una polftica de redistnbucion deI
mgreso. sino tambin dentro de la polftlca de financiamiento y Clrculacion de la vlvlenda

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

409

Segunda Parte
La politica de vivienda moderna y el papel dei Estado
(1980-1990)

1.

La transformacion de la naturaleza dei Estado

La funci6n centralizadora dei Estado de los aoos setenta --en gran parte
inspirada por un pensamiento Keynesiano, y en gran parte, impuesta por la
crisis econ6mica y de legitimidad dei gobiemo- le Hev6 a intervenir en la
cuesti6n habitacional, como unD de los varios canales para regular la actividad econ6mica y como un medio para conducir el crecimiento, dentro
de un proyecto amplio de integraci6n social y poHtico. La persistencia de
la crisis econ6mica en los ochenta, y la consecuente presi6n de los organismos supranacionales (Banco Mundial y Fondo Monetario), que en el
marco de poHticas de ajuste estructural, Bevan a cuestionar al Estado y a
redefinir sus funciones y actividades (incluso su propia naturaleza), provocaron cambios estructurales en la estrategia de intervenci6n dei sector
habitacional. Las grandes orientaciones de los gobiemos liberales (a partir
de 1982), y sobre todo, sus grandes contradicciones, determinan en forma
categ6rica, la poHtica de vivienda en la ZMG y en el pais en general.""
Por una parte, que sin duda es la mas importante por ser la mas deseada, el sector vivienda se hace objeto de una serie de regulaciones y desgravaciones, y los sistemas financieros son presa de los principios de
racionalidad financiera (en donde, par ejemplo, quedan terminantemente
prohibidos los subsidios directos en nombre de la eficiencia y la competitividad). Es el modelo liberal, que en su mas clara ortodoxia, intenta
entregar la producci6n publica de vivienda a los agentes privados, procu96 Despus de algunas acciones aisladas dei Ayuntamiento tapatfo y de un nmero insignificante de operaciones de los organismos estatales (IDIPE e IPEVI). es el gobiemo central
quien conduce y decide la polftica habitacional, pues es l, quien control a y dispone dei
destino de los recursos financieros que ahmentan los fondos de origen federal. La descentralizacin 0 desconcentracin dei poder, hacia el Municipio (1982). no rebasa el
nive! de un enunciado, yen materia habitacional, es letra muerta.

410

Eduardo LOpez Moreno

rando que los nuevos instrumentos gubernamentales se limiten a eficientar el mercado. 91 En este macro-uni verso econ6mico el Estado productor,
le pasa la estafeta al Estado faciLitador, para que en 10 sucesivo, ste se
encargue de generar las condiciones necesarias para que reine la economfa de mercado, en un proceso que supone el abandono progresivo de su
funci6n centralizadora y el despLazamiento definitivo de La vivienda a La
esfera de Lo economico.
Por otra parte, que sin duda es tambin muy importante por ser obligada, la vivienda y los servicios se hacen objeto de regateo e intercambio,
en un regreso c1aro al sistema primitivo dei trueque. La racionalidad
financiera pasa a un segundo pIano y los subsidios reaparecen; es el sistema c1ientelista de una sociedad premoderna, que no s610 coexiste con el
modelo moderno liberal, sino que en gran parte, le permite funcionar y
avanzar en sus fines y estrategias. Bajo esas condiciones, se hace necesario revivir al Estado central para que sea l, y nadie mas, quien atienda las
demandas -y no las necesidades- de los pobres, dentro de un sistema en
que la vivienda responde a imperativos sociales y polfticos, y no a la 16gica macroecon6mica precedente; imperativos que terminan por trabar el
proceso de descentralizaci6n y administraci6n polftica.
Asf, por una parte, el Estado se desresponsabiliza, y por otra, se ve en
la necesidad de intervenir en forma selectiva; abandonando grandes sectores de la poblaci6n a las fuerzas del mercado (ya sea formai 0 informa!), con la creencia de que una intervenci6n puntual, estratgica y compensatoria, permitira el funcionamiento eficaz deI mismo. Empero, coma
10 veremos a continuaci6n, la pretendida eficacidad no es sin6nimo de
equidad y justicia, el desequilibrio estructural entre la oferta y la demanda, obligan a una constante modificaci6n de las polfticas y estrategias
habitacionales; el estudio de ellas, su evoluci6n y tendencias, a partir de
la dcada de los ochenta, requiere de un analisis previo dei funcionamiento dei mercado. Asf comenzamos esta segunda parte, con la intenci6n de
mostrar al final de la misma, cuales son los efectos de los que se acompafia y el impacto que provocan en la poblaci6n mayoritaria.

2.

La triple segmentacion dei mercado de la vivienda

La transformaci6n de los agentes que participan en la producci6n-circulaci6n de viviendas, la emergencia de nuevos actores y la desaparici6n de
97 Las formas 0 niveles de intervenci6n dei aparato gubernamental, fueron analizados en el
Apartado 7 de la primera parte de este periodo.

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

411

otros, los cambios en el flujo de capitales, y en general, de los sistema


financieros y la heterogeneidad de los grupos sociales, producen cambios
estructurales en el mercado de la vivienda que conducen a una triple segmentaci6n dei mismo; segmentaci6n, que de acuerdo con los agentes
principales que intervienen y el tipo de capital que utilizan, podemos clasificar de la forma siguiente:
1. Un sector privado oficial 0 formaI.
2. Un sector gubemamental subsidiado.
3. Un sector informai 0 no institucional.
Cada unD de esos segmentos, se acompafia de efectos particulares:
una integraci6n diferenciada al armaz6n urbano, una territorializaci6n de
la intervenci6n y una especializaci6n de productos y clientelas, con flujos
de valorizaci6n y modos de acumulaci6n igualmente diferenciados. Antes
de que nos ocupemos de esos efectos, presentamos en forma por dems
somera, las caracteristicas principales de estos tres segmentos en la ZMG:
Un primer mercado, conocido coma sector privado oficial-<> formal10 integran los bancos comerciales privados y el Banco de Mxico, a travs de algunas instancias de financiamiento en la producci6n de vivienda
media y en la vivienda de interes social (VIS); un tipo de vivienda, que
lineas arriba, consideramos coma una forma de producci6n publica9H y
que se realiza con la intervenci6n de agencias especiales coma el FOVL 99
En este segmento, se encuentran las familias de ingresos elevados y
medios, que habitan en departamentos 0 casas unifamiliares, construidas
por ellas mismas (a travs de encargos particulares), 0 por medio de compafifas inmobiliarias privadas; es la producci6n de tipo residencial particular. Excepto los estratos mas ricos, tanto unos coma otros, recurren a
esas instituciones crediticias, ya sea para financiar su propia vivienda 0
para desarrollar una promoci6n mercantil particular; ese es el caso, por
98 La VIS no e~ exactamenle viVlenda publica. sino vivienda que se asimila al seclOr pubhco. va~e en el Apartado 7 de la pnmera parle, el primero de los mveles de intervencion
gubcrnamental.
99 Fondo de OperaclOnes y Fmanciamienlo Bancano a la Yiv\enda. una agencia dei Banco
de Mxico encargada. enlre olras cosas de: i) la aprobacion tcnica de las normas (a parlir de 1988. esla funcion fue en gran parte eliminada. en principio en base al proceso de
descentralizacion de las agencias bancarias). la realidad es que se trato de una medida de
desregulaclon que buscaba liberar las normas de construccion: ii) a$egurar un ~egul
miento, a fin de verificar el cumplimiento de las condiciones deI crdito: y. Iii) participar en la decision de la localizacion de las operaciones (a travs de los prstamos olorgados al hanco comercial). con el oh.leto de reforzar la politica de descentrahzaclon a las
clUdadcs medias

412

Eduardo LOpez Moreno

ejemplo, con los constructores inmobiliarios que se agrupan en la Asociaci6n Jalisciense de Industriales Promotores de Vivienda (AlIPRVI).
Colonias de tipo habitacional medio y residencial, por 10 general bien
equipadas, asf como algunos conjuntos habitacionales aislados. representan la expresi6n ffsica deI producto que oferta este tipo de mercado; con
densidades medias y bajas, cubren una parte significativa dei espacio
urbano y atienden alrededor de un tercio de la poblaci6n tapatfa. Se trata
de un segmento que, desde el punto de vista de los flujos financieros y de
los modos de producci6n, responde a los requerimientos dei capital y a su
16gica de reproducci6n y valorizaci6n. De acuerdo con estimaciones
generales, de los tres mercados, ste participa con cerca de un cuarto dei
total de vivienda que se produce en la ZMG; si consideramos s610 la producci6n que se hace dentro de la esfera habitacional publica. en 1990, ana
mas reciente dei que se dispone de informaci6n estadfstica oficial, ste
mercado -par medio de FVI- produjo 1266 casas habitaci6n, 0 sea, el
25.12% dei total de unidades financiadas con el 16.07% de los recursos
invertidos (cf. Cuadros ND 1 Y2). HXJ
Un segundo mercado. conocido coma el sector publico propiamente
dicho, 10 integran las agencias e instituciones gubernamentales que operan financiando 0 construyendo vivienda social 0 popular. Por medio de
dos sistemas de financiamiento:
i) Un sistema de colecta de cotizaciones salariales de los trabajadores
dei sector publico y dei privado, cuyos recursos son administrados por
fondos especiales en manos de dos grandes instituciones publicas: el
FOVISSSTE y el INFNAVIT. La primera al servicio de los trabajadores
bur6cratas y la segunda de los asalariados de las empresas privadas. HII
ii) Un sistema que canaliza recursos ptiblicos provenientes dei presupuesto nacional y de los prstamos aprobados por instituciones supranacionales. coma el Banco Mundial; fondos que son administrados por
100 SEDUE. Estadstica de Vivienda, 1990. Notese que se trata de la vivienda financiada
por FOVI. a travs de financiamientos a largo plazo. para promotores-constructores con
recursos administrados por los bancos comerciales, para vlvienda de mters social y
vivienda media. Por medio dei sistema FOVI tradicionaI. se financlo el 28.14% dei total
de los recursos de este mercado, y el resto, por el sistema de subastas que comenzo a
operar desde 1989. A nivel estatal, la produccion de este submercado, fue de un poco
menos dei 20% de las viviendas producidas por los sistemas de finaciamiento pubhco,
utilizando para ello, el 15.80% dei dinero invertido (cf. Cuadro N" 1).
101 Se trata de un sistema. por medio dei cual, se captan recursos (aportaciones patronales)
sobre el 5% dei salario ordinario de los trabajadores, con el objeto de constltuir un
fondo de finaciamiento de vivienda. Sobre el ongen de estos "fondos solidarios", vanse los Apartados 3 y 4 de la primera parte de este periodo.

Periodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

413

agencias gubemamentales a nivel federal y estatal. I02 En este segmento,


se encuentran las familias de ingresos intermedios que habitan ya sea en
las casas terminadas, en las unidades de desarrollo graduai (llamadas
pies de casa) 0 en los lotes que cuentan con los servicios basicos (lotes
con servicios).
Principalmente, conjuntos habitacionales y algunos barrios 0 colonias
populares, representan el marco construido que produce este mercado; a
pesar de generar densidades medias y altas, solo alcanzan a cubrir una
parte mfnima de la ciudad y se dirigen a una c1ientela poca numerosa,
conformada por funcionarios y asalariados deI sector publico y privado.
Se trata de un segmenta que se origina por la incapacidad, que tiene el
primer mercado, para atender a estos sectores y por la misma inequidad
que la exigencia dei mercado de capitales ocasiona; es un sector subsidiado, que se descompone en dos grandes sistemas de financiamiento y produccion de vivienda: los sistemas de colecta de cotizacion salarial, Hamados tambin fondos solidarios,IOJ y los fondos publicos de origen nacional
e intemacional.
Considerando los tres segmentos deI mercado (es decir, tambin la
produccion informaI), la contribucion promedio de ste segundo segmento, ha sido deI orden dei 20% 0 25% dei total de vivienda que se produce
en la ZMG. Empero, si tomamos en cuenta solo la produccion de caracter
publico, su participacion es bastante considerable, pues de cada diez
acciones de vivienda que se realizaron en 1990, 7.4 fueron con recursos
102 A excepcton de los aios setenta, en que el Municipio de Guadalajara, participo activamente en la produccion de vivienda (cf. Apartado 5. primera parte) y de una operacion
masiva que hizo en los ochenta (Hamada Villas de San Juan con 2,000 unidades). su
intervencion coma instancia promotora 0 financiadora, ha sido nula. El estado de insolvencia, en que generalmente se encuentra, el nive! de formacion tan bajo de los funcionarios que ah! laboran. la falta de una vision operativa de la gestion publica, la poca
legitimidad politica de los gobiernos municipales y el hecho de que se encuentran confrontados a multiples problemas cotidianos que les hacen actuar en forma inmediatista,
sin que puedan desarroHar una vision global dei proceso de urbanizacion. son algunas
de las muchas causas que podrfan explicar su falta de intervencion.
103 De estos fondos. sin duda el mas importante es eIINFONAVIT; hasta antes de las reformas que se le hicieron en 1992, las tasas de recuperacion alcanzaban entre un 60% y un
70% de! monto dei crdito, gracias al s\stema de reembolso que fue introducido en
1987. Antes de esa fecha, el subsidio era extremadamente elevado; de acuerdo con un
reporte interno dei mismo Instituto, las tasas de recuperacion eran dei orden dei 14.4%.
En esas condiciones, el INFONAVIT tenfa que amortizar 6.9 crditos, antes de poder
entregar unD nuevo. Vase el documenta Aruilisis dei sistema de crdito dellNFONAVrr
y proposicwnes para su mod(ficacion, Mxico, maya 1987.

414

Eduardo L6pez Moreno

de este mismo mercado, utilizando para ello, el 83.29% de la inversion


tota!.l04
A nivel de la entidad, la participacion de este submercado, es atm un
poco mas elevada: 8 casas de cada diez son financiadas 0 construidas por
l; (7.5) por los sistemas de colecta salarial, y (0.5) por los fondos publicos (0.5, vase los Cuadros N 1 Y 2). La produccion dei INFONA VIT
parece alta, 10 es, si nos restringimos a la vivienda considerada coma de
origen publico.
iii) Un tercer mercado, conocido coma el sector informai, 10 integran
las familias de ingresos bajos. De lejos, es el mas importante de los tres
segmentos dei mercado y se caracteriza por el hecho de que los agentes
que intervienen en l son, sobre todo, individuos y no instituciones; de
ahi, que se le reconozca tambin como no instituciona!. Se trata de un
segmento en plena expansion, que resulta de las carencias de los dos
anteriores, en particular, dei sector formai y de la pobre capacidad de
equidad que el mismo sistema de produccion de vivienda posee. Casas
autoproducidas con servicios minimos, y muchas veces sin ellos, integran
el paisaje urbano de las colonias que circundan la periferia de la ciudad y
que cubren ya mas dei 23% de la superficie urbana, con una produccion
que varia entre los 10 y 15 mil lotes por ano. IOS
En trminos de dinamica urbana, este mercado provoco que la marginalidad dei crecimiento se desplazara a los otros dos segmentos; hoy dia,
poco mas dei 60% de las viviendas que se producen en la ciudad, se
hacen a travs de mecanismos informales que no cuentan con una inversi6n publica especia!. Como 10 veremos mas adelante, aparte de una
estrategia post-ocupacion, el gobierno no ha sido capaz de implementar
una politica de vivienda que intente intervenir a priori en este tercer gran
segmento dei mercado de la vivienda.
La importancia de los vinculos interpersonales, la flexibilidad de las
relaciones humanas y la ausencia de un caracter reglamentario estricto de
la producci6n, hacen que se le conozca tambin como el sector social 0 el
sector privado no mercanti!.
104 N6tese que las Hamadas Unidades 0 Acciones de vlvienda, conceptualizan en una sola
referencia, las diferentes modalidades de vivienda y Ifneas de crdito que realizan y
otorgan los organismos financieros habitacionales (por ejemplo. vivienda terminada 0
progresiva, lotes con servicios, vivienda mejorada... ). Dicho de otra forma. un lote con
servicios, se contabiliza estadisticamente, como una vivienda. SEDUE, Estadistica de
Vivienda, varios alios.
105 El dato que se refiere a la superficie ocupada por el crecimiento megular, fue tomado
deI Plan de Ordenamiento de la ZMG de 1991. Las estimaciones sobre el numero de
lotes que oferta anualmente este mercado, las proporciona oficialmente la CORETI en
1992.

Periodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

415

CuadrosN 1
Inversion publica y numero de viviendas producidas
en el Estado de Jalisco (1989-1990)
(millones de pesos)
Institucion

Unidades
1989

Inversion %
1989

Unidades %
1990
U

Inversi6n
1990

140,199.1 74.28

5,703 70.03

220,336.0

78.73

INFONAVIT

4,520

63.05

FOVISSSTE

527

7.35

8,822.2

4.67

488

5.99

10,877.1

3.89

0,00

3.8

0.00

0.00

0.0

0.00

FOVIMI
FOVI-Subasta

276

5.85

1,015.7

0.54

828 10.17

31,182.8

11.14

FOVI-Tradlcional 1,769

24.68

34,503.1

18.28

730

8.96

13,039.3

4.66

0.00

2,427.0

1.29

351

4.31

2,940.9

1.05

0.00

0.00

0.95

44

0.54

0.0
1,491.6

0.00

FONHAPO

IPEVIIDlPE

0.00

0.0

CFE.PEMEX

77

0.00

1,785.6

TOTAL

7,169

100.00 $188,756.5 100,00

8144 100.00

0.53
$279,867.7 100.00

CuadroN 2
Zona Metropolitana de Guadalajara
Inversion publica y numero de viviendas producidas (1989-1990)
(millones de pesos)
Inatituci6n

Unidades
1989

Inversion
1989

Unidades
1990

Inversi6n
1990

INFONAVIT

2,868

60.79

88,958.19(')

75.93

3,704

73.51

FOVISSSTE

400

8.48

6,700.7

5.72

1.23

5413.7

3.04

0.00

3.8

0.00

62
0

0.00

0.0

0.00

FOVIMI

14,3104.42(') 80.25

197

4.18

1,015.7

0.87

828

16.43

2,0273.3

1137

1,253

26.56

18,586.8

15.86

438

869

8372.9

4.70

FONHAPO

0.00

0.00

628.3

0.35

0.00

1,896.7
0.0

1.62

IPEVI-IDIPE

0.00

0.00

0.0

0.00

CFE..PEMEX

0
4,718

0.0
0.00
100.00 $117,161.9

0.00
100.00

0
7

FOVI-Subasta
FOvl-TradiclOna

TOTAL

0.14
5,039 100,00

Fuente: SEDUE, Estadfstica de Vivienda, Mxico,1990.


Nota: (*) Datos aproximados.

525.0
0.29
$178,317.6 100,00

416
3.

Eduardo Lapez Moreno

El desequilibrio estructural entre la oferta y la demanda en el


mercado de vivienda

Desde el punto de vista de la produccion y distribucion de vivienda, la


accion habitacional dei Estado, se lleva a cabo solo en los dos primeros
segmentos de los tres que acabamos de presentar; los cuales, en forma
conjunta, integran el mercado de vivienda, tanto en Guadalajara coma en
nuestro pais.
El primera -{;ompuesto por el sistema bancario- movilizo entre el
16% y el 19% de la "inversion publica" en 1989 y 1990 (inversion que no
es tan "publica" coma se vera mas adelante), para una poblacion que no
representaba mas dei Il % dei total de las personas ocupadas de nuestra
ciudad, esto es, 109.5 mil trabajadores. 106 Estimaciones que no toman en
cuenta los flujos que fueron movilizados, por los bancos comerciales,
para la produccion de vivienda media.
El segundo, mas complejo, coma ya 10 vimos, se conforma por dos
grandes sistemas de financiamiento de vivienda; cada unD de ellos, con
objetivos, estrategias y planes de desarrollo, diferentes: (i) el sistema de
colecta de cotizaciones salariales y (ii) el sistema de fondos gubernamentales.
En la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), e! primer sistema se
constituye, fundamentalmente, por la accion habitacional dei INFONAVIT, quien, en comparacion con el FOVISSSTE, capta recursos economicos en una relacion de nueve pesos por uno; porcentaje, que incluso, esta
un poco por abajo de 10 que sucede a nive! estatal. La "cliente!a" de este
Instituto, se conforma por un uni verso cerrado; es decir, solo aqueIJas
personas cuyos patrones coti zan al fondo. Segun estimaciones dei propio
organismo, poco mas de 31 mil empresas aportaban, ~n 1989, por488 mil
trabajadores en la ZMG y por 557.3 mil en el Estado de Jalisco."!? De ese
uni verso, solo 4,460 crditos l '" fueron formalizados en la entidad, ese
mismo ano, ya sea para comprar, construir 0 mejorar la vivienda; 10 que
significa que el fondo solo atiende al 9% de su poblacion total. Porcentaje, que hoy dia, no ha variado sustancialmente y que aumentaria al doble,
si solamente se toma en cuenta la demanda activa que cumple con los
requisitos estipulados por el INFONAVIT -porcentaje que en cualquiera

106 INEGI, SPP, XI Censo General de Poblaci6n


107 INFONAVIT, Departamento de Aportaciones, marzo de 1991.
108 XVII/Informe anual dei INFDNA VIT, Cuadro N 7, P 85. Subdirecci6n Juridica.

Pedodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

417

INFONAVIT en Guadalajara
Desde el comienzo de su actuaci6n en la ZMG (1972), hasta 1992, el INFONA VIT habia realizado 48,824 viviendas en 52 conjuntos habitacionales;
dos tercios de ellas en la capital deI estado (32,312 unidades en 36 conjuntos), un 25.3% en el Municipio de Zapopan (12,355 departamentos en Il
conjuntos), y el resto, en Tonala y Tlaquepaque (cf. Piano 1). La mitad de
todas esas acciones, se lIevaron a cabo en la dcada de los setenta, con una
producci6n promedio, para los veinte anos, de 2,441 unidades por ano.
Alrededor de 30 mil empresas cotizaron 204,678.4 millones de pesos en
1989, por un poco menos de 500 mil trabajadores tapatios, que laboraban
en distintos sectores de la producci6n: 43.61 % en los diversos ramos industriales (de ellos 22.31 % en la industria de capital, 15.52% en la de consumo
y 5.14% en la de la construcci6n); 15.32% en los servicios y 15.06% en el
comercio. De tal forma, que la industria, el comercio y los servicios, constituian el 70.74% deI total de los trabajadores aportantes y el 73.99% deI
total de las aportaciones.
Con una inversi6n deI orden de los 260,293.3 millones de pesos en crditos ejercidos, el fonda destinaba entre un 20% y 30% mas de los recursos
que captaba en la ZMG, hasta que se estableci6 un techo en el uso de los
mismos, en las tres principales capitales deI pais: 5%. Por otra parte, ciudades medias coma Lagos de Moreno, Puerto Vallarta y Ciudad Guzman,
disponian de hasta el doble, en relaci6n a 10 que aportaban (189.81 %).
A partir de 1976, el financiamiento y la construcci6n de vivienda, se
hizo por promociones externas; segun estudios dei IJPEE,* el 61.7% dei
total de las viviendas construidas en el Estado de Jalisco, se hizo via los
sindicatos y el resta por las camaras empresariales.
De cada diez pesos que invirti6 en vivienda, el sector publico en la entidad de 1981 a 1990, seis fueron canalizados por el INFONAVIT; con ellos,
produjo el 52.56% de las acciones de vivienda deI mismo sector. Las reformas llevadas a cabo por la administraci6n de Salinas, en 1992, son aun
muy recientes para conocer el impacto que tendran en la poblaci6n local
derechohabiente, y en general, en el sector de la habitaci6n.
Fuente: INFONAVIT, Oeparlamento de Aportaciones: Oficina dei Sistema de Catlogos, 1991. Area de Proyectos y Control de Obra, 1992.
Instituto Jaliscience de Promocion y Estudios Economicos dei Centro Empresarial de Jalisco, 1991. E. Lapez, 1994.

418

Eduardo LOpez Moreno

de las dos formas no lIega al 30% que el organismo pregona coma su


capacidad promedio de cobertura.'0'1
El sistema gubernamental se integra por una instituci6n que funciona
a nivel nacional (FONHAPO) y dos a nivel estatal (IPEVI e IDIPE);'IU todas
ellas, encargadas de financiar vivienda, para los sectores mas desprotegidos deI espectro que intenta cubrir la accion habitacional publica, es
decir, personas con ingresos que tluctuan entre 1.5 y 2.5 salarios mfnimos. A estas instituciones se les destinan recursos extremadamente bajos,
en relaci6n a la gran masa de habitantes, que en principio, deben cubrir.
En 1990, FONHAPO recibio montos equivalentes al 0.64 de las inversiones en la ZMG y el 1.58 deI estado; recursos con los cuales, debe atender
una poblaci6n que representa, probablemente, la mitad de los habitantes
que viven en Guadalajara, y quiza, un porcentaje que es sensiblemente
mas eIevado si se globaliza a todo el estado." 1
Existe, coma podemos ver, un desequilibrio estructural entre la oferta y la demanda de los dos segmentos del mercado habitacional en los
que interviene el Estado. Si confrontamos los resultados cuantitativos de
ambos, con las necesidades anuales de vivienda en la ZMG, estimadas por
las mismas autoridades tapatfas en 30 0 35 mil unidades queda, sin
embargo, que globalmente este esfuerzo alcanza a cubrir solamente el
16% 0 el 20% de las necesidades habitacionales de la capital para 1990
-nuestro ano de referencia. De tal forma, que el dficit historico no solo
no se ataca, sino que anualmente se acumula (vase el Cuadro N 3).
Este desequilibrio, prueba el funcionamiento tan heterogneo deI mercado de la vivienda. Pues a diferencia de otros mercados, cuando la
demada observa un incremento cuantitativo, la oferta no le sigue; es
decir, en lugar de que sta se incremente en proporciones similares, tiende mas bien, a separarse 0 a polarizarse en varios submercados. Comportamiento que se explica por los grandes contingentes de demandantes no
solventes que pueblan la entidad. En consecuencia, la poblacion que gana
menos de 1.5 salarios mfnimos, queda automaticamente fuera deI mercado formaI; una poblaci6n que, sin duda, debe ser mayor, pues en realidad,
109 A estos calculos, habra que agregar, los trabajadores cuyos patrones evaden sistemticamente el pago de INFONAVIT, los cuales, representan un porcentaje considerable,
pues segun datos extrados de las cotizaciones al IMSS, deben ser aJrededor de un 50%
de empleados mas.
110 Instituciones que funcionaron hasta 1993, cuando se fusionaron creando ellPROVIPE,
una instituci6n estril como sus padres. Sobre sus siglas, vase el Listado de Abreviaciones.
111 INEGI, XI Censo, Idem. Se trata de un sector que, segun la SEDUE, representar el 68%
de las necesidades habitacionales para el aiio 2,000.

Per{odo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias 419


Piano 1
Conjuntos de INFONAVIT en la Zona Metropolitana de Guadalajara
1991

Mancha 1990

Numero de viviendas
50

Calles

Conjuntos

-=:::J Escala en Km
4
2

135
575
4,503
12,563

Realizaci6n: Centro-Periferia, L. Alvarez, E. L6pez Moreno.

la acci6n pblica y la privada mercantil, excluyen a un poco mas de la


mitad de los habitantes de la entidad (familias que perciben menos de 2
salarios mfnimos).
Mas alla de los discursos y de la ret6rica oficial, la polftica habitacional virtualmente abandona a las familias de menores ingresos, que sean 0
no asalariados. Desde 1987 a lafecha, tanto el FONHAPO como los orga-

420

Eduardo LOpez Moreno

nismos locales, no han realizado ninguna acci6n de vivienda en la ZMG.


El desentendimiento y la falta de compromiso son claros, el gobierno
decide abandonar, a la poblaci6n mayoritaria, al tercera de los segmentos
dei mercado -el sector informal-,"2 y enfocar sus baterfas al primera de
e1los y a los fondos solidarios dei segundo; puesto que, coma 10 vamos a
ver, esa estrategia es compatible con las grandes qrientaciones de la po Iftic a econ6mica nacional: incentivar la industria de la construcci6n,
expandir la capacidad productiva, generar empleos, reducir subsidios, etc.

Cuadro N 3
Cobertura de las necesidades anuales de vivienda por los organismos
publicos (1990). Zona Metropolitana de Guadalajara
1. Dficit (1) acumulado en 1995

336,351

2. Porcentaje deI dficIt sobre el inventano 1990

59.00%

3. Necesidad anual de vivienda 1995 (2)


4. Nmero de acciones de vlVlenda de los orgamsmos pblicos 1990

71,053
vlvlendas
5.039

5. Cobertura de la necesidad de vivienda por los organismos pblicos 1995

7.09%

6. Cobertura deI dficit hist6rico por los organismos pblicos 1995

1.49%

(1) Dficit = viviendas que por sus caractersticas de dimenSIon (hacmamiento superior a
2.5 ocupantes por cuarto) y componentes (materiales en muras y techos) no satisfacen
un minimo de bienestar de sus ocupantes (SEDUE. mtodo para calcular el dficit habitacional, 1987).
(2) Unidades de vivienda requeridas cada ano, por incremento demogrfico y deteriora dei
inventario existente, para evitar un aumento deI dficit habitacional consignado en el
punto 1.
Fuente: SEDUE 1990. AJIPROVI1990.
Realizo: Eduardo Lopez Moreno. 1994.

112 Segmento dei mercado que, al parecer, desde antes de las reformas conslltucionales de
1992, al Articulo 27. tendia a reducir sus margenes de acceso coma suelo barato; debldo
a que, segn 10 seiiaJa Alan Gilbert. se hace mas escaso y se mercantlliza cada vez mas,
en una tendencla a dejar fuera dei mismo, a los mas pobres de la cIudad. Vase el articu10: Sorne Thougths about Land Markets and Land Priees ln Third World ClIIes. Reunlones deI Encuentro de Ollford, N 8, Inglaterra, 1992. Fenomeno que, de acuerdo con P.
Ward. E. Jimnez y M. Jones. no se puede generalizar, pues en ciudades medias como
Quertaro, los pobres tienen un relativo acceso libre al suelo barato de origen social,
mientras que las posibilidades de movilidad hacia los sectores medios. es muy reducldo.
Referirse a la ponencia lItulada Residential Land Priees Changes in Mexiean Cilies and
the Affordability of Land for Low lneorne Groups, presentada en la mlsma conferencl3.
Un estudio de esa naturaleza queda por hacerse en la ciudad de Guadalajara.

Perodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

4.

421

Nuevas politicas y estrategias: la recomposicion de los tres


segmentos dei mercado
Ante la grave crlSlS que caracteriza el sistema de produccin y de acceso a la
vivienda. el gobiemo federal ha reali,ado dos acciones importantes: la reforma al
INFONAvrr(1992) y la realizacion dei Acuerdo Nacional para la Vivi~nda (1993).
Estas acciones reflejan tanto las posibilidades como las limitaciones de las estrateliias liubernamentales. El Acuerdo Nacional para la Vivienda. por ejemplo,
constituye una maniobra de desregulacion y desgravacion de la produccuin de la
vivienda; el gobierno reduce los trmites y los costos de los mlsmos, pide a los
notarios dlsmmuir sus arancele,, y a los promotores de vivienda, disminuir sus
ganancias. El acuerdo ha despertado simpatfas por parte dei sector privado y de
la Banca, que ha comprometido importantes recursos. No obstante. tal y como hall
reeonocido los proplOS participantes en el acuerdo. las principales limitacilmes
dei mismo, son las siliuientes: pnmero, en el mejor de los eseenarios poslbles, la
construeelon de viviendas aleanzar un total de JO mil viviendas en la entidad (y
no las 40 mil anunCiatias); segundo, la reduecin a los precios de la vivienda 110
llegard al 20%, tal y como se seiial; tereero, las medidas oficiales dij{cilmente
podrn faez/uar el aeceso a la vivlenda a otros grupos, que no sean los que tradicionalmente han aecedido, 1"

La intervenci6n en el sistema bancario y en el INFONAVIT, se hace con el


objeto de articular la polftica habitaciona1 de esos dos segmentos deI mercado, con las grandes orientaciones de la polftica econ6mica nacional.
Estos cambios, se hacen de cara a la crisis econ6mica actual y a la necesidad de atender ciertos imperativos sociales y polfticos. La redefinici6n d
los campos de acci6n y estrategias de las instituciones, de sus programas
y de sus polfticas particulares, suponen una recomposici6n de cada uno
de los segmentos dei mercado de vivienda. Veamos con un poco mas de
detenimiento, los cambios que se operan y los efectos que producen:
Sobre el sistema de jinanciamiento bancario -primero de los segmentos

El colapso al borde dei cual se encontraba el sistema financiero de la


vivienda publica, en 1983, obliga a revisar las normas de funcionamiento
de las instituciones, con el objeto de reducir sus tasas de descapitalizaci6n
y mantener sus f1ujos de inversion. ll ' Desde entonces, se han venido
tomando varias medidas al respecto:
113 Gonzalez, Luis M. y L6pez Moreno, Eduardo. "Consideraciones sobre el origen deI
INFONAVIT en Vlvienda, Mxico, INFONAVIT, 1994.
114 Coulomb, Ren. "La polftica habitacional en la crisis, viejas contradicciones, nuevas

estrategias y actores emergentes" en Polfticas habitacionales y ajustes de las econom{as en los 80s, Mxico, SIAP, 1991.

422

1982

1984

1987

1987

Eduardo Lapez Moreno

A finales de 1982, se instrumenta el PIRE (Programa Inmediato


de Reordenamiento Econ6mico), cuyo objetivo era estabilizar y
reactivar la economia a corto plazo, haciendo frente a una fuerte
crisis que se traduce en: caida dei PIB, dificultad de cumplir con
los servicios de la deuda externa, considerable dficit publico,
altas tasas de inflaci6n.
En ese contexto, un ano despus, se actualiza el Programa Nacional de Vivienda (PNV, 1983-1988), de acuerdo con los postulados bsicos dei Programa Nacional de Desarrollo (PND), que no
eran otros que los grandes lineamientos de la estrategia de reordenamiento econ6mico y cambio estructura1. 11S A largo plazo, la
estrategia dei PNV, plantea corregir los problemas estructurales
de la vivienda: mayor canalizaci6n de recursos, reorientaci6n de
los recursos fiscales e incrementos en la tasa de recuperaci6n.
Para sostener su producci6n habitacional, el Programa Financiero
de Vivienda (FOVI-Banca) duplica los recursos provenientes de
la Banca nacionalizada; a partir de ese ano, y hasta 1986, el porcentaje dei encaje legal bancario, destinado a financiar la vivienda de inters social, se incrementa dei 3% al 6%.
Debido a las altas tasas de inflaci6n (160% ese mismo ano), los
montos de los crditos hipotecarios, son recalculados en un
numero de veces el salario minimo, a fin de poder reactualizar
peri6dicamente los saidos insolutos en funci6n de los incrementos dei mismo salario. ll
En plena politica de ajuste estructural y bajo la presi6n de un crdito dei Banco Mundial a FOVI,ll7 el gobierno mexicano adopta el

115 Coulomb, R. Op. Cil.


116 Debido a que las tasas de inters de algunos crditos hipotecanos, eran dei orden dei
6% y la inflaci6n fluctuaba en un 5%, se pudieron obtener ciertos beneficios econ6micos en el perfodo 1968-1972. AI principio de los ochenta, en un medio ambiente econmico evolucionando a una hiper-inflacin, las tasas de inters permanecen fijas, alrededor de un 14%; mientras que el Costo Porcentual Promedio (CPP), alcanza un nivel
rcord de 73%. Es en este contexto, que se otorgaron los subsidios mas elevados para
la construcci6n de vivienda social, los cuales generaron una descapitalizaci6n sustancial dei sistema bancario. De ahf nacen mecanismos financieros, como el Crdito Hipotecario Variable (1984) Yel sistema de indexaci6n en veces salarios mfnimos. Banco
Mundial, reporte N 7097-ME, 6 de mayo de 1988.
117 Nos referimos al crdito 7097 por 300 millones de d61ares, otorgado por el Banco
Mundial al rOvl, a travs dei BANBRAS Es de hacer notar, que desde 1985, el Banco
Mundial ha financiado mas de 1.25 billones a Mxico, para programas de Vivienda de
Inters Social (VIS), a travs de cuatro diferentes crditos, a fin de "ayudar al gobierno
a crear un medio ambiente mas adecuado para que el sector privado pueda expanderse

Perlodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

1988

1989

1989

423

programa Ilamado Recuperacion Total de Costos (Full Cost


Recovery). Presentado como una estrategia encaminada a racionalizar las tasas de inters, 10 que suponfa introducir una mayor
racionalidad economica: (i) una recapitalizacion total de los intereses, por medio de un incremento real de los montos de recuperaci6n, esta es, reducir a cero los subsidios; y, (ii) la reducci6n
dei periodo de reembolso de los crditos.
La Banca inicia un proceso de desregulaci6n interna, coma una
forma de apertura a la creciente internacionalizaci6n; desregulacion que le representa la eIiminaci6n de los cajones obligatorios
de crdito, entre elIos, el de la Vivienda de Inters Social (VIS),
con la posibilidad de tener en 10 sucesivo una libre determinaci6n
de las tasas de inters.
Se reprivatiza el sistema bancario (nacionalizado en 1982), a fin
de estimular la competencia en el sector financiero y permitir un
mejor funcionamiento. Se permite la constitucion de holdings, se
autoriza --{) se regula- un mercado secundario de hipotecas, con
el objeto de integrar el Sistema Financiero de Vivienda con la
participaci6n de la Banca Central, agencias gubernamentales y la
Comisi6n de la Boisa de Valores. Il"
El Banco de Mxico exime, a los bancos comerciales reprivatizados, de la obligaci6n de destinar un porcentaje de sus pasivos
(6%). Es decir, las instituciones crediticias ya no tienen la obligaci6n de financiar vivienda de inters social. Estrategia, que I1eva
a que, los crditos se otorguen a las tasas reales dei mercado de
capitales, sin que la Banca tenga la obligacion de prestar un porcentaje predeterminado de su cartera, a adquirientes individuales.

Con estas medidas, la polftica de vivienda social tiende a desaparecer,


o en todo caso, a redefinirse en base a nuevas prioridades y orientaciones
macroecon6micas. Para aqulIos que tienen la fortuna de acceder a un
crdito bancario -"uno punto dos de cada diez habitantes"-, la nueva
16gica financiera, te6ricamente, les puede hacer pagar un numero ilimitado de veces su crdito, con pagos mensuales que no contemplan la prdiy as. poder contribuir a la soluci6n dei problema habitacional dei pas, reforzando las
operaciones y los fondos deI sector publico". Zearley, Thomas Lee. "Crealing an enabling Environmenl for Housing: Recent Reforms in Mexico" en Housing Policy Debale. V4, 1'2, USA, 1993.
118 Zearley, Thomas Lee. Op. Cil.

424

Eduardo Lapez Moreno

da real de su poder adquisitivo y con pagos que representan un esfuerzo


igual al 33% de su salario mensual. m
y para el resta -la gran mayoria de la poblaci6n-, las posibilidades de
acceder a un crdito son cada vez mas lejanas; para algunos, definitivamente inalcanzables. El hecho de que la fuente de financiamiento, dependa de flujos institucionales privados, expJica la naturaleza dei sistema:
una fuerte exigencia de ese mismo mercado de capitales, una dependencia en las polfticas nacionales e internacionaJes (que se desarrollan en
relaci6n a esos capitales) y una redefinici6n de prioridades a partir de criterios macro-econ6micos, que terminan por hacer cada vez mas marcadas, las desigualdades entre la oferta bancaria y las condiciones econ6micas de la poblaci6n.
En consecuencia, en este primer segmenta dei mercado, se empieza a
presentar un problema de articulaci6n de necesidades y l6gicas. Por un
lado, los establecimientos bancarios desean contratar prstamos de corta
duraci6n con exigencias excesivas para asegurar su reembolso y con
tasas de recuperaci6n dei 100%; y por el otro, los demandantes requieren
de un dispositivo que les permita constituirse en sujetos de crdito, para
obtener prstamos de larga duraci6n, que incorporen algun tipo de subsidio. 120 Como 10 comentamos en la introducci6n de este trabajo, unD de
los problemas fundamentales para la mayorfa de los habitantes deI pafs,
es la cuesti6n deI acceso a los sistemas financieros de crdito para la
vivienda. Los altos costos nominales dei dinero contribuyen bastante a
ello. Independientemente de la suma, dichos costos son elevados; el
financiamiento exige un importante esfuerzo de intermediaci6n que aun
no se ha desarrollado.

Sobre el sistema de financiamiento gubernamental-segundo de los


segmentos dei mercado
A diferencia dei sistema precedente, que es mas compacto y homogneo,
ste tiende a la heterogeneidad, 0 mejor dicho, a la dualidad, debido a la
119 Por disposiclones dei Banco de Mxico, el techo 0 limite de capitalizaclon de intereses
de los crditos, paso deI 70% en 1985 al 200% en 1986 y el 500% en 1987, para ser
liberado finalmente en 1988. Igualmente, el techo de ajuste de tas mensualidades de los
pagos deI crdito, determinado en funcion de las variaciones dei salario minimo, paso
dei 70% en 1984 al 100% en 1986. Banco de Mxico, Senes (1/ Rexulatory Instruc/wlIs
on Mandatory Housmx Lendinx, Mxico, reporte interno, 1986
120 Vase el trabajo desarrollado por el Taller de ArqUitectura Popu1ar y el Centro Penferia de la UdeG; Evaluacuin dei sistema de financiamtento dei Proxrama de Ayuda
Mutua (PAM) en el sur de laitsco, reporte no publicado, abril 1993.

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

425

naturaleza misma de los dos sistemas financieros que 10 integran. INFONAVIT Y FOVISSSTE, los dos fondos solidarios, son literai mente "aspirados" por la logica bancaria y la racionalidad financiera que le acompana.
Mientras que el FONHAPO y el organismo promotor de vivienda local
(IPROVIPE), se mantienen mas coma instancias de inversion de vivienda
subsidiada y coma mecanismos de redistribueion dei ingreso.
En efecto, desde el nacimiento dei INFONAVIT (1972), se senalaba
que el fondo no podfa abocarse a su papel de organismo financiero, sin
antes "construir" la estructura que le permitiera consolidar a la industria
de la construccion. Desde entonces, empieza a realizar una serie de funciones y actividades, que le colocan en una cierta posicion de "esquizofrenia" funcional y operativa. Par un lado, lleva a cabo actividades de
organismo promotor: capacitacion de recursos humanos, desarrollo de
normas y manuales de trabajo, la coordinacion con diversas instituciones,
promocion social, etc. Y par otro lado, realiza actividades de organismo
financiero, pero siempre intentando tener una participacion directa en la
oferta yen la demanda de vivienda social. 1l1 Tambin desde un principio
se intenta reducir ambas funciones a una sola: crear un banco de la
vivienda que incorpore sistemas de gestion y control que se manejen dentra de los circuitos bancarios, capitalizando intereses a favor dei trabajador y financiando la industria de la construccion, es decir; se propone que
INFONAVIT funcione en base al desarrollo financiero global, notablemente a nivel macro economico. 1ll
En 1992, con el gobierno dei presidente Salinas, final mente se realizan cambios estructurales cuyos principales objetivos son:
convertir al INFONA VIT, en una autntica institucion financiera: un
Banco de "segundo piso";
capitalizar el fondo de vivienda, a travs dei Sistema de Ahorro para
el Retira (SAR), refarzando su programa crediticio, pero tambin creando condiciones para financiar el desarrollo productivo dei pafs;
consolidarse coma un sistema de ahorro y crdito para la vivienda, a
travs de cubrir rendimientos reales a los derechohabientes, y
121 Relacionado con la oferta y buscando "garantizar el control social de las obras", funge
como intermediario entre contratistas, constructores y proveedores de materiales de
construcci6n. Y relacionado con la demanda, ejerce un control de los beneficiarios.
Vase L6pez, Eduardo. "Los origenes deIINFONAVIT", Op. Cil.
122 Vase en el Recuadro: "El Banco Nacional de Habitaci6n y eIINFONAVIT", las propuestas que formul6 la Cmara de la Industria de la Construcci6n, con motivo de la
creaci6n de este organismo

426

Eduardo LOpez Moreno

utilizar los recursos deI Instituto en el mercado capitalista de la


vivienda; por ejemplo, concursando los financiamientos para construir casas 0 apartamentos y seleccionando ofertas financiadas por terceros.
En suma, el INFONA VIT -y posteriormente el FOVISSSTE-, son
incorporados al modelo liberal de crecimiento econ6mico nacional, con la
tarea de cubrir una parte de los sectores de la poblaci6n que el sistema
bancario (el primer segmento), no puede 0 no quiere atender, desarrollando para ellos, principalmente, vivienda terminada. L que se hace a partir
de una 16gica de producci6n similar a la bancaria, que responde bien a las
expectativas de la polftica macro-econ6mica; pues la posibilidad de asegurar financiamientos constantes y a largo plazo, le transforma en un instrumento eficaz para acompafiar el desaITollo.
FONHAPO, por su parte, vive en carne propia las contradicciones de la
polftica nacional de vivienda, y en general, de la polftica social deI rgimen actual. Desde 1986 -debido a la incapacidad deI Fideicomiso para
funcionar con recursos propios y con las aportaciones fiscales-, reCUITe a
los prstamos deI Banco Mundial. l2J Hasta 1989, el 40% de las acciones
fueron financiadas por esa instituci6n, y cerca del 33% de los recursos
totales, provinieron tarnbin de ella. 1l' Para 1991, la mitad de los fondos
son provistos por ese organismo internacional; tendencia que se ha conservado hasta la fecha (vase el Cuadro N 4). No se trata de una ayuda
desinteresada, por el contrario, son prstamos que se otorgan bajo un
principio llamado de "condicionalidad de ayuda financiera" que persigue,
entre otros objetivos, que los sistemas financieros de vivienda funcionen
en base a la 16gica de los circuitos financieros internacionales y que los
sistemas de producci6n abran un espacio al sector privado.
En 1986, FONHAPO introduce un nuevo requisito para que la urbanizaci6n y la edificaci6n de las viviendas se concurse publicamente entre
las empresas privadas, dejando de lado un objetivo fundamental, que era
el apoyo a la autoconstrucci6n y a las organizaciones sociales. De una
construcci6n promedio de 9.2 casas de cada 100, los empresarios de la
construcci6n llegan a edificar 71.2, tan s610 un ano despus. En 1990, se
estipula que "s610 de manera excepcional... y cuando por las caracterfsti123 Nos referimos al prstamo 2621 ME. celebrado en 1986, por 150 millones de d61ares.
Hay que recordar que, para el programa de reconstrucci6n por el sismo (1985). FONHAPO recibi6 dos crditos adicionales que ullliz6 dentro dei programa Fase Il en la
Ciudad de Mxico y en la zona sur de Jalisco.
124 FONAHPO. Programa de evaluacion 1987 y La problenuillca de vivlenda y la accioll
dei FONHAPO en 1988.

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

427

CuadroN4
FONHAPO. Fuente de recursos aprobados por SPP para 1991 *
Tipo de Recursos
Fiscales
Propios
Crditas Banco Mundial
Total

Cantidad (1)

$119,522.6
$121,989.6
$239,045.2
$480,557.4

24.9
25.4
49.7
100.0

Fuente : Informe Anual dei Director General (avance presupuestal) 1991.


Antes de la Negociaci6n de FONHAPO con SPP Secretana de Programaci6n y Presupueslo).
(1) En millones de pesos.
(*)

cas dei crdito. no sea factible que se concursen las obras... el FONHAPO
podrfa autorizar que las obras se realicen por administraci6n directa. 125 El
proceso de producci6n de vivienda popular. se entrega a los constructores
privados, en detrimento de las organizaciones sociales y sus grupos asesores. Con estas disposiciones, se erosiona unD de los objetivos que hicieron que FONHAPO apareciera coma una de las instituciones financiadoras
de vivienda mas innovadoras, no solo de Mxico. sino de los pafses en
vfas de desarrollo; nos referimos al objetivo que procuraba "otorgar crditos colectivos al sector social organizado a fin de fortalecer la participacion popular. l26
En 1987, FONHAPO implementa un nuevo esquema financiero. que le
permite recuperar el 50% de sus crditos; y para 1990, las Polfticas de
Operacion Crediticia de este organismo, proponen "obtener niveles de
operaci6n que permitan financiar la construcci6n de dos viviendas con los
crditos concedidos previamente a tres familias".127 Asf se responde a la
"recomendaci6n" dei Banco Mundial, que propugna porque se revisen los
mecanismos operativos. y particularmente, el sistema de reembolso de los
crditos.
Ahora bien. a este intento por racionalizar economicamente el esquema financiero, se contraponen necesidades e imperativos de caracter polltico-social. provocados por las presiones que ejercen los sectores popula125

Adjudlcaclll de Obras, Reg/as de Operaci(m )' Polilicas de Operacill


Crediticia, 1990.

FONHAPO.

126 Los otros dos objetivos eran (1.0 son?): (i) Atender las necesidades de vivienda de la
poblaci6n de bajos recursos, principalmente la no asalariada; y, (ii) Beneficiar en sus
programas a las familias con ingresos menores a 2.5 veces el salario minimo.
127 FONHAPO, SOC, Po/flica FmanClera, 1990.

428

Eduardo L6pez Moreno

res para que se les dote de vivienda. FONHAPO moviliza muy pocos recursos y enfrenta una demanda social cada vez mas creciente; ante los reclamos populares, el fideicomiso responde coma un instrumenta de control
polftico, que reparte la inversion en forma selectiva y de acuerdo con intereses no siempre coincidentes con los criterios tcnico-financieros que
procura implementar el Banco Mundial. Se trata de una contradiccion fundamental, que hace que los objetivos economico-politicos, sean poco compatibles con los objetivos polftico-sociales (cf. Apartado 5).
Los primeros, es decir, los objetivos economico-politicos, intentan
hacer que FONHAPO funcione dentro de una logica similar a la de los
fondos solidarios, y 10 mas parecido posible, al sistema bancario; en este
esquema, la vivienda forma parte de un proyecto de desarrollo con la
racionalidad de un proyecto de inversion. Trminos coma recuperacion
de costos, fondos revolventes ..., se hacen indispensables en un intento por
articular el organismo con las grandes orientaciones liberales deI gobierno y de las agencias internacionales.
Los segundos, que son los objetivos polftico-sociales, responden mas
a condiciones polfticas cambiantes; la vivienda se presenta coma parte de
un proyecto gubernamental de justicia social y de redistribuci6n de la
riqueza. Bajas tasas de inters nominal y un esquema de subsidios, distancian este "otro" FONHAPO, deI rigor que impone la reproducci6n deI
capital. La inconsistencia con la que f1uyen los recursos y la discrecionalidad con la que se haee de su usa, 10 haeen un sistema ineficiente y muy
poco equitativo.
Independientemente de esas contradicciones, FONHAPO representa
hoy dfa, la unica alternativa para la poblacion de menores ingresos
(menos de 2.5 salarios mfnimos), asalariada 0 no, que es excluida de todo
aceeso a la vivienda terminada que produce el Programa Financiero de la
Vivienda (primer segmenta deI mercado) y los fondos de cotizacion salariaI 0 fondos solidarios ("parte alta" deI segundo segmenta deI mercado);
produciendo para e1los, vivienda progresiva Hamada "pie de casa" y lotes
con servicios.
A pesar deI escaso monta de la inversion que se le destina, entre 1983
y 1988, este organismo pudo realizar el 17.6% deI total de las acciones
publicas de vivienda en el pafs, con solamente el 4.1 % de los recursos; m
10 que haee de FONHAPO, un tipo de "parte baja", de este segundo segmento deI mercado.
Debido a las sumas tan reducidas que, finalmente, se canalizan al
sector vivienda con los fondos gubernamentales, y a la polftica de distribucion de la inversi6n a nivel nacional y regional, el Estado de Jalisco y
128 SEDUE, Estadfstica de Vivienda 1990.

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

429

la ZMG han recibido fondos completamente marginales desde 1987. 12 La


informaci6n estadfstica sobre el numero de unidades producidas y la
inversi6n ejercida por FONHAPO, en esos aiios, es completamente contradictoria. SEDUE consigna un total de 2,573 viviendas edifIcadas en
toda la entidad, mientras que el FONHAPO da cuenta de 5,100 unidades;"" al parecer, ninguna de ellas en la ZMG. 131 De tal forma, que bien
podemos preguntarnos si se puede considerar como opci6n un fondo, de
hecho un sistema fInanciero, que desde hace mas de siete aiios, no realiza ninguna acci6n de vivienda en la capital dei estado. 1J2 l.No deberfan
instrumentarse nuevos mecanismos 0 nuevos programas? 0, en todo
caso, l.implementar otro tipo de medidas 0 presiones para realmente
hacerlo funcionar? El esquema que presenta la evoluci6n dei numero de
acciones de vivienda en la entidad, desde que empez6 a operar el fondo,
hasta 1991 (GrafIco 1 y Cuadro ND 6), no corresponde con los datos que
proporciona el mismo organismo, cuando se ve en la necesidad de detaHar, una por una, las operaciones que lIeva a cabo (tipo, numero de
acciones, inversi6n, localizaci6n. Vase el Cuadro ~ 5). AI parecer,
cuando se manejan cifras globales (como el caso de ese grafIco), las instituciones tienen un margen mas amplio para manejar la informaci6n en
forma completamente discrecional; las operaciones frustradas 0 los deseos de los funcionarios, se materializan en los reportes y se proyectan en
los cuadros, modificando los numeros, pero desafortunadamente no la
realidad.
Por otra parte, los esquemas que dan cuenta de los montos ejercidos
en la delegaci6n occidente, de 1982 a 1991 (Cuadro ~ 5), ponen en evidencia esa desatenci6n, debido a que el uso de los recursos, ha sido favorable a otros estados de la regi6n, particularmente al pequeiio Estado de
Colima. El cual, recibi6 una fuerte inversi6n, de 1982 a 1984, simple-

129 A nivel dei Estado, la relacion entre la inversi6n y el numero de acciones, en ciertos
anos, ha sido similar; por ejemplo, en 1990 con el 1.05% de los recursos produjo el
4.31 de las acciones (vase el Cuadro N 1).
130 En el primer caso, se trata solamente de pis de casa, y en el segundo, de los diferentes
"productos" que cubren las Ifneas de crdito de que dispone este organismo; referirse al
Grfico 1.
131 De hecho, los mismos funcionarios dei FONHAPO, reconocen que esos datos no corresponden con el numero total de viviendas que, en realidad, el FONHAPO financio; unD
de los directivos, seiiala que desde 1987, no se han lIevado a cabo nuevos proyectos, 10
que en realidad, significa que no se han construido nuevas viviendas.
132 Si hasta antes de 1987, las sumas que se le destinaban, eran completamente rebasadas
por la misma dinmica dei crecimiento de las necesidades, despus de esa fecha, la
inversion se ha reducido virtualmente a cero, sin que se lIeven a cabo nuevas acciones.
Vase el Cuadro N" 9 (Unidades concluidas e inversion ejercida...).

430

Eduardo LOpez Moreno

mente por tratarse deI estado deI presidente De La Madrid; inversion que
posteriormente beneficio a los estados de Michoacan y Nayarit (uno a
partir de 1988 y el otro desde 1989). Sin duda alguna, porque las presiones sociales y las necesidades de orden polftico han sido, en los ultimos
afios mas serias en esos estados deI pais.

CuadroN 5
Fondo Nacional de Habitaciones Populares
Montos reales ejercidos en los estados de la Delegacion Occidente
Base = 1990 (en nuevos pesos)
Alios
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991

Colima

0.00
12'878,011.00
14'396,732.00
11'833,108 00
6' 195,427.00
15'081,504.00
3'441,714.00
1'593,025.00
3'346,240.00
0.00
TOTAL 68'765,761,00

Nayarit
0.00
000
2'015,188.00
3'062,273.00
3'564,068.00
2'698,148.00
500,055.00
10,765.00
11'843,200.00
11'595,035.00
35'288,732,00

Jalisco
0.00
9' 477 ,864.00
12'412,581.00
15'815,891.00
8' 506,072.00
26'340,876.00
7'577,729.00
2'213,998.00
2'196,700.00
l' 147,979.00
85'689,690,00

Michoacn
11'826,392.00
11 '498,879.00
21 '322,416.00
12'863,235.00
4'606,952.00
14'880,664.00
9' 168,024.00
12'647,565.00
2' 179,200.00
2' 133,839.00
103'127,166.00

TOTAL
11 '826,392.00
33'854,75400
50' 146,917.00
43'574,507 00
22'872,519.00
59'001,192.00
20'687,522.00
16'465,353.00
19'565,340.00
14'876,85300
292'871,349.00

Fuente: FONHAPO, Delegaci6n Regional IV Occidente.

Sobre el sistema de producci6n informai - tercero de los segmentos dei


mercado.
En este segmenta deI mercado, la intervencion explfcita deI Estado, es
siempre a posteriori. 133 Familias que fueron excluidas deI sistema banca-

133 La intervenci6n a prIOri, seria en ese caso, explicita 0 implicita. La primera corresponde bien a los Fraccionamientos de Objetivo Social (FOS). un dispositivo jurfdico creado
en 1984, cuyo objetivo era el ofertar suelo con servicios mfnimos a bajos costos para la
poblaci6n mayoritaria (cf. Apartado 7 de la primera parte y Apartado 4 de la segunda
parte); y la segunda, son las acciones estatales que posibilitan el ingreso deI suelo no
privado al mercado inmobiliario privado, entre ellos, los mecanismos de regularizaci6n
de los ai'los setenta-ochenta. Una estrategia, que segun E. Wario, consistfa en "regularizar superficies de terrenos mayores a las ocupadas ilegalmente, 10 que presumiblemente se hacfa con el objeto de ser aprovechada por promotores privados"; se fue el caso,
por ejemplo, con el desarrollo de fraccionamientos de tipo medio y de primera, en los
ejidos de Santa Ana Tepetitln y El Colli, en el suroeste de la ciudad y que estaban
ocupados en un 45% y 10%, respectivamente. Wario, E. Op. Cil., p. 161.

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

431

Grafico 1
FONHAPO. Evolucion dei numero de acciones de vivienda en el
Estado de Jalisco (1983-1991)
. 2;839

3,000
2,500
2,000 '1,749
1.,308

1,500
1,000

..1,366 ..

595

600 .

...... 0 ..... 300

500
1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

ANOS
Fuente: FONHAPO.
Elaborado: E. L6pez, G. Ruiz, C. Avila y M. Gonzalez.

Grafico 2
Grfica comparativa de montos ejercidos por FONHAPO en los
estados de la Delegacion Occidente, a precios reales base 1990
30,000'
25,000
20,000

15,000 ....

:l

. . - - Nayarit
____ Jalisco

i
~

.............. Colima

10,000 .

Michoacn

1--..,.,

5,000 ..

1982

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990 1991

Anos ejercidos
Fuente: FONHAPO.
Elaborado: Eduardo L6pez Moreno.

432

Eduardo LOpez Moreno

Cuadro ND 6a
FONHAPO: distribucion de acciones y montos de inversion en la ZMG
yen el Estado (1982.1993)*
Aiio

Nombre

Jalisco
1983 Puerto Vallarta 1
1983 Puerto Vallarta II
1983 Lagos de Moreno
1983 Encamaci6n de.Diaz
1983 Puerto Val1arta
1983 Plo. Vallarta (la Loma)
1983 Cd. Guzman (AllO de
Prez)
1983 Cd. Guzmn (Colonias)
1984 Plo. Vallarta (lxlapa)
1984 Aul1an de Navarro
1984 Plo. Vallarta
(La Loma Il)
1984 Cocula
1985
1985
1985
1985

Sayu1a
Tuxpan
Teocuilatlan
Huaxlla A.HahUlscu1co
(caiieras)
1985 Plo. Vallarta (Ixtapa)
1985 Plo.Vallarta (Ixtapa)
1986 Plo. Vallarta
(Pramurva Pitillal)
1986 Plo. Vallarta (Pramurva
7 Co1onias)
1986
1986
1986
1986
1986
1986
1986
1986
1986
1986
1987

Aul1an de Navarro
Authln de Navarro
Cd. Guzman (La Paz)
La Barca
La Barca
Allos Tepatillan
Ameca
Ocol1n
Lagos de Moreno
Tomallan
Pihuamo (Plutarco
Elias Calles)

Tipo Acciones InvefSl6n ($)**

Seclor

!nslilucl6n

V.M.
V.P.
V.P.
V.P.
P.M.
V.P.

200
100
100
60
1
53

31'200,000.00
35'996,000.00
18'410,000.00
10'335,000.00
14'080,000.00
42'876,000.00

PUblico
PUbhco
PUblico
PUblico
PUblico
PUblico

IPEVI
IPEVI
IPEVI
IPEVI
IPEVI

V.P.
V.M.
V.T.
A.S.

180
67
168
0

80'660,000.00
13'958,000.00
174'714,000.00
30'225,000.00

Social
PUblico
PUblica
PUblico

Coop. DL!

V.P.
V.P

27
202

35'468,000.00
231'589,000.00

PUblico
Social

Fideicomlso
Asoc. de
Colonos

EyP
EyP
EyP

0
0
0

1'650,000.00
2'250,000.00
1'969,000.00

PUblico
PUb1ico
PUblico

IPEVI
IPEVI
IPEVI

V.P.
V.P.
LyS

224
566
800

388'207,000.00
2'757'379,200.00
1'070'579,378.00

Social
Social

Tala (caiieros)
Promolorado

V.M.

430

159' 187,000.00

Pilblico

HA Plo
Vallarta

V.M.

913

566'519,000.00

PUblico

H.A.Plo.
Vallarta

LyS
V.P.
V.P.
LyS
V.P.
A.S.
A.S.
A.S.
A.S.
A.S.

333
189
300
202
243
0
0
0
0
0

267'457,275.00
728' 488,265.00
l'453'063,000.00
416'490,064.00
2'080' 462,482.00
435'026,000.00
312'259,000.00
495'881,000.00
443' 102,000.00
97'563,000.00

Pilblico

IPEVI

PUbhco
PUbhco

IPEVI
IPEVI

Pilblico
PUblico
PUblico
Pilblico
PUbhco

IPEVI
IPEVI
IPEVI
[PEVI
[PEVI

A.S.

220'591,000.00

Social

Fidelcomiso
Plo. Vallarta

IPEVI
IDIPE
IPEVI

Umd. Col.
PRI

Total:

5,358 12'617'634,664.00

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

433

Cuadro N6b
FONHAPO: distribucion de acciones y montos de inversion en la ZMG
yen el Estado (1982.1993)*
Ailo

Nombre

Tipa

Aeeiones

Inversi6n""

Sector

Zona Metopolitana de Guadalajara


1983
Cuatro Colonias
V.M.
V.M.
1983
Tonal
San Pedrito
P.M.
1983
1983
Guadalajara 2000
V.M.
Arboledas
V.P.
1984
Huentitn 1
1984
A.S.

300
150
1
839
981
0

48'000,000.00
24'000,000.00
14'082,000.00
160'000,000.00
685'840,000.00
52'406,000.00

Publieo
PUblieo
PUblieo
PUblieo
Publieo
Social

1984
1985

Atemajae dei Valle


Tonal

A.S
V.P.

0
125

6'685,000.00
243' 172,000.00

Social
Social

1985
1986
1986

5 de Mayo
Santa Maria III
Huentitn II

V.M.
V.P.
V.P.

6
125
90

4'569,000.00
158'935,000.00
0"

Social
Social
Social

1986

Atemajae dei Valle

V.P.

126

1'091 '859,625.00

Social

1986

Santa Maria Il

V.P.

125

112'355,000.00

Social

1986

Huentitn II

V.P.

193

1'635'942,000.00

Social

1986

Santa Maria 1

A.S.

79'225,000.00

Social

1987

Urbanos Cetemistas

LyS

470

1'779'718,000.00

Social

Total:

3,531

6'096'788,625.00

Instituci6n
IPEYI
IPEYI
IPEYI
IPEYI

HA Guad.
Ind. Refresq.
A.c.
Cooperatlva
Org. de
Colonos
5 de Mayo
RFM.A.C.

Ind. Refresq.
A.C.
Coop. Atemajae
Comit
Pop. S V
Ind. Refresq.
A.C.
Col. Ferroearril
Uni6n de
Colonos

Fuente: Fideieomiso Fondo Nacional de Habitaciones Populares.


Delegaei6n Regional IV Oecidente. Relaci6n de Crditos Tenninados 1982
A partir de 1987, FONHAPO no ha realizado ninguna acei6n en la ZMG.
Cantidad en viejos pesos
""
V.M. Vivienda Mejorada
P.M. Parque de Materiales
Adquisici6n de Suelo
A.S.
V.P.
Vivienda Progresiva
LyS
Lotes y Servicioa
EyP
Estudios y Proyeetos
G1obalizado con el Crdito 14
0"

434

Eduardo Lpez Moreno

rio (segmento 1), que no eran parte de los fondos solidarios (segmento
2a) y que no pudieron acceder a los crditos de vivienda popular (segmento 2b), se lanzan a la construcci6n de sus propias viviendas, a travs
de procesos de producci6n y de inversi6n progresivos. Sin poder recurrir
a financiamientos institucionales, estas familias ocupan suelo que les
ofrece un mercado no legalmente regulado, por medio de la intervenci6n
de diversos agentes -muchos de los cuales mantienen lazos estructurales
con el poder polftico establecido. IJ4
Los terrenos que ocupan y los asentamientos que generan, son irregulares por tres razones fundamentales:
1. Por la tenencia juridica de la propiedad deI suelo.
2. Por la falta de adhesi6n a los cooigos y normas urbanos.
3. Por la falta total 0 parcial de la infraestructura urbana basica.
1. Por la tenencia jurCdica de la propiedad del suelo. Sin duda alguna, es la mas importante de las tres. Se trata de la propiedad de origen
social (llamese ejidos 0 comunidades indfgenas), que es incorporada al
desarrollo urbano, principal mente con fines habitacionales, por medio de
ventas i1egales. m De acuerdo con la investigaci6n que lIev6 a cabo Olga
Becerra en el Instituto de Asentamientos Humanos,1l6 de las 26,500 has.
con que cuenta la ZMG, 5,898 has. 0 el 22.25%, pertenece a este tipo de
propiedad.
En un estudio interno dei FONHAPO -desarrollado en 1988 con el
objeto de caracterizar los asentamientos irregulares de las principales ciudades dei pafs-,1l7 se puede constatar que la tierra social contabiliza, solamente, par un 75% de la superficie irregular de la ZMG; en donde el criterio si gue siendo la irregularidad por la tenencia jurfdica. Segun ese
documento, el porcentaje restante se reparte entre la propiedad privada
(21 %) Y la propiedad estatal 0 federal (4%). Ahora bien, si tomamos en
consideraci6n que en Guadalajara, virtualmente no hubo invasiones sobre
134 Ruiz V., G. YSolinis, G. 1987,54, cf. bibliografa.
135 La apropiaci6n material dei terreno, se hace sin un contrato legal de compra-venta. en
que los ocupantes pueden acceder por tres medios:
J. Compra extra-oficial al ejidatario, quien en realidad cede sus derechos.
2. Invasi6n (squallage), en realidad una pnictica muy poco frecuente en Guadalajara.
3. Compra a un promotor inmobiliario ilegal 0 a un intermediario.
136 Becerra, Olga C., Prnpiedad social dei suelo, evaluacion, tendencia y perspeclIvas,
Instituto de Asentamientos Humanos, UdeG, 1992. Vase el Mapa 1: Los ejidos y los
asentamientos irregulares en la ZMG
137 Stolarski, NoemI y Mndez, Benjamin. Caraclerimcin de los asentamientos irregulares en el paEs, Mxico, FONHAPO, 1988.

Perlodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

435

ningun tipo de propiedad, podemos inferir que la ocupaci6n i1egal sobre


la propiedad particular, en realidad se origin6 por otra raz6n, que es la
que presentamos a continuaci6n.
2. Por la falta de adhesion a los cOdigos y normas urbanos. Se trata
dei fraccionamiento de terrenos privados, al margen de las normas correspondientes 0 de las zonas urbanas definidas para ese fin. Propietarios de
terrenos, fraccionadores 0 promotores, incorporan teo-enos de origen privado al desarrollo urbano y 10 destinan a proyectos habitacionales, y ocasionalmente, a la industria, sin cumplir con todas los requerimientos que
marca la Ley de Fraccionamientos y las diversas disposiciones en la
materia.
Hist6ricamente, los organismos publicos de vivienda coma el Patronato de Habitaci6n Popular, el Instituto de Bienestar Social y mas recientemente la Inmobiliaria de Inters Pliblico dei Estado, entre varios otros,
desarrollaron promociones de vivienda sin llevar a cabo los trmites
correspondientes y sin sujetarse a la normatividad que sancionaba este
tipo de fraccionamientos 0 conjuntos habitacionales. Sin duda, la irregularidad por falta de adhesi6n a los c6digos, se ha debido tambin a esas
instancias gubemamentales y a algunos particulares, que subdividen sus
predios sin solicitar la autorizaci6n requerida ya que, en muchas ocasiones, sta no podrfa extenderse por tratarse de predios con superficies
menores a las marcadas por la ley. Muy probablemente, el 21 % de los
terrenos privados, al que se refiere el documenta de FDNHAPD, se haya
originado a travs de este tipo de practicas.
3. Por la falta total 0 parcial de la infraestructura urbana btisica.
Evidentemente, en esta forma de irregularidad se incluyen los asentamientos en terrenos de origen social, que se encuentran en un proceso de
consolidaci6n y tambin los fraccionamientos publicos 0 privados que, de
acuerdo con la ley, no cuentan con los servicios e infraestructura que
deberfan poseer. 138
Al no hacerse referencia al estatuto jurfdico de propiedad dei sueIo, la
irregularidad se concibe mas coma una forma de dficit habitacional cualitativo. En la ZMG, el Censo de Poblaci6n y Vivienda de 1990, 10 expresa poco: 12.1 % de la poblaci6n no dispone de agua con tomas domicilia138 Como 10 vimos en el periodo precedente, una gran parte de los fraccionamientos populares privados, no contaba con todos los servicios que marcaba la Ley de Fraccionamientos; ese dficit de infraestructura y servicios, se agrava cada vez ms con las ocupaciones irregulares. Es de hacer notar, sin embargo, que la irregularidad en la
promoci6n privada es diffcil de registrar, dado que la mayorfa de las operaciones aparece como terminada y aprobada (cf. Periodo 4, primera parte).

Eduardo Lapez Moreno

436

rias, y s610 8.5% de las viviendas, no cuenta con drenaje en su casa. Es a


nivel de la periferia de la ciudad, en los asentamientos irregulares, en
donde se pueden percibir mejor las limitaciones de servicios publicos; el
estudio de FONHAPO, al que hemos hecho alusi6n, especifica que, en
1988, el 30% deI suministro de agua se hacfa por pipas. Solo el 65% dei
drenaje se canalizaba a la red de la ciudad y el 25% de la energfa elctrica
se obtenfa ilegalmente. 139
Ninguna autoridad ha expresado oficialmente, cuantas personas habitan en los asentamientos de la ZMG; no es que los datos sean poco confiables, sino que stos no han sido sistematizados, y si 10 fueron, hasta la
fecha no han sido publicamente difundidos. Municipios como Guadalajara 0 Zapopan. tienen estudios serios que son actualizados regularmente.
pero de una forma parcial; por ejemplo, sistematizan los avances en el
proceso de regularizaci6n de la tierra, pero no toman en cuenta el numero
de habitantes que ah. reside. Mientras que los servicios tcnicos de los
ayuntamientos de Tlaquepaque y Tonala, no han sido capaces de registrar
el numero de asentamientos irregulares, la forma en que stos evolucionan, y sobre todo, la cantidad de habitantes que los ocupan. En consecuencia, las estimaciones de la poblaci6n que vive en la periferia de la
ciudad en forma irregular, cubren un amplio rango que obedece mas a
especulaciones y desinformaci6n, que a un estudio formai y riguroso.
Es cierto que no se necesita invocar grandes datos para presentar el
problema de la irregularidad, basta con visitar esas zonas y con adentrarse
en ciertas partes centrales de la ciudad para tener una impresi6n directa,
vfvida, hecha no de cifras abstractas, sino de realidades concretas que nos
manifiesten la evidencia de la marginaci6n y la pobreza. Si aun asf, se
hace indispensable aportar aIgunos numeros, nuestros calculos, desarrolIados directamente en el sena de cada una de los municipios que integraban la Zona Metropolitana en 1994, nos acercan a un 1.23 millones de
habitantes viviendo en asentamientos irregulares, de un total de 2.8 millones que pueblan la capital deI estado (Cuadro N 7). Es decir, un poco
menos de la mitad de los habitantes -de hecho 43.9%- estan resolviendo
su problema habitacional a travs de este segmenta deI mercado de la
vivienda; sin tener datos fehacientes, no dudamos que esa proporci6n
pase a dos de cada tres habitantes, si consideramos los tres tipos de irregularidad que acabamos de describir.
Curiosamente, 10 que tradicionalmente se ha considerado coma 10
marginal, es al mismo tiempo, la mayorfa. El Plan de Ordenamiento de la
Zona Metropolitana de Guadalajara, reconoce que "la oferta informai,
139 Stolarski, Naemi y Mndez, Benjamin, Caracteristicas de los asenlamlentos irreliula-

res en el pais. Op. Cit

Perlodo V. El desarrollo de {as primeras promociones inmobiliarias

437

producto de la urbanizaci6n deI suelo ejidal, en los ultimos tres afios ha


sido superior a la urbanizaci6n legal";140 es decir, el crecimiento incontrolado que no respeta normas y no se ajusta a regulaci6n juridica alguna, ha
sido superior a 10 que los otros dos segmentos dei mercado han sido capaces de producir. Cada ano, quince 0 veinte fraccionamientos irregulares
vienen a adicionarse a los 244 fraccionamientos existentes en la ZMG; de
elIos, 144, se localizan en los municipios de Tlaquepaque y Zapopan, en
donde hasta 1992, se concentraba el 59.1 % de ese tipo de colonias (vase
el Gnifico 3).
La magnitud dei problema no es insignificante; las respuestas si 10
han sido, 0 en todo caso, han sido respuestas con soluciones muy limitadas. El Plan Estatal de Desarrollo Urbano (1989-1994) prescribe, por
ejemplo
La regularizaci6n de la tenencia de la tierra y la creaci6n de reservas territoriales, que
permitan dar certidumbre legal en el uso y tenencia dei suelo y evitar la conformaci6n
de nuevos asentamientos irregulares, son pr6positos prioritarios de las polfticas urbana
y habitacional.

Con pronunciamientos coma se, se manifiesta una voluntad de intervenir a priori en el proceso de urbanizaci6n. Quiza, el ejemplo mas concreto de esa politica, 10 constituya la modificaci6n que se hizo de la Ley
de Fraccionamientos en 1984, con la creaci6n de un nuevo tipo de fraccionamiento Ilamado de "bjetivo Social" (FOS). Una modalidad especial, que a partir de un principio de asociaci6n de actores y de urbanizaci6n progresiva, buscaba ofertar suelo a precios accesibles y en forma
planeada y organizada, con el objeto de sustituir a la irregularidad. l41 De
1984 a 1991, periodo en que se desarrollaron los FOS. se Ilevaron a cabo
102 fraccionamientos en todo el Estado de Jalisco; 22 de e1los en la ZMG.
10 que permiti6 que se pudieran ofertar aproximadamente 10,730 lotes
bajo el esquema de infraestructura progresiva. Producci6n que represent6
alrededor de un 11.5%, deI crecimiento irregular que la ciudad tuvo, en
esos mismos afios.
140 El crecimiento "incontrolado", ha representado alrededor dei 60% dei crecimiento de la
ciudad, en los ultimos aiios. Es dcir, de las 700 has. con que creee por aiio la ciudad,
420 son ofertadas por el mercado informaI. Proyeeto dei Plan de Ordenamiento de la
Zona Conurbada de Guadalajara, 1990-1995. Las CondiclOnes dei Mercado de Suelo.
p.3.
141 Referirse al documento: Injrae.ttructura evolutlva y urbanizuCllJn concertada - Los
jraccionamientos de objetlvo social, L6pez Moreno, Eduardo. Centro Periferia de la
UdeG y Habitat y Desarrollo, VeL, Blgica, 1992.

Eduardo LOpez Moreno

438

Sin que el gobiemo dei Estado tuviera conocimiento deI numero de


operaciones que se Hevaron a cabo bajo esa modalidad (los calculos que
presentamos son nuestros), sin practicar una evaluaci6n que permitiera
aquilatar -y eventualmente- rescatar los aspectos valiosos dei programa,
en fin, sin conocer a ciencia cierta el impacto que tuvieron, el gobierno
decidi6 "darlo por muerto" en 1991; cerrando el unico dispositivo que se
tenfa para intervenir a priori en el proceso de urbanizaci6n, y cerrando
tambin, una de las pocas alternativas que se tenfa para garantizar el
acceso al suelo a los sectores mas desprotegidos.
En 10 sucesivo, la polftica gubemamental se limita casi exclusivamente a intervenir a posteriori en este tercer segmenta dei mercado, principal mente a travs de programas de regularizaci6n (ya sea de la propiedad
jurfdica dei suelo 0 de los servicios urbanos), y eventualmente, con algunos planes de mejoramiento de vivienda. La integraci6n social, escribe
Ann Varley, significa en la practica, la integraci6n polftica;141 eHa se convierte en unD de los ejes centrales de la polftica nacional que, ademas de
consolidar zonas urbanas e integrar a los habitantes, reditl1a en estabilidad
polftica, y probablemente tambin, en la desmovilizaci6n de las organizaciones independientes.

Cuadro N 7
Asentamientos irregulares (A.I.) en la zona metropolitana de
Guadalajara
Municipio

N
A.t.

Ha. en
A.1.

Guadalajara
47
Tlaquepaque 59
53
Tonal
Zapopan
85
Total
244

1,700
3,170
3,291
3,306
11,467

Hab.
(.)

Hab/Ha.
Ha.

A.I. Ha. Segun


tipo de suelo

150
165
54
86
455

1,700
492
1,274
791
4,257

255,000
523,182
177,306
284,359
1'239,847

Fuente: Obras PUblicas Municipales respectivas.


(.) Datos Municipales.
Realizaci6n: Jos de Jesus Castillo M, Eduardo LOpez Moreno.

142 Varley, Ann. Mexico, Dilemmas oJ TrW1Sltion, Editado por Neil Harvey. (LAS. London.

New York. 1993.

Perodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

439

Piano 2
Ejidos y lotificaciones irregulares
Zona Metropolitana de Guadalajara (1993)

Escala en Km

-=::J

43

Coyula
Zalatitlan
Mezquitan (1)
~ Area Urbana
Zapopan
16. Los Guayabos (2)
- Vialidad
17. Los Belenes
18. El Colli
LotiOcaciones irregulares
19. Santa Ana Tepatitlan
20.
Col. L6pez Mateos
1. Atemajac dei Valle
21. Jocotan
2. Oblatos
22. San Edwiges
3. Huentitan el Alto
23. San Juan Ocotlan (1)
4. Huentitan el Bajo
24. San Juan Ocotlan
5. Tetlan
25. San Jos Teposco
6. Tonala
26. Toluquilla
7. Los Laureles
27. La Calerilla
8. Puente de Areediana
9. San Gaspar de las Flores (1) 28. San Sebastianito
10. San Gaspar de las Flores 29. San sebastianito
30. Las juntas
II. El Rosario

~Ejidos

12.
13.
14.
15.

Fuente: Centro periferia Universidad de Guadalajara.

31. San Pedro Tlaquepaque


32. Los Ranchitos
33. Santa Maria Tequepexan
34. El Cuatro
35. Polanco
36. Santa Anita
37. San Martin de Las Flores
38. Los Puestos
39. San Agustin
40. Concepci6n deI Valle
41. San Jos dei Valle
42. Santa Cruz dei Valle
43. San Sebastian
44. El Zalate
45. Juanacathin
46. Jesus Maria
47. San Jos deI Castillo
48. El Verde
49. Las Pintas

Eduardo LOpez Moreno

440

Gnifico 3
Numero de colonias irregulares por municipio
Guadalajara (47)
Zapopan (85)
34%

~II~

19%

Tlaquepaque (59)

24%
Tonala (53)
21%
Fuente: Obras Publicas Municipales, 1991.

5.

Las transformaciones de la politica habitacional. Bacia una


polarizacion de los objetivos economicos y los objetivos sociales
(0 la lucha entre la recuperabilidad contra la accesibilidad)

La vivienda que se constmye en la ciudad, se hace por cualquiera de los


tres segmentos dei mercado, que hemos presentando en los Apartados 1 y
2. Como 10 hemos visto, a nivel de la producci6n, el gobierno interviene
poco --0 casi nada- en el ultimo de eJlos. Los esfuerzos que desarrolla -ya
sea a travs de programas, instrumentos operativos, estrategias, medios
de acci6n, instituciones especiales, en fin, todo aqullo que constituye la
polftica habitacional-, se centran principalmente en los dos primeros segmentos.
Otro tipo de necesidades, nuevas prioridades y condiciones, hacen
que los sistemas de financiamiento y los esquemas de producci6n de esos
segmentos, se modifiquen, porque en realidad es la polftica misma la que
se modifica, sobre todo, a nivel de sus objetivos y finalidades. En el apartado precedente, presentamos aIgunos de esos cambios; en particular, los
que conciernen la estructura de funcionamiento interno de los diferentes
mercados, ahora nos ocuparemos de las transformaciones generales de la
polftica habitacional.
Por un lado. los sistemas bancarios tienden a fusionarse con los fondos solidarios -esta es, el primer segmento dei mercado se une con una
parte dei segundo. La estrategia global es la de acompanar e impulsar la
polltica econ6mica dei sector de la construcci6n, dentro de un modelo
que es coherente con el programa nacional de desarrollo. Par otra lado,

Per{odo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

441

los fondos estrictamente gubemamentales, tienden a quedar aislados, y


bajo cienas condiciones y momentos, a fusionarse --0 de hecho a diluirsecon la producci6n informai; es decir, la otra parte dei segundo segmento
dei mercado, queda sola 0 se une con la tercera. La estrategia global, es la
de generar una ofena econ6micamente accesible, que mejore las condiciones de acceso a la vivienda para las personas de bajos ingresos. Todo
esto, dentro de un modelo que responde mas a los textos jurfdicos y al
"pacto social" que contrajo el Estado dentro de su proyecto polftico
nacional.
En consecuencia, la polftica de vivienda se polariza en la b6squeda de
dos objetivos, que se presentan como complementarios, pero que en realidad son contradictorios, debido a los efectos que generan, ellos son:
Los objetivos econ6micos, que implican una polftica que pretende
reactivar a la industria de la construcci6n, generar efectos colaterales
en la economfa de este mismo sector, mejorar las condiciones de
empleo, expander el mercado intemo.
Los objetivos sociales, que implican una polftica que pretende redistribuir la riqueza y hacer de la vivienda un satisfactor de necesidades
sociales y que, mas que nada, es impuesta por imperativos sociales y
polfticos.
La confrontaci6n de 16gicas y proyectos diferentes de cada uno de
esos objetivos, la estructura contradictoria de los capitales que 10 componen y de los fines que persiguen, llevan a posiciones que hoy dfa son irreconciliables. Los objetivos econ6micos procuran la recuperaci6n total de
los costos 0 crditos, y los objetivos sociales, asegurar la accesibilidad de
los mismos. Los primeros, suponen "la reducci6n y eliminaci6n graduai
de los subsidios", y los segundos, reconocen que stos son necesarios
para fonalecer la capacidad de compra de la demanda, siempre y cuando
se asegure su destino social.
Tratndose de los objetivos econ6micos, evidentemente, la recuperabilidad prima sobre la accesibilidad. La acci6n dei Estado se limita a crear
las polfticas y los mecanismos legales, financieros y administratativos, que
permitan que los ciudadanos enfrenten individualmente su problema de
vivienda, a travs dei mismo mercado. Tratndose de los objetivos sociales, es la accesibilidad la que resulta privilegiada; desafonunadamente, en
la ZMG, el Plan Nacional de Vivienda (PNV) -que es el que canaliza la
inversi6n p6blica- decide consagrar 99.65 pesos de cada cien, a los program as y las instituciones que se centran en los objetivos econ6micos y no
en los sociales; de tal forma, que no es diffcil concluir, que el objetivo
econ6mico ha sustituido al objetivo social.

442

Eduardo Lapez Moreno

En esa mutaci6n, el Estado aparece cada vez mas, coma el "garante


de la reproducci6n deI espacio economico, e incluso, participa activamente en la institucionalizaci6n de esa relaci6n".143 Asf por ejemplo, el mismo
PNV, sefiala que esos 99.65 pesos deben, en la medida de 10 posible, recuperarse totalmente, "sin que se afecte la capacidad de acceso de las familias al crdito".l.Como puede ser eso posible? Numerosos estudios ponen
de manifiesto, que un principio basico deI financiamiento de la vivienda
para los grupos de bajos recursos, es la necesidad de un subsidio. 144 0breros fabriles, especializados 0 no, empleados publicos de poco sueldo, trabajadores de oficinas, personas subempleadas con trabajos eventuales, es
decir, la mayoria de la poblacion, requiere satisfacer las necesidades
mfnimas vitales: alimentacion, vestido, salud, vivienda. Para ellas, es
imposible destinar los montos que exige la reproduccion deI capital y
cubrir el costa "normal" de una vivienda de inters social. La diferencia
entre dicho costa y 10 que esas familias pueden pagar es inalcanzable; el
equilibrio solo puede darse a travs de los sistemas financieros de rentabilidad limitada, 0 dicho de otro modo, a travs de los subsidios directos
o indirectos.
Sin embargo, para este tipo de sistemas, se destina solamente, 0.35
centavos de cien pesos que se invierten, jni siquiera un peso completo!
Mas que una simple discrepancia entre los ingresos extremadamente
bajos de la poblacion y el costo de una vivienda, se trata de un desequilibrio estructural que tiende a exacerbarse por factores coma el incremento
en los costos de vivienda y la prdida deI poder adquisitivo. Hoy mas que
nunca, vale la pena rescatar deI olvido, la definicion de Vivienda de Inters Social, promulgada por la DEA en un Congreso Panamericano en
1956
Es aqulla que, dentro de las normas esenciales de habitabilidad, se construye a costo
mlnimo, con el prop6sito de ponerla a disposici6n de las familias de escasos ingresos y
dentro de su alcance... '4<

143 Allis, Paul. "Le local et la societ civile" en Espaces, jeux et enjeux. Auriac, F. y Brunet, R. (coord.), Paris. Fayard. 1986.
144 Vase al respecto el estudio dei ORET (Paris). un levantamiento sistematico de los subsidios otorgados a II paises dei Caribe. 1985; y el reporte: Document pour un dbat.
Accs au financement du logement pour les mnages les plus dmUniS. Paris. GRET.
PSH, 1991. Asf como el trabajo: Filires jormelles el informelles de finacement du
logement au Mexique. Centro Periferia. ORET. 1992.
145 Memorias dei Congreso Panamencano sobre Vivienda, OEA. 1956. p. 79. el subrayado es nuestro.

Periodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

443

Definici6n que hace referencia fundamentalmente al costo; la misma


organizaci6n intemacional propone, en el Consejo Interamericano Econ6mico y Social, otra definici6n que se refiere mucho mas a la accesibilidad
La Vivienda de Inters Social es aqulla cuyo usa, en propiedad 0 alquiler, es asequible, de manera que no resulte onerosa en el presupuesto familiar a personas de escasos
recursos econ6micos, proporcionandoles alojamiento en un ambiente ffsico y social que
satisfaga los requerimientos indispensables de seguridad, higiene, decoro y que est
dotada de los servicios sociales correspondientes.

Una segunda definici6n, que a pesar de abordar con una mayor claridad la cuesti6n dei confort en la vivienda, adolece (como la primera), de
un compromiso social; se trata de pronunciamientos que se relacionan
con una l6gica de orden econ6mico: crear un producto barato que sea asequible a las personas de bajos ingresos. Pero ~c6mo producir ese tipo de
vivienda?, y mas que eso, ~c6mo poder contribuir a reducir las diferencias sociales? Sin duda, la polftica habitacional, y particularmente la dei
habitat social, deberfa favorecer un proceso de integraci6n socia!. B. Boubli escribe al respecto: "una vivienda social debe representar una acci6n
voluntarista que tiene una responsabilidad social particular, puesto que,
su calidad, disponiblidad, su inserci6n en las ciudades, expresa un deseo
de organizar a la sociedad, esto es, una polftica de vivienda" .146 Esa
acci6n voluntarista, s610 puede emanar dei Estado, pues es l, quien dispone de los medios para lIevarla a cabo en una l6gica clara de susituci6n
dei mercado; 10 que de hecho, supone otra concepci6n de la vivienda
social y dei papel de los poderes publicos -unicos capaces de asegurar la
integraci6n. 147 Sin embargo, la politica que funda la producci6n de ese
tipo de vivienda, al dar una respuesta a ciertas falIlilias de bajos recursos,
acentua la diferenciaci6n social existente y refuerza la exclusi6n.
En efecto, la polftica econ6mica nacional, sus grandes orientaciones y
prioridades, aSI coma la de los organismos intemacionales, han venido
polarizando la politica habitacional. La ciudad se fragmenta, cada vez
mas, en privilegiados y desprotegidos. Es parad6jico, que en lugar de
contribuir a repartir, social y espacialmente hablando, a la poblaci6n, en
una forma mas diversificada, la polftica de vivienda social contribuya a
polarizarla, a institucionalizar las diferencias.
146 Boubli, B. Le logement. Que sUIs-je? 2210,1985, p. 17.
147 De ahi que nos adheramos a la definici6n propuesta por los paises miembros de la
Comunidad Econ6mica Europea, la cual, debido a la importancia que reviste, presentamos en el Recuadro A de la segunda parte.

444

Eduardo Lapez Moreno

Recuadro A:
El concepto de vivienda social
Una vivienda social es un bien, cuyo nivel de producci6n y los precios de
venta, son ex6genos al mercado de la vivienda, coma resultado de una decisi6n deI Estado; la cual, se adopta dentro de una 16gica de sustituci6n dei
mismo mercado. Para ello, deben reunirse cuatro condiciones
1. La cantidad de vivienda ofertada es objeto de una programaci6n de los
poderes publicos, y no resulta dei juego dei mercado.
2. El precio que se le fije a la vivienda, debe ser tambin ex6geno al mercado yser resultado de una decisi6n de los poderes publicos.
3. La producci6n y la gesti6n, debe efectuarse en una 16gica fuera dei
mercado, de acuerdo con una reglamentaci6n especffica, que por 10 general,
derogue el derecho comun.
4. La producci6n y la gesti6n, es realizada por actores especfficos, que
actuan sin fines de lucro, en un marco reglamentario especffico a esta actividad.
La existencia de vivienda social, significa en consecuencia, que el mercado esta segmentado entre un sector libre y un sector social. Esta segmentaci6n se traduce en el hecho de que, toda evoluci6n de la situaci6n del sector
libre, no tiene una incidencia, mecanica directa e inmediata, en trminos de
precio y calidad sobre la situaci6n deI sector social. AI contrario, ademas deI
objetivo de crear una zona de "baja presi6n", caracterizada por tener un precio inferior al deI mercado, que se dirige de derecho y de hecho, a un segmento determinado de la demanda (familias de bajos ingresos), el objetivo
de un sector social consiste, igualmente, en influir indirectamente en el nivel
de precios dei sector libre por un incremento ex6geno de las cantidades globales de vivienda, que global mente son ofertadas en el mercado.
Politicas de vivienda de los Estados mlembros de la CEE" 1992.

6.

La polltica actual, deriva claramente, en dos objetos: la vivienda


de inters social y la vivienda popular

La producci6n de vivienda social, se concibe cada vez mas, como un factor de apoyo al desarrollo econ6mico deI pals y como una consecuencia
dei mismo crecimiento. En tanto que un factor de apoyo, se seiiala que
ciertos problemas agudos, coma el desempleo y la recesi6n econ6mica,
pueden ser combatidos por una Ifnea constante y creciente, que es la que
ofrece el sector de la construcci6n. Desde esa posici6n, la vivienda rebasa
el marco puramente sectorial y se presenta como un instrumento de suma
importancia para la vida econ6mica deI paIs.

Perodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

445

y en tanto que una consecuencia dei crecimiento, se sefiala que el


desarrollo dei pafs -y mas particularmente de la economia nacional- traerin como consecuencia una fase expansiva que sera benfica para la produccion de vivienda. El discurso que subyace en esta logica, favorece y
refuerza la economia y la poHtica liberales; sus portavoces advierten: "la
estrategia global de modemizacion, desarrollada por el gobiemo actual,
se apoya en el crecimiento de la productividad, la cual sera capaz de traer
mejoras fundamentales en el bienestar social". 14K
Ahora bien, debido a que es gracias a la expansion dei mercado, que
se solucionara el problema de la vivienda, el compromiso social que ha
contraido el gobierno, lejos de ser ca1culado 0 programado, es solo retomado en el momento de crisis importantes. Eso explica por qu, en la
ZMG (yen general en el Estado), se abandonaron los programas gubernamentales de vivienda con fondos publicos desde 1987; afio en que se tuvo
la ultima "crisis", con la presion popular que levant el Foro de Demandantes de Vivienda. Eso explica tambin, por qu no ha sido necesario
implementar una verdadera polftica, que garantice el acceso al suelo a los
sectores desprotegidos.
Los objetivos sociales son, por asi decirlo, el "retoque" que cubre las
grietas de los objetivos econ6micos y que permite hacer avanzar el proyecto nacional liberal. Empero, como este proyecto se acompafia de un
dficit social creciente, paralelamente, se hace necesario implementar una
poHtica social de vivienda que se enfoque a la poblaci6n mayoritaria y
que funcione en forma mas constante. Asi surgen dos tipos diferentes de
vivienda, cada uno con sus caracteristicas propias, tanto al nivel de la
l6gica de produccin, como de los objetos que produce y de las finalidades que persigue; ellos son: la vivienda de inters social y la vivienda
popular. Veamos a continuacin las caracteristicas principales de cada
una de ellas.

La vivienda de inters social (VIS)


Sin duda, su caracteristica principal, es que se trata de unidades nuevas,
entregadas como vivienda terminada dentro de una polftica general de
acceso a la propiedad privada. 149 Este tipo de vivienda es un producto --0

148 "Programa Naciona1 de Desarrollo (PNV). 1989-1994" en el editorial dei peri6dico El


Occidental dei 6 de julio de 1990.
149 De 1983 a 1988, alrededor dei 13% de las acciones de vivienda financiada por FOVI, en
el Estado de Jalisco, fue vivienda en renta. En 1987, el porcentaje subi6 a un 25%, y en
1989, dej6 de financiarse ese tipo de programa. Estadistica de Vivienda 1983-1988.

446

Eduardo LOpez Moreno

una mercancfa- que no tiene la ambici6n de dirigirse a las grupos mas


desfavorecidos de la sociedad, y sf, la de aumentar el parque 0 el inventario de casas y/o departamentos.
La VIS resulta de los objetivos econ6micos y su finalidad es la de llegar a un ritmo de construcci6n aceptable, que sea benfico para el sector
de la construcci6n y para la economfa en general, independientemente de
la naturaleza dei producto ofrecido y de las personas a quienes se dirige.I~O El hecho de que este tipo de vivienda contribuye, en mayor medida,
a la reactivaci6n econ6mica y al empleo, y debido a que la industria de la
construcci6n y el capital promocional que la lleva a cabo, encuentran
tasas de ganancia mas significativas, aumentan las presiones para que
esta Ifnea de producci6n siga dominando la polftica de distribuci6n de los
recursos.l~l En el Estado de Jalisco, de 1983 a 1990, el 71.10% de las
acciones concluidas y el 86.04% de la inversi6n, se canaliz6 a la edificaci6n de vivienda terminada, y solamente el 5% de las unidades, correspondi6 a vivienda progresiva con el uso deI 1.98% de los recursos
totales. lSl Los lotes con servicios, han sido completamente desatendidos;
nada mas, en uno de los ocho anos a los que hacemos referencia, se
implementaron ese tipo de operaciones (ano en que representaron 13.25%
deI total); en los siete afios restantes, no se consigna ninguna oferta de
suelo urbanizado.
De ello, resulta que los lotes y servicios, no contabilizan mas de un
1.6% deI total de unidades concluidas de 1983 a 1990 (Cuadro N 8, Grafico 4). La vivienda progresiva, y en particular los lotes con servicios, no
han presentado la opci6n que el Programa Nacional de Vivienda ha intentado atribuirle, como la principal altemativa para los pobres de la ciudad
quienes, no nos cansamos de senalarlo, en el caso de la ZMG, rebasan el
50% de los habitantes. lB Es evidente, que mas alla de los textos y los pronunciamientos oficiales, la vivienda como proceso, no ha estado dentro
de las prioridades deI Estado, que ha preferido privilegiar ampliamente, a
la vivienda como productO.I~4 El principal productor de VIS, es el INFO150 Heymann-Doat. L'Elal elle logemenl - Hi.!lmre compare des lechniques juridique.!.
Paris, L'Arbre Verdoyant, 1987, p. 260.
151 Coulomb, R. Op. Cil., p. 35.
152 A excepci6n de 1988, en que casi 19 casas de cada cien, se hicieron para esa Ifnea de
crdito, vase el Cuadro N 9. Mientras que en la ZMG, de cien acciones de vivienda,
85 fueron para esa Ifnea de crdito (vase el Cuadro N Il.
153 Nos referimos a aqullos que perciben menos de dos salarios mfnimos.
154 Es de hacer notar, que las autoridades gubernamentales consideran como una unidad
producida, a la vivenda mejorada; si bien este tipo de acciones son esenciales para
combatir el dficit cualitativo. no permiten incrementar cuantitativamente el parque de
vivienda, pues en realidad, no hay una produccion propiamente dicha. Asf, en afios
como 1985 y 1987, este tipo de programas lIego a presentaI' mas de la quinta parte de
las "unidades producidas" (vase el Cuadro N 9 l.

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

447

NAVIT; si bien, su sistema de producci6n es similar al de la Banca (sobre


todo, hoy dia, que se abre al mercado). Por el contrario, los mecanismos
de distribuci6n y los criterios de afectaci6n de sus crditos, son completamente diferentes; su analisis no es objeto de este estudio.
Tratndose dei sistema bancario, el financiamiento de la vivienda se
hace par una ayuda directa, en favor de la construcci6n, que se convierte
en un crdito al consumidor, a travs de un prstamo Hamado "crdito
puente".155 Rasta 1987, el Estado intervenia en varias fases dei cielo de
producci6n de la VIS bancaria, particularmente a dos ni veles: (i) el financiamiento parcial de las Sociedades Nacionales de Crdito (a las cuales
destin6 un promedio de 16.6% dei total de los crditos otorgados de 1982
a 1987, segun el Banco Mundial);156 y, (ii) por medio de la regulaci6n dei
mismo mercado.
Rasta ese afio, la VIS pretendia ser un espacio en donde convergian la
ley dei mercado y la acci6n dei Estado; las exigencias ligadas a la politica
de financiamiento, dificultaron que se lograra esa convergencia. Ineluso
en los casos en que se buscaba apoyar directamente a los consumidores,
los criterios de elegibilidad, hicieron que se derivara a elientelas con
ingresos mas elevados. 157
En 1989, el Banco de Mxico exime, a los bancos comerciales, de la
obligaci6n de destinar un porcentaje de sus pasivos (6%), eleva las tasas
de inters a las tasas convencionales dei mercado y establece un sistema
de preferencias (Hamado pujas),t5M que propicia que se incrementen los

155 Se trata de un financiamiento a largo plazo para promotores-constructores, con recursc~ que son administrados por los bancos comerciales, para casas VIS y tipo medio
-siempre vivienda nueva. Una vez que estos crditos financian la producci6n, se convierten en crditos para los consumidores.
156 World Bank. Mexico, Housing Finance Projecl. 6 de mayo 6 de 1988, reporte N"
7097-Me.
157 Nos referimos al programa VAIM (vivienda para acreditados con ingresos mfnimos),
desarrollado a partir de 1982, con el objeto de apoyar la demanda por medio de tasas
de inters preferenciales de un 14%; tasa netamente inferior a la que fijaba el Banco
Central, que era deI orden deI 21 %, el mismo afto. Se trataba de un crdito que prevefa
la construcci6n de una casa 0 apartamento en accesi6n a la propiedad, de 50 m' construidos; 10 que en ese entonces, representaba la opci6n menos cara dei mercado formaI.
El programa desapareci6 en 1986, cuando la "Banca Multiple" adopt6 otro tipo de sistema. Entrevista con el responsable de bienes rafces deI Banco Nacional de Mxico,
lIevada a cabo por Jean Rivelois dei ORSTOM y E. L6pez de la UdeG, Guadalajara,
agosto 1988.
158 Debido a que la demanda de constructores era mucho mas elevada que los recursos y
debido, tambin, a que stos se entregaban discrecionalmente, en julio de 1989, el FOVI
decide crear un "sistema de preferencias", con el objeto de afectar los recursos en
forma mas justa, por medio de "subastas abiertas al mejor postor". En realidad, es un

448

Eduardo LOpez Moreno

Cuadro N8
Estadistica de vivienda 1983-1990 en Jalisco. Unidades concluidas e
inversion ejercida segUn programa y subprograma
Especificaci6n

Unidades
Concluidas

Inversion
Ejercida

Vivienda terminada
En propiedad
En renta
No especificada

44,645
35,853
8,792
0

71.10
57.10
14.00
0.00

$666,233.3
$527,520.3
$41,752.0
$96,961.0

86.04
68.13
5.39
12.52

Vivienda pragresiva

3,918

6.24

$15,322.3

1.98

Lotes con servicio

1,461

2.33

$5,431.3

0.70

Mejoramiento de vivienda
Otras crditos
Adquisici6n a terceras
Const. en terreno propio
Pago de pasivos
Cofinanciamiento
No especificado

7,383
5,386
3,282
476
126
1,502
0

11.76
8.58
5.23
0.76
0.20
2.39
0.00

$7,561.7
$25,621.6
$11,344.1
$1,634.8
$387.2
$12,255.5
$54,146.3

0.98
3.31
1.47
0.21
0.05
1.58
6.99

62,793

100.00

$774,316.5

100.00

Total en Jalisco

Fuente: SEDVE, Subsecretaria de Vivienda, Direcci6n General de Politica y Coordinaci6n de


Pragramas de Vivienda.
Nota: Tomando en cuenta todos los organismos pl1blicos.
Realiz6: Eduardo L6pez Moreno, 1994.

Grafico 4
Jalisco. Inversion ejercida en la vivienda (19831990)
3.31% Otras crditos ~
0.98% Mejoramiento ~
.... -''""'"''''==>..
de vivienda

Fuente: Obras Pl1blicas Municipales, 1991.

86.04% Vivienda terminada

Cuadro 9
Jalisco 19831990. Unidades concluidas e inversion ejercida segUn programa-subprograma
(Inversion en millones de viejos pesos)
Tipo de Vivienda
Vivienda Tenninada
Vivienda Progresiva
Lotes y Servicios
Mejorarniento de Vivo
Otros Crditos
Total

1984
1983
Unidades % Unidades %
3,361
0
0
95
497
3,953

85.02
0.00
0.00
2.40
12.57
100%

4,157 82.38
260 5.15
0 0.00
337 6.68
292 5.79
5,046 100%

Fuente: SEDUE, Estadlstica de vivienda, 1983-1990


Rea1iz6: Eduardo L6pez Moreno

1985
Unidades %
5,486 71.80
233
3.05
0.00
0
1,617 21.16
3.99
305
7,641 100%

1986
Unidades %
7.331
852
0
1.398
863
10,444

70.19
8.16
0.00
13.39
8.26
100%

1987
Unidades %
6,519
425
0
1,976
452
9,372

69.56
4.53
0.00
21.08
4.82
100%

1988
Unidades %
5,396
2,077
1,461
1,423
667
11,024

48.95
18.84
13.25
12.91
6.05
100%

1989
Unidades %
5,895 82.23
0 0.00
0 0.00
68 0.95
1,206 16.82
7,169 100%

1990
Unidades %
6,500 79.81
71 0.87
0 0.00
469 5.76
1,104 13.56
8,144 100%

450

Eduardo Lapez Moreno

costos financieros y que los promotores -encargados en 10 sucesivo de


conducir enteramente la producci6n de la VIS-, se dirijan al mercado de
compradores con mayores ingresos. En consecuencia, la clientela que
puede ser sujeto de crdito de un prstamo bancario, necesita demostrar
ingresos estables y superiores a cinco veces el salario mfnimo; ingreso
que, coma 10 hemos repetido reiteradamente, solamente un numero muy
reducido de habitantes puede alcanzar (vase el Cuadro N II: Sfntesis
VIS y VP).

Una vez que los bancos fueron Iiberados de su obligaci6n de financiar


este tipo de vivienda y que la producci6n y la distribuci6n se desreglament6, nos preguntamos (,por qu la vivienda de inters social se le sigue
considerando coma una acci6n de promoci6n publica-privada? iY por qu
se le considera tambin una vivienda social? si, a excepci6n de los fondos
solidarios, se destina cada vez mas a los sectores medios de la sociedad.
Adems de que al gobiemo le resulta poco cara, ya que los recursos
principales los genera el sistema financiero y las cotizaciones obreropatronales, con una intervenci6n muy limitada deI presupuesto federal."
Eso puede explicar que, durante la crisis econ6mica de los ochenta, la
polftica de vivienda no haya sufrido los cortes presupuestales que tuvo la
polftica general deI gasto publico, en particular, en materia de educaci6n
y salud. 1('()

La vivienda popular (VP)


Su caracterfstica principal, es que se trata de unidades no terminadas, que
se entregan coma "pis de casa" y "lotes y servicios". A diferencia de la
VIS, la vivienda no es un producto sino un proceso, que se inscribe en una
16gica de evolutividad y de consolidaci6n progresiva.
La VP resulta de los objetivos sociales, mucha mas por causa de los
imperativos polftico-sociales y las demandas populares, que por una
sistema que intenta impulsar la competencia, pero que favorece enormemente a las
constructoras mas importantes. Vase el documenta de Thomas Lee Zearley, Op. Cil
159 CIDAC, Vivienda y E.frabilidad Po/irica, Mxico, Ed. Diana, 1991, p. 77.
160 Vase el trabajo de R. Coulomb, Op. ClI. El autor explica: "por la intenci6n de gobierno de apuntalar una serie de objetivos que no eran propiamente los de satisfacer la
necesidad basica de alojamiento". Objetivos, entre los cuales, resaltan tres: (i) asegurar
la sobreviviencia de la industria de la construcci6n, (ii) contrarestar el impacto de la
crisis sobre el empleo, y (iii) aprovechar el efecto multiplicador, que tiene la vivienda
en las actividades econ6micas, para reactivar el aparato productivo y promover el
empleo (este ultimo, un objetivo seiialado por la Secretarfa de Programaci6n y Presupuesto, 1989, p. 115).

Perlodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

451

voluntad de implementar mecanismos que garanticen la distribuci6n sistemtica de la riqueza. '' Con este tipo de vivienda, el Estado procura reorientar una parte de la inversi6n publica hacia las familias de ingresos
modestos y bajos, con el objeto de garantizar su acceso a la vivienda. Su
intervenci6n se hace, porque el capital privado no encuentra un nivel de
remuneraci6n que le satisfaga, dejando fuera importantes sectores de la
poblaci6n, que intentan ser cubiertos con este tipo de vivienda.
Con la VP, se procura tambin impulsar el acceso a la propiedad privada, por medio de crditos provenientes de fondos publicos y de recursos internacionales, que por 10 general, son entregados a constructoras
privadas, y muy raramente, a los individuos u organizaciones populares
autoconstructores.'2 Debido a los bajos salarios que perciben los beneficiarios -menos de 2.5 salarios mfnimos-, las polfticas crediticias les obliga a constituirse en asociaciones civiles y cooperativas, con el objeto de
adquirir una personalidad jurfdica que les reconozca su calidad de sujetos
de crdito. Si bien los crditos son suscritos nominalmente, el pago se
garantiza en forma colectiva.
La VP es financiada por un capital publico de origen fiscal, que se utiliza con el objeto de reforzar la dbil capacidad de compra de los sectores
de recursos modestos. Dos medios principales apuntalan ese objetivo:
1. Un medio financiero, concebido a partir de una estrategia convencional, cuya finalidad es hacer solvente, de una forma indirecta, a las
familias que se benefician de los programas de VP. Para tal fin, el Estado
absorbe un cierto porcentaje de las tasas de inters de los crditos que
otorga. Se trata de financiamientos que son sub-remunerados en relaci6n
al mercado de capitales. La ayuda -que se proporciona bajo la forma de
subsidios-, ha evolucionado con los ooos. Como ya 10 sefialamos, hasta
1987, representaba cerca de un 40% dei monto total de un crdito FONHAPO -la agencia gubernamental mas importante para financiar este tipo
de vivienda. Desde esa fecha, ha habido una fuerte presi6n para que se
Iiquiden progresivamente los subsidios; no obstante eso, hoy dfa, de dos
viviendas construidas en promedio, se financia una nueva.
2. Un medio tcnico-financiero, concebido a partir de una estrategia
"no convencional", cuyo objetivo es el de producir una unidad basica que
161 En 1979, el PNV se refiere, por primera vez, al concepto de Vivienda Popular (VP). distinguindolo de la VIS, e incorporando en forma sistemtica, los conceptos utilizados
por INDECO, dentro de la polftica de oferta publica de suelo.
162 A pesar de que, segun la estrategia deI PNV, para que se pueda supeditar la evoluci6n
economica al desarrollo social se requiere, entre otras cosas, "apoyar la autoconstruccion, reconocer, apoyar y legitimar las agrupaciones de autogesti6n.....

452

Eduardo Lopez Moreno

sea econ6micamente accesible a los grupos de recursos bajos. Para tal fin,
el Estado adopta dos mecanismos importantes. Por un lado. reducir las
normas tcnicas de la vivienda. a fin de bajar sus costos de producci6n y
venta y, por otro lado, integrar a los habitantes en los programas de VP,
coma agentes activos deI proceso de producci6n. Con el primer mecanismo, la vivienda progresiva 0 pi de casa (FON HA PO), pasa de 45 m'en
1984, a 35 m'en 1987, y alrededor de 20 m' 0 25 m'en la actualidad. Con
el segundo mecanismo, emerge el concepto de vivienda progresiva: /a
casa como producto, se convierte en /a casa como proceso; gracias a una
estrategia que busca introducir diferentes niveles de accesibilidad, con el
objeto de generalizar 0 masificar los proyectos de vivienda popular.
Los primeros pasos que se dieron, en ese sentido, se lIevaron a cabo en
1979 con el PNV -notablemente con los programas dei INDECO que fue el
organismo antecedente dei FONHAPO. Empero. es hasta 1983, en el marco
dei Programa de Mediano Plazo (PMP), de esa misma Instituci6n, que se
propusieron diferentes niveles de acceso a este bien, por medio de cinco
programas diferentes: lotes y servicios, vivienda progresiva, vivienda
mejorada, vivienda terminada'63 y apoyo a la producci6n y distribuci6n de
materiales. El PMP deI FONHAPO, senalaba en relaci6n a esos programas
En este contexto, es mas importante dar acceso al mayor nmero de familias poslble a
tierra legalizada, servicios y a un techo elemental, que les permita liberarse dei pago de
arrendamiento y abrir un proceso de consolidaci6n paulatina de la vlvienda. ""

Una propuesta de evolutividad, que no s610 se aborda desde la perspectiva de la consolidaci6n dei hbitat. Se propone tambin que los crditos que otorga el FONHAPO, tengan un carcter evolutivo -0 progresivo--,
a partir de cinco lfneas: estudios y proyectos, adquisici6n de suelo, urbanizaci6n, edificaci6n y apoyo a la autoconstrucci6n. El objeto de este dispositivo, es el de incrementar los niveles de accesibilidad a la vivienda;
en consecuencia, el mismo FONHAPO reconoce que la adecuaci6n de las
lineas de crdito, a las capacidades financieras de los beneficiarios, permiti6 que el 50% de las obras financiadas se destinaran a familias con
recursos inferiores a 1.5 salarios mfnimos. l65 De nueva cuenta, esos datos
no corresponden con los de Jalisco; ahf, la diversidad de los programas
que ofrece FONHAPO, no ha sido aprovechada. Del total de unidades con163 En las Reglas de Operaci6n y Polfllcas de Admimstraci6n Creditica dei FONHAPO. de
1990, el programa de vivienda terminada desaparece
164 FONHAPO, Programa de mediano pla;o. Problematlca habltaclOnal y estrategias.
1983, reporte interno.
165 FONHAPO, Programa de evaluacllin 1987 y La problematica de vivlenda y la aai,}/!
FONHAPO, 1988.

Perfodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

453

cluidas y de la inversion ejercida de 1983 a 1990. solo el 0.5 se destino a


lotes y servicios; cantidad con la cual se realizo el 1.6 de las acciones de
vivienda dei Estado. El haber privilegiado los programas de vivienda progresiva. provoco que la poblacion beneficiaria pasara a un rango de ingreso superior, que extraoficialmente, el mismo organismo supone, puede
Ilegar a alcanzar los dos a tres salarios mfnimos. Sin duda, es una poblacion igualmente necesitada a la que se atendio en forma prioritaria a nivel
nacional. Simplemente. si se hubiera abierto la oferta a lotes con servicios, se habrfa extendido el abanico de posibilidades a un rango mas
amplio de la poblacion jaliscience; estrategia que finalmente, es ampliamente publicitada por la polftica de vivienda social.

Conclusiones
La aceleracion de los procesos y las dinamicas, y la rapidez con que se
operan cambios -muchos de ellos profundos y trascendentales-, son el
signo distintivo de este quinto y ultimo periodo. Un primer cambio, que
de hecho fue una ruptura, tiene que ver con el paso de un modelo de desarrollo local, a un modelo nacional, a principios de los setenta. Nacido en
el sena de la propia cultura polftica y social de los tapatfos. el primer
modelo se concibio con el objeto de encarar el crecimiento y de avanzar
en la via hacia el modernismo; con l. se construyeron calles, se introdujeron infraestructuras y se edificaron casas, pero tambin se ordeno, dirigio y control6, tanto el espacio coma la sociedad. Es decir. se mantuvo y
se reprodujo el poder. Con el otro modelo. se enfrentaron nuevos desaffos, conflictos y necesidades, para seguir avanzando en la misma via de la
modernizacion; primero se intento ordenar y dirigir a la sociedad, para
enseguida, intervenir sobre el espacio. Cambio que implic6 una transformacion deI poder y el desplazamiento dei mismo a nuevos actores y
estructuras.
Es una ruptura que supone una mutacion radical en la forma de gobernar y gestionar la aglomeracion; una sobreposici6n de un modelo que se
implementa en forma autoritaria desde el centro y que aprisiona y limita
el "espiritu de ser" de Guadalajara. que en tan solo treinta 0 cuarenta arios
de existencia. supo darle su maxima expresion de especificidad en la historia. l66 Es la emergencia de un nuevo paradigma de un Estado autoritario
centralista. que sobre la poblaci6n dominante y dominada, impone su
166 En 30 0 40 aiios de existencia real, pero con un proceso que tard6 cuatro siglos en conformarse; n6tese que la noci6n de 10 especffico, 10 referimos a los modelos de producci6n y gesti6n dei espacio. No dudamos que, en otros campos 0 sectores, la ciudad tuvo
la habilidad de desarrollar modelos 0 esquemas igualmente originales.

Cuadro N 10
Jalisco. Vivienda construida por organismos publicos 19811991
Unidades construidas e inversion realizada (millones de pesos)
1981
Orgamsmos

INFONAVIT
FOVlSSSTE
FOVI-BANCA (PFV)(subasta)

1982

1983

Inversion

Umdades

Inversion

Unidades

Inversion

Unidades

Inversion

Umdades

Inversion

Concluidas

EJercida

ConciUldas

Ejercida

Concluidas

Ejerclda

Concluldas

Ejercida

Concluidas

Ejerclda

2,462
425

28,780
6.717

2,380
354

48,150
6,370

2,944
299

143,240
5,144

899

6.674

1,615

40.232

2,487

86,701

0
77
0
90

2,302
859
0
41

260
113
0
324

4,761
1,853
0
278

1,728
63
0
120

11,234
1.945
0
180

261

3,953

45,373

5,046

101,644

7,641

248,705

3,837
506

1'370,508
337.735

3,865
337

2'192,914
466,729

1.036
0

470,366
44.069

1,361

835,682

66

185,812

258

319,340

FOVI-BANCA (PFV)(tradicional)
FOVlFOGA
INDECO
FONHAPO
CFE
FOVIMI f1SSFAM
Sectorizado SAHOP
No sectorizado SAHOP

1985

198.1

Unidades

113
176
115

79,007
10.279
175.680

Fideicomiso Puerto Vallarta


PEMEX
Total segun fuentes
(sumas corregidas)

5,833
5,783

2'602,704
2'487,644

5,887

4'000,477

1986
Organismos

INFONAVIT
FOYISSSTE
FOYI-BANCA (PFV)(subasla)
FOYI-BANCA (PFV)(tradicional)

1987

1988

1989

Tata!

1990

Unidades

Inversion

Unidades

Inversion

Unidades

Inversion

Unidades

Inversion

ConclUldas

Ejercida

Concluidas

Ejercida

Concluidas

Ejerclda

Concluidas

Ejercida

4,285

170,510

3,771

523,620

3,527

842,719

984

14,073

431

30,459

192

21,783

527
276(*)

2,878

121,953

2,688

227,710

2,056

486,340

1,769

4,520 1'401,991

Ufildades

Inversion Unidades

Concluldas Ejercida Concluidas


5.703

2'203,360 37,294

88,222

488

108,771

10,157
345,031

828

311,822

730

FOYIFOGA

1,104
130,393 15,122
2,397
0

IN DECO
FONHAPO
CfE
FOYIMI 1 ISSFAM
Seclorizado SAHOP

999
38

12,272
1,405

425

0
0

912
0

24
60
90

80

81,030
1,633

4,521

51,958

52
316

48,394
4,776
38,511

406

0
77
0
(*)

360

649

(*)

24,270
17,856

351
37

29,409

8,284

9,666

481

555

38

800
373

No sectorizado SAHOP
Fideicomiso Puerto Val1arta
PEMEX

Total seglin fuentes


(sumas corregidas )
Fuente: SEDUE,INEGI, 1991.

4,543

10,444

347,505

9,264

321,125

9,372
7,489

936,146

11,024 1'449,020

916,816

1'443,172

7,169 1'887,565
6,893

440
7

525

8'144

2'798,677
2'793,946

456

Eduardo Lapez Moreno

CuadroN 11
Caracteristicas de la vivienda de inters social y popular
Vivienda popular

Vivienda de mters social

Segmento dei mercado que la produ:


Segmento 2 (b): FONHAPO y organis-

Segmento dei mercado que la produce:

mos deI Estado

Segmento 1
: FOVI - BANCA
Segmento 2 (a) : INFONAVIT

Poblacion objetivo:

Poblacion objetivo:

Ingreso familiar 1.5-2.5 V.S.M.

INFONAVIT
Banco

Objetivos de produccion:

Objetivos de produccion:

Incrementar el parque de vivienda


existente
Responder a imperativos sociales
Reforzar la demanda
Redistribuir la riqueza
Incrementar la oferta de vivienda

Incrementar el parque de vivienda


existente
Estimular la industria de la cons trucci6n
Generar de empleos
Generar efectos multiplicadores en
laeconomfa
Incrementar la oferta de vivienda

Tipos de productos ofertados:

Tipos de productos ofertados:

(Vivienda vista coma un proceso)


Lotes y servicios
Vivienda progresiva
Vivienda mejorada

(Vivienda vista coma un producto terminado)


Casas y departamentos

Sistema de produccion
Promoci6n publica y privada

Sistema de produccion

Los residentes pueden participar en


el proceso de construcci6n
Sistema financiero hecho sobre la
base de la demanda (productor-consumidor)

1 a 5 V.S.M.
5 a 12 V.S.M.

Promoci6n publica y privada


La construcci6n es hecha por constructores privados
Sistema financiero hecho sobre la
base de la oferta (productor)

Fuente: E Lapez Moreno 1994.

concepci6n deI desarrollo y las estrategias y medios que son necesarios


para conducirJo.
En ese mismo tiempo, se opera un segundo cambio, que es una consecuencia deI primero; las estructuras poHtico-sociales evolucionan en base
a un nuevo pensamiento, que considera que la respuesta natural a los con-

Periodo V. El desarrollo de las primeras promociones inmobiliarias

457

flictos y a los problemas deI momento, s610 puede darse a travs de una
intervenci6n masiva y directa deI Estado. Es la posici6n gubemamental
de inicio de los setenta, que apuesta a un dirigismo estatal que no es conducido por la burgesfa, sino por la clase polftica en el poder. Una concepci6n econ6mico-polftica, que define un modelo diferente dei desarrollo de
la producci6n, deI empleo y de la distribuci6n de la riqueza, a travs de la
intervenci6n y control de las inversiones y de los circuitos econ6micofiscales; una concepci6n que pregona la necesidad de un crecimiento
equilibrado y que, al reivindicar el respeto de los derechos sociales, revive al Estado, y con ello, restaura parte de su legitimidad perdida.
Es el proyecto de un Estado que procura hacer coincidir la polftica
econ6mica con la polftica de beneficio social; y que, para ello, privilegia
ciertos sectores, entre los cuales, el habitat social juega un papel fundamental dentro de la lIamada economfa mixta. En adelante, la vivienda
deja de ser una inversi6n de consumo para convertirse en una inversi6n
de desarrollo. En ese contexto, aigunos grupos que pertenecen a los estratos bajos de la clase media, se benefician con la creaci6n de los "fondos
solidarios" (INFONAVIT y FOVISSSTE), que permiten pasar a otra escala
de producci6n de vivienda en el pals; marcandose al mismo tiempo, una
diferenciaci6n tajante entre los sectores populares, pues un grupo amplio
de subocupados y "marginales al sector moderno de la economfa",167 quedan irremediablemente fuera de ese nuevo proyecto nacional.
El repoblamiento ilegal de la periferia, es la respuesta natural a esos
fen6menos de exclusi6n y segregaci6n; de nueva cuenta, la tierra de origen social se convierte en el receptaculo de la pobreza lM que, tomada de
la mana con la especulaci6n, provoca una verdadera explosi6n urbana y
una desestructuraci6n de la armadura socio-espacial. Parad6jicamente, la
intervenci6n gubernamental divide y territorializa, aun mas; falta de soluciones para todos, apela de nueva cuenta al populismo y recurre con
mucho mayor fuerza al clientelismo. Los anos de maxima intervenci6n
estatal, se saldan con resultados contradictorios: por un lado, un avance
incontestable en la acci6n habitacional publica, y por otro, na fuerte
marginalizaci6n (provocada por la inestabilidad laboral, bajos ingresos,
etc.), que obligan a amplios sectores de la poblaci6n, a autoconstruir 0
autoproducir su vivienda con sus propios recursos.
Sin abandonar totalmente la idea de que es necesaria la intervenci6n
dei Estado, en el mercado de la vivienda, pues de toda evidencia, amplios
sectores no son atendidos por l, a partir de los ochenta se perfila un ter167 Garza y Schteingart, Op. Cit.. p. 50
168 As! 10 rue desde el siglo XVlll con los ejidos coloniales: vanse los Periodos 1 y 2.

458

Eduardo Lapez Moreno

cer cambio que anuncia la emergencia de un nuevo paradigma fundado


en el viejo pensamiento liberal dei siglo pasado -de ah! que para reactualizarse tenga que arrastrar un "neo". Con los dictados de la comunidad
econ6mica intemacional, que despiden un fuerte sabor de imposici6n, el
gobiemo mexicano se ve en la necesidad de reducir el gasto publico (y
principalmente el de la polftica social), y paralelamente, aumentar el
ingreso dei mismo sector, a partir de polfticas tributarias que preparan la
reducci6n de la masa financiera inherente a los subsidios. Una polftica
que se mantiene a pesar de la necesidad evidente de conservar la ayuda
publica (camo sin duda es el casa con el sector de la habitaci6n, en donde
grandes contingentes de habitantes conforman una demanda no solvente).
En los noventa, la doctrina dei libre juego de la empresa y de la competencia se sacraliza; la fase de desregulaciones, desgravaciones y desreglamentaciones, muestra que el proyecto neoliberal avanza, cerrandole
los espacios al pesado aparato estatal, que opta final mente, poe adelgazar.
Empero, la vieja lucha entre la eliminaci6n de los subsidios y la necesidad de mantenerlos, sigue presente; porque en el fondo, las contradicciones sociales y la situaci6n de urgencia econ6mica-social de los setenta,
igualmente perrnanece.

Conclusiones

El Estado en 10 conereto 0 en la accion. no .Ie distingue fundamentalmente dei


re.lto dei cuerpo .wcial; como l. corresponde a un conjunto de si.ltemas de accion
parciales y entreeruzado.I, cuyas caracteristica.1 y fronteras. su dominlO y su
impacto. no son dado.1 a priori. Se trata de sistema.l de accion diversos. con fronlerasfluctuantes y con una articulacion incompleta. que enlaza diferentes segmentos administrativos, entre el/os y con 10.1 actores polilicos y sociales. Es esta amalgama de actores, 10 que produce las decisiones, los reglamentos. los deeretos y las
medidas de aplicacion que conforman el sustrato de la accion publica.

1. Dna contradiccion inicial

Guadalajara, la ciudad de un orden -0 mejor dicho "dei suefio de un


orden",' una ciudad ut6pica por su concepci6n urbanfstica fundacional,
globalizante tanto de la sociedad camo deI espacio, dos siglos despus de
creada, ve nacer otro espacio -otra ciudad- que se quiere "invisible" y
"negada", la ciudad irregular, que sin embargo, con los afios, termina par
confrontaria con la evidencia, no s610 de una ocupaci6n ffsica diferente,
sino tambin y, principalmente, por la evidencia de una contradicci6n inicial. Es la contradicci6n la que marca y acompafia, desde entonces, a la
ciudad, en su aventura hist6rica:
i) Una contradicci6n en la manera de gobemar, entre un Estado patrimonial que defiende los intereses de la Corona, en un proceso de colonizaci6n y conquista, y una autoridad local que responde a los intereses de
los conquistadores, y posterionnente, de los comerciantes, es decir, de la
cIase hegem6nica local, pues en realidad, de esa manera responde a los
suyos propios; con la consecuente sustituci6n de un sistema de privilegios
reales, por un sistema de intereses locales, que se hace evidente al
momento de atribuir la propiedad rafz (rural y urbana), esto es, al
momento de aplicar la justicia en uno de sus actos fundamentales, que es
la repartici6n de la riqueza.
Trmino tomado dellibro La ciudad Hi.lpanoamericana, el Sueiio de Ull orden, Madrid,
Espaiia, publicado por el Centro de Estudios Hisl6ricos de Obras PUblicas y Urbanismo.
1989.

460

Eduardo LOpez Moreno

ii) Una contradiccion en la implementacion de un rgimen pre-capitalista, con grandes resabios feudales, que concibe al suelo coma un bien
patrimonial destinado, principal mente, a fines sociales 0 colectivos y que,
al mismo tiempo, impulsa y apoya el desarrollo de la propiedad privada y
los procesos de acumulacion que le son inherentes. Contradicci6n que
Guadalajara vive en forma de lucha, ya sea porque se conserve una parte
deI rea de la ciudad-territorio fuera deI sistema privado de suelo (manteniendo un estatuto jurfdico que imposibilite su libre circulacion y transmision), 0 porque se extienda el dominio privado sobre la propiedad
colectiva.
Una lucha que se resuelve, dfa a dfa, en los siglos XVI y XVII, Yque
termina por Iiberar la propiedad en beneficio de unos cuantos, gracias a
un proceso de privatizacion, que opera en forma subrepticia y lenta, y que
la poblacion mayoritaria descubre cuando ha sido ya consumado en el
siglo XVlll.
Es el origen de una polmica historica, hoy dfa no superada que, en
forma por demas general, se reduce a dos grandes posiciones: una sostiene la idea de que la tierra de origen social debe conservarse coma un factor de integracion social y de equi!ibrio, y la otra, sostiene que la propiedad debe circular liberada de toda atadurta juridfca a fin de que la
sociedad la adquiera Iibremente. 2
Hi) Una contradiccion entre un pensamiento renacentista (con un ideal
de honra y gloria) y otro mercanti!ista (con un ideal de riqueza), de la que
deriva una valorizacion dicotomica de la propiedad rafz; par una parte, el
suelo se considera coma un bien de cambio con un valor mercanti!, y par
la otra, se le considera coma un bien de uso con un valor social que proparciona prestigio, respeto y bonhomfa, todo ello, sinonimo de nobleza.
Se trata de una contradiccion -0 mas bien de una coexistencia de
valores- que en gran parte, persiste hasta nuestros dfas, y que explica la
concepcion patrimonial tan particular que se tiene de la tierra coma un
bien que es necesario conservar independientemente de su capacidad
coma factor de acumulacion.
iv) Una contradiccion en la manera en que la pablacion se reparte y
ocupa el espacio urbano. A mediados deI siglo XVlll. existen dentro de la
ciudad, enormes espacios vacfos y un fenomeno muy particular: cerca dei
20% deI parque de vivienda esta desocupado;3 mientras que en la zona
2
3

Independientemente de la amenaza de que algunos cuerpos e mdividuos se la apropien


con fines monop6licos.
Segun 10 sefiala el Padr6n que se levant6 en 1791 por encargo dei Conde de Revillagigedo. cf. apanado Il deI periodo 1.

Conclusiones

461

central, habitantes pobres saturan ciertos espacios habitacionales y otros


ocupan irregularmente la periferia.
Se trata de contradicciones estructurales que perrniten coexistir, con
relativa calma, la acumulaci6n y el acapararniento, con la pobreza y la
exclusi6n. Guadalajara no era uno, sino varios espacios urbanos; una ciudad con deficiencias y problemas, los cuales se tiende a imaginar, que
con los afios, son cubiertos unos y superados otros; de t'II forma que la
vivienda insalubre, los cuartos hacinados y los barrios sin servicios, son
s610 males de esa poca, una evocaci6n triste dei pasado, en cierta forma
una contradicci6n resuelta. Desafortunadamente no es asf, hoy mas que
nunca, es una realidad social presente, tristemente presente y lacerante.
La ciudad irregular continua ahf, deja de ser invisible y negada, porque parad6jicamente, es ya mayor que la ciudad dei orden, las zonas
carentes de servicios y la falta de habitat para todos, no son "disfuncionalidades" que el proceso de metropolizaci6n provoc6 ni efectos secundarios de un fen6meno de aglomeraci6n;4 son males estructurales que absurdamente se les intenta explicar, interpretar, y todavla peor, atender en una
forma delibera,damente ahist6rica. Como si la fase de urbanizaci6n ace1erada, fuera algo aparte de la etapa precapitalista industrial, y ella a su vez,
no tuviera re1aci6n alguna con el proceso de urbanizaci6n mercanti1 de
principios de siglo, y ste, con los diversos acontecimientos sociales y
polfticos que dieron pi a los procesos de acaparamiento de la propiedad
ralz y a los fen6menos de acumulaci6n; es decir, coma si las contradicciones iniciales nunca hubieran existido.

2. ;,Un historicismo dei futuro?


Con un conocimiento impermeable a las lecciones dei pasado, el proyecto
neoliberal actual, se funda en un acta de f en el porvenir, en un tipo de
"historicfsmo dei futuro"; considera, por ejemplo, que el orden econ6mico-social que traera el mercado y sus efectos benficos, son producto de
una 16gica inmanente a la historia y de una ley natural universal,! que es
entonces, atemporal.
El viaje que hernos hecho, precisamente por el filo de la historia de la
ciudad de Guadalajara, nos permiti6 visitar cinco periodos 0 etapas, en
4
5

Muy probablemente dicho proceso si los agrav6, ampliando su expresi6n fenomenol6gica, como seiialamos en la introducci6n.
En el siglo XIX elliberal tapatio M. Otero present6 alliberalismo como un "producto de
una voJuntad general n ... , "la expresi6n de la ley generaJ de la humanidad ... n, una definici6n que sintetiza bien ese carcacter universal al que nos referimos.

462

Eduardo LOpez Moreno

las cuales se gestaron diferentes sistemas socio-poHticos, que para efectos


de nuestro analisis, c1asificamos en cuatro grandes paradigmas. Esa ley
natural se vi6 cuestionada en cada uno de ellos, asl coma el orden que en
principio traeria el mercado. Una de las primeras lecturas que podrfamos
hacer de los cinco periodos estudiados, es que el progreso social, ha sido
tributario de la justicia mas que da la abundancia.
La producci6n dei espado habitacional, en cada uno de esos momentos hist6ricos, y sobre todo, el fin social que la vivienda pudo tener, se
determin6 por la concurrencia de varios factores: la 16gica de los agentes
que en su momento participaron en dicho proceso, su inserci6n en la
estructura de c1ases de la sociedad que les toc6 vivir, las relaciones sociales que mantuvieron entre SI, la diversidad de los modos de producci6n y
distribuci6n de la vivienda, y principalmente, el papel que jug6 el Estado.
Estos aspectos -particularmente el ultimo-, fueron los objetos privilegiados de este trabajo; nunca pretendimos estudiar al mercado 0 al Estado
en SI,? por el contrario, SI nos interesaba profundizar particularmente la
cuesti6n de su participaci6n en la producci6n de vivienda social. l.Cuando
estuvo en medida de responder y de qu manera 10 hizo? y l.cuando, la
poHtica y los diversos medios de que se dot6, tuvieron un caracter social?
Como se puede suponer, en cada periodo, el nivel de intensidad de su
intervenci6n vari6; variaci6n que se explica por las diversas presiones de
los poderes locales, de los agentes econ6micos y sociales y por la filosofla econ6mica, poHtica y social de los gobemantes.
La curva que podemos trazar de la poHtica social de la vivienda en
Guadalajara, al final deI trabajo, se compone de una sucesi6n de momentos fuertes y dbiles. Sin duda alguna, fueron mayores y mas prolongados
los segundos que los primeros; fueron, por decirlo de aIguna manera,
inflexiones relativamente cortas, dentro de una tendencia larga de abandono y desprecio a las mayorias. En pocas ocasiones, a 10 largo de la historia, la poblaci6n de bajos recursos se vi6 protegida y beneficiada, y casi
siempre, se vi6 desamparada y menoscabada. Fue s610 en momentos muy
particulares, que se confiri6 un estatus especffico a las diversas demandas
sociales (entre ellas la habitacional), en los cuatro modelos socio-polfti6
7

Sobre el marco analtico global vase la Introduccion.


En efecto, el estudio no tena por objeto analizar la naturaleza particular deI estado 0 la
forma en que sta evoluciona, tampoco pretendamos hacer un estudio particular deI
mercado de la vivienda. Por contra. si nos interesaba analizar el canlcter social de la
politica habitacional y el papel que historicamente jugo el Estado. asumiendo, como 10
seilala Topalov que "la production est de part en part historique, c'est--dire organise
par des rapports sociaux qui en dterminent les finalits, les modalits, l'objet. C. Topalov, Le Logement en France, Op Cif, p. 383.

Conclusiones

463

cos que se sucedieron en Guadalajara; momentos que podemos intentar


explicar por las circunstancias siguientes:
Primero, las familias pobres se beneficiaron de una politica social,
cuando sta hacia parte de un proyecto global de desarrollo, cuyos fines
rebasaban ampliamente dicha politica. Ese fue el caso, por ejemplo, con
los grandes objetivos que perseguia el gobiemo colonial, en materia de
colonizaci6n y de poblamiento (primer periodo), cuyas diversas medidas
y dispositivos fueron favorables a las personas de bajos recursos, tanto a
nivel de la atribuci6n de la propiedad raiz, como de los mecanismos que
aseguraran su acceso y mantenimiento en los terrenos municipales. R Ese
fue el caso tambin, con la creaci6n dei INFONAVIT.
Segundo, cuando las reivindicaciones sociales de los pobres, representaron un riesgo de desestabilizaci6n social 0 una amenaza, en contra
de la legitimidad deI sistema politico. En esos casos, el gobiemo ha respondido de manera puntual y selectiva, ofreciendo un numero reducido
de programas y acciones, con el objeto de bajar la presi6n y de evitar la
multiplicaci6n de las demandas:
Tercero, cuando hay una conjunci6n de intereses dentro de un proyecto general de acumulaci6n de capital, que de manera indirecta, beneficia a
los sectores mayoritarios. Dos casos ameritan ser evocados a ese respecto. El primero, durante la etapa de urbanizaci6n acelerada de la posguerra, que vi6 nacer la promoci6n inmobiliaria ,y con ella, los fraccionamientos populares; una modalidad de urbanizaci6n desarrollada en
condiciones muy ventajosas por la iniciativa privada, contando siempre,
con la colaboraci6n deI gobiemo local y que ofert6 lotes con costos relativamente bajos (Periodo IV).lO El s~gundo, en la dcada de los setenta, con
8

Pensamos particularmente en la poHtica original de atribuci6n de la propiedad que buscaba, entre olros varios objetivos: propiciar una ocupaci6n permanente, consolidar la
poblaci6n, favorecer el proceso de urbanizaci6n ... y tambin en el censo 0 renta a largo
plazo cuya finalidad era la de densificar uniformemente la ciudad, percibir un ingreso
por concepto de renta, utilizar el inmenso patrimonio de bienes raices en poder dei
municipio... , en ambos casos coma una consecuencia 0 segunda prioridad aparecfa la
cuesti6n habitacional propiameinte dicha.
9 Referirse al trabajo de Alan Gibert Y Peter Ward, Low income housing and the State,
Op Cil, p. 119. quienes seilalan este como una condici6n necesaria para que el Estado
intervenga en la producci6n de vivienda. En Guadalajara ese fue el casa en 1922 con las
manifestaciones inquilinarias y en 1987 con el Foro de Lucha por la Vivienda (periodos
4 y 5). Para los primeros se urbaniz6la Colonia Obrera (612 lotes) y para los segundos
el Fraccionamiento Constancio Hernndez (480 lotes), dos operaciones mfnimos en
relaci6n a la magnitud de los movimientos sociales.
10 Sin duda al ejemplo que recurrimos es muy discutible pues si bien en treinta alios los
agentes privados produjeron alrededor de 200 mil lotes, las condiciones tan precarias en

464

Eduardo LOpez Moreno

la intervenci6n dei Municipio de Guadalajara, en tanto que promotor


inmobiliario y productor de vivienda; en una administraci6n, en que los
funcionarios publicos, hicieron coincidir sus intereses econ6micos particulares Iigados a la industria de la construcci6n, con las necesidades habitacionales deI momento."
Cuarto, cuando el Estado decide Ilevar a cabo algunas acciones simb6licas, mucho mas coma una estrategia de legitimaci6n y reproducci6n
deI poder, que dentro de una polftica habitacional propiamente dicha.
Segun Gilbert y Ward, ese casa se da cuando el gobiemo puede combinar
sus propios intereses con proyectos asistenciales destinados a los grupos
de bajos recursos.
Quinto, cuando ciertos sectores de la sociedad abren un espacio favorable a los intereses de los grupos mayoritarios, beneficiandose de una
coyuntura polftica particular. Ese fue el caso, par ejemplo, de los Fraccionamientos de Objetivo Social, un dispositivo jurfdico especial creado
localmente en 1984, 0 dei fondo de la vivienda para los no asalariados
(FDNHAPD), creado a nivel nacional en 1982 (Periodo V).
Sexto, cuando ciertas condiciones hist6ricas (culturales, sociales, politicas, etc.), permiten que localmente se conforme un dispositivo particular
de desarrollo. Ese fue el caso, sin duda alguna, deI modelo de gesti6n participativa que se crea a partir de la cuarta dcada de este siglo, con el
objeto de encarar el fuerte proceso de urbanizaci6n e industrializaci6n
que empezaba a vivir la ciudad (Periodo IV).
Los momentos "dbiles", por su parte, fueron mucho mas constantes;
una lfnea que se vi6 interrumpida ocasionalmente en el tiempo, una tendencia que no fue circunstancial y que obedeci6 a varios factores: el Estado no interviene por falta de voluntad 0 porque, en un momento determinado, no se considera que la acci6n habitacional sea de su competencia;'2
un grupo particular (ya sea de gobemantes 0 gobernados), desplaza la
que estos eran entregados a nivel de los servicios nos hacen pensar que se trat6 de una
falsa mejora en la evoluci6n dei estatuto juridico de ocupante y de un engafio en cuanto
al tipo de producto adquirido. Vase el periodo 4, apartado 4 de la primera parte y el
apartado 2 de la segunda parte. Mas importante que eso queda adn por discutir la cue~
ti6n dei costo social y econ6mico que ese tipo de acciones trae para el conjunto de habitantes independientemente dei ndmero de viviendas realizadas. Sin duda se trata de un
beneficio indirecto bastante discutible puesto que conceptos como la justicia y la dlstribuci6n de la riqueza no son abordados.
Il Independientemente de los beneficios econ6mlcos que las operaciones Inmobiliarias
pudieron representarles a los funcionarios pdblicos, se ofert6 un numero considerable de
casas habitaci6n econ6micas. Vase el periodo 5, apartado 5.
12 Nos referimos a los momentos en que la producci6n de vivienda se considera como dentro de la 6rbita de 10 privado y deja de ser competencia deI poder publico.

Conclusiones

465

fuerza polftica efectiva a sus propios intereses; el poder polftico, por


diversas razones, no es capaz de generar un consenso 0 incluso de concebirlo; existe un dficit de actores capaces de iniciar 0 lanzar una polftica
habitacional; las luchas polfticas debilitan al Estado y neutralizan su energfa y capacidad de acci6n. En fin, multiples factores, que en el fondo,
provocan que los objetivos sociales sean abandonados, diferidos 0 sustituidos por otro tipo de objetivos, que en un contexto particular, se consideran prioritarios. En esos casos, sera s610 en forma marginal 0 incluso
discursiva, que se tome realmente en cuenta la vivienda social, luego de
la elaboraci6n e implementaci6n de las polfticas gubemamentales.
En resumen, podemos considerar que la polftica habitacional se adapta al medio ambiente de su tiempo, se define en relaci6n a la corriente dei
pensamiento dominante, a la filosofia de la poca, que establece un
"marco conceptual torico sobre aqullo que es 0 no es de la competencia
dei Estado"; 13 y se aplica segun el modo de gobernar y la participaci6n
polftica de los habitantes de la poca. Su estudio (y mas particularmente,
el estudio de su contenido social), debe hacerse tomando en consideraci6n todas esas determinantes hist6rico-estructurales, en base al sistema
socio-polftico que prevalecfa en su momento; de 10 contrario, trabajariamos con un mtodo de analisis igualmente impermeable a las lecciones
dei pasado como el proyecto neoliberal.

3.

La evolucion de la cuestion habitacional en los cuatro diferentes


paradigmas: conclusiones principales '4

Fue en la transici6n de este siglo, cuando la vivienda se convirti6 definitivamente en una mercancfa, al entrar en la esfera de la producci6n capitalista inmobiliaria, que nacfa tambin en ese entonces. Y fue tambin en
este siglo, s610 que unos afios despus, cuando se empez6 a hablar por
primera vez de una polftica de vivienda social, que era conducida y aban13 As! 10 seilala Laurent Ghekiere en su libro Les politiques du logement dans l'Europe de
demam, La Documentation Franaise, Pans, 1992.
14 Con cada uno de esos paradigmas intentamos periodizar, a manera de una propuesta
metodol6gica, la evoluci6n de los cambios socio-polfticos y econ6micos que se sucedieron en la historia de Guadalajara, ellos son: la emergencia de un Estado patrimonialista
en los siglos XVI-XIX. la conformaci6n de un sistema liberal (1820-1880), el desarrollo
de un modelo pluralista (1920-1970) y la imposici6n de un autoritarismo centrahsta
(1970-1992). En la introducci6n de este trabajo hacemos una presentaci6n general de
cada unD de ellos.

466

Eduardo Lapez Moreno

derada por el Estado mexicano modemo, a travs de los gobiemos posrevolucionarios.


Antes de que la vivienda se empezara a producir de esa manera, era
mucho mas un bien de uso que de cambio, un bien mercantil no propiamente capitalista que se autoedificaba 0 se producfa por encargo; de tal
forma, que hasta el siglo XIX, seria mas correcto hablar de la producci6n
deI espacio urbano y no de la producci6n habitacional propiamente dicha.
En ese sentido, nuestro objeto de estudio, "la polftica habitacional", recubre un concepto mas global, que es la idea general de un proceso (y no
deI producto "casa"); proceso que en los primeros periodos de este estudio, concieme mucha mas el acceso al sue 10, a las relaciones de propiedad y formas de ocupaci6n, que a la edificaci6n de la casa en sf" y que,
con los afios, se va a extender a la vivienda, conforme aparecen y se
diversifican los sistemas de producci6n y distribuci6n de la misma.
En efecto, las diversas normas y dispositivos que se crearon, a fin de
reglamentar los usos de suelo en la ciudad, las leyes y ordenanzas que se
dictaron para regular las formas de ocupaci6n y el estatuto jurfdico deI
suelo, en fin, todas aquellas medidas que se adoptaron antes de este siglo,
tenfan mas que ver con el desarrollo urbano global de la ciudad que con
la vivienda; sin embargo, en forma directa 0 indirecta, concernfan la
cuesti6n habitacional de los pobladores tapatfos. AI igual que hoy dfa,
esas medidas en principio buscaban evitar 0 compensar los desequilibrios
sociales y econ6micos, que el modelo de desarrollo, era capaz de generar;
en ese sentido, podemos equipararlas con la polftica de vivienda moderna. Desde esa perspectiva, la estudiamos a 10 largo de este trabajo, puesto
que el modo en que se instrumentaron dichas acciones y la forma en que
stas evolucionaron, marcaron algunos de los rasgos distintivos de la
polftica actual y de la manera en que sta se pone en practica.
Es ese cambio a largo plazo, el que nos interes6 analizar, tomando en
consideraci6n que, dentro de esa dinamica estructural, hay tambin ciertos elementos que persisten: un pensamiento, una cultura, un modo de ser
y gobernar, en fin un orden especial que se va heredando;lh orden que
hemos querido analizar y re-reinterpretar, a fin de darle un significado a
la historia urbana de la ciudad y a la de la vivienda moderna.
15 As! 10 estudiamos en los Ires primeros periodos de este trabajo, los cuales corresponden
a la vertiente hist6rica de la tesis. Es de hacer notar que si bien desde el siglo XVII el
patrimonio inmobiliario era susceptible de producir una renta no por eso permitia reproducir un capital; fue con los contratos de locaci6n a corto plazo, notablemente en las
propiedades que detentaba la iglesia, que se valoriza el marco construido, prepanindose
asi una forma de valorizaci6n capitalista futura.
16 Wiarda Howard, Latin America, the distinct tradition, University of Masachussets
Press, USA, 1974.

ConcIusiones

467

Los periodos estudiados, nos ayudaron a entender la transici6n de una


fase hist6rica a otra. La evoluci6n de la polftica de vivienda (en ese sentido hist6rico-global) se hace mas comprensible, si la referimos a los cuatro paradigmas socio-polfticos que se sucedieron en Guadalajara; de ellos,
presentamos a continuaci6n los principales resultados:

Un Estado patrimonialista (siglo XVI-XVJJJ)


La sociedad se encontraba dividida en base a jerarquias. rangos y diferentes cuerpos, todos ellos. estructurados por el Estado colonial, quien de
hecho Iiteralmente los englobaba. Cada uno de ellos. intentaba Iigarse por
separado tanto con l, como con el gobierno local, a fin de beneficiar de
multiples mercedes, prerrogativas y concesiones, dentro de una gran sistema que funcionaba como una "red", con leyes mas bien abstractas. pero
que cumplfan con una importante funci6n integradora.
A pesar de los esfuerzos de la Corona por mantener el poder, localmente ste se convirti6 en la prerrogativa de un grupo; en el siglo XVII y
XVIII. el gobierno estuvo al servicio de la clase mas poderosa, que era la
que dominaba desde el punto de vista econ6mico. y que gracias al mismo
poder, se convirti6 en la clase polftica dominante. Fue ella. quien rompi6
el modelo territorial de ordenamiento -que en principio debia servir para
estnn::turar el crecimiento de la ciudad- a fin de poder disponer de la tierra de origen colectivo que la rodeaba. entregndola a un numero reducido de familias. dentro de un proceso de privatizaci6n bastante precoz, que
se inicia a principios deI siglo XVII.
La acumulaci6n de propiedades rafces. de riqueza y deI poder en
general, fue obra de algunos individuos y corporaciones. entre los cuales,
aparecen los miembros de la oligarquia y la Iglesia. como los principales.
La manera en que se reparte y se ocupa la ciudad. refleja esa divisi6n en
cuerpos: el Municipio -principal corporaci6n civil- es duefio deI 40% 0
50% de la superficie de la ciudad, las diversas corporaciones eclesiasticas
son propietarias de cuando menos un 30% deI patrimonio edificado. y las
comunidades y pueblos indigenas con propiedades peri-urbanas. de un
20% 0 25% deI rea que la ciudad tenia a mediados deI siglo XIX. 17
Los habitantes pobres. un c\lerpo social desprotegido, no tuvo grandes
problemas para encontrar una soluci6n al problema habitacional en el
siglo XVI y parte deI XVII; una etapa en la que se dieron las condiciones
17 Nos referimos a la comunidad indigena de Mezquitn y a los pueblos de Analco y
Mexicaltzingo. cf. periodo 1.

468

Eduardo LOpez Moreno

hist6ricas, para que los diversos sectores de la poblaci6n, accedieran al


suelo en forma gratuita 0 con costos muy bajos. Fue con los afios, conforme se monetarizaron los sistemas de acceso al suelo, que las posibilidades para acceder a un bien rafz, se hicieron mas dificiles. El gobierno
local retoma una figura jurfdica extraida dei derecho civil espafiol, con el
objeto de permitir un acceso colectivo al suelo municipal, dentro de una
estrategia que le permite cubrir, al mismo tiempo, varios otros objetivos
no estrictamente habitacionales." Asf nacen y se desarrollan los sistemas
de renta a largo plazo, lIamados censo 0 pension; una figura que concede
un derecho perpetuo y hereditario al ocupante, quien al edificar su casa
habitaci6n, crea un estatuto jurfdico especial: "la propiedad compal1ida",
en la que l se conviel1e en ocupante censatario y el Municipio, que es el
duefio dei suelo, en propietario rentista.
En este primer periodo, el suelo fue fundamentalmente un bien patrimonial, sobre el que se percibfa un rendimiento que distaba mucho de ser
una renta, en senti do capitalista; sin embargo, desde entonces se comenzo
a librar una lucha secular por liberar el territorio urbano, de los derechos
de posesi6n perpetuos, con formas de propiedad compartida, intentando
imponer en su lugar, la plena propiedad y los derechos de posesion a
corto plazo. El primer tipo de derecho -heredado de una concepci6n feudal-, suponfa un sistema de renta fija, que al ser independiente dei valor
de los bienes inmuebles, no estaba subordinado a la exigencia de la
ganancia y la acumulaci6n, y que daba lugar a un uso casi pleno de la
propiedad. El segundo tipo -asimilado mucha mas a la propiedad burguesa-, suponfa un sistema de renta variable, cuyo pago se ajustaba a las
condiciones imperantes con un uso restringido de la propiedad, que establecfa las condiciones para una acumulaci6n capitalista futura.
Ambos sistemas coexistieron desde el siglo XVII. El inmenso patrimonio municipal y el deseo 0 la necesidad dei gobierno local, por mantener un suelo de tipo social, contribuy6 a que el sistema de renta fija prevaleciera sobre el sistema de renta variable. El hecho de que el pago deI
censo 0 pensi6n, fuera tan bajo, permitfa que los habitantes tapatfos tuvieran conciencia de que se trataba de un favor que prestaba el Municipio,
en tanto que propietario-gestor dei suelo; favor que, en ultima instancia,
se le reconocfa al rey, en cuyo nombre se autorizaba la ocupacion, pues l
era el propietario eminente y duefio patrimonial de la tierra.'"
18 Esos objetivos son evocados en el apartado dos de estas conclusiones, a ellos valdrfa la
pena agregar el hecho de que con el censo se evitaba que se perdieran los ejidos que
eran vendidos y ocupados ilegalmente en la periferia de la ciudad.
19 Probablemente hasta un veinte por ciento de los habitantes pudo vivlr en suelo propiedad deI municipio y otro lanto en casas de la iglesia (quiz3. hasta un tercio de la poblaci6n) pagando una pensi6n 0 censo en forma perpetua.

Conclusiones

469

El Estado daba y el habitante recibfa, en un intercambio coma se, el


primero termin6 por constituirse en un "Estado patrimonialista benefactor", y el segundo, qued6 inserto en una red clientelista. TaI relaci6n
favoreci6, que hist6ricamente, se trazara un camino seguro a la legitimaci6n y a la constante reproducci6n deI poder, en base a un sistema de privilegios; sistema que funcionaba a partir de mecanismos de derogaci6n y
c1ientelismo, dentro de un rgimen que privilegiaba el intercambio de
favores, en lugar de un principio de igualdad ante la ley. Sin duda, esa
practica va a constituir en el tiempo, unD de los determinismos culturales
mas importantes de la polftica y de las formas de ejercicio de la dominaci6n.
El suelo municipal, fue parte fundamental de ese mecanismo, una
pieza clave de una po/{tica de equi/ibrio, que fue instaurada estratgicamente por el gobierno 0 que fue impuesta por las necesidades; pero que,
en cualquiera de los dos casos, funcion6 coma una medida que permitfa,
por un lado, que el sistema de privilegios, y en general, el modelo de
desarrolIo que se implementaba, avanzara; y por el otro lado, que los
habitantes pobres encontraran un media para acceder colectivamente a un
terreno, y a travs de l, a una vivienda.
Vna estrategia eficaz que se asemeja bastante a la polftica de vivienda
social modema, principal mente en la forma en que interviene el Estado,
procurando que objetivos que no son siempre complementarios en la
prctica (pero que se presentan coma tales, por ejemplo, la busqueda de
una finalidad econ6mico-polftica que se acompaiia de una finalidad polftico-social), permitan la consecuci6n de un objetivo mayor; ya sea la
colonizaci6n 0 el poblamiento de la ciudad en el siglo XVIII 0 el reafirmar una polftica neoliberal en el XX.
Sin duda, esta doble busqueda representa una de las caracterfsticas
principales de 10 que sera, mas tarde, la polftica habitacional; la cual,
desde este primer periodo, funcionaba de manera similar, coma 10 podemos constatar con la propiedad municipal. Con la esperanza de eficientar
los sistemas de producci6n agrfcola y abasto de la misma ciudad y de su
hinterland, y tambin con la intenci6n de beneficiar a una pequeiia oligarqufa terrateniente, con quien mantenfa una estrecha relacin de poder, el
Municipio entreg6 sus propiedades a particulares. Es decir, actu6 en base
a objetivos economico-polfticos; simultneamente se vi6 en la necesidad
de conservar suelo urbano "intramuros", con el propsito de responder a
Jas demandas sociales de los habitantes, a quienes en 10 sucesivo padfa
ofrecerles un numero elevado de predios y ejidos en renta, dentro deI
mismo espacio citadino. Actuando asi, atendfa en consecuencia, objetivos

470

Eduardo Lapez Moreno

politico-sociales que le permitfan reafirmar su condicion de Estado patrimonialista y benefactor. 20


Los intereses antagonicos de los dos grupos sociales, que se beneticiaban en cada uno de los extremos, van a manifiestarse rapidamente. Los
terratenientes y grandes propietarios urbanos, denuncian, por un lado, los
altos costos economicos que representa el conservar una propiedad corporativa, que limita su intervenci6n sobre el mercado dei suelo; los habitantes de ingresos medios y bajos denuncian, por el suyo, el que el Municipio hubiera desaparecido un tipo de propiedad que les era esencial para
el desarrollo de sus actividades cotidianas ligadas a la produccion. Contradicciones coma sta, resultan diffciles de mantener en el tiempo; el
Estado, de acuerdo a las presiones que ejercen sobre l, los diversos grupos sociales, va a responder privilegiando ya sea la primera 0 la segunda
de ellas. La ruptura de ese fragil consenso, va a representar una discontinuidad en la polftica de vivienda; los criterios que hayan prevalecido en
esa oposicion de intereses, haran que la balanza de la accion gubernamental se cargue para alguno lado en particular. Eso fue precisamente 10 que
sucedio en el Periodo II, cuando se opero una transformacion en el paradigma socioconomico, que habfa prevalecido hasta la fecha, dei cual nos
ocupamos a continuacion.

Un sistema Liberal (1820-1880)

Con una sincronia realmente remarcable, se inicio en Mxico, yen varios


otros paises latinoamericanos, un intenta por erradicar los sistemas corporativos y los privilegios que le eran Inherentes. Desde la segunda dcada
dei siglo pasado, un pensamiento liberal se esforzo por romper las relaciones de tutelaje y el paternalismo, a fin de conformar en su lugar, una
sociedad de individuos -y no de diferentes cuerpos 0 estamentos- encargados de construir ellos -y no el "Estado poderoso"- las nuevas relaciones economicas, sociales y polfticas, necesarias para ese cambio.
Al igual que en el periodo precedente, el suelo fue objeto de una atencion muy particular, convirtindose en uno de los sustentos ideologicos
de las teorfas liberales y en el eje de la polftica deI nuevo gobierno; pues
20 Paralelamente podfa cumplir con algunas funciones que eran de su competencia, por
ejemplo; el control dei crecimiento de la ciudad a travs de una consolidaci6n mas uniforme deI espacio urbano y el respeto de la cuadrfcula como modelo de ordenamiento,
el evitar las ocupaciones irreguIares.

Conclusiones

471

por mas de una raz6n, los reformadores le percibian coma un factor


estructural de cambio, y de ah, que fuera necesario para eHos:
i) modificar la estructura juridica de la propiedad rmz y transformar el
estatuto dei suelo (de social a privado) ,a fin de debilitar al Estado, quien
hasta entonces 10 habfa utilizado hist6ricamente coma un mecanismo de
legitimaci6n;
ii) liberar la propiedad, de la servidumbre en que se encontraba, para
repartirla en una clase media, que con su fuerza expansiva, pudiera conformar un nuevo orden social;
iii) privatizar el suelo (urbano y rural), para convertirlo en un bien
universalmente disponible, al que todos los individuos pudieran acceder
como una forma de progreso material y moral de la sociedad.
Con esos cambios, los liberales procuraban enfrentar el poder ilimitado dei Estado y las corporaciones que de l emanaron, creando las condiciones para que su proyecto econ6mico y social se consolidara, en gran
parte, sustentado en un mercado inmobiliario que eHos mismos habfan
creado. 21 De ese proyecto, debfa emerger un nuevo Estado, cuyas funciones se restringirfan a garantizar el maximo de posibilidades de acci6n de
los individuos dentro de un marco jurfdico equitativo y justo. Desafortunadamente, en Guadalajara no sucedi6 asi; si bien la libertad (que en ese
contexto debfa entenderse como un sin6nimo de universalizaci6n de la
propiedad, es decir, su privatizaci6n), sustituy6 a la servidumbre dei
suelo, y los individuos a los diferentes cuerpos, la igualdad no pudo sustituir a los privilegios, y las reformas finalmente no pudieron acabar con
las riquezas, las prohibiciones y los monopolios, entre eHos, el de las ventajas sociales, desde donde se originan todo 10 demas.
A diferencia dei Estado patrimonial, el Estado liberal no respondi6
directamente a las clases dominantes y contribuy6 a conformar una lite
propietaria, integrada por comerciantes medios y algunos terratenientes
importantes; en 10 que concieme a las mayorias, el Estado apareci6 como
un poder dbil, incapaz de hacer respetar su polftica socialY En gran
parte, por la forma en que sta se aplic6 (es decir, en la forma en que se
Hev6 a cabo el ejercicio dei poder), y tambin, porque dentro de ese
21 Recurdese que hasta mediados dei siglo XIX cerca dos tercios dei suelo urbano no
podfan circular libremente porque la propiedad se encontraba estancada 0 vinculada en
diferentes manos y corporaciones.
22 Pensamos notablemente en la Ley Lerdo que prescribla que los bienes inmuebles deblan
entregarse imperativamente a sus ocupantes, convirtindoles en propietarios y a las corporaciones que eran propietarias en acreedores hipotecarios. Una ley con un alto contenido social.

472

Eduardo LOpez Moreno

nuevo paradigma, los derechos sociales aparecfan coma objetivos deseados y los derechos individuales coma objetivos categ6ricos. De tal forma,
que en este periodo, los primeros fueron constantemente aplazados, abandonados 0 sustituidos por los segundos.
El liberalismo fue entonces, un movimiento que implic6 a un cierto
tipo de clase media y a las clases altas. Su intenci6n de abolir todo tipo de
restricciones y monopolios, muestra completamente sus limites, en el
casa de Guadalajara. Igualmente, los muestra el intento de redistribuir la
propiedad, a fin de lograr un equilibrio racional de interses, que hasta
ese entonces, se vefa frustrado por la monopolizaci6n corporativaY Ocho
personas adguirieron bienes de la Iglesia, que representaban la tercera
parte deI capital total amortizado, y otras seis personas, principal mente
comerciantes, adquirieron casi 70 has. dei suelo municipal y se hicieron
propietarios de cerca dei 50% de la superficie de la ciudad, que se puso
en estado legal de venta, entre 1856 y 1874. 24
Sin duda, podemos concluir, gue la transformaci6n de la propiedad
social de origen corporativo, en propiedad privada, se hizo en detrimento
de los sectores mayoritarios, a quienes en principio se destinaba. 2S Elliberalismo fue un movimiento elitista, incapaz de establecer un mecanismo
de autoregulaci6n al proceso natural de acumulaci6n, gue permitio la
emergencia 0 consolidaci6n, de una c1ase terrateniente urbana, impidi6 la
expansion de la clase media y pauperizo, aun mas, a la clase pobre. Como
consecuencia de este movimiento, probablemente entre 800 y 1,000 familias, se vieron obligadas a abandonar 0 a ocupar, bajo otro estatuto jurfdico, las propiedades inmuebles en que vivieron por muchos afios, en ciertos casos par varias generaciones.
Las posibilidades de habitaci6n que se les ofrecieron a aqullas que
salieron de la propiedad, se limitaban a comprar un pequefio lote en la
periferia, engrosar las vecindades, cohabitar bajo un mismo techo con
23 Charles Hale, Op Cil. p. 158.
24 Adems de la concentraci6n de la propiedad en tan pocas manos y en forma directa,
obtuvimos indicios suficientes para asegurar que en un periodo relatlvamente corto
(probablemente menos de 5 aiios), un gran numero de las adjudicaciones de propiedad
que se hicieron directamenle a las familias pobres que ocupaban en arriendo los solares.
los ejidos y las casas, se transfirieron a olras familias de recursos econ6micos desahogados.
25 El hecho de que los censalarios 0 Inquilinos no supleran hacer usa de la ley y de las prerrogativas que esta les otorgaba; adems de que muchos otros en realidad no lenian la
capacidad econ6mica para hacer suya la propiedad contribuy6 a que en lugar de que se
ampliara la c1ase media se eXlendiera la ohgarquia. Pues. los liberales, por su parte,
siguiendo las leorias en voga. no lenian Inconveniente en convertirse en propletarios
acaudalados.

Conclusiones

473

otras familias, e incIuso, ocupar irregularmente predios que seguian siendo propiedad deI Municipio. Todas ellas, con un estatus jurfdico incierto.
bastante ambiguo y con derechos mas precarios. 26 Para esas familias. el
proyecto liberal representa una transformaci6n radical que. sin duda, les
fue bastante adversa; ya sea en trminos de una degradaci6n de sus condiciones de vida 0 de una multiplicaci6n repentina de sus necesidades habitacionales, en que la inseguridad en la posesi6n deI suelo, adquiere visos
de una nueva realidad social.
La circulaci6n de bienes y de riqueza deI siglo pasado, no garantiz6 la
prosperidad y el desarrollo ni fue sin6nimo de abundancia y difusi6n de
la propiedad. coma los neoliberales de hoy dia 10 suponen. 27 El proceso
de desamortizaci6n, fue en el fonda. un proceso de amortizaci6n que prepar6 las condiciones para una explotaci6n capitalista futura deI suelo;
proceso deI que nos ocupamos en los Periodos III y IV. cuando se opera
una segunda transformaci6n en el paradigma socio econ6mico.

Un modela pluralista (1920-1970)

En la transici6n de este siglo, aparecen los primeros grandes proyectos


urbanisticos, denominados "colonias". con el abjeto de lIevar a cabo un
proceso de urbanizaci6n mercantil en la ciudad. Los agentes que 10 conducen, principalmente comerciantes e industriales extranjeros, valorizan a
partir de una 16gica capitalista, el suelo urbano que durante mas de cuarenta afios, ha permanecido ocioso y congelado en manos de sus propietarios patrimoniales. 2x
Con colonias cuyos nombres revelan el origen de esos agentes, coma:
"La Americana" 0 "La Francesa", se inicia un nuevo mercado de bienes
rafces en la ciudad. que en pocos afios. se reproduce con gran rapidez
26 En efecto. el movimiento liberal no s610 libr6 una lucha por la propiedad sino tambin
por transformar las relaciones de propiedad. El objetivo buscado era el de destruir 0
disolver los derechos hereditarios sobre el suelo en favor de la propiedad definitiva; es
decir. que los habitantes pasaran de un sistema de renta fija y perpetua a otro de renta
libre y a corto plazo. La fuerte dinamica de especulaci6n y revaJorizaci6n de suelo
(pasando de valores viejos a nuevos) proplci6 un incremento en las rentas de la propledad liberada que generaron a su vez exclusi6n y un nuevo reacomodo socio-espacial.
27 Es una lecci6n evidente dei pasado que deberia hacer que se reconsiderara esa pretendida universalidad ahist6rica. asocial y apolitica en que se apoyan los neoliberales en su
"historicismo dei futuro",
28 Muchos de esos propietarios obtuvieron sus bienes raices por medio dei proceso de privatizacl6n que acabamos de descnbir lineas arriba.

474

Eduardo Lapez Moreno

hasta convertirse en una autntica revoluci6n inmobiliaria; es precisamente el nacimiento dei capital inmobiliario que se separa dei suelo y
genera ganancias independientes, a pesar de que los recursos que se
invierten son modestos y bastante marginales, en re1acin a las otras formas de acumulacin de esos agentes. l9
El estudio particular de las tres primeras colonias que se desarrollaron
en Guadalajara, nos permiti constatar que la promocin inmobiliaria no
fue el resultado de un proceso natural 0 espontneo, coma en muchas
ocasiones se ha sugerido; se trat6 de un proyecto especffico, que intentaba implementar un nuevo sistema con actores definidos y agencias especiales, que innovaron en varios campos: a) en los modos de articulaci6n
de actores y funciones (por ejemplo, con la asociaci6n de promotoresurbanizadores,3 socios capitalistas y especialistas con un saber-hacer tcnico); b) en el desarrollo de nuevas formas de promoci6n y venta; c) en
las modalidades de acceso al suelo y la vivienda, y d) en los tipos de productos ofertados.
En realidad, no se trat de un simple proceso de urbanizaci6n, sino de
una verdadera reforma urbana que se apoy6 en estrategias inmobiliarias
sofisticadas, muchas de ellas, de orden ideolgico, por ejemplo:
realizar cambios en la forma (urbana y arquitect6nica), que se presentaban coma cambios en el fondo; es decir, considerar que a partir de
una intervenci6n en el marco construido, se podfa intervenir en el comportamiento social;
emplear un nuevo lenguaje y nuevas tcnicas, coma una manera de
valorizar el suelo;
servirse de nuevos conceptos, c6digos y modelos, para romper con
10 "viejo", a fin de imponer 10 "nuevo", ya sea a nivel de ciertas prcticas
culturales, comportamientos sociales, objetos 0 ideas.
Una verdadera reforma urbana, que tuvo repercuciones importantes
en el modo de vida y en los sistemas de accin social de los tapatfos, y
que al erosionar ciertos valores culturales, produjo cambios substantivos,
entre los cuales ameritan evocarse tres principales: i) el abandono progresivo de la cuadrfcula (la trama ortogonal), coma el unico modelo ordena29 Con este tipo de operaciones urbanisticas se exploran nuevas formas de recuperaci6n de
capital. Sin embargo, no sera hasta la quinta 0 sexta dcada de este siglo cuando se
desarrolle un sector inmobiliario aut6nomo con mecanismos de acumulacion independiente.
30 Se trata de agentes encargados de la gestion dei capital inmobiliario privado que sin
embargo participan con un poco de recursos en la conformaci6n de un capital patrimonial de la empresa, de ahi que no se les reconozca como promotores inmobiliarios
"purosH.

Conclusiones

475

dor deI espacio;'! ii) la sustituci6n deI modela de habitaci6n de origen


rabe-andaluz -"la casa con patio"- por otros modelos europeizantes y
norteamericanos -"la casa rodeada de jardines"-; y, iii) la sustituci6n deI
concepto barrio, por el de la colonia residencial. Cambios que provocaron
una recomposici6n dei paisaje social y una mutaci6n en los paradigmas
culturales y en la forma en que los habitantes se apropian y valorizan, en
10 sucesivo, el espacio urbano; establecindose, desde entonces, una oposici6n cardinal entre dos formas de vida: habitar en un barrio central, un
espacio plurifuncional y socialmente heterogneo pero desvalorizado 0
habitar en una colonia de la periferia, un espacio monofuncional y socialmente homogneo, decididamente valorizado. Oposici6n que con todos
las significaciones sociales, econ6micas, culturales y urbanfsticas que
conlleva, ha prevalecido hasta nuestro dfas. 32
El proceso de urbanizaci6n que iniciaron los capitalistas extranjeros,
fue rpidamente asimilado y puesto en prctica por los propietarios patrimoniales deI suelo y por habitantes tapatfos, que se convirtieron en promotores-urbanizadores independientes 0 asociados a aqullos. El fraccionar la tierra, se convirti6 en el eje de la promoci6n, y la tierra misma, en
el de la ganancia; de hecho, la explotaci6n de este nuevo mercado, s610
puede comprenderse coma una especializaci6n deI capital comercial,
pues fue de ese sector, de donde provenfan la mayorfa de los recursos
econ6micos y los agentes que los viabilizaban.
Hasta el final de los afios cincuenta, la oferta fue bastante homognea:
lotes con servicios. Una oferta que se ajustaba a las diferentes c1ientelas
socio-econ6micas, segun la localizaci6n espacial deI "producto", su
dimensi6n ffsica y los servicios con que contara. Se trataba, en ese sentido, de un mercado que no era todavfa 10 suficientemente modemo (al no
incorporar una ganancia que resultara de la edificaci6n de la vivienda)"
31 Lo que supone la prdida de varios de sus atributos coma el poder de centralidad, la gradacion de jerarqufas socio-espaciales centro-periferia, la relativa homogeneidad y la isotropia dei espacio urbano...
32 Los barrios funcionaron historicamente como elementos que estructuraron la sociedad
urbana y se caracterizaron por una propuesta de integracion en todos sentidos; mientras
que las colonias se caracterizaron por una propuesta de separatividad, algo para estar "a
parte" y no coma "parte" de la ciudad. Evidemente desde entonces han surgido soluciones intermedias; no obstante, la diferenciaci6n socio-cultural "vivir en barrio" 0 "vivir
en una colonia" persiste desde entonces.
33 Es a partir de los sesenta que el sector inmobiliario se constituye en un mercado moderno al asociar y valorizar la industria de la construccl6n dentro de una producci6n capitalista que hace de la vivienda definitivamente una mercancia. Esta nueva elapa de la promoci6n se alcanza por la concurrencia de varios factores, entre ellos: la expansion dei
mercado que permite una mayor distribuci6n deI ingreso, un incremento cuantitativo y

476

Eduardo LOpez Moreno

pero que, a pesar de ello, generaba beneticios importantes, debido a la


conjuncion de varios factores: a) los fraccionadores se servian de un capital publico desvalorizado, pues la inversion en equipamientos y servicios,
no era soportada por ellos; b) las operaciones inmobiliarias producfan una
plusvaifa por "rentas diferenciadas" que la propia dinmica urbana generaba; c) una ciudad en plena expansion coma Guadalajara, provocaba una
fuerte demanda habitacional, a la que los promotores simplemente respondian; d) los lotes con servicios suponian un tipo de oferta, cuyo costa
se adecuaba a las condiciones economicas de los habitantes;34 y, e) la
inversion economica era minima, principal mente debido a la no observancia de la ley y de las diferentes normas en la materia.
Este ultimo punto, es fundamental para comprender la logica de la
promocion inmobiliaria: ocho 0 nueve de cada diez de los fraccionamientos populares, que se llevaron a cabo en ese entonces, eran irregulares 0
ilegales. 3s No es pues, osado, concluir al respecto, que la produccion dei
espacio con fines mercantiles, no solamente respondio a criterios economico-financieros, sino tambin a un sistema de relaciones sociales y polfticas en las que, las leyes, se negociaban y reinterpretaban constantemente gracias al ejercicio de un poder de cooptacion y derogacion. 3h Con otra
cara y otros actores, el fantasma dei sistema de intereses dei paradigma
patrimonialista, revive; de nueva cuenta, una "red invisible" -que funciona con reglas abastractas- se convierte en el pilar LO 10 sigue siendo
desde entonces? de la organizacion de la estructura social y de la forma
en que se produce el espacio habitacional.
cualitativo (en trminos de solvencia) de la demanda, la aparici6n de sistemas financieros institucionales que abren el abanico de acceso a ciertos sectores de la poblaci6n y
reducen las tasas de riesgo de los promotores y la participaci6.n creciente dei Estado en
la producci6n de vivienda.
34 Mas aun si se toma en cuenta que el sistema financlero adoptado por los promotores
para financiar la demanda ampliaba las posibilidades de acceso a diversos sectores.
N6tese que originalmente esos recursos eran provistos por el propio capital patrimonial
de los promotores inmobiliarios y por los dueiios de suelo; de tal forma que cuando aparecen los sistemas de crdito instituclOnal en los sesenta ... (con dispositivos que financian tanto la producci6n coma el consumo) aquellos tlenden a reducirse signiflcauvamente, debido a que los recursos bancarios permit fan una reducci6n en las tas as de
riesgo y una extensi6n de los beneficios a capas mas amplias de la poblaci6n.
35 Irregulares desde el punta de vista jurfdico-administrativo pues casi ninguno de eHos
contaba con los tnlmites de urbanizaci6n correspondlentes; otros varios eran ilegales
porque no se ajustaban a las normas y c6digos urbanos vigentes 0 porque carecfan de
servlcios. Cf. periodo 4 y 5.
36 Un poder que hace inoperantes las leyes y que introduce grandes espacios de ambiguedad juridica a travs de multiples mecanismos de derogaci6n extralegales. Poder que
permite que se oferten lotes sin servicios 0 con servicios minimos .

Conclusiones

477

La gran mayorfa de los habitantes pobres, vivieron por afios, algunos


por dcadas, sin servicios. El Estado, y mas precisamente las autoridades
locales, fueron responsables de ello por mas de una raz6n: legitimaron
operaciones que por diversas razones no se podfan llevar a cabo,J7 solaparon las irregularidades y los fraudes en la venta de lotes sin servicios,
autorizaron 10 inautorizable y dejaron impune 10 que debfa perseguirse y
castigarse. Cuando final mente, deciden intervenir, su participaci6n es
mas bien simb6lica: gestionar la introducci6n de agua s610 en unD de los
muchos fraccionamientos que no cuentan con ella, contribuir con las
obras de drenaje solamente en una de las diversas zonas de la ciudad que
no 10 tienen, construir un numero muy reducido de viviendas para un
numero muy amplio de obreros. lM Operaciones aisladas 0 unicas que, sin
embargo, se presentan coma la manifestaci6n de una voluntad de intervenir en forma global y constante; voluntad que, evidentemente, nunca 0
casi nunca, se materializa, pero que sf recupera elementos ligados a la
cultura clientelista dei "yo te doy tu me das", dei Estado patrimonialista y
de las viejas formas dei ejercicio de la dominaci6n.
Prcticas y estrategias que requieren que se vuelva a una sociedad
dividida en cuerpos y estamentos (los cuales para funcionar deben ligarse
independientemente al Estado, parad6jicamente, coma una forma de integraci6n), en su nueva versi6n que son los sindicatos, las camaras, etc., a
los cuales se les entregan ciertos beneficios y prerrogativas que sirven
para asegurar su reproducci6n, que finalmente, es la de todo el sistema.
A fin de responder al fuerte proceso de urbanizaci6n e industrializaci6n, que vive Guadalajara al final de la Segunda Guerra Mundial, la
clase econ6mica y la polftica, desarrollan un modela original de gesti6n y
producci6n de la ciudad (dirfamos unico en el contexto mexicano), que a
partir de diversos mecanismos, leyes e instituciones de caracter mixto,
intenta entrar de lleno en el proceso de modemizaci6n que vive el pais y
particularmente la aglomeraci6n.
A diferencia dei paradigma precedente, no son los individuos los portadores deI cambio ni los beneficiarios directos de las ventajas dei desarrollo, es la sociedad en su conjunto, gracias a las diversas formas de
colaboraci6n y asociaci6n que constituyen los agentes y cuerpos que la
integran; cambio que supone una evoluci6n a un modela socio-polftico y
econ6mico diferente, que hemos denominado un paradigma pluralista.
37 Autorizando fraccionamientos que abrian expectativas de urbanizaci6n sin que los promotores y el mismo municipio pudieran intervenir ulteriormente.
38 Nos referimos por ejemplo a la Colonia Obrera, la unica operaci6n que llev6 a cabo el
Estado en mas de 60 aiios y que produjo s610 600 lotes. Cf. periodo 3.

478

Eduardo LOpez Moreno

Tal mutaci6n, no significa que el pensamiento liberal se haya abandonado, por el contrario, se reafirma a partir de una concepci6n economicista
de la sociedad, segun la cual, los vfnculos que la mantienen unida y trabajando, son principalmente econ6mico-productivos, y el orden que desea
establecerse es fundamentalmente econ6mico-social.
La gama tan amplia de actividades que se lIevan a cabo en colaboraci6n, no hace necesario que el poder publico se tome en un sentido estricto, sino simplemente que se ejerza a travs de la misma gesti6n de la ciudad y de la toma de decisiones que le es inherente. Asf, la
implementaci6n de sistemas de auto-financiamiento, la dotaci6n de infraestructura para el desarrollo urbano e industrial, la producci6n de vivienda, e incluso, la planeaci6n urbana, se asimilan mucho mas a la idea de
una gesti6n administrativa y no a una cuesti6n de poder 0 a una forma
especffica de polftica; en ese sentido, terminan subordinando a la autoridad municipal a la fuerza deI mismo modelo, de tal forma, que quien
finalmente gobiema en Guadalajara, es un tipo de "poder solidario" que
se institucionaliza en diversas 6rganos mixtos 0 tripartitas.
Con un modelo pluralista coma se, el Estado se convierte en un actor
mas, entre varios otros; no es l, quien hace la polftica ni quien la aplica,
sino una "asociaci6n de intereses", entre los cuales, se integra discursivamente a los habitantes 0 eillamado sector social. Lo mixto, en realidad se
compone por el sector publico y por el sector privado mercantil, cada uno
de ellos, obtiene un beneficio de acuerdo con sus propios intereses.
El Estado encuentra una fuente de legitimaci6n y de reproducci6n
dei poder en la misma idea de asociaci6n y participaci6n; pues en principio, la concepci6n dei modelo de gesti6n mixta, implica su capacidad
para dirigir el desarrollo y el buen funcionamiento deI mismo; de su
poder para coordinarlo. 39
La iniciativa privada se inserta en la esfera de poder y cogobiema en
nombre de un ideal regulador, que es el de asegurar un crecimiento con
justicia social. Sin embargo, abanderando ese ideal, termina por monopolizar las decisiones y las ventajas de ese modelo y deI crecimiento en
general; nada puede impedir que los atributos de la autoridad, la sanci6n,
el poder, etc., sean distraidos de sus fines para ser utilizados a su conveniencia.
39 La manera en que un gobemador de esos aiios presenta el lnstituto de Bienestar Social,
un organismo de vivienda de origen privado, muestra bien su poder de recuperaci6n
poHtica "una instancia fundada por el Estado y conducida por el seclor privado", en realidad este organismo fue concebido y estuvo siempre bajo la esfera decisiona! de los
empresarios.

Conclusiones

479

Los habitantes, por su parte, son simultneamente incJuidos-excIuidos dei modelo, mediante un principio ideologico de participacion ciudadana, gracias al cual, se hace pasar la idea de que eIIos deciden, opinan y
participan. Sin embargo, sus asociaciones, son integradas solo formalmente 0 mediatizadas por el sector laboral y los sindicatos oficiales. El discurso ideologico subyacente a este modelo, presupone que los objetivos economicos y las relaciones sociales que derivan de su bsqueda, hacen
posible la conciliacion pacffica de proyectos divergentes; de tal forma, que
a las demandas sociales y polfticas que formulan los habitantes y que amenazan con romper el consenso, se les puede excluir, 0 en todo caso, negar
toda posibilidad de escucharlas desde su contenido poHtico.
Es de hacer notar en ese sentido, el principio ideol6gico en que se
funda el paradigma pluralista, al pretender reunir actores que de facto,
defienden intereses antagonicos mediante un modelo aparente de colaboracion interclasista. Si pudiramos hacer abstraccion de estas ltimas consideraciones, que cuestionan un valor fundamental como es la democracia, valdrfa la pena recordar que gracias a este modelo, se acelero el
proceso de consolidacion de los fraccionamientos populares, se generaliz6 la introducci6n de infraestructura en la ciudad y se ampliaron los
esquemas de produccion de vivienda. Es decir, a pesar de 10 parad6jico
que parezca, se afianzaron los mecanismos de integraci6n social al menos
desde una perspectiva funcionalista. Una serie de beneficios y ventajas
que reflejan las bondades deI modelo y que hablan de su potencial como
una herramienta de gestion que puede contribuir al desarroIIo, desde un
enfoque mas local;40 sobre todo, si consideramos que en tan solo treinta
aiios, supo crear sus propios esquemas de financiamiento, congregar (de
una forma u otra) diversos actores, reunir esfuerzos y movilizar mltiples
recursos. Un modelo que constituy6, sin duda, una de las grandes especificidades deI desarrollo urbano en la historia de Guadalajara y que funcion6 con cierta eficacia hasta la dcada de los setenta, cuando el Estado
central interviene imponiendo un nuevo paradigma 0 modelo socio-politico y econ6mico, dei cual nos ocupamos a continuaci6n.

Un Estado autoritario centralista (1970-1992)

Es probablemente a partir de esta etapa, que se percibe con mas c1aridad


la combinaci6n de diversas formas de gobernar, dentro de un nuevo para40 Siempre y cuando se integre como un verdadero pluralismo social que le de cabida y
expresi6n a los habitantes '"

480

Eduardo LOpez Moreno

digma que es el dei Estado autoritario centralista. Asf, cuando el Estado


es motor deI desarrollo, no vacila en imponer al conjunto de la sociedad,
los planes y los programas que l mismo define; posteriormente, cuando
se transforma en un Estado gestionario, continua imponiendo un modelo
de desarrollo, en gran parte definido por el sector economico dirigente, al
cual responde. En ambos casos, reCUITe a practicas y estrategias heredadas de otros paradigmas, interviniendo desde el centro, de manera autoritaria. Esta "sedimentacion historico-cultural" se manifiesta de diferentes
maneras:
La primera, y sin duda la mas antigua, se refiere a las viejas practicas
c1ientelistas que derivan dei paradigma patrimonialista, que instaura una
relacion particular entre el Estado y la sociedad, al interior de un rgimen
de intercambio de favores, por medio de leyes y principios abstractos.
Con el tiempo, ese rgi men se institucionaliza, de tal manera, que el
gobiemo populista de Echeverrfa, en los setenta 0 la administraci6n de
De la Madrid en los ochenta, y la gesti6n modemizadora y neopopulista
de Salinas en los noventa, reCUITen abiertamente a l. En consecuencia,
los programas de salud, educacion, vivienda, etc., es decir, todo aqullo
que tiene que ver con la polftica social y con los canales de distribucion
de la riqueza, son objeto de intercambios incesantes al interior de una
estrategia evidente de reproduccion deI poder.
La segunda, fruto de una clara evolucion hacfa un nuevo paradigma,
resucita el espfritu liberal dei siglo pasado y, con una confianza casi ciega
en la economfa de mercado, redefine los lfmites de intervenci6n dei Estado, en un proceso frentico de privatizacion. Un proceso que amenaza
con reducir, a su mas simple expresion, a las instituciones de caracter
social a las cuales se les considera ineficaces, operativa y financieramente, hablando. De esa manera, a nombre de la eficacfa, de la desburocratizacion y de la transparencia en el usa de los recursos, se le entrega, a las
empresas privadas, la produccion de vivienda publica y social, creando
las condiciones legales para iniciar un proceso de reprivatizaci6n de la
propiedad rafz de origen social. Estas medidas, y otras mas, en principio
persiguen (como hace un siglo y medio), una redistribucion equilibrada
de la propiedad, gracias a un equilibrio racional de intereses; sin embargo, los fuertes procesos de acumulacion de riqueza que se pueden observar, hacen temer que de nuevo, el neoliberalismo no sea capaz de establecer sus propios lfmites.
La tercera, revela las nuevas relaciones entre el Estado y la sociedad,
por medio de estrategias que tienden a reforzar la participacion comunitaria, a partir de f6nnulas neopopulistas, inspiradas en los modelos de gestion pluralista con una fuerte dosis de control y de dirigismo, y muy poco

Conclusiones

481

de participaci6n de la organizaci6n espontanea, producto de las iniciativas de individuos y asociaciones.

4. La pollliea social y el Estado


Es verdad que, en gran parte de nuestro recorrido hist6rico, el Estado
actu6 favoreciendo grupos particulares, representantes de la clase dominate 0 ligados a ella. Empero, es tambin verdad, que en ciertos momentos hist6ricos, otro tipo de grupos pudieron beneficiarse de ciertas decisiones, polfticas y acciones que implement6 el Estado. Ningun sector 0
grupo particular, ni siquiera los representantes de la oligarquia, pudieron
manipular siempre el sistema gubernamental, y mucho menos, el aparato
estatal; el espacio urbano se produjo de acuerdo con ciertas reglas sociales y objetivos, que se modificaban constantemente en el tiempo, la naturaleza deI proceso de urbanizaci6n cambiaba y los mecanismos de control
tambin, emergian nuevos actores y se transformaban los modos de producci6n. No fue un s6lo actor, quien condujo el proceso (y produjo el
espacio), sino la suma de todos ellos, quienes constantemente redefinian
esas reglas y objetivos, y daban pi a su propia recomposici6n. 41
Si bien existi6 una tendencia general, para que se beneficiara un cierto sector de la poblaci6n, los intereses de otros grupos (que no necesariamente formaban parte dei aparato gubemamental), podian hacer que los
intereses y los proyectos de aqullos se vieran limitados;42 el Estado no
fue siempre un instrumento al servicio de la clases dominantes -segun la
concepci6n marxista- ni tampoco un ente con autonomia polftica. Si creemos que haya sido un factor, que en forma puntual y esporadica, redujo
"los antagonismos entre las diveras maneras de alcanzar el orden deseable";43 un factor muy limitado, sin duda alguna, que actuando en nombre
41 Si el municipio y la Corona juegan un papel fundamental en la producci6n dei espacio
habitacional durante los primeros allOS de vida de la ciudad, posteriormente es la iglesia
quien 10 asume, despus de ella los promotores-comerciantes y enseguida el capital
financiero; esa evoluci6n determina un papel particular al Estado y al resto de los actores en cada una de las etapas. Por rawnes culturales. polfticas, sociales y por fuerzas
extemas los agentes que conducen el crecimiento cambian constantemente, de tal forma
que nadie puede controlar en el largo plazo el proceso de urbanizaci6n, incluso en el
corto plaw el proceso se peude controlar en ciertos sectores de la ciudad.
42 Asllo considera Alan Gilbert y Peter Ward, vase las conclusiones de su artlculo Lowcost housing and the State, En: Urbanization in Contemporary Latin America, Edited
por A. Gilbert YJ. Hardoy, John Wiley & Sons Ud., 1982.
43 Burdeau P., Op Cit. p. 109.

482

Eduardo Lapez Moreno

de la paz social y de un proyecto global de acumulaci6n capitalista, aplic6 una polftica social, que a pesar de sus limitaciones y de su caracter
muchas veces discursivo, funcion6 relativamente bien coma un elemento
que contribuy6 a reforzar sus vfnculos con la comunidad.
De esa manera, el Estado se convirti6 a la vez ,en sfmbolo e instrumento, de un proyecto global de integraci6n y de justicia social; mucho
mas un sfmbolo, que un instrumento sin duda alguna; de ahf que pudiera
aparecer, simultaneamente, coma una de las causas deI problema de la
vivienda y coma la soluci6n principal dei mismo problema. Una fuerza 0
atributo, que adquiri6 gracias a una serie de representaciones dominantes
que supo hacer en diferentes periodos hist6ricos dei avenir de la colectividad; representaciones que le fortalecieron y legitimaron, no s610 por la
imagen que hacfa de ellas, sino tambin por la necesidad que mostraba
para que fuera l, y nadie mas, quien podfa garantizar la consecuci6n de
ese porvenir en bien de la colectividad.
Si por alguna raz6n, no se a1canzaba un objetivo social 0 econ6mico,
que permitiera avanzar en la direcci6n deseada, no era al Estado a quien
se le cuestionaba; la representaci6n deI porvenir podfa seguir siendo pertinente y gozar de un consenso, se cuestionaban los medios utilizados, los
agentes que los concebfan y ejecutaban y la manera en que se ponfan en
practica. La responsabilidad recafa en aqullos que ejercfan la acci6n
gubemamental, y eventualmente, en el gobiemo, pero no en el Estado
propiamente dicho. 44
Si el Estado no estuvo siempre al servicio de las clases dominantes,
en cierta forma, ellas sf estuvieron al servicio de l, en 10 que respecta a
la producci6n dei habitat social. Primero, el clero en el siglo XVII y
XVIII; enseguida, los industriales filantr6picos dei siglo XIX;4s y por ultimo, los comerciantes e industriales de mediados dei XX"". Todos, ya fuera
en forma independiente 0 asociados con l, participaron en el financiamiento, la producci6n 0 la distribuci6n de un cierto numero de viviendas
de tipo social. Un comportamiento que se repite en el tiempo y que, por
un lado, alivia al Estado y en cierta manera le desresponsabiliza de su
compromiso y, por otro lado, contribuye a preservar un orden social. No
fue, entonces, el "inters por las clases desprotegidas", el que hizo que se
44 Con los anos esa estrategia muda y se haee eoresponsable a la sociedad a quien se le
invita a integrarse a la soluci6n de los problemas como una forma de hacerla responsable dei origen de los mismos.
45 Quienes dotaron de viviendas a algunos de sus trabajadores, vase el caso de la Fbrica
de Atemajac, RIO Blanco .. " en el periodo dos de este trabajo.
46 Por medio de las instituciones mixtas que fueron analizadas en el periodo cuatro yeuando abordamos el paradigma pluralista en las eonclusiones.

Conclusiones

483

movilizaran esos poderes locales (como repetidamente ellos 10 sefialan),


sino una estrategia encaminada a reproducir los mecanismos tradicionales
de reproduccion de las relaciones sociales y las formas de dominacion.
Los recursos tan pobres, que final mente, fueron utilizados en relacion a
su enorme potencial y capacidades, asi 10 ponen en evidencia.
La realidad es que, ni el Estado ni esos poderes locales, le confirieron
un estatus particular a la demanda habitacional ,en cualquiera de los paradigmas que hemos estudiado. Como ya se comento, fue solo en ciertos
momentos hist6ricos, que se abri6 un espacio 0 se produjo alguna coyuntura, que result6 favorable a los intereses de las mayorias; incluso en esos
momentos, su impacto y alcances, fueron bastante limitados. Tiene razon
B. Declve, al escribir que "el poder dei Estado, es rara vez tal, que le
permita poner en prctica la utopia social integradora presente en su discurso".47 En todas las latitudes dei mundo yen todas las pocas de la historia, en que el Estado ha sido garante de los grandes equilibrios econ6micos y sociales, ha fallado al asegurar una vivienda digna a toda la
poblaci6n. No creemos, a partir de esa evidencia, que el hbitat social,
tenga que ser el resultado exclusivo de una politica publica 0 de una
acci6n aislada dei Estado; por el contrario, si pensamos que un Estado
comprometido debe ser garante de la reproducci6n de re1aciones de produccion dei espacio, que permitan la construcci6n constante de iniciativas
sociales que favorezcan una verdadera producci6n y gesti6n socia1. 4K El
paradigma pluralista que presentamos lineas arriba, es susceptible de
transformarse en esa direcci6n (cf. Apartado 3); la sociedad conjuntamente con el Estado, deben participar en la construccion social de una alternativa que se funde en la coparticipacion y la cooperacion solidaria; para
ello, es necesario reequilibrar las relaciones de poder de los actores,
desde una perspectiva social y con ese mismo fin.
Es el Estado quien puede regular las pretensiones de los diversos
poderes locales y asegurar la integraci6n social, sin substituir a la sociedad, como fue el caso con el paradigma patrimonialista, 0 imponerle sus
ideas, proyectos y valOTeS, como sucedi6 -y sucede- con el Estado centralista. Se requiere de un Estado fuerte y organizado que complemente
diferencias, favorezca las fuerzas en conflicto, y a partir de su confronta47 Declve B., op cil, p. 73.
48 Esa es la postura que defiende el colectivo de la Red Perifrico, vase los trabajos de
Declve B., Cabannes Y., Rossana F. y L6pez E. entre varios otros. Igualmente su
publicaci6n "Cuademos Perifricos" editada por Hbitat y Desarrollo de la Universidad
de Lovaina en Blgica, la Universidad Estatal dei Cear en Brasil y el Centro Periferia
de la Universidad de Guadalajara.

484

Eduardo Lapez Moreno

ci6n, avance. Se requiere tambin, de estructuras que reconstruyan la


polftica a partir de 10 local: el barrio, el municipio y la ciudad, Ha fin de
darle a la planeacion, una nueva dimensi6n coma un espacio de debate
democrtico";49 un cambio que implica una verdadera transformaci6n de
las relaciones entre Estado y Sociedad.

5. La conformaci6n de un quinto paradigma: el neoliberalismo y la


cuesti6n habitacional
Se modijica la po/{Ilca sodal dei habitat sm debate y sin discus/(n plibilca, wmo
acostumbra la tecnocracia que con los anos. poco a poco, ley a ley, y reglamenw
en reglamen/(} la transforman Des mcanismes indolores sur le moment suscitent
en quelques annes des transformatIOns structurelles.

Roger Quillot

El pensamiento liberal dei siglo XIX. concebfa la producci6n dei espacio


habitacional coma un bien privado, en que la funcion dei Estado, debfa
limitarse a definir un marco jurfdico global que regulara las relaciones
sociales y de propiedad, pues era de un consenso general que la inversion
y los esfuerzos en la materia, correspondfan a los propios habitantes. 5O De
acuerdo con ese pensamiento, la intervenci6n dei poder publico no se justificaba, pues su presencia podfa contrariar el buen funcionamiento de la
economfa y el mercado recien creado.
Con el gobiemo revolucionario el derecho a la vivienda de una cierta
categorfa de trabajadores, se e1eva a un precepto constitucional (1917), en
una reivindicaci6n hist6rica, que coloca la vivienda por primera vez, en
forma explfcita, coma un derecho social. A ella, le sigue un abandono
tambin hist6rico, pues ni el Estado ni los patrones industriales, se implicaron seriamente, dejando sin reglamentar par muchos afios dicho precepto.
La primera intervenci6n directa dei gobierno tapatfo, data tambin de
ese entonces: una operaci6n de lotes con servicios en la Hamada Colonia
49 Declve B. Op Cil. p. 84. Sin duda. como 10 afirma R. Coulomb. la institucionalizaci6n
de una forma autogestionaria y popular de producci6n habitacional esta indisolublemente ligada a los procesos de democratizaci6n dei sistema politico mexicano. Vase su trabajo La po1ftica habitacional en la crisis.... Op Cil, p. 31.
50 S610 algunos industriales "humanistas" contribuyeron con un numero limitado de
viviendas obreras como antes la iglesia 10 habla hecho con algunas casas populares en
renta.

Conclusiones

485

brera (1923), una promoci6n con altos subsidios, que en realidad, encubrfa una virtual donaci6n de la propiedad a un cierto numero de trabajadores; promoci6n que por su tratamiento polftico, define el campo que en
10 sucesivo, tendra la vivienda, cuando se le maneje dentro de las necesidades y objetivos poUtico-sociales dei rgimen. l'
Con el proceso de urbanizaci6n y el desarrollo industrial, que se
empieza a vivir al final de la Segunda Guerra Mundial, las necesidades
(en habitaci6n, servicios, etc.) se masifican y los problemas se multiplicano Por primera ocasi6n, el Estado central interviene de una forma explfcita en la cuesti6n habitacional, a travs de una poUtica de accion social,
que incluye a1gunos programas de vivienda social que, con los afios, se
terminan aplicando en el Estado de Jalisco. 52
La idea de que la vivienda es un bien colectivo (cuya finalidad es eminentemente socia1), se empieza a conformar en ese entonces, con el consecuente debilitamiento de la concepci6n Iiberal que le consideraba un
bien privado. Ese cambio, favorece y legitima la intervenci6n deI Estado,
quien sin sustituir al mercado privado, abre el abanico de la oferta a sus
propios servidores, en el marco de los programas de asistencia social.
En Guadalajara, a fin de enfrentar el cambio estructural de una ciudad
que se convierte en una gran aglomeraci6n, la clase econ6mica local y el
gobierno municipal, deciden implementar simultneamente su propia
polftica habitacional (1950). Programas, instituciones y esquemas jurfdico-financieros diversos, se crean con ese objeto; a diferencia de la polftica nacional, que concibe a la vivienda, mucho mas dentro de la esfera de
"10 social" (es decir de 10 polftico-social), en la capital tapatfa se le percibe coma un bien social que debe producirse con una cierta racionalidad
econ6mica. 51 Se trata, sin duda, de un avance significativo en la idea de
que la cuesti6n habitacional puede apoyar los programas de desarrollo, a
51 En realidad la Colonia Obrera se hizo mucho ms coma una respuesta a las huelgas
inquilinarias (1922) Yno en el espfritu reivindicativo revolucionario de un rgi men que
encarnaba ese movimiento. Las dificultades econ6micas y otras prioridades de los
gobiernos subsecuentes impediran que programas como esos se puedan continuar en el
tiempo. La falta de continuidad y el inmediatismo son una de las caracaterfstcas principales de la polftica social de vivienda de esos aiios.
52 Se trata de vivienda en renta que se construye a partir de los aiios cincuenta en forma
masiva a travs de procesos fuertemente estandarizados. Es una poUtica de vivienda
social en que el valor de la renta se detcrmina independientemente de los valores econ6micos de referencia.
53 Es decir, sin que la vivienda entre en el campo estricto de la polftica econ6mica la ntervenci6n conjunta de los sectores piiblico y privado hace que la producci6n de vivienda
tome ms en cuenta criterios economicos en el uso de los recursos.

486

Eduardo LOpez Moreno

partir de una estrategia que procura conciliar los objetivos econ6micos y


los sociales. Sol
Es, sin embargo, a inicios de la dcada de los sesenta, cuando el
gobierno federal asocia el problema de la vivienda y su soJuci6n, a la
cuesti6n financiera. Su nueva estrategia -un verdadero programa de
envergadura nacional-,5' busca redefinir la polftica habitacional para
favorecer un proceso de concentraci6n econ6mica y de racionalidad
financiera y tcnica, en el sector de la construcci6n; estrategia que simultneamente, procura promover la generaci6n de ahorro, coma una manera
de financiar el consumo y estimular la producci6n. Son los afios en que la
vivienda penetra, definitivamente, en la esfera de 10 econ6mico.
En los setenta, con la creacion de los grandes fondos solidarios de
vivienda, sta adquiere una nueva dimension: sin dejar de ser un bien
colectivo con una importante finalidad social, se le concibe tambin,
coma un elemento central de la polftica economica. Un cambio producido, en gran parte, par un pensamiento keynesiano que procura reforzar
los mecanismos de intervencion deI Estado, coma instancia encargada de
regular la actividad economica. Dentro de esa nueva estrategia, la vivienda aparece coma un instrumenta de legitimacion polftica de un "Estado
unificador", que tiene la capacidad de impulsar la inversion a travs deI
gasto publico y de congregar diveras agentes (economicos y polfticos)
dentro de un proyecto amplio de integracion social, en que l, conserva la
rectorfa en la conduccion deI crecimiento.' Con una intervencion importante deI Estado, bajo la forma de ayudas y subsidios, esta etapa se caracteriza por una construccion masiva de vivienda que se realiza bajo la
gida publica con la intencion evidente de competir con el mercado privado.
La persistencia de la crisis, a inicios de la dcada siguiente (80),
muestra que sta tiene visos de ser estructural. Es el comienzo de las teorfas monetarias, que preconizan un nuevo Estado regulador de los desequilibrios macroeconomicos. Bajo las presiones deI FMI, el gobierno
mexicano se aplica a reducir el dficit publico, darle estabilidad a la
moneda y a controlar la inflacion; se es su leit motiv, y en ese contexto,
toma cuerpo el discurso norteamericano deI "Estado mfnimo". Es el
comienzo de un proceso de mutaci6n deI papeI que se le asigna, en 10
54 Estrategia que sera retomada afios mas tarde (1970) por el gobierno central dentro de
una polftica que rebasa largamente una vision sectorial.
55 Nos referimos al Programa Financiero de Vivienda, vase el apartado 8 dei periodo 4
56 Integrndo esos agentes a la estruclUra directiva de los principales organismos habitacionales, por ejemplu a travs de la Comision Nacional Tripartita.

Conclusiones

487

sucesi vo, a los poderes publicos, en relaci6n con las politicas de


vivienda. 57 Entre las mutaciones principales, ameritan evocarse cuatro
principales:
1. El abandono progresivo de la funci6n centralizadora dei Estado y
su sustituci6n por una economfa de mercado, en que aqul retoma s610 su
papel de instancia reguladora.
2. Un proceso de descentralizaci6n 0 desconcentraci6n dei poder centrai hacia los dos poderes polftico-administrativos inferiores, coma una
forma de dividir no s610 competencias, sino tambin responsabilidades.
La racionalidad de ese proceso, obedece a un deseo deI poder publico por
desresponsabilizarse parcialmente dei sector vivienda, transfiriendo responsabilidades al nivel dei estado federal y deI Municipio, sin tranferir
los medios (es decir el poder) para asumir dicha responsabilidad.
3. Un cambio en la estrategia de intervenci6n de los poderes publicos,
con la supresi6n progresiva de los subsidios y una busqueda por darle un
uso mas transparente a la ayuda publica, y
4. Una contradicci6n que se hace cada vez mas evidente, entre los
objetivos econ6mico-poHticos y los poHtico-sociales. Unos intentan utilizar a la vivienda coma un mecanismo para redinamizar la industria de la
construcci6n, mejorar las condiciones dei empleo, generar efectos multiplicadores en la economfa, etc., es decir, acompafiar el modelo de crecimiento econ6mico liberal; otros intentan responder a los imperativos
sociales y a las demandas populares, utilizando a la vivienda coma un
instrumento de intervenci6n selectivo, con fines eminentemente poHticos.
Contradicci6n que se hace cada vez mas irreconciliable y que polariza la
polftica de vivienda en dos objetos, cada uno con sus caracterfsticas y
finalidades particulares: la vivienda popular y la vivienda de inters
social; es decir, la vivienda coma un bien social 0 como un bien econ6mico.
En los noventa, la intervenci6n dei Estado es abiertamente cuestionada, al igual que los sistemas de subsidios. Se regresa a la filosoffa de la
vivienda coma un bien privado, que resulta de un pensamiento econ6mico-liberal. 5K El Estado redefine los trminos de su compromiso y las fronteras dei mismo, en que su acci6n tiende a Iimitarse a crear la polftica,
57 Lefebvre, Moulliart y Occhiputi, Politique du logement; 50 ans pour un chec, harmattan, Paris, 1994, p. 7.
58 Eso explica por ejempl0 la intenci6n de apoyar los esquemas de ahorro individual y de
integrar los sistemas de financiamiento privado al financiamiento publico. En ese espfritu se le hacen modificaciones estructurales a los fondos solidarios y a los organismos
que funcionan con recursos publicos (1993).

488

Eduardo LOpez Moreno

instituciones legales, financieras y administrativas, que permitan que los


ciudadanos enfrenten individualmente su probJema de vivienda a travs
dei mismo mercado;59 se presentan contradicciones entre un gobierno
central, verticalista y autoritario que requiere de acciones y programas
unitarios y dirigistas, que claramente sean asimilados a un resultado proveniente de su iniciativa, y un Estado que por otra parte, confiere poderes
importantes a las diferentes colectividades locales dentro de una poltica
(obligada) de desconcentraci6n y descentralizaci6n administrativa.
Poco a poco, y ley a ley, coma 10 denuncia Roger Quillot,"" se modifica la polftiea social dei habitat, sin debate y sin discusi6n publica; el cuerpo polftico se ha subordinado a la estructura econ6miea. En consecuencia, el gobierno se convierte en el servidor de una clase, el gerente de un
sistema de negocios y no en un representante deI poder deI Estado y de la
sociedad en general. l A diferencia de 10 que sucedi6 a principios de los
setenta, el Estado y el aparato institucional, se hacen mas modestos,
mientras que el sector privado mercanti! crece y se consolida coma el
representante deI servicio publico. Se asiste a un adelgazamiento dei aparata estatal y de las instituciones de asistencia social, asf coma a una
redefinici6n deI papel deI Estado, que deja de ser el promotor y garante
deI inters colectivo general.2
En ese cambio, no se le concede mucho espacio a los imperativos que
resultan de las condiciones de la poblaci6n mayoritaria; el nuevo paradigma Liberal, s610 justifica la intervenci6n dei poder publico, si existen
efectos externos susceptibles de contrariar el buen funcionamiento de la
economfa y el mercado. La realidad es que las polfticas que se estan
implementando, por elecci6n 0 por imposici6n (modernizaci6n, apertura
dei mercado, ajuste estructural, liberalizaci6n de la producci6n), no hacen
sinD volver mas agudas las tensiones al interior de las estructuras que
confluyen en el mercado de la vivienda, favoreciendo procesos de ruptura, mas que de recomposici6n.
59 Ortiz Enrique, Habitat International Coalition. Mxico. 1992. p. II.
60 R. Quillot fue ministro de la vivienda durante el gobierno socialista dei presidente Mitterand en Francia.
61 No es un gerente 10 que se requiere sino un Estado poderoso. Una politica que administre y no un administrador sin polftica. Un poder publico que gobierne y no que preste
servicios
62 Como Denis Dresser 10 seriala bajo la rubrica de la modernizaci6n las elites gubernamentales estructuran una transici6n de una intervenci6n estatal ominipresente en la economia a una intervenci6n estrategica. selectiva y compensatoria en la esfera dei beinestar social. Dresser D. op cil. p. 35.

Conclusiones

489

El gobierno se encuentra ante la disyuntiva de considerar a la producci6n coma una pieza clave dei desarrollo econ6mico nacional, imponindole la racionalidad que exigen sus propias orientaciones liberales (y la
de las agencias internacionales), 0 considerar, ante todo a la vivienda,
coma un derecho de todos los mexicanos, promoviendo su producci6n en
trminos efectivos de justicia social y de redistribuci6n de la riqueza. 6J
Es necesario pasar de la ideologfa dei crecimiento, a la necesidad de
la distribuci6n; las contradicciones que se suceden a 10 largo de la historia
de la ciudad, se materiaiizan en miles de familias sin hogar, millones de
personas viviendo sin servicios publicos, es una denuncia cotidiana y
escandalosa de la pretendida universalidad e igualdad de derechos dei
pensamiento liberal.

63 L6pez Eduardo y Fausto Adriana, La vivienda en la Zona Metropolitana de Guadalajara; en: Jalisco a Tiempo, Universidad de Guadalajara, Mxico, 1994.

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La vivienda social: una historia de Eduardo


L6pez Moreno, se imprimi6 en noviembre de
1996 por Graficos Efe y/o Jesus Fernandez,
Sur 109A N 48, Col. Juventino Rosas, 08400
Mxico, D.F. Tel. 649 22 64.

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