La Antropología Filosófica Personalista de Karol Wojtyla
La Antropología Filosófica Personalista de Karol Wojtyla
La Antropología Filosófica Personalista de Karol Wojtyla
ii
Asesor
LUIS FERNANDO FERNNDEZ OCHOA
Doctor en Filosofa
iii
28 de abril de 2014
Declaro que esta tesis (o trabajo de grado) no ha sido presentada para optar a un
ttulo, ya sea en igual forma o con variaciones, en esta o cualquier otra
universidad Art 82 Rgimen Discente de Formacin Avanzada.
Firma
iv
AGRADECIMIENTOS
vi
CONTENIDO
Pg.
INTRODUCCIN
11
15
15
18
32
37
40
3.
KAROL WOJTYLA
47
Y LA FENOMENOLOGA.
introductoria y advertencia.
Nota
54
vii
60
KAROL
WOJTYLA
LA
66
FENOMENOLOGA,
REFERENCIAS CRUZADAS.
78
3.3.1. La eficacia.
85
86
88
3.4 LA TICA.
92
94
3.6
ALGUNAS
NOTAS
ACLARATORIAS
SOBRE
LA
96
HUSSERL.
98
103
viii
112
114
121
129
MUNDO CONTEMPORNEO.
5.1 EL CONCEPTO DE AMOR DE MAX SCHELER
135
138
141
CONCLUSIONES.
149
BIBLIOGRAFA.
154
ix
RESUMEN
epistemolgicas
tambin
variadas
pero
que
enriquecen
al
Personalismo como Filosofa: Max Scheler, Martn Buber, Jacques Maritain, Edith
Stein, Emmanuel Levinas, nuestro autor Karol Wojtyla, Romano Guardini, Gabriel
Marcel, Xavier Zubiri, entre otros [el orden es aleatorio].
Esos autores, con sus ms y sus menos, coinciden en el enunciado que afirma
que la nocin de persona es en toda investigacin antropolgica la categora
filosfica esencial, y que todo estudio del hombre debe estar fundado en la
experiencia de la persona. Esta investigacin es una composicin interpretativa y
analtica de la valoracin de la posicin filosfica de Karol Wojtyla como una visin
Antropolgica con rigor epistemolgico y con un espritu particularmente
humanista, puesto que el Personalismo filosfico es un Humanismo. La
experiencia personal de Wojtyla sobre el mal que conjug el totalitarismo es
abordada en el primer captulo como explicacin causal de su posicin filosfica.
En una segunda parte se aborda el Personalismo filosfico de Wojtyla en el
contexto de su tesis doctoral en Filosofa, y su primer acercamiento a la
Fenomenologa de Husserl en el estudio de las obras de Max Scheler. En el tercer
momento, el ms importante en esta investigacin, se interpreta de modo detenido
la configuracin entre Fenomenologa y Personalismo filosfico que Karol Wojtyla
elabora a partir de sus investigaciones doctorales de Filosofa; en este punto la
referencia cruzada entre Karol Wojtyla, Edmund Husserl y otros fenomenlogos es
densa. Los primeros tres captulos estn en orden a argumentar de un modo
formal la posicin radical del ser humano en el universo, y abren paso al objeto del
cuarto y quinto captulo, que es la composicin de los postulados wojtylianos hacia
la consecucin y ereccin de una sociedad mundial verdaderamente humana. Lo
descrito en este resumen es el cuerpo general que a este trabajo se ha dado.
Palabras
claves:
persona,
accin,
Personalismo,
Fenomenologa,
11
INTRODUCCIN
El empeo sistemtico del pensamiento filosfico del Papa polaco Karol Wojtyla
tuvo como fin el conocimiento antropolgico [y tico] y como motor la defensa de
la dignidad humana. Toda la Antropologa y la Filosofa expuestas por el pensador
estn en orden a reivindicarle a la persona humana su valor en el universo que
ocupa; en el universo fsico y en el simblico. Es sabido que el encuentro de Karol
Wojtyla con la Filosofa fue muy difcil y en principio puede decirse, circunstancial;
hasta el momento en que decide ser sacerdote e ingresa al seminario el pensador
caminaba por las sendas de lo simblico de la poesa y el teatro. La Filosofa con
la que se encuentra en el seminario fue la versin pura de la Metafsica tomista,
eminentemente escolstica. La tradicin filosfica tomista lo gui en el campo de
la tica durante un nmero considerable de aos, un ejemplo de ello son los
ensayos denominados Mi visin del hombre. Hacia una nueva tica publicados por
Ediciones Palabra. Terminada la tesis doctoral en teologa sobre La fe en S. Juan
de la Cruz en el Angelicum de Roma en 1948 y dirigida por Garrigou Lagrange ya
empezaban a avizorarse otros intereses: la experiencia y la vivencia subjetiva. En
1954 esos nuevos intereses se hicieron ver pblicamente en la Valoracin sobre la
posibilidad de construir la tica cristiana sobre las bases del sistema tico de Max
Scheler, su tesis doctoral en Filosofa. Esta tesis y su investigacin intrnseca, lo
insertaron, sobre el precedente aristotlico-tomista, en la Fenomenologa de
Edmund Husserl; Karol Wojtyla integra Aristteles, Tomas de Aquino, Max Scheler
y Edmund Husserl en una unidad de pensamiento con la que se introduce en la
corriente contempornea del Personalismo filosfico. El inters en Edmund
Husserl y en Max Scheler se explica tambin en la idea segn la cual, ambos
autores son configurables con el pensamiento cristiano. Karol Wojtyla es un
fenomenlogo personalista. El mismo seal que su concepto de persona es ms
producto de su experiencia personal de la persona del otro, que de la mera
revisin bibliogrfica; la persona es nica en su realidad; el hombre ocupa un
12
13
teora unitaria y realista del hombre. En una tercera parte, ms extensa que los
dos anteriores captulos, se explica de manera detallada cmo la Fenomenologa
de Edmund Husserl se constitua durante la investigacin doctoral de Wojtyla en
un recurso de exploracin externa de lo real y cmo despus ya en su
investigacin en Persona y accin la percepcin de la Fenomenologa era otra y
ms profunda; esto se deja ver en mayor medida en la construccin de su
Antropologa filosfica personalista como una Fenomenologa de la persona en
accin. Ya en el cuarto y quinto captulo las ideas estn en orden a la accin
solidaria y el mandato evanglico formulado en sentido positivo de amaras al
prjimo como a ti mismo, como dos pilares del reconocimiento del otro no
solamente como ser humano, como hombre-sujeto, como persona y valor, sino
como proposicin de un sentido nuevo de las relaciones humanas en orden al
establecimiento de una comunidad mundial ms justa, puesto que la nocin de
prjimo supera experiencialmente, la experiencia del otro como socio, en la
medida en la que la primera, contiene la verdad sobre el trato que todo ser
humano es digno de recibir: el amor. Esa ltima parte es una composicin
interpretativa y propositiva de la valoracin de la posicin filosfica de Karol
Wojtyla como la alternativa que hace frente al Individualismo como olvido del otro,
fenmeno que se hace ms evidente en el mundo contemporneo. Una
advertencia: el enfoque, el lenguaje y las conclusiones en esta investigacin son
estrictamente del Personalismo filosfico y la Fenomenologa; el paso por el
componente aristotlico-tomista presente en el pensamiento de Wojtyla es menor,
porque el objeto de estudio de este trabajo es Antropolgico en mayor grado, y
tico en menor medida; es puesta fuera del parntesis por momentos la tica y
por tanto tambin la base ms importante de la tica wojtyliana, el Tomismo,
mientras que el estudio antropolgico en el marco del Personalismo y la
Fenomenologa, al menos en su etapa de madurez, son los que nos dan cuenta de
la idea de hombre, sujeto y persona en la Antropologa Filosfica del
pensador. Una segunda advertencia; en la medida que avanza la investigacin el
autor va proponiendo que algunas ideas y tesis de la Fenomenologa que no
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alcanzaron a ser abordadas por Wojtyla o que fueron rechazadas- son objeto de
estudio en trminos de la construccin de una Antropologa filosfica cientfica. En
cuanto al mtodo, en orden a describir la articulacin de la Fenomenologa ms el
personalismo como fundamento de la visin del hombre del pensador polaco que
es el objeto general de la investigacin, se sigui primero, el mtodo demostrativo
segn como se entiende de Hegel en la Fenomenologa del espritu y de
Aristteles en Analytica posteriora que consiste en la demostracin de una
hiptesis, o en la demostracin de la verdad de un axioma; segundo, se sigui la
lgica expositiva entendida como la exposicin de razones fundamentadas en
autores que han pensado el tema en cuestin, y desde esas razones mostrar el
ancho del problema; en este sentido de lo propositivo y proposicional se advierte
que se ha usado lo que podemos llamar fluctuacin estructural, que consiste en ir
de las premisas a la conclusin por un lado y de la conclusin y la primera premisa
a la segunda premisa, esto con la intencin de explicar mejor el hecho descrito o
conseguido en la conclusin. Tambin, y ms importante, todo lo que sigue est
construido sobre las bases de una Fenomenologa del ente, es decir, el anlisis de
los modos de darse un ser tematizado; a la actitud fenomenolgica trascendental
-que es un cambio radical y entero de forma de vida que sobrepasa por completo
toda experiencia vital anterior, porque como anlisis intencional aclara el genuino
sentido de la inmanencia por medio del giro de lo meramente doctrinal a lo
trascendental como revisin de la experiencia interna- se asciende en momentos
muy puntuales de la investigacin, como pronstico de una tesis posterior sobre
Antropologa fenomenolgica, puramente cientfica, y mucho menos inocente
como sta.
15
CAPITULO 1.
KAROL WOJTYLA: EL SURGIMIENTO DE UNA VOCACIN A INDAGAR POR
LA VERDAD DEL HOMBRE
Este concepto en sentido amplio ayuda a entender las orientaciones expansionistas del Nacional Socialismo
de A. Hitler.
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17
18
19
Entendida sta como teora que explica, de una nacin o un conjunto de ellas, la capacidad de ejercer poder
y dominacin sobre un territorio especfico y sus habitantes, ms la bsqueda de invasin de territorios
ubicados en el mapa poltico del mundo de modo estratgico para intereses particulares nacionales.
20
21
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las que hay que atribuirle su xito, sino a su capacidad de crear confusin sin que
las masas sepan que se encuentran en el corazn del caos; se trata aqu de una
geopoltica de la conciencia entendida como la invasin y dominacin del territorio
u horizonte mental y espiritual de las personas mediante la mentira; sta, proviene
de la necesidad de sostener la voluntad del fhrer como ley suprema de un estado
totalitario, que se encuentra bien descrita en todas las formulaciones oficiales
referentes a la direccin del partido y de las Schutzstaffel, o las denominadas SS
(cf. Arendt 2004 451). Esa fantasa, o mentira, esta encubierta de verdad porque
est propuesta como dogma, segn la cual el mundo est dividido en dos grandes
campos hostiles, uno de ellos concretamente el partido, que debe luchar contra
ese otro bando del mundo. En esa lucha la organizacin blica es esencial, las
Sturm Abteilung o SA por ejemplo, fueron destinadas a la proteccin de las
concentraciones nazis, y las Schutzstaffel, o SS a la proteccin de los dirigentes
nazis; estas ltimas fueron las que ejecutaron una especie de autogeopoltica en
el pueblo y territorio alemn: de la noche a la maana una vez el partido obtiene el
poder, cambia toda la estructura de la sociedad alemana, obligando al pueblo a un
cambio radical en el que no haba espacio para pensar u objetar; el Totalitarismo
antes de emprender sus ejercicios de invasin en el mundo, debe como
organizacin invadir, dominar y destruir su propia nacin, su propia sociedad.
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exposicin pblica del secreto son instrumentos de dominacin por parte del jefe,
que es el Totalitarismo encarnado y segn su ejercicio de dominacin, tambin la
verdad encarnada porque monopoliza el conocimiento y la razn; Hitler formul
promesas de estabilidad al pueblo alemn, ocultando su intencin de crear un
estado de inestabilidad permanente, ms el caos producido por la guerra;
inestabilidad y caos que resultaron ser la causa de atentados perpetrados por los
mismos alemanes, miembros de su segundo anillo ms cercano, como es el caso
del atentado operacin Valquiria, que en esencia era un escrito estratgico para
mantener el poder en caso de golpe de estado.
En los trminos en los que Hannah Arendt (1996) propone la poltica, es falso
llamar a la organizacin de Hitler un partido poltico, no por la acepcin a partido
sino por la referencia a lo poltico. El concepto ms general de poltica que uno
encuentra en el comn de las personas denota las nociones de medios y fines y
es comn tambin encontrarse con ciudadanos que atribuyen a la poltica la
nocin de violencia, junto a la de dominacin; el poder es entendido [mal
entendido] como una relacin neta de mando y obediencia. Por el contrario
Hannah Arendt, comprende que en la poltica es esencial el consentimiento
comn, que es muy ajeno al ejercicio de la violencia; de hecho, mientras ms
violencia menos poder. Esas concepciones peyorativas de la poltica son
prejuiciosas, pero corresponden a cmo en el mundo el ejercicio de poder ha
estado desvirtuado o su sentido mal interpretado. Estos prejuicios o malas
interpretaciones llevan incluso a pensar que la poltica ser la causa del fin de la
humanidad, y se tiene adems la idea de que a la humanidad le es necesario ser
razonable y por ello le corresponde eliminar la poltica.
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Es comn que se asocie la libertad como fin mismo de la poltica, o que la libertad
finaliza en donde empieza la poltica. Arendt (1996) refirindose a los griegos,
argumenta que la polis es un ejemplo de que libertad y poltica no son categoras
irreconciliables, puesto que es la libertad la que hizo de la polis una forma de
comunidad distinta a cualquier otra. La poltica es un fin, no un medio, y la libertad
su sentido; sin el otro no hay libertad, sin el espacio pblico los ciudadanos no
tendran un espacio donde aparecer ante el otro y existir. La libertad le permite al
hombre iniciar, llevar a cabo la accin. Para ser libre hay que arriesgarse,
abandonar el hogar, salir del espacio privado y arrojarse al espacio pblico en
donde todo es impredecible. El espacio pblico es la plataforma donde la libertad
aparece. El hombre es libre en la medida en que acta. Vivir sin ser libre es igual a
decir que se vive en un estadio prepoltico, en el que la conciencia del nosotros
es nula. La Libertad es ponerse en escena, y el sentido de la poltica consiste en
garantizar ese hecho. Una paradoja evidente es que el Totalitarismo apareci en
el mismo mbito en el que el hombre se pone en escena, en el mbito de lo
poltico; apareci como una apuesta poltica, pero como ya se ha sealado,
destruy durante su dominacin la libertad junto con la comprensin que es
segn Arendt- el modo espiritual, especfico y humano de vivir; el hombre sin la
razn, o con sta esclavizada no se reconcilia con el mundo que aparece. El
Totalitarismo nazi intent destruir la creacin de sentido. Todo cuanto se sabe o
comprende del Totalitarismo da testimonio histrico de que, en cuanto a su horror
implcito, no se le encuentra un par, un anlogo, puesto que su tirana est en
orden no solo a la imposicin de la novedad de una idea, sino a la ruptura que
representa con la tradicin, con nuestras categoras polticas y nuestros criterios
morales. La tarea de comprensin que recae sobre este fenmeno, implica de
forma inexcusable, tambin la comprensin de nosotros mismos. En la vida
poltica la opinin y el dilogo con el otro es donde se ve reflejado el espritu de la
pluralidad, que el Totalitarismo nazi entro a reducir; como lo advierte la pensadora
alemana de la que hago breves referencias (Arendt 1996 254): Por supuesto
puedo negarme a obrar as y hacerme una opinin que considere slo mis propios
25
intereses, o los intereses del grupo al que pertenezco, esta fue la prctica nazi,
que en s misma comporta violencia y dominacin, porque implica [uno] la creencia
de la tenencia exclusiva de la verdad, y [dos] el hecho del conflicto.
George Weigel (2000) cuenta que la Iglesia Catlica en Polonia no escap a los
excesos del rgimen; pese a los precarios permisos de efectuar liturgias, es
contradictorio que varios templos catlicos fueron cerrados y las personas no
tenan autorizacin de asistir a ningn acto religioso de ninguna naturaleza. Aun
as en 1942 Karol Wojtyla ingresa al seminario clandestino de Cracovia mientras
trabaj hasta 1944 en una planta qumica de Solvay durante su residencia en la
casa del Arzobispo de Cracovia Adam Stefan Sapieha hasta el trmino de la
guerra en 1945; ao en el que las fuerzas armadas Rusas liberan Cracovia de la
ocupacin Nazi, pero dan paso a una seudolibertad nacional cuando, con el
partido obrero unificado favorable al marxismo ruso3, se promulga una constitucin
de orientacin marxista contradictoria a la tradicin y al espritu polaco. La
industria y la propiedad privada fueron intervenidas con el objetivo de ser
finiquitadas, se restablecieron las instituciones educativas pero acomodadas a los
lineamientos marxistas, se colectiviz la propiedad agrcola y la Iglesia Catlica
fue aceptada solo porque los hijos de Polonia la reclamaban. Desde entonces
hasta 1987, Karol Wojtyla fue una de las figuras ms destacadas de la oposicin al
Comunismo en su pas; en 1987 la suma de 105 protestas constituyeron el
corazn del movimiento sindical solidario que puj por la cada del partido
comunista polaco. El 11 de Octubre 1988, Wojtyla visita al Parlamento Europeo en
Estrasburgo, y con los tenores propios de su discurso reclama el derecho de los
A estos sistemas citados, Nazismo y Marxismo Juan Pablo II en Memoria e identidad (2005) los denomin
ideologas del mal por omitir la nocin de dignidad humana, negar la libertad individual, restar al hombre
condiciones naturales a su persona como el derecho a la vida, la expresin y vivencia de sus creencias, el
olvido obligado de sus tradiciones e historias, la aniquilacin de los constructos de identidad nacional, la
aparicin de los campos de concentracin, las ejecuciones y asesinatos avalados por el ideal partidista, y ms.
26
pases del Este a la libertad y a ser integrados a la Comunidad Europea; idea que
sera entendida como tarea imposible en ese ao. El primero de diciembre de
1989, el mismo ao de la cada del muro de Berln, el presidente de la Unin
Sovitica y secretario general del PCUS [Partido Comunista de la Unin Sovitica],
era el protagonista de la primera visita de un actor de la perestroika a la sede del
Vaticano, en Roma. Posteriormente en 1992, Mijail Gorbachov comentara que
todo lo que ha sucedido en Europa oriental en estos ltimos aos no hubiera sido
posible sin la presencia de este Papa, sin el gran papel, tambin poltico, que ha
sabido jugar en la escena mundial. Tiempos en los que el secretario general de
Naciones Unidas Javier Prez de Cuellar, argumentaba la misma tesis ms
categricamente considerando a Juan Pablo II como el autor del declive final del
Comunismo. Esas afirmaciones Wojtyla nunca las confirm, sino que emitiendo un
antiguo adagio, sealaba que el Comunismo cay por su propio peso, por sus
errores y abusos, a la par con el Marxismo por su lnguida antropologa, que
reduca el ser del hombre a su mera funcin econmica sin considerar elementos
constitutivos de la persona como el espritu, los anhelos, los sueos de libertad y
la trascendencia inherentes en la persona humana.
Esos avatares no diezmaron el espritu de ser hijo de una nacin: Polonia, que
incluye un estilo determinado de fe; el sufrimiento provocado por ideas
27
La violacin sistemtica del respeto a la vida humana y su dignidad, produce una especie de progresiva
ofuscacin de la facultad de percibir en el hombre mismo la capacidad del bien y del amor y secunda ms
bien la muerte del espritu humano. Puede ampliarse en la carta de Juan Pablo II Evangelium vitae, sobre el
valor y el carcter inviolable de la vida humana, no. 4 y no. 21.
28
justicia social que salga al encuentro del pobre5 y el vulnerado, vctima de las
tendencias actuales de la sociedad, distantes del sentido de responsabilidad del
hombre con sus semejantes, cuyos sntomas son: la falta de solidaridad con los
miembros ms dbiles [ancianos, enfermos, inmigrantes y nios] y la indiferencia
que con frecuencia se observa en la relacin entre los pueblos, incluso cuando
estn en juego valores fundamentales como la supervivencia, la libertad y la paz
(cf. Juan Pablo II 1995 no. 8). La idea no es cambiar las estructuras porque estas
son malas como pretenda el Marxismo, sino humanizar la conciencia que no
quiera aceptar la primaca de los valores morales de la persona humana,
inteligencia del sentido ltimo de la experiencia de existir; la conciencia de los
valores morales hace a todo hombre capaz de juzgar y discernir los modos en los
que busca ser feliz y realizarse; viabiliza el uso de las posibilidades de la ciencia
puestas al servicio del hombre y no a costa de l, como uso verdadero y autentico
orientado a un fin bueno, que es la promocin de la persona humana como
realidad radical libre. Una de las enfermedades que padece el mundo
contemporneo consiste en el cambio radical en la percepcin de los valores
morales; en ese fenmeno los medios de comunicacin han sido objeto e
instrumento para introducir en las generaciones estilos de vida nuevos, ofreciendo,
en no pocos casos, mecanismos de vida ilusorios. La ciencia y la tecnologa son la
matriz de un nmero considerable de vas al conocimiento terico y prctico sobre
el hombre y sobre el mundo, pero al servicio de algunas opciones polticas y
apartada de la moral dirigen [ciencia y tecnologa] sus investigaciones y
aplicaciones favoreciendo la cultura de la muerte y pierden el sentido de lo
humano (Id. no 21) convirtindose en meras disciplinas formales y materiales.
29
30
La familia es, para Karol Wojtyla la verdadera sede de la justicia y del amor [as
lo dijo en una homila ante ms de un milln de peregrinos en la meseta de la
Baja Silesia y Silesia de Opole, en el santuario de Jasna Gra en Polonia].
Algunas prcticas de Estado han deprimido el carcter tico de la poltica y han
puesto en riesgo la salud mental y moral de la sociedad al desatender los
derechos y las necesidades de la familia. Porque la familia es el primer hogar
natural del hombre, es ella la clula fundamental de la vida social, es la comunidad
humana fundamental, la clula primera; sin ella no existen los ciudadanos; la
familia es la primera escuela de las virtudes sociales, que son el corazn de la
vida y el desarrollo de la sociedad; la familia descubre y revela al hombre, de
manera que la persona escapa del anonimato hacindose consciente de su propia
dignidad personal y ubica al hombre en su singularidad; como es la familia, es la
nacin, porque tal es el hombre. Si no se asegura el derecho del hombre a la vida
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34
35
La luz natural de la razn encendida con la llama de la ley eterna de Dios, el amor
al otro, es capaz de indicar al hombre la justa direccin de su libre actuacin (cf.
Juan Pablo II 2001b no. 35). Despus de la segunda Guerra Mundial las
sociedades modernas han confesado la dignidad de la persona humana y su
unicidad, as como el respeto a la conciencia; contradictoriamente, afirma Karol
Wojtyla en el segundo captulo de la carta Veritatis Splendor, las sociedades
contemporneas han sobrestimado las libertades individuales; esta tendencia
devino en la consideracin de que los valores morales son resultado de esa
libertad individual: esto es una concepcin subjetivista del juicio moral. Despus
de la guerra, que es cuando ms se ha defendido la libertad, paradjicamente es
cuando han aparecido ms determinismos. El Totalitarismo nazi y la posterior
llegada del comunismo a Polonia fueron determinismos; fueron condenas a
muerte; el siguiente poema de Karol Wojtyla expresa esa situacin, y con el
concluyo este primer anlisis:
36
37
CAPITULO 2.
KAROL WOJTYLA Y MAX SCHELER, VISIONES PERSONALISTAS DEL
HOMBRE Y AXIOLOGA
La visin del hombre de Karol Wojtyla y Max Scheler es personalista: el amor por
la persona es el deber ser de todo sistema tico; este es el ideal tico; la fuente de
los valores morales es el amor, que conjuga en s la experiencia del valor por el
deber y por el valor en s mismo. La pregunta por la posicin del hombre en la
totalidad del ser y la tesis que lo sita por encima del resto de los seres vivos
como nico ser que es persona, son dos ideas en las que ambos filsofos
coinciden. Este captulo es una composicin interpretativa de los puntos de
encuentro entre ellos frente a su concepcin del hombre y sus distancias en el
campo tico, axiolgico y moral. Describir cmo, a partir de la Fenomenologa y
el pensamiento de Scheler, Wojtyla consigue hacer una teora unitaria y realista
del hombre. Con algunos de los postulados ontolgicos de Wojtyla referentes a lo
humano, est apuntalado este anlisis. Las nociones de espritu, persona y
accin son atmicas. De la correcta compresin de ellas depende la validez de
cualquier explicacin del pensamiento de Karol Wojtyla.
38
aprehendidos
no
por
medio
del
conocimiento
intelectual
sino
La existencia corporal, el concepto de verdad, la relacin correspondiente entre persona y accin, la libertad
y el concepto de responsabilidad son constituyentes en las posiciones y lneas antropolgicas de Wojtyla,
junto a la novedosa visin de Max Scheler acerca de la filosofa Aristotlico-Tomista. En la Universidad
Catlica de Lublin en 1953 el Papa se doctor en Filosofa con la tesis Valoracin de la posibilidad de
fundar una tica catlica (cristiana) sobre la base del sistema tico de Max Scheler.
7
Tambin existe en los dos autores una contraposicin al Empirismo tico, al Relativismo y al Psicologismo.
39
origen del valor tico de una accin se halla en el objeto mismo, en la materia
tica, en el valor material, que Wojtyla llama valor objetivo. El valor es objetivo en
tanto que ste constituye el objeto de los actos intencionales. La validez del valor
objetivo sin embargo es posible, por cmo ste se manifiesta en la experiencia; el
valor es fenmeno.
40
41
Max Scheler (cf. 1938 24) dice que estos conjuntos de ideas son irreconciliables
entre s, carecen de unidad o conexin y por lo tanto existen tres tipos de
Antropologa, una cientfica, otra filosfica y otra teolgica; esta divisin nos hace
padecer la falta de una idea unitaria del hombre.
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[] se ha dicho con razn que el hombre puede ser ms o menos que un animal,
pero nunca un animal (1938 46.); Scheler arguye a esta cita para anclar en la
memoria asociativa la siguiente forma psquica, la de la inteligencia prctica, en
la que se encuentran enlazadas acciones como la eleccin y el preferir. La
inteligencia prctica es portadora de sentido, capacitada para responder a las
situaciones inusuales o nuevas. En este orden, el animal por ejemplo, no tiene la
capacidad de preferir entre los valores. Sin embargo, la diferencia esencial entre
hombre y animal no es una mera cuestin de grado de inteligencia. Max Scheler
(Id. 54) rechaza categricamente las teoras que argumentan por un lado, que el
hombre es superior a la naturaleza por grados de inteligencia, o por el contrario,
los que niegan la diferencia, como es el caso de las escuelas evolucionistas de
Darwin y la de Lamarck. Scheler dice, y he aqu el corazn de su tesis
antropolgica, que la esencia del hombre y lo que podramos llamar su puesto
singular estn muy por encima de lo que llamamos inteligencia y facultad del
elegir, y no podran ser alcanzados, aunque imaginsemos esas inteligencia y
facultad de elegir acrecentadas cuantitativamente hasta el infinito. Para el
pensador, el principio que hace al hombre hombre es ajeno a la vida misma. No
es un principio de la evolucin natural de la vida. Los griegos lo llamaron razn;
Scheler lo denomina espritu; que no es solo pensar ideas, es a la vez intuicin
de los fenmenos primarios o esencias; el espritu es accin, por ejemplo: bondad,
amor, solidaridad, devocin, responsabilidad, entre otras. Persona es por tanto el
centro activo en el que el espritu se manifiesta (Id. 55, nfasis mo). En este
sentido encontramos otra lnea transversal en Scheler y Edmund Husserl; dice
este ltimo:
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Sin bien Scheler define persona como centro activo del espritu, observemos que
Husserl su maestro, en esa misma lnea, dice que la espiritualidad humana est
basada en la physis humana; toda vida psquica individual y humana est fundada
en la corporeidad; el cuerpo es la matriz de la posibilidad [] pues la
espiritualidad animal, la de las almas humana y animales, a la que se reduce toda
otra espiritualidad, est fundada individual y causalmente en la corporeidad
(Husserl 1969 138). Ntese como Scheler dice que la persona es [] centro
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activo en que el espritu se manifiesta dentro de las esferas del ser finito []
(1938 55) y Husserl dice que el ser espiritual del hombre [] se extiende primero
dentro de l (y en serie sucesiva tambin ms all de l) una humanidad peculiar
que, viviendo en finitud, tiende hacia polos infinitos (1969 144). Lo humano de la
humanidad superior es la razn (cf. Id. 160). El espritu es real, se encuentra de
una manera objetiva en el mundo. La comprensin del mundo por tanto adopta
una forma dualista psicofsica (cf. Id. 165); el hombre es un ser de impulsos y de
espritu al mismo tiempo (cf. Scheler 1938 16). El hombre, ser espiritual, est
abierto al mundo, tiene mundo. El ser espiritual puede aprehender la manera de
ser misma de los objetos, el qu de la cosas. El hombre, por ser espritu es
objetividad. El animal est incrustado y sumido en la realidad, no aprehende
objetivamente el mundo; [] la objetividad es [] la categora ms formal del
lado lgico del espritu (cf. Id. 58). El animal tiene sensacin del mundo pero no
tiene conciencia de s; el hombre, por el contrario, es consciente de que es
consciente; es consciente del vaco del espacio y del tiempo, no vive sumido en la
realidad concreta de su actuar presente. Es el ser que puede convertir todas las
cosas en objetos de conocimiento, y descubrirse internamente como el sujeto que
conoce:
45
En este sentido Wojtyla, durante las audiencias generales de los mircoles entre el
12 de septiembre de 1979 y el 8 de abril de 1981, cincuenta y siete en total,
expuso las siguientes ideas: el hombre ha sido creado como humanidad,
perceptiblemente por encima y superpuesto al mundo visible, inteligente, libre,
capaz del amor y del bien, capaz de darse y apto para relacionarse y entrar en
comunin con el otro; es el nico ser que puede transformar el mundo y dominarlo,
y mediante actividades especficas gobernarlo; es especficamente distinto a todos
los seres de la naturaleza; no es superior solo segn un grado de perfeccin
determinado, sino que es radicalmente diferente a todo lo que existe. Tiene la
facultad de dar nombre a las cosas, porque conoce de una manera ms alta que
los animales las cosas; expresa a travs del nombre lo que las cosas son;
construye un modo de intimidad personal con el mundo; el cuerpo mediante el cual
el hombre participa y est situado en el mundo, y a travs del cual l es persona,
lo hace tambin consciente de estar solo y de ser ontolgicamente distinto de la
animalia. l, es el nico ser en toda la naturaleza que es persona, en la que est
depositada la necesidad imperante de entregarse.
El concepto de esencia en Fenomenologa, segn como lo entiende Wojtyla no es igual en sentido metafsico:
La fenomenologa es, por tanto, intuicionista [] considera el conocimiento como un conjunto dado por la
experiencia que manifiesta la esencia fenomenolgica de los objetos, as como las relaciones y los nexos que
existen entre ellos [] Cuando decimos que en la experiencia directa se manifiesta la esencia de la cosa, no
hay que entender con ello esencia en sentido metafsico. Un fenomenlogo no se interesa por lo que la cosa es
en s, sino por cmo se nos manifiesta en la experiencia directa [] no pone en primer plano la filosofa del
ser [] (2010 202).
46
asceta de la vida (cf. Id. 72), porque se resiste a que la realidad sea como le
aparece, como se muestra, y ms bien se vuelca hacia los objetos para
conocerlos.
hipfisis,
cpsulas
suprarrenales,
etc.)
cuyo
47
intermediario
entre
el
organismo
entero,
con
su
conscientes.
Ambos
procesos
psquico
fisiolgico-
son
ontolgicamente uno; prueba de ello por ejemplo, es la relacin entre una ulcera
gstrica, la gastritis, o la inflamacin del colon con procesos psicosomticos. La
vida psicofsica es una. La materia y el alma, el cuerpo y el alma, el cerebro y la
psique, son ontolgicamente una unidad humana (cf. Scheler 1938 98).
Max Scheler funda su sistema tico en los valores materiales. Todo conocimiento
cientfico y toda ciencia se basan en la experiencia, del mismo modo la tica ha de
estar basada segn la visin scheleriana de la misma en la experiencia. Wojtyla
48
(cf. 1980 9) advierte al respecto que la experiencia en la que se basan las ciencias
exactas no puede ser la misma en la que se fundamenta el conocimiento tico. En
tica no cabe el mtodo emprico-inductivo porque el bien o el mal no son
obtenidos mediante inducciones, estos datos segn el sistema de Scheler son a
priori, mas no al modo Kantiano en el que son meras construcciones mentales. El
punto atmico de observacin tica son los hechos materiales, los valores
objetivos que llama Wojtyla. La experiencia a la que arguyen Max Scheler y
Wojtyla es la experiencia fenomenolgica.
Al entender de Wojtyla hasta su tesis doctoral, Max Scheler considera que los
valores son objeto de la experiencia emocional. Las acciones del hombre son la
cosa en s volcados hacia el valor objetivo. Para el estudio tico, la
Fenomenologa sirve como herramienta de estudio y sirve como elaboracin
cientfica de la tica, pero segn como la entienden Wojtyla y Scheler, no la agota.
Toda ciencia debe estar basada en la experiencia, concebida en su sentido
trascendental como la explica la Fenomenologa de Husserl. As por ejemplo,
cuando sealamos que un acto humano es bueno o malo, estamos al mismo
tiempo determinando su valor, pero el valor de un acto no viene dado de afuera, el
acto mismo revela su contenido axiolgico. Esto nos lo permite hacer el mtodo
fenomenolgico, al mismo tiempo que permite acentuar la esfera emocional
humana del espritu.
49
La tica de Kant es la del puro deber, mientras que para Scheler moral es vivir el
puro valor. En el texto Persona y accin (1982, 2011), en el que nos fijamos
detenida y hasta incisivamente en los siguientes dos captulos, Wojtyla discurre
fenomenolgicamente en torno a la afirmacin de que la accin revela al hombre
como persona, como sujeto no reducible y alterable al mundo de los objetos: el
anlisis fenomenolgico revela que la persona se encuentra integrada en el acto,
en las acciones se manifiesta todo su compositum (cf. 2005a 38). El punto de
partida de la visin del hombre de Wojtyla es la experiencia porque [] en el
campo de la experiencia, el hombre se manifiesta como un suppositum particular,
y al mismo tiempo como un yo concreto, absolutamente nico e irrepetible.
(Wojtyla 2005a 44). Wojtyla no deduce del hombre los actos como composicin
ontolgica, ms bien, mediante el anlisis de los mismos captura la mostracin de
la composicin ontolgica humana; luego, la condicin de la persona es ser un fin
y no un medio; la persona es un valor irreductible, la vida un bien fundamental.
50
La relacin del hombre con el valor no est determinada por la norma o por la
orden solamente; el hombre tiende al valor por el contenido mismo del valor, he
aqu una proposicin respecto de su naturaleza. La percepcin afectiva del valor
suscita la tendencia de ir hacia ste no por el mero deber. Wojtyla dice que el
elemento fundamental en la tica no son las normas (cf. 1980 30) sino el mundo
de los valores por s mismos; al respecto, por ejemplo el amor -por la persona- en
su estado ms puro no busca en absoluto un bien para s; [] el amor mismo es
el sujeto fundamental del bien (Id. 31-32); el contenido del bien es esta clase de
amor, el cual, como acto, es uno de carcter tico cuando se dirige a una persona
como a su objeto (Ibid.). Empero, hay que aclarar que para Wojtyla la intencin
scheleriana de suprimir el deber para suprimir la negatividad, es carente de
sentido puesto que el objeto de la tica siempre ser el bien y el mal. El sistema
tico
de
Max Scheler
estudiado
por Wojtyla,
nos
lleva
considerar
51
52
Para Scheler, igual caso para Wojtyla, [] la conciencia del mundo, la conciencia
de s mismo y la conciencia de Dios forman una indestructible unidad estructural
(1938 110). Ntese como Edmund Husserl en esa misma direccin dice en La
Filosofa en la crisis de la humanidad Europea (cf. 1969 158) que en la nocin de
Dios es esencial el singular. Visto desde el lado humano, le es inherente a Dios
que su vigencia de ser y de valor es experimentada por el hombre como
supeditacin interior absoluta. Si bien el hombre es esencia teomrfica, el amor es
un acto espontneo, no es objeto exclusivo de mandamiento. El supremo valor
tico se encuentra en la persona, objeto del amor; as la perfeccin de la persona
humana es el fin de la tica, su objetivo ms alto. Para Wojtyla las lneas trabadas
entre el sistema tico de Scheler, su Antropologa y la tica cristiana se
encuentran en el plano del Personalismo (cf. 1980 46).
53
en Filosofa; en ella el filsofo polaco concluye que el sistema tico del filsofo
alemn resulta inadecuado para la formulacin cientfica de la tica cristiana a
causa de algunas premisas fenomenolgicas y el emocionalismo presente en su
pensamiento.
54
CAPITULO 3.
KAROL WOJTYLA Y LA FENOMENOLOGA.
reduccin
trascendental
[epoj]
la
Fenomenologa
55
Sin embargo a juicio del autor de esta investigacin la Fenomenologa si tiene ese alcance y no se entiende
mucho, basado en qu, Juan Manuel Burgos dice que la ontologa es implanteable en la Fenomenologa
clsica, entendida esta ltima como la de Edmund Husserl.
56
10
Ntese como afirmamos, y he aqu una demostracin en Lgica Formal que: Wojtyla (siendo l un x), es
fenomenlogo= F y personalista= P (x= PRF) siendo R un predicado relacional que designa una relacin
simple entre ambos elementos P y F. La afirmacin sobre Wojtyla (fenomenlogo-personalista) no niega en
trminos atributivos ni una cosa ni otra
57
es la accin (cf. Wojtyla 2011 125); en este orden de ideas dice Wojtyla en sus
ensayos de Antropologa filosfica posteriores a la Investigacin en Persona y
accin que toda la experiencia del hombre lo muestra como aquel que existe []
(2005a 49) que es igual a decir que el hombre es sujeto de la propia existencia y
de la propia accin: ste es el contenido del concepto usado por Wojtyla como
suppositum (Ibid.). Ntese la siguiente cita en extenso, cmo indica que la idea del
hombre del filsofo placo, si bien decimos que rebasa el anlisis metafsico, no lo
hacemos en sentido peyorativo, sino en el sentido de que su teora del ser
humano es resultado de la suma de la experiencia Metafsica y Fenomenologa,
por eso tan rica:
intentamos
decir
no
tanto
extrafenomnico
cuanto
Bien dice Burgos que quien estudie la obra Persona y accin (Wojtyla 2011)
pensando a priori que se va a encontrar con un texto de solo Tomismo o sola
Fenomenologa se ver desorientado. Otra diferencia relevante entre Wojtyla y
Husserl adems de la nombrada epoj es la concerniente a los actos cognitivos y
el concepto de intencionalidad; dice el primero:
58
No se niega que la conciencia siempre sea conciencia de algo como dijo Brentano
y Husserl; la intencionalidad segn Wojtyla no radica sino en sentido derivado y
secundario en la conciencia: la intencionalidad de los actos de conocimiento son
atributo de la persona, la conciencia refleja los objetos; sta en cuanto tal, no es
un sujeto autnomo, solo se la comprende en el horizonte que es la persona
humana. Dice Wojtyla:
59
11
En este punto sin embargo comprese con lo expuesto por Husserl en La Filosofa como ciencia estricta
60
Desde este punto hasta comenzar el quinto captulo todo el anlisis que sigue est
elaborado como revisin de algunos conceptos de la Fenomenologa de Husserl
para iniciar menos que neofitamente- la bsqueda de fundamentacin de la
Antropologa filosfica, no sobre las tesis de una antropologa del dasein que en
los trminos de Husserl est para la Fenomenologa prohibida (Blumenberg 2011),
sino siguiendo lo escrito por el pensador en abril de 1932 que titula Acerca de la
antropologa fenomenolgica [Husserliana XV12] que deja abierta la posibilidad de
una Antropologa fenomenolgica dentro de un sistema trascendental, ya sea por
que dice que el espritu, la conciencia y la esfera completa de lo psquico estn instauradas en la physis
humana: toda vida psquica individual-humana est fundada en la corporeidad [] (Husserl 1969 137). La
conciencia estudiada como conciencia en sentido abstracta sin estar dada en la corporeidad es un puro
Idealismo; as lo dice Husserl, y sobre este aspecto volveremos ms adelante en este mismo captulo:
Hombres y animales no son solamente cuerpos, pero en la orientacin de la mirada hacia el mundo
circundante ellos aparecen como algo existente de un modo corpreo, por consiguiente, como realidades
dispuestas en la espacio-temporalidad universal [] El mtodo cientfico natural tiene que descubrir tambin
los secretos del espritu. El espritu es real, se halla objetivamente en el mundo y como tal fundado en lo
corpreo (Id. 163.165).
12
Que corresponde a Zur Phnomenologie der Intersubjektivitt: (Sobre la Fenomenologa de la
Intersubjetividad). Textos del legado literario. Parte 3. 1929-1935. Editado por Iso Kern. La Haya, Pases
Bajos: Martinus Nijhoff en 1973.
61
una perspectiva
antropolgica, de
Otro objeto desde aqu, es el de dar algunas luces y aproximaciones acerca de los
problemas de la constitucin de lo otro, en otras palabras, cmo es que el hombre
vale para m como efectivamente existente, y cmo la experiencia es el lugar de la
fundacin del ser humano como objeto de conocimiento, por tanto tambin de la
Antropologa.
Con el trabajo Persona y accin (1982, 2011) Karol Wojtyla hace pblica su
insercin en la corriente contempornea del Personalismo filosfico. Previamente
estudiando a Max Scheler para la escritura de su tesis doctoral en Filosofa,
empieza a convertirse la Fenomenologa junto al Tomismo, en soporte para toda
su Filosofa. Esto en mayor medida porque la experiencia personal del otro como
13
Sobre este texto habr que volver cuando en posteriores investigaciones se formule la posibilidad de la
Antropologa Filosfica fundada en la Fenomenologa trascendental.
62
Tres textos de contenido neto filosfico son escritos en largo y ancho por Wojtyla,
el resto son compilaciones de artculos o discursos: Max Scheler y la tica
cristiana que es su tesis doctoral, Amor y Responsabilidad, y Persona y accin; el
segundo escrito en 1960 y el tercero en 1969 con el ttulo en polaco Osoba i
Czyn14 y publicado en la versin anglo-americana en Analecta Husserliana en
1979. Estos textos estn en orden a los cinco temas exclusivamente filosficos,
14
La edicin bilinge polaco-italiano fue publicada con el ttulo Persona e Atto por Bompiani en el ao 2001,
dirigida por G. Reale y T. Stycze. La primera traduccin al espaol por BAC en 1982 proviene a su vez de la
traduccin a ingles del texto original en polaco. La primera versin traducida directamente del polaco a
espaol es la realizada por ediciones Palabra y preparada por Juan Manuel Burgos que toman como texto
fundamental de referencia la tercera y definitiva correccin hecha a Persona y accin por su mismo autor
publicada en Lublin 1994. En esta reflexin se usan las tres versiones: la de Bompiani, la de BAC y la
preparada por Burgos (Wojtyla 2011). La tesis doctoral Max Scheler y la tica cristiana es citada en todo el
trabajo con el ao 1980, correspondiente al ao de Librera Editrice que en BAC corresponde a 1982.
63
que a mi juicio, son identificables como los ms relevantes en este filsofo, que
son al mismo tiempo fenmeno del hombre-sujeto. Esos temas, adems de ser
periodos de inters epistemolgico del pensador, son referencias a la actuacin
del hombre; son lentes fenomenolgicos con los que se experimenta la realidad
del hombre como persona, y si bien no pueden ser abordados con validez
investigativa todos en un solo trabajo de mediana anchura, al menos aqu deben
ser enunciados; son: 1) La tica, en la Escuela tica de Lublin; 2) el amor humano,
3) la accin 4) la trascendencia y 5) la Filosofa Personalista en s misma.
La idea central de la obra que se viene comentando (1982, 2011) es que la accin
revela la persona [hombre-sujeto], en ella se despliega su estructura central e
interior; un estudio de la persona en esos trminos garantiza que los conceptos e
intuiciones conseguidos del estudio del hombre nunca sean estticos, al mismo
tiempo ubican al hombre en perennidad epistemolgica. El hombre siempre
64
65
es,
simultneamente,
el
que,
segn
el
principio
de
66
Dice Wojtyla (cf. 1979 182) en The acting person, que hemos ido mucho ms all
de la filosofa tradicional en su concepcin del hombre, acumulando suficientes
evidencias de la espiritualidad del mismo en el sentido descriptivo fenomenolgico,
cuando la accin como fenmeno prueba que, como dice Emmanuel Mounier,
actuar es una facultad de seres conscientes y libres y que solo es libre quien es
responsable (Mounier 1972 71); la responsabilidad est ligada al compromiso,
porque a su vez solo se compromete quien es libre (Ibid.). La libertad es la
afirmacin de la persona porque es ella misma quien elige ser libre; es un don que
se le propone al hombre por medio de la vida y por la que se encuentra la
vocacin y como consumarla (Ibid.); la persona es presencia dirigida hacia los
otros (cf. Mounier 1981 53).
15
En The Acting Person: Experience seen as accessible in phenomenological intuition tells us in the first
place than man is a unity [] the unity of the person is most completely manifested in the action, that is to
say, through transcendence [] the persons transcendence in the action also shows a certain complexity; the
one who possesses himself is simultaneously the one who, according to the principle of self-determination, is
possessed by himself; according to the same principle he both governs and is governed by himself [] This
complexity is clearly revealed in the phenomenological approach, but the remarkable thing about it is its
structure, which is manifested first of all as a specific organic unity and not as an unintegrated manifold. It is
how the complexity manifests itself in the action [] it is owing to the spiritual nature of man that the
persons unity in the action is manifested and actually established. When speaking of mans spiritual nature
we are not referring to the set of symptoms that determine the persons transcendence in the action but to the
real source of all these symptoms, to the spiritual element in the human being. The experience we rely upon
and the analyses we carried out suggest the conclusion that it is this element that constitutes the unity of man.
Thus the transcendence of the person in the action, understood in the phenomenological sense, seems to lead
to an ontological conception of man in which the unity of this being is determined by the spirit (Wojtyla
1979 183-184).
67
68
Segn Dietrich von Hildebrand en Was ist Philosophie? (1976) el fin del mtodo
fenomenolgico y de la Fenomenologa en sentido amplio son las esencias
[Wesenheit] de los objetos que poseen una estructura interna estrictamente
necesaria [strikte Notwendigkeit] y altamente inteligible [hchste Intelligibilitt];
estos objetos o cosas mismas se fenomenizan imponindose al espritu en una
intuicin intelectual [geistiger Intuition]. En la Fenomenologa de la persona en
accin construida por Karol Wojtyla el objeto de investigacin no es estrictamente
un objeto, sino un quien: la persona. Segn cmo entiende von Hildebrand la
Fenomenologa de Edmund Husserl, ste busco una o varias evidencias [Einsicht]
absolutas de esa estructura interna de las cosas inteligibles.
69
implcita, no reflexiva, dice que todos los objetos, valores, entes y ms, son, sin
ms explicacin que su atributo o posicin de ser en el mundo. Su justificacin de
existencia de los objetos se halla, dijramos, en la mera ocupacin del espacio y
su mutacin en el tiempo sin ninguna relatividad a la subjetividad. La epoj
entonces desconecta la tesis del es de los objetos para obtener el darse del ser en
su modo originario, esto es: todo lo que se presenta como ser dado en la
conciencia.
70
De la relacin que tenemos con los fenmenos y/o las cosas en s aparece uno de
los conceptos vitales de la Fenomenologa, la evidencia, el darse mismo, que es
la presencia, en la evidencia vivida, de una cosa misma (Reeder 2011 24). El
mtodo fenomenolgico se entiende entonces como el movimiento por el cual yo
aslo, evalo y describo la estructura de mi experiencia: las caractersticas de la
experiencia vivida. Explica y describe cmo aparecen los fenmenos; la atencin
est puesta en las cosas mismas concretamente en su modo de darse, en su
aparecer, describiendo las caractersticas del objeto que aparece, ms el modo
como el sujeto cognoscente va hacia ese objeto, porque la esencia de ste es la
estructura de sentido vivida, los elementos constitutivos del objeto como lo
experimentamos. Dice Wojtyla:
En la edicin de Biblioteca Palabra a la obra Persona y accin esta expresin es traducida por
corpreamente autopresente (Wojtyla 2011 39).
71
En The Acting person (1979) nota al pie 1: In the phenomenological perspective, the conception of
experience received its full meaning. Following [Edmund] Husserl, we do not have reason to accept a
restricted interpretation of experience. Experience should be considered as the source and the basis of all
knowledge about objects, but this does not mean that there is one and only kind of experience and that this
experience is the so-called sense of perception which may be either transcendent or immanent. In general, for
phenomenologists, experience means immediate givenness or every cognitive act in which the object itself is
given directly body- or, to use Husserls phrases, is lebhaft selbstgegeben. Opposing the empiricist
reductionism there are, then, many kinds of experience in which individual objects are given to be taken into
account, for instance, the experience of the individual physical facts of other selves, the aesthetic experience
in which words of art are given, and so on.
72
73
intencionalidad,
horizonte,
retencin-reflexin
reduccin
74
18
En The Acting person: The apprehension of the transcendence of the person in action constitutes in a way
the main frame of the experience that we are always referring to throughout our conception, because it is in
experience that we also find the fundamental evidence allowing us to assert that the man who acts is a person,
and that this acting is really the act of a person (1979 20).
75
76
77
En The Acting person: The objectivation of the body becomes an integral element in the objectivation of
the personal subject to whom the body belongs and of those whose subjectivity it forms a structural part. The
body is not member of the subjectivity ego; man is not a body, he only has it [] Man has his body in
special way and also in a special way he is aware of his possession when in his acting he employs his body as
a compliant too express his self determination. Such a compliance also serves to a time the interpretation of
the person in the action. The ability to objectify the body and to employ it in acting is an important factor of
the personal freedom of man. It is throught the somatic moment and also the somatic factor- in the personal
signification that the specific structure of self governance and self possession of the human person is
accomplished and manifested. Man, as the person, possesses himself in the experience of his embodiment
precisely because it entails the feeling of possessing his body, and he governs himself because him control his
body. It is to this extent that the relation of the person to the body becomes of externally apparent in the action
of the person. This has various important implications in the psychology of acting and in ethics (1979 206).
78
79
manera la persona est colocada en la accin; por ella, gracias al saber primordial
de que existo en un cuerpo me encuentro yo autoafectado de manera doble, en
la medida en la estoy vivo y soy, y en la medida en la que el otro me reconoce y
experimenta. En la accin la persona se trasciende a s misma porque en ella est
presente el todo de mi ser personal y al mismo tiempo ms del contenido del
propio ser: a esto se refiere Wojtyla cuando usa la nocin de transfenomnico en
direccin a explicar que en el cuerpo y en la accin la persona estalla en
fenmeno, debido en parte a que en los actos yo me autoexperimento: la
persona no solo est dentro de la accin sino que ella misma se percata de s en
la accin.
80
lo que Wojtyla regresa: el ser humano en cuanto sujeto; es en esa medida que su
punto de observacin en trminos fenomenolgicos puros son las articulaciones
de la actividad humana para concluir en la descripcin de la estructura ntica del
ser que es especficamente humano y que acta junto con otros en el mundo de la
vida. Segn Anna-Teresa Tymieniecka, quien prepara la publicacin de Persona y
accin (1982) e introduce la obra: [] ni el anlisis gentico trascendental, que se
centra en la gnesis de la conciencia humana constitutiva de un mundo de vida, ni
el anlisis eidtico de las estructuras de la objetividad en cuanto tal, han abordado
directamente la accin humana (Wojtyla 1982 XIV): no se haba abordado la
accin en cuanto cosa en s como estado de las cosas mismas. Persona y
accin (Wojtyla 1982) es un estudio eminentemente antropolgico no tico, dice
tambin Tymieniecka. El axioma que sostiene esa Antropologa consiste en la
afirmacin de que el conocimiento de la persona se basa en la experiencia del
hombre, una experiencia que a su vez es intelectual porque reducir la totalidad de
ella a los contenidos resultados de la sola percepcin sensorial sera causa de
grandes contradicciones y vacos. En esta experiencia el hombre se ve enfrentado
consigo mismo de una manera continua porque l incluso cuando duerme sigue
en su propia compaa; incluso cuando duerme, como cualquier otro acto
consciente o mecnico, el hombre es totalidad dinmica observable en la
experiencia fenomenolgica, que es superior, por su significado total e integrador,
a la experiencia netamente sensible. La accin que es un dato objetivo que
presupone una persona captura un momento particular de la experiencia del ser
humano. En otras palabras, lo dado como dato es, que el hombre acta; es como
si por medio de la accin se focalizara la persona porque la revela en un momento
especfico. (cf. Id. 11); dice Wojtyla en ese mismo marco que la accin nos ofrece
el mejor acceso para penetrar en la esencia intrnseca de la persona y nos permite
conseguir el mayor grado posible de conocimiento de la persona. Experimentamos
al hombre en cuanto persona, y estamos convencidos de ello porque realiza
acciones (Id. 13).
81
Por otro lado, si la accin presupone una persona y todo acto tiene un agente,
este hecho corrobora de manera objetiva el significado y el sentido necesario de la
moral, dado que como dice Wojtyla, si bien el hombre se encuentra en el origen y
los efectos de la valores morales, las acciones son por tanto su reflejo ms puro: a
consecuencia de sus acciones buenas o malas el hombre me es dado
respectivamente como bueno o malo.
82
(Id. 78). En sus meditaciones sobre la persona en accin pone fuera del parntesis
la tica en cuanto factor comn de la relacin que hay entre sta y la Antropologa
y como componente de la persona humana. sta es una operacin algebraica que
consiste en destacar el factor comn en todos los trminos que componen un
enunciado, una ecuacin o una expresin, no abandonndolo por su aislamiento
intencionado, sino suspendindolo temporalmente para que no se pierda o se
distraiga su importancia en los otros trminos, y stos a su vez no se vean
confundidos en el contenido del factor comn: se trata de excluir los problemas
esencialmente ticos para dar mayor importancia a los antropolgicos (Wojtyla
1982 16, 293). En conformidad a la racionalidad matemtica que se encuentra
implcita en el mtodo fenomenolgico en s mismo y en el mtodo de Wojtyla, la
expresin tendra la siguiente forma:
83
X R: sustancia divina
X U: trascendencia
X (Z + A + Y + B
denota
en
sentido
fenomenolgico
dilucidacin,
meditacin,
84
85
86
La eficacia, por su lado, est contenida en las acciones porque ellas muestran un
ego especial de la accin. La existencia humana es la sntesis de actuar y ocurrir,
de acciones y activaciones, de eficacia y naturaleza respectivamente. Esta ltima
como activacin y la accin como eficacia, aunque son momentos distintos uno del
otro, son momentos de la unidad e identidad del ego puesto que pertenecen a la
unidad sistmica que es el ser humano. La humanidad es la base de la persona
cuyos constitutivos son ser y actuar, por eso se dice con verdad que el ser
humano posee personalidad y sta entendida como la afirmacin del hombre
como ser autnomo subjetivo, autoconsciente. Sin embargo, en la unidad que es,
humanidad y personalidad son trminos con significados distintos. Humanidad es
a naturaleza, lo que personalidad es a dinamizacin. La acepcin metafsica a
naturaleza como esencia de un ser es ampliada por una concepcin
fenomenolgica de la misma, como esencia de un ser humano dinmico: solo
acta quien existe. En la persona en accin se integra la naturaleza humana,
como integracin del dinamismo propio del hombre. Actuar y ocurrir son
humanos porque provienen de la humanidad de la persona. El hombre posee
personalidad porque es persona, porque acta conscientemente, porque sus
acciones tienen una auto-vivencia y conciencia particular y especial. Por un lado,
la humanidad es el trasfondo de la persona y la personalidad, es el trasfondo de la
accin, y por el otro, la naturaleza es la base causal de la estructura ntica en la
que est soportada la potencialidad del hombre-sujeto.
87
88
Las consideraciones del ser humano como ser corpreo llevan directamente a otro
anlisis, el del devenir, llegar a la existencia equivale a devenir (Wojtyla 1982
115). El dinamismo humano revela que el devenir del hombre en la existencia es
un dato real. El organismo humano como sistema viene ya determinado en su
89
propio desarrollo, pero la esfera psquica aun cuando est fundada en ese
sistema, es la persona humana quien la determina en su perfeccionamiento.
20
La expresin es tomada en su uso segn como la entiende el autor de este trabajo del Doctor Roberto
Walton en su artculo citado ms arriba.
21
Entindase por existencial no una Filosofa de la vida y de la existencia irracional y acientfica; el sentido
del trmino aqu es el referente a la valoracin radical de la particularidad de cada persona.
90
Y sigue ms adelante:
91
misma en un objeto que aparece como bien; ese aparecer es su verdad elegida o
decidida como verdad axiolgica, como valor, distinta a la verdad ontolgica y
lgica. Conocer en sentido de verdad axiolgica est relacionado con el querer,
con la intencionalidad: Percibir la verdad es lo mismo que presentar un objeto a la
persona-sujeto a travs de una de sus propiedades intrnsecas (Id. 168). Ntese
que dice presentar como darse del conocimiento humano en la experiencia.
92
3.4 LA TICA.
En el otro como valor, es decir como verdad, se fundan las obligaciones y las
normas morales y legales. Por la conciencia, la persona identifica y comprueba la
veracidad de una norma, en tanto que el deber y la validez de ste son dos
realidades estrechamente en relacin: la veracidad del deber no es un hallazgo en
el abstracto sino en el valor objetivo que es la persona, y en tanto que sea ms
fuerte la certeza de la verdad, ms intensa es la adecuacin interior del hombre
ante la obligacin y la norma: esta es una tica que tiene la forma de la
adecuacin y de la interiorizacin de la norma por el valor que la obligacin
respeta, como un deber que es cierto y que se experimenta como verdad.
93
La conciencia no crea las normas sino que las descubre como una obligacin de
respeto a la verdad de un valor: la rendicin de la libertad a la verdad, es un
liberarse, no una esclavitud resultado del individualismo que concibe el bien como
un punto de vista o como una creacin del individuo. Un ejemplo de la verdad del
valor como fuerza que libera es el mandato evanglico amaras, cuya formulacin
como se ve, se encuentra en forma positiva y no como mera prohibicin por el solo
respeto a la ley, sino ley en cuanto respeto al valor de la dignidad humana. La
prohibicin y la legislacin enunciada en forma negativa inclusive, y como se
explica aqu, no es ni el nico ni el ms importante modo de obligacin [de este
punto, recurdese ya se trat en el segundo captulo de esta investigacin].
94
En
este
sentido
la
trascendencia,
explicada
95
96
97
que radicaliza la brecha para el existente entre los fenmenos y los datos
noumnicos no dados en la experiencia sensible. Dice Husserl: [] el principal
error de la argumentacin empirista radica en identificar o confundir la fundamental
exigencia de volver a las cosas mismas con la exigencia de fundar todo
conocimiento en la experiencia (1993 10) sin concebirla como intuicin y sin
abordar los problemas de la constitucin. La asercin a la sola experiencia
sensible tiene implcita otra anomala: en el torrente de impresiones sensibles de
cosas y hechos, los empiristas niegan la evidencia esencial y arguyen a la
induccin por lo que la visin fenomenolgica de las cosas resulta en un objeto no
distinto a lo que es el objeto en s, pero si distinto del que provee la observacin
empirista. Uno es el objeto emprico y otro el objeto fenomenolgico. Este ltimo
no es producto de la sola experiencia sensualista sino de la conciencia de la cosa,
de la visin eidtica.
98
99
ejemplo, son experimentadas como valores objetivos. Ms all de los lmites del
pensamiento de Max Scheler, Wojtyla piensa que la conciencia no solo
emocionaliza los valores sino que los juzga racionalmente. Segn esta idea, la
persona es causa eficiente de los actos morales. El objeto de conocimiento
fundamental de la tica en estos trminos del Personalismo wojtyliano, no es el
imperativo o la ley, tampoco los valores en s, sino la accin humana. Esta
acepcin a accin humana refiere al hecho de que la persona se encuentra autoafectada como causa de sus acciones al mismo tiempo que es afectado por las de
los dems, como las suyas afectan otro ego. Las acciones humanas son el
objeto de la comprensin moral. El camino fenomenolgico de Wojtyla consiste en
la experiencia de la accin que muestra en el hombre su libertad evidenciada en
que l es causa personal y particular de su actividad.
100
de epoj, deben ser objeto de la superacin del ego emprico-naturalista por el ego
puro resultante de la meditacin sobre el ego fenomenolgico; de lo anterior varias
explicaciones:
el
Ego
humano
reducido
(2006
129),
que
se
constituye
22
101
ego
102
103
Como tarea, siguiendo a Wojtyla y Max Scheler en ello, queda dilucidar cmo la
intuicin puede tener un trasfondo que la refuerza en su objetividad: el mandato
consignado en las sagradas escrituras, el amor al otro como amor al prjimo,
puesto que en la opinin de Scheler el amor aclara la mirada, el odio la oscurece y
la enceguece; el pesimismo y el patetismo ridiculizan al hombre porque
menoscaban la dignidad humana al considerar al hombre como un ser
determinado y malo. La Fenomenologa sin embargo, presenta al hombre como
posibilidad, como sujeto no terminado, como uno que va siendo. A partir de la
visin del hombre de Karol Wojtyla y la Fenomenologa, queda asegurado lo
experienciado del elemento misterioso que compone al hombre: una caracterstica
esencial del misterio es su revelacin, su manifestacin; el misterio se deja
comprender por la contemplacin, por la capacidad de ver sin prejuicios el estado
puro de la manifestacin; el misterio se dona23.
23
Para ampliar este concepto de misterio segn su relacin con el pensamiento de Karol Wojtyla y el de
Gabriel Marcel explicado por Ives Semen en la Teologa del Cuerpo (Semen 2005), se sugiere leer en la
revista Cuestiones Teolgicas de la Facultad de Teologa, Filosofa y humanidades de la Universidad
Pontificia Bolivariana el artculo Karol Wojtyla y su visin personalista del hombre, volumen 39, no. 91.
104
105
causales en su unidad: como es el caso del ser humano cuya estructura es una
unidad psico-fsica. Conocer eidticamente su esencia es encontrar el que de un
quien especial. Comprender fenomenolgicamente la realidad psquica del ser
humano es rescatarlo en su individualidad. Ese rescate se hace por medio de la
experiencia del hombre objetivada en acciones segn como hemos defendido con
la Antropologa filosfica de Wojtyla. El fondo epistemolgico en el que se
sostienen las acciones y la subjetividad es la experiencia.
106
cosas: el sufrimiento por ejemplo, aunque sea causado por el mismo agente o
cosa, no lo sufren igual dos personas distintas.
107
108
109
como el ser humano integra las dos siguientes formas: en otras palabras, el ser
humano aprende a ser sujeto de la experiencia y objeto de la misma.
110
111
Wojtyla explica:
112
CAPITULO 4.
KAROL WOJTYLA Y EL CONCEPTO DE PERSONA HUMANA.
Nota introductoria.
En este punto del presente texto es muy til para su cometido la anterior cita de
Max Scheler sobre la esencia de la Filosofa porque lo dado en s mismo
adecuadamente en trminos del acceso antropolgico a la persona, es la accin;
hasta aqu se ha establecido, como hace Wojtyla, que la persona se revela al
conocimiento humano en ella y con ms amplitud en la accin consciente; la
experiencia es el punto de partida y el soporte del estudio del hombre.
Recapitulando, decimos que la accin de la persona tiene, para nuestro fin
epistemolgico dos variables: por un lado en ellas se da de modo integrado la
persona, y por el otro, en la accin el hombre se experimenta a s mismo como
sujeto; aunque el acto en su sentido ms fenomnico aparece de manera exterior
dada a la experiencia inmediata, dice Wojtyla en Persona y accin (2011) que toda
experiencia que el hombre tiene de cualquier realidad exterior, est a s misma
113
no
es
la
nica
fuente
de
conocimiento,
ese
es
solo
un
caso. Recurdese que se ha afirmado con Max Scheler que la doctrina kantiana
de la experiencia es equivocada debido a la idea de que en la materia del
fenmeno solo se da lo adecuado para el cumplimiento de las formas y las leyes
del entendimiento.
114
115
116
117
Resltese la idea expresada en el inicio del tercer captulo que reza que la
Fenomenologa y la Metafsica, que profundizan en el mismo sujeto a travs de
sus respectivas reducciones, no se excluyen entre s (cf. Wojtyla 2011 137); en
este sentido la Filosofa primera del ser, esto es la Metafsica, nos deja como idea
118
119
La accin me revela la persona como un ser que posee voluntad de la que deriva
la libertad; la voluntad por su lado, como volicin es idntica y la misma
autodeterminacin
(Wojtyla
2011).
La
libertad
adems,
en
el
sentido
120
121
Juan Manuel Burgos (2007) en sus estudios sobre la Filosofa de Karol Wojtyla
nos dice que Amor y responsabilidad (1978), es un texto cuyo tema central es el
amor humano en el marco de la reflexin tomista y fenomenolgica. Dice Burgos
(2007) que ante todo el punto de partida es la persona. Los lectores del Papa
polaco sabemos que esa obra es un estudio de moral sexual, sin embargo, el
primer y el segundo captulo hasta donde va El anlisis psicolgico del amor, que
es la segunda parte del captulo dos, son tambin fundamentalmente de contenido
antropolgico, y es lgico: no pueden entenderse el amor humano, las relaciones
interpersonales, la norma personalista y ms de lo que habla Wojtyla en el texto,
sin construir primero una visin del hombre correspondiente a esa Moral
122
presentada. Ese primer captulo y parte del segundo es el que ahora estudiamos
en este apartado sin dejar de lado la referencia cruzada a sus Ensayos de
Antropologa publicados como El Hombre y su destino (2005a) y su investigacin
en Persona y accin (2011).
123
Jacques Maritain considera, para el fundamento de los Derechos Humanos, entender correctamente la Ley
Natural descrita por varios autores antes y despus de Cristo. Esta ley no escrita (non scripta sed nata
lex) es esbozada por el autor francs como una herencia del pensamiento cristiano y del pensamiento clsico,
no proviene estrictamente de la filosofa del siglo XVIII, esta ltima por el contrario, en cierto grado la
deform. Procede antes de Grotius, y, antes de l, de Surez y Francisco de Vitoria; ms atrs de S. Toms de
Aquino, de S. Agustn y de algunos Padres de la Iglesia, y de San Pablo; ms atrs, de Cicern, de los
Estoicos, de los grandes moralistas de la antigedad y de sus grandes poetas como Sfocles. Antgona es la
herona eterna del derecho natural, la que los Antiguos llamaban la ley no escrita, asercin que mejor le
conviene (cf. Maritain 1967 58). Por otro lado el derecho natural remite al hecho de que el hombre como
sujeto de sus acciones, por ser persona humana como es, tiene derechos; no es solamente un medio, sino un
fin que debe ser tratado como tal. La nocin de derecho y la de obligacin moral suponen reciprocidad, ambas
estn fundadas sobre la libertad propia de sujetos espirituales, en el sentido de que si el hombre est de forma
moral obligado a las cosas necesarias, a la realizacin de su destino, significa que tiene el derecho de realizar
ese destino y a las cosas que son necesarias para ello. Maritain presupone que existe una naturaleza humana
comn a todos los hombres. Como seres racionales comprenden lo que hacen y determinan sus fines; dotado
de espritu, siguiendo a Max Scheler (1941) en esto, tiene la responsabilidad de determinar sus fines de
acuerdo a su naturaleza racional, que le posibilita descubrir el orden natural y conducirse por l (Simon 1968).
124
125
Una tendencia general en occidente es defender la tesis segn la cual el ser del
individuo, sea esquizofrnico, sufra alguna enfermedad psquica o no, est
constituido por dos partes, una interna y otra externa, siendo el pensamiento a la
primera y la experiencia del mundo y la socialidad a la segunda. El estado del ser
interior es considerado como verdadero en el sentido de que no ha sufrido la
alienacin social (cf. Laing 1960 82). El cuerpo y las acciones del individuo
corresponden a esa parte alienada del ser; el individuo esquizofrnico considera el
exterior fuera de su control, ajeno a su ser interno. Ronald David Laing concibe la
locura como la lucha interna del individuo por anular su ser externo porque
traiciona la verdad del interno. El ser esquizofrnico es un ser disociado: su yo se
concibe como separado de su cuerpo que es el horizonte de experiencia y
actuacin en el mundo externo, resultando en el hecho de la prdida de su
subjetividad y hasta de su voluntad. El ser esquizofrnico [del que hablamos como
ejemplo para concluir en la afirmacin de la unidad sustancial que es el hombre
an en las experiencias ms enfermas] se encierra en s mismo como si el nico
mundo real fuera el suyo. Es por esta razn que las acciones de este sujeto que
comentamos sean estudiadas en la Psicologa clnica por ejemplo como acciones
pasivas, porque no se est en control del cuerpo, podemos decir: las acciones son
involuntarias; empero, y he aqu un argumento que estriba en defensa de la
unidad sustancial del hombre, son involuntarias precisamente no porque haya una
126
ruptura de la estructura del hombre, sino porque en esa estructura las acciones
que son actos dirigidos a, es decir externos, estn menoscabados porque el
mundo exterior es objeto de huida. El ser dividido no existe: la afectacin de un
elemento o dispositivo de esa estructura tiene un grado de afectacin en todos, en
algunos o en unos de los otros elementos que componen la estructura del hombre.
La locura es una forma de ser, es una forma de ser en la unidad de su ser
enfermo. Vemos por ejemplo en un sujeto que padece una enfermedad mental, el
deterioro en menor o mayor grado de su cuerpo, y a la vez, cmo el deterioro del
cuerpo afecta de forma psicolgica la persona.
127
128
129
CAPITULO 5.
EL PERSONALISMO DE KAROL WOJTYLA EN EL MUNDO
CONTEMPORNEO.
130
25
131
Estas fueron palabras de Karol Wojtyla durante el rezo del ngelus, en la Ciudad
del Vaticano el 11 de febrero de 1979. El sufrimiento como angustia y el dolor, es
un aspecto de la vida humana que ha acompaado la historia del hombre desde
siempre, en todos los tiempos. La fuente del mal que existe en el mundo, se
encuentra en un sentido lrico- en el mismo lugar en el que nacen el amor y el
bien: el corazn y el espritu humano. No bastan las polticas y las organizaciones
para traer la justicia y la paz, porque la raz del mal se encuentra sembrada en el
interior del hombre; de igual modo el remedio: el amor, como verdadero sentido
moral y social. De qu clase o majestad de amor, es del que el pensador hace
apologa? De un amor que se revel en un signo histrico, en un hecho real: La
cruz, que es el rostro amoroso de Dios; en el rostro sufriente de Jess de Nazaret
Dios nos mostr su naturaleza. Dios estaba muriendo con cada hombre que era
asesinado en Auschwitz: el ser de Dios es mi vida. l me engendra como l
132
133
134
135
El sufrimiento del otro me dice, que l, es un valor en s hacia el que dirijo mis
acciones de modo autentico cuando mi obrar est ordenado por el amor, y de
modo inautntico cuando mi obrar est dirigido por el odio o por el egosmo
(Wojtyla 2011). En la Ilada en el canto XXII, Homero pone en escena el combate
entre Hctor y Aquiles. Hctor propone a Aquiles, hijo de Peleo, un pacto teniendo
a los dioses como testigos, de que si Zeus concede al troyano la victoria no
insultar cruelmente su cadver y lo entregar a los aqueos para que stos le
hagan los ritos atinentes a su deceso, esperando recibir de Aquiles el mismo gesto
en el caso que ste fuera el vencedor. Aquiles lleno de ira y de odio le responde:
No me hables de convenios. Los leones no pactan con los hombres, ni se ponen
de acuerdo los lobos y los corderos, sino que piensan permanentemente en
causarse dao unos a otros; tampoco puede haber entre nosotros ni amistad ni
pactos hasta que caiga uno de los dos y sacie con su sangre a Ares. El hombre
que acta mediatizado por el odio y el egosmo acta como un len y como un
lobo, los otros son hombres y corderos.
136
mientras que el amor est orientado al valor, ya que la persona es un valor, ella es
la portadora de los valores morales, y los convierte de morales a valores
personales. Solo la persona es digna de ser vista como valor por s mismo. La
persona no es un valor privilegiado, ella es el valor mismo.
La persona se define segn Max Scheler como sustancia unitaria de todos los
actos que lleva cabo un ser, sustancia ignota, que jams puede darse en el saber
netamente cientfico, sino que, ms bien, es vivida individualmente; no es ningn
objeto, ni mucho menos una cosa. Una vez se opera la reduccin fenomenolgica
sobre la persona, el producto que nos queda es la esencia misma de las acciones
que refieren a la causa en s de todos los actos: la persona-sujeto. En l se
encuentra, una vez operada la reduccin fenomenolgica, la unidad concreta
espiritual y material de las acciones. La persona no es solo sustancia, es lo vivido.
No es abstracta porque ella vive en cada una de sus acciones y se vive a s misma
en cada obrar, y yo la vivo completa en su existir en cada accin. Cada accin
particular no es ni abstracta ni etrea: el actuar humano es producto del todo
compuesto por el ser personal particular.
137
El amor como movimiento me abre al reconocimiento del estado puro del otro; por
el amor poseo conciencia pura de la persona que es el otro microcosmos con el
que me encuentro en la existencia, y por esa razn lo exalto, me estremezco con
su valor. Solo el amor por la persona permite al hombre ver los valores de esa
persona amada. La simpata dice Scheler es ciega al valor, mientras que el amor
es referencia al valor. El amor es un acto espiritual (cf. Scheler 1957 180-181). No
se aman entidades abstractas, no se aman ideales. El amor est dirigido a un
objeto individual que es portador de valores o que es valor por s: la persona, y
Dios como persona. El amor abre al amante la vista, porque descubre en el ser
138
amado valores que estaban antes ocultos a la mirada. El amor ve de una manera
objetiva lo psquo-fsico, lo espiritual; ve la persona en cuanto est siendo.
Para ampliar este anlisis del amor como experiencia vivida, lase en la revista Cuestiones Teolgicas
de la Facultad de Teologa, Filosofa y humanidades de la Universidad Pontificia Bolivariana el artculo
Karol Wojtyla y su visin personalista del hombre, volumen 39, no. 91.
139
de
los
dems,
la
capacidad
de
adivinarlos,
de
La anterior cita es un fragmento del discurso del Papa Wojtyla en Paris el primero
de junio de 1980. El amor no es algo que se aprenda, pero a la vez no hay nada
que sea ms imperativo de ensear (cf. Juan Pablo II 1994b. 132-133). La norma
personalista de la accin es la norma personalista del amor, una regla absoluta
reinventada por Wojtyla; esta norma es el fundamento de la moral personalista: el
fundamento de la moral no puede estar depositado en la consideracin o en la
accin de usar al otro; el otro, que desde una axiologa Scheleriana, la moral
cristiana y una Fenomenologa de la persona, no es susceptible de ser cosificado
o instrumentalizado; si la persona la cosifico como medio o como objeto destruyo
su estatuto de persona, lo fragmento; el amor es la anttesis del uso utilitarista (cf.
Semen 2005 42). Dice Wojtyla en su obra Amor y Responsabilidad (1978) que
27
140
para garantizar la permanencia del sentido del mandato del amor, y del amor en s
mismo como objeto de ese mandato, ambos, mandato y amor, deben estar
edificados en un principio personalista diferente ostensiblemente del utilitarismo.
La persona que es valor en s, es de igual modo un bien tal que no refiere a la
utilizacin. Solo el amor contiene el modo tico de tratar al otro. Algunos modelos
de comportamiento de las sociedades contemporneas proponen, en nombre de
la modernidad el egosmo como acto tico, amenazando el valor superior de la
persona reducen el contenido verdadero del amor humano como accin libre, que
vincula al ser humano con otro ser; que lo vincula a Dios. Atisba un circundante
rechazo del hombre al amor como un don que se le ofrece desde el plano del
absoluto [Dios]. El eclipse del sentido del amor de Dios es tambin el crepsculo
del sentido del hombre. El Papa Wojtyla advirti en abril de 1999 en su mensaje
para la jornada mundial de la Paz, que si el hombre no considera y dimensiona
con justo valor la vida como una realidad sagrada la convierte simplemente en
una cosa, a la que aprisiona como si fuese su propiedad exclusiva y la manipula.
141
ama con el cuerpo, con la psique, ama con el espritu porque estos elementos
constitutivos son una unidad. El cuerpo no es solo realidad orgnica. El cuerpo
como realidad fenomnica, es signo de la vocacin del hombre a ser don para
otro. En la carta Familiaris Consortio (1981a) al respecto, en el numeral 11, dice
Wojtyla que Dios ha inscrito en la humanidad del hombre y de la mujer la
vocacin, la capacidad y la responsabilidad del amor, que es, la vocacin
fundamental e innata de todo ser humano, por tanto el otro es el objeto y fin de la
vocacin humana. El hombre como espritu encarnado, como alma que se
fenomeniza en el cuerpo, est llamado al amor en la totalidad unificada que es l:
El amor abarca tambin el cuerpo humano y el cuerpo se hace partcipe del amor
espiritual. El hombre no puede vivir sin el otro porque no puede vivir sin amor. Sin
el otro, no como instrumento sino como fin, el hombre no se realiza. Amar es dar,
es una accin libre e irrevocable. El amor humano es esponsal, fiel, porque el
valor en s que es la persona demanda que as lo sea.
142
143
144
puesto que asla la persona y la considera una amenaza para los dems: para el
individualismo, los otros son una fuente de limitacin (Wojtyla 1982 320). Esta
visin es impersonalista, puesto que ser persona es tambin la capacidad de
participar con los otros del actuar: la libertad de accin como derecho es una
condicin vital del orden tico; sin embargo, en esa libertad no hay derecho a
actuar u obrar mal, puesto que el bien comn corresponde a la naturaleza social
del hombre, y obrar mal menoscaba esa naturaleza.
La accin como valor impone una obligacin: la de obrar bien, la de que la accin
corresponda a la actitud solidaria como la responsabilidad de llevar a cabo como
miembro de una comunidad, la parte que me corresponde (Wojtyla 2011). Pero
Wojtyla va ms lejos, una cosa es ser miembro de una comunidad que considera
a los otros como consocios y otra, es la de percibir que el otro por su valor
personal es un prjimo. Esta consideracin lleva a percibir la persona no solo
como otro, sino como un absoluto, como la posibilidad de hacer con l una
comunidad interhumana. Este propsito se encuentra fundado en la experiencia
del amor, que es lo autntico de la persona, y esto se consigue mediante la
yuxtaposicin del prjimo con el propio ego segn el mandato positivo evanglico:
y amaras al prjimo como a ti mismo. En este sentido, el Cristianismo en su
estado puro es una afirmacin de la vida. Este, es un sistema que tiene como
referencia al otro como prjimo, como uno digno de ser amado como yo me cuido
y me amo, como yo me valoro. Es evidente que este sistema es superior a
cualquiera pensado antes. Dice Wojtyla:
El
mandamiento
amaras
tiene
un
carcter
completamente
145
146
147
La palabra amor es equvoca dice Wojtyla (1978 33). Decir algo del amor entre
hombre y mujer por ejemplo, o el amor por el prjimo como estructuracin de
una justicia total, es decir algo de una o dos de sus significaciones:
148
149
CONCLUSIONES.
La desvaloracin del valor radical de la vida humana que Karol Wojtyla presenci
desde su juventud hasta su muerte: desde que era actor de teatro y estudiante
universitario hasta convertirse en el Papa Juan Pablo II, concretamente durante el
decurso de la segunda guerra mundial, el Comunismo en su pas y en el Este de
Europa y la polarizacin del mundo entre el Capitalismo a ultranza y el
absolutismo comunista, forjaron en su interior una personalidad particularmente
analtica y crtica; defendi como nadie la dignidad personal de cada ser humano.
La vocacin a indagar por la verdad que encarna y contiene el ser humano fue
para Karol Wojtyla un grito de amor a la vida; argument que la persona es la
posicin objetiva primordial del valor. Esta defensa y argumentacin est
formulada en los trminos de un Personalismo filosfico, y ste a su vez, como
estructuracin antropolgica, en la forma de una Fenomenologa de la persona en
accin que junto al pensamiento aristotlico-tomista forman un sistema. La accin
solidaria y el mandato evanglico formulado en sentido positivo de amaras al
prjimo como a ti mismo son los dos pilares sobre los que basa el reconocimiento
del otro no solamente como ser humano, como un compaero, como persona y
como valor, sino como sentido nuevo de las relaciones humanas en orden al
establecimiento de una comunidad humana mundial ms justa: la palabra
prjimo como experiencia ego de la intersubjetividad de personas es ms alta
que la experiencia del otro como socio en la que se han basado las construcciones
sociales y polticas desde la Modernidad. En la experiencia del otro como prjimo
150
est contenida la verdad sobre el trato que todo ser humano es digno de recibir: el
amor.
151
152
desde enunciados ticos y del tipo axiolgicos la posicin o el lugar primordial que
ocupa la persona en la totalidad del ser; [] el hombre est siempre lleno de su
propia humanidad [] dice en uno de sus poemas (2005b 43). Si se sufre por
falta de visin [tambin parafraseando al pensador], porque no se puede ver claro
lo que uno quiere ver claro, debo entonces abrirme paso a travs de las seales
que provienen del fondo de lo que quiere verse claro: esas seales, en los
trminos en los que propone Karol Wojtyla su Antropologa filosfica, son las
acciones y el valor, y el fondo la persona humana.
153
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