Intersectorialidad en Las Politicas Sociales
Intersectorialidad en Las Politicas Sociales
Intersectorialidad en Las Politicas Sociales
Un acercamiento analtico-conceptual
Nuria Cunill-Grau*
VOLUMEN XXIII
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ctualmente observamos una recurrente invocacin a la intersectorialidad como eje central de las nuevas polticas sociales, al punto de que
aparece como la nueva promesa en materia de gestin para acometer
objetivos de transformacin social. Sin embargo, en general existe tan escasa
problematizacin sobre ella y se usa con sentidos tan generales que se tiende a
diluir la preocupacin acerca de cmo se construye y especialmente de cul
puede ser su contribucin a los resultados sociales. Aportar a su comprensin, en un acercamiento analtico-conceptual, es el propsito de este trabajo.
Es necesario comenzar por reconocer que lo sectorial tiene distintos
significados y, en consecuencia, tambin la nocin de intersectorialidad.
Uno de ellos remite a lgicas de accin colectiva, distinguindose as entre
el sector pblico, el sector mercantil, el sector privado no mercantil o las
comunidades. En ese marco, la intersectorialidad alude a las relaciones
entre tales sectores y cubre el estudio de las diferentes modalidades de asociacin pblico-privada. Otro significado de sector remite ms bien a especialidades del conocimiento que se expresan en el aparato gubernamental
a travs de la organizacin funcional por sectores, tales como educacin,
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salud, agricultura, etc. La intersectorialidad, en este caso, se refiere en primera instancia a la relacin entre diversos sectores gubernamentales.
Las asociaciones pblico-privadas han experimentado en las ltimas
dcadas un crecimiento explosivo tanto prctico como terico, fundamentalmente bajo el impulso del movimiento de reforma que preconiza las
virtudes de la prestacin de servicios pblicos por entidades privadas
mercantiles o no, con financiamiento pblico total o parcial. En particular, desde la dcada de 1980 tienen una amplia aceptacin los partenariados pblico-privado (ppp), ya sea como una alternativa a la contratacin
externa y privatizacin de servicios, en especial de infraestructura, o como
una estrategia para promover la inclusin laboral, en el entendido de que
pueden ayudar a compartir recursos y riesgos adems de responsabilidades.
La literatura es muy prolfica, sobre todo la que remarca alguna de las
ventajas de la intersectorialidad as entendida (Agranoff y McGuire, 2001;
Vernis, 2005) y ha cobrado vigor actualmente (Hodge et al., 2010; Donahue y Zeckhauser, 2011; Osborne, 2010), a veces en un marco ms amplio,
el de las relaciones interorganizacionales (Cropper et al., 2008). Ahora
bien, lo que encontramos desde un punto de vista analtico es que la intersectorialidad, concebida como la relacin del sector pblico con el sector
privado, en cualquiera de sus manifestaciones, tiende a estar vinculada a
una posible mejora del desempeo en la provisin de determinados servicios pblicos que no se producira si la accin se desarrolla unilateralmente,
aunque tampoco si no se discierne con qu parte del sector privado se produce la relacin (vase al respecto, por ejemplo, Bresser Pereira y Cunill
Grau, 1998; Andrews y Entwistle, 2010).
Cuando aludimos a la intersectorialidad en tanto relacin entre distintos sectores gubernamentales, el foco cambia. Ya no es exclusivamente
la mejora del desempeo en la provisin de servicios pblicos lo que se
tiene a la vista. Aunque el desempeo puede estar presente, la mirada
aumenta su alcance y se coloca expresamente en la solucin del problema
que se busca enfrentar, advirtiendo que si el problema es multicausal, la
integracin sectorial puede mejorar su abordaje integral. Esto significa
que es la bsqueda de la integralidad en el abordaje de un determinado
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cas que puedan facilitar abordajes ms acuciosos sobre los programas y polticas que se fundan en la intersectorialidad.
El trabajo se compone de las siguientes secciones, adems de esta introduccin. En la primera, identificamos algunas de las tendencias en el campo de las polticas sociales que renuevan la importancia de la intersectorialidad. En la segunda seccin buscamos ahondar ms en las especificidades de
la accin intersectorial. En las secciones subsiguientes nos adentramos en
los factores de anlisis de la intersectorialidad y sus variantes; para ello, nos
basamos en la literatura pertinente y acudimos tangencialmente a algunos
programas autocalificados como intersectoriales, esto ltimo a fin de ilustrar posibles comportamientos de los factores en la prctica. Presentamos
los factores por aproximaciones sucesivas, comenzando por aquellos que
inciden de manera ms directa en la modelacin de la accin intersectorial
y siguiendo con los que la condicionan. Tenemos en cuenta, en este ltimo
aspecto, algunos enfoques tericos que sirven para iluminar la importancia
que pueden adoptar ciertos factores sobre otros. Por ltimo, ofrecemos algunas conclusiones.
Por qu el tema de la intersectorialidad renueva
su vigencia en el campo social?
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de que su abordaje debe ser multidimensional y con un enfoque de derechos. As, la perspectiva de la integralidad se constituye en la base de la intersectorialidad, asumindose que una comprensin ampliada del fenmeno de la pobreza y de la vulnerabilidad social exige algo ms que una simple
conexin o agregacin de sectores gubernamentales entre s y de stos con
otros sectores (Corbett y Noyes, 2008; Winkworth y White, 2011; Repetto, 2009; Bronzo, 2007; Cunill, 2005).
En los mbitos subnacionales, esta tendencia tiene una larga historia.
Por ejemplo, para el ao 2005 documentamos algunas experiencias estatales y municipales de Brasil, en las que la intersectorialidad orientaba una
nueva manera de planear, ejecutar y controlar las polticas pblicas, abarcando toda la estructura gubernamental. Entre ellas figuraban las de la Alcalda Municipal de Fortaleza del estado de Cear y la del estado de Maranho (Cunill, 2005); tambin hay experiencias documentadas en Belo
Horizonte (Veiga y Bronzo, 2012). El foco en este tipo de experiencias suele ser una accin proactiva en funcin de una vida digna y de calidad de los
habitantes de un territorio determinado, aunque algunas de ellas han tenido como principal mvil producir ms eficiencia (reduccin de gastos) en
el desempeo gubernamental. Otras se asocian con agendas sociales de gobiernos subnacionales signadas por concepciones integradas territorialmente, ya sea de promocin de la salud (municipios saludables) o de desarrollo sustentable (Agenda 21), estimuladas por organismos internacionales
(Mendes, 2004; Mendes y Fernandez, 2004).
En lo que concierne a polticas de carcter nacional, es evidente la emergencia de una tendencia en Amrica Latina de nuevas polticas sociales
centradas en derechos, que adoptan la intersectorialidad como uno de sus
ejes principales. Esta tendencia tiene tras de s una diversidad de causas,
entre ellas los limitados efectos de los intentos previos de enfrentamiento de
la pobreza y, con ello, el crecimiento de los riesgos de inestabilidad social y,
consecuentemente, poltica (cepal, 2009). Tambin es cierto que la tendencia no es uniforme, dada la incidencia de diferentes contextos institucionales, orientaciones ideolgicas de los gobiernos y grados de influencia
de los organismos internacionales (Acua y Repetto, 2009; Repetto,
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los beneficios que las personas y sus familias requieren para estar protegidas de
los riesgos y contingencias que los afectan a lo largo de todo su ciclo vital (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2009, 5).
Segn hemos notado (Cunill, 2005), la reflexin en torno a la intersectorialidad se ha articulado con base en dos premisas fundamentales. La primera
de ellas, como advertamos, es que la integracin entre sectores posibilita la
9
El Sistema de Proteccin Integral a la Infancia, Chile Crece Contigo, fue creado en 2006 e institucionalizado por ley a fines de 2009. Es concebido como una oportunidad para abordar integralmente el desarrollo
infantil, reconocindose que la multidimensionalidad en el desarrollo significa que cada nio o nia necesita
contar con condiciones bsicas de salud, vivienda, alimentacin, soporte emocional, cuidado, educacin, relaciones sociales, seguridad, por mencionar las ms importantes, para desplegar todo su potencial como persona
(Gobierno de Chile, Ministerio de Salud, 2010, 21). Contiene prestaciones universales para las mujeres embarazadas y nios(as) que se atienden en el sistema pblico de salud, y prestaciones diferenciadas con base en
vulnerabilidad, entre las que se cuentan acceso gratuito a salas cunas y jardines infantiles hasta los cuatro aos.
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que sean asumidos por todos. En suma, la transversalidad no es un concepto interorganizacional, mientras que la intersectorialidad s lo es.
Por otra parte, la intersectorialidad no es meramente un sinnimo de la
coordinacin interinstitucional. Sin duda, la coordinacin siempre se requiere para asegurar que las diversas organizaciones y sectores encargados de
implementar una poltica no produzcan redundancias o inconsistencias.
Pero la coordinacin en s misma no se traduce en integracin, salvo que se
adopte un significado muy amplio (Repetto, 2009; Cabrero y Zabaleta,
2009; Molina y Licha, 2005). En trminos generales, la coordinacin, aunque es necesaria para lograr la integracin (por lo que sus herramientas pueden ser muy tiles), no siempre la asegurara.
En este sentido, el abordaje de la intersectorialidad que proponemos
sugiere que su especificidad radica en su fundamento poltico, as como
tambin en que implica un grado de intensidad ms alto de relacin entre
sectores que la coordinacin.
La distincin entre diferentes tipos de colaboracin es consistente con la
idea emergente en la literatura en trminos de que las estrategias colaborativas requieren estar alineadas a los propsitos especficos que se persigan.
Esto significa que pueden existir diferentes grados de relacin entre los sectores gubernamentales, segn los propsitos de las polticas sociales. Pero
tambin significa que toda vez que se pretende un abordaje integral de un
problema social, la integracin entre sectores, o sea, la intersectorialidad
propiamente, emerge como asunto a ser construido. As, integralidad e integracin aparecen como las dos caras de una misma moneda.
Se han construido varios modelos heursticos siguiendo esta misma lnea. Por ejemplo, Winkworth y White (2011), a partir de varias tipologas
de colaboracin, identifican tres amplios espacios de colaboracin entre
sectores: trabajo en red (networking), coordinacin e integracin, asociando
la intensidad y complejidad de la colaboracin con los niveles de vulnerabilidad, y riesgo de los nios y nias y de sus familias.10 Por su parte, Horwath
10
En trminos de Winkworth y White (2011): cuanto mayor sea el nivel de riesgos para los nios, mayor
ser el nivel de colaboracin necesario dentro y entre sistemas para protegerlos (traduccin propia).
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y Morrison (2007) distinguen cinco tipos de colaboracin, a saber: comunicacin, cooperacin, coordinacin, coalicin e integracin, mientras que
Sandfort y Brinton (2008) aluden a un posible continuo que va de la cooperacin hasta la integracin de servicios, y ubican en el medio la coordinacin y la colaboracin. Corbett y Noyes (2008) construyen una tipologa
de intensidades de las relaciones interagenciales segn cules sean los propsitos perseguidos, distinguiendo los siguientes tipos de relacin: comunicacin, cooperacin, coordinacin, colaboracin, convergencia y consolidacin. Estos ltimos autores, especficamente, sealan que los ltimos
tipos de relacin ocurren en
programas y agencias que son transformativas en carcter. [Que] tienden a
trabajar con familias o comunidades enteras y [que] estn diseados para cambiar la forma en que las personas se relacionan entre s y con la sociedad en
general. Estos programas tienden menos a la entrega de beneficios especficos
y ms al cambio de comportamiento. A menudo tienden a centrarse en las familias con mltiples cuestiones que deben abordarse (Corbett y Noyes, 2008,
5, traduccin propia).11
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una cuestin, la accin monosectorial puede ser la adecuada, sobre todo porque la accin intersectorial es costosa en todos sentidos (Lundin, 2007a y
2007b; OFlynn, 2009). En cambio, cuando varios sectores comparten el
control sobre una cuestin, o cuando un sector desea influir sobre un objetivo
sobre el cual tiene menos control, la accin intersectorial puede ser la ms
apropiada (oms, 2008). Pero, adems, la necesidad de la intersectorialidad,
entendida como integracin entre sectores, estara asociada con la comple
jidad de los propsitos perseguidos (Winkworth y White, 2011) y con la
medida en que se busca promover transformaciones profundas en el comportamiento humano (Corbett y Noyes, 2008), segn hemos advertido.
La integracin intersectorial, Qu implica?
De acuerdo con lo sealado, un paso necesario para adentrarnos en la problemtica de la intersectorialidad es aclarar en qu consiste la integracin.
Segn lo advertamos, en principio, sta remite a que los sectores trabajan
juntos para resolver un problema que definen y asumen como comn. Es
evidente que as definida, la integracin es el resultado y a la vez la expresin
de la accin intersectorial. Sin embargo, tanto terica como prcticamente
existen distintas maneras de entender y buscar la integracin entre sectores.
Si nos atenemos a algunas definiciones de intersectorialidad, veremos
que expresan distintos alcances de la integracin. Hay definiciones que ponen el acento en actividades realizadas con un objetivo comn (oms,
2008; phac, 2007). Otras, en cambio, le dan un sentido ms abarcador, al
afirmar que el reto de la intersectorialidad supone la integracin conceptual
de objetivos, la integracin administrativa de algunos procesos y el derrumbe (al menos hipottico) de cotos cerrados o feudos (unesco, 1990, 95),
al punto de llegar a sostener que la integracin intersectorial implica contar
con una sola entidad donde confluya la unidad organizacional o estructural
de los diversos sectores (por ejemplo, integrar todas las responsabilidades por
el cuidado de la infancia en un ministerio especfico) (unesco, 2004, 25).
Por otra parte, si retomamos las clasificaciones de Winkworth y White
(2011) y de Horwath y Morrison (2007), constatamos que la integracin
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Cuadro 1.
Colaboracin
Estndares de
cualificacin del
personal.
Convergencia
Consolidacin
Disposiciones
contractuales para
la transferencia /
reasignaciones de fondos.
Formularios/procesos de
solicitud nicos.
Acuerdos contractuales
con una agencia
Protocolos de manejo de
rectora.
casos comunes.
Aportes presupuestarios
Administracin funcional
/ recursos compartidos
centralizada.
(Pooled resource).
Autoridad de
coordinacin / (re)
programacin de tic.
Planes y presupuestos
multiagencias
/ multireas /
multidisciplinas.
Equipos interagenciales
para el suministro
continuo de servicios.
Planificacin
interagencias fusionada
/ divisin del trabajo /
responsabilidad.
Capital humano /
activos fsicos fijos
compartidos.
Integracin
Acuerdos formales
entre servicios.
Metas y objetivos
compartidos
claramente definidos.
Legislacin que
requiere asociacin
entre agencias.
Fusin de algunos
sistemas de gestin.
Fondos compartidos.
Arreglos comunes de
gobernanza.
Enfoque de conjunto
para la capacitacin,
la informacin y las
finanzas.
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Responder a qu se integra y comparte, quines intervienen en la integracin y dnde se produce la integracin supone, en principio, definir el
modo de gestin, organizacin y ejecucin de la intersectorialidad y, con
ello, las intensidades de la integracin. Nuestra asuncin es que, de manera expresa o no, al respecto resultan relevantes por lo menos tres variables
que inciden en la modelacin de la intersectorialidad, a saber: su grado de
inclusividad en el ciclo de formacin y evaluacin de las polticas, el grado
de mancomunidad en la ejecucin de las acciones y el grado de alteracin
de las formas organizacionales previas de los sectores gubernamentales involucrados. Las examinaremos a continuacin, mostrando sus posibles
alcances y, a la vez, dando cuenta de que constituyen tanto causas como
resultados de la intersectorialidad.
Grado de inclusividad en el ciclo de formacin y evaluacin de las polticas
En donde hay ms acuerdo es que cuando est planteada una accin intersectorial, un primer cambio remite a la manera cmo se definen los problemas y se planifican las soluciones (Kalegaonkar y Brown, 2000). En
trminos ms generales, a partir de una revisin comprensiva de la literatura, Bryson et al. (2006, 47) plantean que la forma y el contenido de los
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Traduccin propia.
Hogan y Murphy, 2002 (citados por Horwath y Morrison, 2007, 65) definen outcomes
como el estado de bienestar de unas personas en un lugar. Unos outcomes slidos estn claramente definidos, son emocionalmente elevados, positivos, cualitativos y medibles en el tiempo. El
trabajo integrado slo ocurrir cuando las agencias compartan la responsabilidad colectiva de definir tanto la naturaleza de los outcomes como su logro (traduccin propia).
14
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luacin han dejado de ser sectoriales para ser intersectoriales. As, cuando
encontramos inclusividad, estaramos constatando tanto un resultado (o
expresin) de la intersectorialidad como una causa de ella.
Aunque nuestro foco son los sectores gubernamentales, cabe destacar
que la implicacin del pblico-sujeto, al menos en las fases de planificacin y evaluacin, es tambin reseado como un asunto crtico para el
xito de la colaboracin intersectorial (Cunill, 2009 y 2005; Horwath y
Morrison, 2007).15
Grado de mancomunidad en la ejecucin y el financiamiento de las acciones
En trminos generales, una mancomunidad remite a la unin, en este caso
de sectores, para conseguir un fin comn, teniendo en cuenta que se pueden
unir personas, fuerzas o caudales para un fin. En este sentido, cuando aludimos a ella, el foco est puesto en qu comparten los sectores en la fase de
ejecucin de las acciones para el logro de un mismo fin.
Al respecto, donde hay ms consenso es en cuanto a que la accin intersectorial significa establecer sistemas de informacin comunes o, por lo
menos, compartir (o enlazar) un mismo sistema de informacin (Bryson
et al., 2006, 44). De cualquier manera, implicara al menos la existencia de
sistemas o mecanismos que faciliten el intercambio de informacin
(Horwath y Morrison, 2007, 63).
La mancomunidad tambin se puede expresar en compartir recursos
para un propsito comn (Corbett y Noyes, 2008; Horwath y Morrison,
2007). En esta situacin, los sectores hacen aportes presupuestarios que se
traducen en fondos compartidos.
No obstante, la mancomunidad puede expresarse slo en un compromiso de ejecucin de acciones en funcin de un mismo objetivo o simplemente en la normalizacin de ciertos procesos de modo que sea previsible y
uniforme su realizacin.
15
La relacin entre intersectorialidad y participacin ciudadana constituye el objeto de un prximo
trabajo, en el marco del proyecto de investigacin referido. De hecho, en l tratamos de mostrar que el involucramiento y la incidencia social son clave para el abordaje integral del desarrollo social.
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Cuadro 2.
Alta integracin
Baja integracin
(Mancomunidad)
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en cada pas. Es, en general, desde ese ministerio que se coordinan las acciones intersectoriales, investido para tal fin de potestades legales. Sin embargo, el grado de control sobre el resto de los sectores gubernamentales puede
variar y, con ello, la propia orientacin de la integracin que se produce
entre los sectores. Ocurre as que los procesos de planificacin, formulacin
presupuestaria, seguimiento, evaluacin y el presupuesto pueden estar centralizados en esa autoridad central o bien ser manejados por los propios
sectores a travs de instancias ad hoc de carcter intersectorial propiamente
dichas. Los hallazgos empricos muestran que es clave quin maneja el presupuesto (Cunill, 2005).
Eso determina que puede haber distintos modos de lograr la integracin
a nivel nacional. Uno, en el que la colaboracin y la integracin se logran
bsicamente por medio de una autoridad-ministerio que tiene el control
del presupuesto; por ende, donde la integracin se produce verticalmente. Otro, donde es ms horizontal, ya que se logra con la colaboracin de
los propios sectores.
Dos ejemplos pueden ilustrar tales modos. Uno lo proporciona el caso
del Sistema Intersectorial de Proteccin Social de Chile, donde la gestin
presupuestaria del Sistema se ejecuta a travs de lo que el Ministerio de
Desarrollo Social denomina un diseo institucional vinculante.16 Esto
significa que los recursos para desarrollar las acciones de cada sector relacionados con el sistema se asignan en la Ley de Presupuesto al Ministerio
de Desarrollo Social; o sea, son traspasados ntegramente a dicho ministerio a travs de lneas presupuestarias especiales. Para su operacionalizacin, el ministerio suscribe con las instituciones respectivas un convenio
de transferencia de recursos. En caso de incumplimiento del convenio, la
sancin mxima a la que se exponen las instituciones puede ser no contar
con ms recursos para los programas.17
El otro ejemplo lo proporciona Oportunidades de Mxico. En este sistema existe un esquema de presupuesto compartido entre tres secretaras (miwww.chilesolidario.cl.
Informacin suministrada por Vernica Silva en comunicacin electrnica del 7 de marzo de 2005
respecto del Chile Solidario (Cunill, 2005).
16
17
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Como ya fuera anotado, las estrategias de reduccin de la pobreza y los sistemas de proteccin social estn cada vez ms fundados en la combinacin
de acciones entre el orden nacional y el local. Es ms, segn lo evidencian
18
Mnica Tapia, Coordinadora General de Alternativas y Capacidades A.C. de Mxico, en comunicacin electrnica del 16 de febrero de 2005 (Cunill, 2005).
19
Este mecanismo se habra debido a una coyuntura particular: el creador de Progresa, luego Oportunidades, fue subsecretario en la Secretara de Hacienda, posicin clave desde donde influy y cre este mecanismo (Cunill, 2005).
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anualmente en la Ley de Presupuestos, las actividades a cargo de las municipalidades (y por lo tanto de las redes comunales) dependen de fondos variables. En consecuencia, los convenios asociados a ellas son prorrogables en la
medida en que los programas cuenten con la disponibilidad presupuestaria.
An ms importante, la obtencin de tales fondos est supeditada a la presentacin de proyectos ante Mideplan. De hecho, en el caso del chcc, para
ofrecer prestaciones diferenciadas las municipalidades y redes se deben adjudicar proyectos, para cuyos fines tienen que presentarse a fondos concursables
y competir con otros entes del nivel nacional o regional o del mbito privado.
Un esquema similar existe respecto al Chile Solidario, ya que los municipios
deben presentar proyectos, los que en caso de ser aprobados dan origen a un
convenio que tiene que ser firmado por el ente ejecutor (Fosis) y el alcalde;
luego comienza el traspaso de los fondos, que provienen de Mideplan.
Por lo tanto, si seguimos la clasificacin de las modalidades de coordinacin intergubernamental sugerida por Agranoff y McGuire (2001), puede
concluirse que en el caso chileno en vez de un modelo descentralizado opera una dinmica de arriba-abajo, en la que se busca una lgica de integracin centralmente dirigida. Esta es la misma conclusin a la que arriban
Cabrero y Zabaleta (2009, 11) en su estudio que incluy a Oportunidades
y Chile Solidario, reconociendo que la estrategia de descentralizacin de
arriba hacia abajo ha consistido, primordialmente, en una transferencia de
responsabilidades y recursos hacia los gobiernos subnacionales, pero manteniendo el control de las facultades ms importantes del proceso decisorio
por parte de las autoridades nacionales.20
Cabe destacar que, con este tipo de diseo institucional de las relaciones
intergubernamentales, pueden resultar afectadas no solamente las capacidades de los municipios para implementar sus redes intersectoriales, sino el
propio carcter de las instancias intergubernamentales a travs de las cuales
se supone que los distintos niveles deben negociar y concertar soluciones
ajustadas a las especificidades territoriales. Respecto del Chile Solidario,
20
Las otras modalidades aludidas por Cabrero y Zabaleta (2009) son esquema de donante-receptor, el
jurisdiccional y el de redes de poltica. Por otra parte, sealan como deseables: la regulacin suave, las redes
profesionales y el gobierno multinivel.
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El contexto poltico-institucional
Un asunto importante es el papel que tienen las instituciones como constrictoras o facilitadoras de la accin intersectorial. A estas alturas la literatura es tan prolfica que resulta casi imposible de citar. Lo que resulta claro,
en cualquier caso, es que las acciones de los individuos y colectividades se
encuentran insertas en significados y prcticas compartidas que fijan constricciones o estmulos y dirigen y limitan el comportamiento de los distintos agentes en sus relaciones (March y Olsen, 1997, 43). Esto es especialmente clave en el caso de la intersectorialidad, no slo porque el ambiente
institucional suele incluir amplios sistemas de relaciones que cruzan distintas reas jurisdiccionales (Bryson et al., 2006, 45), sino porque los propsitos colaborativos, la estructura y los resultados pueden resultar afectados
por el marco institucional de cada sector gubernamental.
Todo lo anterior obliga a colocar la atencin en el contexto polticoinstitucional. Por ejemplo, segn lo muestra Acua (2005) en un anlisis
sobre Argentina, los ministerios y muchas veces las propias secretaras y
subsecretaras dentro de un mismo ministerio, cubren, por definicin, temticas que se resuelven en el marco de legislaciones distintas, por lo que
actan en un contexto de reglas de juego distintas. Cada ministerio, adems, opera en un espacio donde participan actores distintos. De hecho,
pueden existir constreimientos institucionales en el nivel ejecutivo. Dichos constreimientos son mayores cuando los ministerios son recursos
de poder que se distribuyen entre los distintos grupos o lneas que participan del partido o la coalicin gobernante (Acua, 2005), situacin que
caracteriza a varios pases de la regin. En el caso de Brasil se ha llegado a
afirmar21 que la prctica de la intersectorialidad es en extremo difcil por la
tradicin sectorializada a la cual se superponen dos camadas de poder: el
poder de las corporaciones sectoriales y el poder poltico partidario, con las
prcticas de repartir las secretaras (el equivalente de los ministerios) para
21
Rose Marie Inojosa y Luciano Prates Junqueira en comunicacin electrnica del 28 de febrero de
2005 (Cunill, 2005).
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nes pierden, cules son sus respectivas estrategias, cules son sus recursos de
influencia y peso especfico, etc.) y en especial cules modos resultan ms
efectivos para lidiar con ella. Aunque, como lo hemos insinuado, hay ya un
camino emprico recorrido que permite reconocer que algunas respuestas
funcionan mejor que otras, cabe notar que muchas respuestas pueden estar
condicionadas por los enfoques tericos que se adopten para observar la
realidad e intervenir sobre ella.
Uno de tales enfoques, el de la deliberacin, se muestra particularmente relevante porque nos revela la importancia que pueden tener unos modos
de gestin y direccin de la intersectorialidad sobre otros. Hay que notar
que los estudios no son concluyentes al respecto, atendiendo a que la coordinacin a travs de la deliberacin es improbable que ocurra en marcos
formales donde los discursos son mayormente acerca de la acomodacin de
los intereses existentes (vase, por ejemplo, Baccaro y Papadakis, 2009). Sin
embargo, en general, precisamente porque suelen existir intereses sectoriales
que en algunos aspectos pueden divergir e incluso ser conflictivos, la cooperacin lograda por medio del dilogo se revela ms eficaz que la lograda a
travs de la autoridad. El conocimiento acumulado al respecto muestra que
los procesos participativos de deliberacin entre los actores pueden contribuir a zanjar conflictos, a crear significados compartidos y a aumentar la
percepcin de su interdependencia (Innes y Booher, 2003; Fung, 2003;
Hardy, Phillips y Lawrence, 1998; Lane y Bachmann, 1998).
Lo anterior es muy importante si tenemos en cuenta que hay dos elementos que constituyen, en la prctica, obstculos significativos para la accin intersectorial. Uno son los desbalances reales o percibidos de poder
entre los distintos sectores (Huxham y Vangen, 2005, citados por Bryson et
al., 2006; Cunill, 2005; Machinea y Cruces, 2006; Acua y Repetto,
2009). Otro, los esquemas compartimentalizados de pensar que imprimen
las distintas disciplinas.
Promover la influencia mutua en la toma de decisiones para balancear
las diferencias (reales o percibidas) de poder y propiciar una sostenida comunicacin recproca para generar visiones compartidas, en la perspectiva
de las teoras de la deliberacin, son vitales para remontar tales obstculos.
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En tal sentido, Bryson et al. (2006, 48), a partir de una revisin del estado
del arte sobre colaboracin intersectorial, concluyen que, dado que el conflicto es comn en las asociaciones, la colaboracin intersectorial tendr ms
probabilidad de xito cuando los socios utilizan recursos y tcticas para equilibrar el poder y manejar eficazmente los conflictos.24 Reder y Duncan (2003,
citados por Horwath y Morrison, 2007, 65 y 84) destacan que la comuni
cacin es un proceso interpersonal, con dimensiones psicolgicas e interactivas que requieren ser atendidas, sin lo cual los remedios prcticos y tcnicos
son una solucin parcial. Sulbrandt (2005), en un estudio emprico, muestra
que mientras ms canales de comunicacin estn abiertos y ms omnidireccionales sean, mayores son las oportunidades para la accin intersectorial.
Por otra parte, es preciso tener en cuenta que entre una persona y un
incentivo social hay ms que la sola racionalidad del clculo de utilidad;
hay condicionamiento social, a partir del cual las personas desarrollan
emociones, temores, expectativas, interpretaciones, necesidades, y toman
decisiones que no pueden caracterizarse como puramente racionales en el
sentido instrumental del trmino (Gonzlez y Gell, 2012, 8). Los referenciales, en el sentido utilizado por Jobert (2004) y los marcos culturales
que permiten la interpretacin, valoracin y confianza en los incentivos
que se diseen, segn Gonzlez y Gell (2012), no pueden soslayarse, sobre todo respecto de los actores individuales.
Asimismo, teniendo como foco especfico a los actores, aparece la incidencia del liderazgo que puede ejercer un sector especfico sobre los dems.
Horwath y Morrison (2007, 62) sostienen que el estilo de liderazgo es fundamental en cuanto al compromiso de los miembros de la asociacin.
Bryson et al. (2006, 52), en su anlisis de los factores que influyen en el trabajo colaborativo, sostienen que el xito depende del liderazgo (en el sentido
de hacer que las cosas ocurran). Seran importantes, dependiendo del contexto, los roles que adopta el liderazgo, sea como patrocinador, apoyador,
articulador con el entorno o facilitador (Bryson et al., 2006).25
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Traduccin propia.
Traducciones propias.
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En suma, respecto de los actores involucrados en una accin intersectorial, afloraran los elementos de anlisis siguientes:
Los recursos que controla o moviliza cada actor.
La percepcin que tengan los actores de los grados de dependencia mu-
tua de recursos.
flictos.
Por ltimo, cabe volver a las redes locales, pero en lo que concierne especficamente a la manera en que su configuracin puede incidir en su eficacia.
Esto es especialmente relevante si consideramos que la accin intersectorial
y, en general, las estrategias de gobierno total tienen muchas ms posibilidades de realizacin en los niveles locales que en el nacional (Christensen y
Laegreid, 2007). Hemos apreciado que las redes locales constituyen piezas
claves del trabajo intersectorial en los sistemas de proteccin social pero que,
a la vez, suelen ser uno de sus puntos ms frgiles. Por todo ello, en esta
aproximacin a un marco analtico de la accin intersectorial cabra considerar la importancia que puede tener la teora del anlisis de redes para acercarse al funcionamiento de las redes locales. Goldsmith y Eggers (2006), por
ejemplo, al aludir a distintos tipos de redes, sostienen que la estructuracin
de una red exige responder una serie de preguntas, entre las cuales est la de
cmo deben ser estructuradas y dirigidas, existiendo distintas opciones posibles, entre otros asuntos segn las metas establecidas. En un sentido similar,
Provan y Kenis (2008) reconocen que se ha escrito mucho sobre las bondades de las redes pero muy poco acerca de cmo su funcionamiento incide en
su efectividad y aportan evidencias sugerentes. Su principal conclusin es
que no hay un modelo que sea universalmente superior o ms efectivo. Por
lo tanto, el hecho de que una red opere de forma centralizada (dirigida por
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un miembro lder o por una organizacin externa) y que otra lo haga de manera descentralizada (a travs de sus propios participantes) no significa necesariamente que una sea ms efectiva que la otra. Eso dependera de cules
son sus condiciones de efectividad de acuerdo con factores contingentes.
Los autores en referencia apuntan cuatro elementos que habra que conocer
para determinar cul es el diseo ms efectivo: a) confianza (alta, baja o moderada, b) nmero de participantes (pocos, muchos, moderados), c) consenso sobre los objetivos (alto, moderadamente alto, moderadamente bajo), d)
necesidades de competencias (baja, moderada, alta). La propuesta, por consiguiente, consistira en determinar cmo se comportan cada uno de estos
elementos en la realidad para determinar cul es el diseo ms efectivo.
En todo caso, lo que queda sugerido es que en tanto los espacios subnacionales son reconocidos como el mbito por excelencia de integracin de
la poltica social, no puede soslayarse el anlisis de las condiciones de efectividad de las redes locales. De este ltimo punto surge, por lo tanto, el elemento de anlisis: el modelo existente de las redes locales versus sus condiciones de efectividad, de acuerdo con los factores contingentes.
Conclusiones
En contra de la idea que suele subyacer las nuevas polticas sociales de que
la intersectorialidad en s misma es un modelo de gestin, hemos buscado
mostrar que no es un dato dado sino una variable causada por una multiplicidad de factores; por lo tanto, que si aspiramos a analizar sus diseos o
intervenir en ellos, cabe tenerlos en cuenta.
Ahora bien, si retomamos la conjetura levantada al comienzo, en el sentido de que una alta integracin de los sectores devendra en una intersectorialidad de alta intensidad y, por ende, en una mayor integralidad en el enfrentamiento de problemas sociales multidimensionales, la decisin
respecto a cul es el modelo de intersectorialidad apropiado sera relativamente sencilla (aunque su implementacin, obviamente, es en extremo
compleja). Bastara, en trminos del diseo institucional de la intersectorialidad, por optar por aquellas configuraciones que pueden producir los maVOLUMEN XXIII
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PP
yores grados de integracin y, por lo tanto, las mayores intensidades de accin intersectorial. Sin embargo, hemos apreciado que el contexto poltico
institucional, tanto a nivel nacional como local, puede imponer restricciones a los grados de integracin intersectorial. Tambin hemos notado que
factores contingentes pueden determinar que un determinado arreglo
bueno en un caso no lo sea en otro. De ah que a priori no pueda ser reconocido un solo modelo para el diseo, implementacin o evaluacin de la
accin intersectorial de los programas y polticas de proteccin social. Pero
tambin hemos advertido que si nos apoyamos en los factores que los diversos estudios relevan como coadyuvantes de la colaboracin intersectorial,
hay muchos que s dependen de las elecciones que hagamos al momento de
definir el arreglo institucional a adoptar. Esto resulta an ms claro si, adems de tener en cuenta lo que nos dice la prctica, consideramos lo que
aportan algunas teoras recientes, en especial aquellas que aluden a las redes
as como tambin las ms generales sobre la cooperacin por deliberacin,
que pueden iluminar sobre factores que inciden en la decisin de iniciar y,
sobre todo, mantener un esfuerzo intersectorial.
Reconociendo la naturaleza dinmica de la accin intersectorial (Bryson
et al. 2006), el acercamiento analtico que hemos propuesto pretende ser
un paso para profundizar en su comprensin. El hecho de que un foco clave de las polticas sociales actuales sea la accin intersectorial entre diversos
sectores y niveles gubernamentales, da cuenta de que la profundizacin de
esta tarea requiere ser contemplada en la agenda de las investigaciones futuras. Ms imperativa se torna esta tarea si tenemos en cuenta que no slo los
trade offs pueden amenazar la validez del trabajo intersectorial sino usos y
diseos que no sirven a los propsitos perseguidos. Al final, el asunto que se
releva verdaderamente crtico es cun bien estamos logrando un abordaje
integral de los problemas sociales. G
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