Combes Isabelle - Grigota y Vitupue. en Los Albores de La Historia Chiriguana (1559-1564)
Combes Isabelle - Grigota y Vitupue. en Los Albores de La Historia Chiriguana (1559-1564)
Combes Isabelle - Grigota y Vitupue. en Los Albores de La Historia Chiriguana (1559-1564)
ISSN: 0303-7495
[email protected]
Institut Franais d'tudes Andines
Organismo Internacional
Combs, Isabelle
Grigot y Vitupue. En los albores de la historia chiriguana (1559-1564)
Bulletin de l'Institut franais d'tudes andines, vol. 41, nm. 1, 2012, pp. 57-79
Institut Franais d'tudes Andines
Lima, Organismo Internacional
Isabelle Combs*
Resumen
Los chiriguanaes del piedemonte andino oriental en la actual Bolivia representaron una constante
amenaza para la Audiencia de Charcas, y muchos indicios sugieren que lo fueron tambin para los
incas. Sin embargo, al cruzar testimonios y crnicas quinientistas, aparecen contradicciones que
obligan a replantear los orgenes del poder chiriguana en la Cordillera. Este artculo sugiere una toma
de poder reciente, incluso colonial, por parte de estos grupos guaranhablantes en la frontera oriental
de Charcas.
Palabras clave: chiriguanaes, incas, chans, frontera chiriguana, siglo XVI
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1. LA AMENAZA CHIRIGUANA
Antropfagos y carniceros, ingratsimos y bestiales, viciosos y abominables,
impos, crueles y sediciosos, falsos y mentirosos, de poca constancia y lealtad
y, en suma, amigos de la guerra y enemigos de la paz (Daz de Guzmn, 1979
[1617-1618]: 72), los indgenas chiriguanaes del piedemonte sur andino en la
actual Bolivia representaron una constante amenaza para la Audiencia de Charcas,
a tal punto que el mismo rey de Espaa les declar oficialmente la guerra en 1574.
Todo parece mostrar que la amenaza chiriguana no era nueva y que los incas
tambin la enfrentaron. Entre el ro Guapay o Grande al norte y el Pilcomayo
al sur, imponentes plazas fuertes incaicas como Pocona (Inkallajta) o Samaipata
estaban flanqueadas por:
una densa red de fortines emplazados en sectores estratgicos (puertos,
confluencia de valles), precedidos hacia abajo por puestos avanzados
ubicados en la llanura del Chaco, que los espaoles hallaron durante sus
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Los guaranes viven hoy en los departamentos de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija en Bolivia, y en
el noroeste argentino.
Vase, por ejemplo, varios documentos reunidos por Jos Toribio Medina sobre la expedicin de
Almagro a Chile (Coleccin de documentos inditos para la historia de Chile. Disponible en: http://
www.archive.org/detailscoleccindedocum03medigoog). Autores como Cieza de Len, Herrera u
Oviedo tambin hablan de Chile o Chiriguana (Langer, 2011).
Sobre los significados del trmino chiriguana, remito a Combs (2010: artculo Chiriguanaes) y
a Langer (2011).
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artculo4: pues en los aos 1580, varios testimonios muestran a los indgenas
tamacoci del ro Guapay como tributarios, o incluso esclavos, de los chiriguanaes
de la provincia de Vitupue, que era el nombre del mximo jefe chiriguana de
la regin. En 1584, el gobernador de Santa Cruz, Lorenzo Surez de Figueroa,
alcanza en camino a:
diez indios tomacozies, con guacamayas y sus arcos y flechas, algunas
de yerbas [ponzoosas], que iban a los chiriguanaes a darles su tributo y a
servirles (AGI Pat. 235 r. 8: 23r; Muja, 1914, t. 2: 410).
Un ao despus, otro testimonio describe los tributos entregados por los
tamacoci: indios e indias, arcos y flechas y pescado y caza y guacamayas5. Los
tamacoci no son los nicos tributarios de los chiriguanaes (sus vecinos jores y
yuracares entregan a su vez flechas y otros objetos) y, de hecho, estos testimonios
corresponden con todos los de esta poca, que muestran a los chiriguanaes
esclavizando o al menos dominando fuertemente a los naturales de los llanos.
Y sin embargo, para la poca inmediatamente prehispnica, la Relacin Cierta
de Alcaya, ya citada, muestra a Grigot, jefe tamacoci, rodeado de vasallos; uno
de ellos se llama Vitupue.
Esta contradiccin fue expuesta ya, sin resolverla, en Combs (2010: artculos Grigot, Vitupue,
Goligoli y Tendi).
Blas (1914 [1585]: 684); vase tambin la Informacin de servicios de Gonzalo Sols de Holgun
(1914 [1603]: 72).
Los testimonios levantados en 1571 se encuentran en AGI Pat. 235 r. 1, fueron publicados por
Muja (1914, t. 2: 53-82) y recientemente por Julien bajo el ttulo Informacin de los chiriguanaes
(2008). Esta ltima edicin es la que utilizo aqu. Los testimonios recogidos en Charcas, en 1573,
son pareceres de oidores de la Audiencia de Charcas como Polo de Ondegardo, Matienzo, etc.
Fueron publicados por Muja (1914, t. 2: 82-98, 218-252) y Levillier (1922, t. 1: 271-298).
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realidad. Los chiriguanaes tenan tantas cabezas como provincias (en trminos
coloniales) o capitanas y ms an, pues cada una de las aldeas que integraba
una capitana tena su propio cacique. En tiempos de guerra, varias de estas
provincias podan aliarse contra un enemigo comn, pero para retomar luego
un incesante ciclo de guerras y rivalidades internas; as, en no pocas ocasiones,
algunas se aliaron incluso con los espaoles para poder luchar contra sus vecinos
renegando de esta alianza una vez alcanzado el objetivo7. En los tiempos
de Toledo, las principales provincias chiriguanaes entre el Guapay y el Parapet
eran, por un lado, las de Vitupue, cuya capital se ubicaba sobre el ro Grande
en aquella parte que este ro deja las sierras y comienza a llevar sus corrientes
por los llanos (cerca del actual pueblo de Abap entonces), a unas doce leguas de
Samaipata (Relacin Verdadera, 2008 [1571]: 213; AGI Pat. 235 r. 8; Muja, 1914,
t. 2: 422); y por otro lado la de Condorillo, con los jefes Amaru Care o Marucare,
en la zona del Parapet ms hacia el sur. Con muchos otros de sus subordinados,
estos tres caciques figuran en la lista de los jefes chiriguanaes que quiso agasajar
Toledo en 1573 (Toledo, 2008 [1573]; Lizrraga, 1968 [c. 1600]: 144).
En un ensayo de 1997, Catherine Julien habla de una demonizacin de los
chiriguanaes por parte de Toledo y sus aclitos, con el objetivo de justificar la
guerra de conquista al este de Charcas. Esta demonizacin por cierto fue real:
el hecho no impide que los argumentos del Virrey descansasen sobre bases
concretas, ni que los chiriguanaes hayan representado realmente, cuando se les
declar la guerra, un apremiante peligro tanto para los espaoles como para los
indgenas de los llanos.
Un ejemplo paradigmtico de este proceso fue analizado por Saignes (2007). Es la historia de la
campaa militar de Rui Daz de Guzmn entre los chiriguanaes, utilizado y manipulado por nada
menos que tres capitanas chiriguanaes rivales.
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Las fechas del viaje de Alejo Garca fueron recientemente establecidas por Julien (2005).
Diego de Contreras, ADI Montesclaros t. 5 doc. 72: 8v-10v. Otras estimaciones demogrficas en
Combs & Saignes (1991: 58-59).
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Sobre los copores y comiches, vase Manso (2008 [1563]); sobre los timb, vase Combs (2010:
287-288).
Los testimonios son elocuentes al respecto. Los chans son la gente ms domstica que nunca se
vio (Polo de Ondegardo, 1914 [1574]: 86); son tan bestiales y brutos que sin resistencia se les
rinden y dejan llevar por esclavos (Carta del lic. Cepeda a Su Majestad, 1595, en Levillier [1922,
t. 3: 262]); los chiriguanaes les llevan como ovejas en manada (Lizrraga, 1968 [c. 1600]: 84), etc.
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5. GRIGOT Y VITUPUE
Una primera informacin nos es provista por Domingo de Irala cuando, en 1543,
remonta el ro Paraguay desde Asuncin y encuentra en una laguna del pantanal
(probablemente la actual laguna La Gaiba) a varios chans que le hablan en
guaran, y le nombran al portugus Garca que haba pasado por estas tierras
pocos aos antes:
Preguntado que cmo hablaba guaran y dnde conoci al dicho Garca,
dijo que la causa porque hablaba guaran era que en tiempos pasados,
antes que Garca viniese del Brasil a los dichos guaranes, se hizo una gran
junta de los dichos guaranes en el puerto que llaman de Ytatin [sobre el ro
Paraguay] para ir a buscar el metal y que, pasando por su tierra de ellos de
noche dieron en sus casas y mataron muchos de los suyos y prendieron a
sus mujeres e hijos, y a ellos los trajeron al dicho puerto de Ytaytyn; y que
estando ellos en el dicho puerto por esclavos de los dichos guaranes, pas
por all el dicho Garca, con el cual l y otros dos hermanos fueron en busca
del dicho metal con los dichos guaranes (Irala, 2008 [1543]: 7-8).
Segn este relato, la esclavitud y la consiguiente guaranizacin de los chans
tendran sus orgenes en las migraciones guaranes (prehispnicas en este caso)
hacia el oeste, en busca del metal andino.
Otros relatos son mucho ms detallados, como es el caso de la Relacin Cierta
del padre Alcaya. La versin que conocemos de este texto se remonta a 1636; sin
embargo, la mayor parte de su contenido se basa sobre otra relacin ms antigua,
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dejada por Martn Snchez de Alcayaga, padre del cronista y conocido poblador
de la primera ciudad de Santa Cruz12. La Relacin Cierta cuenta en realidad dos
historias paralelas. Por un lado, la del Inca Manco poblando el Paititi en algn lugar
de la Amazona; y por otro lado, la de los dos incas hermanos, Guacane y Condori,
en Samaipata y Saypur es decir, en la cordillera chiriguana. Esta ltima es
la que nos interesa aqu. Pariente del Inca del Cusco, Guacane parti al este y se
instal en Sabaypata. Como ya se mencion, logr traer a su devocin a los
indgenas de los llanos cercanos, obteniendo en particular la obediencia del jefe
Grigot y sus vasallos: Goligoli, Tendi y Vitupue. Segn Alcaya, Grigot no sera
un nombre sino un ttulo:
As se llamaban todos los que [se] sucedan en el gobierno, como en Roma
los Csares, los faraones en Egipto y los incas en el Cuzco (AGI Charcas
r. 1 N. 11: 1).
De esta manera, el Inca del Cusco despach a Condori, hermano de Guacane, con
5 000 hombres a la regin. Condori empez a trabajar, ms al sur en la cordillera,
la mina de Saypur.
Es entonces que, atrados por la fama de riqueza de los dos incas, los guaranes
del Paraguay, acompaados por otros grupos como los xarayes del Pantanal,
decidieron apoderarse de ellas. Eso ocurra, dice Alcaya, once aos antes del viaje
de Juan de Ayolas desde el Paraguay hasta el Occidente vale decir, en 1526.
De 8 000 guaranes que salieron, 5 000 de ellos vinieron para Grigota:
Y all se detuvieron un invierno, desde donde enviaban sus espas a los
llanos de Grigota, donde el rey Guacane sin ningn cuidado se holgaba
con los suyos como en su reino. Y mientras el invierno haca su curso, esta
carnicera nacin se ocupaba en hacer grandes matanzas en estos desnudos
naturales, comiendo criaturas y gozando de sus mujeres como de las suyas
propias, a fin de levantar y engrandecer su nombre por toda la tierra y
castigar con su cruda condicin a los naturales y comarcanos (AGI Charcas
r. 1 N. 11: 3v).
En un primer ataque guaran, Guacane encontr la muerte y Grigota sali mal
herido aunque no muri. Se escaparon muchos indios y mujeres. En represalia,
el Inca del Cusco despach al capitn Turumayo contra los guaranes, que tambin
acab siendo vencido por ellos. De nuevo, por esta batalla, se escaparon muchos
indios de este reino y de los llanos. Instalados los guaranes en la comarca,
empezaron a aduearse de ella y de sus habitantes:
El cacique Grigota y los dems de la comarca reciban cada mes notables
daos en sus pueblos y chozas donde se haban retirado, cautivndoles sus
mujeres e hijos estos extranjeros enemigos, los aborrecan grandemente
(AGI Charcas r. 1 N. 11: 4r-v, 5).
Es entonces que Grigot decide contraatacar solo, esta vez con xito. Ah se ubica
un episodio clebre de la gesta contada por Alcaya, cuando Grigot manda a
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200 chiriguanaes prisioneros al Inca del Cusco, y este los castiga exponindolos
desnudos al fro en lo alto de un cerro nevado.
La crnica nada dice sobre los acontecimientos que siguen, y recin retoma el
hilo en 1548 (fecha que podemos establecer por las crnicas paraguayas que
relatan el viaje de los asuncenos a travs del Chaco), cuando Domingo de Irala,
gobernador de Asuncin, se dispuso al nuevo descubrimiento de los llanos de
Condori y Moxos. Y vino por el [mismo] viaje que los guarinis, y lleg a los llanos
de Grigotta con 350 hombres. Grigot lo recibe bien, muy gozoso vino con
buenos presentes de la tierra y sus caciques y muchos indios, y dieron la paz al
capitn Irala con fin de confederarse con l para desterrar de sus pueblos y tierras
a los chiriguanaes (AGI Charcas r. 1 N. 11: 9).
Sin embargo, en busca de minas y metales, Irala logra entrevistarse con Condori, el
inca de Saypur que qued prisionero de los chiriguanaes. Este, bien aleccionado,
le revela que los metales tan buscados son los de las minas de Charcas, ya en poder
de los espaoles del Per, tras lo cual vuelve Irala a Paraguay, librando Grigot
a su suerte. En este punto termina la crnica. El relato de Pero Lpez ofrece
posteriores noticias de Grigot: indica que fue preso por el conquistado Andrs
Manso, llegado a Quiricota en 1559 desde Charcas, pero que acept luego
servir al espaol. Grigot habra juntado en esta ocasin unas 10 000 personas
entre hombres y mujeres para dar su amistad a Manso (Lpez, 1971 [c. 1570]:
86)13. Sin embargo, si el nombre fue realmente un ttulo como lo indica Alcaya, no
tenemos la seguridad de que se tratase del mismo personaje.
Los documentos paraguayos que relatan el viaje de Irala a travs del Chaco en
1547-1548 y su llegada a los llanos del ro Guapay no mencionan a Grigot, pero
s se refieren a un encuentro con los indgenas tamacoci. De hecho, la provincia
de los tamacoci es el equivalente de la provincia de Grigosta en los escritos de
la poca, y podemos afirmar con seguridad que Grigot era el cacique de este
grupo. Varios estudios muestran tambin, como ya lo sugeran Sanabria y Saignes
por ejemplo, que los tamacoci eran, con mucha probabilidad, un grupo chan
de habla arawak14. En todo caso, como se ha visto, los tamacoci eran en los aos
1580 tributarios de los chiriguanaes, al igual que los chans y dems naturales
de los llanos.
De ah el problema planteado por la mencin de sus tres vasallos en la poca
prehispnica: Goligoli, Tendi y Vitupue. Pues Vitupue aparece a partir de 1560
como uno de los mximos jefes chiriguanaes de la Cordillera, el ms poderoso
de estos chiriguanaes (Polo de Ondegardo, 1914 [1574]: 95) y la provincia
de Vitupue no es otra que la tambin llamada provincia de Grigot15. Esta
provincia reuna en 1584 a varias aldeas chiriguanaes que tenan sus propios
caciques pero a la vez reconocan la autoridad general de Vitupue:
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Es en todo caso incomprensible la nota de Susnik (1978: 49), quien afirma que Goligoli sera la
pronunciacin chiriguana de Grigot pues ambos personajes son nombrados al mismo tiempo, en
el mismo documento, uno siendo vasallo del otro.
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la Cordillera, y poco antes vasallos de un jefe tamacoci17. Sin poder ser totalmente
descartado, un error de Alcaya es improbable en este caso, inexplicable por parte
de un cronista originario de la provincia de Santa Cruz, donde todos conocan la
figura del Vitupue chiriguana. Lo curioso es que la contradiccin planteada por
Alcaya no fue prcticamente notada por los investigadores. Sanabria (1949) se
contenta con decir que los nombres de Tendi y Vitupue estn registrados luego en
los documentos, pero no lo plantea como un enigma. Branislava Susnik s nota la
contradiccin y la resuelve proponiendo lo siguiente: Vitupue y Tendi seran los
nombres de caciques grigotanos (los vasallos mencionados por Alcaya) vencidos
por los chiriguanaes, que habran adoptado sus nombres (Susnik, 1968: 98). De
hecho, ejemplos de esta prctica existen: los caciques chiriguanaes Pero (Pedro)
y Chaues (Chaves) de la misma poca sacan sus nombres de espaoles (Combs,
2010: 124, 240); el nombre del chiriguana Condorillo (o incluso inca Condorillo)
del ro Parapet remite, evidentemente, al inca Condori de Saypur vencido por
los guaranes, etc. El problema es que Vitupue al menos parece ser un nombre
genuinamente guaran algo como Ivitu pua, el viento que se levanta:
Ibitupu, viento levantado, en palabras de Barco Centenera (1969 [1602]: 121).
Asumamos entonces, a ttulo de hiptesis, que Alcaya estuvo en lo cierto al escribir
su crnica. De hecho, puede compararse su relato con el, ya mencionado, de
Daz de Guzmn. Segn l, en efecto, los guaranes migrantes, llegando muy
destrozados a la frontera inca, se mostraron humildes, sometindose a la
servidumbre del dicho inca eso correspondera a la obediencia rendida por
Grigot y sus vasallos chiriguanaes a Guacane.
Existe una diferencia de fechas entre la mencin del Vitupue prehispnico (c. 1526) y la del jefe
chiriguana (a partir de 1560); de la misma manera, el Tendi chiriguana aparece en las fuentes a
partir de los aos 1585. Al igual que el caso del Grigot citado por Lpez, tal vez no se trate de los
mismos personajes, sino de sus familiares directos: sabemos que, as como el sistema poltico chanchiriguano sigue siendo hoy hereditario, los nombres personales tambin se transmitan entre las
generaciones (Bossert & Villar, 2004).
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Schmidel (2008 [1567]: 104) habla de 3 000 guaranes, Daz de Guzmn (1835 [1612]: 80) de
3 500; Calvete de Estrella (1963 [1571]: 50) de 3 000 guaranes o cheriones.
Fueron 1 500 guaranes segn Daz de Guzmn (1835 [1612]: 114). Otro documento habla de
2 500, de los cuales 1 500 habran vuelto luego al Paraguay despus de una pelea contra los
indgenas chiquitos (Resolucin de los casos, 2008 [1561]: 109).
Daz de Guzmn (1835 [1612]: 133) habla de 2 000 carios de Asuncin, a los cuales se agregaron
3 000 guaranes de Itatn.
El mismo texto en Informacin de servicios de uflo de Chaves (2008 [1561]: 71).
Vse, por ejemplo, Arteaga (1961 [1607]).
La Informacin de los chiriguanaes (2008 [1571]: 223-224, 227) indica repetidas veces que los
chiriguanaes estaban de paz antes de alzarse en 1564.
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Los tipionos son un grupo chan y es muy probable que los curiabonos e yaconos tambin (su nombre
comporta el sufijo pluralizador chan -ono) (vase Combs, 2010; artculos Tipiono, Curiabono,
Yacono). El texto de Salazar nombra primero a tipionos, curiabonos e yaconos como aliados de
Vitupue, y luego a los amigos chans del mismo Vitupue, como si fueran las mismas personas.
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Siglas
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AGI
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