Homoanalizantes
Homoanalizantes
Homoanalizantes
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Padre*
En
otra
ocasin
agrega:
nos
hace
falta
salir
del
reino
del
padre.
El
padre,
esta
herida,
tuvo
su
tiempo,
es
obsoleta*.
El
deseo
en
cambio,
con
sus
embrollos
actuales,
interroga
a
estos
homoanalizantes
los
enloquece,
los
hace
desgraciados,
los
angustia,
los
hace
vacilar,
dudar,
partir,
dejarse,
volver,
rechazar
o
multiplicar
los
partenaires
La
sexualidad
no
los
deja
tranquilos.
Si
hay
una
necesidad
en
situar
la
cuestin
de
este
libro
es
interrogar
cmo
estos
analizantes
se
pasan
del
padre
para
poder
servirse
de
l
LQ
-
En
qu
este
libro
aclara
el
debate
virulento
sobre
el
matrimonio
entre
personas
del
mismo
sexo,
la
homoparentalidad,
la
filiacin,
que
toca
la
homosexualidad
en
nuestra
poca?
HC
El
debate
sobre
el
matrimonio
para
todos
ha
exacerbado
las
pasiones.
La
familia,
la
filiacin,
la
sociedad,
la
civilizacin
estaran
en
peligro.
Al
ser
legitimada
as
la
homosexualidad,
porque
es
de
ella
de
lo
que
se
trata
a
pesar
de
las
denegaciones
repetidas
de
los
anti,
cuestionara
nuestros
fundamentos
naturales.
El
argumento
est
lanzado:
habra
una
ley
natural
y
salvo
que
se
salga
de
lo
humano,
habra
que
cumplir
y
defender.
Para
justificar
este
enfrentamiento,
un
argumento
nuevo
ha
aparecido
tocando
la
filiacin
y
la
transmisin:
si
los
hombres
se
casan
entre
ellos
y
las
mujeres
entre
ellas,
es
la
puerta
abierta
a
nuevas
familias
en
donde
los
nios
tendrn
dos
madres
o
dos
padres.
La
diferencia
sexual
en
la
pareja
parental
sera
abolida
y
con
ella
lo
que
hace
alteridad,
apertura,
identificacin
compartida.
Lo
mismo
reinara
en
su
esterilidad.
Lo
inadmisible
toma
esta
expresin:
los
nios
se
encontrarn
con
lo
peor
porque
sern
educados
sin
un-padre-y-una-madre.
El
dogma
religioso
o
los
principios
morales
de
la
ley
natural
no
fueron
los
nicos
argumentos
planteados
para
demostrar
que
con
estas
nuevas
familias,
lo
peor
sera
seguro.
Sus
detractores
llamaron
a
la
clnica
ordinaria
y
al
saber
de
los
psicoanalistas.
Incluso
algunos
se
ocuparon
de
meter
a
Jacques
Lacan
para
fundamentar
su
negativa
al
matrimonio
para
todos
y
sus
consecuencias
nefastas
para
los
nios.
Algunos
de
sus
viejos
alumnos
siguieron
el
ejemplo.
Bernard-Henri
Levy
y
Jacques-Alain
Miller
lo
escriben
en
un
prefacio
comn:
Vilipendiado
a
su
nacimiento
por
todos
los
tradicionalismos,
el
psicoanlisis
se
ve
hoy
integrado
al
proceso
de
validacin
de
las
creencias.
Insistente
e
intolerable
impostura,
que
disfraza
la
experiencia
analtica,
y
le
es
nocivo.
*En
efecto,
si
Lacan
ha
construido
el
concepto
del
Nombre-del-Padre,
es
para
pensar
las
estructuras
clnicas
freudianas,
neurosis,
psicosis,
perversin,
y
para
nada
para
afirmar
un
orden
transcendente
en
donde
se
legitimen
el
pap
y
la
mam
de
los
hogares
ahistricos.
El
Nombre
-del
-Padre,
justamente,
no
podra
reducirse
al
pap
de
la
familia
ni
al
pater
familias
tan
caro
a
la
Roma
antigua.
El
Nombre-del
Padre
es
una
funcin
de
la
cual
el
nio
puede
servirse
y
que
puede
ser
sostenida
por
otro
que
no
sea
el
padre
de
familia.
el
principio
de
placer,
es
algo
sustancial
que
es
importante
producir
bajo
la
forma
que
voy
a
articular
en
nombre
de
un
nuevo
principio:
no
hay
ms
goce
que
el
de
un
cuerpo.>*
Esta
tesis,
slo
hay
goce
del
cuerpo,
es
una
ruptura
en
la
enseanza
de
Lacan:
no
es
ms
la
lgica
significante
que
prevalece
sino
los
efectos
de
goce
producidos
por
la
marca
del
significante
sobre
el
cuerpo
vivo.
Algunos,
en
el
movimiento
psicoanaltico,
han
pretendido
que
no
haba
en
Lacan
una
teora
del
afecto
y
que
el
cuerpo
haba
sido
olvidado
en
sus
desarrollos.
Lacan
habra
desconocido
el
aspecto
<econmico>
de
la
vida
psquica
sobre
el
que
Freud
haba
insistido
tanto.
Estas
crticas
continan:
el
aporte
lacaniano
se
reducira
al
primado
del
significante,
es
decir
a
una
intelectualisacin
desencarnada
de
la
cura
psicoanaltica.
Este
desconocimiento
resulta
de
un
rechazo
a
leerlo
cuando
est
escrito
negro
sobre
blanco.
Una
cita,
en
1972,
nos
lo
recuerda:
<No
es
ah
lo
que
supone
propiamente
la
experiencia
analtica?
la
substancia
del
cuerpo
[;]
un
cuerpo
eso
se
goza.
Eso
se
goza
por
corporizarlo
de
manera
significante.>*
Dicho
de
otro
modo,
el
significante
es
causa
del
goce
y
afecta
al
cuerpo
vivo.
Sin
esta
orientacin,
es
lo
propio
de
la
experiencia
de
la
cura
analtica
que
estara
perdido!
LQ
-
Los
homoanalizantes,
de
quienes
usted
trae
de
manera
muy
fina
su
recorrido
analtico,
le
han
enseado
algo
nuevo
sobre
la
sexualidad
masculina,
o
an
femenina?
HC
Eso
nuevo
nosotros
lo
llamamos
contingencia.
Una
orientacin
tal
nos
ha
conducido
a
responder
a
estas
preguntas:
Cul
imposible
nuevo
est
emergiendo
hoy
en
el
orden
y
desorden
amoroso?
Cuales
son
los
nuevos
partenaires
de
goce,
para
los
hombres
entre
ellos?
El
amor
es
a
la
vez
un
lazo
y
un
goce.
En
tanto
que
lazo,
es
decir
discurso,
responde
al
orden
caracterizando
al
amo
de
la
poca.
En
tanto
que
goce,
sirve
al
desorden
introducido
por
la
relacin
sexual
que
no
hay.
Como
Lacan
lo
seala,
no
sin
paradoja,
en
1976,
en
El
Sinthome:
<Hay
entonces
a
la
vez
relacin
sexual
y
no
hay
relacin.
Ah
en
donde
hay
relacin,
es
en
la
medida
en
que
hay
sinthome,
es
decir
en
donde
el
otro
sexo
est
soportado
por
el
sinthome.>*
Si
no
hay
equivalencia
trmino
a
trmino
en
eso
que
hace
relacin,
entonces
que
invenciones
y
reinvenciones
para
los
parltres
en
cuanto
al
encuentro
amoroso?
Si,
cada
ser
hablante
est
a
la
merced
de
la
contingencia!
Tiene
que
arreglrselas
con:
Todo
eso
que
no
tiene
que
ver
con
la
necesidad
[]
sustituye
lo
pragmtico
a
lo
trascendental
de
la
estructura.
[]
La
estructura
tiene
agujeros
y,
en
esos
agujeros,
hay
lugar
para
la
invencin,
paro
lo
nuevo,
para
los
conectores
que
no
estn
ah
desde
siempre.*
Esta
perspectiva
despejada
por
J.-A.
Miller
hace
surgir
Otro
Lacan,
el
de
su
ltima
y
su
ultimsima
enseanza,
que
permite
al
psicoanlisis
estar
siempre
vivo.
Vivo,
ya
que
cada
analizante
se
encuentra
confrontado
a
esta
cuestin:
bricolar
con
lo
incurable
de
lo
real.
El
psicoanalista,
para
conducir
la
cura,
no
apuesta
mas
al
padre
para
salvarlo,
afirmando
sobre
eso
que
hace
ley
y
norma,
que
slo
el
Edipo
dara
las
claves
para
saber
hacer
con
el
amor
y
el
sexo.
El
Edipo
logrado,
llegando
a
su
tercer
tiempo
de
asuncin
simblica,
hara
surgir
un
padre
que
da
la
orientacin
sexual
y
pondra
un
termino
a
las
enrancias
del
nio
confrontado
slo
al
mundo
de
la
madre.
El
psicoanalista
esta
mejor
inspirado
si,
siguiendo
el
ltimo
Lacan,
hace
del
padre
un
sinthome.
El
padre
deviene
el
cuarto
redondel
que
anuda,
en
el
nudo
borromeo,
los
tres
anillos
separados
de
lo
real,
de
lo
imaginario
y
de
lo
simblico:
<No
es
que
estn
desglosados
lo
simblico,
lo
imaginario
y
lo
real
que
define
la
perversin,
es
que
ya
son
distintos,
de
suerte
que
hace
falta
suponer
un
cuarto,
que
es
en
la
ocasin
el
sinthome.>*
En
esto
efectivamente
la
<perversin
slo
quiere
decir
versin
hacia
el
padre>*.
Esta
definicin
saca
radicalmente
a
la
homosexualidad
de
la
psicopatologa
de
la
desviacin
a
la
que
la
psiquiatra
se
aferr
durante
mucho
tiempo
y
al
Edipo
como
proceso
de
identificacin
en
el
que
ciertos
psicoanalistas
han
credo
leer
la
ultima
palabra
de
un
psicoanlisis.
La
eleccin
del
modo
de
gozar,
en
el
amor
y
en
la
sexualidad,
exige
otros
puntos
de
referencia
que
aquellos
normativos
de
la
identificacin.
Es
una
clnica
de
la
sexuacin
mas
all
del
padre
que
se
despliega,
pragmtica,
abriendo
a
lo
singular
de
cada
vida.
Ahora
bien
la
sexuacin,
planteando
le
no-todo
flico,
obliga
a
repensar
nuestra
clnica
no
sin
la
sexualidad
femenina.
Nuestro
libro
ha
querido
responder
a
esta
cuestin
que
no
es
sin
consecuencias
polticas.
*
Nd
T:
la
traduccin
es
nuestra
***
Lacan cotidiano publicado por navarn diteur
INFORMA
Y
REFLEJA
7
DAS
DE
7
LA
OPININ
ILUSTRADA
Traduccin:
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Marcela Errecondo
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