STC #3179-2004-AA/TC Huamanga

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PROCESOS CONSTITUCIONALES

8688

en que el principio de interdiccin de la arbitrariedad es un


principio inherente a los postulados esenciales de un
Estado constitucional democrtico y a los principios y valores
que la propia Constitucin incorpora, por ende este principio
debe ser de observancia obligatoria por todos y en todos los
actos de las personas; y de autos ha quedado debidamente
probado que la actora ha sido separada y privada de sus
derechos sin haber sido previamente procesada y sin
habrsele concedido la ocasin de defenderse de los
posibles cargos y menos darle la oportunidad de probar que
las imputaciones resultaban infundadas, ms si se tiene en
cuenta que los cargos que se le imputan son sumamente
graves; por lo que en autos ha quedado evidenciado que
s se han vulnerado los derechos de la actora; por lo que
debe confirmarse la sentencia recurrida. Octavo.- Que, del
carcter vinculante de las sentencias del Tribunal
Constitucional, y en virtud del principio de primaca de la
realidad, prima facie(esto es, en caso de existir discrepancia
entre lo que sealan los documentos y los datos de la
realidad, se debe preferir los hechos sobre los documentos),
por lo que la entidad demandada debi observar el
procedimiento pertinente, consecuentemente, la no
observancia de tales procedimientos suponen un claro
desconocimiento de la adecuada proteccin que dispone la
Carta Fundamental, por resultar atentatorio a los derechos
al debido proceso y a la defensa consagrados en la
Constitucin Poltica del Estado. Noveno.- Que, en ese
sentido, dentro de la tutela jurisdiccional de urgencia, el
amparo sirve para proteger de manera efectiva a las personas
cuyos derechos se encuentran en peligro de sufrir daos
irreparables, y atendiendo al objeto de la accin de amparo,
que es la de reponer las cosas al estado anterior a la
violacin del derecho; y en aplicacin, adems, del principio
de economa procesal, en consecuencia, estando a las
consideraciones glosadas; CONFIRMARON: La sentencia
venida en grado de apelacin de fojas ciento sesenta y cinco

El Peruano
sbado 28 de octubre de 2006

y siguientes, su fecha veintisiete de junio del dos mil seis,


que declara infundada la excepcin de Falta de Legitimidad
para Obrar del Demandado deducido por el demandado,
Fundada la Excepcin de Legitimidad Para Obrar del
Demandado propuesta por el Procurador Pblico Adjunto
del Estado encargado de los asuntos judiciales del Ministerio
de Educacin; disponiendo excluirse del proceso al aludido
Procurador Pblico; e IMPROCEDENTE la demanda de
Proceso Constitucional en cuanto se dirige contra dicho
funcionario pblico; y, fundada la demanda de proceso
Constitucional de amparo interpuesta por doa OLGA
CHVEZ DE ESQUIVEL, contra el Presidente del Tribunal
de Honor de la Derrama de Retirados del Sector Educacin,
don Hermilio Caldern Loaiza; y ordena que el demandado,
en el plazo de dos das de notificado con la recurrida,
RESTITUYA a la demandante su condicin de socia de la
Derrama de Retirados del Sector Educacin, as como en el
cargo de Secretaria de Actas de la Base Estructural Ayacucho
y Delegada Departamental de Ayacucho, bajo apercibimiento
de imponrsele multa acumulativa de cinco Unidades de
Referencia Procesal y disponerse las dems medidas
coercitivas previstas en el Cdigo Procesal Constitucional;
con costas y costos procesales; y ORDENARON: que una
vez quede consentida y/o ejecutoriada la presente
resolucin, se la publique en la Pgina Web del Diario Oficial
El Peruano; y los devolvieron.
SS.
CRDOVA RAMOS
CRDENAS PEA (P)
HUAMN GARCA
W-14755

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
PROCESO DE AMPARO
EXP. N 3179-2004-AA/TC
HUAMANGA
APOLONIA CCOLLCCA PONCE
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 18 das del mes de febrero de 2005, el
pleno del Tribunal Constitucional, con la asistencia de los
seores magistrados Alva Orlandini, presidente; Bardelli
Lartirigoyen, vicepresidente; Gonzales Ojeda, Garca Toma,
Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia la siguiente
sentencia, con el fundamento de voto, adjunto del magistrado
Vergara Gotelli.

facultades para disponer la nulidad de un acto policial, como


el acta de incautacin del vehculo, y que el amparo no
procede contra resoluciones judiciales emanadas de
procedimiento regular. En ese sentido, considera que si bien
el derecho de propiedad est "establecido" en la Constitucin
(sic), "sus efectos no son de aplicacin inmediata como otros
derechos, el de detencin, sino que requieren de una serie
de normas que la hagan viable (...)."
Mediante resolucin de fecha 24 de setiembre de 2003,
la Segunda Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de
Ayacucho declara improcedente la demanda, por considerar
que la resolucin judicial que se cuestiona ha sido expedida
dentro de un proceso regular, en el que se han respetado
los derechos constitucionales de la recurrente. Con similar
criterio, la recurrida confirma la apelada.
FUNDAMENTOS

ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doa
Apolonia Ccollcca Ponce contra la resolucin de la Sala de
Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de
Justicia de la Repblica, de fojas 37 del segundo cuaderno,
su fecha 14 de mayo de 2004, que declar improcedente
la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 11 de julio de 2003, la recurrente interpone
demanda de amparo contra el titular del Primer Juzgado
Mixto de Huamanga, aduciendo la violacin de su derecho
de propiedad. Sostiene que su vehculo se encuentra
incautado indebidamente a consecuencia del proceso penal
por delito de trfico ilcito de drogas que se siguiera contra
don Marcelino Guilln Miguel, pese a que ella no fue
procesada ni tampoco intervino, en forma directa o indirecta,
en la comisin de dicho delito. Refiere que, pese a haber
solicitado la nulidad del acta de incautacin, sta se ha
declarado improcedente y ha sido confirmada por la Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho, mediante
resolucin de fecha 16 de mayo de 2003.
El juez suplente del Primer Juzgado Mixto de Huamanga,
Vladimiro Olarte Arteaga, contesta la demanda solicitando
que se la declare improcedente o, en su caso, infundada,
tras considerar que la pretensin de la recurrente ya fue
resuelta en dos oportunidades, que el Juzgado no tiene

1. Conforme se desprende del petitorio de la demanda,


el objeto de sta es que se ordene la devolucin del vehculo
de placa de rodaje WS 2959, marca Nissan, ao 1990,
modelo cndor, clase camin, que, a juicio de la recurrente,
se mantendra indebidamente incautado por orden judicial
decretada en el proceso penal que se sigui contra don
Marcelino Guilln Miguel por la comisin del delito de trfico
ilcito de drogas en agravio del Estado.
2. La demanda fue desestimada por las instancias
judiciales precedentes alegndose que la resolucin
cuestionada eman de un proceso regular, en el que se
respetaron los derechos constitucionales de orden procesal
de la recurrente. En los trminos de la resolucin recurrida
mediante el recurso de agravio constitucional:
(...) debe de concluirse que las resoluciones impugnadas
por la actora han sido expedidas por las instancias judiciales
correspondientes con sujecin a las normas procesales
penales, no evidencindose que el proceso del cual derivan
se haya tornado en irregular, toda vez que como se ha
manifestado esta parte, hizo ejercicio de los medios de
defensa que el ordenamiento procesal le franquea (...)1

Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la


Repblica, Resolucin de fecha 14 de mayo de 2004, Fund. Jur. Nm. 5, a folios 38.

El Peruano
sbado 28 de octubre de 2006

PROCESOS CONSTITUCIONALES

3. El Tribunal Constitucional considera que los motivos


en los cuales se ha sustentado el pronunciamiento
desestimatorio de la demanda, en el mejor de los casos, es
impertinente. Sucede, en efecto, que la recurrente no ha
cuestionado que con las resoluciones judiciales impugnadas
mediante el presente amparo, se haya violado uno (o
alguno) de los derechos que, a su vez, forman parte del
debido proceso. Por el contrario, desde la presentacin de
la demanda y, por ltimo, en el recurso de agravio
constitucional, sta ha precisado que el derecho cuya tutela
solicita no es otro que el derecho de propiedad, derecho
sobre el cual, por cierto, ninguna de las instancias de la
jurisdiccin ordinaria se ha pronunciado.
4. Aunque no constituya justificacin alguna, tal vez la
inexistencia de un pronunciamiento sobre la lesin (o no) del
derecho de propiedad se deba a la existencia de una
tendencia jurisprudencial consolidada en torno a los alcances
del amparo contra resoluciones judiciales, segn la cual en
ste el nico derecho susceptible de proteccin es el
derecho a la tutela jurisdiccional o, como ahora la denomina
el Cdigo Procesal Constitucional, el derecho a la tutela
procesal.
Desde esta perspectiva jurisprudencial, si el nico derecho
tutelado por el amparo contra resoluciones judiciales estara
constituido por el derecho a la tutela procesal, ante un
supuesto en el que se impugne un pronunciamiento
jurisdiccional, el Juez de los derechos fundamentales slo
debera atenerse a evaluar si, al resolverse la cuestin
controvertida en el proceso (o incidente) judicial, se ha
respetado el contenido constitucionalmente declarado de
los derechos que conforman la tutela procesal,
encontrndose prohibido de realizar cualquier otra evaluacin
de la cuestin en trminos de derechos fundamentales
ajenos a aqul.
El amparo contra resoluciones judiciales y el derecho
a la tutela procesal
5. En concreto, la respuesta (doctrinal y) jurisprudencial
que se ha dado al tema en cuestin normalmente se ha
intentado a partir de una interpretacin de la limitacin
contenida en el segundo prrafo del inciso 2) del artculo 200
de la Constitucin, cuyo texto reproduce con algunas
variantes lo que en su momento prevea el inciso 3) del
artculo 6 de la Ley N 23506, ahora derogado, segn el cual
el amparo
(...) no procede contra (...) resoluciones judiciales
emanadas de procedimiento regular
Descartada una lectura de dicho precepto constitucional
en el sentido de que no caba la interposicin de un amparo
contra resoluciones judiciales, existe consenso en admitirse
que, ms que una prohibicin, en realidad, dicho precepto
contiene una limitacin, cuyo mbito de actuacin opera en
aquellos casos en los que la resolucin judicial emana de
un proceso "regular", pero no en aquellos otros donde sta
se expide en el seno de un proceso "irregular".
As fijado el sentido de este precepto constitucional, tras
una interpretacin literal, el paso siguiente fue dar respuesta
a la interrogante cundo un proceso judicial puede
considerarse "regular"? o, dicho en trminos negativos,
cuando una resolucin judicial emana de un proceso
"irregular"?
La absolucin de tal interrogante, a su vez, fue: Una
resolucin judicial emana de un proceso regular si sta se
expide con respeto de los derechos que integran el debido
proceso y la tutela jurisdiccional efectiva, ambos reconocidos
en el inciso 3) del artculo 139 de la Constitucin. Lo que
vena a significar que mediante el amparo slo se poda
cuestionar resoluciones judiciales si es que en el momento
de expedirse, la irregularidad se materializaba en la afectacin
de derechos que forman parte de aqul.
6. Con ello, por un lado, se ratificaba la tesis de que el
amparo contra resoluciones judiciales no poda constituir un
instrumento procesal que se superpusiera a los medios
impugnatorios existentes en la legislacin procesal y,
tampoco, en la habilitacin de una va en la que se pudiera
reproducir una controversia formulada ante las instancias de
la jurisdiccin ordinaria.
Pero, al mismo tiempo, se vena a institucionalizar una
doctrina jurisprudencial, segn la cual los jueces ordinarios,
en el ejercicio de sus funciones, slo se encontraban
vinculados a un nmero determinado de derechos
fundamentales. En concreto, slo en relacin con aquellos
de naturaleza procesal (tutela procesal y todos los derechos
que lo integran).
En cierta forma, tal tendencia se ha concretado en el
Cdigo Procesal Constitucional, cuyo artculo 4 establece:

8689

El amparo procede respecto de resoluciones judiciales


firmes dictadas con manifiesto agravio a la tutela procesal
efectiva, que comprende el acceso a la justicia y el debido
proceso (...)
En definitiva, ya sea por va jurisprudencial o por va
legislativa, la concrecin sobre el mbito de proteccin del
amparo contra resoluciones judiciales se ha circunscrito slo
a la proteccin de los derechos fundamentales de orden
procesal, quedando fuera de su mbito todos los otros
derechos igualmente fundamentales (o constitucionales).
7. Hay razones jurdico-constitucionales para que el
mbito de derechos protegidos mediante esta variante del
amparo tenga que ser replanteado? El Tribunal
Constitucional considera que la respuesta es afirmativa,
desde un doble punto de vista. Por un lado, a partir del
diseo constitucional del mbito de proteccin de este
proceso; y, por otro, a partir de la eficacia vertical de los
derechos fundamentales en el Estado constitucional de
derecho.
Constitucin y mbito de proteccin del proceso de
amparo
8. En el Estado constitucional de derecho, la Constitucin
no slo es una norma que se limita a reconocer los derechos
fundamentales, sino tambin a crear o instaurar los procesos
destinados a su defensa. Mediante el establecimiento ope
constitutione de los procesos constitucionales, la Ley
Fundamental pone a buen recaudo de las mayoras
coyunturales los instrumentos procesales creados para su
defensa. En ese sentido, como ha puesto de relieve Gomes
Canotilho, los procesos constitucionales no slo constituyen
instrumentos procesales destinados a que en su seno se
resuelva problemas vinculados con el principio de
supremaca normativa y la tutela de los derechos
fundamentales, sino tambin, en un sentido ms amplio, lo
que bien puede denominarse garantas de la Constitucin,
en tanto que medios e institutos destinados a asegurar la
observancia, aplicacin, estabilidad y conservacin de la
Ley Fundamental. Como se trata de garantas de la existencia
de la propia Constitucin (...), se suele decir que ellas son
la constitucin de la propia Constitucin2 .
9. Sin embargo, la instauracin de los procesos
constitucionales no slo tiene el propsito de recordar que
ni el legislador ni ningn otro poder constituido tienen la
capacidad jurdica para disponer de ellos, en cuanto
instrumentos procesales de conservacin y actualizacin de
la Ley Fundamental, sino que tampoco pueden alterar lo
que bien podra denominarse el diseo constitucional de los
procesos constitucionales, es decir, los rasgos esenciales
con que la Ley Fundamental los ha creado y diseado.
En efecto, a la limitacin de los poderes pblicos para no
suprimir o desnaturalizar los procesos constitucionales, le
sigue la obligacin (particularmente del Poder Legislativo)
de regular su desarrollo y procedimiento conforme al "modelo"
constitucional de cada uno de dichos procesos, es decir,
conforme a las caractersticas que textualmente se hayan
establecido en la Ley Fundamental, pero tambin que
implcitamente se deriven de su finalidad constitucionalmente
declarada.
10. En lo que hace al modelo constitucional del proceso
de amparo, la Ley Fundamental contiene ciertas pautas
especficas, como puede ser el mbito de derechos
protegidos (art. 200.2); extensin y lmites del control de
los actos restrictivos de derechos durante los regmenes de
excepcin (art. 200 in fine) o la regulacin parcialmente
delimitada de las instancias competentes para conocerla
(art. 202), etc.
11. Por lo que aqu interesa, es decir, con relacin al
mbito de derechos protegidos en el proceso de amparo, el
inciso 2) del artculo 200 de la Constitucin precisa cul es
su competencia, ratione materiae, al establecer que
Son garantas constitucionales:
2) La Accin de Amparo, que procede contra el hecho
u omisin, por parte de cualquier autoridad, funcionario o
persona, que vulnera o amenaza los dems derechos
reconocidos por la Constitucin, con excepcin de los
sealados en el inciso siguiente.

J.J. Gomes Canotilho, Direito Constitucional e Teora da Constituiao, Almedina,


Coimbra 2000, pp. 859-860.

8690

PROCESOS CONSTITUCIONALES

En l, pues, se han de tutelar todos aquellos atributos


subjetivos reconocidos en la Constitucin, con excepcin de
los que, a su vez, son protegidos por el proceso de hbeas
data; es decir, el derecho de acceso a la informacin pblica,
reconocido en el inciso 5) del artculo 2 de la Constitucin;
y el derecho a la autodeterminacin informativa, reconocido
a su vez en el inciso 6) del mismo artculo 2 de la Norma
Fundamental.
12. Sin embargo, la determinacin de la competencia
ratione materiae del proceso de amparo no slo puede
realizarse a partir de la diccin literal de la disposicin que
lo crea y de la remisin que sta pueda hacer hacia otra
disposicin constitucional. Una interpretacin sistemtica
con el inciso 1) del artculo 200, por exigencias del principio
de unidad de la Constitucin, necesariamente tiene que
terminar con excluir tambin a los derechos protegidos por
el proceso de hbeas corpus; es decir, a la libertad
individual y a los derechos conexos a l (enunciados, por
otra parte, en el artculo 25 del Cdigo Procesal
Constitucional).
De modo, pues, que el diseo constitucional de los
derechos protegidos por el proceso de amparo, bien puede
caracterizarse por tener un carcter totalizador, esto es,
comprender residualmente la proteccin de todos los derechos
constitucionales no protegidos por los otros procesos de
tutela de los derechos fundamentales (hbeas corpus y
hbeas data).
13. As las cosas, cabe que nos cuestionemos acerca de
las razones jurdico-constitucionales que puedan existir
para limitar el mbito de derechos protegidos por el amparo
contra resoluciones judiciales slo a la proteccin de los
derechos que integran la tutela procesal.
Como ya se ha indicado, una primera respuesta a esta
cuestin se ha efectuado interpretndose los alcances del
segundo prrafo del inciso 2) del artculo 200 de la
Constitucin que, como se sabe, establece que el amparo
No procede contra normas legales ni contra resoluciones
judiciales emanadas de procedimiento regular
Esta ltima parte del precepto constitucional antes
recordado, no se ha entendido en el sentido de que por su
virtud se prohba la procedencia del amparo contra
resoluciones judiciales, sino slo que l no prospere si lo que
se busca es cuestionar mediante este proceso constitucional
una resolucin judicial emanada de un proceso "regular".
Por el contrario, si la resolucin judicial emanaba de un
proceso "irregular", s caba que se abriera las puertas de
procedencia del amparo.
De esta manera la viabilidad del amparo contra
resoluciones judiciales quedaba librada a lo que se pudiera
entender por el trmino "regular". Lo que, a su vez, se
resolvi en el sentido de entender que un proceso judicial
era regular siempre que se haya expedido con respeto del
derecho a la tutela procesal. En tanto que devena irregular
si la resolucin judicial se haba expedido en un proceso
judicial donde se hubiera lesionado el mismo derecho, o
cualquiera de los derechos procesales que forman parte de
l.
14. El Tribunal Constitucional considera que una
respuesta como lo brindada no concilia con el diseo
constitucional del mbito de derechos protegidos por el
proceso de amparo.
a) En primer lugar, pues como se ha expuesto en el
fundamento 12 de esta sentencia, los nicos derechos
exceptuados del control mediante este proceso son los
protegidos, a su vez, por el hbeas corpus y el hbeas data.
b) En segundo lugar, es inadmisible desde un punto de
vista constitucional que se pueda sostener que una resolucin
judicial devenga de un proceso "irregular" slo cuando
afecte el derecho a la tutela procesal, y que tal "irregularidad"
no acontezca cuando sta afecta otros derechos
fundamentales. A juicio del Tribunal, la irregularidad de una
resolucin judicial, con relevancia constitucional, se produce
cada vez que sta se expida con violacin de cualquier
derecho fundamental, y no slo en relacin con los
contemplados en el artculo 4 del Cdigo Procesal
Constitucional.
En definitiva, a partir del diseo constitucional del mbito
de derechos protegidos por el amparo, el Tribunal considera
que es constitucionalmente inadmisible sostener que del
referido segundo prrafo del inciso 2) del artculo 200 de la
Constitucin se pueda inferir una limitacin de la competencia
ratione materiae del amparo contra resoluciones judiciales,
ms all de los derechos garantizados por el hbeas corpus
y el hbeas data.

El Peruano
sbado 28 de octubre de 2006

Constitucin y eficacia vertical de los derechos


fundamentales. Sus consecuencias en el mbito de los
derechos protegidos por el amparo contra resoluciones
judiciales
15. A la misma conclusin hemos de arribar si ahora el
anlisis se efecta a partir de la eficacia de los derechos
fundamentales reconocidos en la Constitucin de 1993.
Tenemos expresado en nuestra jurisprudencia que todo
derecho constitucional expreso o implcitamente
reconocido tiene un mbito protegido, un bien jurdico
identificable, que es distinto de aquellos garantizados por
otros derechos, en tanto que constituye una manifestacin
concreta del principio-derecho de dignidad.
Ese mbito de la realidad, deducible vlidamente de una
norma y disposicin de derecho fundamental, es lo que en
la STC 1417-2005-AA/TC hemos venido en denominar
posicin iusfundamental :
Las posiciones de derecho fundamental son los derechos
fundamentales en sentido estricto, pues son los concretos
atributos que la persona humana ostenta al amparo de las
normas (sentidos interpretativos) vlidas derivadas
directamente de las disposiciones contenidas en la
Constitucin que reconocen derechos3 .
El objeto de una posicin iusfundamental es siempre
una conducta, de accin o de omisin dependiendo del
derecho de que se trate, que un tercero (sujeto pasivo)
debe realizar a favor de quien titulariza el derecho (sujeto
activo). De ah que los elementos de todo derecho
fundamental sean: a) el sujeto que lo titulariza; b) el sujeto
que se encuentra obligado con aquel, y c) el haz de
posiciones subjetivas y objetivas efectivamente garantizadas
por el derecho.
16. Por lo general, el asunto relativo a la titularidad de
los derechos fundamentales no ofrece mayores dificultades
en su determinacin. Prima facie, el titular por antonomasia
de los derechos fundamentales es siempre la persona
humana, en tanto que, como se ha expuesto, dichos
derechos no son sino la concretizacin especfica de
particulares exigencias del principio de dignidad (artculo 1
de la Constitucin), no obstante que la titularidad de algunos
derechos fundamentales est sujeta a la satisfaccin de
ciertas exigencias, como sucede con los derechos polticos
y determinados derechos sociales y econmicos.
A su vez, el objeto de la relacin, esto es, el haz de
posiciones subjetivas y objetivas garantizados y, por tanto,
exigibles en su realizacin a los sujetos obligados, depende
de una serie de variables recabables en funcin de cada
derecho reconocido en la Constitucin. Como en la tantas
veces citada STC 1417-2005/AA/TC hemos sostenido, el
contenido constitucionalmente protegido de cada uno de
los derechos no puede determinarse en abstracto, sino a "a
la luz de cada caso concreto", identificando su finalidad,
naturaleza y el mbito de la realidad que se ha pretendido
garantizar en cada uno de ellos.
Por lo que se refiere a los sujetos obligados con el objeto
de la relacin, no cabe duda de que el primer obligado con
ellos es, sin excepcin alguna, el Estado. Como se record
en la STC 0976-2001-AA/TC, histricamente, los derechos
fundamentales surgieron como derechos de defensa
oponibles al Estado.
Esto es, atributos subjetivos que protegen un mbito de
autonoma individual contra acciones arbitrarias de
cualquiera de los poderes pblicos.
17. La vinculacin de los derechos hacia cualesquiera
de los poderes y, en general, rganos pblicos, es lo que
hemos venido en denominar eficacia vertical de los derechos
fundamentales. Tal eficacia no es sino consecuencia de la
naturaleza preestatal de los derechos fundamentales y, por
tanto, del carcter servicial del Estado para con ellos, en
tanto que la persona humana se proyecta en l como el fin
supremo (art. 1 de la Constitucin).
En ese sentido, tenemos dicho que dentro de estos
sujetos obligados para con el respeto y proteccin de los
derechos fundamentales se encuentran todos los poderes
pblicos, es decir, los entes que forman parte del Estado,
independientemente de su condicin de rgano
constitucional, legal o administrativo, y los grados e intensidad
de autonoma que para con ellos el ordenamiento haya
podido prever.

STC 1417-2005-AA/TC, Fund. Jur. N 25)

El Peruano
sbado 28 de octubre de 2006

PROCESOS CONSTITUCIONALES

Qu duda cabe de que dentro de esos poderes pblicos


vinculados con los derechos fundamentales se encuentra
tambin el Poder Judicial y, con l, todas sus instancias
jurisdiccionales, al mismo tiempo que sus rganos
administrativos. La cuestin de qu derechos lo vinculan;
bien cuando ejerce funciones jurisdiccionales; bien cuando
ejerza las funciones administrativas propias a sus actividades
de gestin, no puede sino responderse en los mismos
trminos que habitualmente se efecta en relacin con los
dems poderes pblicos. Todos los derechos fundamentales
vinculan a todos los poderes pblicos. De modo que todos
los derechos fundamentales (y no slo los que conforman
la tutela procesal) vinculan al Poder Judicial y, en ese
sentido, demandan acciones u omisiones destinadas a
garantizar el mbito de la realidad que cada uno de ellos
persigue tutelar.
No hay (no puede haber) un solo derecho fundamental
que no pueda vincular a los rganos de la jurisdiccin
ordinaria. Ello es consecuencia de su condicin de poder
constituido y, al mismo tiempo, del carcter servicial para con
el ejercicio efectivo de los derechos de la persona humana,
pues, al fin y al cabo, la tutela jurisdiccional que prestan "(...)
emana del pueblo", conforme lo recuerda el artculo 138 de
la Ley Fundamental.
18. La tesis segn la cual el amparo contra resoluciones
judiciales procede nicamente por violacin del derecho al
debido proceso o a la tutela jurisdiccional, confirma la
vinculatoriedad de dichos derechos en relacin con los
rganos que forman parte del Poder Judicial. Pero constituye
una negacin inaceptable en el marco de un Estado
constitucional de derecho, sobre la vinculariedad de los
"otros" derechos fundamentales que no tengan la naturaleza
de derechos fundamentales procesales, as como la
exigencia de respeto, tutela y promocin nsitos en cada uno
de ellos.
En efecto, en el ejercicio de la funcin jurisdiccional, los
jueces del Poder Judicial no slo tienen la obligacin de
cuidar porque se hayan respetado los derechos
fundamentales en las relaciones jurdicas cuya controversia
se haya sometido a su conocimiento, sino tambin la
obligacin ellos mismos de respetar y proteger todos los
derechos fundamentales al dirimir tales conflictos y
controversias.
Como se afirma en el artculo 38 de la Constitucin:

Todos los peruanos tienen el deber de honrar al Per y


de proteger los intereses nacionales, as como de respetar,
cumplir y defender la Constitucin y el ordenamiento jurdico
de la Nacin.
Entre tanto, el artculo 138 de la Norma Fundamental
recuerda que
La potestad de administrar justicia emana del pueblo y
se ejerce por el Poder Judicial a travs de sus rganos
jerrquicos con arreglo a la Constitucin y a las leyes.
19. Similar criterio es posible deducir si el mismo asunto
se aborda a partir del artculo 25.1 de la Convencin
Americana de Derechos Humanos, segn el cual:
Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y
rpido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o
tribunales competentes, que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
Constitucin, la ley o la presente Convencin, aun cuando
tal violacin sea cometida por personas que acten en
ejercicio de sus funciones oficiales.
En efecto, con la referencia al recurso sencillo, rpido y
efectivo para la tutela de los derechos que pudieran resultar
lesionados por actos emanados incluso de "personas que
acten en ejercicio de sus funciones oficiales", quiere
expresarse la idea de que para la Convencin Americana de
Derechos no existe actuacin estatal alguna que quede (o
pueda quedar) exenta de control en nombre de los derechos
fundamentales. Al extremo que, de acuerdo con los artculos
1.1 y 1.2 de la misma Convencin, producida una lesin de
los derechos esenciales del hombre, el Estado est en la
obligacin de establecer un proceso que sirva para proteger,
asegurar o hacer valer la titularidad o el ejercicio de un
derecho; es decir, tiene el deber de

8691

(...) recoge la institucin procesal del amparo, entendido


como el procedimiento judicial sencillo y breve que tiene por
objeto la tutela de todos los derechos reconocidos por las
constituciones y leyes de los Estados partes y por la
Convencin. 5
Establece este artculo, igualmente, en trminos amplios,
la obligacin a cargo de los Estados de ofrecer, a todas las
personas sometidas a su jurisdiccin, un recurso judicial
efectivo contra actos violatorios de sus derechos
fundamentales. 6
20. En definitiva, una interpretacin del segundo prrafo
del inciso 2) del artculo 200 de la Constitucin bajo los
alcances del principio de unidad de la Constitucin, no
puede concluir sino con la afirmacin de que la competencia
ratione materiae del amparo contra resoluciones judiciales
comprende a todos y cada uno de los derechos fundamentales
que se puedan encontrar reconocidos, expresa o
implcitamente, por la Norma Suprema. En su seno, los
jueces constitucionales juzgan si las actuaciones
jurisdiccionales de los rganos del Poder Judicial se
encuentran conformes con la totalidad de los derechos
fundamentales reconocidos en la Constitucin. De modo
que la calificacin de regular o irregular de una resolucin
judicial, desde una perspectiva constitucional, depende de
que stas se encuentren en armona con el contenido
constitucionalmente protegido de todos los derechos
fundamentales.
21. La variacin de una jurisprudencia consolidada
durante un poco ms de cuatro lustros y, correlativamente,
el establecimiento de un precedente de esta naturaleza,
tras las observaciones precedentemente planteadas, no
tiene por efecto inmediato la variacin de algunos criterios
consolidados jurisprudencialmente en torno a los alcances
del control constitucional de las resoluciones judiciales.
Particularmente, de aquellos en los que se afirm:
a) Que el objeto de este proceso constitucional es la
proteccin de derechos constitucionales y no el de constituir
un remedio procesal que se superponga o sustituya al
recurso de casacin. En efecto, los procesos constitucionales
de tutela de derechos no tienen por propsito, prima facie,
verificar si los jueces, en el ejercicio de la potestad
jurisdiccional, infringieron normas procedimentales que no
incidan en el contenido constitucionalmente protegido del
derecho a la tutela procesal (error in procedendo), o, acaso,
que no hayan interpretado adecuadamente el derecho
material (error in iudicando). Pero el juez constitucional s
tiene competencia para examinar dichos errores cuando los
mismos son constitutivos de la violacin de un derecho
fundamental.
b) Que se utilice como un mecanismo donde pueda
volverse a reproducir una controversia resuelta por las
instancias de la jurisdiccin ordinaria. El amparo contra
resoluciones judiciales no tiene el efecto de convertir al juez
constitucional en una instancia ms de la jurisdiccin ordinaria,
pues la resolucin de controversias surgidas de la
interpretacin y aplicacin de la ley es de competencia del
Poder Judicial; siempre, claro est, que esa interpretacin
y aplicacin de la ley se realice conforme a la Constitucin
y no vulnere derechos fundamentales. En efecto, en el seno
del amparo contra resoluciones judiciales slo puede
plantearse como pretensin que una determinada actuacin
judicial haya violado (o no) un derecho constitucional,
descartndose todos aquellos pronunciamientos que no
incidan sobre el contenido protegido de estos.
Canon para el control constitucional de las
resoluciones judiciales
22. Los cambios jurisprudenciales a que se ha hecho
referencia supra, implica tambin la necesidad de que el
Tribunal Constitucional defina el canon bajo el cual realizar
el control constitucional de las resoluciones judiciales.

proteger y asegurar su ejercicio a travs de las respectivas


garantas, ale decir, de los medios idneos para que los
derechos y libertades sean efectivos en toda circunstancia. 4
4

A juicio de la misma Corte Interamericana, el artculo 25.1


de la Convencin

5
6

Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinin Consultiva 8/87, prrafo 25.


Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinin Consultiva 8/87, prrafo 26.
Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinin Consultiva 9/87, prrafo 23.

8692

PROCESOS CONSTITUCIONALES

La intensidad del control constitucional de las resoluciones


judiciales a travs del proceso de amparo depende de la
interpretacin que se haga de la configuracin constitucional
del mencionado proceso. As, desde una interpretacin
estricta del amparo, los jueces constitucionales examinan la
constitucionalidad de la resolucin judicial en base al
expediente judicial ordinario, otorgando mrito constitucional
suficiente a los actuados judiciales. En esta perspectiva, el
juez constitucional asume lo resuelto por el juez ordinario
iure et de iure. Luego de ello y con estos actuados indiscutibles
se pasa a realizar un examen de la motivacin y relevancia
constitucional de la resolucin judicial en funcin del derecho
fundamental invocado.
De otro lado, se parte de una interpretacin flexible del
amparo cuando el Juez constitucional adquiere plena
jurisdiccin sobre el fondo y la forma del proceso ordinario,
realizando un examen constitucional de la motivacin del
fallo y de la relevancia de lo actuado judicialmente. Desde
esta posicin, el Juez constitucional asume competencia
para examinar el juicio ordinario bajo un canon constitucional
propio del supremo intrprete de la Constitucin. Lo que
significa la posibilidad de revisar todo el proceso que va
desde el examen del acto lesivo, la validez o no de una
norma legal, hasta el valor probatorio de las pruebas; es
decir, revisando y reformando constitucionalmente la
actuacin judicial concreta que sea necesaria para
determinar la constitucionalidad de la resolucin judicial
cuestionada.
23. No obstante, esta segunda perspectiva del proceso
de amparo precisa que el Tribunal Constitucional establezca
el canon interpretativo bajo el cual realizar el control
constitucional de las resoluciones judiciales, sin que ello
suponga convertir al Tribunal Constitucional en una cuarta
instancia judicial y s, ms bien, a fin de reconocer que al
Tribunal le corresponde, en el proceso de amparo, resolver,
ponderadamente, sobre el fondo y la forma de los procesos
judiciales ordinarios cuando estos hayan violado los derechos
fundamentales tutelados por el proceso constitucional de
amparo.
Dicho canon interpretativo que le permite al Tribunal
Constitucional realizar, legtimamente, el control constitucional
de las resoluciones judiciales ordinarias, est compuesto,
en primer lugar, por un examen de razonabilidad; en
segundo lugar, por el examen de coherencia; y, finalmente,
por el examen de suficiencia.

(a) Examen de razonabilidad . Por el examen de


razonabilidad, el Tribunal Constitucional debe evaluar si la
revisin de todo el proceso judicial ordinario es relevante
para determinar si la resolucin judicial que se cuestiona
vulnera el derecho fundamental que est siendo demandado.
(b) Examen de coherencia. El examen de coherencia
exige que el Tribunal Constitucional precise si el acto lesivo
del caso concreto se vincula directamente con el proceso o
la decisin judicial que se impugna; de lo contrario no estara
plenamente justificado el hecho de que el Tribunal efecte
una revisin total del proceso ordinario, si tal revisin no
guarda relacin alguna con el acto vulneratorio.
(c) Examen de suficiencia. Mediante el examen de
suficiencia, el Tribunal Constitucional debe determinar la
intensidad del control constitucional que sea necesaria para
llegar a precisar el lmite de la revisin del proceso judicial
ordinario, a fin de cautelar el derecho fundamental
demandado.
24. Por todo ello, y en mrito de lo expuesto, habindose
alegado la violacin del derecho de propiedad, el Tribunal
Constitucional tiene competencia, ratione materiae, para
ingresar a analizar las cuestiones de fondo que entraa el
recurso de agravio constitucional.
Alegacin de violacin del derecho de propiedad
mediante una resolucin judicial
25. En el caso, la recurrente ha alegado la violacin de
su derecho de propiedad. A su juicio, tal lesin se habra
producido por la omisin de las autoridades judiciales de no
liberar el vehculo de su propiedad, que fuera incautado a
consecuencia de aprehenderse a don Marcelino Guilln
Miguel en circunstancias en que ste transportaba
ilcitamente drogas conduciendo dicho vehculo.
Conforme se observa de fojas 77 a 84, la recurrente
solicit, ante las autoridades judiciales competentes, que se
levantara la orden de incautacin que pesaba contra el
vehculo de la que alega ser propietaria. Aunque inicialmente
dicha peticin le fuera concedida, con posterioridad la
resolucin que as lo ordenaba fue revocada, exponindose
una diversidad de razones por las que, a juicio de los jueces
penales, dicha solicitud no deba ser acogida.

El Peruano
sbado 28 de octubre de 2006

En efecto, mediante la resolucin de fecha 19 de febrero


de 2002, la Primera Sala Mixta de Ayacucho revoc la
resolucin que, a su vez, haba dejado sin efecto el acta de
incautacin del referido vehculo, sosteniendo que el contrato
presentado por la recurrente no mereca "mrito probatorio
por ser un instrumento simple sin siquiera legalizacin
notarial o intervencin de testigos y que muy bien pudo
haberse faccionado para sorprender burdamente a la
justicia"; a lo que aadira que la copia de la tarjeta de
propiedad, ttulo con el cual solicit la anulacin de la
referida acta de incautacin, fue expedida con fecha posterior
a la comisin del delito.
Posteriormente, al resolverse una nueva solicitud de
nulidad presentada por la misma recurrente, el titular del
Primer Juzgado Mixto de Huamanga expidi la resolucin de
fecha 29 de enero de 2003, en la que, despus de destacar
que la incautacin fue efectuada a nivel policial, sostuvo que
dicha incautacin no contaba con algn defecto o grave
irregularidad, agregando que dado que ya exista condena
firme, el "presente trmite ya concluy", por lo que la
recurrente deba hacer valer su derecho conforme a ley.
Por ltimo, mediante resolucin de fecha 16 de mayo de
2003, la Primera Sala Mixta de Ayacucho confirm la
resolucin supra citada, indicando que el acta de incautacin
no adoleca de ninguno de los supuestos contemplados en
el artculo 298 del Cdigo de Procedimientos Penales, de
modo que no caba declararse su nulidad.
26. Conforme se observa de autos, la incautacin
cuestionada se efectu al amparo del tercer prrafo del
artculo 66 del Decreto Ley N 22095, modificado por el
artculo 5 del Decreto Ley N 22926, segn el cual:
Sern decomisados las drogas, insumos, fbricas,
laboratorios, alambiques, implementos y enseres empleados
en la produccin y fabricacin ilcita de drogas.
(...) Igualmente, sern incautados los terrenos de cultivo
y afectados a la Direccin General de Reforma Agraria y
Asentamiento Rural, para su posterior adjudicacin a los
campesinos sin tierra; tambin sern incautados los inmuebles
utilizados como fbricas, depsitos o lugares de expendio,
as como los vehculos en que se hubiere efectuado la
distribucin o transporte de las drogas, siempre que
pertenezcan a los autores, cmplices o encubridores del
delito o a quienes teniendo conocimiento del mismo no lo
hubieran denunciado de inmediato (nfasis nuestro).
Dicha disposicin legislativa, como se observa, dispone
que la incautacin de los vehculos donde se hubiese
efectuado la distribucin o transporte de drogas puede
efectuarse en dos supuestos: (i) cuando stos pertenecen
a los autores, cmplices o encubridores, y (ii) cuando no
tenindose aquel estatus , el propietario haya tenido
conocimiento de su perpetracin y no lo hubiese denunciado.
Dado que en el proceso penal qued demostrado que
el vehculo en el cual transportaba drogas el condenado
Marcelino Guilln Miguel no era de su propiedad, la
mantencin de la incautacin prevista contra dicho vehculo
slo se justificaba en las siguientes razones:
a) Porque su real propietario, es decir, quien tena la
condicin de tal al momento de producirse los hechos
juzgados, era cmplice o encubridor, o
b) Porque no teniendo esa cualidad, conoca que el
vehculo del cual era propietario era utilizado para la comisin
del delito de trfico ilcito de drogas.
27. Del propio proceso penal, y concretamente de la
resolucin de fecha 9 de octubre de 2001, se desprende
que quien solicit se declarara la nulidad del acta de
incautacin (esto es, la recurrente) no estuvo comprendida
en cualquiera de las dos hiptesis antes descritas. Esto es,
que fuera cmplice o encubridora o, a su turno, que haya
conocido que el chofer que manejaba el vehculo de su
propiedad lo haya utilizado para transportar drogas y, pese
a ello, no lo denunciase.
Si tales fueran los hechos que sustentan la alegacin de
violacin del derecho de propiedad, este Tribunal no podra
menos que estimar la pretensin. En efecto, no habindose
demostrado que la propietaria estuviese comprendida en
cualquiera de las causales que autoriza la ley para incautar
un vehculo que se haya utilizado para la comisin de un
delito tan grave, como lo es el trfico ilcito de drogas, el
mantenimiento de la orden de incautacin se presenta como
una medida eminentemente confiscatoria, que afecta el
poder de uso, disfrute y disposicin de su titular.
Y poco importa, a estos efectos, que el acta de incautacin
haya sido levantada a nivel policial o, en su caso, como en
determinado momento se aleg, que el acta misma no

El Peruano
sbado 28 de octubre de 2006

PROCESOS CONSTITUCIONALES

adolezca de algunos de los requisitos formales que la ley


procesal penal contemple para declarar su nulidad. El
instituto de la nulidad de los actos (procesales o
administrativos) no se puede entender o justificar, como
parece ser la creencia de los jueces que han conocido de
este proceso, en un simple inters de la ley. A la vieja
concepcin de la nulidad por la simple nulidad, el Estado
constitucional de derecho antepone la necesidad de que
sta se tenga que declarar, aun ante el silencio de la ley,
si tras la expedicin o mantenimiento del acto (procesal o
administrativo) subyace una violacin de algn derecho
fundamental.
Como en la STC 0976-2001-AA/TC este Tribunal record,
si en el Estado legal de derecho los derechos fundamentales
valan en el mbito de la ley, hoy, en el Estado constitucional,
las leyes valen en el mbito de los derechos fundamentales.
De modo que es una obligacin judicial observar porque tal
exigencia sea real y efectiva, y no una simple proclama
retrica, desprovista de consecuencias jurdicas.
28. No obstante, y pese a lo que se acaba de exponer,
este Tribunal no se considera autorizado a expedir una
sentencia de fondo en el presente caso, puesto que, segn
se desprende del escrito presentado por la recurrente al
Juez Mixto de Huamanga, cuando se cometi el delito de
trfico ilcito de drogas, el vehculo cuya incautacin se
cuestiona tena registrado a un tercero como propietario, el
cual, entre tanto se realizaba el proceso penal, a su vez,
transfiri a favor de la recurrente la propiedad del vehculo7 .
Este hecho y, particularmente, la inexistencia de una
resolucin judicial en la que se dilucide si el anterior
propietario se encontraba (o no) comprendido en cualesquiera
de los supuestos contemplados en el artculo 66 del Decreto
Ley N 22095, modificado por el artculo 6 del Decreto Ley
N 22926, impide que este Tribunal Constitucional pueda
juzgar si la resolucin cuestionada mediante el presente
amparo afect el contenido constitucionalmente declarado
del derecho de propiedad, motivo por el cual, al desestimarse
la pretensin, debe dejarse a salvo el derecho de la
recurrente para que lo haga valer conforme a ley.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con
la autoridad que la Constitucin Poltica del Per le confiere,
HA RESUELTO
Declarar IMPROCEDENTE la demanda de amparo.
Publquese y notifquese.
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GONZALES OJEDA
GARCA TOMA
VERGARA GOTELLI
LANDA ARROYO
EXP. N 03179-2004-AA/TC
HUAMANGA
APOLONIA CCOLLCCA PONCE
FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO
VERGARA GOTELLI
Emito este voto con el debido respeto por la opinin
vertida por el ponente, por los fundamentos siguientes:
1. Viene a conocimiento de este Supremo Tribunal
Constitucional el recurso de agravio constitucional interpuesto
por doa Apolonia Ccollcca Ponce contra la resolucin
emitida por la Sala Constitucional y Social Permanente de
la Corte Suprema de Justicia de la Repblica, la que
confirmando la apelada declara improcedente la demanda
de amparo.
2. En la ponencia se modifican los criterios anteriores del
Tribunal Constitucional constituyendo en precedente
vinculante su competencia para resolver pretensiones que
cuestionen resoluciones judiciales a pesar de que estas
decisiones hayan sido emitidas dentro de un proceso
regular, en el que se ha respetado de manera escrupulosa
la tutela procesal efectiva que comprende el acceso a la
justicia y al debido proceso pero que a pesar de ello se
hubiera lesionado algn otro derecho fundamental, en el
presente caso el derecho de propiedad.
3. Se afirma que un proceso regular no slo se configura
con el respeto a la tutela procesal efectiva por parte del
Poder Judicial sino que la calificacin de regular o irregular

8693

se produce cada vez que se expida una resolucin judicial


que vulenere cualquier derecho fundamental. Asimismo se
afirma que los Jueces constitucionales pueden juzgar si las
actuaciones jurisdiccionales de los rganos del Poder Judicial
se encuentran conforme a la totalidad de los derechos
fundamentales reconocidos en la constitucin.
4. Con el cambio de criterio se ingresar a revisar el fondo
de cualquier tipo de resolucin emitida por el Poder Judicial
y desde luego se podr confirmar, anular o revocar lo all
resuelto.
5. Considero que el parmetro normativo dentro del cual
debe funcionar el amparo lo prev la propia Constitucin en
el artculo 200 inciso 2), y el artculo 4 del Cdigo Procesal
Constitucional, que desarrollando la norma suprema dispone
que el amparo contra resoluciones judiciales procede cuando
se trate de resoluciones firmes dictadas con manifiesto
agravio de la tutela procesal efectiva que comprende el
acceso a la justicia y al debido proceso.
6. Por tanto la regulacin Constitucional referida al
mbito de derechos protegidos por el amparo no solo est
limitada por el primer prrafo del inciso 2 del artculo 200 de
la Constitucin, referido a los derechos protegidos por el
Hbeas Corpus, sino que en su segundo prrafo tambin
se excluye de su competencia a las resoluciones judiciales
emitidas en un proceso regular. Ahora bien, en la ponencia
se concepta o define al proceso regular como aquel que
respeta la totalidad de los derechos constitucionales y no
slo aquel que conforme al artculo 4 del Cdigo Procesal
Constitucional respeta la tutela procesal efectiva, que
comprende el acceso a la justicia y el debido proceso. Esta
interpretacin es tan extensiva que al final se concluye por
afirmar que el amparo s procede contra resoluciones
judiciales emitidas dentro de un proceso regular
desconociendo la prohibicin constitucional que dice lo
contrario.
7. Proceso regular es aquel en el que como mnimo se
han respetado el conjunto de derechos de orden procesal
previstos en el artculo 4 del Cdigo Procesal Constitucional.
8. El ejercicio del derecho de accin no es ms que el
derecho de acceso a la justicia.
9. El proceso es un instrumento al servicio de los
derechos materiales lo que significa en buena cuenta que
es un derecho continente que como tal debe ser llenado con
el derecho contenido.
10. El Proceso Constitucional entonces como todo
derecho, para ser debido, debe tener un contenido y que
como derecho instrumental no tiene finalidad propia.
11. El contenido de todo proceso constitucional est
constituido por los denominados derechos constitucionales
que no son sino los derechos fundamentales en relacin a
la persona humana es decir derechos singulares o
personalsimos.
12. Desde esta ptica el ataque a una cosa determinada
con la que se afecta el inters patrimonial de un particular,
para el que la ley ofrece el tratamiento legal concreto en
cdigos y leyes con normatividad especfica para la solucin
de dichos conflictos, no se ubica dentro del derecho a la
propiedad. Cuando la Constitucin nos dice de la proteccin
del derecho a la propiedad, no debe ser entendida como la
defensa especfica del derecho de propiedad de una cosa
determinada. El derecho a la propiedad constitucionalmente
protegido est referido al derecho de todos las personas a
adquirirla y a garantizar sus formas de adquisicin mas no
a las expresiones concretas de sus atributos como son el
poder de usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien pues
para ello la ley ordinaria ha previsto su tratamiento legal
concreto en cdigos y leyes. Existe al parecer alguna
confusin en este tema pues una cosa es el derecho de
propiedad, protegido por la ley ordinaria y otra el derecho
a la propiedad garantizada constitucionalmente.
13. Permitir que el amparo sirva para cuestionar
resoluciones judiciales firmes que respetando el derecho a
la tutela procesal efectiva podra vulnerar otros derechos
constitucionales, significara apartarse de la Constitucin y
del bloque de constitucionalidad. Esto porque la previsin
constitucional en comentario si hubiera querido lograr el
efecto que se pretende no hubiera establecido ninguna
excepcin como la establecida en el segundo prrafo del
inciso 2 del artculo 200 de la Constitucin.

Cf. documento obrante a fojas 10.

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