Historia Cronologica de La Ciudad de Huamanga - Ayacucho
Historia Cronologica de La Ciudad de Huamanga - Ayacucho
Historia Cronologica de La Ciudad de Huamanga - Ayacucho
Escuela Profesional de
Arquitectura
CURSO:
SEMINARIO de URBANISMO
HISTORIA CRONOLOGICA DE LA
CIUDAD DE HUAMANGA
Alumno:
Luis Felipe Garca Godos Ochoa
Ayacucho Per
En las actas del Cabildo, a lo largo de los primeros aos, se suceden las
asignaciones de solares, estancias; huertas, a los allegados al grupo del
poder fundador de la ciudad.
En 1548 la Corona dar el golpe decisivo al poder perulero naciente
encarnado en los poderosos Pizarro. La rebelin de Hernandez Girn y
algunos encomenderos en 1553 ser ya un peligro menor para la
administracin colonial y prcticamente nadie se sumar a ella en
Huamanga, a diferencia dela poca de Almagristas y Pizarristas, cuando las
lealtades a uno a otro bando oscilaban pragmticamente, para terminar en
un alineamiento con la corona y sus administradores.
El reordenamiento dispuesto por Vaca de castro asigna tributarios a los
vecinos en 23 encomiendas de la jurisdiccin de Huamanga, de las cuales 7
cuentan con ms de 1,000. En 1560 eran 25 las encomiendas repartidas y
dos dcadas despus, en 1581, las encomiendas existentes en el territorio
perteneciente a la provincia de Huamanga eran 33. El ingreso mayor
quedaba concentrado en las pocas manos de seores de miles de indgenas,
cuyo tributo y trabajo los enriqueca y daba ingresos a la corona, aunque el
engao a sta pareca un objetivo constante de quienes s encargaban de
cobrar las contribuciones. A los privilegiados encomenderos se sumarn los
mineros exitosos, sobretodo aquel vinculado con la extraccin del mercurio
de Huancavelica. Insumo fundamental desde la segunda mitad del s. XVI
para procesar la plata, La tecnologa del amalgamiento hizo la fortuna de los
mineros de Huancavelica, varios de los cuales eran vecinos de Huamanga, a
la cual llevaron buena parte de sus capitales, y en donde buscaron eternizar
sus nombres mediante donaciones, en la construccin de templos,
monasterios, etc . As fue como se fundaron los dos grandes conventos de
monjas de clausura de Santa Teresa y
Santa Clara.
El nuevo asentamiento se vio poblado pronto, en su centro por
conquistadores, nobles y comerciantes, y la periferia por los yanaconas. A
las primeras manzanas del centro se sumaron, con rapidez, las nuevas de la
parte sur, en un crecimiento que quizs se explica por la ubicacin de la
primera capilla, dedicada a San Cristbal, y por la cercana a ciertas fuentes
de agua.
Hacia 1546 las manzanas del trazo original haban sido totalmente
entregadas, y en ellas, segn testimonio de Cieza de Len:
"... se han edificado las mayores y mejores casas que hay en todo el Per,
todas en piedra y ladrillo y teja, con grandes torres, de manera que no falta
aposentos. La Plaza est llena y bien grande" (Cieza 1945:415)
Poco a poco el paisaje urbano va tomando forma alrededor del espacio
simblico central, la Plaza Mayor, donde se levantan el Cabildo y, al lado, el
solar de la Iglesia Mayor. En el rea en que se hallan se juntan el poder civil
y el religioso. Las casas de los vecinos ms importantes ocupan el resto del
cuadrado que forma la ciudad.
Tambin se establecen en la ciudad mitimaes destinados a la construccin
de las viviendas. No se conoce la procedencia de la mayora de ellos, pero s
" ... son muchos los mestizos e hijos de espaoles e indias que muy pocos
son de legitimo matrimonio todo de malo y daado ayuntamiento. Los
cuales, sin embargo de ser hijos de indias son los que ms dao y mal
hacen a estos pobres yndios tratandolos mal de palabra y obra, y
quitndoles sus mujeres y hijas y haciendas y sirvindose de ellos mucho
ms que si fueran sus esclavos viviendo entre ellos como nacidos en la
tierra y como no tienen hacienda es fuerza que hagan estos males para
sustentarse porque no trabajan sino solo holgan y son ya tantos que en
poco tiempo sern en mayor nmero que los yndios" (Lima 308; Archivo
General de Indias).
El siglo XVIII
Era un sbado, 17 de junio de 1719, cuando la ira de la naturaleza tumb
los esfuerzos de casi dos siglos de edificaciones. El "temblor grande" desde
ese da prcticamente destruy la ciudad, aterrando a sus pobladores, que
necesitaran de varios aos para reedificar sus viviendas. Pero para
reconstruir la ciudad, ya no se encuentra con tanta facilidad trabajadores
mitayos por miles como cuando se fund. Ahora escasean los tributarios y el
EL SIGLO XIX.
La ciudad de Huamanga vive, desde fines del siglo XVIII hasta la primera
dcada del XIX, el impacto del auge minero de Cerro de Pasco,
enganchndose a esta prosperidad a travs de la produccin y exportacin
de cientos de miles de varas de tocuyo y bayeta tejidas en los barrios; sobre
todo en Santa Ana, cuya especializacin textil permanece hasta el da de
hoy. El colapso minero de Cerro de Pasco repercutir directamente en la
actividad textil huamanguina.
Segn un censo ordenado por el Intendente O'Higgins la ciudad y el
territorio perifrico bajo su jurisdiccin reunan, en el ao 1802, una
poblacin de 23,466 calificados como espaoles y mestizos, y 21,531
habitantes en la condicin de indios. Las cifras son evidentemente
exageradas, pues casi treinta aos despus, en 1836, slo se censan 29,000
habitantes en total en la Ciudad.
El mismo O'Higgins, en su minucioso Informe ... , resea en 1802 la
decadencia de la minera, de las manufacturas y, por ende, del comercio.
Los volmenes de produccin y comercializacin de productos artesanales
que diversas investigaciones sealan para esa poca muestran sin lugar a
dudas el decaimiento de la produccin en todos los principales rubros, sobre
todo, desde la dcada de 1810. Cerro de Paseo, evidentemente, arrastra en
su cada a los artesanos y comerciantes huamanguinos; sobre todo los
vinculados a textiles y curtiembres, que sumaban miles, y debieron
resignarse a la prdida de sus mercados lejanos, que eran, justamente, sus
mejores clientes, tanto en el volumen de los pedidos como en su cuanta
monetaria.
La guerra de Espaa y Francia frena los exitosos mpetus desatados por las
reformas borbnicas, y da origen, tambin, a la convocatoria de las Cortes
de Cadz, que significaron un importante impulso de liberalizacin. Son las
ideas liberales, precisamente, las que originan la revuelta de Hurtado de
Mendoza en 1814, sublevacin que, proveniente del sur del virreinato,
consigue ocupar Huamanga, pero es derrotada definitivamente en Huanta.
En su apresurada y definitiva retirada, el patriota Jos Gabriel Bjar
ejecutar al coronel de milicias Francisco Tincopa, curaka-mandn del barrio
de Santa Ana, el mismo que haba suscrito un acta de composicin en 1799con las autoridades del Cabildo.
Por la antigua va de los arrieros que llevaban algodn y aguardiente de
Pisco a Huamanga, se desplazaron las tropas de Arenales que, en 1820,
llegaron a Huamanga luego del desembarco de San Martn en la baha de
Paracas. Este acontecimiento ser recordado en el nombre actual de esa
va, Ruta de los libertadores, que une Pisco con Ayacucho.
A esa poca se remontan algunos acontecimientos heroicos, tan
importantes para el sentimiento de identidad ayacuchano, como el
fusilamiento de Mara Parado de Bellido, el 1ro de mayo de 1822, por orden
del general realista Carratal.
Muy cerca del lugar donde se realiz la fundacin primigenia de la ciudad,
en la zona que Manco Inca asediaba, obligando con ello a su traslado, en la
aguas pluviales, obras todas que se ejecutan entre 1837 y 1866. Incluso la
ciudad pudo contar, desde 1857, con alguna forma de alumbrado pblico,
con las cuatro farolas que se colocaron en la plaza mayor.
Huamanga quedar convertida a lo largo del Siglo XIX en un centro
reducido, casi sin movimiento econmico significativo, con una poblacin
prcticamente estancada. Cuando en octubre de 1883 la expedicin chilena
de Urriola se instale en la ciudad, poco ser 10 que tenga que saquear. Sin
embargo, es escenario de acontecimientos polticos 'importantes, tales
como la dimisin del poder por parte del coronel Mariano Ignacio Prado, o la
instalacin de la Asamblea Constituyente en la iglesia de San Agustn, en
1881, en la que fue designado presidente provisorio Nicols de Pirola,
quien antes haba dimitido como dictador: La misma Asamblea nombrar a
Andrs Avelino Cceres, hijo predilecto de la ciudad, como jefe del ejrcito
en guerra contra la ocupacin chilena.
La campaa de resistencia de Cceres se desarroll, fundamentalmente, en
la sierra central. Pero cada vez que se vea en la necesidad de rehacer sus
mermadas fuerzas Cceres acuda a su tierra de origen la cual le abasteca
adems con vveres, ropa y calzado. Llama la atencin, por ello, que el
indomable conductor de la Campaa de la Brea, convertido ms tarde en
autoritario gobernante, decretara el cierre de la Universidad de San
Cristbal.
Las menguadas arcas municipales reflejan, en 1892, la reducida actividad
econmica de la ciudad. En efecto, apenas existan, como ingresos del
municipio, los impuestos de jora y molle, coca y sisa, peaje y alquiler de
laderas, que incluso son difciles de cobrar.
El mercado, o ms propiamente las ferias y el comercio que se realizaba
desde la fundacin de la ciudad en la Plaza Mayor, es trasladado a fines del
siglo XIX a la Plazuela de Santa Clara.
A las sublevaciones indgenas de 1883 les sucede la revolucin pierolista de
1895, que toma venganza contra los cacristas locales que haban usado y
abusado del poder por casi una dcada.
EL SIGLO XX
A comienzos de siglo, en 1906, se realiza una huelga de vivanderas, que se
oponen al cobro de los puestos del flamante Mercado construido por
empresarios particulares. Nuevamente en 1917 y 1922 las independientes y
belicosas vivanderas participaran en otros movimientos de protesta, contra
el papel moneda y la "arbitrariedad de los arbitrios municipales"
Un conato de progreso significa, en 1914, la construccin de una pequea
planta de fluido elctrico. Y fue ya en el oncenio leguista que la ciudad de
Huamanga ve modificarse su perfil urbano de manera importante por
primera vez en su historia, con las obras de ampliacin financiadas por el
gobierno central y realizadas con ocasin de un aniversario nacional
emblemtico: el centenario de la batalla de Ayacucho en 1924. Un plano de
esa poca, hecho por Jos Ruiz Fowler, muestra una ciudad de dimensiones
casi idnticas a las que se observan en el plano que mand confeccionar el
Intendente O'Higgins ms de' cien aos antes.