Presentación Formas de Volver A Casa PDF
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Jara
chilena
aller de
Letras N49: 279-280, 2011 Dossier: ltimos textos de la narrativa
issn 0716-0798
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ni muertos de miedo ni muertos de la risa. A salvo, en apariencia. Sin traumas, sin arraigo, calladitos con nuestra historia. El narrador de Formas de
volver a casa que es tambin el que escribe esta novela, que es tambin
Alejandro Zambra cree no tener verdaderos recuerdos de infancia y busca
entonces su lugar en este viaje de regreso a casa porque le parece que ha
crecido demasiado a la rpida, demasiado sin darse cuenta. Tal vez lo que
busca el que escribe, con urgencia, es una legitimacin futura en la trama
de su propia historia con minsculas. Porque sospecha que sa es tambin,
aunque sea de forma velada, la Historia con maysculas. Mientras los adultos
mataban o eran muertos, nosotros hacamos dibujos en un rincn, admite
el protagonista instalado en esa familia regular, sin muertos, sin libros. E
insiste: Mientras el pas se caa a pedazos nosotros aprendamos a hablar,
a caminar, a doblar las servilletas en forma de barcos, de aviones. Mientras
la novela suceda, nosotros jugbamos a escondernos, a desaparecer.
Formas de volver a casa es un libro sobre la dictadura, sobre padres que
abandonan a los hijos, sobre hijos que abandonan a los padres, sobre gustos
y nada escrito, sobre la vulnerabilidad, sobre nios o gatos perdidos, sobre
adultos desaparecidos, sobre la culpa, sobre la culpa de no sentir culpa, sobre
terremotos y rplicas, sobre el medio pelo, sobre literatura y sentimentalismo,
sobre el tiempo del miedo y el tiempo de las preguntas, sobre la imposibilidad
de ser neutros. Y sobre la negacin de todo lo anterior.
Sobre todo, sobre la negacin de todo lo anterior.
Porque ste es, adems, un ensayo acerca de los lmites de la escritura.
Un ejercicio de abandono de la ficcin sin renunciar del todo a la ficcin. Se
trata de una construccin narrativa que, mientras avanza en la historia y la
cristaliza, va tambin borrndola. Y va huyendo de la grandilocuencia, de la
complejidad estructural, de la intriga y del final redondito para hacer brotar
muones de memoria. Una memoria que aparece como un sitio baldo, lleno
de maleza y chatarra. Con ms plazas desiertas que jardines bien cuidados.
Un lugar donde podemos perdernos o tratar, al menos, de perdernos. Lejos
de virtuosismos vacos, muy lejos de las metamuletillas y las reducciones
tericas, Formas de volver a casa fija la vista en el proceso ms o menos
imposible de despojarse de uno mismo al escribir. Como si narrar fuera, necesariamente, narrarse. Como si fuera imposible, ya lo decamos, no estar
en el libro que uno escribe.
Leer es cubrirse la cara, apuntar el protagonista. Y escribir es mostrarla.
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