Libro Desconectados

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 217

EN O

M IV
SU UT
RE EC
EJ

Desconectados

Habilidades, educacin y empleo en Amrica Latina

Marina Bassi
Matas Busso
Sergio Urza
Jaime Vargas

2012

Contenido
1. Con el mundo por delante ..................................................................... 1
2. Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado ....... 3
3. El sistema educativo: cantidad sin calidad ............................................ 5
4. En busca de las claves: Dnde y cundo se forman
las habilidades cognitivas y las socioemocionales? ................................ 9
5. Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo
al mercado laboral .............................................................................. 13
6. Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra .....................19
7. Repensar la escuela para el mundo del trabajo actual ......................... 23
Referencias ...............................................................................................27

1
Con el mundo por delante
El futuro del mundo est en los jvenes es una oracin corta que en una
fraccin de segundo produce ms de 55 millones de resultados a travs de uno
de los motores de bsqueda en internet. Es a la vez una frase de cajn, una
verdad sabida y una sentencia que conlleva una enorme carga. Sin embargo,
en una regin como Amrica Latina y el Caribe, donde la gran mayora de los
estudiantes no llega a la universidad sino que sale de la secundaria no siempre
completa a vincularse al mercado de trabajo, cmo se est preparando hoy
en da a estos jvenes para que cumplan su funcin como integrantes plenos
del futuro del mundo?
Esta es precisamente la preocupacin que gua la presente publicacin, en
la cual se busca responder a esta pregunta abordando el tema de la transicin
de la escuela al mbito laboral para los estudiantes y egresados de la educacin
secundaria. En un mercado de trabajo complejo, exigente y globalizado qu
oportunidades tienen? Considerando que el acceso a la educacin est creciendo
en forma masiva en la regin, cmo pueden competir?
Hoy, los jvenes latinoamericanos que deciden ingresar al mundo laboral
despus de la secundaria arrancan en desventaja. Las herramientas que traen
consigo son fundamentalmente aquellas que adquirieron durante su trayecto
escolar. Y si bien es cierto que la familia tambin cumple un papel importante,
la escuela debe prestar su concurso alineando las habilidades y competencias
con aquellas relevantes para desarrollarse con xito en el mbito del trabajo y
en la sociedad en general.
El diagnstico aqu realizado indica que esto no est sucediendo. Qu
hace pensar que el sistema educativo latinoamericano no est cumpliendo bien
su funcin? Por un lado, se observa que la transicin de la escuela al trabajo
para los jvenes de hoy es ms difcil que para sus pares de hace apenas unas
dcadas. Las habilidades adquiridas en la secundaria son menos valoradas por
los empleadores, como lo demuestra la importante cada registrada en la prima
pagada a estos trabajadores vis a vis aquellos con menores niveles de educacin.

2 > DESCONECTADOS

Pero, hasta qu punto es este fenmeno el resultado esperado del aumento


masivo en la oferta de jvenes latinoamericanos que logra este nivel de estudios?
De qu modo inciden la calidad y la pertinencia de la educacin que reciben?
Las cifras muestran que si bien la regin ha venido cerrando la brecha de acceso a la educacin frente a las economas desarrolladas, mantiene diferencias
alarmantes en cuanto a la calidad de la misma medida por los resultados de
pruebas internacionales y al dominio de conocimientos bsicos. A lo anterior
se agrega el desacople que parece existir entre las habilidades que forman las
escuelas hoy en da, y las que en realidad demanda el mercado laboral de los
jvenes que transitan all directamente desde la secundaria.
Mediante el anlisis de informacin de primera mano recolectada a travs
de dos grandes encuestas una sobre trayectorias y habilidades conducida en
Chile y Argentina en 2008 y 2010 respectivamente, y otra sobre demanda de
habilidades realizada entre empresarios de Argentina, Brasil y Chile en 2010,
los autores muestran que se requieren polticas educativas urgentes no solo para
abordar el problema de la calidad de la educacin, sino de la pertinencia de
la misma cuando se trata de facilitar las transiciones de los jvenes al mundo
del trabajo.

2
Panorama laboral de los jvenes en
Amrica Latina: cielo nublado
Uno de los principales cambios observados en el mercado de trabajo de Amrica
Latina en las ltimas dos dcadas ha sido la cada en los retornos a la educacin
secundaria, ampliamente documentado en la literatura de economa laboral
para la regin1. Simultneamente se ha determinado que la prima pagada a
los trabajadores con educacin superior se ha elevado. La explicacin de estos
hechos radica, por un lado, en el aumento generalizado de la oferta relativa de
trabajadores con educacin secundaria, y por el otro, en un incremento en la
demanda de trabajadores con educacin superior que no ha sido compensado
por el crecimiento de la oferta. La mayor demanda de trabajadores ms educados se origina en avances tecnolgicos complementarios a las habilidades que
estos tienen, y en los cambios originados en la apertura comercial y en otras
reformas de polticas implementadas desde fines de los aos ochenta. Sin embargo, un factor no abordado por esta literatura ha sido la relacin que existe
entre estos hechos y la calidad educativa en la regin. Ms all de los factores
de demanda y oferta documentados, en qu medida ha contribuido la deficiente
formacin de los jvenes durante la educacin media si ha sido as a la
prdida relativa registrada para estos trabajadores? La evidencia para Estados
Unidos, donde se observ un patrn similar de crecimiento en la dispersin
de los salarios para los diferentes grupos educativos durante los aos ochenta,
sugiere que la demanda de habilidades cambi, pues la tecnologa ha ido reemplazando destrezas vinculadas a tareas rutinarias anteriormente desarrolladas

Entre los principales artculos que documentan estos hechos y los explican diferenciando movimientos de demanda y oferta de trabajo se encuentran los de Snchez Pramo
y Schady (2003), Manacorda, Snchez Pramo y Schady (2010) y Behrman, Birdsall y
Szekely (2007). Existen adems numerosos estudios para pases individuales como los
de Attanasio et al. (2005) para Colombia, Galiani y Sanguinetti (2003) para Argentina y
Pavcnik et al. (2005) para Brasil.

4 > DESCONECTADOS

por trabajadores con educacin secundaria. Por ese motivo, la estructura del
mercado de trabajo estadounidense se fue polarizando entre aquellas ocupaciones
que requieren habilidades complejas, propias de los trabajadores ms educados,
y las que requieren habilidades no rutinarias manuales, propias de trabajadores
menos educados, reduciendo as las oportunidades de los trabajadores de clase
media (Autor, Levy y Murnane, 2003; Autor, Katz y Kearney 2006 y 2008). En
Amrica Latina, adems de los cambios observados en el salario, los magros
resultados laborales para los jvenes se manifiestan en otros indicadores. Actualmente cerca del 15% de aquellos que quieren trabajar no encuentra empleo.
A principios de los aos ochenta, la desocupacin juvenil alcanzaba solo el 5%.
Entre quienes trabajan, un 54% lo hace en un empleo informal, frente al 45%
de hace tres dcadas. Para los jvenes con educacin primaria, esta proporcin
alcanza el 70% (mayor al 50% observado a principios de los aos ochenta), y
entre los egresados de la educacin secundaria los informales constituyen el
50% de quienes estn trabajando (frente a un 30% a principios del decenio de
los aos ochenta). Aqu son las instituciones y la regulacin laboral las que inciden, haciendo que los cambios en la demanda y oferta del mercado de trabajo
se traduzcan en cambios en los salarios o en el empleo (desempleo o empleo
por fuera del sector formal). Sin embargo, se desconoce en qu medida estos
problemas se originan en una desconexin entre las habilidades demandadas
y aquellas con que cuenta la fuerza de trabajo juvenil.
En este contexto, surge la necesidad de analizar la eficacia del sistema
educativo en lo que se refiere a formar jvenes que puedan insertarse de manera exitosa en el cambiante mundo del trabajo, y a dotarlos de las destrezas
requeridas para que se desempeen bien en sus carreras y en sus vidas. Aunque
existe un amplio rango de intervenciones posibles para mitigar estos problemas,
en este libro se busca entender el papel que cumple y puede cumplir la escuela
en este proceso. En el siguiente captulo se analiza precisamente el estado de
la educacin en Amrica Latina con el propsito de determinar si la oferta educativa est respondiendo o no a la demanda del mercado laboral en trminos
de las competencias y destrezas que es espera tengan los jvenes.

3
El sistema educativo: cantidad
sin calidad
En los aos sesenta, el economista Gary Becker (1964, 1993) acu el trmino
capital humano para describir ciertos activos que no por ser intangibles son
menos crticos cuando se trata de acumular bienestar econmico y social. Becker
sealaba entonces cmo la escolaridad, la capacitacin, los gastos en el cuidado
de la salud, e incluso la puntualidad y la honestidad son tambin capital en
la medida en que contribuyen a aumentar los ingresos, a mejorar la salud y
a fortalecer los buenos hbitos de las personas durante la mayor parte de sus
vidas. En tal sentido, una mayor creacin de capital humano en trminos de
cantidad y calidad, incluyendo la de uno de sus componentes fundamentales,
la educacin1, genera mejor calidad de vida para los individuos.
En la literatura especializada ha quedado documentado que existe una
relacin positiva entre la educacin (medida en aos de escolaridad) y el desarrollo econmico y, ms recientemente, entre calidad educativa (medida en
trminos de habilidades cognitivas formadas2) y desarrollo econmico (captulo
4). Existe igualmente evidencia que apunta hacia el impacto de las habilidades
cognitivas y socioemocionales (rasgos de personalidad)3 en la escolaridad, los
salarios y el empleo de las personas (Murnane, Willet y Levy, 1995; Currie y

Becker (1964, 1993) sugiere que la educacin es el productor ms importante de capital


humano, conocimiento y de las habilidades que posibilitan el desarrollo de la persona.
2
Con base en TIMSS (Third International Mathematics and Science Study), Hanushek y
Kimko (2000) sugieren que los resultados en matemticas y ciencias tienen un impacto
significativo, consistente y estable sobre el crecimiento econmico. Por su parte Lee y
Barro (2001), tambin a partir de TIMSS, distinguen entre cantidad (medida por los aos
de escolaridad) y calidad de la educacin (medida por resultados en pruebas internacionalmente comparables); igualmente sugieren que si bien tanto la cantidad como la calidad son
importantes para el crecimiento econmico, la calidad tiene un impacto mayor. A su vez,
en un estudio de Hanushek y Woessmann (2009) se plantea que el deficiente desempeo
econmico de la regin puede explicarse a partir de los resultados de las evaluaciones.
1

6 > DESCONECTADOS

Thomas, 1999; Heckman, Stixrud y Urza, 2006; Cunha et al., 2006). Con el
fin de arrojar luces sobre el modo y el grado en que el sistema educativo se
constituye en un determinante de la situacin laboral de los jvenes en Amrica
Latina, tal y como se describi en el captulo 2, en este se ofrece un anlisis
sobre la situacin de los pases de la regin en trminos de la cantidad y calidad
de educacin alcanzada.
Cmo le va a la regin en trminos educativos? Hoy por hoy el 95% de
los nios latinoamericanos en la edad correspondiente al nivel de primaria est
matriculado en la escuela, proporcin muy similar al 96% de los pases de altos
ingresos de la OCDE (Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmicos). En secundaria la matrcula asciende al 73% de los jvenes cuya edad
corresponde al nivel, una proporcin significativamente inferior al 91% de las
economas ms pudientes de la OCDE, aunque mucho mejor que el 65% registrado en los aos noventa. Si se comparan los aos de escolaridad alcanzados,
las diferencias muestran que mientras que los habitantes de pases de la OCDE
completan en promedio 11,9 aos de educacin, los argentinos finalizan 10,5
aos, los brasileos 9,2 (en las zonas urbanas), los chilenos 11, los peruanos
10,7 y los panameos 9,93. Esto indica una diferencia de entre uno y tres aos
de escolaridad lograda para los pases comparados.
Considerando las diferencias del tiempo que pasan en la escuela, cunto logran aprender los nios latinoamericanos en comparacin con los de las
economas avanzadas? Los resultados de PISA 2009 (OCDE, 2010a) la prueba
internacional a travs de la cual se evalan las competencias bsicas que se tienen
para aplicar conocimientos de matemticas, lenguaje y ciencias a situaciones de la
vida diaria son bien ilustrativos. Entre los jvenes latinoamericanos de 15 aos
evaluados en PISA, casi el 50% no alcanz el nivel mnimo en lectura, es decir,
ms del doble del promedio de estudiantes de la OCDE en la misma situacin
(menos del 20%). En matemticas los resultados son incluso ms preocupantes.
En Amrica Latina, cerca del 65% de los jvenes no alcanz el nivel mnimo,
con lo cual triplic el promedio de los estudiantes de la OCDE que se encuentran
en el mismo nivel. Esto significa que el joven latinoamericano promedio no
cuenta con las capacidades mnimas para resolver problemas bsicos de la vida
real, al menos en los nueve pases de la regin que participaron en PISA 2009
(OCDE, 2010a). Esa proporcin es mucho menor en los sistemas educativos ms
avanzados. Si esta es la situacin de los jvenes que se encuentran dentro del
sistema educativo en Amrica Latina, ms complicado an es el panorama para
quienes abandonan sus estudios antes de finalizarlos. La tasa de culminacin
para el primer ciclo de la educacin secundaria (nueve aos) apenas supera el
Los datos de la OCDE provienen de OCDE (2010b). Los datos de los pases latinoamericanos corresponden a individuos de 15 a 24 aos de edad y provienen de la base de datos
del Socimetro (BID, 2011).

El SiSTEmA EDuCATivO: CANTiDAD SiN CAliDAD > 7

50% entre los jvenes de 15 a 19 aos. Para la secundaria completa (12 aos),
la tasa de culminacin es cercana al 40% entre los jvenes de 20 a 24 aos.
Esto quiere decir que solo uno de cada dos jvenes latinoamericanos termina
el primer ciclo de secundaria antes de los 19 aos y solo dos de cada cinco
logran completar la secundaria antes de los 24 aos (BID, 2009). No obstante
los importantes aumentos en el acceso a la educacin en la regin, todava son
ms de 50 millones los jvenes latinoamericanos que a lo sumo logran finalizar
la educacin media. Para este numeroso grupo, la escuela secundaria es el ltimo contacto con el sistema educativo y la plataforma desde la cual ingresan al
mercado laboral. Es por ello que el sistema educativo en la regin tiene el enorme
desafo de retener a los jvenes hasta culminar su formacin y de proporcionarles
las destrezas que el trabajo y la sociedad les exigirn despus.
Es evidente que las mediciones tradicionales de la educacin como las
aqu analizadas son insuficientes cuando se trata de reflejar el estado de las
destrezas que actualmente demanda el mercado laboral. Las principales pruebas consideradas apuntan a medir habilidades cognitivas y logro acadmico.
No existe medicin de habilidades no cognitivas o socioemocionales en el
sistema educativo de Amrica Latina y el Caribe, aunque tal carencia no solo
se registra en la regin. Por el momento, este tipo de pruebas se encuentra en
una fase piloto y de ensayo, en particular en pases de la OCDE 4. Obviamente,
antes de medir estas destrezas no cognitivas habr que desarrollarlas. Por
lo visto en el presente captulo, Amrica Latina exhibe en general un atraso
muy marcado frente a los pases de la OCDE en trminos de la calidad de la
educacin que est brindando a sus nios y adolescentes en lo que se refiere a
destrezas del conocimiento. A esto se suma el hecho de que en la trayectoria
educativo-laboral de los jvenes no solo cuentan tales destrezas sino tambin
las habilidades socioemocionales, como se ver en detalle en el captulo 6. De
ah la importancia de realizar esfuerzos encaminados a identificarlas y definir
estrategias orientadas a desarrollarlas, reforzarlas o complementarlas dentro
del sistema educativo.

Un estudio reciente (Estudio piloto sobre enseanza y aprendizaje innovador realizado


en Rusia, Senegal, Finlandia e Indonesia en 2009 y 2010 por un consorcio en el que participan la UNESCO, la Sociedad Internacional de Tecnologas para la Educacin, Microsoft
y OCDE) sugiere la enorme dificultad que enfrentan los docentes en lo que se refiere a
lograr que los estudiantes adquieran nuevas habilidades consideradas necesarias para
desenvolverse en la vida cotidiana y en el trabajo. Entre estas habilidades figuran el
pensamiento crtico (procesar informacin, extraer conclusiones y tomar decisiones), el
trabajo en equipo (trabajo colaborativo con los pares), y liderazgo (capacidad de dirigir a
sus pares y tener la habilidad para comunicar sus ideas eficazmente). Los resultados de
esta prueba piloto sugieren que los profesores se encuentran en etapas muy incipientes de
la enseanza de estas habilidades. Por lo general los docentes las desconocen y carecen de
apoyo para saber cmo desarrollarlas en sus alumnos y cmo medirlas. Se sigue haciendo
nfasis exclusivamente en el desarrollo de las habilidades cognitivas ms tradicionales.

4
En busca de las claves: Dnde y
cundo se forman las actividades
cognitivas y socioemocionales?
Las personas poseen un conjunto amplio de habilidades (destrezas y talentos)
que las diferencia e incide en su desempeo socioeconmico durante el transcurso de sus vidas. Este principio ha sido ampliamente documentado en la
abundante literatura que sobre estos temas se ha producido en los campos de
la economa y la psicologa (Borghans et al., 2008). En el presente captulo se
desarrolla el marco conceptual donde se definen estas habilidades, se procura
establecer cmo y cundo se desarrollan, para luego determinar la posibilidad
y el momento de influir en ellas.
Aun cuando son numerosas las distintas dimensiones de habilidad que
pueden caracterizar a un individuo, en la literatura especializada se ha tendido
a agruparlas en dos grandes categoras: cognitivas y no cognitivas o socioemocionales. Por habilidades cognitivas se entienden aquellas que tienen que
ver con la cognicin (correlacionadas con el coeficiente intelectual) y las del
conocimiento (matemticas y lenguaje), que son las que permiten el dominio del
saber acadmico. Entre tanto, por habilidades socioemocionales se entendern
aquellas que pertenecen al rea del comportamiento o que surgen de los rasgos
de la personalidad y que usualmente se consideran blandas.
Las investigaciones sobre este tema han demostrado que tanto en las habilidades cognitivas como en las socioemocionales inciden elementos propios
del ambiente en que se desarrolle la persona, como son las caractersticas de la
familia y la escuela. No obstante, el grado de maleabilidad de los distintos tipos
de habilidades y el momento propicio para modificarlas (ventana de oportunidad)
varan (Cunha et al., 2006). Existe adems consenso en que las diferencias en
materia de habilidades, y en los resultados que estas generen, aparecen a una
edad muy temprana, y que esa brecha puede ser reducida solo parcialmente

10 > DESCONECTADOS

mediante intervenciones de poltica pblica bien diseadas (Cunha et al., 2006;


Behrman y Urza, 2011; y Schady, 2011). Cuanto ms temprano se lleven a cabo
estas intervenciones en la vida de un nio, mayores sern las probabilidades de
xito para remediar desventajas originadas en las caractersticas de la familia
o en entornos adversos.
La principal contribucin de esta rama de la literatura es que ampla el
rango de destrezas relevantes para incluir all el grupo de habilidades socioemocionales cuya funcin haba sido subestimada por la literatura econmica.
Hoy se reconoce que es un paquete de habilidades mltiples el que contribuye
a alcanzar objetivos laborales o acadmicos (Maxwell, 2007). Estos hallazgos
tienen implicaciones prcticas de crucial importancia. En contraste con el desarrollo cognitivo en el que la incidencia del componente gentico es mayor
y el entorno (incluyendo la escuela) puede influir casi exclusivamente en la
etapa de la primera infancia, las de carcter socioemocional responden en
mayor medida a los estmulos del contexto y su perodo crtico de formacin
llega hasta la juventud (cerca de los 20 aos). Y aunque no hay frmulas matemticas para definir con precisin el lapso de intervencin en esta rea, lo
cierto es que aqu la ventana de oportunidad es significativamente ms amplia
y que la escuela secundaria puede desempear una funcin primordial en su
desarrollo. El hecho de que un grupo de habilidades probadamente relevantes
para el mundo laboral actual pueda adquirirse, moldearse y/o consolidarse
durante la educacin media es un hallazgo de primera importancia.
No es tarde para hacerlo y los retornos son altos. Es por ello que la
educacin secundaria puede verse como una segunda gran oportunidad para
fomentar competencias adicionales que tendrn un impacto significativo en la
vida de estos jvenes, especialmente entre los que provienen de las familias ms
vulnerables. Aunque la ventana de oportunidad para incidir en las habilidades
relacionadas con el desarrollo cognitivo se haya cerrado, todava es posible
moldear otras habilidades pertinentes, lo cual puede reducir las brechas para
quienes han enfrentado desventajas en su entorno. No significa esto que las
escuelas deben reducir sus esfuerzos enfocados en la enseanza de los contenidos acadmicos que tradicionalmente han sido su dominio, y cuyo aprendizaje
se desarrolla a lo largo de todo el trayecto educativo. Lo que aqu se sugiere
es que se ample el mbito de accin de las escuelas, al indicar que existe un
grupo de habilidades poco atendidas en las aulas que son susceptibles de ser
desarrolladas hasta la juventud, adems de que son claves para el desempeo
de los jvenes en el trabajo y en la vida.
Desafortunadamente, hasta el momento no existen estudios rigurosos en
los que se analicen estos temas para Amrica Latina. La informacin disponible en la regin no permite hacer un anlisis pormenorizado del papel que all
desempean las habilidades cognitivas y socioemocionales en la transicin de
la escuela al trabajo. El contar con informacin longitudinal de calidad que

EN buSCA DE lAS ClAvES > 11

incluya mediciones de los niveles de habilidades de la poblacin previas a la


entrada al mercado laboral representa un paso crtico hacia la comprensin de
una transicin exitosa en este terreno. Esta informacin representara adems
un componente clave en el proceso de implementacin y diseo de polticas
educativas y laborales destinadas a mejorar las experiencias de los individuos
durante este perodo. Los esfuerzos en Amrica Latina deben apuntar en esta
direccin.

5
Fbrica de destrezas? Lo que le aporta
el sistema educativo al mercado
laboral
Para determinar si la situacin de los jvenes latinoamericanos con estudios
secundarios refleja en parte una brecha entre las habilidades que adquieren en la
escuela y aquellas que demandan los buenos empleos que para ellos existen en
la regin, en esta investigacin se procedi a caracterizar su situacin en materia
de habilidades (adems de aquellas medidas en las pruebas de conocimientos)
y la relacin de estas ltimas con las trayectorias educativas y laborales. Por
otro lado, se requera describir la demanda de habilidades de las empresas latinoamericanas, ms all de la evidencia anecdtica que permita intuir que la
situacin en la regin era comparable a la de las economas avanzadas en cuanto
a la importancia de las habilidades llamadas blandas o socioemocionales.
Con este propsito se disearon dos encuestas originales: una para estudiar las habilidades y trayectorias de los jvenes, es decir, la oferta laboral,
y otra para determinar la demanda de trabajo en cinco sectores econmicos
que emplean a una importante proporcin del grupo estudiado en este libro,
a saber, los jvenes con estudios de secundaria. La primera ETH (Encuesta
sobre Trayectorias y Habilidades) fue realizada en Chile y Argentina, dos
pases con sistemas educativos semejantes aunque tambin con diferencias
fundamentales que hacen valiosa la comparacin. En el caso de Chile, la encuesta fue realizada en 2008 y contiene informacin sobre 4.497 individuos de
25 a 30 aos de edad. En el caso de Argentina, la encuesta fue realizada en
2010 y contiene informacin sobre 1.800 individuos de 25 a 30 aos de edad.
La segunda EDH (Encuesta de Demanda de Habilidades) se condujo a comienzos de 2010 entre un total de 1.176 empresas en Argentina, Chile y Brasil
(en el estado de So Paulo solamente).

14 > DESCONECTADOS

Qu dicen estos datos? Este captulo se concentra en el anlisis de las


trayectorias y habilidades de jvenes argentinos y chilenos buscando responder
principalmente a dos preguntas. Primero, existe una relacin entre educacin
formal y habilidades? En otras palabras, tienen tambin los individuos ms
educados mayores niveles de habilidades cognitivas y socioemocionales? Segundo, cul es la asociacin entre las habilidades y los resultados laborales?
Especficamente, qu diferencias se encuentran entre las habilidades cognitivas
y las socioemocionales en su asociacin con los resultados laborales?
La identificacin de la relacin entre educacin y niveles de habilidades
ayuda a comprender los mecanismos que en ltima instancia explican una
asociacin positiva entre los aos de escolaridad y los resultados laborales.
Los trabajadores ms educados exhiben mejores condiciones en el mercado
de trabajo (mayores salarios, mayores tasas de empleo, menor proporcin de
empleos informales). Pero, cul es la diferencia que marca la educacin en un
individuo para que logre resultados? Cul es el aporte del sistema educativo
que se traduce en una mayor productividad de las personas ms educadas? En el
captulo 5 se analiza entonces si la educacin est asociada no solo con mayores
conocimientos sino adems con mayores niveles de otros tipos de habilidades
que contribuiran a mejorar el desempeo en el mercado de trabajo.
Las ETH incluyen una batera de pruebas desarrolladas especialmente por
un equipo de psiclogos expertos en el tema para medir cuatro habilidades para
Argentina y Chile: una cognitiva (capacidad intelectual, correlacionada con el
IQ) y tres socioemocionales (habilidades sociales o capacidad de liderazgo y
de relacin del individuo con terceros; estrategias metacognitivas o capacidad
para organizarse y planificar tareas cognitivas; y autoeficacia o capacidad de
percibirse a s mismo como un estudiante o trabajador eficaz). Asimismo, las
encuestas incluyen una serie de preguntas que permiten reconstruir las trayectorias educativas y laborales de los individuos (vase el apndice A).
Uno de los primeros resultados del anlisis es que la habilidad cognitiva
y aquellas de carcter socioemocional estn poco correlacionadas entre s.
Esto significa que el nivel de habilidades socioemocionales de una persona
no dice mucho sobre su capacidad intelectual o viceversa. Por el contrario,
entre las tres habilidades socioemocionales la correlacin es mayor, lo cual es
esperable dada su naturaleza, la manera en que las afecta el entorno vis a vis
los factores genticos, y el perodo durante el cual pueden ser modificadas.
Estos hallazgos confirman lo encontrado en la literatura sobre el tema (Ardila,
Pineda y Rosselli, 2000; McCrae y Costa, 1994; Stankov, 2005) e implican que
las personas con niveles ms elevados de habilidades socioemocionales tienen
ventajas, ya que probablemente tambin muestren un buen desempeo en las
otras dimensiones no cognitivas.
El anlisis de las ETH (BID, 2008 y 2010) muestra que existe una asociacin positiva entre los niveles de escolaridad y los de habilidades cognitivas,

FbriCA DE DESTrEzAS? lO quE lE ApOrTA El SiSTEmA EDuCATivO Al mErCADO lAbOrAl > 15

estrategias metacognitivas y habilidades sociales (grfico 1). La similitud de


los patrones observados en Chile y Argentina sugiere la robustez de los resultados. Cabe notar, sin embargo, que en el caso de la autoeficacia se encuentra
que los estudiantes con educacin universitaria presentan niveles ms bajos
comparados con los que alcanzan un nivel tcnico-profesional, lo cual puede
estar relacionado con el efecto que produce culminar el nivel de escolaridad
alcanzando: quienes terminan un nivel educativo muestran mayores habilidades
que quienes no lo hacen, como sugieren los resultados presentados en el captulo
5. Esto, sumado a la alta desercin que existe en la educacin universitaria,
hace que el promedio de habilidades de quienes culminaron y no culminaron
la universidad sea inferior al promedio que se registra en la educacin tcnica

Grfico 1
Promedio de habilidades cognitivas y socioemocionales por nivel de
escolaridad alcanzado (no necesariamente culminado)
Primaria

Secundaria

A. Chile
4,5

Tc. superior

Universitaria

4,2

4,0
3,5

3,5
3,4 3,5

3,1

3,0

3,5 3,4

3,2

3,3 3,4

2,8
2,4

2,5
2,0

3,4
3,1

3,1

2,0

1,5

Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Habilidad social

B. Argentina
4,5
4,0

3,6

3,5

3,3

3,0
2,5

3,0

3,2

3,3 3,3
3,1

3,2

3,3 3,3
2,9

3,1 3,2 3,2

2,5
2,2

2,0
1,5

Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Habilidad social

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).

16 > DESCONECTADOS

superior. El promedio de los niveles de habilidades cognitivas y socioemocionales


para distintos niveles de escolaridad en Chile y Argentina se presentan en el
grfico 1. En este caso el nivel de escolaridad representa el mximo alcanzado
(no necesariamente culminado).
Aun cuando los patrones son similares en los dos pases, tambin se observan diferencias en los niveles de habilidades. En el sistema educativo chileno
parece verificarse un mayor aumento en los grados de habilidades cognitivas
y socioemocionales a medida que sube el nivel de escolaridad. Una posible
interpretacin de estos resultados es que cada nivel de escolaridad del sistema
chileno genera mayor valor agregado en comparacin con el argentino. Una
interpretacin alternativa pasara por las posibles diferencias institucionales
entre ambos pases, las cuales podran explicar por qu del sistema argentino
egresan individuos que en promedio son ms homogneos (exhiben menores
diferencias en trminos de los niveles de habilidades adquiridos durante el
trayecto educativo) que los chilenos. Sin embargo, los datos no permiten diferenciar si la asociacin entre educacin y habilidades proviene de un efecto
formacin o de un efecto seleccin. Es decir, no es posible identificar si es la
escuela la que genera estas habilidades en los jvenes o si simplemente selecciona a quienes ya traen estas habilidades, haciendo que los ms hbiles sean
a su vez quienes logran avanzar ms en el sistema educativo. Distinguir entre
estos efectos requiere de datos longitudinales y constituye un desafo para
investigaciones futuras.
Otro de los hallazgos dignos de mencin es que los jvenes egresados de
la enseanza tcnica exhiben mayores niveles de habilidades socioemocionales.
Ya sea por seleccin o por formacin, la educacin tcnica est efectivamente
asociada a las habilidades que el mercado de trabajo demanda actualmente, al
menos en mayor medida que la educacin tradicional o cientfico-humanista. En
cuanto a las habilidades asociadas a mayores logros laborales participacin,
empleo y salarios, entre otros, los resultados indican nuevamente que las habilidades socioemocionales tienen una asociacin mayor que las cognitivas con
tales logros. Esto se observa en el grfico 2 para la asociacin de la probabilidad
de estar empleado, por un lado (panel A), y para la asociacin del nivel de salarios (panel B) con los niveles de las diferentes habilidades especficamente
la intelectual y la de autoeficacia, por el otro.
Los resultados son positivos para la autoeficacia en Chile y en Argentina,
tanto en el caso del empleo como en el de los salarios. La asociacin con la
habilidad cognitiva es positiva para ambos pases en el caso del empleo, pero
solo para Chile en el caso de los salarios. En ambos casos (salarios y empleo),
la asociacin con las habilidades cognitivas es notablemente menor que la asociacin entre los resultados laborales y la autoeficacia. Lo anterior confirma que
la habilidad que exhibe mayor asociacin es la autoeficacia. Esto quiere decir
que son los jvenes que ms valoran sus propias capacidades como estudiantes

FbriCA DE DESTrEzAS? lO quE lE ApOrTA El SiSTEmA EDuCATivO Al mErCADO lAbOrAl > 17

Grfico 2
Asociacin entre habilidades y resultados laborales
(Trabajadores de 25 a 30 aos de edad)
Chile

Argentina
B. Salarios
0,12

A. Empleo
0,12
0,1

0,1

0,08

0,08

0,06

0,06

0,04

0,04

0,02

0,02

Habilidades cognitivas

Autoeficacia

Habilidades cognitivas

Autoeficacia

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Nota: Los resultados se obtienen de un modelo probit de empleo y una regresin del logaritmo
de los salarios sobre la edad, el gnero, la educacin del padre y de la madre, el ingreso del hogar
y los niveles de habilidades cognitivas y socioemocionales (no se controla por el nivel educativo
del encuestado). En ambos casos se excluyeron de la estimacin aquellos individuos que se
encontraran estudiando en el momento de la encuesta.

o trabajadores quienes tienen mayores probabilidades estar empleados y quienes


devengan mayores salarios.
Los resultados de este ejercicio para las otras habilidades y para otros
resultados laborales (participacin) sugieren nuevamente una mayor asociacin
con la autoeficacia. Las personas con mayores niveles de autoeficacia tambin
registran una mayor participacin en el mercado laboral. Lo anterior no implica
que la autoeficacia necesariamente conduzca a mejores resultados laborales.
Probablemente tambin sea cierto que los xitos en el mercado laboral afectan
los niveles de autoeficacia, es decir, que retroalimentan la percepcin de los
trabajadores sobre sus propias capacidades. Aun as, la asociacin entre las
habilidades socioemocionales y los resultados laborales es un primer indicador
de las mismas, y su incidencia en estos resultados requiere mayor atencin.
Los resultados para Chile y Argentina tambin muestran la importancia
de entender el papel que cumple el sistema educativo y lo que este aporta en
cuanto al desempeo laboral de la poblacin. Por ltimo, los resultados de las
encuestas y el anlisis de los mismos resaltan la importancia de contar con
mejor informacin respecto de la asociacin entre educacin, habilidades y
mercado laboral para todos los pases de la regin.

6
Demanda de habilidades: las empresas
tienen la palabra
La transicin de la escuela al mundo del trabajo se puede separar en dos etapas.
Durante la primera los jvenes deciden sujetos a una serie de restricciones
qu tipo de educacin quieren obtener con miras al futuro laboral que desean
alcanzar. Por lo general, estas decisiones involucran elegir el tipo de escuela
a la cual asistir (bachillerato clsico, tcnico o comercial), determinar cunto
esfuerzo dedicar al estudio, qu materias priorizar, si se va a finalizar o no la
escuela secundaria, y si se va a continuar o no con estudios superiores o universitarios. La segunda fase ocurre cuando los jvenes deciden dejar el sistema
educativo para insertarse en el mercado de trabajo a ocupar puestos que van a
marcar el futuro de su trayectoria laboral. Para aquellos jvenes que no continan
hacia la educacin superior, la escuela secundaria constituye una plataforma
desde la cual los estudiantes buscan y consiguen sus primeros empleos. Una
transicin de la escuela al trabajo exitosa requiere que el aprendizaje obtenido
en las aulas sea relevante y til para las empresas que conforman la demanda
de trabajo en el mercado laboral. Desafortunadamente, es poco lo que se sabe
sobre cmo ocurren las transiciones de la escuela hacia el mercado de trabajo
en los pases de la regin, qu factores estn asociados a una insercin laboral
ms o menos exitosa o qu tipos de habilidades y conocimientos demandan
las firmas. Con el objeto de conocer mejor cmo se inician y evolucionan estas
trayectorias, en este captulo se busca responder a las siguientes preguntas
desde la ptica de las firmas de la regin, es decir, desde la demanda de trabajo:
JJ

JJ

Qu tipo de trabajos realizan los jvenes que transitan de la escuela


secundaria al mercado laboral?
Qu habilidades se espera que posean en el momento de ingresar a
una empresa? Se ha modificado la demanda de habilidades en los
ltimos aos?

20 > DESCONECTADOS

JJ

JJ

Cun sencillo o difcil es para las empresas de la regin encontrar


trabajadores con las capacidades necesarias para producir?
Qu hacen las firmas para lidiar con un posible desacople entre las
habilidades que requieren y las que portan los jvenes?

Para ello, en el captulo 6 se analiza la demanda de habilidades por parte


de los empleadores con base en los datos de la Encuesta de Demanda de Habilidades (EDH). Aqu el esfuerzo se dirige a determinar cules son las habilidades
que las casi 1.200 firmas argentinas, chilenas y brasileas encuestadas buscan
al contratar a jvenes recin egresados de la educacin secundaria. La EDH
incluye informacin para caracterizar la demanda de tales trabajadores (qu
tipo de ocupaciones existen para este grupo; qu trayectorias o perspectivas
de progreso estn asociadas a esas ocupaciones). Adems, la encuesta indaga
sobre la valoracin relativa que las empresas que emplean a estos jvenes le
asignan a distintos tipos de habilidades: las especficas al sector productivo,
las cognitivas o de conocimiento (lenguaje y comunicacin, lectura, escritura,
resolucin de clculos matemticos, pensamiento crtico) y las socioemocionales
(actitud en el lugar de trabajo, compromiso y responsabilidad, buena relacin
con los clientes y capacidad de trabajar en equipo)1. Por ltimo, la EDH inquiere
sobre la dificultad que enfrentan los empleadores para encontrar trabajadores
jvenes con las habilidades que demandan.
La EDH muestra que en la regin existen buenas oportunidades para este
segmento de trabajadores, es decir, que hay puestos de trabajo para este grupo
educativo en los cuales se ofrecen salarios altos y posibilidades de progresar
dentro de la empresa. Los salarios de entrada reportados por los empleadores
para ocupaciones de jvenes con educacin secundaria completa duplican el
salario mnimo en los tres pases de la muestra. Asimismo, los salarios reportados como promedio y mximos muestran una posible evolucin en las empresas
para estos jvenes. Sin embargo, la competencia para acceder a estas vacantes
y permanecer en los puestos de trabajo es intensa y selectiva. La dispersin es
relativamente pequea para los puestos de entrada, pero crece a medida que
el trabajador va ganando experiencia; es decir, en los sectores que emplean a
una gran proporcin de estos jvenes coexisten trayectorias exitosas y otras
con tendencia al estancamiento.
Al indagar sobre la valoracin que se confiere a los diferentes tipos de
habilidades, las firmas reportan valorar las socioemocionales en mayor medida que las de conocimiento o las especficas a su sector. Ms an, el puntaje
asignado a las primeras es casi el doble del de las segundas y cerca de cuatro
veces el que se otorga a las especficas. La mayor valoracin de las habilidades
Los detalles sobre la metodologa y el contenido de la EDH se presentan en el apndice
B del libro.

DEmANDA DE hAbiliDADES: lAS EmprESAS TiENEN lA pAlAbrA > 21

Grfico 3
Valoracin de habilidades segn los empleadores
Argentina

Brasil

Chile

80
60
40
20
0

Especficas

Conocimiento

Socioemocionales

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas EDH (BID, 2010c).

socioemocionales se observa consistentemente en los tres pases incluidos en


la encuesta (grfico 3). La valoracin promedio de cada grupo de habilidad es
notablemente similar en los tres pases, con diferente varianza (las respuestas
son un poco ms homogneas en Chile, especialmente en las habilidades de
conocimiento).
En este captulo se incluye el mismo anlisis para los diferentes sectores,
para firmas que pagan altos y bajos salarios, y para firmas locales e internacionales, entre otras categoras. Independientemente del criterio que se observe,
las habilidades socioemocionales son las ms valoradas segn lo indicado por
los empleadores. Sin embargo los empresarios sealan que tienen dificultades
para encontrarlas en los jvenes egresados de la enseanza secundaria. Ms
an, solo el 12% de los encuestados declar no tener dificultades para encontrar las destrezas que su firma requiere al contratar a este tipo de trabajador.
Tambin se evidencia que en este aspecto los empresarios chilenos parecen
tener menos dificultades que los argentinos y los brasileos. En los tres pases,
las habilidades socioemocionales son, segn los empresarios encuestados, las
ms difciles de encontrar en la fuerza de trabajo juvenil (grfico 4).
Finalmente, la informacin que arrojan las encuestas refleja que la brecha
que existe entre la demanda de las firmas y las habilidades que ofrecen los jvenes egresados de la secundaria es costosa tanto para los empleados como para
las empresas, las cuales deben invertir en procesos de bsqueda y seleccin, y
en la capacitacin requerida para compensar las deficiencias que encuentran.
El anlisis de la demanda de habilidades por parte de las firmas se complementa con tres estudios de caso que se incluyen en su totalidad en el apndice
C y que ejemplifican en este captulo los diversos resultados de las encuestas,

22 > DESCONECTADOS

Grfico 4
Dificultad para encontrar habilidades
(%)

Pas

Sector

Tamao

Alto

Medio

Bajo

500 o ms

50 a 499

10 a 49

Ninguna

0a9

Alimentos

Financiero

Socioemocional

Hotelera

Minorista

Chile

Brasil

Argentina

100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0

Automotriz

Conocimiento

Especfica

Tipo de salario

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas EDH (BID, 2010c).

reflejando de manera vvida los mensajes principales de este libro. El caso de un


hotel de gama alta en Chile deja en claro las deficiencias que perciben tanto la
trabajadora entrevistada como sus empleadores sobre la capacidad de la escuela
secundaria para formar las habilidades que requerirn los jvenes al ingresar
al mundo laboral. Por eso a los administradores del hotel les interesa ms la
actitud de quienes aspiran a trabajar all que sus conocimientos. El caso de una
compaa automotriz en Argentina confirma la relevancia de las habilidades
de comportamiento para desempearse con xito en la empresa. La habilidad
ms importante en este trabajo es la responsabilidad, segn el joven que particip en el estudio. El ltimo caso el de uno de los principales bancos de
Brasil confirma el papel que desempea la educacin superior en lo que se
refiere a compensar las deficiencias de la secundaria. La escuela en Brasil es
un lugar que da notas para obtener un diploma que solo sirve para ingresar a
la universidad, es la percepcin manifiesta de la entidad financiera brasilea.
De los resultados presentados en este captulo se puede inferir que una
reduccin de la brecha entre la demanda y oferta de habilidades puede significar
importantes ganancias de bienestar social. La siguiente pregunta es entonces
cules son las polticas pblicas que pueden ayudar a reducir esta brecha en
forma efectiva. En el captulo 7 se esbozan algunas ideas sobre este particular.

7
Repensar la escuela para el mundo del
trabajo actual
Afirmar que los aprendizajes de los alumnos en particular de habilidades y
competencias que puedan usar en sus vidas productivas deben ser la preocupacin central de las reformas educativas en Amrica Latina y el Caribe parece
una obviedad. Sin embargo, muchas de las intervenciones, polticas y programas
realizados en la regin en el campo de la educacin no se han enfocado en
ello. La prueba est en que no existe todava un sistema efectivo para medir el
avance de los estudiantes en estos aspectos, y en que los que existen se limitan
a medir aquellas habilidades acadmicas en que las escuelas se han enfocado
tradicionalmente, dejando de lado otros desempeos que adquieren cada vez
mayor importancia en el mbito laboral actual como son los relacionados con
el comportamiento. Las habilidades cuentan tanto las del conocimiento como
las socioemocionales y son fundamentales para el desarrollo continuo de nios y jvenes en del sistema educativo y posteriormente en el mercado laboral.
El desarrollo educativo de la regin en los ltimos treinta aos presenta dos
caras ampliamente discutidas (captulo 3). Una positiva en materia de acceso, y
una negativa en cuanto a la calidad, medida sta en funcin de conocimientos
ms que de habilidades. Hoy en da es mayor el nmero de nios y jvenes que
entran al sistema educativo, aunque son todava muchos los que no terminan
y pocos los que aprenden. Los resultados de las pruebas nacionales sugieren
que no se estn obteniendo los conocimientos considerados suficientes y/o
relevantes para un desempeo futuro, mientras que la evidencia comparativa
internacional apunta consistentemente a que tampoco se estn adquiriendo las
habilidades que son valoradas en el mercado laboral global.
En este libro se ha buscado establecer, mediante datos empricos originales, si existe un desacople entre oferta y demanda de habilidades, es decir,
entre aquellas que est produciendo la escuela y las que est demandando el
mercado laboral. Los resultados muestran que tal desacople existe y no solo

24 > DESCONECTADOS

como resultado de la precaria formacin acadmica que reciben los estudiantes,


sino que adems se manifiesta en la carencia del grupo de habilidades socioemocionales relevantes para el trabajo, que segn los empresarios son difciles
de encontrar en la fuerza laboral juvenil. A la luz de las investigaciones realizadas, y del anlisis presentado en los captulos anteriores, surgen tres temas
primordiales que subyacen al origen del desacople de habilidades en Amrica
Latina, y que a la vez sugieren los aspectos centrales que los responsables de
la formulacin de polticas debern considerar en el momento de disear las
medidas encaminadas a cerrar la brecha entre el sistema educativo y el mercado laboral:
El desacople entre oferta y demanda de habilidades sugiere la existencia
de una profunda disociacin de la escuela respecto de su entorno, en particular
frente al sistema productivo.
Los principales agentes involucrados (alumnos, padres, docentes, directores y funcionarios responsables por la formulacin de polticas) carecen de
informacin sobre el tipo de habilidades y capacidades que est demandando
el mercado, y el sistema educativo tampoco genera la informacin necesaria
sobre las habilidades que estn siendo formadas en la escuela, dado que sus
sistema de evaluacin se centra exclusivamente en la medicin de conocimientos acadmicos.
La produccin deficiente de las habilidades del conocimiento y socioemocionales para las cuales existe demanda puede obedecer en parte a la preparacin
poco adecuada de los propios maestros, y a la falta de incentivos que premien
la formacin de las mismas.
Con los resultados de las investigaciones que se han realizado para este
libro no solo se busca contribuir al conocimiento sobre la brecha de habilidades
en la regin; igualmente se intenta identificar elementos que orienten las mejoras
del sistema educativo, especialmente en lo que se refiere a la oportunidad que
pueda ofrecer la escuela secundaria para afectar las trayectorias posteriores
de aquellos jvenes que buscarn su primer empleo al terminar sus estudios
de ese nivel.
Qu se debe hacer al respecto? La respuesta no es simple, ni hay una
sola. El primer paso para enfrentar el problema consiste en reconocer la necesidad de ampliar el mbito de intervencin de la escuela. Preparar a los jvenes
para el mundo del siglo XXI requiere abrir los ojos frente a las exigencias que
enfrentarn en su vida laboral. Sus futuros empleadores han cambiado los
requerimientos y las expectativas que tienen frente a su desempeo. De modo
que la escuela en Amrica Latina tendr que reinventarse para acompaar estos
cambios y permitir que estos jvenes puedan competir entre ellos y con sus
pares de otras regiones.
El desafo de construir un sistema educativo slido y ms integrado a su
entorno exige por lo menos dos elementos fundamentales: calidad y pertinencia.

rEpENSAr lA ESCuElA pArA El muNDO DEl TrAbAjO ACTuAl > 25

Y no se puede prescindir de aquellos factores que permitan el desarrollo pleno


de las destrezas que los estudiantes requieren para aspirar a tener un desempeo
exitoso en su vida productiva despus de las aulas, entre los cuales figuran:
maestros bien preparados, un sistema de evaluacin e informacin alineado con
las habilidades que se busca desarrollar, mecanismos que vinculen las escuelas
al entorno especialmente al mbito productivo y esquemas de incentivos
consistentes con los logros que exigen las metas planteadas.
En el mundo existen ejemplos probados de sistemas de excelencia acadmica
a los cuales se puede mirar en busca de ciertas claves, como son por ejemplo
los de China, Corea y Finlandia, para nombrar solo algunos. Sin embargo, no
se registran an experiencias comparables en magnitud en cuanto al desarrollo de habilidades socioemocionales en el mbito del sistema educativo, sino
experimentos puntuales, proyectos acotados y algunas encuestas que todava
no permiten obtener resultados y tendencias ms definitivos.
En cuanto a la investigacin en esta rea, conviene profundizar, entre
otros, en aquellos aspectos que permitan identificar causalidad entre las variables analizadas en este libro. Asimismo, hace falta disear e implementar
evaluaciones de impacto rigurosas que logren identificar polticas, programas
educativos y prcticas pedaggicas que sean efectivos en funcin de la formacin de las habilidades del conocimiento y socioemocionales de los estudiantes.
El cambio deber comenzar en el aula de clases y alcanzar a todos los actores
del sistema educativo.
En su calidad de organismo de apoyo tcnico al desarrollo de la regin,
corresponde al Banco Interamericano de Desarrollo contribuir a este proceso
de transformacin de la escuela para responder a las exigencias actuales. La
informacin nueva que se consigna en este libro constituye un aporte inicial
para dar curso a un debate a todas luces impostergable, si se quiere que los
jvenes logren un desempeo exitoso en el mbito laboral, en la sociedad en
general y en un mundo competitivo y globalizado. Con esta publicacin se busca
transmitir el sentido de urgencia para tomar las medidas que aborden no solo
de la calidad, sino tambin y especialmente la pertinencia de la educacin
en la transicin de los jvenes al mercado laboral en la regin.

Referencias
Ardila, A., D. Pineda y M. Rosselli. 2000. Correlation between Intelligence Test
Scores and Executive Function Measures. Archives of Clinical Neuropsychology, 15(1):3136.
Attanasio, O., E. Battistin, E. Fitzsimons, A. Mesnard y M. Vera.Hernndez. 2005.
How Efective are Conditional Cash Transfers? Evidence from Colombia.
Briefing Note 54. Institute for Fiscal Studies. University College London.
Autor, D.H., L.F. Katz y M. S. Kearney. 2006. The Polarization of the U.S.
Labor Market. American Economic Review Papers and Proceedings,
96(2):189194. Mayo.
. 2008. Trends in U.S. Wage Inequality: Revising the Revisionists. Review
of Economics and Statistics, 90: 300323. Mayo.
Autor, D. H., F. Levy. y R. J. Murnane. 2003. The Skill Content of Recent Technological Change: An Empirical Exploration. Quarterly Journal of Economics,
118(4): 12791334. Noviembre.
BID (Banco Interamericano de Desarrollo). 2008. Encuesta sobre Trayectorias
y Habilidades (ETH). Chile. BancoInteramericano de Desarrollo, Washington, DC.
. 2009. Encuestas de Hogares Homogeneizadas. Banco Interamericano de
Desarrollo, Washington, DC.
. 2010. Encuesta sobre Trayectorias y Habilidades (ETH). Argentina. Banco
Interamericano de Desarrollo. Washington, DC.
. 2011. Socimetro-BID. Enlace: http://www.iadb.org/Research/SociometroBID/indexIndicators.cfm?lang=es. ltima consulta: 12 de diciembre de
2011.
Becker, G. 1964. Human Capital. New York: Colombia University Press.
. 1993. Human Capital: A Theoretical and Empirical Approach with Special
References to Education. Chicago: University of Chicago Press.

28 > DESCONECTADOS

Behrman, J. y S. Urza, 2011. Economic Perspectives on Some important Dimensions of Early Childhood Development in Developing Countries. Documento
preparado para un volumen de UNICEF-SRCD prximo a publicarse.
Behrman, J., N. Birdsall y M. Szekely. 2007. Economic Policy and Wage Differentials in Latin America. Economic Development and Cultural Change,
56(1): 5797.
Borghans, L., A. L. Duckworth, J. J. Heckman y B. ter Weel. 2008a. The Economics and Psychology of Personality and Motivation. Journal of Human
Resources, 43(4). University of Wisconsin Press.
Carneiro, P. y J. Heckman 2003. Human Capital Policy. En J. Heckman y A.
Krueger, editores. Inequality in America: What Role for Human Capital
Policies? Cambridge, Mass: MIT Press.
Cunha, F., J.J.Heckman, L. Lochner y D.V. Masterov. 2006. Interpreting the
Evidence on Life Cycle Skill Formation. En E. Hanushek y F. Welch,
editores. Handbook of the Economics of Education, 1(12): 697812,
Amsterdam:North-Holland.
Currie, J. y D. Thomas. 1999. Early Test Scores, Socioeconomic Status, and Future Outcomes. NBER Working Papers 6043. National Bureau of Economic
Research, Cambridge.
Galiani, S.y P. Sanguinetti. 2003. The Impact of Trade Liberalization on Wage
Inequality: Evidence from Argentina. Journal of Development Economics,
Vol. 72, No. 2: 497513.
Hanushek, E. y D. Kimko. 2000. Schooling, Labor-Force Quality, and the Growth
of Nations. American Economic Review, 90(5): 11841208.
Hanushek, E. y L. Woessmann. 2009. Schooling, Cognitive Skills, and the Latin
American Growth Puzzle. NBER Working Papers 15066. National Bureau
ofEconomic Research, Cambridge.
Heckman, J. J., J. Stixrud y S. Urza. 2006. The Effects of Cognitive and Noncognitive Abilities on Labour Market Outcomes and Social Behavior. Journal
of Labour Economics, 24(3): 411482.
Lee, J y R. J. Barro. 2001. Schooling Quality In A Cross-Section Of Countries.
Economica, 68(271): 465488.
Manacorda, M., C. Snchez Pramo y N. Schady. 2010. Change in the Returns
to Education in Latin America: The Role of Demand and Supply of Skills.
Industrial and Labor Relations Review, 63(2), artculo 7.
Maxwell, N. 2007. Smoothing the Transition from School to Work: Building Job
Skills for a Local Labor Market. En D. Neumark, editor. Improving Schoolto-Work Ttransitions. New York: Rusell Sage Foundation.
McCrae, R.y P. Costa 1994. The Stability of Personality: Observation and Evaluation. Current Directions in Psychological Science, 3(6): 17375.

rEFErENCiAS > 29

Murnane, R. J., J. Willett y F. Levy. 1995. The Growing Importance of Cognitive


Skills in Wage Determination. NBER Working Paper Series, No. 5076,
marzo. National Bureau of Economic Research, Cambridge.
OCDE. 2010a. PISA 2009 Results: What Students Know and Can Do Student.
Performance in Reading, Mathematics and Science (Volume I). Enlace:
http://dx.doi.org/10.1787/9789264091450-en. ltima consulta: 12 de diciembre de 2011.
. 2010b. Education at a Glance 2010: OCDE Indicators.
Pavcnik, N., A. Blom, P. Goldberg y N. R. Schady. 2005. Trade Liberalization and
Industry Wage Structure: Evidence from Brazil. World Bank Economic
Review 18(3): 319344.
Stankov, L. 2005. G Factor: Issues of Design and Interpretation. En O. Wilhelm
y R. W. Engle, editores. Handbook of Understanding and Measuring Intelligence. Mahwah, N.J.: Lawrence Erlbaum Associates
Snchez Pramo, C. y N. Schady. 2003. Off and Running? Technology, Trade,
and the Rising Demand for Skilled Workers in Latin America. World
Bank Policy Research Working Paper Series #3015, abril. World Bank,
Washington, D.C.
Schady, N. 2011. Early Childhood Development in Latin American and the Caribbean: Access, Outcomes, and Longitudinal Evidence from Ecuador. Documento de trabajo. Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, DC.
Urza, S. 2008. Racial Labor Market Gaps: The Role of Abilities and Schooling
Choices. Journal of Human Resources, 43(4): 919971.

1
Con el mundo por delante
El futuro del mundo est en los jvenes es una oracin corta que en una
fraccin de segundo produce ms de 55 millones de resultados a travs de uno
de los motores de bsqueda en internet. Es a la vez una frase de cajn, una
verdad sabida y una sentencia que conlleva una enorme carga. Sin embargo,
en una regin como Amrica Latina y el Caribe, donde la gran mayora de los
estudiantes no llega a la universidad sino que sale de la secundaria no siempre
completa a vincularse al mercado de trabajo, cmo se est preparando hoy
en da a estos jvenes para que cumplan su funcin como integrantes plenos del
futuro del mundo? Esta es precisamente la preocupacin que gua la presente
publicacin, en la cual se busca responder a esta pregunta abordando el tema
de la transicin de la escuela al mbito laboral para los estudiantes y egresados
de la educacin secundaria. En un mercado de trabajo complejo, exigente y
globalizado qu oportunidades tienen? Considerando que el acceso a la educacin est creciendo en forma masiva en la regin, cmo pueden competir?
Hoy, los jvenes latinoamericanos que deciden ingresar al mundo laboral
despus de la secundaria arrancan en desventaja. Las herramientas que traen
consigo son fundamentalmente aquellas que adquirieron durante su trayecto
escolar. Y si bien es cierto que la familia tambin cumple un papel importante,
la escuela debe prestar su concurso alineando las habilidades y competencias
con aquellas relevantes para desarrollarse con xito en el mbito del trabajo
y en la sociedad en general. El diagnstico aqu realizado indica que esto no
est sucediendo.
Qu hace pensar que el sistema educativo latinoamericano no est cumpliendo bien su funcin? Por un lado, se observa que la transicin de la escuela
al trabajo para los jvenes de hoy es ms difcil que para sus pares de hace
apenas unas dcadas. Las habilidades adquiridas en la secundaria son menos
valoradas por los empleadores, como lo demuestra la importante cada registrada
en la prima pagada a estos trabajadores vis a vis aquellos con menores niveles
de educacin. Pero, hasta qu punto es este fenmeno el resultado esperado del

2 > DESCONECTADOS

aumento masivo en la oferta de jvenes latinoamericanos que logra este nivel


de estudios? De qu modo inciden la calidad y la pertinencia de la educacin
que reciben? Las cifras muestran que si bien la regin ha venido cerrando la
brecha de acceso a la educacin frente a las economas desarrolladas, mantiene
diferencias alarmantes en cuanto a la calidad de la misma medida por los
resultados de pruebas internacionales y al dominio de conocimientos bsicos.
En el captulo 2 se muestra que uno de los principales cambios observados
en el mercado de trabajo de Amrica Latina en las ltimas dos dcadas ha sido
la cada en los retornos a la educacin secundaria, ampliamente documentado
en la literatura de economa laboral para la regin1. Simultneamente se ha
determinado que la prima pagada a los trabajadores con educacin superior se
ha elevado. La explicacin de estos hechos radica, por un lado, en el aumento
generalizado de la oferta relativa de trabajadores con educacin secundaria,
y por el otro, en un incremento en la demanda de trabajadores con educacin
superior que no ha sido compensado por el crecimiento de la oferta. La mayor
demanda de trabajadores ms educados se origina en avances tecnolgicos
complementarios a las habilidades que estos tienen, y en los cambios originados en la apertura comercial y en otras reformas de polticas implementadas
desde fines de los aos ochenta. Sin embargo, un factor no abordado por esta
literatura ha sido la relacin que existe entre estos hechos y la calidad educativa
en la regin. Ms all de los factores de demanda y oferta documentados, en
qu medida ha contribuido la deficiente formacin de los jvenes durante la
educacin media si ha sido as a la prdida relativa registrada para estos
trabajadores?
La evidencia para Estados Unidos, donde se observ un patrn similar de
crecimiento en la dispersin de los salarios para los diferentes grupos educativos durante los aos ochenta, sugiere que la demanda de habilidades cambi,
pues la tecnologa ha ido reemplazando destrezas vinculadas a tareas rutinarias anteriormente desarrolladas por trabajadores con educacin secundaria.
Por ese motivo, la estructura del mercado de trabajo estadounidense se fue
polarizando entre aquellas ocupaciones que requieren habilidades complejas,
propias de los trabajadores ms educados, y las que requieren habilidades no
rutinarias manuales, propias de trabajadores menos educados, reduciendo as
las oportunidades de los trabajadores de clase media (Autor, Levy y Murnane,
2003; Autor, Katz y Kearney 2006 y 2008).

Entre los principales artculos que documentan estos hechos y los explican diferenciando movimientos de demanda y oferta de trabajo se encuentran los de Snchez Pramo
y Schady (2003), Manacorda, Snchez Pramo y Schady (2010) y Behrman, Birdsall y
Szekely (2007). Existen adems numerosos estudios para pases individuales como los
de Attanasio et al. (2005) para Colombia, Galiani y Sanguinetti (2003) para Argentina y
Pavcnik et al. (2005) para Brasil.

Con el mundo por delante > 3

En Amrica Latina, adems de los cambios observados en el salario, los


magros resultados laborales para los jvenes se manifiestan en otros indicadores. Actualmente cerca del 15% de aquellos que quieren trabajar no encuentra
empleo. A principios de los aos ochenta, la desocupacin juvenil alcanzaba
solo el 5%. Entre quienes trabajan, un 54% lo hace en un empleo informal,
frente al 45% de hace tres dcadas. Para los jvenes con educacin primaria,
esta proporcin alcanza el 70% (mayor al 50% observado a principios de los
aos ochenta), y entre los egresados de la educacin secundaria los informales
constituyen el 50% de quienes estn trabajando (frente a un 30% a principios
del decenio de los aos ochenta). Aqu son las instituciones y la regulacin
laboral las que inciden, haciendo que los cambios en la demanda y oferta del
mercado de trabajo se traduzcan en cambios en los salarios o en el empleo
(desempleo o empleo por fuera del sector formal). Sin embargo, se desconoce
en qu medida estos problemas se originan en una desconexin entre las habilidades demandadas y aquellas con que cuenta la fuerza de trabajo juvenil.
Ahora, cmo le va a la regin en trminos educativos? Como se ver
en el captulo 3, hoy por hoy el 95% de los nios latinoamericanos en la edad
correspondiente al nivel de primaria est matriculado en la escuela, proporcin
muy similar al 96% de los pases de altos ingresos de la OCDE (Organizacin
para la Cooperacin y el Desarrollo Econmicos). En secundaria la matrcula
asciende al 73% de los jvenes cuya edad corresponde al nivel, una proporcin significativamente inferior al 91% de las economas ms pudientes de la
OCDE, aunque mucho mejor que el 65% registrado en los aos noventa. Si se
comparan los aos de escolaridad alcanzados, las diferencias muestran que
mientras que los habitantes de pases de la OCDE completan en promedio 11,9
aos de educacin, los argentinos finalizan 10,5 aos, los brasileos 9,2 (en las
zonas urbanas), los chilenos 11, los peruanos 10,7 y los panameos 9,92. Esto
indica una diferencia de entre uno y tres aos de escolaridad lograda para los
pases comparados.
Considerando las diferencias del tiempo que pasan en la escuela, cunto logran aprender los nios latinoamericanos en comparacin con los de las
economas avanzadas? Los resultados de PISA 2009 (OCDE, 2010a) la prueba
internacional a travs de la cual se evalan las competencias bsicas que se tienen
para aplicar conocimientos de matemticas, lenguaje y ciencias a situaciones de la
vida diaria son bien ilustrativos. Entre los jvenes latinoamericanos de 15 aos
evaluados en PISA, casi el 50% no alcanz el nivel mnimo en lectura, es decir,
ms del doble del promedio de estudiantes de la OCDE en la misma situacin
(menos del 20%). En matemticas los resultados son incluso ms preocupantes.
Los datos de la OCDE provienen de OCDE (2010c). Los datos de los pases latinoamericanos corresponden a individuos de 15 a 24 aos de edad y provienen de la base de datos
del Socimetro (BID, 2011a).

4 > DESCONECTADOS

En Amrica Latina, cerca del 65% de los jvenes no alcanz el nivel mnimo,
con lo cual triplic el promedio de los estudiantes de la OCDE que se encuentran en el mismo nivel. Esto significa que el joven latinoamericano promedio no
cuenta con las capacidades mnimas para resolver problemas bsicos de la vida
real, al menos en los nueve pases de la regin que participaron en PISA 2009
(OCDE, 2010a). Esa proporcin es mucho menor en los sistemas educativos ms
avanzados (vase el captulo 3).
Si esta es la situacin de los jvenes que se encuentran dentro del sistema educativo en Amrica Latina, ms complicado an es el panorama para
quienes abandonan sus estudios antes de finalizarlos. La tasa de culminacin
para el primer ciclo de la educacin secundaria (nueve aos) apenas supera
el 50% entre los jvenes de 15 a 19 aos. Para la secundaria completa (12
aos), la tasa de culminacin es cercana al 40% entre los jvenes de 20 a 24
aos. Esto quiere decir que solo uno de cada dos jvenes latinoamericanos
termina el primer ciclo de secundaria antes de los 19 aos y solo dos de cada
cinco logran completar la secundaria antes de los 24 aos (BID, 2009). No
obstante los importantes aumentos en el acceso a la educacin en la regin,
todava son ms de 50 millones los jvenes latinoamericanos que a lo sumo
logran finalizar la educacin media. Para este numeroso grupo, la escuela
secundaria es el ltimo contacto con el sistema educativo y la plataforma desde
la cual ingresan al mercado laboral. Es por ello que el sistema educativo en
la regin tiene el enorme desafo de retener a los jvenes hasta culminar su
formacin y de proporcionarles las destrezas que el trabajo y la sociedad les
exigirn despus.
Pero, cules son esas destrezas? Qu tipo de competencias buscan
actualmente los empleadores en los jvenes que contratan para sus empresas?
Si los cambios introducidos por los avances tecnolgicos han transformado la
demanda de habilidades en el mercado de trabajo, las investigaciones en el
campo de la economa inspiradas en la psicologa, abordadas en el captulo
4, han mostrado que es el desarrollo de ciertas competencias cognitivas y no
cognitivas lo que explica los resultados de los individuos tanto en el terreno
educativo como en el mercado laboral. En estos estudios se muestra que las
habilidades cognitivas (relacionadas fundamentalmente con las actividades de
cognicin y las habilidades de conocimiento) y las socioemocionales (relacionadas con los rasgos de la personalidad) son crticas en el momento de explicar el
desempeo acadmico y/o laboral de las personas (Heckman, Stixrud y Urza,
2006; Carneiro y Heckman, 2003; Urza, 2008). Estos hallazgos tambin sealan
que las habilidades esenciales relacionadas con diversos logros econmicos y
sociales van ms all de lo cognitivo, con lo cual tradicionalmente se asocia
la funcin de la escuela. En algunos casos, la responsabilidad, la autoestima y
el autocontrol son capacidades aparentemente incluso ms importantes cuando se trata de explicar las diferencias de resultados entre los individuos. Lo

Con el mundo por delante > 5

anterior no niega la evidente relevancia de las habilidades cognitivas o de los


conocimientos bsicos de disciplinas centrales como matemticas o lenguaje.
La principal contribucin de esta rama de la literatura es que ampla el rango
de destrezas relevantes para incluir all el grupo de habilidades socioemocionales cuya funcin haba sido subestimada por la literatura econmica. Hoy
se reconoce que es un paquete de habilidades mltiples el que contribuye a
alcanzar objetivos laborales o acadmicos (Maxwell, 2007).
Estos hallazgos tienen implicaciones prcticas de crucial importancia. En
contraste con el desarrollo cognitivo en el que la incidencia del componente
gentico es mayor y el entorno (incluyendo la escuela) puede influir casi exclusivamente en la etapa de la primera infancia, las de carcter socioemocional
responden en mayor medida a los estmulos del contexto y su perodo crtico
de formacin llega hasta la juventud (cerca de los 20 aos). Y aunque no hay
frmulas matemticas para definir con precisin el lapso de intervencin en
esta rea, lo cierto es que aqu la ventana de oportunidad es significativamente
ms amplia y que la escuela secundaria puede desempear una funcin primordial en su desarrollo. El hecho de que un grupo de habilidades probadamente
relevantes para el mundo laboral actual pueda adquirirse, moldearse y/o consolidarse durante la educacin media es un hallazgo de primera importancia.
No es tarde para hacerlo y los retornos son altos. Es por ello que la educacin
secundaria puede verse como una segunda gran oportunidad para fomentar
competencias adicionales que tendrn un impacto significativo en la vida de estos
jvenes, especialmente entre los que provienen de las familias ms vulnerables.
Aunque la ventana de oportunidad para incidir en las habilidades relacionadas
con el desarrollo cognitivo se haya cerrado, todava es posible moldear otras
habilidades pertinentes, lo cual puede reducir las brechas para quienes han
enfrentado desventajas en su entorno. No significa esto que las escuelas deben
reducir sus esfuerzos enfocados en la enseanza de los contenidos acadmicos
que tradicionalmente han sido su dominio, y cuyo aprendizaje se desarrolla a lo
largo de todo el trayecto educativo. Lo que aqu se sugiere es que se ample el
mbito de accin de las escuelas, al indicar que existe un grupo de habilidades
poco atendidas en las aulas que son susceptibles de ser desarrolladas hasta la
juventud, adems de que son claves para el desempeo de los jvenes en el
trabajo y en la vida.
Para el caso de Amrica Latina, donde se registraba un vaco notorio de
datos empricos sobre el tema de la transicin de la escuela al trabajo, y sobre la
oferta y demanda de habilidades en el mercado laboral, el aporte fundamental
del esfuerzo que ha culminado en la presente publicacin ha consistido precisamente en generar esa informacin nueva que permita abordar las preguntas
arriba formuladas. Por eso aqu los autores han indagado si la situacin de los
jvenes latinoamericanos con estudios secundarios refleja en parte una brecha
entre las habilidades que adquieren en la escuela y aquellas que demandan los

6 > DESCONECTADOS

buenos empleos que para ellos existen en la regin. Para tal fin era necesario,
por un lado, caracterizar la situacin de los jvenes en materia de habilidades
(adems de aquellas medidas en las pruebas de conocimientos) y su relacin
con las trayectorias educativas y laborales. Por otro lado, se requera describir
la demanda de habilidades de las empresas latinoamericanas, ms all de
la evidencia anecdtica que permita intuir que la situacin en la regin era
comparable a la de las economas avanzadas en cuanto a la importancia de las
habilidades llamadas blandas o socioemocionales.
Con este propsito se disearon dos encuestas originales: una para estudiar las habilidades y trayectorias de los jvenes, es decir, la oferta laboral,
y otra para determinar la demanda de trabajo en cinco sectores econmicos
que emplean a una importante proporcin del grupo estudiado en este libro,
a saber, los jvenes con estudios de secundaria. La primera ETH (Encuesta
sobre Trayectorias y Habilidades) fue realizada en Chile y Argentina, dos
pases con sistemas educativos semejantes aunque tambin con diferencias
fundamentales que hacen valiosa la comparacin. En el caso de Chile, la encuesta fue realizada en 2008 y contiene informacin sobre 4.497 individuos de
25 a 30 aos de edad. En el caso de Argentina, la encuesta fue realizada en
2010 y contiene informacin sobre 1.800 individuos de 25 a 30 aos de edad.
La segunda EDH (Encuesta de Demanda de Habilidades) se condujo a comienzos de 2010 entre un total de 1.176 empresas en Argentina, Chile y Brasil
(en el estado de So Paulo solamente).
Qu dicen estos datos? En el captulo 5 los autores se concentran en
el anlisis de las trayectorias y habilidades de jvenes argentinos y chilenos
buscando responder principalmente a dos preguntas. Primero, existe una
relacin entre educacin formal y habilidades? En otras palabras, tienen tambin los individuos ms educados mayores niveles de habilidades cognitivas y
socioemocionales? Segundo, cul es la asociacin entre las habilidades y los
resultados laborales? Especficamente, qu diferencias se encuentran entre
las habilidades cognitivas y las socioemocionales en su asociacin con los
resultados laborales?
La identificacin de la relacin entre educacin y niveles de habilidades ayuda
a comprender los mecanismos que en ltima instancia explican una asociacin
positiva entre los aos de escolaridad y los resultados laborales. Los trabajadores
ms educados exhiben mejores condiciones en el mercado de trabajo (mayores
salarios, mayores tasas de empleo, menor proporcin de empleos informales).
Pero, cul es la diferencia que marca la educacin en un individuo para que
logre resultados? Cul es el aporte del sistema educativo que se traduce en una
mayor productividad de las personas ms educadas? En el captulo 5 se analiza
entonces si la educacin est asociada no solo con mayores conocimientos sino
adems con mayores niveles de otros tipos de habilidades que contribuiran a
mejorar el desempeo en el mercado de trabajo.

Con el mundo por delante > 7

Las ETH incluyen una batera de pruebas para medir cuatro habilidades
para Argentina y Chile: una cognitiva (capacidad intelectual, correlacionada con
el IQ) y tres socioemocionales (habilidades sociales o capacidad de liderazgo y
de relacin del individuo con terceros; estrategias metacognitivas o capacidad
para organizarse y planificar tareas cognitivas; y autoeficacia o capacidad de
percibirse a s mismo como un estudiante o trabajador eficaz). Asimismo, las
encuestas incluyen una serie de preguntas que permiten reconstruir las trayectorias educativas y laborales de los individuos (vase el apndice A).
Uno de los primeros resultados del anlisis es que la habilidad cognitiva y aquellas de carcter socioemocional estn poco correlacionadas. Esto
significa que el nivel de habilidades socioemocionales de una persona no dice
mucho sobre su capacidad intelectual o viceversa. Por el contrario, entre las
tres habilidades socioemocionales la correlacin es mayor, lo cual es esperable
dada su naturaleza, la manera en que las afecta el entorno vis a vis los factores
genticos, y el perodo durante el cual pueden ser modificadas. Estos hallazgos
confirman lo encontrado en la literatura sobre el tema (Ardila, Pineda y Rosselli,
2000; McCrae y Costa, 1994; Stankov, 2005) e implican que las personas con
niveles ms elevados de habilidades socioemocionales tienen ventajas, ya que
probablemente tambin muestren un buen desempeo en las otras dimensiones
no cognitivas.
Anticipando los resultados sobre la relacin entre educacin y habilidades
que se registran en el captulo 5, el anlisis de las ETH (BID, 2008a y 2010b)
muestra que existe una asociacin positiva entre los niveles de escolaridad y
los de habilidades cognitivas, estrategias metacognitivas y habilidades sociales (grfico 1.1). La similitud de los patrones observados en Chile y Argentina
sugiere la robustez de los resultados. Cabe notar, sin embargo, que en el caso
de la autoeficacia se encuentra que los estudiantes con educacin universitaria presentan niveles ms bajos comparados con los que alcanzan un nivel
tcnico-profesional, lo cual puede estar relacionado con el efecto que produce
culminar el nivel de escolaridad alcanzando: quienes terminan un nivel educativo muestran mayores habilidades que quienes no lo hacen, como sugieren
los resultados presentados en el captulo 5. Esto, sumado a la alta desercin
que existe en la educacin universitaria, hace que el promedio de habilidades
de quienes culminaron y no culminaron la universidad sea inferior al promedio
que se registra en la educacin tcnica superior. El promedio de los niveles de
habilidades cognitivas y socioemocionales para distintos niveles de escolaridad
en Chile y Argentina se presentan en el grfico 1.1. En este caso el nivel de
escolaridad representa el mximo alcanzado (no necesariamente culminado).
Aun cuando los patrones son similares en los dos pases, tambin se observan diferencias en los niveles de habilidades. En el sistema educativo chileno
parece verificarse un mayor aumento en los grados de habilidades cognitivas
y socioemocionales a medida que sube el nivel de escolaridad. Una posible

8 > DESCONECTADOS

Grfico 1.1
Promedio de habilidades cognitivas y socioemocionales por nivel de
escolaridad alcanzado (no necesariamente culminado)
Primaria

Secundaria

A. Chile
4,5

Tc. superior

Universitaria

4,2

4,0
3,5

3,5
3,4 3,5

3,1

3,2

3,3 3,4

2,8
2,4

2,5
2,0

3,5 3,4

3,1

3,1

3,0

3,4

2,0

1,5

Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Habilidad social

B. Argentina
4,5
4,0

3,6

3,5

3,3

3,0
2,5

3,0

3,2

3,3 3,3
3,1

3,2

3,3 3,3
2,9

3,1 3,2 3,2

2,5
2,2

2,0
1,5

Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Habilidad social

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).

interpretacin de estos resultados es que cada nivel de escolaridad del sistema


chileno genera mayor valor agregado en comparacin con el argentino. Una
interpretacin alternativa pasara por las posibles diferencias institucionales
entre ambos pases, las cuales podran explicar por qu del sistema argentino
egresan individuos que en promedio son ms homogneos (exhiben menores
diferencias en trminos de los niveles de habilidades adquiridos durante el
trayecto educativo) que los chilenos.
Sin embargo, los datos no permiten diferenciar si la asociacin entre educacin y habilidades proviene de un efecto formacin o de un efecto seleccin.
Es decir, no es posible identificar si es la escuela la que genera estas habilidades
en los jvenes o si simplemente selecciona a quienes ya traen estas habilidades,
haciendo que los ms hbiles sean a su vez quienes logran avanzar ms en el

Con el mundo por delante > 9

Grfico 1.2
Asociacin entre habilidades y resultados laborales
(Trabajadores de 25 a 30 aos de edad)
Chile

Argentina
B. Salarios
0,12

A. Empleo
0,12
0,1

0,1

0,08

0,08

0,06

0,06

0,04

0,04

0,02

0,02

Habilidades cognitivas

Autoeficacia

Habilidades cognitivas

Autoeficacia

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Nota: Los resultados se obtienen de un modelo probit de empleo y una regresin del logaritmo
de los salarios sobre la edad, el gnero, la educacin del padre y de la madre, el ingreso del hogar
y los niveles de habilidades cognitivas y socioemocionales (no se controla por el nivel educativo
del encuestado). En ambos casos se excluyeron de la estimacin aquellos individuos que se
encontraran estudiando en el momento de la encuesta.

sistema educativo. Distinguir entre estos efectos requiere de datos longitudinales


y constituye un desafo para investigaciones futuras.
Otro de los hallazgos dignos de mencin es que los jvenes egresados de
la enseanza tcnica exhiben mayores niveles de habilidades socioemocionales.
Ya sea por seleccin o por formacin, la educacin tcnica est efectivamente
asociada a las habilidades que el mercado de trabajo demanda actualmente, al
menos en mayor medida que la educacin tradicional o cientfico-humanista.
En cuanto a las habilidades asociadas a mayores logros laborales participacin, empleo y salarios, entre otros, los resultados indican nuevamente
que las habilidades socioemocionales tienen una asociacin mayor que las
cognitivas con tales logros. Esto se observa en el grfico 1.2 para la asociacin de la probabilidad de estar empleado, por un lado (panel A), y para la
asociacin del nivel de salarios (panel B) con los niveles de las diferentes
habilidades especficamente la intelectual y la de autoeficacia, por el
otro. Los resultados son positivos para la autoeficacia en Chile y en Argentina, tanto en el caso del empleo como en el de los salarios. La asociacin con
la habilidad cognitiva es positiva para ambos pases en el caso del empleo,
pero solo para Chile en el caso de los salarios. En ambos casos (salarios y
empleo), la asociacin con las habilidades cognitivas es notablemente menor
que la asociacin entre los resultados laborales y la autoeficacia. Lo anterior

10 > DESCONECTADOS

confirma que la habilidad que exhibe mayor asociacin es la autoeficacia. Esto


quiere decir que son los jvenes que ms valoran sus propias capacidades
como estudiantes o trabajadores quienes tienen mayores probabilidades estar
empleados y quienes devengan mayores salarios.
Los resultados de este ejercicio para las otras habilidades y para otros
resultados laborales (participacin) sugieren nuevamente una mayor asociacin
con la autoeficacia. Las personas con mayores niveles de autoeficacia tambin
registran una mayor participacin en el mercado laboral. Lo anterior no implica
que la autoeficacia necesariamente conduzca a mejores resultados laborales.
Probablemente tambin sea cierto que los xitos en el mercado laboral afectan
los niveles de autoeficacia, es decir, que retroalimentan la percepcin de los
trabajadores sobre sus propias capacidades. Aun as, la asociacin entre las
habilidades socioemocionales y los resultados laborales es un primer indicador
de las mismas, y su incidencia en estos resultados requiere mayor atencin.
Finalmente, en el captulo 6 se analiza la demanda de habilidades por
parte de los empleadores con base en los datos de la Encuesta de Demanda de
Habilidades (EDH). Aqu el esfuerzo se dirige a determinar cules son las habilidades que las casi 1.200 firmas argentinas, chilenas y brasileas encuestadas
buscan al contratar a jvenes recin egresados de la educacin secundaria. La
EDH incluye informacin para caracterizar la demanda de tales trabajadores
(qu tipo de ocupaciones existen para este grupo; qu trayectorias o perspectivas
de progreso estn asociadas a esas ocupaciones). Adems, la encuesta indaga
sobre la valoracin relativa que las empresas que emplean a estos jvenes le
asignan a distintos tipos de habilidades: las especficas al sector productivo,
las cognitivas o de conocimiento (lenguaje y comunicacin, lectura, escritura,
resolucin de clculos matemticos, pensamiento crtico) y las socioemocionales
(actitud en el lugar de trabajo, compromiso y responsabilidad, buena relacin
con los clientes y capacidad de trabajar en equipo)3. Por ltimo, la EDH inquiere
sobre la dificultad que enfrentan los empleadores para encontrar trabajadores
jvenes con las habilidades que demandan.
La EDH muestra que en la regin existen buenas oportunidades para
este segmento de trabajadores, es decir, que hay puestos de trabajo para este
grupo educativo en los cuales se ofrecen salarios altos y posibilidades de
progresar dentro de la empresa. Los salarios de entrada reportados por los
empleadores para ocupaciones de jvenes con educacin secundaria completa
duplican el salario mnimo en los tres pases de la muestra. Asimismo, los
salarios reportados como promedio y mximos muestran una posible evolucin en las empresas para estos jvenes. Sin embargo, la competencia para
acceder a estas vacantes y permanecer en los puestos de trabajo es intensa y

Los detalles sobre la metodologa y el contenido de la EDH se presentan en el apndice B.

Con el mundo por delante > 11

selectiva. La dispersin es relativamente pequea para los puestos de entrada,


pero crece a medida que el trabajador va ganando experiencia; es decir, en
los sectores que emplean a una gran proporcin de estos jvenes coexisten
trayectorias exitosas y otras con tendencia al estancamiento.
Al indagar sobre la valoracin que se confiere a los diferentes tipos de
habilidades, las firmas reportan valorar las socioemocionales en mayor medida que las de conocimiento o las especficas a su sector. Ms an, el puntaje
asignado a las primeras es casi el doble del de las segundas y cerca de cuatro
veces el que se otorga a las especficas. La mayor valoracin de las habilidades
socioemocionales se observa consistentemente en los tres pases incluidos en
la encuesta (grfico 1.3). La valoracin promedio de cada grupo de habilidad es
notablemente similar en los tres pases, con diferente varianza (las respuestas
son un poco ms homogneas en Chile, especialmente en las habilidades de
conocimiento).
En el captulo 6 se incluye el mismo anlisis para los diferentes sectores,
para firmas que pagan altos y bajos salarios, y para firmas locales e internacionales, entre otras categoras. Independientemente del criterio que se observe, las
habilidades socioemocionales son las ms valoradas segn lo indicado por los
empleadores. Sin embargo los empresarios sealan que tienen dificultades para
encontrarlas en los jvenes egresados de la enseanza secundaria. Ms an,
solo el 12% de los encuestados declar no tener dificultades para encontrar las
destrezas que su firma requiere al contratar a este tipo de trabajador. Tambin
se evidencia que en este aspecto los empresarios chilenos parecen tener menos
dificultades que los argentinos y los brasileos. En los tres pases, las habilidades
socioemocionales son, segn los empresarios encuestados, las ms difciles de
encontrar en la fuerza de trabajo juvenil (grfico 1.4).

Grfico 1.3
Valoracin de habilidades segn los empleadores
Argentina

Brasil

Chile

80
60
40
20
0

Especficas

Conocimiento

Socioemocionales

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas EDH (BID, 2010c).

12 > DESCONECTADOS

Grfico 1.4
Dificultad para encontrar habilidades
(%)

Pas

Sector

Tamao

Alto

Medio

Bajo

500 o ms

50 a 499

10 a 49

Ninguna

0a9

Alimentos

Financiero

Socioemocional

Hotelera

Minorista

Chile

Brasil

Argentina

100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0

Automotriz

Conocimiento

Especfica

Tipo de salario

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas EDH (BID, 2010c).

Finalmente, la informacin que arrojan las encuestas refleja que la brecha


que existe entre la demanda de las firmas y las habilidades que ofrecen los jvenes egresados de la secundaria es costosa tanto para los empleados como para
las empresas, las cuales deben invertir en procesos de bsqueda y seleccin, y
en la capacitacin requerida para compensar las deficiencias que encuentran.
El anlisis de la demanda de habilidades por parte de las firmas se complementa con tres estudios de caso que se incluyen en su totalidad en el apndice
C y que ejemplifican en el captulo 6 los diversos resultados de las encuestas,
reflejando de manera vvida los mensajes principales de este libro. El caso de
un hotel de gama alta en Chile deja en claro las deficiencias que perciben tanto la trabajadora entrevistada como sus empleadores sobre la capacidad de la
escuela secundaria para formar las habilidades que requerirn los jvenes al
ingresar al mundo laboral. Por eso a los administradores del hotel les interesa
ms la actitud de quienes aspiran a trabajar all que sus conocimientos. El
caso de una compaa automotriz en Argentina confirma la relevancia de las
habilidades de comportamiento para desempearse con xito en la empresa.
La habilidad ms importante en este trabajo es la responsabilidad, segn el
joven que particip en el estudio. El ltimo caso el de uno de los principales
bancos de Brasil confirma el papel que desempea la educacin superior en
lo que se refiere a compensar las deficiencias de la secundaria. La escuela en
Brasil es un lugar que da notas para obtener un diploma que solo sirve para

Con el mundo por delante > 13

ingresar a la universidad, es la percepcin manifiesta de la entidad financiera


brasilea.
Qu se debe hacer al respecto? La respuesta no es simple, ni hay una
sola. Por eso en las conclusiones se ahonda sobre las implicaciones de poltica
pblica derivadas de este estudio y se sealan algunos de los elementos que
habra que tener en cuenta cuando se trate de replantear los requerimientos
del sistema educativo a la luz de los hallazgos aqu presentados. Con los resultados de las investigaciones que se han realizado para este libro no solo se
busca contribuir al conocimiento sobre la brecha de habilidades en la regin;
igualmente se intenta identificar elementos que orienten las mejoras del sistema
educativo, especialmente en lo que se refiere a la oportunidad que pueda ofrecer la escuela secundaria para afectar las trayectorias posteriores de aquellos
jvenes que buscarn su primer empleo al terminar sus estudios de ese nivel.
El primer paso para enfrentar el problema consiste en reconocer la necesidad de ampliar el mbito de intervencin de la escuela. Preparar a los jvenes
para el mundo del siglo XXI requiere abrir los ojos frente a las exigencias que
enfrentarn en su vida laboral. Sus futuros empleadores han cambiado los
requerimientos y las expectativas que tienen frente a su desempeo. De modo
que la escuela en Amrica Latina tendr que reinventarse para acompaar estos
cambios y permitir que estos jvenes puedan competir entre ellos y con sus
pares de otras regiones.
En su calidad de organismo de apoyo tcnico al desarrollo de la regin,
corresponde al Banco Interamericano de Desarrollo contribuir a este proceso
de transformacin de la escuela para responder a las exigencias actuales. La
informacin nueva que se consigna en este libro constituye un aporte inicial
para dar curso a un debate a todas luces impostergable, si se quiere que los
jvenes logren un desempeo exitoso en el mbito laboral, en la sociedad en
general y en un mundo competitivo y globalizado.

2
Panorama laboral de los jvenes en
Amrica Latina: cielo nublado
1

De la escuela al mercado laboral


En la transicin de un joven de la educacin formal a un empleo estable influyen
varios factores, entre ellos las habilidades que este haya logrado desarrollar en
la escuela y las condiciones del mercado laboral. Al igual que en el resto del
mundo, en Amrica Latina los jvenes constituyen un grupo especialmente vulnerable en este mercado. El desempleo juvenil es ms alto que el de los adultos,
la tasa de participacin laboral es ms baja incluso entre quienes no estudian,
la rotacin de un empleo a otro es ms frecuente, y los salarios que perciben
los jvenes son inferiores a los de los adultos. Se trata de hechos estilizados y
documentados ampliamente por la evidencia internacional para pases desarrollados y en vas de desarrollo2. Esto significa que el ciclo de vida laboral de una
persona promedio empieza con mayores probabilidades de enfrentar desempleo
o inactividad, durar menos en el mismo trabajo y devengar un salario inferior
al de aquellos trabajadores con ms experiencia. En una trayectoria laboral
tpica, estas diferencias se van corrigiendo gradualmente.
Partiendo entonces de que el desempleo, la inactividad y la informalidad
son ms frecuentes entre los jvenes, y de que esta situacin hace parte de la
trayectoria laboral promedio o tpica de cualquier trabajador, cabe preguntarse
en qu medida las tasas de desempleo juvenil que se observan en Amrica Latina reflejan este proceso esperado, o si en realidad la situacin laboral de los

Este captulo est basado en los trabajos de Bassi y Galiani (2008) y Cruces, Ham y
Viollaz (2010).
2
Vase OCDE (2007b), OIT (2008) y Ryan (2001) entre otros trabajos en los que se analiza
la evidencia internacional sobre la participacin de los jvenes en el mercado laboral.
1

16 > DESCONECTADOS

jvenes latinoamericanos ha empeorado y en qu sentido con respecto a la


que enfrentaron las generaciones anteriores.
En este captulo se busca caracterizar la situacin laboral de los jvenes
en Amrica Latina, ms all de confirmar con cifras para la regin los hechos
estilizados anteriormente descritos. Asimismo se analiza qu grupo entre los
jvenes se ha visto ms afectado por los cambios en las ltimas tres dcadas
(19802010), y en particular, hasta qu punto han variado las diferencias entre
los ms educados y los menos educados en la transicin escuela-trabajo, es decir,
cmo han cambiado las brechas salariales entre ambos grupos y sus diferencias
en trminos de desempleo y de la calidad de los empleos que consiguen.
A partir de los aos ochenta, en las economas desarrolladas se observ
un importante aumento en la dispersin salarial impulsado por un crecimiento
sustancial de los salarios de los trabajadores ms educados en detrimento de
aquellos con educacin secundaria. En Estados Unidos, por ejemplo, el salario
real de los trabajadores con ttulos de postgrado aument en un 19% entre
1979 y 1995, mientras que el salario real de los trabajadores con educacin secundaria incompleta se redujo en un 14% (Katz y Autor, 1999). Este fenmeno
fue ampliamente documentado (Katz y Autor, 1999; Levy y Murnane, 1992) y
estudiado con el fin de establecer las causas detrs de los hechos (Autor, Katz
y Kearney, 2006 y 2008). Como bien lo sealan Levy y Murnane (1992), en el
curso de una dcada la inequidad salarial entre grupos educativos en Estados
Unidos haba pasado de ser una rama escasamente estudiada por los economistas
laborales a convertirse en un rea central de investigacin. Adems de analizar
las razones detrs del aumento en la dispersin salarial, estos autores afirman
que las investigaciones acadmicas reflejaron dos visiones generalizadas: la de
una economa estadounidense que estaba generando menos empleos de clase
media, y la de la existencia de una brecha cada vez mayor entre las habilidades
requeridas por los nuevos empleos y las encontradas en la fuerza de trabajo.
Aunque no existe consenso sobre las causas que subyacen a la creciente
brecha entre los salarios de los ms y los menos educados en Estados Unidos,
la mayor parte de la literatura sobre el particular coincide en que la explicacin
combina un aumento en la demanda relativa de trabajadores ms educados derivado del comercio internacional, de los avances tecnolgicos que favorecen los
empleos que exigen mayor capacitacin (skill-biased technological change) y de
las reformas a las instituciones laborales que protegan los salarios de los menos
educados y una desaceleracin del crecimiento de la oferta de estos trabajadores
(Autor, Katz y Kearney, 2006, 2008; Acemoglu, 2002; Card y DiNardo, 2002)3.

Los trabajos de Autor, Katz y Kearney (2006 y 2008) y Acemoglu (2002) son ejemplos de
estudios donde se hace nfasis en los cambios tecnolgicos a favor de empleos que exigen
mayor capacitacin, mientras que Card y DiNardo (2002) asignan mayor importancia a
los cambios institucionales.

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 17

Como consecuencia, la prima salarial pagada a los trabajadores con ttulo universitario aument en un 25% entre principios de los aos ochenta y mediados de los
aos noventa (Acemoglu, 2002). Asimismo, en estudios como los de Autor, Katz
y Kearney (2006 y 2008) y Levy y Murnane (1992) se muestra cmo durante los
aos noventa los avances tecnolgicos resultaron en una especie de polarizacin
del mercado laboral en Estados Unidos, con un crecimiento en el empleo para las
ocupaciones de mayores salarios y para las de menores salarios, en detrimento
del empleo para el medio de la distribucin salarial, es decir, los empleos de clase media ocupados principalmente por trabajadores con educacin secundaria.
En la literatura aludida se arguye que los avances tecnolgicos complementaron
las habilidades cognitivas no rutinarias de los ms educados, no afectaron las
habilidades manuales no rutinarias de los menos educados y s reemplazaron
las habilidades rutinarias de los trabajadores con nivel medio de educacin. Por
su parte, Levy y Murnane (1992) sostienen que la redistribucin del empleo que
se registr en los sectores de la economa se tradujo en una cada en la demanda
de mano de obra en el sector manufacturero, tradicionalmente considerado como
el buen empleador (salarios altos) de los trabajadores menos educados, con la
consecuente reduccin de la oferta de empleos para la clase media.
Para el caso de Amrica Latina, los estudios sobre este tema documentan
una cada en los retornos a la educacin secundaria y un aumento en los retornos
a la educacin superior (Snchez Pramo y Schady, 2003; Behrman, Birdsall y
Szekely, 2007; Manacorda, Snchez Pramo y Schady, 2010) desde principios
de los aos noventa. Es decir, en la regin una dcada ms tarde tambin los
trabajadores con educacin media haban perdido terreno tanto con respecto a
los menos educados como a los ms educados.
Las causas de estos cambios en los salarios relativos de los trabajadores
con ms y menos educacin en Amrica Latina tambin han sido estudiadas.
Utilizando datos de cinco pases, Manacorda, Snchez Pramo y Schady (2010)
buscan identificar la contribucin de factores de oferta y demanda para explicar los cambios de los retornos a la educacin. Estos autores concluyen que
los patrones observados responden, por una parte, a un marcado aumento en
la oferta relativa de trabajadores con educacin secundaria que presion a la
baja los salarios de este grupo, y por la otra al crecimiento de la demanda de
trabajadores con educacin superior, pero sin que se produjera un aumento similar por el lado de la oferta. Esto ltimo se tradujo en un aumento de la prima
pagada a los trabajadores ms educados. Si bien Manacorda, Snchez Pramo y
Schady (2010) no indagan sobre los factores detrs del aumento en la demanda
de trabajadores ms educados, en otros estudios se investiga la relacin entre
las reformas relativas a la liberalizacin del comercio en Amrica Latina en los
aos noventa y la dispersin salarial (Snchez Pramo y Schady, 2003 y Attanasio et al., 2005). All se discuten por lo menos dos canales: de un lado estn
los cambios registrados en el empleo por industria que afectaron negativamente

18 > DESCONECTADOS

a los sectores de menores salarios y a los empleadores de trabajadores menos


educados 4, y del otro est la transmisin de tecnologas complementarias de
habilidades propias de los trabajadores ms educados va comercio desde las
naciones ms desarrolladas del norte. Asimismo, Behrman, Birdsall y Szekely
(2007) analizan el impacto de una serie de reformas y cambios de poltica
econmica sobre el aumento en la brecha salarial entre los trabajadores ms
y menos educados entre 1977 y 1998. Estas reformas y polticas aplicadas en
forma generalizada en la regin durante las ltimas tres dcadas bajo el denominado Consenso de Washington incluyen la apertura comercial y de mercados
de capitales, las privatizaciones, los cambios en la estructura impositiva de los
pases y la desregulacin de los mercados laborales. Utilizando datos para 18
pases latinoamericanos, los autores arriba citados encuentran que estas polticas
tuvieron un impacto significativo inmediato, aumentando la dispersin salarial.
Este impacto, sin embargo, se fue reduciendo con el tiempo.
En resumen, la evidencia disponible para Amrica Latina muestra una prdida
en los salarios relativos de los trabajadores con educacin secundaria, impulsada
parcialmente por un crecimiento bastante significativo de la oferta de estos trabajadores originada en los importantes aumentos en la cobertura educativa que
se registran en el captulo 3, y por una expansin de la demanda de trabajadores
con educacin superior que fue solo compensada en parte por un crecimiento
en la oferta. Estos hallazgos han sido importantes para entender el rezago de los
egresados de la educacin media. Sin embargo, en la extensa literatura disponible
sobre este tema no se exploran los aspectos relacionados con la calidad educativa. En particular, no se analiza hasta qu punto existe una desconexin entre las
habilidades que demanda el mercado laboral y aquellas que ofrecen los jvenes
egresados de las escuelas secundarias de Amrica Latina. La cada en los retornos
de la educacin secundaria podra estar reflejando entonces la menor valoracin
que los empleadores asignan a las habilidades que estos jvenes traen de la escuela.
Esto no implica necesariamente que hoy los jvenes adquieran menos habilidades
en la educacin media que generaciones anteriores; significa que la desconexin
podra ser el resultado de que el sistema educativo no haya respondido activamente
al aumento o a los cambios de habilidades que exigen los empleos que existen en
el mercado laboral actual. Es este justamente el tema central de este libro.
En este captulo se ofrece evidencia consistente con la literatura aludida
sobre la cada en los retornos a la educacin media en Amrica Latina. En las
secciones posteriores se describen otros indicadores igualmente relevantes para
analizar la situacin laboral de los jvenes en general, y la de los jvenes con
educacin media en particular. Tal es el caso de instituciones como el salario
mnimo, los sindicatos, y la regulacin en materia de contrataciones y despidos,

Attanasio et al. (2005) estudian el caso especfico de Colombia

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 19

entre otras, las cuales inciden en que los movimientos de oferta y demanda de
trabajo se manifiesten en variaciones en los niveles de salarios o en los niveles
de empleo y desempleo. Igualmente afectan la manera en que este efecto se
distribuye entre los distintos grupos de trabajadores, ya sea por educacin o
entre trabajadores adultos y jvenes.
Como se ver ms adelante a travs del anlisis sobre la situacin laboral
de los jvenes en diez pases latinoamericanos desde fines de los aos ochenta,
a estos en general les va mal en el mercado de trabajo, y en varios aspectos
incluso les va peor que a sus pares en dcadas anteriores. Comparado con el
salario de los adultos, el de los jvenes solo ha mostrado un leve aumento en
las ltimas tres dcadas, con resultados mixtos en los pases estudiados. En
trminos reales, prcticamente no se verificaron mejoras salariales para los
jvenes en el perodo analizado.
Los jvenes latinoamericanos participan poco en el mercado laboral, incluso los que no estudian. Esa baja participacin laboral, y la alta proporcin de
jvenes que ni estudian ni trabajan (los llamados ninis) es particularmente
notoria entre las mujeres. El grupo de ninis se ha reducido en las ltimas tres
dcadas, pero todava hay cerca de 14 millones de jvenes latinoamericanos
entre 16 y 24 aos de edad que ni estudian ni trabajan5.
Aunque el desempleo juvenil se ha reducido desde principios de los aos
2000, an se encuentra en niveles histricamente altos. Existen diferencias entre
grupos educativos (los jvenes menos educados enfrentan en general mayor
desempleo), pero estas no son muy marcadas, como en el caso de los salarios.
El menor desempleo no parece ser la mayor ventaja de los ms educados, al
menos para los jvenes que estn ingresando al mercado de trabajo.
La mayora de los jvenes que trabajan en Amrica Latina lo hacen en un
empleo informal, sin beneficios de seguridad social. La informalidad es elevada
tambin entre los adultos jvenes y los adultos. Las cifras existentes sugirieren
que quienes ingresan al mercado de trabajo en un empleo informal tienen una
alta probabilidad de permanecer en ese sector durante un perodo prolongado
de su trayectoria laboral6.

Estudias o trabajas?
A partir de la visin panormica presentada anteriormente, el anlisis de esta
seccin sobre la actividad de los jvenes se basa en una muestra de siete pases

Clculos propios con base en los datos para 18 pases latinoamericanos publicados por
la OIT (2011).
6
Aunque lo ideal sera estudiar trayectorias de varios aos con datos de panel, los que
existen para los pases de Amrica Latina en general solo permiten hacer seguimiento de
los individuos durante perodos relativamente cortos.
5

20 > DESCONECTADOS

de Amrica Latina para los cuales se dispone de encuestas de hogares homogeneizadas desde principios de los aos ochenta y hasta mediados de los aos
2000: Argentina, Brasil, Chile, Mxico, Panam, Uruguay y Venezuela (BID,
2009). Las cifras provienen de SEDLAC (Socio-Economic Database for Latin
America and the Caribbean) y fueron procesadas por el CEDLAS (Centro de
Estudios Distributivos Laborales y Sociales de la Universidad Nacional de La
Plata, Argentina) y el Banco Mundial. Para algunos indicadores se analizan
tambin las cifras de Honduras, Costa Rica y El Salvador.
El grupo estudiado es el de los jvenes de 16 a 24 aos7, que en los pases seleccionados representan a ms del 70% de la poblacin juvenil de toda
la regin. En los ltimos 20 aos, este grupo ha cambiado notablemente su
actividad principal (grfico 2.1). Por un lado, est creciendo gradualmente el
segmento que permanece por fuera de la fuerza de trabajo, ya sea estudiando
o inactivo. El cambio positivo est dado por el hecho de que all son cada vez
ms los que estudian. Tambin son menos los que ni estudian ni trabajan (ninis). Por otro lado, sin embargo, dado el importante aumento en el acceso a la
educacin observado en la regin en las ltimas tres dcadas8, la cada de solo
cinco puntos porcentuales en la fraccin de jvenes inactivos fuera del sistema
escolar no representa una buena noticia, sino ms bien un problema an por
atender. Otro cambio negativo observado a partir de los datos del grfico 2.1
es el de la mayor incidencia de la desocupacin entre quienes deciden ingresar
al mercado de trabajo.
Una de las grandes transformaciones de la fuerza laboral juvenil en Amrica
Latina se relaciona con el aumento de su nivel educativo. El nmero de jvenes
que posterga su entrada al mundo del trabajo para continuar con su educacin
es cada vez mayor. Mientras que a finales de la dcada de los aos ochenta
el 54% de los jvenes entre 16 y 24 aos haba completado solo la educacin
primaria, a finales de los aos 2000 la proporcin de jvenes que solo contaba
con ese nivel educativo se haba reducido a un 26% (grfico 2.2). Entre tanto,
el segmento de jvenes con educacin superior aument en el mismo perodo
del 8% al 18%.
Sin embargo, cabe sealar que no obstante estos evidentes avances, todava ms del 80% de los jvenes de la regin cuenta apenas con educacin
secundaria o menos. Es precisamente este ltimo grupo el que constituye el
centro de atencin de la presente publicacin y el que parece haber sido afectado
de manera ms negativa por los cambios en el mercado laboral en las ltimas
tres dcadas.

En esta publicacin se define a los jvenes como el grupo de entre 16 y 24 aos de


edad y a los adultos jvenes como el grupo entre 25 y 30 aos de edad, a menos que se
indique otra cosa.
8
Este tema se desarrollar de manera detallada en el captulo 3.
7

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 21

Grfico 2.1
Actividad de los jvenes en Amrica Latina, 19802010
(%)
Trabaja

Desocupados

Estudia y trabaja

Estudia

No estudia ni trabaja

100
80
60
40
20
0

Finales
aos 1980

Inicios
aos 1990

Finales
aos 1990

Inicios
aos 2000

Finales
aos 2000

Fuente: SEDLAC (2009).

Grfico 2.2
Nivel educativo de los jvenes en Amrica Latina, 19802010
(%)
Primaria

Secundaria

Superior

100
80
60
40
20
0

Finales
aos 1980

Inicios
aos 1990

Finales
aos 1990

Inicios
aos 2000

Finales
aos 2000

Fuente: SEDLAC (2009).

Evolucin de los salarios: ganadores y perdedores


Cuando se trata de de diagnosticar la situacin laboral de los jvenes, el salario es un termmetro fundamental. En Amrica Latina, el salario real de los
mismos se mantuvo prcticamente estancado en los niveles de dos dcadas
atrs. El salario por hora (paridad de poder adquisitivo (PPA) US$2005) alcanz

22 > DESCONECTADOS

Cuadro 2.1
Salario por hora de jvenes y adultos
(PPA US$2005)
Inicios aos
1990

Finales aos
1990

Inicios aos
2000

Finales aos
2000

Jvenes

1,97

1,95

1,97

2,22

Adultos

3,77

3,95

3,72

4,04

Salario real

Fuente: SEDLAC (2009).

US$2,2 a finales de la primera dcada del presente siglo, apenas un 11% mayor
que el de principios de los aos noventa, que fue de US$1,97 (cuadro 2.1). En
el caso del salario de los jvenes como proporcin del de los adultos, la cifra
vara entre pases pero los cambios tampoco fueron significativos. En igualdad
de condiciones (educacin, gnero, sector econmico, etc.), los trabajadores
jvenes ganan menos que los trabajadores adultos. La experiencia laboral tiene
retornos positivos que resultan en esta brecha entre los primeros y los segundos.
En promedio, y segn los ltimos datos disponibles para la muestra de
pases aqu utilizada, los jvenes ganan un 55% del salario de los trabajadores
adultos (cuadro 2.2). Esta relacin presenta solo una leve mejora de tres puntos
porcentuales con respecto a lo que ocurra 20 aos atrs. En Venezuela, los jvenes
obtienen los niveles salariales ms altos de los pases estudiados en relacin con
los adultos. Uruguay es el pas con menores salarios relativos para los jvenes
y muestra un deterioro con respecto a la proporcin registrada a principios de
los aos noventa. Entre los 10 pases latinoamericanos que figuran en el cuadro
2.2, en cinco se observa una mejora en los salarios relativos para los jvenes y

Cuadro 2.2
Relacin salario de jvenes versus salario de adultos
(Salario por hora)
Inicios aos 1990

Finales aos 2000

Variacin

Venezuela

0,62

0,74

0,12

Panam

0,50

0,60

0,10

Chile

0,49

0,56

0,07

Mxico

0,53

0,57

0,04

Amrica Latina

0,52

0,55

0,03

Brasil

0,47

0,51

0,03

El Salvador

0,69

0,67

0,02

Costa Rica

0,64

0,62

0,02

Argentina

0,65

0,62

0,03

Uruguay

0,53

0,50

0,03

Honduras

0,56

0,53

0,04

Fuente: SEDLAC (2009).

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 23

Grfico 2.3
Salario por hora para jvenes por nivel educativo y pas
(US$, ltimo dato disponible)
Primaria

Secundaria

Superior

6,0
5,0
4,0
3,0
2,0

Venezuela

Uruguay

Panam

Mxico

Honduras

El Salvador

Costa Rica

Chile

Brasil

Argentina

Amrica
Latina

1,0

Fuente: SEDLAC (2009).

en cinco se observa deterioro. Cabe preguntarse entonces si lo que subyace a


esta media estancada y a estos resultados mixtos en cuanto a los retornos a la
experiencia son patrones claros de dispersin salarial entre grupos educativos.
En el grfico 2.3 se observa el salario por hora de los jvenes segn su
nivel educativo para cada pas. Como es de esperar, los jvenes con educacin
superior completa ganan ms que aquellos con educacin secundaria, y estos a
su vez ganan ms que aquellos con educacin primaria. Entre los jvenes con
educacin superior, los argentinos y los chilenos son los mejor remunerados,
mientras que los venezolanos y los uruguayos son los que reciben menores salarios. Un argentino con educacin terciaria o universitaria, por ejemplo, gana
cerca de 1,7 veces lo que gana un venezolano con el mismo perfil educativo.
Entre los jvenes con educacin primaria y secundaria, Argentina tambin
encabeza la lista de mejores salarios. Por su parte, Uruguay se encuentra entre
los pases con menores salarios para los mismos grupos educativos.
La dispersin salarial tambin vara entre los pases de la muestra. Mientras que en Chile un egresado universitario gana, en promedio, el doble que un
egresado de la educacin secundaria, en Venezuela esta diferencia asciende al
35%. En la muestra completa, el salario por hora de un joven universitario es
un 70% superior al de un egresado de la secundaria. Esta diferencia es mayor
entre los adultos9. Un adulto universitario gana 140% ms que un egresado de

No aparece reflejada en el grfico.

24 > DESCONECTADOS

la secundaria10. Por otro lado, mientras que en Panam y Honduras los jvenes
con educacin media ganan un 53% ms que aquellos con educacin primaria,
en Chile la brecha es del 18%, la menor de esta muestra. En promedio, en este
grupo de pases un joven latinoamericano con educacin media gana un 30%
ms que un joven con educacin primaria. Al igual que en el caso de la prima
sobre la educacin universitaria, entre los adultos la diferencia entre el salario
de un egresado de secundaria y uno de primaria es mayor: 55%.
Sin embargo, como se afirm en la primera seccin de este captulo, los
retornos a la educacin han mostrado importantes cambios en el perodo estudiado. Factores de oferta (el importante crecimiento del nmero de jvenes con
educacin secundaria), combinados con factores de demanda (aumento en la
demanda laboral de trabajadores con educacin superior impulsado por cambios
en el comercio internacional, desarrollos tecnolgicos complementarios a las
habilidades de estos trabajadores y otras reformas de poltica econmica), han
resultado en una cada de los retornos a la educacin media y en un aumento
de los retornos a la educacin superior. En el grfico 2.4 se presenta la evolucin
de la prima a la educacin media (brecha salarial entre los egresados de la secundaria y los egresados de la primaria) y de la prima a la educacin superior
(brecha salarial entre los universitarios y los egresados de la secundaria) para
jvenes y adultos11.
Los datos son consistentes con las tendencias documentadas en la literatura
sobre los retornos a la educacin en Amrica Latina, especialmente entre los
adultos12. Por un lado, en el grfico 2.4 se observa una importante cada de los
retornos a la educacin secundaria. La prima que el mercado de trabajo paga
por las habilidades de estos trabajadores (con respecto a los que solo tienen
educacin primaria) ha disminuido continuamente en el perodo estudiado
(especialmente entre mediados y finales de los aos noventa). Esta tendencia se
observa tanto para los jvenes como para los adultos. La prima a la educacin
superior muestra un claro crecimiento para los trabajadores adultos, aunque con
una desaceleracin hacia finales del perodo. En cambio para los jvenes ms
educados la brecha salarial aument durante los aos noventa, y se estanc y
decreci durante los aos 2000.

Clculos propios con base en los datos de SEDLAC (2009).


Las primas fueron calculadas como las diferencias entre el log del salario real por hora
de cada grupo educativo. As pues, la prima a la educacin media se calcula como el log
del salario por hora de los egresados de secundaria menos el log del salario por hora de
los egresados de la primaria. La prima a la educacin superior se calcula de la misma
manera para los universitarios y egresados de la educacin secundaria.
12
En los estudios realizados para la regin se utilizan comnmente datos para trabajadores
adultos (por ejemplo, Manacorda, Snchez Pramo y Schady, 2010 o Behrman, Birdsall y
Szekely, 2007). Asimismo, los retornos son calculados generalmente mediante ecuaciones
de Mincer, en lugar de la simple diferencia del logaritmo de salarios.
10
11

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 25

Grfico 2.4
Primas salariales por grupos educativos en Amrica Latina y el Caribe
Secundaria/Primaria
A. Adultos
1,00
0,90
0,80
0,70
0,60
0,50
0,40
0,30
0,20
0,10
0
Inicios aos 1990

Superior/Primaria

Finales aos 1990

Inicios aos 2000

Finales aos 2000

Finales aos 1990

Inicios aos 2000

Finales aos 2000

B. Jvenes
1,00
0,90
0,80
0,70
0,60
0,50
0,40
0,30
0,20
0,10
0

Inicios aos 1990

Fuente: Clculos propios con base en datos de SEDLAC (2009).

Las diferencias entre jvenes y adultos quizs se deban a la facilidad con


que puedan sustituirse estos grupos de trabajadores entre s. Por ejemplo, si los
trabajadores jvenes son sustitutos cercanos de trabajadores adultos, un aumento
en la oferta de trabajadores jvenes con educacin media deprimir tambin los
salarios de los trabajadores adultos con educacin media. Manacorda, Snchez
Pramo y Schady (2010) encuentran que en Amrica Latina los trabajadores
jvenes y adultos son sustitutos cercanos. Esta evidencia es consistente con las
tendencias observadas en los retornos a la educacin media. Entre los trabajadores
ms educados, las diferencias en los patrones registrados para jvenes y adultos
pueden estar sugiriendo que este no es el caso. En aquellas ocupaciones que
requieren habilidades ms complejas, la experiencia de los trabajadores adultos
podra no ser fcilmente sustituible por las capacidades que trae un trabajador
que recin ingresa al mercado laboral.

26 > DESCONECTADOS

En el cuadro 2.3 se observa la variacin en las primas salariales por grupos educativos por pas (para jvenes y adultos), ordenados en forma creciente
segn la cada en la prima para la educacin secundaria de los adultos. La prima
salarial de la educacin secundaria se redujo en proporciones similares para
adultos y jvenes (cerca de 25%). La cada se observa en todos los pases entre
los adultos (excepto Panam), con reducciones mximas en Honduras y Chile,
y mnimas en Argentina y Mxico. Entre los jvenes, Chile y Brasil muestran
las reducciones ms acentuadas en la prima a la educacin media, mientras
que Argentina y Mxico muestran un aumento.
Los retornos a la educacin superior aumentaron en todos los pases para
los trabajadores adultos, excepto en Venezuela. Entre los jvenes los resultados
son mixtos: un aumento en la mayora de los pases y una cada en cuatro de
la muestra (Honduras, Brasil, Venezuela y Mxico). El mayor aumento en la
brecha salarial a favor de los universitarios se dio en Uruguay. En la muestra
completa el crecimiento de esta brecha fue del 25% para los adultos, mientras
que la cada para los jvenes fue del 8%.
Para entender las diferencias en estas variaciones entre pases sera necesario
realizar estimaciones en que se separen los efectos de la demanda y de la oferta
laboral para los diferentes grupos educativos, como lo hacen Manacorda, Snchez
Pramo y Schady (2010). Sin embargo, una simple mirada a los datos sobre las
variaciones en la oferta relativa de jvenes con diferentes niveles de educacin
aporta algunas luces. En el grfico 2.5 se muestran los cambios en la oferta relativa de trabajadores con educacin superior versus secundaria, y los cambios
en la oferta relativa de trabajadores con educacin secundaria versus primaria13.
Si bien no es posible extraer conclusiones definitivas a partir de este anlisis
sencillo, las cifras sugieren importantes aumentos en la oferta relativa de jvenes
con educacin secundaria en Brasil y Chile, por ejemplo, los cuales son consistentes con las cadas en la prima salarial para estos trabajadores (tanto jvenes como
adultos). Por otro lado, la disminucin de la oferta relativa de jvenes con educacin
superior en Uruguay (la nica observada en la muestra) podra estar relacionada con
el importante aumento en la prima salarial para los ms educados (sin considerar
los efectos de aumentos en la demanda, que actuaran en la misma direccin).

Los datos provienen de encuestas de hogares de los pases homogeneizadas y procesadas por el Socimetro del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2011a). Para cada
pas se tom el ao disponible ms cercano a 1990 y ms cercano a 2009. Se consideran
solamente las reas urbanas, excepto para Venezuela. La oferta relativa fue calculada
como la relacin entre el porcentaje de jvenes que ha completado cada nivel educativo.
Esto quiere decir que la oferta relativa de jvenes con educacin media sobre primaria fue
calculada como el porcentaje de jvenes con educacin secundaria sobre el porcentaje de
jvenes con educacin primaria. Lo mismo con respecto a la oferta relativa de jvenes con
educacin superior con respecto a los jvenes con educacin secundaria. Paso seguido se
comput la variacin de esta relacin entre 1990 y 2009.
13

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 27

Cuadro 2.3
Variacin de la prima salarial por educacin (jvenes y adultos)
(%)
Jvenes
Sec/Pri

Adultos
Univ/Sec

Sec/Pri

Univ/Sec

Honduras

25

45

Chile

35

58

39

23

17

38

44

Brasil

47

36

22

Costa Rica

15

15

13

El Salvador

Venezuela

36

13

18

Uruguay

21

103

13

109

Argentina

164

10

14

19

25

19

Mxico
Panam

20

20

11

Amrica Latina

24

25

19

Fuente: Elaboracin propia con base en datos de SEDLAC (2009).

Grfico 2.5
Variacin de la oferta relativa de trabajadores jvenes por grupo
educativo, 19902009
Secundaria/Superior

Secundaria/Primaria

Brasil
Venezuela
Chile
Panam
Argentina
El Salvador
Mxico
Costa Rica
Uruguay
80%

60%

40%

20%

0%

20%

40%

60%

Fuente: Elaboracin propia con base en datos del Socimetro (BID, 2011a).

Una manera alternativa de ver grficamente la prdida salarial relativa de


los trabajadores con educacin secundaria se presenta en el grfico 2.6. All se
observa la evolucin del porcentaje de trabajadores con educacin secundaria
completa cuyos salarios son mayores a la mediana, es decir, aquella fraccin
de trabajadores con educacin secundaria que gana salarios mayores al 50%
de los jvenes empleados.
Para la muestra completa de pases estudiados, esta proporcin disminuy
del 38% a cerca del 20% en promedio, una reduccin a todas luces considerable.

28 > DESCONECTADOS

Grfico 2.6
Salarios de los trabajadores con educacin secundaria
(% sobre la mediana)
Jvenes

Adultos

60
50
40
30
20
10
0

Finales aos 1980

Inicios aos 1990

Finales aos 1990

Inicios aos 2000

Finales aos 2000

Fuente: SEDLAC (2009).

Lo anterior significa que a finales de los aos ochenta, cerca del 40% de los
egresados de la educacin secundaria ganaba ms que la mitad del total de
trabajadores remunerados, y que esa proporcin se redujo a uno de cada cinco
hacia finales de la primera dcada de los aos 2000. Considerando que entre
los jvenes el 60% tiene educacin media completa, la desventaja se hace ms
evidente. Entre los adultos se observa el mismo patrn. Al inicio del perodo, el
50% de los trabajadores con educacin media ganaba ms que la mitad de la
fuerza laboral empleada. A fines del perodo, solo el 40% de los egresados de
secundaria estaba en la mitad mejor remunerada de la distribucin.
En resumen, estos datos confirman los hechos ya documentados en la literatura para Amrica Latina sobre la evolucin de los salarios para los diferentes
grupos educativos. Los claros perdedores en este perodo han sido los jvenes
y tambin los adultos con educacin secundaria. El mercado laboral est
pagando por estos trabajadores salarios cada vez ms cercanos a los de aquellos
con menos educacin, mientras que la brecha con los trabajadores educados
aumenta. Esto reproduce lo observado en Estados Unidos durante los aos
ochenta, donde las dinmicas de oferta y demanda de trabajo resultaron en una
polarizacin del mercado laboral, con mejores condiciones para los menos y
ms educados, y peores condiciones para los trabajadores con educacin media.

Desempleo, informalidad e inactividad: otros sntomas de la


misma enfermedad
La evolucin de los salarios muestra un aspecto importante de la situacin laboral que afrontan los jvenes. Sin embargo, el panorama quedara incompleto
sin mirar el desempleo, el empleo informal y la participacin en el mercado de
trabajo. La legislacin y las instituciones laborales no solo afectan la oferta y

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 29

la demanda de trabajo, sino que tambin inciden en los procesos de ajustes del
mercado ante cambios inducidos por otros factores (como los de la demanda y
oferta de habilidades como producto de los avances tecnolgicos, por ejemplo),
haciendo que se manifiesten en variaciones de cantidades (empleo, desempleo,
participacin) y no de precios (salarios). Es posible entonces que las dinmicas
descritas en las secciones anteriores hayan afectado tambin el desempleo, la
actividad y/o la informalidad de los jvenes, y que su impacto haya sido diferente
para los distintos grupos educativos. Sin embargo, en este libro no se busca dar
cuenta de la situacin laboral de los jvenes a travs de factores institucionales
o de regulacin laboral, sino ms bien explorar explicaciones complementarias
y menos analizadas hasta ahora, especficamente el desacople entre las habilidades que el mercado de trabajo demanda y aquellas que traen los jvenes del
sistema educativo14.
La evidencia disponible para pases desarrollados muestra que los aos
posteriores a la culminacin de la educacin formal de los jvenes estn caracterizados por transiciones frecuentes entre el desempleo, los trabajos temporarios
o de tiempo parcial, la inactividad y el reingreso al sistema educativo. Para los
pases de la OCDE, Quintini, Martin y Martin (2007) analizan datos de panel
donde se observa que los jvenes que terminan la educacin secundaria pueden
demorar entre uno y dos aos en conseguir su primer empleo. Adems, en los
primeros siete aos de su vida laboral son frecuentes los perodos de desempleo.
En Espaa, por ejemplo, el 56% de los jvenes atraviesa por lo menos por dos
episodios de desocupacin en esta fase de su vida laboral, lo cual se observa
en menor grado en pases con sistemas duales como Alemania o Austria, donde
los estudiantes pasan parte del tiempo de su formacin educativa en prcticas
laborales. Estos autores muestran que en estos dos pases el 50% de los jvenes
encuentra un empleo al concluir sus estudios secundarios.
Para Amrica Latina, Cunningham (2009) y Cunningham y Bustos
(2011) analizan datos de panel correspondientes a Argentina, Brasil y Mxico,
y concluyen que all la situacin de los jvenes es comparable a la de los de la
OCDE. Cunningham (2009) muestra cmo la mayor tasa de desempleo juvenil
en los pases estudiados responde a una mayor rotacin de los jvenes quienes
entran y salen del desempleo con mayor frecuencia que los adultos y no a una
permanencia ms prolongada en la desocupacin. En opinin de esta autora,
tal situacin refleja un proceso no lineal y dinmico propio de los primeros
aos del ciclo laboral de las personas, en los cuales el trabajador va buscando
una trayectoria estable en el mercado de trabajo. Aunque es una conclusin
importante para el presente anlisis, en el estudio aludido no se indaga sobre

Heckman y Pags (2004) ofrecen un completo anlisis de la incidencia de la regulacin


laboral en Amrica Latina.

14

30 > DESCONECTADOS

las diferencias en estas transiciones en el tiempo, las cuales podran haberse


visto afectadas por cambios en la tasa de desempleo juvenil.
Por su parte, Cunningham y Bustos (2011) estudian las transiciones de los
jvenes de la escuela al mercado de trabajo y muestran que la mayor parte de
los movimientos en esta etapa se produce entre el sistema educativo, el sector
informal, el desempleo y la inactividad. Esto quiere decir que la mayora de
los jvenes ingresa al mercado laboral a travs de un empleo informal y pasa
un perodo rotando entre este tipo de ocupacin, el desempleo y la inactividad
hasta encontrar un empleo formal estable. Estos autores concluyen que en el
caso de los jvenes, el sector informal sirve de plataforma hacia mejores
empleos, es decir, que funciona como una etapa de capacitacin en preparacin para un trabajo estable. Bosch y Maloney (2010) presentan la misma
evidencia sobre el papel que desempea el sector informal en estos pases
latinoamericanos, pero adems puntualizan que para los jvenes esta especie
de capacitacin en el sector informal podra estar supliendo deficiencias del
sistema educativo en lo que se refiere a formar aquellas habilidades y competencias que el mercado laboral demanda. Nuevamente, los resultados de
estos trabajos ilustran las transiciones de corto plazo y brindan informacin
relevante para entender la dinmica de la entrada al mercado laboral. Sin
embargo, cuando se trata de determinar si en el caso particular de los jvenes
la informalidad es una puerta de entrada al trabajo o ms bien un problema,
sera igualmente necesario analizar tanto las tendencias que se presentan en
este grupo de 16 a 24 aos, como tambin los cambios en la incidencia de la
informalidad en los grupos de adultos jvenes y adultos.
En la prxima seccin se analizan indicadores de desempleo, informalidad
y participacin laboral para diferentes cohortes de jvenes de 16 a 24 aos a lo
largo de tres dcadas, buscando identificar seales de mejoras o deterioros en
las ya conocidas e irregulares transiciones de los jvenes en el mercado laboral.

Tendencias en el desempleo juvenil: rotacin normal


o estigma duradero?
En Amrica Latina, en las ltimas dos dcadas el alto nivel de desempleo ha
sido uno de los principales problemas laborales y una de las mayores preocupaciones reportadas por la sociedad (BID, 2004). Segn datos de la Organizacin
Internacional del Trabajo (OIT, 2011), la tasa de desempleo promedio en la regin es la cuarta ms elevada del mundo (despus de frica, el Oriente Medio
y Europa Central), siendo los jvenes un grupo particularmente afectado15. En

Los datos corresponden a 2008. En BID (2004) y en Bassi y Galiani (2009) se incluyen
cifras sobre desempleo por regiones.

15

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 31

Grfico 2.7
Tasa de desempleo y porcentaje de jvenes desempleados
% de jvenes en el total de desempleados

10

Regin

5
Honduras

20

Mxico

10

El Salvador

30

Costa Rica

15

Brasil

40

Panam

20

Venezuela

50

Argentina

25

Chile

60

% de jvenes en el total de desempleados

Desempleo jvenes

30

Uruguay

Tasa de desempleo

Desempleo adultos

Fuente: SEDLAC (2009).

promedio, el desempleo juvenil en Amrica Latina es tres veces superior al de


los adultos. Esta proporcin vara entre los diferentes pases, como se observa
en el grfico 2.7. En Mxico y Chile, el desempleo entre los jvenes casi cuadruplica el de los adultos, aunque en el caso de Mxico los niveles son bajos
en comparacin con el resto de los pases de la muestra.
El alto desempleo de los jvenes en Amrica Latina no es inusual. Segn
datos de la OIT (2011), en el mundo el desempleo juvenil en relacin con el
adulto oscila entre 1,8 veces en regiones de frica, y 4,5 veces en el sudeste
asitico. En las economas desarrolladas y en los pases de la Unin Europea,
la relacin del desempleo juvenil frente al desempleo adulto es de 2,3 veces,
incluso durante la reciente crisis que afect en forma negativa y desproporcionada la situacin laboral de los jvenes.
Segn la muestra analizada, del total de desempleados de Amrica Latina
el 47% corresponde a jvenes de 16 a 24 aos. Se trata de un hecho digno de
notar si se considera que los jvenes constituyen cerca de un cuarto de la fuerza
laboral en la regin (OIT, 2011).En algunos pases como Honduras y Mxico
esta proporcin supera el 50%. Uruguay, Chile y Argentina son los pases con
mayores tasas de desempleo juvenil.
Cuando se trata de explicar por qu el desempleo entre los jvenes es
particularmente elevado surgen fundamentalmente dos vertientes16. En una se
aduce que la mayor rotacin entre empleos que se registra en este grupo responde

16

Bassi y Galiani (2009) incluyen una breve descripcin de esta literatura.

32 > DESCONECTADOS

Grfico 2.8
Tasa de desempleo de jvenes y adultos en Amrica Latina, 19802010
(%)
Jvenes
18,0
16,0
14,0
12,0
10,0
8,0
6,0
4,0
2,0
0

Adultos

Finales aos 1980

Inicios aos 1990

Finales aos 1990

Inicios aos 2000

Finales aos 2000

Fuente: SEDLAC (2009).

a la necesidad de encontrar el que mejor se ajuste a sus aspiraciones. Posteriormente, a medida que los trabajadores acumulan experiencia, esta aporta valiosa
informacin tanto a los empleadores como a los mismos empleados, facilitando
as el proceso de insercin laboral (Mincer y Jovanovic, 1981; Bosch y Maloney,
2010; Cunningham, 2009; Cunningham y Bustos, 2011).
Aunque por lo general se reconoce que tal rotacin es un fenmeno recurrente en los primeros aos del ciclo de vida laboral de las personas, una segunda
vertiente de la literatura especializada sostiene que los perodos prolongados de
desempleo pueden poner una marca o estigma en el trabajador, afectando de
manera ms permanente sus perspectivas de empleo futuro y consecuentemente
su flujo de ingresos (Mroz y Savage, 2001; Neumark, 2002). As pues, un desempleo excesivamente alto en esta fase podra tener consecuencias duraderas
en las trayectorias laborales de los individuos, adems de su impacto directo e
inmediato en el ingreso durante el perodo de cesanta. En los trabajos de Cunningham (2009) y Cunningham y Bustos (2011) ya citados se muestra que el alto
desempleo juvenil en Argentina, Brasil y Mxico responde a una mayor frecuencia
del fenmeno (entrada y salida al y del desempleo) y no a una mayor duracin
del mismo. Sin embargo, debido a la falta de datos longitudinales que permitan
realizar un seguimiento ms extenso, las conclusiones de estos estudios se derivan
de transiciones cortas y no consideran las posibles modificaciones en el tiempo17.
Uno los cambios ms notorios en el panorama laboral en Amrica Latina en las ltimas tres dcadas ha sido precisamente el aumento en la tasa de
desempleo, particularmente entre los jvenes (grfico 2.8). En la muestra aqu
utilizada, el desempleo se elev en cerca de cinco puntos desde inicios de la
dcada de los aos noventa. Con excepcin de dos de los pases analizados
17

Vase la nota 6.

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 33

Cuadro 2.4
Variacin de la tasa de desempleo juvenil en pases seleccionados,
19902010
(%)
Inicios aos 1990

Finales aos 2000

Variacin

Argentina

16,7

21,8

5,0

Brasil

10,5

17,2

6,7

Chile

6,5

14,7

21,3

Costa Rica

8,1

13,4

5,3

El Salvador

14,2

12,4

1,8

Honduras

5,0

5,8

0,7

Mxico

8,1

8,8

0,7

Panam

20,8

17,4

3,4

Uruguay

21,1

25,3

4,2

Venezuela

11,4

18,5

7,1

Regin

10,4

15,1

4,6

Fuente: SEDLAC (2009).

(Panam y El Salvador), el aumento fue generalizado. Venezuela mostr el


incremento ms marcado: siete puntos (cuadro 2.4).
Entre los jvenes hay grupos ms vulnerables que otros al desempleo.
La relacin entre desempleo y educacin no es obvia y es el resultado de la
oferta y la demanda de cada tipo de habilidad y de cmo se dan los ajustes del
mercado laboral (va salarios o va desempleo). Por una parte, sera de esperar
que un trabajador ms educado fuera capaz de desempearse en un empleo que
requiera menos habilidades, y que por esa razn las oportunidades laborales
para los ms educados fueran ms amplias y el desempleo menor. Por otra parte,
los trabajadores ms educados deberan tener en promedio mayores recursos
para sostener perodos de cesanta ms prolongados hasta encontrar el trabajo
apropiado, en cuyo caso el desempleo podra ser mayor entre los ms educados.
Las cifras correspondientes a la muestra de pases latinoamericanos estudiados sugieren que, en general, los trabajadores menos educados sufren mayor
desempleo. En particular, son los jvenes con educacin secundaria los que exhiben las tasas ms altas de desocupacin en seis de los 10 pases para los cuales
se tienen datos comparables. Esto podra estar relacionado con el importante
aumento en la oferta relativa de este grupo a la que se ha hecho referencia en
las secciones previas. En Argentina, Brasil y El Salvador, las diferencias entre el
desempleo de los menos educados y el de los ms educados son marcadas. Sin
embargo, en general no se verifica un patrn de grandes diferencias en trminos
de desempleo para este grupo educativo, como se observa en el grfico 2.9.
Las diferencias marcadas se dan entre pases ms que entre grupos educativos
dentro de cada pas. Es decir, si se comparan los grficos 2.7 y 2.9, se observa

34 > DESCONECTADOS

Grfico 2.9
Tasa de desempleo juvenil por nivel educativo
(%)
Primaria

Secundaria

Superior

30,0
25,0
20,0
15,0
10,0

Venezuela

Uruguay

Panam

Mxico

Honduras

El Salvador

Costa Rica

Chile

Brasil

Argentina

Amrica
Latina

5,0

Fuente: SEDLAC (2009).

que aquellos pases que presentan altas tasas de desempleo juvenil en general
(grfico 2.7) exhiben altas tasas de desempleo para todos los grupos educativos
(grfico 2.9). La magnitud del desempleo juvenil promedio no responde entonces
a diferencias en la composicin de la poblacin de jvenes (al menos no por
grupos educativos) sino a otros factores, los cuales pueden estar relacionados
con temas institucionales que afectan la manera en que se produce el ajuste del
mercado de trabajo en cada pas. Una evidencia congruente con lo expresado es,
por ejemplo, la correlacin negativa que se observa entre desempleo e informalidad, lo cual se documentar en la siguiente seccin. Pases con bajas tasas de
desempleo, como Mxico, muestran una alta proporcin trabajadores informales.
En cuanto a la duracin del desempleo entre los distintos grupos educativos,
esta vara de un pas a otro aunque las diferencias por educacin no son excesivamente marcadas. Los jvenes con educacin media suelen tener perodos de
desempleo ms cortos que el promedio, probablemente porque rotan con mayor
frecuencia entre la inactividad, el empleo y el desempleo. En promedio, la duracin
del desempleo para los jvenes de los pases de la muestra es de ocho meses,
variando de 8,8 meses para aquellos con educacin bsica, 8,0 meses para los que
tienen educacin media y 8,6 meses para aquellos con educacin superior. Aqu
las diferencias tampoco son muy marcadas entre los pases seleccionados, salvo
en el caso de Panam, donde los egresados de la educacin superior permanecen
desempleados durante perodos ms prolongados (grfico 2.10).
Nuevamente, las mayores diferencias se dan entre pases, lo cual podra
arrojar luces sobre hasta qu punto las tasas de desempleo responden a una
mayor rotacin de los jvenes en el mercado de trabajo o a un factor estructural

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 35

Grfico 2.10
Duracin del desempleo por nivel educativo entre los jvenes
latinoamericanos en pases seleccionados
(Meses)
Primaria

Secundaria

Superior

12
10
8
6
4

Venezuela

Uruguay

Panam

Honduras

El Salvador

Costa Rica

Chile

Brasil

Argentina

Amrica
Latina

Fuente: SEDLAC (2009).

del mismo. Por ejemplo, Chile muestra una tasa de desempleo juvenil alta,
mientras que la de El Salvador es mediana. Ambos pases exhiben la menor
duracin del desempleo entre los jvenes, lo cual es congruente con una alta
frecuencia de entrada y salida del mismo.
Las tendencias desde fines de los aos ochenta tambin muestran aumentos en materia de desempleo para los tres grupos educativos estudiados. En
los datos agregados, el grupo con educacin secundaria muestra el desempleo
ms alto y mantiene esa brecha durante el perodo de estudio (grfico 2.11).

Grfico 2.11
Evolucin del desempleo de jvenes por nivel educativo, 19802010
(%)
Primaria
20
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0

Inicios
aos 1980

Secundaria

Finales
aos 1980

Fuente: SEDLAC (2009).

Superior

Inicios
aos 1990

Finales
aos 1990

Inicios
aos 2000

Finales
aos 2000

36 > DESCONECTADOS

Aunque el desempleo no es la nica medida, o la principal, de los problemas


laborales juveniles en Amrica Latina y el Caribe, su impacto significativo de corto
y largo plazo en las trayectorias de los jvenes, y su relacin con otros problemas
sociales serios como la pobreza, la exclusin y la delincuencia, han hecho que este
tema haya sido prioritario en las polticas laborales de varios pases de la regin.
Hasta el momento ha sido abordado principalmente mediante la implementacin
de polticas y programas laborales focalizados, cuya expansin se produjo principalmente durante los aos noventa. Es ms, en el mundo en vas de desarrollo,
es en Amrica Latina donde se ha llevado a cabo el mayor nmero de iniciativas
laborales orientadas a los jvenes18. Dada la inestabilidad de las economas de
la regin, el tema del desempleo juvenil se torna an ms urgente no slo por
su relevancia en el desarrollo, sino tambin porque la situacin laboral de los
jvenes es ms sensible a los ciclos econmicos. Los resultados de estos esfuerzos
han sido mixtos, y aunque en los ltimos diez aos la tasa de desempleo juvenil
ha registrado alguna mejora, se mantiene notablemente elevada para los jvenes
de todos los niveles educativos19. Es por ello que aqu se considera como una de
las seales de deterioro en la situacin laboral de los jvenes latinoamericanos.

Informalidad: puerta de entrada o vlvula de escape?


Otra caracterstica de los mercados de trabajo de las economas latinoamericanas es la alta incidencia de los empleos informales, especialmente entre los
trabajadores jvenes. La mayora de las personas entre los 16 y los 24 aos no
trabajan y muchas se encuentran buscando empleo. Entre quienes s trabajan
en forma remunerada, ms de la mitad lo hace en un empleo informal, tradicionalmente definido como el de aquellos trabajadores que carecen de beneficios
de seguridad social (resguardo contra el desempleo y/o beneficios como seguro
de salud, aportes previsionales o vacaciones remuneradas).
El 25% de los programas laborales para jvenes de pases en vas de desarrollo se realizaron en Amrica Latina (Bassi y Galiani, 2009 con base en datos del Banco Mundial).
19
Como ejemplo de la literatura que reporta resultados mixtos de los programas de capacitacin, Ibarraran y Rosas (2009) revisan los resultados de tales iniciativas en siete
pases latinoamericanos que cuentan con evaluaciones de impacto rigurosas. Los autores
encuentran que los resultados de estos programas varan de modestos a significativos, con
un rango de impacto sobre la tasa de empleo que va de cero a cinco puntos porcentuales. El
efecto parece ser mayor para grupos especficos, como es el caso de las mujeres en algunos
de los pases estudiados. Sobre el impacto positivo de estos programas, Attanasio, Kugler y
Meghir (2011) evalan experimentalmente Jvenes en Accin, un esfuerzo implementado
en Colombia entre 2001 y 2005 y muestran que incide de manera importante en las mujeres
en trminos de salarios y empleo. Por su parte, Card et al. (2007) conducen una evaluacin, tambin experimental, de un programa implementado en la Repblica Dominicana
en el mismo perodo. Estos autores encuentran que no hubo impacto en el empleo de los
participantes, y que el efecto fue reducido aunque estadsticamente significativo en
el nivel de salarios y en la calidad del empleo (medida por la cobertura de salud).
18

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 37

Grfico 2.12
Empleo informal de jvenes y adultos
(%)

Chile

Uruguay

Costa Rica

Brasil

Argentina

El Salvador

Venezuela

Mxico

Adultos

Honduras

100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0

Amrica
Latina

Jvenes

Fuente: SEDLAC (2009).

La proporcin de jvenes con empleos informales vara entre pases (grfico


2.12). En Honduras, prcticamente todos los jvenes que trabajan lo hacen de
manera informal (como tambin un alto porcentaje de los adultos). En cambio en
Chile, la informalidad del empleo juvenil es cercana al 30%. Las cifras muestran
una correlacin inversa entre la tasa de desempleo y la informalidad entre los
jvenes. Aquellos pases con los mayores niveles de desempleo entre los jvenes,
como Chile y Uruguay, son los que acusan una menor incidencia de informalidad laboral. Por el contrario, Honduras y Mxico, cuyas tasas de desocupacin
juvenil son las ms bajas entre los pases analizados, muestran los niveles ms
altos de informalidad. Una posible interpretacin de este fenmeno es que la
informalidad acta como vlvula de escape en el mercado de trabajo. Ante la
dificultad en insertarse en el mundo laboral, los jvenes terminan vinculndose
a actividades informales, inestables, mal remuneradas y sin beneficios como
alternativa a permanecer cesantes. De una estimacin bsica realizada a partir
de los datos disponibles para inicios y fines de la primera dcada de los aos
2000 se deduce que por cada cuatro puntos de mayor informalidad, la tasa de
desempleo es un punto menor entre los pases de la muestra 20.
Con base en su anlisis de las cifras para Argentina, Brasil y Mxico, Bosch y
Maloney (2010) muestran que dentro del grupo de empleos informales es importante
diferenciar a los trabajadores por cuenta propia de los asalariados informales. Laborar
Bosch y Maloney (2010) tambin muestran una correlacin inversa entre desempleo e
informalidad con datos de serie de tiempo para Mxico.

20

38 > DESCONECTADOS

Grfico 2.13
Evolucin del empleo informal por nivel educativo, 19802010
(%)
Primaria
80,0
70,0
60,0
50,0
40,0
30,0
20,0
10,0
0

Finales aos 1980

Secundaria

Inicios aos 1990

Superior

Finales aos 1990

Inicios aos 2000

Finales aos 2000

Fuente: SEDLAC (2009).

por cuenta propia parece ser una opcin deseable para algunos trabajadores de la
regin (y para quienes cuentan con el capital necesario para hacerlo), mientras que
un empleo asalariado informal aparece como una situacin temporal, una alternativa
laboral mientras se consigue un puesto en el sector formal. Entre otros indicadores,
estos autores muestran que los trabajos asalariados informales duran menos que
los formales o por cuenta propia y tienen mayor rotacin. Cabe notar que entre los
jvenes, los trabajadores por cuenta propia constituyen un grupo menor (cerca de
un tercio de los asalariados informales)21.
La informalidad afecta de manera desigual a los jvenes con distintos niveles de escolaridad, y en este caso las diferencias son marcadas. El grupo que
se encuentra claramente en desventaja es el de aquellos con educacin primaria
o menos, que son los ms afectados por la informalidad laboral en todos los
pases aqu estudiados (grfico 2.13). Asimismo, salvo en Chile y El Salvador,
en el resto de la regin la informalidad entre los jvenes y tambin entre los
adultos de todos los niveles educativos ha crecido desde fines de los aos
ochenta. En general, el aumento ha sido ms rpido para los trabajadores de
secundaria, mientras que entre los jvenes (pero no entre los adultos) ha sido
ms acelerado entre los ms educados que para el resto (cuadro 2.5). Chile es un
caso particular, pues se observa una cada de la informalidad en todos los grupos
(por edad y por educacin), salvo entre los jvenes con formacin superior. Esto
puede deberse aunque para confirmarlo habra que llevar a cabo un anlisis
riguroso a que los jvenes ms educados, y especialmente las mujeres, optan
cada vez ms por comenzar sus carreras como trabajadores por cuenta propia.
Como se dijo anteriormente, los empleos informales parecen representar
la puerta de entrada al mercado laboral para la mayora de jvenes en la regin.
21

Slo en Mxico los grupos son de tamaos similares.

78,3
63,7
44,8
57,2
81,4
86,6
82,2
72,0

56,5
39,6
31,1
38,9
63,1
78,5
71,0
54,4

28,8
34,7
41,7
27,6
67,1
74,8
43,0
34,7

Finales aos
2000

54,6
55,1
60,3
46,6
83,6
80,5
71,3
55,3

Finales aos
1980

Primaria

27,7
4,8
10,6
11,3
4,0
3,6
28,1
19,7

23,7
8,6
15,5
10,6
2,2
6,1
10,8
16,7

Variacin

15,1
9,1
28,0
13,5
20,8
40,3
27,9
11,0

42,3
23,9
38,4
23,8
48,3
58,8
52,9
26,2

Finales aos
1980

36,4
17,4
18,1
24,3
24,3
49,6
52,1
31,3

59,1
38,0
28,5
37,9
46,2
69,5
67,0
50,7

Finales aos
2000

Secundaria

21,4
8,3
9,9
10,8
3,5
9,3
24,2
20,3

16,8
14,1
9,9
14,1
2,1
10,8
14,2
24,4

Variacin

11,7
5,2
14,7
6,9
11,7
30,8
12,6
6,4

27,8
14,9
28,2
21,0
30,0
47,4
29,9
16,8

Finales aos
1980

17,8
9,7
10,2
8,0
9,6
31,9
26,6
18,7

40,3
30,2
32,2
21,3
28,9
62,1
47,4
41,8

Finales aos
2000

Superior

Fuente: SEDLAC (2009).


Nota: El dato inicial para Venezuela y Mxico es de finales de los aos noventa. El dato inicial para El Salvador es de principios de la misma dcada.

Jvenes
Argentina
Brasil
Chile
Costa Rica
El Salvador
Mxico
Venezuela
Amrica Latina
Adultos
Argentina
Brasil
Chile
Costa Rica
El Salvador
Mxico
Venezuela
Amrica Latina

(%)

Empleo informal por nivel educativo para jvenes y adultos, 19802010

Cuadro 2.5

6,0
4,5
4,4
1,0
2,1
1,1
14,0
12,4

12,4
15,3
4,1
0,3
1,1
14,6
17,5
24,9

Variacin

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 39

40 > DESCONECTADOS

Para establecer si en realidad es as se requerira hacer un seguimiento de quienes


ingresan al mercado de trabajo como informales a fin de conocer sus trayectorias
en lo que sigue de sus carreras laborales. Para esto se necesitaran datos longitudinales de los cuales no se dispone por el momento la regin que permitan
seguir a los mismos individuos por un perodo prolongado. Sin embargo, Bosch
y Maloney (2010) han realizado estudios de transiciones por lapsos ms cortos
donde se muestra que quienes se encuentran empleados en el sector informal
tienen mayores probabilidades de estar all posteriormente que quienes no han
estado. Es otras palabras, es posible que quienes ingresan al mercado de trabajo
siendo informales permanezcan en esa condicin por un perodo prolongado.
Tambin se vio que el empleo informal no es necesariamente malo ni
significa siempre que no existan otras alternativas; muchas personas optan por
ese tipo de actividad pues valoran su flexibilidad y otros beneficios asociados.
Sin embargo, en general los empleos informales especialmente en relacin
de dependencia pagan salarios ms bajos y no responden a las preferencias
de los trabajadores (Bosch y Maloney, 2010). El aumento de la informalidad
laboral constituye, pues, otra tendencia negativa en cuanto a las oportunidades
de trabajo para los jvenes en Amrica Latina.

Ninis con rostro de mujer


El alto porcentaje de jvenes que ni estudia ni trabaja (ninis) tambin ha sido
un tema de preocupacin y motivo de estudio en la regin. Si bien es cierto
que desde finales de la dcada de los aos ochenta este fenmeno ha venido
disminuyendo sistemticamente, la inactividad juvenil sigue siendo elevada. Al
analizar las proporciones en los distintos grupos etarios se evidencia adems
que el porcentaje de ninis no solo no decae sino que ms bien aumenta entre
los adultos jvenes. Esto se observa en el grfico 2.14 en los seis pases para los
cuales se dispone de datos. Adems all se evidencia que en la regin cerca del
15% en promedio de aquellos en el grupo de 16 a 24 aos ni estudia ni trabaja
(ms de 10 millones de jvenes en los diez pases de la muestra), mientras que
en el segmento de 25 a 35 aos esta proporcin aumenta al 18% (cerca de 16
millones de adultos jvenes en los pases de la muestra).
Al desagregar los datos por gnero se observa que los ninis se concentran
de manera desproporcionada entre las mujeres (grfico 2.15)22. Asimismo, el
hecho de que la proporcin de ninis no disminuya, sino que por el contrario
aumente con la edad, est determinado por la baja participacin laboral de
En el recuadro 2.1 ms delante se presenta en forma grfica evidencia adicional sobre la
baja participacin de las mujeres. Esta es an ms notoria cuando se observa la situacin
de Amrica Latina en el contexto internacional mediante la comparacin con datos para
Estados Unidos.
22

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 41

Grfico 2.14
Jvenes y adultos jvenes que ni estudian ni trabajan (ninis) en
Amrica Latina
Edad 1624

Edad 2535

30
25

20
15
10
5
0

Mxico

Chile

Panam

AL

Brasil

Uruguay

Argentina

Fuente: SEDLAC (2009).

Grfico 2.15
Hombres y mujeres que ni estudian ni trabajan
(%)
Edad 1624

Edad 2535

Panel A: Hombres
50
40
30
20
10
0

Mxico

Panam

AL

Chile

Brasil

Argentina

Uruguay

Panam

AL

Chile

Brasil

Argentina

Uruguay

Panel B: Mujeres
50
40
30
20
10
0

Mxico

Fuente: SEDLAC (2009).

42 > DESCONECTADOS

Recuadro 2.1
Amrica Latina versus Estados Unidos: desempleo
alto y mujeres a la zaga
Con el fin de particularizar la situacin del mercado de trabajo para jvenes y adultos en
la regin, resulta til establecer comparaciones con las tendencias registradas en pases
desarrollados. Para ello, en este recuadro se analiza la situacin laboral de hombres y
mujeres en Amrica Latina contrastndola con la de sus pares en Estados Unidos. No
se trata aqu de explicar las brechas entre ambas economas, sino de identificar las
diferencias en las tendencias en la participacin laboral, el empleo y el desempleo para
los distintos grupos de edad.
De esta comparacin surgen dos evidencias claras. En primer lugar se verifica que las
diferencias en participacin laboral se registran entre las mujeres, en particular entre
las jvenes. Los hombres latinoamericanos muestran tasas de participacin similares
a la de sus pares en Estados Unidos, tanto entre los adultos como entre los jvenes. En
segundo lugar se observa que en el desempleo tanto de hombres como de mujeres se
verifican diferencias importantes, siendo notorio su aumento generalizado en Amrica
Latina y especialmente marcado entre los jvenes.
Ms abajo se resumen de manera grfica las tendencias de la participacin laboral, el
empleo y el desempleo en Amrica Latina y Estados Unidos para jvenes y adultos, mujeres
y hombres. En el panel A se muestra la participacin laboral para estos grupos en ambas
regiones. La baja participacin laboral de los jvenes sugiere que estos estn postergando cada vez ms su entrada al mercado de trabajo para aumentar su capital humano
invirtiendo ms tiempo en su educacin. Sin embargo, tambin puede ser consecuencia
del desestmulo que implica un alto desempleo juvenil o la existencia de oportunidades
laborales de mala calidad para este grupo. Las dificultades para encontrar un buen empleo podran terminar transformando el desempleo en una salida de la fuerza de trabajo.
La participacin laboral de los jvenes es similar en ambas regiones y menor que la
de los adultos; desde principios de los aos noventa se ha mantenido relativamente
constante, con una leve tendencia negativa entre los jvenes de Estados Unidos. La
proporcin de la participacin laboral de los jvenes y los adultos disminuy levemente (0,08) en ambos casos, aunque en Amrica Latina esta cada se explica por el
aumento en la participacin de los adultos, mientras que en Estados Unidos resulta
de la disminucin de la participacin de los jvenes.
Con todo, la diferencia ms notable de esta comparacin internacional se evidencia
entre las mujeres. En Estados Unidos, los niveles de participacin laboral femenina
son considerablemente superiores a los de Amrica Latina. A principios del perodo, la
participacin de las jvenes estadounidenses (de 16 a 24 aos) era incluso mayor a la
de las adultas latinoamericanas. Entre las jvenes de Amrica Latina, la participacin
laboral se mantuvo en niveles muy bajos, mientras que las mujeres adultas ingresaron
cada vez ms al mercado de trabajo. De hecho, en Amrica Latina solo cerca del 40% de
las mujeres menores de 25 aos participa en el mercado de trabajo versus el 60% del
mismo grupo en Estados Unidos. Esta proporcin ha aumentado apenas levemente,
en especial comparada con la de las mujeres adultas1.
Existe una abundante literatura sobre los factores que subyacen al aumento en la
participacin laboral femenina tanto en Estados Unidos y otros pases desarrollados
(contina en la pgina siguiente)

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 43

Recuadro 2.1 (continuacin)


Amrica Latina versus Estados Unidos: desempleo
alto y mujeres a la zaga
(donde este mismo fenmeno se dio en la segunda mitad del siglo XX), como en Amrica
Latina. Diversas investigaciones vinculan esta tendencia con aumentos en los niveles
de educacin, aspectos culturales, mejoras salariales y desarrollo de la tecnologa del
hogar, entre otros factores. Sin embargo, el hecho destacable en lo que concierne a
este captulo es la participacin baja y relativamente estable de las jvenes latinoamericanas en el mercado laboral.
La pregunta entonces es si estos niveles de participacin reflejan una alta inactividad de las jvenes que ni estudian ni trabajan, o si ms bien se explican en lo
fundamental por su mayor permanencia en el sistema educativo medio y superior.
Aun si existiera un amplio margen para que las jvenes latinoamericanas aumentaran su participacin en el mercado de trabajo, el problema en el primer caso sera
mucho mayor.
En el panel B se observa que las tasas de empleo en Estados Unidos son mayores
que en Amrica Latina, tanto para los adultos como para los jvenes. Los adultos
muestran tasas de empleo superiores a las de los jvenes en ambas economas,
aunque en Amrica Latina la brecha entre jvenes y adultos ha aumentado; all los
jvenes representan hoy en da una proporcin menor del empleo que hace 20 aos.
Mientras que a principios de los aos noventa la tasa de empleo juvenil constitua el
71% de la del empleo adulto, a fines de los aos 2000 se haba reducido al 61%. Esta
cada, sin embargo, refleja principalmente el aumento en la participacin de las mujeres adultas (no observado entre las jvenes, en parte por el aumento en los aos de
educacin en este grupo). Entre tanto en Estados Unidos esta proporcin baj del 74%
al 68%. Nuevamente existen importantes diferencias de gnero. Mientras que entre
los hombres los niveles de empleo son similares en Amrica Latina y Estados Unidos,
entre las mujeres existen marcadas diferencias. El empleo de las mujeres adultas
latinoamericanas muestra dinamismo, mientras que las jvenes mantienen una tasa
de empleo baja cercana al 30%, lo cual quiere decir que solo una de cada tres jvenes
latinoamericanas tiene trabajo remunerado.
Por ltimo, en el panel C se registran las tasas de desempleo, uno de los indicadores
bsicos de la problemtica laboral juvenil y que actualmente muestra un deterioro
en la regin. All se observa que tanto los jvenes latinoamericanos como los estadounidenses enfrentan un desempleo ms alto que los adultos. Si bien el mayor
desempleo como tal convierte a los jvenes en un grupo ms vulnerable, no refleja
necesariamente una dbil coyuntura laboral. Economistas especializados en el tema
han explicado este hecho estilizado con diversos argumentos, entre los cuales figuran la menor duracin de los contratos para los jvenes (Leighton y Mincer, 1979) o
el hecho de que la transicin a un empleo estable requiere bsqueda y comparacin
(shopping ) hasta encontrar uno que encaje (match) (Mortensen y Pissarides, 1999).
Por otro lado, en otra extensa rama de la literatura especializada se argumenta que
el desempleo puede tener consecuencias duraderas ya que constituye una mala seal para los futuros empleadores, al tiempo que limita las opciones futuras para los
desempleados (Spence, 1973)2.
(contina en la pgina siguiente)

44 > DESCONECTADOS

Recuadro 2.1 (continuacin)


Amrica Latina versus Estados Unidos: desempleo
alto y mujeres a la zaga
En Amrica Latina, el problema se manifiesta en la tendencia creciente e incluso
ms pronunciada de la desocupacin de quienes se encuentran en transicin de la
escuela al mercado de trabajo. Entre tanto, en Estados Unidos el desempleo se redujo
para jvenes y adultos, hombres y mujeres en el perodo analizado. La brecha ms
notable entre las dos regiones se verifica nuevamente entre las mujeres jvenes, que
en Amrica Latina enfrentan una desocupacin cercana al 25% (cerca de 15 puntos
porcentuales ms que sus pares estadounidenses y que las adultas de la regin).
Tendencias laborales para jvenes y adultos en Amrica Latina y Estados Unidos,
19902010
Jvenes EE.UU

100

Adultos EE.UU

Total

100

Jvenes ALC

Panel A: Participacin laboral


Hombres

Adultos ALC

80

80

80

60

60

60

40

40

40

20

20

20

100

Inicios Finales Inicios Finales


aos
aos
aos
aos
1990
1990
2000
2000

Total

100

Inicios Finales Inicios Finales


aos
aos
aos
aos
1990
1990
2000
2000

Panel B: Empleo
Hombres

80

80

60

60

60

40

40

40

20

20

20

30

Inicios Finales Inicios Finales


aos
aos
aos
aos
Jvenes 1990
US 2000 Adultos
1990
2000 US

Total

30

Panel C: Desempleo
Hombres

25

25

20

20

15

15

15

10

10

10

5
Inicios Finales Inicios Finales
aos
aos
aos
aos
1990
1990
2000
2000

Mujeres

30

25

Inicios Finales Inicios Finales


aos
aos
aos
aos
1990
1990
2000
2000

Mujeres

0
Inicios Finales Inicios Finales
Inicios Finales Inicios Finales
aos
aos
aos
aos
aos
aos
aos
aos
LAC 2000 2000
Adultos LAC 1990 1990 2000 2000
1990Jvenes
1990

20

Inicios Finales Inicios Finales


aos
aos
aos
aos
1990
1990
2000
2000

100

80

Mujeres

100

Inicios Finales Inicios Finales


aos
aos
aos
aos
1990
1990
2000
2000

Fuente: Bassi y Galiani (2009) con datos de SEDLAC (2009) y CPS anual (marzo).
(contina en la pgina siguiente)

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 45

Recuadro 2.1 (continuacin)


Amrica Latina versus Estados Unidos: desempleo
alto y mujeres a la zaga
As pues, la comparacin de la situacin laboral de los jvenes de Amrica Latina con
la de aquellos en una economa desarrollada como la de Estados Unidos muestran dos
seales negativas para los primeros: por un lado una participacin baja y estancada
en el mercado de trabajo, tendencia esta que puede no estar completamente ligada a
la existencia de un mayor acceso a la educacin superior, y por otro lado un desempleo
elevado: los pocos jvenes que deciden trabajar enfrentan dificultades para encontrar
una ocupacin. En ambos casos, las mujeres son el grupo ms afectado.
1
El tema de la participacin laboral de las mujeres en Amrica Latina ha sido ampliamente estudiado.
Vase, por ejemplo, el anlisis que aparece en el Informe de Progreso Econmico y Social del BID (1999).
2
Bassi y Galiani (2009) incluyen una breve resea de la literatura sobre el impacto de largo plazo del
desempleo, la cual se inicia hace casi medio siglo con trabajos como los de Becker (1964) y Spence (1973).
Entre los estudios ms recientes que buscan probar empricamente la existencia de secuelas duraderas
del desempleo se encuentran los de Arulamparam, Booth y Taylor (2000), Gregg y Tominey (2004),
Jacobson, Lalonde y Sullivan (1993), Mroz y Savage (2001), Rhum (1991) y Stevens (1997).

las mujeres entre los 25 y los 35 aos. El 31% de las mujeres adultas jvenes
ni estudia ni trabaja, versus solo el 4% de los hombres en el mismo segmento
etario. Entre los jvenes de 16 a 24 aos tambin predominan las ninis: el 24%
de las mujeres versus el 6% de los hombres. La proporcin de las mujeres entre
los inactivos es alta incluso cuando se compara la situacin de Amrica Latina
con el resto del mundo. Segn un informe de la OIT (2011), en la regin el
60% de los jvenes inactivos son mujeres, mientras que en la Unin Europea
y en las economas desarrolladas esta proporcin es cercana al 50%. Amrica
Latina se encuentra solo levemente por debajo del sur de Asia y en niveles
comparables a los del Oriente Medio y el Norte de frica.
La baja participacin de los jvenes en el mercado de trabajo podra considerarse un problema si en realidad acta como desempleo oculto, es decir,
si los jvenes se mantienen inactivos por falta de oportunidades en el mundo
laboral. La evidencia muestra que los niveles altos de desempleo desestimulan
la participacin de los jvenes en el mercado de trabajo (OIT, 2011). En ese
sentido, la comparacin entre la evolucin de la tasa de participacin laboral
del total de jvenes con la de aquellos que reportan estar por fuera del sistema
educativo puede arrojar luces sobre la razn del estancamiento de la participacin laboral juvenil en Amrica Latina.
En un extremo, si solo se registrara un aumento en el nmero de jvenes
que sigue estudiando (manteniendo constante la disposicin a trabajar), caera
entonces la tasa de participacin total de jvenes pero no cambiara la de aquellos que se encuentran por fuera del sistema educativo (el porcentaje de estos
jvenes sobre el total sera menor, pero no su participacin laboral). En el otro
extremo, si solo disminuyera el nmero de jvenes que se encuentra por fuera

46 > DESCONECTADOS

Grfico 2.16
Participacin laboral de jvenes en Amrica Latina, 19802010
(%)

100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0

Total jvenes

Jvenes que no estudian

Finales aos 1980

Inicios aos 1990

Finales aos 1990

Inicios aos 2000

Finales aos 2000

Fuente: SEDLAC (2009).

del sistema educativo que busca trabajo y se convierte en inactivo por falta
de oportunidades, se observara entonces una cada de los dos indicadores:
tasa de participacin del total de jvenes y de aquellos que no estudian. Esto
significa que la divergencia en las tendencias en la participacin de estos grupos
sugiere que predomina el efecto educacin, mientras que si ambos indicadores
se movieran juntos podra tratarse de un efecto desestmulo, es decir, de falta
de oportunidades laborales para los jvenes.
Para la muestra de pases latinoamericanos que aqu se utiliza, las cifras reflejan que en general los indicadores se han movido en forma paralela
y que se encuentran estancados. En el grfico 2.16 se observan las tendencias
agregadas. En el cuadro 2.6 se presentan las cifras por pas, las cuales muestran resultados mixtos. En Chile, Brasil, El Salvador, Honduras y Costa Rica la
brecha parece haber aumentado a raz de la cada o del estancamiento de
la participacin de todos los jvenes y de un aumento leve de la de quienes no
estn estudiando. En el caso de Brasil, ambos grupos (los que no estudian y el
total) exhiben niveles de participacin laboral muy similares y relativamente
altos (cercanos al 70%). Lo que s sorprende es el poco dinamismo generalizado
(con excepcin de Panam) de la participacin laboral de quienes permanecen
fuera del sistema educativo, que es otra manera de ver el fenmeno de los ninis
anteriormente descrito.
A la luz de lo visto anteriormente se puede concluir que existe todava un
nmero importante de jvenes latinoamericanos especialmente mujeres que
aun sin estar estudiando permanece fuera del mercado de trabajo. As pues, los
llamados ninis constituyen hoy en da uno de los grupos ms vulnerables entre
todos los jvenes y su existencia refleja el problema de su situacin laboral, que
a su vez puede estar afectada por la falta de pertinencia de las habilidades que

Panorama laboral de los jvenes en Amrica Latina: cielo nublado > 47

Cuadro 2.6
Participacin laboral de jvenes en Amrica Latina por pas
(%)
Inicios aos 1990

Finales aos 2000

Variacin

Argentina
Total jvenes

57,9

54,0

3,9

Jvenes que no estudian

78,8

74,0

4,9

Total jvenes

68,9

68,2

0,8

Jvenes que no estudian

74,8

77,3

2,5

Total jvenes

44,3

40,2

4,1

Jvenes que no estudian

64,9

66,2

1,3

Total jvenes

57,0

53,6

3,3

Jvenes que no estudian

68,7

72,3

3,6

Total jvenes

52,9

50,7

2,2

Jvenes que no estudian

63,4

66,3

2,9

Brasil

Chile

Costa Rica

El Salvador

Honduras
Total jvenes

53,6

52,6

1,0

Jvenes que no estudian

62,2

63,3

1,1

Mxico
Total jvenes

52,8

54,1

1,3

Jvenes que no estudian

64,7

70,8

6,1

Total jvenes

45,3

52,8

7,5

Jvenes que no estudian

62,4

72,8

10,4

Total jvenes

64,2

57,8

6,3

Jvenes que no estudian

83,1

77,0

6,1

Panam

Uruguay

Venezuela
Total jvenes

47,7

51,3

3,6

Jvenes que no estudian

65,0

66,3

1,3

Fuente: SEDLAC (2009).

se adquieren en la escuela ante un mercado de trabajo cada vez ms exigente


y competitivo.

Oferta educativa: cambio de receta?


En el presente captulo se ha visto cmo en las ltimas tres dcadas se han
registrado importantes cambios en el mercado de trabajo para los jvenes en

48 > DESCONECTADOS

Amrica Latina. El crecimiento muy significativo de la oferta de trabajadores


con educacin secundaria como resultado de un aumento masivo en la cobertura de los sistemas educativos de la regin presion hacia la baja sus salarios
relativos. Entre tanto, las habilidades que un ttulo de educacin media certifica
no parecen ser valoradas por el mercado laboral como lo eran al principio del
perodo estudiado. Por otro lado, el aumento en la demanda de trabajadores con
educacin superior originado en los cambios tecnolgicos, la apertura comercial
y las reformas de poltica, deriv en una mayor prima salarial para los ms
educados (especialmente los adultos), que nuevamente implica una prdida
relativa para los trabajadores con educacin media.
Con el salario promedio estancado en trminos reales y en comparacin con el de los trabajadores adultos, desempleo elevado e informalidad
creciente, el panorama laboral de los jvenes hoy en Amrica Latina es poco
halagador. Y aunque existen diversas explicaciones validas para los cambios
observados, aun queda por analizar hasta qu punto estos problemas laborales, particularmente para los jvenes con educacin secundaria, se originan
en la calidad de la educacin de los trabajadores, es decir, en la desconexin
o desacople entre las habilidades que el mercado demanda y aquellas que las
escuelas latinoamericanas siguen formando.
La evidencia para Estados Unidos, que atraves en los aos ochenta por
una situacin comparable en la cual los trabajadores con educacin media se
vieron perjudicados, muestra que los empleadores demandan ms habilidades
complejas o manuales no rutinarias y menos habilidades rutinarias, las cuales
estn siendo reemplazadas cada vez ms por la tecnologa. Precisamente son
estas habilidades las que anteriormente se requeran en ocupaciones desempeadas por trabajadores con educacin secundaria.
En este contexto, surge la necesidad de analizar la eficacia del sistema
educativo en lo que se refiere a formar jvenes que puedan insertarse de manera
exitosa en el cambiante mundo del trabajo, y a dotarlos de las destrezas requeridas para que se desempeen bien en sus carreras y en sus vidas. Aunque existe
un amplio rango de intervenciones posibles para mitigar estos problemas (vase
apndice D), en este libro se busca entender el papel que cumple y puede cumplir la escuela en este proceso. En el siguiente captulo se analiza precisamente
el estado de la educacin en Amrica Latina con el propsito de determinar si
la oferta educativa est respondiendo o no a la demanda del mercado laboral
en trminos de las competencias y destrezas que es espera tengan los jvenes.

3
El sistema educativo: cantidad sin
calidad
Acumulacin originaria del capital humano
En los aos sesenta, el economista Gary Becker (1964, 1993) acu el trmino
capital humano para describir ciertos activos que no por ser intangibles son
menos crticos cuando se trata de acumular bienestar econmico y social. Becker
sealaba entonces cmo la escolaridad, la capacitacin, los gastos en el cuidado
de la salud, e incluso la puntualidad y la honestidad son tambin capital en
la medida en que contribuyen a aumentar los ingresos, a mejorar la salud y
a fortalecer los buenos hbitos de las personas durante la mayor parte de sus
vidas. En tal sentido, una mayor creacin de capital humano en trminos de
cantidad y calidad, incluyendo la de uno de sus componentes fundamentales,
la educacin1, genera mejor calidad de vida para los individuos.
En la literatura especializada ha quedado documentado que existe una
relacin positiva entre la educacin (medida en aos de escolaridad) y el desarrollo econmico y, ms recientemente, entre calidad educativa (medida en
trminos de habilidades cognitivas formadas2) y desarrollo econmico (vase
Becker (1964, 1993) sugiere que la educacin es el productor ms importante de capital
humano, conocimiento y de las habilidades que posibilitan el desarrollo de la persona.
2
Con base en TIMSS (Third International Mathematics and Science Study), Hanushek y
Kimko (2000) sugieren que los resultados en matemticas y ciencias tienen un impacto
significativo, consistente y estable sobre el crecimiento econmico. Por su parte Lee y
Barro (2001), tambin a partir de TIMSS, distinguen entre cantidad (medida por los aos
de escolaridad) y calidad de la educacin (medida por resultados en pruebas internacionalmente comparables); igualmente sugieren que si bien tanto la cantidad como la calidad son
importantes para el crecimiento econmico, la calidad tiene un impacto mayor. A su vez,
en un estudio de Hanushek y Woessmann (2009) se plantea que el deficiente desempeo
econmico de la regin puede explicarse a partir de los resultados de las evaluaciones
1

50 > DESCONECTADOS

el captulo 4). Existe igualmente evidencia que apunta hacia el impacto de las
habilidades cognitivas y socioemocionales (rasgos de personalidad)3 en la escolaridad, los salarios y el empleo de las personas (Murnane, Willet y Levy, 1995;
Currie y Thomas, 1999; Heckman, Stixrud y Urza, 2006; Cunha et al., 2006).
Con el fin de arrojar luces sobre el modo y el grado en que el sistema
educativo se constituye en un determinante de la situacin laboral de los
jvenes en Amrica Latina, tal y como se describi en el captulo 2, aqu se
ofrece un anlisis sobre la situacin de los pases de la regin en trminos
de la cantidad y calidad de educacin alcanzada, y de la medida en que la
acumulacin de aos de educacin en la regin se relaciona con mayores
conocimientos por parte de los jvenes.

Se ampla el acceso
Frente a los desafos de un mercado laboral cambiante y competitivo, los indicadores del estado actual de la educacin en Amrica Latina apuntan en direcciones
opuestas: si bien la capacidad de incorporar estudiantes en el sistema educativo se
ha ampliado de manera sustancial, no se puede decir lo mismo de su capacidad
de retenerlos y desarrollar en ellos habilidades y competencias que los ayuden a
insertarse exitosamente en el mercado laboral. Cuando se compara esta situacin
con la evidencia proveniente de pases de otras regiones, se observa que mientras
que la brecha de cobertura se reduce, la de habilidades y competencias se ampla.
Es por esto que la regin confronta un serio riesgo de generar un atraso acumulativo
en materia educativa en comparacin con una buena parte del resto del mundo.
Durante las ltimas dos dcadas, los pases de Amrica Latina y el Caribe
han registrado un crecimiento significativo en los niveles de acceso a la educacin
de nios y jvenes (grfico 3.1). De hecho, el crecimiento en el acceso educativo ha sido ms rpido en la regin que en el resto del mundo. Esta expansin
ha sido consecuencia de polticas especficas y deliberadas de los gobiernos.
Por el lado de la oferta, el impulso a la ampliacin del acceso se ha basado
fundamentalmente en medidas de carcter legal, a travs de la expansin de la
obligatoriedad escolar y de aumentos en la inversin educativa; esta ltima ha
financiado la ampliacin de la oferta, y en particular la nueva infraestructura
educativa y el gasto corriente asociado a la contratacin de docentes.
El cuadro 3.1 presenta evidencia sobre el aumento en el gasto pblico en
educacin en la regin. En promedio, el gasto pblico en educacin (como porcentaje del PIB) en los 14 pases seleccionados aument de 3,66% en la segunda
mitad de los aos noventa a 3,91% hacia finales de los aos 2000. Esto incluye
TIMSS y PISA, que muestran bajos niveles de conocimiento y habilidades cognitivas en
las reas de lectura, matemticas y ciencias.
3
Tambin conocidas como habilidades no cognitivas.

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 51

Grfico 3.1
Evolucin de las tasas de asistencia en Amrica Latina y el Caribe por
grupos de edad, 19902000
(%)
45 aos

612 aos

Aos 1990

Aos 1990

Aos 2000

Aos 2000
0,0

50,0

100,0

0,0

1317 aos

1825 aos

Aos 1990

Aos 1990

Aos 2000

Aos 2000
0,0

50,0

100,0

0,0

50,0

100,0

50,0

100,0

Fuente: Elaboracin propia a partir de la base de datos de las Encuestas de Hogares


Homogeneizadas (BID, 2009).

Cuadro 3.1
Gasto pblico en educacin
(Porcentaje del PIB)
19961998

20062008

Argentina

4,04

4,93

Variacin
0,89

Bolivia

5,52

6,31

0,79

Brasil

4,87

5,08

0,21

Chile

3,43

3,40

0,03

Colombia

3,93

4,06

0,13

Costa Rica

4,87

4,74

0,13
0,69

El Salvador

2,32

3,01

Guatemala

1,56

3,04

1,48

Mxico

4,21

4,77

0,56

Panam

4,84

3,83

1,01

Paraguay

4,91

4,00

0,91

Per

3,21

2,51

0,7

Rep. Dominicana

1,23

2,19

0,96

Uruguay

2,24

2,85

0,61

ALC

3,66

3,91

0,25

Fuente: UNESCO Institute for Statistics Data Centre (2010).

52 > DESCONECTADOS

cambios superiores al medio punto porcentual en pases como Guatemala, la


Repblica Dominicana, Argentina, Bolivia, El Salvador, Uruguay y Mxico.
En la gran mayora de los pases de la regin existe hoy en da la obligatoriedad de nueve aos de educacin4 y en algunos se ha extendido hasta doce,
equivalente a la secundaria completa5. Asimismo, los programas de transferencias condicionadas en efectivo que se han implementado durante los ltimos
20 aos, y que promueven tanto la matrcula escolar como la asistencia de los
nios y jvenes a las escuelas6, parecen haber desempeado un papel importante
en cuanto a incentivar la demanda de servicios educativos7. Aun cuando las
modalidades y diseos de dichos programas, y el nivel de cumplimiento de la
condicionalidad varan de un pas a otro, todos ellos condicionan el pago del
beneficio a la asistencia de los menores a la escuela.
El rpido crecimiento en materia de acceso y asistencia registrado en la mayora
de los pases de la regin se ha dado en todos los niveles educativos (preescolar,
primaria y secundaria), aunque con un aumento ms pronunciado en los ciclos
de educacin preescolar (4 a 5 aos de edad) y de educacin secundaria (13 a 17
aos). El crecimiento en el nivel de primaria ha sido menor dado que all la cobertura ya bastante elevada hace diez aos es hoy en da prcticamente universal.

A mitad de camino
Si bien es cierto que la ampliacin del acceso en los ltimos aos ha estado
acompaada de un incremento en las tasas de culminacin en los distintos niveles educativos, estas todava son claramente insuficientes, en particular para
el caso de la educacin secundaria completa. Sin considerar por el momento el
nivel de aprendizajes, competencias y/o habilidades con que terminan los estudiantes de educacin secundaria en la regin, el bajo porcentaje de egresados
en este nivel sugiere que una proporcin importante de jvenes no alcanza si
quiera un umbral mnimo de acreditacin de estudios (credencialismo) que les
facilite la entrada al mercado laboral. Actualmente es mucho mayor el nmero
de empleos en los que se exige el diploma de secundaria (incluso para aquellos
de baja productividad y/o bajos salarios) como requisito mnimo para postular.

Conocido por lo general como ciclo bsico secundario.


Lpez (2007) analiza las nuevas leyes educativas en Amrica Latina y destaca una clara
tendencia a ampliar la obligatoriedad.
6
Programa Oportunidades en Mxico, Familias en Accin en Colombia y Bolsa Familia
en Brasil, entre muchos otros.
7
Fiszbein y Schady (2009) hacen una resea de la literatura sobre este tema. En el cuadro 5.1 (2009:128) reportan el impacto de los programas de transferencias condicionadas
sobre la matrcula y la asistencia escolar en siete pases de Amrica Latina y en cuatro
pases en desarrollo fuera de la regin. Los efectos registrados son en general positivos y
estadsticamente significativos.
4
5

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 53

Cuadro 3.2
Tasas condicionales de culminacin de la educacin secundaria
(% de la poblacin de 15 a 24 aos en zonas urbanas)
Principios aos
1990

Finales aos 2000

Variacin

Argentina

49

52

Brasil

60

64

Chile

67

73

6
2

Costa Rica

54

52

El Salvador

48

55

Honduras

36

38

Mxico

40

45

Panam

55

54

1
8

Uruguay

40

48

Venezuela

47

54

ALC

50

54

Fuente: Socimetro (BID, 2011a).

La evolucin de las tasas de culminacin de la educacin secundaria (condicionada a haber completado al menos el primer ao de dicho ciclo) aument en la
mayora de los pases de la regin. En el cuadro 3.2 se presenta informacin para
los 10 pases latinoamericanos analizados en el captulo 2, en la cual se registra
que en solo dos de ellos empeor levemente la tasa de culminacin de la
educacin media. Sin embargo, los avances en promedio de los ocho restantes
han sido muy moderados: del 50 al 54% entre principios de los aos noventa
y finales de los aos 2000. Esto significa que actualmente solo el 54% de los
jvenes entre 15 y 24 aos de edad que inician el ciclo secundario lo completan.
Con todo, es necesario tener presente que el promedio regional esconde una gran
heterogeneidad en la que se manifiestan realidades muy diversas: en Honduras
solo un 38% de quienes comienzan la secundaria la terminan, mientras que en
Chile ese porcentaje asciende al 73%. En algunos estudios se ha documentado
que la mayor desercin en el ciclo medio se da durante el primer y segundo aos8.
As pues, las cifras ponen de presente el hecho de que los sistemas educativos de Amrica Latina an no logran traducir en tasas de culminacin significativas el esfuerzo realizado en trminos de recursos financieros, humanos
e institucionales que ha permitido incrementar el acceso a la educacin.

Por ejemplo, De Janvry y Sadoulet (2006) y Schady y Arajo (2008) muestran las tasas de
continuacin para Mxico y Ecuador, respectivamente, donde se evidencia una cada (aumento de desercin) en los ltimos aos de la educacin primaria (sexto) y en los primeros
dos aos de la secundaria. Esto a su vez implica que los datos de desercin contando a
quienes abandonan la escuela en el primer aoseran superiores a los registrados en el
cuadro 3.2, que condicionan a haber completado al menos el primer ao.

54 > DESCONECTADOS

Las polticas por el lado de la oferta con un fuerte nfasis en infraestructura educativa y salarios docentes, complementadas con las de transferencias
condicionadas a la educacin en el caso de varios pases, no han sido suficientes
para acelerar el incremento en los niveles de culminacin, en particular en la
educacin secundaria. En otras palabras, tales inversiones han contribuido a
ampliar el acceso a la educacin en la regin pero no han logrado impedir que
se registren enormes tasas de abandono escolar entre quienes entran a la secundaria. Esto tambin podra estar sugiriendo un desbalance entre las polticas
educativas que han privilegiado el financiamiento de insumos (infraestructura y
salarios docentes), por sobre aquellas que hacen hincapi en resultados concretos como lo es la tasa de culminacin de la educacin secundaria, por ejemplo.
El hecho de que solo la mitad de los jvenes de la regin logre completar la
educacin secundaria crea adems un enorme interrogante sobre la capacidad
competitiva de los pases de Amrica Latina en cuanto a prepararlos para que
confronten los desafos de una sociedad globalizada.

Culminacin de la educacin secundaria: la enorme distancia


En trminos de indicadores educativos, un punto actual de referencia y comparacin para los pases de Amrica Latina son los de la OCDE, cuyas economas
son las ms avanzadas del mundo y cuyos indicadores de desarrollo educativo
relativo han sido desde hace varios aos un referente para los pases de la regin
que muestran un mayor avance en educacin. El hecho de que as sea parece
sugerir que existe all una preocupacin cada vez mayor por el impacto de la
educacin y de la calidad de la misma como factor clave en la capacidad que
tengan sus propias economas de competir con xito en una sociedad globalizada.
Las comparaciones muestran, sin embargo, que el panorama de la regin
es muy poco halagador. En el caso de la educacin secundaria completa (12
aos), mientras que la tasa de culminacin (sin condicionar por el hecho de
haber comenzado la secundaria) en los pases de la OCDE es de casi 80%,
en Amrica Latina apenas se acerca al 38%9, es decir, una brecha de ms de
40 puntos (grfico 3.2). La enorme diferencia entre el nmero de alumnos
que acceden a la educacin secundaria y quienes la terminan es una seal de
alarma en la regin y un indicador de ineficiencia de gran magnitud. Ya se ha
El dato para la OCDE es del 75,8%, calculado con base en cifras de Barro y Lee (2010).
Excluye a Mxico y Chile como pases miembros de la OCDE. La cifra comprende el porcentaje de la poblacin de cada grupo de edad que ha alcanzado algn grado de educacin
secundaria (para la secundaria de primer ciclo) y educacin secundaria completa (para
la secundaria de segundo ciclo). A diferencia del cuadro 3.2, estas cifras no condicionan
por el hecho de haber comenzado la secundaria o haber completado al menos un ao de
este nivel. Haciendo el clculo con base en cifras de EuroStat (2010), pero solo para los
pases de Europa, la proporcin es similar: 76,9%.

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 55

Grfico 3.2
Tasas de culminacin de educacin secundaria (segundo ciclo: 12 aos de
educacin)
(% de la poblacin de 20 a 24 aos)
100
OCDE

80
60

Amrica Latina

40

Nicaragua

Guatemala

Brasil

Colombia

Costa Rica

Honduras

Uruguay

El Salvador

Paraguay

Per

Ecuador

Repblica Dominicana

Mxico

Panam

Argentina

Chile

20

Fuente: Elaboracin propia a partir de la base de datos de Encuestas de Hogares


Homogeneizadas (BID,2009).

sealado cmo, si bien cierto que en los ltimos 20 aos Amrica Latina y el
Caribe figuran entre las regiones de mayor crecimiento en trminos de acceso
educativo, su esfuerzo financiero a favor de la expansin de cupos escolares se
ve en buena parte frustrado por la incapacidad de los sistemas educativos de
retener a los estudiantes, con la consiguiente prdida en trminos de bienestar
futuro para las generaciones jvenes.

Acceso a la educacin: todava insuficiente e inequitativo


En trminos acceso, los nuevos estudiantes que se han incorporado al sistema
educativo, en particular a la secundaria, pertenecen a familias de menores
recursos y han estado tradicionalmente excluidos del mismo. Sin embargo,
son tambin estos estudiantes los que a su vez abandonan prematuramente la
escuela y no logran completar los ciclos de aprendizaje. Solo un 30% de los
jvenes del quintil de menores ingresos y de las zonas rurales completa toda la
secundaria, comparado con el 83% de los jvenes del quintil de ingresos ms
altos y con el 60% de los jvenes que residen en zonas urbanas (BID, 2011).
A principios de los aos noventa, los adultos de la regin tenan en promedio siete aos de educacin, mientras que hoy cuentan con ms de nueve
aos, equivalentes al primer ciclo de secundaria. Sin embargo, al descomponer este aumento en la acumulacin de aos de educacin entre el quintil de
ingresos ms alto y el ms bajo, se observa que en el primero el avance fue de

56 > DESCONECTADOS

Grfico 3.3
Aos de escolaridad promedio por quintil de ingreso
(poblacin de 25 aos o ms)
Quintil 5

Quintil 1

16,0
12,0
8,0

Guatemala

Nicaragua

El Salvador

Honduras

Bolivia

Per

Brasil

Panam

Mxico

Colombia

Paraguay
Costa Rica

Uruguay

Ecuador
Repblica Dominicana

Venezuela

Argentina

Chile

4,0

Fuente: SEDLAC (2009).

10 a 12 aos de educacin (equivalente a secundaria completa), mientras que


para el segundo el avance fue de tres a cinco aos de educacin (equivalente
a primaria incompleta). Esto significa que entre la poblacin ms adinerada y
la ms pobre se registra una diferencia de siete aos de educacin, la cual se
ha mantenido constante durante los ltimos veinte aos. La inequidad actual
en la escolaridad de grupos con diferentes niveles de ingreso se presenta en el
grfico 3.3. All se observa que la diferencia entre los aos de educacin promedio alcanzados por el quintil de mayores ingresos y los alcanzados por el
quintil de menores ingresos en cada pas vara entre los cinco aos en el caso
de Chile, por ejemplo, a ms de ocho aos en el caso de Bolivia.
La importancia de las variables familia y situacin socioeconmica en
los resultados educativos ha sido ampliamente documentada en la literatura
especializada (Behrman y Knowles, 1999; Heckman, Stixrud y Urza, 2006).
El nivel econmico de la familia no solo determina el tipo de escuelas a las que
pueden enviar a sus hijos10, sino que tambin y especialmente en el caso de
los hogares de menores recursos puede convertirse en un determinante de que
los hijos comiencen a trabajar a edades ms tempranas. De la misma manera, los
padres con un nivel socioeconmico ms bajo tienden a contar con menos aos

En Amrica Latina, las familias de mayores recursos envan a sus hijos principalmente
a escuelas privadas.

10

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 57

de educacin que aquellos con mayor nivel socioeconmico. En consecuencia,


y a la luz de los cambios intergeneracionales, es de esperar que en el primer
caso los hijos de tales hogares completen igualmente un menor nmero de aos
de educacin que los jvenes provenientes de las familias ms acaudaladas.
Esta inequidad, expresada en trminos de aos de escolaridad alcanzados
por nios y jvenes provenientes de hogares de distinto nivel socioeconmico,
no es un fenmeno nuevo, en particular en el contexto de Amrica Latina. Lo
que s cabe notar es que en la regin tales inequidades educativas son ms
pronunciadas que en otras partes del mundo. El grfico 3.4 muestra coeficientes
de desigualdad en educacin en los pases de Amrica Latina y en la OECD.
El indicador de inequidad utilizado es el coeficiente Gini en educacin, una
de las medidas tradicionales de dispersin que se emplean para aproximar la
magnitud de las desigualdades en educacin entre pases. Cuanto mayor es
este coeficiente, mayor es la desigualdad en el pas. As, el coeficiente de Gini
construido a partir de los aos de educacin alcanzados en cada pas indica que
Amrica Latina mantiene an altos niveles de desigualdad en comparacin con
otras regiones ms desarrolladas. Mientras el Gini promedio de Amrica Latina
era de 0,34 a fines de la dcada de los aos noventa, en los pases de la OCDE el
mismo coeficiente era de 0,21. Cabe mencionar que los datos de Fldvri y van
Leeuwen (2011) para los aos ochenta muestran una cada en la desigualdad
educativa en la regin desde un Gini cercano a 0,36. Sin embargo, la brecha
con los pases desarrollados es todava importante. Los habitantes de los pases
de la OECD son ms homogneos en trminos de sus aos de escolaridad que
en cualquiera de los 18 pases de Amrica Latina que figuran en el grfico 3.4.
Los estudiantes que abandonan la educacin secundaria provienen en lo
fundamental, aunque no exclusivamente, de hogares pobres y son adems los
que registran mayores tasas de repeticin, las cuales anteceden al abandono de
la escuela. Desafortunadamente, no existe un diagnstico riguroso en el mbito
regional basado en fuentes de datos comparables entre pases sobre las causas
de esta desercin masiva de la secundaria. Sin embargo, algunos pases cuentan
con informacin sobre las causas de desercin escolar originada en los cuestionarios de encuestas de hogares ms generales. En un estudio para ocho pases
latinoamericanos, Espndola y Len, 2002 consideran dos grandes grupos de
razones del abandono escolar. Por un lado sealan la importancia del contexto
socioeconmico de la familia; en aquellas situaciones desfavorables donde priman las estructuras familiares desarticuladas, la pobreza, la marginalidad y la
violencia, los estudiantes tienden a retirarse del sistema escolar. En el segundo
grupo se encuentran aquellas razones relativas a la estructura de un sistema
escolar en el cual ni los docentes ni las escuelas estn preparados para apoyar a
alumnos que llegan con problemas conductuales y/o con deficiencias cognitivas
asociadas a situaciones de pobreza y violencia. Esto crea un ambiente adverso
que eventualmente alienta la desercin permanente de la escuela. Los autores

58 > DESCONECTADOS

Grfico 3.4
Desigualdad en los aos de educacin alcanzados
(Coeficiente de Gini, 1999)
Guatemala
Repblica Dominicana
Nicaragua
Colombia
Bolivia
El Salvador
Ecuador
Costa Rica
ALC
Honduras
Per
Brasil
Venezuela
Mxico
Uruguay
Paraguay
Panam
Chile
Argentina
OCDE
0

0,1

0,2

0,3

0,4

0,5

0,6

Fuente: Fldvri y van Leeuwen (2011).

reportan que en siete de los ocho pases considerados las razones econmicas
figuran como las principales causas de abandono escolar. La falta de inters es
otra de las causas ms citadas por los jvenes, con mayor frecuencia que los
problemas de desempeo escolar. Para el caso de algunos pases, la informacin
originada en las encuestas de hogares tambin ofrece algunos indicios acerca de
las causas, entre las cuales figuran razones tanto de demanda como de oferta,
en consonancia con el estudio de Espndola y Len (2002).
En contraste, en un estudio sobre desercin escolar en Brasil realizado
por la Fundacin Getulio Vargas (FGV, 2009) se concluye que entre los jvenes
de 15 a 17 aos (entre los cuales se concentra la mayor desercin en la secundaria), la razn ms citada es la falta de inters. Ms del 40% de los jvenes
encuestados seal esta razn como la principal causa de la desercin escolar,
seguida por un 27% que adujo razones econmicas o bsqueda de trabajo, y
de un 11% que mencion la dificultad de acceso a la escuela (en trminos de
distancia, disponibilidad de transporte pblico, etc.).
Otros estudios sobre las causas de la desercin escolar en Amrica Latina apunta nuevamente a razones tanto de oferta como de demanda entre los
principales factores (vanse Abril et al., 2008 para Mxico y Santos, 2009 para
Chile). Tradicionalmente, las razones de demanda han servido para disear

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 59

subsidios condicionados a la asistencia escolar a travs de los programas de


transferencias de efectivo ya mencionados. Sin embargo, la ltima evidencia
recolectada indica cada vez ms razones de oferta, entre las cuales figuran la
falta de pertinencia de los contenidos de los programas de estudio que ofrecen
las escuelas, por un lado, y la ausencia de oportunidades educativas posteriores al grado de secundaria, por el otro (vanse por ejemplo Cabrol y Henrich,
2004). Esta ltima razn estara operando como factor de desmotivacin para
que los jvenes culminen exitosamente el ciclo de educacin secundaria.
La urgencia de transformar la educacin secundaria en una formacin
pertinente, atractiva y relevante que frene la desercin escolar de los jvenes se
hace cada vez ms evidente. Sin embargo, existen otras polticas y programas
cuyo impacto sobre la permanencia de los jvenes en el sistema educativo debera
ser analizado si se quieren mejorar los niveles de permanencia y culminacin de
la secundaria. Entre ellos figuran: (i) el peso de los subsidios condicionados en
cuanto a incentivar la asistencia a determinados grados educativos, en particular
primaria, versus la finalizacin de otros ciclos de formacin como la secundaria
bsica (nueve aos) y la secundaria completa (12 aos); (ii) los programas de
transicin entre educacin primaria y secundaria a la luz de las altas tasas de
repeticin que se observan en el primer grado de la educacin secundaria en
muchos pases de la regin11; y (iii) el impacto de la oferta de educacin postsecundaria en la permanencia y culminacin de la educacin secundaria12.
Por ltimo, se requiere analizar el tema de la oferta efectiva de empleos
para estudiantes egresados de la educacin secundaria (vase el captulo 6),
y crear conciencia entre estos y sus familias sobre los impactos de la culminacin de la educacin secundaria en trminos de oportunidades laborales y
rentabilidad econmica.

Y de la calidad qu? Lo que muestra PISA


Desde los inicios de la dcada de los aos noventa la regin ha avanzado significativamente en el desarrollo de sistemas de evaluacin 13(Recuadro 3.1).
Numerosos pases han implementado sistemas de evaluacin de conocimiento y
desempeo acadmico; ms recientemente algunos han avanzado en el desarrollo
de competencias. Asimismo, varios han participado en pruebas de evaluacin
En n el caso de Uruguay, por ejemplo, la tasa de repeticin del primer ao de secundaria
(primer ciclo de liceo) llegaba a 40,5% en 2008 (Corbo, 2010). Para el perodo 19982006
esta tasa fluctu entre 36 y 44% (Cardozo, 2010).
12
El caso de Chile puede ser analizado desde esta perspectiva. All el crecimiento en
materia de acceso y culminacin de la educacin secundaria ha ido en tndem con un
explosivo crecimiento de la oferta de educacin postsecundaria.
13
Chile y Colombia comenzaron a desarrollar sus sistemas de evaluacin escolar desde
la dcada de los aos ochenta.
11

60 > DESCONECTADOS

Recuadro 3.1
Los sistemas de evaluacin de conocimientos y desempeo acadmico en
Argentina, Brasil y Chile
Argentina, Brasil y Chile cuentan con sistemas de evaluacin del desempeo escolar y
adems participan en pruebas comparativas internacionales. Las pruebas nacionales
en Brasil y Chile son de carcter censal, mientras que la de Argentina es de carcter
muestral. El nivel de difusin de los resultados es considerablemente mayor en Brasil
y en Chile que en Argentina. Asimismo, en los dos primeros pases tales resultados se
emplean explcitamente no solo como una fuente de informacin y reatroalimentacin
sobre el desempeo de los alumnos vis a vis el sistema educativo, las escuelas, los padres
y los propios estudiantes, sino tambin como un elemento de incentivo para mejorar
los indicadores de calidad. En los sistemas de Brasil y Chile existen metas especficas,
que en el caso de Brasil se encuentran incluso alineadas con las que se tienen para
pruebas internacionales como PISA, y que sirven como punto de referencia para hacer
seguimiento de los resultados educativos. Este elemento parece estar ausente en gran
medida en el caso de Argentina. A continuacin se describen los sistemas de cada pas.
Argentina. Los Operativos Nacionales de Evaluacin (ONE) se llevan a cabo peridicamente en las 24 jurisdicciones del pas desde 1993 a travs de evaluaciones de carcter
muestral realizadas tanto en escuelas pblicas como privadas en reas rurales y urbanas.
A travs de los ONE se evalan los contenidos de matemticas, lenguaje, ciencias sociales
y ciencias naturales en los cursos tercero y sexto de nivel primario, y segundo, quinto y
sexto de nivel medio1. Los ONE se realizan con el objetivo de obtener informacin vlida
y confiable acerca del aprendizaje de los alumnos en el proceso educativo. Subyace la
idea de que este es uno de los insumos tiles para el diseo de polticas educativas y para
mejorar la gestin institucional, el proceso de aprendizaje y las prcticas pedaggicas 2.
Los resultados de los ONE se difunden con el propsito de que sirvan como insumo para
mejorar la calidad educativa. Se aspira a que tales resultados alimenten los estudios
nacionales e internacionales realizados por los actores del sistema, las universidades e
institutos de investigacin y dems agentes involucrados e interesados en los procesos
educativos. La DiNIECE (Direccin Nacional de Informacin y Evaluacin de la Calidad
Educativa) publica los resultados de los ONE y elabora documentos pedaggicos de anlisis
con recomendaciones metodolgicas, pautas pedaggicas, material de apoyo docente,
reflexiones e investigaciones que sirvan de base a docentes, directivos, profesionales
y tcnicos para mejorar el proceso de aprendizaje. En la publicacin de los resultados
de las evaluaciones se muestra el desempeo de cada jurisdiccin y de los sectores de
gestin en las distintas reas del conocimiento y cursos evaluados.
El carcter muestral de las evaluaciones permite un diagnstico representativo pero
restringe las posibilidades de devolucin de los resultados por establecimiento evaluado.
La informacin censal permitira establecer comparaciones entre las distintas disciplinas
evaluadas con respecto a la media, al mximo resultado y a un resultado deseable u ptimo que podra fijarse como meta institucional, provincial o nacional. De acuerdo con lo
establecido por la reglamentacin vigente3, la DiNIECE resguarda la identidad de alumnos,
docentes e instituciones educativas a fin de evitar cualquier forma de estigmatizacin.
(contina en la pgina siguiente)

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 61

Recuadro 3.1 (continuacin)


Los sistemas de evaluacin de conocimientos y desempeo acadmico en
Argentina, Brasil y Chile
Sin embargo, se est planificando una devolucin pedaggica de los resultados de la
evaluacin ONE 2010, que fue de carcter censal en el nivel secundario. Cabe observar el
bajo impacto externo que tiene el tema en cuestin entre los propios actores del sistema
educativo. Tampoco se emplean los resultados de las evaluaciones en debates pblicos,
medios de comunicacin, en el Congreso o en las negociaciones salariales de los docentes.
Brasil. Establecido en 2005, el IDEB (ndice de Desarrollo Educativo Bsico) parece haber
sido un elemento catalizador de la mejora de los aprendizajes a travs de un sistema
efectivo de rendicin de cuentas. Este ndice se basa en una evaluacin de carcter
nacional de los aprendizajes de portugus y matemticas entre los estudiantes de los
grados cuarto y octavo, y del desempeo en promocin, repeticin y graduacin de
los estudiantes en el grado 11 de las escuelas pblicas y privadas (200.000 en todo el
pas). Estos datos sobre cada una de las escuelas se convierten en un ndice de 1 a 10. El
Gobierno Federal estableci objetivos a alcanzar para cada centro educativo cada dos
aos, con base en sus respectivas trayectorias. Estos objetivos bienales fueron fijados
a partir de 2005 y hasta 2021, ya que estn vinculados y referidos a la meta que Brasil se
ha fijado alcanzar en materia de promedio de los puntajes de PISA para ese ltimo ao.
La escuela es responsable trabajando mancomunadamente con la municipalidad
y monitoreada por el estado de desarrollar un plan estratgico de mejora y progreso
que sea consistente con la meta establecida. Los resultados del IDEB se difunden a
nivel de la escuela, el municipio, el estado y el pas. Tanto los padres como los alumnos
y la comunidad tienen acceso a esta informacin. Dado que se hace un nfasis especial
en la comparacin entre el objetivo establecido y la situacin efectiva que surge del
IDEB, al conocer los resultados la comunidad presiona para que las escuelas mejoren. A
aquellas que muestran un progreso significativo se les confiere una mayor autonoma
en sus decisiones, mientras que las que permanecen con un bajo rendimiento reciben
atencin y apoyo tcnico adicional.
Chile. El SIMCE (Sistema Nacional de la Calidad de la Educacin) de Chile define su objetivo en funcin de contribuir al mejoramiento de la calidad y equidad de la educacin
a travs de la diseminacin de los resultados sobre el desempeo de los estudiantes.
Este sistema de evaluacin se inici en la dcada de los aos ochenta y desde entonces
se ha ido ampliando y perfeccionando. En la actualidad evala el logro de objetivos y
contenidos mnimos en lenguaje, matemticas, ciencias naturales y ciencias sociales
para los grados cuarto, octavo y dcimo, mientras que desde 2010 evala tambin ingls
en el grado 11. Las evaluaciones del SIMCE son censales y abarcan a todas las escuelas
(pblicas y privadas) y alumnos del pas. Una de las caractersticas destacadas del sistema
de evaluacin del desempeo educativo de Chile es que ha convertido la difusin y uso
de los resultados en un aspecto central de su actividad. La informacin se disemina en
tres niveles: (i) el del Ministerio de Educacin, para que se emplee como instrumento de
monitoreo y evaluacin del desempeo por reas, de escuelas y programas especficos,
y de asignacin de incentivos; (ii) el de los profesores y directores de las escuelas, para
(contina en la pgina siguiente)

62 > DESCONECTADOS

Recuadro 3.1 (continuacin)


Los sistemas de evaluacin de conocimientos y desempeo acadmico en
Argentina, Brasil y Chile
que se utilice como herramienta de monitoreo de cursos, alumnos, programas implementados y prcticas docentes, y del establecimiento de metas; y (iii) el de los padres y
las familias, para que les sirva como instrumento de evaluacin del desempeo de sus
hijos en contraste con sus pares, as como para establecer comparaciones entre escuelas. En este sentido, la difusin de los resultados se considera un elemento consistente
con la libertad de eleccin de los padres en lo que se refiere a las escuelas de sus hijos
(municipal o privada), y con el sistema de asignacin de recursos basado en el nmero
de alumnos. La informacin que divulga el Ministerio de Educacin se relaciona con el
contexto escolar y social de cada escuela. Chile est planeando la creacin de una Agencia
de Calidad de la Educacin que ser responsable por evaluar los aprendizajes, la calidad
de las escuelas y la diseminacin de esta informacin.
El sistema de evaluacin del desempeo educativo en Chile ha sido pionero entre los
de Amrica Latina y el Caribe. Es probablemente el que mayor capacidad de difusin
tiene y por lo tanto el que mayor impacto genera en la opinin pblica con la difusin de los resultados de las evaluaciones educativas. Sin embargo, el SIMCE puede
mejorar en lo que se refiere a utilizar los resultados para la toma de decisiones sobre
seleccin de escuelas, y tambin en facilitar a los padres de familia la comprensin e
interpretacin de los mismos.
Fuente: Informacin compilada por los autores.
1
Hasta el ao 2000 los operativos se realizaron anualmente de manera ininterrumpida. A partir de 2002
2003 se decidi llevar a cabo la evaluacin cada dos aos. Hasta 2007 se realizaron 12 ONE. El ltimo se
efectu en 20092010.
2
Esto est expresamente normado en la Nueva Ley de Educacin Nacional; la aplicacin del ONE tiene
entre sus propsitos: (i) evaluar determinados desempeos alcanzados por los alumnos en el pas a
travs de sus capacidades y de sus contenidos en los diferentes niveles y reas, y (ii) aportar insumos
estadsticos y pedaggicos a partir de la evaluacin de los aprendizajes de los alumnos y de los factores
asociados para mejorar el desarrollo de polticas educativas sustentadas en la realidad de las aulas.
3
La Ley de Educacin Nacional N 26.206 en el artculo 97 y en el Anexo I de la ResolucinCFE N116/10.

estandarizadas comparativas en el mbito internacional: un total de 16 pases de


Amrica Latina y el Caribe hizo parte del Segundo Estudio Regional Comparativo
y Explicativo (SERCE)14 para alumnos de tercer y sexto grado en 2007, mientras
que en el Programa Internacional para la Evaluacin de Estudiantes (PISA por
sus siglas en ingls) participaron seis en 2006 (entre un total de 57) y nueve en
la medicin efectuada en 2009 (entre un total de 65). Algunos pases de la regin
tambin han hecho parte de estudios de evaluacin de matemticas y ciencias
(TIMSS), lectura (PIRLS) y educacin cvica (IEA).
Las investigaciones ms recientes basadas en el SERCE confirman dos temas sealados
de manera recurrente en la literatura sobre los aprendizajes: la incidencia sustancial de
la condicin socioeconmica de la familia (Duarte, Bos y Moreno, 2010a) y el papel que
desempean de manera concurrente los recursos y procesos de las escuelas en los aprendizajes (Duarte, Bos y Moreno, 2010b).

14

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 63

La evaluacin PISA se realiza a una muestra de estudiantes de 15 aos de


edad de cada pas participante con el fin de medir competencias fundamentales
en reas especficas del conocimiento. La prueba PISA se concentra en medir
hasta qu punto estos alumnos son capaces de aplicar los conocimientos y las
habilidades aprendidas en lectura, matemticas y ciencias a problemas y desafos
de la vida real, y no en el conocimiento acumulado (referido a un currculum) en
estas reas. A pesar de la complejidad que entraa definir el concepto de calidad
de la educacin, en cualquier anlisis sobre este tema se debe considerar como
mnimo el nivel de conocimientos adquirido por los alumnos en distintas reas
del saber, pero tambin, y de manera fundamental, su capacidad de aplicar dichos
conocimientos a situaciones simuladas de la vida real que afrontarn en el futuro.
PISA se viene aplicando cada tres aos a partir de 2000. Esta prueba,
administrada y coordinada por la OCDE, ofrece varias ventajas para el anlisis
comparativo. En primer lugar, en la medida en que se trata de una evaluacin
a jvenes que estn en la escuela a la edad de 15 aos, es posible capturar el
efecto acumulativo de una escolaridad ms extendida (tericamente hasta la
educacin secundaria bsica (nueve aos), nivel mnimo obligatorio en varios
pases de la muestra). En segundo lugar permite comparar a los pases de la
regin frente a otros pases y regiones del mundo, en particular aquellos de
mayor desarrollo relativo.

Poco se aprende
Segn los datos revelados por la prueba PISA, a los 15 aos los niveles de
aprendizaje de los estudiantes de Amrica Latina y el Caribe los ubican en el
tercio inferior de las naciones participantes y muy por debajo de la media (grfico 3.5). Para la gran mayora de los pases de la regin, la brecha de puntaje
frente al promedio de los pases de la OCDE es muy amplia. Esto ocurre tanto
para el caso de lectura, como de matemticas y ciencias (paneles A, B y C del
grfico 3.5). No obstante el avance registrado por algunos de los participantes
de Amrica Latina y el Caribe en esta evaluacin frente a perodos previos, estos
se han ubicado sistemticamente entre los peores de la muestra.
La medicin de PISA ubica a los estudiantes en distintos niveles de competencia. Estos niveles estn referidos a su capacidad de resolver situaciones
con distintos grados de dificultad y complejidad. Los resultados muestran una
altsima proporcin de estudiantes de los pases de la regin que no son capaces
de alcanzar siquiera los niveles de competencia considerados bsicos. En lectura,
el 8,2% de los estudiantes de la OCDE tuvo un rendimiento alto (niveles 5 y
6), mientras que en la regin este porcentaje es de alrededor de un 1% (panel
A, grfico 3.5). En el otro extremo, el porcentaje de alumnos de la regin que
se ubica por debajo del nivel 2 es significativamente alto y flucta entre un
44,5% (Mxico) y un 79,5% (Per). Esto indica que alrededor de la mitad los

64 > DESCONECTADOS

Grfico 3.5
Distribucin de los puntajes de PISA segn niveles de desempeo
Bajo

Medio

Alto

Panel A: Lectura
OCDE (*)
Amrica Latina
Chile
Mxico
Uruguay
Trinidad y Tobago
Colombia
Brasil
Argentina
Per
Panam
0%

20%

40%

60%

80%

100%

0%

20%

40%

60%

80%

100%

0%

20%

40%

60%

80%

100%

Panel B: Matemticas
OCDE (*)
Amrica Latina
Uruguay
Mxico
Chile
Trinidad y Tobago
Argentina
Brasil
Colombia
Per
Panam
Panel C: Ciencias
OCDE (*)
Amrica Latina
Chile
Uruguay
Mxico
Trinidad y Tobago
Argentina
Colombia
Brasil
Panam
Per
Fuente: OCDE (2010a).
Notas: En el grfico 3.5 el nivel de desempeo bajo corresponde al porcentaje de estudiantes que
se ubicaron en el nivel 1 o por debajo del mismo segn los niveles de desempeo estimados por
PISA (en el caso de la prueba de lectura comprende debajo del nivel 1b, nivel 1b y nivel 1a). El nivel
medio comprende a los estudiantes que se ubicaron en los niveles de desempeo 2, 3 y 4. El nivel
alto incluye a los estudiantes que quedaron ubicados en los niveles de desempeo 5 y 6.
(*) El puntaje promedio de la OCDE excluye los de Chile y Mxico.

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 65

jvenes de la regin no alcanza el nivel bsico que le permita desenvolverse de


manera efectiva y productiva en la vida, comparada con un 19,3% para el caso
de los pases de la OCDE.

Del saber al saber qu hacer con lo que se sabe


Se puede tener una idea ms clara sobre las habilidades que manejan los estudiantes de la regin y sus niveles de competencia respectivos observando el
tipo de preguntas que se les formulan en la prueba PISA en las diferentes reas
del conocimiento (recuadro 3.2). Los datos revelan que uno de cada cuatro estudiantes (22,4%) de la regin no comprende lo que lee en textos bsicos (uno
de cada tres en los casos de Panam y Per) (OCDE, 2010a). Estos resultados
contrastan significativamente con los de los pases de la OCDE, donde la proporcin de estudiantes que no son capaces de responder preguntas con determinado grado de complejidad es de solo un 5,3% (uno de cada veinte alumnos).
En otras palabras, casi uno de cada cuatro estudiantes de 15 aos en Amrica
Latina y el Caribe es incapaz de localizar una o ms secciones independientes
de informacin explcitamente indicadas, o reconocer el tema principal o el
propsito del autor en un texto sobre un tema conocido, o hacer una conexin
simple entre la informacin en el texto y el conocimiento cotidiano.
En relacin con las matemticas, la situacin de los pases de la regin es
an ms preocupante que en el caso de lectura: un 35% de los estudiantes de
15 aos es incapaz de identificar informacin y llevar a cabo procedimientos
matemticos rutinarios15 (alrededor de un 50% en los casos de Panam y Per).
En otras palabras, solo poco ms de uno de cada tres estudiantes de Amrica
Latina y el Caribe es capaz de responder preguntas relativamente obvias y
claramente definidas en situaciones cotidianas y para las cuales se dispone
de toda la informacin pertinente (recuadro 3.3). En cambio, la proporcin de
estudiantes de 15 aos que carece de esta capacidad en los pases de la OCDE
es de solo 7% (OCDE, 2010a).
Un indicador adicional que describe cun significativa es la brecha de habilidades medidas por PISA entre los pases de Amrica Latina y el Caribe y los de
la OCDE revela que un grupo importante de estudiantes de la regin que se ubica
entre los puntajes ms altos, o bien alcanza justo el promedio de los estudiantes
de los pases de la OCDE o se encuentra por debajo del mismo (grfico 3.6).

En el caso de Amrica Latina, los pases tienden a enfatizar un modelo pedaggico de


enseanza de las matemticas basado en un entendimiento instrumental del mundo, en el
cual el alumno resuelve los problemas matemticos utilizando instrumentos o frmulas.
En el enfoque alternativo lo importante no es el uso de las frmulas sino la comprensin
de por qu estas funcionan.

15

66 > DESCONECTADOS

Recuadro 3.2
Ejemplo de pregunta asociada al nivel 1a en la prueba de lectura en PISA
2009
El avaro y su oro
(Fbula de Esopo)
Un avaro vendi todo lo que tena y compr un pedazo de oro, el cual enterr en un
agujero en el suelo al lado de una antigua muralla e iba a verlo todos los das. Uno de
sus trabajadores observ al avaro visitar el lugar frecuentemente y decidi observar sus
movimientos. El obrero pronto descubri el secreto del tesoro escondido, cav, encontr
la pieza de oro y la rob. En su prxima visita el avaro encontr el hueco vaco y comenz a
arrancarse los pelos y lamentarse fuertemente. Un vecino, sabiendo la razn y queriendo
ayudarlo a superar la pena le dijo: por favor, no te aflijas. Toma una piedra y colcala en
el agujero e imagina que el oro an est ah. Servir exactamente para lo mismo; porque
cuando el oro estaba all tu no lo tenas, y nunca hiciste el ms mnimo uso del mismo.
Utilice la fbula El avaro y su oro en la pgina anterior para responder a las preguntas que siguen.
Lea las oraciones y numrelas de acuerdo con la secuencia de hechos descrita en
el texto.
El avaro decidi convertir todo su dinero en un pedazo de oro.
Un hombre rob el oro del avaro.
El avaro cav un hoyo y escondi all su tesoro.
El vecino del avaro le dijo que reemplace el oro con una piedra.
Fuente: OCDE (2010a).
Nota: Para recibir crdito la secuencia de hechos se debe haber organizado de la siguiente manera: 1, 3,
2, 4.

Recuadro 3.3
Ejemplo de pregunta asociada al nivel 1 en la prueba de matemticas en
PISA 2009
Tipo de cambio
Mei-ling, originaria de Singapur, se prepar para ir a Sudfrica como estudiante de
intercambio por 3 meses. Necesitaba cambiar algunos dlares de Singapur (SGd) a rand
(ZAR), la moneda de Sudfrica.
Mei-Ling averigu que la tasa de cambio entre los dlares de Singapur y los rand de
Sudfrica era igual a 1 SGD = 4.2 ZAR.
Mei-Ling cambi 3000 dlares de Singapur en rand de Sudfrica con dicha tasa de
cambio. Cunto dinero en rand de Sudfrica consigui Mei-Ling?
Fuente: OCDE (2010a).
Nota: Para recibir crdito completo en esta pregunta se deba responder 12 600 ZAR (No se requiere la
unidad).

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 67

Grfico 3.6
Distribucin de puntajes obtenidos por los estudiantes de Amrica
Latina y de la OCDE en las pruebas PISA 2009
Amrica Latina

OCDE

A. Matematicas
0,005
0,004
0,003
0,002
0,001
0,000

300

600

900

300

600

900

300

600

900

B. Ciencias
0,005
0,004
0,003
0,002
0,001
0,000

C. Lectura
0,005
0,004
0,003
0,002
0,001
0,000

Fuente: Elaboracin propia a partir de la base de datos de PISA 2009 (OCDE, 2010d).
Nota: Los pases de la regin incluidos en la muestra son: Argentina, Brasil, Chile, Colombia,
Mxico, Panam, Per, Trinidad y Tobago y Uruguay.

Cabe sealar que en la regin de Amrica Latina y el Caribe conviven


estudiantes cuyo rendimiento se asemeja al promedio del pas de mejor desempeo en PISA 2009 (Shanghi-China), con estudiantes cuyo rendimiento es
similar al del pas de peor desempeo en la misma prueba (Kirguistn). Sin
embargo, las proporciones son completamente diferentes. Mientras que menos
del 1% de los alumnos de la regin se ubica en el promedio del puntaje de los

68 > DESCONECTADOS

Grfico 3.7
Amrica Latina y los extremos en matemticas: Shanghi-China y
Kirguistn, PISA 2009
(%)
<= Kirguistn

< Shanghi y > Kirguistn

100
0,4

0,6

36,1

36,1

Panam

Per

>= Shanghi-China
2,3

0,7

1,2

24,1

13,2

12,1

11,2

Brasil

Uruguay

Mxico

Chile

0,6

0,1

0,8

25,2

24,1

Argentina

Colombia

50
0
50
100

Fuente: Elaboracin propia a partir de la base de datos de PISA 2009 (OCDE, 2010d).
Nota: El puntaje promedio de Shanghi-China en la prueba de matemticas fue de 600 puntos,
mientras que en Kirguistn fue de 331 puntos. Las cifras que se encuentran por encima de la barra
superior indican el porcentaje de estudiantes que en cada pas obtuvo un porcentaje superior
al puntaje promedio observado en Shanghi-China. Las cifras en las barras inferiores indican el
porcentaje de estudiantes que obtuvo puntajes inferiores al promedio de Kirguistn.

de Shanghi-China, ms del 20% se ubica en el promedio de los de Kirguistn


(grfico 3.7).
En suma, si se proyectaran estas cifras para determinar lo que significa
contar con jvenes preparados para insertarse de manera exitosa en el mercado
laboral y, ms all, para competir en un mercado globalizado, las conclusiones
seran desalentadoras para la regin: los pases de Amrica Latina y el Caribe
estaran ms cerca de los peores de la muestra que de los mejores.
Los resultados de la prueba PISA 2009 tambin evidencian importantes
brechas en logro acadmico dentro de cada pas entre los estudiantes de mayores
y menores ingresos. Si los promedios de los pases latinoamericanos son preocupantes, ms graves son los resultados observados para los grupos de menor nivel
socioeconmico. Entre los pases de Amrica Latina y el Caribe que participaron
en la prueba, la relacin entre los puntajes obtenidos en la prueba de lectura por
los estudiantes de los segmentos de altos ingresos de la poblacin respecto de
los puntajes logrados por los estudiantes de ingresos ms bajos flucta entre 1,2
y 1,5 veces para Mxico y Per respectivamente. Para el promedio de la OECD,
esta brecha es de 1,3 veces, comparable a la de Chile. En Shanghi, Hong Kong
y Finlandia pases cuyos resultados estuvieron entre los mejores en las pruebas
de 2009 la brecha es menor, como se observa en el grfico 3.8. Pases emergentes como Tailandia e Indonesia tambin muestran una menor inequidad en sus
resultados que los nueve pases de Amrica Latina y el Caribe que participaron.

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 69

Grfico 3.8
Brecha en los puntajes en la prueba de lectura, PISA 2009, segn
quintiles del indicador de nivel socioeconmico
Quintil 5

OCDE, Quintil 1

Quintil 1

650
600
550
500
450
400

Montenegro

Indonesia

Tailandia

Estados Unidos

Finlandia

Hong Kong-China

Shanghi-China

Per

Panam

Argentina

Trinidad y Tobago

Uruguay

Brasil

Colombia

300

Mxico

350
Chile

Puntaje en la prueba de Lectura, PISA 2009

OCDE, Quintil 5

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de la prueba PISA 2009 (OCDE, 2010a)
Nota: Los quintiles estn construidos a partir del ndice de nivel socioeconmico y cultural elaborado por la OCDE para la prueba PISA. El quintil 5 representa al quintil ms rico y el quintil 1 al ms
pobre. Los pases estn ordenados de manera descendente segn el puntaje obtenido en el quintil 1.

Estas brechas muestran la marcada inequidad en los resultados educativos en Amrica Latina y el Caribe para los jvenes de 15 aos. Sin embargo,
cabe aclarar que las brechas en habilidades cognitivas aparecen mucho antes
de la adolescencia, especialmente antes de la edad escolar. Esto significa que
las diferencias observadas entre los grupos de distintos niveles de ingreso se
originan fundamentalmente en los seis primeros aos de vida (Schady, 2011).
Asimismo, otras pruebas internacionales como el SERCE, aplicada a 16
pases de Amrica Latina y el Caribe en 2006 en los niveles de tercero y sexto
bsico, tambin evidencian importantes diferencias en el rendimiento acadmico
de los nios segn los niveles de ingreso de sus familia. Por ejemplo, Duarte
el al. (2010a) analizan los datos del SERCE y documentan que mientras que la
probabilidad de alcanzar un nivel satisfactorio en matemticas en tercer grado
es del 48% en el quintil de mayores ingresos, en el quintil ms pobre apenas
llega a un 10%, situacin a todas luces preocupante. En sexto grado tambin
se registran diferencias notorias: mientras que un 66% de los nios de ingresos
ms altos (ltimo quintil) obtuvo al menos un nivel satisfactorio en la prueba
de matemticas, entre los nios del primer quintil el logro fue solo de un 26%.
Queda claro entonces que existen diferencias significativas en las habilidades
cognitivas entre los grupos de diferentes niveles de ingreso y que estas se originan temprano en el ciclo de vida.

70 > DESCONECTADOS

Un largo trecho por delante


No obstante lo visto hasta el momento, cuando se observa la evolucin de los
puntajes obtenidos por los distintos pases de la regin en lo que va corrido
de la ltima dcada, en la mayora de ellos se verifica una tendencia positiva
(cuadro 3.3). Sin embargo, cabe hacer dos advertencias. La primera es que en la
evolucin de los puntajes de los distintos pases participantes se debe tener en
cuenta la proporcin de jvenes que estn en la escuela a los 15 aos de edad.
Esto por cuanto es de esperar que a medida que se incrementa dicha proporcin,
los puntajes obtenidos en todas las pruebas se afecten negativamente, dado que
quienes han estado fuera de la muestra y se incorporan a ella provienen de los
hogares ms pobres. Lo mismo se debe hacer cuando se trata de comparar pases
entre s. La segunda advertencia es que es posible que los cambios en los puntajes promedio se deban a cambios en los resultados de PISA para los alumnos
de mayor y ms bajo rendimiento, por lo cual sera necesario complementar el
anlisis de los puntajes no solo con las respectivas tasas de cobertura educativa
de los jvenes de 15 aos, sino tambin con la evolucin en la proporcin de
alumnos que se ubicaron en los distintos niveles de competencia.
Lo que no se puede ignorar, sin embargo, es que si se mantienen las tasas
de aumento de los puntajes observadas en las pruebas PISA correspondientes
al perodo 20002009, a Amrica Latina le tomar por lo menos 21 aos lograr
500 puntos en la prueba de matemticas (aproximadamente en el ao 2030).
El perodo ser mayor en el caso de las pruebas de lectura aproximadamente
49 aos, mientras que en ciencias ser de casi 42 aos16.
Cuando se usan las tasas de crecimiento anual observadas en el perodo
20002009 para predecir la evolucin del puntaje en la prueba de lectura, Chile
es el pas que ms rpido llegara a los 500 puntos: le tomara aproximadamente
10 aos contados a partir de la prueba del 2009 (grfico 3.9). En cambio, y a
pesar de tener un crecimiento sostenido, a Brasil le tomara un tiempo similar
al de la regin en promedio: casi 44 aos. Por otro lado, y considerando que
la tasa de crecimiento en matemticas y ciencias es ms alta, es posible que a
Chile y a Brasil les tome un menor nmero de aos lograr el valor promedio de
la OCDE: 16 y 25 respectivamente. Dado que Brasil ha establecido como meta
alcanzar el promedio de PISA en el ao 2021, deber acelerar la evolucin positiva
que ha venido registrando desde el ao 2000 (grfico 3.9). Mxico es otro pas
que se ha fijado objetivos de aprendizaje referidos especficamente a PISA: se
propone lograr un puntaje combinado de lenguaje y matemtica de 435 puntos en
2015.

Las proyecciones son elaboraciones propias basadas en los resultados observados en


las pruebas PISA en el perodo 20002009.

16

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 71

Cuadro 3.3
Evolucin de los puntajes en lectura, matemticas y ciencias en pases
participantes de Amrica Latina, 20002009
Puntajes de PISA en
lectura
Pas

Puntaje promedio de
PISA en matemticas

Puntaje promedio de
PISA en ciencias

2000 2003 2006 2009 2000 2003 2006 2009 2000 2003 2006 2009

Argentina

418

Brasil

396

Chile

410

403

422

Per

327

Uruguay
OCDE

500

398

388

412

334
384

442

449

385

413

400

410

425

387

370

292

434

413

426

500

500

493

Colombia
Mxico

376
393

500

356

381

388

396

370

386

375
415

411

421

370

381

385

406

419

422

365

333

422

427

427

500

500

493

500

390

391

401

390

405

438

447

388

402

405

410

419

438

428

427

500

500

501

369

Fuente: Figura 6.3 IPES 2008 con base en OCDE (2001, 2004, 2007a) y el resumen ejecutivo de PISA
(OCDE, 2010).

Grfico 3.9
Proyeccin de la evolucin de los puntajes (20002009) a partir de las
tasas de crecimiento observadas en Amrica Latina
Brasil

Chile

Amrica Latina

A. Prueba de lectura de PISA


800
700
600
500
400

2009

2018

2027

2036

2045

2054

2063

2027

2036

2045

2054

2063

B. Prueba de matemticas de PISA


600
550
500
450
400

2009

2018

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados observados en las pruebas PISA 2000 a
2009 (OCDE, 2001, 2004, 2007a y 2010a).

72 > DESCONECTADOS

Este anlisis bsico de la trayectoria de los posibles resultados futuros


de cada pas en PISA puede variar significativamente dependiendo de diversos
factores. De hecho, en el caso de Amrica Latina, donde solo una minora de los
estudiantes logra los niveles bsicos, una mejora entre los estudiantes de bajo
rendimiento contribuira de manera significativa a incrementar el rendimiento
promedio. De ah que una estrategia deliberadamente focalizada en este grupo
podra no solo mejorar la equidad entre los segmentos sino tambin acelerar la
trayectoria de mejora del promedio en el tiempo.

La acumulacin no basta
Ya se ha visto cmo Amrica Latina ha avanzado en los ltimos 20 aos en
materia de acumulacin de capital humano mediante la ampliacin del acceso
al sistema escolar. Esto es as en los pases de la regin que hacen parte de la
muestra de participantes en PISA (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Mxico
y Uruguay), cuyas tasas de culminacin del ciclo de nueve aos de educacin
oscilan entre un 76% en Chile y un 45% en Brasil, pero tambin en todos los
dems pases en relacin con la situacin que prevaleca a inicios de los aos
noventa. El problema radica en que los resultados obtenidos en la prueba PISA
sugieren que los esfuerzos e inversiones destinados a ampliar el acceso a la
educacin y a retener a los alumnos en las escuelas (especialmente centrados en
eliminar o reducir el costo de oportunidad de estudiar) guardan poca relacin
con los aprendizajes y con lo que se pueda hacer con ellos en el mercado laboral.
Al respecto, en la literatura reciente se ha dado una importante discusin en
la que se cuestionan los beneficios de la simple acumulacin en capital humano
tanto en el bienestar individual como en el desarrollo de los pases. Hanushek
(2006) afirma que las habilidades cognitivas tienen un poderoso impacto en los
ingresos individuales, la distribucin del ingreso y el crecimiento econmico,
y que en realidad la situacin educativa de los pases en desarrollo es mucho
peor de lo que sugieren los niveles de acceso y las tasas de culminacin en los
distintos niveles de escolaridad. Traducido a Amrica Latina, lo anterior significa que los avances en acceso y culminacin no tendrn el impacto esperado
mientras no se cristalicen en un desarrollo efectivo de habilidades cognitivas.
De hecho, del anlisis de resultados y su vnculo con diversas variables de
PISA (porcentajes de profesores de tiempo completo, profesores certificados de
tiempo completo, relacin computadores/estudiantes y estudiantes/profesores,
entre otras) se desprende que no existe una correlacin consistente entre la
cantidad de recursos invertidos en educacin y los resultados de las pruebas,
ya sea en trminos de gasto como porcentaje del PIB o de gasto por alumno. La
varianza considerable en los resultados entre distintos pases participantes no
puede atribuirse simplemente a la existencia de un grado de desarrollo relativo
diferente de sus economas. Si bien es cierto que la riqueza de los pases influye

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 73

Grfico 3.10
Matrcula en sptimo grado o superior entre jvenes de 15 aos y puntaje
en PISA 2009
Puntaje en la prueba de lectura
(PISA 2009)

550
500

OCDE

450
Colombia

400
350

Brasil
Per

Panam

50

60

Chile

Uruguay

Mxico

70

80

Trinidad
y Tobago

Argentina

90

100

Tasa de matrcula
Fuente: OCDE (2010a), Anexo A2, Tabla A2.1.
Nota: La tasa de matrcula se calcula con la poblacin total de estudiantes de 15 aos de edad
que estn matriculados en el sptimo grado o superior sobre la poblacin total de estudiantes de
15 aos.

en sus resultados educativos, el ingreso per cpita solo explica un 6% de las


diferencias entre unos y otros en los resultados de PISA. Lo anterior significa que
pases con niveles de desarrollo econmico similares pueden producir resultados
educativos muy diferentes (OCDE, 2010a), como se ver en la siguiente seccin.
Si la mayora de los alumnos de la regin estuviera en la escuela, la situacin de calidad podra ser incluso peor, como se indic anteriormente. Por
eso es necesario recalcar que en los pases de Amrica Latina existe una porcin significativa de los jvenes de 15 aos que se halla por fuera del sistema
escolar. Hacia el ao 2009, la proporcin de alumnos de pases seleccionados
de la regin y de la OCDE en los grados 7 a 12 que a los 15 aos de edad estaba en la escuela era la siguiente: Brasil 80,6%; Chile 91,6%; Colombia 65,2%;
Mxico 66,2%; Panam 75,3%; Turqua 64,3%; Israel 91,5%; Portugal 93,0% e
Indonesia 74,0% (OCDE, 2010a). Lo anterior sugiere que la brecha de puntaje
en las evaluaciones de PISA podra ser incluso ms marcada entre la regin y
los pases de la OCDE si la proporcin de estudiantes matriculados en el sistema
educativo a los 15 aos de varios pases de Amrica Latina fuese mayor (grfico
3.10). Esto es as debido a que los alumnos que estn fuera del sistema son los
ms pobres y que por lo tanto, en caso de ser incluidos en las evaluaciones,
muy probablemente moveran el promedio hacia la baja.

Inversin no garantiza calidad


En la seccin anterior se mencionaba cmo, entre los argumentos comnmente
utilizados por ciertos sectores en algunos pases de la regin para justificar los

74 > DESCONECTADOS

malos resultados educativos figuran de manera prominente el diferencial de


riqueza de las naciones (medido en trminos de PIB per cpita), el porcentaje
de PIB destinado a educacin y el gasto per cpita en educacin. Se suele afirmar entonces que resulta prcticamente imposible para sus pases alcanzar el
rendimiento de aquellos con ms recursos. Sin embargo, cuando se analizan
estos datos se comprueba que no existe una relacin lineal entre gasto educativo
o riqueza per cpita y calidad educativa. De hecho, varios de los participantes
en PISA con PIB per cpita similares a los de los pases de la regin obtienen
puntajes mayores (grfico 3.11). Por ejemplo Latvia, con un PIB per cpita

Grfico 3.11
PIB per cpita y resultados en PISA, 2009
A. Lectura
600

PISA 2009

550
LAT

500
450
COL

400
350
300

8,5

RUM

LIT
RUS

CHL

MEX
BRA URG
ARG
PAN
PER

9,0

COR

FIN

CRO

9,5

TyT

10,0

10,5

11,0

10,5

11,0

Log PIB PPA


B. Matemticas
600

PISA 2009

550

COR

500

OCDE

450
400

COL

350

PER

300

LIT
LAT
RUS
URG
RUM
CRO
MEX
CHL
ARG
BRA
PAN

FIN

8,5

9,0

9,5

TyT

10,0
Log PIB PPA

Fuentes: Puntaje PISA 2009: OCDE (2010a); PIB per cpita en US$ PPA de 2005: Banco Mundial
(2010).
Nota: La siguiente es una lista de las abreviaturas usadas en el grfico: LAT, Latvia; LIT, Lituania;
RUS, Rusia; CRO, Croacia; RUM, Rumania; COR, Corea del Sur; FIN, Finlandia; ARG, Argentina; BRA,
Brasil; CHL, Chile; COL, Colombia; MEX, Mxico; PAN, Panam; PER, Per; TyT, Trinidad y Tobago,
y URG, Uruguay. Los puntos azules indican los pases que suelen obtener los puntajes ms altos
en la prueba PISA. Los puntos rojos indican pases con niveles de PIB comparables con los de los
pases de Amrica Latina pero que muestran mejores resultados respecto a lo esperado para
el nivel de PIB observado. Por contraste, los puntos azules indican que en Amrica Latina los
resultados en la prueba PISA son menores a lo esperado dados sus niveles de PIB.

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 75

Grfico 3.12
Gasto per cpita en educacin pblica en secundaria

Puntaje de PISA en lectura, 2009

(en Log dlares de 2008)


600
500

URY

MEX

PER

400

BRA
PAN

300

CHL
ARG
8

10

Gasto per cpita en educacin pblica en secundaria (expresado en Log dlares, precios de 2008)
Fuentes: Puntajes en las pruebas PISA: OCDE (2010a); gasto per cpita en educacin pblica
por niveles educativos estimado usando el PIB en dlares corrientes deflactados a 2008: FMI
(2010) y Banco Mundial (2010); matrcula y porcentajes de gasto pblico total en educacin y
desagregados por niveles como porcentaje del PIB: UNESCO (2010).

similar al de Chile o Mxico, obtuvo en matemticas cerca de 70 puntos ms


que estos. En lo que respecta al gasto per cpita en educacin, se verifica una
situacin similar: el hecho es que existe un nmero an mayor de pases que
con un gasto per cpita educativo similar al de varias naciones de la regin,
obtiene mejores rendimientos (grfico 3.12).
Aunque la inversin per cpita en educacin puede incidir en los resultados de calidad, varios pases de la muestra exhiben un rendimiento significativamente superior a aquellos de la regin con un gasto per cpita similar.
Lo anterior sugiere que la excusa de la menor inversin en educacin como
justificacin de los malos resultados en calidad no es suficiente, y que ms
all de la ampliacin del acceso queda por resolver el tema fundamental de
las habilidades cognitivas y socioemocionales como elementos esenciales del
desarrollo educativo y laboral.

Lo que no se est midiendo


Durante los ltimos aos se ha discutido ampliamente el papel que desempean en el funcionamiento de la sociedad las habilidades no cognitivas (o
socioemocionales) relacionadas con los rasgos de la personalidad. Entre tales
destrezas figuran la perseverancia, la motivacin y el autocontrol (vase el
captulo 4) y algunas estn siendo exigidas a quienes se postulan para ingresar a la educacin superior y al mercado laboral (vanse el captulo 6 y el
apndice C). Asimismo, en la literatura se encuentra cada vez ms evidencia

76 > DESCONECTADOS

sobre el carcter multidimensional de las mismas en el sentido de que tanto


las habilidades cognitivas como las no cognitivas o socioemocionales se combinan, se influencian mutuamente y/o se complementan en sus efectos en las
personas (Heckman, Stixrud y Urza, 2006). En este contexto, las habilidades
no cognitivas tendran un efecto directo sobre aspectos crticos en la vida de
los jvenes como son los salarios (dado el nivel de escolaridad), la escolaridad
misma, el embarazo precoz, el tabaquismo, el crimen y las pruebas de logro
(Cunha et al., 2006).
Las habilidades cognitivas y las no cognitivas afectan el xito socioeconmico de las personas y ambas estn fuertemente influenciadas por el medio
ambiente familiar y social. La vieja dicotoma entre habilidades genticamente
determinadas y por lo tanto inmodificables y habilidades adquiridas es
obsoleta, aunque todava permea la literatura econmica. Las habilidades son
influenciadas tanto por los genes como por el medio ambiente (Cunha et al.,
2006), tal y como describe en mayor detalle en el captulo 4.
En investigaciones recientes se ha sugerido que es mucho ms eficiente
y equitativo invertir en el desarrollo de las habilidades cognitivas durante la
infancia temprana. As, mientras se espera que exista una clara contraprestacin
en materia de equidad-eficiencia para la inversin en habilidades cognitivas de
jvenes y adolescentes, en el caso de las habilidades no cognitivas tal contraprestacin entre inversin a temprana edad versus edad adolescente no sera
tan marcada (Cunha y Heckman, 2010). Lo anterior significa que habra un
mayor espacio para desarrollar estas habilidades no cognitivas en la educacin
secundaria.
Durante el ciclo de vida de una persona, el desarrollo y la formacin de
habilidades parece ser el resultado de la interaccin de diversas intervenciones,
muchas de las cuales no ocurren en el mbito escolar. De la misma manera se
produce una interaccin entre las habilidades cognitivas y no cognitivas, cuya
adquisicin constituye la base de la formacin de otras destrezas en el futuro
(Cunha et al., 2006). Existe evidencia de que incluso para aquellos empleos de
baja productividad en los que contratan solo jvenes con educacin secundaria
completa, la demanda de habilidades tanto cognitivas como no cognitivas es
determinante (Maxwell, 2007). Es por ello que las escuelas deberan estar al
tanto de cules son las habilidades de ambos tipos que mejor coadyuvan a la
transicin entre la escuela y el trabajo.
Es evidente que las mediciones tradicionales de la educacin como las
aqu analizadas son insuficientes cuando se trata de reflejar el estado de las
destrezas que actualmente demanda el mercado laboral. Las principales pruebas
consideradas apuntan a medir habilidades cognitivas y logro acadmico. No
existe medicin de habilidades no cognitivas o socioemocionales en el sistema
educativo de Amrica Latina y el Caribe, aunque tal carencia no solo se registra
en la regin. Por el momento, este tipo de pruebas se encuentra en una fase

El sistema educativo: cantidad sin calidad > 77

piloto y de ensayo, en particular en pases de la OCDE17. Obviamente, antes de


medir estas destrezas no cognitivas habr que desarrollarlas.
Por lo visto en el presente captulo, Amrica Latina exhibe en general un
atraso muy marcado frente a los pases de la OCDE en trminos de la calidad
de la educacin que est brindando a sus nios y adolescentes en lo que se
refiere a destrezas cognitivas. A esto se suma el hecho de que en la trayectoria
educativo-laboral de los jvenes no solo cuentan las destrezas cognitivas, sino
tambin las habilidades socioemocionales, como se ver en detalle en el captulo
6. De ah la importancia de realizar esfuerzos encaminados a identificarlas y
definir estrategias orientadas a desarrollarlas, reforzarlas o complementarlas
dentro del sistema educativo.

17
Un estudio reciente (Estudio piloto sobre enseanza y aprendizaje innovador realizado en Rusia, Senegal, Finlandia e Indonesia en 2009 y 2010 por un consorcio en el
que participan la UNESCO, la Sociedad Internacional de Tecnologas para la Educacin,
Microsoft y OCDE) sugiere la enorme dificultad que enfrentan los docentes en lo que se
refiere a lograr que los estudiantes adquieran nuevas habilidades consideradas necesarias
para desenvolverse en la vida cotidiana y en el trabajo. Entre estas habilidades figuran el
pensamiento crtico (procesar informacin, extraer conclusiones y tomar decisiones), el
trabajo en equipo (trabajo colaborativo con los pares), y liderazgo (capacidad de dirigir a
sus pares y tener la habilidad para comunicar sus ideas eficazmente). Los resultados de
esta prueba piloto sugieren que los profesores se encuentran en etapas muy incipientes de
la enseanza de estas habilidades. Por lo general los docentes las desconocen y carecen de
apoyo para saber cmo desarrollarlas en sus alumnos y cmo medirlas. Se sigue haciendo
nfasis exclusivamente en el desarrollo de las habilidades cognitivas ms tradicionales.

4
En busca de las claves: Dnde y
cundo se forman las habilidades
cognitivas y las socioemocionales?
Los aos de escolaridad de un individuo por lo general se interpretan como
una medida de su capacidad productiva potencial. Se esperara entonces que
mientras ms educada sea una persona, mayor sea su productividad en el mercado de trabajo. Bajo esta premisa, los individuos ms educados deberan tener
mejores condiciones laborales, una lgica simple que ha motivado gran parte
de los estudios tericos y empricos en economa. Pero, son los aos de escolaridad realmente el principal determinante de un buen acoplamiento (match)
entre empleadores y trabajadores, particularmente cuando se considera el caso
de quienes, por ejemplo, buscan empleo por primera vez? Cun informativos
son los aos de educacin respecto de las habilidades del trabajador (calidad)
cuando se trata de asegurar una exitosa transicin de la escuela al trabajo? Por
ltimo, y de manera ms general, qu papel desempean las habilidades como
determinantes del desempeo laboral del individuo? Estas son las preguntas
que se busca responder en los prximos captulos.
Las personas poseen un conjunto amplio de habilidades (destrezas y
talentos) que las diferencia e incide en los resultados socioeconmicos que
obtengan en el transcurso de sus vidas. Este principio ha sido documentado en
la abundante literatura que sobre estos temas se ha producido en los campos
de la economa y la psicologa (Borghans et al., 2008a).
Aun cuando son numerosas las distintas dimensiones de habilidad que
pueden caracterizar a un individuo, en la literatura especializada se ha tendido a
agruparlas en dos grandes categoras: cognitivas y no cognitivas o socioemocionales. En lo que sigue del libro, se entender por habilidades cognitivas aquellas
que tienen que ver con la cognicin (correlacionadas con el coeficiente intelectual)
y las del conocimiento (matemticas y lenguaje), que son las que permiten el

80 > DESCONECTADOS

dominio del saber acadmico. Entre tanto, por habilidades socioemocionales se


entendern aquellas que pertenecen al rea del comportamiento o que surgen de
los rasgos de la personalidad y que usualmente se consideran blandas.
Las investigaciones sobre este tema han demostrado que tanto en las habilidades cognitivas como en las socioemocionales inciden elementos propios
del ambiente en que se desarrolle la persona, como son las caractersticas de la
familia y la escuela. No obstante, el grado de maleabilidad de los distintos tipos
de habilidades y el momento propicio para modificarlas (ventana de oportunidad)
varan (Cunha et al., 2006). Existe adems consenso en que las diferencias en
materia de habilidades, y en los resultados que estas generen, aparecen a una
edad muy temprana, y que esa brecha puede ser reducida solo parcialmente
mediante intervenciones de poltica pblica bien diseadas (Cunha et al., 2006;
Behrman y Urza, 2011; y Schady, 2011). Cuanto ms temprano se lleven a cabo
estas intervenciones en la vida de un nio, mayores sern las probabilidades de
xito para remediar desventajas originadas en las caractersticas de la familia
o en entornos adversos.
Tanto las habilidades cognitivas como las socioemocionales tienen un componente innato (heredado) y un componente susceptible de formacin, los cuales
variarn para cada individuo segn el tipo de habilidad y el paso del tiempo.
El papel primordial que desempea la familia en la formacin de habilidades
a travs de la gentica y de los estmulos y experiencias brindados durante
los perodos crticos, incluso desde la gestacin es indiscutible. Tambin se
sabe que en las habilidades cognitivas el componente hereditario es relativamente mayor y que el perodo crtico para moldearlas mediante intervenciones
es ms corto (Carneiro y Heckman, 2003). Adicionalmente, varios estudios han
documentado la existencia de cierto grado de complementariedad entre las habilidades (vase, por ejemplo, Cunha et al., 2006). As, las destrezas cognitivas
pueden traducirse en xitos que retroalimentan en los nios la autoestima y la
confianza en s mismos, habilidades estas consideradas socioemocionales. Por
otro lado, habilidades socioemocionales como la motivacin y la perseverancia
estimulan el aprendizaje y pueden reforzar el desarrollo de las habilidades
cognitivas. Esta intensa interaccin que se produce entre ambas dimensiones
explica por qu en la literatura especializada contempornea se considera casi
obsoleta la distincin de naturaleza versus crianza (nature versus nurture).
Es la interaccin que se produce entre ambos componentes la que da lugar al
conjunto completo de habilidades en cada individuo.
Finalmente, la evidencia internacional compilada hasta el momento confirma la importancia de las habilidades cognitivas y socioemocionales en el
desempeo acadmico y laboral de las personas (Heckman, Stixrud y Urza,
2006; Urza, 2008; Cunha, et al., 2006). Sin embargo, poco se sabe sobre su
funcin especfica durante el perodo de transicin escuela-trabajo, que es el
tema primordial del presente volumen y cuyo desarrollo busca ofrecer ideas

En busca de las claves > 81

sobre el tipo de polticas que puedan favorecer el fortalecimiento de las mismas.


Esto con el fin de asegurar un mejor desempeo en el mundo laboral de los
jvenes y por lo tanto una mejor calidad de vida de la poblacin.
En este captulo se introduce el marco conceptual que permite analizar el
papel de las habilidades de las personas distinguiendo entre los dos tipos
y del sistema educativo como factores que influyen en el desempeo laboral
de los jvenes que transitan de la escuela al trabajo. Para ello se identifican y
conceptualizan las habilidades cognitivas y las socioemocionales, se analiza la
evidencia disponible sobre el papel que cumplen unas y otras en el proceso de
insercin laboral, y se ofrece un breve diagnstico de la situacin en la regin
con respecto a las mismas.

Conceptualizacin e identificacin de habilidades


Si bien el papel que desempean las habilidades ha sido tradicionalmente analizado por la psicologa, los economistas han mostrado cada vez ms inters
en este tema1. Y aunque los estudios en ambas ramas han utilizado diferentes
conceptos para identificar las habilidades cognitivas y las socioemocionales2,
algunos de ellos son esenciales para comprender su importancia. En primer lugar,
los estudios demuestran que es tericamente posible separar los dos grupos de
habilidades, aun cuando la distincin es muy difcil en la prctica. En segundo
lugar, existen diferencias en las dinmicas de las habilidades cognitivas y las
asociadas con la personalidad: las primeras se desarrollan y aumentan durante
la niez, alcanzan su mximo nivel al terminar la adolescencia y declinan paulatinamente durante la edad adulta3. En el caso de las habilidades derivadas de
los rasgos de la personalidad, la dinmica depende de la dimensin considerada.
La mayora, sin embargo, aumenta desde la niez hasta la etapa final de adultez
(la responsabilidad, por ejemplo) (Borghans et al., 2008b).

Borghans et al. (2008a) definen y analizan de manera pormenorizada los conceptos


de habilidades cognitivas y rasgos de personalidad o habilidades socioemocionales. Este
estudio representa un esfuerzo por unificar el lenguaje y los conceptos utilizados en
economa y psicologa.
2
Los economistas se han dedicado principalmente a la medicin de parmetros de preferencias (factores de descuento, factores de riesgo, preferencias por ocio, y altruismo y
preferencias sociales), mientras que los psiclogos han concentrado sus esfuerzos en la
caracterizacin de los rasgos de la personalidad. Es interesante notar que los parmetros
de preferencias y los rasgos de la personalidad pueden ser interpretados como variables
conceptualmente idnticas (por ejemplo, la responsabilidad se relaciona con la aversin
al riesgo, las preferencias por el ocio y el descuento temporal).
3
Por ejemplo, hay estudios donde se muestra que el coeficiente intelectual antes de los 4
5 aos no es un buen predictor de lo que ser en la edad adulta. Despus de los 10 aos
de edad se estabiliza, por lo cual esta medida en un nio de esa edad permite anticipar
con cierta precisin su IQ al llegar a la adultez (Cunha et al., 2006).
1

82 > DESCONECTADOS

Lo que dice la psicologa sobre las habilidades cognitivas


El diccionario de la Asociacin Americana de Psicologa (VandenBos, 2007: 187)
define la cognicin como todas las formas de conocimiento, entre ellas la percepcin, la imaginacin, la memoria, el razonamiento, el juicio y la resolucin de
problemas. Del mismo modo, define la habilidad cognitiva como la habilidad
o aptitud para la percepcin, el aprendizaje, la memoria, la comprensin, la
conciencia, el razonamiento, la intuicin, el juicio y el lenguaje (VandenBos,
2007: 187). El coeficiente intelectual, por su parte, se refiere a los resultados de
las pruebas de inteligencia4.
En el campo de la psicologa especializada, el estudio de las habilidades
cognitivas reconoce la existencia de un componente dominante, conocido
como el factor g, que resume el nivel de habilidad cognitiva de los individuos
(Spearman, 1904). Este factor predice la mayora de los tems de las pruebas
de inteligencia y ha sido utilizado para comprender el gran poder explicativo
de las mismas sobre una gran variedad de dimensiones del comportamiento
humano (Herrnstein y Murray, 1994)5.

Habilidades no cognitivas o socioemocionales: los rasgos de


la personalidad
Los rasgos de personalidad son muy diversos, por lo que no es de extraar
que no se haya encontrado un factor dominante (equivalente al factor g en
las habilidades cognitivas) para resumirlos. Adicionalmente, y a diferencia
de lo que ocurre con las pruebas cognitivas, las pruebas socioemocionales no
han sido diseadas para asociar niveles de habilidades a variables especficas
tales como el desempeo acadmico o el xito laboral, sino precisamente
para entender las diferencias en la personalidad de los individuos6. Es la
obvia complejidad de esta tarea lo que explica el desarrollo de diferentes
taxonomas (o escalas) para estudiar las habilidades socioemocionales de
la poblacin.

Una de las pruebas de inteligencia ms conocidas es la escala de matrices progresivas


de Raven. Esta se describir en detalle en el captulo 5, donde se analizan datos basados
en una estrategia de medicin similar.
5
La literatura tambin documenta la existencia de factores cognitivos de segundo orden
asociados a dimensiones particulares de habilidad. Estos factores de segundo orden son
separados en habilidad fluida (habilidad para resolver nuevos problemas) y habilidad
cristalizada (conocimiento) (Carroll, 1993).
6
James (1907) fue el primero en preguntarse por qu individuos con niveles iguales
de inteligencia alcanzan distintos resultados, algo que la psicologa ha tratado de
explicar durante un siglo sin que todava se tenga una respuesta clara (Duckworth
et al., 2007).
4

En busca de las claves > 83

Cuadro 4.1
Los dominios de los cinco grandes rasgos de la personalidad y sus
definiciones
Factor

Definicin

Apertura a nuevas experiencias

Grado en que la persona necesita estmulo intelectual,


cambio y variedad

Responsabilidad

Grado en que la persona est dispuesta a cumplir reglas y


normas convencionales

Extraversin

Grado que la persona necesita atencin e interaccin social

Amabilidad

Grado que la persona necesita relaciones placenteras y


armoniosas con otros

Neuroticismo (estabilidad
emocional)

Grado en que la persona considera al mundo como algo


amenazante y fuera de su control

Fuente: Duckworth et al., (2007).

La taxonoma ms reconocida hasta la fecha es la de los Cinco grandes


rasgos de la personalidad (cuadro 4.1), la cual toma en cuenta las siguientes
dimensiones: responsabilidad, extraversin, neuroticismo (o estabilidad emocional), apertura a nuevas experiencias (intelecto o cultura) y amabilidad.
No obstante su amplia utilizacin, esta taxonoma adolece de limitaciones
importantes. Sus componentes no constituyen necesariamente una lista exhaustiva,
especialmente considerando su potencial para predecir resultados o desempeos.
Ntese, por ejemplo, que en esta escala no se considera un componente que
ha sido recientemente estudiado por la literatura especializada: la motivacin.
No sorprende entonces que existan numerosas medidas de personalidad,
lo cual obviamente complica el anlisis prctico. Entre las alternativas ms
conocidas a la escala de los cinco rasgos de personalidad figuran los tres grandes
rasgos de la personalidad (neuroticismo, psicoticismo y extraversin), el MPQ
de Tellegen (emocionalidad negativa, restricciones, emocionalidad positiva y
absorcin), la escala de Zuckerman (neuroticismo y ansiedad, agresividad y
hostilidad, impulsividad de bsqueda de sensaciones, actividad y sociabilidad),
la escala de Cloninger (evitar daos, cooperacin, autodireccin, persistencia,
bsqueda de novedad, dependencia de recompensa, autotrascendencia) y los
nueve grandes rasgos de la personalidad (ajuste, amabilidad, individualismo
duro, fiabilidad, autocontrol, desempeo, afiliacin, potencia e inteligencia).
En conclusin, esta larga lista muestra el poco consenso que existe en
torno a cules son las dimensiones crticas de los rasgos de la personalidad de
un individuo. Mientras que las habilidades cognitivas pueden jerarquizarse en
trminos de su relevancia para predecir resultados en la vida de una persona,
no sucede lo mismo con las socioemocionales, para las cuales coexisten diversas escalas y rdenes. Es decir, ante la pregunta de cules son las habilidades
socioemocionales ms relevantes, no existe una nica respuesta.

84 > DESCONECTADOS

Dinmica entre habilidades cognitivas y no cognitivas


Hasta qu punto cambian las habilidades de los individuos durante su ciclo
de vida? La evidencia indica que estos se vuelven ms extrovertidos, responsables y emocionalmente estables a travs de los aos (Borghans et al., 2008a).
En cambio la vitalidad social y la apertura a experiencias nuevas, si bien se
incrementan durante las etapas tempranas de la vida (hasta los 2030 aos),
disminuyen luego durante la vejez. Usualmente, los cambios en los rasgos de la
personalidad se producen durante los primeros aos de la adultez (1830 aos).
Los hallazgos de las investigaciones en el campo de la psicologa indican
que los factores genticos son los responsables de la estabilidad de los rasgos
de la personalidad durante la adultez, mientras que es el entorno el que genera
sus cambios (Blonigen et al., 2006). Borghans et al. (2008a) citan evidencia que
sugiere que los rasgos de la personalidad tambin se modifican en funcin de
la transformacin de los roles sociales. Sin embargo, sus efectos no parecen ser
de largo plazo. Solo las transformaciones permanentes en el entorno parecen
sustentar cambios prolongados de personalidad (McGue, Bacon y Lykken, 1993).
A diferencia de lo que ocurre con los rasgos de la personalidad, las investigaciones indican que las habilidades cognitivas se desarrollan durante la
niez y luego muestran un declive durante la adultez, especialmente a partir
de los 55 aos aproximadamente. Aqu los factores genticos son ms importantes que los del entorno para explicar esta dinmica. Entre un 60 y 80% de
la habilidad cognitiva durante la adultez es hereditaria (el papel de los genes
aumenta a travs del tiempo). En el caso de los rasgos de la personalidad, el
componente hereditario (40 a 60%) es estable durante la vida.
Los resultados de las pruebas cognitivas y socioemocionales tambin
pueden ser modificados por el entorno. Los anlisis de Heckman, Stixrud y
Urza (2006) y Urza (2008) demuestran la importancia del ambiente familiar
(especficamente de la educacin de la madre) y del nivel de educacin de los
individuos en el momento de tomar las pruebas como determinantes de los
puntajes en las escalas cognitivas y socioemocionales. Esta constatacin se
puede utilizar como sustento de intervenciones diseadas para mejorar las
habilidades de los individuos cuando entran al mercado laboral. Los estudios
indican que este tipo de programas es ms efectivo en aquellos jvenes que
an se encuentran matriculados en la escuela secundaria7 (Cunha et al., 2006;
y Heckman y Lochner, 2000).

Esto es particularmente cierto en los programas diseados para retener a los estudiantes
en la escuela como son Learning, Earning and Parenting de Ohio (LEAP) y Teen Parent
Demostration (TPD). A travs de estas iniciativas se entregaba ayuda financiera a padres
en edad escolar para continuar con su educacin secundaria. Los resultados de LEAP
muestran aumentos en las tasas de culminacin de secundaria, mientras que TDP mostr

En busca de las claves > 85

En suma, la evidencia seala que las intervenciones de diverso tipo encaminadas a fortalecer el desarrollo cognitivo deben realizarse en las edades
ms tempranas de la vida para que tengan algn efecto. Entre tanto, aquellas
que persiguen hacer lo mismo con respecto a las habilidades socioemocionales
tienen una ventana de oportunidad ms prolongada, ya que estas ltimas se
van formando paulatinamente a travs de los aos. Este es un hallazgo clave
cuando se trata de disear polticas destinadas a promover una transicin exitosa
de la escuela al trabajo mediante acciones oportunas en los entornos donde se
forman y desarrollan tanto las habilidades cognitivas como las no cognitivas.

Las habilidades como determinantes de los resultados


acadmicos y laborales
Los efectos de las habilidades cognitivas en los resultados acadmicos, laborales
y sociales han sido ampliamente analizados (Cawley, Heckman y Vytlacil, 2001;
Herrnstein y Murray, 1994; Neal y Johnson, 1996; Gottfredson, 1997; Hartigan
y Wigdor, 1989; Mulligan, 1999; Murnane, Duhaldeborde y Tyler, 2000; Lazear,
2003). Por ejemplo, existen numerosos estudios donde se documenta la importancia de estas habilidades en los salarios. Especficamente, los resultados empricos muestran que si bien la magnitud exacta depende de las caractersticas
de la poblacin (tales como la raza y el nivel educativo), en promedio el retorno
de las habilidades cognitivas sobre los salarios es superior al 12%8 (Mulligan,
1999; Murnane, Duhaldeborde y Tyler, 2000; Lazear, 2003; Heckman, Stixrud
y Urza, 2006 y Urza, 2008).
Entre tanto, el papel que desempean los rasgos de la personalidad o habilidades socioemocionales ha recibido menos atencin, y solo recientemente ha
sido objeto de inters en la literatura9. El de Bowles y Gintis (1976) fue el primer
estudio en que se analiz el impacto de las dimensiones de la personalidad en el
mercado laboral, especficamente en los ingresos. Este estudio demuestra que la
estabilidad laboral y la confianza son rasgos valorados por los empleadores10. Por su
resultados educativos ambiguos. Sin embargo, los dos programas tuvieron efectos positivos en los salarios y el empleo de aquellos estudiantes que estaban en la escuela en el
momento de comenzar la intervencin. Los resultados son menos positivos para aquellos
individuos que ya haban suspendido su educacin cuando se les ofreci el programa.
8
Cambio porcentual en salarios producto de un cambio de una desviacin estndar en
habilidad.
9
Bowles, Gintis y Osborne (2001) y Heckman, Stixrud y Urza (2006) hacen una resea
detallada de la literatura.
10
Otros trabajos que demuestran la importancia de las habilidades socioemocionales en
el mercado laboral son los de Nyhus y Pons (2005) (estabilidad emocional y salarios),
Salgado (1997) (estabilidad emocional y responsabilidad sobre salarios), Mueller y Plug
(2006) (cinco rasgos de la personalidad sobre salarios) y Duckworth et al (2007) (responsabilidad, autocontrol y bsqueda de objetivos de largo plazo sobre desempeo laboral).

86 > DESCONECTADOS

parte, Heckman, Stixrud y Urza (2006) y Urza (2008) documentan el impacto de


las habilidades socioemocionales asociadas a la autoestima y el autocontrol sobre
una variedad de resultados laborales (salarios, decisiones ocupacionales, experiencia), educacionales (mximo nivel de educacin alcanzado) y sociales (consumo
de droga, consumo de alcohol, crimen, delincuencia y embarazo precoz)11. Estos
autores documentan un efecto significativo de las habilidades socioemocionales
en cada una de tales dimensiones e informan que en muchos casos este impacto
es incluso ms importante que el estimado para las habilidades cognitivas12.
Borghans et al. (2008a) ofrecen evidencia adicional sobre la importancia
relativa de las habilidades cognitivas versus las socioemocionales. Estos autores
analizan las correlaciones entre habilidades cognitivas (coeficiente intelectual),
habilidades socioemocionales (los cinco grandes rasgos de la personalidad),
un ndice de liderazgo13, el desempeo en el trabajo14, la longevidad, las calificaciones obtenidas en la universidad y los aos de educacin. Los resultados
sealan que, en general, el papel de la inteligencia domina al de la personalidad
como determinante de los logros acadmicos. Con respecto a los rasgos de la
personalidad, en ese estudio la responsabilidad aparece como el mejor predictor
de los resultados en estudios postsecundarios y el segundo mejor predictor (despus de apertura a nuevas experiencias) de los aos acumulados de educacin.
Entre todos los rasgos de la personalidad, la responsabilidad presenta la mayor
correlacin con los ndices de liderazgo y su funcin es incluso ms importante
que la de la inteligencia. La responsabilidad tambin predice el desempeo en
el trabajo, pero su papel en este caso es dominado por el de la inteligencia15.
En este estudio tambin se sugiere que la importancia de la inteligencia (IQ)
aumenta con la complejidad del trabajo medida por los niveles de informacin
que se deben procesar16. Pero la evidencia no es concluyente en lo que se refiere

En estos estudios se analiza la escala de autoestima de Rosenberg y la escala de autocontrol de Rotter.


12
Bowles, Gintis y Osborne (2001) y Segal (2007) tambin demuestran el papel de la persistencia como determinante de los resultados laborales y educativos.
13
Liderazgo se define como el grado en que el individuo es visto como lder por otros,
junto con su desempeo cuando se trata de dirigir las actividades de un grupo. Vase
Borghans et al. (2008b).
14
El desempeo en el trabajo se define a partir de tres criterios: competencia en el trabajo, competencia en el entrenamiento y datos personales (salarios, experiencia). Vase
Heckman, Stixrud y Urza (2006).
15
En el contexto de la escala de los cinco grandes rasgos de personalidad, Barrick y Mount
(1991) concluyen que la responsabilidad tiene la mayor correlacin con el xito en el
trabajo frente a sus otros componentes.
16
Esto confirma el anlisis de Schmidt y Hunter (2004) que muestra que las habilidades
cognitivas son ms importantes entre profesores, cientficos y administradores que entre
trabajadores semicalificados o de baja calificacin. Sin embargo, contradice el anlisis de
Barrick y Mount (1991) donde se muestra que el papel de la responsabilidad no cambia
sustancialmente en funcin a la complejidad del trabajo.
11

En busca de las claves > 87

al papel del IQ en el desempeo en el largo plazo. De hecho, algunos estudios


sugieren que los rasgos de la personalidad pueden ser mejores predictores de
este elemento (Goff y Ackerman, 1992).
En suma, abunda la literatura en que se documenta empricamente la
relacin entre habilidades (cognitivas y socioemocionales) y diversos resultados laborales, educativos y sociales. Los estudios son concluyentes acerca del
impacto de las habilidades cognitivas sobre el nivel de ingreso de los individuos, y fundamentalmente sobre sus resultados educativos. En cuanto a las
habilidades socioemocionales, las conclusiones son variadas y van aportando
piezas a un rompecabezas que es ms complejo precisamente por la dificultad
natural de caracterizar los distintos rasgos de personalidad de la poblacin. Sin
embargo, algunos de estos, como por ejemplo la autoestima, el autocontrol y
la responsabilidad, aparecen una y otra vez como determinantes claves de los
resultados laborales, educativos y sociales.

Precauciones en el momento de extraer conclusiones


de la evidencia internacional
En aras de interpretar correctamente los resultados expuestos anteriormente, y de extraer lecciones de los mismos, es necesario tener en cuenta las dificultades de separar los efectos de las habilidades cognitivas de
aquellos generados por las habilidades socioemocionales. Esto por cuanto
si bien es conceptualmente posible separar las habilidades en s, en trminos prcticos es sumamente complicado identificar sus efectos por separado (Borghans et al., 2008a). Por ejemplo, es fcil suponer que las pruebas
diseadas para medir la inteligencia pueden verse afectadas por la motivacin y la perseverancia del individuo. Del mismo modo, las pruebas diseadas para caracterizar los rasgos de la personalidad pueden depender
de la capacidad del cerebro para ejecutar procesos cognitivos. Es por esto
que para poder identificar la funcin que cumple cada dimensin de habilidad en el desempeo laboral del individuo es fundamental contar con
un conjunto de pruebas validadas en la poblacin destinataria y utilizar
mtodos estadsticos adecuados.
Otro elemento a considerar, particularmente cuando se trata de extraer
enseanzas de las investigaciones existentes, es que la mayor parte de la evidencia disponible sobre el papel que desempean las habilidades cognitivas y
socioemocionales proviene de los pases desarrollados. Esto obviamente limita
las posibilidades de extrapolar estos resultados, por ejemplo a los pases de
Amrica Latina.
En uno de los pocos estudios en que se analiza el caso de pases en vas
de desarrollo, Glewwe (2002) resume la evidencia sobre la relacin que all
existe entre el sistema educativo y las habilidades cognitivas, y sobre el papel

88 > DESCONECTADOS

que estas cumplen en materia de resultados en el mercado laboral17. El autor


extrae dos conclusiones fundamentales. En primer lugar afirma que se sabe
muy poco acerca de los insumos educativos que puedan mejorar las habilidades
cognitivas de los estudiantes, y en segundo lugar sostiene que estas ltimas
son un determinante significativo de los resultados laborales, pero solo si no
se controla por aos de escolaridad.
El anlisis del impacto en el largo plazo de intervenciones tempranas en
los nios representa una fuente adicional de evidencia de la importancia de las
habilidades sobre el desarrollo del individuo. Los casos de Jamaica y Guatemala
son dignos de mencin. En estos pases, el anlisis de los datos recolectados a
lo largo de varias dcadas ha permitido demostrar cmo la estimulacin psicosocial temprana, aunada a una buena nutricin, puede afectar los resultados
educativos y laborales durante la adultez (Hoddinott et al., 2008; Walker et
al., 2005; Schady, 2011). Desafortunadamente, estudios como los realizados en
estos dos pases constituyen una excepcin en el contexto regional (Behrman
y Urza, 2011). Adems, la naturaleza de los mismos no permite identificar con
precisin el papel que cumple la escuela en la generacin de las habilidades, ni
tampoco el tipo de habilidades ms demandadas en el mercado laboral.

Cules son las habilidades crticas para el desempeo laboral


En la literatura analizada hasta aqu se considera una estrategia particular
para estudiar la importancia de las habilidades: primero se identifican las habilidades de los individuos y luego se establece la manera en que estas afectan
distintas dimensiones del desarrollo individual, y particularmente el desempeo
laboral. Una estrategia alternativa ha sido la de preguntarse primero cules son
las habilidades requeridas para asegurar un mejor desempeo laboral y luego
verificar si la poblacin las posee.
En este contexto, sorprende que sea el Departamento de Defensa de los
Estados Unidos la agencia que probablemente haya realizado ms investigacin
sobre la importancia de las habilidades aplicadas al cumplimiento de tareas en
el mbito del trabajo. En uno de sus estudios se analiza en detalle el desarrollo
histrico de los distintos mtodos de evaluacin utilizados durante los procesos
de seleccin de candidatos llevados a cabo por esta institucin, distinguiendo
precisamente entre aquellos que buscan identificar las habilidades innatas de
los postulantes y los que buscan favorecer el desempeo en determinadas tareas
(Sticht, 1997). Es justamente esta distincin lo que diferencia la lgica entre las
dos estrategias mencionadas anteriormente.

Las pruebas cognitivas consideras en este estudio son la de Raven y pruebas estandarizadas de matemticas y lectura.
17

En busca de las claves > 89

El estudio de ONeil, Allred y Baker (1997) es un buen ejemplo de los


esfuerzos que apuntan en lo fundamental a identificar las habilidades requeridas para un buen desempeo en el mbito laboral. Estos autores examinan
y categorizan las habilidades identificadas en cinco investigaciones distintas
llevadas a cabo en los Estados Unidos18. Todas utilizan informacin obtenida a
travs de entrevistas con empleadores pblicos y/o del sector privado, sindicatos,
trabajadores y supervisores de distintos sectores, y acadmicos.
En los resultados de estos cinco estudios (ONeil, Allred y Baker, 1997)
se establecen cuatro grupos generales de destrezas requeridas para un buen
desempeo en el ambiente laboral: habilidades acadmicas bsicas (lectura y
escritura); habilidades de pensamiento avanzado (creatividad, capacidad de
aprendizaje, resolucin de problemas); habilidades interpersonales y de trabajo en
equipo (comunicacin, negociacin y resolucin de conflictos), y caractersticas
personales y actitudes (autoestima, motivacin y responsabilidad)19. La comparacin de las necesidades de los empleadores estadounidenses con respecto a
cada uno de estos grupos de destrezas demuestra una mayor valoracin de las
habilidades sociales y de trabajo en equipo frente a las de carcter acadmico
(Mehrens, 1989). As pues, el mercado laboral de Estados Unidos parece demandar
en mayor medida habilidades interpersonales, de comportamiento y de trabajo
en equipo que aquellas relacionadas con los conocimientos acadmicos bsicos.
Lo anterior tiene una importancia particular para el diseo de polticas
pblicas orientadas a aumentar la pertinencia de la escuela, en especial en
la secundaria. Las habilidades socioemocionales son identificadas cada vez
ms por los empleadores como fundamentales en el desempeo laboral de sus
trabajadores. Aunque no se discute la funcin primordial de las capacidades
cognitivas esenciales, le evidencia apunta a un rango ms amplio de habilidades
relevantes. Esto es consistente con las conclusiones de la seccin anterior, donde
se resume la literatura que documenta los efectos de este tipo de habilidades

Los estudios son: (i) What Work Requires of Schools (SCANS), realizado en 1991 por el
Departamento de Trabajo de los Estados Unidos; (ii) Workplace Basics: The Essential Skills
Employers Want, realizado por la Sociedad Americana de Capacitacin y Desarrollo (ASTD
por sus siglas en ingls) con el patrocinio del Departamento del Trabajo de Estados Unidos;
(iii) The Michigan Employability Skills Employer Survey, realizado por Michigan Employability
Skills Task Force; (iv) Basic and Expanded Basic Skills, realizado por el Departamento de
Educacin del estado de Nueva York, y (v) High Schools and the Chaning Workplace: The
Employers View, realizado por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.
19
Los elementos de la taxonoma de las habilidades en el mbito laboral propuesta por
ONeil, Allred y Baker (1997) han sido tambin considerados en Maxwell (2007), CannonBowers et al. (1995), Murnane y Levy (1996), y Oliver et. al, (1997), entre otros. En particular, con base en el anlisis de casos en el rea de prcticas administrativas, Murnane
y Levy (1996) organizan las habilidades requeridas en el mbito laboral en habilidades
generales de manejo de tiempo, esfuerzo en el trabajo, actitud positiva, habilidades bsicas
(lectura, matemticas, resolucin de problemas, comunicacin) y habilidades informticas.
18

90 > DESCONECTADOS

en los resultados laborales. La evidencia para Amrica Latina sobre el tipo de


destrezas que demandan los empleadores es prcticamente inexistente. En el
captulo 6 de esta publicacin se describen precisamente los resultados de una
encuesta desarrollada con este propsito particular, los cuales sugieren que la
situacin en la regin es similar a la que muestran los estudios descritos anteriormente para Estados Unidos.

Transicin escuela-trabajo: desacople de habilidades?


En la abundante literatura donde se analiza la transicin de la escuela al trabajo
no se le ha prestado especial atencin al papel que desempean las habilidades.
El estudio de Maxwell (2007) constituye una importante excepcin. All se analiza el papel de la oferta y la demanda de distintas habilidades en el mercado
de trabajo en San Francisco, Estados Unidos. La idea subyacente es que un
mejor acoplamiento (matching) entre las habilidades que tienen los trabajadores
(oferta) y aquellas requeridas por los empleadores (demanda) puede producir
ganancias muy importantes en trminos de eficiencia (Vickers, 1995). Es esta
misma idea la que ha motivado la preparacin del presente volumen.
Los tipos de empleos considerados por Maxwell (2007) corresponden
a aquellos que se ofrecen durante la transicin de la escuela al trabajo para
individuos con niveles reducidos de capital humano. En particular, en ese
estudio se examina la demanda de habilidades en empleos de entrada de baja
calificacin. Respecto a la oferta de habilidades, y consistente con la demanda
analizada, el estudio examina las caractersticas de jvenes con bajos niveles
de escolaridad (sin estudios postsecundarios) cuyas edades oscilan entre 18
y 24 aos.
El estudio se basa en datos de 405 empresas en cinco sectores productivos y de 766 hogares, y contiene preguntas acerca de conjuntos de habilidades
comparables20. Con respecto de estas ltimas, Maxwell (2007) distingue entre
habilidades acadmicas (ingls: lectura y escritura bsica, lectura y escritura
compleja; matemticas: lgebra, matemticas aplicadas y medidas), nuevas
habilidades bsicas (comunicacin: comunicacin con consumidores, comunicacin con compaeros de trabajo; resolucin de problemas: priorizacin,
evaluacin, liderazgo; informtica: aumento de productividad, multimedia y
finanzas), habilidades en el lugar de trabajo (oficina y produccin). Esta
combinacin de informacin de empleados y empleadores, aunada a mediciones

Los sectores productivos examinados fueron preparacin y servicio de alimentos,


construccin y mantenimiento, ventas, oficina y soporte administrativo, produccin y
transporte. Cabe notar que por lo menos dos tercios de los empleos para jvenes que se
desempean en puestos de entrada en el rea geogrfica analizada se encuentran en una
de estas categoras.

20

En busca de las claves > 91

de habilidad, hace de este estudio un aporte nico al tema de la transicin de


la escuela al trabajo.
Los resultados de la investigacin mencionada muestran que la gran
mayora de los empleos requiere simultneamente distintas habilidades; casi
todos exigen algn tipo de capacidades acadmicas y virtualmente todos requieren dos de las nuevas habilidades bsicas: comunicacin y resolucin de
problemas. Un anlisis individual de cada una de las habilidades arroja tambin resultados interesantes: el 90,8% de los empleos requiere capacidad de
interactuar con otros trabajadores en la bsqueda de un objetivo (siendo esta la
habilidad en mayor demanda), mientras que un 85,3% requiere la capacidad de
percibir informacin verbal y/o no verbal proveniente de otros trabajadores (la
segunda ms demandada). De hecho, las tres habilidades en mayor demanda
forman parte del grupo de nuevas habilidades bsicas. Las habilidades cognitivas o acadmicas solo aparecen a partir del cuarto lugar y hasta el octavo.
Las primeras habilidades acadmicas en la lista se refieren a la lectura. Esto es
coherente con la evidencia que demuestra la importancia del alfabetismo en el
mercado laboral, aunque tambin ilustra la de las habilidades no acadmicas21.
Al comparar la demanda y oferta de habilidades, Maxwell (2007) concluye que la demanda de lenguaje avanzado, lgebra, matemticas aplicadas,
liderazgo y manejo de programas de informtica es baja. Por el contrario, el
lenguaje bsico, la habilidad de interactuar con otros trabajadores y la capacidad
de priorizar tareas se encuentran entre las destrezas de mayor escasez (alta
demanda y baja oferta)22.
En ese estudio se examina asimismo el efecto de las habilidades en los
resultados laborales de los individuos. En general, la evidencia no favorece necesariamente la hiptesis de que existe un alto retorno asociado a las habilidades
ms escasas, es decir, no encuentra que haya una mayor remuneracin para
aquellos empleados que las poseen. La autora sostiene que esto puede deberse
a las dificultades de identificar/medir habilidades especficas y potencialmente
en alta demanda. Un buen ejemplo es el liderazgo, una habilidad probablemente
escasa y bien remunerada que sin embargo no aparece en el listado de aquellas
con un retorno estimado ms elevado. Maxwell (2007) sostiene que la dificultad
de cuantificar el grado de liderazgo de un individuo a partir de una encuesta
explicara que no figure en la lista de las habilidades mejor remuneradas.

Respecto a los sectores especficos, en el estudio se consideran las reas de servicios


(negocios, salud y educacin y otros), manufactura, comercio minorista y otras. El sector
de servicios es el que exhibe mayor demanda de todas las habilidades. El sector manufacturero es el que demanda menos habilidades en trminos relativos.
22
Los resultados son consistentes con la propuesta de Maxwell (2007) acerca de que las
escuelas enseen habilidades acadmicas (lectura, escritura, y matemticas), comunicacin,
y capacidad para resolver problemas cuando se trata de que los estudiantes se preparen
para el mercado laboral.
21

92 > DESCONECTADOS

Recuadro 4.1
La visin convencional de la transicin escuela-trabajo: polticas pblicas
e institucionalidad
Las investigaciones donde se examina la transicin de la escuela al trabajo son numerosas. En ellas se pone de relieve el papel de las caractersticas individuales (escolaridad y
antecedentes familiares), del sistema educativo y de las condiciones del mercado laboral
como determinantes de los resultados laborales y educativos durante este perodo (Wolpin, 1987; Topel y Ward, 1992; Wolbers, 2003; Gangl, 2003). Otra importante corriente de
investigacin examina la funcin que desempean las intervenciones especficamente
diseadas para mejorar esta transicin, como por ejemplo las pasantas y los programas
de capacitacin.
Uno de los estudios que demuestran la importancia de las polticas pblicas y la
institucionalidad durante la transicin de la escuela al trabajo es el de Neumark y
Rothstein (2007). Estos autores analizan los efectos asociados a distintos programas de
apoyo a la transicin de la escuela al trabajo (TET) para los Estados Unidos1, haciendo
hincapi en el efecto de estos esfuerzos en la mitad olvidada ( the forgotten half ),
a saber, el 50% de los individuos con menores probabilidades de realizar estudios
postsecundarios. Esta investigacin es particularmente pertinente para el caso de
Amrica Latina, donde la mitad olvidada es significativamente superior al 50% de
la poblacin de jvenes.
Sus resultados indican que, en especial entre las mujeres, los efectos de los programas TET en el desempeo en el mercado de trabajo son usualmente positivos, siendo
particularmente importantes aquellos que ofrecen adiestramiento en la modalidad
de aprendices y a travs de pasantas. En cambio los resultados asociados a las iniciativas concentradas en la educacin postsecundaria son ambiguos: mientras que
para las mujeres son mayoritariamente negativos, entre los hombres los efectos de
estas intervenciones en los rendimientos educativos postsecundarios son usualmente positivos y significativos. En trminos prcticos, este estudio demuestra que las
varias modalidades de intervencin pueden tener distintos efectos dependiendo de
la poblacin en la que acten, lo cual representa un reto en el momento de desarrollar
polticas pblicas para la transicin de la escuela al trabajo.
1
Especficamente, los autores analizan los programas asociados a la Ley de oportunidades de la escuela
al trabajo de 1994 (School-to-Work Opportunities Act 1994 o STWOA94). Esta ley incentiv el desarrollo
de programas diseados para mejorar los resultados laborales de los estudiantes durante los ltimos
aos de la educacin secundaria. Entre ellos se encuentran: job shadowing, mentoring (alianzas entre
estudiantes y empresas), educacin cooperativa (combinacin de educacin acadmica y vocacional),
trabajos en empresas asociadas a escuelas, educacin tcnica (programas que conducen a una carrera
definida), entrenamiento como aprendices, y prcticas/pasantas.

Las conclusiones del estudio citado sugieren entonces la posibilidad de


que los resultados laborales durante la transicin de la escuela al trabajo estn
altamente influenciados por un desacople o brecha de habilidades entre la demanda y la oferta laboral. En los siguientes captulos de este libro se explorar
esta hiptesis en el contexto de Amrica Latina, con la intencin de mostrar que
debido a las caractersticas de los sistemas educativos y laborales de los pases
de la regin, este desacople constituye un elemento que requiere particular

En busca de las claves > 93

atencin. El magro desempeo laboral de los jvenes en general, y la cada de


los retornos a la educacin secundaria en particular, pueden ser producto no
solamente de las dinmicas de oferta y demanda descritas, o de rigideces en el
mercado laboral, sino tambin una manifestacin de la brecha que existe entre
lo que ofrece el sistema educativo y lo que demanda el mercado de trabajo23.

El desafo: caracterizar la transicin escuela-trabajo en


Amrica Latina
Desafortunadamente, la informacin disponible en los pases de la regin no
permite realizar un anlisis detallado acerca de los determinantes de una
transicin escuela-trabajo exitosa y del papel que cumplen las habilidades en
este proceso. Si bien durante las ltimas dcadas varios pases han realizado
importantes esfuerzos encaminados a recolectar ms y mejores datos a nivel
microeconmico, su diseo no se ajusta a lo que se necesita para desarrollar
un anlisis detallado de este importante tema. Por ejemplo, a diferencia de lo
que ocurre en Estados Unidos, generalmente los esfuerzos en Amrica Latina
por contar con nueva informacin se dirigen a realizar grandes encuestas de
hogares de corte transversal, en desmedro de los datos de tipo longitudinal.
Lo mismo se observa en el caso de la informacin existente sobre desempeo
educativo. En general estos datos no permiten seguir a los estudiantes a travs
del tiempo por perodos suficientemente largos para registrar sus trayectorias
educativas y laborales, y menos an analizar la relacin entre el desempeo
educativo y la transicin escuela-trabajo.
Por otra parte, los pases de la regin tampoco cuentan con informacin
adecuada sobre las habilidades de la poblacin. Solo en el caso de la Encuesta
de Proteccin Social de Chile 2006 (Bravo et al., 2008) se han incorporado preguntas destinadas a medir niveles de autoestima y autocontrol. Ciertamente la

23
En este contexto, cabe destacar el estudio de Oliver et al. (1997). Estos autores describen la reforma que probablemente representa el mayor esfuerzo llevado a cabo hasta la
fecha para desarrollar las habilidades requeridas en el mercado laboral durante el perodo
escolar: la reforma educativa implementada a partir de 1989 en el estado de Maryland,
conocida con el nombre de Habilidades para el xito (Skills for Success o SFS). En esta
reforma se hizo nfasis tanto en las habilidades acadmicas como en las habilidades generales multidisciplinarias que facilitan la transicin al mercado de trabajo. En la reforma
se consideran cinco categoras de habilidades: aprendizaje, pensamiento, comunicacin,
tecnologa y habilidades interpersonales Con ello se buscaba dotar a los estudiantes de
herramientas que les puedan ser tiles para aprender no solamente durante la etapa
escolar sino tambin durante toda su vida. Este concepto tiene adems consecuencias
fundamentales en el currculum educativo. En este sentido, el programa de estudios debi
ajustarse de manera tal que las habilidades ofrecidas pudieran aplicarse realmente a lo que
el estudiante enfrentara en el mercado laboral (uso de las matemticas como herramienta
para resolver problemas y del lenguaje como herramienta de comunicacin y pensamiento).

94 > DESCONECTADOS

informacin proveniente de las pruebas estandarizadas de desempeo educativo


o aprendizaje como son el Sistema de Medicin de Calidad de la Educacin o
SIMCE (Chile), la Evaluacin Nacional de Logro Acadmico en Centros Escolares o ENLACE (Mxico) y el Estudio Nacional de Evaluacin y Consideraciones
Conceptuales u ONE (Argentina) puede ser de mucha utilidad para el desarrollo
de polticas pblicas en el rea de la educacin. Sin embargo, tal informacin
no puede ser considerada de tipo cognitivo y tampoco socioemocional. La
interpretacin de las pruebas estandarizadas de desempeo es mucho ms
compleja. Esto por cuanto el objetivo primordial de las mismas es medir el
desempeo de los alumnos en relacin con un currculum (SIMCE y ONE) o
su capacidad para aplicar sus conocimientos a situaciones reales (ENLACE), y
no una dimensin particular de habilidad 24. En este contexto, los resultados de
pruebas de desempeo educativo como las anteriormente mencionadas deben
ser interpretados como el producto de un proceso que comprende el conjunto de
habilidades de los individuos, la calidad de la educacin a la que hayan tenido
acceso y el ambiente familiar en el que se hayan desenvuelto.
La imposibilidad de interpretar los resultados de las pruebas de desempeo
como indicadores de los niveles de habilidades cognitivas y socioemocionales
entre los estudiantes no quiere decir que estos resultados no deban ser parte
del anlisis de la transicin de la escuela al trabajo. Por el contrario, dado que
en estas pruebas se manifiestan factores mltiples y crticos, sus resultados
pueden y deben ser de gran utilidad para comprender el papel que cumplen las
caractersticas de la escuela, la familia y el individuo en el proceso en cuestin 25.
Sin embargo, la falta de datos longitudinales para la regin, y especficamente
la escasez de datos a nivel individual que permitan simultneamente observar
los resultados en las pruebas de desempeo escolar (recolectados durante la
educacin primaria y/o secundaria) y los resultados en el mercado laboral para
una poblacin representativa, impide realizar todava este tipo de anlisis.
La recoleccin de esta informacin debe ser el siguiente paso para facilitar la
realizacin de los estudios requeridos sobre este tema de vital importancia.
En este sentido, cabe destacar las caractersticas y objetivos de las pruebas
PISA (vase el captulo 3) y el proyecto SIALS (Encuesta de Alfabetizacin de
la Poblacin Adulta). Las pruebas PISA se orientan a medir la relacin entre
educacin y empleabilidad, con un nfasis particular en el papel que cumplen las
habilidades de lectura. Estas pruebas se realizan a jvenes de 15 aos de edad,
pero no se hace un seguimiento de los participantes a travs del tiempo. Por su

En el recuadro 3.1 del captulo 3 se ofrece informacin pormenorizada sobre SIMCE y ONE.
Guzmn y Urza (2008) presentan un ejemplo de cmo utilizar test estandarizados para
analizar los determinantes del xito educativo y laboral de la poblacin. Estos autores
analizan el caso de Chile con base en datos de SIMCE y CASEN.
24
25

En busca de las claves > 95

parte, el proyecto SIALS busca medir la habilidad de procesar y transmitir por


escrito informacin en el contexto del hogar, la comunidad y el trabajo, y tambin analizar los determinantes de los niveles de alfabetizacin en la poblacin
adulta, con particular nfasis en la funcin del empleo y la capacitacin 26. Sin
embargo, tampoco tiene entre sus objetivos hacer un seguimiento de los participantes a travs del tiempo, por lo que sus resultados no permiten distinguir
si los niveles de alfabetizacin producen mejores condiciones de empleo o, por
el contrario, si las mejores condiciones de empleo producen mayores niveles
de alfabetizacin.
En resumen, los resultados de PISA y SIALS documentan una importante
correlacin entre niveles de alfabetizacin y preparacin (PISA) o desempeo
(SIALS) en el mercado laboral. Esto es adems consistente con la evidencia
anteriormente descrita sobre el papel crtico de las habilidades acadmicas (escritura y lectura) en el xito que se logre en el mercado laboral. En este sentido,
la recoleccin de nueva informacin que contribuya al estudio del desempeo
laboral en la regin, incluyendo el anlisis de la transicin escuela-trabajo,
debera cimentarse en la caracterizacin de los niveles de alfabetizacin de la
poblacin.

Paso siguiente: recolectar informacin longitudinal


La evidencia internacional que se resume en este captulo confirma el papel de
las habilidades cognitivas y socioemocionales en el desempeo acadmico y
laboral de los individuos. En muchos casos, las habilidades socioemocionales
son incluso mejores predictores que las cognitivas (Heckman, Stixrud y Urza,
2006 y Urza, 2008). Por otra parte, la distincin entre habilidades cognitivas
y socioemocionales es compleja pero necesaria. Su diferenciacin es crucial,
especialmente considerando que su desarrollo a lo largo de la vida no es igual y
que por lo tanto el papel de la escuela en su formacin tambin vara. Esto tiene
implicaciones importantes para la formulacin de polticas pblicas al respecto.
Desafortunadamente, hasta el momento no existen estudios rigurosos en
los que se analicen estos temas para Amrica Latina. La informacin disponible en la regin no permite hacer un anlisis pormenorizado del papel que all
desempean las habilidades cognitivas y socioemocionales en la transicin de
la escuela al trabajo. El contar con informacin longitudinal de calidad que
incluya mediciones de los niveles de habilidades de la poblacin previas a la

26
En este contexto, alfabetizacin no solo se refiere a la habilidad de leer y escribir, sino
tambin a la habilidad de comprender y usar la informacin escrita en el mbito de las
obligaciones laborales, comunitarias y del hogar. Por eso se utiliza el concepto de alfabetizacin funcional, el cual hace referencia a la calidad de la participacin de una persona
en la vida econmica y social de un pas.

96 > DESCONECTADOS

entrada al mercado laboral representa un paso crtico hacia la comprensin de


una transicin exitosa en este terreno. Esta informacin representara adems
un componente clave en el proceso de implementacin y diseo de polticas
educativas y laborales destinadas a mejorar las experiencias de los individuos
durante este perodo. Los esfuerzos en Amrica Latina deben apuntar en esta
direccin. En este sentido, la evidencia que se discute en los siguientes captulos
representa un primer esfuerzo en tal direccin.

5
Fbrica de destrezas? Lo que le aporta
el sistema educativo al mercado laboral
El desafo para los sistemas educativos de la regin
El anlisis presentado en los captulos anteriores describe los aspectos ms
importantes de las realidades que viven los jvenes en la regin en lo relativo
al mercado laboral y a la educacin. En primer lugar, se ha documentado que
los jvenes confrontan bajos retornos a la educacin secundaria, altas tasas de
desempleo, bajas tasas de participacin laboral y bajos salarios. Adicionalmente
se ha mostrado que durante las ltimas dcadas no se han observado mejoras
en estas variables. De hecho, la evidencia sugiere que algunas de ellas incluso
han empeorado, especialmente para algunos grupos educativos (como es el caso
de la prima salarial para los egresados de la educacin secundaria).
En segundo lugar, se ha analizado la situacin de los sistemas educativos
de la regin, documentando no solo los aumentos significativos en materia de
cobertura sino tambin un importante rezago entre los jvenes en el dominio
de conocimientos bsicos (medidos a travs de los resultados de pruebas internacionales como PISA) con respecto a los resultados obtenidos en las economas
desarrolladas e incluso en economas con niveles similares de ingreso por fuera
de la regin. La evidencia muestra entonces la necesidad de suplementar los
enormes esfuerzos realizados para ampliar la cobertura educativa con iniciativas slidas dirigidas a mejorar la calidad de la educacin en Amrica Latina.
Durante varias dcadas, la literatura econmica ha tratado de explicar los
fenmenos observados en el mercado laboral en funcin de lo que ocurre o
no ocurre en el sistema educativo. En particular, distintos estudios han
mostrado cmo el aumento de la oferta de trabajadores jvenes con educacin
media puede traducirse en un deterioro en sus condiciones laborales (Katz y
Autor, 1999 y Manacorda, Snchez Pramo y Schady, 2010 para Amrica Latina).
Esto puede verse reforzado por rigideces propias de los mercados laborales en

98 > DESCONECTADOS

la regin (salario mnimo, costos de despido, asimetras de informacin, entre


otros factores), lo cual deteriora an ms las condiciones laborales de los grupos menos educados de la poblacin (Heckman y Pags, 2004). Los cambios
tecnolgicos tambin han conducido a que las empresas contraten trabajadores
no solamente ms educados sino tambin mejor preparados (Acemoglu, 2002;
Snchez Pramo y Schady, 2003; y Attanasio et al., 2005 para Amrica Latina).
Mediadas por las condiciones institucionales, las fuerzas del mercado generan
entonces una asociacin natural entre el desempeo laboral de los jvenes y lo
que produce el sistema educativo. Este captulo proporciona nueva evidencia
de esta asociacin natural, pero desde un ngulo distinto: el de la relacin entre
habilidades, educacin y mercado laboral.
Aunque la discusin sobre educacin y trabajo es de vieja data, la literatura
econmica solo recientemente ha comenzado a ocuparse de la relacin entre
habilidades, educacin y mercado laboral. El nuevo marco conceptual que de
all surge pone de presente la necesidad de considerar un espectro ms amplio
de destrezas, a la luz de la evidencia que documenta la importancia no solo de
las habilidades cognitivas sino tambin de las socioemocionales en diversos
resultados sociales, econmicos y educativos, tema este que se discuti de
manera pormenorizada en el captulo 4.
Frente a este panorama, cabe entonces preguntarse si los magros resultados
observados en los jvenes en el mercado laboral en la regin tambin son de
alguna forma una manifestacin de la poca efectividad de los sistemas educativos en cuanto a dotar a los individuos con los tipos y niveles de habilidades
y/o capacidades que aseguren un buen desempeo laboral en el mundo actual,
tema principal de este libro. De este modo, aqu se busca complementar la visin
tradicional con una nueva dimensin de la relacin entre educacin, habilidades
y mercado laboral, la cual puede arrojar nuevas luces sobre el acoplamiento
que se requiere entre oferta y demanda de trabajo en Amrica Latina. En este
captulo se quiere responder a las siguientes preguntas:
JJ

JJ

Tienen los individuos ms educados mayores niveles de habilidades


(cognitivas y socioemocionales) que los menos educados?
Hasta qu punto las diferencias en el mercado laboral pueden explicarse por estas diferencias en habilidades?

El acopio de evidencia sobre la relacin entre capital humano y niveles de


habilidades, y los resultados en el mercado laboral, representa un primer paso
para identificar los mecanismos que explican una asociacin positiva entre aos
de escolaridad y desempeo laboral. Aunque sobre este ltimo aspecto existe
evidencia para los pases desarrollados, la falta de datos ha sido una limitante
significativa cuando se trata de analizar este tema en relacin con Amrica
Latina. La comprensin de estos mecanismos abre la posibilidad de detectar

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 99

fallas en el sistema educativo, disear mejores polticas educativas, y en ltimas


mejorar las condiciones laborales de jvenes y adultos.

Capital humano y desempeo laboral: mecanismos


de transmisin
La asociacin positiva entre el desempeo en el mercado laboral y el capital
humano de los individuos usualmente aproximado por sus aos de escolaridad es probablemente uno de los temas ms estudiados en las ciencias
sociales en general, y en las ciencias econmicas en particular. Le evidencia
es muy clara: los individuos ms educados tienden a mostrar mayores tasas
de participacin y empleo, y mejores condiciones salariales. Esta asociacin
adems se observa independientemente de la edad y del gnero de los grupos
estudiados. As pues, los jvenes ms educados muestran un mejor desempeo
en el mercado laboral que los jvenes menos educados. Lo mismo se verifica en
el caso de los adultos. Ahora, si los individuos ms educados tienden a disfrutar
de mejores condiciones laborales, cul es el cambio que produce la educacin
en el nivel individual? Cul es la dotacin que proporciona el sistema educativo
que eventualmente se manifiesta en aumentos en la productividad de aquellos
individuos con ms aos de educacin?
El presente anlisis se basa en la hiptesis plausible de que la acumulacin
de capital humano no solamente proporciona mayor informacin y/o conocimiento sino que adems mejora las habilidades y capacidades de los individuos, lo
que a la postre se traduce un una mayor empleabilidad y productividad. Segn
esta lgica, la asociacin entre educacin y habilidades/capacidades explica
por lo menos parte de la asociacin emprica entre educacin y desempeo
en el mercado laboral. As pues, las habilidades y/o capacidades representan
las variables sobre las cuales acta la educacin para mejorar el desempeo
laboral de la poblacin1.
La posibilidad de ofrecer un respaldo emprico slido a la hiptesis previamente formulada depende fundamentalmente de la disponibilidad de datos a
Tambin es posible que la educacin no forme sino que simplemente informe acerca de
los niveles de ciertas habilidades de los estudiantes (Spence, 1973; Altonji y Pierret, 2001;
Bedard, 2001). En este contexto, un mayor nivel de educacin sera solamente producto
de los niveles de habilidades ya adquiridos y no viceversa. Los buenos estudiantes (con
mayores grados de habilidades) podran completar con xito los distintos niveles de educacin sin que el sistema exija de ellos la adquisicin de nuevos conocimientos. En este
sentido, el sistema educativo seleccionara a quienes tienen mayores niveles de ciertas
habilidades, es decir, a quienes ya vienen mejor dotados de las mismas y por lo tanto pueden completar los diferentes niveles de escolaridad con mayor xito. Independientemente
del modo en que la educacin incida en las habilidades sea a travs de la formacin, de
la seleccin o de ambas, sigue siendo vlido preguntarse si su impacto en el desarrollo
laboral se deriva de su asociacin positiva con ciertas habilidades claves.

100 > DESCONECTADOS

nivel individual que combinen informacin de desempeo laboral, experiencias


educativas y niveles de habilidades en una muestra representativa de individuos.
Hasta el momento se careca de tal informacin crtica, pero el Banco Interamericano de Desarrollo elabor y condujo en 2008 y en 2010 dos Encuestas
sobre Trayectorias y Habilidades (ETH) a la luz de las cuales es posible analizar
empricamente la hiptesis propuesta (BID, 2008a y 2010b). Las encuestas se
llevaron a cabo en Argentina y Chile, dos pases de la regin que comparten
una larga frontera y adems cuentan con sistemas educativos similares, si bien
difieren marcadamente en su organizacin poltica y econmica. Esto hace el
anlisis incluso ms instructivo.

Descripcin de la muestra y de las variables estudiadas


Las encuestas que sirven de base al presente anlisis fueron conducidas entre
adultos jvenes (de 25 a 30 aos de edad) en Argentina y Chile, y se disearon
especialmente para analizar la asociacin entre los niveles educativos de la poblacin y su desempeo en el mercado laboral, teniendo en cuenta la funcin que en
ello puedan cumplir las habilidades cognitivas y las socioemocionales. En otras
palabras, las encuestas se disearon con el propsito especfico de responder a las
preguntas anteriormente formuladas relativas a la transmisin de capital humano
en el desempeo laboral. Ambas encuestas son comparables tanto en lo relativo a
la muestra que se considera como al contenido de los cuestionarios (apndice A).
En el caso de Chile, la encuesta contiene informacin para 4.497 individuos de 25 a 30 aos de edad en 2008. En el caso de Argentina, la encuesta
contiene informacin sobre 1.600 individuos de 25 a 30 aos de edad en 2010.
Los cuestionarios contienen preguntas precisas respecto de las caractersticas
de los encuestados, sus historias laborales y educativas, y sus habilidades
cognitivas y socioemocionales (apndice A). Es precisamente esta informacin
la que permite:
JJ

JJ

JJ

analizar la incidencia de la educacin y la experiencia laboral temprana


(antes de los 20 aos) en los salarios y en las condiciones de empleo
observadas aproximadamente a los 30 aos de edad;
cuantificar la asociacin entre habilidades (cognitivas y socioemocionales) y desempeo en el mercado laboral; y
cuantificar la asociacin entre el nivel educativo y las habilidades
cognitivas y socioemocionales, controlando por las variables socioeconmicas de los individuos.

Con respecto a las habilidades, para asegurar su comparabilidad ambas


encuestas utilizan exactamente las mismas bateras de pruebas cognitivas y
socioemocionales. Especficamente se consideraron pruebas de habilidades

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 101

cognitivas o intelectuales, de estrategias metacognitivas, de habilidades de


autoeficacia y de habilidades sociales. Los instrumentos para medir las habilidades fueron desarrollados y probados por psiclogos expertos en el tema 2.
Habilidades cognitivas o intelectuales. Estas se identifican a partir de la aplicacin de una serie de ocho analogas figurales que cada individuo encuestado
debe completar. Los resultados de esta prueba han demostrado estar altamente
correlacionados con medidas de capacidades intelectuales generales (Centro
MIDE UC, 2008). Por sus caractersticas, esta prueba de habilidad constituye
una medida dura u objetiva y sus resultados se expresan como el nmero
de analogas correctas, por lo cual el puntaje individual se encuentra entre 0
(ninguna analoga correcta) y 8 (todas correctas).
Estrategias metacognitivas (o habilidad en la planificacin de tareas). Estas
se identifican a partir de un conjunto de 12 preguntas con las cuales se busca
caracterizar la organizacin del individuo respecto a cmo lleva a cabo distintas
tareas y desarrolla el pensamiento crtico. Los tems aqu considerados son del
siguiente tipo: Adopto mi forma de estudiar para ajustarla a los requerimientos
de las nuevas tareas que enfrento o Cuestiono las ideas o teoras que escucho
para decidir si las encuentro convincentes.
Habilidades de autoeficacia. Esta prueba apunta a caracterizar cmo se percibe
el individuo con respecto a su capacidad de desarrollarse y lograr sus objetivos.
En este caso, los 12 tems considerados son del siguiente tipo: Me siento capaz
de realizar las tareas y desafos que enfrento o Si me esfuerzo lo suficiente,
creo que podra ser uno de los mejores en mis estudios o trabajo.
Habilidades sociales. El objetivo de esta prueba es caracterizar al individuo
respecto a su posicin y relacin con terceros (comunicacin, liderazgo, etc.).
En este caso se utilizaron 12 tems del siguiente tipo: Me cuesta lograr que
los dems me presten atencin y escuchen mis opiniones o Me cuesta llegar
a acuerdos cuando trabajo con otras personas y tenemos discrepancias.
Debido a su naturaleza, aqu se considerarn como habilidades socioemocionales las estrategias metacognitivas, las medidas de autoeficacia y las
sociales. La decisin de medir estas habilidades en particular se deriva de
la existencia de documentacin emprica sobre su relevancia en cuanto a los
resultados educativos y laborales descrita en el captulo anterior; adems se
La parte del cuestionario sobre medicin de habilidades estuvo a cargo del Centro MIDE
UC del Departamento de Psicologa de la Pontificia Universidad Catlica de Chile (vase
el apndice A).

102 > DESCONECTADOS

consider la viabilidad de desarrollar instrumentos que permitieran medirlas


en el contexto de una encuesta de hogares.
Tanto para las estrategias metacognitivas, como para la autoeficacia y las
habilidades sociales, las respuestas a los distintos tems pasan por el nivel de
aprobacin del individuo respecto de la oracin formulada. Esto significa que tales
medidas reflejan sus percepciones sobre s mismo e informan sobre hasta qu
punto las afirmaciones que se le presentan reflejan su comportamiento o actitudes
habituales. As, el individuo elige entre cuatro respuestas posibles: muy poco
(1), poco (2), bastante (3) o mucho (4). Para efectos del anlisis emprico de
este captulo se utiliz el promedio de los tems correspondientes a cada prueba3.
Las habilidades pueden no ser independientes. Es decir, es posible que
individuos con mayores habilidades de un tipo tambin cuenten con mayores
habilidades de otro tipo. Para efectos de comprender la asociacin entre los
distintos tipos de habilidades, en el cuadro 5.1 se presenta las matrices de
correlacin para Argentina y Chile.
Los resultados son similares en ambos pases. Las correlaciones ms
marcadas se encuentran entre autoeficacia y habilidades sociales, y entre autoeficacia y estrategias metacognitivas. Luego vienen las correlaciones entre
estrategias metacognitivas y habilidades sociales, y finalmente las asociadas
a las habilidades intelectuales o cognitivas. Esto ltimo es particularmente
pertinente, pues como se ver posteriormente el mercado laboral premia tanto
Desde un punto de vista tcnico, el uso de estas pruebas requiere tener en cuenta dos aspectos importantes. En primer lugar, es necesario reconocer las limitaciones para identificar la
causalidad que se pueda producir desde las habilidades al desempeo en el mercado laboral.
Por ejemplo, aquellos individuos que logran buenos resultados laborales pueden sentirse
ms eficaces, mientras que los sentimientos de eficacia pueden conducir simultneamente a
mejores resultados laborales. La dificultad en evitar la causalidad inversa radica fundamentalmente en la naturaleza de los datos de tipo transversal, como es el caso de este estudio.
Independientemente de la forma que se defina para medir estas habilidades (en particular
autorreporte o medidas duras), la causalidad inversa estar presente. En el anlisis se reconoce la posibilidad de esta causalidad inversa, por lo cual se refiere nicamente a asociaciones
entre las distintas habilidades y los resultados educativos y laborales de la poblacin, que es
un primer paso esencial para indagar sobre estos temas. En segundo lugar, el anlisis sigue la
prctica convencional de utilizar medidas autorreportadas para las habilidades socioemocionales incluidas en el estudio, pues adems de emplearse tradicionalmente para las habilidades
aqu medidas, es la nica compatible con el contexto de una encuesta de hogares. Aun as,
no aparecen razones evidentes para sospechar un reporte falso de informacin (como podra
ocurrir si a los puntajes se les asociaran fuertes consecuencias). Las excepciones a las mediciones autorreportadas, ciertamente incompatibles con el formato de encuesta, se refieren a
mediciones fisiolgicas que solo se emplean en contextos experimentales y principalmente
en el mbito de las emociones. Las mediciones implcitas (como las actitudes implcitas) se
emplean en mbitos donde se supone que la gente est motivada a falsear el autorreporte
(lo ms comn es emplearlas en mediciones de prejuicios). Esta metodologa se implementa
mediante computadores, lo que tambin la hace incompatible con el formato de encuesta. En
resumen, para las habilidades medidas en este estudio la prctica convencional (y compatible
con el contexto de una encuesta) ha sido el autorreporte.

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 103

Cuadro 5.1
Correlaciones entre habilidades por pas
A. Argentina
Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Sociales

Cognitiva

1,0

Metacognitiva

0,097

1,0

Autoeficacia

0,103

0,482

1,0

Sociales

0,157

0,361

0,614

1,0

Cognitiva

Metacognitiva

B. Chile
Autoeficacia

Sociales

Cognitiva

1,0

Metacognitiva

0,079

1,0

Autoeficacia

0,094

0,414

1,0

Sociales

0,122

0,337

0,532

1,0

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Todas las correlaciones son estadsticamente significativas (nivel de confianza del 99%).

las habilidades cognitivas como las socioemocionales. As, aquellos individuos


que exhiben niveles ms elevados de habilidades socioemocionales tendran
una ventaja, dado que las posibilidades de tener altos niveles de habilidades en
varias dimensiones (todas potencialmente valoradas por el mercado) seran altas.
La mayor correlacin entre las habilidades que aqu se agrupan en la familia de socioemocionales es, de cierta manera, predecible. Ello es as porque
como se explic en el captulo anterior, las investigaciones sobre el tema han
mostrado que todas las habilidades son determinadas en alguna medida por la
interaccin entre las caractersticas propias del individuo (factores genticos)
y los estmulos provenientes del entorno en que este se encuentra inmerso.
En resumen, tanto para Argentina como para Chile los resultados muestran
que las tres medidas de habilidades socioemocionales se asemejan ms entre
s que con las habilidades intelectuales o cognitivas. Por su importancia, es
necesario insistir que las encuestas que aqu se utilizan (ETH) son las primeras en permitir el estudio simultneo de los historiales individuales (ya sean
laborales o educativos) y de las habilidades de la poblacin en el contexto de
Amrica Latina. El anlisis de la informacin contenida en ellas ofrece una
oportunidad nica para poder identificar y comparar los determinantes de los
logros educativos y laborales de los individuos en Argentina y Chile.

Educacin y habilidades
En los primeros captulos de este libro se document el hecho de que hoy en
da los jvenes tienen un mayor nmero de aos de escolaridad. Sin embargo,

104 > DESCONECTADOS

la efectividad de la educacin no se puede medir nicamente a partir de este


indicador. Es por esto que se considera importante evaluar la asociacin entre
los niveles de escolaridad y los niveles de habilidades de la poblacin. Una
asociacin positiva entre estas dos variables sugerira la presencia de una
relacin entre el nivel de capital humano (aos o niveles de escolaridad) y los
niveles de habilidades de la poblacin. Cuanto mayor sea la asociacin, mejor
sustentada quedar la hiptesis que aqu se plantea, a saber, que la educacin
produce (por formacin o seleccin) aumentos en los niveles de habilidades
de la poblacin, lo cual eleva su productividad y consecuentemente mejora su
desempeo laboral.
Antes de estudiar la relacin entre educacin y habilidades, y resultados
laborales, es necesario describir algunos de los aspectos importantes que caracterizan las muestras de Argentina y Chile. En el cuadro 5.2 se presenta la
distribucin de los niveles y aos promedio de escolaridad para las muestras
analizadas en Argentina (ao 2010) y Chile (ao 2008).
En promedio, tanto en Argentina como en Chile las nuevas generaciones
de trabajadores incluidos en las encuestas terminan la educacin secundaria
y un porcentaje significativo (superior al 40%) cuenta adems con estudios
postsecundarios. Solamente uno de cada 10 individuos entre 25 y 30 aos de
edad reporta como mximo nivel educativo la educacin primaria. Estos altos
niveles difieren significativamente de lo observado hasta hace solamente un par
de dcadas, cuando la mayora de la poblacin solo completaba la secundaria.
En la introduccin se anticip el anlisis de la asociacin entre los niveles
de educacin y las habilidades de la poblacin. En este contexto, es necesario
notar dos aspectos importantes. En primer lugar, y como ya se seal, alcanzar
un determinado nivel de escolaridad no significa necesariamente haberlo culminado. Por ejemplo, del 24% de individuos que en las encuestas de Argentina
declara haber iniciado el nivel universitario, solamente un 33% manifiesta

Cuadro 5.2
Niveles de escolaridad en Argentina y Chile
(Muestra de individuos entre 25 y 30 aos de edad)
Nivel de escolaridad
Promedio de aos de educacin

Argentina

Chile

12,58

12,82

Distribucin por nivel de escolaridad


Educacin primaria

8,17%

9,35%

Educacin secundaria

49,86%

45,88%

Educacin tcnico-profesional

17,68%

15,86%

Educacin universitaria

24,30%

28,91%

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Nota: Las estadsticas se obtuvieron con base en el total de individuos en las respectivas
encuestas (incluye a aquellos que se encontraban estudiando al momento de las mismas).

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 105

haberlo terminado (versus 48% en el caso de Chile). En este sentido es importante tener en cuenta las posibles diferencias que surgen entre individuos que
declaran haber iniciado un nivel de escolaridad versus aquellos que efectivamente lo concluyen. Un segundo elemento que requiere atencin es la existencia
de distintas categoras de educacin secundaria en la regin. Tanto Argentina
como Chile cuentan con dos modalidades de educacin secundaria: tradicional
o cientfico-humanista (en el caso especfico de Chile) y tcnico-profesional.
Cada una tiene programas de estudios y objetivos particulares. Mientras que
el sistema tradicional o cientfico-humanista busca formar las habilidades y
capacidades requeridas para continuar hacia el sistema universitario, los establecimientos tcnico-profesionales tienen como objetivo formar habilidades
y capacidades tcnicas que puedan ser utilizadas en el ambiente laboral o en
estudios tcnicos postsecundarios. En Argentina, un 39% de los egresados de
la educacin secundaria proviene de establecimientos tcnico-profesionales,
mientras que en Chile la proporcin se eleva a 48,6%.
En el grfico 5.1 se confirma la alta correlacin que existe entre el nivel
de habilidades y el nivel de escolaridad logrado, especialmente en cuanto a
destrezas cognitivas. Cuando se observa el efecto de completar un determinado
nivel de educacin surge un patrn claro. En general, al comparar los niveles
de habilidades de aquellos individuos que alcanzan un determinado nivel de
escolaridad pero no lo culminan, con los de aquellos que no solamente lo alcanzan sino que adems se gradan, se registran diferencias significativas a
favor de estos ltimos. Esto es particularmente claro en el caso de la autoeficacia en el contexto de la educacin postsecundaria: all se observa un aumento
significativo en los niveles de esta habilidad asociado con los estudios tcnicos
superiores y universitarios. Estos resultados se constatan tanto para Argentina
como para Chile y sugieren la necesidad crear condiciones que faciliten alcanzar
y culminar mayores niveles de educacin.
El sistema educativo en cada uno de sus niveles forma habilidades o selecciona a los individuos que las poseen, de modo que aquellos ms hbiles
dentro de cada nivel educativo sern los que logren culminarlo. Independientemente de cul sea el papel de la educacin posiblemente coexistan ambos
factores, estos resultados muestran que terminar cada nivel de escolaridad
efectivamente suministra informacin sobre la dotacin de los individuos, es
decir, certifica cierto nivel de habilidades.
Otro hallazgo destacable del grfico 5.1 tiene que ver con los altos niveles de
habilidades socioemocionales asociados a la educacin tcnico-profesional tanto
en la secundaria como en la postsecundaria. En Argentina y Chile, los niveles
de habilidades socioemocionales de los egresados de la educacin secundaria
tcnico-profesional son mayores a los reportados entre quienes se gradan de
la educacin secundaria tradicional o cientfico-humanista. Adicionalmente, los
niveles de habilidades socioemocionales de quienes se gradan de la educacin

106 > DESCONECTADOS

Grfico 5.1
Promedio de habilidades cognitivas y socioemocionales por nivel de
escolaridad
Secundaria incompleta
Tec. superior incompleta
Universitaria completa

Secundaria completa CH
Tec. superior completa

Secundario completa TP
Universitaria incompleta

Chile: Cognitivas
4,5
4,0
3,5
3,0
2,5
2,0

Cognitiva

Argentina: Cognitivas
4,5
4,0
3,5
3,0
2,5
2,0

Cognitiva

Chile: Socioemocionales
3,5

3,2

2,9

Metacognitiva

Autoeficacia

Habilidad social
(contina en la pgina siguiente)

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 107

Grfico 5.1 (continuacin)


Secundaria incompleta
Tec. superior incompleta
Universitaria completa

Secundaria completa CH
Tec. superior completa

Secundario completa TP
Universitaria incompleta

Argentina: Socioemocionales
3,5

3,2

2,9

Metacognitiva

Autoeficacia

Habilidad social

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).

tcnico-profesional postsecundaria son superiores a los reportados en individuos


que alcanzan pero no culminan la educacin universitaria, y comparables con los
de los egresados de la universidad. Esto constituye una seal interesante sobre
cmo los distintos tipos de educacin pueden generar diferencias en las habilidades y capacidades de los individuos; la valoracin que de ellas haga el mercado
laboral se podr traducir en mejoras en el desempeo laboral de los mismos.
Una vez documentada la asociacin positiva entre niveles de escolaridad
y niveles de habilidades, cabe preguntarse si es posible identificar algn patrn
en la evolucin de estas ltimas a lo largo del trayecto educativo. Aumentan
gradualmente las habilidades a lo largo de los aos de estudio o se observa un
salto en algn nivel en particular? Un anlisis ms detallado por aos, y no
por niveles de escolaridad, puede permitir identificar perodos crticos de desarrollo (o seleccin) de habilidades cognitivas y socioemocionales. Igualmente
puede arrojar informacin sobre elementos adicionales que puedan subyacer
a las diferencias discutidas anteriormente entre los dos pases. En los grficos
5.2 y 5.3 se puede observar cmo van cambiando los niveles de habilidades
cognitivas y socioemocionales por cada ao adicional de educacin. All se
presenta el promedio de habilidades para las personas con determinados aos
de escolaridad reportados 4.

Cabe sealar que debido a las caractersticas de los datos no es posible medir la evolucin
de las habilidades a lo largo de las trayectorias educativas de los mismos individuos. Lo
que se reporta en los grficos 5.2 y 5.3 es el nivel de habilidades para diferentes individuos
con diferentes aos de escolaridad.

108 > DESCONECTADOS

Grfico 5.2
A. Argentina
4,0
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5

10 11 12 13 14 15 16 17 18
Aos de educacin

Nivel promedio de habilidad

Nivel promedio de habilidad

Niveles de habilidades cognitivas por aos de escolaridad


B. Chile
4,5
4,0
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
8 9

10 11 12 13 14 15 16 17 18
Aos de educacin

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).

En el caso de las habilidades cognitivas (grfico 5.2) se encuentra que estas


aparecen fuertemente asociadas a los aos de educacin postsecundaria tanto en
Argentina como en Chile. Ntese que si bien existe alguna asociacin positiva durante
los primeros aos de escolaridad (812 aos), se observa un marcado aumento en
los niveles de habilidades cognitivas entre los 13 y 14 aos de escolaridad. Una
posible interpretacin de estos resultados es que la mayor desercin se concentra en
los primeros aos de la educacin superior, lo cual podra tener menor incidencia
en los jvenes con mayor nivel de habilidades intelectuales. Esto quiere decir que
los jvenes que tenderan a desertar en mayor medida de la universidad seran
aquellos con menor nivel de habilidades intelectuales, en promedio. Por otro lado,
quienes cuentan con menores niveles de habilidades intelectuales podran autoseleccionarse en carreras ms cortas, tcnicas y que requieran en mayor medida otro
tipo de habilidades. Ambos efectos contribuiran al quiebre que se observa en la
trayectoria de habilidades cognitivas por aos de educacin.
En cambio los resultados para las habilidades socioemocionales (grfico
5.3) difieren para Argentina y Chile. Con respecto a las estrategias metacognitivas, por ejemplo, en el caso de Argentina (panel A) no se observa ninguna
asociacin entre los 8 y 13 aos de escolaridad. Luego de los 13 aos aparece
una asociacin positiva aparente y leve. En el caso de Chile, por el contrario, se
observa un aumento significativo en los niveles de estrategias metacognitivas
durante la educacin secundaria (entre los 9 y 12 aos de escolaridad). Es tambin durante este perodo cuando all los individuos desarrollan el pensamiento
crtico y las estrategias para ejecutar tareas y alcanzar objetivos.
El patrn observado en las estrategias metacognitivas se repite en el
caso de otra de las habilidades socioemocionales: la autoeficacia. Por lo tanto,
si bien es cierto que en el caso de Argentina no es posible identificar perodos
crticos para el desarrollo de la autoeficacia, en Chile se encuentra que el perodo comprendido entre los 9 y 12 aos de escolaridad (educacin secundaria)

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 109

Grfico 5.3
Niveles de habilidades socioemocionales por aos de escolaridad

Nivel promedio de habilidad

A. Argentina
4,0
3,75
3,5
3,25
3,0
2,75
2,5
8 9

Habilidades sociales

10 11 12 13 14 15 16 17 18
Aos de educacin

Metacognitiva
B. Chile
4,0
3,75
3,5
3,25
3,0
2,75
2,5

Nivel promedio de habilidad

Autoeficacia

8 9

10 11 12 13 14 15 16 17 18
Aos de educacin

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).

es importante. Finalmente, en el caso de las habilidades sociales se observa


que mientras en Argentina se registra un claro aumento luego de 14 aos de
escolaridad, en Chile la tendencia es estable y positiva a travs de los aos de
educacin, con un leve quiebre positivo entre los 10 y 11 aos de escolaridad.
Los resultados anteriores confirman la correlacin positiva entre habilidades
y educacin. Sin embargo, lo novedoso de este anlisis son las importantes diferencias que surgen entre Argentina y Chile, particularmente en lo que respecta
a las habilidades socioemocionales. Mientras que en Chile se observa un salto
significativo en su evolucin durante la educacin secundaria, en Argentina
no sucede lo mismo. All el aumento es mucho menos marcado y usualmente
se presenta en los niveles de educacin superior. En cambio el patrn para las
habilidades cognitivas es igual para Argentina y Chile, mostrando un ascenso
sostenido durante la educacin primaria y secundaria, con un salto durante la
educacin superior.
La poca asociacin entre los niveles de habilidades socioemocionales y los
aos de escolaridad en Argentina puede estar manifestando algunas deficiencias
en el sistema educativo cuando se trata de formar estas destrezas crticas o
identificar a quienes cuentan con las habilidades necesarias para poder completar
un determinado nivel de educacin. No es fcil concebir un sistema educativo
que ofrezca valor agregado o que requiera niveles de habilidades mnimas sin
que este se exprese con claridad en algn perodo crtico5.
Si bien los promedios son informativos, un anlisis de la distribucin
de habilidades puede ofrecer un panorama ms completo de la relacin entre

Cabe reiterar aqu que estos resultados no implican necesariamente que las habilidades se
generen en el sistema educativo, pero s sugieren que existe una correlacin o asociacin.

110 > DESCONECTADOS

educacin y habilidades. Esto quiere decir que las medias indican el nivel de
habilidades que tiene una persona tpica dentro de determinado nivel de escolaridad. En cambio la dispersin da cuenta de la homogeneidad del nivel de
habilidades de los individuos dentro de un grupo educativo. A mayor dispersin
o varianza, mayor heterogeneidad. As pues, cuanto mayor es la dispersin
de una habilidad dentro de un grupo educativo, mayores son las diferencias
entre estos individuos. Esto indica que en el mismo grupo conviven personas
con altos niveles de una cierta habilidad y personas con bajos niveles de esa
misma habilidad, teniendo el mismo nivel de escolaridad. En los grficos 5.4 y
5.5 se observan las distribuciones por cada nivel de escolaridad para Argentina
y Chile. Cuanto ms estrecha es la curva, menor es la varianza o dispersin,
es decir, ms parecidos son los individuos dentro de ese grupo educativo con
respecto a la habilidad analizada.
En el caso de las habilidades cognitivas se confirma un claro orden en
ambos pases: a mayor nivel de escolaridad, mayores son las habilidades (la
distribucin se mueve hacia la derecha). Es interesante notar adems la clara
gradualidad del aumento de las habilidades: cada nivel de escolaridad incrementa sucesivamente las habilidades intelectuales con respecto al nivel anterior.
Utilizando una lgica similar es posible estudiar los cambios en la dispersin entre los niveles de educacin para cada pas. En este caso se observa
que tanto en Chile como en Argentina los grados de dispersin de la habilidad
intelectual (cognitiva) aumentan con el nivel de escolaridad. Esto significa
que los jvenes ms educados son ms heterogneos con respecto al nivel de
habilidades intelectuales que los jvenes menos educados. Entre los jvenes
con educacin primaria, en nivel promedio de habilidad intelectual es similar.
En cambio, entre los jvenes universitarios, existen personas con un nivel muy
alto de habilidad intelectual y personas con niveles muy bajos.

Grfico 5.4
Distribucin de habilidades cognitivas por nivel de escolaridad alcanzado
Primaria

Secundaria

Tec. superior

Universitaria
B. Chile
0,25

A. Argentina
0,25

0,20
Frecuencia

Frecuencia

0,20
0,15
0,10
0,05
0

0,15
0,10
0,05

Nivel de habilidad

Nivel de habilidad

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 111

Por el contrario, se observa que en el caso de todas las habilidades socioemocionales (grfico 5.5) la dispersin disminuye o se mantiene igual a medida
que se consideran los grupos de individuos ms educados. En otras palabras, los
jvenes ms educados son ms parecidos entre s en trminos de sus habilidades

Grfico 5.5
Distribucin de habilidades socioemocionales por nivel de escolaridad
alcanzado
Tec. superior

Frecuencia

A.1. Argentina
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
1
1,5

Secundaria

Universitaria

A. Metacognitiva
A.2. Chile
0,8
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
4,0
1
Frecuencia

Primaria

2,0

2,5

3,0

3,5

1,5

Nivel de habilidad

2,0

2,5

3,0

3,5

C. Habilidades sociales
C.2. Chile
0,8
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
1
4,0

1,5

Nivel de habilidad

3,0

3,5

4,0

2,0

2,5

3,0

3,5

4,0

3,5

4,0

Frecuencia

Nivel de habilidad

Frecuencia

C.1. Argentina
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
1
1,5

2,5

Frecuencia

3,5

B. Autoeficacia
B.2. Chile
0,8
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
4,0
1

Frecuencia

B.1. Argentina
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
1
1,5

2,0

Nivel de habilidad

2,0

2,5

3,0

Nivel de habilidad

1,5

2,0

2,5

3,0

Nivel de habilidad

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).

112 > DESCONECTADOS

socioemocionales que los jvenes con educacin primaria. Estos resultados se


observan tanto en Argentina como en Chile, reforzando as el patrn.
Lo anterior puede tener implicaciones importantes en trminos de identificar tanto las diferencias en la forma en que estas habilidades se generan
como el papel que puede desempear el sistema educativo en este proceso. Est
modificando el sistema educativo estas habilidades o simplemente las utiliza
para seleccionar a quienes deben avanzar?

Las funciones de produccin de habilidades cognitivas y


socioemocionales
En el captulo 4 se mencion cmo la literatura econmica ha prestado cada
vez mayor atencin a los factores que influyen en la formacin de habilidades
cognitivas y socioemocionales. Desde esa perspectiva, se considera que las
habilidades son el resultado de un proceso de produccin en el que distintos
elementos como la familia, las caractersticas de los individuos y su nivel de
escolaridad cumplen papeles importantes (Heckman, Stixrud y Urza, 2006).
El anlisis que sigue se inspira en esa literatura.
Se parte del supuesto de que los niveles de habilidades se pueden explicar
por las variables socioeconmicas y el nivel de escolaridad alcanzado por el
individuo. Ahora, mediante estimaciones economtricas se tratar de medir la
asociacin entre estos factores y el nivel de habilidad de los individuos, aislando (o identificando por separado) el impacto (o correlacin) de cada uno de
los factores6. El principal objetivo de este ejercicio es medir la asociacin de la
educacin y el nivel de las distintas habilidades, aislndola del efecto que en
ello puedan tener otras caractersticas de los individuos (como la escolaridad
de sus padres, entre otras variables).
Para realizar estas estimaciones se consideran cinco niveles de escolaridad: (i) primaria o secundaria incompleta, (ii) egresado de secundaria

Se considera el siguiente modelo de regresin:


donde

Ti = X i + D ,i + i (1)

Ti
representa el nivel de habilidad del individuo
X i
es un vector de variables socioeconmicas
T
{D ,i } =1 es un conjunto de variables binarias que caracterizan el nivel de escolaridad
del individuo
i
es el trmino de error
Siguiendo con el anlisis anterior, se trata aqu de cuantificar la importancia de la eduT
cacin {D ,i } =1 .

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 113

Grfico 5.6
Asociacin de la educacin y los niveles de habilidades de los individuos
(controlando por otros factores)
Secundaria completa CH

Secundaria completa TP

Tc. superior

Universitaria

Cambio en habilidades (% desv. est.)

A. Argentina
0,35
0,3
0,25
0,2
0,15
0,1
0,05
0
0,05

Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Habilidad social

Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Habilidad social

Cambio en Habilidades (% desv. est.)

B. Chile
0,35
0,3
0,25
0,2
0,15
0,1
0,05
1E-16
0,05

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b). Para
cada tipo de habilidad, cada una de las barras indica la diferencia en el respectivo nivel educativo y el
grupo de base. La diferencia se expresa como porcentaje de una desviacin estndar en cada test.
Nota: La lista de controles incluye: edad y gnero del individuo; si al momento de la encuesta est
o no estudiando; educacin del padre y de la madre; el ingreso del hogar cuando el individuo tena
5 aos; si tuvo educacin preescolar; si alguna vez repiti un curso; meses de cesanta previos a la
encuesta y meses de inactividad previos a la encuesta.

tcnico-profesional; (iii) egresado de secundaria tradicional o cientfico-humanista, (iv) con estudios postsecundarios tcnicos superiores y (v) con estudios
universitarios. En el grfico 5.6 se presentan los valores estimados para los
coeficientes asociados a estas variables7 en Argentina (panel A) y Chile (panel
B). En las estimaciones se utiliza el nivel de estudios ms bajo (secundaria

Los en la expresin (1) en la nota anterior.

114 > DESCONECTADOS

incompleta) como punto de referencia, por lo que cada uno de los coeficientes
representa el cambio relativo a este nivel8.
De los paneles del grfico 5.6 surgen varios hallazgos. En primer lugar,
en los sistemas educativos de Argentina y Chile se registra una asociacin
positiva entre los niveles de educacin y los niveles de habilidades de la poblacin, incluso despus de controlar por las caractersticas de los individuos. As
pues, personas que en promedio tienen caractersticas similares (educacin de
los padres, edad, gnero, ingreso familiar, etc.), pero que difieren en cuanto al
nivel de escolaridad tambin difieren en los niveles de habilidades. En general,
a mayor nivel de escolaridad, mayor es el nivel de habilidades.
Por otra parte, la evidencia en ambos paneles indica que incluso despus
de controlar por el efecto de las otras variables que inciden en la formacin de
habilidades socioemocionales, se registra una alta relacin entre estas ltimas y
el nivel de secundaria tcnico-profesional. En particular, se obtienen resultados
de importante magnitud para las habilidades sociales, siendo muy similares a los
estimados para el nivel universitario. Esto confirma la importancia de concentrar
esfuerzos en esta modalidad educativa para entender causalmente cules son
los elementos de la educacin tcnica que contribuyen a que se produzca un
mayor nivel de habilidades socioemocionales. Sorprende adems la uniformidad
de los bajos coeficientes encontrados para la secundaria cientfico-humanista.
Esto puede interpretarse como una manifestacin del bajo valor agregado que
reporta este tipo de educacin (relativo al nivel de secundaria incompleta).

Argentina versus Chile


Todo el anlisis anterior sobre la relacin entre educacin y habilidades se basa
en comparaciones entre niveles educativos para cada pas. Cada uno de los
ejercicios confirma que existe una marcada correlacin entre una y otras, es
decir, que los jvenes ms educados demuestran mayores niveles de habilidades
tanto cognitivas como socioemocionales. Si bien esto se repite en Argentina y
Chile, se observa asimismo que en Argentina las diferencias entre los niveles
educativos son menores. En particular, en Chile parece haber un gran salto en
habilidades socioemocionales durante la educacin secundaria que no se observa en Argentina. Podra pensarse que en Argentina, para cada nivel educativo
los niveles de habilidades son ms altos que en el pas vecino, bien sea por el
bagaje de destrezas que se fomentan desde el hogar o en el contexto fuera de
la escuela. Entonces el sistema educativo no marca una diferencia significativa
en aquellos jvenes cuyos niveles de habilidad son de por s altos. Si ese fuera

Adems, los resultados se presentan como porcentaje de una desviacin estndar en la


respectiva prueba (coeficientes estandarizados).

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 115

Cuadro 5.3
Es el promedio de habilidades mayor en Argentina o en Chile?
Nivel de escolaridad Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Sociales

Primaria

Argentina

Chile

Chile

Argentina**

Secundaria

Argentina

Chile

Chile

Chile***

Tcnica superior

Argentina

Chile

Chile

Chile***

Universitaria

Chile

Chile

Chile

Chile***

***

***
***
***

***
***
***

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Diferencias estadsticamente significativas al * 10%, ** 5% y *** 1%.

el caso, se observara que, por ejemplo, los jvenes argentinos con educacin
secundaria tienen un mayor nivel de habilidades que los jvenes chilenos con
el mismo nivel educativo.
En el cuadro 5.3 se presentan los resultados de la comparacin entre los
niveles de habilidades de Argentina y Chile por nivel de escolaridad. All se
observa que, en promedio, los universitarios en Chile tienen uniformemente
mayores habilidades que sus pares en Argentina. De hecho, este es el patrn
verificado en la mayora de las comparaciones realizadas, con excepcin del
que surge en las habilidades cognitivas.
De la misma manera se pueden comparar niveles de dispersin o heterogeneidad entre pases para un mismo grupo educativo. En el cuadro 5.4 se resume
la comparacin. En particular, se puede apreciar que dentro de cada nivel de
escolaridad existe en general una mayor dispersin de habilidades en Argentina.
Chile muestra una mayor dispersin en primaria para las habilidades
socioemocionales, y para las estrategias metacognitivas en el nivel secundario.
Argentina, por su parte, muestra claramente una mayor dispersin en habilidades
cognitivas y sociales en los niveles de educacin secundaria, y en la totalidad
de las habilidades para los niveles de educacin tcnica superior y universitaria.
Lo anterior es particularmente interesante si se recuerda que a partir del
grfico 5.2 se observ que Argentina mostraba mayores grados de homogeneidad

Cuadro 5.4
Es la dispersin de habilidades mayor en Argentina o en Chile?
Nivel de escolaridad Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Sociales

Primaria

Chile

Chile

Argentina

Chile

Secundaria

Argentina

Argentina

Argentina

Argentina

Tcnica superior

Argentina

Argentina

Argentina

Argentina

Universitaria

Argentina

Argentina

Argentina

Argentina

Total

Chile

Argentina

Argentina

Argentina

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Nota: La comparacin se realiza con base en los coeficientes de variacin de las habilidades entre
pases para cada nivel de educacin.

116 > DESCONECTADOS

entre grupos educativos que Chile. A la luz de estos resultados se puede concluir
que si bien se registran mayores diferencias entre los promedios de habilidades
para los distintos niveles de escolaridad en Chile, la dispersin de estas habilidades dentro de cada nivel es mayor en Argentina. El sistema educativo chileno
parece generar mayores diferencias entre los grupos, pero mayor homogeneidad
dentro de cada uno. En el sistema argentino parece que sucede lo contrario.
As pues, el sistema educativo chileno muestra diferencias ms marcadas
entre jvenes ms y menos educados. Dentro del mismo nivel de escolaridad,
los jvenes chilenos son ms homogneos. Ya sea por efectos de formacin o
seleccin, el sistema educativo chileno parece ser ms efectivo en cuanto a
generar diferencias en habilidades y garantizar un grupo ms homogneo. El
nivel de escolaridad alcanzado en Chile debera contener mayor informacin
sobre las habilidades de un joven que en el caso de Argentina.

El valor de la educacin y de las habilidades en el mercado


laboral de jvenes
El retorno econmico de invertir en capital humano
Millones de familias en Amrica Latina ven en la educacin de sus hijos una
oportunidad para un mejor futuro. La educacin se ha transformado, de manera justificada, en el mecanismo por excelencia para reducir la pobreza y
mejorar la distribucin de ingreso en la regin. Pero, hasta qu punto marca
la diferencia una mayor educacin en trminos de rendimientos en el mundo
del trabajo? Cunto influye en el futuro laboral? Estas preguntas son particularmente importantes en el contexto de sociedades donde no hay garanta de
que la educacin tenga la calidad suficiente, como ya se vio en el captulo 3.
Si bien en diversos estudios se ha demostrado empricamente la asociacin
positiva entre el desempeo laboral y el nivel de capital humano de los individuos, no existe unanimidad sobre la magnitud de tal asociacin en el contexto
latinoamericano. Las razones son mltiples. En primer lugar, la notoria heterogeneidad de los sistemas educativos y de los mercados laborales en los pases
de la regin dificulta extraer regularidades cuantitativas. En segundo lugar, los
esfuerzos en la literatura especializada se focalizan usualmente en los salarios o
ingresos laborales, olvidando la importancia de considerar el empleo y la participacin en el mercado laboral. Finalmente, hasta la fecha no existan encuestas
que permitieran analizar el valor que el mercado laboral asigna a la educacin
tomando en consideracin las diferencias en las habilidades de los individuos.
En esta seccin se busca analizar el valor que el mercado laboral le asigna a la educacin de los jvenes en Amrica Latina. Se estudiar la influencia
de la educacin en la participacin laboral, el empleo y los salarios. En cada
caso se utilizan modelos estadsticos que permiten aislar los efectos de otras

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 117

Recuadro 5.1
Gnero y formacin de habilidades
Un elemento pertinente cuando se trata de entender el funcionamiento del sistema
educativo en la acumulacin de habilidades durante el proceso de formacin es el relacionado con las diferencias de gnero. En el siguiente cuadro se presentan los resultados
de comparar los niveles de habilidades promedio para hombres y mujeres por pas y nivel
de escolaridad. En el cuadro se muestra el grupo con mayores niveles de habilidad. Al
analizar estos promedios independientemente del nivel de escolaridad (vase el total),
se observa que en ambos pases los hombres presentan mayores niveles de habilidades
sociales y de autoeficacia; por su parte, las mujeres parecen tener mayores niveles de
estrategias metacognitivas (habilidad para planificar tareas). Finalmente, en el caso
de Chile los niveles de habilidad cognitiva en los hombres son mayores que los de las
mujeres, mientras que en Argentina se observa lo contrario.
Quines presentan mayores niveles de habilidades: hombres o mujeres?
Habilidad

Nivel de escolaridad

Argentina

Chile

Cognitiva

Primaria

Mujeres

Hombres

Secundaria

Hombres

Hombres

Tec. superior

Mujeres

Hombres

Universitaria

Mujeres***

Hombres

Total

Mujeres

Hombres***

Metacognitivas

Autoeficacia

Sociales

Primaria

Hombres**

Hombres

Secundaria

Hombres

Mujeres

Tec. superior

Mujeres

Mujeres***

Universitaria

Mujeres

Mujeres***

Total

Mujeres

Primaria

Hombres

Hombres***

Secundaria

Hombres

Hombres***

Tec. superior

Hombres

Hombres

Universitaria

Mujeres

Mujeres

Total

Hombres***

Hombres***

Primaria

Hombres**

Mujeres

Secundaria

Hombres

Hombres*

Tec. superior

Mujeres

Mujeres

Universitaria

Mujeres

Mujeres

Total

Hombres

Hombres*

**

Mujeres***
***
***

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Diferencias estadsticamente significativas al *10%, ** 5% y *** 1%.

Al analizar las diferencias entre hombres y mujeres por nivel de escolaridad se encuentran patrones interesantes. Para las tres habilidades socioemocionales (estrategias
metacognitivas, autoeficacia y habilidades sociales), en Argentina las mujeres muestran
mayores niveles en los grupos de mayor escolaridad (tcnica superior y universitaria),
(contina en la pgina siguiente)

118 > DESCONECTADOS

Recuadro 5.1 (continuacin)


Gnero y formacin de habilidades
mientras que los hombres superan a las mujeres en los niveles inferiores (primaria y
secundaria). Esto indica que entre los individuos menos educados, los hombres parecen
tener ms habilidades socioemocionales que las mujeres, mientras que entre los ms
educados el patrn se revierte.
Por otro lado, la comparacin del nivel de habilidades cognitivas entre hombres y
mujeres por nivel de escolaridad no muestra un patrn claro. Mientras que en Argentina
se observa que las mujeres presentan en promedio niveles de habilidades mayores que
los hombres, en el caso de Chile ocurre lo contrario. Estas diferencias pueden estar
influenciadas por elementos culturales y requieren un anlisis detallado que va ms
all del objetivo de este libro.
As pues, el presente anlisis no solamente documenta la existencia de diferencias
en los grados de habilidades de individuos con distintos niveles de escolaridad, sino
que tambin demuestra que individuos con el mismo nivel de escolaridad pero con
caractersticas distintas, como es el gnero, exhiben distintos grados de habilidades.
Consecuentemente, es posible inferir que es la combinacin de las caractersticas de
los individuos, la institucionalidad y el nivel de escolaridad lo que afecta los niveles
de habilidad observados en la poblacin.

caractersticas del individuo como edad, gnero, educacin del padre y de la


madre e ingreso del hogar en donde el individuo creci. De este modo, los resultados as obtenidos mostrarn cunto mejora el desempeo laboral (medido
en diferentes dimensiones) con la educacin de los individuos, pero controlando
por sus diferencias en los factores recin mencionados.
Sin embargo, y antes de presentar los resultados, es necesario explicitar
ciertas limitaciones que imponen los datos disponibles. Especficamente, como se
mencion anteriormente en el captulo, la informacin utilizada solamente permite
identificar asociaciones (correlaciones) entre habilidades, niveles de educacin
y el desempeo en el mercado laboral (participacin, empleo y salarios). Es por
ello que los resultados no pueden ni deben ser interpretados como reflejo de una
relacin causal entre estas variables. En el futuro, el levantamiento de datos longitudinales y/o experimentales podra permitir identificar relaciones de causalidad.

Educacin y participacin laboral, empleo y salarios


La teora econmica sugiere que, en promedio, los individuos ms educados
tienen mayores probabilidades de participar en el mercado laboral (versus la
alternativa de inactividad). En el grfico 5.7 se muestra la asociacin entre el
nivel educativo de la poblacin y la participacin laboral en Argentina y Chile9.

En las estimaciones que se presentan a continuacin se utiliza el nivel de estudios ms


bajo (menos de 12 aos de educacin) como punto de referencia, de modo que cada una

Este ttulo est bien sin espacio porque es otro nivel

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 119

Grfico 5.7
Asociacin entre los niveles educativos y la participacin laboral por pas
(Trabajadores de 25 a 30 aos de edad)

Cambio en prob. de participacin relativo


al grupo de referencia (>12 ao de educ.)

Chile

Argentina
0,25
0,2
0,15
0,1
0,05
0

Secundaria CH

Secundaria TP

Tec. superior

Universitaria

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Nota: Los resultados se obtienen de un modelo probit de participacin en el mercado laboral
sobre los niveles de educacin, la edad, el gnero, la educacin del padre y de la madre, y
el ingreso del hogar cuando el individuo tena 5 aos. En ambos casos se excluyeron de la
estimacin aquellos individuos que se encontraban estudiando en el momento de la encuesta.
Para cada barra, la lnea vertical define el intervalo de confianza asociado a cada estimador (95%).

En ambos pases se observa que, efectivamente, los individuos que tienen


mayores niveles de educacin tambin exhiben, en promedio, mayores tasas
de participacin laboral. Esta asociacin es particularmente clara en el caso de
Chile. All la ventaja relativa (medida como la asociacin entre el nivel educativo y la probabilidad de participar en el mercado laboral) que genera alcanzar
mayores niveles educativos sobre la participacin laboral aumenta de manera
estable con el nivel educativo. Ntense tambin las diferencias en los niveles
entre ambos pases, especialmente para los grupos ms educados. Las ventajas
relativas de los estudios postsecundarios en Chile son ms de dos veces las
observadas en Argentina. Esto es algo que se verifica con alguna regularidad
al comparar los resultados entre ambos pases, como se ver a continuacin.
En el grfico 5.8 se presenta la asociacin entre el nivel educativo de
la poblacin y las probabilidades de empleo10. Nuevamente el anlisis de los
resultados permite detectar diferencias en los patrones observados en uno y

de las estimaciones representa la asociacin entre el nivel educativo en particular y la


variable de desempeo en el mercado laboral, relativo a la misma asociacin pero con
respecto al grupo de referencia.
10
La variable de inters es la situacin ocupacional en el momento de la encuesta. En
particular, se considera la posibilidad de estar empleado teniendo como base todos los
individuos que participan en el mercado laboral.

120 > DESCONECTADOS

Grfico 5.8
Asociacin entre los niveles educativos y las probabilidades de empleo
por pas
(Trabajadores de 25 a 30 aos de edad)

Cambio en prob. de empleo relativo al


grupo de referencia (<12 aos de educ.)

Chile
0,2
0,18
0,16
0,14
0,12
0,1
0,08
0,06
0,04
0,02
0
0,02

Argentina

Secundaria CH

Secundaria TP

Tec. superior

Universitaria

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 200a y 2010b).
Nota: Los resultados se obtienen de un modelo probit de empleo sobre los niveles de educacin,
la edad, el gnero, la educacin del padre y de la madre, y el ingreso del hogar cuando el individuo
tena 5 aos. En ambos casos se excluyeron de la estimacin aquellos individuos que se
encontraban estudiando en el momento de la encuesta. Para cada barra, la lnea vertical define el
intervalo de confianza asociado a cada estimador (95%).

otro pas. Mientras que en Chile la ventaja relativa en trminos de empleo por
tener educacin secundaria tcnico-profesional es tan alta como la asociada
a la educacin universitaria, en el caso de Argentina la ventaja asociada a la
educacin postsecundaria tcnico-profesional es casi el doble de la de los otros
niveles de escolaridad. Estos resultados ilustran las diferencias en los mercados
laborales de estos pases, pero tambin sugieren un alto valor de la educacin
tcnica. El caso de Chile es particularmente interesante dado el notorio aumento
que se ha observado en los ltimos aos en la oferta de tcnicos con grados
superiores y universitarios11.
Una posible limitacin de estos resultados es que podran estar influenciados por la situacin ocupacional del individuo al poco tiempo de haber dejado la educacin formal, un sesgo que puede actuar en detrimento de quienes
pasaron una mayor cantidad de tiempo estudiando. Sin embargo, se considera
que el rango de 25 a 30 aos es lo suficientemente amplio como para obviar
este problema, y que adems, independientemente de los posibles sesgos, este
perodo es fundamental para poder estudiar las trayectorias de los trabajadores

Durante las ltimas dcadas, el nmero de estudiantes en el sistema de educacin


superior ha aumentado en ms del triple.

11

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 121

Grfico 5.9
Asociacin entre los niveles educativos y los salarios por pas
(Trabajadores de 25 a 30 aos de edad)

Cambio porcentual en salarios relativo al


grupo de referencia (>12 ao de educ.)

Chile

Argentina
0,8
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
0,1
0,2

Secundaria CH

Secundaria TP

Tec. superior

Universitaria

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Nota: Los resultados asociados se obtienen de un modelo de regresin lineal del logaritmo del
salario en funcin de los niveles de educacin, la edad y el gnero del individuo, la educacin del
padre y de la madre, y el ingreso del hogar cuando el individuo tena 5 aos. Se excluyeron de la
estimacin aquellos individuos que se encontraban estudiando en el momento de la encuesta.
Para cada barra, la lnea vertical define el intervalo de confianza asociado a cada estimador (95%).

jvenes y comprender cmo valora el mercado laboral el capital humano adquirido durante la educacin formal.
En el grfico 5.9 se presenta la asociacin entre los distintos niveles de
escolaridad y los salarios12. La estimacin se realiza con base en un modelo de
regresin lineal en el espritu del modelo de salarios de Mincer (Mincer, 1958;
Heckman, Lochner y Todd, 2006). El conjunto de variables de control (regresores)
que aqu se considera es similar al utilizado en el contexto de los modelos de
participacin laboral y empleo. Esto quiere decir que nuevamente se comparan
jvenes con diferentes niveles educativos pero con las mismas caractersticas13.
Igualmente, en las estimaciones se utiliza de nuevo el nivel de estudios ms
bajo (secundaria incompleta) como punto de referencia, de modo que cada una
de las estimaciones representa la asociacin relativa a ese nivel.
De la evidencia recolectada surgen nuevamente hallazgos interesantes. La
comparacin de los resultados sugiere diferencias significativas en la valoracin
que los mercados laborales argentinos y chilenos le asignan a la educacin.
La variable de inters es el salario lquido mensual en caso de estar empleado.
La informacin sobre salarios se observa solamente para aquellos individuos que trabajan. En este contexto tambin se realizaron estimaciones en donde se consider el sesgo
potencial asociado a la autoseleccin (Heckman, 1979). Aunque estos resultados no se
incluyen en el captulo, basta saber que no difieren significativamente de los considerados
en esta seccin.
12
13

122 > DESCONECTADOS

En Argentina, los retornos a la educacin no superan el 15%, siendo adems


muy similares entre los distintos niveles de escolaridad, salvo en el caso de la
educacin secundaria cientfico-humanista, donde el retorno es cercano a cero.
En Chile, por el contrario, se observa una valoracin alta y creciente del nivel
de escolaridad, con un claro dominio del retorno asociado al nivel universitario. Lo anterior constituye una constante en los estudios donde se analiza la
relacin entre mercado laboral y niveles de escolaridad en Chile (Contreras,
Melo y Ojeda, 2005). Otro resultado interesante para Chile es el alto valor estimado para los niveles tcnicos: la educacin secundaria tcnico-profesional
arroja un retorno cercano al 26%, mientras que en el caso de la educacin
postsecundaria tcnica el retorno supera el 30%. Para Argentina tambin se
detecta un mayor retorno asociado a la educacin secundaria tcnico-profesional
(cercano al 11% versus un 2% de la educacin secundaria tradicional), no as
para la educacin tcnica superior (del 9%, algo ms bajo que el retorno de la
educacin secundaria tcnica)14.

Habilidades y desempeo laboral


En la seccin anterior se document la relacin entre educacin y mercado
laboral. En esta se explora la asociacin entre los niveles de habilidades cognitivas y socioemocionales de la poblacin y su desempeo laboral. Este es un
tema de gran importancia y poco estudiado en el contexto latinoamericano. Por
ejemplo, la existencia de una asociacin positiva entre habilidades y empleo
para jvenes con iguales niveles de educacin abre la posibilidad de disear
polticas pblicas destinadas a aumentar el empleo a travs de intervenciones
sobre las habilidades de la poblacin. Lo mismo para el caso de la participacin
laboral y los salarios. El anlisis que aqu se presenta permite identificar adems
si son las habilidades cognitivas o las socioemocionales las que exhiben una
mayor asociacin con el mercado laboral. Para ello se analizarn los coeficientes
asociados a habilidades cognitivas, estrategias metacognitivas, estrategias de

A primera vista puede sorprender la baja asociacin entre los niveles de educacin ms
altos y los salarios en Argentina, un hallazgo que adems parece contradictorio en el contexto
de lo discutido en el captulo 1. Sin embargo, el fenmeno puede estar relacionado con el
hecho de que en la encuesta de Argentina, un alto porcentaje de los individuos reportan
estar estudiando. Especficamente, un 30% de los argentinos con edades entre los 25 y 26
aos declararon estar estudiando (para Chile el porcentaje es cercano al 20%), y si bien
la proporcin disminuye con la edad, es todava alta incluso en el grupo de aquellos con
edades entre los 29 y 30 aos, donde alcanza aproximadamente un 12% (en el caso de
Chile, para los individuos de 30 aos este cercano al 4%). Por lo tanto, la baja asociacin
encontrada entre educacin postsecundaria y salarios en Argentina puede originarse en las
caractersticas del grupo considerado, en particular, por un prolongado trayecto educativo
que aplaza su entrada al mercado laboral y afecta los salarios.

14

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 123

autoeficacia y habilidades sociales estimadas en el contexto de los modelos de


participacin, empleo y salarios arriba descritos. Sin embargo, es importante
reiterar que los resultados deben ser interpretados como asociaciones (correlaciones) y no como el reflejo del efecto de las habilidades sobre los resultados
en el mercado laboral15.
Al analizar la asociacin entre la participacin en el mercado laboral y los
niveles de habilidades cognitivas y socioemocionales se evala si los jvenes con
igual educacin pero con mayor nivel de habilidades tienen una probabilidad
ms elevada de participar16. En el grfico 5.10 se observa la asociacin de cada
tipo de habilidad con la participacin laboral.
Los resultados muestran el predominio de la autoeficacia tanto para
Chile como para Argentina. En ambos casos los resultados son positivos (y
significativos para Chile), lo que indica que los mayores niveles de autoeficacia
estn asociados a una mayor participacin laboral. Algo similar se verifica en
el caso de las habilidades cognitivas, aun cuando en una magnitud menor (y
no son significativos). Los resultados para las habilidades metacognitivas son
positivos (y significativos) en Argentina. Para Chile el resultado es cercano a
cero (y no significativo). Lo mismo ocurre en el caso de las habilidades sociales,
que parecen no tener una asociacin positiva (ni significativa) sobre la participacin laboral. Es poco intuitivo que ninguna otra habilidad sea significativa,
si bien de todos modos se confirma que las variables socioemocionales estn
correlacionadas con la probabilidad de participacin.
En el grfico 5.11 se presentan los resultados para las probabilidades de
estar empleado. All se detectan patrones similares a los observados en el caso
de la participacin laboral. Los resultados son positivos para la autoeficacia

Formalmente, los datos no permiten distinguir si los mayores niveles de habilidades


causan un mejor desempeo en el mercado laboral o viceversa. Otro elemento que se
debe tener en cuenta al interpretar los resultados es la posibilidad de que los puntajes
de las pruebas cognitivas y socioemocionales estn afectados por errores de medicin.
Este es un problema que no afecta solamente a los resultados que aqu se presentan, sino
tambin a los de muchos otros autores. Intuitivamente, el problema de los errores de
medicin implican que los resultados de las pruebas de habilidades son el reflejo de las
verdaderas habilidades de las personas, pero tambin de elementos ajenos a ellas (errores).
Entre tales elementos figuran el nimo del individuo el da de la prueba, factores asociados al contexto en que se lleva a cabo la prueba (nimo del entrevistador, temperatura,
ruido, luminosidad, entre otros) y/o las caractersticas propias de la prueba (claridad
de las preguntas y duracin). Si bien formalmente es difcil anticipar el efecto del error
de medicin cuando incide en mltiples variables que son utilizadas simultneamente
como variables exgenas en modelos de regresin, la intuicin sugiere que este puede
ser de atenuacin, esto es, que los resultados obtenidos aqu subestimaran el verdadero
efecto de las habilidades sobre las distintas dimensiones de desempeo en el mercado
laboral.
16
Para garantizar una comparacin ms clara entre Argentina y Chile se estandariz
(media 0 y varianza 1) cada una de las variables de habilidad dentro de cada pas.
15

124 > DESCONECTADOS

Grfico 5.10
Asociacin entre habilidades y probabilidades de participacin
(Trabajadores de 25 a 30 aos de edad)

Cambio en prob. de participacin por


cambio en una desv. estndar en habilidad

Chile

Argentina
0,08
0,06
0,04
0,02
0
0,02
0,04

Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Habilidades sociales

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Nota: Los resultados se obtienen de un modelo probit de participacin en el mercado laboral
sobre los niveles de educacin, la edad, el gnero, la educacin del padre y de la madre, el ingreso
del hogar cuando el individuo tena 5 aos, y las habilidades cognitivas y socioemocionales
consideradas. En ambos casos se excluyeron de la estimacin aquellos individuos que se
encontraban estudiando en el momento de la encuesta. Para cada barra, la lnea vertical define el
intervalo de confianza asociado a cada estimador (95%).

Grfico 5.11
Asociacin entre habilidades y probabilidades de empleo
(Trabajadores de 25 a 30 aos de edad)

Cambio en prob. de empleo por cambio en


una desv. estndar en habilidad

Chile

Argentina
0,1
0,08
0,06
0,04
0,02
0
0,02
0,04
0,06

Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Habilidades sociales

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Nota: Los resultados asociados al modelo se obtienen de un modelo probit de empleo sobre los
niveles de educacin, la edad, el gnero, la educacin del padre y de la madre, el ingreso del hogar
cuando el individuo tena 5 aos, y los niveles de habilidades cognitivas y socioemocionales. En
ambos casos se excluyeron de la estimacin aquellos individuos que se encontraban estudiando
en el momento de la encuesta.

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 125

tanto en Chile como en Argentina. En el caso de la habilidad cognitiva, se registra un coeficiente positivo pero de menor magnitud que el estimado para la
autoeficacia (y solamente estadsticamente significativo para Argentina). Los
resultados para las estrategias metacognitivas son cercanos a cero, mientras
que en el caso de las habilidades sociales los resultados no son significativos.
Lo anterior confirma que la habilidad de mayor impacto es la autoeficacia, lo
cual parece ser intuitivamente correcto. Esto quiere decir que son los jvenes
que ms valoran sus propias capacidades como estudiantes o trabajadores
quienes tienen mayores probabilidades de participar en el mercado laboral y
estar empleados.
En el grfico 5.12 se repite el anlisis, pero ahora para salarios. Nuevamente, para cada pas y tipo de habilidad se presenta el parmetro estimado
y el intervalo de confianza asociado. Los resultados relativos a los salarios
confirman la importancia de la autoeficacia como variable altamente correlacionada con un mejor desempeo laboral. En ambos pases, las magnitudes
de las asociaciones estimadas sugieren un aumento de al menos 10% en los
salarios por un aumento en una desviacin estndar en autoeficacia. El aumento
puede parecer marginal pero es significativo. La asociacin de los salarios con
los niveles de habilidades sociales y estrategias metacognitivas es positiva en
Chile pero de poca magnitud y negativa para Argentina. Sin embargo, en ambos

Grfico 5.12
Asociacin entre habilidades y salarios
(Trabajadores de 25 a 30 aos de edad)

Cambio porcentual en salarios por cambio


de una desv. estndar en habilidad.

Chile

Argentina
0,25
0,2
0,15
0,1
0,05
0
0,05
0,1
0,15
0,2

Cognitiva

Metacognitiva

Autoeficacia

Habilidades sociales

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Nota: Los resultados se obtienen de un modelo de regresin lineal del logaritmo del salario en
funcin de los niveles de educacin, la edad, el gnero del individuo, la educacin del padre y
de la madre, el ingreso del hogar cuando el individuo tena 5 aos, y los niveles de habilidades
cognitivas y socioemocionales. En todos los casos se excluyeron de la estimacin aquellos
individuos que se encontraban estudiando en el momento de la encuesta.

126 > DESCONECTADOS

casos estas no son estadsticamente distintas de cero. Algo similar ocurre en el


caso de las habilidades sociales y cognitivas. Esto podra estar indicando que
las habilidades intelectuales no parecen marcar la diferencia en los niveles de
salarios de los trabajadores con los mismos niveles de educacin. Lo anterior
implica que entre los jvenes que cuentan con la misma educacin, aquellos
con mayores niveles de la habilidad cognitiva no ganan en promedio mayores
salarios.
Finalmente, y dada la importancia de entender mejor el origen de la asociacin entre autoeficacia y salarios, en el grfico 5.13 se la presenta para distintos
niveles de educacin. En ambos pases se registra una asociacin significativa
entre salarios y autoeficacia en la poblacin con estudios universitarios, y una
muy baja entre quienes tienen educacin secundaria tradicional (cientficohumanista). Asimismo se aprecia que, en general, en Chile el mercado parece
valorar ms la autoeficacia entre quienes poseen educacin tcnica superior
relativa al grupo de educacin tcnica secundaria, aun cuando en ambos casos
las asociaciones son altas (y significativas). En el caso de Argentina, la mayor
asociacin se encuentra entre los individuos con ttulos tcnicos secundarios
y es incluso superior a la observada entre universitarios.
Los resultados aqu presentados vuelven a sugerir la importancia de las
habilidades socioemocionales, y particularmente de la autoeficacia, cuando
se trata de tener xito en el mercado laboral de hoy. La constatacin de esta
asociacin en los casos de Argentina y Chile es clara.

Grfico 5.13
Asociacin entre autoeficacia y salarios por nivel de educacin
(Trabajadores entre 25 y 30 aos de edad)

Cambio porcentual en salarios por cambio


de una desv. estndar en habilidad.

Chile

Argentina
0,4
0,3
0,2
0,1
0
0,1

Secundaria CH

Secundaria TP

Tec. superior

Universitaria

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Nota: Los resultados en este grfico corresponden a los coeficientes asociados a los distintos
tipos de habilidades. En todos los casos se excluyeron de la estimacin aquellos individuos que se
encontraban estudiando en momento de la encuesta.

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 127

Discusin e implicaciones de los resultados


Este anlisis proporciona evidencia sugestiva del papel que desempean las
habilidades en la asociacin entre educacin y salarios. Especficamente, utilizando los resultados de la seccin anterior es posible analizar hasta qu punto
la asociacin observada entre educacin y salarios puede ser un reflejo de la
correlacin entre salarios, educacin y habilidades.
En el grfico 5.14 se presenta el porcentaje del retorno a cada nivel de
educacin que puede asociarse a diferencias en los niveles de habilidades de
la poblacin. En otras palabras, all se trata de identificar la asociacin entre
educacin y salarios entre individuos con niveles de habilidades similares. Esto
es particularmente importante a la luz de las diferencias notorias detectadas en
los grados de habilidades en funcin de los niveles de educacin de la poblacin
anteriormente documentados.
Los resultados sugieren que casi un 90% del retorno estimado para la
educacin universitaria se mantiene incluso luego de comparar individuos
con habilidades cognitivas y socioemocionales similares. Por el contrario, este

Grfico 5.14
Porcentaje de retorno a la educacin asociado a las diferencias en niveles
de habilidades
(Trabajadores entre 25 y 30 aos de edad)
Habilidades
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0

Secundaria CH

Otro

Secundaria TP

Tec. superior

Universitaria

Fuente: Elaboracin propia con base en los resultados de las encuestas ETH (BID, 2008a y 2010b).
Nota: Los resultados se construyen a partir de la comparacin de las estimaciones de dos
modelos de regresin del logaritmo del salario en funcin de los niveles de educacin. El primero
excluye los niveles de habilidades cognitivas y socioemocionales, mientras que el segundo los
incluye como controles. Adems, ambos modelos incluyen como variables exgenas la edad, el
gnero del individuo, la educacin del padre y madre, y el ingreso del hogar cuando el individuo
tena 5 aos. De esta forma, la comparacin de los coeficientes asociados a los niveles de
educacin en el modelo que excluye las habilidades y aquellos obtenidos luego de incluirlas,
permite inferir el porcentaje de la asociacin entre salarios y educacin que puede ser mediado
por las habilidades.

128 > DESCONECTADOS

porcentaje es menor al 50% en el caso de la educacin secundaria tradicional


(cientfico-humanista), mientras que oscila entre el 70 y 80% para los niveles
de educacin tcnicos.
Tales resultados adems indican que un aumento eventual en las brechas de habilidades (desigualdad) entre los niveles educativos golpeara ms
fuertemente a la poblacin menos educada. Especficamente, es posible inferir
que tal incremento posible significara la agudizacin de las diferencias en los
retornos entre los distintos niveles de educacin, aunque bsicamente como
producto de una cada en el retorno (relativo) de la educacin en los grupos
menos educados. Por ejemplo, un aumento simultneo de 0,2 desviaciones estndar en las brechas de habilidades cognitivas y socioemocionales (autoeficacia)
entre los individuos con educacin secundaria y quienes alcanzan el sistema
universitario implicara un aumento de 3,5% en la brecha de los retornos a la
educacin entre los dos sectores; esto se explica bsicamente por una reduccin
del 15,5% en el retorno a la educacin media y no por el aumento de 2,10%
en el retorno a la educacin universitaria. En otras palabras, los grupos menos
educados son los que aparentemente pierden ms por el aumento potencial en
las brechas de habilidades. La medida en que tales cambios en los retornos a la
educacin documentados al inicio de este libro se puedan explicar por aumentos
en la desigualdad de habilidades es un tema que debe ser necesariamente analizado en el futuro. Los resultados aqu discutidos sealan que la desigualdad
de habilidades cumple un papel importante cuando se trata de explicar las
desigualdades en el mercado laboral.

Lecciones para la regin


La evidencia compilada para Argentina y Chile a travs de las Encuestas sobre
Trayectorias y Habilidades en cuanto a la relacin que existe entre capital humano, habilidades cognitivas y socioemocionales, y el desempeo de los individuos en el mercado laboral, arroja varios resultados interesantes. En primer
lugar sugiere que la educacin tcnica, tanto secundaria como terciaria, tiene
altos retornos y en consecuencia debera recibir una mayor atencin dado su
potencial como herramienta para mejorar el desempeo laboral de la poblacin.
Adems, los datos indican que mientras que las habilidades cognitivas y
socioemocionales no estn altamente correlacionadas entre s, los distintos tipos
de habilidades socioemocionales s lo estn, un hallazgo que confirma la necesidad de avanzar hacia un mejor modelo de lo que se entiende por habilidades. Lo
anterior significa que aquellas personas con niveles moderados de competencias
cognitivas podran destacarse en un conjunto de habilidades socioemocionales
que contribuyan a lograr buenos resultados en el mercado laboral.
Tambin se ha establecido que la educacin est correlacionada con los
niveles de habilidades tanto cognitivas como socioemocionales. Los individuos

Fbrica de destrezas? Lo que le aporta el sistema educativo al mercado laboral > 129

ms educados muestran igualmente mayores niveles de ambos grupos de habilidades.


Se detectaron diferencias significativas entre Argentina y Chile en la
manera como se relacionan los niveles de habilidades y el nivel de escolaridad
de la poblacin. En Chile, cada nivel educativo parece mostrar mayores incrementos de habilidades que en Argentina. Para las cognitivas, el salto parece
darse durante la educacin superior, mientras que en el caso de las socioemocionales, aparentemente la educacin secundaria marca la diferencia. Si
bien estas dinmicas no pueden interpretarse como relaciones de causalidad
(solamente como asociaciones), s ilustran diferencias entre ambos sistemas
educativos. Complementando lo anterior, tambin se mostr que en cada nivel
educativo existe ms homogeneidad entre los estudiantes chilenos que entre los
argentinos; lo anterior sugiere que en el sistema educativo de Chile se presentan
mayores diferencias en habilidades entre los distintos niveles educativos, pero
que dentro de cada uno de ellos los estudiantes se asemejan ms entre s que
sus pares argentinos.
Por otra parte, un importante resultado del anlisis es la asociacin significativa que existe entre las habilidades y los resultados laborales (participacin
en el mercado laboral, empleo y salarios), especialmente en relacin con la autoeficacia, que sobresale como la primordial y parece ser altamente valorada en
el mercado laboral (al menos desde el punto de vista de su alta correlacin con
los resultados analizados). Este es un tema que debe ser explorado en detalle
en investigaciones futuras.
Los resultados para Chile y Argentina tambin muestran la importancia
de entender el papel que cumple el sistema educativo y lo que este aporta en
cuanto al desempeo laboral de la poblacin. Por ltimo, los resultados de las
encuestas y el anlisis de los mismos resaltan la importancia de contar con
mejor informacin respecto de la asociacin entre educacin, habilidades y
mercado laboral para todos los pases de la regin.

6
Demanda de habilidades: las empresas
tienen la palabra
Qu buscan las firmas?
La transicin de la escuela al mundo del trabajo se puede separar en dos etapas.
Durante la primera los jvenes deciden sujetos a una serie de restricciones
qu tipo de educacin quieren obtener con miras al futuro laboral que desean
alcanzar. Por lo general, estas decisiones involucran elegir el tipo de escuela
a la cual asistir (bachillerato clsico, tcnico o comercial), determinar cunto
esfuerzo dedicar al estudio, qu materias priorizar, si se va a finalizar o no la
escuela secundaria, y si se va a continuar o no con estudios superiores o universitarios. La segunda fase ocurre cuando los jvenes deciden dejar el sistema
educativo para insertarse en el mercado de trabajo a ocupar puestos que van a
marcar el futuro de su trayectoria laboral.
Como se mostr en el captulo 2, comnmente esta segunda etapa est caracterizada por una inestabilidad notoria. Tanto en los pases desarrollados como
en los de Amrica Latina, entre los jvenes que terminan la escuela secundaria
y salen directamente al mercado de trabajo se registran niveles relativamente
bajos de empleo, una rotacin alta entre puestos de trabajo, salarios bajos y
escasos beneficios laborales. Parte de esta inestabilidad refleja una bsqueda,
por parte de los trabajadores jvenes, de aquellos puestos que se ajusten mejor
a sus preferencias. Sin embargo, la misma tambin se traduce en un costo tanto
en trminos de prdida de ingreso corriente como de posible empleabilidad
futura, que puede verse afectada por un historial laboral inicialmente errtico.
Para aquellos jvenes que no continan hacia la educacin superior, la
escuela secundaria constituye una plataforma desde la cual los estudiantes
buscan y consiguen sus primeros empleos. Una transicin de la escuela al
trabajo exitosa requiere que el aprendizaje obtenido en las aulas sea relevante
y til para las empresas que conforman la demanda de trabajo en el mercado

132 > DESCONECTADOS

laboral. Desafortunadamente, es poco lo que se sabe sobre cmo ocurren las


transiciones de la escuela hacia el mercado de trabajo en los pases de la regin,
qu factores estn asociados a una insercin laboral ms o menos exitosa o qu
tipos de habilidades y conocimientos demandan las firmas.
Con el objeto de conocer mejor cmo se inician y evolucionan estas trayectorias, en este captulo se busca responder a las siguientes preguntas desde
la ptica de las firmas de la regin, es decir, desde la demanda de trabajo:
JJ

JJ

JJ

JJ

Qu tipo de trabajos realizan los jvenes que transitan de la escuela


secundaria al mercado laboral?
Qu habilidades se espera que posean en el momento de ingresar a
una empresa? Se ha modificado la demanda de habilidades en los
ltimos aos?
Cun sencillo o difcil es para las empresas de la regin encontrar
trabajadores con las capacidades necesarias para producir?
Qu hacen las firmas para lidiar con un posible desacople entre las
habilidades que requieren y las que portan los jvenes?

Los resultados que aqu se presentan surgen fundamentalmente de datos recolectados a travs de la Encuesta de Demanda de Habilidades (EDH)
conducida a comienzos de 2010, en la cual se obtuvo informacin sobre casi
1.200 establecimientos en Argentina, Brasil y Chile1. Con base en los datos de
esta encuesta, en este captulo se describen, primero, las caractersticas de los
puestos de trabajo disponibles para los jvenes, centrndose en un grupo de
firmas y trabajadores especficos, para luego determinar la existencia de una
brecha o desacople entre la demanda y la oferta de habilidades y el costo de la
misma, tanto para las firmas como para los trabajadores.
En cuanto a las caractersticas de los puestos de trabajo, se estudian en
particular firmas que contratan trabajadores jvenes, con poca experiencia
laboral y con estudios secundarios completos. Con ello se busca mostrar que
en las economas de Amrica Latina s existen empresas que demandan trabajadores jvenes con educacin secundaria completa para ocupar puestos que son
relevantes para las mismas. Estos ltimos parecen estar dominados por unas
pocas alternativas y por lo general se trata de puestos de entrada. Los salarios
que all se pagan son relativamente altos y a menudo se brindan oportunidades
de crecer y hacer carrera dentro de las empresas. Especficamente se detecta un
gradiente positivo en el salario pagado que sugiere que los trabajadores tienen
posibilidades de progresar all. Existe, es cierto, mucha heterogeneidad en lo
La encuesta fue financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), diseada
por los autores del libro y conducida en el campo por la firma MBC-MORI (Argentina) y
sus asociados en Chile y Brasil.

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 133

que puede ganar un trabajador. Dentro de una misma ocupacin coexisten tpicamente trayectorias laborales muy dismiles: al ingresar a la firma todos los
trabajadores ganan aproximadamente lo mismo, pero con el paso del tiempo
algunos lograrn incrementos salariales significativos mientras que otros solo
recibirn aumentos reducidos.
Ahora bien, si todos estos jvenes poseen el mismo nivel de escolaridad
(secundaria completa), por qu a algunos les va bien mientras que a otros no?
La hiptesis que aqu se estudia es que algunos jvenes son lo suficientemente
productivos como para justificar la contratacin y retencin, mientras que otros
no. Dado que es difcil observar la productividad de un trabajador, el nfasis se
pone en el tipo de habilidades que las firmas dicen demandar. Se cree que estas
experiencias laborales diametralmente opuestas se explican por la brecha que
existe entre el tipo de habilidades que requieren las firmas y las que traen consigo los jvenes, lo cual lleva a preguntarse por el tipo de destrezas que procuran
las empresas de la regin. En este captulo se consideran tres grandes grupos de
habilidades: (i) las habilidades del conocimiento un tipo de habilidad cognitiva que pueden ser usadas en muchas ocupaciones diferentes; (ii) las habilidades
especficas, que corresponden a aquellas capacidades tcnicas que son aplicables
a una ocupacin particular; y (iii) las habilidades socioemocionales o no cognitivas, referidas a los rasgos de personalidad del individuo (vase el captulo 4).
En los ltimos cinco aos han cambiado las habilidades que demandan
los empleadores para cubrir nuevas vacantes: ms del 50% de las empresas ha
aumentado sus requerimientos en trminos de las destrezas necesarias para
realizar trabajos en ocupaciones que tienen directa relacin con su actividad
principal. Asimismo, la evidencia sugiere que las firmas estudiadas asignan una
mayor importancia a las habilidades socioemocionales por sobre las de conocimiento y las especficas del sector productivo. Estos resultados se mantienen
cuando el anlisis se realiza por pas, por sector, por tamao de la firma, por
tipo de empresa y por tipo de ocupacin. Igualmente se muestra que existe una
relacin positiva entre las habilidades demandadas y los salarios pagados por
los empleadores.
En cuanto al segundo aspecto estudiado, a saber, la existencia de una
brecha o desacople entre la demanda y la oferta de habilidades, y el costo que
la misma genera tanto para las firmas como para los trabajadores en la medida
en que se desvan recursos hacia procesos de bsqueda, seleccin y capacitacin
de personal, los hallazgos indican que solo el 12% de las empresas reporta no
tener ningn problema para encontrar las habilidades que busca. Cerca del 80%
seala que las destrezas ms difciles de encontrar son las que tienen que ver
con el comportamiento y las actitudes. Esta constatacin lleva a preguntarse
por el tipo de polticas y programas que se pueden promover tanto en el sector
educativo como en el laboral en aras de cerrar la brecha detectada y asegurar
una transicin exitosa de los jvenes de la escuela al mundo del trabajo.

134 > DESCONECTADOS

Encuesta de Demanda de Habilidades (EDH):


lo que muestra la muestra
La Encuesta de Demanda de Habilidades (EDH) se condujo a comienzos de
2010 entre un total de 1.176 empresas en Argentina, Brasil y Chile. Esta fue
especficamente diseada para capturar la informacin de aquellas firmas que
contratan jvenes recin egresados de la escuela secundaria y con poca experiencia laboral para puestos de trabajo vinculados a la produccin de un bien
o servicio. Para ello, la encuesta se realiz en sectores econmicos que por lo
general demandan ese tipo de trabajadores, buscando adems que la muestra
incluyera sectores manufactureros y de servicios donde predomina la actividad
del sector privado. Estas restricciones llevaron a que la encuesta se aplicara a
empresas de la industria automotriz, del comercio minorista y de los sectores de
produccin y comercializacin de alimentos, hotelero y financiero. Para el lector
interesado, en el apndice B se presenta una descripcin detallada del diseo
muestral y los mtodos utilizados para el levantamiento de datos. Adems se
incluyen all cuadros con estadsticas descriptivas de las variables principales
utilizadas en el captulo.

Cuadro 6.1
Sector industrial donde trabajan los jvenes
(% de la poblacin joven empleada que no asiste a un establecimiento educativo)
Argentina

Brasil

Chile

Sector industrial
Automotriz
Minorista

0,3

1,6

0,1

49,4

30,0

22,9
5,3

Hotelera

3,8

4,6

Financiero

0,5

2,4

1,6

Alimentos

3,0

3,4

5,7
35,6

57,0

42,1

Actividades no bien especificadas

Total sectores en la EDH

0,0

0,1

1,2

Agricultura y pesca

6,9

2,1

9,3

Explotacin en minas

0,1

0,4

2,6

Industrias manufactureras

11,1

17,6

7,0

Electricidad, gas y agua

0,0

0,4

1,3

Construccin

6,2

3,5

7,5

Transporte y comunicaciones

5,0

5,7

8,4

Inmobiliarias

3,1

10,2

7,1

Servicios comunales sociales

10,7

18,0

20,1

Otros sectores

43,0

57,9

64,4

Fuentes: Argentina: INDEC (2008); Brasil: IBGE (2008); Chile: Ministerio de Planificacin (2010) y
BID (2010c).

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 135

Para corroborar la relevancia de los sectores elegidos, en el cuadro 6.1 se


presentan datos de encuestas de hogares sobre la distribucin de los sectores en
donde trabajan jvenes entre 17 y 25 aos de edad con educacin secundaria completa que no asisten a un establecimiento de educacin superior o universitaria.
Se observa aqu que los sectores elegidos capturan una parte muy importante
del total de los empleos para este grupo etario: en Argentina un 57%, en Brasil
un 42% y en Chile un 36% de los jvenes trabajan en las industrias analizadas.
En el cuadro 6.1 tambin se observa que algunos sectores importantes
quedaron por fuera de la EDH. Los de servicios sociales, transporte y telecomunicaciones no se incluyeron por estar dominados por empresas pblicas o por
firmas subsidiadas, lo cual puede afectar la forma de contratacin. El sector
construccin fue descartado ya que por lo general en las ocupaciones vinculadas
a su actividad principal (por ejemplo obrero) se encuentran trabajadores con un
nivel educativo inferior a la secundaria completa. Por su parte, el sector de industrias manufactureras incluye en realidad un nmero importante de subsectores
de los cuales se seleccionaron dos: la industria automotriz y la de alimentos.
Dentro de esos cinco sectores, la EDH captura informacin de empresas
de diversos tipos. En el cuadro 6.2 se observa su distribucin por pas, tamao

Cuadro 6.2
Total de firmas por sector industrial
(%)
Automotriz Minorista Hotelera Financiero Alimentos
Pas

Tamao
(nmero de
empleados)

Argentina

50,0

34,2

35,6

34,8

31,4

Brasil

50,0

42,9

31,5

37,4

36,9

Chile

23,0

32,9

27,8

31,8

11,1

48,1

39,1

22,5

29,4

10 a 49

25,9

35,6

46,0

47,1

51,4

50 a 499

48,2

14,8

13,5

17,7

17,3

500 o ms

14,8

1,5

1,4

12,8

2,0

Sindicalizacin (% de los
empleados
sindicalizados)

Ninguno

29,6

16,8

15,9

11,8

14,9

Menos de la
mitad

42,6

70,2

70,6

70,6

72,9

Ms de la
mitad

27,8

13,0

13,5

17,7

12,2

Campo de
accin

Local

74,9

Total nmero
de empresas:

0a9

20,4

62,5

75,4

16,6

Regional

11,1

13,3

7,6

20,9

8,6

Nacional

40,7

18,4

12,5

43,3

11,0

Internacional

27,8

5,9

4,5

19,3

5,5

54

391

289

187

255

1.176

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

136 > DESCONECTADOS

de la firma, nivel de sindicalizacin y campo de accin. Se busc tener representatividad para cada combinacin de sector-pas, y por ello dichas celdas
tienden a tener un tamao muestral bastante similar. Con el propsito de captar
la heterogeneidad de las prcticas laborales en los distintos sectores, la encuesta
cubre firmas de diversos tamaos, con grados variados de sindicalizacin y
cuyo campo de accin es tambin heterogneo; hay firmas con cobertura local,
regional, nacional o internacional. La industria automotriz es la que concentra
un mayor nmero de empresas de gran tamao (el 63% tiene ms de 50 empleados). Por el contrario, los sectores de comercio minorista y la industria de
alimentos se componen en su mayora de empresas pequeas (ms del 80%).
En general, las empresas de todos los sectores seleccionados exhiben un bajo
grado de sindicalizacin, excepto en el caso de la industria automotriz.

Trabajos para jvenes


Qu ocupaciones tienen los jvenes que ingresan a una firma de alguno de los
sectores seleccionados? En la EDH se solicit a cada empresa que respondiera
preguntas sobre un mximo de tres ocupaciones principales que cumplieran con
las siguientes caractersticas: (i) que fueran ocupaciones de primordial importancia para su negocio (aquellas cuyos trabajadores se encontraran en la lnea
principal de produccin del bien o servicio); (ii) que las actividades vinculadas
a esas ocupaciones pudieran ser realizadas por trabajadores jvenes, es decir,
sin experiencia laboral; y (iii) que dichas ocupaciones fueran desempeadas
por personas con educacin secundaria completa.
En total, las firmas reportaron informacin sobre 110 ocupaciones. Para
simplificar el anlisis, y siguiendo el Diccionario de Ocupaciones2, se las clasific
en seis grandes categoras que bsicamente agotan el universo de ocupaciones
posibles:
JJ

Profesionales, tcnicos y ocupaciones administrativas: Esta categora


incluye ocupaciones relacionadas con la administracin del negocio,
cargos gerenciales, trabajos tcnicos y profesionales3.

DOT (Dictionary of Occupational Titles) compilado por el Departamento de Trabajo de


los Estados Unidos.
3
Si bien es cierto que esta categora no es usualmente ocupada por jvenes con educacin
secundaria y sin experiencia laboral, se decidi dejarla por dos razones. Primero porque
el DOT se aplica a todas las ocupaciones posibles (independientemente de las caractersticas de los trabajadores que las ocupen). Segundo porque algunos entrevistados listaron
ocupaciones que s eran clasificables en esta categora. Por lo general se trataba de ocupaciones de supervisin de bajo rango que se asignan a trabajadores con poca educacin
an jvenes pero con unos pocos aos de experiencia laboral.
2

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 137

JJ

JJ

JJ

JJ

JJ

Oficinista: Ocupaciones relacionadas con la recopilacin, registro y


comunicacin de datos. En esta categora se clasifican los cajeros.
Vendedor: Ocupaciones que tienen relacin directa con transacciones
de venta.
Servicios: Servicios de transporte, vigilancia y almacenamiento, adems de servicios individuales en instituciones comerciales y otros
establecimientos.
Procesos: Esta categora incluye ocupaciones relacionadas con el tratamiento de materiales y productos. Se requiere el buen conocimiento
del proceso y el uso de mquinas especficas.
Operador: Tiene relacin directa con la instalacin, el uso y la reparacin de mquinas especializadas. Se incluyen adems trabajos
relacionados con el uso de herramientas en la fabricacin, instalacin,
montaje y pintura de estructuras.

En el cuadro 6.3 se presentan las distribuciones de las ocupaciones


asociadas al primer empleo por sector industrial. En el sector automotriz, por
lo general los trabajadores jvenes ingresan a la lnea de produccin como
operarios. En el sector de comercio minorista realizan fundamentalmente
trabajos de oficinistas y vendedores. En el sector hotelero trabajan principalmente prestando servicios o realizando tareas de oficina. En el sector financiero
ingresan a la firma por lo general como oficinistas. Finalmente, en el sector de
alimentos ingresan a una gama ms variada de ocupaciones: el 41% trabaja
en procesos y el 59% restante se distribuye de manera ms o menos uniforme
entre las otras ocupaciones.
Para tener una idea ms clara acerca de las actividades realizadas por
los jvenes, en el grfico 6.1 se muestra una nube de palabras por sector cuyo

Cuadro 6.3
Distribucin del empleo de jvenes de 17 a 25 aos por tipo de ocupacin
(%)
Sector industrial
Automotriz Minorista

Hotelera

Financiero

Alimentos

Total

Profesional

6,2

6,3

2,6

Oficinista

42,9

31,7

68,4

14,1

32,2

Vendedor

32,4

1,6

21,3

13,4

14,4

Servicios

14,2

66,3

4,1

10,1

22,6

Procesos

6,6

4,3

41,2

11,0

Operador

93,4

21,2

17,4

100

100

100

100

100

100

Total

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

138 > DESCONECTADOS

Grfico 6.1
Frecuencia con que se registran las principales ocupaciones de los jvenes
Automotriz

Soldador Herramientas

Comercio

Vendedor

Operador
Armador
Matricera

Pintor

Balancineros
Electricista

Rectificador

Tornero

Cajero
Atencin

Clientes Carnicero

Repositor

Prensista

Fundidor

Mucama

Hoteleria

Recepcionista
Gastronoma

Camarero
Cocinero

Vendedor

Financiero

CajeroAtencin
Asistente

Gestor

Clientes

Administrativo

Cocinero
Embalador
VendedorCajero
Alimentos

Clientes

Repostero

Repartidor

Atencin

Calidad

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

tamao es proporcional a la frecuencia con que se mencionaron las ocupaciones.


En el sector automotriz y en el sector de alimentos pertenecientes ambos a la
industria manufacturera sobresalen fundamentalmente ocupaciones tcnicas
como operador, armador, embalador, tornero y cocinero, si bien se registran
algunas excepciones como el caso de vendedor en el sector de alimentos. En
el sector financiero, de comercio y hotelero pertenecientes todos al sector
servicios se destacan ocupaciones en las que el trabajador debe estar en
contacto directo con el cliente: vendedor, recepcionista y cajero. En todos los
sectores, los puestos ocupados por jvenes con poca experiencia laboral parecen
estar dominados por unas pocas alternativas y, como es de esperar, se trata
por lo general de puestos de entrada a la firma. En el sector automotriz, las
ocupaciones de operador, armador, tornero y troquelador de carrocera4 tienden
a ser las ms preponderantes. En el sector comercio, las ocupaciones de vendedor y cajero son las ms frecuentes, mientras que en hotelera se destacan
las de recepcionista, camarero y mucama. En el sector de alimentos, cocinero,
embalador y vendedor son las ocupaciones ms observadas. Finalmente, en el
sector financiero figuran ms frecuentemente las vinculadas a la atencin al
cliente o administrativas, mientras que las ocupaciones vinculadas al manejo
de la cartera de prstamos son menos comunes y por lo general se reservan
para trabajadores con educacin superior o universitaria.
4

Esta actividad se conoce tambin como matricera.

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 139

Grfico 6.2
Salarios de entrada, mensual y mximo
(US$)
Salario entrada EDH (US$)

Salario mensual EDH (US$)

Salario mximo EDH (US$)

2000

Salarios en US$

1500
1000
500
0

Automotriz

Minorista

Hotelera

Financiero

Alimentos

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).


Nota: La lnea horizontal dentro de la caja muestra el promedio de los salarios. El lmite superior
corresponde al 90% de la distribucin de los salarios y el lmite inferior al 10% de la misma.

Ahora bien, son buenos estos puestos de trabajo? De manera simplificada,


su calidad se puede medir como una funcin de tres variables que determinan
el ingreso actual esperado al comenzar a trabajar en firmas de estos sectores:
el salario de entrada, la posibilidad de obtener aumentos salariales en el futuro,
y la duracin del empleo (el tiempo que el trabajador est dentro de la firma).
En el grfico 6.2 se presenta informacin sobre el salario de entrada, el salario
mensual y el salario mximo para las diferentes industrias. Es importante
detenerse un momento en la descripcin de este grfico. La lnea horizontal
clara dentro de cada barra es el salario promedio del sector. El lmite superior
de cada barra mide el percentil 90 de la distribucin salarial y el lmite inferior
mide el percentil 10 de la misma. Recurdese que el percentil 90 de la distribucin salarial es aquel valor del salario pagado por una firma de la muestra
tal que el 90% de las firmas pagan valores inferiores a este. De igual forma,
el percentil 10 es el salario pagado por una firma tal que el 10% de las firmas
pagan valores inferiores a este. As, la longitud de la barra es una medida de
la dispersin de salarios en ese sector.
En el grfico 6.2 se muestran varios hechos estilizados interesantes. En
primer lugar, el salario de entrada promedio tiende a ser relativamente alto
en todos los sectores. Para tener un punto de referencia, a finales de 2009
momento en que se realiz la recoleccin de los datos de la EDH el salario
mnimo en Argentina era de U$355, en Brasil de US$286 y en Chile de US$325.
Esto significa que, en promedio, los puestos de entrada pagan entre un 80% y
un 100% por encima del salario mnimo.

140 > DESCONECTADOS

Existen, sin embargo, diferencias importantes en el salario de entrada de


cada sector. Los sectores automotriz y financiero pagan en promedio salarios de
entrada ms altos que los dems. Esto podra indicar que las actividades realizadas por los trabajadores en dichas ramas de la industria son ms complejas
y por lo tanto requieren mayores niveles de educacin y habilidades.
En segundo lugar, en todos los sectores el salario mximo que se puede
ganar en una ocupacin determinada es mayor al salario mensual promedio
en dicha ocupacin; este ltimo, a su vez, es mayor que el salario promedio
de entrada a esa ocupacin. Este gradiente positivo en la remuneracin indica
que los trabajadores tienen posibilidades de progresar dentro de las firmas de
estos sectores.
En tercer lugar, si bien el salario promedio de entrada es por lo general
alto, existe una notoria heterogeneidad en lo que puede ganar un trabajador al
ingresar a algunas de las firmas de estos sectores. Esto ocurre especialmente
en el caso del sector financiero. Tal heterogeneidad se explica por las diferencias entre las ocupaciones de entrada en cada sector y por las diferencias que
existen entre las firmas. Las empresas pequeas y de carcter local tienden a
pagar salarios menores que las empresas grandes y de alcance regional o internacional.
En cuarto lugar, cabe notar que incluso en aquellos sectores en donde
la dispersin de salarios de entrada no es tan marcada (como en el automotriz o el de comercio minorista), dicha dispersin aumenta para el caso del
salario mximo pagado en la misma ocupacin y en la misma empresa. As
pues, en una misma ocupacin y en una misma firma coexisten trayectorias
laborales muy dismiles: al ingresar a la firma todos los trabajadores ganan
aproximadamente lo mismo, pero con el paso del tiempo, al acercarse al
salario mximo pagado en dicha ocupacin, algunos trabajadores lograrn
incrementos salariales significativos mientras que otros solo recibirn aumentos salariales reducidos.
Es posible suponer que cada una de las ocupaciones consideradas requieran tipos de habilidades similares independientemente del sector industrial
considerado. Por ejemplo, un vendedor en el sector de comercio minorista realiza un trabajo similar al de un vendedor en el sector de alimentos o al de un
vendedor en el sector hotelero. Por ende, los salarios que ganen los trabajadores
que realizan una misma tarea en distintos sectores deberan ser relativamente
similares. Pero, es as? El en grfico 6.3 se muestra el salario mensual en cada
sector para tres ocupaciones: oficinistas, vendedores y servicios.
Los oficinistas en su mayora tienen los siguientes puestos de trabajo: en
el sector de comercio minorista y en el de alimentos se ocupan principalmente
como cajeros, en el sector hotelero como recepcionistas, y en el financiero
tambin como cajeros y como trabajadores administrativos. En general, el salario mensual promedio y la dispersin salarial son muy similares en todos los

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 141

Grfico 6.3
Salario mensual por tipo de ocupacin
(US$)

Salario mensual en US$

Oficinista
2000
1500
1000
500
0

Minorista

Hotelera

Financiero

Alimentos

Minorista

Hotelera

Financiero

Alimentos

Minorista

Hotelera

Financiero

Alimentos

Salario mensual en US$

Vendedor
2000
1500
1000
500
0

Salario mensual en US$

Servicios
2000
1500
1000
500
0

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).


Nota: La lnea horizontal dentro de la caja muestra el promedio de los salarios. El lmite superior
corresponde al 90% de la distribucin de los salarios y el lmite inferior al 10% de la misma.

sectores salvo en el financiero; all el salario al que puede aspirar un trabajador


es mucho ms alto, pero tambin es all donde se registra una mayor dispersin.
Los cajeros del sector financiero, a diferencia del resto de los sectores, tienen
una mayor responsabilidad en el manejo del dinero, ya que por lo general tienen
que lidiar con montos mayores. Adems manejan una parte importante de la
relacin con el cliente.

142 > DESCONECTADOS

Los vendedores constituyen un grupo ms homogneo de trabajadores que


los oficinistas. En todos los sectores se dedican a las ventas del bien o servicio
principal de la empresa. En el caso del sector financiero, los vendedores incluyen tambin a agentes de ventas que tpicamente requieren ms capacitacin y
conocimiento de las operaciones de la firma. De nuevo, los vendedores ganan
un salario promedio similar en los distintos sectores excepto en el caso del
sector financiero, donde sus remuneraciones son mayores.
Los trabajadores en ocupaciones de servicios casi siempre realizan tareas
de mantenimiento y limpieza, y adems ejecutan labores auxiliares de diversa
ndole. Una vez ms, estos trabajadores ganan un salario promedio similar en
los sectores de comercio minorista, hotelera y alimentos.
En el grfico 6.4 se muestran los salarios mensuales y su dispersin
pagados en empleos que comnmente requieren ms conocimientos especficos
del sector. Las ocupaciones ligadas a procesos especficos comprenden diversos
puestos de trabajo en distintos sectores. En el sector automotriz incluyen,
entre muchas otras labores, las de fundidor o embalador, mientras que en el
sector de alimentos incluyen las de reposteros y cocineros. Las ocupaciones
vinculadas a operaciones comprenden en ambos sectores a operarios de
planta y armadores. Los salarios en estos tipos de labores tienden a ser ms
altos y muestran diferencias ms marcadas entre ocupaciones, lo cual refleja
la existencia de requerimientos dismiles en trminos de capacidades para
unos y otros.
Una segunda dimensin relevante en lo que se refiere a capturar la calidad
de los trabajos tiene que ver con la duracin en el empleo que un trabajador puede esperar al ingresar a una firma. La mayora de los trabajadores con estudios

Grfico 6.4
Salarios por tipo de ocupacin
Procesos
2000

Operador
2000

Salario mensual en US$

Salario mensual en US$

(US$)

1500
1000
500
0

Automotriz

Alimentos

1500
1000
500
0

Automotriz

Alimentos

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).


Nota: La lnea horizontal dentro de la caja muestra el promedio de los salarios. El lmite superior
corresponde al 90% de la distribucin de los salarios y el lmite inferior al 10% de la misma.

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 143

secundarios ingresan como oficinistas, vendedores, trabajadores de servicios


y procesos u operarios. Para tener un punto de referencia, a continuacin se
comparar la duracin del empleo en las ocupaciones aqu seleccionadas con
la de aquellas de tipo profesional ocupadas por trabajadores con una mayor
educacin. En el grfico 6.5 se muestra el tiempo promedio medido en meses y
la dispersin del tiempo que un trabajador permanece en cada ocupacin. En
promedio, los trabajadores jvenes que transitan directamente de la escuela
secundaria al mercado laboral permanecen en las firmas 15 meses. La duracin
en el empleo es significativamente menor a la de las ocupaciones profesionales
en donde, en promedio, los trabajadores permanecen unos 30 meses en sus
puestos de trabajo. Las causas y consecuencias de esta alta rotacin han sido
discutidas de manera ms general en el captulo 2.
Asimismo, entre de los trabajadores con secundaria completa los operadores tienden a permanecer en sus puestos de trabajo durante un perodo
ms prolongado, lo cual no debe sorprender. Por una parte, la demanda de
operadores es mayor en industrias como la automotriz, donde la remuneracin
es mejor, lo cual reduce los incentivos para que los trabajadores renuncien o
busquen otro empleo. Por otra parte, dado que por lo general se espera que
los operadores tengan un conjunto de habilidades muy especfico a los requerimientos de la firma, se espera que se reduzcan los incentivos para que la
empresa los despida.
En general, sin embargo, la relacin laboral se puede ver interrumpida
porque la empresa despide al trabajador o porque este renuncia. Segn datos de
la EDH, los motivos principales que los trabajadores mencionaron al renunciar
a un puesto de trabajo se relacionan comnmente con la bsqueda de mejores
oportunidades laborales. Este ltimo hecho estilizado es consistente con una

Grfico 6.5
Duracin del empleo
70
60

Meses

50
40
30
20
10
0

Profesional

Oficinista

Vendedor

Servicios

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

Procesos

Operador

144 > DESCONECTADOS

hiptesis de volatilidad en el empleo, la cual se explica por la necesidad que


tienen los trabajadores de buscar un puesto que se ajuste mejor a sus preferencias. Por el lado de las empresas, los motivos para despedir a un trabajador
son principalmente tres: baja productividad, problemas de comportamiento y/o
falta de compromiso con el trabajo. Estas razones guardan relacin con el nivel
de habilidades de diversos tipos que las empresas observan en sus trabajadores
una vez que estos han tenido la oportunidad de desempearse un tiempo en
sus ocupaciones.
As pues, en las economas de la regin existen numerosas empresas que
demandan trabajadores jvenes con educacin secundaria completa para ocupar
puestos que son relevantes para las mismas. Muchas de estas empresas pagan
salarios altos y brindan oportunidades de crecer dentro de la firma, lo que
permite que los trabajadores hagan carrera. Sin embargo, si como se observ
anteriormente la situacin laboral del promedio de los jvenes es altamente
inestable, cmo consiguen algunos trabajadores jvenes ingresar a estas firmas
mientras que otros sufren una transicin laboral errtica caracterizada por bajos
salarios y baja duracin en el empleo? Por qu algunos jvenes logran crecer
y hacer carrera mientras que otros no?

Demanda de habilidades: Qu deben traer los jvenes en sus


mochilas?
Para justificar la contratacin y retencin de un trabajador, el retorno que la
firma obtenga en trminos del valor de la cantidad de producto generada por
el mismo y luego vendida en el mercado debe ser mayor o igual al costo de
contratarlo y de mantenerlo empleado (medidos por el salario y los beneficios
pagados).
Simplificando, supngase que este trabajador trae consigo una canasta
de habilidades que se pone al servicio de la firma para producir un bien o
servicio. Esta canasta de habilidades determina cun productivo es el trabajador. Aquellos que posean ms habilidades sern ms rentables para las
firmas que los que lleguen con menos habilidades. Por ello, la experiencia en
la transicin de la escuela al trabajo se puede explicar por el tipo de habilidades que demandan las firmas y aquellas que portan los jvenes al salir de
la escuela secundaria.
Ahora bien, cules son las habilidades que buscan las empresas de la
regin? Como se dijo al inicio, en los ltimos cinco aos las destrezas que
demandan los empleadores para cubrir nuevos puestos de trabajo han cambiado: ms del 50% de las empresas ha aumentado sus requerimientos en
trminos de las habilidades necesarias para realizar trabajos en ocupaciones
que tienen directa relacin con la actividad principal, mientras que ms de
un 40% las ha cambiado. Este patrn se mantiene en empresas de diferentes

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 145

Grfico 6.6
Cambio en requerimientos de habilidades en los ltimos cinco aos
(%)

Porcentaje de valoracin

Ms habilidades
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0

Profesional

Habilidades diferentes

Oficinista

Vendedor

Menos habilidades

Servicios

Procesos

Operador

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

tamaos, escalas salariales y de cobertura tanto nacional como internacional


(recuadro 6.1)5.
Con base en informacin retrospectiva de la EDH, en el grfico 6.6 se
ilustra el cambio en la demanda de habilidades para distintas ocupaciones. En
todas aquellas asociadas a trabajadores con educacin secundaria, la mayora
de las empresas declaran requerir habilidades adicionales para realizar tareas
de oficinista, vendedor y prestacin de servicios, y ms de un 50% declara
requerir habilidades diferentes para trabajar en ocupaciones de procesos u
operaciones.
Existe una abundante literatura donde se argumenta que una parte de este
cambio en los requerimientos de habilidades se debe a los avances tecnolgicos
que vienen ocurriendo desde hace ms de tres dcadas (Acemoglu, 2002; Card
y DiNardo 2002 y 2006; Handel, 2000; Kuhn y Weinberger, 2005). Por su parte,

En los recuadro 6.1, 6.2 y 6.3 de este captulo se resumen tres extensos estudios de caso
que se incluyen en su totalidad en el apndice C de la presente publicacin. En ellos se
describen las experiencias de egresados de secundaria en los tipos de ocupaciones que
para ellos existen en el mercado laboral de Amrica Latina, a partir de 40 horas de entrevistas grabadas y de la cuantiosa informacin administrativa brindada por las empresas
que accedieron a participar, si bien no concedieron la autorizacin formal para publicar
sus nombres. All se narran historias reales de jvenes empleados en estas firmas que
ayudan a explorar y a conocer mejor, a travs de sus apreciaciones y de las de quienes
los contrataron, la naturaleza de la brecha de habilidades entre oferta y demanda. Los
nombres de los entrevistados han sido cambiados.

146 > DESCONECTADOS

Recuadro 6.1
Lo que hay detrs de una lnea de ensamblaje
La inversin extranjera es uno de los principales motores de desarrollo en el mundo. En
Argentina, una empresa automotriz internacional hizo su entrada en los aos ochenta
con dos plantas de ensamblaje que crearon numerosos puestos de trabajo para gente
joven egresada de la secundaria. A mediados de la dcada de los noventa, la firma abri
un nuevo polo industrial con una capacidad de produccin de 30 automviles por hora
y una inversin total de US$270 millones. En la actualidad esta planta cuenta con una
lnea de produccin de 3,5 kilmetros de extensin que arroja un automvil cada dos
minutos. Este centro industrial tiene cerca de 4.000 empleados, en su inmensa mayora
operarios, el 70% de los cuales est entre los 18 y los 35 aos de edad. En total, la compaa suma ms de 5.500 empleos directos en sus centros de produccin en Argentina.
El centro industrial creado a mediados de los aos noventa cuenta con tres reas:
carrocera, pintura y montaje. Es en este ltimo sector donde trabajan Jorge y Martn,
dos jvenes que viven en el rea de influencia de la factora. Martn explica su inters
en vincularse a la firma: Yo vivo cerca de ac. A fines de 2007 estaba trabajando de
otra cosa, pero necesitaba algo ms seguro, pues tengo un hijo pequeo. Entonces
pas por ac y dej mi currculum. Creo que de ah al momento en que comenc a
trabajar en la planta pas un mes. Realic todas las entrevistas, las pruebas que se
hacen en planta, y me tomaron... Jorge, por su parte, haba abandonado sus estudios
de educacin fsica y no estaba conforme con su trabajo de analista de apertura de
crdito cuando decidi probar suerte en la compaa de ensamblaje de autos. Me
enter de este trabajo porque tengo tres hermanos que laboran en las dos plantas
de la empresa. Creo que me eligieron por cmo me desenvolv en las entrevistas.
Cuando habl reflej mi educacindice, aludiendo a sus modales y a su vocabulario.
Paola, supervisora de Recursos Humanos y encargada de capacitacin y seleccin
de postulantes confirma las condiciones e incentivos: Para los chicos que tienen
el secundario bsico completo la oportunidad de trabajar aqu es muy importante.
Entran con muy buenos salarios que pueden ser mayores si realizan horas extras. De
modo que hasta el momento, a la hora de reclutar gente hemos tenido muy buena
convocatoria.
Marcelo, lder coordinador del rea de Montaje con casi 15 aos de trayectoria en
la empresa, ilustra las circunstancias que ayudaron a Martn y a Jorge a encontrar
trabajo. Nosotros tuvimos un cambio cualitativo en relacin con las exigencias de
estudios secundarios. Hasta 2005 tenamos mucha gente con una antigedad de 10
aos y sin esos estudios. Pero con el lanzamiento de un nuevo modelo en ese ao se
empezaron a exigir estudios secundarios completos. En 2005 entraron 180 personas
con esas caractersticas, y en 2007 casi 400; estos ingresos cambiaron el perfil de los
operarios de planta. Hoy hay un 80% de gente con un rango de edad de 25 hasta 35
aos. Para la empresa es importante que esta gente entre con formacin tcnica,
que es tan valiosa como las habilidades manuales y la disponibilidad horaria para
rotar turnos.
Paola seala que la realidad suele ser otra: Conseguir perfiles tcnicos nos cuesta
mucho porque baj la calidad de la formacin secundaria tcnica. Por eso, cuando
arranca un proceso de seleccin, tenemos muchas reuniones con los responsables
(contina en la pgina siguiente)

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 147

Recuadro 6.1 (continuacin)


Lo que hay detrs de una lnea de ensamblaje
que van a estar a cargo de esas personas. Con ellos se determina qu es lo que la
empresa necesita en ese momento. A veces ingresamos gente con un mix de perfiles:
por ejemplo secundario cumplido, ms otros que estn estudiando tecnicaturas o
ingenieras y que quieran entrar como operarios, ya que tambin nos interesa formar
gente desde abajo que pueda ocupar a futuro puestos de mayor jerarqua.
Dado que la evolucin tecnolgica ha cambiado las exigencias con respecto al
perfil de operario, en el rea de Recursos Humanos de la firma automotriz se percibe
que es necesario realizar algunos ajustes en las materias y contenidos de la escuela
secundaria que permitan a los jvenes acercarse ms a las demandas de la industria.
Al respecto, Paola indica que en el sistema educativo argentino hace falta formularse la siguiente pregunta: Cules son las carreras que est necesitando el pas
para desarrollarse econmicamente, de modo que se pueda incentivar a los chicos
a que sigan esas carreras?. Por eso Paola afirma que mientras se siga presentando
esta situacin, a nosotros nos interesa, en nuestras bsquedas, ms lo actitudinal.
Porque a los chicos con esas condiciones nosotros nos encargamos de formarlos
tcnicamente in situ. De ah que el requisito de seleccin bsico de la empresa en
las circunstancias actuales sea la habilidad de aprender.
Simultneamente, la firma est implementando desde 2005 un plan de capacitacin
cuyo objetivo es precisamente formar jvenes orientados a la produccin industrial
con vistas a adoptar nuevas tecnologas, contribuir a una mayor empleabilidad de
los futuros egresados, y contar con un semillero de futuros colaboradores formados
en la cultura y valores de grupo empresarial. El programa se realiza en un centro de
entrenamiento propio donde se forma por tres aos a 10 jvenes que presenten los
mejores promedios de una escuela tcnica local. Los alumnos cumplen con un rgimen
de doble escolaridad asistiendo en la maana a las clases-taller en la empresa, y por
la tarde a la escuela tcnica para completar sus estudios tericos. La mayora ingresa
luego a trabajar a la compaa.

Murphy y Welch (1993a y b) encuentran evidencia de un fuerte aumento en la


demanda de habilidades durante las ltimas cinco dcadas. Este aumento en
la importancia de las habilidades, junto con el desplazamiento ocurrido en el
modelo industrial desde las manufacturas hacia los servicios, ha ido transformado los requerimientos de habilidades en los puestos de trabajo. Estos ltimos
se han vuelto cada vez menos rutinarios, y se ha verificado un traslado desde
tareas manuales a otras ms analticas e interactivas (Autor, Katz y Krueger,
1998; Levy y Murnane, 2004), lo cual ha dado lugar a un cambio en la mezcla
de destrezas demandadas. Osterman (1995) encuentra que las labores desempeadas generalmente por individuos menos capacitados requieren de habilidades
ms complejas en un 39,7% de los casos y de habilidades diferentes en un
12,9% de los casos. Al comparar estos trabajos con los de carcter profesional

148 > DESCONECTADOS

se observa que aquellas como comportamiento general son ms importantes


en los primeros.
La rpida difusin de las tecnologas de la informacin y las comunicaciones (TIC), y el uso del computador como herramienta de trabajo, exigen
la presencia de trabajadores mejor calificados. Esto por cuanto en su caso es
menos costoso aprender el uso de nuevas tecnologas, adems de que ofrecen
un mejor complemento en el empleo para estos bienes de capital cuando se los
compara con trabajadores menos calificados. Por otro lado, las TIC han reducido
los costos de monitoreo y supervisin de actividades, por lo que los trabajadores
tienen ms espacio para dejar de lado actividades rutinarias y responsabilizarse
de un conjunto ms amplio de tareas (Milgrom y Roberts, 1990; Garicano y
Rossi-Hansberg, 2004). Lo anterior tambin se ha traducido en un cambio en la
demanda de habilidades.
Autor, Levy y Murnane (2003) ofrecen evidencia emprica consistente con
lo afirmado anteriormente. Sus hallazgos muestran que en diferentes industrias, ocupaciones y niveles de escolaridad, el uso del computador ha permitido
reemplazar trabajadores que se desempeaban en tareas rutinarias (calculistas
y operadores telefnicos, entre otros), pero no en aquellas que exigen flexibilidad, creatividad, resolucin de problemas y destrezas de comunicacin ms
complejas. Esto se ha traducido en un aumento de la productividad marginal
de aquellos trabajadores que poseen una ventaja en las habilidades necesarias
para ejecutar adecuadamente esas nuevas tareas no rutinarias.
Ahora, las habilidades demandadas por las empresas varan en funcin de
los bienes y servicios que estas generen. Para simplificar, aqu se han agrupado
los requerimientos de habilidades por parte de las empresas en tres grandes
categoras, siguiendo a Murnane y Levy (1996)6: habilidades de conocimiento o
acadmicas, habilidades especficas al lugar de trabajo (por lo general tcnicas)
y habilidades socioemocionales7.
Las habilidades de conocimiento se definen como toda forma de conocimiento aprendido a travs de estructuras mentales que interpretan la informacin
adquirida. Entre ellas figuran las destrezas de lectura, escritura, resolucin
de clculos matemticos, y de razonamiento y pensamiento crtico frente a
problemas especficos. En las encuestas presentadas en el captulo 5 para los
trabajadores de Chile y Argentina se busca captar este tipo de destrezas midiendo
las habilidades cognitivas o intelectuales.
Las habilidades especficas corresponden a aquellas capacidades tcnicas
que son aplicables a una ocupacin particular. Incluyen, por ejemplo, el uso

Maxwell (2006) y ONeil, Allred y Baker (1997) siguen la misma lnea de clasificacin.
En la literatura especializada tambin se las conoce como nuevas habilidades bsicas,
habilidades del siglo XXI, habilidades no cognitivas o habilidades de comportamiento.

6
7

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 149

de un torno en la industria automotriz o la capacidad de operar un sistema


informtico especfico al sector financiero. Estas habilidades no son fcilmente
transferibles entre industrias, por lo que existen mayores incentivos para las
firmas en cuanto a capacitar a sus trabajadores y as crear estmulos para que
permanezcan ms tiempo en el empleo.
Las habilidades socioemocionales se relacionan con los rasgos de personalidad del individuo y por ello su base es ms amplia. Existe evidencia de
que estas habilidades solo estn levemente correlacionados con las de tipo
cognitivo (Cuhna y Heckman, 2007 y 2008; Borghans et al., 2008a; Heckman,
2007; Carneiro y Heckman, 2003; Heckman et al., 2011). Por lo tanto, el nivel
educativo de una persona no necesariamente refleja el acumulado de habilidades
socioemocionales que esta posee. Ms an, se trata de habilidades difciles de
observar y medir en el momento de decidir la contratacin de un trabajador.
En las encuestas utilizadas en el captulo 5 para los trabajadores de Chile y
Argentina se busca captar este tipo de destrezas midiendo las habilidades metacognitivas, las medidas de autoeficacia y las habiliades sociales. Para hacerlo
desde el ngulo de los empleadores, en la EDH se realizaron preguntas respecto
de las actitudes en el lugar de trabajo, el compromiso y la responsabilidad, el
buen trato con los clientes y la capacidad de trabajar en equipo. Por lo general,
los empleadores descubren si sus empleados poseen las competencias necesarias
para desempearse productivamente en el puesto de trabajo una vez estos han
iniciado sus labores.
Con el propsito de medir la demanda de habilidades, se solicit a los
encuestados de la EDH que para cada ocupacin sobre la que eligieron responder distribuyeran un total de 100 puntos entre los tres grupos de habilidades,
considerando la importancia que cada una de ellas tiene para su empresa. En
el grfico 6.7 se observa la demanda relativa de habilidades. Al igual que en los
grficos anteriores, la lnea horizontal dentro de cada barra muestra la valoracin
promedio. La altura de la barra muestra la diferencia entre la valoracin del
percentil 90 y la del percentil 10. Estos valores dan una idea de la dispersin
de la demanda de habilidades. El grfico 6.7 revela que las firmas demandan
ms habilidades socioemocionales que habilidades de conocimiento, y ms
habilidades de conocimiento que especficas. De un total de 100 puntos, en
promedio las firmas asignaron 55 puntos a las habilidades socioemocionales,
aproximadamente 30 puntos a las habilidades de conocimiento y solo 15 puntos
a las habilidades especficas.
En el grfico 6.7 tambin se observa que existe una dispersin relativamente importante en la demanda de habilidades. Un 10% de las firmas valora
poco las habilidades socioemocionales (les asignaron menos de 20 puntos),
favoreciendo en cambio las de conocimiento o las especficas. Pero tambin
hay un 10% que otorga un valor muy alto (ms de 80 puntos) a las habilidades
socioemocionales en desmedro de las habilidades de conocimiento o de las

150 > DESCONECTADOS

Grfico 6.7
Demanda de habilidades generales
(%)

Porcentaje de valoracin

80
60
40
20
0

Especficas

Conocimiento

Socioemocionales

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

especficas. Un patrn similar se observa para las habilidades especficas y


de conocimiento.
Estos resultados son sumamente robustos y se mantienen cuando el
anlisis se realiza por pas, por sector, por tamao de la firma, por tipo de
empresa y por tipo de ocupacin. En el cuadro 6.4 se muestra que la mayor
valoracin de las habilidades de comportamiento se registra tanto en las firmas
que pagan salarios altos como en las que pagan salarios bajos, en firmas de
todos los sectores y de todos los tamaos. La nica diferencia importante en el
patrn de valoracin de las habilidades se verifica en la industria automotriz,
donde las habilidades especficas son relativamente ms valoradas que en el
resto de los sectores.
Esta mayor valoracin relativa de las habilidades socioemocionales ha
sido tambin documentada en la literatura para el caso de pases desarrollados. Maxwell (2007) encuentra que las tres habilidades ms demandadas
pertenecen a la categora del comportamiento. ONeil, Allred y Baker (1997)
seala que en por lo menos dos investigaciones sobre el requerimiento de
habilidades en Estados Unidos (The Michigan Employability Skills Employer
Survey y el Basic and Expanded Basic Skills Study) se ha encontrado que
los empleadores valoran ms las destrezas de comportamiento que las de
conocimiento.
En principio, la demanda de estos tres tipos de habilidades puede exigir
del trabajador destrezas diferentes segn el tipo de ocupacin. Por ejemplo, en
un puesto en el sector automotriz donde se exija un alto grado de habilidades
socioemocionales quizs se privilegie un nivel elevado de compromiso laboral
para cubrir turnos de manera sorpresiva. En cambio en el sector comercial, de

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 151

Cuadro 6.4
Demanda de habilidades por tipo de firma
(% de valoracin)
Socioemocionales

Conocimiento

Especficas

Sindicalizacin
No tiene

57,4

25,8

16,8

Menos de la mitad

56,4

26,8

16,8

Ms de la mitad

53,5

30,7

15,9

Local

52,5

30,8

16,7

Regional

56,0

28,8

15,2

Nacional

53,0

31,7

15,4

Internacional

57,4

25,8

16,8

0a9

55,0

30,0

15,0

10 a 49

53,0

30,2

17,0

50 a 499

50,0

32,2

18,0

500 o ms

59,0

26,6

14,2

Campo de accin

Tamao empresa

Tipo de salario
Bajo

49,1

34,6

16,3

Medio

55,2

30,1

14,7

Alto

56,3

28,8

14,9
16,4

Pas
Argentina

55,5

28,1

Brasil

56,1

29,7

14,2

Chile

51,3

30,7

18,1

44,0

29,2

26,8

Industria
Automotriz
Minorista

57,2

29,3

13,6

Hotelera

54,4

30,5

15,1

Financiero

53,8

31,0

15,2

Alimentos

58,6

27,3

14,1
10,8

Tipo de ocupacin
Profesional

54,0

35,6

Oficinista

57,0

31,5

11,3

Vendedor

56,0

29,0

14,9
18,7

Servicios

53,0

28,3

Procesos

56,3

28,0

15,7

Operador

49,0

27,3

23,7

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

152 > DESCONECTADOS

un trabajador que requiera el mismo nivel de habilidades de comportamiento


se puede esperar una esmerada atencin al cliente, por encima del compromiso
con el trabajo. Con el fin de entender mejor qu tipo de habilidades particulares
subyacen a estos grupos generales, a continuacin se desglosar su demanda
relativa.

Demanda de habilidades de conocimiento


La EDH especifica cuatro tipos de habilidades de conocimiento: (i) habilidades
de lenguaje y comunicacin, referidas a la capacidad de escuchar, hacer preguntas y expresar conceptos e ideas en forma efectiva; (ii) habilidades de lectura
y escritura que permitan que el trabajador lea y se comunique por escrito de
manera efectiva; (iii) capacidad de resolver problemas matemticos bsicos, y
(iv) capacidad de aplicar el pensamiento crtico para entender y resolver un
problema a partir del anlisis de sus partes.
En el grfico 6.8 se observa la valoracin relativa que asignan las firmas
a diversas habilidades en las distintas ocupaciones. En general, las habilidades
de lenguaje y comunicacin, as como las de pensamiento crtico, son muy importantes en todas las ocupaciones. De las cuatro habilidades de conocimiento
mencionadas, estas son las ms difciles de detectar a la hora de contratar.
Sin embargo, entre las ocupaciones se registran algunas diferencias. Para los
puestos de oficinista, vendedor y trabajador de servicios las habilidades de
comunicacin son las ms importantes. Lo anterior tiene sentido ya que estos
tipos de trabajadores tienden a pasar ms tiempo en contacto con los clientes
finales de la firma. En cambio para los operadores y trabajadores de procesos,

Grfico 6.8
Demanda de habilidades de conocimiento por tipo de ocupacin
Lenguaje y comunicacin

Lectura y escritura

Matemticas

Pensamiento crtico

45
Porcentaje de valoracin

40
35
30
25
20
15
10
5
0

Profesional

Oficinista

Vendedor

Servicios

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

Procesos

Operador

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 153

las habilidades ms importantes dentro de las de conocimiento son las de


pensamiento crtico8.

Demanda de habilidades socioemocionales


La EDH especifica tres tipos de habilidades socioemocionales: (i) habilidades
actitudinales (que conllevan la capacidad de colaborar y cooperar con los dems controlando las emociones y evitando reacciones negativas en el trabajo);
(ii) responsabilidad y compromiso en el marco de los objetivos de la organizacin y cumplimiento de las tareas asignadas; y (iii) habilidades relacionadas
con la atencin al cliente (amabilidad, buena presencia y respeto, entre otras).
En el grfico 6.9 se muestra la valoracin relativa que asignan las firmas
a estos tres conjuntos de habilidades por ocupacin. Se observa nuevamente
una clara homogeneidad en las habilidades requeridas para las ocupaciones
que exigen ms contacto con el cliente. Actitudes como empata, amabilidad,
adaptabilidad y cortesa son altamente valoradas por los empleadores. Lo mismo
en cuanto a responsabilidad y compromiso (recuadro 6.2). Atencin al cliente
es tambin la categora ms importante para oficinistas (incluyendo a los cajeros), vendedores y trabajadores de servicios auxiliares. La principal diferencia
se encuentra en una menor valoracin relativa de la capacidad de prestar una
buena atencin al cliente justamente en aquellas ocupaciones donde se requiere

Grfico 6.9
Demanda de habilidades socioemocionales por tipo de ocupacin
Actitudinales

Responsabilidad y compromiso

Atencin al cliente

45
Porcentaje de valoracin

40
35
30
25
20
15
10
5
0

Profesional

Oficinista

Vendedor

Servicios

Procesos

Operador

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

En el apndice B se desagregan an ms las habilidades de conocimiento y socioemocionales en componentes ms precisos.

154 > DESCONECTADOS

Recuadro 6.2
Actitud ms que conocimientos
Uno de los sectores que ms contrata jvenes con secundaria completa en Amrica Latina
es el hotelero. En la EDH representa el 3,8%, 4,6% y 5,3% de la poblacin joven empleada
en Argentina, Brasil y Chile respectivamente (Cuadro 6.1). Los criterios de seleccin que
se utilizan en esta lnea de negocios para atraer personal joven ilustran las prioridades
y desafos que al respecto confrontan las unidades de Recursos Humanos, como se
deduce de las declaraciones de Alejandro, un psiclogo que se desempea como Jefe de
Seleccin de un hotel de gama alta en Santiago de Chile:
[] Para nosotros, antes que la formacin lo importante es la actitud de servicio.
En su bsqueda de jvenes, nuestro hotel hace hincapi en las habilidades llamadas
blandas (responsabilidad, compromiso, comunicacin, expresividad y autocontrol en
situaciones de presin): Recibimos alrededor de 800 postulaciones en cada proceso
de reclutamiento, con una eficacia de entre el 25% y el 30%. La primera fase pasa por
una entrevista a mi cargo y la segunda por Recursos Humanos. Luego se realiza la revisin de documentos y dems rutinas y, si disponemos de ms tiempo, se piden ms
referencias y antecedentes, elabora Alejandro.
En la filial del hotel de Santiago trabajaban, a diciembre de 2009, 251 personas de las
cuales 58 eran jvenes con estudios secundarios, algunos de los cuales se encontraban
cursando estudios superiores. Segn representantes del rea de Recursos Humanos
del hotel, son los jvenes que reciben a los huspedes en los distintos momentos de la
estada los que hacen realidad la promesa de servicio que diferencia nuestra marca.
En ese sentido, se trata de un rea cuyos puestos se relacionan directamente con el
negocio principal del hotel. A 2009, ocupaban este tipo de cargos clave 36 colaboradores,
principalmente jvenes entre 18 y 25 aos, quienes se desempean como ayudantes,
recepcionistas, personal de limpieza, mucamas, asistentes de garzn y de barman,
cajeros, receptores de mercadera, reponedores de frigobar y agentes especiales que
se encargan de facilitar soluciones a necesidades especficas de los huspedes.
Alejandro describe los pormenores de un proceso reciente de reclutamiento y seleccin:
En cuanto a las dificultades con que nos encontramos, la primera fue que no llegaban
jvenes, que era lo que buscbamos. Pusimos un aviso en uno de los diarios de mayor
publicacin en Chile, en ingls, para filtrar, pero se nos fue la mano [] Esperbamos conseguir 1.000 postulaciones, pero slo llegaron 350; de esas 350, la mitad medianamente
calificaba. Los que quedaban fuera generalmente era porque se trataba de gente con
mucha experiencia en hotelera, pero nosotros queramos gente joven, y esa gente no se
presentaba. Es que la bsqueda de gente joven es parte del perfil del hotel. Una vez que
dimos con los jvenes, la clave para ellos fue la actitud de servicio positiva, comprometida,
y la frescura. Buscbamos gente simptica, clida. En esa pesquisa, el gerente general y
yo quedamos como ltimo filtro. En la entrevista, los jvenes fundamentalmente deban
mostrar sus talentos, y si saban ingls, mejor. Al final qued gente de origen ms bien
humilde, con necesidad de trabajo, pensamiento crtico, calificada en lecto-escritura y
matemtica, pero carente de habilidades blandas; gente que hasta que no trabaja no
sabe qu es la presin, como tampoco sabe de qu se trata el trabajo en equipo.
En cuanto a los cambios registrados en la demanda de habilidades en el negocio
hotelero, Alejandro explica por qu es difcil encontrarlas: En los puestos clave han
cambiado las exigencias, porque el cliente es, valga la redundancia, ms exigente. Y en
(contina en la pgina siguiente)

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 155

Recuadro 6.2 (continuacin)


Actitud ms que conocimientos
esto el colegio secundario no ayuda. No prepara a los jvenes para el mundo laboral.
Se enfoca ms en las herramientas y destrezas ms duras, dejando de lado a las ms
blandas. Y resulta que en nuestro hotel las habilidades blandas son claves, como en
cualquier rea de servicio. Si hubiese ms preparacin en el colegio en este tipo de
capacidades, los procesos de seleccin seran mucho ms fciles. Falta, adems, en
el colegio secundario, la especializacin, que no significa ms aos de estudio sino
focalizar a los jvenes en un tem. Y aqu en Chile la formacin es generalista. Entonces qu sucede: que muchos abandonan el puesto de trabajo. Unos se excusan en la
compensacin; vienen con mucha desinformacin, no saben lo que paga el mercado
y sienten que cualquier compensacin es sinnimo de subvaloracin. Otros lo hacen
porque tienen expectativas poco realistas y pretenden plazos cortos para ascender;
vienen con una visin tan inmediatista y enseguida se frustran. Otros ms se van
porque no soportan la presin normal del trabajo. Como resultado, la rotacin es del
30% por trimestre promedio. Eso significa que de cada 100 jvenes, 30 se me van en
tres meses. Sera de esperar que se lograra bajar ese ndice al 15%.
Ariel, un joven profesional de 25 aos graduado de arquitectura y administracin
de empresas que se desempea como Jefe de Capacitacin del hotel, describe las expectativas de la gerencia y tambin su disposicin a llenar vacos: En nuestro hotel
el buen desempeo se marca por la actitud, la predisposicin. Este es un rubro que
requiere mucho sacrificio.
Ariel hace notar que los egresados de secundaria tienen dificultades para expresarse
y para comunicarse. En Chile se usa mucho el lunfardo, que est aceptado socialmente, pero que en un lugar como el nuestro, que es multicultural, y donde te tienen que
entender, no va. En sntesis, a los jvenes hay que hacerles mucha preparacin. Hay
chicos con mucho potencial; el desafo est en que puedan desarrollarlo. Aqu nadie va
a perder el trabajo por no saber cundo es la Independencia de Chile. Pero s lo puede
perder si no tiene autocontrol en situaciones de presin. Por eso nos damos el lujo de
capacitar en estas habilidades blandas, porque ms all de nuestra filosofa, somos
conscientes de la realidad con la que convivimos y de que somos una marca nueva que
tiene que hacer el esfuerzo de desarrollar a la gente.

menos porque no exige ese contacto: operarios y trabajadores vinculados a procesos productivos.

Demanda de habilidades especficas


Las habilidades especficas a cada sector son muy variadas y por lo tanto difciles de clasificar de manera uniforme en todos ellos. Por tal razn, en lugar de
preguntar a las firmas por la valoracin relativa de las habilidades especficas
utilizadas en la produccin, se les solicit que reportaran cunto valoran las
actitudes de sus trabajadores hacia la adquisicin de nuevas destrezas que sean
especficas a las empresas donde trabajan (por lo general aquellas relacionadas

156 > DESCONECTADOS

Grfico 6.10
Demanda de habilidades especficas por tipo de ocupacin

Porcentaje de valoracin

Saber manejar equipos tcnicos o instrumentos especficos


Mostrar predisposicin a adaptarse a nuevas tecnologas
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0

Profesional

Oficinista

Vendedor

Saber manejar computadoras

Servicios

Procesos

Operador

Fuente: Elaboracin propia con base en EDH (BID, 2010c).

con el manejo de equipos utilizados en el quehacer diario de las firmas). Los


resultados se muestran en el grfico 6.10.
En general, se valora mucho el saber adaptarse al uso de nuevas tecnologas.
Las empresas de los sectores automotriz y de alimentos asignan un mayor valor
relativo a que los trabajadores sepan utilizar herramientas y equipos especficos al ramo de actividad. Esto se ve reflejado en las ocupaciones vinculadas a
procesos y operaciones que tienden a predominar en dichos sectores. Llama la
atencin que el uso de computadoras no parece recibir un valor relativo alto
en ninguna ocupacin.

Salarios y valoracin de habilidades


La mayor valoracin relativa que los empleadores le asignan a las habilidades
socioemocionales sugerira una mayor disposicin a pagar por ellas. En otras
palabras, se esperara que quienes ms las demandan sean los que ofrezcan
mayores remuneraciones para atraer candidatos que las poseen. Desafortunadamente, con los datos disponibles no es posible estimar el efecto causal de la
valoracin de habilidades de las firmas en sus salarios de entrada9. Se intentar
en cambio establecer si al menos existe una correlacin entre los salarios pagados por las firmas y las habilidades buscadas.
Esto requerira controlar por un gran nmero de variables que no pueden ser observadas
por el investigador, incluyendo las actitudes de quien contrata, fenmenos de discriminacin de gnero o raza, y caractersticas de las firmas y de su fuerza laboral que puedan
afectar conjuntamente los salarios y la valoracin de las habilidades.

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 157

Como se mostr en el captulo 5, las habilidades no cognitivas estn


correlacionadas positivamente con los salarios que perciben los trabajadores.
Algunos autores sealan que las habilidades cognitivas y no cognitivas son
igualmente importantes a la hora de explicar varios aspectos de la vida social y econmica de los individuos (Heckman y Rubinstein, 2001; Heckman,
Stixrud y Urza, 2006). Salgado (1997), por su parte, sostiene que la estabilidad emocional y la responsabilidad predicen el rendimiento laboral de
los individuos. Usando encuestas a empleadores de cuatro reas metropolitanas de Estados Unidos, Holzer (1998) investig el efecto de la demanda
de habilidades en los salarios y en la empleabilidad de los trabajadores sin
educacin superior. Los resultados muestran que se pagan salarios mayores
a trabajadores con mayores habilidades, aun cuando se controla por edad,
educacin, por las caractersticas de la ocupacin y por el sector econmico.
Existe una prima salarial para los conocimientos aplicables a tareas especficas al puesto que el trabajador habr de ejecutar una vez contratado (uso del
computador, aritmtica, interaccin con clientes)10. A travs de una encuesta
original y representativa con informacin laboral de una muestra de ocupaciones en Estados Unidos11, Autor y Handel (2009) documentan el hecho de
que las tareas varan sustancialmente dentro de una misma ocupacin y que
la diferencia entre las tareas asignadas a cada trabajador est relacionada
con sus habilidades. Las labores que los trabajadores realizan son predictores
significativos del salario por hora.
En el cuadro 6.5 se muestra la relacin entre salarios y valoracin de habilidades, para lo cual se utiliza un modelo de regresin similar al empleado en
el captulo 5, pero esta vez con datos sobre empresas y ocupaciones, no sobre
trabajadores12. En la primera columna se observa la relacin para el grupo de
empresas que valora ms las habilidades socioemocionales, mientras que en la
segunda columna se muestra dicha relacin para el grupo de empresas que le
asigna un mayor valor relativo a las habilidades de conocimiento. En el primer
panel se muestra una correlacin simple y sin controles, mientras que en el
segundo aparece una regresin multivariada con un conjunto de controles que
incluyen caractersticas tanto de la firma como de su fuerza laboral. Se tomaron
aquellas ocupaciones en las que trabajan la mayora de jvenes de 18 a 25 aos.
Los resultados muestran que dentro de este grupo de trabajadores, las firmas
que valoran ms las habilidades socioemocionales pagan salarios 34,1% ms
altos. Las habilidades de conocimiento tambin parecen ser importantes. Sin

Eran muy pocos los puestos de trabajo que no requeran estas destrezas.
Muchas de las preguntas fueron adaptadas de la encuesta Skills, Technology, and
Management Practices (STAMP) diseada y dirigida por Handel (2007).
12
La variable dependiente es el logaritmo natural del salario y la variable independiente
principal es el logaritmo de la valoracin de las habilidades.
10
11

158 > DESCONECTADOS

Cuadro 6.5
Salarios y valoracin de habilidades (en logs)
Habilidades socioemocionales
Sin controles
Con controles

Habilidades de conocimiento

0,341***

0,324

[0,105]

[0,331]

0,397***

0,434

[0,111]

[0,369]

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).


Nota: Se controla por efectos fijos (por sector, pas y tamao de la firma), antigedad de la
firma, experiencia de la fuerza laboral, educacin de los trabajadores, sindicalizacin, porcentaje
de trabajadores hombres, competencia que enfrenta en el mercado, participacin de capitales
extranjeros, certificacin internacional y tipo de ocupacin. Los errores estndar con clusters a
nivel de firma se muestran en corchetes.
* indica que el resultado es estadsticamente significativo al 10%, ** al 5% y *** al 1%.

embargo, el estimador no es lo suficientemente preciso como para descartar


correlaciones pequeas13.
Esta relacin positiva entre salarios y nivel de habilidades socioemocionales
tiende a revertirse con la edad. Una posible interpretacin de este resultado es
que las habilidades socioemocionales pesan ms que las de conocimiento para
los puestos de entrada a la firma, pero a medida que el trabajador acumula
antigedad la importancia relativa de las habilidades se revierte (Borghans, ter
Weel y Weinberg, 2008; Bowles, Gintis y Osborne, 2001).

Brecha entre oferta y demanda de habilidades


En un mercado laboral libre y competitivo, con informacin completa y en el que
los participantes son todos tomadores de precios, el salario debera aumentar
si la demanda de trabajadores con un cierto conjunto de habilidades sobrepasa
la oferta. Este mayor salario dar la seal y los incentivos adecuados para que
los trabajadores adquieran dichas habilidades, de modo que en un cierto plazo
se cierre cualquier brecha o desacople entre demanda y oferta (Allen y Vries,
2004). Sin embargo, los economistas han entendido desde hace tiempo que tal
descripcin del funcionamiento del mercado laboral no refleja lo que sucede en
realidad. Los salarios no siempre pueden ajustarse rpidamente, los procesos
de bsqueda de trabajadores son costosos, la informacin es por lo general imperfecta y en muchos casos asimtrica, y las firmas no son siempre tomadoras
de precios. Esto puede hacer que incluso cuando las firmas requieran ciertas
habilidades, el exceso de demanda persista por un largo tiempo.
13
Ntese que en principio puede tratarse de distintos tipos de firmas que atraen diferentes
tipos de trabajadores. Por lo tanto, este resultado no necesariamente indica que existe un
exceso de demanda de ciertas habilidades.

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 159

En muchas economas existen ciertas regulaciones del mercado laboral


que hacen que el salario no transmita las seales de que las empresas estn
requiriendo habilidades mayores y/o distintas. En particular, se hace referencia
a leyes de indemnizacin laboral, a los impuestos al trabajo y a los sindicatos,
todo lo cual genera costos artificialmente altos de contratacin y despido (Heckman y Pags, 2004), adems de que puede inducir a una cierta inflexibilidad
del salario real tanto al alza como a la baja (Elsby, 2009). Por otra parte, en
los mercados de trabajo la informacin es costosa y esto introduce fricciones
en el ajuste de los salarios. Cuando las firmas deben llenar una vacante tienen
que invertir recursos en publicitarla, estudiar aplicaciones, realizar entrevistas
y elegir candidatos. Asimismo, cuando los trabajadores buscan trabajo deben
invertir tiempo y recursos en la bsqueda. La informacin sobre vacantes y
sobre trabajadores dispuestos a llenarlas es bsicamente un bien pblico y en su
calidad de tal ser insuficientemente ofrecido por el mercado. Encontrar trabajadores con las habilidades necesarias no es un proceso sencillo para las firmas.
Sin embargo, aun cuando la informacin sobre el exceso de demanda de
ciertas habilidades (o desacople) se traduzca en un mayor salario relativo, no
es claro que los estudiantes futuros trabajadores vayan a invertir recursos
en adquirirlas. Los motivos son dos. En primer lugar, supngase que al estar
cursando la secundaria los alumnos desconocen los retornos que el mercado
laboral ofrece por diferentes conjuntos de habilidades. Tal desconocimiento
har que no inviertan en adquirir dichas habilidades, incluso cuando el salario
respectivo est dando seales de que su demanda es elevada. Existe evidencia
de que tal es el caso. Jensen (2010) encontr que cuando se brindaba informacin a los estudiantes de la escuela secundaria sobre las alternativas laborales
disponibles y sus respectivos retornos, muchos de estos jvenes cambiaban
su decisin de continuar estudiando y por consiguiente su decisin implcita
acerca de qu trabajo buscar una vez finalizada la escuela14. En segundo lugar,
aun si los trabajadores tuvieran informacin sobre la existencia de un exceso
de demanda de ciertas habilidades, es posible que existan restricciones a su
produccin. En principio, y como se discuti en el captulo 3, la produccin de

De manera ms general, la evidencia muestra que estos vacos informativos existen en


muchos mercados. Utilizando principalmente experimentos controlados, Chong (2011: 228)
estudia el modo en que el uso de las TIC puede afectar el desarrollo econmico. En sus
conclusiones establece que Una de las formas en que estas tecnologas pueden ayudar a
lograr este fin [contribuir a un desarrollo econmico significativo] es mediante la reduccin
de las disparidades y vacos de informacin (informacin asimtrica e imperfecta) en los
mercados. Por ejemplo, los individuos y las empresas pueden usar las TIC para averiguar
precios de productos, buscar empleo o identificar posibles compradores de sus bienes.
Esto puede ser especialmente relevante para ciertos grupos que estn en desventaja con
respecto a otros, bien sea porque carecen de informacin, porque su acceso a la misma
es tardo o porque la informacin es de menor calidad.

14

160 > DESCONECTADOS

Grfico 6.11
Dificultad para encontrar habilidades

Porcentaje de valoracin o
desacople de habilidades

100
80
60
40
20
0

Valoracin

Desacople

Especficas

Valoracin

Desacople

Conocimiento

Valoracin

Desacople

Socioemocionales

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c)

habilidades depende de la escuela, la familia y el alumno. Por ende, se trata de


un proceso complejo que requiere esfuerzo de todas las partes involucradas.
Existen entonces razones tericas que subyacen a la persistencia de una
brecha entre la oferta y la demanda de habilidades en las firmas. En el grfico
6.11 se muestra que esas razones tericas tienen adems un correlato emprico.
Con el fin de construir una medida de desacople se pregunt a las empresas si
tenan dificultades para contratar trabajadores con una habilidad determinada. En
caso de responder afirmativamente, se le adjudicaba a esa habilidad el valor que
la firma le otorg en el momento de valorarla. Mediante la suma de estos valores
se construy un ndice de la magnitud de la brecha para cada tipo de habilidad.
Para entender mejor el funcionamiento de este ndice, considrense dos
firmas que durante la entrevista asignaron un valor de 30 (sobre 100) a las
habilidades socioemocionales: ambas dieron 10 puntos a las actitudinales, 10 a
las vinculadas con la responsabilidad y el compromiso, y 10 a las relacionadas
con la atencin al cliente. Sin embargo, la primera firma respondi que no tena
problema alguno en encontrar trabajadores con esas tres habilidades, mientras
que la segunda declar que se le dificultaba encontrar trabajadores con buenas
capacidades para atender a los clientes, si bien le era fcil hallar trabajadores con
buenas habilidades actitudinales y niveles de responsabilidad y compromiso. En
este caso, en la primera firma el desacople es cero, mientras que para la segunda
firma la brecha de habilidades socioemocionales es igual a 10. Intuitivamente, la
medida de desacople captura el valor total que la firma asigna a las habilidades
que le resulta difcil de encontrar en el mercado15.
15
Ms formalmente, se define una variable binaria Ji que toma el valor uno si la firma
dice tener dificultades para encontrar candidatos que tengan la habilidad j y de cero en

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 161

En el grfico 6.11 se observan los resultados. La primera barra indica la


valoracin de la habilidad (igual a la reportada anteriormente en el grfico 6.7),
mientras que la segunda muestra el desacople existente en esa habilidad. Se
observa que para las firmas es ms difcil hallar habilidades socioemocionales
que habilidades de conocimiento y especficas.
Cabe notar que nuevamente se observa una marcada heterogeneidad
entre las firmas: mientras que algunas dicen tener muy poco desacople, otras
declaran que la brecha es significativa (cuadro 6.6).
Este patrn es homogneo para las firmas de distintos pases, sectores y
tamaos. Todas parecen tener ms problemas para encontrar trabajadores con
las habilidades socioemocionales adecuadas para realizar las tareas requeridas.
En general, las firmas ms grandes y las que pagan salarios ms altos tienden
a exhibir un mayor desacople en habilidades socioemocionales que el resto.
Por otra parte, las firmas reportan menos problemas para encontrar habilidades de conocimientos concretos (matemticas, lectura y escritura) que para
las de conocimientos ms abstractos (pensamiento crtico, lenguaje y comunicacin). Igualmente registran dificultades para hallar trabajadores con suficientes
niveles de responsabilidad y compromiso. La brecha de habilidades especficas,
en cambio, no parece ser importante, excepto en el caso de los operarios de
planta. En el grfico 6.12 se desglosa la brecha por tipo de habilidad y ocupacin.
Excepto para el caso de los operarios, en todas las ocupaciones parece
existir poco desacople en habilidades especficas. Adems, las firmas parecen tener menos problemas para encontrar trabajadores con habilidades de
conocimiento concreto que de conocimiento abstracto y socioemocionales. Si
la escuela secundaria es la encargada de ayudar a los estudiantes a adquirir
habilidades tanto de conocimiento concreto como de conocimiento abstracto
y socioemocionales, no queda claro entonces por qu las empresas tienen una
mayor dificultad para encontrar habilidades de conocimiento abstracto y socioemocionales que habilidades de conocimiento concreto. Una posibilidad es que
sea ms fcil formar en los alumnos habilidades de conocimiento concreto, o
que la escuela ponga ms nfasis o brinde ms incentivos para la adquisicin
cualquier otro caso. Asimismo, se define a Va como el valor (relativo) que esa firma asigna
a la habilidad j. La medida de desacople DH se construy como

DH =

j H

{D jVj }

donde H es el conjunto de habilidades particulares comprendidas dentro de una habilidad


general. As, en el caso de las socioemocionales, H representa un conjunto que contiene las
siguientes habilidades (j): actitudinales, de responsabilidad y compromiso, y de atencin y
servicio al cliente. En el caso de las habilidades de conocimiento, H representa un conjunto
que contiene las siguientes habilidades (j): de lenguaje y comunicacin, lectura y escritura,
matemticas y pensamiento crtico. Finalmente, para el caso de las habilidades especficas H
se incluyen solamente habilidades (j) en el uso de equipos. Esta medida de desacople tiene la
ventaja de que es directamente comparable con la medida de valoracin de las habilidades.

162 > DESCONECTADOS

Cuadro 6.6
Dificultad para encontrar habilidades
(%)
Pases
Argentina
Brasil
Chile
Industria
Automotriz
Minorista
Hotelera
Financiero
Alimentos
Tamao empresa
0a9
10 a 49
50 a 499
500 o ms
Tipo de salario
Bajo
Medio
Alto

Socioemocionales

Conocimiento

Especficas

22,7
29,8
16,2

8,6
12,8
4,8

3,6
5,9
3,8

20,8
28,6
24,4
25,4
16,3

10,4
9,3
7,1
11,5
7,8

14,0
2,4
4,4
1,1
3,3

15,0
19,0
22,0
27,0

4,2
6,7
8,8
10,6

1,5
3,2
6,4
3,5

20,5
23,3
26,0

6,9
8,8
9,1

2,5
3,2
3,8

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

de este tipo destrezas por sobre las abstractas/socioemocionales (dado que le


resulta ms fcil medirlas a travs de exmenes, por ejemplo). Otra explicacin
posible es que en la formacin de habilidades de conocimiento abstractas/
socioemocionales haya ms complementariedades entre la escuela y la familia
que en la formacin de habilidades de conocimiento concretas.
Cabe recalcar que esta brecha entre la demanda y oferta de habilidades es
costosa para las empresas y para los trabajadores. Por un lado, las firmas tienen
que invertir recursos en procesos ms rigurosos de bsqueda y contratacin de
empleados que los que realizaran si el trabajador tpico llegara a la empresa con el
conjunto de habilidades necesarias para realizar la tarea para la que se lo contrat.
Por otro lado, si una vez que han sido seleccionados los trabajadores no tienen las
destrezas necesarias para desempearse en la empresa, esta deber invertir recursos
en capacitarlos. Este costo ser afrontado en parte por la empresa, especialmente
si la capacitacin se refiere a procesos y actividades especficos a la misma, pero
tambin ser pagado por el trabajador en trminos de menores salarios en el caso
de que la capacitacin se relacione con habilidades transferibles a otra firma.
Para determinar el costo de esta brecha, a continuacin se analizar cmo
ocurre el proceso de incorporacin de un empleado con poca experiencia laboral

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 163

Grfico 6.12
Dificultad para encontrar habilidades por tipo
Lenguaje y comunicacin

Lectura y escritura

Matemticas

Pensamiento crtico

Panel A: Habilidades de conocimiento


(%)
40
Porcentaje de valoracin

35
30
25
20
15
10
5
0

Profesional

Actitudinales

Oficinista

Vendedor

Servicios

Responsabilidad y compromiso

Procesos

Operador

Atencin al cliente

Porcentaje de valoracin y desacople

Panel B: Habilidades socioemocionales


(%)
40
35
30
25
20
15
10
5
0

Profesional

Oficinista

Vendedor

Servicios

Procesos

Operador

Oficinista

Vendedor

Servicios

Procesos

Operador

Panel C: Habilidades especficas


(%)
40
Porcentaje de valoracin

35
30
25
20
15
10
5
0

Profesional

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

164 > DESCONECTADOS

a una empresa y se buscar tambin vincular las estrategias de bsqueda de


personal con la valoracin de habilidades y las brechas reportadas por las firmas.
Para simplificar, dicho proceso se dividir en dos etapas: bsqueda seleccin
de candidatos, y capacitacin y perodo de prueba.

Bsqueda, seleccin y contratacin de personal


El proceso de bsqueda de personal comienza con la publicacin de anuncios acerca
de la existencia de vacantes en diarios, emisoras de radio, sitios web laborales y/o
bolsas de trabajo, o a travs de medios privados como contactos informales, instituciones educativas, firmas consultoras de recursos humanos y/o bases de datos.
Dado que aqu no se cuenta con informacin sobre el costo relativo de cada uno
de estos mtodos para cada firma, se partir del supuesto de que cuanto mayor sea
el nmero de medios que se utilice para la bsqueda de personal, mayor ser el
costo en que incurra la empresa en dicho proceso. En el cuadro 6.7 se muestra la
valoracin relativa de habilidades y el desacople para aquellas firmas que utilizan
menos de tres mtodos de bsqueda, y para las que usan entre cuatro y ocho.
Se observa que las firmas que utilizan un mayor nmero de mtodos tienden a
valorar ms las habilidades socioemocionales (58% versus 52%) y a reportar una
mayor brecha en este tipo de competencias (73% versus 68%).
Tambin es posible aproximar el costo invertido en el proceso de seleccin de personal con base en el nmero de mtodos utilizado por las empresas
para elegir a las personas que contratar entre el universo de trabajadores
interesados que fueron examinados durante el proceso de bsqueda. Entre los
mtodos disponibles algunos son costosos (las pruebas de personalidad, las de

Cuadro 6.7
Distribucin de la valoracin y el desacople de habilidades segn nmero
de mtodos de bsqueda y contratacin
(%)
Mtodos de bsqueda
Valoracin habilidades*

Mtodos de contratacin

0a3

4a8

0a3

4a8

Especficas

17

15

16

17

15

Conocimientos

31

27

29

30

22

Socioemocionales
Desacople de habilidades**

8 o ms

52

58

56

53

63

0a3

4a8

0a3

4a8

8 o ms

Especficas

11

13

Conocimiento

24

16

25

18

10

Socioemocionales

68

73

68

69

90

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).


*
Se refiere a la valoracin de las habilidades que hace la empresa al usar un cierto nmero de
mtodos para la bsqueda y contratacin de personal. ** Se refiere a la relacin entre el desacople
de habilidades y el nmero de mtodos para la bsqueda y contratacin de personal.

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 165

conocimiento y las entrevistas personales), mientras que otros los son menos
(el uso de referencias o la evaluacin de variables observables como educacin,
experiencia, edad, gnero, aptitud fsica o apariencia fsica). En general se verifica
que las firmas que utilizan un mayor nmero de mtodos para seleccionar al
personal son aquellas que ms valoran las habilidades socioemocionales y en las
cuales existe un mayor desacople entre la demanda y la oferta de las mismas.
Los elementos ms importantes en la seleccin de personal varan segn
el tipo de ocupacin. Por ejemplo, para seleccionar trabajadores destinados a
ocupaciones profesionales que conllevan una alta valoracin y un nivel de desacople importante en materia de habilidades de conocimiento y socioemocionales
las firmas tienden a utilizar ms la entrevista personal y las diversas pruebas.
En cambio para las ocupaciones con baja valoracin y desacople en habilidades
socioemocionales, se utiliza menos la entrevista presencial y se la reemplaza
por referencias personales. Por otra parte, para aquellas ocupaciones con alta
valoracin y desacople en habilidades especficas como la de operador, se le
asigna un mayor valor relativo a la educacin formal como criterio de seleccin.

Capacitacin de personal y perodos de prueba


Una vez se ha seleccionado a los nuevos trabajadores, las firmas deben decidir si
los capacitan o no16. Las empresas tienen incentivos para capacitar a los trabajadores en aquellas tareas especficas a la produccin de los bienes o servicios que
proveen y que no puedan ser utilizadas en otras empresas (Becker, 1964). En un
mercado competitivo, si las empresas ofrecen capacitacin en habilidades generales, los trabajadores se pueden cambiar de empleo para aprovechar las rentas
econmicas derivadas de una mayor productividad a partir del entrenamiento
obtenido. Sin embargo, existen ciertas regulaciones (sindicalizacin, salarios
mnimos y costos de bsqueda) que tienden a incentivar a las firmas a invertir en
habilidades generales, ya que pueden extraer rentas de los trabajadores entrenados.
A partir de una muestra variada de industrias y regiones de Estados Unidos,
Bassi y Ludwig (2000) documentan los tipos de capacitacin que proporcionan las
empresas y la manera de financiarla. Estos autores establecen que la mayora de
las firmas analizadas estn dispuestas a pagar por adiestramientos generales; lo
que no es tan claro es que logren recuperar los costos. Los programas que estas
empresas proporcionan se concentran efectivamente en habilidades generales y
se realizan mediante cursos dentro de las escuelas o comunidades, o bien dentro de un aula de clases en las propias firmas. Por su parte, Neumark y Joyce
En realidad se trata de una simplificacin. En general, las polticas de contratacin de
las empresas estn ligadas con la capacitacin. Tpicamente el perfil de contratacin depende en gran medida de las destrezas que la empresa pretende desarrollar posteriormente
mediante procesos de capacitacin.

16

166 > DESCONECTADOS

Grfico 6.13
Estrategia de contratacin frente a la ausencia de candidatos con las
habilidades requeridas
Desacople de habilidades:
Especficas
Conocimiento

Socioemocionales

Porcentaje que aplica estrategia

80
70
60
50
40
30
20
10
0

Contrat al mejor candidato


y no capacit

Contrat al mejor candidato


y capacit intensivamente

No contrat hasta encontrar las


caractersticas requeridas

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

(2001) analizan la influencia de los programas de capacitacin de jvenes en sus


probabilidades de empleo y decisiones futuras de escolaridad mientras cursan la
secundaria. Estos autores determinan que la capacitacin no cambia las decisiones
relativas a la educacin al controlar por los efectos fijos de la escuela, pero s altera
las probabilidades de obtener el diploma de secundaria y las de empleo futuro.
En el grfico 6.13 se muestran las estrategias tpicas seguidas por las firmas de
la muestra, para lo cual se las clasific en tres grupos de acuerdo con la magnitud
de la brecha que registra la empresa en cada tipo de habilidad: (i) aquellas con
desacople en habilidades especficas, (ii) aquellas con desacople en habilidades
de conocimiento, y (iii) aquellas con desacople en habilidades socioemocionales.
En el grfico 6.13 se observa que independientemente del tipo de habilidad
en que se produzca el desacople, todas las firmas tienden a contratar al mejor
candidato y a capacitarlo de manera intensiva. Esto significa que las empresas
buscan suplir las deficiencias con que los jvenes ingresan a la empresa. En
general, las firmas ms grandes y que pagan mejores salarios son las que ofrecen mayor capacitacin, la cual por lo general se realiza dentro de las mismas.
Existen, sin embargo, casos especiales como el de los trabajadores profesionales,
que tienden a capacitarse fuera de la empresa, y el de los operarios, que se
capacitan dentro de la empresa pero con personal externo.
Las empresas tienden a concentrarse en impartir capacitacin en aquellas reas donde se registre una mayor brecha entre la oferta y demanda de
habilidades. En el grfico 6.14 se clasifica a las firmas de la misma manera que
en el grfico 6.13. Como es de suponer, la mayora imparte capacitacin en

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 167

Grfico 6.14
Habilidades priorizadas en la capacitacin
(Por brechas de habilidades)
Desacople de habilidades:
Especficas
Conocimiento

Socioemocionales

Porcentaje de habilidades priorizadas

70
60
50
40
30
20
10
0

Especficas

Conocimiento

Socioemocionales

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

habilidades especficas que no son transferibles a otras firmas. Sin embargo,


las empresas en que se verifica un mayor desacople en habilidades especficas
tienden a capacitar ms en esas habilidades. Lo mismo para las empresas que
registran una brecha de habilidades socioemocionales. Siendo as, corresponde entonces a las escuelas ayudar a los estudiantes a adquirir las habilidades
socioemocionales que son ms generales y ms transferibles, ya que las firmas
no parecen tener incentivos para capacitar en esa dimensin. En otras palabras,
la oferta de este tipo de entrenamiento ser insuficiente, razn por la cual las
escuelas deberan encargarse de formar este tipo de habilidades.
Otra manera de seleccionar y capacitar personal es a travs de los perodos
de prueba. En estos casos, el trabajador ingresa a la firma y su continuidad
depende del desempeo que exhiba en los primeros meses de trabajo. Durante
ese lapso, la empresa por lo general lo capacita de manera explcita a travs de
cursos de entrenamiento, o le ensea los rudimentos bsicos de la actividad
vinculada a su ocupacin al mismo tiempo que el trabajador la realiza. Pero
los perodos de prueba son costosos para la empresa por dos razones. Primero
porque durante ese lapso la productividad del individuo es inferior a la que se
esperara de un trabajador apto para ese puesto. Segundo porque si el trabajador
no resulta lo suficientemente bueno y termina siendo despedido, la empresa
enfrenta un costo en trminos de la bsqueda de un nuevo candidato17.
Ntese que, dependiendo de las instituciones laborales del pas, es posible que existan
costos legales asociados al despido.

17

168 > DESCONECTADOS

Grfico 6.15
Incorpora personal en el perodo de prueba?

Desacople de habilidades

Operador

Procesos

Servicios

Vendedor

Oficinista

Profesional

Socioemocionales

Si incorpora

Conocimiento

100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%

Especficas

No incorpora

Tipo de ocupacin

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

A pesar de sus costos, las empresas tienden a utilizar profusamente el


perodo de prueba. En el grfico 6.15 se observa el porcentaje de firmas que lo
utilizan para cada ocupacin y segn la brecha de habilidades ms marcada. Se
constata que las firmas que registran brechas en habilidades socioemocionales
utilizan los perodos de prueba con mayor frecuencia que otras. En particular,
lo hacen para ocupaciones relacionadas con servicios y procesos, ms que en
el caso de vendedores u oficinistas.
En resumen, existe entonces una brecha entre las habilidades que demandan las firmas y las que traen consigo los trabajadores que recin culminan la
escuela secundaria. Esta brecha genera un costo tanto para las firmas como para
los trabajadores, ya que obliga a desviar recursos hacia procesos de bsqueda,
seleccin y capacitacin de personal.

La escuela secundaria y las empresas


Dado que este libro se centra exclusivamente en aquellos trabajadores que transitan directamente de la escuela secundaria al trabajo, para complementar esta
visin del mercado laboral del lado de la demanda y para este grupo especfico,
es natural preguntarse sobre la opinin que tienen las empresas acerca de la
calidad de la escuela secundaria en estos pases. En Argentina y Brasil, la mitad
de las empresas que participaron en la EDH opin que la oferta educativa es

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 169

Grfico 6.16
El papel que desempea la escuela secundaria segn las empresas

Desacople de
habilidades

Tipo de ocupacin

Operador

Procesos

Servicios

Vendedor

Oficinista

Desacople de
habilidades

Operador

Procesos

Servicios

Vendedor

Oficinista

Profesional

Panel D: La formacin/capacitacin necesaria para realizar


estas ocupaciones se resuelve dentro de la empresa?
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Socioemocionales

Operador

Procesos

Servicios

Vendedor

Oficinista

Profesional

Socioemocionales

Conocimiento

Especficas

Panel C: Contar con una oferta educativa especializada en


estas ocupaciones simplificara los procesos de bsqueda
de personal?
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%

Desacuerdo

Panel B: La formacin recibida en la escuela secundaria


es suficiente para desempearse en las ocupaciones
consideradas?
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Profesional

Panel A: Cmo calificara la oferta educativa actual?


100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Argentina
Brasil
Chile

De acuerdo

Conocimiento

Mala oferta educativa

Especficas

Buena oferta educativa

Tipo de ocupacin

Fuente: Elaboracin propia con base en la EDH (BID, 2010c).

deficiente, mientras que en Chile las opiniones fueron ms favorables: casi un


80% de las firmas consider que la oferta educativa es buena (grfico 6.16).
En general, para todas las ocupaciones al menos un 30% de las empresas
considera que la formacin recibida en la escuela secundaria no es suficiente

170 > DESCONECTADOS

Recuadro 6.3
La Oportunidad lleg en caja
Entre los sectores que ms emplean gente joven en Amrica Latina tambin figura el
financiero. En Brasil, una de las entidades bancarias ms grandes tiene a su servicio
cerca de 100.000 empleados repartidos en sucursales a lo largo y ancho del territorio
nacional. All, desde hace unos aos se exige que todo el personal vinculado al negocio
principal cuente con un perfil educativo de nivel profesional. En consecuencia, uno de
los criterios de postulacin es que los empleados hayan terminado o se encuentren
cursando estudios universitarios, lo cual indica que las edades de los aspirantes estn
entre los 18 y los 25 aos de edad.
Este requisito hizo que Fernanda, una joven de 20 aos de So Caetano do Sul (a
unos 11 kilmetros de la ciudad de So Paulo) que haba considerado a este banco
como su oportunidad para vincularse a una entidad slida, se animara a continuar su
educacin superior, condicin esta para poder ser contratada como empleada directa
y luego progresar y hacer carrera.
Entre tanto se conect con una agencia que prestaba servicios al banco, y por su
intermedio se vincul como empleada de Atencin Comercial, primero en su calidad de
tercerizada. Dentro de Atencin Comercial, durante el ao y dos meses que trabaj para
el banco a travs de la agencia, lo hice como analista de crditos para quienes queran
comprarse un auto, cuenta Fernanda. El salario era muy bueno y muchas personas
que entraron conmigo al grupo hicieron el mismo recorrido, trabajando primero para
agencias tercerizadas, que es una de las maneras de engancharse en firmas tan importantes como el banco donde estoy.
Actualmente Fernanda se desempea como cajera directamente empleada en una
de las sucursales, pero los pasos para llegar all han sido numerosos: ser estudiante
universitaria para ingresar a los puestos core de base como el de cajas; completar una
carrera para escalar en el organigrama; realizar en el nterin especializaciones sobre
asuntos relativos al cargo; no tener deudas; cumplir con las competencias pertinentes
al cargo; contar con habilidades tcnicas, iniciativa y capacidad de aprendizaje; ser responsable, y tener experiencia en recepcin y gestin de clientes, as como competencia
en materia de relaciones interpersonales y en nmeros y sistemas.
Renata, una de las cuatro encargadas de Seleccin de la entidad bancaria precisa que
el perfil de Cajas es inicial en la red de agencias. Nuestros jvenes all posicionados
saben que deben tener mucha garra y voluntad, porque al control numrico en relacin
con los pagos del da se suman la atencin al cliente y las ventas de cualquier tipo de
producto que el banco est colocando. Entonces, en la bsqueda de perfiles para esos
puestos precisamos hallar personas con perspectivas reales de crecimiento. Y agrega:
Lo que ms vemos que falta en los postulantes son cualidades de comportamiento.
Que la secundaria es insuficiente para lograr un perfil como el arriba descrito es
algo que Fernanda vivi en carne propia: En la secundaria todo es bsico; all de lo
que se trata es de aprender materias, de pasarlas, de aprobarlas, y los profesores no se
ocupan de otra cosa. Sera bueno que algunos profesores de secundaria actualizaran
sus mtodos de enseanza, puesto que los que emplean son muy atrasados para estos
tiempos. [] El profesor no est abierto al dilogo, a la explicacin; todo lo quiere hacer
rpido. Es un sistema que sirve para decorar, pero no para entender o para aprender
(contina en la pgina siguiente)

Demanda de habilidades: las empresas tienen la palabra > 171

Recuadro 6.3 (continuacin)


La Oportunidad lleg en caja
realmente. Y lo cierto es que uno entiende si presta atencin, si expresa dudas. Pero
estos profesores pasan de una clase a la otra, escriben en el pizarrn y se van, y as
todo el tiempo lo mismo.
En orden decreciente de importancia, Fernanda enumera las habilidades fundamentales que le exige su puesto: responsabilidad y compromiso; atencin y servicio al cliente;
uso de equipos; lenguaje y comunicacin; buena actitud en el trabajo; pensamiento crtico.
Responsabilidad y compromiso explica son las habilidades ms importantes para
ser cajera. Cumplir el horario y respetarlo guarda relacin, pienso yo, con esas cualidades, como tambin saber que uno est dentro de una empresa donde hay funcionarios
y gente del mismo equipo. Sin responsabilidad y compromiso se entorpece el trabajo
de los otros y el negocio principal de la empresa, que es vender productos y atender
bien a los clientes: satisfacerlos. Tambin es importante, aunque en menor escala, el
pensamiento crtico. Si bien aqu no hay muchos motivos para ejercerlo, a veces es necesario aplicarlo en la resolucin de un problema que pueda presentarse. En esos casos,
si no hay pensamiento crtico, una no sabe cmo resolver las dificultades por s misma.
A poco tiempo de cumplir sus 23 aos, Fernanda es consciente de que ha logrado
La Oportunidad con la que hasta hace poco tiempo soaba. Por eso mismo est dispuesta a volver a la facultad, si es necesario, para seguir ascendiendo. Lo hara con
mucho gusto, afirma. Porque dentro de cinco aos pretendo estar en mi rea, pero
en Tesorera o como gerente.

para desempearse en las tareas relacionadas con la misma. Estas cifras son
particularmente elevadas para el caso de oficinistas y operadores que requieren
habilidades muy dismiles. La mayora de las empresas considera que contar con
una oferta educativa ms especializada simplificara los procesos de bsqueda
de personal, y por lo menos un 60% declara que resuelve las deficiencias en
habilidades mediante capacitacin y formacin dentro de la empresa.
Ahora bien, es deseable que la educacin secundaria prepare a los alumnos
para el mundo del trabajo? O debe en cambio prepararlos para seguir estudiando
una carrera terciaria o universitaria? (recuadro 6.3) Los resultados del captulo 5
indican que estos objetivos no estn tan reidos entre s como se pensara a priori.
Por un lado, es cierto que las habilidades cognitivas de los jvenes con educacin
universitaria son muy superiores a las de aquellos con educacin secundaria
tcnico-profesional, la cual se supone que est orientada a preparar a los alumnos
para salir al mercado laboral. Sin embargo, cuando se comparan los niveles de
habilidades socioemocionales de jvenes con secundaria tcnico-profesional completa versus los aquellos con educacin universitaria, las diferencias son mucho
menores. En este sentido, en el captulo 5 se sugiere que la escuela secundaria
brinda hoy a los jvenes una plataforma de habilidades socioemocionales similar,
independientemente de si los mismos seguirn estudiando o deciden trabajar. Los
resultados aqu registrados indican que esa preparacin es insuficiente.

172 > DESCONECTADOS

Preparar para aprovechar


En este captulo se describi y analiz la demanda de habilidades para los
jvenes egresados de secundaria, con base en la Encuesta de Demanda de
Habilidades (EDH) realizada para esta publicacin entre firmas de Argentina,
Brasil y Chile. Los resultados principales son tres.
En primer lugar, se estudiaron las condiciones de empleo que enfrentan los
jvenes con estudios secundarios completos, pero que no cuentan con estudios
superiores. Los resultados sugieren un panorama complejo para este grupo. El
mercado laboral parece ofrecer buenas oportunidades de empleo para algunos
pocos y una gran inestabilidad para la gran mayora de jvenes en la regin. En
particular, se registra que en Amrica Latina existen oportunidades buenas para
algunos jvenes en puestos de entrada que pagan salarios altos y que ofrecen
posibilidades de progreso dentro de la empresa. Se muestra adems que no
todos los jvenes pueden acceder y permanecer en esos puestos.
En segundo lugar, se observa que las firmas de la regin valoran las habilidades socioemocionales por encima de las habilidades de conocimiento y las
especficas, y que adems tienen problemas para encontrarlas en el mercado.
Confirmando varios de los estudios realizados en Estados Unidos, la evidencia
de este captulo indica que las empresas modifican su demanda de habilidades
en funcin de los avances tecnolgicos, lo cual ilustra a su vez la importancia
de contar con una fuerza laboral con la capacidad de adquirir y utilizar nuevas destrezas. Tambin se confirma el papel fundamental que desempean
las habilidades socioemocionales: las empresas en la regin les asignan una
gran importancia, incluso por sobre las habilidades especficas a sus labores
productivas. La evidencia sugiere que parte de la inestabilidad laboral de los
jvenes se explica justamente por la presencia de un desacople entre las habilidades que poseen y aquellas que las empresas demandan, particularmente
las socioemocionales.
Por ltimo, la evidencia muestra que esa brecha entre oferta y demanda
de habilidades es costosa para los trabajadores y para las empresas que invierten recursos en procesos de bsqueda, seleccin y capacitacin del personal.
Mientras los jvenes enfrentan peores condiciones laborales, como se vio en
captulos anteriores, las empresas se ven obligadas a gastar recursos en procesos
de seleccin y capacitacin de trabajadores. De estos resultados se puede inferir
que una reduccin de la brecha entre la demanda y oferta de habilidades puede
significar importantes ganancias de bienestar social. La siguiente pregunta es
entonces cules son las polticas pblicas que pueden ayudar a reducir esta
brecha en forma efectiva. En el captulo 7 se esbozan algunas ideas sobre este
particular.

7
Repensar la escuela para el mundo del
trabajo actual
Las habilidades que cuentan
Afirmar que los aprendizajes de los alumnos en particular de habilidades y
competencias que puedan usar en sus vidas productivas deben ser la preocupacin central de las reformas educativas en Amrica Latina y el Caribe parece
una obviedad. Sin embargo, muchas de las intervenciones, polticas y programas
realizados en la regin en el campo de la educacin no se han enfocado en
ello. La prueba est en que no existe todava un sistema efectivo para medir el
avance de los estudiantes en estos aspectos, y en que los que existen se limitan
a medir aquellas habilidades acadmicas en que las escuelas se han enfocado
tradicionalmente, dejando de lado otros desempeos que adquieren cada vez
mayor importancia en el mbito laboral actual como son los relacionados con
el comportamiento. Las habilidades cuentan tanto las del conocimiento como
las socioemocionales y son fundamentales para el desarrollo continuo de nios y jvenes en del sistema educativo y posteriormente en el mercado laboral.
El desarrollo educativo de la regin en los ltimos treinta aos presenta dos
caras ampliamente discutidas (captulo 3). Una positiva en materia de acceso, y
una negativa en cuanto a la calidad, medida sta en funcin de conocimientos
ms que de habilidades. Hoy en da es mayor el nmero de nios y jvenes que
entran al sistema educativo, aunque son todava muchos los que no terminan
y pocos los que aprenden. Los resultados de las pruebas nacionales sugieren
que no se estn obteniendo los conocimientos considerados suficientes y/o
relevantes para un desempeo futuro, mientras que la evidencia comparativa
internacional apunta consistentemente a que tampoco se estn adquiriendo las
habilidades que son valoradas en el mercado laboral global.
En este libro se ha buscado establecer, mediante datos empricos originales, si existe un desacople entre oferta y demanda de habilidades, es decir,

174 > DESCONECTADOS

entre aquellas que est produciendo la escuela y las que est demandando el
mercado laboral. Los resultados muestran que tal desacople existe y no solo
como resultado de la precaria formacin acadmica que reciben los estudiantes,
sino que adems se manifiesta en la carencia del grupo de habilidades socioemocionales relevantes para el trabajo, que segn los empresarios son difciles
de encontrar en la fuerza laboral juvenil.
A la luz de las investigaciones realizadas, y del anlisis presentado en los
captulos anteriores, surgen tres temas primordiales1 que subyacen al origen del
desacople de habilidades en Amrica Latina, y que a la vez sugieren los aspectos
centrales que los responsables de la formulacin de polticas debern considerar
en el momento de disear las medidas encaminadas a cerrar la brecha entre el
sistema educativo y el mercado laboral:
JJ

JJ

JJ

el desacople entre oferta y demanda de habilidades sugiere la existencia


de una profunda disociacin de la escuela respecto de su entorno, en
particular frente al sistema productivo;
los principales agentes involucrados (alumnos, padres, docentes, directores y funcionarios responsables por la formulacin de polticas)
carecen de informacin sobre el tipo de habilidades y capacidades
que est demandando el mercado, y el sistema educativo tampoco
genera la informacin necesaria sobre las habilidades que estn siendo
formadas en la escuela, dado que sus sistema de evaluacin se centra
exclusivamente en la medicin de conocimientos acadmicos;
la produccin deficiente de las habilidades del conocimiento y socioemocionales para las cuales existe demanda puede obedecer en parte
a la preparacin poco adecuada de los propios maestros, y a la falta
de incentivos que premien la formacin de las mismas.

La educacin para el trabajo en la regin hoy


En Amrica Latina y el Caribe, la educacin secundaria como concepto y
como sistema se inspir en el modelo europeo, donde tradicionalmente haba
existido una formacin generalista que apuntaba a los estudios superiores

Claramente existen otros problemas que sin embargo exceden los objetivos de este
trabajo. Por ejemplo, varios autores han intentado medir el efecto de aumentar o cambiar los insumos de las escuelas (entendiendo por ello no solo maestros sino tambin
libros de texto y otros materiales, infraestructura, computadores, entre otros) para mejorar el aprendizaje de los alumnos. Glewwe y Kremer (2006) presentan un resumen de la
literatura sobre el tema en relacin con los pases en desarrollo. Si bien all se reconoce
que hace falta mayor investigacin para extraer conclusiones ms slidas, los hallazgos
preliminares apuntan a que la forma ms efectiva de elevar la calidad de la educacin es
logrando mejoras significativas en la calidad de los maestros.

Repensar la escuela para el mundo del trabajo actual > 175

especialmente en artes, humanidades y ciencias, y una educacin vocacional dirigida a aquella poblacin que en principio no podra aspirar a continuar
su formacin y tendra que vincularse despus de la secundaria al mercado
de trabajo (Cedefop, 2004). Sin embargo, con el fin de contrarrestar el efecto
percibido de que tal modelo reproduca las desigualdades sociales (los hijos de
padres obreros seguan siendo obreros y los hijos de padres formados accedan
a estudios superiores), se plante desde comienzos del siglo XX la necesidad
de estructurar un sistema educativo para la movilidad social, lo cual exiga
que la educacin estuviera dirigida a preparar a todos los estudiantes para la
universidad. En ese sentido, la educacin media tambin fue concebida como
el paso preparatorio para los estudios superiores (Cedefop, 2004). Es as como
en Amrica Latina ha prevalecido una inclinacin por la educacin general
pensada para la universidad, tanto entre la poblacin en general como entre
la dirigencia educativa.
En la actualidad, los estudiantes de la regin que optan por una formacin
humanista que son la mayora, pues es lo que el sistema educativo ofrece
de manera predominante parecen carecer de una comprensin clara de lo
que significa e implica el mercado laboral en general, y el desempeo en una
ocupacin o trabajo en particular. Se opera bajo el supuesto de que estos jvenes se estn formando para emprender estudios terciarios y que ser desde all
donde ocurra el acercamiento al campo productivo. La mayora de las escuelas
especialmente las de formacin humanista se encuentran desconectadas
de la esfera laboral y productiva y por lo tanto no estn en capacidad de preparar a sus estudiantes para responder a sus requerimientos. En tal sentido,
es necesario disear mecanismos de formacin que preparen a los egresados
de la secundaria para hacer una transicin exitosa al mundo del trabajo y/o
hacia diversos tipos de educacin superior mediante trayectorias educativas
que les permitan moverse entre uno u otros hasta mejorar su capital humano,
entre otras medidas.
A grandes rasgos, existen dos caminos no necesariamente excluyentes para disminuir la brecha de habilidades: uno consiste en modificar los
contenidos y la organizacin del sistema educativo, de manera que se logre una
conexin directa entre la escuela y la empresa; el otro consiste en preservar en
lo fundamental los contenidos pero modificando las pedagogas utilizadas, de
modo que se fomente la adquisicin de habilidades relevantes para el mercado
laboral.
Son varios los pases que en Europa emplean estas estrategias para
acercar la escuela al sector productivo, bien sea de manera independiente
o complementaria. Ryan (2001) presenta estadsticas de participacin para
varias naciones de la OECD. En Alemania, a mediados de la dcada de los
aos noventa alrededor de un 60% de cada cohorte de estudiantes de secundaria participaba en algn tipo de pasanta coordinada entre la escuela y

176 > DESCONECTADOS

las empresas2. Entre tanto, la participacin de estudiantes de secundaria en


programas de educacin vocacional ascenda al 76% en Alemania, 70% en
Holanda, 57% en Inglaterra, 54% en Francia y 51% en Suecia3.
En Amrica Latina, los esfuerzos por evitar que el sistema educativo reprodujera las desigualdades sociales se han enfrentado a una realidad en que
una minora est en capacidad de acceder a la educacin superior, no solo por
causa de restricciones financieras, institucionales o culturales, sino porque en
realidad los deseos, capacidades, aspiraciones y necesidades de los jvenes son
muy diversas y heterogneas, y para la gran mayora la universidad no es la
respuesta apropiada (Cedefop, 2004). Ante esta evidencia, se vio la necesidad
de incorporar elementos de la educacin vocacional en la educacin secundaria,
como resultado de lo cual surgieron desde mediados del siglo XX varios esfuerzos ad hoc encaminados a mejorar los vnculos entre la educacin media y el
trabajo. Estas experiencias, por lo general aisladas y desconectadas, reflejan un
abanico de estrategias que van desde ubicar al trabajo como objeto de estudio,
pasando por la creacin de mecanismos para que los alumnos conozcan el
mundo productivo a partir de contactos intermitentes (visitas a instalaciones
industriales y charlas), hasta compromisos mucho ms estrechos como la
incorporacin dentro de las estructuras curriculares de saberes y habilidades
para el mundo laboral, alternancia, prcticas e incluso modalidades duales con
salida directa al mercado laboral.
Ejemplos de ello son la iniciativa de educacin dual en Chile a travs del
programa Chile Califica, la formacin para el trabajo en Colombia a travs del
SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje) y la educacin tcnica profesional
que imparte el Conalep (Colegio Nacional de Educacin Tcnica Profesional)
en Mxico, todos los cuales tienen una amplia cobertura en el mbito nacional.
Existen tambin esfuerzos ms puntuales como el Instituto Agroindustrial San
Clemente en Colombia, que educa para el trabajo en el mbito rural, y el National
Youth Service Corps Programme de Jamaica, que atiende a aquellos jvenes
que, habiendo terminado la secundaria se encuentran en una situacin en que
ni estudian ni trabajan, entre otros (vase el apndice D para una descripcin
ms detallada de estos programas).

Existen argumentos a favor y en contra de la educacin vocacional y de las pasantas.


Por un lado, en este tipo de programas se forman de manera directa las competencias que
demanda el mercado. Asimismo se considera que ofrecen ventajas pedaggicas al ensear
contenidos acadmicos en un contexto prctico. Sin embargo, las escuelas vocacionales
suelen ser ms costosas que las generalistas pues requieren mayor infraestructura, equipos y materiales.
3
La literatura especializada no ha logrado encontrar grandes impactos en trminos de
salarios y empleabilidad. Hay que considerar, sin embargo, que debido a problemas de
autoseleccin de los estudiantes (en funcin de habilidad, motivacin y estatus socioeconmico), no existen evaluaciones de impacto crebles sobre su efecto (Ryan, 2001).
2

Repensar la escuela para el mundo del trabajo actual > 177

No obstante estas valiosas experiencias, cuando se piensa en la transicin de los egresados de la secundaria al mundo del trabajo queda pendiente
el problema fundamental de la calidad y la pertinencia de la educacin que la
escuela en Amrica Latina est impartiendo actualmente. Y all los esfuerzos
podran apuntar en la siguiente direccin: docentes bien preparados, sistemas
de medicin y evaluacin que generen buena informacin para surtir al sistema con el objetivo de detectar sus deficiencias y enmendarlas, incentivos
adecuados que incidan en la calidad de la formacin, y un sistema educativo
slido y conectado al entorno a travs del cual se impartan adecuadamente los
conocimientos y habilidades pertinentes.

Trabajo en tres frentes: medicin e informacin, incentivos, y


calidad y pertinencia
Informacin que alimente y retroalimente
Como se vio en el captulo 3, pases como Argentina, Chile y Brasil, entre otros,
han hecho algunos avances en lo que se refiere a generar y difundir informacin
sobre el estado de las principales habilidades acadmicas (lectura, escritura
y matemticas) en sus estudiantes. Pero el progreso es limitado. Con el fin de
determinar la brecha existente entre las habilidades demandadas y ofrecidas, as
como para tomar las medidas remediales del caso, no basta con que el sistema
difunda ms informacin entre los actores del mismo, sino que tal informacin
sea pertinente. Especficamente, se requiere que las evaluaciones nacionales
midan las destrezas bsicas de manera inequvoca, que un mayor nmero de
pases de la regin participe en las evaluaciones comparativas internacionales,
y que se inicie un proceso de evaluacin de destrezas, habilidades y competencias en el sentido amplio aqu propuesto que permita establecer el punto
de referencia y los avances en el tiempo de cada escuela que hace parte del
sistema. Se necesita entonces avanzar en el camino ya iniciado con los sistemas
de evaluacin para medir consistentemente la formacin del conocimiento acadmico en los estudiantes, y simultneamente ampliar el rango de habilidades
medidas para incorporar otras relevantes al mercado de trabajo, como se ha
visto a los largo de este estudio.
La OECD, a travs de la iniciativa PIAAC (Programme for the International
Assessment of Adult Competencies) ofrece un punto de referencia que puede
ser til en la medicin de habilidades en la fuerza laboral y del uso de las mismas en el trabajo, si bien esta cubre un rango etario mucho ms amplio (de 16
a 65 aos de edad) y se centra fundamentalmente en habilidades cognitivas
bsicas. Finalmente, y como se sugiri en el captulo 5, es necesario compilar
datos sobre las trayectorias laborales de los egresados de la escuela secundaria

178 > DESCONECTADOS

mediante encuestas longitudinales que retroalimenten al sistema educativo con


informacin relevante sobre el desempeo de los jvenes en la transicin al
mercado de trabajo. En este ltimo aspecto, pases como Estados Unidos cuentan con diversas experiencias que podran aportar importantes contribuciones
para su desarrollo en la regin, entre las cuales figura de manera prominente
las National Longitudinal Surveys of Youth 79 y 97, entre otros esfuerzos, especialmente en el mbito de los estados.
Un mayor flujo de informacin es til por tres razones. Primero porque
cuando los padres estn mejor informados pueden elegir mejor la escuela a la
cual van a enviar a sus hijos 4. Segundo porque en un entorno poco informado
las familias pueden creer que la educacin que reciben sus hijos es la adecuada,
cuando en realidad no lo es, y porque carecen de incentivos para exigir mejoras en la calidad educativa5. Y tercero porque un mayor flujo de informacin
pertinente permitira a rectores y maestros asignar recursos de manera ms
efectiva, as como detectar problemas, anticiparse a los mismos y tomar medidas
remediales oportunas. Finalmente, las empresas tambin se beneficiaran de tal
informacin, utilizndola para tomar decisiones de contratacin y capacitacin,
y tambin para retroalimentar al sistema sobre sus necesidades.
En un entorno ms y mejor informado, los sistemas educativos podran
acelerar el paso en cuanto a definir cules son las habilidades que ms cuentan,
dado el contexto en que se van a desenvolver los jvenes; a disear mecanismos
para identificarlas, formarlas y evaluarlas; y a desarrollar herramientas que
permitan que esa informacin gue las decisiones de padres y alumnos, por un
lado, y las de los docentes, directivos de escuelas, Ministerios de Educacin y
responsables por la formulacin de polticas pblicas en educacin, por el otro.
Existen varias experiencias que muestran que una mayor y mejor informacin produce mejores resultados educativos. Desde inicios de los aos noventa,
en Estados Unidos se han venido implementando programas estatales que
requieren que los estudiantes se sometan a pruebas de conocimiento estandarizadas, cuyos resultados adems sirven de base para un sistema de premios y
castigos para las escuelas y los maestros. En 2001, el programa federal No Child
Sin embargo, es importante tener en cuenta cules son los factores que priorizan los
padres al seleccionar el colegio de sus hijos. Por ejemplo, la evidencia disponible para
Chile seala que entre los factores ms importantes no figura el desempeo acadmico.
Con base en datos del panel SIMCE 20042006 se estableci que solo un 7% de los padres
lo seal como una de las consideraciones ms importantes al matricular a sus hijos en un
plantel educativo (Bassi y Urza, 2010). Aun as, es claro que decisiones mejor informadas
resultan en elecciones ms acertadas.
5
Por ejemplo, las encuestas realizadas por el BID en cinco pases latinoamericanos muestran
que el porcentaje de padres que afirma estar satisfecho con la educacin que reciben sus
hijos oscila entre un 77% en Chile y un 97% en Belice (BID, 2008b). Estos datos claramente
contrastan con los indicadores objetivos de calidad de la educacin en los mismos pases,
lo cual podra constituir una seal sobre la falta de informacin de los padres.
4

Repensar la escuela para el mundo del trabajo actual > 179

Left Behind consolid esos esfuerzos; existe una extensa literatura que busca
medir su efecto estableciendo comparaciones entre distintos distritos escolares
(Peterson y West, 2003; Cronin et al., 2005; Dee y Jacob 2011). Carnoy y Loeb
(2002) encontraron que el aprendizaje de los estudiantes mejor una vez que
se implementaron los sistemas de informacin y de incentivos basados en los
resultados de las pruebas. Ms an, existe evidencia de que el simple hecho de
hacer pblica la informacin sobre la calidad de las escuelas puede ser beneficioso. Para el caso de Brasil, Camargo et al. (2011) encuentran que al divulgar
informacin sobre cunto aprenden los nios en las escuelas medido por una
prueba estandarizada, mejor de manera significativa el desempeo de dichos
planteles en los aos subsiguientes.
La informacin del mercado laboral tambin debera permear al sistema
educativo. En particular, urge informar a alumnos, padres y docentes sobre qu
trabajos, qu salarios y qu retornos se pueden obtener, y tambin sobre las habilidades que se necesitan para ser exitoso en diversas ocupaciones. Esto como
respuesta a los indicios que existen acerca de que cuando se brinda informacin
a los estudiantes de secundaria sobre las alternativas laborales disponibles y sus
respectivos retornos, muchos de ellos modifican su decisin de continuar estudiando y por consiguiente, su decisin implcita sobre el trabajo que buscarn
una vez finalizada la escuela6. Otro paso importante sera desarrollar un sistema
de informacin permanente que incluya resultados de pruebas, habilidades socioemocionales, trayectorias laborales e insumos relativos a la escuela secundaria.
Entre los insumos deseables figuran la informacin por escuela sobre resultados
promedio en pruebas estandarizadas de las distintas cohortes cuando estas inician el ciclo de secundaria, la cantidad de docentes y de recursos disponibles
por alumno (libros, computadores, etc.) y la infraestructura de los colegios,
entre otros. Lo mismo en lo que tiene que ver con las alternativas de educacin
postsecundaria y su potencial en trminos de retornos futuros.
Ms all de la necesidad de generar datos nuevos, existe ya en las escuelas
informacin desaprovechada sobre temas crticos como ausentismo, problemas
de conducta, notas (de pruebas no estandarizadas) en las diversas materias y
cantidad de horas efectivas de clase por ao. Si bien esta informacin no necesariamente se correlacionar positiva o negativamente con la probabilidad de
encontrar un empleo o con un mayor salario, su recopilacin, sistematizacin,
digitacin y difusin puede contribuir a hacer ms transparentes tanto a las
escuelas como al sistema educativo frente al mercado laboral. Asimismo facilitar la realizacin de un seguimiento sistemtico de su evolucin, sus avances
y especialmente de las carencias que se deban remediar para facilitar un mejor
acoplamiento entre la escuela y el trabajo.

Vanse los hallazgos de Jensen (2010) para la Repblica Dominicana.

180 > DESCONECTADOS

Un sistema de evaluacin que expanda sus mediciones de desempeo


a las habilidades socioemocionales que ms cuentan en la esfera productiva,
a medida que se vayan formando, contribuira a reducir el desacople entre lo
que demanda el mercado de trabajo y lo que produce la escuela. Esto no exige
reorientar los sistemas de evaluacin, ni reducir los esfuerzos necesarios para
mejorar la medicin de los conocimientos acadmicos sobre todo en sus
aplicaciones prcticas, lo cual todava tiene un largo camino por recorrer en
los pases de la regin. Lo que se sugiere es ampliar el concepto de habilidad y
desempeo ms all de lo acadmico, para poder medirlo y evaluarlo.

Empezar por el comienzo: maestros e incentivos


Adems de generar informacin, es importante que las escuelas reciban la
seal de que las habilidades que estn formando son altamente valoradas por
el mercado. Por lo tanto es esencial que tal informacin se difunda entre los
responsables de los resultados de desempeo (sistema educativo, escuelas,
docentes, alumnos y padres), y que los mismos estn vinculados a un sistema
apropiado de incentivos.
La divulgacin de esta informacin representa en s misma un aliciente
adicional para las escuelas, un efecto que se podra reforzar con mecanismos
de incentivos adecuados que igualmente contemplen un rango ms amplio
de habilidades en sus medidas de resultados. El uso de incentivos, especialmente de aquellos dirigidos a los maestros, es uno de los varios mecanismos
utilizados en los sistemas educativos tanto de pases desarrollados como en
vas de desarrollo para lograr que los estudiantes obtengan mejores resultados
(Glewwe y Kremer, 2006). Desde una perspectiva econmica, y a la luz de
los resultados que aqu se han presentado, se tratara entonces de que tales
incentivos se vinculen no solo al logro de metas acadmicas sino tambin a la
formacin de aquellas destrezas hasta ahora descuidadas pero que el mercado
demanda y valora.
Con todo, es evidente que para que un esquema de incentivos contribuya
a que se logren metas de calidad y pertinencia, un aspecto crtico es que los
docentes mismos cuenten con la preparacin necesaria. Si la formacin de
habilidades acadmicas adolece en la actualidad de los enormes dficits que
se registraron en el captulo 3, no se puede esperar que se cumplan nuevos
objetivos respecto de las habilidades socioemocionales que demanda el mercado sin intervenir all donde se originan en buena medida las deficiencias del
aprendizaje acadmico: los maestros. Es esta precisamente la plataforma desde
la cual podra partir un sistema de incentivos. La calidad de la docencia es un
tema que exige un debate muy serio, aunque este supera ampliamente los objetivos de esta publicacin. De todas maneras, cabe aqu sealar su importancia
central, pues el no abordarlo puede dejar sin piso cualquier esfuerzo que se

Repensar la escuela para el mundo del trabajo actual > 181

proponga para contribuir a cerrar la brecha entre lo que ofrece la escuela y lo


que demanda la esfera productiva.
La importancia de los incentivos econmicos radica en que estos permiten transmitir con mayor claridad al docente cules son los objetivos que
se espera que logre en trminos de educar a los alumnos y la compensacin
que por ello reciba. En un sistema donde los salarios se encuentran altamente comprimidos y la variabilidad en la capacidad de lograr resultados es
muy amplia, un mecanismo que reconozca tales diferencias dar una seal
inequvoca sobre las habilidades requeridas en los docentes (Bruns, Filmer
y Patrinos, 2011).
Sin embargo, hay quienes objetan este sistema de pagos sealando que
fuerza a los docentes a ensear a los estudiantes nicamente aquellos tpicos y
habilidades que se van a someter a prueba (un problema conocido como ensear para aprobar, del ingls teach for the test), dejando de lado otros aspectos
como el desarrollo de la curiosidad y del pensamiento creativo (Holmstrom,
1999; Hannaway, 1992 citados en Glewwe y Kremer, 2006). Ms an, existe un
riesgo muy elevado de que los docentes se concentren en realizar actividades
de entrenamiento (coaching) orientadas exclusivamente a mejorar los puntajes
a lograr, en vez de centrarse en que los estudiantes dominen verdaderamente
las materias requeridas (Koretz, 2002).
El principal reto que surge cuando se trata de disear un programa de
incentivos es el de lograr un contrato ideal entre el docente y su empleador
que se encuentre alineado con los intereses de ambos y donde las actividades
y metas, as como la determinacin del pago por el esfuerzo realizado, queden
claramente establecidos desde un comienzo (Bruns, Filmer y Patrinos, 2011). Con
base en la evidencia emprica existente, Bruns, Filmer y Patrinos (2011) proponen
tres elementos claves que ayudaran a predecir la efectividad de un programa de
incentivos: controlabilidad, es decir, si la mejora en el aprendizaje del alumno se
encuentra bajo el control total del docente o depende de otros factores externos
que estn por fuera de su dominio; predecibilidad, o sea que la posibilidad de
que el docente reciba el premio depende de un esfuerzo permanente; y magnitud del estmulo, o sea que su tamao pueda afectar la cantidad de esfuerzo y
compromiso que el docente invierta en alcanzar la meta.
Existen varios tipos de incentivos, entre ellos pago individual por mrito/
logro en evaluaciones, pago individual por habilidades y conocimientos especficos alcanzados, y compensacin general a toda la escuela por resultados
de los estudiantes (incentivos grupales), cada uno de los cuales tiene ciertas
ventajas y desventajas. Por ejemplo, los incentivos grupales pueden ser menos
efectivos en alentar el esfuerzo individual de cada docente, pero por otro lado
fomentan (o no socavan) la colaboracin entre la planta de profesores, al tiempo que contribuye a un mejor clima escolar. Lavy (2007) enumera una larga y
compleja lista de retos prcticos asociados a su implementacin en un sistema

182 > DESCONECTADOS

de pago por resultados. A ello hay que agregar que en el caso de vincular
los resultados al desarrollo de habilidades socioemocionales, podran surgir
desafos adicionales como la ya mencionada preparacin de los docentes de
modo que puedan estimular el desarrollo de tales destrezas o los sistemas
de evaluacin y medicin de estas habilidades, muy avanzados en psicologa
pero menos conocidos o implementados en el mbito escolar.
La implementacin y evaluacin experimental de este tipo de programas
se encuentra en vas de consolidacin, pero la evidencia disponible revela algunos hallazgos interesantes. Estados Unidos cuenta hasta la fecha con varios
programas de pago por resultados implementados en los distritos escolares
de estados como Colorado, Florida, Michigan, Minnesota, Carolina del Sur,
Tennessee, Texas y Washington, D.C. Y aunque no todos son susceptibles de
evaluaciones rigurosas (Podgursky y Springer, 2007), en los casos que se prestan
para ello la evidencia emprica de la eficacia de los programas es ambivalente
(Lavy, 2007; Fryer, 2011).
Fuera de Estados Unidos, una de las evaluaciones pioneras fue conducida
en Israel en escuelas de nivel secundario. Lavy (2002) presenta los resultados
de un programa en el cual se ofrecieron incentivos monetarios a los docentes
con la condicin de que sus estudiantes mejoraran en tres aspectos: aumento
en el nmero de crditos en los que se matriculan, incremento en el porcentaje
de alumnos que reciben un certificado previo a los estudios universitarios y
reduccin de la tasa desercin escolar. Los incentivos ofrecidos se otorgaron
a nivel de toda la escuela. Los resultados indican que luego de dos aos de
iniciado este esfuerzo se registr un efecto positivo.
En Amrica Latina, Chile, como parte de la implementacin de un sistema
de evaluacin de desempeo de las escuelas puso en prctica un programa de
primas basadas en el rendimiento de los estudiantes. Las primas monetarias se
otorgan a los docentes y directores que logran ubicar a su plantel en los puestos
ms altos de un escalafn elaborado en funcin de los puntajes obtenidos en
pruebas nacionales estandarizadas. Una evaluacin encontr efectos positivos
y significativos luego de la introduccin del incentivo, pero no hall evidencias
de que las escuelas que ganaron en una ocasin lograran mejores resultados el
siguiente ao (Contreras y Rau, 2009).
En Mxico, con el apoyo del BID se est evaluando actualmente un programa
de incentivos de cuatro aos de duracin en escuelas de educacin secundaria
(Behrman et al., 2011). A diferencia de otros esfuerzos en el mismo sentido,
aqu se aplicaron simultneamente varios sistemas de incentivos combinados a
distintos grupos de escuelas: en un grupo se ofrecieron estmulos nicamente
a los estudiantes, en otro grupo a los docentes y en un tercer grupo tanto a los
docentes como a los estudiantes, y tambin a los directivos de la escuela. Los
resultados del primer ao son promisorios y sugieren que los estmulos a los
docentes, a los estudiantes y a sus respectivos pares generan efectos positivos

Repensar la escuela para el mundo del trabajo actual > 183

mayores respecto al grupo de control y en comparacin con las otras formas


de tratamiento evaluadas.
Finalmente, en varios estados de Brasil se estn llevando a cabo diversos
tipos de intervenciones en lo que se considera uno de los esfuerzos ms grandes
de implementacin de este tipo de programas en pases en desarrollo (Bruns,
Filmer y Patrinos, 2011). A diferencia de las experiencias descritas previamente,
en Brasil los sistemas de incentivos han sido implementados a nivel de todo el
estado (Minas Gerais, So Paulo y Pernambuco), por lo cual no existen grupos
de control propiamente dichos. En evaluaciones futuras se espera identificar
la efectividad de tales sistemas a travs de la medicin del cambio producido
luego de iniciado el programa7.
En suma, existen experiencias que demuestran que, aunque susceptibles de
perfeccionamiento, los sistemas de incentivos pueden contribuir al objetivo de
mejorar los resultados en los estudiantes a travs de estmulos a los profesores con
mejor desempeo. Quedan todava aspectos por evaluar, como la sostenibilidad
de estos resultados en el tiempo. De cualquier modo, los sistemas de incentivos
deben ser diseados cuidadosamente y de manera tal que no desestimulen a los
mejores maestros a que trabajen en escuelas que atienden a estudiantes vulnerables (con peor rendimiento acadmico y mayores dificultades de aprendizaje).
Asimismo se debe evitar que los maestros concentren su atencin en los alumnos
de mejor desempeo dentro de una misma clase, para no causar perjuicios al
ambiente escolar y socavar la colaboracin entre los docentes de una escuela,
entre otras cosas. Existen diversos mecanismos que pueden ser considerados y
aplicados sin receta, y sopesados para cada caso en particular segn las caractersticas especficas del sistema educativo y de los objetivos a alcanzar.
Para disminuir la brecha de habilidades en su sentido amplio, se requiere
igualmente generar los estmulos correctos tanto para las escuelas y el sistema

Entre los programas de incentivos que se han llevado a cabo en pases en desarrollo
fuera de la regin cabe mencionar uno en Kenia y otro en India. En el primero, Glewwe,
Ilias y Kremer (2010) evaluaron un mecanismo de incentivos en un programa piloto del
cual hacan parte 100 escuelas rezagadas. La mitad (seleccionada aleatoriamente) se benefici de un programa donde se otorgaban primas a todos los docentes en funcin de los
resultados que obtuvieran los estudiantes en unas pruebas nacionales. Durante el primer
ao el incremento de los puntajes en las pruebas fue modesto, y a partir del segundo
ao la ganancia fue sustancial. Sin embargo, para el tercer ao, cuando el programa ya
haba concluido, los resultados de las pruebas indicaron que las mejoras no persistan y
que ms bien se regresaba a los niveles observados previamente a la implementacin de
esta iniciativa. Entre tanto en India, Muralidharan y Sundararaman (2009)disearon un
experimento a ser aplicado en 100 escuelas en el estado de Andhra Pradesh, cuyo objetivo
era premiar individualmente a cada docente cuando sus estudiantes lograran elevar el
puntaje de una prueba al final de cada ao de duracin del experimento. Los resultados
fueron favorables: los puntajes en las escuelas beneficiadas fueron superiores a los de
las escuelas del grupo de control en aproximadamente 0,27 desviaciones estndar (una
magnitud considerable en contexto de un proyecto en educacin).

184 > DESCONECTADOS

educativo (maestros en particular), como para los alumnos, padres, y tambin


para los empleadores. En tal sentido se sugiere avanzar en el diseo de incentivos para que las escuelas ayuden a reforzar y a desarrollar probablemente
de manera transversal en los programas de estudio las habilidades cognitivas
y socioemocionales que ms cuentan; para que los docentes sepan cules son
las competencias que el mercado demanda y para enriquecer los sistemas de
evaluacin hoy concentrados en pruebas de conocimiento y aprendizaje,
de modo que permitan medir destrezas como la creatividad e innovacin, as
como otras habilidades emocionales que, como la perseverancia, se forman en
las escuelas mismas.

Una escuela integrada a su entorno: calidad y pertinencia


El desafo de construir un sistema educativo slido y ms integrado a su entorno
exige por lo menos dos elementos fundamentales: calidad y pertinencia. Y no
se puede prescindir de aquellos factores que permitan el desarrollo pleno de
las destrezas que los estudiantes requieren para aspirar a tener un desempeo
exitoso en su vida productiva despus de las aulas, entre los cuales figuran:
maestros bien preparados, un sistema de evaluacin e informacin alineado con
las habilidades que se busca desarrollar, mecanismos que vinculen las escuelas
al entorno especialmente al mbito productivo y esquemas de incentivos
consistentes con los logros que exigen las metas planteadas.
En el mundo existen ejemplos probados de sistemas de excelencia acadmica
a los cuales se puede mirar en busca de ciertas claves, como son por ejemplo
los de China, Corea y Finlandia, para nombrar solo algunos. Sin embargo, no
se registran an experiencias comparables en magnitud en cuanto al desarrollo de habilidades socioemocionales en el mbito del sistema educativo, sino
experimentos puntuales, proyectos acotados y algunas encuestas que todava
no permiten obtener resultados y tendencias ms definitivos.
En cuanto a la investigacin en esta rea, conviene profundizar, entre
otros, en aquellos aspectos que permitan identificar causalidad entre las variables analizadas en este libro. Asimismo, hace falta disear e implementar
evaluaciones de impacto rigurosas que logren identificar polticas, programas
educativos y prcticas pedaggicas que sean efectivos en funcin de la formacin de las habilidades del conocimiento y socioemocionales de los estudiantes.
El cambio deber comenzar en el aula de clases y alcanzar a todos los actores
del sistema educativo.
Con esta publicacin se busca transmitir el sentido de urgencia para tomar
las medidas que aborden no solo de la calidad, sino tambin y especialmente la pertinencia de la educacin en la transicin de los jvenes al mercado
laboral en la regin.

También podría gustarte