De Lo Bravo A Lo Manso
De Lo Bravo A Lo Manso
De Lo Bravo A Lo Manso
DE LO BRAVO A LO MANSO
Territorio y sociedad en los Andes
(Macizo colombiano)
DE LO BRAVO A LO MANSO
Territorio y Sociedad en los Andes
Macizo Colombiano
Beatriz Nates Cruz
1ra. Edicin:
Ediciones Abya-Yala
Av. 12 de Octubre 14-30 y Wilson
Casilla 17-12-719
Telf:2 562-633/2506-267
e-mail: [email protected]
Quito-Ecuador
Corporacin Ambiental Madremonte
e-mail: [email protected]
Telf: 858588
Manizales-Colombia
Autoedicin:
Abya-yala Editing
Quito-Ecuador
ISBN:
9978-04-658-5
Impresin Digital:
NDICE GENERAL
Agradecimientos ....................................................................................................................................
Prefacio ................................................................................................................................................
Introduccin: Las clasificaciones culturales aplicadas al territorio social y ecolgico ......................
Lo bravo, lo manso y el amanse............................................................................................................
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Captulo IV. Entre Frianos y Calentanos: Pensando y viviendo las tierras mansas .........................
-Tierras de lo Fro, Tierras de lo Caliente ......................................................................................
-Del rastrojo al rancho y del rancho a la parcela..........................................................................
-El encuentro entre frianos y calentanos: prcticas y estrategias de interrelacin social............
-La tenencia de fincas .....................................................................................................................
-El terrazgueo..................................................................................................................................
-Sobre el producido: Conservacin y almacenamiento de semillas los mercados.......................
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Glosario ................................................................................................................................................
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Bibliografa ............................................................................................................................................
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INDICE DE MAPAS
Mapa No. 1: Departamento del Cauca ..................................................................................................
Mapa No. 2: Delimitacin del Macizo Colombiano segn sus habitantes ........................................
Mapa No. 3: Delimitacin del Macizo Colombiano segn el Estado.................................................
Mapa No. 4: Actuales departamentos que constituyeron
La Gobernacin de Popayn .................................................................................................................
Mapa No. 5: Redes territoriales establecidas a travs de la tenencia de fincas...................................
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INDICE DE CUADROS
Cuadro No. 1: Clima por municipios Macizo Colombiano ..............................................................
Cuadro No. 2: Altitud y temperatura media por municipios..............................................................
Cuadro No. 3: Poblacin tributaria de Almaguer (1551-1728)...........................................................
Cuadro No. 4: Tierras frianas.................................................................................................................
Cuadro No. 5: Tierras calentanas...........................................................................................................
Cuadro No. 6: Encuentro entre frianos y calentanos ............................................................................
Cuadro No. 7: La molienda: participantes y roles ................................................................................
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AGRADECIMIENTOS
Cuando se realiza un trabajo al que se
ha dedicado un considerable tiempo y
afecto son muchas las personas que meritan agradecimientos, sin embargo slo se
citan algunas por aquello del recuerdo
ms prximo ya sea por su apoyo personal, cientfico o econmico. Desde esta
mirada, quisiera agradecer y recordar aqu
a la Dra. Mara Ctedra Toms, profesora
de la Universidad Complutense de Madrid
en Espaa, quien desde su puesto de profesora del departamento de Antropologa
Social, dirigi durante cinco aos con
gran dedicacin intelectual y cario mi tesis doctoral convertida hoy en este libro.
Al Ministerio de Educacin y Ciencia Espaol (hoy Ministerio de Educacin y
Cultura) por el otorgamiento de varias becas (Beca de Personal Investigador 19931997, Becas de Profesorado Universitario
en el Extranjero y Becas de Estancias Cortas en el Extranjero en distintos perodos
durante los mismos aos) que posibilitaron todo el proceso pertinente para llevar
a feliz trmino esta investigacin. A las comunidades campesinas e indgenas del
Macizo Colombiano, particularmente a
los pobladores del resguardo de San Sebastin (municipio de San Sebastin) y el
corregimiento de San Lorenzo (municipio
de Bolivar), colaboradores continuos y
pacientes en proporcionarme las informaciones requeridas durante los 488 das,
tiempo de duracin de mi trabajo de campo en estas tierras. A mi entraable amigo
Miguel Pealba Aguilar, persona tan cercana que en todo momento y desde dis-
tiempos, quienes por su afecto o sus colaboraciones directas en este trabajo, sern
inolvidables: Fernando Moncada, Beatriz
Prez, Ana Delgado, Salvador Mesa, Cristina Beltrn, Juan Ibeas, Sonia Gutierrez y
Carla Reboll. A mis cercanos amigos de
Toulouse ciudad hermosa, con gentes que
supieron estar muy cerca de mi en la Ville
Rose: Marion Lavabre, Dominique Blanc,
Jean pierre Albert, Maryse
Carraretto y Laure Heuz. A todos los
amigos del Laboratoire dEthnologie. A
Paula Andrea Velsquez Lpez guerrera de
caminos y acompaante de este producto
PREFACIO
La gente, hecha de maz, hace el maz. La gente, creada de la carne y los colores del maz, cava una cuna para el maz y lo cubre de buena
tierra y lo limpia de malas hierbas y lo riega y
le habla palabras que lo quieren. Y cuando el
maz est crecido, la gente de maz lo muele sobre la piedra y lo alza y lo aplaude y lo acuesta
al amor del fuego y se lo come, para que en la
gente de maz siga el maz caminando sin morir sobre la tierra.
Eduardo Galeano
asamblea indgena en la cabecera municipal de San Sebastin. Asistieron comuneros representantes de cada vereda y corregimiento, as como los cabildantes y otras
autoridades del resguardo y municipio.
Cuando hubo que tratar mi propuesta; me
puse en frente de todos y comenc a contarles de que se trataba lo que pretenda
hacer entre las colectividades de San Sebastin. Pero la exposicin fue ms embarazosa de lo que yo pensaba. Al comienzo
haba una algaraba tremenda y nadie escuchaba lo que yo hablaba, hacia la mitad
de mi comunicacin la gente comenz a
interesarse, pero al finalizar nadie deca
nada, pasaban los minutos y tan slo me
observaban. Sin expresiones de interrogacin, slo me observaban con curiosidad.
Pensando que me atacaran a preguntas,
yo haba ido preparada con todos los argumentos y documentos de estudio que
pudieran hacerme falta, en tan esperado
ritual. No encontrando ninguna pregunta,
ni acotacin a mi propuesta, yo la di por
aceptada y con simpata di las gracias y me
dispuse a salir del saln de la asamblea.
Pero en cuanto di la vuelta, todos comenzaron a cuchichear y antes de que pudiera
alejarme me llamaron a entrar de nuevo,
para asediarme a preguntas, cuyas respuestas yo crea haber aclarado muy bien
al hacer mi exposicin. Preguntas tales como: usted quin es, de dnde viene, que
hace, esa tarea que usted va a hacer a quin
beneficia, usted es soltera, va a venir sola a
hacer esa tarea?, etc.. As que el tiempo de
20 minutos que me haban asignado para
mi intervencin, se torno en casi dos horas, ya que no slo era contestar las pre-
De lo bravo a lo manso / 13
guntas; si no que deba escribir en la pizarra los datos que ellos queran aclararse
mejor, o ampliar ms conversadito las
respuestas. Al finalizar todo lo que por el
momento haba de decir, me sugirieron
que me quedara a escuchar todos los puntos a tratar en esa asamblea, como era la
costumbre por esos lugares cada vez que
haba un invitado. En la tarde salimos del
poblado, yo iba en compaa de la gente
de Venecia, quienes seran desde ese momento una especie de parientes adoptivos;
de ah que en posteriores reuniones y encuentros indgenas del Macizo, se me conociera como la seorita que busca historias en Venecia, la quedada [la chica
hospedada] donde doa Maximina, etc.,
as como en San Lorenzo sera la seorita
de la tarea o la seorita de las seoritas
muoces [Muoz], propietarias de la casa donde me hospedaba.
En septiembre de 1994, regres primero a San Sebastin con todos los permisos
que haba adquirido en la estancia anterior (autorizaciones, cartas), pero tuve
que actualizarlos, ya que cada ao cambian las autoridades (excepto el alcalde
municipal que es sustituido cada tres aos
y los directores de escuela, que en algunos
casos pueden ser vitalicios hasta su jubilacin) y pierden vigencia las autorizaciones
anteriores. Debido a esto, los primeros 15
das de mi trabajo de campo en este ao,
los dediqu a actualizar relaciones, a recoger las nuevas cartas y a revisar mis anteriores datos de campo.
Mis tcnicas no variaron en ninguno
de los dos poblados, salvo algunos pequeos cambios de logstica. Por ejemplo, en
el Cerro-San Lorenzo, no haba luz elctrica, por lo que revisar las notas, escuchar
las entrevistas, etc., tena que hacerlo en la
maana antes de salir, aprovechando la
luz del da. Por lo dems, iba de casa en casa visitando a las familias como al principio -teniendo mi quedada en casa de doa Maximina, o de las seoritas Muoz,
prestando atencin de regresar a casa a las
horas indicadas-, trabajando mis datos
primero con las mujeres, quienes por sus
labores era usual encontrarlas en casa de
forma ms continua que a los hombres.
Poco a poco logr acceso a las parcelas o
trabajaderos agrcolas, para colaborar
junto a las mujeres que podran estar all,
observar e ir registrando las prcticas y
discursos, que de ese espacio pudiera necesitar.
Ubicando los horarios de trabajo de
los grupos de personas a quienes necesitaba entrevistar, reparta las horas del da
(entre siete de la maana y seis de la tarde)
en visitarlos a sus casas o sitios de trabajo,
labor que se fue consolidando entre esta
etapa y la que realizara de enero a septiembre de 1996. De esta manera fui seleccionando entre mis narradores o informantes a los tewuas mdicos tradicionales, profesores, nios (entre 10-12 aos),
adolescentes, artesanos (as), agricultores,
aserradores de madera, guas tursticas de
las lagunas, autoridades del cabildo (actuales y antecesores), amas de casa (mujeres que hacen labores diarias del hogar),
carpinteros, msicos de las chirimas
(conjuntos musicales de la regin), juntas
eclesisticas (encargadas de cuidar los
santos y organizar las fiestas de los san-
De lo bravo a lo manso / 15
y una vez transcrita la entrevista, eliminaba la cinta por seguridad, tanto para m
como para ellos. Con respecto a las entrevistas hechas en las zonas de trabajo de
campo, tom por costumbre hacer un duplicado de las cintas que haba trabajado
durante la semana, y enviar copia a Popayn con personas de confianza, as, protega la informacin por doble va. Cuando
me marchaba a Popayn yo tambin ocultaba las cintas y el material fotogrfico entre comestibles que compraba para llevar
a casa. Esto no era debido a que el material
de trabajo tuviera siempre imgenes o palabras comprometedoras para los pobladores, sino porque en tanta confusin de
poderes, no se sabe a quin se encontrar
y qu les puede parecer sospechoso o no.
-Las fotografas y diapositivas las tomaba con estricto permiso de los pobladores, ya que por ejemplo, muchas de las
parcelas cultivadas de maz, huertas de las
casas o fuentes de agua que necesitaba fotografiar, estaban coloreadas de amapola. Por tanto, tena que ser cuidadosa en
exponer que a mi no me interesaba ese
cultivo en particular, sino el contexto de
las casas o de la geografa. Recuerdo haber
pasado un momento difcil en una de las
veredas de San Lorenzo, cuando caminando por la carretera y tomando fotos del
paisaje en compaa de un comunero, llegamos a la casa de un compadre suyo, para tomar fotos de la huerta familiar. ste
ya nos haba visto venir desde mucho antes de aproximarnos a su casa. Al llegar
not que estaba muy molesto y alarmado
con su compadre, que sabiendo lo difcil
de confiar en forasteros en esos momen-
INTRODUCCIN
El territorio existe gracias a los seres
humanos que establecidos en una cultura
y agrupados en sociedad, lo definen, lo recrean, lo dibujan, le dan vida. En este estudio intentar plasmar y analizar las diferentes formas de elaboracin significativa
del territorio en un contexto particular de
los Andes. Pero decir territorio, no es decir solamente lugares de ocupacin, es decir tambin identidad. Identidad que se
refleja en los imaginarios establecidos de
los distintos espacios creados para ocupar
y desarrollar una actividad humana.
Cuando digo imaginarios, hago referencia
a la creacin y establecimiento de conceptos, representaciones y usos sociales, que
los nativos de un determinado territorio,
manifiestan en sus prcticas sociales. Desde esta perspectiva la investigacin que
aqu presento, es la crnica del caminar
entre una sociedad andina y su entorno.
El trabajo sobre la territorialidad que
presento, guarda relacin con el tema tan
ampliamente estudiado del manejo vertical de los Andes1, en la medida en que
tambin los nativos del Macizo Colombiano como los otros grupos andinos se sirven de la verticalidad (montaa, sabana,
valle), para definir tierras salvajes y domesticadas. No obstante, mi inters se
desplaza hacia las distintas clasificaciones
locales que definen y representan el territorio, mediante prcticas y relaciones sociales a travs de las cuales explico la estructuracin del mundo social y cultural
de campesinos y yanaconas del Macizo
Colombiano.
Las culturas andinas han dado significado cultural a elementos universales como la enfermedad, la sustancias corporales, los alimentos, los seres, el agua, los lugares y el tiempo, a travs de un sistema de
clasificacin definido en conceptos de
fro, fresco, caliente, liviano, pesado, bravo, manso, arisco, etc. Si encontramos que la definicin y los usos
culturales son muchas veces correspondientes o paralelos, qu es lo que diferencia stas concepciones entre una y otra
cultura?. La diferencia est en la prctica
social; es decir en la forma de poner en escena y relacin dicho sistema clasificatorio
que se asume en el comportamiento discursivo y de accin. Estas categoras culturales pueden concebirse como un principio organizador que supone contrastes y
oposiciones, dependiendo de la realidad
social donde se produzcan o cobren significado.
Para el caso del Macizo Colombiano,
bravo, amanse y manso, definen y representan el territorio social y ecolgico
en sus distintos niveles de concepcin cosmolgica y cosmognica. Dentro de estos
niveles aparecen dos grandes grupos de
operadores clasificatorios: Las categoras
basadas en la experiencia y las categoras
que definen el mundo no humano por su
relacin con el mundo humano o por su
significacin. En la primera, los seres, los
lugares, los fenmenos y los acontecimientos, son clasificados segn ciertos criterios morfolgicos, de comportamiento,
ecolgicos y de propiedades, a menudo
De lo bravo a lo manso / 19
do y mantenido gracias a una cooperacin vertical, que ha generado importantes relaciones socio-ecolgicas entre los
pobladores de los distintos pisos trmicos,
recorriendo una distancia que va desde los
1000, hasta los 4200 metros sobre el nivel
del mar. Alturas en las que los nativos ubican la tierra de lo fro y la tierra de lo
caliente, donde habitan los franos (habitantes de los pisos trmicos fro y templado) y calentanos (habitantes del piso
trmico clido), respectivamente.
Pero adems de las dinmicas y espacios sociales mostrados en las instancias
mayores del sistema clasificatorio como
son lo bravo y lo manso, el estudio del
hilo conductor de transformacin de lo
uno en lo otro, el amanse, permitir procesualmente (realidad dinmica en cons-
tante construccin y reconstruccin) evidenciar los diversos mecanismos por medio de los cuales un territorio, un ser o un
elemento considerado bravo o liminal,
pasan al dominio cultural, por medio de la
eficacia simblica de los discursos mticos,
y de diversas acciones y relaciones sociales.
En la construccin de este proceso de humanizacin-socializacin, la perspectiva
histrica es muy importante, y nos dirige
hacia el manejo de dos tiempos principales mediante los cuales los nativos del Macizo Colombiano vehiculizan el amanse:
en los tiempos de antes y en los tiempos de
ahora. Estas dos categoras temporales,
son a la vez espaciales, ya que son los medios para evidenciar en el tiempo y mostrar en el territorio, los cambios socioculturales de esta regin y sus pobladores.
Captulo 1
De lo bravo a lo manso / 23
Mapa No.1.
Departamento del Cauca
tintos horarios, desde las 4 de la madrugada a las 11 de la maana, durante todos los
das, ofrecen sus servicios a los pasajeros.
El camino rumbo al Macizo se toma por la
Carretera Panamericana y que desde Popayn conduce al Ecuador. Para entrar
en el Macizo desde esta carretera hay tres
opciones: La primera de Popayn hacia la
ciudad de Pasto (capital del departamento
de Nario) est en el municipio de Rosas,
la segunda en El Bordo y la tercera en el
corregimiento de Mojarras. El visitante
debe saber que cualquiera de las vas que
elija, no son carreteras en buen estado, son
apenas caminos anchos, por donde transita toda clase de transporte, desde animal
hasta motorizado.
La va Rosas nos lleva al municipio de
La Sierra, donde encontraremos al final de
la cabecera municipal, un cruce de caminos que nos definir los poblados segn la
eleccin que tomemos. Por la margen derecha atravesamos los municipios y corregimientos de Santa Juana, San Miguel, Altamira, La Vega, La Zanja (en este corregimiento si tomamos la direccin derecha
siguiendo el curso de la carretera, podramos llegar a Almaguer) y Pancitar. La
margen derecha contiene a Frontino, El
Moral, El Oso, Rioblanco y Guachicono.
En la vereda de Quebradillas se encuentran estas dos mrgenes (la de Pancitar y
Guachicono), que se dividen nuevamente.
Hacia la izquierda nos dirigiramos a Valencia corregimiento en cuya jurisdiccin
estn las lagunas del Magdalena, de Santiago, de Cusiyaco y de El Buey (de gran
importancia sociocultural como lo mostrar ms adelante). La margen derecha
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Mapa No. 2
Delimitacin del Macizo Colombiano segn sus habitantes
Fuente: NATES, C. Elaborado con base en el referente oral y observacin en terreno, 1996
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de los lugares, obedeci a criterios prcticos del trabajo de campo, ya que geogrficamente me era imposible abarcar el conjunto de todos los municipios. No obstante, en un primer momento recorr una
parte considerable de todo este territorio
tomando informaciones, por lo que los
datos etnogrficos nos remitirn ms all
de las fronteras establecidas, puesto que
como es sabido, las fronteras culturales no
siempre coinciden con las geogrficas.
Sobre el modo de vida en el Macizo
Colombiano
El modo fsico y econmico
El medio natural del Macizo Colombiano, est determinado por las caractersticas geosistmicas que le corresponden
tal como lo he descrito al comienzo. Sin
embargo, sus cualidades climticas y de
vegetacin por distribucin de superficie,
segn los pisos trmicos son:
Cuadro N 1
Clima por Municipios-Macizo colombiano
CLIMA
Municipio
Clido
1028 Km2
Rosas
La Sierra
La Vega
Pata
Bolvar
Almaguer
San Sebastin
6
5
13
350
152
---------
Medio o templado
10468 Km3
165
175
187
177
459
113
18
fro
6447 Km2
25
37
210
----194
134
220
Pramo
3342 Km2
--------74
----82
73
198
Altitud m.s.n.m
1300
1880
2300
1000
1700
2312
2100
T0C
200C
180C
160C
250C
190C
170C
160C
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El modo social
En el Macizo Colombiano habitan indgenas yanaconas, campesinos, afrocolombianos y mestizos. Aunque, al ser entrevistados se reconocen en colectivo como comuneros6 del Macizo Colombiano.
Los indgenas en la actualidad no hablan
su idioma nativo, presumiblemente el
quechua, y de su vestido tradicional slo
se mantiene la ruana o poncho elaborado
de lana de oveja. Debo aclarar que en el
Macizo Colombiano la diferencia (eceptuando a los afrocolombianos) entre campesinos e indgenas es ms poltica que
cultural, ya que como lo veremos ms adelante, tanto campesinos como indgenas
provienen de un grupo tnico comn, con
una historia paralela y una identidad
compartida. As, estas tierras que antiguamente en su mayora representaban reservas indgenas, en la actualidad estn fragmentadas en resguardos indgenas, comunidades indgenas civiles y propiedad
campesina. Los resguardos y comunidades
civiles estn habitados por indgenas yanaconas regidos estos por un cabildo indgena. Desde aproximadamente 1980 todos
los Cabildos Yanaconas (tanto de resguardos como de las comunidades indgenas
civiles) estn agrupados en una organizacin ms grande conocida como El Cabildo Mayor. Este Cabildo se consolida hacia
1991, cuando los yanaconas comienzan a
trabajar en lo que denominaron la reconstruccin de nuestro pueblo. Es decir,
trabajar en torno a un proceso social y poltico que lograra configurar la identidad
yanacona, con injerencia no slo en los es-
cenarios locales, sino tambin a nivel regional y nacional. El Cabildo Mayor representa a los yanaconas a nivel nacional, y
vela por la operatividad y cooperacin de
los programas de beneficio indgena, dentro de los cabildos locales. Los resguardos
y comunidades indgenas civiles en cuestin son: Rioblanco en el municipio de
Sotar; Guachicono y Pancitar en el municipio de la Vega; Caquiona en el municipio de Almaguer y San Sebastin en el
municipio de San Sebastin; y las comunidades indgenas civiles de El Frontino, El
Moral y El Oso, en el municipio de la
Sierra.
Veamos a continuacin que son y como estn compuestas las entidades territoriales y socio-culturales del Macizo:
El resguardo es una entidad territorial
compuesta por corregimientos y, veredas
que en algunos casos abarca todo el municipio. Sus caractersticas son la propiedad
comunal sobre el territorio y la autoridad
regida por un Cabildo Indgena, que opera bajo leyes internas consuetudinarias reconocidas por la Constitucin Colombiana de 1991 para todas las comunidades indgenas del pas. Aunque los resguardos,
estn dentro de la divisin administrativa
del municipio al que pertenece su territorio, la autoridad no la ejerce la Alcalda
Municipal, sino el Cabildo Indgena.
Las comunidades indgenas civiles del
Macizo, fueron reconocidas como tales en
1989, y la diferencia con el resguardo radica en que no tienen un territorio de propiedad colectiva, sino particular. El fundamento de las comunidades civiles radica
en su organizacin sociopoltica que gira
lticos en la regin. Los integrantes directos del CIMA, son organizaciones ms pequeas como la asociacin de Madres Comunitarias, la asociacin de Proyectos
Productivos, etc., es como un ro alimentado de pequeas quebraditas a donde llegan las veredas, los corregimientos y los
municipios, eso se va sumando y llega a
ser el CIMA, dice un comunero. Para los
campesinos esta organizacin se convirti
en un catalizador, de todas las experiencias que se daban en la regin. Este Comit de Integracin del Macizo Colombiano,
esta organizado a su vez en comisiones
que se relevan cada ao, las cuales se encargan no slo de organizar eventos polticos (principalmente paros), educativos
(encuentros entre comunidad escolar y
docente) y recreativos (festivales, conciertos, etc.), sino tambin de trabajar en diversos aspectos comunales durante todo
un ao. Hay entonces comisiones de alimentacin, quien se encargan de recoger
alimentos entre los pobladores para las
movilizaciones o talleres de capacitacin;
comisin de disciplina que trabaja especficamente en la organizacin de los comuneros cuando hay paros, y una ltima comisin que es la de los dirigentes, quienes
trabajan capacitando a los pobladores
(muchas veces con apoyo de profesionales
en diversas reas de Popayn, Cali y Pasto), y haciendo gestiones con las autoridades gubernamentales desde su sede principal en Popayn.
Aunque el Cabildo Mayor y el CIMA,
son las organizaciones legitimadas por los
nativos del Macizo, existen otras organizaciones que tienen gran poder en la regin
De lo bravo a lo manso / 31
y que no son propias del Macizo Colombiano, sino de casi toda Colombia, en especial de las reas rurales, como son los
grupos guerrilleros y el narcotrfico. Los
grupos guerrilleros que se mueven o tienen frentes establecidos en la regin, son
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC), y La Unin Camilsta
del Ejercito de Liberacin Nacional
(UCELN). El grupo que ha tenido mayor
protagonismo y establecimiento en la zona ha sido UCELN.
Tanto las organizaciones locales as
como la guerrilla, han tenido que afrontar
de una u otra manera el conflicto suscitado por la produccin de los llamados cultivos ilcitos en la regin. Estos cultivos se
han transformado en ilcitos con el tiempo, puesto que antiguamente hacer referencia a coca y amapola, era pensar en los
remedios y prcticas del tewua7 para el caso de la coca; o en repostera de las abuelas para la amapola. No obstante en la actualidad es un verdadero problema en
muchos ordenes.
A la vez que se gestaban organizaciones socio-polticas en el Macizo, comenzaron tambin a llegar agentes externos, que
habiendo experimentado en otros lugares,
verificaron que la mejor tierra para una
ptima produccin de amapola eran las
zonas altoandinas, y por tanto, los sembrados en el Macizo Colombiano podran
dar buenos resultados. Con la idea de
sembrar amapola para sacar herona, llegaron gentes de muchos lugares del pas
(que a su vez haban sido instruidos -se-
gn algunos testimonios- por gringos) para proponer su produccin a los campesinos e indgenas, convencindoles de lo
millonarios que seran en poco tiempo y
sin mayores esfuerzos. Dentro de este
negocio se encuentran distintos actores:
los que siembran; los que compran y los
que transforman la amapola en herona o
la coca en cocana; los que la transportan;
y los patrones o dueos del negocio.
Con el nimo de optimizar ganancias cada uno intenta escalar posiciones ms altas y es cuando vienen las guerras internas, muertes y castigos ejemplarizantes
por ajuste de cuentas, debido a engaos
en las ventas (mezcla del producto puro morfina, cocana- para mayor rendimiento), delato a la polica, robo de armas, cortejo a las novias ajenas, entre otros muchos motivos. La violencia que debido a
estos conflictos se lleg a generar en el
Macizo entre 1987 y 1994, fue tan profunda que afect en gran medida el respeto
por las organizaciones locales y se desbord cualquier pacto de convivencia. No significa esto que para la actualidad las cosas
estn totalmente saneadas, pero s que el
problema es menos intenso y ms controlado por las organizaciones sociales, quienes comienzan desde el primer momento
de la aguda situacin, a trabajar en reuniones, asambleas generales y comits de
convivencia, para conscienciar a la poblacin de las peligrosas consecuencias de tal
negocio.
Captulo 2
ECHANDO A ANDAR
Los caminos de estas tierras en los tiempos coloniales
La importancia de un captulo sobre la
historia colonial, radica en el contexto que
nos brindar para comprender posteriores
referencias al territorio. Creo pertinente
abordar dentro de este proceso, el modo y
las expresiones por medio de las cuales fue
configurndose la formacin del hoy Macizo Colombiano, para clarificar en captulos posteriores, cmo la gente de esta regin viene conociendo, construyendo,
fundando, usando, poblando, controlando
y explicando su territorio en trminos sociales y ecolgicos. La presencia reiterada
del oro asociado a las minas coloniales tal
como lo veremos al abordar la categora
de lo bravo; la refundacin de los poblados indgenas en la socializacin del
amanse; son entre otros, muchos de los aspectos que quedaran sueltos sino partieran o se articularan al andar histrico por
el que ha transitado el Macizo Colombiano, en el escenario de la colonial Gobernacin de Popayn y el Distrito de Almaguer.
Los hilos conductores que nos encaminaran por este recorrido sern la organizacin administrativa (audiencia de Quito,
Gobernacin de Popayn), la organizacin social (los Pueblos de Indios, las Encomiendas), la organizacin poltica o sistemas de cargos (resguardos, los cabildos),
tocando en estas instancias la ideologa
misionera de los franciscanos, quienes en
gran medida estructuraron y dinamizaron
la divisin territorial y la organizacin social en estos territorios.
De lo bravo a lo manso / 35
oriental est asimismo la muy porfiada provincia de los Pez (). Hacia el oriente est la provincia de Guachicono, muy poblada; mas adelante hay otros muchos pueblos
() y adelante [el ro] que llaman de los
Capitanes, y () la poblacin de Pata, que
se extiende por un hermoso valle ().
En cuanto a sus posesiones y a su
mundo socio-cultural, el cronista se refiere principalmente a sus riquezas en oro y
a las bizantinas costumbres paganas. Poseyeron oro fino -dice el cronista-, del que
hacan joyas. Eran grandes guerreros,
con los espaoles la tuvieron grande ( ).
Lleg a tanto su dureza que se dejaban morir por no subjetarse ellos (). De sus
costumbres religiosas, anotaba: En algunas partes se les han visto dolos, aunque
templo ni casa de adoracin no sabemos que
la tengan; hablan con el demonio y por su
consejo hacen muchas cosas () no tienen
conoscimiento de la inmortalidad del nima enteramente; ms creen que sus mayores
tornan vivir, y algunos tienen que las nimas de los que mueren entran en los cuerpos
de los que nacen () y puesto que los
principios se tuvo algn cuidado de la conversin destos indios, no se les daba entera
noticia de nuestra religin, porque haba
pocos religiosos. En el tiempo presente [siglo
XVI] hay mejor orden as en el tratamiento
de sus personas como en su conversin. En
cuanto a sus atuendos describe: andan
desnudos y descalzos, sin traer ms que algunas pequeas mantas y enjaezados con
sus joyas de oro. Las mujeres andan cubiertas con otras pequeas mantas de algodn y
traen sus cuellos collares de unas moxqui-
De lo bravo a lo manso / 37
todo el territorio que ella abarcaba corresponda a gente de un mismo grupo tnico,
hay indicios de que las tribus de los calientes de Guachiconu, que habitaban en
el curso inferior del ro Guachicono, lo
mismo que algunas de la hoya del ro San
Jorge, eran de cepa distinta. Los pueblos
de Guachicunu y Pantara (as lo llaman
en los documentos coloniales) parecen
haber sido en cambio, homogneos. Las
gentes de Pacitar y Guachicono se casaban entre ellas, pasaban de una parte a
otra para vivir, era tal la relacin entre
ellos que algunas veces los encomenderos
tuvieron dificultad para saber a cuales de
los dos perteneca un tributario. La segunda divisin era la del pueblo de la Cruz, situada al sur de la provincia de Guachicunu, en las partes medianas y altas del valle
del ro Mayo. Sus moradores tnicamente
distintos de los del resto del distrito pertenecan a las naciones a quien llaman los
quillacingas.20 La tercera divisin, estaba
formada por el pueblo llamado los Papallatas, o de Papallata, comarcanos de la loma de los Humus y el actual Pramo y Valle de las Papas. Estos habitantes hablantes
de la lengua haxa, no tenan afiliaciones
con los Quillacinga del ro Mayo, ni tampoco con las tribus de Guachicunu y Pantara, aunque hay indicaciones de que
mantuvieron relaciones amistosas con stos, y que pudo haberse dado una cierta
aculturacin entre los dos grupos.
Las tres secundarias, la autora las inscribe como independientes, es decir que
no tena -aparentemente- nexos directos
con las anteriores. Estas eran: Cacaoa actual Caquiona; Choa, cerca del actual P-
ramo de las Papas; prximo del actual departamento del Caquet estaba Yscance,
hoy Iscanc o Descanc.
Estas sociedades eran sedentarias,
agrcolas, semi-estratificadas, rurales y familiares, probablemente patrilineales y
patrilocales. En el territorio de un pueblo
no haba heredades particulares, una familia era duea de su vivienda, su huerta
casera, sus enseres y un individuo de sus
armas, prendas de vestir ornamentos y
utensilios, pero la tierra era de la comunidad. La base de la agricultura era el maz,
pero los indios cultivaban muchos otros
frutos de la tierra. Juan Friede21, basndose en indicios arqueolgicos y Visitas, argumenta que estas tribus -l las denomina
Tribus del Alto Magdalena, por nacer ah
el ro Magdalena- labraban la tierra con
macanas de madera, hachas y barretones
de piedra, para cultivar adems de maz,
papas, yucas, arracacha, frijoles, man, zapallos, batatas, pltanos, caas dulces y
otras legumbres (desde 1000-3800 metros
sobre el nivel del mar). La pesca y la caza
complementaban seguramente su dieta.
La poblacin total de estos grupos al
momento de la conquista era de aproximadamente ochenta mil nativos22. Debido a los malos tratos por el trabajo en las
minas, declin la poblacin originaria -tal
como lo veremos ms adelante-, que luego
se nutri con los yanaconas trados del
sur, los negros trados de Guinea principalmente, como esclavos para las minas de
oro y de mestizos surgidos en la conquista.
Al momento de la conquista eran varios los dialectos que se hablaban en Almaguer23. Sin embargo, el Quechua exis-
De lo bravo a lo manso / 39
gros, porque vienen cuadrillas de otros pueblos [del mismo distrito de Almaguer]. Teniendo en cuenta la importancia en riquezas, este fraile pide a la corona le conceda
algunos beneficios a la ciudad para su
buena marcha, al respecto dice: Podra
Vuestra Alteza poner en este lugar un escribano o 2 o uno para el pueblo y otro para las
minas (). Sera necesario que en este lugar hubiese un protector de naturales ( ).
Estos dos beneficios en este dicho lugar no
estn dados por Vuestra Alteza y son buenos
para aquella tierra, porque cada da se descubren ms ricas minas29.
Para consolidar la fama de ciudad aurfera, Almaguer contaba con una poblacin nativa que, en nmero y capacidad
laboral, se acomodaba a los intereses de
los conquistadores. Desde un comienzo se
hicieron repartimientos de indios y de tierras entre los participantes de la pacificacin, los que junto a una clase comerciante que atrada por el oro, llegaba de ciudades como Buga, Quito, Pasto y Popayn,
conformaron un crculo poltico cerrado
que monopolizaba el poder sobre la ciudad, su jurisdiccin y los recursos econmicos en ella contenidos30.
Hipotticamente algunos autores afirman que en el distrito de Almaguer, la ostentacin del poder econmico por parte
de los conquistadores y fundadores no estuvo basada en la posesin de la tierra como tal, sino que detentarla aseguraba la
mano de obra necesaria para la explotacin de metales preciosos. Por lo tanto la
agricultura, verdadera vocacin de la regin, ocup un papel secundario31. Debido a que los indios eran todos empleados
yana constituan el grupo social ms alejado del campesino andino clsico34. Cieza
de Len define a los yana como criados
perpetuos35. Pero cmo surgieron los
yana?, El rey Topa, quien rein en el siglo
XV, tena un hermano a quien design inspector general. Cuando el inspector lleg a
la zona que se le haba asignado, se apoder
de un nmero mucho mayor de gente que el
que se le haba fijado, diciendo que todos
eran sus yanaconas que as llaman a sus
criados. Estas personas fueron escondidas
del censo; el hermano del rey esperaba formar con ellos un ejercito para derrotar a Topa. Pero este descubri la conspiracin, destruy al traidor y a todos sus consejeros y
favorecedores y emprendi l mismo el censo. Su esposa y hermana Mama Ocllo, le rog que detuviera la matanza, que perdonara a los sobrevivientes, aplicndolos para
su cmara de criados ()36 a todos los
perdonados se les conoci luego como yanayaco; ya no fueron enumerados en el
censo, por no merecerlo. Pero esto no indica, que no hubieran existido ya esos
criados cuando el hermano de Topa lleg.37. Sin embargo, los yanaconas llevados
por los espaoles hacia las zonas del actual
Macizo Colombiano, pueden o no haber
pertenecido a esta categora social incaica,
ya que en las primeras dcadas posteriores a la invasin, los europeos esclavizaron
a mucha gente a quienes denominaron yana, pero que nunca haban sido de condicin servil antes de 153238.
El traer estos pobladores como vituallas, supli muchos de los trabajos iniciales de la conquista del suroeste del actual
Colombia, especficamente de la Gober-
De lo bravo a lo manso / 41
Midelos tiene dos hijos mestizos, hijos de indias y suyoscruelsimos contra los miserables indios y con ser de esta suerte y que es
gente que vive mal estos mestizos, y que hay
proceso hecho contra ellos () cuando tienen necesidades, hacen juntar a los indios y
con amenazas les sacan los dineros que tienen diciendo que si no lo dan, los azotarn
y que si lo dan que ellos tienen autoridad y
mando para que se emborrachen y hagan
sus bailes, y estos dichos mestizos () bailaban entre ellos a fin de sacarles el oro que
tenan los miserables indios, porque estos
mestizos residen siempre en los indios de su
padre que son en un pueblo que llaman
Panzitara [actual Pancitar] (). Con todas estas cosas salen ellos porque su padre es
el ms rico de este lugar () es teniente de
gobernador40.
En estas circunstancias se dinamiza la
institucin de la Encomienda, distribuida
por encargados encomenderos, los cuales
se distribuan los distintos poblados para
hacerlos sus tributarios. Estos repartimientos significaban el privilegio de recibir un tributo de los indios pero no incluan dominio sobre tierras u otros recursos, o al menos as rezaban las leyes coloniales. El encomendero sustitua el poder de las jerarquas aborgenes que reciban tributo con anterioridad, a travs del
dominio sobre una jurisdiccin territorial
ejercida desde la ciudad41. Estos tributos
pagaderos en diferentes especies, para el
caso del Macizo Colombiano, slo eran
efectivos a travs del trabajo en las minas,
ya que las labores agrcolas como se explic antes, fueron por este mismo hecho totalmente desplazadas.
Antes de pasar a recrear el tema de las
Encomiendas y los pueblos tributarios,
creo pertinente hacer referencia a otros
personajes que bien se articularon a todo
este proceso del encomendamiaje, los curas doctrineros o misioneros. Los encargados de adoctrinar en el curato de Almaguer fueron los Franciscanos. Su convento
se estableci en Almaguer en 153742, mucho antes de que sta se estableciera como
ciudad y tenan su residencia en el actual
pueblo de la Vega. Su jurisdiccin en el
Macizo Colombiano, se extendan hasta
las poblaciones de la Cruz y Mercaderes.
Despus de un terremoto acaecido en la
regin en el ao de 1765, los franciscanos
se trasladaron a su convento de Popayn.
Aqu en este lugar para adoctrinar estos
indios hay 6 sacerdotes -escriba Geronimo
de Escobar en el ao de 1582- que andan
dispersos en contorno de ms de treinta leguas. Pagan a cada sacerdote hasta 350 pesos de oro, que es la moneda que aqu corre
() Hay en este dicho lugar una buena
iglesia que yo hice hacer siendo visitador,
que tenan una de paja 32 aos haba ().
Aqu pone el obispo de Popayn un cura vicario que le vale hasta 400 pesos de oro y en
las minas hay otro beneficio que vale
500Valen los diezmos de este lugar un
ao con otro, 500 pesos 43. Respecto a los
resultados en la instauracin de esta doctrina, Fray Juan de Santa Gertrudis44 ano-
ta: nosotros predicamos en Almaguer nuestra misin, con mucho fruto de las almas45
Las instituciones reductoras: Tributos y
Encomiendas
Aunque el tributo fue el mvil principal de la Encomienda, lo retomo separadamente para tratar de forma ms concreta, su establecimiento y consecuencias como factor colonial que mayor detrimento
caus a la poblacin nativa. Scase en l
[Distrito de Almaguer] mucho oro y se ha
sacado grandsima cantidad con indios naturales de la tierra y algunos negros46. En
el cuadro que sigue se registran los indgenas tributarios y su descenso en los periodos comprendidos entre la fundacin del
Cuadro N 3
Poblacin tributaria de Almaguer (1551-1728)
Ao
Poblacin
1551
1554
1559
1570
1582
1583
1606
1638
1667
1675
1680
1728
15000
7500
3600
3200
2000
3000
256
520
100
72
80
111
Fuente
Fray Gernimo de Escobar
Gonzlez Grandino*
Annimo
Garca de Valverde**
Fray Gernimo de Escobar
Guillen Chaparro***
Armenteros y Henao**
San Isidro Manrique
Incln Valdez**
A.C.C. sig. 1757
A.C.C. sig. 1565
A.C.C. sig. 3328
De lo bravo a lo manso / 43
De lo bravo a lo manso / 45
da, a la organizacin sociopoltica de dicha poblacin, razn por la que las abordo separadamente. La fundacin de un
pueblo se iniciaba con un primer acto oficial, el bautizo. Este consista en asignarle
el nombre que podra ser, el del santo que
coincidiera con el da de dicha fundacin;
el del patrono de la orden misionera; el
nombre de una Virgen o de Jesucristo. El
misionero al ser aceptado, levantaba la
cruz y construa una nueva iglesia. Conviene resaltar que casi siempre los nuevos
pueblos tenan nombres compuestos; el
primero tena carcter religioso y el segundo designaba al grupo tnico, ya sea
por el nombre de su jefe o por sus caractersticas fsicas o de personalidad. Este ltimo facilitaba que los frailes identificaran a
los indgenas que habitaban el pueblo en
cuestin72. Ejemplos de ello son Santiago
del Pongo (pueblo del Macizo Colombiano) o San Juan de los Andaks (pie de
monte amaznico del Macizo Colombiano).
Dentro de estas fundaciones se conformaron lo que se conoci como los
Pueblos de Indios. stos constituyeron la
unidad bsica que se empleo en la colonia
para identificar
diferentes etnias prehispnicas. Cada
uno de estos pueblos estaba constituido
por varios linajes, localizado en un territorio especfico, bajo la direccin de un cacique principal y otros secundarios, con una
produccin comunitaria y con un conjunto de creencias y prcticas consideradas
mgicas. A pesar de esta intencionalidad,
cada pueblo no constituy jams un sistema independiente de los dems pueblos
De lo bravo a lo manso / 47
recursos necesarios acordes a sus necesidades econmicas y culturales; y su religin profundamente relacionada con su
medio ecolgico. Adems, de la defensa
por lo suyo, la insurreccin de los indgenas se dio tambin, por el temor a las epidemias -fcilmente transmitidas entre una
poblacin aglutinada- y a la evidente explotacin de su fuerza de trabajo, si se
asentaban en los pueblos indios78.
Para el caso del Macizo Colombiano
solo hasta 1559 se tiene noticias de un
pueblo de indios, cuando el Visitador Toms Lpez Medel orden la fundacin de
uno, en el pueblo prehispnico de la
Cruz79. En 1667 cuando Diego de Inclan
Valdz lleg, y el ciclo de oro en Almaguer
haba definitivamente terminado, encontr solo 100 familias indgenas. Pese a esto
los Pueblos de Indios en el Macizo nunca
dejaron de existir; an cuando solo estaban conformados por pocas familias, legalmente existan y aunque algunos no
contaban con un poblado unificado, seguan manteniendo sus toponmicos indgenas y sus autoridades en toda la ley80.
Entre los Pueblos de Indios distribuidos bajo la jurisdiccin de Almaguer estaban los actuales pueblos y/o resguardos de
San Sebastin, Santiago del Pongo, Pancitar, Guachicono, Ro Blanco, El Rosal,
San Juan, Los Milagros, Caquiona; adems
de los referenciados para la Colonia camino de Almaguer, por Fray Geronimo de
Escobar81, como Xacanat, Sacandonoi,
Palacino, Mamendoy y el pueblo de la
Cruz.
una traba para la libre circulacin de tierras. Segn los grandes propietarios de terrenos privados, el resguardo interfera en
el desarrollo de la produccin, y sin embargo, al pas le sobraban tierras. El problema mayor era sin duda la escasa mano
de obra; y la disolucin de los resguardos,
supuso la permanencia masiva de los indgenas en las haciendas y menos liberacin
de tierras87.
Algunos de los ms antiguos resguardos indgenas de Colombia, se configuraron en el Macizo Colombiano, entre los
2000 y 2800 m.s.n.m. No obstante, toda la
gama de resguardos constituidos colonialmente, no se conservan hasta la actualidad, muchos fueron repartidos en razn
de la pugna por la propiedad sobre la tierra y la mano de obra. En el Macizo fueron
repartidos los resguardos de la Cruz, de
los Milagros (antiguo Jayo) y el Carmen.
El resguardo del Rosal (antiguo San Juan
del Rosal), todava vigente en 1892, desapareci posteriormente. La reparticin del
resguardo de Santiago del Pongo, ocurri
en 192788.
El debilitamiento de la organizacin
del resguardo en el Macizo Colombiano se
produjo, debido a la constante lucha -con
variable xito- contra el colonizador blanco, espaol y criollo. Muchos indios tanto
yanaconas como pertenecientes a reducciones, abandonaban el resguardo o su
pueblo, y deambulaban por la regin viviendo como trabajadores de predios privados en calidad de jornaleros89. Las autoridades coloniales trataron en vano de impedir la vagancia con ordenanzas y leyes.
El resguardo mismo empez a desmoro-
De lo bravo a lo manso / 49
De lo bravo a lo manso / 51
les, ecolgicos, entre otros. Ante el casi total fracaso de esta actitud de sublevacin,
los indgenas replantearon el uso de los espacios territoriales impuestos en la Colonia, y empezaron a gozarce el espacio.
Buen ejemplo de ello fueron las iglesias,
convertidas en sitios de regocijo comunal,
donde las chirimas y mojigangas en nombre de los pobladores, tomaron lo sacrocatlico y lo volvieron suyo: cuando el padre tena en alto la hostia y el cliz, reson
la msica indgena!. Los hombres enmascarados danzaban con estilo de bacanal alrededor del sacerdote.
Pero no bast con que el territorio
transformado fuera resignificado por los
nativos, los constantes reacomodos a los
que los sometan, contino con la instauracin de los Resguardos y la posterior disolucin de muchos de estos. A pesar de
estas imposiciones y movimientos, los
Captulo 3
cundarios controla el orden social. Cualquier comportamiento que rebase los lmites culturales (alcoholismo, delincuencia, infidelidades, etc.), son sancionados
por El Jucas a travs de El Guando, La Turumama y El Duende.
El Puma y El Alkuruna, tienen vida
propia, es decir, son concebidos como divinidades que actan bajo una representacin distinta a la de El Jucas (aunque este
sea la divinidad suprema). El Alkuruna es
considerado el pantasma de la msica, es
el modelo por medio del cual los comuneros se explican el origen de la msica a travs de los sonidos de la naturaleza. El Puma es el pantasma que recuerda el pasado.
Y aunque en la actualidad tiene una representacin social importante, esta es una
divinidad que tiene mayor relevancia histrica. Este ser simboliza en su fiereza de
tigre americano, la proteccin comunal,
ayudando a preservar el orden social de
los comuneros.
Los Santos Remanecidos son considerados como santos originarios del Macizo, antiguos dioses que adoraban los tapuncos [antepasados]100. Estos santos
indican continuidad con un tiempo anterior (remanecer, aparecer de nuevo), con
la poca antes de la Conquista. Estas divinidades son presentadas como los seres
que conectan el mundo aborigen con el
hispnico. La representacin de estos santos en el Macizo es hecha a partir de las
imgenes de santos y Vrgenes como Mama Concia o Virgen de Caquiona, Virgen
de los Remedios, Virgen del Rosal, Virgen
Concepcin de la Candelaria de Pancitar,
De lo bravo a lo manso / 55
Pan de Azcar (Sotar). Aunque cada poblado tiene un cerro que se considera tutelar, todos los cerros forman en su conjunto, uno de los referentes geomticos
ms importantes del Macizo Colombiano.
De todos estos cerros, hay unos considerados Cerros Mayores, como el Cerro de
Punturco, Cerro de La Campana, Cerro de
Caquiona y Cerro Pan de Azcar. En
cuanto a las lagunas, El Macizo Colombiano tiene treinta en total, de las cuales las
ms importantes tanto a nivel mtico como hdrico son: Laguna de la Magdalena o
del Magdalena (7. 2 ha), Laguna del Buey
(64 ha), Laguna de Santiago (12.2 ha), Laguna de Cusiyaco (6.2 ha) y la Laguna de
San Patricio (20.2 ha). Ubicadas en alturas
que van desde los 3.350 m.s.n.m. hasta los
4.200 m.s.n.m.101. Los pramos ms importantes son: Pramo de Letreros, Pramo de las Papas y Pramo de Barbillas. Y
entre los volcanes y nevados estn: Volcn
Sotar, Volcn Purac y la Sierra Nevada
de Los Coconucos.
Cada uno de los sitios de encanto es
representado como un ser vivo personalizado, que adems de presentarlo con
nombre propio, se hace alusin a su historia particular. As, ante la pregunta: -Por
qu las lagunas son bravas?, la respuesta
es: -Porque es un sitio con historias, eso
all tiene harto que contar.
Los cerros y montaas son considerados los guardianes. stos son sitios tutelares de cada poblado desde donde las divinidades, guardan a la comunidad de males
mayores. El cerro es visto con gran respeto como premonitorio de desgracias o bie-
De lo bravo a lo manso / 57
al lugar, sino porque el gua es quien conoce las prcticas o gestos rituales, que se
deben tener presentes para calmar un
sitio de encanto, si ste se llegara a enfadar con el visitante. Todas estas prcticas
y normatividades sern tratadas con detenimiento al abordar el proceso cultural de
el amanse.
Los cerros en tanto son considerados
seres vivos, se les atribuye directamente
caractersticas humanas, tales como el habla (dilogos entre cerros), el comportamiento (reacciones de enfado), el movimiento (visitas) y las posesiones (fortunas
en oro). Los dilogos atribuidos a los cerros se establecen mediante los bramidos. Cuando en estos lugares se producen
movimientos telricos, se considera que
los cerros estn en dialogo, sealando
cambios atmosfricos o ambientales para
la comunidad. Pero adems dichos bramidos o movimientos, son vistos como expresiones mediante la cuales los cerros,
ponen de manifiesto su caracterstica de
lugares bravos. Cuando los cerros son bravos, braman, dice un comunero, algunos
avisan que llega el invierno como el de Punturco y el de Caquiona que se nuban [nublan] en la coronilla cuando viene el invierno. (Entrevista No.5: H. S. 50 aos. 1994).
La caracterstica humana de enfado
atribuida a los cerros, se establece como
un signo de rechazo ante la presencia de
los seres humanos, que sin los permisos
requeridos entran a estos sitios. La reaccin de los cerros es vista en las grandes
tempestades de color morado, que como
respuesta a tal intromisin, se producen
en cuanto el forastero llega a las cumbres.
rial, yo sugerira una alusin al tiempo colonial a travs del oro como propiedad de
los cerros. Esto es, as como en Semana
Santa a travs del oro se recuerda la poca
de las Mitas, la figura de este metal como
tal, sugiere la ubicacin en los cerros (minas) de un tiempo primero, la Colonia. He
aqu, la primera representacin del tiempo en el espacio asociada a la categora de
lo bravo104.
El abuso sobre estas posesiones tambin puede hacer reaccionar al cerro como
un ser que entra en clera hasta el punto
de provocar la muerte. Los constantes derrumbamientos en las minas de oro entrada la Repblica -momento en que el Gobierno Nacional entrega a los ingleses, la
final explotacin a gran escala de estos recursos-, son descritos por los pobladores
como un castigo del cerro, que vindose explotado, reacciona en rebelin como lo hicieron en su da los comuneros
frente a la explotacin colonial, la siguiente referencia ilustra esta explicacin, haciendo alusin a una de las minas ms trabajadas hasta casi entrada la dcada de
1970:
El Cerro Gordo tambin es encantado, all hay
minas de oro y como sacaban tanto hasta casi
morise el Cerro, el se estaba vengando y a unos
los haba aplastado, cuando estaban tratando
de sacar oro haba hecho una bramasn [bramar] y se los trag. (Entrevista No.4: A.M. M.,
65 aos. 1994).
De lo bravo a lo manso / 59
de energa espiritual y de elementos medicinales para el tewa. Los pramos y lagunas en el Macizo Colombiano guardan relacin con el origen. Origen de las plantas
cultivadas, origen de las divinidades y de
los nativos, etc.. Las lagunas tienen una
gran importancia para el pas debido a
que -como ya lo hemos dicho- ofrecen un
considerable porcentaje del agua que consume Colombia, emanada de los ros
Magdalena, Cauca, Pata y Caquet que
nacen de stas lagunas. Los nativos prefieren de ser posible, no consumir el agua de
stos ros, debido al carcter sagrado que
les atribuyen. Para evitar este consumo,
cada una de las familias lleva hasta sus casas acueductos caseros hechos de madera,
desde pequeos nacimientos naturales llamados ojos de agua, de donde sacan el
agua para el consumo cotidiano105.
A la llegada de los espaoles, estos lugares fueron vistos bajo una significacin
diferente. Con la expansin de la religin
cristiana trada por stos, las lagunas, cerros, bosques, montaas y volcanes, pasaron a ser concebidos como sitios demoniacos, que con una posterior relectura
local, se transformaron en lugares del bien
(imagen primera) y del mal (imagen posterior). Algunos cronistas o misioneros de
la colonia, muestran en sus obras106 la importancia que tena para los indgenas dichas lagunas. Eran los sitios de rituales sagrados por excelencia, las ofrendas a los
dioses se haca desde all, los sacrificios
simblicos se efectuaban desde estas
aguas. Los misioneros consideraban que
en estas lagunas habitaban fuerzas diablicas que inducan al mal a los nativos.
Igual que los cerros, las lagunas tambin son antropomorfizadas. Adems de
ser smbolo de origen, estas aguas son
identificadas con los antiguas de antes
De lo bravo a lo manso / 61
to de los pobladores del Macizo Colombiano. En uno de los mitos ms extendidos sobre dicho origen, se cuenta que:
Una vez, sali una india y que se puso a andar
por las montaas, y sac un chiquillito del
agua y que se puso a andar por todo el Pramo
de las Papas, y que l quera casarse con ella, y
ella le deca que cuando estuviera grande. Y
cuando se cri, se casaron en la Laguna de Santiago y tuvieron familia, y de ah salieron los
dems seres humanos. En cada parto es que tena de 6 a 8 hijos. Despus que sus hijos crecieron, [sus padres] decidieron irse al fondo de la
laguna, pero antes aconsejaron a todos sus hijos que cuidaran los sitios bravos, que no dejaran robar el oro, que no se dejaran mandar de
nadie y que no peliaran entre ellos. Al final se
volvieron culebras los dos y se hundieron en la
laguna de Santiago y no salieron ms. (Entrevista No.10: Y. V., 18 aos. 1994).
De lo bravo a lo manso / 63
La anterior referencia pone en evidencia que el mundo de los Tapuncos, es el anverso del mundo de los seres humanos.
Los Tapuncos perteneciendo al pasado,
viven en un mundo igual pero diferente al
mundo de sus descendientes. Sus formas
de vida son descritas a travs de mitos que
muestran, cmo estos antepasados cultivan la tierra con maz, tienen familia y se
organizan socialmente como los comuneros actuales. La diferencia se establece no
slo porque son habitantes de un mundo
subterrneo, sino tambin porque al contrario de los humanos, no tienen ano. El
no tener esta caracterstica, los define como casi humanos que se alimentan con el
olor de las comidas. Seres cuya nica posibilidad de alimentarse est en las comidas
excesivamente condimentadas u olorosas:
Los Tapuncos deben cocinar cosas bastante
olorosas, para poder alimentarse porque no
pueden comer (). Es que ellos no tienen conducto [ano] como nosotros (). (Entrevista
No.20).
La evidencia que los narradores brindan para definir a los Tapuncos como primeros cultivadores de maz, se establece a
travs de las herramientas prehispnicas
hechas en piedra, para el procesamiento
de esta gramnea: el metate y la mano de
moler. Dichas herramientas son encontra-
De lo bravo a lo manso / 65
Estos seres tienen un periodo de almas en pena antes de situarse definitivamente en el limbo. Durante este tiempo, se
cree que deambulan convertidos en rbol
de fraile [sauce], a travs del cual salen en
los caminos abandonados a refrescar su
condena:
() Ese nio [auca] se hace un rbol () y se
ponen un sombrero grande (). Ese rbol sale en donde se entierra al nio y se llama rbol
de fraile, mide treinta metros, unos dicen que
es el rbol del sauce. Se cran en rbol y despus se van al limbo que es su morada pa
En la imagen del misionero rondando los caminos abandonados, no solamente hay una asociacin del atuendo y
fisionoma de estos misioneros con el paisaje (rbol de fraile), sino tambin, que
puede estarse sugiriendo una relacin entre el auca en pena como un castigo del
precepto catlico, con la figura eclesial representada por dichos frailes.
Las madres de los nios aucas son vistas con cierta lstima y rechazo por el resto de la poblacin, ya que es la madre
quien tiene la responsabilidad de hacer
bautizar al nio al momento de nacer. Esta omisin es la condena del nio y la sancin social de la madre. Pero no slo los
nios al morir pueden ir a un lugar sin retorno, tambin ciertos adultos fallecidos
pueden habitar un espacio similar dentro
del Mundo de los Muertos, a ste grupo nos
referiremos a continuacin.
De lo bravo a lo manso / 67
() eso es duro, tener en la familia un difunto as matao por otro o por l mismo, duele
harto porque esa desgracia no se pasa nunca.
Uno carga con esa vergenza, como con ese
amargo [deshonra], y el da de los muertos es a
uno a quien ven con ms pesar y murmura la
gente, cuando uno va al cementerio, es ms duro pa [para] la mam claro, ellita sufre ms la
pena, no ve que [ya que] ella lo trajo a ste
mundo. (Entrevista No. 13).
De lo bravo a lo manso / 69
Para los comuneros del Macizo, el sitio donde est ubicada una guaca no lo
ve cualquier persona, slo quien es elegido por el espritu de algn antepasado,
Las guacas()eso lo ve l que le conviene,
die cuenta y as se quedan entierros que guardan espanto cuando se muere la persona. (Entrevista No.13)
El hecho de que las guacas slo se evidencien en Semana Santa puede estar remitiendo a la superposicin de dos tiempos sagrados. El tiempo santo, se encuentra con el tiempo de los prehispnicos y de sus dioses, durante los mismos
das. Es como redefinir el tiempo santo
cristiano en el tiempo indgena. La siguiente cita oral sustenta esta explicacin:
Eso [las guacas]es de los antiguas, que llenaban
en ollas cocitas de oro. Cuando de repente usted va pasando en una ()una finca y ve que
arde una llama azul, si es azul es solo tierra, pero si arde colorada es teneres [tesoro], eso se
seala el Jueves Santo, slo arde ese da; se seala y el Lunes de Pascua se saca. si uno no lo
seala en das del seor, la tierra se los traga,
eso aparece ese da porque antes ellos no crean
en Dios, ni en nada. Las guacas eran de la gente incrdula [en el Dios cristiano]. (Entrevista
No.13).
De lo bravo a lo manso / 71
maana, se considera un sitio malvientoso. Se supone que son estas horas en que
los espritus de los difuntos salen a descansar y cualquier persona que por all
pase, padecer la enfermedad del susto.
En las cabeceras municipales el entierro primario se hace en el cementerio y el
secundario en osarios que se suelen construir dentro de las capillas del mismo cementerio. En el resto de lugares, existen
campos-cementerios, donde no hay osarios, por lo que las sepulturas se hacen directamente en la tierra, as evitan llevar los
restos fuera del sitio natal del difunto y facilita hacerle la ofrenda el da de los muertos el uno de noviembre.
Ojos de agua, cascadas, quebradas y
ros, son fuentes de agua consideradas sitios de habitacin de los pantasmas secundarios. Igual que para el Jucas hay una
casa cuando baja de lo bravo, para los
dioses que estn despus de ste tambin
la hay. El Alkuruna, La Turumama, El
Duende y El Guando, tienen en estos sitios
su casa.
Un ojo de agua, es como ya lo anotamos antes, un nacimiento de agua. Este
nacimiento es la despensa hdrica para el
consumo diario. Una cascada o chorrera
es como en Espaa una cada de agua. Las
cascadas pequeas se llaman chorros. stos marcan el lmite de la casa propiamente dicha, con el espacio circundante. Una
quebrada es una pequea rivera, un pequeo ro. Entre las principales cascadas
tenemos: la Cascada de Bedn, Cascada de
la Campana, Cascada de la Esperanza,
Cascada Negra, Cascada del Diablo. Los
ojos de agua ms importantes son: Las
De lo bravo a lo manso / 73
De lo bravo a lo manso / 75
mundo bravo, de forma general argumentan que pertenecen a los bosques y selvas.
En los comentarios orales, la ubicacin de
estos personajes en el Mundo de la Gente
del Monte, se explica como un castigo a su
ansia de riquezas:
()Y esos espaoles por buscar oro tambin
se han de ver vuelto [se habrn vuelto] gente
del monte como esa gente [los indgenas amaznicos]. (Entrevista No. 29). As tambin,
Los gringos se quedaron para siempre en ese
montunal [selva], chupa no ve?! [ah tienen el
castigo], por gular con la abundancia (). Se
queran llevar todo, esos embotados [con botas], aguachentos [casi alvinos]. (Entrevista
No. 41: O.M., 23 aos. 1996).
De lo bravo a lo manso / 77
El alma es lo que los compautos ofrecen al Jucas a cambio del poder que les
brinda:
() El problema es que el que quiere lo nombra [al Jucas] hasta que se aparece y a cambio
de teneres, le dan el alma. (Entrevista No. 31:
E.C., 63 aos. 1996).
tradicin oral recrea como lugares de empautamiento: cuevas, caadas, vegas de los
ros, cerros, etc. Una vez la persona se ha
construido a si misma como empautao,
viene el pacto propiamente dicho y la exclusin social a la que se lo somete. Esta
exclusin de persona maldita, sera imposible superar psicolgicamente, si el pacto
no tuviese resultado. Cuando se han logrado los dones pedidos, este personaje
entra de nuevo en la sociedad, pero a travs de espacios sociales mal vistos como
las galleras o sitios para peleas de gallos y
las casas de juegos de azar. Las actividades
de un empautao en estos sitios, slo sern
posibles en la noche (un empautao relega
el da a los seres normales). En estos lugares comienza el compauto a legitimar su
poder y a ganarse el miedo, respeto y envidia de los dems.
La iniciacin del pacto con el Jucas comienza por la lectura de libros malos, as
son llamados los libros de magia negra
que circulan de forma secreta en los das
de mercado, y que son trados con especial
sigilo a quienes los encargan de las capitales. Estos libros deben leerse en los sitios
bravos destinados a los empautaos, para
que operen los resultados esperados. Ante
la pregunta de dnde salen dichos libros,
como se adquieren y cmo deben leerse
para lograr los resultados buscados, he encontrado las siguientes respuestas:
Estos libros malos son as porque ensean secretos vanidosos y que legalmente hablan de
los procedimientos de que el diablo puede ayudar a hacer malas obras. Es un libro que puede
presentrsele a un lector como bien imprentado, pero que las enseanzas del libro siempre
Una vez ledos los libros malos, se consolida el pacto mediante requisitos como
establecer citas con el Jucas, en sitios bravos
y horas malas. Si el compautu no cumpliera el pacto habiendo recibido los favores,
el Jucas le provocara una muerte sbita y
dolorosa. Los tintes fabulosos con que cubren los detalles de la agona al morir un
empautao, son muy variados y se usan como ejemplos en las reuniones comunales
o familiares, para tratar de corregir mediante este medio, la desmesura en la adquisicin de bienes con dinero de la amapola. De cierta manera, un empautao podra ser tambin una persona que ambiciosa y sin lmites, busca enriquecerse con
este producto, sin importar el bien comunal, sin respeto por las autoridades locales
(Cabildos Indgenas, Junta de Accin Comunal).
De lo bravo a lo manso / 79
De lo bravo a lo manso / 81
trado a casa y consumida su carne en comidas rituales. La piel en el caso del venado o la caparazn en el caso del armadillo,
se disecan en el humo de los fogones y se
cuelgan en los pilares de la casa como un
ofrecimiento al Jucas. As, los malos espritus no irrumpirn en la casa y la prxima
caza contar con la bendicin del Jucas. El
cazador debe estar preparado para su encuentro con los pantasmas y en especial
con el Jucas. Las siguientes citas orales
ejemplifican las normas a seguir y el tiempo final del ejercicio de un cazador, haciendo referencia al castigo que impone
el Jucas, por rebasar el tiempo justo de esta actividad:
() Si uno se dedica mucho a la cacera puede
fallarle la cabeza, porque tan pronto anda normal como tan pronto anormal. Es el castigo de
ese () pantasma que uno llama, por perseguir sin medida lo que a l tambin le toca. Y
fjese que castigo!, lo deja a uno sin pensamiento que es lo que uno necesita para poder
andar. (Entrevista No. 1: V.C., 65 aos. 1994)
() Lo que ms se caza es venado tambin vamos por gurre que antiguamente se llamaba
armadillo. La caza de los venados tambin la
controla el Jucas. Si uno llega a 30 animales que
de pronto los cace, no puede pasar de ese nmero, porque ya estara infringiendo las leyes
de la misma naturaleza (Entrevista No.1).
Muchos de los cazadores se han vuelto tewas una vez cumplido el tiempo de su
actividad de caza. Hay quienes manifiestan que el aviso hecho por el Jucas es una
invitacin a seguir por el camino de la medicina indgena. El tewa y el cazador, son
las personas ms entendidas de la comunidad en asuntos secretos, son quienes
tres como verdaderas fuentes demoniacas126, no es de extraar que se haya difundido todo un movimiento de relatos
para explicar a los pobladores la muerte
del demonio en dichos lugares. Es una
constante escuchar relatos sobre cmo estos curas de la misin supuestamente acabaron con los pantasmas, y tenan un poder tal que, () cuandu ellos [los curas]
decan: no salgan de las casas que hoy llover sangre por el castigo a esas almas que siguen amancebadas [parejas de hecho]
(), en verda llova sangre! (). Uno oa
() caer eso [caer la sangre]. Yo de chiquito [nio] oa, y eso no har sino unos setenta aos no ms [solamente] (Entrevista
No.31). La fuerza colectiva que han logrado los llamados curas de la misin a travs
de relatos como ste, y el de la muerte del
Jucas atado a un rbol de roble, han determinado algunos momentos del ao que
recuerdan la llegada de estos misioneros a
la regin como das aciagos, denominados
localmente tiempo en que muri el Jucas.
Estos momentos aciagos son atribuidos a
los das lunes y mas estrictamente a los lunes del mes de agosto, tiempo que cumple
una considerable eficacia social. Todas las
labores en este mes y todos los das lunes
son estrictamente controladas. Adems,
tienen cuidado con los viajes largos y los
paseos en los senderos127. Por tanto, la
imagen que los curas de la misin infundieron en los comuneros como verdaderos extirpadores de idolatras, sumado a
su misma figura de frailes, contribuy a
desplazar los imaginarios de seres espirituales, tal que el Jucas, a los sitios ms ale-
De lo bravo a lo manso / 83
no, muestra en algunas narraciones, la fiereza con que los aborgenes se enfrentaron
a la Conquista (ver capitulo I). Enemigos
que segn las narraciones orales pudieron
haber sido los Incas, pero que igual fueron
los espaoles. No es de olvidar que los espaoles
llegaron del Per hasta estas zonas con
acompaantes yanaconas del Pueblo Incaico, por lo que en conjunto se pudieron
ser vistos como los incas. El tiempo de
transicin como prefiero llamarlo, ha mitificado la fuerza y agilidad de este animal
convirtindolo en un ser superior, en animal sagrado que combati personificando
a los aborgenes del Macizo. La construccin del mito que recrea el encuentro entre supuestos incas y los antiguos pobladores, es puesto en escena como una verdadera batalla:
() y todos lo estaban esperando para matarlo (..) all en Santa Rosa, donde lleg ().Y
que entonces se hicieron all toda esa gente del
temor de la muerte que se los vena a comer ese
animal. Ese se llamaba el Mohan-tigre [Puma],
ese animal (). Y eso por all, los indios me
contaban, los del Yunguillo, que eso es cierto129.
El Puma como ser que ha cobrado vida en el tigre, tiene en la actualidad otro
uso simblico, tambin relacionado con el
peligro: este ser personifica hoy a la guerrilla. Pero esta personificacin tiene un
doble significado. Por un lado la guerrilla
es vista con temor, pues pertenece al Mundo de la Gente del Monte, pero como oposicin, es quien protege a la comunidad de
desajustes sociales generados por la violencia del narcotrfico, es quien en muchos casos presta colaboracin a las autoridades locales para solucionar situaciones
difciles. En este sentido, en el Macizo la
guerrilla es descrita bajo la imagen del Puma como: (). Ese Puma que se hace como Puma animal [tigre] tapando la gente
del monte cuando esa gente se antoja de venir a ste mundo (). (Entrevista No.9).
La dualidad temor/seguridad sentida
hacia la guerrilla a travs de la imagen del
Puma, puede verse tambin en las siguientes referencias:
()Pero en s lo que se deca era que el Puma
era una persona mala que vena de otro lado.
Cuando vena la guerrilla, la gente deca que
era el Puma personificado que vena a ver que
pasaba. (Entrevista No.11).
El Puma cuando se vuelve persona no se deja
ver la cara, (Entrevista No.7).
De lo bravo a lo manso / 85
La msica es lo que los identifica frente a los dems grupos tnicos en congresos
y reuniones. Todos los grupos indgenas y
campesinos del pas se presentan a travs
de la msica, es su identificacin ante la
colectividad interna y externa. Pero para el
yanacona y campesino del Macizo la msica hecha chirima y mojiganga, legitima
su pertenencia al grupo social. Si la chirima muestra la msica dada por el Alkuruna, las mojigangas o comparsa de disfraces, lo representan en las fiestas de Navidad. Mediante disfraces de diablos, animales y personajes inventados por ellos
mismos, ponen en escena a este pantasma.
Desde el 7 hasta el 24 de diciembre, tiempo de dioses catlicos, los nativos teatralizan sus dioses, de los cuales el Alkuruna
y el Jucas, son los ms representados.
Las mojigangas y chirimas recuerdan
la presencia de los pantasmas en el territorio de los humanos. Entre cantos y bailes,
plvora y algaraba se pasean de casa en
casa siendo ofrendados con gran esmero
por los propietarios. Con vino de maz llamado chicha, con dulces de Navidad y
platos variados, son acompaados los
compases de la fiesta. La chirima relegada
espacialmente, ofrece el sonido de la fiesta. El centro lo ocupan los hombres que,
vestidos de Alkuruna y Jucas, coquetean
con las chicas y entre danza de adultos y
jvenes, stas divinidades hechas hombres recorren y apropian durante un mes
el territorio de los humanos.
El Alkuruna vuelve con la msica para
recordar a los hombres que l es el dueo,
porque la msica est en la montaa. Que
los dones estn ah y que los hombres que
De lo bravo a lo manso / 87
lo arrastra a uno y lo deja estropeado y desmayado hasta que alguien lo encuentre. (Entrevista No.2).
Para algunos comuneros, los santos remanecidos fueron desde otrora venerados
por los tapuncos o antepasados, lo que demuestra la superposicin de estas imgenes, que una vez reapropiadas en la cosmogona indgena, no se les concede el
tiempo del antes y del despus, sino que se
las articula efectivamente dentro del canon de las divinidades indgenas. La ubicacin de los antepasados junto a los remanecidos, sirve a los nativos como prueba de que estos santos, no fueron trados
por los espaoles, sino que ya existan, y
que al momento en que los tapuncos se se-
pultaron bajo tierra huyendo de los espaoles, los remanecidos tambin se ocultaron, pero que luego reaparecieron, se remanecieron, tal como lo indica la siguiente referencia:
Los tapuncos son los que adoraban a los santos
remanecidos. Con ellos estaban los santos y
cuando ese pueblo se hundi, quedaron los
santicos tapados, hasta que alguna persona los
encontr y ya despus vinieron los curas y les
montaron el culto como est hoy. (Entrevista
No.23: V. C., 76 aos. 1996).
De lo bravo a lo manso / 89
trados por los espaoles. Se refieren a estos santos como seres pertenecientes en su
totalidad al imaginario catlico. Tanto los
santos aparecidos como los hechizos, participan de un culto ms desplazado o relegado en comparacin con los remanecidos.
Algunos trabajos en Ecuador hacen
anotaciones importantes sobre el por qu
del replanteamiento de las imgenes sagradas hispnicas134 Por qu era necesario convertirlas en seres completamente
mviles y vivos en el sentido ms humano
del trmino?. Los santos catlicos deban
comer, beber, llorar, enfadarse, tal como lo
hacan los dioses indios; si no tenan estas caractersticas eran dioses muertos, y
de nada vala hacer culto a algo que no
tuviera vida. Los amerindios observaron
que a los dioses espaoles nunca les
ofrecan alimento. Eran figuras consideradas desde el punto de vista indgena,
pinturas y maderas doradas; sordas y mudas; que no tenan dialogo alguno con
quienes las adoraban. De este modo la
confrontacin de los dos sistemas revela
diferencias fundamentales en las dos categoras de seres espirituales; el cristianismo
contaba con una mayor cantidad de conceptos abstractos, mientras en la concepcin amerindia, sus divinidades requeran
comida y coca como cualquier nativo. Los
pueblos indgenas fueron convertidos en
la cabal comprensin de estas distinciones, lo cual a menudo significaba que los
dioses cristianos reciban un puesto en
el panten de las deidades indgenas. Con
esto, los nativos seguan un viejo patrn
elige tenerla, no tiene autonoma sobre esta caracterstica. La sangre brava es considerada una desgracia de la naturaleza,
una enfermedad, casi crnica. Pero aunque una persona la tenga como parte de
una atribucin natural, no debe por ello
ser aceptada en todos los espacios sociales;
ya que algunas actividades colectivas muy
importantes no pueden hacerse si en el
grupo hay personas con sangre brava. Por
ello es menester detectar ste tipo de sangre. Pero este mal no slo lo poseen humanos (adultos y nios) sino tambin los
animales. Si bien en los primeros es importante saberlo por su participacin en
ciertos rituales, en los segundos lo es por
el uso en algunos de ellos.
El proceso de determinacin de este
tipo de sangre, comienza con sospechas
basadas en algunas caractersticas que presentan las personas. Entre los adultos estas
sospechas estn basadas, en la atribucin
de caractersticas fsicas y de comportamiento, que se les asigna como signo de
sangre brava, tales como: expresiones faciales muy pronunciadas; orina de color
amarillo intenso, salpicada de color negro
y de olor penetrante; de mal carcter; muy
serios y de poco hablar; con voz de acento
grave muy pronunciado; muy apasionadas, lo que los nativos llaman persona altas de naturaleza. Adems a la sangre brava le atribuyen en s misma caractersticas
como: sangre de color rojo intenso y de
consistencia espesa, llamada localmente
sangre negruzca y cuajada. Las personas
que tengan esta sangre, son excluidas de
labores como vestir a los santos en su fiesta, castrar animales, visitar a mujeres en
De lo bravo a lo manso / 91
De lo bravo a lo manso / 93
Captulo 4
presenta como una persona que est dentro de los cnones de la cultura local.
Tanto la tierra de lo fro (tambin llamada lo fro o lo friano) como de lo caliente, es presentada por los nativos del Macizo, travs de: 1. La forma de ser definida
por la apariencia fsica, el carcter, el tipo
de sangre y la manera de vestir. 2. La utilizacin del espacio habitacional y agrcola,
en relacin a los productos que se cultivan
y las formas de trabajo. 3. Las comidas que
consumen. En estos tres puntos reside bsicamente la identidad de un friano y un
calentano.
Dentro de la categora de lo friano
ubican las poblaciones de Caquiona, San
Sebastin, San Juan, EL Rosal, Santiago,
Pancitar, Ro Blanco y Guachicono. Para
construir la definicin de un friano, recurr a narradores tanto de la tierra de lo fro,
cmo de lo caliente y viceversa.
Geogrficamente dentro de esta categora consideran a los municipios de La
Vega (Santa Juana, Altamira, Santa Rita,
San Miguel), Mercaderes, La Sierra (El
Frontino, El Moral y El Oso), Almaguer
(Guachacundo y Tachuelo) y Bolvar (todo el municipio excepto Los Milagros y
San Juan). Las caractersticas de un calentano se determinan tal como sigue.
Persona y habitat socioagrcola
Los comuneros de lo fro se definen a
s mismos y son definidos por sus vecinos
los calentanos, como los franos, gente de
buen color, de complexin robusta, de
andar parsimonioso, introvertidos, mam-
De lo bravo a lo manso / 97
Las familias de lo friano son muy numerosas, as a una familia calentana con
ms de cinco hijos se le dice: ustedes se estn volviendo de lo fro. El hombre friano
tiene un espacio social ms amplio que el
de la mujer; sta debe guardar un comportamiento ms recatado y en lo posible no
tener ms novio que su futuro marido, por
lo que las mujeres entre los 14 y 16 aos ya
son esposas y madres. Las mujeres frianas
no son mujeres de fiesta; es decir, que deben tener siempre una vida social con la
mayor mesura posible, aunque despus de
casadas se les permitan ciertas libertades
De lo bravo a lo manso / 99
El hombre para ser chusco [guapo] tiene que
ser arisco, no puede ir porai llorando a las mujeres, tiene que ser fuerte para la pelea, no un
chuchaco [afeminado] que corre cuando lo retan (). Se ven papitos [muy guapos]si se ponen la mota a un lao [peinarse con raya al lado], algunitos se ven como flaquitos, pero no,
en el fondo tienen porte, son bien chuscos, a
mi me gustan harto los hombres de aqu ().
(Entrevista No. 39: D.M. 18 aos, 1996)
Una mujer no dista mucho del prototipo de hombre, es decir que se buscan
con porte y aunque se prefieren rellenitas, no gustan mucho las que tienen peso
excesivo, como en el caso de las frianas. El
maquillaje es muy usual entre las calentanas y es comn encontrar mujeres entre
15 y 50 aos llevando gran colorido en su
rostro. Las pinturas usadas son las propias
de productos cosmticos urbanos, pero
siempre buscando gran vistosidad en lpices de labios y sombras de ojos. Cuando
una mujer calentana se casa con un friano,
el primer cambio que ste le exige, es dejar
de maquillarse o moderar su uso, ya que
para el hombre que se casa con una calentana -despus de muchos reparos de sus
parientes, por las mismas cualidades que
les atribuyen-, es un honor mostrar que su
mujer se ha adaptado al nuevo orden, y
que es realmente bonita; cualidades que
se manejan a travs de frases arquetpicas
como los dichos o refranes, muy variados
y difundidos: la mujer carirosada [friana]
es de belleza entregada, en cambio la calentana es de belleza pintada. Otros aspectos
como el poder del hombre en lo friano, las
familias numerosas, algunas limitaciones
sociales (lo que ms resaltan en las entrevistas es la restriccin para asistir a las
Cuadro N 4
Tierras
Franas
La vivienda
- El rancho
- La casa
Trabajaderos o
labranzas
- Parcelas de cultivo
La roza
Guachos
- Delimitacin de terrenos
Potreros
Rastrojo
- Areas silvestres
aledaas a casas y parcelas
mente las casas no se pintan, en los poblados el color blanco relumbra como principal adorno. La costumbre de poner este
color a las casas viene desde la poca colonial, donde el blanco era el distintivo de
las casas de alta alcurnia en todos los poblados de la Gobernacin de Popayn, para separarlas del color caf propio del bareheque o del adobe (ladrillos de barro) de
las casas indgenas. En la actualidad la diferenciacin est, entre las casa de los poblados y las veredas:
ro cuidado de las casas. Puesto que los roles de trabajo hacen que el hombre permanezca mucho ms tiempo en las parcelas; de comn salen en la maana y slo
regresan al caer la tarde. Son las mujeres y
nios quienes se desplazan de la casa a la
parcela durante el tiempo y las veces que
sea necesario, para llevar alimentos, semillas o herramientas si fuera del caso.
En la casa est el referente agrcola
ms cercano, la huerta. sta se encuentra
en el solar (espacio que separa la casa de
habitacin de lo circundante) y es el sitio
donde se siembra lo del diario y los cultivos de experimentacin. Lo primero hace referencia a cultivos que se siembran en
pequea escala y sirven para el consumo
diario, tales como las especias, algunas
hortalizas y plantas medicinales146. Lo segundo son plantas que se han trado de
otros lugares, ya sea dentro o fuera del
traerse el producto. La diferencia del rastrojo entre lo fro y lo caliente, est en las
plantas que se conservan y el uso que se les
da. En los rastrojos de lo frano podemos
encontrar plantas jabn, arboles gordos,
plantas alimenticias y medicinales. Las
plantas jabn son plantas utilizadas como
jabn natural en el aseo personal, lavado
de platos y ropa. Lo que se utiliza en el caso del lavado de platos son las hojas y para los otros usos las semillas. Los arboles
gordos, son arboles gruesos y antiguos
donde crecen hongos comestibles conocidos como callambas. Entre las plantas alimenticias se encuentran especialmente el
frijol cacha (llamado tambin tortas, pallares o morocho) y algunos frutales como
madroos y motilones. De las plantas medicinales se hallan las usadas en baos de
limpias. El rastrojo tiene un control indistinto, es decir, todos los miembros dela familia van all cada vez que es necesario; no
obstante, por los mismos productos que
contiene, son las mujeres y nios quienes
ms comnmente entran en estos lugares.
Las plantas alimenticias del rastrojo slo
se colectan, si las cosechas de las parcelas
no han tenido buena produccin, y son las
mujeres quienes tienen la labor del rebusque; es decir, de completar los alimentos
a consumir con los del rastrojo. Esta actividad es considerada un trabajito, rol femenino por excelencia.
Entre los calentanos la organizacin de
las formas de trabajo mas generalizadas se
dan por familias y al jornaleo o paleo por
pago. La primera se hace por familias extensas151 para la produccin y por familias nucleares para la comercializacin; es-
Cuadro N 5
La vivienda
- La hornilla
- La casa
Trabajaderos o
-Parcelas
pedazos
Tierras calentanas
La roza
- Pedazos en quema
Potreros
- Terrenos de pasto
para ganado
Rastrojo
- Areas silvestres
Las casas de lo caliente estn construidas de ladrillo y teja, que en muchos casos
se sustituye por el ya citado eternit o teja
sinttica. La casa est distribuida casi
siempre de forma muy urbana, es decir,
con sala o saln, dormitorios, cocina,
cuarto de bao y cuarto despensa. A la sala se le da gran importancia por ser el sitio
donde se celebran las fiestas, y aunque de
comn duermen en ella los hijos varones
solteros, es desocupada y convertida en espacio de celebracin cuando es necesario.
La huerta en el solar de las casas calentanas se caracteriza por la presencia de la
hoja de coca que ocupa un lugar importante, no ya porque se mambee entre calentanos, sino porque es de los principales
productos llevados a los mercados para los
mambeadores franos. Es usual observar en
las huertas una asociacin total de cultivos
principales (caf, pltano y caa de azcar) y complementarios (plantas medicinales, ornamentales, frutales y especias como el achiote152 y el cilantro). Adems de
estos productos, se mantiene en la huerta
de tierras templadas la achira, importante
cultivo, del cual se extrae un almidn de
uso especial en reposteras de fiesta tanto
para calentanos como para franos. El proceso de extraccin y compra-venta de este
producto, es otra de las formas de relacin
que se da entre estos grupos, tal como
mostrar ms adelante.
Cerca a la huerta estn -igual que en
casa de los franos- el rajadero de lea y el
gallinero. Entre los calentanos el gallinero
es en realidad el sitio de los conejos y no
de las gallinas, ya que es costumbre que estas ltimas aniden y duerman en el los cultivos de sombro (cafetales y platanales)
aledaos a la casa. Los conejos no se consumen habitualmente, pero se les proporcionan muchos cuidados y algunas veces
se venden en los mercados. Los conejos
igual que los cuyes entre los franos significan algo especial, ya que sirven a las familias como medida para ser consideradas
gente de buenos teneres, aunque no necesariamente lo sean. La diferencia entre estos animales est en que el cuy es un plato
muy apetecido para los franos, adems de
ser considerado un animal autctono;
mientras que el conejo ni se consume, ni
es originario de tierras calentanas. Podra
establecer aqu, una relacin entre los dos
animales y los espacios culturales que representan. El cuy fue llamado por los europeos conejillo de indias, y el conejo fue
trado por stos. Aunque como he planteado al principio, no siempre los indgenas son a tierras frianas y los campesinos a
tierras calentanas, la relacin entre el cuy y
el conejo puede plantearse sin embargo,
como correspondiente de estos dos grupos. En esta medida tenemos una identificacin tnica a travs de los animales: el
cuy es a los indgenas como el conejo a los
campesinos, y con ello, dos pocas, los de
antes y los de despus, como cada uno
de stos grupos reconoce al decir que:
Nosotros los indios estabamos siempre aqu
(), ya desde los antiguas de antes tenamos
esta tierra (). Los calentanos son como nosotros, pero si y no. Es que los de lo caliente son
Luego es la sal la que confiere al alimento la categora de fresco, y no el aadido de papa, judas y carne; sin embargo, es
esta mezcla la que induce a la utilizacin
de la sal. De all que la mazamorra que es
igualmente una sopa de maz, pero a la
que no se le aade ningn otro componente, sea considerada alimento clido. El
criterio de la sal como elemento que propicia un estado fresco en los alimentos, slo se da en el caso del maz, ya que como
veremos en los platos de los calentanos,
existen otros criterios que propician dicha
caracterstica. Pero cmo se establecen en
la prctica estos estados?. La narradora citada anteriormente lo explica as:
Yo me di cuenta porque si coma sopa de maz
me haca dao, me arda el estmago y la mazamorra no, siendo del mismo maz. La comida fresca hace dao para enfermedades del estmago, para las ulceras, al comer esas comidas
fcilmente le puede a uno dar diarreas (Entrevista No.7)158.
Podra decir entonces, que la constante estable en la clasificacin de los alimentos entre los franos depende sobre todo de
la forma como los asimila el cuerpo y no
de los componentes en su preparacin.
As como para los frianos es el maz el
componente principal en la alimentacin
para los calentanos el pltano (en sus dis-
Cuadro N 6
Tenencia de finca
Terrazgueo o vivientaje
Cosechas
Encuentro entre
Frianos y Calentanos
Conservacin y
almacenamiento
de semillas
Los mercados
- Papa
- Maz
- Caa de azcar
- Achira
- Laurel
- Caf
- Maz
- Frijol
Fuente: Nates, C. Beatriz 1994, 996. (Mapa elaborado a partir de referencias orales y de la observacin
en terreno)
Una vez terminados los das de cosecha, los dueos de casa separan cantidades
determinadas de lo cosechado, y en sacos
las ofrecen a sus invitados. Para dar fin a
este ritual agrcola y dependiendo de los
teneres de cada familia, se hacen grandes
platos de maz y asados de cuy, y al son de
la msica de cuerda se despide a los forasteros.
La caa de azcar, La achira, el laurel,
y el caf, son cosechas de lo caliente que se
dan en distintas pocas del ao, de esta
manera los franos tienen ms opciones de
visitar a los calentanos166.
La cosecha de la caa de azcar es junto al maz y la papa, la ms importante en
el Macizo Colombiano, porque adems de
proporcionarles el nico endulzante que
se consume para los alimentos, dentro de
sta se controla el tipo de sangre de los nativos, tal como ya lo he sealado anteriormente. La molienda o transformacin de
la caa de azcar en panela, es la nica cosecha que se hace dos veces al ao, en octubre y en junio, esto es posible gracias a
que es un cultivo de gran extensin y se
rotan las cosechas entre unas y otras parcelas. El desarrollo de la molienda es todo
un ritual que modifica el tiempo cotidiano, no slo de los calentanos sino tambin
de los franos. Durante un mes al ao y en
periodos de quince das, franos y calentanos viven en torno a la molienda.
Los participantes en el ritual propiamente dicho y sus roles se dan tal como
aparecen en el siguiente cuadro:
Los participantes en el ritual propiamente dicho, deben ser todos calentanos, a
La Molienda:
Participantes y roles
Corteros
Peones de
Molienda
Hornero
Administrador
La Cocinera
trador saca en las bateas el dulce y los peones baten hasta lograr que afine (lograr
consistencia); luego lo echan en las gabelas
(moldes de madera) y lo dejan secar aproximadamente dos horas para en seguida
empacar la panela en los costales o sacos.
De cada cocha se prepara una carga (dos
sacos) que se lleva los sbados a los centros de acopio en las plazas de mercado
del pueblo, para ser distribuidos a los pequeos vendedores.
Cuando las visitas de los franos son
hechas por asuntos distintos a la constatacin de la sangre, lo hacen ya sea para
comprar la panela directamente en la hor-
una mujer que es la cocinera, dos o tres nios, que recogen lea y ayudan en la cosecha, y cuatro hombres contratados para
cosechar, construir la prensa para la sacatina y extraer la cera del laurel. Tanto en
esta cosecha como en la de caf, se hacen
mucho ms evidente la intervencin de las
dos formas de trabajo propias de los calentanos: el jornaleo por pago y la colaboracin
por familias.
La prensa para extraer el laurel esta
dentro del rancho de la sacatina, ah se va
empacando la pepa de laurel en los sacos,
se atan y se cuecen en un tambor. Cuando
suelta el olor, sacan los sacos con un garabato, los ponen a estilar en una horqueta
(instrumento de madera en forma de tenedor), y luego los colocan en la prensa
sobre la cual, se sube una persona haciendo presin hasta extraer la totalidad del
aceite de las pepas que cae a un fondo. As
se repite la seccin todo el da, al final del
cual se envasa el lquido en hormas o moldes de distintas formas, donde permanece
la cera hasta ser llevada a los centro de
acopio, o se distribuye directamente a
quienes lleguen a solicitarla. Durante cinco u ocho das se repite la misma labor
hasta finalizar esta sacatina.
Otro de los cultivos importantes es la
achira, planta de la cual extraen un tubrculo que se utiliza en la produccin de almidn. Esta cosecha se realiza durante el
mes de julio. La sacatina de achira comienza con la limpieza del tubrculo, despus
de lo cual lo raspan y rayan. Lo que se produce es una masa de color caf que una
vez colada, la dejan en ollas con agua a la
intemperie varias noches hasta que blan-
entre el hombre calentano y la familia friana, sin importar quin lleve la semilla hasta tierras frianas. La diferencia entre estos
dos compadrazgos est en que el ltimo,
slo se establece de abajo hacia arriba; esto es, de calentanos hacia franos y no viceversa; debido a que la conservacin de semillas se hacen en lo fro. Esto es posible
gracias a que el maz y el frjol, son dos
plantas que se han adaptado a todos los
pisos trmicos, aunque sean de mejor produccin en climas fros. Por el contrario,
los cultivos de lo calentano difcilmente
podran sembrarse en lo friano.
En algunos casos puede haber otras
opciones para conseguir la semilla conservada en lo fro, y se da a travs de lo que
llaman el cambio de palabra (pacto que se
emplea tambin en otros aspectos). Este
pacto consiste en pedir a los franos semillas de maz calentano que algunos agricultores tienen para sembrar en las fincas
de lo caliente, y a cambio comprometerse a
retribuirlas en producto una vez cosechado el maz, tal como explica el siguiente
agricultor:
()si una persona me pide semillas que yo
acostumbro a tener siempre en reserva pasembrar en lo caliente, yo comparto y eso es por
tradicin; siempre han venido a sta casa por
semillas que tienen buen cuido a lo tradicional,
y la gente sabe, las apetece, y a cambio cuando
sacan el producido tambin me traen. La semilla de maz por ejemplo, es en forma de guayunga como mejor se mantiene y si le da el humo mejor, nosotros en eso del cuido somos
mejor que nadie. (Entrevista No.42)
Pero aparte de estas formas que corresponden a la conservacin de un maz cosechado en zarazo, es decir en estado maduro; existe otra forma de conservacin
muy importante: la chuchuca. Esta es la
forma de mantener choclo o maz tierno
durante todo el ao, y consiste en cocer las
mazorcas con la hoja, dejarlas enfriar y secar, para luego ponerlas en guayunga sobre el humo del fogn. Este proceso de
conservacin facilita que el maz vuelva a
su estado de choclo, tan slo con ponerlo a
hervir antes de ser usado en platos tales
como masas y envueltos (especie de panes), de importante consumo cotidiano.
La cosecha de choclo se hace para abril en
lo caliente y para mayo-junio en lo fro,
una vez terminada la cosecha se consume
lo necesario y lo restante se conserva en
chuchuca.
Otra forma del encuentro entre franos y calentanos,es el mercado que bien
puede sustituir las ya citadas o complementarlas. Los das de mercado se distribuyen a travs de toda la semana; as, podemos encontrar que frecuentemente se
desplazan las chivas transportando pasajeros que van a comprar, vender, o hacer
trueque con los productos de su regin.
Aunque todos los das de la semana hay
mercados en los distintos poblados, unos
son ms importantes que otros, ya sea por
sus productos, los parientes que all se tienen o los santos remanecidos a visitar.
Cualquiera de estas tres caractersticas
pueden hacer que una familia se decida
entre ir a uno u otro mercado de los franos y calentanos, tal como lo explican la siguiente cita oral:
redes del parentesco por compadrazgo hacia dichos cacharreros, con los que comercian al encargo; esto significa que un compadre cacharrero trae implementos solicitados por su compadre del Macizo y ste
ltimo a cambio le ofrece posada y comida, o le prepara un atadito para llevar. Atadito que consiste en un saco con productos de la regin, cuyo tamao depender
del encargo trado. Visto as, el compadrazgo es una de las formas ms extendidas y eficaces de de poder acceder a una
gran gama de bienes y productos sin salir
de la regin.
Redondeando puedo decir finalmente
que el manejo vertical caracterstico de los
Andes, es ubicado en el Macizo Colombiano a travs de las categoras locales de lo
fro y lo caliente, clasificacin que por encima de las condiciones del medio, obedece a principios socio-culturales de los habitantes y cultivadores de un territorio
manso. Pero ubicar una poblacin friana y
otra calentana como si se tratara de dos
categoras opuestas y estructuralmente
formadas, no sera pertinente, ya que tal
como hemos visto, esas categoras nos llevan a toda una gama de relaciones, pactos
y negociaciones, que por medio de figuras
como la tenencia de tierra, los cultivos, la
comercializacin y los lazos de parentesco,
nos muestran la variada y rica dinmica
en que viven los pobladores de estas tierras.
As como el manejo del territorio vertical (lo friano, lo calentano) ha posibilitado la definicin y cooperacin socioecolgica a nivel grupal; la microverticalidad
Captulo 5
DE LO BRAVO A LO MANSO
El amanse
El amanse como proceso de humanizacin y socializacin de lo bravo
Este captulo pretende hacer un re-corrido por las ms importantes instancias
ya trabajadas y comenzaremos el final
por la parte inicial. Es decir, referenciaremos la historia pasada169 desde donde la
articulacin con la categora del amanse
cobra un gran peso. Al indagar sobre las diferentes categoras mediante las cuales se
apropia el territorio, los narradores (adultos, ancianos, jvenes, nios) me decan:
() usted pregunta por cmo nosotros tenemos pensado y vivido esta tierra de aqu?.
Pues ver pa responderle esa preguntica tenemos que contarle cmo esto lleg a ser lo
ques(). As, trabajando sta respuesta
hil a partir de las referencias locales la categora local del amanse, que remite al
proceso de humanizacin y/o socializacin y control del territorio, el cuerpo y las
divinidades, para convertirlos en mansos;
es decir, en cultivables, habitables y manejables por el ser humano. Dicha categora
est compuesta por las prcticas de:
amansar, calmar y curar o limpiar.
Aunque estas son prcticas que obedecen
a una misma clasificacin, existe diferencia entre ellas. La primera se da a travs de
dos momentos histricos que localmente
se conocen como: en los tiempos de antes
y en los tiempos de ahora. La segunda remite a moderar y/o controlar las cualidades bravas del territorio y los seres espiri-
Empleando la figura de estas divinidades como reaparecidas, stas se transforman en Santos Remanecidos que sirven como pretexto a los nativos actuales, para recobrar el poder de sus antepasados y ejercer el control sobre el nuevo amanecer de
sus poblados.
Al comienzo: repoblando tierras
Para poder sustentar la relacin entre
la memoria de los mitos de los Santos Remanecidos que simblicamente fundan
pueblos y solucionan conflictos, con la
historia de los Pueblos de Indios de la Colonia, retomemos del capitulo I las referencias que contaban los cronistas sobre
este asunto.
En 1560 un Visitador170, declara que
en estas tierras ()Viven los naturales en
buhos de paja y muy apartados unos de
otros (). Esta forma de asentamiento
do. Una vez establecidos los distintos Pueblos de Indios, las autoridades coloniales
pretendieron asimilarlos y desarticularlos
entre s, intencin que no tuvo xito, pues
tal como lo he expuesto, se mantuvo entre
ellos las alianzas familiares y afinidades
culturales como la lengua y algunos nexos
polticos.
Frente a todas estas disposiciones de
las autoridades coloniales, los indgenas se
sublevan. Mediante actitudes de resistencia se negaron a abandonar sus lugares de
origen, sus sistemas seculares de asentamiento donde se encontraban los recursos
acordes a sus necesidades y reivindicaron
una religin profundamente vinculada a
su medio ecolgico. Adems, su sentido de
defensa les indicaba que en los Pueblos de
Indios eran ms vulnerables a las epidemias -que fcilmente prendan en una poblacin aglutinada- y a la explotacin de
su fuerza de trabajo171.
Con resistencia los indgenas asumieron finalmente esta forma de asentamiento, pero dndole un nueva significacin.
Las plazas y atrios de las iglesias se convirtieron en lugares donde se recreaban las
formas antiguas con las venideras, en una
reconstruccin de lo que sera en adelante
su cultura. Un buen ejemplo de ello es la
descripcin del viajero Humbolt de la que
nos servimos en el capitulo I, donde con
una descripcin minuciosa, se muestra
una danza indgena durante la celebracin
de una misa, en el poblado del Rosal:
(). El cura reciba a los indgenas en la
puerta de la iglesia; ellos bamboleaban los
bastones delante del sacerdote y danzaban
una especie de ballet frente al altar, al ritmo
pueblo San Lorenzo. Por eso es que no creemos que sean los espaoles que lo trajieron,
porque si fuera as, no sera tan milagroso
como es. (Entrevista No. 13).
No puede decirse que San Lorenzo como tal hubiese sido un Pueblo de Indios,
sin embargo, las tierras de este actual corregimiento pertenecan igualmente al
distrito de Almaguer y se cree que este poblado era en antiguo, otro de los asentamientos de mitayos, debido a las minas
cercanas del Cerro Gordo y la Campana.
As que la historia de fundacin de este
poblado, atraves por similares vicisitudes
que la de los Pueblos de Indios propiamente dichos. De ah que tambin existan
datos (aparte del mito) sobre su fundacin, que nos muestra igual cambio que
en los anteriores. La fundacin del poblado de San Lorenzo, tambin tuvo dos etapas. La primera se efectu en el sitio llamado La Loma, donde permaneci desde
1780 hasta 1855, poca en que debido a la
precariedad del terreno donde fue fundado, los antiguos nativos se sublevan y
cambian el sitio de habitacin, debido a
los deslizamientos de tierra, los mltiples
incendios forestales y la escasez de agua en
el lugar. Por tal motivo, hacia 1856 deciden trasladar el poblado al lugar donde
hoy permanece, quedando la antigua fundacin como Pueblo Viejo176.
El mito de La Virgen Purificacin de la
Candelaria, guarda relacin con los otros
relatos en los espacios y actitudes de la remanencia (agua, monte, los movimientos, etc.), sin embargo, esta Virgen al contrario de los restantes remanecidos, apare-
gresores del orden. A travs de estos discursos puede verse cmo se corrige la historia oficial, en la memoria del mito; no es
el espaol quien dictamina el orden, son
sus dioses, quienes aparecen como portadores de un poder adquirido mediante
la nueva simbologa con la que los indgenas los dotan.
Aceptada la ubicacin en los Pueblos
de Indios, pero bajo una explicacin cultural distinta, los indgenas gozan el espacio, es decir, lo vuelven suyo, lo transportan y sostienen del pasado en la memoria
incorporada178, puesta en escena en las
prcticas rituales, tal como lo describa
Humboldt en su narracin.
Podemos decir para concluir, que los
mitos de los remanecidos no slo son un
recurso nmotcnico, son un recurso social
vivenciado y empleado a travs de metforas que explican y recrean, el contenido y
el tiempo de la historia local. Por medio
de estos mitos, los nativos actualizan el
pasado en el presente, reflejndolo en los
andares de la memoria colectiva, mediante el discurso explcito del mito y el
simbolismo de las prcticas sociales. As
entonces, los remanecidos no slo han sido
amansadores aborgenes en el repoblamiento de tierras de la Colonia, sino que
tambin son empleados actualmente en la
reapropiacin cclica que los comuneros
hacen del territorio, bajo la figura de
amansar limpiando, tema que veremos
ampliamente al final de este captulo. Entre tanto veamos, cmo se amansa hoy en
el Macizo Colombiano.
flor de monte, los comuneros la han integrado a su sistema agrcola y recibe tanto o ms cuidados que los cultivos ya sealados.
Aunque la semilla de amapola se ha
empleado comnmente en la alimentacin de los pobladores del Macizo, en la
actualidad no queda ni rasgos de esta costumbre; ya que sus semillas son algo as
como pepitas de oro blanco, tal como lo
expresa uno de los agricultores181.
Al observar los campos cercanos a las
viviendas, pude ver fcilmente que se haba multiplicado el cultivo de maz, pero
cuando entr a observar directamente estos cultivos, not que por cada planta de
mas, quienes eran los encargados de amenizar los Entejes y el brandy paulatinamente va sustituyendo las bebidas locales184.
Calmar lo bravo
Calmar lo bravo, remite a equilibrar,
a menguar simblicamente las cualidades
bravas de los sitios y seres bravos. Aunque
calmar es una forma de amansar, calmar
no es transformar, es permitir un umbral
simblico desde donde se pueda manipular lo bravo. Pero cmo es eso de calmar lo
bravo?. Para equilibrar qu?. Las respuestas son mltiples. No slo se pretende
ejercer un control sobre el territorio mismo, sino tambin sobre los seres espirituales y habitantes de los mundos bravos. En
este sentido por ejemplo, los remanecidos
no slo amansan los territorio, sino que a
ellos tambin se los amansa. Vemos aqu
una concepcin ms holstica y dinmica
en el manejo de la categora del amanse.
Este calmar lo bravo se hace a travs de
sahumerios y ofrendas, tal como sigue.
Los sahumerios consisten en poner a
arder en pequeos recipientes, hierbas
aromticas generalmente medicinales como romero, ramo bendito (de Domingo
de Ramos) y eucalipto, con algunos elementos como lana de oveja y/o estampas
religiosas. Una vez stos estn preparados,
se ponen en los corredores o patios de las
casas no importando la hora del da. Algunas personas complementan el sahumerio
con una vela blanca. Los efectos del sahumerio se atribuyen al humo que produce y
embargo de todo esto, hay algo que permanece constante y son las oraciones que
acompaan a esta prctica, casi siempre
trozos de las novenas de los remanecidos o
expresiones como santo bendito favorcenos, Dios de nosotros clmate185, etc. El
temor constante que la religin catlica ha
impuesto a estas gentes sobre los peligros
de asumir a dichos santos como nica
fuente de fe (recordndoles siempre la
existencia de un Dios Padre), se difumina
en los sahumerios, puesto que las manifestaciones de desajustes ambientales tan evidentes, slo pueden ser causados por los
pantasmas (de quienes se tienen referencias directas generadas y transmitidas por
los discursos locales) o por los remanecidos transformados en seres vivos, totalmente cercanos a los nativos. As, slo de
estas experiencias reales (asumidas), se
acepta una manifestacin real (legitimada).
La siguiente narracin muestra de
cierta manera, lo que podramos ver como
la manifestacin de enojo y calma simblica de uno de los remanecidos, en este caso San Lorenzo:
Le contar: Teresa estaba preparando la ropa
para el domingo de mercado, yo estaba tostando el caf y se form una huracanada (). Y
yo dije: que fue esa huracanada, ser que estas
bravo San Lorenzo Glorioso, intentamos ir a
prender la velita al santico que estaba all dentro y no nos dio lugar. Entonces ella [Teresa]
() se entr para dentro y () cuando Mara
Santsima ese candelazo, yo iba pasando detrs
del corredor, cuando pas una bomba de candela y rompi la puerta, entr adentro y Teresa estaba dentro y no la mat. Todos quedamos
bobos y ella se haba quedado quieta, pas el
tivas: Se usa el maz capio porque los antiguos dejaron esa creencia, los tapuncos fueron los que hicieron todas esa pendejadas
con maz capio (). (Entrevista No. 7).
Para hacer el sahumerio ponen leos, lana
de cordero de cualquier color, algunos
granos de maz capio y una hoja verde de
tabaco.
La mezcla de productos de tierras franas (maz capio, lana de cordero) con productos de tierras calentanas (tabaco), contiene el contraste de calidades fras (atribuida a los productos de tierras calientes)
y calidades calientes (atribuida a productos de tierras fras), lo que es propio de estados templados186. Este estado es buscado como el equilibrio de las cosas mansas,
tal como debe quedar un lugar (casa, parcela, etc.) al morir estas personas.
Las ofrendas son rituales que consisten
en ofrecer a los sitios de encanto y a las divinidades, sal, nios aucas y rogativas.
La ofrenda de sal se materializa directamente: se lleva sal a estos sitios -principalmente a las lagunas- y se los rocea con
esta sustancia. Cuando una persona pasa
cerca a una laguna, pone sal sobre las
aguas o cerca de ellas y delante de donde
va caminando. Con este gesto ritual, controla simblicamente el poder de las tormentas elctricas y la neblina que suele
formarse cuando un ser humano se acerca
a stos lugares. La sal aparece como uno
de los elementos que definen la cultura.
Calmar el agua brava -propia de las lagunas- con sal que es una sustancia propia de
lo humanizado (esa gente salvaje no come
sal), hace accequible la naturaleza brava a
los humanos. As, esta sustancia como
cial, antes que fsica. Por ello, dedican muchas ms prcticas mdicas a limpiar para
prevenir, que a curar para sanar. Es decir
se trata de un concepto de salud ms preventiva que curativa.
Las curas son hechas bsicamente para sacar de la anormalidad a un individuo
y devolverlo al espacio social. Estas curas y
limpias actan como una resocializacin
del individuo, del grupo y/o del espacio fsico. Es en esta direccin que nos interesa
ver aqu la enfermedad, es decir, en cuanto cobra significado al relacionarse con el
espacio; especialmente con un espacio bravo. Veamos cules son las curas y limpias
ms habituales y cmo se hacen los tratamientos en stas, para luego analizar sus
implicaciones y significados.
Los males ocasionados por el enfriamiento del cuerpo (espanto, susto, malviento) son tratados con sangre de cordero, ajo
y cuy o conejillo de indias. La sangre de
cordero y el ajo se emplean bsicamente
en los nios y adolescentes. La prctica
consiste en untar en el cuerpo las sustancias y rezar la oracin indicada por el tewa, en el caso de que l mismo no pueda
hacer la cura. Actualmente se usa en las nias adolescentes fsicamente bonitas, para
evitar que se las lleve un guerrillero, un
soldado o un mafioso. Para esta ltima
causa, se pone un poco de sangre y ajo en
las patas de la cama o en los zapatos de las
chicas, sin que estas se enteren. As se las
retiene en casa188. En cuanto al uso del
cuy, se emplea en malvientos especialmente de mujeres en embarazo o en puerperio.
Guisan este animal con bastantes especias
t
Limpia con la Virgen de los Remedios San
t
En las narraciones recogidas al respecto del empleo de todos estos elementos,
pude observar la variacin en el uso de un
lugar a otro, o en algunos casos no se recordaba la formula. Esto ltimo dependiendo de la vigencia que tuviera en el sitio el empleo de estas prcticas. Sin embargo, lo que permaneca constante en las
respuestas era la presencia de los elementos mismos. Ahora bien, la mayora de los
narradores me remitan al tewa, recordndome los roles de cada individuo en la comunidad:
Vayase no ms onde [vaya donde] don Alonso,
l es el que de aqu mejor maneja la cosa.
Cuando est el mal encima, uno ancina [uno
Pero el uso de los materiales empleados en las curas y limpias, cobran sentido y
se les reconoce una eficacia, si van acompaados con oraciones. Una de las oraciones ms corrientes que acompaa a estas
prcticas es la siguiente:
Oremos por alejamiento de este mal espritu,
brujos, y brujas y malos espritus. Con este remedio que echo en este cuerpo en el nombre
de () todos los espritus buenos, despido este mal espritu alejndolo para siempre con
() azabache, coral, ameche y coquingo[plan-
Las oraciones son usada fundamentalmente por el tewa, pero debido muchas
veces a las distancias entre las diferentes
veredas con respecto a la ubicacin del
mdico, ste les indica cmo usar el remedio, en qu momento y con qu acento deben pronunciar las oraciones. Seguidas las
pautas supuestamente sin error, esta formula curativa dar los resultados esperados. Cuando es el tewa quien hace directamente la limpia o cura, no pronuncia la
oracin en voz alta, argumentando que es
para lograr mayor efectividad en el tratamiento. Casi todos los tewas en las entrevistas decan lo mismo, pero un tewa con
el que haba logrado mayor confianza, me
dijo: la formula no se puede soltar [decir]
tal cual a todo paisano, porque pierde calidad el remedio y se desafama [pierde fama]
el mdico. (Entrevista No. 28). Creo que
esta respuesta est reflejando claramente
que el mdico dice en voz baja la oracin,
para evitar que quienes lo consultan,
aprendan todo el proceso de una cura o
limpia, perdiendo validez el trabajo mismo del tewa.
Los tewas que se han urbanizado ms,
ya sea por visitar a sus parientes de la capital, o porque gustan de experimentar
con nuevas cosas, han incluido mltiples
materiales o prcticas a las limpias y curas
ms tradicionales, no obstante, la aceptacin por parte de los comuneros ha sido
limitada. Es en la cura y limpia de las casas
La limpia de las casas de segunda mano puede darse por dos motivos: primero
una casa que va a ser vendida generalmente permanece deshabitada por algn tiempo, lo que puede convertirla en un sitio de
malviento, por tanto para habitarla se debe limpiar previamente. Segundo, los nuevos dueos se previenen de que en la familia anterior haya habido alguna persona
con sangre brava, cuyo humor permanecer en la casa an cuando sta se haya marchado y para eliminarlo limpian la casa.
en algunas casas bailan con msica de chirima, hacen rifas, todo esto de tiempo en
tiempo hasta el amanecer.
Durante ste ritual y como ofrenda de
amor al santo, se suelen hacer las proposiciones de bodas o de noviazgos a las jovencitas. Por medio de esta prctica que se
da a lo largo de todo el ao, el santo reafirma su posesin del territorio y se muestra
como un comunero ms, recorriendo el
territorio, asistiendo a fiestas, compartiendo la msica, la comida y el amor. Esto nos
muestra, cmo en el Macizo las divinidades estn marcadas por los hbitos de los
humanos que las construyen; por lo que
aparecen peculiarmente interesadas en las
cosas de este mundo. Este ritual y el de su
fiesta permiten resocializar al santo, reconocindolo como un yanacona, como un
campesino ms.
En las alumbranzas los comuneros intercambian a los remanecidos entre sus poblados, stos se visitan a travs del santo.
La visita de los santos fuera de sus lugares
de origen se hace dependiendo de las peticiones. Mama Concia, por ser la Virgen India, es invitada siempre como Virgen
principal, a la cual se acude sin mayor motivo y al mismo tiempo por motivos muy
importantes. San Lorenzo es considerado
el Santo de la Roza y Quema, santo del fuego. Es llevado en correra especialmente en
la poca de preparacin del terreno para la
siembra, donde precisamente se hace la
tumba, roza y quema. San Sebastin es por
excelencia el Santo de los Conflictos, santo mrtir como lo designa la historia catlica. La Virgen de los Remedios, es llamada la Virgen Tewa, es la Virgen a la que se
Ante los conflictos entre las comunidades primero hablan los santos y despus intervienen los estamentos polticos.
Ante un conflicto evidente en muchos casos lo primero que se hace es convocar
una alumbranza. Una vez hecha esta, se esperan los efectos logrados en los concurrentes y el desenvolvimiento de la misma,
para proceder a convocar asambleas y discutir los problemas. Si el remanecido est
ya pedido para la correra, se habla con los
encargados y se les pide el favor de ceder el
santo. He de decir que esta prctica no
desde l o en l, continan manifestndose con esta cualidad de diferentes maneras. Estas manifestaciones son controladas
culturalmente a travs del calmar lo bravo.
Este calmar lo bravo nos ha mostrado no
slo la intencionalidad de manipular
(en el sentido de manejar) lo llamado bravo a travs de mltiples prcticas, sino
tambin el reconocimiento del poder de lo
bravo a travs de distintos fenmenos. Pe-
de cambiar, existen sitios, seres y elementos que desde l o en l, continan manifestndose con esta cualidad de diferentes
maneras. No obstante, para que el territorio y lo que lo compone permanezca dentro del dominio de la cultura local, o sea
dentro del mundo manso, el amanse debe
ser practicado cada vez que sea necesario
tanto en lo individual como colectivo, recordando la pertenencia al mundo humanizado y socializado. Es quiz esta forma
de concebir y servirse de estas categoras,
lo que permite ubicarlas cclicamente y en
constante dinmica y no como algo lineal
y quieto.
El territorio que permanece bajo el
dominio local, aquello que constituye lo
manso, es lo que se presenta como Este
mundo. Un mundo establecido y significado en lo frano y calentano como medio
para definir las distintas ocupaciones territoriales y sus habitantes. Este mundo es
donde se consolida y recrea la historia presentada en el amanse. La tierra mansa, presentada en Este Mundo, materialmente se
encuentra dividida siguiendo la geografa
vertical que proporcionan los pisos trmicos, para nuestro caso los pisos trmicos
fro, templado y clido.
Los territorios mansos, distribuidos en
terrenos comunales (resguardos) y privados (parcelas campesinas) son habitados
tanto por indgenas como por quienes se
consideran campesinos. Sin embargo, bajo una defensa implcita de la identidad
indgena, propugnada ms por lderes polticos que por la gente del comn, aparece una clara diferenciacin entre lo co-
expresa el epgrafe con el que empiezo este apartado, se recuerdan dos sucesos
principales: la Conquista y la siembra de
amapola (como cultivo ilcito), como los
momentos en que el tiempo ha transformado o viene transformando el espacio,
en tanto territorio social y ecolgico.
Pero adems, el espacio va marcando
los tiempos de la cultura local visto a travs del sistema de categoras, en tanto que
sita los distintos territorios (bravos,
amansados y mansos) y desde ah confiere
sentido a la temporalidad.
Esta circularidad entre el tiempo y el
espacio como dimensiones que confieren
sentido y dinmica al territorio, vistas a
travs del sistema de categoras locales, nos
han llevado a evidenciar la forma y los medios mediante los cuales los nativos se relacionan entre s y las relaciones y vinculaciones de stos con las cosas suyas y con
las otras cosas. Estas formas de relacin y
vinculacin, son las que dominan su organizacin social y la ideologa sobre su
mundo y el mundo que les rodea. Las condiciones y circunstancias en que surgen y
se manifiestan las categoras locales de lo
bravo, el amanse y lo manso, es lo que alimenta su uso, las dotan de valor, las establecen o las replantean. Condiciones y circunstancias que tal como hemos visto, son
muchas y muy variadas, no obstante, los
acontecimientos coloniales recordados en
los mitos y los actuales acontecimientos
generados por el narcotrfico de la amapola, pueden considerarse como los ms
relevantes, cierto es de manera distinta.
Las situaciones y condiciones dejadas
por la Conquista o primer momento de
colonizacin, han sido restablecidas a travs de una recuperacin progresiva de figuras del pasado establecidas en el presente, mediante representaciones ms contemporneas, que han posibilitado de
cierta manera, el volver suya una historia
que fue cortada y separada por una serie
de eventos, permitiendo que sta vuelva a
ser presentada como un principio organizador de la vida social y colectiva de los
nativos. En este sentido pudimos observar, cmo ese momento de transicin en
vez de ser tomado como un momento oscuro, fue retenido y validado mediante el
aprovechamiento de algunos de los nuevos elementos introducidos. As, los relevos de poderes y de aparentes cambios totales, aportan una serie de imgenes que
son recuperadas para volver a asumir su
propia historia. Asistimos al caso de cmo
una cultura al ser invadida por otra cultura, asume aparentemente la venidera, como pretexto para recordar la que era suya
y afianzarse ms en ella. Por eso en la relacin europeo-indio, no se debe entender
una oposicin absoluta, porque si ello fuera as, esa interrelacin de figuras y de
imgenes no habra sido nunca posible. El
reflejo ms palpable de esto, es que an en
la actualidad se siguen sirviendo de distintos elementos de dichas imgenes y figuras, para seguir confiriendo sentido a su
mundo social. Ante la invasin europea lo
que el indgena pierde no es la idea que l
tiene de lo suyo y su significado, lo que
pierde es su representacin y para volver a
actualizarla, retoma lo que el europeo ha
introducido y hace significar en aquello, lo
que le haban obligado a relegar (lo suyo).
coche
Olla de cocina
dinero metlico
sinnimo de diablo, dyablu
Cada sacatna de dulce de panela en la molienda. Semillero, almcigo. Cantidad
que sale de la misma vasija o de la misma poca.
Knju: hez, residuo, sedimento
tener empata con alguien
conjunto de pollos recin nacidos
Gallina madre de pollos recin nacidos o que est enculecando, empollando huevos
activo.
jefe, curandero; brujo. Derivado: curaquear: recibir medicamentos de ste curandero
ovillo
camisa de indio. Poncho
msculo. El bceps. Conejillo de indias. Cavia cobaya Desm. Interjeccin cuyero
Camilla, andas, litera, parihuela
Vara. Enchaclar: arreglar con chaclas
rbol; purtu: frjol. Botnica, planta leguminosa: Eritryna edulis.
terrn, csped, zanja. Derivados: chambear, andar por las zanjas; enchambarse, meterse en las zanjas
Chamusquina, Mutkna:
oler, edor. Enfermedad del maz
Chaquilulo, Chki:
que se seca; rrurru: fruta, semilla. Botnica planta de tierra fra, Psammisia sclerophilla Pl. et Lind
Precoz. Variedad de papa precoz y delicada
Chaucha:
Chiguaco, Chiguku,
Chuchaco:
Hombre afeminado. Tordo. Pito hecho con un tubo de origen vegetal cuyo sonido
algo semejante al canto del tordo, vaa merced a un mbolo
Chiva, guagua, carro
escalera, la lnea:
Coche que cumple las funciones de un autobus. Este coche est dividido por pasillos y cada uno de stos tiene una gran silla colectiva de forma alargada, con su repectiva puerta de salida en los extremos.
Chalguayaco:
chllua, pez de los ros menores, Arges preadilla
Chilco, Chlka:
Arbusto, fucsia silvestre, Bacharis ambatensis H. Esta voz esta en dicc. castellano
Chilguacn,
Chilgukan:
rbol de tierra fra de la familia de las Papayceas
Chilpa, Chlpi:
rajado, rasgado, harapos. Derivado: chilposo, harapiento.
hendidura, partir
Chiltar, Chgta:
Choclo, Chllu:
mazorca de maz tierno. Dcese de una planta herbcea llena de ndulos en la raz
Chorrera:
cascada
Chuchuco/Chuchucas
/chuchuca:
Chuchka. Maz fresco que se guarda para que se seque.
Dementizarce:
enloquecerse
Envolatar (arse):
Perder, perderse
El propio:
persona de gran poder. Se usa generalmente para referirse al Jucas
Fiestiar:
celebrar algo, festejar, salir de marcha,
Guaca, Guka,
Sepulcro, entierro, tesoro. Guaquear/guarquear, cavar las guacas. Esta en castellano
waca, waka:
Guacho, Guku:
Era, hilera de plantas de cultivo. Guachar, hacer eras. esta en castellano
Guagua, Gugua:
hijo respecto de la madre. Criatura, nio, cra de un animal.
Guaico, guiku:
quebrada, vega, caada, tierra caliente, Guaicoso habitante de tierra caliente
Guando, Gundu:
andas, camilla, parihuela, silla portatil. Espritu regulador. Esta en castellano
Palanca usada en los telares indgenas
Guanga, Gunka:
atado de lea, haz, trenza de cabello. Esta en castellano
Guango, Gungu:
Guaqueo:
excavar rudimentariamente un sitio arqueolgico
Guarango, Guarngu: Arbusto espinoso Acacia tortuosa, de la familia de las leguminosas. esta en castellano
Guasca, Guska:
soga, cuerda, cable, bejuco. Guasquear, guascazo, golpe, azote.
NOTAS
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los pantasmas, sino tambin a un tiempo contemporneo. Como horas malas, son igualmente conocidos los horarios en que el Ejrcito o la guerrilla, hacen las habituales rondas
por la regin, generalmente en horas de la tarde y de la noche.
Lvi-Strauss: 1964
Ibid. Pg. 58
Entre los indgenas de los Andes del Ecuador
existe tambin la referencia a pactos que se hacen con personajes de la geografa virgen: La
Mama-huaca o el Urcu-taita, son ricos y conceden riquezas o maz a aquellos hombres y
mujeres que se someten a ellos o excepcionalmente, a los que consiguen vencerles. La distribucin de la riqueza no es general y colectiva
sino parcial e individual. Slo los hombres que
estn dispuestos a acceder a la situacin social,
espacial y simblicamente marginal, que representa la Mama-huaca, pueden acceder tambin a la riqueza y el poder. Gutirrez Estevez:
1989 pg. 322
Tanto el tewa como el cazador, deben generalmente ser hombres, por considerarse que la
mujer tiene muchos cambios orgnicos que
imposibilita su entrada a los sitios de encanto.
En la voz de un cazador, la caza es para los comuneros del Macizo una forma de enfrentamiento constante con los animales fieros, es
vivir constantemente en relacin con lo bravo
sin pertenecer a ello. Para ser cazador se requiere algo ms que una preparacin tcnica
con esmero desde muy joven (15 aos). El tewa y los cazadores de mayor edad indican que
las precauciones a seguir, y el tiempo lmite del
ejercicio de un cazador se mide por la mayor
cantidad de ancdotas que le hayan sucedido.
Utilizando as la anecdota como un discurso
que legitima la prctica de ser cazador. Estas
ancdotas con el transcurrir del tiempo y la
creacin oral, se van constituyendo en mitos
que sirven de ejemplo a los jvenes cazadores;
construyndose as un discurso referencial que
reglamenta la caza. El cazador y el tewa son
considerados las personas ms importantes a
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Otra forma para clasificar una planta como caliente o fresca, son cualidades como el sabor, el
olor y la capacidad para repeler o matar animales especialmente insectos-plaga. Las plantas frescas tienen generalmente sabores y olores suaves, mientras que las plantas calientes
estn asociadas a sabores y olores fuertes. (Cern: 1996:47-48)
Son mltiples los autores que han abordado el
tema, entre ellos los ms importantes son Murra (1981), Jrgen (1980), Oberem (1978),Vokral (1991), Radcliffe (1990), Urton (1990),
Dolfus (1981, 1991), Cern (1990), entre
otros.
Los nativos de Caquiona van a Santa Juana (La
Vega), Guachacundo y Tachuelo (Almaguer);
los de Pancitar y San Sebastin a Altamira y
Los Uvos (La Vega); los indgenas de Ro Blanco y Guachicono prefieren hacerlo entre las
Comunidades Civiles de El Frontino, El Moral
y El Oso (La Sierra).
Los comuneros de Valencia, Santiago y Almaguer bajan a San Miguel, Santa Rita, Altamira
y Santa Juana (La Vega); los del Rosal prefieren
las tierras de Bolvar; y los de Sotar las buscan
en Timbo.
En algunos departamentos esta forma de explotacin colonial, se mantuvo hasta aproximadamente 1970. Este es el caso de las zonas
centro y norte del departamento del Cauca.
Vale aclarar que esta expresin se usa en otros
sitios rurales de Colombia para denominar a
las familias que cuidan fincas de recreo o de
descanso de adinerados citadinos, a cambio de
un salario mensual.
En quechua esta palabra hace referencia a hijo
o simplemente a nio pequeo
El compadrazgo en el sur del departamento
del Cauca y todo el departamento de Nario,
es un concepto muy amplio y de una gran
complejidad. Por ejemplo, un nio puede tener madrinas sin que por ello, sean consideradas comadres de los padres. Este es el caso de
la madrina de uas y la madrina de aretes.
Cuando un nio nace, quien corta las primeras uas debe ser una mujer, que al hacerlo da
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un regalo en especie al pequeo y se hace madrina de ste. Igual sucede en el caso de los aretes o pendientes, que otra mujer o la misma
que ha cortado las uas, le pone los primeros
pendientes y se convierte en su madrina. De
esta forma, los nios suelen tener madrinas de
uas y aretes, padrinos de bautizo, de confirmacin y de comunin. Terminando con el
matrimonio donde hay padrinos, pero siendo
los hijos adultos sus padres no se consideran
compadres.
Todas las cosechas excepto la caa de azcar, el
laurel y la achira, transcurren bajo siguiente
horario: se levantan sobre las 4 de la maana
toman el caf (caf con pan de harina de trigo
o maz); hacia las 7 de la maana desayunan
(caf, arroz y algo de carne); aproximadamente a las 10 de la maana toman el almuerzo
(generalmente sancocho); llegada la 1 de la
tarde toman la merienda (papas cocidas con
queso y caf) y de 4 a 5 de la tarde la cena
(arroz acompaado con guisos de alverjas guisantes- lentejas o frjoles, yuca y guineo cocido o pltano frito, algunas veces lleva adems
carne). El tiempo que tardan en tomar los alimentos y reanudar la actividad es de 30 minutos y se hace en el lugar mismo de la cosecha.
Debo aclarar que en Colombia la maana va
de 6 a 12, el medio da de 12 a 13 horas, la tarde de 13 a 18 horas, la noche de 19 a 0 horas y
la madrugada de 1 a 5.
Con este nombre son conocidos los indgenas
quechuas del Ecuador, en el sur del departamento del Cauca y todo el departamento de
Nario.
Zambrano (1993), Lpez G. (1991), Muoz R.
(1990), entre otros.
Digo historia pasada porque sustento que no
es slo esta poca del tiempo (lo pasado) quien
contiene la historia, ya que esto sera reducir al
crono la historia como tal y bien sabemos que
desde la antropologa contemporanea esto viene siendo revaluado, ya que la historia tambin
se da en la acumulacin de presentes y proyecciones futuras.
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la poblacin -tal como lo expresa en las entrevistas el CIMA-, es imposible erradicar este
flagelo, que por supuesto como todos sabemos, va mucho ms all de un problema medioambiental.
Actualmente existe una prctica similar en algunos lugares de Castilla. Una vez techada la
casa, se levanta una bandera nacional en el tejado, para indicar que esa casa est presta a ser
habitada. Para finalizar, el propietario invita a
una comida o cena a todos aquellos que han
contribuido a su edificacin.
En la actualidad con el fenmeno de la amapola, muchos de los hombres del Macizo, han
sustituido el machete, el caballo y el chirrincho, por el revolver, la moto y el brandy.
Es importante notar cmo solamente en las
aclamaciones que acompaan los sahumerios,
la imagen del remanecido es asumida directamente como un Dios, ya que la alusin que se
hace al santo como Dios, slo se encuentra al
referirse a los antepasados, mientras que en la
actualidad slo son remanecidos de esos dioses, pero no directamente un Dios; ponindose de manifiesto la reapropiacin de la incursin cristiana con los elementos locales.
Tambin llamados atemperados y frescos.
Especie de linternas artesanales, pero en vez de
luz artificial alumbran con una vela
Esta prctica recuerda de cierta manera la costumbre de otros pueblos rurales de los Andes
Colombianos y Centroamericanos, de enterrar
el ombligo de los nios cerca al fogn de las
cocinas, para evitar que el nio cuando sea
adulto olvide la comunidad. Fuere donde fuere, siempre volver.
Foster y Rowe (1951), Quesada (1975), Ortiz
de Montellano (1975), Seggario (1969), Comas (1969), But Colson y Armellada (1985) y
Faust (1983,86).
Una vez se lleva esta palma a la procesin de
Domingo de Ramos, ya queda transformada
en ramo bendito, el cual tiene mltiples usos,
uno de los cuales describo aqu.
194 Casas posada son salones comunales acondicionados en las fiestas o asambleas generales,
para recibir a los visitantes. Casas residencia
son las casa particulares que sus propietarios
las tienen para estos actos, ya que viven en la
ciudad.
195 Las palabras y expresiones quechuas han sido
tomadas de: Arturo Pazos, Op. cit.
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