Bourne, Joanna - Spymaster 01 - Desarmado Por Un Baile
Bourne, Joanna - Spymaster 01 - Desarmado Por Un Baile
Bourne, Joanna - Spymaster 01 - Desarmado Por Un Baile
SERIE SPYMASTER, 01
DESARMADO POR
UN BAILE
NDICE
Prlogo................................................................................4
Captulo 1............................................................................5
Captulo 2..........................................................................20
Captulo 3..........................................................................27
Captulo 4..........................................................................34
Captulo 5..........................................................................43
Captulo 6..........................................................................54
Captulo 7..........................................................................60
Captulo 8..........................................................................66
Captulo 9..........................................................................74
Captulo 10........................................................................77
Captulo 11........................................................................93
Captulo 12........................................................................97
Captulo 13........................................................................99
Captulo 14......................................................................110
Captulo 15......................................................................116
Captulo 16......................................................................129
Captulo 17......................................................................131
Captulo 18......................................................................145
Captulo 19......................................................................149
Captulo 20......................................................................151
Captulo 21......................................................................159
Captulo 22......................................................................163
Captulo 23......................................................................169
Captulo 24......................................................................180
Captulo 25......................................................................187
Captulo 26......................................................................188
Captulo 27......................................................................194
Captulo 28......................................................................205
Captulo 29......................................................................210
Captulo 30......................................................................214
Captulo 31......................................................................219
Captulo 32......................................................................229
Captulo 33......................................................................234
Captulo 34......................................................................236
Captulo 35......................................................................246
-2-
Captulo 36......................................................................251
Captulo 37......................................................................255
Captulo 38......................................................................269
Captulo 39......................................................................276
RESEA BIBLIOGRFICA...............................................282
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JOANNA BOURNE
Prlogo
Annique se frot los ojos.
Har lo que Leblanc desee. No me queda otra alternativa.
Sers ma cuando l termine contigo coment Henri con desprecio.
Ella sigui hablando.
Har que unte mi cuerpo con aceite y me obligar a bailar las danzas gitanas
que aprend de nia. Bailar a la luz del fuego para l, sin otra prenda que un
pequeo fino camisn de seda. Seda roja. l... l prefiere el color rojo. Me lo ha dicho.
Grey agarr con fuerza la cadena, sobrecogido por la imagen de un cuerpo
delgado y desnudo que se mova siguiendo el ritmo, enmarcado por el dorado
resplandor del fuego. No era el nico. Henri sujet los barrotes de la puerta y
presion la cara entre ellos para acercarse ms, se le haca agua la boca.
Annique, cuyos ojos miraban al suelo, se balance como si su cuerpo ya siguiera
el ritmo ondulante de la danza sensual que acababa de describir.
Despegar la seda de color carmes de mi cuerpo y la acariciar con ella.
Notar la seda clida y hmeda por el calor que genera la danza, por mi calor... Su
mano izquierda acarici la parte inferior de su cuerpo, de un modo ntimo.
A Grey le dola el cuerpo despus de recibir una docena de palizas, la sed lo
atormentaba cada segundo y saba exactamente lo que ella estaba haciendo. Aun as
sinti una excitacin enorme. Seor, ella era buena en eso. Henri intentaba abrir el
candado de forma torpe y ruidosa. Si el francs estaba la mitad de excitado que Grey
por la pequea farsa de Annique, sera un milagro que al final lograse abrir la puerta.
Henri sujet con fuerza la tela blanca de su combinacin.
No deberas... no debes... Ella luch, empujando sus manos de manera ftil,
con la escasa fuerza de un pajarillo atrapado. Grey no poda llegar hasta ella. No...
El brazo que agitaba en el are golpe el farol, que cay al suelo. La oscuridad rein
de inmediato y de forma absoluta.
Zorra estpida gru Henri. T...
Se escuch el leve sonido de un golpe dado con fuerza. Henri grit de dolor. Se
oyeron ms golpes y algo grande y blando, un cuerpo, cay. Grey escuch cmo
Annique respiraba con dificultad.
Lo haba planeado. Ella lo haba planeado todo...
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JOANNA BOURNE
Captulo 1
Por supuesto, ella estaba dispuesta a morir, pero no haba planeado hacerlo tan
pronto o de un modo tan incmodo, y que llevase tanto tiempo, o que lo hara en
manos de un compatriota.
Se desplom contra la pared, que era de piedra y muy slida, como suelen ser
los muros de las crceles.
No tengo los planes. Nunca los he tenido.
Soy un hombre de poca paciencia. Dnde estn los planes?
Yo no los tengo...
El bofetn lleg sin previo aviso. Durante un instante, sinti que estaba a punto
de caer inconsciente, pero luego se recuper, en la oscuridad, dolorida y con Leblanc.
Te lo has ganado l toc su mejilla, en el punto donde la haba golpeado y
la oblig a mirarlo. Lo hizo con delicadeza. Tena mucha prctica en hacer dao a las
mujeres. Continuemos. Esta vez tendrs ms ganas de ayudar.
Por favor, lo estoy intentando.
Me dirs dnde has escondido los planes, Annique.
No son ms que un sueo de locos, esos planes Albin. Una quimera. Nunca
los he visto incluso mientras lo deca, poda visualizar claramente los planes
Albin en su mente. Haba tenido en sus manos las mltiples pginas, los bordes
manoseados, los mapas cubiertos de manchas y huellas dactilares, las listas escritas
en letra pequea y cuidada. No voy a pensar en esto. Si lo recuerdo, lo ver en mi
rostro.
Vauban te dio los planes en Brujas. Qu te dijo que hicieras con ellos?
Me dijo que los llevase a Inglaterra.
Por qu iba a darme planes? No soy una maleta en la que transportar
papeles por el campo.
El puo de l se cerr alrededor de su cuello. Ella not cmo el dolor explotaba,
un dolor que le cort la respiracin.
Hundi los dedos en la pared y aguant. Al tener una pared tan til a la que
agarrarse no caera al suelo.
Leblanc la solt.
Vamos a empezar de nuevo, en Brujas. Estuviste all. Lo admites.
Estuve all, s. Inform a Vauban. No era ms que un par de ojos que espiaba a
los britnicos. Nada ms. Lo he dicho una y otra vez.
Los dedos que sujetaban su barbilla aplicaron ms fuerza. Un nuevo dolor.
Vauban se march de Brujas con las manos vacas. Regres a Pars sin los
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JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
planes, pero nunca fue su intencin que ella se los diera a Leblanc. Le haba fallado.
Haba fallado a todo el mundo.
Respir hondo y expuls el aire lentamente. Era extrao saber que las veces que
iba a respirar estaban contadas, no ms de diez mil. Puede que cuarenta mil?
Cincuenta mil? Quizs, esa noche, mientras sufra un dolor insoportable, empezara
a contar.
Se quit los zapatos, primero uno y luego el otro. Ya haba estado en una crcel
dos veces antes en su vida, las dos fueron experiencias muy angustiosas. Al menos en
esos casos no estuvo bajo tierra y pudo ver. Su madre haba estado con ella, esa
primera vez. Pero esta vez su madre haba muerto en un accidente estpido, en el que
no debera haber muerto ni un perro. Mam, mam, cmo te echo de menos. No
tena a nadie en este mundo que pudiera ayudarla.
En la oscuridad, uno se siente muy solo. Ella nunca se haba acostumbrado a
eso.
El espa ingls habl, con una voz grave y lenta, que surgi de la oscuridad.
Me pondra de pie y la saludara de forma educada las cadenas hicieron un
ruido metlico, pero me veo obligado a ser grosero.
El hecho de que la voz del enemigo ingls le pareciese un afectuoso apretn de
manos demostraba lo sola que se senta.
ltimamente hay demasiado de eso en mi vida. Mucha mala educacin.
Da la impresin de que ha hecho enfadar a Leblanc hablaba con el rico
acento francs del sur del pas, sin el menor rastro de un acento extranjero.
Al parecer usted tambin.
No planea dejar que ninguno de nosotros salga de aqu con vida.
Es lo ms probable Se quit las medias, las guard dobladas dentro de la
manga para no perderlas y se volvi a poner los zapatos. Uno no puede ir descalzo.
Incluso en la antesala del infierno uno debe ser prctico.
No deberamos demostrar que se equivoca?
No sonaba como un hombre resignado a morir, lo que, a su manera, era digno
de admirar, aunque fuera poco realista. Era un modo muy ingls de ver las cosas.
Ante semejante valenta, ella no poda quedarse sentada en el suelo y
lamentarse. El honor francs exiga que una francesa se enfrentase a la muerte con el
mismo coraje que un ingls. El honor francs siempre pareca exigir cosas. La valenta
de un cierto tipo era una moneda que ella estaba acostumbrada a falsificar. Adems,
el plan que estaba urdiendo poda funcionar. Quizs podra vencer a Leblanc, escapar
del chteau y decidir lo que iba a hacer con esos planes Albin que le haban causado
tantos problemas. Puestos a suponer, quizs a los cerdos les creceran alas y volaran
alrededor de las agujas de los tejados de toda la ciudad.
El ingls esperaba una respuesta. Ella se puso de pie.
Me encantara decepcionar a Leblanc de cualquier manera posible. Sabe
dnde estamos? No pude fijarme cuando me trajeron, pero espero sinceramente que
se trate del chteau en Garches.
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JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
diecisiete o quizs dieciocho aos? Posea el cuerpo de un acrbata, era una de esas
personas menudas, con un cuerpo compacto. Lo haban herido. Poda oler la plvora
en su ropa y cmo la herida se estaba infectando. Apostara dinero que an tena el
metal dentro. Cuando pase los dedos por su cara, not que tena los labios resecos y
agrietados y que arda de fiebre, tena mucha fiebre.
Lo haban encadenado a la pared con una cadena excelente pero con un
candado enorme y antiguo. Tendran que forzarlo si queran escapar. Busc en sus
botas y en las costuras de su ropa, por si acaso los hombres de Leblanc haban pasado
por alto algn objeto pequeo y til. Naturalmente, no haba nada, pero uno siempre
debe comprobarlo.
Muy agradable... murmur mientras ella mova sus manos por encima de
l. Luego, cario. Estoy demasiado cansado... Entonces no era tan joven. Haba
hablado en ingls. Poda haber una razn inocente por la que un ingls estuviera en
Francia, en ese momento en el que sus pases no estaban exactamente en guerra, pero
por lo que fuese, estaba segura que Leblanc haba dicho la verdad. Era un espa.
Tan cansado Luego dijo claramente. Dile a Lazarus que no lo har ms. Nunca.
Dselo.
Ya hablaremos de eso dijo ella en voz baja, luego. Lo que iba a ser una
promesa difcil de cumplir, porque no esperaba tener mucho tiempo despus.
Aunque quizs todava le quedase ms tiempo que a ese chico.
l intent sentarse a duras penas.
El caballero nmero tres de la reina. Tengo que irme. Estn esperando que
entregue al caballero rojo Estaba hablando de cosas que no deba decir, estaba casi
segura de eso y l acabara por hacerse dao si segua agitndose de ese modo. Lo
empuj con suavidad para que volviera a tumbarse.
Unos brazos fuertes intervinieron.
Tranquilo. Eso ya est hecho El otro hombre sujet al muchacho,
silenciando sus palabras.
No tena motivos para preocuparse. A ella ya no le interesaba ese tipo de
secretos. En realidad, preferira no saberlos.
Dselo a los dems.
Lo har. Todos lograron escapar sin problemas. Ahora descansa.
El chico haba dejado caer la jarra de agua al forcejear. Las manos de ella la
encontraron, sta rod de costado y estaba vaca. Estaba completamente seca por
dentro. Pensar en agua hizo que sintiera unas punzadas amargas en la boca. Tena
tanta sed...
No hay nada peor que la sed, ni el hambre, ni siquiera el dolor. Quizs el que no
hubiera agua para tentarla fuera lo mejor. Era posible que se hubiera convertido en
un animal y se la hubiera robado a esos hombres, que sufran ms que ella. Era mejor
no saber lo bajo que poda caer.
Cundo fue la ltima vez que trajeron agua?
Hace dos das.
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JOANNA BOURNE
En ese caso, no podrn esperar mucho ms. Leblanc me dejar con vida
durante un tiempo, con la esperanza de que sea til y para que pueda jugar conmigo.
Al final, me matar. Aunque le entregue los planes Albin, cada palabra, cada
mapa y cada lista, aun as me matar. S lo que hizo en Brujas. No puede dejarme con
vida.
Sus hbitos son conocidos.
Era un hombre grande, el espa ingls de voz grave y dureza de hierro. Sinti
una presencia enorme incluso antes de tocarlo. Sus manos le aportaron ms detalles.
Este hombre alto y corpulento haba doblado su abrigo para colocarlo debajo del
chico, aceptando esta nueva incomodidad para que su amigo no estuviera tumbado
sobre el fro suelo. Era un coraje muy britnico el que demostraba ese pequeo gesto.
Sinti que estaba concentrado, de forma feroz y protectora, en todo lo que rodeaba al
muchacho, como si su mera voluntad bastase para mantenerlo con vida. Tena que ser
muy valiente el que se atreviese a morir llevndole la contraria.
Alz la mano con timidez y descubri una tela suave de lino y unos
considerables msculos fibrosos en el pecho; luego, all donde se abra el cuello de la
camisa, a la altura de la garganta, toc su piel, sorprendentemente elstica. Habra
apartado la mano pero l coloc la suya encima, empujndola hacia el lugar donde
estaba su corazn. Sinti bajo la palma de la mano su latido, sorprendente y vivo.
Seal de un gran poder y fuerza.
S lo que Leblanc le hace a las mujeres. Siento que haya cado en sus manos.
Crame.
Yo tambin lo siento mucho Este pareca interesado en ser amable con ella.
O no era as? Solt su mano. Ella lo liberara, si poda, y luego vera lo encantador
que era. Estos candados Sacudi ruidosamente los grilletes de l, son una
porquera. Una vuelta y podra abrirlos. No tendr encima por casualidad un poco
de alambre?
Pudo or la sonrisa en su voz.
Qu cree?
No esperaba que fuera tan sencillo. La vida no lo es, lo digo por experiencia.
La ma tampoco lo es. Leblanc le ha hecho dao?
No demasiado.
l toc su cuello en el punto que estaba dolorido y magullado.
Ninguna mujer debera caer en las manos de Leblanc. Saldremos de aqu.
Hay alguna va de escape, la encontraremos Apret su hombro, con fuerza, para
tranquilizarla.
Deba ponerse en pie y revisar la celda. Pero, por alguna razn, simplemente se
qued sentada a su lado, descansando. Respiraba muy despacio. Parte del miedo que
la haba acompaado durante semanas tambin haba desaparecido. Cunto tiempo
pas desde la ltima vez que alguien le haba ofrecido consuelo? Resultaba muy
extrao encontrarlo ah, en ese lugar aterrador, de manos del enemigo.
Despus de lo que pareci mucho tiempo, se puso en pie.
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JOANNA BOURNE
Hay otro problema. Su amigo no puede caminar desde aqu, ni aunque logre
librarlo de la cadena.
Lo conseguir. Mejores hombres que Leblanc han intentado matarlo no
todo el mundo habra percibido la angustia que se esconda tras la superficie de esa
voz, pero ella lo hizo. Los dos saban que Adrian estaba muriendo. En un plazo de
doce horas, quizs un da ms, la herida, la sed y el fro hmedo de las piedras
acabaran con l.
El muchacho habl, enhebrando palabras en un francs gascn refinado.
Es un... un pequeo agujero de bala. No es nada Estaba muy dbil, era muy
valiente. Es el... aburrimiento infernal... lo que no puedo soportar.
Si tan solo tuviramos una baraja de naipes dijo el hombre alto.
Traer una... la prxima vez.
Estos dos habran sido unos buenos franceses. Era una pena que Leblanc fuera a
sacarla pronto de esa celda. Una poda encontrar peor compaa para emprender ese
largo viaje hacia la oscuridad. Al menos estos dos estaran juntos al morir. Ella estara
completamente sola.
Pero era mejor no hacer conjeturas acerca de cmo iba a doblegarla Leblanc para
que hiciese su voluntad y cmo iba luego a matarla, puesto que eso solo dara paso a
la melancola. Era hora de separarse del tacto de este espa ingls y volver a hacer
cosas. No poda permanecer sentada eternamente, esperando que el coraje se filtrase
de la piel de l a la de ella.
Se puso en pie y de inmediato sinti fri. Separarse de ese hombre haba sido
como si hubiera salido de un refugio clido y familiar. Era de lo ms estpido. No se
trataba de ningn refugio y a ese hombre no le caa demasiado bien a pesar de la voz
suave que utilizaba cuando hablaba con ella. Mantenan una vigilancia carente de
confianza que haca que se pudiera cortar el aire que haba entre los dos.
Quizs saba quin era ella, o se trataba de uno de esos hombres formales que se
dedica al espionaje con total seriedad. l morira por su pas de un modo de lo ms
ingls, en ese lugar mohoso, y la odiara porque ella era francesa. Entender el mundo
de una manera tan simple era sin duda una caracterstica propia de los ingleses.
Que as fuera. Daba la casualidad de que ella no era amiga de los espas ingleses
de gran tamao. Sin lugar a dudas, una caracterstica propia de los franceses.
Se encogi de hombros, gesto que l no poda ver, y empez a tantear el resto de
la celda, inspeccionando el suelo y cada centmetro de la pared, tan alto como poda
llegar.
En el tiempo que llevan aqu, ha venido a la celda Henri Brval?
Un par de veces con Leblanc, una vez l solo, haciendo preguntas.
Tiene la llave? l solo? Eso es bueno.
Eso cree?
Tengo cierta esperanza en Henri. No haba ni un clavo oxidado, ni un
fragmento de vidrio. No haba nada til en ninguna parte. Tena que depositar sus
esperanzas en la estupidez de Henri, que era casi ilimitada. Si Fouch realmente
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JOANNA BOURNE
est arriba, bebiendo vino y jugando a las cartas, Leblanc no se separar de l. Uno no
deja de lado al director de la polica secreta para divertirse con una mujer. Pero
Henri... Quin se fija en l? Puede querer aprovechar el momento. Desea
aprovecharse de m, ya sabe, y hasta ahora nunca ha tenido ocasin.
Entiendo Era la respuesta ms evasiva posible.
Acaso pensaba que ella acogera de buen grado las intenciones de Henri?
Deba pensar que tena un gusto horrible.
Leblanc no deja que mucha gente sepa de la existencia de este cuarto. Lo que
hace aqu es muy secreto.
De modo que Henri vendr furtivamente l solo. Usted planea atacarlo dijo
con voz calmada, como si no fuera nada fuera de lo normal que ella quisiera atacar a
un hombre como Henri Brval. Estaba casi segura de que l saba lo que ella era.
No puedo ayudarla Agit la cadena que lo ataba, a menos que logre que
se acerque.
Henri no es tan idiota. No tanto. Pero tengo un pequeo plan.
En ese caso, lo nico que puedo hacer es desearle suerte. Daba la impresin
de ser un hombre que entenda claramente lo esencial del asunto. Podra serle til
una vez que lograse quitarle las cadenas. Lo que conseguira cuando uno de esos
cerdos, tal y como reza el dicho, se pusiera a volar.
Al explorar un poco ms la celda, se golpe los dedos del pie con una mesa,
que tan solo tena encima una cuchara. Tambin haba algunas sillas, que ofrecan
ms oportunidades. Estaba extrayendo las clavijas de madera que unan las partes de
la silla cuando escuch unos pasos.
Tenemos visita dijo el ingls alto.
Lo he odo Un hombre descenda por las escaleras que daban a la bveda.
Henri. Tena que ser Henri. Coloc la silla correctamente, donde no estorbase, sujet
la cachiporra con la mano y gir en la direccin en la que vena el sonido de los
pasos. Un escalofro recorri su columna, pero tan solo era el fro de la habitacin. No
era miedo. No se poda permitir estar asustada. Es un hombre. Viene solo.
Cree que es Leblanc o Henri?
Henri. Sus pasos son ms pesados. Ahora debe quedarse callado y no
distraerme rez para que fuera Henri y no Leblanc. No tena ninguna posibilidad
contra Leblanc.
El ingls se qued absolutamente quieto, pero su ira brutal y controlada se
perciba en el ambiente. Era como si detrs de ella tuviera un lobo encadenado a la
pared. Su presencia no haca ms que llamar su atencin cuando era fundamental
que se concentrase en Henri.
Henri. Se humedeci los labios y pens con desaliento en Henri, un tema
desagradable, pero de gran urgencia. Haba veinte escalones en la pequea escalera
que giraba de forma ascendente desde la bodega hasta la cocina. Cont los ltimos,
escaln por escaln. Luego l lleg al pasillo que conduca a la celda.
Henri siempre haba sido de la opinin de que la reputacin de ella era excesiva.
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JOANNA BOURNE
Cuando la trajo todo el largo trayecto desde Pars para entregrsela a Leblanc, ella
haba jugado a hacerse la tonta dbil delante de l, suplicando con humildad que le
diera comida y agua, tropezando, haciendo que l se sintiera poderoso. Se haba visto
tan limitada en la oscuridad que l pensaba que era totalmente inofensiva. Haba
terminado por menospreciarla.
Si tan solo se acercaba un poco ms, descubrira lo inofensiva que era. Sin duda
lo descubrira.
Ella saba qu miel usar para atraerlo. Interpretara el papel de una ramera joven
y tonta. Era uno de sus favoritos desde siempre. Lo haba utilizado en cientos de
ocasiones.
Se humedeci los labios e hizo un mohn para darles ms volumen, abriendo y
cerrando la boca. Qu ms poda hacer? Solt algunos mechones de cabello por la
espalda y alrededor del rostro. Su vestido ya estaba roto a la altura del escote.
Encontr el lugar y desgarr an ms la tela. Bien. Solo vera la carne desnuda. Poda
tener en la mano una docena de cachiporras que l nunca se dara cuenta.
Rpido, rpido. Se estaba acercando. Volvi a respirar hondo y dej que el papel
que iba a interpretar la envolviese, como si se tratase de un traje conocido. Se
convirti en la ramera. Complaciente, fcil de amedrentar, perdida en medio de ese
juego de intriga y mentiras. A Henri le gustaban las vctimas. Ella le ofrecera la
vctima ms perfecta con la esperanza de que l picase el anzuelo.
Esper oculta bajo las mltiples capas que daban forma al papel de ramera
suave e ingenua. Su puo, que sujetaba la cachiporra, no titubeaba. No iba a
permitirse el lujo de tener miedo. Haba jugado esta carta tantas veces que era como
una segunda piel.
Probablemente, en el centro de su ser, debajo de todas esas mentiras, la
verdadera Annique estaba temblando como un ratn. No iba a echar un vistazo a su
interior para averiguarlo.
JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
resplandor del fuego. No era el nico. A Henri, que sujet los barrotes de la puerta y
presion la cara entre ellos para acercarse ms, se le haca agua la boca.
Annique, cuyos ojos miraban al suelo, se balance como si su cuerpo ya siguiera
el ritmo ondulante de la danza sensual que acababa de describir.
Despegar la seda de color carmes de mi cuerpo y lo acariciar con ella.
Notar la seda clida y hmeda por el calor que genera la danza, por mi calor... Su
mano izquierda acarici la parte inferior de su cuerpo, de un modo ntimo.
A Grey le dola el cuerpo despus de recibir una docena de palizas, la sed lo
atormentaba cada segundo y saba exactamente lo que ella estaba haciendo. Aun as
sinti una excitacin enorme. Seor, ella era buena en eso.
Ella continu con voz ronca, como si estuviera soando.
Se tumbar en mi cama y me llamar para que vaya hacia l. Al principio solo
querr que lo toque, luego que lo bese, all donde l me indique. Como ves, no tendr
otra opcin excepto hacer lo que l me ordene.
Henri intentaba abrir el candado de forma torpe y ruidosa. Si el francs estaba
la mitad de excitado que Grey por la pequea farsa de Annique, sera un milagro que
al final lograse abrir la puerta.
La puerta se abri con un golpe ruidoso contra la pared de piedra.
No debes entrar aqu, Henri dijo ella suavemente, sin moverse, ni
tocarme de ninguna manera sin el permiso de Leblanc.
Al cuerno con Leblanc Henri apag el farol y la acorral contra la mesa. Sus
puos se aferraron a su falda y tiraron de ella para arriba. Sujet con fuerza la tela
blanca de su combinacin que tena debajo.
No deberas... no debes... Ella luch, empujando sus manos de manera ftil,
con la escasa fuerza de un pajarillo atrapado.
No Grey se lanz hacia Henri pero se qued corto por culpa de su correa de
hierro. El crculo de dolor en la mueca la hizo regresar a la realidad. No poda llegar
hasta ella, no poda luchar con Henri por ella. No haba una sola maldita cosa que
pudiera hacer, excepto mirar.
No... El brazo que ella agitaba en el aire golpe el farol, que cay al suelo.
La oscuridad rein de inmediato y de forma absoluta.
Zorra estpida gru Henri. T...
Se escuch el leve sonido de un golpe dado con fuerza. Henri grit de dolor. Se
oyeron ms golpes, uno, dos y tres. La mesa se movi con un chirrido hacia un lado y
algo grande y blando cay.
No se perciba ningn movimiento. Grey escuch cmo Annique respiraba con
dificultad: esos sonidos suaves, con jadeos de contralto, eran definitivamente suyos.
Lo haba planeado. Ella lo haba planeado todo. Se agach, tenso como una
cuerda estirada y fue consciente de lo bien que ella le enga. Lo haba planeado
todo, desde el inicio hasta el final. Los haba manipulado a los dos con esa maldita
actuacin suya.
Se produjo un silencio prolongado, roto de vez en cuando por el intrigante
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ruido de cosas que crujan y los gruidos de Annique. Sus pasos, cuando camin
hacia l, eran seguros y sin vacilaciones. Avanz en lnea recta, cruzando la celda
como si el lugar no estuviera tan oscuro como una tumba.
Qu ha hecho con Henri? Pens que realmente no haba tenido duda
alguna sobre lo sucedido en ningn momento.
He golpeado su cabeza con una media llena de piedras Daba la impresin
que ella estaba dndole vueltas al asunto mientras se sent en el suelo a su lado. Al
menos estoy casi segura de que le he dado en la cabeza una vez. Lo he golpeado en
muchos sitios. De cualquier modo, est callado.
Muerto?
Respira. Pero nunca se puede estar seguro con las heridas en la cabeza.
Quizs tenga que explicar otra situacin complicada a Dios cuando me toque estar
delante del umbral de su puerta, lo que, teniendo en cuenta todo lo que ha pasado,
puede suceder en cualquier momento. Espero no haberlo matado, del todo, aunque
sin duda se lo mereca. Dejar esa tarea a otra persona y otro da. Hay mucha gente
que disfrutara matndolo. Ahora mismo se me ocurren varias docenas de personas.
Ella lo desconcertaba. Haba crueldad en su tono pero se trataba de una dureza
alegre, limpia como la brisa fresca. No poda percibir ni un atisbo de esa maldad que
haba asesinado a esos hombres a sangre fra, en una emboscada. Tena que recordase
a s mismo todo el tiempo lo que esta mujer era realmente.
Ha hecho algo ms que golpearle la cabeza. Qu ha hecho despus de eso?
Desea el informe completo? Pareca divertida. Est claro que es un
maestro de espas, tengo entendido que ingls. Nadie formula ese tipo de preguntas
con tanta calma, como si fuera su derecho saber. Muy bien, le presentar mi informe
completo. He atado a Henri y rob su dinero. Tena un paquete de documentos
interesantes en un bolsillo que l quizs pensaba que era secreto. Puede quedrselos
si quiere. Yo ya no estoy en el negocio de recoger documentos secretos.
Le dio una suave palmadita.
Tambin he encontrado un alfiler de corbata muy til y si levanta ese precioso
grillete de hierro hacia aqu... S, justo as. Ahora qudese quieto. No soy pescadera,
as que no puedo filetear este absurdo candado si sigue movindose de un lado a
otro. Har que me arrepienta de ser noble y salvar su vida si no se comporta de
manera sensata.
Estoy a su disposicin. Ofreci el grillete que tena en la mueca. Al mismo
tiempo alarg la mano y toc sus cabellos, listo para sujetarlos si ella intentaba
escapar sin liberarlo.
Ella se haba puesto al alcance de sus manos. Se trataba de un hombre que era el
doble de grande y fuerte que ella y adems era un enemigo. Annique tena que saber
el efecto que causaba en un hombre todo ese movimiento y esos susurros. La
venganza, la ira y la lujuria se agitaban en su interior como hierro fundido. Lo
sorprendente era que no atravesase su piel y prendiese fuego a esos cabellos tan
suaves.
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Captulo 2
Yo no debera estar jugando a ser la enfermera de un par de ingleses. La
mujer se movi para cargar con un poco ms del peso de Adrian. Aqu giramos a la
izquierda, ingls, si se empea en venir a este sitio.
Es la iglesia ms cercana?
En efecto, lo es. Est la iglesia de St. Cloud a medio camino si baja la colina,
que es una iglesia en el sentido amplio de la palabra de da se puede ver la
espadaa; pero la capilla del orfanato est mucho ms cerca, si no le importa que
est en ruinas y me imagino que eso es algo que le da absolutamente igual. Se quem
durante el Reinado del Terror 1. Todos se han marchado, las monjas y los hurfanos,
slo Dios sabe dnde.
Si es la iglesia ms cercana, habr all un mensaje. Si tena suerte, su amigo
Doyle estara esperndolo.
Los espas ingleses en Italia tenan un sistema parecido. Lo comprendo.
La noche se extenda en todas las direcciones, sin el ms mnimo atisbo de luz,
pero era una oscuridad decente y limpia despus de salir de esa celda. l inspir
hondo. Las posibilidades parecan infinitas bajo ese cielo, respirando el aire fro, puro
y vaco. Haban llegado hasta ah. Lograra que todos estuvieran a salvo. Encontrara
un modo.
No s por qu los estoy ayudando. Este es un ejemplo de bondad
desinteresada. Poda imaginarse el gesto resignado que estaba haciendo al
encogerse de hombros. Ya la conoca suficientemente bien como para saber eso. Por
lo tanto este es, sin duda, un acto poco inteligente. Nos hemos alejado un poco del
camino. Debemos volver. S, justo por ah. Tenga cuidado.
Entre los dos sujetaban a Adrian mientras Annique exploraba el camino delante
de ellos con un palo que haba recogido en el jardn del chteau. Haba vuelto a
salvarle la vida esa noche. Fue Annique la que haba contado uno por uno los pasos
de una ruta complicada a travs del laberinto de las bodegas del chteau. Conoca el
secreto de una puerta oculta en la parte posterior de un armario de la alacena. En la
ms absoluta oscuridad, con una seguridad que envidiaran hasta los gatos, haba
1
El Reinado del Terror: En Francia se aboli la monarqua en la Revolucin Francesa (17891792). A partir de 1973 se instaur lo que se ha conocido en historia como El Reinado del Terror,
durante en el que se destruyeron multitud de obras de arte, en especial aquellas de temtica religiosa.
Fueron aos de conflictos polticos, en los que murieron muchas personas, se guillotin al rey Luis
XVI. A su mujer Mara Antonieta, y varios miembros de su corte. (N. del T.)
- 21 -
JOANNA BOURNE
hallado un camino seguro entre los peligros invisibles del jardn. Haba encontrado
agua oculta debajo de hojas en una urna de piedra de gran profundidad. Recordara
esa agua durante el resto de su vida. Recordara cmo ella haba formado un cuenco
con las manos para recoger el agua y cmo lo haba acercado a los labios de Adrian
antes siquiera de que ella bebiese un poco.
l solo nunca habra sido capaz de levantar a Adrian para pasar ese ltimo
muro. Haba sido un suplicio eterno y angustioso que haban llevado a cabo en
medio de un silencio extrao, cuando apenas a unos cuarenta y cinco metros los
invitados iban y venan por los escalones de la fachada del chteau y la msica, de una
pureza ms propia de otro mundo, acariciaba el aire como lgrimas de cristal.
Ahora ella los condujo hacia delante, susurrando palabras de nimo y gua,
junto con quejas sarcsticas. Los surcos hechos por las ruedas son profundos porque
los furgones suelen ir a la puerta trasera del chteau. La pared a la derecha est
llena de piedras afiladas. Evtela. Esa es una rama baja. La ver enseguida. l
poda ver cmo ella caminaba a travs del infierno diciendo: A la derecha, fjese en
ese demonio encadenado. El respeto y el recelo que senta por ella aumentaban a
casa paso. Tena que tomar todas las precauciones posibles para capturarla.
No est lejos, la puerta que da al orfanato dijo ella.
En la otra orilla del ro Sena, una hilera de pequeas luces indicaba dnde se
encontraba la ciudad de Pars. Apenas a unas pocas calles de distancia, una ventana
solitaria permaneca iluminada en medio de la noche. Aparte de eso, la oscuridad era
similar a la de una cueva.
Cmo demonios puede saberlo?
Ella se ri en la oscuridad. Tambin se alegraba de estar fuera de la celda.
He hecho este camino muchas veces a la luz del da. Mi memoria es excelente
haba un tono alegre en su voz, era como si cantase. Resultaba extrao escucharla
pues pareca muy joven, como una nia valiente, en lugar de la serpiente de larga
cola enrollada que saba que era. Este rbol bajo en el que nos cobijamos golpe
el palo contra la corteza, que lgicamente no haba visto antes y que, de todos
modos, ahora no puede ver, es un precioso cerezo que ya era viejo cuando vine aqu
por primera vez. He trepado este rbol y robado sus cerezas muchas veces de nia.
Toda la esquina huele a la fruta que cay hace unas pocas semanas. El camino que
busca, la entrada al orfanato de las Hermanas de los Hurfanos, est en la otra
direccin. Ah. Toc ligeramente su hombro, mostrndole lo que haba dicho.
Su visin nocturna era extraordinaria.
No veo nada.
Deje de intentar ver, ingls. En lugar de eso, escuche. La noche cuenta
historias a su alrededor. La Rue Brenger est delante... a unos... quizs cincuenta
pasos. El panadero de la esquina est haciendo pan ahora. Se puede oler el pan. La
Rue Brenger se extiende hacia el este, en direccin al puente, a Pars, donde un
hombre de su profesin seguramente tendr amigos. Tambin puede subir la colina
al oeste; al cabo de cierto tiempo se encontrar frente a Inglaterra, donde sin duda
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JOANNA BOURNE
tendr ms amigos. Esa brisa que nota en la cara, puede sentirla, viene del noreste, de
Bois de Boulogne.
l cerr los ojos e intent sentir las corrientes de la noche como lo haca ella.
Tena razn. Era ms fcil escuchar y sentir el viento en su piel, que esforzarse por
ver.
Es usted buena en esto. Tiene amplia experiencia en moverse furtivamente en
la oscuridad.
Ms de lo que me gustara, sin duda.
Ha aprendido todo esto trabajando para Vauban? Era una de sus agentes,
no es cierto?
Hace demasiadas preguntas. No se lo haba dicho? Ahora, preste atencin y
le ensear algunos trucos. Cuando uno est de cara al viento siempre sabe dnde
est. Esta es la direccin del olor del ro l escuch cmo ella tragaba saliva. El
aroma del agua.
Y con eso, l encontr el cebo perfecto con el que iba a atraparla. Su voz la haba
delatado. La urna de piedra del jardn apenas contena suficiente agua como para que
se mojasen los labios. Ella tena sed. Tanta que sufra.
Escogi sus palabras cuidadosamente.
Me alegrar cuando lleguemos a la capilla. Espero encontrar agua Sinti
cmo su atencin flaqueaba. Bien.
Es muy probable.
Eligi unas cuantas palabras insidiosas que aadir a las anteriores.
Debera haber un pozo. Cree que encontraremos un cubo o algo para sacar
agua?
Lo descubrir sin duda. No est lejos, como ya he dicho Su voz se volvi
ms espesa y la escuch tragar saliva de nuevo. Les dejar para que tengan ese
supuesto encuentro secreto. Por mi parte, me esperan mis propios asuntos en otra
parte. No estoy interesada en conocer a ms miembros de la comunidad de espas
ingleses de Pars Pero su voz delataba que estaba pensando en el agua.
Lo ms seguro es que no haya nadie all. No puedo ocuparme de Adrian yo
solo. Adems puede mostrarme dnde est ese pozo.
No insista, monsieur Oy cmo su palo pulverizaba las piedras del camino
. No es un rasgo atractivo.
Necesita su ayuda. Cuntos son? Acaso son cien pasos?
Ella resopl un sonido delicado, francs para indicar su enfado.
No entiendo cmo es posible que los ingleses tengan fama de ser estoicos,
porque usted no lo es ni por asomo Sujet a Adrian ms cerca de su cuerpo.
Vamos. Encontraremos esa agua que tanto lo obsesiona. Lo que s vamos a hacer es
dejar de perder el tiempo en el camino, conversando, dejando que nos vea cualquiera
que pase por aqu. Esta es la entrada.
El palo de escoba repiquete enfadado entre los rieles de hierro mientras
avanzaban.
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JOANNA BOURNE
Llegar hasta los escalones del edificio principal. No pasar de all dijo ella
, ni un centmetro. Ni aunque tuviera que ocuparse de una docena de jvenes
espas, todos malheridos. Es totalmente ilgico que me pida eso. Sus pies hacan
ruido sobre el camino de grava que se extenda ante ellos en una pendiente en
descenso. He tenido muy poco que ver con los ingleses antes de esto. Ahora veo
que fue una decisin inteligente, aunque, sin duda, tiene que haber muchos ingleses
que sean ms razonables que usted. Quizs deba guardarme mi opinin.
l no poda detectar ni rastro de presencia humana en las cercanas. Pero, desde
luego no deba hacerlo, no si el que estaba esperando all era Will Doyle.
Unos pocos pasos hacia delante y luego ella se detuvo.
No me gusta esto Y tena razn, su instinto era excelente. No. No ir ms
all. Sujete al chico...
Adrian, a pesar de no estar del todo consciente, deba haber estado escuchando.
Fue entonces cuando interpret su papel. Empez a gemir y se apoy ms en ella
cuando le flaquearon las piernas.
Ella se tambale y lo mantuvo en pie.
Tu amigo se ha desmayado de nuevo. Debemos...
A su lado, suficientemente cerca como para tocarla, Doyle dijo:
Ya era hora de que aparecierais Una presencia de aspecto fornido que se
funda con la noche. Estaba a punto de invadir el lugar.
Doyle. Gracias a Dios. Sinti cmo se desvaneca el mundo de preocupacin que
cargaba a la espalda.
Adrian est herido.
En el instante que escuch la voz de Doyle, la chica se separ de Adrian y ech
marcha atrs hacia el bosque. Se qued quieta una vez que estuvo fuera del alcance.
Dmelo Doyle era un hombre grande. Sujet a Adrian y carg con l.
Haba odo que le haban disparado, nos estbamos preguntando cmo estara. Rob
un carruaje por si acaso. Est all, bajando el camino de acceso.
Bien Gir la cabeza a un lado y luego al otro, escuchando, ubicando a la
chica. Estaba all. El susurro de su respiracin la delataba. Sintete segura en la
oscuridad, Annique. Haz eso. Necesito agua para mi gua grit cuando Doyle se
alej.
Jurara que Doyle era capaz de leerle la mente.
Hay un par de petacas en el carruaje, agua fresca y fra. Te la traer. Es agua
fresca y potable Eran las palabras correctas, dichas como si careciesen de
importancia y con total tranquilidad.
Sinti un temblor en el silencio de Annique mientras esperaba. Sigue pensando
en el agua, Annique. Sigue pensando en lo sedienta que ests.
Traer la petaca, mademoiselle, con mi gratitud. Es lo mnimo que puedo hacer.
Ella titube, un murmullo casi inaudible de indecisin. Deba estar desesperada
por conseguir agua.
Si haca el intento de sujetarla y erraba, no tendra una segunda oportunidad.
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JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
Por poco no fue el final de todo. Ella era increblemente rpida en la oscuridad.
Poda or el palo golpeando los rboles, encontrando el camino. Se estaba escapando.
Pero Doyle era el ms astuto de los veteranos. Se haba colocado en un lugar
desde el que poda ver la silueta de la chica perfilada por el brillo del farol. No se la
vea en absoluto en medio de los arbustos sumidos en la oscuridad. Ella corri
directamente hacia los enormes brazos de Doyle y l la alcanz.
Casi la atrap entre sus brazos.
Hija de mala... Cuando lleg se encontr a Doyle sujetndose la barriga,
lanzando originales blasfemias en dialecto bretn... manat gangrenoso La chica
se haba soltado y se estaba poniendo en pie de nuevo con cierta dificultad. Era
realmente buena si haba sido capaz de encajarle un golpe a Doyle.
S, iba a ser un placer capturar a mademoiselle Annique.
Esquiv ese palo letal que utilizaba, se adelant y se lo arrebat de las manos.
As logr desarmarla. Luego se tuvo que ocupar de la pequea y sorprendente pelea
que present ella. Era fuerte para ser una mujer, tena un cuerpo delgado, solamente
msculos y huesos duros, sin grasa ninguna. La parte superior de su cabeza ni
siquiera le llegaba a la barbilla. No tena ninguna oportunidad.
Tard menos de tres minutos. Una vez que todo termin tir de sus brazos hacia
atrs, sin hacerle ms dao del necesario, pero sin permitir que ella aprovechase para
hacerle dao a l. Ella respiraba entrecortadamente, su pecho suba y bajaba,
mientras cada uno de sus msculos temblaba por la conmocin. Haba sido una
noche complicada para la seorita Annique. Despus de eso, fueron paso a paso
hasta llegar al carruaje. l la arrastraba, dejando que pelease lo justo hasta que se
agotase. No poda quedarle mucha energa.
Experiment un sentimiento feroz y primitivo de posesin. Era suya, ella era de
su propiedad.
Frotndose la barriga entre gruidos, Doyle se acerc despacio.
Rpida como las gallinas. Verdad, chica? Trela aqu, a la luz Doyle sujet
un mechn de cabello y la oblig a echar la cabeza hacia atrs. Ella an luchaba, con
los ojos cerrados en un gesto de concentracin lleno de furia, mientras intentaba darle
una patada a alguien. Por los periquitos del Seor. Annique Villiers Doyle silb
por lo bajo. Recoges las cosas ms extraas, Grey. Qu demonios haces con el
Joven Zorro?
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JOANNA BOURNE
Captulo 3
Algunas veces pens Annique, uno paga un alto precio por un pequeo
error. No debera haberse dejado tentar por el agua.
Haba sido una pelea corta y vergonzosa. No haba tenido ninguna opcin
contra ese espa ingls al que, en un gesto estpido, haba liberado de Leblanc. Los
dos iban a ciegas en la noche y ella haba practicado una y otra vez el modo de luchar
cuando uno no puede ver. Pero eso no le haba ofrecido ninguna ventaja. Recurri a
todos los trucos sucios que haba aprendido en su vida y los haba utilizado, uno tras
otro. Ese hombre tan alto los conoca todos. Era mucho mejor que ella en eso de
pelear.
La lucha termin rpidamente. l la aplast con fuerza contra su cuerpo, la
envolvi con sus brazos, cargndola como si no fuera ms que un pequeo paquete, y
ella no pudo escapar. Sus msculos parecan de hierro y madera pulida, era
invulnerable y daba la impresin de tener una fuerza infinita. Poda percibir cmo un
sentimiento de satisfaccin salvaje recorra todo su cuerpo. l estaba increblemente
feliz por haberla atrapado de esta manera. Empez a tenerle mucho miedo.
Haca apenas una hora coloc su mano sobre su corazn y no haba deseado
otra cosa ms que quedarse a su lado. Ahora iba a tener que hacer justamente eso.
ltimamente el universo la trataba con mucho sarcasmo.
La arrastraron hacia delante. El que conduca el carruaje, el espa ingls que
pretenda ser el conductor, la sujet por el cabello, mir su rostro y dijo:
Annique Villiers.
No haba esperado que la reconocieran. No tan al norte, no los ingleses, con los
que apenas haba tenido nada que ver.
Recoges las cosas ms extraas, Grey dijo entonces. La sorpresa la dej sin
aliento.
Grey. El espa ingls era Grey? Sin lugar a dudas estaba luchando con alguien
muy superior a ella. Por amor de Dios, no era de extraar que la hubieran atrapado
de ese modo. Haba tropezado con la retaguardia desorganizada de una operacin
britnica importante. Grey no se habra desplazado en persona a Francia si no fuera
por un asunto de ese tipo.
Haba tenido una mala suerte increble. El hombre llamado Grey era el director
de toda la seccin britnica, bajo las rdenes directas del legendario Galba. Grey no
tena motivos para deambular por Pars deteniendo mujeres espas. Era el jefe de
muchos agentes repartidos por toda Europa y diriga incontables actividades
importantes, todas ellas ms complejas y fundamentales que provocarla y
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JOANNA BOURNE
atormentarla de este modo. Grey debera estar... intent decidir en medio del enfado
lo que consideraba apropiado, pues Grey debera estar planeando cmo derrocar a
Napolen en una oficina en Whitehall o en algn otro lugar por el estilo. Era
demasiado peligroso y estpido que estuviera merodeando por Francia, donde corra
un gran riesgo, pues en cualquier momento podan encerrarlo en una bodega.
Pero era obvio que Grey estaba en Francia. Inmovilizada entre sus brazos, sinti
el cansancio y la sed de esas largas semanas corriendo sola en la oscuridad y en ese
momento el jefe de espas ingles logr derrotarla. Su corazn flaque y perdi
cualquier eficacia que pudiera haber tenido en la lucha.
Por favor, no me haga esto.
Con calma, arriba Grey la arrastr hasta el carruaje como si fuera un trofeo
que hubiera ganado por su gran inteligencia, lo que en el fondo era cierto. Se acab
eso de pelear. Yo que usted no lo intentara.
Por favor. No contar nada sobre ustedes. Ni un susurro Sus palabras
quedaron silenciadas contra los cojines sobre los que l la inmoviliz. Su cuerpo
estaba formado por msculos fuertes y resultaba extremadamente pesado.
No, dudo que lo haga dijo l.
A l no le importaba que se agitase y diera patadas debajo de l hasta que
acabase agotada y resultase ms fcil de manejar. Ella se dio cuenta enseguida de lo
que l pretenda pero le llev bastante tiempo controlarse, aceptar lo inevitable,
apoyar la frente en los cojines y rendirse, hasta que simplemente se qued ah,
boqueando sin fuerzas como un pez fuera del agua.
Estaba metida en un lo terrible. No la haban atrapado de esta manera porque
los ingleses estuvieran interesados en recoger agentes menores y carentes de
importancia. Haban sido las estpidas palabras de Leblanc sobre los planes Albin
las que haban despertado su inters. Todos los espas en Europa estaban buscando
esos planes. Leblanc poda haberse quedado callado. ltimamente no tena nada de
suerte.
Pens en lo que un hombre como Grey poda llegar a hacer para descubrir el
paradero de los planes Albin una vez que sacase de Pars a la espa francesa y la
llevase a un lugar solitario donde nicamente estaran ellos. Poda imaginar cmo
extraera la informacin que deseaba y luego silenciara a la espa que conoca
demasiados secretos incmodos. Se rindi entre las manos que la sujetaban con
fuerza de hierro, cubierta por el sudor de la pelea, pero por dentro estaba tan fra
como el mes de enero.
Ha terminado? pregunt Grey.
Ella tan solo pudo asentir con la cabeza.
Me alegro de que por fin hayis podido resolver este asunto Adrian estaba
en el asiento de enfrente. Su voz era dbil pero llena de alegra. No parabais de
darme golpes.
Est resuelto dijo Grey, solo que me morder si la suelto.
Su miedo disminuy al or esas palabras, porque la actitud de Grey no era la de
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Creo que ha ganado. Fjese, acepto su comida y ya no peleo con usted Alz
el pan como si pesase mucho y arranc otro trozo, lo mastic y se lo trag. No
esperaran que escapase mientras an estaba masticando. No es un gran triunfo
derrotarme. Hace varios das que no como. No es tan listo, monsieur Grey.
Adrian ri disimuladamente desde su asiento en el otro lado del carruaje. Grey
no dijo nada en absoluto. El carruaje se balanceaba y daba tumbos. Haban empezado
a avanzar con cierta velocidad a travs del campo silencioso, dirigindose colina
arriba, lejos de Pars. Ella saba muy bien que ese camino serpenteaba por medio de
una regin de pueblos compactos de casas de piedra, con campos y grandes casas
rodeadas de inmensos jardines. Poda oler las ltimas rosas que haban florecido en
los jardines y la hierba del campo. Ocasionalmente le llegaba el aroma de las
manzanas. Por todas partes, el humo de las chimeneas encendidas llenaba el aire,
ardiendo para alejar el fro de la noche de las casitas de piedra.
Era el lugar perfecto para escapar, el momento ideal.
Haca meses que haba logrado sentirse cmoda en la oscuridad. Conoca miles
de trucos para moverse sin ver, que estos hombres ni siquiera podan imaginar. La
noche era su territorio y estaba lista para esconderla. Ninguno de ellos podra ganarla
en la oscuridad.
Trag el trozo de pan y fingi comer otro poco. Este era el momento. No es
bueno planear en exceso este tipo de cosas. El oponente lo percibe.
Se retorci hacia los lados en el asiento y le propin una patada a Grey con toda
su fuerza. Esta vez, para variar, lo golpe en la barriga.
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JOANNA BOURNE
Captulo 4
Gracias a los dioses Adrian se dej caer sobre la cama, completamente
vestido. Su abrigo apestaba a vino, para que as pudiera explicar el motivo por el que
se tambaleaba a cada paso.
Ests sangrando de nuevo.
Nadie lo ha visto.
Demonios, entonces no pasa nada, si nadie lo ha visto Grey alz los pies de
Adrian y empez a quitarle las botas. Maldito idiota.
Estn buscando a alguien con un agujero de bala. No a un... imbcil que lleva
una botella.
Que lleva una botella y desafina al cantar, mientras cruza todo el patio de la
posada.
Nadie se fija en ti si... no te escondes. Es una idea genial.
Quizs lo fuera, pero haba consumido las ltimas fuerzas que le quedaban a
Adrian.
La prxima vez, haz lo que se te dice Cuando Grey desaboton el chaleco a
rayas, vio que la parte delantera de la camisa de Adrian estaba empapada. Haba
perdido ms sangre y an tenan que sacarle la bala.
Y no desafin. Tengo una voz especial de bartono.
Igual que un burro. No te sientes Roussel, el dueo de la posada, ya haba
colocado la maleta roja de Doyle en el vestidor. Las ganzas y una coleccin de armas
sutiles estaban colocadas en hilera dentro del estuche del barbero, como si se tratase
de una serie de herramientas complejas para el acicalamiento del hombre. Haba
varios tipos de tijeras. Voy a cortar ese abrigo para quitrtelo.
Ms prendas sacrificadas por las exigencias propias del servicio Adrian
hizo un gesto con los labios. Qudatelo, qudatelo. Estamos hartos el uno del otro.
Llevo con este abrigo puesto... Cunto tiempo ha sido? Tres das?
Cuatro, desde que te dispararon.
Vaya, he perdido un da.
No te perdiste nada, yo estuve all.
Hablaban en francs. Incluso a solas, en esa posada que le perteneca en cuerpo
y alma a britnico, nunca se atrevieron a hablar en ingls. Era uno de los miles de
hbitos que les permita seguir con vida. Las voces cambian cuando se cambia de
lengua. La propia voz de Grey era refinada y suave cuando hablaba francs
alargando las palabras con acento de Toulouse. En ingls, su tono normal era un
gruido spero y grave, cargado con el toque adicional de su acento nativo de la zona
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JOANNA BOURNE
suroeste de Inglaterra.
Se arremang la camisa y eligi un par de tijeras.
Tiene las puntas afiladas. No te muevas.
Contempla cmo me quedo quieto como una estatua Adrian dej que su
cabeza reposase sobre la almohada. No deberamos haberla trado aqu. Podamos
haberla dejado en cualquiera de esos pueblos.
La necesito. En cambio a ti s que podamos haberte dejado en un pueblo en
Normanda para no verte ms. Cort el tejido de lana, el pesado forro de seda del
chaleco y la tela de la camisa. Levanta el brazo. S, de ese modo.
Has trado una agente francesa a un refugio del servicio secreto britnico.
Este es el territorio de Roussel. Va a querer cortarle el cuello.
Roussel no consigue todo lo que quiere El vendaje debajo de la ropa pesaba
por toda la sangre fresca que haba absorbido, tena los bordes duros y de color
marrn. Cort seis, siete veces y arranc la venda.
Adrian se acurruc para poder echar un vistazo a su pecho.
Desde aqu da la impresin de ser un desastre. Qu tal est?
No est mal. Debajo de una costra de sangre de tacto gomoso, la herida
supuraba un hilillo de lquido de color amarillento. Era eso normal? Evit que lo
que pensaba se reflejase en su rostro. Mejor de lo que esperaba.
Por desgracia, el Cazador de Halcones poda leer los pensamientos de cualquier
persona. Se inclin hacia atrs, abri y cerr la mano un par de veces y luego apart
la vista. Por la ventana abierta se colaba el leve murmullo de los hombres que
hablaban en las mesas que haba fuera.
No es posible encontrar un mdico?
Roussel no confa en el mdico de la zona. Nos las arreglaremos por nuestra
cuenta.
Qu intrpidos somos.
La fiebre haba bajado, despus de haber perdido momentneamente la batalla
contra la resistencia de hierro del Cazador de Halcones. Pero eso no durara mucho
ms tiempo. Este chico escurridizo y brillante iba a morir porque Grey no poda
correr el riesgo de conseguir un mdico francs que lo atendiese, porque haban sido
demasiado lentos al huir por ese callejn en Pars haca cuatro das y, en primer lugar,
porque envi al Cazador de Halcones a Francia.
Iba a matar al chico al da siguiente, cuando intentase extraer esa bala.
Maldicin, maldicin y maldita sea.
La hija de Roussel haba trado agua. Grey verti un poco en la palangana.
Estaba caliente, casi demasiado para meter las manos.
Vamos a limpiarnos, comeremos una buena cena y dormiremos sobre un
colchn blando esta noche. Maana nos alejaremos ms de Pars y despus haremos
una parada para sacar esa posta Se oblig a mirar detenidamente los bordes
dentados y arrugados de piel enrojecida de la herida. Te va a quedar una cicatriz
preciosa.
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JOANNA BOURNE
El apellido Hawker es un juego de palabras pues en ingls significa El que caza o adiestra
halcones. (N del T.)
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JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
Una hora ms tarde, Fletch vino a decirme que les haban tendido una
emboscada y que el oro haba desaparecido. McGill, Wainwright y el hermano de
Tenn haban muerto.
Adrian dej el cuenco en la mesa.
Serv con Wainwright en Pars.
El hermano de Tenn era uno de los mos dijo Doyle, esa era su segunda
misin. Stephen Tennant. Me cost aceptarlo cuando me enter. Sujet con el
pulgar el cuenco del chico, ladendolo para echar un vistazo en su interior. Vas a
terminarte eso?
No.
Entonces, bebe el vino Doyle apil el plato y el cuenco con sus manos
enormes y fuertes. Se supona que iba a ser un intercambio fcil. Los planes Albin
por el oro.
Los planes Albin eran los detalles tcticos de la invasin de Inglaterra por
parte de Napolen. Un recuento exhaustivo de tropas, suministros, embarcaciones,
rutas, calendarios de fechas como la fecha de la invasin, los puntos donde
desembarcaran y las rutas en tierra, junto con las fechas alternativas si se
encontraban con mal tiempo.
Con los planes, los ingleses podan retrasar la invasin o podran tender una
emboscada a la flota francesa a su llegada y volarlos del agua. Los planes era una
mina de valor incalculable de informacin de inteligencia francesa; incluan la fuerza
de cada barco, el nmero de soldados en cada compaa, la produccin de cada
fbrica. Podan darle la vuelta al equilibrio de poder.
Se haban hecho treinta y seis copias completas. Corra el rumor de que haba
desaparecido una copia. Cuando lleg la oferta, debera haber sospechado que era un
acto de traicin. El precio que pidieron era un puado de oro. Nada. Habran pagado
cien veces ms.
Se lanz precipitadamente para aprovechar la oportunidad de comprar los
planes, llev a sus hombres a una trampa y los dej morir. Haba sido su error, su
responsabilidad.
Estaba en Brujas. Llevo seis meses buscando a ese chico gitano.
Crees que lo hizo ella? Lo crees porque los mataron con cuchillos?
pregunt Doyle.
Murieron de un corte nico y preciso en el cuello. Cuchillos lanzados por un
experto, pensados para la emboscada. Los franceses queran matarnos, desde el
principio.
Doyle ya estaba negando con la cabeza.
No es ella. A la chica la entren Vauban, por amor de Dios. Lo de Brujas fue
un trabajo chapucero y sangriento. Vauban no se habra ensuciado las manos con
algo as.
Sangriento s, pero no chapucero dijo Grey, tres heridas idnticas y
limpias. Cuntas personas pueden lanzar cuchillos con esa precisin? Adems ella
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JOANNA BOURNE
estaba ah.
No es ella, verdad, Cazador de Halcones?
No es su estilo Adrian bebi un sorbo del vino aguado y luego hizo una
mueca. Uno se gana una reputacin en este juego, t, yo, Doyle, todos nosotros. A
Annique Villiers le gusta jugar, es lista y cautelosa. Entra y sale de manera furtiva y ni
siquiera te enteras de que estuvo all. Yo nunca he odo que haya matado a alguien, si
es que lo ha hecho.
Eso solo quiere decir que es suficientemente buena como para que no la pillen
Grey atiz las llamas una ltima vez y se puso en pie. Leblanc dijo que Vauban
tena los planes Albin.
Leblanc es un idiota resopl Adrian.
Una verdad conocida por todos Doyle pase sus dedos por la barba de
pocos das que creca en su mentn Crees que Vauban se iba a involucrar en una
traicin? El viejo revolucionario imposible de corromper? No lo creo. Es fcil
acusarlo ahora que est muerto, pero...
Vauban ha muerto? Adrian se movi con escaso cuidado y, haciendo una
mueca de dolor, se llev la mano al vendaje.
No os habis enterado? La noticia est tardando en circular. Muri
durmiendo... supongo que fue hace seis semanas. Era el ltimo de la vieja escuela. Ya
no volveremos a ver a nadie como l Doyle dej la servilleta en la bandeja. Pero
puedo decirte una cosa: Vauban preferira cortarse las pelotas antes que vender
secretos franceses. Esa chica ha estado con l desde que era una cra. Est hecha del
mismo acero que l.
Annique estaba metida en esto hasta sus preciosas cejas. Grey poda verlo,
incluso aunque Doyle y Adrian no pudieran. Lo sabra con certeza una vez que la
encerrase en Meeks Street. Averiguara dnde haba escondido los planes Albin.
Despus de unas pocas semanas, sabra de qu color eran las paredes de su
dormitorio cuando tena siete aos.
Me necesitas para algo ms, Adrian?
No, me las arreglar. Pero me temo que te equivocas con ella.
Lo averiguar, no es as? Ir a comer y asearme, luego comprobar que est
bien Tena control sobre su voz, pero el cerrojo son estrepitosamente cuando abri
la puerta.
No estaba dispuesto a pelear con ella de nuevo. Aunque quizs esta vez
Annique jugase a ser una prostituta y ofreciese abrir esas dulces piernas para su
disfrute. Si se ofreca, quizs l aceptase. Podran abrazarse el uno al otro y luchar de
esa manera para variar. La utilizara, luego se apartara a un lado en la cama y la
olvidara. Esa mujer perdera su magia una vez que su cuerpo sudado y resbaladizo
estuviera debajo de l. No sera ms que otro cuerpo dispuesto y clido.
Esa era una manera de lo menos profesional de pensar sobre un prisionero.
Y quizs simplemente la encadene a la cama No mir atrs.
Robert dijo Doyle.
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JOANNA BOURNE
Deja que se vaya. Ahora es cosa de ellos dijo Adrian en voz baja.
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JOANNA BOURNE
Captulo 5
Est oscuro aqu dentro La voz de Grey sonaba spera, una mezcla entre
papel de lija y terciopelo. Habl de manera informal, como si estuviera hablando con
uno de sus mejores amigos o con un nio, un animal o un criado. Tambin era el
modo en el que uno hablara con una prostituta.
Puede encender las velas si quiere. A m me da lo mismo hablaba en un
tono formal, tal y como se habla a un espa extranjero que te ha secuestrado.
Crea que Doyle le haba dicho que se pusiera el camisn.
En efecto, as lo ha hecho. Le avisar cuando llegue el da en que empiece a
aceptar rdenes de monsieur Doyle. Estaba mirando a la ventana, retorciendo el
camisn entre las manos, y no gir hacia l. La noche que les esperaba iba a ser una
velada muy difcil.
El viento le llegaba desde los campos, oliendo a vaca, a tierra y manzanas.
Senta un anhelo, cortante como el dolor fsico, de ver los campos y las estrellas en el
cielo sobre ellos. Ese dolor nunca la haba abandonado durante todos esos meses.
La camisa que llevaba puesta colgaba suelta de sus hombros, para luego
ajustarse de manera posesiva sobre sus pechos y caderas y finalmente volva a
separarse del cuerpo. Era la camisa de Grey. Ella saba bastante sobre los hombres.
Haba algunos a los que eso les resultara muy atractivo, a pesar del aspecto
incongruente de una mujer vestida con una camisa de hombre, con los pies descalzos
sobre el suelo y el cabello farouche y despeinado ocultando su rostro. Si se pona el
trapo de seda transparente que sostena entre sus dedos, pareca una puta. Vestida
con la camisa de un hombre, se asemejaba a una cortesana inteligente y sutil. Esa
noche careca de mejores opciones.
Oy cmo cerraba la puerta con llave detrs de l.
Se ha vestido con mi camisa. Bien, bien, bien Nunca le hablaba sin ese
trasfondo de odio incomprensible en su voz. Quizs debera haberlo esperado. El
camisn es descarado. Nadie puede acusarla de ser descarada.
No me ha atormentado ya suficiente por el pecado que he cometido al ser
francesa y una espa? Estamos en medio de Francia, monsieur Grey. No soy su presa
de acuerdo a las reglas. Djeme marchar. Es la nica solucin sensata para todos
nosotros.
Una vez que me haya dado los planes Albin. Pagaremos, lo sabe, si es eso lo
que le preocupa. Pagaremos una cifra desorbitada.
Leblanc tena que hacerle pagar por eso, y de qu modo. Era la gota que
colmaba el vaso despus de miles de gotas el que sus palabras hubieran hecho que el
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adivinar qu era lo que iba a hacer con ella. No iba a ser nada tan sencillo como
hacerle dao.
El rumor de su voz vibr por su piel.
Esa camisa es ms ertica de lo que habra podido imaginar. Ver mi camisa
rodendola y saber que debajo no lleva nada... ms que su cuerpo Tir de la tela,
estudindola con los dedos. Se ha tomado las confianzas de una antigua amante al
elegir una de mis prendas para vestirse. Esto debera dejarme desarmado. Una
jugada muy inteligente, Annique.
No soy tan inteligente murmur con honestidad.
Su mano viaj hasta detenerse tranquilamente sobre su corazn.
Tiene el nmero exacto de botones sin abotonar. La felicito. Uno menos y
estara jugando a ser una virgen tmida. Desliz dos dedos dentro de la camisa, tir
brevemente de la tela y desaboton otro botn a su paso. El papel de virgen no
resulta convincente en su caso.
l poda decir este tipo de cosas a una mujer con la que se iba a acostar. No era
posible razonar con l cuando se pona as. No poda hacer nada ms que quedarse
quieta, escuchar y temblar de arriba abajo.
Acarici la tela un poco ms abajo y encontr el siguiente botn.
Demasiados botones desabotonados ya no supondran un reto Desaboton
el siguiente. A los hombres les gustan los retos.
El latido de su corazn sacudi todo su cuerpo. Acaso l saba que ella
empezaba a excitarse por su culpa, en ese lugar escondido entre sus piernas, donde a
l le gustara encontrar placer? Lo ms probable era que s.
Solt otro botn. No tardara en desnudarla. Su plan de razonar con l no
pareca funcionar.
Un hombre anhela desnudarla, retirar un velo tras otro, dejando sus secretos a
la luz, haciendo que se abra para que de este modo, revele sus misterios.
Su cuerpo no era precisamente misterioso en esa zona de la que l hablaba en
tono tan potico, tan solo se mostraba clido y ansioso. Apret las piernas con fuerza,
lo que no ayud, sino que hizo que todo fuera a peor. No poda evitar hacerlo de
nuevo, una y otra vez, de modo que cada vez era ms complicado para ella.
Yo no oculto misterios. Se engaa.
Sera tan fcil conseguir su miel... Lo nico que tengo que hacer es... Sus
dedos rozaron su pecho, a travs de la camisa... y dos preciosas cerezas se
mostrarn a travs de la tela, suplicando que alguien las pruebe. De este modo, s.
Esto ya es bastante ms sincero. Quizs sea lo nico sincero que tenga.
No debe darse estos aires de suficiencia. No sabe nada de m.
S que le gusta su trabajo. No todas las mujeres seran de la misma opinin.
Usted nos da exactamente lo que queremos, no es as, preciosa Annique? Leblanc,
Henri, yo. La habilidad de convertirse en la fantasa privada de cada hombre. En
aquello en lo que suea cuando est solo a media noche. Lo est haciendo ahora.
Antes de que yo me diera cuenta de lo que quera, ya me lo estaba ofreciendo. Nunca
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he conocido a una mujer que pudiera hacer eso. El hombre que la toca pone en
peligro su alma.
Puede quedarse con su alma, no la quiero.
Me da igual lo que quiera, Annique Villiers. Aunque he de reconocer que es
buena. Ese sonido que ha emitido, como el zumbido de una colmena de abejas
satisfechas, ha sido perfecto. Lo he sentido en todo el cuerpo cuando lo hizo.
Sus msculos estaban tensos, temblaban. Eso era la rabia que ella an no se
mereca y el deseo que senta por ella, que habra resultado obvio hasta a un idiota.
No poda imaginar en absoluto de qu modo iba a domar esas bestias gemelas para
que sirvieran a sus propsitos.
Le gusta hacer que las marionetas bailen, verdad? Tira de un hilo aqu, de
otro hilo all. Mustrese dulce, vulnerable y... dispuesta. No creo que exista un
hombre sobre la faz de la tierra que pueda resistirse a sus encantos.
Sin previo aviso, retorci la camisa en su puo y tir con fuerza. La empuj y
tir de ella hacia delante, obligndola a apoyarse sobre las puntas de los pies. Ella dio
un grito ahogado de asombro y se apoy en l.
No vuelva a intentar este juego La sacudi una vez, con energa. No
conmigo.
Yo no...
Se acabaron los juegos. Qutese esa maldita camisa llena de tentaciones.
Pngase el camisn de seda que le he enviado o mtase en la cama desnuda. Me da
igual lo que prefiera.
No voy a ponerme esa cosa indecente. No soy... Se detuvo, trag saliva y se
oblig a decir. No soy una mujer de la calle a la que puede comprar con un plato
de comida caliente. No soy...
Por amor de Dios, no sea tan dramtica Ella se apoy en sus pies. l afloj
lentamente la fuerza con la que la sujetaba y la solt. Y maldita sea su modestia
inexistente. A partir de ahora llevar ropa en la que no pueda esconder armas. Eso es
todo. Mtase en la cama y duerma.
Dormir como el ratn que tiene que dormir junto al gato. No me mienta,
ingls. No tengo paciencia para las mentiras.
Ahora mismo yo tampoco tengo demasiada paciencia. As que a menos que
me ofrezca probar un poco de este... El enorme escote en forma de V de la
camisa desabotonada termin de abrirse. Sinti de repente el aire fro, cuerpo
experto y artero, pngase el camisn y mtase en la cama.
Monsieur, no me haga esto.
No le va a pasar ni una sola maldita cosa si se comporta. Si obedece las
rdenes la trataremos bien. Si pelea conmigo una vez ms, le juro que la atar a las
patas de la cama. Asmalo.
Asmalo, dijo l. Pero le haba mentido, igual que se haba mentido a s
mismo, si pensaba que sera capaz de acostarla en esa cama tan blanda sin hacerla
suya.
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cortesana, era capaz de sujetar el borde de la camisa, como si se desnudase todas las
noches delante de un hombre. Si no va a marcharse, al menos podra darse la
vuelta.
Para proteger su modestia?
No es un favor excesivo el que pido. Estoy menos acostumbrada a la
humillacin de lo que, al parecer, usted cree. El caparazn del papel que
interpretaba se agriet y un temblor de vergenza y miedo asomaron a travs de la
grieta. No podra haberlo hecho mejor ni aunque hubiese practicado durante una
semana.
Eso puedo hacerlo.
Escuch el murmullo de la tela que produca su movimiento. Ahora deba
desnudarse. Era difcil hacerse pasar por una puta, la primera parte de una actuacin
muy complicada. Se quit la camisa, levantndola por encima de su cabeza y dej al
descubierto su desnudez. Quizs la estancia estaba lo suficientemente oscura como
para que l no viese nada. Era posible que l se hubiera dado la vuelta tal y como
haba dicho. Si no era as, tena que esperar que estuviera distrado, como suele
pasarle a los hombres al ver su cuerpo, como para no darse cuenta lo que estaba
haciendo exactamente.
Ahora. Sin ms dilacin, ahora.
Uno, dos y tres. Lanz la camisa sobre la mesa. Bajo ese pretexto, sujet el
pesado candelabro de latn. Le dio la vuelta para usarlo como una porra. Se gir
hacia Grey. Arremeti en direccin al sonido de su respiracin e intent darle con el
candelabro.
Pero fall.
Se tambale, haba perdido el equilibrio. Dnde estaba? Intent escucharlo.
Dnde?
Un susurro en el aire. El dolor estall en su mueca y solt el arma. l le haba
dado una patada en la mueca, golpeando el hueso. El candelabro rod
ruidosamente por el suelo.
Sapristi! El dolor era terrible. Esto era un desastre. Haba cometido un fallo
de clculo de enormes proporciones. Dio varios pasos atrs rpidamente, desarmada
y desnuda delante de l, agitando la mano para recuperar la sensibilidad. Es usted
rpido, monsieur.
Bastante rpido.
Otro paso atrs. Aqu estaba la mesa. Gracias a le bon Dieu. Se apresur a llegar
al otro lado de la mesa, tocando con fuerza la madera hasta que encontr la seda. El
camisn.
No apart la mirada. Eso es trampa.
Hablemos de trampas, no cree?
Estoy de acuerdo en que ese es un problema que tenemos.
Con movimientos febriles, luch con el camisn, con una mano y sin demasiada
habilidad. Era fundamental que se lo pusiera. Lo puso del derecho y lo coloc sobre
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su cuerpo, empuj para meter un brazo en la manga y luego meti el otro. Aqu
estaba el cinturn de tela. Bien, muy bien. Lo at con torpeza.
l borde la mesa, haciendo que ella se alejase de l, con pasos lentos y
deliberados. Ella no era tan estpida como para pensar que poda escapar. No le
sorprendi sentir cmo las manos de l la sujetaban, con delicadeza e insistencia,
como si estuviera sujetando una bolsa rebelde llena de huevos. Estaba siendo
cuidadoso con ella. El deseo que senta por ella vibraba entre ellos como una pieza de
msica disonante. La tocaba de un modo perfectamente impersonal. Estaba
totalmente desconcertada por esta actitud.
Lo he decidido. La atar. Es ms sencillo de ese modo dijo l.
Sin duda Su voz son ronca en sus odos, pero preferira que no lo
hiciera.
Finalmente, ha dicho algo que creo que es verdad. La llev hacia la cama,
paso a paso, sin violencia, de manera gradual. Lo nico que necesitaba era aplicar un
poco de presin. Ha sido prudente por su parte ponerse el camisn, incluso
aunque ya sea demasiado tarde. Planeaba matarme con ese candelabro?
No lo habra matado a propsito, pero ltimamente soy un poco torpe y
podra haber calculado mal. Hay algo que pueda decir para evitar que me haga esto?
Temblaba muchsimo.
Nada que se me ocurra ahora mismo.
Y si prometo no intentar escapar de nuevo, no volver a hacerlo hasta que
lleguemos a Inglaterra?
No l se mostraba de lo ms normal y calmado, de una manera
escalofriante. Tengo vendajes de sobra que no necesito para Adrian. Los usar para
esto. Son suaves y agradables Qu previsor por su parte. Quizs sola hacer
prisioneros con frecuencia. Cmo poda saber lo que pensaba el britnico?. No
ser demasiado incmodo. Es posible hasta que duerma un poco.
En realidad soy inofensiva. Debera reconsiderarlo.
No tiene motivos por los que asustarse dijo l, no hago dao a las
mujeres. Ni siquiera a las mujeres como usted.
Ms de esos insultos incomprensibles. Como si l no tuviera una docena de
agentes femeninos trabajando a su servicio. Resultaba ilgico que la despreciase.
El colchn rebot contra su muslo. l le dio la vuelta a la mano con la que la
sujetaba por el hombro con astucia, que hizo que ella perdiese el equilibrio y cayese
sobre la cama. La colcha se agit y se peg a su cuerpo a medida que ella se
arrastraba con dificultad para alejarse de l a travs de la traicionera suavidad,
llegando a la pared. No poda escapar ms all. Peg la espalda a la fra pared de
yeso. La seda se resbal sobre su piel. Se encogi y coloc el rostro entre las rodillas.
Finalmente, el Joven Zorro haba sido acorralado.
Todos los inteligentes personajes que representaba la haban abandonado. No
quedaba nadie ms que Annique para hacer frente a esta situacin y ella estaba
asustada, muy asustada.
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De algn modo, la cortesana que llevaba dentro saba cul era el siguiente paso
que deba dar. Tena que besar su nuca, una y otra vez, subiendo poco a poco por los
msculos con textura de cuero. El repentino sabor y notar su cabello sobre sus labios
la hizo estremecer; era tan sorprendente...
l podra sentir ese escalofro que recorra su cuerpo. Hara que ella pareciese
ms inofensiva. Si tan solo su mente no saltase y se desconcentrase tanto... Abri y
cerr las manos, all donde sujetaba el cordn enrollado.
Se alz sobre las rodillas y se llev su oreja a la boca para lamerla y bordearla
con su lengua. Su sabor le pareci amargo y salado y la forma se le antoj extraa.
Mordi con suavidad. Deseaba hacer eso a un hombre desde haca algn tiempo,
para ver qu se senta.
Ya era casi el momento... casi... el cordn de seda se haba humedecido entre sus
manos. No te har dao, prometi en silencio. Tendr muchsimo cuidado.
Me he equivocado. S que puede ser descarada La mano de Grey toc su
muslo. En un instante la alejara de un empujn o la acercara con fuerza hacia l. No
estaba segura de cul de las opciones, pero saba que l ya no poda aguantar ms.
Qu ha sido de su delicadeza?
Ahora, tena que ser ahora. No quiero hacer esto. No quiero hacer esto en
absoluto.
Soy pura delicadeza susurr.
Un ligersimo tirn del cordn de seda que tena entre las manos. Cruz los
brazos, cre un lazo, luego se inclin hacia delante. Lo bes suavemente, justo debajo
de la oreja. Con el beso, lanz el cordn por encima de la cabeza y rode su cuello.
Cerr la lazada y tir con fuerza, dejndolo sin aire.
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Captulo 6
Sus pulmones se convulsionaron. Senta un peso endemoniado que sujetaba su
espalda, cerrndole la garganta, ahogndolo y tirando de l hacia abajo. Aferr ese
peso con las manos entumecidas. No poda...
Lanz su cuerpo hacia atrs y hacia delante, intentando soltarse del enemigo
que lo tena sujeto. En sus ojos los destellos negros se alternaban con otros de color
rojo. Se retorci. Lanz un puetazo con sus ltimas fuerzas. No sinti el impacto
cuando golpe al enemigo.
Demasiado tarde. La capacidad de pensar cay en picado con l hacia la nada.
Esto era lo que se senta al morir.
De repente, desapareci la intolerable presin en su garganta. Aspir aire. La
sensacin de agona se extenda por su pecho. El mundo se ti de color rojo sangre
mientras daba patadas y empujones para liberarse. Rod rpidamente para alejarse,
se choc con la pared y amold su espalda contra la misma. Respirando con
dificultad, esper el siguiente ataque.
Estaba oscuro cuando abri los ojos. Era de noche, por eso no haba escuchado
las pistolas y los caballos. La lucha haba terminado. Lo haban dejado atrs, herido,
listo para los buitres humanos que robaban las pertenencias de los muertos en los
campos de batalla. Dnde estaban sus hombres? No lo habran dejado. Entonces
perdieron y sus hombres haban escapado de forma desordenada. Una huida en
desbandada.
A su lado, alguien se ahogaba. Quizs estaba muriendo.
Haba algo blando debajo de l. No era tierra. Apret un poco con la mano.
Era... tela. Se senta tan desorientado que estaba mareado. Entonces lo supo. Estaba
en la cama, no en un campo de batalla. Estaba en Francia, en la posada de Roussel.
Estaba luchando contra Annique Villiers.
El estertor de la muerte que escuchaba a su lado provena de Annique. Ahora lo
recordaba. l la haba golpeado. Le haba pegado con esos puos que podan matar a
un hombre adulto. Qu es lo que he hecho?.
Estaba demasiado oscuro como para ver nada, pero poda escucharla. Encontr
la curva de una cadera y desliz sus manos arriba y abajo por su cuerpo. Estaba
desnuda y temblaba como si fuera a romperse. Mierda, mierda! .
Necesitaba luz. Tambaleando se puso en pie y camin dando tumbos por la
habitacin. En la chimenea, las brasas seguan encendidas debajo de la ceniza. Dio
una patada con poca maa a los leos, hasta que aparecieron brasas de color
anaranjado. La vela estaba sobre la repisa de la chimenea. La sostuvo junto a las
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JOANNA BOURNE
ascuas, gruendo con impaciencia, por el eterno segundo que tuvo que esperar hasta
que la mecha prendi fuego.
Ella estaba sobre el colchn, doblada sobre s misma, abrazada a su estmago.
Coloc rpidamente la vela en el pico del candelero. Estaba tan plida como la
sbana y se esforzaba por recuperar el aliento. Cuando la sujet, not que su piel
estaba fra y hmeda. Le dio la vuelta por completo para que se apoyase sobre la
espalda, mientras segua en esa postura de proteccin. Tena los ojos abiertos, vacos
y ciegos como los de una mueca, que al mirarlo no lo reconocieron. Eso lo asust
considerablemente.
Donde te he golpeado?.
No haba sangre en su rostro, ninguna marca en la garganta. Dio gracias al
Seor por eso. Tan solo le haba pegado una vez, estaba casi seguro de eso. Solamente
una vez. Si hubiera golpeado esos frgiles y pequeos huesos de su cara, la habra
hecho polvo como si estuviera hecha de cristal.
Estaba enroscada alrededor de su barriga, de modo que deba ser ah donde le
haba hecho dao. La caja torcica. Acaso le haba roto las costillas? Tante sus
costados, explorando con manos rpidas cada una de las costillas. Sera capaz de
notar una costilla rota, no era as? Tena huesos finos y delicados, sin apenas carne
en ellos. Notara una costilla rota.
La coloc sobre su regazo. Apenas tuvo que emplear un poco de fuerza para
apartar sus brazos, un poco ms para lograr que dejase de estar enroscada, al menos
lo suficiente como para ver cul era su estado.
Pechos pequeos. Piel plida. Justo debajo del corazn, rodeada de viejos
moretones, tena una marca roja del tamao de un puo. La haba golpeado en el
mismo centro del plexo solar. No era de extraar que no fuera capaz de respirar.
Qudese quieta. Ha perdido el aliento. Eso es todo. Seor, espero que eso sea
todo. Su diafragma estaba duro como una tabla. Estaba luchando contra sus propios
pulmones. Ahora, despacio. Hay aire de sobra.
C... c... aa...
No tena ninguna costilla rota en la caja torcica. Nada que l pudiese percibir.
Tiene el pecho cerrado ah donde la he golpeado. Estar bien en un minuto.
Hizo presin con la base de la palma de la mano, empujando los msculos
entumecidos, dicindoles que era mejor que se pusieran a trabajar de nuevo. Ya
est mejor.
Ella logr respirar. Luego tosi y cada msculo de su cuerpo sufri espasmos.
La tengo, ahora despacio Sigui repitiendo una serie de palabras sin
sentido, masajeando el diafragma, duro como una roca, mientras ella se arqueaba
hacia atrs, intentando respirar con toda la fuerza del cuerpo. Todo est bien.
Tranquila, tranquila, chica Daba la impresin de que hablaba con una de las yeguas
nerviosas de su hermano. Pero estaba funcionando. Dio una boqueada brusca y
aguant el aire. Luego lo solt. Eso est mejor. Est bien La mano de ella se cerr
con fuerza alrededor de la de l. Poda sentir cmo ella dependa de la seguridad que
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trasmita su voz.
Su cabeza cay hacia atrs, sobre l. Emiti unos sollozos prolongados y
entrecortados. Deja que salgan. Respiraba, sonaba como si siguiera respirando.
Va a ponerse bien A menos que le hubiera roto una costilla. A menos que le
hubiera provocado un dao interno que no se perciba a simple vista. Presion con
fuerza, con una mano y luego con la otra, a travs de su barriga y ella no dio muestras
de dolor en ningn sitio en particular. Eso tena que ser buena seal.
Pas la mano desde sus pechos hacia abajo, una y otra vez, pasando por encima
del diafragma magullado, hasta llegar a la planicie entre sus caderas. Sus msculos
eran nudos tensos, fciles de distinguir y duros al tacto bajo su mano. Ella
permaneca tumbada entre sus brazos, con los ojos cerrados, retorcindose con fuerza
cada pocos segundos al intentar respirar. Sus pechos se estremecan cuando el aire
entraba y sala a duras penas de su pecho. Los pezones eran de un color rosa ms
claro de lo que l habra esperado. Se debera a lo blanca que era su piel.
Sigui acariciando su barriga, sintiendo cmo se relajaba y se soltaban los
msculos, uno a uno. Tena una piel satinada sin un gramo de grasa debajo. El
cabello entre sus piernas era negro como el bano y rizado. Tena el aspecto
exuberante de una pequea marta cibelina. Pareca bastante suave.
No! Sulteme Dio un tirn brusco para alejarse, lanzndose hacia el otro
extremo de la cama, dndole la espalda y encogindose como si fuera un erizo.
Era una buena seal. No se retorcera como una rosquilla si tuviera una costilla
rota.
Ha recuperado el aliento.
Ella estaba de cara a la pared, respirando hondo.
Supongo que ya no somos amigos en la oscuridad, donde nadie nos ve dijo
l.
Ella no respondi.
Tena retazos del camisn de color rojo alrededor del cuerpo, dando la
impresin de que estaba en medio de una orqudea extica hecha pedazos. Su
cabello, del color negro de la tinta, creaba un contraste absoluto con su piel blanca. La
vida no la haba tratado bien ltimamente. Poda contar todas sus costillas. La
sombra de viejos moratones marcaba su cuerpo, tena toda una coleccin de ellos, en
diferentes fases de curacin. Debajo de todo ese dao tena un cuerpo realmente
bonito. No era exuberante pero tena la forma perfecta. Si fabricasen figuritas
desnudas de porcelana en Dresden, seran iguales a ella. Solo los franceses podan
encontrar algo tan hermoso y convertirlo en una espa.
El garrote vil que haba utilizado se haba deslizado como una serpiente hacia el
borde de la cama; era un cordn de un tono rojo absurdo. Eso quera decir que era
parte del camisn y algo que l haba ordenado que trajeran a la habitacin. Haba
sido una estupidez de su parte.
Era seda retorcida, irrompible. Un arma elegante y letal. Si hubiera querido
matarlo lo habra conseguido.
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Ella es como nosotros, haba dicho Doyle. Una de las mejores. Grey haba
conseguido que acabase desnuda y magullada, tan dbil que ni siquiera se apartaba
el cabello de la cara. Estaba totalmente derrotada. Lo nico que haba necesitado fue
encontrarla muerta de hambre y cansancio, huyendo de todos los agentes de polica
de Francia, adems de golpearla hasta dejarla semiinconsciente, pesar unos cuarenta
y cuatro kilos ms que ella, sin olvidar que l era un asesino entrenado. En realidad
haba sido muy sencillo.
Lo haba atacado con un metro de cordn del maldito camisn.
Felicidades, Robert. Has derrotado a otra espa francesa. Un trabajo
esplndido. Maldicin, realmente odiaba pelear con mujeres.
Las colchas se haban cado al suelo desordenadas durante su breve altercado.
Recogi una y la rode con ella. Con ese gesto, ella finalmente se dio cuenta de su
presencia. Abraz la colcha contra su cuerpo, tapndose hasta la barbilla y se hizo un
ovillo dentro.
Le he hecho dao?
Independientemente de lo que esperaba que ella dijese, no era precisamente esa
pregunta.
Si me ha hecho qu?
Con el garrote. Le he hecho dao? Tema haberle matado. Es muy peligroso
atacar a alguien con un garrote. Pero no tena otra opcin, as que me arriesgu.
Esa era una lgica extraa. Se sent en la cama y desliz la mano bajo la colcha,
sujetando su hombro. Ella no reaccion. Quizs no se habra dado cuenta.
Se arriesg, no es as?
Cuando lo del candelabro no funcion, el garrote se convirti en mi ltimo
cartucho. Estaba casi segura de que no lo matara, pero siempre se deja mucho al
azar.
Esa voz tranquila que tena en cuenta las circunstancias era una de sus mentiras.
No tena que verle la cara para saberlo. En su piel pudo sentir el fino temblor que
delataba el miedo, agotamiento y entumecimiento de la chica. Estaba conmocionada.
Haba visto a hombres a los que les pasaba lo mismo despus de la batalla y tambin
lo haba visto en los prisioneros despus del interrogatorio. Si presionas a un hombre
lo suficiente, ste acaba por distanciarse del mundo, casi como si le diera igual.
Annique haba llegado a ese estado de nimo.
Dejarlo al azar Apunt suavemente.
No tengo experiencia con el garrote, excepto una tarde que lo us con Ren,
en la cocina de Franoise, cuando l me lo ense. Desde luego, l no me atac de un
modo tan horrible como usted. Supongo que era porque haba porcelana de la buena
cerca.
La porcelana sera un problema.
Franoise no se habra alegrado si hubiramos roto sus platos Sac una
mano de debajo de la colcha y se frot el rostro. Ren pens que acabara siendo
peligrosa por ser tan pequea. Me ense muchos trucos letales, pero nunca
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resultaron tan tiles como l esperaba Dej escapar un largo suspiro. No debera
haber intentado usar el garrote. Eso lo s, pero no escuch mi propio consejo cuando
me lo advert. Adems, no ha servido para nada. Fui torpe y no he hecho nada ms
que enfadarlo y hacerle dao.
No haba sido torpe con el garrote. Haba perdido el control porque no estaba
dispuesta a matarlo.
No me ha hecho dao.
Seguramente s y est comportndose como un hombre tranquilo y valiente al
respecto. Aunque es obvio que no le he roto el cuello, que era mi mayor miedo La
colcha se movi mientras ella se estiraba. Voy a decirle que no lo lamento en
absoluto, incluso si lo he herido de gravedad, porque no debera haberme
secuestrado de este modo. Es totalmente despreciable tender una trampa a una mujer
y secuestrarla para atravesar Francia con ella y obligarla a vestir camisones indecentes
solo porque no confa en ella.
Tenemos una profesin despreciable.
Cada cierto tiempo me lo recuerdan Se encogi de hombros y se alej. No
es necesario que me sujete. Ser completamente sumisa, se lo aseguro.
Dcil como un corderito Mantuvo la mano sobre el complejo diseo de su
clavcula. La tensin radiaba del lugar en el que tena apoyada la palma de su mano.
Le intrigaba, esa tensin. Su cuerpo le contaba secretos.
Usted es un escptico. Por supuesto, esa es su profesin. Aun as, es triste que
no pueda confiar en algo tan simple como lo que le ofrezco.
Simple? El laberinto que albergaba Annique Villiers no pareca tener fin.
Lograra encontrar la salida, con el tiempo. Por lo pronto, ya haba desenmaraado
una de sus mentiras. Estaba casi seguro...
Dibuj con un dedo la lnea que cruzaba sus hombros y sinti el
estremecimiento que alertaba que ella era consciente del gesto. El nerviosismo
bailaba debajo de su piel. Era como acariciar uno de los nuevos potrillos de su
hermano, uno joven que an no hubiera sentido el tacto de la mano del hombre.
No se mostraba hastiada, ni dura, ni daba la impresin de tener prctica, ni
experiencia. Cmo era posible que hubiera llegado a pensar que esta mujer estaba
acostumbrada a ser usada por los hombres? Adrian dijo que ella no era una puta y
Adrian nunca se equivocaba cuando se trataba de mujeres.
Cuntos hombres, Annique? Apostara algo a que no muchos. Acaso tus
maestros te mantuvieron virgen para que pudieras interpretar el papel del chico de
una forma ms convincente?. Ese haba sido su error. La haban hecho vulnerable,
de un modo doloroso e ignorante. Utilizara eso en su contra, antes o despus.
Qu demonios voy a hacer con usted, Annique?
Deje que me vaya.
No, eso no.
Jams pensara que fuera acceder, aunque sera lo ms inteligente para los dos
que yo me levantase de esta cama y me marchase en silencio en medio de la noche.
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Captulo 7
Annique se despert con cierto esfuerzo. Haba entrado en calor y la cama era
blanda. Era una gran comodidad para todas las zonas doloridas de su cuerpo. Oli el
aroma del pan que se estaba horneando.
Se dio cuenta de que estaba desnuda.
Repentinamente se puso en alerta, recordando en un instante dnde estaba. No
era la primera vez que se despertaba rodeada de enemigos. No hizo ni el ms mnimo
movimiento, no permiti que se alterase su respiracin. La colcha se haba resbalado
de su cuerpo en algn momento durante la noche. Ahora estaba inclinada sobre su
trasero, sin ocultarlo en absoluto. Grey poda ver cualquier parte de su cuerpo. El
saber eso hizo que se sintiera extraa.
l no estaba en la cama. No era una cama tan grande como para que se pudiera
perder una persona en ella. Cuando prest atencin, pudo escuchar su respiracin,
lejos, a la izquierda.
Cunto llevaba Grey mirndola mientras dorma? La deseaba?. No quera
plantearse esa pregunta, pero desde luego la cuestin estaba ah.
Siempre haba sido una mujer que senta un distanciamiento calculado hacia los
hombres. Ahora estaba tumbada en la cama, esperando que un maestro de espas del
servicio britnico observase su desnudez y se excitase. Quizs se trataba de un tipo
de locura. De todos modos, no era eso lo que quera.
S que est despierta Su voz son ms cerca de lo que esperaba. Ser
mejor que se levante y deje de fingir.
Esperaba que usted no fuera ms que un sueo horrible que desaparecera si
me quedaba dormida suficiente tiempo.
No puede tratarse de una pesadilla. Ya es de da y an estoy aqu.
Ella se sent, tirando de la colcha para tapar sus pechos. Apoy la frente en las
rodillas para ocultar el rostro. Se senta completamente miserable por toda esta
situacin. Se senta atormentada por una pasin inadecuada por este ingls. No tena
ropa. En breve tendra que enfrentarse a Grey, con los ojos abiertos, a la luz del da.
Todo era de lo ms desalentador.
Estoy acostumbrada a las pesadillas que no desaparecen por la maana.
Se hace una idea de lo ridcula que parece una mujer con su talento que se
esconde como si fuera una nia de cinco aos?
No me escondo. Por qu no se marcha para que as pueda vestirme?
Quizs Grey se marchara a algn otro sitio durante un tiempo o, si tena mucha
suerte, quizs desaparecera de la faz de la Tierra para siempre.
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JOANNA BOURNE
No voy a dejarla sola. No tengo tiempo para salir en su busca esta maana y
tampoco quiero pelear con usted. Daba la impresin de estar impaciente.
Mreme, estoy harto de hablar con su espalda y las sbanas. Usted no desaparece solo
porque me est ignorando.
Ella no se movi mientras l atraves la habitacin dirigindose hacia ella.
Yo no... Por amor de Dios. Quiere mirarme cuando le hablo?
En ese momento, cuando l se acerc, ella levant la cabeza enfrentndose a l
directamente, y abri los ojos.
Oscuridad, como de costumbre. Durante los ltimos cinco meses slo haba sido
oscuridad. Ya no esperaba otra cosa cuando abra los ojos, excepto cuando se
despertaba de forma repentina sin recordar dnde estaba.
l se detuvo de un modo brusco. Era un hombre que no haca ruido mientras
pensaba. Si no estaba hablando estaba callado. Ella esper. Despus de un rato, sinti
el viento sobre su rostro. Haban intentado eso en algunas ocasiones, agitar las manos
delante de ella para ver si pestaeaba.
Est ciega.
No estoy ciega Esas personas que pensaban saberlo todo siempre hacan
que se enfadase. No puedo ver, eso es todo.
Cielo santo. Sujet con fuerza su barbilla e inclin su rostro de un lado al
otro, aunque ella poda haberle dicho que no se vea nada. No puedo creerlo.
Cmo? Cundo?
Por algn motivo le dijo la verdad.
Desde el pasado mes de mayo. Ni siquiera fue en una batalla. Era slo un
pueblo y un... un juego para una patrulla que cabalgaba de un sitio a otro.
Destruyeron ese pequeo lugar slo porque estaban armados, se aburran y podan.
Recib un corte en la cabeza con un sable.
No debera haber hablado de eso. El recuerdo volvi a hacerle dao, eran las
ltimas imgenes que vera con sus ojos. Un mantel de color brillante pisoteado por
los caballos. El cabello largo y oscuro de una mujer, que se soltaba mientras ella
intentaba correr. Un hombre desplomado en el suelo. Una muerte tras otra. Incluso
las mujeres y los nios. Un pueblo de gente inocente sin posibilidad de defenderse,
muriendo sin ningn motivo.
Sus ojos se cerraron convulsivamente y se solt de l para darse la vuelta,
arrastrando consigo la colcha. Se llev tambin las imgenes de la muerte y las dobl
en su mente hasta que apenas qued nada, como si estuviera metiendo la ropa de
invierno en una plancha de prensar y luego cerrase la prensa con fuerza. Casi nunca
pensaba en ese ltimo da, excepto en sus pesadillas.
No ha quedado marca dijo l.
Exactamente no se trata de los ojos. Respir hondo. Odiaba hablar de eso.
El doctor de la universidad en Marsella (un hombre muy importante con un aliento
desagradable), dijo que era la herida de la cabeza hecha con el sable. Algo presiona el
nervio ptico, un cogulo de sangre o una astilla de hueso. Es lo que dijo, con
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mucho ms que los planes Albin y sus mltiples secretos. Cinco mil nombres y
direcciones estaban almacenados en lugar seguro en su cabeza, nombres que le
ofreceran refugio y ayuda en cualquier esquina de Francia. Recurrira a uno de esos
nombres en cuanto se liberase de monsieur Grey.
Pas de unas manos a otras durante todo el camino, hasta que me
traicionaron y Henri vino para llevarme ante Leblanc.
l no dijo nada, simplemente explor su cicatriz, que no poda ser muy
interesante porque no sala de lo comn en ningn aspecto. Cuando termin de
hacerlo, hundi los dedos en su cabello con fuerza y sujet su cabeza para que ella no
pudiera girarse. Slo Dios saba qu esperaba ver. Despus de todo, no era la primera
vez que la observaba.
Le resultaba de lo ms inquietante que ese hombre la tocase. No quera
desearlo. Ese anhelo era algo que haba surgido de la nada, como una enfermedad.
Era tan poco conveniente que l fuera su amante como si, en su lugar, hubiera elegido
un pingino o la sombra de un gran rbol para dicha tarea. Un desconocido alto y
sombro que era un enemigo y cuya profesin era la de ser espa, era el tipo de
hombre que ella no admiraba. No poda haber elegido de una forma ms estpida.
Sus dedos peinaron sus cabellos hasta llegar a las puntas antes de dejarlo suelto.
Era extrao sentir cmo lo haca, un gesto de intimidad que l no haba intentado
hasta ese momento. Haba varias cosas que ella haba hecho con ese hombre que no
haba hecho con ningn otro. Ms de las que le gustara haber hecho. No tena ni la
ms remota idea de lo que pasaba por su mente.
Ha logrado dominar este tema bien, lo de ser ciega. Percibi un tono en su
voz... Vauban le hablaba de ese modo cuando ella haca algo que le impresionaba. Por
Vauban ella habra caminado por el fuego, con tal de que l la hablase con ese tono.
Quizs existan hombres que haran lo mismo por Grey.
Casi me he acostumbrado, excepto que resulta inconveniente y puede hacer
que me maten pronto.
Es buena a la hora de ocultarlo. Nunca lo sospech, ni una sola vez.
Era de noche cuando estuve con usted. El resto del tiempo pretenda estar
dormida, como en el carruaje.
l hizo otra de esas pausas para pensar.
Esto hace que sea ms fcil manejarla, no le parece?
Henri comparta esa misma opinin, monsieur dijo ella educadamente.
Por increble que pareciese, l se ech a rer. Era sin duda el hombre ms cruel
que haba conocido jams. No iba a recibir ni la ms mnima muestra de compasin
de este hombre.
No cometer los errores de Henri. Pretendo cuidar muy bien de usted,
Annique.
Para ser el director de seccin tambin era considerablemente estpido.
No puede ver cmo esto lo cambia todo? Leblanc tendr a todos los soldados
de Francia buscando una mujer ciega. Soy la carga ms peligrosa que puede
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Captulo 8
Grey sent rpidamente a Annique en una silla en frente a Adrian, indicndole
el camino con una mano invisible y ligera que ella difcilmente necesitaba. Era una
experta en fingir no ser ciega. Si los hombres de Leblanc venan preguntando por una
mujer ciega, nadie pensara en esa chica morena que haba desayunado sin ocultarse
en la terraza delante de la posada, despreocupada bajo los primeros rayos de sol de la
maana.
Se sent, fijando tmidamente la vista en sus manos. Sus dedos pasaron rozando
el borde la mesa hasta que encontraron la servilleta. La agit para extenderla sobre su
regazo.
l vio el momento exacto en el que Adrian mir los ojos de Annique, hermosos
y carentes de vida. Vio cmo repentinamente se dio cuenta, la conmocin y cuando
lo comprendi todo en un segundo.
No puede ver.
Haz que pase desapercibida orden Grey.
Ser un placer. Vaya, me encantan las sorpresas a primera hora de la maana.
El chico sufra dolor, pero se mantena alerta. Lo hara an durante un rato.
Est a la vista de todos dijo algo que resultaba obvio, para que Annique lo
supiera, veinte minutos y la sacar de aqu. Aguante hasta entonces. Coma Eso
iba por los dos.
Al otro lado del patio de la posada, Will Doyle estaba jugando a ser el cochero,
dando un paseo al caballo que estaba colocado en el lado del conductor, que, en este
caso, era una yegua picaza de gran tamao, dibujando un amplio crculo alrededor
del patio de la posada, mientras observaba su paso. Habra sido un cochero de
primera categora. Tambin era capaz de hacerse pasar sin problemas por un conde
alemn, un banquero, un chulo de la zona sur de Londres o un prroco de la Iglesia
anglicana.
Doyle dio una ltima vuelta y oblig a la yegua a detenerse.
Todava no hay nadie husmeando por aqu.
Pensarn que nos hemos escondido en Pars. Nos da una ventaja. Pero
hombres a caballo siempre podran alcanzarlos. Iremos sin prisa, nos moveremos
despacio y con aspecto inocente y lo conseguiremos.
Si tenan suerte, mucha, muchsima suerte.
Quiero que me saquis la bala lo antes posible. Busca un buen sitio para
hacerlo una vez que pasemos St. Richier. Tienes todo lo que necesitas?
Todo el equipo de un cirujano. Se lo rob a un cirujano de la marina en
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se tratase de un truco que Adrian hubiera inventado solo para ella. Esa sonrisa era
como una caricia en su ingle. Pura locura. Quera cruzar a grandes zancadas el patio
de la posada y arrastrar a esa chica al piso superior, donde le explicara el motivo por
el que no deba sonrer de ese modo en pblico.
Se oblig a dejar de mirarla.
Hblame de Annique Villiers. Por alguna razn, no hay ninguna carpeta
sobre ella en Londres.
Extrao. Bueno, no la utilizan contra los britnicos. Qu quieres saber? Para
empezar, es la hija natural de Pierre Lalumire.
Lalumire? El que escribi Las diez preguntas?
Y Justicia natural y el derecho, Ensayos sobre la igualdad y todos los dems
Doyle le dio tiempo para que asimilase esa informacin.
Pierre Lalumire. Haba ledo cada una de las palabras que ese hombre haba
escrito a lo largo de su vida. En Harrow, se haban sentado hasta tarde en la sala de
estudiantes, debatiendo con pasin sobre esos libros. Haba terminado siendo casi un
revolucionario por leer a Lalumire.
La madre utilizaba un par de nombres, Lucille Villiers y Lucille Van Chef. Ella
y Lalumire aparecieron de la nada hace unos veinte aos, trabajando para los
radicales. Muchos de los viejos radicales eran discretos con la informacin sobre sus
orgenes. La justicia del rey en aquellos das tenda a castigar a toda la familia
Doyle empez a comprobar los arreos, recorriendo con sus dedos el interior de cada
correa que entraba en contacto con el caballo. Ahorcaron a Lalumire una noche en
Lyon y Lucille acab por trabajar para la polica secreta francesa. Se podra decir que
era la mujer ms hermosa de Europa. Te podra dar una lista de nombres de los
hombres que se acostaron con ella.
Y Annique?
Annique Doyle aspir aire a travs de los dientes. Bueno, ha formado
parte de este juego toda su vida. Realmente la cri la polica secreta. Empez a los
siete u ocho aos, haca recados para Soulier, cuando ste an era jefe de seccin del
sur de Europa. Un par de aos despus la enviaron como observadora de campo. Fue
entonces cuando la disfrazaron de chico. Era miembro del crculo interno de Vauban,
una de los cinco o seis agentes especiales. Es as de buena Se limpi las manos en la
chaqueta. Me he cruzado con ella en algunas ocasiones en Viena. Por supuesto, es
preciosa, pero es mucho ms que eso. Te fijaras en ella aunque fuese fea como una
moqueta. Est ms viva que el resto. Puedes darte cuenta de eso incluso ahora.
Adrian estaba sirviendo leche caliente en el caf de ella, pasndole un panecillo,
realizando discretamente las tareas que resultaban ms complicadas para una mujer
ciega que no quera quedar en evidencia.
Es dura como las hilanderas dijo Doyle. Es guapa, no crees?
El Cazador de Halcones es bueno interrogando. Evit que el tono irritado
se notase en su voz. A las mujeres les gusta. Podemos aprovechar eso.
Podra servir. Es joven y est asustada, a pesar de que es una profesional. Va a
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necesitar hablar con alguien Doyle le lanz una mirada rpida. El Cazador de
Halcones no va a poner un dedo sobre una mujer que es de tu propiedad. Solo te est
fastidiando.
Malditos fueran los dos.
Voy a sentar a Annique arriba en el asiento del cochero contigo. Es
suficientemente sensata como para no saltar desde ah. Si puedes pasar un brazo por
su... tensa los msculos de su espalda antes de atacar. Eso te servir de aviso.
Vale.
Intenta hablar con ella. S amable.
Me gusta ser el amable del grupo Doyle cambi la expresin de maldad de
su rostro marcado por una cicatriz, por una de lo ms inocente. Me pregunto qu
estarn diciendo.
JOANNA BOURNE
usted. Debera comer algo, sobre todo si ese hombre va a extraerle hoy las balas, tal y
como ha dicho.
No creo que la comida ayude. Resulta desconcertante que el cirujano le tenga
ms miedo al procedimiento que el enfermo. Cundo ha pasado hambre, Annique?
Durante el Terror?
Ella mastic y trag. No era peligroso en absoluto hablar de eso.
En aquel momento, s, pero no en Pars. Yo viva con los gitanos, los kalderash,
en aquellos aos. Esa vida es dura en invierno, si no corren buenos tiempos.
La secuestraron los gitanos?
Esa historia es falsa, como debera saber, al ser un espa supuestamente tan
inteligente. Los gitanos nunca secuestran nios, pues tienen muchos nios propios,
ya que saben bien como cualquier otro cmo se fabrican. No es una cuestin muy
difcil, en caso de que tenga dudas.
Eso he odo. No intentara esconder ese panecillo si yo fuera usted. No hay
ningn lugar donde pueda esconderlo debajo de esas prendas, aunque son preciosas.
Entonces, eso quiere decir que este vestido no es precisamente decente dijo
con un tono oscuro, era lo que sospechaba.
Es encantador. Deje el panecillo junto al plato, por favor, y abstngase de
robar migajas en mi presencia. Roussel est ah entregando las cestas al cochero. Hay
comida de sobra para alimentar a un ejrcito pequeo. Una de las ventajas de ser
secuestrada por Grey, Joven Zorro, es que comer bien durante el tiempo que
logremos retenerla.
En ese caso, comer bien durante algn tiempo An le quedaba espacio en
el estmago para un ltimo sorbo de caf o un poco ms de pan. No para las dos
cosas. Escogi el caf, le encantaba el caf.
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Captulo 9
Garches, cerca de Pars
Imbcile Jacques Leblanc extendi el mapa hasta dejarlo liso, marcando con
el dedo las carreteras que iban a Normanda. Me haces perder el tiempo con tus
quejas.
Ella est en Pars dijo Henri, con expresin huraa, van a pie, sin comida,
sin dinero. El chico est herido...
El chico sin duda est muerto. Lo abandonaron hace tiempo en algn callejn
Leblanc desenroll el mapa an ms. A estas alturas ya tienen caballos, quizs
hasta un carruaje.
El ingls desaparecer del mapa. Si Annique logra escapar de l, ir a ver a
sus amigos en Pars. Por qu iba ella a...
Tiene amigos en todas partes. Cllate Leblanc marc cinco centmetros de
lnea de costa de Normanda entre el pulgar y el ndice de su mano. Este es el
baluarte de los contrabandistas. El camino a Inglaterra. Juntos o por separado,
heridos o sanos, intentarn llegar hasta aqu.
Cunto tardara el espa ingls en doblegar a Annique? Dos das? Tres? El
ingls era una bestia y un tipo duro. Incluso Henri le tena miedo.
Este era un problema de lgica bsica. Si le daba tres das al ingls para que
doblegase a la pequea zorra y le sacase la ubicacin de los planes Albin, entonces...
Leblanc pase sus dedos por el mapa, pueblo por pueblo. Dnde haban
permanecido escondidos los mapas todos estos meses? Pars? Ruan? Cerca del
Canal? Podan estar en la propia Inglaterra. La chica podra haber llevado los planes a
Inglaterra para ponerlos a buen recaudo cuando se march de Brujas. Haba
transcurrido suficiente tiempo.
No importaba dnde estaban. Al final, y sta era la mayor debilidad del ingls...
al final, el ingls tena que cruzar el Canal. No tena otra opcin ms que ir a la costa
y caer en la trampa preparada para atraparlo.
Henri no tuvo suficiente sentido comn como para permanecer callado.
No hay pruebas de que ella est con l. Ninguna evidencia siquiera de que se
ha marchado de Pars. Deberamos buscar en...
Estamos hablando del Joven Zorro, idiota, no de una de tus poulettes. Lleg
caminando hasta aqu desde Marsella, estando ciega. Crees que est sentada
chupndose el pulgar en alguna esquina en el Quartier Latin, esperando que llegues?
Si no est con el ingls, de todos modos ir al Canal. Ir a ver a Soulier. Ella piensa
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Quizs...
Henri observ el cuadro al leo que colgaba de las paredes decoradas en oro y
tono carmes del saln, un paisaje que una vez perteneci al alcalde de Pars.
Hay muchas posibilidades.
Se encargara de Henri. De eso no caba duda. Hara algo para que pagase su
falta de respeto.
Ve, ve en persona. Da la orden de que deben entregarme cualquier
documento que lleve encima, sin abrirlo. Solo deben entregrmelo a m. Lo
entiendes?
A ti y sin abrir. Por supuesto Henri pens astutamente para sus adentros
que si los planes Albin caan en sus manos, descubrira que l era, en realidad,
prescindible. Qu hacemos con Annique?
Llvatela, si quieres las sobras que ha dejado un ingls. sala para
recompensar a los hombres que la encuentren. Luego tremela.
Y el ingls?
Mtalo.
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Captulo 10
Normanda
Junto a l, en el asiento del conductor, Annique guard un silencio seco y altivo
durante casi una hora. Lo que hizo que finalmente se rindiese fue el que Doyle dijera,
en un tono muy ofendido, que no era necesario que la llevasen a rastras, arandole
el trasero hasta Calais. No estaba agobindola. El tono ofendido de su voz y la
expresin vulgar que haba empleado minaron su determinacin. Incluso cuando
presion los labios con fuerza para mantenerlos cerrados, no fue capaz de evitar que
se escapase una risita.
Eso est mejor dijo Doyle satisfecho, me preguntaba si iba a hablarme en
algn momento.
No me siento muy charlatana. Es todo esto de ser secuestrada, como
comprender.
La hemos molestado, no es eso?
As es. Adems, no me gusta estar en un lugar tan alto. El asiento del
conductor no estaba almohadillado y ciertamente estaba lejos, muy lejos del suelo.
Daba unas sacudidas aterradoras cada vez que pasaban un obstculo. No poda ver
las races y los baches en el camino antes de tiempo, de modo que tena que sujetarse
con fuerza y apoyar los pies continuamente en el reposapis arqueado hacia arriba.
Sus dedos haban adoptado la forma permanente de la barandilla que tena al lado
del asiento. Acabara totalmente dolorida y agotada al final del da, que era
seguramente la razn por la que estaba ah arriba. No se encontrara en condiciones
para escapar esa noche. Grey, tal y como el ingls haba dicho, la haba dejado bien
colocada.
El carruaje empez a sacudirse en exceso. Ella apret con ms fuerza la
barandilla.
Este carruaje es inestable.
No voy a dejar que se caiga Doyle tena un acento maravilloso. Nadie ms
que un autntico francs se atrevera a hablar el idioma de un modo tan infame.
Nos ha costado un poco atraparla, despus de todo. Sabe bastante de caballos,
verdad, seorita?
Haba localizado a monsieur Doyle en el amplio almacn que era su memoria. l
tena muchos nombres. Su madre le haba sealado para que ella lo viese haca
mucho tiempo en Viena y le haba dicho que lo evitase, pues era un hombre duro y
tenaz como un tejn y probablemente el mejor agente de campo vivo.
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completamente aterrada. Ahora tome las riendas Deba haber hecho algn gesto
y un instante despus se dio cuenta de que ella no poda verlo. Los caballos, en
inglish decimos que los caballos son caracoles.
Lo son... pero es una cosa terrible llamar as a los caballos. A menos que los
ingleses aprecien a los caracoles, lo que es imposible.
No. Esos bichejos se meten en las lechugas, se arrastran por todas las hojas y
se las comen. Mi mujer, Maggie.... Todava no le he hablado de mi Maggie? Ella es
una fiera y est tremendamente orgullosa de nuestra huerta. Mi Maggie odia a los
caracoles. Pone jarras de cerveza para atraerlos y luego los deja morir felices. Sin
embargo, va en contra de mis principios ahogar caracoles en jarras de buena cerveza.
Esper a que sus labios dejasen de moverse nerviosamente. Su madre le haba
dicho que Doyle se haba licenciado en Cambridge, con matrcula de honor.
Yo estara de acuerdo, aunque nunca he matado caracoles. Todava me sigue
pareciendo un nombre extrao para usar con los caballos.
Estaba aprendiendo que la mejor clase de caballos son los corceles y que en
inglish para decir carruaje dicen calesa a la moda, cuando l tom las riendas,
quitndoselas de las manos y tir de las mismas para detener a los caballos.
La tensin de su cuerpo deba demostrar lo asustada que estaba.
No hay de qu preocuparse, seorita. Solo busco un lugar donde podamos
descansar. Podra ser aqu dijo Doyle de inmediato.
Sinti la humedad de una zona abierta y escuch el viento, el murmullo de un
arroyo cercano y el zumbido de las moscas. Los pjaros cantaban a lo lejos. Entonces
estaban en medio de un campo, lejos de cualquier pueblo y haba un bosque cerca.
Operaran al pobre Adrian en el campo, donde nadie podra or sus gritos.
Es este un buen sitio? La puerta del carruaje se abri de par en par.
Escuch cmo Grey saltaba al suelo y caminaba a lo largo del camino.
Podra ser La voz de Doyle iba acompaada por un ruido que la
desconcertaba, hasta que lo identific como el sonido que produce una persona al
rascarse la barbilla despus de no haberse afeitado. Lo que tenemos aqu... Hay
unas dos o tres rocas cerca del camino, apiladas de manera informal. Eso podra ser
obra de los gitanos. Hemos estado siguiendo una de sus rutas desde hace un rato,
esos trozos de tela que atan en los rboles por encima de la altura de la parte superior
de los carruajes. De modo que esta roca literalmente seala uno de sus campamentos.
Quizs est ah atrs, en ese pequeo bosque.
Los dos esperaban que ella hablase. Los espas britnicos, cada uno de ellos,
saban ms sobre ella de lo que le gustara.
Qu aspecto tienen, monsieur Doyle, estas piedras?
Una grande, bastante redondeada. Esa est en el medio. Luego hay tres en
lnea, en direccin... djeme mostrrselo Meti las riendas en algn lugar y sostuvo
su mano izquierda, la extendi sobre su rodilla y dibuj puntos sobre la palma,
mostrndole el modo en el que estaban colocadas las rocas, una junto a la otra. Y
entonces hay una plana aqu, ms all del dedo meique, algo ms de treinta
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Carraspe.
Eran revolucionarios, como comprender. En aquellos das, los radicales no
hablaban mucho del lugar del que venan o de sus familias. No era seguro.
Yo mismo habra dicho que es usted celta, con esos ojos azules. Quizs una
joven de Bretaa. Qudese aqu un minuto. Las ramitas crujieron bajo sus botas
mientras l caminaba hacia los arbustos.
Ella abri sus sentidos para percibir el claro a su alrededor, como sola hacer
con los sitios nuevos. El sol calentaba su piel. El arroyo no estaba tan cerca como para
crear una sensacin de humedad y frescor, pero su murmullo se poda or alto y claro
y resultaba reconfortante. El carruaje avanzaba despacio detrs de ella, mientras
Doyle soltaba al segundo caballo. Se llev a los dos animales, los cascos haciendo un
ruido seco sobre las hojas, en direccin al agua. El aire era denso por culpa del polen
de los rboles y vena cargado de viejos aromas a carbn, tabaco y la pomada que las
mujeres se echaban en el cabello. Todo esto era familiar. Ese era un campamento
como los de su infancia. Ese lugar era un hogar para los gitanos.
La vida haba sido ms simple cuando viva con los kalderash. Si mam no
hubiera vuelto nunca a llevrsela, quizs habra logrado tener una vida con ellos. A
estas alturas ya tendra un beb de cabello negro al que mimar y un marido joven y
fanfarrn, en lugar de un secuestrador que la llevaba a un interrogatorio complejo y
desagradable en Londres.
Grey se acerc a ella.
Tome esto. Puso un palo en la palma de su mano, un buen palo. Podra
decir que era como una especie de bastn de mando, aunque nunca haba tenido en
sus manos un bastn de mando, puesto que no se trataba de un objeto que figurase
demasiado en su vida cotidiana. Pero su padre le haba contado las historias sobre
Robin Hood. Esto era exactamente o1 que Pequeo John sola usar para golpear al
sheriff de Nottingham en la cabeza. Claro que este bastn era de su tamao.
Es estupendo, gracias Era posible que le diera un buen golpe a Grey con el
bastn en algn momento. Va a extraer la bala de Adrian?
Su voz trasmita tensin.
Para eso estamos aqu.
Comprendo No pudo evitar decir lo siguiente. Tiene mucha experiencia,
quizs, de su poca en el ejrcito?
Ninguna en absoluto. Voy a sacar nuestras cosas. No aproveche este tiempo
para adentrarse en el bosque.
No le gustaba tener que hacer ciruga de campo. Estaba extremadamente
preocupado. Poda percibirlo en cada paso que haba dado desde el carruaje hasta el
centro del claro, cargando con las cosas. Ah era donde l iba a trabajar, donde Doyle
estaba preparando una fogata.
Ella an no se haba decidido. Camin durante un rato; dando golpecitos con su
til bastn, encontr los crculos de las antiguas fogatas, empez a entender cmo se
haban alineado los carromatos en aquel lugar. Trasmitan la sensacin de que era un
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campamento rico. Deba haber, en esos campos llenos de flores detrs del bosque,
frutos silvestres y muchos conejos, incluso erizos, si uno tena mucha suerte. Sus pies
hicieron crujir las viejas cscaras de hayucos al pisarlas. Uno poda comer bien en este
lugar sin tener que robar gallinas.
El terreno se inclinaba de forma gradual hacia el arroyo. En cualquier punto en
el que se detuviese, la pendiente y el sonido del agua le diran dnde estaba. Era
reconfortante poder contar con esa pequea certeza.
Una vez se tropez, porque estaba muy concentrada y la raz del rbol haba
sido ms lista que ella. No se hizo demasiado dao. Caerse cada cierto tiempo
formaba parte de ser ciega. Uno debe asumirlo con filosofa.
En la parte ms alta del claro haba zarzas con moras, que se puso a atravesar,
pinchndose con las espinas. Comi algunas moras, tom una decisin y se fue a
escuchar a Doyle y a Grey mientras preparaban a Adrian.
Volver a pintar las habitaciones en el tico la ltima semana de noviembre.
Archivos en el almacn del stano...
Encalado duradero. Hay una falta de imaginacin que...
Hablaban de cosas sin importancia. Miles de veces, haba escuchado a los
hombres antes de las batallas, hablando justo de ese modo. La voz de Grey no
trasmita nada ms que una confianza tranquila. Ciertamente, al escucharlo, pareca
que era un hombre que ya haba extrado varios kilos de metal de otros hombres en el
ltimo mes, teniendo xito sin excepcin en todos los casos. Adrian mostraba un
coraje que era casi francs, tal y como le haba parecido antes. En sus frases sin
trascendencia, poda or su resolucin de confiar en Grey, de poner su vida en sus
manos. En algn momento y lugar, Grey se haba ganado la confianza de ese chico
listo y cnico.
Sera una enorme lstima el que ella hubiera sacado a Adrian de la bodega de
Leblanc y lo hubiera trado hasta aqu para que muriese.
Lo ms seguro era que pasase eso. Grey no tena la menor idea de cmo extraer
balas. Si ella fuera completamente leal a Francia, debera alegrarse, puesto que haba
escuchado cosas sobre Adrian que daban a entender que era un maestro en el
espionaje y un enemigo formidable para la Repblica.
Escuch el estruendo del metal, Doyle estaba colocando el instrumental en un
lugar, all, en el suelo. Haba decidido ser desleal a Francia en este caso.
Grey, me gustara hablar con usted dijo ella.
Luego.
Ahora! Se alej.
Tiens. Esta era una prueba para l, no poda ser de otro modo. Si no confiaba en
que ella saba lo que era importante, no le confiara la vida de Adrian.
Diez pasos colina abajo, se detuvo. Los pasos de l la siguieron.
No tengo tiempo para esto, Annique.
Yo puedo extraer la bala.
Recibi como respuesta uno de los prolongados silencios de Grey.
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la manta. Las sostuvo y las deposit sobre sta hasta que fue capaz de encontrar cada
cosa sin tener que pensarlo dos veces. Luego las tap con una tela. Era mejor que
Adrian no se pasase el rato mirndolas. El metal afilado y brillante acababa
desgastando el alma. Levant un montn de vendas y las coloc sobre su regazo,
donde estaran al alcance de la mano. Deba concentrarse ahora y pensar nicamente
en lo que tena que hacer.
La parte superior del pecho de Adrian prcticamente no tena vello; sus
msculos, compactos, estaban rgidos por culpa del dolor. l se estremeci cuando
ella coloc las manos por primera vez sobre su piel, luego respir hondo y no volvi
a reaccionar mientras ella lo examinaba. La piel alrededor de la zona por donde entr
la bala estaba claramente caliente. Los bordes de la herida estaban hmedos y olan a
infeccin, el tipo de infeccin normal, no olan de ese modo ptrido y dulce que
supone la muerte.
Doyle se coloc a la derecha del chico, una presencia enorme y reconfortante.
Grey se movi para estar al otro lado. An no lo estaban sujetando. Tendran que
hacerlo muy pronto. Ella ya haba operado sin opio antes.
Monsieur Doyle, le voy a ensear dnde quiero que ponga las manos.
Hay una cosa que tenemos que hacer antes dijo Grey, voy a hablar con
Adrian. Solo tardar unos minutos. Pngase cmoda.
Ella casi silb exasperada.
Ha tenido toda la maana para hablar Cada momento de retraso
empeoraba la situacin. Acaso crean que Adrian estaba dotado de un coraje
imperturbable? Acaso pensaba que ella lo posea?
Vamos a intentar una cosa que vi en Viena. Quizs nos ayude Se inclin
para acercarse, mientras hablaba con el chico. Lo que tienes que hacer, Adrian, es
simplemente relajarte y escucharme. As es como empieza, recuerda. Escucha lo que
te estoy diciendo.
Al parecer tena que esperar hasta que terminasen. Record cules eran los
vasos sanguneos en el pecho. Recorran esa zona... y esa. Con un poco de suerte,
podra evitarlos.
Este era su gran don, su memoria. Cualquier pgina que hubiera ledo,
cualquier calle que hubiese cruzado y cualquier rostro en una multitud... era capaz
de recordar todo eso a la perfeccin y con precisin siempre que lo deseaba. El resto
de las personas olvidaban cosas, ella no. Era por eso por lo que Vauban le haba dado
los planes Albin en esa pequea posada en Brujas, cuando Leblanc vino a
extorsionarlos y amenazarlos. Ella haba guardado los planes en su memoria y haba
quemado cada pgina, una a una, mientras las lea. Su memoria era la razn por la
que su madre la haba llevado a todas partes, incluso cuando no era ms que una
nia. Su cabeza estaba llena de secretos de muchas naciones.
Por suerte, su memoria tambin contena grficos anatmicos. La parte superior
del pecho no era el peor lugar para recibir una bala, si es que esta no se haba
adentrado en exceso, como deba ser en este caso porque Adrian segua vivo.
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Grey iba a un ritmo muy lento con esa conversacin supuestamente tan
importante. Ella no prest atencin, puesto que no tena nada que ver con ella y era
bastante aburrida.
Vamos a intentarlo durante un rato, al menos las primeras partes y veamos
cmo sale. Es fcil una vez que empiezas. Vas a respirar despacio y escuchar lo que
estoy diciendo Iba contndole.
Parece una estupidez dijo Adrian, pero lo intentar. Pero los dioses saben
que me siento como un idiota.
No vas a hacer nada estpido, Cazador de Halcones. Solo aquello que quieras
hacer. Eres el nico que est al mando. nicamente estoy aqu para ayudarte con lo
que ests haciendo por ti mismo. T qudate ah y nota la respiracin. As es como se
hace. Dentro y fuera, ahora dentro, ahora fuera. Sientes la respiracin, eso es todo lo
que sientes.
Grey repeta lo mismo de un modo extremadamente aburrido, lo que hizo que
ella tuviera una opinin demasiado buena de su poder de conversacin. Termin de
pensar en los vasos sanguneos y se qued sentada en silencio, con las manos
descansando sobre su regazo, dejando vagar sus pensamientos.
Tus ojos se cansarn con tanta luz del sol. Puedes cerrarlos Ahora que haba
encontrado otro tema agobiantemente montono como el anterior, Grey sigui
hablando sin descanso.
Lo siguiente de lo que fue consciente fue que alguien la sacuda. Era Grey.
S, usted, despierte, Annique. Eso es. Bien despierta. Se encuentra bien,
Annique y est completamente despierta.
Al parecer se haba quedado dormida sentada.
Por supuesto que estoy despierta Sus piernas se haban entumecido al estar
sentada. Descanso mientras usted sigue hablando sin cesar No elimin el tono de
sarcasmo de su voz. No he pasado una buena noche.
Usted es lo que se llama un sujeto de prueba excelente dijo l, de una forma
incomprensible, aunque, por otra parte, Adrian no lo es. He visto hacer esto un par
de veces en Viena, pero nunca haba intentado hacerlo. Hay un hombre all que lo
usaba en la ciruga. Esperemos que funcione.
Ya ha terminado de hablar con l?
Seguir hablando. Ignore lo que voy a decir y haga lo que tenga que hacer. Es
importante que me ignore. No quiero que vuelva a echar una cabezadita.
En ese caso, sujtelo.
Les ense cmo quera que lo mantuviesen quieto. Doyle sujet el hombro y el
brazo para que no lo subiera. Grey se encarg del otro lado, apoyando todo su peso
sobre l, mientras segua hablando sin parar a Adrian, le deca algo sobre que el dolor
estaba muy lejos, al otro lado de un muro. Cosas muy extraas. Ella las ignorara.
No dejen que se mueva Entonces confi en que ellos hicieran su trabajo y
no volvi a pensar en eso. Tena que apartar muchos pensamientos de su mente.
Sobre todo no deba pensar en Adrian. Debajo de sus manos tena msculos, huesos y
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piel, no a Adrian.
El paciente estaba quieto, no insensible, no era como operar a un hombre bajo
los efectos de un opiceo, pero estaba absoluta y completamente quieto. Eso estaba
bien.
No haba nada ms que su cuerpo pudiera decirle. Se sent, apoyndose en los
talones y toc un instrumento detrs de otro una ltima vez. Empezara la bsqueda
desde la herida de entrada. Eso minimizara el dao y adems permitira limpiar la
herida. Sujet los finos y largos frceps. Sin decir nada, coloc de nuevo a Grey para
que sujetase al chico y se ubic en un nuevo ngulo.
Su mano derecha presion la piel encima de la herida, el pequeo bulto de la
bala. A travs de la palma de la mano, recorri el mapa de mesetas y valles dibujado
por sus costillas. Abri los frceps y los cerr, lo hizo dos veces, soltando los dedos.
Tena que hacerlo ahora, rpido, sin vacilar.
Respir hondo e introdujo los frceps, empuj, los abri ligeramente, empuj.
Sigui el recorrido de la bala por el msculo. Toda su concentracin flua en direccin
a la punta de los frceps, buscando la ruta, apartando a su paso hueso y tendones
membranosos. La sangre clida corra por sus dedos.
Empuj, un poco ms all. Apret el metal. Su cantera estaba abierta, ahora era
todo suave, muy suave. Intent atrapar poco a poco el elemento duro pequeo y
resbaladizo. Lo cogi. Cerr los frceps. S, lo tena. Lo sac, ahora ya deprisa. Ahora
poda ir deprisa. El paciente contuvo la respiracin. Sus msculos, el cuello, el pecho
y los brazos, duros como el acero. A su lado, una voz daba rdenes con firmeza sobre
un muro de oscuridad, slido como los ladrillos.
Dej caer la bola en la palma de su mano y la puso a rodar. El plomo se haba
aplanado por el impacto contra la costilla. No tena una superficie lisa, pues faltaba
un trozo. Tena que volver a buscar. Ejecut un nico movimiento seguido, probando
la bala, volviendo dentro.
La parte que faltaba se deba haber separado al impactar con la costilla. Tena
que hurgar muy profundo para encontrarla. Se desliz hacia dentro. Tena que seguir
la trayectoria de la bala, ms profundo. El paciente emiti un grito ahogado, se
sacudi. Afloj la presin en los frceps, se qued quieta mientras cesaba de moverse
para no hacerle dao. No era su tarea mantenerlo quieto. Tena que pensar en el
metal.
Se qued quieto. Bien. Al llegar a la costilla, delicada como quien practica la
esgrima, tante. Tena vasos sanguneos que recorran las costillas de arriba abajo y
entre cada costilla. Estaba buscando un grano duro que no deba estar ah. Suave,
toques suaves, suave... suave.
En lo ms hondo de la superficie lateral de la primera costilla encontr el
pedazo quebrado de bala. El lugar donde estaba, mon Dieu, era el peor en el que
poda estar. Notaba los frceps latiendo en su mano. La arteria estaba cerca,
mortalmente cerca.
No respire orden. Los msculos debajo de su mano estaban duros como
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pie de manera brusca para caminar por los alrededores. Cuando regres, coloc un
pao fro sobre su frente.
No debera dejar que lo tocase Pero ella apoy la mejilla en su muslo, en un
gesto de intimidad que en ese momento le pareca totalmente natural. La tierra an se
ladeaba debajo de ella. Estoy asquerosa, manchada de sangre. He destrozado este
vestido, aunque seguramente de todos modos no era un vestido muy decente, pero
tampoco tengo muchos. Una debe ser previsora.
l us el pao para limpiar sus mejillas y luego lo dobl y sujet sobre su nuca.
Hace esto para que no me desmaye. Nunca me desmayo.
Eso est bien. Lamento lo del vestido Estaba pidiendo disculpas por
muchas cosas a la vez. Ella estaba segura ahora de que los vestidos que le haba dado
eran indecorosos. Gracias por salvar la vida de Adrian.
No ha estado tan mal. En una ocasin tuve que extraer cincuenta y dos piezas
de metal de un hombre y este sobrevivi. Un sargento austriaco. Escuch que haba
fundido la metralla para hacer un sujetapapeles.
Me parece una buena idea Grey estaba pensando en una serie de cosas. Ella
casi poda or sus pensamientos murmurando y encajando dentro de su mente.
Annique... yo lo habra matado.
Casi con certeza. El segundo pedazo pequeo estaba cerca de la arteria axilar.
Sent cmo lata. Me dejar libre dado que he evitado que mate a su amigo?
l no titube.
No.
No estaba siendo para nada razonable, de ninguna manera.
Entonces ir a limpiarme la sangre, en lugar de quedarme aqu sentada a sus
pies de este modo tan dbil Apoy el peso de todo el cuerpo sobre las piernas y se
puso en pie, algo que probablemente podra haber hecho sin la ayuda de Grey. l le
puso entre las manos el til bastn que le permiti estar de pie sin la ayuda de
ningn ingls. No senta que fuera a desmayarse.
Su bolsa est al otro extremo del fuego dijo Doyle, est... no. Ms a la
derecha. Eso es. Tiene jabn y una toalla sobre esa roca. S, ah.
Entonces tengo lo que necesito. Me llevar estas cosas y me lavar con un
poco de privacidad. Monsieur Grey puede volver a hablar con Adrian de ese modo
tan tedioso. Desde luego, no tiene nada interesante que decirme.
No, seorita dijo Doyle, con actitud pacfica. Estos espas ingleses
malgastaban mucho de su tiempo libre en rerse de ella.
Presione esos vendajes hasta que se detenga el sangrado. Como ya sabr.
S, seorita.
Le dio unos golpes a los arbustos pequeos para apartarlos con su palo y
encontr el sendero que descenda hasta el arroyo.
Y chele una manta por encima.
Estaba enfadada consigo misma. Era una mujer estpida, estpida, porque
deseaba quedarse con Grey y dejar que l la mimase. Ese hombre estaba
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Bueno, esto no ha ido tan mal, despus de todo dijo Doyle, cuando ella se
march siguiendo el sendero y ya no poda orlos, no es que Adrian sea un maldito
sargento austriaco con cincuenta y cinco trozos de plomo en las tripas.
Por amor de Dios, Will. Cunto ha tardado?
Dos minutos, mximo tres. Puedo entender la razn por la que esos cirujanos
militares la pusieron a trabajar. Arranc esa bala como si se tratase de una ciruela en
un pudn de navidad.
En cuntas batallas habr estado para aprender eso? Qu clase de madre
infernal enva a una nia al campamento del ejrcito para que espe? Cuntos aos
tendra? Once o doce?
Ms o menos la misma edad que tena el Cazador de Halcones cuando lo
pusimos a trabajar.
El Cazador no era un nio, nunca lo fue.
Imagino que Annique tampoco. Por lo que he odo, ella estuvo presente
cuando ahorcaron a su padre. Deba tener cuatro aos Doyle sec el pecho de
Adrian con vendajes limpios. Ni siquiera pierde mucha sangre. Trae esa manta, por
favor. Vas a seguir con eso de hablar y hablar para hacer que duerma?
Cada hora durante un tiempo. Qu demonios voy a hacer con esa mujer?
Bueno, eso es algo sobre lo que no me interesa especular. Extiende tu cama
all, para que no molestes a Adrian cuando lo hagas.
Muy gracioso. Explorar la cumbre y no la perder de vista para que no se
escabulla. Llmame si el chico despierta. Va a intentar escaparse esta noche, verdad?
Con todo este bosque y los campos en los que esconderse... S. Creo que antes
te golpear en la cabeza con una roca Doyle recogi los trocitos de plomo que ella
haba extrado de Adrian, los mir con seriedad y los guard en lugar seguro en su
bolsillo. Al Cazador le gustar tener esto.
Buena idea Grey mir fijamente el sendero por el que ella se haba
marchado. Ella ya est planeando. Puedo sentir cmo lo hace. No creo que pueda
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Captulo 11
Doyle haba preparado una tortilla con huevos frescos y mantequilla de la cesta
de la posada y setas rebozuelo que haba recogido en el bosque. Monsieur Doyle era
buen cocinero. Pero, claro, pens ella. Haca muchas cosas bien adems de
fingir ser un cochero. Grey se sent cerca de ella sobre la manta, cerca pero sin que
se tocasen. Sin embargo, ella poda sentir sus ojos, mirndola continuamente. Pens
en planes de huida para la noche.
Usted le gust al dueo de la posada dijo Doyle, tenemos todo un bote de
crema para el caf por lo mucho que usted le gust esta maana.
Siempre he sabido cautivar a los dueos de las posadas Deposit su plato
sobre la manta a su lado y volvi a coger el caf. Perciben que soy, como
comprender, una gran cocinera, lo que les resulta increblemente atractivo. He
descubierto que usted tambin es bueno, como cocinero. Esta es una tortilla excelente
para haber sido preparada sobre una fogata, que es lo ms complicado de hacer. No
me atrevera a intentarlo.
No mencion el caf, que no estaba tan bueno como la tortilla, porque estaba
muy cargado y demasiado amargo. Era posible que los acontecimientos del da lo
hubieran alterado y quizs preparara mejor el caf por la noche. Tambin poda
deberse a que no era francs y por lo tanto era incapaz de comprender el caf de
forma adecuada.
Quiere un panecillo como el que comi en el desayuno? pregunt Doyle
. No estar demasiado cansada para comer?
Claro que no. Esto de extraer balas de espas ingleses no es nada.
Dudaba de que el vestido que tena puesto en ese momento fuera ms decente
que el que haba manchado. Grey le haba dicho que era verde y que tapaba todo lo
que tena que tapar. Doyle dijo que era del color de las hojas nuevas de roble y tan
respetable que pareca una matrona de cuarenta aos. Ella an no era tan tonta como
para creer las palabras de cualquiera de estos ingleses.
En cuanto hubo comido tanta tortilla y pan como fue capaz de asimilar, se
apoy contra un rbol y, dejando escapar un suspiro de profunda satisfaccin, bebi
un poco ms de caf. Esto de no sentirse enfadada ni asustada durante un rato
resultaba relajante. Haba aprendido haca varios aos a disfrutar de los pequeos
momentos de paz que se presentaban en la vida.
Sabe una cosa, Grey? Me gusta este sitio. Da la impresin de ser muy
antiguo. Muchos, muchos de los mos han estado aqu.
Los gitanos?
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S, los gitanos. No debera llamarlos mi gente, puesto que no soy una de ellos.
No puedo regresar, ya no. No hay lugar entre los carromatos para una mujer como yo
Sufri de un modo penetrante durante un minuto antes de sacudir la cabeza para
alejar ese pensamiento. Creo que este campamento es muy antiguo. Los gitanos
deben llevar mucho tiempo viniendo aqu. Quizs desde hace cientos de aos. Ese
precioso arroyo... los gitanos vendran desde lejos para acampar aqu.
Lo ha disfrutado.
Estaba de un humor un tanto peculiar. Se mantena cerca, absorto en ella. Era
como si esperase a que algo ocurriese. Haba terminado su propia comida y estaba
bebiendo un vino tinto con un complejo aroma a madera. An no le haba ofrecido
un poco.
Lo he disfrutado en gran medida. Poder lavarme... es la primera vez en un
mes que me he sentido completamente limpia. Es uno de los grandes placeres de la
vida, estar limpio despus de haber pasado tanto tiempo sucio. Fui a la piscina de
agua natural arroyo abajo. No es amplio pero s profundo y el fondo es de arena
limpia. Ah nadan, las mujeres y los nios. Estoy segura. Ms abajo debe haber rocas
para lavar la ropa.
Aunque imagino que el agua estara fra.
No me importa. Deseaba no tener que volver a salir pero al final acept que
no es posible pasarse la vida en una piscina de agua natural en un bosque, a pesar de
lo agradable que es. El jabn que me dio Doyle era estupendo. Con qu est hecho?
Lavanda?
No estoy seguro. Lo rob de algn lugar.
Por supuesto, qu tontera por de mi parte Bebi caf de nuevo. Era extrao
estar sentada al lado de Grey y hablar de cosas cotidianas, como si fueran viejos
amigos. No se lo habra esperado.
Le gustaba vivir con los gitanos?
S. Quizs porque era joven, no lo s. La poca en la que fui una de ellos, fue
el nico momento de mi vida en el que fui completamente feliz. Me despertaba en
bosques como estos o en campos llenos de grillos; aqu puede orlos, Grey, si escucha.
Adems me esperaba todo un da por delante sin tener nada que hacer. Nada en
absoluto. Cada uno decida hacer una tarea de una forma muy natural: recogas lea
para el fuego, llevabas los caballos a que bebieran y siempre podas ir a buscar
comida a los bosques o campos. Si estbamos en una ciudad, bailbamos o
mendigbamos. He de confesar que no era muy buena en el baile, a pesar de ciertas
mentiras que he dicho. Pero Grey... no puede imaginarse lo buena que era haciendo
juegos malabares.
Se produjo una pausa.
Imagino que muy buena.
Doyle le habr hablado sobre mis malabarismos, puesto que estoy segura de
que conoce toda la historia de mi vida. Debo decir que no tena rival. Era an mejor
en el lanzamiento de cuchillos. Incluso ahora, sin poder ver, podra darle a ese
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Captulo 12
La costa del norte de Francia, cerca de Cayeux
No me entregue familias de holandeses con sus tres hijos y la abuela. Con
una mano en las riendas y la otra apretando una lista enrollada, Leblanc estaba
sentado, con la espalda rgida, sobre la silla de montar, ni colegialas, ni dos viejos
que afinan pianos. Esto es intil.
Esta gente es la que ha pasado hoy. Nadie ms El cabo de la milicia se
mantuvo de pie con actitud imperturbable.
Se lo dir de nuevo: estamos buscando una mujer ciega. Es joven, con cabellos
oscuros, muy bonita. Es inconcebible que nadie la haya visto. Puede que vaya con un
hombre, alto, de cabello y ojos castaos.
Quizs haya un tercero con ellos. Un hombre joven, herido aadi Henri.
Leblanc frunci el ceo hasta que se call.
Olvide al resto. Tenemos que encontrar a la chica ciega. Vendr por aqu, tiene
que hacerlo.
La montura de Henri avanz sigilosamente, planeando morder al cabo. Henri le
dio un rodillazo para que se estuviera quieto.
Quizs han ido al sur.
Ella no lo har. Conoce cada centmetro de esta costa y esta es la mejor ruta
para ir a Inglaterra Leblanc rompi en pedazos la lista que le haban ofrecido. Los
trozos de papel aletearon hasta tocar el suelo, bailando en el viento alrededor de los
cascos de los caballos. Cmo logra pasar sin ser vista por las patrullas? Cmo?
Malditos campesinos. Alguien est ayudndola.
Ninguna mujer ciega pas por mi puesto de control dijo el cabo, impasible.
Leblanc mir de reojo ms all del paisaje inhspito con pinos y arena, hacia la
fina franja de mar de color pizarra.
Qu aldea es esa?
Pointe Venteuse, seor dijo el cabo.
Tiene una posada?
Oui, monsieur. Una buena posada. Madame Dumare es...
Lleve all a sus hombres, cabo, y revise cada casa de esa maldita aldea.
Comprobarn cada seto, cada retrete construido fuera de las casas y cada establo de
vacas en busca de esa mujer. Cuando terminen volvern a buscarla de nuevo. Lo
harn hasta que yo diga que se detengan.
Pero...
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Captulo 13
Las horas se arrastraron sobre ella y a su alrededor. Flotaba en aguas que no
cesaban de arremolinarse. Cuando el peso oscuro y aplastante de esas aguas se alej,
ella se dio cuenta de que estaba sentada con el brazo de un hombre alrededor de su
cuerpo.
Beba esto Era Grey el que haba dicho eso y lo que ella tena que beber era
caf. Un caf muy dulce.
No tomo tanta azcar Sacudi la cabeza, molesta y apenas despierta. Es
demasiada, en realidad Pero se lo bebi porque l acerc el caf a sus labios y
sigui ofrecindoselo hasta que se termin todo. Luego la sujet cerca de su pecho
mientras ella caa vertiginosamente en la oscuridad. Era como caer dentro de l.
La oscuridad daba paso a esos momentos aterciopelados en los que estaba feliz
de un modo absurdo y haca cosas ordinarias, pero nada importaba ya en lo ms
mnimo. Caminaba o estaba de pie o se sentaba, y Grey estaba cerca, dicindole lo
que tena que hacer, guindola a travs de los momentos de desconcierto fuera de
control. En esos casos, ella se tumbaba y dorma, en una cama o en el suelo,
dondequiera que l la depositase.
En una ocasin, ella estaba sobre una cama blanda. El cuerpo de Grey tumbado
a su lado, dormido. La cama estaba caliente por su presencia y uno de sus brazos
estaba encima de ella, pesado y relajado. El deseo se despert en su interior. Su piel
se estir al mximo sobre miles de plumas cantarinas. Gir hacia l, se desliz contra
su cuerpo y sinti cmo quemaba. El deseo arda y cantaba entre sus piernas y
presion una y otra vez su cuerpo contra el de l.
l se despert.
Tranquila, Annique. Est durmiendo, no... La alej de l. No era un
susurro en su odo. Es hermosa, Joven Zorro. Duerma ahora, slo duerma Pero
se abraz con fuerza a l, envolvindolo. De repente, sinti un xtasis que la rompi
en mil fragmentos. Grit y cay, lentamente, cada uno de esos miles de pedacitos de
ella, cayendo dentro del ocano clido y drogado que haba preparado el opio en su
honor.
Luego estaba en el carruaje, acurrucada y apoyada junto al costado de Grey, con
la clida luz del sol sobre el rostro. El sonido metlico de las ruedas y las sacudidas y
los golpes del camino llevaban un rato acompandola. Grey la sujetaba y le
acariciaba lentamente la espalda. Sera agradable si hiciera eso ms a menudo. Se
desliz hacia abajo para apoyarse en su regazo. Ahora podra acariciarla por todas
partes.
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l pas los dedos con suavidad por su frente y luego por el cabello. No era
suficiente. Se dio la vuelta, invitando a su mano que acariciase su barriga.
Como una gata Escuch que murmuraba.
La voz de Adrian son tenue y cercana.
Ella lo desea. El opio tiene este tipo de efecto en algunas mujeres. Va a hacer a
un hombre increblemente feliz, algn da.
No sers t dijo Grey.
Por desgracia no. Pero no es mi bandera la que quiere subir por el mstil, no
te parece?
Grey emiti un profundo gruido, que vibr a travs de su cuerpo y en la piel
de ella. Annique se frot la mejilla con su cuerpo y aspir su aroma. A travs de la
tela resistente de sus pantalones, los msculos y huesos de sus muslos parecan en su
mente rocas en la arena. Tocarlo era un sentimiento maravilloso.
No debera estar haciendo esto. Era una voz dbil, que sonaba desde el fondo
de las aguas oscuras de su mente.
Est sufriendo Las palabras en voz baja de Adrian fueron a la deriva hasta
llegar a ella, palabras sin sentido. Por qu no la tocas una o dos veces para que
duerma feliz? Ella no lo recordar.
Por qu no te sac de una patada en el prximo campo de trigo y te dejo que
camines hasta casa?
Puedo mirar hacia otro lado.
Cllate, Adrian.
La gente como t siempre hace que esto sea complicado. Ella vuelve a estar
consciente.
Maldita sea, tienes razn! El universo cambi. Ella se estaba sentando, con
la espalda erguida. Escuch que Grey deca: Haz que sea media dosis, o menos,
menos que eso.
Haba un vaso que tena que beber, era muy amargo. No quera beberlo, porque
le estaban dando opio, pero lo hizo antes de que pudiera despertarse lo suficiente
como para pelear. Entonces Grey dej que volviera a recostarse en su regazo de
nuevo.
Vuelva a dormir La coloc sobre el asiento. Ella se acurruc alrededor de su
mano, intentando tirar de ella para colocarla entre sus piernas, para sentir su tacto.
Pero no haca ms que escurrirse.
Duerma, eso es lo que quiere. Nada ms.
Ella se hundi en la oscuridad. Las palabras cayeron despus que ella,
fundindose en su piel como copos de nieve.
Su rostro estaba hmedo, eso la desconcert enormemente. Estaba en el carruaje
y Grey la estaba abofeteando. Por qu estaba tan mojada?
Preferira que no hiciera eso Intent alejar sus manos. No es necesario en
absoluto y es muy descorts.
Despierte Volvi a abofetearla. No era exactamente doloroso, pero tampoco
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Un par de botas, que sin duda eran las del teniente que admiraba su belleza, se
acercaron a ellos. Ella mantuvo la mirada hacia el camino y coloc la palma de la
mano sobre el centro de su barriga.
Creo que voy a vomitar habl en alemn en voz alta y con seguridad, me
encontraba mejor cuando el carruaje se mova. Al menos corra un poco de viento.
Vaya Adrian se puso a la altura de las circunstancias. Pobre Adelinachen.
Crees que servir de algo que bebas un poco?
Ella neg con la cabeza de forma rotunda y la mano sobre su barriga se
convirti en el gesto inconfundible y tan antiguo como la Tierra, de una madre
protegiendo a su hijo nonato. A ninguno de los hombres ah reunidos se le pasara
por alto el significado del gesto. Los gendarmes franceses eran por naturaleza
valientes como leones, pero tena que tratarse de un teniente muy valeroso para
mostrarse interesado por una mujer que estaba sufriendo en esos momentos las
nuseas matutinas propias del embarazo.
Quizs si comes un poco de pan? Qu tal una galletita? Estoy seguro de que
tenemos galletas en alguna parte Adrian estaba disfrutando. Ella haba conocido
hombres como l, unos espas admirables y una enorme molestia para todos aquellos
que tenan que trabajar con ellos.
No hables de comida. Lo ests empeorando. Cunto tiempo nos detendrn,
Fritz?
Francia haba estado en guerra con varios germanos parlantes durante la ltima
dcada. Haba muchas posibilidades de que alguien de esa tropa supiera hablar al
menos un poco de alemn. El que era ms probable que lo hiciera era el teniente
cuyos pasos, cada vez ms reticentes, seguan acercndose.
No creo que nos detengan mucho tiempo. Con el tiempo se darn cuenta que
un hombre no se lleva consigo a su joven y tonta mujer cuando va a dedicarse al
contrabando.
No soy tonta. Espero que en Inglaterra la gente no frunza tanto el ceo, ni nos
pida la documentacin todo el tiempo como aqu. Sinti cmo el mareo se
apoderaba de ella: era la droga que intentaba hacerse con el control. Se tambale y
recuper el equilibrio al apoyarse en el panel del carruaje. Ojal no hiciera tanto
calor. Me siento de lo ms mareada.
No vomites encima del teniente, Liebling Adrian pas a hablar en francs.
Teniente, si nos va a detener aqu mucho ms tiempo, podra decirme un sitio donde
pueda alejar a mi hermana del sol. En su estado...
Lamento mucho los inconvenientes para madame. Ella pens que el teniente
tena una voz juvenil. Una voz joven y definitivamente incmoda. No tardaremos
ms de un momento.
Nadie me dijo que necesitase un sello de viaje local. No fui informado...
disculpe, teniente Grey camin rpidamente hacia ellos. Ella pens que no tendra
que haberse preocupado tanto. Ella poda manejar esa situacin.
Qu ha dicho, Fritz? No estoy segura de que pueda... Mantuvo la vista fija
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poda anhelar de ese modo el roce de otra piel. Se gir para acariciar con el rostro su
mueca. Para probar su sabor. No se dio cuenta de lo que estaba haciendo hasta que
l apart bruscamente la mano.
l respir con dificultad.
Voy a ayudarla a subir al carruaje. No quiere hacer esto. Cree que s, pero est
completamente drogada Ahora su voz sonaba enfadada. Adems se est
quedando dormida de pie.
Grey, tenemos que irnos Ese era Doyle.
Sin duda, lo haba odo todo, igual que Adrian, desde dentro del carruaje. Poda
haber estado completamente desnuda, teniendo en cuenta la privacidad de la que
disfrutaba con estos hombres.
No lo deseo y no estoy dormida.
En ese caso no tendr que cargar con usted para subirla al carruaje. Puede
trepar usted misma. As es, ya la tengo. Adrian, no intentes ayudar. Vas a desgarrarte
el hombro.
Pero Adrian la llev de todos modos hasta su asiento. No poda ser bueno para
l. La regaara en cuanto despertase. Grey la rode con su brazo.
Dnde estamos?
A menos de una hora de distancia de Dorterre.
Yo estuve all hace dos aos Ella intent recordar el mapa de esa regin
costera, pero la imagen temblaba y se fundi antes de desaparecer de su mente. No
estaba acostumbrada a que su memoria actuase de ese modo. Estuve en las aldeas
de los contrabandistas, escondindome.
Grey la coloc cerca de l.
Es un buen lugar para hacer eso. De qu se esconda hace dos aos?
De la insurreccin de la Vende, de la ltima. Fue... terrible. No poda creer
que los soldados franceses hicieran esas cosas a las mujeres y a los nios de Francia.
Adems me haban dado unas rdenes... La confusin giraba en su mente.
Fragmentos de dolor. Recuerdos. Desobedec las rdenes. No iba a espiar a esa
pobre gente, as que escap y me escond. Todo el mundo estaba furioso conmigo
Se frot el rostro con el brazo. Esta droga me hace hablar. Tengo que recordarlo.
Esos no son secretos de Estado, Joven Zorro. Todo el mundo sabe lo que
Napolen hizo en la Vende.
No debera decir tantas cosas, de todos modos, cuando no tengo la mente
despejada. Saba que su voz no suena del mismo modo en absoluto cuando habla
alemn? Me sorprendi enormemente durante un momento. Es como si de repente
hubiera otra persona en el carruaje. No vuelva a hacerlo.
Lo intentar. Por qu no duerme un poco?
Empez a quedarse dormida de nuevo. Acaso le haba dado ms droga o era la
cantidad de esa sustancia que an tena en el organismo la que tiraba de ella hacia la
inconsciencia?
Recuerdo lo que hemos hecho juntos. Estoy casi segura de que no es algo
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decente Pero dej que peinase su cabello hacia atrs con sus dedos, que la
envolviese en una manta y que la colocase en el asiento de modo que estuviera
cmoda. Decidir qu hacer al respecto cuando despierte. Quizs intente
estrangularlo una vez ms. Aunque tiene el cuerpo ms hermoso que se puede
imaginar. Es como un animal de gran tamao.
Debis tener unas noches de lo ms complejas e interesantes murmur
Adrian.
Cllate dijo Grey.
Cuando estaba prcticamente dormida, Grey la atrajo hacia su pecho,
acunndola de manera posesiva. El cuerpo de ella ya estaba acostumbrado. Encaj al
apoyarse contra su cuerpo como si all existiese un lugar especialmente pensado para
ella.
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Captulo 14
Annique Grey la sacudi hacia los lados. Tenemos problemas. Despierte.
Ella se abri camino a travs de la oscuridad ligera como el peso de una pluma
y se despert. Al instante sinti miedo. Haba ocurrido algo malo. Muy malo. Lo
poda percibir en su voz. El carruaje haba empezado a dar tumbos por culpa de las
races y las hondonadas del camino por el que iban a toda velocidad.
Nos sigue una tropa de hombres dijo Grey, son seis u ocho, como
mnimo. Mantienen la distancia, pero es solo cuestin de tiempo. No podemos
escapar de ellos.
En el asiento de enfrente, Adrian se mova de ac para all, en silencio y con
rapidez.
Ya he terminado Hizo un ruido metlico con algo. Supuso que sera el
cierre de una bolsa.
Van vestidos de paisano. No cabalgan como soldados de un ejrcito. No
actan como agentes fronterizos. Son los hombres de Leblanc dijo Grey.
Nos ha rastreado? Ella se frot el rostro.
Creo que ha sido solo mala suerte. Leblanc extendi una red por toda la costa
y nos ha atrapado en ella. Sabamos que esto poda ocurrir Grey estaba ocupado,
haciendo pequeos ruidos metlicos. Poda oler la plvora.
Luchara. Eran tres hombres contra tantos.
El sonido amortiguado de los rboles a ambos lados atrapaba y silenciaba el eco
de los cascos de los caballos. Entonces deban estar en lo profundo del bosque. Los
hombres a caballo no podran cargar de forma organizada sobre ellos en un sendero
estrecho en medio del bosque. Uno o dos se acercaran desde atrs. Doyle, que estaba
fuera, morira casi de inmediato, con los primeros disparos. Grey y Adrian lucharan
durante un tiempo y luego moriran. Los finos paneles del carruaje no serviran como
defensa contra las balas.
Ella se acurrucara como un perro en el suelo del carruaje. Al final, si no la
mataba una bala perdida, la encontraran y la llevaran ante Leblanc.
Se encogi de miedo, abrazada a sus rodillas, con muy poca dignidad. La rabia
y el terror obstruyendo su garganta. Nunca antes haba odiado tanto ser ciega como
en ese instante en el que se sinti tan indefensa e intil.
Grey puso sus manos sobre sus hombros, apretndolos, como si as pusiera a
prueba su fuerza. Deba sentir cmo temblaba. Sabra lo poco que significaba.
Lo conseguir.
Un toque breve e impersonal en el brazo. Ese era Adrian.
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JOANNA BOURNE
Escuche, Joven Zorro. Somos un estorbo, usted y yo. Hay un viejo monasterio
a menos de un kilmetro de aqu. Nos bajaremos ah.
Nosotros nos encargaremos de los hombres y volveremos a buscaros La voz
de Grey se tom severa. Annique, no cometa un error. No quiere encontrarse con
quienesquiera que sean los que nos persiguen.
Tiene razn No tena amigos en Francia que montasen a caballos en grupo.
Solo sus enemigos eran tan fuertes.
No hay nada en ninguna direccin ms que kilmetros de bosque y paisajes
inhspitos y arena. No hay casas, ni un lugar donde pueda encontrar ayuda. Qudese
con Adrian. No intente irse por su cuenta.
Estaba protegindola, incluso aunque fuera un agente enemigo. Eso era lo
fundamental para Grey del servicio secreto britnico: proteger a la gente.
Ir con Adrian y cuidar de l lo mejor que pueda. Tiene mi palabra dijo
ella simplemente.
Adrian y Grey se quedaron callados al or eso. Ella pens que sonrean. Los
hombres podan ser as de idiotas.
Cuidad el uno del otro dijo Grey, estamos llegando a vuestro monasterio.
No nos detendremos. Adrian?
Listo.
Adrian se agach, sujetando la puerta para mantenerla abierta. La maleta que
tena en la mano golpe las piernas de Annique.
Grey tena mucha fuerza. Sin esfuerzo, asegur las piernas, colocndolas entre
los dos asientos para inclinarse hacia ella.
Quiero que siga viva. No cometa ninguna estupidez.
No soy una estpida.
Si escapa, la localizar y estar muy enfadado cuando la encuentre La
sujet con ms fuerza. No hemos tenido tiempo. Sea lo que sea lo que haya hecho...
Demonios! Su boca se cerr sobre la de ella con brutalidad. Hablaremos sobre
esto ms adelante.
Pero ella no intent hablar. Fue en su busca con locura. Encontr su cabello,
entrelaz sus dedos en su pelo y lo atrajo hacia ella. Lo devor, boca a boca. Luch
contra los incmodos ngulos en los que se encontraban sus cuerpos, las sacudidas
del carruaje y fue hasta l. No lograba estar suficientemente cerca.
Tuvo un minuto. Luego l sujet su cabeza entre las manos, con dureza, y
deposit un ltimo beso en su frente.
Entonces, eso ya ha quedado claro. Volver. Terminaremos esto. No voy a
dejar que escape.
Ella se haba preguntado cmo sera si Grey alguna vez se permita el placer de
estar con ella. Ahora lo saba. Sera vehemente, directo y muy seguro de s mismo.
El carruaje redujo la velocidad.
Ahora! grit Adrian y salt. Ella escuch cmo caa en el suelo.
Grey... dijo ella.
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JOANNA BOURNE
Tenga cuidado La lanz por la puerta abierta. Ella cay con un movimiento
que hizo que se marease antes de tener tiempo para sentir miedo.
Se golpe al caer en el camino. Contuvo el grito de dolor y gir, una y otra vez.
Se detuvo, mareada y dolorida, sobre un terreno viscoso y fro. Tena rocas y barro
resbaladizo debajo del cuerpo. Antes de que pudiera moverse, el puo de Adrian se
enred en su ropa. Tir de ella con rapidez hacia unos arbustos espinosos y la
empuj hasta que qued debajo de l; luego se desplom sobre ella.
El carruaje se alej, aumentando la velocidad. El sonido de las ruedas quedaba
amortiguado por los rboles.
Su hombro? susurr lo ms bajo posible. Se haba abierto la herida del
hombro?
Bien Las palabras llegaron a su odo casi sin producir sonido alguno.
Ella presion an ms su cuerpo contra el suelo y coloc su rostro en la tierra,
de modo que el blanco de su piel no los delatase. Adrian tambin haba estado en
batallas. Poda orlo respirar detrs de ella, con la cabeza gacha, mientras se esconda.
Silencio. Luego el tintineo de los arneses y el sonido de los cascos que llegaban
desde lejos. Se estaban acercando. Poda diferenciar el ruido producido por seis
caballos, que corran uno detrs de otro, formando una lnea. Despus de un espacio,
les seguan otros tres. Contuvo el aliento, fingiendo ser parte de la tierra, ser rocas y
arbustos hasta que pasasen.
Una vez que se marcharon, peg el odo al suelo y esper hasta que incluso el
sonido ms lejano de cascos hubiese desaparecido. Luego esper un poco ms.
Regres el zumbido de los insectos y los pjaros empezaron a cantar entre las ramas
de la maleza del bosque de pinos y ella sigui esperando. Dese que Adrian hubiera
elegido un lugar que tuviera menos palos afilados y pequeos insectos.
Nueve hombres. Ni siquiera Grey era capaz de vencer a tantos. Iba a morir en
esos fros bosques.
Coloc la frente sobre la tierra helada y cerr los ojos con fuerza porque estaba
llorando. Todo haba terminado, este incidente en su viaje y ese hombre que le haba
arrancado el corazn del cuerpo. No volvera a encontrarse con l, ni a luchar contra
los sentimientos que provocaba en ella. Saba lo que Grey haba querido decir con ese
beso. Lo que haba hecho era despedirse.
La neblina se condens en forma de una llovizna fra. No iba a conseguir nada
quedndose donde estaba. Tena que cuidar de Adrian, que estaba enfermo y dbil y
que era tan tonto como la mayora de los hombres, a pesar de ser un tipo peligroso. Si
no se quedaba con l, probablemente morira.
Es hora de moverse. Tengo fro dijo ella.
Yo tambin.
Puede caminar? No, deme eso. Est sangrando?
No demasiado.
Ella toc su camisa. Haba dicho la verdad.
En qu direccin? Puede caminar?
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JOANNA BOURNE
arrodill, apoyndose en el altar, que era de mrmol por la sensacin jabonosa que
produca y dej la pequea cachiporra que haba preparado al lado de su rodilla. Iba
a encender un fuego. Incluso antes de quedarse ciega, haba aprendido a preparar
una fogata en la oscuridad.
Esto es melanclico. No comparto la predileccin que tienen los espas
ingleses por este tipo de sitios Las virutas de madera prendieron fuego protegidas
por la curva que formaba su mano. Aadi astillas, trozos secos de madera que
quizs hubieran formado parte de un ngel tallado, con cientos de aos de
antigedad. Alguien lo haba pisoteado hasta convertirlo en pequeos trozos,
ninguno ms grande que un dedo, pero ella era capaz de distinguir la forma de las
alas.
Deposit el ngel, pedacito a pedacito, en el fuego, percibiendo en la superficie
la pintura vieja, delicada, ligera y seca y el recubrimiento dorado.
Cree que tienen siquiera alguna oportunidad?
Adrian estaba sentado sobre la pila de helechos, dando la espalda al muro.
Son muy astutos, tienen mucha experiencia. No creo que exista un hombre
capaz de encontrar a esos dos con este clima en esta zona salvaje del pas. Grey se
transforma casi en ciervo cuando est en un bosque.
En ese caso la lluvia nos favorece. Balance los delgados fragmentos de
madera al introducirlos en el fuego sin quemarse. Eso tena un truco, que ella conoca
bien.
Puedo escuchar el mar fuera si presto mucha atencin. No debe de estar a
ms de un kilmetro y medio de aqu. Ya est, nuestra fogata ha prendido.
Yo podra haber hecho todo eso.
Desde luego. Pero a mis manos les gusta mantenerse ocupadas. Dentro de un
rato pondr unas trampas para conejos. He podido oler su presencia en el viejo
jardn.
Djelo, a menos que se muera de hambre. Ya se ha calado hasta los huesos.
Hay una capa en la bolsa, una de las mas que he trado para usted. La mantendr
caliente esta noche.
Nos mantendr a los dos calientes. Con este fuego, me secar pronto. Dnde
est su maleta? Si no le importa, me gustara echar un vistazo dentro.
Hay una pistola cargada encima de todo.
Incluso aunque no pudiera olerla, sabra que tena que haber una pistola
cargada en la parte superior de cualquiera de sus bolsas.
Los helechos crujieron a su lado.
No es el ser espa lo que hace que sea tan estpido. Le cont ella. Es
porque es un hombre. Ahora, yo llevo jugando lo que los ingleses llaman el Juego
desde hace... quizs unos doce aos. Vaya, veo que el cierre funciona de este modo,
entiendo. Dej la bolsa abierta. En todos esos aos, he tenido una pistola cargada
entre mis manos solo tres veces. Para que sean tres he de contar esta. Debera darle
esta estpida pistola a usted, para que la esconda debajo de la almohada.
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Captulo 15
El fuego haba quedado reducido a cenizas. El muro de la capilla protega su
espalda y ella sostena a Adrian cerca para conservar el calor entre los dos. Una capa,
haciendo las veces de manta, estaba extendida sobre ambos.
Hay frescos en las paredes dijo Adrian. He estado tumbado aqu
observndolos. Donde no se ha cado el enyesado, quedan frescos que representan...
supongo que usted dir que es un prado. Est lleno de flores; hay como treinta o
cuarenta tipos diferentes de flores. En las columnas han pintado zarzas con flores
azules que llegan hasta arriba.
Parece bonito.
Lo es. Justo encima de nosotros, en el techo, hay un pjaro blanco, que tiene el
sol detrs. Est ah arriba, lleno de humo por culpa del fuego.
Creo que hemos sido unos sacrlegos. No he recordado que esta es la casa del
Seor hasta que me puse a asar manzanas.
Los dioses se marcharon de aqu hace ya mucho tiempo Adrian vacil.
Usted no puede ver lo que ocurri aqu. Crame, asar manzanas no es nada
comparado con lo que se hizo en este lugar.
Entonces no me lo diga. He visto suficiente en otras partes como para poder
imaginrmelo.
Los dos lo hemos visto Se movi inquieto, haciendo que la cama de
helechos debajo de ellos crujiese. Me gustara que se quedase dormida. A menos
que haya decidido quitarse esa ropa hmeda y hacer el amor conmigo de forma
salvaje y apasionada.
No, Adrian.
Eso me tema. En tal caso, sea una buena chica e intente dormir. No es su
turno de guardia. Es pronto para que regresen, demasiado pronto.
Cunto tiempo esperaremos?
Haba muchas cosas que no necesitaban decirse en voz alta el uno al otro.
Lo que queda del da de hoy, esta noche, hasta maana al medioda. Si Grey
no ha vuelto para entonces, nos marcharemos.
Las gotas de lluvia caan con persistencia en el otro extremo de la capilla, cerca
de la puerta. Ah haba una gotera y debajo un gran charco de agua.
No vendr, verdad?
Ha estado en peores situaciones. Los franceses no sabis ni la mitad de las
cosas que ha hecho.
El peso de tristeza que notaba en el corazn se aliger un poco. Deba recordar
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que Grey no era un hombre corriente. Haba estado en muchos enredos peligrosos y
siempre haba encontrado la manera de desenmaraarlos y escapar. Quizs l y
Doyle ya estaban en ese momento llevando a cabo un plan terriblemente astuto y
volveran a buscarla tal y como haba prometido. No le extraara en absoluto.
Prcticamente no s nada sobre Grey. No me he interesado por los britnicos,
ya que hay muchas otras naciones a las que espiar. Es una carencia grave de mi
formacin. Sobre usted, hermano pequeo, s algo de la poca en la que trabajaba en
Miln.
Cundo me he convertido en su hermano pequeo? Pensaba que ramos
gemelos.
Lo somos, pero como naci diecisiete minutos despus, siempre lo he
intimidado sin piedad. Como puede ver, suelo imaginar todos estos detalles cuando
interpreto un papel. Sola usar el chantaje para quedarme todos sus caramelos
cuando ramos nios en Grafing, contaba mentiras por las que acababa metido en
los. Incluso ahora les cuento a mis amigas todo sobre sus amantes de tal modo que
ha escandalizado a todas las damas jvenes. Soy una persona terrible cuando
interpreto a su gemela.
l solt una risita dbil.
Es una persona terrible incluso cuando no lo es. Lo saba?
En mi interior tengo varias personalidades terribles que puedo adoptar
cuando las necesito Las ramitas la araaban de un modo molesto mientras se
estiraba. Qu aspecto tiene? No lo he visto, como ya sabe.
Su piel es como el cuero para zapatos. Es ancho de hombros, con un pecho
fuerte y grueso...
No pregunto por Doyle, lo sabe perfectamente. Ya he visto muchas veces a
monsieur Doyle en Viena cuando los dos prestbamos mucha atencin a no fijarnos el
uno en el otro. Qu aspecto tiene Grey?
Es el director de la seccin del servicio de inteligencia britnico. No es el
hombre para usted, chiquilla.
Bien sr. Como comprender, yo tampoco soy la mujer para l, pero aun as
me gustara saber qu aspecto tiene.
Alto y lleno de moretones. No es guapo Eso era todo lo que tena que decir.
Espero que sea ms elocuente cuando presente los informes a sus superiores,
porque puedo decir con seguridad que s lo mismo que ya saba hace tres minutos
Hizo una mueca hacia el techo que no poda ver. Lo que era, sin duda, su
intencin. Aunque tiene razn. Realmente no importa.
No tena una imagen de Grey en su mente. l era un par de brazos fuertes en los
que refugiarse y unas manos anchas, con las palmas encallecidas que haban tocado
todo su cuerpo. Era dureza y una gran seguridad a la hora de decidir qu era lo que
se deba hacer, era tal la seguridad que tena que impregnaba el aire que lo rodeaba.
Era el maestro de espas ms astuto y un hombre aterrador para sus enemigos. Ola a
jabn limpio y a la aspereza de su barbilla cuando llevaba varias horas sin afeitarse.
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JOANNA BOURNE
Esas cosas y una voz que hablaba francs con acento de Toulouse era todo lo que
tena. Resultaba extrao saber tanto sobre l y no saber cul era su aspecto.
Se ha enamorado de Grey? Eso no ha sido muy inteligente de su parte dijo
Adrian.
A veces, no era inteligente. Haba muchas personas que podan habrselo dicho.
No va a negarlo, verdad? No a su gemelo dijo l.
Escuch el crepitar del fuego durante un rato.
Cuando uno dice no voy a permitirme sentir nada por ese hombre, ya es
demasiado tarde.
Por qu, Annique?
No creo que una estupidez de ese tipo tenga un motivo Sin duda haba sido
estpida. Amar... es una gran locura para la gente que se dedica a nuestra
profesin.
Tiene razn en eso Cambi de postura de nuevo, incmodo. Fue una
mujer la que me dispar esa bala. Lo saba?
Normalmente una no puede averiguar eso slo con mirar una herida.
Una chica extraordinaria. Parecida a usted, en cierto modo. Una gran agente
en este Juego.
Aun as, no debera dejar que le dispare. Usted tambin es bueno en este
Juego.
Todos somos abrumadores como demonios. Grey consigui convencerla o
an es virgen?
No debera haberse sorprendido. No haba nada que este hombre no se
atreviese a decir.
Hace demasiadas suposiciones, muchas de las cuales son errneas.
No lo creo. Lo ha conseguido?
Nadie le ha dicho que es increblemente entrometido?
No tiene que responder.
Pero har conjeturas sobre el tema hasta la saciedad, tanto si se lo digo como
si no, y lo har en voz alta. No tiene vergenza, Adrian.
Ninguna Escuch la sonrisa en su voz.
Ella suspir.
Tiens. Su monsieur Grey no ha hecho nada, excepto darme ese beso que ha
visto y quizs alguna otra bagatela en un descuido estos ltimos das, que no soy
capaz de recordar muy bien. No tiene mucha importancia, de una u otra manera, si
una ha llevado a cabo ese acto concreto o no... Y puede dejar de rerse como un tonto,
lo nico que va a conseguir es hacer que le duela el hombro.
Si Grey no se da prisa en llevrsela a la cama, juro que lo har yo. Tiene que
saber lo que se ha perdido.
Imagino que muy poca cosa. Todo este asunto entre los hombres y las mujeres
no es un club con contraseas secretas. Yo s todo lo que hay que saber sobre estas
cosas y...
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abandonarme y escapar. Saldr primero, por detrs. He limpiado una zona que
llega hasta el muro para que sirva de va de escape.
Por supuesto, una ruta de escape. Mientras recoga manzanas, ha limpiado la
zona para tener una ruta de escape. No esperaba menos de usted Su voz se
estremeca por la risa. Para Adrian el desastre siempre sera un juego.
El patio del monasterio se llen del estrpito de los caballos y de hombres que
hablaban entre ellos. Haban venido a registrar los edificios. El chirrido metlico a su
lado le avis que Adrian haba recogido la pistola y estaba comprobndola. Luego
escuch una mezcla de pequeos sonidos mientras l rebuscaba en la maleta. Muy
pronto los cuchillos ocuparan sus lugares habituales en su persona. Uno, en su
vaina, acab en su regazo.
Coja eso y gurdelo dijo l. Esto es lo que vamos a hacer...
Correremos. Vaya por el jardn. Yo ir...
Cllese, Joven Zorro, y escuche. Saldr primero. Voy a hacer que estos
franceses den un paseo por el bosque. No hay modo de saber qu tipo de accidentes
pueden sufrir all Poda haber estado hablando del espectculo al que asistiran
durante una velada agradable, como si fueran a un caf antes de ir al teatro. Usted,
ma petite, no levantar la cabeza y se quedar quieta hasta que me sigan.
Si desapareca en silencio bajo la lluvia, estara a salvo. En lugar de eso, quera
alejar a los cazadores de ella.
No...
Dinero Meti con una mano rpida un monedero suave y fro en su canes,
entre sus pechos. Cmprese algo bonito. Cuando llegue a Inglaterra... Estaba
ponindose las botas, deprisa... Olvide lo de esconderse. Vaya al servicio secreto
britnico y entrguese. Ofrecern un trato a cambio de los planes Albin y la
protegern de Leblanc.
Por supuesto que no lo har.
Escuche atentamente. En Londres, vaya al nmero siete de Meeks Street, no
est lejos de Lincolns Inn Fields. Meeks Street, a la altura de Braddy. Recurdelo.
Mi memoria es excelente, pero no lo har.
La ver all. Siga con vida. Grey me matar si no lo hace Sac su abrigo de
entre los helechos, mientras se lo pona; el abrigo result incmodo e hizo ruido
porque l no poda usar uno de los brazos.
Probablemente iba a morir, de modo que utiliz su verdadero nombre.
Buena suerte, Cazador de Halcones.
Por qu todas las mujeres que valen la pena son espas francesas? Alguien se
equivoc al planificar eso. Coloc la mano abierta, brevemente, sobre su cabello.
Le dara un beso para despedirme, hermana ma, pero dudo que est a la altura de
Grey. Cuando me haya marchado, cuente hasta cincuenta, salga por la ventana que
tiene a su espalda y coja la ruta de escape que ha preparado a travs del jardn. Yo ir
en la otra direccin. Creo que tiene una oportunidad.
Los hombres se acercaron a la capilla. Poda orlos. Sujet su mano para
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quedarse? Adrian podra regresar. Grey poda venir o poda hacerlo Doyle, si uno de
los dos segua vivo. Por el contrario, los compaeros de Henri podan venir a
buscarlo. De hecho, iba a recibir la visita de todo aquel que no estuviera tirado en un
charco de su propia sangre en el bosque. Esta capilla iba a convertirse en un sitio muy
concurrido si es que alguien sobreviva.
Lo ms seguro era que se marchase de inmediato. Tena el caballo de Henri. A
unos pocos kilmetros de all tena a unos cincuenta amigos que la ayudaran a llegar
a Inglaterra. La empujaba una terrible responsabilidad. Tanto si entregaba los planes
Albin a Inglaterra o si se mantena fiel a Francia, no poda dejar que cayeran en
manos de Leblanc. Sera demasiado estpido quedarse en esa capilla en una noche
tan azarosa como esa.
Si Grey volva, quizs lo hiciera herido. Podra necesitar ayuda.
De ese modo tom una decisin. Haba varios asuntillos de los que deba
ocuparse. Camin fuera de la capilla, hacia la fra y densa lluvia, para conducir al
caballo de Henri a un lugar que no llamase la atencin en medio de la jungla de
zarzas detrs de la capilla. El animal intent morderla en varias ocasiones y una vez
lo consigui. Luego tuvo que preparar de nuevo la trampa, con piedras y cuerda,
sobre la puerta. Despus de todo fue Ovidio el que dijo que uno siempre debe lanzar
el anzuelo, porque encontraremos peces en el agua en el sitio que menos
esperbamos.
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sus pies y se hundi como una roca. Apenas si not los brazos que tiraban de l para
subirlo a bordo.
No es uno de los nuestros, Josiah dijo una voz en ingls. Se clav las
esquinas afiladas del barco cuando le dieron la vuelta. Una bala son al impactar
contra un lateral del navo.
Tiene pinta de ser francs.
Lanzadlo de vuelta al agua Voces con acento de Sussex llegaron a un
acuerdo. Lo levantaron de forma brusca y lo enviaron con los peces.
Asquerosos, desgraciados comepstulas Recobr el conocimiento. La
contrasea es... jazmn.
Eso ha sonado a ingls autntico. Subidlo a bordo, chicos, no voy a dejar que
se ahogue un compatriota londinense La voz que daba rdenes perteneca a un
hombre de ms edad con acento de Yorkshire. Alguien se inclin hacia l. Tapadlo
y largumonos de aqu.
Fue empujado hacia el fondo del barco y se qued inconsciente y quieto como
un pez fuera del agua.
Los pjaros piaban de ac para all, charlando sobre el da que empezaba para
decidir si les gustaba, lo que sola ser as antes de que amaneciese del todo. Se sent
al lado de Henri, escuchando cmo grua y se mova bruscamente. Estaba
intentando soltarse de los nudos con los que ella le haba atado. No podra
conseguirlo.
Cuando un jinete solitario entr en el patio ella sujet la cachiporra y se puso en
posicin.
El segundo pez que caa en sus redes se resisti con ms fuerza que el primero.
No fue amable al usar la cachiporra. Este hombre, que volva tan pronto, slo poda
significar que la caza de Adrian ya haba terminado. Deba estar muerto, en algn
lugar entre esos rboles. Lloraba mientras ataba las manos de ese hombre a su
espalda.
Entonces comprob la cabeza para ver si le haba roto el crneo, al someter al
enemigo. Estaba inconsciente pero respiraba. Era Grey.
No sola tener a menudo la oportunidad para aprovechar la amplia coleccin de
juramentos y palabrotas que se saba. Ese era el momento de hacerlo. Es que Grey no
tena el ms mnimo cuidado? Acaso no saba lo peligrosa que era ella? Grey no
poda haber hecho nada ms estpido que venir a este sitio, acercarse furtivamente,
vestido con el abrigo de otro hombre de tal manera que ella no pudiera reconocerlo.
As se lo dira en cuanto despertase.
Fue rpidamente a mojar un pao en el charco ms cercano. Para cuando lleg
de vuelta a su lado, l ya estaba quejndose. En ese caso, no lo haba herido de
muerte, sin duda tena una cabeza de piedra slida y estpida. Lav su rostro con el
pao para que recuperase el sentido por completo y en pago por sus atenciones con
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lo que me rodea. Debo recorrer una buena distancia en medio de esta desolacin, que
es catica y est llena de hombres que intentan matarme. Lo evitar, si puedo. No soy
idiota.
Piense, solo detngase un momento y pinselo. Si milagrosamente logra
llegar a Inglaterra, de todos modos acabar cayendo en mis manos. Solo est
retrasando lo inevitable Estaba haciendo enormes esfuerzos por liberarse pero ella
no era ninguna aficionada en el arte de atar a las personas. No voy a hacerle dao.
Lo juro.
Es triste, mi querido Grey. Nos vemos limitados por las reglas del juego en el
que los dos jugamos. No existe ni un resquicio entre esas reglas en el que podamos
vivir usted y yo felices, o por el que podamos ser felices si estamos separados, que es
lo que hace que todo sea tan injusto Se sent en una postura ms cmoda,
levantando las rodillas y apoyando los brazos encima de ellas. He descubierto un
hecho curioso sobre m misma. Hace una hora estaba segura de que estaba muerto y
eso me hizo sufrir mucho. Ahora s que est vivo y que tan solo debo abandonarlo
pero me resulta an ms doloroso. No tiene ninguna lgica.
Durante todo el tiempo que haba conocido a Grey aunque, bueno, tampoco
era tanto tiempo despus de todo, nunca haba estudiado su rostro con las manos
para saber qu aspecto tena. Ahora poda hacerlo. Su cabello era corto, pero suave al
tacto cuando lo tena entre los dedos. l tena unos huesos muy marcados en la nariz,
ella pens que se la haba roto una vez y adems tena la piel spera como un
brbaro. El arco de sus cejas era muy pronunciado. No es usted guapo, monsieur
Grey. No haba imaginado que lo fuera.
Le dejar el cuchillo de Henri dijo ella, aunque no me vendra mal. Es
una disculpa por los chichones que le he hecho con esta pequea y til cachiporra
que he preparado. Tambin le regalo a Henri, el que, he de confesar, empieza a
aburrirme en extremo por sus atenciones. Como ver, todava no lo he matado. Soy
pura benevolencia.
Va a conseguir que la maten ah fuera.
Es muy posible Tena un ltimo minuto para acariciar su cuerpo, para
aferrarse a su calor. Era fuerte y merecedor de respeto, adems era un hombre
considerado y su enemigo. El que ella lo hubiera elegido haba sido algo inevitable
como las mareas en el ocano. Uno se ahoga en el mar. Conoce El Simposio, Grey?
Apoy la mano sobre la barba de pocos das de su mejilla. Los hombres no se
parecan en nada a las mujeres, al menos al tacto. El Simposio, tambin se llama El
Banquete, de Platn.
La encontrar, dondequiera que vaya. Lo sabe, que nunca me rendir.
No me encontrar. No tendr la menor idea de dnde buscarme. Preste
atencin. Platn dice que los amantes son como dos mitades iguales de un huevo,
que encajan a la perfeccin la una con la otra. Cada mitad ha sido creada para encajar
con la otra, su nica pareja. Todos los hombres buscan esa otra mitad que les
corresponde. Lo recuerda?
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Le dola. Senta cmo los tentculos del dolor se extendan en la nada y le daban
forma y figura. Sin desearlo, se encontr en un lugar en el que el dolor era cortante
como un cuchillo. Sobre todo le dola la cabeza.
Es mejor permanecer inconsciente. Ese fue su primer pensamiento.
El dolor llenaba su cabeza como si fuera fuego. Igual que el fuego, igual
que...Ese fue su segundo pensamiento. En cuestin de segundos lo supo.
La luz, la luz se esparca a travs de sus prpados cerrados. Con terror y
asombro, abri los ojos y vio el plido amanecer en el cielo. La luz lo inundaba todo.
La luz, que atravesaba un cmulo entero de nubes que se arremolinaban.
De modo que haba ocurrido. El doctor de Marsella, con su innecesario uso de
los trminos en latn, haba estado en lo cierto. Ese horrible trozo de lo que fuera que
tena en el crneo se haba movido lejos de su nervio ptico y ahora deambulaba por
su cabeza, listo para matarla.
Se qued tumbada, preparada para morir, tal y como el mdico dijo que
ocurrira.
Era lo ms normal del mundo que pudiera ver los pinos achaparrados durante
sus ltimos minutos de vida. Era normal que estuviera estirada sobre el barro
hmedo y fro. Intent serenar su mente para alcanzar un estado de nobleza
adecuado para un momento tan serio. Sin embargo, en lo que pens entonces era en
lo estpida que haba sido al confiar en el caballo de Henri, en lo incmoda que se
encontraba, el hambre que senta en el estmago y en lo resplandecientes que
parecan las diminutas gotas que temblaban en las agujas de los pinos... gotas de
agua que se deslizaban por las agujas de pino y caan, una detrs de otra sobre su
rostro.
Esper. Pasaron los minutos. No ocurri nada, excepto que cada vez estaba ms
mojada.
Se le ocurri la idea de que quizs no fuera a morir, o al menos, que no fuera a
hacerlo de inmediato. Se sent. En una ocasin normal, el dolor que senta en el
crneo habra ocupado toda su atencin, haciendo que se olvidase de todo lo dems.
Pero esto es extrao Se encontr mirndose las manos; cuando no poda ver
sus ojos siempre iban de forma automtica al lugar donde dejaba reposar las manos.
Resultaba increble poder volver a ver sus manos. Ver el vestido que llevaba puesto,
de un tono verde claro, manchado con el barro. Poder ver...
Poda ver, ya no era esa lombriz ridcula y ciega. Era ella misma, era Annique, el
Joven Zorro, una espa extraordinaria.
Puedo... ver Se sinti hueca por la sorpresa, como una cscara que
nicamente contena felicidad. Puedo hacer lo que quiera Se puso de pie con
dificultad. Quera bailar, volar.
La cuneta estaba llena de pias, que era el motivo por el que se haba sentido
tan incmoda al estar ah tumbada. Encontr cinco de esas pias, muy curvas,
pesadas y del tamao de la palma de su mano.
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Una, dos y tres. Lanz las pias en el aire, dibujando el crculo sencillo que le
haba enseado Shandor, cuando tena ocho aos... esa primera noche que haba
pasado con los gitanos y se haba sentido tan sola.
Evitar que cayeran al suelo era tan fcil como respirar. Hacer juegos con dos y
dos. La media lluvia, la fuente. Era precioso, estir ms el cuello hacia atrs,
balancendose para no dejar caer ninguna de las pias. Su cabeza arda de dolor,
pero no la preocupaba en lo ms mnimo.
Bon Dieu, pero estaba entumecida. Hubo un tiempo en el que era capaz de hacer
juegos malabares con cinco elementos. Hoy se contentaba con mantener en el aire un
crculo de cuatro, dibujando los patrones ms sencillos, un juego de nios.
Quera... Cunto deseaba a Grey en ese momento. Quera mostrarle eso, su
juego de malabares, su pequea habilidad artstica. El truco que haba dominado solo
por la alegra de poder hacerlo.
Senta las pias brillantes y felices en sus manos. No haba perdido nada
despus de todos esos meses vacos. Las manos y los ojos trabajaban juntos. Esos
maravillosos ojos que podan ver por ella.
Grey nunca la vera hacer juegos malabares, nunca.
De repente se volvi torpe y perdi de vista una pia, de modo que dej que las
otras tambin cayeran. Aterrizaron, a derecha e izquierda, golpendose
ingeniosamente una con otra, tal y como suele pasar en este tipo de malabares.
Apoy el rostro contra el tronco del rbol. Era el mismo rbol que la haba
tumbado en el suelo. En el silencio espeso y confuso del bosque, contuvo la
respiracin y las lgrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas. Llor, triste e
increblemente feliz al mismo tiempo.
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JOANNA BOURNE
Captulo 16
La costa del norte de Francia, cerca de St. Grue
La casucha estaba justo delante de la playa. Un barco de pesca dado la vuelta
flanqueaba su puerta. Leblanc ignor los sollozos del interior que se escuchaban a
travs de las contraventanas de madera, del mismo modo que ignor a la joven chica
que sujetaban dos dragones fuertes, que gruan y peleaban. Centr toda su atencin
en el hombre arrodillado a sus pies.
Cundo se march? exigi saber.
Se fue con la flota de pesca, al amanecer La voz del pescador no
pronunciaba bien las palabras porque tena un corte en el labio que sangraba. En el
barco de los contrabandistas ingleses.
Adnde se dirigen? Cul es su puerto de destino?
Quin sabe? Cuentan con varios puertos seguros distribuidos por toda la
costa. Ellos...
El ltigo de montar de Leblanc raj el rostro del hombre, repentino como el
ataque de una serpiente, y dej una lnea de sangre a su paso.
Dnde?
Irn a Dover. dijo de manera entrecortada y luego el pescador inclin la
cabeza.
Has dicho Dover? Leblanc pase su mirada hacia el lugar en el que
sujetaban con fuerza a la chica, que se retorca entre los soldados. Pinsalo bien.
Ese es su sitio, es lo que han dicho siempre. No s si me habrn dicho la
verdad. Son ingleses.
Eres t el que debe decir la verdad Leblanc lo estudi un minuto ms.
Henri!
Henri apareci en la puerta, metindose la camisa por dentro de los pantalones.
No hay nada en la casa, solo algunas prendas que dej ella. Eso es todo.
Algn documento?
Ninguno.
Las comisuras de los labios de Leblanc se tornaron blancas. De forma brusca se
dio la vuelta y se march con paso airado hacia el lugar donde los caballos
esperaban. Tom las riendas del soldado de caballera que estaba firme.
Puede ver. Nos ha tomado el pelo a todos Mont a caballo. Vamos.
Qu quieres que hagamos con estos?
Leblanc apoy el pie en las manos que un soldado ofreca y se balance hasta
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JOANNA BOURNE
sentarse sobre la silla de montar. Mir primero al padre, luego a su joven hija y a la
casa donde lloraba una mujer. Luego sonri.
Los recompensaremos, por supuesto Sac varias monedas y se las lanz.
Han sido tiles. Encrgate de que los otros habitantes del pueblo se enteren de esto
Su caballo levant arena en el aire. Los dragones cabalgaron encima de las
monedas, al seguirle.
El pescador vio cmo se perdan de vista.
Se lo has dicho Su hija se derrumb en el suelo, llorando, ahora que los
soldados se haban marchado.
Alguien se lo habra dicho, al final, despus de que hicieran dao a ms
mujeres Se inclin como un anciano y empez a recoger las monedas, pasando los
dedos por la arena para encontrar las que haban quedado muy hundidas por culpa
de los cascos de los caballos. Aydame con esto. Tus ojos ven mejor que los mos.
Has traicionado a Annique.
Crees que ella esperaba que luchsemos contra l? No la mir a los ojos.
Esto fue lo que ella me dijo que hiciera, si ese hombre apareca por aqu. Me hizo
prometrselo.
Si la encuentra...
No lo har Limpi la tierra de las monedas, las guard en su bolsillo y gir
en direccin a la casa. Qudate aqu y busca el dinero. Debo ir a ver a tu madre
Se detuvo en la puerta. No encontrar a Annique. Es la Joven Zorro y me hizo
prometrselo.
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JOANNA BOURNE
Captulo 17
Dover, Inglaterra
A las diez de la maana, Annique y una buena cantidad de meros boqueando
llegaron al puerto de Dover. Ella llevaba el segundo mejor vestido de la hija de un
pescador francs y un par de botas resistentes. Adems tena un chal, tejido con la
lana de una oveja negra bondadosa de las marismas, envolviendo sus hombros. El
cuchillo de Adrian estaba atado a su muslo, debajo del vestido.
Comi pan y queso a mitad de camino al cruzar el Canal, en la oscuridad,
mecida por las olas, con los contrabandistas. Siempre era interesante hablar con los
hombres sobre lo que hacan para ganarse la vida y ahora saba ms que antes sobre
cmo esconder toneles de coac. Cuando se fue, todos le dijeron adis con la mano
en un gesto amistoso, incluso Thadeus, el de ms edad, que haba tenido dudas sobre
ella cuando subi a bordo.
Se qued en el muelle entre montones apilados de platijas y mejillones y
disfrut de un momento de felicidad absoluta. Inglaterra. Era muy hermosa,
Inglaterra. Haba admirado los acantilados blancos mientras se acercaban en el barco,
con las velas a su espalda.
La bulliciosa ciudad de Dover se extenda delante de ella con sus casas de
piedra, amontonadas una junto a la otra subiendo la colina, con el castillo coronando
la ciudad. A su alrededor, el agua de color verde grisceo limpiaba los pilotes,
salpicando con pequeas explosiones de luz, burbujas plateadas y del color blanco de
la nieve. En las cestas con pescado, las escamas brillaban en ondas iridiscentes.
Despus de meses de oscuridad, la luminosidad la asaltaba en cada esquina. El
color se arremolinaba y bailaba a su alrededor hasta que se senta mareada. Estaba
borracha de tanto color. La lnea de la sombra inhspita sobre la pared de piedra
blanca cortaba como un grito. Un vestido de color carmes en la puerta de una
taberna la deslumbr. A veces, apenas poda pensar, tan llena estaba su cabeza de
color y de formas. Se perda en esta sublevacin de luz, se quedaba sin habla ante la
belleza de una gaviota que planeaba por encima de brillo del agua. Nunca ms en
toda su vida dara la luz por supuesto.
Este iba a ser su nuevo pas, Inglaterra.
Tena tres libras y seis peniques en moneda inglesa escondidas debajo de la
combinacin, el resto del dinero de Henri lo haba gastado en la negociacin con los
contrabandistas. No tena equipaje, ni techo bajo el que cobijarse esa noche. Se dio
cuenta que, en sus diecinueve aos de vida, nunca haba logrado conservar una sola
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Aqu, en Inglaterra, no iban a hablar. No tendra una celda bajo tierra, no habra
tortura, ni tiempo para destruir por placer su mente y su espritu. En esta tierra
extranjera, Leblanc era un intruso. No tena ninguna influencia. Aqu, Leblanc
renunciara a los planes Albin y se contentara con matarla y as ocultar todo
testimonio de lo que l haba hecho en Brujas.
Te dej vivir, Henri Brval Su voz tembl sola. No era necesario fingir.
Recurdalo, te he dejado vivir dos veces, cuando pude haberte matado.
Gracias Hizo un saludo irnico. Poda adivinar el corto futuro que le
esperaba en su voz. Leblanc le haba prometido que podra violarla antes de que le
cortasen la garganta. Henri ya se la imaginaba indefensa y forcejeando debajo de l.
En su mente ya estaba arrancndole la ropa.
Era mejor dejar que llenase su cabeza con esas preciosas imgenes. Hara que
fuera imprudente. Se arriesg a echar un vistazo detrs de ella. El bizco sostena una
navaja extendida como si estuviera ofrecindole una taza de t. Acaso nadie le haba
dicho que ella saba pelear? Era el ms dbil de los tres. Arrastr los pies para alejarse
de Henri, en direccin al hombre bizco.
Te alejas de m? Henri sonri. Solo conseguirs enfadarme Haba
decidido que iba a hacer que esto fuera un juego, alargando as su placer.
Te lo suplico. Je vous en prie. Henri, har lo que sea. Logr dar un gran paso,
luego dos.
Y esta timidez, pequeo Zorro? Movi el cuchillo hacia los lados delante
de ella, jugando.
Si tan solo me escuchases. Solo deja que te explique...
A mitad de la palabra se dio la vuelta y atac al hombre bizco. Blandi el
cuchillo hacia abajo, cortando con rapidez y precisin el tendn en la base del dedo
pulgar. l chill. Su cuchillo rod al caer al suelo, alejndose, lanzando destellos
rojos, cayendo en el desage. l cay de rodillas, aferrando su mano y gritando.
Se trataba de una pequea victoria que iba a pagar caro. Henri atac de
inmediato, blandiendo el cuchillo, haciendo que retrocediese hasta el extremo del
callejn. No haba manera de escapar de l. No tena ninguna posibilidad de huir.
Henri ya no iba a jugar ms juegos.
La luz del sol implacable ilumin la estrecha callejuela, haciendo que el acero
que sostena Henri centellease. Leblanc era una presencia monstruosa y oscura. Entre
la suciedad, detrs de ella, el hombre bizco lloraba como una mujer. Retrocedi, con
el cuchillo en la mano cerca de la cintura y extendiendo el otro brazo para no perder
el equilibrio. Apenas tena unos segundos, antes de que la vencieran. Los empleara
en mutilar a Henri, si poda.
De modo que se lanz contra l. l la evit. En ese momento, l perdi el
equilibrio, ella lanz el cuchillo hacia su mano izquierda y lo pinch, tan rpido
como pudo, donde l menos se lo esperaba. Su mano era una diana pequea, pero
ella logr dar en el blanco. Raj la mano, dibujando una lnea carmes entre sus
nudillos. La sangre cay por sus dedos.
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lucharon cuerpo a cuerpo, golpendose contra los ladrillos y los tablones del muro. A
pesar de su gran tamao, Henri no era demasiado bueno en el cuerpo a cuerpo, en
las peleas violentas sin reglas.
Se pusieron en pie. Acercndose, rodeado por los brazos simiescos de Henri,
Grey lanz uno, dos, tres puetazos breves y duros a su estmago. La cara de Henri
se puso colorada y luego cambi a un tono blanco enfermizo cuando Grey le dio un
rodillazo en la ingle.
l retrocedi. Henri cay de rodillas en el suelo, dbil. La pelea haba
terminado. Haba durado menos de un minuto.
Alej de una patada el cuchillo de Henri, donde no pudiera alcanzarlo. Se
asegur que el francs haba quedado fuera de combate durante un tiempo. Tir de
Henri para que dejase de estar de rodillas e hizo que rebotase contra el muro al otro
lado, intentando que sobre todo se golpease en el hombro. Hay muchos huesos
pequeos y fciles de romper en el hombro.
Habra terminado el trabajo, pero Annique segua manteniendo con vida a ese
bastardo por alguna razn. Acatara su decisin.
Un grito de sorpresa. Se dio vuelta.
Leblanc se tambale, su rostro formando una mueca de dolor. Su navaja
repiquete y bail al caer sobre el empedrado, cuando l la dej caer. El puo de un
cuchillo lanzado, sobresala de su costoso abrigo y la sangre caa por la manga.
Annique haba lanzado el cuchillo a Leblanc, clavndolo en su brazo, no en la
garganta, antes de que l pudiera lanzar el suyo. No era posible adivinar a cul de los
dos pretenda matar Leblanc.
Leblanc ech a correr, saltando mientras bajaba por un callejn lateral, dejando
un rastro de sangre, mientras se apretaba el hombro, rpido como una liebre. Llevaba
una ventaja de unos nueve metros. Henri Brval se puso de pie tambalendose,
recogi el cuchillo con la mano izquierda y sali corriendo en la otra direccin. El
tipo que se quejaba a la entrada del callejn se larg con pasos vacilantes, sin dejar de
lloriquear.
No haba nada ms que hacer que quedarse ah de pie, jurar y ver cmo se
alejaban. No poda apresarles cuando no tena hombres que se encargasen de
controlarlos. Si le daba la espalda a Annique, esta desaparecera como el humo.
Ella se apoy hundida contra la pared, respirando con dificultad. Si l hubiera
llegado cinco minutos ms tarde al callejn... La sola idea de ella, desangrndose en
medio de esa porquera, era tan dolorosa como un golpe fuerte.
Estpida, era una mujer estpida. En qu demonios estaban pensando todos
aquellos que se pasaban el da rezando sus alabanzas y diciendo que era una agente
excepcional? Haba dejado que la acorralasen en un callejn. Haba logrado herir a
uno, aunque se trataba de una herida de poca importancia, no haba intentado
terminar y matar a ese hombre, y luego bsicamente no haba sido capaz de matar a
Leblanc. Poda lanzar cuchillos mejor que eso. Era suficientemente buena, pero le
faltaba dureza. Si hubiera sido una de sus agentes, no habra dejado que saliese del
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Una amiga me dio esto, su madre lo teji para ella Sacudi el chal. Lo habran
encontrado junto a mi cadver si usted no hubiera venido.
Hizo un ruido evasivo. Podra engaarla durante uno o dos das, si tena
cuidado. Era posible que no necesitase ms tiempo.
He tenido mucha suerte esta maana, no le parece? No puedo ni siquiera
pensar en cmo podra agradecrselo.
Ella le sonri. Si segua dando tantas muestras de agradecimiento a los
desconocidos por la calle, alguien iba a acabar por meterla en un dormitorio en la
posada ms cercana, cerrando la puerta para dejar que demostrase exactamente lo
agradecida que estaba.
Cuando camin con paso vacilante callejn abajo, tropezando y apoyando la
mano en la pared de vez en cuando, l camin a su lado, manteniendo una
separacin cmoda, a un brazo de distancia. No intent ayudarla. No le puso ni un
dedo encima. Un simple toque y ella lo reconocera por el tacto de su piel.
JOANNA BOURNE
con ellos en diversos puertos de Europa, descubriendo lo que saban sobre las
defensas costeras y los movimientos de los navos de la marina. La mayora de los
marineros eran ms charlatanes que este.
No lo aburrir de nuevo con mi gratitud, pero es que ha sido tan hbil y
valiente que ha logrado que yo no muera hoy. Si aparta la mirada un segundo, sacar
el dinero, que tengo escondido Haba una taberna al otro lado de la calle. Cerca de
los muelles de una ciudad siempre haba una taberna. Ese establecimiento no
parece respetable dijo ella, siendo franca sobre las mujeres que estaban dentro del
local, pero su cerveza huele bien. He viajado mucho tiempo con un hombre que
habra llamado a un vaso grande de cerveza una buena pinta, aunque no tuvo
tiempo de ensearme eso. Voy a invitarlo a una buena pinta.
No va a invitarme a una bebida. No debera entrar en ese sitio y lo sabe l
pens en ella de nuevo. Traer algo de beber. Qudese aqu. No se mueva, ni un
centmetro, hasta que regrese.
Una esquina del mercado estaba llena de puestos de venta de comida y ese era
su objetivo. Ella vio cmo l avanzaba con grandes zancadas a travs de la multitud.
Esperaba que todos se apartasen de su camino y as lo hacan. Su ropa poda dar a
entender que era un hombre de mar capaz fsicamente, pero su confianza en s
mismo reflejaba que era un hombre acostumbrado al mando. Pens que deba ser el
primero de a bordo o el capitn del barco.
Seguramente, tampoco era exactamente un pescador. Caminaba con seguridad
por ese mercado de Dover. Haba odo hablar mucho a sus amigos contrabandistas
sobre las patrullas de reclutamiento forzoso inglesas. La armada de Inglaterra se
llevaba de las ciudades con puerto a los hombres de ese tipo, hombres altos y fuertes,
con las manos marcadas por el pino de tea y la brea y los arrastraba hasta los buques
militares para que sus vidas fueran pobres e incmodas. A menos que contase con
una proteccin poderosa. Los contrabandistas tenan mucha influencia por toda la
costa sur de Inglaterra.
Estaba prcticamente segura de que deba ser un contrabandista ingls como su
amigo Josiah. Los contrabandistas eran hombres astutos y hbiles y no era del todo
sorprendente que uno le hubiera salvado la vida. La vida en Inglaterra estaba
empezando a ponerse interesante.
Era tan alto que resultaba fcil seguir su avance entre los puestos del mercado.
Escogi un puesto y la mujer dej de lado al anterior cliente como si se tratase de una
caballa que llevase fuera del agua tres das para darse prisa en servirle. Esa mujer era
suficientemente mayor como para no comportarse de un modo tan ridculo por culpa
de unos hombros anchos. Quizs no haba sido tan ridcula. Cuando l se march
lanz una moneda de plata, sin pedir el cambio.
Volvi con buccinos, dentro de un cono de papel de peridico. Tenan
exactamente el mismo aspecto que los que haba comido en una cabaa de
pescadores en St. Grue, haca dos das, aunque estos moluscos eran ingleses. Tambin
traa dos tazas de t, enganchando las dos asas con un dedo de una forma muy hbil.
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sus hombros sobresaliendo de entre el resto de la gente en la calle. Era una vista
agradable, fuerte y moreno, musculoso despus de llevar cargas ilegales por todas
partes. Ser contrabandista era una buena opcin de vida, siempre que a uno no lo
ahorcasen por eso.
Esto es injusto coment en voz baja, a nadie en particular. A la gente a la
que quera evitar por encima de todo, como Leblanc, por ejemplo, se la encontraba en
todas partes. Pero alguien como Robert Fordham se alejaba una hora despus de
salvar su vida.
Sin duda estara casado con una de las mujeres de esas casas de piedra y
tendran tres nios pequeos con ojos del color de la pizarra. Ahora mismo se
apresurara a volver a casa con ellos. Se entretuvo mientras suba el camino por la
colina para salir de Dover, preguntndose cul de esas sera su casa y qu le habra
preparado para cenar la buena mujer que era su esposa.
Los acantilados blancos a su alrededor tenan un extrao color claro, como si
estuvieran hechos de nieve vieja. Los pjaros sobrevolaban todas las cumbres. El
ocano a su espalda tena un tono azul esta tarde, como las clidas aguas del sur. Se
alej de Dover, recordando los acantilados de Italia y Francia, pensando en el
historiador romano Tcito, que haba escrito sobre Inglaterra, y preguntndose dnde
ira despus de ver a Soulier y haber completado su trabajo en Londres.
Por supuesto tena que encontrar un sitio seguro, pero tambin deba ganarse la
vida, puesto que ya no poda mantenerse robando secretos. Quizs podra ser
cocinera.
An poda ver el mar cuando se dio cuenta de que la seguan.
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Captulo 18
Grey alcanz a Fletch a una buena distancia fuera de Dover, en un tramo
abierto, en lo alto de la colina por donde trascurra el camino a Canterbury. El mar
era una lnea plana y azul en el horizonte. Fletch haba conseguido que lo llevase un
carro cargado con verduras, manteniendo una buena postura, acurrucado entre las
hojas de los repollos, con un pequeo catalejo de bolsillo. Era un hombre
imaginativo, este Fletcher.
Estaba montado en el caballo de Fletch. No tena sentido ser jefe de seccin si no
puedes tomar prestado un caballo de vez en cuando.
Hizo un gesto con los dedos como si fueran unas tijeras cuando pas al lado del
carro, indicando a Fletch que no tena que seguir a Annique. Al ser un hombre
pacfico, ignor el gesto que le devolvi Fletch. Con el tiempo recuperara su maldito
caballo. Chasque la lengua al caballo castrado para que avanzase con paso enrgico.
l supo cundo not ella su presencia. La sensacin se desliz por todo el
cuerpo de esa figura en la distancia, como la calma que se aduea del ciervo cuando
huele la presencia del cazador que lo acecha. Medio segundo despus ella se relaj,
de la misma manera sutil. Deba haber averiguado quin era. Hizo todo eso sin darse
vuelta para mirar. Annique Villiers era una agente increble.
Cuando l lleg hasta donde se encontraba, ella dijo:
Me est siguiendo.
No, no lo hago. Estoy a su lado Desmont y pase junto a ella, sujetando las
riendas.
Nunca antes se haba sentido tan impresionado por ella. Con ese chal, soso y
tejido a mano sobre la cabeza, se funda con el paisaje en tonos marrones y pardos,
como si fuera una codorniz. Se haba convertido en una mujer de campo cubierta de
polvo. Un hombre poda cabalgar a su lado y no vislumbrar en absoluto su belleza.
Ese es un sofisma, Robert Fordham. Por qu me est siguiendo?
Para protegerla, hasta que llegue a Londres.
El problema es que hablo demasiado Suspir y sigui caminando, mirando
hacia delante. Si pudiera mantener la boca cerrada, no me metera en estas
situaciones. Monsieur, usted es de lo ms amable, pero no necesito su proteccin.
Lo haba llamado monsieur en Francia. No quera despertar esos recuerdos.
Robert.
Robert Acept de buena gana.
Con cada minuto que pasaba, l se estaba convirtiendo, para todos sus sentidos,
en Robert. Empezaba a ser alguien conocido. Muy pronto sera imposible verle
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JOANNA BOURNE
como cualquier otra cosa que no fuera Robert. Robert..., su nombre, en su boca,
era como una caricia, alargando la pronunciacin de la r en los dos extremos.
Toda mi vida he tomado parte en juegos peligrosos y todava nadie ha
conseguido matarme, ni siquiera monsieur Leblanc, que es enrgico y est decidido a
hacerlo. Preferira si me deja continuar sola.
No mientras viva.
No.
Es todo lo que va a decir? Et bien, si yo hablase tan poco como usted, me
metera en muchos menos problemas.
Se detuvo para recoger un tallo de la hierba alta que creca al lado del camino, lo
seleccion cuidadosamente de entre los dems. Volvi a andar, pelando el tallo con
una ua.
Voy a explicarle una cosa, seor Fordham: le estoy extremadamente
agradecida por salvarme la vida, pero no voy a acostarme con usted.
l ya haba probado un poco de su franqueza devastadora mientras la retuvo
como su prisionera en Francia.
No le he pedido que haga eso. Siempre es tan directa?
Ella se encogi de hombros.
Es el ingls, es imposible ser sutil y decir cosas bonitas en este idioma, que no
es una lengua delicada como el francs. Adems, apenas he hablado ingls desde que
era una nia, solo lo he ledo Hizo un gesto con el tallo de hierba. Debo decir una
cosa, incluso a riesgo de resultar indiscreta. No me acostar con usted, Robert. Pierde
el tiempo... a menos que disfrute haciendo dao y forzando a las mujeres.
No hago dao a las mujeres Esa era una mentira. Haba pegado a Annique
con suficiente fuerza como para dejarla encogida por el dolor, respirando con
dificultad. Aunque tena una verdad irnica que decirle. No voy a tocarla.
Entonces no entiendo el motivo por el que est aqu.
Hay tres hombres que intentan matarla.
Son muchos ms de tres, Robert Pens en eso durante los siguientes
noventa metros, mordisqueando el tallo de hierba, lanzndole miradas llenas de
inters de vez en cuando. Sabe una cosa? Creo que es sincero. Pero no es
necesario. Tengo ms experiencia que usted en esto. Sac el tallo de hierba de la
boca y se dedic a enrollarlo alrededor de sus dedos. El extremo lleno de pelusa sali
dando vueltas por el aire como un juguete infantil. Usted es... es muy alto, valiente
y bueno en una pelea. Pero los hombres que me persiguen son malvados y estn
completamente entregados a la tarea que tienen entre manos. Son mis actos los que
han hecho que me sigan, no es su problema. No me gustara que le hicieran dao.
Esa mujer estpida estaba ms preocupada por un bruto musculoso que por su
propia persona.
No es fcil hacerme dao. Puedo llevarla a caballo? Aqu Harding... No
tena ni idea de qu nombre le haba puesto Fletch al caballo. Su profesor de latn en
Harrow se llamaba Harding... estar encantado de llevarla.
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regresar a su barco, con su familia y olvidar a esa mujer que hace tiempo ha hecho ya
las paces con el creador.
Si logro que llegue a salvo a Londres ya ser suficiente. Eso es lo que tengo
que hacer.
Ella deba haber percibido la determinacin en su voz al pronunciar esas
palabras, pero no la asust. Bien. Estaba harto de asustarla.
Bon. En ese caso viajaremos juntos, hasta que lleguemos a Londres. Le estoy
agradecida por su compaa.
Dio la vuelta a su rostro, hacia el norte, hacia el camino que tena delante,
midiendo la distancia bajo el cielo. Finalmente, estaba viendo a la autntica Annique
Villiers. As haba sido ella todos esos aos en los que recorri los senderos de
Europa, junto a los soldados rezagados del ejrcito, vestida como un chico,
mordisqueando algo que haba arrancado de un campo. Un par de alondras
levantaron el vuelo de repente del campo que tenan a su lado y volaron dibujando
un patrn complejo hacia una hilera de rboles. A ella se le ilumin el rostro al ver los
pjaros, disfrutando del momento, almacenando otro recuerdo en su interior.
Me va a gustar Inglaterra Empez a caminar de nuevo. Apenas llevo aqu
cuatro horas y ya me he encontrado con tres hombres que han intentado matarme y
conoc a uno que me ha comprado buccinos. Para bien o para mal, este no es un pas
que me ignore.
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Captulo 19
La posada de El Loro Verde, Dover, Inglaterra
Voy a rebanarle el pescuezo Henri tena el rostro decorado con un horrible
mapa de moretones. Su mano, colocada sobre la mesa, estaba vendada con un pao
blanco.
Acaso crees que los ingleses no tienen odos? Leblanc ech un vistazo a su
alrededor. Los pescadores se atiborraban de cebolla y pescado frito. En la mesa de la
esquina, una mujer beba ginebra. Nadie estaba escuchando. Muy pronto tendrs
tu oportunidad.
Primero, me ocupar de l. Voy a destriparlo como a una caballa y dejarlo en
el suelo boqueando en un charco con su propia sangre.
Tal y como has hecho antes?
Nadie nos inform que este espa ingls estaba en Dover. Cmo iba yo a
esperar que...?
Te quejas como un perro Leblanc se inclin sobre su vaso de ron aguado.
El brazo le dola de un modo insoportable. Estaba en Inglaterra, revolcndose en la
porquera de los muelles, en peligro. Las estpidas y torpes autoridades britnicas
podan detenerlo e interrogarlo en cualquier momento. Annique haba logrado
escapar. Todo esto era culpa de Henri. Ella se dirige a ver a Soulier, en Londres,
para contarle mentiras sobre m. Ese ha sido su objetivo todo el tiempo, estoy seguro.
Pero no lleva encima los documentos. Podamos habernos quedado en
Francia, si son los documentos lo que buscas Henri pens, sin dudarlo, que haba
hablado con inteligencia.
Olvida los documentos. Lo que importa es que ella muera. No debe llegar a
Soulier.
Estamos en su territorio. Cuando se entere de lo que hemos hecho...
Ella es mi agente, me la asignaron. Puedo hacer lo que quiera con una fugitiva
que ha cruzado el Canal sin mi permiso Leblanc termin su bebida de un trago.
Qu no dara por una hora a solas con esa zorra. Una hora. He informado a Fouch
de lo que ella ha hecho. Cuando el directeur de la polica secreta me apoye, me dar
igual lo que opine Soulier. Mierda. Quin puede beber esto?
Hay coac Henri busc a la camarera.
Es agua de lavar cerdos. El ron, la ginebra, la cerveza y el coac saben a
meadas de caballo en este pas apestoso. Ve al este, con seis hombres, siguiendo la
lnea de costa. Enva al resto al oeste. Estar agachada junto al fuego en la cabaa de
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Captulo 20
Bajo la tenue luz de la luna nueva, Robert cuid del caballo Harding. Cepill
con atencin y meticulosidad desde las crines hasta la cruz del animal, siguiendo con
la grupa y la cola. Como se suele decir, de un extremo al otro. Ella pens que al
caballo llamado Harding le haba gustado. Pareca muy pagado de s mismo.
Mima demasiado a ese caballo Observ su silueta dibujada contra el cielo
gris. No ha trabajado en absoluto, tan solo ha dado un pequeo paseo.
Me gusta cuidar a los animales.
Ella imagin que una vida rodeada de peces y cajas de coac de contrabando no
le permitira tener tiempo para cuidar del ganado.
Proviene de su casa, el caballo Harding? Es quizs uno de los caballos que
cra su hermano, ese que ama tanto a los caballos?
No, Harding no es uno de sus caballos. He cogido a Harding en Dover.
Aunque a Spence le gustara. Si lo llevase a casa, mi hermano intentara ganarlo en
una de sus partidas de cartas, hara trampa, seguramente, puesto que es algo que
queda en casa.
Debe ser interesante tener hermanos y hermanas. A menudo lo he pensado.
Durante cuatro largos das Robert expuso toda su historia ante ella, como un
regalo. Era como si hubiera esperado toda la vida para tener la oportunidad de contar
su historia a una mugrienta espa francesa mientras caminaban por los polvorientos
caminos en Kent. Ella ahora saba que exista la casa de Somerset, donde l se haba
criado, donde su madre, su padre, su hermano mayor Spence y su hermana pequea
an vivan.
Poda imaginrsela, esa casa de campo grande y vieja con caballos en el establo
y las gallinas de las que su madre estaba orgullosa, cada una de las cuales tena
nombre y eran de una variedad especial trada desde Constantinopla que no se
pareca en absoluto a las otras gallinas. Ahora saba que Robert tena su propia casa,
un lugar llamado Tydings, donde una ta cuidaba de l, y que adems tena otro
hermano en el ejrcito y otras tres hermanas, ms jvenes que l, pero que ya se
haban casado y no vivan en casa.
Era a la vez una alegra y una carga saber todo eso. Lo recordara cuando se
despidieran y hara que se sintiese infinitamente triste.
Haban acampado a una buena distancia del camino, en lo profundo de los
campos que acababan de cosechar. Movi las brasas con un palo puntiagudo. Haba
preparado ese tipo de fogatas limpias e invisibles miles de veces. Apenas producan
humo. No saltaban chispas en la noche, avisando del lugar en el que se encontraban.
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JOANNA BOURNE
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l se haba quitado el jersey negro para cuidar del caballo Harding, se haba
desabotonado la camisa, dejando buena parte del pecho al descubierto y haba
subido las mangas por encima de los antebrazos. Tena la piel morena, ese tono que
adquieren los hombres que trabajan en el mar, con una piel spera, resultado del
viento y el agua salada. A la tenue luz amarillenta del fuego, era como una sombra
oscura y enorme, con la fuerza de las rocas y los troncos de los rboles, inflexible y
muy hermoso.
Hubo un tiempo en el que ella habra admirado su cuerpo o la fuerza de su
caballo y habra sido lo mismo. Entonces an posea un cierto tipo de inocencia. Los
das que haba pasado con Grey haban hecho que fuera ms sabia e infinitamente
ms imprudente. Ahora, cuando miraba a Robert Fordham, se pona melanclica y
anhelaba a aquel hombre como una colegiala, sintiendo un calor de lo ms
vergonzoso en su interior.
No se oblig a darse la vuelta y apartar la mirada hacia otra cosa que le
resultase menos inquietante. Se haba vuelto dbil.
El fuego iba cogiendo fuerza, dentro de poco podran usarlo para cocinar.
No estara bien que nosotros, los franceses, invadiramos este pas Ech un
vistazo a Robert. Sonre, pero eso no es obvio si usted es francs. Desde luego, los
ingleses estarais mejor sin esos principitos alemanes idiotas que gastan tanto dinero
pblico. Deberais tener una repblica y que todos votasen.
Eso es lo que Napolen nos traer? dijo Robert en voz baja.
As es como empezar Su vida sera ms simple si no pensase tanto.
Napolen mejorar algunas cosas aqu. Pero ser necesario pagar un elevado precio
por eso. Cuando venga a esta isla verde, quemar todas esas preciosas granjas que
hemos visto hoy.
No puede detenerlo, Annique.
Pero s poda. Dependa de su decisin el que esas granjas se quemaran y las
rechonchas granjeras y sus nios descalzos ardieran con las casas. Se haba
convertido en su decisin en el momento en que Vauban puso los planes Albin en
sus manos en la sala de la posada en Brujas, haca seis meses.
Si entregaba los planes Albin a Inglaterra, sera una traidora. Morira por ello.
A Vauban lo sacaran de la cama para que sufriera la vergenza y muriese en la
guillotina. Adems Francia correra un gran peligro por culpa de la informacin
detallada que habra facilitado a los britnicos. Pero los nios en esa granja blanca
viviran.
O quizs no. No poda saberlo. Quizs seran otros nios, igual de inocentes, los
que moriran en su lugar. Esto de entrometerse en el destino de las naciones era un
asunto sombro.
Hasta haca un ao, ella habra ido a Londres, a ver a Soulier, lo habra dejado
todo en sus manos acatando sus rdenes. Pero ya no era una nia y su respuesta no
poda ser tan sencilla.
Dio la vuelta a un pequeo trozo cuadrado de carbn de un tono anaranjado
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brillante para colocarlo con cuidado de lado, prestndole la mayor atencin y sin
conseguir con ello absolutamente nada relevante. Despus de todo no tena que
decidirlo ese da.
Robert busc dentro de la cesta que haba comprado haca una hora en esa
misma granja que estaba bajando el camino. Debajo del pao rojo con estampado de
flores que haban colocado encima, la cesta contena los mejores manjares: salchichas,
pan y pequeos huevos marrones. Esta era otra de esas cosas que no saba cmo
asumir.
Vio cmo l investigaba el contenido de la cesta.
Yo no me hubiera atrevido a pedir estos alimentos. Supongo que sabe que ha
sido usted muy valiente.
Por desafiar al terrible granjero de Kent en su guarida? Extendi el pao
en el espacio que haba entre los dos. No son tan peligrosos.
Poda haber soltado a sus perros para que lo atacasen. A m, personalmente,
no me gustan los perros.
Lo recordar.
El pelo en su pecho adquira un tono dorado cuando le daba la luz del fuego. Se
imagin qu pasara si alargaba la mano hasta su camisa y desabotonaba los ltimos
botones y quitndole la prenda. Casi poda verse hacindolo.
Al tacto, l le parecera peludo, con ese vello en pecho, pero su piel tendra la
aspereza del cuero. Grey llevaba un abrigo de cuero. La haba envuelto en ese abrigo,
mantenindola caliente mientras ella entraba y sala del estado de inconsciencia
producido por la droga. Si apoyaba su mejilla en Robert, sera como sentir ese cuero,
con una suavidad que no iba ms all de la accin de deslizarse superficialmente por
su piel. Tendra fuertes msculos debajo de la piel, igual que Grey. Sus manos
tambin seran como las de Grey, speras por el trabajo que realizaba, pero l tendra
mucho cuidado de volverlas suaves cuando las colocaba sobre ella. Si l colocaba esas
manos sobre sus pechos...
Cerr los ojos. Apret su cuerpo de un modo indecoroso y sinti cmo se
humedeca. No saba si deseaba a Grey o a Robert. Seguramente se estaba volviendo
loca.
Pan, salchichas Robert sac el pan de la cesta mientras lo nombraba y lo
deposit sobre el pao rojo, ya estoy harto de moras de seto y manzanas cidas.
Esa no es vida para un hombre.
Bien sr. Pero ha pagado a ese granjero. No tengo dinero para comprar esta
comida, apenas tengo tres libras...
Y seis peniques. S, ya me lo ha dicho. Yo tengo un poco ms que eso.
Debo felicitarlo por eso, pero no puedo aceptar esta comida sin pagar mi
parte y no puedo hacerlo.
Se enfrenta a un dilema moral.
Los hay por todas partes si uno quiere encontrar uno. Aunque quizs, tan
solo est actuando tontamente.
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salchichas que asaba al fuego y, como sola ocurrir, la expresin de su rostro era
impenetrable.
Sabe qu? Creo que nunca he matado a nadie, excepto a aquellos que
murieron mientras operaba Atiz el fuego. Quizs con el tiempo algunos
hombres con los que me he enfadado han muerto, debido a las heridas que les he
provocado con mis cuchillos, pero eso es algo que una no puede evitar. En mi
opinin ya hay demasiada muerte en este mundo.
He de reconocer que estoy de acuerdo con eso.
Esa fue la ltima cosa importante que me dijo mi padre antes de que lo
ahorcasen. Que asesinar es la respuesta estpida, no la inteligente. He descubierto
que es verdad.
Nunca ha matado a nadie? Sus ojos se clavaron con dureza en ella,
buscando, sopesando.
No que yo sepa Lo mir, desde el otro lado del fuego. Pero le dir una
cosa que no es tan bonita sobre m, Robert. Ese hombre, el primero que me atac...
Cort el tendn de su pulgar. Ese tipo de heridas no se cura. Nunca ms volver a
usar la mano derecha para sujetar un cuchillo ni para ninguna otra cosa. Nunca ms
en toda su vida. Yo no soy una buena persona.
Quizs su prxima vctima no est de acuerdo con usted. Ya lo ha
conseguido, me ha planteado uno de sus enigmas morales. Tenga una salchicha
mientras pienso sobre ello La sostuvo hacia ella, sujeta en el extremo de un palo
para que pudiera rodearla de pan y sacarla del palo. Era lo ms que se iba a acercar a
ella.
No iba a tocarla. No haba mencionado una esposa, pero lo ms probable era
que tuviese una y le fuera fiel. Esa esposa era una mujer con suerte.
Haba aprendido todo sobre Robert Fordham durante esos das en los que
haban caminado tanto juntos. Conoca el sendero de cada una de las arrugas de su
frente. Tena una tenue cicatriz en curva en la mano izquierda, probablemente un
anzuelo que haba manejado sin cuidado. Ella saba, de memoria, cmo se mova. A
menudo no poda respirar cuando l giraba para mirar el camino detrs de ellos y sus
msculos bailaban rtmicamente como una poesa.
Este era el regalo que supona su memoria. Ahora ya tena a Robert grabado en
su interior, incluso las lneas de la palma de su mano. No lo olvidara.
Llegaremos a Londres maana.
Antes del medioda, si mantenemos este ritmo. Planea pasar la noche bajo
un puente?
Ah o en un callejn. No dormir mucho. El pequeo asunto que he de tratar
no me llevar ms que unos das. Luego me marchar rpidamente. Las ciudades no
son amables con una mujer que est sola y no tiene dinero.
Le ensear un lugar que conozco cerca de Covent Garden. Es un lugar
seguro.
Deseaba enormemente quedarse con l en ese lugar seguro cerca de Covent
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JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
Maana lo terminaremos. Creo que tampoco es bueno para usted estar as.
Los hombres mueren cada cierto tiempo y los gusanos se los comen....
Pero no mueren por amor. Ya no estoy tan segura de eso como hace una o
dos, semanas cuando mi vida era increblemente ms sencilla. No creo que uno se
muera; sin embargo, puede acabar loco.
Me arriesgar Sac su salchicha del palo y la meti dentro del pan con
cuidado. l no estaba precisamente rindose de ella, pero una chispa de diversin
brillaba en sus ojos. Me asegurar de que encuentre un lugar seguro en Londres.
Hemos llegado hasta aqu juntos. Qu importancia tiene un da ms?
Hizo que pareciese sensato. Acaso tena la menor idea de lo fcil que era para
l convencerla de cualquier cosa?
Es en ocasiones como esta en las que echo de menos a mi madre Tambin le
resultaba fcil decirle las verdades simples. Era una seal ms de lo peligroso que era
este hombre para ella. Han pasado seis... no, cinco semanas desde que muri. Sigo
pensando, debera decirle esto o debera preguntarle esto y luego recuerdo que
no la volver a ver nunca. Mam saba todo lo que hay que saber sobre los hombres.
Era muy inteligente. Me dira que no me quedase con usted en absoluto, ni siquiera
una hora.
No voy a hacerle dao, Annique.
No pudo evitar echarse a rer, aunque an tena trozos de salchicha dentro de la
boca.
Eso es lo que l me dijo. Son casi las mismas palabras. El hombre en Francia
que fue tan desagradable conmigo y al que am en cierto modo... l dijo eso. Usted se
parece un poco a l. Lo saba?
Las llamas hicieron que sus ojos brillasen.
Me parezco a l?
Es porque sus cuerpos son similares. Bueno, un poco. Yo dira que l es an
ms alto que usted e increblemente fuerte. Aunque, por supuesto, usted tambin es
fuerte. Pero su espritu es diferente. l no era indulgente, no realmente, en ningn
sentido, es como tiene que ser una persona que ocupa un cargo como el suyo.
Adems, l es mayor que usted.
Mayor? Robert la mir fijamente, fascinado.
Tiene un cargo muy importante en su trabajo. Debe tener ocho o diez aos
ms que usted. Eso creo. Adems, es un hombre muy decidido, aunque usted
tambin lo es, un poco; la diferencia es que l no se comporta de un modo tan
amable. Tambin est el hecho de que l no huele a pescado. Imagino que eso es por
su jersey, que es una prenda preciosa y muy bien tejida pero que necesita un lavado...
La bala pas siseando. Acarici su cabello como un insecto. Luego, la explosin
del sonido abofete su piel.
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JOANNA BOURNE
Captulo 21
Sus reflejos la lanzaron sobre el suelo. Se alej gateando. No haba rboles, ni
maleza, el campo era llano, sin ningn lugar donde refugiarse, donde esconderse.
Nada ms que oscuridad que la protegiera. Escuch cmo Robert se alejaba rodando
de la luz de la fogata.
Un hombre surgi de los campos negros y silenciosos, su silueta se dibujaba
sobre el manto de estrellas. La primera pistola haba errado el tiro. La colg del
cinturn y sac una segunda pistola con la mano derecha y luego la alz.
Ella retrocedi a toda prisa. Las espigas de trigo rasparon su piel. Tena el
cuchillo debajo de la falda. No poda alcanzarlo.
El can de la pistola la sigui. El hombre apunt con cuidado y de forma
deliberada.
No poda correr, se ech hacia un lado y rod. Luch con la tela de la falda; iba
demasiado lenta, demasiado lenta. A todo el mundo le llega un ltimo momento, en
el que se mueven con demasiada lentitud. Finalmente sujet el cuchillo, se ech hacia
atrs, escogi el objetivo y lo lanz.
La explosin de la pistola estall en medio de la noche. Se produjo un destello
de luz. Ella contuvo el aliento. No poda sentir el lugar donde haba sido alcanzada
por la bala. Quizs era como decan y morir no duele.
No. Era una idiota integral. El hombre haba errado el tiro por segunda vez. A
menos que fuera un arsenal ambulante, se haba quedado sin pistolas por un tiempo.
Sus manos eran ms sabias que ella. Ya estaban rebuscando en el suelo para coger
una piedra. Encontr una. Se levant del suelo con impulso, sujetando la piedra, lista
para lanzarla, esforzndose por ver.
La figura oscura se desplom, doblndose. Cay con la torpeza de una cosa
cuyo espritu ya se haba marchado. Estaba bastante segura, cuando se acerc a
mirarlo, de que lo encontrara muerto.
Robert pas corriendo a su lado, con una pistola en la mano. No saba hasta ese
momento que l tena una pistola. Corra como el agua que fluye, absolutamente
silencioso, en direccin al hombre que yaca en el suelo. Se agach y sujet la cabeza
del hombre agarrndole el cabello y luego la dej sin fuerza.
Se incorpor y la mir.
No est herida?
La bala no me roz. Est muerto?
Mucho Se limpi la mano frotndola contra el suelo, luego fue a coger uno
de los palos del fuego. Cuando la movi de un lado a otro, el leo volvi a arder de
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JOANNA BOURNE
forma brillante. Regres caminando para colocar el leo encima de esa cosa que
asemejaba una mueca de trapo tumbada en la hierba corta del suelo. Cuando se
agach, dej el leo en el suelo para que le proporcionase luz.
No tiene que ver esto dijo l.
Pero ella sigui avanzando.
Los hombres que Leblanc ha enviado para matarme a algunos de ellos los
conozco desde que era una nia. As que debo verlo El hombre muerto era
pequeo y de piel oscura, tena unos treinta aos aproximadamente y le haban
disparado atravesando el centro de su frente. Ella no pens que l simplemente haba
tenido suerte con la puntera al disparar.
Lo conoce? pregunt en voz baja.
Es un completo desconocido Apart la mirada.
Ese hombre haba abandonado los crculos de este mundo. Ya no hara nada
ms en esta vida, ni bueno, ni malo. Un final absoluto y enfermizo para todo lo que l
poda haber sido. No debera preocuparla. Despus de las batallas haba visto a
muchos hombres muertos, que yacan en el suelo del mismo modo; todo ellos valan
ms que este asesino de mujeres. Pero nunca se haba acostumbrado a la muerte.
Nunca.
Robert se arrodill e inspeccion su cuchillo, all donde sobresala del cadver.
Ha fallado por unos doce o quince centmetros. No es sorprendente, teniendo
en cuenta... Hizo una pausa. Luego su respiracin sise al pasar el aire a travs de
los dientes. No ha fallado. Aqu es exactamente donde alcanz a Leblanc.
En la insercin deltoidea. Inutiliza el brazo, como puede ver.
Annique dijo con una voz extraa y tensa, cuando alguien te apunta con
un arma, apuntas a la garganta, no al brazo, no a los nudillos, ni a las malditas uas
del pie. A la garganta. Lo comprende?
Por supuesto No era el momento de ponerse a discutir con l. En lugar de
eso, se enfrent a la noche y no mir mientras l recuperaba su cuchillo y lo limpiaba
con la camisa del hombre sin vida. No le ofreci su cuchillo, lo que era una seal
exquisita de respeto por su parte.
l murmuraba entre dientes mientras vaciaba los bolsillos del muerto.
Nada, nada, un rollo de cuerda, una petaca con tabaco, la llave de una casa
Uno podra pensar que l mataba hombres todos los das, mostraba serenidad total
mientras registraba el cadver. Sin duda, los contrabandistas eran hombres
desesperados y violentos. Otra llave. Dinero ingls, dinero francs, pistolas
Gribeauval. Estas son de primera calidad. La chaqueta es francesa, la camisa tambin.
Es alguien que la ha seguido desde Francia.
Pero, por supuesto, desde luego he ofendido a los ingleses pero todava no
tanto como para que intenten matarme.
No va a decirnos nada ms. Recoja sus cosas. Leblanc puede tener otros diez
hombres merodeando en la oscuridad Ya estaba en pie y alejndose, desatando el
ronzal de Harding.
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JOANNA BOURNE
Tard dos minutos, ni uno ms, en estar lista, porque haba tenido que
marcharse deprisa de sitios en muchas ocasiones. Tambin, desde su ceguera, tena la
costumbre de ser ordenada y recordar siempre dnde haba colocado cada pequeo
objeto. Estaba lista cuando Robert mont y cabalg hacia delante, extendiendo el
brazo hacia abajo para subirla a la silla delante de l.
Era una suerte que fuera una mujer menuda. Harding poda llevarles durante
un rato, aunque no sera muy cmodo para el caballo.
No saba que tena una pistola. Dnde estaba?
En el bolsillo de mi abrigo. Una pistola que se engancha en la manga, de
Manton. No se la haba mostrado por que no quera asustarla Harding escogi el
camino mientras atravesaban los rugosos campos arados. Luego volvieron al camino
y el animal pudo acelerar el ritmo.
El cielo nocturno estaba despejado, con la curva de la luna al este. Daba
suficiente luz como para que los rboles dibujasen largas sombras en el camino.
Sobre ellos titilaban diez millones de estrellas.
Nos ahorcaran si nos atrapan? En Inglaterra colgaban a la gente por robar
pan. Desde luego los colgaran por matar a una persona.
No.
Parece estar muy seguro.
Estoy seguro. No tiene que preocuparse por eso, Annique.
Estaba sentado muy recto y rgido en la silla de montar. Quizs, igual que ella,
se senta enfermo y sobrecogido por la presencia de la muerte. Era posible que sus
odos estuvieran sintonizados para registrar el sonido de cascos detrs de ellos, lo
que significara que los estaban siguiendo.
Los granjeros se acercarn a mirar por culpa de los disparos o tendrn
miedo?
No tendrn miedo. Pensarn que se trata de un cazador furtivo de ciervos.
l tena razn. Esto era Inglaterra. La segura y pacfica Inglaterra, donde nadie
pensara que el sonido de unos disparos supona la muerte de alguien en la
oscuridad.
l cambi las riendas de mano.
No le encontrarn hasta maana. Para entonces ya nos habremos alejado
bastante.
Fueron al trote, dando tumbos de una manera dolorosa. Finalmente, redujeron
la marcha hasta que el animal fue al paso y ella dej de aferrar las crines de Harding,
lo que fue un alivio para ambos, de eso estaba segura. Se inclin apoyndose sobre el
pecho de Robert. Sus brazos la rodearon con fuerza, como si temiese que de repente
ella fuera a desaparecer de entre sus manos.
Gracias por protegerme dijo ella, siento que tuviera que matarlo, incluso
aunque est acostumbrado a matar. Es algo drstico matar a un hombre.
No me importa. No he cuidado demasiado bien de usted, no le parece? Si ese
hombre hubiera tenido unas pistolas ms precisas, usted estara muerta. Lo siento.
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JOANNA BOURNE
Al contrario, mon ami. Ya me ha salvado la vida dos veces. Esa mujer por la
que se siente tan culpable, la que conoci en Francia hace mucho tiempo. En su
nombre, le dir que ya ha zanjado esa deuda. Puede dormir bien por las noches.
An no.
Qu hombre tan testarudo. Este siempre cargara con su responsabilidad y con
la de otra docena de hombres. Era una suerte para su grupo de contrabandistas
tenerlo como jefe.
Como quiera. No soy lo suficientemente inteligente como para ser su
conciencia, de modo que no voy a intentar serlo Ella bostez. Ahora que haba
dejado de temblar de miedo, tena sueo. A m me parece un hombre bastante
bueno en la mayora de las circunstancias.
l cambi de postura en la silla de montar, movindola para que estuviera
cmoda apoyada en l. Ella pens que l empezaba a acostumbrarse a tenerla en sus
brazos. l ola a la pistola que haba disparado y, por supuesto a pescado. Si ella se
hubiera casado con un pescador, vivira en su aldea, en lugar de convertirse en espa,
quizs la vida habra sido as, cabalgando de vuelta a casa despus de hacer un viaje
los dos juntos. Excepto que ella habra lavado con ms cuidado ese jersey para que l
no oliera tanto a su profesin.
Mi madre tena razn.
La tena?
Sinti la inmensa fuerza que representaba Robert detrs y a ambos lados de ella.
Estaba completamente segura, tal y como diran los ingleses. Bostez. No tena prisa
por hablar. Despus de todo, lo que tena que decir no era una perla de sabidura que
pudiera cambiar el mundo.
Dijo que los cuerpos de los hombres eran iguales en la oscuridad. No lo cre
del todo, pero me he dado cuenta de que tena razn. La sensacin de este momento
es increblemente similar a cuando el hombre en Francia me tena entre sus brazos.
Por qu se llama solo Kent?
Sus brazos la estrecharon con ms fuerza.
Qu es lo que se llama solo Kent?
Los otros condados son Yorkshire, o Cheshire, o Wiltshire, o lo que sea
terminado en shire. Por qu no se llama Kentshire?
No todos pueden ser shires5.
Bueno, eso lo explica todo.
Poda or el movimiento de su respiracin y el latido de su corazn. l tir de su
abrigo para protegerla ms con esa prenda de modo que no pasase fro. Haba
salvado su vida y estaba muy cansada. Se permiti el placer de imaginar, solo
durante ese breve instante y manteniendo el secreto en su mente, que estaba casada
con Robert y que volvan juntos a casa.
5
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JOANNA BOURNE
Captulo 22
Ella durmi, sujeta por unos brazos fuertes, mientras Robert y el caballo
Harding recorrieron los ltimos kilmetros hasta llegar a Londres. l haba dicho que
iba a llevarla a un sitio donde estara segura y a ella no le importaba dejar que lo
hiciera.
Se haba despertado al alba con el ruido de los carros sobre el empedrado y de
las mujeres con pauelos blancos que vendan cucharones de leche de las enormes
lecheras que tenan en la parte trasera de los carros. El cielo an estaba teido de rosa
cuando atravesaron Covent Garden, que no era ningn jardn 6 sino un mercado de un
tamao increble, lleno de flores, verduras, pollos en jaulas y voces que se quejaban.
All, l compr unos bollos a un vendedor ambulante, le entreg uno a ella, que an
segua montada sobre Harding, y que hablaba un ingls que no fue capaz de
entender. Era dulce y tena pasas y canela.
Ms all del mercado, las calles eran ms silenciosas. Robert gui a Harding
hasta una calle estrecha, larga y bien cuidada que ahora se extenda entre casas;
apenas era algo ms que un paseo, que al desviarse daba a un callejn, un corredor
detrs de las casas donde se solan tener los carruajes y a los caballos. Luego
volvieron a atravesar callejuelas. No era capaz de identificar ninguna de esas calles
con el mapa que tena en la cabeza, que no inclua informacin alguna sobre calles
tan pequeas. Iban al oeste y hacia el norte, alejndose del sol naciente. Todas las
casas alrededor de la plaza verde que cruzaron tenan an las ventanas cerradas y las
cortinas echadas. Las nicas personas en la plaza eran dos criadas que llevaban cestas
llenas de pan y que los miraron con curiosidad cuando pasaron a su lado.
Sus amigos son burgueses Evalu las fachadas cuidadas de estuco. Creo
que no querrn tener invitados como nosotros, ni siquiera en la cocina.
Nos aceptarn.
Entonces iba a abusar de la amabilidad de sus familiares, quizs un to o un
primo. Uno solo poda estar tan seguro de que iba a ser recibido con la familia. Mam
prcticamente no le haba dicho nada sobre su pasado ni sobre el de su padre, ni
siquiera de qu ciudad venan. Ahora ya nunca lo sabra.
Otra callejuela los llev a la mitad de una calle con aires de suficiencia, con tilos
cercados por vallas. Aburrido y respetable eran palabras grabadas en cada puerta.
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Apenas haba pasado tiempo en sitios como ese. No esperaba sentirse cmoda en ese
lugar. A pesar de lo que l pensase, sus familiares respetables no iban a abrir las
puertas de su casa a una mujer de reputacin cuestionable y aspecto no demasiado
limpio.
Ya estamos aqu Robert se desliz del caballo por la grupa. Ella pens que
tena mucha experiencia cabalgando para ser un hombre de mar. Deba estar tan
rgido y cansado como ella, pero los brazos que la sujetaron mientras la bajaba del
caballo se mantuvieron firmes y fuertes como troncos de rboles. La sostuvo incluso
despus de que sus pies tocasen el suelo.
Era una casa enorme, de color blanco y de aspecto muy slido... una casa rica,
en esa calle tranquila. l at las riendas a un poste y fueron hacia la puerta principal,
como invitados, subiendo los siete escalones de piedra. Barrotes de hierro duro y
aspecto severo protegan las ventanas. De modo que el propietario era una persona
cuidadosa y desconfiada. Ella misma era cautelosa, por regla general, pero no crea
que le fuera a gustar esta gente que se atrincheraba en casa de una forma tan decidida
contra los peligros del mundo. La aldaba de la puerta tena la forma de una rosa en
espiral; era de latn, con una gran riqueza de detalles y estaba extremadamente
pulida.
Robert llam de forma ruidosa. Despus de esperar un minuto, un chico abri
la puerta. Vesta ropa cara, pero estaba en mangas de camisa. Entonces, eso quera
decir que no era un sirviente, sino quizs un miembro de la familia. Era ms alto que
ella pero probablemente tendra tres aos menos. Aunque era temprano, no pareca
tener nada de sueo. Empez a sonrer de un modo que daba a entender que
monsieur Robert en efecto era bienvenido en esa casa.
Volvi a pensar en los barrotes de las ventanas. Ninguna de las otras casas de la
calle tena barrotes en sus ventanas. Eso era extrao. Incluso a pesar de ser tan
temprano, debera haber un criado abriendo la puerta, no un chico joven con una
camisa fina de lino que examinaba la calle con atencin y daba un paso atrs de
inmediato para dejarlos pasar.
Robert la empuj rpidamente para que cruzase el umbral y entrase en la casa,
dentro de una sala aburrida y decorada sin gusto, fra por la falta de uso. La puerta
que se cerr detrs de ella tena fuertes cerraduras. Eran unos cerrojos caros. De un
modo muy tenue, oculto por los aromas de la cocina y de la cera de abejas, en la casa
se perciba el olor de la plvora. Una casa no debera oler de esa manera.
Robert... Intent darse la vuelta y las manos de l la aferraron, para impedir
que lo hiciera. He decidido que no quiero quedarme aqu. No... Para, Robert Pero
l era muy fuerte.
El chico cerr la puerta detrs de ellos.
Los otros regresaron sanos y salvos, todos ellos. No te esperbamos hasta
dentro de un tiempo Fue a abrir otra puerta cerrada con llave, que se encontraba en
el extremo ms alejado de la sala.
Qu otros? Estaban esperando a Robert. Pero l no le haba dicho que fuera a
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JOANNA BOURNE
Cmo haba pasado esto? El mundo se haba vuelto del revs tan de repente...
Cmo es que ella haba llegado hasta all, indefensa, para quedar atrapada en esa
casa silenciosa y secreta?
Era Grey el que la sujetaba y tambin era Robert. Grey tan solo tena crueldad
en su interior, all donde otros hombres tenan el corazn. Ni una de las cosas que
saba sobre Robert era cierta o real. La sujetaban las manos de Grey, manos que
haban luchado con ella y la haban consolado, manos que conocan todo lo que se
poda saber sobre cada parte de su cuerpo. Eran las manos de Robert, cuya imagen
estaba grabada en su memoria como si la hubieran cincelado. El mismo hombre. No
pens que fuera posible guardar esa informacin en su alma sin que eso la
destruyese.
Alguien entr sigilosamente en la estancia, detrs de Grey, y se coloc en su
puesto al otro lado de la habitacin, inclinndose de forma negligente contra la
pared. Era un hombre delgado y joven, con el cabello negro, llevaba la vestimenta
propia de un dandi de Londres. No lo reconoci hasta que vio sus ojos. Entonces lo
supo. Pasaran aos antes de que el resto de su persona alcanzase la edad que
trasmitan sus ojos. l sonri al verla, una sonrisa llena de arrepentimiento y un poco
de compasin. Adrian.
Doyle tambin deba estar en algn lugar de la casa. Tena los enemigos ms
temibles alineados en su contra. No exista ningn papel que pudiera interpretar,
ninguna mentira que contar, que pudiera engaar a esos hombres pacientes y duros.
Era el ratn atrapado en una casa llena de gatos. No tena ninguna posibilidad.
Galba golpe suavemente el escritorio para llamar su atencin.
Mademoiselle, quiero que sepa que no deseamos hacerle dao. No voy a
hacerle el ms mnimo dao, bajo ninguna circunstancia. Es lgico que est asustada.
Le daremos tiempo para que se acostumbre a la situacin.
Ahora empezara el interrogatorio. Seran corteses durante un tiempo.
Esta situacin no es tan nueva para m No se le entrecort la voz, por lo que
dio gracias al Seor. He estado antes en manos de hombres que queran algo de m,
monsieur Galba. No me engao, en algn momento me doler.
Detrs de ella, escuch cmo Grey murmuraba:
Por amor de Dios.
Galba abri un libro que tena en uno de los laterales de la mesa, pas algunas
pginas y luego lo cerr con un golpe seco.
No puedo creer que su madre la dejase crecer pensando que el servicio
secreto britnico tortura a la gente en esta casa. Me resulta inconcebible.
No creo que mi madre dijese nada en absoluto sobre el servicio britnico.
Nunca trabaj directamente contra ustedes, yo tampoco.
Alguien alguna vez, ha formulado una acusacin de esa ndole contra mi
servicio secreto? Se perciba la ira en la voz de Galba.
Los mtodos de interrogacin del servicio secreto britnico acababan de
convertirse en un asunto de cierta urgencia en ese momento. Intent una y otra vez
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mientras salan, pero Galba se qued sentado mirando el libro que tena en sus
manos, su rostro inflexible y extremadamente quieto.
Fue Robert el que camin a su lado por el pasillo y abri la puerta que daba a la
escalera que llevaba al stano. Fue Robert, con su aspecto de siempre, el que esboz
una sonrisa para tranquilizarla, como si todo estuviera bien y fuera estupendo en el
mundo. Pero la mano de Grey era la que la sujetaba todo el rato.
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JOANNA BOURNE
Captulo 23
Annique pens que si uno desea hacerle cosas desagradables y en secreto a la
gente, los stanos son el lugar ms lgico para dicha tarea. Por eso no resultaba del
todo sorprendente que Grey la llevase a uno. No era un lugar hmedo y siniestro al
tratarse de uno de esos stanos que se encuentran medio por debajo, medio por
encima del nivel del suelo. El pasillo estaba enmoquetado y las paredes, empapeladas
con un delicado diseo de flores azules. Todo era engaosamente de lo ms normal.
Pero las ventanas abovedadas, en lo alto de las paredes, estaban protegidas con rejas
de hierro que se hundan hasta el interior de la pared de ladrillos.
No hay escape. Son muy concienzudos. Ella y la informacin que portaba
estaban completamente a disposicin del servicio secreto britnico. Las puertas,
cerradas y amenazantes, esperaban a ambos lados del pasillo. l la obligara a cruzar
una de esas puertas.
No son salas de tortura Grey estaba enfadado. A la izquierda estn los
talleres. Los almacenes al otro lado. Ese est lleno de documentos. No hay ninguna
oubliette7 en esta casa. No soy Leblanc.
Es ms sutil que l. Infinitamente ms sutil y de un modo ms cruel Cruz
los brazos sobre el pecho para controlar los temblores. l abri la ltima puerta a la
derecha y entr antes que ella. No saba lo que iba a pasar a continuacin, pero no
poda imaginar a Grey hacindole dao, ni tampoco a Robert, fuera cual fuese de los
dos.
Usted no es real Se qued de pie en el pasillo vaco. Despus de todo, no
tena adnde huir. He estado abriendo mi corazn a un espantapjaros charlatn,
una marioneta. Soy la chica del cuento que se enamora de una de las figuritas del
reloj de la torre. En ocasiones haba pensado que era muy lista pero soy ms tonta
que las gallinas.
Grey camin de vuelta a la puerta. Tena la cara de Robert pero no era Robert.
No soy un reloj de cuerda.
Usted no existe en absoluto. No es nada, monsieur Grey. Es una sombra y un
trapo que ondea en el viento.
Me llamo Robert Greyson Montclaire Fordham. Todo lo que le cont es
verdad, lo que dije de mis padres, mis hermanos, la casa en Somerset, el estanque de
truchas, el poni al que ense a hacer trucos. Fui Robert Fordham durante veintisis
aos antes de que Grey existiese.
7
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Sus manos se cerraron de forma convulsiva cuando el lino roz su piel mientras
caa al suelo. Pero dej que se deslizase, dej que esto le sucediera.
Estaba completamente desnuda. Los burdeles tienen espejos como ese. No haba
entendido el motivo por el que los tienen. Ahora lo comprenda. Verse desnuda junto
a l tena un fuerte efecto en su mente. Haca que tan solo fuera una mujer sin ropa
con la figura oscura de un hombre detrs de ella. Una simplicidad elemental. Era
obvio lo que esa chica desnuda del espejo iba a hacer muy pronto.
Baj la mirada de manera que no tuviera que ver cmo se renda de este modo
tan idiota. La alfombra tena filas de flores de colores brillantes como joyas.
Alrededor de sus pies se extenda el estanque de color oscuro de su vestido y su
combinacin blanca. Grey se arrodill sobre la alfombra, sobre todas esas flores y
desat los trapos que sujetaban su cuchillo, que ya no tena y que, de todos modos,
nunca haba pensado utilizar. Luego cayeron sus medias y se quit los zapatos. Su
tacto era como el del terciopelo en sus piernas. No era capaz de pensar nada en
absoluto.
Dios, eres preciosa Su aliento acarici suavemente su piel al estar de pie.
Vamos a meterte en la baera mientras el agua an est caliente La empuj con
delicadeza en esa direccin, los dedos sobre su espalda desnuda. As es, ah vamos.
Mam me dira que haga lo que l me pida. Ese es el camino que adoptara una
espa inteligente... usar su cuerpo para seducirlo y controlarlo. Pero era ella la que se
senta atrada. No se haba quedado desnuda delante de Grey para llevar a cabo un
enrevesado plan.
Se meti en la baera. El agua echaba vapor a su alrededor. Las pequeas olas
del agua la acariciaron mientras se meta dentro. Se desliz bastante dentro del agua,
dejando que le llegase hasta la barbilla, y no perdi de vista a Grey.
Grey se sent en el banco tallado que haba en un extremo del cuarto y se desat
la corbata. El banco tena grifos esculpidos en los brazos y coloc la corbata encima
de uno, que qued colgando de su nariz. Dej la chaqueta a su lado en el banco.
Vamos a lavarte el pelo.
Si te marchas, lavar todo lo que quieras que lave Todos sus aos como
agente no la haban preparado para esto. Tampoco una dcada dando brincos con
leones y demonios en el infierno la habran preparado para esto.
l esboz la sonrisa de Robert, lenta y afable.
Sabas que te convertiste en una completa vagabunda en el instante que tus
pies tocaron el camino, llena de suciedad y despeinada, masticando tallos de hierba?
He visto cmo cada diez pasos estabas ms sucia y tu aspecto era cada vez menos
respetable. Tienes una capacidad camalenica de lo ms increble.
Ella trag saliva.
Cuando una es una vagabunda es necesario que tenga el aspecto y acte
como una, incluso que huela igual. Aprend eso antes de que pudiera hablar.
Ahora no eres una vagabunda. Tienes que lavarte el pelo Sac los corchetes
de los gemelos y los dej a un lado sobre la chaqueta. Luego empez a desabotonar la
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limpiaba su cabello de modo eficaz. Era intil razonar con l. l era, tal y como ella
saba, un hombre de una crueldad infinita.
Contn el aliento orden l.
Esta vez, ella fue lista. Aspir bastante aire para llenarse los pulmones antes de
que l la empujase hacia abajo, metiendo su cabeza bajo el agua.
Espce de chien. Me ahogas Sacudi la cabeza con ferocidad, salpicndolo
todo de agua, incluso a l. Solo tenas que pedirlo y yo habra...
Sus dedos se entretejieron entre sus cabellos para sujetarla e impedir que se
moviera. El primer beso, ardiente como el fuego, fue para silenciarla. Luego le
siguieron varios pequeos besos, uno tras otro, recorriendo sus labios... exigiendo
ms y ms hasta que ella lo bes. Este era el nico modo seguro de tratar con un
hombre de crueldad infinita.
Te deseo tanto susurr en su boca. El deseo no ha cesado, ni por un
minuto, desde que te vi en el stano de Leblanc. Durante das no he pensado en otra
cosa ms que en desnudarte. Estoy prcticamente loco por culpa del deseo.
Saba a canela. Era irnico que un hombre como Grey supiera a algo tan comn
y domstico. De algn modo, eso hizo que l pudiera superar sus defensas.
Cuando la solt, ella flot en el agua, mareada por el deseo que senta por l.
Algo se meti junto a ella en la baera, encajndose a un lado y luego al otro. l
se coloc encima de ella, desnudo, listo como un semental para su yegua. Se meti
dentro de la baera, inclinndose hacia abajo. Su piel era slida, clida y resultaba
sorprendente mientras l se deslizaba contra ella. Era algo completamente
desconocido. Esto la habra asustado si hubiera sido capaz de sentir alguna emocin,
pero estaba completamente abrumada por el giro inesperado de los acontecimientos.
Ella se sujet con fuerza al borde de la baera.
No puedes hacer esto.
Observa cmo lo hago.
Lo que quiero decir es que no puedes hacerlo de ningn modo, pero es que
adems es fsicamente imposible. No hay espacio.
Ya lo encontraremos. Sujtate a m en lugar de a la baera Coloc las manos
de ella sobre sus hombros. Hizo que pareciese lgico y natural. El agua chapoteaba
de manera salvaje mientras l rodeaba sus costillas con su brazo y la levantaba.
Despus l se coloc debajo de ella, alzndola suavemente para que quedase justo
encima de l.
l sonri.
Encajamos perfectamente. Lo ves? Reljate un poco y yo... s, as est bien
Centr el cuerpo de ella sobre el suyo y ella separ las piernas. l gui sus caderas
hacia abajo, hacia l como si ya lo hubieran hecho juntos miles de veces. Maldicin,
esto est bien.
Era extraordinario. Se sent a horcajadas sobre l, cabalgando en el agua, las
piernas encajadas contra los lados de la baera. Estaba abierta. Su virilidad saba
exactamente cul era su sitio, la roz, deseando entrar. Completamente lista para
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hacerlo.
El tiempo se detuvo. Nada, ninguna idea preconcebida, ningn consejo, la haba
preparado para esto.
Los ojos de l estaban al mismo nivel que los de ella, a escasos centmetros de
distancia, llenando el universo.
An tienes magulladuras Apenas toc sus costillas. Aqu y aqu. Tendr
cuidado contigo.
Era un hombre que luchaba y tena puos duros como la piedra, pero poda ser
suave con ella. No poda haber nada ms devastador para sus sentidos que esa
combinacin.
No es justo que me hagas esto mientras yo soy tu prisionera.
Es eso lo que piensas? Crees que haces esto porque eres nuestra prisionera?
Cogi el jabn del plato en la mesita y le dio la vuelta una y otra vez entre las
palmas de sus manos. En ese caso, sal de esta baera y empieza a gritar. Galba
bajar en dos minutos a rescatarte. El Cazador de Halcones me sacar el hgado y
Doyle lo pisotear en el suelo. Otra opcin que tienes es dejarme fuera de combate
con uno de esos atizadores que hay junto a la chimenea. Esa opcin debera gustarte
Extendi el jabn por su hombro, tomndose su tiempo. Se perciban sus planes
para seducirla en cada pequeo movimiento. Era un hombre que haba tenido gran
xito en sus planes. Deseas esto.
No... Sinti cmo l dibujaba la lnea de su clavcula con la punta de un
dedo lleno de jabn. No quiero esto. No lo har Cuando volvi a acariciar su
hombro, dibuj crculos sobre la piel, jugando con sus nervios, apenas la estaba
tocando. Se pregunt si existira otra cosa en el mundo ms all de sus ojos. No
debera.
Sigue pensando en eso y avsame cuando te decidas l sonri. Has
tenido el pelo largo alguna vez, Annique?
Cuando viva con los gitanos. Creci mucho, me llegaba hasta la espalda.
Me gustara verte con el pelo largo Traz unas lneas curvas en su pecho,
con la espuma del jabn. El hormigueo y la sensacin de su mano deslizndose por
su piel vaciaron su mente de cualquier pensamiento. Caer hacia debajo de este
modo Mostr el lugar por el que caera su cabello si lo tuviera largo. Por debajo de
su hombro y por encima del pecho. Sus dedos hbiles y resbaladizos siguieron el
mismo recorrido por el que fluira su cabello en su cuerpo. Tu pelo es como la
medianoche, lleno de seda y estrellas escondidas. Me atrapas de tal modo que es
imposible rescatarme.
Le haban dicho muchas veces que era hermosa, generalmente hombres que
luego haban preguntado el precio. Esto era diferente. Era Grey el que opinaba que
era hermosa. Nunca antes le haba importado.
Esto no es inteligente, para ninguno de los dos.
Lo s. Estamos a punto de ser muy, pero que muy estpidos.
Deberamos parar.
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Captulo 24
Cerr la puerta suavemente detrs de l. Annique dorma sobre el sof en el
estudio, envuelta en un albornoz blanco. Su querida, hmeda, vulnerable y mortal
agente francesa, estaba exhausta despus de hacer el amor con l.
De una forma milagrosa y finalmente, ella era suya. Poda resolver todo lo
dems, ahora que haba conseguido esto. Quera sonrer como un idiota y correr por
los pasillos. Una pena que el jefe de la seccin no pudiera hacer esas cosas.
Hay diecinueve camas en esta casa Doyle estaba esperndolo, apoyado
contra la pared, los brazos cruzados sobre el pecho, su feo rostro arrugado en una
mueca divertida, si cuentas los catres en la parte de atrs de la cocina. Pero
ninguna es lo suficientemente buena para ti. Tuviste que hacerlo en una baera. Por
todos los santos.
Ese era el problema de vivir con espas. Averiguaban cada maldita cosa. No
haba privacidad.
Tenemos que conseguir ropa para ella. No puedo hacer que est siempre en
albornoz.
Maggie traer algunas prendas sueltas. Se parecen bastante en talla.
Solo que Annique es lo que yo llamara una mujer con una figura como una
ciruela, pequea y redondeada, extremadamente deliciosa y subestimada Adrian
apareci rpidamente. Iba ataviado con las prendas propias de un caballero,
chaqueta de color gris oscuro, chaleco gris claro y un alfiler de corbata de rub. No
pareca un hombre al que apenas haca diez das le hubieran extrado una bala.
Maggie, por otra parte, es ms...
Chico, puedes detenerte ah mismo dijo Doyle.
Grey tena que echar un vistazo a Tcito y Montaigne. Una ltima confirmacin.
Esos libros tenan que estar en las estanteras de la biblioteca. Empez a subir las
escaleras.
Dnde est Giles?
Lo he enviado a limpiar Doyle hizo una pausa breve e inocente. Al
parecer, de algn modo hay ms de dos centmetros de agua inundando el suelo del
bao.
Envale al despacho cuando termine. Dispar a un hombre en Kent. Tenemos
que notificar a un magistrado.
Esta serie de actos criminales en los que te has visto involucrado... Adrian
lo sigui escaleras arriba, sacudiendo la cabeza hacia los lados. Fletch te enva sus
saludos y sugiere que le devuelvas su rocn. Imagino que ser esa bestia que has
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atado fuera.
Bien. Ms trabajo para Giles y recuerda a Ferguson que sirva caf en la cena,
no t. A Annique no le gusta el t. Me alegro de que los dos hayis logrado salir de
Francia.
Me alegro de que ella no te rompiese el crneo en el trayecto desde Dover
dijo Doyle con el mismo tono, para empezar; as podrs poner orden en este
desastre que ha empezado a aumentar mientras te dedicabas a reducir la poblacin
del campo. Lo primero, el servicio de inteligencia militar sabe que tenemos a
Annique. La quieren.
Pueden irse al infierno.
Y a toda velocidad. Sin embargo, el coronel Reams se ha autoinvitado a cenar.
Ha dicho que viene a conferenciar.
En ese caso, le dir en persona que se vaya al infierno.
Doyle y Adrian siguieron a Grey por el pasillo, hasta que entr en el enorme
saln. El sol entraba a raudales por las cortinas, haciendo centellear la coleccin de
espadas que los agentes del servicio secreto haban ido colgando en los estantes a lo
largo de los aos. Haba grandes sillas de cuero orientadas hacia la chimenea. El
peridico The Times estaba abierto sobre una mesa, sobre otra haba una baraja de
naipes y una pipa alargada de cermica. Cientos de libros atestaban amontonados las
estanteras de la biblioteca que recubran dos paredes enteras.
Necesito a Montaigne y a Tcito dijo Grey.
Quines son...? pregunt Adrian.
Un francs y un romano, respectivamente Doyle recorri las estanteras
junto a la chimenea. Llevan muertos bastante tiempo, lo que hace que me pregunte
el porqu los necesitas ahora. Ahora bien, Montaigne... la ltima vez que lo vi, estaba
en algn sitio por aqu Estir una mano con forma de esptula enfrente de los
libros. Busca all a Tcito. Est encuadernado en rojo, si no recuerdo mal. Fletch nos
cont lo de los ojos de Annique. Hay un mdico cargado de ttulos que quiere echarle
un vistazo. Su informe est sobre tu escritorio. La buena noticias es que
probablemente sea permanente y otra noticia que no es tan buena es que Leblanc est
en Inglaterra.
Nos hemos visto. Intent apualar a Annique en un callejn en Dover.
Entonces, la noticia ya es vieja. Ha cruzado el canal con unos veinte hombres,
ms o menos. El ejrcito lleva desde el lunes intentando cogerles en la costa sur, por
eso nos enteramos de la llegada de Annique.
Soulier est que echa fuego por la boca, ese pobre francs traicionero
Adrian se apoy en el brazo de una silla, sac un cuchillo, de unos veinte
centmetros, de los que usaba para lanzar y empez a cortarse las uas. Leblanc ha
llegado a nuestras hermosas costas sin rdenes y sin informar a Soulier. Hay mucho
movimiento en el palomar del servicio de inteligencia francs.
No estara bien si Soulier matase a Leblanc por nosotros Doyle pase su
mirada por la estantera, bajando a los estantes inferiores. No se soportan.
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Haz que corra la voz. Leblanc est herido, en la parte superior del brazo
derecho. Henri Brval tiene un corte en los nudillos. Quizs le romp la clavcula. El
resto es obra de Annique.
Es una chica letal dijo Adrian, y la has trado aqu para que cause
estragos entre el personal del servicio. Qu emocionante.
Doyle gru, con aspecto de estar divirtindose.
Hablando de nuestra chica letal Adrian inspeccion sus uas. Me
pregunto.... Por qu la baera? Por supuesto, es gil como una pequea anguila,
pero uno no quiere que la primera vez con una virgen tenga lugar bajo unos cuantos
metros cbicos de agua. Eso las pone nerviosas. Con una virgen lo que tienes que
hacer es escoger una superficie plana, seca, para empezar y si puedes que sea blanda.
Luego, tienes que...
Puedo vivir sin tus expertos consejos sobre cmo desflorar vrgenes Grey
not cmo empezaba a arderle la cara. Este no es tema que vayamos a debatir.
Doyle ech una ojeada a los otros dos.
Chico, te han regaado.
Y... La voz de Adrian adquiri un cierto tono de crispacin... despus no
dejas a la chica durmiendo sola. Te quedas para estar ah cuando ella despierte.
Por todas las gallinas del seor murmur Doyle.
Al Cazador de Halcones no le gustaba cmo estaba tratando a Annique. No
pasaba nada, a l tampoco le gustaba mucho.
Necesita roer un rato los barrotes para convencerse de que la he atrapado.
Luego le llevar tiempo acostumbrarse a la idea. No querr que est ah mientras
pasa por todo eso.
Y as evitas que te propine una patada en las tripas si se irrita dijo Adrian
irnico.
Eso tambin El motivo principal era que as no sentira la tentacin de hacer
el amor con ella de nuevo mientras an estaba dolorida.
Tcito estaba en el estante de abajo, encuadernado de rojo, en tres volmenes.
Era el volumen uno. Cuando pas algunas pginas, el pasaje le salt a la vista.
... Deformado por nubes y lluvias constantes, pero el fro nunca es
extremadamente riguroso Lo haba dicho correctamente, palabra por palabra.
Esta era la prueba definitiva, si es que necesitaba alguna. Porque ya saba qu era lo
que haba trado a rastras a la casa de Meeks Street esa maana. Desliz el libro de
vuelta en la estantera. Tenemos que cerrar la casa, dos vueltas de llave en todas las
cerraduras, no olvidis ninguna llave.
Ya lo hemos hecho dijo Doyle, en el instante que ella entr en el edificio.
Quizs este fuera el lugar ms seguro en Inglaterra. Pero aun as no era
suficiente, no si tenan en cuenta lo que Annique estaba transportando.
Leblanc tiene hombres y dinero. La quiere muerta. Cmo podra llegar hasta
ella?
El cuchillo del Cazador de Halcones se detuvo.
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Doyle pas las pginas con el pulgar, cerr el libro y lo dej en la mesa.
Eso no debera ser as. Tienes razn.
Ha estado de aqu para all por Europa, siguiendo a los ejrcitos. Cundo
fue a la escuela, se sent y aprendi estos libros palabra por palabra?
No lo hizo. Debera habrmelo imaginado Doyle dio la impresin de estar
disgustado consigo mismo. Tiene una de esas memorias peculiares. He odo hablar
de ellas, aunque nunca haba conocido a nadie que tuviera una de verdad.
Adrian golpe la pared con la palma de la mano.
Mapas. Me dijo que tena mapas en la cabeza. No estaba prestando atencin.
Es por eso por lo que enviaban a una nia de diez aos a los campamentos
del ejrcito Doyle entrecerr los ojos en un gesto severo. Su hija mayor tena diez
aos. No podan dejar pasar la oportunidad de usar esa memoria mgica. La
vistieron como un chico y la pusieron a trabajar en ese infierno, apenas fue capaz de
sobrevivir por su cuenta.
Ella haba sobrevivido. Se pregunt cmo deba ser vivir de ese modo,
recordando cada noche helada, cada marcha forzada, cada muerte. Sin olvidar nunca
nada. No era de extraar que hubiera llenado su mente con las palabras de los
filsofos.
Lo lleva todo encima Sus manos dibujaron un crculo, como si la estuviera
sujetando, esa frente suave, su cabello oscuro y sedoso, dentro de su cabeza.
Se quedaron de pie, mirndose los unos a los otros, asimilando las
consecuencias.
Acaso los franceses saben lo que es ella? Doyle respondi su propia
pregunta. Fouch no. La habra encerrado en una jaula o la habra matado.
Probablemente la hubiera matado. Quin sabr esto?
La madre tena que saberlo Adrian estaba caminando de nuevo hacia
delante y hacia atrs, cruzando el espacio entre las grandes ventanas y la chimenea
. Y Vauban. Los dos estn ahora muertos. Es probable que Soulier lo sepa. l la
escogi y la puso a trabajar cuando an no haba terminado de crecer. Qu os
apostis a que Soulier y Vauban la usaban como mensajero, de un lado a otro de
Francia, mientras ella guardaba los mensajes en la memoria? Golpe el pulgar con
los otros dedos, uno tras otro, mientras caminaba. Leblanc no. l no lo sabe.
La madre, Vauban y Soulier. Los tres la utilizaban para transportar secretos. Era
el lugar perfecto para esconderlos. Alguien, probablemente Vauban, en Brujas, por
alguna maldita razn, haba decidido usarla para almacenar el secreto ms
importante.
Ella tiene los planes Albin.
Vas a olvidarte ya de eso? Adrian se dio la vuelta y se enfrent a l. Me
da igual lo que Leblanc haya dicho. Me da igual que estuviera en Brujas. No mat a
nuestros hombres a sangre fra.
Estoy de acuer...
Vauban no habra enviado a esa chica a matar bajo ninguna circunstancia. Ni
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Captulo 25
Cockle Lane, Soho
Los dos hombres se abrieron paso empujando bruscamente a los ociosos que
estaban en la puerta de la taberna. Henri cojeaba, intentando seguir el ritmo de
Leblanc.
Vigilando Meeks Street. Han informado que entr en la casa con el propio
Grey. Grey, del servicio secreto britnico. Es un desastre.
Debera haberla matado en Dover. Por qu estoy rodeado por idiotas?
No lo ves? El hombre que retuvimos en Pars... era el mismo Grey. Sans
doute. La descripcin es inconfundible. El hombre que me atac en Dover, ese es Grey.
Ha estado con ella desde Pars. Desde que los metiste en la misma celda Henri
cerr el puo y se estremeci. Bougre de Dieu. Ese hombre me ha lisiado.
Eres algo peor que un lisiado, eres un imbcil. No hay ninguna prueba de que
ese hombre sea Grey Leblanc propin una patada a un perro negro que olisqueaba
alrededor del borde del desage.
Hemos tenido al jefe de la seccin britnica en nuestro chteau y no
informamos a Fouch. Dejamos que se escapase. Si esto se llega a saber, no quiero
tener que hacer frente a Fouch.
No tendrs que enfrentarte a Fouch La mirada de Leblanc se centr en
Henri. Desliz la mano debajo de la chaqueta, hacia el cuchillo que tena ah. Has
trado los hombres que tenamos en el sur? El dinero? Todo est listo?
Hecho. Todo listo. Siempre es un error utilizar mujeres. Todos confiasteis en
esa zorra y ahora se abre de piernas para ese Grey y canta nuestros secretos. Hay que
impedirlo.
No lo hars t. Eres un intil con un hombro roto. Necesito hombres que
sepan disparar una pistola Leblanc mir arriba y abajo la calle desierta. Un callejn
se abra en uno de los laterales, oculto por las sombras, sinuoso y privado. Vamos.
Tomaremos el camino ms corto.
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Captulo 26
Pero esta ropa es preciosa Sostuvo un vestido de paseo de seda estampada
. Y dices que es inglesa? Me parece que la vida es muy extraa.
An llevaba puesto el albornoz blanco que casi le llegaba hasta los pies y que
era suficientemente grande como para darle la vuelta dos veces. Era de Grey. l haba
disfrutado envolvindola en una de sus prendas.
Su dormitorio era un lugar acogedor, con cortinas de brocado azul y una cama
muy grande. Estaba desordenado con sus cosas, pero de un modo agradable. Los
preciosos vestidos estaban extendidos sobre la colcha.
Vstete para bajar a cenar Escogi el vestido de color verde claro con flores
bordadas sobre el canes. Creo que este.
Los vestidos tenan un corte precioso, el atuendo de una mujer con gusto y
refinada. Las cajas que tena a sus pies contenan combinaciones y ropa interior,
completamente nuevas y tan delicadamente indecentes como cualquiera de las
prendas que haba visto en Pars. No era habitual que una prisionera pudiera llevar
esa ropa a la cena. Haba estado prisionera en varias ocasiones y lo saba.
Me los ha trado una amiga tuya? Qu amable! No le gustaba la idea de
que l conociera a una mujer a la que pudiera pedirle este tipo de favores. Cuando
uno piensa en todas las mujeres respetables que hay en el mundo, resulta
extraordinario el que en muy pocas ocasiones me hayan ofrecido ropa interior
decente.
A que s? Su expresin estaba llena de anhelo y comprensin. Ella estaba
totalmente segura de que l deseaba verla vestida con esas prendas mnimas de seda
y encaje. l estaba imaginndose cmo se las quitaba y la depositaba sobre la cama.
Sin duda, era el jefe de seccin del servicio ingls pero tambin era un hombre.
Se dio cuenta de que no le apeteca ni lo ms mnimo tumbarse y hacer el amor
en esa enorme cama con una colcha azul. Quera golpearlo con algo, no como para
matarlo, pero s pegarle fuerte.
Cogi una combinacin y se dio la vuelta antes de quitarse el albornoz, que
cay al suelo mientras ella se pona la combinacin, todo en un nico movimiento,
tan rpido que l solo podra vislumbrar su cuerpo desnudo. Esa era su respuesta a la
mirada en sus ojos. l lo entendera. Era un hombre acostumbrado a las sutilezas.
Este es un cuarto agradable Se puso el vestido verde por la cabeza y lo alis
alrededor de las caderas. Le quedaba bien. Su amiga era casi de la misma talla que
ella, excepto que esa mujer tena ms pecho. Un escote precioso y femenino. Me he
dado cuenta de que contiene muchas cosas que pueden usarse para matar. No me
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carceleros: piensan que sus prisioneros los quieren, pero nunca es verdad. Si no me
hubieras atrapado, ya me habra marchado. En una semana te habra olvidado por
completo O en un mes, un ao o nunca. No existe nada entre nosotros, excepto
el deseo carnal.
Eso tambin.
No quiero sentir nada por ti. Lo comprendes? Te puedes imaginar lo que es
no tener ni una combinacin que ponerte? Depender de tal modo de un hombre que
tengo que pedirle ropa. No es una buena base para una amistad.
Lo s. Lo hace ms complicado. Dormirs conmigo esta noche?
l tena que preguntarlo; no lo exiga, solo lo preguntaba. Ella no saba cmo
poda luchar contra semejante astucia.
Puedo negarme?
Por supuesto que puedes. Hay unos cinco o seis dormitorios vacos, uno justo
enfrente al otro lado del pasillo. Puedo ponerte ah Acort el espacio que los
separaba hasta que estuvieron a punto de tocarse. No cerrar mi puerta con llave.
Vendrs a m?
Soy muy estpida.
Imagino que eso es un s Estaba sonriendo.
Ella le concedi esa victoria.
Vendr a ti en algn momento de la noche, caminando de puntillas por el
pasillo, abrir la puerta y me meter a gatas a tu lado. Ya puedo escuchar lo que tu
cuerpo quiere decirle al mo. Si me llevases hasta esa cama, incluso sin tomarte un
segundo para persuadirme, ardera de deseo.
El pasillo se queda helado. Duerme conmigo esta noche, en esa cama.
Acun su mejilla en la dura calidez de la palma de su mano. Estaba tan
pendiente de ella... incluso perciba el menor movimiento de su cabeza.
Tienes que decirlo.
S No tena vergenza.
Har que cumplas tu promesa La atrajo hacia l, cuerpo contra cuerpo y
acerc su boca a su pelo, respirando su aroma, emitiendo un gruido grave desde la
garganta. El que l desease hasta su olor le lleg al corazn.
Sus manos tambin tenan ganas de tocarla. Pegaron la suave tela del vestido a
su trasero, acariciando, disfrutando de la forma de su cuerpo. Cerr los ojos para
estar en la oscuridad con la fuerza que l representaba, con su deseo y su enorme
corazn que no cesaba de latir. No exista nada ms que las sensaciones. El calor se
encenda entre sus piernas y se extenda dulcemente, resplandeciendo desde el
interior de su piel, en oleadas. Estaba embriagada de sensaciones. Era...
Ella era Annique Villiers y ese hombre era su enemigo. Lo empuj para alejarlo,
respirando con dificultad. Haba estado gimiendo en voz baja y no se haba dado
cuenta. Realmente era una idiota.
Cometo... Tena que empezar de nuevo. Cometo errores contigo. Me
confundes.
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JOANNA BOURNE
No te quedes sentada como una idiota a la que le ha comido la lengua el gato. Tuvo
que usar una gran fuerza de voluntad para encogerse de hombros.
Esa es tu teora. Es una teora poco rigurosa y bastante absurda.
Qu vas a hacer con los planes, Annique? Te vas a quedar en la costa y
saludar con la mano cuando atraque la flota francesa? Por supuesto, t sabes dnde
van a desembarcar.
Tena la boca seca como papel de lija.
No voy a decir que no s nada, porque soy una mujer con una inteligencia sin
parangn, pero desde luego no s nada sobre invasiones. No dices ms que
disparates.
Odias a Bonaparte. Probablemente lo odias desde la poca de la Vende. Has
venido a Inglaterra a detener la invasin. Has caminado desde Marsella, ciega y sola,
porque sabes lo que va a pasar.
Voy a decrtelo de nuevo. No s nada sobre esos planes. Soy una francesa leal
a mi pas.
Dej que esas palabras flotasen entre ellos durante un tiempo antes de decir, con
voz muy amable.
Al final, cuando no te quede otra opcin, me dars los planes Albin. No
puedes hacer otra cosa.
Algo dentro de ella se resquebraj y se desmoron. Quizs era su coraje. Grey lo
supo. Haba unido tantas pequeas piezas, el rencor de Leblanc y sus imprudentes
palabras y haba conseguido discernirlo todo. Apenas le haba bastado afinar el olfato
para saber todo lo que haba en la cocina. El secreto de su memoria, la eleccin a la
que se enfrentaba y que la torturaba, la decisin que deba tomar. l incluso saba lo
que iba a escoger. Era uno de los mejores espas, estaba a la par que Soulier y Vauban.
l vio cuando se quebr su coraje. No exista nada que no pudiera ver en su
interior.
Maldita sea Cruz el espacio para llegar hasta donde ella se encontraba
sentada, la levant y sujet entre sus manos. Te he asustado. Me promet que no iba
a hacer eso La mejilla de ella se peg a las rayas de su chaleco con brocado. La
atrajo hacia l y sus brazos parecan estar hechos de hierro. Hablaremos, slo
hablaremos. No voy a hacer que hagas nada que no quieras. Pero el plan de
Bonaparte es una locura. Los dos lo sabemos. Va a hacer tanto dao a Francia como a
Inglaterra.
Saba tanto sobre ella... Roera los cimientos de su alma como un ratn que se
come el revestimiento de las paredes. No tena modo de defenderse de l.
No deseo hablar sobre poltica francesa. Es un tema complejo y deprimente.
De acuerdo. No hablaremos Coloc la barbilla sobre la parte superior de su
cabeza. Solo apyate en m durante un rato.
Con los ojos cerrados, en la oscuridad, era como estar de vuelta en Francia,
ciega, conociendo a Grey solo por el tacto y el olor. Al cabo de un cierto tiempo, un
reloj dio la hora en una de las habitaciones que haba a lo largo del pasillo. Siete
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JOANNA BOURNE
campanadas. Ella not cmo debajo de sus manos se tensaban los msculos de la
espalda de l y supo que ya haba finalizado la pequea tregua entre ellos. Las
treguas eran as, se terminaban, antes o despus.
l dej que se marchase.
No debera haber hecho el amor contigo esta tarde. He hecho que dudes de tu
propio criterio. Confiaras ms en m si tu cuerpo no me desease Baj la mirada y
traz con la yema del dedo el contorno de su oreja. Lo ves? Cuando eres capaz
hasta de sentir esto, retrocedes, porque piensas que trato de manipularte.
Acaso no es as?
l abri la mano, como si soltase algo.
No s cmo puedo convencerte. Te deseo tanto que me cuesta pensar con
claridad.
Qu hars conmigo cuando decida no ser una traidora por ti? Dej que sus
brazos cayeran, lejos de l.
No va a suceder de ese modo.
Sin duda, creer eso debe hacer que te sientas cmodo.
Quieres que te prometa cosas? Tengo varias promesas para hacer. Pase lo
que pase, te proteger de Leblanc y Fouch. No voy a hacerte dao, incluso aunque
siga dndote unos sustos de muerte.
Estoy tremendamente desolada por decepcionarte, pero eres un aficionado en
esto de asustarme. He conocido a expertos.
Y no har ms que empeorar a partir de ahora. Eres tan complicada. No te
amara si fueras estpida, pero sera mucho ms fcil para los dos Respir hondo
. Baja y cena. Los dems ya han empezado.
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JOANNA BOURNE
Captulo 27
La dcor de la casa en Meeks Street era completamente masculina. De las
paredes de los pasillos colgaban mapas antiguos y dibujos arquitectnicos en marcos
de colores oscuros. Sobre las mesas junto a las que pas vio carpetas, tazas de caf
vacas y guantes de hombres que haban dejado de forma descuidada en un cuenco
grande. No se vean arreglos de flores, ni un popurr de flores secas, ni adornos de
ningn tipo.
El comedor estaba al lado del estudio en el que Grey haba dejado que durmiese
esa tarde. Estaba aprendiendo dnde estaba todo en esa casa que era su prisin. Con
el tiempo, la conocera extremadamente bien.
Se detuvo frente al espejo del saln principal para inspeccionar su aspecto una
ltima vez.
El vestido te queda bien, es dulce e inocente Grey frunci el ceo. No por
ella, simplemente, ella estaba en la lnea de fuego mientras l pensaba. Ests tan
indefensa como un tigre de Bengala, gracias a Dios. Qu sabes del coronel Joseph
Reams del servicio de inteligencia del ejrcito britnico?
Su rostro no delat nada, pero se le encogi el estmago. Franoise, que haba
sido una de las agentes de Vauban, su amiga y una espa muy hbil, haba sido
interrogada en una ocasin por Reams, fue apresada e interrogada slo por una
sospecha poco slida. Haba tardado meses en recuperarse.
He odo hablar de l. Una o dos pequeas cosas.
Entonces ya sabes a lo que no enfrentamos. Tendrs que conocerlo.
Era bien sabido que Reams, del servicio de inteligencia militar, torturaba
mujeres como ella, espas, y que adems lo disfrutaba. Haba dejado que Grey le
inspirase un falso sentimiento de tranquilidad. Ahora estaba de nuevo aterrada y con
motivos.
Ha venido porque estoy aqu. El servicio de inteligencia militar est
interesado en m. Debera haberlo imaginado.
Confas en m?
No. Es decir... quizs. En cierto modo Acaso no poda ver que estaba
atontada por el miedo, acaso no poda dejarla en paz. Esa es una pregunta extraa.
Confa en m en esto. Reams no puede tocarte. No tiene poder bajo este techo.
No voy a dejar que nadie te haga dao.
Eso es lo que dijo Galba. Me lo creera ms si no me lo dijeran tan a menudo.
Tienes mi palabra Para l, eso dejaba todo dicho. Haba sido un oficial
ingls antes de ponerse al mando de tantos espas. Quizs ella s confiaba en l.
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consecuencias?
Si no intervenimos, Whitechapel acabar inundado de cadveres al terminar
la semana. Lo que quiero hacer es...
No meta las narices en este asunto, esa es mi opinin Interrumpi el
coronel Reams. Deje que se arranquen el cuello el uno al otro y se atraganten. Dado
que no nos dejan participar en todas esas tonteras...
Ustedes, los del ejrcito, son personas sencillas y directas Adrian
interrumpi con frialdad.
Deseo saber el motivo por el que esta ramera francesa se pasea por aqu como
si fuera...
Pero esta no es una de esas cenas masculinas, en las que se dan palmaditas
cuando cuentan chistes en sus barracones.
Grey movi la mano sin llamar la atencin y Adrian lo dej estar.
Coronel, es usted un invitado en esta casa y hay damas presentes. Adrian,
sirve a mademoiselle Villiers un poco de vino.
Grey estaba dejando claras algunas cosas, de modo que ella dej que Adrian
llenase su copa.
El coronel gru y gir para mirar frente a frente a Galba.
Dgame usted el porqu est esa maldita zorra de la espa francesa sentada a
la mesa.
Galba dej que el silencio elocuente interrumpiese la conversacin y luego dijo
con suficiente suavidad.
No vamos a tratar eso ahora, coronel, ni con esos trminos Se dio la vuelta
hacia Adrian. Me preocupa intervenir en la propia casa de Lazarus. Es una
provocacin por nuestra parte.
No por nuestra parte, por la ma. Acto por cuenta propia. Annique, no vas a
crecer y ponerte fuerte si no te comes las verduras.
Ella reorden lo que Adrian haba servido en su plato con el tenedor y escuch
cmo trataba elocuentemente de convencerles de uno de sus planes, que sin duda era
complejo y peligroso. No comi. De todos modos, no habra sido capaz de comer
mientras el coronel Reams siguiera as de furioso con ella. El vino ola como si fuera
un excelente burdeos.
Cul es tu decisin? Galba mir a Grey.
Hay que intentarlo. Nos ocuparemos de Lazarus despus. Will vendr con
nosotros para levantar la carga pesada.
Adrian expuls el aire de sus pulmones con impaciencia.
Es la ventana de un segundo piso. Ella... Sus ojos se deslizaron hasta donde
estaba Reams. El paquete que voy a recoger pesa veinticinco kilos y medio. Podra
sacarlo bajo un brazo.
Solo tienes uno dijo Grey, tu hombro an no se ha curado. Hazlo, si
tienes que hacerlo, pero Will ir contigo.
De este modo Grey tomaba las decisiones sobre temas importantes, enviando
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repitiendo.
Reams gir su cabeza como un toro enfurecido, mirando con ferocidad a ambos
lados de la mesa.
Ella se viene conmigo, ahora.
Estaba segura de que Reams no poda dar rdenes a Galba. Casi segura. Se
preguntaba una y otra vez el motivo por el que nunca haba aprendido ms sobre los
britnicos.
Galba no alz la voz.
La jurisdiccin es debatible. Venga, coronel, sintese. No vamos a enfadarnos
por una agente francesa, cuya utilidad es an cuestionable.
Se concentr en parecer alguien cuya utilidad era cuestionable.
El servicio de inteligencia militar tiene prioridad. Maldita sea, es ma hasta
que termine con ella La mirada de Reams avanz lentamente hasta llegar a ella. Sus
dedos se curvaron con ansia. Este era un hombre que haba empleado mucha
imaginacin para planificar exactamente cmo iba a interrogarla.
Galba cogi la copa de vino con las dos manos.
Su organizacin tendr acceso a todos los documentos que obtengamos, pero
ella se queda con nosotros.
Yo digo...
Esto es Inglaterra, coronel Grey se mantuvo firme como la roca y el acero.
Dio un paso hacia Reams. Esta vez, no tiene una tropa de hombres armados a su
espalda Dio otro paso.
Reams retrocedi. Solo un paso, pero todos haban visto cmo se estremeca,
como un perro delante del lobo. Todos saban que tema a Grey.
Maldito seas dijo de manera entrecortada y con el rostro colorado, se gir y
golpe la mesa con el puo enfrente de Galba. La vajilla de plata hizo ruido. Los
vasos bailaron. Ser mejor que te busques otra prostituta guapa para jugar. Te vas a
enterar de que s tengo la autoridad necesaria para llevrmela Sali airado, sin
mirar atrs y el joven Giles salt para correr gilmente y as abrir las puertas cerradas
con llave que iba a encontrar en su camino.
Eso realmente lo ha puesto nervioso, no os parece? Doyle coment en tono
afable. Espero que no estuvieras escuchando nada de eso, Maggie, porque no dijo
nada educado.
Bestia enana y ponzoosa Lady Markham, que era Maggie, bebi un poco
de vino.
Annique solt el aire lentamente. Se senta como si estuviera hecha de papiro
antiguo, lista para deshacerse en pedacitos al primer toque y salir volando con el
viento.
Adrian le habl al odo.
Reams tiene muy pocas oportunidades de acosar espas hermosas. Est muy
decepcionado Cogi una de sus manos y empez a calentarla frotndola entre las
suyas. Para nosotros es rutina. Abusamos de mujeres la mayora de los das de la
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semana. Ahora bien. Porqu soy yo el que sujeta su mano cuando lo que desea es
que sea Grey? El que... s, en algn momento aparecer.
Entonces Grey apareci a su lado y ella se gir hacia l y hundi su cara en su
chaleco.
No puede tocarte. Es todo una fanfarronada Grey acarici su cabello.
Acaso no me escuchaste cuando dije que estabas a salvo?
Robert, llvatela de aqu dijo Galba.
Estar bien. Dale un minuto.
Podemos concederle pocas comodidades, pero la privacidad no es algo que
vayamos a negarle Galba apart la mirada. Marguerite, mis disculpas por
exponerte a esto. Eres consciente de las exigencias que me obligan a tolerar al coronel
Reams.
Doyle se ri entre dientes.
Qu demonios, Maggie no comprende la mitad de las palabras que ha dicho
el coronel. Verdad, cielo?
Desde luego que s, he aprendido muchas palabras vulgares de ti.
Todos tenan mucho cuidado de no mirarla. No poda derrumbarse por culpa
del miedo y la autocompasin ante la mirada de tantos agentes ingleses y una
aristcrata. Dej de aferrarse a Grey.
No se preocupen, estoy perfectamente bien.
Sin embargo, l no la solt, detalle por el que ella le estuvo indescriptiblemente
agradecida.
Siento haberte hecho pasar por eso. Tenamos que mostrarle que estabas bajo
nuestra proteccin. Bajo la proteccin de Galba.
Consiento sin problemas a que me muestren como a un mono de feria Mir
muy fijamente a su plato. Aunque no me gustan los hombres enfadados que gritan
para decidir quin me va a llevar a su stano para torturarme.
No puede llegar hasta usted dijo Doyle en voz baja, no puede pasar por
encima de nosotros.
Mademoiselle dijo Galba, lamento que la hayamos angustiado.
Aplazaremos el resto de esta conversacin hasta otro momento.
Era muy educado. El ruidoso coronel con sus mltiples amenazas era el menos
peligroso de todos los hombres de la habitacin. Ahora tena que enfrentarse al resto.
No tiene sentido esperar.
Quizs no. Desea retirarse a otro lugar para comer en paz?
No es necesario.
Intentar beber el resto del vino?
Ella neg con la cabeza.
No intento aturdirla. Un vaso de burdeos no suele hacer eso, no? Y nada del
resto de la comida la tentar, verdad? Entonces, coja el vino y vayamos a la
habitacin contigua.
Adrian empuj unas puertas traseras correderas que separaban el comedor del
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estudio. Esta era la habitacin donde haba dormido antes en el sof. Obviamente,
ahora tena que sentarse en ese mismo sof. Grey haba trado su copa de vino. No
bebi ni un poco, pero le dio algo en lo que ocupar las manos. Detrs de ellos, en el
comedor, Giles limpi la mesa, apilando los platos en un montaplatos en la pared.
Nadie le dijo nada. Se sentaron en sillas cmodas con la soltura que da una
prolongada familiaridad con el entorno. Paxton descorri el borde de una cortina y
mir ms all de los barrotes, hacia el lugar por el que la luz iba perdiendo
intensidad. Sus ojos estaban fijos en el cielo, evaluando, como alguien que va a
embarcarse en breve. Adrian empez a hablar en voz baja con Doyle, sobre temas
tcnicos relacionados con cuerdas y techos. Galba se sent en el amplio silln rojo a
pocos centmetros de ella y observ el fuego. Al cabo de escasos minutos, Giles trajo
una bandeja con tazas y una tetera de plata, slo que estaba llena de caf, a pesar de
que esto era Inglaterra y ella haba esperado que la atacasen con la idea del t ingls.
Se pregunt si esa era una costumbre habitual entre estos hombres o si formaba parte
de una velada especialmente planeada para ella. Grey se mantuvo de pie detrs de
ella, tan cerca que su chaqueta rozaba su espalda.
Hablamos todos juntos, mademoiselle, o necesita ms tiempo? pregunt
Galba.
Le felicito por economizar las amenazas. Me parece que no me ha dirigido ni
veinte palabras en toda la velada y ya tiemblo de terror por su culpa.
El anciano emiti un ruido que denotaba enojo.
Es intil intentar razonar con usted. Robert, llvatela arriba. Volveremos a
intentarlo cuando est ms tranquila. Maana...
Ella se atrevi a interrumpirlo.
Monsieur, no voy a estar ms tranquila si he de mantener esta conversacin.
En ese caso, en nombre de la cordura, beba un poco de caf. Giles, srvele una
taza. O bien, pngase en pie y grite, pegue a Grey un puetazo en el estmago o haga
lo que tenga que hacer para serenarse. Me horroriza la idea de tratar con una mujer
de su categora aterrada.
Ella supo, casi con total seguridad, el camino que deba seguir durante la
siguiente hora.
No beber caf. Nada de nada. En lugar de eso, hablemos Dej con firmeza
la copa de vino en la mesa, lejos de ella.
La mano de Grey se movi ligeramente hacia su nuca, debajo del cabello, clido
al entrar en contacto con su piel. Hizo eso para darle fuerza y calmarla. Se le ocurri
que no se necesitaba mucho para convencer a una mujer de que est enamorada si el
hombre muestra un poco de amabilidad con ella cuando est sola y asustada.
Me gustara llamarla Annique, si me lo permite dijo Galba.
Quera usar un tono informal cuando la amenazase.
Tranquilzate y responde a Galba dijo Grey en voz baja.
Por supuesto que me puede llamar Annique.
Galba torci el gesto.
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Grey tir de ella para que se pusiera en pie, ayudndola, cuidando de ella.
Galba se puso en pie.
Buenas noches. Volveremos a hablar. Tenemos mucho que tratar.
Saban que tena los planes Albin. Pretendan quitrselos. Bajo toda esa
cordialidad, eso era lo que se haba dicho.
Era mejor establecer esa realidad entre ellos.
Buenas noches, monsieur Galba Hizo una reverencia como hara una joven
de buena familia ante un hombre mayor. Aplazaremos todos los temas que usted
quiera tratar. Pero no comer ni beber nada mientras permanezca en esta casa. Tiene
poco tiempo para empezar a subvertirme.
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JOANNA BOURNE
Captulo 28
Una mujer impresionante dijo Paxton apenas se cerr la puerta tras ella,
os felicito por sacarla de Francia.
Quizs Fouch la ha infiltrado para volver loco a Grey Adrian segua
rindose entre dientes.
Podra ser dijo Doyle, es tan buena que nunca lo sabremos.
Yo lo sabra Maldita sea, estaba orgulloso de ella.
Si la conoces tan bien, dime cmo es posible que la hayamos llevado hasta
esta estupidez Adrian cerr las cortinas de un tirn, colocando una encima de otra
de modo que no saliera ni una franja de luz hacia el jardn lateral. Volvi a ponerse
completamente serio cuando se gir para mirarlos; tambin estaba enfadado. Ella
es la persona que yo debera sacar esta noche por las ventanas del segundo piso.
Veris, ella se equivoca Lanz una mirada a Galba. No voy a dejar que le hagas
cosas tremendamente horribles.
Nadie va a hacerle dao a la chica, a menos que Tiny la muerda por las
escaleras Doyle alz una ceja ante Galba. Esperabas que funcionase con una
idealista poltica tan joven que podra ser una nia?
Esperaba establecer un dilogo extendido y evitar exactamente este tipo de
acciones de valenta que acabamos de presenciar. Por desgracia, ya haba planeado
esta farsa antes de que hablase con ella.
Crees que es un farol? pregunt Doyle. Yo no.
Galba mir a Grey.
Robert?
No es un farol.
Adrian?
No es un farol. De hecho, ella est ponindonos el nuestro en evidencia
Adrian levant un pulgar. El de Grey.
Galba asinti.
Esa es mi opinin. Lo he llamado accin de valenta, pero de hecho, es
admirablemente racional. No comer. Es la nica arma concebible que le queda.
Supongo que ni siquiera beber agua.
Ni agua, ni nada Cerr los ojos, repasando la conversacin, intentando
recordar en qu momento haba notado que ella endureca su postura. Estaba
planeando esto cuando rechaz el caf. Tom la decisin cuando escuch tu oferta.
Durante un minuto, dese decir que s. No va a rendirse tan fcilmente.
De modo que nos ha dado menos de dos das para persuadirla con
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argumentos razonados o para demostrar que somos unos villanos dijo Galba,
cautiva y sin armas, ha conseguido quitarnos de las manos el control de la situacin.
Admirable.
Doyle se tumb de forma poco elegante en el enorme silln que haba junto al
fuego con los pies apoyados sobre los morillos de la chimenea. Maggie estaba
sentada en un sof otomano bajo, apoyando la cabeza contra su rodilla, cercana a l
en un gesto carioso. Se movi y se sent con la espalda erguida.
Quieres decir que esa chica pretende matarse de hambre si no la dejas
marchar?
No permitir que llegue a eso Recogi la copa de vino de Annique y la gir
lentamente. El vino dibuj un crculo, un remolino de luces rojas que giraban con una
depresin en el centro.
Lleva toda la vida preparndose para esta eventualidad dijo Galba en voz
baja, somos sus enemigos, Marguerite, y la hemos acorralado. Est desesperada, es
una mujer apasionada y sobre todo, es muy joven.
... Y jodidamente descuidada con su propia vida. Deposit la copa en la mesa
con impaciencia.
De todos modos, maldito sea Scrates.
Adrian empez a hablar, pero luego se fue a ayudar a Giles a recoger las tazas.
Galba golpe suavemente el panel tallado insertado en los brazos de la silla.
Los planes Albin son una responsabilidad seria para alguien tan joven. Con
el tiempo, la liberaremos de esa responsabilidad. Mientras tanto, debemos ofrecerle
mtodos alternativos para que se enfrente a nosotros.
Me la llevar a casa antes de que acabis matndola en vuestro estpido
juego con vuestros estpidos secretos Maggie frunci el ceo. Me imagino que
os daris por satisfechos si ella se suicida para escapar de vosotros.
No vamos a dejar que haga eso, Maggie. No es tan fcil atrapar chicas
francesas guapas a este lado del Canal Doyle atrajo a su esposa de nuevo hacia l y
la envolvi con sus enormes brazos como un oso, y a Robert no le gustara.
En ese caso, Robert no debera llevarla hasta la desesperacin dijo ella
cida.
Todos tenemos la culpa Adrian recuper la copa vaca de Paxton. Grey la
lleva a la cama. Los dems nos movemos sigilosamente a su alrededor, siendo
amables e insidiosos. Estamos siendo tan astutos que me pone enfermo.
Astutos Doyle estuvo de acuerdo, esos somos nosotros.
Adrian expres su opinin recogiendo la taza de caf de Doyle, que an estaba
medio llena y marchndose con ella.
Cazador de Halcones Grey recibi una mirada enfadada, llena de rabia
contenida, por parte de Adrian. No la subestimes. No es tan solo la amable y
preciosa Annique. Recurdalo. Es el Joven Zorro y este es el Juego.
Y por el momento vamos igualados en puntos dijo Doyle. De modo que
no me siento tan brillante como suelo sentirme habitualmente. Adems, no me gusta
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inteligencia militar.
Era la carpeta de Annique. La que Grey nunca haba visto. El nombre, Annique
Villiers, era el tercero de doce alias escritos con tinta en negrita en la esquina superior
derecha. La carpeta tena ms de siete centmetros de grosor, llena de informes
escritos con letra pequea por muchas manos. La mayora de los documentos, incluso
los que tenan el color desvado, estaban limpios y sin arrugar. No haban pasado por
muchas manos, ni demasiadas personas los haban ledo.
Titube, luego abri la carpeta. Siempre haba un resumen dentro de la tapa
izquierda de la misma. La primera lnea le explic todo. Adrian estaba leyendo al
revs. Aspir aire bruscamente.
Dios santo Doyle, inclinndose sobre su hombro, lo asimil todo de un
vistazo y blasfem.
Sigui leyendo. No era de extraar que eso fuera un secreto. No le extraaba
nada.
Doyle dio un paso torpe hacia Galba.
Deberan habrmelo dicho.
Nadie lo saba.
Operaban en Viena. Mi feudo, maldita sea, debera haberlo sabido.
Conoces los privilegios de ser un agente por cuenta propia. Will, t mismo
hiciste esas normas.
Pero no las utilices en mi contra. Estuve a punto de... Dios bendito. Por qu
no me lo dijiste? Una palabra habra bastado, una palabra.
Tus acciones y tu enemistad era parte de su proteccin. El archivo de
Annique. Grey pas pgina tras pgina, sintiendo la ira retorcindose en su pecho.
Esto va a romperle el corazn.
Ella no lo sabe. Por qu demonios no lo sabe?
No voy a negar mi culpabilidad Con expresin sombra, Galba volvi a
cerrar con llave el cajn y guard la llave en el bolsillo. No estaba de acuerdo pero
lo autoric. El hecho es que su madre decidi no decrselo.
Increble.
Lo comprendo cuando ella era una nia, pero cuando creci... Cmo pudo
no decrselo?
No hay excusas. Nunca se lo dijo a Annique. Ahora tenemos que hacerlo
nosotros.
Se lo contaremos todo, cada maldita cosa Cerr de golpe la carpeta. Le
daremos esto. Todo, cada palabra. Tiene derecho a saberlo.
Tiene derecho a saberlo Galba se hundi pesadamente en la butaca orejera
junto a la chimenea. Saba que esto iba a ocurrir. La compadezco enormemente,
pero no puedo evitarle este mal trago.
Maana No esta noche. Djame darle una noche, antes de tener que
hacerle esto.
Adrian segua pasando enfadado las pginas de la segunda carpeta, una pgina
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JOANNA BOURNE
tras otra.
Veinte aos de mentiras. No nos hemos dejado ni un trapo por colgar, no es
as, ma pauvre?
Ha sido un error Doyle se frot la parte posterior del cuello. Me da igual
lo valiosa que era para nosotros. Esto estaba mal y aun as lo hicimos.
Maggie no estaba familiarizada con los archivos del servicio. Le llev ms
tiempo leer las anotaciones y descifrar la historia.
No puedo creerlo. Cmo pudo una mujer hacer eso a su hija? Estaban muy
unidas Annique y su madre?
Muy unidas dijo Doyle.
Vais a hacerle un dao insoportable, ahora que su madre acaba de morir...
Lo s, Maggie, cario. Ya es bastante malo lo que le estamos haciendo a esa
chica, para que ahora le demos una patada en el estmago con esto.
No vamos a dejarlo caer en su regazo y gritar: Sorpresa! . Iremos poco a
poco... Adrian, por una vez, no pareca seguro. Nosotros.... Qu vamos a hacer
nosotros? Cmo dice uno una cosa como esta?
Ella no os creer dijo Maggie. Incluso antes de que le hagis tanto dao,
debis convencerla.
La prueba de esto es su propia mente dijo Doyle, su madre ha debido
cometer un fallo o dos en todos esos aos.
Una vez que lo supiera, Annique recordara. Se quedara despierta de noche y
recordara cada mentira que le haban contado.
Y l tena que decidir cmo se lo iba a decir.
Maggie tiene razn. Tenemos que convencerla de que es verdad Le quit a
Adrian la carpeta que estaba leyendo y extrajo una nica hoja. La alis para que todos
la vieran. Aqu. Empezaremos por el inicio. Maana la llevaremos a St. Odran y le
mostraremos el original de esta copia en el registro de la parroquia. Podemos hacer
eso con Leblanc suelto?
Doyle titube, luego asinti.
Es un pequeo riesgo, pero tenemos hombres suficientes para mantenerla a
salvo durante ese tiempo.
Bien. Le mostraremos el registro de la parroquia, luego la traeremos de vuelta
y le daremos las carpetas. Se lo explicaremos Levant la vista y se encontr con la
mirada perspicaz de los ojos hundidos de Galba. T se lo explicars. Desde luego,
yo no puedo.
Llevo diez aos pensando en las palabras adecuadas. Quizs las encuentre
maana.
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JOANNA BOURNE
Captulo 29
Annique estaba esperndolo en su dormitorio, en su cama, boca abajo. Estaba
encima de la colcha, leyendo un libro. Estaba desnuda.
Lo mir a travs de las pestaas.
Me alegro de que no te haya devorado ese animal que tapa la puerta. Qu es
esa cosa?
En toda Inglaterra, toda Francia, en el mundo entero, no exista otra mujer para
l. nicamente Annique. La tena desnuda en su cama. Este era uno de los momentos
perfectos de la vida.
Creemos que es en parte lebrel irlands. Doyle se lo encontr en los muelles,
probablemente vena de alguno de los barcos.
Yo dira que es ms bien un lobo y probablemente tambin tenga parte de
elefante. No le caigo bien.
Bien, de ese modo no te pondrs a deambular por los pasillos de noche.
Maggie ha trado camisones.
Los he visto. Por supuesto, son muy bonitos, pero he pensado que preferiras
ver que estoy completamente indefensa cuando te acerques a m. Por lo que tengo
entendido, es necesario que un hombre no est nervioso en estas circunstancias Se
enderez apoyndose en los codos, sus pechos rozaron la colcha carmes de cuero.
Esboz una sonrisa de complicidad pero su mirada era tmida. Los hombres mataran
por poseer a esa mujer.
Se acerc a ella, desanud la corbata, deslizndola del cuello de la camisa,
lanzndola en la silla al pasar. Se sinti infinitamente poderoso. Ella haca que se
sintiera as.
Me alegro de que ests tan dispuesta. Supongo que te ests preparando para
una ltima y hermosa noche en la que haremos el amor...
Ella abri los ojos ligeramente.
Quizs.
Antes de que empieces a morir de sed.
Arque las cejas molesta.
No pretenda sacar el tema. Esas cosas no suelen dar pie a un
comportamiento romntico.
Esa nobleza nefasta tuya lo echa a perder todo, no te parece?
No he cambiado nada con mi decisin. Simplemente he retirado la apariencia
de cortesa. No tengo que justificar mi comportamiento ante un...
Entonces no lo hagas. Las mejores mentes en el servicio secreto britnico van
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JOANNA BOURNE
a convencerte maana de que abandones ese plan. Hemos pasado la ltima hora
tramando, tenemos planes.
Vaya Ella daba la impresin de estar obstinada e inquieta, aunque tambin
aliviada. La mayor parte de ella esperaba que la convencieran de que no siguiera
adelante con esa idiotez.
Yo tambin tengo planes dijo l. Ella solo tena que mirarlo para ver lo que
tena en mente.
Tir para abrir el ltimo botn, se quit la camisa por la cabeza y la dej caer al
suelo, luego se quit los pantalones. Ella empez a sentarse, pero l coloc sus manos
sobre sus hombros para mantenerla donde estaba. Le gustaba verla de ese modo...
desnuda, tumbada boca abajo. Era preciosa de un modo exquisito y no poda
atacarla.
He mencionado ya que eres la mujer ms hermosa del mundo?
Entre un tema y otro hemos olvidado decirnos ese tipo de cosas el uno al otro.
Esos elegantes msculos felinos que tena ella le avisaban de lo nerviosa que
estaba. Estaba dispuesta, pero nerviosa. Poda sacar partido de esos nervios. Poda
hacer que explotasen en su interior como la espuma en un barrilete de cerveza. La iba
a volver loca esa noche, ms all de todo pensamiento racional, ms all de todas las
restricciones.
Me gusta esta curva aqu... Recorri con su mano los largos y firmes
msculos que corran en paralelo con su columna vertebral. Es como el campo en
mi tierra natal. Amplio y ondulado.
Soy como el campo?
El campo en Somerset Acarici su trasero. Con pequeas colinas.
En verdad, los hombres piensan de un modo extrao.
l la acarici de nuevo.
Eso te lo dijo tu madre?
Me he dado cuenta de que mi madre no me dijo nada al respecto. Vers, ella
no deseaba que yo fuera una cortesana y por lo tanto, no me instruy en esas artes
Lo mir por el rabillo del ojo. Excepto algunas nimiedades. Creo que no las
conocen las chicas inglesas respetables, que no han recibido una educacin muy
completa. Si quieres, puedo mostrrtelas.
Una punzada de pura lujuria le recorri el cuerpo. Su dama no era
completamente inocente en todos los sentidos. Poda prever muchas noches muy
interesantes mientras decidan exactamente cul de los dos iba a mandar en la cama.
Quizs ms tarde.
Hay una en concreto que me parece interesante. Tengo curiosidad por ver
cmo funciona.
Iba a volverlo loco, lo iba a hacer a propsito.
Lo reservaremos para las largas noches de invierno que nos esperan. Te he
dicho que te quiero, Annique? Empec a quererte ms o menos la cuarta vez que
intentaste lisiarme, pero nunca encontr tiempo para decirte las palabras.
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Captulo 30
Una se siente estpidamente joven a la maana siguiente despus de hacer el
amor, cansada pero con ms vigor, como si se hubiera pasado toda la noche bailando
y hubiera sido capaz de robar con xito un envo o dos de documentos prusianos.
Se estudi en el espejo del dormitorio de Grey. Pens que pareca una engreda.
Mam no me dijo que no dejase que los hombres me comprasen vestidos,
como aconsejan otras madres a sus hijas. Me dijo que no dejase que fuera el hombre
el que los eligiera.
Una mujer sabia Grey le haba dicho que se pusiera el vestido de paseo de
color lavanda para las actividades de la maana. El color hara que pareciera frgil.
La excelente sencillez del diseo era, puesto en ella, absolutamente jeune fille.
Lo que era an ms sorprendente era el cuchillo que le entreg. Ella lo lanz de
una mano a otra unas cuantas veces, luego lo desliz en su sitio, en la funda que l
mismo at a su mueca. l actuaba como si fuera completamente normal hacer el
amor con una espa cautiva al amanecer y luego dotarla de armas de este modo tan
letal. No poda imaginarse el motivo por el que lo haca.
Este es de Adrian dijo ella, porque el cuchillo era plano, marrn con un
acabado mate y bien equilibrado, exactamente igual que el otro cuchillo de Adrian.
Dice que cuides mejor de este l hurg en el armario. Creo que debes
ponerte esto Era un sombrero de paja con lazos de color lavanda, lo que significaba
que iban a salir de la casa. Realmente, esta era una extraa primera maana de un
cautiverio.
Sopes esa informacin mientras salan de la habitacin y se dirigan a la parte
superior de las escaleras. Se oan voces que provenan de abajo. En cuestin de
segundos pudo echar un vistazo por encima de la barandilla y vio a Galba en el
pasillo de la planta baja, siendo amable con un anciano delgado, vestido muy a la
moda.
Mi sobrino, Giles dijo Galba. Lo que era un dato que desconoca sobre
Giles. Nos ayuda hasta que Devlin se recupere. Giles, este es Lord Cummings.
Un nuevo portero, no? Eso es mantener el negocio en la familia El visitante
habl con esa voz aguda propia de un aristcrata ingls. Estoy seguro de que
desempear un gran trabajo, impidiendo el acceso a los villanos, joven Giles. Un
buen trabajo. Imagino que en una semana o dos estar de vuelta en Eton, contando
todo sobre sus aventuras en Londres.
Harrow, seor dijo Giles.
Mmm, s. Los mejores aos de tu vida. El cricket y... todo eso Meti el
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Captulo 31
El carruaje los esperaba en el bordillo de la acera. Ella sigui a Galba de manera
decorosa mientras bajaban los escalones y no permiti siquiera una ligera contraccin
del prpado a pesar de la enorme emocin que senta saltando en su interior. Grey
mantuvo la puerta abierta y Galba la ayud a subir con ternura.
Estn los hombres en sus posiciones? Grey se desliz junto a ella. Apenas
el carruaje se puso en marcha, abri un panel en el almohadillado, sac una pistola y
luego hizo lo mismo en el otro lado. Este era un carruaje alquilado muy bien provisto
de armas. l tambin tena una pistola en su abrigo. Poda sentir cmo chocaba
contra su muslo.
Will lleva despierto desde las cinco. Asegura que ya estamos cubiertos de
manera adecuada Galba ocup el asiento enfrente de ellos con su gran cuerpo
cuadriculado. Ella no habra dicho que estaba gordo. Sencillamente era uno de esos
hombres que ocupaba mucho espacio, como un rbol viejo, fuerte en su fibra. Tena
su propia pistola, una pequea que sostena ahora que acababa de sacarla del bolsillo
de la chaqueta.
Bueno, eso ha sido divertido Grey estudiaba las calles a la derecha mientras
el carruaje avanzaba. Galba vigilaba el otro lado. Annique no era lo que l
esperaba.
Reams es un imbcil.
Pase lo que pase, Cummings va a despellejar vivo a Reams por haberlo hecho
quedar como un idiota delante de ti. Annique, por qu has dicho que el traidor est
en la oficina de Reams?
l la mir, directo y sereno. Ella se vio obligada a recordar que Grey no era tan
solo un amante en su cama, era el jefe de seccin del servicio secreto ingls y el jefe
de muchos espas. En ese momento, deba decidir lo que iba a darles a los britnicos.
Los caballos haban recorrido unos noventa metros de calle. Existan niveles de
traicin? Acaso existan pequeas traiciones triviales y grandes traiciones? Vadeaba
agua sucia y cada vez se hunda ms.
Pero tan solo le quedaba una opcin, a menos que quisiera visitar los
interesantes stanos del coronel Reams.
Su seora se equivoca en una cosa. No era Vauban el que trataba con el
traidor en vuestro servicio de inteligencia militar. Era Leblanc.
Grey y Galba permanecieron callados. El silencio es un arma poderosa en una
interrogacin. Despus de haber recorrido otros noventa metros, ella dijo:
Nuestro espa en la oficina de Reams. Lleva en la nmina de Francia desde
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hace tres aos, acept solo por dinero. Hemos depositado cientos y cientos de libras
en una cuenta en el Hoares Bank. Su nombre es Frederick Tillman.
Grey golpe el cojn que tena a su lado, con un golpe de boxeador tan rpido
que a la vista pareca borroso.
Lo tenemos! Tenemos al bastardo! Tillman. El cuado de Reams, por amor
de Dios. Es su segundo de a bordo Esboz una sonrisa burlona, hermtica y feroz
. Esto va a ser el fin de Reams.
Galba sonri.
Estaban muy satisfechos. Ella haba vendido un pequeo secreto a cambio de un
poco de seguridad. No se senta muy contenta.
As que este era el modo en el que todo empezaba. No con una decisin drstica
sobre si deba revelar los secretos de los planes Albin. Haba empezado con el
nombre de una comadreja avariciosa y de menor importancia. Los britnicos la
corromperan para que revelase un secreto cada vez, con una excusa u otra, hasta que
ya fuese suya por entero. Ya saba cmo se hacan esas cosas. No poda competir con
esos hombres en determinacin, ni en inteligencia.
Grey solo necesit una mirada para saber lo que ocurra dentro de ella.
Esto no es la parte fina de la cua, Annique. Sabes exactamente lo que ests
haciendo.
Eso era cierto, as que se sinti mejor. En los archivos de Fouch en Pars,
Tillman estaba marcado como un hombre en el que no se poda confiar y del que se
poda prescindir. Haba dejado de ser til. Cualquier agente francs poda haber
revelado su nombre, si lo hubiera necesitado.
Vuestro monsieur Tillman es un traidor de poca monta, que slo trabaja por
dinero. Nos vende secretos britnicos, luego vende secretos franceses a los Romanov
y vende los secretos de todo el mundo a los Habsburgo. Traiciona a muchos jefes
Sus dedos estaban arrugando el vestido, lo que era una mala costumbre, as que se
detuvo. No puedo daros ninguna prueba. Slo puedo daros el nombre que tengo
en la cabeza.
Conseguir la prueba. Ahora que tengo el nombre, puedo conseguir la
prueba El brazo de Grey la rode. No era el tacto del amante sino el gesto cmodo
de un colega antes de la batalla. Todo este tiempo sus ojos haban seguido vigilando a
travs de la ventana, buscando en cada esquina, como si de hecho este fuera un viaje
hacia el campo de batalla.
Galba tambin estudiaba la calle.
Todava no nos sigue nadie. Robert, tu valoracin. Crees que Cummings se
atrever a desafiarme directamente? Trajo consigo doce hombres uniformados. Es un
hombre poltico y prudente, pero tambin le encanta aprovechar el momento. Crees
que se la llevar a la fuerza? Estamos preparados para todo tipo de eventualidad
menos para esa.
Pasaron otra calle. Grey aprovech todo ese tiempo para pensar sobre el tema.
Pretenda hacer eso. Por eso trajo a esa manada de agentes de la marina.
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Cambi de idea cuando Annique dej caer su pequea granada. No puede correr el
riesgo de estar apoyando al jugador equivocado. Adems, tiene miedo de que le
dispare.
Lo haras.
Grey no tena que responder. Su silencio era como la parte plana de un cuchillo
pulido.
Poco despus, llegaron a una iglesia, pequea y vieja, apiada entre casas, que
tena el nombre St. Odran en las puertas de entrada. Piedra llena de holln que
ascenda hasta culminar en varias puntas afiladas, algunas con protuberancias en la
parte superior, adems la iglesia tena ventanas pequeas y brillantes.
Realmente vamos a misa? Era lo que haban dicho, pero no se imaginaba
que lo haban dicho en serio.
Entrar en contacto con la religin establecida no te dejar cicatrices externas
Galba recogi su sombrero del asiento a su lado.
Ella atraves la puerta de la iglesia entre los dos hombres, armados hasta los
dientes y vio, casi de inmediato, a Adrian en la fila de atrs, que pareca un perro en
misa, de lo fuera de lugar que estaba ah.
Vais a matarme de un susto susurr a Grey.
Da la impresin de ser devota Le aconsej y dej que se sentase junto a
Galba. l se coloc en algn punto detrs de ella. Despus de eso, sinti cmo l la
miraba casi todo el tiempo.
Galba se qued sentado, imperturbable, a travs del largo e incomprensible
servicio religioso. Apenas haba entrado, se haba transformado en la autntica
imagen de un prspero comerciante de la ciudad, en parte ingenioso y astuto como
un zorro, pero encajaba perfectamente con el resto de la reunin de pequeos
burgueses. Lo rodeaba un aura de autocomplacencia consciente, como si fuera un
abuelo orgulloso que acompaa a misa a su preciosa y joven nieta.
De modo que jug a ser la nieta preciosa y joven, del mismo modo que haba
interpretado tantos papeles, y sujet el devocionario ingls que l le entreg. Despus
de revisar su memoria, concluy que este era de hecho el primer servicio religioso al
que haba asistido en toda su vida. Se puso en pie, se sent y se arrodill cuando el
resto lo haca e intent relacionar estas actividades con lo que estaba ocurriendo en la
parte delantera de la iglesia, pero no tuvo xito al hacerlo.
Mientras se sentaba y el hombre vestido de negro hablaba durante bastante
tiempo, pas lentamente las pginas del devocionario de la liturgia de la Iglesia
anglicana8 y lo guard en la memoria, porque uno nunca sabe lo que puede llegar a
ser til. Se sinti completamente desconcertada durante toda la misa, sin una pausa,
hasta que finalmente se pusieron de pie y recitaron algo en tono montono, tras lo
que todos, menos ellos, empezaron a irse. Grey se uni a ellos. Al cabo de unos pocos
minutos, eran los nicos que estaban en la pequea iglesia.
8
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que no lo comprendo.
No es una falsificacin, ni una sustitucin. Acepta que es autntico.
Ella asinti.
Estuve en Inglaterra cuando era una nia. Lo recuerdo, aunque slo tengo
recuerdos borrosos. Pero no saba que haba nacido aqu, en Londres. Por qu nac
en Inglaterra?
Todos tenemos que nacer en algn sitio. Salgamos de aqu.
Fuera, Adrian esperaba, con la espalda apoyada contra la pared, observndolo
todo con la atencin imparcial y carnvora de un halcn. Le dijo unas cuantas
palabras a Grey.
Una refriega en el patio de la iglesia dijo Grey a Galba apenas subieron al
carruaje.
Galba mantuvo su pistola sobre su regazo en el viaje de vuelta. Grey dej la
suya a su lado, sobre el asiento. El carruaje dio la vuelta a Booth Square para utilizar
otra ruta para volver a casa. Ella poda sentir la presencia de hombres en las calles,
que seguan y vigilaban el carruaje a ambos lados de la calzada, protegindola. Tena
la sensacin de estar introducindose en un ocano de eventos, sacudida por
corrientes que no comprenda.
Meeks Street haba quedado vaca de todos los grupos de espas. La escoltaron
escaleras arriba hombres de rostros duros y expresin seria, y Doyle, con aspecto
amable y completamente relajado. Estaba tan preocupada que casi no se dio cuenta
de que estaba caminando de vuelta a su prisin.
En el saln, mientras esperaba a que Giles abriese la puerta que conduca a la
parte interna de la casa, dijo lo que llevaba dando vueltas en su mente desde que
abandon la iglesia.
Peter Daffyd Jones Grey y Galba se giraron. Alguien le ha informado de
que mi madre ha muerto?
l tambin est muerto, Annique. Peter Jones era tu padre dijo Grey.
Era imposible que no lo supieran, ese dato sobre ella era del dominio pblico.
Mi padre era Jean-Pierre Jauneau, tambin conocido como Pierre Lalumire.
Fue un hroe de la Revolucin. Lo ahorcaron en Lyon con los otros lderes de la
Rebelin de los Dos Sous cuando yo tena cuatro aos.
Pierre Lalumire era Peter Jones. Era gals. Qudate quieta un minuto. Creo
que voy a desarmarte durante un rato.
Se subi la manga y extendi el brazo para que Grey le quitase la correa que
sujetaba la vaina del cuchillo.
Esto no tiene sentido. Mi padre era vasco o quizs gascn. Quieres decir que
mi padre era gals? Por qu tendra que ser gals? Nadie es gals. Nunca en toda mi
vida he conocido a alguien que sea gals. Es la cosa ms estpida que puede ser uno.
Yo soy gals dijo Galba. Ven al piso de arriba.
Eso no me sorprende del todo, porque deb suponer que habra muchos en
Inglaterra, que est cerca, pero no hay ninguno en Francia que yo sepa. Por qu iba
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Esta era la carpeta de un agente del servicio secreto britnico que haba nacido
como Peter Jones y luego haba adoptado el nombre de Pierre Lalumire. Haba
trabajado por cuenta propia y cuando muri tena una categora 17. Su pensin haba
sido asignada a su viuda, Lucille Jones.
La carpeta contena cientos de pginas, viejos documentos que parecan y olan
como si fueran completamente autnticos. Haba un informe poltico que l haba
redactado sobre los abusos del Antiguo Rgimen y sobre la agitacin intelectual que
luego se convirti en la Revolucin. Las sociedades secretas, los clubes polticos. Pas
las hojas. Pierre Lalumire, que era tan galardonado en Francia que todos los
colegiales conocan su nombre, haba sido en realidad un ciudadano britnico y un
espa.
La carpeta debajo era la de su madre. La cogi y se dio cuenta de que era
gruesa.
Lucille Alicia Griffith... Hija de Anne y Anson Griffith.
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Ella no lo sabe Grey sujet su rostro entre sus manos, de manera que
tuviera que mirarlo, y entonces habl lentamente. Tenemos que decrselo. El
nombre de Galba es Anson Griffith. Si estuvieras ms familiarizada con el servicio
secreto, lo sabras Esper. Era el padre de Lucille Griffith. El padre de tu madre.
Su mente era un espacio plano y estril como una playa despus de la marea.
Ninguna de sus palabras tena ningn sentido. Quizs ya no recordaba cmo hablar
ingls.
Galba gru.
Cuando pueda pensar de nuevo, trela abajo. No debera estar sola.
Grey le acarici el pelo, deslizndolo entre los dedos.
Estar bien en unos pocos minutos.
Nunca volver a estar bien.
S, lo hars, mi pequeo mero. Eres increblemente fuerte. No lo sabas?
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Captulo 32
No fue capaz de calcular cunto tiempo haba pasado. No escuch a Galba
cuando sali. Cuando volvi a alzar la vista, estaba a solas con Grey.
l estaba de pie junto a la ventana, levantando la cortina con la parte posterior
de los dedos para mirar fijamente la calle. Ella hizo un ruido o cambi en el ritmo de
su respiracin y l se gir en su direccin. Entonces vio lo que haba en sus ojos. l
habra enrollado a Inglaterra por las esquinas como una alfombra y la habra
trasladado a Groenlandia si eso hubiera ayudado. l lo habra hecho por ella.
Se haba convertido en una persona digna de lstima. Nunca haba sido la astuta
Joven Zorro. Haba sido el perro que le traa secretos a mam. Todos esos aos se
crey tan importante por su inteligencia, pero siempre haba sido una tonta. Toda su
vida, fue una tonta.
La sangre lata como tambores dentro de sus odos. El mundo lata en rojo en
los extremos.
Mentiras La silla chirri detrs de ella, se vino abajo y cay con un
estruendo cuando ella la empuj a un lado. Golpe la mesa con los puos.
Mentiras, mentiras y mentiras!
La carpeta de su madre estaba encima de la mesa. La cogi con las dos manos y
la lanz al otro lado de la habitacin. La carpeta vomit papeles a medio camino por
el aire que ondearon y se esparcieron.
Nada ms que mentiras! Barri de la mesa la carpeta de su padre con el
dorso de la mano. Se extendi encima de la alfombra, dibujando una raya larga y
pareja... pginas y pginas escritas con su caligrafa recta y precisa.
Eso dej su carpeta. Desgarr la tapa por la mitad. Todo se vaci extendindose
por la mesa. Los informes que deberan haber ido a Pars, sus cartas. Las cartas que
haba escrito a mam. Dieu. Las palabras tontas, llenas de amor y confianza que haba
escrito... todos sus pequeos secretos. Todo el mundo en esa casa las haban ledo.
Docenas y docenas de cartas, escritas en breves minutos, junto a campos de
batalla, estaban arrugadas porque las haba llevado pegadas a la piel. El papel estaba
sucio porque lo rescat de la basura; era papel que haba robado de las tiendas de los
oficiales, papel comprado cuando no tena dinero para comida. Todas esas cartas
escritas con la letra cuidadosa y redondeada de una nia obediente.
Las cogi y las rasg, una y otra vez, hasta que cayeron de sus manos, entre sus
dedos, en forma de pequeos, diminutos trozos, que ondearon en el aire como hojas.
Cayeron pedacitos con lneas de escritura en todas direcciones. Adems ella
recordaba cada palabra. Eso era lo que dola. Las recordaba todas. Con cada trozo
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que caa, en un instante, era capaz de recordar dnde haba estado cuando escribi
esa carta.
.cambiado el emplazamiento de las armas Lige. Doce caones de
dieciocho y treinta de la clase inferior, caones de seis y cuatro. Escasea la
municin para las armas de mayor calibre. He contado...
Me siento sola aqu. Chre Maman, espero que me visites, si t...
Han soltado a los chasseurs hacia Santo Spirito, marchando ocultos
por las rfagas de nieve, con...
para que pueda tener zapatos de nuevo. Tuve un breve encontronazo
con los perros que se comen a los muertos en el campo de batalla, pero...
para los ciento cincuenta y siete caballos de la caballera pesada y la
artillera ligera a caballo. La fuerza oficial son en teora cincuenta y nueve
mulas de carga, pero de estas, al menos un tercio se irn a pique si las obligan
a retroceder, tal y como parece...
Estoy alimentando a uno de los gatos de las ruinas del patio de la
posada. Tiene manchas blancas...
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podan morir. Solo pedan un salario justo. nicamente eso. Cada colegial francs
conoce los nombres de los que fueron ahorcados El nudo helado que era su
estmago empez a derretirse. Siempre he estado orgullosa de ser su hija Eso no
haba cambiado. Las verdades ms importantes no haban cambiado. l no llev a
cabo esa marcha porque fuera un espa para Inglaterra. Lo hizo por esos hombres.
Amaba a Francia y muri por el pas.
Era un hombre capaz de amar a ms de una nacin.
Mi padre no me habra mentido. Si hubiera vivido hasta que yo hubiera
tenido una edad en la que hubiera podido hablar conmigo, l no me habra mentido.
Tu padre te habra enviado a Inglaterra cuando las cosas se pusieron feas en
Francia. Antes de la Revolucin. Habras estado a salvo en un colegio para nias en
Bath Dej que asimilase esa informacin. Podra haber sido una colegiala en alguna
ciudad de provincias. Esa habra sido su vida. Era un pensamiento que le helaba la
sangre.
Grey la conoca. La haba metido en su cama y la sujet entre sus brazos en
aquellos momentos en los que vomit de ese modo infame y hubo caminado con ella
todo ese largo camino desde la costa. Saba exactamente qu tena que decirle.
No me habra gustado estar en una escuela en Bath. Ests jugando a ser sutil
conmigo y deseo que dejes de hacerlo. Me disgusta tu inteligencia. Me ahogo en ella.
El viento jug con las cortinas y se desliz debajo de los documentos que
estaban en el suelo, haciendo que se elevasen y cayeran como pjaros listos para
dormir. Una pgina se dio la vuelta por completo. Una de sus muchas cartas. Ella,
siempre, haba escrito una carta para cada mensajero que pasaba, cuando estaba
fuera, espiando. Porque su madre se preocupaba. Ella haba credo, en cuerpo y alma,
que su madre se preocupaba por ella.
l vio qu era lo que ella miraba.
Te has preguntado el motivo por el que te minti tu madre?
Para convertirme en su ttere. Para utilizarme. Nunca me ha visto en el
campo, monsieur jefe de espas. Soy til de un modo inconmensurable.
No eres una nia, Annique. Deja de actuar como tal. Ella podra haberte
contado la verdad y haber seguido utilizndote. Habras hecho cualquier cosa que
ella te hubiera pedido.
No quiero escuchar esto.
l sigui sin descanso.
No tena motivos para mentirte. Poda haberte dicho la verdad cuando
cumpliste ocho aos. Le habras resultado incluso ms til. Piensa en ello. Por qu te
minti?
Te odio. Eso, al menos, no requera pensar. Eso lo poda haber hecho ella en
sueos.
Te minti para que t no tuvieras que mentir. Te dio a Ren Didier y la casa
del Quartier Latin. Te dio la oportunidad de aprender a cocinar en la cocina de
Franoise Gaudier. Te permiti ser una de las agentes de Vauban. Te dio todos esos
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aos.
Cerr los ojos. Grey no exiga nada, ni siquiera que ella hablase. Era posible
estar de pie ah y asimilar esos pensamientos y tener en cuenta lo que habra sido su
vida si su madre le hubiera dicho la verdad.
Haba visto las inteligentes figuras de cermica de Dresden, pintadas y
vidriadas para que parecieran manzanas, lechugas y coliflores. Saludables y
comestibles a la vista, fras como esqueletos al tacto. Ella habra sido as si hubiera
crecido desempeando un doble papel.
Mam era inteligente susurr al final, y estaba muy sola. No me haba
dado cuenta de lo sola que estaba Mir alrededor del cuarto. Debera recoger los
documentos.
Deja que lo limpie Adrian. Quiere matar dragones por ti. Ven al piso de abajo.
No. Llvame a tu cama. Te necesito.
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sueo. Me lo dijo en una ocasin. Los jueces y los soldados de Lyon. Los hombres
que mataron a pap. Durante el Reinado del Terror los encontr y murieron por eso.
Cada uno de ellos.
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Captulo 34
Galba cont once campanadas del reloj en el saln principal. Pas otra hora y
an no saba nada de Robert y los otros.
No tena reloj en el estudio. Era uno de los lugares donde ocasionalmente
mantenan a los prisioneros y no contena vidrio, ni objetos con puntas afiladas, ni
cables, ni cuerdas, nada que pudiera convertirse en un arma. Incluso su ejrcito lleno
de plumas y estandartes del ajedrez, un juego veneciano y muy antiguo, era de
cartn piedra.
Su nieta coloc el dedo ndice sobre una mitra escarlata.
En mi opinin, yo no movera al obispo.
Ella mover la reina, pens l. La haba enviado a correr por el tablero en lugar
de utilizar a los peones, caballeros y las torres. Por su carcter, Annique era una
agente independiente, hasta lo ms profundo de su ser. Cuando se uniese a su
servicio, nunca sera jefe de estacin o jefe de seccin. Ella no era otro Carruthers y
era realmente una temible adversaria en el ajedrez.
No soy buena en esto Desliz la reina hacia delante. Prefiero jugar a las
cartas.
Pero en ocasiones ganas a las cartas.
Cuando te conoc por primera vez pens, que no tenas ningn tipo de
sentido del humor... Logr aadir la siguiente palabra, aunque era un tema
claramente espinoso, como una bardana en la boca. Grandpre. Ahora creo que
tienes un sentido del humor diablico. No disfruto al ser familia tuya. Es como ser la
nieta de uno de esos grandes monumentos en Egipto, de esos en los que nadie puede
descifrar las inscripciones. Si no me equivoco ests a punto de decirme jaque, por
culpa de ese molesto pen tuyo.
Haba pasado diez das con ella. Le encantaba y le llenaba de unos
remordimientos infinitos por no haberla conocido antes cuando era una nia.
Cuando ladeaba la cabeza de ese modo, poda ver a su Anna en ella, su esposa, que
llevaba ya aos muerta. Su rostro era la cara de Peter Jones. El guerrero apasionado,
el soador. Ella tena el encanto de Lucille, todo su encanto, y lo haca suyo de una
forma muy personal. Sin embargo, su cerebro, ese cerebro sereno, divertido y
calculador, lo haba heredado de l. Ella y Robert iban a tener unos hijos
impresionantes.
Jaque, Annique.
Empezaba a comprender a la hija de Lucille moderadamente bien. Al principio,
le desconcertaba que fuera una agente tan eficaz y sin embargo, tan desprotegida, tan
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abierta y directa. Al cabo de diez das, su nieta espontnea, natural y sincera nunca
meta la pata, ni siquiera una vez, en todo su parloteo.
As que No pretenda dejarla ah sentada, pensando sin parar en Robert,
estbamos hablando de la naturaleza de los secretos, verdad?
S Desliz su caballero dentro de la trampa.
l no cay de inmediato sobre el caballero. Sera ms instructivo si ella tena
tiempo para comprender su error antes de que l moviera pieza.
Hemos llegado a la conclusin de que los secretos son intangibles pero
tambin son materia prima, no es as? Podemos venderlos o robarlos, podemos
poseerlos.
Ciertamente uno puede poseerlos Ah estaba. Ese movimiento rpido de
pestaas. Se haba dado cuenta de que su caballero estaba condenado.
Probablemente estaba empezando a sospechar que su obispo sera el siguiente en
caer. Iba a ensear a jugar al ajedrez a esa mujer.
Hemos llegado a una conclusin conjunta. Ojal mis conversaciones contigo
no se basasen en que est de acuerdo con las cosas que has dicho y luego en llegar a
conclusiones en las que no quiero creer en absoluto.
Era una persona tan disciplinada debajo de toda esa frivolidad... Ni una sola vez
ech un vistazo a la parte delantera de la casa. No mostraba seal alguna, ni siquiera
una que l pudiera detectar, de que todo su espritu esperaba con aplomo y serenidad
que regresase el carruaje.
Robert y los dems estaban tardando bastante. Las negociaciones con Lazarus
deban haber sido ms difciles de lo esperado.
Si un secreto se puede poseer, puede cambiar de dueo dijo l.
Sin duda. Los secretos son muy promiscuos. Yo misma me he escapado con
varios durante mi vida Se encogi de hombros en un gesto totalmente francs,
acept la prdida de su caballero y envi a su reina a abordar astutamente a su
obispo.
Pueden tambin permanecer fieles? Acaso mis gemelos no siguen siendo
mos, aunque estn en el cajn del armario de Robert? Movi un caballero. El
cajn no es el dueo de los secretos.
Quieres decir, en efecto, que los secretos dentro de mi cabeza no me
pertenecen. No estoy de acuerdo Ella recogi al obispo, murmurando. Esto no
me hace ningn bien. Creo que slo juegas conmigo.
Y eso hago Movi un pen. Jaque.
Pero. Dnde? No has... Vaya Se mordi el labio. Creo que eso ha sido
trampa. Has dejado quieta la torre durante tanto tiempo que la haba olvidado por
completo Apoy el dedo sobre la reina. Puedo ver claramente cmo escapar de
esta trampa as que probablemente es ms sutil de lo que uno creera. Grandpre, mi
cabeza no es el cajn de un armario. Me da igual quin meti all los secretos o quin
los necesita. Ahora son mos. Yo decidir Movi a la reina.
l coloc en posicin al ltimo pen.
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Exacto. Ya no son secretos franceses. Ahora son tuyos. Debes hacer con ellos
lo que te dicte tu propia conciencia. Esto es jaque mate en tres movimientos.
Ella lanz una mirada de odio hacia el tablero. Le llev un minuto lograr
entender los movimientos y el doble de ese tiempo admitir que la haban vencido por
culpa de su invencible testarudez. Se le escap una exclamacin de disgusto y se
puso en pie.
No s el motivo por el que sigo jugando al ajedrez contigo, ya que nunca
gano.
Juegas porque yo te lo pido, Annique.
Coloc al rey y a la reina blancos, uno junto al otro, en sus nidos revestidos de
terciopelo dentro de la caja, luego puso al rey y a la reina rojos. Siempre era un placer
tocar estas viejas figuras de ajedrez. Annique cogi una torre, un obispo y un pen de
la mesa y empez a hacer juegos malabares. Las piezas planeaban por encima de ella
como colibres mientras sus manos volaban dibujando crculos alrededor de ellas.
l se detuvo, fascinado. La chica era un compendio tan extrao de talentos...
Slo utilizaba las yemas de los dedos, suave como el viento.
Estoy enseando a Adrian a hacer juegos malabares Su atencin se centraba
por entero en las piezas de ajedrez, concentrada, natural y rpida como un felino.
Lo ayudar a lanzar mejor los cuchillos y tambin lo divertir. Doyle no quiere
aprender. Dice que no va con su imagen, aunque no us esas mismas palabras. Grey
no tiene tiempo, puesto que haces que trabaje sin compasin a todas horas del da y
de la noche.
Es difcil hacer eso, hacer malabarismos con las diferentes formas?
Ellas las cogi. Una, dos y tres. Luego lanz al obispo solo para que diera
vueltas en el aire.
Pero estas piezas son todas iguales. Hay un peso dentro, quizs pequeas
piedras, es la impresin que dan, y son iguales en todas las figuras. Uno hace los
malabares con el centro del equilibrio Deposit las tres piezas, colocndolas en fila
al borde del tablero para que l pudiera guardarlas.
l deba haber trado a esta nia de vuelta a Inglaterra haca diez aos. Lo que
Lucille le haba hecho, lo que l haba permitido, era absolutamente criminal. Era un
remordimiento ms de los muchos con los que viva.
Encuentra el centro del equilibrio y todo caer en tu mano.
Ese es un modo de verlo. Pero debo decirte que no es tan fcil manipularme
como a estas piezas de ajedrez que tan bien utilizas Esboz para l su sonrisa de
golfillo de la calle. Sabes la tontera que ms echaba de menos cuando estuve
ciega?
l coloc al obispo rojo, la torre roja y el pen rojo en su sitio en la caja y cerr la
tapa.
Hacer juegos malabares?
Tambin ech de menos hacer juegos malabares Ella miraba ms all de
donde l estaba, hacia la ventana. Ech de menos a las palomas. Admiro de ellas
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Inglaterra.
Estoy seguro. Has pasado diez aos caminando a travs de la carnicera que
Napolen ha llevado a cabo en Europa. No eres ni una idiota ni una salvaje. Antes de
ver cmo violan y destruyen a la poblacin de Kent, me dars lo que guardas en tu
cabeza.
Y as darle la ventaja a Inglaterra, para que pueda ver cmo los soldados
britnicos queman las pequeas granjas de Normanda.
O quizs as podrs salvar a la Vende de ser quemada de nuevo por
Napolen. Nadie puede saber las consecuencias finales de sus acciones.
Nadie puede saber... Es una tontera lo que dices.
Era demasiado joven. A veces se le olvidaba cuando hablaba con ella.
Durante treinta aos he ideado y urdido planes para dominar los
acontecimientos. Lo que he aprendido es que el futuro no es el perro al que enseas a
hacer trucos. Nada ocurre como se ha planeado. La oportunidad es la gua ms
engaosa.
Pero, sin embargo, uno debe elegir Pas una pgina de la partitura y luego
otra. Yo debo elegir.
En ese caso, deja de intentar adivinar el futuro y decide. Haz lo que es
correcto, aqu, en este preciso minuto. Y eso, nieta, es algo que eres perfectamente
capaz de entender.
El conocimiento que ella transportaba, el insoportable peso de esa carga, se vea
en sus ojos. Apenas un destello. Luego ella lo ocult, se dej caer con fuerza sobre el
banco del piano y levant el panel de madera para mostrar las teclas.
Incluso si pudiera entenderte, cosa que no hago, no te escuchara. Dirs lo
que sea, tanto t como Grey, para conseguir lo que quieres.
No eres una mujer a la que uno pueda mentir con impunidad. Digamos lo
que digamos, decidirs por tu cuenta. Creo que lo hars de forma sabia.
Ella elegira bien al final. No podra ser nunca del culto que idolatraba a
Napolen. No la hija de Peter. Sera un deber terrible traicionar a Francia. Su trabajo,
y el de Robert, era hacer que ella se reconciliase con la culpabilidad que sentira por
eso.
Te hablo con educacin porque me han enseado a respetar la edad y las
canas Dej que se le escapasen algunas notas fuertes y disonantes para dejar clara
su opinin. Confas en m. Es un error por tu parte. Soy una mujer con una astucia
infinita. Te dar precisamente tanta informacin como yo quiera, nada ms. Y lo har
por mis propios motivos, cuando yo quiera.
Una mujer impresionante, tal y como Paxton haba dicho. Gracias al cielo que
Robert saba manejarla.
Empez a aporrear el Preludio en do mayor de Bach. Por supuesto, sus manos
nunca podran ser torpes, pero desde luego no tena odo musical. Escogi el sof
rojo, un mueble deliberadamente incmodo, cerr los ojos y acept su castigo.
Las notas cesaron de forma abrupta.
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JOANNA BOURNE
Ils arrivent.
Estaban llegando. Ella se puso de pie y aferr el respaldo de la silla,
mantenindose muy alejada de la ventana y de la posibilidad de francotiradores.
Vauban la haba entrenado extremadamente bien. El anhelo de la joven por el regreso
de su amante quedaba completamente subsumido por la agente con experiencia que
nunca cometa errores.
Ahora, incluso l poda or los caballos. En la parte de adelante de la casa,
Ferguson subi con sonoras zancadas las escaleras del stano para saludarlos cuando
el carruaje se detuvo. Haban regresado, a salvo. Por el rabillo del ojo vio a Annique
que realmente se relajaba por primera vez en horas.
l ha vuelto. Presion una mano sobre el estmago y sinti cmo los nudos se
desataban, uno tras otro. Acaso no era una idiota por preocuparse por Grey, que
haba sobrevivido a batallas, ahora que no haba ido ms que a una misin sin
importancia? Enamorarse la converta en una estpida.
Galba fingi no darse cuenta de su debilidad. A ella la desarm,
completamente, recibir un gesto tan delicado de amabilidad.
Marguerite fue la primera en entrar, seguida por Grey y Adrian. Pareca
extremadamente satisfecha de s misma, lo que haca que fuera an ms evidente que
todo haba ido bien.
Hecho Adrian lanz su bastn sobre una mesa y gir su sombrero al
colocarlo encima del bastn. Ha ido como la seda. Te dije que as sera.
Los dedos de Marguerite desataron los lazos de su sombrero.
Yo misma vi a la nia, a bordo, an dorma. Ella se est recuperando. Todos
han acordado dejar que se marche con su padre, aunque el hombre es un granuja.
Entra, roba a alguien, sale Los ojos de Adrian lanzaban destellos. Amo
este trabajo.
Doyle fue el ltimo en entrar. Pareca un tipo ingls de baja calaa, vestido con
un abrigo de cuero y un pauelo al cuello con lunares de colores brillantes.
Lazarus est enfadado. Sobre todo con ese joven imbcil.
He hecho que se enfade antes.
Cmo has logrado mantenerte vivo tanto tiempo como... Pero su esposa
Marguerite le trajo una copa de vino del aparador y lo bes en la boca, ah mismo en
el saln. Era un beso serio de casados que daba la impresin de que haba sido
practicado bastante tiempo.
Te gusta cuando viste cmo un truhn, Maggie? Adrian esquiv el
pequeo puo que Marguerite alz en su direccin. Debe ser como tener una
aventura con el mozo de cuadra. Deberas probar eso alguna vez cuando l est
vagando por Francia.
T, Cazador de Halcones, chico, un buen da te vas a llevar tu merecido dijo
Doyle. Maggie no necesita consejos sobre con quin puede tener aventuras. Es una
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JOANNA BOURNE
JOANNA BOURNE
roto caa en cascada sobre ella. Sus brazos picaban y empez a sangrar. Las cortinas
se retorcan como fantasmas locos. Ms disparos. El caos.
Maggie!
La voz de Adrian ataj el grito de Doyle.
No le han dado. No est herida.
Lo que era una mentira. Poda ver sangre en la cabeza de Marguerite. Pero saba
lo que Adrian quera decir: que a Maggie no la haban matado.
Fuera, los caballos relinchaban aterrados. Los cascos resonaban sobre el
empedrado.
Una conmocin muy rpida martilleaba una y otra vez, desgarrando la
habitacin hasta hacerla pedazos. El techo sufri el impacto de un tiro directo. La
escayola cay a su alrededor con un ruido seco. Serpente y avanz hacia delante
pegada al suelo. La ropa de mujer no era til en estos casos. No protega del vidrio.
Se cort. El plomo cay en la alfombra a una pulgada de su rostro. Se arrastr hacia
delante, justo ah, a travs de la trayectoria de esa bala. Los disparos dieron en los
barrotes, los ladrillos, el alfizar de mrmol y rebotaron, golpeando objetivos al azar.
Pequeos trozos de metal en los que cabalgaba la muerte. Por todas partes.
Una pausa. Luego tres tiros entraron en rpida sucesin. Otra pausa. Estaban
recargando. Se arrastr con rapidez hasta la pared delantera.
Haban recibido nueve rfagas distintas en la primera descarga. Tres en la
segunda. Tenan escopetas y rifles, no mosquetes. Probablemente solo eran tres o
cuatro hombres.
Lleg hasta la pared, hasta Maggie, que pareca no estar herida, excepto por un
corte que recorra su cuero cabelludo. Su rostro estaba manchado de sangre. Pero
ahora todos estaban manchados de sangre, por la lluvia de cristales. Maggie, sensata,
haba rodado hacia la pared, debajo de la ventana, que en esos momentos, era el
lugar ms seguro de todos. Adrian se haba agazapado sobre ella, protegindola con
su cuerpo, y haba alzado su cuchillo como una llama fra y negra.
Tena un cuchillo extra que lanzarle, grce a Dieu. Se apret junto a l, colocando
tambin su cuerpo entre Maggie y las balas. Ahora tena para asustarse. Tiempo para
pensar en las puertas de esa habitacin. Pronto, hombres podran abrirse paso. Dese
tener dos cuchillos.
Doyle se acerc a ellos a toda prisa, con la pistola fuera.
Ests herida, Maggie?
No. nicamente aplastada.
Otra descarga estrepitosa. El plomo golpe el papel pintado de la pared y
excav agujeros de unos quince centmetros de profundidad. El piano recibi un tiro
directo y muri de forma ruidosa.
Esa es mi chica Doyle se estir para echar un vistazo a travs de la ventana
rota. Grit a Grey. Un carruaje. Los hombres estaban dentro, uno encima. Nadie
estaba en la calle.
Doyle se mantuvo fuera de su lnea de lanzamiento. Adrian hizo lo mismo, una
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JOANNA BOURNE
cortesa de gran valor en este momento tenso. Esta era la ventaja de trabajar con
hombres que tienen cierta experiencia. Ella tambin se senta enormemente aliviada
porque nadie estaba sangrando demasiado o revolcndose con una herida. Lo que no
saba era durante cunto tiempo seguiran as.
Dos disparos en sucesin rpida. Luego hubo ms disparos. El sof de
terciopelo rojo son como el agua a presin y aspir aire. Las plumas se unieron al
polvo de escayola que flotaba en el aire. Galba se haba doblado sobre s mismo,
encogindose en una esquina, mantenindose apartado para no estorbar a sus
operativos, los labios finos, la mirada fra y distante.
Cuatro tiradores. Un conductor anunci Grey. Haba calculado el intervalo
entre los disparos, igual que ella. l estaba tumbado, los codos apoyados en el suelo,
cubriendo la entrada principal. Era una posicin clsica, el modo en el que Grey
sujetaba la pistola era totalmente militar. El modo en el que ignoraba las balas que
golpeaban de lleno el suelo a su alrededor tambin era propio del ejrcito y
demostraba que haba estado muchas veces en combate.
Fuera de aqu. Todo el mundo, al pasillo. Giles espet.
Giles haba sacado las llaves. Se puso ms o menos en pie para abrir la puerta.
Era suficientemente joven, ese chico, como para pensar que era inmortal.
Abajo idiota! Grey lo agarr y empuj al idiota detrs de lo que quedaba
de sof. Y qudate abajo Esper, contando. Una rfaga doble hizo temblar la
habitacin.
Tranquilo como si pudiera deslizarse entre las balas, Grey se lanz contra el
muro, en el soporte que haba sujetado los restos dentados de una lmpara. Agarr el
candelabro de latn de pared y lo gir dibujando un gran crculo. Dentro del muro,
sin complicaciones, se descorri el cerrojo y la puerta se abri.
Giles, Anson, fuera orden Grey, haca el refugio. Doyle, qudate en la
parte de delante. Annique Es posible mover a Maggie?
No est herida Alz la voz por encima de la descarga de disparos.
Excepto un corte Una mesa alta y de patas finas escogi ese momento para
balancearse y caer estrepitosamente al suelo, llevndose consigo la ltima lmpara
que an permaneca intacta.
Scala de aqu. Adrian, ven conmigo.
Maggie, una vez que nadie permaneca arrodillado sobre ella, mostr una gran
habilidad para arrastrarse con una velocidad encomiable. A mitad de camino, por el
pasillo, Galba abri una puerta y empuj a Giles delante de l. El refugio era una
estancia sin ventanas, pequea y oscura, pero que proporcionara cierta seguridad
contra las balas. Ella empuj a Maggie a travs de la puerta, la cerr tras de s y se
qued de pie con la espalda apoyada contra ella.
Grey encontr su mirada mientras pasaba. Asinti en un gesto rpido de
aprobacin y se dirigi a la parte trasera de la casa, dejndola como el ltimo
protector de aquellos que estaban en el refugio. En momentos como ese, su Grey
mantena la entereza y la calma por completo, se comportaba de un modo
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JOANNA BOURNE
absolutamente letal.
As que ese era su puesto. Se arrodill, agachndose tanto como resultaba
prctico. La ventana delantera escupa balas hasta el pasillo y acribillaba la escayola,
que pareca estar picada de viruela. No le gustaba la idea de que una de esas balas le
diera. Su cuchillo... bien. Era algo con lo que estaba completamente familiarizada.
Todos los cuchillos de Adrian se equilibraban igual y no pesaban ms que un
guisante.
Tena una buena vista de la puerta principal. Doyle, en el saln, se llevara por
delante al primer hombre que entrase. Ella se encargara del segundo y quizs le
dara tiempo a recargar.
Volvieron a dar al piano, aunque ms bajo en esta ocasin. Entonces empezaron
los disparos de pistola fuera de la casa, un sonido como el de los leos de pino que
saltan en una chimenea. Grey haba dado la vuelta a la casa y estaba disparando al
carruaje. Doyle tom esto como una seal para ponerse de pie y disparar desde la
ventana. Se tir al suelo para recargar. Ella escuch al carruaje que se alejaba y en
cuestin de un minuto, los disparos cesaron por completo.
Silencio. Sus odos estaban sordos y taponados. El polvo de escayola, las plumas
y la plvora flotaban en el aire. Las paredes del saln goteaban escayola y tiras de
papel pintado. Esper, sin moverse. Doyle tambin se qued en su puesto, con la
espalda apoyada en la pared, la pistola pegada al pecho. En el refugio, detrs de ella,
no se oa ningn sonido. Tenan mucha experiencia, todos ellos.
Soy yo grit Grey desde fuera. Alto el fuego! Y cuando la puerta
principal se abri, en efecto era Grey, no una persona a la que pudiera lanzarle el
cuchillo, as que se puso de pie y expuls el aire, lentamente y durante un buen rato.
No haba pensado que los atacantes se quedasen merodeando una vez que
empezaran a devolverle los disparos.
La puerta del refugio se haba abierto detrs de ella. Galba apareci en el
pasillo, rgido y enfadado.
Alguien ha resultado herido?
Grey camin hacia ellos, con la pistola preparada y apuntando a la alfombra.
Stillwater se ha torcido un tobillo. Ferguson tiene un corte en el brazo. Nada
grave Toc su rostro, lo gir para ver por dnde estaba sangrando. Ests bien
Lo dijo como si ella fuera uno de sus hombres. Para ella fue reconfortante saber que
l pensaba en ella de ese modo, que no la trataba como a un civil, como a Maggie y a
Giles. l dej su pistola en la mesa del pasillo y sac un pauelo para detener la
sangre de su frente. Doyle se acerc para llevarse a Maggie de ah, retirando
fragmentos de vidrio de su cabello; sus enormes brazos, como los de un oso, la
rodearon con fuerza. Fuera, ella poda or a los hombres que blasfemaban de un
modo imaginativo.
Leblanc haba llegado hasta Londres para matarla, desafiando la clera de
Soulier, sabiendo que el servicio britnico estara muy interesado en los
acontecimientos sucedidos en Brujas. Ahora, ms que nunca, estara desesperado.
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JOANNA BOURNE
Haba cometido esa atrocidad en una calle donde jugaban los nios, donde mujeres
podan salir de sus casas en cualquier momento. Ese hombre era un perro.
Alguien dijo Galba, me ha ofendido. Leblanc?
Leblanc Los ojos de Grey tenan el color del granito.
Ese era Leblanc Se senta enferma al saber lo que haba trado a esa casa.
Este ha sido su primer intento.
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JOANNA BOURNE
Captulo 35
Grey la empuj sobre la cama y presion su boca sobre el corte en su frente.
Recorri la herida con su lengua.
Buscas vidrio? dijo ella. No es necesario. Los cortes estn limpios. Me he
lavado a conciencia y Maggie y yo nos hemos peinado el pelo la una a la otra para
retirar todos los fragmentos. Ahora que he empezado a hablar con ella me he dado
cuenta de que es una mujer interesante, incluso aunque sea una aristcrata. Sabas
que su hija mayor habla cuatro idiomas y tan solo tiene once aos? Doyle se llev a
Maggie abajo a esa baera indecente para lavarla.
Eso hizo.
Puedo or lo que quieres decir con ese tono pero estoy segura de que lo nico
que van a hacer en la baera es lavarse.
Yo no estara tan seguro Ahora era su codo lo que le fascinaba. Coloc sus
dedos en ese lugar, mordiendo sin fuerza. Fue una gran sorpresa tras otra cuando l
hizo eso. A veces, la llevaba al borde la locura antes de penetrarla y liberar el deseo
que haba creado en ella.
Habra pensado que una aristcrata sera ms respetable Ella no iba a
hablar de nada serio, esa noche. Tan solo iba a rerse. Durante una breve hora no voy
a pensar en lo que debo pensar. Ests seguro de que no eres francs? Esto me
parece muy francs, de algn modo.
Soy ingls desde que tengo memoria. Qu puedes saber sobre cmo hacen el
amor los franceses? Recorri con el borde afilado de los dientes su hombro.
Yo he odo cosas, aunque nunca he odo hablar de las cosas que haces. No
creo que ni siquiera existan nombres para esas cosas.
Sus manos se deslizaron debajo de ella y la levant para que sus pechos
alcanzasen su punto ms alto debajo de la boca. Dio pequeos mordisquitos mientras
ella se agarraba a las sbanas, aguantando, retorcindose incluso antes de que l la
tocase.
T empiezas a hablar en francs cuando estamos en la cama. Lo sabas? Su
voz se volva grave cuando estaba excitado. Sonaba como las teclas de la izquierda
del piano.
No me haba dado cuenta S, lo dijo en francs.
Era un tambor extendido, produca un sonido vibrante, mientras l besaba todo
el camino alrededor de las costillas, explorando cada una de ellas con su lengua.
Escuch cmo ella canturreaba suavemente. Quizs era en francs. Quin poda
decirlo?
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JOANNA BOURNE
Ahora que la haba trado tan lejos, se acomod a su lado para que pudieran
hablar. Le gustaba hablar en la cama. Ella, por su parte, no se encontraba de humor
para hablar en esos momentos.
Las velas se haban apagado. l haba descorrido las pesadas cortinas azules de
la ventana. La luz de la luna se deslizaba sobre l, perfilando cada hueso, cada
msculo. A travs de su deltoides un viejo corte de cuchillo se haba curado dejando
una lnea blanca recta, tan plana que no era capaz de sentirla bajo sus dedos. Echara
de menos esa cicatriz cuando lo dejase. Si Soulier no la mataba, la echara de menos
durante los largos aos de su vida.
Te ests preocupando Pase su pulgar por su labio inferior. Quiero que
dejes de hacerlo. Quiero que ests suave y flexible como los fideos, no preocupada y
con ganas de pelear conmigo.
Si tuviera ganas de pelearme contigo, mon ami, ya te habras dado cuenta.
Quizs ests pelendote contigo misma. Su pulgar sigui su camino
bajando por su garganta, pasando el punto de unin de la clavcula, entre los pechos,
bajando todo el trayecto hasta su ombligo. Su expresin era indescifrable. Huiras
de m si pudieras. Incluso en este instante.
Vea demasiado, siempre. Cmo no iba a amarlo?
Grey, yo...
Est en tus ojos cada vez que pasas al lado de una ventana. Piensas en cmo
salir. Qu es lo que tienes que hacer ah fuera?
Esto y lo otro. No quiero hablar sobre eso Slo tena una hora o quizs dos
ms con l. No iba a estropearlas.
Y volvemos a ser agentes enemigos Desliz el brazo bajo su hombro para
que los dos mirasen al techo. Deseara con toda mi alma que nos hubiramos
conocido de otro modo. Podras haber venido a Littledean, ese es mi pueblo, el
primero de mayo. Pasearas por ah de esa manera en la que caminas, masticando
algn hierbajo y yo te vera...
Estara vestida como un chico? Es de lo ms depravado por tu parte, fijarte
en un chico de ese modo.
Llevaras ese vestido verde que te pusiste en la cena el otro da.
Ella se movi para acercarse, calentando su piel contra la de l.
Sera una idiota si camino por el campo con esa ropa.
Es mi sueo. Tengo derecho a decir lo que llevas puesto. As que... Vas
caminando por la fragua. Hemos organizado una gran fiesta en el prado por el
primero de mayo con carreras, baile y una hoguera, y todo el mundo se emborracha.
Te detienes para ver qu ocurre. Yo aparto a un par de gamberros y te pido un baile.
Yo digo: S, gracias.
Eso haces. Entonces te doy vueltas por el prado hasta que ests tan mareada
que no puedes tenerte en pie... por culpa del baile y de la sidra. Despus de un rato,
consigo con artimaas llevarte al bosque y desnudarte.
Yo no voy al bosque a solas con hombres. Aprend eso antes siquiera de tener
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el pezn plano, oscuro y extrao. l se estremeci cuando ella hizo eso. Ella lo sinti.
Tenan tanto poder, el uno sobre el otro.
Usted, monsieur Grey, es el demonio.
l sonri, lentamente y pagado de s mismo. Haba olvidado con quin trataba.
Ella emple uno de los trucos de lucha libre que Ren le haba enseado haca
tantos aos. Grey no se lo esperaba. Se dio la vuelta de golpe, de forma satisfactoria y
acab tumbado sobre su espalda, con ella trepando y sentndose a horcajadas sobre
l.
Las mujeres de mi familia Ella se inclin para susurrarle al odo, saben
exactamente cmo tratar con espas extranjeros y astutos como t.
l no pareci desconcertado. Quizs, despus de todo, ya conoca ese truco. Sus
manos se cerraron en torno a sus caderas, a ambos lados, fuertes y profundas contra
su carne y empuj hacia arriba. Cerr los dientes con fuerza y respir.
S, justo as. Eso es. S.
Era un hombre que controlaba severamente la pasin que viva en su corazn.
En la cama la dejaba libre. No era su destreza practicada, ni su enorme y duro cuerpo
lo que la volvan loca. Era la ferocidad que tena dentro.
La poda sentir en ese momento, creciendo cada vez ms, como la fuerza de una
tormenta. l no era lento ni cuidadoso, sino una furia como una bestia. No quedaba
sitio para ms pensamientos, ni preguntas, ni respuestas. Lo abraz con sus piernas y
cabalg en la tormenta. Cabalg sobre el trueno. El poder masculino sacuda su
cuerpo. Era un poder infinito. l le proporcionaba un placer indescriptible, arque la
espalda y grit en medio de la noche.
Mucho ms tarde, cuando ya estuvieron tranquilos, uno junto al otro,
acurrucados para evitar el fro que provena de la ventana, ella apoy la cabeza sobre
su brazo. Sus ltimas horas con l se estaban escapando. Pronto, l se quedara
dormido. Entonces ella se marchara.
Podra protegerte de Leblanc si me cuentas qu es lo que ocurre dijo l.
Ella ni siquiera se molest en contestar, solo neg con la cabeza. Fuera, la
neblina se alzaba sobre la ciudad, resplandeciendo en las farolas lejanas. El
empedrado del suelo estara hmedo y resbaladizo cuando ella tuviera que correr.
Se estir de modo que sus labios estuvieran cerca de su oreja. Era, despus de
todo, la ltima vez.
Te voy a contar una verdad, Grey. Lo que siento por ti es amor, hasta lo ms
hondo de mi corazn. Slo el amor puede doler tanto. Quera que lo supieras.
Me ests diciendo adis de nuevo. Me gustara que dejaras de hacer eso. No
voy a dejar que Leblanc llegue hasta ti.
Solo quera decrtelo.
Durmete, Annique.
Leblanc matar a alguien en esta casa si no lo detienen. Sabe dnde estoy y es
muy peligroso. Sera mucho mejor que me dejases marchar, para que me enfrente a l
sola.
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Captulo 36
Ella baj las escaleras como una sombra, desnuda, llevando slo los zapatos,
con la ropa hecha un bulto bajo el brazo. An tena diez o quince minutos antes de
que Grey se despertase, la buscase y se diera cuenta de que ella se haba marchado de
la cama. Tena ese tiempo.
Al final del pasillo, una nica llama amarilla arda en una chimenea de vidrio.
Pero haba contado los pasos. Poda haber recorrido ese camino ciega. Pequeas
sorpresas de vidrio crujan bajo sus pies en la alfombra. Ferguson no haba podido
barrerlas todas. En esta ocasin, el perro monstruoso no estaba acechando los
pasillos, esclavizado y hambriento, en busca de carne humana.
La puerta del saln principal estaba cerrada con llave, con su cara cerradura
Bramah. Pero Grey haba abierto esa puerta desde el otro lado usando una palanca
oculta. En esta casa engaosa, sin duda, deba existir otra palanca para abrir la puerta
al otro lado.
Existe una verdad sobre cerraduras y sitios ocultos. Si la misma mente idea los
dos, estos sern similares. En el saln, la va de escape era un candelabro en la pared.
Aqu...? El espejo al final del pasillo parpadeaba con la sombra de su cuerpo plido
y desnudo, mientras ella llevaba a cabo su bsqueda silenciosa. Una mesa estrecha de
marquetera estaba pegada a la pared, tanto que no poda escurrir los dedos detrs de
la mesa.
Era la pata posterior izquierda la que se poda levantar hacia un lado. Un
tornillo oculto permita el movimiento de tijera. La puerta al saln hizo un ruido. El
aire fro toc su rostro, soplando por las ventanas sin cristales.
La escoba de Ferguson estaba apoyada contra la pared.
Se la llev consigo. Haban pasado dos minutos desde que se haba levantado
de la cama.
No se detuvo para felicitarse. Lentamente, se abri camino por el saln. Haban
barrido el suelo toscamente. No hizo ningn ruido al cruzar la habitacin. Los
muebles rotos haban sido empujados contra las paredes. El horrendo aparador haba
salido ileso. Era tpico de las batallas que las cosas ms feas salieran ilesas. El piano
era una ruina de cables retorcidos y maderas astillada. No se volveran a practicar
escalas en ese piano nunca ms. Un pensamiento alentador en medio de tanta
destruccin.
Por cuntas habitaciones destruidas haba caminado cuando viva con los
ejrcitos? Haba visto casas tan opulentas como aquella, bombardeadas y saqueadas,
que haban quedado abiertas para que la climatologa entrase. Este saln ola a la
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Adrian sostuvo la lmpara para que pudiera ver el hueco entre os barrotes.
Quizs Leblanc la tenga, o Soulier. Reams dej cuatro oficiales de la marina
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en Braddy Street. Probablemente los rusos an estn husmeando por aqu y Lazarus.
Esos son los ms probables.
Lazarus est enfadado contigo Grey solt las palabras del enorme y fro
miedo que tena dentro. Entre otras empresas criminales, Lazarus compraba y venda
mujeres. Todos saban lo que Lazarus le haca a las mujeres.
Si es Lazarus, tenemos tiempo. Al principio va despacio. No le har
demasiado dao esta noche. Solo har... Adrian empez a decir ms pero luego
mir el rostro de Grey y se detuvo. No soy bienvenido all en estos momentos, pero
puedo averiguar si l la tiene.
Galba estaba envuelto en una bata con brocado, el nudo estaba torcido. l toc
los barrotes.
Giles, consigue algunas cadenas y cierra esto. Robert, cules son las opciones
de que ella haya corrido entre ellos escapando de Londres?
Ninguna Cambi de sitio la mano de Adrian que sujetaba la lmpara. Las
huellas dactilares manchadas de sangre de Annique aparecan en el alfizar en un
tono rojo crudo y arriba y debajo de los barrotes, an hmedas.
No lograr recorrer ni un kilmetro. Si Soulier no se hace con ella, lo har
Lazarus. l sabe que ella es importante para Adrian y tiene cientos de ladrones y
asesinos que va a enviar detrs de ella.
Donde enviamos a los hombres? pregunt Galba.
l mir hacia la noche, convirtindose en una persona fra y analtica. Un
demente que farfullaba ruidosamente en la parte de atrs de su cerebro. Iba a matar a
alguien esa noche.
Iremos a ver a Soulier. Vstete, Cazador de Halcones. Quizs no tengamos
mucho tiempo.
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Captulo 37
Annique conoca a Soulier desde toda su vida. Haba sido amigo de pap. Fue
Soulier el que vino cuando ahorcaron a pap y se la llevaron en brazos fuera de la
prisin del rey. Aos ms tarde, Soulier fue uno de los amantes de su madre.
Cuando era la ms joven del grupo de Vauban, Soulier haba ido con frecuencia
a la casa de Franoise en el Quartier Latin para sentarse en la mesa de la cocina, rer,
beber y urdir tramas con Ren y los otros. Ella entraba y sala corriendo, para traer
tartas y servir caf en tazas grandes o pequeas, dependiendo de la hora del da. l
haba alzado su barbilla y la haba bautizado como el Joven Zorro y ella lo haba
llamado Viejo Renard. Juntos fueron muy astutos.
Entre. Entre donc, petite Soulier le dio la bienvenida, como si no la
acompaasen hombres enormes. Ellos se quedaron de pie contra la pared,
observando cada movimiento nervioso. Seis hombres. Acaso imaginaban que
saltara y atacara a Soulier con los dientes? Algn da ella descubrira de dnde
provena este rumor sobre su carcter sanguinario.
Soulier no haba cambiado en absoluto. Era delgado y exquisito, en cierto modo
se pareca a una vieja urraca cnica, una que haba visto como le robaban muchos
nidos y como se rompan muchos de sus huevos. Deba mentirle esa noche.
Sera difcil mentir a Soulier. Uno no se convierte en director de espas en el
baluarte del enemigo de Francia por ser idiota.
Vamos. S. Acrcate. Mi nia, me desgarr el corazn enterarme de la muerte
de tu madre. An me duele. Era una gran dama, una mujer hermosa y mi amiga.
Morir de un modo tan repentino, en un accidente como ese... me causa una tristeza
enorme.
En medio de sus conjuras y estratagemas, ella haba olvidado que Soulier
lamentara la muerte de su madre. No haba pensado ni una sola vez en su dolor.
Podra parecer que se haba vuelto fra e insensible esos das, adems de una traidora.
Le ofreci el nico consuelo que tena.
Fue rpido. Tan slo pudo sentirlo durante un nico instante, cuando el
carruaje se inclin. Luego... cay al mar.
Slo segundos y se fue. La luz que era ella se apag y nos hemos quedado
aqu, echndola de menos. Sobre todo t. Al suceder tan pronto despus de lo otro...
Pero no hablaremos de eso. Es demasiado reciente y doloroso.
Yo no puedo creerlo del todo, ni siquiera ahora.
Es bueno que te hayas mantenido ocupada. Eso es siempre lo mejor en estos
casos. La atrajo. Pero djame que te mire. Te has convertido en una mujer joven
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desde la ltima vez que nos vimos. Vas a ser incluso ms hermosa que tu madre.
Hizo un gesto hacia su rostro. Est ah, esperando dentro de ti. Me alegro de que
hayas podido escapar de los britnicos.
Aunque estoy igual, he saltado de la sartn para caer en las brasas, como
dicen los ingleses.
Sobre eso... Me temo que Fouch est enfadado contigo. Pero sintate, sintate
o me obligars a jugar al anfitrin educado y tendr que estar de pie y soy demasiado
indolente para hacer eso. Acrcate a m, a este silln. No deseo tener que gritarte
desde el otro extremo de la habitacin. Yves, trae la mesa de boule, s, aqu, entre los
dos, y coloca la lmpara encima. Justo de ese modo. Ahora podemos estar de lo ms
cmodos. Venas a verme, nia? Por algn motivo me parece que no.
Era una gran irona que hubiera escapado de Meeks Street para acabar
ponindose en las manos de los franceses de tal modo que haba sido trada a esa
casa.
Es una larga historia. Por dnde empiezo?
Por monsieur Grey, quizs, y por el motivo por el que decidiste viajar con l
cruzando Francia e Inglaterra. Soy uno de los muchos que se preguntan la razn por
la que has hecho esto. No tengas prisa. Piensa en esto un tiempo. Quiero que tu
historia sea perfecta.
Yo tambin.
Confo plenamente en ti. Hasta es posible que me digas la verdad. Extendi
sus elegantes manos. Qu te tomaras conmigo? Vino? Galletas? Caf? Enviar
este enorme trozo de carne que est ah de pie sin hacer nada a la cocina para que sea
til. Ni siquiera s si es pronto o tarde para desayunar en Londres. Una ciudad que
no tiene una pastelera como tiene que ser que te informe de que ya es por la
maana.... Cmo puede saberlo un hombre?
Ella levant la mano, con la palma hacia arriba, para mostrar el mismo
desconcierto. Se senta francesa. Era extrao cmo volva a serlo cuando hablaba
francs.
Sabe una cosa? Casi he muerto de hambre en este horrible pas. Me gustara
tomar caf, un caf realmente bueno y un trozo de pan, del pan que se puede comer.
No creera lo que los ingleses comen en el desayuno.
He vivido en este pas durante cinco aos. No hay nada que no me crea de
estos ingleses. Yves, di a Babette que prepare el desayuno para nosotros y caf
Soulier ajust meticulosamente la pantalla de la lmpara, haciendo que la luz cayera
sobre su rostro, sin piedad y brillante. Beberemos caf juntos y me explicars el
motivo por el que has sido una nia tan traviesa que Fouch me ha enviado las
rdenes que me ha enviado. Adems del motivo por el que Leblanc te ha seguido
hasta aqu desde su puesto en Francia.
Leblanc era uno de los muchos temas que no deseaba tratar esa noche.
Los acontecimientos son tan complejos
Se dice que te has convertido en la amante de Grey, el jefe de la seccin. Es un
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cafetera de plata y unos cuencos anchos de color crema, de un tamao que encajaba
cmodamente entre las dos manos. Este tipo de desayuno era totalmente francs.
Soulier sirvi caf en un cuenco.
Te gusta tener bastante leche caliente y tan solo un toque de azcar. Recuerdo
lo que comes por la maana, que Babette ha decidido debe ser esto. Es infalible, mi
Babette, as que podernos decir que es por la maana. Debemos esperar
pacientemente hasta la noche para dejar que pruebes un poco del vino que he estado
reservando y para el que, algn da, desarrollars un paladar que sepa apreciarlo.
Ella cogi el cuenco de caf caliente y el panecillo de sus manos. Al recibir estas
cosas, de ese modo, ya no tena nada ms que hacer que hundir el panecillo en el caf
y comrselo mordisco a mordisco, tal y como haca en casa cuando estaba
completamente a salvo. Este era el mensaje de Babette para ella, tambin era el
mensaje de Soulier.
Entonces vivir hasta esta noche. Quizs incluso viva lo suficiente como para
desarrollar el paladar adecuado para el vino.
Si dependiera de m, viviras tanto como Matusaln. Por supuesto, ignorar
esas rdenes que Fouch me envi un da en el que le sent mal la comida. No me
agradecera que hubiera obedecido literalmente cada palabra que haya escapado de
sus labios.
Gracias Ella saba que de todos los agentes del servicio secreto francs, slo
haba dos hombres suficientemente valientes como para ignorar una sentencia de
muerte de Fouch. Vauban era el otro.
Termin el panecillo y bebi el caf con leche con sorbos largos y lentos,
sujetando el cuenco entre las dos manos.
Ha sido un largo camino para ti, mi Joven Zorro, desde Marsella, con Leblanc,
que se comporta de un modo tan incomprensiblemente letal. Los hombres que envi
no fueron suficientemente rpidos como para encontrarte y rescatarte. Sacudi la
cabeza hacia los lados. Soy culpable de eso. Creo que te has sentido abandonada y
luego caste en las manos de los britnicos. Me dirs qu secretos has pagado para
que te dieran refugio en Inglaterra?
Responder a todas las preguntas que me haga, monsieur.
Annique, chrie, me ofendes.
Soulier. S. Te lo dir, Soulier.
As est mejor. Has sido una invitada del servicio secreto britnico durante
muchos das. Qu les has contado?
No era hora de hablar de los planes Albin. Todava no. An no. Primero
hablara de las pequeas traiciones, porque eso sera creble.
He confirmado los nombres de los viejos agentes de Vauban, aunque nos
conocen a todos. Les he entregado a Frederick Tillman, que trabaja para nosotros y
est en el servicio de inteligencia del ejrcito britnico. Trag saliva. Hay ms.
El agente Yves cruz con paso airado la estancia para ocuparse de una corriente
de aire que se colaba entre las cortinas. No ech ni un vistazo en su direccin, pero la
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condenaba con cada paso enfadado que daba. Era el primero de los muchos que iban
a despreciarla.
No, no era el primero. Se despreciaba a s misma. Esa noche marcaba el final de
su prolongada lealtad para con Francia. Tambin haba abandonado a Grey y al
servicio britnico. Despus de esa noche, no sera leal a ningn hombre ni nacin.
Ella que, en el pasado, haba credo que defendera su lealtad hasta la muerte.
Parte de ella observaba cmo le temblaban las manos sobre el cuenco de caf.
Parte de ella se senta complacida por interpretar con tanta destreza el papel de oveja
descarriada que regresa al redil. Tena una tcnica excelente. Era una agente muy
hbil.
Estaba bastante harta de Annique Villiers. Deposit el cuenco en la mesa porque
le resultaba imposible beber el caf, despus de todo.
Y Soulier vea tanto...
He dicho eso y esto, Annique, pero vosotros, los jvenes apasionados nunca
me creen Soulier clav su bastn en el suelo, enfatizando sus palabras. Todos los
hombres se pueden romper. Todos! T, yo. Ese joven idiota y santurrn que camina
dando fuertes pisotones por mi saln. Todos. El servicio britnico tiene hombres que
puede extraer el fondo de tu alma sin dejarte una marca. Grey es el ms experto de
todos ellos. No tenas ninguna oportunidad contra l. Petite, por favor, mrame.
Lo hizo. Uno obedeca a Soulier.
Me dirs, uno por uno, los agujeros que han creado en nuestras defensas. Los
reparar. He visto errores en mi vida. Este no es uno demasiado grande.
Hay ms. No sabes...
Los corregir todos. Joven Zorro, esto ya ha ocurrido antes, muchas veces.
Francia no se viene abajo como un castillo de naipes cuando atrapan a una agente.
Algunas operaciones se cancelarn. Ser necesario mover a un agente u otro y
cambiarle de nombre. Me entretendr enviando a algunos de nuestros gordos colegas
a correr para ponerse a salvo. Hein? No les vendr mal. Nos volvemos confiados.
Ahora tendremos que jugar a ser un ama de casa ordenada y barrer el polvo de
nuestras esquinas.
Los planes Albin no eran un tema domstico, ni cuestin de mover a un agente
u otro. Ese tipo de traicin no se puede perdonar. Soulier recibira rdenes que ni
siquiera l poda ignorar.
l le dijo en voz baja:
Te llevar a Pars y te arrastrars delante de Fouch, que lo disfrutar
enormemente porque eres una chica guapa. Te asignar un trabajo de lo ms
desagradable durante un tiempo, para poner a prueba tu lealtad. Un ao, quizs dos.
l diseccion su espritu, con precisin, con una amabilidad distante. Hars lo
que l te diga. No, escchame. Hars esto. Te acostumbrars y seguirs viva. Ser ms
fcil aceptar esto cuando haya pasado ms tiempo y olvides el da en el que saliste de
la cama de tu amante ingls, an sientes el calor de esa cama Vio cmo se
estremeca involuntariamente y extendi la mano por encima de la mesa para tocar
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su brazo. Te entiendo mejor de lo que imaginas, nia. No voy a hacer nada que
estropee tus recuerdos de Grey, pero el interludio ha terminado. Has actuado como
una tonta. Ahora sers sensata.
Ella se apart de su mano.
No me prostituir para Fouch.
Soulier suspir, gir y ajust ligeramente la mecha de la lmpara. Era elegante
incluso en ese despacho diminuto y domstico.
Por desgracia no depende de que des tu consentimiento, petite. Har lo que
pueda para ayudarte a soportarlo. Pero esto es doloroso para los dos. En lugar de eso,
dime la razn por la que Leblanc est tan enfadado contigo que se ha vuelto loco de
este modo. Qu es lo que le ha pasado?
Avaricia y maldad.
Quin sabe? Es un hombre lleno de ideas muy desagradables.
Sin duda. Pero sus planes nunca lo han hecho desear matarte, ni siquiera
cuando tenas doce aos y eras tan exasperante como un saco lleno de ratones. Por
qu ahora?
No poda hacer nada en absoluto. Era un baile letal que haba iniciado con
Leblanc. Los dos sujetaban al otro por el cuello. No lo acus de nada. A cambio, l se
mantendra callado sobre Vauban y ese da en Brujas.
Los ojos de Soulier nunca abandonaron su rostro.
No quieres hacer conjeturas al respecto? No? Creo que esto es interesante.
Y qu es esto? Una sirvienta, que por su aspecto deba ser inglesa, entr y se
detuvo para susurrar unas pocas palabras al odo de Soulier. De qu manera viajan
los rumores en esta ciudad de Londres. Han venido a verte.
Leblanc?
l haba venido a matarla. La sacara de ese saln, arrastrndola hasta la calle
para acabar con ella.
No pongas esa cara de liebre herida, Annique. No voy a dejar que manche
estas preciosas alfombras con tu sangre. En lugar de eso, le preguntar el motivo por
el que lleva a cabo acciones tan extraordinariamente estpidas en mi territorio en esta
isla Escuch de nuevo lo que la doncella le deca y luego le dio rdenes en voz baja
. Leblanc es nicamente el primero de los caballeros que solicitan audiencia
contigo esta maana. Tu amante, Grey, tambin se acerca, casi le pisa los talones a
Leblanc.
Grey la haba encontrado. Luch contra un sentimiento repentino y absurdo de
alivio que se adue de ella. Esto no era un rescate. Era una confusin increble.
El bastn en las manos de Soulier dibuj un crculo perfecto en el suelo.
Esto ser entretenido. Debo aceptar que Grey entre en esta casa. Soy un
agente al descubierto en Inglaterra y me toleran a regaadientes, as que tengo que
comportarme.
Deberas decirle que se vaya. Es peligroso.
Lo es, sin duda. Pero quizs hable conmigo sobre los planes de Leblanc, dado
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haciendo aqu. Esta noche, usted y yo estamos saliendo de los papeles que nos han
asignado y nos encontramos el uno frente al otro. Soy un hombre al que no le gustan
las cosas extraas. Lo que mi colega exige de esta manera tan grosera, yo voy a
preguntarlo con ms educacin. Para qu ha venido aqu?
Annique.
No puede tenerla. Debe ser consciente de eso.
Esto es Inglaterra, Soulier dijo Grey.
Y la mujer llamada Carruthers es vuestra agente en Pars. No hablemos de
fuerza. No entrar en mi cuartel general y se llevar a mis agentes. A cambio, la
mujer llamada Carruthers seguir tejiendo plcidamente en su casa pintada de
blanco, con contraventanas azules en Faubourg Saint-Germain. Durante una dcada,
Galba y Fouch han acordado que una casilla del tablero del juego sea sacrosanta en
cada una de las capitales. Esta es nuestra casilla. Annique se queda conmigo.
No est a salvo Grey seal con el pulgar a Leblanc. Ese bastardo va a
matarla.
No en mi casa Soulier junt las yemas de los dedos, apoyndolas en los
brazos acolchados del silln. Monsieur Grey, no le pasar nada a Annique. Con la
muerte de su madre y tambin la de mi viejo amigo Vauban, me he convertido en su
protector. No permitir.
Vauban? Qu haba dicho? No poda ser verdad. Ella sinti cmo la
habitacin se sacuda, como si se tratase de un carruaje que se hubiera detenido de
repente.
Vauban ha muerto?
Ellos se detuvieron y la miraron.
No lo sabas? dijo Grey.
Ya hace semanas, no lo habas odo? El ltimo da de julio. Muri en paz
mientras dorma, mi nia. Sus aos de vida se haban cumplido. Estbamos... dijo
Soulier con mucho cuidado.
Estall el sonido de disparos. Una sorpresa. El calor golpe su mejilla. Estaba en
el suelo, con la cara pegada al mismo, sin recordar haberse lanzado por su cuenta. La
plvora flotaba en el aire. No haba sido alcanzada. No senta dolor, tan solo fro y
miedo.
Se estaba produciendo una refriega desesperada. Poda or los golpes sordos y
los gruidos que producan los hombres cuando se pelean. Una silla cay
ruidosamente. La pistola rebot por el suelo.
Soulier se puso de pie, su bastn ocultaba una fina espada dentro. Sus
guardaespaldas se colocaron delante de l, protegindolo.
Leblanc sac el cuchillo. De forma tan rpida que pareci borroso, Grey gir,
lanz una patada y le dio. La savate. No saba que Grey era un savateur. Leblanc se
tambale, grit y se lanz sobre Grey, empuando el cuchillo.
Los dos cayeron al suelo. Una lmpara cay. Los platos se hicieron aicos en el
piso. No poda lanzar su cuchillo en el enredo que haban creado esos dos hombres al
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guardaespaldas que se llevaron lejos a Leblanc. Pele con Grey cuando l sujet sus
brazos en su espalda y no la dej caer en las garras de Leblanc.
Arrte, chrie Escuch la voz de Soulier.
Voy a matarle Ella pate a Grey, que la mantuvo alejada de Leblanc. Voy
a matarle cincuenta veces. Asesino! Asesino, animal! Iba a hacerlo trizas.
Ella miente. No la escuches, son todo mentiras.
Hasta ahora, tan solo ha prometido matarte dijo Soulier. Casi me siento
tentado a permitrselo. Pero primero escucharemos lo que ella tiene que decir.
Tranquilcela, monsieur Grey. Se har dao.
Ella iba a eliminar a ese trozo de basura del universo. Iba a machacarlo hasta
que no quedase nada ms que sebo.
Hijo de perra, asesino.
Annique, para La fuerza de Grey la rode y ya no pudo moverse. Dime.
El aroma de Grey, la firmeza que l representaba, invadi sus sentidos por
completo. La furia fue evaporndose. Se qued vaca, se desplom sobre l, helada y
mareada, jadeando para recuperar el aliento.
Vauban estaba muerto. Nunca ms volvera a doblar juntas las pginas de sus
informes y asentira, completamente brusco y luego dira buen trabajo delante de
todo el mundo. Nunca volvera a servir agua en su vino como si an fuera una nia.
Nunca, nunca, nunca ms vera a Vauban, ni a mam. Todo se haba perdido. Las
lgrimas quemaban en sus ojos y el dolor la asfixiaba. Grey la sostuvo de modo que
quedase oculta.
Nia, no tenemos tiempo para esto. Djalo para despus dijo Soulier.
Ella se aferr un minuto a la chaqueta de Grey. La rabia haba pasado, dejndola
vaca. Era como si hubieran extrado por completo su corazn y su mente. No era
nada ms que un viento fro envuelto en la piel de una mujer.
Intent alejar de un empujn a Grey y descubri que segua entre sus brazos,
que la mantenan caliente y la sujetaban con cuidado y firmeza. No iba a dejarla
marchar. La gir entre sus brazos para que mirase a Soulier. Daba la impresin de
que iba a disfrutar del consuelo de su cuerpo tanto si quera como si no.
Estoy tranquila dijo ella.
Bien. Tengo que ocuparme de Leblanc dijo Soulier, dime la verdad sobre
este tema.
La verdad. Qu extrao resultaba que ella pudiera decir sencillamente la verdad
en compaa de estas personas. Ya no haba ningn anciano en su casa de piedra de
Normanda que dependiera de su silencio. Vauban estaba muerto. Nada poda
daarlo.
Vauban rob los planes Albin dijo ella y observ cmo las palabras
apualaban el corazn de Soulier.
Eso es imposible.
Detrs de ella, Grey contrajo los msculos profundamente.
Los rob para pasrselos a los britnicos. No por dinero, nunca fue por dinero
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Inglaterra, Tillman, le dijo a Leblanc el lugar en el que los britnicos iban a entregar el
oro. Los ingleses fueron traicionados, primero por un ingls.
Gir hacia Grey. Su rostro segua igual de inexpresivo, sus ojos serenos y fros.
Ella hablaba para l.
Leblanc esper, asesin y se llev el oro. Ha cometido incontables asesinatos
por ese oro.
Una vez que dijo eso, l asinti, slo durante una fraccin de segundo. Leblanc
estaba muerto a partir de ese momento. Quizs an podra hablar y caminar durante
una hora o una semana, pero estaba muerto. Soulier lo supo. A ella le pareci que
Leblanc todava no se haba dado cuenta.
Ella miente. Lo juro, Soulier, eso es mentira Leblanc se retorca por culpa de
la furia y el miedo. Tena largos araazos rojos en su rostro. Fue Vauban,
nicamente Vauban. Yo no s nada de eso.
Ella ni siquiera se molest en mirar a Leblanc.
Yo estuve con Vauban. Leblanc vino a la posada con la ropa an manchada
con la sangre de esos pobres hombres asesinados Recordaba la conmocin y las
ganas de vomitar. La rabia llena de incredulidad de Vauban. Leblanc saba que
Vauban deba tener los planes. Los exigi, como precio por su silencio.
La zorra miente. Miente descaradamente. Estuve en Pars ese da. Puedo traer
a una docena de hombres para que lo juren.
l estuvo all. Se escondi en la granja de Paul Drouet esa noche, en Brsanne.
No dijo bruscamente. Cllate, gusano. Tus hombres, Plaais y Vachelard, estn
muertos por culpa de tu orden secreta. Los miembros de la familia Drouet murieron
quemados en sus camas. No ha sido bueno para la salud conocer este secreto tuyo,
Leblanc. Pero una hija escap y sigue con vida. Ah tienes a tu testigo.
Las ganas de Yves y los otros guardaespaldas de sujetar de manera violenta a
Leblanc iban en aumento con cada minuto que pasaba.
No escuches a esta puta, esta perra en celo, que suda y grue debajo de un
perro ingls.
Mataste a mam cuando yo estaba ciega e intil, a tres ingleses en Brujas, a
dos de tus propios hombres y a la familia Drouet en su granja Ella mir fijamente a
los ojos a Leblanc y su voz se quebr, incluso a los nios. Y slo el buen Dios sabe a
cuntos ms. Todo por oro... Ya no era capaz de hablar.
Leblanc era una rata acorralada, que enseaba los dientes.
Lamentars esto, Soulier. Fouch te aplastar como a una hormiga cuando le
cuente esto.
Soulier se haba convertido en hielo antiguo de las montaas, en algo frgido,
azul y reluciente.
Eres un hombre codicioso, Jacques. Suficientemente avaricioso como para que
me crea esta atrocidad. Es la respuesta a algunas de las preguntas que me he
planteado este ltimo ao. Por qu otro motivo ibas a intentar matar a Annique?
Ella miente sise Leblanc.
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Captulo 38
Una vez que Leblanc se fue, la habitacin pareca estar extraamente silenciosa.
Se apoy en los brazos de Grey, con la mejilla presionada contra su manga. En
verdad, el amor era capaz de hacer que todo el sentido comn de una persona
desapareciese. Se senta tentada de agarrarse a l, alimentarse de su fuerza y sentirse
segura. No saba que ese tipo de tentaciones exista hasta que lo conoci.
Cuando lo empuj para soltarse, Grey la dej marchar despus de dudar
durante un instante, que daba a entender que en realidad no quera hacerlo.
Soulier debe saber la verdad de lo que he hecho dijo ella, lo que en s
representaba un aviso, para un hombre astuto como Grey, de que ella estaba a punto
de mentir a lo grande.
Esta era la ltima vez que tiraba los dados en este juego. Esto era lo que haba
planeado durante los das que haba pasado en Meeks Street, tumbada al lado de
Grey, jugando al ajedrez con Galba, enseando al Cazador de Halcones a hacer
juegos malabares con cuchillos. Si menta suficientemente bien, podra terminar con
la amenaza de la invasin, sin tener que depositar la ventaja en manos de los
britnicos.
Soulier se sent, corts y con el traje impecable, enmarcado por el silln con su
elevado respaldo tapizado. Poda haber sido un cortesano del antiguo rey que reciba
a un embajador en Versalles.
Deba hacer que la mirase a ella, no a Grey. l no estaba preparado y quizs
poda revelar algo en su rostro.
No he hablado de los planes Albin delante de los otros. S que no deseabas
que lo hiciera.
Entonces no hables de ellos ahora Soulier estaba enfadado con ella.
Debo hacerlo Se plant delante de l. Haba estado de pie enfrente de l
muchas veces, presentando un informe o recibiendo rdenes. Has adivinado casi
todo. De los planes Albin solo quedan cenizas. Vauban los quem en la chimenea de
la posada esa noche, en lugar de entregrselos a Leblanc.
Has dicho suficiente.
Antes me los dio a m para que los memorizase.
Soulier indic la necesidad de que fuera discreta con un movimiento enfadado
y enftico de la cabeza.
Los britnicos saben lo de mi memoria. He pasado das en Meeks Street
copiando los planes, pgina a pgina.Cre una imagen de eso en su mente, tan
vvida y exacta que ni siquiera le pareci una mentira. Ahora los tienen ellos.
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Ya estaba hecho. Francia no invadira. Inglaterra estaba a salvo. Ahora tena que
hacer frente a lo que le pasara a ella.
Soulier observ fijamente sus manos, que reposaban, una sobre la otra, en el
pomo de su bastn.
Has hecho esto por Vauban.
Me lo pidi, en Brujas.
Entonces l te ha condenado a muerte Soulier se apoy de nuevo en su
silln y cerr los ojos. Ni siquiera yo puedo salvarte.
Se le erizaron los cabellos en la nuca. Existe una diferencia entre saber que una
va a morir y escuchar cmo pronuncian la sentencia de muerte.
He aceptado las consecuencias de mis acciones. He retrasado venir a
Inglaterra durante mucho tiempo, esperando que Napolen desistiera de esta
invasin y que los planes perdieran importancia, pero eso no ha sucedido. Yo no
deseo morir, como comprenders. Me hirieron y qued ciega not la boca seca, lo
que complic las cosas. Adems, Leblanc lo complic todo.
Annique dijo Soulier con delicadeza.
S?
Calla, estoy pensando Abri los ojos para fruncir el ceo ante la chica, y
no te quedes ah como una barra de pan. Esta habitacin est increblemente
desordenada por culpa de los hombres que han venido a pelearse aqu por ti. Haz
algo til Cerr de nuevo los ojos.
Esto era reconfortante. Quizs Soulier pensase en un modo de salvarla de
Fouch. No era imposible.
Grey no deca nada, detalle por el que ella le estaba agradecida. l saba, mejor
que nadie, que los planes Albin no estaban en manos britnicas. Por ahora, l estaba
participando en su juego.
Ella coloc la pequea mesa en su sitio, coloc encima la bandeja de plata y se
arrodill para recoger los fragmentos de vidrio de la lmpara de la chimenea en la
palma de la mano. Unas actividades tan mundanas como esas. La vida del espa
estaba llena de tareas aburridas, normales, llevadas a cabo mientras la muerte araa
la ventana. Ella tena siete aos cuando Soulier le cont eso.
Las cosas no iban tan mal. Leblanc no le haba disparado, despus de todo. La
lmpara de aceite que haba cado desde la mesa no inici un fuego que la hubiera
quemado viva. Haba contado una mentira convincente a Soulier, que era un maestro
a la hora de detectar mentiras. Soulier an no se senta obligado a matarla. Y, quizs,
haba logrado impedir la invasin de Inglaterra. En general, tena mucho por lo que
felicitarse.
Soulier abri los ojos.
No le has entregado los planes Albin al servicio secreto britnico.
Su estmago se encogi. Despus de todo, no le haba credo. Diable.
Soulier, yo he...
No empieces a parlotear. Fue Leblanc el que vendi los planes a los britnicos.
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Leblanc?
Exact. Estoy conmocionado. Monsieur Grey est an aqu informndome de la
culpabilidad de Leblanc. Lo hace a modo de venganza por lo que hizo Leblanc en el
asunto del oro y el asesinato en Brujas, su autora acaba de ser descubierta.
Ella no mir a Grey, que, sin duda, tena un rostro de expresin inescrutable.
Comprendo.
T, mi nia, nunca estuviste en Brujas. Estuviste en otro sitio. Quizs en
Dijon.
Esa es una ciudad aburrida. Me alegro de haber estado ah coloc la vajilla
rota en la bandeja de plata. Resulta prctico que Leblanc sea tan culpable.
Lo negar todo y se enredar en una docena de mentiras y no le creern. A
Fouch le encantan las cosas simples. Slo tenemos que atribuir un crimen ms a este
salaud, que ha cometido tantos. Por desgracia slo puede morir una vez. Y t, mi
nia, no vas a pagar por la locura de Vauban.
No es...
Ya tienes que pagar bastante por tus propias locuras dijo Soulier
bruscamente. Ahora tengo que ocuparme de eso.
Las pisadas de Grey cuando dio un paso hacia delante se haban convertido en
el modo de andar de un luchador, equilibradas y ligeras. La tensin, ferocidad y algo
invisible se retorcan en el aire.
Entonces tendr que ocuparse de m.
Ha salvado su vida esta noche, monsieur Grey, cuando mis hombres me
fallaron. Le debo una. Pero ella ya est a salvo, con su gente. Debe dejarla con
nosotros.
Esto no es negociable dijo Grey.
Ella es ma, monsieur, y no voy a entregarla Soulier titube, entonces dej a
un lado su bastn, se inclin apoyndose contra el brazo del silln. Pero soy
suficientemente inteligente como para no enfrentarme a usted directamente. Vamos,
sintese. Hablemos sobre esto como hombres civilizados.
Grey escogi una silla dorada que estaba volcada en el suelo y la coloc
correctamente para sentarse delante de Soulier. Se sent y la empuj para que ella
estuviera de pie a su lado, mientras l la rodeaba con el brazo.
Hable.
Et bien. Tenemos que ser directos, tal y como prefieren ustedes los ingleses
Soulier se inclin hacia l. Ha conseguido los planes Albin. Eso debera ser
suficiente. Como siente afecto por mi pequea, le pido que la deje conmigo y se
marche. Puede hacer que su despedida sea tan tierna como usted quiera, pero
despdase rpidamente. Es lo ms considerado.
No voy a permitir que se la quede.
Acaso sabe tan poco sobre m? Teme que me vengue de ella? Nosotros, los
franceses, tenemos en cuenta las debilidades humanas. En el caso de una mujer como
Annique, podemos perdonar muchas debilidades.
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Captulo 39
El carruaje que perteneca al servicio secreto britnico estaba esperndolos en el
bordillo de la acera fuera de la encantadora casa de Soulier.
No s cmo sentirme Se sent junto a Grey. En ese momento no importaba
mucho hacia dnde iban. Es extrao que Leblanc no est intentando matarme.
En el asiento de delante haba una pila de ropa de lana negra. Cuando Grey
desat el fardo, result que era una larga capa de lana, como las que usaban las
mujeres del campo. La envolvi en ella. No se haba dado cuenta hasta ese momento
de que estaba tiritando.
Tiemblo como un flan. Demuestra lo dbil que soy dijo ella, creo que an
estoy asustada.
No te culpo. Menudo bastardo, fro y calculador que es ese hombre.
No lamento en absoluto que Fouch pueda matarlo. Es una idea excelente.
Me refera a Soulier dijo Grey en tono seco.
Pero l tendr que hacer frente a Fouch en Pars y mentir para negociar y
salvarme la vida. Est arriesgando su carrera y quizs su vida. No debes culparlo por
no ser delicado conmigo. Nadie lo es con sus propios agentes.
Uno tampoco prostituye a sus agentes. Es la primera cosa que te ensean en la
escuela de maestros de espas. No, no discutas. Esto es para ti Le entreg un
pequeo saco pesado que contena monedas. Ella lo sacudi para abrirlo un poco y
meti los dedos.
Hay mucho dinero aqu dijo con tono neutral. No poda estar segura del
valor de las monedas britnicas slo con tocarlas, pero haba muchas.
No quiero que deambules por las calles sin dinero en el bolsillo. Tambin
tengo tus tres libras con seis peniques en el cajn de mi escritorio. Te los devolver en
algn momento.
Vaya, eso. Si te acuerdas, se lo rob a Henri, as que no s si es mo o no. Es
difcil decidir, cuando se trata de dinero.
Verdad? Dio dos golpes en el techo del carruaje con la palma de la mano
. A menos que tengas algo que objetar, nos bajamos aqu.
El carruaje se detuvo.
Dejas que me vaya?
En efecto, eso hago l salt fuera sin bajar el peldao, estir los brazos para
colocar con firmeza sus enormes manos alrededor de su cintura para levantarla y
luego depositarla en el suelo.
Era un barrio tranquilo y respetable. La calle tena a ambos lados hileras de
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casas prsperas, cada puerta estaba silenciosa y oscura en las horas que preceden al
amanecer. Incluso los gatos dorman. El sonido de la respiracin de los caballos del
carruaje y el chasquido metlico de sus cascos eran todo el ruido que se perciba. Si
Grey iba acompaado por muchos secuaces, no se dejaban ver.
Me dejas marcharme con los planes Albin en la cabeza no era la primera
vez que su comportamiento la haba dejado perpleja. Vers, no es que ponga
objeciones, pero me parece contradictorio.
Los franceses estn tan seguros de que los tenemos que ya da igual si los
tenemos o no. Les desalentar de la idea de aparecer ante el umbral de nuestra puerta
esta primavera. En cuanto cerr la puerta, dio un golpe al panel lateral y el carruaje
se alej rodando. Ella escuch el paso de las ruedas sobre el empedrado mientras l le
colocaba la capa por encima y la ataba a su cuello. Has hecho lo que viniste a hacer
en Inglaterra.
S No haba venido a Inglaterra a enamorarse pero lo haba hecho. Haba
hecho una chapuza con ese tema.
Kent est a salvo durante un tiempo. No puedo remover entre los planes para
encontrar secretos franceses, de modo que Francia tambin est a salvo. Hemos
llegado a un punto muerto.
Justamente.
No pareca estar enfadado con ella. Apart el cabello de su frente y lo pein con
los dedos detrs de su oreja.
Has ganado.
No era capaz de descifrar su expresin en la oscuridad. Tan solo era una sombra
y un par de manos suaves. Pero la delicadeza no es amor.
Ella trag saliva.
Cuando te dej esta maana, no quera irme. No tena otra opcin. Haba
demasiadas vidas en juego.
Lo s. Qu vas a hacer ahora que eres libre y nadie intenta matarte?
Estar completamente sola.
Siempre he pensado que me convertira en cocinera algn da, si lograba vivir
lo suficiente como para jubilarme. Quizs vaya a Gales. Parecer ser un lugar en el que
una mujer que se apellide Jones puede vivir sin parecer ridcula.
Ser mejor que te deje hacer eso. El oeste dijo sealando con el dedo, es
en esa direccin.
Era completamente libre. Tal y como haba deseado. Una debe tener cuidado
con lo que desea.
No hay nada ms que decirle a un amante cuando una ha rechazado su amor y
se ha escapado en secreto de su cama. De todos modos, el jefe de la seccin britnica
no se puede aliar con una espa francesa que no es de fiar. Quizs Grey se haba
mentido de vez en cuando sobre este tema. Del mismo modo que ella se haba
mentido a s misma.
De manera que se dio la vuelta y empez a caminar hacia el oeste. Poda oler el
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ro a su izquierda. El Tmesis.
Supo de inmediato que l la segua. Despus de dar veinte pasos, an no estaba
segura de lo que senta al respecto.
Me ests siguiendo. Por qu lo haces?
Para protegerte algo que ya le haba dicho en otra ocasin, y porque
quiero.
Ella respir hondo y sigui caminando.
Eres un hombre difcil para la mujer que te quiere. Incluso a pesar de la
tenue luz, ella supo que l haba sonredo.
Delante de ellos haba un parque con una valla de barrotes de hierro afilados en
las puntas. No saba qu parque era. No saba en qu parte de Londres estaba
exactamente, puesto que no haba estado prestando la debida atencin.
Planeas seguirme hasta Gales?
Si tengo que hacerlo... Por cierto, nos detendremos en Tydings. Quieres que
nos casemos aqu en Londres o prefieres que lo hagamos cuando lleguemos a casa de
mis padres?
Ella se choc con l. De alguna manera l se haba colocado delante de ella,
bloquendole el paso. Era algo clido y desconcertante contra lo que chocarse.
No me has pedido que me case contigo Esa era la cosa ms estpida de
todas las que poda haber dicho.
Csate conmigo, Annique.
Quera rodearlo, seguir caminando y alejarse, pero no lograba moverse.
No es posible para nosotros. Ojal hubieras decidido ser inteligente. Entonces
no tendra que elegir.
l acarici su cabello, como un viento clido.
Csate conmigo.
Dola, saber que tena que decir todas las muchas cosas sensatas que deban
decirse.
Perders tu cargo si te casas con una espa francesa, que es lo que soy, una
espa de la que no te puedes fiar, y no puedes.
Entonces renunciar a mi maldito cargo. Hay una carta en el cajn de mi
escritorio. La escrib el da que te traje a Meeks Street. Doyle lo sabe. La sacar
maana cuando vea que no regreso.
No la encontrar, porque te vas a ir a tu despacho de inmediato y la vas a
romper.
Te gustara ir a la India? Tengo una oferta permanente de uno de los
directores de la Compaa de las Indias Orientales. Nos haremos tremendamente
ricos, si a ti te importan ese tipo de cosas.
No quiero ser rica y s que ya eres rico. Adrian me lo dijo. l pens que deba
saberlo.
Recurdame que estrangule a Adrian. Podemos casarnos dentro de cinco
horas, en St. Odran, si te parece bien. Eso me dar tiempo suficiente para invitar a
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