Literatura Colonial

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Historia y antologa de la literatura hispanoamericana - Santiago Velasco

LITERATURA COLONIAL

CAPTULO 3. Literatura colonial


3.1. Literatura de la Conquista
El ao 1492 inaugura una nueva era para la civilizacin occidental. El descubrimiento de
Amrica ofrece un inmenso campo de accin a la expansin econmica y cultural de
Espaa y de Europa en general. Desde el primer viaje de Cristbal Coln hasta la
conquista de Mxico primer territorio americano colonizado por los espaoles por
parte de Hernn Corts en 1521, transcurren varios aos. A partir de entonces, se inicia
un lento pero uniforme perodo de expansin por el continente americano: Honduras,
California, Guatemala y el istmo de Panam son los siguientes territorios en caer dentro
de la rbita espaola. El descubrimiento del ocano Pacfico, realizado por Vasco Nez
de Balboa en 1513, representa el primer paso hacia la conquista del imperio inca, que
llevar a cabo Francisco Pizarro. Mientras tanto, tambin por la Amrica del Norte se va
extendiendo la presencia espaola: Florida, cuenca del Mississipi, Texas y Alta California.
Se puede considerar que, hacia mediados del siglo XVI, haba concluido ya la conquista
del continente americano por parte de los espaoles, con la nica excepcin de Brasil
(que haba entrado en la rbita portuguesa) y los focos de resistencia indgena en el
extremo sur del continente (Araucana, Patagonia y Pampa argentina). En poco ms de
treinta aos, de 1521 a 1550, los espaoles impusieron su dominio sobre un extenso
territorio virgen, sujeto a condiciones climticas muy diversas y habitado por pueblos de
diferentes culturas.
Desde el punto de vista cultural, la llegada de los espaoles a los territorios americanos
acab con el desarrollo de las grandes civilizaciones precolombinas (aztecas, mayas e
incas). Por fanatismo, codicia o ignorancia, en una primera etapa de la Conquista los
soldados espaoles realizaron destrucciones incalculables en el campo artstico y literario.
Las descripciones y relatos de los conquistadores y misioneros espaoles que participaron
en este proceso de expansin territorial por el Nuevo Mundo dio lugar a la llamada
literatura de la Conquista (punto de partida de la posterior literatura colonial), formada
fundamentalmente por tres tipos de textos: crnicas de Indias (relatos histrico-literarios
sobre acontecimientos relevantes del proceso colonizador), obras didcticas y
evangelizadoras (prosa y teatro compuestos por los religiosos para la educacin de los
indios en la lengua espaola y la fe catlica) y lrica pica (poesa de carcter culto
destinada a ensalzar las hazaas de los hroes espaoles que participaron en la Conquista
de Amrica).
Tras el violento choque entre dos culturas tan distintas como la india y la occidental que
se produjo durante el periodo inicial de Conquista, dos hechos relevantes contribuyeron
al desarrollo de la literatura colonial propiamente dicha en el siglo XVII: el mestizaje
(mezcla biolgica y cultural de etnias distintas) y la llegada a Amrica de distintas

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rdenes religiosas en misin evangelizadora, que pusieron freno a las destrucciones y


preservaron en gran medida la cultura indgena, dedicndose al mismo tiempo a la
formacin intelectual de los pueblos indios con los que entraron en contacto.

Padre espaol, madre


mestiza e hija castiza

El mestizaje entre la cultura espaola e indgena dio lugar en


un primer momento a distintos tipos de mestizos o razas
cruzadas (casi siempre de un hombre espaol blanco y una
mujer india): mestizo propiamente dicho (mezcla de blanco e
indio), cholo (mezcla de mestizo e indio) y castizo (mezcla de
blanco y mestizo). Por otro lado, los espaoles nacidos en
territorio americano se conocan como criollos (aunque este
trmino se empleaba tambin para los mestizos de ascendencia
espaola, generalmente hijos de padre blanco y mujer india).
Posteriormente, la llegada a Amrica de esclavos africanos
negros produjo nuevos tipos de mestizaje: mulato (mezcla de
blanco y negro), zambo (mezcla de negro e indio) y morisco
(mezcla de blanco y mulato).

Por otra parte, las rdenes religiosas espaolas dedicadas a la cristianizacin y educacin
de los indios americanos desempearon una importante labor en la difusin inicial de la
literatura colonial. Los primeros en introducir la cultura europea en Amrica fueron los
franciscanos, los agustinos y los dominicos, a los que se sumaron ms tarde los jesuitas.
Gracias a ellos, la presencia indgena no tard en manifestarse en todas las expresiones
artsticas de la poca colonial. Como parte importante de su labor educativa, estas
rdenes religiosas impulsaron la creacin de las primeras universidades americanas, que
reprodujeron el sistema acadmico de las de Salamanca y Alcal de Henares, formado
por cuatro estudios bsicos: artes, derecho, teologa y medicina. Los primeros centros
educativos fundados en Hispanoamrica fueron la Universidad Santo Toms de Aquino
de Santo Domingo (1538), la Universidad de San Marcos en Lima (1551) y la Real
Universidad de Mxico (1551).
La introduccin de la imprenta en Amrica (la primera casa editorial se fund en 1535
en Mxico) sirvi para acelerar el proceso de asimilacin cultural de los indios. Sin
embargo, pese a la rapidez de su implantacin, sus funciones quedaron limitadas en un
primer momento a los documentos oficiales del gobierno colonial y de la Iglesia.
Preocupada por la moralidad del Nuevo Mundo, la Inquisicin espaola prohibi la
llegada a Amrica de toda obra considerada peligrosa y atentatoria contra la religin
cristiana, como los libros de caballeras, el Quijote, las novelas y las comedias de Lope de
Vega. A pesar de todo, el contrabando y la tolerancia de las autoridades americanas hizo
que el comercio de libros floreciera en las colonias. Por otro lado, la prohibicin de
escribir novelas en Amrica, consideradas por las autoridades eclesisticas como un tipo
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de literatura perjudicial para la mente, hizo que muchos escritores coloniales se vieran
obligados a publicar sus obras en Espaa. Esta incomodidad de los autores
hispanoamericanos fue, a largo plazo, uno de los factores determinantes que influiran en
la lucha por la independencia americana.
3.2. Crnicas de Indias
Los primeros testimonios historiogrficos y literarios del problemtico encuentro entre
dos culturas tan radicalmente distintas como la europea y la india durante el siglo XVI
se convertirn en uno de los principales elementos que ayudarn a configurar la
posterior literatura hispanoamericana. Los autores de estas crnicas de Indias en su
mayora conquistadores y misioneros espaoles proyectaron leyendas europeas y sus
propias fantasas (en particular, las historias y personajes reflejados en los populares
libros de caballeras) sobre el nuevo mundo americano, y este legado literario ser el que
tomen como punto de partida para sus obras los escritores hispanoamericanos posteriores.
Los mitos y leyendas que reflejan estos cronistas (como El Dorado, la mtica ciudad de
oro) contribuyeron igualmente a impulsar la conquista de nuevos territorios.
Los primeros documentos en castellano referidos al Nuevo
Mundo son los diarios de viaje y las cartas que Cristbal Coln
(1451-1506) dirigi en 1493 a los Reyes Catlicos para
anunciarles el descubrimiento de las Indias (textos que pueden
considerarse como el punto de partida de la literatura
hispanoamericana). En ellos, el navegante genovs emplea un
estilo literario para mostrar su asombro por la fertilidad de las
nuevas tierras, la mansedumbre de sus habitantes y su
costumbre de andar desnudos as como sus madres los paren.
Hernn Corts (1485-1547), en sus Cartas de relacin, enviadas
Cristbal Coln
al emperador Carlos V entre 1519 y 1526, describe igualmente
su viaje a Mxico, su llegada a Tenochtitln y la conquista del imperio azteca.
Posteriormente, distintos conquistadores y misioneros espaoles dieron testimonio
literario de los sucesos del Nuevo Mundo (positivos los primeros y negativos los
segundos, por lo general) a travs de las crnicas de Indias. Entre las principales obras
pertenecientes a este gnero literario destacan Naufragios (1542), de lvar Nez
Cabeza de Vaca (1490-1559), Brevsima relacin de la destruccin de las Indias (1552),
de fray Bartolom de las Casas (1484-1566), Comentarios reales de los incas (1609), del
inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), e Historia verdadera de la conquista de la
Nueva Espaa (1632), de Bernal Daz del Castillo (1496-1584). Algunos escritores
espaoles, dado el gran inters que despertaba el nuevo continente americano, se
especializaron en la redaccin de crnicas de Indias; de esta forma, Gonzalo
Fernndez de Oviedo (1478-1557) se convirti en 1532 en el primer cronista oficial de
la Conquista, recopilando los relatos que le enviaban conquistadores y gobernadores,
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aunque tambin observando directamente los hechos. Su obra principal, Historia


general y natural de las Indias, islas y tierra firme del mar ocano (1535-1557), relata
acontecimientos que van de 1492 a 1549. Pedro Cieza de Len (1518-1554) fue el ms
ilustre historiador de la Amrica andina; en su obra ms importante, Crnica del Per
(1540-1550), relata la exploracin y conquista de los territorios que actualmente
forman parte de Colombia, Ecuador, Per y Bolivia. Algunos cronistas de Indias ni
siquiera viajaron a Amrica, como Francisco Lpez de Gmara (1511-1566) quien, tras
conocer en Espaa a Hernn Corts, escribi una destacada Historia general de las
Indias (1552).
El siguiente fragmento de los Comentarios reales de los incas, del peruano Garcilaso
de la Vega primer escritor mestizo en la historia de la literatura hispanoamericana,
que ofrece en su crnica el punto de vista de un descendiente de los antiguos
gobernantes incas acerca de una civilizacin andina considerada idlica hasta la
llegada de los invasores espaoles, describe la festividad inca en honor al Sol:
Captulo XX: La fiesta principal del Sol y cmo se preparaban para ella
Este nombre Raymi suena tanto como Pascua o fiesta solemne. Entre cuatro fiestas que
solemnizaban los Reyes Incas en la ciudad del Cozco, que fue otra Roma, la solemnsima era la
que hacan al Sol por el mes de junio, que llamaban Intip Raymi, que quiere decir la Pascua
solemne del Sol, y absolutamente le llamaban Raymi, que significa lo mismo, y s a otras fiestas
llamaban con este nombre era por participacin de esta fiesta, a la cual perteneca derechamente el
nombre Raymi; celebrbanla pasado el solsticio de junio.
Hacan esta fiesta al Sol en reconocimiento de tenerle y adorarle por sumo, solo y universal Dios,
que con su luz y virtud criaba y sustentaba todas las cosas de la tierra.
Y en reconocimiento de que era padre natural del primer Inca Manco Cpac y de la Coya Mama
Ocllo Huaco y de todos los Reyes y de sus hijos y descendientes, enviados a la tierra para el
beneficio universal de las gentes, por estas causas, como ellos dicen, era solemnsima esta fiesta.
Hallbanse a ella todos los capitanes principales de guerra ya jubilados y los que no estaban
ocupados en la milicia, y todos los curacas, seores de vasallos, de todo el Imperio; no por
precepto que les obligase a ir a ella, sino porque ellos holgaban de hallarse en la solemnidad de tan
gran fiesta; que, como contena en s la adoracin de su Dios, el Sol, y la veneracin del Inca, su
Rey, no quedaba nadie que no acudiese a ella. Y cuando los curacas no podan ir por estar
impedidos de vejez o de enfermedad o con negocios graves en servicio del Rey o por la mucha
distancia del camino, enviaban a ella los hijos y hermanos, acompaados de los ms nobles de su
parentela, para que se hallasen a la fiesta en nombre de ellos. Hallbase a ella el Inca en persona,
no siendo impedido en guerra forzosa o en visita del reino.
Haca el Rey las primeras ceremonias como Sumo Sacerdote, que, aunque siempre haba Sumo
Sacerdote de la misma sangre, porque lo haba de ser hermano o to del Inca, de los legtimos de
padre y madre, en esta fiesta, por ser particular del Sol, haca las ceremonias el mismo Rey, como
hijo primognito de ese Sol, a quien primero y principalmente tocaba solemnizar su fiesta. Los
curacas venan con todas sus mayores galas e invenciones que podan haber: unos traan los
vestidos chapados de oro y plata, y guirnaldas de lo mismo en las cabezas, sobre sus tocados.
Otros venan ni ms ni menos que pintan a Hrcules, vestida la piel de len y la cabeza encajada
en la del indio, porque se precian los tales descender de un len.
Otros venan de la manera que pintan los ngeles, con grandes alas de un ave que llaman cntur.
Son blancas y negras, y tan grandes que muchas han muerto los espaoles de catorce y quince pies
de punta a punta de los vuelos; porque se jactan descender y haber sido su origen de un cntur.
Otros traan mscaras hechas a posta, de las ms abominables figuras que pueden hacer, y stos
son los yuncas. Entraban en las fiestas haciendo ademanes y visajes de locos, tontos y simples.

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Para lo cual traan en las manos instrumentos apropiados, como flautas, tamborinos mal
concertados, pedazos de pellejos, con que se ayudaban para hacer sus tonteras.
Otros curacas venan con otras diferentes invenciones de sus blasones. Traa cada nacin sus
armas con que peleaban en las guerras: unos traan arcos y flechas, otros lanzas, dardos, tiraderas,
porras, hondas y hachas de asta corta para pelear con una mano, y otras de asta larga, para
combatir a dos manos. Traan pintadas las hazaas que en servicio del Sol y de los Incas haban
hecho; traan grandes atabales y trompetas, y muchos ministros que los tocaban; en suma, cada
nacin vena lo mejor arreada y ms bien acompaada que poda, procurando cada uno en su tanto
aventajarse de sus vecinos y comarcanos, o de todos, si pudiese.
Preparbanse todos generalmente para el Raymi del Sol con ayuno riguroso, que en tres das no
coman sino un poco de maz blanco, crudo y unas pocas de yerbas que llaman chcam y agua
simple. En todo este tiempo no encendan fuego en toda la ciudad, y se abstenan de dormir con
sus mujeres.
Pasado el ayuno, la noche antes de la fiesta, los sacerdotes Incas diputados para el sacrificio
entendan en apercibir los carneros y corderos que se haban de sacrificar y las dems ofrendas de
comida y bebida que al Sol se haba de ofrecer. Todo lo cual se prevena sabida la gente que a la
fiesta haba venido, porque de las ofrendas haban de alcanzar todas las naciones, no solamente los
curacas y los embajadores sino tambin los parientes, vasallos y criados de todos ellos.
Las mujeres del Sol entendan aquella noche en hacer grandsima cantidad de una masa de maz
que llaman zancu; hacan panecillos redondos del tamao de una manzana comn, y es de advertir
que estos indios no coman nunca su trigo amasado y hecho pan sino en esta fiesta y en otra que
llamaban Citua, y no coman este pan a toda la comida, sino dos o tres bocados al principio; que su
comida ordinaria, en lugar de pan, es la zara tostada o cocida en grano. La harina para este pan,
principalmente lo que el Inca y los de su sangre real haban de comer, la molan y amasaban las
vrgenes escogidas, mujeres del Sol, y estas mismas guisaban toda la dems vianda de aquella
fiesta; porque el banquete ms pareca que lo haca el Sol a sus hijos que sus hijas a l; y por tanto
guisaban las vrgenes, como mujeres que eran del Sol.
Para la dems gente comn amasaban el pan y guisaban la comida otra infinidad de mujeres
diputadas para esto. Empero el pan, aunque era para la comunidad, se haca con atencin y
cuidado de que a lo menos la harina la tuviesen hecha doncellas porque este pan lo tenan por cosa
sagrada, no permitido comerse entre ao, sino en solo esta festividad, que era fiesta de sus fiestas.
Comentarios reales de los incas (libro sexto)

Las crnicas de Indias hicieron que surgiera en la cultura espaola del siglo XVI dos
corrientes filosficas acerca de los recin descubiertos indios americanos: el
indianismo (visin idealizada de estos indgenas, dentro de la idea general del buen
salvaje que arraiga en el pensamiento utpico del Renacimiento europeo, cuyo estado
de calma y bondad natural es identificado con los habitantes de la originaria Edad de Oro
de la humanidad) y el indigenismo (visin realista del indio como individuo que puede
ser explotado por la Corona espaola a cambio de recibir una educacin cristiana). Los
principales defensores del indianismo fueron Cristbal Coln y los misioneros espaoles
(en particular fray Bartolom de las Casas), quienes vean en el indio al hombre puro
perfectamente cristianizable, sin los vicios y defectos de la sociedad europea.
3.3. Prosa didctica
Junto con las crnicas de Indias, las obras didcticas en prosa destinadas a la educacin
y evangelizacin de los indios americanos representan la principal manifestacin de la
incipiente literatura hispanoamericana durante el siglo XVI. Tras la concesin por
parte del Papa de las Bulas Alejandrinas en 1493, los Reyes Catlicos obtuvieron para

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Castilla el derecho a conquistar las nuevas tierras descubiertas, as como la obligacin


de cristianizar a sus pobladores. Tras un periodo inicial de exploracin y luchas, la
evangelizacin de los indios americanos se inici de forma efectiva en 1515, tras la
creacin de un sistema colonial de administracin basado en el idioma, la religin, la
cultura y las instituciones espaolas, que estuvo inicialmente a cargo de la Iglesia
catlica. Una obra fundamental para llevar a cabo esta tarea de evangelizacin fue la
Historia general de las cosas de Nueva Espaa (1540-1585), del franciscano Bernardino
de Sahagn (1499-1590), enciclopedia bilinge espaol-nhuatl que sirvi para dar a
conocer la cultura de los indios mexicanos entre sus colegas misioneros. Desde su
importante cargo como primer obispo de la Ciudad de Mxico, Juan de Zumrraga
(1468-1548) se convirti en un firme protector de los indios frente a los abusos de los
colonizadores espaoles y escribi obras destinadas a su educacin, como la Doctrina
breve para la enseanza de los indios (1543). El obispo de Michoacn Vasco de
Quiroga (1470-1565) es autor de Doctrina para los indios chichimecos (1568), un
tratado sobre la administracin del bautismo entre estos indgenas de Nueva Espaa.
3.4. Teatro evangelizador
El gusto de los indgenas por las representaciones escnicas sugiri a los primeros
misioneros espaoles la idea de utilizar el teatro como una derivacin de la prosa
didctica, con el objetivo de iniciar a los indios en los misterios de la fe catlica y
facilitar su conversin al cristianismo. De esta forma, a lo largo del siglo XVI se
desarrolla en las colonias americanas un teatro evangelizador que originariamente se
escenifica en iglesias y conventos y posteriormente se traslada al aire libre y que, para
lograr una ms convincente penetracin didctica, inclua con frecuencia danzas
populares y personajes locales. La primera pieza de este gnero, Representacin del fin
del mundo (1533), compuesta por fray Andrs de Olmos (ca. 1485-1571) uno de los
pocos autores conocidos, ya que se trataba generalmente de obras annimas, vio la
luz en Santiago Tlatelolco (Virreinato de Nueva Espaa). Tras el xito de esta obra, en
1538 se represent en Tlaxcala la primera pieza teatral en lengua nhuatl, La cada de
nuestros primeros padres, a la que siguieron otras obras escritas originalmente en este
idioma, como el auto sacramental Adoracin de los reyes (1578) y la coleccin de
cantos religiosos Psalmodia Christiana (1583). Hacia finales del siglo XVI, los pasos y
entremeses (tan populares en el teatro renacentista espaol) se introducen en
Hispanoamrica, aunque adaptados a temas evangelizadores.
Junto con las anteriores obras de carcter popular, los religiosos jesuitas ayudaron a
propagar un teatro culto escrito en espaol y en latn que, pese a incidir en temas
religiosos, contena ms elementos didcticos. Dentro de este gnero dramtico
destaca El triunfo de los santos (1578), tragedia en cinco actos representada en Nueva
Espaa que alcanz un xito extraordinario. Ambas corrientes de este teatro
evangelizador (popular y culta) confluyeron a finales del siglo XVI en la formacin del
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teatro criollo, que alcanzara su plenitud durante el siglo XVII bajo la influencia de
drama barroco espaol de Lope de Vega, Tirso de Molina y Caldern de la Barca.
Entre los principales impulsores de este inicial teatro hispanoamericano se hallan el
presbtero mexicano Juan Prez Ramrez (1545-1580) autor del drama alegricopastoril Desposorio espiritual entre el pastor Pedro y la Iglesia Mexicana (1574), el
religioso dominicano Cristbal de Llerena (1541-1626) autor de un Entrems (1588)
en el que ofrece una critica satrica de las instituciones coloniales espaolas, lo que le
cost el exilio y especialmente el dramaturgo espaol afincado en Mxico Fernn
Gonzlez de Eslava (1534-1603) cuyos Coloquios espirituales y sacramentales (1610)
combinan rasgos lricos con provincialismos mexicanos.
3.5. Lrica pica
Aunque en menor medida que las crnicas de Indias, la prosa didctica y el teatro
evangelizador, la lrica pica (poesa de carcter culto destinada a ensalzar las hazaas de
los hroes espaoles que participaron en la Conquista de Amrica) representa un
importante vehculo de transmisin cultural e histrica de la incipiente literatura
hispanoamericana. Al igual que el resto de gneros literarios durante el Renacimiento,
la poesa pica tom como modelo a los clsicos latinos (en particular la Eneida de
Virgilio) y los escritores italianos contemporneos (Ludovico Ariosto, Torquato Tasso).
En cuanto al esquema mtrico, se emple casi exclusivamente la octava real, estrofa de
origen italiano formada por ocho versos endecaslabos con rima consonante:
ABABABCC.
Una de las ms importantes composiciones pertenecientes a
este grupo es el monumental poema pico La Araucana
(1569-1589), del soldado y poeta espaol Alonso de Ercilla
(1533-1594), que relata la conquista de Chile como una
reivindicacin del valor desplegado por los soldados
espaoles en una guerra en tierras lejanas, al tiempo que
exalta el herosmo de los indios mapuches (llamados
araucos por los espaoles) en la defensa de su tierra. La
Araucana se enmarca dentro de la corriente filosfica del
indianismo, y ayud a crear en Europa la figura literaria del
noble salvaje. Otros dos extensos poemas picos inspirados
La Araucana
en el anterior, que describen igualmente la lucha de los
mapuches, son Arauco domado (1596) del criollo chileno Pedro de Oa (15701643), discpulo aventajado de Ercilla y Purn indmito (ca. 1598) del
conquistador espaol Diego Arias de Saavedra. El poeta espaol Juan de Castellanos
(1522-1607) es autor de Elegas de varones ilustres de Indias (1589), extensa
composicin en octavas reales que refleja las biografas de los conquistadores que ms se
destacaron en el descubrimiento y colonizacin de Amrica. En el Virreinato del Per,
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el poeta espaol Diego de Hojeda (1570-1615) escribe La Cristiada (1591), epopeya


culta escrita igualmente en octavas reales que describe la Pasin de Jesucristo.
El siguiente fragmento de La Araucana muestra la visin idealizadora de Alonso de
Ercilla acerca de Chile, territorio al que compara con un locus amoenus al estilo de la
poesa pastoril renacentista, al tiempo que ensalza la nobleza y el valor de los araucos:
Chile, frtil provincia y sealada
en la regin antrtica famosa,
de remotas naciones respetada
por fuerte, principal y poderosa;
la gente que produce es tan granada,
tan soberbia, gallarda y belicosa,
que no ha sido por rey jams regida
ni a estranjero dominio sometida.

Pues en este distrito demarcado,


por donde su grandeza es manifiesta,
est a treinta y seis grados el Estado
que tanta sangre ajena y propia cuesta;
ste es el fiero pueblo no domado
que tuvo a Chile en tal estrecho puesta
y aquel que por valor y pura guerra
hace en torno temblar toda la tierra.

Es Chile norte sur de gran longura,


costa del nuevo mar, del Sur llamado,
tendr del leste a oeste de angostura
cien millas, por lo ms ancho tomado;
bajo el polo Antrtico en altura
de veinte y siete grados, prolongado
hasta do el mar Ocano y chileno
mezclan sus aguas por angosto seno.

Es Arauco, que basta, el cual sujeto


lo ms deste gran trmino tena
con tanta fama, crdito y conceto,
que del un polo al otro se estenda,
y puso al espaol en tal aprieto
cual presto se ver en la carta ma;
veinte leguas contienen sus mojones,
posenla diez y seis fuertes varones.

Y estos dos anchos mares, que pretenden,


pasando de sus trminos, juntarse,
baten las rocas, y sus olas tienden,
mas esles impedido el allegarse;
por esta parte al fin tierra hienden
y pueden por aqu comunicarse.
Magallanes, Seor, fue el primer hombre
que, abriendo este camino, le dio nombre.

De diez y seis caciques y seores


es el soberbio Estado posedo,
en militar estudio los mejores
que de brbaras madres han nacido;
reparo de su patria y defensores,
ninguno en el gobierno preferido.
Otros caciques hay, mas por valientes
son stos en mandar los preeminentes.

Por falta de pilotos, o encubierta


causa, quiz importante y no sabida,
esta secreta senda descubierta
qued para nosotros escondida;
ora sea yerro de la altura cierta,
ora que alguna isleta, removida
del tempestuoso mar y viento airado
encallando en la boca, la ha cerrado.

Slo al seor de imposicin le viene


servicio personal de sus vasallos,
y en cualquiera ocasin cuando conviene
puede por fuerza el dbito apremiallos;
pero as obligacin el seor tiene
en las cosas de guerra dotrinallos
con tal uso, cuidado y diciplina,
que son maestros despus desta dotrina.

Digo que norte sur corre la tierra,


y bala del oeste la marina;
a la banda de leste va una sierra
que el mismo rumbo a mil leguas camina;
en medio es donde el punto de la guerra
por uso y ejercicio ms se afina.
Venus y Amn aqu no alcanzan parte,
slo domina el iracundo Marte.

En lo que usan los nios en teniendo


habilidad y fuerza provechosa,
es que un trecho seguido ha de ir corriendo
por un spera cuesta pedregosa
y al puesto y fin del curso revolviendo,
le dan al vencedor alguna cosa.
Vienen a ser tan sueltos y alentados
que alcanzan por aliento los venados.
La Araucana (primera parte, canto I)

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Todas las anteriores obras, sin embargo, representan episodios aislados dentro de la
produccin lrica hispanoamericana del siglo XVI, ya que el continuo estado de guerra
por la conquista de los nuevos territorios y el lento y problemtico proceso de
cristianizacin de los indios no crearon un clima demasiado propicio para el cultivo de
la poesa (pese a las contribuciones de poetas espaoles que vivieron en Mxico y Per,
como Gutierre de Cetina, Eugenio de Salazar, Juan de la Cueva, Diego Dvalos y
Figueroa y Diego Mexa de Fernangil).
3.6. Lrica popular y culta
Tras la conquista de Amrica, la poesa tradicional castellana penetr en el nuevo
continente de la mano de los populares romances. Los acontecimientos propios del
mundo americano favorecieron el surgimiento de un romancero autctono. El primer
poema compuesto en Mxico en lengua castellana fue la adaptacin de un viejo romance
peninsular para lamentar una derrota de Hernn Corts frente a los aztecas. En Per, el
primer ejemplo de lrica popular se debe al aventurero espaol Alonso Enrquez de
Guzmn (1499-1547), cuyo Romance sobre la muerte de Almagro describe el arresto y la
ejecucin del Adelantado Diego de Almagro en 1538. Otros destacados poetas del
romancero americano son los espaoles Lzaro de Bejarano (1501-1575) introductor
de la poesa italiana en Amrica y Mateo Rosas de Oquendo (1559-1612) autor de
romances satricos.
La lrica pica y los romances no fueron la nica expresin de la poesa
hispanoamericana durante el siglo XVI. El espritu renacentista de la lrica italiana
impregn las primeras manifestaciones de la poesa culta en Amrica, que tuvo en la
Academia Antrtica de Lima un importante centro de difusin en Per y territorios
limtrofes. As, de cuo italianista son las obras de los poetas espaoles Pedro de Trejo
(1534-1575) autor de originales innovaciones mtricas y Fernn Gonzlez de
Eslava (1534-1603) cuya poesa se enmarca en la tradicin de los cancioneros
religiosos y uno de los primeros poetas criollos, el mexicano Francisco de Terrazas
(1525-1600) cuya poesa gira en torno al tema petrarquista de la belleza y crueldad
de la amada.
3.7. Literatura criolla
Pese al control poltico de Espaa sobre sus colonias americanas, los siglos XVI y XVII
representaron un periodo de gran turbulencia social. El asfixiante sistema burocrtico
que trataba de imponer el gobierno espaol en los nuevos territorios, la dificultad de las
comunicaciones en un territorio tan extenso y la rivalidad creciente entre los criollos y
los espaoles (en cuyas manos estaba el poder) foment las revueltas indgenas, a las que
posteriormente se uniran los esclavos negros. A esta situacin de inestabilidad social
vino a sumarse el azote de las epidemias, las frecuentes hambrunas, la creciente
delincuencia y los ataques de los piratas ingleses y franceses en las costas del Atlntico y
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Pacfico (auspiciados por otras naciones europeas como Inglaterra, Francia y Holanda,
que trataban de romper el monopolio comercial de Espaa en Amrica).
El espritu literario americano, apagado durante el siglo XVI por la influencia cultural de
la metrpoli, se muestra en todo su esplendor a lo largo del siglo XVII. La literatura de la
Conquista dio paso a la literatura colonial propiamente dicha, en la que el estilo
clasicista del Renacimiento espaol, la artificiosidad del posterior Barroco y el
exacerbado fervor religioso impregnan las obras de los primeros escritores
hispanoamericanos destacados (criollos en su mayor parte). La influencia del Barroco
espaol en la literatura colonial hispanoamericana fue tan intensa que se extendi
incluso hasta finales del siglo XVIII, con la llegada del Neoclasicismo. Mxico y Lima,
respectivas capitales de los virreinatos de Nueva Espaa y el Per, se convierten
durante este periodo en los principales centros de la actividad literaria en Amrica, y
en ellos se celebran numerosos certmenes poticos.
La literatura criolla del siglo XVII, influida en sus
orgenes por el teatro y la poesa renacentista de Lope de
Vega, adopt como principales modelos de imitacin a lo
largo de esta centuria la poesa culteranista de Gngora
(como forma de demostrar el poder creativo y la
artificiosidad literaria de los escritores criollos) y el
teatro barroco de Caldern de la Barca. Desde un punto
de vista prctico, por otro lado, adaptarse a los gustos
literarios de Espaa era en muchas ocasiones la nica
manera en que los autores coloniales podian publicar sus
obras. Sin embargo, la literatura americana del siglo XVII
no fue un simple reflejo de la lrica peninsular, ya que se
estableci con unos rasgos artsticos propios que le
Criolla limea
permitieron competir con las corrientes y los modelos
procedentes de Espaa y en ocasiones incluso superarlos, como es el caso de la
religiosa mexicana Sor Juana Ins de la Cruz (1651-1695), la figura ms notable del
Siglo de Oro de la literatura hispanoamericana, autora de una destacada produccin
potica y teatral en la que sobresale el auto sacramental El divino Narciso (1689).
Junto con Sor Juana Ins de la Cruz, los ms destacados poetas de la literatura criolla
barroca fueron los espaoles Silvestre de Balboa (1563-1647) creador de la primera
obra literaria en Cuba, el poema histrico Espejo de paciencia (1608), Juan de
Miramontes y Zuzola que en el poema pico Armas antrticas (1609) narra las
campaas de Francisco Pizarro y Diego de Almagro en el Per y Bernardo de
Balbuena (1568-1627) autor del poema pico culto El Bernardo (1624), el peruano
Juan de Espinosa Medrano (1629-1688) conocido con el apodo de el Lunarejo
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LITERATURA COLONIAL

debido a los lunares que llenaban su cara, autor de un sobresaliente Apologtico en


favor de don Luis de Gngora (1662), el colombiano Hernando Domnguez
Camargo (1606-1659) uno de los poetas ms importantes de la literatura colonial,
autor de un Poema heroico de San Ignacio de Loyola (1666) en el que mezcla pica y
religin, el espaol Juan del Valle y Caviedes (1645-1697) considerado el mayor
poeta de la literatura peruana del siglo XVII, gran admirador del estilo conceptista de
Quevedo y autor de stiras hirientes contra la sociedad de su tiempo, como Diente del
Parnaso (1689), la monja colombiana sor Francisca Josefa del Castillo (16711742) tambin conocida por el apodo de Madre Castillo, autora de unos Afectos
espirituales (1690-1729) inspirados por su experiencia mstica y el mexicano Carlos de
Sigenza y Gngora (1645-1700) representante del gongorismo tardo en el
Virreinato de Nueva Espaa. La escasa presencia de la mujer en el mbito lrico
hispanoamericano hizo que algunas escritoras tuvieran que ocultar su identidad bajo
un pseudnimo; tal es el caso de las poetisas peruanas Clarinda cuyo Discurso en
loor de poesa (1608) exalta la excepcional geografa del Per y Amarilis autora
de una Epstola a Belardo dirigida a su admirado Lope de Vega que ste public en el
libro de poemas La Filomena (1621).
El teatro criollo alcanza un gran desarrollo durante el siglo XVII, cuando se crean
compaas de actores profesionales y corrales de comedias destinados expresamente
a las representaciones dramticas. Aunque el repertorio preferido segua siendo el del
teatro barroco espaol, tambin se escenificaban obras de contenido local. Uno de los
principales dramaturgos de la literatura criolla del siglo XVII es el mexicano Juan Ruiz
de Alarcn (1580-1639), que representa el caso opuesto del anteriormente
mencionado Fernn Gonzlez de Eslava: pese a ser mexicano de nacimiento,
desarroll toda su obra dramtica en Espaa. Gracias a Ruiz de Alarcn y Sor Juana
Ins de la Cruz, el teatro colonial alcanza su plena originalidad y madurez. Otros
autores de la escena teatral americana durante el siglo XVII, cuya produccin
dramtica se vuelca en el tratamiento de temas religiosos o mitolgicos, sin encarar la
problemtica social del continente, son los espaoles fray Diego de Ocaa (15701608) autor de una Comedia de Nuestra Seora de Guadalupe y sus milagros
(1601), Diego Mexa de Fernangil (1565-1634) cuya gloga pastoril El Dios Pan
(1615) intenta introducir el sacramento de la Eucaristia entre los indios y Fernando
Fernndez de Valenzuela (1636-1692) autor de Laurea crtica (1629), un entrems
satrico que representa la primera obra teatral colombiana, los mexicanos Francisco
Bramn (1620-1664) cuya obra alegrica novelizada Los sirgueros de la Virgen sin
original pecado (1620) recrea la cada del hombre del Paraso en un paisaje
mexicano y Matas de Bocanegra (1612-1668) autor de una Comedia de San
Francisco de Borja (1641) que posee reminiscencias del teatro calderoniano y los
peruanos Juan de Espinosa Medrano, el Lunarejo (1629-1688) que escribi en
quechua dos originales autos sacramentales, El rapto de Proserpina (1644) y El hijo
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LITERATURA COLONIAL

prdigo (1644) y Lorenzo de las Llamosas (1665-1705) autor de una original


comedia-zarzuela de tema mitolgico titulada Tambin se vengan los dioses (1689).
La prosa y ms en particular la novela es un gnero escasamente representado en la
literatura colonial. Entre los siglos XVI y XVIII, la nica manifestacin de la ficcin
narrativa hispanoamericana sern las crnicas, segn el modelo establecido
originalmente por los Comentarios reales de los incas (1609), del inca Garcilaso de la
Vega, y la Historia verdadera de la conquista de la Nueva Espaa (1632), de Bernal
Daz del Castillo. A comienzos del siglo XVII, no obstante, algunas obras de carcter
lrico sobresalen por sus elementos narrativos, como Miscelnea austral (1602), del
espaol Diego Dvalos y Figueroa conjunto de coloquios acerca del amor influidos
por la novela pastoril espaola, y Siglo de Oro en las selvas de Erfile (1608), del
tambin espaol Bernardo de Balbuena (1568-1627) obra pastoril en prosa y verso
que imita el estilo de la Arcadia de Sannazaro. El primer texto propiamente narrativo
de importancia dentro de la literatura colonial es El carnero (1638), del colombiano
Juan Rodrguez Freyle (1566-1640), crnica del descubrimiento y conquista del reino
de Nueva Granada aderezada por una serie de cuadros costumbristas de la vida local, de
forma que el relato adopta una estructura novelstica. Gran riqueza de elementos
narrativos posee tambin la crnica Cautiverio feliz, y Razn de las guerras dilatadas de
Chile (1673), del chileno Francisco Nez de Pineda y Bascun (1607-1682), en la que
el autor narra la experiencia de su cautiverio entre los indios araucanos. Bajo el influjo de
la novela picaresca espaola escribi el mexicano Carlos de Sigenza y Gngora (16451700) los Infortunios que Alonso Ramrez padeci en poder de ingleses piratas (1690),
obra con la que se cierra la narrativa colonial del siglo XVII.
3.8. Sor Juana Ins de la Cruz
Juana Ins de Asbaje y Ramrez de Santillana (San Miguel
Nepantla, 1651 - Ciudad de Mxico, 1695), ms conocida
como Sor Juana Ins de la Cruz, es la escritora criolla ms
destacada de la literatura barroca hispanoamericana del siglo
XVII (hasta el punto de ser conocida como el Fnix de
Amrica). Pese a que durante su adolescencia fue una
reconocida personalidad de la corte virreinal de Nueva Espaa,
celebrada por su inteligencia y cortejada por su belleza, una
crisis espiritual a los diecisis aos llev a Juana Ins a tomar
los hbitos y encerrarse en un convento, donde permanecera
el resto de su vida dedicada a la creacin literaria. La poesa
Sor Juana Ins de la Cruz
fue el gnero preferido por la joven monja mexicana, que
recibi la influencia de los principales poetas renacentistas y barrocos espaoles
(Garcilaso de la Vega, fray Luis de Len, Lope de Vega, Quevedo y, sobre todo, Gngora),

29

LITERATURA COLONIAL

aunque tambin destac como autora de obras teatrales (inspiradas por las comedias de
Caldern de la Barca), con las que el teatro criollo colonial encontr su mejor expresin.
La poesa de sor Juana Ins se centra en los temas amoroso (en el que expresa el dolor de
la ausencia y la traicin del amado), filosfico y religioso. Todo ello conduce a un
sentimiento de fugacidad de las cosas temporales, que lleva a la monja mexicana a
refugiarse en la inteligencia como nico bien humano capaz de proporcionar felicidad al
hombre. Las composiciones lricas ms destacadas de sor Juana Ins son el poema
filosfico Primero sueo (1692) y la reivindicacin feminista Respuesta a Sor Filotea de
la Cruz (1691). Aparte de la lrica culta, la religiosa mexicana tambin cultiv formas
poticas de carcter popular, como el villancico y el tocotn (baile dramatizado en el
que se mezclan el espaol y el nhuatl). Dentro de su produccin teatral, sobresale el
auto sacramental El divino Narciso (1689) que, al igual que otras obras de este gnero
religioso como El cetro de Jos (1692) y El mrtir del sacramento (1692), aborda la
colonizacin europea de Amrica y fue concebido para representarse en la corte de
Madrid. Sor Juana Ins es tambin autora de dos comedias profanas Los empeos de
una casa (1683) y Amor es ms laberinto (1689), afines al gnero barroco de capa y
espada pero con una sensibilidad propia, y dos obras en prosa Neptuno alegrico
(1680) y Carta atenagrica (1690).
El siguiente fragmento del auto sacramental alegrico El divino Narciso escenifica el
encuentro entre la Naturaleza Humana (imagen del indio americano), que ha sido
expulsada del Paraso por sus pecados, y la Gracia divina, que le asegura que puede
alcanzar la redencin si es capaz de encontrar al hermoso Narciso (alegora de Dios) a
travs del reflejo en el agua:
NATURALEZA Pastora hermosa, que admiras,
HUMANA
dulce sirena, que encantas
no menos con tu hermosura
que con tu voz soberana;
pues a m tu voz diriges
y a m albricias me demandas
de alguna nueva feliz,
pues dicen tus consonancias:
GRACIA y
albricias, mundo; albricias
NATURALEZA Naturaleza Humana,
HUMANA
pues con dar esos pasos
te acercas a la Gracia:
CORO 1.

dichosa el alma,
que merece hospedarme en su morada!

NATURALEZA De qu son? Y t, quin eres


HUMANA
dime; porque aunque tu cara
juzgo que he visto otra vez,

30

con lgrimas impetrarla,


como don gracioso que es,
y no es justicia, la Gracia.
NATURALEZA Y cmo he de disponerme?
HUMANA
GRACIA

Cmo? Siguiendo mis plantas,


y llegando a aquella fuente,
cuyas cristalinas aguas
libres de licor impuro,
siempre limpias, siempre intactas
desde su instante primero,
siempre han corrido sin mancha;
aqusta es de los Cantares
aquella fuente sellada,
que sale del paraso,
y aguas vivficas mana.
ste, el pequeo raudal
que, misterioso, soaba

LITERATURA COLONIAL

las especies tan borradas


tengo, que no te conozco bien.
GRACIA

Aquesto no me espanta,
que estuve poco contigo,
y t entonces descuidada
no me supiste estimar,
hasta que viste mi falta.

NATURALEZA Pues en fin, dime quin eres?


HUMANA
GRACIA

No te acuerdas de una dama


que, en aquel bello jardn
adonde fue tu crianza,
por mandato de tu padre
gustosa te acompaaba
asistindote, hasta que
t por aquella desgracia,
dejndole a l enojado,
te saliste desterrada,
y a m me apart de ti,
de tu delito en venganza,
hasta ahora?

Mardoqueo, que creca


tanto, que de su abundancia
se formaba un grande ro;
y despus se transformaba
en luz y en sol, inundando
los campos de su pujanza.
NATURALEZA Ya s que ah se entiende Esther
HUMANA
y que, en Esther, figurada
est la imagen divina
de la que es llena de gracia.
Oh, fuente divina, oh pozo
de las vivficas aguas,
pues desde el primer instante
estuviste preservada
de la original ponzoa,
de la trascendental mancha,
que infesta los dems ros;
vuelve t la imagen clara
de la beldad de Narciso,
que en ti sola se retrata
con perfeccin su belleza,
sin borrn su semejanza!
GRACIA

NATURALEZA Oh, venturosa


HUMANA
la que vuelve a ver tu cara,
Gracia divina, pues eres
la mejor prenda del alma!
Los brazos me da!
GRACIA

Eso no,
que todava te falta
para llegar a mis brazos
una grande circunstancia.

NATURALEZA Si est en diligencia ma,


HUMANA
dila, para ejecutarla.
GRACIA

No est en tu mano, aunque est


el disponerte a alcanzarla
en tu diligencia; porque
no bastan fuerzas humanas
a merecerla, aunque pueden

Naturaleza feliz,
pues ya te ves tan cercana
a conseguir tu remedio,
llega a la fuente sagrada
de cristalinas corrientes,
de quien yo he sido la guarda,
desde que ayer empez
su corriente, inmaculada
por singular privilegio;
y encubierta entre estas ramas,
a Narciso esperaremos,
que no dudo que lo traiga
a refrigerarse en ella
la ardiente sed que lo abrasa.
Procura t que tu rostro
se represente en las aguas,
porque llegando l a verlas
mire en ti su semejanza;
porque de ti se enamore.
El divino Narciso (cuadro III, escena VII)

3.9. Juan Ruiz de Alarcn


El dramaturgo mexicano Juan Ruiz de Alarcn (Taxco, 1580 - Madrid, 1639) es uno de
los autores ms importantes de la literatura barroca hispanoamericana, pese a que
desarroll toda su carrera en Espaa. Consciente de que el pblico para el que escribe
sus obras no desea slo divertirse, sino que es maduro y reflexivo, el teatro de Ruiz de
Alarcn es un reflejo directo de la vida, y sus personajes muestran, a travs de sus
conflictos interiores, los rasgos de una sociedad engaosa y plagada de vicios de la que

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LITERATURA COLONIAL

el dramaturgo mexicano es a la vez intrprete y crtico. Con Ruiz de Alarcn, la


comedia de capa y espada del teatro barroco da paso a la comedia de caracteres de
intencin moralizante, aunque no por ello prescinde del tema de la pasin amorosa.
Dentro de la produccin dramtica de Ruiz de Alarcn,
sobresale la comedia moralista La verdad sospechosa (1620),
cuyo propsito es ridiculizar uno de los vicios capitales de la
sociedad del siglo XVII: la mentira. Otras obras destacadas
del dramaturgo mexicano son las comedias costumbristas Las
paredes oyen (1617) y Los empeos de un engao
(1623) que muestran los estragos causados por el amor,
las comedias historicas de carcter moralista Los pechos
privilegiados (1621), Ganar amigos (1621) y La amistad
castigada (1622) en las que la nobleza es criticada por sus
Juan Ruiz de Alarcn
vicios, el drama histrico-mitolgico El dueo de las
estrellas (1624) que muestra el eterno conflicto de la lealtad en la relacin
soberano-vasallo, la comedia de enredo de carcter moralizante Los favores del
mundo (1628) en la que Ruiz de Alarcn ridiculiza el falso amor y la comedia de
caracteres La industria y la suerte (1628) que muestra un marcado contraste entre
personajes nobles y villanos.
El siguiente fragmento de La verdad sospechosa refleja el encuentro amoroso entre
doa Jacinta y el mentiroso galn don Garca, cuyas falsedades son desenmascaradas
por el gracioso Tristn mediante apartes:
GARCA:
JACINTA:
GARCA:

TRISTN:
JACINTA:

GARCA:

JACINTA:
GARCA:

32

Qu hasta aqu de mi aficin


nunca tuvisteis indicio?
Cmo, si jams os vi?
Tampoco ha valido, ay Dios!,
ms de un ao que por vos
he andado fuera de m?
(Un ao, y ayer lleg
Aparte
a la corte?)
Bueno a fe!
Mas de un ao? Jurar
que no os vi en mi vida yo.
Cuando del indiano suelo
por mi dicha llegu aqu,
la primer cosa que vi
fue la gloria de ese cielo.
Y aunque os entregu al momento
el alma, habislo ignorado
porque ocasin me ha faltado
de deciros lo que siento.
Sois indiano?
Y tales son

LITERATURA COLONIAL

mis riquezas, pues os vi,


que al minado Potos
le quito la presuncin.
TRISTN:
(Indiano?)
JACINTA:
Y sois tan guardoso
como la fama los hace?
GARCA:
Al que ms avaro nace,
hace el amor dadivoso.
JACINTA:
Luego, si decs verdad,
preciosas ferias espero?
GARCA:
Si es que ha de dar el dinero
crdito a la voluntad,
sern pequeos empleos,
para mostrar lo que adoro,
daros tantos mundos de oro
como vos me dais deseos.
Mas ya que ni al merecer
de esa divina beldad,
ni a mi inmensa voluntad
ha de igualar el poder,
por lo menos os servid;
que esta tienda que os franqueo
d seal de mi deseo.
JACINTA:
(No vi tal hombre en Madrid)
Lucrecia, qu te parece
del indiano liberal?
LUCRECIA:
Que no te parece mal,
Jacinta, y que lo merece.
GARCA:
Las joyas que gusto os dan,
tomad de este aparador.
Habla TRISTN aparte a don GARCA
TRISTN:
Mucho te arrojas, seor.
GARCA:
Estoy perdido, Tristn!
La verdad sospechosa (acto primero)

Aparte

Aparte

3.10. El Siglo de las Luces


En el siglo XVIII, tras la llegada a la monarqua espaola de la Casa de Borbn con
Felipe V (1700-1746), las colonias americanas recibieron la influencia de dos
novedosas corrientes intelectuales y artsticas procedentes de Francia: la Ilustracin
(movimiento cultural que examina el conocimiento humano a la luz de la razn para
lograr un mundo ms justo, armnico y feliz) y el Neoclasicismo (vertiente artstica de
la anterior que intenta recuperar la belleza esttica del clasicismo renacentista). De
esta forma, la razn y el buen gusto se convierten en los elementos que impregnan
la produccin literaria hispanoamericana durante el siglo XVIII, que ser conocido
como el Siglo de las Luces, en referencia a las luces de la razn y la inteligencia como
medios para examinar todo conocimiento humano y producir creaciones artsticas de
gran luminosidad.
Por su carcter revolucionario, el Siglo de las Luces encontr un amplio eco literario
en el continente americano, en el que comenzaba a gestarse el deseo de independencia
33

LITERATURA COLONIAL

de Espaa. A medida que la influencia cultural de la metrpoli decaa y se


incrementaban los contactos con el mundo de habla no hispana, la actividad creativa
durante este periodo de la literatura colonial se traslad desde las capitales de los
antiguos virreinatos espaoles (Mxico y Lima) hasta nuevos centros culturales en
Sudamrica, primero en el norte del subcontinente con Quito (Ecuador), Bogot
(Colombia) y Caracas (Venezuela), y posteriormente en el sur con Buenos Aires
(Argentina). El inters por la filosofa y la ciencia hizo que, sobre todo a partir de la
segunda mitad del siglo XVIII, surgieran numerosas asociaciones y publicaciones cuyo
objetivo era el desarrollo de las sociedades americanas. Algunos de los principales
impulsores de este movimiento cultural son el ecuatoriano Eugenio de Santa Cruz y
Espejo (1747-1795) uno de los primeros intelectuales ilustrados hispanoamericanos en
solicitar la independencia de Espaa, a travs de obras filosfico-satricas como El nuevo
Luciano de Quito (1779), el peruano Pablo de Olavide y Juregui (1725-1803) autor
de una pseudoautobiografa de estilo epistolar titulada El evangelio en triunfo o Historia
de un filsofo desengaado (1797) y el mexicano fray Servando Teresa de Mier
(1763-1827) cuyas Memorias (1819) muestran a un hombre en lucha consigo mismo y
con el mundo que le rodea.
A finales del siglo XVIII, surge la llamada polmica del Nuevo Mundo, basada en las
manifestaciones de una serie de intelectuales europeos que negaban la capacidad cultural
de los nativos americanos. Ante estas acusaciones, los escritores ilustrados
hispanoamericanos reaccionaron reclamando la existencia de una conciencia literaria
propia, sin influencias hispnicas. Los principales impulsores de este movimiento
independentista son el jesuita mexicano Francisco Javier Clavijero (1731-1787) autor
de una Historia antigua de Mxico (1780) en la que trata de reconstruir el pasado
glorioso de su tierra y el jesuita guatemalteco Rafael Landvar (1731-1793) cuyo
poema buclico Rusticatio Mexicana (1781) inaugura el nativismo o alabanza de la
cultura propia frente a la influencia extranjera.
El teatro barroco colonial del siglo XVIII se aleja de los temas religiosos y moralizantes
de la centuria anterior y se inspira en una esttica neoclasicista de influencia francesa y
corte calderoniano. A pesar de la pobreza intrnseca de la mayora de las obras, este
gnero literario represent un punto de referencia importante en la vida cultural de las
capitales coloniales (especialmente en los virreinatos de Nueva Espaa y el Per), en
donde se inauguraron coliseos o lugares dedicados especialmente a las representaciones
teatrales: Ciudad de Mxico (1753), Lima (1771), La Habana (1776), Caracas (1784), La
Paz (1790), Montevideo (1793), Bogot (1793), La Paz (1794). Algunos de los
dramaturgos ms destacados de la literatura colonial del siglo XVIII son los peruanos
Pedro de Peralta y Barnuevo (1663-1743) autor de las comedias cortesanas Triunfos de
amor y poder (1710), La Rodoguna (1718) y Afectos vencen finezas (1720) y Francisco
del Castillo Andraca (1714-1770) dramaturgo de gustos teatrales ms amplios, con
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LITERATURA COLONIAL

obras que van desde la comedia de enredo Todo el ingenio lo allana (1749) hasta los
dramas histricos La conquista del Per (1748) y Mitrdates, Rey del Ponto (1749) y el
espaol Eusebio Vela (1688-1737) cuyas obras, entre las que destacan los dramas
histricos Apostolado en las Indias y martirio de un cacique, Si el amor excede al arte, ni
amor ni arte a la prudencia y La prdida de Espaa, dominaron la escena teatral de
Ciudad de Mxico en las primeras dcadas del siglo XVIII. De autor desconocido es la
primera obra del teatro argentino, el sainete El amor de la estanciera (1792), que
incorpora la figura del gaucho.
Al igual que el teatro, la prosa hispanoamericana tampoco presenta obras especialmente
destacadas a lo largo del siglo XVIII, atenta como estaba la literatura colonial tarda a los
renovadores movimientos culturales y polticos. La escasa representacin de la ficcin
narrativa neoclasicista se limita a dos obras de escritores mexicanos compuestas en las
postrimeras del periodo colonial: La portentosa vida de la Muerte (1792), de fray
Joaqun Bolaos (1741-1796), y El sueo de sueos (1820), de Jos Mariano Acosta
Enrquez, stiras morales influidas por los Sueos de Quevedo que reflejan la sociedad
mexicana de la poca. Tambin como fuente de noticias sobre las costumbres del mundo
hispanoamericano del siglo XVIII puede mencionarse Instruccin de litigantes (1742),
del abogado guatemalteco Antonio de Paz y Salgado, Lazarillo de ciegos caminantes
(1776), del cronista espaol Alonso Carri de la Vandera (1715-1783), alias
Concolorcorvo libro de viajes influido por la novela picaresca en el que aparece la
primera referencia literaria a los gauchos (llamados en el siglo XVIII gauderios), y
Diario del viaje por los Estados Unidos de Amrica del Norte (1783-1784), del
revolucionario venezolano Francisco de Miranda (1750-1816) que refleja la
naciente identidad cultural americana promovida por el espritu de la Ilustracin.
Resumen
La Conquista de Amrica a partir de 1492 dio paso a la literatura colonial, en la que los
estilos y temas de la literatura espaola se trasplantaron al Nuevo Continente. En una
primera etapa, durante el siglo XVI, la literatura de la Conquista estuvo compuesta por
tres tipos de textos: crnicas de Indias, obras didcticas y evangelizadoras (prosa y
teatro) y lrica pica. Tras el progresivo proceso de mestizaje entre las culturas
espaola e india, se desarroll durante los siglos XVII y XVIII la literatura colonial, en
la que los escritores criollos, pese a adoptar los modelos del Renacimiento y el Barroco
espaoles, sobresalieron con un estilo propio. En el siglo XVIII, la introduccin de la
Ilustracin y el Neoclasicismo franceses despert los sentimientos independentistas en
Hispanoamrica, lo que foment una actitud de consciente alejamiento de los modelos
literarios espaoles. La poesa y el teatro fueron los gneros ms cultivados durante la
literatura colonial; la prosa, por el contrario, estuvo escasamente representada durante
este periodo por las prohibiciones y trabas impuestas desde la metrpoli.

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LITERATURA COLONIAL

Actividades
1) La Conquista de Amrica signific un traumtico choque entre dos culturas tan distintas como la
espaola y la india. Qu factores positivos y negativos resultaron de este proceso?
2) Los conquistadores y los misioneros espaoles tena una visin distinta del Nuevo Mundo. En qu se
basaban estas diferencias?
3) Qu doble sentido posea el trmino criollo durante la literatura colonial?
4) Pese a que la poesa y el teatro se desarrollaron enormente durante el periodo colonial, la prosa
apenas lo hizo. Por qu?
5) Por qu el siglo XVIII es conocido en la literatura hispanoamericana como el Siglo de las Luces?
6) Cul es el origen del nativismo americano?
7) La Araucana est considerado el poema nacional de Chile, pese a que fue escrito por un soldado
espaol, Alonso de Ercilla. En el fragmento incluido en 3.5, qu actitud muestra el poeta hacia los
araucos y hacia los espaoles?
8) En la mitologa griega, Narciso era un hermoso joven que rechaz el amor de la ninfa Eco. Para
castigarle por su desprecio, Nmesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propia
imagen reflejada en una fuente. Cuando vio su reflejo, Narciso se qued fascinado y fue incapaz de
apartar la mirada, hasta que finalmente se arroj al agua y muri. En el auto sacramental El divino
Narciso, la escritora mexicana Sor Juana Ins de la Cruz recrea esta historia para reflejar de forma
alegrica la redencin de la humanidad gracias a Dios. Qu elementos alegricos aparecen en el
fragmento de 3.8 y cmo los describe la autora?
9) El dramaturgo mexicano Juan Ruiz de Alarcn se especializa en las llamadas comedias de caracteres,
obras de teatro de intencin moralizante y crtica protagonizadas por personajes que simbolizan, de
forma exagerada, tipos psicolgicos o condiciones sociales (el galn, el gracioso, la dama, el celoso, el
mentiroso, el padre engaado). En el fragmento de La verdad sospechosa incluido en 3.9, qu
caracteres aparecen y cules son los rasgos de su personalidad?

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