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EL RENACIMIENTO

En el Renacimiento se impuso una nueva concepcin de la cultura y de la vida, que alcanz


todas las actividades humanas (el arte, la literatura, la ciencia, el pensamiento, la poltica, las
costumbres...) y que fue gestando poco a poco un nuevo tipo de hombre y de sensibilidad: los
homine novi, que no eran tan diferentes a como somos actualmente. Ello supuso una profunda
transformacin de la mentalidad medieval, que no se produjo con la misma intensidad ni al
mismo tiempo en toda Europa.
En Italia, ya a partir del siglo XIV, aparecen las primeras manifestaciones de la cultura
renacentista. Tres autores: Dante Alighieri (1263-1321), Francesco Petrarca (1304-1374) y
Giovanni Bocaccio (1313-1375) se convierten en las principales referencias de los escritores
renacentistas de toda Europa.

En el resto de Europa, el Renacimiento no surgir hasta finales del siglo XV, mientras que en
Espaa tendremos que esperar al reinado de Carlos I (1517-1556) para que, con la revolucin
esttica que implic la obra de Garcilaso y Boscn, el Renacimiento triunfase plenamente.

1.1 El contexto socio-poltico


Durante el siglo XV, el Feudalismo se desmorona en Europa. Persiste la divisin de la sociedad
en tres estamentos (nobleza, clero y estado llano), pero la separacin entre ellos no es tan
rgida como en la Edad Media: la adquisicin de riquezas y dinero permite ya una cierta
movilidad social.
El crecimiento de las ciudades que se inicia en el siglo XIIl implica la aparicin de nuevas
actividades econmicas, que con el tiempo significar la aparicin de una nueva clase social: la
burguesa (un burgus era originariamente un habitante del burgo o ciudad). Ser en las
ciudades donde se ir desarrollando esta nueva concepcin de la cultura que conocemos como
Renacimiento: a los viejos ideales guerreros y religiosos de la nobleza, los mercaderes y
artesanos (la nueva clase social en auge) los nuevos habitantes de las ciudades opondrn su
propio sistema de valores: el trabajo, la valoracin del esfuerzo, el individualismo, el valor del
dinero, la importancia del bienestar material...

Aunque contina siendo duea de importantes haciendas y grandes extensiones de tierra,


lentamente la nobleza va perdiendo poder econmico y militar. Sin embargo sus privilegios se
mantendrn en Espaa hasta bien entrado el siglo XIX.
El declive del Feudalismo fortalecer el estado centralizado: se afianza el poder del rey, que,
para restar poder a la nobleza, muchas veces se apoyar en la burguesa y en el estado llano.
As un motivo recurrente del teatro del Siglo de Oro (como vemos en Fuenteovejuna de Lope
de Vega o en El alcalde de Zalamea de Caldern de la Barca) es el enfrentamiento entre un
noble abusivo y sanguinario y el pueblo castigado y vctima, cuyas legtimas aspiraciones sern
apoyadas por el rey.
Con la centralizacin del poder en la monarqua, nacen los estados modernos: estados
centralizados, unitarios y fuertes, controlados por un monarca absoluto. Los descubrimientos
geogrficos y el inicio de la expansin colonial, fortalecieron las monarquas europeas (Espaa,
Inglaterra, Francia...): el rey se convierte en emperador y rivaliza en autoridad con el Papa.
Italia, en cambio, continu divida en pequeas ciudades-estado (Florencia, Venecia, Urbino,
Npoles, Miln...) en constante pugna entre s. Pese a su debilidad poltica, es en esas
ciudades-estado italianas donde se fragua la nueva civilizacin que conocemos por
Renacimiento.

1.2 El problema religioso


Frente a la religiosidad medieval basada en el dogma de fe incuestionable y reforzada, en
buena medida, por el miedo y la supersticin, podemos observar desde el siglo XVI diferentes
actitudes ante la experiencia religiosa:
-

Pervive la religiosidad tradicional.

Aparecen la primeras actitudes escpticas (agnsticas, ateas, paganizantes,


indiferentes...).

Nuevos modos de vivir el Cristianismo, que dan un papel mucho ms relevante a la


intimidad (Erasmismo, Luteranismo, Misticismo...).

Erasmo de Rterdam es el impulsor de una nueva


religiosidad ms autntica, ms personal y privada, donde se
ensalza el contacto directo con Dios. Sus obras religiosas y
literarias (Elogio de la locura, Enquiridin o imitacin del
caballero cristiano, Adagia, Apotegmas...) fueron ledas por un
amplsimo pblico y tuvieron gran influencia: su huella en
Cervantes y en los poetas msticos (Fray Luis de Len, San
Juan de la Cruz) es muy clara. Las lneas fundamentales del
pensamiento erasmistas son:
-

Imitacin de la vida de Cristo segn indican los


evangelios.

Tolerancia religiosa y pacifismo.

Religiosidad interior autntica (critica la religiosidad


popular y dogmtica: reliquias, veneracin a los
santos...).

Crtica al poder econmico y poltico de la Iglesia.

Defensa del matrimonio de los sacerdotes.

Recomendacin, siguiendo a San Pablo, de que el clero trabaje.

Las ideas de Erasmo fueron el germen de la Reforma protestante de Lutero. Con Lutero que
defenda el libre examen (o interpretacin personal de la Biblia) y la vuelta a una religiosidad
primitiva se rompe en 1519, la unidad del Cristianismo: muchos cristianos de diferentes pases
europeos (Alemania, Pases Bajos, Suiza, Inglaterra...) se apartan de la iglesia catlica
A la Reforma Protestante, la iglesia de Roma responde con la Contrarreforma, que se inicia
en el Concilio de Trento (1545-1563) y es
firmemente apoyada por la monarqua espaola.
La Contrarreforma, ante el pnico que provoca el
contagio de las ideas protestantes, promulg una
serie de medidas represivas. Pondremos dos
ejemplos:

1558: Se prohbe a los espaoles estudiar


en determinadas universidades europeas.

1559: ndice de Libros Prohibidos. Lo


mand elaborar el inquisidor Fernando
Valds. Se prohbe la lectura de Erasmo y
Lutero, pero tambin muchas otras obras
literarias, como El Lazarillo de Tormes o la
poesa de Fray Luis de Granada.

1.3 La vida cultural


El Renacimiento es un producto de la cultura urbana que, como consecuencia del desarrollo
de las ciudades y de la aparicin de la burguesa, se convierte a partir del siglo XV en
hegemnica. La ciudad permite el ejercicio colectivo de la intelectualidad, gracias a la
conjuncin de diferentes factores, como el culto al libro, los planes de enseanza, el proceso
de laicizacin de los intelectuales:
a) El culto al libro
La invencin de la imprenta (Gutemberg, 1450) permite la consolidacin de una cultura de
carcter libresco, en la que el conocimiento ya no es privilegio exclusivo de unos pocos
elegidos. La pasin por el libro impreso se generaliza. En la primera mitad del siglo XVI se
publican la casi totalidad de los clsicos grecolatinos, la obra de los padres de la iglesia, y
numerosos autores medievales. Los libros de caballera se convierten en el gnero ms
popular: se imprimen ms de 300.000 libros de este gnero.

Sin
embargo,
con
la
Contrarreforma y la aparicin
del
ndice
de
libros
prohibidos en 1559, el libro
libre, que deca Gngora,
desaparece. Desde entonces
todas las obras que se
publican tienen que pasar por
un censor.
b) Los planes de
enseanza
En el siglo XVI se disea un
meditado
Plan
de
Estudios, que pretende
formar personas con una
preparacin slida y divulgar
al mximo el saber.
En la escuela primaria generalmente mantenida por los ayuntamientos los nios
aprenden a leer y a escribir, y la doctrina cristiana. Las nias iban a la Amiga, donde
sobre todo se les enseaba las labores domsticas y principios de la economa familiar.
Aunque el grado de analfabetismo global sigue siendo muy alto (a principios del siglo XVI
slo un 10 % de la poblacin saba leer y escribir), se consigue que en muchas ciudades la
alfabetizacin alcance el 65%.
Los mejores estudiantes (y los ms ricos) pasaban a las escuelas de latinidad, una
especie de bachillerato en el que se aprenda latn, gramtica y se lea a los autores
griegos y latinos. Se consideraba que la gramtica (la competencia en el uso del
lenguaje) deba ser la base de la actividad educativa, pues el pensamiento se manifestaba
a travs de la palabra. Casi todas las villas de ms de 5000 habitantes tenan una de esas
escuelas de latinidad, en la que enseaban importantes humanistas. Su legado cultural fue
importantsimo.
Con la Contrarreforma, estas escuelas de enseanza media fueron controladas por los
jesuitas que impusieron la Ratio Studiorum, su propio plan de estudios: se impulsa el
estudio de la literatura clsica, la retrica y el teatro, como eficaz medio de moralizacin y
aprendizaje (el gran teatro barroco deriva en gran parte de estos modelos escolares).
Ms tarde, unos pocos privilegiados pasaban a la Universidad. Primero se cursaban
estudios humansticos generales (Gramtica, Retrica, Dialctica...), para pasar ms tarde
a las especialidades: Medicina, Teologa, Derecho... Sin embargo, los nuevos intelectuales
renacentistas sienten poca atraccin por las universidades, pues consideran que la
enseanza escolstica (sistema de instruccin basado fundamentalmente en Aristteles y
los padres de la iglesia) las ha paralizado como centros de saber y conducido a un callejn
sin salida. Surge, entonces, la necesidad de crear nuevos centros de enseanza con una
orientacin ms humanstica y acorde con los tiempos: la Universidad de Cambridge, el
Colegio de Francia, la Universidad de Alcal...

c) La laicizacin de los intelectuales


La proteccin financiera de los hombres de letra por un prncipe, como pasaba en
muchas ciudades-estado de Italia o por un comerciante, industrial acaudalado o noble
humanista (el llamado mecenazgo), libera a muchos intelectuales de la necesidad de
conseguir una prebenda eclesistica o de tener que trabajar en la enseanza.
La cultura deja de ser, poco a poco, monopolio del clero y surgen nuevas formas de
sociabilidad intelectual; las solidates o asociaciones libres de hombres de letras.
Sin embargo, paralelamente al entusiasmo por la vida en las ciudades (movilidad social,
refinamiento de las costumbres, estmulos intelectuales...), surgen los primeros
desencantos. Algunos autores, como Fray Luis de Len, alertan contra los vicios y peligros
de la ciudad (ese andar desalentado del que hablaba Fray Luis: envidia, intrigas, exceso
de ambicin, materialismo...). Esta actitud se consolida en el Segundo Renacimiento,
donde se revitalizan los tpicos del Beatus IIle o del Menosprecio de corte y alabanza de
aldea. Y es que justamente, el alejamiento del campo, permite elevar la naturaleza a la
condicin de mito. La vida rural se idealiza y su nostalgia se convierte en un motivo de la
literatura y la iconografa plstica: los asuntos pastoriles y las escenas buclicas inundan
los cuadros y los poemas renacentistas.

2. ALGUNAS CARACTERSTICAS ESENCIALES DEL RENACIMIENTO


Intentaremos definir la nueva sensibilidad y la nueva concepcin de la realidad que significa
en Renacimiento, a travs de tres de sus caractersticas ms esenciales: el Clasicismo, el
Antropocentrismo y el Vitalismo.
2.1 El Clasicismo y el Humanismo: la importancia de la cultura clsica grecolatina
La revolucin filosfica y esttica que implic el Renacimiento no hubiera sido posible sin el
profundo estudio de los autores grecolatinos. De hecho, el propio nombre de este periodo,
Renacimiento, hace referencia al renacer (volver a nacer) del espritu clsico relegado
durante la Edad Media
Durante la Edad Media la cultura clsica no desapareci totalmente. De hecho, en algunos
autores (especialmente del siglo XIV, como el Arcipreste de Hita o Don Juan Manuel) est
muy presente, pero har falta un cambio de mentalidad profunda para que pueda ser
comprendido lo que la cultura clsica significa: una concepcin de la vida y, en
consecuencia, un arte centrados en lo humano. Eso es lo que aporta esencialmente el
renacer de la cultura que se da en el Renacimiento: el paso de una cultura teocntrica a
una cultura humanista y antropocntrica.
Surge un nuevo concepto de intelectual: los humanistas o sabios dedicados a los studia
humanitatis: Gramtica, Retrica, Potica, Historia, Filosofa y, sobre todo, Lenguas
Clsicas. Humanistas importantes fueron: Dante Alighieri, Francesco Petrarca, Lorenzo
Valla, Pico della Mirandolla (en Italia), Erasmo de Rterdam (en Holanda), Tomas Moro (en
Inglaterra) y Antonio de Nebrija, Juan de Valds, Luis Vives y Sanchez Brozas, El
Brocense (en Espaa). Los nuevos intelectuales humanistas son conscientes de que el
mundo est cambiando y de que ellos son decisivos en la gestacin y divulgacin de estas
transformaciones.
La cultura humanista parte de la idea de que el saber nos hace ms libres y se asienta en
dos principios fundamentales:

El conocimiento directo de las lenguas clsicas


El humanismo tuvo una primera etapa marcadamente filolgica. Los intelectuales no
conciben la cultura sin un conocimiento profundo del griego, el latn y el hebreo
(especialmente entre los humanistas cristianos).

Un nueva lectura de los autores clsicos


Los grandes autores griegos y latinos se traducen, se editan, se estudian y se imitan.
Entre los autores griegos destaca la influencia de Aristteles (sobre todo las
reflexiones estticas de su Potica), mientras que Virgilio, Horacio y Ovidio, entre los
latinos, se convierten en modelos de creacin y conducta. De todos ellos aprenden los
artistas renacentistas nuevos valores morales y sociales, y el que ser el rasgo ms
definitorio del Renacimiento: el anhelo de armona del hombre (consigo mismo, con los
otros y con el universo), lo que slo ser posible potenciando el logos o capacidad
racional del hombre.

La influencia del mundo grecolatino se hace patente tambin en lo temtico: los


pintores y poetas bucean en la mitologa clsica (especialmente en las Metamorfosis
de Ovidio) para desarrollar sus temas y preocupaciones.
2.2 El Antropocentrismo y la valoracin de lo humano
Los escritores humanistas extraen un mensaje esencial de los clsicos: la necesidad de
reconocer y afirmar la dignidad del hombre, ese hombre que se valora como centro y
medida del mundo (antropocentrismo), y dueo de su propio destino.
Ese nuevo hombre aspira a conseguir la perfeccin y ello implica en desarrollo equilibrado de
sus facultades fsicas e intelectuales. En El cortesano de Baltasar de Castiglioni se expone el
ideal del hombre renacentista: un hombre, a la vez, de armas y de letras, con amplios
conocimientos artsticos, literarios, filosficos, cientficos y prcticos. El homine novi deba ser,
adems, diplomtico y buen ciudadano. Este ideal de perfeccin no apostaba slo por la
belleza interior, deba tambin manifestarse externamente en una conducta exquisita: buenos
modales, actitudes civilizadas y refinamiento delicado.
Los intelectuales renacentistas hacen suya la mxima del comedigrafo latino Terencio (195159 a C): Nada de lo que es humano me es ajeno. Aspiran, por tanto, a conocer y desarrollar
al mximo las potencialidades humanas. Esto tendr su manifestacin en diferentes mbitos de
la cultura:

Los pintores y escultores se apasionan por el estudio del cuerpo humano y, en sus
obras, tratan de plasmarlo en toda su belleza. La obsesin de algunos artistas por
trasladar el cuerpo humano al lienzo o reproducirlo fidedignamente en piedra, es
paralela a los progresos de los estudios anatmicos, que tanto influyeron en el
desarrollo de la medicina. En 1543 se publica el que podemos considerar el primer
tratado de Anatoma: De humanis corporis fabrica de Vesalio.

Los poetas analizan minuciosamente sus sentimientos, especialmente los amorosos: el


goce, el dolor, la queja, los celos, la desesperanza inundan los poemas de Petrarca,
de Ausias March, de Garcilaso, que adquieren en ocasiones un marcado carcter
introspectivo.

Los hombres nuevos necesitan explicarse el funcionamiento de las cosas a partir de la


experiencia y el razonamiento. Se reivindica la curiosidad y el espritu crtico, lo
que les lleva a contemplar el pasado y el universo desde nuevas perspectivas: ya no se
conforma con explicar los enigmas del universo con dogmas o verdades reveladas,
buscan explicaciones racionales a los fenmenos y realidades que observan.

Lgicamente, las disciplinas cientficas (la Qumica, la Fsica, la Astronoma, la


Medicina, las Matemticas...) experimentan un importante desarrollo.
En algunos aspectos, el Humanismo renacentista se aleja tanto de la herencia medieval
como de la Antigedad clsica. Desde Leonardo da Vinci, por ejemplo, la experimentacin
se convirti en el punto de partida de la ciencia, ello implica que, en diferentes disciplinas
(ptica, Acstica, Mecnica...) se cuestionen y se corrijan las teoras aristotlicas, hasta
entonces todava vigentes.
Aparece la conciencia histrico-crtica. Nicols de Maquiavelo, en El prncipe, busca en la
historia enseanzas prcticas que, al proyectarse en el presente, ayuden a los hombres
entender el mundo que les rodea y a abandonar el papel de vctimas pasivas de los
acontecimientos. Se impone, pues, una nueva concepcin de la Historia, alejada de las
teoras escolsticas que sometan la poltica a la religin.
Lgicamente esta visin del mundo implica que se imponga un nuevo sistema de valores
morales y sociales. Se reivindica ante todo la libertad individual (con su obligado equipaje
de dudas y angustia), la fama (nica posibilidad de vencer a la muerte), la exaltacin de la
belleza...
2.3 El vitalismo
El mundo ya no se ve como un lacrimourum valle, ni como una mera etapa de transicin
hacia la vida eterna (este mundo que es camino/ para el otro que es morada/ sin pesar,
deca an Jorge Manrique en el siglo XV), el mundo es ahora un locus amoenus, un lugar
lleno de maravillas que hay que descubrir, vivir y disfrutar.
El homine novi aspira a integrarse armnicamente en esa naturaleza, que es fuente
inagotable de belleza y de placer para los sentidos. No casualmente el Renacimiento es la
poca de los grandes descubrimientos geogrficos y de los grandes viajes, que se apoyan
en inventos tan importantes como la brjula, el desarrollo de la cartografa y la plvora
(fundamental para la conquista del Nuevo Mundo).
El hombre aspira tambin a la felicidad en la tierra, que alcanzar en el amor, los placeres
de los sentidos o la armona con la naturaleza, pero tambin con el reto a la inteligencia y
el cultivo de la sensibilidad que proporcionan el arte, la literatura, la filosofa o la ciencia. Se
impone el tpico horaciano del Carpe Diem: Vive el momento, no dejes escapar la
juventud y la belleza, que se convierte en un tema literario muy generalizado, que es
tratado por numerosos poetas.
El ansia de plenitud y felicidad lleva al intelectual humanista a la crtica del mundo existente
y al ansia de renovacin, lo que, a menudo, adopta la forma de utopas, entre las que
destaca la famosa Utopa de Toms Moro. Las utopas oponen al medio real la
construccin de un mundo imaginario perfecto (resulta curioso y significativo que los planos
de ciudades ideales se proyecten tomando como base las polis griegas).
El contacto con el mundo clsico, los descubrimientos geogrficos y el avance de los
conocimientos cientficos dan al hombre del Renacimiento gran confianza en s mismo. El
Renacimiento por lo menos en su primera mitad es una poca de optimismo: el hombre
piensa que el universo y la naturaleza estn a su disposicin y que, con la razn y la
ciencia, podr conocerlos y dominarlos.

Las artes y los oficios


Pero ahora tenis que mirar de ms cerca una cosa. Os engaarais si creyereis que el trabajar solamente seis
horas trae necesariamente la escasez. No es as en modo alguno. Esas pocas horas de trabajo, no solamente
bastan, sino que aun son demasiadas para tener grande abundancia de todas las cosas que se necesitan para
vivir cmodamente. Y lo comprenderis mejor si consideris cun grande es la parte de la poblacin que vive en la
holganza en otros pases. En primer lugar, casi todas las mujeres, que son la mitad de la poblacin. Y donde las
hembras trabajan, los varones suelen holgar en vez de ellas. Aadid la ociosa muchedumbre de los sacerdotes y
religiosos, que as son llamados all. Adems, todos los ricos, especialmente los que tienen hacienda en tierras, a
los cuales llaman hacendados y nobles, con sus criados, quiero decir esa caterva de jactanciosos vagos que van
armados de pies a cabeza; y tambin los mendigos robustos y sanos que se fingen enfermos para encubrir su
holgazanera. Veris entonces que los que trabajan para que queden atendidas las necesidades del humano linaje
son menos de lo que suponis. Considerad ahora que bien pocos de esos que trabajan ejercen oficios necesarios.
Donde el dinero es todopoderoso, hay que ejercer muchos oficios superfluos, los cuales slo sirven para aumentar
la suntuosidad y el desenfreno. Suponed que esa multitud de hombres que ahora trabaja se repartiese entre los
pocos oficios real y verdaderamente tiles; entonces habra tan grande abundancia de cosas necesarias, que los
precios, sin duda, seran demasiado bajos para asegurar el sustento de los trabajadores. Mas si, todos los
hombres que malgastan el tiempo trabajando en oficios que no son tiles; si todas las personas que viven en el
ocio, cada una de las cuales consume tantas cosas como dos trabajadores juntos, fuesen obligadas a trabajar, se
tendra que trabajar muy pocas horas para hacer todas las cosas que se necesitan para vivir holgadamente y sin
privarse de los placeres verdaderos y naturales. (Fragmento de Utopa, Toms Moro, 1516).

ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS:
-

Galileo. Un film de Josep Losey, con guion de Bertolt Brecht (1974):


http://www.youtube.com/watch?v=_w1I_2RsH-c

1492. La conquista del paraso. Pelcula dirigida por Ridley Scott (1992):
http://www.youtube.com/watch?v=fWK969rxQrY

Lutero. Pelcula alemana del ao 2003, dirigida por Eric Till: http://www.youtube.com/watch?v=FZjAL2h4xAk

Los Tudor, serie televisiva que cuenta la historia de la familia Tudor, la primera temporada habla del Reinado
de Enrique VIII hasta su ruptura con la Iglesia.

El hereje. Novela de Miguel Delibes (1998). Traza con mano maestra un vivsimo retrato del Valladolid de la
poca de Carlos V, de sus gentes, sus costumbres y sus paisajes. El hereje es ante todo una indagacin en
las relaciones humanas en toda su complejidad; un canto apasionado a la tolerancia y la libertad de
conciencia. Es tambin la historia de unos hombres y mujeres de carne y hueso en lucha consigo mismos y
con el mundo que les toc vivir; una novela inolvidable sobre las pasiones humanas y los resortes que las
mueven.

3. ETAPAS DEL RENACIMIENTO ESPAOL


Primer Renacimiento: Corresponde, a grandes rasgos, al reinado de Carlos V (1517-1556) y
es una poca que destaca por su:
-

Optimismo: es la etapa de esplendor de la Espaa imperial. Carlos V es emperador de


Espaa, Alemania, Pases Bajos y de importantes territorios de Italia y Amrica.

Apertura a la cultura europea, especialmente a los aires renovadores que llegan de


Italia.

Mayor orientacin laica de la cultura: los temas religiosos dejan de ser


omnipresentes en las obras literarias y artsticas. El Erasmismo ejerce una gran
influencia. Los brotes luteranos son, en cambio, duramente reprimidos todo el siglo XVI

Importancia del movimiento humanista: Antonio de Nebrija escribe la primera


Gramtica de la Lengua Castellana (1492), Juan de Valds publica en 1536 Dilogo de
la lengua.

Principales autores y movimientos:


La poesa italianizante es el movimiento literario ms importante de esta poca. Sus
autores ms destacados son Juan Boscn y Garcilaso de la Vega.

Pervive, sin embargo, una tendencia tradicionalista en poetas que, encabezados por
Cristbal de Castillejo, se resisten aceptar las innovaciones que vienen de Italia.
Encuadraramos aqu la obra de poetas que empezaron a escribir en el siglo XV, como
Juan del Encina o Gil Vicente.

Segundo Renacimiento: Coincide con el reinado de Felipe II (1556-1598) y es un periodo


marcado por:

10

La crisis y el pesimismo: el desgaste que ha provocado la expansin imperial


provoca una alarmante crisis econmica. La mendicidad invade las ciudades.

Hermetismo: Espaa se sita al frente de la Contrarreforma y cierra sus fronteras a


toda influencia extranjera: se censuran gran nmero de libros, se prohbe estudiar en
algunas universidades extranjeras.

Religiosidad: Una nueva actitud ante el hecho religioso dar lugar a nuevos
movimientos espirituales como el Ascetismo y el Misticismo.

Principales autores y movimientos

Poesa Mstica: Fray Luis de Len y San Juan de la Cruz

Poesa Italianizante: Francisco de Figueroa, Francisco de Aldana, Fernando de


Herrera

Narrativa: El Lazarillo de Tormes (1554) (Primera novela picaresca) / El Ingenioso


Hidalgo Don Quijote de La Mancha (1605-1615. Transicin entre el Renacimiento y el
Barroco).

11

4. EL RENACIMIENTO
PROBLEMAS

EN

ESPAA:

ALGUNAS

PECULIARIDADES

En Espaa, durante los reinados de Carlos I y Felipe II, pueden reconocerse muchos de las
caractersticas del Renacimiento a las que hemos aludido antes:
-

Tras la incorporacin de Canarias (1483) y el final de la Reconquista (1492), y la fusin


de los reinos de Castilla y Aragn, Espaa es un estado centralista, fuertemente
controlado por una monarqua absoluta.

Espaa ejerce una importante hegemona en Europa (Alemania, Pases Bajos, buena
parte de Italia...) y el descubrimiento de Amrica (1492) la convierte en la principal
potencia de ultramar.

El Humanismo se impone en la pennsula con gran fuerza: la imprenta empieza a


funcionar muy pronto (el primer libro impreso es de 1474), las universidades de Alcal y
Salamanca son importantes centros humansticos, el Erasmismo ejerce gran influencia
y todas las artes alcanzan gran desarrollo.

Sin embargo, subsisten viejos problemas que condicionan el desarrollo del Renacimiento en
Espaa:
-

El desmoronamiento del sistema feudal fue mucho ms lento que en otros pases de
Europa: La nobleza segua manteniendo un poder extraordinario (un ejemplo: el Duque
del Infantado era dueo, en 1525, de 800 aldeas y 90.000 vasallos), la poderosa Mesta
exporta lana a los Pases Bajos en lugar de fomentar la industria textil autctona, el
desarrollo de la burguesa es lento, las riquezas que vienen de Amrica se utilizan para
financiar guerras exteriores (por motivos de religin muchas veces) y para la
importacin de productos manufacturados, la explotacin de los campos es muy
rudimentaria y deficiente (en 1506 Castilla llega a importar trigo!).

12

Los prejuicios de casta condicionan el desarrollo econmico y cultural. En 1492 los


Reyes Catlicos expulsaron a los judos. Para no abandonar el pas muchos judos se
vieron obligados a convertirse al Cristianismo, pero estos conversos y sus
descendientes, fueron vistos con sospecha por los cristianos viejos y controlados
estrechamente por la Inquisicin. Los conversos tenan prohibido trabajar en la
agricultura, por lo que se dedicaron preferentemente a la industria, al comercio
(muchos de ellos fueron prestamistas) o ejercieron disciplinas ms intelectuales, como
Medicina o el Derecho. Por ello muchas de estas actividades econmicas fueron vistas
con recelo por los hidalgos.

Los llamados judos si no son convertidos debern ser expulsados de el Reino (...)
Nosotros ordenamos adems en este edicto que los Judos y Judas cualquiera edad que
residan en nuestros dominios o territorios que partan con sus hijos e hijas, sirvientes y
familiares pequeos o grandes de todas las edades al fin de Julio de este ao y que no
se atrevan a regresar a nuestras tierras y que no tomen un paso adelante a traspasar de
la manera que si algn Judo que no acepte este edicto si acaso es encontrado en estos
dominios o regresa ser culpado a muerte y confiscacin de sus bienes.
Edictodeexpulsindelosjudos,Granada,1demarzode1492

Espaa sobrellev el peso de la Contrarreforma y la lucha contra las herejas


protestantes. A partir de la segunda mitad del siglo XVI, toda la vida cultural es
controlada por la Inquisicin, lo que interrumpi actividades culturales que parecan
muy prometedoras.

Algunas peculiaridades del Renacimiento espaol son:


-

El eclecticismo. Aunque las innovaciones del Renacimiento italiano despiertan gran


entusiasmo, sigue siendo notable la influencia de la poesa cancioneril del XV (en
Garcilaso, por ejemplo). En el Segundo Renacimiento (en San Juan de la Cruz
especialmente) el influjo de la poesa tradicional es muy importante.

La universalidad. Se cultivan con acierto todos los gneros y se tratan todos los
temas: dilogos filosficos, ficcin imaginativa, ficcin utpica, historia, teatro y, sobre
todo, poesa lrica.

La gran influencia de Petrarca. El influjo de la obra del gran humanista italiano es muy
importante (en el siglo XVI se hicieron 160 ediciones de sus obras) y se manifiesta en
una doble direccin: por un lado, la influencia del Petrarca filsofo y moralista que
escribe en latn (muy evidente ya en La Celestina (1499) de Fernando de Rojas), por
otro, la del Petrarca poeta lrico, sin el que no hubiese sido posible la revolucin
esttica de Boscn y Garcilaso.

13

5. LA REVOLUCION MTRICA DEL RENACIMIENTO


La nueva sensibilidad y el nuevo concepto del mundo que surge en el Renacimiento necesitaba
nuevos cauces formales para expresarse. Los viejos versos medievales (el dodecaslabo que
utilizaban los poetas de los Cancioneros del XV como el Marqus de Santillana o Juan de
Mena y el octoslabo del Romancero popular y de poetas tradicionalistas como Gil Vicente,
Juan del Encina o Cristbal de Castillejo) no se adecuaban a los ideales de introspeccin,
claridad, suavidad, equilibrio y armona que caracterizan la esttica renacentista.
Fue el embajador veneciano Andrea Navagero quien, en 1526, sugiri al poeta Juan Boscn
que intentara escribir sus poemas en los nuevos metros y estrofas italianos. Boscn se decide
a probarlo, pero slo despus de implicar en el proyecto a su amigo Garcilaso de la Vega. Y
ser en la poesa de Garcilaso donde las nuevas estrofas y los nuevos versos alcancen su
aclimatacin definitiva. Un clebre escrito de Juan Boscn recuerda estos hechos:
Estando un da en Granada con el Navagero (...) tratando con l cosas de ingenio y de letras
(...) me dijo que por qu no probaba en lengua castellana sonetos y otras artes de trovas
usadas por los buenos autores de Italia. Y no solamente me lo dijo as, livianamente, ms an
me rog que lo hiciese. Partime pocos das despus para mi casa y, con la largueza y soledad
del camino, discurriendo por diversas cosas, fui a dar muchas veces en lo que Navagero me
haba dicho; y as comenc a tentar este tipo de verso (...) Parecindome, quiz con el amor de
las cosas propias, que esto comenzaba a sucederme bien, fui poco a poco metindome con
calor en ello. Mas esto nos bastara a hacerme pasa muy adelante si Garcilaso, con su juicio
(...) no me confirmara en esta mi demanda. Y as (...), acabndome de aprobar con su ejemplo,
porque quiso llevar tambin l este camino, al cabo me hizo ocupar mis ratos con ms
fundamento
La nueva mtrica de tipo italianizante tiene como verso principal el endecaslabo, solo (soneto,
octava, tercetos encadenados) o alternando con el heptaslabo (lira, estancia, silva...). El
endecaslabo es un verso ms reposado y sereno que el acelerado octoslabo de los romances
o las coplas castellanas. Al ofrecer mayor amplitud se adapta mejor a la reflexin que intentan
los introspectivos poemas renacentistas. Ello permite que los poemas sean menos artificiosos y
ms cercanos a la naturalidad de la esttica renacentista. A la anhelada naturalidad contribuye
tambin la sencillez de las rimas (otra herencia petrarquista).
La aclimatacin de los endecaslabos petrarquistas al castellano signific, pues, la
incorporacin a la poesa castellana de un nuevo ritmo (ms fluido, ms armnico, ms
sereno...) y de un nuevo tono (ms suave, ms intimista, ms natural). Con ellos algunos
poemas de autores renacentistas (de Garcilaso de la Vega, de San Juan de la Cruz, de
Francisco de Aldana...) llegaron a estar muy cerca de la perfeccin. Sin embargo,
acostumbrarse a este nuevo concepto del ritmo y del tono potico, no fue fcil: el tradicionalista
Cristbal de Castillejo lleg a decir que lo que escriban Boscn y Garcilaso no se saba si era
verso o prosa. Pero los nuevos versos como la nueva esttica, como la nueva visin del
mundo acabaran imponindose.
Boscn y Garcilaso pensaban que el octoslabo, el verso ms caracterstico de la poesa
popular, era el mayor enemigo del endecaslabo, pero en este aspecto se equivocaron.
Rpidamente el octoslabo se apropi de los temas, el tono y la lengua potica del
Renacimiento. Muchos poetas del Segundo Renacimiento (y no digamos del Barroco) utilizan
ambos metros. En autores como Fray Luis de Len, San Juan de la Cruz, Gngora y Quevedo,
el romance cobra renovado auge y adquiere una ligereza y musicalidad nueva. Se crea incluso
la Dcima o Espinela, una nueva composicin estrfica que tiene como base el octoslabo.

14

Teniendo como base el endecaslabo surgieron nuevas estrofas (terceto encadenado, lira,
octava real, estancia), nuevos poemas (soneto, silva) y se cultivan diferentes gneros poticos
(cancin, madrigal, gloga, epstola, elega...).

ESTROFAS
Terceto
encadenado
Serie de tercetos que se encadenan
por la rima ABA BCB CDC.
Esta estofa se utiliza sobre todo en
las Elegas, Epstolas, Stiras y
glogas (Garcilaso la utiliza en la
gloga II)

Lira

Estrofa de 5 versos que combina


endecaslabos y heptaslabos (7a
11B 7a 7b 11B).
Introducida por Garcilaso en la
Cancin V, inspirndose en el poeta
veneciano Bernardo Tasso. Es la
estrofa preferida de Fray Luis de
Len y de San Juan de la Cruz

Estancia

Estrofa renacentista que combina de


manera variable endecaslabos y
heptaslabos. La rima la decide el
poeta, pero una vez que opta por un
esquema de rima lo mantiene en todo
el poema.
Garcilaso escribi en estancias la
gloga I

Octava real

Estrofa de 8 versos endecaslabos


con el siguiente esquema de rima AB
AB AB CC.
La octava real es la estrofa pica por
excelencia, aunque en series breves
puede funcionar como cancin y
aislada sirve como epigrama.
Garcilaso la utiliza en la gloga III.

Dcima o
Espinela

Oh fiera, dije, ms que tigre hircana 11A


y ms srdida a mis quejas que el ruido 11B
embravecido de la mar insana! 11A
eme entregado, heme aqu rendido 11B
he aqu que vences: toma los despojos 11C
de un cuerpo miserable y afligido 11B
Yo pondr fin del todo a tus enojos 11C
ya no te ofender mi rostro triste 11D
mi temerosa voz y hundidos ojos 11C
gloga II (versos 563 a 571)
Adnde te escondiste 7a
amado y me dejaste con gemido? 11B
Como el ciervo huiste 7a
habindome herido. 7b
Sal tras ti clamando y eras ido 11B
San Juan de la Cruz: Cntico espiritual

Divina Elisa, pues ahora el cielo 11A


que con inmortales pies pisas y mides 11B
y su mudanza ves estando queda 11C
por qu de m te olvidas y no pides 11B
que se apresure el tiempo en que este velo 11A
rompa del cuerpo y verme libre pueda, 11C
y en la tercera rueda 7c
contigo mano a mano 7d
busquemos otro llano 7d
busquemos otros montes y otros ros 11E
otros valles floridos y sombros, 11E
donde descanse y siempre pueda verte 11F
ante los ojos mos 7c
sin miedo y sobresalto de perderte. 11F
gloga I. Penltima estancia

Cerca del tajo en soledad amena 11A


de verdes sauces hay una espesura 11B
toda de hiedra revestida y llena 11A
que por el tronco va hasta la altura 11B
y as la teje arriba y encadena 11B
el agua baa el prado con sonido 11C
alegrando la vis y el odo 11C

Estrofa de 10 octoslabos con rima


consonante 8a8b8a8b8a8b8a8b8c8c.
Debe su nombre a su creador: el
poeta Vicente Espinel.

15

POEMAS

Soneto

Poema de 14 versos,
formado por dos cuartetos y
dos tercetos. La rima de los
cuartetos es fija ABBA ABBA
y la de los tercetos es libre.
Los esquemas mtricos ms
frecuentes de los sonetos de
son CDC CDC, CDE CDE,
CDC DCD
El tema amoroso es el
dominante en el soneto (lo
como vemos en los 38
sonetos que escribi
Garcilaso), est abierto mite
todos los gneros: epitafio,
mitolgico (XXIX, XVII, XIII),
panegrico, epistolar (XXXV).
El soneto es el poema ms
emblemtico de la poesa
culta espaola y, junto a
nuevos caminos y cdigos,
se sigue cultivando en la
poesa contempornea,
como vemos en: Sonetos del
amor oscuro de Federico
Garca Lorca, 100 sonetos
de amor de Pablo Neruda o,
recientemente, el innovador
Sonetos del tero de scar
Curieses.

Silva

Poema no estrfico que,


combina un nmero
indefinido de versos
heptaslabos y
endecaslabos. Su rima es
consonante y en ocasiones
incluye algunos versos
sueltos.
La silva arromanzada (con
rima asonante en los versos
pares), fue una de las
composiciones poticas ms
caractersticas de Antonio
Machado.

Soneto XIII
A Dafne ya los brazos le crecan 11A
y en luengos ramos vueltos se mostraban; 11B
en verdes hojas vi que se tornaban 11B
los cabellos que el oro oscurecan; 11A
de spera corteza se cubran 11A
los tiernos miembros que an bullendo estaban; 11B
los blancos pies en tierra se hincaban 11B
y en torcidas races se volvan. 11A
Aquel que fue la causa de tal dao, 11C
a fuerza de llorar crecer haca 11D
este rbol que con lgrimas regaba. 11E
Oh miserable estado, oh mal tamao, 11C
que con llorarla crezca cada da 11D
la causa y la pasin por que lloraba! 11E
Garcilaso de la Vega

Soledad Primera (fragmento)


Agradecido, pues, el peregrino,
deja el albergue y sale acompaado
de quien lo lleva donde, levantado,
distante pocos pasos del camino,
imperioso mira la campaa
un escollo, apacible galera,
que festivo teatro fue algn da
de cuantos pisan faunos la montaa,
Luis de Gngora

16

GNEROS POTICOS

Cancin

Poema de tema amoroso de origen


trovadoresco, que consta de un
nmero indeterminado de estancias o
liras. La ltima estrofa siempre es un
envo a la amada.
Garcilaso escribi 5 canciones: las
cuatro primeras en estancia, la quinta
en liras.
Ms tarde se introdujo la cancin
heroica, que imitaba las odas del
poeta griego Pndaro.

Madrigal

Poema de tema amoroso similar a la


cancin, pero ms breve. Combina
versos endecaslabos y heptaslabos.
Poetas del 27 como Rafael Alberti,
Dmaso Alonso y Gerardo Diego
escribieron sugerentes y atrevidos
madrigales.

Hgate temerosa
el caso de Anajrete, y cobarde,
que de ser desdeosa
se arrepinti ms tarde;
y as su alma con su mrmol arde
Estbase alegrando
del mal ajeno el pecho empedernido
cuando abajo mirando,
el cuerpo muerto vido
del miserable amado all tendido
Garcilaso de la Vega. Cancin V

Ojos claros, serenos,


si de un dulce mirar sois alabados
por qu si me miris, miris airados?
Si cuanto ms piadosos
ms bellos parecis a aquel que os mira,
no me miris con ira
porque no parezcis menos hermosos.
Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que as me miris, miradme al menos
Gutierre de Cetina (s.XVI)

gloga

Poema de ambientacin pastoril y


buclica, que suele contener dilogos
poticos.
Bajo pseudnimos pastoriles (Salicio,
Nemoroso, Albanio, Tirreno, Alcino...)
solan esconderse personas reales
que confiesan sus problemas
sentimentales.

El dulce lamentar de dos pastores,


Salicio juntamente y Nemoroso,
he de cantar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores
de pacer olvidadas, escuchando
Garcilaso de la Vega: gloga I (versos
1-5)

El primero que trat de adaptar al


castellano las glogas del poeta latino
Virgilio fue Juan del Encina. Pero fue
Garcilaso quien, siguiendo los
modelos de Virgilio y del poeta
renacentista Sannazaro, llev el
gnero a su plenitud.

17

Epstola

Escrito en forma de carta dirigido a


una persona conocida, a lectores
indeterminados o a un personaje de
ficcin. Pueden presentar diferentes
formas: epstolas personales,
epstolas-ensayo (reflexionan sobre un
tema poltico, social o literario)...

Seor Boscn, quien tanto gusto tiene


de daros cuenta de los pensamientos,
hasta las cosas que no tienen nombre,
no le podr faltar con vos materia,
ni ser menester buscar estilo
presto, distinto dornamento puro
tal cual a culta epstola conviene

La epstola procede de la tradicin


greco-latina (Horacio, Cicern, Ovidio)
y bblica (epstolas de los apsteles
Santiago, Pedro, Juan, Pablo... a sus
discpulos).

Garcilaso de la Vega: Epstola a


Boscn

Escritas en verso o en prosa, en el


Renacimiento y en el Barroco
adquieren gran auge. Boscn,
Garcilaso, Aldana escribieron
interesantes epstolas poticas, pero
entre todas destaca la Epstola Moral
a Fabio de Fernndez Andrada.
Ejemplo de narracin epistolar es El
Lazarillo de Tormes y muchas novelas
picarescas.

Elega

Poema de origen gracolatino


(Calmaco, Ctulo, Propercio, Ovidio)
con el que se expresa un sentimiento
de tristeza, ante la muerte de una
persona o ante una calamidad
colectiva (guerras, catstrofes...)
La elega ya es un gnero arraigado
en la literatura medieval (aparece en
autores del Mester de Clereca, como
Berceo y Juan Ruiz y alcanza su
perfeccin en el siglo XV en Las
coplas a la muerte de su padre de
Jorge Manrique). En el s.XVI a la
influencia de los poetas clsicos, se
suma la de los autores del
Renacimiento italiano, especialmente
Petrarca.

Yo te prometo amigo, que entre tanto


que el sol al mundo alumbre y la oscura
noche cubra la tierra con su mano,
y en tanto que los peces en la hondura
hmeda habitarn del mar profundo,
y las fieras del monte a la espesura,
se cantar de ti por todo el mundo.
Garcilaso de la Vega: Elega al Duque
de Alba en la muerte de Bernardino de
Toledo

En la poesa contempornea hay


hermossimas elegas, como la Elega
a Ramn Sij de Miguel Hernndez o
la que Machado le dedic a Garca
Lorca.

18

6. LA POESA ITALIANIZANTE DE TEMA AMOROSO


El Renacimiento no fue nicamente una revolucin mtrica. Los nuevos versos y estrofas eran,
ante todo, esos cauces formales diferentes que, para poder expresarse, precisaba la nueva
sensibilidad que se estaba imponiendo. Una vez ms, el contenido y la forma son inseparables.
En cuanto a la temtica (como veremos ms a fondo en Garcilaso), el legado de la poesa
italiana es tambin importantsimo. De los Cancioneri de Petrarca proceden las tres grandes
lneas temticas de los poetas italianizantes del XVI:
-

El anlisis introspectivo de las relaciones amorosas

La visin idealizada de la naturaleza

Los motivos mitolgicos (los poetas seleccionan aquellos que mejor permiten explorar
los sentimientos amorosos: Hero y Leandro, Orfeo y Euridice, Dafne y Apolo, Venus y
Adonis, Faetn, caro, Anaxarete..)

Los poetas tradicionalistas dirigieron sus crticas tambin a la temtica de los poetas
italianizantes. Se rieron, por ejemplo, de que Boscn y Garcilaso volcaran tan abiertamente su
intimidad en los poemas, pues pensaban que esta poesa de corte intimista slo poda interesar
a las mujeres, a las que consideraban un pblico inferior. A este reproche contest as Boscn:
Quin ha de gastar el tiempo en responderles? Tengo yo a las mujeres por tan sustanciales
(...) que quien se pusiese a defenderlas, las ofendera.
La revolucin potica encabezada por Garcilaso fue asumida por otros poetas del siglo XV,
algunos de ellos muy interesantes: Hernando de Acua, Hurtado de Mendoza, Gutierre de
Cetina, Francisco de Figueroa, Andrs Fernndez de Andrada, Francisco de Aldana y
Francisco de Herrera.

19

7. GARCILASO DE LA VEGA
La vida de Garcilaso de la Vega
(Toledo, 1501-Niza, 1536) responde
claramente al modelo propuesto por
Baltasar de Castiglioni en El
Cortesano: un valiente hombre de
armas y un exquisito hombre de
letras.
Miembro de la ms distinguida
nobleza, Garcilaso particip en
numerosas campaas militares y
lleg a ocupar destacados cargos al
servicio
del
emperador.
Sin
embargo, sus poemas no revelan
una inclinacin por el mundo de las
armas. Slo en un soneto dirigido a
Boscn, el XXXV, hay una
referencia significativa a la guerra,
pero es una guerra pasada
(significativamente de la poca
clsica: la destruccin de Cartago) y
se alude a ella como metfora de
los peligros ntimos de la guerra de
amor.
Garcilaso posea un espritu refinado y una esmerada educacin: saba griego, latn, italiano,
francs... Durante su estancia en Npoles se impregn con plenitud del espritu renacentista
italiano.
Se cas, por consejo del emperador Carlos V, con Elena Ziga, con la que tuvo seis hijos.
Pero el gran amor de su vida fue Isabel Freyre, dama portuguesa a la que conoci en las bodas
del emperador y a la que consagr casi toda su obra. La indiferencia de Isabel que se cas
con otro hombre en 1529 y su temprana muerte de parto, en 1534 estn en el origen de la
experiencia de amor imposible, del doloroso sentir que tanto conmueve al lector en los
versos de Garcilaso.
En 1531, Garcilaso acude como testigo a la boda de un sobrino, cuyo padre haba liderado la
guerra de los comuneros. Garcilaso desobedece con ello las rdenes expresas del emperador
Carlos V, por lo que es detenido y condenado al destierro. Un destierro que cumple primero en
una isla del Danubio y, posteriormente, en Npoles. De esta cada en desgracia hay curiosas
referencias en sus versos: Muerte, prisin, no pueden ni embarazos/ quitarme de ir a
veros (Soneto IV) Con manso ruido/ de agua corriente y clara/ cerca del Danubio una
isla (Cancin III),
En Npoles, Garcilaso se relaciona con los intelectuales renacentistas de la poca y alcanza su
madurez expresiva. Es entonces cuando escribe sus mejores versos (las glogas I y III, la
cancin V...). A esta poca se atribuye su fugaz idilio con una dama napolitana, que reflejar en
algunos sonetos (XXVIII, XXX).

20

En 1535, Garcilaso de la Vega parece haber recuperado de nuevo el favor real y participa en
diferentes batallas. A consecuencia de las heridas recibidas en una de ellas (el asalto a la
fortaleza de Muy, en Provenza) muere todava muy joven, a los 35 aos
7.1. LAS BASES DE LA POESA DE GARCILASO: EL AMOR CORTS Y EL DOLCE STIL
NUOVO.
En la poesa de Garcilaso se funden de manera muy sutil dos tradiciones poticas: el Amor
corts de la poesa de los Cancioneros del XV (ltima manifestacin de una larga corriente de
la poesa culta, que arranca de los trovadores provenzales del siglo XIII) y la apuesta
renovadora el Dolce Stil Nuovo de la poesa italiana del Renacimiento.
7.1.1. EL AMOR CORTS
Algunos rasgos del Amor Corts, especialmente patentes en la primera etapa de la obra de
Garcilaso son:

El amor imposible

La conciencia de la imposibilidad del amor, herida que reaviva constantemente el desdn de la


amada, provoca en el poeta reacciones muy diversas que van de la conformidad melanclica y
derrotada, a la lucha decidida de quien no acepta rendirse:
Las ms veces me entrego, otras resisto con tal furor, con una fuerza nueva que
un monte puesto encima rompera (soneto XXVI)

El cdigo corts del silencio

Garcilaso hereda de la poesa cancioneril el motivo del silencio y del secreto, tan caracterstico
del cdigo amoroso de los trovadores, por ello no desvel nunca la identidad de su amada. La
ley del secreto le lleva a Garcilaso a tantear diferentes procedimientos de ocultacin, algunos
ya muy cercanos al arte dramtico. As, en la gloga I, Garcilaso se desdobla en dos pastores
(Salicio y Nemoroso), que lamentan sus desdichas por su ingrata dama: Isabel, oculta y
desdoblada en dos nombres (Galatea y Elisa). Garcilaso descubre as las inmensas ventajas
de las mscaras. Por ejemplo: Salicio, al quejarse de la cruel indiferencia de Galatea, lamenta
que su canto no sea capaz de conmoverla, aunque como el de Orfeo haya sido capaz de
enternecer a la naturaleza entera: a las piedras, a los rboles, a las aves, a las fieras. Sera
capaz Garcilaso de afirmar directamente eso mismo de su canto, de su poesa?
Con mi llorar las piedras enternecen
su natural dureza y la quebrantan
los rboles parecen que se inclinan;
las aves que me escuchan, cuando cantan
con diferente voz se condolecen
y mi morir cantando me adivinan;
las fieras se reclinan
su cuerpo fatigado,
dejan el sosegado
sueo para escuchar mi llano triste.
T sola contra m te endureciste,
los ojos ni siquiera volviendo
a lo que t hiciste

21

Salicio y Nemoroso son y no son Garcilaso. Son dos pastores, pero tambin espectros
simblicos de un momento de la relacin de Garcilaso e Isabel Freyre: Salicio es el amante
desdeado (Garcilaso, de 1526 a 1533), mientras que Nemoroso representa a Garcilaso
destrozado por el dolor tras la muerte de su amada en 1534.
Galatea y Elisa son, como decamos, un desdoblamiento de Isabel Freyre. Galatea es el
nombre que Tecrito le da a la amada imposible del cclope y tambin el nombre de una de las
heronas de Virgilio. Elisa es un anagrama que, suprimiendo la b y ordenando las letras de
manera distinta, oculta el nombre de Isabel.
El cdigo corts del silencio y la reserva amorosa aparece tambin en la cancin V y en
diferentes sonetos, como el XXVIII:
De tan hermoso fuego consumido nunca fue corazn. Si preguntado soy lo
dems, en lo dems soy mudo

El amado sometido a la dama

En la Poesa del Amor Corts hay una proyeccin de la relacin de vasallaje a la experiencia
amorosa. La mujer pertenece a un estadio muy superior al del hombre: es la seora. En
diferentes sonetos, Garcilaso se refiere a la amada como seora (De cualquier mal pudiera
socorrerme/ con veros yo, seora, soneto II) Ante ella el amante debe comportarse como si
fuera un humilde vasallo y, en un principio, es obligacin de la amada-seora despreciar
cualquier seal de amor que el enamorado muestre. El enamorado debe hacerse merecedor
del amor de la amada: con infinita paciencia deba emprender un largo proceso de servicio,
durante el cual la amada pone a prueba la profundidad de su amor.
El rechazo, el desprecio, la cruel indiferencia de la amada provocan en el enamorado un
profundo dolor que, paradjicamente, le perfecciona espiritualmente. Para conseguir los
favores de la amada, el poeta debe ser cada vez mejor: vivir con plenitud el amor (ya slo en
amar es mi ejercicio, dir San Juan de la Cruz) y saber manifestarle a la amada-seora su
adoracin (lo que dota de un nuevo sentido la creacin potica), conjugar la pasin con la
mesura (que no era sinnimo de castidad sino de moderacin y serenidad), estar dispuesto
por la amada a perder la libertad, a ser siervo, a estar cautivo, a enfermar, a enloquecer e
incluso a morir.
El amado se entrega a su dama que, como el seor feudal con sus vasallos, puede hacer lo
que quiera con l: recompensarlo y corresponder a su amor (con la entrega simblica de
alguna prenda de amor o galardn, equivalente al anillo del pacto vasalltico), castigarlo sin
piedad e, incluso, conducirlo a la muerte (a vuestras manos he venido/ do s que he de
morir tan apretado, soneto III).

Sufrir por amor es un tormento deseado

El Amor Corts tiene un tono marcadamente masoquista. El enamorado sufre terriblemente y


ello explica los tpicos negativos asociados al lenguaje amoroso: fuego, locura, prisin,
muerte... Sin embargo, el sufrimiento de amor es un dolor que da placer, pues, cuanto ms
sufre el amante, ms queda demostrada la profundidad de su amor: el dolor puede ser,
entonces, gozoso. De ah los sentimientos contradictorios asociados a las vivencias amorosas:
el amor es infierno y gloria, muerte y vida, deseo y renuncia...
El poeta prefiere pasarlo mal a olvidar a la amada altiva, por eso se resigna a una vida de
intenso sufrimiento:

22

As paso la vida acrecentando


materia de dolor a mis sentidos,
como si la que tengo no bastase
A veces, el enamorado no puede soportar tanto sufrimiento y desea la muerte o el olvido como
liberacin. As en el Soneto I, el dolor de amor es tanto que parece condenar al enamorado a la
muerte, pero curiosamente el poeta no se lamenta de que vaya a morir, sino de que con la
muerte se acaben tambin el amor y los cuidados (sufrimientos) asociados necesariamente al
amor (s que me acabo y ms he yo sentido/ ver acabar conmigo mi cuidado)

El poeta vive escindido en una cruenta lucha interior

El apasionado amor del poeta se estrella contra la inconmovible insensibilidad de la amada


(hay todo un campo semntico con la que Garcilaso la define: aspereza, sequedad, hielo,
mrmol, piedra...) y ello provoca en el enamorado un cmulo de actitudes y sentimientos
contradictorios, que lo sumen en una desgarrada y a veces sangrienta lucha interior: ...mis
sentidos/ estn, en vuestra ausencia, y en porfa (...) nunca entre s los veo sino
reidos:/de tal arte pelean noche y da/ que slo conciertan en mi dao.
En la cancin IV y en el soneto I y IV, Garcilaso desarrolla muy explcitamente este tema. En
los cuartetos del soneto IV, por ejemplo, observamos como el poeta se debate entre la
esperanza y la desesperanza, entre levantarse y caer, entre el bien y el mal, entre la
bonanza y la miseria de su estado (la anttesis se convierte en un recurso perfecto para
expresar la ntima contradiccin del poeta). Sin embargo en los tercetos, el deseo incontenible
de ver a la amada genera en l una energa sobrenatural, que le hace sentirse capaz de
romper un monte a fuerza de brazos y vencer todo aquello que le separa de la amada:
muerte, prisin, embarazos
Un rato se levanta mi esperanza:
mas, cansada de haberse levantado,
torna a caer, que deja, mal mi grado,
libre el lugar a la desconfianza.
Quin sufrir tan spera mudanza
del bien al mal? Oh corazn cansado!
Esfuerza en la miseria de tu estado;
que tras fortuna suele haber bonanza.
Yo mismo emprender a fuerza de brazos
romper un monte, que otro no rompiera,
de mil inconvenientes muy espeso.
Muerte, prisin no pueden, ni embarazos,
quitarme de ir a veros, como quiera,
desnudo espritu o hombre en carne y hueso.

7.1.2 LA POESA RENACENTISTA ITALIANA


Dante, Petrarca y los poetas del Dolce Stil Nuovo influyen de manera decisiva en la poesa de
Garcilaso y a su influencia debemos, seguramente, sus mejores poemas. Su influjo es evidente
en importantes aspectos, tanto temticos como formales:

23

La idealizacin de la mujer

La poesa de influencia petrarquista ensea a los hombres el arte del buen amor: se ensalza
el amor como una actitud espiritual, que va ms all de la pasin inmediata y puramente
impulsiva, aunque la llama incontenible de los cuerpos sobrevive entre los rescoldos del fuego
aparentemente amortiguado. En esta religin del amor que perfecciona al enamorado, la mujer
se convierte en gua espiritual del poeta (Beatriz para Dante, Laura para Petrarca, Isabel para
Garcilaso...). Ya no es slo la seora, sino la divinidad materializada (Divina Elisa, llama
Garcilaso a la amada en la gloga I), cuya voz es capaz de amansar a los vientos airados:

y aquella voz divina,


con cuyo son y acentos
a los airados vientos
pudieron amansar
En el soneto X, la amada es capaz de decidir incluso quien puede vivir o morir:llevadme
junto al mal que dejaste.

La atencin a la belleza fsica

El tpico de la Descriptio puellae aparece en muchos poemas de filiacin petrarquista. As, en


los dos primeros cuartetos de En tanto que de rosa y azucena se plasma el ideal de la belleza
femenina del Renacimiento, cuyo correlato plstico podra ser la Venus de Botticelli y que
podramos sintetizar en los siguientes rasgos: tez plida y sonrosada (En tanto que de rosa y
azucena/ se muestra la color en vuestro gesto), ojos claros, cabello rubio, largo y libre (el
cabello que en la vena/ del oro se escogi con vuelo presto.../el viento mueve, esparce y
desordena), cuello blanco y largo (por el hermoso cuello blanco enhiesto).
El ideal de belleza renacentista supone tambin unos valores interiores: la amada debe hacer
compatible pasin y pureza. Esta dualidad se expresa tambin en el clebre soneto XXIII: en
las anttesis de sustantivos (rosa/ azucena), adjetivos (ardiente/honesto), verbos (enciende
el corazn/ lo refrena), que a su vez forman una doble y expresiva correlacin que unifica
internamente los cuartetos rosa-ardiente-enciende frente a azucena-honesta-refrena.

El platonismo (ver 7.2. Temtica de Garcilaso. Conflicto amoroso).

La autenticidad

Pese a que Garcilaso contina una tradicin literaria (Amor Corts, Dolce Stil Nuovo,
Neoplatonismo...), pese a que en algunos poemas sean evidentsimas las huellas de Ausias
March o Petrarca, el amor literario de la poesa de Garcilaso presenta numerosos paralelismos
con su propia experiencia amorosa y es eso, precisamente, lo que ms nos conmueve de su
poesa: la impresin de verdad y vida, la manera en que algunos versos transmiten una
emocin personal. Sera difcil entender, por ejemplo, el dolor y la desesperacin que refleja
Oh dulces prendas por m mal halladas (soneto X) sin conocer que estn escritas tras la
muerte de Isabel Freyre, a la que dedic su obra y su vida.
Del mismo modo, sera inconcebible comprender la emocin del soneto XXV, sin saber que
esta composicin fue escrita con motivo de una visita del poeta a la tumba de la amada muerta.
De la emocin que sinti Garcilaso surgen versos tan duros como Cortaste el rbol con
manos daosas, que parecen alejarse del delicado y contenido doloroso sentir que
caracteriza su poesa. Tras la ofrenda de lgrimas a la amada muerta: Las lgrimas que en
esta sepultura se vierten (...) recibe, conmueve la afirmacin de amor ms all de la muerte

24

del segundo terceto: hasta que aquella eterna noche escura/ me cierre aquestos ojos que
te vieron/ dejndome con otros que te vieran.

El amor vivido como una experiencia interior

En su etapa de madurez, la poesa de Garcilaso se ha liberado casi totalmente de los


sofisticados juegos conceptistas que elucubraban sobre la naturaleza del amor en la poesa de
los Cancioneros del XV: el amor no es ya un complicado razonamiento, sino un conflicto ntimo
en el que podemos entrever lo que Rafael Lapesa (refirindose a Petrarca) defini como la
revelacin de un alma moderna, con sus anhelos, desesperanzas, contradicciones y
melancolas.
La nueva sentimentalidad renacentista melancola contenida, aoranza del amor, dolorido
sentir, integracin neoplatnica del hombre y la naturaleza alcanzar su plenitud en las
glogas I y III.

Las nuevas formas mtricas y estrficas (ver 5:La revolucin mtrica del
Renacimiento).

Los nuevos ideales estticos: armona, equilibrio, serenidad y dulzura (Ver:7.3 El


estilo de Garcilaso.

7.2. LA TEMTICA DE GARCILASO


El abanico de temas que aborda Garcilaso en su obra es limitado. La riqueza de su poesa
radica no en la variedad, sino en la sutilidad y profundidad con que aborda unos pocos ncleos
temticos: el conflicto amoroso, la naturaleza y la mitologa, esencialmente.
7.2.1. El conflicto amoroso
El amor es, sin duda, el tema dominante de la poesa de Garcilaso: un amor literario (en l
subyace la teora del amor corts medieval, la decisiva influencia de Petrarca y la concepcin
platnica del amor), pero que casi siempre parte de una experiencia personal. El gran valor de
la poesa de Garcilaso radica precisamente en la impresin de verdad, su capacidad de
fusionar vida y literatura.
Sus experiencia biogrficas (entre las que destaca su relacin con Isabel Freyre y, en un
segundo plano, un pasajero idilio con una dama napolitana) incidieron en el carcter del poeta
que pasa con facilidad de la desesperacin a la melancola. Melancola que tal vez se origina
en la certidumbre de que el ideal amoroso es inapresable, melancola del hombre condenado a
anhelar lo que no puede alcanzar.
Aunque la melancola es el elemento dominante, en la poesa de Garcilaso aparece un variado
abanico de sentimientos relacionados con el amor: el dolor, el sentimiento de humillacin, los
celos, la rebelin altiva ante la indiferencia de la amada, las dudas, la esperanza, la renuncia,
las tentativas de olvido, la tristeza ante la prdida irreparable, la estoica aceptacin de la suerte
adversa, la tentacin de la muerte... Sin embargo, falta, casi por completo, la experiencia del
amor gozoso, la dicha del amor realizado.
En la etapa de madurez, destaca la concepcin platnica del amor, de clara influencia
petrarquista: la belleza de la mujer es reflejo de la percepcin divina. Al contemplar la belleza

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del mundo y de la mujer, el enamorado se siente atrado hacia la perfeccin suprema de una
esfera superior de la existencia (concepto que se deriva de la interpretacin renacentista del
mito de la caverna de Platn).
Como dice Gonzalo Sobejano, incluso en los ltimos poemas (en los que objetiva su
experiencia amorosa y la proyecta en otros personajes: las tres glogas, los sonetos XI, XIII,
XIX, que son de tema mitolgico), el mundo interior de Garcilaso se despliega ante el lector en
mltiples y variadas vertientes, que podemos reducir a tres motivos: dulzura, tristeza y
gravedad.
7.2.2 La naturaleza
El mundo, para el hombre renacentista, es un locus amoenus: un lugar lleno de bellezas
incomparables, que invita a la contemplacin y al gozo: las montaas, los bosques, los prados,
los ros... aparecen por primera vez como protagonistas de la poesa.
Garcilaso se une a este descubrimiento y revaloracin de la naturaleza inspirndose en dos
obras decisivas: Las buclicas del poeta clsico latino Virgilio y La Arcadia del poeta
renacentista Sannazaro.
La naturaleza que aparece en los poemas de Garcilaso es, evidentemente, una naturaleza
idealizada, depurada de todas las imperfecciones y fealdades. Aunque el fondo de estas
descripciones es un paisaje real: el de su Toledo natal, especialmente las orillas del Tajo.
El tema de la naturaleza, que aparece siempre unido al sentimiento amoroso, irrumpe sobre
todo en el estilizado mundo pastoril de las glogas, donde adquiere tambin un significado
neoplatnico: como la amada, esos paisajes bellsimos son tambin espejo de la perfeccin
divina. Esta perfeccin intrnseca a los diferentes elementos que componen la naturaleza
quedar subrayada por los eptetos: verde hierba, fresco viento, blanco lirio, rosa roja/
colorada.
La naturaleza aparece, a menudo, subjetivizada y es una muda interlocutora del poeta. As en
la gloga I las piedras, los rboles, las aves y las flores escuchan el canto del pastor Salicio y
se compadecen de su dolor. Se produce entonces una perfecta fusin espiritual entre el mundo
exterior y el sufrimiento ntimo del poeta.
De acuerdo a la concepcin antropocntrica del mundo, se trata tambin de una naturaleza
vulnerable. As vemos, tambin en la gloga I, como la naturaleza se contagia del caos que
provoca la unin de Galatea con un hombre indigno de ella: La cordera paciente/ con el
lobo hambriento/ har su ayuntamiento. Al hacer juntar lo diferente el mundo se
convertir en un lugar inhabitable, un locus eremus, tpico que aparece tambin en la Cancin
V y en el soneto XXIX.
7.2.3 La mitologa
La mitologa en la poesa de Garcilaso es, en primer lugar, una manifestacin del clasicismo
renacentista: los hroes y dioses paganos de la antigedad clsica irrumpen con fuerza en sus
versos como un componente culto y embellecedor de la realidad. Sin embargo, no debemos
entender los temas mitolgicos como un mero adorno erudito: Garcilaso utiliza diferentes mitos
griegos como metforas de la realidad o como proyeccin simblica de su experiencia ntima.
Como seala ngel Prieto: Pocas veces un tema externo y lejano resulta tan
poticamente verdadero.

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A veces se da una total identidad entre un elemento de la realidad y el mito. El mito acta
entonces como metfora pura: el mar es el hmido reino de Neptuno, las guerras son las
armas del sangriento Marte, la muerte es el estigio lago, el amor se explica por la
vengativa mano de Cupido.
Otras veces los mitos aluden, explcita o implcitamente, a vivencias interiores del poeta que se
proyectan en seres mitolgicos como: Apolo y Dafne (soneto XIII y gloga III, bordado de la
ninfa Dinmene), Orfeo y Euridice (soneto XV y gloga III, bordado de la ninfa Filodoce),
Venus y Adonis (gloga III, bordado de la ninfa Climene), Hero y Leandro (soneto XXIX),
Anaxrate (Cancin V).
En algunos poemas, un ser o un elemento natural se divinizan o mitifican. As en la elega I, el
ro Tormes se escapa de su curso y se derrama por las arena para llorar la muerte de Don
Bernardino o en la gloga III, la ninfa Nise, que no quiso poner nicamente en los pasados
casos la memoria, teje la historia de Elisa. Al ponerla en el mismo plano que a Venus, Euridice
o Dafne, Garcilaso eleva a Isabel Freyre/ Elisa a la categora de mito,

7.3. EL ESTILO DE GARCILASO


La poesa de Garcilaso se alimenta de los ideales estticos del arte renacentista: naturalidad y
sencillez, armona y equilibrio, musicalidad...
Naturalidad
En la carta-prlogo a la traduccin de Boscn a El cortesano de Castiglioni, Garcilaso alaba a
su mejor amigo por huir de la afectacin y lo rebuscado, y por usar trminos cortesanos
(elegantes) y comunes (no nuevos ni desusados de la gente). Son los mismo criterios
lingsticos que afortunadamente seguir l mismo en su obra y que explican que los versos de
Garcilaso especialmente en su etapa de
madurez
sean
tan
fluidos,
sencillos,
transparentes y naturales.
Como dice Menndez Pidal, Garcilaso opta por
lo ms usual y lo ms natural y, gracias a
ello, podemos leer a Garcilaso como si se
tratara casi de un autor contemporneo que,
con sencillez y precisin, comparte con
nosotros una emocin (Tu dulce habla en
cuya oreja suena?, gloga I) o nos da acceso
a un lugar privilegiado, (Cerca del tajo, en
soledad amena gloga I).
Uno de los mejores encantos de la poesa de
Garcilaso es presentarnos intensos estados de nimo (el sentimiento del amor y la prdida) sin
derroches retricos. No abusa de la adjetivacin ni de los recursos expresivos. Sus metforas y
comparaciones, de acuerdo al ideal de naturalidad, no presentan excesivas dificultades de
comprensin por la proximidad del plano real y del plano figurado: Ms dura que el mrmol,
ms helada que nieve (la amada distante), tela delicada (la vida), alegre primavera (la
juventud)...

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Armona y equilibrio
La bsqueda de la armona es un ideal esttico fundamental del Renacimiento que est my
presente en la poesa de Garcilaso. De l nacen algunos de sus recursos ms caractersticos:
- La estructura bimembre de los versos: Oh miserable estado, oh mal tamao!
(soneto XIV)
- La duplicacin o triplicacin de elementos: ardiente, honesto, mueve, esparce
y desordena (soneto XXIII).
- Los paralelismos: vuelve y revuelve amor mi pensamiento/ hiere y enciende el
alma temerosa (soneto XXXIII)
- Las anforas: Ay, cuanto me engaaba!/ Ay, cuan diferente era! (gloga I)
- Los quiasmos: La dulce vida/ entre la hierba verde (gloga III)
- La abundancia de anttesis y contrastes; da/noche, clama/ tormenta, esto/invierno
- La estructura binaria de los poemas (como en los sonetos X y XIII).

Musicalidad

La msica de un poema procede de la conjuncin de cuatro fenmenos: las rimas (siempre


consonantes y perfectas en Garcilaso), la distribucin de los acentos en los versos, las
aliteraciones y los encabalgamientos.
La aliteracin se basa en la repeticin de un sonido que, por su particular dureza o suavidad,
se asocia al significado de una palabra. As en el soneto X, llama la atencin de la aliteracin
en las rimas astes/istes de los tercetos: el grupo st tiene cierta dureza, lo que acenta el dolor
sin lmites de la perdida que siente el poeta tras la muerte de Isabel. Otro ejemplo muy claro de
aliteracin es el hipntico zumbido de las abejas, sugerido por la repeticin de s/z en la gloga
III: En el silencio solo se escuchaba/ un zumbido de abejas que sonaba.
En Garcilaso son caractersticos los encabalgamientos suaves que sugieren un continuo fluir:
Con tanta mansedumbre el cristalino Tajo en aquella parte caminaba que
pudieron los ojos el camino determinar apenas que llevaba.
Los encabalgamientos bruscos, en cambio, refuerzan la idea de ruptura. As en el soneto XIII,
hiprbaton y encabalgamiento marcan violentamente el paso de la juventud a la vejez:
Coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto, antes que el tiempo airado.

El tono melanclico

Dentro de las corrientes de la poesa renacentista, la obra de Garcilaso se singulariza por su


talante afectivo y su tono dulce y melanclico. Algunos rasgos en los que se expresa son:
- La constante presencia del llanto que, sin embargo, nunca es estridente (Salid sin duelo,
lgrimas corriendo, gloga I)

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- El uso de eptetos, adjetivos y adverbios relacionados con los sentimientos: dulces prendas,
memorias tristes, triste y solitario da, quejarse dulce y blandamente, amada hiedra, blanda
Filomela, son lloroso...
- La introduccin de imgenes plsticas de simbolismo afectivo: la hiedra y la parra arrancadas
con violencia, el ruiseor al que han separado el nido...
- La ficcin pastoril y mitolgica como recurso de distanciamiento y atenuacin del dolor.

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7.4 OBRA DE GARCILASO Y EVOLUCIN DE SU POESA


La obra potica de Garcilaso es breve: 8 coplas de metros tradicionales castellanas y 51
poemas de tipo italianizante: 40 sonetos, 5 canciones, 3 glogas, 2 elegas y 1 epstola.
Rafael Lapesa distingue dos etapas en la obra de Garcilaso: la etapa de asimilacin (15261532) y la etapa de madurez (1533-1536).

Referencias
biogrficas

Etapa de asimilacin (1526-1532)

Etapa de madurez (1533-1536)

-Primer encuentro con Isabel Freyre

-Estancia en Npoles

-Desengao ante la boda de Isabel

-Muerte de Isabel Freyre

-Primer viaje a Italia


-Destierro en la isla del Danubio
Rasgos temticos

-Ideas y tpicos del amor corts

-Idealizacin de la amada muerta

-Anlisis introspectivo de estados


anmicos contradictorios

-Neoplatonismo
-Nostalgia de la amada muerta

Rasgos formales

-Influencia de la poesa cancioneril, de


Ausias March y de Petrarca
-Juegos conceptistas
-Imgines plsticas, a veces violentas

-Clasicismo
-Objetivacin de la propia experiencia
(desaparicin de la 1 persona)
-Dominio del lenguaje potico (maestra
en el uso del epteto)
-Nuevos gneros lricos (glogas,
epstolas, elegas)

Poemas

Coplas: II, III, IV, VII Canciones: I, II, III,


IV Sonetos: I, II, III, IV, V, XIV, XVII,
XX, XXII, XXVI, XXXIV, XXXVI, XXXVII,
XXXVIII, XL.

Coplas: I, VIII Canciones: V, Sonetos:


VI, VI,I VIII, IX, X, XII, XIII, XV, XVIII,
XIX, XXIII, XXIV, XXV, XXVII, XXIX,
XXX, XXXI, XXXII, XXXIII, XXXV, XIL
glogas: I, III, III Epstola a Boscn
Elegas I,II

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7. 5 MODELO DE COMENTARIO DE TEXTO

Soneto XXIII

En tanto que de rosa y azucena


se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazn y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogi, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;
marchitar la rosa el viento helado.
Todo lo mudar la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.

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1. Localizacin
En tanto que de rosa y azucena una de las composiciones ms clebres del Renacimiento
espaol- es uno de los 40 sonetos que escribi Garcilaso de la Vega (1501-1536), durante los
diez aos escasos que dur su vida de escritor.
Fue escrito cuando Garcilaso - tras su destierro en Npoles, lo que le permite el contacto
directo con los humanistas italianos- ha alcanzando ya su plenitud creadora. En el soneto
aparecen algunos de los rasgos formales de su etapa de madurez literaria, como el clasicismo
el poema parte de los modelos clsicos de Horacio y Ausonio- o la desaparicin de la primera
persona.
Se trata, como hemos dicho, de un soneto, una de las composiciones del Renacimiento
italiano, que aclimataron al castellano definitivamente Garcilaso de la Vega y su amigo Juan
Boscn, tras la conversacin de este ltimo con el embajador veneciano Andrea Navagero en
1526. El poema presenta los rasgos ms caractersticos del soneto: versos endecaslabos,
rima consonante perfecta, cuartetos con la estructura mtrica preceptiva ABBA ABBA y los
tercetos con un esquema de rima bastante habitual en Garcilaso: CDE DCE.
2. Tema
El tema de En tanto que de rosa y azucena no es original del autor, sino que es una variacin
del clebre tpico latino del Carpe Diem (aprovecha el momento), proveniente de una oda de
Horacio y de un poema de Ausonio, que es la composicin que parece haber dejado huellas
ms visibles en las imgenes y metforas del poema: Collige, virgo, rosas: corta muchacha las
rosas/ en tanto que est fresca la flor/ y fresca tu juventud.
El Carpe Diem se convertir en el tpico emblemtico de la nueva actitud vitalista del
Renacimiento, lejos ya del lamento medieval y de su concepcin asctica del mundo como un
camino de transicin para esa otra vida que es morada sin pesar. Garcilaso, como hombre del
Renacimiento, ver el mundo (y la juventud y la belleza que nos ofrece) como una aventura
que merece la pena ser vivida. Como es propio en los poemas que abordan este tema, En
tanto que de rosa y azucena se convertir en una invitacin al goce, una invitacin apremiante
porque Garcilaso sabe, al igual que los poetas que le precedieron y que le sucedern, que
vendr el viento helado (el tiempo) y con l, la muerte. Sin embargo, esa certeza no convierte
en despreciable el mundo (como suceda en algunas obras medievales y suceder luego en
algunos poemas estoicos del Barroco). Para el optimismo renacentista, la brevedad de la vida
es un argumento ms del vitalismo: una razn ms para vivir la vida con intensidad y no dejarla
escapar.
En los dos primeros cuartetos aparece, asimismo, una descripcin de la belleza femenina
(tpico de la Descriptio puellae) que, como es habitual en la poesa del siglo XVI, se limita al
rostro y seguir los cnones de la esttica del Renacimiento; cabello rubio, tez blanca y
sonrosada, cuello blanco y erguido, mirada ardiente y honesta. Es sorprendente el paralelismo
de la descripcin de Garcilaso con la tmida y a la vez insinate diosa de Botticelli en El
nacimiento de Venus.
3. Estructura externa y interna
En tanto que de rosa y azucena es un poema tcnicamente muy perfecto que presenta una
estructura muy trabada y meditada. Se me ocurren dos esquemas estructurales:

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El primero coincidira con la estructura externa del poema y los dos ncleos temticos de los
tpicos: los cuartetos desarrollaran el tpico de la Descriptio puellae y los tercetos, el tpico
del Carpe Diem.
Sin embargo, si atendemos a las pistas que nos ofrece la sintaxis, descubriremos otro
esquema estructural: la primera parte la formaran las tres primeras estrofas, la segunda parte,
el ltimo terceto.
La primera parte es la que propiamente desarrolla el tpico del Carpe Diem. Formalmente se
trata de una larga oracin compuesta: la proposicin principal, y a la vez ncleo semntico del
poema, es el primer terceto. Es all donde aparece la invitacin al goce con el preceptivo
imperativo (Coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto) del tpico. Los dos cuartetos
(unificados por la significativa anfora en tanto que) son dos subordinadas adverbiales de
tiempo. La larga oracin, con la cadencia rtmica y grave que le dan las anforas, sugiere el
transcurrir pausado (la oracin es prolongada y lenta), pero inevitable del tiempo: en tanto que
el rostro, el mirar, el cabello y el cuello muestren indicios de juventud y belleza, aprovchalas,
disfrtalas: coged el dulce fruto.
La segunda parte (el ltimo terceto) es una meditacin sobre el tiempo, en la que Garcilaso
prescinde de la muchacha-interlocutora a la que dirige toda la primera parte (otra convencin
de los poemas del Carpe Diem). A Garcilaso le interesa ahora la generalizacin filosfica
(obsrvese el tono casi de sentencia de futuro, que adopta el verso 12: Marchitar la rosa el
viento helado). Garcilaso evita, de esta forma, recrearse en los efectos concretos de la
degradacin y la vejez, tan destacados en las mucho ms desesperanzadas versiones
barrocas del tpico del Carpe Dem: la enumeracin espeluznante con que acaba, por
ejemplo, el soneto de Gngora Mientras por competir con tu cabello (En tierra, en humo, en
polvo, en nada) o el ltimo diente de una vieja sepultado en unas natas en la letrilla satrica
Mozuelas las de mi barrio.
4. Estilo
En tanto que de rosa y azucena es asimismo un poema muy logrado tcnica y
estilsticamente. Los ideales estticos del Renacimiento (naturalidad, armona, musicalidad),
as como el tono melanclico que caracteriza la poesa de Garcilaso aparecen muy bien
plasmados en este poema de su etapa de madurez.
Naturalidad en el lenguaje que utiliza, un lenguaje elegante, pero sobrio, que busca las
palabras ms usuales y conserva, por ello, gran modernidad: slo un 5% de las palabras que
utiliza no las utilizaramos hoy da. nicamente la palabra enhiesta puede plantear una cierta
dificultad. Naturalidad tambin en las metforas que aparecen en el poema con ms profusin
de lo que es habitual en Garcilaso:
Rosa y azucena -------- tonalidades del rostro
Cabello rubio ------------ oro
Primavera --------------- juventud
Dulce fruto -------------- placeres, gozos
Nieve -------------------- canas, pelo blanco
Cumbre ------------------ cabeza

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Rosa --------------------- muchacha


Viento helado --------- tiempor
Naturalidad que no excluye ciertos juegos conceptuales, como la expresiva correlacin/
anttesis del primer cuarteto:
Rosa (smbolo de la pasin) (v.1) mirar ardiente (v.3) enciende (v 4), frente a
Azucena (smbolo de pureza) (v.1.) mirar honesto (v.3) lo refrena (v 4)
La armona y equilibrio estn en este soneto sugeridas por las estructuras bimembres del
poema, que provocan esa sensacin suave de balanceo tan caracterstica de Garcilaso:

Estructura bimembre del soneto, dividido en dos tpicos (Descriptio Puellae/ Carpe
Diem. Cuartetos frente a tercetos).o en dos planos (concreto tres primeras estrofas-,
frente a abstracto dos ltimas estrofas-).

Paralelismo (aunque no exacto) entre las dos primeras estrofas, reforzado por la
anfora (En tanto que).

Tendencia a la duplicacin de elementos: rosa y azucena (v.1), ardiente, honesto


(v.3), enciende, refrena (v.4), que adems son anttesis.

La musicalidad est sugerida sobre todo por los encabalgamientos (especialmente expresivos
son los de los versos 1-2 y 9-10), que contribuyen al ritmo lento y reflexivo del poema.
Hay que destacar, finalmente, la maestra en el uso del epteto, que es seguramente el recurso
ms caracterstico de la etapa de plenitud de Garcilaso: dulce fruto, alegre primavera, viento
helado, edad ligera. El epteto le sirve a Garcilaso para subrayar la perfeccin y la belleza
intrnseca de todo aquello que le rodea, expresado en este caso a travs de metforas o de la
personificacin en edad ligera.
5. Conclusin
Pocos poemas recogen mejor En tanto que de rosa y azucena el espritu (clasicismo,
vitalismo, racionalismo, optimismo) y la esttica (naturalidad, armona, sencillez, musicalidad...)
del Renacimiento, que fueron tambin las seas de identidad de la poesa de Garcilaso en su
etapa de madurez y plenitud potica.

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7.6 TRES POEMAS DE GARCILASO

Soneto V
Escrito est en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribiste, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo de esto.
En esto estoy y estar siempre puesto,
que aunque no cabe en m cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nac sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida:
por hbito del alma misma os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nac, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.

Soneto X
Oh dulces prendas, por mi mal halladas,
dulces y alegres cuando Dios quera!
Juntas estis en la memoria ma,
y con ella en mi muerte conjuradas.
Quin me dijera, cuando en las pasadas
horas en tanto bien por vos me va,
que me habais de ser en algn da
con tan grave dolor representadas?
Pues en un hora junto me llevastes
todo el bien que por trminos me distes,
llevadme junto al mal que me dejastes.
Si no, sospechar que me pusistes
en tantos bienes porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.

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Cancin V

Si de mi baja lira
tanto pudiese el son, que en un momento
aplacase la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento,
y en speras montaas
con el save canto enterneciese
las fieras alimaas,
los rboles moviese,
y al son confusamente los trajese;
no pienses que cantado
sera de m, hermosa flor de Gnido,
el fiero Marte airado,
a muerte convertido,
de polvo y sangre y de sudor teido;
ni aquellos capitanes
en las sublimes ruedas colocados,
por quien los alemanes
el fiero cuello atados,
y los franceses van domesticados;
mas solamente aquella
fuerza de tu beldad sera cantada,
y alguna vez con ella
tambin sera notada
el aspereza de que ests armada,
y cmo por ti sola,
y por tu gran valor y hermosura,
convertido en viola,
llora su desventura
el miserable amante en tu figura.
Hablo de aquel cautivo,
de quien tener se debe ms cuidado
que est muriendo vivo,
al remo condenado
en la concha de Venus amarrado.
Por ti, como sola,
del spero caballo no corrige
la furia y gallarda,
ni con freno la rige,
ni con vivas espuelas ya le aflige;

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por ti, con diestra mano


no revuelve la espada presurosa,
y en el dudoso llano
huye la polvorosa
palestra, como sierpe ponzoosa;
por ti, su blanda musa,
en lugar de la ctara sonante,
triste querellas usa
que con llanto abundante
hacen baar el rostro del amante;
por ti, el mayor amigo
le es importuno, grave y enojoso;
yo puedo ser testigo,
que ya del peligroso
naufragio fui su puerto y su reposo,
y agora en tal manera
vence el dolor a la razn perdida,
que ponzoosa fiera
nunca fue aborrecida
tanto, como yo dl, ni tan temida.
No fuiste t engendrada,
ni producida de la dura tierra;
no debe ser notada
que ingratamente yerra
quien todo el otro error de s destierra.
Hgate temerosa
el caso de Anaxrete, y cobarde,
que de ser desdeosa
se arrepinti muy tarde,
y as su alma con su mrmol arde:
Estbase alegrando
del mal ajeno el pecho empedernido,
cuando, abajo mirando,
el cuerpo muerto vido
del miserable amante, all tendido,
y al cuello el lazo atado
con que desenlaz de la cadena
el corazn cuitado,
y con su breve pena
compr la eterna punicin ajena.
Sinti all convertirse
en piedad amorosa el aspereza.
Oh tarde arrepentirse!

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Oh ltima terneza!
Cmo te sucedi mayor dureza?
Los ojos se enclavaron
en el tendido cuerpo que all vieron;
los huesos se tornaron
ms duros y crecieron
y en s toda la carne convirtieron;
las entraas heladas
tornaron poco a poco en piedra dura;
por las venas cuitadas
la sangre su figura
iba desconociendo y su natura,
hasta que finalmente,
en duro mrmol vuelta y transformada,
hizo de s la gente,
no tan maravillada
cuanto de aquella ingratitud vengada.
No quieras t, seora,
de Nmesis airada las saetas
probar, por Dios, agora;
baste que tus perfectas
obras y hermosura a los poetas
den inmortal materia,
sin que tambin en verso lamentable
celebren la miseria
de algn caso notable
que por ti, pase triste, miserable.

7.7 ACTIVIDADES SOBRE LA POESA DE GARCILASO


1. Comentarios de texto
Comenta, guindote por el siguiente esquema de comentario de texto, los dos sonetos de
Garcilaso: Escrito est en mi alma vuestro gesto y Oh dulces prendas, por m mal halladas
1. Localizacin del texto: Autor, poca, etapa del autor en la que se encuadra...
2. Estructura externa: tipo de poema, mtrica, rima (comentario de este aspecto)
3. Tema o temas (la idea o ideas sobre las que reflexiona el poema)
4. Estructura interna (las diferentes partes en las que el autor, para desarrollar el
tema, estructura el poema).
5. Estilo: caractersticas del estilo del autor que se reflejen en el poema, recursos
retricos,funcin expresiva de dichos recursos y su relacin con el tema).
6. Conclusin.

2. Anlisis de la Cancin V

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1. Garcilaso introduce por primera vez en Espaa la estrofa renacentista que conocemos con el
nombre de lira en A la flor de Gnido, la Cancin V:
a. Analiza la mtrica y la rima de la primera estrofa

b. Investiga: De qu autor del Renacimiento italiano extrajo Garcilaso esta composicin?


(Infrmate brevemente sobre este poeta) Qu otros autores del Renacimiento
cultivaron con gran maestra la lira? Pon algunos ejemplos de poemas clebres.
c. De dnde crees que procede el nombre de lira con el que se conoce a esta
composicin?

2. Al igual que sucede en algunos sonetos, la cancin V tiene una estructura dialgada, pues
Garcilaso se dirige a un interlocutor mudo:
a. Quin es el que escucha en el poema? Cmo es la dama que aparece en el poema?
Cmo se relaciona con el ideal femenino del Renacimiento?
b.

Como sabes, en Garcilaso se funden a menudo vida y literatura. Investiga: Quin era
en la realidad el t literario de la cancin V ?

3. En muchos poemas Garcilaso hace suyo el cdigo del silencio, propia de la poesa del Amor
Corts Cmo se refleja esta idea en la Cancin V?

4. Qu pretende Garcilaso del misterioso interlocutor al que dirige el poema? (Ah se


encuentra el eje temtico del poema)

5. Como sucede en las glogas, la cancin V tiene un claro ncleo narrativo. Resume los
acontecimientos que cuenta.
6. Explica la estructura externa e interna del poema.

7. La cancin V contiene una reflexin sobre el sentido y el por qu de la poesa.


a. Qu inspira el canto del poeta? Qu mbitos de la realidad no son capaces de
convertirse en materia de la poesa?
b. Cmo aborda el poema el dilema renacentista entre el hombre de armas y el hombre
de letras, sobre el que tambin reflexionar Cervantes?

8. Qu poder atribuye Garcilaso a la poesa? Cmo se relaciona esta idea con el contenido
del poema? En qu mito griego aparecen imgenes parecidas? En qu otros poemas insiste
Garcilaso en esta idea?

9. El minucioso anlisis introspectivo de las emociones es otra caracterstica muy destacada de


la poesa de Garcilaso. Explica alguno de los efectos que provoca el amor en el estado de
nimo y personalidad del enamorado.
10. En el poema aparece la idea del amor como cautividad.

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a. En qu momento del poema aparece esta imagen del enamorado cautivo?


b. En qu teoras sobre el amor est muy presente esta idea?

11. Las referencias a los mitos grecolatinos y a personajes de la antigedad son una
manifestacin del Clasicismo renacentista, muy presente en la etapa de madurez de Garcilaso
a la que pertenece este poema.
a. Localiza todas las referencias mitolgicas que aparezcan en el poema y explica
brevemente esos mitos.
b. Con qu intencin utiliza Garcilaso estas referencias y narraciones mitolgicas?
Detente y explcalo en cada caso concreto

12. Explica, con ejemplos y recursos concretos, la manera en que Garcilaso consigue plasmar
en el poema los ideales estticos del Renacimiento que definen su obra: Naturalidad y
sencillez, Armona y equilibrio, Musicalidad y Tono melanclico.

13. En este poema, Garcilaso introduce todo un campo semntico de palabras relacionadas
con la msica. Localzalas y comntalas.

14. Localiza en el poema por lo menos un ejemplo de los siguientes recursos y explica su
funcin expresiva: enumeracin, paralelismo, quiasmo, anfora, comparacin, metfora,
epteto, anttesis.

40

8. LA POESA ASCTICA Y MSTICA DEL RENACIMIENTO


En la segunda mitad del siglo XVI, destacan en la literatura espaola en un importante nmero
de autores con obras de inspiracin religiosa: Santa Teresa de Jess, Fray Luis de Granada
y, sobre todo, Fray Luis de Len y San Juan de la Cruz.
Coincidiendo con el reinado de Felipe II y la Contrarreforma, importantes rasgos de la nueva
espiritualidad erasmista (intimismo religioso, oracin mental, libre interpretacin de la Biblia)
se reflejan tambin en algunas actitudes religiosas del Catolicismo, que como el Ascetismo
(Fray Luis de Len) o el Misticismo (Santa Teresa de Jess, San Juan de la Cruz) funden
el Cristianismo con el Humanismo renacentista, de inspiracin greco-latina.
La Asctica y la Mstica son caminos de perfeccin interior que persiguen un mismo fin: la
unin del alma con Dios.
La Asctica (del griego askeo, ejercitarse) recorre la va purgativa: un proceso de purificacin
moral y de autodominio de uno mismo, a travs de la ejercitacin del espritu. Bien por el
ejercicio de la virtud, bien por el alejamiento del mundo, se busca que el alma se desprenda de
las ataduras mundanas y de todos los lastres innecesarios que conducen a los hombres a un
estado de inquietud perpetua.
La Mstica (del griego mysticos, que significa oculto, secreto) va mucho ms all: es la
experiencia directa de la divinidad, slo al alcance de ciertos seres escogidos que han logrado
recorrer todas las vas de un proceso de purificacin interior. Primero la va purgativa, luego la
va iluminativa (contemplacin de Dios y sus misterios), luego la va unitiva (el xtasis,
cuando el alma se funde gozosamente con Dios).
La principal fuente de influencia de estos autores fue la Biblia, en especial el Cantar de los
cantares, hermoso texto bblico atribuido al rey Salomn, lleno de sensuales imgenes de la
experiencia amorosa. El Cantar de los cantares fue traducido directamente del hebreo por
Fray Luis de Len (lo que motiv el proceso inquisitorial que le llev durante 5 aos a la crcel)
y fue la principal fuente de inspiracin del Cntico espiritual de San Juan de la Cruz.
Tambin es muy importante el influjo de la poesa culta garcilasista en la poesa religiosa del
segundo Renacimiento: en los temas (en la percepcin de la naturaleza especialmente), pero
sobre todo en las formas (las nuevas estrofas y poemas renacentistas, los nuevos ideales
estticos de sencillez, naturalidad, armona, musicalidad). Algunos de los poemas de los
autores italianizantes llegan a los poetas religiosos en las versiones a lo divino que hicieron
otros autores: Sebastin de Crdoba, por ejemplo, public las obras de Boscn y Garcilaso
vueltas a lo divino.
Por otra parte, la poesa religiosa se mostr, asimismo, muy permeable a diferentes
manifestaciones de la poesa tradicional: el octoslabo adquiere una nueva vitalidad, se
escriben con frecuencia romances

41

9. FRAY LUIS DE LEN


Fray Luis de Len naci en Belmonte (Cuenca) en 1527.
Sus ascendientes, tanto paternos como maternos, eran judos conversos, que sobresalieron en
el campo del Derecho. Contra todo pronstico, Fray Luis de Len rechaz la carrera jurdica en
la que haba despuntado su padre y su to, para ingresar, con slo 17 aos, en la Orden
Agustina, donde pronto destacar por su inteligencia y espritu crtico, lo que le lleva a
denunciar apasionadamente los males de la iglesia e incluso de su Orden.
Prototipo del humanista cristiano, Fray Luis de Len estudi Teologa y Hebreo en la
universidad de Salamanca. Tras comprobar que en Salamanca se estudiaba ms la teologa
escolstica (lectura de Santo Toms y de sus comentaristas) ms que la llamada teologa
positiva o de los escriturarios (la centrada en el anlisis directo de los textos bblicos), decide
completar sus estudios en la ms renacentista facultad de teologa de Alcal, lo que ser
decisivo para la orientacin humanista de su aproximacin a la Biblia. Sin embargo la figura de
Fray Luis de Len permanecer para siempre ligado, como docente e investigador, a la
Universidad de Salamanca, donde fue un excelente catedrtico.
Fray Luis de Len fue asimismo un cultivado humanista, con un profundo conocimiento de la
cultura clsica greco-latina. Tradujo escogidas odas de Horacio (poeta que influy mucho en su
poesa), as como las Buclicas y las Gergicas de Virgilio, y a menudo expres su admiracin
por Homero, Pndaro y Eurpides. Adems de poeta y filsofo, Fray Luis de Len fue
matemtico, astrnomo, mdico, pintor y msico.
Aunque Fray Luis de Len escribi en latn sus textos filosficos, quiso hacer accesible los
textos bblicos originales al gran pblico, por lo que tradujo al castellano El libro de Job y el ya
citado Cantar de los Cantares .Tambin en prosa castellana escribi dos libros que difundan
su visin del Cristianismo: La perfecta casada y De los nombres de Cristo.
En la Universidad de Salamanca se respiraba, a mediados del siglo XVI, un ambiente de fuerte
crispacin (grupos de presin, frecuentes sobornos y fraudes, conflictos y rencillas personales).
Era el mundanal ruido que, de manera tan persistente, asoma en la poesa de Fray Luis y del
que nunca fue capaz de huir del todo.
Con el humanista y desafiante propsito de alcanzar "el bien de los dems y la verdad pura",
Fray Luis de Len se empea en verter al castellano el espritu original de los textos antiguos,
pese a que es consciente de que est violando una disposicin del Concilio de Trento. Por su
rechazo de la Vulgata (traduccin latina y comentada de la Biblia que defenda la Escolstica),
por su defensa del texto hebreo del Antiguo Testamento y por su traduccin de El Cantar de
los Cantares, Fray Luis de Len fue denunciado a la Inquisicin por los dominicos (orden
religiosa conservadora que dominaba la universidad de Salamancas).
Alejado de las aulas y condenado a prisin, Fray Luis de Len pas cuatro aos (de 1572 a
1576) en una crcel de Valladolid, desde donde defendi sus posiciones filosficas y
teolgicas, hasta que su caso fue revisado y pudo volver victoriosamente a la universidad. Dice
la leyenda que inici sus clases con una simblica frase Como decamos ayer, que
despert los aplausos entusiastas de sus alumnos. Tambin dice la leyenda que, en los muros
de la prisin. Fray Luis que con el tiempo se convertira en un smbolo romntico de la libertad
del intelectual frente al poder escribi este poema:

42

Aqu la envidia y mentira me tuvieron encerrado. Dichoso el humilde estado del sabio que se
retira de aqueste mundo malvado, y con pobre mesa y casa, en el campo deleitoso con slo
Dios se compasa y a solas su vida pasa, ni envidiado ni envidioso.
Fray Luis de Len sali de la crcel con ms vigor y energa moral que antes, pero con la salud
muy quebrantada. Tras obtener en 1580, la deseada ctedra de Sagrada Escritura de la
Universidad de Salamanca y ser elegido provincial de Castilla de la Orden Agustina, muere en
el convento de San Agustn de Madrigal de las Altas Torres (vila).

Aula Fray Luis de Len, Universidad de Salamanca

43

10. LA OBRA POTICA DE FRAY LUIS DE LEN


Fray Luis de Len fue autor de una breve, pero excelente obra potica, compuesta por 23
poemas de carcter asctico religioso. En ellos trata de adecuar el estilo de la poesa
renacentista a sus inquietudes y percepciones: la soledad del campo, la felicidad que supone
gozar de una serena paz interior, el sentimiento de desamparo, la nostalgia de Dios y el anhelo
de lo mstico, el herosmo moral... La poesa de Fray Luis -y eso es seguramente lo que la hace
perdurable- es una poesa de ideas, pero de ideas no slo pensadas. Se trata, ante todo, de
ideas vividas, en torno a las que tratar de establecer un compromiso vital. As, los poemas
Oda a la vida retirada o Alma regin luciente son testimonios, como dice Cristbal Cuevas
del dramtico anhelo de liberacin de lo efmero que aflige su alma.
En opinin de Cristbal Cuevas el tema central de la poesa de Fray Luis de Len es la
bsqueda apasionada de la armona, su ansia de paz o, para decirlo con las propias palabras
del poeta, el anhelo de serenidad, lucidez y suave calor. Anhelado reino de la paz y del
contento que nunca lleg a encontrar del todo, pues su temperamento combativo y su
ambicin intelectual lo enzarzaban inevitablemente en crispadas polmicas, en los afanes y
desvelos del mundo. Fray Luis fue un claro ejemplo de hombre escindido, lo que Petrarca
defini con acierto como discordia del corazn
La poesa de Fray Luis de Len demuestra una perfecta asimilacin de la poesa clsica
(Horacio y Virgilio, especialmente), bblica (El Cantar de los cantares, El libro de Job...) y
contempornea (Garcilaso y Petrarca, sobre todo). Tal vez por ello es un claro exponente de
los principios estticos del Renacimiento de la segunda mitad del XVI, en la que se apuntan ya
algunos indicios del Conceptismo barroco:
-

Apuesta por la sencillez y la precisin lxica, huyendo siempre del preciosismo


formalista.

Tendencia a la concentracin conceptual (no debis olvidar que Fray Luis de Len era,
sobre todo, un filsofo).

Sabio manejo de los contrastes (anttesis, paradojas, oxmoros).

Sensibilidad ante la naturaleza.

Uso frecuente de imgenes muy potentes y expresivas. Importancia de las


descripciones.

Inclusin e referencias mitolgicas y/o eruditas, con una funcin ejemplificadora.

Voluntad analtica. Capacidad de matizacin psicolgica.

Como deca Azorn, a diferencia de la poesa intemporal de San Juan de la Cruz, la actualidad
halla ecos en los versos de Fray Luis, que recogen acontecimientos cercanos como la batalla
de Lepanto, el descubrimiento de nuevas zonas del continente americano, la invencin de la
artillera (la bola tudesca, un fuego hecha) o la muerte de Don Juan de Austria.
Su poesa Len est, asimismo, llena de referencias autobiogrficas y duras stiras contra sus
enemigos inquisitoriales y eclesisticos. Tal vez por eso, no pudo publicar su obra potica en
vida. La poesa de Fray Luis de Len se edita por primera vez en 1631, gracias a Quevedo,
que lo considera uno de sus maestros.

44

11. COMENTARIO DE TRES POEMAS DE FRAY LUIS DE LEN

Qu descansada vida
la del que huye el mundanal ruido
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado.
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
Qu presta a mi contento,
si soy del vano dedo sealado,
si en busca de este viento
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
Oh monte, oh fuente, oh ro!
Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navo
a vuestro almo reposo,
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueo,
un da puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceo
vanamente severo
de quien la sangre ensalza o el dinero.
Despirtenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido,
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio est atenido.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo.
Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera,

45

de bella flor cubierto,


ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego sosegada,
el paso entre los rboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo,
y con diversas flores va esparciendo.
El aire el huerto orea
y ofrece mil olores al sentido,
los rboles menea
con un manso rido
que del oro y del cetro pone olvido.
Tnganse su tesoro
los que de un falso leo se confan:
no es mo ver el lloro
de los que desconfan
cuando el cierzo y el brego porfan.
La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro da
se torna, al cielo suena
confusa vocera,
y la mar enriquecen a porfa.
A m una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable
mente se estn los otros abrasando
con sed insacable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra est cantando
A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento odo
al son dulce, acordado
del plectro sabiamente meneado.

Glosario: senda (4), enturbiar (6), jaspes (10),pregonera (12), lisonjera (14), desalentado (19),
deleitoso (22), vanamente (29), ensalzar (30), arbitrio (35), atenido (35), codiciosa (46),
sosegada (51), orear (56), cetro (60), cierzo (65), brego (65), porfa (70), lauro (82), plectro
(85)

46

Comentario de texto

1. Localizacin.
Autor, poca, movimiento literario, influencias clsicas...
2. Tema.
- Enunciacin y comentario del tema principal. De qu tpico literario parte?
- Enunciacin de los temas secundarios. Tpicos literarios ligados a ellos.
3. Estructura.
- Estructura externa
- Estructura interna. Partes del poema relacionadas con el tema principal y con los temas
secundarios. Explicacin del poema.
4. Estilo.
- Rasgos generales del estilo de la Oda a la vida retirada
- Comentario de las figuras retricas relacionndolas con el tema, la estructura y el estilo del
poema.
5. Algunos aspectos de las liras
Lira 1
-

Uso de la exclamacin.
Significado de la escondida senda. Por qu piensa fray Luis de Len que es propio de
sabios seguir este camino secreto?
Qu tpicos literarios anuncia?.

Lira 2 y 3
-Cul es el significado del verso 6? -Qu preocupaciones mundanas dejan atrs los que
optan por la escondida senda? --Localiza un hiprbaton y reconstruye el orden lgico.

Lira 4
-

Justifica el uso de la interrogacin retrica.


Comenta la metfora, la aliteracin, la bimembracin, la sinonimia y el quiasmo

Lira 5
-

Comenta el uso de la enumeracin, de las anforas y de las exclamaciones.


Cmo es el paisaje que se describe? A qu tpico literario corresponde?
Qu significan los tres ltimos versos de esta lira? Explica el significado de estas
imgenes: roto el navo y mar tempestuoso. Qu recursos retricos se concentran
aqu?

47

Liras 6 y 8
-

Comenta el uso de la primera persona.


Interpreta este hermoso verso: Vivir quiero conmigo
Comenta la expresiva enumeracin asindtica que aparece en la lira 8
Relaciona estas liras con el estilo sencillo, elegante y natural de Fray Luis.

Liras 5, 7, 9, 10, 11 y 12
-

Comenta los elementos del locus amoenus que aparece en estas liras.
Qu ideas de la concepcin renacentista de la naturaleza se refleja en estas estrofas?
Localiza y comenta la anttesis y la sinestesia de la lira 7.

Liras 12 a 17
-

Qu tpico literario desarrolla en esta parte final del poema? Resume todos los elementos
temticos que Fray Luis de Len enlaza para desarrollar el tpico.

Liras 13 y 14
-

Fjate en la oposicin del paisaje que aparece en estas dos liras, respecto al locus
amoenus de las liras anteriores. A qu otro tpico literario responde este paisaje?
Qu metfora que ya haba aparecido anteriormente se desarrolla ahora?

Liras 15 y 16
La oposicin entre los dos estilos de vida todava queda ms claramente expuesta en estas
dos liras ltimas. Qu imgenes utiliza para ilustrar cada uno de ellos?
Lira 17

La Oda termina con una alusin a la msica. Qu explicacin encontraras para este final?
puesto el atento odo al son dulce, acordado,

del plectro sabiamente meneado.

48

Recoge ya en el seno
el campo su hermosura, el cielo aoja
con luz triste el ameno
verdor, y hoja a hoja
las cimas de los rboles despoja.
Ya Febo inclina el paso
al resplandor egeo; ya del da
las horas corta escaso;
ya olo al medioda,
soplando espesas nubes nos enva;
ya el ave vengadora
del bico navega los nublados
y con voz ronca llora,
y, el yugo al cuello atados,
los bueyes van rompiendo los sembrados.
El tiempo nos convida
a los estudios nobles, y la fama,
Grial, a la subida
del sacro monte llama,
do no podr subir la postrer llama;
alarga el bien guiado
paso y la cuesta vence y solo gana
la cumbre del collado
y, do ms pura mana
la fuente, satisfaz tu ardiente gana;
no cures si el perdido
error admira el oro y va sediento
en pos de un bien fingido,
que no ans vuela el viento,
cuanto es fugaz y vano aquel contento;
escribe lo que Febo
te dicta favorable, que lo antiguo
iguala y pasa el nuevo
estilo; y, caro amigo,
no esperes que podr atener contigo,
que yo, de un torbellino
traidor acometido y derrocado
del medio del camino
al hondo, el plectro amado
y del vuelo las alas he quebrado.

Glosario: Seno (v1), Aojar (v.2), Yugo (v.14), Sacro (v.19), Postrer (v.20), Collado (v.23),

49

Comentario de texto
1. La Oda XI Al licenciado Juan de Grial de Fray Luis de Len es una epstola. Explica en
qu consiste este gnero potico y comenta, refirindote a fragmentos concretos, por qu
esta oda es claramente un ejemplo del gnero epistolar. Destaca aquellos fragmentos del
poema en los que el gnero quede ms claro y comenta ese tono tan especial
caracterstico de las epstolas.
2. En las tres primeras liras, Fray Luis de Len describe, con temblorosa emocin, la llegada y
el transcurrir del otoo. Comenta las imgenes que enlaza el poeta y los recursos retricos
(enumeracin, anfora, prosopopeya, metfora, calambur, hiprbaton, aliteracin...) con los
que consigue impregnar al lector de la melanclica tristeza del otoo.
3.

En la lira 4 (y luego lo confirma la estrofa 8) descubrimos que Fray Luis no habla slo del
otoo estacional, que habla adems del otoo de la vida. Qu dice de esa etapa de la
existencia humana? Cmo la siente ntimamente? Relaciona ese sentimiento con estas
palabras de Avelino Hernndez en Mientras cenan con nosotros los amigos, en los que
seguramente hay ecos de estos versos de fray Luis: Ya es el otoo en nosotros, Marta
Por qu ocuparnos en otros menesteres que los de la vendimia?. Apoya tus reflexiones
en citas comentadas del poema.

4. En la Oda XI, Fray Luis de Len introduce varias alusiones a mitos clsicos. Localzalas,
comenta brevemente lo que simbolizan estos personajes mitolgicos y qu funcin
desempean estos mitos en el poema. Qu revelan de la personalidad de Fray Luis.
5. Qu le aconseja Fray Luis de Len a su amigo Grial? Con qu argumentos defiende esa
idea?
6. En la estrofa 7, Fray Luis de Len parece consciente de que viven en una poca de
cambios y de que est naciendo un nuevo estilo. Comenta detenidamente este aspecto.
7. En las dos ltimas estrofas, la Oda adquiere inesperadamente un tono confesional que
sobrecoge y conmueve al lector. Qu percepcin tiene fray Luis de Len de s mismo?
Alude a algunas circunstancias y episodios de su vida?
8. Qu ideas y conceptos renacentistas se recogen en el poema?
9. Despus de este recorrido colectivo por la oda XI, enuncia sus temas principales y la
estructura externa e interna del poema.
10. Comenta el estilo del poema, comentando aquellos rasgos y recursos retricos que te
parezcan especialmente significativos (mucha atencin a los hiprbatos, a las
paranomasias, a las aliteraciones y a las metforas).

50

Oda XIII: La vida en el cielo


Alma regin luciente,
prado de bienandanza, que ni al hielo
ni con rayo ardiente
fallece, frtil suelo,
producidor eterno de consuelo;
de prpura y de nieve
florida, la cabeza coronado,
a dulces pastos mueve
sin honda ni cayado
el buen Pastor en ti su hato amado.
l va, y en pos dichosas
le siguen sus ovejas do las pace
con inmortales rosas,
con flor que siempre nace,
y cuanto ms se goza ms renace.
Ya dentro a la montaa
del alto bien las gua; ya en la vena
del gozo fiel las baa,
y les da mesa llena,
Pastor y pasto l solo y suerte buena.
Y de su esfera cuando
la cumbre toca altsimo subido
el sol, l sesteando
de su hato ceido
con dulce son deleita el santo odo.
Toca el rabel sonoro,
y el inmortal dulzor al alma pasa,
con que envilece el oro,
y ardiendo se traspasa
y lanza en aquel bien libre de tasa.
Oh son! Oh voz! Siquiera
pequea parte alguna descendiese
en mi sentido, y fuera
de s el alma pusiese
y toda en ti, oh Amor, la convirtiese!
Conocera dnde
sesteas, dulce Esposo, y desatada
desta prisin adonde
padece, a tu manada
viviera junta, sin vagar errada.

Glosario: bienandanza (2), prpura (6), honda (9), cayado (9), hato (10), pacer (12), deleitar
(25), rabel (26), envilecer (28), sestear (37), errada (40)

51

Comentario de texto
Comenta, guindote por el siguiente esquema de comentario de texto, la oda XIII de Fray Luis
de Len La vida en el cielo

1.

Localizacin del texto: Autor, poca, movimiento literario...

2.

Estructura externa: tipo de poema, mtrica, rima (comentario de este aspecto)

3.

Tema o temas (la idea o ideas sobre las que reflexiona el poema)

4.

Estructura interna (las diferentes partes en las que el autor, para desarrollar el
tema, estructura el poema).

5.

Estilo: caractersticas del estilo del autor que se reflejen en el poema, recursos
Retricos (funcin expresiva de dichos recursos y su relacin con el tema)

6.

Conclusin

52

12. SAN JUAN DE LA CRUZ: BREVE ACERCAMIENTO BIOGRFICO


Juan de Yepes naci en Fontiveros (vila) en 1542, en una familia muy humilde, que pronto se
se traslad a Medina del Campo. All, mientras trabajaba como enfermero en un hospital, Juan
de Yepes pudo estudiar en los jesuitas.En el ao 1563 ingres en el convento de los
carmelitas.
Entre 1564 y 1567 estudi en la universidad de Salamanca, donde era catedrtico Fray Luis de
Len. En su regreso a Medina del Campo, conoci a Santa Teresa de Jess, a la cual se uni
en su labor reformadora de la orden: los carmelitas descalzos. En 1568 fund el primer
convento de los carmelitas descalzos en Duruelo (Segovia) y adopt el nombre de Fray Juan
de la Cruz.
En 1577, como consecuencia de las hostilidades entre la rama tradicional de la orden (los
carmelitas calzados) y la rama renovadora (los carmelitas descalzos), San Juan de la Cruz fue
encarcelado en Toledo. Tras 8 meses de dursima prisin, consigui escapar gracias a la
ayuda del carcelero.
Posteriormente se traslad a Andaluca, donde fue prior de varios conventos reformados.Muri
en beda (Jan) en 1591.
1. Completa la biografa de San Juan de la Cruz, con otros datos que hayas
aprendido tras ver la pelcula de Carlos Saura La noche oscura

53

13. OBRA POTICA DE SAN JUAN DE LA CRUZ


Como dijo el poeta de la Generacin del 27 Jorge Guilln, San Juan de la Cruz es el poeta
ms breve de la lengua espaola, acaso de la literatura universal. Escribi solo 20
composiciones, que no alcanzan a los 1000 versos, Sin embargo ello le ha bastado para ser
reconocido unnimemente como uno de los mejores poetas de todos los tiempos. Estos veinte
poemas se suelen organizar en dos grupos:
Los poemas menores
Corresponden a su poca de iniciacin como poeta. San Juan de la Cruz recoge materiales
profanos de carcter tradicional y los recrea divinizndolos.
Escribe, casi siempre, en los metros de arte menor caractersticos de la poesa popular
(heptaslabos, octoslabos).
- Diez romances, de contenido espiritual, algunos de ellos directamente inspirados en la Biblia.
- Canciones, en los que comenta a introducir ya el endecaslabo. El ejemplo ms destacado es
El pastorcico.
Tras un amoroso lance est escrito en redondillas (8a8b8b8a)

Los poemas mayores


Durante los ocho meses que dur su prisin en Toledo fue cuando, posiblemente, escribi sus
tres poemas mayores: La Noche oscura del alma, Llama de amor viva y Cntico
espiritual. En estos tres poemas el poeta explica, de forma alegrica, el proceso mstico
mediante el cual el alma llega a su unin gozosa con Dios.
En La noche oscura del alma la Amada (el alma), embriagada de amor, abandona de noche
su casa (el cuerpo) en bsqueda de su amado (Dios). Las tres ltimas estrofas describen el
placer inmenso de la unin mstica. Est escrita en liras garcilasistas.
Cntico espiritual es su poema ms extenso. En 40 intensas liras, se narra alegricamente el
camino recorrido por la Esposa (el alma) en busca de su Esposo (Dios) en el marco de una
naturaleza cargada de sensualidad y simbolismos. Tras el revelador encuentro de los esposos,
San Juan de la Cruz expresa con tanta delicadeza, ternura y pasin la plenitud gozosa de su
unin amorosa, que El Cntico Espiritual ha sido ledo como uno de los grandes poemas de
amor humano de todos los tiempos.
En los cuatro sextetos (7a 7b 11C 7a 7b11C) de Llama de amor viva, San Juan se centra
exclusivamente en la expresin de la unin placentera del alma con Dios.

54

14. UN TEMA EXCLUSIVO: EL AMOR DIVINO


La poesa de San Juan de la Cruz tiene un nico y exclusivo tema: el intento de expresar la
experiencia de amor mstico, la experiencia de amor supremo del alma al fusionarse con Dios.
En la historia de la literatura no ha habido una expresin ms alta y conmovedora de esa
experiencia difcilmente comunicable del amor divino. A diferencia de otros poetas de temtica
religiosa que tratan de analizar esas ntimas vivencias y explicarlas racionalmente, San Juan de
la Cruz optar por intentar expresar lo que ha sentido dejando fluir intuiciones irracionales y
extraos smbolos. Y por ello, aunque escondidas y sublimadas subyazgan vivencias
msticas, los poemas de San Juan, como deca Jorge Guilln, si se los lee como poemas (...)
no significan ms que embriaguez de amor.
Consciente de lo enmascarada que quedaba en sus poemas la experiencia mstica, San Juan
de la Cruz se vio obligado a escribir una glosa o comentario en prosa que aclarase el
significado religioso de sus tres poemas mayores.
Un acercamiento crtico
Jorge Guilln: Lenguaje insuficiente. San Juan de la Cruz o lo inefable mstico
San Juan de la Cruz, como todos sabemos, ha concebido estos poemas segn una tradicin
bblica -el supremo poema del Cantar de los Cantares- y segn la tradicin greco-latina italiana
que florece en las glogas de Garcilaso, punto de arranque de nuestro siglo XVI potico.
Fundidas estas varias reminiscencias en un lirismo integrador, en sus poemas mayores
tenemos tres magnficas expresiones del amor humano en ausencia y en presencia, en
inquietud y plenitud. Los poemas, si se los lee como poemas, y eso es lo que son, no
significan ms que amor, embriaguez de amor, y sus trminos se afirman sin cesar
humanos. Ningn otro horizonte potico se percibe.
Pues bien, estos poemas son algo ms? Entendmonos: algo ms extrapotico? No lo
sabramos si a los versos, tan autnomos, el autor no les hubiese agregado sus propias
disertaciones. El santo nos advierte que a esta poesa corresponde una experiencia personal y
una reflexin doctrinal.
Reflexiona:
1-Qu expresan, segn Jorge Guilln, los tres poemas mayores de San Juan de la Cruz (La
noche oscura del alma, Llama de amor viva y Cntico espiritual)?
2. Por qu San Juan de la Cruz escribi comentarios en prosa a sus poemas?
3. Qu tradiciones literarias confluyen en la poesa de San Juan de la Cruz?

55

15. EL ESTILO: LA EXPRESIN DE LO INEFABLE


El eje de la poesa de San Juan de la Cruz es la expresin de lo inefable, la expresin de
aquello que casi no se puede explicar con palabras: ese no s qu que queda
balbuciendo del que hablaba, atropellndose y tartamudeando, en la lira 7 del Cntico
Espiritual.
Es el propio San Juan quien, en el prlogo al Cntico Espiritual, nos advierte de las dificultades
a las que se enfrenta para expresar esa experiencia tan singular: Sera ignorancia pensar
que los dichos de amor en inteligencia mstica, con alguna manera de palabras se
puedan bien explicar
Consciente de la dificultad de expresar experiencias tan ntimas, apasionadas y extraas (la
ntima nostalgia de la divinidad, la iluminacin mstica, el vuelo y el desfallecimiento del
xtasis...) y consciente de que pese a algunos logrados antecedentes como El Cantar de los
Cantares del rey Salomn apenas se puede apoyar en una tradicin literaria, San Juan de la
Cruz recurre al lenguaje ms intenso y delicado de la literatura, que era y sigue siendo el de la
poesa amorosa. Y esa opcin s que le permite apoyarse en una larga tradicin potica, llena
de intuiciones, hallazgos y tcnicas: la lrica amorosa tradicional (no hay que olvidar que tanto
Cntico espiritual, como Noche oscura del alma empiezan siendo una Cancin de amigo), la
poesa amorosa grecolatina (no olvidemos las referencias al Orfeo de Ovidio y a las sirenas de
la Odisea de Homero en Cntico Espiritual), la poesa amorosa de Garcilaso ( son plenamente
garcilasistas la ambientacin pastoril de la experiencia amorosa, el mundo como un locus
amoenus en el que se integran los amantes, el amor como una experiencia total, obsesiva y
excluyente: el Ya no guardo ganado,/ ni ya tengo otro oficio,/que ya slo en amar es mi
ejercicio de la lira 20 de Cntico Espiritual).
Para la expresin de lo inefable, San Juan de la Cruz se valdr, como hemos dicho, del
lenguaje potico del amor humano, segn sus propias palabras de las figuras, comparaciones
y semejanzas asociadas a la poesa amorosa. Alguno de los rasgos ms caractersticos de su
peculiar estilo son:
1. Con objeto de expresar como deca Dmaso Alonso- la inefabilidad de los estados
cimeros de proceso mstico, san Juan de la Cruz recurre con frecuencia a recursos
basados en la oposicin:

El oxmoron: la msica callada (lira 15, de Cntico Espiritual).


La anttesis: la msica callada/la soledad sonora (lira 15)
La paradoja: Matando, muerte en vida has trocado (Llama de amor viva).

2. Las intensas sensaciones y misteriosas revelaciones asociadas a sus vivencias msticas,


las expresar, sobre todo, a travs de los smbolos. Los delicados y a veces
desconcertantes smbolos de San Juan de la Cruz consiguen despertar en el lector todo un
torbellino de sugerencias y asociaciones. As, el smbolo de los valles solitarios
nemorosos (lira 14), adems de remitir al lector al mundo encantado y pastoril de las
glogas de Garcilaso (Nemoroso es uno de los pastores-protagonistas de las glogas 1 y
3), desencadena un sinfn de asociaciones: sosiego, frescor nemoroso significa boscoso
halago de los sentidos, soledad, silencio, paz interior...
A diferencia de las ms racionales metforas garcilasistas, en el smbolo la relacin entre
la realidad nombrada (A) y lo sugerido por ella (B) suele ser tenue y a menudo bastante
irracional. Como deca el poeta Carlos Bousoo, Todo smbolo es siempre un foco de
indeterminaciones y entrevistas penumbras. As lo vemos en los delicados smbolos que,
en Cntico espiritual, tratan de evocar la unin amorosa:

56

nuestro lecho florido (16). de flores y esmeraldas/ en las frescas maanas escogidas/
haremos las guirnaldas/ en tu amor florecidas (22), que est ya florecida nuestra via/
en tanto que de rosas/ hacemos una pia (26)
Obsrvense tambin el caudal de sugerencias, algunas claramente sexuales, de todos los
smbolos que, en diferentes registros, se asocian al vino y a sus incontrolables efectos:
placer, euforia, embriaguez, enajenacin, desfallecimiento: al adobado vino, emisiones
de blsamo divino (17), en la interior bodega/ de mi amado beb, y cuando sala/
por toda aquesta vega ya cosa no saba (18), y el mosto de granadas gustaremos
(37).
3. La fuerte carga de emotividad de la poesa de San Juan de la Cruz explica el frecuente
tono exclamativo de sus versos, en los que abundan exclamaciones, apstrofes,
interrogaciones retricas. Por ejemplo, 7 de los 45 versos de Noche oscura del alma
son exclamativos: Oh noche que guiaste!,/Oh noche amable ms que la alborada!;
Oh noche que juntaste Amado con amada/ amada en el Amado transformada! (fjate
en que tambin hay una apstrofe).
4. San Juan de la Cruz es asimismo un maestro de la musicalidad potica (por eso ha sido
tan y tan bien musicado: Federico Mompou, Carmelo Bernaola, Amancio Prada, Paco
Ibez, Cecilia Todd, Los Planetas...).
5. Gracias a un muy personal sentido del ritmo potico, en el Cntico Espiritual, por ejemplo,
se suceden cadencias muy distintas: el agitado desasosiego de la bsqueda (o de la va
purgativa), la quietud extasiada del encuentro (o de la va iluminativa), donde se suprimen
prcticamente los verbos y se sucede una oleada de sintagmas nominales, reforzados por
la enumeracin, los paralelismos y las esticotimias) o el entusiasmo desbocado de la
unin amorosa (donde abundan los imperativos que invitan al goce, el asndeton, las
anforas). Es notable tambin el sugerente manejo que hace San juan de las
aliteraciones. As en la lira 3: ni coger las flores,/ ni temer las fieras,/ y pasar los
fuertes y fronteras (obsrvese aqu tambin el polisndeton).
6. En cuanto al lxico, sorprende el original contraste entre trminos populares y cultos. En
los versos de San Juan conviven con descaro palabras muy populares e incluso rsticas
(majadas, raposas, pia, bodega, arrabales, bodega... y diminutivos muy cercanos, como
tortolica o palomica), junto a evocadores cultismos (otero, ninfas, blsamo, nsula, adamar,
liras...). Hay que destacar, asimismo, el dominio apabullante de los sustantivos, pues basta
con nombrar las cosas para decribir la belleza del mundo. Los adjetivos son bastantes
escasos y muy sencillos, pero en San Juan adquieren una inslita capacidad de
sugerencia: los valles solitarios, las nsulas extraas, la msica callada, la soledad
sonora. Hay que subrayar asimismo su acertadsimo manejo de las sinestesias: me
ense ciencia muy sabrosa, los dulces brazos del amado.

57

16. POEMAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ


EL CNTICO ESPIRITUAL

La esposa

1
Adnde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habindome herido;
sal tras ti, clamando, y eras ido. 5
2
Pastores, los que fuerdes
all, por las majadas, al otero,
si por ventura vierdes
aqul que yo ms quiero,
decidle que adolezco, peno y muero. 10
3
Buscando mis amores,
ir por esos montes y riberas;
ni coger las flores,
ni temer las fieras,
y pasar los fuertes y fronteras. 15

Pregunta a las criaturas


4
Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del amado!
Oh prado de verduras,
de flores esmaltado,
decid si por vosotros ha pasado! 20

Respuesta de las criaturas


5
Mil gracias derramando,
pas por estos sotos con presura,
y yndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dej de hermosura. 25

58

La esposa
6
Ay, quin podr sanarme!
Acaba de entregarte ya de vero;
no quieras enviarme
de hoy ms ya mensajero,
que no saben decirme lo que quiero. 30
7
Y todos cuantos vagan,
de ti me van mil gracias refiriendo.
Y todos ms me llagan,
y djame muriendo
un no s qu que quedan balbuciendo. 35
8
Mas cmo perseveras,
oh vida, no viviendo donde vives,
y haciendo, porque mueras,
las flechas que recibes,
de lo que del amado en ti concibes? 40
9
Por qu, pues has llagado
aqueste corazn, no le sanaste?
Y pues me le has robado,
por qu as le dejaste,
y no tomas el robo que robaste? 45
10
Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos,
y vante mis ojos,
pues eres lumbre dellos,
y slo para ti quiero tenellos. 50
11
Descubre tu presencia
y mteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor que no se cura
sino con la presencia y la figura

59

12
Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados,
formases de repente
los ojos deseados,
que tengo en mis entraas dibujados! 55

13
Aprtalos, amado,
que voy de vuelo!

El esposo
Vulvete, paloma,
que el ciervo vulnerado
por el otero asoma,
al aire de tu vuelo, y fresco toma. 60

La esposa
14
Mi amado, las montaas,
los valles solitarios nemorosos,
las nsulas extraas,
los ros sonorosos,
el silbo de los aires amorosos; 65

15
la noche sosegada,
en par de los levantes de la aurora,
la msica callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora; 70

16
nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en prpura tendido,
de paz edificado,
de mil escudos de oro coronado! 75

17
A zaga de tu huella,
las jvenes discurran al camino;
al toque de centella,
al adobado vino,
emisiones de blsamo divino. 80

60

18
En la interior bodega
de mi amado beb, y cuando sala,
por toda aquesta vega,
ya cosa no saba
y el ganado perd que antes segua. 85

19
All me dio su pecho,
all me ense ciencia muy sabrosa,
y yo le di de hecho
a m, sin dejar cosa;
all le promet de ser su esposa. 90

20
Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal, en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
que ya slo en amar es mi ejercicio. 95

21
Pues ya si en el ejido
de hoy ms no fuere vista ni hallada,
diris que me he perdido;
que andando enamorada,
me hice perdidiza, y fui ganada. 100

22
De flores y esmeraldas,
en las frescas maanas escogidas,
haremos las guirnaldas
en tu amor florecidas,
y en un cabello mo entretejidas: 105

23
En slo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste;
mirstele en mi cuello,
y en l preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste. 110

24
Cuando t me mirabas,
tu gracia en m tus ojos impriman;
por eso me adamabas,

61

y en eso merecan
los mos adorar lo que en ti van. 115
25
No quieras despreciarme,
que si color moreno en m hallaste,
ya bien puedes mirarme,
despus que me miraste,
que gracia y hermosura en m dejaste. 120
26
Cogednos las raposas,
que est ya florecida nuestra via,
en tanto que de rosas
hacemos una pia,
y no parezca nadie en la montia. 125

27
Detnte, cierzo muerto;
ven, austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacer el amado entre las flores. 130

El esposo
28
Entrado se ha la esposa
en el ameno huerto deseado,
y a su sabor reposa,
el cuello reclinado
sobres los dulces brazos del amado. 135

29
Debajo del manzano,
all conmigo fuiste desposada,
all te di al mano,
y fuiste reparada
donde tu madre fuera violada. 140
30
A las aves ligeras,
leones, ciervos, gamos saltadores,
montes, valles, riberas,
aguas, aires, ardores
y miedos de las noches veladores, 145

62

31
por las amenas liras
y canto de sirenas os conjuro
que cesen vuestras iras
y no toquis al muro,
porque la esposa duerma ms seguro. 150

La esposa
32
Oh ninfas de Judea,
en tanto que en las flores y rosales
el mbar perfumea,
mor en los arrabales,
y no queris tocar nuestros umbrales. 155
33
Escndete, carillo,
y mira con tu haz a las montaas,
y no quieras decillo;
mas mira las compaas
de la que va por nsulas extraas. 160

El esposo
34
La blanca palomica
al arca con el ramo se ha tornado,
y ya la tortolica
al socio deseado
en las riberas verdes ha hallado. 165

63

35
En soledad viva,
y en soledad he puesto ya su nido,
y en soledad la gua
a solas su querido,
tambin en soledad de amor herido. 170

La esposa
36
Gocmonos, amado,
y vmonos a ver en tu hermosura
al monte o al collado
do mana el agua pura;
entremos ms adentro en la espesura. 175

37
Y luego a las subidas
cavernas de la piedra nos iremos,
que estn bien escondidas,
y all nos entraremos,
y el mosto de granadas gustaremos. 180

38
All me mostraras
aquello que mi alma pretenda,
y luego me daras
all t, vida ma,
aquello que me diste el otro da: 185
39
El aspirar del aire,
el canto de la dulce filomena,
el soto y su donaire,
en la noche serena
con llama que consume y no da pena; 190
40
Que nadie lo miraba,
Aminadab tampoco pareca,
y el cerco sosegaba,
y la caballera
a vista de las aguas descenda. 195

64

La noche oscura del alma


En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada
oh dichosa ventura!,
sal sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada;
a oscuras y segura,
por la secreta escala, disfrazada,
oh dichosa ventura!,
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada;
en la noche dichosa,
en secreto que nadie me vea
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y gua,
sino la que en el corazn arda.
Aquesta me guiaba
ms cierto que la luz del medioda,
adonde me esperaba
quien yo bien me saba,
en parte donde nadie pareca.

Oh noche que guiaste!,


Oh noche amable ms que la alborada!;
Oh noche que juntaste
Amado con amada
amada en el Amado transformada!
En mi pecho florido,
que entero para l solo se guardaba,
all qued dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire del almena,
cuando yo sus cabellos esparca,
con su mano serena
en mi cuello hera,
y todos mis sentidos suspenda.
Quedme y olvidme,
el rostro reclin sobre el Amado;
ces todo y dejme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

65

Llama de amor viva

Oh llama de amor viva


que tiernamente hieres
de mi alma en el ms profundo centro!
Pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres, 5
rompe la tela de este dulce encuentro!
Oh cauterio save!
Oh regalada llaga!
Oh mano blanda! Oh toque delicado
que a vida eterna sabe 10
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida has trocado.
Oh lmparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido, 15
que estaba oscuro y ciego,
con estraos primores
color y luz dan junto a su querido!
Cun manso y amoroso
recuerdas en mi seno 20
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cun delicadamente me enamoras!

66

Tras de un amoroso lance

Tras de un amoroso lance


y no de esperanza falto
vol tan alto tan alto
que le di a la caza alcance.
Para que yo alcance diese
a aqueste lance divino
tanto volar me convino
que de vista me perdiese

y con todo en este trance


en el vuelo qued falto
mas el amor fue tan alto
que le di a la caza alcance.
Cuanto ms alto llegaba
de este lance tan subido
tanto ms bajo y rendido
y abatido me hallaba

dije: "No habr quien alcance".


Abatme tanto tanto
que fui tan alto tan alto
que le di a la caza alcance.
Por una extraa manera
mil vuelos pas de un vuelo
porque esperanza del cielo
tanto alcanza cuanto espera

esper solo este lance


y en esperar no fui falto
pues fui tan alto tan alto,
que le di a la caza alcance.

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17. COMENTARIOS DE TEXTO

1. Comentario a la Noche oscura del alma

1. Dmaso Alonso, otro poeta de la Generacin del 27, recomendaba leer a San Juan de la
Cruz desde esta ladera. Desde esta perspectiva, que es la de un lector de poesa, Noche
oscura del alma se nos presenta como una cancin de amor cantada por una mujer, una de
esas canciones de amigo tan caractersticas de la Lrica Tradicional.
Comenta:
a. La voz potica o el yo lrico femenino.
b. La historia de amor que cuenta
c. Como es caracterstico de la lrica tradicional, el amor que se describe en Noche oscura del
alma destila sensualidad y culmina con la unin fsica de los amantes. Cmo transmite
este tono y esta experiencia San Juan de la Cruz?
d. Qu otros elementos comunes encuentras entre Noche oscura del alma y las canciones
de amigo tradicionales?

2. Seala la estructura externa y, teniendo en cuenta el doble significado del poema (una
historia de amor y una experiencia mstica), delimita tambin la estructura interna.
3. Reconoce y comenta los siguientes rasgos formales. Escribe asimismo un comentario sobre
el estilo del poema:
a.
b.
c.
d.
e.
f.
g.
h.
i.
j.

La presencia de los verbos de movimiento y el tiempo verbal con que los utiliza
El estilo nominal
Las perfrasis con que se nombra al amado.
Las aliteraciones
Las anforas
Los paralelismos
Las personificaciones
Los apstrofes y paralelismos
La polisndeton
Otros recursos que creas significativos.

2. Analiza, siguiendo el esquema de Comentario de texto de la pgina 47, uno de estos


dos poemas de San Juan de la Cruz Llama de amor viva o Tras un amoroso
lance.

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