DA DE LOS MUSEOS

La democracia ha fracasado: los

museos no son gratuitos
La catedrtica Jesusa Vega asegura que toda la sociedad
debera tener acceso a ellos / "Urge la redaccin de un cdigo
tico para los museos de titularidad pblica" / "El xito del
museo est en la calidad de la visita" / "El espectculo entre
el Museo del Prado y Patrimonio Nacional es esperpntico"

La catedrtica Jesusa Vega pide un cdigo tico para los museos pblicos.
18.05.2016 19:15 h.
Jesusa Vega, exdirectora del Museo Lzaro Galdiano y catedrtica del
departamento de Historia y Teora del arte de la Universidad Autnoma de
Madrid, es una de las referencias ms independientes de la museografa
espaola. Especialista en siglo XIX y Goya, en esta entrevista demuestra una
visin al margen de los caminos explorados y reiterados por los museos
contemporneos.
Qu papel juegan los museos en la actualidad?
Tenemos que partir de lo que significa la institucin museo hoy: el museo es un
lugar fsico y conceptual donde se encuentran depositados para su conservacin
objetos producidos por el hombre que sirven de perchas a su propia memoria.
En este sentido todos los museos son iguales, siendo indiferente la temtica. La
memoria humana, individual o colectiva, es frgil y, si no nos quedan vestigios
fsicos, tangibles, olvidamos; todo desaparece sin dejar rastro. El museo es el
lugar fsico donde est depositada una parte de nuestra memoria colectiva.
Ahora bien, como deca es un espacio conceptual. Todo lo que llega a un museo
ha salido de la vida cotidiana y ha perdido su contexto. En consecuencia, cuanto
ms descontextualizado est el objeto mas fcil es su manipulacin y su
utilizacin por parte de los que dirigen el museo.
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Los museos manipulan la memoria?

Hay que tener en cuenta que tambin se selecciona lo que se quiere que pase al
museo, de modo que la memoria que quedar ser la de aquellos que deciden
qu se conserva y que no, silenciado lo que no nos interesa recordar. Por
ejemplo, en el museo del Real Madrid (que es uno de los ms visitados de la
ciudad), si no se visualiza una determinada temporada porque fue negativa, sta
se desvanece y as no entra en contradiccin con el discurso triunfante que rige
la contextualizacin de las piezas.
Y qu ocurre con todo lo que no es arte?
En un museo de arte todos aquellos materiales que no han recibido la etiqueta
de ser arte, no caben, desaparecen y con ellos todo ese grupo social que se
identific con ellos. Desde este planteamiento, cuando una persona o una
sociedad se identifica ms con los museos de otra colectividad o sociedad y no
con los propios quiere decir que los museos no estn atendiendo las demandas y
necesidades de la sociedad que lo sustenta y vivirn de espaldas. Difcilmente un
museo que de la espalda a la sociedad que lo mantiene podr salir adelante.
Cul es la misin de un museo? Quin define su misin: la
direccin, el patronato, los conservadores, el gusto del pblico?
Al hablar de museos la palabra misin yo la sustituira por la palabra
funcin, sobre todo, por la gran crisis que estamos viviendo y la prdida de
funcin en los museos. Todos los museos comparten las mismas funciones, y los
diferencia su finalidad que viene dada por la naturaleza de las colecciones que lo
forman. As, el Museo del Real Madrid se centrar en el ftbol y el deporte; el
Museo de Amrica, en la cultura americana.
Y cules son sus funciones?
Sigo pensando que las funciones bsicas de los museos son las que figuran en la
definicin que asumimos en la ley del Patrimonio Histrico Espaol de 1985,
que es la dada por el ICOM. Son museos las instituciones de carcter
permanente que adquieren, conservan, investigan, comunican y exhiben para
fines de estudio, educacin y contemplacin conjuntos y colecciones de valor
histrico, artstico, cientfico y tcnico o de cualquier otra naturaleza cultural.
La sociedad debe demandar que se cumplan estas funciones y para que se
puedan llevar a cabo es preciso que la disciplina de base del museo, que viene
dada por sus colecciones, sea la que rija sus designios auxiliada por disciplinas
afines y complementarias. En un museo de arte la disciplina es la historia del
arte.
Si los museos son pblicos y accesibles para todos, se cumple con
las buenas prcticas para elegir al director?
Una de los principales retrocesos que hemos vivido en estos aos, en relacin a
los museos pblicos, es que se han ido sustrayendo a la gestin pblica y en esa
misma medida retrayendo del cuerpo de funcionarios pblicos especializados (el
cuerpo de conservadores de museos). Tenemos que diferenciar entre lo que est
ocurriendo en los museos de titularidad pblica cuya gestin se ha privatizado
es decir, se ha hecho en ellos lo mismo que se ha pretendido hacer en
diferentes comunidades con la sanidad pblica, de los que siguen siendo
atendidos por funcionarios. En estos ltimos la direccin se hace por concurso
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entre funcionarios, mientras que en los primeros se puede designar libremente

y, como consecuencia de su politizacin, el nombramiento depende del
responsable poltico de turno.
Cmo ha evolucionado el concepto de museo como institucin
desde el siglo XVIII, cuando se definen por primera vez la funcin y
obligacin de estos centros?
Efectivamente el museo es una institucin cuyo origen se encuentra en el siglo
XVIII, es el llamado museo revolucionario, consecuencia de la nacionalizacin
de los bienes de la corona y la nobleza que tuvo lugar en Francia y que alumbr
el Museo del Louvre. Desde entonces la historia del museo ha sido el de la
progresiva apertura hacia la sociedad, estando al servicio de ella, siendo
prioritaria la funcin educativa. En el devenir de los tiempos esta funcin se fue
complementando con las otras que lo definen y que son las que sealbamos
ms arriba al hablar de la definicin dada por el ICOM, considero que todas
ellas son igualmente obligadas y que habra que profundizar en la idea de museo
al servicio de la sociedad.
Usted es partidaria de volver al modelo gratuito de museo. Es esto
posible?
En mi opinin uno de los grandes fracasos de nuestra democracia ha sido ese:
no considerar como prioridad la gratuidad de los museos porque, adems de dar
acceso a todo el cuerpo social se hubiera podido educar en la visita cotidiana a
los museos a una sociedad que siempre ha sido deficitaria en este aspecto. La
gratuidad habra asegurado un lugar para ellos en los presupuestos generales
del Estado, en coordinacin con los presupuestos autonmicos o municipales.
Esto permitira redistribuir los recursos as como racionalizar el gasto y la
inversin.
Por qu no se ha hecho?
La poltica que se ha seguido es la opuesta y hemos llegado a la situacin
paradjica de que el museo que ms recursos tiene y el que ms presupuesto
tiene, el Museo del Prado, en lugar de exigirle ms se le ha dado capacidad de
endeudamiento, porque se ha optado por ese modelo de gestin. De modo que
ante sus prdidas no slo no exigen responsabilidades, sino que tienen que ser
asumidas por el erario pblico que para hacerle frente echa mano del
presupuesto del resto de lo museos estatales.
Qu responsabilidades tiene la Secretara de Estado de Cultura, el
supuesto rgano rector?
Aparentemente, su gobernanza alcanza al Museo del Prado, el MNCARS y el
Thyssen, pero la realidad no es as. As se explica que al poner en marcha un
programa titulado Nuestros Museos estos citados no entran en el listado. Es la
confirmacin de que no son nuestros. En consecuencia, la creciente
desigualdad social la podemos ver claramente reflejada en los museos a pesar de
que sus colecciones son tan importantes para nuestra memoria colectiva como
los del Prado, el Reina o la Thyssen, pues estoy hablando del Museo
Arqueolgico Nacional, el Museo de Amrica, el Museo Nacional de Escultura,
el Museo de Arte Romano, etc.

Cul es la situacin de los otros museos, los museos estatales?

Estos museos son maltratados por quienes deberan defenderlos, pero esto
tampoco es extrao dada la falta de sensibilidad de los polticos responsables.
Hay museos estatales, es decir, hay algunos de nuestros museos que todava
estn esperando la visita, aunque sea de cortesa, del actual Secretario de
Estado. En cuatro aos no ha tenido un minuto para acercarse y saludar. Me
gustara saber cuntas veces ha estado en esos museos que no son nuestros.
La museologa persigue la tica?
La museologa tiene que reflejar la tica institucional, pero sta va mucho ms
all de ella. En el caso espaol, slo podemos remitirnos al cdigo deontolgico
profesional de museos del ICOM, que en mi opinin es claramente insuficiente.
Al ser un texto que tiene que servir a la comunidad universal, no atiende a los
casos particulares. Pienso que la sociedad espaola tiene un grave dficit en este
sentido, los escndalos con los que nos desayunamos a diario son consecuencia
de ese dficit y los museos, al ser parte de esa sociedad, son un espejo donde
mirar.
Qu medida de urgencia debemos acometer en los museos?
Pienso que urge la redaccin de un cdigo tico para los museos de titularidad
pblica, donde tanto los ciudadanos como las instituciones sepan cules son los
derechos y deberes. Esto a la vez que dara transparencia a las instituciones y
seran pblicos, por ejemplo, los protocolos, el nombramiento de los directivos o
la poltica de adquisiciones.
Los museos dan ms importancia al nmero de visitantes que a las
colecciones que presentan? Se han convertido en parques de
atracciones culturales?
Pienso que el nmero de visitantes es una de las grandes falacias en la que nos
encontramos atrapados. En una sociedad que tiene que cuantificar el xito la
solucin que se le ha dado en relacin a los museos es contar los visitantes.
Basta acercarse a lo publicado por este peridico para ser consciente de que las
cifras no son reales, porque los sistemas de control, en realidad, no son serios.
Pero en el fondo da igual.
Cul es el xito del museo?
El xito del museo est en la calidad de la visita y en su capacidad para acercarse
a todo el cuerpo social. Que yo sepa, hasta ahora, esto no se tiene en cuenta. Por
ejemplo, podemos saber el nmero de comidas escolares que da una
determinada contrata, pero si no tenemos en cuenta la calidad de los alimentos,
la distribucin de los mismos en el horario escolar, y las posibilidades de
atender las necesidades especiales, realmente no sabemos nada. Y no podemos
calificar de exitosa esa empresa. El alimento cultural es igual: de nada sirve un
atracn y siete semanas sucesivas de ayuno. Al final, te encuentras con la
desnutricin o mal nutricin que es perniciosa.
Qu siente al ver a los directivos de los museos rivalizar entre s?
Es pattico. Pero es la demostracin de la sociedad que estamos construyendo,
donde la solidaridad y el dilogo brillan en muchas ocasiones por su ausencia.
El espectculo que hemos vivido entre el Museo del Prado y Patrimonio
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Nacional se puede calificar de esperpntico, pero tambin ilustrativo de las

rivalidades personales. Este es uno de los males de la sociedad espaola, que las
personas tienden a situarse por encima de las instituciones y proyectar sobre
ellas sus ambiciones y frustraciones. De todos modos, esto no es particular de lo
pblico. Hace poco hemos visto cmo un presidente de una empresa de
comunicacin potente proyecta su problema personal sobre ella, sin que nadie
desde dentro haya levantado la voz o haya ejercido el menor indicio de crtica.
Considera que los museos estn implicados con la sociedad a la que
pertenecen o simplemente se implican con los intereses de sus
directores?
Creo que en buena medida la respuesta est en el prrafo anterior, de todos
modos no se puede generalizar. Habra que acercarse a cada museo para ver su
relacin con la ciudadana. Creo que sera algo positivo, porque estoy segura de
que hay museos en Espaa que estn haciendo una labor interesante, pero al no
ser parte de los museos espectculos no salen en las noticias. Me imagino el
desaliento que deben sentir todos estos directores de museos donde, adems,
rige el voluntarismo
Voluntarismo?
El voluntarismo la vez es su perdicin porque como hacen que la institucin
funcione en lugar de premiarles dndoles apoyo econmico y difusin, los
exprimen ms. No me cabe ninguna duda de que la mayor parte de la actividad
que desarrollan los museos estatales es a pesar de los polticos de turno.
Somos consumistas tambin en los museos?
Es una pena que no est traducido el libro de Karsten Schubert, porque su
pregunta encuentra la respuesta en ese libro donde desarrolla la dramtica
transformacin que ha sufrido el museo. En todos los casos, no obstante, el
museo es un reflejo de la ideologa dominante y es expresin de la sociedad en la
que se inscribe. En el caso espaol llevamos aos apostando por un capitalismo
desatado, en el que se nos trata de convencer que la sociedad del bienestar es un
lastre. Tratan de convencernos de que era una utopa, de modo que todas
aquellas instituciones que nacieron para mejorar la calidad de vida de los
ciudadanos en general han sido cuestionadas y estn perdiendo la partida.
Y cul es la consecuencia?
El museo ha entrado en esa dinmica de usar y tirar, porque no cabe duda que
se han invertido los trminos, los esfuerzos van dirigidos a las exposiciones
temporales y no a la exposicin permanente. En la mayora de los casos, detrs
de las exposiciones slo hay marketing y espectculo. Ni se ha generado nuevo
conocimiento, ni se ha afianzado en las funciones del museo, a veces es todo lo
contrario. Con las obras de la coleccin se montan exposiciones cuyo acceso es
restringido, pienso en algunas de las organizadas recientemente por el museo
del Prado, que, a pesar de ser piezas de sus fondos, como se consideran
exposiciones temporales no forman parte de la visita gratuita a partir de las 6 de
la tarde. Y entonces siempre miro a la Fundacin Juan March, que sigue
ofreciendo las exposiciones de manera gratuita y las conferencias, los
conciertos

Falta discurso?
En mi opinin, ms que una falta de discurso lo que es necesario es, en su caso,
una revisin crtica de los mismos. En ese sentido, durante los ltimos aos s
ha habido una mayor preocupacin por introducir en los discursos musesticos
los valores de la multiculturalidad, sobre todo en las exposiciones temporales o
en los programas educativos diseados con motivo de las permanentes. Otra
cuestin es si la inclusin de esas revisiones ha llegado de forma eficaz al
pblico. La cuestin, al margen de los discursos en s, es cmo hacemos
partcipes de los museos a muchos colectivos que todava no sienten ninguna
identificacin con los mismos, entre otras razones porque tampoco se sienten
integrados en la sociedad. El pblico que acude de manera regular a los museos
es un porcentaje menor de la sociedad.
A qu nos referimos cuando hablamos de inclusin en un museo?
Qu dificultades presenta?
Engloba todas aquellas acciones, estrategias y prcticas destinadas a hacer de la
institucin un espacio ms abierto y accesible para todas las personas. Es decir,
un museo inclusivo sera aquel que atiende de forma adecuada las necesidades
especiales que pueden tener algunos visitantes como movilidad reducida,
diversidad funcional intelectual o psquica, riesgo de exclusin social, etc. En
este sentido, la idea de museo inclusivo va mucho ms lejos que lo que
podramos entender como un museo accesible.
Puede poner algn ejemplo?
Pensemos por ejemplo en un visitante en silla de ruedas: el museo sera
realmente inclusivo cuando el visitante puede acceder al museo por la misma
entrada que el resto del pblico, sin requerir la ayuda del personal del museo o
el uso de ascensores reservados. Es decir, cuando esa persona se puede mover
de forma autnoma. Estamos muy lejos de esto pues no se considera una
cuestin sensible. Hace unos das pude comprobar, no sin estupor, que en un
edificio tan reciente y celebrado como el Nouvel del MNCARS, inaugurado en
2005, el auditorio donde iba a impartir la conferencia no cumpla los requisitos
mnimos de accesibilidad. La falta de sensibilidad no es slo del arquitecto, sino
tambin de quien redact el plan de necesidades, de quien supervis los planos
y de quien programa actividades en esa sala. La idea de inclusin hace
referencia a cmo el pblico deja de ser un espectador pasivo para pasar a
formar parte de una comunidad ms activa e involucrada, que se reconoce en su
museo y, en consecuencia, se apropia del mismo.
Espaa ha sufrido un boom musestico similar al inmobiliario? Ha
explotado?
En este aspecto hay que tener en cuenta diversos aspectos. Por un lado que la
descentralizacin del Estado en relacin a los museos se resolvi transfiriendo
la gestin pero no la titularidad. Esto ha hecho que los polticos autonmicos no
se sintieran cmodos porque tenan que dialogar y negociar con la
administracin central. Si se ha caracterizado por algo esa relacin ha sido por
la falta de dilogo. Por otro lado, el museo ms barato es el de arte actual: por el
precio de una obra de un maestro puedes adquirir una enorme cantidad de
piezas de artistas coetneos. Pero esto no es nuevo, el arte actual es el que
siempre ha movido ms dinero.
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Por qu no hay malestar social con esta situacin crtica?

Algunos celebraron, a finales del siglo pasado, la creacin de una potente red de
museos y centros de arte contemporneo, es decir, de arte actual. Pero nadie se
pronuncia sobre la situacin en la que se encuentran hoy. Languidecen y no se
sabe qu hacer con ellos. Y la explicacin es fcil, inaugurar un museo te da
portadas y primeras pginas en la prensa. Asumir el cierre es hacer evidente la
falta de previsin y el despilfarro (hay casos en que los cuerpos directivos han
tenido salarios realmente desproporcionados y los proyectos no eran ni
adecuados ni tenan en cuenta la sociedad donde estaba ubicado el museo). Esto
explica que no haya un clamor popular ante la situacin de los museos,
realmente la sociedad no se reconoce en ellos, ni se han desarrollado lazos que
alimentaran la lucha y la resistencia al abandono.
Cmo sera el modelo de museo ideal?
El museo ideal es el que responde a la sociedad que nos gustara tener, porque
es reflejo de ella. Para los capitalistas, el museo ideal es el que refleja sus
intereses: un museo regido exclusivamente por las leyes del mercado,
insolidario, celoso de sus posesiones, ostentoso en su sociabilidad e histrico en
su funcionamiento. Pienso que el museo debe ser un espacio de dilogo y
convivencia, donde negociar las posibilidades de mejorar en la educacin y el
conocimiento. Debe ser un espacio para el disfrute que d oportunidad de
despegarse de los problemas cotidianos, para acceder a cosas nuevas que nos
invitan a pensar y pasar un buen rato a la vez. Pienso que ambas cosas son
posibles, quizs porque el lema ilustrado de ensear deleitando me sigue
pareciendo viable y me convence tanto para el ocio como para el negocio.
De quin depende cambiar la concepcin de cultura como ocio?
La evolucin de lo educacional a lo recreativo ha hecho que el entretenimiento y
espectculo hayan ido en detrimento de las funciones que definan
institucionalmente al museo. Una de sus principales vctimas ha sido la
investigacin. Sus productos seudocientficos, no slo obvian los protocolos,
sino tambin las problemticas. Predominan los catlogos que no pasan de
cofffee-table books y algunos de ellos, sin duda, de atractivo diseo y materiales
de buena calidad.
Se ha banalizado el arte?
No creo que haya que sacralizar el arte, de modo que tampoco pienso que se
haya banalizado, lo que ha ocurrido es que se ha prescindido de la investigacin
y el conocimiento. A aquellos que abogan por la conversin del museo en un
parque temtico, merece la pena recordarles que stos slo proporcionan
experiencia y emociones, pero no conocimiento, como bien saben los
profesionales de la industria del ocio.
Cules son los retos a los que se enfrentan los museos en el futuro?
Esta pregunta es muy sencilla de responder: son los mismos a los que se
enfrenta la sociedad porque son espejo de ella. Segn sea la sociedad que
queremos para el futuro, para nuestros hijos, as sern nuestros museos.
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