Nestor Majno Una Segunda Carta A Malatesta

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Nstor Majn

Una segunda carta a Malatesta

1930

Estimado compaero,
Quise leer la traduccin al ruso de su carta antes de responderle. En ella usted
deca que antes de entrar en una discusin, en lo que, por otra parte, no haba pensado, usted quisiera que le diera a conocer cul es mi concepcin del anarquismo.
Por lo tanto le voy a explicar estas ideas y, al mismo tiempo, las causas a las que
atribuyo la debilidad de nuestro movimiento.
Como cualquier anarquista, rechazo la autoridad en general, soy un adversario
de toda organizacin basada en el centralismo, no reconozco ni al Estado ni a su
aparato legislativo, soy un enemigo convencido de la democracia burguesa y del
parlamentarismo considerando a esta forma social un obstculo para la liberacin
de los trabajadores en una palabra, me levanto contra todo rgimen basado en la
explotacin de los trabajadores.
Para m, el anarquismo es una doctrina social revolucionaria que debe inspirar a
los explotados y oprimidos. Sin embargo, en mi opinin, el anarquismo actualmente no posee todos los medios necesarios para llevar a cabo una accin social; de
ah el marasmo en que se debate. Y no se remediar esta situacin permaneciendo
en lo borroso.
Se puede entender como se quiera; en mi caso, creo que los anarquistas no
deben temer abandonar sus posiciones tradicionales al sacar las conclusiones lgicas que derivan del pensamiento de nuestros tericos. Por ejemplo, una pregunta
surge. Necesita el anarquismo y por tanto la masa de trabajadores revolucionarios concebir organizaciones permanentes que puedan garantizar las funciones
sociales tiles que el Estado asume hoy por hoy, organizaciones que deben ser herramientas para establecer polticas prcticas conformes con el ideal anarquista?
O ser este el rol de los sindicatos de trabajadores y cooperativas agrarias o de
otras que, en su forma actual, son inuenciadas ideolgicamente por el tipo de
grupos de accin anarquistas que existen hoy?
Tiendo a creer que una vez resuelta esta cuestin primordial por los anarquistas,
otros problemas de igual importancia se plantearn a nuestro movimiento.
Los anarquistas deben, en particular, comprender bien lo que Kropotkin expresaba como la institucin social de derecho fundado en la costumbrepara
determinar, de modo concreto y adecuado a nuestros tiempos, la naturaleza de
estas instituciones cuya relacin con el anarquismo no necesita ser probada.
Estas deducciones sern de mxima importancia no slo para las masas revolucionarias en general sino tambin para los anarquistas en particular, y no
olvidemos que el 90% de nosotros nunca ha considerado estas cuestiones. A partir
del momento en que ni Malatesta ni Faure ni otro entre nuestros viejos compaeros han abordado estos problemas ni nada dicen del deplorable estado de
nuestro movimiento, estos compaeros deducen de ello que todo est bien y que
los anarquistas estn preparados para cumplir su indispensable rol destructivo y
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constructivo en la revolucin del futuro. Sin embargo, la realidad es otra: ao tras


ao nuestro movimiento pierde inuencia entre los trabajadores y, consecuentemente, se debilita. Es cierto que algunos tericos en nuestros medios rusos en
particular dicen que la fuerza del anarquismo radica en su debilidad, y su debilidad
en su fuerza, de modo que no hay que preocuparse si las organizaciones anarquistas pierden inuencia . . . Pero examinada ms de cerca, se ve que esta armacin
es enteramente estpida, es simplemente una frmula engaosa diseada para
calmar a los charlatanes cuando se trata de explicar el estado real del anarquismo.
Creo que un verdadero movimiento social, tal como concibo al anarquismo, no
puede tener polticas positivas hasta que se haya dotado de formas organizativas
relativamente estables que le darn los variados medios necesarios para la lucha
contra los distintos sistemas sociales autoritarios. La ausencia de esos medios
hace que la accin anarquista sobre todo en el perodo revolucionario tienda a
degenerar en una suerte de individualismo local; todo eso porque, al declararse
enemigos de todas las constituciones, los anarquistas en general han visto a las
grandes masas alejarse de ellos, por no inspirar ninguna esperanza de cualquier
tipo de logro prctico.
Para luchar y vencer, hace falta una tctica cuyo carcter debe estar expresado
en un programa de accin prctica. Slo cuando tengan tal programa los anarquistas podrn reunir a las masas explotadas alrededor suyo y prepararlas para
la gran batalla revolucionaria con ms posibilidad de lograr una transformacin
social radical.
Pero, lo reitero, tal prueba no se podra intentar sin una organizacin permanente. Creer que los grupos de propaganda actuales alcanzarn para esta tarea
revolucionaria es una ilusin. Para que cualquier organizacin social pueda jugar
un rol, debe ser conocida por las masas populares antes de que se desencadene el
proceso revolucionario.
As que pienso que en vez de pasarse el tiempo rechazando a diestra y sieniestra
los anarquistas haran mejor en concretar lo que quieren proponiendo a los
trabajadores algo realista para colocar en el lugar de todas las cosas que niegan.
Entonces, y slo entonces, los anarquistas podrn aspirar con buena razn al
rol que se atribuyen, esto es, el de ser guardianes vigilantes de la libertad contra
quienes busquen el poder y contra la eventual tirana de la mayora.
Desafortunadamente, en la actualidad, el anarquismo sigue siendo fuerte slo
en su losofa. Carece de medios prcticos. Es incapaz de manifestarse completamente, incluso en tiempos de revolucin, y aquellos movimientos espontneos
con un espritu anarquista que surgen, parecen a los ojos de las amplias masas
como meros intentos desesperados. Y eso slo acenta la trgica situacin del
anarquismo.
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Me pregunta si concibo como usted el rol de los anarquistas antes y durante


la revolucin, como lo expuso en su contestacin. Le dir por tanto que estoy en
completo de acuerdo con usted en lo que hace al rol a jugar, pero creo que ese
rol slo puede llenarse exitosamente cuando nuestro Partido sea ideolgicamente
homogneo y unicado desde el punto de vista de la tctica, lo que no es el caso
ahora. La experiencia nos ensea que la accin anarquista a gran escala slo podr
alcanzar sus resultados si posee una base organizativa denida, inspirada y guiada
por el principio de la responsabilidad colectiva de los militantes.
Cmo quiere usted guiar a las masas?, me pregunta. Le respondo que cualquier movimiento social, cuanto ms todo movimiento revolucionario de las amplias masas populares, requiere formular, durante la accin, propuestas adecuadas
para empujarlo hacia el objetivo a alcanzar. La masa es demasiado heterognea para ser capaz de hacerlo. Slo grupos ideolgicos con polticas claramente denidas
son capaces de dar este impulso. Slo ellos sern capaces de aclarar los eventos y
formular claramente las aspiraciones inconcientes de las masas, dando el ejemplo
mediante acciones y palabras. Por eso nuestro Partido debe, en mi opinin, precisar su unidad poltica y carcter organizativo. En el mbito de las realizaciones
prcticas, los grupos anarquistas autnomos deben ser capaces ante cada nueva
situacin que se presente, de formular los problemas a resolver y las respuestas
que darles sin titubear y sin alterar los nes y el espritu del anarquismo.
Con fraternales saludos,
Nstor Majn

La Biblioteca Anarquista
Anti-Copyright
21 de abril de 2013

Nstor Majn
Una segunda carta a Malatesta
1930
Publicado originalmente en Le Libertaire, 9 de agosto de 1930.
Recuperado el 21 de abril de 2013 desde nestormakhno.info

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