Mateo Pumacahua
Mateo Pumacahua
Mateo Pumacahua
Mateo Garca Pumacahua Chihuantito (*Chinchero, Cuzco 21 de septiembre de 1740 - Sicuani, Cuzco 17 de marzo de
1815), fue un militar peruano y procer de la independencia del Per.
Mateo Garca Pumacahua naci en 1740, fue cacique de Chinchero (su pueblo natal), Maras, Guayllabamba,
Umasbamba y Sequecancha.
Durante la rebelin de Jos Gabriel Condorcanqui (Tpac Amaru II), entre 1780 y 1781, contribuy a la causa realista
con pertrechos y hombres. Paralelamente, gan prestigio entre la nobleza inca, siendo elegido Alfrez Real de Indios
Nobles del Cuzco en 1802.
Tambin apoy las campaas de "pacificacin" posteriores a la derrota a los rebeldes. En reconocimiento por sus
servicios obtuvo rango militar, llegando a ser coronel de infantera. En 1811, respald la campaa en el Alto Per del
brigadier Goyeneche. En 1813, siendo integrante de la Real Audiencia del Cusco, de la que haba llegado a ser
presidente interino en 1807, tuvo noticia de la Constitucin liberal espaola de 1812, que derogara Fernando VII, y de
las muchas "Leyes de Indias" que no se aplicaban.
No obstante su avanzada edad, se uni entonces a otros lderes indgenas descontentos y a criollos liberales
demandando la vigencia de la Carta espaola de 1812. Junto con el criollo apurimeo Jos Angulo y dos oficiales del
ejrcito, el coronel Domingo Luis Astete y el teniente coronel Juan Toms Moscoso, form en el Cusco, el 3 de agosto
de 1814, una junta de gobierno segn dicha Constitucin y llam al pueblo a ponerla en vigencia por las armas. Luego
encabez una expedicin hacia Arequipa, que venci a los espaoles en la Apacheta el 9 de noviembre e ingres a la
ciudad al da siguiente.
Ante la proximidad de las fuerzas realistas, Pumacahua dej Arequipa el 30 de noviembre y busc hacerse fuerte en
Cusco y Puno. En las inmediaciones de Umachiri (Puno), el 11 de marzo de 1815, el ejrcito rebelde sufri aplastante
derrota. Pumacahua fue apresado en Sicuani, donde se le sentenci a morir decapitado, pena que se cumpli el 17 de
marzo. Los pronunciamientos y la carta al virrey Jos Fernando de Abascal y Sousa, Marqus de la Concordia (18061816), firmados por la junta de gobierno del Cusco en agosto de 1814, tienen el mrito de expresar un anhelo de
soberana basado en leyes libremente votadas.
MARIANO MELGAR
(Mariano Lorenzo Melgar Valdivieso; Arequipa, 1790 - Umachiri, 1815) Poeta peruano. Considerado como uno de los
fundadores de la literatura peruana contempornea, es autor de poemas amorosos de imitacin indgena (yaraves),
precedente del nativismo romntico.
De gran precocidad intelectual, curs filosofa y teologa y recibi las rdenes religiosas menores en 1810; pero
abandon la carrera eclesistica al enamorarse de una dama, Mara Santos Corrales, la que aparece en sus poemas
con el nombre de Silvia. Ense latn, retrica, filosofa, fsica y matemticas. En 1812 viaj a Lima para estudiar
derecho en los claustros de San Carlos, coincidiendo su estancia en la capital con las manifestaciones en favor de la
Independencia.
Melgar retorn a Arequipa en 1814; entretanto, su amada Silvia cedi a la oposicin de sus padres y rechaz al poeta;
el dolor afect gravemente su salud. Probablemente a ello se debi la excelente traduccin de los Remedia amoris de
Ovidio, que dej indita, y desde luego, la composicin Carta a Silvia. Melgar se incorpor poco despus a la rebelin
emancipadora de Mateo Pumacahua, a quien sirvi como auditor de guerra; tras la batalla de Umachiri fue apresado y
sometido a consejo de guerra; el 12 de marzo de 1815 fue fusilado. Pstumamente, en 1878, se edit el volumen
Poesas de don Mariano Melgar.
A pesar de su formacin neoclsica, la obra de Melgar presenta rasgos prerromnticos: sentimentalismo, amor por la
naturaleza, culto a la libertad y fervor patritico. Tambin resulta prerromntico su inters por las inquietudes del
pueblo y su asimilacin de una forma mestiza de cancin muy extendida en los Andes, el yarav, en que el idioma es el
espaol pero la msica y la temtica resultan andinas. Los yaraves de Melgar significaron el triunfo de esa veta
popular entre las capas urbanas y cultas, especialmente en Arequipa, donde un yarav melgariano es considerado
como una especie de himno de la "patria chica".
Los yaraves son composiciones en metros cortos cuyo tema ms comn es el lamento amoroso; se cantan con
acompaamiento de guitarra o de "quena" (flauta de caa de los indios peruanos). Desde el punto de vista
estrictamente literario, los "yaraves" de Melgar son algo ingenuos, y su versificacin es a menudo defectuosa, pero
alcanzan un singular dramatismo con la msica y con los acentos doloridos de los cantores. Constituyen adems una
manifestacin sumamente interesante del mestizaje cultural en Amrica.
En la forma del yarav hay, desde luego, huellas de la poesa espaola de la poca (particularmente de Melndez
Valds). Pero, en el espritu y en el nombre mismo, el yarav proviene de los harauis de los incas, canciones lricas de
amor o de asuntos campestres, tristes o alegres, y acompaadas por la flauta. Documentados por los cronistas, en los
siglos XVI y XVII se los menciona como cantos indgenas y populares, sin precisar bien su carcter. Pero en el siglo
XVIII, con la iniciacin de la conciencia nacional y los anuncios del Romanticismo, alcanzan nuevo impulso, sobre todo
en el sur del Per, y ya con el carcter especfico de poesa triste, de lamentacin y soledad.
Compuestos originalmente en lengua quechua, se escribieron luego en espaol; rural en sus comienzos, el yarav pas
a la ciudad, y la "quena" se uni o se reemplaz con la guitarra. El centro de esa transformacin criolla fue Arequipa, y
Melgar el poeta ms excelente y de ms fuerza dramtica. En la edicin pstuma de las Poesas de don Mariano
Melgar (1878) aparecen slo diez yaraves, pero se le atribuyen muchos ms, porque su nombre se ha convertido en
un smbolo del gnero. Su poder de atraccin es an tan grande que sus yaraves siguen cantndose y llorndose
noche tras noche en Arequipa.
Aparte de los yaraves, en las inclinaciones lricas de Mariano Melgar se aprecian diversas facetas: la de poeta ertico,
influido principalmente por las anacrenticas que haba ledo; la de autor de odas, entre las que son dignas de especial
mencin las dedicadas a la libertad y al mar, con algunas elegas, y la de fabulista, aspecto ste muy singular en las
letras peruanas. Cinco son solamente las fbulas que escribi (el cantero y el asno, las abejas, las cotorras en un
maizal, los gallos y los pavos y el asno cornudo). Su formacin clsica adquirida en sus tiempos del seminario, que no
dej de influirle a lo largo de su breve carrera lrica, lo llev a traducir composiciones de Ovidio y Virgilio. En su
traduccin de Remedia amoris de Ovidio modific ingeniosamente su ttulo por el de Arte de olvidar.
JOS OLAYA
Jos Silverio Olaya Balandra, mrtir patriota. Naci en 1782 en la villa de San Pedro de Chorrillos, una ranchera de
pescadores y, simultneamente, uno de los balnearios ms famosos de la poca. Hijo de Jos Apolinario Olaya y de
Melchora Balandra. Aparentemente sirvi desde muy joven a la causa libertadora, pues se dice que ya desde 1820
portaba mensajes de enlace entre Chorrillos y las naves de la escuadra libertadora recin llegadas al litoral peruano, al
mando del marino britnico Thomas Cochrane. Su padre fallece en 1822 y al ao siguiente conoce a Juana de Dios
Manrique, quien apoyaba igualmente la causa de la emancipacin y cuyo nombre servira de cubierta a las
comunicaciones secretas entre los patriotas. En junio de 1823, luego de la derrota del ejrcito libertador en las batallas
de Torata y Moquegua, Lima fue ocupada por las tropas realistas del general Jos Canterac y el gobierno independiente
tuvo que refugiarse en los castillos del Real Felipe, al igual que las fuerzas del ejrcito libertador al mando del general
Antonio Jos de Sucre. Era de imperiosa necesidad restablecer la comunicacin entre los sitiados en el Callao y los
patriotas de Lima, adems de conocer los movimientos del ejrcito enemigo de ocupacin. En tal circunstancia, Andrs
Riquero, antiguo contador mayor y to de Juana de Dios Manrique, plante a Sucre la posibilidad de utilizar para tal
misin la experiencia y el probado valor de Jos Olaya, quien por su oficio haca continuos viajes entre el pueblo de
Chorrillos y la isla de San Lorenzo, y no despertara sospecha alguna.
El 27 de junio de 1823, cuando llevaba una carta de Sucre para Narciso de la Colina, el pescador fue descubierto -se
dice que a raz que alguien lo delat- y capturado en la calle de Acequia Alta. Sometido a indescriptibles torturas por el
brigadier Ramn Rodil, gobernador de la capital, se neg a revelar los nombres de los comprometidos en las
comunicaciones. Ante su resolucin, dos das despus, el 29 de junio, fue fusilado en el callejn de Petateros, situado a
un costado de la plaza de Armas de Lima, que hoy lleva el nombre del mrtir. Se cuenta que, antes de morir, se dirigi
a sus captores diciendo:
Si mil vidas tuviera, gustoso las dara por mi patria.
En mrito a su ejemplar conducta, Jos Olaya es honrado hasta hoy como patrono del arma de Comunicaciones del
Ejrcito.
Sus campaas militares cambiaron el signo de la historia americana durante el proceso de descolonizacin acaecido a
principios del siglo XIX. A su lucidez estratgica se deben los planteamientos militares que llevaran a la independencia
de Chile y de Per, centro neurlgico del podero espaol cuya cada conducira a la de todo el continente. Si luego
dej en manos menos nobles las extenuantes guerras civiles y partidistas que acabaron por malbaratar los ms bellos
sueos de los patriotas, fue por esa misma pureza y rectitud de principios. Achacoso, postergado y ciego, San Martn
morira decentemente en su cama, en un remoto rincn de Francia, cargado de honores y exonerado de toda
responsabilidad sobre el destino tortuoso de aquellas amadas tierras cuya independencia haba ganado con el valor de
su sable.
Biografa
Hijo de Juan de San Martn, teniente gobernador de Corrientes, y de Gregoria Matorras, el pequeo Jos Francisco se
cri en el seno de una familia espaola que no tard en preferir volver a su pas a quedarse en aquellos turbulentos
estados coloniales. En 1784 pas con su familia a Espaa; en 1787 ingres en el Seminario de Nobles de Madrid,
donde aprendi retrica, matemticas, geografa, ciencias naturales, francs, latn, dibujo y msica.
Dos aos despus pidi y obtuvo el ingreso como cadete en el Regimiento de Murcia. Fue ste el origen de una
brillante y vertiginosa carrera militar que tendra su bautismo de fuego en el sitio de Orn (1791), en la campaa de
Melilla; trece aos tena entonces el futuro libertador.
Ms tarde intervino en las guerras del Roselln (1793) y de las Naranjas (1801), mereciendo sucesivos ascensos por su
actuacin; en 1803 era ya capitn de infantera en el regimiento de voluntarios de Campo Mayor. Cuando la invasin
napolenica de la pennsula dio lugar a la Guerra de la Independencia Espaola (1808-1814), su arrojo contra los
invasores franceses en la batalla de Bailn (1808) le valdra ser nombrado teniente coronel de caballera.
La emancipacin de Amrica
Tras esta fulgurante carrera en el ejrcito espaol, y poco despus de estallar la revolucin emancipadora en Amrica,
San Martn, que haba mantenido contactos con las logias masnicas que simpatizaban con el movimiento
independentista, reorient su vida hacia la causa emancipadora. El sentimiento de su identidad americana y su ideario
liberal, desarrollado en el clima espiritual surgido tras la Revolucin Francesa y en la lectura de los enciclopedistas e
ilustrados franceses y espaoles, lo determinaron a contribuir a la libertad de su patria.
Inici as una nueva etapa de su vida que lo convertira, junto con Simn Bolvar, en una de las personalidades ms
destacadas de la guerra de emancipacin americana. Solicit la baja en el ejrcito espaol y march primero a
Londres (1811), donde permaneci casi cuatro meses. All asisti a las sesiones de la Gran Reunin Americana,
fundada por Francisco de Miranda, que fue la organizacin madre de varias otras esparcidas por Amrica con idnticos
fines: la independencia y organizacin de los pueblos americanos.
Desde Inglaterra se embarc hacia Buenos Aires (1812), donde esperaba que su experiencia militar en numerosas
batallas le permitiese rendir excelentes servicios al ideal que animaba a su pas. A causa de sus veintids aos de
servicio en el ejrcito realista, no fue recibido con entusiasmo por los dirigentes; pero, ante la debilidad militar del
movimiento patriota, la Junta gubernativa le confirm en su rango de teniente coronel de caballera y le encomend la
creacin del Regimiento de Granaderos a Caballo, al frente del cual obtendra la victoria en el combate de San Lorenzo
(3 de febrero de 1813).
El mismo ao de su llegada haba conocido en una tertulia poltica a la que sera su esposa y compaera, doa Mara
Remedios de Escalada, con quien contrajo matrimonio enseguida, el 19 de septiembre, en la catedral portea. En 1813
renunci a la jefatura del Ejrcito de Buenos Aires, y en 1814 acept sustituir a Manuel Belgrano al frente del Ejrcito
del Alto Per, maltrecho por sus derrotas. El duro revs que Belgrano haba sufrido en Vilcapugio y Ayohuma a manos
de los realistas cerraba prcticamente las posibilidades de avanzar sobre Per, al tiempo que haca vulnerable esa
frontera, cuya custodia encarg a Martn Miguel de Gemes, caudillo de Salta.
La gesta de los Andes
Incmodo ante las suspicacias bonaerenses, y de acuerdo con sus compaeros de la logia Lautaro, Jos de San Martn
pensaba que todos los esfuerzos deban orientarse hacia la liberacin de Per, principal bastin realista en Amrica.
Bloqueada la ruta del Alto Per (la actual Bolivia), empez a madurar su plan de conquista de Per desde Chile; con
este objetivo obtuvo la gobernacin de Cuyo, lo que le permiti establecerse en Mendoza (1814) y preparar desde all
su ofensiva.
Mientras tanto, en Chile, Bernardo O'Higgins y Jos Miguel Carrera haban unido sus fuerzas para sostener la
estratgica ciudad de Rancagua; con su derrota a manos de los realistas finalizaba la intentona independentista
chilena del periodo denominado la Patria Vieja (1810-1814). La cada de la Patria Vieja y la llegada a Mendoza de los
refugiados chilenos complic los planes de San Martn, que esperaba atacar Per desde un Chile independiente y
aliado; era prioritario, pues, liberar Chile.
San Martn decidi apoyarse en O'Higgins, con quien prepar el plan de invasin que sera aprobado por los gobiernos
de Gervasio Antonio de Posadas y de Juan Martn de Pueyrredn. En Mendoza, durante tres aos (1814-1817) y con
pobres recursos, San Martn organiz pacientemente el ejrcito con la ayuda de la poblacin de los Andes; a la
empresa se sum tambin con celo su esposa, doa Remedios, que entreg sus joyas para aliviar en algo las penurias
de los patriotas. En 1816 esta abnegada mujer dio al general su nica hija, Merceditas, que sera el blsamo de San
Martn en su solitaria vejez.
Finalmente, en 1817 inici la gran campaa que habra de dar un giro nuevo a la guerra, en el momento ms difcil
para la causa americana, cuando la insurreccin estaba vencida en todas partes con excepcin de la Argentina. Su
objetivo era invadir Chile cruzando la cordillera de los Andes, y su realizacin, en slo veinticuatro das, constituira la
mayor hazaa militar americana de todos los tiempos. Superadas las cumbres andinas, el 12 de febrero de 1817
derrot al ejrcito realista al mando del general Marc del Pont en la cuesta de Chacabuco, y el 14 entr en Santiago
de Chile. La Asamblea constituida proclam la independencia del pas y le nombr director supremo, cargo que declin
en favor de O'Higgins.
La liberacin de Per
Pero esta gran hazaa de San Martn persegua, como ya se ha indicado, una meta mucho ms ambiciosa, y responda
a la estrategia continental del libertador. Desde esa perspectiva ms amplia, la conquista de Chile era slo un paso
necesario: San Martn comprendi que para sacudir el yugo espaol del continente era preciso conseguir el dominio
naval del Pacfico y la ocupacin del virreinato del Per, verdadero centro del poder realista. El mismo virrey peruano
Pezuela consider con lucidez la situacin creada tras el cruce de los Andes y la batalla de Chacabuco, sealando que
esta campaa "trastorn enteramente el estado de las cosas, dio a los disidentes puestos cmodos para dominar el
Pacfico y cambi el teatro de la guerra para dominar el poder espaol en sus fundamentos."
A partir de este momento, los esfuerzos de San Martn se centraron en la organizacin de la gran escuadra que haba
de transportar a las tropas libertadoras a Per. Viaj a Buenos Aires a fin de solicitar lo necesario para la campaa; sin
embargo, lo que recibi fue la oferta de intervenir directamente en las disputas internas del pas, cosa que rechaz.
A su regreso a Chile, las fuerzas patriotas fueron derrotadas en Cancha Rayada por el ejrcito realista de Osorio. San
Martn reorganiz las desmoralizadas tropas criollas y venci a Osorio en los llanos de Maip (5 de abril de 1818); al
trmino de esta batalla, con la que quedaba asegurada la libertad chilena, tuvo lugar el clebre abrazo entre San
Martn y O'Higgins. An despus de destruidos los ltimos focos de resistencia espaola, San Martn tuvo que vencer
tremendos obstculos: la falta de dinero, las diferencias polticas y la rivalidad y envidia de sus enemigos; pero los
muchos meses dedicados a la organizacin de la campaa de Per acabaran dando su fruto.
Finalizados los preparativos, la escuadra zarp de Valparaso (Chile) el 20 de agosto de 1820, transportando un ejrcito
de 4.500 hombres, y desembarc en la playa de Paracas (cerca de Pisco, Per) el 8 de septiembre. San Martn intent
una negociacin con el virrey Pezuela, y luego con su sucesor, Jos de la Serna, con el que se entrevist el 2 de junio
de 1821: el libertador expuso all su oferta de un arreglo pacfico, que inclua la independencia de Per y la
implantacin de un rgimen monrquico con un rey espaol, ofreciendo a La Serna la regencia interina. Fracasadas las
negociaciones, San Martn ocup Lima y proclam solemnemente la independencia (28 de julio), pese a que el ejrcito
realista an controlaba gran parte del territorio virreinal.
Nombrado Protector de Per, mientras enviados suyos gestionaban en las Cortes europeas el establecimiento de una
monarqua, la incertidumbre de su situacin militar contrastaba con la consolidacin de Simn Bolvar en la Gran
Colombia y la total liberacin de Quito tras la Batalla de Pichincha. Hostilizado por los espaoles que se haban hecho
fuertes en las montaas, con su ejrcito desgastado por la prolongada campaa y con su poder minado por las
disensiones entre los patriotas, San Martn hubo de sostener una lucha constante.
La ocupacin de Guayaquil, ciudad reivindicada por Per, fue el motivo inmediato de su clebre entrevista con Simn
Bolvar (julio de 1822), en la que haba de tratarse el futuro del continente y cuyo contenido exacto es an objeto de
mltiples discusiones, pero que sin duda debi de desalentar a San Martn; nada ms regresar a Lima, y ante la
creciente oposicin peruana a su poltica, convoc el Congreso y present la renuncia a su cargo de Protector (20 de
septiembre de 1822), dos aos antes de que la victoria de Ayacucho pusiera fin definitivamente a la dominacin
espaola en Per y en todo el continente.
El retiro
San Martn haba decidido retirarse; consideraba cumplido su deber de liberar a los pueblos y no quiso participar en las
luchas intestinas por el poder. En octubre de 1822 lleg a Chile; en verano de 1823 cruz los Andes y pas a Mendoza
con la idea de establecerse all, apartado de la vida pblica. Pero las muchas crticas adversas que le atribuan
aspiraciones de mando y el fallecimiento de su esposa lo determinaron a partir en febrero de 1824 rumbo a Europa,
acompaado por su hija Merceditas, que en esa poca tena siete aos.
Residi un tiempo en Gran Bretaa y de all se traslad a Bruselas (Blgica), donde vivi modestamente; su menguada
renta apenas le alcanzaba para pagar el colegio de Mercedes. Hacia 1827 se deterior su salud, resentida por el
reumatismo, y su situacin econmica: las rentas apenas le llegaban para su manutencin. Durante esos aos en
Europa arrastr adems una incurable nostalgia de su patria.
Su ltima tentativa de regreso tuvo lugar en 1829. Dos aos antes haba ofrecido sus servicios a las autoridades
argentinas para la guerra contra el Imperio brasileo; en esta ocasin, embarc hacia Buenos Aires con la intencin de
mediar en el devastador conflicto entre federalistas y centralistas. Sin embargo, al llegar encontr su patria en tal
grado de descomposicin por las luchas fraticidas que desisti de su intento, y, pese a los requerimientos de algunos
amigos, no puso pie en la aorada costa argentina.
Regres a Blgica y en 1831 pas a Pars, donde residi junto al Sena, en la finca de Grand-Bourg. Gracias a la
solicitud de su prdigo amigo don Alejandro Aguado, compaero de armas en Espaa, pudo pasar el postrero tramo de
su vida sin vergonzosas estrecheces. En 1848 se instal en su definitiva residencia de Boulogne-sur-Mer (Francia),
donde morira en 1850.
SIMN BOLVAR
(Llamado el Libertador; Caracas, Venezuela, 1783 - Santa Marta, Colombia, 1830) Caudillo de la independencia
hispanoamericana. Nacido en una familia de origen vasco de la hidalgua criolla venezolana, Simn Bolvar se form
leyendo a los pensadores de la Ilustracin (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu) y viajando por Europa. En Pars
tom contacto con las ideas de la Revolucin y conoci personalmente a Napolen y Humboldt.
Afiliado a la masonera e imbuido de las ideas liberales, ya en 1805 jur en Roma que no descansara hasta liberar a su
pas de la dominacin espaola. Y aunque careca de formacin militar, Simn Bolvar lleg a convertirse en el
principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas; adems, suministr al
movimiento una base ideolgica mediante sus propios escritos y discursos.
En 1810, aprovechando que la metrpoli se hallaba ocupada por el ejrcito francs, se uni a la revolucin
independentista que estall en Venezuela, dirigida por Francisco de Miranda. El fracaso de aquella intentona oblig a
Simn Bolvar a huir del pas en 1812; tom entonces las riendas del movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias
un manifiesto que incitaba de nuevo a la rebelin, corrigiendo los errores cometidos en el pasado (1812).
En 1813 emprendi una segunda expedicin militar, la Campaa Admirable, que entr triunfante en Caracas; de ese
momento data la concesin por el Ayuntamiento del ttulo de Libertador. An hubo una nueva reaccin realista, bajo la
direccin de Jos Toms Boves, que reconquist el pas para la Corona espaola, expulsando a Bolvar a Jamaica (18141815). Pero Bolvar lanz una tercera revolucin entre 1816 y 1819 que le dio el control efectivo de gran parte del
territorio; dos aos despus, tras una tregua, asegurara la independencia de Venezuela al derrotar a los espaoles en
la batalla de Carabobo (1821).
Bolvar soaba con formar una gran confederacin que uniera a todas las antiguas colonias espaolas de Amrica,
inspirada en el modelo de Estados Unidos. Por ello, no satisfecho con la liberacin de Venezuela, cruz los Andes y
venci a las tropas realistas espaolas en la batalla de Boyac (1819), que dio la independencia al Virreinato de Nueva
Granada (la actual Colombia).
Reuni entonces un Congreso en Angostura (1819) que elabor una Constitucin para la nueva Repblica de Colombia,
la cual llegara a englobar lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panam; el mismo Simn Bolvar fue elegido
presidente de esta Gran Colombia. Luego liber el territorio de la Audiencia de Quito (el actual Ecuador) en unin de
Antonio Jos de Sucre, tras imponerse en la batalla de Pichincha (1822).
En aquel mismo ao Simn Bolvar se reuni en Guayaquil con el otro gran caudillo del movimiento independentista,
Jos de San Martn, que haba liberado Chile y penetrado en Per hasta ocupar la capital, sin lograr pese a ello la
rendicin de los realistas. Se trataba de estudiar la forma de cooperar en la liberacin del Per, pero ambos dirigentes
chocaron en sus ambiciones y en sus apreciaciones polticas; San Martn, que se inclinaba por crear regmenes
monrquicos encabezados por prncipes europeos, renunci a entablar una lucha por el poder (poco despus se
marchara a Europa), dejando el campo libre a Bolvar.
NAPOLEN
CAPITULACIN DE AYACUCHO
La Capitulacin de Ayacucho es el tratado firmado por el jefe del estado mayor Jos de Canterac y el
General Antonio Jos de Sucre despus de la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824.
Por la capitulacin de Ayacucho los espaoles reconocieron la Independencia delPer. As lleg a su fin 17
aos de lucha sangrienta por la independencia de Amrica del Sur
CAPITULACIN DE AYACUCHO
El siguiente es el texto original de la Capitulacin de Ayacucho:
Don Jos Canterac, teniente general de los reales ejrcitos de S. M. C., encargado del mando superior del
Per por haber sido herido y prisionero en la batalla de este da el excelentsimo seor virrey don Jos de
La Serna, habiendo odo a los seores generales y jefes que se reunieron despus que, el ejrcito espaol,
llenando en todos sentidos cuanto ha exigido la reputacin de sus armas en la sangrienta jornada de
Ayacucho y en toda la guerra del Per, ha tenido que ceder el campo a las tropas independientes; y
debiendo conciliar a un tiempo el honor a los restos de estas fuerzas, con la disminucin de los males del
pas, he credo conveniente proponer y ajustar con el seor general de divisin de la Repblica de
Colombia, Antonio Jos de Sucre, comandante en jefe del ejrcito unido libertador del Per, las condiciones
que contienen los artculos siguientes:
1 El territorio que guarnecen las tropas espaolas en el Per, ser entregado a las armas del ejrcito
libertador hasta el Desaguadero, con los parques, maestranza y todos los almacenes militares existentes.
1 Concedido, y tambin sern entregados los restos del ejrcito espaol, los bagajes y caballos de
tropas, las guarniciones que se hallen en todo el territorio y dems fuerzas y objetos pertenecientes al
gobierno espaol.
2 Todo individuo del ejrcito espaol podr libremente regresar a su pas, y ser de cuenta del Estado
del Per costearle el pasaje, guardndole entretanto la debida consideracin y socorrindole a lo menos
con la mitad de la paga que corresponda mensualmente a su empleo, nterin permanezca en el territorio.
2 Concedido; pero el gobierno del Per slo abonar las medias pagas mientras proporcione transportes.
Los que marcharen a Espaa no podrn tomar las armas contra la Amrica mientras dure la guerra de la
independencia, y ningn individuo podr ir a punto alguno de la Amrica que est ocupado por las armas
espaolas.
3 Cualquier individuo de los que componen el ejrcito espaol, ser admitido en el del Per, en su propio
empleo, si lo quisiere.
3 Concedido.
4 Ninguna persona ser incomodada por sus opiniones anteriores, aun cuando haya hecho servicios
sealados a favor de la causa del rey, ni los conocidos por pasados; en este concepto, tendrn derecho a
todos los artculos de este tratado.
4 Concedido; si su conducta no turbare el orden pblico, y fuere conforme a las leyes.
5 Cualquiera habitante del Per, bien sea europeo o americano, eclesistico o comerciante, propietario o
empleado, que le acomode trasladarse a otro pas, podr verificarlo en virtud de este convenio, llevando
consigo su familia y propiedades, prestndole el Estado proporcin hasta su salida; si eligiere vivir en el
pas, ser considerado como los peruanos.
5 Concedido; respecto a los habitantes en el pas que se entrega y bajo las condiciones del artculo
anterior.
6 El Estado del Per respetar igualmente las propiedades de los individuos espaoles que se hallaren
fuera del territorio, de las cuales sern libres de disponer en el trmino de tres aos, debiendo
considerarse en igual caso las de los americanos que no quieran trasladarse a la Pennsula, y tengan all
intereses de su pertenencia.
6 Concedido como el artculo anterior, si la conducta de estos individuos no fuese de ningn modo hostil
a la causa de la libertad y de la independencia de Amrica, pues en caso contrario, el gobierno del Per
obrar libre y discrecionalmente.
7 Se conceder el trmino de un ao para que todo interesado pueda usar del artculo 5, y no se le
exigir ms derechos que los acostumbrados de extraccin, siendo libres de todo derecho las propiedades
de los individuos del ejrcito.
7 Concedido.
8 El Estado del Per reconocer la deuda contrada hasta hoy por la hacienda del gobierno espaol en el
territorio.
8 El Congreso del Per resolver sobre este artculo lo que convenga a los intereses de la repblica.
9 Todos los empleados quedarn confirmados en sus respectivos destinos, si quieren continuar en ellos,
y si alguno o algunos no lo fuesen, o prefiriesen trasladarse a otro pas, sern comprendidos en los
artculos 2 y 5.
9 Continuarn en sus destinos los empleados que el gobierno guste confirmar, segn su comportacin.
10. Todo individuo del ejrcito o empleado que prefiera separarse del servicio, y quedare en el pas, lo
podr verificar, y en este caso sus personas sern sagradamente respetadas.
10. Concedido.
11. La plaza del Callao ser entregada al ejrcito unido libertador, y su guarnicin ser comprendida en
los artculos de este tratado.
11. Concedido; pero la plaza del Callao, con todos sus en seres y existencias, ser entregada a
disposicin de S. E. el Libertador dentro de veinte das.
12. Se enviarn jefes de los ejrcitos espaol y unido libertador a las provincias unidas para que los unos
reciban y los otros entreguen los archivos, almacenes, existencias y las tropas de las guarniciones.
12. Concedido; comprendiendo las mismas formalidades en la entrega del Callao. Las provincias estarn
del todo entregadas a l os jefes independientes en quince das, y los pueblos ms lejanos en todo el
presente mes.
13. Se permitir a los buques de guerra y mercantes espaoles hacer vveres en los puertos del Per, por
el trmino de seis meses despus de la notificacin de este convenio, para habilitarse y salir del mar
Pacfico.
13. Concedido; pero los buques de guerra slo se emplearn en sus aprestos para marcharse, sin
cometer ninguna hostilidad, ni tampoco a su salida del Pacfico; siendo obligados a salir de todos los mares
de la Amrica, no pudiendo tocar en Chilo, ni en ningn puerto de Amrica ocupado por los espaoles.
14. Se dar pasaporte a los buques de guerra y mercantes espaoles, para que puedan salir del Pacfico
hasta los puertos de Europa.
14. Concedido; segn el artculo anterior.
15. Todos los jefes y oficiales prisioneros en la batalla de este da, quedarn desde luego en libertad, y lo
mismo los hechos en anteriores acciones por uno y otro ejrcito.
15. Concedido; y los heridos se auxiliarn por cuenta del erario del Per hasta que, completamente
restablecidos, dispongan de su persona.
16. Los generales, jefes y oficiales conservarn el uso de sus uniformes y espadas; y podrn tener
consigo a su servicio los asistentes correspondientes a sus clases, y los criados que tuvieren.
16. Concedido; pero mientras duren en el territorio estarn sujetos a las leyes del pas.
17. A los individuos del ejrcito, as que resolvieren sobre su futuro destino en virtud de este convenio, se
les permitir reunir sus familias e intereses y trasladarse al punto que elijan, facilitndoles pasaportes
amplios, para que sus personas no sean embarazadas por ningn Estado independiente hasta llegar a su
destino.
17. Concedido.
18. Toda duda que se ofreciere sobre alguno de los artculos del presente tratado, se interpretar a favor
de los individuos del ejrcito espaol.
18. Concedido; esta estipulacin reposar sobre la buena fe de los contratantes.
Y estando concluidos y ratificados, como de hecho se aprueban y ratifican estos convenios, se formarn
cuatro ejemplares, de los cuales dos quedarn en poder de cada una de las partes contratantes para los
usos que les convengan.
Dados, firmados de nuestras manos en el campo de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824.
Jos Canterac.-Antonio Jos de Sucre.