Baudelaire y La Ciudad
Baudelaire y La Ciudad
Baudelaire y La Ciudad
Mryon resucita los fantasmas del pasado, mientras que el arte de Guys
eterniza el momento presente al mismo tiempo que revitaliza la eternidad a travs del
momento pasajero y transitorio del presente. Guys es definido por Baudelaire como un
artista que ha buscado por todas partes "la beaut passagre, fugace, de la vie prsente, le
caractre de ce que le lecteur nous a permis d'appeler la modernit" [2]. ("la belleza
pasajera, fugaz, de la vida presente, el carcter de lo que el lector nos ha permitido llamar la
modernidad"). Guys inspira a Baudelaire una nueva esttica que busca "dgager de la mode
ce qu'elle peut contenir de potique dans l'historique" [3]. ("extraer de la moda lo que puede
contener de potico en lo histrico").
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"Todo para la vista, nada para el odo", la ciudad se convierte en una fiesta
para los ojos. Baudelaire desarrolla en "El Pintor de la Vida Moderna" el tema de la gran
fascinacin que ejerce la ciudad sobre el individuo. El artista contempla la ciudad como una
unidad de fuerza elctrica que contribuye a desarrollar y aumentar las facultades humanas.
Pero esta bsqueda interminable de la belleza moderna conduce a la experiencia de la
modernidad, es decir, al sentimiento de extraamiento y de choque que produce la
atmsfera turbulenta de la gran ciudad en el alma humana [5]. El antecedente literario de
esta experiencia de choque entre el hombre y la ciudad es Rousseau, quien narra en la
novela Julie, ou la Nouvelle Hloise la experiencia de un joven, Saint-Preux, que realiza el
viaje, tan extendido en la poca, del campo a la ciudad [6].
movilidad y su incesante caminar hacia otros lugares que le permiten escapar del
aburrimiento y de la monotona del presente. Sin embargo, a pesar del carcter aristocrtico
del dandi baudelairiano, que se siente superior y distante frente a un mundo decadente, la
experiencia del flneur en la ciudad hace referencia a una experiencia sensorial y sensual
que permite al poeta abrazar la vida moderna en su totalidad. Baudelaire sostiene en "El
pintor de la vida moderna" que el dominio del flneur es la multitud: "Sa passion et sa
profession, c'est d'pouser la foule." ("Su pasin y su profesin consiste en esposar la
multitud") Marshall Berman destaca a travs del verbo pouser el goce sexual que surge del
contacto del flneur con las multitudes. De lo cual se deduce que un arte que no est
pouser o unido sexualmente (en un sentido figurado) con las vidas de los hombres y
mujeres de las multitudes no es propiamente un arte moderno [10].
En qu consiste el arte del flneur? El arte del flneur consiste en mirar sin
ser visto [11]. Sin embargo, el flneur que se expone en la va pblica se convierte en un
exhibicionista que est a la vista de todos, y sin embargo, la finalidad del dandi es pasar
desapercibido en la multitud, y poder contemplar a sus anchas el espectculo de la vida
moderna sin ser observado por nadie, es decir, disfrutar desde el anonimato de todos los
placeres clandestinos de la ciudad. Sin embargo, el flneur puede ser observado mientras
observa [12]. El flneur, que intenta pasar desapercibido, no obstante, se exhibe
pblicamente y se expone a ser observado por otros curiosos como l. El observador, desde
este punto de vista, tambin forma parte del espectculo que contempla, y por tanto, est
expuesto a la mirada de los dems. El flneur manifiesta su pasin por el disfraz y la
mscara, como una defensa frente a la mirada ajena, y sin embargo, pone en riesgo su
propia identidad al entrar en contacto con la multitud.
Segn Marshall Berman, Baudelaire no se deja arrastrar por las fuerzas que
desarrolla la ciudad moderna como Le Corbusier, ni termina disolviendo su propia
individualidad al servicio del progreso de la razn y de la tcnica: "Este salto de fe
orwelliano es tan rpido y deslumbrante (como el trfico justamente) que Le Corbusier
apenas si nota que lo ha dado. En un determinado momento es el familiar hombre de la
calle baudelairiano, que esquiva el trfico y lucha contra l; un momento ms tarde su
punto de vista ha variado radicalmente, de manera que ahora vive y se mueve y habla desde
dentro del trfico" [15]. Baudelaire representa al hombre de la calle, mientras que Le
Corbusier al hombre del coche. El salto definitivo de Le Corbusier al interior del trfico,
segn Berman, conlleva la superacin de los sobresaltos de la conciencia de Baudelaire, y
por tanto, la disolucin de las contradicciones entre el plano espiritual de la cultura y el arte
moderno, y el plano del desarrollo industrial y tecnolgico de las ciudades modernas [16].
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Le Corbusier se ala como el Fausto de Goethe, con los poderes del desarrollo y de
modernizacin de las ciudades.
en la masa annima de las grandes ciudades. La ciudad por donde pasea Baudelaire no es el
Pars real sino la ciudad de sus sueos donde todo es posible y estimulante para la
imaginacin potica:
no quiere ver el burgus acomodado es la pobreza y la marginacin que nos revela las
verdaderas contradicciones de la vida moderna. La ciudad moderna abierta a todas las
miradas es el lugar donde se manifiesta la realidad que nadie quiere ver y que sin embargo,
nadie puede no ver: la realidad del mal. En el bulevar se manifiesta la separacin entre ricos
y pobres, entre los poseedores y los desposedos, entre la raza de Abel y la raza de Can:
su Manifiesto: "La burguesa ha despojado de su aureola a todas las profesiones que hasta
entonces se tenan por venerables y dignas de piadoso respeto. Al mdico, al jurisconsulto,
al sacerdote, al poeta, al sabio, los ha convertido en su servidores asalariados" [34]. El
artista moderno se vende a la burguesa para ganarse la vida en un mundo que ha perdido
totalmente el gusto por los valores superiores:
La ciudad no slo pertenece a los vencedores con fortuna sino tambin a los
vencidos y desheredados, a los hombres y mujeres que han perdido lo que no puede
recuperarse, y que estn sumidos en un dolor insuperable que nada puede consolar. El poeta
que desciende a las ciudades corre el riesgo de perder su aureola y su propia vida, lo cual
forma parte del herosmo de la vida moderna. El viaje del flneur comienza siendo una
salida hacia el mundo exterior, desde lo privado a lo pblico [36]. En esto consiste, el
herosmo de la vida moderna, en exponerse a los peligros de la ciudad moderna. El flneur
se convierte en un espectador desinteresado que no deja huellas en la historia. Est de paso
por la ciudad. No tiene un lugar fijo de residencia. Su identidad es fluida e inconsistente. Su
yo est vaco en espera de recibir nuevos contenidos y sensaciones. La multitud constituye
una fuente inagotable de nuevas experiencias que permiten al poeta-flneur escapar del
tedio de vivir y del Spleen.
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Notas
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la mirada de la pobreza, lo cual produce un distanciamiento entre ellos que nos revela que
sus pensamientos no comunican ni se corresponden entre s a pesar de estar enamorados. La
joven se queja a su amante de que no soporta la presencia de los pobres. Esta confidencia
destruye los ensueos del joven enamorado que a raz de este incidente odia a su amada.
Segn M. Berman: "Tal vez detesta a la mujer que ama porque sus ojos le han mostrado
una parte de s mismo a la que detesta enfrentarse. Tal vez la divisin ms profunda no se
d entre el narrador y su amada, sino dentro del mismo hombre. Si esto es as, nos muestra
cmo las contradicciones que animan las calles de la ciudad moderna repercuten en la vida
interna del hombre de la calle".
34. Berman, op. cit., p. 157.
35. El poema "La musa venal", en Baudelaire, "Obra Potica Completa",
pp. 57-58.
36. Tester, op. cit., p. 2.
37. El poema "Recogimiento", en Baudelaire, "Obra Potica Completa", p.
213.
38. El poema "Paisaje", en Baudelaire, "Obra Potica Completa", p. 195.
39. Baudelaire, "Obra Potica Completa", p. 363.
Bibliografa
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