La Matanza de Badajoz-Rafael Tenorio

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Las matanzas de Badajoz

Rafael Tenorio
i Ou verbena de sangre
y de horror homicida!
Julin Zugazagoitia


A ciudad de Badajoz tena, en agosto de 1936, 40.000 habitantes y estaba defendida por tres o cuatro m hombres.
Unos tres m milicianos sin preparacin militar y de entusiasmo
desigual y 500 soldados que tenian que hacer frente a dos columnas de
mil quinientos hombres cada una, al mando del teniente coronel Yag&
El armamento de los atacantes y su organizacin eran infinitam8nt4
superiores a todo lo que poda ofrecer para su defensa la ciudad t
Badajoz. Adems, la aviacin alemana e italiana aCudiero,. en auxilio de
Yage (parece ser que los 1u-52 despegaron de aerodromos portugueses y
tambin que algunas tropas de Yage se infiltraron por la raya t Portugal para sorprender a los republicanos por la espalda).

L da 11 de agosto, la columna de Tella


se apoder de Mrida, cortan~el ferrocarril y la carretera de Madrid-Badajaz',
lazo de unin de esta ltima con el resto de
~

Espaa.
Entonces Yage tom las columnas de Castejn y de Asensio -cada columna se compona
de una Bandera del Tercio (800 hombres); UD
Tabor de regulares (600 hombres); una o dos bateras; fuerzas de ingenieros y servicios complementarios; cada columna llevaba detrs
pelotones de requets, falangistas o simplemente voluntarios de derechas que actuaban
como polida poltica en el terreno conquistado- y se dirigi hacia la capital extremea,
donde lleg el 13 de agosto.
Pero el da 12 la ciudad fue bombardeada por
los aires y empezaron las deserciones en masa.
El da 13 Badajoz estaba sin luz elctrica y
rodeada de enemigos por todas partes. Slo
conservaba sus murallas del siglo XVill, defendidas por grupos de milicianos y de soldados.
Por la tarde del da 13, Castejn lanz a sus
hombres contra las murallas de la ciudad. Se
combati en varios sectores: Puerta del Pilar,
Fuerte de la Pardal ara, Puerta de la Trinidad,
por donde atac Asensio, y Cuartel de Menacho. El comandante Alonso y los milicianos
rechazaron con fuego de ametralladoras el
primer asalto. La guardia civil de Badajoz
aprovech la confusin del combate para sublevarse por la espalda. Los tiroteos in ternos
no cesaron en toda la noche.
Al amanecer del da 14, la artilleria rebe lde
abri fuego contra las murallas de Badajoz.
Este intenso bombardeo dur varias horas y
destroz las murallas y las viviendas de los
alrededores. Alvarez del Vaya asegura que el
armamento vena directamente de Portugal
en camiones.
Por la tarde recomenz el asalto por las brechas que haba abierto la artillera. Las tan-

quetas de la columna Asensio forzaron la


Puerta de la Trinidad, derruida por los impactos , y los legionarios se lanzaron de nuevo al
asalto; el fuego de las ametralladoras volvi a
parar de nuevo sus grandes impulsos y a ocasionarles numerosas bajas. A pesar de las
grandes prdidas -127 en el primer momento-, los legionarios de la 16 .- compaa echaron pie en la ciudad y establecieron los primeros escalones para su conquista.
A las cuatro de la tarde, los rebeldes dominaban ya gran parte de la ciudad, pero la lucha
callejera continuaba, y continuar hasta el
anochecer. En la catedral se refugiaron cincuenta milicianos y pelearon hasta quedarse
sin municiones; luego fueron capturados y
ejecutados ante el altar mayor-pese a que se
ha dicho que se suicidaron, la verdad es que
fueron ejecutados a los pies del altar mayor
por los legionarios.
El teniente coronel Yage pudo liberar a 380
prisioneros polticos de derechas, que se encontraban en la crcel sanos y salvos.
Los fascistas han tenido siempre la fea y cobarde costumbre de negar la existencia de sus
crmenes. Con la cada de Badajoz se cometi
una ma tanza feroz que, a pesar de haber sido
reconocida por su promotor el teniente coronel Yage, ha sido siempre considerada como
inexistente y como mera propaganda republicana.
Sin embargo. hubo dos matanzas en Badaio'l.
de gente humilde y nada ha podido justificar
e~te horrendo crimen. Las matanzas de Badajoz parecen ser las ms caprichosas y sanguinarias que se hayan perpetrado en la guerra.
El 14 de agosto de 1936, los hombres del teniente coronel Yage se apoderaron por la
fuerza de Badajoz y, horas ms tarde, el ltimo foco de resistencia de la catedral cay en
poder de los legionarios.
Inmediatamente despus sucedi la primera
matanza. Los moros, sueltos como perros ra-

biosos y armados hasta los dientes, cayeron


sobre la ciudad martirizada y asesinaron alevosamente a todo aquel que se aventuraba a
salir a la calle. Cay mucha gente inocente,
mujeres indefensas, hombres que no haban
combatido, nios y ancianos. Hubo quien muri acuchillado simplemente por llevar un reloj o una cadena de oro que despertaba la
codicia de los mercenarios moros al servicio
del fascismo espaol. En Badajoz se vieron
cadveres con cuchillos clavados hasta la empuadura. Las cifras que puedan avanzarse
pecan d esde su origen , ya que nunca se han

hecho estadsticas de los muertos de Badajoz.


No obstante, se ha hablado de un millar de
muertos en la primera jornada. Y este crimen
10 hicieron los moros y los legionarios.
Algunos oficiales alemanes, al servicio del general Franco, se dieron el gusto de fotografiar
cadveres castrados por los moros, y fue talla
sacudida de espanto que produjeron los cadveres castrados, que el general Franco se vio
en la obligacin de mandar a Yage que cesaran las castraciones y los ritos sexuales con el
enemigo muerto. Sin embargo, en Toledo, mes
y medio despus, tambin encontraremos ca-

. . ..
"

".

. . ,.

dveres castrados, y en cticiembre, en los com


bates alrededor de Madrid, tambin habr cadveres de internacionales castrados por los
moros o los legionarios.
La segunda matanza sucedi cuando Yage
hizo acopio de prisioneros -la mayora civj
les-- que haba recogido por toda la provincia
castigada o que le haba entregado el caba
llera cristiano Antonio de Oliveira Salazar,
sabiendo ste perfectamente que los entregaba a un verdugo.
Hubo tambin un grupo de oficiales rebeldes
que entraron en Portugal -en la ciudad de

. ....
~

Elvas y sus inmediaciones- a buscar refugiados para llevrselos a las trgicas arenas de la
Plaza de Toros de Badajoz, donde pensaban
dar un festival de sangre como no se haba
visto nunca en el mundo. Entre los refugiados
capturados haba tambin numerosos civiles
que no haban participado en los combates
por edad o temperamento y heridos que seran
fusilados en la ignominiosa ceremonia de la
Plaza de Toros.
Las tropas victoriosas amontonaron a los pri
sioneros y. sin establecer responsabilidades o
buscar a los culpables, los ejecutaron . Saca

como I
(B

c.mpo

ban a las vctimas por la puerta de caballos y


los dejaban en el ruedo sin defensas. Las ametralladoras haban sido fijadas en las contrabarreras del toril. Para este espectculo hubo
entradas e invitaciones, a l acudieron seoritos de Andaluca y de Extremadura, terratenientes sedientos de venganza y falangistas de
reciente camisa; tambin acudieron mujeres.
Alli fueron sacrificados milicianos, soldados,
hombres de izquierda, campesinos sin partido, jornaleros, pastores y sospechosos. Las
arenas quedaron rojas y hmedas de sangre.
De nuevo podran ci tarse varias cifras, aunque
siempre pecaran por los mismos motivos que
ya hemos citado ms arriba. El periodista norteamericano J ay Allen, que entr en Badajoz
poco despus, dijo que hubo 1.800 ejecuciones
en las primeras doce horas y oy decir a oficiales rebeldes que haba habido 4.000 ejecuciones en total.
Hugh Thomas, que estudi el caso mas de
veinte aos despus, cree que la cifra de vctimas est ms cerca de 200 que de 2.000. Thomas es el nico que avanza una cifra tan pequea, que ni siquiera Yage se ha atrevido a
reducir.
Csar M. Lorenzo dice que hubo, aproximadamente, mil quinientas ejecuciones. Manuel
Tun de Lara avanza la cifra de mi] doscientos, antes del 15 de agosto. Ricardo Sanz menciona a ms de tres mil antifascistas ejecutados . El filsofo cristiano Jacques Maritain
protest contra el crimen de o:cientos de hombres, y James Cleugh, que simpatizaba con
los rebeldes, dijo que hubo dos mil ejecuciones.
De todos modos, importan menos las cifras
que lo que simbolizan. Doscientos o cuatro
mil, qu importa? -ha pasado tanto tiempo--; lo que realmente cuenta es el hecho de
matar colectivamente a gente indefensa. Este
hecho no pierde su trgico contenido porque
la cifra sea ms o menos reducida.
Por primera vez en la historia de Espaa, un
ejrcito mandado por oficiales y jefes espaa- les entraba en una ciudad espaola y cometa
una carnicera monstruosa, castrando cadveres, apualando heridos y mujeres, ametrallando a gente indefensa en las arenas de la
Plaza de Toros. Y todo eso delante de varios
periodistas extranjeros, que entraron en la
ciudad poco despus que los moros y los legionarios y que divulgaron amplias noticias de
esta hecatombe sin precedentes.
Esta vez los rebeldes se dieron cuenta del poder que ejerca la prensa en la opinin pblica,
y fue entonces cuando decidieron atajar el mal
que ellos mismos haban engendrado con su
barbarie.

El p.rlodlata John T. Whltaker l. pr ntO Inla VagCil '1 la pragl.lnlO


!ti ere verded qua hablen .Ido In~o. ,...rlo. mU d. p.tIO"' V el t.nl.nte coron.' Vaga. reepo"dlo lonrl.ndo: .Naturai
",."te que loe hemo, matado. Out ,uponla u,ted? It. ,'lavar
4.000 Pflalonero. rojo. con mI ca!.... "" "n/ando que avanzlf conIn r.lol? O lb, a dejarlo, .n mi rat,guardla pe,. qua aadajoz
tuera rojo oh.. ve,z?. (En ta 1010, el .nlonc., 'anlenla coronel
Vaga., po,I.,lorme"l. aacendldo" .n.ral, qua '.ga,I. a I.r
nombrado mlnlllro dal Aira por Franco).

En Badajoz entraron, por lo menos, cinco periodistas: Jacques Berthet, de Le Temps; Mario Neves, del Diario de Lisboa; otro francs
llamado Marcel Dany, de la Agencia Havas; el
norteamericano John T. Whitaker, del New
York Herald Trlbune; el fotgrafo y eamergrafo francs Ren Bru y, poco ms tarde, Jay
Allen , del Chicago Tribune y deJ News Chronicle. Tambin logr entrar un corresponsal
de la United Press, que no ha sido todava
identificado. Todos ellos hablaron de las matanzas de Badajoz.
El domingo 16 de agosto, Le Populatre y Le
Temps, en primera plana, y Le FIgaro y
Parls-Solr, en la pgina tres, anunciaron los
sucesos de Badajoz.
.LOS FASCISTAS ASESINAN A LA POBLACION DE BADAJOZII era el ttulo de Le
PopulaJre, que posea la informacin del en-

viada de la Agencia Havas. y en su comunicado se pueden leer cosas como stas: La sangre corre por las aceras, Los legionarios y los
moros continan ejecutando en masa, Barrios enteros estn en llamas y el nmero de
vctimas, mujeres, nios y ancianos es innumerable. En los pueblos de los alrededores las tropas
han pasa.do por las armas a todos los que eran
fieles al Gobierno, Estn teniendo lugar ejecuciones n masall. Los cadveres cubren el sue[o, En la plaza del Ayuntamiento yacen los
partidarios del Gobierno que fueron ejecutados
contra el muro de la catedral, La sangre corre
por las aceras. Por todas partes se encuentran
charcos coagulados.
J acques Berthet escriba para Le Temps delt6
de agosto: S~ mata por las calles, ejecuciones en masa, imgenes de un horror sombro, 111 numerosas ejecuciones han tenido lugar
en el campo de donJuan.
En Le Flgaro apareci la crnica detallada del
enviado de la Agencia Havas: Los tnedios militares,.,Crebeldes) estiman que varios centenares de gubernamentales han sido fusilados,
Alrededor de mil han sido hechos prisioneros.
Las autoridades insurgentes examinan actualmente sus casos .
Le Populalre del lunes 17 de agosto titulaba en
primera plana: Mil micianos han sido fusilados en Badajoz por los fascistas, Ese mismo
lunes 17, Le Temps publicaba una crnica de
J acques Berthet, en la que ste daba detalles
de la lucha y de la represin en Badajoz: En
estos momentos ---escriba el 1S de agosto a las
22,30- alrededor de mil doscientas personas
han sido fu.siladas (, ..) Hemos visto las aceras de
la Comandancia Militar empapadas de sangre
(. .. ) Los arrestos y las ejecuciones en masa continan en la Plaza de Toros. Las calles de la
ciudad estn acribilladas de balas, cubiertas de
vidrios, de tejas y de cadveres abandonados,
Slo en la calle de San Juan hay trescientos
cuerpos (...)>>.
El teniente coronel Yage, comandante en jefe
de las tropas que operaban en el sector de
Badajoz, declaraba satisfecho al representante de Le Temps:
Es una esplndida victoria. Antes de avanzar de
nuevo, y ayudados por los falangistas, vamos a
acabar de limpiar Extremadura.
El rua 17 escriba Henri Danjou para Parts~
Solr:

IIILas fLierzas del Tercio hacan blanco sobre los


cadveres. Haba varios centenares, a los cuales
se empezaba ya a dar sepultura.
Le Populalre publicaba, el martes 18, La siguiente noticia:
El nmero depersonasejecutadas sobrepasa ya
los mil quinientos.

La noticia proceda de la ciudad de Elvas, y


deca as:
({Elvas, 17 de agosto. Durante toda la tarde de
ayer y toda la maana de hoy continan las
ejecuciones en masa en Badajoz, Se estima que
el nmero de personas ejecutadas sobrepasa ya
los mil quinientos. Entre las vctimas excepcionales figuran varios oficiales que defendieron la
ciudad contra la entrada de los rebeldes: el coronel Cantero, el comandante Alonso, el capitn
Almendro, el teniente Vega y un cierto nmero de
suboficiales y soldados. Al mismo tiempo, y por
decenas, han sido fusilados los civiles cerca de
las arenas.'
Ese mismo da 17, Jacques Berthet escriba
para Le Temps del martes da 18:
Los arrestos y las ejecuciones en masa contiman ( ... ) Est prohibida la circulacin despus
de las 21 horas,>,
Berthet tam bin contaba que las mujeres hacan cola para indagar por el destino de sus
padres, maridos y hermanos, y que los servicios municipales lavaban las numerosas manchas de sangre del asfalto.
y el martes 18 de agosto publicaba Frant;ois
Mauriac, de la Academia francesa, en la primera plana de Le Figaro, su famoso artculo
sobre Badajoz,
No quedaba ya la menor duda de que en Badajoz haba ocurrido una matanza despiadada
en dos turnos .
.
El caso de Mario Neves y del Diario de Lisboa
merece rengln aparte.
Mario Neves, como su diario y su Gobierno, era
favorable al alzamiento y el peridico estaba
sometido a la censura del Gobierno portugus,
que participaba activamente en la guerra civil
espaola. El sbado 15 de agosto, Mario Neves
escriba: ({Escenas de horror y desolacin en la
ciudad conquistada por los rebeldes,Acabo de
presenciar un espectculo de desolacin y de
espanto que no se apagar de mis ojos, IIIJunto a
las paredes tk la Comandancia Militar, la calle
est salpicada de sangre, En las arenas se ven
algunos cadveres, IIIEn la nave central (de la
catedral) dos cadveres aguardan todava la sepultura, .. Le preguntamos (a Yage) si haba
muchos prisioneros. Nos responde que si (...).
- y {ust!amlentos ... decimos nosotros. Parece
ser que ha habido dos mil...
El comandante (sic) Yage (... ), sorprendido con
la pregunta, declara:
-No deben ser tantos (... J.
Estas notas redactadas nerviosamente (.. ,) no
conseguirn dar una plida idea del espectculo
de desolacin y de horror que han visto mis ojos
l ... ).
Un gran silencio envuelve a toda la ciudad, que
acaba de despertarse de una pesadilla tremenda,

El domingo 16 de agosto, Mario Neves publicaba otro artculo en el Diario de Lisboa:


"La justicia militar prosigue CQn inflexible rigor ... Desde ayer centenares de personas han
perdido la vida en la capital extreme.a. Y no ha
habido tiempo para darles sepultura, .. En este
pas se nota ahora una atmsfera de desconfianza, .. Se afirmaba en Elvas, ayer, que la Plaza de
Toros ha sido transformada ahora en prisin, y
que estn teniendo lugar numerosos fusilamientos, .. Despus de algunas dificultades, conseguimos entrar en la arena. Algunas decenas de
presos aguardan que les den destino. Pero la
plaza no tiene aspecto diferente del que observamos ayer, lo que nos hace suponer que el rumor no tiene fundamento, .En el patio prximo a las caballeras (del cuartel de la Bomba)
se ven muchos cadveres causados por la
inflexible justicia militar, .Pasamos luego por
el foso de la ciudad que est con montones de
cadveres: son 10$ fusilados de esta maana,
En las calles principales ya no se ven hoy. como
se vieron ayer, a primeras horas de la maana,
cadveres insepultos. Nos afirman varias pers~
nas que nos acompa;ian que los legionarios del
Tercio y los marroqu{es .regulares encargados
de eject.aar las decisiones militares deseaban
conservar durante algu~las horas los cadveres
en exposicin, en talo cual punto, para que el
e;emplo produzca sus efectos.
y Mario Neves, pese a ser un gran periodista,
era favorable a los rebeldes, como favorable a
los rebeldes era todo el Portugal oficial. Sin
embargo, con lo que l nos dice ya podemos
figurarnos que hubo una gran matanza -la
del 14-15 de agosto-, aunque Neves no concede crdito a la matanza de la Plaza de Toros,
pero nos dice que haba decenas de prisioneros
agrupados en espera de destino. Su destino
ser la ejecucin en las arenas de la Plaza de
Toros poco despus, cuando Mario Neves no
est ya en Badajoz.
El fotgrafo francs Ren Bru fue detenido por
haber filmado los cadveres que yacan por las
calles y los prisioneros que ingresaban en
masa en la Plaza de Toros, y pas varias semanas en la prisin de Sevilla. Luego, Ren Bru
fue liberado y expulsado de la zona rebelde,
pero sus pelculas y sus fotos se quedaron en
poder de los rebeldes. Dnde estn ahora esos
documentos, tan tiles para ensear al mundo
10 que fue la barbarie franquista?
John T. Whitaker y el corresponsal de la United Press comunicaron que las ejecuciones
eran numerossimas.
Por ltimo , el 30 de agosto apareci en e! eh!cago Trlbune el famoso artculo de Jay Allen ,
que relataba en un estilo crudo y apasionado

10

lo que ya no era un secreto para nadie: las


matanzas de Badajoz. AlIen entr en la ciudad
poco despuS de su cada, pero conoca bien
Badajoz y hablaba castellano correctamente.
Los alzados, s9rprendidos por el eco de los
artculos, se apresuraron a buscar a los responsables. Mario Neves tuvo que retractarse y
neg la existencia de las matanzas que, pocos
das antes, le haban llenado de .desolacin y
horror. La Agencia Havas afirm que un corresponsal suyo, cuyo nombre guardaba en el
anonimato para protegerle ~ra Marcel Dany- haba visitado Badajoz, inmediatamente
despus de su cada.
La United Press tuvo que hacer frente a un
engorroso problema. El comunicado se haba
publicado con la firma de Reynolds Packard, y
Packard fue molestado por las autoridades rebeldes. Packard neg haber enviado ningn
escri to o comunicado sobre las matanzas de
Badajoz, y neg tambin haber entrado en
Badajoz cuando la ciudad fue tomada por Yage o cuando sucedieron las ejecuciones. La
United Press neg oficialmente que Reynolds
Packard hubiese escrito el comunicado, pero
no desminti nunca su contenido.
El comandante McNei1l-Moss arm mucho
ruido, en su da, buscando agencias y comunicados que testimoniaran de las matanzas de
Badajaz. A l se encomiendan, entre otros,
Brasillach y Bardeche para negar la autenticidad de los hechos.
Para el estudio del personaje McNeill-Moss
habr que remitirse al historiador norteamericano Herbert Rutledge Southworth, que nos
ha evitado la molestia de estudiarlo, hacindolo l de un modo insuperable.
McNeill-Moss haba ledo las tres crnicas
principales de las matanzas: las de los periodistas franceses Jacques Berthet y Maree!
Dany y la de Mario Neves . Como la del portugus, por sus gustos y la censura de su pas, no
coincide con la de los franceses -aunque
coinciden en muchos puntos-, el comandante
McNeilJ-Moss asegura que los franceses mentfan.
En lo que se refiere al artculo que llevaba la
firma de Reynolds Packard, y que fue divulgado por United Press, ya hemos dicho que la
agencia y Packard negaron que ste se encontrara en Badajoz, pero la United Press no dijo
nunca que el artculo fuese un embuste y defendi su contenido. Habra que saber quin lo
escribi, ya que su co ntenido est respaldado
por la prestigiosa agencia de noticias, y es
difcil creer que la agencia divulgara noticias
de tal importancia sin saber su procedencia.
A pesar de todo esto, que sigue militando en
favor de la existencia de las ejecuciones, est el

artculo de Jay ABen; lo que ha escrito John T.


Whitaker; lo que ha publicado Arthur Koes- .
tler, que estudi el asunto; la investigacin
que hizo Hugh Thomas, veintitrs aos despus, y la investigacin que yo he hecho cuarenta aos despus.
Para tenninar el asunto, quisiera sealar la
opinin de Zugazagoitia, que saba todo lo que
habia ocurrido por las confesiones de varios
refugiados y del coronel Puigdengolas, pero
que no puede creer que sea la obra del teniente
coronel Yage. Zugazagoitia dice:

A la rendicin de los republicanos sigui una


represalia colectiva de la que se hizo persmzalmenle responsable, no s bien con qu fundamento, al general Yage (entonces era slo teniente coronel) (. ..) Dudo mucho, conociendo la
posicin poltica de Yage, que le alcance responsabilidad en semejante carnicera humana.
Ella pudo haber sido la obra de la exclusiva
inicialiva de algunos jefes de la guardia civil
que, derrotados por los republicanos y perdonadas sus vidas, se dedicaron a madurar un odio
monstruoso que haba de fructificar en las matanzas del coso taurino f. .. ) Y Yage, de quien yo
no sospecho culpa, debera ayudar al esclarecimiento de un cr'men que se encarniz con hombres que, ao tras ao, nos haban dado a todos
el trigo para nuestro pan (1).
Pero el teniente coronel -y ms tarde general- Yage ha respondido personalmente
ante la Hjstoria por lo menos dos veces de la
gran responsabilidad que le incumbe. La primera, ya lo hemos visto, fue cuando Mario
Neves le pregunt si haba habido dos mil
ejecuciones y dijo que no crea que fueran tantas. La segunda fue cuando el periodista John
T. Whitaker, alarmado por lo que le contaba
su colega y amigo Jay AJlen, se present ante
Yage y le pregunt si era verdad que haban
sido asesinados varios miles de personas. Y el
teniente coronel Yage respondi sonriendo:
Naturalmente que los hemos matado. Qu suponia usted? Iba a llevar 4.000 prisioneros rojos con mi columna, teniendo que avanzar contra reloj? iD iba a dejarlos en nH retaguardia
para que Badajoz fuera rojo otra vez? (2).
La declaracin d e Yage es perfectamente vlida. Las tropas rebeldes se movan en un territorio donde no gozaban de simpatas, y si
(1 ) Julin ZugaVlgoiria, Guerra y vicisitudes de los espaole" Librera espaola, Pars, 1968, dos volmenes, lomo 1,
p. 124-125.
(2) John T. Whitaker, We canDot escape hlstory,Macmillan,
New York, 1943, p . J 13. Citado e~1 H. R. Southworth, El mUo
de la cruzada de Franco,Ruedo Ibrico, Paris, 1963, p.123.
Tambin para lOe5e.ncial,John T. Whitalmr, Prelude to world
war. ForeJgn relatkml, octubre 1942. Citado por los C01l1Unis la s, Guerra y Revolucin en Elpana, Ediciones Progreso,
Moseu., to m o / , p . 290.

queran moverse con seguridad, tenan que


cometer genocidios peridicamente.
Pero confesar pblicamente estas matanzas,
siendo como l era el militar al mando de la
tTopa y el responsable de las operaciones, es
tambin confesar su propia responsabilidad.
Siento estar en desacuerdo con Zugazagoitia,
mxime a propsito de Juan Yage, que fue el
mili tar ms prestigioso y el que ms hondamente sinti la tragedia espaola de todos los
alzados: pero si no era Yage, entonces quin
era? Resulta muy difcil creer que los guardias
civiles se hicieron dueos de la Plaza de Toros
y asesinaron a tanta gente sin contar con la
aprobacin del teniente coronel Yage.
Es ms fcil repetir con Luis Quintanilla, y
con el mismo Yage, que las matanzas de Badajoz tienen un responsable y que ese responsable se llama Juan Yage . R. T.

M"lo N''''a, eoue.pon ' de ~el ~iario de Ll.boa~, .,cllb'l ,115


de agoalo de 1936; _Eacena' de honol ~ delol.eln an la dudad
eonqul,lada por lo, ,abalda .... Aeabo .da Pla.anelar un a'pael'culo da .aolacln y da a.p.nlo qua no aa .paga d. mi. oJo . ,.
Junto. la. palad de la Comandancia MIMI.r la calla aa" aapl
cada de .. ngr ... En , "ana. _ ..." aig\U\oacadi'l."_. En la
na"a e.ntral (da la C, c:W.I) do, .ud''''r gu.rdan toct."... l.
.. pultura,~ Un gran .Ilanclo anvuat.-a alada" eludad qua lIeab.
d. daaperlar. de un. peaaclll1a tramancla. ..". (Canea de e.d.joz,
en la actualidad).

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