Habeas Corpus Correctivo
Habeas Corpus Correctivo
Habeas Corpus Correctivo
Edicin
1.- INTRODUCION.
1.1. Al leer el texto literario citado la mente nos trasporta fcilmente al lugar terreno
que ms se parece al infierno: la crcel. Sitio donde impera a plenitud tal
discrecionalidad administrativa de hecho que parece zona franca en la que no rige la
racionalidad de los actos de la administracin impuesta por el principio republicano de
gobierno (Constitucin Poltica de la Repblica art. 1) en otras palabras, las crceles
gozan de un beneficio territorial de vacatio legis ad infinitum, porque en sus predios la
ley no rige, si acaso regir algn da.
1.2. El habeas corpus 2 como garanta constitucional tiene como nico objetivo
remediar la ilegitimidad de la privacin de la libertad del recluso: expresin del estado
de polica latente que todo estado lleva dentro de s y que se trata de contener con el
estado de derecho 3 .
1.3. Los casos en que se viabiliza el habeas corpus en nuestro rgimen legal son los
siguientes:
a) Si el detenido no fuere presentado al alcalde a la hora sealada.
b) Si no se exhibiere la orden.
c) Si la boleta no rene los requisitos legales.
d) Por vicios de procedimiento en la detencin4 .
e) Si del expediente aparecieren pruebas que den fundamento al recurso.
f) Si la
detencin,
procesamiento
o
prisin infringe preceptos
5
constitucionales o legales.
1.4. Acreditados uno o ms de estos supuestos nuestra normativa constitucional y legal
concibe los siguientes remedios jurdicos:
1. La inmediata libertad del procesado;
2. La orden de que se subsanen los efectos legales, si el recurso se contrae a
reclamar vicios de procedimiento o de investigacin; y,
3. La orden de que se ponga al recurrente a disposicin de los jueces propios, si
la denuncia alude a la competencia o el estudio del caso lo llevare a esta
conclusin.
1.5. Sin embargo, queda la duda si son los supuestos sealados los nicos casos de
privaciones de libertad ilegtimas, si son los remedios referidos las nicas respuestas
vlidas que el derecho puede y debe proporcionar a los ciudadanos y, en consecuencia,
si los presos son seres humanos sin libertad y sin derechos.
1.6. Para tratar de llegar a la respuesta adecuada debemos pasar revista a las finalidades
normativas de la ejecucin penal, al principio de legalidad en la ejecucin penal, a los
derechos fundamentales y penitenciarios de los reclusos reconocidos en la CPR, en los
tratados internacionales vigentes y en la ley, al derecho al debido trato en prisin, a las
clasificaciones doctrinales del habeas corpus y a los lmites del habeas corpus en
nuestro ordenamiento jurdico.
2.- FINALIDADES NORMATIVAS DE LA EJECUCIN PENAL.
en las paredes de las crceles est escrito con carbn,
los buenos se hacen malos y los malos salen peor.
Concepcin Arenal.
4 La palabra detencin en este numeral de la LRM, as como en el art. 24 num. 4 de la CPR, no solo se refieren a la detencin como medida cautelar
preprocesal o a la detencin en firme como medida cautelar procesal sino a toda privacin de libertad. Este numeral se refiere claramente a la
violacin del art. 24 num. 4 de la CPR, as como a la trasgresin de los artculos 164 a 166, 167, 168 y 173-A del Cdigo de Procedimiento Penal.
5 A pesar de que parecera que se abre el espectro de anlisis respecto de la ilegitimidad de la privacin de libertad para el funcionario encargado de
resolver el habeas corpus, a lo mximo que se ha llegado es a verificar si:
a)
Si no ha sido liberado a pesar del cumplimiento de los plazos del art. 24 num. 8 CPR (siempre que no haya sido sustituida la
prisin preventiva por la detencin en firme); y,
b)
Si se cumplen los plazos previstos en los artculos agregados despus del art. 114 CP.
Asimismo, para quienes ya se encuentran condenados el habeas corpus es viable en los siguientes casos:
a) Cuando cumpliendo la condena, el delito ha sido derogado por una ley posterior.
b) Si una ley posterior reduce la pena, habindose ya cumplido la condena que le toca proporcionalmente.
c) Para los internos que se hubieren acogido a las rebajas de penas establecidas en el Cdigo de Ejecucin de Penas, y que no hubieren
obtenida la boleta de excarcelacin.
derechos humanos del recluso, entre otras; pero la conclusin es la misma, ninguna de
las finalidades normativas de la ejecucin penal son alcanzadas por el sistema
penitenciario ecuatoriano 13 .
3. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD EN LA EJECUCIN PENAL.
la menor incertidumbre es siempre penosa,
an en las cosas ms pequeas,
y cuando puede ser evitada fcilmente
es mejor hacerlo inmediatamente
Franz KAFKA. El Proceso.
3.1. Cuando nuestra CPR seala en su art. 24 num. 1 que Nadie podr ser juzgado por
un acto u omisin que al momento de cometerse no est legalmente tipificado como
infraccin penal, administrativa o de otra naturaleza, ni se le aplicar una sancin no
prevista en la Constitucin o la ley, consagra el principio de legalidad, el mismo que
tiene una funcin decisiva en la garanta de la libertad y que exige que tanto el delito
como la pena estn determinados previamente en la ley.
Para MANZANARES SAMANIEGO el principio de legalidad encierra cuatro
garantas: criminal, penal, jurisdiccional y de ejecucin. De las cuatro garantas seala
el autor espaol- solo las tres primeras han sido respetadas ms o menos
escrupulosamente. La garanta de ejecucin se nos muestra como la Cenicienta. Parece
que quienes se ocupan de la justicia (jueces, fiscales y defensores) agotaran sus
energas y preocupaciones en la tarea de llegar a una sentencia. Despus suele
campear el olvido y hasta el desprecio para la etapa del cumplimiento de aquella.
Comnmente es la autoridad administrativa la que individualiza, le imprime contenido
y reduce en cuanto a intensidad y duracin- la pena impuesta por la sentencia
condenatoria. De esta manera, los tribunales imponen penas previstas en la ley, pero
estas se cumplen extramuros de la legalidad. Son penas en blanco, entregadas a la
Administracin para que estas se las llene de contenido y se adjudique tan importante
individualizacin final. 14
3.2. Por ahora, nos interesa analizar hasta donde abarca el mbito de determinacin de
la pena que el principio de legalidad proclama. La determinacin de la pena por parte
del principio de legalidad no termina con la especificacin del quantam punitivo, es
decir, del mnimo y del mximo de la pena, sino que adems las penas deben
ejecutarse del modo previsto en las normas vigentes antes de la comisin del hecho
ilcito que justifica su condena 15 , esto es, el rgimen legal de las condiciones de
cumplimiento de las penas, por ende, la determinacin de la pena que el principio de
legalidad realiza no solo es cuantitativa sino tambin cualitativa. Esa es la verdadera
extensin de la mxima nullum poena sine lege.
3.3. Un claro reconocimiento de nuestra Corte Suprema de Justicia a la vigencia del
principio de legalidad durante la fase de la ejecucin penal lo constituye la resolucin
13 Y si en alguna ocasin se consiguiere la reforma del penado, la misma sociedad se encarga de empujarlo nuevamente al delito, cuando lo margina y
discrimina por haber sido huesped del sistema carcelario.
14 MANZANARES SAMANIEGO, J. L., Lecciones de Derecho Penitenciario, Universidad de Alcal de Henares, 1989, p. 180/1. Citado por RIOS,
Ramn Teodoro, La Ejecucin de la Pena en Determinacin Judicial de la Pena, Editores del Puerto, Buenos Aires, 1993, p. 128/9.
15 RIVERA BEIRAS, Iaki / SALT, Marcos Gabriel. Los derechos fundamentales de los reclusos. Editores del Puerto, Buenos Aires, 1999, p. 201.
3.5. En resumen, si, por un lado, el juez al dictar sentencia est atado a la ley, por otro,
la administracin penitenciaria al ejecutar la condena est atada a la sentencia y no
puede afectar ms derechos que los referidos en la sentencia sin quebrantar el principio
de legalidad y sin tornar en ilegtima a la privacin de libertad.
4.- LOS DERECHOS FUNDAMENTALES DE LOS RECLUSOS.
4.1. Tal vez el problema ms grande de este tpico radique en el reconocimiento real a
los recluidos de la calidad de sujetos de derechos, y decimos real porque en el
ordenamiento jurdico el reconocimiento existe, pero en el mbito prctico, para las
autoridades solo son problema mientras duren los paros carcelarios, y para la
16 Citado por RIVERA BEIRAS, Iaki / SALT, Marcos Gabriel. ob. cit. p. 179.
17 Idem.
Derecho a la vida. (CPR art. 23 numeral 1; CIDH art. 4; PIDCP art. 6.)
Derecho a la integridad fsica y moral. (CPR art. 23 numeral 2; CIDH art. 5.1)
Derecho a no ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. (CPR art. 23 numeral 2; CIDH art. 5.2; PIDCP art. 7; RMTR 31)
Derecho a ser tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad
inherente al ser humano (PIDCP art. 10.1)
Derecho a que la pena no trascienda la persona del delincuente (CIDH art.
5.3) 19
Derecho a la igualdad ante la ley (CPR art. 23 numeral 3; CIDH art. 24; PIDCP
art. 26; RMTR 6.1) 20
18 Como lo ensea Luis Paulino Mora-Mora: Nos preocupamos constantemente por el nmero siempre creciente de muertos en las carreteras, pero
las ocurridas en los Centros Penitenciarios si acaso sirven para llevar las estadsticas del caso, respecto de ellas no estamos dispuestos a hacer el
esfuerzo que demanda tener centros penitenciarios respetuosos de los derechos humanos. Quienes ah se encuentran detenidos, ser por alguna razn,
decimos repetidamente a efecto de acallar nuestra conciencia cuando se nos reprocha colectivamente el estado de las crceles. Mora-Mora, Luis
Paulino: El Habeas Corpus como proteccin a la Libertad Ambulatoria, en La Sala Constitucional -- Homenaje en su X Aniversario, Universidad
Autnoma de Centro Amrica, pp [4980], ISBN 997763, Febrero 2000. http://www.uaca.ac.cr/2000/salaiv/lpmora.htm
19 A pesar de no ser parte del tema en anlisis, vale sealar algunos de los efectos del encarcelamiento en la estructura y funcionamiento familiar del
recluso:
- Efectos sociales: a los familiares cercanos del reo comnmente se los identifica como madre/padre/esposa/hijo/hija/hermano/hermana de preso.
Sufriendo un etiquetamiento igual al del pariente recluido que deriva en una discriminacin social de la familia. Los contactos sociales escasean y los
amigos, vecinos, compaeros de trabajo y hasta algunos familiares se apartan de la familia. Sin perjuicio, de tener que lidiar con los sentimientos de
verguenza y el odio de la vctima y de sus familiares, todo lo que produce un intenso sufrimiento psquico y moral.
- Efectos econmicos y laborales: a pesar de que el perfil econmico y laboral de los que son encarcelados, antes de ingresar a prisin son precarios
estadsticas de Estados Unidos, Espaa, Francia y Brasil, demuestran que la poblacin carcelaria mayoritariamente est constituida por desempleados y
subempleados- no se puede negar que de alguna forma ayudaban al sustento familiar as sea mediante el comercio informal. Con el apresamiento del
pariente esa ayuda econmico desaparece empeorando el cuadro de empobrecimiento familiar. A lo cual debe sumarse que aproximadamente la mitad
de los cnyuges de los reclusos no tienen un trabajo fijo y el 40% de sus hijos no tienen actividad escolar o laboral continua, quienes confiaban
nicamente en los ingresos del pariente que ahora est preso y no puede trabajar. Situacin que lanza al resto de la familia a buscar trabajo, pero cuyas
oportunidades son bajas por el efecto social referido de etiquetamiento que sufen por ser pariente de un preso.
- Efectos afectivos:
a.- primer momento: despues del encarcelamiento, sensacin de perdida, de ausencia de familiar encarcelado.
b.- segundo momento: adapatacin a la sensacin de perdida, adaptacin a la vida separada.
c.- tercer momento: privacin de vida sexual del cnyuge en libertad.
d.- como consecuencia de la anterior: posibilidad de abstinencia, infidelidad o ruptura del vnculo matrimonial.
e.- los hijos se ven obligados a desenvolverse en ausencia de uno de los progenitores, afectando su proceso de socializacin y de aprendizaje
emocional.
Cfr. FERREIRA, Fbio Flix. Efeitos de Encarceramento na estrutura familiar do encarcerado. XVI Congreso Latinoamericano VIII Iberoamericano
y I Nacional de Derecho Penal y Criminologa. p. 967 y ss.
20 Vale la pena resaltar los comentarios de BOVINO al respecto: Si bien se supone que todos somos iguales ante la ley, lo cierto es que algunos son
ms iguales que otros. Quienes son encarcelados, regularmente, carecen de posibilidades para instalar un debate pblico sobre las injusticias que sufren
cotidianamente. Tal como sealan los criminlogos, la crcel termina de marginar a quienes ya haban sido marginados fuera de ella. De all que la
proteccin de los derechos de estas personas no interese especialmente ni a los operadores de la justicia penal, ni al resto de los actores sociales.
BOVINO, Alberto. El Control Judicial de la Privacin de Libertad y Derechos Humanos en Revista Jurdica 2004/17 de la Facultad de Jurisprudencia
y Ciencias Sociales y Polticas de la Universidad Catlica de Santiago de Guayaquil, p. 90.
Derecho a la salud integral dentro del centro carcelario (CRP art. 208 2do.
inciso; CEP art. 22 num. 1 d), num. 2 d), num. 3 d); RMTR 24-26).
Derecho a que los locales de habitacin, de recreacin, de trabajo, de
instalaciones sanitarias, de bao y de ducha satisfagan las exigencias mnimas
que la salud y la higiene de los reclusos requieran segn la estacin y la regin
geogrfica del dentro de detencin (RMTR 9 al 14).
Derecho a contar con agua y los artculos de aseo indispensables para su salud
y limpieza, as como los medios para el cuidado del cabello y de la barba de los
mismos (RMTR 15-16).
21 BUENO ARS, Francisco. Derechos de los internos, en Comentarios a la legislacin penal, Ed. Edersa, Madrid, 1986.
5.2.2. Entre los procesados tenemos los procesados a delitos sancionados con penas de
prisin y los procesados a delitos sancionados con penas de reclusin.
5.2.2.1. Derechos comunes de los procesados recluidos son:
Derecho a ser separados de los condenados (CPR art. 208 3ro. y 4to. inciso;
CIDH art. 5.4; PIDCP art. 10. 2.a; RMTR art. 8.b)
Derecho a ser juzgado en un plazo razonable (CPR art. 24 num. 8; CIDH art.
7.5 y 8.1; PIDCP art. 9.3)
Derecho a ser sometido a un tratamiento distinto del de los condenados,
adecuado a su condicin de personas no condenadas (CIDH art. 5.4; PIDCP
art. 10. 2.a)
Derecho a ejercer sus derechos polticos: elegir y ser elegidos en procesos
electorales, a votar en consultas populares y en procesos de revocatorias de
mandatos, etc. (CPR art. 26; 28 num. 2; CIDH art. 23 num. 2; PIDCP art. 25;
LE art. 6 num. 3 y 4)
5.2.2.2. Derechos exclusivos de los procesados por delitos sancionados con pena de
prisin:
5.2.2.3. Derechos exclusivos de los procesados por delitos sancionados con pena de
reclusin:
5.2.3. Entre los condenados tenemos los condenados a delitos sancionados con penas de
prisin y los condenados a delitos sancionados con penas de reclusin.
5.2.3.1. Como derechos comunes de los dos tipos de condenados podemos anotar los
siguientes:
22 El producto del trabajo de los internos no podr ser materia de embargo, secuestro o retencin, salvo para el pago de alimentos forzosos.
10
23 Para el caso de los dbiles y enfermos su derecho est sometido al criterio jurisdiccional por cuanto no es obligatorio sino potestativo de los jueces
penales segn el ltimo inciso del art. 57 CP.
24 BOVINO, Alberto. El Control Judicial de la Privacin de Libertad y Derechos Humanos. Ob. Cit. p. 89.
25 Reconocido por los siguientes instrumentos internacionales:
* Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
Artculo XXV.
11
derecho al debido proceso del imputado / acusado, del mismo modo para privar (y
mantener privada) a una persona de su libertad ambulatoria, se deben cumplir ciertos
requisitos sobre los casos y las formas en que procede dicha afectacin relativas al trato
y a la humanidad de las mismas.
6.3. Proveer las condiciones mnimas para el respeto y vigencia del derecho al debido
trato en prisin es una obligacin del Estado. Pero, cules son los efectos en caso de
incumplimiento de esta obligacin por parte del Estado? Ante el incumplimiento estatal
la privacin de libertad se vuelve ilegtima, en dicho momento, el sistema jurdico debe
prever instituciones que permitan hacer cesar el estado de ilegitimidad inconstitucional.
7.- CLASIFICACIONES DOCTRINALES DEL HABEAS CORPUS.
7.1. Cuando se busca un recurso rpido y efectivo ante una afectacin del derecho a la
libertad ambulatoria, el ordenamiento jurdico provee la institucin del habeas corpus;
reconocido a ms de por los cuerpos normativos domsticos, en los siguientes
convenios internacionales: en los artculos 25 num. 1 26 y 7 num. 6 27 de la Convencin
Interamericana de Derechos Humanos, art. XVIII 28 de la Declaracin Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre y en los artculos 2 num. 3 lit. a)29 y 9 inciso 4to. 30 del
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Polticos.
7.2. Revisemos las distintas clasificaciones doctrinales de esta institucin, a saber:
7.2.1. Hbeas Corpus Reparador. Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene derecho a que el juez verifique sin demora la legalidad de la medida y a ser juzgado sin
dilacin injustificada, o, de lo contrario, a ser puesto en libertad. Tiene derecho tambin a un tratamiento humano durante la privacin de su libertad.
* Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos.
Art. 10.1. Toda persona privada de libertad ser tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano. ...
* Convencin Interamericana de Derechos Humanos.
Art. 5.- Derecho a la Integridad Personal
2. ... Toda persona privada de libertad ser tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.
26 Art. 25.- Proteccin Judicial.
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rpido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes,
que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitucin, la ley o la presente Convencin, an
cuando tal violacin sea cometida por personas que acten en ejercicio de sus funciones oficiales. ...
27 Art. 7.- Derecho a la Libertad Personal ...
6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que ste decida, sin demora, sobre
la legalidad de su arresto o detencin y ordene su libertad si el arresto o la detencin fueran ilegales. En los Estados Partes cuyas leyes
preven que toda persona que se viera amenazada de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal competente a fin
de que ste decida sobre la legalidad de tal amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido. Los recursos podrn interponerse
por si o por otra persona.
28 Artculo XVIII. Derecho de justicia
Toda persona puede concurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos. Asimismo debe disponer de un procedimiento sencillo y breve por el cual
la justicia lo ampare contra actos de la autoridad que violen, en perjuicio suyo, alguno de los derechos fundamentales consagrados constitucionalmente.
29 Art. 2.- ...
3. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar que:
a) Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto hayan sido violados podr interponer un
recurso efectivo, an cuando tal violacin hubiera sido sometida por personas que actuaban en ejercicio de sus funciones
oficiales; ...
30 Art. 9.- ...
4. Toda persona que sea privada de libertad en virtud de detencin o prisin tendr derecho a recurrir ante un tribunal, a fin de que ste
decida a la brevedad posible sobre la legalidad de su prisin y ordene su libertad si la prisin fuera ilegal. ...
12
13
8.2. Es as que, como se dijo al inicio de este trabajo, los nicos remedios jurdicos que
el habeas corpus puede brindar en el Ecuador son los siguientes:
1. La inmediata libertad del procesado;
2. La orden de que se subsanen los efectos legales, si el recurso se contrae a
reclamar vicios de procedimiento o de investigacin; y,
3. La orden de que se ponga al recurrente a disposicin de los jueces propios,
si la denuncia alude a la competencia o el estudio del caso lo llevare a esta
conclusin.
8.3. Habiendo identificado los derechos fundamentales y penitenciarios de los reclusos,
claramente se puede colegir que los referidos remedios son insuficientes para garantizar
el respeto de dichos derechos.
9.- HABEAS CORPUS CORRECTIVO.
9.1. El Habeas Corpus Correctivo no busca la libertad del procesado sino corregir la
agravacin ilegtima de las condiciones de encierro de los reclusos. Es innegable que en
la prctica el tema se ceir a lo que la autoridad entienda por agravacin ilegtima de
las condiciones de encierro. Sin embargo, ser el desarrollo jurisprudencial del
Tribunal Constitucional el que delimite tanto el alcance de los derechos de los reclusos
como el mbito de intervencin de la institucin en el sistema penitenciario.
9.2. El trmite debe revistar caractersticas de sencillez, con pocas formalidades 31 , con
fcil acceso a la autoridad 32 y de respuesta rpida. Pudiendo ser presentada por
cualquier persona, en cualquier momento, de forma oral o escrita. En primer momento
se debe resolver sobre la admisibilidad del hecho denunciado para constituir una
agravacin ilegtima de las condiciones de encierro; en caso de considerarse
incompetente, deber remitir en consulta inmediatamente el trmite al Tribunal
Constitucional.
Admitida la causa al trmite, se ordenar a la autoridad que le presente al recluso e
informe sobre el hecho denunciado en una audiencia oral, pblica y contradictoria, con
admisin de prueba de ser necesaria-; pudiendo tambin la autoridad constituirse en el
centro de rehabilitacin. La resolucin deber tomarse en la misma audiencia. El
Director del centro penitenciario deber cumplir con lo ordenado en la resolucin en el
tiempo determinado en la misma. La apelacin se la har para ante el Tribunal
Constitucional.
31 No pudiendo ser rechazado por omisin de formalidades, estando obligada la autoridad a subsanar los defectos de la peticin sin interrumpir el
trmite.
32 Si bien no es el objetivo del presente recurso la discusin sobre quien debera ser en un Estado de Derecho la autoridad que sustancie una accin de
habeas corpus, dejamos sentada nuestra posicin de crtica respecto de la actuacin de una autoridad poltica como lo son los alcaldes de las ciudades
en la sustanciacin de estas acciones procesales constitucionales, por cuanto basados en nuestra experiencia nacional podemos observar como los
hbeas corpus son considerados por los burgomaestres como una competencia administrativa ms, sin darle la verdadera importancia a un derecho
fundamental como lo es la libertad ambulatoria. Es as, que encontramos unos municipios que no conceden un solo habeas corpus por manejar un
discurso de cero tolerancia a la delincuencia, otros que solo atienden las peticiones los das jueves, etc., con lo cual se acrecienta ms la inseguridad
jurdica haciendo inservible la jurisprudencia del Tribunal Constitucional en la primera instancia de los habeas corpus en sede municipal.
Consideramos que debera ser el juez penal de turno la autoridad competente para conocer de los habeas corpus, y en los casos en que la ilegitimidad
provenga de un acto del propio juez penal de turno, al juez penal de la siguiente plaza, o en las ciudades donde existen dos jueces penales de turno por
semana, el otro juez penal de turno.
14
33 A manera de ejemplo basta con revisar el segundo inciso del art. 208 CPR: ... Los centros de detencin contarn con los recursos materiales y las
instalaciones adecuadas para atender la salud fsica y psquica de los internos .... Como lo afirma SALT (ob. cit. p. 287) tan grave es para el texto
constitucional que una persona sea arrestada sin orden escrita de autoridad competente como que la privacin de libertad se ejecute en condiciones
inconstitucionales.
34 Cfr. RIVERA BEIRAS, Iaki / SALT, Marcos Gabriel, ob. cit. p. 283.
35 Cruel and Inusual Punishment. p. 97.
36 Para profundizar en los efectos de la superpoblacin en los reclusos se recomienda el estudio del fallo estadounidense Fischer v Kochler en el que se
hace un recuento de la evidencia cientfica que demuestra, entre otras cosas, que la superpoblacin causa estrs e incrementa la violencia.
37 Recordemos las palabras de Meursault, el personaje de El Extranjero de Albert Camus: Los primeros meses fueron duros. Pero precisamente el
esfuerzo que deba hacer ayudaba a pasarlos. Por ejemplo, estaba atormentado por el deseo de una mujer. Era natural: yo era joven. No pensaba nunca
en Mara particularmente. Pero pensaba de tal manera en una mujer, en las mujeres, en todas las que haba conocido, en todas las circunstancias en las
que las haba amado, que la celda se llenaba con todos sus rostros y se poblaba con mis deseos. En cierto sentido esto me desequilibraba.
15
genera discusiones de variados aspectos desde violaciones sufridas por reos hasta los
regmenes de visitas ntimas, provisin gratuita de preservativos, etc. 38
11.- PROYECTO DE REFORMA NORMATIVA.
11.1. A efecto de positivizar el recurso del habeas corpus correctivo en nuestro
ordenamiento sugerimos las siguientes reformas constitucionales y legales:
11.1.1. Sustituir el primer inciso del art. 93 de la CPR por el siguiente:
Art. 93.- Toda persona que crea estar ilegalmente privada de su libertad o en
caso de agravamiento ilegtimo en la forma o condiciones de detencin, podr
acogerse al hbeas corpus. Ejercer este derecho por s o por interpuesta
persona, sin necesidad de mandato escrito, ante el alcalde bajo cuya jurisdiccin
se encuentre, o ante quien haga sus veces. Si la autoridad considera que lo
denunciado no constituye uno de los supuestos de procedencia del habeas
corpus o si se considera incompetente lo rechazar al avocar conocimiento, sin
embargo, deber remitir el trmite en consulta inmediatamente al Tribunal
Constitucional. En caso contrario, la autoridad municipal, en el plazo de
veinticuatro horas contadas a partir de la recepcin de la solicitud, ordenar que
el recurrente sea conducido inmediatamente a su presencia, y en audiencia oral,
pblica y contradictoria, con admisin de prueba, de ser necesaria, exhiba la
orden de privacin de libertad o informe sobre las circunstancias de la privacin
de libertad, especficamente sobre el hecho denunciado, pudiendo tambin la
autoridad constituirse en el centro de rehabilitacin donde se encuentre el
detenido. La resolucin deber tomarse en la misma audiencia. Su mandato ser
obedecido sin observacin ni excusa, por los encargados del centro de
rehabilitacin o del lugar de detencin, respetando los plazos sealados en la
resolucin. La apelacin se la interpondr para ante el Tribunal
Constitucional.
11.1.2. Aumentar un numeral despus del octavo inciso del art. 74 de la LRM en el
siguiente sentido:
Art. 74.-
4. La orden de que se tomen las medidas necesarias para dar solucin a las
condiciones de ilegitimidad de la privacin de libertad, especificando dichas
medidas y el plazo para su cumplimiento.
11.1.3. Sustituir el segundo inciso del art. 31 de la LCC por el siguiente:
Art. 31.- ...
Si del expediente apareciere que el detenido no fue presentado ante el alcalde; o
si no se hubiera exhibido la orden de privacin de la libertad; o si sta no
cumpliere los requisitos legales; o si se hubieren cometido vicios de
procedimiento para la detencin; o si se hubiese verificado una agravacin
ilegtima de la forma o condiciones en que se cumple la privacin de libertad; o
si del expediente aparecieren pruebas que den fundamento al recurso, el Tribunal
38 Un interesante caso se plante en Espaa, mediante el cual un reo argument que dada su situacin carcelaria, la mayora de las mujeres que
conoca en el lugar de encierro era prostitutas y que l no deseaba tener relaciones con ellas por temor a un contagio de SIDA, y en tal virtud, solicitaba
permiso paras tener una mueca sexual inflable en su celda, con lo que satisfacera su instinto sexual sin moletar a nadie y sin riesgo para su salud.
Dicha peticin fue negada por cuanto el reo comparta su celda con otros reclusos, lo que podra generar prstamos de la mueca y, por consiguiente,
eventuales contagios de enfermedades de otros prisioneros.
16
17
12.13. Que los casos como Suarez Rosero vs Ecuador y Tibbi vs Ecuador en la
Comisin y Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto a incomunicaciones
de los detenidos, duracin excesiva de los plazos de medidas cautelares personales y
tratos crueles inhumanos y degradantes, no pueden repetirse.
12.14. Que a pesar de las prcticas de la administracin penitenciaria los presos son
seres humanos sin libertad pero con derechos fundamentales y derechos penitenciarios
que el Estado y la ciudadana tienen la obligacin de reconocer y respetar.
12.15. Que debemos entender que, como lo dice Hilde KAUFMANN, la humanizacin
de la ejecucin penal elimina la tensin social y contribuye indirectamente a una mayor
seguridad pblica, al brindar las bases necesarias para procesos positivos de aprendizaje
social, nica posibilidad de disminuir la criminalidad, reducir la tendencia a la comisin
de hechos punibles y evitar nuevas reincidencias 39 .
ABREVIATURAS:
CPR
Constitucin Poltica de la Repblica.
CP
Cdigo Penal
CPP
Cdigo de Procedimiento Penal
LCC
Ley de Control Constitucional
LRM
Ley de Rgimen Municipal
CEP
Cdigo de Ejecucin de Penas
CIDH Convencin Interamericana de Derechos Humanos
PIDCP
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos
RMTR
Reglas Mnimas para el Tratamiento de los Reclusos.
ERJAFE
Estatuto del Rgimen Jurdico Administrativo de la Funcin Ejecutiva
LM
Ley de Modernizacin
LE
Ley de Elecciones
BIBLIOGRAFIA:
ZAFFARONI, Eugenio Ral SLOKAR, Alejandro ALAGIA, Alejandro.
Derecho Penal Parte General. Ediar, Buenos Aires, 2000.
MAPELLI CAFARENA, Pena Privativa de Libertad.
RIOS, Ramn Teodoro, La Ejecucin de la Pena en Determinacin Judicial de
la Pena, Editores del Puerto, Buenos Aires, 1993, p. 128/9.
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DOCUMENTOS DE INTERNET:
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Sin
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LEGISLACION COMPARADA:
Ley Penitenciaria Italiana.
Ley Penitenciaria Alemana.
Ley de Ejecucin Penal Brasilera.
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