Habeas Corpus Correctivo

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Revista Electrnica del Centro de Investigaciones Criminolgicas de la USMP-PER- 2da.

Edicin

HABEAS CORPUS CORRECTIVO Y


EL DERECHO AL DEBIDO TRATO EN PRISION

Fernando Yvar Umpirrez


Abogado, Universidad Catlica de Santiago de Guayaquil; Profesor
Invitado de Derecho Penal de la Universidad Catlica de Santiago
de Guayaquil; [email protected] www.yavar-law.com

Por mi se va a la ciudad del llanto; por mi se va al eterno dolor; por mi se va


hacia la raza condenada: la justicia anim a mi sublime arquitecto; me hizo la
divina potestad, la suprema sabidura y el primer amor. Antes que yo no hubo
nada creado, a excepcin de lo inmortal, y yo duro eternamente.
Oh, vosotros, los que entris, abandonad toda esperanza!
Dante ALIGHIERI. La Divina Comedia. 1
Sumario: 1.-Introducion. 2.- Finalidades normativas de la ejecucin penal. 3.- El principio de
legalidad en la ejecucin penal. 4.- Los derechos fundamentales de los reclusos. 5.- Derechos
penitenciarios de los reclusos. 6.- El derecho al debido trato en prision. 7.- Clasificaciones doctrinales
del Habeas Corpus. 8. -Limites del Habeas Corpus en nuestro ordenamiento Jurdico. 9.- Habeas
Corpus Correctivo. 10.- Casos prcticos. 11.- Proyecto de reforma normativa. 12.- Conclusiones.
Abreviaturas. Bibliografa. Documentos de Internet. Legislacin comparada.

1.- INTRODUCION.
1.1. Al leer el texto literario citado la mente nos trasporta fcilmente al lugar terreno
que ms se parece al infierno: la crcel. Sitio donde impera a plenitud tal
discrecionalidad administrativa de hecho que parece zona franca en la que no rige la
racionalidad de los actos de la administracin impuesta por el principio republicano de
gobierno (Constitucin Poltica de la Repblica art. 1) en otras palabras, las crceles
gozan de un beneficio territorial de vacatio legis ad infinitum, porque en sus predios la
ley no rige, si acaso regir algn da.
1.2. El habeas corpus 2 como garanta constitucional tiene como nico objetivo
remediar la ilegitimidad de la privacin de la libertad del recluso: expresin del estado
de polica latente que todo estado lleva dentro de s y que se trata de contener con el
estado de derecho 3 .

1 Canto Tercero: La Puerta del Infierno y el Paso del Aqueronte.


2 Los antecedentes del instituto se pueden encontrar en el antiguo interdicto romano de libero hominen exhibendo; en los writs de la Inglaterra
medieval; el fuero de Aragn de 1.428; la ley de 1.527 del Fuero de Vizcaya; el Habeas Corpus Act de 1.640, cuyo antecedente es la carta Magna
Inglesa de Juan sin Tierra de 1.215 y el Acta de Hbeas Corpus inglesa de 1.679.
3 Cfr. ZAFFARONI, Eugenio Ral SLOKAR, Alejandro ALAGIA, , Alejandro. Derecho Penal Parte General. Ediar, Buenos Aires, 2000, pag. 5.
Ver tambin MERKL, A., Teora General del Derecho Administrativo, pag. 325 y ss.

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1.3. Los casos en que se viabiliza el habeas corpus en nuestro rgimen legal son los
siguientes:
a) Si el detenido no fuere presentado al alcalde a la hora sealada.
b) Si no se exhibiere la orden.
c) Si la boleta no rene los requisitos legales.
d) Por vicios de procedimiento en la detencin4 .
e) Si del expediente aparecieren pruebas que den fundamento al recurso.
f) Si la
detencin,
procesamiento
o
prisin infringe preceptos
5
constitucionales o legales.
1.4. Acreditados uno o ms de estos supuestos nuestra normativa constitucional y legal
concibe los siguientes remedios jurdicos:
1. La inmediata libertad del procesado;
2. La orden de que se subsanen los efectos legales, si el recurso se contrae a
reclamar vicios de procedimiento o de investigacin; y,
3. La orden de que se ponga al recurrente a disposicin de los jueces propios, si
la denuncia alude a la competencia o el estudio del caso lo llevare a esta
conclusin.
1.5. Sin embargo, queda la duda si son los supuestos sealados los nicos casos de
privaciones de libertad ilegtimas, si son los remedios referidos las nicas respuestas
vlidas que el derecho puede y debe proporcionar a los ciudadanos y, en consecuencia,
si los presos son seres humanos sin libertad y sin derechos.
1.6. Para tratar de llegar a la respuesta adecuada debemos pasar revista a las finalidades
normativas de la ejecucin penal, al principio de legalidad en la ejecucin penal, a los
derechos fundamentales y penitenciarios de los reclusos reconocidos en la CPR, en los
tratados internacionales vigentes y en la ley, al derecho al debido trato en prisin, a las
clasificaciones doctrinales del habeas corpus y a los lmites del habeas corpus en
nuestro ordenamiento jurdico.
2.- FINALIDADES NORMATIVAS DE LA EJECUCIN PENAL.
en las paredes de las crceles est escrito con carbn,
los buenos se hacen malos y los malos salen peor.
Concepcin Arenal.

4 La palabra detencin en este numeral de la LRM, as como en el art. 24 num. 4 de la CPR, no solo se refieren a la detencin como medida cautelar
preprocesal o a la detencin en firme como medida cautelar procesal sino a toda privacin de libertad. Este numeral se refiere claramente a la
violacin del art. 24 num. 4 de la CPR, as como a la trasgresin de los artculos 164 a 166, 167, 168 y 173-A del Cdigo de Procedimiento Penal.
5 A pesar de que parecera que se abre el espectro de anlisis respecto de la ilegitimidad de la privacin de libertad para el funcionario encargado de
resolver el habeas corpus, a lo mximo que se ha llegado es a verificar si:
a)

Si no ha sido liberado a pesar del cumplimiento de los plazos del art. 24 num. 8 CPR (siempre que no haya sido sustituida la
prisin preventiva por la detencin en firme); y,

b)

Si se cumplen los plazos previstos en los artculos agregados despus del art. 114 CP.

Asimismo, para quienes ya se encuentran condenados el habeas corpus es viable en los siguientes casos:
a) Cuando cumpliendo la condena, el delito ha sido derogado por una ley posterior.
b) Si una ley posterior reduce la pena, habindose ya cumplido la condena que le toca proporcionalmente.
c) Para los internos que se hubieren acogido a las rebajas de penas establecidas en el Cdigo de Ejecucin de Penas, y que no hubieren
obtenida la boleta de excarcelacin.

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2.1. Al tratar el rgimen penitenciario nuestra CPR le dedica un artculo 6 , el 208, el


cual determina en su primer inciso la finalidad constitucional: la educacin del
sentenciado y su capacitacin para el trabajo, a fin de obtener su rehabilitacin que le
permita una adecuada reincorporacin social.
La Convencin Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) 7 en su art. 5.6 dispone
que: Las penas privativas de la libertad tendrn como finalidad esencial la reforma y
la readaptacin social de los condenados.
El artculo 10.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos (PIDCP) 8
destaca que: El rgimen penitenciario consistir en un tratamiento cuya finalidad
esencial ser la reforma y la readaptacin social de los penados.
Por su parte el CEP, ampla las finalidades referidas y seala en su art. 12: El objetivo
que persigue el Sistema Penitenciario es la rehabilitacin integral de los internos,
proyectada hacia su reincorporacin a la sociedad, y a la prevencin de la
reincidencia y habitualidad, con miras a obtener la disminucin de la delincuencia.
Las Reglas Mnimas para el Tratamiento de los Reclusos 9 (RMTR) determinan como
fines de la ejecucin penal a la readaptacin y a la rehabilitacin.
2.2. En general, podemos resumir a las finalidades normativas de la ejecucin penal del
ordenamiento jurdico ecuatoriano en las siguientes:
a) Reforma, rehabilitacin, reincorporacin y readaptacin social de los
reclusos 10 ;
b) Prevencin de la reincidencia y habitualidad; y,
c) Disminucin de la delincuencia. 11
2.3. Sin embargo, en la prctica observamos que esos postulados no trascienden de los
cuerpos legales que los contemplan. Las causas pueden ser muchas: falta de decisin
poltica estatal y partidista 12 , escasez de recursos humanos y econmicos, desinters
ciudadano (o aprobacin tcita) del estado del sistema carcelario y del irrespeto a los
6 Hacer un anlisis de derecho comparado sobre si la CPR debi dedicarle ms incisos o artculos al rgimen penitenciario es infructuoso, por cuanto
lo que realmente interesa es cuanto (mucho o poco) se aplican en la prctica penitenciaria los postulados constitucionales, supralegales y legales
vigentes.
7 Ratificada por Decreto Supremo No. 1883, publicado en Registro Oficial 452 de 27 de Octubre de 1977.
8 Ratificado por Decreto Ejecutivo No. 37, publicado en Registro Oficial 101 de 24 de Enero de 1969.
9 Adoptadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevencin del Delito y Tratamiento del Delincuente, celebrado en Ginebra en
1955, y aprobadas por el Consejo Econmico y Social en sus resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de 1957 y 2076 (LXII) de 13 de mayo de 1977.
10 Para Marcos SALT (Los derechos fundamentales de los reclusos) es necesario advertir que los trminos resocializar, reinsertar, readaptar,
rehabilitar y reeducar, aunque en muchas ocasiones son utilizados indistintamente, no son conceptos sinnimos sino que, antes bien, pueden
diferenciarse conceptualmente. Cfr. MAPELLI CAFARENA, Pena Privativa de Libertad, ps. 439 y siguientes.
11 Del mismo modo en el derecho comparado encontramos normas de similar contenido, como las siguientes:
- La Ley Penitenciaria Italiana del 26 de julio de 1975 en su art. 1 dice en relacin con los condenados y presos debe aplicarse un tratamiento
reeducativo que, especialmente por contactos en el exterior, se dirija a su reinsercin social.
- La Ley Penitenciaria Alemana del 1 de enero de 1976 considera como meta de la ejecucin de las penas y medidas privativas de libertad capacitar al
recluso para llevar en el futuro en responsabilidad social una vida sin delitos.
- La Ley de Ejecucin Penal Brasilera (7.210/84) dispone que la ejecucin penal tiene por objetivo efectivizar las disposiciones de la sentencia o
decisin criminal y proporcionar condiciones para la harmnica integracin social del condenado y del interno.
12 Ni siquiera los procedados (que tienen derecho a votar) y por ende sus familias- son vistos como un electorado a convencer por parte de los
polticos.

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derechos humanos del recluso, entre otras; pero la conclusin es la misma, ninguna de
las finalidades normativas de la ejecucin penal son alcanzadas por el sistema
penitenciario ecuatoriano 13 .
3. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD EN LA EJECUCIN PENAL.
la menor incertidumbre es siempre penosa,
an en las cosas ms pequeas,
y cuando puede ser evitada fcilmente
es mejor hacerlo inmediatamente
Franz KAFKA. El Proceso.
3.1. Cuando nuestra CPR seala en su art. 24 num. 1 que Nadie podr ser juzgado por
un acto u omisin que al momento de cometerse no est legalmente tipificado como
infraccin penal, administrativa o de otra naturaleza, ni se le aplicar una sancin no
prevista en la Constitucin o la ley, consagra el principio de legalidad, el mismo que
tiene una funcin decisiva en la garanta de la libertad y que exige que tanto el delito
como la pena estn determinados previamente en la ley.
Para MANZANARES SAMANIEGO el principio de legalidad encierra cuatro
garantas: criminal, penal, jurisdiccional y de ejecucin. De las cuatro garantas seala
el autor espaol- solo las tres primeras han sido respetadas ms o menos
escrupulosamente. La garanta de ejecucin se nos muestra como la Cenicienta. Parece
que quienes se ocupan de la justicia (jueces, fiscales y defensores) agotaran sus
energas y preocupaciones en la tarea de llegar a una sentencia. Despus suele
campear el olvido y hasta el desprecio para la etapa del cumplimiento de aquella.
Comnmente es la autoridad administrativa la que individualiza, le imprime contenido
y reduce en cuanto a intensidad y duracin- la pena impuesta por la sentencia
condenatoria. De esta manera, los tribunales imponen penas previstas en la ley, pero
estas se cumplen extramuros de la legalidad. Son penas en blanco, entregadas a la
Administracin para que estas se las llene de contenido y se adjudique tan importante
individualizacin final. 14
3.2. Por ahora, nos interesa analizar hasta donde abarca el mbito de determinacin de
la pena que el principio de legalidad proclama. La determinacin de la pena por parte
del principio de legalidad no termina con la especificacin del quantam punitivo, es
decir, del mnimo y del mximo de la pena, sino que adems las penas deben
ejecutarse del modo previsto en las normas vigentes antes de la comisin del hecho
ilcito que justifica su condena 15 , esto es, el rgimen legal de las condiciones de
cumplimiento de las penas, por ende, la determinacin de la pena que el principio de
legalidad realiza no solo es cuantitativa sino tambin cualitativa. Esa es la verdadera
extensin de la mxima nullum poena sine lege.
3.3. Un claro reconocimiento de nuestra Corte Suprema de Justicia a la vigencia del
principio de legalidad durante la fase de la ejecucin penal lo constituye la resolucin
13 Y si en alguna ocasin se consiguiere la reforma del penado, la misma sociedad se encarga de empujarlo nuevamente al delito, cuando lo margina y
discrimina por haber sido huesped del sistema carcelario.
14 MANZANARES SAMANIEGO, J. L., Lecciones de Derecho Penitenciario, Universidad de Alcal de Henares, 1989, p. 180/1. Citado por RIOS,
Ramn Teodoro, La Ejecucin de la Pena en Determinacin Judicial de la Pena, Editores del Puerto, Buenos Aires, 1993, p. 128/9.
15 RIVERA BEIRAS, Iaki / SALT, Marcos Gabriel. Los derechos fundamentales de los reclusos. Editores del Puerto, Buenos Aires, 1999, p. 201.

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publicada en el R.O. # 196, el 1 de noviembre del 2000, relativa al derecho de los


reclusos al beneficio de la reduccin de penas por el ao jubilar que haba sido
instituido por la Ley 2000-23, publicada en el R.O. No. 144 del 18 de agosto del 2000.
En el art. 1 de dicha resolucin se dispone que: Las disposiciones de la Ley 2000-23
de reduccin de penas por el ao jubilar 2000, se aplicarn a todas las personas que
estn cumpliendo una pena por sentencia condenatoria, ejecutoriada o no, expedida
hasta el 18 de agosto del 2000. Con la expedicin de esta resolucin, se reconoci que
dentro de las condiciones de cumplimiento de las penas de todos los reclusos que
hubieren sido condenados en el Ecuador hasta el 18 de agosto del 2000, se encontraba
incluido un beneficio penitenciario de reduccin de pena, el cual no poda ser
desconocido por la administracin penitenciaria y deba ser aplicado por los jueces que
hubieren dictado las correspondientes sentencias.
3.4. Una de las principales consecuencias del principio de legalidad en la ejecucin
penal es la no afectacin de ms derechos que los sealados en la sentencia, la cual,
lgicamente no pudo afectar ms derechos que los sealados por la ley.
Respecto del tema vale la pena citar determinados fallos del derecho comparado, a
saber:
Tribunal Constitucional Espaol:
Pese a la naturaleza de las relaciones jurdicas que se establecen entre la
administracin y los internos en uno de sus establecimientos, stos
conservan todos los derechos reconocidos a los ciudadanos por las
normas de nuestro ordenamiento, con excepcin, obvio es, de aquellos
que son incompatibles con el objeto de la detencin o el cumplimiento
de la condena (STC 57/94). 16

Sala Constitucional de Costa Rica:


La persona privada de libertad conserva todos los dems derechos o
garantas contenidos en la Constitucin que no hayan sido afectados por
el fallo jurisdiccional, incluidos el derecho a la informacin o
comunicacin, a la salud, a la libertad de religin, a la libertad de trato y
no discriminacin, al sufragio, al trabajo, a la educacin, a la libertad de
expresin y pensamiento, etc., pues, como seres humanos que son
conservan los derechos inherentes a su condicin humana (Sentencia
179/92) 17

3.5. En resumen, si, por un lado, el juez al dictar sentencia est atado a la ley, por otro,
la administracin penitenciaria al ejecutar la condena est atada a la sentencia y no
puede afectar ms derechos que los referidos en la sentencia sin quebrantar el principio
de legalidad y sin tornar en ilegtima a la privacin de libertad.
4.- LOS DERECHOS FUNDAMENTALES DE LOS RECLUSOS.
4.1. Tal vez el problema ms grande de este tpico radique en el reconocimiento real a
los recluidos de la calidad de sujetos de derechos, y decimos real porque en el
ordenamiento jurdico el reconocimiento existe, pero en el mbito prctico, para las
autoridades solo son problema mientras duren los paros carcelarios, y para la
16 Citado por RIVERA BEIRAS, Iaki / SALT, Marcos Gabriel. ob. cit. p. 179.
17 Idem.

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ciudadana, cuando los privados de libertad no somos nosotros ni un pariente o amigo,


nos rehusamos a reconocerlos como seres humanos dotados de derechos (o incluso
como seres humanos?). 18 Cuando entendamos que privado de libertad no es sinnimo
de capitis diminutio mxima, daremos un paso importante hacia el rescate del sistema
carcelario.
4.2. Entre los derechos fundamentales de los reclusos encontramos:

Derecho a la vida. (CPR art. 23 numeral 1; CIDH art. 4; PIDCP art. 6.)
Derecho a la integridad fsica y moral. (CPR art. 23 numeral 2; CIDH art. 5.1)
Derecho a no ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. (CPR art. 23 numeral 2; CIDH art. 5.2; PIDCP art. 7; RMTR 31)
Derecho a ser tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad
inherente al ser humano (PIDCP art. 10.1)
Derecho a que la pena no trascienda la persona del delincuente (CIDH art.
5.3) 19
Derecho a la igualdad ante la ley (CPR art. 23 numeral 3; CIDH art. 24; PIDCP
art. 26; RMTR 6.1) 20

18 Como lo ensea Luis Paulino Mora-Mora: Nos preocupamos constantemente por el nmero siempre creciente de muertos en las carreteras, pero
las ocurridas en los Centros Penitenciarios si acaso sirven para llevar las estadsticas del caso, respecto de ellas no estamos dispuestos a hacer el
esfuerzo que demanda tener centros penitenciarios respetuosos de los derechos humanos. Quienes ah se encuentran detenidos, ser por alguna razn,
decimos repetidamente a efecto de acallar nuestra conciencia cuando se nos reprocha colectivamente el estado de las crceles. Mora-Mora, Luis
Paulino: El Habeas Corpus como proteccin a la Libertad Ambulatoria, en La Sala Constitucional -- Homenaje en su X Aniversario, Universidad
Autnoma de Centro Amrica, pp [4980], ISBN 997763, Febrero 2000. http://www.uaca.ac.cr/2000/salaiv/lpmora.htm
19 A pesar de no ser parte del tema en anlisis, vale sealar algunos de los efectos del encarcelamiento en la estructura y funcionamiento familiar del
recluso:
- Efectos sociales: a los familiares cercanos del reo comnmente se los identifica como madre/padre/esposa/hijo/hija/hermano/hermana de preso.
Sufriendo un etiquetamiento igual al del pariente recluido que deriva en una discriminacin social de la familia. Los contactos sociales escasean y los
amigos, vecinos, compaeros de trabajo y hasta algunos familiares se apartan de la familia. Sin perjuicio, de tener que lidiar con los sentimientos de
verguenza y el odio de la vctima y de sus familiares, todo lo que produce un intenso sufrimiento psquico y moral.
- Efectos econmicos y laborales: a pesar de que el perfil econmico y laboral de los que son encarcelados, antes de ingresar a prisin son precarios
estadsticas de Estados Unidos, Espaa, Francia y Brasil, demuestran que la poblacin carcelaria mayoritariamente est constituida por desempleados y
subempleados- no se puede negar que de alguna forma ayudaban al sustento familiar as sea mediante el comercio informal. Con el apresamiento del
pariente esa ayuda econmico desaparece empeorando el cuadro de empobrecimiento familiar. A lo cual debe sumarse que aproximadamente la mitad
de los cnyuges de los reclusos no tienen un trabajo fijo y el 40% de sus hijos no tienen actividad escolar o laboral continua, quienes confiaban
nicamente en los ingresos del pariente que ahora est preso y no puede trabajar. Situacin que lanza al resto de la familia a buscar trabajo, pero cuyas
oportunidades son bajas por el efecto social referido de etiquetamiento que sufen por ser pariente de un preso.
- Efectos afectivos:
a.- primer momento: despues del encarcelamiento, sensacin de perdida, de ausencia de familiar encarcelado.
b.- segundo momento: adapatacin a la sensacin de perdida, adaptacin a la vida separada.
c.- tercer momento: privacin de vida sexual del cnyuge en libertad.
d.- como consecuencia de la anterior: posibilidad de abstinencia, infidelidad o ruptura del vnculo matrimonial.
e.- los hijos se ven obligados a desenvolverse en ausencia de uno de los progenitores, afectando su proceso de socializacin y de aprendizaje
emocional.
Cfr. FERREIRA, Fbio Flix. Efeitos de Encarceramento na estrutura familiar do encarcerado. XVI Congreso Latinoamericano VIII Iberoamericano
y I Nacional de Derecho Penal y Criminologa. p. 967 y ss.
20 Vale la pena resaltar los comentarios de BOVINO al respecto: Si bien se supone que todos somos iguales ante la ley, lo cierto es que algunos son
ms iguales que otros. Quienes son encarcelados, regularmente, carecen de posibilidades para instalar un debate pblico sobre las injusticias que sufren
cotidianamente. Tal como sealan los criminlogos, la crcel termina de marginar a quienes ya haban sido marginados fuera de ella. De all que la
proteccin de los derechos de estas personas no interese especialmente ni a los operadores de la justicia penal, ni al resto de los actores sociales.
BOVINO, Alberto. El Control Judicial de la Privacin de Libertad y Derechos Humanos en Revista Jurdica 2004/17 de la Facultad de Jurisprudencia
y Ciencias Sociales y Polticas de la Universidad Catlica de Santiago de Guayaquil, p. 90.

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Derecho a la intimidad personal y familiar (CPR art. 23 num. 8; CIDH art.


11.2; PIDCP art. 17)
Derecho a la libertad sexual (CPR art. 23 num. 25)
Derecho a la libertad de expresin (CPR art. 23 numeral 9; CIDH art. 13;
PIDCP art. 19)
Derecho de peticin (CPR art. 23 num. 15; ERJAFE art. 126; LM art. 28;
RMTR 36)
Derecho a la tutela judicial efectiva (CPR art. 24 num. 17; CIDH art. 8, 25;
PIDCP art. 14 )
Derecho a la propiedad privada (CIDH art. 25)
Derecho a la libertad de asociacin (CIDH art. 16; PIDCP art. 22)
Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religin (CPR art. 23
numeral 11; CIDH art. 12; PIDCP art. 18).
Derecho a que las infracciones disciplinarias y el procedimiento para su
juzgamiento sean determinadas con anterioridad a la conducta por la ley (CPR
art. 24 num. 1; RMTR 29)
Derecho a no ser juzgado dos veces por la misma infraccin (CPR art. 24 num.
16; RMTR 30.1)
Derecho a la defensa (CPR art. 24 num. 10; RMTR 30.2)
Derecho al trabajo remunerado (CPR art. 35; CEP art. 21 b), c); 22 num. 1 c),
num. 2 c), num. 3 c))

5.- DERECHOS PENITENCIARIOS DE LOS RECLUSOS.


5.1. Partiendo del supuesto que los derechos fundamentales se entienden reconocidos a
todas las personas -independientemente de si estn presos o no-, existen otros derechos
que gozan (o deberan gozar y exigir) exclusivamente quienes se encuentran recluidos
en las crceles que son los derechos penitenciarios.
Segn BUENO ARS, esta denominacin abarca a los derechos que surgen de la
relacin jurdica especial que se genera entre el Estado y el interno como consecuencia
de la privacin de la libertad 21 .
5.2. Aqu debemos primero distinguir que en una crcel encontramos a personas
condenadas y a personas procesadas, y en consecuencia detallar los derechos que
comparten entre categoras y los especficos de las mismas.
5.2.1. Entre los derechos comunes a procesados y condenados tenemos:

Derecho a la salud integral dentro del centro carcelario (CRP art. 208 2do.
inciso; CEP art. 22 num. 1 d), num. 2 d), num. 3 d); RMTR 24-26).
Derecho a que los locales de habitacin, de recreacin, de trabajo, de
instalaciones sanitarias, de bao y de ducha satisfagan las exigencias mnimas
que la salud y la higiene de los reclusos requieran segn la estacin y la regin
geogrfica del dentro de detencin (RMTR 9 al 14).
Derecho a contar con agua y los artculos de aseo indispensables para su salud
y limpieza, as como los medios para el cuidado del cabello y de la barba de los
mismos (RMTR 15-16).

21 BUENO ARS, Francisco. Derechos de los internos, en Comentarios a la legislacin penal, Ed. Edersa, Madrid, 1986.

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Derecho a contar con ropa (personal o proveda por el Estado) limpia,


apropiadas al clima y suficientes para mantenerle en buena salud y que no sean
en modo alguno degradantes ni humillantes; del mismo modo deber contar
con una cama personal mudada con regularidad (RMTR 17-19).
Derecho a recibir de la administracin penitenciaria, a las horas
acostumbradas, una alimentacin de buena calidad, bien preparada y servida,
cuyo valor nutritivo sea suficiente para el mantenimiento de su salud y de sus
fuerzas; y a la posibilidad de proveerse de agua potable cuando la necesite
(RMTR 20).
Derecho de por lo menos una hora al da de ejercicio fsico adecuado al aire
libre; teniendo para ello a su disposicin el terreno, las instalaciones y el
equipo necesario. (RMTR 21).
Derecho a disponer en el centro carcelario con un mdico con conocimientos
psiquitricos y de un dentista. (RMTR 22).
Derecho de las reclusas mujeres a una guardera infantil, con personal
calificado, donde estarn los nios que viven con ellas cuando no se hallen
atendidos por sus madres (RMTR 23).
Derecho a que la disciplina dentro del mbito penitenciario se aplique sin
imponer ms restricciones de las necesarias para mantener la seguridad y la
buena organizacin de la vida en comn. (RMTR 27)
Derecho a participar en formas de autogobierno penitenciario. (RMTR 28)
Derecho a ser asistido por un intrprete durante su defensa en procedimientos
disciplinarios. (CPR 24 num. 12; RMTR 30.3)
Derecho a exmenes mdicos antes y durante la ejecucin de sanciones
disciplinarias. (RMTR 32).
Derecho a que no se le apliquen esposas, cadenas, grillos y camisas de fuerza
como medios de coercin. (RMTR 34).
Derecho a que al ingreso al centro carcelario reciba una informacin escrita
sobre el rgimen de los reclusos de la categora en la cual se le haya incluido,
sobre las reglas disciplinarias del establecimiento y los medios autorizados
para informarse y formular quejas; y cualquiera otra informacin necesaria
para conocer sus derechos y obligaciones, que le permita su adaptacin a la
vida del establecimiento. (RMTR 35)
Derecho a comunicarse peridicamente, bajo la debida vigilancia, con su
familiar y con amigos de buena reputacin, tanto por correspondencia como
mediante visitas. (RMTR 37)
Derecho de los reclusos de nacionalidad extranjera a las facilidades adecuadas
para comunicarse con sus representantes diplomticos y consulares. (RMTR
38.1)
Derecho a estar informados a ser informados peridicamente de los
acontecimientos ms importantes, sea por medio de la lectura de los diarios,
revistas o publicaciones penitenciarias especiales, sea por medio de emisiones
de radio, conferencias o cualquier otro medio similar, autorizado o fiscalizado
por la administracin. (RMTR 39)
Derecho a contar con una biblioteca dentro del centro penitenciario para el uso
de todas las categoras de reclusos, suficientemente provista de libros
instructivos y recreativos. (RMTR 40)
Derecho a que le sean devueltos al momento de su liberacin el dinero, los
objetos de valor, ropas y otros efectos que le pertenezcan y que el reglamento

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penitenciario no le autoriza a retener, que tena al momento de ingresar al


centro carcelario. (RMTR 43.1)
Derecho a que su cnyuge o el pariente ms cercano o a cualquier otra persona
designada previamente por el recluso, sea informado inmediatamente por el
director del centro penitenciario del fallecimiento del recluso, o de enfermedad
o accidentes graves, o de su traslado a un establecimiento para enfermos
mentales. (RMTR 44.1)
Derecho a ser informado inmediatamente del fallecimiento o de la enfermedad
grave de un pariente cercan, y cuando las circunstancias lo permitan, para que
vaya a la cabecera del enfermo, solo o con custodia. (RMTR 44.2)
Derecho a ser dirigidos por Directores de Centros de Rehabilitacin Social
capacitados (RCEP art. 24)
Derecho a ser custodiados y vigilados por personal entrenado y capacitado
(RCEP art. 25)
Derecho a la reeducacin y reinsercin social (CPR art. 208; CIDH art. 5.6;
PIDCP art. 10.3; CEP art. 12)

5.2.2. Entre los procesados tenemos los procesados a delitos sancionados con penas de
prisin y los procesados a delitos sancionados con penas de reclusin.
5.2.2.1. Derechos comunes de los procesados recluidos son:

Derecho a ser separados de los condenados (CPR art. 208 3ro. y 4to. inciso;
CIDH art. 5.4; PIDCP art. 10. 2.a; RMTR art. 8.b)
Derecho a ser juzgado en un plazo razonable (CPR art. 24 num. 8; CIDH art.
7.5 y 8.1; PIDCP art. 9.3)
Derecho a ser sometido a un tratamiento distinto del de los condenados,
adecuado a su condicin de personas no condenadas (CIDH art. 5.4; PIDCP
art. 10. 2.a)
Derecho a ejercer sus derechos polticos: elegir y ser elegidos en procesos
electorales, a votar en consultas populares y en procesos de revocatorias de
mandatos, etc. (CPR art. 26; 28 num. 2; CIDH art. 23 num. 2; PIDCP art. 25;
LE art. 6 num. 3 y 4)

5.2.2.2. Derechos exclusivos de los procesados por delitos sancionados con pena de
prisin:

Derecho a que pueda recobrar su libertad mediante el pago de una caucin.


(CPP art. 175)
Derecho a que se le sustituya la prisin preventiva por arresto domiciliario, por
la obligacin de presentarse peridicamente ante el juez o tribunal o ante la
autoridad que l designe; o por la prohibicin de salir del pas, de la localidad
en la cual reside o del mbito territorial que fije el juez o tribunal. (CPP art.
171)
Derecho a que la prisin preventiva caduque en seis meses. (CPR art. 24 num.
8; CPP art. 169)

5.2.2.3. Derechos exclusivos de los procesados por delitos sancionados con pena de
reclusin:

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Derecho a que se le sustituya la prisin preventiva por arresto domiciliario, por


la obligacin de presentarse peridicamente ante el juez o tribunal o ante la
autoridad que l designe; o por la prohibicin de salir del pas, de la localidad
en la cual reside o del mbito territorial que fije el juez o tribunal, siempre y
cuando se trate de una persona mayor de sesenta y cinco aos de edad o que se
trate de una mujer embarazada y hasta noventa das despus del parto. (CPP
art. 171)
Derecho a que la prisin preventiva caduque en un ao. (CPR art. 24 num. 8;
CPP art. 169)

5.2.3. Entre los condenados tenemos los condenados a delitos sancionados con penas de
prisin y los condenados a delitos sancionados con penas de reclusin.
5.2.3.1. Como derechos comunes de los dos tipos de condenados podemos anotar los
siguientes:

Derecho a que se le impute el tiempo cumplido como medida cautelar a la pena


(CP art. 59)
Derecho a trabajar dentro del sistema penitenciario segn su vocacin y
profesin (RCEP art. 28 2do. inciso)
Derecho a la no afectacin del producto del trabajo carcelario 22 (CEP art. 56;
CP art. 66 2do. inciso).
Derecho a recibir educacin (CEP art. 21 b), c); 22 num. 1 b), num. 2 b), num.
3 b)
Derecho a beneficios penitenciarios (CEP art. 23 y ss.; RCEP art. 35 y ss.)
Derecho a ser ubicados en los centros penitenciarios en base a la siguiente
clasificacin biotipolgica: 1. Por estructura normal; 2. Por induccin; 3. Por
inadaptacin; 4. Por hipoevolucin estructural; y, 5. Por sicopata. En general,
por su peligrosidad. (CEP art. 16 c); RCEP art. 21)
Derecho a ser evaluados peridica permanentemente sobre los aspectos social,
biosicolgico, laboral y disciplinario, y sobre su ubicacin poblacional,
progresin o regresin (CEP art. 17; RCEP art. 30)
Derecho a formular peticiones al Director Nacional de Rehabilitacin Social
(RCEP art. 31).
Derecho a apelar de la resolucin del Director Nacional de Rehabilitacin
Social (RCEP art. 32).
Derecho a no ser aislados por castigos reglamentarios por ms de 8 das (CP
art. 54)
Derecho a solicitar al Consejo Nacional de Rehabilitacin Social los
certificados necesarios que les permitan obtener trabajo despus de haber
cumplido la pena (RCEP art. 42)
Derecho a exigir que la Seccin de Liberados del Departamento de Diagnstico
y Evaluacin de la Direccin Nacional de Rehabilitacin Social y el Ministerio
del Trabajo tomen las medidas ms adecuadas para conseguirles trabajo al
salir libres (RCEP art. 44).

22 El producto del trabajo de los internos no podr ser materia de embargo, secuestro o retencin, salvo para el pago de alimentos forzosos.

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5.2.3.2. Derechos exclusivos de los condenados a delitos sancionados con pena de


prisin:

Derecho a disponer libremente de sus bienes (CP art. 56)


Derecho a ser separados de los condenados a delitos sancionados con penas de
reclusin (CP art. 53 y 55; RMTR art. 8)

5.2.3.3. Derecho exclusivo de los condenados a delitos sancionados con pena de


reclusin mayores de sesenta aos de edad y de los dbiles o enfermos 23 :
Derecho a cumplir la pena de reclusin en un establecimiento destinado a
prisin correccional (CP art. 57)
5.3. Ninguno de estos derechos ha sido ni puede ser privado ni restringido por la
sentencia o auto de medida cautelar, respectivamente. El incumplimiento tanto de los
derechos fundamentales como de los derechos penitenciarios de los reclusos atenta
contra las condiciones de encierro que el mismo Estado se encuentra normativamente
obligado a respetar y garantizar, lo cual, convierte a la privacin de libertad en
ilegtima.
5.4. Ms, que hacer contra estos atentados a legtimos derechos? Est claro que la
burocracia del Ministerio de Gobierno (a donde pertenece estructuralmente el sistema
penitenciario) no es lo suficientemente diligente y rpida para dar soluciones a estos
incumplimientos. Es as que la necesidad de una accin legal expedita para atender la
agravacin ilegtima de las condiciones de detencin que imponga medidas especficas
con plazos concretos y bajo la sancin del desacato se torna imprescindible.
6. EL DERECHO AL DEBIDO TRATO EN PRISION.
No puede juzgarse a una nacin por la manera
en que trata a sus ciudadanos ms ilustres,
sino por el trato dispensado a los ms marginados:
a sus presos.
Nelson Mandela.
6.1. A pesar de que como revisamos anteriormente el rgimen penitenciario tiene
objetivos normativas definidos y que los reclusos cuentan con muchos derechos, la
legalidad no ha penetrado a la crcel 24 . Decimos esto tanto por el estado material de
los centros de rehabilitacin como por las prcticas de sus integrantes para con los
reclusos.
6.2. Del principio de humanidad de las penas 25 deriva el derecho al debido trato en
prisin. As como para llegar a una sentencia condenatoria legtima se debe respetar el

23 Para el caso de los dbiles y enfermos su derecho est sometido al criterio jurisdiccional por cuanto no es obligatorio sino potestativo de los jueces
penales segn el ltimo inciso del art. 57 CP.
24 BOVINO, Alberto. El Control Judicial de la Privacin de Libertad y Derechos Humanos. Ob. Cit. p. 89.
25 Reconocido por los siguientes instrumentos internacionales:
* Declaracin Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
Artculo XXV.

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derecho al debido proceso del imputado / acusado, del mismo modo para privar (y
mantener privada) a una persona de su libertad ambulatoria, se deben cumplir ciertos
requisitos sobre los casos y las formas en que procede dicha afectacin relativas al trato
y a la humanidad de las mismas.
6.3. Proveer las condiciones mnimas para el respeto y vigencia del derecho al debido
trato en prisin es una obligacin del Estado. Pero, cules son los efectos en caso de
incumplimiento de esta obligacin por parte del Estado? Ante el incumplimiento estatal
la privacin de libertad se vuelve ilegtima, en dicho momento, el sistema jurdico debe
prever instituciones que permitan hacer cesar el estado de ilegitimidad inconstitucional.
7.- CLASIFICACIONES DOCTRINALES DEL HABEAS CORPUS.
7.1. Cuando se busca un recurso rpido y efectivo ante una afectacin del derecho a la
libertad ambulatoria, el ordenamiento jurdico provee la institucin del habeas corpus;
reconocido a ms de por los cuerpos normativos domsticos, en los siguientes
convenios internacionales: en los artculos 25 num. 1 26 y 7 num. 6 27 de la Convencin
Interamericana de Derechos Humanos, art. XVIII 28 de la Declaracin Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre y en los artculos 2 num. 3 lit. a)29 y 9 inciso 4to. 30 del
Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Polticos.
7.2. Revisemos las distintas clasificaciones doctrinales de esta institucin, a saber:
7.2.1. Hbeas Corpus Reparador. Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene derecho a que el juez verifique sin demora la legalidad de la medida y a ser juzgado sin
dilacin injustificada, o, de lo contrario, a ser puesto en libertad. Tiene derecho tambin a un tratamiento humano durante la privacin de su libertad.
* Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos.
Art. 10.1. Toda persona privada de libertad ser tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano. ...
* Convencin Interamericana de Derechos Humanos.
Art. 5.- Derecho a la Integridad Personal
2. ... Toda persona privada de libertad ser tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.
26 Art. 25.- Proteccin Judicial.
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rpido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes,
que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitucin, la ley o la presente Convencin, an
cuando tal violacin sea cometida por personas que acten en ejercicio de sus funciones oficiales. ...
27 Art. 7.- Derecho a la Libertad Personal ...
6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que ste decida, sin demora, sobre
la legalidad de su arresto o detencin y ordene su libertad si el arresto o la detencin fueran ilegales. En los Estados Partes cuyas leyes
preven que toda persona que se viera amenazada de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal competente a fin
de que ste decida sobre la legalidad de tal amenaza, dicho recurso no puede ser restringido ni abolido. Los recursos podrn interponerse
por si o por otra persona.
28 Artculo XVIII. Derecho de justicia
Toda persona puede concurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos. Asimismo debe disponer de un procedimiento sencillo y breve por el cual
la justicia lo ampare contra actos de la autoridad que violen, en perjuicio suyo, alguno de los derechos fundamentales consagrados constitucionalmente.
29 Art. 2.- ...
3. Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar que:
a) Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto hayan sido violados podr interponer un
recurso efectivo, an cuando tal violacin hubiera sido sometida por personas que actuaban en ejercicio de sus funciones
oficiales; ...
30 Art. 9.- ...
4. Toda persona que sea privada de libertad en virtud de detencin o prisin tendr derecho a recurrir ante un tribunal, a fin de que ste
decida a la brevedad posible sobre la legalidad de su prisin y ordene su libertad si la prisin fuera ilegal. ...

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Se dirige contra detenciones calificadas de arbitrarias y se da bajo tres supuestos:


Primero: Las producidas fuera de los supuestos del Mandato Judicial (escrito y
motivado) o de flagrante delito, o tambin de la llamada "Cuasiflagrancia".
Segundo: La que pese a producirse dentro del Mandato judicial o flagrante delito
se prolonguen por encima de las 24 horas en los cuales caduca la medida cautelar de la
detencin.
Tercero: Las ordenadas por funcionarios distintos a los jueces o por jueces que
carecen de competencia y las que se ejecutan por personas distintas a la polica.
7.2.2.- Hbeas Corpus Restringido.Procede cuando se trata de actos restrictivos que sin implicar privacin de libertad la
afectan de manera continua, pues esta se ve restringida. Ac no se aprecia privacin de
libertad, pero si entorpecimiento.
7.2.3.- Hbeas Corpus Preventivo.Se postula de esta manera cuando existe amenaza a la libertad individual, debiendo
ponderarse conforme a los requisitos de probabilidad o certeza y de inminencia.
7.2.4.- Hbeas Corpus Traslativo.Procede ante la demora en la tramitacin de los procesos judiciales o a fin de excarcelar
a quien se le mantiene indebidamente detenido no obstante haber cumplido su condena.
7.2.5.- Hbeas Corpus Innovativo.Permite tutelar residualmente el derecho reclamado, no obstante haberse convertido en
aparentemente irreparable. Se tratara no precisamente de una reparacin total sino ms
bien de una de carcter parcial.
7.2.6.- Hbeas Corpus Instructivo.Cuando una persona detenida y desaparecida por una autoridad o particular que niega la
detencin y por ello es imposible ubicarla, se ocasiona a la persona afectada la violacin
de sus derechos a la libertad, a la comunicacin, defensa, integridad fsica e incluso
derecho a la vida. Tiene como objeto individualizar al presunto responsable para
proceder a denunciarlo.
7.2.7.- Hbeas Corpus Correctivo.Se postula a fin de suprimir las condiciones de maltrato o mejorar la situacin de
aquella persona cuya libertad est ya restringida, por ejemplo, cuando a travs de este
medio, los internos en establecimientos penitenciarios pretenden mejorar su nivel de
permanencia denunciando condiciones infrahumanas.
De la revisin podemos anotar que el Habeas Corpus no est limitado exclusivamente a
la restitucin de la libertad ambulatoria individual, sino que su alcance es mucho mayor
en el Derecho Constitucional y en Derecho Procesal Constitucional.
8.- LIMITES DEL HABEAS CORPUS EN NUESTRO ORDENAMIENTO
JURIDICO.
8.1. Como se podr observar algunas de las clasificaciones doctrinales del habeas
corpus no se encuentran reconocidas por nuestro ordenamiento jurdico, y por ende, las
posibles soluciones que la autoridad que lo sustancie pueda brindar a los accionantes
son tambin limitadas.

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8.2. Es as que, como se dijo al inicio de este trabajo, los nicos remedios jurdicos que
el habeas corpus puede brindar en el Ecuador son los siguientes:
1. La inmediata libertad del procesado;
2. La orden de que se subsanen los efectos legales, si el recurso se contrae a
reclamar vicios de procedimiento o de investigacin; y,
3. La orden de que se ponga al recurrente a disposicin de los jueces propios,
si la denuncia alude a la competencia o el estudio del caso lo llevare a esta
conclusin.
8.3. Habiendo identificado los derechos fundamentales y penitenciarios de los reclusos,
claramente se puede colegir que los referidos remedios son insuficientes para garantizar
el respeto de dichos derechos.
9.- HABEAS CORPUS CORRECTIVO.
9.1. El Habeas Corpus Correctivo no busca la libertad del procesado sino corregir la
agravacin ilegtima de las condiciones de encierro de los reclusos. Es innegable que en
la prctica el tema se ceir a lo que la autoridad entienda por agravacin ilegtima de
las condiciones de encierro. Sin embargo, ser el desarrollo jurisprudencial del
Tribunal Constitucional el que delimite tanto el alcance de los derechos de los reclusos
como el mbito de intervencin de la institucin en el sistema penitenciario.
9.2. El trmite debe revistar caractersticas de sencillez, con pocas formalidades 31 , con
fcil acceso a la autoridad 32 y de respuesta rpida. Pudiendo ser presentada por
cualquier persona, en cualquier momento, de forma oral o escrita. En primer momento
se debe resolver sobre la admisibilidad del hecho denunciado para constituir una
agravacin ilegtima de las condiciones de encierro; en caso de considerarse
incompetente, deber remitir en consulta inmediatamente el trmite al Tribunal
Constitucional.
Admitida la causa al trmite, se ordenar a la autoridad que le presente al recluso e
informe sobre el hecho denunciado en una audiencia oral, pblica y contradictoria, con
admisin de prueba de ser necesaria-; pudiendo tambin la autoridad constituirse en el
centro de rehabilitacin. La resolucin deber tomarse en la misma audiencia. El
Director del centro penitenciario deber cumplir con lo ordenado en la resolucin en el
tiempo determinado en la misma. La apelacin se la har para ante el Tribunal
Constitucional.

31 No pudiendo ser rechazado por omisin de formalidades, estando obligada la autoridad a subsanar los defectos de la peticin sin interrumpir el
trmite.
32 Si bien no es el objetivo del presente recurso la discusin sobre quien debera ser en un Estado de Derecho la autoridad que sustancie una accin de
habeas corpus, dejamos sentada nuestra posicin de crtica respecto de la actuacin de una autoridad poltica como lo son los alcaldes de las ciudades
en la sustanciacin de estas acciones procesales constitucionales, por cuanto basados en nuestra experiencia nacional podemos observar como los
hbeas corpus son considerados por los burgomaestres como una competencia administrativa ms, sin darle la verdadera importancia a un derecho
fundamental como lo es la libertad ambulatoria. Es as, que encontramos unos municipios que no conceden un solo habeas corpus por manejar un
discurso de cero tolerancia a la delincuencia, otros que solo atienden las peticiones los das jueves, etc., con lo cual se acrecienta ms la inseguridad
jurdica haciendo inservible la jurisprudencia del Tribunal Constitucional en la primera instancia de los habeas corpus en sede municipal.
Consideramos que debera ser el juez penal de turno la autoridad competente para conocer de los habeas corpus, y en los casos en que la ilegitimidad
provenga de un acto del propio juez penal de turno, al juez penal de la siguiente plaza, o en las ciudades donde existen dos jueces penales de turno por
semana, el otro juez penal de turno.

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10.- CASOS PRACTICOS.


10.1. Si buscamos ejemplos de casos de agravacin ilegtima de las condiciones de
encierro, no hay que hacer mucho esfuerzo pues, desgraciadamente todo el sistema
carcelario reviste caracteres de ilegitimidad por el sistemtico y continuo
incumplimiento e irrespeto de los derechos de los reclusos y por el choque frontal con
los postulados constitucionales del sistema penitenciario. 33
10.2. Entre los variados aspectos de la vida carcelaria que han sido abordados por el
Habeas Corpus Correctivo en el derecho comparado encontramos:
a) Malas condiciones generales de cumplimiento de las medidas de encierro.
b) Libertad sexual de las personas privadas de libertad.
c) Traslados.
d) Arbitrariedad en la aplicacin de medidas disciplinarias.
e) Derecho a la intimidad de la correspondencia.
f) Requisa a los visitantes a centros carcelarios.
g) Trato discriminatorio a presos que padecen HIV. 34
10.3. Talvez uno de los ms graves problemas que enfrentan los sistemas carcelarios
del mundo sin distincin de pases-, es la superpoblacin, tan perniciosa es que en
Estados Unidos se ha descrito su efecto sobre los internos de la siguiente forma: En
muchas prisiones a lo largo del pas, los internos son encerrados en parejas en pequeas
celdas designadas para uno o forzados a dormir en colchones en gimnasios de prisiones
o en los pisos de los ambientes comunes, en pasillos o en stanos. Otros duermen en
traileres o tiendas transformadas. Los espacios que alguna vez fueron destinados al
trabajo, estudio o programas recreacionales son ahora comnmente ocupados por
dormitorios. Internos violentos no pueden ser ya segregados de los delincuentes no
violentos La superpoblacin ha contribuido tambin a diseminar la tuberculosis,
particularmente en su forma ms virulenta, entre prisioneros y el personal
administrativo. 35 36 La superpoblacin constituye uno de los tpicos de mayor
litigacin en incidentes de ejecucin penal en Estados Unidos. Y eso que cuando los
latinoamericanos vemos el estado de las crceles del primer mundo, nos parece que
todo funciona bien, y que cualquier problema del sistema penitenciario no le llega ni a
los talones a nuestra realidad carcelaria regional.
10.4. Otro problema de extrema gravedad lo constituye el ejercicio (o la falta de
vigencia) del derecho a la libertad sexual de los internos en las crceles. 37 Tpico que

33 A manera de ejemplo basta con revisar el segundo inciso del art. 208 CPR: ... Los centros de detencin contarn con los recursos materiales y las
instalaciones adecuadas para atender la salud fsica y psquica de los internos .... Como lo afirma SALT (ob. cit. p. 287) tan grave es para el texto
constitucional que una persona sea arrestada sin orden escrita de autoridad competente como que la privacin de libertad se ejecute en condiciones
inconstitucionales.
34 Cfr. RIVERA BEIRAS, Iaki / SALT, Marcos Gabriel, ob. cit. p. 283.
35 Cruel and Inusual Punishment. p. 97.
36 Para profundizar en los efectos de la superpoblacin en los reclusos se recomienda el estudio del fallo estadounidense Fischer v Kochler en el que se
hace un recuento de la evidencia cientfica que demuestra, entre otras cosas, que la superpoblacin causa estrs e incrementa la violencia.
37 Recordemos las palabras de Meursault, el personaje de El Extranjero de Albert Camus: Los primeros meses fueron duros. Pero precisamente el
esfuerzo que deba hacer ayudaba a pasarlos. Por ejemplo, estaba atormentado por el deseo de una mujer. Era natural: yo era joven. No pensaba nunca
en Mara particularmente. Pero pensaba de tal manera en una mujer, en las mujeres, en todas las que haba conocido, en todas las circunstancias en las
que las haba amado, que la celda se llenaba con todos sus rostros y se poblaba con mis deseos. En cierto sentido esto me desequilibraba.

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genera discusiones de variados aspectos desde violaciones sufridas por reos hasta los
regmenes de visitas ntimas, provisin gratuita de preservativos, etc. 38
11.- PROYECTO DE REFORMA NORMATIVA.
11.1. A efecto de positivizar el recurso del habeas corpus correctivo en nuestro
ordenamiento sugerimos las siguientes reformas constitucionales y legales:
11.1.1. Sustituir el primer inciso del art. 93 de la CPR por el siguiente:
Art. 93.- Toda persona que crea estar ilegalmente privada de su libertad o en
caso de agravamiento ilegtimo en la forma o condiciones de detencin, podr
acogerse al hbeas corpus. Ejercer este derecho por s o por interpuesta
persona, sin necesidad de mandato escrito, ante el alcalde bajo cuya jurisdiccin
se encuentre, o ante quien haga sus veces. Si la autoridad considera que lo
denunciado no constituye uno de los supuestos de procedencia del habeas
corpus o si se considera incompetente lo rechazar al avocar conocimiento, sin
embargo, deber remitir el trmite en consulta inmediatamente al Tribunal
Constitucional. En caso contrario, la autoridad municipal, en el plazo de
veinticuatro horas contadas a partir de la recepcin de la solicitud, ordenar que
el recurrente sea conducido inmediatamente a su presencia, y en audiencia oral,
pblica y contradictoria, con admisin de prueba, de ser necesaria, exhiba la
orden de privacin de libertad o informe sobre las circunstancias de la privacin
de libertad, especficamente sobre el hecho denunciado, pudiendo tambin la
autoridad constituirse en el centro de rehabilitacin donde se encuentre el
detenido. La resolucin deber tomarse en la misma audiencia. Su mandato ser
obedecido sin observacin ni excusa, por los encargados del centro de
rehabilitacin o del lugar de detencin, respetando los plazos sealados en la
resolucin. La apelacin se la interpondr para ante el Tribunal
Constitucional.
11.1.2. Aumentar un numeral despus del octavo inciso del art. 74 de la LRM en el
siguiente sentido:
Art. 74.-
4. La orden de que se tomen las medidas necesarias para dar solucin a las
condiciones de ilegitimidad de la privacin de libertad, especificando dichas
medidas y el plazo para su cumplimiento.
11.1.3. Sustituir el segundo inciso del art. 31 de la LCC por el siguiente:
Art. 31.- ...
Si del expediente apareciere que el detenido no fue presentado ante el alcalde; o
si no se hubiera exhibido la orden de privacin de la libertad; o si sta no
cumpliere los requisitos legales; o si se hubieren cometido vicios de
procedimiento para la detencin; o si se hubiese verificado una agravacin
ilegtima de la forma o condiciones en que se cumple la privacin de libertad; o
si del expediente aparecieren pruebas que den fundamento al recurso, el Tribunal
38 Un interesante caso se plante en Espaa, mediante el cual un reo argument que dada su situacin carcelaria, la mayora de las mujeres que
conoca en el lugar de encierro era prostitutas y que l no deseaba tener relaciones con ellas por temor a un contagio de SIDA, y en tal virtud, solicitaba
permiso paras tener una mueca sexual inflable en su celda, con lo que satisfacera su instinto sexual sin moletar a nadie y sin riesgo para su salud.
Dicha peticin fue negada por cuanto el reo comparta su celda con otros reclusos, lo que podra generar prstamos de la mueca y, por consiguiente,
eventuales contagios de enfermedades de otros prisioneros.

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Constitucional ordenar la inmediata libertad del detenido o las medidas


necesarias para dar solucin a las condiciones de ilegitimidad de la privacin
de libertad junto con el plazo para su cumplimiento, mediante oficio que se
dirigir al encargado del Centro de Rehabilitacin Social o del lugar de
detencin. Si ste no acatare la orden, ser inmediatamente destituido de su
cargo, por resolucin del Tribunal Constitucional, el cual comunicar la
destitucin a la autoridad nominadora.
12.- CONCLUSIONES.
12.1. Que en los centros de rehabilitacin social impera a plenitud la arbitrariedad
administrativa donde no rige la racionalidad de los actos de la administracin.
12.2. Que en los casos en que procede el habeas corpus en el Ecuador no son los nicos
casos de privaciones de libertad ilegtimas.
12.3. Que el habeas corpus en nuestro ordenamiento jurdico no prev soluciones para
la agravacin ilegtima de la forma y condiciones en que se cumple las privaciones de
libertad.
12.4. Que las finalidades normativas de la ejecucin penal del ordenamiento jurdico
ecuatoriano son las siguientes: a) Reforma, rehabilitacin, reincorporacin y
readaptacin social de los reclusos; b) Prevencin de la reincidencia y habitualidad; y,
c) Disminucin de la delincuencia.
12.5. Que ninguna de las finalidades normativas de la ejecucin penal son alcanzadas
por el sistema penitenciario ecuatoriano.
12.6. Que el principio de legalidad abarca tambin el rgimen legal de las condiciones
de cumplimiento de las penas.
12.7. Que si, por un lado, el juez al dictar sentencia est atado a la ley, por otro, la
administracin penitenciaria al ejecutar la condena est atada a la sentencia y no puede
afectar ms derechos que los referidos en la sentencia sin quebrantar el principio de
legalidad y sin tornar en ilegtima a la privacin de libertad.
12.8. Que el derecho al debido trato en prisin es una manifestacin del respeto a la
dignidad humana y del principio de la humanidad de las penas.
12.9. Que el irrespeto al debido trato en prisin ha generado que en las prisiones en vez
de prevenir la violencia y el delito, los fomente.
12.10. Que no todas las clasificaciones doctrinales del habeas corpus se encuentran
reconocidas por nuestro ordenamiento jurdico.
12.11. Que el Habeas Corpus Correctivo no busca la libertad del procesado sino
corregir la agravacin ilegtima de las condiciones de encierro de los reclusos.
12.12. Que una reforma constitucional y legal tendiente a introducir el Habeas Corpus
Correctivo es imprescindible para cumplir con las obligaciones que emanan de los
convenios de derechos humanos suscritos y ratificados por el Ecuador.

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12.13. Que los casos como Suarez Rosero vs Ecuador y Tibbi vs Ecuador en la
Comisin y Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto a incomunicaciones
de los detenidos, duracin excesiva de los plazos de medidas cautelares personales y
tratos crueles inhumanos y degradantes, no pueden repetirse.
12.14. Que a pesar de las prcticas de la administracin penitenciaria los presos son
seres humanos sin libertad pero con derechos fundamentales y derechos penitenciarios
que el Estado y la ciudadana tienen la obligacin de reconocer y respetar.
12.15. Que debemos entender que, como lo dice Hilde KAUFMANN, la humanizacin
de la ejecucin penal elimina la tensin social y contribuye indirectamente a una mayor
seguridad pblica, al brindar las bases necesarias para procesos positivos de aprendizaje
social, nica posibilidad de disminuir la criminalidad, reducir la tendencia a la comisin
de hechos punibles y evitar nuevas reincidencias 39 .
ABREVIATURAS:
CPR
Constitucin Poltica de la Repblica.
CP
Cdigo Penal
CPP
Cdigo de Procedimiento Penal
LCC
Ley de Control Constitucional
LRM
Ley de Rgimen Municipal
CEP
Cdigo de Ejecucin de Penas
CIDH Convencin Interamericana de Derechos Humanos
PIDCP
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos
RMTR
Reglas Mnimas para el Tratamiento de los Reclusos.
ERJAFE
Estatuto del Rgimen Jurdico Administrativo de la Funcin Ejecutiva
LM
Ley de Modernizacin
LE
Ley de Elecciones
BIBLIOGRAFIA:
ZAFFARONI, Eugenio Ral SLOKAR, Alejandro ALAGIA, Alejandro.
Derecho Penal Parte General. Ediar, Buenos Aires, 2000.
MAPELLI CAFARENA, Pena Privativa de Libertad.
RIOS, Ramn Teodoro, La Ejecucin de la Pena en Determinacin Judicial de
la Pena, Editores del Puerto, Buenos Aires, 1993, p. 128/9.
RIOS, Ramn Teodoro, La Ejecucin de la Pena en Determinacin Judicial de
la Pena, Editores del Puerto, Buenos Aires, 1993.
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LEGISLACION COMPARADA:
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Ley de Ejecucin Penal Brasilera.

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