Investigaciones Recientes Sobre La Lítica Arqueológica en México
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COLECCIN CIENTFICA
Serie Arqueologa
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ISBN: 978-607-484-573-0
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproduccin total o parcial de esta
obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografa y el tratamiento
informtico, la fotocopia o la grabacin, sin la previa autorizacin por escrito de los
titulares de los derechos de esta edicin.
Impreso y hecho en Mxico.
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ndice
Introduccin
Lorena Mirambell y Leticia Gonzlez Arratia
19
37
61
79
95
111
133
147
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Introduccin
Lorena Mirambell *
Leticia Gonzlez Arratia**
2
Comunicacin personal con Dennis Stanfford,
octubre, 2008, Washington, D. C.
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tcnicas, como es evidente en el caso del espejo de obsidiana, el cual, de acuerdo con el
experimento de Clark y Weigand, en una de
sus modalidades requiere sobre todo tres
tcnicas: la percusin directa con un percutor
grande y blando, la presin y la perforacin,
y tambin de una estrategia y control de la
fuerza para desprender por percusin grandes
lascas bulbares.
La calidad y el enfoque de los trabajos que
aparecen en esta obra permiten una lectura
individual y enriquecedora de cada artculo
por s mismo, y alientan a realizar a su vez una
lectura comparativa.
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Introduccin
3
gianfranco Cassiano, Cambios en la tecnologa
ltica entre el Pleistoceno tardo y el Holoceno temprano en el rea de Meztitln-Mezquititln, Hidalgo, en
Leticia gonzlez Arratia y Lorena Mirambell, Reflexiones
sobre la industria ltica, inah, Coleccin Cientfica 475,
Mxico, pp. 49-82.
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Introduccin
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Introduccin
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Introduccin
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Introduccin
El poblamiento de Amrica es uno de los temas
ms fascinantes de la arqueologa del Continente Americano (Stanford, 1991; Tankersley,
2000). Aunque han pasado 75 aos desde que
el descubrimiento del Sitio Folsom demostr
que en Norteamrica existan humanos simultneamente con megafauna ya extinta, la comunidad arqueolgica est muy dividida respecto a la antigedad de muchos de los sitios
declarados tempranos y la fecha de la entrada
de los grupos humanos en el Nuevo Mundo
(Bryan, 1991; Dillehay, 1989, 1997; Dillehay et
al. 1999; Frison, 2000; Fiedel, 1999b, 2000;
Haynes, 1999; Kelly y Todd, 1988; Meltzer,
1989, 1995; Owen, 1984; Stanford, 1991;
Waters, 2000). Actualmente, el nico consenso
entre los investigadores es que los primeros
americanos ya eran Homo sapiens, y que ya estaban en el continente por lo menos hace
13000 aos (Metzler, 1995: 1).
Los grupos cazadores-recolectores conocidos
como Clovis pueden ser considerados como el
primer horizonte cultural de escala continental,
con una edad de radiocarbono de 11600 aos
antes del presente [13350 cal AP] (Fiedel, 1999;
* Subdireccin de Laboratorios y Apoyo Acadmico,
inah.
** Subdireccin de Investigacin y Conservacin del
Patrimonio Arqueolgico, inah.
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Metodologa
Las herramientas y desechos lticos son virtualmente los nicos restos arqueolgicos que se
preservan de las sociedades forrajeras prehistricas (Bamforth, 1991; Shott, 1986). Para
poder conocer la variabilidad de la industria
ltica Clovis es necesario considerar los varios
componentes de la tecnologa ltica, las estrategias de obtencin de la materia prima y de
produccin de herramientas, y el uso/reuso
de implementos. Este enfoque tambin nos
permitir identificar los atributos funcionales
del conjunto ltico, as como determinar la
variabilidad local de estilos, y examinar la diversidad de las actividades e intensidad del
patrn habitacional Clovis (Hayden et al.,
1996; Kooyman, 2000; Bamforth, 1991).
El estudio del proceso de manufactura y de
la obtencin de la materia prima utilizada en
la elaboracin de las herramientas est relacionado directamente con el patrn de asentamiento, la territorialidad y movilidad, y de
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en el norte de Mxico. La mayora de las herramientas en el sitio (98 por ciento) estn
elaboradas con materia prima del yacimiento
local, incluyendo el taller de talla para elaborar herramientas bifaciales denominado localidad 12 (figura 2). El componente del sitio
mejor representado es la ocupacin Clovis,
aunque en la superficie del sitio se advierten
artefactos de diferentes ocupaciones arcaicas
del Holoceno medio y tardo. En este estudio
presentamos las herramientas que consideramos diagnsticas de la industria Clovis,
aunque estamos conscientes de que no se
puede entender la tecnologa ltica en su totalidad sin tomar en cuenta todos los procesos
y aspectos de la reduccin ltica, desde la obtencin de la materia prima hasta el uso de las
herramientas elaboradas. Aqu ofrecemos un
panorama general de las herramientas analizadas hasta la fecha de las diferentes colecciones. Dos colecciones han sido analizadas: las
herramientas diagnsticas recuperadas de la
superficie en 2003 y las herramientas diagnsticas recolectadas por Julio Montan (19781981).
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cas y semiprismticas, ncleos cnicos y polidricos, delicados raspadores terminales, muchos con espoln, y una variedad de raspadores
laterales y compuestos hechos en lascas, y
navajas, punzones y bifaciales grandes que
parecen reflejar preformas de puntas de
proyectil (Haynes, 1980, 1987; Stanford,
1991). Lascas de acanaladura, lascas de adelgazamiento de bifacial y lascas puente (overshots)
son parte del conjunto diagnstico de herramientas Clovis (Collins y Hester, 2001).
La textura del basalto vitrificado que se
observa en el yacimiento del sitio es poco
uniforme, hay fragmentos con muchos cristales, mientras que otros son sumamente finos; los
colores tambin presentan una gran variabilidad, de negro a amarillo. Muchos artefactos
exhiben una ptina de tono amarillo, atributo
diagnstico que puede significar antigedad
o el tiempo que estuvo la herramienta expuesta a procesos de intemperismo. Sin embargo,
nos dimos cuenta de que la ptina puede
utilizarse como atributo diagnstico de Clovis
slo hasta cierto punto, ya que en las herramientas vara enormemente; por ejemplo, en
las puntas Clovis que hemos recolectado en la
Bifaciales grandes-Clovis
Preformas Clovis
Puntas Clovis
Navajas
Ncleos de navajas
Tabletas de ncleos
Lascas de rejuvenecimiento
de ncleo
Raspadores miscelneos
Total
Tabla 1
ArTEFACTOS DIAgNSTICOS CLOVIS
AArF 2003
18
17
33
13
107
Coleccin Montan
48
10
14
35
45
41
215
Coleccin McIntyre
15
31
21
19
89
11
Coleccin robles
Total
71
31
15
4
23
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10
72
30
55
383
Preforma Clovis
Localidad 6
1
1
Localidad 2
1
Localidad 7
Localidad 10
Localidad 4-5
1
2
1
1
Localidad 8
Localidad 12
Puntas Clovis
Bifaciales cuadrados
Aislados
Tabla 2
INDuSTrIA BIFACIAL DE EL BAJO
2
1
12
Montan
17
31
14
10
Total
26
40
31
17
Bifaciales formales primarios. Los bifaciales clasificados en esta categora muestran cicatrices
de lascas largas expansivas en una forma selectiva, la reduccin se realiza por medio de
la remocin de lascas grandes, con algunas
irregularidades en forma y espesor; pueden
tener crtex y tienen una forma oval con poca
diferenciacin entre el extremo distal y
proximal (Huckell, 2007:189; gramly, 1990).
Contamos en la muestra 26 bifaciales formales
primarios, 17 de la coleccin Montan y
nueve de la coleccin 2003. Si tomamos en
cuenta la informacin de procedencia, pode-
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Figura 5. Preformas Clovis (los puntos en el bifacial de enmedio tienen una plataforma preparada para
extraer la lasca de canal).
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La industria de navajas
En estudios recientes de la ltica Clovis ha
quedado establecido que estos grupos de cazadores-recolectores tempranos desarrollaban
una tecnologa especializada en la elaboracin
de navajas prismticas derivadas de ncleos
polidricos o por lo menos ncleos con caras
subprismticas. Por medio de anlisis lticos y
estudios experimentales, Collins y sus colegas
(1999: 57-59) proponen que las navajas Clovis
se hacan por medio de una tcnica de percusin directa o percusin indirecta, dando
como resultado navajas con una o dos aristas,
esto a diferencia de las navajas prismticas
mesoamericanas.
En el Sitio de El Bajo la industria de navajas est bien representada por muchos productos y subproductos; los bloques en bruto
que se obtienen del yacimiento son polidricos
y uno de los planos rectos se utiliza como
plataforma natural. En el Sitio gault, cerca de
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Localidad 6
Localidad 7
Localidad 10
Localidades 4-5
11
Montan
12 8
48
Total
14 17 28 9
10 91
ToTal
Navaja 3
Aislados
Tabletas
Navaja 2
Navaja 1
Navaja de cresta
Tabla 3
INDuSTrIA DE NAVAJAS
14
7
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1
4
ToTal
Raspador tortuga
Raspador lateral
1
1
Cepillo
Aislados
Localidad 6
Localidad 2
Localidad 7
Localidad 10
Localidad 4-5
Localidad 8
Localidad 12
Montan
Total
Tabla 4
rASPADOrES
2
2
5
4
4
1
1
107
126
1
1
45
51
2
3
20
26
19
21
1
21
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Consideraciones finales
El estado de Sonora es un espacio que fue
habitado por muchos grupos de cazadoresrecolectores Clovis que habitaron tanto en la
planicie costera como en los valles paralelos
interiores de la provincia de valles y sierras
sonorenses. El sitio Clovis de El Bajo es uno
de los ms grandes y ms impresionantes del
estado, con un yacimiento de basalto vitrificado que seguramente atrajo a los grupos de
cazadores-recolectores. El estudio de las herramientas diagnsticas Clovis recolectadas en
el sitio indica que los grupos Clovis acampaban
temporalmente y regresaban al sitio, y sin duda
el yacimiento de materia prima fue la mayor
atraccin para los grupos nmadas. Sin embargo, la distribucin de las localidades, algunas a casi 2 km de distancia del yacimiento, y
la variedad y reutilizacin de las herramientas
lticas sugieren que existieron campamentos
semipermanentes en este sitio.
Las industrias lticas representadas en el Sitio
El Bajo, a grandes rasgos, son tres. una industria
bifacial representada por las puntas Clovis y las
preformas bifaciales de extremos indiferenciados que seguramente se elaboraron para ser
transportadas con facilidad, ya que se pueden
transformar en una gran variedad de herramientas. La versatilidad de estos bifaciales ha
sido estudiada por Kelly y Todd (1988). Los
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bifaciales muchas veces se transforman en cuchillos, taladros y punzones. una de las caractersticas diagnsticas de la industria Clovis
bifacial, aparte de la acanaladura basal, son las
lascas de puente o lasqueos overshot. Este tipo de
lasqueo utilizado por los grupos Clovis puede
usarse como marcador temporal y cultural. Los
grupos humanos que preceden a Clovis no
realizan este tipo de lasqueos, difcil de lograr y
con una gran posibilidad de romper la pieza.
La industria de navajas est representada
por los ncleos polidricos y de cua, tabletas
obtenidas al preparar la plataforma, navajas
de cresta, navajas utilizadas sin ser modificadas
y navajas transformadas en herramientas
unifaciales. La industria de navajas es muy
similar a la observada en el Sitio gault, cerca
de Austin, Texas, y aunque hasta ahora no
tenemos alguna prueba de las relaciones entre
estos dos sitios, las similitudes entre las dos
industrias es de considerarse, ya que se piensa
que los grupos Clovis se desplazaban a enormes distancias.
La otra industria representada es la de ncleo-lasca. sta es la ms simple y con ella se
obtienen lascas de ncleos poco preparados,
posteriormente las lascas y los ncleos se
transforman en raspadores, cepillos, tajadores
bifaciales y unifaciales. Es posible que los grupos Clovis de El Bajo tambin hayan utilizado
la tcnica expedita para hacer algunas herramientas. Aunque en el sitio existe una considerable industria expedita, en este anlisis no se
tom en cuenta ya que es imposible distinguirla de las industrias lticas arcaicas, y como toda
nuestra muestra es de superficie no podemos
saber a cul de los periodos pertenece.
Los productos obtenidos de estas industrias
Clovis indican que los grupos de cazadores y
recolectores Clovis tenan campamentos estables y probablemente de larga duracin en el
sitio, donde realizaban una gran cantidad de
actividades cotidianas domsticas, artesanales
(raspadores terminales muy finos con espoln)
y especializadas (puntas Clovis). Algunos de
los conjuntos de herramientas pueden ser
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La ltica chalchihuitea
del norte de Durango
Fernando Berrojalbiz Cenigaonaindia*
Resumen
En este trabajo se analiza el complejo ltico
chalchihuiteo, se estudian todas las piezas,
desde los ncleos hasta los instrumentos utilizados o los artefactos facetados bifaciales, y se
contemplan todos los desechos, desde los ms
pequeos hasta los ms grandes, por medio de
la reconstruccin de las cadenas operativas. Se
estudia la gestin de la diversidad de materias
primas que usaban. En los sitios analizados se
constataron todas las etapas de la manufactura.
Se registr una variedad de mtodos de talla,
aunque para la ltica pulida se hallaron pocas
evidencias de su manufactura. La mayora de
la ltica corresponde a una talla poco elaborada para instrumentos sobre lascas de riolita,
pero tambin se encuentra el facetado bifacial
para los cuchillos y puntas de flecha. Se examinan los distintos mtodos de talla hallados
y las tcnicas de retoque empleadas.
Introduccin
El presente texto est basado en el estudio que
realic de un valle al norte de Durango, el valle
del alto ro Ramos (figura 1), en el marco del
Proyecto Hervideros del Instituto de Investigaciones Estticas de la Universidad Nacional
1
Este estudio dio origen a mi tesis doctoral, presentada en la Facultad de Filosofa y Letras de la unam en
enero de 2005 (Berrojalbiz, F., 2005).
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Figura 1. Mapa en el que se sealan las reas que ocup la cultura chalchihuitea, y la ubicacin del
valle del alto ro ramos en el norte de Durango.
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La cadena operativa, en el estudio de una industria ltica, toma en cuenta todos los procesos,
yendo del aprovisionamiento de la materia prima
hasta su abandono, pasando por todas las etapas
de fabricacin y de utilizacin de un til. Ella
permite estructurar la utilizacin de los materiales por el hombre, resituando cada pieza que va
resultando en el proceso en un contexto tcnico,
y ofrece un cuadro metodolgico para cada nivel
de interpretacin (Inizan et al., 1995: 14).
2
A continuacin explico la definicin de tcnica que
utilizo, para la cual sigo a Inizan et al.: un gesto, un
golpe de mano, el empleo de un percutor duro o suave,
la interposicin de un cincel son ejemplos de tcnicas
(Inizan et al., 1995: 30). Los procedimientos tcnicos
son cortas secuencias sistematizadas de gestos asegurando una preparacin: la abrasin de una cornisa, la
preparacin de un borde antes de la extraccin por un
golpe de buril, el facetado de un plano de percusin o
de presin (Inizan et al., 1995: 30). Es necesario sealar que fue Mauss (1947, citado en Inizan et al., 1995:
15) quien estableci la nocin de tcnica sin objeto
material, ya que consideraba las actividades del cuerpo
como tcnicas, como es el caso de la danza. En este concepto de tcnica est incluido el gesto, como accin ligada a la psicomotricidad.
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3
Merino explica de la siguiente manera las lascas de
decalotado y las de descortezamiento: En el caso de los
guijarros el trabajo comienza por la preparacin de un
plano de percusin, mediante la eliminacin de una
primera lasca de decapitado o decalotado, sin taln,
redondeada, poco saliente, que muestra bulbo y a veces
cono de percusin [] A veces las lascas de decalotado
se hacen a partir de un plano de percusin preexistente, prestado por la presencia de algn plano natural del
propio guijarro o alguna irregularidad de su superficie
y que por tanto conservar el crtex. Ms tarde el trabajo sigue con la extirpacin ms o menos extensa del
crtex por eliminacin de las lascas de decorticado, que
tambin se expulsan por percusin, primero sobre el
plano que deja la lasca de decalotado que parti, y
posteriormente apoyndose en las sucesivas plataformas
que crean las nuevas lascas de decorticado extirpadas.
Todas ellas conservan el crtex en mayor o menor
proporcin, pero no en el taln, como las de decalotado (Merino, 1980: 33). He considerado como lascas de
decorticado aquellas que tienen entre 75 y 100 por
ciento de crtex en la cara dorsal, pero el taln no est
totalmente cubierto por crtex.
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4
He analizado caractersticas de las definiciones de
estas piezas establecidas por los siguientes autores: rodrguez, F., 1985, A-28: 58; gaxiola, M., 1989: 34; Kerley,
J., 1989: 165; Andrefsky, W., 1998: 118, 115.
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T. Bipolar
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30
301
165
238 + 129
P. Mtodo poco e.
Desechos facetado
Frag. D. T.
Frag. D. F.
82.42
91.9
71.66
70.4
51.8
61.6
45.34
61.11
87.5
% del
total
100
100
100
100
96.1
100
91
100
% G.
fino
3.87
% G.
medio
Pedernal
% G.
grueso
5.44
21.69
9.09
37.77
33.02
49.81
33.3
% del
total
100
100
39.5
46.5
65.8
66.6
% G.
fino
100
60.4
43.8
29.70
33.4
% G.
medio
Riolita
9.58
4.46
% G.
grueso
17.57
2.65
6.66
20.51
10.42
100
3.28
2.06
5.55
% del
total
2.1
2.78
12.5
% del
total
Obsidiana
86.4
69.3
% G.
fino
13.6
30.7
100
% G.
medio
Otros
% G.
grueso
[L. C. Cara: lascas de correccin de cara; P. mtodo poco e.: puntas realizadas por mtodo poco elaborado; Frag. D. T. : Fragmentos de desecho de talla; Frag.
D. F. : Fragmentos de desechos de facetado.]
[Los porcentajes de cada tipo de grano corresponden a la proporcin respecto del nmero de ese tipo de artefactos en esa materia prima, mientras que porcentaje
del total corresponde a la proporcin respecto del nmero total de ese tipo de artefactos, contando los de todas las materias primas diferentes.]
[Otros: corresponde a andesita, caldedonia, arenisca y cuarcita.]
[El nmero de artefactos de la fila sombreada no se suma a los dems en el caso de querer obtener el nmero total de piezas, ya que se encuentran repartidas
entre otras categoras = una lasca de correccin de cara, por ejemplo, pudo ser retocada y usada como instrumento.]
39
I. Facetados
374
213
L. C. Cara
Desechos talla
387
18
I. Soporte lasca
Ncleos
Total
Artefacto
Nodulares
Nm.
Tipo
Cuadro 1
TIPOS DE ArTEFACTOS DE LA INDuSTrIA LTICA DE LA TuTuVEIDA
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38
L. C. Cara
11
I. Facetados
33
Frag. D. T.
Frag. D. F.
34
Desechos
facetado
P. Mtodo
poco e.
35
Desechos talla
T. Bipolar
169
Ncleos
I. Soporte lasca
Total
Artefacto
Nodulares
Nm.
Tipo
33.33
79.41
54.54
37.14
94.73
41.42
50
% del
total
Cuadro 2
100
100
100
100
58.57
100
% G.
fino
8.87
% G.
medio
Pedernal
8.28
% G.
grueso
66.66
20.58
18.18
45.71
52.07
16.6
50
% del
total
36.36
100
100
66.66
48.86
% G.
fino
54.54
20.45
100
100
% G.
medio
Riolita
9.09
33.33
30.68
% G.
grueso
27.27
17.14
5.26
2.36
66.6
% del
total
4.14
16.6
% del
total
Obsidiana
57.14
100
% G.
fino
Otros
% G.
medio
42.85
% G.
grueso
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Figura 3. a) y b) Lascas de decorticado. La Tutuveida. Dibujo del autor. c), d), e) y f) Lascas de
adelgazamiento de facetado bifacial. Desecho de facetado. La Tutuveida. c) y d) Dibujos de Franoise
Bagot. e) y f) Dibujos del autor. g) e i) Lascas de reavivado de plataforma, utilizadas como instrumentos.
La Tutuveida. En g) se aprecia en la cara dorsal la preparacin de la plataforma y en la vista inferior los
inicios de extracciones a partir de la plataforma. Dibujos de Franoise Bagot. h) Lasca de correccin
de cara. Desecho de talla. La Tutuveida. j) y k) Lascas de obsidiana de forma de concha. Lascas de
desecho. La Tutuveida. Estas tres ltimas piezas dibujos del autor.
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La Tutuveida
De las lascas de correccin de cara de lascado
del ncleo, algunas no sirvieron para soporte
de instrumento y se consideran como desecho
de talla, y otras fueron adems utilizadas como
instrumento, con o sin modificaciones posteriores (figura 3h). En total suman 206 piezas,
28.96 por ciento del total de productos de talla.5
De todos los productos de talla, se observaron
tres lascas de reavivado de plataforma de percusin (figuras 3g, i). Dos fueron utilizadas
como instrumentos. una es de riolita de grano
fino y las otras de pedernal de grano fino.
Dentro del total de piezas recuperadas se
hallaron 31 instrumentos realizados mediante
facetado y 12 fragmentos. Se detectaron 293
lascas de desecho de facetado o de talla bifacial
(figuras 3c, d, e y f). Tambin se recogieron
10 lascas de reavivado del borde de ms de 1
cm, y tres menores de 1 cm, todas de pedernal.
Se hallaron 28 instrumentos de una talla poco
elaborada para la manufactura de puntas y
nueve fragmentos de este tipo de instrumentos. Las piezas de obsidiana fueron analizadas por separado. En el cuadro 3 se detallan
las categoras de piezas halladas.
Cuadro 3
INSTruMENTOS DE OBSIDIANA.
LA TuTuVEIDA
Ncleos
Instrumentos sobre soporte de lasca
Lascas de correccin de cara
Desechos de talla
Instrumentos facetados
Puntas de proyectil mtodo poco elaborado
Desechos de facetado
Sin identificar
1
8
7
39
8
2
8
29
5
Para consultar ms ampliamente la clasificacin de
estas lascas y sus propsitos, vase Berrojalbiz, F., 2005,
pp. 161-162.
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Facetado
Acerca del facetado en general de todas las
materias primas en ambos sitios no tengo
indicios de las primeras etapas de este tipo de
talla. No se puede saber muy bien si se tallaban
bloques brutos desde el principio con este
tipo de talla o si se usaban productos extrados
de un ncleo, aunque por el tipo de piezas
con que se cuenta casi podemos asegurar que
la segunda opcin es la que se practicaba.
Los desechos que he recuperado no pertenecen a las primeras etapas de la secuencia de
reduccin. Solamente alguna de las lascas de
decalotado y de descortezamiento, que se han
comentado ms arriba, pueden ser de estas
primeras etapas. Los desechos recuperados
pertenecen a etapas medias y finales del facetado, lascas de adelgazamiento y de adelgazamiento por presin, que corresponden a la
cuarta y quinta etapas, segn gaxiola (1989:
33-36). En nuestro caso no todas las lascas de
adelgazamiento presentan plataforma facetada,
como lo seala esta autora. Varias de las piezas
facetadas son preformas, lo que nos indica que
en muchos casos la mayor parte del proceso se
realizaba en el sitio. Sobre las piezas de obsidiana, las conclusiones son muy similares. Creemos
que las lascas de adelgazamiento por presin y
las que son menores a 1 cm corresponden a la
ltima etapa de terminacin de la pieza.
Despus de analizar los diferentes tipos de
artefactos de las colecciones de estos dos sitios,
he encontrado evidencias de casi todas las
etapas o procesos de la talla y el facetado,
desde el descortezamiento de los bloques
hasta el retoque y reavivado de las herramientas, que demuestran que en el sitio se realizaban dichas actividades, aunque para el facetado no he hallado muchas evidencias de las
primeras etapas.
Segn los autores citados, esta tcnica bipolar era adecuada para conseguir ms instrumentos de ncleos u otras piezas normalmente descartadas por su pequeo tamao u otras
caractersticas. Se trataba de aprovechar al
mximo la materia prima (Clark, 1981: 274,
279; Andrefsky, 1998: 119).
El ngel
En esta coleccin se hallaron 165 soportes de
instrumentos en lasca y se encontraron 36
lascas de correccin de cara. Siete de ellas, las
que fueron utilizadas como herramientas,
tienen un volumen que tiende a piramidal, de
gran espesor. De las que son desecho de talla,
21 fueron extradas para corregir irregularidades en general, y las dems tienen una clasificacin ms especfica.
Entre los artefactos de este sitio existen
siete instrumentos realizados mediante facetado, y un fragmento. Se hallaron 34 piezas
que son desecho de facetado bifacial. Tambin
se detectaron tres lascas de rejuvenecimiento
del borde til, dos de riolita de grano fino y
una de pedernal de grano fino. En las piezas
de obsidiana, aparte de las herramientas realizadas mediante facetado en este material,
que suman tres piezas, se encontraron dos
instrumentos en lasca, ambos con retoque, y
dos fragmentos de instrumentos.
Tambin se descubrieron cuatro fragmentos de ndulos de pequeo tamao que presentaban crtex por uno de los lados y por el
otro evidencias de extracciones. Es posible que
estas lascas hayan sido extradas con una tcnica bipolar, pero debido a que tienen extracciones posteriores que no permiten observar
los rasgos definitorios de este tipo de tcnica
no se puede asegurar el empleo de dicha tcnica. Adems de los instrumentos y de los
ndulos de obsidiana, se recogieron lascas que
no sirvieron como soporte de herramienta. Se
hallaron dos lascas de correccin de cara de
lascado, una lasca de reavivado de plataforma
de lascado, dos lascas de desecho de talla y una
lasca de rejuvenecimiento de borde til.
Mtodos de talla
Talla de instrumentos nodulares
Se analizaron los pocos ejemplares de estos
artefactos siguiendo el mismo mtodo que a
continuacin se explicar para la produccin
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49
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de soportes de instrumentos, si bien se comprob al final que en las dos colecciones estos
instrumentos no tienen un mtodo o tcnica
de talla especializados.
Talla para la produccin de soportes de instrumentos
De los 17 ncleos hallados en La Tutuveida,
en 10 de ellos se pueden distinguir las plataformas de percusin, la mayor parte de las
cuales cuenta con una o dos plataformas (figura 2c). De todas las plataformas observadas
(16), la mayora son lisas (13), una es facetada
y otras dos se ubican en una superficie con
crtex. En cuatro ncleos se observaron
huellas de abrasin de cornisa.
Por otra parte, en slo dos ncleos se detectaron extracciones de lminas pequeas,
pero con una tcnica no muy buena ya que la
curvatura de la cara de lascado no es la adecuada, y existen accidentes de talla que no se
corrigieron. Las extracciones observadas en
los ncleos no demuestran un orden o un
esquema elaborado. Estas informaciones nos
indican que los mtodos de talla usados en
estos ncleos no eran muy especializados.
En este conjunto de ncleos predominan
los de pedernal sobre los de riolita, pero en
ambas materias primas la mayora de las piezas
son de grano fino. A esto se aade que todos,
salvo dos, fueron descartados o estn en la
etapa de terminacin, casi agotamiento. De
estos aspectos parece desprenderse la tendencia de que el pedernal era trabajado hasta el
agotamiento y aprovechando al mximo la
materia prima, a juzgar por el tamao pequeo de la mayora de los ncleos recuperados.
En El ngel se hallaron dos ncleos que
presentan indicios de haber sido descartados
(figura 2b). Las extracciones no tienen ningn
orden aparente, y la mayor parte de las plataformas no estn presentes, salvo dos, las cuales
no tienen ninguna preparacin.
Preparacin de plataformas
respecto a la preparacin de plataformas, lo
primero que destaca es que en ms de la mitad
de las piezas no se puede identificar el taln
Tcnicas de talla
Para la determinacin de la tcnica de percusin hay que conocer los elementos fsicos del
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Casuales
Casuales sobre crtex: 17
Casuales puntuales: 11
Casuales sobre plataforma
lisa: 32
EL NgEL
Formales
Formales lisos: 19
Formales lisos pulidos: 2
Formales facetados: 5
Casuales
Casuales sobre crtex: 13
Las que son sobre crtex o casuales puntuales corresponden generalmente a las primeras etapas de la explotacin del ncleo. El
estudio de las plataformas indica que no se
utilizaban tcnicas complejas en la elaboracin
de las mismas, lo que deja ver que la talla de
los ncleos no se haca siguiendo esquemas
elaborados. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que en la mayora de las piezas no se
puede identificar el taln, por lo que cabe la
posibilidad de que hubiera mayor proporcin
de talones elaborados.
Preparacin de caras
Las lascas de correccin de cara de las dos
colecciones representan una proporcin
bastante importante, alrededor de 25 por
ciento de los productos de talla. Corresponden
tanto a las etapas de iniciacin como a sucesivas correcciones y a reavivados durante las siguientes etapas de explotacin. Esto indica
que existe cierto cuidado y elaboracin para
preparar las caras de lascado en los mtodos
de talla utilizados en el sitio (figura 3h).
En estas piezas de correccin de cara destaca el hecho de que la gran mayora son de
pedernal de grano fino, 60.67 por ciento. En
principio, esto parece sealar que se pona
ms cuidado en la explotacin, en los mtodos
de talla de piezas de pedernal fino, que en
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retoque
Para el anlisis del retoque Inizan definen siete
caracteres (Inizan et al., 1995: 83-84). Los caracteres son un conjunto coherente de trminos
que sirven para describir cada retoque o lnea
de retoque. Estos siete caracteres, con sus
combinaciones posibles, son necesarios para
una descripcin fiel, pero en cada anlisis se
puede determinar si todos son necesarios o slo
algunos de ellos. He analizado slo ciertos aspectos del retoque, los que, por mi experiencia
en estos materiales, parece que podan dar
mayor informacin. Los caracteres que he estudiado son: la extensin, la inclinacin, la
forma o delineacin y la morfologa.6
En las piezas de las colecciones de los dos
sitios destaca la importante proporcin de
bordes tiles no retocados en relacin con los
elaborados mediante retoque. En principio,
en la coleccin de La Tutuveida, 44.07 por
ciento de los instrumentos no presenta retoque, y en El ngel la proporcin desciende a
21.82 por ciento. Sin embargo, si se realiza el
cmputo de los bordes tiles no retocados,
sumando los de las piezas que no tienen retoque y los bordes sin retoque que se encuentran
en piezas con otros bordes retocados (hay que
recordar que bastantes artefactos tienen varios
bordes), stos representan 55.13 y 42.24 por
ciento de todos los bordes tiles en La Tutuveida y El ngel, respectivamente. La gran
6
Las definiciones de estos caracteres estn tomadas
de Inizan et al. (1995: 146, 148 y 143) y son las siguientes:
extensin: es el desarrollo o extensin de los retoques
sobre la cara de un objeto; inclinacin: designa el ngulo que forman los retoques en relacin a la cara de
donde parten; delineacin: designa el diseo que forma
un borde creado por una lnea de retoques; morfologa:
forma del retoque.
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Figura 5. a) Punta de flecha facetada, forma IV.D. Dibujo del autor. b) Punta facetada, forma IV.A.
Dibujo del autor. c) y d) Puntas realizadas mediante mtodo poco elaborado, forma IV.C. Dibujos del
autor. e) Punta facetada, forma V. Dibujo de Franoise Bagot. f) Punta realizada con mtodo poco
elaborado, forma VI. B. Dibujo de Franoise Bagot. g) y h) Pequeas puntas realizadas con retoque que
forma cantos a la manera de pequeas facetas de buril o por medio de dos muescas contiguas. Estas
piezas semejan pequeos perforadores. Dibujos de Franoise Bagot. Todos estos instrumentos provienen
de La Tutuveida.
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Cuadro 4
LA TuTuVEIDA. CArACTErSTICAS DE LOS BOrDES DE LOS INSTruMENTOS
SOBrE SOPOrTE DE LASCA CON rETOquE Y SIN rETOquE*
r
sr
pu
fi
m
ro
me
cc
gb
pu
fi
in
ro
Forma de bordes
Puntiforme
recto
me
pu
Es
7
26
fi
85
12
10
16
12
recto corto
32
Convexo corto
20
10
Denticular
Cncavo
6
13
Cuchara
126
3
5
134
1
35
57
48
1
Convexo-Cuchara
22
2
1
7
23
Bisel
Convexo- Cncavo
129
Es ToTal
85
Muesca
me
Esc
108
Convexo
ro
La
18
1
*
Los significados de las siglas utilizadas en el cuadro son los siguientes: sr: sin retoque; r: con retoque; pu: puntiforme; fi: filoso; ro: romo; me: medio; Cc: retoque que forma una especie de canto pequeo y estrecho y con
un perfil cncavo; gb: golpe de buril; Es: escaleriforme; La: laminar; m: marginal; in: invadiente.
Facetado
En muchas investigaciones arqueolgicas para
el estudio de la ltica slo se toman en cuenta
las piezas ms formales, generalmente las
realizadas mediante facetado. En mi investigacin he hecho un estudio del complejo ltico
completo, y analizndolo todo en conjunto es
como voy a caracterizar cada complejo.7 De cara
7
No estoy de acuerdo en estudiar nicamente o con
mayor cuidado las piezas realizadas mediante facetado,
puntas cuchillos, etc., y sacar conclusiones culturales y
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Cuadro 5
EL NgEL. CArACTErSTICAS DE LOS BOrDES DE LOS INSTruMENTOS
SOBrE SOPOrTE DE LASCA CON rETOquE Y SIN rETOquE
sr
sr
pu
fi
m
ro
me
si
cc
gb
pu
10
43
fi
ro
Forma de bordes
Puntiforme
in
me
pu
Es
17
recto
53
Convexo
35
fi
ToTal
85
10
35
me
La
10
Muesca
ro
81
2
60
36
recto Cort
12
33
Convexo C.
17
Denticular
Cncavo
Cuchara
Bisel
14
5
1
1
4
1
*
Los significados de las siglas utilizadas en el cuadro son los siguientes: sr: sin retoque; r: con retoque; pu: puntiforme; fi: filoso; ro: romo; me: medio; Si: fractura Siret; Cc: retoque que forma una especie de canto pequeo y
estrecho y con un perfil cncavo; gb: golpe de buril; Es: escaleriforme; La: laminar; m: marginal; in: invadiente.
temporales a travs de una clasificacin casi exclusivamente formal, comparndola con otras tipologas, como
la tipologa de puntas de flecha de Texas, en el caso de
los estudios del norte de Mxico y sur de Estados unidos.
Para consultar crticas a las tipologas formales como la
tipologa de puntas de flecha de Texas, sobre el carcter
esttico de estas tipologas frente al dinmico del conjunto de los restos lticos, y al hecho de tomarlo como modelo para el estudio ltico del norte de Mxico vase:
rodrguez Loubet, 1985: 68; Niederberger, 1976: 67 y 68;
y Andrefsky, 1998: 29 y 37.
8
Para conocer la tipologa al completo, con las
subdivisiones de las categoras generales, as como todas
las caractersticas de las piezas, se puede consultar mi
tesis doctoral (Berrojalbiz, F., 2005) o el libro de prxima aparicin (Berrojalbiz, F., en prensa).
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PuNTAS
1. Puntas con pednculo
2. Puntas con pednculo en un lado de la base
3. Puntas con base cncava
4. Puntas con base cncava y muescas
5. Puntas con base recta y muescas
6. Puntas triangulares de base recta
7. Puntas de forma folicea
8. Puntas de forma amigdaloide
9. Puntas triangulares alargadas
10. Punta con zona de sujecin o enmangue ancho
11. Bifaciales
12. Puntas con bordes denticulados
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57
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En El ngel y La Tutuveida se han detectado varios mtodos de talla utilizados por los
chalchihuiteos. Adems de la talla de instrumentos nodulares, exista un mtodo poco
elaborado para la fabricacin de instrumentos
sobre lasca, un mtodo poco elaborado para
la manufactura de puntas, algo de talla laminar
muy poco desarrollada, el facetado bifacial
para la creacin de puntas de proyectil y cuchillos principalmente, e indicios de una posible extraccin bipolar en el caso de los ndulos de obsidiana. Esto indica que los
mesoamericanos dentro de su tradicin tcnica utilizaban una variedad de mtodos y tcnicas para la talla de sus diversas herramientas
(cuadros 1 y 2). Haba mtodos simples que
podan ser empleados por la mayora de los
miembros de la comunidad sin un gran entrenamiento, y mtodos que requeran especializacin, que slo personas adentradas en el
conocimiento de los mismos podan llevarlos a
cabo. Teniendo en cuenta esta idea, se puede
pensar que existan especialistas en ciertos
mtodos de talla, como por ejemplo en el facetado bifacial.
En la ltica chalchihuitea destaca la proporcin de instrumentos sin retoque y de bordes
tiles sin retoque en la totalidad de los artefactos, entre 42 y 55 por ciento de los bordes de
los instrumentos no tienen retoque (cuadros 4
y 5). En muchos casos utilizaban las lascas con
los bordes tal y como resultaban de la talla,
mayoritariamente bordes filosos de formas
convexas y rectas, que ofrecan los mejores filos.
Para los instrumentos y bordes con retoque se
puede encontrar una variedad de tcnicas;
adems de la percusin con percutor duro y con
percutor blando, existe la presin, sobre todo
en instrumentos facetados, y el golpe de buril,
como tambin otros tipos de retoque, como el
que se describi para la fabricacin de las pequeas puntas fuertes y penetrantes. En el
anlisis de la ltica tambin se realiz un estudio sobre la combinacin de bordes tiles en
los instrumentos, ya que una buena parte de
ellos presentan varias zonas tiles, en relacin
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60
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A lo largo de este escrito intentaremos reconstruir la cadena operativa, que bsicamente consiste en identificar las herramientas, el
orden de los diferentes momentos de la accin
y las tcnicas utilizadas en la manufactura de
las mscaras en los talleres de lapidaria de La
Ventilla, en Teotihuacan.
Introduccin
La gran metrpoli de Teotihuacan fue la mayor
entidad econmica y poltica del Altiplano
Central que existi entre 200 a.C. y 650 d.C.
Su fulgurante expansin y podero econmico
fueron resultado de las estrategias programadas
por el Estado teotihuacano para que la ciudad
se consolidara como el principal y ms importante centro productor de una gran diversidad
de bienes artesanales de su tiempo. El siste
ma de produccin gener y cont durante
varios siglos con las condiciones necesarias
para el desarrollo y sostn de la manufactura
a gran escala, en tanto que el Estado teotihuacano promovi el intercambio de diversos
productos en el mbito regional. De esta manera, la produccin artesanal y el intercambio
regional se constituyeron como los sectores
ms prominentes de la economa de la ciudad.
La produccin de otra clase de bienes destinados a las elites de muchos sitios bajo el control
del Estado, o intercambiados como presentes
con los gobernantes de sitios en regiones lejanas, llevaba impresos los smbolos del poder y
la ideologa de Teotihuacan, si bien, su produccin no tuvo el mismo impacto econmico
que aquella destinada a satisfacer la enorme
demanda del mercado regional.
Generalidades
La mayora de las mscaras teotihuacanas
conocidas, pertenecientes a colecciones privadas o expuestas en museos de Mxico y el
extranjero, carecen de datos sobre el contexto de su hallazgo, pues casi todas han sido
producto de saqueos. Situacin que dificulta
inferir la funcin y los usos especficos que
pudieron tener esta clase de objetos. Por el
contrario, son pocas las mscaras de las que
se tiene ms informacin sobre el contexto en
el que se localizaron. Entre estos casos, podemos mencionar una mscara en piedra verde
(elemento 30), de 25 cm de largo, localizada
por Jess Snchez (1999) sobre el ltimo piso
de ocupacin (fase Metepec 550-650 d.C.) del
Conjunto Noroeste del ro San Juan, durante
los trabajos del Proyecto Arqueolgico Teo
tihuacan 1980-1982. A decir del autor, esta
mscara pudo probablemente haber estado
en un nicho del templo principal del conjunto (Jess Snchez, comunicacin personal
1999, en Lara, 1991) (figura 1). Otra mscara
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Julie Gazzola
Metodologa
Para la reconstruccin de la cadena operativa
seguida en la manufactura de mscaras en los
talleres de La Ventilla se ha partido de la definicin y reconocimiento de los espacios de
trabajo como talleres de produccin lapidarios.
Se han considerado diferentes niveles de anlisis que van desde la descripcin y reconocimiento de las caractersticas formales de los espacios
de produccin, hasta la inferencia de aspectos
complejos del sistema econmico y social, pasando por la reconstruccin de la cadena operativa; es decir, de la identificacin de cada uno
de los pasos seguidos en la elaboracin de los
objetos, desde su concepcin en la mente del
artesano hasta llegar al producto final.
Tomando en consideracin lo postulado
por J. Clark (1989) sobre los elementos necesarios para identificar un taller de produccin,
se concluy que varias de las unidades domsticas de uno de los conjuntos habitacionales
explorados en La Ventilla cumplen con una
serie de criterios y por tanto que funcionaban
como talleres. Segn Clark, los talleres son:
lugares delimitados donde los artesanos regularmente llevaban a cabo algunas actividades, para
hacer productos, tambin especializados, destinados a venta o intercambio. La variacin entre
los talleres se basa en la materia prima, la forma
de la materia prima, las tcnicas de manufactura,
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63
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Julie Gazzola
o maneras de hacer, as como las representaciones mentales, o maneras de ver, que guan
al actor en su enfoque, ambos organizndose en
un esquema conceptual subyacente a toda
cadena operativa.
un saber-hacer que permite combinar y adaptar al buen momento los diversos conocimientos (saber-hacer imaginado) y de ejecutar correctamente los gestos necesarios (saber-hacer
motor).
La suma de las cadenas operativas realizadas,
cuyos restos conforman un conjunto arqueolgico, permite al observador construir una o algunas cadenas operativas tipo, o bien esquemas
operativos, que le permiten caracterizar su
conjunto en trminos tecnolgicos (mtodos y
tcnicas, de talla, de fabricacin de cermica o
de metalurgia por ejemplo) y emprender una
clasificacin de los rasgos tcnicos segn criterios
funcionales. El conjunto coherente de las cadenas
operativas de tratamiento de un mismo material
se organiza en un proceso tcnico. La interaccin de diferentes procesos remite a la nocin de
sistema tcnico de un grupo humano, y porque
toda actividad tcnica es portadora de significados
sociales, el anlisis de las actividades tcnicas a
travs el estudio de las cadenas operativas observadas y restituidas permite enriquecer nuestros
conocimientos sobre las culturas prehistricas.1
El Conjunto Arquitectnico A
de La Ventilla
Los trabajos de excavacin emprendidos en
La Ventilla entre 1992 y 1994 permitieron la
liberacin de varios conjuntos asociados cada
uno con funciones y actividades diferentes. El
identificado como Templo del Barrio y el
Conjunto de Los glifos fueron relacionados
con funciones y actividades de carcter institucional, en tanto que otros conjuntos, con la
residencia de los grupos domsticos de elite,
y otros ms con la vivienda de los grupos de la
clase trabajadora.
El estudio comparativo de los materiales
recuperados en cada uno de los conjuntos y
1
El trmino gesto ha sido traducido textualmente
de la definicin en francs de Leroi-gourhan y en este
escrito se emplea como sinnimo de accin o acto.
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Julie Gazzola
Los abrasivos
A lo largo de casi toda la cadena operativa intervienen los abrasivos, que constituyen un elemento fundamental para realizar distintos tipos
de cortes y perforaciones, o incluso en las
etapas finales como el pulido y el bruido.
Para el corte de las piedras verdes, generalmente con una dureza inferior a 7 en la escala de Mohs, debieron emplearse abrasivos con
una dureza semejante o incluso mayor.2
Los abrasivos utilizados e identificados en
los talleres de lapidaria de La Ventilla son
arenas de cuarzo (con dureza de 7 en la escala de Mohs), obsidiana triturada y hematita
(dureza de 5 a 6), aunque seguramente el
polvo obtenido del corte de las piedras verdes
era recuperado para ser utilizado tambin
como abrasivo.3 gmez y gendron (1999)
hacen referencia al anlisis de un polvo azul
procedente de los talleres de La Ventilla,
compuesto de varios minerales como albita,
El trabajo del jade se hace con numerosas herramientas pero aqullas, solas, no bastan para tallar
esta piedra extremadamente dura sin la ayuda de
arenas de piedra, como abrasivos. Estas arenas
de piedra son obtenidas despus de haber molido las piedras en un mortero hasta que los
fragmentos producidos hayan alcanzado el grosor
de un grano de arroz. Luego son filtrados en un
tamiz muy fino, lavados para quitar las impurezas
a los cuales se agrega agua para su uso.
2
Para que un abrasivo sea eficaz debe tener una
dureza igual o mayor a la piedra trabajada.
3
Schubnel (1993) indica que en los talleres imperiales de China durante el proceso de corte del bloque
de jade estaban dispuestos de cada lado recipientes que
recuperaban el agua y el material trabajado. Este lodo
residual era generalmente reciclado como abrasivo para
el pulido final de los objetos.
Las tcnicas
Segn Leroi-gourhan (1971): Cest la matire
qui conditionne toute technique et non pas
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4
Es la materia que condiciona cualquier tcnica y
no los medios o las fuerzas.
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El proceso de manufactura
de una mscara
Operacin 1. Obtencin de la preforma
La preforma para realizar una mscara se obtena por desgaste a partir de un bloque de la
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Figura 12. Dibujo de la cadena operativa de produccin de mscaras en los talleres lapidarios de La
Ventilla.
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7
No en todos los mbitos donde se conoce el uso de
mscaras estn asociadas con el ceremonial funerario,
sino con otro tipo de rituales. En Shang, China, se han
localizado mscaras de tamao inferior al de un crneo
humano, que habran estado colocadas sobre un escudo
y utilizadas en ciertos rituales (Mackenzie, 2000).
8
Hasta el momento no se ha recuperado un solo
fragmento de turquesa en Teotihuacan.
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Figura 13. Plano de los talleres lapidarios de La Ventilla, Conjunto Arquitectnico A, Frente 3 (tomado
de gmez, 2000).
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ficativo que apoya la idea de su uso en contextos funerarios fue reportado por gmez
(2000), quien, al conducir la exploracin de
la unidad 9 del Conjunto Arquitectnico A de
La Ventilla, localiz la cabeza de una figurilla
antropomorfa colocada sobre el crneo de un
perinato, a manera de mscara. Con excepcin
de este singular caso, hasta el momento ninguna mscara de piedra ha sido localizada en
asociacin directa con los restos de algn individuo, lo que indica que probablemente una
misma mscara poda emplearse en mltiples
ocasiones en estas ceremonias.
En la zona maya se han localizado mscaras
formadas con pequeos mosaicos que cubren
el rostro de los gobernantes fallecidos. Es el
caso de Pakal y la reina roja en Palenque, as
como de otros dignatarios de Calakmul, Dzibanch y Oxkintok, por citar slo algunos sitios. Es posible que algunas mscaras elaboradas en formatos ms pequeos pudieran
usarse como parte de la indumentaria, ya sea
como pendientes colgando del cuello de sacerdotes o individuos de mayor estatus social,
o inclusive como adornos de su vestimenta.
El descubrimiento y estudio de los talleres
lapidarios del barrio de La Ventilla en Teotihuacan ha permitido reconstruir la cadena
operativa implcita en la produccin de mscaras y destacar algunos aspectos de la organizacin tcnica y social del trabajo. No tengo
duda de que en el proceso de produccin a
gran escala fue clave la especializacin de los
artesanos, la existencia de condiciones especficas para una eficiente divisin tcnica y
social del trabajo y un control estricto de la
produccin y la riqueza generada en cada
barrio por parte de distintas instancias del
gobierno.
Este estudio, junto con otro sobre la produccin lapidaria y las cuentas realizado por
la autora, adems del anlisis sobre los talleres,
nos aporta elementos y cada vez ms informacin sobre un grupo de la sociedad teotihuacana: el de los artesanos especializados de un
barrio de la antigua ciudad, sus caractersticas,
Conclusiones
La mscara de piedra es uno de los objetos
ms singulares de la cultura teotihuacana.
Existen varias hiptesis sobre su funcin y uso.
una de las ms aceptadas reconoce su uso en
el ritual funerario, colocndose como rostro
del bulto mortuorio. Segn Munera (1991),
el descubrimiento de una mscara de cermica colocada sobre una representacin de un
bulto hecho tambin en cermica confirma el
uso funerario de las mismas.9 Otro caso signi9
Este elemento se hall asociado a un entierro explorado en el Cuadrngulo Norte de La Ciudadela.
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Julie Gazzola
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Our joint interest in the pre-Hispanic manufacture of obsidian jewelry dates to January 25,
1996, and a pair of questionable observations
made at the San Juan de los Arcos quarry in
Jalisco. It is appropriate we start by describing
the generative errors that got us interested in
the topic in the first place, followed by a description of what we have learned since. Our observations are based on examinations of artifacts in
the field and in the lab. We limit discussion here
to manufacturing techniques and do not des
cribe the variety of items made anciently with
these techniques. Many hard stones in Mesoamerica were made into fine jewelry through
processes that required shaping, grinding, and
polishing to achieve brilliant mirror finishes.
Obsidian is unique among these materials because its natural fracture produces a brilliant,
mirror surface, and any grinding and polishing
diminishes its natural luster. If the fracture plane
of an obsidian flake is smooth and free of ripples
and impurities, it is a natural mirror. Ancient
artisans in West Mexico produced natural mi
rror surfaces on thin flakes, and they subsequently chipped these mirror blanks into a variety of shapes for personal adornments, some
of which we illustrate here.
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Figure 1
Magdalena
Huitzilapa
San
Marcos
Tequila
d
e
Amatitan
San
Juanito
f
Etzatlan
Arenal
g
Oconahua
m
l
de
Mercado
Teuchitln
Tala
N
W
S
Ameca
10 km
a. San Marcos
b. Guadalupe
c. Llano Grande
d. San Sebastin Oeste
e. San Sebastin Casco
f. Ostotero/Las Fuentes
g. La Providencia
h. La Joya
i. Huitzilapa
j. Tequila
k. Santa Teresa
l. La Mora/Teuchitln
m. Huaxtla
n. Boquillas
0. San Juan de los Arcos
p. Ahuisculco
q. Navajas
r. Lupita #3
s. La Pila
t. La Quemada
Obsidian outcrop
Obsidian outcrop with clear
evidence of ancient use
Water
Town
Site
Figure 1. Map showing the locations of towns, obsidian sources, and some archaeological sites in Jalisco.
80
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the western edge of the nuclear area and decrease in frequency towards the eastern edge,
the area of the San Juan de los Arcos obsidian
quarry.
The San Juan de los Arcos obsidian outcrops
on a low hill. We started our reconnaissance at
the base of this hill with an examination of small
chips found in the anthills. Clark dismissed
these as evidence of specialized production
because they were a random assortment of
chips and small angular chunks such as found
in any obsidian quarry, the size and frequency
of the chips being determined by what the ants
can haul up from underground. It is worth
pointing out that Clarks initial assessment was
logically precipitous and had no basis in personal experience or predicted manufacturing
outcomes. Weigand talked of lapidary production, so Clark imagined techniques of chipping, grinding, and polishing but had no idea
what the chippage from such a technique would
look like because he was unfamiliar with the
specific techniques and goods produced. His
mental image of obsidian lapidary was the famous obsidian Monkey on display in the Aztec
room of the National Museum of Anthropology in Mexico City obviously an unfair standard.
In reality, Weigand had been referring to very
different and well-known artifacts in West
Mexico archaeology. The term lapidary prevented clear communication. With these miscommunications in play, we climbed the obsidian hill looking for evidence of ancient
lapidary, not knowing beforehand what it
should look like. About 150 m upslope, we
examined the debris from another anthill, but
there were no obvious differences in the types
of flakes and flake fragments there from those
observed at the bottom of the hill. Farther upslope we found evidence of ancient mining.
The obsidian at San Juan de los Arcos is a
homogenous, fine-grained, jet black volcanic
glass ideally suited for making dark mirrors.
Obsidian nodules there are flattish rather
than blocky. Pits were dug to extract obsidian
from its original matrix and layers. Mining
81
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b
10 cm
Figure 2
Figure 2. Front and side views of two cores from
the San Juan de los Arcos quarry.
82
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83
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Figure 3
5
4
3
useable
mirror
blank
f
c
Figure 3. Hypothetical reduction sequence for making mirror blanks. a) Plan of the top of the core
showing the sequence of flake removals. b) Face of the core showing the scars left by the removal
of the first three flakes. c) Face of the core showing the central scar left by the removal of flake 4.
d) Dorsal and side views of flake 4. e) View of flake 4 showing the portion of the flake used to make
a mirror blank. f) Dorsal and side views of mirror blank made from flake 4.
h
i
5 cm
Figure 4
Figure 4. Artifacts from looted burials at the Cinega de los Patos Site. a) Crescents. b) Long pendants
that mimic the form of pressure blades. c) Elongated rectangles. d) Disks. e) Serrated and tanged
crescents. f) Anthropomophs. g) Notched disks. h) Crosses. i) Large mirrors and triangular pendants.
85
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5 cm
Figure 5
Figure 5. Necklace from Cinega de los Patos showing the disposition and arrangement of knapped
obsidian pendants and beads.
86
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ent manufacturing process, such as the production of large bifaces or blade cores. Only
one mirror blank could be produced per
macroflake, or more accurately stated, only
one attempt at producing a mirror blank from
the bulb of a macroflake was feasible. Failed
attempts ruin the possibilities of second
chances with this technique.
The possibilities of producing a mirror
blank from large flakes depend on the curvature and smoothness of their bulbs of percussion and not the overall shapes of the flakes.
Desirable qualities are those of a mirror: a
smooth surface without ripples, fissures, or
impurities and with a rounded, symmetrical
curve in both transverse and longitudinal
cross-section. Preliminary attempts to replicate
bulbar mirror blanks shows that flat bulbs of
percussion do not serve well. Erraillure scars
are another problem. Erraillure flakes remove
part of the mirror surface on the bulb and thus
on one intended mirror face. To produce a
smooth, rounded bulb of percussion requires
a slow blow with a large, soft hammerstone.
Clarks experiments showed that he could not
use excessive force, speed, or hard hammerstones because each of these techniques resulted in too many ripples, fissures, and/or
large erraillure scars.
The percussion blow used anciently to
make macroflake cores was to an acute angle
platform. An unavoidable consequence of this
is that the platform-to-bulb angle on the belly
of the removed macroflake was obtuse because
it was the supplementary angle to the acute
platform-to-face angle. It follows that ancient
artisans could not remove the bulb of percussion from the macroflake by using the original
platform because the angle was obtuse. The
best way to remove the bulb was to come in
from either side, similar to removing a biface
thinning flake. Artisans removed bulbs of
percussion with a lateral, flat flake, so the
mirror blanks produced were plano-convex in
both long and short cross-sections, thickest in
the middle and feathering near their edges,
87
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88
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2nd ake
cm
Figure 6. Dorsal and ventral views of three obsidian crescents from Western Mxico in the Museum of
Peoples and Cultures of Brigham Young university.
89
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cm
Figure 7. Obsidian artifacts from West Mxico. a) Broken anthropomorphic pendant or bead found at
San Juan de los Arcos. b) Circular bead. c) and d) Elongated pendants or pressure blade skeuomorphs.
Conclusions
What we report here is only the beginning of
the story, and we hope others can complete
the picture through a combination of studies
of quarries, quarry byproducts, finished
products, and replication experiments. Our
experience suggests that the items in question
required moderate skill to make, but not much
time for those with the requisite skill born of
years of experience. Mirror blanks could be
made with two or more blows once a core or
large flake with the desired properties had
been produced. Because such cores and blanks
are infrequent in normal knapping, the most
efficient way to make these items would have
been as byproducts of other techniques. We
think the products illustrated here probably
90
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h
0
10 cm
Figure 8. Hypothetical manufacturing sequence for making a crescent from the bulb of a macroflake.
a) Ventral and side views of a macroflake showing the bulbar scar, undulations, and lateral fissures.
b) Ventral surface of the macroblade showing the direction of the blow to remove the bulb of percussion.
c) Ventral and side views of the macroflake after the removal of the bulb of percussion to make a mirror
blank. d) Dorsal view of the mirror blank. e) Ventral view of the mirror blank. f) Mirror blank showing how
a crescent could be produced that avoided the bulbar scar area but was constrained and defined by the
shape of the terminal edge of the bulb of percussion. g) Crescent made from the mirror blank. h) Ventral
face of the macroblade showing the relative location of the mirror blank and the crescent made from it.
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tradicin Teuchtitlan, Seminario de Historia
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introduccion
En los contextos del Posclsico tardo en las
subcuencas de Metztitln-Mezquititln, en el
noreste del estado de Hidalgo (figura 1),
abunda un tipo de raspador definido como
raspador de maguey,1 cuya forma en planta y
tamao muestran pocas variaciones entre un
sitio y otro. Este trabajo se propone una
aproximacin a esta herramienta desde el
punto de vista tipolgico y tecnolgico: trataremos de reconstruir algunos pasos del proceso de manufactura en su relacin espacial y
temporal y en la naturaleza de la mano de obra
involucrada. Ya se ha realizado un estudio
funcional (Elizalde y Mandujano, 2000) y est
en preparacin otro basado en propuestas de
la arqueologa cognitiva, que trata de aislar
elementos relacionados con conductas sociales, modelos mentales y anlisis semnticos y
semiticos de la forma de estas herramientas,
vistas como el producto de una construccin
tecnolgica histricamente determinada.
Premisas tipolgicas
Al clasificar materiales arqueolgicos no podemos soslayar el hecho de que los artefac
tos, cuya forma inicial se llev a cabo sobre
cnones socialmente establecidos, llegan a
nosotros con una diversificacin morfolgica
que es consecuencia en primer lugar de factores sincrnicos, como estilos especficos de
manufactura, intensidad y calidad de uso,
preferencias de los usuarios, accidentes y
prdidas. Tambin contribuyen, a veces de
manera importante, agentes posdeposicionales, tanto naturales como ligados a actividades
humanas, incluyendo el reciclaje y hasta las
consecuencias de las labores arqueolgicas.
As, en muchos tipos de herramientas, a partir
de un diseo inicial compartido, diferentes
historias de vida tuvieron como resultado final
formas diferentes que fueron interpretadas
como variantes tipolgicas iniciales.2 Si el investigador no percibe este hecho, puede tender
a generar tipologas sobre criterios dismbolos
e incompatibles.
Otro factor a considerar es la fabricacin
de las herramientas que denominamos compuestas. De stas la ms famosa en Mxico es
* Este trabajo se desarroll con base en una ponencia presentada en la 3a. Reunin de Ltica, Subdireccin
de Laboratorios, inah, Mxico, 2005.
** Investigadores de tiempo completo comisionados
al Centro inah-Veracruz, Unidad Xalapa.
1
El anlisis fino de atributos de la herramienta terminada ser objeto de otro trabajo y se basar aproximadamente en 350 piezas, completas y fragmentos.
2
Por ejemplo, los llamados raspadores de hombro
o de hocico (Bordes, 1961) podran ser el resultado de
un desgaste diferencial por uso del extremo distal.
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Laguna de
Metztitln
Zacualtipan
Itztayatla
Atopixco
Metztitln
Mezquititln
quertaro
Cabeceras municipales
Pueblos
Sitios arqueolgicos
Veracruz
Hidalgo
Pachuca
Estado de
Mxico
Puebla
Tlaxcala
3
Informacin sobre este implemento se puede
consultar en Hernndez (1959), quien, entre otras cosas,
menciona el reciclaje de los segmentos daados para
manufacturar puntas; y en Hassig (1988), quien, a partir de diferentes fuentes, plantea tipologa y funcin de
esta arma.
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9
La escasez de instrumentos de metal hizo que el
consumo de navajas se prolongara durante la Colonia,
ya despojado de sus contenidos rituales. La descripcin
de su proceso de fabricacin asombr a varios cronistas,
lo que adems hizo que las descripciones fueran muy
aproximativas, afectando nuestra posibilidad de reconstruir el proceso (cfr. Motolina, 1979).
10
Sobresale el uso de soportes especializados del tipo
de navajas y macronavajas, y la diferenciacin en dos
grandes clases de tamao, a partir de la introduccin del
arco, que foment la microlitizacin y el uso, siempre ms
intenso y especializado, de la tcnica por presin.
11
Bajo esta denominacin, acuada por la arqueloga Mary Leakey, se agrupan las industrias lticas que
se asocian con los Australopithecus, el Homo habilis y los
primeros H. erectus.
7
En ingls es denominada expedient technology y es
enunciada originalmente por Binford (1989); sin embargo, en Mxico su significado se ha deformado,
dndole una connotacin evolutiva por la asociacin
con formas ms primitivas de tecnologa.
8
A la fecha no se puede definir si este tipo fue introducido o es una invencin independiente. Sin embargo,
el que no haya navajas en el norte sugiere la posibilidad
de una invencin mesoamericana.
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12
La definicin originaria de raspador es tan amplia
que permita incluir una gran variedad de piezas, por
lo que no tena un sentido funcional explcito. As, es
posible que las piezas que definimos raspadores en diferentes pocas y/o culturas no guarden ningn parecido funcional.
13
retoque directo es aquel cuyas cicatrices se ubican
en la cara dorsal.
14
El ngulo entre el frente retocado y la cara dorsal
debe ser menor de 90.
Antecedentes
Es en este marco donde se inserta la discusin
sobre los raspadores de maguey. Para este tipo
15
Podra traducirse como plano de raspar y, al
parecer, identifica lascas de taln muy ancho, con retoque en la cara dorsal adyacente al taln.
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Arqueolgicamente, ya se ha empezado a
prestar cierta atencin a esta herramienta para
fines de identificacin tipolgica y de anlisis
tecnolgico. Entre los trabajos ms puntuales
estn los de gaxiola (2005), Elizalde y Mandujano (2000) y Pastrana (1998).
En el primero se hace una relacin bastante minuciosa y crtica de los antecedentes de
estudio, por lo que no creemos necesario
volver a mencionarlos: tenemos varias coincidencias en la apreciacin de la estructura del
proceso de trabajo, sobre todo en lo que concierne a la fabricacin de los soportes, aunque
falta un poco de especificidad sobre la manufactura de los raspadores y los cambios de la
forma durante el proceso de uso.
La tesis profesional de Elizalde y Mandujano
(2000) empieza a explorar el terreno funcional
y debe ser considerada como un trabajo pionero, propositivo pero no concluyente; aunque
16
De hecho, el uso de dos plataformas, cada una en
un extremo, parece haber tenido por objetivo seguir
obteniendo lascas rectas.
17
gaxiola (2005) propone por lo menos dos variantes, con y sin espiga, siendo la primera ms comn en
la cuenca de Mxico y en el valle poblano.
99
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por percusin directa y generalmente continuo, se ubica en la cara dorsal y puede ser
marginal, invadiente o cubriente. La longitud
vara entre 8 y 14 cm, aunque es muy probable
que en una etapa inicial de uso se site entre
12 y 14 cm.
La distribucin espacial todava es incierta.
El rea donde tiene mayor presencia es el
centro de la repblica, especficamente la
cuenca de Mxico, Puebla, Oaxaca, Hidalgo,
Tlaxcala, Michoacn y guanajuato. Posiblemente est presente en quertaro y en la
porcin seca de Veracruz. Su ausencia en el
noreste de Mxico y en el noroeste-suroeste y,
en general, en las tierras bajas tropicales, probablemente se deba a la asociacin especializada de esta herramienta con grupos, recursos y
actividades no existentes en estas zonas.
Su distribucin temporal es ms problemtica por la falta de secuencias confiables y fechadas. Est ausente en los sitios de cazadoresrecolectores prehistricos, por lo menos en la
forma en que lo conocemos durante el Posclsico.18 Evidentemente no se puede descartar que, antes de su aparicin, existiera alguna
herramienta para la misma funcin, pero el
enfoque de la relacin forma-funcin es necesario para la discusin de cundo y por qu
se empieza a estandarizar19 el procedimiento
de manufactura. Es en el Preclsico cuando
se identifica una herramienta de este tipo,
aunque slo a finales del Clsico la podemos
reconocer con seguridad. Tanto en Cholula
como en El Tajn hay representaciones pictricas relacionadas con el consumo del pulque,
y en Cantona hay abundancia de raspadores.
Durante el Epiclsico stos se vuelven comunes
y en el Posclsico el consumo del pulque se
generaliza, aunque por las menciones de las
18
Desde la etapa Clovis hay piezas parecidas en
planta pero que no muestran la caracterstica curvatura
en perfil.
19
referimos el trmino estandarizar a la existencia
de una serie de rasgos repetitivos en el proceso que
conducen a la obtencin de productos que comparten
similitudes formales.
100
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101
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24
En este punto queremos remitirnos a algunas observaciones etnogrficas procedentes del pueblo de Nopalillo, Hgo. Es sta una pequea comunidad cercana a
la ciudad de Pachuca y a los pies del cerro Cruz del Milagro, en la denominada Sierra de las Navajas, donde
algunos de los pobladores se dedican a la minera de
obsidiana y a la manufactura de piezas tanto talladas como
pulidas. La tcnica de lasqueo preferida es la percusin
directa con percutores de toba rioltica, que obtienen en
un sector especfico del rea de minas. Aqu pudimos
observar que los percutores estn sujetos no slo al desgaste granular normal, sino tambin a fracturas que reducen su tamao mucho ms rpidamente. Por tanto, en
general aqu los percutores pequeos son el resultado de
la reduccin de tamao de los grandes y su forma redondeada es producto del uso. El consumo y desecho de
tales herramientas es tan alto que en la actualidad, aun
con cuatro horas de trabajo diario, duran entre 15 das y
un mes. A este propsito hay que aclarar que la materia
prima de los percutores actuales es menos resistente que
la de los arqueolgicos, que son de riolita.
25
Esta curvatura le da a la pieza propiedades parecidas
a las de un cucharn para recoger y desechar el bagazo
producto del raspado de la pia del maguey, localmente
denominado mexal. Esta forma tambin tiene que ver con
la ergonoma del trabajo de raspado, con la forma de la
pia y la curvatura que toma cuando se desprende el
quiote y se van ensanchando. La forma curva, que adems es la forma natural del cajete, es la ideal para favorecer el raspado y hacerlo sin desperdicio.
23
Con este trmino nos referimos a las lascas cuyo
extremo es ms espeso que el resto de la pieza por la
sustraccin de una porcin distal del ncleo mayor de
lo normal, que produce su acortamiento.
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Figura 7. Lasca-soporte.
26
La plataforma inclinada, en ausencia de la preparacin puntual del taln para sostener el punzn, no
permite el uso de la percusin indirecta.
103
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27
En otros ms, como en La Loma Seca, Oyapa y
Ocuicalco, entre otros, hemos reconocido lascas que
proceden de la manufactura o del reacondicionamiento de estas herramientas.
28
Percutores de este material son comunes por
ejemplo en los yacimientos de Otumba y de la Sierra
de las Navajas.
29
Esto marca una diferencia por ejemplo con la Sierra
de las Navajas, donde por lo menos una parte de los soportes eran modificados en los asentamientos adyacentes
a las minas, es decir que las primeras tres fases del proceso se realizaban en el mismo lugar (Pastrana, op. cit.).
30
Hay muchos raspadores que conservan el taln,
por lo que su eliminacin pudo haber sido una prefe-
104
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Otro elemento importante es la fuerte curvatura en seccin transversal, que rompe entre
la seccin medial y la distal31 (figura 12).
Curiosamente, entre las muchas piezas desechadas hay ms porciones proximales que
distales, aunque esto puede deberse a que stas
no fueron reconocidas. La escasez de retoques
parece indicar que los accidentes de fabricacin se daban generalmente en las primeras
fases del trabajo.
105
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conforme los cambios morfolgicos ocasionados por el uso la iban alejando de la forma
inicial y la iban individualizando.
El frente funcional evidentemente sufri
ms las consecuencias de la utilizacin. Su
mor fologa cambiaba de convexa a rectoconvexa (figura 14) y el ngulo de trabajo se
volva progresivamente ms abrupto, lo que
haca necesaria la aplicacin de retoques para
reavivar el filo, normalmente en la cara dorsal
pero, a veces, en la ventral (figura 15). Las
consecuencias ms serias fueron la progresiva
reduccin de la anchura, de la longitud y de
la curvatura. Este ltimo rasgo, como ya se dijo,
fue muy importante funcionalmente, ya que
se relacionaba con el uso del raspador como
cucharn para extraer el mexal,33 tal como se
observa en los instrumentos de metal introducidos despus de la Conquista (Parsons y Parsons, 1990). As, los raspadores se acortaban
constantemente y es probable que, llegando a
la mitad de su tamao original, fueran desechados o reinsertados en otro proceso de consumo,
ambas acciones probablemente ligadas a la
unidad domstica, porque all es donde los
33
Con este trmino otom se designa el tejido cicatricial que se raspa en el interior de la pia del maguey
para que produzca aguamiel. Puede adems ser utilizado para el lavado de trastes de cocina, gracias a su
consistencia fibrosa y contenido de saponinas.
106
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35
Los tlachiqueros son las personas, hombres o
mujeres, encargadas de la preparacin del maguey, de
su raspado y de la extraccin y acarreo del aguamiel.
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herramientas de trabajo elaboradas con materias primas locales, en vista de la limitada disponibilidad de metal.
Suponemos que el empleo de la obsidiana
continu hasta mucho despus, llegando
hasta el umbral de la revolucin mexicana.
Sin embargo, en el caso de los raspadores esto
pudo haber sucedido antes, puesto que su
funcin estaba especficamente ligada al
procesamiento del pulque, bebida que fue
satanizada ya que se asociaba con los efectos
nocivos del alcohol y con sus connotaciones
rituales, como se puede ver por ejemplo en la
pintura mural de la capilla agustina del pueblo
de Santa Mara Xoxoteco, en el municipio de
Mezquititln (Artigas, 1978) (figura 18). Hay
indicios de que esto se dio a mediados del siglo
xix y que la produccin de pulque slo se
reemprendi en algn momento del siglo xx,
pero ya con el uso de raspadores de metal.
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Introduccin
En el valle de Tulancingo existi desde el
periodo Arcaico una tradicin local de manufactura de instrumentos de obsidiana de
talla bifacial (Irwing Williams, 1963) y a partir
del Preclsico medio instrumentos producidos
con la obsidiana de Tulancingo fueron objeto
de intercambio a larga distancia.1 Durante el
Epiclsico, esta obsidiana fue explotada y
trabajada con intensidad en torno a una comunidad de produccin que abarc diversos
mbitos urbanos de Huapalcalco, asentamiento
dominante de la regin durante esta poca.
En este trabajo presento una visin de
conjunto sobre las caractersticas que tuvo la
organizacin de la produccin de instrumentos de obsidiana de Huapalcalco a partir de
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la prspera zona productiva y la zona de extraccin de materia prima. Esta circunstancia favoreci el desarrollo de un sector manufacturero
incorporado al espacio urbano y de una plaza
de mercado donde conflua una red de caminos
que articularon tres medios naturales diversos:
el altiplano, la sierra y la costa.
Huapalcalco, una ciudad artesanal
Huapalcalco fue un centro artesanal especializado en el trabajo de talla de obsidiana para
la manufactura de instrumentos. Su produccin, especializada en puntas de proyectil y
raspadores de maguey, se centraba en la explotacin intensiva del yacimiento de obsidiana
de El Pizarrn y en el control completo de su
proceso productivo. El trabajo manufacturero,
cuya evidencia arqueolgica est atestiguada
por la abundancia de desecho de talla disperso en toda la extensin de la zona arqueolgica, fue una actividad que se realiz en forma
intensiva y en una diversidad de contextos
dentro de la ciudad. Los resultados del anlisis
tecnolgico de las industrias lticas y su representacin en los contextos en que operaban
sus cadenas de trabajo nos han permitido
proponer que la produccin artesanal en
Huapalcalco fue un factor dinmico de su
economa, que represent una importante
fuente de riqueza. La estrategia de produccin
que se desarroll en esta ciudad-Estado tuvo
como finalidad la intensificacin productiva
ligada al intercambio mercantil.
La utilizacin de la categora de comunidad
de produccin tiene como objetivo reconstruir la organizacin laboral en el mbito comunitario, tratando de reconocer formas de
articulacin y cooperacin ms all de la organizacin del trabajo individual en cada uno
de los talleres o de otras unidades de manufactura. La actividad manufacturera estuvo
organizada en torno a una comunidad de
produccin centrada en la explotacin intensiva del yacimiento de obsidiana de El Pizarrn,
cuyos talleres tuvieron el control completo del
proceso productivo. En esta comunidad par-
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3
0
5 cm
Figura 1. Preformas.
con plataforma lisa, amplios planos de desprendimiento y aristas rectas. De este tipo de
ncleos se obtenan macronavajas, con la
porcin distal curva y abultada. una vez obtenida la macronavaja, se proceda a darle forma
al instrumento monofacial mediante un trabajo inicial de desbaste marginal de la cara dorsal;
posteriormente, en la ltima fase de la secuencia, la talla se continuaba con el trabajo sobre
la cara dorsal, eliminando el taln liso original
para obtener una forma algo puntiaguda en el
extremo proximal, porcin del instrumento
que se enmangaba o por donde se sujetaba. La
extremidad distal de la preforma, que es la
parte activa del instrumento, se trabajaba hasta
obtener una curvatura pronunciada y forma
redondeada (figura 2). Estas herramientas de
talla monofacial son productos especializados
fabricados en las diversas unidades de produccin de Huapalcalco y utilizados muy probablemente para raspar maguey, uno de los cultivos ms importantes del valle de Tulancingo
en la poca prehispnica (gaxiola et al., 1987;
gaxiola, 2005b).
He documentado las industrias que considero
como domsticas en unidades habitacionales,
y los procesos de trabajo que las caracterizan
son menos estandarizados. Los materiales estudiados permitieron identificar una industria
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Ndulo
Ndulos vrgenes
Ncleo cnico
Prencleos completos
con plataforma
Mdulos partidos
en dos partes
Ncleos multidireccionales
Navaja base
Preformas de raspadores
espigado y circular
Preforma de raspador
espigado
Raspador circular
Raspadores espigados
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Sector Este
Sector Oeste
Gra
n
Zona Arqueolgica de Huapalcalco Ro d
1. rea cvico-ceremonial y habitacional
nucleada.
e
Rancho La Caada
a
b
c
El Pizarrn
La Escondida
Rancho El Pizarrn
eT
ula
nci
ngo
N
0
500
1000 m
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3
El desecho de talla tambin fue utilizado intensivamente como material de relleno arquitectnico, pero
asimismo fue depositado en lugares especiales en la
plataforma habitacional.
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de produccin y tena los conocimientos tecnolgicos y las habilidades indispensables para fabricar, usar y reparar sus propios instrumentos.
En este tipo de viviendas tenan lugar
procesos de manufactura primaria en industrias que denominamos domsticas, como la
laminar y la de lascas; se abastecan de ndulos
medianos y pequeos, que no eran tiles para
la manufactura de los instrumentos especializados, y que eran aprovechados para la fabricacin de instrumentos ms pequeos, de uso
domstico, como pequeos raspadores, navajas de percusin y lascas (gaxiola y del razo,
2006). En la unidad habitacional del rea B
se encontraron 25 ndulos de obsidiana vrgenes desechados, lo que contrasta notablemente con la cantidad de 80 838 encontrada
en una unidad habitacional de artesanos especialistas en los talleres de El Pizarrn. Otra
caracterstica interesante es la presencia de
procesos de manufactura secundaria relativos
a las industrias especializadas, pues se determin que se abastecan de productos primarios
producidos en los talleres como preformas de
raspadores de maguey y de puntas de proyectil. Estos productos primaros eran transforma-
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4
La primera incluye las actividades que abarcan desde
la extraccin de la materia prima hasta la reduccin de
los ndulos a ncleos o preformas, y la segunda corresponde a la reduccin a partir de ncleos, artefactos-base
o preformas para la fabricacin de instrumentos finales.
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b
a
c
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5 cm
Figura 8. Ncleos de obsidiana de la Sierra de las Navajas en diferentes etapas de reduccin, procedentes
de diversos contextos habitacionales de Huapalcalco.
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c
b
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a
c
e
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6
La obsidiana de Tulancingo no ha sido todava
identificada en Cerro Portezuelo ni en Azcapotzalco;
sin embargo, su ausencia no puede descartarse debido
a que el anlisis de caracterizacin qumica de instrumentos ha sido aplicado casi exclusivamente a la industria de navajas prismticas. Desde que se iniciaron estos
estudios en Mesoamrica (cf. Pires Ferreira, 1975), se
introdujo un sesgo en el muestreo de los artefactos, ya
que las muestras examinadas consistan casi slo en
navajas prismticas, por lo que las otras industrias quedaron excluidas del anlisis. Adems, todava se cuenta
con pocos estudios sobre las industrias de obsidiana en
el centro de Mxico.
7
Braswell (2003: 139) considera que el sistema de
yacimientos de Zacualtipn se sita en la regin Huas-
teca; sin embargo, de acuerdo con la demarcacin espacial para esta regin, propuesta por Zaragoza (2007),
esta zona serrana, aunque colindante con el sur, quedara fuera ella. Durante el siglo xvi, en esta regin funcion una confederacin de altepeme de carcter
pluritnico en donde el componente metzca (nahua
con elementos otomes) era el dominante, pero tambin
haba poblacin otom, pame, tepehua y huasteca (Fernndez Christlieb et al., 2006: 506).
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Figura 2. grupo de metates lados abiertos. a), b) y c) Sub grupo de pocos, superficie plana. d), e) y f)
Subgrupo con soportes, superficie plana con pendiente o inclinada. g) y h) Superficie plana inclinada
con efigie.
Figura 3. Subgrupo de podos vistos en planta. a) rectangular con un extremo abierto. b) rectangular
esquinas definidas. c) Ovalado con esquinas redondeadas. d) Irregular sobre laja.
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Figura 4. Metate con efigie zoomorfa que representa una tortuga, Tajumulco, guatemala.
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Figura 7. Metate con efigie zoomorfa del valle de Agun en la costa norte de Honduras.
Figura 8. Metate con efigie zoomorfa de Piedra Paya en la costa norte de Honduras.
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Manos de metate
Estos elementos comprenden los agentes activos en la funcin de molienda (garca Cook,
1982: 112). La forma general del contorno
total del cuerpo de estos utensilios responde
a figuras geomtricas; es decir, que el diseo
original posiblemente fue cilndrico y/o circular, tal como se observ en algunos centros
productores actuales en las Tierras Altas de
guatemala, Chiapas y en San Salvador el Seco,
Puebla. Aqu es conveniente comentar que las
formas de los cuerpos deben estar relacionadas
con la curvatura transversal de los metates en
que fueron empleados.
En cualquier clasificacin se puede advertir
que la mayora de las formas de las manos
suelen ser heterogneas. Esta diversidad morfolgica se atribuye a tres factores externos di-
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Figura 10. Contorno de formas comunes en las manos de metate. a) Elptica. b) Ovalada. c) Circular.
d) rectangular. e) Cuadrada. f) Triangular. g) Extremos colgantes, perilla (dog-bone).
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Figura 11. Seccin transversal de manos de metate. a) Elipsoidal. b) Ovalada. c) Circular. d) rectangular.
e) Cuadrada. f) Triangular. g) Trapezoidal. h) Pentagonal.
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Consideraciones finales
Este trabajo tiene como principal objetivo simplificar el estudio de los utensilios de molienda
recuperados en diferentes contextos arqueolgicos. Como se ha podido observar en el
transcurso de esta investigacin, los puntos a
los que me he referido tienen una propuesta
metodolgica sencilla que sin mayores pretensiones cubre los cuatro aspectos que consideramos bsicos en la cadena operativa: materia
prima, tcnica de trabajo, forma y funcin.
En lo que se refiere a la primera, indagar
sobre los diversos recursos ptreos en una
muestra conducir a conocer la procedencia
de la materia prima, lo que a su vez permitir
plantear posibles conexiones de intercambio
o comercio a corta o larga distancia. Al mismo
tiempo, se ha considerado necesario valorar
con cierto detalle las propiedades fsicas del recurso empleado, tales como: el tamao del
grano y sus ngulos, la cohesin o enlace de los
mismos, su dureza, fragilidad y textura. Dichas
cualidades facilitarn evaluar la resistencia al
desgaste de la roca, su durabilidad, as como
apreciar claramente las huellas de uso presentes en los utensilios. Tales caractersticas son
significativas en los aspectos tcnico y funcional, porque de ellas se desprender un mayor
conocimiento para la descripcin e interpretacin de los artefactos en trminos relevantes
del comportamiento. Adems, estos atributos
de las piedras de moler influyen sustancialmente para obtener mejores resultados en la eficiencia del proceso de molienda.
En cuanto al segundo aspecto, queda claro
que los procesos de transformacin de los instrumentos de molienda abarcan la seleccin del
recurso, la extraccin o adquisicin del bloque,
la reduccin del mismo y el acabado. En dicho
proceso se emplean por lo general las mismas
herramientas y tcnicas de trabajo, aunque
ambas pueden variar de un sistema cultural a
otro. Lo mismo puede ocurrir en la variacin
morfolgica y funcional de estos enseres.
De acuerdo con los estudios realizados en
diversas colecciones, nos inclinamos a propo-
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Aprovechamiento de la slice
en las culturas mesoamericanas
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Adolphus Langenscheidt
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SiO2, en cristales
hexagonales iguales
al cuarzo, grandes
a pequeos, en
tonalidades de
prpura dbil a
intenso, debido a
impurezas de fierro.
generalmente
transparente, a
veces translcido. A
veces con sombra de
crecimiento.
SiO2, prismas
hexagonales, de
grandes a muy
pequeos, a veces
bipiramidales, siempre
transparentes e
incoloros.
Cuarzo
hialino o
cristal de
roca
Amatista
SiO2, prismas
hexagonales ocasionalmente bipiramidales,
desde grandes a
pequeos, blanco
opaco a incoloro.
Descripcin
Cuarzo
lechoso
Variedad
silcea
7.0
7.0
7.0
Dureza
Aplicaciones en culturas
mesoamericanas
Normalmente en
conjuntos que forran
fracturas en la roca
o en el interior de
geodas.
Normalmente en
conjuntos (drusas)
que forran fracturas
en la roca o en el
interior de geodas.
Otras observaciones
Estados de Mxico
(Temascaltepec), e
Hidalgo (Tamazunchale,
S. L. P.), as como en
yacimientos pequeos en
muchos estados.
Es la variedad de cuarzo ms
apreciada e interesante de
todos los minerales de slice.
En la antigedad clsica
los amuletos de amatista se
consideraban protectores
contra los efectos de beber vino
en exceso, y protegan en las
batallas. Su coloracin se debe
a contenido de Fe3.
Calentada a 400-500C pierde
coloracin. En Mxico existen
minas prehispnicas en el
estado de guerrero.
Ampliamente distribuido en
pequeas cantidades que
cubren paredes de fracturas,
vetas u oquedades en las rocas
en particular en las formaciones
de rocas gneas cidas. Los
bipiramidales indican su
desarrollo en suspensin
acuosa.
Localizaciones en rea
mesoamericana
Cuentas y dijes en
Estados de guerrero,
formas de pajarillos
guanajuato, Mxico y
perforados en la
Zacatecas, entre otros.
cola para colgarse,
cuentecillas esfricas y
tubulares perforadas
longitudinalmente.
Joyera, escultura,
particularmente en
escultura y lapidaria
mixteca y azteca.
Ocasionalmente en
medicina.
Normalmente en
Joyera, escultura,
conjuntos que forran ocasionalmente en
fracturas en la roca
medicina.
o en el interior de
geodas, generalmente
translcido.
Aspecto visual
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SiO2, en microcristales
que forman capas
sucesivas, paralelas,
con colores muy
diversos y translucidez
de mnima a casi
completa.
Slice criptocristalina.
Comnmente masivo,
rojo ladrillo, con
superficie opaca.
Jaspe
Es un cuarzo cristalino
con color rosado,
desde intenso
hasta casi blanco.
Normalmente es
nebuloso, y nunca es
difano. Al parecer el
color se debe a titanio
y a fierro.
SiO2, en
microcristales. Colores
dbiles desde blanco
a gris oscuro, segn
impurezas en bandas.
Descripcin
gata
Calcedonia
Variedad
silcea
Cuarzo
rosado
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5.0-6.0
+-7.0
<7.0
<7.0
Dureza
Cuentecillas.
Blanquecina opaca
hasta transparente,
aspecto ceroso, color
blanco a gris; raras
veces azulosa, marrn
o negra.
Cuentecillas.
Bandas de colores
muy diversos, a
menudo translcidas.
En las geodas son
bandas concntricas
y en ocasiones
rectas y horizontales
al formarse que
muestran su posicin
al precipitarse la slice.
Aspecto visual
Corresponde a calcedonia
con bandas frecuentemente
paralelas con colores diversos
que indican el orden de
deposicin. El gata musgosa
incluye dendritas de pirolusita
(MnO2) que le dan aspecto
interesante. En Mxico se
localiza en la mina La guitarra,
en Temascaltepec, Mx. Las
llamadas gatas de fuego al
parecer no se hallaron en
tiempo prehispnico.
Es una forma de slice
relativamente abundante en
yacimientos dispersos.
En Chihuahua se
encuentran gatas
multicolores muy
atractivas que pudieron
ser explotadas en tiempos
antiguos.
Presente ampliamente en
pequeas cantidades que
cubren paredes de huecos o de
fracturas en rocas gneas cidas,
sobre todo en riolitas.
Otras observaciones
Siempre en cantidades
muy pequeas se
encuentra muy
dispersa en toda el rea
mesoamericana.
Aplicaciones en culturas
Localizaciones en rea
mesoamericanas
mesoamericana
En Xhaj, municipio de
Cuentecillas.
Zimapn, Hgo. Es poco
Aspecto desde ceroso Hojas de cuchillos
a brillante. Frecuente- aztecas para sacrificio. comn en Mxico.
mente translcido.
Adolphus Langenscheidt
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SiO2-n H20
5.5-6.5
+-7.0
Brillos internos o
iridiscencias.
+-7.0
SiO2, en
microcristales. Tonos
verdes homogneos
debidos a xido de
nquel.
SiO2, semejante a
la plasma pero ms
translcida.
Aspecto visual
Dureza
Descripcin
Dijes
Pectorales, dijes y
cuentas.
Aplicaciones en culturas
mesoamericanas
Cuentecillas
perforadas, dijes o
colgantes perforados
para collares,
pectorales, etc.
quertaro, Hidalgo,
guerrero, Jalisco, San
Luis Potos, Michoacn,
guanajuato, Nayarit,
Chihuahua, guatemala
y Honduras.
Pequeos yacimientos
muy dispersos en Oaxaca
y el Occidente.
Localizaciones en rea
mesoamericana
En mltiples lugares
del Occidente, desde
Oaxaca a Sinaloa,
en yacimientos muy
pequeos y muy
dispersos.
Es slice criptocristalino
(variedad de calcedonia)
translcido, tono uniforme
verde manzana debido a
impurezas de xido de nquel
que puede ser pulido y adquirir
algn lustre. Pudo ser tomada
como chalchihuite, pero no
legtimo, aunque se utiliz en
tiempo prehispnico.
Su coloracin se debe a
delgados cristales fibrosos de
hornblenda o clorita. Pudo
ser considerado chalchihuite
corriente en la antigedad
prehispnica.
Los yacimientos de quertaro
se explotaron mayormente
desde 1835, intensificando su
produccin a partir de 1870.
Se produce en muchas partes
como Australia. Los palos
de fuego son propios de
quertaro y se estima que se
formaron por geles de slice a
160C y contienen inclusiones
de hornblenda, limonita,
goethita, fluorita, cuarzo,
cristobalita, kaolinita y pirita.
Los palos se hallan en muchas
naciones, en particular donde
hay rocas volcnicas cidas y en
ocasiones en rocas baslticas.
Otras observaciones
Notas: 1. La dureza del cuarzo hialino es 7 pero se ve afectada por la direccin en que se haga la prueba. 2. La dureza de la calcedonia es 7, pero se afecta por impurezas incluidas
en cada variedad o por la formacin de palo entre los microcristales. 3. La piedra de sangre o heliotropo no se ha reportado en el rea mesoamericana en contexto arqueolgico,
aunque es de esperarse dado su atractivo aspecto, que le impide pasar desapercibida. Es una crisoprasa con desarrollo de hematita dentro de su masa de microcristales de slice.
palo
Prasa
Variedad
silcea
Crisoprasa
Adolphus Langenscheidt
Colofn
Las variedades silceas que se aprovecharon en
las culturas antiguas de Mesoamrica no fueron
todas las que existen segn la mineraloga moderna, pero s fueron las ms atractivas visualmente. Es evidente que la taxonoma indgena
obedeca a criterios diferentes a los actuales.
De acuerdo con los criterios mineralgicos
contemporneos, fueron tres las variedades
bsicas de slice aprovechadas en tiempo
prehispnico: el xido de silicio cristalino, el
xido de silicio microcristalino y el palo.
Al tomar en cuenta la dureza de la materia
prima aprovechada, de 5 a 7 en la escala de
Mohs, asombra que los rasgos de muchos
instrumentos presenten gran soltura y perfeccin en las formas escultricas y en los acabados de las superficies, aun tratndose del
cuarzo hialino. Ello confirma que el lapidario
prehispnico trabajaba con gran paciencia y
con gran sensibilidad artstica, probablemente utilizando como abrasivo arena diamantfera (Langenscheidt, en prensa).
Agradecimientos
Dejo constancia de mi agradecimiento a la
maestra Leticia gonzlez Arratia por sus observaciones a la primera versin de mi escrito, a la
maestra Lorena Mirambell por sus orientadores
comentarios sobre el tema, a mi amigo el ingeniero Elas Ojeda por su valiosa informacin
geolgico-minera, al seor rogelio Snchez por
informacin de primera mano sobre algunas
localizaciones especficas de slice, a Felipe y
Juan Manuel ruiz Langenscheidt por las fotografas, a Amalia Langenscheidt S. por asesoras
en la presentacin digital y a las muchas otras
personas que me apoyaron de diversas formas
en mi investigacin. A. L.
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