La Posmodernidad y Nuestra Fe en Jesucristo (Juan Marcos)

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La Posmodernidad y Nuestra Fe en Jesucristo

Vivimos en este mundo, y no podemos salir de l antes de que Cristo venga. Dios nos
ensea que no debemos amar el pecado que hay en el mundo (1 Juan 2:15-17), adems de
evitar poner nuestros tesoros en la tierra (Mateo 6:19-21), o amar las riquezas (Mateo 6:24).
Occidente, que esta globalizando el mundo en una sola cultura, ha generado en su seno lo
que se ha dado en llamar posmodernidad. Vivimos en una cultura posmoderna, que ha
creado una sociedad posmoderna, que genera individuos posmodernos.1 Cada da somos
colonizados en nuestra mente con ideas, valores, costumbres y todo tipo de experiencias
que responden a este signo cultural, pero que difcilmente pueden tener relacin con lo que
Dios nos ensea acerca de cmo vivir. Es cierto que la posmodernidad alberga algunos
valores positivos,2 sin embargo, en lneas generales, ataca con claridad la fe bblica de
Jesucristo y la forma de vida que esta fe supone. No podemos evitar que la posmodernidad
este ah, pero podemos identificar su accionar, para que de ese modo podamos ser
cuidadosos y reaccionar a favor de nuestra fe.
Podemos conocer las ideas de la posmodernidad y sus manifestaciones en la praxis
humana. De esa manera, al contrastarla con los elementos dados por la fe bblica, podemos
criticarla. Bosquejaremos lo elementos constitutivos de la posmodernidad, sin siquiera
acercarnos a ser exhaustivos,3 y los pondremos a la par de las ideas bblicas acerca de estos
mismos tpicos.

Nocin de Verdad: En la posmodernidad la verdad se desvanece. No quedan


fundamentos donde apoyar el pensamiento. No se puede conocer la realidad, solo
pequeas partes de ella, locales, fraccionadas y especificas; no generales. As, el relativismo
toma la delantera, y su verdad relativa se valoriza como verdad a partir de lo que sirve, lo
utilitario, sin importar desde donde venga ese conocimiento. Se ha perdido toda certeza. Ya
no importa la verdad, sino mi verdad. Cada uno tiene la suya, todas igualmente validas y
verdaderas en el sentido irnicamente relativo que toma esta palabra.
Dios, sin embargo, nos enseo que su palabra es la verdad (Juan 17:17). Cristo nos dio
la revelacin y nos mostro que podemos confiar en la Biblia. Esta revelacin nos explica
verdades que atienden nuestro aqu y ahora, pero que tambin que van mucha ms all de
l. La Biblia nos ensea cmo llegamos a existir, como Dios cre todo lo que existe, como
Esta lgica con sus elementos constitutivos est desarrollada en Mario Pereyra y Enrique Espinoza, La Posmodernidad
Desde la Perspectiva Proftica (Libertador San Martin: Editorial Bienestar Psicolgico, 2000), 17-130. En estas pginas el
lector puede profundizar los tpicos aqu expuestos y muchos otros que obviamos.
1

Podemos destacar, solo a modo de mencin: la tolerancia, la no discriminacin, el respeto por las diferencias, el valor
para pensar fuera de lo establecido.
2

Para una introduccin exhaustiva a la posmodernidad ver: Fredric Jameson, Ensayos sobre el Posmodernismo (Buenos Aires:
Imago Mundi, 1991), 14-22, 65-73; Madan Sarup, Identity, Culture and the Postmodern World (Edimburgo: Edimburgh
University Press, 1996); Victor E. Taylor y Charles E. Winquist Ed., Encyclopedia of Postmodernism (Londres: Routledge,
2001); David Beckett y Paul Hager, Life, Work and Lerning: Practice in Postmodernity (Londres: Routledge, 2002); Gianni
Vattimo y otros, En Torno a la Postmodernidad (Barcelona: Antrophos Editorial, 2003), 103-130; Stevent Connor, The
Cambridge Companion to Postmodernism (Cambridge: Cambridge University Press, 2004).
3

camos en pecado, el plan de salvacin, la cruz de Cristo y su segunda venda. En definitiva,


la realidad de que hay un gran conflicto entre el bien y el mal, que es universal y espiritual,
pero que lleva su campo de batalla a la mente humana y al escenario del planeta tierra. Dios
acta en la historia humana a travs de muchas maneras, pero por sobre todo mediante las
intervenciones directas a travs de Jesucristo (1 y 2 venida). Estas verdades para la Biblia
son absolutas y fundacionales. No podemos guardar fe en Cristo si el posmodernismo nos
las arrebata en el relativismo nebuloso.

Moral posmoderna: El relativismo posmoderno tambin se inmiscuye en la moral, de


tal modo que ensea al hombre a actuar segn su conveniencia. Al desvanecerse la verdad,
no quedan bases para saber que est bien y que est mal. Las personas actan como les
place creyendo que no hay juicio, ni verdad, ni ley. El mal en si no existe, sino que es una
formacin cultural que hay que destruir. Es malo lo que para uno es malo, es bueno lo que
para uno es bueno. Los absolutos se desvanecen. Lo malo se reduce a la no aceptacin del
otro, a la discriminacin, las vejaciones o brutalidades hacia el otro. Lo malo no existe para
la posmodernidad en el fuero ntimo. Todo lo que hagamos en libertad y no dae a un
tercero se considera amoral.4
Dios, en cambio, nos ha dejado su Ley sagrada, santa, inmutable y eterna, a travs de
los Diez mandamientos y de toda la Biblia, para guiarnos en nuestras vidas. Existe el bien y
el mal, el gran conflicto, y la voluntad de hombre decide de qu lado participar. Lo bueno
no es relativo, sino que Dios, el bien eterno, ha determinado lo que es bueno.

La religin: La cultura posmoderna nos dice que la religin es un apndice de la vida,


un elemento menor. Nos ensea a no invertir tiempo, esfuerzo, dinero, lgrimas y sangre
en algo tan pequeo. La religin es insegura, poco fundada, un consuelo para tontos, una
ms del montn. Llega un punto, que la posmodernidad no solamente minimiza la religin,
sino que la ignora. Este es el punto dramtico para los que abrazamos la fe. La modernidad
tena grandes relatos que competan por supremaca en la sociedad, por la aceptacin de las
masas. El cristianismo era uno de esos meta-relatos. Fue atacada por doquier, transformada
en gran parte, pero all estaba para dar batalla, como una alternativa a dar respuesta a la
existencia y el sentido del hombre. Este lugar de lucha, aunque trajo calamidades a la fe
bblica como el Mtodo Histrico Critico, daba al cristianismo identidad, un lugar
inobjetable entre los grandes relatos. La posmodernidad, al ignorarlo, al verlo como algo
superado, pone nerviosa a la iglesia, en una posicin de ms desventaja que en la
modernidad. Llegado el momento, la iglesia comienza a transformarse para volver a ser
relevante y reconocida en la sociedad posmoderna. All podemos ver el origen de la iglesia
posmoderna, con sus adaptaciones en su mensaje, adoracin y misin al paradigma
posmoderno.
Cristo nos ensea que la religin verdadera, el acto de buscar a Dios a travs de su
palabra, y en comunidad, con todas las consecuencias ticas y misiologicas, est en el centro
Para un desarrollo exhaustivo de la moral posmoderna, ver Raul Kerbs, Tiempos Posmodernos, Moral Light, Logos 4.3
(2000): 4-11.
4

de la vida. La fe viene a dar sentido a nuestra existencia, principios al vivir, perspectiva de


vida eterna por la cual es necesario dejarlo todo para seguir a Cristo. El seguimiento de
Jesucristo es una exigencia de toda la vida, de cada momento. Cristo no es algo ms; lo es
todo. Vivir la religin de Cristo se vuelve as no una parte de la vida, sino la vida misma.

La realidad virtual y el simulacro: El mundo nos ensea que lo importante no es lo


que somos, sino lo que podemos mostrar. Todo puede ser simulado para alcanzar los fines
de la felicidad y la aceptacin. Existe una deificacin de las modas, la apariencia, el dinero,
el lujo y todo lo material. La posmodernidad invita as a que las personas modifiquen su
accionar para ser aceptados.
Sin embargo, a Dios no le interesa lo que podemos mostrar, sino lo que somos. Nos
invita a que seamos leales a l mas all de ser invadidos con ideas extraas, despreciados o
aun perseguidos. No importa lo que los dems piensen de nosotros, sino lo que Cristo
piense de nosotros. No importa nuestra posicin ante el mundo, sino ante Dios

Cultura de la imagen: La TV, la computadora, internet, los celulares, las redes


sociales, las pelculas, los videojuegos; todos ellos han dejado de ser un simple pasatiempo,
una forma de distraccin, para llegar a ser la manera en que aprendemos, nos relacionamos,
y experimentamos la realidad. Las personas estn llegando a relacionarse ms con
virtualidad que cara a cara con otros seres humanos. Aprenden mediante la imagen, y
abandonan la lectura, que requiere esfuerzo. Imgenes de violencia, sexualidad libidinosa,
corrupcin, egosmo, obscena desigualdad, nos llevan a un acostumbramiento a ver la
miseria humana, el pecado. As se normaliza la maldad en la mente humana, que se vuelve
incapaz de rebelarse contra el pecado.
A su vez, la Biblia nos ensea que en el Edn, Dios nos ha dado la naturaleza para que
nos desarrollemos. La cultura de la imagen, que nos exige relacionarnos con una pantalla,
nos quita lo que Dios cre y lo cambia por lo que el hombre ha inventado. Dios nos invita
a que limpiemos nuestra mente por medio de la contemplacin y el relacionamiento con su
creacin. La naturaleza es otro libro que junto a la Biblia revela el poder y la gracia de Dios
(Salmo 19:1; Romanos 1:20). Adems, Dios nos hizo seres sociables, que necesitamos
relacionarnos cara a cara para poder experimentar satisfaccin verdadera. Es cierto que la
tecnologa acerca distancias, y es buena en ese (y seguramente otros) sentido, pero tambin
conlleva un cambio cultural progresivo y peligroso. Otro escollo que nos trae la cultura de
la imagen, es que Cristo nos ha dado su Palabra en forma escrita. Necesita ser leda y
estudiada con esfuerzo, tiempo y dedicacin para comprenderla y aplicarla a la vida. La
posmodernidad nos roba la cultura de la palabra, del esfuerzo y el gozo de pensar, hacernos
preguntas y buscar las respuestas. La comprensin de textos en las generaciones jvenes es
cada vez ms deficiente. Y aunque podemos presentarla de mltiples maneras, la Biblia es un
texto, y siempre lo seguir siendo. El decrecimiento en el estudio de la Biblia es por falta de
espiritualidad, pero tambin debe tener que ver con el abandono de la lectura en general
por parte de la sociedad posmoderna.

Individualismo: En la sociedad posmoderna, no importa lo que los otros viven y


necesitan, sino solamente el yo. Los otros tienen valor en la medida que me traigan un
beneficio, me sean tiles. El encuentro profundo entre seres humanos es cada vez ms
extrao y difcil, porque se trata de personas egostas, solitarias, pendientes de s mismos.
Se dan encuentros breves, superficiales, light, buscando el beneficio o el placer. La
exaltacin del yo como el dios de estos das responde a la descripcin hecha por Pablo
en 2 Timoteo 3:1-5. Las personas individualistas se vuelven solitarias y deprimidas. Llenas
de objetos y pobres en su interior, creyendo, sin embargo, que as es como lograran la
felicidad. Narcisismo ciego y autodestructivo.
Dios nos ensea que la verdadera felicidad est en las relaciones. La relacin con Dios,
con la familia, el cnyuge, los hijos, los amigos, la sociedad, dan sentido a la vida. Solo
encontraremos la felicidad cuando veamos nuestro gozo en la felicidad del otro, y as nos
avoquemos al servicio para generarla. Esto debera estar presente especialmente en la
Iglesia. Tristemente podemos ver como la iglesia primitiva viva de una manera muy
distinta a la que vive la iglesia hoy (Hechos 4:32-37). Lejos estamos del ideal de integracin
que se dio en los orgenes de la misma.

La identidad: Todo esto nos lleva al hombre acabadamente posmoderno. Lo ms


grande que nos roba el mundo es la identidad. Al robarnos la identidad nos hace seres sin un
centro en la vida, sin un elemento que nos de equilibrio, sin propsito, llenos de liviandad.
Esto trae angustia y crisis existencial. Quines somos? El posmodernismo dir: seres
pequeos, insignificantes, polvo en el viento, que vivimos breves vidas llenas de miseria
para ir a parar a la nada eterna. Qu podemos hacer entonces? Cambiar esos momentos de
miseria por momentos de placer. No importa cmo. El nihilismo lleva al hedonismo.
Para nuestro gozo, Cristo nos ensea que nuestra identidad es l. Somos cristianos, l
es el centro y sentido de todo. Tenemos un origen: su creacin. Tenemos un destino: la
vida eterna. Nuestra vida tiene sentido. No estamos sobre la nada, sobre el vaco
existencial. Somos suyos, tenemos identidad en l. Y en estos tiempos finales somos
Cristianos Adventistas del Sptimo Da. Un pueblo que espera la Venida de Cristo, que se
prepara para ir al cielo. Todo lo que hacemos tiene sentido porque debe prepararnos para ir
al cielo. En miserias y victorias, esta Cristo. En alegras y tristezas, esta Cristo. Somos la
plenitud de Aquel que llena todo en todo (Efesios 1:23).
Conclusin
Por inevitable que sea nuestra inmersin en este mundo posmoderno, podemos
reflexionar acerca de l, criticarlo y desarrollar en nosotros una vida que responda al
paradigma bblico de la verdad, la existencia, la moral, el origen y el destino de nuestro ser.
El mundo nos dice que el ser humano pasa, su vida, significado e incluso su recuerdo, y
que no queda nada. Dios nos dice que el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre. Es privilegio de nuestra libertad elegir a quien
le vamos a creer.

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