Consideraciones Fenomenológicas en Torno Al Problema Del Conocimiento en Psicología.

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Universidad de Chile

Facultad de Ciencias Sociales


Carrera de Psicologa.

CONSIDERACIONES FENOMENOLGICAS EN TORNO AL PROBLEMA DEL


CONOCIMIENTO EN PSICOLOGA
MEMORIA PARA OPTAR AL TTULO DE PSICLOGO

Autor:
Juan Gonzlez Fuentealba

Profesor Patrocinante:
Jorge Fernndez Darraz

Santiago de Chile, 2015.

2
Pero si nuestras mentes estas almas
las ven por circunstancias y por signos
que no son aparentes de inmediato,
cmo pueden probar mi verdad pura?
John Donne.

En lo tocante a la ciencia, la autoridad de un millar no es superior al humilde


razonamiento de una sola persona.
Galileo Galilei

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ndice
Resumen.....4
Introduccin.5
Problema de investigacin...6
Pregunta de investigacin....8
Mtodo.9
Objetivos10
Capitulo primero: Sobre la virtud del conocimiento en Psicologa....11
Capitulo segundo: Sobre las consideraciones fenomenolgicas..19
Capitulo tercero: Sobre el conocimiento vlido de la Psicologa......27
Conclusin..35
Referencias bibliogrficas37

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Resumen
El presente es un trabajo terico de investigacin bibliogrfica, en el cual se plantea la
pregunta por el carcter cientfico de la Psicologa, y por la legitimidad de su
conocimiento, desde la perspectiva general de su objeto de estudio, mtodo, y la
fragmentacin interna que puede sealarse a partir de lo mismo. La perspectiva de
anlisis corresponde a la tradicin fenomenolgica, por considerarse vlida ante las
caractersticas de la pregunta planteada. Junto a esto se relacionan los problemas
epistemolgicos en Psicologa y las consideraciones fenomenolgicas, en torno a la
psicologa clnica. Las principales conclusiones se refieren a la importancia de
plantearse el conocimiento en Psicologa como una problemtica de permanente
anlisis, a la vez de sealar la carencia de un fundamento unificador al interior de la
disciplina psicolgica, cosa que dificulta el establecimiento de su carcter cientfico.
Consiguientemente, se plantea la necesidad de nuevas investigaciones en el presente
campo.

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Introduccin.
La crisis de una ciencia, sin embargo, significa nada menos que lo siguiente: su
autntico carcter cientfico, la forma toda en que plantea su tarea y el mtodo que
construye para ella, se han vuelto cuestionable (Husserl, 2008). A partir de estas
palabras ya pueden entablarse algunas reflexiones. A saber, la ciencia tendra un
carcter que es autntico. Para que esto sea posible Significa que pueden
presentarse otros

tipos de caracteres no autnticos, o bien abiertamente falsos?

Seguidamente, la ciencia tendra una forma que abarcara toda disposicin de su


disciplina. Puede pensarse que la nocin de una forma en la disciplina cientfica
implicara a su vez una cierta configuracin de sus elementos particulares, y as
consiguientemente, un ordenamiento dotado de sentido? Y en relacin a ello, la
ciencia tendra una tarea para la cual construye ella misma un mtodo, Pero cul
sera esa tarea, y cmo ha de corresponder a sta uno u otro mtodo? Pues si
efectivamente el mtodo es algo que puede ser construido, se ha de aceptar que
puede ser variado, y por tanto, ser ms o menos concordante con aquello para lo que
fue dispuesto.
Todo lo anterior pareciera incluir ya la posibilidad de que la ciencia se desvirte. Pues
Cmo evitar esto? No ser sino teniendo una clara idea del carcter autntico de la
ciencia, la tarea que la convoca, y el mtodo que utiliza?
Todas estas consideraciones y preguntas derivan sin ms de una concepcin de la
ciencia como una prctica destinada al conocimiento, y por tanto, no separada de la
Filosofa, la que es planteada como abarcadora de toda otra ciencia (Husserl, 2008).
Inmediatamente esto implica la pregunta por el conocimiento mismo, y desde ah, no
cabra sino considerar a la Fenomenologa, como una meditacin del conocimiento
(Lyotard, 1973).
Efectivamente, podra decirse: Es cosa de las teoras dirigirse por los datos, y cosas
de las teoras del conocimiento distinguir las formas fundamentales de los datos y
describirlas de acuerdo con su esencia propia (Husserl, 1962). Una esencia, o bien,
un concepto que sea fiel al carcter adecuado de la ciencia. Vale decir, que la teora
del conocimiento no puede dejar de preocuparse respecto al fundamento con que se
emplazan los datos, y por tanto, por las formas en las que se configura el
conocimiento.

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Problema de investigacin.
Lo antes sealado no deja ajena a la Psicologa, al menos en la medida que se la
considere una ciencia. Husserl (1962; 1982; 2008) as lo crea. El presente trabajo
buscar abordar lo antes expuesto, centrndose en el carcter cientfico de la
Psicologa, y por tanto en sus fundamentos y su objeto de estudio. Tema que se
considera de gran importancia en vistas de la posibilidad de que la Psicologa, en
cuanto ciencia, pueda desvirtuarse ante la produccin y aplicacin de su conocimiento
de manera irreflexiva.
As, desde una mirada fenomenolgica, tampoco podrn dejar de tocarse los temas
relativos al mtodo de la disciplina psicolgica, y de qu manera influyen en esto
temas siempre presentes en la fenomenologa, como lo son la conciencia, la razn y el
propio sujeto de conocimiento.
Se ha de advertir en este punto, sobre lo amplio que pueden ser las disquisiciones
posibles del tema presentado. La lnea de discusin y anlisis que se ha elegido
corresponde as, a una posibilidad entre otras tantas. Se ha de entender esto como
una condicin del trabajo terico que lo lleva al campo de la propuesta. Por lo mismo,
se ha de sealar que a partir de tal condicin, y ms an, por encontrarse enmarcado
en una tradicin del pensamiento occidental como lo es la fenomenologa (Lyotard,
1973), la presente obra no aspira sino a proponer un campo de discusin posible, pero
tambin necesario.
En concordancia con lo ya expuesto, y con aquello que se presentar, habr que
abogar por una revisin minuciosa y acaso permanente de los problemas relativos al
conocimiento y a la disciplina psicolgica, entendindose sta como especialmente
compleja y atingente al conocimiento mismo (Husserl, 2006).
El camino elegido tomar la forma de tres momentos principales. En primer lugar, se
pondrn a la vista algunos posibles problemas epistemolgicos y disciplinares
presentes en Psicologa, tratndose principalmente de aquellos referentes al objeto de
estudio, la metodologa, los procesos de tecnificacin, y la concordancia entre el
conocimiento y los lmites de la observacin en Psicologa. En un segundo lugar se
expondrn los principales elementos de la Fenomenologa, en un intento por resaltar
una lnea comn entre los postulados de diferentes autores. Y ya en un tercer
momento, y a propsito de lo expuesto, se buscar proponer una discusin entre los
problemas

epistemolgicos

de

la

disciplina

psicolgica,

las

consideraciones

7
fenomenolgicas, y
psicologa clnica.

las aplicaciones que stas pudieran tener en la prctica de

8
Pregunta de investigacin
En trminos ms sucintos habr que plantearse la pregunta, de manera de tenerla
presente en todo momento, a lo largo de la presente obra, En cunto a qu y en qu
trminos es legtimo el conocimiento en Psicologa desde una perspectiva
fenomenolgica? Y aunque se trate de una pregunta que no alcance, o bien no pueda
alcanzar una respuesta definitiva, se estima ante la presente obra, que no puede dejar
de ser planteada.

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Mtodo
El presente corresponde a un trabajo terico de investigacin bibliogrfica, al
considerarse su primer objetivo el producir una reflexin en torno al tema planteado,
en trminos epistemolgicos y de discusin acadmica (Rivas, 2012). Las referencias
bibliogrficas se han elegido, por una parte, por considerarse, desde la opinin experta
y gua del profesor patrocinante, las principales obras de la perspectiva terica elegida;
y por otra, a partir de las temticas o problemas que fueron emergiendo durante el
desarrollo del mismo trabajo. Esto con el fin de poder presentar el cuerpo conceptual
en que se har referencia en el desarrollo y en el anlisis de la problemtica,
enmarcando la presente propuesta en el campo terico elegido (Hernndez,
Fernndez y Baptista, 2010)

10
Objetivos.
El objetivo general del presente trabajo es establecer una problemtica en cuanto al
sostn epistemolgico de la Psicologa en cuando ciencia, desde una perspectiva
fenomenolgica.
Para lograr dicho objetivo se pretende cumplir los objetivos especficos expuestos a
continuacin:
-Describir un conflicto epistemolgico en cuanto al carcter del conocimiento cientfico
presente en la Psicologa.
-Describir

poner

en

relacin

los

principales

aspectos

del

pensamiento

fenomenolgico, a partir de sus principales autores.


-Relacionar los puntos anteriores con el fin de centrar el anlisis de los problemas
epistemolgicos en una perspectiva fenomenolgica, a la vez que dar cabida para
consideraciones especficas y posibles lneas de anlisis.

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Capitulo primero:
Sobre la virtud del conocimiento en Psicologa
En virtud de qu se estima la legitimidad de la Psicologa? A partir de ser una
ciencia o un arte, o de ser una prctica humana ms? O es a partir de su historia, y
por tanto de sus fundamentos y tradicin? O es a partir de un cierto sentido de
utilidad social y aun as-, para con qu fines?
Para plantearse tales preguntas habra que al menos tomar una postura, y as fijar
una cierta lnea de anlisis, de manera de poder desplazarse entre las
consideraciones que fuesen emergiendo a tal propsito. La lnea de anlisis del
presente trabajo ser la dada por la tradicin fenomenolgica, iniciada por Edmund
Husserl, por ser tal tradicin atingente a modo de respuesta y revisin a las Ciencias
del Espritu, ya desde la propia epistemologa que les permitira (o no), la legitimidad
de su conocimiento.
As pues, Husserl (2008) plantea que la ciencia europea (de la que la ciencia en
general es heredera) est en la crisis de su fundamento interno. Seala que tal crisis
se ha producido en la medida de que el concepto actual del positivismo se ha reducido
a entenderse como una produccin del conocimiento que es vlido slo y por los
propios hechos. Por lo mismo, valdra decir que el concepto positivista de ciencia es,
entonces -considerado histricamente-, un concepto residual (Husserl, 2008).
Planteamiento tal en que se pretendera que el hecho (como constructo del
entendimiento) sera suficiente por si solo para el ejercicio cientfico, rechazando, o
simplemente no considerando lo que Husserl (2008) menciona como una teleologa. A
saber, el ordenamiento de los fenmenos y sus relaciones en cuanto a un fin ltimo, o
un propsito universal.
Desde aqu, la ciencia correra el riesgo de alejarse de la prctica comn que durante
siglos le diera la filosofa: El uso de la razn como principio gua en el entendimiento y
la produccin del conocimiento. Por lo mismo, emprendida en una bsqueda en cuya
direccin se vuelve incierta, la prctica cientfica correra el peligro de caer en una
tcnica vaca, cual aplicacin implicara la captacin reductiva de los fenmenos a
meros hechos acotados (Husserl, 2008). Al hacer esto, pudiese pensarse que para la
ciencia actual slo los aspectos que son propensos a ser acotados serian relevantes
en el conocimiento de los fenmenos. Los aspectos medibles, contrastables y
cuantificables, necesarios para configurar a partir de un fenmeno, un hecho.

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Ms, como deca Husserl (2008), Meras ciencias de hecho hacen meros seres
humanos de hechos. La crisis en las ciencias implicara as una crisis en parte de la
humanidad, y en la manera que sta tiene de entender la subjetividad. Desde aqu,
para la psicologa se presenta un problema del que no puede desentenderse. Sera el
presente, un problema que pudiera implicar la figura del psiclogo, y tanto ms, de
todo profesional involucrado con la vida mental, como el de un mero aplicador de
tcnicas, las cuales siendo necesarias, pudieran ser tremendamente perjudiciales sin
la gua permanente de la razn. Es ms, la mera ciencia de los cuerpos no tiene,
manifiestamente, nada que decir; ella se abstrae de todo lo subjetivo. De manera que
una psicologa meramente tcnica arriesga su posicin en cuanto a lo subjetivo, como
forma de conocer, pero tambin como campo de estudios vlidos en la produccin de
su saber cientfico. Esto si se toma en cuenta la pregunta por la psiquis al considerarse
sta atingente a lo subjetivo, o bien, a la subjetividad.
Pues bien, si la crisis en la ciencia es una crisis de fundamento, al centrarnos
particularmente en la Psicologa, sta correra el riesgo de tornarse un sinsentido. Al
menos en la medida en que se plantee la importancia que el estudio de la psiquis tiene
para el desarrollo de la disciplina psicolgica, a la vez que tambin pueda considerarse
la relevancia que los aspectos subjetivos de la psiquis tienen en su propio estudio. De
manera que si la Psicologa se abstrajese de todo lo subjetivo, se ha plantearse una
Psicologa que no estudiara la psiquis, o lo hiciera solo en parte? Pues Cmo
pudiese pensarse en la psiquis, an ms en la psicologa aplicada, sin una dimensin
subjetiva, sea cual sea el lugar que esta dimensin ocupase?
Pues hablar de fenmenos psquicos como independientes de la psiquis, a saber,
separados y dados por s mismos, es un riesgo permanente en la prctica psicolgica,
que pudiera pensarse derivado del problema particular recin planteado, y que puede
apreciarse a la luz de ciertas consideraciones. A saber el uso de un cierto lenguaje
tcnico, que ocupando el lugar de un cuerpo terico, pudiera operar sin la necesidad o
simple implicancia de una idea de psiquis. Y es que Al momento de usar una u otra
tcnica es necesario considerar los fundamentos con lo que se inici sta, y cmo
atae a una u otra consideracin respecto de la psiquis?
Si bien esta pregunta pueda sonar un tanto ridcula, pudiese ser necesario
plantersela, pues se corre el riesgo de que el uso de una nomenclatura, a modo de
una denominacin para poder referir y entender ciertas ideas, se torna bien en un
lxico cuyo significado opera a propsito de s mismo (Rorty, 1991), prescindiendo del
supuesto fenmeno observado (Nietzsche, 1970); o bien, un instrumento meramente

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tcnico, que al carecer de un fundamento sopesado, no sera sino puramente imitativo
de aquello que se pretende observar (Jnger, 1968).
En vistas a esto Cmo se ha de entender el llamado hecho psicolgico? Podr ser
entendido en otros aspectos diferentes a los tcnicos? Pues bien puede interrogarse
respecto a qu aspectos de la psiquis permite o no una cierta categorizacin o tcnica
La disciplina psicolgica no tendra que hacerse cargo de tal pregunta, en la medida
en que usa categoras y tcnicas? Y esto si bien ocupase grandes cuerpos
metodolgicos, como acotados lineamientos.
As pues, para considerar el peso y la importancia que los elementos tienen en cuanto
a su posicin en el conjunto, es inevitable preguntarse por el sentido del conjunto
mismo. Vale decir, el espacio que la Psicologa viene a ocupar como campo de
conocimiento, pero tambin en cuanto a disciplina prctica y su calidad de ciencia.
Entonces,

Cul es el sentido que como conjunto tiene la disciplina psicolgica?

Dentro de sus elementos Hay acaso un punto comn? Pues bien se tendra que
admitir que la psiquis misma. Pero aunque suene simple, est lejos de serlo. Bien lo
seala Michel Bernard (1983), quin escribe sobre la falta de unidad de la disciplina
psicolgica, sus mltiples fundaciones, y la gran fragmentacin interna. Mientras unos
piensan en la psiquis como una cosa dotada de fuerzas propias, otros la ven como el
espacio comn en una serie de reacciones ambientales, y an ms, pudiese ser de
relaciones prcticas, sociales o simblicas (ms all de las consideraciones sobre las
posibles diferencias o analogas entre estos niveles).
Pues bien, no es nueva la falta de unidad interna en Psicologa. Tanto en su objeto de
estudio, como en su mtodo de aproximacin y validacin del conocimiento que se
produce, lo que implica ya notables diferencias epistemolgicas, y bsicamente, una
falta de unidad en cuanto a convicciones y creencias. Esto en tanto a lo que se ha de
conocer, como en las posibilidades de ese conocimiento (Bernard, 1983; Canguilhem,
1998).
Consiguientemente se pudiera pensar dicha fragmentacin en relacin a la
descripcin, y por tanto, a la manera de observar y teorizar. Bien habra que recordar a
Lyotard (1973), cuando seala que el fsico pudiera correr el riesgo de entender el
color rojo que ve exclusivamente como una frecuencia de onda dada por la luz que
viene a excitar sus nervios oculares, y no como este fenmeno que se nos presenta
aqu y ahora. De manera que lo mismo pudiera reprochrsele al psiclogo, al momento
en que deja de entender un fenmeno mental como tal y ya dado, para entenderlo
exclusivamente mediante una conjetura explicativa. Sea esta conjetura basada en la

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existencia de creencias centrales como una matriz interpretativa del mundo, o como
una manifestacin de un significado latente y oculto por las fuerzas de un inconsciente.
Una cosa seria tomar en cuenta este primer espritu de la ciencia, comn en la
filosofa, de encontrar un cierto factor cognoscible en las cosas (Husserl, 2006; 2008).
La Razn como dilucidante en la captacin y aprehensin del conocimiento dado en el
mundo, como sealara Husserl (2008). Efectivamente, una cosa seria estimar una
concordancia, un patrn, una regularidad, que contuviera en si ya la cualidad de
soportar la posibilidad de una inferencia, y por tanto coronarse como evidencia, y
como dato (Husserl, 2008). Otra cosa muy diferente es usar tal espritu como base
para la construccin de una proposicin no fundada y disfrazada como descripcin de
una supuesta realidad natural. Y ms an, presuponer, a modo de un prejuicio
positivista,

que los fenmenos mentales poseen la misma disposicin para ser

conocidos que los fenmenos naturales (Husserl, 1962). Ello implicara de por s un
traslado metodolgico, y con ello la aplicacin de una tcnica particular formada a
partir de objetos de estudio diferentes, pero tambin de epistemologas y
concepciones respecto al conocimiento aceptado como vlido, igualmente ajenas a la
Psicologa (Bernard, 1983; Jnger, 1968).
Mientras que la experimentacin y la operacionalizacin de ciertas caractersticas
puede hacerse e incluso ser provechoso- en el estudio de ciertos fenmenos, segn
la particular manera de que el conocimiento se ha construido a su propsito (y por
tanto, segn la manera que el entendimiento tiene de captarlos), en otros fenmenos,
como sucede en el caso de la psiquis, el conocimiento construido a su propsito
usualmente se contradice, se explica de maneras divergentes, y por tanto, su
entendimiento no puede sino parcializarse (Bernard, 1983). Desde aqu se vuelve ms
legtima la pregunta Qu sucede con la observacin en Psicologa? Cunto se ver
influida por no decir distorsionada- por los supuestos y las teoras? Y en qu punto
la participacin en una cierta teora se vuelve ms un prejuicio que una herramienta
del conocimiento? En especial si el uso de la teora pudiera tornarse meramente
tcnica, deformando as la manera de entender la misma.
Entonces se llega al punto en que es necesario considerar la forma en que tales
teoras son transmitidas y entendidas. Tal manera, uno pudiera pensar, es el lenguaje
(Rorty, 1991). Pero el lenguaje no es una problemtica ingenua, en la medida que se
entienda que tiene sus propias maneras de ser planteado y discutido, con directa
incidencia en el conocimiento humano (Nietzsche, 1970).

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De alguna manera, al no explicitar la problemtica del lenguaje para el entendimiento
de ciertas teoras, se correra el riesgo de tomar su explicacin, o incluso su acotada
propuesta, como la descripcin estricta de la realidad del mundo. Como dira Husserl
(2008), no se postula que haya muchos y variados mundos, sino muchas maneras de
entenderlo. Y de no tener esto en cuenta, qu se nos presenta en el camino? Una
ciencia basada en el mero consenso verbal? La coexistencia de varias realidades,
todas plegadas sobre los mismos objetos de conocimiento? O bien, la constitucin
mediante el lenguaje de diferentes objetos de conocimiento, siempre diferentes en
cuanto diferentes observadores? De una u otra manera, la fragmentacin interna de la
Psicologa pareciera persistir. Puede verse ya en los distintos modos de observacin y
descripcin, tan diferentes como los efectuados por quienes rechazan las hiptesis
tanto fisiolgicas como mentalistas (Bernard, 1983), y entre aquellos que se centran
en la descripcin de la conciencia como fenmeno original (Bernard, 1983). Esto por
dar un ejemplo entre otros tantos posibles.
Ms aun, tal fragmentacin interna pareciera situar a la disciplina psicolgica

en

medio de un campo de conflicto, desde la misma emancipacin que sta tuviese


desde la Filosofa, y en el que no termina de dilucidarse un objeto de estudio comn
(Bernard, 1983).
Ya desde aqu, uno pudiera reconocer el mismo problema que viene a tocar Georges
Canguilhem (1998) al preguntarse Qu es la Psicologa? Pues al entenderse que
para la Psicologa, la pregunta por su esencia o, ms modestamente, por su
concepto, cuestiona tambin la existencia misma del psiclogo, en la medida en que al
no poder responder exactamente sobre lo que es, se le hace muy difcil poder
responder por lo que hace (Canguilhem, 1998). Dificultad que pareciera obligar a la
Psicologa como disciplina a centrarse en una justificacin de s misma a propsito de
su mtodo (Canguilhem, 1998). Pero si gran parte, si no es que en su carcter
fundamental, la ciencia se sostiene en la observacin como principio metodolgico
(Husserl, 1962; 2006), siendo sta direccionada y acoplada a las formas
fundamentales de su objeto de estudio, Cmo puede tomarse como legitima la
observacin que se hace en Psicologa si no se ha tomado adecuadamente la
problemtica a propsito de su objeto de estudio, o siquiera establecido un consenso
en las maneras que ha de tomar su mtodo? Ciertamente uno pudiera dudar que
tomar tales determinaciones fuese algo posible de forma legtima, sino es que primero
se plantee el problema sobre el mundo, o del tipo de realidad en que se despliegue tal
disciplina (Husserl, 1962). De otra forma, determinar tal o cual sentido de una
metodologa de observacin no sera ms que un ejercicio netamente institucional y

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poltico, fallando as al uso de la Razn como lo entendi la Filosofa, para el
desarrollo de las Ciencias (Husserl, 2006; 2008).
Entonces la pregunta vendra a ser respecto a la forma adecuada de observar en la
Psicologa. Cul camino tomar que sea genuinamente legtimo? O bien Es posible
hablar de una forma adecuada?
Pues bien aqu, ante tal embrollo, habra que apelar a lo ms sucinto posible: A saber,
que de todas las posibilidades del mundo, slo sern aquellas aptas de ser conocidas
las que sern materia de conocimiento (Husserl, 1982; Jaspers, 2011). De la misma
manera que sealara Jaspers (2011) a propsito del campo de la psicopatologa, es
innegable el que hayan aspectos inconscientes en la mente humana, pero al ser
inconscientes, no son conocible (entendiendo al significado como aquello que aparece
ante la conciencia), y por tanto, slo es materia de especulacin, y no de
conocimiento.
As pues, de modo parecido como lo hiciera Descartes (2011) en la bsqueda de un
nuevo comienzo y firme base para el establecimiento del conocimiento, uno tendra
que reconocer que es ms apto para ser conocido aquello que se nos da ms
inmediatamente, en contraste de aquello que se nos da mediados por una gruesa (y
muchas veces indeterminada) capa de supuestos.
Pero podrn tratarse los supuestos de tal manera que uno pudiera juzgar su
densidad, turbulencia y capacidad de distorsin? Si uno pensase que justamente el
acto de observar tiene en s un proceso descriptivo y un intento de concordancia con
aquello que se observa, uno pudiera decir que tal o cual apreciacin son menos o ms
correspondientes y adecuadas con respecto a aquello que es observado. Por el
contrario, si uno parte del supuesto que el proceso de la observacin en realidad es
una construccin ms que una descripcin, cmo someter

a juicio una cierta

correspondencia o adecuacin? Con respecto a qu sera esto? Uno tendra que


decir que tal o cual apreciacin son legtimas ya desde un comienzo como acto de
creacin del sujeto que conoce, volvindose as la observacin y la contrastacin un
acto artificioso. Todo sera vivencia, pero ms an, todo sera vivencia ntima e
intransmisible, de manera parecida a lo que Lyotard (1973) plantease respecto al
mtodo introspectivo.
En tal situacin a la que uno pudiera apelar es al lenguaje, ms, ya no como medio de
comunicacin. Al menos no en la medida en que se entienda al lenguaje como algo
que estara entre nosotros y la realidad (Rorty, 1991), sino como un fin en s mismo. A

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saber, un conjunto de lxicos, que en su interaccin, y en su coherencia interna,
pudiera ya insinuar una u otra manera de vivenciar el mundo, o bien el de crear ests
maneras, y por tanto el mundo mismo (Rorty, 1991). Si se llegase a este punto, uno
tendra que admitir que entonces el conocimiento sera de los lxicos empleados, y no
del mundo propiamente tal. De manera que la Psicologa no sera sino un anlisis de
tales lxicos, pero no del fenmeno psquico.
As, pues, si empezamos con el supuesto de que el proceso de observacin es en
realidad, y nada ms que una creacin del mundo, ya sea por el sujeto que conoce o
el lenguaje que ste utiliza, la posibilidades dadas a un conocimiento haran que tal
fuese de por s incontrastable e irrefutable. Cabra preguntarnos si acaso una ciencia
puede darse la posibilidad de serlo sin la posibilidad de la demostracin o bien de la
contrastacin. Es legtima una Psicologa que en trminos de supuestos en realidad
es un solipsismo?

O bien una Psicologa que prescindiese de los fenmenos

psquicos, o de una dimensin subjetiva?


Pues bien, la legitimidad de la Psicologa

en este punto pareciera tornarse una

problemtica, ya en la medida que no logra unificar una postura respecto al


entendimiento de la realidad en la que se despliega, o bien de un objeto de estudio, y
por tanto, de su mtodo. Tal pareciera que la Psicologa, como ha venido sucediendo
en la generalidad de las Ciencias Sociales, se ha formado primero desde una tcnica,
a la que luego se le han acoplado mltiples intentos tericos (Bernard, 1983). El punto
a considerar en ello pudiese ser el carcter potencialmente inconcordante que la
tcnica por la tcnica, o incluso la tcnica de disciplinas ajenas, pudiera presentar
como influencia en el desarrollo y entendimiento terico (Jnger, 1968); esto en la
medida de la disposicin mecnica que tendra la tcnica como constante repeticin
de s misma (Jnger, 1968). Bien se puede recordar que gran parte de la tcnica
usada en Psicologa es subsidiada desde las Ciencias Naturales, al precio de incluirse
en tal prstamo, aquel prejuicio del positivismo como concepto residual (Husserl,
2008).
Ha de tenerse en cuenta, al menos como consideracin, el posible carcter de
exactitud que ya vendra implcito en tal metodologa prestada. Pues pudiera pensarse
que esa exactitud que poseen las Ciencias Naturales y a la que aspiran, en la medida
en que puede ser alcanzada, slo se refiere a precisin mecnica del proceso del
conocimiento y del objeto del conocimiento (Jnger, 1968). Cmo ha de afectar esto
a la Psicologa en su calidad de Ciencia del Espritu? Es que se ha de aceptar la
exactitud en Psicologa solamente desde la precisin mecnica? De ser as, Cunto

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alcance perdera su potencial y desarrollo? Cunto ms podra abandonar a la
tradicin filosfica de la que la Psicologa es heredera? Ms an si se considera que
en el sentido de precisin de una metodologa mecnica, tal precisin tambin
significa correccin, pero no significa verdad, pues no tiene sentido hablar de verdad
donde solamente se comprueba algo mecnicamente repetible (Jnger, 1968).

19

Capitulo dos:
Consideraciones fenomenolgicas.
Hasta el momento se han expuesto algunos puntos problemticos en cuanto a la
produccin e implicaciones del conocimiento psicolgico, tanto desde una disposicin
disciplinar de su conocimiento, como desde una disquisicin de su tcnica y
consiguiente mecanizacin. Lo anterior se enmarca dentro de una posicin histrica
que la Psicologa tendra dentro de las ciencias occidentales (Bernard, 1983). A partir
de esto se continuar con una descripcin y puesta en relacin de los principales
elementos del pensar fenomenolgico, con la intencin de encontrar asidero y apertura
hasta lo aqu planteado.
As pues, la fenomenologa puede pensarse como una respuesta a su poca, y
particularmente a la crisis en la produccin del conocimiento que se hace patente
desde finales del siglo XIX (Husserl, 2006; 2008). Por lo mismo, bien valdra tener en
cuenta que la fenomenologa no tendra un afn sustitutivo de otras disciplinas. No
busca acabar con las ciencias del espritu. No busca ocupar el espacio que ha venido
ocupando la historia, la sociologa o la psicologa. Si no por el contrario, situar tales
disciplinas, cada una, en su justo lugar. Husserl (2006) dira que la constitucin de una
ciencia no responde slo a la descripcin de actos aislados, donde la semejanza es
slo sugerida, o incluso ilusoria. Dira que no hay una ciencia de los leones o de los
crculos (Husserl, 2006), y que para que haya una zoologa o una geometra, tales
ciencias necesitan tener un fundamento interno, de manera tal que la esfera que tal
ciencia ocupa en el conocimiento se encuentre delimitada y justificada. De otra
manera, al no tener claros los fundamentos de una u otra esfera, se correra el riesgo
de superponerlas, mezclarlas y confundirlas. Ante esto, Husserl (2006) seala, en un
temprano perodo de su obra, que la Lgica vendra a ser la ciencia rectificadora de
toda otra ciencia, con el fin de delimitar, trazar y configurar las formas y caminos que
los distintos cuerpos tericos deberan tomar, en una cercana concordancia con la
disposicin propia de sus diferentes objetos de estudio. Pudiera pensarse que en este
punto, desde una mirada con vistas al ordenamiento institucional, en que las

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disciplinas del conocimiento, delimitadas, debieran guardar sus proporciones entre s,
comienza lo que despus vendra a ser la fenomenologa1.
Ms, aceptar que la Lgica venga a ser la ltima instancia en la delimitacin del
conocimiento y en la forma de las ciencias es aceptar que, o bien, el conocimiento
viene slo de la produccin terica o puramente demostrativa, o que slo el uso de la
Razn bastara para dibujar correctamente los dominios y alcances de las diferentes
ciencias. La fenomenologa vendra justamente a

problematizar

el origen del

conocimiento, de manera de no presuponer ni dar por sentada una nocin del


conocimiento ni sus formas (Lyotard, 1973). A esto mismo, Heidegger (2015) vendra a
contraponer que la refutacin husserliana de la lgica psicologista sera un avance
aparente, en cuanto desemboca en otra forma de psicologa. Problema, por otra parte,
que pareciera encontrar mejor salida al volcarse la fenomenologa en las maneras de
la captacin de los fenmenos, en cuanto su disposicin como elementos del
conocimiento (Husserl, 1982).
Es as como Heidegger (2015) seala que la fenomenologa viene a ser
primeramente una metodologa, ms que un cuerpo temtico, mientras que Lyotard
(1973) y Merleau-Ponty (1994) apuntan sobre el sinsentido de intentar definir la
fenomenologa, en la medida que la misma resistencia que sta presenta ante la
presuposicin, los prejuicios y la determinacin irreflexiva del conocimiento, evitaran
caracterizar o llenar en una definicin a la fenomenologa.
Y aunque la imposibilidad de una definicin totalmente acertada pudiera dar la
impresin de un relativismo peligroso y antojadizo, las mltiples consideraciones que
vienen a dar cuerpo a la fenomenologa y contestacin al emplazamiento del
conocimiento, permiten de por s establecer ejes conceptuales que, siempre
dispuestos a la constante revisin, tambin otorgan puntos estables para el uso
metodolgico. En tal sentido, la fenomenologa podra ser entendida como un cierto
estilo, que no por ser flexible, es menos reconocible (Lyotard, 1973).
Es importante as primeramente sealar que la apuesta epistemolgica de la
fenomenologa es tal que el conocimiento vendra indisociado de la experiencia, y por
1 Se hace alusin principalmente a la postura expuesta por Husserl en sus
Investigaciones lgicas. El nfasis en los aspectos institucionales no es
literal de Husserl, pero se ha usado en la presente obra al considerarse el
trmino en su amplio sentido como representativo de un ordenamiento de
las diferentes ciencias como cuerpos de conocimiento aptos de ser definidos
y parcelados.

21
tanto, siempre ha de tener cuidado con el dogmatismo propio de la teorizacin. Jan
Patcka (2005) dira en este punto que esto no tiene nada de especial, en tanto los
empiristas han planteado algo similar, aunque sin preguntarse, como lo ha hecho la
fenomenologa, si acaso la nica forma de experiencia es la dada por los sentidos, o si
acaso la experiencia intelectiva puede ser tambin una va legtima de acceso al
conocimiento. Y justamente, esto es reconocer que la experiencia no se da en
trminos puramente sensibles, sino que la constitucin de sta se da tambin en las
formas particulares de la Razn, idea que puede verse ya en Kant (2003), mediante su
exposicin sobre los diferentes tipos de juicios, y de una manera ms radical en
Descartes, mediante las implicaciones del ejercicio de dudar (Kant, 2003; Husserl,
1962).
Esto pudiera empezar a verse ya, desde la problemtica presentada en la llamada
actitud natural. Aquella actitud, que como su nombre lo indica, se nos da natural y
cotidianamente, en trminos perceptivos, pero tambin en los trminos de la
comprensin del mundo, dndose ste siempre ah delante (Husserl, 1962) en un
crculo perceptivo inmediato (Husserl, 1962). Y que no obstante, tambin se presenta
infinito, tanto en tiempo como en espacio, en la medida que siempre se presenta sin
inicio o fin, segn uno se mueva o perciba en variedad de posiciones o puntos de
vista, tomndose en cuenta aqu tambin aquellos elementos que son presentados de
forma no inmediata, pero que son supuestos o ms bien retenidos para la coherente
aprehensin del mundo (Husserl, 1962). Actitud en que el mundo se presenta y es
tomado como tal, y en que dudar no cambia en nada la tesis general (Husserl, 1962)
de tal actitud. No obstante, no deja de ser interesante, y aqu estara parte del mrito
de Descartes segn Husserl (1962), que la duda, como ejercicio, revela la variacin
presente en la consideracin de ciertos elementos del mundo, de manera que al dudar
respecto a algo, ese algo no puede ser considerado como elemento vlido en las
premisas de esa duda (Husserl, 1962). Y que, a saber, tal variacin no anula o
destruye tal o cual elemento, pero si lo posiciona respecto a otros, como vlidos o
invlidos, o como ms o menos importantes en cuanto su consideracin para tal o cual
juicio. De aqu se dir, por ejemplo, que se d una cierta actitud frente a los entes,
dependiendo de las consideraciones que se tiene respecto a ellos (Husserl, 1962). Por
ejemplo, como dira Sartre (1981), al buscar una imagen escondida, uno se pone
frente a las manchas o distracciones que ocultan la imagen que primeramente se ven
como si fuera un gato o una escopeta.
Qu tan importante puede llegar a ser esto en la captacin de los fenmenos.
Cuntas veces uno ha de admitir que no se ha considerado respecto a la actitud que

22
se toma como observador frente a un algo observado. Ya pudiese pensarse en
Jaspers (2011), al advertir sobre la presencia de los prejuicios en la observacin
clnica, de manera que no se vea el fenmeno clnico desde, por ejemplo, la actitud de
un moralista, o la posicin de ser un conocedor universal. Se dira, pues, que es
necesaria la explicitacin de la posicin y actitud de quin observase, y de qu manera
se emplea esta observacin.
Salta a la vista de lo expuesto anteriormente que la Conciencia, como fuente de todo
significado (Lyotard, 1973), ya desde las variaciones de la observacin, o la gama
extensa de las diferentes actitudes, no es simplemente una receptora pasiva, o un
mero almacn de experiencias, o bien, significados; sino por el contrario, la conciencia
se presenta como dotada de direccin, y de intencionalidad (Sartre, 1981; Lyotard,
1973). La conciencia tendra sus formas, cosa que bien valdra la pena planterselo
como materia de una problemtica y anlisis, de manera que la fenomenologa sea
una meditacin sobre el conocimiento, un conocimiento del conocimiento (Lyotard,
1973).
Pero De dnde partir para tal meditacin, si se plantea el problema de las
particulares disposiciones de cada observador? Es que se ha de caer en el simple
subjetivismo, y de ah al escepticismo? Pues habra que considerar primeramente que
Husserl (2006) plantea la posibilidad del conocimiento desde una posicin que rechaza
el psicologismo, el cual identifica el sujeto del conocimiento y el sujeto psicolgico
(Lyotard, 1973) justamente porque la posicin psicologista impedira el establecimiento
de juicios universalmente vlidos, en la medida que la enunciacin de un juicio
dependera nicamente de la disposicin psicolgica de cada sujeto, y bajo la
observacin de que es imposible confundir, por ejemplo, la corriente de estados
subjetivos que experimenta el matemtico mientras razona y el razonamiento en s: las
operaciones del razonamiento son definibles con independencia de esa corriente
(Lyotard, 1973). Ahora bien, si el razonamiento en s es identificable, esto querra decir
que en ste, en cuanto procedimiento de la razn, habran elementos estables, a
saber una objetividad ideal (Lyotard, 1973), en la medida de darse un punto de
encuentro, por ejemplo al pensar en una cosa, en que los predicados de este o aqul
objeto se vuelven inseparables del mismo, bajo el riesgo de no poder pensar este
objeto sin este predicado. A modo de ejemplo, la imposibilidad de pensar en un color
sin su superficie (Lyotard, 1973) o en un cuerpo cualquiera carente de extensin (Kant,
2003).

23
Tales elementos en el razonamiento sern llamados esencias, captables mediante la
variacin de unas u otras condiciones (predicados de un sujeto, por ejemplo) en vistas
de evidenciar lo invariable, lo estable y lo necesario como condicin para tal
razonamiento (Lyotard, 1973). Llegar as, como tope para la reduccin fenomenolgica
y para la captacin de la esencia, a una conciencia de imposibilidad (Lyotard, 1973).
Pero tal uso de la variacin no puede hacerse desde una actitud natural sin ms, dira
Husserl (1962), sino que la reduccin requiere poner fuera de juego la tesis general a
la esencia de la actitud natural (Husserl, 1962), y no obstante, no por ello negar el
mundo percibido desde tal actitud, o pretender destruir todo aquello que se pondr
entre parntesis, sino simplemente desconectar todas las ciencias referentes a este
mundo natural (Husserl, 1962). Referente a esto, uno pudiera plantearse la
consideracin respecto a la apariencia de las cosas, y esto en relacin de lo que es
observado desde una u otra posicin, actitud, o corriente subjetiva, en vistas del error
o engao en la observacin, tal que si se renuncia al conocimiento referente a las
cosas desde la actitud natural, hacia dnde se ha de dirigir la mirada? Pues bien, a
aquello que de un modo inmediato y regular precisamente no se muestra, pero que al
mismo tiempo es algo que pertenece esencialmente a lo que inmediata y regularmente
se muestra, hasta el punto de constituir su sentido y fundamento (Heidegger, 2015).
De manera tal que la descripcin fenomenolgica atae siempre a aquellos aspectos
del fenmeno que impliquen su sentido y fundamento. Una descripcin que se dirija a
una aprehensin y explicacin originaria` a la vez que intuitiva` de los fenmenos
(Heidegger, 2015) y que justamente sea lo contrario de la ingenuidad de una visin`
fortuita, inmediata` e impensada (Heidegger, 2015).
Hasta aqu ya puede verse la enorme exigencia que plantea la fenomenologa, incluso
para s misma, ya desde la dificultad para enmarcarla, ya desde su pretensin
ahistrica (Lyotard, 1973), o bien desde su insistencia para dibujar un mtodo, y no
necesariamente un objeto a modo de otros tipos de ciencia (Heidegger, 2015). Se dira
que la comprensin de la fenomenologa consiste nicamente en aprehenderla como
posibilidad (Heidegger, 2015), y esto en la medida de su aplicacin concreta, como de
su propio sentido, y como estilo para el propio fenomenlogo.
Qu ha de ser de la propia conciencia? Ha de considerarse, primeramente, como lo
hiciera Brentano y luego Husserl, que la conciencia siempre es conciencia de algo
(Lyotard, 1973). De ese algo al que la conciencia se dirige, y en cuya relacin la
conciencia toma la forma de lo que es como conciencia de. Y esto ha de tenerse en
cuenta, incluso ante la posibilidad de emplear la llamada reduccin fenomenolgica o

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epoj, puesto que aunque pudiera pensarse que al suspender al mundo en cuanto
natural, tambin la conciencia se quedara sin objeto, se ha de tener cuenta tambin
que la epoj no busca sino encontrar una llamada conciencia pura, en la que
durante la epoj universal la evidencia absolutamente apodctica yo soy` se alza para
m como un mandamiento (Husserl, 2008). Importante aqu seria detenerse un
momento ante el entrelace del yo concreto, aquel quien efecta la epoj, y el mundo
natural del que es parte, y del que no obstante, se abstiene. Para entender aquel
alzamiento del yo soy, se ha de tener en cuenta que durante la epoj, que si bien
tambin hay que abstenerse de toda tesis que verse sobre el yo como existente
(Lyotard, 1973), a su vez se ha de reconocer que hay un algo o alguien que efecta la
abstencin misma, y que es reconocido como un yo puro (Lyotard, 1973).
Ahora bien, con tal evidencia, y durante la epoj, lo que estaba ante los ojos como
el` mundo, como lo que existe para m y vale, se ha transformado en mero
fenmeno` (Husserl, 2008). Y por tanto observable, en el sentido de aparecer ante la
conciencia tal y como es (Heidegger, 2015).
Y es que, como dira Heidegger (2015), se requiere de la fenomenologa porque los
fenmenos inmediata y regularmente no estn dados. Encubrimiento es el
contraconcepto de fenmeno`. Y justamente, a pesar, y ms all del encubrimiento,
se espera que la observacin fenomenolgica

pueda distinguir aquellos aspectos

fundamentales, y acaso necesarios para el conocimiento del mundo. Se dir pues, que
un fenmeno puede estar encubierto en el sentido de que an no ha sido descubierto
(Heidegger, 2015). O bien un fenmeno, al ser descubierto y vuelto a cubrir, podra
estar recubierto (Heidegger, 2015), total o parcialmente, de manera que si el
fenmeno se mostrara solo en parte, esto dara pie a un cierto disimulo del fenmeno.
Este resultara ser a su vez, de todos los tipos de encubrimiento, el ms frecuente y el
ms peligroso, porque las posibilidades de engao y desviacin son aqu
particularmente tenaces (Heidegger, 2015). Pero Engao en cuanto a qu? Cmo
se ha de entender el engao en este punto? Una opcin a considerar puede
encontrarse en la distincin kantiana entre el conocer y el pensar, siendo que el
conocimiento requerira un fundamento y necesidad en su constitucin, en cuanto a los
juicios emplazados sobre tal o cual cuestin (Kant, 2003), idea que no deja de estar
presente en la critica que hace Husserl (1982) respecto a los elementos no
inmanentes en el conocimiento de los fenmenos, en cuanto no son confiables por no
ser necesarios (y por tanto prescindibles) en la constitucin esencial del fenmeno.

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Idea que pudiera pensarse, a su vez, a propsito de la formulacin que Heidegger
(2015) hace de la fenomenologa, a saber hacer ver desde si mismo aquello que se
muestra, y hacerlo ver tal como se muestra desde s mismo. Esto es, sin distorsiones,
distracciones, disimulos o fantasas.
Ahora bien, las consideraciones respecto a la conciencia en la fenomenologa
parecieran tomar un cariz de inusitada sutileza, en cuanto a lo dicho hasta el
momento. Pues si se acepta que la conciencia siempre es conciencia de algo (Lyotard,
1973), se tendra que, al menos considerar, si acaso toda cosa, concepto, etc., es
objeto para una conciencia (Lyotard, 1973). Y si despus de pensar en aquello, y tal
idea tomara cierto asidero, entonces no cabra sino preguntarse, a su vez, Cul es la
correlacin entre el darse del objeto y la conciencia a la que es dada? Esto en vistas,
especialmente, ante la observacin de que el propio objeto lgico puede serme dado
de manera confusa u oscura, porque yo puedo tener de tales leyes, de tales relaciones
lgicas, una simple representacin`, vaca, formal, operatoria (Lyotard, 1973). Punto
clave este, pues permite posicionar a la fenomenologa desde la concepcin de una
verdad fundada en el sujeto de conocimiento (Lyotard, 1973), pero tomando este
sujeto como concreto (Lyotard, 1973), inserto en el mundo que pretende conocer
(Husserl, 1962). He aqu una sutileza tal que de un posicionamiento epistemolgico en
cuanto a la relacin de conocimiento entre el sujeto y el objeto, plantea
inmediatamente la concepcin de la verdad como un algo que se experimenta, en la
medida de que la intuicin de lo vivido por s mismo constituye el modelo de toda
evidencia originaria (Lyotard, 1973), y por tanto de todo conocimiento vlido.
Ahora bien, una vez planteada las consideraciones fenomenolgicas, y ms an en la
perspectiva de una crtica al conocimiento cientfico, cmo abordar el tema de
psicologa? Disciplina que destaca en la misma historia y formacin de la
fenomenologa, ya desde sus inicios en la exposicin de las condiciones lgicas del
conocimiento (Husserl, 2006), hasta e incluso, la delimitacin del objeto de estudio
psicolgico mediante la postulacin de una ciencia eidtica, delimitada y definida
(Lyotard, 1973).
Sartre (1981) seala, a propsito del anlisis de las emociones en cunto fenmenos,
que la Psicologa es una ciencia de hechos, siempre enmarcados en una cierta
investigacin, y presentados a modo de ser un enriquecimiento inesperado y una
novedad con los hechos anteriores (Sartre, 1981). Consiguientemente, se seala que
no puede esperarse que los hechos se configuren en virtud de s mismos, de manera
que revelen su propio significado (Sartre, 1981). Esa sera, justamente, la labor de un

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fundamento unificador (Husserl, 2006). Ms, se dira que en la medida que la
Psicologa se centre pura y llanamente en los hechos, no podr encontrar tal
fundamento, puesto que quien empiece su indagacin por los hechos no lograr
nunca hallar las esencias (Sartre, 1981). Esto si se toma en cuenta al hecho como
producto de aquella concepcin residual del positivismo, segn la cual slo la
experiencia sensible es vlida como base para la produccin del conocimiento
(Husserl, 2008).
Desde aqu, pudiera ya proponerse al objeto como cualquier clase de entidad ideal
(Husserl, 1962), de manera de poder peguntarse Cul es la entidad ideal
correspondiente al estudio de la Psicologa? Tal objeto tendra que ser universalmente
mentado, en pos de ser justamente, objetivable (Husserl, 1982), y para ello, tendra
que poder vrsele en su justa disposicin (Heidegger, 2015).
Pudiera decirse as, que sta es la pretensin y el adecuado carcter cientfico de la
Psicologa. Al menos en rasgos generales, y reconociendo la necesidad de futuras y
ms detalladas investigaciones a este respecto.

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Captulo tercero:
Sobre el conocimiento vlido de la Psicologa.
Hasta aqu se han expuestos, por una parte, la fragmentacin al interior de la disciplina
psicolgica, sus consiguientes dificultades en unificar un objeto de estudio y un
mtodo acorde, resultante esto en una problemtica epistemolgica que pareciera
interpelar al conocimiento en Psicologa, a propsito de la pregunta por su validez. Y
por otra parte, se ha expuesto los principales elementos del pensamiento
fenomenolgico con el fin de poner en mayor relieve lo antes planteado, a la vez que
se han intentado dar ciertas tentativas de respuesta.
Ahora se dispondr el camino avanzado en enfatizar algunos aspectos problemticos
a relacin a la prctica clnica en particular y a la legitimidad del conocimiento
empleado en su quehacer.
De manera que, en relacin hasta lo expuesto hasta aqu, cabe ahora la pregunta: En
cunto a qu y en qu trminos la Psicologa puede producir un conocimiento vlido y
seguro? O es que se ha de entender que la Psicologa es una disciplina heterognea,
en cuyos dominios vastos no puede esperarse un centro unificador? Y si fuera as,
Acaso no se vera vana la pretensin de un objeto de estudio propio de la Psicologa,
y por tanto un mtodo no exportado desde otros objetos de estudio? Claro est que
aun as, si se llegara a aceptar la existencia de las Psicologas, pudiendo cada una
definir su propio objeto de estudio acotado, Qu las agrupara unas junto a otras?
Qu hace que dispongamos como psicologa de cuerpos tericos tan dismiles? No
sera acaso a propsito de una problemtica, a saber, el fenmeno mental de lo
humano en cuanto susceptible de ser conocido? Y es que si se preguntara sobre la
Psicologa en cuanto ciencia, y an ms, en cuanto a una ciencia moderna, tendra

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que considerarse para empezar la nocin de que aquello que pretendemos conocer
es, efectivamente, conocible (Husserl, 2008).
Pero esta problemtica, y esta primera consideracin respecto a la Psicologa como
ciencia, Seran suficientes para unificar o al menos dar un cierto punto comn a la
enorme diversidad vista al interior la disciplina psicolgica? Tendramos que
preguntarnos, pues, Qu es susceptible de ser conocido en la Psicologa?
A saber, si esta pregunta fuera respondida desde la fenomenologa, habra que decir
que slo aquello que se da a la conciencia (Jaspers, 2011), y ms an, que se da a la
conciencia en una intuicin eidtica y originaria (Sartre, 1981). Por lo que, en caso de
existir algn indicio de orden, o al menos algn elemento comn que viniera a centrar
el conocimiento de la disciplina psicolgica, tendra que estar disponible a la
conciencia, o en caso de ser an un fenmeno cubierto (Heidegger, 2015), ser
potencialmente apto para ser mostrado a la conciencia. En trminos aun ms
concretos, Jaspers (2011) seala a propsito de la psicopatologa, que si bien es
innegable que pareciera haber ciertos elementos, llmese en el orden de la
inconsciencia, estos no pueden ser materia de conocimiento, sino de especulacin.
Esto no equivale, por supuesto, validar lo consciente por s mismo y sin consideracin.
No se pretende llegar as al mtodo introspectivo, pues este ya implica la aprehensin
del conocimiento desde una individualidad no comparable, en una conciencia en la
que se presupone ya una total trasparencia para s misma, y en la que cada dato de la
conciencia es una vivencia situada en el tiempo y el espacio, siempre irreproducible
(Lyotard, 1973). Esta insistencia en la mera contingencia impulsara, en cuanto la
necesita, la nocin de una cierta naturaleza humana, para poder efectuar
generalizaciones desde hechos de por s irreproducibles, y fundados en una
inescrutable individualidad (Lyotard, 1973). Quizs

esto ltimo implicara volver al

psicologismo, en cuanto que las solas condiciones psicolgicas de un individuo


bastaran para la constitucin del conocimiento. Desde la fenomenologa no se
propondra una conciencia a modo de un interior contrapuesto al exterior de las cosas
(Husserl, 1982). Es ms, en cuanto al conocimiento y a la verdad permitidos en la
conciencia, se dira que la verdad no habita nicamente al hombre interior; mejor
aun, no hay hombre interior, el hombre est en el mundo, est en el mundo que se
conoce (Merleau-Ponty 1994).
Ms, cun vasto es el mundo, cun honda puede ser la bsqueda de una visin de la
mente humana, o bien, de una cierta expresin psquica, y cun difcil puede ser su
clara distincin. Pues, si sentimos la necesidad de una ciencia psicolgica es

29
precisamente por saber que no sabemos qu es el psiquismo (Lyotard, 1973). No
podemos dar por entendida esta problemtica que viene a afectar las maneras propias
de la prctica psicolgica. Pues, admitiremos operar a propsito de una regin del
mundo de la que no hemos considerado ni su delimitacin, ni su disposicin, ni su
alcance?
La psicologa hasta el momento se ha mostrado como una ciencia dedicada a la
investigacin de hechos dados en la experiencia, disposicin disciplinar que le ha
dificultado enormemente el asentamiento de leyes, en favor del uso de generalidades
probables (Bernard, 1983; Husserl, 2006). Sera as, una ciencia de hechos (Husserl,
2006). Pero a saber, y aunque suene ya muy evidente, no es una ciencia de hechos
cualquiera. Se espera que tenga una cierta objetividad emprica (Husserl, 1962), de
manera que le sea posible distinguir entre los hechos que sern propsito de su
investigacin, y aquellos que no. Pero de dnde ha de venir esta capacidad de
discernimiento? Husserl (1962) dira: Toda ciencia de hechos (ciencia emprica) tiene
esenciales fundamentos tericos en ontologas eidticas. Vale decir, que la capacidad
de delimitar tales o cuales investigaciones, de preferir unos hechos sobre otros, y de
cuadrar as unos mtodos, cuando haya sido posible cuadrar otros, es en la medida de
una creciente racionalizacin sobre la prctica. Una racionalizacin a propsito del
fundamento otorgado por la correspondiente regin ontolgica a estudiar (Husserl,
1962). Pero aqu uno pudiera sospechar si acaso se trata de una racionalizacin al
modo de una sistematizacin de elementos no revisados, o basados en posturas auto
contradictorias. Uno pudiera considerar si acaso una postura empirista, sin una
apropiada revisin de los alcances de la experiencia no terminara reduciendo los
lmites de la ciencia que le da uso. Se hablara as de una hostilidad a las ideas
(Husserl, 1962), entendindose por ideas un equivalente a esencias o conocimientos
esenciales, a razn de que tal hostilidad impide la fundamentacin eidtica de estas
ciencias (Husserl, 1962).
Ahora bien, si se acepta que a propsito de los estudios ontolgicos pudieran
delimitarse diferentes regiones del ser (Husserl, 1962; Heidegger, 2015), Cul regin,
y por tanto, cul ontologa eidtica correspondera a la ciencia emprica que es la
Psicologa? Podra sealarse que la fenomenologa correspondera a la ciencia
eidtica de la regin conciencia (Lyotard, 1973; Husserl, 1962, 2008), y en vistas que
slo los elementos dados o potencialmente dados a la conciencia son aptos para ser
conocidos (Lyotard, 1973; Jaspers, 2011), y por tanto, aptos para ser tomados por la
Psicologa en la constitucin de su conocimiento, tendra que llegarse a la conclusin

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de que la Fenomenologa constituye el esencial fundamento eidtico de la psicologa
y de las ciencias del espritu (Husserl, 1962).
Pues bien, desde aqu, Qu camino seguir? A saber, tomar un punto de partida de
aquello que se encuentra antes de todas las posiciones posibles (Husserl, 1962). Y
por tanto, se debera aplicar la reduccin fenomenolgica como principio metodolgico
a los fundamentos mismos de la Psicologa, a la postre de encontrar, si quiera como
una problemtica, dnde y de qu manera se encuentran sus fundamentos, y por otro
lado, sus contradicciones y prejuicios. Esta, por supuesto, no es ni una necesidad ni
una meta nuevas, diversos autores ya han hecho notables aportaciones al respecto,
empezando por Husserl (1962; 1982; 2006; 2008) y Heidegger (2015) y
posteriormente Merleau-Ponty (1953; 1994), Sartre (1981) y Lyotard (1973), y aunque
bien se pueden encontrar diferencias entre las posturas de cada quien, en algo
parecieran estar de acuerdo, a saber, que es necesario en cuanto a la constitucin del
conocimiento volver a planterselo como una problemtica. Ir a las cosas mismas
(Heidegger, 2015), de manera de no presuponer nada, ni siquiera el concepto de
filosofa (Husserl, 1962), y ya en este punto, tampoco presuponer como ya entendido
o superado el fenmeno psquico.
Se considera aqu que este es un problema de gran importancia, y como se ha visto
anteriormente, de vastas implicancias tericas. Ms, tambin se estima de una
importancia prctica no menor. Pues, cmo atae esto a la psicologa clnica? De
qu manera afecta la consideracin fenomenolgica a la observacin clnica, y al
trabajo teraputico? Uno pudiese pensar que la prctica clnica se encuentra mediada
y se da a propsito de un cuerpo de conocimiento, como lo es el conocimiento
psicolgico, y en cuanto a ciencia, uno pudiera esperar que ese conocimiento se
encuentre fundamentado, y sometido a evidencia2. Si no fuera as, uno pudiera
preguntarse si acaso se trata de un mtodo situado y que descansa en una cierta
tradicin, ya sea histrica o disciplinar, cosa que efectivamente es (Bernard, 1983),
pero que lo es al modo de un arte o una religin. Cualquiera de estas posiciones no
deja de tener sus propias complejidades. Por un lado, habra que preguntarse respecto
a la solidez de las evidencias, tanto como respecto al tiempo y al grado de inmediatez
que estas evidencias tienen con la observacin. Por otro lado, habra que preguntarse
en qu medida esta tradicin es atingente y si es que es la mejor opcin para tratar las
problemticas planteadas a la Psicologa, en especial en un mundo en constante
2 Se ha de entender como evidencia aquella clara y distinguible
demostracin de uno u otro hecho, relacin o juicio, no limitndose
nicamente a la evidencia emprica.

31
cambio. Pues si se aceptara que esta tradicin debe preferirse, en cuanto trata sobre
una cierta condicin humana No deberamos hacer lo mismo con otras formas de
tradicin cuyo objeto tambin es esta misma condicin humana?
Se dir ahora que la Psicologa no es una tradicin como cualquier otra, y que ha
surgido a propsito de problemticas sociales especficas, como es la adaptacin al
trabajo industrial, la medicin psicolgica en contextos de guerra, y la rehabilitacin
clnica (Bernard, 1983). Con vistas a ello, pudiese plantearse cierta especificidad entre
el desarrollo de la disciplina psicolgica y las reas en las que interviene. Ms, esto no
es equivalente a plantear, y dar por asumida, la legitimidad del conocimiento en
Psicologa. Pues pudiese plantearse que en psicologa, como en las dems ciencias,
la tcnica ha precedido a la ciencia, a la que ha proporcionado un pretexto (los
problemas), un material y medios de control (Bernard, 1983).

Esto implica que

habra que desechar a la Psicologa en cuanto que sea un conjunto de tcnicas, y


nada ms? Se ha de plantear que la Psicologa es legtima en la medida que sirve
para algo, y que ese algo es justamente una cierta problemtica social, o un medio
de control social o individual? En ningn caso, si es que se pretende considerar lo
hasta el momento expuesto. Por el contrario, se planteara la necesidad de buscar los
fundamentos en los que descansan dichas tcnicas, y las implicancias que tales o
cuales problemticas tienen para la constitucin de la disciplina psicolgica.
Fundamentos que se estiman necesarios, en cuanto se corre el riesgo de operar, por
ejemplo, en la prctica clnica, desde una teorizacin respecto a la mente que tienen
pocos o bien nulos puntos de encuentro con otras formas de operar, y desde otras
formas de teorizar. Ya se ha hablado respecto a la dificultad de la Psicologa para
poder unificar un objeto de estudio (Bernard, 1983), de los peligros de la tecnificacin
(Jnger, 1983) y de las implicancias que tendra el leguaje, en cuanto lxico, para el
entendimiento del mundo (Rorty, 1991), ms, cabra que considerar nuevamente todos
estos temas, ya frente y especficamente ante la psicoterapia.
Si efectivamente se acepta, ya desde la necesidad de una ciencia psicolgica, que no
se sabe lo que es la psiquis (Lyotard, 1973), y ms an, si se toma en cuenta la
importancia que el tiempo tiene en la disposicin y delimitacin de los fenmenos
(Heidegger, 2015; Husserl, 2002), reconocer el clnico su dificultad, o al menos
algn tipo de prevencin, al momento de aplicar una u otra teora, tcnica o juicio
sobre su paciente? Jaspers (2011) seala que la conciencia es la manifestacin
ineludible del alma, y que sta es devenir, desarrollo, diferenciacin, nada definitivo y
acabado, de manera que no puede ser abarcada ni objetivada. Con vistas a esto, no

32
cabra sino hacer presente el alma a travs de hechos que son demostrables en el
mundo (Jaspers, 2011). Pero tales hechos, sigue Jaspers (2011), necesitan de una
subestructura extraconsciente tericamente imaginada para los fines de la
explicacin, y esto para terminar de dar cuenta de lo psquico. Se pensar que no se
ha dicho nada nuevo, y que comnmente la finalidad de una teora es explicar lo que
no puede verse directamente. Sin embargo, se ha de volver sobre este punto,
justamente para enfatizar, a saber, la dificultad de hacerse presente a la psiquis misma
(de este paciente aqu y ahora) sobre la observacin clnica, y por ende, la necesidad
de recurrir a indicios que son objetivables para el entendimiento. Mentados en objetos
ideales, dira Husserl (1962; 1982), y por tanto, presentados con claridad y definicin, y
as ligados a una explicacin terica, que no por usarse, se deje de tener presente lo
que es: Una mera teora. Y as se entender, por supuesto, que las formas o lo temas
de una teora, sea cual sea, no son la psiquis misma.
Y es que se cae en la cuenta de que, al menos a primera vista, la implicancia tcnica
de la psicologa clnica no termina de cuadrar totalmente con las consideraciones
epistemolgicas y ontolgicas antes planteadas, y sin embargo, tambin se ha de
sealar que no dejan de tener relacin. Puede verse esta relacin en la medida que el
planteamiento de una problemtica del conocimiento atae como un conjunto de
sealamientos a propsito del conocimiento que se adjudica al paciente, y por eso es
nuestra tarea ejercitarnos constantemente en aprehender puramente los hallazgos,
haciendo abstraccin de los prejuicios tericos que pesan en todo instante sobre
nosotros (Jaspers, 2011). Consiguientemente, si la fenomenologa resulta ser un
conocimiento del conocimiento (Lyotard, 1973), no se ha de buscar de qu manera
las teoras se presentan en nuestra conciencia justamente como conocimiento de? Y
acaso la teora no se presenta como conocimiento del paciente incluso antes de la
observacin de los fenmenos clnicos?
La fenomenologa podra ser apuntada como la posibilidad de la descripcin de las
vivencias y de los estados psquicos, de su diferenciacin y de su establecimiento
(Jaspers, 2011). Descripcin que tendra que hacerse ya desde los fundamentos
propios de la ciencia psicolgica, si se ha de hacer hincapi en el establecimiento de
una Idea de la psiquis (Husserl, 1962; Husserl, 2006) o bien, desde la interrogacin
al ser propio que la psiquis tendra como entidad (Heidegger, 2015).
Pero de nuevo aqu se ha de ver el mismo obstculo antes sealado: Cul vendra a
ser esta Idea o dnde se ha de buscar tal ser propio de la psiquis? La dificultad
sealada en cuanto a la objetivacin del alma pareciera contribuir ms a tal

33
problema. Esto, si se sigue la suposicin de que el ser de la psiquis es un algo que
debe encontrarse como aquello que es totalmente separado de uno como observador.
De ser as, no podra ni siquiera plantearse una pregunta al respecto (Heidegger,
2015). De esta manera, tal postura tendra que sopesarse con los sealamientos que
hace Heidegger (2000) respecto que todo lo que es posee ya un ser, tal cual como
aqul que observa, y que si bien al ser no lo encontramos simplemente en frente
nuestro (Heidegger, 2000), y aqu hemos de recordar que nuestra conducta hemos
de descifrarla como lo hacemos con la conducta del otro (Merleau-Ponty, s.f. citado en
Lyotard, 1973), si es posible proyectar del ser anteriormente dado, sobre su ser y las
estructuras de su ser (Heidegger, 2000) en una llamada construccin fenomenolgica
(Heidegger, 2000). De esta manera, pudiera plantearse que la visin propia de la
Fenomenologa es una aprehensin a propsito de un ser, de manera que ste pueda
ser resaltado, mostrado en s mismo, y por tanto, tematizado (Heidegger, 2000). Esto
implica que tal tematizacin o bien, tal construccin permitan relativizar del
subjetivismo? No en la medida de que se tome en cuenta que sigue siendo una
tematizacin a propsito del fenmeno, y una construccin fenomenolgica, en la que
se busca que el fenmeno pueda mostrarse desde s mismo (Husserl, 1982;
Heidegger, 2015).
Para ello no puede dejar de tomarse en cuenta el tema de la temporalidad, en la
medida que se ha visto presente, si bien de manera indirecta en toda la exposicin de
los elementos fenomenolgicos. Husserl (2002) plantea que la percepcin de un
objeto temporal tiene ella misma temporalidad, y en la medida que se considere que
la condicin ms ntima del ser es justamente su temporalidad (Heidegger, 2000;
2015), se caer de suyo en que los elementos expuestos hasta el momento (la
conciencia, el sujeto, la reduccin fenomenolgica, etc.) transcurren ya en su propia
temporalidad, al igual que la captacin de los mismos. Por lo tanto, se estima que la
temporalidad es un elemento que no puede dejar de tenerse en cuenta, por un lado,
segn lo expuesto por Husserl (2002), a saber que lo que permite la captacin de un
fenmeno a travs de su sucesin en el tiempo es la comunin de un sentido que
venga a unificar tales elementos sucedidos como un todo en la conciencia; y por otro
lado, lo sealado por Heidegger (2015), de que la misma temporalidad del ser humano
implica ya su historicidad.
Por una parte se presenta ya un elemento de coherencia interna en la relacin de la
conciencia para con el fenmeno de su captacin, y que justamente permite una cierta
configuracin de elementos no simultneos en una estructura con significado. Por otra
parte, con la cual no se estima ninguna contradiccin con lo anterior, se hace el

34
nfasis respecto a cmo es posible la interaccin del fenmeno en su temporalidad,
con el tiempo del mundo en que se da dicho fenmeno.
Inmediatamente esto seala que ni el fenmeno ni su captacin, se dan de forma
esttica ni detenida, sino que ms bien no se puede pretender separar la dinmica del
tiempo, dada sus ntimas relaciones con ste a propsito de la historicidad, y de la
posibilidad de aunar cada vez nuevos elementos sucesivos, en la configuracin de
nuevas totalidades significantes. Se ha de inferir desde aqu, que el fenmeno clnico,
como cualquier otro fenmeno, es histrico y cambiante. Y adquiere su sentido a
propsito de su tiempo y del mundo en que se da. Se ha de inferir tambin, que la
disposicin en la captacin de tales fenmenos tiene que estar atenta a tales
consideraciones.
Se dir que no se ha dicho nada nuevo, ms se ha de hacer hincapi en lo que la
temporalidad y los fenmenos clnicos ataen a las formas a sus formas de
observacin, y por ende a los lxicos usados para dar cuenta de los mismos. Jaspers
(2011) ya sealaba la importancia de una minuciosa descripcin clnica, justamente
por darse cuenta de lo original que puede llegar a ser la conciencia (Bernard, 1983). Y
esto quiere decir, las vivencias y fenmenos clnicamente relevantes (Jaspers, 2011), y
esto ms all del uso indiscriminado de categoras diagnsticas estticas. A modo de
reproche, puede decirse que por muy detallada que sea una descripcin siempre ser
parcial en relacin a aquello que pretende describir, en vistas de que el fenmeno est
circunscrito ntimamente a una temporalidad (Heiddeger, 2015) que cambia desde el
momento de efectuarse la descripcin. Ms, se preguntar si acaso es necesario
delimitar completo el fenmeno clnico en sus caractersticas, como se hara con un
objeto natural. No sera suficiente permitir o buscar activamente que el fenmeno se
mostrase desde s mismo, y a partir desde sus fundamentos? Vale decir, desde la
original expresin que permite que este fenmeno presente en el aqu y ahora, sea
entendido como lo que es, y no como otra cosa.
La descripcin, si quiera en un plano ideal, pero no por ello separado de las
implicancias prcticas de la observacin, No debera estar atenta y diseada para
ello? En especial si se considera a la verdad, o bien a la concordancia entre aquello
que se presenta a la conciencia como un hecho verdadero y aquello que es
presentado a la conciencia, como una experiencia y no como un objeto que pueda
conquistarse; que dada en el tiempo, no tiene por qu invalidarse con experiencias
posteriores (Lyotard, 1973). Y con la que el observador no puede sino aspirar a

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experimentar, describir y entender mientras esa peculiar relacin de conocimiento es
sucedida en el tiempo.

Conclusin
Si se toma en cuenta lo hasta aqu expuesto, se ha de reconocer que entre los
antecedentes, las problemticas e interrogaciones, no se alcanza a llegar a una
segura determinacin respecto al tema planteado. Por otro lado, lo buscado en el
presente trabajo ha sido simplemente poder enfatizar una discusin que se estima
latente, y por tanto siempre posible, en el campo de la disciplina psicolgica, y
especficamente en la prctica clnica.
En la medida en que la presente obra tenga alguna utilidad en abrir la discusin
respecto al conocimiento en Psicologa, ya sea en su legitimidad, validez o
implicancias, se estimar como satisfactorio en su pretensin original. Para ello ha de
considerarse que el camino seguido es uno posible entre tantos otros, y que los
aspectos tratados no son en ninguna medida absolutos. Por el contrario, se sostiene
que entre ms aptos sean dichos aspectos para la discusin posterior, tanto mejor
habrn aportado en su disposicin.
Sin embargo, a partir de los mltiples antecedentes, posturas e interrogantes
planteados a lo largo de la presente obra, bien puede decirse que, al menos en
trminos generales, se plante primeramente la crisis respecto al carcter cientfico del
conocimiento, en relacin a la fragmentacin que la disciplina psicolgica tendra a
propsito de su objeto de estudio y mtodo. Posteriormente se expuso la crtica
fenomenolgica, en conjunto a una revisin de los principales

planteamientos

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otorgados por la fenomenologa. Y ya en un tercer momento, en concordancia con los
dos puntos anteriores, se dispuso de una serie de consideraciones epistemolgicas
en la disciplina psicolgica, las posibles salvedades sealadas por la fenomenologa,
y la prctica clnica como actividad en relacin al conocimiento psicolgico.
En un principio se plante tal camino en vistas de poder preguntarse con una lnea
coherente de antecedes y una estructurada interrogacin, sobre la validez del
conocimiento psicolgico en general, y tambin particularmente respecto al
conocimiento implicado en la prctica clnica. Fue elegida la Fenomenologa en vistas
de estimarse apta, en el estilo de sus postulados, para emprender tal interrogacin.
Esto a propsito de la bsqueda que la Fenomenologa plantea en evitar la
presuposicin del conocimiento, a modo de preguntarse activamente por ste.
Efectivamente, a partir lo antes sealado pudo plantearse

la pregunta por el

fundamento del conocimiento psicolgico. Desde la consideracin de Husserl respecto


al carcter del conocimiento cientfico y su fundamentacin, por un lado; y los
planteamientos de Heidegger respecto a la disposicin necesaria para el anlisis del
conocimiento, por otro. Principalmente desde el anlisis del Ser, y por ende de la
psiquis.
Derivable de lo anterior puede sealarse que la fragmentacin al interior de la
disciplina psicolgica es tal que dificulta en gran medida el establecimiento de un
conocimiento comn. En esto jugara un papel importante el acontecer histrico en
cuanto al carcter cientfico de la disciplina psicolgica, al igual que sostenidas
dificultades para configurar un objeto de estudio comn, y una metodologa acorde. A
su vez se considera relevante para tales dificultades las implicaciones tcnicas y
tericas que vienen a intervenir en la configuracin de tal objeto de estudio. A saber, la
pregunta por la psiquis se presenta necesitada de consideraciones ontolgicas, las
cuales no pueden ser otorgadas por la tcnica psicolgica, ni por una teora
psicolgica cerrada en s misma.
Pudiera tambin sealarse como una posibilidad, respecto a la disposicin temporal de
los fenmenos, la marcada dificultad para establecer una concordancia o legitimidad
entre los fenmenos y los cuerpos tericos diseados para su descripcin e
interpretacin. Esto en vistas de la posible lejana entre los fenmenos a estudiar
(cambiantes en cuanto son sometidos a una temporalidad) y los lxicos usados para
hacer referencia a stos. Por lo mismo, se estima que el conocimiento en Psicologa
es vlido en cuanto sea sometido a constante anlisis, revisin y actualizacin de sus

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observaciones, siempre en vistas de poder sealar lo ms rigurosamente posible los
fenmenos mismos que se pretenden estudiar.
Se seala, sin embargo, la dificultad de establecer un conocimiento comn y de
legitimidad compartida para la totalidad de la disciplina psicolgica, por lo que cada
conocimiento no podra dejar de ser puesto en perspectiva, tanto de su asidero terico,
como de su necesidad lgica.
Sin embargo, se estiman como necesarias las posibles y futuras investigaciones de los
temas propuestos. En especial aquellas investigaciones que busquen profundizar la
consistencia del conocimiento, ya sea por su coherencia terica, tanto como por sus
implicancias prcticas. Esto en vistas de estimarse la presente una lnea de
investigacin incipiente y en gran medida poco explorada.

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