Cocuy Néctar de Los Indios Ayamanes. Ramon Querales

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Casa Nacional de las Letras Andrs Bello

Cocuy:
Nctar de los indios ayamanes
de Lara y Falcn

Ramn Querales

COCUY: NCTAR DE LOS INDIOS


AYAMANES DE LARA Y FALCN

w w w.c a sa bello.g ob .v e

Mercedes a Luneta
Parroquia Altagracia
Apdo. 134.
Caracas. 1010. Venezuela
Telfs: 0212-562.73.00
/ 564.58.30
William Osuna
Daniel Molina
Jennifer Ceballos
Ramn Querales
Caracas, Venezuela 2015
Jennifer Ceballos
Edwin Villasmil
Jos Antonio Valero
Ximena Hurtado Yarza

Fundacin Casa Nacional


de las Letr as Andrs Bello

Presidente
Director Ejecutivo
Coord. de Prod. Editorial
Cocuy: nctar de los indios
ayamanes de Lar a y Falcn
portada
Ilustr acin
diagr amacin
Correccin de textos
Dep. Legal: Ifi60520158003523
ISBN: 978-980-214-370-2

COCUY: NCTAR DE LOS INDIOS


AYAMANES DE LARA Y FALCN
Ramn Querales

(Texto publicado en
Viaje y descripcin de las Indias, de Galeotto
Cei, que correspondera aproximadamente a 1544-1553,
en columnas semanales desde el 9 de marzo
de 2015 hasta la fecha; corregido y aumentado para la
presente obra)

I. Cocuy: nctar hijo del mar y de la tierra


De los numerosos y complejos elementos que intervienen
en el crecimiento y desarrollo, floracin y madurez plena
del Agave cocui, son escasos, por no decir nulos, los estudios cientficos realizados. Todo lo ms que se conoce es
con base en las observaciones y conocimientos empricos
de los productores tradicionales del cocuy de agave.
Por ejemplo, convendra mucho estudiar de
qu modo se combinan topografa, clima, elevacin del
terreno, ambiente, vegetacin, en estos procesos de mayor o menor calidad del agave para la produccin requerida del lquido cocuy pues como es sabido no todo cocuy,
producido en las mismas aparentes condiciones, es igual
a otro.
Segn parece, en extensas zonas del municipio Urdaneta, de configuracin escabrosa, semiridas y
climas alternantes entre bajas nocturnas y altas diurnas
es donde mejores y ms productivas plantas se cultivan
de forma natural.
Varias interesantes opiniones del historiador
Santos Rodulfo Corts, merecen destacarse como sustento de ideas nuestras muy particulares, que ms adelante
se vern.
La primera se refiere a las condiciones del terreno apto para el crecimiento del agave:

Existen todos los indicios para creer que el cocuy crece


en suelos altamente laterizados y donde abundan los
esquistos calcreos. En suelos de gran pendiente, sumamente lavados por la accin de acarreo de las aguas
de lluvia y en terrenos poco plegados pero de un gran
ndice de percolacin, parecen ser los hbitats preferidos de este agave para desarrollarse. En cierto modo
y en escala modesta, sus biocenosis han contribuido a
retardar la erosin gracias a la tendencia de crecer a
poca distancia entre s y porque su sistema radicular
penetra lo suficiente para garantizar la estabilidad y
equilibrio de sus pesadas pencas y en especial de su
elevado maguey muy propicio a inclinarse por accin
de la gravedad y de la accin elica (Corts, Archivos
venezolanos de folclore, N7, p. 220-221).

La segunda y muy acertada cita tiene que ver


con otros dos elementos fundamentales para el desarrollo ptimo de esta planta en el ambiente que le es propio:
es necesario precisar que el cocuy se encuentra siempre ubicado dentro de una subfranja que tiene un lmite
inferior de 300 metros y otro superior que no supera los
1 200 metros de elevacin.
Continuando prrafo aparte con los siguientes
datos de clima y humedad vitales para el estudio y conocimiento de las caractersticas esenciales de esta planta y
de los productos que de ella se extraen:

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Si las temperaturas mnimas bajan de 15 o suben ms


de 32C es probable que el cocuy no crezca con las caractersticas que le son propias. De igual modo, no formar asociaciones estables en lugares que estn fuera
de los lmites de las isoyetas 400 y 800 m sin contar
que requiere bajos ndices de humedad relativa pero
que no bajen de 25%, ni que ascienda algo ms de una
mxima media de 85% anual (d., p. 222).

En estas esclarecedoras citas de Corts, se reconocen cuatro elementos principales que garantizan el
crecimiento del agave en su ambiente natural: 1) Suelos
laterizados con abundancia de esquistos calcreos, semidesrticos y escabrosos; 2) Clima con mnimas medias de
15 y mximas de 32C; 3) Altitud entre 300 y 1 200 metros; 4) Humedad entre 25% y 85% media anual.
Debe decirse, sin embargo, que en otras regiones del pas o fuera de l, se dan estas condiciones, sealadas por Corts, sin que en los terrenos donde eso es
posible crezca el Agave cocui o si crece es improductivo
para la destilacin del cocuy de agave.
Debe existir pues, y as se ver, otro factor que
slo se da en la regin cocuyera de Lara y Falcn sin cuya
intervencin no se producira el Agave cocui perfecto
para la ptima destilacin.
Como puede verificarse fcilmente el semirido
noroccidental, apropiado para el desarrollo del Agave cocui, es apenas un porcentaje muy pequeo del territorio
larense falconiano, correspondiendo la mayor cantidad del

11

mismo al estado Lara porque segn estudios especializados (los del profesor Edilberto Ferrer Veliz, por ejemplo)
el semirido noroccidental se extendera por 14 municipios falconianos (Federacin, Petit, Bolvar, Sucre, Colina,
Miranda, Democracia, Urumaco, Dabajuro, Buchivacoa,
Mauroa, Falcn, Carirubana, Los Teques, Costa Occidental
del Golfo de Venezuela, Paraguan) y de Lara, Urdaneta,
Torres, Iribarren, Morn, Jimnez, Crespo, bolsones secos
de Bobare, Siquisique y Baragua que Ferrer considera un
35,4% del territorio regional.
Ambos estados poseen una superficie de 44.100
Km2 de los cuales slo 2 370 son terrenos semiridos y
no en todos, sino en una porcin ms pequea an se
produce el Agave cocui apto para la destilacin del cocuy,
un terreno comprendido entre Pecaya, del municipio Sucre, Estado Falcn al norte y Curarigua, municipio Torres,
Lara, al sur; y entre la parroquia Xaguas, Lara, al este y
Canderales, al oeste, cerca de Siquisique, estado Lara.
Esta privilegiada zona del semirido larense falconiano donde el Agave cocui Trelease, presenta todas las
condiciones ptimas para la elaboracin del mejor cocuy de
la regin, es producto de un fenmeno de salinizacin que
los vientos salitrosos provenientes del mar durante siglos,
han derramado en una dosificacin precisa sobre dichas tierras, creando con eso las condiciones perfectas y necesarias
que las plantas productoras de cocuy exigen y requieren,
condiciones que en otras zonas del semirido, por diversos
motivos, no se dan. Desde el siglo XVI estn registrados estos vientos que seran los creadores del semirido larense:

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El viento ordinario que corre en esta Comarca es


un viento que viene del Oriente, que ac se llama brisa, y este
viento se tiene por sano y dura hasta octubre. Y de este mes
en adelante, se va mudando (por el viento) norte, y este norte
dura hasta abril. (Relacin Geogrfica de Nueva Segovia 1579,
cap. III, ANH, 1964).

En zonas donde no se dan todas las condiciones de los terrenos sealadas por Corts, la planta no
ofrece, o no da, los rendimientos requeridos y hasta se
desecha como materia prima para la destilacin.
En otra acertada idea Santos Rodulfo Corts
sugiere que no siempre la planta de agave encuentra en
el terreno donde crece los elementos suficientes para su
desarrollo, floracin y madurez y entonces complementa
las dosis que necesita tomndolas de los vientos que vienen del mar y para ello el maguey del agave podra ser un
tallo modificado. Escribe:
Pareciera como que sus astas las ms elevadas de las
plantas xerfilas de las regiones clidas buscaran entre las corrientes areas que obviamente se desplazan
un poco por encima del suelo reverberante la humedad que no pueden proporcionarle ni la lluvia ni el
agua del subsuelo; si as fuere, no habra otra explicacin para el desarrollo inusitado, de este vstago que
una compleja adaptacin del vegetal a las condiciones
adversas del ambiente, modificando una estructura primigenia ya superada. Esta posible reaccin ecolgica

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podra ser suscrita luego de un examen objetivo del


microclima de esas reas y de una secuencia fotognica
que descubra su evolucin orgnica. (Corts, p.234).

Es en este proceso donde el agave adquiere


igualmente la dosis de sal que requiere para su desarrollo
integral.
No es inapropiado considerar que no obstante que la descarga salitrosa cae continuamente sobre los
suelos cocuyeros, las lluvias, por su parte, lavan el terreno haciendo insuficiente la dosis de salina que el agave
necesita para su desarrollo durante los siete, ocho o nueve aos en que este transcurre, en sustitucin de lo cual
la planta busca en el ambiente la cantidad suficiente de
salitre producindose de ese modo el crecimiento necesario de su vstago o maguey.
En Lara pueden sealarse, a manera de ejemplo, los siguientes sitios donde el agave no se desarrolla
suficientemente para su destilacin:
1. Yay, en el municipio Andrs Eloy Blanco, terrenos altos, topografa escabrosa, temperatura a la medida de las exigencias, ndice de humedad probablemente
el exigido, pero el agave que all se produce no llena las
condiciones para la destilacin de una bebida de calidad;
2. Municipio Urdaneta, regin entre Siquisique y
Aguada Grande, el agave que all crece presenta las mismas
caractersticas que las de Yay;

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3. Municipio Planas, se repite esta situacin;


4. Regin norte-costera de Venezuela, especialmente hacia oriente donde Humboldt inform a finales
del siglo XIX acerca de la abundancia del maguey (agave)
en la regin de Araya, Cuman, Cumanacoa, Chacopata
sin que en ninguna parte de la costa venezolana se aproveche la planta para la produccin de cocuy.
Aqu la razn es un poco distinta y no puede
ser otra que, mientras en las zonas cocuyeras del municipio Urdaneta y regiones de Falcn, los vientos que vienen
del mar Caribe derraman sus sales de manera dosificada, no sucede as con los lugares donde tambin abunda
el agave que se desecha para su destilacin: Yay, zonas
de San Miguel, zona del municipio Planas, en la regin
norte-costera de Venezuela; la altsima salinizacin es un
caso especial que anula la capacidad productiva del agave.
Aqu cabe anotar un curioso dato aportado
por Humboldt quien asegura que en los Valles del Tuy
se destilaba el agave lo que, por estar alejado bastante de
las lluvias salitrosas, torrenciales podra decirse, del mar
Caribe, reciba slo las dosis de salinidad necesaria para
su desarrollo ms o menos ptimo, bastante parecido al
semirido larense.
Otro dato curioso que no se puede dejar de anotar es lo que tiene que ver con el consumo del tequila.
Desconozco cules sern los elementos principales para el cultivo del agave tequila pero este lquido debe
ingerirse acompaado de sal y limn, cosa que no es necesaria con el cocuy lo que deberse a que la planta del tequila
carece entre sus ingredientes naturales de las sales que los
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vientos marinos le aportan al agave cocui Trelease; tampoco sabemos cmo, obtendra de modo natural los cidos
que el limn aporta al tequila, todo lo que simplemente se
sugiere como hiptesis de trabajo e investigaciones futuras.
De comprobarse como verdaderas estas ideas la
produccin del cocuy de agave, artesanal y limitado podra
pasar a ser, en manos comuneras con tcnicas superiores,
un rengln extraordinario de la economa social venezolana sin perder su esencia ancestral y milenaria ayamn.
En Mxico, mediante exmenes de laboratorio,
se han obtenido resultados cientficos sobre humedad,
protenas, calcio, extracto nitrogenado, fsforo, tiamina,
riboflavina, niacina, cido ascrbico y aminocidos como
la lisina, triptfano, histidina, fenilamina, leucina, tirosina,
metionina, valina y arginina contenidos en el tequila.
Ignoro si alguna institucin cientfica de Venezuela ha practicado exmenes parecidos en el cocuy
de agave para determinar cuntos de estos elementos,
forman parte o no de nuestra bebida, o cuntos no presentes en el tequila s lo estn en el cocuy y as determinar cientficamente qu efectos, beneficiosos o dainos,
pueden producir dichos elementos en el organismo de
quienes lo consuman de lo que hasta ahora slo se tienen
referencias populares.

16

II. Generalidades: origen, identificacin, difusin


Pensando con amplitud de criterio, podra aceptarse, respecto de los mayas, una opinin de J.T. Goodman acerca
del probable inicio de la civilizacin maya arcaica segn
la cual
Su unidad de origen, la potencialidad numrica
indicada por sus monumentos, el espritu cvico
que se infiere de la ausencia de elementos blicos
en las inscripciones, conducen sin lugar a dudas,
a un feliz, satisfecho y pacfico estado de asuntos
internos que llevaba a la fraternidad. Bajo tales
condiciones cunto podra durar una nacin?
Regresando diez mil aos hacia atrs los encontramos civilizados. Cuntas otras decenas de miles de aos debern haber pasado para alcanzar
tal estado? Desde el tiempo del abrupto final de
sus inscripciones, cuando todo sbitamente queda en blanco, retrocediendo hacia esa remota fecha, las aparentes gradaciones en el crecimiento
de su civilizacin son tan paulatinas como para
indicar la necesidad de los 280 000 aos de sus
registros hasta alcanzar el punto de su comienzo
(Lujn,1968, p.180).

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En el ms antiguo testimonio de su ancestral historia, en el Popol Vuh, los maya-quich dejaron


anotada
bebida fermentada de dioses a quienes identifican
como los cuatrocientos jvenes: Es preciso hacer
durante tres das nuestra bebida fermentada, pasar tres das en beber por la fundacin de nuestra
casa, nosotros los cuatrocientos jvenes, dijeron.
Maana veremos, pasado maana tambin, si no
vienen de la tierra las hormigas a llevarse, cuando
hieda, la inmundicia. En seguida nuestro corazn
estar en reposo, mientras bebamos nuestra bebida fermentada, dijeron. (Popol Vuh, 1965, p.32).
De qu races y frutos se hacan estas bebidas
fermentadas, no lo dice el relator de la gesta quich pero
s que su alimentacin era bastante pobre:

He aqu, pues, que no se nutran ms que de hijos de
abejas, de hijos de avispas, de hijos de abejorros, para
sostenerse [no tenan ni buena alimentacin ni buena
bebida] (d.., p.113) y procurando recibir las bendiciones y dones de los dioses hacan ante los smbolos,
quemando resinas, quemando ans silvestre, espinas
de maguey (Subrayado de R.Q.).

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As que si no dice qu fermentaban para obtener sus bebidas, se concluye: primero, que ya dominaban
los procesos de fermentacin, y la mencin de quemar a
sus dioses espinas de maguey muestra que tambin haban alcanzado este nivel de conocimiento en cuanto al
uso de dicha planta aunque, desde luego, no se podra
afirmar que la bebida fermentada que los cuatrocientos
jvenes, o dioses de la fermentacin, tomaban, era la obtenida con base en la cabeza del maguey o agave, en los
remotos tiempos del pueblo maya.
La antroploga peruana Oriana Pardo Briceo,
en un trabajo titulado El agave americano: uso alimentario en el Per, escribe lo siguiente: se calcula que su relacin [del agave], con el hombre comenz en Mesoamrica
alrededor de 9 000 a 10 000 aos, con el asentamiento e
inicio de la agricultura (Pardo, O., 2005).
Esta opinin coincide con la del ingeniero agrnomo Jos Ramrez Bermdez, quien en un trabajo titulado El origen de la agricultura en Amrica, escribe:
[Raphael] Girard, en los captulos V y VII, primer tomo
de su gran obra Historia de las civilizaciones antiguas
de Amrica desde sus orgenes, explica cmo y por qu
la agricultura americana comenz en la llamada rea
del Pacfico, cuyo corazn o ncleo est en el suroccidente de Guatemala, y agrega el cmo y el porqu
desde dicha rea se extiende la agricultura por todo el
continente

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Entre cincuenta y cinco investigadores a quienes hace


referencia el trabajo de Girard, los hay botnicos, agrnomos, antroplogos... arquelogos, historiadores, etnlogos, fillogos, etc., y de tan nutrida informacin,
integrada a las observaciones del mismo Girard, se da
por sentado que el origen de la agricultura en Guatemala conlleva el origen de la agricultura en Amrica
(p. cit., p.417).

Es por estas largas y minuciosas investigaciones


de Girard, conducidas pacientemente durante unos cuarenta aos, que se puede considerar como lo ms cierto la
antigedad del surgimiento de la agricultura en Amrica
y el lugar preciso de sus comienzos.
De esa rea del Pacfico, ubicada en Guatemala,
Chiapas, El Salvador, son los frjoles, el tabaco, el hule,
el calabacero o jcaro, ayote, calabaza, chilacayote, diversas variedades de achiote u onoto, maz, cacao, algodn,
copal, zapote, aguacate, papaya, y otras plantas de
menor importancia (Girard, 1977, p.26), y este autor,
basado en botanistas y arquelogos considera que los
comienzos de la agricultura datan de alrededor de 7000
aos antes de nuestra era aunque observa que sus estimaciones no fueron realizadas en el centro primario de
la agricultura, sino en reas perifricas o marginales por
lo que la datacin debe ser mucho mayor, y colocarse sin
temor de exageracin alrededor de 8000 aos antes de
nuestra era (d., p.28).
Girard no incluye de manera directa, entre las
plantas primordiales de la agricultura en esa rea del
20

Pacfico, al agave, pero la literatura nhuatl ms antigua


que corresponde al territorio mexicano hacia donde se
extendi, recoge numerosos testimonios no slo de su
existencia sino que de l se elaboraba un tipo de licor.
En sus tentativas para corromper a Quetzalcoatl, los magos encargados de hacerlo disponen
un banquete preparatorio de una orga en toda
forma. Todo gnero de legumbres y condimentos preparan en manjares suculentos; elaboran el licor de
los magueyes, dejando que se madure cuatro das, rebuscan panales de abeja, que mezclan al pulque para
acrecentar su vigor y energa embriagante

Debe recordarse que era en tres das que los


cuatrocientos jvenes esperaban por la fermentacin de
sus bebidas.
Aqu los magos, segn el texto nhuatl, como
los cuatrocientos jvenes del Popol Vuh, elaboran el licor
dejando que se madure [o fermente] , cuatro das y este
licor es de los magueyes y se denomina pulque que,
mezclado con mieles se hace embriagante, todo lo cual
comprobara la enorme antigedad del uso del agave o
maguey en la fabricacin del licor por fermentacin, a
base de edulcorantes, miel en este caso, entre los grupos
que poblaron parte de la nacin mexicana.
Fray Bernardino de Sahagn, (libro VI captulo
XIV, tomo I, p.508, 1946) recogi de labios aborgenes, el

21

discurso de un rey a sus sbditos en ocasin de su coronacin, en el que aconseja contra la ingesta del licor de agave:
Lo que principalmente o recomiendo es que os apartis de la borrachera; que no bebis octli porque es
como beleo, que saca al hombre de juicio
Es tambin causa el octli o pulcre, de la soberbia, altivez y de tenerse en mucho, diciendo el que lo bebe
con desenfreno, que es de alto linaje, y menosprecia a
todos y a ninguno estima en nada y causa enemistades
y odios
Ninguna cosa dura en su casa, ni medra en ella: todo
es pobreza y melancola; no hay ah plato, ni escudillas, ni jarro; tampoco tiene que vestirse, ni con que
cubrirse, ni que calzar, ni en que dormir; sus hijos y
todos los de su casa andan sucios, rotos, andrajosos,
y cubren a sus hijas con algn andrajo roto porque
el borracho de ninguna cosa tiene cuidado, ni de la
comida, ni de los vestidos, ni de su familia

En otra versin de este discurso real, publicado


en Literatura del Mxico antiguo, (Biblioteca Ayacucho,
Caracas 1978, p. 317), es esta otra admonicin contra el
pulque:

de esta borrachera proceden todos los adulterios ()
y corrupcin de vrgenes y violencia de parientes y afines; de esta borrachera proceden lo hurtos y robos, y
latrocinios y violencias; tambin proceden las maldiciones y testimonios y murmuraciones y destrucciones
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y las (), rias y gritos; todas estas cosas, causa el


octli y la borrachera.
Tmese en cuenta, luego de la lectura de tan descalificador concepto sobre la bebida extrada del maguey, la
consideracin condicionante contenida en el discurso acerca
de que todas estas conductas negativas y desastrosas para la
vida humana, eran bajo la condicin de beber con desenfreno el octli, una designacin antigua del pulcre, convertida
modernamente en pulque, que era el jugo fermentado del
maguey aunque aqu tambin debe tenerse en cuenta que se
habla de borracheras individuales pues las de carcter ritual
y colectivas tienen, como lo explica Civrieux, totalmente otra
significacin. Dice:
Las borracheras tradicionales eran colectivas y socialmente reguladas por el calendario ritual. Fuera de las
fiestas, el indio no aculturado no se puede emborrachar, pues la bebida slo se prepara por motivos mgico-religiosos. Durante las fiestas, la destemplanza es
obligatoria y total. No se trata de emborracharse a medias, sino de llegar a la inconsciencia.
Hemos tenido la oportunidad de observar muchas veces que uno de los fines perseguidos especficamente,
mediante tales excesos, es provocar el vmito. Esto
tiene su significado teraputico evidente: limpiar el
cuerpo de impurezas, arrojar los espritus, hechizos,
enfermedades o sustancias patgenas. Por otra parte el
vmito arroja el aliento, o sea, el espritu-compaero
del hombre fuera del cuerpo, permitindole viajar al
mundo invisible y entrar en contacto con los espritus;
23

el brebaje alcohlico es considerado como la medi-

cina del alma (Civrieux, 1980, p. 19).


y agrega que Dentro del contenido de su cultura original, el indgena no bebe caprichosa ni aisladamente, como suelen hacerlo muchos borrachos profanos.
La profanacin del alcohol, bebida sagrada, solo la hemos
observado como un fenmeno de comparacin en grupos alienados por la aculturacin, a los cuales les fueron
prohibidas las fiestas paganas o idlatras(d. p.193).
Igualmente en la literatura nhuatl se informa
que del maguey no slo se extraa licor sino otros productos entre los que sobresalen los tejidos.
Por ejemplo, de los usos que le daban al maguey se dice:

Tejen, hacen preciosas mantas bordadas, preciosos faldellines bordados, tejen los entrelazados que llaman
mantas de tigre, faldellines y camisas recamadas. Todas
ellas trabajan la fibra del maguey No slo lo que es
rico hacen bien, tejen tambin () que tienen la fibra
del maguey como base, lo que brilla como si fuera de
pluma de gallina, lo morado, lo tejido en espiral, lo que
se entrelaza, lo que se entreteje, los lechos de fibra de
maguey, mantos de la misma, mantos () de fibra de
nopal, camisas () como gasa y tanto lo que es de valor
como lo que no lo es, lo labran muy bien (Literatura del
Mxico antiguo, 1978, I, p.235).
No merece extenderse ms para aceptar que el aprovechamiento de la planta maguey no slo es muy antiguo

24

en Meso y Norte Amrica sino que la variedad del mismo


lleg a ser bastante complejo y de gran tecnologa y arte.
De las tradiciones ms antiguas de Mxico, Bernardino de Sahagn recogi una que explica el invento del
licor que producen los magueyes.
Escribi que los anahuaca mixteca inventaron el
modo de la tierra; era mujer la que comenz y supo primero agujerear los magueyes, para sacar la miel de que
se hace el vino, y llambase Mayauel, y el que hall primero las races que echen la miel se llamaba Partecalt.
Y los autores de saber hacer el pulcre, as como se hace
ahora se decan Tepuztecalt, Quentlepangui, Tlilia, Papaztactzocaca, todos los cuales inventaron la manera
de hacer el pulcre en el monte llamado Chichinaubra.


Varias cosas deben decirse de esta cita:
1. En uno de los nombres de quienes se dice
que fueron los primeros en obtener pulcre de maguey,
Papaztactzocaca parece estar el origen del nombre del
maguey en el Per: Pakpa, pacpa, pajpa, pappa, etc. y
en Bolivia: pajpa; simple coincidencia o la semejanza en
trminos lingsticos indica una ruta de desplazamiento
norte-sur de esta planta?
2. El uso del maguey, hasta obtenerse pulcre
por fermentacin del maguey, debi pasar por tres etapas
diferentes: a) su descubrimiento como planta utilitaria;
b) la de extraccin, casual o decidida por la gente, de su
miel; y c) el arte de saber hacer pulcre con ella.
3. El texto parece igualmente indicar que no

25

fue en Mesoamrica donde se le dio uso, al menos para


elaborar licor, sino en el monte llamado Chichinaubra,
situado en algn lugar de Mxico, hacia donde principalmente la planta habra emigrado desde su lugar de origen, un sitio por lo dems alto, cuyas caractersticas no
se describen pero que podran ser de clima seco, tierras
semiridas y vegetacin xerfila.
Y es que en innumerables testimonios coloniales se da cuenta de que la bebida maya era a base de maz
principalmente, as como de cacao, tal como lo dej escrito Fray Diego de Landa aproximadamente hacia 1549:
hacen del maz y cacao molido una a manera de
espuma muy sabrosa con que celebran sus fiestas y
que sacan del cacao una grasa que parece mantequilla
y que de esto y el maz hacen otra bebida sabrosa y
estimada, y que hacen otra bebida de la substancia del
maz molido as crudo, que es muy fresca y sabrosa
(Lujn, op.cit.1968, p. 58).

26

III. Uso del agave en Amrica


En los textos coloniales aportados por cronistas y fuentes
oficiales se da cuenta, no sin asombro y curiosidad, de
esta planta a la que los indgenas americanos daban diversos usos y que los invasores europeos adoptaron aunque
con ciertas prevenciones iniciales.
Uno de ellos, Fray Toribio de Benavente, quien
adopt el sobrenombre de Motolina, que en nhuatl significa el que es pobre. Vivi en Mxico entre 1524 y1564.
En tres oportunidades, por lo menos, este religioso hace referencia al maguey: en uno, habla sobre la
embriaguez que causa la ingesta de la bebida extrada de
esta planta:
Las beoderas que nacan muy ordinarias, es increble
el vino que en ellas gastaban, y lo que cada uno en
el cuerpo meta. Antes que a su vino lo cuezan con
ms races que le echan, es claro y dulce como aguamiel. Despus de cocido hcese algo espeso, y tiene
mal olor, y los que con l se embeodan, mucho peor
(Motolina, 1971, p.32).

En una segunda referencia que hace a este


vino cuenta su impresin de la antigedad de la ingesta
entre los mexicanos de esta bebida:

27

En la manera y modo que estos naturales usaban del


vino antiguamente, yo estaba muy engaado, porque
cuando en esta tierra entr, que fue tres aos despus
que se conquist [o sea en 1524], vi que todos y por
todas partes muy desenfrenadamente se daban el
vino, y que sin ninguna mesura se embeodaban, as
los principales como la gente utriusque sexus, hombre
y mujeres.

Pero no slo se usaba como bebida embriagante, segn Motolina, sino que en este texto informa
diferentes otros usos y castigos a que sometan a los embeodados (p. 361).
La tercera referencia la ocupa el fraile en describir el proceso de fabricacin del licor de agave:
Despus que el metl est hecho y tiene su aparecida,
crtanle el cogollo con cinco o seis pencas, que all
son tiernas; la cepa que hace encima de tierra, de
donde proceden aquellas pencas, ser del tamao
de un buen cntaro, y de all dentro de aquella ()
van cavando y haciendo una concavidad tan grande
como una buena olla, y hasta gastarlo del todo y hacerle aquella concavidad tardar dos meses, unos ms,
unos menos, segn el gordor, y cada da destos van
cogiendo su licor en aquella olla, en la cual se recoge
lo que destila. Este licor, luego, como de all se coge
es como aguamiel; cocido y hervido al fuego, hcese
un vino dulce, limpio, lo cual beben los espaoles, y

28

dice Motolina que es de mucha sustancia y saludable:


Cocido este licor en tinaja, como se cuece el vino, y
echndole unas races que los indios llaman ocpatli,
que quiere decir melecina o adobo de vino hcese
tan fuerte vino, que a los que beben en cantidad conviene a saber nueve a diez tazas, embeodan reciamente (p. 363).

Bernardino de Sahagn, por su parte, escribi que


en el Mxico antiguoespecialmente el que llaman
Tlacmetl, es muy medicinal por razn de la miel que
de l sacan, la cual hecha pulcre se mezcla con muchas medicinas para tomarlas por la boca, como atrs
se dijo, tambin este pulcre es bueno, especialmente
para los que han recado de alguna enfermedad, bebindolo mezclado con una vaina de aj y con pepitas
de calabaza, todo molido y mezclado, bebindolo dos
o tres veces, y despus tomar el bao, as sana
el zumo del maguey, o el agua de que se coci,
hervido con sal en la llaga del que se descalabr, o del
herido de cualquier herida, sana
la penca de maguey, seca y molida, mezclada con
resina de pino y puesta con u pluma en el lugar del
dolor, ahora sea gota, ahora sea otra cosa, sana
bebindola en ayunas una o dos veces, o ms sana
(Sahagn, 1881, p.236).

29

Este sacerdote tambin escribi (p.60) que el


pulcre se utilizaba contra la tos, el estreimiento, para
combatir enfermedades en los tiempos de lluvia y muchos otros padecimientos.
Su uso, adems de medicinal, era como la bebida en ciertos acontecimientos festivos como matrimonios
y, en los bautizos de los nios
daban pulcre que llaman iztac-octli, que quiere decir pulcre blanco que es lo que mana de los magueyes,
y otras veces daban pulcre lechozo de agua y miel, cocido con la raz al cual llaman ayoctli, que quiere decir
pulcre de agua, lo cual tena guardado y aparejado el
seor del convite de algunos das antes,

curiosa costumbre de donde seguramente se


origina lo que es comn en Venezuela con el llamado embolado, o bebida a base de cocuy y alios dulces que, fabricada, se entierra, para brindar a los amigos y visitantes
en la ocasin de dar a luz la duea de la casa.
Otro conocido cronista colonial, Fernndez de
Oviedo, registra por 1546, el uso como pan, o alimento
sustituto del casabe o del maz, del maguey cuando la
circunstancias climticas no permitan la adquisicin de
dichos panes que eran los ms generalmente consumidos
por los pueblos aborgenes de Venezuela.
As, Fernndez dice que

30

en tiempo de necesidad, a falta de maz y casabe


y de otros mantenimientos, es manjar para suplir el
hambre, y no de mal sabor. Porque aquella zepa o raz
en que nacen, se asa y lo comen los hombres, no por
dulce pasto; ms no teniendo otros manjares, este no
es daoso ni empacha, y basta para sostener la gente.
En la vista es muy hermosa de ver esta hierba o planta,
las de la cual son mayores desde el codo de un hombre hasta el fin del mayor dedo tendida la mano, y en
el extremo o fin de cada anchura al fin una puntica,
del talle que aqu les pongo dibujada [] y es de tres
palmos o ms la hoja o penca y gruesas como de ( )
(Fernndez de Oviedo, s.f.).

Pero en las noticias, bastante completas, que


este cronista suministra sobre el maguey, la de que se
usaba como pan no es la nica cualidad de esta planta de
la que habla. En total se refiere a cuatro usos ms:
1. Obtencin de hicos, cuerdas y soga como de
la cabuya o henequn;
2. Fabricacin de cestas con corteza que, adems, serva para atar cualquier otra cosa;
3. Obtencin de hilos para mantas y zapatos;
4. Fabricacin de vino y arrope en su jugo (Fernndez, libro VI, cap. XI y libro XI, cap. 11).
No conforme Fernndez de Oviedo con la informacin que suministr en el libro VII, cap. XI de su
Historia, continu indagando sobre el maguey y en el libro XI, cap. 11, agreg varios datos ms.

31

Habla de la gente que llaman agoreros, que


viven en Tierra Firme cerca de la provincia de Araya
a causa de cierta fruta que se llama asimismo agoreros.
Cerca de estos vivan otros nombrados por los espaoles como magueyes por la abundancia de esta planta en
aquella zona. Citamos:
Esta se planta y da mucho fruto y diversas utilidades,
porque en la Nueva Espaa hacen de ella y de su hilo
mantas y zapatos, y de su jugo vino y arrope. Y la raz,
despus que se han dado los provechos dichos la sacan tan grande, como un barril de los que cuecen y
comen, y tambin hacen del maguey muy buenas
sogas. Aquella gente que as nombran los espaoles
magueyes, despencan esta hierba y la cabeza o cepa
della cocenla y hcese un manjar () bueno y de
mucho mantenimiento. Y de las hojas sacan el zumo
por ardor del fuego, a manera de destilallo y de aquello beben aquella gente y nunca beben agua

Dice Fernndez que aquella tierra era bastante


desrtica, (pero abundante de magueyes), donde podan
pasar aos sin llover. Escribi adems que aquella gente
le llamaban en su lengua chacopati como tambin debi
llamarse dicha lengua.
Merecen comentarse algunas de estas noticias
de Fernndez:

32

1. Que esta gente magueyes como los llamaban


los espaoles o chacopati, como parece ser su autogentilicio, habitaban una regin cerca de la provincia de Araya.
2. Que en esta zona abundan los magueyes.
3. Que en la Nueva Espaa, o sea Mxico, hacan de ellas y de su hilo mantas y zapatos, lo cual quiere
decir que al cronista le pareci una misma planta la de
Mxico y la de Araya
4. Que la cabeza de este maguey era tan grande como un barril lo que confirmara la idea de Fernndez de que estos magueyes de Araya eran, por lo enorme
de sus cabezas, la misma planta de Mxico, es decir la
llamada Agave tequilana Azul.
5. Que la cabeza o cepa, cocida la coman
como manjar asaz bueno y de mucho mantenimiento.
6. Que de las hojas sacaban el zumo por sudor
de jugo, a manera de destilado y lo beban.
Otro autor ms, Pedro Gutirrez de Santa Clara, entre 1544-1548 public un libro titulado Crnicas del
Per, en cuyo volumen IV dice, citado por Oriana Pardo Briceo que todo lo que la naturaleza pudo dar
para vestir y calzar, comer y beber, como para la salud del
hombre lo suministra esta planta, y Jos de Acosta en
1590, en su Historia natural y moral de las Indias, tambin citado por Pardo Briceo, escribi acerca de lo que
decan de dicha planta los espaoles recin llegados a las
Indias occidentales, siendo conceptos muy elogiosos los
que expresaban de ella.

33

IV. Uso del agave en Venezuela


La ms antigua informacin documental que se conoce
acerca de la planta clasificada posteriormente como Agave cocui Trelease, se encuentra en la obra Viaje y descripcin de las Indias, de Galeotto Cei, que correspondera
aproximadamente a 1544-1553, aos durante los que vivi
en Venezuela, pero el uso, como comestible de esta planta, por parte de los pueblos que poblaban el norte larense
y sur de Falcn debi ser desde muchos siglos antes de la
llegada de los invasores europeos pues el conocimiento y
aprovechamiento humano de las virtudes de una planta,
no se dan de un da para otro. Cei escribi un captulo
titulado Cocuiza y henequn en el que dice lo siguiente:
La cocuiza no s si llamarla rbol, arbusto o hierba o
conjunto de hojas que de todos tiene parte. Sus hojas
son como en el margen veraz [segn un dibujo elaborado por l], llena de pencas con espinas a los lados,
un poco oscuras en el medio, de longitud como de un
hombre, producen un montn de hojas ms pequeas
y delgadas, como la que en Italia llamamos aloe, que
las mujeres nuestras se ponen, creo que para embellecerse, en la cabeza; pero la hoja es ms dura, larga al
menos una cuarta y media, y tiene cmulos de dichas
hojas, o crculos de ellas, que tienen circunferencia 10
12 brazas o ms De estas hojas agudas se saca un
cierto camo que se llama cocuiza (p.42).

34

De esta cocuiza es que Cei errneamente afirma que los indios extraan la bebida llamada cocuy.
En otro documento del siglo XVI, una relacin
elaborada por los alcaldes de Nueva Segovia en 1579, por
rdenes y cuestionario del rey de Espaa, en su captulo
IV, hablando de los indios que poblaban algunas zonas al
norte de la jurisdiccin neosegoviana, se dice:
Tienen estos naturales por otra parte, pocas comidas
de grano y de races, por no ser por esta parte las
aguas ciertas. Sustntanse de unas pencas a manera de
cardo de Espaa, y las pencas son ms grandes y ms
anchas. Hay gran cantidad de ellas, que los naturales
lo llaman cocuy y nosotros lo apropiamos al cardo,
como dicho es agregando algunas indicaciones
de la elaboracin a que sometan dichas pencas para
aprovecharlas como alimento;cuecen en un horno
con mucha piedray cuando la sacan la comen, da el
zumo a manera de arrope dulce. Comen de las pencas
el zumo y la cabeza.

De los claros detalles de esta informacin, pueden decirse las siguientes conclusiones:
1. Ya para este ao de1579, no se sabe desde
cundo, este agave reciba en la jurisdiccin de Nueva Segovia, por parte de los naturales, el nombre de cocuy.
2. Cocan en un horno con mucha piedra las
pencas que despus coman absorviendo de ellas el zumo
que proporcionaba, es decir: absorban el zumo y coman
la cabeza o parte inferior del bohordo de la planta.
35

3. Se encuentra en este texto la noticia de la


gran cantidad de plantas de cocuy existentes para este
perodo del siglo XVI.
4. Ni Cei ni los alcaldes de 1579, dicen nada de
que el cocuy se preparara, ni fermentado ni por destilacin, como aguardiente pues el trmino cocuy slo se
aplicaba como nombre de la planta.
Contemporneamente a esta informacin oficial de los alcaldes, por 1581, produjo Fray Pedro Simn
sus Noticias historiales, y en la quinta de ellas, en el captulo XIX, anot lo siguiente:
En estos mismos hoyos calientes (los que los indios
de Nueva Segovia usaban para cocinar la carne de los
animales que cazaban), meten unos troncos verdes
de una mata de cocuiza, que es casi lo mismo que
maguey, habindose cortado lo largo de las hojas, y
despus de bien sazonado con el calor, chupan aquellos troncos y les sacan el jugo, que no es poco el que
tienen, con un sabor de arrope o mala miel de caas,
que es tambin purgativo, en especial para los que no
estn hechos a ello

Aunque esta informacin de Aguado confirme


el modo de preparar el maguey para su consumo, en ella
hay dos imprecisiones que deben corregirse:
1. Que la planta usada para el su consumo por
los indios fuera la cocuiza.

36

2. Que el jugo de la planta ya cocida se sacara


de los troncos, cuando en verdad es de las pencas u hojas.
Vale la pena destacar el aspecto medicinal,
como purgativo, que Aguado dice se practicaba con el
zumo del maguey.
Ahora bien, a estas alturas de la cronologa del
agave cocui o maguey, se presenta una laguna documental y no es sino hasta 1714 cuando se vuelven a encontrar
noticias sobre ella en un litigio de tierras en Mitare, estado Falcn pero si la documentacin oficial existente se
refiere al cocuy en 1581 e igualmente en 1714 es porque
durante esos 133 aos los indios que lo aprovechaban
como alimento o medicina, y dada la abundancia de plantas existentes, siguieron hacindolo sin interrupcin sin
importar que no haya informacin al respecto.
Ese silencio informativo en las fuentes coloniales puede tener, entre otras, las siguientes razones que a
manera de supuestos se exhiben:
1. Desde 1530, durante los siglos XVI, XVII y
XVIII, los habitantes originarios del territorio occidental
de Venezuela, que incluye buena parte del norte larense
y del sur falconiano, fueron sometidos a las ms duras,
crueles, criminales y antihumanas condiciones por parte
de los espaoles que, en primer lugar, los despojaron de
sus tierras, los esclavizaron hasta conducirlos al exterminio en labores inclementes, usndolos como carne de
can o, simplemente, exterminndolos cuando as les
convena o los indios ofrecan algn tipo, por pequeo
que fuera, de resistencia.

37

En busca de cierto amparo, los grupos tnicos


adoptaron, entre unas pocas estrategias de sobrevivencia, la de refugiarse en zonas poco apetecibles para los
espaoles. El pueblo ayamn, en esta situacin, result
un poco favorecido al ocupar ancestralmente unos territorios de escasos atractivos para el invasor.
En cambio, el pueblo caqueto lleg, por manos
de sus amigos espaoles a la casi totalidad de su exterminio y sus tierras, las ms llanas y frtiles, las primeras
en pasar a manos de los invasores.
Hay un caso bastante dramtico del que, en relacin con el tema del cocuy nada se ha dicho salvo la
informacin suministrada por Fernndez de Oviedo en
la zona oriental del pas donde, como ya se dijo, la gente
llamada Chacopati, consuma el agave como pan y como
bebida.
Pues bien, esta tradicin desapareci en aquella regin, entre otras cosas por el exterminio total de
los pobladores originarios de la zona, llevndolos como
esclavos a las Antillas, esclavizndolos en la pesquera de
perlas o combatindolos pues es sabida la dura resistencia
ofrecida por los indgenas orientales a la ocupacin espaola de sus territorios.
2. El pueblo gayn, como se le conoce, desde
cuando incursion en rebelda por los montes y sabanas
de Bobare y otras partes donde estn retirados, como
lo registra un documento de 1680, contra las autoridades civiles y religiosas de Nueva Segovia al norte de la
cual operaba desde 1618 Ana Soto, su sobrina Leonor,

38

su marido Pedro Monge y un ejrcito de 2000 guerreros


(Perera, 1964, II, p.54, nota 21 de pgina) debi conocer
y hacer uso de ellas, las maravillosas virtudes del agave
cocui, aprendiendo a elaborarlo y consumirlo. Despus
de 1706, cuando un grupo gayn fue trasladado a la zona
de Algar y varios aos despus, hacia finales de 1732,
cuando e llev a la zona de Bobare a otro grupo, fugado
de Santa Rosa, para fundar el pueblo de Nuestra Seora
de Guadalupe, el uso del agave como alimento, ya fue
general y adquisicin patrimonial de la que ya no dejaron
de beneficiarse.
Pero de los gayones se ocuparon las fuentes documentales espaolas en este perodo casi exclusivamente para hablar de las tropelas que cometan, que no
eran otra cosa que expresin de su lucha desigual pero
sin fatigas, las que el Dr. Ambrosio Perera califica, aunque con cierta reticencia, de ser una expresin del sentimiento de defensa a la libertad que tanto ardor se mostr
casi siempre en el indio americano (Perera, 1964, tomo
II, p.54) y nada se inform en ese perodo, sobre el uso
que hicieron del agave cocui, como alimento y recurso
medicinal que mucho debieron necesitar en tan difciles
circunstancias de vida y de batalla.
3. De los ayamanes menos an se informa en
esta documentacin colonial. Ms an, acerca de la existencia de esta etnia, toda huella, todo dato, toda noticia
desaparece y en su lugar se habla de grupos jirajaras, axaguas, gayones, cmagos, cuibas, cuicas, ocupando territorios que una investigacin atenta y rigurosa, debe sealar

39

necesariamente como pertenecientes al pueblo ayamn. Y


la historiografa llega a la irresponsabilidad mayor de denominar como guayamanes, siquisiques, turas, baraguas,
y otros nombres ms a parcialidades ayamanes que habitaban territorios del pueblo ayamn desde pocas inmemoriales, en el propio siglo XVI cuando fueron invadidos
por los espaoles y hasta los tiempos actuales, cuando
sus descendientes todava los ocupan con muchas de sus
costumbres y expresiones culturales milenarias.

40

V. Aparece la caa de azcar


Segn la muy autorizada opinin de don Fernando Ortiz,
la siguiente es una cronologa aproximada del cultivo de
caa en Amrica, o ms propiamente una vez que fue trada a la Espaola, hoy Repblica Dominicana.
1. Diciembre de 1493. Introduccin y siembra
de caa en la Isla Espaola por Cristbal Coln en su segundo viaje.
2. 1501 ms o menos. Se establece el primer caaveral en dicha Isla por Pedro de Atienza.
3. 1505 o 1506. Se obtienen los primeros azcares por Miguel Ballester o Ballestero y por un tal Aguiln.
4. 1511 (o antes). Se produce la primera zafra en
un trapiche por Gonzalo de Velosa.
5. 1516. Se instal el primer ingenio por Gonzalo de Velosa y por los hermanos Francisco y Cristbal
Tapia. (Ortiz, 19).
Hacia 1546, Fernndez de Oviedo investig
acerca de la caa de azcar y escribi que, efectivamente
fue Gonzalo de Velosa quien primero hizo hacer en
esta Isla azcar y como tena bastante caa hizo un
trapiche de caballos en la ribera del ro N., trayendo
conocedores de la fabricacin de azcar desde las Islas
Canarias.
Tambin pregunt Fernndez de Oviedo a personas mayores y de crdito quienes le dijeron que
fue un Pedro de Atienza en la ciudad de la Concepcin de

41

la Vega el primero que tuvo caas de azcar y quien


primero tuvo trapiche fue el alcalde de dicha ciudad un
cataln llamado Miguel Ballester. Velosa, segn esta
misma fuente, fue quien hizo azcar dos aos despus.
Fernndez de Oviedo calculaba que la caa lleg a la Isla Espaola en los primeros aos de la ocupacin
y que rpidamente su cultivo se increment. (Ortiz, p.
cit., p. 289).
Entre los dueos de ingenios estuvieron dos
nietos de Cristbal Coln y los Welsares que eran dueos
o socios. Para ese ao existan en la isla veinte ingenios
molientes y corrientes y cuatro trapiches de caballos.
Un testimonio que no conoci Fernando Ortiz
acerca de la existencia y cantidad de ingenios y trapiches
en La Espaola es el que suministra Galeoto Cei:
Las caas de las cuales se hace el azcar han sido tradas de las Afortunadas y de la Isla de Madera, y hay
grandsima cantidad porque en dicha isla hay, como
he dicho, ms de 40 ingenios o molinos que hacen
azcar tanto de agua como de caballos. A estos los llaman trapiches y a aquellos, ingenios

As que no cabe duda que debi ser desde La


Espaola, que la caa fue trada a Tierra Firme tal como
acertadamente, creemos, lo consider el Dr. Carlos Felice
Cardot:
fue por las costas corianas por donde entraron a
Venezuela las primeras semillas de caa. Y sin duda,

42

puede haber sido por obra de Don Juan de Ampes


fundador de Coro, quien ha debido introducirla, pues
l anteriormente la cultivaba con xito en Santo Domingo, hasta el punto que merced a sus esfuerzos,
pudo enriquecerse segn rezan documentos de la
poca. De all pas su cultivo a El Tocuyo, posiblemente algn tiempo despus de la expedicin fundadora
de 1545, ya que es constante que para 1579, segn informe firmado el 28 de enero y comenzada su redaccin el 13 de diciembre del ao anterior, se habla de
los ros y quebradas que () pueden haber regados
para abastecimiento de la tierra y caaverales de azcar; y luego al referirse a los elementos de que derivan el trato y contratacin de esta tierra, declara que
dichas transacciones, se basen en la cra de ganados
mayores y menores y labranzas de conucos de maz,
yuca y caas y algn azcar (Felice Cardot,1964).

El aserto de Felice es bastante verosmil pues


Ampes lleg a Venezuela, a Coro propiamente, el 24 de
febrero de 1529 y muri a principios de 1533, noticia tomada por Juan Friede de un documento donde la Real
Hacienda declara que Ampes muri hace quince das
(Friede, 1961, p. 589, llamada 45).
En cambio no puede ser verdad una informacin de Toms Polanco Martnez que hace venir de Caracas, Valles de Aragua y riberas del lago de Valencia, la
caa de azcar a El Tocuyo (Polanco, 1960, p. 127).

43

La caa de azcar, su cultivo y explotacin se


extendi por todo el pas: en una relacin geogrfica firmada por Diego Gibaja en 1603, se mencionan ingenios
en varias ciudades de Venezuela: Caracas, Barquisimeto,
Tocuyo, Carora, Coro, San Cristbal; se dice que en Valencia haba trapiches, que en Mrida se produca azcar
y en Gibraltar se daba caa de azcar (Relaciones Geogrficas de Venezuela, 1964).
Para este ao se exportaron 139 arrobas de
azcar a 30 reales cada una para un total de 4170 reales
y, dice Arcila Faras que La produccin de azcar fue pequea en todo tiempo, pero cubra el consumo del pas y
ocasionalmente se exportaban muy escasas cantidades al
precio sumamente elevado de 30 reales a arroba, lo que
fue igual en el siglo XVIII.

44

VI. Aguardiente de caa


El cultivo de la caa en proporcin abundante y la produccin de azcar en cantidades ms o menos suficientes,
impuls la destilacin de aguardientes de caa que las
autoridades coloniales segn parece, no permitieron que
circulara libremente.
Por ejemplo, Ermila Troconis de Veracochea,
cita un Acuerdo del capitn Francisco Gonzlez de Figueredo quien en su visita a El Tocuyo el 18 de enero de
1689, entre otras cosas mandaba lo siguiente:

Otros: Se ha de servir Vuestra Seora mandar que no
se saque aguardiente de la tierra ni se venda por estar
prohibido y por lo (Ilegible en el texto) de ella y que
es causa con el consumo de dulce (lase papeln)
en sacarlo, en que falta del todo para el abasto de la
ciudad (Troconis, 1984, p. 432).

Al respecto escribi Polanco Martnez, aunque


lamentablemente no precisa la fecha de la prohibicin:
Muy desde el principio haba quedado prohibida en
Tierra Firme la destilacin y venta de la popular bebida alcohlica, no por medida de higiene pblica, sino
por habrsele concedido un monopolio en la materia
a los comerciantes de las Islas Canarias, de cuya procedencia era todo el aguardiente y la mayor parte del

45

vino que se consuma por ac. Dichos licores isleos


gozaban, adems, de una rebaja de 5% en los derechos
de almojarifazgo

Agrega Polanco que el aguardiente canario era


hecho de uvas mientras que el criollo, o aguardiente de
la tierra, se sacaba de la caa de azcar y gozaba de la
mayor aceptacin de los consumidores venezolanos(Polanco, p. cit., I, p. 317).
Como parte de este privilegio del comercio canario, en 1703 llegaron a Venezuela, procedentes de las
Islas Canarias dos barcos con 137 pipas de aguardiente
y 173 de vino de las cuales, seguramente se exportaron
a Santo Domingo dos de aguardiente y cuatro de vino
(Arcila Faras,1973, I, p.215).
En varios nmeros del Boletn del Archivo General de la Nacin se encuentra informacin de esta importacin de aguardientes extranjeros en fechas que van
de 1723 a 1817. Las anotamos en orden cronolgico:
1.- 07.04.1723. De Barbados,765 frascos de
aguardiente.
2.- 27.07.1723. De Curazao, 4 frasqueras de
aguardiente.
3.- 07.08.1723. De Curazao, 86 frasqueras de
aguardiente.
4.- 09.09.1723. De Curazao, 22 frasqueras de
aguardiente.
5.- 05.12.1723. Simn de Fuentes pag 28.506
maravedes de almojarifazgo por entrada a Cuman de

46

diversas mercancas, incluidas 45 frasqueras de aguardiente.


6.- 13.12.1723. De Curazao, 3 pipas de aguardiente.
7.- 01.04.1789. En la Seccin Intendencia y Real
Hacienda, tomo LVI, N98, folio 275, se encuentra un ndice de la representacin que sobre la introduccin en
Cuman de aguardiente de las colonias extranjeras, dirige la Junta Superior de Real Hacienda al Excmo. Sr. D.
Francisco de Saavedra y documentos relativos al asunto.
8.- 04.03.1817. En la seccin Reales Ordenes,
AGN, tomo XIX, folio 37 se encuentra una concesin otorgada en Madrid a Don Basilio Bayn, Capitn de Reales
Guardias Espaolas, con permiso para despachar desde
Santander u otro puesto habilitado a los de Veracruz y
La Guaira, 300 toneladas de vinos, aguardientes y dems
efectos espaoles.
Estas ocho informaciones son una muestra de
la importante actividad importadora de la provincia de Venezuela de aguardientes extranjeros que, como lo prueba
la documentacin relacionada, si en un principio la protegi en detrimento de la destilacin de aguardientes de
la tierra, posteriormente deriv hacia la prohibicin en
razn de proteger la produccin nacional de la cual, con
los impuestos debidos, haran entrar al fisco real, ingresos
seguramente mayores que los del almojarifazgo.
Volviendo atrs, la proteccin a los licores canarios y la persecucin contra los aguardientes de la tierra
ms bien fomentaron su produccin clandestina. As lo
registra Arcila:
47

La elaboracin clandestina [para las primeras dcadas del siglo XVIII], de aguardiente en la provincia
aument con prejuicio de las Rentas. En la Guaira se
fabricaba un aguardiente de caa llamado tasire, que
se haca en alambiques clandestinos, y cuyo empleo se
generaliz tanto que lleg a extinguir casi totalmente
el trato con la Nueva Andaluca, pues eluda el pago de
los derechos de introduccin, fletes, alcabalas y otros
impuestos, lo que permita venderlo a precio muy
bajo (Arcila, p.cit., I, p. 220).

Confirmando esta noticia, Polanco Martnez,


refiere un caso particular acaecido, precisamente en La
Guaira: una expedicin comercial de un espaol llamado
Diego de Murga, marqus de Montesacro, lleg a La Guaira a fines de 1714 sindole embargadas sus mercaderas
por las autoridades de aquel puerto, no obstante que el
mismo rey de Espaa figuraba asociado a Murga en aquella expedicin. Y escribe Polanco:
En una representacin de Montesacro al Rey sobre el
particular se afirma sin embargo que la verdadera razn del secuestro fue el deseo de perpetuar el comercio no lcito entre los habitantes y, sobre todo, el de
continuar permitiendo la produccin de aguardiente
ilegal que los colonos sacaban de la caa dulce(p.
cit., I, p.134).

48

A pesar de las consideraciones de Montesacro


acerca de la verdad oculta tras la actuacin de las autoridades de La Guaira para proteger la destilacin clandestina y el trfico remunerador de tasire, lo cierto es que, en
los ms altos niveles del gobierno provincial, se insista en
la prohibicin de los aguardientes de la tierra posiblemente para proteger el monopolio canario y la venta que
el mismo produca a la Corona Espaola.
En el Bando de Buen Gobierno de don Marcos
Francisco de Betancourt y Castro, Capitn general de Provincia, dictado en El Tocuyo en 1717, en el tem 5, se dice:
Porque S.M. (Dios lo guarde) por su Real Cdula que
se ha publicado en esta ciudad y dems de esta gobernacin tiene mandado con graves penas no se fabrique
ni saque aguardiente de caa, y que rompan y desbaraten los materiales de su fbrica y todava en algunas
partes, por lo inculto de las haciendas y trapiches en
que se destila, se contraviene a lo mandado sin poderse averiguar motivo, porque en la ciudad de Caracas
hice echar Bando para que los esclavos que verdaderamente denunciasen y declarasen a los amos que sacasen el dicho aguardiente de caa se les dara libertad
y porque en esta ciudad y jurisdiccin es conveniente
que se practique lo mismo, ordeno y mando que los
esclavos que legtima y verdaderamente vinieran ante
las justicias a denunciar y declarar de los amos que
hicieren la destilacin y fbrica de dicho aguardiente
de caa y tuvieran materiales para ello, se les dar la

49

libertad y la horro de la esclavitud y servidumbre que


yo en el Real nombre se la ofrezco y se le mete debajo
del Real amparo para que no sean ofendidos ni vejados (Troconis, p. cit., p.361).

Y cuando este mismo gobernante expide el


nombramiento de Corregidor el 8 de marzo de 1718 al
Capitn Pedro Linares y Mireles para la del Tocuyo y
su jurisdiccin, una de las rdenes que le imparte es la
siguiente:
le doy comisin para que no permita que en ninguno de los dichos pueblos y haciendas y trapiches de
aquella jurisdiccin se destile aguardiente de caas,
debajo de las penas impuestas en las Reales Cdulas
de Su Majestad. Para cuyo fin llevar testimonio autntico de ellas y har romper y quemar los alambiques
que hubiere en dichos trapiches, sin permitir se vuelvan a hacer otros(Troconis, ibd., p.406).

Hacia 1720, 1721, Pedro Jos de Olavarriaga, registr la preferencia de los venezolanos por el aguardiente
de caa en lugar de vinos y acerca del primero, escribi:

Como las tierras de adentro y los llanos no se pueden
favorecer de aguardientes de Islas sino con mucho
gasto por ser muy dilatado el viaje, y los riesgos que
corren los caldos por los malos caminos que pasan; se
usa en esos parajes de un aguardiente hecho de caa

50

de azcar el cual () no deja de saber bien al paladar de estos hombres, adems que les cuesta menos,
y menos trabajo, por lo que no se gasta otro en dichas
partes (Olavarriaga, 1981, p.98).

Por supuesto que Olavarriaga hace mencin


de todas las diligencias gubernamentales, para impedir
la produccin y consumo de estos aguardientes criollos
pero comenta que las mismas ms bien han producido
ciertos daos como, por ejemplo, la adquisicin de aguardientes de trigo de los holandeses a precios menores y
dejar que las ganancias que pudieron quedarse en la provincia aprovechen a los holandeses y franceses que venden licores de contrabando a los venezolanos.
Acerca de los trapiches que existan para la poca en Venezuela dice haberlos en Araure, Tocuyo, Carora
y de Caracas, y su jurisdiccin escribe: tienen tambin
diferentes trapiches y terreno suficiente para alargar los
que tienen hechos que dieran grandsima abundancia de
azcar, pero se mantienen hoy en lo necesario que gasta
la jurisdiccin (p. cit., p. 59).
As a la luz de los comentarios que anteceden
acerca de la elaboracin de azcar y, consecuentemente,
la destilacin de aguardiente de caa sin la aceptacin
legal por parte de las autoridades, no por razones higinicas como lo comenta Polanco Martnez, sino para proteger el monopolio concedido a comerciantes canarios,
cabe imaginar cuanto ms estrictos seran las autoridades
civiles en relacin con la posibilidad de consumo de los

51

zumos producido por el cocuy aunque estos, en trminos


econmicos, no afectaran mayormente el comercio licorero canario, pero en este caso de la ingesta de la penca
del cocuy asado por parte de los indios naturales que la
consuman, otro poder gravitaba sobre ellos: el de los
frailes y curas que vean en estas prcticas ancestrales la
influencia de los demonios sobre el alma inocente de los
aborgenes que ellos intentaban ganar para las filas de la
civilizada cristiandad.
Pero los criterios polticos se modifican de
acuerdo con las circunstancias que los originan.
Polanco Martnez dice que
ya para los albores de la centuria decimoctava esa
situacin de privilegio [del comercio canario], deba
encontrarse muy atenuada, si no desaparecida del
todo, pues est probado que funcionaban alambiques
en el valle de Caracas y otros sitios para esa poca

y para 1750, se registra que existan solamente


en la jurisdiccin de Nueva Segovia unos 63 trapiches en
muchos de los cuales se produca aguardiente, registrndose que se produjeron 110 000 pesos anuales en aguardiente y, no sabemos si para esa misma poca, se cre un
impuesto llamado tafia , del que posteriormente habl
Depons, que se aplicaba tanto al aguardiente de caa, a
otros licores y a los guarapos de papeln.

52

As las cosas, consta que hacia 1776 se cobraban oficialmente impuestos y el aguardiente era un ramo
importante de las rentas que los municipios remataban
con el fin de reunir dinero, no de manera mensual sino la
totalidad de un determinado ramo.
Carlos Bujanda Ypez, cita, de un informe del
cabildo tocuyano del 30 de julio de 1766, lo siguiente:
En todas las que ofrece el dicho ro Tocuyo que
coge de distancia en esta jurisdiccin desde su nacimiento hasta el sitio llamado Maracas, como 18 leguas,
hay fundadas haciendas que vulgarmente se llaman
trapiches, en donde se fabrican azcares, papelones,
omelotes, que fue el fruto con que principalmente se
fund esta ciudad con el que se hallaba abundante de
todo, porque no fabricndose dichos dulces en otras
ciudades de esta provincia, ocurran a sta a comprarlos a 10 pesos carga de papelones y a 6 pesos de
arroba de azcar, en cuya posesin estuvo esta ciudad
ms de cien aos despus de su fundacin; pero el
da de hoy como se han construido haciendas de dichos trapiches o ingenios en todas Ciudades y Villas
de esta provincia, han tomado tal decadencia en su
estimacin dichos frutos que ha muchos aos que la
carga de papeln vale 4 5 pesos y la arroba de azcar
3 2 reales, lo que ha atrasado mucho a esta ciudad
ponindola en una gran miseria (Ypez, 1969, p.53).

53

Ermila Troconis, por su parte, registr que segn los Libros de Real Hacienda del Tocuyo, en el ao
1787, de los impuestos cobrados, uno de ellos lo constituy el de aguardiente de caa que fue rematado el 29
de octubre por Jos Manuel de Vargas por 600 pesos de
los cuales pag de contado 200 de ellos. (Troconis, ibd.,
p. 34).
Ya para finales del siglo XVIII y comienzos del
XIX, el aguardiente era un rubro impositivo del cual los
municipios obtenan considerables ingresos.
En su sesin del 21 de octubre de 1810, el Real
Consulado dispuso en el 3 puesto de su agenda lo siguiente:
Que se imponga la contribucin temporal de un peso
sobre cada barril de aguardiente de uva, de caa y
dems licores espirituosos que se introduzcan y se
elaboren o destilen en el pas, y cuatro reales sobre
cada barril de vino, entendindose que lo de unos y
otros se introduzcan en botellas, u otras vasijas, ser
proporcionalmente sujeto a la misma contribucin,
declarndose al mismo tiempo en beneficio de nuestra agricultura libre de todo derecho en su extraccin
[lase exportacin] los aguardientes y licores que se
elaboren en el pas (Real Consulado, 1964, p.176).

Y al contrario de lo que suceda en los siglos


XVI, XVII y parte del XVIII, prohibiendo la produccin
de aguardiente de caa en Venezuela como medida de

54

proteccin a bebidas alcohlicas extranjeras, el 9 de octubre de 1818, acord el Real Consulado lo siguiente:
Que siendo perjudicial [al] fomento y consumo del
aguardiente ron del pas, el que se introduce de colonias extranjeras, debe prohibirse estrechamente su
entrada porque no es justo se consuma este artculo
extranjero habiendo en la abundancia de la tierra, este
rgimen siguen ellos con nosotros para proteger este
ramo de cultivo e industria y nosotros no debemos
desechar un medio que sobre ser justo es de utilidad
(d., p.45).

Este cambio favorecedor de la produccin del


aguardiente de caa nativo por parte de las todava actuantes autoridades espaolas, al igual que la antigua
poltica de prohibicin, tampoco debi favorecer la libre
circulacin del cocuy, pues en cuanto a competitividad
con los centenares de alambiques que funcionaron en
las haciendas de caa, la destilacin del cocuy de agave
debi ser infinitamente menor, adems del estigma que
se cre sobre los efectos que supuestamente causaba en
los individuos que lo ingeran, atribuyndole ser la causa
principal de cuanto delito, especialmente los de sangre,
se consumaban en el pas, de causar estragos en el ncleo
familiar proletario y, sobre todo, de disminuir la mano de
obra mal asalariada de fincas rurales y empresas urbanas.
Muchas son las pginas de la literatura venezolana donde
se difunde esta visin negativa de los efectos desastrosos
del cocuy en la conducta de los seres humanos.
55

VII. Reaparece el maguey agave cocui


Como ya se dijo, el silencio informativo en la documentacin colonial se interrumpe cuando en 1714 el Fiscal
Protector de los Naturales Caquetos de la Real Corona de
los pueblos de la Costa Arriba y Costa Abajo, Alfrez Cristbal de Nava y Dvila, en litigio por tierras pertenecientes a dichos pueblos exiga que adems de sus resguardos
deba reservrseles los cuquiales o caquiales, es decir, los cocuyales de las cabeceras de Bolor y los de
las vegas de Codore, pues a pesar de estar fuera de su
demarcacin, estos cocuyales se agregaban como un
exceso a la peticin por ser esenciales a los indgenas,
pues de ellos se mantenan dichos naturales cuando
vienen [] para la guardia y custodia de esta dicha
ciudad(Gonzlez Batista, 19..., p.42).

Esta noticia y las que a continuacin se darn,


probaran que la relacin del pueblo indgena, sin importar el lugar ubicado al norte del actual Estado Lara y sur
del Estado Falcn, en ningn momento desde tiempos
ancestrales dej de tener al cocuy, la planta, como su cotidiano mantenimiento adems de los otros usos que le
dio, especialmente el medicinal.
Ms adelante, un religioso, estudioso de la realidad venezolana, luego de sus observaciones en tierras
orientales, Fray Antonio Cauln en su obra escrita despus

56

de 1747, dedica unos prrafos a las cualidades medicinales de esta planta, llamndola maguei:
En toda la Costa del mar del Norte, que corre desde Cuman hasta la provincia de Caracas, y en otras
muchas partes de ambas Provincias, se cra silvestre
la celebrada mata de Maguei muy semejante a la Pita
de Espaa. Las pencas a medio asar, dan gran copia
de zumo algo dulce, que puesto al fuego en punto de
jarabe es eficacsimo remedio para mundificar (quiere
decir, preservar) de cncer las llagas, aunque sean envejecidas, aplicado en hilas. Tomado de media a una
dracma en agua caliente, deshace las crudezas del estmago, y expele las materias ptridas de apostema
interior, o sangre envenenada, que suele resultar de
alguna cada, o golpe violento(Cauln, 19..., p.70).

Como puede verse, el padre Cauln slo habla


de la cualidad medicinal del maguey, luego que de sus
pencas, a medio asar, se extrae el jugo que ellas producen que para que cumpla su capacidad cicatrizante, debe
ponerse al fuego en punto de jarabe.
Para Cauln, adems, el maguey se pareca a
la pita espaola, aunque con hojas ms gruesas lo que
parece no ser igual al cardo de Espaa de que habla la
Relacin Geogrfica de Nueva Segovia de 1579.
Un paso ms adelante debe consultarse un
informe titulado Ynstruzin y noticia de la Ciudad de
Barquisimeto y su jurisdiccin, del 8 de noviembre de

57

1745, que elabor Jos Lorenzo Ferrer, que en su captulo 25, dedicado a hablar de la fecundidad y fertilidad
de todo el distrito y de los frutos que en ella se dan,
escribi: el cucui, que su Penca es prxima (debe leerse pcima) activa, y el caldo que da es bueno para labar
(sic) y limpiar llagas y heridas ptridas, y del que se cuaja
ungento para sanarlas, noticia segn la cual puede
deducirse que Ferrer slo conoca el uso medicinal del
agave cocui no existiendo razones para creer que en esa
poca, quienes hacan uso de esa planta no le dieran, adems del medicinal, otros muchos usos ms: el de extraer
su fibra, como pan despus de hornearla, degustar los zumos de sus pencas. Para Ferrer la planta se llamaba cocuy.
En 1758 la gente de Pedregal (municipio Democracia del Estado Falcn) puso pleitos a ciertos vecinos
por la posesin de la tierra de El Jebe lo que fue contestado por dichos vecinos promoviendo testigos e interrogatorios.
La pregunta 10 fue: Si saben que en dicho sitio
del Jebe no tienen dichos Yndios del pueblo de Pedregal
su cotidiano alimento que llaman Cocuy, ni all sacan sus
dispopos, ni cocuizas para la fbrica de chinchorros para
pagar sus tributos (Gonzlez Batista, d., p.42).
Otra pregunta del interrogatorio fue:
Digan si es verdad que en dicho carro de Araj es donde tienen dichos indios sus aprovechamientos del cotidiano alimento que llaman cocuy y a dnde sacan sus
dispopos y cocuizas para la fbrica de sus chinchorros

58

y otros aprovechamientos con que anualmente pagan


sus demoras, sin que ninguna persona se lo impida
por ser realengo (Ibd., p.43).

Dice Gonzlez Batista que en este expediente


se dice que era all el cocuy tan abundante, que hasta los
mismos vecinos pobres, esto es, la poblacin no indgena, tambin concurra al carro de Araj para beneficiarlo
(Ibd., p.46).
No es propsito de estas notas polemizar acerca de algunas opiniones de Gonzlez Batista pero en necesidad de dejar lo ms claro que se pueda el tema del
cocuy y su ubicacin en la geografa larense-falconiana,
debe decirse que no es cierto, como lo cree este autor, a
quien debemos un conjunto de importantes datos documentales que han enriquecido este acercamiento al tema
del cocuy, no es cierto que los indios que habitaron originariamente Pedregal hayan sido de gentilicio ajagua ni
tampoco lo es que estos supuestos ajuaguas de ese sitio
Era la misma gente que a la llegada de los espaoles se
encontraba en pugna con los vecinos los gayones, quienes
tambin participaban intensamente en la cultura del cocuy (Gonzlez Batista, p. cit. p. 40).
Para desmentir este aserto bastara simplemente leer atentamente la Historia Indiana, de Federmann,
un testimonio primario e irrebatible sobre la verdadera
ubicacin de jirajaras, ayamanes, gayones y ajaguas en el
territorio Centroccidental del siglo XVI.

59

En este aspecto de su trabajo, adems, Gonzlez Batista habla de tres pueblos en esa zona: San Nicols
de Pedregal, San Jernimo de Autaquire y Pecaya. En este
ltimo topnimo encontramos el sufijo ya que originalmente debi ser ye, con el significado en lengua ayamn
de sitio, lugar; Autaquire, muestra el sufijo quire que en
ayamn significa color y, de Pedregal es conocido que sus
pobladores originales eran ayamanes, todo lo cual significara que en ninguno de esos poblados aparece la huella
ni de ajaguas ni de gayones y aunque el asunto dara para
muchsimo ms, por ahora queda hasta aqu.
Despus de este expediente litigioso de 1758
debe citarse a Joseph Luis Cisneros, una persona que, en
palabras de Enrique Bernardo Nez era
natural de Venezuela tratante en gneros de la compaa Guipuzcoana () procedentes del contrabando
que se haca activamente en todos los dominios espaoles(). Haba recorrido todo el pas durante 25
aos conociendo al detalle ciudades, villas y lugares
del Nuevo Reino, tanto como las de Venezuela.

Y es este hombre quien en 1764 publica, como


producto de sus veinticinco aos de exploracin comercial en Venezuela un libro que titul Descripcin exacta
de la Provincia de Benezuela (sic), impreso en Valencia
de Espaa en el cual habla de las potencialidades econmicas de Caracas, San Sebastin de los Reyes, San Luis
de Cura, Valencia, El Pao, Nirgua, San Carlos, San Jaime,

60

San Felipe, Barquisimeto, Tocuyo, Carora, Coro, Trujillo,


Guanare, San Fernando de Apure y Araure.
Llama la atencin de quien lee esta Descripcin
que aun cuando menciona la existencia en la jurisdiccin
de Barquisimeto de pueblos copiosos de Indios gayones (sic) de natural altivo (sic), y cada da se experimenten de ellos diferentes insultos, idolatras y malas costumbres, en nada menciona a estos gayones relacionados
con el uso del cocuy.
Hablando de Coro anota que en el mbito de
su jurisdiccin existan unos catorce pueblos de indios y
que sus campos son infructferos, poblados de rboles y
plantas espinosas pero para nada menciona que en
dichos campos infructferos alguno de los catorce pueblos que lo habitan tengan que ver, de alguna forma con
el agave cocui y es cuando describe la jurisdiccin de la
ciudad de Carora, a cuyos campos seala como bastante
ridos, poblados de tunas y cardones, indica que all se
fabrica una especie de pita y muchos chinchorros que
es una especie de Amaca (sic), pero es en el captulo introductorio titulado Frutos que produce la provincia de
Benezuela (sic), donde indica la existencia del cocui del
que se saca una Mistela muy medicinal, en la misma jurisdiccin de Carora. (Cisneros, 19, p. 41).
Aqu es necesario hacer dos observaciones: la
primera que Cisneros slo habla de una Mistela muy medicinal que se sacaba de la planta Cucui y, la segunda,
que cuando se refiere a Carora y dice que dicha mistela medicinal se sacaba en la misma Jurisdiccin, casi

61

con seguridad quiso decir que de dicha planta se sacaba


aquella mistela medicinal en la ciudad de Carora o que la
misma no fuera de all sino de alguna otra parte de su extensin geogrfica, (la misma jurisdiccin) que inclua
a Siquisique, Baragua, Moroturo y otros lugares, por lo
que no sera exacto hablar de que en la ciudad de Carora,
para este momento, o antes o despus del siglo XVIII,
el aprovechamiento del agave cocuy fuera una realidad
que, incluso ahora, no lo es.
Distinta es la percepcin que se tiene de la lectura de otro informe tomado por el Dr. Ambrosio Perera
del Museo Naval en Madrid, Archivo del Ministerio de
Marina, Seccin Virreinato de Santa Fe, Signatura MS566,
del 27 de agosto de 1785, publicado en su libro sobre
organizacin de pueblos antiguos de Venezuela, donde
hablando de los gayones de Bobare dice: su cotidiano
mantenimiento es una hierba mala que llaman cocuyo, la
que con el beneficio de hornearla deja de ser venenosa y
es comida dulce y de sustento.
En la corta cita se observa lo siguiente que debe
destacarse:
1. Que los gayones de Bobare de 1785, se mantenan cotidianamente con dicha planta, no espordicamente.
2. Que a la misma llamaban Cocuy, o cocuyo
segn el informe.
3. Que para comerla era preciso hornearla lo
que se haca, no para que dejara de ser venenosa, que no
lo es, sino porque con la coccin adquira sus mejores

62

condiciones para ingerirla, como as mismo sucede con


todas las plantas comestibles.
4. Que era comida dulce y de sustento, claro
est al procederse con su coccin a la brasa (Perera, 1964,
II, p. 215).
Este informe, como todos los que hasta aqu
se han citado, nada dice de que de esta planta llamada
Cocuy es cocuyo, se hiciera hasta entonces algn tipo de
licor fermentado y, menos an, destilado lo que en fecha
ya tan avanzada de la permanencia colonialista espaola
en estos territorios del agave cocui y la existencia, por
todo el pas de numerosos alambiques para la destilacin
de aguardientes de caa, obliga a pensar que, por alguna razn, no se obtena licor de ella, del agave, lo ms
seguro por impedirlo las autoridades, especialmente las
religiosas y, si los indios lo producan debi ser en forma
clandestina, oculta, sobre lo cual no se tiene informacin.
Esta es la misma relacin que, ms completa,
cita R. D. Silva Uzctegui, atribuyndole a D. Juan de Salas:
su cotidiano mantenimiento es una hierba mala
que llaman cocui la que con el beneficio de jornearlo
deja de ser venenosa y es comida dulce y de sustento aunque agregan algn conejo y frutillas silvestres,
cuando no matan de las cras de los espaoles (Silva
Uzctegui, 1981, p.116).

Aqu definitivamente aparece la cabeza del cocuy como pan para acompaar la ingesta de algn conejo o carnes quitadas a los espaoles.
63


VIII. Aparece el cocuy de agave
Ni con la larga relacin del hombre mexicano con el agave, ni con la atenta investigacin que historiadores y cientficos han desarrollado sobre dicha planta y el mezcal,
se ha podido determinar el comienzo de la destilacin,
afirma de manera inequvoca Cornelio I. Prez Ricrdez
en un artculo titulado Los mezcales y sus tradiciones:
complejidad, gastronoma, control social y gusto histrico, que no ha sido posible fecharse cundo se destil por
primera vez mezcal.
No se sabe cmo empez la destilacin de Mezcal;
basta decir que tcnica y materialmente ya era posible en la poca prehispnica, pues el conocimiento
del maguey, de su coccin y la fabricacin de ollas
son elementos bsicos para destilar. A fin de cuentas
la destilacin no es ms que el paso de un lquido al
estado gaseoso y su condensacin, como la del agua
destilada;

por supuesto que estas opiniones se refieren al


caso mexicano pues en relacin con la situacin venezolana, el asunto es todava menos fcil de resolver o aclarar, as que tampoco existe respuesta precisa acerca de
cundo habra empezado en Venezuela a producirse por
destilacin el Cocuy de Agave, pero con base en la documentacin existente y conocida, podra decirse, con un

64

alto grado de probabilidad cierta, que la elaboracin del


aguardiente del Agave cocui comenz, y su produccin y
consumo, se hizo general en la regin Centro-Occidental
del pas en la segunda mitad del siglo XVIII.
Efectivamente, hasta 1765 slo se habla del
agave como medicina y cotidiano mantenimiento pero
de 1768 son dos documentos, uno enviado desde Carora
al Capitn General D. Joseph Solano, el 20 de mayo por
quien dice ser su ms favorecido y reconocido criado Joseph Vicente de Tarbe, de cuyo captulo 8 puede entresacarse un muy interesante prrafo en el cual se expresa
que en los montes de esta jurisdiccin abunda el
Ispopo de que fabrican los naturales chinchorros,
con que pagan sus tributos, es mui fuerte, y compite con el camo, las pencas de ste, cocido en horno, dan una especie de conserva suave, y de mantenimiento, de que usan ordinariamente los Indios, y
los blancos no la desechan. Exprimidas estas pencas,
dan caldo, muy fino aguardiente, y muy medicinal. Su
fruta que usada es muy sana, sirve como pan, hcese
gustosa pira o ensalada y conserva de ella, esta fruta,
adobada se llama Xibe, y casi, es tan buena como la
alcaparra (Silva Uzctegui, 1981, p.171).

Advirtase que en el texto de Tarbe, no se dice


nada sobre destilacin porque textualmente se lee: Exprimidas estas pencas, dan caldo, muy fino aguardiente y muy
medicinal. Todava en el siglo XXI se exprimen las pencas
con propsitos medicinales. No se destila en ese caso.
65

El otro documento de este mismo ao, que


Gonzlez Batista cita en la pgina 48 de su libro y que fue
publicado en la compilacin de ngel de Altolaguirre y
Duvale, Relaciones geogrficas de Venezuela, 1767-1768,
es el informe del gobernador de Coro D. Pedro Felipe
de Llamas, del 12 de septiembre de 1768, del cual es el
siguiente fragmento:
tambin produce el terreno la cocuiza, la cual reducida a una pita ordinaria, se hacen de ella porcin
de chinchorros para el uso comn, y dormitorio de
los Indios y gente pobre, con cuya especie pagan los
Indios sus tributos, fuera de la mucha cocuisa (sic) que
se gasta y consume en toda la jurisdiccin, en los aperos de las vestias (sic) y otros servicios. Produce el terreno y Serrana de temperamento caliente, el Cocuy,
cuyas Macollas horneadas con la Industria bajo fuego
sirve para ayuda del sustento de los Indios y dems
gente pobre, como tambin se mantiene con la mata y
pencas de dicho cocuy, el ganado mayor, y de la misma especie se saca aguardiente, del que usa mucho la
gente del comn, y aunque es nocivo por lo clido, es
muy medicinal para la obstruccin de frialdades por
lo purgativo.

Se podra conjeturar con bastante grado de


certeza que, adems, de que el proceso de destilacin
del Agave cocui comenz en la segunda mitad del siglo
XVIII, porque a ello conducen, hasta ahora, las evidencias

66

documentales, podra decirse tambin que esta labor apareci en la zona rural por indios o gente pobre, ancestralmente consumidora del Agave cocui horneado, elaborado
por ellos haciendo uso de elementos propios de su cotidianidad cultural (lea, vasijas de barro, experiencia en
la fermentacin del maz, yuca, frutas, etc.) y, como nota
tambin demostrativa de esta realidad, ausencia total de
informacin escrita para una actividad que, encima de no
tener como protagonistas a sectores de la lite dominante,
seguramente era de carcter clandestino o, por lo menos,
sin mayor difusin fuera de las zonas de produccin del
cocuy de agave.
Ms de veinticinco pginas conforman esta Instruccin del Teniente de Justicia Mayor de Coro y en ella,
anotados minuciosamente los frutos que en la Jurisdiccin
de Coro se producan, apenas dedica a la noticia del cocuy
siete lneas, aunque es de destacar la ubicacin geogrfica,
el terreno de serrana de temperamento caliente de esta
planta productiva de aguardiente.
Estos dos documentos, elaborados de manera
independiente por el gobernador de Coro y su sbdito espaol en Carora, reflejan una realidad bastante completa
de la inmensa, cotidiana y gran utilidad que indios y pobres
derivaban del Agave cocui: alimento para el ganado, hilos
para chinchorros y otros tejidos, ensaladas, sopas o piras,
alcaparras, conservas, purgativos y otros medicamentos
para heridas o golpes, sustento cotidiano de indios y pobres para lo cual deba ser horneado, no asado como dicen
algunos autores, y un dato que la prctica histrica confirma: su hbitat en terrenos serranos y temperamento clido.
67

Pero lo ms significativo: por primera vez, en


un mismo ao, en dos lugares diferentes, por personas
distintas, se informa que del zumo de las pencas debidamente horneadas, se extraa un fino aguardiente del que
usaba mucho la gente del comn.
Los dems atributos que se le reconocen al cocuy en estos documentos, tambin aparecen en muchos
de los anteriores, pero que de dicha planta se obtenga
aguardiente, es en estos dos documentos de 1768 donde
por primera vez se registra. Seguramente, no fue ese ao
cuando se comenz a producir el cocuy de agave pero
para este ao su ingestin era general por parte de la
gente del comn: indios, pobres, negros. Es un dato
bastante revelador para fijar a partir de 1768 y hacia aos
inmediatamente anteriores, el comienzo de la fabricacin del cocuy de agave posiblemente ya destilado puesto que la existencia de alambiques para la fabricacin de
aguardiente de caa alcanzaba ya aproximadamente un
siglo en todo el pas y en territorio centro-occidental,
por supuesto.
Tal vez hasta sea posible aproximar ms la fecha de estos comienzos de destilacin del cocuy si se recuerda que en el documento de 1765, citado por Perera
y por Silva Uzctegui, todava se habla del uso del agave
cocui horneado como simple, comn y cotidiano comida
dulce y de sustento, pero la idea se sugiere slo como
indicio en la investigacin del tema.

68

Siguiendo en el tiempo, Gonzlez Batista (p.


cit. p.51) cita un documento de 1787 en el cual los indgenas del pueblo de Santa Ana de Coro, reclaman tierras
que le fueron arrebatadas, mencionando particularmente
un refugio de una montaa que llaman Cude [],
est dicha montaa al lado del puerto de Macama donde hacemos guardia; no nos pueden negar que cortemos el cocuy en tiempo de veranos de necesidad.
Y tambin los blancos no nos pueden negar esta advertencia. Ha de mandar V.A. que no nos nieguen que
cortemos Cocuy nosotros los Indios que como dicha
montaa est cerca de los hatos de los blancos a veces
niegan que [] cortemos Cocuy que ni a los hereges
se les puede negar la caridad (Registro Principal de
Caracas. Tierras de los Naturales del Pueblo de Santa
Ana de Coro, 1787).

Por la cita no se sabe si estos indios fabricaban


aguardiente de cocuy pero con seguridad su reclamo lo
hacan porque este agave, debidamente horneado, era,
para su pobreza, el alimento cotidiano que ingeran.
La abundancia de este maguey, no slo en Venezuela sino en las Islas Canarias fue documentada por
Alejandro de Humboldt quien en su monumental obra
Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente,
se refiere a ella en diferentes captulos.
Por ejemplo, en el volumen I, p. 132, dice que
en Canarias por donde quiera estn separadas las propiedades por setos formados de Agaves y Tunas, pero ya
69

en Venezuela, concretamente en la pennsula de Araya;


visitando las ruinas de un antiguo castillo espaol, las
describe aisladas en un monte pelado y rido, coronadas
de agaves(p. cit., p.442).
Desde Cuman le escribe el 10 de julio de 1799
a su hermano Guillermo ponderndole el milagro geogrfico americano:
Hasta este momento le dice discurrimos como enloquecidos: en los tres primeros das no hemos podido determinar nada, pues desechamos siempre un
objeto para apoderarnos de otro. Bompland asegura
que perder la cabeza si no cesan pronto las maravillas. Pero lo que es ms hermoso que esas maravillas
tomadas en particular, es la impresin que produce el
conjunto de esta naturaleza vegetal poderosa, exuberante, y sin embargo tan apacible, tan dcil, tan serena(Ibd., I, p.453).

Aun as, en medio de este deslumbramiento


ante la naturaleza vegetal poderosa que lo fascina, en
el momento preciso, comienza a indagar sobre el maguey
con quienes ms conocen sus propiedades:
Me han asegurado los indios escribi que los troncos de la Mauritia (el rbol de la vida tan ensalzado
por el P. Gumilla) no rinde abundante harina sino
cuando se derriba la palmera antes que cuajen las flores. As tambin el maguei (Agave americano o aloes

70

de nuestros jardines) cultivado en la Nueva Espaa, no


provee licor azucarado, o sea el vino (pulque) de los
mexicanos, sino en la poca en que la planta echa su
bohordo. Interrumpiendo su floracin, oblgase a la
naturaleza a que derive esa materia azucarada o amilcea que haba de acumularse en las flores del maguei
y en los frutos del moriche (Ibd., II, p.201).

Por toda la regin de oriente observa presencia


de este maguei y de una zona vecina a la Cueva del Gucharo escribe acerca de la vegetacin escasa que slo
se elevan ac y all en medio de las gramneas algn pie
de Maguey (Agave americana, cuyos bohordos floridos
llegan a ms de 26 pies de altura (d., p.125).
De lo que observ en la regin de Tacagua,
dej escrito lo siguiente:
Medimos en el mismo sitio Magueyes o Agaves cuyo
bohordo cargado de flores tena hasta 14 pies de elevacin. Por ms comn que hoy sea esta planta por
todas partes en el medioda de Europa, un hombre
que haya nacido en mi clima septentrional no se cansa
de admirar lo exuberante de la vegetacin y el rpido
desarrollo de una lilicea que contiene al propio tiempo una savia azucarada y jugos astringentes y custicos
empleados en la cura de lceras para cauterizar las
carnes(d., II, p.373).

71

Varios aspectos se destacan en esta anotacin


de Humboldt: uno: que para finales del siglo XVIII esta
planta se haba expandido por el sur europeo y era ya
bastante abundante; dos: que no obstante su enorme proliferacin en Europa, jams sera igual a su abundancia
en Venezuela, concretamente en la zona Centroccidental
del pas; y tres: su admiracin de que este agave no slo
posea una savia azucarada sino jugos astringentes y custicos para curar heridas.
Pero una ltima mencin de esta planta, la que
hace a su paso por el valle del ro Tuy, es la ms significativa de las que consign en su obra. Dice:
De las Lagunetas bajamos al valle del ro Tuy. Esta
cuesta occidental del grupo de montaas de Los Teques lleva el nombre de Las Cocuizas. Abundan en dos
plantas con hojas de Agave, el Maguei de Cocuiza y
el Maguei de Cocui. Este ltimo pertenece al gnero
Yucca acaubis, cuyo zumo fermentado y dulce da un
aguardiente por destilacin.

Esta informacin de Humboldt es muy importante. l vena de recorrer el oriente venezolano, an no


llegaba a Caracas pero ya saba que del zumo fermentado
y dulce de lo que denomin Agave Americana, se obtena
un aguardiente por destilacin. Y cabe entonces preguntarse: Para finales del siglo XVIII se fabricaba cocuy
de Agave en la regin oriental de Venezuela donde diversos autores y Humboldt mismo comprobaron la gran

72

abundancia de esta planta? y si as fue por qu luego ces


esta elaboracin del Cocuy en dicha regin?
Humboldt agrega esta noticia
He visto comer los renuevos de sus hojas: y las fibras de
las hojas sirven para cordeles de una resistencia extraordinaria. En el reloj de la catedral de Caracas una cuerda
de Maguei de 5 lneas de dimetro tena en suspensin
haca 15 aos un peso de 350 libras (d., II, p.63).

Esta ltima informacin es dudosa e incierta si


se refiere a que aquella cuerda de la catedral de Caracas
era de dispopo, pero veraz si se confeccion con cocuiza,
cuya mayor resistencia es reconocida.

73

IX. Taxonoma y taxnomos


Qu inmensamente complejo es el estudio del Agave cocui y del cocuy de Agave, puede verificarse solamente con
la presencia de su descripcin taxonmica existente, su
clasificacin en el universo vegetal, para lo que bastara
leerse la abrumadora introduccin que P. Font Quer firma
en el Diccionario de botnica publicado con la colaboracin de eminentes especialistas y su edicin por la editorial Labor S.A., en 1973, refirindose a las gigantescas
dificultades enfrentadas por los cientficos desde cuando
Fernndez de Oviedo, en el siglo XVI se declaraba impotente para describir las especies vegetales, la diversidad
florstica de las selvas intertropicales americanas, pasando por los estudios de Miguel Bernrdez y Maynar en
1767, Linneo en 1735, Antonio Polan y Verdera en 1778,
pioneros en el estudio cientfico del mundo vegetal.
En dos autores de diferentes pases encuentro
una observacin que adems de razonablemente cierta
resulta fcilmente comprobable al examinar los escasos
trabajos hechos en Venezuela sobre el agave en general y
sobre el Agave cocui en particular.
La primera que se puede citar es la del venezolano Santos Rodulfo Corts que en su trabajo escribe algo
que suscribimos totalmente:
Decepciona pensar que nuestros clsicos no atinaron
hacer una descripcin ajustada de la taxonoma botnica y prefirieron detenerse en detalles superficiales que
74

no satisfacen al rigor cientfico, sin contar que el ensayo


que practicaron, fuera de no aportar datos suficientes,
fue expuesto en una literatura pobre, carente de tcnica y de escaso valor.

Lo que fue escrito en 1961 y ms de medio siglo


despus sigue siendo una lamentable carencia de la que
nuestros centros de estudios universitarios e instituciones dedicadas a la investigacin cientfica deberan avergonzarse.
Pero esta actitud de indiferencia por el estudio de esta planta y sus potencialidades innumerables,
no es exclusividad de Venezuela. En el Per, la investigadora Oriana Pardo Briceo lamentaba que muchos
estudios taxonmicos [de esta planta] han sido realizados sobre ejemplares cultivados en jardines botnicos
europeos y sin negar que ellos representan destacados
valores de las ciencias botnicas probablemente nunca vieron un agave en su lugar de origen como lo seala
[Howard S.J.] Gentry, 1988, quien segn Pardo, seala los
nombres de cuatro sobresalientes estudiosos de la planta
que tanto nos interesa; en orden cronolgico ellos son:
Haworth, 1768-1833; Moench, 1794; Jacobi, hacia 18641867, y Berger, inicios del 1960. De estos se han obtenido
datos biogrficos de Sir Walter Howorth (1883-1950) qumico britnico que estableci la constitucin de la vitamina C y realiz su sntesis en 1933, recibiendo el Premio
Nobel en 1927 por sus trabajos sobre el azcar.

75

Pero adems de lo sealado, las conclusiones


de quienes se han ocupado, sin inters especial a describir el agave, existen diferencias bastante apreciables que,
al examinarse en su conjunto, en lugar de ofrecer un conocimiento exacto del mismo, ms bien causan no poca
confusin acerca del asunto. Con toda razn, Santos Rodulfo Corts, haca la siguiente observacin:
Hay disparidad de criterios en cuanto la nomenclatura
del cocuy. Los naturalistas ms antiguos se acogieron
a las clasificaciones mexicanas de plantas parecidas,
sin detenerse a pensar con toda deliberacin que
tenan que existir algunas diferencias del cocuy con
aquellas especies similares. En tal equvoco cay infortunadamente don Arstides Rojas al considerar que
corresponda al agave americano, y que perteneca a
la familia de las amarilidceas y que sin duda era el
mismo metl o maguey del cual extraan los mexicanos
la bebida pulque u octli

Para que el lector se forme un criterio propio,


en lo adelante se citarn las ms importantes informaciones trasmitidas por varios autores venezolanos en diferentes pocas.
Agustn Codazzi, por ejemplo, escribi:
el maguey cocuy (maguesis) cuyo vstago o pitreo
cargado de flores se eleva ms de diez varas. De estas
plantas extraen en la provincia de Coro un licor espirituoso de muchas aplicaciones medicinales importantes,
76

ms fuerte y acaso tambin ms agradable que el aguardiente comn de caa, y del cual hacen los habitantes de
aquella provincia gran comercio(Codazzi, 1960, p.97).

No es exactamente una descripcin del agave


esta informacin de Codazzi que adems consigna la falsa idea de que nicamente en la provincia de Coro se
extraa de ella un licor espirituoso pero la nota es el
vivo ejemplo de lo que se ha afirmado acerca del escaso
aporte de datos que den a conocer bien las caractersticas
intrnsecas del agave cocui.
Un poco ms extenso en su informacin sobre
el agave cocui fue, en 1883, Telasco A. Mac Pherson quien
en su Diccionario del estado Lara, dedicado, claro est,
no al cocuy, sino a muchos otros temas de este estado,
dijo lo siguiente:
Cocuy. He aqu una de las plantas que constituyen una
verdadera fuente de riqueza en el Estado Lara. Todo el
territorio del distrito Urdaneta, parte del de Torres, el
municipio Bobare del distrito Barquisimeto, el de Qubor del mismo distrito y otros puntos del Estado, estn
cubiertos de esta rica planta silvestre. El aguardiente
de Cocuy es el primero de los licores que se produce en Amrica: de las hojas del rbol Cocuy sacan el
dispopo, hilo de que se tejen finsimos chinchorros;
las flores encurtidas son un famoso condimento y sus
races asadas una agradable cuchera. Galdo en su Museo pintoresco de Historia Natural, Tomo VIII, dice,

77

hablando del cocuy: Agave, tiene una corola erguida,


tubulosa o embudada, filamentos ms largos que la
corola, y fruto en capa triangular y poliesperma. Sus
especies ms notables son: Agave americano, Abecedario: planta perenne de Amrica que tiene hojas
abundantes, muy carnosas y tallo desnudo, dividido
en candelabro, de los cuales cada rama termina en
una cabezuela de flores amarillas. Las hojas machacadas son un buen alimento para las bestias, el jugo
sirve como el jabn para lavar las ropas y de las hojas
se hace una hilaza que sirve para cuerdas, redes de
pescar, tapices, lienzos, papel, etc., Agave cubencio
Tacg, Agave de cuba, palo de mecha: planta de Amrica cuyas races suelen servir para falsificar la zarzaparrilla, el tallo est lleno de una sustancia esponjosa,
que sirve de yesca a los fumadores, y sirve tambin
para tapones; Agave vivpera, Linneo: rbol de Amrica meridional cuyo jugo entra en el acbar caballuno
en Santo Domingo; en el Brasil se hacen muchas cuerdas y tejidos con sus fibras; Agave virginica: planta perenne de Virginia, cuyo jugo fermentado, sirve de vino
para los pobres: de esta planta se extrae el renombrado Pulque, el magnfico Recuelo, etc. Se puede calcular en 30.000 litros de aguardiente el producto de esta
planta en el Estado Lara, cuyo valor aproximado es de
30.000 bolvares (Mac Pherson, 1883).

Esta informacin de Mac-Pherson resulta inusitadamente aceptable sobre todo por recoger la descripcin

78

de otro cientfico extranjero a quien menciona solo por su


apellido Galdo y el ttulo de la obra consultada, una descripcin bastante informativa, aunque sea incierto, el de
ser planta perenne, da a conocer varias especies ms de
agaves y nada diga del cocuy. Un dato adicional que debe
destacarse de esta nota de Mac Pherson es la cantidad de
aguardiente de cocuy que se produca en 1883 en el estado
Lara y su valor en bolvares.
Otro clebre escritor y cientfico venezolano,
don Lisandro Alvarado, sin dedicarse especialmente a su
estudio, produjo varias anotaciones sobre el cocuy en dos
de sus obras:
1. Cocui. Agave sp.pl. Amarilidceas. Planta vivaz, de
tallo corto y semileoso, hojas radicales y luego caulinares, rectas, sentadas, lanceoladas; bohordo central
derecho, alto de 15 a 20 pies, en cuya cima est la inflorescencia apanojada a modo de un gran tirso. Crece
en los cerros ridos y pedregosos del Estado Lara. La
A. humboldtiana y la A. lurida son especies principales del pas (Alvarado, 1984, I, p127).

2. En esta misma obra al incluir en su glosario


la palabra maguey, escribe: Bohordo del cocuy y la cocuiza. El de esta ltima suele utilizarse en listones para
escaleras de mano, y la mdula en asentadores de navajas
de afeitar. Primitivamente se dio este nombre al cocui, y
en este sentido lo usa Cauln (p. cit., I, 6) y Oviedo (III,
300). As escribe Codazzi maguei cocuiza y maguei cocui

79

(p. 96) para diferenciar una y otra planta. En todas estas


formas no tiene ya uso la voz en Venezuela. MAGUEI es
voz tana usada en Mxico; pero all creo suele tener otra
acepcin que la antigua. Melt (dice Gomara) es un rbol
que unos llaman maguey y otros cardn (Mex, II, 270).
Como si dixsemos amn, ponen pintada una como
fuente y luego un maguey que en su lengua frisaba como
amn; porque llaman amelt (Casas, Apolg., cap.235).
El rbol de las maravillas es el maguey, de que los
nuevos o chapetones (como en las Indias los llaman) suelen escribir milagros, de que da agua,
vino, aceite, vinagre, miel, arrope, hilo, aguja y otras
cien cosas. l es un rbol que en la Nueva Espaa
estiman mucho los Indios, y de ordinario tienen en
su habitacin algn o algunos de este gnero para
ayuda a sus vidas; y en los campos se da y la cultivan (Acosta, IV, 23; Alvarado, p. cit., p249).
Como puede verse, lo que principalmente hace
don Lisandro en la cita que antecede es resear los varios usos que se obtienen del agave y del cocuy de agave
donde, por cierto, con una lectura atenta de lo que dej
escrito Jos de Acosta sobre esta planta se infiere no que
l la califica de milagrosa por la mucha utilidad que de
ella se deriva, sino que as lo escriban los nuevos o chapetones (como en las Indias los llaman) pues ese era
el calificativo que se daba a los espaoles recin llegados
a Amrica quienes, por tanto, sin conocerla bien, no escatimaban inventar fantasas sobre las tierras que visitaban.
80

3. Hay una tercera informacin de don Lisandro contenida en otro de sus libros, es la siguiente:
Del rizoma de cocui (Agave americana) extraan un
vino antiguamente en Barquisimeto. El cogollo de la
planta, cuando llega a cierta forma que llaman los
prcticos rabo de cachicamo, indica la madurez conveniente de ella. Entonces arrancan los rizomas despojndolos de las hojas y sanlos en fosas circulares
de unos 84 cm. de profundidad y un dimetro 3 a 4
veces mayor. En el fondo ponen piedras sobre lea
de cardn (Cereus, sp.) y quemada sta, hacen arden
encima ms lea. Colocan entonces en la cavidad las
cabezas o rizomas y tpanlas con bagazos de caa de
azcar y cascajo. All la mantienen por espacio de 5 a 8
das, hasta que cran lana, es decir, hasta cubrirse de
un moho u hongo que prepara para la fermentacin.
Psanse y planse las races asadas en estanques cuadrangulares hechos en el suelo, y meten la pasta en
sacos de malla ancha o redes (chivas) para exprimirla,
despus en una prensa de mano. El lquido fermenta a los tres das. Los pies de la planta destinados a
la reproduccin se dejan florecer hasta que caen los
botones al suelo, donde echan races y forman nuevas
plantas.
Los gayones saban al parecer usar la raz para comerla; pero la fabricacin del alcohol por destilacin de
zumo fermentado (aguardiente de cocuy) y con mayor razn la destilacin sucesiva (recuelo) debe ser

81

invencin de los colonizadores, a imitacin del mezcal


mexicano (Alvarado, 1984, I, p133).

Vase que este otro texto de don Lisandro sobre la planta cocuy, se dedica particularmente al mtodo
de elaboracin de la bebida, a la que incorrectamente denomina vino, agregando finalmente, su creencia de que
los gayones fueron quienes se alimentaban con esta raz
debidamente asada, agregando un conjunto de interesantes datos que no traen otros autores.
Santos Rodulfo Corts opone ciertas observaciones a estas afirmaciones de don Lisandro cuando escribe:
Desconocemos las razones para que este autor creyera
firmemente que fue invencin de los espaoles colonizadores no slo la fabricacin del aguardiente de
cocuy por fermentacin del zumo de lo que l llama
su rizoma, sino tambin del recuelo (destilacin sucesiva del cocuy) lo cual sugiere don Lisandro Alvarado habra sido posible por imitacin a los mexicanos
en la elaboracin del mezcal. No habran sido, pues,
los gayones, ni grupo de indio alguno de la zona larense quienes conocieran semejantes procedimientos
de fermentacin (Corts, p. cit.).

En cuanto a la informacin de haber sido los


gayones, aunque Alvarado no lo afirma as, quienes saban
al parecer asar el rizoma de cocuy, no debe concluirse

82

que haya sido esta nacin la principal cultivadora del cocuy en la zona de Lara y de Falcn donde abunda esta
planta. Ellos, seguramente, adquirieron el uso de la planta
de los ayamanes, sus principales beneficiarios.
Pero el uso del cocuy asado como mantenimiento se dio en una extensin geogrfica mayor como
puede derivarse del que los indios de Araya, costas de
Cuman, Tacagua y Los Teques hacan segn el testimonio de Humboldt.
Un mayor acercamiento a una descripcin cientfica tanto del cocuy como del agave, procur hacer Henry Pittier, basado en los estudios de William Trelease:
Cocui: Agave cocui Trelease. Mem. Nat. Acad. Sc.11:19.
1913. Sinnimos: cocui, cocuiza, dispopo.
Planta de hojas anchas, carnosas y cortas, con flores
amarillas formando un racimo erecto en la cspide de
un asta larga. Crece en acantilados, en sabanas ridas
de tierra caliente. De la raz se prepara un licor fermentado llamado tambin cocui; machacadas las pencas, se aplican con buen xito a tumores, provocando
su supuracin y reduccin. Se confunde a menudo el
cocui y la cocuiza y hasta parece que desde tiempos de
la Colonia se han trocado los nombres (Pittier, 1978).

Pocos elementos, sin embargo, introduce Pittier acerca de la taxonoma de esta planta y en su texto, deja a esta a un lado para referirse a su preparacin
como licor fermentado de carcter medicinal, silenciando

83

que tambin, desde haca muchos aos, de esta planta se


obtena un licor destilado de mucho uso en Venezuela y
regiones del exterior, pero lo ms curioso es que Pittier,
quien reconoce al final del texto que cocui y cocuiza no
son lo mismo, al principio da al trmino cocuiza como
sinnimo de cocui, que no lo es.
Otra de las entradas de su catlogo de plantas
usuales de Venezuela, la dedica Pittier al Maguei de cocui,
del cual anota:
Yucca acaulis, H.B.K. Nov. Gen. 81 Sp. 1289. 1815.
Especie de maguey indgena, las hojas con espinas
marginales bfidas y las astas esbeltas y largas. Sealada como abundante en los alrededores de Caracas y
Cuman por Humboldt y Bonplad, pero aparentemente ignorada por los botnicos posteriores. Es posible
que sea la misma planta descrita por Trelease bajo
el nombre de Agave Cocui y conocida hoy del vulgo
como cocui (Pittier, p. 298).

Ciertamente que Humboldt informa de la abundancia de un agave que llam Americana y que dice haber
visto comer a los indios orientales, pero que Pittier no
supiera, tantos aos despus, que esta planta abundaba
ms aun en el centrooccidente de Venezuela y que, adems, slo crea en la mera posibilidad de que dicho agave
era el descrito por Trelease en 1913, no parece ser una
conclusin aceptable viniendo de un cientfico cuya fama
pondera toda Amrica.
84

En la edicin de 1945 del Diccionario abreviado Espasa-Calpe, se dice del agave lo siguiente:
(Del griego gavr, admirable) f. Bot. gnero de la familia de las amarilidceas, tribu de las agaveas; plantas
monocrpicas de duracin indefinida, con hojas grandes, todas radicales, dispuestas en roseta, carnosas,
dentado-espinosas o delgadas, enteras, a veces ciliadas, flores en spalos y ptalos soldados, constituyendo un tubo embudado, persistente, con seis lbulos
casi iguales; estas flores son ricas en miel y muy olorosas, y estn dispuestas en panculas multifloras sobre
un escapo alto y erecto; fruto en cpsula trilocular.
Comprende este gnero unas 50 especies originarias
de Mxico, 5 de Estados Unidos y toda la Amrica del
Sur. Muchas especies dan fibras textiles, que tienen
varios nombres en el comercio: pita, tampico, ixtle,
maguey, henequn y sisal. Este ltimo lleva el nombre
de Agave sisalana, del que se fabrica un hilo excelente
que puede rivalizar con el de Manila. Se planta ahora
tambin en frica (Tunisia) y en las islas Hawi. De la
pulpa se prepara, mediante la fermentacin, un jugo
alcohlico, que se usa como bebida entre los mexicanos y se llama pulque, o mescal (sic) segn la regin.

Esta descripcin, bastante completa, parece sin


embargo fundir dos especies de agave en una sola: la que
produce fibras (henequn, sisal) y la que produce licor.
A partir de Pittier, quien populariz la denominacin de

85

Agave cocui Trelease, esta es la que comnmente se usa


en Venezuela para distinguir el agave del que se extrae, al
norte del estado Lara y sur de Falcn, principalmente, la
bebida conocida como cocuy que, en general, mencionan
los autores arriba sealados.
A propsito de William Trelease (1857-1945) y
el Agave cocui, en 1913, este estadounidense nacido en
Mont Vermont, N.Y., el 22 de febrero y fallecido en Urbana, Illinois, el 1 de enero, public en la Revista de la
Academia de Ciencias, volumen XI, un extenso trabajo
titulado Agave in West Indians, en el cual ofrece una
relacin de los numerosos agaves a los cuales estudi por
s o por informacin de muchos otros botnicos. La lista
es como sigue:
1.- Viviparae.
Vivipara, vicina, COCUY, petiolata, evadens, boldingniana;
2.- Caribaeae
Karatto, Van Grolae, mevidis, montserratensis, medioxinea, grenadine, Scheurmaniana, obducta, TranKeera,
Dussiane, caribacicola, Eggersiana, barbadensis, unguiculata, ventum-versa;
3.- Antillanae
Antillarum, intermixta, sobolfera, Morrissi, Harrissi,
acicularis, grisea cienfuegosana, grisea obessifrina, shaferi, Legrelliana, Legrelliana breviflora, longipes, anmala, Underwoodii, missionum, portoricendis

86

4.- Bahanamae
Braceana, bahamone, Millspaughii, cacogela, aklincola, indagatorum;
5.- Antillanes
Wildingui, albesceus, papyrocarpa, Briltoniane, Brittoniane brachypus, tubulata;
6.- Inaguenses
Nashii, inaguensis.
7.- Sisalanae
Angustifolia, furcroydes, sisalana, sisalona armata.
El presente catlogo no es la totalidad de agaves existentes sino los que habitan diversos espacios del
norte de Suramrica a los que Trelease se dedic a investigar aunque, debido a que falleci antes de concluir
la descripcin completa de todos ellos, un alumno suyo,
Truman G. Yunalcar, la concluy.
Se da a conocer la lista de Trelease porque, adems de haber sido quien hizo la ms aceptada descripcin
del Agave cocui, que incluye entre las Viviparae, conviene
conocer que esta variedad de agave, propia de Venezuela,
aunque guarda semejanzas botnicas con otros muchos
agaves, es posiblemente la nica de la cual se puede extraer el aguardiente conocido como cocuy.
El trabajo de Trelease agrega varios mapas de
las regiones donde se ubican estas especies de agaves al
norte de Suramrica y varios dibujos de Agave cocui, entre ellos uno que anota como la primera ilustracin conocida de dicha planta.

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El texto completo, en ingls, de la descripcin


hecha por William Trelease en el trabajo citado del Agave cocui, apellido que le sirve hasta ahora de identidad
para diferenciarlo de otras especies del mismo gnero,
es el siguiente:
Essentially acauleseen, suekering. Leaves transiently, soon green and glossy, broadly lanceolate, rather
quickly acute or subdeuminate, deeply and sometimes, fortuously eoncave, plicate, 30 by 110 cm.; spine redbrown, smoth, triquetrously cenical, shallowly
grooved below the middle and involute below, 3-4 by
15 -25 (or even 5 by 30) mm., deeurrent and dorsally
introduced into the green tissue; priekles red- chestnut,
usually 10- 20 mm, apart 3-4 mm. long mostly upeurved above and reeurved below, acuminately triangular or from lunate bases on green or at laught hardening prominences, the intervening margen eoneave.
Infloreseenee 9m hight, the upper half marrowly obbling -panieculate with nearly horizontal branehes;
bracts narrowly triangular, not imbriated, at length
recurved; pedicels about 5mm long. Flowers yellow,
50- 60 mm. long; ovary 25- 30mm. long, about equaling the perianth rather oblong; tube openly eonical
5- 6 mm deep; segments 5- 6 by about 20 mm, shorter
than the ovary; filaments inserted a little below the
throat, 40-50 mm long, about twice as long as the segments. Capsules oblong, 20-25 by 40-50 mm, little stipitat or beaked; seeds 5-6 by 7-9 mm Freely bulbiferous.

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El arquitecto Alcides Cordero hizo la siguiente


traduccin de la descripcin hecha por William Trelease
en el trabajo citado del Agave cocui:
Esencialmente sin tallo, o de tallo corto que parece
inexistente. Hojas transitoriamente verde claro y brillante, ampliamente lanceoladas, algo rpidamente
agudas o solapadas, profundamente y algunas veces
sinuosamente cncavas, plegadas, de 30 cm por 110
cm, espinas rojas y marrn, alisadas, triangularmente
cnicas, superficialmente estriadas o acanaladas por
debajo de la mitad y en forma de volutas por debajo,
3-4 por 15-25 (o hasta 5 por 30) mm, enrolladas y dorsalmente implantadas dentro del tejido verde; picante
y punzante al contacto, rojo-castao, usualmente entre 10-20 mm, algo separadas y de 3-4 mm de largo.
Mayormente cncava y descubierta arriba y convexa
abajo, hacindose angosta y triangular hasta terminar
triangular y puntiaguda, o desde bases semilunares
verdes o a un alargamiento prominente y endurecido,
sobre un tejido suave, vascular cncavo. Inflorescencias 9 m altura, la mitad superior angosta reducida,
oblonga, paniculada, con ramas horizontales muy
juntas; hojas modificadas situadas al pie de la flor de
formas angostas y trianguladas y de largo recorrido;
pedculos alrededor de 5 mm de largo. Flores amarillas, 50-60 mm de largo; ovarios 25-30 mm largo, casi
igualando el periantio, algo oblongo; un tubo abiertamente cnico de 5-6 mm de profundidad; segmentos

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5-6 por casi 20 mm ms cortos que el ovario; filamentos insertados un poco debajo de la garganta,40-45
mm de largo; casi aproximadamente dos veces tan
largo como los segmentos. Cpsulas oblongas 20-25
por 40-50 mm, poco alargado o picudo; semillas 5-6
por 7-9 mm libremente bulbiferadas.

Ms modernamente Pardo Briceo con apoyo en varios especialistas (Cerrate, 1988; Gentry, 1998;
Brack, 1999; Irish e Irish, 2000) propone la siguiente y
muy completa descripcin de A. americana:
Es una hierba perenne, con hojas suculentas, que alcanzan hasta cuatro metros de dimetro y dos de alto,
con un tallo corto de donde nacen a modo de roseta,
hojas ssiles, lanceoladas que pueden alcanzar dos
metros, gruesas y suculentas, de hasta 25 cm de ancho
en la base, angustindose al extremo, planas, acanaladas, de color verde o gris plido hasta fuerte, cubiertas
de una cutcula lisa o levemente spera, dentadas en el
borde con espinas rectas, sinuosas o ligeramente curvadas, largas ms de un cm. Las hojas terminan en un
descollante aguijn apical, de color caf oscuro o grisceo, que puede alcanzar hasta 5 cm de largo. Entre
los 7 y los 10 aos, la planta emite desde el centro de
la roseta una espectacular inflorescencia de hasta 10
m de altura, recta, gruesa hasta 40 cm que termina en
una enorme pancula con 15 a 35 umbelas ascendentes que crecen lateralmente desde el eje central y en

90

las que brotan flores pediceladas, alargadas de hasta


9 cm de color blanco amarillento sobre un ovario verdoso. El fruto es una cpsula oblonga de 4 a 5 cm que
contiene numerosas semillas alargadas de 6 por 8 mm

La floracin del maguey es la culminacin de


un proceso de crecimiento y acumulacin de rosetn
foliar, luego del cual la planta, completamente agotada
perece, dejando una gran cantidad de hijuelos que retoan libremente para proseguir el ciclo de reproduccin asexuada.
Debe agregarse que tambin de la semilla es
posible la reproduccin de la planta.

91

X. Leyes republicanas sobre aguardientes


Una ley del 4 de octubre de 1821 del Congreso de Colombia, firmada para su ejecucin por Francisco de Paula Santander, dispuso, o, mantuvo la destilacin de los
aguardientes y su trfico como actividades libres pero,
claro est, con sujecin a una serie de normas establecidas en ellas:
1. Registrarse para destilar aguardiente quienes
as lo desearan hacer o practicasen con anterioridad.
2. Solicitar una autorizacin de los jueces polticos de los cantones donde se instalara la empresa destiladora.
3. Presentar ante el juez documentos de domicilio, arraigo, honradez, cavidad del alambique o vasija de
la destilacin con el fin de hacer el arqueo, y examinar
cuntas cantaras puede destilar en una sola operacin.
Para informacin del lector debe saberse que la
cntara era una medida de capacidad equivalente a algo
ms de 16 litros lo que, sin embargo, era variable.
4. Por cada cntara de licor destilado en una
operacin se pagaban 2,50 pesos mensuales de impuestos.
5. Nadie poda destilar aguardientes sin la debida autorizacin y de hacerlo perdera los utensilios
de destilacin ms una multa equivalente al valor de
dichos tiles.

92

6. Quienes adquirieran legalmente las patentes que los autorizaban a destilar aguardientes pero no
cancelaban los impuestos establecidos eran penados con
el embargo de sus utensilios y hasta podan recibir igual
trato respecto de otros bienes.
7. Las patentes para poder destilar libremente
aguardientes eran vlidas por un ao a cuyo trmino deban renovarse.
8. Por la patente de un alambique o vasija
dice la Ley, que en una sola operacin pueda destilar
una cntara de licor o menos, se pagarn dos pesos; cuatro por la de otro que destile dos; y en proporcin de los
mayores (Art. 16).
9. Para vender aguardiente por menor los destiladores necesitaban obtener otra patente sin la cual no
podan expender el producto bajo pena de 10 pesos. Esta
patente deba expresar el negocio: tienda, venta, posada o
mesn; renovarse cada dos aos pagando, cada expendio
dos pesos mensuales.
10. Los jueces polticos dice el art. 26 visitarn una o dos veces al ao los alambiques, y si se
reconociere que ocasionan dao a la salud pblica por
no estar con la limpieza necesaria, privarn a sus dueos
de la licencia para destilar en adelante y los recogern la
patente (Cuerpo de leyes de Colombia. Caracas, U.C.V.,
1961, p.85).
Esta destilacin y venta libre, pero condicionada de aguardientes en Venezuela, tuvo lugar en el rgimen colonial aunque, como ya se dijo, hubo un pero-

93

do que, como proteccin a la importacin y circulacin


fue prohibida por mandato y normas de buen gobierno,
como eran llamadas, dictadas por los Capitanes Generales de la provincia.
En 1823, por ley del 5 de julio se prohibi la
introduccin en Venezuela de aguardientes de caa y se
acordaron impuestos o derechos sobre la de los dems licores destilados con el propsito de fomentar
esta fuente de la riqueza pblica y privada y animar la
industria y las empresas lucrativas del labrador y en tal
sentido el Congreso de Colombia decret:
1. Prohibir la introduccin de aguardientes extranjeros de caa y sus compuestos permitiendo, sin embargo, la de todos los dems.
2. Los aguardientes de introduccin permitida
al pas pagaran 35% sobre su valor viniendo de Europa,
USA y pases independientes de Amrica del Sur si se
transportaban en buques venezolanos pero, 45% sobre su
valor, si venan en buques extranjeros.
3. Cuando estos licores extranjeros de importacin permitida no fueran naturales de los pases de
donde se trajeran pagaran 45% sobre su valor si vinieran
en buques venezolanos y 60% si fueran importados en
buques extranjeros.
4. Estas medidas arancelarias para licores de
importacin permitida podan modificarse mediante tratos especiales entre Venezuela y otros pases.
La ley fue mandada a ejecutar por Francisco de
Paula Santander, firmndola en Bogot.

94

Una tercera ley se expendi por el Congreso


de Colombia el 30 de julio de 1824. Se llam Sobre destilacin y venta de aguardientes reformando la de 4 de
octubre del ao 11 (o sea la de 1821), en la cual se consideraba tan
ventajoso al inters individual como al ingreso del
tesoro nacional, el cumplimiento de lo dispuesto sobre la destilacin de aguardientes de caa, granos y
otros frutos sustituido al sistema de estanco que existi bajo el rgimen espaol y habiendo manifestado
utilidades a las particulares que emprendan este ramo
de industria, y tambin a las rentas del estado, encargando la exaccin del impuesto a recaudadores expresamente destinados al efecto;

en razn de tales consideraciones se dispuso:


1. A la libre destilacin del aguardiente de caa
se agreg la melaza, granos y cualesquiera otro fruto.
2. El impuesto de destilacin por una vez, contemplado en leyes anteriores, se mantuvo: medio peso
por media cntara, aclarndose ahora que una cntara
equivala al peso de 25 libras.
3. Tambin se aclar que el impuesto de un
peso mensual por cntara no exima al destilador de producir, en el mes, ms de una cntara.
4. Por esta nueva ley se nombran colectores
para recaudar el impuesto establecido y se le asigna la
funcin de conceder las patentes de destilacin y venta

95

por menor as como velar para evitar fraudes o infracciones de la ley.


5. Las patentes para destilacin de aguardientes
duraban dos aos.
6. Los comerciantes de aguardientes deban
solicitar, obtener y portar guas que autorizaran su comercio.
7. Los castigos establecidos en la ley para los delitos cometidos en esta actividad se imponan por una primera, una segunda y hasta una tercera vez e iban desde
perder los alambiques y utensilios hasta sufrir, adems,
varios tipos de multas.
8. Para la venta al detal de aguardiente se necesitaba una licencia especial con una duracin de dos
aos.
9. El impuesto por venta al menudeo, se estableci entre un mnimo de 4 reales mensuales hasta un
mximo de 4 pesos.
Sobrevino en 1830 el fraccionamiento de la
gran Repblica de
Colombia y el 24 de septiembre de ese ao, el
general Jos Antonio Pez firm el Ejectese de la Constitucin de la Repblica de Venezuela, independiente de
Espaa y de la Colombia creada por el Libertador Simn
Bolvar.
El Congreso que aprob esta constitucin venezolana y los que luego siguieron, tuvieron como trabajo
legislativo de gran envergadura dotar a la nueva repblica
de un conjunto de leyes que ordenaran la vida de sus habitantes, de sus territorios y de sus Gobiernos.
96

Slo fue siete aos despus, el 13 de mayo de


1837, cuando el poder legislativo nacional sancion un
nuevo instrumento legal no propiamente en relacin con
la destilacin y venta de aguardientes sino ms bien procurando crear una fuente de ingresos impositivos que
redundaran en beneficio y aumento del tesoro nacional
sin mencionar para nada la existencia de las leyes colombianas de 1821, 1823 y 1824 y, como si antes de ella no
hubiera existido ninguna otra ley, carece en su articulado
de la derogacin pertinente.
Su nico considerando dice:
Que en las circunstancias de escasez en que se
halla el tesoro pblico, es un deber de la Legislatura crear
fondos para atender a sus urgencias texto con el que
podra inferirse que la destilacin y venta de aguardientes
y sus compuestos no formaban parte de los ramos impositivos de la nacin, aunque, como se ver al tratar de las
resoluciones y ordenanzas provinciales de Barquisimeto,
desde 1832 si era un producto por cuya fabricacin y venta no slo deban pagarse impuestos sino que para establecer empresas destiladoras, o alambiques, era necesario
la obtencin de patentes y pago de tarifas por cantidades
de licor producido.
Esta ley establece un impuesto sobre las destilaciones de aguardientes y sus compuestos (Art.10)
de ocho reales por ao sobre cada galn de cuatro y
media botellas que mida el alambique, sea de cobre, de
barro o cualquiera otra materia pero aquellos alambiques con produccin menor de quince galones, pagaran
siempre quince pesos anuales (Art.2).
97

Como el propsito declarado de esta Ley era


el de incrementar el tesoro pblico, en el artculo 3 se
dispuso que los impuestos se recaudaran por trimestres
anticipados, hganse o no las operaciones de destilacin
mientras el destilador no avise al empleado que ha cesado
de ejercer esta industria.
El resto de los artculos, hasta los 12 que la
conforman instruyen la manera de hacer la recaudacin,
quines deban hacerla, el permiso para destilar, duracin
de esta patente y las penas por fraudes que se cometieran.
La existencia de alambiques en toda la nacin
y la carencia de informacin y control sobre ellos, se evidencia en el Art. 5. Dice:
Las juntas consultivas de provincia; y los concejos
municipales de cartones donde los haya, formarn
catastros de los alambiques que existan en sus territorios especificando en ellos los dueos, capacidad de
los alambiques, y el lugar donde estn establecidos; y
por medio de sus presidentes pasarn en los primeros das de julio de cada ao copias autorizadas de los
expresados catastros, a los empleados de su respectivo lugar, al tribunal de cuentas, y a la secretara de
hacienda, para garantizar y comprobar la recaudacin
del impuesto.

El ltimo artculo de esta Ley, el 12, estableci


que el impuesto sobre aguardientes comenzara a cobrarse desde el 1 de julio de 1837 y que desde la misma

98

fecha cesar de cobrarse cualquiera contribucin que sobre destilaciones de aguardientes se haya establecido por
las diputaciones provinciales.
Esta ltima disposicin nacional puede que
haya tenido efecto por su aplicacin en otras provincias
venezolanas pero, como se ver, en la de Barquisimeto,
su diputacin continu sancionando leyes, resoluciones
u ordenanzas, por lo menos hasta el 12 de diciembre de
1853 fecha en la cual, en su ordenanza de impuestos municipales, en el captulo 26 de la misma, fij el impuesto
que cada industria destiladora deba cancelar.
Las primeras disposiciones relacionadas con
destilacin y venta de aguardiente de caa y cocuy, se
encuentran contenidas en una Resolucin de Impuestos
Municipales, sancionada por la Diputacin Provincial de
Barquisimeto el 22 de noviembre de 1832. En esta Resolucin los artculos 6, 9, 11 y 12 fijaban el impuesto que
bodegueros y pulperos deban cancelar por expender
aguardiente de caa y el artculo 43 el que deban pagar
los destiladores de este tipo de licor.
El artculo 44 dispona lo siguiente:
Los destiladores de aguardiente de cocuy si
destilaren por da desde una botella hasta una botija pagarn 6 pesos por cada botija.
nico. Todos los patentados pueden venderlo por mayor o menor libremente en cualquier lugar de
la Provincia, sin que se entienda con ello la contribucin
impuesta en el artculo 11 de esta resolucin, por ser suficiente la manifestacin de su patente.

99

Este artculo 11 se refera a la venta por menor


de aguardiente de caa en algunos lugares de la Provincia
donde la tarifa impositiva variaba, pero no mencionaron
al cocuy.
La disposicin impositiva por destilacin de cocuy vari ligeramente en una nueva resolucin de fecha
21 de noviembre de 1833, en cuyo artculo 55, se dice:
Los destiladores de aguardiente de cocui, si
destilaran por da una botella hasta una botija, pagaran 6
pesos al ao, y progresivamente 6 pesos por cada botija si
la destilacin fuese mayor.
nico. Todos los patentados pueden venderlo por mayor o menor libremente, en cualquier lugar
de la Provincia, sin que se entienda con ello la contribucin impuesta en el artculo 11 de esta resolucin por ser
suficiente la manifestacin de su patente. En este caso, el
artculo 11 dispona que los vendedores de aguardiente
de caa si vienen de extraa Provincia, en la Capital, en
las cabeceras de Cantn, en Cabudare y Aroa, [pagaran]
8 pesos. En las dems parroquias, sitios y caminos pblicos seis pesos, disposicin que no comprenda a los patentados vendedores de aguardiente de caa o de cocuy.
La Resolucin de Impuestos de 20 de noviembre de 1834 sancionada por la Diputacin Provincial de
Barquisimeto, contemplaba en su artculo 43, lo siguiente:
Los destiladores de aguardiente de cocuy, si destilaren
por da desde una botella hasta una botija, pagarn por
ao 6 pesos, y progresivamente seis pesos por cada botija
si la destilacin fuese mayor, por lo que este impuesto

100

permaneca igual desde la fundacin de la Provincia en


1832, pero en el pargrafo nico que acompaaba esta
disposicin hay algunas modificaciones:
Los patentados en virtud de los artculos anteriores
[los N 42 sobre aguardiente de caa y el N 43] pueden vender libremente desde una botija en adelante
en sus respectivos establecimientos o fuera de l a la
persona que le compren; pero si tienen alguna venta
de aguardiente fuera de su establecimiento, o que ambulante se dirijan por los pueblos y campos vendiendo
al menudeo pagarn ocho seis pesos, segn la clasificacin que se hace en el artculo 11.

Y el texto del Art. 11, modificado en esta nueva


resolucin es como sigue:
Los que slo vendan aguardiente de caa por menor
en la capital de la provincia, en las cabeceras de cartn
y en Cabudare y Aroa ocho pesos. En todo el territorio
de Aroa doce pesos. Los ambulantes por caminos y
campos con este objeto pagarn respectivamente lo
mismo,

pero este artculo segn se lee slo se refera


a los expendedores de aguardiente de caa y no a los de
cocuy.
El 10 de diciembre entr en vigencia en la Provincia de Barquisimeto una tarifa para el cobro del derecho de patentes que en su artculo 40 estableca:
101

Los destiladores de cocuy, bien sea para expandirlo por mayor o menor, pagarn anualmente veinte pesos.
Puede observarse que, en tan escueta disposicin, adems de aumentar la tarifa de patente, nada se
dice sobre cantidad de destilacin, ni por cunto tiempo
permanecera en los alambiques; aparte de eso, esta resolucin no incluye tarifa alguna para la destilacin del
aguardiente de caa pero ste se produca regularmente
pues se contemplan las cantidades que los vendedores
deban cancelar por su expendio.
Como ya se vio, una ley nacional estableci que
desde el 1 de julio de 1837 cesaran de cobrarse cualquiera contribucin que sobre destilaciones de aguardientes se haya establecido por las disposiciones provinciales,
pero definitivamente la Diputacin de Barquisimeto hizo
caso omiso a dicha disposicin puesto que el 21 de noviembre de ese ao aprob en ordenanzas de impuestos
provinciales las tarifas que los vendedores y destiladores
de aguardiente deban pagar en la Provincia de Barquisimeto y lo mismo hizo el 5 de diciembre de 1838 fijando
en su artculo 13 que:
Por la venta del aguardiente de cocuy, de caa
y sus compuestos por menor que no est anexa a otro
establecimiento diez pesos mensuales, si bien esta ordenanza impositiva excluye de todo impuesto a los destiladores de cualquier tipo de aguardiente.
No poseemos documentacin de los aos siguientes, 1839 a 1841, ambos incluidos, as como tampoco
de 1843 a 1845 ni de 1847 pero los impuestos establecidos
102

entre 1842 y 1848 lo fueron slo para la venta de aguardientes. As est en el Art. 15 de la Resolucin de Impuesto
de 24 de noviembre de 1842:
Las ventas de aguardiente de caa, cocuy y
sus compuestos gozarn por derecho de patente, 10
pesos fuertes, sin importar el lugar del establecimiento.
En nmeros esta resolucin fija una cantidad
diferente de 12,50 pesos.
La Resolucin de Impuestos del 7 de diciembre
de 1846, en su artculo 16, dice:
Las ventas de aguardiente de caa, cocuy y sus
compuestos y de tabaco por menor no anexas a otro establecimiento, pagarn por derecho de patente, 12 pesos
fuertes en cualquier lugar. En nmeros fija 15 pesos, exceptuando de estos pagos a los hacendados de caa que
vendan en sus oficinas.
La Resolucin de impuestos provinciales del 17
de diciembre de 1848, en su artculo 16, fija la siguiente
tarifa:
Las ventas de aguardiente de caa, cocuy y sus
compuestos y de tabaco por mayor no anexas a otro establecimiento pagarn por derecho de patente 20 pesos.
Tambin en esta Resolucin se excepta a los
hacendados que expenden sus aguardientes de caa en
la propia hacienda.
Esta omisin impositiva respecto a la destilacin
de aguardientes observada hasta este ao de 1848, cesa en
la Resolucin de Impuestos aprobada el 7 de diciembre de
1849, cuando incluye, en artculos diferentes, tarifas para
ambas actividades. Sobre ventas, el Art. 16:
103

Las ventas de aguardiente de caa, cocuy y


sus compuestos y de tabaco por menor no anexas a otros
establecimientos, pagarn por derecho de patente 20 pesos y aqu tambin se exceptan los hacendados de caa.
Sobre destilacin y alambiques se coloc el Art.
43:
Los alambiques o destiladores de aguardiente
de cocuy por cada establecimiento sin distincin de lugar
20 pesos.
Llama la atencin que se excepta de tarifas
impositivas los alambiques para la destilacin del aguardiente de caa.
Ms favorecedora de la destilacin de aguardiente de caa se muestra la Resolucin de Impuesto del
10 de diciembre de 1850, que en su artculo 36 estableci:
Los alambiques o destilaciones de aguardiente
de cocuy por cada establecimiento sin distincin de lugar,
pagarn 1 peso 4 reales sin importar donde se encuentre
y es la nica disposicin de esta ley sobre aguardientes.
En la ordenanza de impuestos de 1852, se mantiene esta misma actitud legislativa respecto al aguardiente de cocuy y su destilacin y en la del 12 de diciembre de
1853, nicamente para los alambiques y destilaciones de
cocuy se fij un impuesto de 1 peso 0,75 reales.
A partir de este ao y hasta 1866 surge una laguna informativa en relacin con el tema de que se trata:
en lo nacional porque en las compilaciones existentes
no aparecen normativas acerca de venta o destilacin de
aguardientes y en lo provincial por no contar con las leyes

104

entre las cuales algunas seguramente debieron referirse


al asunto.
Y no es propiamente una ley del Congreso
sino un decreto del 9 de junio de 1866 libertando del
derecho de exportacin el azcar de cualquier clase y el
aguardiente de caa.
Este decreto autorizado por el mariscal presidente de Venezuela Juan Crisstomo Falcn, consideraba:
que los productos de la caa de azcar reducidos como
estn al consumo interior de Venezuela, han descendido
a precios ruinosos para ese ramo importante de nuestra
agricultura, y que es por tanto de suma conveniencia facilitar su exportacin para salvar los grandes capitales consagrados a esa industria llamada a ser en breve la primera
fuente abundante de riqueza nacional, en su nico
artculo contemplaba:
El azcar de todas clases y el aguardiente de
caa quedan exentos del pago del derecho de exportacin.
De toda esta legislacin nacional o provincial,
se desprende como una consecuente poltica de proteccin de la industria nacional, o ms bien a cierta industria nacional como lo es la de la produccin de azcar y
la elaboracin del aguardiente de caa por parte de la
oligarqua criolla, liberal o conservadora, duea de la
tierra, medios de produccin y mano de obra esclava y
medio esclava.
As el Congreso de la Repblica, de eliminar derechos de exportacin al azcar y al aguardiente de caa,
pasa, en decreto del 2 de noviembre de 1868 a fijar

105

reglas para hacer el comercio con rom (sic) y prohbe


la importacin de aguardiente de caa y sus compuestos
no viniendo en botellas en razn de que el contrabando
estaba causando la ruina de esa industria ya que los contraventores eran protegidos por la debilidad, la ineptitud
y la convivencia de los Jefes de algunas Aduanas, adems
de que las leyes existentes haban sido ineficaces y
que no se deban omitir esfuerzos para impedir esta situacin, disponiendo por lo tanto las siguientes, entre
otras normas:
1. No poda conducirse aguardiente de caa de
un puerto a otro de la Repblica, sino mediante guas
autorizadas.
2. Esas guas deban contener certificacin del
vendedor, manifiesto del cargamento con informacin sobre envases, capacidad, grados del lquido, precio.
3. Decomiso de la bebida que no cumpliera los
requisitos exigidos.
Esta poltica de proteccin del Gobierno a la
industria caera y del aguardiente, se mantuvo durante
toda la administracin y el 27 de febrero de 1871 en una
resolucin firmada por Jacinto Gutirrez, encargado de la
presidencia de la Repblica, se hace constar la ineficacia
de las leyes contra el contrabando cuando habla
sobre el trfico clandestino que desde tiempo atrs
viene hacindose en Oriente con el rom (sic) y azcar
de las Antillas, artculos de prohibida importacin por
nuestro Arancel de Aduanas, que slo permite la del

106

primero, cuando viene en botellas, gravndolo con


un fuerte derecho de 30 centavos el kilogramo.

Agrega ms adelante la resolucin:


Ese fraudulento abuso es tanto ms grave,
cuanto que se practica amparado con documentos legales
guas de cabotaje, como burla de la prohibicin y perjudicando a la vez el Tesoro pblico y a la industria nacional
caera, que la ley quiso favorecer con su proteccin.
Esta Resolucin dispuso solicitar a las aduanas
de Cuman, Barcelona, Carpano, Ciudad Bolvar, Juan
Griego y Pampatar, informes detallados sobre las embarcaciones que hubiesen entrado a puerto desde el 1 de
noviembre de 1871 con indicacin de fechas, nombres de
sus capitanes, consignatarios, copias de las guas. Adems
se tomaron otras medidas tratando de evitar futuras acciones delictivas en perjuicio de esta industria.

107

XI. Cocuy en la historia y la literatura


1. En la Campaa Admirable
Narra en sus Memorias el Dr. Jos de la Cruz Limardo,
patriota fervoroso que en 1813 el Coronel Jos Flix Ribas
y el Dr. Vicente Tejera, sus amigos personales, al llegar
a El Tocuyo y encontrarlo residenciando all, lo nombraron Auditor de Guerra, o algo parecido, pasando a formar
parte del ejrcito patriota que poco despus se enfrentara a fuerzas espaolas considerablemente mayores y
mejor equipadas, en el sitio de Los Horcones, un lugar
entre Qubor y Barquisimeto. El Dr. Limardo narra lo que
mucho interesa a esta exploracin sobre el cocuy:
Salimos dice del Tocuyo en tren de combate el 15
de julio. Pernoctamos en Qubor. El patriota Pedro
Prez me dio un hombre de confianza que present
a Ribas a las 6 de la tarde al momento de llegar. Este,
ensayado por Ribas y Tejera fue de espa a Los Horcones vendiendo aguardiente. Regres a las cuatro de la
maana. (Iribarren Celis, 1952, p.44).

Ciertamente que Limardo no dice que este espa patriota simulara vender cocuy pero esta era la bebida
alcohlica del pueblo y la que el mismo pueblo destilaba
en rsticos alambiques campesinos. La caa en cambio,
era considerada bebida ms refinada, destilada y vendida
por los hacendados de la regin, lo que nos convence de

108

que aquel hombre de confianza del patriota Pedro Prez, se ocupaba de vender cocuy por los alrededores de
Qubor.
Y eso pondra al cocuy de agave en el escenario
inmortal de Los Horcones donde los patriotas conquistaron un triunfo hasta la liberacin de Venezuela.
2. El cocuy de los Ayamanes de Atarigua
Esto sucedi en tiempos posteriores a la Guerra Federal;
es decir, despus de 1863 y aunque don Cecilio Zubillaga,
de quien tomamos la informacin, lo pone como ejemplo
de los difciles das que vivi la Repblica cuando, traicionada la Revolucin zamorana, los hombres del pueblo
que con tanto fervor participaron en ella tratando de obtener la justicia y bienestar que no obtuvieron, a pesar
de sus extraordinarios sacrificios en bienestar y vidas,
desesperaban ante el nuevo engao. Nos interesa, a los
fines de este trabajo, mostrar la presencia del cocuy en la
ancdota referida.
Narra Cho Zubillaga que en Atarigua viva
Chon Querales (Coronel Presentacin) quien anhelaba
alzarse o pronunciarse en alguna guerra, luego de los
cinco aos donde particip con gente de su etnia de la
que era cacique, los ayamanes.
Un da lleg al pequeo poblado ayamn el rumor de una revolucin. Chon reuni a su gente y dispusieron alzarse. Alguien pregunt contra quin iban a pelear
y el cacique, que no lo saba, pidi que llamaran a otro
de sus hombres conocedor de acontecimientos caroreos.

109

Lleg Gabino [as se llamaba este baquiano], quien por


venir a vender cocuy en carguitas a Carora (cuando el
cocuy se venda sin trabas fiscales que le han hecho
poner los oligarcas que monopolizaban la industria del
ron en Caracas) era especialista en el conocimiento de
sucesos caroreos (Zubillaga Perera, 19..., N 4, II, p.60).

Varios aspectos merecen destacarse de esta cita:


a. Comprobacin de que en Atarigua, Municipio Torres, lmite sur en el Estado Lara del territorio Ayamn, se destilaba cocuy de finales del siglo XIX
b. Informacin cierta de que los productores
de cocuy, vendan en forma ambulante su pequea produccin, en este caso, sacndolo de Atarigua a Carora en
barriles de madera, cada uno con capacidad para unos 28
litros, y dos de dichos barriles, formando una carguita
seguramente transportada a lomo de burro.
c. Venta libre de cocuy a finales del siglo XIX.
d. Evidencia de trabas fiscales para la destilacin del cocuy hacia la cuarta dcada del siglo XX que evidentemente favoreceran a los oligarcas que monopolizaban la industria del ron en Caracas como dice don Cho.
3. Campaa de Cho contra el consumo de aguardiente
En El Diario de Carora del 6 de noviembre de 1947, Cho
Zubillaga public un artculo titulado El Aguardiente envenena nuestros campos, en el cual reitera esta idea ya
expresada en una carta a Guillermo Morn. Dice:

110

Como es bien sabido, los derechos que la Ley fiscal impone a la especie son, pudiramos decirlo,
exorbitantes; y no slo de derechos pudiera hablarse, sino que al tenor de decires, de los cuales no me hago cargo por no estar enterado en la
materia, los destiladores de aguardiente de nuestro humilde cocuy popular estn tan estorbados
legalmente por procedimientos dificultosos para
sus modestos alcances de industriales que muchos creen que estn especialmente destinados a
obstaculizar la destilacin de cocuy, industria de
medianos, a favor de la produccin de grandes industrias licoreras, que delatan ciertas oligarquas
financieras de Caracas.
Por supuesto que estas trabas fiscales generaban consecuencias generalmente bastante perjudiciales,
tanto para la economa y tranquilidad de los humildes
productores, como para la salud de los consumidores:
lo cierto es escribe Cho que para obviar las dificultades de la produccin de cocuy y por aprovechamiento del valor de la especie, que eleva el impuesto
que la pecha en cifras inauditas, muchos ms audaces
producen en alambiques carentes de condiciones adecuadas, y con materias fermentables diversas, entre las
cuales entra la cocuiza, cantidades insospechadas de un
licor que produce desvaros en quienes lo toman.

111

Varios meses despus, siguiendo con su campaa antialcohlica en los campos de Carora que tan
profundos daos causaba a la poblacin ms menesterosa de la regin, Cho Zubillaga public otro artculo
en El Nacional, de Caracas, el 31 de julio de 1948, en
el cual, luego de desarrollar varios aspectos acerca del
tema, escribi:
Lo peor es que, en mi opinin, el fuerte impuesto nacional a los licores, que comprende el cocuy; destilado
de la penca del agave as nombrado, ha sido un poderossimo estmulo para dicho trfico ilegal. Porque es
tan obvia la ganancia, que son muchas las empresas
que lo producen a espaldas de la ley con resultados de
gran provecho para productores y pulperos, aunque
la masa campesina que consume ese veneno, sufra extraordinario detrimento fsico y moral.
Veneno he dicho y lo digo a conciencia, sin que ocurra al vocablo inapropiadamente. Resulta que ni siquiera es cocuy eso que se vende como tal en nuestros
pueblos y campos clandestinamente. Porque quienes
fabrican ese licor lo hacen con papeln, cocuiza y
otras materias fermentables en psimos alambiques.
Lo cierto es que se ha observado que los consumidores sufren, fenmenos morales tremendos, de tal
modo que crmenes incomprensibles, perpetrados
por honestos y sencillos campesinos, no son atribuibles a otra causa que las sbitas transformaciones que
el txico les produce.

112

4. Noticias donde el cocuy es protagonista


Unos aos antes de que Cho se lanzara en campaa
periodstica contra lo que, con razn pensaba, estaba
daando la salud de los hombres del pueblo y plagando
de crmenes la regin, otro escritor se refiri al cocuy,
designado con tal nombre tanto la planta como el licor
que se extraa de ella y aportando informacin de mucho inters:
Esta planta natural de la regin se asemeja al sisal y de
l (sic) extraen el cocuy, licor espirituoso, casi alcohol.
La produccin es amplia en las regiones de Siquisique,
Bobare, Qubor, El Tocuyo y Carora. El nmero de
alambiques destiladores de ste son muchos y stos
dan rentas a la Nacin. Es clima clido seco y ste se
duplica por peascales y cerros. No requiere cultivo
especial (Higuera Maduro, 1945, II, p.33).

Deben comentarse de esta cita cosas que no


son totalmente ciertas:
a. Que el cocuy destilado sea casi alcohol, por
supuesto es una total falsedad desde luego que en tal condicin no podra consumirse.
b. Que esta planta no requiere cultivo especial es, lamentablemente una idea que ha obstaculizado
su incremento en las regiones apropiadas para su cultivo.
Todava hoy predomina esta mentalidad la cual debe desaparecer s se desea un mximo desarrollo de esta popular industria.

113

c. A pesar de ser falconiano, Higuera Maduro


no seala las regiones de aquel Estado donde igualmente
crece el agave cocui.
Otro historiador larense, R.D. Silva Uzctegui,
en su Enciclopedia larense, publicada en primera edicin
en 1941, incluye en su informacin acerca de los aspectos
econmicos de algunos municipios larenses, varias acerca
del cocuy: por ejemplo, menciona la existencia en Carora
de una fbrica de encurtidos de bicuyes o sea, encurtidos
de la flor de cocuy; la obtencin de fibras de cocuy, llamado dispopo, como fuente econmica en El Tocuyo; cultivo
del cocuy, la planta, en el municipio Trinidad Samuel en
el entonces distrito Carora; el municipio Camacaro (Ro
Tocuyo), Gran productor de textiles que nacen espontneamente, esto es, el cocuy y la cocuiza; dice de Atarigua
que su riqueza principal consiste en la cra de chivos y
con la explotacin del cocuy, que se utiliza en la destilacin como tambin en la fabricacin de chinchorros;
seala el cultivo de la planta cocuy en Aregue; de Arenales dice que all hay tambin destiladores de cocuy y la
gente pobre hace cordelera y chinchorros de las fibras de
cocuiza y del cocuy; respecto a Siquisique escribe:
La principal fuente de riqueza de la regin es la
produccin de aguardiente de cocuy, pues posee
grandes cocuyales. Tambin se utiliza esta planta
para fabricar chinchorros y dems productos de
nuestra industria textil, pero todo esto se hace
por mtodos primitivos; la riqueza de Baragua

114

dice, es la cra de chivos y de ganado vacuno y


las industrias que utilizan el cocuy y la cocuiza,
plantas que abundan sin cultivo alguno (Silva Uzctegui, 1941, II, p. 204).
Puede decirse, entonces, que el sinttico registro que hace Silva Uzctegui de las zonas donde la planta
de cocuy abundaban para 1941 y la produccin, tanto de
licor como de otros productos extrados de ella, es, si no
completo, bastante revelador de la importante contribucin del cocuy en la no muy desarrollada economa larense de la cuarta dcada del siglo XX, indicativo, adems,
de que una investigacin ms exhaustiva de las fuentes
documentales dara con seguridad una panormica, no
slo ms completa, sino bastante impresionante de todo
el significado que tuvo esta planta y sus derivados para
con los habitantes del semirido larense falconiano, y el
potencial de beneficios que pudo obtenerse para la poblacin pobre si grupos econmicos de la burguesa local
no hubieran intervenido en favor de sus mezquinos intereses personales o de consorcios, valindose de su poder
econmico y su capacidad para servirse de las instituciones oficiales, leyes y funcionarios.

115

5. El cocuy en el peridico Notas


Cho Zubillaga habl de venta de cocuy por cargas y
hemos conseguido en un peridico, Notas, de pequeo
formato que circul muchos aos en Barquisimeto, una
relacin de los precios de la carga de cocuy, mes por mes,
en 1919, que es como sigue: en enero a 56 bolvares la
carga; en febrero, a 60; en marzo, a 68; en abril, tambin
a 68 bolvares; mayo, a 76; junio baj un poco, a 72; julio
volvi a bajar, a 64; agosto, volvi al precio de 72 bolvares la carga; subi en septiembre a 84; en noviembre llego
a 88 y, en diciembre, con la protesta de los redactores de
Notas, alcanz el precio exorbitante de 112 bolvares la
carga, comentando el periodista que en 1900 una carga
de cocuy slo vala 14 bolvares, aunque para tranquilidad del pblico consumidor, entre ellos el famoso poeta
Juan Guillermo Mendoza, director y redactor de Notas, en
1921 se cotizaba la carga de cocuy en 64 y 72 bolvares,
no tan barato como en 1900 pero si mucho menos que
en diciembre de 1919 cuando la botella de cocuy lleg al
escandaloso precio de dos bolvares, el equivalente, a dos
das de salario.
Este mismo peridico public en varias de sus
ediciones un aviso de un comerciante de Bobare, establecido en Barquisimeto:
Cristbal Zavarce, participa a su numerosa clientela que
ha vuelto a abrir su Botiquera Venezuela con un fino
y variado surtido de licores y dulces de todas clases.

116

Especialidad: Cocuy Indiano, destilado de pura penca


sin ninguna liga por los seores C. S. Zavarce e hijos.

C.S. Zavarce eran las iniciales y apellido de otro


comerciante bobareo de quien Manuel Liscano public
un aviso en su directorio Barquisimeto, de 1923:
Carlos A. Zavarce, comerciante. Vveres y Mercancas,
Bobare.
nico propietario y fabricante del afamado Cocuy Indiano, premiado con Mencin Honorfica de Primera
Clase y Medalla de Oro en el Primer Concurso de La
Hacienda.
nico fabricante del recomendado Elixir de Cocuy,
compuesto puramente vegetal, especial para todas las
enfermedades de la mujer y la curacin de la esterilidad; excelente para ambos sexos, aumenta la robustez
y la virilidad, limpia y enriquece la sangre y fortifica
los nervios. Aprobado por la Oficina de Sanidad Nacional bajo el nmero 1966.
Productores del mejor cocuy del Estado Lara.

117

6. El cocuy en La Quincena Literaria


En la tocuyana revista La Quincena Literaria, que costeaba sus ediciones mediante la publicidad que haca en
sus pginas de profesionales y empresas, aparecen varios
avisos sobre ventas de cocuy fabricados en alambiques de
El Tocuyo:
a) Del negocio de Rafael Tovar y Ca., casa fundada en 1900, desde 1927 se public el siguiente aviso:
Detal de vveres y frutas. Materiales de construccin, Cocuy Santa F. Carretas, transporte. Fraternidad, 60, telf. 14.
Este mismo aviso vuelve a aparecer en ejemplares de 1945 cuando la razn social era Rafael E. Tovar
Sucrs.
b) Otro aviso de 1927 es el siguiente:
Max. Prez Rojas. Compra y venta de frutos. Vveres. Ofrece adems el esplndido cocuy del alambique
El Vesubio.
c) De 1945, es el de La Sevillana, negocio de
Juan Bta. Gudez:
Ofrece a su numerosa clientela artculos de
primera calidad y a precios sumamente baratos. Su lema
es pesar en kilos y por tal motivo es que su detal jams
desmaya; y no olvide que detalla el mejor cocuy 50 y 55.
Comercio 8, tlf. 45.
El nmero 26 de La Quincena Literaria, del
30.11.1928, public poemas de F. Montesinos Agero.
Uno de ellos se titula Reyerta que es como una con-

118

versacin acaecida en la despensa de una casa donde el


Vinoaejo, la Cerveza, el Brandy, el Absintio, el Whisky,
la Ginebra y la Champaa ponderan cada uno sus altas
calidades y prosapia. Al concluir su auto-elogio la Champaa, Montesinos escribe:
Call y entraron dos, uno un labriego y la otra una
simptica triguea muy delgada y flexible, era la caa,
la hija de las montaas de la Amrica, el otro era el
cocuy, flor del arroyo, el hijo humilde de la humilde
penca. Hablaron y su acento pareca el canto de las
aves en la selva: Nosotros los humildes campesinos
no cantamos ni estirpe ni riquezas: al son del tamboril
y las guitarras alegramos las noches de la aldea, cantamos en las bodas de los pobres y del pueblo asistimos
a las fiestas Somos los que inspiramos herosmos
porque somos la sangre de la tierra!

En 1946, Roberto Montesinos, director de La


Quincena Literaria, en su nmero 14 del 15 de enero,
public un texto titulado Chim, Cocuy, Tamunangue
en el cual hace esta inusual definicin del cocuy:
Cocuy, cristalina candela apagada en el vientre
de las botellas donde yace en potencia la tragedia y cristaliza el dolor mestizo de nuestra resignacin y nuestra ira
bronceada.
Lo que los anteriores avisos revelan es que la
destilacin de cocuy por parte de personas de pocos recursos, gente del pueblo explotado de siempre, no fue la

119

nica fuente productiva de este licor sino que la instalacin


y actividad de alambiques de empresarios licoreros cooperaba mayormente a satisfacer el mercado, fijar precios seguramente y provocar la persecucin de quienes competan
con ellos en dicha produccin, para lo cual contaban con
el auxilio diligente de las autoridades locales, estadales y
nacionales.
Existan, porque as lo permita la demanda de
este licor, alambiques por toda la regin larense y falconiana. Un viejo servidor de la causa federal, perteneciente
a la etnia ayamn, fabricaba este aguardiente en un casero del municipio Urdaneta, El Oreganal, situada al sur
de Siquisique, como a 20 kilmetros,
comunicado dice un autor en gran parte por veredas de chivos, terrenos ridos donde no es posible cultivos agrcolas por ningn sistema, y slo se produce
cocuy, cocuiza, zbila, cardos, tunas, yabos, cauderos
y arbustos pequeos como el organo que le dio su
nombre. El sitio pertenece al casero Guamuy (Pacheco, indito, p. 242).

Pertenece a la sierra de Matatere, para ms seas.


En este sitio el coronel Amenodoro Querales
Miranda, cacique ayamn
que cuidaba sus posesiones cocuyeras, para que
no se las invadieran sus vecinos, fue asesinado por stos en el ao de 1922, habiendo escrito en su libreta

120

de apuntes: Esta tarde fui atacado por los peores del


alambique. Estoy herido. (Pacheco, d.).

Por cierto, vecino de El Oreganal se encuentra


otro casero llamado El Sierral donde se cree que naci
otro gran ductor del pueblo Ayamn, el coronel Juan de
los Reyes Vargas.
Queremos agregar aqu dos notas extradas de
la novela curarigea del Dr. Julio Ramos, Los Conuqueros, cuya primera edicin es de 1936.
Se habla en ms de esas notas de un compuesto
de cocuy llamado Carabina que es una mezcla de vino,
ans y cocuy. Lo del nombre debe ser porque es explosivo.
La otra nota es que all, Perico, uno de los personajes de la novela dice que fue San Isidro quien le dio
el nombre al agua ardiente, es decir, al cocuy.

121

7. Expendio de licores en Barquisimeto, en 1956


En 1957, la Sociedad Amigos de Barquisimeto public lo
que se llam Compendio Econmico y Social de Barquisimeto en uno de cuyos captulos trata acerca del comercio
de licores en la ciudad y en una parte dice: Otros datos
revelan que durante el mes de diciembre de 1956 los establecimientos de expendios de licores AL POR MAYOR,
existentes en Barquisimeto y los depsitos de cerveza,
vendieron las cantidades siguientes de sus especies:
Cervezas nacionales
Ron
COCUY
Wisky
Brandy
Cerveza importada
Aguardiente de caa

678.889,33 l
61.438,62 l
13.142,25 l
13.099,91 l
10.117,60 l
1.973, 60 l
1.709,20 l

Entonces Barquisimeto tena una poblacin de


164.908 habitantes y slo en diciembre de 1956, consumiran ms de 4 litros por habitante.

122

8. Persistencia del agave cocui como alimento


En diversas pocas, como hemos visto, varios autores han
proclamado la utilidad del agave, debidamente cocinado,
como mantenimiento de la gente comn y todava en
1974, un escritor falconiano se refera a esta cualidad del
agave, all en su amada Paraguan:
Y los veranos tienen su estampa: los vendedores de
cocuy de penca, sacado de la planta conocida como
agave. Para procesarlo abren un hoyo en el suelo de
un metro o ms de circunferencia. La hondura puede
ser igual al ancho. Se coloca primero una camada de
lea y arriba de sta va una piedra. Sobre la piedra se
pone el cocuy. Se cubre con sus mismas hojas y luego
se echa tierra encima. Despus de prendida la lea se
deja hornear 48 o 72 horas. Al sacarlo se desprenden
las pencas del tallo llamado pelona. Una penca vala
un centavo y un buen pedazo de pelona costaba un
cuartillo (Brett., 1974, p. 54).

123

XII. El cocuy tejido, o el chinchorro de dispopo


Un instrumento cortante usado por los ayamanes fue el
que llamaron pisi , pissi que, en principio debi ser
de madera dura y luego de piedra o de hueso, los materiales disponibles para su fabricacin.
Luego hubo la necesidad de instrumentos de
ms efectividad para ser usados a distancia en combates o
caceras; eso condujo al surgimiento de la lanza cuya evolucin y perfeccionamiento produjo la flecha, llamada en
ayamn ispep que es el cuchillo, o, pisi, adaptado a una
vara delgada para ser disparada con el arco que llamaron
hispasi o, a lo mejor, ispasi.
Y fue que para la construccin del arco necesitaron una cuerda resistente con la cual disparar la flecha
y el material para hacerlo lo obtuvieron, en un determinado momento de su evolucin armamentista, de la fibra
del agave cocui que llamaron ispopo que, por supuesto,
no fue el nico uso que le dieron a dicha fibra, aunque
fue uno de los ms importantes en el proceso de la sobrevivencia colectiva porque fue con el arco y la flecha
que obtuvieron lo ms necesario para la alimentacin e
igualmente para defenderse de sus eventuales enemigos
humanos o fieras depredadoras.
Por cierto, puede pensarse que esta utilizacin
de la fibra dispopo fue muy posterior al uso del agave
cocui asado como alimento.

124

Con esta fibra del agave cocui tejieron los ayamanes sus chinchorros que otras etnias venezolanas hicieron con las fibras que la naturaleza les ofreca en el hbitat de cada nacin: moriche, curagua, algodn, cumare,
cabuya y otros.
La documentacin colonial existente abunda
sobre este particular objeto americano, porque, definitivamente, para el invasor europeo debi ser bastante llamativo un artculo para ellos desconocido, de tan singulares utilidades.
Amrico Vespucio, por ejemplo, escribi en
1504:
Duermen [los indios] en ciertas redes muy grandes,
hechas de algodn y suspendidas en el aire, y aunque
esta manera de dormir parezca incmoda, digo que es
agradable dormir en ella y mejor dormamos en ellas
que en nuestras mantas (Vespucio, 1962, I, p.39).

Para simular que los espaoles invasores eran


tan mortales como los caquetos, Nicols de Federmann,
hizo trasladar a varios de sus soldados enfermos desde el
valle del ro Barquisimeto hacia los llanos, cargados en
hamacas por indios de su tropa. As lo dice:
Hice llevar a algunos de los enfermos en hamacas (as
se llaman las camas indianas que describir despus
[que, por cierto, no lo hizo]), para lo cual utilic algunos indios de nuestra tropa, haciendo explicar a los

125

indgenas que los hacan llevar por ser grandes seores (Federmann, 1962, II, p.93).

Otro expedicionario, el florentino llamado Galeotto Cei, en 1545 observ que estas hamacas se hacan
de materiales diversos y escribi:
raspan dichas hojas sacndoles la carnosidad verde y acuosa, de mal olor, hasta que quedan limpias las hebras, en un haz como camo, las cuales los
indios hilan y hacen de ellas sogas y esas redes en las
cuales duermen llamadas hamacas (Cei, 19). p.42).
Aqu Cei se refiere a la fibra de la cocuiza que
se obtiene, tal como lo dice, de manera distinta a como se
logra la del agave cocui llamada dispopo.
En otra parte, Cei habla de hamacas de algodn:
Duermen estos indios en ciertas telas o redes, colgadas al aire, hechas de algodn, de 14 palmas de ancho
y largas como un hombre, o poco menos, y son de una
gran comodidad para no dormir en tierra al amor de
la humedad y de toda clase de animales. Es cosa muy
pulcra y fresca para aquellos pases, muy acomodada,
colgndose al aire con dos cuerdas a los rboles, o en
la casa o los maderos, alta de la tierra cuanto la persona quiere (d., p. 107).

Un importante representante del Gobierno espaol, el capitn Juan Prez de Tolosa, en su Relacin de
las tierras y provincias de la Gobernacin de Venezuela,
redactada en 1546, escribi:
126

El asiento del Tocuyo est a 5 leguas de este cabo de


Barquisimeto los indios son de nacin cuibas y coyones y de otras muchas y diversas lenguas La mayor parte de ellos comen carne humana, y son indios
pobres y miserables que andan desnudos y duermen
en el suelo sobre unos palos (Prez Tolosa, 1964, p.13),

Esta afirmacin de Prez de Tolosa, si no antecediera la de Cei, podra hacer creer que los indgenas
que habitaban la zona de El Tocuyo desconocan el arte
de obtener fibras del tipo que fuera y ms an, tejer chinchorros donde dormir, pero es que, adems, en un documento posterior, la Relacin Geogrfica del Tocuyo, de
1579, se encuentra la siguiente informacin:
5 Habitan en chozas muy pequeas y duermen en el suelo, en unos palos y en paja, con mucha miseria. Otros tienen ropa aunque poca, y duermen en una
hamaca de cordeles tejida a manera de red. (Arellano,
1964, p.148).
Es decir, estos indios, seguramente de acuerdo
con sus posibilidades econmicas u otras circunstancias,
usaban dormir en hojas o en hamacas cuyo material no
menciona la Relacin.
Hacia la zona fra de Trujillo no parece haber
sido tan popular el uso de la hamaca o chinchorros no
obstante la abundancia de algodn y la elaboracin del
mismo para tejer otros artculos, especialmente las mantas conocidas como ruanas.

127

El testimonio contenido en la Relacin geogrfica de Trujillo de 1579, es el siguiente:


15 Duermen en la tierra, sobre muy poquita
paja o ninguna y algunos se contentan en echar un puado de ceniza espolvoreada encima de la tierra donde
han de dormir. (Arellano, 1964, p.168), aunque en otra
anotacin, la 33, dice que hacan algunos lienzos, mantas y hamacas de algodn, seguramente para comerciarlos (d., p. 170).
En 1603 se encuentra un testimonio sobre el
tema cuyo autor es Fray Bartolom de las Casas quien
dice que los indios dorman en hamacas hechas de algodn.
Pero el chinchorro, denominndose as comnmente al que se elaborada con hilo principalmente de
algodn, en algunas naciones indgenas del continente;
fue un artculo de mucho comercio, tanto, que las autoridades colonialistas espaolas, a aquellos indgenas a los
que obligaban a pagar impuestos anuales, llamados tributos, el chinchorro era el artculo en que preferentemente
se les cobraban dichos onerosos cargos impositivos; pero
no slo obtenan los espaoles este preciado rengln
econmico por la va legal sino que en sus incursiones
represivas contra los pueblos indgenas, los chinchorros
constituan botn bastante apetecible y as qued registrado en varios documentos coloniales.
Un suceso de esta naturaleza lo narra Martn
Fernndez de Navarrete en su Noticia histrica de los
descubrimientos que hicieron los espaoles en las costas

128

del nuevo continente, cuando dice que en una refriega


o asalto espaol contra indios desprevenidos los maltrataron cruelmente y aun quitaron la vida a siete u ocho
quemando tambin algunas casas y que entonces se
apoderaron de muchas hamacas, cantidad de algodn,
varios enseres y aun prendieron algunas indias (Navarrete, 1962, I, p.275).
De acuerdo con lo que hasta aqu se ha informado, debe concluirse que este elemento tan exclusivo
de las culturas indgenas venezolanas tuvo y tiene una significacin indudable en la vida de estos pueblos, llegando
a ser objeto de intercambio comercial muy apreciable.
Don Lisandro Alvarado, por ejemplo, anot en
una de sus obras que los chinchorros del Alto Orinoco, adornados con plumas de vario color son afamados y
suelen costar hasta mil pesetas (una peseta equivala a 2
bolvares), precio altsimo para la poca.
En relacin con el chinchorro de dispopo, artesana altamente desarrollada del pueblo ayamn, y de
la cual poca informacin se encuentra, hemos localizado varias publicadas en El Diario de Carora de 1935, en
las cuales se sintetizan las tareas necesarias de realizar
hasta concluir con un chinchorro de dispopo totalmente
elaborado. As describe lo primero que deban hacer las
tejedoras de chinchorro:
provistas de machete y arcial, cada una se aduea
de una mata, despuntan las hojas o pencas, para acercarse al corazn de la mata, donde tiene las pencas

129

encapulladas, abren las primeras y cogiendo la punta


de la penca central, con la ua del dedo pulgar la quebrantan hasta quedar visiblemente el manojito de fibra,
el cual tuercen lo suficiente para amarrar al trocito de
madera en el cual van enrollando y dando tirones hasta que por fin se desprende la fibra propiamente del
corazn de la planta, con una longitud de tres cuartas
a una vara. (El Perifoneador, en El Diario, Carora,
14.04.1935, p.1).

De qu manera esta fibra se utiliza prcticamente en la elaboracin de un chinchorro? El mismo periodista que se hace llamar El Perifoneador, lo dice en la
siguiente narracin reporteril:
Casilda teje un hermoso chinchorro de 6 libras, listoneado con los colores de nuestra ensea. Nita (diminutivo de Ciprianita), teje uno de dos libras dispoperas; las dos hijas ms pequeas tienen sendos canastos
de bejuco, a un lado y al otro, un cuero conteniendo el
dispopo que estn estirando, pasado as del cuero al
canasto. La comadre est arrellanada en una pequea
butaca, teniendo a su izquierda un canasto de dispopo
estirado; a su derecha una totuma dentro de la cual
descansa la punta del hilo, que mantiene perpendicular sostenido por la hebra que tuerce entre los dedos
de la mano; ceida a la pierna derecha, una ancha faja
de cuero crudo, lustrosa por el frote de la mano y la
macana de la recua; dicha faja se extiende desde el

130

extremo posterior donde est sentada; apenas se oye


una que otra palabra y el constante ruido de la recua
en la totuma.

Un comentario de El Perifoneador, contenido


en estos reportajes de 1935 tienen competencia a los fines
de destacar el papel sobresaliente que esta industria jug
en la economa popular de estas primeras dcadas del
siglo XX y cmo no slo la comercializacin de la bebida
del cocuy de agave debe considerarse importante y nico
en cuanto a la industrializacin de esta generosa planta
venezolana. As dice:
La extraccin de la fibra por s sola constituye una labor madre de otras varias industrias, entre ellas la de
los chinchorros, los que se fabrican en grandes cantidades, desde dos bolvares hasta cien y ms bolvares
uno; en esta industria la mujer trrense y siquisiquea
ha llegado a desplegar el summun de ingenio hasta
el extremo de laborar en el tejido de un chinchorro
dibujos o figuras distintas y difciles de ejecutar.

Con sentido crtico aumenta este periodista


que lamentablemente el cocuy, la planta as llamada, no
se siembra por incuria dejando que sea la naturaleza la
que sustituya en la dura tierra rida las plantas que, ya
desarrolladas, fueron utilizadas por los productores de la
bebida, agregando una triste y lamentable situacin como
es la cada de los precios de este artculo:

131

Un chinchorro de 6 libras, antes de 1935, con


un trabajo durante 6 das tejindolo, se venda a 30 bolvares y uno de dos libras en 20, pero en 1935 el de 6 libras
apenas lograba venderse en 15 bolvares con un costo de
fabricacin de Bs. 1,25; refirindose seguramente a los
materiales solamente.
Finalmente, se entregan en este captulo sobre
el chinchorro algunos conceptos extrados de los reportajes de El Perifoneador:
Dispopero: halador de dispopo; cocuy cerrado (de
burbujas): licor de 50; espuma montada: licor de
56; estirada: halar del dispopo una hebra continua,
fina o gruesa (segn la calidad del chinchorro) con los
dedos ndices y pulgar, la cual se va soltando dentro
de un canasto; torcida: trocar los hilos en el huso, dos
hilos para chinchorros finos, una torcida para chinchorros careados (de una sola hebra); bastidor: dos
varas recostadas a la pared con dos travesaos, uno
abajo y otro arriba donde se urde la pita de dispopo
para el tejido.

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APNDICES

133

134

N 1
Lxico del cocuy

Gallito. Cocuy con aceituna.
Guamazo. Trago de cocuy.
Cocuy. Nombre del agave y de la bebida que de l se extrae.
Cholejoso. Cocuy de mala calidad.
Zanjonero o barranquero. Cocuy destilado clandestinamente en zanjones o barrancos.
Gorro de tusa. Cocuy tapado con un tapn de tusa de
maz.
Kerosn. Cocuy de malsima calidad.
56%. Grados alcohlicos que la tradicin supone al cocuy
de calidad.
Maduro, reposado. Cocuy envasado en barricas de madera por varios meses.
Pringote. Primer lquido que se obtiene de la destilacin
del agave. Alcanza los 90 o ms y se utiliza slo medicinalmente.
Penca. Nombre de la hoja del agave de lo que una vez
asada se extrae el cocuy.
Cabeza. Raz del agave de la cual salen las hojas o pencas.
Culebra, serpentn. Uno de los instrumentos para la
destilacin del agave.
Pura penca. Se dice del cocuy obtenido sin aditamento
alguno diferente al agave.
Cola. Tercera parte del lquido destilado, 10 a 35.

135

Saseres. Piedras donde se cocinan las cabezas del agave.


Bagazo. Fibra de cocuy utilizada para cubrir las piedras
donde se hornean las pencas.
Biboche. Alambique de cocuy.
Jibe. Cabeza del agave, comestible.
Bicuye. Flor del agave, alcaparra criolla.
Galifo. Chinchorro de dispopo.
Yus. Cocuy en ayamn.
Chiquire. Agave en plena madurez. Cocuy hembra.
Rabo e cochino. Madurez del cogollo del maguey.
Bijajn. Corazn del maguey, se usaba como corcho.
Jibeao. Cocuy macho.
Lavagallo. Licor de mala calidad.

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N 2
Usos del cocuy
1. Vasodilatador. Se usa contra el asma.
2. Antitusgeno. Calma cierto tipo de tos.
3. Digestivo. Favorece la buena digestin y calma la gastritis.
4. Picada de culebra. Segn la tradicin las serpientes
evitan picar al curado con cocuy.
5. Cicatrizante. Puro o mezclado con ciertas hierbas cicatriza heridas.
6. Gastronoma. Modernamente se usa como elemento
culinario y sirve para la elaboracin de salsas y mermeladas.
7. Velorio. En los festejos religiosos rurales se usa principalmente para aclarar la garganta de los cantores.
8. Ofrendas religiosas. Lo usan para obsequiar en los
altares de las creencias populares.
9. Dolores musculares. Mezclado con rnica u otras
hierbas aminora los dolores musculares y de coyunturas.
10. Colesterol, triglicridos. Una copa en ayunas, normaliza estos valores.
11. Embolado. Mezclado con miel, canela y otras especies
dulces, se entierra por nueve meses y se brinda al nacer
un nio o una nia.
12. Guarapita. Coctel a base de cocuy, soda, limn y azcar, muy agradable pero de grandes efectos alcoholizantes.

137

13. Leche de burra. Mezcla de cocuy, leche, azcar, canela, preferido por las damas para tomar en Navidad.

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N 3
Cocuyeros tradicionales que ayudaron a mantener la
tradicin
Jvito Melndez, Guanarito
Elas Melndez, Canderal
ngel Mara Guaid, Canderal
Andrs Salazar, Guamuy
Nicols Medina, Guamuy
Alirio Snchez, Guamuy
Isaas Vargas, Guamuy
Ramn Monche Melndez, Dupe
Domingo Guaid, Pus
Pedro Guanipa, El Boquete
Nerio Torres, El Boquete
Jess Chamuco de la Rosa, Bonaire
Rafael Escobar, Los Pantanitos
Fabin Medina, Cabeza de Caballo
Gerardo Cabrera, Cabeza de Caballo
Rafael Ramos, La Cinega
Omar Saln, La Cinega
Agustn Ere, asesinado por la G.N. en 1957
Emilio Gozaine, Guanarito
Juan A. Pire, Bocuy
Rufin Melndez, El Sierral
Antonio Melndez, El Bonito
Antonio Roldn, Agua Brava
Juancho Jurez, El Mamn

139

Jos M. Alcal, El Tesoro


Cheche Maloff, Guamuy
Martn Vargas, El Oreganol
Amenodoro Querales Miranda, El Oreganol
Ramn Cordero, Urucure
Anastasio Prez, Siempre Verde.

140

N 4
Saberes de un productor
El cocuy no se siembra. Se da fcil. Echa un maguey (su flor). Cuando se va secando el maguey va
echando la cabecita. El cocuy nace del maguey. El
alambique tiene mucho trabajo. Hay que montar
la culebra, eso es un tubo de cobre. Hay que meterlo dentro de un tambor. Tambin el olln y un
rectificador. All van todos los aparatos. La penca
se pila en un piln. Se exprime con la mano. El
jugo se echa en un tambor. El tambor tiene que
trabajar igual que cuando montan una olla para
sancocho de caraotas. Debe hervir. La mitad es de
jugo de penca y la otra mitad de agua. Eso se deja
en el fuego media hora. Sale fro para el garrafn.
Se vende en garrafitas. Al cocuy malo se le echa
agua y papeln. Yo ese no lo vendo. Le llaman lavagallos. Hay varias clases de cocuy. Est el que
sale primerito, es puro jugo sin nada de papeln y
hay de papeln con penca. Despus sale el segundo de penca (Anastasio Prez En: El Impulso,
07-02-1995, Reportaje de Violeta Villar Liste).

141

N 5
Literatura del cocuy
ENCUENTRO
Ya muerto Vallejo
te habl en Pars el 37
del lbrego mamfero
que es el hombre componindose
nicamente de das.
No habas nacido t en verdad
ni estaba muerto l
esperando ambos en distintas filas.
Ese da bebieron amables licores
de Santiago de Chuco
y Matatere;
cocuy de penca
y pisco santiaguino.
Muri Csar por tus penas,
naciste t con esos golpes suyos
y aos despus se conocieron.
Hasta el sol de hoy que es viernes
en el barrio
y ya est muerto l
y vivo t, o lo contrario
ms probablemente.
142

BRINDIS
Pasado el olvido y la tristeza
y los odios y tormentos
ya sin causa,
qu hermosas fueron tus mujeres,
cunta miel te dieron
y dulces vinos
para apagar tu sed
brindaron amorosas;
qu bellos son tus hijos
viviendo por ti aquellos aos
cuando ellos si amanecern:
que entonces brinden a tu nombre,
con un cocuy sagrado,
la muerte derrotada.
Ramn Querales

143

LLAMAS
Elige una noche
o cualquier otro espejo ciego
y brinda con Rimbaud, cocuy:
esa gota de fuego
que anhelaba;
abre entre su tumba
y t
ese ro de llamas
que apaguen o velen
aunque sea un instante,
tus infiernos.
Ramn Querales

144

EL COCUY
A Rafael Soteldo
Brilla en la palma de su aguda lanza
con fulgores de luz esmeraldina,
el cristal esplndete de la ondina
y el smbolo ideal de la esperanza
y aunque es flecha sutil de lontananza,
o valle formidable por su espina,
el Progreso que todo lo combina,
lo transforma en mercado de confianza.
Y convertido en hilo, seda u oro,
que prueban que el trabajo es un tesoro
para el pueblo feliz que lo procrea,
lo admiro con fervor inusitado,
pero al mirarlo en lquido trocado
me transforma en artista de la idea
J.V. Lugo Blanco
Eco Industrial (1908, febrero 24 )
.

145

COCUY
Cocuy es un don
que desde el cielo se derrama.
Con las flores aderezo
picantes ajiceros.
Del maguey levanto cercas
y su en su centro persevero
un blanco palmito encuentro.
Ms si las pencas las desfibro
delicadas y resistentes
sern la hamaca y los mil tejidos
del dispopo, placenteros.
Pero si con ellas el horno ocupo
y dejo asar sobre paciente fuego,
dulcsimo pan obtengo
que al fermentar
en licor convierto.
Incluso si en mi avatar
el cuerpo desconsidero,
hasta las races penetro
y con infusiones y blsamos
de muchos males me libero.
Cocuy es un don
que en la tierra yo venero.
Juan Alonso Molina

146

ANTOLOGA CHICHARRITESCA
A un colega larense
Gracias, colega: tu regalo es lindo
y, sobre todo, oportunista y grato:
las ramas de pasote, el tamarindo
y los siete paquetes de sulfato.
Cual me aconsejas del cocuy prescindo,
pues me encuentro malato
con el cido rico y un rasguo de gato
Cuando estoy bueno y sano,
oh, mi lrico hermano!,
bebo el licor ranchero de tu tierra brava,
el zumo que destilan las pencas de Bobare,
y a su pico influjo mi fiera varona
no arquea el espinazo para cantar macuare!
Pero, hoy no es posible que disfrute
del cocuy ni del mute;
de tantas ricas cosas con que ayer me brindabas:
chcharos y frijoles, tapiramos y habas;
los salones de chivo que am con embeleso
y lujo de tu tierra las arepas de queso!
Hoy, de santa amistad en testimonio,
slo me das sulfato con sabor a demonio,
sal de higuera y pasote,
tomas de todas clases en feroz zaperoco,
capaz de sacarle los vermes a Manote
en lo que se santigua un cura loco.

147

Pero, de tanta amargura, sin embargo,


me exprimir del hgado las hieles del amargo,
porque la dulce caa
cual pintada serena, fascina al bonachn
y al fin el desdichado tiene la noble entraa
igual a un corcho, nufrago dentro de un garrafn.
Adis, fino y gentil vate larense;
deja que ahora en restaurarme piense.
Maana cuando salga del vivir recoleto,
ir a exprimir las pencas de ese terruo caro
y pasaremos juntos, oh, taparo!,
la rasca ms hermosa que vio Barquisimeto!
Rafael Michelena Fortoul Chicharrita
Fantoches (1930, julio 30).

148

Gus, el nacido de la pantorrilla de su padre


A orillas del camino y cerca de la quebrada se alza majestuoso y esplndido con espesas ramazones, un corpulento cotoperiz. Cuando Chir pas por all yendo a buscar
agua lo vio profundamente dormido al pie del rbol. Chir
no se detuvo, sigui hasta la quebrada, llen la chirgua,
le puso sobre su hombro y regres al casero donde su
madre lo esperaba con el agua que lo haba mandado a
buscar.
Chir era un muchacho fuerte de cuerpo y de
nimo, as que, sin poder evitarlo, no resisti el deseo de
averiguar quin era el que tan sin preocupacin dorma
a la sombra del cotoperiz. Sin descargar la chirgua, se
acerc al hombre y verific que nada, al parecer, lo despertara. Era un viejo indio, algo barrign, de pelo largo y
canoso. Sobre una de sus manos reposaba la cabeza y con
la otra sostena una pequea tapara vaca pues su boca
apuntaba hacia el suelo y nada sala de ella. Un extrao
olor proveniente del viejo lleg al olfato de Chir. Satisfecha en parte su curiosidad, regres al casero, le entreg
el agua a la mam y luego dio aviso al gasga y dems jefes
de la aldea. Alarmados salieron hacia la quebrada a averiguar de qu se trataba, si haba peligro de aquella extraa presencia o no. Pronto rodearon al dormido y aunque
todos hablaban preguntndose unos a otros quin sera
aquel individuo, el viejo permaneci dormido. Y como
una manera de saber por dnde haba llegado era con los

149

guardianes adoradores de Shispui, les preguntaron acerca


de ello, pero ninguno supo responder nada al respecto.
Asustados por las consecuencias que pudo haber tenido
su descuido de haber detectado la presencia de
aquel hombre en los lmites del casero, daban largas explicaciones que nadie pareca tomar en cuenta, intrigados
como estaban y deseoso cada quien de sugerir una probable manera de cmo haba llegado all, la que de todos
modos, nadie consideraba ni para aceptarla o rechazarla;
alguien propuso echarle agua al viejo para despertarlo,
otro agreg que sera mejor dejarlo dormir y estar pendiente del momento cuando abriera los ojos y aunque no
les corresponda, los guardianes adoradores de Shispui,
se ofrecieron para vigilar al viejo durmiente y cuidar que
cuando despertara no hiciera algo de peligro para el casero, as que slo algunos se quedaron por ah zanganeando a la sombra del cotoperiz, otros se fueron hasta la quebrada metindose en sus aguas y la mayora regres a sus
faenas ordinarias, pero cuando avisaron que el hombre
haba despertado, o empezaba a hacerlo todos volvieron
y expectantes, lo rodearon.
El viejo se levant, estir los brazos desperezndose y entonces se dio cuenta de estar rodeado por
gente que l no conoca. Una amplia sonrisa se manifest
en todo su rostro y casi como danzando frente al grupo,
los salud:
No tengan miedo, mis hijitos, yo soy el abuelo alegre que les dar grandes ratos de felicidad. Vengan
hijitos, acrquense.

150

Agarr una de las taparas que cargaba colgada


de los hombros y fue para darse cuenta que estaba completamente vaca.
Ay, hijitos se lament profundamente no
tengo ya con que celebrar mi llegada, pero ustedes han
de tener algo para que este bello momento sea de dicha
y alegra. Vengan, hijitos, denme algo de beber y traigan
para que todos bebamos.
La gente miraba al viejo y, algunos bromeaban
con lo que les pareca delirios demenciales del viejo pues
mientras hablaba no dejaba de moverse como bailando.
Una muchacha seguramente Turika fue corriendo al
casero y regres rpida con una pimpina que entreg al
viejo. Este la agarr con expresiones jubilosas de palabras
y movimientos y sin tardar la llev a la boca, tomando un
largo trago.
Puaf, qu es esto? pregunt mirando ahora
con asco la pimpina y devolvindola a Turika. Esto es
agua, agua pura, agua limpia, agua comn, lleg del cielo.
Agua! gritaba.
Entonces la gente se convenci que aquel viejo
no era sino un pobre loco que deca tener sed y cuando se
le daba de beber, rechazaba el agua que se la calmara, pero
el viejo, viendo los rostros de la gente, decidi explicarse:
Hijitos mos, seres inocentes y puros, ya veo
que ustedes todava siguen en la infancia, son grandes
de cuerpo pero nios de mente, simples, viven todava
buscando qu comer y sobreviviendo a duras penas. No

151

han sido capaces, hijitos, de descubrir los nctares sagrados de la alegra y la vida, pero para eso estoy aqu, yo
les mostrar qu hacer para obtenerlos y lo nico que
les pido, hijitos desventurados es que hagan cuanto yo
les diga.
Y t quin eres, amigo, por qu nos dices
hijitos si t hasta ahora que nos ests viendo por vez primera, no nos conocas? pregunt el gasga con voz que
inusitadamente son con gran solemnidad y fuerza como
para que todos oyeran.
A m, hijitos, muchos me llaman Gus y aunque ustedes no lo van a creer fui engendrado en vientre
de mujer pero nac de la pantorrilla de mi padre.
Todos hicieron gestos de incredulidad y tal
como lo haba anunciado el viejo no creyeron nada de
lo que les deca acerca de su nacimiento. Varios se retiraron riendo y pensando que el viejo estaba loco y por
eso deca esas tonteras pero otros, entre ellos el gasga
se interesaron mucho e hicieron ms preguntas a Gus.
Este los complaci, contndoles cmo en tiempos muy
antiguos su padre lo haba engendrado pero desgraciadamente un rayo cay sobre su madre quien muri de
las quemaduras que sufri; habiendo pasado esto cuando
apenas l si empezaba a ser feto en el vientre materno.
Entonces su padre lo sac y se lo instal en la pantorrilla
y ah sigui desarrollndose hasta que cumplido el lapso
de gestacin, naci 1.
1 Este mito se encuentra entre los griegos referido a Baco: Hijo de
Jpiter y de Semele, princesa tebana, hija de Cadmio. Los griegos le
llamaban Dionisios. La vengativa Juno enga a Semele, para que

152

Yo no soy ni ser el nico caso que nazca as


afirm gravemente Gus y si ustedes no lo creen, alguna vez lo vern 2.
El gasga oy en silencio las explicaciones del
viejo y levantndose de donde haba permanecido sentado oyndolo, sin pronunciar palabra, se retir a su casa y
todos entendieron que l le haba credo al viejo el cuento
de su nacimiento y ya nadie volvi a tratar de ese asunto.
II
Fue as como aquel simptico personaje se incorpor de forma definitiva a la vida de la pequea aldea
y acompaaba a los hombres en todas sus correras de
pidiera a Jpiter se presentara con todo su poder. No pudo negarse
el dios, y con sus rayos abras a su amante.
Baco, salvado por Vulcano, vivi en la tierra, conquistando la India
y triunfando de todos sus enemigos
Adorado como dios del vino y de los bacanales. Se le inmolaba la
urraca porque el vino desata las lenguas y provoca la indiscrecin
(Antonio C. Gavald. Diccionario Mitolgico. Barcelona, Espaa,
1959).
Vctima de los celos de Hera, Dionisio continu su gestacin durante 3 meses en la pantorrilla de Zeus, su padre inmortal. Recorri
el mundo conocido que grosso modo corresponde a la difusin
geogrfica de la vid. Fue desterrado de varios pases y en venganza, enloqueci a sus reyes o familiares (Giacomo Prampolini. La
mitologa en la vida de los pueblos. Barcelona, Espaa, 1969, tomo
I, p. 426).
2 Efectivamente no slo entre los griegos se conoci este mito. Entre
los pueblos indgenas de Colombia y Venezuela, ha sido detectado
por los estudiosos de ambos pases. En Colombia, por ejemplo, entre los wanbianos, grupo de la familia macrochibcha y en Venezuela,
entre los yanomami, grupo tambin de la familia macrochibcha, es
conocida esta tradicin que Jacques Lizot recogi y public en 1975.

153

caza o cuando iban a los conucos a desempear las labores que los dems hombres llevaban a cabo, pero a veces
desapareca del casero y nadie saba decir por dnde andaba. Al principio lo buscaban pero como despus se hizo
costumbre, ya no se preocuparon por aquellas ausencias
que por lo dems duraban cuando mucho dos o tres pasos de Yivat por el cielo.
Una vez, despus de una esas desapariciones,
ms larga que de costumbre, regres el viejo muy contento acompaado de una mujer de edad madura pero
en todo su esplendor femenino. Y claro que llam muchsimo la atencin, pues adems de ser bella y de llegar
en compaa del viejo que prcticamente la rodeaba de
atenciones extraordinarias rayanas casi en la adoracin,
su piel era de un plido azul, como si cubriera el cuerpo
con un pedazo de cielo de amanecer resplandeciente.
Vengan, hijitos gritaba desde el camino el
viejo vengan a conocer a la bella Gnomtukuhin, vengan
a adorarla como, yo que la amo infinitamente y no me he
casado con ella porque esta maravillosa mujer slo quiere ser esposa de Yivat y de nadie ms. Qu tristeza, qu
tristeza, hijitos, pero yo la amo! Vengan a verla que ella
aunque slo quiere a Yivat, nos hace a todos muy felices,
como pronto lo vern!
Nada deca Gnomtukuhin pero sonrea con tal
encanto que los hombres todos pronto estuvieron a sus
pies igual que el viejo, quien, sin esperar ms tiempo, pidi que un grupo de hombres jvenes y fuertes lo acompaaran a un largo paseo. Muchos se ofrecieron, sobre

154

todo cuando el viejo les dijo que Gnomtukuhin ira con


ellos como gua de aquella inusitada excursin, pero l
slo escogi siete de los ms fuertes a quienes pidi llevar
sus mejores cuchillos lo que alarm a las mujeres pues
pensaron que aquella excursin sera blica, pero el viejo
las calm dicindoles que no se preocuparan, que pronto
vendran con algo maravilloso para comer y beber, con lo
cual se tranquilizaron. Enseguida emprendieron el viaje
llevando, adems de los filosos cuchillos de piedra y fuertes macanas de madera dura, cada uno de los hombres un
canasto grande porque as mismo se los orden el viejo y
antes de que Shispui se apartara para dejar su lugar a Yivat, sali aquella expedicin que no regres sino mucho
despus.
Y contaron los hombres que haban caminado
varios das hasta que en una montaa pelada consiguieron una extensa plantacin que ellos no conocan y que
entonces el viejo le pidi permiso a la mujer azul para
sacar y cortar muchas de aquellas plantas, lo que concedido, ellos hicieron con sus cuchillos, cortando las largas hojas de aquellas matas, azules como Gnomtukuhin
y escarbando luego para sacar la raz que era como una
enorme cabeza hundida en el suelo.
Y que el viejo luego les hizo abrir unos grandes
huecos en la tierra en los cuales pusieron mucha lea que
hicieron arder varios das, despus limpiaron aquel fogn
subterrneo y pusieron sobre las brasas las cabezas de la
planta que previamente haban cortado con licencia concedida por Gnomtukuhin que era, al parecer, la duea de

155

aquel planto. Cubrieron despus el hoyo con tierra y el


viejo, acostndose debajo de una pequea planta que por
all haba les dijo:
Bueno, hijitos, ya el trabajo ms importante
est hecho. Ahora tenemos que esperar y diciendo eso
se ech a un lado y pronto se oan sus ronquidos por todo
el cerro3 .
Los hijitos decidieron entonces salir a cazar,
pues tenan mucho tiempo sin comer y el bastimento que
haban trado se les agot. Tampoco les quedaba agua a
las taparas y decidieron explorar los contornos para buscar algn pozo donde volverlas a llenar. En esto ocuparon
3. Los antiguos ayamanes, que ocupaban buena parte de los territorios de Falcn y Lara, conocan y practicaban el uso de comer la raz
asada del cocuy:
Queda as la cabeza que es depositada en el fondo de un hueco
de un metro de profundidad y el doble de dimetro o algo menos,
hecho ad hoc en el suelo a manera de un pequeo aljibe. Junto con
las pencas comienzan a asarse sobre trozos de palos de cuj y yabo,
previamente encendidos, cuya ceniza caliente hace el trabajo de
horno lento durante tres das, simultneamente, se colocan ramas
de cuj entrecruzadas que se reemplazarn de modo permanente
en la medida que se queman para que sirvan de tapa caliente. Tras
ablandarse y cambiar de color al cabo de ese tiempo, las pencas son
chupadas (comidas por succin) sin agregrsele ingrediente alguno,
ya que ahora tienen sabor dulce o almibarado.
No obstante, debe comerse con prudencia por cuanto cualquier
exceso conduce a serios trastornos intestinales o diarrea, es un elemento de muchas caloras.
En tiempo de sequa extrema, cuando a la falta de lluvia se une a
la escasez de agua en ros y pozos, los campesinos, al igual que los
indios que habitaron los reglones ridos occidentales, acostumbraban extraer la savia del cocuy para mitigar la sed en sus marchas
(Douglas Lpez. El cocuy de penca, patrimonio cultural. En: Urdaneta en Magazine, N 10, marzo 2008).

156

varios das lejos del planto azul y cuando regresaron, el


viejo, al verlos, empez a gritarles.
Vengan, hijitos, vengan a sacar de la tierra
generosa la maravilla que nos ha ayudado a cocinar Vengan! Agarren las macanas y destapen los hoyos!
Eso hicieron y entonces un vaho caliente pero
muy agradable lleg hasta ellos y aumentaba a medida que
ms tierra sacaban de los hoyos hasta que aparecieron lo
que all haban enterrado y cuando intentaron sacar las
cabezas perfectamente horneadas el viejo les advirti que
lo hicieran evitando quemarse.
Mand que buscaran unas ramas verdes, muchas ramas verdes y que sobre ellas colocaran las pencas
asadas y fue lo que los muchachos hicieron diligentemente hasta que Shispui empez a cubrir el campo y Yi apareci en el cielo.
Muy bien! Muy bien! festej el viejo Ahora vamos a dormir y maana comeremos este delicioso
manjar que la madre Tukuhin, nos ha obsequiado con
amor y generosidad.
Al amanecer, todos se levantaron a los gritos
del viejo que con un pedazo de cabeza de yuguspani en
cada mano los mordisque como si fueran diferentes comidas.
Vengan, hijitos dormilones, vengan a comer
el alimento de los dioses en el cielo!
Medio adormilados los muchachos cortaron
con sus cuchillos pedazos de aquellas pencas y probaron
con gran deleite mientras el viejo bailaba a su alrededor y
los invitaba a hacerlo ellos.
157

Luego el viejo les pidi que llenaran los canastos con las pencas asadas y regresaran al casero, a
donde llegaron para alegra de quienes los esperaban con
impaciencia y fue entonces cuando se dieron cuenta que
Gnomtukuhin, no vena con ellos y preguntando el viejo
sobre ella evadi el asunto mientras les ofreca yuguspani, as se llamaba aquella maravilla, dijo a todos los presentes, quienes al comerla estuvieron de acuerdo en que
era el alimento ms rico que jams haba comido.
Y falta lo mejor! anunci el viejo y seguidamente pidi que trajeran tinajas, que machacaran las
cabezas asadas y las echaran en aquellos recipientes barrigones, lo cual hecho procedi a taparles la boca y que las
colocaran en un sitio donde hubiera poca claridad. Como
las pencas asadas, tradas en los canastos eran muchas,
todava sobr para que la gente comiera de ellas varios
das, en tanto los muchachos que haban ido con el viejo y
la mujer azul, contaban todo lo sucedido y la gente no dejaba de maravillarse de aquellas cosas nuevas para ellos,
pero cuando preguntaron de qu se trataba lo de las tinajas, los muchachos dijeron ignorarlo pero que ya el viejo
se encargara en algn momento inesperado de llamarlos
a gritos para informarles de qu se trataba como en efecto
sucedi una tarde cuando Yivat haba recorrido casi todo
el cielo sobre el casero
Traigan los kaboro gritaba el viejo a la puerta de la casa donde se haban guardado las tinajas con
las pencas asadas y machacadas, varios das antes. l mismo agitaba en una mano una totumita de la cual beba

158

con gran deleite Volvi la dicha deca casi en xtasis,


chasqueando la lengua ruidosamente. Vengan, vengan
a probarla y a olvidar los sufrimientos y penalidades, las
tristezas y llantos, vengan a rer.
Cost mucho que Gus convenciera a la gente
a traer sus totumas y llenarlas con un lquido oloroso,
y amarillo, que sacaba de las tinajas. Cuando probaron
los primeros tragos, les agrad y ya no dejaron de tomar
hasta emborracharse y sufrir las penosas consecuencias
de las cuales no se daban cuenta, es verdad, pero hasta
caer dormidos en cualquier lugar no dejaron de beber
mientras el viejo danzaba entre ellos y los incitaba a beber
aquel lquido que arda en la garganta y enloqueca de
felicidad a la gente que toda, viejos, nios, hombres y mujeres bebieron sin precaucin ninguna hasta que todos,
vctimas de su primera borrachera con aquel jugo de vida,
as lo llamaba Gus, llegaron al lmite de sus conciencias
despiertas y un sueo pesado e inquietante se apoder
de ellos de tal manera que aquella noche ni siquiera los
guardianes, adoradores de Shispui, se mantuvieron en
pie y en su vigilancia nocturna para proteger el casero.
En la maana, cuando Yivat permiti que se
vieran las figuras del paisaje y de hombres, mujeres y nios tendidos por todos lados, las mujeres, las ms viejas y
los que menos haban bebido, se levantaron con malestares que jams haban tenido. Y Gus, con una totuma llena
de aguardiente en la mano, los llamaba a despertarse.

159

Hijitos, cobardes, flojos de cuerpo y sin espritus festivos, levntense y vengan a curarse con el mismo
nctar que les dio alegra y los enferm. Tomen un largo
y delicioso trago de este jugo maravilloso que la hermosa madre Tukuhin nos ha obsequiado, por hoy y toda la
eternidad mientras de la tierra broten las azules matas de
yuguspani.
Hablaba casi a gritos y entre frase y frase beba
y despus de beber bailaba entre los adormecidos hombres que apenas si podan levantarse.
Las mujeres furiosas insultaron al viejo echndole en cara aquel mal que les haba infligido a todos y
como hablaban al mismo tiempo unas y chillaban descompuestas y maldecan otras, aquello se convirti en
una infernal batahola en la cual Gus era el objeto de las
reclamaciones e insultos femeninos. El rea, y cuando las
mujeres agotaron el repertorio de acusaciones, con una
amistosa sonrisa les habl:
Hijitas, hijitas bellas, tienen razn, toda la razn
del mundo, nada de lo que sucedi ha debido pasar porque
el agua caliente de yuguspani es para alegrar el alma, para
celebrar las alegras, matar las tristezas, consolar a los solitarios, aclarar los momentos de oscuridad, poner luz en
nuestros caminos, para las proclamaciones y jbilos y ayer
nos excedimos cuando ustedes por vez primera penetraron
al campo de la felicidad guiados por el agua maravillosa
y ah tom un largo trago de la totuma que haba vuelto
a llenar, pero hijitas yo las voy a recompensar ensendoles cosas que ustedes disfrutarn hacer y beber y comer.

160

An con dudas, las mujeres aceptaron conocer


lo que Gus les ofreca ensearles y este, sin tardanza alguna, empez a dar instrucciones para buscar maz, sancocharlo, molerlo y convertirlo en masa.
Vamos a hacer unas pequeas bolas de masa
orden. y las mujeres hicieron todo cuanto les indic:
Entonces el viejo les ense cmo hacer bollos,
mazamorra, atoles, carato y chicha. Cuando esta ltima
estuvo hecha mand a las muchachas que buscaran miel,
la endulz y la ech en tinajas, la tap y dijo que la dejaran unos das que as era muy sabrosa y no tan fuerte
como el agua de la penca azul, pero que con ella deba
tenerse cuidado porque tambin emborrachaba. Probaron las mujeres todas estas cosas que Gus les ense y se
reconciliaron con l hasta que pasados unos das observaron que Gus reuna a las jvenes del casero que da y
noche no se apartaban de l. Eso s no le gust a nadie y
un da le pidieron que se fuera ya que le agradecan todos
las enseanzas recibidas pero que de ningn modo iban
a aceptar que sus muchachas se convirtieran en unas haraganas que slo se ocuparan de vagabundear sin hacer
nada. Gus les explic que l quera a las muchachas como
sus nietitas de sangre y las respetaba, pero las mujeres
agregaron que su presencia adems era una mala influencia para los hombres que ahora casi todas las noches y,
a veces, durante muchos das slo se ocupaban de hacer
jugo azul y bebiendo sin ocuparse de cazar ni de ningn
otro oficio.
Fue como si hablaran a un rbol o a un animal
del monte. Gus sigui en el casero y su mala influencia,
161

como decan las mujeres, se fue extendiendo y hasta el


gasga dej de hacer su trabajo y por las noches ya no
era seguro despreocuparse porque los guardianes adoradores de Shispui, embriagados, no se ocupaban de la
seguridad nocturna del casero y las mujeres molestas comenzaron a decir que ahora Shispui se haba vuelto ms
tenebroso, Yi, pocas veces se vea sobre el casero y cuando estaba arriba pareca faltarle una parte. Yivat, por su
parte, siempre pasaba sobre ellos pero ahora, decan las
mujeres, era evidente que con disgusto resecaba la tierra,
quemaba los montes y encenda los cuerpos de tal modo
que deban ir a la quebrada tres o ms veces. Peor an,
dijeron, el agua de la quebrada haba dejado de venir tan
abundante como antes y las estrellas no mandaban las
lluvias como era lo normal.
Todo se lo achacaron a la mala influencia de
Gus y decidieron entonces, no pedirle o rogarle que siguiera su camino, sino echarlo del casero como en efecto
lo hicieron con gran alboroto y amenazndolo con palos
y piedras. Gus furioso, llen sus taparas, las ms grandes
que consigui, con el agua azul caliente y maldiciendo a
las mujeres, decidi poner distancia entre ellas y l. Alejndose deca:
Hijitas dbiles! Mujercitas primitivas! Ahora
me corren, despus desearn que vuelva pero ya no ser
posible! Ustedes, tonticas, madres del futuro, ustedes sobrevivirn sin m, morirn y vivirn sin tregua en el tiempo, Yivat les dar calor para siempre, es verdad, pero no
ser fcil y todos los sacrificios y penalidades de la especie

162

humana, sern parte de ustedes, como ojos, carne, sangre


y huesos y los heredarn a las generaciones futuras, hasta
la eternidad; y sus hombres, sus compaeros de vida, se
matarn entre ellos y los hijos de ambos con sus actos,
pondrn pesares difciles en sus corazones. Crranme,
tonticas primitivas, chenme de aqu como si fuera un
apestoso. Yo hice lo que vine a hacer. Seguir ahora a hacer lo mismo en otra parte, en muchas otras partes de este
mundo, mientras Yivat, Yi, Shispui, me lo concedan.
Hizo a las mujeres, que intilmente le lanzaban
piedras y palos, una gran higa con todo el brazo, lo que
repiti varias veces y luego, con un gesto de desprecio,
les dio la espalda y camin hacia el horizonte donde altas
montaas apenas se distinguan a la distancia de donde
se encontraba el casero 4.
As fue como los habitantes de este casero conocieron la ardiente bebida que se extrae del Agave cocui
Trelease y muchos de los alimentos que pueden elaborarse con la masa del maz. Y tal como lo dijo Gus (de donde
derivaron la palabra guse, o, borracho), transcurri entre
dificultades enormes la vida de esta gente, pese a lo cual,
4 Dionisio:
Deidad infernal. Smbolo del desencadenamiento ilimitado de los
deseos, de la liberacin de cualquier inhibicin o represin. Nietzsche llam la atencin sobre la polaridad de lo apolneo y lo dionisaco, como extremos del arte y de la vida, atrayendo hacia el orden
y hacia el caos y tambin, en consonancia con el instinto fantico
de Freud, hacia la existencia y la eternidad o hacia el autoaniquilamiento Segn Jung, el mito de Dionisio significa el abismo de
la disolucin apasionada de cada individualidad humana, a travs de la emocin llevada al paroxismo y en relacin con el sentido
pretemporal de la orga. Es un nacimiento del inconsciente (Juan
Eduardo Cirlot. Diccionario de smbolos. Editorial Labor S.A.).

163

sobrevivieron y crecieron, extendindose en forma numerosa por el amplio territorio que hasta hoy ocupan.
Cuento de Ramn Querales tomado de
A orillas del principio

164

N 6
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alimentario en el Per. Chloris chilensis. Ao 8. N2.
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Perera, A. (1964). Historia de la Organizacin de los


pueblos antiguos de Venezuela. Madrid.
Polanco Martnez, T. (1960). Esbozo sobre historia econmica de Venezuela. Madrid.
Sahagn, B. de. (1966). Historia General de las cosas de
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Troconis de Veracochea, E. (1984).Historia Colonial de El
Tocuyo. Caracas: U.C.V.
U.C.V. (1969). Real Consulado. Documentos. Caracas:
Autor.

170

ndice
I. Cocuy: nctar hijo del mar y de la tierra

II. Generalidades: origen, identificacin,

17

difusin
III. Uso del agave en Amrica

27

IV. Uso del agave en Venezuela

34

V. Aparece la caa de azcar

41

VI. Aguardiente de caa

45

VII. Reaparece el maguey agave cocuy

56

VIII. Aparace el cocuy de agave

64

IX. Taxonoma y taxnomos

74

X. Leyes republicanas sobre aguardiente

92

XI. Cocuy en la historia y la literatura

108

XII. El Cocuy tejido, o, el chinchorro de

124

dispopo
Apndice

133

Fuentes de referencia

168

Este libro fue editado por la


Fundacin Casa Nacional de las
Letras Andrs Bello. Est compuesto con la familia tipogrfica
Times New Roman y Alte Haas
Grotesk. Se termin de imprimir en la Fundacin Imprenta
de la Cultura en los meses agosto-septiembre de 2015, ao de la
conmemoracin del centenario
del nacimiento de Csar Rengifo, quien manej la idea bolivariana de la fuerza de los pueblos
para el cambio.

1000 ejemplares

Mientras el cuchillo y el arcabuz de la Conquista y los


campos de concentracin del repartimiento y de encomienda imponan el poblamiento de Venezuela, del
cocuy nunca se tuvo noticias como bebida por los prosistas de la crnica a ratos fantstica, frailera de dominicos
o capuchinos. Es que nunca, ni tampoco a juro, ninguno
de ellos registr entre los pueblos ayamanes y vecindarios
a ver si los sorprendan bebiendo el jugo de la tuna en sus
jolgorios o en sus viajes chamnicos! Tal sospecha tard
con pereza o indiferencia? en despertar. De cuanto
hemos citado, con la venia del poeta Querales y la glosa
que en adelante suscribamos extraa en verdad que el
historial del cocuy calle una de sus virtudes de punta
como es su encanto de bebida espirituosa.

Ramn Querales

Luis Alberto Crespo


Matatere, estado Lara, 1937. Se desempe como Cronista
Oficial del Municipio Iribarren. Su trabajo intelectual
comprende obras de poesa, cuento, crnicas, historia,
ensayos literarios, bibliografa y hemerografa, teatro,
literatura, lenguas y culturas indgenas. Ha recibido cinco
premiaciones nacionales de poesa y una estatal as como
el Premio de Literatura Antonio Arriz mencin Ensayo.
Su obra publicada consta de ms de sesenta ttulos entre
los que se mencionan sus poemarios Aguas negras; Exiliado
del alba; La guaroa; Habitacin del olvido, entre otros.

Coleccin
Ensayo Contemporneo

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