Tratamiento Sialorrea PDF

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CARTAS DE INVESTIGACIN
Utilidad teraputica de un
efecto secundario para el
control de la sialorrea
Introduccin. La sialorrea consiste en un exceso de saliva en la cavidad oral, ya sea por
aumento de produccin o bien por dificultad en su deglucin. Se trata de un sntoma
presente en algunas enfermedades neurolgicas como parlisis cerebral, ictus, retraso
mental, enfermedades de Parkinson y Alzheimer, en alteraciones anatmicas de la
orofaringe, y como efecto secundario de frmacos neurolpticos, entre otros1. La sialorrea tiene un importante impacto fsico, psquico y social de difcil tratamiento, que
precisa, cuando es muy importante, como en
el caso de la parlisis cerebral, un enfoque
multidisciplinario2 para llegar a su control.
Caso clnico. Varn de 57 aos, fumador,
con antecedentes de laringectoma supragltica y reseccin transmandibular por carcinoma en la base de la lengua y orofaringe
a los 53 aos, que consult por un exceso de
salivacin desde dicha intervencin quirrgica. Esto le provocaba problemas de comunicacin e higiene, as como dificultad para
la masticacin y deglucin de los alimentos,
e incluso saciedad precoz, hecho que provoc la aparicin de una anemia (hematocrito
del 35%, hemoglobina de 11,9 g/dl) y dficit ponderal (peso de 53 kg, ndice de masa
corporal [IMC] de 21 kg/m2).
El servicio de otorrinolaringologa que llevaba el caso no ofreci solucin al problema, por lo que realizamos una bsqueda
sobre el tratamiento farmacolgico de la
sialorrea y encontramos referencias de frmacos con actividad anticolinrgica, entre
los que destacaban el sulfato de atropina3,
el glucopirrolato4 y la escopolamina5. El
perfil de seguridad y la baja experiencia en
su uso nos hizo descartar estas opciones, y
se decidi usar un frmaco con actividad
anticolinrgica conocida y con amplia experiencia de uso, la amitriptilina, en dosis
de 25 mg por la noche. La respuesta fue favorable, con disminucin de la saliva, mejora en la alimentacin, aumento de peso
(peso de 57 kg) y correccin de la anemia
(hemoglobina de 15 g/dl).
Palabras clave: Sialorrea. Frmacos
anticolinrgicos. Efectos secundarios.
Amitriptilina.

131

Discusin y conclusiones. El efecto secundario de un frmaco es la consecuencia


indeseable de su accin primaria, aunque
en este caso ha resultado favorable. La actividad anticolinrgica de la amitriptilina
permiti tratar un sntoma de difcil control y con una gran repercusin para el paciente, la sialorrea. Ha conseguido una importante recuperacin nutricional y mejora
en su calidad de vida que ser muy importante, desde el punto de vista pronstico de
nuestro paciente, pues hace poco ha sido
intervenido quirrgicamente de un carcinoma escamoso pulmonar.

A. Palau Galindo, M. Ciutat Benet,


A. Fernndez Gonzlez
y M. Planellas Boix
Mdicos de familia. CAP Mari Fortuny.
Reus. Tarragona. Espaa.
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Demanda de atencin
urgente atendida por un
equipo de atencin primaria
durante el ao 2001
Introduccin. En los ltimos 20 aos se
ha observado un progresivo incremento
de la demanda de asistencia urgente, tanto hospitalaria como extrahospitalaria1.
Se han publicado estudios de actividad de
urgencias extrahospitalarias por servicios

Palabras clave: Atencin primaria.


Urgencia. Demanda.

de urgencias urbanos o rurales, pero son


muy escasos desde equipos de atencin
primaria. No slo es importante el nmero de urgencias atendidas, sino tambin el
tipo de stas, sobre todo el anlisis de las
urgencias mdicas.
Objetivo. El objetivo del presente estudio
es analizar las caractersticas de la demanda de atencin urgente atendida durante el
ao 2001 en nuestro centro de salud, en el
equipo del turno de la maana, durante el
horario habitual de atencin a la consulta a
demanda, programada o concertada.
Diseo. Estudio observacional descriptivo.
Emplazamiento. Centro de Salud Isabel II
de Parla, de atencin primaria.
Participantes. Todos los pacientes que demandaron atencin urgente en el horario
del equipo de atencin primaria de maana del centro Isabel II de Parla, de lunes a
viernes, durante el ao 2001.
Mediciones principales. Equipo de atencin primaria al que pertenece el paciente,
tipo de demanda urgente (urgencia subjetiva, urgencia mdica y emergencia vital), y
en los casos de urgencia mdica y emergencia vital, los diagnsticos se codificaron
segn la clasificacin CIPSAP-2.
Resultados. Durante el ao 2001 se atendi a 5.390 pacientes que solicitaron atencin urgente; de stos, 348 casos (6,4%) se
consideraron urgencias mdicas (UM) y 57
casos (1,06%), emergencias vitales (EV),
con una media mensual de 29 UM y 4,75
EV. La tabla 1 muestra las urgencias mdicas y emergencias vitales por grupos diagnsticos segn la clasificacin CIPSAP-2.
Segn sta, los motivos ms frecuentes de
consultas correspondieron al grupo XVII
(lesiones y efectos adversos), seguido de los
grupos VII, IX, VI y XI.
Conclusiones. Hallamos una media mensual de 33,75 urgencias mdicas y emergencias vitales, al menos un evento al da.
Consideramos estos resultados muy importantes porque es en estas situaciones
cuando ms alteracin se crea en las consultas, ya que deben repartirse entre los dems profesionales los pacientes citados con
el mdico encargado de atender las urgencias. Adems, esto nos exige mayores recursos, tanto humanos y de formacin como tcnicos (material de reanimacin
frmacos).
Como en otros estudios2-5, la mayor parte
de la demanda de atencin urgente se con| Aten Primaria 2004;34(1) | 55

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CARTAS DE INVESTIGACIN

TABLA 1. Diagnsticos de urgencias mdicas y emergencias


vitales clasificadas segn la CIPSAP-2
Grupo

Total

II

III

VIII

Erisipela

Total

17

Diagnstico

Metrorragia

EPI

Pielonefritis

4
3

Cncer de pulmn

Dolor escrotal agudo


Masa testicular

Coma hiperglucmico

Hematuria

Hipoglucemia

Insuficiencia renal

VII

GEA

Grupo

IV

VI

Diagnstico

XI

27
Amenaza de aborto

Depresin con intento autoltico

Amenaza de parto prematuro

Etilismo crnico

Dolor abdominal en gestante

Crisis conversiva

Inicio de parto

Traumatismo abdominal en gestante

42
ACVA

12

Pielonefritis en gestante

AIT

Hiperemesis gravdica

Sndrome confusional

Crisis convulsiva

Angioedema

Cefalea con focalidad neurolgica

Vrtigo central

Monoartritis

Parlisis facial

Coxalgia aguda

XII

XIII

Dolor ocular agudo

Gonalgia aguda

Prdida aguda de visin

Bursitis

Glaucoma agudo

Miopata

Ojo rojo

XIV

Queratitis

XV

XVI

76
Angina de pecho

24

Sndrome febril

IAM

Sndrome constitucional

Arritmias

12

Masa mediastnica

Tumoracin dorsal

Insuficiencia cardaca

TVP

TEP

Fracturas miembro superior

31

Isquemia arterial

Fracturas miembro inferior

12

XVII

128

Rotura aneurisma artico

Fracturas columna vertebral

Sncope

18

Fracturas costales

PCR

Fractura huesos nasales

EAP

Luxaciones de hombro

TCE

25
Neumona

11

Agresiones

22

Agudizacin EPOC

Accidente de trfico

17

Neumotrax

Heridas con afeccin tendinosa o vascular

16

Insuficiencia respiratoria

Intoxicacin etlica

Crisis asmtica

Intoxicacin por drogas o frmacos

(Contina en la pgina siguiente)

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TABLA 1. Diagnsticos de urgencias mdicas y emergencias


vitales clasificadas segn la CIPSAP-2 (continuacin)

IX

Derrame pleural

Cuerpo extrao ocular

Flemn amigdalino

Traumatismo ocular

Mastoiditis

Cuerpo extrao farngeo

Epistaxis

Abdomen agudo

30

XVIII

52

HDA

Pancreatitis

Ictericia obstructiva

Hernia inguinal

Rectorragia

Fallecimiento

Parte lesiones detenidos

ACVA: accidente cerebrovascular agudo; AIT: accidente isqumico transitorio; IAM: infarto agudo de miocardio; EAP: edema agudo de pulmn; TCE: traumatismo
craneoenceflico; EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crnica; TVP: trombosis venosa profunda; HDA: hemorragia digestiva alta; GEA: gastroenteritis aguda;
EPI: TEP: PCR:

sider urgencia subjetiva. Como motivo de


consulta ms frecuente tampoco diferimos
respecto a otros estudios2,5.

J.L. Collada Jimneza, L.C. Lpez


Viejob, E. Martnez Cid de Riverac
y M.P. Hidalgo Verad
aMdico

de Familia. Centro de Salud Isabel


II-2. Parla (Madrid). Espaa.bMdico de
Gamilia. cMir-3 Medicina de familia. Centro
de Salud Isabel II-1. Parla. Madrid.dMdico
de Familia. Centro de Salud Isabel II-1 Parla.
Madrid. Espaa.
1. Fernndez Cano G, Martn Carballo G.
Urgencias peditricas atendidas en una
consulta de Atencin Primaria (I): anlisis de la demanda. Aten Primaria
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Tomey Torcal I, Iradier Barrio D, et al.
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Dios Sanz JJ, Gonzlez Duque A, Roset
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Carta de presentacin del grupo de trabajo de urgencias en atencin primaria de
la SMMFYC. Mdicos de Familia. Revista SMMFYC 2003;1:21-3.
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133

Oliguria y elevacin de la
creatinfosfocinasa
secundaria a citalopram
Introduccin. El citalopram es un frmaco
antidepresivo del grupo de los inhibidores
de la recaptacin de serotonina. Se trata de
un medicamento de uso comn y el antidepresivo ms prescrito en algunos pases, como Suecia1. Por lo general, es un frmaco
bien tolerado y sin efectos adversos graves.
Se presenta un caso de oliguria y elevacin
de la creatinfosfocinasa (CPK) tras la administracin de citalopram en las dosis
convencionales.
Caso clnico. Varn de 48 aos, diagnosticado de enfermedad de Berger (glomerulonefritis mesangial por depsitos de IgA) 10
aos antes y seguido por el servicio de nefrologa desde entonces, manteniendo una
funcin renal normal en todos los controles. No presentaba otros antecedentes personales de inters. Como consecuencia de
un cuadro ansioso-depresivo con crisis de
angustia, se inici tratamiento con citalopram en dosis de 20 mg/da.
Tras 24 horas de la primera toma, el paciente refera oliguria no cuantificada, con
una diuresis aproximada durante el tercer
da de 200 ml pese al mantenimiento de

Palabras clave: Citalopram. Creatinfosfocinasa. Oliguria. Rabdomilisis.

una ingesta hdrica normal. No present


otra sintomatologa ni recibi otra medicacin concomitante, txicos o etanol. No
hubo episodio febril intercurrente. El paciente no refera cadas recientes, traumatismos ni inyecciones intramusculares. Haba realizado ejercicio (footing) en las 24
horas previas al incidente, como era habitual en l. La exploracin practicada en ese
momento result rigurosamente normal.
Se indic la suspensin inmediata de citalopram y se realiz una analtica urgente,
con los siguientes resultados: hemograma
(hemates, 4,62 06/l; hemoglobina 14,8
g/dl; hematocrito, 42,8%; VCM, 92,6 fl;
leucocitos 6,8 103/l) con frmula normal. La coagulacin era normal. La bioqumica revel: una creatinina de 1,1
mg/dl, una urea de 60 mg/dl y una CPK de
393 U/l). El resto de los parmetros bioqumicos era normal. El anlisis sistemtico de orina (SO) revel una densidad mayor de 1.030 hemates por campo, con una
discreta cetonuria, hiperbilirrubinuria,
hemoglobinuria y cilindros hialinogranulosos. A pesar de la ausencia de sintomatologa cardiolgica, se realiz un electrocardiograma, que fue interpretado como
normal.
A las 48 h del cese de la medicacin se reanud la diuresis normal. La analtica practicada en ese momento mostraba los siguientes resultados: CPK de 492 U/l,
LDH de 204 U/l, bilirrubina total de 1,2
mg/dl y SO50: 10-20 hemates por campo.
El resto de los parmetros bioqumicos y
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hematolgicos eran normales. Los valores


analticos volvieron a la normalidad 9 das
despus del inicio de la clnica.
Discusin y conclusiones. Tras una revisin bibliogrfica (1990-2003, PubMed;
palabras clave: citalopram, creatinfosfocinasa, oliguria, rhabdomyolysis), nicamente se ha descrito un caso de rabdomilisis y
sndrome de secrecin inadecuada de hormona antidiurtica (SIADH) secundaria al
uso de citalopram2 y, asimismo, se han documentados algunos casos de rabdomilisis
como consecuencia de la sobredosis (3.640
y 5.200 mg) de citalopram3. El sndrome
neurolptico maligno con CPK elevada
tambin ha sido descrito asociado a la ingestin masiva de citalopram4. Sin embargo, hasta el momento no hay documentacin sobre la aparicin de oliguria y
elevacin de la CPK con dosis teraputicas
de este frmaco.
Es posible, dada la amplia experiencia y
nmero de tratamientos con este medicamento, que la aparicin del efecto adverso
aqu descrito sea ocasional y que en su aparicin pudiese influir la enfermedad de base del paciente y la asociacin con el ejercicio. No obstante, creemos necesaria su
divulgacin y la notificacin de casos similares en la bibliografa cientfica.
La Food and Drug Administration (FDA)
de los Estados Unidos ha incorporado la
rabdomilisis al resto de los efectos adversos citados en la ficha tcnica del citalopram5.

P. Vich Preza, C. Ruiz Arribasb,


R. Collados Navasc
y R. Pastor-Snchezd
aMedicina Interna. Medicina Familiar y
Comunitaria. Centro de Salud Canillejas.
IMSALUD rea 4 Atencin Primaria.
Madrid. bMedicina Familiar y Comunitaria.
Centro de Salud Canillejas. IMSALUD
rea 4 Atencin Primaria. Madrid.
cMedicina Familiar y Comunitaria. Centro
de Salud Alpes. Madrid. Espaa.

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secretion and rhabdomyolysis associated
with citalopram. Therapie 2000;55:651-2.
58 |Aten Primaria 2004;34(1) |

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www.antidepressantsfacts.com/celexa.htm
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Neuroleptic malignant syndrome due to
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http://www.cpa-apc.org/ Publications/
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Nov [consultado el 01/08/2003]: Disponible en: www.fda.gov/medwatch/SAFETY/2002/nov02.htm

Olanzapina y
descompensacin
diabtica: a propsito
de un caso
Introduccin. La informacin de seguridad
existente en el momento de la comercializacin de un nuevo frmaco es limitada. Se
presuma que los nuevos antipsicticos
(olanzapina, risperidona, quetiapina, etc.)
seran frmacos ms seguros por estar desprovistos de los efectos indeseados extrapiramidales de los clsicos.
Caso clnico. Tratamos el caso de un varn de 56 aos, fumador, antiguo bebedor
abstemio desde hace 6 aos, con antecedentes patolgicos de enfermedad pulmonar obstructiva crnica (EPOC), psicosis y
diabetes mellitus. El tratamiento farmacolgico habitual consiste en salbutamol inhalado (100 g/6 h), salmeterol inhalado
(25 g/6 h), bromuro de ipratropio inhalado (40 g/6 h), beclometasona inhalada
(250 g/6 h), sulpirida (50 mg/12 h), clotiapina (40 mg/12 h), amitriptilina (75
mg/12 h), lormetazepam (2 mg/da) y glibenclamida (5 mg/12 h) por va oral. A este tratamiento se aadi olanzapina, 20
mg/da, por mal control del cuadro psictico. A los 2 meses, cuando acudi a su

Palabras clave: Farmacotoxicidad.


Olanzapina. Antipsicticos. Diabetes
mellitus.

mdico de cabecera, se detect una descompensacin de la diabetes en las analticas de control: las glucemias capilares haban ascendido desde 140-160 a 260-270
mg/dl y la HbA1c se increment del 7,5-8
al 10,5%. El paciente, no obstante, estaba
asintomtico, no refiri sntomas relevantes de descompensacin diabtica ni se
constataba aumento de peso ni recada en
su alcoholismo. En consecuencia, se decidi aumentar la dosis de sulfonilurea a 15
mg/da, persistiendo el mal control de la
diabetes despus de ms de un mes. Finalmente, y previa consulta con el psiquiatra,
se suspendi el tratamiento con olanzapina y se sustituy por descendieron quetiapina, 400 mg/da. Con todo ello, descendieron las glucemias y la HbA1c. Se valor
el riesgo del tratamiento con metformina a
un paciente ex alcohlico, pero se mantuvo por tener en cuenta los aos de abstinencia y la colaboracin familiar. Con 850
mg/12 h de metformina, despus de un
ao las glucemias se sitan en 129 mg/d y
la HbA1c en el 6,8%.
Discusin y conclusiones. La incidencia
de diabetes mellitus parece ser superior en
pacientes esquizofrnicos1,2. La olanzapina
es un antipsictico estructuralmente relacionado con la clozapina. Es un antagonista de los receptores 5-HT2 de la serotonina
y de los receptores D1/D2 de la dopamina,
aunque tambin presenta actividad frente a
los receptores colinrgicos muscarnicos,
los receptores -1 adrenrgicos y los receptores de tipo 1 de la histamina. Es eficaz en
el tratamiento de la esquizofrenia, tanto
para los sntomas positivos como negativos.
Induce menos sntomas extrapiramidales y
menos alteraciones en los valores de prolactina que los antipsicticos tradicionales.
Las reacciones adversas ms frecuentes que
puede producir la olanzapina son: aumento
de la sensacin de hambre e incremento de
peso (en el 10% o ms de los pacientes),
somnolencia, astenia, cefalea, mareo, nerviosismo, agitacin e insomnio2-6. Las alteraciones en el metabolismo glucdico se
han asociado al tratamiento con neurolpticos y, recientemente, al uso de los nuevos
antipsicticos, como la olanzapina o la clozapina1,7. Se han descrito tanto casos de
empeoramiento de diabetes existentes como de incio de diabetes tipo 21. La presentacin del cuadro puede ser muy variada:
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desde hiperglucemias asintomticas hasta


cuadros clnicos de aumento de peso, poliuria, polidipsia, cetoacidosis o coma hiperosmolar. En algunos casos se ha precisado
ingreso hospitalario e, incluso, el desenlace
ha llegado a ser mortal2,3,6,8-11. La informacin precomercializacin de la olanzapina cifraba la incidencia de diabetes en un
6% de los tratados, mientras que en los ensayos clnicos la incidencia de diabetes fue
del 0,1-1%. El seguimiento poscomercializacin realizado por el propio laboratorio
detect 139 casos de diabetes, con un 10%
de pacientes sin factores de riesgo de sta2,3,9. Otros estudios retrospectivos cifran
la incidencia de alteraciones del metabolismo glucdico por olanzapina hasta en un
11-30% de los tratados durante los primeros meses de terapia1. Un estudio naturalstico de 5 aos de duracin con 82 pacientes tratados con clozapina cifr la
incidencia de diabetes en un 36,6%7,11. La
incidencia para otros antipsicticos atpicos
(risperidona, quetiapina o sertindol) parece
ser menor1. No se ha encontrado ninguna
asociacin con la dosis administrada11. La
hiperglucemia por antipsicticos atpicos
puede ocurrir en cualquier momento del
tratamiento, aunque muchos de los casos
notificados se producen en las primeras semanas o meses1,9,11,12. El tiempo de latencia parece ser ms largo con la olanzapina
que con la clozapina11,12. Tambin suele
ser muy variable el perodo necesario para
recuperar la normoglucemia despus de la
supresin del tratamiento y, en algunos casos, no es reversible. A veces cuesta identificar si el empeoramiento del control de la
glucemia es producto de una reaccin adversa, del aumento de peso o de otros factores, como la falta de adhesin a la dieta o
al tratamiento farmacolgico11. Como factores de riesgo de aparicin de hiperglucemia por antipsicticos atpicos se han descrito: sexo masculino, edad 40 aos, raza
no caucsica, antecedentes de tolerancia alterada a la glucosa y aumento de peso importante durante las primeras semanas de
tratamiento con olanzapina. En bastantes
ocasiones, las descompensaciones se producen en pacientes diabticos o con factores de riesgo de diabetes (sobrepeso, historia familiar o personal de diabetes o edad
avanzada)1,8,10-12. Una revisin reciente
analizaba los 868 casos de alteraciones del
139

metabolismo glucdico por antipsicticos


registrados en la base de datos de la Organizacin Mundial de la Salud entre 1968 y
diciembre de 2000 (480 por clozapina, 253
por olanzapina y 138 por risperidona). Se
estableca que la incidencia para estos 3 antipsicticos era muy superior a la de los antipsicticos clsicos y que los factores de
riesgo ms importantes eran: la diabetes
previa, el aumento de peso, el sexo masculino y el uso concomitante de cido valproico, inhibidores selectivos de la recaptacin de serotonina o buspirona13. El
mecanismo por el cual se desencadena la
reaccin adversa no se conoce con exactitud, aunque se barajan 3 hiptesis: a) el antagonismo serotoninrgico e histaminrgico que producira aumento de peso y,
secundariamente, trastornos de la homeostasis de la glucosa; b) el antagonismo de los
receptores de la serotonina de tipo 1A que
alterara la respuesta de las clulas beta del
pncreas y disminuira la secrecin de insulina, y c) la disregulacin que ejerce el sistema simptico sobre el metabolismo glucdico. Para las hiperglucemias por clozapina
se han descrito, adems, aumento de los valores de insulina e insulinorresistencia como consecuencia del aumento de peso1,2.
El tratamiento tiene que ser siempre individualizado, aunque se aconseja suprimir la
olanzapina y cambiarla por otro antipsictico. Adems, hay que tener en cuenta que,
sobre todo en la fase aguda, puede no haber
respuesta al tratamiento con antidiabticos
orales, por lo que se precisar insulina11.
Algunos autores sugieren que, en especial
durante los primeros meses de tratamiento
y en pacientes diabticos o con factores de
riesgo de diabetes, deberan controlarse sistemticamente las glucemias y el peso13.
En el caso que nos ocupa, otros frmacos
que tomaba el paciente y que pueden producir hiperglucemias son los beta-2-adrenrgicos, sobre todo cuando se administran
por va sistmica y a dosis altas. Tambin el
alcohol puede interferir en el control de la
diabetes, ya que la ingesta en grandes cantidades puede desencadenar comas hipoglucmicos en pacientes tratados con sulfonilureas o insulina.
No obstante, el perodo de induccin, la
plausibilidad y la excelente respuesta a
la supresin del tratamiento apuntan a la
olanzapina como principal agente causante.

Agradecimientos
Queremos expresar nuestro agradecimiento por su
inestimable apoyo al Servicio de Farmacologa Clnica de la Ciudad Sanitaria Universitaria Vall dHebron de Barcelona. Esta reaccin adversa ha sido notificada al Sistema Espaol de Farmacovigilancia.

M.E. Barcel Colomer, M.C. Mateu


Ramon, V. Miralles Belda
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| Aten Primaria 2004;34(1) | 59

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CARTAS DE INVESTIGACIN

Infestacin por piojos


en los escolares de los
colegios pblicos de Palma
e intervencin educativa
(1983-2003)
Introduccin. La determinacin de la prevalencia de infestacin por piojos entre los escolares del municipio de Palma de Mallorca ha
permitido constatar un incremento considerable de dicha prevalencia en los ltimos aos.
Objetivo. Estudiar la evolucin de la prevalencia de infestacin por piojos en escolares entre 1983 y 2003, y evaluar algunas
variables relacionadas con una mayor susceptibilidad individual.
Diseo. Estudio epidemiolgico de la prevalencia de infestacin por piojos en escolares
entre 1983 y 2003. Durante los cursos 19961997 y 1997-1998 se efectu un estudio a los
mismos individuos y se compar la prevalencia antes y despus de la intervencin.
Emplazamiento. Colegios pblicos de Palma de Mallorca: 45 centros de 1983-1984
a 1998-1999 y slo en 22 colegios de 19992000 a 2002-2003.
Intervencin. Durante los cursos escolares
1996-1997 y 1997-1998 se realiz un programa de prevencin (exploracin, charlas
educativas y distribucin de material educativo para alumnos, padres y profesores).
Participantes. Particip un total de 69.004
nios de primero, quinto y octavo curso entre 1983 y 1991, y de primero y quinto curso de 1992 a 2003. Se realiz intervencin y
estudio epidemiolgico en 4.817 nios:
2.220 nios (87% de los matriculados en
primero y quinto curso de enseanza primaria en 45 colegios pblicos durante el curso
1996-1997) y 2.597 nios (88% de los matriculados en primero y quinto de enseanza primaria durante el curso 1997-1998).
Mediciones. Se han efectuado revisiones
mdicas a los nios de colegios pblicos de
Palma durante los ltimos 20 aos. Se determinaron las siguientes variables: infestacin por piojos (s, no); longitud del cabello (largo, corto y medio); sexo (varn y
mujer); color del cabello (rubio, castao,
moreno, pelirrojo); grosor del cabello
(grueso y fino); tipo de cabello (liso y rizaPalabras clave: Piojos, Colegios pblicos, Intervencin educativa.

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Tabla 1. Descripcin de la variables


estudiadas en relacin con el cabello en la
exploracin de los nios con piojos
Nias

Medida

Color

Grosor

Limpieza

Corto

21,8%

6,4%

Medio

22,6%

4,9%

Largo

21,3%

28,5%

Rubio

p = 0,89

p = 0,003

21,6%

6,5%

Castao

20,6%

6,4%

Moreno

26,2%

26,2%

p = 0,11

p = 0,84

Grueso

26,3%

5,4%

Fino

22,9%

6,8%

p = 0,72

p = 0,44

Limpio

21,4%

6,2%

Sucio

29,6%

18,2%

Edad
Sexo

Nios

p = 0,09

p = 0,002

6 aos

10 aos

Nias

19,3%

24,5%

Nios

8,2%

5,3%

p < 0,05

p < 0,05

do) y limpieza del cabello (limpio y sucio).


Resultados. La prevalencia de infestacin
por piojos obtenida durante la duracin del
estudio se ha ido incrementando (6,5% en
1983 a 12,7% en 2003); se obtuv el valor
ms elevado (17,9%) en el curso 19992000. Los resultados del estudio epidemiolgico realizado durante los cursos 19961997 y 1997-1998 para estudiar las
variables que pudieran influir en la mayor
susceptibilidad individual a la infestacin
muestran una prevalencia global de la infestacin por piojos de 16,7 y del 13,3% en
1996-1997 y del 14,4 y 13,9% en 19971998 en los cursos primero y quinto, respectivamente. En la tabla 1 se muestran los
resultados obtenidos en este estudio.
Conclusiones. El incremento observado de la
prevalencia de infestacin a partir de 19961997 puede ser debido a que en cursos anteriores se inclua en el estudio a los nios de 14
aos, que no son tan susceptibles a la infestacin; esto hara que se redujera el porcentaje
global. Por otra parte, la elevada incidencia
detectada en los ltimos cursos de nuestro estudio puede deberse a que la muestra analizada correspondi a los 22 colegios pblicos que
acogen a una poblacin escolar ms marginal,
con lo que la prevalencia quedara sesgada,
tanto en uno como en otro caso. Estudios similares efectuados en poblaciones espaolas

han obtenido frecuencias inferiores: el 9,4%


en Bilbao1, el 2,7% en Alcal de Henares2 y el
6,10 y 1,9% en Barcelona3. Algunos autores
han encontrado cierta relacin entre la mayor
susceptibilidad a la parasitacin y la pertenencia a los diferentes grupos tnicos4. Con respecto a la evaluacin de la posible relacin
existente entre las caractersticas del pelo y la
mayor susceptibilidad a la infestacin, se observ que la nica variable que mostr claramente diferencias significativas fue el sexo, ya
que se encontr una mayor infestacin en nias que en nios, al igual que en otros estudios. Cabe mencionar, sin embargo, que las
variables limpieza y medida del cabello mostraron diferencias significativas al ser comparadas en nios, sin que dicha diferencia se observara entre las nias. Durante los cursos
1996-1997 y 1997-1998 se impartieron charlas de higiene orientadas a la prevencin de la
infestacin por piojos en las aulas de todos los
nios a los que se haba efectuado la revisin,
y en el curso 1997-1998 se pudo evaluar el
impacto de estas charlas, observndose en alguna de las escuelas una reduccin en cuanto
a la frecuencia de infestacin, lo que resalta la
relevancia del papel del educador en temas
educativos de promocin de la salud.
A pesar de los resultados obtenidos, en los
que no se detecta ninguna relacin entre las
caractersticas del pelo y la mayor susceptibilidad a la infestacin por piojos, se observ que determinados nios tenan una mayor susceptibilidad a presentar dicha
parasitacin, independientemente de las
condiciones higinicas de su entorno.

R. Mir Ramonell y A. Miguel Sebastin


Unidad Tcnica de Sanidad. Ayuntamiento de
Palma. Palma de Mallorca.Baleares. Espaa.
1. Magra Saenz de Buruaga G, Goiria Ormazabal JI, Lpez Martnez I, Rodrigo
C, Bonet Romero T, Caturla Latorre J.
Pediculosis capiti: epidemiologic study of
23624 schoolchildren Bilbao. Rev Sanid
Hig Publica (Madrid) 1989;63:49-62.
2. Davar Rodrguez C. Incidence of Pediculosis capitis infestation in the student population of Alcal de Henares. An Esp
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capitis: a municipal antiparasite campaigne among school children. An Esp Pediatr 1984;21:757-60.
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